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El Hada de las Costuras

Summary:

Marinette regresa a París, tras su fracaso en Londres que termina marcando su carrera de forma negativa en esa ciudad.
La euroasiática tiene puesta su ultima esperanza en la capital de la moda, pero a unos pocos días de haberse mudado, se da cuenta que su pasado la persigue hasta su nuevo hogar, provocando que muchas casas de moda le niegue la oportunidad de ser entrevistada. Hasta que su camino se cruza en el de Adrien Agreste, el CEO de Gabriel's, quien le brinda la oportunidad de trabajo, pero no de lo que ella esperaba.

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Chapter 1: Prefacio

Chapter Text

Marinette apilaba dentro de una caja todos los diplomas que había obtenido en la escuela de moda; la euroasiática hubo sacrificado sus vacaciones de navidad y verano para asistir a esos cursos en Central Saint Martins, donde finalizo sus estudios en diseño de modas.

La melancolía la embargó; esos cuadros antes colgaban de la pared de logros que su exnovio había designado en el apartamento que ambos compartían, apartamento que estaba desalojando, al no contar con el dinero suficiente para pagar un año más de alquiler.

Con pesar sostuvo el ultimo diploma que iba introducir en la caja, el cual decía: "Moda innovadora Knitwear". La infeliz azabache contuvo las ganas de llorar, al recordar a todas las personas talentosas con las que compartió sus clases en ese taller y que acordaron a futuro formar una alianza con ella para nuevos proyectos, cosa que jamás paso.

Resignada deposito el objeto y sello la caja, para comenzar a llenar una nueva con el resto de los marcos regados sobre la mesa de la sala. Cogió el siguiente cuadro, esta vez su fuerza de voluntad fracaso y una lagrima surco su pálida mejilla, al encontrarse con la copia de su primer cheque, el cual ganó cuando vendió su primera colección oficial, que presentó en el desfile de fin de curso de Central Saint Martins en la London Fashion Week.

Ese día, los cazatalentos de las distintas casas de moda le ofrecieron muchas ofertas, al igual que medios "fashionistas" agendaron entrevistas con su persona, deseando exponer al mundo a la nueva diseñadora emergente.

La terquedad "en ese entonces» de la euroasiática al querer ser independiente y aprovechar esa fama en ascenso la hizo rechazar las propuestas y, termino por aceptar el consejo de su amiga Alya, quien la convenció de formar parte de un reality show llamado: "Fashion Business" de la famosa productora de programas en torno al mundo de la moda, la egocéntrica Chloe Bourgeois. Aceptar esa propuesta, le costó su carrera, prestigio y permanencia en Londres.

Un simple error, basto para acabar con todo. Simplemente por revisar una puerta del atelier que se encontraba abierta, cuando todos en el set de grabación se habían marchado minutos antes.

—¡Torpe Marinette! ¡Debías ignorar esa puerta! —, apretó el cuadro entre sus manos, los sucesos que le siguieron a ese hecho vinieron de golpe a su mente; su respiración se tornó agitada, los latidos de su corazón se aceleraron, obligándola a soltar el cuadro dentro de la caja. Su cuerpo se volvió inestable ante las agobiantes sensaciones y como pudo, se movilizó hasta la ventana abierta de la terraza, donde unas bellas rosas adornaban el sitio.

Un ataque de pánico...por favor no.

Suplicó en sus pensamientos; miró de reojo las escaleras que conducían a la segunda planta, específicamente a la habitación que antes compartió con su ex. Ahí se encontraban su bolso con sus benzodiacepinas, los malestares le impedían movilizarse, no llegaría a tiempo para ingerir el medicamento, primero debía tranquilizarse, regular su respiración, necesitaba distraerse.

La ojiazul entonces hizo el esfuerzo de visualizar su nueva vida; pensando en lo maravilloso que sería recorrer las mágica calles de París, la ciudad que la vio nacer, viviendo en la casa de su infancia. Gracias a esas bellas imágenes y el buen ánimo que tenía respecto a la mudanza, el ataque de pánico no avanzo y lentamente recuperó el control de su cuerpo. Con el temor de experimentar un nuevo ataque, subió las escaleras, ingresó a la habitación localizó su bolso y saco la pastilla que necesitaba, luego bajó hasta la cocina y de una caja que estaba encima del desayunador sacó un vaso para llenarlo con agua del grifo y, de inmediato ingirió el medicamento.

Espero unos minutos a que la hiciera efecto, observó entorno, rodeada de un puñado de cajas que pronto la mudanza pasaría a recoger, suspiro resignada a continuar empacando el resto de las cosas.

Marinette perdido mucho, luego de su abrupta salida del reality. Alya y ella discutieron, la pelea fue tan grande que terminó con su amistad.

Las desgracias no vienen solas, reza el dicho y la ojiazul lo comprobó, cuando intentó comunicarse con su novio, en busca de consuelo y fue su mánager quien contestó, sugiriendo que lo mejor para ella y su cliente, era darse un tiempo en lo que las aguas del tormentoso escándalo se apaciguaban. Y ahora, de esa platica se cumplía un año, tiempo en el que su pareja jamás respondió sus correos, mensajes y llamadas, así como dejó de enviar el cheque correspondiente a la mitad del pago del apartamento que compartían.

Luego su marca Ladybug perdió prestigió y con ello los clientes que confiaban en su trabajo. Su experiencia, títulos y creatividad salieron sobrando, cuando los usuarios en redes sociales destrozaron su imagen, aun basándose en simples rumores, pues el caso del que se le acusó jamás se llevó a los tribunales. Solamente se ventilaron algunos detalles a través de entrevistas a Chloé, que arremetió sin compasión contra la imagen de la euroasiática.

Nada del ámbito profesional ataba a Marinette en Londres, lo mejor era irse de esa ciudad o su mala fama no tardaría en manchar la reputación de sus padres y amistades, a quienes protegió a un a costa de su salud mental.

Vulnerable y vacía, Marinette continuo con su tarea de empacar todos sus diplomas, tomando uno especial, que recibió por destacar en las clases de Kung fu, que impartía el abuelo de sus vecinos y amigos, el maestro Wang Fu.

Leyó aquel pensamiento escrito bajo su nombre:

"Lo bueno de tocar fondo, es que solo te queda subir"

Frase que la motivo a cambiar su desastroso destino y tomar las riendas en el asunto, viajaría a París y reconstruiría su carrera "Iba coser su alma rota y perdería todos sus miedos"

Sin embargo, el destino es cruel con los inocentes, Marinette no sería la excepción, cuando su camino para llegar al éxito se entrecruce con Le démon de Paris, nombre con el cual la prensa catalogaba al joven Magnate CEO de la Maisons de Haute Couture; Gabriel's, el despiadado Adrien Agreste, que le enseñará a la azabache, el significado de empezar de cero.

Chapter 2: Pavor

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

—Pasajeros del Star Train, se les informa que dentro de 15 minutos estaremos llegando a la estación de París...

La voz de la operadora se coló entresueño, despertándome de aquel placentero descanso. Me costó un poco adaptar mi oído al francés, si bien lo hablaba fluido, el idioma que dominaba era el inglés británico. Desperecé mi cuerpo con la idea en mente de practicar más el idioma francés que, de ahora en adelante sería mi pan nuestro de cada dí...

¡Me quedé dormida!

¡No puede ser! ¡Perdí tiempo valioso!, se supone que iba a ordenar los nombres de las casas de moda a las que pensaba enviar mi portafolio. Últimamente me he vuelto un desastre, procrastinando a más no poder. Y hablando de desastre...

¡¿Dónde está mi Tablet?!

¿La saqué de mi bolso? O había soñado con haberlo hecho, mi mente era un revoltijo de recuerdos. Busqué al lado de la ventana, temiendo que se hubiera deslizado a mi costado, pero nada, hice mis piernas a un lado para lograr ver mejor bajo mi asiento y otra vez ¡nada! Endemoniado aparato ¿Dónde te has metido?

Y justo ahora venía el arrepentimiento. No había respaldado la información almacenada en el artilugio; quién lo encontrará podía chantajearme a cambio de no subir esa información a la red, me lleve ambas manos a la boca, mis uñas se veían muy tentadoras para calmar mis nervios. Bien, no es que tuviera códigos nucleares almacenados, pero al menos para mí, su contenido era valioso...

—Disculpa ¿estás buscando algo? —, una suave voz varonil interrumpió mis divagaciones.

Respiré profundo, pero ni eso calmó mi mal humor. ¿Cómo qué si busco algo?, vaya pregunta absurda. Por mis gestos era obvio que eso hacía. Me giré un poco, para encarar al tipo y responder a su "inteligente pregunta". Pero mi cínica seguridad que hace un segundo corría feliz por todo mi ser, se fue a pasear a China sin posibilidad de retorno.

El chico que estaba sentado a mi lado me observaba con sus profundos ojos color celeste, sus pobladas cejas negras estaban levemente alzadas con estupor, su rostro bien perfilado, con una barbilla estrecha; la cual tenía una naciente barba «un día como mínimo sin afeitar» que era notoria para mí por su cercanía, pues su tez morena la camuflaba bien.

Llevaba sobre su cabeza un gorro reflectante de color negro, del cual unos largos y rebeldes mechones turquesa asomaban bajo este, sin pasar de su hombro. Su vestimenta... ¡dios! Este chico podía sacar su ropa del basurero y aun así su estilo seguiría siendo increíble.

Su look bohemio era un 10 de 10, llevaba una desgastada chaqueta de jeans y bajo está un centro blanco, mostrando un bien marcado pectoral, su pantalón negro ajustado, con algunas rasgaduras al frente combinados con esas vans monocromáticas eran sin duda, la octava maravilla del fashion Street.

Yo era un mal chiste al lado de él, cielos, parecía una vagabunda. Mi improvisada vestimenta de ese día no era más que una camisa ancha, con el logo de un equipo inglés «que ni sabía que existía» pobremente combinada con un short que, en su vida pasada había tenido un hermoso color negro y, ahora no era más que un cumulo de manchas grises y ¿blancas? No me olvido de mis zapatos, parecen sacados de una tienda de segunda mano, específicamente de la zona de liquidación, totalmente sucios y algo rotos. De mi cabello ni hablemos, con este aspecto nadie creería que soy una diseñadora.

—¿Te sientes bien? llamaré a la asistente de este sector—su voz era música para mis oídos. Verme tan absorta observándolo seguro lo preocupó.

¡Despabila Marinette! Se nos va una posible segunda oportunidad.

Venga, je suis cool, je suis cool.

—Ta-Tablet ...mi...perder...

¡Caramba! ¿de qué glaciar me descongelaron? Bon voyage seconde chance.

—¡Ah! Hablas de tu tablet—, afirmó y, estúpidamente asentí con un movimiento exagerado, parecía que mi cabeza tenía un resorte ¡ok detente, no empeores más esto! Detuve el movimiento involuntario y ese atractivo rebelde me sonrió de una forma tan...me derrito—, la tomé y metí en tu mochila, estabas quedándote dormida lucias agotada, no quise interrumpir tu descanso, siento haberte preocupado—¡envuélvanlo para regalo!

Mi cerebro ignoró mis hormonas y conecto con mi conciencia ¿mi mochila dijo? ¿Dónde está? Repetí la misma búsqueda del principio.

—Descuida—, él se puso de pie... ¡qué alto! a ver, el tamaño de sus zapatos—la puse en el portaequipaje para mayor seguridad—, sus palabras me sacaron de mis lujuriosos pensamientos, cuando el saco mi mochila de la paquetera la extendió frente a mí, la tomé de inmediato.

—Tienes algo en tu...—, con su índice me señalo mi hombro izquierdo, el cual revisé ¡Mi camisa estaba húmeda! ¡con mi saliva!

¡Por qué dormía como ogro y no cómo una princesa!

Mis mejillas ardían, mostrando un tono carmín, producto de la vergüenza. Si mi hombro estaba así, mi barbilla seguramente tenía un rastro de saliva seca.

Hola, soy yo de nuevo, por favor haz que se distraiga.

—Pasajeros del Star Train hemos llegado al final de este viaje, sean todos Bienvenidos a París, por favor tomen su equipaje...

Mi oración fue escuchada «que buen servicio» y fui salvada por la operadora, pues el apuesto mancebo al lado mío desvió su enfoque hacia el pasillo. Instante que aproveche para limpiar la baba seca de mi barbilla.

Mientras pasaba sobre mi piel, la toallita húmeda que saqué de mi mochila, observé que el azabache de mechas turquesa seguía abstraído viendo hacia el mismo lugar. Los cabellos que cubrían su nuca se movieron cuando él se inclinó un poco, dejando al descubierto el tatuaje de una serpiente enroscada en una rosa.

Je meurs! ¡muero!

¡Habla con él, consigue su número!

Le hice caso a mi subconsciente, nada más casual que iniciar una conversación para discretamente pedir su número.

—Di-di-disculpa—, él se giró sobre su asiento y enfocó sus celestes en mí.

Marinette exe. Dejó de funcionar.

—Dime—su tono apacible me desconcentró.

¡Gobiérnate mujer!

—Mu-mu-muchas—¿soy una especie de vaca con retraso? —grecias, p-por guardar...mi Tablet.

Soy una vergüenza.

—Un placer ayudarte...—me ojeo con algo de duda, supuse que quería saber mi nombre.

—Ma-ma-ma—¡Marinette! —, grité al sentirme frustrada por mi estúpido tartamudeo. Avergonzándome al momento que la gente que salía por el pasillo me veía como a un bicho raro.

—Yo soy Luka, un gusto conocerte Mamama Marinette—, dejó escapar una risita, cubriendo sus labios con su mano izquierda, dejándome ver sus uñas pintadas de negro.

¡Necesitaba su teléfono a las ya! Mi Doctor me recomendó un rebelde para controlar mi caos.

—¿Te ofendí? Lo siento—, torpe Marinette, tus facciones curiosas lo han confundido—, no soy muy bueno socializando—me confesó, inclinando su rostro hacia un lado, mi corazón se conmovió.

Justo en ese momento un buen grupo de personas paso, el levantó su rostro de inmediato para ver de nuevo hacia el pasillo; parecía que alguien de ese grupo le había tocado la espalda. Sacudí mi cabeza, era ahora o nunca de conseguir su número y dejar una buena impresión.

—No, tú no me has ofendido en lo absoluto—, el regresó su vista a mí, su semblante se notaba tenso, pero luego cambio sus facciones a unas más despreocupadas—, tengo muchas cosas en mente, es todo...—, abrí mi mochila, rebusqué dentro de ella para encontrar mi teléfono. Justo cuando lo localice, una llamada entrante se mostró en la pantalla. ¡Condenada suerte la mía! —. Perdón, debo contestar, es una amiga...

Luka me indicó con ademanes que no debía preocuparme y del mismo modo se despedía de mí, lo cual me entristeció. Parecía que él llevaba algo de prisa por alcanzar a alguien en particular, pues saco su maleta del compartimiento y se encaminó a dar alcance al grupo de personas que salía del Tren. Luego disminuyó su paso, cómo si a la vez estuviera evitando a esa misteriosa persona.

Contesté por inercia el teléfono justo al ultimo tono, mientras buscaba dentro de la mochila los manos libres, para después sacar mi equipaje.

—¿Holo? —, me puse los manos libres y bajé mis dos maletas rosas con puntos blancos del compartimiento de arriba.

—¿Mini bug? ¿por qué contestas de esa forma?

—Lo siento Alix, estaba distraída evitando que mis maletas me cayeran encima—, me justifique, Alix era muy desconfiada gracias a su pasión por los programas de investigaciones y conspiraciones, si le decía que estaba nerviosa por un chico, me daría la típica charla «Mini bug, un desconocido es un psicopata o sociópata en potencia»

Aunque me da un poco de curiosidad, ¿a quién seguía y evitaba Luka?

—Y será...que tu "distracción" es por un chico—, ¡bruja! —Mini bug ¿Qué te he dicho de fijarte en chicos extraños? —, tenía que improvisar algo creible.

—¿Un chico? ¿Qué chico puff?—, bufe, tratando de borrar todo rastro de pistas que me pudieran delatar—A-además, te he dicho que no me sigas diciendo "Mini bug", eso paso hace mucho.

Traté de desviar el tema, he de admitir que lo que me hacía sentir mal, era el hecho de estar inspirado en mi desaparecida marca "Ladybug"

—Haré como que te creo, porque mientes fatal amiga—, se rio del otro lado del móvil—, me alegra que te fijes en otros chicos, pero siempre recuerda las medidas de seguridad.

—No pasé casi toda mi infancia y adolescencia, entrenando con el maestro Fu en valde, así que por defensa no te preocupes, está chica es un arma andante—, me mordí el labio ante lo último, cuando unas personas que salían del tren me vieron raro al escucharme decir esas palabras.

—Ok, ok, en cuanto a lo del sobrenombre, tu siempre serás para mí, Mini bug—, sonreí ante su respuesta, saliendo por fin del tren y encontrándome con una transcurrida estación.

Sali de mi asombro cuando del otro lado del móvil, escuché una alarma de un auto en retroceso.

—¿Estás conduciendo y hablando al mismo tiempo?

—¿No? —, un breve silencio y nuevamente la alarma de retroceso se escuchó—¡Maldición!

—Alix, qué te he dicho de conducir y usar el teléfono—, le reprendí. Al tiempo que salí de la estación y un cálido sol de final de verano me recibía. París se mostraba frente a mí, con un cielo despejado y un futuro prometedor, lejos del sombrío y nublado Londres.

—Lo siento, lo siento, Mini bug; ya casi estoy llegando a la estación, te llamé porque tuve un contratiempo de camino acá, debía dejar todo en orden en la oficina; oficialmente comienzan mis vacaciones anuales y ese lugar es un caos sin mi presencia—, se aduló y yo reí en respuesta.

—Dejando de lado tu modestia, sabes que te hubiera esperado igual en la estación o en un café cercano a ella, lo importante es que conduzcas prudente.

—Hablas como mi padre Mini bug, tienes tan solo 22 años y ya me estás dando consejos sobre seguridad vial—, se burló de mí, no podía enfadarme con Alix, algo que agradecía de ella era su sinceridad y apoyo. Sin su ayuda yo no me hubiera decidido a mudarme, con todo el peso que implicaba superar la etapa de mi "año oscuro" nombre que designe a ese particular momento de mi vida—. Su carruaje ha llegado ¿Dónde estás? —pregunto emocionada mi amiga.

—Estoy fuera de la estación, chica temeraria.

—¡Oye! He llegado entera al lugar...¡te veo!—, el insistente sonido de un claxon llamó mi atención, mirando a mi derecha y encontrando a lo lejos a una sonriente Alix, dando saltitos y alzando sus manos, junto a su Acura ILX 2019 de color vino.

Arrastré mis maletas con rodos, estaba emocionada de ver una cara conocida en esa inmensa y pintoresca ciudad. Cuando llegué a donde ella estaba, solté mis maletas y la abracé, Alix correspondió a mi abrazó.

— Bienvenue! ¡Me alegra que estés aquí Marinette! —dijo Alix conmovida por nuestro reencuentro.

—Todo gracias a ti Cherry Hair—, la llamé por el particular sobrenombre con el cual la bauticé por el color de su cabello cuando la conocí. Le debía tanto a la mujer frente a mí; la única que se dio cuenta de mi depresión por más que traté de ocultarla, con el fin de no perjudicar a nadie con mis problemas.

—Déjame acomodarte esas greñas que traes—, saco un peine de dientes anchos de su cartera y con cuidado peino mi cabello, que parecía un nido de pájaros—, ahora si—, miró a un lado y al otro de mi cabeza, como si estuviera buscando el ángulo para una fotografía—¡Me encanta lo que hiciste con tu cabello! —, me hizo la pelota, sonreí y rodé mis azules.

—Gracias por arreglar mi explosión de cabello y también por las lisonjas. Lo corté, como parte de mi nueva etapa—, a decir verdad, no podía seguir costeando el mantenimiento de mi anterior, larga y sedosa cabellera por ello lo recorté hasta la mitad de mi espalda. Cada centavo en mi cuenta de ahorros era valioso, no debía malgastarlo en trivialidades estando desempleada—, mírate nada más—, era tiempo de devolver el cumplido a mi amiga—el look que traes es de infarto.

Cherry Hair traía puesta una chaqueta de cuero negro corta, bajo esta una camiseta con estampado de rosas color vino y unos shorts negros con las orillas desgastadas, sus piernas descubiertas, dejaban ver su tatuaje de reloj con números romanos sobre su pierna derecha. Sus pies estaban cubiertos por unos botines negros de tacón bajo; decorados con unos remaches de metal.

—¿Estás fachas? —se señaló a si misma con falsa modestia, que no la hacia ver arrogante todo lo contrario, Alix era una mujer muy segura—, deja de adularme o se me va a subir el ego—, me tomó de los hombros y sus celestes se enfocaron en mis azules—, lo importante ahora, es que aquí estarás mejor, te lo prometo.

—Gracias Cherry Hair.

—Mini bug, necesitabas cambiar la forma en la que vez las cosas, por de pronto metamos tu equipaje al baúl—, presionó un botón de su llavero y el compartimiento se abrió y entre las dos metimos las valijas. Me quedé con la mochila, tenía que llamar a mis padres y avisarles que ya estaba en París, antes que comenzaran con la grabación de su programa de cocina.

Mientras ingresaba al auto y tomaba asiento en el lado del copiloto, abrace la mochila, agradecida con el rebelde de mechas, que cuido de mis cosas, sin duda había personas muy amables en París. Mi comienzo en esta ciudad era positivo, debí mudarme hace mucho tiempo.

Alix subió después y luego de unas cuantas maniobras se incorporó al trafico normal, tratando de evitar las calles congestionadas, pues la casa de mis padres estaba cerca de Notre Dame, que, aunque aún estaba en reparación por el reciente incendio, sus alrededores siempre se encontraban llenos de autos y turistas, que curiosos llegaban a tomar fotos.

Aproveché de llamar a mis padres, que emocionados me llenaron de palabras de ánimo y me prometieron que se tomarían un tiempo para venir a visitarme, lo cual me emociono de sobremanera. Si o sí, debía encontrar un trabajo para que ellos se sintieran orgullosos de mí.

Y no sospecharan que los rumores de Chloe sepultaron mi carrera en Londres.

Aquel pensamiento fue una leve punzada en mi corazón, lo ignoré iniciando una conversación con Alix, preguntando sobre los sitios que veía en el trayecto. Agradecí cuando me mostró a lo lejos la casa que fue de mis padres y ahora sería mi hogar. No recordaba mucho de ella, pues desde que nos mudamos a Londres nunca regresamos a París. Todo a mi alrededor era nuevo.

Una vez frente al lugar, Alix parqueo el auto, nos desabrochamos los cinturones y salimos. Cherry Hair lanzó un largo silbido con sus manos sobre su cintura, mientras yo me lleve las mías a la boca, por el estupor que me provocó, ver el estado en el que la casa se encontraba por fuera.

—¿Segura que tu abuela la cuidaba? —, Alix rodeaba el frente del edificio, dando unos pequeños golpes con el pie a los candados oxidados y cubiertos por hojas secas; que sujetaban las cortinas de metal.

—Eso me decía en las videollamas—, por suerte la casa al parecer no había sido vandalizada ni usurpada...al menos por fuera daba ese aspecto.

La casa originalmente estaba al cuidado de mi abuelo Rolland, pero cuando falleció, mi abuela se hizo cargo de la responsabilidad de cuidar el legado familiar.

—No te ofendas, pero viendo el estado de la propiedad, dudo que se pasará por aquí.

—Siempre que viajaba cerca de Francia, pasaba a echar un vistazo. Vamos a la parte de atrás, ahí esta el acceso a la casa—, ambas estábamos abrumadas por lo que implicaría limpiar todo el lugar y, rogando a todos los dioses no encontrar a un loco viviendo dentro.

—Toma, te prestó esto—me paso un aerosol de gas pimienta, el cual tome sin dudarlo— y yo llevaré esta—, sacó una pistola de choque eléctrico.

Era un tanto exagerado, parecíamos Scotland Yard haciendo un allanamiento de morada.

Con cuidado introduje las llaves que mis padres me habían entregado, giré la perilla y está se abrió, empujé la puerta con cuidado, poniendo al frente el aerosol de pimienta para presionarlo al menor movimiento.

Todo estaba oscuro, mis ojos no distinguían más que ¿partículas de polvo? Entre penumbras busqué el interruptor, al encontrarlo lo encendí, iluminando la estancia de inmediato; algunos muebles estaban cubiertos por unas sabanas blancas, con algo de polvo encima.

—Hay un hotel aquí cerca, puedes quedarte ahí de mientras se hace una limpieza a este lugar—, me giré a ver a mi amiga, que pasaba un dedo sobre el pasamanos de la escalera; para luego limpiar el mismo sobre su camisa—este lugar está muy sucio.

—Debo esperar a la mudanza mañana temprano, lo mejor es quedarme—, respondí, revisando la parte donde antes estaba la panadería y que ahora solo era un simple cuarto—, una sacudida de plumero en ciertos lugares y será totalmente habitable, al menos para pasar la noche.

Alix iba a responderme, pero su celular timbró. Ella lo sacó de su bolsillo trasero, mientras yo caminaba hacia las escaleras que daban a la sala de la casa.

—Lo siento debo contestar—, su rostro lucio molesto, no espero a mi respuesta y salió por la puerta.

Presa de la curiosidad de revisar la casa, seguí con el tour hacia la segunda planta, sin guardar mi aerosol de pimienta. Grande fue mi sorpresa, que esa área estaba menos descuidad que la de abajo.

Muy astuta abuela, limpiabas únicamente donde permanencias.

Unos tacones subiendo las escaleras me sacaron de mi criticas mentales; rápido me moví a ayudar a Cherry Hair que venía subiendo con mis dos maletas.

—Debiste avisarme para ayudarte—, le reclame, tomando una de las maletas.

— Lo siento... ¡Wow! acá se ve más limpio—dio una vista rápida al lugar—me quedo tranquila con eso, por favor no vayas a limpiar otra cosa, con tanta suciedad puedes enfermarte.

—Ahora tu suenas como mi padre.

—Usas mis propios hechizos contra mí, astuta ojiazul—, sonreí victoriosa—Bueno, siento dejarte, pero me surgió un problema—, se notaba algo irritada, pero no quise preguntar, sea lo que sea, ya me contaría después.

—Ve con cuidado, yo estaré bien, subiré las maletas a mi antiguo cuarto.

—De acuerdo, me voy; no le abras a nadie, pondré el pestillo de la chapa al salir—, texteaba en su celular mientras me daba las indicaciones de mamá gallina—, más tarde enviaré un delivery con almuerzo y cena—, iba refutar esa ultima parte, pero ella bajo las gradas de dos en dos y solo escuché que cerró la puerta.

Debía ser algo serio si salió como alma que lleva el diablo, miré a mi alrededor; sentí el vacío de estar sola en ese caserón. Y algo que odiaba, era estar conmigo misma.

Tomé una de las maletas para llevarla dentro, en ambas había empacado lo necesario, artículos de aseo, ropa y un par de zapatos, el resto venia en las cajas con la mudanza. La soledad y el silencio me provocaban ansiedad, empecé a tararear una canción al azar, el vacío no se iba, mi pecho comenzaba a doler, el aire a faltar.

Me detuve a mitad de las escaleras, hace unos minutos estaba feliz, ¿por qué no podía mantener esa sensación?

Por que sabes que es efímera, como todo lo que te propones.

Debía ignorar esos pensamientos negativos, pero huir no era la solución, al menos no ahora, así que, con eso en mente, decidí tener esa charla confrontativa conmigo misma, un consejo que me dio la psicóloga que me atendió en el centro de rehabilitación para personas con trastornos mentales. Por primera vez iba hacer uso de ella.

—La vida aquí será diferente.

¿Quién lo asegura? —lejos de asustarme, me animé a continuar, al igual que seguí subiendo las escaleras.

—Todo es nuevo, nadie me conoce, podré comenzar de cero, estoy optimista con la idea.

Cierto, olvidaba que la gente aquí, vive en la prehistoria y desconoce de las redes sociales.

—Deja de ser irónica.

¿Por qué Marinette? —ok, esto se estaba volviendo un tanto agresivo—te molesta que te diga la verdad, tus errores te siguen a donde vayas, son como demonios que poseen tu cuerpo, jamás se irán.

—¡Eso no es verdad!

¿No lo es? Entonces, porque sigues haciendo lo mismo, esperando resultados diferentes.

—No...

El chico del tren, por ejemplo.

—¿Qué con él? Fue amable conmigo, a pesar de ser una extraña.

Él también era así contigo.

—No, él no...—, mi ex no era para nada cómo él.

Amable al principio, pero cuando el fracaso tocó a tu puerta ni se acordó de ti.

—¡CALLATE!

Abrí la escotilla de mi antiguo cuarto, avente la maleta al piso, el dolor en el pecho era insoportable, sentía que me estaba ahogando, que las paredes se cerraban y me aprisionaban.

Subí las escaleras de mi litera con dificultad, mi cuerpo temblaba, necesitaba con urgencia respirar, subí sobre mi cama y abrí la ventana sobre esta y como pude, de un impulso estaba en la terraza, la cual tenía varios tiestos rotos con plantas muertas, un panorama nada positivo.

Las imágenes de mi pasado vinieron a mi mente, no podía detenerlas, aunque intentará pensar en otra cosa.

Fue mala idea mudarte, admítelo.

Mi mente me obligaba a seguir debatiendo.

—No, no lo es

Sabes cuál es la verdadera solución.

—Por favor, detente—, supliqué, mi mandíbula temblaba, la —sensación de vació me sobrecogió.

Evítales la carga de lidiar contigo ¡Todos serian felices, sin Dupain Cheng en sus vidas!

Colapse, sabia a lo que se refería con su última sugerencia; mis lágrimas brotaron, toda yo era un desastre ¿acaso no tenía derecho a ser feliz? Algún día disfrutaría de un momento sin sentir que no era digna de esa felicidad.

Mi dolor, mi pavor; mi vida; se resumía en dos palabras: ansiedad y depresión. Que gobiernan mi vida, desde que tiré la toalla, cuando perdí todo y admití mi derrota ante los rumores de Chloe, permitiendo que la mentira fuera más creíble que la verdad.

Mi mente reprodujo como si fuera una película, todo ese amargo capitulo, que provocó mi caída. El mundo desapareció a mi alrededor y en su lugar solo dejó a una chica débil, temblando y llorando en la soledad de su azotea.

No tuve noción del tiempo. El delivery casi deja su dedo en el timbre, pero se rindió al no obtener una respuesta.

Esperé que Alix llamará para reprenderme, que debía recibir la comida, pero nada, aquellas palabras resonaron en mi cabeza nuevamente.

Todos serian felices, sin Dupain Cheng en sus vidas...

Notes:

Hola, mis invocadores e invocadoras con ustedes, el primer capitulo de El Hada de las Costuras. ¿Qué les ha pareció?

Agradezco comentarios, además de las recomendaciones que ustedes hagan de este fic en otras paginas del fandom. Tienen un lugar en mi corazoncito.

Sin más que agregar, me despido de ustedes, nos leemos luego.

Chapter 3: Dolor

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

El sol sale para todos, pero eso no es garantía de un día perfecto.

—¿Marinette es en serio? —una madura azabache de ojos azules y cabellera tan larga que pasaba de sus posaderas, cuestionaba mi comportamiento— ¿Cómo que te olvidaste de la mudanza? Alix me llamó desesperada, preguntando si necesitaba una orden de allanamiento para que Markov entrará por tu ventana.

Alix casi escupió el café que estaba bebiendo en ese momento, al evitar soltar una carcajada. Rodee los ojos en respuesta.

—¡Nos hubieras visto Bridgette! Max, Marcov, la mudanza y el equipo de limpieza que habíamos contratado. Tocando la puerta desesperados—, vi en la pantalla a Brid reír, sus manos sujetaban su estómago—Mientras nuestra querida amiga...—la pelirroja hizo una pausa dramática—estaba de lo más relajada tomando un tranquilo baño en su tina ¿puedes créelo Brid?—Cherry Hair hizo ademanes fancy junto a un burlón tono elegante.

—¡Ya dejen de hacer leña del árbol caído! Estaba cansada por el viaje y me quedé dormida en la tina—, mentí; no iba exteriorizar que luego de llorar por mi ataque de ansiedad, bajé a las tres de la mañana, preparé unas bolsitas de té para ponerme sobre mis hinchados ojos y, así desaparecer las bolsas bajo estos. Me metí a la tina presa del agotamiento emocional, me quede dormida—, además Alix no me avisó que traería todo un ejército de limpiadores—Cherry Hair no volvió a llamar, luego de salir disparada de mi casa ¿A dónde habrá ido?

—Primero que nada—levantó el índice. Me cruce de brazos y Brid le dio una mordida a su sándwich—mi teléfono se descargó, y estaba tan agotada que me quede en casa de Max, segundo; traje un equipo de limpieza conmigo, por qué estas bebés—sopló su perfecta manicura— iban a dañarse por jalar muebles y sacudir polvo.

¿En serio?

Iba rebatir su excusa, pero Bridgette habló antes.

—No encuentro fallas en su lógica—, Cherry Hair simuló chocar el puño con la azabache, que correspondió a su gesto en la videollamada.

Dios las hace y ellas se juntan.

—Que vois-je? ¿Qué es lo que veo? —, ambas me vieron, crucé mis piernas en mi asiento. Puse cara de inocente—, estas muy relajada el día de hoy Bridgette—la ojiazul, trago grueso. Las haré caer dueto de burlonas—Acaso, Félix "el grosero Graham" no está en casa—, lo último sonó más a una afirmación que una pregunta.

—Es verdad—, me secundo Alix— siempre interrumpe nuestras videollamadas y nos mira como si fuéramos el peor ejemplo para su invaluable esposa.

¡Bingo! divide y conquistaras, al menos ya no seré el centro de sus burlas. Se todas tus debilidades Bridgette Wang de Graham de Vanily... ¡Madre mía! pensar su nombre completo es cansino.

Conozco a Bridgette desde que mi familia y yo nos mudamos a Londres. Fue nuestra vecina por años, su familia era numerosa pues vivía con: su hermano mellizo, sus padres y sus abuelos maternos. Su abuelo fue mi maestro de Kung fu, en la academia que administraba en los gimnasios del edificio. Su hermano mayor es mi psiquiatra de cabecera, Brid no lo sabe, le pedí a él que no le dijera nada «No pienso involucrar más personas a este padecimiento». Con frecuencia, la gente del edificio decía que éramos primas, por el particular parecido. Brid es mayor que mí, por 6 años. Actualmente tiene 28 años y con el paso del tiempo nuestros parecidos dejaron de ser evidentes.

—Para su información—, posó su mano sobre su pecho, remarcó su acento británico—estoy en calidad de "soltera temporal" mi Félix—, hizo énfasis en "mí" «ok no capto la idea, esta soltera, pero nos remarca que el sociópata ese, es suyo»—. Se fue de viaje en compañía de nuestro hijo Lowell...

—¡Aaaaaah! —la interrumpimos ni bien termino de pronunciar el nombre de su hijo. Estábamos eufóricas al escuchar sobre nuestro Idol.

—¡Lowell! ¡Bebé precioso! ¡Bridgette egoísta, hace cuanto que no me pasas fotos del ángel inglés! —Me levanté dando saltitos en mi lugar.

—¡Necesitamos material para nuestro club de fans de Lowell!—exigió Cherry Hair, agitando sus manos a los lados de su rostro.

—¡Se pueden calmar! —La sensual azabache se cruzó de brazos, con el ceño fruncido.

—Nous sommes calmes, estamos calmadas—, respondimos al unisonó y ella nos observó con sus celestes, que por el brillo de la ventana al lado de su habitación se veían grises.

—Más les vale—nos advirtió—, siempre que menciono a mi hijo Lowell—, volvimos a gritar, esta vez para molestarla.

—No vas a negar que tu hijo es un caramelo andante, enloquecedor de tías—, nos justifique. Bridgette rio mientras negaba con su cabeza ante mi comentario.

Aclarando, no somos unas acosa críos. Lowell «gritos internos», es en nuestro círculo familiar y de amigos, el único niño. Se ganó a pulso ser el consentido.

Lowell Félix Dietrich Graham de Vanily Wang... su nombre tan largo, tiene un significado para la dinastía de su padre.

Se interpreta de esta forma: "Lobezno que se considera afortunado y jefe poderoso". Lowell es un niño de 8 años muy listo y gentil; tiene su cabello rubio «un poco más oscuro que el de su padre» siempre peina su flequillo a un lado y el resto de su cabellera, la lleva desordenada.

Sus ojos verdes claro a contraluz se ven grises. Tiene una mirada afilada «por los rasgos asiáticos de su madre», es delgado y muy alto para su edad, parece que tuviera doce años «ahora que lo pienso, eso explica porque ya no me abrazaba; su rostro llegaba a la altura de mis pechos» Habla varios idiomas y cuando se enoja responde en latín. Cada cumpleaños le regalo una colección que, diseño con mucho cariño.

Bridgette se molesta mucho por un obsequió como ese, así que, en compensación, consiguió que fuera la vestuarista oficial del club de teatro del prestigioso Colegio al que Lowell asiste. Entrego mi trabajo bajo un seudónimo, haciendo creer que el misterio de mi verdadera identidad es cuestión de marketing.

—Bien—nos examinó con sus celestes. Alix en respuesta, hizo un ademán de cerrar sus labios con un zipper, imité su gesto—prosiguiendo, él y su padre, están de viaje por Alemania, en compañía de mi querida suegra Amelie; yo estoy de vacaciones anuales, pero decidí quedarme porque...— sus dedos índices hicieron un redoble de tambores sobre su mesa—¡La próxima semana me tendrán en París! ¡Voy a pasar una semana con ustedes!

Las tres gritamos «pobres oídos de mis vecinos» ¡Este día se estaba pintando de maravilla! hacía mucho que no nos reuníamos con Bridgette a solas, su apretada agenda de abogada la mantenía muy ocupada.

—Estaremos felices de recibirte, la casa de Marinette tiene cuartos extra—; asentí, tendríamos pijamadas, hablaríamos como en los viejos tiempos, estaba inmensamente feliz.

—Gracias a los dos días intensos de mudanza y limpieza, patrocinados por Cherry Hair—señalé a Alix con ambas manos. La pelirroja hizo una reverencia—, mi casa está lista para recibirte, no sabes la emoción que nos da poder tenerte una semana con nosotras Bridgette.

—Chicas me harán llorar de la emoción—, Brid formó un puchero con sus labios, limpiando sus lagrimales con el dorso de sus dedos—quería decirles esa noticia antes de despedirme, debo colgar pues tengo muchos pendientes que dejar resueltos antes de partir. Por cierto, Mari, te informó que aprovecharé el viaje para recoger el vestuario del grupo de teatro, junto al traje de astronauta de mi hijo. Depositaré el dinero en tu cuenta.

—Claro Brid, me falta añadir los accesorios que la mamá de Max va a conseguir y te confirmaré cuando reciba la transacción, gracias.

—Cierto—habló Cherry Hair—, olvidé traerlos, pero descuiden ya mismo iré a verla y se los entregaré a Mini bug.

—Gracias, son un amor chicas, seguimos en contacto—, Brid abrió y cerró las palmas de su mano para despedirse.

—D'accord, á plus tard! ¡De acuerdo, hasta luego! —, respondimos al unisonó, Alix y yo; finalizando la llamada.

—Debo actualizar mi portafolio—, suspiré resignada— y trabajar en los nuevos diseños para la colección primavera-verano de Lowel— Alix y yo suspiramos al imaginarnos a nuestro pequeño y elegante idol, vistiendo lo último en moda.

—Bueno, entonces me marchó, no quiero cortarte la inspiración para las prendas del pequeño príncipe—, se puso de pie alisando su suéter celeste con el bordado de un enorme reloj antiguo, que yo le diseñe el año pasado—, regresó más tarde, tal vez, podamos salir un rato a caminar, hace un perfecto día soleado—propuso.

—¿Pensé que te quedarías en casa de Max? —le cuestioné, al tiempo que miraba por la ventana el cielo despejado.

—Y arriesgarme a que te quedes dormida de nuevo, no gracias jovencita—, negó agitando sus manos delante de mí—, de suerte Markov es un robot, y pudo ingresar por una de las pequeñas ventanas, de lo contrario los bomberos hubieran tumbado la puerta. Así que hasta que vea que puedes cuidar de ti misma sin problema, me quedaré de arrimada en esta casa—sentenció.

Desde el incidente; Cherry Hair se puso un tanto "teatral". Me preocupaba que esta situación interfiriera en la relación de pareja que ella tiene con Max, pues viven juntos...

Eres consciente que puedes destruir la relacione de tu amiga, ¿sigue siendo una buena idea haberte mudado a París?

—Voy a cuidarme te lo prometo—, no quería dejar a mi subconsciente invadir mi mente; de nuevo.

—Tengo que traerte los accesorios que hacen falta.

—Puede ser mañana, pegarlos es cosa de minutos.

—No tengo problema con traerlos hoy; además quiero presentarte a un amigo—guarde silencio, lo menos deseaba era socializar con extraños por alguna razón, me sentía expuesta. El tipo seguro esperaba encontrarse a una hermosa y elegante londinense recién llegada. En cambio, solo vería a una...

Diseñadora fracasada y mal vestida.

—Ok—, logré articular ocultando mi desanimó, mientras Alix seguía hablando del mengano ese, pero no preste atención.

—Me disculpe con él, porque no recibiste la comida del otro día. Te va a agradar, es callado al principio, pero da unos tremendos consejos...aunque no suele aplicarlos en su vida—, susurró lo último, rodando sus celestes. Fingí no haberla escuchado.

—Veré a tu amigo, si prometes que pasaras algunas noches en casa de Max.

Ella guardó silencio por unos segundos.

—Cuando tu no bajaste—se acercó hasta mí elevando su rostro, por nuestra diferencia de estatura, yo era unos 10 centímetros más alta que ella—me recordó la razón por la que, te ingresaron al centro de rehabilitación que administra el Dr. Wang y me preocupe.

¿El intento de suicidio? ¡Reprime ese recuerdo!

Desvié mi rostro hacia otro lado, conteniendo las emociones que experimenté ese día. A ojos de Alix, parecía que estaba avergonzada, pero en mi interior me arrepentía de haber fallado en mi cometido. Aborrecía esa sensación de autocompasión.

—Podemos evitar el tema, por favor.

—De acuerdo—lanzó un pesado suspiro— ¿te parece si mañana organizamos tu primer recorrido? Aprovechamos y visitamos unos cuantos prospectos de trabajo, Markov organizó muy bien las rutas cercanas a tu casa.

—Me parece perfecto—respondí con una sonrisa amable, aunque por dentro las inseguridades querían emerger, necesitaba distraerme en algo o tendría otra recaída como la del primer día.

—Entonces ponte linda, más tarde regresó con mi amigo, me ayudará a traer lo que hace falta de la despensa— me informó, tomando sus llaves de mi escritorio—ahora que sabemos que Brid vendrá de visita, tenemos que surtir nuestras provisiones.

—Puedo ayudarte con una parte de los gatos—busqué mi monedero rosa de puntos blancos.

—Tú, señorita—me apuntó con el índice—, prepárate, te repito, mi amigo tiene esa apariencia que tanto te gusta de los chicos, te aseguró que te olvidarás de la existencia de tu ex en un dos por tres—aseguró.

Me niego a olvidarlo, él regresará por mi ¿verdad?

—Nos vemos—, sin darme tiempo a nada, Cherry Hair abrió la trampilla de mi habitación y se marchó.

Agarré mi laptop y mi Tablet; las situé frente a la ventana con forma de arco de medio punto, la cual abrí de par en par, necesitaba aire fresco para serenar ese cumulo de emociones negativas.

Estaba evitando ingerir mis benzodiacepinas, al menos en París, trataría de ser una persona normal, evitando el consumo de este medicamento ¿No puede ser tan perjudicial? Después de todo, son solo calmantes.

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Dispuse de la tarde para terminar mis pendientes, imprimí las copias y las anexe a mis portafolios; estaba empastando el ultimo. Había bajado a la habitación donde antes estaban las cosas de la antigua panadería y ahora, estaba llena con mis cosas de costura: máquinas de coser, maniquís, rollos de tela, mesas para cortar, era mi pequeño atelier dentro de la casa.

Me levanté de mi asiento para desperezar mis músculos, frente a mi estaba un espejo de cuerpo completo y examiné mi delgada figura. De la nada recordé al amable chico del Star Train ¿Cómo dijo que se llamaba? Lucían, ¿Puka? Lu... ¿Luka?¡Si! Ese era su nombre, Luka, suspiré.

París era inmenso, encontrarme con él de nuevo sería un milagro, esas fueron las palabras de Max, cuando le pregunté sobre la probabilidad de rencontrarme con alguien que, conocí en el transporte público...bueno esa y un montón de números con grafica de pastel incluida.

La cruda verdad me daba una fuerte bofetada en la cara, volví mi vista al reflejo ¿Cómo me describiría Luka, si me vieran ahora?

—¡Oh! Que ven mis ojos, una chica con rostro de niña, seguro en los cines y discotecas le piden su identificación, más por ese peinado tan infantil que lleva ¿dos coletas? Pasemos a la ropa, seguro es mejor, veamos —extendí mis brazos, para apreciar mejor mi vestimenta—ese sweeter long sleeve ocre, cumple muy bien su función, ocultar su ausencia de curvas en ese cuerpo flacucho, hasta parece chico de lo plana que es...

Me detuve, veía más defectos en mi figura. Hasta mis ojos azules, esos de los que me sentía orgullosa, ahora lucían opacos, con unas ojeras horrorosas.

Podía describir a las personas con lujo de detalles, nombrando correctamente cada pieza de su indumentaria.

Veo cualidades en otros y defectos en mi persona. Vaya ironía.

Me aparté del espejo, siento como esos prejuicios me hacen menos. Detuve la reproducción de mi playlist en mi celular, justo cuando estaba sonando Eye of the tiger.

Una canción no acta para una perdedora cómo yo.

Miré el reloj en la pared, marcaba las 5 de la tarde. Alix y el misterioso amigo suyo seguramente estaban por aparecer. Apague la luz de la habitación, tome mi celular y subí a la cocina, necesitaba mantener mi mente ocupada, no quería sentir ese horrible vacío de nuevo.

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Ya en la cocina, decidí prepararme un bocadillo; me había saltado el almuerzo al sumirme de llenó en actualizar mis pendientes. Abrí la alacena encontrándome con una bella tetera de porcelana blanca y unas enormes flores naranjas.

—Alya—, susurré, recordando cuando ella me obsequió ese juego de té.

[ —A qué no es linda—, Alya adulaba la tetera que yo sacaba de la caja.

—Gracias amiga—le abracé y ella correspondió mi gesto—se verá preciosa en la cocina de nuestro departamento.

—Prométeme que lograrás que tu "peor es nada" dejé de consumir esas bolsitas de té y, por fin lo haga a la manera inglesa.

—Es francés, no puedes pedirle que adapte una costumbre nueva a su estilo de vida.

—Mari, por dios, lleva aquí 6 años.

Ambas reímos.]

Y heme aquí, sin ninguno de los dos a mi lado, sin amiga y sin mi "peor es nada" apodo con el que Alya solía referirse a...él.

Fui a la sala a encender la televisión, así al menos tendría algo de ruido que distrajera mi mente, no quería recordar, no estando sola. Pasé los canales, no buscaba nada especial, así que me detuve en uno; donde mostraban un video clip musical, de una cantante francesa.

—Nada como la música para acostumbrar el oído, a la pronunciación de un nuevo idioma—dejé el control frente a la mesa de la televisión, y me encaminé de nuevo a la cocina a preparar mi aperitivo, la música se detuvo, anunciando un programa de entrevistas a celebridades. Bueno, las conversaciones igual funcionan para aprender.

Saqué el pan de la alacena.

—Bonjour, comment va? Buenos días ¿Cómo están? —escuché a la presentadora y repetí imitando su acento, sacando el jamón de la refrigeradora—hoy en nuestro programa "Conozcamos la vida de una leyenda" tenemos el agrado de presentar a un talentoso joven—, los aplausos y los gritos del publico resonaron en la sala.

—Buenos días, Paris, ¿comment ça va? —, me paralicé al reconocer esa ronca y sensual voz, provocando en mí una taquicardia—gracias por invitarme a su programa, pero siendo sinceros Nadja, aún me falta mucho para ser una leyenda.

Me giré casi en cámara lenta, era él, después de tanto tiempo mi corazón reaccionaba a su voz y el verlo, solo provocaba estragos en mi ser. Estaba vestido con una camisa blanca manga larga ajustada, que llevaba los primeros tres botones desabrochados, con unos ajustados jeans negros y unas botas de cintas, del mismo color que sus jeans.

La imagen de él sobre mí, haciéndome suya mientras mis uñas se clavaban en sus omoplatos vinieron de golpe, mis labios temblorosos formaron una sonrisa «¡Dios! ¿Por qué sigo amándolo?»

—Deja esa falsa modestia «la conductora pronunció su nombre, el cual me negaba a nombrar desde hace mucho» estas arrasando con los géneros de acción, comedia y romance en los cuales has participado—le adulo la mujer de cabello magenta, en respuesta él sonrió, mostrando su perfecta dentadura

Apaga la tv.

Me negué a la petición de mi subconsciente al punto de caminar al frente del aparató, tomé el control remoto y subí el volumen, sin borrar la boba sonrisa en mi rostro.

—Estoy trabajando en algunos proyectos nuevos—, la entrevista seguía su curso, él contestaba con una seguridad innata.

—Has sido nominado a los premios de la academia—, dijo la mujer eufórica; el publicó la secundo con fuertes aplausos y silbidos.

—Es un honor para mí y para mi patria, mi querida Francia, tierra que me vio nacer.

[—Si un día llegó a ser nominado a un premio cinematográfico, prometo que llevaré un traje diseñado por ti—sus ojos con ese peculiar tono me miraban con amor—para que el mundo sepa que, al lado de un gran hombre, se encuentra una increíble mujer]

Sucedió cuando su primer trabajo fue aceptado por un director de cine. Teníamos dos años de novios.

—Tus fans están muy orgullosos por ese logró, has sobresalido en la industria cinematográfica americana; felicidades—, más aplausos y él agradeció con un sonrojo que mostraba su vergüenza—pero vamos más allá, has mantenido a tu pareja bien escondida.

Sentí una bradicardia el sudor frio descendió por mi frente ¿una pareja? ¿Soy yo?

— Bueno, no está oculta, es solo que cuido mucho de esa personita especial, ha estado conmigo en mis momentos más duros y en las victorias por igual...

Con cada palabra, mi fantasía de regresar con él era más real. Definitivamente era yo.

¡Apaga eso!

Mi cuerpo no se inmutó, parecía una transeúnte a punto de ser embestida por un camión, con el tiempo suficiente para quitarme de su camino, pero me negaba a evitar el impacto ¿por miedo? ¿por estupidez?

—Nos darás la exclusiva de su nombre ¿verdad? —presionó la presentadora, acorralando y poniendo nervioso a mi apuesto mancebo que, con sus preciosos ojos buscaba apoyo en alguien que, al parecer, estaba detrás de cámara—¡Bob! autoriza a tu muchacho—, las cámaras enfocaron al mencionado que sonrió complaciente, alzando su dedo pulgar.

—Di mi nombre y te perdonaré todo...—supliqué, apretando mi mano contra mi pecho, tratando de frenar los latidos de mi ansioso corazón—...Tú eres mi puerto seguro, necesito estar contigo—, susurré, sentí mis mejillas adoloridas de tanto sonreír.

—Ok, ok, mi mánager me ha dado carta blanca para esta primicia ¡Aplausos para Bob! —alentó al público, que eufóricos hicieron lo que les pidió.

Estas a tiempo de esquivar la bala.

—Ha sido mi mano derecha, ha creído en mi trabajo y con el tiempo, nos hemos enamorado, al punto de admitir que mi corazón le pertenece completamente—sus expresiones eran las mismas que hacía cuando, exteriorizaba sus sentimientos hacia mí. Todo había sido un malentendido, él aún me ama tanto como yo a él—sé qué estas fuera de la ciudad que vio nacer nuestro amor.

—¡Soy yo! ¡Soy yo! Estoy fuera de Londres— salte emocionada en mi lugar—¡Te amo, te amo te...! — guarde silencio, sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, mis manos se entumieron y mi corazón dolió, como si fuera a tener un ataque fulminante.

—...Ese es su nombre—, lanzó un beso al aire en dirección a la cámara con ambas manos.

No era mi nombre. No podía dar crédito a lo que había escuchado, me negaba a creerlo, aunque mi cuerpo estaba reaccionando a esa maldita realidad.

Te lo advertí, pero continuaste, él te olvidó, cuatro años a la basura.

La presentadora gritaba junto al público que, felicitaban al hombre que había terminado de destrozar mi corazón y con ello todas las esperanzas.

Mi cuerpo empezó a temblar y sudar. Las risas se escuchaban cada vez más fuertes, como si estuvieran rodeándome, burlándose de lo estúpida que había sido. La voz ¡Su maldita y jodida voz! Alabando e idolatrando a su nueva pareja, como si lo nuestro jamás existió.

—¿Acaso no signifiqué nada para ti? —cuestione al aire, mi mandíbula temblaba, mis labios dejaron escapar un sollozo—, mantuve ese departamento por cerca de un año, porque a través de Bob me pediste un tiempo—hipee—cuando estaba siendo cruelmente atacada, cuando más necesitaba de tu presencia, tu apoyo—mi mano apretó mi pecho, el dolor estaba siendo insoportable, me faltaba el aire y comencé a respirar por la boca, sintiendo un intensó mareo—¡TE ESPERÉ UN JODIDO AÑO!

Caí de rodillas, el pavor me estaba consumiendo, parecía que la vida se me iba de las manos, el desconsuelo era tal que, me doblegó y me hizo apoyar mi frente contra piso.

Había sido un año terrible, atacada, humillada y desesperada, suplicando que alguien me creyera, con la esperanza que él regresara a mi lado.

—Seguiste con tu vida, importándote menos lo que a mí me pasará —hipeé, mis lagrimas brotaron, el sentimiento de vacío se concentró en mi corazón— ignoraste a quien creyó en ti, antes que Bob y todos esos productores, antes que tu nuevo amor...

Unos pasos subían a toda prisa las escaleras.

—¡Mini bug! —, escuché la voz de Cherry Hair, sus brazos me rodearon de inmediato, pero su calor no era capaz de borra la tristeza de mi ser.

No quería que Alix presenciará esta imagen deplorable de mí, no quería preocuparla, quería ponerme de pie, decirle cualquier mentira, pero mi cuerpo no respondía la agonía era insoportable.

—Se que estas sufriendo—su voz era casi un susurró—no te voy a dejar, esto pasará; juntas lo vamos a superar—, me apretó más a ella, pero era demasiado tarde, yo había perdido el control de mi cuerpo, el mareo y las ganas de vomitar eran más fuertes.

—¡¿Necesitas ayuda?! —una segunda voz angustiada se escuchó, me fue imposible reconocerla.

—Pásame el botiquín que está sobre los aéreos de la cocina. ¡deprisa! —la voz de Alix se estaba quebrando.

Mis ojos pesaban, todo se estaba volviendo borroso, pero mis oídos me permitieron escuchar, aquellas palabras de él; que terminaron de sepultar todas mis ilusiones.

—Es la primera persona que amo de verdad.

[— Mi perfecta musa, te amo; por creer en mí, por ser mi fuente de inspiración.]

Los gritos de Alix y su acompañante iban siendo menos audibles, me desvanecí en la oscuridad.

Me hubieras dicho que me querías... fuera de tu vida.

Notes:

Hola mis invocadores e invocadores, espero sus opiniones, me ayudan mucho a mejorar.

Este es uno de los capítulos más tristes que he escrito de este fic. Marinette albergaba la esperanza de rencontrarse con su amor, pero él simplemente paso la pagina.

¿Quién es el ex de Marinette? Lo dije y lo mantengo. A quien adivine, le dedicaré el capitulo donde devele el nombre de él.

Sin más que decir, me despido, agradeciendo sus comentarios y recomendaciones de este fic en otras plataformas y redes del fandom.

Nos leemos pronto.

Chapter 4: Agridulce

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Mis parpados pesaban al igual que todo mi cuerpo; escuché los sonidos del exterior, anunciaban un mundo en movimiento. Mis ánimos me mantenían sumergida en este letargo. Mi mente era un embrollo de recuerdos, dilucidando si eran reales o no. Un sueño o una pesadilla.

Abrí mis pesados parpados, que luchaban contra la luz del sol, ≪probablemente eran las once de la mañana≫ cuando mi visión se hubo acostumbrado, note que estaba en mi cuarto, iba frotar mis zafiros para desperezar mi vista, pero algo en mi mano izquierda me lo impidió. Ladeé mi rostro y miré una intravenosa conectada a mi mano, la cual tenía una bolsa con ¿suero? ¿medicina?

El lento goteo estimulo mis ganas de levantarme e ir al baño ¿hace cuánto estoy así? Moví mis piernas, la reacción era tardía, mi coordinación motriz estaba aletargada por alguna razón.

La escotilla de mi habitación fue abierta, me tenté a preguntar quién era, pero me contuve. Era mejor esperar a que la persona subiera hasta mi litera; escuché sus pasos sobre los escalones. Lo primero que vi, fue el peculiar cabello rojo de Cherry Hair ≪me emocioné que fuera una cara conocida≫ su semblante estaba ¿intranquilo? ¿Por qué?

Seguramente es tu culpa.

Alix levantó la vista, sus celestes se encontraron con mis orbes azules.

—Marinette—susurró—¡Marinette! —, gritó, con una voz entre quebrada y feliz.

—¿Qué...? —no pude decir más, mi garganta ardió.

—Tranquila, iré por agua—Alix bajo las escaleras sin dejar de hablar—, perdiste el conocimiento ayer. Es por eso que tu garganta esta reseca—la escuché mover unas cosas en del escritorio bajo mi cama y, un minuto después regresaba con un vaso lleno del vital líquido, el cual agarre con mi mano izquierda y bebi desesperadamente—Con cuidado o vas a atragantarte.

—Merci beaucoup.

—¿Cómo te sientes?

—Extraña—me sinceré.

—Debe ser la Clonazepam que te inyecto el médico ayer, mi amigo llamó a su Doctor particular.

Eso explica mis síntomas.

—¿Por qué me inyecto? ¿Qué paso?

—Sufriste un ataque de pánico—Cherry Hair agarró el vaso sin agua y analicé su respuesta—, te encontré llorando en el piso, tus brazos apretaban con fuerza tu pecho—, ella guardo silencio unos segundos. Comprendí porque me sentía agotada, luego de cada ataque, mi cuerpo queda hecho polvo—. Te abracé y dije las palabras que el Dr. Wang recomendó para estos casos, pero tú no te calmabas; así que le pedí a mi amigo que me pasará tus benzodiazepinas, luego te desmayaste. Al ver eso, él me dijo que no podíamos suministrarte un medicamento cómo ese estando inconsciente y sin saber la dosis correcta—aclaró. Las imágenes del día anterior venían en desorden a mi mente.

Sujeté mi cabeza por el dolor que estaba sintiendo: Mi ex, la entrevista.

—¿Marinette? ¡dios mío estas pálida! — mi amiga me tomó de los hombros. Hablé entre dientes, soportando la agonía de esos recuerdos.

—¿Fue un sueño? —inquirí, rogando que ella dijera que sí y, que esas imágenes no fueron más que un delirio, provocado por el clonazepam.

—¿Sueño? ¿De qué hablas?

—Ayer...—pronuncié el nombre de mi ex—estaba en una entrevista, mencionó...que había alguien más en su vida ¿Fue un sueño? ¿verdad? —volví a preguntar, mi voz se estaba quebrando—no creo que él iniciará algo sin explicarme el porqué de su silencio ¡Sin encararme!

—Marinette—, me nombró con voz firme, pero mi vista estaba clavada en mis sabanas, conteniendo las lágrimas por la pena—, si eras feliz antes de conocerlo, puedes volver a serlo ahora que... ya no está en tu camino.

Et ce matin j'ignorais, dieu que ma vie commençait sans toi. Está mañana no lo sabía, dios; mi vida comenzó sin ti.

Mis lagrimas abandonaron mis zafiros, con mi mano derecha apreté mis sabanas, Alix me abrazó y yo oculté mi rostro en su cuello, descargando mi angustia sobre su hombro. Lo había perdido para siempre y debía hacerme a la idea. De hecho, lo había perdido hace un año, pero me engañé al suponer que volvería por mí.

El que se va, rara vez tiene la intención de regresar.

Debía olvidarlo, borrar todo rastro de amor por ese hombre; él había pasado la página; yo también debía hacer lo mismo.

J'ai le coeur en quarantaine. Mi corazón está en cuarentena.

— No puedo imaginar lo que estás sintiendo—escuche la voz de mi amiga—pero quiero que sepas que estoy aquí para ti. Sin importar el tiempo que te tome superar esto, te apoyaré.

No respondí, no sabía que decir. La vida se empeñaba en hacerme caer, mientras los que me lastimaban no recibían castigo alguno; el karma no era más que un engaño; la mentira más grande del mundo.

El timbre resonó por toda la casa, Alix se separó de mí, sacó su celular y revisó la cámara del exterior que Max instaló el día de la mudanza y sincronizó con nuestros móviles.

—Es el Dr. que te comenté, le diré que pase para que te retiré el suero y te revise—dijo con voz queda, sujetando mis hombros y buscando tener contacto con mis azules, fallando en el intentó—, así podrás asearte y comer algo, luego saldremos a caminar, te hará bien salir un rato.

Asentí, dejando salir un sollozo. Cherry Hair se levantó y bajo por las escaleras. De seguro le preocupaba mi estado actual. Debía reprimir este sentimiento, para que ella no tuviera más problemas sobre sus hombros.

Y así fue, para cuando el Dr. llegó, le recibí con una cálida sonrisa. El hombre de mediana edad hizo los respectivos chequeos, informándome que había tomado una muestra de mi sangre para evaluarla, dando como resultado anemia, así que me refirió con un especialista en nutrición, en cuanto a mi ataque de pánico, me pidió agendar una cita con mi psiquiatra a la brevedad posible.

No quise mencionarle que Marín...el Dr. Wang estaba de vacaciones por un mes y no había fuerza humana que lo hiciera salir de ellas...menos después de lo que paso la última vez que nos vimos.

Cuando el Dr. se fue convencí a Alix que tenía suficientes medicamentos para mi depresión y ansiedad, podía soportar hasta que Marín estuviera nuevamente disponible; ella no estaba del todo convencida, pero al asegurarle que mi ataque sucedió por lo impactante de la noticia de mi ex, anunciando una nueva relación, ella terminó por creerme.

Mentir se te da muy bien, cuando evitas encarar los problemas.

Ignoré mi voz interior y me limité a ir a ducharme, para luego almorzar en un restaurante cercano junto a mi amiga. Después fuimos a caminar. Aprovechamos el paseo, para dejar algunos de mis portafolios en las medianas tiendas de moda ≪por algo debía empezar≫. Era sorprendente, cómo podía dibujar una sonrisa creíble, con mi corazón desecho.

Los días pasaron, entre llamadas a mis padres, coordinar con Bridgette su visita, terminar de colocar los accesorios para los trajes de teatro, yendo a dejar portafolios al resto de empresas que tenía agendadas. Por muy ocupada que estaba, los sentimientos hacia mi ex seguían tan latentes, al punto de negarme a recibir al famoso amigo de Alix, con el pretexto de estar muy cansada, que lo mejor sería conocerlo en la semana que Brid estuviera de visita. Mi amiga no insistió más con el tema.

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Viernes a la mañana, la semana había iniciado con el pie izquierdo, pero finalizaba con el pie derecho: un atelier emergente: al cual envié mi portafolio por email, solicitó mi presencia para una entrevista, el puesto vacante era para un comprador de textiles. Cherry hair y yo estábamos emocionadas, mi vida empezaba a tener una pequeña luz de esperanza...bueno aún faltaba saber si me contratarían o no, pero al menos me habían tomado en cuanta, luego de los 20 portafolios que deje en distintas empresas, las cuales nunca me llamaron.

Sería mi primera vez recorriendo sola las calles de Paris. Pues Alix tenía que ir a su trabajo a resolver unos pendientes. Cabe destacar que, me hizo recitar las rutas de tren que debía abordar, para llegar a mi destino. Así como las calles y avenidas cercanas al local. No era para menos su exageración, el lugar de la cita quedaba del otro lado de la ciudad, cerca del río Sena.

Una vez todo listo partí hacia la estación del tren, ataviada en un jumper holgado de color gris que me llegaba dos dedos arrima de mis rodillas, una camisa blanca manga larga bajo el vestido, medias blancas y unos vans monocromáticos, mi cabello iba suelto y sobre él un sombrero fedora en color negro; un atuendo relajado pero chic para este otoño. En mi bolso llevaba algunas herramientas de costura, por si se presentaba la oportunidad, de mostrar mis conocimientos en la confección de una prenda y un portafolio, para dejarlo en alguna tienda cercana al lugar, en caso de no ser aceptada.

Mi desamor era una constante, pero evitaba centrarme en el tema, no conocía otra forma para enfrentar la situación, que evadirla. Solo esperaba que el tiempo me hiciera olvidar.

Llegué a la estación, verifiqué en mi Tablet el tren que debía abordar. Debo agradecer a Markov por la guía tan bien detallada, sin ella, sería una boba extranjera, abordando trenes y autobuses a lo bruto. Subí al tren y me senté al lado de la ventana, pensaba distraerme con el paisaje, pero no contaba con que el concreto de los túneles sería mi única distracción...una que no sirvió de mucho; la melancolía que producía ese panorama gris trajo a mi mente, aquella última llamada:

[ Mis manos temblaban y, mis temores iban en crescendo con cada tono que escuchaba del otro lado de la línea. Hacia solo unos minutos había tenido una fuerte discusión con Alya; mi ahora ex mejor amiga de la infancia, destruyendo toda posibilidad de reconciliación.

Decidí marcarle a él, con el propósito de sentirme segura, que dijera que las cosas tenían solución, a pesar de que mi barco estaba quedándose a la deriva y sin tripulación.

El celular dejó de timbrar y escuché ruido del otro lado, sin esperar un saludo de él, me apresuré a hablar.

[—My dreamer— Le llamé por el mote que usaba para él—Todo salió mal...—musité con mi voz quebrándose por la situación; apreté el aparato contra mí oreja imaginando que me atraía con sus brazos a su cuerpo, brindándome su calor—...me tendieron una trampa en el Reality...

—¿Marinette? —la voz del otro lado era familiar. Más no era de él.

—¿Bob? ¿Qué haces con él teléfono de...?

—Cariño—me interrumpió, con ese molesto tono condescendiente—mi talentoso chico está ocupado, puedes llamarlo más tarde—sugirió despreocupado.

—Necesito hablar con él, solo serán unos minutos—supliqué.

—¿Dijiste que era por el reality? Pequeña eso tiene arregló, tomas un vuelo a cualquier parte del mundo y, en un par de semanas el asunto pasará al olvido.

—¡Has visto el hashtag que están usando contra mí!

—¿Spring? Exageras, eso significa primavera en inglés, no hay porque armar tanto dram...

—Está en Alemán Bob y significa: ¡salta! —suficiente, esté tipo estaba colmando mi paciencia, al diablo mi llanto, debía pasar a este pelmazo para lograr hablar con mi novio—entenderás el porqué de mi insistencia.

—Tranquila, verás—exhaló—, no quería ser el portador de malas noticias. Tú novio está molesto, no lo escuchaste y este es el resultado.

—Déjame hablar con él y explicarle lo que paso, necesita saber la verdad de todo esto.

—Él recién se está adaptando al ritmo de vida de Estados Unidos, ya sabes lo estresado y nervioso que se pone con las cosas nuevas—justificó, pero mis nervios por no tener con quien hablar sobre esto, me estaban sobrepasando.

—Perdona que insista, pero, en verdad necesito escuchar su voz—sollocé—no lo haré volver si eso te preocupa...

—Él ha pedido tiempo.

—¿Qué?

—Así es, tú sabes lo mucho que los quiero y al ver lo disgustado que estaba por tu pésima decisión, le sugerí que se tomaran un tiempo.

—¿Qué tu qué? —no podía estar hablando enserio.

—Él pensaba terminar con todo, pero le aconsejé y, eso fue lo mejor que pude lograr.

—Pero...

—Cariño no seas egoísta, no todo gira a tu alrededor, él también tiene sus propios problemas.

—Lo necesito—, acalle con mi mano un hipeo por el llanto.

—Te prometo que en cuanto se calme te llamará; es más, puede que hasta te vaya a visitar a Londres.

—Bob por favor...

—Ya vienen los del estudio, te dejo pequeña ¡Buena suerte!

Y, colgó.]

Llegué a la estación de mi destino; descendí del tren solo para encontrarme un enorme rotulo en la pared de la estación con la figura de mi ex, que sonreía despreocupado; mostrando un producto de sus miles de patrocinadores actuales gracias a su creciente fama.

—Nunca llamaste—, murmuré—el amor que tuve por ti, me mantuvo esperándote, en aquel costoso departamento—suspiré—por respeto a lo que fuimos, al menos hubieras tenido los pantalones de encararme.

Sin más, camine fuera de la estación, al salir; las calles y edificios me parecieron abrumadores. Distintos nombres en los rótulos que señalaban las calles y avenidas me confundieron. Respiré profundo antes que el miedo a perderme me dominará, saqué mi Tablet para revisar las rutas que Markov había trazado, encontrando la correcta en poco tiempo.

Ese robotito, se ha ganado el cielo de la tecnología.

Las calles de París eran muy ruidosas en horas pico, así que me puse mis manos libres para escuchar mejor las indicaciones del GPS. En el trayecto iba disfrutando de la vista, los edificios antiguos hacían juego con lo moderno, demostraban la peculiar arquitectura de la ciudad de las luces. Aunque debo admitir que, Londres es más pintoresca.

No podía evitar añorar o comparar mi antigua ciudad con mi nuevo hogar, me consolaba el hecho que, al parecer, nadie me conocía o sabía de lo sucedido en Inglaterra. Doble por una esquina guiada por mi Tablet y al levantar la mirada para verificar el nombre de la calle, me tope con nada más y menos que una increíble cantidad de rótulos ¡con fotos de mi ex!

¡El maldito se veía jodidamente sexy!

[Sigue saltando sobre mi polla así, honey, quiero que me bañes con tus fluidos...]

¡Aaah!¡Memoria cochina! ¡por qué no puedes recordar algún episodio triste o algo horrible de él!

Necesitaba alejarme de esos candentes recuerdos que comenzaron a bombardear mi mente, caminé a prisa por la calle Rue Manzarine, debía llegar al local de la entrevista, solo así mi mente estaría centrada en lo importante, no en revivir el ayer de un ex, que fue un idiota conmigo...

Pero era el dueño de todos tus órganos.

¡¿Dónde carajos esta esa empresa!? Y cómo si alguien allá arriba, quería librarme del infierno sexual de mis pensamientos. El GPS me indicó que había dado con el sitio. No sé ni como, pero estaba en la calle Rue Guénégaud; un callejón con edificios muy grandes de estilo barroco. Lo mejor de todo ¡No había publicidad! ¡aleluya!

Me relajé y guardé mi Tablet en mi bolso, levanté mi mano para alcanzar el timbre de la entrada. Una vez logrado mi objetivo acomode mi ropa y mi sobrero, mientras esperaba que alguien abriera la enorme puerta negra de arco de medio punto, observe los detalles en los afiches pegados en las ventanas, notando la pulcritud del diseño.

De pronto la puerta se abrió. Un chico alto de complexión delgada, cabellos rubios un tanto desordenados apareció: llevaba una camisa de vestir color verde, con los primeros botones desabrochados. Su pantalón de vestir era a medida y su piel estaba levemente bronceada, haciendo un perfecto juego con sus ojos color avellana; que me observaban de forma inquisitiva.

—Bonjour? Avez-vous besoin de quelque chose? ¿Buenos días? ¿necesita algo? —Su voz era áspera y relajante a la vez.

—Bu-buenos días, soy Marinette Dupain Cheng, venía a la entrevista. Para el puesto de comprador de textiles—me acomodé un mechón detrás de mi oreja.

Me miró como si estuviera escaneando mi persona, lo cual fue un poco incómodo.

—¿Marinette? Lo siento, había olvidado que la cite para esté día, pase adelante por favor—se hizo a un lado de la puerta para permitirme el acceso.

Al ingresar me di cuenta de que la facha antigua contrastaba con lo moderno del interior, había cuadros con los diseños premiados de la empresa. Las paredes estaban pintadas en tonos monocromáticos, haciendo ver el local más amplio de lo que era, al menos en la parte de la recepción.

—Sígame; mi oficina está al fondo—me informó el chico rubio. Al parecer sería quien me entrevistaría. Caminé tras él, este abrió una puerta de vidrio que, separaba la recepción del pasillo y, me invitó a pasa.

Soy yo o la gente en Francia es muy amable, primero Luka y ahora este joven.

Por último, abrió una puerta similar a la de la entrada, dando paso a su oficina. Una muy sobria habitación.

—Disculpe el desorden. Hace unos minutos estaba dando indicaciones a mi personal—me explicó. Extendió su mano hacia mí.

—Soy Balthazar D'aramitz, dueño de esta empresa.

—Mucho gusto—le devuelvo el saludo de mano. Su mirada está fija en mí, lo cual me hace sentir nerviosa—e-es una sorpresa que, sea el mismo dueño quien me recibiera.

—Somos muy pocos en este atelier—se rio, separó su mano de la mía, dando una incómoda caricia con la yema de sus dedos sobre mi palma— apenas llevamos dos años en el mercado, aunque, ya estamos concretando unos importantes acuerdos.

—El mundo de la moda es muy competitivo hoy en día.

—Siempre lo ha sido Srta. Marinette—dijo mi nombre con un tono que me hizo sentir... extraña—. Tomé asiento, así podemos comenzar con su entrevista.

Me senté frente a su escritorio y él se sentó en su silla de rodos.

—Como se lo mencione, nuestra empresa lleva muy poco en el rubro de la moda, pero queremos seguir ampliando nuestras áreas para abarcar más departamentos de la industria—apoyo sus manos entrecruzadas sobre el escritorio—y en esta ocasión, buscamos a alguien que sepa de textiles y nos pueda orientar, en la compra de material de alta calidad para nuestros diseños.

—Tengo mucha experiencia con las telas, como usted pudo comprobar en los detalles que anexe a mi portafolio, Sr. D'aramitz...

—Llámeme Balthazar, por favor—me interrumpió sonriendo de boca cerrada.

—Est- Este—en verdad su actitud me estaba crispando los nervios, pero decidí continuar—Balthazar, estoy dispuesta a realizar las pruebas necesarias para calificar al puesto.

—Su portafolio me dejó impresionado, Srta. Marinette—se levantó de su asiento y metió sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón—pero, me temó que contratarla no depende de mí.

—¿Hay alguien más con quién deba tratar? —indagué, cuando él se apoyó a un costado del escritorio.

—Se han comunicado con nosotros de parte de Chloe Bourgeois, y nos han advertido de usted.

Con la sola mención de esa rubia, mis ánimos decayeron ¿acaso iba a fastidiar mi vida, incluso fuera de Londres?

—Yo no...—el miedo me invadió, que podía hacer o decir contra ella. ¿Alguien siquiera me creería a mí? —entiendo—me resigne, quería irme; si me quedaba más tiempo terminaría teniendo un ataque de pánico, me levanté—es mejor que me vaya...

Balthazar me detuvo, presionando levemente mi hombro y regresándome a mi asiento. Lo miré extrañada ante su acción.

—Si usted pasa la prueba el puesto será suyo.

—¿Qué? No comprendo ¿Ha dicho que no depende de usted? —inquirí.

—La compradora de textiles, no es una persona que se muestre públicamente, casi siempre negocia con los productores, Chloe no sabrá que usted está aquí, claro está, si pasa la prueba.

Mis ojos se iluminaron, tendría un trabajo, estaba lejos de ser diseñadora, pero era un comienzo.

—¿De verdad? —Balthazar sonrió y con un asentimiento de cabeza me confirmo su propuesta—¡Gracias! No voy a decepcionarlo, haré la prueba—dije entusiasmada.

Entonces él se irguió y se aproximó a mí, puso sus manos sobre el reposabrazos de mi silla, invadiendo así mi espacio personal.

—¿Qué hace?

—Que tu ingreses no depende de mí—sus pupilas dilatadas, me observa con descaro, mis alertas se dispararon—sino...—se relame los labios, alternando sus marrones entre mis labios y mis zafiros— de que tan buena es tu boquita.

—Es usted un cretino—Me levanté, pero el me tomó fuerte de los hombros y, me sentó de golpe de nuevo—sue-suélteme—apenas mi voz podía salir de mis labios, el miedo y el dolor están presentes ahora.

—Tranquila, nadie se va a enterar—una de sus manos acaricio mi cabello, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, era cuestión de tiempo para que el ataque de pánico invadiera mi ser—solo tu y yo, sabremos esto...—su rostro estaba a milímetros del mío. Sentí asco por esta persona.

Y en un segundo, imaginé detrás de ese asqueroso tipo, a todas las personas que me habían lastimado hasta este momento, burlándose de mí, disfrutando de lo que este hombre iba hacerme.

El miedo fue remplazado por el rencor, eleve mi rodilla estrellándola contra sus testículos; Balthazar quitó las manos de mis hombros, para llevarlas a su entrepierna gritando por el dolor. No le di tiempo a otra reacción al ver su defensa baja, le planté un derechazo directo a su nariz.

—¡Carajo! —me quejé sacudiendo mi mano. ¿¡Es que acaso tienes titanio en la nariz?!

—¡Higa de puta! —mascullo con voz nasal, aullando de dolor, sujetándose las partes que había golpeado.

—¡Te-tengo todo grabado! —levanté mi Tablet de entre mi bolsa y la agité frente a él. Ni la cámara ni la grabadora estaban encendidos, pero necesitaba ganar tiempo para escapar. Tener la seguridad que, este tipo no iba ir tras de mí.

Salí como un rayo de la oficina, lo escuché maldecir. No gire para ver si me seguía, no quería descuidar mi ruta de escape. Llegué a la recepción y vi la segunda planta, unos empleados venían bajando. Me apresuré a abrir la puerta, y salí del local.

Presa de la adrenalina, lo único que se me ocurrió, fue correr unas calles abajo, donde podía ver parte del Rio Sena; esquivé peatones, motocicletas. Incluso un Lamborghini estuvo a nada de atropellarme, aun así, no detuve mi carrera.

Conseguí con mucho esfuerzo, llegar al final de la calle, divisé a mi izquierda el Pon Neuf, la vista era increíble, pero no era el momento de embobarme con ella, pues el pánico se apoderaba de mí; ahora que la adrenalina iba perdiendo su efecto. Divisé unos turistas caminando cerca de las orillas del rio, corrí hacia ellos para mezclarme entre la multitud, mis pulmones ardían; luego de haber pegado la carrera. Perdí mi sombrero en el trayecto.

Respiré grandes bocanadas de aire, una vez me integré al grupo de personas que se tomaban fotos, con todo lo que se encontraban a su paso. Eche un vistazo al callejón de donde había salido, temiendo ver a alguien que me buscara. Había tantas personas, que difícilmente podía diferenciar quien era normal y quien un perseguidor.

Debí haber prestado más atención a los programas de investigación, que Cherry Hair me obligaba a ver.

Los turistas se movilizaron dejando algunas bancas libres. Camine con dificultad hasta una de ellas, y me desplome exhausta. A salvo o no, necesitaba recuperar las fuerzas que la carrera me hizo perder.

Si no hubiera aprendido defensa personal con el abuelo de Bridgette, en estos momentos ese hombre estaría abusando de mí. El asco, la culpa, el miedo iban apoderándose de mi otra vez. Las señales eran claras. Me cegué y las ignoré.

Todo por creer que tenía suerte.

Levanté mi vista esperando calmar mis temores y frustraciones, para mi desgracia, me encontré con una valla publicitaria enorme, siendo instalada sobre un edificio. El rostro sonriente de mi ex era extendido por los trabajadores.

Mis lagrimas brotaron. Todo le iba de maravilla ¿acaso siempre fui un estorbo para él? Aprete la tela de mi jumper, las pulsaciones en mi corazón estaban acelerando.

París ne veut plus rien dire, si je dois la conquérir sans toi

París ya no significa nada, si tengo que conquistarlo sin ti.

Balthazar me había abierto los ojos, me mostró que no tengo oportunidad en esta, ni en ninguna ciudad. Chloe por alguna razón quería verme hundida. Luego de un año, su rencor hacia mí aún estaba latente.

Eso significaba, que siempre estaría viviendo de la caridad de mis amigos, siendo una carga para ellos...

Sabes que hacer al respecto.

Las palpitaciones de mi corazón eran intensas, el aire comenzaba a faltar ¡Ataque de Pánico!

Hice una cuenta regresiva, que de nada sirvió. Inhalé aire por mi boca, un sudor frio recorrió mi frente, estaba mareada y perdiendo el control de mi cuerpo, parecía que la vida se estaba yendo de mis manos.

Saqué de mi bolso el frasco de Neuryl 2. Un horrible dolor atravesó mi pecho, solté el recipiente el cual cayó a mis pies y, comenzó a rodar en dirección al rio.

—No—fue lo único que pudo salir débilmente de mis labios, mi vista se estaba nublando, la agonía era intolerable a este punto.

Ayuda, por favor

—¡Yo lo atrapo! —un chico corrió a toda prisa tras el frasco, evitando que este cayera al agua, me fue difícil distinguirlo. Supuse que, la cosa de gran tamaño sobre su espalda era una ¿guitarra? Se giró hacia mí, el desconocido apresuró sus pasos hacia mí.

—Abre tus labios—escuché una voz familiar. Me negaba a creer en un jodido milagro, no podía ser, esta maldita ciudad no me daba nada bueno. Hice lo que me pidió, sentí la capsula siendo depositada sobre mi lengua—bebé el agua, te ayudaré a sostener el termo—el frio liquido paso por mi garganta, junto a la píldora.

El pánico no abandonó mi cuerpo, la pastilla tardaría un rato en hacer efecto, no podía batallar más, lentamente me desvanecía, sus manos sujetaron las mías.

—Pondré tus manos sobre mis hombros—su voz sonaba preocupada, hice mi último esfuerzo por aferrarme a la tela de su camisa, el hizo unos movimientos que apenas pude distinguir. Escuché los murmullos de personas que estaban rodeándonos... ¡Lo que faltaba! publico viendo lo patética que era.

—El mundo no importa, solo somos tú, mi guitarra y yo—pronunció firme—asentí, un cálido sentimiento luchaba por brotar de entre mi pánico, alguien estaba siendo amable conmigo—sigue la tonada con tu respiración ¿de acuerdo? —No dije nada, solo acaté sus indicaciones.

Una dulce melodía broto de las cuerdas de la guitarra, era lenta, lo cual me permitió acoplar mi respiración a ella, la medicina estaba haciendo efecto, pestañé un par de veces permitiendo a mi vista aclararse, para mi sorpresa me encontré con un par de celestes que estaban clavados sobre mis zafiros. Él sonrió de boca cerrada, lo cual provocó un sonrojo en mis mejillas.

¡No podía creer a quien tenía frente a mí! . Era Luka, él me había auxiliado. Quería lanzarme a sus brazos en agradecimiento, pero aún no tenía el control total de mi cuerpo.

—Lo estás haciendo bien Marinette—¡Recuerda mi nombre! Una risa boba salió de mis labios. El agotamiento hizo su aparición.

Ahora era consiente de mi entorno y mi sonrojo abarco todo mi rostro. Luka estaba arrodillado frente a mí, tocando su guitarra, mientras mis manos descansaban sobre sus tibios y fuertes hombros, nuestras miradas fijas, el uno al otro.

—¡Le está proponiendo matrimonio! —chillo una voz desconocida. Había olvidado a las personas a nuestro alrededor, que observaban y ¡graban!

Quité mis manos de Luka, reculé en la banca; buscando las palabras para explicar nuestra peculiar posición. El ojiceleste se puso de pie, sostuvo la guitarra a un lado.

—Nos dan privacidad por favor—las personas se miraron dudosas entre si—quiero saber la respuesta a mi propuesta y Marinette...es tímida—giró hacia mi regalándome un guiño.

Je meurs.

Muero.

Nuestro público se dispersó de a poco, unos miraban con ternura a nuestra dirección y unas chicas se mordían los labios mientras tomaban fotos indiscretas a Luka.

No puedo culparlas, el ojizarco llevaba un centro blanco, dejando al descubierto sus fornidos brazos, desde mi posición podía ver su tonificada espalda≪ que ganas de dejar mis uñas sobre ella ¡gobiérnate, Marinette! ≫, atada a su cintura llevaba una camisa de tartán azul y negra, lástima que cubría su retaguardia, pues con esos jeans grises ajustados, no dudo de la deliciosa vista de sus duraznos ¡Marinette concéntrate!

—Lo siento por el malentendido de la propuesta—su disculpa me regresó al mundo real—, no iba a dejar que se enteraran de algo que es muy personal para ti.

—Gracias—susurré débilmente, ante la fatiga por el reciente ataque. Saqué de mi bolso una toallita húmeda, que usé para limpiar las lágrimas y el sudor de mi rostro.

—¿Desde cuando tienes los ataques? ¿estás sola? ¿te sientes mareada? ¿ya comiste algo? —, Luka me bombardeaba con preguntas, me entregó el frasco de mis medicinas.

—Son muchas preguntas ¿no crees? —bromee, dispuesta a contestarlas, por extraño que sonará, Luka me generaba una confianza inexplicable.

—Perdona, no soy bueno con las palabras—su mano derecha paso su uñeta sobre las cuerdas—la música se expresa mejor por mí.

—No tienes por qué disculparte, estoy agradecida por tu ayuda—posé mi mano sobre la suya—estaba asustada, vulnerable y tú me ayudaste, no sé cómo pagarte este favor.

—Claro que no—él apoyo su mano sobre la mía—, que estés bien es suficiente recompensa para mí.

Es un ángel encarnado.

—Deja llamó a Alix y le aviso donde estamos, para que venga por ti.

¿Escuché bien? ¿Alix? ¿Conoce a mi amiga?

—¿Tu? —el azabache separó sus manos de las mías y saco su móvil—¿Conoces a Alix Kubdel? —.Me paré de golpe y mi cartera cayó al piso ¡Torpe Marinette!

—¿Eh? Sí, la conozco, estuve en tu casa el martes recién pasado—, respondió, agachándose a tomar mis cosas.

[¿Necesitas ayuda?]

La voz familiar.

¡Luka, es el famoso amigo que Alix quería presentarme! Y me vio llorando por mi ex.

Trágame tierra.

—Estos diseños están increíbles ¿son tuyos? —lo miré aterrada por lo que mi mente estaba procesando, relajé mis facciones al notar mi portafolio en sus manos.

—S-sí, lo son...digo si son míos—sobre expliqué.

—¿Me dejas ojearlo un poco más? Alix ya viene en camino—me informó, yo asentí, él me mostro el mensaje de una preocupada Alix.

Lo siento amiga, siempre te causo problemas.

El sonido de una notificación se escuchó y provenía del celular de Luka. Él lo reviso y su semblante sereno paso a uno apesadumbrado.

—Me temó que debo irme ¿puedo llevarme el libro? —sus ojos al verme eran nuevamente serenos—mi hermana trabaja en Gabriel's, es una empresa bien posicionada en esto de la moda, ella está en el área de recursos humanos, si lo que ve le gusta, no dudo que te llamará.

Gabriel's era una Haute Couture de talla mundial. Una oportunidad de entrevistarme con esa empresa sería mi pase directo al éxito si era seleccionada.

Una oportunidad que una llamada de Burgeois, destrozará en segundos.

Lo que paso con Balthazar era un claro ejemplo de lo que podía suceder. Oculté mi pesar, sonreí de forma gentil hacia Luka.

—Gracias, adelante, puedes mostrarlo a tu hermana, sería un honor tener una oportunidad con una Haute Couture.

—De nuevo, no tienes nada que agradecer. Intentó ayudar a mi nueva amiga Londinense—¡Auch! —te haré saber en cuanto tenga noticias ¿Me das tu número?

Te doy lo que tú quieras.

Entre tartamudeos le dicte mi teléfono y, él me devolvió el suyo con una llamada perdida.

—Estaremos en contacto Marinette—mi nombre emanar de sus labios, era música para mis oídos—. De pronto Luka elevó su mano. Saludaba a alguien, di media vuelta y a unas tres cuadras vi a Alix y Max, que caminaba hacia nosotros, les saludé de igual forma, ellos correspondieron, pero Alix hizo un gesto de reprimenda, me esperaba un buen sermón en casa—. Me retiro, quedas en buenas manos, trata de descansar y procura no pasear sola por favor.

—L-o lo haré ¿te marchas? —indagué, al ver como bebía agua de su termo, del cual bebi hace unos minutos.

¡Un beso indirecto!

—No tengo opción—murmuro entre dientes—Nos estaremos viendo Ma-Ma-Marinette—chasqueó sus dedos y, apunto en mi dirección con su voz más animada.

No siento mis piernas.

Tomó su guitarra, la cual previamente había guardado en el estuche y agarro su morral. Yo me limité a agitar mi mano en señal de despedida, pues su actitud me había dejado sin palabras. Luego echo a correr por el Pont Neuf. Lo vi marchar hasta que su figura ya no fue visible, suspiré. Luka era un gran chico, era mucho pedir que estuviera soltero.

Por otro lado, había decidido poner mi corazón en cuarentena, porque mi ex era casi igual a ese rebelde de mechas azules: gentiles al principio...pero cuando el éxito toca a sus puertas, es muy poco probable que quieran seguir a tu lado.

—Un día dejarás de torturar mi corazón—alcé mi vista al cartel que antes estaban instalando. Me sorprendí de sobremanera, al leer lo que ahora se reflejaba en la publicidad completa

≪Gabriel's viste a (el nombre de mi ex) para La Gala de Los Premios de la Academia de cine≫

Putain de vie

Notes:

Hola mis invocadores e invocadoras,

Marinette trata de sobrellevar la realidad, donde debe aceptar que su ex ha decidido continuar con su vida, sin ella. Puede que nuestra protagonista se de un taco de ojo con Luka, pero sus inseguridades respecto a intentar algo con alguien más, la mantienen como simple espectadora.

Luka es todo lo que cualquier chica desea...aparentemente. Este bombón es una caja de sorpresas.

Gracias por leer, recomendar y comentar. Nos leemos luego

Chapter 5: Embustes

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

[ —No me gustan los arreglos florales; prefiero un hermoso rosal, cada que brote una rosa, recordaré con cariño a la persona que me la obsequió—me avergoncé al confesar esto, a mi novio. Él entrelazó mi mano con la suya e ingresábamos al apartamento que compartiríamos.

—Entonces...—él abrió las puertas de vidrio que daban a la terraza—prometo que construiré un hermoso rosal en esta área. Cuando brote una rosa, te recordará cuanto te amo mi Musa.]

La fría brisa que anunciaba una tormenta golpeo mi rostro, sacándome de mi ensoñación, observé el panorama de nubes grises cubriendo el cielo. Esta era mi vida ahora, un cumulo de nubes negras y metas vacías.

Por qué aún recordaba a mi ex, cuando él ya me ha olvidado por completo.

Spring

Retrocedí dos pasos al evocar aquella palabra y, con terror me adentré a mi habitación.

Peine mis azabaches cabellos hacia atrás, tratando de calmar lo que mi mente estaba procesando y, para colmo, lo acontecido en Pont Neuf ≪mi ataque de pánico en público≫ hizo que Cherry Hair se pusiera histérica, movió cielo y mar para contactar con mi psiquiatra.

Al verla tan preocupada, decidí guardarme el incidente con Balthazar, si se enteraba seguro no me deja salir sin escolta ≪con eso de que ese pervertido tenía en su poder mis datos personales≫. Me limite a contarle lo lindo y atento que fue Luka conmigo, pero ella siguió enfrascada en el ≪si hubieras estado sola ¿No quiero ni imaginarme? ≫

Baje las escaleras acomodando mi sweeter gris con la leyenda "Life is sweeter with you" vaya ironía con esa frase. Pronto mi "Doctor favorito" llamaría. Max y Alix se habían ido a dar una vuelta para darme privacidad. Aunque no lo consideraba necesario, estaban enterados de casi todos los acontecimientos que, desencadenaron mi depresión.

Ahí estaba, frente a mi computadora, esperando. Omitiría la parte del acoso sexual que, provocó el ataque de pánico de hoy, no quería ahondar en el tema con mi psiquiatra, él sin duda me pediría que denunciara al sujeto. ¿Con que pruebas? No tenía modo de comprobar si lo dicho por este hombre era real o no ≪con respecto a la llamada de Chloe≫ y por el lado del ataque, no tenía testigos, era mi palabra contra la suya y sabía de sobra que significaba eso.

Hace mucho tiempo, dejé que esa rubia mimada se saliera con la suya, con tal de no perjudicar la reputación de mis padres que, con tanto esfuerzo se habían hecho de una gran fama, cómo cocineros estrella en Londres. También protegí a Bridgette y su familia ≪aunque Félix no me caiga nada bien≫ ella se enteró del problema, pero solo lo que los medios informaron. Le mentí, asegurándole que todo se hubo arreglado bajo la mesa.

¿El precio que pague? Depresión, ansiedad, ataques de pánico y un intento de suicidio...un precio muy alto, por algo que nunca hice.

Todo eso me llevó a ser internada en la clínica que administraba en Gales, el mellizo de Bridgette. Alix les hizo creer a todos, que yo estuve con ella tramitando unos convenios con mi marca en París.

Puse de mi parte en la clínica, portándome bien y asistiendo a mis terapías. Luego de dos meses fui dada de alta. Todo por una razón, el no abandonar por mucho tiempo el apartamento al que esperaba que mi ex regresará...como lo prometió.

¿Y qué pinta mi psiquiatra en todo esto?: Marín Wang fue mi amistoso vecino en los años que viví en el bloque de apartamentos con mis padres, cuando él iba a ingresar a su residencia para egresar como psiquiatra, se me declaró y yo... lo rechacé ¿la razón? un día antes mi actual ex se hubo confesado y le correspondí.

La vida y sus ironías, nos situó una noche a Marín y a mí en el apartamento que compartía con mi ex, justo el día que fui dada de alta de la clínica; esto porque mi psiquiatra se ofreció a llevarme a mi departamento. Al llegar, la conserje me confirmó que, nadie aparte de Max y Alix habían pasado por el lugar. La tristeza me embargo. "Mi amigo", ¡mi psiquiatra!, no se le ocurrió mejor idea para aliviar mi pena que ¡follar!

¡Se aprovecho de la vulnerabilidad de mis sentimientos!

No vengas con esos reproches, aceptaste de buenas a primeras.

¡Eso no justifica nada!

Sin duda estoy loca, discutiendo con mi yo interno.

—¡Aaah! —tremendo susto me sacó el tono de la videollamada≪ es ahora o nunca ≫después de mucho tiempo, iba a encarar a mi "amigo". Quien únicamente se había limitado a enviarme las recetas y, consultarme sobre mi estado por email.

Inhale y exhale aire para tranquilizarme. Presioné el botón de responder.

—Bonne Nuit? Buenas noches —, miré el reloj en la pared; marcaba las 5pm, él estaba en Corea del Sur, con 7 horas adelantadas al horario francés ¿creo? mi psiquiatra me observó, con su habitual mirada de pocos amigos.

— An-nyeong-ha-se-yo Buenos días, para ti, Marinette—¿qué mi mamá qué? —en Corea, son las 12am ¿En qué puedo ayudarte? —Su voz rasposa y afilada, trajo a mi mente las palabras obscenas que él pronunciaba cerca de mi oreja, cuando tuvimos aquel desliz en Londres.

¡¿Qué?! soy humana.

La singular voz de Marín se escucharía muy bien en un programa de radio nocturno, de esos donde el locutor con su voz seductora induce a confesar las más bajas pasiones y oscuros secretos.

Si hablamos de su aspecto físico, Marín Wang no es alguien fácil de ignorar. El euroasiático es esa clase de chico que, si pasa a tú lado, haría que ignores a todos a tu alrededor solo para admirarlo, hasta perderle de vista. Tiene 28 años, pero parece de 20; su rostro bien perfilado, frente ligeramente estrecha, nariz respingada; pómulos marcados, mentón estrecho y labios con el arco bien definido. Sus ojos grises e inexpresivos lo hacen dueño de una mirada despectiva y atractiva a la vez.

Su cabello es negro con reflejos azulados, más oscuros que los míos. Gusta de los cortes asimétricos, de preferencia con el fleco más largo que el resto de su cabello. Marín no es amante de los deportes, es bastante sedentario y adora los libros. Por algo se lleva bien con su cuñado. El oji-gris tiene una complexión delgada con una ligera tonificación en brazos, abdomen y pecho.

Lo recuerdas muy bien, tus manos acariciaron esas partes cuando lo cabalgabas feliz de la vida.

Me di una bofetada mental. Iba centrarme en evadir los temas que había decidido omitir en esta sesión.

—Siento interrumpir sus vacaciones Dr. Wang—¡nada! ni una palabra, solo me observaba. Cualquiera diría que su imagen estaba pausada.

Debía ser cuidadosa con mis gestos, Marín no clavaba su mirada de esa manera en vano: es una especie de polígrafo andante, difícilmente se le puede engañar.

—Alix pagó por una sesión; así que, tienes—levantó su brazo izquierdo y con un ademán, la manga de su gabacha dejó al descubierto su "carísimo" reloj—sesenta minutos—bajo los brazos y entrecruzó sus manos sobre su escritorio—el reloj comienza a correr Marinette; tic, toc.

Olvide mencionar, lo odioso que es este hombre.

Cuando se te confesó, fue el ser humano más divino del mundo... y tu arruinaste ese momento con: "discúlpame ya estoy saliendo con otra persona que es..."

¡Deja de reprocharme el pasado, jodida voz interior! En mi defensa, tenía 17 años cuando eso paso, era muy joven...

Y estúpida.

—Bueno, pues...verá—para empezar, ignoraría sus pesadas respuestas que, buscaban arrinconarme y hacerme soltar todo de golpe, no en valde era psiquiatra.

—Nos conocemos de años Marinette, deja las formalidades.

—Ok, en primer lugar—continué. Evitaba sentirme incomoda por su mirada fija—he tenido tres ataques de pánico, uno cuando empacaba mis cosas en Londres y dos estando en París.

Miré de reojo la Tablet a mi lado, esta mostraba las imágenes en tiempo real fuera de la casa. Temía que Balthazar se apersonará a mi morada: él tenía en su poder mi dirección y sin duda, un resentimiento por la paliza que le di. Un día buscaría venganza.

—¿Qué los provocó? —él oji-gris anotaba despreocupado en su Notebook.

—El primer ataque sucedió...—colé mis piernas dentro del amplio sweeter, para sentir algo de seguridad —...cuando recordé los acontecimientos del reality y del porque me marchaba de Londres.

—¿Recordaste todo a detalle o eran imágenes al azar?

—Fueron en orden, pude controlarlo con el medicamento.

—¿Cuál ingeriste?

—Neuryl 2.

—¿En la dosis que prescribí? —Primer strike: Me mordí los labios, hacía tiempo que no seguía las indicaciones de la receta—. Ya veo ¿Qué provoco el segundo ataque? —el polígrafo humano descubrió en mi silencio, la respuesta que buscaba.

Bien, está explicación sería una ola de palabras evasivas. Era vergonzoso confesar ante mi "pretendiente" ≪si es que aún siente algo por mi≫, que mi ex tenía una nueva relación, lo cual supe por la entrevista que dio en televisión, en consecuencia: mis sentimientos colapsaron.

Me sentí estúpida, pues después de acostarme con Marín, la culpa me embargo; al punto de reprochárselo al azabache en el momento, cegada por la boba ilusión que mi ex regresaría y yo le había sido infiel. Y mi ex, para ese entonces, seguro ya estaba saliendo con su actual pareja.

Abracé mis piernas, como si eso ocultará mi vergüenza ¿Por qué lamento eso? ¿Marín me gusta? O solo es una simple reacción por el recuerdo de nuestro candente encuentro. Sentí mis mejillas arder ante el calor concentrado en ellas.

—¿Marinette? —, me llamó con su aterciopelada voz— vous êtes doué? Estas bien ¿Pasa algo? Estas sonrojada, transpiras y evitas mirarme ¿Acaso yo...?

—¡La persona que amaba confirmó que tiene a alguien más en su vida! —, me sinceré, Marín es mi psiquiatra, nada más, él no merece a una persona inestable como yo—mi ex siguió con su vida, sin explicarme porqué me dejó un jodido año esperando en ese apartamento—me puse de pie, la silla cayo contra el piso y alcé los brazos mientras caminaba en círculos—. La gente en París lo cree un héroe, pero para mí, es el villano de mi película—quería odiar a mi ex, culparlo de lo que era mi vida ahora; pero sabía de sobra que esto, era el resultado de mis estúpidas decisiones.

No podía caminar por la calle sin temor a sufrir un ataque de pánico, les mentía a mis amigos para hacerles creer que todo iba bien. Una tan sola vez en mi vida quería tener una noche tranquila, sin horribles pesadillas despertándome todos los días a las 2 de la madrugada ¡Odio este trastornó! ¡Odio en lo que me está convirtiendo!

Que suis-je? ¿Qué soy? que suis-je en train de faire? ¿Qué estoy haciendo?

—Marinette...

—El día de hoy, sufrí un ataque en plena calle y, de no ser por Luka, un chico amable y bondadoso, habría sido el hazme reír en algún estúpido video de la red. ¿La razón? Un tipo casi abusa de mí en una entrevista de trabajo—mi mandíbula temblaba y mi voz se estaba quebrando— lo último que recuerdo de ese asqueroso sujeto, es haberlo golpeado y salir de ahí a gran velocidad. Chloe les ha dicho a todas las casas de moda, que soy la peor persona que el mundo ha parido y, ellos se toman la libertad de atacarme, creyendo que hacen justicia ante los hechos de los cuales ¡injustamente me acusa esa estúpida oxigenada!

No podía callarme, cada palabra dicha era una cadena que se ataba a mi cuello, cortando lentamente mi respiración. Estaba hiperventilando.

—Marinette—Marín me llamó con un tono neutral, a duras penas vi que estaba de pie—sigue el ritmo de mi respiración—el comenzó a exhalar e inhalar de manera pausada. Intenté seguirle, pero el sentimiento de vacío se apoderaba de mi cuerpo, miré la Tablet con la imagen del exterior temiendo que apareciera el rostro de Balthazar, buscando lograr mi silencio ante su bajeza—¿Recuerdas cuando Bridgette le dio una paliza a Félix? —miré extrañada a Marín ¿Por qué sacaba ese tema? —él la acusaba de acoso, pero ella en realidad, siempre visitaba el dojo de mi abuelo para entrenar a los más pequeños...

—Félix no lo sabía y al verla llegar todos los días...—comencé a seguir la conversación de forma inconsciente—, asumió que lo estaba acosando.

—Exacto.

Volví a tener el control de mi cuerpo, el cansancio se hizo presente. Agarré la silla nuevamente y me desplomé sobre esta. Gracias a Marín había controlado un nuevo episodio de pánico.

—Recuerdas los medicamentos que ingeriste aparte del Neuryl 2— él tomó asiento y agarró su notebook.

—Alix me dijo que, el Doctor que Luka llamó, me inyectó Clonazepam

—¿Te dijo la cantidad que te administro?

—No—el continúo anotando, me sentí un poco incomoda, parecía que lo recién confesado de mis labios, no le importó.

Él también paso página, al igual que todos. Yo sigo estancada en el mismo capítulo.

Marín levanto su rostro, esbozando una "sonrisa". Parecía un asesino complacido de hacerse con el arma correcta, para cometer el crimen perfecto...

Nota mental: Dejar de ver esos programas de investigaciones que le encantan a Alix. O se hará habitual describir a las personas cómo psicópatas.

—Tu error está en no medir las dosis de los medicamentos que te he recetado.

—Vaya, no lo hubiera imaginado—ironicé, luego de todas las cosas que dije, mi problema eran los medicamentos. Y mi vida de mierda ¿Qué?

—La falta o el exceso de dosis, hace que estés a la defensiva, como ahora—, su estúpida sonrisa y su gélida mirada me ponían de nervios—En primer lugar, cada trastorno de ansiedad supone tratamientos distintos, obviamente cada persona es diferente y el tratamiento debe ajustarse al paciente.

—Dejé de consumirlas en orden, porque no quiero ser una farmacodependiente.

—Consumirlos de manera errática te expone a una sobredosis. Si dejas de tomar las dosis de clonazepam de golpe, vas a tener síntomas de abstinencia, tales como: aparición o empeoramiento de convulsiones y alucinaciones, cambios en tu comportamiento, transpiración, temblores incontrolables de alguna parte de tu cuerpo, calambres musculares, ansiedad o dificultad para dormir o permanecer dormida. Con ello tu concentración, se verá disminuida, dando más realce al problema que a la solución.

Los dos nos quedamos en silencio, observándonos fijamente, el vacío en su fría mirada se coló hasta mi alma, provocando que desviara mis azules. Él tenía un punto, claro, aunque eso no me haría desistir de mi postura.

—Los consumo en orden ¿y después qué? —apoye mi mejilla sobre la palma de mi mano—mis problemas se solucionarán y seré feliz.

Menuda actitud infantil, que me cargaba.

—Si sigues ocultando las cosas como hasta ahora, solo iras cavando un agujero del cual no podrás salir.

—¿Qué? Yo no... A-a-además, si oculto cosas es con la finalidad de proteger a mis seres amados.

—Marinette, ocultando la verdad, te lastimas y a tus seres queridos por igual—Marín ahora estaba preocupado, sus labios fruncidos lo delataban—. Sufriste acoso sexual a causa de las difamaciones de Chloe, si necesitas pruebas para acusar a esos dos, te sugiero que hables con mi hermana menor, es una buena abogada, lo sabes.

—Chloe no es una adversaría que se deba subestimar, si Bridgette se involucra, no dudo que esa rubia buscará atacar a su familia. No me perdonaría que le hicieran daño a Lowell por mi culpa.

—La rubia confía en que tu no harás nada, sus movimientos son torpes y dejan una gran brecha, donde puedes atacarla. A quien no debes subestimar es a Bridgette, no en valde ha ganado importantes y difíciles casos. Ella entenderá y le hará muy feliz ayudarte a limpiar tu nombre—Marín peino su fleco hacia atrás, la comisura de su labio derecho dibujo una sonrisa pilluela—cómo a mí me hace feliz el poder ayudarte.

Él se preocupaba por mí.

Las palabras dichas por él me daban un poco de esperanza, esperanza que se esfumó al recordar quién está detrás de Chloe, la razón por la que ella se mueve libremente, sin temor a las represarías. No pondría en riesgo a Bridgette y a Lowell.

—¿Marinette?

—Bridgette vendrá esta semana a París, tal vez hablé con ella del asunto.

—De acuerdo—contestó serio. Él descifró en mis facciones, mi negativa a tocar el tema con su hermana.

Lo siento, hay mucho en riesgo.

—Te enviaré una nueva receta, la cual espero que sigas al pie de la letra, la dosis máxima de Benzodiazepinas no debe exceder los 20mg—Marín dejó de anotar en su notebook—. La psicóloga Aurore Beauréal, va a apoyarte con terapias ocupacionales, para que logres sobrellevar tu reciente ruptura y no te perjudique en tus ataques de pánico.

Aurore, la ex de Marín. Lo supe cuando estuve internada en la clínica.

—¿Debo viajar a Gales? —inquirí.

—Ella viaja todos los fines de semana a París, te visitará personalmente el domingo de la siguiente semana.

—¿Por qué tú no puedes ayudarme con ese tema?

——¿sentí? ¡descarado! Mi rostro se puso rojo cómo un tomate. Busqué que sus grises me vieran, pero el bajo la vista para escribir—. A partir de ahora, estas en reposo absoluto— salí de mi ensoñación para protestar, pero él continuó—haré un espacio en mi agenda, para que retomemos las sesiones personales, las realizaremos vía online. Así podré apoyarte con tu ansiedad, depresión y los constantes ataques de pánico. Si no descansas lo suficiente, tendrás un arranque de ira. Hoy fue conmigo, mañana será con un empleador. Primero que nada, necesitas adaptarte al estilo de vida parisino. Max y Alix pueden apoyarte con ello.

—No puedo quedarme de brazos cruza...—mi protesta quedó en el aire.

—Iré a visitarte dentro de un mes para realizar una sesión de recuerdo—fruncí el ceño—los ataques de pánico son alertas de tu cuerpo, estas desarrollando un miedo irracional hacia algo y, la sesión de recuerdo me ayudará a encontrar ese algo.

¡Sesión de recuerdo!

En ella debó narrar todos los acontecimientos que sucedieron previo a mi depresión e intento de suicidio: Ser culpada de algo que jamás hice, mi pelea con Alya, mi separación con mi ex, la salida del reality, el hashtag que crearon con mi nombre...

Un segundo ¡Marín vendrá a mi casa! De ninguna manera me quedaré a solas con él.

—¿Tu y yo solos? —indagué.

—El tiempo se terminó—revisó su reloj, sin responder a mi pregunta—, te llamaré el domingo de la siguiente semana, para ver como llevas la nueva dosis y los temas que quedaron pendientes.... Tto man-na-yo Marinette, hasta pronto, Marinette—su voz profunda pronunciando mi nombre, provocó que mi garganta se secará.

—D'accord... á plus tard, de acuerdo, hasta luego—. Pronuncié con algo de dificultad, supuse que se estaba despidiendo. Su gélida y penetrante mirada fue lo último que vi al finalizar la llamada.

¿Marín aún gustaba de mí? Su: "Por obvias razones Marinette, unas que tu bien conoces...y sentiste" Me daba entender que sí. Pero...yo ¿Qué sentía por él? Es guapo, con un carácter extraño...

¡Tengo el mundo sobre mis hombros y, estoy divagando si aún le gusto a mi psiquiatra o él a mí!

Necesito enfocar mis prioridades. Con un leve empujón arrastré la silla hacia atrás y clavé mi vista al techo. Mi nueva vida no comenzó con pie derecho: nueva dosis de medicamentos, incertidumbre con respecto a conseguir un trabajo y para rematar, ataques de pánico constantes. Olvide mencionar que, una loca me está difamando y la gente le está creyendo.

Tú sabes que hacer para que tus problemas desaparezcan.

El sonido singular de notificación me volvió a la realidad, olvidé mencionarle a Marín, sobre mis constantes pensamientos suicidas. Abrí el correo en mi computadora, era de parte del antipático azabache. Contenía la hora de la cita con mi psicóloga y la de él, además de la receta médica, la cual imprimí para poder comprar en la farmacia.

—¡Mini bug! —la escotilla del piso de mi habitación se abrió de golpe—¡Respeto tu privacidad tocando tu puerta!¡pero reafirmo mi autoridad como tu amiga, entrando de todos modos!

Del susto que me dio mi loca amiga pelirroja, caí de espaldas con todo y silla.

—¡No tocaste la puerta! —reclamé adolorida—¡no vuelvas hacer eso, casi me da un infarto! —me puse de pie y levanté la silla.

—Exageras Mini bug, no fue para tanto—cruzó sus brazos y miró de reojo la pantalla de mi computadora—¿Ya terminó la sesión?

—Por suerte—rezongué.

—Caramba con ese genio.

—A veces, el Doctor Wang saca lo peor de mí.

—Necesitabas la terapia, lo habías evadido por mucho tiempo.

Si supieras que, no nos evadíamos por las terapias.

—Debo habituarme de nuevo, las intervenciones serán semanales de ahora en adelante, hasta que mi estado mejoré—le informé, tecleando en mi Tablet las fechas de mis citas, psicológica y psiquiátrica.

—Tengo una noticia que mejorara eso—dio unos pequeños aplausos—Luka llamó hace rato, cómo te dejaste el celular en la cocina lo respondí por ti—le miré extrañada y luego con preocupación, pensé que ella le había dicho a Luka que estaba con mi psiquiatra...si él se enteraba, dejaría de verme con ternura para observarme con lastima—, descuida no le dije que estabas con el Doctor Wang, esa es cosa nuestra—me guiño el ojo y suspiré con alivio— Luka dijo que Juleka su hermana—hizo pausa dramática—¡Va entrevistarte mañana!

—¿¡En serio!?

—¡Síiii!

Las dos nos abrazamos y comenzamos a gritar emocionadas.

—¡Esto es un sueño! —exclamé eufórica. Luka había cumplido su promesa de mostrar mi portafolio a su hermana, ese hombre sin duda era mi ángel guardián.

Olvidas que te mandaron a reposo absoluto. En cuanto a la entrevista, si Chloe llama, no pasaras ni de la entrada de Gabriel's.

Mi algarabía desapareció y Cherry Hair lo notó.

—Tranquila, no será como tú última entrevista, donde ese tipo quería que trabajaras por dos meses sin goce de sueldo—mencionó la mentira que inventé, respecto a Balthazar—él dijo que es para una pasantía con goce de sueldo en el atelier, y si les gusta tu desempeño, te darán el puesto de manera permanente.

Medité por un segundo: tomaré los medicamentos en orden, eso mejorara mi estado de ánimo y con respecto a Chloe, si Juleka es igual a Luka, le pediré un mes de prueba para demostrar que lo que dice esa rubia, no son más que embustes.

—¿A qué hora es la cita en Gabriel's?

•• <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

El día había llegado, me presentaría a la oficina de recursos humanos para ser entrevistada por Juleka, lo cual me tranquilizaba, luego del incidente con Balthazar, temía estar en una entrevista a solas con un hombre.

Iba vestir el tradicional traje negro, por aquello del toque sobrio y formal, pero Cherry Hair me convenció de mostrar mi creatividad y un atuendo colorido era lo mejor. Así que el ganador fue un traje que diseñe para la pasarela de London Fashion Week, un año antes de graduarme.

Mi diseño era una chaqueta de algodón con corte asimétrico, un cinto delgado a la cintura, una falda plisada larga de tul en capas, el color de las prendas era rosa vieja. Para combinar con el outfit, me puse unos zapatos de tacón alto, con un moño a cada lado de las correas que, se sujetaban al tobillo, y eran de color beige. Todo el coordinado no era de mis colores favoritos en la actualidad. Me anime a portarlo porque me recordaba un poco a Londres, donde los tonos pastel predominan y, era una forma de mostrar la alta costura de aquella ciudad.

Até mi cabello azabache en una bella trenza de espiga lateral izquierda, que decoré con dos prendedores de flores de cerezo al costado de mi fleco.

—Luces encantadora Mini bug—me alagó Alix, sonreí por cortesía, no me sentía para nada de esa forma, más bien el atuendo por si solo lo era—ahora voy a maquillarte, verás que estarán impresionados con tu talento—. Resaltó mis ojos azules con un eyeliner estilo rumwaychic; pinto mis labios en un tono rosa con algo de gloss.

Para cuando Cherry Hair finalizó, yo parecía una adolescente y no una joven de 22 años. Antes que pudiera rezongar me empujo a la salida, el reloj marcaba las 2pm y la entrevista era a las 3pm.

—Más despacio, los tacones y los escalones no se llevan bien—me quejé.

—Acostúmbrate, la vida en París es muy ajetreada. Pasaremos por un bocadillo en el camino ¿tomaste tu medicina? —asentí, ayer al terminar de contarle lo que paso en la sesión con Marín ≪omitiendo ciertos detalles cómo: el incidente de Balthazar, las llamadas de Chloe a todas las casas de moda ; hablar con Bridgette sobre el caso y saber si aún le gustaba a mi psiquiatra≫, fuimos a comprar las medicinas—Bien, tenemos que llegar a la calle Rue dú Départ, donde se encuentran las oficinas de Gabriel's, verás la torre Montparnasse.

Fue lo último que escuche antes de adentrarme a su Acura ILX. En el trayecto me negué a probar más de dos bocados de la crepa salada que Cherry Hair compro, los nervios no me dejaron comer a gusto.

—¡Olvidé llamar a Luka! —saqué mi móvil de mi cartera.

—Hazlo el lunes, Luka tiene ensayo para su próximo concierto; se concentra tanto en ello que, ignora todo medio de comunicación—me informó.

Aquello me sorprendió, eso explicaba la guitarra y su aspecto bohemio.

Un sexy músico rebelde

—¿Tiene una banda?

—Algo así—Alix se encogió de hombros, mientras maniobraba con el volante—el viernes de la semana que viene será su concierto, las llevaré a ti y a Brid.

Mi corazón se aceleró, vería a Luka tocar la guitarra de nuevo, suspiré ilusionada, algo bueno para esperar está semana.

París ya no me parecía un lugar sombrío, contemplaba sus mágicas calles con su combinación entre lo moderno y lo antiguo. Una sonrisa de oreja a oreja decoro mis labios ¿sería bueno prepararle unos postres y llevarlos el día del concierto?

—Hemos llegado.

—¿Ah?

Alix me señaló la famosa Galeries Lafayette en la calle Rue dú Depart y junto a ella estaba la Torre Montparnasse; la cual era impresionante.

—Ahí están las oficinas administrativas de Gabriel's—me señaló un edificio frente a la torre—es donde Juleka dijo que te entrevistará. Antes, había un viejo hotel, el nuevo CEO lo mando a demoler y en su lugar construyeron ese edificio.

—Impressionnant—. Fue lo único que logré pronunciar. La edificación en cuestión era una sobria maravilla moderna de nueve pisos.

—Bien Mini bug, voy a esperarte en la cafetería que está al final de la cuadra—miré al frente y distinguí un local con unas sillas y sombrillas fuera. Me giré en su dirección y la abrazase.

—Gracias por todo lo que has hecho por mi—ella correspondió a mi abrazo—si el resultado no es favorable en esta entrevista, yo estoy feliz de que estés conmigo.

—No tienes nada que agradecer, lo hago con gusto, deja esos pensamientos negativos y entra a ese edificio. Determinada a quedarte con el puesto—su voz estaba a nada de quebrarse—. Tienes un talento increíble, ve y demuestra de que está hecha Marinette Dupain Cheng.

—Eso haré—hablé llena de confianza y me separé del abrazo. Abrí la puerta del auto y descendí de este, cerré la puerta. Alíx me llamó.

—Mini- bug, Marín quedo de llamarme en unos minutos, hay algunas cosas que quiere consultarme con relación a la sesión de ayer.

Iba a preguntarle que necesitaba saber él de mí, pero Alix ya había puesto en marcha el vehículo, dejándome de pie en la acera, rogando que ese azabache antipático no hablará de más.

La confidencia Doctor paciente le impide decir ciertos temas que se abordaron, y de los cuales yo...

¡Carajo! olvide decirle a Marín que era privado y que no.

Busqué mi cartera, para tomar mi celular y llamar a Cherry Hair. Le diría que había ciertas cosas que, no le conté a ella por miedo a su reacción

¡Con un demonio! No saqué mi cartera del auto. Mi optimismo comenzó a descender.

Este día no podía ser peor.

Caminé hasta la entrada de Gabriel's, miré mi reloj, marcaba las dos con cincuenta minutos, al menos estaba puntual. Las enormes puertas de vidrio se abrieron, permitiendo mi acceso al enorme edificio. La luz de sol se filtraba iluminando cada rincón del lugar, gracias a una cúpula de vidrio situada sobre los nueve pisos. Seguí observando el entorno, mi vista reparó en el enorme cuadro a escala de grises del famoso diseñador Gabriel Agreste con la leyenda ≪Aniversario Luctuoso≫ describiendo la fecha de nacimiento y de fallecimiento...

¡Es hoy!¡y yo vistiendo rosa pastel!

Esto debía tratarse de una estúpida broma o una maldición. Seguro esta edificación se construyó sobre un cementerio.

Las catacumbas te dicen algo.

¡Eso explica está racha de mala suerte!

Marinette por dios deja de divagar, piensa en la solución, demuestra que puedes sobrellevar esto...

—Buenas tardes ¿es usted la señorita Marinette Dupain? —.No.

—Si—tonta—Buenas tardes—debí negar mi nombre. Así me hubiera podido largar con mi frente en alto y no quedar cómo: "la chica del atuendo feliz, en el aniversario luctuoso del fundador"

La señorita que me saludó era una hermosa pelirroja con un bello corte estilo pixie, y enormes ojos verdes, vestía un blazer de corte italiano, con un cinturón que acentuaba su pequeña cintura. Llevaba una falda lápiz que realzaban sus caderas. Todo el traje en un impecable tono negro

—Bienvenida a Gabriel's—me extendió su mano, la cual estreche—un gusto conocerla Marinette, soy Ondine. Venga conmigo al segundo piso, por favor—su sonrisa no se borró en ningún momento.

—Es-este gracias; igualmente Ondine—ella soltó mi mano y con suma gracia camino hacia el ascensor, le seguí.

Subimos al cubículo y ella presionó el botón del segundo nivel.

—Nivel dos: recursos y talento humanos—una voz robotizada se escuchó, luego, la singular música del ascensor inundo el lugar.

En el reflejo de las paredes del cubículo, leí las letras del gafete de la pelirroja ≪Asistente del CEO≫ extraño: iba a reunirme con la encargada de recursos humanos, la secretaria del CEO no pintaba en nada. Mi mente repasó mi ingreso a las instalaciones, no había seguridad o algún otro empleado deambulando por la zona.

Las puertas del ascensor se abrieron.

—Esperé en la sala—su mano me señalo un lugar bien iluminado, que contaba con unos sillones beige de cuero y un televisor que transmitía un canal al parecer de temas de moda y diseño—¿desea algo de beber? ¿agua, té, jugo, café?

Lo pensé un momento, aún tenía mi estomago cerrado por los nervios, no necesitaba una bebida pesada.

—Agua está bien, gracias—sonreí, ocultando mi intranquilidad, ella se marchó y me dirigí al área mencionada.

Había una puerta a mi costado derecho, con unas letras doradas ≪RH≫ la cual daba acceso a la oficina de recursos humanos. Fuera de este, estaba el escritorio de la recepcionista, con la computadora apagada y ningún documento sobre la mesa ¿Qué está pasando?

Tranquila Mari, es sábado, no todos trabajan este día.

—Aquí tiene su agua, esta fría. El área de empleados solo tenía de estas disponibles, hoy no es un día laboral en Gabriel's.

Eso confirmaba mi teoría, sentí mi alma volver a mi cuerpo. Vaya imaginación. Seguramente ella estaba cubriendo el turno de la recepcionista de esta área, no había razón por la cual alarmarme.

—Gracias, no tengo problema con la temperatura. Me preocupaba un poco que el lugar estuviera desolado, ahora se la razón.

—Tranquila—sonrió—, pronto le llamaré para su entrevista—sin más, se retiró por otro pasillo.

Ojalá, Marín pudiera verme ahora: "siendo toda una señorita seguridad". Tomé asiento en los mullidos sillones, la programación en la televisión no fue suficiente para mi mente ociosa.

Se supone que mi ex era la nueva imagen de Gabriel's, sin embargo, no había nada haciendo mención del asunto en el edificio, contrario a las calles de París que, estaban atestadas de publicidad respecto al tema.

¿Qué pasaría si me encuentro a mi ex en los pasillos de la empresa? ≪hipotéticamente hablando≫ ¿Qué le diría?, sin duda le daría una bofetada.

¡No! Me despedirían si hiciera eso...entonces; me acostaría con él.

Sexo de despedida.

¡No! Eso no sería justo para nosotros ni para su nueva pareja, no quiero ser... la otra.

No le debo luto a mi ex, podía iniciar una relación con alguien más o acostarme con quien quiera.

Y a medio coito nombrar a tu ex. Cómo paso con Marín.

Recordé el rostro consternado de Marín sobre mí. Sin duda debía cortar todo lazo de afecto con mi ex, de lo contrario no sería capaz de pasar página ≪Así como él lo hizo contigo≫ Ni Luka, Marín o algún otro podría llenar mi corazón, si no destierro a mi ex de este.

Enfoque mis azules al reloj de pared.

¡Tres y media!

Miré la desolada estancia, habían pasado treinta minutos después de la hora acordada, me puse de pie.

Solo tengo una respuesta para esto. Chloe.

¡Mostraré mi dignidad plantando cara! Encararé a Juleka, ella no tiene la culpa, pero estaba cansada de quedarme de brazos cruzados, debía luchar contra las habladurías de esa rubia.

Con eso en mente me arme de coraje, dispuesta a ingresar por esas puertas de vidrio templado. Frené cuando estas se abrieron de par en par.

Una esbelta chica hizo su aparición, parecía una modelo de la empresa. Su cabello lacio platinado le llegaba dos dedos debajo de la cintura, su piel canela combinaba perfecto con el color de sus guedejas. El tono de sus labios era nude resaltando lo carnoso de estos, su blusa de seda blanca y mangas largas acentuaba bien las siluetas de su torso; su cuello estaba adornado por un moño de gato que salía de la misma prenda. Su short negro de lino combinaba con sus botas negras de gamuza y tacón de aguja que llegaban arriba de la rodilla.

Enfoco sus ojos color miel en mí. Su mirada me recorrió de arriba abajo, sonrió torciendo su labio a modo de burla. No la culpaba, a su lado, mi ropa parecía la de una religiosa que, vendía revistas de puerta en puerta. Bajé mi rostro por la vergüenza, descuadraba por completo con el lugar, el luto, la elegancia y el glamur.

La mujer paso a mi lado, haciendo que sus pasos resonaran al pisar la cerámica, no me saludó. Mientras se dirigió al ascensor, escuché una risita de su parte.

No encajas en la alta costura ¡mírate!

Mi voz interior tenía razón, yo no pertenencia a este lugar.

—Señorita Marinette, pase por favor—Ondine me llamó, ella venía caminando por el pasillo contrario a las puertas del despacho.

—¿Qué paso? —mis sentimientos comenzaban a desestabilizarse, aun así, iba a consultarle a Juleka si el retrasó era por culpa de Chloe.

—La persona que va a entrevistarla es alguien muy... estaba atendiendo asuntos de última hora—, cambio la dirección de su explicación. Mi ansiedad estaba creando posibles escenarios al escuchar ese leve titubeo en Ondine.

Trataba de no dejarme dominar por esos pensamientos negativos, era mi momento de la verdad, debía defender mi postura, siempre y cuando Chloe fuese la razón del retraso de mi entrevista.

 

Mi corazón palpitaba de forma arrítmica, apriete mis puños y avancé, no iba a permitir que un ataque de pánico me detuviera o me hiciera pasar vergüenza, frente a la jefa de recursos humanos.

Al ingresar a la oficina, detallé los lujosos muebles que se encontraban en el lugar, tallados en madera de caoba, lo sabía porque trabajé hace mucho en una venta de muebles, cuando iniciaba mis estudios universitarios.

Me perdí observando tantos detalles de aquel elegante espacio. Hasta que un carraspeo llamó mi atención, enfoqué mis azules de nuevo al escritorio con la placa que decía ≪Juleka Couffaine≫ pero quien estaba en ese lugar, no era ella.

¡No puede ser!

—Con su permiso—Ondime cerró la puerta. Yo quería salir corriendo detrás de ella.

—Buenas tardes, Señorita Cheng. Je la remarque un peu pâle. La noto un poco pálida — su voz era grave con un toque de amabilidad. Por su semblante impasible, supe que era mera cortesía.

Sonreí, sintiendo el temblor en mi mandíbula. Si Marín era un tempano, él hombre frente a mí, representaba la oscuridad.

Un lobo con piel de oveja.

Era el CEO de Gabriel's en persona; Adrien Agreste...conocido en la industria de la moda como:

El Demonio de París.

Notes:

Hola mis invocador@s,

Déjenme saber que tal les parece la historia hasta ahora.

¿Ya adivinaron quien es el ex de Marinette? mi premio para quien adivine, es dedicarle el capitulo donde revelaré el nombre de este "ingrato"

Por fin apareció la diva Agreste, Marinette va conocer de primera mano, porque le dicen el demonio de París.

Me resta agradecer el apoyo que ustedes le dan a este fic, con sus estrellas, recomendaciones, vistas fantasmales y agregarlo a sus bibliotecas, me animan mucho a continuar con está historia. ♥

Sin más que decir, nos leemos luego

Chapter 6: Ufano

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Adrien Agreste:

Desperté gracias a mi jodido, pero exacto reloj biológico.
—Malédiction! ¡Maldición! —los músculos de mi cuerpo dolían. La luz que se colaba por los enormes ventanales iluminaba por completo la sala de mi Château. —Je ne boirai jamais! Nunca beberé.
Mi estomago rugió de hambre. Debió ser porque esta madrugada deseché todo el alcohol y la cena en el servicio, mi saliva aún tenía ese amargo sabor. Mi cuerpo de 29 años no procesaba el consumo de alcohol cómo hace 10 años.
Me incorporé del sillón donde estaba recostado, una sábana blanca resbalo por mi cuerpo. Traía puesto mi bóxer y mi ropa estaba regada en el piso.
¿Winter?
Hice una pequeña regresión de los acontecimientos del día anterior: salí del trabajo con Winter, casi atropello a una loca que se atravesó corriendo a media calle. Llegamos a mi casa, Winter y yo bebimos una botella de Single Malt Scotch Whisky de 36 años y luego follamos en este sofá. Al parecer, ella se marchó. El silencio en la estancia me lo confirmó.
Tomé el celular que estaba sobre la mesa, miré la hora y el día. Apreté mis dientes. La razón número uno del porque me emborrache apareció: hoy era el décimo aniversario luctuoso del “Magnánimo Gabriel Agreste”
Mi padre, “el gran diseñador” fue asesinado en las escaleras de su mansión, por nada menos que su amante Nathalie Sancoeur. Mi madre no quiso que esa vergonzosa historia saliera a la luz pública, y gasto una buena suma de dinero para silenciar a los medios. Años más tarde, se convirtió en una de las razones que, llevaron a la banca rota a la empresa. Mi madre no era particularmente buena con los negocios, le iba mejor como actriz.
El mundo se conmovió con la mentira creada: “Gabriel Agreste fue asesinado por su asistente, al este no ceder a los chantajes monetarios de Sancoeur”. Nathalie nunca expuso su verdad, su juicio fue a puerta cerrada. Supongo que en la cárcel la paso peor, a los tres meses de condena, ella se suicidó.
Mi madre me contó la verdad de todo este embrollo, cuando terminé mis estudios en Alemania y, regresé a París a tomar posesión de la empresa.
Mi sorpresa fue enorme, al descubrir que gran parte de las acciones pertenecían al nuevo esposo de mi madre, un tipo que igual que ella no sabía nada de negocios. Tuve que sacar la basura de la empresa y tomé posesión absoluta de esta. Me convertí en un tirano de los negocios, no me importó nada ni nadie, con tal de recuperar el prestigio de la casa de modas Gabriel´s lo cual logré.
En estos momentos mi único enfoque, es obtener más, hacerme de varios negocios y ampliar las sociedades dentro de la empresa.
Caminé hasta las gradas de mármol pulido que, llevan a la segunda planta. Lavaría mis dientes, tomaría una ducha y luego iría a correr por los alrededores, para estirar mis músculos atrofiados, después desayunaría, la resaca tenía mi estómago revuelto. Además, debía ir al servicio en honor al aniversario luctuoso de mi padre.
En el trayecto recogí las prendas que estaban regadas en el piso: la servidumbre tenía libre los fines de semana. Puedo arreglármelas por dos días sin ellos. Dicho de otra manera, necesito privacidad para divertirme en mi Château, no voy a coger a una chica en las gradas, sabiendo que mis sirvientes pueden estar de mirones en cualquier lado, me gusta el exhibicionismo, pero, tengo límites con ese concepto.
Subí las gradas, cargando mi ropa en una mano y en la otra mi celular. El timbre de llamada entrante, me hizo gruñir, olvide mencionar el dolor de cabeza que me estaba matando. Miré el identificador, era mi asistente ¿Qué quiere? Los fines de semana en Gabriel´s no se trabaja…bueno solo empleados, yo sigo respondiendo emails y llamadas.
Ser el jefe tiene sus pros y sus contras.
—Bonj…—vacilé en mi saludó, recién vi la hora en el celular y no recuerdo si era de mañana o medio día. Jodido alcohol, miré mi smartwatch, mostraba las diez de la mañana—Bonjour, Ondine, ¿necesitas algo?
—Buenos días joven Agreste, mis sinceras condolencias por el aniversario luctuoso de su padre—saludó mi amable asistente, yo no estaba de humor para ser condescendiente.
—Ve al grano. Tengo cosas por hacer.
—Juleka me llamó para informar que está enferma. Me pidió cancelar las entrevistas de hoy con las aspirantes, al puesto de asistente en el Atelier de Haute Couture, Alta Costura, y reprogramar las citas con ellas. Pero dada la urgencia de cubrir ese puesto, tomé a bien suplir su lugar y entrevistar a las jóvenes. Pues la Fashion week spring-summer está a la vuelta.
—Hazte cargó de la recepción de las aspirantes; yo las entrevistaré—. Cómo CEO, no iba dejar una tarea tan delicada a alguien carente de la capacidad de análisis que, se requería para calificar las habilidades de las aspirantes. Mantener el prestigio de Maisons Haute Couture dependía de mí.
—De acuerdo—ella no me contradijo, sabía que cuestionarme se pagaba caro—joven Agreste, le informo que las entrevistas comenzaran a la una y usted tiene el servicio de su padre a las cinco.
—No es como si fuera a charlar por horas con las aspirantes, te veo en la oficina al medio día, ten los portafolios de las chicas listos.
—Claro joven Agreste.
—Una cosa más, no les digas que el CEO las entrevistará—sin decir más colgué la llamada. Mi humor había evolucionado, de estar amargado a estar cabreado.
Hora de cambiar mi itinerario, retomé mi andar hasta mi cuarto, primero iría a correr ≪es algo que no dejo de realizar por ninguna circunstancia≫ al terminar tomaría una ducha, ya buscaría que comer en el centro de París, pues vivía en Marly-le-Roi, un lugar cerca de Triangle D´or, uno de los barrios exclusivos de la ciudad del amor. La lejanía con el centro era compensada por la privacidad que brindaba.
Entre a mi habitación, la cuál era una mezcla de estilo señorial y moderno: una cama estilo King size de mediana altura, con una base de cedro de color negro y, las sabanas sobre el mullido colchón son de seda en color rojo escarlata.
La pared detrás de la cama, tiene un espejo empotrado, que se extiende hasta el techo ≪las deliciosas vista que obtengo de mis conquistas, cuando las hago mías, no se comparan con ningún afrodisiaco≫ frente al lecho, está un taburete que, funciona también cómo baúl y, en el guardo mis juguetes de placer.
Al igual que mi antigua habitación de adolescente, hay un ventanal enorme, con la diferencia que tiene una puerta que lleva a la terraza. Confieso que jamás cierro las persianas cuando estoy con una chica, lo dije antes, uno de mis fetiches es el exhibicionismo. No me mató en el gimnasio para esconder mi bien tonificado cuerpo y, mis conquistas siempre son jóvenes y hermosas ¿Por qué he de ocultar con quien me acuesto? Somos adultos teniendo sexo por mutuo acuerdo. ¿Qué hay de malo con presumirlo?
Me adentré al baño, lancé mis prendas al cesto de la ropa sucia, fui al lavamanos para cepillar mis dientes, el sabor asqueroso de los residuos de mi vomito me estaba enfermando, al terminar, fui hacer mis necesidades y luego rebusqué en el botiquín del tocador, necesitaba un analgésico que me quitará la jodida jaqueca y el vértigo. Una vez lo encontré lo ingerí en seco. Dirigí mis pasos al walking closet, donde escogí uno de los atuendos para correr que Armand, el diseñador de Gabriel´s hizo para mí. Me atavíe con la indumentaria listo para realizar mi rutina.
Sincronicé mi cronometro, miré la hora.
Ma mère! ¡Madre mía ! ¡Diez y media! ¿eh? ¿Quién adelantó el reloj?
Disponía de media hora para realizar mis ejercicios. Antes de salir, cheque mi apariencia en el espejo del walking closet, mi aspecto lo es todo. Mi barba había crecido, así que le mande un mensaje a mi estilista, lo necesitaba en mi residencia a las once en punto, para estilizar mi vello facial y recortar las puntas de mi cabello que, estaba bastante largo.
Observe más a detalle, espero más tarde, la ducha me levanté los ánimos. Mi aspecto es horrible, mis parpados están hinchados y mis ojos rojos, sin mencionar las ojeras bajo estos. Aunque, si lo pienso bien, este aspecto es genial para la publicidad. Imagine los titulares “El único heredero de la dinastía Agreste, aún no supera la pérdida de su padre” luego en la descripción pondrían algo cómo… “solo basta ver lo demacrado que luce este día, la cima es solitaria sin la compañía familiar”. Miles de fans, conmovidos con la nota, irían a consumir productos de Gabriel´s, pensando que eso levantaría mis ánimos. Mis labios se curvaron en una sonrisa de suficiencia.


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El viento golpeó mi rostro, y en mis audífonos se reproducía mi playlist favorita. Hacia un buen rato que había salido a correr. Traté de disfrutar el panorama, plagado de árboles frondosos al lado del camino.
Mi smartwatch emitió el sonido de llamada entrante, el identificador mostró un fastidioso nombre. Me obligue a responder, por nuestras relaciones comerciales, más por el hecho que su madre es la reina de la moda en Estados Unidos, uno de nuestros socios más importantes, después de Japón.
—Hola Chloe, gusto de saludarte—salude cordial, con toda la hipocresía de mi ser.
—¡Adrienbuuu! En hora buena que la llamada me enlazó a tu teléfono y no al de esa odiosa “Snow White”—Su voz gritona y aguda perforó mis oídos, si no fuera por el analgésico estaría quejándome del dolor de cabeza.
—Tu te réfères à Winter, Te refieres a Winter.
—A quién le importa como se llame, es una incompetente, esa que tienes por asistente.
—No es mi asistente es la Directora General de…
—¡Despídela! —demandó.
—Chloe—froté mi entrecejo para tolerar a la rubia mimada—¿a qué debo la urgencia de contactarme? —aceleré el ritmo de mi troté.
—¡Puaj! ¿Estas follando?
—Estoy trotando—tarada, me contuve de reír con cinismo. Nunca he contestado una llamada mientras cojo—. Puedes decirme que es lo que necesitas, tengo un día muy ocupado.
—Verás ¿recuerdas el escándalo en Londres de hace un año? —debió interpretar mi silencio, porque procedió a explicarme—ese dónde una novata recién graduada, quiso chantajearme con un video donde Sabrina y yo estábamos…
—¡Claro! Disculpa por olvidarlo ¿qué pinto yo en todo esto? —Ni puta idea de que estaba hablando, pero necesitaba que llegará al punto de una vez.
—Pues mucho Adrienbuu, al ser el dueño de una importante casa de modas, me tomé a bien advertirte de esta oportunista. Ella se ha mudado a Francia. Estoy segura de que esta en París—¿Y eso en que afecta a ultra lord? —, sin duda irá a mendigar una oportunidad, fingiendo que es una víctima de las circunstancias ¡cuando no es más que una hipócrita manipuladora!
—No creo que eso suceda, pero gracias por la advertencia—iba a despedirme de ella. Olvide lo obstinada que es Chloe, cuando tiene algo entre ceja y ceja.
—La estas subestimando—advirtió con vos seria—al menor descuido, se meterá en tu cama, y después, te tendrá comiendo de su mano.
—Dudo mucho que pueda estar cuerda, después de una noche en mi cama.
—¡No estas tomando enserio mi advertencia! —me reprocho, genial ahora estaba molesta—Dupain Cheng es una rata peligrosa, Agreste—se notaba el odio en su voz, cuando pronunció el apellido de la chica en cuestión, seguido de un apodo despectivo. La tal “Dupon” se había ganado una enemiga temible.
Chloe comenzó a narrar la razón del porque estaba desatando la furia Bourgeois sobre la “rata Dupon”. Confieso que no preste atención a la mayoría de sus palabras. Confiaba en Juleka, ella hace una investigación exhaustiva sobre las personas que acepta para entrevista. Así que no era de mi importancia, la razón patética por la que estas dos se odiaban.
Puro cacareo
—…Cheng no dudará en destruirte a la menor oportunidad, de suerte, cómo tu mejor amiga, te lo estoy advirtiendo.
¿Destruirme? ¿Una rata a mí? Eso me hace reír.
—Tus advertencias no han caído en saco roto, gracias por tomarte el tiempo y advertirme querida Chloe—Fingí estar agradecido con la rubia.
—No tienes por qué agradecer Adrienbuu. Eres dueño de una de las Maisons de Haute Couture consentidas de mami. Ahora mismo te envió un resumen y el perfil de esa rata—genial, correo basura.
El sonido de la notificación de un email se escuchó, más tarde borraría ese correo.
—Tengo que colgar abejita—la llamé con el sobrenombre que le gustaba—, hay asuntos de la Fashion Week que debo resolver.
—Me quedo más tranquila ahora que tú, ya sabes esta valiosa información, cuídate Adrienbuu. Casi lo olvido, mis condolencias por el aniversario—lanzó un sonoro beso que, casi revienta mi tímpano y colgó.
Perdí tiempo valioso escuchando un chisme de hace un año, miré mi reloj.
¡Once y quince!
—Merde!


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Caminaba por la acera de la calle Rue du Départ. Por seguridad dejé mi Lamborghini Urus en el parqueo subterráneo de mi empresa, no iba dejar a mi bebé a merced de cualquiera, si bien fui a almorzar a un restaurant a la carta, no me confiaba de los empleados del valet parking, la mayoría ni sabía cómo encender una joya como esa, menos, usar el piloto automático.
Detuve mi andar frente a una vitrina. Admiré lo bien que se veía mi barba estilo stubble y mi cabello cortado en capas. Peiné mis rubios mechones hacia un lado. Mi estilista hizo maravillas con el poco tiempo.
Mis ojos aún lucían cansados, anteriormente apliqué unas gotas para bajar la irritación. Mientras hacían efecto usaba unas gafas negras. Acomodé mi gabardina blanca de polyester, la cual llevaba sobre mis hombros, dejando las mangas colgadas a los lados.
El frío de otoño circulaba en el ambiente, aún era soportable. Así que opte por una camisa de jersey desmangada con cuello de tortuga, de color negro. Mis pantalones a medida de color gris junto a unos mocasines marrones combinaban perfecto.
No iba a presentarme con un aburrido outfit completamente negro, al servicio en honor al “Santo Gabriel”. Lucía melancólico pero intocable.
—Hola, dormilón—una aterciopelada voz me saludó. Miré por sobre mi hombro y ahí estaba la causante, esbozando una enorme sonrisa.
Mi sensual amiga, que conocí en mis años universitarios en Alemania. Winter Lawless, actual Directora General de Gabriel's, gracias a su licenciatura en el Estudio de las Ciencias Sociales.
—Hola Winter, ¿que fais-tu ici? ¿Qué haces aquí? —, su aspecto era impecable ¡demonios! No parecía haber bebido y cogido conmigo la noche anterior.
—Supe que trabajarías hoy, así que, cómo tu buena amiga, vine a darte apoyo moral. Luego te acompañaré al servicio en honor a tu padre.
—Muy considerado de tu parte—le ofrecí mi brazo, el cual aceptó gustosa y se arrimó melosa de este, frotando sus apetecibles senos en este.
Retomé el camino con ella a mi lado, no quería tener una erección en medio de la calle.
Adrien piensa en la biblia…mejor no, orgías y adulterio es lo que más recuerdo de ese libro.
—Anímate amargado—la voz de Winter me trajo a la realidad—, verás a tres aspirantes hoy, más de alguna será linda y follable—movió ambas cejas, y sonrió pilluela.
—Las entrevistas son para un puesto de trabajo, no para una cita a ciegas. Además, no me acuesto con el personal de mi empresa—ella enarcó una ceja—tú estás a mi nivel, el resto ni te llegan a los talones.
—“Don Superior” está muy tensó—llevó una de sus manos a mis pectorales y, con su perfecta manicura, dibujó círculos sobre mi pecho—sé dé un método muy efectivo para liberar tensiones—, se abrazó a mi costado, apretando sus firmes y grandes tetas a este.
Bajé mis gafas y la vi de reojo ≪una cuarta, diferenciaba nuestra altura≫ Winter se relamió sus labios, mis verdes conectaron con su lasciva mirada miel. Sonreí de lado, confirmando a mi amiga que aceptaba su sensual propuesta.
Winter Lawless y yo éramos amigos con derecho. Años atrás habíamos intentado tener algo serio, pero en mis ambiciones, formar una familia no figuraba, ella en cambio anhelaba una. Finalizamos la relación en buenos términos. Acordamos que mientras estuviéramos solteros, viviríamos de nuestra sexualidad a plenitud, nos acostaríamos con otras parejas y tendríamos encuentros entre nosotros de forma segura.
Un libertinaje sexual, responsable.
—No quiero tardar mucho con las entrevistas, y ahora menos— le susurre cerca de su oído, ella rio—las puertas automáticas de Gabriel´s nos dieron el acceso al edificio—. Necesito estar relajado para encarar a los hipócritas que, se acercaran a dar sus condolencias en ese mugroso servicio.
La sensual morena iba a responderme, pero la voz amable de Ondine nos saludó.
—Buenas tardes y bienvenidos, joven Agreste y Señorita Lawless—la pelirroja de cortos cabellos, extendió los portafolios con la información de las que serían entrevistadas.
—Buenas tardes Ondine—, saludé a mi confiable asistente y, tomé los libros.
—Buenas tardes Ondine—saludó entusiasta Winter—¿Cómo esta tu pequeño Oliver?
—Muy bien, gracias. Está en casa, con su padre—, respondió con devoción la oji-verde, seguramente imaginando a su pequeño— por cierto, Joven Agreste, la primera aspirante está en la sala de espera de recursos humanos, como usted lo solicitó.
—Gracias por informarme. Al terminar las entrevistas, puedes irte a tu casa, tu presencia no es necesaria en el servicio en memoria de mi padre—le notifiqué, la oji-verde sonrió y me agradeció.
—Yo de mientras iré a descansar a la sala de espera, Cinnamon Boy—Winter me llamó por el odioso mote con el que, me bautizó cuando nos conocimos en Alemania.
—Tú te vienes conmigo a entrevistar a las aspirantes, ya que estas aquí, usaré tus conocimientos a mi favor.
—¿Eh? no es justo—se quejó la oji-miel
No dije nada, caminé con ambas femeninas detrás de mi hacia el ascensor. Iba comenzar de inmediato con las entrevistas. Sabía lo que el taller de Haute Couture necesitaba, así que no demoraría mucho tiempo con cada aspirante.


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Dos de las tres entrevistas programadas habían finalizado. Una de ellas no me llevó ni diez minutos. Algo curioso era el hecho que ambas aspirantes fueron concursantes del último programa que Chloe produjo: “Fashion Business”
La primera en entrevistarse fue la señorita, Rose Lavillant, una chica con una voz melosa. Cabe destacar que defendió bien su prueba, lo cual la hizo una fuerte candidata a quedarse con el puesto, cosía muy bien a mano, requisito fundamental para fashion week spring-summer. La segunda fue Lila Rossi, mintió de principio a fin y casi destroza todo el material para su prueba. No la soporté ni un minuto más, la corté a mitad de su presentación, y le exigí que abandonará las instalaciones de inmediato.
Sobre mi escritorio estaba el ultimo portafolio de la chica a evaluar, debido a la premura de los acontecimientos, no tuve tiempo de revisar la información con antelación. Así que, lo hacía al momento de la entrevista, con la ayuda de Winter. La buena noticia era que el rojo de mis ojos desapareció, y fui libre de usar esas gafas oscuras, me sentí estúpido, usando ese accesorio al interior del lugar. Con ayuda de mi amiga y sus conocimientos en maquillaje, disimuló gran parte de mis ojeras, dejando unas cuantas visibles, para presentarme ante los socios que, estarían en el servicio en honor a Gabriel.
—La tal Rossi nos dejó un buen tiempo de sobra—Winter desperezaba sus músculos, estirando sus brazos haciendo que sus firmes y apretújales senos se marcara bajo su camisa—son las dos y media—observó de reojo el reloj en la pared— la última chica se presentará hasta las tres—al notar mi lasciva mirada, ella desató de forma lenta el moño de su cuello.
—Podemos revisar su portafolio, antes que ella entre por esa puerta—sugerí, sin intención de llevar acabo esa acción y, dejando un espacio entre el escritorio y la silla donde estaba sentado, dejando ver a la mujer de cabello platinado, la erección que se notaba bajo mi pantalón.
Winter al ver cómo me ponía, sacó su blusa por completo. Dejó al descubierto sus montañas cubiertas por un sostén de encaje blanco, sus aureolas marrones, se podían ver por la transparencia de la delicada tela.
El cirujano hizo un magnífico trabajo con ses seins, sus senos.
—Sugiero mejor, una reunión para intercambiar opiniones—la oji-miel se mordió su labio inferior, esa acción aumento mi deseo de tener esos carnosos labios, chupando mi pene.
Sin esperar mi respuesta ella se sentó en arcadas sobre mi regazo, nuestros sexos se rozaron, mi amiga gimió de placer y yo apreté sus glúteos, para aumentar la fricción de nuestros genitales. Ambos estábamos cayendo en esa atmosfera de lujuria, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, necesitaba sentirla, estaba tensó con todo lo de este maldito día, y ella, en estos momentos, era mi liberación. La silla rechinó ante los movimientos, mi mano derecha acuno uno de sus senos apretando y masajeando, mi mano izquierda acariciaba su trasero, acelerando nuestras fricciones. Winter enredó sus dedos entre los mechones de mi cabello, y su otra mano se coló bajo mi camisa, acariciando mi abdomen, los dos nos fundimos en un apasionado beso, buscando devorar la cavidad bucal ajena.
Los jadeos de mi amiga morían en mis labios. De pronto se giró, quedando a espaldas de mí y, apegó su trasero a mi abdomen. Inclinó su cabeza sobre mi hombro, enredo los dedos de su mano derecha en mis guedejas y, con su mano izquierda levantó su sostén, sus tetas rebotaron cuando fueron liberadas.
—Tócame Adrien—susurró aquella orden cerca de mi oído, orden que cumplí de inmediato.
Apreté con descaró sus senos, mi mano libre desabotonó su short, y la introduje hasta encontrar su botón de placer. Esto sería solo un polvo rápido, teníamos trabajo que hacer. Winter soltó mi cabello y, ante mi tacto, se sujetó del escritorio para abrir más sus piernas y darme más acceso a su vagina húmeda y deseosa. Su acción produjo que el portafolio sobre la mesa cayera al piso y se abriera. Mi sangre llegó de golpe a mi cabeza, activando todas mis alarmas y un incontrolable enojo.
—Aléjate—le ordené, poco me importó que ella se cabreará por dejarla con las ganas. Pues mi libido se fue al piso, junto con el portafolio.
—¿Oye, que te pasa? —se quejó la morena, al perder un poco el equilibrio. Me puse de pie y la hice a un lado de la silla.
—¡ESTO! —alce la voz, con la ira dominando mis palabras. Tomé el libro y señale la foto que ahí se mostraba—¡Esta tipa es la enemiga número uno de las Bourgeois! ¡¿Qué acaso Juleka no la investigo antes?!—le recriminé a mi amiga que, recogía su camisa para vestirse.
Cómo si ella tuviera la culpa.
—Juleka tiene un buen ojo para descubrir diamantes en bruto y lo sabes—defendió Winter a mi jefa de recursos humanos—Chloe y su madre son una caprichosas, la chica a lo mejor les hizo el feo y por eso hacen berrinche, no es la primera vez que pasa.
Miré a la joven de la foto, quizás Winter tenía razón. Chloe tenía la mala costumbre de atacar a quien le llevaba la contraria. Aunque por otro, la rubia me había llamado y relatado una historia respecto al problema con la ¿cómo la llamó?... “Rata Dupon”
Quelque chose ne va pas ici, Algo aquí está mal.
Hojee el portafolio, quería encontrar lo que llamó la atención de Juleka. La joven en cuestión era: Marinette Dupain Cheng, de 22 años. En su foto de perfil parecía de 17 años. Proseguí, hablaba cuatro idiomas, inglés, mandarín, español y francés. Había estudiado su carrera en una excelente escuela de modas en Londres. Tomó muchos cursos que, serían un apoyo excelente en el Atelier. Entre sus referencias estaba el nombre de la esposa de mi primo Félix, a quien no veo desde el funeral de mi madre.
Continué revisando: La información respecto a patrones, diseños, tipo de materiales utilizados, elaboración y descripción de la tela, así como la funcionabilidad de la prenda, estaban bien descritos.
Sería una empleada modelo, si pone en práctica todo el conocimiento que dice tener.
—¿Entonces, por qué? —lancé la pregunta al aire, buscaba razones del porque alguien tan preparada, era enemiga de Chloe.
—A Marinette, la vi una tan sola vez en la fashion week London, era una de las jóvenes promesas de Central Saint Martins. En esa ocasión, yo estaba buscando prospectos para reclutar a Gabriel´s—Winter explicaba de la nada—. Le entregué mi tarjeta, pero Chloe llegó en compañía de su odiosa asistente, y la acapararon de inmediato —Winter sincronizó su celular con la tv del despacho. Mostró la información que, había encontrado respecto a la tal Marinette en la red—Espera, esto… ¿Cuándo paso?
Ambos estábamos estupefactos, mi amiga abrió uno de los documentos recientes que, Chloe había enviado a la bandeja de correo de la empresa, al parecer, no solo fue a mí.
La imagen de niña buena y prodigiosa de Marinette se fue al suelo: era acusada de robar las ideas de sus compañeros y compañeras de reality, las redes sociales la catalogaron de homofóbica y casa fortunas, cosa que fue confirmada, cuando intentó chantajear a Chloe y su asistente con un video. Lo cual provocó su expulsión inmediata del reality, a petición de los fans de Bourgeois.
—Esta chica es una zorra con piel de conejita, Chloe está vez, no estaba exagerando—silbó Winter al terminar de leer la información.
—Dice que antes tenía una marca llamada “Ladybug”, era muy popular entre los jóvenes londinenses—leí un apartado donde se mencionaba ese detalle.
Ambos nos quedamos en silencio, Winter siguió bajando para leer más acerca de la “Rata Dupon”. Yo procesaba, cómo una chica, se graduó de tan prestigiosa escuela y nadie descubrió sus trampas.
Seguro se acostó con sus maestros, esa cara inocente haría caer al más incauto.
—No puede ser—la voz de Winter llamó mi atención—¡mira eso Adrien! —. Ella señaló la foto que estaba en la pantalla.
—Es nuestro cliente reciente—afirmé.
—Marinette fue novia de él, y termino su relación al enterarse que él es bisexual. Esto lo dio a conocer Bob, el mánager de nuestro cliente—mi amiga puso sus manos en puño a sus costados, estaba enojada— Suficiente, esta tipa me da asco. Si está allá afuera, voy a ponerla en su lugar—caminó furiosa a la puerta.
Miré mi reloj, eran las tres y media.
—No lo hagas— la detuve. Winter me miró y se cruzó de brazos indignada—voy a encarar a esa rata mentirosa, del mismo modo que hice con Lila. Me aseguraré de darle una lección que no olvidará.
—Me gustaría ver eso—sonrió pilluela, luego su rostro se ensombreció—, pero sabes lo impulsiva que soy—advirtió—te dejó con ella, para que pongas en su lugar a esa rata estúpida—desposito un casto beso en mis labios—. Te espero en el estacionamiento—sin esperar mi respuesta se marchó, sin duda estaba cabreada y, con justa razón.
Tomé alcohol en gel y lo apliqué en mis manos, ordené los papeles sobre mi escritorio y apagué el televisor. Arreglé mi aspecto, nada como humillar a una oportunista para levantarme el ánimo.
—Ondine—llamé a mi asistente por el conmutador—haz pasar a la Señorita Cheng, si aún se encuentra en la sala de espera.
—Ella no se ha retirado—perfecto, sonreí—enseguida la haré pasar—colgó.
Giré la silla hacia la ventana, sin duda, “Dupon” estaba confiada en ver a Juleka en esta oficina, vaya sorpresa que se iba llevar.
A los segundos escuché un levé toque en la puerta.
—Adelante—pronuncié con tono firme.
—Pasé adelante—escuché decir a mi asistente, al tiempo que las puertas corredizas se abrían.
Miré el reflejo de la ventana frente a mí, la pelirroja se adentró a la oficina seguida de Marinette. La azabache tenía una piel muy blanca, parecía un fantasma, su tono no era normal, sin mencionar que el color de ese vestido no le favorecía en nada a su aspecto. La euroasiática, no era ni la sombra de la sonriente Marinette de la foto de perfil del portafolio.
Aclaré mi garganta, mientras giré la silla, su atención se centró en el rotulo sobre el escritorio y luego en mí, sus zafiros se abrieron con asombro. Me llamó la atención el vació en sus ojos, parecía tener una mirada perdida.
«Así lucían los ojos de mi madre, días antes de quitarse la vida.»
—Con su permiso—Ondine se retiró. La azabache se giró hacia la puerta cerrada, al parecer estaba aterrada con mi presencia, lo cual me era agradable.
—Buenas tardes, Señorita Cheng. Je la remarque un peu pâle. La noto un poco pálida.
Ella me miró de nuevo, intentó sonreír, pero falló y, en su lugar esbozó una mueca nerviosa.
«Hora de hundirte “Rata Dupon”»

Notes:

Hola mis invocadoras e invocadores, listo un nuevo capitulo de este torrentoso fic. Es hora de conocer al Demonio de París, y parte del porque, el corazón de Adrien se dejó envolver por la ambición y el poder.
El primer encuentro de nuestros protagonistas se ve empañado por las acusaciones de Chloe hacia Marinette. Doy a entender un poco de lo que es el problema que se traen estas dos, y la obsesión de la rubia con hacer la vida imposible a nuestra ojiazul.
La personalidad de Adrien está basada en la canción Natural -Imagine Dragons
Espero sus comentarios y dudas. Nos leemos pronto

Chapter 7: Pacto

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Caperucita roja ingresó a la casa y notó al enorme lobo frente a ella, la particularidad del aterrador animal no era devorar personas, sino algo peor...sueños.

Me aproximé con cautela hacia el fino escritorio, con cada paso que daba, mi ansiedad aumentaba. La mirada invasiva de parte del Demonio de París, no me ayudaba en nada.

Bonsoir Monsieur, buenas tardes, Se-señor Agreste…—saludé en voz baja, con un marcado acento inglés.

Una parte de mí temía que pasará lo mismo que en la entrevista de Balthazar. Y la otra, no sabía que esperar de él.

Jeune Agreste, Joven Agreste—me corrigió con desprecio y con acento francés. Se recostó en su asiento, puso una pierna sobre la otra y cruzó sus manos sobre esta.

¿Por qué Juleka no estaba? ¿Chloe ha llamado? Quería articular una respuesta en ese momento, pero la incertidumbre de por qué el Demonio de París estaba aquí me mataba.

La pregunta Marinette ¡no la respondiste!

¿Pregunta? ¡Cielos es cierto!

Ma pâleur?  ¿Mi palidez ? Este…se debe—. El altivo empresario enarco una ceja, su mano sostuvo su mandíbula con aburrimiento.

—Siéntese, a menos que quiera estar de pie lo que dure la entrevista—ignoró mi intentó de respuesta.

Piensa positivo, él es un empresario ocupado, céntrate en las preguntas y responde de inmediato.

—Aunque, no creo que dure mucho—agregó.

Adiós actitud positiva, hola miedo.

Merci beaucoup, Muchas gracias— fue lo único que mi emergente pánico dejó articular. Tomé asiento en la cómoda silla. Él cambio su postura, ahora estaba leyendo mi portafolio, su mano acariciaba su barbilla.

El silencio era abrumador, sentía que las paredes se iban encogiendo. Aprete la tela de mi falda, necesitaba distraerme en algo o comenzaría a hiperventilar.

Tienes un monumento de hombre frente a ti ¿Qué más distracción quieres?

El joven Agreste es endemoniadamente atractivo, con un aura dominante que aterra. Lo vi por entre mis espesas pestañas, al tener mi rostro inclinado, mientras él seguía pasando las páginas y leyendo.

Su barba era poco perceptible, muy bien recortada. Su piel bronceada era un pecado a la vista: tentando a pasar los dedos sobre ella, para comprobar si es tan tersa como se ve.

Algunos mechones de su bien cuidado cabello, caen sobre su frente. Noté que, cuando lee algo que le interesa fruñe el ceño ≪Mi terror hacia el silencio, estaba aminorando≫. Sus cejas algo pobladas, junto a su verde mirada, lo hacían ver como un gato. No, él no era un gato, el parecía una pantera. Olfatee su deliciosa loción, era una mezcla maderada de cedro.

Su pecho se apretaba sobre su camisa desmangada que, dejaban a la vista lo tonificados que estaban sus brazos.

¿Qué se sentirá ser apresada por esos fornidos brazos?

Ok, imaginación estas yendo por otro lado ¡Céntrate!

—¿El traje que lleva? L'avez-vous conçu? ¿Lo diseño usted? —sus ojos verdes estaban fijos en mí.

—¿Eh?  Ma robe? ¿Mi vestido? —él enarco una ceja. Debí parecer una estúpida, contestando una pregunta con otra—¡Si, lo hice yo! Pe-perdón, no quise alzar la voz—no dijo nada, ni cambio su expresión. Me apresuré a agregar algo más profesional a mi respuesta—. Lo hice a un año de graduarme, para London Fashion wee…

—Hace un año, Señorita Cheng.

—Es correcto—respondí, notando al momento que, él lo había afirmado no consultado. Sonrió de forma guasona.

—Eso explica lo desfasado del estilo. No es lo que se está usando ni en Londres ni París, en esta temporada. Patético.

Su respuesta hirió mi orgullo de diseñadora que, como tal, debía estar siempre a la vanguardia. Gabriel´s es una casa de modas de prestigio, y yo ni siquiera puse empeño en vestir a la altura de la entrevista. Me confíe que Juleka, una persona que no conocía iba a entrevistarme y tratar bien… ¿a razón de qué? apenas y conozco a Luka. Dejé que Alix escogiera mi outfit, cuando era yo quien debía hacerlo.

—Este diseño me valió muchos reconocimientos—tenía que ingeniármelas y salir bien librada de esto. Así que hice un intento más por defender mi diseño.

—Usted estudio en ¿Central Saint Martins? —inquirió, cerró mi portafolio de golpe, y yo di un respingo ante la acción.  

—Es correcto joven Agreste, me gradué de tan prestigiosa escuela en Londres—dije con orgullo, pues ahí conocí a grandes talentos, tanto como maestros y compañeros de carrera.

—Lo tendré en cuenta—una sonrisa se dibujó en mis labios, cuando lo escuché hablar—para no enviar a capacitar a mi personal a ese lugar, al parecer—me miró de arriba abajo con desdén—ha bajado sus estándares en los últimos años.

Adrien

Su estúpida sonrisa se borró de su rostro. Yo estaba determinado a barrer el piso con “la rata Dupon” Esa fachada de santurrona no me la trago en lo más mínimo.

—Veamos qué tan buena es Señorita Cheng—me apresuré a dar mi siguiente movimiento, sus inseguridades eran latentes, prueba de ello era su irritante tartamudeo—. La pondré a prueba. Su libro está muy sobre adornado de logros. Pienso que es perfecto para leerle a los niños en el primario—sus azules me observaron dolida—. A mí me parece que solo alardea—. Observé su aspecto una vez más, esbocé una risa burlona— su aspecto contrasta con la imagen de “chica perfecta” de su portafolio.

—To-todo en ese li-libro es verdad—y ahí estaba ese jodido titubeo otra vez—Si es por el color del vestido, yo…

—Dejé de tartamudear, es irritante—ella se mordió sus labios y bajo su mirada, sus manos tenían un ligero temblor. ¿O le estaba infundiendo miedo o ella iba fingir un sincope? —¿vio a la chica que salió de esta oficina? —ella me miró con esos ojos azules y vacíos, al parecer, procesando mi pregunta. Vaya que es idiota—. La morena de cabello plateado y cuerpo de infarto—donde no me haya entendido, le echo a patadas. Para su suerte, asintió—.Necesito cuatro diseños con la temática de primavera y verano para ella: Dos para la noche y dos para el día, como lo solicita la Fédération de la Haute Couture et de la Mode. Usted como diseñadora, sabe los requisitos y colores que se manejaran para la siguiente temporada—no dijo nada, solo me observó. Abrí el cajón del escritorio y saqué una libreta. La deslice por la mesa y ella la tomó— A su lado hay una lapicera. Tiene—miré mi SmartWatch—10 minutos que comienza, ahora.

 

Marinette

Presioné el lápiz sobre el papel en blanco. Mi mano temblaba, luego de la forma en la que Agreste se dirigió a mí, todos mis deseos y ganas de estar aquí me abandonaron. Desconocía si Chloe había llamado o no. Él es un magnate de la industria de la moda, no es ajeno a los escándalos que suceden en otros países y, si buscó información referente a mí en internet, se habrá encontrado con toda la basura que la gente y Bob escribieron sobre mí.

Traté de controlar mi respiración, entender la prueba. Mi mente estaba en blanco.

La razón: los asistentes del diseñador principal de un atelier están limitados a trabajar en los diseños elaborados por este, el requisito indispensable para ser parte del equipo de trabajo de una Haute Couture, es saber coser a mano. Pues todos los diseños que se exhiben en la pasarela deben ser elaborados de esa manera. ¿Por qué debía diseñar para la peli-plateado? Yo no aspiraba a ser diseñadora en jefe, mi prueba debía ser coser en tela.

—Tiempo.

—¿Qué? —cuestioné de inmediato.

Me mostró su cronometro con los diez minutos finalizados.

—Eso comprueba que usted, es una vulgar mentirosa que, tiene el descaró de pretender ingresar a Gabriel´s, con está basura—empujó mi portafolio que me apresuré a atrapar. Ese acto tan despreciable, hizo hervir mi sangre—Lárguese de mi empresa de inmediato.

Je ne mens pas! ¡No miento! —me puse de pie, apreté mi libro entre mis manos, conteniendo las ganas de lanzarlo contra su rostro—Los artesanos que trabajan en el atelier, necesitan demostrar su capacidad con la costura manual, no con el diseño. Su prueba esta errada en está ocasión joven Agreste, lo cual es comprensible, usted es el CEO no el diseñador de la marca.

Mi defensa sonaba mejor en mi cabeza. Exteriorizarla no fue la mejor de las ideas.

Él se puso de pie, su mirada oscura intimidaba y su altura duplicaba el sentimiento. Me levanté de la silla y me sitúe detrás de ella, temiendo que aquel gran hombre se acercará a mí. Dejó caer ambas manos sobre el escritorio, el golpe en seco hizo que yo diera un brinco.

Sus ojos verdes estaban fijos en mí, destilando desagrado hacia mi persona.

—Soy el CEO por una sencilla razón—su mandíbula se tensó al igual que sus hombros—conozco el trabajo del diseñador en jefe, los artesanos y técnicos del atelier. Además de administrar todo en este lugar, por eso es perfecto—sus verdes me recorrieron de pies a cabeza y sonrío con burla—. No cómo usted Señorita Cheng, que no sabe cuál es su lugar: No tiene experiencia en la industria. Su marca nació muerta—sus palabras eran como dagas, apuñalando mis sueños de uno en uno—,no me extraña que sea una fracasada, le di la oportunidad de diseñar cuatro miseros trajes ¿y que hizo usted?—tomó el cuaderno que me había dado para la prueba, se sentó en su silla y me imitó—se quedó diez minutos observando la página, temblando como una gelatina—lanzó el cuaderno a mis pies, me contuve de no llorar frente a él, por la ira y la frustración que todo esto me generaba—¿Se imagina en un atelier? dónde se trabajan cincuenta diseños diferentes a mano. Además de las pruebas del cliente y la modelo.

Sus brutales palabras tenían razón. En lugar de haberme quedado observando el cuaderno, debí cuestionar el porqué de la prueba. Mis ataques de pánico eran una constante y, estoy luchando por contener uno ahora. Entonces ¿qué haría en un atelier con una carga laboral tan pesada? Yo ya no era una persona normal ¿Por qué sigo pretendiendo que lo soy?

Baje mi rostro, mis largas pestañas retuvieron las gruesas gotas que querían escapar de mis lagrimales.

—Lamento quitarle su tiempo—fue lo único que pude pronunciar con mi voz quebrada, mordí mis labios para evitar que un sollozo brotará de estos. Di la vuelta. No tenía nada que hacer aquí, no tenía nada que hacer en París.

El diploma del Maestro Fu decía: “Lo bueno de tocar fondo, es que solo te queda subir”.  Pero en mi abismo, no había paredes por las cuales escalar.

Caminé hasta situarme frente a la puerta. Apreté el portafolio contra mi pecho, vi por última vez los alrededores de esa elegante oficina.  Algo llamó mi atención. La luz estaba apagada en ese cubículo, por ello le resté importancia cuando ingresé. Ahora los rayos de sol del atardecer iluminaban parte de este. Había un maniquí con varios trozos de tela a su alrededor, unos pulcramente colocados sobre este y otros destrozados. Yo no fui la única entrevistada este día. No había que ser un genio, para deducir que yo no fui evaluada del mismo modo.

Ahora la frase en el diploma del Maestro Fu tenía sentido. Sentí una sed de justicia recorrer mis venas. No tenía nada que perder, pero si mucho que defender, mí pánico se transformó en coraje.

Baje mis manos a cada lado, una aún sujetaba mi portafolio. Di media vuelta, el Demonio de París estaba de lo más tranquilo con su móvil.

Con el dorso de mi mano libre, limpié el rastro de las lágrimas que habían descendido por mis mejillas. Agradecí que el rímel fuera a prueba de agua, de lo contrario, me vería como una panda furiosa.

—Disculpe, joven Adrien—mi voz no tenía la suficiente potencia para que él apartará su vista de su celular, pero eso no frenó mi determinación—Las otras aspirantes hicieron sus pruebas en ese maniquí—más que una pregunta era una afirmación.

—Si, ahora fuera de aquí—ni de coña.

—¿Por qué no hice la misma prueba?

—El resultado sería el mismo—será un hijo de puta.

—Difiero—lo confronté, cansada de este juego de preguntas y respuestas que no nos llevaba a ningún lado—ahora soy consiente—su mirada se elevó un poco, sin mover su rostro—quien me evaluó, no fue más que un títere de Chloe Burgeois.

 

Adrien

Lancé mi celular sobre la mesa de mi escritorio, me puse de pie. Esta vez no iba ser nada gentil con esta rata. Se había atrevido a faltarme al respeto en mis dominios. ¿Yo? títere de Chloe ¡maldita rata!

—¿Repite lo que dijiste? —demandé, dando grandes zancadas para acercarme a ella. Quería ver si tenía los ovarios de repetir su ofensa. ¡Jodida pretenciosa!

—Fui lo bastante clara, no veo la necesidad de repetir la verdad—ningún tartamudeo, ni un rastro de la chica cobarde que hace unos minutos estaba sentada frente a mí.

Has sacado tu verdadera personalidad, rata mentirosa.

Con cada paso que daba esperaba que, toda esa fachada de seguridad desapareciera. “la rata Dupon” no movió ni un solo musculo, me situé frente a ella y bajé la vista por la gran diferencia de altura. La mocosa elevó su rostro, con esa mirada retadora que cambió el opaco de su iris por un extraño brillo de determinación.

Voy a doblegarte.

—Fracasaste, no eres más que una mentirosa con una boca grande.

—Para usted soy una mentirosa—sonrió con petulancia—pero usted para mi es un crédulo.

—¿Cómo te atreves…?

—Chloe le llamó y usted le creyó ¿Por qué? ¿Por su posición? ¿cree que los ricos nunca mienten?

Si no fuera mujer, ahora mismo le soltaba una hostia a su rostro de muñeca.

—Chloe si me llamó—su sonrisa pareció ensancharse—. Y aun así te di la oportunidad de probarte, que fuera distinta a la de las demás, no tiene nada que ver. Para alguien con tu “experiencia” esto era un paseo por la feria. Claro, de ser verdad lo escrito en tú libro—me incliné hasta quedar cerca de su rostro—veo que no.

—Mi error estuvo en no preguntar—sus carnosos labios dibujaron una sonrisa ¿traviesa? —él suyo, dejarse influenciar por lo que los demás dicen.

¡Suficiente del policía bueno!

—¿Tú vas a enseñarme a no ser crédulo? —ironicé—Empecemos por la parte en la que fracasaste en ese reality—su ceño se frunció—por crédula.

—E-eso no fue…

—¿Tu cuerpo no fue suficiente para convencer a los jurados? —la estaba desestabilizando.

—Imbécil.

—Cuidado con ese vocabulario—me erguí y crucé mis brazos—¿o es que a tus amantes les gustaba ese lenguaje tan vulgar? — dejó caer su portafolio y su rostro se desencajo por la furia contenida—¿por cuantas camas pasaste? antes de lograr tu “título de diseñadora”

 

Marinette

¡Suficiente! Alce mi mano para propinarle una bofetada. El malnacido detuvo mi acción y, sujetó con fuerza mi muñeca.

—¡Suéltame Douchebag! — Use un insultó de la jerga Londinense que significa gilipollas. Con fuerza golpeé su pecho con mi puño libre. Pero fue inútil, su agarre no disminuyó.

Debí irme cuando pude. ¡Qué me importaba lo que Chloe o él hicieran! Agreste no iba recibir un golpe de moralidad por desafiarlo. 

La frustración y la ira contra mi comportamiento me invadieron. Me sentí como una tonta, tanto coraje para no lograr nada. Él no me soltaba y podía escuchar su risita burlona hacia mi persona.

—Por favor—supliqué, admitiendo mi derrota y resignándome a ser el hazme reír de futuras conversaciones de Chloe y Agreste—suélteme.

Un escalofrió me recorrió por completo, sentí como el pulgar de Agreste, recorrió la cicatriz en mi muñeca.

 Recuerdo imborrable de mi intento de suicidio.

¡Por favor que no se dé cuenta! ¡no quiero revivir ese momento!

—¿Santa no te trajo lo que le pediste? —sentí su aliento cerca de mi oreja. Su cínica pregunta aceleró mi corazón ¿Por qué le divierte? —los cobardes siempre hacen ese berrinche, cuando la vida no es como ellos quieren—las últimas palabras fueron frías. Soltó mi mano y se alejó de mí.

Abracé mi muñeca contra mi pecho.

 A los ojos del mundo, el suicidio es un acto de cobardes ¿Qué les da el derecho de pensar así? No saben el miedo que produce la vida cuando nada tiene sentido. Todos te animan, pero, aun así, la soledad no se marcha.

—¿Por qué…? —susurré.

—Porque lo es, este mundo es para personas con determinación, que usan sus miedos como catapultas para lograr su éxito. Los cobardes en cambio—sentí el desprecio en su voz hacia mi—buscan vías mediocres de escape.

Me quedé en silenció, mi vista clavada al piso y mi mano frotando mi muñeca. Todo mi coraje desapareció, me sentí expuesta.

—Yo no buscaba escapar—aquello era más para mí, que para convencerlo a él o al mundo. Porque nadie entiende, hasta que lo experimenta.

—¿Ah no?

—Buscaba liberar a mis seres queridos de lidiar con mis problemas.

Adrien

La frialdad en sus palabras me dio escalofríos, esperaba que titubeará que se avergonzará de esa acción. Hace unos momentos buscaba humillarla, y ahora, de pronto, siento curiosidad.

¿Mi madre, se habría suicidado para dejarme el camino libre?

Sacudí mi mente de ese pensamiento.

 Marinette tenía carácter, eso me había quedado bastante claro. Pero le era difícil mantener sus emociones, encausarlas hacia un fin. Chloe le temía por alguna razón.

No vas por toda Francia llamando a todas las casas de moda por nada más que rencor. A mí me parecer, era miedo.

Sonreí de lado, podía sacar provecho de todo esto.

—Te propongo un trato—, nada como hacer caridad con los pobres—para ello tendrás que empezar desde cero.

Sus azules me observaron dubitativos. Aún en su posición tenía las agallas de desafiarme. En este juego ella necesita un adversario y, yo con gusto lo sería ¿Qué tan grande es tu deseo por callar la boca de Chloe? Eh, Dupain.

—¿Dónde está el truco? —su desconfianza se asemeja a la de un perro hambriento, que se niega a probar comida.

—Te estoy dando el beneficio de la duda—recogí su portafolio del piso.

—Luego de insultarme—, ahora es un perro hambriento y rabioso.

—Soy un demonio en los negocios, no esperes condescendencia de mi parte.

Marinette

Agreste tenía razón, era un demonio en la industria y como tal, sino soy de provecho para su empresa, no dudará en hacer polvo mi carrera. Por otro lado…si mostraba mi talento y mi experiencia en otras ramas de la costura, tendría una posibilidad que, Gabriel´s me defienda y me ayude a evidenciar las mentiras por parte de Chloe.

Claro, como si eso fuera a pasar. Regresa a casa a descansar de todo esto.

Cerré mis ojos, suspiré. Mis emociones estaban inestables, la mención de mi intento fallido de suicidio estaba trayendo a mi mente las escenas que me negaba a recordar. Siempre lograba bloquearlas, pero ahora tengo tanto con lo que lidiar que, mi concentración se ve afectada.

—¿Aceptas el trato? —escuché su voz, abrí mis ojos y su mano derecha estaba extendida frente a mí. Mi vista conectó con la oscuridad en sus ojos verdes.

—¿Hay un contrato de por medio?

—Siempre lo hay. En Gabriel´s nos enorgullecemos de concretar cualquier acuerdo en base a un contrato, el cuál deberás firmar el lunes a primera hora.

—De acuerdo joven Agreste, tenemos un trato—estreché su mano, su agarre fue firme y sonrió, de una forma tal, que todos los bellos de mi piel se erizaron.

Un segundo… ¿Cuál iba ser mi puesto?

—El lunes te quiero en mi oficina a las seis en punto, para que a la siete comiences…—sus palabras me hicieron sentir una felicidad inexplicable, sea cual sea tenía un trabajo—…en el puesto de ordenanza.

—¡¿Qué?!—solté su mano, y retrocedí dos pasos por la conmoción— ¿Qué ha dicho?

—Fui bastante claro, no veo lo necesidad de repetir—jodido cabrón, me devolvió la respuesta de nuestra discusión—. Ambicionabas obtener una oportunidad. En tus sobradas agalladas de hace un rato, lo demostraste a flor de piel.

—No, yo… no—puros balbuceos era los que brotaban de mis labios. No había manera de forjar mi carrera desde el puesto de ordenanza.

Con suerte, podría llegar a recepcionista ¡en un par de años!

—Todos empiezan desde cero, hasta yo—menudo petulante.

—Usted, heredo una empresa.

—En quiebra y mira ahora en lo que convertí a Gabriel´s — presumió. Caminó a mi alrededor a paso lento—tienes carácter Señorita Cheng, solo, no sabes a donde apuntar.

—¿Y usted me va a enseñar?

Hizo un ruido con su boca y negó con su dedo índice.

—La vida te enseñará. Pero si no quieres—me dio la espalda—ya sabes lo que te espera afuera gracias a Chloe. Y de bien te informó—me miró por sobre su hombro y luego hacia mis muñecas—una vez haces un berrinche como ese, cualquier cosa te puede hacer repetirlo.

¡Jodida mierda!

Me tenía entre la espada y la pared, sentía el peso del mundo en mis hombros. Tenía razón, nada me esperaba afuera.

 Aún estaba el temor de ir a parar a una entrevista, donde intentaran abusar de mi…y lo lograran. Mis recuerdos gritaban salir y, yo no podía seguir conteniendo esto.

—Lo tomó—pronuncie con un marcado temblor en mi quijada.

—Chica lista—musitó—bien, una empleada se ausentará—se giró hacia mí, después de dejar mi portafolio sobre la mesa—, serán seis meses por su maternidad. Tú cubrirás su puesto durante ese tiempo—parecía que cada vez, agregaba más dificultades al asunto y, su cínica sonrisa, me demostraba que le encantaba hacerlo—, si en ese tiempo, escalas hasta el nivel del atelier, tendrás un puesto fijo en mi empresa—su rostro se ensombreció—sino lo consigues, prepárate para recibir una humillación de mi parte, peor que la de Chloe.

—Que quede por escrito. No quiero que de la nada, agregué más detalles a todo esto—refutar era en vano y yo solo quería irme de ahí, antes de sufrir un ataque de pánico.

—Ya te dije que no te preocupes por eso, el lunes leerás tu contrato—se acercó más a mí, con sus manos dentro de sus bolsillos.

—Agradezco la oportunidad—me limité a decir. Mi madre me había enseñado a ser agradecida con quien me brindará ayuda, por muy sencilla o hija de puta, que fuera.

—Al contrario—se inclinó y me susurró cerca del oído. Me tensé ante su falta de respeto al espacio personal—gracias a ti, por los siguientes meses de diversión—. Maldito arrogante. Se irguió y saco de uno de sus bolsillos un pañuelo que me extendió—limpia los restos de Tus lagrimas, pareces una pordiosera.

Agarré el pañuelo que me ofreció, lo observé con enojo. Hipócrita.

Me giré cuando limpié mis mejillas y caminé hasta la puerta. Pues para mí, está reunión había finalizado.

Necesitaba respirar aire fresco, necesitaba salir de ahí. Él adivino mi acción y abrió las puertas de la oficina, menudo intentó de caballero. Que ganas de partirle la cara, pero con la suerte que me cargo iría a parar a la cárcel de por vida.

Salimos al pasillo, él me hizo ademan que fuera por delante, lo cual hice gustosa, sentí su intensa mirada sobre mi espalda. Aceleré el paso, cosa que fue inútil, cinco pasos míos era uno de Agreste.

—Ondine—la seria y firme voz de él me sobresalto. La mencionada pelirroja, no tardo ni dos segundos, en aparecer del otro lado de la puerta de vidrio. Abrió en el acto—. La Señorita Cheng estará con nosotros a partir del lunes.

Detestaba que diera por sentado todo.

¿Y cómo no? Sabe que no tienes opciones…aunque bien podrías…

Mis demonios estaban sugiriendo vías de escape ¡Necesito alejarme de todo esto!

—Bienvenida a Gabriel´s Srta. Cheng—su felicitación sonó sincera.

—Gracias—respondí en un murmullo.

—Ondine, te enviaré las especificaciones del contrato cuando llegué a mi casa, luego del memorial de mi padre—había olvidado el pequeño detalle del aniversario luctuoso del Señor Gabriel—¿Te acompaño a la salida? —se dirigió a mí. Su falsa amabilidad me estaba cansando.

—No, gracias, recuerdo cómo llegar a la salida—prefiero elevar una plegaria en honor al Señor Gabriel, que entablar una palabra más con el pelmazo de su hijo—adiós Ondine, gracias por todo—la pelirroja se despidió. Agreste sonrió con arrogancia.

Y ahora te tiene en la palma de su mano.

Maldigo mi rota vida.

—Ve con cuidado, Marinette— dijo Agreste. Descarado. No le respondí, estaba cansada, ya no podía contener las lágrimas.

Había obtenido un trabajo que era para humillarme. Lo acepte, porque no tenía ni como montar un atelier por mi cuenta, no podía seguir viviendo de la caridad de mi amiga y, de mis pocos ingresos con los trajes del grupo de teatro.

No me di cuenta del momento en que ingresé al ascensor, giré y justo cuando las puestas se cerraban, Agreste me guiño el ojo, con su estúpida sonrisa siniestra. Maldije mi suerte, porque mis lagrimas ya corrían libres sobre mis mejillas, me había visto de nuevo llorar.

Presioné el botón del primer piso, noté que aun llevaba el asqueroso pañuelo de Agreste, lo metí dentro del bolsillo de mi falda. Se lo devolvería el lunes, no quería que me acusará de robar su estúpida prenda.

Estaba furiosa conmigo misma, por las decisiones estúpidas que había tomado este día. Suspiré, puse los puños a un lado.

Bajar la guardia en este momento, fue una mala idea.

[—¡Marinette, despierta! ¡No te duermas! ¡¿Dios, que hiciste?!

¿Alix está aquí? Su ropa y sus manos están manchadas de sangre. La cual le impedía deslizar sus dedos sobre la pantalla de su celular, su rostro reflejaba pánico ¿tanto la frustraba no poder revisar sus redes sociales? Mis azules vieron las sábanas bajo mi cuerpo, también tenían sangre. Si no puedo remover las manchas él se va a molestar, son sus sábanas favoritas…]

Limpie las lágrimas de mi rostro con las mangas de mi chaqueta, poco me importó que se manchará con el maquillaje de mis sombras. Las imágenes de mi delirando, cuando Cherry Hair intentaba llamar a emergencias para salvar mi vida, estaban arremolinadas en mi cabeza.

—Tranquila, ya paso, estarás bien. Toma los medicamentos y esto pasará—repetí ese mantra hasta que las puertas del ascensor se abrieron.

Salí de elevador y a paso raudo busqué abandonar ese edificio, me estaba mareando, mi respiración estaba irregular. Vi en la acera a una preocupada Alix, que, al verme aparecer por las puertas de vidrio, corrió y me abrazó de inmediato, respiré el aire del exterior, pero la sensación de vacío aumentaba.

—¿Qué pasó? —se separó un poco de mi— Son las cinco. Demoraste mucho en ese lugar. ¿estás bien? Juleka hace poco me envió un mensaje, disculpándose por no poder hacer la entrevista ¿Quién te entrevistó?

—Estoy bien—sonreí para tranquilizarla, sus ojos me miraban dudosos—En casa te cuento todo, fue…muy agotador, mentalmente muy agotador.

—Claro, claro. Te entiendo—me sujetó de los brazos—vayamos a casa, allá hablamos con calma.

Agradecí internamente que no me preguntará nada más, mi aspecto debía ser un asco. Subimos a su auto que estaba a unas cuadras del edificio, me sentía ajena al mundo a mi alrededor, como si fuera una pieza de rompecabezas perdida, que jamás encajaría en ningún lado. Ese demonio interno se hacía presente, y estaba drenando todo mi ánimo, todas mis esperanzas.

Alix condujo hasta casa y yo fingí dormir, mi corazón dolía. Todo mi esfuerzo, todo el conocimiento que almacené, no servían de nada. Yo no valía nada, la mentira era más creíble que la verdad y yo… dejé que pasará.

Llegamos a casa, Cherry Hair me sacudió un poco para despertarme, fingí desperezarme, tomé la cartera que olvidé esta tarde y salí del auto. La pelirroja abrió la puerta y nos adentramos al vestíbulo.

Alix hablaba, pero yo no entendí una sola palabra, mi cuerpo ya no tenía fuerzas para dar un paso más. Me dejé caer en las gradas y rompí en llanto. Mis manos trataron inútilmente de esconder mi rostro. Escuché a mi amiga caminar hasta mí y sentarse a mi lado.

Pardonne-moi Alix, je suis un échec, Perdóname, Alix, soy un fracaso.

—Marinette…

—¡Él dijo que esto era un berrinché! —bajé uno de mis brazos, dejando a plena vista mi muñeca y la cicatriz sobre esta—que conseguí mi título por acostarme con los maestros ¡Intenté defenderme! ¡Te juro que lo intenté maldita sea! Alix… no puedo seguir poniendo buena cara a todo. Fingir que nada de esto me afecta. Todos pasan la página y yo, sigo releyendo el mismo capítulo, sin entender lo que me está pasando.

—Mini Bug—su mano acarició maternalmente mi cabeza.

—¡Le vendí mi alma al diablo para su diversión! porque en algo él lleva razón ¡Yo ya no tengo opciones!

 

Notes:

Hola mis invocadoras e invocadores, aquí les dejó un nuevo capitulo de este mar de emociones que es El Hada de las Costuras. Marinette mostró su verdadera personalidad justiciera frente a Adrien, aunque no pudo mantenerla a flote, al este descubrir las cicatriz de su intento de suicidio. ¿Qué le depara a estos dos? ¿Alix convencerá a Marinette de no aceptar el trato?

Chapter 8: Dudas

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Estaba sentada en uno de los bancos de la cocina, mis codos reposaban sobre la superficie del azulejo blanco de la mesa. Mis manos sostenían mi cabeza.  Observaba a Cherry Hair, esperando a que el agua en la estufa rompiera hervor. En sus manos sostenía una caja de té de phu erh.

—Introduzco las hojas a la tetera, vierto el agua y espero 6 minutos para servirlo ¿verdad? —enumeraba con los dedos de su mano, cada acción. Asentí con la cabeza en respuesta.

La pelirroja se dio vuelta y de la alacena sacó una tetera de porcelana con flores naranja, junto a unos pocillos a juego. Recordé a mi ex amiga Alya, quien me regalo ese bello juego de té, cuando me mude a vivir con mi ex.

Alix siguió con su labor, vertió el agua hervida en la tetera y tapó el recipiente. Sobre la mesa había una tarta de chocolate cortada en piezas. Desvié mi vista hacia la ventana de arco de medio punto de la cocina, afuera varias personas corrían a prisa por el parque, buscando refugió de las gotas de lluvia que comenzaban a caer. Ese panorama me recordó a mi amado Londres, ciudad que me vio crecer…y también caer.

—Aquí tienes—la voz de Cherry Hair me hizo enfocar mis azules a ella. Frente a mí, ahora estaba una taza de té inglés y una porción de la tarta.

—Te he mentido, traicioné tu confianza ¿Por qué no te vas? —me atreví a cuestionarla.

 Y es que hace unos minutos en las escaleras, solté todo de golpe, culpa de lo frustrada que me sentía: Las llamadas de Chloe, el intentó de abuso de Balthazar y haberme puesto al tú por tú con el Demonio de París.  Dije todo esto con la esperanza que ella se fuera y me dejará sola, que se alejará de mí. Simplemente, no quería involucrarla más en esto…mi vida de mierda.

—Marinette, si tanto quieres saber por qué no he salido corriendo furiosa de esta casa luego de tu confesión, te lo diré—habló de manera firme, sus celestes se enfocaron en mis azules y su ceño se frunció levemente—.Unos días antes de tu intento de suicidio: tu y yo discutimos porque, estabas empeñada en pagar un año más de arrendamiento del apartamento, con la ilusión de que tu ex regresaría. Traté de persuadirte, advirtiéndote que ibas a quedar en banca rota ¿lo recuerdas? — asentí—luego de eso pasé una semana angustiada, pensando lo mal que debías sentirte por mi tosca actitud. Así que, abordé el primer tren a Londres, con la intención de arreglar las cosas contigo—,inclinó su cabeza y exhaló el aire retenido, enfocó sus celestes en mí y retomó el relato—toque varias veces a tu puerta y no recibí respuesta, así que, hice uso de la llave que tú me habías dado…al ingresar, no encontré nada extraño, tus llaves estaban sobre la mesa, supuse que estabas dormida, subí a tu habitación…no estabas ahí—apretó sus labios su mandíbula tenía un ligero temblor y sus ojos se pusieron acuosos, me preocupe—entre al baño—una lagrima surco su mejilla—te vi… en el piso…a tus costados había mucha sangre, estuve a nada de perder la razón, por el impacto de la imagen— por primera vez, era consciente de lo que había significado esa dantesca escena para mi mejor amiga— ,saque fuerzas de flaqueza y lleve tu flácido cuerpo a la cama…ahí note de donde emanaba la sangre. No recuerdo lo que use para hacerte un torniquete y parar la sangre que no dejaba de fluir—peino sus cabellos e inclinó su cabeza hacia adelante—. Tu estabas semi consiente, balbuceabas palabras sin sentido. Yo intentaba mantenerte despierta, le marqué a Max desesperada, no sabía qué hacer—Alix estaba llorando, su voz se había quebrado, traté de poner una mano sobre las suyas, pero con un ademán, me indicó que no lo hiciera—mientras esperaba a emergencias me disculpe no sé cuántas veces contigo, me sentí responsable de lo que te orillo a…eso—Alix, tu no causaste eso—para cuando recuperé la razón, estaba sentada en la sala de espera del hospital, con una manta sobre mis hombros y mis manos sujetando un vaso de café, Marín estaba a mi lado, todo era confuso, lo único que recuerdo fue suplicarle a él que te llevará al centro de rehabilitación que administraba. Le prometí que me haría responsable de tu estadía, así como de tu tratamiento. Él me dijo que, aunque no se lo hubiera pedido lo haría de todos modos, porque tu depresión sobrepaso el límite, poniendo en riesgo tu vida.

Ambas nos quedamos en silencio, la lluvia era el único sonido a nuestro alrededor. En un principio, mi intento de suicidio era la solución para liberar a mis seres amados de mis problemas. Con esta revelación, no sabía cómo sentirme al respecto. El llanto de Alix y saber cómo se sintió en ese momento. Lo que significó verme sobre un charco de sangre, más que un alivio fue un trauma. De haber logrado mi objetivo, ella ahora tendría depresión y ataques de pánico por mi culpa.

¡No! No quiero que nadie viva con esto.

Me baje del banco y caminé hasta situarme al lado de ella, me arrodille y puse mi frente sobre su regazo.

Pourquoi ne me l'as-tu jamais dit? ¿Por qué nunca me lo dijiste?

—Cada que trataba de abordar el tema, tú te ponías mal. Creabas una especie de barrera que me alejaba de ti—su mano acarició mi coronilla, suspiré—Mini Bug, hoy alguien se burló de lo que hiciste y por lo que me contaste, toda tú fue gobernada por el miedo y la vergüenza—recordar a Agreste comparando esa “situación” con un berrinche, hizo que mi corazón se oprimiera—y es que él, al igual que los demás, incluida yo…no entendemos…

Levanté mi rostro extrañada, esperaba que Alix me remedará o le diera la razón a ese hombre.

—¿Qué dices?

—Yo, calle esto, por temor a que lo intentarás de nuevo. Bloquee sin querer ese recuerdo, creyendo que eso lo borraría de mi sistema.

—Cherry Hair—susurré, al ver sus lágrimas emerger de nuevo.

—Dejé que cargarás con ese dolor…sola…lo siento—, se bajó del banco y me abrazó—lo siento mucho—repitió entre sollozos.

Lejos de sentirme culpable o juzgada, sentí miedo, miedo a seguir lastimando a la única persona que había lidiado con este problema del mismo modo que yo, evitándolo.

Recordé las palabras de Marín “acepta la ayuda de otros”

—Perdóname tú a mí. Por causarte un trauma…por ser egoísta.

—No estás sola Marinette, sea como sea, vamos a rescribir tu historia—se separó de mí y acuno mis mejillas—vamos a crear nuevos recuerdos, no para borrar el pasado, sino para aprender de este.

—¿Cuándo maduraste tanto? —me reí, entre lágrimas. Seguro era un efecto de los benzodiacepinas.

—¡Hey! —protesto, contagiándose de mi risa— matas el momento.

Ambas parecíamos dos chicas locas, riendo luego de un tremendo momento de sinceridad.

—No más secretos por favor—pidió Alix, ya más calmada.

Plus de secrets No más secretos—puse mi mano sobre mi corazón.

Ambas nos levantamos y nos sentamos en nuestros respectivos bancos. Limpiamos nuestros rostros con el papel toalla de la cocina.

—Cartas sobre la mesa—Alix bebió un poco de té— cómo esta eso. Aceptaste trabajar de ordenanza, en Gabriel´s

Corté con el tenedor un poco de mí tarta de chocolate.

—Verás…

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Terminé mi porción de pastel, al mismo tiempo que mi relato: desde la entrevista con Balthazar, hasta la parte de mi enfrentamiento con Agreste y ese raro acuerdo, que aún no firmaba. Si bien hace unas horas lo había dicho todo en las escaleras, ahora con más calma, expliqué los hechos con puntos y comas.

—Aceptar la propuesta de Agreste no suena tan mal—Alix se acariciaba su barbilla pensativa.

—¿Disculpa? No para ti, pero si para mí. No hay manera de ascender siendo ordenanza ¡En seis meses! —renegué. La pelirroja negó con su dedo índice, mientras daba un sorbo a su segunda taza de té.

Tu ne le vois pas? ¿No puedes verlo? —depositó su taza sobre el plato— Agreste es nuestro testigo clave.

—¡Hay no empieces! —protesté—esto no es “La Ley y el Orden”.

—Cállate y escucha—fruncí el ceño, de igual forma le di mi atención—Chloe lo llamó, él lo admitió y es muy probable que tenga pruebas de ello—casi se me cae la quijada al oírla. Tenía un punto—. No lo dudo, pues alardeó que Gabriel´s resuelve todo en base contratos. No creo que el tipo sacará conclusiones de la nada, respecto a tu persona. Chloe debió darle algo que confirmará sus acusaciones contra ti.

Mis ojos se abrieron con asombro, su hipótesis no estaba tan loca.

Gracias series de detectives, por influenciar a mi amiga.

—Tienes razón—recordé lo tosco que es Agreste—. No creo que ese tipo quiera darme esa información.

—¡Tienes que ganarte su respeto! —puso sus manos sobre la cerámica de la mesa, su rostro tenía una gran sonrisa—, es un hombre de negocios ¡Necesitas impresionarlo!

Lo que necesito, es romperle la cara por petulante.

—Ok, estás tirando muy alto Cherry ¿ese tipo, admirarme a mí? por si no lo recuerdas, te conté que antes de irme dijo: “Gracias a ti por los siguientes meses de diversión”—imité el porte y la voz del idiota ese.

—Porque solo vio la Mini bug superficial—empuño su mano y la elevó al cielo— no a la guerrera, esa que lucha incansablemente hasta obtener lo que quiere.

—Esa Marinette murió—dije desanimada—no hay mane…

—¡Si la hay! vamos a apoyarte para lograrlo. Es el único modo de obtener información: pruebas y hasta poder acusar a Balthazar por el intentó de abuso sexual y a Chloe por difamación …bueno eso es un tema que Brid sabe cómo llevar.

—¿Bridgette? —mi mente proceso aquello. Alix había hablado con Marín—El Dr. Wang te dijo…

—¿Decir qué? —se sentó de nuevo y desvió la mirada.

—Recurrir a Bridgette—ok estaba molesta, se supone que eso es un tema entre paciente y doctor, él no podía dar detalles de esa sesión.

—Mari, debes pensar que el traicionó tu privacidad, pero no es así. Yo soy tu representante ante Marín. Por ende, todo avance, proceso o método que necesite aplicar contigo, lo consultará conmigo.

Me puse de pie, me sentía traicionada.

—Tú lo sabías ¿por qué fingiste que no? acaso ¿para qué siguiera contándole a Marín más cosas y luego tú te enterarás? No te las contaba por algo, quería protegerte y…—llevé mis manos a mi cabellera. Un sinfín de emociones me atacaron de golpe, priorizando la frustración y la decepción.

—Marinette, esto no es con la intención de lastimarte, es para ayudarte.

—¿Ayudarme? ¡Entonces sabrás porque no quiero involucrar a Bridgette! —reclamé, di medía vuelta hacia las escaleras de mi habitación, caminé, dando zancadas, no quería escuchar más.

—Mini bug, espera…

—¡Déjame sola! — subí los escalones de dos en dos, cerré la puerta y puse el pasador. Alix golpeo la puerta, pero no abrí.

Ahora resulta que, Alix sabía todo. Me había mortificado todo este tiempo, sintiendo la culpa de mentirle y ahora me enteró que Marín le pasaba todos los detalles.

Subí a mi cama y me acurruqué entre las cobijas.

Que estúpida he sido.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

 

Adrien

Winter caminaba de un lado a otro por mi habitación, lejos de desesperarme, me complacía ver como el vuelo de su camisa daba una apetitosa vista del inicio de su trasero, con cada giro que daba.

—¿¡Qué mierda tenías en la cabeza al darle una oportunidad!?—, lo admito, fue mala idea pedirle que respondiera mi teléfono. Mi amiga se acaba de dar cuenta que estaba ultimando detalles del contrato de la “rata Dupon”—¡Chloe va a descargar su ira a través de su madre, sobre nosotros!

Rodee los ojos. Ni Chloe ni su madre, me intimidaban. Si jugaba bien mis cartas y la tal Marinette me era de utilidad, Gabriel´s podría absorber el imperio de Audrey.

Vous exagérez beaucoup Exageras mucho— sus mieles me miraron amenazantes—bien, te explicó: Cheng puede que esté involucrada en un caso de difamación hacia su persona. Le estoy dando la oportunidad de limpiar su nombre. Si lo que pregona es verdad, ella va a darme todas las armas para hundir la pulcra reputación de las Bourgeois…

—Hay por favor, Adrien—se llevó su mano a su frente y la otra a su cintura—no me digas que piensas tirártela y por eso todo este teatro.

—No, que asco—me levanté de mi cama, llevando solo un bóxer—piensa, esa chica es nuestra oportunidad para sacar a nuestra máxima competencia del mercado—me acerqué a la peli-platinado.

—¿Y si ella miente? —inquirió—quedaremos como unos payasos. Seremos nosotros los hundidos y humillados por el imperio Bourgeois.

—Si ese fuera el caso, Cheng será nuestro chivo expiatorio. —tomé a Winter de los hombros—vamos a tomar una ducha, desayunamos y te explicó la asegunda parte de este plan.

—Me voy—se separó bruscamente de mis manos—esa mujer es una oportunista homofóbica, no la quiero cerca de mí.

Sin más salió de la habitación, azotando la puerta.

Bufe, no era la primera vez que Winter no me apoyaba en mis decisiones arriesgadas. Agarré mi celular y mi laptop, necesitaba concretar los puntos del contrato de “la rata Dupon” luego de tomar una ducha y desayunar.

Siendo honestos, dudaba que ella se presente a la reunión. Alguien con verdadero coraje para asumir el reto de empezar desde cero, se plantaría en mi oficina.

Solo alguien que estuviera diciendo la verdad.

Marinette

Mi domingo paso sin novedad alguna. Seguía enfadada con Alix. Estuve todo el día encerrada en mi habitación por ello. La pelirroja me avisaba con leves toques, cuando dejaba la comida sobre el último escalón. Me limité a abrir la escotilla para tomar la comida y una vez me hacía del botín alimenticio, cerraba con el pasador. Picaba lo suficiente del plato, para ingerir mis medicamentos.

Me sentía muy mal con todo esto, había desgastado mi mente con preocupaciones innecesarias, ocultando algo que Cherry Hair sabía. No tenía a nadie con quien conversar del tema, sin temor a que fuera con el chisme a Marín o Alix.

El lunes llegó, eran las 4:50am. Madrugar no era problema para mí, en la escuela de modas me acostumbre a hacerlo.

Eso y mis pesadillas que siempre me despertaban a la misma hora. Conciliar el sueño era imposible.

Bridgette llegaba hoy, Alix se encargaría de ir por ella a la estación de tren. Una parte de mi quería arreglar las cosas con mi amiga, pero el rencor por la traición de ocultarme que sabía todo, me dominó y me negué a resolver esto.

Estaba de pie frente al espejo, viendo el jersey bandeau de punto, que dejaba mis hombros al descubierto, era de color rojo con motas negras, lo convine con unos pitillos negros y botines asimétricos del mismo color. Ate mi cabello en un moño, pues el trabajo que iba desempeñar no necesitaba de un extravagante peinado. Al igual que mi maquillaje que era discreto.

Tomé mi pastillero del tocador y metí cada capsula según la dosis del día, luego lo deposité dentro de mi bolso. Agarré un poncho rojo con capucha del perchero y me lo coloqué, pues afuera hacía mucho frio.

Rocíe mi perfume de almizcle egipcio y fragancia de narciso, uno de los últimos regalos de mi ex.

No iba a tirar un perfume tan caro a la basura.

Salí de mi habitación. Toda la casa estaba a oscuras, eran las 5am, yo debía estar en Gabriel´s a las 6am, rogué para que el autobús que abordaría tuviera alas: debía atravesar media ciudad para llegar a la empresa.

La habitación que antes era de mis padres estaba siendo ocupada por Alix. Quería despedirme de ella, pero nuevamente mi orgullo me dicto pasar de largo y descender hasta la primera planta.

Abrí la puerta y el frio viento de otoño me recibió, junto a las desoladas e iluminadas calles de París.

Con suerte llegaré viva a las garras del Demonio de París.

Tragué pesado, a esta hora usualmente los borrachos regresan a sus casas. Nada peor que encontrarse un acosador en la calle. Cerré la puerta y puse doble llave.

Bonjour, tu veux que je t'emmène? Buenos días ¿Quieres que te llevé?

Mi piel se erizó completamente, lo que me faltaba, el típico acosador madrugador con su frase trillada.

Hola, soy yo de nuevo… dame la agilidad y la fuerza de un oso, para partirle la cara al fresco que acaba de saludarme.

Di media vuelta para encarar a ese malnacido, mis azules se abrieron con sorpresa, frente a mi estaba él…

—¿Luka…?

Notes:

Hola mis invocadoras e invocadores. He aquí un pequeño presente de víspera navideña, en agradecimiento por la larga espera a la edición de este fic (casi medio año) y a las nuevas, bienvenidas a esta historia, llena de secretos y drama, ahora podrán teorizar junto a sus antiguas camaradas.

Bien analicemos un poco lo ocurrido:

Marinette supo lo que Alix experimentó cuando la encontró en su departamento con las muñecas cortadas. Lejos de ser un alivio para la pelirroja cómo ella pensaba, fue un trauma.

También nuestra ojiazul descubrió que Marín le contaba todo lo que ocurría en las sesiones a su amiga, aunque Alix explicó el porque, Marinette no lo tomó a bien.

Por otro lado, Adrien a revelado que usará a Marinette para hacer caer el imperio de las Bourgeois en el mundo de la moda y hacerse de este. Siempre y cuando descubra algo de provecho que pueda usar de la azabache.

Y apareció Luka ¿Qué pasará en este encuentro inesperado?

Está caja de pandora, apenas se está abriendo.

No me queda más que agradecer el apoyo que le están brindando a está historia, alegran mi corazoncito de escritora en proceso. Disfruten sus fiestas. ♥

Chapter 9: ¿Confianza?

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Esto debía ser un sueño. Sí, esa es la única respuesta lógica. Seguramente esa pesadilla que me despertó por la madrugada no fue tan terrorífica, y sin problema concilie el sueño de nuevo. Puse mi mano sobre mi pecho y suspiré con alivio. Ante la justificación, del porque estaba sentada, dentro del auto de Luka.

Ahora Marinette, busca los indicios del sueño.

Mire de reojo a Luka que conducía el auto tranquilamente, No habíamos cruzado muchas palabras, solo un cordial saludo y su ofrecimiento a llevarme…si esto es un sueño, puedo hacer lo que quiera. Una sonrisa picará se dibujó en mis labios.

—¿Ocurre algo? —su voz profunda deleito mis oídos—estas muy callada.

—Nada que tú no puedes solucionar, chico guapo—pronuncie coqueta, inclinándome un poco hacia delante. Él sonrió.

—Eres muy graciosa, Marinette.

—¿Graciosa? Esto es un sueño, no se supone que digas eso —El auto se detuvo frente a un semáforo en rojo, Luka giró un poco hacia mí, su mano derecha se acercó a mi brazo y sin previo aviso, me pellizco—Auch ¡duele! —proteste, llevando mi mano a frotar la zona.

—Lo vez, no es un sueño—regresó su mano al volante.

—Lo veo y lo siento—dije en un reproche… ¡Esto no es un sueño! —t..u, tú, tú—reculé a la puerta. Había hecho el ridículo frente a Luka.

—Yo, yo, yo—rio. Puso en marcha el vehículo al cambiar el semáforo—que simpática eres.

Genial, ahora soy una payasa. Una payasa muerta de vergüenza.

—¿Cómo es que, tu estas…? —por más que trataba, la pregunta completa no salía de mi boca.

Avale-moi de la saleté et recrache-moi en Grèce. Trágame tierra y escúpeme en Grecia.

—Ayer llamé a Alix. Quería saber cómo te había ido en la entrevista. Mi hermana enfermó y no pudo asistir. Además, estaba preocupado por cómo seguías luego de tu ataque de pánico—el ojizarco peinó sus cabellos teñidos de turquesa con una mano, mientras la otra permanencia en el volante—. También me dijo que hoy tenías la reunión con el CEO de Gabriel´s para firmar tu contrato. Felicidades—exclamó con entusiasmo—sabía que te darían el puesto.

Me acomodé en el asiento y oculté mi rostro con la capucha. La gente esperaba cosas buenas de mí, y yo, solo lograba desilusionarlos.

Luka posó su mano libre sobre mi hombro.

—¿Va todo bien, Marinette? —lo observé de reojo, su carita de preocupación estaba como para comérsela a besos…

Contrólate.

—Van a contratarme, no del trabajo que quería…es más…un empleo para pagar mis cuentas y no cargarle todo a Max y Alix—aclaré, con la desilusión presente en mi voz.

—No comprendo.

Me abracé a mí misma, desvié la mirada hacia la ventana y respondí.

—Debido a un error que cometí en Londres…la gente tiene una percepción errada de mí. Los ataques de pánico, como el que presenciaste…son una consecuencia de ello—. Era ilógico contarle algo tan personal a un extraño, pero, en vista que mi mejor amiga y mi psiquiatra se cuentan todo. Que el resto del mundo sepa de mis problemas, no tiene importancia alguna.

—Marinette, todos cargamos con demonios del pasado—miré por el reflejo de la ventana el rostro de Luka, este se ensombreció de pronto—, la vida nos pone retos, ya sea para mostrar nuestra culpa o nuestra inocencia…eso decía mi padre.

Mais ... si le mensonge est plus crédible que la vérité, pero…si la mentira es más creíble que la verdad—aprieto mis manos sobre mis brazos, sintiendo el miedo y la impotencia comenzar a dominarme.

—La verdad tarde o temprano sale a la luz, por mucho que alguien trate de ocultarla—me giré a verlo, Luka estaba viendo en mi dirección, su rostro ya no tenía ese aspecto sombrío. Sus celestes conectaron con mis preocupados zafiros ¿podía confiar en él? O le diría a Alix lo que yo… ¿Por qué me siento así? ¿desconfiando de mi amiga? ella sabía muchas cosas…ella es muy buena guardando secretos…

Todo paso tan rápido: el auto de Luka frenó de golpe, lo único que alcance a ver, fue el vehículo con el que casi impactamos, este siguió su camino, al parecer un Lamborghini Urus color negro. Por suerte ambos teníamos puestos los cinturones de seguridad y no paso a más. Solo una leve molestia en la nuca, producto de la sacudida del freno.

—¿Marinette estas bien? —Luka estaba asustado, sus manos temblaban. Casi nos matamos por hablar de mis estúpidos problemas.

—Sí, estoy bien—estaba aterrada, pero disimulé muy bien mi estado, frente al atractivo chico que, examinaba con sus celestes, mi estado—, gracias. ¿Y tú? —él asintió aun con los nervios latentes—casi chocamos con ese idiota.

—Fue mi culpa, no debí quitar la vista del camino.

—Tranquilo, sí. Estamos bien, no paso a más—puse mi mano sobre su hombro—soy tu copiloto. Debía estar atenta al camino—sonreí y el correspondió con el mismo gesto.

—Estamos bien y es lo que importa. Marinette—suspiró profundo y puso las manos sobre el volante. Ya más calmado, emprendió la marcha. Por suerte a esa hora de la mañana no había muchos automóviles, de lo contrario, abríamos provocado un choque en cadena.

 Estúpido conductor, creyéndose el amo del camino por conducir un auto de lujo.

Adrien

Menuda mañana, me desperté tarde. Todo por jugar una partida extra de mi videojuego favorito. Encima de todo, mi bebé casi recibe un rayón; gracias a una mundana chatarra que se atravesó de golpe.

Que yo fuera a excesiva velocidad, no tiene nada que ver.

 Por suerte los frenos de mi bebé le hicieron un favor al tipo; si hubiera dañado la cubierta, ese pobre hombre habría tenido que vender uno de sus órganos para pagar los daños.

Siguiendo con mi caótico inicio. Por culpa de la “rata Dupon” debo estar a las 6am en mi oficina. Vi el reloj del panel de control del GPS y mostraba las cinco con cuarenta y cinco minutos.

—Maldición. Donde esa rata tramposa no se aparezca, la haré pagar este mal día—. Estaba cansado y estresado.

Tomé varios atajos para llegar a tiempo a la empresa, para mi suerte estos sirvieron. Llegué a la calle donde está Gabriel´s, faltando cinco minutos a las seis; rápido conduje hasta el estacionamiento subterráneo, llegando a mi parqueo privado. Apagué el auto y tomé mi portafolio, donde traía el contrato. Al salir de mi Lamborghini, el frío aire golpeo mi cuerpo. Saqué mi chaqueta negra de cuero con capucha. Coloqué la prenda que tenía unos detalles en neon de color verde y unas orejas de gato en la capucha. Según Armand, ese detalle me hacía ver sexy; siendo honestos, parecía un ridículo Stripper de mala muerte. No tenía opción, era eso o morir de frio en el camino hacia mi cálida oficina. Cerré la puerta del auto y activé la alarma, corrí hasta las escaleras, revisé mi smartwatch, marcaba las seis en punto.

Jodida mierda.

Marinette

—Lamento lo del incidente—. Casi nos matamos— te tomaste muchas molestias para pasar por mí, y te distraje con mis problemas—Luka había estacionado el auto frente al edificio de Gabriel´s.

—No te preocupes, los accidentes pasan—exclamó despreocupado—, además, no es problema, puedo darte un aventón todos los días, tu trabajo queda en la ruta que debo tomar hacia el mio.

—De ninguna manera, como vas a estar madrugando todos los días—refuté su ofrecimiento.

—Tranquila, me levantó temprano todos los días de la semana—lo mire extrañada—trabajo en Parc de la Villette, está en las afueras de la ciudad—explicó, con esa sonrisa relajada que siempre tenia su rostro.

Es tan guapo.

—¿Seguro no es problema?

—Para nada Marinette. Ahora somos amigos, en lo que pueda ayudarte, con gusto lo haré.

—Gracias Luka—me acerque a él y bese su mejilla no se de donde saque el valor para hacerlo≫—nuevo amigo—pronuncié cuando aleje mi rostro del suyo.

—No tienes porque Marinette. Recuerda, todo reto es una oportunidad…

—Para demostrar la culpa o la inocencia…—ambos reímos al completar la frase al unisonó—bien estaremos en contacto, tengo mi móvil conmigo y te avisaré de como resulta todo esto, sí.

—De acuerdo. Buena suerte en tu reunión.

—Gracias Luka.

Descendí del auto y al cerrar la puerta con un ademan me despedí de mi nuevo y guapo amigo, él hizo lo mismo, al poco rato puso en marcha el vehículo. Esperé a perder de vista su auto, y suspiré. Di media vuelta y me encontré frente a la empresa que, sería mi condena o mi salvación. Una fría brisa me hizo estremecer, acomodé la capucha de mi poncho sobre mi cabeza. Comencé a subir las gradas, pues no soportaba un minuto más estar fuera.

Al llegar a la puerta principal se encontraba un señor uniformado totalmente de negro, era muy alto y mal encarado. Parecía un gorila.

—Este, buenos días—saludé con algo de temor. Él gruño en respuesta, asumí que quería mi nombre—So-soy Marinette Dupain Cheng, tengo una entrevista con el Seño…—me aclaré la garganta ante mi error— joven Agreste—le mostré mi pasaporte; aún no había tramitado mis documentos franceses.

El hombre hizo ademán con su cabeza y me cedió el paso, le agradecí y caminé a las puertas automáticas de cristal, las cuales se abrieron de inmediato. Adentro la recepción estaba vacía. Únicamente en el vestíbulo estaba una señora de limpieza ≪mi futura compañera de trabajo≫ me acerque a ella.

—Buenos días—saludé. La señora se exaltó.

—Buenos días, disculpa, es raro ver a alguien llegara a la empresa a estas horas de la mañana.

—Tengo una entrevista con el joven Agreste. Puede indicarme donde queda la oficina de él, por favor.

 La mujer me escrutó de pies a cabeza con su ojizarca mirada, lo cual me hizo sentir incomoda. Luego me miró comprensiva y sonrió. Esto es raro.

—La oficina del joven Agreste está en el último piso. Debes tomar ese ascensor de allá—mire en la dirección donde apuntaba su dedo.

—Muchas gracias ¿señora? —indagué, pues su gafete lo llevaba en la cintura y me era difícil leer su nombre.

—Anarka—respondió con entusiasmo y me extendió su mano, la cual estreche de inmediato. Estar con personas con personalidades efusivas, me ponía un tanto extraña. De alguna forma me recordaban a la vieja Marinette, esa que jamás iba regresar.

—Soy Marinette, un placer Señora Anarka, gracias nuevamente por orientarme.

—No tienes porque, espero pronto seas una integrante de esta tripulación.

—Eso espero—sonreí, pero mis ojos denotaban la angustia que implicaba estar en  Gabriel´s—nos vemos—solté su mano y me despedí, ella hizo lo mismo.

Miré el reloj en la recepción, eran las seis y cinco.

¡Rayos! mi primer día y llegó tarde a la reunión.

Corrí a gran velocidad hasta el ascensor, presioné el botón y de suerte las puertas se abrieron. Ingresé al elevador y cuando me di la media vuelta escuché un grito.

Veuillez arrêter l'ascenseur! ¡Por favor detenga el ascensor!

De inmediato coloqué mi bolso entre medio de las puertas, evitando que estas se cerraran; en el proceso escuché un crujido dentro de mi cartera.

Genial.

—Gracias—. Mi lamentó mental fue interrumpido por el joven que ingresó al ascensor. Mi buena acción del día rompió algo dentro de mi cartera. El Karma actúa de manera errada conmigo—por poco y no lo logro.

Levanté mi rostro y vi a mi acompañante; llevaba una chamarra de cuero y una capucha con orejas de gato, desde mi posición, únicamente podía apreciar su boca tomar bocanadas de aire. Sus labios color melocotón eran delgados. Unos cuantos mechones sobresalían de entre su capucha. Su vestimenta estaba muy a la moda, sin mencionar su altura; debía tratarse de un modelo de la marca.

Al parecer notó que lo observaba y enfocó sus ojos hacia mí; con vergüenza desvié mis zafiros de su enfoque, por alguna razón, su presencia me hacía sentir incomoda, más de lo normal, era como si tuviera un aura dominante.

Adrien

La chica dentro del ascensor, sin duda era tímida, evitó mi mirada en cuanto me enfoque en su rostro. Aproveché su vergüenza para echarle un vistazo. Su holgada vestimenta ocultaba su figura. A leguas se notaba que gozaba de un buen cuerpo ¿Por qué lo ocultaba? Por suerte, la prenda se ajustaba justo en sus caderas; mostrando su bien dotado trasero.

Perfecto para asestarle unos azotes.

—¿A qué nivel vas? —cuestioné, inclinándome un poco para alcanzar el tablero y elegir el piso de mi oficina.  De soslayo quería comprobar si tenía un rostro bonito, como su cuerpo. Más solo pude apreciar sus labios algodonosos y teñidos de un rosa suave con gloss. Que ganas de saborearlos y verlos succionar mi…

—Al ultimo piso, por favor—pronunció con voz suave, que me pareció endemoniadamente sensual al imaginarla decir otras cosas. Su dulce fragancia llegó a mis fosas nasales. Una chica tan educada, fina y dulce, merecía mi completa atención.

Bien Agreste, da todo de ti y al llegar a nuestro destino, tu premio será una cita con ella. Y al final de la semana, como bonus, puedas follar con esa hermosa ninfa. ¡Este día está mejorando!

—Con gusto…my lady—un tenue sonrojo decoró sus mejillas, al decirle ese mote. Punto para Agreste—¿puedo saber que te trae a Gabriel´s tan temprano? —Me incorporé y me situé a su lado; esperando su respuesta. Mi siguiente jugada sería, invitarla a un café. Eso nunca falla.

Me quité la capucha de mi chaqueta, despeinando mis cabellos en el proceso, ella me ojeo discretamente por entre su gorro, su sonrojo aumentó, lo cual evidenciaba que no le era indiferente. Dos puntos para mí. Maldije para mis adentros al no poder apreciar mejor el color de su iris.

—Voy a una reunión…con el joven Agreste—respondió con esa tímida voz que me estaba volviendo loco ≪en el buen sentido de la palabra≫ vaya que estaba de suerte, iba a reunirse conmigo…

 Un segundo

 Ella se quitó su capucha, dejando ver su cabello azulado que ya conocía y al enfocar sus ojos en mí, encontré esa opaca y molesta mirada.

—¡¿Tú?!—exclamamos al unísono.

Notes:

Hola mis invocadores e invocadoras, feliz inicio de año, más vale que ya estén echando a andar sus propósitos de año nuevo. Aunque debo admitir que los inicios de proyecto dan un poco de flojera😁

Mi propósito de año, es acabar con está historia, así que esperen muchas actualizaciones a lo largo del año, porque esto aun tiene mucho por desarrollar.

Bien, a lo importante: Marinette pensó que todo era un sueño, pues su suerte no es tan favorable en ocasiones. Luka si era real y le animó a continuar aun sin saber cual sería el puesto de trabajo de la azabache. Dejando en claro, que todos tienen algo que les perjudica, y pueden cambiar esa perspectiva si enfrentan el reto.

Luka esconde algo...🤨

Por ultimo, Adrien casi mata a su futura empleada (aunque eso no le hubiera quitado el sueño) por suerte su auto freno a tiempo. Y luego se encuentra con Marinette en el ascensor, pero no la reconoce, coqueteando un poco con ella, para caer en cuenta de su error al esta descubrirse el rostro.

El siguiente capitulo estará interesante...
Agradecerles el apoyo a esta historia, alegran mucho mi corazoncito de escritora en progreso♥ sin más que decir, nos leemos luego.

Chapter 10: ¿Opciones?

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Adrien

Atribuiré este delirio mental a mi cansancio, no encuentro otra explicación lógica a todo lo que mi imaginación creo, fantaseando con… la “rata Dupon”.

—Estas no son horas de llegar a su cita, Señorita Cheng—. Reclamar de “x” tema, fue lo único que se me vino a la mente. Todo con tal de que ella no se hiciera ideas, respecto a mi desvariado coqueteo de hace un momento.

—Us-usted hubiera llegado minutos después, de no haber sido por mí, que detuve el ascensor—aparte de fea, respondona.

—Soy el jefe, puedo llegar a la hora que se me venga en gana—ignoré sus últimas palabras.

—Al contrario, debería ser un ejemplo—se defendió.

—Que buen consejo—ironice— dígame ¿lo aplica usted en su empresa? —contrataque. Si va a ponerse pesada, que se atenga a las consecuencias. Ella no respondió, desvió su rostro apretando sus labios. Luego, comenzó a rebuscar en su cartera.

—Non, ça ne peut pas être! ¡No, no puede ser! —se lamentó. No le pregunté el porqué de su angustia. No me interesó saber.

Marinette.

Pensar que creí que se trataba de un chico lindo y afable y, fue todo lo contrario. Agreste tenía de amable lo que yo de positiva. Para rematar, por ayudar a este imbécil malagradecido, la pantalla de mi Tablet se quebró. Saqué el articulo para verificar que aun encendía, pero está estaba muerta.

—Mi día no puede ir peor—lloriquee. La ruta de regresó a casa estaba en ese aparato.

—Lo mismo opinó—bramó entre dientes. Definitivamente, Adrien Agreste es un cretino.

—Por su culpa mi Tablet está rota—le reclamé, mostrando mi aparato y encarándolo.

—¿Disculpa? —enarcó una ceja y su despectiva mirada taladro mi ser, aun así, me mantuve firme.

—Su disculpa no me sirve.

—Yo no me estoy disculpando…

—¡Detuve el ascensor para usted y mi Tablet se dañó! —le confronté, señalando la pantalla quebrada.

—Me ayudaste porque asumiste que era otra persona.

—¿¡Qué?!—su respuesta no tenía lógica. Le ayude porque…bueno es cierto, si hubiera descubierto que era él, juró que presionó el botón para que las puertas se cerraran más rápido.

—No te hagas la desentendida, acabas de darte cuenta de que era yo. Encima, estabas embobada con mi presencia. Si hubiera sido otra persona, ni por asomo me reclamarías por tu objeto desfasado y dañado.

Quería estamparle mi Tablet en todo su bello rostro. Adrien Agreste es un tipo insoportable. Apreté mi mandíbula y me giré a ver las puertas del ascensor, era inútil discutir con idiota cómo él. Guardé mi aparato; traté de calmar mi disgusto ante mi batalla perdida, apreté con fuerza mis puños, mis uñas sin duda dejarían una marca en la palma de mis manos.

Adrien.

¡Quién se creía esta mujer! seguro esa Tablet se le rompió en el transporte público y a mí me quiere cargar la cuenta. Sin duda es una oportunista de primera, pero no contaba con mi astucia para detectar estafadoras.

Llegando al último piso, el silencio se interrumpió por el rugido de un estómago; proveniente de la “rata Dupon”, ella de inmediato cruzó sus brazos sobre su abdomen, cómo si eso acallara el vergonzoso sonido. No pude evitarlo, estallé en una carcajada, la ojiazul me arponeó con su mirada, pobre si pensaba que eso iba a cortar mi risa.

Las puertas del ascensor se abrieron, cómo el caballero al que mi madre instruyó, le deje el paso libre para que saliera primero. Aun riendo de lo lindo. La azabache agachó su cabeza y a paso veloz, salió del cubículo. Mi mirada bajo a su trasero, no iba a negarlo, no estaba nada mal. Pero no era de mi interés liarme con ella.

—Buenos días, joven Agreste—saludó una de las empleadas de limpieza que ya se encontraba en ese piso.

—Buenos días, Manon—medite un segundo—hazme un favor—la chica de cabello café y ojos ámbar apagó la aspiradora para prestarme su atención—puedes llevar a mi oficina dos tazas de café y unos financiers para mi reunión.

—Enseguida, joven Agreste—asentí con la cabeza y seguí mi trayecto, decir por favor y gracias, no estaba siempre en mi vocabulario.

En el camino, vi a la “rata Dupon” observaba con sus ojos bien abiertos toda el área de este piso.

Marinette

La vista era impresionante, podía verse gran parte de París; de golpe me hizo olvidar el mal rato que, mi estomago me hizo pasar con ese guasón. El estilo sobrio y profesional era palpable en todo el piso, predominaba el blanco de las paredes y las puertas de cada oficina en color negro con placas doradas fuera de estas; con los nombres de las personas que ahí laboraban.

—Sígame—escuché decir a Agreste. Mi corazón se oprimió, consciente de lo que se avecinaba. Debía leer y firmar el contrato que me ataba a la única empresa que me brindaba una la mano…reí por dentro, lejos de ser una oportunidad era una puñalada por la espalda.

Iba tras Agreste, quien tenía una postura sumamente rígida, incluso sentí mi propia columna tensarse ante la seguridad que el daba en sus pasos. Él se situó frente a una puerta negra muy grande, donde se leía “CEO Gabriel´s, Adrien Agreste” En una placa dorada y con letras negras en relieve. Pasó una tarjeta frente a la cerradura, la puerta se abrió automáticamente.

—Adelante, Srta, Cheng—de nuevo me cedió el paso. Está vez le agradecí, más por cortesía que por gusto. Me adentré a la oficina; al centro se encontraba un escritorio moderno, era una mezcla de madera y metal de color negro. Detrás de este había un enorme gabinete con varias puertas y sobrios adornos. Al fondo se encontraba una sala de juntas, y detrás, un enorme ventanal, todo desbordaba lujo—tome asiento en la sala por favor—pronunció con voz fría, mientras se despojaba de su chaqueta y la dejaba sobre el perchero al lado de la puerta. Lucia una camisa de vestir negra, con los primeros dos botones desabrochados y las mangas arremangadas…

Piensa en unicornios Marinette, piensa en unicornios…

No voy a elevarle el ego a este hombre observándolo de sobremanera. Caminé controlando mis nervios y me dirigí hacia donde me indicó, tomando asiento. Unos leves toques se escucharon en la puerta y Agreste fue a ver. Aproveché para quitarme mi capucha y quedarme solo con el Jersey bandeau de punto; doblé mi prenda y la metí en mi bolso, donde me encontré con mi Tablet dañada. Tenía la opción de llamar a Alix y pedirle indicaciones para regresar, pero sería muy hipócrita de mi parte, luego de no hablar con ella todo un día completo.

Adrien

Agradecí a Manon por llevar el café y la repostería que le pedí, no iba negar que estaba algo hambriento y debía esperar mucho antes de tomar mi desayuno. Con la charola en mis manos, me dirigí hacia la sala, donde yacía sentada la fastidiosa chica. Sus pálidos hombros resaltaban ante el rojo de su jersey; si ella se arreglara más, no se vería tan mal.  Con cuidado coloque la bandeja con las bebidas y los panecillos. Ella de inmediato guardo su Tablet, esa que decía que se había dañado por mi culpa.

—Puede endulzar el café a su gusto—le indiqué, señalando la azucarera al lado de las tazas.

—Es-este—rascó el dorso de su mano con nerviosismo—no bebo café.

—¿Por qué? —mascullé entre dientes la pregunta, haciendo palpable mi enojó.

—Bueno…yo—apretó sus labios y desvió la mirada, al parecer tenía un debate interno con ella misma—no… ¿me gusta?

—¿Me está preguntando? —. No vuelvo a ser amable con nadie en está jodida vida. Rata malagradecida.

—Este…no me gusta. Pero, gracias por los financiers—, no dije nada, pedí un puto café para ella y ahora resulta que no le gusta—¿puedo tomar un vaso con agua? —, señaló la jarra de agua que se encontraba en la mesa junto a la sala.  

Por mí, puedes tragarte el agua del baño.

Me aguante no responderle de esa forma, así que con un ademán le indique que podía hacerlo, ella se puso de pie y fue a realizar lo solicitado. Para quitar mi molestia, saqué el contrato del portafolio y mi laptop.

Marinette

Agarré uno de los vasos y vertí el agua de la jarra dentro de este. Tuve que improvisar mi respuesta, no consideraba necesario que Agreste supiera que mis benzodiacepinas no se llevaban con la cafeína. Si las mezclaba, pasaría una noche completa despierta; sabia por experiencia lo desesperante que era eso.

 Una vez mi vaso estuvo lleno me dirigí de nuevo a la sala, donde al aparecer, mi nuevo jefe había desplegado lo necesario para esta reunión.  

Aún estamos a tiempo de irnos.

Hice acopio de la poca determinación que aún me quedaba, y me sitúe frente a mi contratista.

—Le sugiero lea cada punto y coma. Estoy a la orden ante sus dudas. Pero…—apoyo sus codos sobre sus rodillas y entrelazo sus manos, a la altura de su barbilla, viéndome con esa oscura mirada, que me helaba la sangre…—no puede solicitar ningún cambio a este.

—Entiendo—murmure. Mi garganta estaba seca, bebí un sorbo de agua y tomé las hojas del contrato.

 En primer lugar, estaban los beneficios de trabajar en Gabriel´s. Los cuales eran muchos: desde incapacidades los primeros días de menstruación para cada empleada. Había escuchado de esta práctica, pero pocas empresas la llevaban a cabo. Le seguía la clínica empresarial que contaba con todas las especialidades médicas para atender al personal, guarderías y ludotecas para los hijos de los empleados, gimnasio, prestaciones laborales y, así iba la lista interminable de incentivos y apoyo a quienes pertenecían a este lugar, prácticamente era un paraíso…

Del cual serás desterrada en 6 meses, no vale la pena el riego.

Ignoré a mi subconsciente y pasé la página, por debajo de mis pestañas, vi sonreír con mofa a Agreste. Esta era la parte que representaba mi acuerdo con él.

Tomé un Finaciers y le di un bocado, recordando el dicho de mamá “las penas con pan son buenas”

Efectivamente, se detallaba que estaba siendo contratada para cubrir la plaza temporal de una empleada que estaría ausente por 6 meses debido a su maternidad, sin embargo, tenía la posibilidad de ascender dentro de la empresa y poder optar por un puesto fijo dentro de esta, si llegaba al departamento de Diseño y Creación. Según el organigrama adjunto, para llegar a este; debía ascender por el área de administración, marketing y por último producción.  

Tragué grueso, estaba tan absorta leyendo, que no me di cuenta en qué momento terminé con mi financiers. Sabía que, si no lograba la meta, sería echada a la calle, con mi reputación por los suelos, esta vez, en Francia…y luego… a dónde iría. Tantos años de estudio, tirados a la basura.

—Alguna pregunta, Señorita Cheng—su voz denotaba mofa.

—¿Le molesta si bebo un medicamento? son mis vitaminas—mentí. El asintió y agarró un financier que llevó despreocupado a su boca.

Rebusque en mi bolsa y saque el pastillero, tomé la dosis indicada para ese momento. Necesitaba estar lo más serena posible para tomar una decisión. Deslicé mi pastilla por mi boca y bebí el agua, Agreste iba por su segundo pastelito.

Aprete mis manos, una vez dejé el vaso sobre la mesa, lista para aclarar mis dudas.

—En nuestra reunión pasada—comencé. Mi empleador estaba de piernas cruzadas y semi inclinado en el sillón, con sus manos entrelazadas—usted dijo, que, si no cumplía la meta de ascender, se encargaría de humillarme peor que Chloe—él me observaba con sus esmeraldas, su rostro no denotaba ninguna expresión—¿Por qué ensañarse conmigo de esa forma?

—Porque, para ese entonces, solo habrá usado en vano los recursos de esta empresa y desperdiciado mi tiempo por seis largos meses. Es justo que me cobre de alguna forma mi generosidad desperdiciada—respondió sin titubear.

—¿Generosidad? así le llama a poner por los suelos, a una persona que busca una oportunidad.

—Sí.

—No me parece justo.

—Bienvenida a la vida.

—O al circo.

—Llámelo cómo mejor le parezca—se puso de pie—no hará sentirme mal por ello—me dio la espaldas, y caminó hasta la ventana, donde se situó y, con sus brazos cruzados a su espalda, prosiguió—tómelo o déjelo, no le estoy poniendo una pistola y obligándola a firmar.

Bajé mi rostro, vi el contrato sobre la mesa, específicamente, la línea punteada para firmar. No iba indagar sobre qué tipo de humillación me haría pasar sino cumplía la meta, dudo mucho que me dijera. Es cierto que Cherry Hair dijo que Agreste podía darme las pruebas para acusar a Chloe, pero para ello era necesario ganarme su respeto.

Si estuviera en mi área, esto sería pan comido, pero estaba partiendo desde un puesto fuera de mi de confort. Mi mente me estaba bombardeando, con todas las posibles catástrofes provocadas por considerarme incompetente para un puesto tan sencillo…ordenanza.

 Mi lógica decía “¿Qué tan difícil es hacer la limpieza de un lugar? No es algo fuera de este mundo.

No es el trabajo lo que te intimida, son las consecuencias de no lograr la meta las que lo hacen.

Tenía miedo y agradecía a mi medicamento que me mantuviera relajada de lo contrario, estaría en un ataque de pánico ante lo que mi mente estaba maquinando contra esta decisión.

No tengo más opciones que está.

Tomé la pluma a un lado de la mesa y sin titubear, firme el documento. Solté el boligrafó y retrocedí un poco en mi asiento. Estaba hecho, había firmado y aceptado las condiciones.

Y sus consecuencias.

—Perfecto Señorita Cheng—no se en qué momento, el regreso a la mesa, con una sonrisa aviesa. Sujetó los papeles y los llevó a una carpeta que decía “recursos humanos”—permítame un momento—se retiró hacia su escritorio, y presionó el conmutador—necesito a la Señora Anarka en mi oficina—La voz del otro lado le confirmó que la mencionada estaría aquí en unos minutos.

El regresó y se sentó frente a mí de nuevo. El silencio reinó entre nosotros, uno muy incómodo, no me atreví a levantar mi rostro.

—Cualquier consulta de aquí en adelante, la realizará directamente con recursos humanos.

—¿No será con usted? —indagué extrañada, levantando mi mirada.

—No, conmigo volverá a hablar hasta que ascienda de puesto. No puedo desperdiciar mi tiempo, con una empleada de rango inferior.

Odiaba con todo mi ser, la forma tan despectiva que tenía de referirse a mí. Era frustrante que por más que quisiera responderle, la única manera de cerrarle esa boca era con hechos. Un toque a la puerta hizo que Agreste se levantara a abrir. La alegre señora que encontré a la mañana ingresó al lugar. Extrañamente el rubio fue muy amable con ella.

Dejándome en claro que, la única persona que él consideraba inferior…era a mí.

—Señora Anarka, ella es Marinette, la nueva empleada que tomará el lugar de Amadine en su ausencia.

—Hola Marinette—me saludó y me sentí extrañamente bien con su compañía—me alegra que estés en está tripulación—. Llegó a mí y estrechó efusivamente mi mano.

—Lleve a la Señorita Cheng a la cafetería, para que pueda desayunar—sugirió él. Quería agradecerle por la sugerencia, pero con lo poco que llevo tratándolo, seguro de burlaría de mí.

— De acuerdo joven Agreste. Al terminar, la llevaré a conocer las instalaciones de área de diseño y producción. Esa era la zona en la que Amadine estaba asignada.

Ante aquella nueva información de mi nuevo empleo, sonreí de oreja a oreja. Estaría en el lugar donde nacían y se producían los más bellos diseños de moda, tanto de la Haute Couture cómo de la prêt-à-porter.

—Estoy lista—pronuncie con emoción—vamos.

—¡Esa es la actitud, bucanera!

El lenguaje que usaba la Señora Anarka era muy naviero para mi gusto.

—Bienvenida a Gabriel´s—. Agreste se puso frente a mi—el reloj ha comenzado a correr, tic, toc, tic, toc—susurró lo suficiente bajo para que solo yo le escuchará, mientras estrechaba mi mano con firmeza.

Lo miré con determinación. Para él, esto era un juego, para mí, esto era un reto. Luka tenía razón, debía asumir esto cómo un desafió, donde al final probaría mi inocencia. Obteniendo cómo recompensa, callar la boca de Agreste y Chloe.

—Gracias, joven Agreste—mascullé entre dientes. La estúpida y sexy sonrisa me devolvió, me irritó de sobremanera

Separé mi mano de su agarré y me situé al lado de la Señora Anarka, quien me guio a la salida. No podía decir que, no tratar con Agreste por un tiempo sería un alivio, pues entre más tiempo tardará en reunirme de nuevo con él, más lejos estaba de cumplir la meta de los 6 meses.

Marinette en que lio te has metido.

Adrien   

Una vez las dos se marcharon regresé a la sala. Esa chica en verdad me exasperaba. Sin embargo, esperaba que fuera una pieza clave, para apoderarme del imperio de la moda que Audrey Bourgeois dominaba en Francia y New York.

Chloe no tardaría en darse cuenta de que la persona que tanto odia está trabajando para Gabriel´s, lo cual no me preocupaba, una vez sepa el cargo que desempeña, la mantendrá con la guardia baja. Y a decir verdad no esperaba que la “rata Dupon” subiera de rango tan pronto, lo que me daba tiempo para planear la estrategia para mi siguiente movimiento.

Si no obtengo nada de valor de ella.

—Ruega que tu reputación, no salga de mis garras, “rata Dupon”—, sonreí, complacido al leer lo que mi informante me envió a mi correo.

“Clínica de Salud Mental de Gales:

Informe de Marinette Dupain Cheng”

 

Notes:

Hola mis invocadores e invocadoras, una vez más nos encontramos de nuevo, con otro capitulo de este turbulento fic. Cumpliendo con mi proposito de año nuevo, de acabar con esta historia.

La pobre Marinette daño su confiable Tablet por detener el ascensor y Adrien malagradecido Agreste no le importo ni un poco. ¿Cómo regresará a casa la pobre?

La decisión está tomada, al no tener más opciones para echar a andar su carrera de nuevo, nuestra azabache firmó el contrato... ¿Qué tan malo puede ser?

Si antes odiaban a Adrien, ahora lo van a amar...nótese el sarcasmo. Pues si, el rubio tiene en su poder el informe de la clínica donde Marinette estuvo internada. No por nada le dicen el demonio de París.

Se vienen cosas peores dice "Yisus"

No me queda más que agradecer su apoyo a esta historia, es mi motivación para ser constante en escribirla y pulirla. Nos leemos luego.

Chapter 11: Inferencia

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Estaba ansiosa, moría de ganas por conocer los atelieres de Gabriel´s, y cuando Anarka me guio a las afueras del edificio, me sorprendí. Pensaba que los talleres estaban dentro de este, más no era así.

—Los talleres son muy amplios al igual que el área de marketing. Están separados de la administración, porque cuentan con un personal en constante movimiento.  

—Tanto espacio necesitan—exclamé, en lo personal, un edificio extra me parecía exagerado.

—Si, Gabriel´s no es una casa de modas sencilla—la mayor, detuvo sus pasos, giro y se posicionó frente a mí, tomo mis manos y sus celestes me vieron fijamente, denotando una emoción indescriptible—. Espera y verás.

 Retomamos nuestro andar, esta vez, con ella tirando de mi brazo. Caminamos lo que consideré al menos 5 cuadras. París era incluso más agitada que Londres; sus calles estaban llenas de turistas y gente que se dirigía a sus lugares de trabajo o estudio.

—Ahí es—su dedo índice señaló dos enormes edificios que estaban uno junto al otro, conectados por una pasarela cubierta de ventanas, en la cual varias personas se movilizaban, cosa que me sorprendió dado que eran las siete de la mañana. Cave mencionar, que la estructura de dichas edificaciones era todo un desafío a la gravedad.

Comprendí porque las prestaciones de la empresa eran todo un sueño hecho realidad para cualquier empleado. La ostentosidad de las edificaciones solo demostraba el poder que tenía Agreste cómo CEO.

—Te has quedado sin palabras ¿eh? —pronunció la Señora Anarka—, apenas estás viendo la punta del iceberg—finalizó, y sin darme tiempo a responder, volvió a tirar de mi brazo, llevándome al interior de uno de los edificios. No iba a negarlo, la adrenalina invadió todo mi ser. Iba conocer el atelier de una Haute Couture, una de las más importantes del mundo.

 

Adrien

Finalicé la lectura del expediente de la “rata Dupon” al mismo tiempo que mi desayuno. No supe que me sentó mal de los dos; la comida o saber que contraté a una loca.

—¡Hola, Adreinbuuuu! —Winter ingresó contoneando sus caderas y alzando sus manos, con una enorme y guasona sonrisa— Où est votre «expérience sociale?¿Dónde está tu “experimento social”?—la morena de cabellera platinada, procedió a dejarse caer sobre la silla frente a mi escritorio; lucía un elegante abrigo de capa en color beige, que dejaba entrever un vestido negro con falda corta y sus características botas de gamuza de tacón de aguja, arriba de las rodillas. Un atuendo sin duda sexy y elegante.

—¿Experimento…? ¿De qué hablas? —inquirí, luego de repasar su escultural figura; sin ánimos de sus bromas, pero sí de otras cosas, más relajantes.

—No te hagas, que bien lo sabes—descansó sus codos sobre la mesa y apoyo su barbilla en el dorso de sus manos

—¿hablas de la “Rata Dupon”? —la morena frente a mí asintió moviendo su dedo índice. Ladeo su rostro y me vio con diversión. Medité un momento; consideré que no era prudente hablarle sobre lo que descubrí de la euroasiática más odiada de Londres. De saberlo, me iba estar jodiendo todo el día con ello—se fue con Anarka hace unas horas, seguro ya está fregando pisos o lavando baños…yo que sé—me encogí de hombros, fingí que revisar algunos documentos de la empresa; instante que aproveché en guardar la información del loquero de la “rata Dupon”

—Espero esto, no acarree consecuencias irreparables— advirtió en un tono serio—esa chica es una doble cara, no quiero tener que decirte “te lo dije” cuando esto acabe.

—¿A qué hora viene Rose Lavillant? —cambie el tema, detestaba cuando Winter cuestionaba mis decisiones. Cómo si ella jamás se hubiera equivocado o contratado tipos que le parecieron atractivos y, fueron un completo asco en sus cargos; siendo despedidos en menos de 3 días…

Luego de leer el resumen del loquero de “la rata Dupon” supongo que tampoco durará más de la semana.

¿Te molesta qué no te respaldé?֫—cuestionó con voz aterciopelada, al tiempo que se puso de pie y caminó con un sensual andar hacia mí.

Certainement pas, ciertamente no—aclaré—me molesta que centres tu atención en esa chica y saques conclusiones de mi actuar con respecto a ella—continúe sin apartar la vista de la pantalla. De reojo seguí sus movimientos.

—A pesar de todo; sigues siendo ese chico amable que conocí en Alemania—la deliciosa figura de mi amiga estaba frente a mí. Pero, la sola mención de mi actitud de hace algunos años, me bajo la libido de golpe.

Cet imbécile et naïf, il est mort en Allemagne Ese tonto e ingenuo, murió en Alemania—me puse de pie y pase de largo de ella—tú atiende a Rose, iré a supervisar la producción de los Atelier.

—Vamos, no te pongas así—pidió, simulando un puchero y cruzando sus piernas una vez se sentó en mi silla.

—Nos vemos luego—ni siquiera le dirigí una última mirada al salir de la oficina. Winter estropeo mi mañana con ese patético comentario. Ella mejor que nadie, sabía cuánto detestaba recordar al viejo yo.  Ese Adrien bueno, amable e ingenuo, del que sus compañeros se aprovecharon.

De ese esperpento de persona, no quedaba ni rastro. No por nada me llamaban el Demonio de Paris. La forma fría de manejar los negocios me caracterizaba y me permitió dominar la industria de la moda. Si alguien no llenaba mis expectativas, me encargaba de hacerle pagar con creces, el haberme hecho perder mi tiempo y la “Rata Dupon” no sería mi excepción.

Marinette

El interior del primer edificio era impresionante, su estructura moderna y vivos colores, intensificaban la iluminación que la luz del sol brindaba por los ventanales. Los empelados iba y venía de los distintos pasillos, cargando todo tipo de materiales para los diseños. La nostalgia vino a mi mente, recordé mis años de universidad; lo ajetreado y divertido que era cumplir con los plazos establecidos para los proyectos.

No pude evitar dar vuelta sobre mi propio eje, contemplé aquello; cual niña en el taller de Santa. Mi burbuja de ensoñación se rompió, cuando mis ojos repararon en unos empleados cambiando un render de publicidad…con la nueva imagen del rostro oficial de la temporada primavera-verano de Gabriel´s. Nada más y menos que mi ex.

Me paralice; en sus fotos, él lucia una radiante sonrisa y sus expresivos ojos denotaban una dicha plena.

My dreamers…

—¿A qué es guapo, ¿no? —preguntó con picardía mi compañera, sacándome de mi letargo temporal.

—No—articulé, en negación no a su pregunta, sino a la posibilidad de toparme con él en un futuro—…ya sabe…el Photoshop y esas cosas de la edición hacen milagros, en la vida real no son…—señalé la imagen, al ver a la Señora Anarka extrañada con mi primera respuesta—…tan atractivos—mentí. Mi ex era todo un deleite para la pupila.

Al igual que una puñalada al corazón.

—¿Tú crees? —indagó la Señora de blancos cabellos, ladeó un poco su cabeza, escudriñando con sus celestes, la publicidad—eso se verá, cuando venga a las instalaciones de la empresa.

Escuchar aquello fue como un valde de agua fría ¡Él iba a estar en Gabriel´s! Antes imaginaba el panorama de nuestro encuentro, más ahora, quería evitarlo a toda costa.

No eres ni la sombra de la chica que vivió con él.

—¿Marinette, te has puesto muy pálida? Tus manos están frías… —reaccioné ante el cálido tacto de la Señora Anarka sobre mis manos.

—So…son los nervios…no todos los días…se conoce a una celebridad—justifiqué de inmediato mi reacción, liberándome al mismo tiempo de forma sutil de su agarre.

—Bueno, no te hagas ilusiones. La mayoría de los famosos que visitan Gabriel´s son unos estirados—bromeo mi compañera. Sonreí de lado, fingiendo que me hizo gracia—. Suficiente de perder el tiempo. Iremos a la cafetería para que desayunes y podamos empezar de lleno con la introducción a tu trabajo.

Tiró de nuevo de mi mano y me llevó a través de los pasillos, sorteando cómo una experta el mar de personas que transitaban por el lugar. Internamente agradecí a la medicación de hace unos minutos, qué ha mantenido mis emociones a raya. Sin embargo, eso no evitaba que me sintiera mal. Mi ex estaba mejor…

Sin mí.

—Bienvenida a la cafetería— anunció la mayor, cuando ingresamos a un enorme salón; el lugar gozaba de una iluminación natural bien distribuida, creo que todo el edificio tenía esa particular caracerisica. La cafetería contaba con mesas redondas de color café, las sillas de metal y plástico eran de color rojo. Al fondo se encontraba la barra de alimentos, donde los empleados hacían fila para solicitarlos. El techo al igual que el edificio en sí, tenían una combinación de estructura geométrica imposible, de alguna forma armonizaba con el entorno.

—Este lugar es inmenso—musité, no dando abasto con mi vista, para apreciar cada rincón.

—Espera a ver los lugares de recreación.

—¡Todavía hay más!

—Las horas en los talleres pueden ser muy extenuantes—aclaró, al tiempo que me guiaba hacia la enorme barra de alimentos—por ello el joven Agreste pensó en todo lo necesario, para que sus empleados se mantengan entretenidos en sus descansos y cuando digo todos, me refiero a todos—nos señaló a ambas.

—¿Todo el personal puede hacer uso de esos lugares? —inquirí con incredulidad, recibiendo un ademan de mi compañera como afirmación.  

—Que se te antoja cariño, yo invitó—señaló la vitrina, con variedad de desayunos internacionales colocados en sus respectivos depósitos. Sin duda el orden era una prioridad en este lugar.

—Gracias Señora Anraka. No creo que sea necesario, yo puedo pagar…

—Dime Anarka—me interrumpió—. De ninguna manera aceptaré un no por respuesta—puso sus manos a la cadera—anda, tenemos mucho por hacer, elige.

—Bien, gracias—respondí con vergüenza y resignación—elijó el desayuno inglés.

La ojiazul le hizo señas a la mujer que estaba del otro lado de la vitrina para que le pasará el platillo solicitado, al igual que escogió otro distinto para ella. Una vez nos dieron lo solicitado además de unas bebidas para acompañar, nos dirigimos a la caja, donde la de pelo cano pago nuestros pedidos. Anarka me guio a una mesa donde estaban dos empleados que usaban el mismo uniforme que ella.

—Buenos días, tripulación—saludó efusiva a los dos comensales.

—Buenos días, Anarka—saludó en el mismo tono una azabache de rasgos semi asiáticos y ojos marrones.

—Buenos días, para ti capitana Hardrock—exclamó el chico de cabello castaño. Llamando a mi compañera por un sobrenombre raro.

—Permítame presentarles a nuestra nueva compañera—me abrazó por los hombros. Escuché mis huesos crujir por la fuerza aplicada, sin mencionar el dolor experimentado ante su agarre. Vaya que está mujer era fuerte—Ella es Marinette. Hoy es su primer día en Gabriel´s y estará cubriendo el puesto de Amadine.

—Espero no quiera quedarse con el puesto de Madie —advirtió el castaño, viéndome de pies a cabeza con aborrecimiento. Iba a responderle, pero la azabache a su lado me interrumpió.

—No le hagas caso, Wayhem es así de amargado todos los lunes—se puso la mano a un lado de su rostro y susurró—su esposa se va de viaje este día…

—¡No andes contando mi vida a los extraños! —le interrumpió el hombre.

—Chicos tranquilos. Que va a pensar nuestra nueva tripulante de esta revuelta que están armando—reprendió la ojiazul. El castaño se cruzó de brazos y la azabache apoyo ambas manos en sus mejillas y me sonrió.

—La Capitana Hardrock tiene razón—dijo, sin borrar su sonrisa la azabache—. Soy Mireille Caquet, un gusto—extendió su mano y yo le correspondí el saludo—tu suéter es precioso ¿Dónde lo compraste?

—Lo hice yo—respondí. Me arrepentí de inmediato al ver su asombro.

Vous êtes un étudiant en design! ¡Eres estudiante de diseño! ¿Por qué trabajarás con nosotros? Solo un ciego no notaría tu talento…

—Cierto—el castaño entrecerró los ojos, fijándose en mi—eso es muy raro, la mayoría de los estudiantes comienza haciendo pasantías, no en el área de limpi…

J'ai mes raisons. Pour l'instant je ne veux pas en parler , tengo mis razones. Por ahora no quiero hablar de eso—corte a la defensiva, y me senté en mi lugar. Sentí sus miradas sobre mí, así que procedí abrir a centrarme en mi desayuno, con la esperanza que dejaran el tema por la paz.  

—Bueno chicos—Anarka rompió el silencio, dejándose caer en el asiento a mi lado—a desayunar, que nos espera una jornada muy atenuante.

Agradecí internamente la interrupción de mi compañera. Lo menos que deseaba es que, sus preguntas les dieran indicios de quien en realidad era yo…o lo que las redes sociales decían de mí, gracias a Chloe. Por suerte el desayuno fue tranquilo. Una vez terminaron sus alimentos nuestros acompañantes se levantaron y se retiraron a sus labores. Mireille fue la única en despedirse y desearme suerte, el castaño dio media vuelta y se marchó sin decir nada.

Tiempo después, Anarka me llevó al reservado de los empleados, donde me facilitó el uniforme de limpieza que debía usar para comenzar a ilustrarme en mis obligaciones, ya que no tenía nada de experiencia en el rubro. Mi compañera me explicó que estaría una semana en capacitación, con ella. La segunda semana, me asignarían a un compañero o compañera para aplicar lo aprendido.

—Puedes vestirte en esos cubículos—señaló una puerta al final del pasillo del reservado—abres esa puerta y ahí los encontrarás.

—Gracias, enseguida salgo…—el televisor que estaba en la zona de descanso comenzó a proyectar un anuncio de la empresa, me detuve cómo el resto de los empleados, presos de la curiosidad a observar.

Gabriel´s se complace en mostrar el nuevo rostro de la línea para caballeros prêt-à-porter…—en pantalla apareció mi ex, de cuerpo completo, sonriendo despreocupado y luciendo una de las costosas prendas de la empresa. Mis manos temblaron y un escalofrió recorrió mi cuerpo de pies a cabeza. Mi corazón comenzó a palpitar acelerado, el aire en mis pulmones parecía comenzar a escasear—Es un placer formar parte de tan prestigiosa marca creada en mi natal París—era su voz, esa que me juro amor tantas veces; la misma que se negó a darme una explicación del porque nunca regresó a mi lado…— pronto estaré en la ciudad de las luces, para conocer a todo el personal que da vida a estas maravillosas creaciones…

No pude seguir escuchando, necesitaba alejarme de ahí, así que salí corriendo hacia la puerta que Anarka me mostró antes. Una vez ingresé al lugar, me introduje en uno de los cubículos, lance mis cosas a la butaca que estaba frente a mí y cerré la puerta… me apoye en la pared. Mi cuerpo se deslizó por la superficie, hasta quedar sentada en el piso, presa de las sensaciones que poco a poco se apoderaban de mí. Coloqué mi mano sobre mis labios, intentando acallar los sollozos que brotaban junto a mi llanto. No tenía idea de porque me sentía de esa forma ¿por qué él aún tenía ese efecto en mí?

 ¡¿Por qué aun duele?! Él ya decidió, yo debo resignarme.

Apreté con fuerza la zona de mi pecho. No quería verlo, no quería estar cerca de él y a la vez también anhelaba que al verme…

Él está con otra persona ¡ENTIENDELO!

Otro pensamiento negativo se coló en mi mente. Estaba en esta empresa por lastima, esa era mi realidad. Mientras mi ex ingresaría por la entrada principal, siendo venerado por todos los empleados, yo me dedicaría a limpiar el piso por donde él caminaría.

¡Eres patética Marinette! Una graduada fracasada, que no hace nada bien.

Mis manos temblaban. Si bien la medicación ayudaba a neutralizar algunas emociones, no podía contener un ataque de ansiedad. De algún modo, siempre me sobrepasaban.

Las preguntas se arremolinaban en mi cabeza, torturándome.

¿Valia la pena luchar para demostrar la verdad?

Me cuestione, rogando que está horrible sensación abandonara mi cuerpo.

—La persona que decía amarme, no quiso escuchar—musite con voz quebrada— que me hace creer, que el mundo…lo hará.

 

Notes:

Hola invocador@s, aún no salgo de mi hiatus, debido a que me estoy acostumbrando al horario de mi segundo hijo recién nacido. Este capitulo ya estaba en borrador, por eso decidí publicarlo. Oficialmente publicaré con normalidad a mediados de mayo.
Marinette conoció una parte del atelier de Gabriel´s (que están inspirados en los talleres de Chanel en la vida real) el lugar que será su espacio de trabajo de nuestra azabache. ¿será bueno o malo? ...ya veremos dijo un ciego.
Por otro lado, Winter mencionó algo del pasado de Adrien, que terminó disgustando al rubio, lo digo siempre que me preguntan sobre Adrien en este fic. Las personas actúan de cierta forma, porque alguien los obligó a ser de esa manera.
Al igual que Marinette se entero que su ex, visitará Gabriel´s y eso le provocó un retroceso en sus emociones, lo mencione antes, para ella no es fácil superarlo, paso 4 años junto a él.
La pregunta sigue en pie ¿Quién es el ex de Marinette? Mencionen sus candidatos. A quien adivine le dedicaré el capitulo donde por fin se muestre.
Porque han sido unos lectores muy buenos, les voy a dar un pequeño spoiler musical. Cuando revelé quien es el ex de Marinette, aparecerá en la multimedia la canción Shaken de LP. La letra de está, da a entender de como será el encuentro de ambos.
Me extendí mucho, pero era justo y necesario, espero sus teorías y comentarios, me agrada mucho leerles. Agradezco su apoyo a este fic, de todo corazón gracias por pasarse a leer y recomendar. Sin más que decir, nos leemos luego.

Chapter 12: Karma

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

—Una vez colocas la solución, aprietas este botón y comienzas a moverte hacia adelante, empujando con suavidad la máquina—la Señora Anarka me explicaba por tercera vez cómo usar la lavadora piso. No es que fuera la cosa más complicada del mundo, es solo que mi concentración no estaba en los mejores términos conmigo.

Después de mi episodio de ansiedad en el reservado de los empleados, estaba mentalmente agotada. Es estúpido si lo pienso bien, porque me estoy desgastando emocionalmente, por alguien a quien le da igual si yo estoy viva o muerta, sin embargo, es algo que no puedo controlar, que es más fuerte que yo.

Siguiendo con lo que me paso luego de ese ataque; me obligué a salir de mi escondite al escuchar a mi compañera llamarme desde fuera del cubículo. Cuando Anarka me vio, su cara formo una expresión de desconcierto; de inmediato le expliqué que por error me apliqué spray directo al rostro y por eso mis ojos estaban irritados. Agradecí a los dioses que creyó mi boba explicación.  

En un principio estaba emocionada por conocer los talleres que estaban dentro del primer edificio, pero una vez hice el recorrido de estos con Anarka; mi apatía hizo su aparición, todo lo impresionante de cada piso, pasó desapercibido para mis emociones; esto es porque después de un ataque de ansiedad, la indiferencia se apodera de mí, no es lo mismo un ataque de pánico, que uno de ansiedad.

 Supongo que es el camuflaje emocional que usa mi cuerpo para ocultar lo mal que estoy por dentro.

En ese estado flemático, lo único que busco y quiero, es estar en la comodidad de mi casa, más específico; entre mis sabanas, durmiendo, ajena a todo. Lejos de ese maldito anuncio de mi ex; que se repite cada tanto en los televisores de los pasillos. Advirtiendo que un día volveré a verlo en persona.

Una parte de mi quiere que eso suceda, así aprovecharía de preguntarle por qué me dejo un año, porqué dejo de comunicarse…

La otra parte sabe, que él está con alguien más y que eso debería responder mi pregunta.    

—¿Marinette?

—¿Eh?

— Je t'appelle depuis longtemps. Tu étais sur la lune, Te he estado llamando durante mucho tiempo. Estabas en la luna —. La de pelo cano estaba parada junto a mí, señalando la pantalla de la máquina— bucanera ¿te sientes bien?

—Lo siento, es…estaba tratando de retener las indicaciones en mi cabeza—me forcé a sonreír, para convencerla.

—Me parece que estas cansada, es normal. El personal de limpieza tarda un poco en acostumbrarse al horario madrugador que la jornada requiere—me explicó, sin embargo, ese no era mi caso, estaba acostumbrada a madrugar, gracias a mis pesadillas—, anda a descansar al área destina para ello.

Horas antes, Anarka me explicó que gracias a un convenido con un inversionista japones; Gabriel´s se vio obligado a incluir media hora de siesta durante el día para sus empleados.

—Pierda cuidado, estoy bien—necesitaba escapar de este lugar, más que tomar una simple siesta—mejor me pongo a trabajar, así usted puede ir a cumplir con sus tareas.

—¿Segura? —entrecerró sus ojos y se cruzó de brazos.

—Por supuesto que si Anarka—sujete la lavadora de piso y presione el botón, haciendo que la maquina se moviera y yo con ella—lo ve, puedo hacerlo. Una vez termine, le avisaré.  

—Ok—agradecí que me creyera, de nuevo—nos vemos más tarde.

—De acuerdo—. Me dio un último vistazo y se retiró del pasillo.

El piso donde me encontraba era el segundo de 30 pisos; estaba designado al taller de pedrería y bisutería. Los artesanos encargados de esta área eran expertos en colocar las incrustaciones de joyas invaluables en los diseños exclusivos de la marca, ingresar a la zona incluía un código especial en la tarjeta de acceso para los empleados autorizados; además de un exhaustivo registro al salir e ingresar.

De momento, tenía acceso gracias a la tarjeta de Anarka, además de ser el área designada a la empleada que estaba cubriendo…hasta que subiera de nivel o me despidieran.

Quitando el mal rato al enterarme que mi ex vendría a Gabriel´s, no podía negar la increíble organización que tienen los empleados en este lugar y que de suerte ninguno me ha reconocido, espero pasar desapercibida por el resto de... no otra vez.

Apreté con fuerza mi mandíbula, el televisor del pasillo reprodujo el anunció que promocionaba la nueva “mascota de Gabriel´s” … apodo con el cual mi mente trataba de disipar las desalentadoras sensaciones que me producía dicho anuncio.

—¿Marinette? —me detuve en seco junto con la lavadora de piso. ¡Por todos los dioses que reconocí esa voz! levanté mi rostro, sorprendida porque aun con esta vestimenta tan vergonzosa, me había reconocido—¡Oh por todos los cielos! ¡eres tú! —sin previo aviso esta persona corrió hacia mí y me abrazó.

—¿Rosita? Que fais-tu ici? ¿Qué haces aquí? —le interrogué, no creyendo lo cruel que era la vida conmigo.

Lo digo, porque la pequeña rubia de cabellos cortos que me abrazaba con la fuerza que de seguro se comparaba al de un boa constrictor; fue una de las integrantes del reality de Chloe. Rosita siempre admitió que me admiraba y estuvo de mi lado cuando sucedió todo el mal rollo con la presuntuosa Burgeois. Incluso llegó a interceder por mí ante Chloe, lamentablemente eso no funcionó. Vaya desilusión que le causará verme en estas fachas, un triste pantalón strech en negro y una camisa tipo polo azul.

—Yo también me alegro de verte—reclamó ante mi pregunta, con una sonrisa en sus labios color rosa. La pequeña rubia se separó de mí.

—No quise decir eso. Es solo que verte aquí me tomó desprevenida…ganaste el reality de Chloe, estar en la casa de modas de su madre…ese era el premio—mencioné con desanimo, al recordar una de las razones por las que entre a ese programa.

—Estuve en New York con Audrey; aprendí mucho con ella—explicó, con su característica voz melodiosa—fue la misma Audrey quien me propuso trabajar en una casa de modas europea. Probé suerte con la primera entrevista de trabajo que conseguí y adivina—se llevó ambas manos a la boca y dio saltitos en el piso—me aceptaron.

Eso significaba que Rosita fue una de las entrevistadas del sábado, una de las que tuvo oportunidad de ser evaluada sin prejuicio alguno.

Je suis content pour toi, tu es très talentueux, me alegro por ti, eres muy talentosa—acompañé mi oración con una sonrisa que no llegó a mis ojos. Si antes me sentía mal, ahora estoy peor.

—Gracias ¿en qué atelier estas? —su pregunta me descolocó un rato. Mi vestimenta y el aparato en mis manos, gritaba a los cuatro vientos que hacía yo en ese lugar.

—Rose, continuemos con nuestro recorrido. Nos esperan en el Atelier principal—. Ambas enfocamos nuestra vista a la dueña de aquella dulce voz. Fruncí el ceño al ver de quien se trataba. Era la misma chica que vi salir de la oficina de recursos humanos el día de mi entrevista.

—Claro, Winter—dijo entusiasmada Rosita—Ya nos iremos viendo—me dijo— coincidiremos en otra ocasión, para ponernos al día—dicho esto se alejó de mí y fue hasta donde la elegante mujer de cabello platinado se encontraba esperando; intercambiaron un par de palabras, Rosita se adelantó, dejándome a solas con la arrogante mujer; que tenía esa sonrisita de “soy mejor que tú” decorando su maquillado rostro.

Por unos segundos nos observamos fijamente, esta vez no le daría el gusto de bajar la mirada. Tanto ella y Agreste, me tenían harta, con su actitud de superioridad.

La morena levantó su mano izquierda; una risa maliciosa se pintó en sus labios. Su dedo me señaló un punto especifico; mis ojos siguieron la dirección, notando el enorme charco de agua jabonosa bajo la lavadora de piso.

—¡RAYOS! —grité horrorizada, había olvidado apagar la maquina cuando me detuve a conversar con Rosita. Traté de apagarla, pero los nervios me traicionaron haciendo que confundiera los botones.

Resultado; más liquido se derramó sobre el piso. La morena de cabello plateado se marchó muerta de la risa por mi accidente.

—¿Qué hiciste, Cheng? —una voz sumamente molesta se escuchó a mis espaldas—¡aparta de aquí! —me empujó a un lado de la maquina con brusquedad, — lo estas empeorando. No llevas ni un día y ya estas causando problemas—me reprendió Wayhem, apagando la maquina y observando con enojo todo el líquido regado en el piso.

—Voy por un trapeador—le dije, más él no respondió, aun así, corrí al cuarto de aseo. Una vez lo encontré busqué algo para limpiar el desastre, en cuanto lo obtuve, aproveché de hacerme con unos rótulos de advertencia sobre piso mojado. Salí del cuarto con las cosas, solo para encontrarme con Anarka manejando la maquina y limpiando el líquido derramado.

—Traje este trapeador y el letrero de advertencia—, mi voz se volvió menos audible una vez estuve cerca de Wayhem y mi supervisora. El moreno chasqueo su lengua y la ojiceleste me miró con seriedad, deteniendo la maquina en el acto.

—Te expliqué esta mañana que, si ocurría un accidente cómo este, la maquina puede limpiarlo—sentí el gorro de la vergüenza con la leyenda “tonta” sobre mi cabeza. Primer día y primera estupidez—. Te pregunte si habías entendido—pronunció con reproche—pero veo que esta vez en todo, menos prestando atención.

—Lo siento, prometo prestar más atención la próxima vez.

—Próxima vez—se burló Wayhem, con risa sarcástica incluida.

—Ve a descansar al salón que está al final de este pasillo—exclamó la ojicleste, ignorando el comentario de mi compañero.

—No es necesario, Anarka. Lo haré bien, solo deme una oportunidad…

—Es una orden, Marinette—me cortó con autoridad. Me estremecí ante el cambio de actitud de mi compañera; y no era para menos, había cometido un grave error, por tonta.

—De acuerdo—me limite a decir, deje las cosas a un lado y comencé a andar en silencio al cuarto de baño. Ni bien había avanzado un par de pasos, escuché con claridad a ambos decir “ella es un desastre”

Mi primer día y ya estaba dejando una pésima impresión. Debí apagar la maquina cuando Rosita llegó, era algo tan simple de hacer. Ellos tenían razón, yo era un desastre.

 

Adrien

Donc ils disent, eso dicen—me encontraba en el atelier principal, escuchando a mi diseñador en jefe; el talentoso Armand D'Argencourt.

—Si, Adrien. Van dos casas de modas que se están quejando del acelerado ritmo que llevan hoy en día, ante lo saturadas que están sus agendas—me explicaba, mientras le corregía a una de las costureras unas puntadas.

—Le temen al trabajo bajo presión—ironice. Recargué mi peso en mi pierna derecha y despreocupado, revisé mi móvil al escuchar semejante idiotez.

—No, ellos aseguran que el ritmo frenético de los eventos amenaza con deteriorar la creatividad de los diseñadores.

—Qu'en penses-tu? ¿Qué piensas? — indagué sobre la opinión de las demás Haute Couture por curiosidad, pues poco me importaban sus pretextos. Mi prioridad era mi personal y mis ganancias, conocer sus posturas acerca del tema y buscar soluciones.

—Son otros tiempos, Adrien. Lo que funcionaba hace muchos años, puede que comience a decaer con el tiempo.

—Veré cómo avanza ese tema en las siguientes reuniones de las Maison Haute Couture, de momento Gabriel´s se mantendrá al margen. De acuerdo—él hombre mostacho estilo francés, asintió y se marchó a continuar supervisando a las costureras y artesanos.

—Buenos días—Winter ingresó al atelier; de inmediato todo el personal la saludó en coro. La morena venia acompañada de la nueva asistente, la Señorita Rose—Armand—llamó al diseñador, alzando su mano izquierda para llamar la atención—quiero presentarte a la chica nueva.

Armand camino hasta posicionarse a mi lado; el hombre no era tonto, sabe quién es la autoridad en esta empresa. Winter bufo molesta, con perezoso andar guio a su acompañante para situarse frente a nosotros.

—Es un gusto por fin conocerla Señorita Lavillant—saludo con elegancia el hombre de pulcra vestimenta; Armand era un hombre que podía crear diseños vanguardistas, muy contrarios a su reservada personalidad. Su estilo vintage para vestir con, pantalones de tirantes, boinas a juego y sus zapatos italianos bicolor, lo hacían un personaje interesante en el ámbito del diseño.

—Esperamos que el ritmo de trabajo de este atelier, no te sobrepase, Señorita Rose—hice notar mi presencia con una advertencia, para la chica de sonrisa permanente. Gracias a Winter y sus quejas de la mañana, tenía una actitud hostil para con mis empleados.

—¡Daré mi mejor esfuerzo! —pronunció con excesivo entusiasmo—le agradezco darme la oportunidad de trabajar en su exitosa empresa…—levante mi mano, para detener su retahíla de palabras melosas.

Epargnez-vous l'adulation, ahórrate las adulaciones—la sonrisa se le borró de su rostro—estas aquí porque tu perfil y tu demostración sobre la tela, fueron las más acertadas de entre las otras dos aspirantes al puesto.

Winter rodó los ojos, parecía una niña haciendo una pataleta. Rose aclaró de inmediato su garganta y su sonrisa volvió a su rostro.

—Entiendo, joven Agreste, le demostraré con hechos y no con palabras mi gran talento. Señor Armand, puede indicarme cual será mi estación de trabajo, por favor, quiero empezar cuanto antes—solicitó la rubia de grandes ojos, mientras yo regrese mi vista a mi celular, las personas con exceso de energía son una especie de Kriptonita para mí, se me hacen tan falsas por alguna razón.

—Con gusto Señorita Lavillant—respondió el diseñador. Ambos se excusaron y se retiraron a cumplir con sus labores.

—Podemos hablar sobre lo que paso está mañana—pidió Winter con voz apaciguada, acercándose lentamente hacia mí.

—No—sentencié, luego salí del atelier. La de cabello plateado no me siguió, agradecía que me conociera también, para saber que en estos momentos no quería hablar del tema.

Marinette

La siesta no sirvió de nada, me sentía peor y de la indiferencia, ni hablemos. Salí del salón de descanso y me dirigí al pasillo que estaba limpiando en un principio. No iba negaba que el salón de descanso era un lugar muy acogedor donde se encontraban varios empleados tomando la siesta, según las indicaciones en la entrada del lugar, el descanso debía durar 30 minutos, en mi caso, necesitaba más que eso; al menos una semana en cama.

Abrí mis manos con pesar, observé mis magulladas palmas, las cuales me había lastimado cuando traté de calmar mi ira enterrando mis uñas en ellas. Me estremecí al ver el resultado del poco autocontrol que tenía; todo gracias a Agreste, negando que era el culpable por hacer que rompiera mi Tablet. Vaya ambiente de trabajo, un jefe que me denigra cada que tiene la oportunidad y un exnovio hipócrita, que en cualquier momento va a rondar por los pasillos de este lugar.

Sali de mis pensamientos de golpe, lo digo literal. Justo cuando iba doblar hacia otro pasillo, impacté con alguien que me hizo perder el equilibrio, cerré los ojos esperando el golpe, que me hizo abrirlos en cuando la lesión se produjo. Mi cuerpo se estrelló contra el filo de la ventana; siendo mi brazo izquierdo el que resulto perjudicado.

—¡Carajo! Que no te fijas por donde caminas—esa voz.

—Usted fue quien no se fijó. Yo tenía derecho de paso—protesté contra el rubio fantoche, —auch, duele—me quejé, al comprobar el daño en mi brazo. Tenía una herida superficial que rápidamente había enrojecido toda la zona a su alrededor, las desventajas de la piel clara.  Ahora tengo una horrible razón para ser el foco de atención en este lugar.

—Toma, cubre la zona para que no se infecte—Agreste me ofreció su pañuelo. Me tenté a rechazarlo, pero el escozor de la herida era molesto, necesitaba presionar para aliviar el malestar, así que lo tomé de mala gana, más no le agradecí—ven, voy a ayudarte a levantarte.

Des excuses ne le tueraient pas, una disculpa no lo mataría.

Coloque el pañuelo sobre la lesión, lo mire desafiante, pues sus ojos no denotaban culpa alguna. Entonces aparte su mano con desdén. Si de verdad quería ayudar, hubiera evitado que me callera ¡tuvo bastante tiempo para hacerlo!

 Una vez me incorporé, Agreste sonrió de lado. Genial, aquí está su bufona persona de nuevo. El día que se caiga en lugar de ayudarlo, me voy a partir de la risa, a ver cómo se siente.

 Gracias al neandertal este, ahora tenía que ir a la enfermería, retrasarme más para cumplir con mis deberes y restar puntos con mi supervisora.

¡Te odio, rubio de mierda!

—Debo admitirlo—sus verdes escanearon mi figura con descaro ¡qué asco de tipo! Agreste enfocó sus orbes verdes en mis zafiros, me aseguré de que notará mi desaprobación, pero eso no le importó; llevó su mano derecha a frotar su barbilla y sin deshacer su sonrisa dijo—ese traje se te ve mejor, siempre supe que ocultabas algo bajo esas vestimentas horrendas que llevabas el sábado. El azul y negro son tus colores, no el rosa muerto que tenía ese trapo viejo.

¡Suficiente! Podía estar en mi peor momento, pero no iba aguantarlo ni un minuto más, pase de largo de él, no tenía ganas de devolverle el insultó, estaba cabreada, dolida con su comentario sobre mi vestimenta, porque ese atuendo fue una de mis creaciones. Me había esforzado en diseñarlo, que no era el correcto para la entrevista, lo acepto, pero que se burle de mi trabajo, eso jamás.

—Tengo trabajo que hacer, en cuanto pueda, le devolveré sus pañuelos—me limité a decir.

 —No es necesario—pronunció con su sarcástico tono, dio unos pasos hasta posicionarse delante de mí—es lo más cercano que una pobre diabla como tú, estará de una prenda de alta costura.

Aprete mi mandíbula, mis dientes mordieron el interior de mi labio inferior, esperaba que el dolor fuera lo suficiente para quitarme las ganas de confrontarlo. La razón era muy simple, sé que busca provocarme, para darle un motivo y que me despida, pues ahora él es mi jefe y yo su empleada.

—Cheng, Cheng, que habrás hecho, para que el karma te cobre de esta forma—ironizó.

—Debo irme—pronuncie, volviendo a rodearlo para alejarme de él. Mis ojos estaban volviéndose acuosos por el esfuerzo que estaba haciendo de reprender mi molestia. Mi intentó de huida fue frustrado con el siguiente comentario de su parte.

—Sabes que—pronunció el nombre de mi ex—vendrá a Gabriel´s. Se que él y tu fueron cercanos—lo escuché aún sin darme la vuelta—. Cuando él esté en estas instalaciones; ahórrate darle el sermón de la exnovia despechada—apreté con fuerza el pañuelo sobre mi herida, ante su ridícula solicitud — lo menos que quiero es que mi cliente se sienta importunado por tu presencia.

—Descuidé—hasta aquí aguanté, di media vuelta para confrontarlo—usted lo dijo el sábado—él estaba de pie, con su actitud de “tú eres menos que yo” de brazos cruzados—. No soy ni la sombra de la chica que se encuentra en la foto de mi portafolio. Por consecuencia; ese hombre que usted y todos en esta empresa adulan y besan el piso por dónde camina, ese hombre—mi voz temblaba y para ese entonces mis lagrimas bañaban mis mejillas. Odiaba mostrar mi debilidad ante mi enemigo, más no podía seguir conteniendo lo que sentía—me dejó esperando un año por él; y sabe que—sonreí, más de seguro pareció una mueca—él jamás contesto mis correos, llamadas ¡nada! Cree que siquiera note mi presencia en estos pasillos o siquiera le interese hablar conmigo.

—No vuelvas a lacerar tu cuerpo—su tono de voz era frio y autoritario. Su comentario me descolocó por unos segundos—estas en una empresa de prestigio, donde la presentación lo es todo—su mirada de repudió me atravesó—¡me importa una mierda tus problemas personales! ¡A mi empresa vienes a trabajar, no a dar lástima! — me dejó sin palabras— asegúrate que nadie vea tu labio interno partido, o para el final del día, estarás mendigando un trabajo en la calle—me amenazó. Una vez finalizó dio media vuelta y se marchó.

 Agreste me dejó en claro que las cosas no eran cómo el sábado anterior, donde discutimos sin consecuencia alguna, ahora; soy la empleada que debe inclinar la cabeza y tragarse su coraje. Limpie con fuerza las lagrimas que descendían por mi rostro.

Yo era una persona repudiada por mis cicatrices, producto de lo que era lidiar con el cumulo de emociones que no podía controlar.

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El día había finalizado, para mi alivio. Estaba en el reservado de empleados, guardando los uniformes que me habían entregado para el resto de la semana. Había remplazado mi vestimenta por mis ropas de la mañana, no quería que Bridgette me viera de esa forma.

Agotada, frustrada y abatida, eran los sentimientos que viajarían conmigo de regreso a casa ≪eso si logro llegar≫ con mi Tablet dañada, no tenía idea de que ruta tomar, sin mencionar que mi celular se había descargado, puesto que olvide cargarlo la noche anterior. Ni siquiera pude enviarle el mensaje a Luka, como se lo prometí esta mañana.

Resignada a este pésimo comienzo, me aseguré de que tenía todo en mi mochila, me di un último vistazo en el espejo de mi casillero. Me veía ridícula; llevaba puesta una mascarilla quirúrgica, con la finalidad de ocultar mi labio inferior dañado. A petición de mi jefe, ese gilipollas que solo vive para humillarme. Cerré el casillero y me encaminé a la salida sin despedirme de nadie.

¿Cómo fue el resto del día luego de visitar la enfermería? Me vendaron el brazo para evitar que la herida se infectase; fue ahí donde aproveché pedir una mascarilla a la enfermera, con el pretexto que era alérgica al cambio de clima, no dejándole ver mi labio herido, la amable mujer me dio lo solicitado y debido a mi aspecto físico, agendo una cita con el nutriólogo, al igual que un chequeo general, que era una obligación para todos los empleados de Gabriel´s.

Luego de eso, regresé con Anarka, la cual ya tenía programada una serie de actividades para primerizas en limpieza, que me podían ayudar para seguirles el ritmo en poco tiempo. Obvio que me consulto por la mascarilla y mi brazo vendado, le di la misma explicación que a la enfermera, por el vendaje; le dije que me había tropezado y golpeado con el alfeizar de una ventana; lo cual era verdad, la mentira estaba en qué lo provocó o más bien, quién.

Tome mi almuerzo sola. No tenía ganas de socializar con nadie. Luego de mi altercado con Agreste, entendí que, en ese rompecabeza, yo era la pieza que no encajaba, así que conocer a las otras piezas no figuraba en mis planes.

 Mi desempeño en el trabajo no mejoro, me costaba memorizar los productos que debía usar para cada actividad; líquido para madera, vidrios, cuero, lámparas, piso etc. etc.

Salí del edificio, el frio aire del exterior me recibió de lleno, eran apenas las cuatro con quince minutos, hora en que mi jornada laboral finalizaría de ahora en adelante. Froté mis manos sobre mis brazos, sintiendo el escozor de las lesiones en las palmas de mis manos.

Enfrentarme a las calles de Paris de nuevo, me sobrepaso, quería estar en casa; no me refería a la de mis padres en este lugar, me refería a Londres, extrañaba estar allá, conocía las rutas del transporte público de memoria, no importaba en que parte de la ciudad me encontrara, podía llegar a mi departamento con los ojos cerrados.

Suspiré observando mi alrededor, no quería parecer la tonta turista que estaba perdida; me negué a preguntar direcciones. Había visto con anterioridad en mis recorridos con Cherry Hair, cómo los oportunistas se aprovechaban de turistas incautos, cuando les preguntaban sobre direcciones.

Sin darme cuenta estaba parada al borde de la acera, esperando a que el semáforo cambiara y frenara el tráfico de la transitada avenida.

“Siempre iba ser de ese modo” ese pensamiento rondaba mi mente, desde el nefasto encuentro con Agreste, lo cual me hizo reflexionar lo viable que era continuar con esta farsa de empezar desde cero. Siendo humillada constantemente, incapaz de memorizar el uso de unos simples producto de limpieza.

Un paso te separa de tu libertad

Los autos circulaban a gran velocidad frente a mí, era verdad, solo un paso me separaba de dejar de padecer y cargar con el karma de algo que jamás hice. Mi pie se movió solo, cerré mis ojos, estaba a centímetros de ser libre …

—¡Marinette! —con fuerza alguien tiro de mi brazo izquierdo, grite ante el dolor que provocó en la herida, abrí mis ojos de golpe notando  que estaba en la seguridad de la acera de nuevo, escuche el ruido del claxon del auto que estuvo a nada de arroyarme. Con frustración encaré a la persona que había evitado mi libertad, encontrándome con unos ojos celestes que me miraban con desaprobación, su larga y sedosa cabellera negra ondeaba con el frio viento de otoño.

—Bridgette…—susurré con los ojos muy abiertos, la expresión en su fino rostro ahora era de decepción; mi cuerpo se helo por completo

 ¿Ella noto mi intento de suicidio?

Las dos nos observamos en silencio, todo apuntaba a que sí, Bridgette se había dado cuenta de aquello que le había ocultado por tanto tiempo.

Que, dentro de mí, había algo malo.

Notes:

Nota de la autora:
Hola de nuevo mis invocadoras e invocadores, una semana después, pero cumplí con actualizar este fic en mayo. Me gané mi estrellita por el esfuerzo. Gracias por su espera, sin ustedes esta historia no tendría razón de ser. Además, para el stand Adrinette ¡¡nuestro momento a llegado, en la serie, este ship esta a nada de volverse canon!! ¡¡¡Siiii!!
Ahora vamos a fragmentar lo acontecido en este capítulo.
Marinette ahora lidia con la constante de “toparse con su ex” en el trabajo. Tiene miedo a cómo reaccionara cuando lo vea.
Apareció un nuevo personaje, Rosita; la amable y dulce rubia que al parecer no notó cual es el trabajo que Dupain realiza.
Adrien por otro lado esta comenzando a cuestionar su decisión al contratar a Marinette, luego de leer su historial médico, y ante los cuestionamientos por parte de Winter; por ello ataca verbalmente a nuestra azabache, busca que ella reaccione con el mismo ímpetu de la primera entrevista y Dupain por miedo a perder su trabajo se contiene, cosa que encoleriza a Demonio de París.
Cuántos pensaron que Adrien iba evitar que Marinette cayera cuando choco con él.
Por último, Bridgette a llegado a la ciudad y detuvo a Marinette de arrojarse a la vía transitada. Lo que nos lleva a:
¿Adrien va a despedir a nuestra ojiazul?
¿Bridgette descubrió el secreto que tanto se esforzó Marinette en ocultarle?
Me limitaré a decir que, el capítulo 14, será el punto de quiebre de esta historia y el paso a un nuevo arco. Así que preparen sus teorías, que pronto sabrán quién es el ex de Marinette y lo que sucedió en el reality de Chloe.
Gracias por su amable espera, de ahora en adelante los capítulos serán más largos y sus actualizaciones por ende un poco lentas. Agradezco su apoyo a está fanfic, me elevan mis ánimos de seguir persiguiendo mi sueño de ser escritora. Sin más que decir, nos leemos luego.

Chapter 13: Detonante

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Que Essayez-vous de faire Marinette? ¿Qué intentas hacer, Marinette? —inquirió furiosa.

Quedé muda, no sabía que responder; todo paso de golpe. No había procesado el cómo Bridgette, estaba aquí y ahora.

—¡Marinette, tú siempre tan despistada! —Alix se situó a mi lado, y me abrazó por los hombros—Bridgette, gracias—intervino la pelirroja, pero Brid continuaba iracunda, con sus celestes clavados en mi persona—esto solo reafirma lo que platicábamos el otro día ¿recuerdas? —nada, Brid se mantenía irascible— cuando Marinette nos tuvo a todos esperando afuera de su casa, recién se mudó a París—una risita nerviosa acompañó su explicación.

Sabía lo que Cherry Hair trataba de hacer. Desviar la atención de Brid. No sabía si agradecerle o pedirle que no interviniera; aún estaba molesta con Alix por la discusión del otro día.

—Si, lo recuerdo—el tono de voz furibundo y sus ojos celestes viéndome fijamente, confirmaba que no se había creído lo de “ser despistada”.

—Yo estaba tan absorta en mis pensamientos—por fin mi lengua se soltó y creí necesario cooperar con la mentira de Alix. No quería a Brid metiendo sus narices en este asunto, menos ahora que no tengo nada con lo cual respaldar mi verdad—¡no puedo creer que estaba caminando directo a la avenida! —llevé mis manos a mis mejillas y fingí angustia—¡dios, si no fuera por Brid…! —sacudí mi cabeza en negación—no quiero ni pensarlo.

—Mini Bug, tranquila, ya paso—Alix frotó mi espalda, a modo de consuelo. Las dos éramos unas hipócritas; las cosas entre nosotras no estaban bien. Pero, de algún modo agradecía que Alix comprendiera y respetara el hecho que no deseaba involucrar a Brid en todo esto.

—Aún siento mi piel erizada—pronuncié trémula. Abrazándome a mí misma.

—Ten más cuidado la próxima vez. Me has dado tremendo susto—las facciones de la hermosa azabache se suavizaron y una vez recompuesta, se lanzó a abrazarnos a Alix y a mí—las extrañé muchas chicas—creo que ambas respiramos a gusto, al ver que Brid nos había creído.

—Nosotras igual Bridgette —dijimos al unisonó. Correspondiendo el abrazo de nuestra amiga.

—¿Cómo es que están aquí? —indagué, luego de separarme de su abrazo—no es que me molesté—aclaré, una vez vi que amabas enarcaron una ceja.

—En cuanto llegué, fuimos a dejar mis maletas a tu casa y luego salimos a comer fuera —explicaba la azabache—propuse que el paseo fuera cerca de tu lugar de trabajo. No sabíamos tu hora de salida, así que preguntamos a recepción.

—¿Dónde has dicho que preguntaste por mí? — temí que la mayor de nosotras supiera en qué consistía mi empleo.

Más que temor, era vergüenza.

—En la recepción. Dimos tu nombre; nos dijeron que estabas en el otro edificio y, que tu hora de salida era a las cuatro—me explicó Alix.

—¿Les dieron la información, así como así? —inquirí.

—Fue gracias a Félix— Brid me guiño el ojo e hizo seña de estar cerrando sus labios con un zipper. Luego, procedió a caminar.

¿Qué diablos quiso decirme con eso? ¿Qué hizo “el grosero Graham”?

 Alix y yo la seguimos. Las dos cruzamos miradas, que luego rompimos. Las cosas aún estaban mal entre nosotras, pero mientras Brid estuviera aquí, teníamos que fingir que todo va bien.

—Bueno, en todo caso; salvaron mi vida. Mi Tablet se rom…—tosí, para evitar decir la verdad, no quería que Cherry Hair, incurriera en gastos por mi culpa. Sabía que no dudaría en comprarme una nueva—¡descargó! Sí, eso… no tenía modo de regresar a casa, todas las rutas que Markov diseño para mí, estaban ahí.

—Somos tus sexys angelitas de la guarda—exclamó Brid, esquivando a las personas en la acera—. Vamos a comer y luego a celebrar—se detuvo abruptamente—¿Por qué llevas esa mascarilla?

—Este…—de pronto tenía la mirada de mis dos amigas sobre mi ≪puto Agreste y sus estúpidas ordenes≫—me mordí el labio horrible mientras comía mi almuerzo, este…por estar hablando mientras comia… no quería que la pelusa de las telas callera en herida, por eso pedí una mascarilla en la enfermería—, es la excusa más estúpida que se me pudo ocurrir. Mi cerebro aún no funcionaba del todo bien.

 ¡Jodidos fármacos! ¡Malnacido Agreste, que me hace decir tontería y media!

—Déjame ver—pidió Bridgette acercándose a mí.

Hola, soy yo de nuevo: por lo que más quieras, has que crea que esa fea mordida parezca un accidente y no a propósito.

Con cuidado me quite la mascarilla dejándole ver a Brid mi labio lacerado, una mueca se formó en su rostro.

—Definitivamente no vas a poder beber en la discoteca, se ve muy mal.

—¿Discoteca? —cuestioné, viendo a Alix en busca de una respuesta.

—Iremos a una discoteca una vez terminemos de cenar—respondió la pelirroja.

¡A una disco! ¡Mañana debo estar en mi trabajo a las seis de la mañana ¡si voy a bailar por ahí, llegaré trasnochada a mi trabajo. Una falta más y Agreste va a lanzarme por una de las ventanas.

—Bueno sucede que yo…—necesitaba explicar porque una “diseñadora” debía llegar a las seis de la mañana a su trabajo. Brid no debe saber mi verdadero trabajo.

—No hay pero que valga—me interrumpió la azabache—necesitas distraerte y disfrutar de la ciudad, donde vivirás quien sabe cuánto tiempo—justificó. Tironeo de mi brazo izquierdo; me quejé por el dolor que provocó en mi herida.

—¿Mini bug, estas bien? —Alix se acercó a mí con preocupación.

No necesitaba de esta atención sobre mí, menos mostrarles la fea lesión en mi brazo.

—Si, es solo que el agarré de Brid fue muy brusco—. Agradecí que las mangas largas de mi atuendo cubrieran el vendaje que llevaba en mi brazo.

—Lo siento, Marinette—la ojiceleste frotó su mano sobre mi manga. Contuve con todas mis fuerzas el grito que amenazaba salir de mis labios, por el fuerte dolor que producía su tacto—por eso y más, necesitas relajar esos tensionados músculos.

Brid me soltó, se separó un poco de nosotras y comenzó un improvisado baile, importándole poco que los transeúntes la observaran. Algunos atrevidos incluso la grababan. Bridgette era dueña de un cuerpo bien agraciado, curvas bien pronunciadas, pecho abundante, caderas prominentes y una cabellera azabache que pasaba de sus caderas, sin mencionar su buen gusto al vestir. Traía puesta una chaqueta de imitación de cuero azul, usaba unos ajustados baqueros junto a unas botas de tacón ancho que, le llegaban dos dedos arriba de la rodilla.

—Suficiente espectáculo o Félix nos matará a Mini bug y a mí, por no cuidar a su esposa—Alix sujetó a nuestra amiga, la azabache bufó molesta—si él ll ega a ver un solo video tuyo en la red titulado “candente azabache con Flow en París” no quiero ni pensarlo.

Brid soltó una sonora carcajada, luego procedió a tironearnos. Por suerte no de mi brazo lastimado.

—Vamos par de amargadas. Lo dije y lo mantengo, estoy aquí para divertirme y es lo que pienso hacer, lo que suceda después, es problema del mañana—dicho esto, nos arrastró hasta una cafetería.

Comimos y nos pusimos al día, sin tocar el tema de mi ex, lo cual agradecí a mis dos amigas, ya tendría ocasión de arreglar las cosas con Alix, por hoy quedaba olvidarme de todo, de mis demonios y ser feliz… o al menos… fingir serlo.

Adrien

Tres de la mañana del viernes. La semana había estado relativamente bien en la empresa; salvo por la parte en la que los desfiles de temporada amenazaban en reducirse, esto implicaba una baja en las ventas. Que todo se redujera a un único desfile al año era impensable. Los mayores clientes de Gabriel´s eran los que podían pagar diseños de alta costura. Hablamos de prendas que van desde los cincuenta y cien mil euros. Dichos clientes hacían sus pedidos por temporada, para que sus modelos fueran exhibidos en la semana de la moda.

Era pecar de ignorante si se pensaba que una reducción de tiempo para los artesanos ayudaba a su creatividad. ¡Tonterías! París es la capital de la moda a nivel mundial, si se realizaba tal locura, New York y Londres; no tardarían en aprovechar esa desventaja y buscarían hacerse del título que París perdería por “benevolente”

A menor tiempo de producción, las grandes casas de moda tendrían que despedir personal; al no poder pagar los salarios debido a la baja de producción.

Debía tener un plan de respaldo si esto llegase a suceder y, lo único que se me ocurre es hacerme del imperio que Audrey posee en New York. Con ese ingreso extra, Gabriel´s París, no se vería obligado a despedir personal ante una medida tan radical.

Todo sería perfecto si mi as bajo la manga no hubiera resultado ser una bufona. “La rata Dupon,” no me daba nada con lo que trabajar para llevar a cabo mi plan de respaldo. Por un jodido momento, creí que ella sería la fiera que me hubo desafiado el sábado en su entrevista, que pelearía con uñas y dientes. Sin embargo, desde el lunes que la vi, no he tenido noticias relevantes de ella, por no decir que no ha hecho nada por cambiar su situación. Tenerla en mi empresa era más impulso de idiotez; Winter tenía razón, contratarla había sido mi peor error.

¡Por todos los cielos! Parecía que estaba cómoda con su situación; al parecer no planeaba hacer algo para ir escalando niveles. No iba a esperar seis malditos meses para ver si hacia algo. Soy el Demonio de París, no el “Samaritano de París”

—Joder, no me canso de tu garganta profunda—adulé en un jadeo. Llegué a mi orgasmo gracias al oral que… ¿cómo se llamaba?  

—¿Te gusto? —preguntó la pelirroja, relamiéndose los labios y, limpiando el rastro de mi semen. Ella era una de las inversionistas de Gabriel´s; solemos divertirnos cada que aparece por la empresa.

—Siempre logras complacerme—la pelirroja sonrió picara. Estaba desnuda, de rodillas en medio de mis piernas. Mis nudillos acariciaron su rostro—no puedo esperar a hundirme dentro de tu coño.

Tu peux faire ce que tu veux avec moi Puedes hacer lo que quieras conmigo—incitó.

—Ponte en cuatro sobre mi cama y levanta bien tu hermoso culo. Tengo hambre y tu coño está en el menú—la mujer de inmediato cumplió mi orden. Dejando a la vista sus húmedos pliegues, los cuales abrió con sus dedos.

¡Que vista! relamí mis labios, deseosos de probarla.

En cuanto a “la rata Dupon” iba a despedirla en la brevedad posible.

 

Marinette

—…En esta lista podrán encontrar coches de lujo bastante heterogéneos, pero siempre exclusivos, caros y de altísima calidad para los amantes de lo más exclusivo. Esperamos que estén de acuerdo con nuestra selección…

Viernes tres de la mañana. Estaba viendo un programa de autos de lujo en mi computadora, tras despertar gracias a una pesadilla y al no poder conciliar de nuevo el sueño, me levanté a despejar mi mente. Viendo un absurdo programa sobre autos de lujo, de esos que en mi vida podré siquiera tocar, sin embargo, estaba segura de que, con el conocimiento adquirido, podría manejar y reparar sus fallas en un nivel básico…

Y, aun así, no puedo memorizar en que consiste el kit de limpieza de mi trabajo.

Regresando a mi pesadilla. Se suponé que mis medicamentos lograrían calmar estos padecimientos. Bueno, quizás el estar estresada y exhausta; influye un poco: La visita de Bridgette, mi problema con Alix, asumir la ruptura definitiva con mi ex y la cereza del pastel, subir de nivel en solo seis jodidos meses, siendo una torpe en un trabajo tan sencillo.

Una maldita semana estaba por acabar y no lograba acoplarme a ninguna de las situaciones antes mencionadas.

Comencemos con la visita de Brid; ella y Alix pasaban a recogerme todos los días al salir del trabajo, para ir a comer y luego a un pub que, Brid había encontrado gracias a una app de recomendaciones de sitios como esos. Regresábamos a las 12 de la medianoche, dejándome solo 4 miseras horas para descansar…bueno reduzcamos a dos, porque las pesadillas siempre ocurrían entre las cuatro treinta y tres de la madrugada.

Gracias a esto me quedaba dormida y, en consecuencia, perdía la oportunidad de viajar con mi nuevo y guapo amigo, Luka.

 Brid me llevaba al trabajo en su auto rentado. Durante tres días he llegado a las siete de la mañana. Ganándome una reprimenda de parte de Anarka y el descuento de mi salario por la hora de retraso.

¿Y, porque no le decía a Brid que no podía ir a un pub y necesitaba descansar?

Excelente pregunta. La cosa es no quería levantar sospechas en Brid, luego de salvarme de lanzarme a la transitada avenida, sus sentidos ”buscadores de la verdad” se habían agudizado para conmigo. Por ello me mostraba tan servil ante cualquier ocurrencia de su parte, quería que se centrara en divertirse y se olvidara de mí. Incluso fingí una actitud efusiva que, Alix respaldaba, cada que nuestra azabache amiga mencionaba al dulce Lowell. Adoro a mí no sobrino, pero estaba tan agotada, que mis arrebatos emocionales solo eran una máscara para ocultar lo mal que me sentía.

¿Mi trabajo? Esto va para peor. Vomité en los baños cuando me pidieron que los aseara; gracias a que uno de los sanitarios estaba tan asqueroso, que digo asqueroso. Nauseabundo lo define perfecto. No voy a hondar en los detalles; pero el color marrón predominaba en el interior y fuera del retrete. Contuve una arcada ante el recuerdo.

Mi poca resistencia a estas situaciones hizo que Anarka me pidiera limpiar las oficinas contiguas a los atelier; una tarea bastante sencilla, de no ser porque ¡no había dormido casi nada! terminé derramando café en unos papeles importante, que de no ser por la intervención de Anarka, me hubieran puesto de patitas a la calle ese mismo día.

Y del resto, ni hablemos.

Me levanté de la silla y apagué el programa que estaba reproduciendo en mi computadora. Mire el reloj en la pared, eran las tres y media. Tomaría una ducha y me prepararía para salir temprano, necesitaba hablar con alguien ajeno a mis amigas y ese era Luka. Ni siquiera había entablado una conversación decente con él por mensaje, limitándome a respuestas de sí y no, necesitaba verlo.

Tomé una relajante ducha fría, para despejar mi mente y el sueño que me gobernaba.  Una vez salí del baño, saqué de mi guardarropa un suéter cuello de tortuga gris ajustado y sobre este, me puse una chaqueta de mezclilla; usé unos leggins negros, calentitos. Complete mi outfit con unos botines beige de tacón bajo. Me mire al espejo de cuerpo completo, no era un atuendo muy bonito, pero era cómodo y eso era lo que me importaba. Hice que el maquillaje se viera natural, a pesar de que había aplicado varios correctores y polvos para ocultar mis ojeras, que, dada mi condición de piel, era muy notorias. Dejé mi cabello suelto, por lo húmedo que aún estaba y no quería retrasarme más, por ello no use la secadora.

Satisfecha con el resultado, agarré una mochila monocromática a cuadros, de cuero falso que había diseñado tiempo atrás. En ella llevaba lo necesario, incluyendo mis benzodiacepinas. Me aseguré de tener todo conmigo para proceder a abandonar mi alcoba.

—Buenos días—saludé al bajar de mi habitación, encontrando a Brid preparando el desayuno, tal como lo había hecho estos días.

Envidiaba a mi amiga. Llevaba tan solo puesta un pijama de dos piezas, pantalón celeste y un suéter a juego con el dibujo de unos gatitos, su larga cabellera iba atada a un moño, estaba sin maquillaje y, aun así, lucia cómo una modelo. 

Que suerte tienen algunas.

—Buenos días, Marinette. ¿Cómo esta tu labio? —Brid tenía una especie de inmunidad contra las resacas, cuatro días de desvelos y ella lucia relajada.

—Mucho mejor, por hoy dejaré la mascarilla—en realidad mi labio sanó el miércoles. Más no dije nada, con tal de no beber.  La herida de mi brazo ya había sanado, dejando una cicatriz que espero desparezca con el tiempo—Llevaré el desayuno al trabajo, tengo que llegar temprano y un amigo pasará por mi—le avisé a Brid, mientras abría las alacenas y sacaba unos tóperes térmicos de esta.

—¿Ese chico es guapo? ¿te gusta? ¿es soltero? ¿lo conozco? —cuando giré ante tantas preguntas. Brid estaba al lado de la estufa de brazos cruzados sujetando la espátula de los panqueques y sonriendo pilluela.

—Si, no lo sé, mucho menos, no…creo—respondí a su hilera de preguntas, mientras metía algunos panqueques y arándanos en los recipientes—solo somos amigos—dije, con una sonrisa en mis labios. Lo que daría porque un chico tan lindo y amable cómo Luka se fijará en mí.

—Félix y yo fuimos amigos, al principio—pronunció en tono burlón, al tiempo que daba vuelta a los panqueques —y miranos ahora—mostró su alianza junto a su anillo de compromiso.

—Prefiero no ver a Luka de esa forma…ya sabes lo de…—guarde silencio unos segundos y luego continúe—es muy reciente, no quiero buscar a alguien para olvidarme de él. Estaría usándolo y Luka es una maravillosa persona; no sería justo… para ninguno de los dos.

—A pasado un año desde entonces—sacó los panqueques de la estufa, los puso junto a otra torre de estos que estaba al lado de la cocina—eres soltera, bonita y muy creativa.

Rei ante su comentario, ¿bonita? Por favor, si no fuera por el maquillaje parecería un panda. Mi cabello carece de brillo, mi cuerpo no tenía curvas o algo que hiciera parar el tráfico como el caso de Brid.

—No creo que esté disponible—cambie el hilo de la conversación, para que no se centrara en mi “belleza”—tiene un look bohemio, músico, guapo, amable. Todo el paquete en uno. ¿Qué chica no querría estar con él?

—Si supieras cuantos chicos solteros existen con esas características y, justo por eso están solos; por chicas que piensan cómo tú.

—Eres buena adivinando—recordé la peculiar habilidad de Brid—digo; en eso de si los chicos están comprometidos o solteros. Acompáñame a la entrada; míralo y me sacas de duda…para saber si tengo un chance.

—Ok—pronunció riendo, apagó la estufa, luego se quedó en silencio unos segundos—¿segura?

No

—Si.

—Entonces, lo espiaré desde la ventana y te enviaré un mensaje con la respuesta—entornó sus ojos cielo y volvió a preguntar—¿segura?

—Claro que por supuesto que, sí—le confirmé, aunque estaba más insegura que al principio. Mi celular dio el tono de notificación y de inmediato lo revise.

Luka_ 5:00am: Buenos días, Marinette. Estoy frente a tu casa.

Levanté mi pulgar a Brid, indicando que él ya se encontraba afuera. Ambas bajamos las escaleras casi corriendo. Brid fue a la ventana que estaba cerca a la puerta y alzó sus pulgares. Me despedí de ella y procedía a abrir la puerta y salir de la casa.

El frío del otoño me recibió. Lamenté llevar el cabello húmedo, sentí mi cabeza congelarse.

Ese detallito quedo en segundo plano, frente a mí, estaba Luka con sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón rasgado de color celeste. Estaba recargado en su Grand I10 Hatchback. Descubrió un poco la capucha blanca de su sudadera, dejando entrever sus mechones turquesa, sus labios dibujaron una encantadora sonrisa que, por poco me derrite.

—Buenos días—saludó. Suspiré, era tan perfecto.

 Sacudí mi cabeza para recomponerme y borrar la tonta sonrisa que seguramente tenía. Camine tratando de verme segura.

—Buenos días, te extrañé mucho— le hice saber—di-digo, extrañé viajar contigo—me urgí en aclarar, no quería parecer una loca que se encariñaba con las personas al poco tiempo de conocerse. Acomodé uno de mis húmedos mechones de cabello, en cuanto estuve frente a él.

—Buenos días, Marinette. También te extrañé—mis mejillas dolieron, por la enorme sonrisa que sus palabras provocaron—extrañé no tener accidentes por la madrugada— mi sonrisa se borró de golpe.

—Claro, era eso—respondí desanimada, no sé porque, no debía ilusionarme como tonta con alguien como él.

—Solo estaba bromeando—lo sé—lista para el concierto de esta noche.

¿Concierto? ¡concierto!¡ lo olvidé!

Vendrás ¿cierto?

—Claro—respondí, estaba cansada, pero no quería perderme ver a Luka en un escenario— Alix me lo propuso recién llegué—Luka se apartó de la puerta de su auto y abrió esta para mí. Ingresé al vehículo, me acomodé en el asiento.

—Tendrán primera fila, me aseguré de que así fuera—informó, cerrando la puerta. Rodeó el auto para subir y tomar el volante.

El sonido de una notificación de mi celular hizo que revisará mi bolso, sacando el artilugio y ver que era el mensaje prometido por Bridgette. Ansiosa abrí la aplicación y leí su respuesta.

Brid_5:05am: Tienes un buen y guapo amigo.

No había que ser un genio para deducir el mensaje entre líneas. Luka no estaba soltero.

—Porque tan preocupada —la voz de Luka me sobresaltó.

—¿Preocupada? —no fui consiente del tiempo que había pasado, hasta que aprecié por las ventanas que el auto estaba en movimiento. Soltero o comprometido, porque me sentía mal de saberlo, una persona tan rota cómo yo, no tiene oportunidad en el departamento del amor.

—Una mente con demasiadas cosas, se desconecta constantemente del mundo—me explicó. Bajé mi cabeza, mientras mis manos jugueteaban con la correa de mi mochila.

—No me está yendo bien…con eso de demostrar mi verdad—referencie lo que conversamos el otro día él y yo.

—Te escuchó—lo miré y él me observó de reojo, sus labios dibujaron una sonrisa comprensiva.

 No puedo explicar cómo Luka me transmite una paz que desconocía en estos últimos días y tanto necesito.  

—Todo me sale mal—comencé a relatar— mi supervisora, seguro me odia. He causado varios desastres ante mi inexperiencia en el cargo—llevé mi mano a mi brazo izquierdo— mi jefe se empeña en humillarme cada que puede y de mis compañeros de trabajo…ni hablemos—medite unos segundos si confesar lo siguiente, tomé valor y lo hice—Tengo en casa la visita de una vieja amiga. Hemos trasnochado toda la semana y por miedo a su reacción, no le he hecho saber que, gracias a eso, he llegado tarde a mi trabajo y me han descontado esas horas de mi salario.

—¿Quieres mi opinión?

—Adelante, dispara.

—En tu trabajo debes hacerles saber que estas en proceso de adaptación. Eso lo deben entender tu supervisora, de esa forma te puede apoyar a mejorar en las áreas que tengas problemas—me explicaba con su famélica voz—te estas presionando a hacer las cosas bien, cuando es tu primera vez realizando tales labores.

—Según las palabras de mi jefe: “debo sobresalir en mi área para ascender— Agreste tenía cero empatías.

Tu veux dire le démon de Paris? ¿Te refieres al demonio de París? —pronunció y me sorprendió que supiera a quien de él—lo conozco porque es el jefe de mi hermana y mi madre—aclaró mi duda sin expresar—él es muy arisco al principio—parece que describe a un gato territorial— pero cuando se trata de ayudar. Es alguien totalmente diferente—lo dudo, se burló de mi intento de suicidio y me obligó a llevar una jodida mascarilla toda la semana, ¡ah! Olvide mencionar que choco conmigo y ni se inmutó ante mi dolor por la herida causada ¡por su culpa! —Con el pasar del tiempo lo conocerás mejor—no digo nada referente al tema, nada bueno saldría de mis labios.

—Gracias por escucharme—dije sincera. No quería ser grosera, pero sus palabras no solucionaban mi problema.

—Aguarda, aún no terminó, Marintte—me mordí el labio inferior ante el doble sentido se su oración.

Piensa en los autos de lujo, Marinette.

—¿A qué…a qué te refieres?

—Creo que lo de tu amiga se debe a que la estas subestimando—le miré dudosa—me explicó; es tu amiga de hace años, si le hubieras dicho la razón por la cual no podías irte de fiesta toda la semana, ella habría entendido.

Subestime a Brid…eso era verdad, ella es mayor, seguro comprendería y sin embargo no fui capaz de expresarle mis limites, por tal de verla feliz.

—¿Soy una mala persona? —cuestioné, llevando mi mano a cubrir mi boca que estaba temblando ante el repentino llanto, me estaba quebrando frente a Luka.

Dios, que vergüenza.

—Mari—lo escuché nombrarme con voz queda.

—Es que, me quejó todo el tiempo y no soy capaz de ver las soluciones tan obvias—hipeé entre palabras—soy una torpe, que no es capaz de hacerle frente a nada en esta vida…lo siento no… no quiero llorar…pero…

Me sobresalté ante la sensación calidad que mi cuerpo experimentó con el repentino abrazo de parte de Luka. Su mano acariciaba mi cabello, su otro brazo rodeo y apretó mi cintura. Esa acción de parte del ojizarco me transmitió su apoyo y preocupación.

¿Así se siente que le importes a alguien; sin diagnósticos ni etiquetas?

—Soy tu amigo, estaré para ti cuando me necesites—expresó—no importa que día y hora sea. Si quieres hablar, estaré para ti.  

Me fue imposible responder, rompí en llanto.  Abracé a Luka, feliz de encontrar a alguien como él, un amigo.

Tarde o temprano él se cansará de ti.

Apreté la chaqueta del ojizarco, mis inseguridades comenzaban a aflorar.

Cuéntale de nosotros y verás cómo se aleja de ti.

—Gracias—me aparté de Luka. Mi subconsciente llevaba razón, nadie quiere estar cerca de alguien emocionalmente inestable.

—¿Cómo te sientes?

—Mejor—esbocé una sonrisa que se viera sincera. Intenté limpiar mis lagrimas con la manga de mi chaqueta, pero Luka detuvo mi brazo, para extenderme un paquete de toallitas húmedas.

—Ocultar las cosas produce mucho dolor—él suspiro, en tanto yo limpiaba mi rostro—Marinette, si necesitas hablar…

—Lo sé y lo tendré en cuenta, gracias—puse ese muro de inseguridades de nuevo en pie. No iba mostrarme vulnerable de nuevo. Tarde o temprano él no iba a tolerar a una llorona quejumbrosa, como todos—. Se hace tarde.

El resto del trayecto fue tranquilo. Sin duda Luka era un ser comprensivo, no insistió en hablar de mis problemas, en lugar de eso; conversamos sobre su empleo el cual estaba en un parque temático de París llamado Parque de la Villete, donde daría lugar el concierto.

—Llegamos señorita—Luka anunció con voz galante. Bajo del auto, abrió la puerta del copiloto para que bajara.

—Muchas gracias, Luka, por escucharme, por traerme…—El ojizarco sonrió y puso ambas manos sobre mis hombros.

— Marinette,  recuérdalo, cuando necesites hablar, estaré ahí para ti—

—Gracias, Luka—puse mis manos sobre las suyas—Todo reto es una oportunidad…

—Para demostrar tu inocencia o tu culpa—completo el ojizarco—. Si estas cansada, entenderé si no vas al concierto—iba protestar, pero el continuo—lo importante es que estés bien.

—Te haré saber si me siento mal—atiné a decir, él estaba priorizando mi salud. Lastima que no es soltero.

Ambos nos separamos, me despedí de él con un ademán de mi mano; Luka hizo lo mismo y luego regresó a su auto. Una vez su vehículo se puso en marcha y dobló la siguiente cuadra, suspiré; giré sobre mis talones, encontrándome frente a los dos edificios del atelier de Gabriel´s. Tomé valor; tenía que plantarle cara a mi situación, hacer lo posible porque no me corrieran. Con eso último en mente, camine hacia mi trabajo, determinada a hacer que este día valiera la pena.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Tenía una sonrisa pintada en toda mi cara, después de escuchar la propuesta de Anarka. No lo podía creer.

—El comedor es un lugar de aguas turbulentas. A veces depositan los restos de comida en el basurero—me explicaba, en tanto yo estaba ansiosa por empezar— y otras, dejan todo hecho un desastre en su mesa.

—No esperes un gracias de parte de los empleados; ellos van contra reloj para tomar sus alimentos— Milleire se unió a las advertencias de Anarka.

—Trabajé en la cafetería de mis padres en Londres—les hice saber, orgullosa; este era un terreno donde podré lucirme. De adolescente, ayudé en la pequeña cafetería de mis padres, cuando estos no eran muy conocidos—me sentiré cómo pez en el agua ayudando en la limpieza de la cafetería—aseguré.

—Espero que estés diciendo la verdad, esta es una de las áreas delicadas de la empresa: necesita limpieza, eficiencia y buen trato hacia los empleados.

—No voy a decepcionarla, daré lo mejor de mí—alcé mi puño al aire, demostrando a las dos, que estaba muy segura de mis capacidades. Está era la oportunidad para reivindicar.

—Si todo va bien en esta prueba—la de mirada cielo puso ambas manos con fuerza sobre mis hombros, evité esbozar un quejido— al final del día, te diré que sucederá contigo la siguiente semana—asentí de con mi cabeza de forma exagerada —te dejaré con Milleire, está es su área, apóyate en ella si necesitas ayuda.

—Lo haré Anarka, gracias—tenía que poner toda la carne en el asador, ganarme la admiración de mi supervisora. Al final del día ella daría su resolución con respecto a mi desempeño.

¡Hablar con Luka me ha traído suerte!

Este día iba a la mar de bien…ok, pasar tiempo con Anarka me ha pegado sus dichos marítimos.

Era medio día y mi desempeño bajo presión había resultado satisfactorio, Milleire incluso me dejó sola por un rato y no tuve contratiempo alguno cuando regresó. Prometo llamar a mis padres y agradecerles por haberme puesto ayudar en su cafetería. De no ser por ello sería un desastre.

La tarde cayó y aproveché para tomar la siesta obligada. Cuando desperté eran las dos de la tarde. Si todo iba a este ritmo, saldría a tiempo del trabajo, luego de hablar con Anarka .

El concierto de Luka sería a las nueve de la noche, tiempo suficiente para que las chicas me lleven a casa, donde descansaría otro poco y estaría lucida para el concierto.

Fui a mi casillero antes de regresar al comedor a finalizar mi faena. Saqué de mi bolso la medicina que correspondía a esa hora. Bebí agua de mi botella para pasar la pastilla. Luego de la charla con Luka, me sentía menos presionada, las inseguridades en mi cabeza se habían apagado gracias a mi positivismo ante mi buen desempeño. Guardé las cosas y tomé mi celular, tenía que coordinar con mis amigas para que todo resultará a pedir de boca. Abrí la conversación grupal con ellas y digité mi mensaje:

 

Marinette_2:15pm: Chicas ¿vendrán por mi esta tarde?🙏

LadyBrid_2:15pm: Marinette, este es el chat grupal no el servicio de taxis. 💅 

Rodee mis ojos ante la respuesta de la azabache mayor.

Marinette_2:16pm: Eso lo sé, boba.🙄 Podemos ir a casa antes de ir al concierto

CherryHair_2:16pm: Sí, pasaremos por ti. Tenemos que ponernos guapas para el concierto, definitivamente debemos regresar a casa.😎

LadyBrid_2:17pm: Ahora regresa a tu trabajo, floja.🤨

Marinette_2:17pm: ha,ha,ha ¿desayunaste payasito, Brid? Gracias Alix.

LadyBrid_2:18pm: Me hace falta mi dosis de leche calentita, es todo.👌👈

Iugh.

CherryHair_2:18pm: Brid… estoy comiendo.🤢

LadyBrid_2:18pm: Lo sé querida, estoy contigo.

Marinette_2:19pm: Nos vemos más tarde.  

Finalicé, no quería tener una imagen mental sobre la respuesta de Brid. Abrí la conversación con Luka, le envié un mensaje.

Marinette_2:20pm: Nos vemos está noche. Este día ha sido una joya. Gracias ♥

No espere respuesta pues debía volver cuanto antes a mi puesto de trabajo. Guardé mis cosas, cerré el casillero y fui al comedor.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

 El reloj de la cafetería marcaba las dos con cincuenta minutos, faltaba una hora con 10 minutos para finalizar mi jornada.  Me encontré a Anarka de regresó a mi puesto y dijo que en base a lo que observara, me ayudaría a pedir mi traslado a esta área. Lo que me tenía de buen humor, si estaba en un lugar donde me sintiera cómoda, subir de nivel sería más sencillo. Este día estaba marchando de maravilla, tanto que el anuncio de mi ex ya no me afectaba cómo antes.

—Hola Marinette—casi termino tirando las cosas con las que estaba limpiado la mesa, di media vuelta para encontrarme a la dueña de tan dulce voz.

—Ho-hola ¿Qué haces aquí? —titube, desde el lunes no le veía.

—Siempre vas a preguntarme eso—rio. Me sonrojé por mi forma brusca de preguntar—, no te angusties. Vine a tomar una merienda, no quise ir a dormir—sonrió, luego, ese gesto se borró y paso a uno de preocupación—¿eres de limpieza?

—Es temporal—atine a decir, avergonzada. Continúe con mi labor rogando que se marchara. La mano de Rosita me detuvo por la muñeca, levanté el rostro, insegura de poder soportar su reacción.

—¡Es injusto! —protestó—eres una chica muy talentosa. Ven conmigo, ahora mismo vamos a aclarar esto…—tiro de mi brazo con fuerza y casi me hace perder el equilibrio—hablaré con Winter, ella debe saber que eres una diseñadora de prestigio y…

—¡No! —zafé mi brazo de su agarre, al escuchar el nombre de esa nefasta y creída mujer—por favor no intervengas—con apremió volví a ordenar las cosas del carrito.

—¿Por qué no? —inquirió, no respondí, solo quería que se cansara de mí y se fuera—. Marinette, esto es indignante, tu lugar no es este—continúe con mi faena, esperando que fuera suficiente para que dejara el tema—es culpa de Chloe ¿verdad? —me detuve y sin verla asentí con la cabeza.

—No hagas de esto… un problema mayor—pedí, aunque por el titubeo de mi voz, era más una súplica.  Dirigí mi rostro hacia ella, encontrándome con su expresión de incredulidad e impotencia

—No tiene que ser así—declaró con voz firme—ella no tiene la última palabra, quizás si yo...

— Estaré bien —puse una mano sobre su hombro y sonreí de boca cerrada. Deberían darme un premio por actuación, porque ni yo me creía esas palabras. Pero lograba que la gente a mi alrededor si—soy Marinette Dupain Cheng, la palabra imposible no existe en mi vocabulario—atiné en decir.

Por favor, te oyes tan patética.

—Marinette…

—Son las tres de la tarde, debes regresar a tu puesto, no quiero que te reprendan por mi culpa—le urgí a retirarse, no quería abordar el tema, porque mis inseguridades proyectadas por mi subconsciente salían a flote.

Rosita se lo pensó unos segundos y luego hablo.

—Aunque me pidas que no, veré la manera de ayudarte y sacarte de esto. Lo prometo—está chica era un amor andante.

Rosita debía entender que no estaba lidiando con personas a las cuales, el poder de la amistad haría cambiar. Menos al demonio Agreste.

—Nada de lo que te diga te hará cambiar de parecer—ella negó. No me quedó de otra que seguirle el juego.

Rosita me abrazó y en cuanto se separó de mi me observó por unos segundos, luego se marchó. Me sentí muy mal por darle una falsa ilusión.

Continúe con mi labor pensando en lo que Rosita haría para ayudarme, esperando que ni Winter ni Agreste tomar represalias por el actuar de la pequeña rubia. Una vez limpie la mesa empuje el carrito hacia la siguiente; necesitaba estar ocupada antes que la duda me comiera la cabeza y la ansiedad hiciera su entrada.

Pase al lado de un grupo de empleado que reían mientras degustaban su comida. Observé de reojo el desastre que tenían sobre la mesa, suspiré resignada, ya Mireille me había advertido de este tipo de desconsiderados.

Noté que uno de los empleados me estaba observando, sonrió y guiño el ojo. Aparte la vista; ese tipo de ojos café claro me dio repelús.

—Ups— escuché a mis espaldas cuando avancé tan solo un metro de su mesa. Di un brinco, al sentir el líquido frio salpicar la parte de atrás de mis piernas, seguido del ruido de un vaso de plástico impactando contra el piso. Giré molesta a ver lo ocurrido, él pelinegro me sonrió con suficiencia—límpialo, “meserita”

Que ganas de gritarle sus verdades a ese idiota, sin embargo, me contuve. No iba a perder mi racha de buena suerte por un maleducado.

Giré sobre mis talones, sonreí por compromiso a los presentes, que me observaban divertidos. Noté que en la mesa estaba ese tipo acompañado de 5 empleados más, dos chicas y tres chicos. Deje de prestarle atención para concentrarme en el desastre del piso. Toda la cafetería estaba en silencio, como si tirar un vaso y que alguien lo limpiara; fuera razón suficiente para cerrar la boca.

Me agaché para tomar el vaso y su tapa. Él habló de nuevo.

—Graba esto—escuché las risitas cómplices de sus acompañantes. Fui una ingenua por no anticipar a que se refería con “grabar” Mi cuerpo se tensó al ser bañado por el líquido frío y pegajoso.

Frustración, vergüenza, ira. No sabía reconocer el sentimiento creciendo en mi interior. Apreté los puños sobre el piso, esto no iba a quedarse así…

—¡Lárgate, basura homofóbica! —comenzó a gritar.

¿Qué?

—¡Ladrona de diseños! —le secundó una de sus acompañantes. Sus insultos y acciones me asustaron.

—¡Marinette Dupain Cheng! ¡La estúpida que intentó estafar a la hija de la reina de la moda! —lo dicho por esa voz, repitiendo las mentiras de Chloe me puso ansiosa. Paralizándome en mi lugar.

—¡Tengan cuidado! Esta tipa roba diseños y los exhibe cómo propios—la gente en el lugar comenzó a murmurar.

Estaba hiperventilando al verme vulnerable, desconociendo lo que estas personas eran capaces de hacerme. Sin previo aviso vaciaron comida sobre mi espalda. La sangre me bajo a los talones. Estas personas estaban humillándome y disfrutando de ello. Sus carcajada e insultos contra mí eran cada vez más fuertes.

—¡Spring, spring, spring! —comenzó uno a vociferar. Poco a poco se fueron sumando más voces.

Traté de incorporarme para huir de ellos; pero mi falta de control y el piso pegajoso me hicieron resbalar. No pude evitar el impacto y mi quijada se estampo de lleno en el piso. El dolor fue tremendo, lagrimas salieron por el suplicio de la impotencia.

—Por favor…paren…— clamé, mi voz fue opacada por los gritos, recitando la palabra en alemán que usaron los fans de Chloe, para incitar a que me quitará la vida y hacer de ello, un espectáculo con el cual deleitarse.

Spring, Spring “Salta, Salta”

 Mi corazón comenzó a latir acelerado, el aire era escaso y la sensación de vació me doblegaba. Las molestas voces parecían estar perforando mis oídos. Como pude llevé mis manos a mis odios, quería que se callaran.

Mi único pecado fue estar en el momento y lugar equivocado.

Quería confrontarlos, pero mi garganta estaba cerrada por el pánico que a cada segundo tomaba el control total de mi cuerpo.

¡Vete de esta empresa! ...—dijeron el nombre de mi ex—no merece encontrarse con la perra de su ex.

—¡Lárgate, zorra mentirosa! —exigieron en coro.

Por favor…alguien…quien sea…ayuda—supliqué agobiada. Cerré fuerte mis parpados. La agonía de estar muriendo lentamente estaba haciendo estragos en mi cordura y conciencia. Abrí mis labios tomando fuertes bocanas de aire, con la esperanza de que este llegara a mis pulmones.

¡Debo mantenerme despierta! Si me desmayo estaré vulnerable.

 

—¡Nadie va a ayudarte!

—Saben la clase de oportunista que eres, Marinette Dupain Cheng! —gritó alguien cerca de mi oído, apartando mi mano con brusquedad para que lo escuchara—. La escoria cómo tú solo merece una cosa. La muerte —lo pronunció con tanta frialdad que me helo la sangre.

El dolor en mi pecho fue Imposible de tolerar, mis sollozos eran audibles; provocando la risa de los que estaban cerca de mí.

Ayúdeme…por favor.

—¡Todos los presentes, abandonen esta empresa de inmediato! —fue lo único que atine a escuchar, antes de perder el conocimiento.

Adrien.

 

Todo el mundo se quedó en silencio en cuanto grité.

—¡Es que acaso son sordos! ¡he dicho que los quiero fuera de mi empresa! —repetí. Con lo que detesto hacer eso.

—Joven Agreste. Usted no entiende, nosotros…—el cobarde azabache señaló a sus cómplices y luego a él—estamos salvando su empresa al correr a esa chica—señaló a la joven que estaba tendida en el piso y eso solo hizo que mi ira se acrecentará—. Es una mentirosa que hace ver mal a Chloe, cuando en realidad ella…

—Tú y todos los involucrados tienen un minuto para vaciar sus espacios, antes que llame a la policía—las entradas estaban siendo rodeadas por los guardias de seguridad del edificio.

—¡Es a esa homofóbica a quién debe despedir! —una chica que estaba al lado del azabache, alzo la voz. Le miré despectivo por sobre mi hombro. La chica tragó grueso.

—Nadie, me dice que hacer—sisee entre dientes. He tenido suficiente de esta tontería, intervine porque este tipo de actos de agresión hacia una persona indefensa me asqueaban…y me recordaban a ese débil Adrien del que muchos se regodearon de hacer sufrir—saquen a estos indeseables de mi vista—ordené a los guardias—y pasen la lista y el video a la policía—la chica comenzó a suplicar que eso iba a manchar su historial, a su petición se le unieron otros más. Los ignoré.

—¡Va a arrepentirse por escogerla a ella y no a un equipo de profesionales cómo nosotros! —me giré para encararlo. El tipo retrocedió; sabía que estaba desafiando a un demonio de los negocios, alguien que no tenía miedo de hacer uso de su poder para hundir a sus adversarios—yo-yo…no quise…

—Agradezcan a su amigo aquí presente—lo señalé, mientras me dirigía a los arrepentidos agresores, con una malévola sonrisa —pues gracias a él, haré que sus títulos de universidad pierdan validez—Todos los involucrados suplicaban clemencia de mi parte. Incluso pidiendo que solo al chico le revocaran el titulo

Está es la realidad de la humanidad, se organizan para agredir a los vulnerables. Pero, una vez se ataca el punto débil de quien dirige la turba, todos irán contra este.

La lealtad es solo una palabra que todos pueden pronunciar, pero pocos pueden cumplir.

—Lo hicimos por justicia—se excusó uno de los agresores. Que era llevado por uno de los guardias.

—¡A mi parecer, no son más que fanáticos estúpidos agrediendo a una chica por lo que leyeron en redes sociales! —Alcé la voz, evidenciando su falta de materia gris.

—Eso no es verdad, la gente se pondrá de nuestro lado—me confrontó el orquestador de este circo.

Estúpido.

—La chica en el piso. No tuvo la oportunidad de defenderse de sus agresiones—el tipo luchaba por sostenerme la mirada—y ustedes en un acto de cobardía, continuaron su fechoría—me reí y el tipo enarco una ceja—.Adivina que, “genio” esas mismas personas que la acusan de homofóbica. Serán las misma que van a defenderla—el tipo abrió grande sus ojos, incrédulo— Te diré algo “justiciero” “El lobo siempre será el malo, si Caperucita es quien cuenta la historia”—. Recité el dicho que mi madre me dijo un día antes de suicidarse.

Justo en ese momento la policía ingresó a la cafetería. La pila de “inmaduros” comenzó a suplicar que no intervinieran, pero ya era demasiado tarde para ellos. Iban a pagar caro el precio de su estupidez.

Nadie en mi empresa desestabiliza el orden sin sufrir las consecuencias.

—¡Marinette! — Anarka se abrió paso entre los policías. Fue directo hacia la mencionada—¡Está inconsciente, hay que llevarla a la enfermería! —una azabache de rasgos asiáticos se acercó a ellas.

Los guardias se habían retirado con los agresores a rastras, dejándome a mí, como el único capaz de cargar con ella.

Mierda, tengo que cargar con la muerta.

Sin decir nada, me aproximé a la inconsciente azabache. Había rastros de soda y quién sabe qué otras cosas.

Sacrificar un traje de sastre, por alguien tan miserable.

 Anarka se sorprendió al verme inclinarme a su lado; rodee los ojos. Alguien tenía que moverla, no iba estar ahí estorbando a los de limpieza.

—Vo…voy… a girarla para que le sea más fácil —avisó la azabache de mirada marrón.

Que fueras a llamar a otro para hacer esto, sería lo ideal.

  Cuando la giró, los húmedos cabellos de la “rata Dupon” se quedaron pegados en su rostro. Por unos segundos me recordó a ese Adrien débil de hace años. Sacudí mi mente de esos mediocres pensamientos.

Me preparé para ejercer la fuerza suficiente en mis brazos y poder levantarla. Grande fue mi sorpresa, su cuerpo era liviano, demasiado liviano. Apegué su cuerpo a  mí, para de esta forma, apreciar su respiración, la cual era pausada; desconozco si eso era bueno o malo.

Por su palidez, cualquiera la daría por muerta.

—Llévame a la enfermería—le urgí a Anarka, la mencionada de inmediato acató mi orden y con ayuda de la otra chica abrían paso para nosotros.

—¿Qué paso? —me sobresalté al escuchar a Winter. Estaba perdido en mis pensamientos sobre el estado deplorable de la “rata Dupon”que no me percaté de cuando ella se unió a nuestro andar—hay un caos en todo el lugar—ahora entiendo porque está aquí.

—Unos diseñadores bañaron a la Señorita Cheng con soda y se burlaron de ella— parecía que estaba describiendo la primaría de una escuela pública o en su defecto, un colegio de niños ricos—.Despedí a esos inútiles, mi empresa no está para esas niñerías de “justicieros con mente de críos”

Winter se quedó en silenció y se adelantó para ayudar a Anarka y la otra chica; su actitud me descolocó un rato, pensaba que detestaba a la “rata Dupon” Cuando por fin estábamos por llegar a la enfermería, ella por fin hablo.

—¿Hundir a Chloe vale esto? —señaló a la azabache inconsciente en mis brazos, le miré extrañado—esos diseñadores buscaran venganza. No contra ti ni la empresa, lo harán contra ella—Quería responderle, pero no encontraba nada coherente con que refutar lo dicho. La sensual morena se apartó de mi lado, marchándose del lugar cuando llegamos a la enfermería.

El enfermero que ayuda a la doctora quitó de mis brazos a la inconsciente azabache. 

—Ella se estaba tan entusiasmada el día de hoy—

La expresión de Anarka me supo a lamento. Abatida, miraba hacia el interior de la enfermería, donde el enfermero y la azabache se perdieron de nuestra vista.  

—¿Por qué le hicieron eso? —le secundo la chica a su lado—ella estaba siendo tan amable. ¡Esos bastardos no tenían derecho de agredirla de esa forma! —exclamó dolida por la situación.

Di la vuelta sin decir nada, comencé a alejarme. Escuché a ambas darme las gracias, no me detuve a responder.

Parece que ambas desconocen el pasado de la “rata Dupon” y que esos agresores solo eran fanáticos de Chloe, creyéndose justicieros en pro de su “deidad”. Y ahora la culparan de sus despidos.

Buscaran venganza. No contra ti ni la empresa, lo harán contra ella

Las palabras de Winter taladraban mi mente.

Ahora con más razón, debo despedir a “la rata Dupon”; muerta no me servirá de nada.

 

Marinette.

Desperté, extrañada del lugar donde me encontraba. Me incorporé sin cuidado, algo blando estaba bajo mi espalda. Todos mis sentidos estaban alertas ¿Dónde estoy? Fue lo primero que se alojó en mi cabeza, al ver las blancas paredes Olfateé un poco; arrugué mi nariz ante el fuerte hedor a alcohol.  Desde que me internaron el hospital tras mi fallido intento de suicidio, he repudiado ese olor.

—Tranquila, no te bajes de la camilla—giré mi cabeza a ambos lados en busca de la persona que recién habló.

—¿Qué paso? Estaba… ¿en la cafetería? —llevé mi mano a mi cabeza, tratando de recordar lo que paso después que caía al piso. Toqué mi barbilla y me quejé ante el dolor en mi mandíbula.

—La Doctora dijo que entraste en un estado de shock; por el ataque que sufriste.

¿Ataque? ¿Ataque de pánico?

Miré mi cuerpo, tenía una bata puesta y mi piel estaba algo pegajosa.

—De…debo lavarme ¿mi ropa? ¿mis cosas? Tengo que regresar a mi trabajo…

—No escuchaste lo que acabo de decirte—me reprendió. El enfermero era un hombre muy alto y corpulento, sus ojos grises me miraban con ¿disgusto? Su sola presencia intimidaba, no cómo Agreste. El enfermero intimidaba por su aspecto robusto y mal encarado. Su cabello estaba rapado de los lados, dejando un mechón castaño con mechas rubias. Tenía su ceja derecha rapada al medio.

—Lo siento, es solo que…

—Aun no procesas lo que paso—completó mi frase. Me limité a asentir.

A mi mente vinieron las escenas que experimenté en carne propia en la cafetería. Cerré mis parpado al sentir un escalofrió recorrerme por completo.

¡Olvídalo, reprímelo! Son ciegos en busca de una venganza que no les corresponde, contra la persona equivocada.

—¿Cómo te sientes? —una mujer de baja estatura y de curvas pronunciadas ingresó. Llevaba una carpeta metálica en sus manos, la cual revisaba —sus ojos miel me enfocaron una vez apartó su vista de los documentos—Que bueno que despidieron a esos abusivos.

Su comentario me confundió; busque una explicación en el enfermero y este estaba embobado viendo a la Doctora.

—Le decía a su asistente, que deseaba bañarme—fue lo único que se me ocurrió. Por ahora lo mejor era no saber más del asunto. Así sería más fácil reprimir ese recuerdo. La Doctora de cabellos rubios y rastras de colores, suspiró.

—Tus compañeras trajeron tus cosas hace poco. Hay una ducha al fondo. En una bandeja hay jabón.

—Acaba de sufrir un desmayo. No es prudente que se mueva—reprochó el enfermero. La Doctora levantó su mano indicando al corpulento hombre que callara.

Agradecí la intervención de la galena. Intenté levantarme con cuidado, el enfermero se apresuró en asistirme. Una vez mis pies tocaron el piso, le di las gracias; me apresuré a tomar mis cosas que estaban en una silla. Quería retirar de mi cuerpo el rastro de esa humillación, salir de aquí y refugiarme entre mis sabanas.

Treinta minutos demoré en remover toda la suciedad. SalÍ del aseo con la ropa que traía puesta en la mañana. El enfermero estaba ordenando unas cosas en el estante.

Una experta en Kung Fu que no pudo hacerles frente a sus agresores. Eres una vergüenza.

¡No, no podía permitir que mis inseguridades me agobiaran ahora!

Me tambalee un poco mientras acomodaba mis cosas para irme. Estaba tan aterrada cuando me agredieron, que no fui consiente que sufrí un ataque de pánico. La debilidad en todo mi cuerpo me lo confirmaba.

—La doctora te espera en el consultorio, no puedes irte sin su permiso.

¡Jodida mierda! ¡Quiero irme ya!

A regañadientes fui hacia el consultorio de la mencionada. Di unos leves golpes a su puerta y escuché la amable voz de la Doctora indicarme que podía pasar.

—Marinette Dupain Cheng—dijo mi nombre mientras digitaba en su computadora—estas tomando benzodiacepinas—me sorprendí ante lo directa que fue.

—Di…dis…Disculpé, no sé de qué habla—me hice la tonta.

—Debes comunicarte de inmediato con tu psiquiatra y hazle saber que recién acabas de tener un ataque de pánico a causa de…

—El enfermero dijo que fue un ataque de shock…—le interrumpí.

—Sé lo delicado que son los trastornos mentales—me sonrió—, no pienso ventilar algo tan personal con otros, ni siquiera con mi asistente.

No sabía que decirle. Era…tan empática con mi situación que me quedé en blanco.

—Pregúntale a tú psiquiatra; si te recomienda la terapia cognitiva. Acá en la clínica de empleados, tenemos un psicólogo que…

—Tengo una psicóloga—la interrumpí, una vez recobré la compostura y recordé mi objetivo. El reloj del escritorio marcaba las cuatro treinta, seguro Alix y Brid estaban esperando afuera.

Si esperaban más tiempo, seguro alguien les diría lo que paso. Me he esforzado tanto por lograr que Brid no se dé cuenta, cómo para ser descubierta por un descuido.

—¿Cuál es el nombre de tu psicóloga? —no me sorprendía que desconfiará de mí.

— Se llama Aurore Beauréal y mi psiquiatra el Dr. Marín Wang ¿Quiere sus números? —respondí con seca voz, mientras buscaba mi teléfono.

—No hace falta. Con solo que estés llevando las terapias con ellos al día.

—¿Puedo irme? —le corté— me están esperando.

—Claro, no salgas de este lugar sin estar acompañada—su tono condescendiente me estaba irritando.

Parecía que le estuviera hablando a un animalito abandonado en la calle. Dándole falsas esperanzas que alguien va a ayudarlo.

Me levanté, no queriendo alargar más la conversación.

—Gracias por prestarme la ducha—Dije. Tomé el pomo de la puerta y la giré, me detuve cuando mencionó mi nombre

¡¿Ahora que quieres?!

Una ira inexplicable me estaba invadiendo. Había algo que me irritaba, una sensación que parecía no querer irse y desconocía su origen.

—Ten mucho cuidado. Sobre todo, de tu salud mental. Los ataques de pánico suceden de improvisto, no es bueno que andes sola por ahí.

—Adiós Doctora—no me apetecía decir más.

Dejé la clínica, a paso veloz. Todo el trayecto mantuve la mirada baja rogando que eso, me salvara de ser abordada por otra persona, que dijera saber sobre el incidente.

—¡Marinette! —¡Maldita sea! es mucho pedir que me dejen ir sin interrupciones. Levanté la vista; varias personas me miraban, algunos cuchicheaban y fruncían el ceño, otros me observaban con lastima—¿Marinette, te sientes bien? — Mireille se detuvo frente a mí, pauso un momento para recuperar el aire, al venir corriendo hacia mí.

—Estoy bien. Sabes…se me hace tarde…hablamos otro día…

—Gracias al cielo—llevó sus manos al pecho con alivió—Despreocúpate, el joven Agreste intervino y mando a la calle a esos malnacidos hijos de…

—-Qu'as tu dis? ¿Qué dijiste? —me pareció no escuchar bien.

—Que esos mal nacidos están en la calle.

—No, no. Antes de eso.

—¿Que el joven Agreste intervino? —asentí, mi rostro estaba pintado de incredulidad—. No solo eso. Te cargo hasta la enfermería, importándole poco que su traje a medida se ensuciará con el refresco en tu cuerpo. Todo un caballero—relató, llevando sus manos a sus mejillas y suspirando ilusionada.

—¿De verdad? Por… ¿por qué lo hizo? —la pregunta era más para mí que para Mireille, sin embargo, me respondió.

—Te lo acabo de decir. Él es todo un caballero.

 Estaba anonadada por la reacción de Agreste hacia mi altercado. Miré mi reloj; tenía el tiempo encima sin embargo necesitaba saber más del asunto.

Et qu'est-ce qui s'est passé d'autre ?¿Y qué más paso? — fingí estar embelesada por el acto de “caballerosidad” de parte de Agreste.  Mirelle iba a responderme, pero el sonido de mi teléfono la interrumpió. Le hice señas que me diera tiempo, saqué el móvil y vi el nombre de Marín en la pantalla—¿puedes esperarme? —indagué, alternando mi rostro entre el teléfono y ella.

—Pierde cuidado—se apresuró a anotar su número en un pedazo de papel que, no supe de donde salió— Envíame un mensaje en cuanto llegues a casa—pidió, entregándome el papel. Sus facciones mostraron preocupación—Cuídate mucho Marinette— me abrazó, cosa que me tomo por sorpresa y no pude corresponder—anda, contesta—dicho esto, se separó de mí y se marchó.

Estaba confundida con esa nueva información. Agreste intervino, para ayudarme. ¿por qué? Esa pregunta revoloteaba en mi cabeza.

Deslicé el icono de responder. Suspiré creyendo que con eso iba recibir el valor extra que necesitaba para abandonar la seguridad de la empresa. Afuera, mis verdugos podían estar esperando a tomar venganza.

Primero Balthazar y ahora un grupo de desempleados fanáticos de Chloe, mi lista de enemigos crecía y mis aliados se reducían.

Mis manos temblaron cuando abandoné la seguridad del edificio. Con dificultad llevé el teléfono a mi oreja, mis ojos buscaban con desesperación a Bridgette y Alix.

—Diga…—. Di dos pasos fuera de la entrada. Me aterró no encontrar por ningún lado a mis amigas. Rápido busque refugió en una esquina cerca de la entrada. Rogando ser imperceptible.

—¿Marinette? —la voz afilada y segura de Marín se escuchó del otro lado—¿estás bien? Tu respiración… ¿estas hiperventilando? —por primera vez daba gracias a la cualidad intuitiva del azabache—tranquila, dime dónde estás…—escuché del otro lado, como tecleaba en un teléfono.

—Marín, no estoy bien—pronuncié trémula, vigilando a mi alrededor—…estoy… asustada… te ne…—“te necesito a mi lado” fue la parte que murió en mi garganta, por la voz que me interrumpió al fondo de la otra línea.

Marín, se nos hace tarde para ir a Woongjin Playdoci— su tono era suave, era una mujer.

Permíteme un momento. Estoy hablando con…

—Perdona, no quise interrumpir la consulta con tu paciente—se expresó avergonzada. Marín había intentado aislar el sonido con su mano.

 Pensabas que llamaba porque le interesas, ¿tú? una desequilibrada.

Soy eso, una más de sus pacientes…

Cuando aprenderás Marinette, que sigues releyendo el mismo capítulo, mientras todos a tu alrededor avanzan.

Baje el móvil, podía escuchar los gritos de mi psiquiatra a través del teléfono. Mi pecho se oprimió, ¿por qué duele?

Él está con alguien más. Una chica, normal.

—¡Hola! —unos brazos me rodearon por la espalda. Como pude me liberé de estos.  

Ne me blesse pas s'il te plait! ¡Por favor, no me hagas daño!  —grité desesperada. Cubrí mi rostro y me pegué a la pared, temblando y con el alma en el piso.

—Marinette ¿Qué pasa? Soy Bridgette, tranquila. Mírame …—Brid se apresuró a tomarme por los hombros. Estaba tan asustada que era incapaz de devolverle la mirada.

—Brid ve por el teléfono—ordenó Alix, remplazando el lugar de Brid—Mini Bug mírame—tomó mis manos y suavizo su tono de voz—somos nosotras, Bridgette y Alix, tus amigas. Estamos para cuidarte ¿lo sabes? —con temor abrí mis zafiros, encontrándome con el rostro aliviado de Alix— Si alguien te pone la mano encima, nosotras vamos a patearle el trasero.

Me obligué a fingir que estaba más tranquila al ver a Brid acercarse a nosotras.

—Gracias, siempre sabes cómo ayudarme—Alix sonrió, más su sonrisa no llegó a sus ojos.

—¿Te encuentras bien? —asentí a la pregunta de la azabache de larga cabellera, su rostro me confirmaba que necesitaba más que una sonrisa para convencerla—tu reacción…

—Estoy bien, con ustedes me siento segura—Alix me dio unas palmadas en la espalda. Brid seguía preocupada.

—Mi hermano quiere saber cómo estas y… el porqué de esos gritos—Bridgette tenía mi celular en su oreja, su desconfianza hacia mi estado era perceptible. No la culpó, ante su abrazo grité como una loca.

—Me asaltaron; lograron quitarme mi Tablet, pero me libre de ellos antes que pudieran quitarme más cosas—con eso me libraba de explicar el daño a mi artilugio electrónico—corrí de regreso a este lugar, cuando me abrasaste me asuste, por la adrenalina…supongo.

—Joder, Marinette ¿No te hicieron daño? —Brid se inclinó y con su mano paso a revisarme de forma superficial. Vi de reojo a Alix a mi lado, la decepción estaba pintada en toda su cara.

—Si, todo en orden, lo siento por gritar.

—No tienes por qué disculparte—dijo comprensiva. Me odie por mentirle—Marín quiere hablar contigo—me extendió el móvil. Alterné mi vista entre ella y el aparato.

—Le marco después—mentí, no planeaba hablar nunca más con él. Buscaría otro psiquiatra —Aún estoy afectada por lo ocurrido. Una noche de chicas rumbo al concierto de Luka, me hará sentir mejor.

Aquella noche, Marín obtuvo lo que quería de ti. No le eres de utilidad.

Quiere escucharlo de tus labios —Brid rodó los ojos y movió el celular con su mano, invitándome a tomarlo. Volví a negar.

—No tengo deseos de hablar del tema. Además, le prometí a Luka que iríamos a verlo—informé con un tono de voz elevado.

No sé porque mencioné a Luka, él tenía novia, Brid no se equivocaba con sus corazonadas. Era patético de mi parte intentar provocar “celos” a alguien a quien no le intereso.

—Es cierto, tenemos que ir a tu casa cuanto antes y prepararnos para el concierto—Brid me dio la razón; llevó de nuevo el móvil a su oreja—te llamará otro día—guardo silencio—¿No escuchaste?  esta noche, es noche de chicas. Parte de la semana de descanso de tu hermanita, nos vemos luego “amargado”—Mi amiga colgó y me extendió mi teléfono.

Las tres nos alejamos del edificio de los Atelier en busca del auto de Alix. Brid platicaba sus experiencias con delincuentes conmigo y yo de reojo veía a Alix que venía en un estado melancólico.

Me sentí mal por Cherry Hair. Luego del concierto hablaría con ella. Con Marín no siendo mi psiquiatra. Alix ya no tendría por qué enterarse de ciertas cosas y volveríamos a ser las amigas de siempre. Sobre todo, jamás se enteraría de lo que paso en la cafetería de Gabriel´s.

Todo sería paz y tranquilidad.

Para proteger a mis seres queridos, lo mejor era olvidar. Reprimir y olvidar…

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola, mis invocadores e invocadoras. Lamento la tardanza, pero esas casi 10,000 palabras tardaron mucho en ser acomodadas.

Vamos a lo importante el primer arco esta por acabar y el capitulo final de este se titula: Consecuencias.

Solo eso les dejo.

Gracias por su apoyo, me encanta leer sus teorías y que traten de adivinar quien es el ex de Marinette, es un personaje de la serie...no un OC. Yo siempre cumplo mis promesas y quién tiene como premio ser etiquetado o etiquetada en el capitulo donde este fulanito va a aparecer.

Nos leemos luego.

Chapter 14: Consecuencias

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Anonadada, impresionada; podía evocar todos los sinónimos habidos y por haber, y aun así me quedaría corta para describir lo impresionante que es Philharmonie de Paris un lugar tan…woow.

Su arquitectura era un conjunto de formas que favorecían la acústica del lugar, al menos eso fue lo que Bridgette me explicó en cuanto ingresamos a la sala de conciertos; pues de arquitectura no sé mucho.

Lamentaba sentarme cerca del escenario, porque sobre nuestras cabezas estaba una infraestructura con butacas de color amarillo que tenían una vista completa del escenario, quizás mejor que la nuestra.

—Van a meterse moscas en tu boca, si no dejas de mirar todo el lugar con esa expresión—Bridgette se burló, tomando asiento en una de las butacas que estaba junto a mi asiento.

Tu ne caches pas ton étonnement non plus Tú tampoco escondes tu asombro—habló Alix imitando la acción de Brid—te has tomado fotos, hecho varios live, en cada esquina del edificio.

—¿Cuáles esquinas? —ironizó Brid, dada la ausencia de estas por la infraestructura del lugar.

—Sabes a lo que me refiero—contestó rodando sus ojos—Marinette… ¿va todo bien? —Alix me consultó con voz queda.

Desde que salimos de casa, me mantuve en silencio por largos periodos, respondiendo con monosílabos; fingiendo que estaba absorta en el largo camino que recorrimos en el auto de Brid, para llegar aquí.

— Ouais... Je veux dire, pourquoi ne devrais-je pas l’être? Sí…quiero decir ¿por qué no debería de estarlo? —sobre gesticulé, regresando mi vista la frente del escenario. Rogando que Alix no tocara el tema de esta tarde. Estaba haciendo un esfuerzo por no pensar en ese asunto.

—Bueno…—murmuro Alix, no muy convencida. Regresando su vista al frente.

Resté importancia a sus acciones, reprimiendo mis sentimientos que exigía una confrontación por su actitud desconfiada.

Enfoqué mejor mis zafiros en el majestuoso lugar. Tenía tantos detalles que me producía ansiedad no saber dónde centrar mi atención.

[¡Lárgate, basura homofóbica!

¡La estúpida que intentó estafar a la hija de la reina de la moda! 

¡Spring, spring, spring!] 

¡Reprímelo! ¡Olvídalo!

Tenía que evitar a toda cosa recordar, quería un tiempo lejos de la vida desastrosa en la que estoy metida.

Luego de marcharnos de Gabriel´s, llegamos a mi casa a las siete de la noche; para mí fortuna, estábamos con el tiempo justo para alcanzar a comer algo rápido y prepararnos, sin charlas triviales acerca del “robo”.

Ni siquiera pude enviarle un mensaje a Millerie, quizás fue lo mejor. Una parte quería saber acerca de la intervención de Agreste y otra cómo lo mencioné antes, evadía a toda costa.  

Volviendo a los preparativos para venir al concierto, Alix nos pidió que usáramos nuestras mejores galas, lo cual me extraño un poco. Veníamos a un concierto de rock, digo, Luka es un musico, gótico o punk a lo mucho, por su vestimenta da esa impresión.

Sin embargo, dada la insistencia de la pelirroja de vestirnos elegantes, opté por un atuendo de cuello Qipao con una mezcla de escote ilusión, cubierto con una blonda azul la cual tenía unas mariposas rojas bordadas, la falda era una mullet de tul del mismo color y un listón con un fino moño a la cintura. Calzaba unos zapatos carrete con un brillo plateado discreto.

 Todo mi outfit estaba diseñado por mí, pertenecía a la segunda colección que diseñé luego de mi primera venta al graduarme.

Bridgette se hizo cargo de los peinados. Con mi cabello hizo un moño double buns, amarado en la parte superior de mi cabeza, mientras el resto de mi cabello ondulado caía libre por mi espalda. Ella aplicó unas gotitas en mi melena que, dieron un brillo envidiable a mis resquebrajadas hebras azabaches.

Para el maquillaje, Alix hizo milagros ocultando mis ojeras. Con un delineado arabian style combinado con una sombra de ojos metalizada en color plata y azul, haciendo que mis ojos se vieran más vivos y no carentes de brillo. Mis labios se veían más carnosos gracias al labial mate color red velvet. Y con las bases y los polvos traslucidos, mi piel lucia hidratada, contrario a lo acartonada de siempre.

En fin, toda yo era una chica de las que llaman…” producida” que se ven bien, gracias a los miles de productos que usan para mejorar su terrible aspecto.

La máscara perfecta para el desastre emocional interno.

Continuando; Bridgette optó por un vestido negro con blonda en el pecho de cuello alto; una falda mullet de seda con tul encima y unos stilettos negros con hebilla dorada al frente, a modo de decoración. Traía el cabello con dos trenzas a lados de su coronilla que, se unían en un moño bajo.

Alix al igual que nosotras había escogido el mismo estilo de falda mullet, su atuendo de hombros caídos tenía una blonda celeste pálido; con bellas flores bordadas que cubrían todo su vestido, resaltando su bello color de cabello rojo, el cual llevaba suelto y ondulado.

De pronto las luces en la sala de conciertos se apagaron, únicamente el escenario quedó iluminado.

—Van a comenzar— avisó una emocionada Alix.

Varios músicos ingresaron, tomando asiento frente a sus respectivos instrumentos.

No me sorprendía que hubiera una sinfónica en un concierto de rock, la pregunta real era ¿dónde estaban los instrumentos de la banda? Se supone que Luka iba a tocar…

Mi mandíbula casi cae al piso, cuando el último musico ingresó y tras de este venía Luka. Vestido con un frac azul marino de dos piezas. Él se situó en el atrio del director de orquesta.  Su cabello tinturado estaba peinado hacia atrás, aunque ante el movimiento de su cabeza, dejaba entrever el tatuaje en su nuca que vi el otro día en el tren. Todo él era una versión distinta al chico rebelde de aspecto bohemio.

Con maestría tomó la varita que estaba sobre el libro de partituras y dio unos leves golpes a la madera, captando la atención de los músicos, elevó sus manos al aire; la orquesta acomodó sus instrumentos listos para tocar; segundos después y bajo la dirección de Luka comenzaron el concierto.

Se notaba a leguas que Luka amaba su trabajo. La dulce melodía que brotaba de los instrumentos me desconectó de la realidad, transportándome a una calma que hubiera deseado que durara para siempre en mi vida.

No sé cuantos minutos transcurrieron de ese idílico momento de calma, puesto que el cambio de iluminación del escenario me hizo romper esa conexión. Un Reflector apuntaba a la joven que estaba de pie junto a la sección de cuerdas. Era preciosa y su sola presencia captó la atención de todos de inmediato. Con una habilidad impresionante comenzó a tocar su violín. Fue entonces que reparé en su vestimenta y no podía dar crédito a lo que mis ojos observaban.

La hermosa joven llevaba uno de los atuendos que era parte de la primera colección que vendí en la semana de la moda de Saint Martins. Un vestido blanco de falda sirena, escote de hombros caídos, mangas sovereign. Cinturón ancho de seda roja que simulaba el obi y el nudo taiko de un kimono, con bordados dorados y plateados

¡Estaba usando un Ladybug! ¡Una de mis creaciones!

Mis ojos se cristalizaron por la emoción, más me abstuve de llorar. No perdí  un solo detalle de la hermosa azabache de cortos cabellos y mejillas pecosas, que tocaba el violín. Parecía una princesa japonesa.

¡Necesitó hablar con ella!

Su presentación finalizó al igual que el concierto. Fui la primera en ponerme de pie y aplaudir, el resto del publico me siguió. Ella enfocó su mirada en mí y yo le sonreí en respuesta, cuando las luces se encendieron, sus orbes almendrados pasaron a una gélida mirada, que luego cambio a una gentil cuando enfocó su vista al frente del público.

Estaba eufórica, luego de ver uno de mis diseños siendo usado por una talentosa violinista.

Esto era lo que necesitaba para volver a sentir la necesidad de crear, para confiar en mi trabajo. Me urgía escuchar su opinión respecto al atuendo.

—¿Hay una forma de ver a los músicos? —cuestioné a Alix a mi lado.

—¿Ah?

—Si podemos hablar con los músicos—aclaré.

—Si, podemos. De hecho, por eso les dije que usaran sus mejores galas—me hizo saber, al tiempo que se levantaba de su asiento—. Hay una pequeña recepción privada para presentar a la nueva integrante de la sinfónica. Tenemos pases VIP.

—¡Perfecto! a que esperamos para ir a la recepción—la sujeté de su brazo para que me guiará al lugar.

—Dime por favor que no van a tocar de nuevo—Bridgette se puso de pie desperezando sus músculos, mientras bostezaba.

—¿Te quedaste dormida? —inquirió molesta la pelirroja.

—Lo mío, no es la música clásica—¿cómo puede ser la esposa del “grosero Graham”? Que transpira música clásica por los poros.

—¡Vamos, pronto! camina —solté a Alix y comencé a empujar a Brid para que saliéramos de la hilera de butacas.

—¡¿Ey, que te pasa?! No me empujes—se quejó, plantándose en su lugar.

—La chica…—balbuce—la chica del violín ¡tenía puesto un Ladybug! — me urgí a explicar el motivo de mi apuro.

—¿Un qué? —Brid me miro impaciente. Tras dos segundos de silencio, abrió sus orbes de par en par—¡un Ladybug!

—¿Hablas en serio? —Alix estupefacta me tomó del brazo.

—Si, su vestido forma parte de la colección que una clienta compró. Mi primera colección inspirada en Asia.

—¡No perdamos más tiempo y vamos a buscarla! De paso tal vez tengan algo que comer—Brid nos urgió a salir hacia el salón, no sé si motivada a ayudarme o a lograr algún aperitivo.

Las tres salimos de la sala de conciertos rumbo al salón de ensayos. Necesitaba escuchar la opinión de esa chica sobre una de mis creaciones. Una reseña de un cliente reconocido sería una parte importante para mí portafolio; de esta forma respaldar la credibilidad de mi trabajo. Con un poco de suerte, esto me ayudará a escalar niveles dentro de Gabriel´s.

Adrien.

El concierto dirigido por Luka finalizó; siendo perfecto como era habitual en sus presentaciones.

Esperaba que escuchar música clásica borrara el desasosiego del día de hoy. Un evento catastrófico para Gabriel´s: veinte diseñadores de los distintos atelieres fueron despedidos; según el reporte final de Juleka. La semana próxima ella realizaría las entrevistas para rellenar estos puestos de manera urgente.

¡Todo por culpa de la “rata Dupon”! Debí haberme desecho de ella, desde el momento en que recibí el mail con su cuadro clínico mental.

Admito que me deje llevar por la actitud defensiva que ella manifestó el día de la entrevista; mostrando una falsa disposición a defender su reputación.

Esperaba que la “rata Dupon” demostrará al mundo lo vengativa y mentirosa que era Chloe Bourgeois, pero no fue así. Evidenciando que la mentirosa era ella.

Bonne nuit Buenas noches, Adrien—Ladeé mi rostro, notando a la beldad nipona. Sus labios ovalados esbozaron una maliciosa sonrisa.

—Buenas noches, Kagami—ella extendió su mano hacia mí, la cual sujeté y deposité un beso en el dorso de esta. La japonesa sonrió cautivadora.

Toda una afrodita.

—Tomoe mi madre, le envía saludos—mencionó a mi socia japonesa con la cual tengo un convenio comercial.  Kagami retiró su mano de la mía, llevó uno de sus mechones tras su oreja, ladeando el rostro sin dejar de verme.

Sonreí de lado ante sus coqueteos. No veo nada de malo repetir lo que hicimos, cuando nos quedamos solos en la oficina de su madre.

—Agradezco los saludos—contesté. Al reparar en lo que traía puesto, le dirigí una mirada desaprobatoria—. Debo hacerle una pregunta, incomoda—Kagami me observó incisiva, enarcando una ceja—¿por qué no está usando un Gabriel´s para su debut?

—Este atuendo—dio una vuelta completa, dándome una vista privilegiada de lo bien que ese vestido se le pegaba cual chicle, a su torneado cuerpo. Ella está para comerse—es un Ladybug. Es perfecto ¿no le parece?

¡¿Un qué?! ¡Qué nombre tan basura, para una marca!

—¿Un Lady… qué? —interrogué con desdén.

—Un Ladybug—recalcó, como si se lo estuviera diciendo a un niño de tres años. Fruncí el entrecejo y me crucé de brazos—me encanta, por el misterio que envuelve a su creadora—se acercó a mí de forma discreta y con una además me indicó que me inclinará. Me sentí un idiota siguiéndole el juego, todo por saber más del dichoso vestido y su “enigmática” diseñadora. Kagami creo una barrera con su mano y susurró cerca de mi oído—La diseñadora se esfumó del mapa—la nipona se separó de mí. Entorné mis ojos, ella mantuvo una sonrisa traviesa—Mi madre compró la colección completa para mí, la cual evidentemente uso solo para eventos de gala sobresalientes, dada la naturaleza de su importancia.

¡Habrase escuchado semejante estupidez!

Gabriel´s, crea diseños de vanguardia y usted prefiere usar ropa pasada de moda—contraataque con desdén—basta con que su madre solicité una creación única para su uso…

—Con el debido respeto que se merece—sonrió cínica—mi madre es quién ha hecho ese trato comercial. Yo, soy ajena a los negocios que ella realiza, por lo cual, no me siento comprometida a rendirle lealtad a su marca, Adrien—¡menuda chinche altanera! — Me disculpa, debo ir a saludar a los demás invitados—la nipona se retiró con gráciles andares, impidiéndome responder a su ofensa.

¡¿Quién se ha creído?! Esa basura de vestido genérico no les hace sombra a los diseños de Armand. Esa avinagrada no iba a malograrme la noche. Me encaminé al bar a pedir un trago y beber de este al aire libre. Ya tendré tiempo de responderle a esa petulante.

Marinette.

Hacía unos quince minutos que ingresamos al salón, a pesar de que los invitados no eran muchos ≪unos cincuenta quizás≫ no encontrábamos a la chica del vestido Ladybug por ningún lado.

—Parece que buscamos una aguja en un pajar—se quejó Brid, luego de andar de arriba para abajo por todo el lugar—estos zapatos no están hechos para estos trotes—se inclinó a frotar sus tobillos.

—Es irónico que no podamos dar con ella, siendo la única con un vestido tan llamativo—rezongó Alix, desplomándose en una de las sillas—mejor esperamos a que la presenten y ahí la…

—Buenas noches—Las tres nos giramos a ver de quien nos saludaba; encontrándonos con Luka sonriendo amistoso—agradezco que hayan venido al concierto.

—Bue-buenas noches—atiné a saludar nerviosa—Lu-Luka, que bueno verte aquí…digo eres el director de orquesta, porque de otra forma no te veríamos en este lugar y…

—Descansa cadete—Bridgette puso su mano sobre mi cabeza, dando leves golpecitos. Hice caso y cerré la boca ante las estupideces que estaba por pronunciar—Soy Bridgette Wang de Graham de Vanily—extendió su mano a Luka que correspondió su gesto—mis amigas me han hablado mucho de ti; en especial una de ellas—bajé el rostro por la vergüenza, cuando Brid me vio de reojo. ¿Qué rayos hace? Se supone que Luka tiene pareja, no debe exponerme de esa manera. Voy a parecer una solterona desesperada—en fin, encantada de conocerte.

—Hola, Bridgette; por fin tengo el placer de conocer…

—Con que aquí estas—nuestro enfoqué fue hacia la persona que, de forma grosera se entrometió en nuestra pequeña tertulia con Luka.

Parada frente a nosotros estaba una hermosa mujer pelirroja de pecas, ojos grandes de color verde y un semblante relajado, vestía un sencillo vestido blanco que se ajustaba perfecto a su silueta; iba del brazo de un hombre moreno, de cabello marrón atado a una coleta y ojos de igual color, de piel bronceada—te hemos buscado por todo el salón para felicitarte por tan maravilloso concierto.

—Mi esposa tiene razón; tu ejecución con la orquesta fue sublime—habló el esposo de la pelirroja.

—Veo que tienes, compañía—la pelirroja notó nuestra presencia, frunciendo el ceño levemente al vernos—Nos presentas—pidió, cambiando su semblante a uno amable de nuevo.

—Buenas noches—.A este punto, parecíamos espectadoras de un partido de tenis; siguiendo la pelota. Vimos a la joven que se integró a esta extraña reunión. Abrí grande los ojos; se trataba de la chica del violín. Era muy hermosa en persona, tan sofisticada y elegante—director Luka, le recuerdo que tenemos nuestra presentación en breve—informó con grácil voz.

—Es tu oportunidad de abordarla—susurró Alix apegándose a mí.

—No creo que sea prudente—le respondí en el mismo tono—mejor lo dejamos estar.

—Ni de broma—protestó Brid— tengo una ampolla en mis talones por andar buscando a esa tipa. Así que ya mismo le estás hablando—hizo hincapié en lo último.

—Señorita Tsuguri, es grato saludarle—la voz hostil de la pelirroja de pecas nos sobresaltó; las tres regresamos nuestra atención al grupo—recién comienza la velada, su presentación puede esperar—sugirió, con claro tono mordaz.

—Me apegó al horario, Señora Bustier—argumentó la nipona con un ligero tono de indiferencia, sin dejar de ver a Luka.

—Salir del horario no la va a matar—discrepó la pelirroja, al verse ignorada—Señorita Tsuguri, tómese las cosas con calma. Además, Luka estaba por presentarnos a estas simpáticas señoritas.

No sé en qué punto, esto se convirtió en un campo de batalla verbal.

La azabache de corta cabellera no pronunció palabra alguna, dio media vuelta y comenzó a andar; ignorándonos por completo, a todos.

—¡Kagami, espera…! —Luka intentó ir tras ella, pero fue detenido por la pelirroja.

—Déjala, podrá ser muy talentosa y todo lo que quiera—atacó a la joven que se alejaba esquivando a los presentes— pero eso no quita que es una grosera—Luka estaba visiblemente molesto, parecía estar debatiéndose en ir tras la orgullosa asiática o quedarse.

—Ve tras ella—Alix me empujó—está sola, es tu oportunidad.

—Pero…—no consideraba que fuera un buen momento para abordarla— ella estaba muy enojada.

—Considero que si te presentas como la creadora de tan bello vestido que porta, le alegaras la noche—Brid susurro, visiblemente incomoda por la situación. No era para menos, ella está acostumbrada a desenvolverse entre personas importantes, donde los modales y la etiqueta son prioridad. Este altercado la inquietaba. Estoy segura de que no se pronunció al respecto por la educación que le precede gracias al “grosero Graham”  

—¿Y Luka? —dedique una mirada a la pareja que discutía con el azabache. Hablaban tan bajo que me era imposible entenderles—necesita apoyo.

—Sé cómo solucionar su problema—me hizo saber Brid, guiñando su ojo.

—Anda, no pierdas más tiempo—urgió Alix empujándome por la espalda.

Les di un ultimó vistazo, ambas alzaron los pulgares, confiando en su buen juicio comencé a andar entre la multitud tras aquella azabache de gélida mirada.

 Conservaba la esperanza que ella se convirtiera en una clienta y, de esta forma, me ayudara a resucitar el nombre de mi marca. Era una de las tantas ideas que revoloteaban en mi cabeza respecto al tema.

Estaba por alcanzarla, pero una chica se atravesó en mi camino, traté de esquivarla, por desgracia eso hizo que perdiera el equilibrio. Cerré fuerte mis ojos anticipando el golpe.

 Toda mi retaguardia resintió el impacto, al caer de sentón en medio del gentío.

Por qué mi vida no es cómo esas novelas románticas, donde siempre sobra quien atrape a la damisela en apuros.

—Auch, duele mucho—me quejé en el piso, la chica se alejó sin siquiera molestarse en ayudarme.

¡Menuda idiota!

Y ahí estaba de nuevo, mi ira reprimida queriendo salir.

Reprímelo.

Est-ce que tu t'es fait mal? ¿Te lastimaste? —es obvio que sí, caí de cul…—te ayudaré a levantarte, dame tu mano—…no podía ser cierto ¡Agreste estaba frente a mí!

Con su cabello rubio bien peinado hacia atrás, traía puesto un traje de sastre negro, con una camisa blanca bajo su saco y una corbata a rayas rojas y azules. Con su mano extendida frente a mí.

¿Quiere ayudarme?

{Te lo acabo de decir, él es todo un caballero}

Vinieron a mi mente las palabras de Mireille.

—Gracias, por ayudarme—le di mi mano y él con delicadeza la tomó, y tiro de esta para levantarme; sin borrar su sonrisa cautivadora.

¿No me ha reconocido?

Actúa distinto, parece otra persona. No cómo el demonio amargado de siempre.

—Ten más cuidado la próxima vez—me advirtió, con voz apaciguada —por cierto, lindo vestido.

Musité un tímido gracias, su amable actitud me daba escalofríos. Es que no hay manera en la que esté hombre, no me hiciera sentir extraña con su presencia. Agreste sonrió de lado, dio media vuelta y se marchó hacia el patio.

Parecía estar de buen humor, llevé mis manos a mi pecho, sintiendo mi corazón acelerado. Los recuerdos de lo que paso está tarde estaban regresando a mi mente y, lo que mantenía mi corazón a todo galope, era la necesidad de saber, que paso después de que perdí el conocimiento. Tenía que saber a qué me enfrentaba ¿cuál fue la reacción de esos diseñadores al ser descubiertos? Y el único con esa información, en estos momentos, es el Demonio de París.

En un principio deseaba hablar con la chica del violín. 0bservé la puerta que daba al exterior; pero, también necesitaba una explicación de lo que sucedió esta tarde, por mucho que me duela recordarlo. Tengo que hacerle frente.

Evité inconscientemente, enviar un mensaje a Mireille, por el hecho de mantener mis temores a raya.

Necesito saber, quiero saber.

No había vuelta atrás; desvié mis pasos, yendo tras el Demonio de París.

Adrien

Iba a permanecer un rato más en este lugar, por simple protocolo. Responderle a la amargada de Kagami ya no era mi prioridad. Además, comenzaba a aburrirme, prefiero regresar a casa y organizar las estrategias para…

—Joven Agreste—miré por sobre mi hombro, la voz que se me hizo familiar, pero, no supe ubicarla. Para mi grata sorpresa, se trataba de la inocente jovencita de vestido azul con apliques de mariposa. Di medía vuelta, quedando de cara a ella. Podía conformarme con ella. Beberíamos algo y luego, veremos que sucede. La azabache frenó de golpe, casi chocando conmigo. Avergonzada, retrocedió dos pasos—bue-buenas noches.

Las tímidas siempre son salvajes en la cama. Relamí mis labios discretamente. Ella evitaba verme a los ojos, manteniendo su vista clavada en el piso, jugueteando con sus manos.

Si lo hermoso fuera pecado, ella no tendría perdón de dios.

—Buenas noches, señorita. ¿se le ofrece algo? —cuestioné con malicia.

—Supongo que, por como estoy vestida…usted no me reconoce. —Enarqué una ceja ante su respuesta—so-soy Marinette…Marinette Dupain Cheng.

Mi rostro paso de interesado a sombrío. La “rata Dupon” estaba parada frente a mí, como si nada hubiera pasado está tarde. Le di la espalda y comencé a caminar hacia el estacionamiento. Estaba iracundo, despedí a varios diseñadores por su culpa.

 Seguro fingió ese desmayo.

—Joven Agreste, por favor. No le quitaré mucho tiempo—aceleré mis pasos, ella no desistió de seguirme. Las pocas personas alrededor nos observaban con curioseo, poco me importaron los cuchicheos acerca de la escena que estábamos montando—. Es sobre lo que paso esta tarde—¿qué acaso no sabe cuándo rendirse? — Por favor, es importante para mí saberlo—¿importante para ella? ¡Estúpida egoístas! Ahora yo estoy pagando las consecuencias del teatro que montó para su beneficio.

—Señorita Cheng—detuve mi andar y ella impactó de lleno con mi espalda. Di media vuelta, justo a tiempo para sujetarla antes que callera de bruces al piso. La “rata Dupon” me miró sorprendida.

 Iba a desquitarme con ella, toda la frustración que estoy sintiendo en este momento, al darme cuenta de que esta rata me vio la cara y yo se lo permití.

 El inconfundible sonido del violín de Kagami interpretando As The World Falls Down se escuchaba incluso fuera del salón.

“La rata Dupon” se incorporó, no solté su mano. Era hora de desenmascarar a esta patética embustera.

 ¡Una enferma mental que necesito quitarme del camino de una vez por todas!

Sin cuidado la atraje hacia mí, sentí su cuerpo tensarse cuando choco con mi pecho, su mirada atónita con esos asquerosos azules opacos se clavó en mis esmeraldas. Con mi mano derecha sujeté su cintura a la altura de su espalda baja y, con mi mano izquierda, elevé su mano derecha. Al parecer no tenía idea de donde poner su mano izquierda.

Inculta.

—Coloca tu mano sobre mi hombro—ella lo hizo deprisa, aún presa del desconcierto por la posición de baile que estábamos tomando. Di una falsa sonrisa cordial—Habla—comencé a moverme con ella al ritmó del violín—dándole una falsa seguridad.

—Es-Esta tarde, sufrí un ataque por parte de algunos empleados…la doctora me dijo que me desmayé producto de un ataque de… shock—la duda en su tono de voz; cada palabra que salía de su boca, me hacía aborrecerla. Más debía soportarla para llevar a cabo lo que tenía en mente —. Cuando iba a salir de la empresa… una vez me dio de alta la doctora; una compañera del trabajo me comentó que…usted había evitado que los empleados continuaran con las agresiones, llegando al punto de despedirlos—de lo cual me estoy arrepiento, ahora que te veo como si nada en este lugar— Se que hemos tenido nuestras diferencias y antes que nada…quiero agradecerle…

—¡Ahórrate esa mierda! —le corté.

—¿Qué ha dicho…?

—Deja tu numerito de víctima, que tu sola te has mostrado como eres en realidad —su boca se abrió y cerró, sus zafiros incrédulos estaban fijos en mi—¿Quieres saber qué hacía en ese lugar? —enterré mis dedos en su cintura y ejercí presión de su mano. Ella se quejó e intentó zafarse. No se lo permití—. Minutos antes de tu altercado, Anarka habló conmigo; expuso la posibilidad de cambiarte de sección. A lo cual me negué—frunció sus labios, con su semblante consternado—. Fui hasta el comedor, para advertirte que, si cambiabas de zona; estarías violando una de las cláusulas del contrato. Donde expresamente dice: ascenderás de puesto por los niveles que el organigrama de Gabriel´s te permita. Siempre y cuando sea desde la pasantía que estas realizando.

—Anarka vio que me estaba yendo bien, ella solo estaba ayudándome. Me parece injusto que ahora salte a relucir la cláusula, cuando lo que importa es que ascienda de puesto…—. Una mediocre justificación.

 ¿Dónde estaba esa actitud defensiva cuando fuiste “atacada en el comedor”? Farsante de mierda.

—¿Cuándo pensabas subir de nivel? —le interrumpí— admite que toda la semana te dedicaste a desaprovechar el tiempo.

—No fue así, yo…

—Llegadas tardías, sin capacidad de memorizar tus labores ¿quieres que siga? —Su boca se abrió en una perfecta “o”—eso dicen los reportes de tu desempeño en esa semana. ¿Estoy equivocado, señorita Cheng?

—¡Suélteme! —. Al verte descubierta quieres escapar.

No preciosa, aún no acabó contigo. 

—¿Por qué? Es que acaso no querías saber lo que paso— ironicé. Ella hizo intentó liberarse, fracasando de nuevo. La apegué más a mí cuerpo, así, las personas a nuestro alrededor creerían que éramos una pareja normal disfrutando de la melodía del violín. El cuerpo de la “rata Dupon” comenzó a temblar, ella mantuvo la vista clavada en mi pecho.

—Por favor, déjeme ir, se lo suplico.

Ignoré su petición de nueva cuenta. La quería fuera de mi camino, de mi empresa. Hacerla pagar mi tiempo y dinero perdido

— Cuando llegué a la cafetería—proseguí— las puertas de acceso estaban trancadas, ante esto, llamé a seguridad; ellos sin problema abrieron las puertas. Al ingresar, vimos a un grupo de empleados rodeando e insultando a una aterrada chica, otros instigadores estaban dispersos impidiendo que cualquier persona interviniera. Hasta que les grité que se fueran de mi empresa.

—Las puertas cerradas…se organizaron—repitió en un susurro, elevó su rostro, sus mejillas estaban mojadas por sus lágrimas— ¡Ellos no actuaron por impulso ellos estaban organi…!

—Debo agradecer a tus atacantes— resté importancia a sus disparates—porque con dicha acción comprendí que, tenerte en mi empresa es perjudicial…

—¡No, no me está comprendiendo, lo que quiero decir es…

—Comprender que mientras tú estás aquí como si nada hubiera pasado; yo estoy lidiando con la ausencia de veinte diseñadores que despedí por tu culpa—la “rata Dupon” negó con su cabeza, más no la dejé hablar—. Para que una inconsciente cómo tu logre entender lo que paso a causa de su presencia—acerqué mi rostro al de ella, y bramé entre dientes— esto se traduce en dinero que pierdo cada segundo que pasa, sin tener a nadie ocupando esos puestos.

—Comprendo su punto, créame que lo hago—exclamó desesperada— si damos con el autor de esto…

—¡La autora eres tú! — negó repetidas veces. Apreté con más fuerza mis agarres al punto de hacerla retorcerse, desesperada por alejarse de mi—¡tenerte en mi empresa me ha traído más problemas en una semana, que la tontería de querer reducir los desfiles de temporada a uno!

—¡Entonces porque no dejó que ellos continuaran agrediéndome!

Créeme, me arrepiento de haber intervenido.

—No tolero a los revoltosos—trató de empujarme con su mano libre, no me movió ni un centímetro—¿No te gusto esa respuesta? Acaso esperabas que respondiera que, me interesa tu bienestar y toda esa mierda—bajo el rostro, sollozando con fuerza—el lunes, en el pasillo—se atrevió a verme, sus ojos ahora destilaban odio y rencor, la verdadera “rata Dupon”— no evite tu caída cuando tropezaste conmigo, porque disfruté viendo tu dolor tras el golpe.

—Usted es un…—tenía su mandíbula apretada, la rabia era latente en ella.

—Soy el CEO de una empresa en la cual trabajan centenares de personas. ¿Qué te crees? que tengo tiempo para preocuparme por una tipa, patética como tú. Que seguro se la vive llorando por lo mal que le va. Probando que veneno o cuchilla la aleja de este mundo cruel—sonreí con cinismo.

—Cree saberlo todo, pero es solo un fantoche que se siente poderoso por humillar a los que considera inferiores—intentó contratacar.

—Te molesta que te eche en cara la verdad. Que eres una cobarde, que no es capaz de luchar con uñas y dientes contra sus adversarios. Una enferma mental a todas luces. ¿No es así cómo te ha catalogado la clínica donde estuviste internada?  ¿Cómo decía? Aah, si: Trastorno neurológico depresivo.

—¿Co-cómo es qué…? —su rostro se desencajó cuando pronuncie lo último.

—Pensaste que no me daría cuenta—bajo su rostro, sentí su mano helarse de golpe— si mientes con tu historial médico, que otras cosas no has ocultado, Señorita Cheng—su respiración se volvió errática—Es evidente que Chloe dice la verdad. Tú eres la única que insiste en que ella miente. Seguro es uno de tus tantos delirios mentales.

Con brusquedad se separó de mí. La “rata Dupon” comenzó a respirar por la boca y llevó su mano a su pecho; estaba temblando.

Otro de sus ataques fingidos.

 Hora de dar el tiro de gracia. Dando grandes zancadas me acerqué a ella, la “rata Dupon” se encogió en su sitio al percatarse de mi presencia; la sujeté de la cintura y la apegué de nuevo a mí.

—Déjeme en paz…—musitó asustada. Tu pésima actuación no convence.

Con mi mano derecha tomé con fuerza su mentón, el cual elevé para quedar a exigua distancia de ella. Todo para conservar las apariencias de una pareja con exceso de muestras de afecto y evitar “héroes anónimos”. Guie a la “rata Dupoin” hacia un lugar más apartado, a trompicones ella avanzó conmigo, tras varios intentos inútiles de oponer resistencia.

—El lunes vas a presentar tu renuncia, después de eso; no quiero verte de nuevo por mi empresa—ella apretó con fuerza sus ojos, y gruesas lagrimas brotaban para mi regocijo—hazle un favor al mundo y deja de existir de una buena vez—con desdén solté su mentón hacia un lado, la liberé de mi cercanía de un empujón.

La “rata Dupon” trastabillo unos pasos, su cuerpo impacto contra la pared cercana, que a su vez evitó su caída.

Mi trabajo estaba hecho, di media vuelta dejándola ahí, sola.

 

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

 

Pasaron treinta minutos desde que ingresé al interior de la sala de ensayo. Kagami y Luka ya habían finalizado sus presentaciones. No vi a la “rata Dupon” por ningún lado. Debe estar haciendo una pataleta por algún lado al verse descubierta.

—Felicitaciones, una dirección digna de tu talento—. Luka inclinó su cabeza en señal de respeto.

—Gracias, Joven Agreste—levantó el rostro con su típica expresión relajada—por tomarse el tiempo y asistir a mis presentaciones.

—Siempre es grato escuchar una excelente orquesta. A la cual sabes que patrocino—hice hincapié en lo último, mientras bebía un Martini.

—Su aportación es valiosa, gracias por su apoyo.

Lo hago para deducirme impuestos.

—¿Cómo va Mathias? —cuestioné sobre el pequeño dolor de cabeza de los Couffaine.

—A mejorado mucho —el rostro de Luka se iluminó, era bueno verlo de esa forma, luego de lo que está familia paso— ahora que regreso a la escuela él…

—¡Luka! —una linda pelirroja de cabello corto y vestido celeste se acercó, visiblemente agitada—disculpe que interrumpa—se dirigió a mí por breves segundos y luego regresó su enfoque a Luka—¿has visto a Marinette?

—No—respondió el azabache, contagiándose de la preocupación de la pelirroja—hace cuanto que…

—Bridgette y yo llevamos largo rato buscándola. No contesta su celular—sacó su móvil del bolsillo de su bello vestido. El aparato casi se le cae ante el temblor en sus manos—sabía que no debía dejarla sola—se reprendió , mientras desplegaba el menú— ella estaba muy mal cuando la encontramos a la salida de su trabajo—seleccionó el número de emergencias.

—Tranquila—Luka detuvo a la pelirroja de marcar— podemos pedirle a Max que rastree su móvil—el azabache se giró, aunque su tono de voz era calmado, sus ojos mostraban aflicción—. Joven Agreste, debo irme, esto es una emergencia…

Asentí con la cabeza y ellos se marcharon en el acto. No tenía ya nada que hacer en este lugar, así que dispuse a retirarme por igual.

Cierto, debí haberles dicho que la “rata Dupon” estuvo conmigo.

Reí ante eso. Seguro ya le hizo un favor a la humanidad y se aventó de un puente.

Marinette

El taxi aparcó frente a mi casa, descendí de este y me acerqué a la ventanilla de la conductora le entregué unos euros sin siquiera contarlos.

—Enseguida le doy el cambio.

—Quédese con el—respondí con voz débil, por el ardor en mi garganta.

—Es mucho dinero—insistió, extendiéndome el billete. Yo me alejé y trastabillé por la debilidad en mi cuerpo.

—Márchese de una vez—demandé. Continue retrocediendo, ante la mirada lastimera de la conductora. Di media vuelta para dar por finalizada con esta conversación, escuché su auto marchar.

El sonido de un trueno hizo que me encogiera en mi lugar ante la impresión. Mire al cielo y a pesar de la oscuridad de la noche, los relámpagos permitían ver el cumulo de nubes.

Débil, magullada y humillada, me aproximé a la entrada de la casa. El excesivo temblor en mis manos me dificultó encontrar las llaves, las cuales saqué e introduje en la ranura, girando esta y abriendo la puerta.

Ingresé a la penumbra de la casa, cerré la puerta tras de mí; encendí la luz que iluminaba lo que antes era el área de panadería de mis padres; en su lugar ahora estaban las cosas que había adquirido para realizar mis creaciones a lo largo de mis años de estudio.

Mi cansada vista fue hacia el espejo de cuerpo completo. Me aproximé; comprendí por qué la mujer del taxi tuvo lastima de mí.

Bajo mis ojos estaban unas bolsas rojas de tanto llorar, mi labio inferior interno estaba inflamado por morderlo; todo para distraer mi mente ante el inminente ataque de pánico que, casi me hace perder el conocimiento en el patio de la Philharmonie tras la agresión que sufrí por parte del Demonio de París.

Mis cabellos estaban desordenados, casi cubriendo parte de mi rostro, mis mejillas estaban marcadas y adoloridas, podía resentir la misma sensación en mi espalda baja, cintura, hombro. Todos y cada uno de los lugares donde él me sostuvo para no permitirme escapar y, así escuchar la sarta de sandeces que me soltó a la cara.

Nuevamente mis emociones inestables bloquearon toda capacidad de reacción. Agreste hizo cuanto quiso conmigo y yo se lo permití.

Era consciente de la situación, aun sabiendo como defenderme, el miedo terminaba dominando, haciéndome una presa fácil para cualquiera que osara a atacarme. Me abracé buscando consuelo, uno que jamás llegó.

Ya no tiene caso continuar.

Traté por tanto tiempo de ocultar muchas cosas a mis amigas, seres queridos a todo aquel que me juré alejar de las consecuencias de mis actos, fallando desastrosamente en el proceso.

La verdad estaba cayendo como un valde de agua fría sobre mí, ya no podía soportar seguir actuando, ya no tenía caso hacerlo, ya no tenía fuerzas para seguir sosteniendo esos muros a mi alrededor.

Sin trabajo y sin la oportunidad de conseguir uno relacionado a mi carrera, siendo despreciada por todas las casas de moda; gracias a un error, a algo que no cometí y me acusaron injustamente.

—¡Porque fui tan estúpida al revisar esa puta puerta!

Agarré lo primero que encontré y lo estampe contra el espejo haciendo que este se hiciera añicos en el acto. La impotencia, frustración, ira, miedo, tristeza, un puñado de sentimientos que me destrozaban por dentro y gritaban ser liberados.

 Con pasos contundentes me dirigí a la pared donde Alix había ubicado mis certificados y el diploma que me acreditaba como diseñadora. Agarré este último, el cual lancé contra la pared; el cuadro junto al vidrio se espació en el piso, el papel arrugado quedó al lado de estos.

—Inútil—tomé otro certificado y repetí la acción con más fuerza—mentirosa—el sonido del vidrio chocando con la pared era mi combustible—cobarde—reí con amargura—París iba ser diferente…—arrojé dos cuadros más—…que podrías con un simple trabajo. Pero eres tan estúpida, inservible y débil. ¡No vales nada!

Llevé mis manos a mi cabello, tirando con fuerza de este, sollozando por todo lo alto. Perdí tanto por ir a ese estúpido concierto, buscando escapar de la realidad, evadiendo el problema.

Torpe ilusa, no eres más que una tipa mediocre que espera que otros resuelvan sus problemas. Cuando ni tu misma sabes qué pasa con tu miserable vida.

Todos esos años perdidos en estudiar una carrera que no puedo ejercer…que no se me permite ejercer. Cada día que pasa alguien más se une a la lista de personas que me desprecian, veinte diseñadores fueron despedidos hoy, veinte personas que, a la menor oportunidad, me harán pagar sus despidos.

 ¡Qué vida es esta! Temiendo salir a las calles y que el tipo que intentó abusar de mí y esos diseñadores se cobren lo que les hice pasar.

Sabiendo artes marciales y paralizarme por estos malditos ataques de pánico, que vienen y se van…

—¿Marinette? —escuché esa voz a mi espalda, aprete mis dientes, no podía contener más lo que sentía, ni siquiera por ella. La fría brisa se coló por la puerta abierta, pronto fue cerrada. Escuché varios pasos detrás de mí.

—¡No se acerquen! —ordené entre dientes, viendo por sobre mi hombro a las tres personas que estaba de pie detrás mío.

—Marinette ¿porque has hecho todo esto? —volvió a hablar Bridgette consternada—¡Dios, tus ropas, tú…! ¿Quién te hizo eso?

Estaba harta de todo esto, pero, aun así, sacaría fuerza de flaqueza, necesitaba hacer un último esfuerzo.

Una última mentira.

—Ahora te importa—bramé, en la misma posición.

—Para con tu drama un segundo—Brid me reto con voz firme—si esa amargada te dijo algo o incluso te atacó. No quieras desquitarte conmigo.

—¡Ella no me dijo nada! ¡me acaban de despedir de mi trabajo por mis llegadas tardías! ¡Todo por tu maldita culpa Brid!

Di media vuelta, quedando de cara a ellos, viendo a Bridgette, Alix y a alguien que me hizo dudar por unos segundos de continuar con esto, más cerré mis ojos, debía hacerlo, tenía que hacerlo.

La decisión está tomada…Luka, perdí, no creyeron mi verdad.

—¡Yo no te obligué a ir a esas fiestas—se defendió Brid!

—Por favor todas conservemos la calma—Luka medio, con sus manos alzadas a la altura de su pecho—ha sido una noche difícil—me vio preocupado.

No hay marcha atrás. 

—Tiene razón—intervino Alix situándose al lado de Luka—Marinette—su vista viajó hacia los vidrios a mis pies y luego a mi—ven, vamos a la sala. Apártate de este lugar…por favor—pidió. Por el temblor en su voz.

 Alix se acercó con cautela, extendió su mano para intentar tomarme del brazo. De un manotazo la aparte.

—¿¡Oye, pero que te pasa!? —Brid dio dos zancadas hacia mí, pero fue frenada por Luka que se interpuso en su camino. Alix frotaba la zona que golpee su mirada angustiada buscaba una explicación.  

—¡Todo el tiempo se la pasan diciéndome como vivir mi vida! —aprovechando la conmoción de los tres, alcé la voz, pese al nudo en la garganta—¡y que resultó de sus inútiles consejos! ¡perdí un simple empleo y ahora no tengo opciones, ni caminos para continuar!

—¡Es un jodido empleo, puedes encontrar otro! —contrataco Brid.

—¡Yo no tengo un sugar daddy al cual chuparle la polla para ascender de puesto, como tú!

—¡Cruzaste la barda! —Brid estaba furiosa—¡Suéltame, Luka! ¡Voy a hacerte tragar esas las palabras! —le miré altiva, manteniendo esa postura a pesar del dolor en mi pecho.

—¡No Brid!  ¡algo anda mal aquí! —Luka sujetó con todas sus fuerzas a la colérica azabache que intentaba zafarse de su agarre—y sospecho que tiene que ver con la persona que te dejo en ese estado.

—¡Brillante Luka! —aplaudí pausado—¿qué más sabes de mí? anda, porque al parecer soy un libro abierto para todos aquí. 

—¿¡Marinette que pasa contigo!? ¡Tú no eres así! —Alzó la voz Alix, casi desgarrándose la garganta, sin embargo, mantuvo la distancia, con sus zafiros cristalizados.

No voy a retractarme, necesito hacer esto.

—Pregúntale a Marín—solté con cinismo—a él le encanta contarle a todo el mundo lo que pasa con sus pacientes. Parece que la confidencia paciente doctor, es algo que le importa una mierda—Alix negó con su cabeza, lagrimas mojaron sus mejillas—Eso va también para ti Bridgette, pídele a tu hermano que te pase el chisme, así todos saben y me brindan patéticos consejos de cómo llevar mis problemas, juzgando desde sus privilegios.

—¿Que pinta él en todo esto? —cuestionó Brid con furia contenida.

—Oh, mucho—sonreí de lado, aunque por dentro, me maldecía por esto—Pregúntale lo bien que usó conmigo lo aprendido en sus clases de medicina. Obteniendo de mí, lo que siempre busco.

—Marinette, por favor—Luka intervino de nuevo—necesitas explicarnos que paso en Philharmonie. Te estuvimos buscando por todo el lugar y…

—Él—le corte—ese que tu decías que debía tratar y conocer, que era una persona “diferente”—hice comillas con mis dedos, los ojos celestes de Luka se abrieron incrédulos, señal que había entendido a quien me refería—Mira—extendí los brazos a los costados para que el me apreciara por completo—esto lo hizo él—Las dos femeninas le vieron, buscando una explicación, pero él estaba atónito—¿hay alguien más a quien me recomiendes conocer? Para que pueda hacer conmigo lo que le plazca.

—Marinette, podemos ayudarte, cuéntanos ¿Qué paso? —insistió Alix con voz rota. Juro que quise retractarme al verla así.

—No somos tus enemigos, deja de actuar de esta forma…—Brid me barrió con la mirada—…tan ridícula.

¡Esa palabra!

—¡No quiero su patética ayuda, no quiero verlos en mi casa! Es más ¡Lárguense de mi casa ahora! —apreté mi mandíbula y señalé con firmeza la puerta de la entrada.

—¡Deja de decir estupideces, no nos vamos a…!

—Si no se van, llamaré a la policía para que los heche a patadas. Tú mejor que nadie sabe que tengo derecho—le advertí a Brid, que con mirada afilada y sus dientes apretados me observó por unos segundos.

—Vámonos, deja que se pudra con su amargura—la azabache ordenó con desprecio, viéndome de arriba abajo.

—¡Brid, está no es la solución… Marinette, por favor! —Alix trataba de hacerla decistir.

—¡Fuera de mi casa! —bramé, saqué mi celular de mi bolsillo, presionando rápido la opción de llamar a emergencias; dejé mi índice cerca del botón de marcar—¡Ahora!

—Jodete Marinette—Bridgette levantó su dedo del medio, su ceño fruncido, me dio una mirada furibunda, soltándose de Luka con brusquedad.

Fue la primera en abrir la puerta y salir por esta. Era de esperarse, dado su carácter explosivo.

Los fuertes vientos ingresaron al cuarto, revoleando los papeles de los certificados por la habitación, me mantuve firme en mi posición, esperando que Alix y Luka imitaran la acción de Brid.

No me dejen sola.

¡No podemos dejarla aquí! —Alix suplicó a Luka, con la voz trémula y llorando desesperada, viendo los vidrios a mis pies—¡No! —intentó venir hacia mí. Luka la detuvo y ella comenzó a lanzar golpes a su pecho—¡No entiendes, ella no puede quedarse sola!

—¡Lárguense de una vez! —Grité, mi garganta ardió. Fruncí los labios, mordiendo de nuevo la parte lastimada de este, para que ella no viera el temblor en mi quijada.

—Alix, no podemos hacer nada—Luka me vio con pesar, me esforcé por no llorar, por no mostrar debilidad y lograr que se fueran. Sujetó a una histérica Alix de la cintura y la elevó para poder sacarla de la casa.

—¡No, Luka! ¡Marinette, no cometas una idiotez! —. Me obligué a permanecer en mi lugar, luchando contra las ganas de correr a abrazarla y calmar su angustia.

De todos los presentes, Alix fue a quien me dolió hacerle esto, dada nuestra amistad y el apoyo que me brindo. Pero, estaba convencida que era lo correcto.

Con mucho esfuerzo, Luka sacó a Alix de la casa, aun cuando cerró la puerta y con el intenso ruido de la fuerte tormenta que ahora caía sobre París, podía escuchar los gritos desgarradores de Alix.

Corrí hasta la puerta y puse el pestillo, mis manos temblaban sobre el objeto, apoyé mi frente contra la fría madera, esperando que ellos por fin se marcharan. Pronto solo el ruido de las gruesas gotas de lluvia junto a los truenos se apoderó del silencio, no había rastro alguno de sus voces.

Mi cuerpo débil y mi alma rota por lo que acababa de hacer, me hizo caer sobre mis rodillas, con mis manos aun sujetando la perilla y mi frente pegada a la puerta.

Lloré desconsolada por el ultimo sacrificio que hice por ellos, grité y sollocé con fuerza en la soledad de mi casa.

Dirigí mis adoloridos zafiros hacia los vidrios regados en el piso. Convenciéndome que esto era lo mejor para todos.

—Perdón… perdónenme. 

Notes:

Nota de la autora:

Fin del primer arco.

Gracias por su apoyo, nos leemos luego.

Chapter 15: Pesadilla

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Adrien

{Me adentré a lo que una vez fue mi hogar, la mansión Agreste. El piso de cerámica estaba pulcro, no podía decir lo mismo de los adornos y las superficies de los muebles que, a la luz del sol, evidenciaban la capa gruesa de polvo que los cubría.  No era para menos, una única empleada se encargaba de todo en la mansión.

Agatha había servido a mi madre desde mi nacimiento. De todos los empleados que habitaron la mansión, ella fue la única que se quedó; más por la estima que tenía hacia mi progenitora que por el misero sueldo que le pagaba.

—Emelie está en la habitación principal—me avisó la devota mujer, con su cabello azabache el cual evidenciaba una que otra cana.

—Gracias, Agatha—la mayor esbozó una gentil sonrisa que, la tristeza en sus cansados ojos opaco.

Llegué al frente de la puerta de la habitación de mi madre, en la segunda planta de la mansión. Ingresé sin llamar a la puerta, no hacía falta, mi madre nunca estaba presentable; no desde que las drogas se apoderaron de su vida y su cordura.

Apreté mis puños a los costados, ella estaba de lo más tranquila, sentada frente al enorme ventanal de la que una vez fue mi habitación y que ahora era suya. El nauseabundo olor a lo que sea que estuviera fumando en ese cigarrillo, llegó a mis fosas nasales. El ruido que hice al cerrar la puerta la sobresaltó, ella dio una fugaz mirada en mi dirección; se apresuró a dar caladas más profundas para acabar el pitillo de droga. Le arrebaté de sus huesudos dedos el cigarrillo y lo tiré al piso, apagándolo con la suela de mi zapato.

—Ingrat, mauvais fils !¡Ingrato, mal hijo! —me recriminó con desprecio. Ella iba a arrodillarse en busca de la colilla, fui más rápido que ella y la sujeté de sus frágiles hombros—¡Suéltame, malcriado! ¿Así tratas a tu madre? —de la hermosa actriz y modelo no quedaba ni la sombra, su cuerpo era un costal de huesos—eres un desalmado…

—¡Basta con tu retahíla de insultos! —rebatí, mandando al diablo mi serenidad. Había tolerado tanto por ella, siempre conteniendo mis ganas de llorar por la impotencia que me generaba su aspecto y, la nula importancia de ella a rehabilitarse ¿¡por qué se destruía de esta forma!?—¡escapaste esta madrugada de la clínica de rehabilitación! ¡Carajo, porque no puedes quedarte un puto tiempo dentro!¡Con está son tres veces ya!.

—Así es cómo tratas a la mujer que te dio la vida—rodeé los ojos, la solté y di media vuelta caminando como león enjaulado. Ahí venía su discurso de victima—¡Me abandonaste a mi suerte en ese asqueroso lugar para drogadictos! —la negación— Yo no necesito estar en un sitió como ese, puedo dejar esto cuando yo quiera—su tono cambio a uno lastimero—es tu amor al dinero lo que te hace dejarme a esa clínica ¡quieres quedarte con lo que por derecho me pertenece! ¡Date la vuelta Athanase! —odio mi segundo nombre, ella lo sabe—¡Dame la cara cuando te estoy reprendiendo, malcriado!

Hasta aquí soporte.

—¿Derecho? —le encaré; regresé sobre mis pasos para quedar frente a ella—¡Gabriel´s está en banca rota por tu maldita adicción! suma la malversación de fondos que el idiota de tú marido realizó, por cumplir tus caprichos.

—¡No metas a André en esto!

—¡Ese hijo de puta te convirtió en esto! —le señalé, con ambos brazos extendidos—mírate en un maldito espejo, tus ojos verdes ahora tienen un horrible color amarillento, con la mirada vacía. De tu esbelta y elegante figura, no queda más que piel y huesos—espeté—¡Emelie, no puedes dejar esa mierda! —señalé la cómoda maltrecha, llena de toda clase de
 drogas del bajo mundo.

—Hablo el “Golden boy” desde sus privilegios —me señaló, viéndome con sus ojos fieros y vacíos—tu padre te dejo la vida resuelta, una herencia a manos llenas, que puedes gastar con las putas con las que te revuelcas, porque en eso, te pareces a tu padre—me recrimino— Escondido por años en Alemania, ajeno a los chantajes de la prensa sobre la verdad del asesinato de tu padre por la zorra de su asistente. ¡Yo sola les hice frente! —las venas se marcaban en su cuello, por la tensión—Estuve a cargo de una jodida empresa de modas de la cual ¡no sabía ni un carajo! Con clientes solicitando los diseños que tu padre no llegó a culminar. Accionistas reclamando su parte—tiro de sus cabellos iracunda—¿¡con que derecho vienes ahora a cuestionar el que consuma esas malditas drogas para sentirme bien!?

—¡Me tienes cansado con lo mismo! Cada vez que te saco tu asquerosa basura, me achacas mi vida en Alemania. ¡Fue un infierno estar ahí! —le contradije, recordando el trato que recibí por parte de todos esos malnacidos mimados en los pasillos de la residencia universitaria—y no por eso consumí esa porquería. Hice frente a mi situación, para finalmente hacerme cargo de Gabriel´s una vez finalizara mis estudios. Pero lo que me impide sacar adelante el negocio es que tú seas la socia mayoritaria. ¿Sabes cual es el colmo de esto? —inquirí con desdén—tú abogado afirma que no puedo hacerme con tu parte porque no estas en tus plenas facultades mentales para cederme el control. ¡Para eso te interné en esa costosa clínica! —reproché—¡Aguanta seis jodidos meses, maldita sea! —mi madre me miraba como si tuviera frente a ella al peor ser humano—pasados los seis meses que se requieren de tu rehabilitación ¡puedes recaer y consumir eso hasta que te mate!

—Eso es lo que te importa, el dinero. ¡Claro! Lo necesitas para seguir pagando tus putas y tu vida de niño rico que tanto les presumes, mientras tu madre pasa sola e ignorada, porque su hijo se avergüenza de ella—pronunció con voz entrecortada. Detestaba sus chantajes emocionales, más que eso, estaba harto de estos.

—Tienes toda la razón—rebaso mi limité—solo me importa el dinero ¿quieres saber por qué? —frunció el ceño y se cruzó de brazos, jactándose de tener la razón—Audrey quiere inyectar capital a Gabriel´s y no va a hacerlo, si una drogadicta es aún la socia mayoritaria.

—Esa perra esta resentida porque su marido la dejó y me escogió a mi—interrumpió, ignoré comentario.

—Ese dinero es importante, porque hay salarios que me he visto obligado a pagar con mi herencia; esa que tanto te duele que padre me dejará—su mandíbula se tensó—hay una pila de deudas y liquidaciones que debo solventar en la empresa. Cosa que tú desconoces porque estás aquí encerrada, compadeciéndote, mientras te metes esa basura, impidiendo que tu firma sea válida—estaba fuera de sí, a causa de no ver ni un rastro de arrepentimiento de su parte. Lo único que quería en ese momento era quebrar su ego y eso hice— ¡Eres una egoísta despreciable!  ¡Comprendo porque mi padre se metió con Nathalie!

Sus descoloridos ojos me vieron descorazonados, pero en mí no produjeron ni un poco de arrepentimiento. Estaba agotado de esto, tratando de ayudarla, al pendiente de sus necesidades pese a mis propios problemas y que ella no hiciera ni el mínimo esfuerzo de rehabilitarse.

¡A mí también me afecto lo que hizo mi padre! ¡Lo que soporte en esa residencia de niños ricos en Alemania!

—Tienes el día de hoy para pensar en que tanto daño hace que, no estes en tus plenas facultades mentales—ella no dijo nada, bajo el rostro con sus brazos caídos a los lados—vendré mañana con los enfermeros de la clínica—salí de la habitación y me marché al apartamento que compartía con mi novia Winter.

Al día siguiente como lo dije, regresé temprano a la mansión, acompañado de dos enfermeros y una terapeuta de la clínica de rehabilitación.

—Adrien, no te esperábamos tan temprano—Agatha llegó al vestíbulo al escucharnos entrar—veré si puedo despertar a tu madre…normalmente se levanta a las once.

—No hace falta, yo personalmente iré a despertarla—le pase a un lado, junto al personal que me acompañaba.

Mi madre era una floja, las drogas la convirtieron en una mantenida sin preocupaciones, una actitud que André alimentó; consintiendo todos sus caprichos y comprando sus venenos.

— Tu ferais mieux de te lever, allons-y, sera mejor que te levantes, nos vamos…—como de costumbre, ingresé sin avisar. No estaba en la cama ni en los alrededores. Sus drogas aún estaban en la cómoda, con la diferencia que había un sobre sellado junto a estas, me acerque para tomarlo, mientras los enfermeros buscaban en el walking closet y el baño de la alcoba. Leí las letras escritas en el sobre.

Feliz cumpleaños, nuevo CEO de Gabriel´s

Abrí con premura el sobre, encontrando los documentos de las acciones de mi madre. Estaba desconcertado.

La voz de la terapeuta me saco de mi ensimismamiento.

—Joven Agreste, es mejor que se siente—frunció sus labios— debemos llamar a la policía.

Agatha ingresó a la habitación, dirigió su vista hacia la puerta abierta del baño. La mujer comenzó a gritar su rostro se desencajo y cayó desmayada, uno de los enfermeros fue a atenderla.

 Aparte a la terapeuta para ver lo que causo esa reacción en Agatha. Mis ojos no dieron crédito a lo que vi.

 Mi madre estaba colgada del cuello a la barra de la ducha. Caí de rodillas cuando mis piernas flaquearon...}

El insistente sonido del timbre de la entrada hizo que abriera mis ojos, estaba transpirado y con mis mejillas húmedas; me refregué el rostro para desperezarme, limpié el molesto rastro de lágrimas.

Esa cobarde no merece ni una lagrima de mi parte.

Vi el calendario de planificación semanal. Tenía tantos asuntos en la cabeza que había pasado por alto la nefasta fecha. El próximo sábado era mi cumpleaños; fecha que celebro hasta fin de mes, gracias al “regalo de mi madre”

Necesitaba remover esas memorias de mi mente, me levanté de mi asiento, aún traía la ropa del día anterior puesta.

Sobre mi escritorio había un reguero de documentos, ayer al regresar del concierto, me puse trabajar; revisando las hojas de vida que Juleka me había enviado de los seleccionados a entrevista de la siguiente semana. No quería encontrarme con un aspirante que tuviera un mal récord, como paso con la fracasada de la “rata Dupon”

El molesto sonido no se iba, al estar completamente despierto me percaté que venía de mi laptop; era una videollamada, de la persona menos deseada en estos momentos. Pesé a mi aspecto contesté.

—¡Adribuuuu! ¿Cómo estas hermoso? —era Chloe, con su larga y ondulada cabellera, llena de extensiones de un rubio más claro que el suyo. Extrañamente acompañada de su novia, Sabrina. La pelirroja traía puesto un vestido blanco con unas horrendas rosas estampadas.

—Dime que quieres—le urgí, algo somnoliento, peinando con mis dedos mis cabellos que eran una maraña.

—¿Qué te paso? —me señaló con asco—todo tú, es un desastre de la moda—simuló una arcada.

—Me dices el asunto o termino por colgar—le advertí, no estaba para soportarla.

—Se te harán arrugas si continuas con esa actitud tan amargada, Adribuuu—le miré fijamente; Chloe trago grueso, sabía que hablaba en serio. Aclaró su garganta y prosiguió—hay un video que está siendo trending topic…

—Al punto— Muy hija de Audrey podra ser, pero no estaba de humor para soportar a nadie hoy.

—Te envié un vínculo, ábrelo—revisé la notificación de mensaje, abrí el video: era sobre la “rata Dupon” siendo agredida por los idiotas de los diseñadores que despedí ayer.

—¿Quién subió esa estupidez? —sisee entre dientes, reenviando el video a mi encargado de redes, para que rastreara la IP.

—¡A quién le importa quien lo hizo! —berreó Chloe. Comencé a revisar los comentarios— ¡¿Qué hace ella en tu empresa?! ¡Es que no fui lo bastante clara al advertirte de esa embustera!

—Amor, tranquila—habló Sabrina. Las vi entre mis pestañas; la pelirroja se acomodaba su vestido, visiblemente incomoda.

—¿Que dicen en los medios al respecto? —ignoré sus reclamos, abriendo las páginas donde el video estaba siendo tendencia.

—¡A ti te tienen en un pedestal! “El caballero que rescato a la tarada esa”—vocifero, montada en colera—¡es a mí a quien están jodiendo con esa porquería; por tú culpa, ¡Adrien! Te dije que no la contratarás.

—Chloe, puedes por un maldito minuto dejar de quejarte—leía los comentarios elogiando mi intervención, otros diciendo que la “rata Dupon” se merecía eso y más.  

—Lo que Chloe trata de decir es que… están catalogando a sus fans de agresivos y groseros, por atacar a una chica indefensa—aclaró Sabrina, viendo a su molesta novia, seguir con su berrinche—Algunos han acusado a Chloe como la autora de ese ataque.

—No estarían tan lejos de la verdad—les reté con la mirada.

—¡Ni de coña pienses que fue mi idea! —la rubia se cruzó de manos—recién me entero de que esa zorra mentirosa, está en tu empresa ¿¡Porque contrataste a esa estúpida!? — chilló, tirando de sus cabellos con exasperación.

—Trabajaba como ordenanza—hice una pausa—tiempo pasado, luego de lo que le hice ayer, ella presentará su renuncia, no me cabe la menor duda—recordé a la llorona que luchaba por apartarse de mí. Sonreí ante eso.

—Te acostaste con ella ¿verdad? porque no concibo de qué forma; un hombre tan centrado como tú, se metiera en esa riña.

—Chloe, esa chica era una debilucha llorona, si la llevaba a mi cama se habría desmayado en pleno...

—¡Podríamos centrarnos en lo importante! —Sabrina alzó la voz —cada minuto que alargamos esta discusión, nuestro problema se agrava más, amor—se dirigió preocupada a la rubia.

—Tienes razón amor—le vio unos segundos y luego a mi—¡arregla esto para mí, a las de ya o! —alzó su teléfono con funda de diamantes—le diré a mami.

Audrey fue la madrina de Gabriel´s cuando estuvo en banca rota. La deuda con ella había sido saldada, sin embargo, aún se creía con el derecho de disponer a su antojo en las decisiones de la empresa, al ser una de las socias comerciales.

Es por ello por lo que la necesito fuera del negocio.

—Deposita entonces la cantidad correspondiente a mis honorarios. —sonreí relajado, colocando mis brazos tras mi nuca y recostándome en mi silla.

—¡Estás loco, mami se va a enterar…!

—Negocios son negocios; sería un loco si regalo mi conocimiento—le interrumpí. Lanzó un par de maldiciones entre dientes.  

—Ni de brom…

—Di tu precio.

—¡Sabrina! —protestó Chloe.

Salta a la vista que Sabrina es el cerebro en esa relación.

—Es necesario, amor; si no hacemos algo…puede que…—la pelirroja no terminó la frase, hizo un gesto extraño con sus ojos. Chloe pareció entender ese código primitivo. Con el ceño fruncido y la mandíbula tensa, la rubia intentó mostrarse altiva.

—Di tu precio, Adrien—repitió las palabras de su novia. Que original.

—El precio de mis asesorías es de… mil euros—ambas abrieron de sobremanera sus ojos—Tómenlo o déjenlo.

—De acuerdo, tienes suerte está vez—refunfuño Chloe deslizando sus dedos sobre la pantalla de su celular. Debian estar desesperadas para pagar esa cantidad por limpiar su imagen—listo, revisa.

Una notificación del banco llegó a mi correo y por medio de la app del mismo a mi celular. Sonreí complacido.

—Un placer hacer negocios con ustedes, señoritas— Chloe bufó y Sabrina le tomó de la mano. Que cursis que son—ustedes harán lo siguiente…

 

Marinette

 

{Hazle un favor al mundo y deja de existir de una vez}

El trozo de vidrio cortaba mi piel, dejando a su paso un hilo escarlata que manchaba mi muslo. El décimo corte que marcaba mis piernas. Cinco en cada lado.

La lluvia continuaba en el exterior y una débil luz se colaba por entre las aberturas de las cortinas de metal del local, también en la puerta detrás de mí; dónde permanecí sentada todo el tiempo, desde que los corrí a ellos de mi casa. La palma de mi mano se encontraba manchada de sangre seca, esa que limpiaba al hacer un corte, misma acción que realice con la nueva herida.

 Cada uno representaba un ataque de pánico que el dolor había evitado.

Respiré hondo, eché mi cabeza hacia atrás, golpeando con la madera de la puerta. Ellos merecían una mejor vida; una que conmigo jamás iban a tener. Alix merecía pasar tiempo con Max, Brid preocuparse por su familia. Luka…no debía desperdiciar sus palabras conmigo.

Es que bastaba ver lo bien que a mi ex le estaba yendo sin mí. No dudo que Alya fuera una periodista exitosa…todos estaban mejor sin Dupain en sus vidas.

Tiré el trozo de vidrio al piso. Apoyé mis antebrazos en la puerta para impulsarme. Mis piernas resintieron las heridas sobre estas, no eran cortes profundos, pero aun así generaban un ardor incomodo. Fue agónico subir las escaleras hacia la parte principal de la casa.  

Mis ojos ardían, podía jurar que estaban hinchados y rojos de tanto llorar. A mitad del camino, mi cuerpo resintió toda la tensión que acumulé el día de ayer. Estaba agotada, solo quería dormir.

Y jamás despertar.

Las palabras con las que el demonio de París se dirigió a mí…cargadas de veneno y rencor, por algo que nunca hice, resonaban en mi cabeza. Mi piel sin duda debe estar marcada por su agarre. No tuve oportunidad alguna de defenderme ni de atacar.

Comprobé por la mala que, gente como él y Chloe, siempre se saldrán con la suya; su dinero les vuelve inmune.

Llegué al pasillo, estaba agotada, hambrienta; mi cabello era un completo desastre, el vestido estaba manchado de sangre y completamente arrugado. Abrí la puerta que comunicaba a la sala, cocina y comedor. Fui directo al lavado, para beber un vaso con agua, tenía la garganta desecha, como si una lija hubiera sido frotada en ella.

Mientras bebía el agua miré hacia la ventana, donde la torrencial tormenta no daba tregua a aquellos transeúntes que, se aventuraron a salir con este clima.

Desafié a una tormenta, sin tener con que cubrirme.

Miré el comedor, en el estaban algunas cosas de Bridgette, fui consiente que ella tenía todo su equipaje en mi casa, no tardaría en venir o mandar por él. Al igual que por los trajes del grupo de teatro al que Lowell pertenece…el recuerdo de mi pequeño príncipe me hizo dudar.

—¡No, no hay marcha atrás! ¡es lo mejor…no puedo, no lo soporto! —creí que no podía llorar más. Lo que le sobraba a mi cuerpo eran esas molestas cascadas salinas, que evidenciaban lo débil que soy.

Dejé el vaso sobre la mesa, recordar me hacía mal; fui a mi habitación.

El plan era simple: iba interrumpir mi tratamiento con benzodiacepinas, esto me generaría convulsiones o una catatonia. No importaba cuál de los dos fuera, ambas tenían resultados fatales.

Si estos fallaban…

Spring…

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

—Marinette, despierta—una extraña voz me llamaba, mis ojos pesaban—Marinette, tienes que despertar—con dificultad abrí mis ojos, el llanto y la hinchazón nublaron mi visión…

¡Hay alguien en mi habitación!

Me incorporé de golpe, refregué mis ojos para aclarar mi visión, pero se convirtió en ardor. Junto con el malestar de todos mis músculos al ser estirados repentinamente.

—Marinette, tienes un aspecto deplorable—su falta de tacto me hizo identificar al intruso.

Markov

—¿¡Que haces en mi casa!? —inquirí en un reproché, él puso algo en mis manos, era un pañuelo húmedo. Lo use para limpiar las lagañas de mis ojos el ardor aún persistía, pero era tolerable.

—Bridgette ha venido a traer sus cosas y las de Alix—soltó despreocupado, mostrando su cara de obviedad—además de los trajes de teatro que hiciste.

—Una vez tenga todo, dile que se marche—me puse de pie—veté y déjame sola.

No recuerdo haberme recostado en este lugar, estaba tan agotada, que me habré quedado dormida sin más. Observé la ventana que da al exterior, el sol del ocaso iluminaba los edificios. El hambre, la debilidad y un intenso dolor muscular me sobrevinieron, volví a sentarme ante el malestar.

—Desconozco la razón de tu mal humor—pronunció despreocupado —me enviaron para avisarte que te prepares, Lowell viene a verte.

¡Eso no podía pasar! Lowell no podía verme con este aspecto.

Allez lui dire que je ne peux pas le recevoir...Ve y dile que no puedo recibirlo…

—Él insistió. Bridgette le dijo que estabas indispuesta y…

—No puedo verlo, no así—me señalé a mí misma. Mi vestido tenía el doble de arrugas que ayer, mi aspecto debe ser peor.

—Entonces ve a bañarte—¡Markov y su lógica me estaban colmando la paciencia! —Lowell viene con su padre y su…

—De acuerdo Markov— le interrumpí, esto no nos estaba llevando a ninguna parte—ve a ganar tiempo para mí, necesito arreglarme—lidiar con él era estresante.

—¿Arreglarte? con ese aspecto necesitas lo que ustedes llaman… “¡Un milagro!”

¡A este lo mato, por todas las huestes infernales, que lo mato!

Para hacer ese milagro, necesito tiempo—hablé entre dientes, con una sonrisa forzada.

—Supongo que necesitas estar sola para que “la intervención divina” haga efecto. Bien, te conseguiré tiempo, Marinette.

Estas tentando tu suerte, robotito.

Markov, salió por la ventana de mi recamara. Suspiré, resignada a lo que se avecinaba.

Tranquila, recibo a Lowell, le hago ver que no seré más su vestuarista y…

—Le romperé el corazón a mi pequeño príncipe…por su bien, tengo que hacerlo.

 

 

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola invocadores e invocadoras; luego de una larga espera, iniciamos el segundo arco de El Hada de las Costuras. Revelaciones.

Iniciamos conociendo un poco del pasado de Adrien. El suicidio de su madre y del como las drogas la consumieron, él ha tenido un pasado complicado, no por ello lo justificó.

Este arco implica revelaciones del pasado de ambos.

Marinette por su parte ha tomado su decisión, sin embargo, el cambio de los acontecimientos por la visita de Lowell el hijo de Bridgette y Félix, le hizo postergar su plan, solo hasta que él se vaya.

Hasta ahí lo dejo.

Muchas gracias por su apoyo, este es un pequeño presente de fin de año de mi parte, gracias por ser lectoras y lectores tan amables, esperando pacientes actualización. Espero pasen unas felices fiestas, con nuevos objetivos y dando gracias por lo obtenido este año.

Sin más que decir, nos leemos luego.

Chapter 16: Despertar

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Adrien

Me desocupé de Chloe y Sabrina. Las dos lerdas que no pueden ni con su existencia. Una vez libre retomé el resto de mis actividades: salir a correr, limpiar mi desorden y tomar una ducha. No estaba de ánimos para continuar en mi château así que una vez paro de llover, salí a caminar al centro de París.

Tenía mil euros adicionales en mi cuenta, en algo iba gastarlos.

Mimetizarme entre los transeúntes no era tarea sencilla, dado mi aspecto físico. Por eso optaba vestir discreto; una chaqueta de mezclilla azul con forro polar, camiseta negra, jeans grises y unas vans monocromáticas. Oculté mis ojos tras las gafas de aviador.   

Suspiré pesado al ver a donde me han traído mis pies. Metí mis manos dentro de mi chaqueta. Le di un vistazo a la tétrica edificación al otro lado de la calle.

La ex mansión Agreste.

La verja del frente estaba corroída, el patio lleno de hojas que el viento había traído de los árboles aledaños. Ventanales y puertas rotas; paredes manchadas de horrendos grafitis. De todas las propiedades de mi familia, este fue el único bien que no recuperé, mejor dicho: no me interesó recuperar.

Avisté frente al portón, el puñado de feos osos de felpa, flores, tarjetas y cartas con contenido cursi; dirigidas o bien a mi madre o a mi padre, por parte de sus fans ignorantes.

Ellos no conocieron a la drogadicta, ni al hipócrita mujeriego.

La culpabilité vous ramène à la maison La culpa te trae a casa—. Reconocí esa mordaz voz.

—Lo mismo digo—le miré por el rabillo del ojo. De pequeños hasta la adolescencia éramos primos idénticos, pero al crecer eso cambio.

Él era tan hermético y huraño.  

—Tengo interés en la propiedad—prosiguió con voz neutral—en cambio tú, eres presa del remordimiento.

—¡Tú y tía Amelie dejaron sola a mi madre! ¡Dignos imitadores de Pilato! —Lo confronté—tuvieron el descaro de aparecer en su funeral…—él mantenía la vista al frente, con sus manos entrelazadas a su espalda; eso me enfureció— solo para insultarme y culparme de su suicidio.

—Te dolió que te dijéramos la verdad.

—¡Félix, mírame cuando te hablo! —le tome del brazo con brusquedad. Él no opuso resistencia y me sostuvo la mirada—¡ustedes se avergonzaron de relacionarse con ella, al verla en tan misero estado!

—Adrien—se zafó de mi agarre y sacudió la manga de su chaqueta. ¡idiota! — buscas desesperadamente eximirte de culpas—repudiaba su actitud desabrida—tanto te cuesta admitir que ella se quitó la vida por tu obsesión de hacerte con la empresa de tú padre…

—El gran Félix Graham, ha hablado—ironicé, alzando las manos al aire—porque claro está, tú estabas de principio a fin con nosotros, para saber toda la historia.

—Deja de ser tan infantil.

—¿Ahora soy infantil? No que era un hacedor de suicidios. Escuché que hay una especie de religión que se dedica a incentivar a las personas a matarse. ¿Crees que tenga potencial para ser uno de sus miembros activos?

Tu es un parfait idiot Eres un completo idiota—su mirada lacerante no tenía efecto en mí y sabía que eso lo sacaba de sus casillas.

—No más que la hipócrita de la tía Amelie—Félix apretó sus puños a los costados—que se echó a llorar sobre el féretro de su hermana, cuando en su vida le ofreció un hombro en el cual llorar. Déjame adivinar ¿remordimiento?

Él avanzó a zancadas hacia mí, era seguro que nos iríamos a los puños, igual que la última vez que nos vimos.

—¡Félix! —El mencionado paro en seco a centímetros de mí. Ambos giramos el rostro a la derecha, buscando al dueño de esa voz rasposa.

De pie frente a la salida de la estación subterránea estaba un chico de cabello negro y ojos celestes, cruzado de brazos. Su mirada inexpresiva nos escrutó a ambos.

¿Este quién es?

Mi primo se acomodó su chaqueta negra y se apartó de mí.

—Estas avisado, Adrien. Compraré la mansión Agreste—caminó unos cuantos pasos hacia el extraño, Félix me vio por sobre su hombro.

—Haz lo que quieras—le dije. Di media vuelta y me alejé de esos dos. Unas cuadras adelante saqué mi móvil y le marqué a Ondine.

—Buenas tardes, jove…

—Deja las formalidades, contacta a mi abogado y mi agente de bienes raíces.

—¿El motivo? —por eso ella era mi eficiente asistente.

—Voy a comprar la mansión Agreste.

 

Marinette

Utilicé medio bote de acondicionador para domar mis enmarañados cabellos. Antes de salir del baño, apliqué sobre mi rostro un corrector y una base para ocultar las marcas en mi rostro, además de las notorias ojeras. Quede tan blanca que parecía un fantasma.

¿Fantasma? Parece que te pusiste toda la harina disponible en el mundo.

Lo sé, soy consciente que un corrector y una base no es lo ideal para cubrir imperfecciones, pero no tenía todo mi maquillaje en el tocador. Tampoco sabía cuánto tiempo había ganado Markov, bien podía salir de la ducha y encontrarme a Lowell esperándome.

Prefiero parecer una donita espolvoreada de harina, a preocuparlo por mostrar un rostro demacrado.

Para cubrir las marcas en mis brazos y los cortes en mis piernas, use un pantalón amplio y un sweater celestes. Sin embargo, algo que no podía ocultar, era el punzante dolor al caminar; las heridas no habían cicatrizado y con la humedad se abrieron.

Mejor tomó una manta y cubro mis piernas, así Lowell no notará nada si estas supuran.

Salí del cuarto de baño refregando una toalla sobre mis húmedos cabellos, al levantar la vista me sobresalte al ver a Bridgette apoyada sobre mi escritorio. Tenía que mantenerme fuerte frente a ella, hacerle creer que no me arrepentía de lo que le dije.

—Me repugna verte de nuevo—sus mordaces palabras fueron una daga a mi corazón.  Soy consciente que yo estoy fingiendo, pero ella, no lo hace—Lowell a insistió en verte, pesé a que traté de convencerlo de lo contrario—Bridgette se irguió, me tensé—Abriré la escotilla y dejaré pasar a mi hijo—su tono era amenazante. Me mantuve firme, mostrando una máscara de indiferencia—te advierto. Marinette—ella se desplazó hacia la puertilla sin apartar su afilada mirada de mi—Le haces daño a mi hijo y te juro que volveré tu vida un infierno.

No pude evitar soltar una triste risita, mi vida ya era un infierno, que otra cosa podía hacer contra mí. No iba a retroceder en mi objetivo.

Lowell tiene que odiarme y eso no va a cambiar.  

—Corta el rollo y hazlo pasar de una buena vez—le indiqué—entre más pronto sea, más rápido se marcharán de mi hogar—Bridgette me barrio con la mirada, negando con la cabeza.

Estaba perdiendo una gran amiga, lo admito, más no me arrepentía de librarla de cargar con una culpa injusta.

Di media vuelta para recostarme en el diván, estaba muy agotada, el hambre y la tensión acumulada estaban pasando factura. Bridgette abrió la escotilla, la escuché dulcificar su voz. En cuanto me senté y cubrí mis piernas con una sábana, vi entrar a mi pequeño príncipe.

—¡Marinette, Marinette! —el pequeño de cabello rubio y ojos verdes corrió hacia mí, vuelto loco de contento—¿Cómo estás? ¿ya te encuentras mejor? Marinette, te extrañé tanto—sin dejarme responder, me abrazó por la cintura. Acaricie sus dorados cabellos en respuesta.

—Lowell, tu tía no está del todo bien—capte su indirecta—recuerda que está muy enferma. Te puede contagiar de sus dolencias— Bridgette era muy cruel cuando quería.

—¿Tienes varicela? —. Sonreí de boca cerrada ante su inocente pregunta—no te preocupes por contagiarme. A mí me dio a los siete años—Lowell se irguió, su curiosa mirada se enfocó en mi rostro—¿por eso llevas mucho maquillaje? Descuida, las erupciones desaparecerán. Te dejaran pequeñitas cicatrices—hizo su fleco a un lado, mostrando un pequeño y casi imperceptible hoyuelo—¿tienes fiebre? —acercó su mano a mí con la intención de tocar mi rostro. Bridgette se situó entre medio nuestro, depositando con fuerza la bandeja de comida sobre mis piernas. Hice una mueca de dolor, cuando mis cortes resintieron el impacto—Marinette ¿te duele algo? —consultó Lowell, sus verdes y tiernos ojos me vieron preocupado.

—No, Lowell. Estoy agotada, cansada de…—las palabras se atoraron en mi garganta. Quería finalizar con todo esto de una vez, pero el verlo ahí tan preocupado por mí, ser consiente del daño que estaba por hacerle.

¡No puedo!

Cuando te vayas él sufrirá. Evítale eso.

—Come antes que se enfrié—la voz neutral de Bridgette me regresó al momento—te dejaré un rato con ella, Lowell; debo terminar de empacar—deposito un beso en la coronilla de su hijo—si pasa algo bajas y me avisas ¿entendido? —me limité a verlos.

Si había logrado que mi vieja mejor amiga me odiara como lo hace ahora, puedo con Lowell.

Luego de un breve intercambio de palabras, madre e hijo. Bridgette abandonó la habitación, no sin antes lanzarme una mirada de advertencia.

— Vraiment, ça ne fait pas mal ?¿En serio, no duele? —cuestionó de nuevo.

—Estoy bien, Lowell. ¿Qué tal va el colegio? —le cambie el tema—¿Ya eligieron la obra de fin de año?

—Antes de responder, quiero que comas. Mi padre siempre dice que; enfermo que come no empeora—“El grosero Graham” y sus creativas frases.

—De acuerdo, pero respondes ¿eh? — él asintió enérgicamente. Llevé una cucharada de avena con mermelada de fresa a mi boca, masticando despacio. El alimento era delicioso, sin embargo, yo no tenía apetito, las yagas en mi boca no habían sanado y mi mandíbula dolía con cada movimiento. Si hacia esto, era para generar confianza al pequeño príncipe.

Para darle el tiro de gracia.

—Ya pasaron las audiciones para la obra de fin de año—comenzó a relatar, buscando algo en su mochila de super héroes favoritos.

—¿Para qué papel audicionaste?

—Para el ángel Gabriel…aunque, obtuve el papel del pastor que recibe su mensaje.

—¡Eso es inaudito! —protesté, casi tirando la avena—¡tienes experiencia, estas en el club desde los cinco años! ¡hasta te pareces al ángel ese! —pronuncié enfadada.

—Marinette, no pasa nada—le miré atónita por su respuesta. Lowell sacó su Tablet con funda de color purpura. Él esbozó una tierna sonrisa, mientras buscaba en el menú táctil de su dispositivo—voy a esforzarme por hacer bien mi papel. En el escenario todos somos importantes.

Me quedé callada procesando sus palabras; su optimismo me molestaba, se estaba conformando con tan poco, es decir, al caso diría dos líneas de dialogo ¿Por qué esforzarse? Nadie notaria si se equivoca al pronunciarlas, su participación sería irrelevante.

Similar a ser la ordenanza en una importante casa de modas, donde por más que me esforzará, jamás sería tomada en cuenta.

—Por cierto—su animada voz me regresó a la conversación—le insistí a mamá que me permitiera verte—sus mejillas se tiñeron de un tenue sonrojo—quería mostrarte el audiovisual que el grupo de teatro y yo, hicimos para la feria de arte. El tema era sobre alguien a quien admiramos.

Lo que me faltaba, ver un video sobre lo grandiosa que es Bridgette o “el grosero Graham”.

—Adelante—disimulé mi tono apático.

—Se que usas un seudónimo para tus creaciones—enarqué una ceja ante la mención del tema. Lowell sostuvo su Tablet frente a mí, con el video en pausa a una distancia prudente—espero no te moleste que lo cambiamos—presionó el botón para reproducir el video. Sin darme tiempo a indagar al respecto.

 —¿Existe la magia? —preguntaba a la cámara una de las compañeras de Lowell, portando el uniforme de la prestigiosa escuela de mi pequeño príncipe. La pequeña se encogió de hombros y la escena cambio.

Ella es capaz de crear princesas—apareció otra alumna, vistiendo uno de los vestidos que diseñe para la obra de Cenicienta.

—…crea caballeros—seguido de un compañero de Lowell, usando la armadura que hice para la obra; El Rey Arturo.

 —Crea magos, príncipes, ángeles, demonios, policías, ladrones, guerreras…— cada personaje que mencionaban iba acompañado de la imagen de un alumno portando dicha prenda diseñada…por mí.

Mi corazón comenzó a ser invadido por una cálida sensación.

No te ilusiones, seguro es sobre su maestro de teatro.

Mi subconsciente tenía razón, debo dejar de ser tan ilusa…

Ella tiene el don de crear estos fantásticos atuendos a través de su magia.

Todos los integrantes del club de teatro aparecieron en escena, la cámara enfoco a Lowell que vestía un atuendo de samurái.

Ella es un hada, Nuestra Hada de las Costuras

          Dijeron al unísono. Mi vista se empaño, las lágrimas brotaron, pero esta vez no eran de tristeza o causadas por el miedo. Eran de felicidad, estaba tan conmovida.

           Ils m'admirent ! ¡Me admiran!

—Marinette ¿te molesto que cambiáramos el nombre? —negué—entonces, ¿Por qué lloras?

—Al Hada le quitaron sus alas —solté sin pensar—le arrancaron su magia…

Les fées ne tirent pas leur magie de leurs ailes. Las hadas no obtienen su magia de sus alas—. Levanté el rostro, Lowell tenía una sonrisa sincera—un hada pierde su magia, cuando dejan de creer en ella.

 Mi pequeño no comprendió el porqué de mi comentario, ni tampoco se dio cuenta del peso que sus palabras tenían en mí. Lo abracé, y le dije gracias no sé cuántas veces. Estaba rota, derrotada y humillada, decidida a rendirme, pero…

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

El tiempo junto a Lowell paso. Una vez me recompuse, estuvimos hablando de sus estudios, de sus pasatiempos y sobre su reciente viaje en compañía de su abuela, al final, él se quedó dormido en el diván.

No fui capaz de romperle el corazón, no después de ver aquel video, donde ellos admiraban a el Hada de las Costuras. A este punto no sabía que hacer, me encontraba de pie junto a la escotilla, procesando todo. Al principio estaba atormentada por todo lo que paso, segura de alejar a todos para que no fueran afectados por mi culpa. Luego del video, estaba confundida.

Abrí la escotilla, bajé con cuidado las gradas, soportando el dolor de las heridas en mis piernas y el malestar de la falta de benzodiacepinas.

Rétracter ou continuer ?¿Retractarse o continuar?

Descendí lentamente, me detuve a la mitad de las gradas, apoyándome en el pasamanos. En la cocina, se encontraban Alix y Bridgette juntó a Max, preparando la cena, Luka acomodaba las maletas de mis…conocidas frente al televisor, mientras Markov jugaba en línea en la pantalla.

No podía hablarles como si nada.  

La puerta principal se abrió, por ella ingresaron, “el grosero Graham” y…

¿Qué hace él aquí?

Que no es obvio, viene a cobrar la cuota de su “paciente” Eso es lo que una enferma como tú, es para él.

—¿Dónde está Lowell, Brid…? —preguntó el Londinense. Pronto sus ojos escrutadores repararon en mi presencia. Me quedé de piedra, el color de su iris y el de su cabello me recordaron al Demonio Agreste. Un miedo serval me recorrió completa.

— ¡Están hablando de Marinette en la televisión! —gritó Markov, subiendo el volumen del aparato. Todos incluyéndome, fijamos la vista hacia la pantalla.

El video que se ha hecho viral y, evidencia la decadencia de la humanidad al mostrar a un grupo de diseñadores, agrediendo a una jovencita en la cafetería de la prestigiosa empresa Gabriel´s…

Se me heló el corazón. Quería gritarle a Markov que apagara eso, o en su defecto, correr y hacerlo yo misma. Pero estaba aterrada, paralizada en mi sitió. Todos presenciaron el video. Yo no podía procesar porque alguien filmó aquel acto tan cobarde y lo compartió en redes sociales.

¿Cuál era el afán de exponerme de esta forma?

Fue gracias al joven Agreste que Marinette salió bien librada—explicaba Mireille, desconociendo que ese mismo hombre, me había hecho pedazos con sus mordaces palabras y su trato brusco.

—Chloe Bourgeois se pronunció al respecto y subió este video a sus redes sociales.

¡Esto no puede estar pasando!

Mi novia y yo, vimos el video que unos “presuntos fans nuestros” han subido a las redes, donde están agrediendo a Marinette Dupain Cheng—se llevó una mano a la boca, acallando un sobreactuado sollozo. Mis nervios se crisparon.  

Nosotras estamos indignadas con este tipo de actos tan cobardes—Sabrina tomó la palabra, en tanto consolaba a Chloe—entendemos que las acciones de Marinette para con nuestra relación, no fue la más correcta, pero eso no significa que deseemos que  tomen la justicia por su propia mano.

¡Asquerosa hipócrita! Me hiciste aceptar todo con la promesa de no continuar con las difamaciones, y en cuanto baje la guardia, me apuñalaste la espalda.

—Felicitamos a Gabriel´s por tomar la decisión de despedir a estos malos elementos y que las autoridades pertinentes tomen cartas en el asunto. Eso demuestra el lado humano que la empresa tiene, y nos tranquiliza saber que se procedió de la forma justa y correcta.

¿Justa, correcta? ¿Justo es que su CEO me humille y agreda?

Marinette—Chloe habló viendo directamente a la cámara—A pesar de que intentaste dañarnos a Sabrina y a mí de la peor manera. No te deseo el mal, es más te invito a que reflexiones si es prudente regresar a tú trabajo. Dentro de la empresa podrán protegerte, pero fuera de esta, estarás expuesta. Por tú bien, es mejor que te tomes un tiempo, hasta que las cosas se calmen y puedas continuar en otro lugar, que no tenga relación al Diseño de modas…

—¡Cállate, maldita mentirosa! ¡No te bastó haber acabado con mi carrera! —Mi garganta ardió, estaba temblando y llorando de la impotencia y la rabia que las palabras de esas dos me provocaban —¡¿Porque insisten en lastimarme de esta forma?!¡que más necesitan para dejarme en paz! Yo ya no tengo nada ¡Me lo quitaron todo!

—Marinette… ¿por eso actuabas de esa forma, esta madrugada? —Luka habló, pero no me atrevía a verlo, cerré mis ojos y negué.

—¡No te involucres! Saldrán perjudicados si no se alejan de mi—pronuncie entre lágrimas, con la voz rota. Llevé mis manos a mi cabeza, negando una y otra vez—ellos no se detendrán…

—¿Marinette? —la voz de Lowell—¿qué le pasa a Marinette? ¿Por qué está llorando?

—Félix—dijo Bridgette. Él subió las gradas para ir con su hijo.

Mi pequeño príncipe, en este mundo, un hada con las alas rotas necesita más que fe para continuar. 

Je suis un lâche qui n'a plus la force de se battre Soy una cobarde que ya no tiene fuerzas para luchar…—Sentí unos brazos rodearme, su tacto me estremeció.

— Has sido muy valiente llevando esta carga— la voz de Bridgete era suave. Comencé a hipear, mi cuerpo temblaba preso del pánico— Llorar y rendirse está bien —me abracé a ella, consumida por la angustia— nunca más estarás sola—me apretó más a su cuerpo—seremos tus refuerzos, pelearemos a tu lado.  

 

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Tiempo sin leernos por estos lados invocadores e invocadoras.

Marinette ya no está sola, el barrio la respalda.

Este es uno de los capítulos que deseaba mostrar, me conmovió escribir, por el hecho que refleja que está bien rendirnos y aceptar que hay cosas que se salen de nuestras manos, sin embargo, podemos apoyarnos en otras personas, para encontrar otra solución.

Que, en las pequeñas cosas, están las soluciones a eso que tanto nos agobia. Por ello el dialogo con Lowell, donde se muestra el porque el nombre de este fanfic y que marcara un antes y después en la vida de Marinette.

“En el escenario, todos somos importantes”

Por su parte también se mostró la relación de Adrien y Félix, estos primos que para nada se llevan bien. De no ser por Marín, se van a los golpes. La familia materna de Adrien lo culpa del suicidio de su madre, él tuvo que enfrentar muchas cosas solo, y de paso cargando con esas acusaciones.

Chloe gasto mil euros para solucionar un problema, pero esto, sin querer, le dio aliados a Marinette.

¿Qué sucederá ahora que los secretos comienzan a revelarse?

Muchas gracias por el apoyo a esta historia, se que es muy compleja, por el tema de los trastornos que se están tocando, pero es necesario que tengan todas las cartas sobre la mesa.

Sin más que decir, nos leemos luego.

Chapter 17: ¿Avanzar?

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Mi vista estaba fija en la humeante y tibia taza de té inglés que, hace un momento Alix me entregó.

¿Por qué ahora? ¿Cómo detengo esto?

Con cada minuto que pasaba las interrogantes se agrupaban, cómo un cumulo de nubes que anuncian una tormenta.

La rabia, el dolor, la vergüenza; me dominaban. Fui expuesta de la forma más denigrante en televisión.

No se necesitaba ser una genio para ser consciente de la horda de familiares de esos despedidos, que claman que regrese la guillotina y la inauguren cortando mi cabeza.

Esto era un riesgo para mis amigos. Un riesgo que traté de evitar. La “intervención” de Chloe y Sabrina empeoró todo. Había logrado que Bridgette, Alix y Luka se apartaran de mi

¿¡Por qué tenían que mostrar el video de la cafetería!?

¿¡Qué clase de enfermo, quería exhibir eso!?

La puerta de la sala se abrió dejando pasar a Bridgette. Apenas la noté, entre la maraña de cabello que se agolpaba sobre mi cara al estar cabizbaja.

—Convencí a Lowell de que todo está bien, que Marinette tiene dolor de cabeza y por ello lloró. Él y Félix pasaran la noche en el apartamento de Max y Alix—informó, cerrando la puerta tras de sí.

Mi pequeño príncipe; él estaba tan emocionado mostrándome el video que sus compañeros y él habían hecho para mí. Teniendo mi persona muy en alto. Cuando la verdad, es distinta.

Une femme simple et ordinaire, pas la fée qu'on dit que vous êtes.

Una mujer sencilla y ordinaría, no el hada que dicen que eres.

—Lo que está pasando es muy serio. No dudo que la policía venga a pedir declaraciones a Marinette—escuché la firme voz de Marín. Su presencia solo me alteraba.

¿Qué hace aquí?

Controlando a su inestable paciente.

—Si me permiten agregar—Luka intervino—Marinette necesita descansar para que, llegado el momento, ella sepa dar respuestas. Ha soportado tanto en menos de veinticuatro horas—apreté un poco la taza; la comprensión de Luka me conmovió—En tanto, nosotros podemos empezar a buscar respuestas. Yo puedo solicitar ver al CEO de...

—¡No! —denegué de inmediato, sentí la mirada de todos sobre mí, pero mis ojos estaban fijos en Luka. Una muda suplica. Que viera mi estado y recordará lo que le dije a la madrugada…

{Ese que tú decías tratar y conocer. Que era una persona diferente…}

—¿A quién te refieres, Luka? —Marín preguntó.

—No, por favor…— intenté ponerme de pie, el punzón de los cortes en mis piernas me hizo perder el equilibrio. El té cayó sobre mi mano, solté la taza y está se hizo añicos en el piso.

Todo paso tan rápido, que mi mente fue un caos.

—Yo-yo…levantaré esto. Solo yo puedo arreglar esto—pesé al dolor intenso de mis heridas me arrodillé, intentando juntar los pedazos rotos.

—Marinette, deja te ayudó. Luka trae el recogedor, Brid, me pasas el papel toalla…  —Alix iba tomar un pedazo de taza y se lo impedí de un manotazo.

—¡He dicho que soy la única que puede enmendar este error! —una intensa desesperación se agrupó en mi pecho. Mis acciones estaban dirigidas a recoger la dichosa taza, pero mis palabras evocaban el problema con el CEO de Gabriel´s, trayendo a mi mente sus advertencias y reclamos—puedo con esto, no necesito que me ayuden, no quiero que se involucren.

—Marinette—las frías manos de Marín sujetaron mis manos, frenando mi desesperada acción por hacerme con los pedazos rotos—mantente en el presente—murmuro—esto pasará, voy a ayudarte a lograrlo…

—No, si intervienen esto empeorara. Nada va a detenerlos, ni a Chloe, sus seguidores o a él. Se volverá cada vez más complicado…—cerré mis ojos, estaba imaginando todos los escenarios donde mis amigos se veían afectados por mis enemigos. Sus carreras, sus familias, sus sueños.

Ils perdraient tout et à cause de moi.

Perderían todo y por mi culpa.

—Marinette, estoy contigo, no voy a dejarte—la voz de Marín se mantenía en un tono conciliador—respira con calma, hasta ser capaz de hinchar tú abdomen con cada inhalación.

—Ellos van a irse contra ustedes—repetía fuera de mí, no podía calmarme, un sudor frio bajo por mi frente, comenzaba a respirar por la boca. Las paredes parecían cerrarse y todos los caminos que se agrupaban en mi mente, solo conducían a la desgracia.

Ataque de ansiedad.

—Puedes superarlo…—susurró.

—Esto es más fuerte—quería que mi mente se quedara en blanco, pero las imágenes no se iban, todo era caos para mis amigos.

—Eres más fuerte que tus pensamientos. Mantente en el presente—repitió, como si de un credo se tratara. Esta vez, seguí sus indicaciones, comencé a respirar lentamente. No había ingerido mis benzodiacepinas y eso complicaba las cosas—continua así, lo estas logrando, no te agobies. Respira lento y pausado—la calma iba llegando de a poco, no porque pensará que esto tenía solución, tenía miedo a este tipo de ataques y sus consecuencias, cualquier cosa era mejor que lidiar con esto—lo estas consiguiendo, Marinette.

Levanté la vista, encontrándome con su inexpresiva mirada grisácea. Agaché la cabeza de nuevo, mi aspecto debía ser lo que le sigue de vagabunda. Marcas en mi rostro, ojos hinchados.

Su novia debe ser una mujer hermosa, alguien mucho mejor que tú.

—Lo has logrado—su felicitación me sonó tan monótona. De un psiquiatra guiando a una tipa inestable— ahora necesito que respondas unas preguntas sobre tú medicación. Te ayudaré a sentarte en el sofá.

—Déjame ayudar—Luka tomó mi brazo izquierdo y con cuidado, ambos me ayudaron a incorporarme.

Lo único que provocas en ellos, es compasión, a nadie le atrae una persona tan insípida y enferma.

Estoy bien—pronuncie débilmente, parecía que de un momento a otro iba quedar sin voz. Tenía la garganta reseca.

—Iré por agua—Marín se levantó y Luka quedó conmigo.

—Lamento haberte hecho preocupar de esa forma…olvidé por un momento lo que me dijiste ayer, sobre, él—habló en un susurró, mientras al fondo, Marín conversaba con Bridgette y Alix—no volverá a ocurrir.

—Gracias, Luka—no sabía que agregar, solo quería cerrar mis ojos y despertar de esta pesadilla.

—Aquí tienes—Marín me extendió un vaso con agua y se sentó a mi lado, cargando su maletín médico—necesito respondas unas preguntas sobre tu ultima medicación—asentí con la cabeza, concentrada en Alix y Luka levantando los pedazos de la taza—por favor, se honesta con tu respuesta, es importante.

—Lo sé—musité.

Fue así como comenzó el metódico interrogatorio, mientras le respondía en automático: ¿Cuál fue la benzodiacepina que ingeriste? ¿a qué horas? ¿la dosis? ¿has comido? Procederé a inyectarte una cantidad “x” de este medicamento con nombre impronunciable que te sirve para que te mantengas adoctrinada a: “todo estará bien, si te mantienes drogada”

La apatía te comienza a dominar, qué sentido tiene continuar.

—¿Cómo te sientes? —cuestionó Brid, le vi entre la maraña de cabello que estaba frente a mi rostro. Ella retiró este a un lado con una horquilla.

El cambio en su expresión de preocupada a dolida era suficiente para darme a entender, que mi aspecto era terrible. 

—Supongo, que estoy bien—soné un poco irónica, aunque esa no era mi intención.

—Entiendo—murmuro ella. Se irguió y puso sus manos a la cintura—¿Cuándo pensabas decirme que esto estaba pasando? —Bridgette se dirigió a su hermano mellizo, que guardaba los medicamentos—¿¡Esperabas a que una tragedia pasara para que me diera cuenta!?

—Brid, no seas dura con tu hermano—Alix intervino—nunca imaginamos que ocurriría algo como esto…

—Oh, es mi error—dramatizó ella con su mano en su pecho—porque esperaban que una mimada malcriada, cómo Chloe, iba a dejar en paz a Marinette, con—fingió pensar—el poder del dialogo—Alix, no respondió, desvío su vista a otra dirección—¿son conscientes de lo serio que es? ¡Esos malnacidos de la cafetería, humillaron a Marinette! ¡Su vida estuvo en peligro!

—Bridgette, entiende. Alix y yo, solo estábamos respetando la petición de Marinette. El no involucrarte—Marín explicó, situándose frente a su hermana—ahora las cosas han cambiado, puedes ayudarla, Chloe no se espera que alguien apoye a Marinette.

—Las cosas cambiaron porque alguien subió ese video a las redes ¿Qué hubiera pasado de no ser así? —Inquirió Brid.

 Me mantenía al margen de la discusión. No sé si por lo sedada que me dejó el medicamento que me inyecto Marín o, porque estaba harta de todo esto.

—¿Marinette? Responde—Brid estaba frente a mí. Parpadeé extrañada que todos ahora me veían.

 ¿De qué me perdí?

—Me repites la pregunta.

—Te pregunte que paso en el Philharmmonie. Ibas tras aquella enojona chica con el Ladybug—. Había olvidado ese detalle, la violinista del vestido Ladybug.

—Bridgette no creo que sea buen momento…

—Guarda silencio Luka—ordenó—algo pasó luego que Alix y yo le perdimos la pista a Marinette, cuando fue tras esa mujer. ¿acaso ella te lastimo? —regresó su atención a mí.

No fue esa chica, fue el Demonio Agreste.

Era tan simple de expresar, pero las consecuencias de hacerlo podrían ser muy caras. Bridgette y su sentido de la justicia irían tras él, pero alguien tan poderoso económicamente, destruiría su carrera. Como Chloe lo hizo conmigo.

—No tiene caso—en cambio, llevaría esta conversación a otro rumbo—no importa lo que suceda. Lo que soy ahora; un saco de depresión ataques de ansiedad y pánico; no desaparecerá. Ni porque las cosas, milagrosamente se solucionen ¡La Marinette soñadora y entusiasta que era tú vecina, no volverá nunca! —era una verdad absoluta, para mí lo es—Actuando pésimo, cometiendo errores, llena de inseguridades. Eso no va a cambiar—replique.

—Un ambiente más tranquilo, lejos de toda esa mierda te permitirá sanar—Bridgette refutó, pero no estaba en mis planes retroceder.

—Hace unos minutos, dijiste que estaba bien rendirme. Respeta mi decisión.

—Lo dije porque nosotros estaremos al frente, peleando por ti.

—No se los pedí y tampoco quiero que lo hagan.

—¡Pero qué mujer tan terca! Ni pienses que después de ese video me quedaré de brazos cruzados.

—¡Deja de creer que puedes solucionar todo Bridgette!

—¡Cállense las dos! —Alix alzó la voz, fúrica. Dejándonos mudas de la sorpresa. Ella se situó en medio de nosotras—No hay enemigos entre nosotros, pero si continuamos de esta forma, pronto los habrá.

—Tenemos un punto de vista muy distinto entre todos, respecto a lo que está pasando—Luka secundo a Alix. Me crucé de brazos, aun sentada en el sillón, Bridgette hizo lo mismo, recargando su peso en su pierna derecha—Primero, lo importante. ¿Cómo inició este problema contra Marinette? Marín y Alix lo saben, sin embargo, Bridgette y yo, no.

—Luka tiene razón, ellos no tienen el panorama completo—alegó Alix, viendo a Marín—si queremos tomar una decisión, todos debemos saber lo que paso—se giró a mi—No puedes pasar un día más con esta carga emocional tu sola.

—Puedo mostrarles el expediente de Marinette, pero ella es quién debe autorizarlo—agregó mi psiquiatra. Que caso tiene que, de el aval, si parece que todo mundo tiene acceso a esa información.

El Demonio Agreste de algún modo, obtuvo ese expediente.

—¡Sesión del recuerdo! —grité. Todos los presentes me vieron extrañados, Marín cambio su mirada a sombría—el expediente solo tiene las cosas de forma técnica. Pero lo que viví…tiene que ser narrado por mí. De esa forma, entenderán porque me niego a que intervengan.

—He de negarme a llevarla a cabo—mi psiquiatra entraba a escena—no estas en condiciones.

—Bridgette es abogada y como tal, está solicitando dicha información para fines legales. Por supuesto que se debe abordar la sesión del recuerdo—defendí, sin tener conocimientos sobre el tema de leyes y esas cosas. Marín estaba cabreado, su mirada asesina estaba fija en mi—la sesión no será para mi expediente, será para tener el panorama completo de este caso ¿no es así Bridgette?

—Ella tiene un punto…—secundo Brid.

—Marinette no está en condiciones—Marín estaba necio con eso.

—No voy a estarlo nunca, si todos quieren decidir por mí. Esta parte me corresponde, voy a contar lo que paso así estes de acuerdo o no—me plante.

—Marinette—Marín me nombró con autoridad en su voz, aun así le mantuve la vista—narrar los acontecimientos no es tan sencillo en una sesión del recuerdo—es solo decir lo que paso, ni que fuera la gran cosa—pasa que, la memoria es selectiva, recordaras lo que tiene más significado para ti. Es aquí donde entra a escena el olvido—¿ah?

—¿Qué significa eso? —Luka cuestionó, igual de desconcertado que el grupo.

—Si recordásemos todas las impresiones sensoriales, todo lo aprendido o experimentado por igual, en realidad sería no recordar—sigo perdida ¿¡que rayos!? —Abstraer, llegar a conceptos generales exige olvidar. Desechar información que no necesitamos y consideramos menos importante. Si todos ustedes se han quedado en la luna con dicho concepto. Es porque no tienen la mínima idea de lo compleja que es la mente y cómo ciertos recuerdos pueden ser cambiados por un recuerdo impostor o que incluso Marinette, tenga un ataque de pánico o ansiedad, por el simple hecho de rememorar un acontecimiento que marco su vida. En una sesión del recuerdo, si cualquiera de esas tres cosas pasa, debo detener todo, porque puede ocasionar daños serios en su mente. No se trata si se le viene en gana contar las cosas o no. Como su psiquiatra, le estoy aconsejando que esto, no traerá nada bueno, si se fuerza a hacerlo.

—Por favor, puedes realizar la sesión y parar cuando lo consideres necesario. Nosotros respetaremos eso—Alix se unió a la causa y me sorprendió que lo hiciera—. Guía a Marinette en esta sesión, por favor—repitió en un ruego y me sentí rara, ella abogaba por mí, aún con nuestras diferencias recientes. De hecho, ella a estado preocupada todo este rato.

—Marinette lo hace con la intención que ustedes se retracten. No he pasado por alto eso—Marín me vio de manera acusatoria.

—De igual forma se comprometerá a respetar nuestra decisión de continuar o no con la defensa de su causa ¿estás de acuerdo Marinette? —ahora Brid me cuestionaba, los mellizos Wang dan miedo cuando establecen límites.

Si, me comprometo a respetar lo que decidan,

Pareces política en campaña, mentirosa.

—Fin del asunto—Brid sacudió sus manos—Tengo que retirarme a ver cómo está Lowell y si Félix esta cómodo…

—¿Te vas?

Que ironía, esta madrugada los echabas a patadas de la casa y ahora quieres que se queden.

Mi subconsciente tenía rato de estar callado, era mucho pedir que se mantuviera así por más tiempo.

Soy lo que niegas expresar a viva voz.

—Acabo de decir la razón del porque—rio Brid y puso su mano sobre mi hombro, bajé mi cabeza por la vergüenza de preguntar lo obvio—Mi hermano dice que debes descansar, así que hazlo. Lowell querrá verte mañana, está muy preocupado por ti.

Sonreí débilmente, mi pequeño príncipe, animándome esta tarde, dándome grandes lecciones de vida con sus sencillas palabras, y yo sin poder asimilarlas.

—Iré con ellas—Luka habló está vez—acomodaré algunos pendientes para estar libre mañana.

—No es necesario—me apresuré a excusarme, él debe querer salir con su novia y esas cosas, no perder la mañana con una loca como yo.

—Quiero apoyarte Marinette, así decidas dar pelea o no. Somos amigos y para eso estamos—sonrió gentil, se me hizo un nudo en la garganta.

Luka, est un ange sur terre.

Luka, es un ángel en la tierra.

No entiendo, está mañana los corrí, fui grosera y demás…Aun así todos ustedes…—apreté mis labios, la culpa llegaba a mí. Aunque era para protegerlos, nada quita que fui cruel con ellos.

—Sabemos lo que paso, gracias al cobarde que subió el video en las redes—Alix respondió, estaba junto a la puerta—no te sientas mal por ello, pasabas por algo muy fuerte.

El lugar se quedó en un silencio extraño. Alix era amable conmigo, pero yo no me sentía con la capacidad de perdonarle el que supiera las cosas que me esforcé en ocultarle, todo porque Marín se las comunicaba. Podían haberme dicho que se contaban todo lo que decía en mis sesiones, estuve cargando una culpa innecesaria por creer que le mentía a ella.

¡Aterriza Marinette, todos se marchan excepto uno!

—¿Todos se irán? —Tenía la esperanza que Alix dijera que iba a acompañar a Luka y Brid a la salida y regresaría.

—No todos—exclamó Brid tomando su cartera y las llaves de su auto—Marín se quedará contigo. Quedas en manos del experto—bromeo viendo a su hermano mayor—tú y yo aún tenemos una plática pendiente—se dirigió a él.

—Márchate de una vez—Marín rodo sus ojos grises y reposó los antebrazos en la cerámica del comedor.

Todos se despidieron y al cerrar la puerta fui consiente de algo.

¡Marín y yo estamos solos!

¡Maldición!

 

Adrien

Me encontraba recostado en mi cama, con el brazo cubriendo mis ojos.

¿Existe algo peor que la resaca a los 29 años?

Sí, una puta compra impulsiva de miles.

Hace dos horas compré las ruinas de la Mansión Agreste. Porque no existe otra forma de llamar a ese caserón que se cae a pedazos y está completamente vandalizada. Con sus horrendos peluches y cartitas bobas y cursis al frente.

¡Se supone que salí a gastar mil dólares, esa era la jodida idea!

Todo iba bien, hasta que el imbécil de mi primo apareció, reprochando lo que desconoce. Claro, ellos hicieron tanto por mi madre, que se libran de culpa.

—¡Malditos pretenciosos, ojalá les parta un rayo, Graham de Vanily!

—Sueño con el día, que no maldigas a nadie—Winter apareció por la puerta de la alcoba. Levanté un poco mi brazo para verla, traía puesto un traje ejecutivo negro y tenía el cabello recogido en un elegante moño.

De quel salon funéraire êtes-vous? ¿De qué funeraria eres?

—Muy chistoso—dejó su cartera sobre el taburete baúl—de no ser por mi intervención, habría sido el funeral de Gabriel´s—comenzó a desatar su moño, mientras se veía por el espejo de cuerpo completo en la cabecera de la cama—Le expliqué a los responsables de la Haute Couture, porque las piezas que faltan para el spring- summer, serían completadas por otros artesanos. Gracias a que cinco de los despedidos, estaban en el atelier principal.

Olvide eso.

Una vez una pieza comienza a ser trabajada por un artesano, está debe ser terminada por el mismo.

—Si estás aquí tan tranquila, es que hiciste un buen trabajo. Recétate un bono por tu buena labor—regresé a cubrir mis ojos con mi brazo.

—Tal vez lo haga—guardo silencio y di gracias por ello…—será una semana difícil. Se acercan esos días, y…

No, no quiero tener presente a esa cobarde. Rematando su “regalo” con aquella frase.

El Lobo siempre será el malo, si Caperucita es quién cuenta la historia”

—Tengo en mente varias formas de entretenerme y pasar el rato—indiqué, sin dejar mi postura—por ejemplo. Qué tal si hago un programa desmantelando las ruinas que acabo de comprar.

—¿Ruinas?

—Mejor aún, algo más extremo. Limpiar todo, como si fuera un maniático de los productos de limpieza. Subo estos videos con la leyenda “Limpiando, antes que el techo me caiga encima” Puedo apostar que limpiaría mejor que “la rata Dupon

—¿Rata qué? Adrien…

—Podría monetizar esos videos. La gente pasa horas viendo a otros fregar el piso

—¡Adrien! —Winter me zarandeó por los hombros—¿¡De qué ruinas hablas!?—no aparte el brazo de mis ojos.

—¡Felicidades, tendrás la primicia! ¡Soy el nuevo dueño de las ruinas de la Mansión Agreste…! ¡Yeiii!

—¡Qué diablos! ¿Compraste la mansión Agreste?

—Lo acabo de decir, Winter.

—Juraste que nunca estaría en tus activos.

—Félix quería comprarla y por joderle la adquirí.

—¿Félix Graham? ¿en París? —asentí—tiene años de no poner un pie aquí. ¿Qué hace en la ciudad?

—Comprando mansiones malditas. Quizás le da por ser un caza fantasma. Con algo de suerte, hasta atrape a las almas en pena de Gabriel y Emelie.

—Adrien—suspiró cansada—deja de hacer eso.

—¿Hacer qué?

—Decir tonterías para evadir—no respondí—comprendo que los días que vienen son aún difíciles para ti. Te hará bien hablar de cómo te sientes. Soy tú amiga y estoy para ti—detesto que sea condescendiente, detesto que se compadezca—Podemos ver qué hacer con la mansión. Si la compraste con tus fondos o los de la empresa. Puede servir para Gabriel´s ¡Mejor aún, que te parece si salimos a algún lado!

—¿Quieres hacer algo por mí?

—Así es…

—Déjame solo.

Me incorporé sin verla y salí de mi alcoba. Por este año, quería tener un mes que no hiciera alusión a mi madre. Estaba cansado de lidiar con esto.

Que todos recuerdan su muerte como algo trágico, cuando ella, fue una cobarde.                                                                                                                                                                                     

Marinette.

Mi grácil huida de la cercanía de Marín, cuando todos se fueron, se vio frustrada por las heridas en mis piernas. Había pasado todo el tiempo sentada, que, al levantarme de un impulso, los cortes se abrieron.

—Te dolerá un poco, pero sirve para que cicatricen pronto—aplicó el gel sobre los cortes.

—¡Duele! —protesté, sin poder levantarme del diván de mi habitación, al que Marín me trajo en volandas.

—Tranquila, solo un poco más y termino.

Qué casualidad, Marinette, es lo mismo que dijo; cuando estabas de piernas abiertas bajo él.

¡No recuerdes eso, por favor!

—Acabé.

Como olvidar que fue ahí, cuando nombraste a tu ex.

¿Marinette? —desvié la mirada de mi psiquiatra.

—La medicación me tiene un poco desorientada. Gracias por curarme.

Recordar esa parte, me puso mal. Se supone que debía disfrutar estar con otra persona. No sentirme culpable por ello. Pensando en alguien, que no se preocupó por mí.

—Mantén tus piernas descubiertas para ventilar las heridas y sanen pronto—baje un poco el largo del suéter, me había retirado los pans cuando él noto que cojeaba.

—No vayas a contarles sobre los cortes—pedí en un hilo de voz—en especial a Alix, ella ya tiene muchas preocupaciones sobre sus hombros—Marín guardaba los medicamentos que uso para desinfectar las heridas. Sé que noto que son autoflagelaciones.

—En caso de emergencia, es Alix quien ira al frente—comenzó a explicar, levanté mi rostro, él estaba de pie frente a mi—los médicos le preguntaran que paso y en base a ello, administran los medicamentos correctos—abrí mis labios para refutar, Marín situó su dedo índice delante de estos para silenciarme—Es comprensible que quieras ocultar detalles de los sucesos a Alix. Sin embargo, ella ha guardado tus secretos y su actitud no ha cambiado para contigo, aun sabiendo que le ocultabas información. Ella continúa ayudándote—él retiró su dedo, cediéndome la palabra. Pero no fui capaz de decir nada.

Recordé el día que me molesté con ella. Alix estaba entusiasmada con mi nuevo trabajo, estaba fijando una estrategia para que alcanzara mi cometido. Si yo no le hubiera cuestionado y juzgado, tal vez, las cosas serían más fáciles ahora.

El peso de la culpa cayó sobre mí. Me sentía tonta, me distancie de ella, sin escuchar sus razones.

—Siempre arruinó lo que otros hacen por mi—balbuceé.

—No, Marinette. Estabas agotada, cansada de todo lo que te está pasando—Marín se inclinó un poco, frente a mí, tomó mis manos y le vi avergonzada—No voy a juzgarte y tus amigos tampoco lo hacen. Estamos aquí para ayudarte, parando todo para apoyarte.

—Incluso, dejar a tu novia—hablé sin pensar. Marín me escrutó con su inalterable mirada, aparte mi enfoque de él.

No me digas, te estas ilusionando con imposibles.

—No quise decir eso, disculpa—aparté mis manos de las de él— hablabas de apoyo y…

—¿De dónde sacaste que tengo novia? —cuestionó risueño, cosa que era muy rara en él.

—No tiene importancia—contesté irritada—eres mi psiquiatra, no sé supone que debes estarme interrogando por los cortes en mis piernas.

—Lo dijiste en un principio, no estamos en una sesión formal, ahora estas frente a Marín a secas, no ante tu psiquiatra—se cruzó de brazos y se irguió. Me dolía el cuello por tener que elevar mi cabeza para verlo—Mi mayor preocupación en estos momentos es saber quién te dejo con esas marcas en las manos y rostro, encima te orillo a recurrir a la autoflagelación.

—Porque asumes que esa persona fue la causante de que me cortara—Marín es observador, pero no hasta este punto.

—Cuando llegué de Corea esta mañana, Alix me contó lo que paso. Lo que más llamó mi atención, fue el hecho que ibas tras una chica que usaba un Ladybug. Luego te perdieron el rastro. Gracias a Max, rastrearon tú móvil y dieron con tu paradero. Vinieron a buscarte y te encontraron con un aspecto demacrado, tu maquillaje corrido…—Marín guardo silencio, su cara tenía una expresión de horror—Debemos ir a la policía si esa persona…

—¿¡AH!?—él cree que…

Si, que Agreste cruzo la línea.

—¡No, en absoluto esa persona no cruzo el límite! —me exalté, un escalofrió me recorrió completa, recordando la aterradora situación con Balthazar la primera vez que pedí trabajo, siendo consciente de lo vulnerable que soy cuando el pánico me bloquea.

Si Agreste o alguien se lo propone… ¡no quiero ni pensarlo!

—Tranquila, no quise incomodarte—. Me abracé a mí misma y de no ser por las benzodiacepinas, tendría un ataque de pánico en estos momentos—puedes contarme lo que paso o, a Alix. Incluso a ese chico, el que es buena persona…Luka ¿cierto? —asentí, al parecer él piensa que fui abusada.

—No paso nada—expliqué, antes que esto escalara nuevos niveles—quien me hizo esto. Solo me agredió de manera verbal…cuando trate de escapar, me sujetó y me insultó…culpándome de todo lo que paso en la cafetería. Antes que digas algo—Marín respiraba lento y pausado, estaba enojado—Es injusto, lo sé…pero no quiero decir quién fue. Al igual que Chloe, es una persona poderosa, económica y socialmente. Es de esos que va por ahí dañando a otros, porque pueden comprar a quién sea, para que este a su favor—Marín desvió su rostro, con el ceño fruncido, vi sus manos hechas puños—Por eso he insistido en que declinen de ayudarme. Bridgette es un alma justiciera, si va contra esta persona, perderá todo…

—No des por sentado los hechos.

—Piensa en Lowell, no merece ver a su madre consumida…como lo estoy yo.

—Mañana ellos te escucharan, si cambias la versión de los acontecimientos detendré la sesión—enunció con voz firme.

—No lo haré, no hace falta.

—Si ellos deciden ir contra Chloe y está persona, tú deberás estar conforme—no estoy de acuerdo con eso—Lo harán—se aclaró la garganta—corrección, lo haremos, aún a costa de las consecuencias. Queremos protegerte. No mereces las injusticias que estás pasando.

¡No, está batalla está perdida!

¡No más!

—Es tarde—me mostré indiferente a su explicación—tengo que ir a descansar para estar lista, mañana domingo…—¡Oh, no! —¡me olvide de la cita con la psicóloga Aurore!

—Hablé con ella cuando recién llegué. Reprogramó la cita para el sábado a las nueve de la mañana—suspiré aliviada—veo que cambias de tema, dos podemos jugar a eso ¿Por qué supones que tengo novia? ¿celosa?

—Una cosa es cambiar de tema—me incorporé, el gel aliviaba un poco el ardor de las heridas—y otra es irte por la tangente. No estoy celosa y, eres un alma libre. Vete con quién tú quieras—vi con pesar las gradas que llevaba a la litera.

 ¿Qué pensaba mi padre cuando mando a construir esas escaleras? Nunca se imaginó que su hija podía tener lesiones que le impidieran subir.

De pronto, mis pies abandonaron el suelo, Marín de nuevo me cargo con cuidado, fue tan repentino que mantuve la vista fija en mis manos, porque seguro estaba roja como un tomate.

Me llevó con cuidado hasta arriba. recostándome en la mullida cama. Mi cabeza descansó sobre la almohada. Marín situó sus brazos a los costados de mi cabeza.

 Juro que escuché el palpitar de mi corazón, parecía que estaba en mi garganta. Mi mente se quedó en blanco, él tenía la mirada fija en mí, las palabras no salían de mi boca, en realidad no sabía que decir.

—Descansa, Marinette—su voz profunda y la forma en como dijo mi nombre, me alteraron en todos los sentidos. Inclinó su rostro y de inmediato cerré mis ojos, apretando fuerte los parpados. Sus labios se posaron en mi frente—estaré al pendiente de ti—pronunció, apartándose. Acto seguido lo escuché bajar las escaleras.

Me envolví con las sábanas por completo. Mis mejillas estaban calientes, sin duda estaba sonrojada. Mi corazón latía desbocado. Sonreí como boba y cerré mis ojos.  

 

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Olvidé el pequeño detalle que mi vida no era normal, que la acción de Marín me puso en perspectiva. Yo aun no superaba a mi ex, o más bien, temía que, ante una acción romántica, de inmediato las comparaciones con él surgieran. Si quería algo serio, debía desaparecer todo rastro de amor y cariño a mi ex.

Tal como prometió, Marín estuvo al pendiente de mí. Cuando desperté por culpa de mis tan ya conocidas pesadillas, él vino con una taza de leche tibia y galletas para que me tranquilizara. Mientras comía la merienda, él conversaba conmigo sobre lo que trato mi pesadilla, me hizo bien hablar de ello. Tanto que, por primera vez, pude conciliar el sueño.

Quizás podría haberle contado lo que paso con el Demonio de París, pero eso era caso perdido. Tal como lo dije, Chloe y él, son personas poderosas. Se salen siempre con la suya y sus víctimas debemos inclinar la cabeza; tragarnos el odio y el rencor que ellos provocan a su paso.

El Hada de las Costuras será un bonito recuerdo para Lowell. Ella nunca más usará su magia.  

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—¿Te sientes mejor, Marinette? —Lowell me examinó con sus grandes y tiernos ojitos verdes—¿Te dolía mucho la cabeza? Estabas llorando.

—Si, la migraña es capaz de eso—estaba con el corazón roto y el orgullo por el piso. Y tú viniste con palabras que inspiran, más no resultaron conmigo—Lamento que vieras eso—el negó con su cabeza.

—Insistí en verte y tú necesitabas descansar. Eso no fue correcto de mi parte—lamentó, haciendo una reverencia—lo siento.

Lowell pertenece a la aristocracia de Londres, los modales y gestos como estos, son parte de su etiqueta.

—Disculpa aceptada, caballero—le devuelvo la reverencia—ahora que iras de paseo, descansaré para estar bien. Cuando regreses y tengamos que despedirnos—Lowell se iría junto a sus padres a su país, sus vacaciones habían finalizado.

—¡Antes que lo olvide! —soltó de repente—Ayer que caminaba con mi padre por el centro, vi esto en un aparador—sacó una pequeña caja de terciopelo rosa—la señora que me lo vendió dijo que era un amuleto de protección—extendió la cajita para que la tomara.

—Lowell, cielo. No es necesario…

—Por favor, Tómalo—me vio con su carita tierna

¡Cómo decirle que no a este querubín!

Agarré la cajita y eso lo hizo sonreír de forma dulce. Se notaba que lo entregaba de corazón, así que, sin más, abrí el empaque.

¡Esto es hermoso!

—¡Dios, que bello collar! —abracé a mi príncipe, él se rio y correspondió mi abrazo. El collar era un camafeo con un hada sentada sobre una rosa. Muy bien tallado.

—Eres nuestra Hada de las Costuras, con una magia increíble. Te quiero mucho, Marinette.

El corazón me dio un vuelco. Podía esto hacerme cambiar de parecer, sin embargo, no podía arriesgar la felicidad de mi pequeño príncipe.

—Gracias, Lowell. Yo también te…

—Lowell, se hace tarde y las filas son tediosas en los museos—la apática voz del “grosero Graham” me interrumpió—¿cómo puede la gente vivir en un lugar tan pequeño?  Un minuto más aquí y tendré claustrofobia.

Tan sutil, como siempre.

Félix avanzó hacia nosotros y por inercia me separé de Lowell y retrocedí dos pasos. Su cabello y color de ojos me recordaron al Demonio Agreste.

Tienes miedo de encontrarte otra vez con él.

Lowell se despidió de mí, ajeno a mi reacción con su padre. Mi pequeño príncipe colocó aquel hermoso collar en mi cuello. Le volví a agradecer. Sentí la hostil mirada de Félix, pensé que cuestionaría mi actuar. Pero él paso de largo de mi, para salir con su hijo de la casa.

—¿Estás lista? —Marín se situó a mi lado. Por reflejo, envolví el camafeo con mi mano.

—Lo estoy, el momento ha llegado—había tomado mis medicamentos en orden y descansado lo necesario. Caminando firme, para que los demás no se dieran cuenta de las autolesiones en mis piernas.

Estaría sola con Marín guiando la sesión en el diván de mi habitación. Luka, Alix, Max y Bridgette, estaban en la sala, con la pantalla encendida del televisor, donde se proyectaría la sesión, gracias a Markov, que transmitiría en vivo.

Una vez me acomodé en el diván, Marín se sentó cerca.

—Cuando gustes.

—Bien—tomé aire y lancé un profundo suspiro.

Es tiempo que sepan, lo que sucedió.

 

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola mis invocadores e invocadoras. Tanto tiempo sin leernos por este lado. La larga espera amerita una explicación.

 El Hada de las Costuras en un fanfic que aborda temas muy delicados, vistos desde la perspectiva de Marinette una chica con depresión y Adrien, un hombre que solo conoce el poder sin importar el precio.

Para que estas dos perspectivas sean congruentes según sus puntos de vista, requiere mucho, pero mucho esfuerzo mental y por ello tuve que recurrir al apoyo del mismo Beta Reader de Sehnsucht Nach Dir. (collab con mi esposo), para darle sentido a lo que le sigue a EHDC. 

Ponerlo al tanto de la trama y a donde apunta todo esto, llevo meses…es el único que sabe el final.

Ahora que ya todo está en sintonía, me resta más que agradecer lo pacientes que han sido, y que aprecian el esfuerzo de está humilde escritora.

 Me conmueve leer sus testimonios en los comentarios, lo identificadas/os que se sienten con Marinette. La depresión es real, no se toma a la ligera, no se puede controlar “poniéndole ganas” y las cosas, no cambian de la noche a la mañana. Es un proceso de mucho apoyo para poder sanar, tanto profesional y familiar, incluyendo amistades.

Este capitulo es dedicado a ustedes lectoras y lectores, gracias por continuar aquí, gracias por su apoyo♥

Próximos capítulos. El origen de una depresión.  

Nos leemos muy pronto.

Chapter 18: Quebranto

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Hace un año…

Recogí todas las herramientas de costura de mi estación de trabajo designada para la grabación de los capítulos del reality show Fashion Business. Tome mi costurero, que me regaló mi novio en su visita reciente.

Antes de salir del set, me vi en el espejo de cuerpo completo, mi moño suelto lucia bien con mi estilo Otome kei. Las ventajas de ser diseñadora de ropa, es poder hacer una línea completa solo de uso exclusivo para mí.

—La grabación resultó de lo mejor—le contaba a Alya, del otro lado de la línea—no tuve tantos errores como en episodios anteriores ¡Si pude memorizar mis líneas! —enuncié con orgullo, apagando las luces del set, al ser la última en salir, mientras equilibraba el teléfono entre el hombro y mi oreja.  

Cabe aclarar que cada capítulo se graba un fin de semana antes, para ser trasmitido el sábado siguiente a la tarde.

—¡Te dije que iba funcionar! Es lo que nos recomiendan en el canal—Alya está haciendo su pasantía en el canal local—ensayar las líneas frente al espejo—exclamó con elocuencia—dime ¿tú peor es nada no está en el departamento?

—Es my dreamer, no “mi peor es nada”—corregí—él se fue esta mañana.

Mi novio me visita cada quince días, porque está en San Francisco, Estados Unidos. Él está poniendo mucho de su parte en la filmación de la que será una película de super héroes estadounidense. Cruzo los dedos para que todo salga bien y su carrera tenga más visibilidad.

Eso significa que estas libre para tu pobre e ignorada mejor amiga de toda la vida y del universo.

—Alya, fue un fin de semana, ni que hubiera pasado un mes—cerré la puerta al cerciorarme que todo estaba apagado en el set.

Para mí fue una eternidad—berreó—tengo que contarte, cómo me fue en mi cita con Claude.

Alya conoció a Claude, cuando ella vino a traerme en su auto. Él, es uno de los participantes del reality.

—De acuerdo—revisé la hora en mi reloj de pulsera—pasaré a tu departamento en veinte minutos—Alya gritó de emoción del otro lado de la línea.

Mi amiga tiende a ilusionarse rápido, es muy enamoradiza. Claude para ella es “su pareja elegida por el destino”

En cuanto colgué, avancé por los pasillos del edificio en busca de la salida. El set de grabación estaba en el tercer nivel. El programa se grababa bajo el sello de Producciones Carapace, del aclamado director y productor Nino Lahiffe, además era el prometido de Chloe.

Detuve mi andar al ver una puerta abierta al final de uno de los pasillos. Observé los alrededores buscando a alguien más, pero nada; seguro la última persona en salir lo dejo así. Cambie mi dirección, yendo hacia el espacio que era designado al vestuario. Es mucho pedir que no sean tan descuidados; me molesta que existan personas que poco les importe ser organizados.

En cuanto llegué, empujé la puerta para ver si había alguien dentro, para cerrar sin problema.

—¡Dios mío! —exclamé a los gritos. Solté mi celular de la impresión.

Chloe estaba de rodillas entre las piernas de Sabrina. La pelirroja estaba desnuda de la cintura hacia abajo, recostada sobre una mesa. 

—¿Qué haces aquí? ¿Cómo has entrado? —escuché las preguntas de Chloe que se puso de pie y su acompañante se cubrió.

—Yo-yo, que-quería…quiero decir…entre para revisar—las palabras se me enredaban, me apresuré a recoger mi celular—la-la puerta estaba…

—¡Ni se te ocurra delatarme! ¡Me oyes, Dupain Cheng! —advirtió.

—¡No diré nada, lo prometo! ¡adiós!

Sali de aquel lugar lo más rápido que pude. Creí escuchar a Chloe nombrarme de nuevo, pero no iba a quedarme a averiguarlo. En cuanto abandoné el edificio en una tenaz carrera, fui hacia un callejón, para recuperar el aliento. Estaba abochornada por la escena. Sentí pena ajena por el director Lahiffe.

Di dos palmadas bien fuertes a mis mejillas, tenía que dejar de pensar en eso. Acto seguido, fui en busca de Alya. Por supuesto que no le diré nada de lo recién pasado. Me muero de vergüenza de solo recordarlo.

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Pasaron cuatro días luego del asunto de Bourgeois y su amante. Pase página y me dediqué a mis clientes, que gracias a ello tenía mucho trabajo. Había alquilado un pequeño espacio en el centro de Londres, dónde dos costureras me ayudaban a sacar los pedidos en el tiempo estipulado.

Aunque no era mucho, era un buen comienzo para impulsar mi marca llamada Ladybug. En Saint Martins tomé muchos cursos relacionados a esto. Por eso contraté a una francesa que expuso su trabajo en una de las pasarelas que la escuela de modas realizaba. Su nombre es Alix

Ella creo el logo de mi marca y el diseño de las cajitas y papelería para entregar los productos terminados. Es una diseñadora gráfica con mucho talento. No sé cómo paso, pero de un momento a otro, nos hicimos buenas amigas; ambas usamos sobrenombres; ella me dice Mini Bug y yo Cherry Hair.

Para el quinto día, debía presentarme a grabar el episodio de la semana siguiente. Ya estábamos en la recta final, con solo cinco clasificados. Claude un sastre veterano y, actual enamorado de Alya. Lila una costurera que comete muchos errores, pero aun así tiene lo suyo. Luego esta Rosita, experta en trajes de fantasía y graduada hace dos años de diseñadora.

En lo personal, esta era la parte que me gusta del reality, el poder presenciar distintas técnicas y estilos de creación de prendas de vanguardia. Aunque hay que admitir que somos recelosos con nuestra forma de trabajo, existe un respeto entre nosotros como participantes.

—Marinette, ven—un jefe de cámara me llamó.

—Dígame.

—Ve a la oficina de Chloe, a pedido hablar contigo.

Los nervios que días atrás tenía controlados resurgieron, causándome un vacío en el estómago. Me consolaba la idea que a nadie le conté lo ocurrido. Fui y seré una tumba hasta el final.

Llegué a la oficina de Bourgeois, dónde rápidamente la recepcionista me hizo pasar. Desde el momento que ingresé y vi a Sabrina sentada en la lujosa sala de estar, me produjo un mal sabor de boca.

—¿Piensas que soy estúpida? —Chloe cerró la puerta de la oficina, dándome tremendo susto, porque no le había visto al entrar.

—No entiendo…

—La mosca muerta Dupain sale a la luz. No puedo creer que seas tan tonta para atreverte a tal descaro.

—¿De qué estás hablando? —inquirí irritada por sus insultos.

—No hagas esto más complicado, admite que has sido tú—habló Sabrina con desdén.

—¿Admitir? Que tonterías están diciendo. Acabo de entrar y ustedes no han soltado más que puras incoherencias.   

—Mira nada más Sabrina—Chloe se cruzó de brazos y sonrió con arrogancia—la chantajista quiere pasar por santa.

¡Suficiente! No iba tolerar ese trato de parte de ellas… ¿chantaje? Antes de que siquiera pudiese responder. Sabrina me mostró su laptop, en la cual estaba un video en pausa. La escena era de ellas teniendo sexo, en la habitación a la que por error había entrado la otra vez.

—Mandaste ese video está mañana, con la denigrante frase “Se tú socio secreto, zorra. Si haces lo que te pido, nadie va a enterarse”

—¡Que tontería! —les encaré—¡jamás haría una cosa como esa! Lo único que hice fue echar un vistazo para cerrar la puerta sin riesgo a dejar a alguien encerrado.

—¡Cínica! Traías el celular en tu mano, lo tiraste al piso cuando Chloe te encaro.

—¡No esperaba encontrar tal escena! Era obvio que iba asustarme—saqué mi celular de mi bolsillo trasero—es más, revisen y comprueben que no he grabado nada con mi móvil—le extendí mi celular a Chloe, que con desprecio lo arranco de mis manos y se lo paso a Sabrina.

¿Qué se piensan estas dos? No van a culparme de su error. Hay muchos empleados en ese edificio, cualquiera pudo grabarlas.  

—Pudiste borrarlo, a pasado tanto tiempo —Sabrina contrataco.

—No puedo borrar lo que nunca tuve. Dime ¿para qué hacer tal treta?

—Ganar el reality, hacerte de fama y trabajar para mi madre—respondió Chloe, su ceño fruncido y su mandíbula tensa.

—Me es suficiente con participar. Alcancé visibilidad para mi marca—defendí—así que, si consideras que ese es el problema, puedo irme del programa, antes que manches mi imagen con esa falsa acusación—dictaminé, porque no iba ser el factor polémico de su reality.

—No hay nada—Sabrina me devolvió el aparato, que tomé del mismo modo que Chloe hizo conmigo—no exageres con querer irte de la competencia. Tal parece que dices la verdad.

—“Parece”. Estoy diciendo la verdad—recalqué—Si te sirve—me giré hacia la puerta tomando el pomo para abrirla—rastrea la IP del video. Con eso darás con la dirección de tu chantajista.

No me simpatizan en absoluto en este momento. Pero les doy ese consejo, porque debe ser horrible que alguien sea tan sinvergüenza de usar algo tan intimo para amenazar.

Ellas no dijeron nada, así que salí de ese lugar. Para colmo, pase todo el día de mal humor, teniendo muchos errores en la grabación de ese día.

No dejaría que esto me dañara el resto de la semana, continue avanzando en mis trabajos de diseño. Pasé el rato con mis padres, hablaba diario con mi novio por videollamada, incluso lo alenté porque no se sentía capaz de estar a la altura de la cinematografía extranjera, le recordé lo talentoso que es y logro su objetivo. Con esa buena noticia, me relajé un poco y decidí salir a beber y bailar con Alya.

A nadie le conté lo sucedido con Sabrina y Chloe, puesto que ellas no siguieron con tales suposiciones.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

La semana paso muy rápido, nuevamente era día para grabar un capítulo más del reality. Aunque teníamos nuestros guiones, el saber quién era el ganador aún permanecía en secreto.

Dejando de lado el mal rato con Chloe. Comenzaba a mentalizarme; cuando estuviera fuera del programa, podría enfocarme en ampliar mi taller de costura, así abarcaría más pedidos.

Volviendo a las grabaciones, justo hoy, nos pidieron un diseño sorpresa. Fue complicado, pero logré terminarlo a tiempo.

—Que nervios—Rosita, conversaba con Claude, mientras esperábamos que terminaran de maquillar a las modelos para pasar con los jueces.

—Confiemos en nuestro talento y que clasifiquen los mejores a la ronda final.

Ni bien termino su pequeño discurso motivacional, las modelos ingresaron ya listas. Admiré con orgullo el resultado de mi diseño.

—Es muy moderno tu estilo—la voz de Lila capto mi atención—muy bonito.

—Gracias—respondí. Ella sonrió por compromiso, a mi ver.

Alya juraba que Lila era el factor polémico del programa. Aunque era una buena costurera, siempre se la pasaba dando miradas de fastidió una vez le daban la espalda.

Los del staff llegaron y nos indicaron que debíamos tomar nuestras posiciones. Dando comienzo a la grabación.

La primera fue Rosita, desarrollo muy bien el tema vintage con aires steampunk. Los jueces dieron su crítica y prosiguieron con el siguiente, que fue Claude, después le siguió Lila.

Quedé estupefacta ni bien ingreso su modelo portando su atuendo, estuve sin palabras por unos segundos.

—¡Esto es una confusión! —alegué en cuanto entre en razón, al ver que era mi diseño él que la modelo portaba. No voy a permitir esto—Ese no es el traje que Lila hizo en el atelier, incluso hay videos que lo prueban.

—Salgamos de dudas, si le parece, señorita Cheng—la jueza de cabello magenta le indicó al de producción que enviaran a la otra modelo.

Mi sangre se fue a los pies, cuando la chica ingresó portando el mismo atuendo que la otra.

—No es posible—musité sin poder creerlo.

—Ambos son el mismo diseño—resaltó con un toque de cinismo.

—¡Por supuesto que no lo es; mi diseño tiene una marca personal! Con eso probaré que esto es un plagio—sin esperar autorización, fui hasta mi modelo y busqué la firma bordada a mano que colocó en mis creaciones—no, no está—desesperada revisé cada pliegue de este, sin encontrar la firma.

—Eso confirma que es un plagio, de su parte señorita Cheng—Ignoré el mordaz comentario y fui hacia el otro vestido, confiando que estaban cambiados.

No estaba mi firma en ninguno de los dos.

¡Juro que es mi diseño! Tengo los bocetos…en las grabaciones está el proceso que realice para su elaboración—mi tono escaló dos notas

—La señorita Lila si firmó su trabajo—los jueces ignoraron mis alegatos y mostraban a la cámara que Lila había hecho una especie de cola de zorro en el dobladillo de la manga.

—¡Pero es imposible! ¡Es mi trabajo, las cámaras grabaron todo! —repetí con furia—diles la verdad—encaré a Lila—¡tú modelo tenía puesto otro atuendo! —Lila ni se inmuto, no dijo nada, se quedó ahí de pie, viéndome estoica. 

—Seguro el cansancio le traicionó y su plagio se vio descubierto—dijo uno de los jueces en tono burlón.

—¡Estábamos en la misma habitación! ¡Como iba a cometer tal aberración!

—Pobre, está desvariando—los jueces me atacaban y eso encendía mi sed de justicia.

—Marinette si hizo ese diseño—El alivió que sentí cuando Rosita se atrevió a defenderme. Contrario a Lila y Claude que guardaron silencio—revisen las grabaciones, todo está ahí…

—¡Corten! —Chloe irrumpió—Dupain Cheng y Rosa, tienen razón, esto ha sido una confusión. Lamentó el altercado—se dirigió a los jueces—revisaremos los videos, suspenderemos las grabaciones por hoy —Con ella venía una vestuarista—tu vestido fue colocado por error en los vestidores.

Me entregó la prenda, la cual revisé de inmediato, encontrando mi firma en él.

—Pero la réplica que trae puesta la modelo de Lila y la otra chica—inquirí.

—Una de las guionistas quiso aplicar drama y puso un cliché tan barato y vació. Mi programa no necesita eso para obtener más audiencia.

—Gracias, Chloe—sentí como el peso del mundo se fue de mis hombros. Confié en su palabra, porque teníamos a muchos testigos a nuestro alrededor—gracias a ti también Rosita—abracé a mi compañera de concurso, ella me devolvió una sonrisa.

—Todo se solucionará, Marinette—alentó Rosita. Volví a agradecerle para luego guardar mis cosas y mi diseño.

Al día siguiente, nos pidieron regresar, terminamos de grabar el capítulo sin ningún contratiempo. Claude fue el eliminado de la competencia, pero nada podía decirle a Alya, pues todos los participantes, firmamos un contrato de confidencialidad.

Ella tristemente se daría cuenta el día que emitieran el capítulo.

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Con las grabaciones del reality y mis semanas atareadas de trabajo, los días se iban volando, o esa era mi percepción. No me disgustaba pasar horas trabajando, este era mi sueño de toda la vida vuelto realidad.

Que la gente vistiera mis diseños.

Además, iba grabar este episodio para mis padres que estaban en un crucero celebrando su aniversario y, para mi dreamer, que tenía que estar en la filmación de varias secuencias de acción.

El programa comenzó, trascurrió todo con normalidad, en algunas tomas no me enfocaban, no le di importancia, supuse que por factor tiempo las acortaron.

Mi tranquilidad, desapareció, cuando Lila se mostró en pantalla diciendo que sospechaba que alguien le estaba copiando su diseño. Cuando pasaron a la escena de los jueces, no di crédito a lo que vi. Era la discusión que se dio por las modelos portando el mismo diseño, habían sido editadas para mostrarme como la culpable de plagiar el trabajo de Lila.

Estaba paralizada por la impresión.

Ignoré el insistente tono de llamada de mi móvil, seguro eran Brid, Alya o Cherry Hair, no lo sé. No tenía cabeza para ellas, mi angustia estaba en las imágenes, donde yo era la expulsada por “robar” el diseño de otra. Tomé las llaves de mi departamento y mi motoneta dispuesta a ir a confrontar a Chloe, exigirle una respuesta.

¡No sería su factor polémico, ni permitiría que manchara mi imagen!

En cuanto llegué, la recepcionista me pidió que esperara, por órdenes de Chloe, porque no se encontraba. Por más que intentaba sosegarme me era imposible; cada minuto que pasaba, la gente tomaba como cierto las falacias del programa y yo, en lugar de estar en redes sociales defendiendo mi trabajo estaba aquí esperando a la causante de todo esto.

No, no debía ser negativa, tengo que exigirle que se retracte y que se disculpe públicamente.

—Dupain Cheng, justo a ti queríamos verte.

En cuanto escuché su chillona voz, me puse de pie, me quedé unos segundos extrañada al verla del brazo de Sabrina.

—¿¡Qué significa todos eso!?—proyecté mi frustración en un grito—¡Dijiste que fue un error, incluso filmamos el capítulo al día siguiente!

—No haré un espectáculo en el pasillo, pasa a mi oficina—ella ni se inmutó, paso de largo, le seguí y en cuanto ingresé, Sabrina encendió la pantalla de la TV.

—A está hora dijeron que pasarían nuestra conferencia—Sabrina beso en los labios a Chloe y ambas al separarse me vieron de forma burlona.

—Cada minuto que pasa, hace que el malentendido crezca y crean que es verdad—reclamé.

Ambas sonrieron triunfantes y sin decir nada señalaron la pantalla, me giré a ver. Con la esperanza que esto fuera la respuesta a mis problemas.

Los hemos citado en este lugar, para abiertamente, dar a conocer nuestra relación de manera oficial—Chloe y Sabrina aparecían en la conferencia, siendo iluminadas por los cientos de flashes de cámara—queremos informar que una de las integrantes del reality, Marinette Dupain Cheng, quiso extorsionarnos con un video intimo de mi pareja y yo—sentí mi estomago hundirse y mis manos ponerse frías.

—¿Extorsionarlas? Chloe, ilústranos

Marinette Dupain Cheng quería que la declaráramos ganadora del reality, a cambio de no publicar dicho video…

¡Mentiras! —grité, mi garganta ardió por la fuerza—¡Yo no hice ese video! ¡Vieron mi celular y comprobaron que yo nunca…!

—A los pocos minutos que te encaramos, nos enviaste una nueva amenaza.

—¡Sabrina, que no he sido yo! —la desesperación me sobrevino. Es que no encontraba la manera de probar mi inocencia.

—Dupain Cheng, medio Londres lo sabe. Es inútil que finjas que no es así—la tranquilidad en la voz de Chloe era tan hipócrita.

—Me tendiste una trampa en el reality. ¡Plagiaste mi diseño y lo hiciste pasar por el de Lila! ¡Tú eres la mentirosa aquí! —acusé, con ira.

—Ojo por ojo. Es lo que recibes por habernos enviado esa amenaza tan agresiva. Por favor, creíste que no nos daríamos cuenta de que eras tú.

—¡Cuantas veces tengo que decir que no fui yo! ¡Retráctate, estas cometiendo un error, soy inocente! —mi voz se estaba quebrando, la angustia me sobrecogió el pecho. 

—Eres una descarada.

—¡Tú eres la descarada que intenta cubrir su infidelidad culpando a una inocente! —le reproché, al ver que ella insistía en acusarme.

—¡Vas a pagar muy caro tu ofensa! ¡SEGURIDAD! —el rostro de Chloe se deformó, estaba fuera de sí. Dos tipos fornidos ingresaron a la oficina—¡Saquen a esta ridícula de mi vista!

—¡Probaré que digo la verdad! —los sujetos me tomaron por mis brazos, me estaban lastimando mientras me arrastraban. Recordé una maniobra que me enseñó mi maestro de artes marciales; gracias a ello me liberé de su agarré.

Al verme libre, Chloe gritó que era una loca y se refugió detrás de una aterrada Sabrina.  Con una mirada desafiante, le recordé que no me daría por vencida, la expondría como la mentirosa que es. Salí corriendo del lugar con los dos tipos pisando mis talones. Pude despistarlos al hacerles creer que use el ascensor y aproveché para escapar por las escaleras de emergencia y salir por la parte de atrás del edificio. Lejos de las cámaras de seguridad.

 

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En cuanto llegué al apartamento, comencé a redactar un guion junto a una explicación de la veracidad de mi diseño. Tenía mis bocetos a mano y que me valdrían como prueba de que no plagie nada. Una vez tuve todo en orden, procedí a grabar un video para aclarar el malentendido, además sería justa, no utilizaré la vida personal de Chloe para limpiar mi nombre, eso sería rebajarme a su nivel.

Al finalizar, les envié un mensaje a mis amigas; asegurando  que todo estaba bajo control que las pruebas eran más que suficientes para limpiar mi reputación.  Finalmente, subí el video a mis redes sociales, estaba satisfecha con el resultado. No tenía nada que temer, para mañana, esto no será más que un mal recuerdo del que me reiré después. Con la confianza puesta en ello, me fui a dormir.

El irritante sonido de mi celular me despertó a temprano a la mañana, estaba algo desorientada porque no recordé poner una alarma. Perezosa miré la pantalla. Era una llamada de Alya.

—Hola—seguido de un bostezo.

—¡Marinette, hasta que al fin respondes! —se escuchaba agitada, iba a reprenderle que no me llamará cuando estaba haciendo…—¡Revisa el hashtag “Spring”!

—¿Primavera? No Alya, estamos en verano…

—No, entra a tus redes y ve el hashtag “Spring” ¿Qué paso con Chloe? Sus acusaciones contra ti son terribles.

—¿Qué dices? — fui hacia mi computadora e ingresé a mis redes sociales. Saltaron a la vista incontables notificaciones—¡Santo Dios! —el pavor me embargo cuando revisé el hashtag “Spring”

Había cientos de imágenes de torres, puentes, edificios de todo Londres. Acompañados de unos mensajes que me hicieron palidecer.

“El Big Ben es ideal para #springmarinette”

“Si eres una homofóbica y copiona como ella, has el favor y #springmarinette así nos libramos de pestes como ustedes”

“Estoy deseando que justo suceda cuando este cerca, así grabaré el momento de #springmarinette”

Seguía leyendo y los mensajes se tornaban peor.

“¿Alguien sabe dónde vive? Si es en un edificio, aprovechamos y #springmarinette”

“Significado del hashtag #springmarinette. Spring esta en alemán y significa salta…”

Muerte a todos los homofóbicos empezando por la zorra extorsionista #springmarinette”

Entre en pánico, aparté la computadora y tiré mi celular al piso. Había amenazas de muerte, burlas, fragmentos del video que subí ayer, siendo parodiado.

Pronto el pánico se convirtió en ira, iba a encarar a Chloe de nuevo exigirle que dijera la verdad, no pensaba dejarla ganar. De nuevo tomé mis cosas, poco me importaba ir en pijamas esto no iba quedarse así. En cuanto abrí la puerta me encontré con una aireada Alya.

—Marinette, que bueno que te encuentro, ayer vine a buscarte y no estabas—paso al interior, cerré la puerta. Esperanzada en que ella podía ayudarme— ¿qué está pasando? Recién me enteró de esto por lo que circula en redes. ¿Por qué no me dijiste lo que te estaba pasando? Incluso le pregunte a Claude.

Ni bien termino de mencionar a ese tipo, el enojó me domino.

—¿Claude? Él te contó lo que pasó.

—Por supuesto…

—Me sorprende que él sepa tanto del tema, porque fue Rosita la única que me defendió cuando se dio esa falsa acusación. ¿Sabes lo qué Claude hizo por mí?

—Marinette.

—¡No hizo absolutamente nada! le convenía porque el sería el expulsado de ese episodio.

—Cuidado Marinette, estas acusando sin pruebas.

—Estás insinuando que miento. Cómo sería eso posible si ese oportunista estaba junto a mí ¡prácticamente su estación estaba al lado mío!

—Seguramente se asustó. Además, no es solo por eso que se te están atacando. Te acusan de homofóbica.

—¿Homofóbica? ¡Por Dios, mi novio es bisexual! En todo caso, Claude puede ayudarme, él vio mi trabajo.

—Marinette, aunque el diga que te vio hacer el trabajo, se necesitan pruebas para respaldarlo. Saldría perjudicado si habla sin tener algo que respalde sus palabras.

—¡No puedo creerlo, Alya, lo estas defendiendo! ¡por sobre nuestra amistad! Te importa más que el no sea perjudicado a que me ayude a mostrar la verdad. ¿eso cómo me deja?

—No soy tú enemiga.

—Estas evadiendo la pregunta—le desafié—Te preocupa más la reputación de Claude que lo que estoy pasando en este momento ¡Jamás debí escucharte y participar en ese estúpido reality!

—Ahora me acusas a mi—señaló indignada—en primer lugar, no me contaste que Chloe te acusaba de tal cosa y luego vienes a querer embarrarme la culpa.

—Seamos honestas, esta discusión es por el cobarde de Claude y tú negativa a que me ayude.

—La que cometió el error fuiste tú. No quieras evadir la responsabilidad de tus actos, culpando a otros.

—¡Sal ahora mismo de mi apartamento! —no podía creer que Alya estuviera empeñada en proteger la reputación de Claude, a costa de la mía.

—¿Lo dices en serio?

—Que importa nuestra amistad si Sir Claude es tú prioridad, hoy y siempre. ¡Anda, lárgate a sus brazos!

—Marinette, estas frustrada por eso…

—No Alya, tú ya elegiste un bando ¡vete de mi vida! ¡lárgate de mi apartamento de una buena vez!

El silencio nos envolvió, aunque nos desafiamos con la mirada, ambas con lágrimas en los ojos.

—Adiós, Marinette—su voz se quebró, pero no evité que se marchara.

Me sentí terrible cuando ella cerró la puerta. Fui consiente de lo que estaba pasando y no sabía que hacer. Acabo de perder a quien por años estuvo junto a mí.

 La he perdido justo en el momento que más la necesitaba.

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Mis manos temblaban y, mis temores iban in crescendo con cada tono que escuchaba del otro lado de la línea. Hacia solo unos minutos había tenido una fuerte discusión con Alya; a la que creí era mi mejor amiga de la infancia, destruyendo toda posibilidad de reconciliación.

Decidí marcarle a él, con el propósito de sentirme segura, que dijera que las cosas tenían solución, a pesar de que mi barco estaba quedándose a la deriva y sin tripulación.

El celular dejó de timbrar y escuché ruido del otro lado, sin esperar un saludo de él, me apresuré a hablar.

—My dreamer— Le llamé por el mote que usaba para él—Todo salió mal...—musité con mi voz quebrándose por la situación; apreté el aparato contra mí oreja imaginando que me atraía con sus brazos a su cuerpo, brindándome su calor—...me tendieron una trampa en el Reality...

—¿Marinette? —la voz del otro lado era familiar. Más no era de él.

—¿Bob? ¿Qué haces con él teléfono de...?

Cariño—me interrumpió, con ese molesto tono condescendiente—mi talentoso chico está ocupado, puedes llamarlo más tarde—sugirió despreocupado.

—Necesito hablar con él, solo serán unos minutos—supliqué.

—¿Dijiste que era por el reality? Pequeña eso tiene arregló, tomas un vuelo a cualquier parte del mundo y, en un par de semanas el asunto pasará al olvido.

—¡Has visto el hashtag que están usando contra mí!

—¿Spring? Exageras, eso significa primavera en inglés, no hay porque armar tanto dram...

—Está en Alemán Bob y significa: ¡salta! —suficiente, esté tipo estaba colmando mi paciencia, al diablo mi llanto, debía pasar a este pelmazo para lograr hablar con mi novio—entenderás el porqué de mi insistencia.

Tranquila, verás—exhaló—, no quería ser el portador de malas noticias. Tú novio está molesto, no lo escuchaste y este es el resultado.

—Déjame hablar con él y explicarle lo que paso, necesita saber la verdad de todo esto.

Él recién se está adaptando al ritmo de vida de Estados Unidos, ya sabes lo estresado y nervioso que se pone con las cosas nuevas—justificó, pero mis nervios por no tener con quien hablar sobre esto, me estaban sobrepasando.

—Perdona que insista, pero, en verdad necesito escuchar su voz—sollocé—no lo haré volver si eso te preocupa...

Él ha pedido tiempo.

—¿Qué?

Así es, tú sabes lo mucho que los quiero y al ver lo disgustado que estaba por tu pésima decisión, le sugerí que se tomaran un tiempo.

—¿Qué tu qué? —no podía estar hablando enserio.

Él pensaba terminar con todo, pero le aconsejé y, eso fue lo mejor que pude lograr.

—Pero...

Cariño no seas egoísta, no todo gira a tu alrededor, él también tiene sus propios problemas.

—Lo necesito—, acallé con mi mano un hipeo por el llanto.

Te prometo que en cuanto se calme te llamará; es más, puede que hasta te vaya a visitar a Londres.

—Bob por favor...

Ya vienen los del estudio, te dejo pequeña ¡Buena suerte!

Y, colgó.

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—Haremos una pausa—Marín interrumpió mi relato, frenando la sesión del recuerdo. Una vez dio el aviso, apago la pantalla de la computadora y vino a mi—respira lento, reconoce la emoción que experimentas y no la reprimas.

Seguí sus indicaciones, no me di cuenta cuando comencé a llorar y detestaba que esto pasara, me hacía sentir débil, inútil.

Arruinaste todo, eras una inepta que no es capaz de solucionar algo tan simple. Perdiste a tu amiga, tu novio, tu vida.

Las señales eran claras, Bob, me advirtió a su modo, que mi ex no quería nada conmigo. Perdí a mi amiga por culpa de un chico y debí llevar una grabadora o algo cuando fui a enfrentar a Chloe. ¡Soy tan estúpida!

—No Marinette, no tenemos poder sobre los eventos que se desencadenen por otras personas.

—Influí en sus decisiones, ese es poder suficiente…

—De ninguna forma. Estabas asustada, experimentabas un estrés que te superó.

—Aún así, los alejé.

—No puedes controlar lo que otros decidan. Sé que aun te duele, es un sentimiento que no se irá pronto. Escucha cuando te digo, va a mejorar.

—Es muy difícil afrontarlo—estrujé mi camisa—duele mucho.

—Te ayudaré, no estas sola Marinette, ya no más.

Guarde silencio, se supone que debo agradecerle.

¡Es imposible, estas rota y la gente como tú no tiene solución!

—Aprovecha el descanso, estira tus músculos. Eres libre de continuar con el relato o por el contrario…

—¡No, no pararé, debo continuar!

—No te obligues, sabes lo que viene ¿cierto?

—Si, por eso debo relatarles está parte de la historia—temía que me juzgarán, porque describiré exactamente lo que experimenté cuando tome esa decisión—ellos comprenderán porque me niego a pelear.

El momento cuando esa maldita voz se volvió parte de mi vida. 

Soy lo que callas, mientras aparentas que eres normal. Expongo tus inseguridades.

—Comprendo, pero si detecto un cambio en los recuerdos, voy a pararte. Recuerda que lo haces para que sepan lo que has vivido, que entiendan tu postura. Sin embargo, ellos son libres de decidir. Te protegeremos, decidas pelear o no. Te recuerdo que los verás al final de la sesión, para escucharlos.  

Asentí, bebí del vaso con agua y volví a acomodarme en el diván.

Ellos sabrán, lo que destruyó a la antigua Marinette.

 

 

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola invocadoras e invocadores, que gusto saludarles de nuevo. Acomodar esto no habría sido posible sin la ayuda de mi beta reader, son muchos eventos, descritos aquí.

Una pequeña chispa, desató el infierno para Marinette. No profundizaré en ello, porque aún falta la segunda parte de la sesión del recuerdo, la más fuerte de este fanfic y la cual llevará una advertencia, porque será muy cruda.  

Tanto por la parte visual de la situación, como la emocional, al momento de tomar una decisión como la que se expondrá.

Muchas gracias por su paciencia y apoyo, quisiera traer los capítulos más rápido, pero estos hechos requieren ser escritos con toda la comprensión y claridad posible. Aun así hay ciertos fallos, pero no entorpecen la idea en general.

Sin más que decir, nos leemos pronto.

 

Chapter 19: Miseria

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Advertencia: Este capitulo contiene una descripción del suicidio, que puede resultar incomoda para personas sensibles. Por favor leer con discreción.

 

—Señora Sophie—conté los euros—este no era el precio—le recordé a la dama que por años fue mi clienta más leal.

—Te di el dinero que faltaba—aceró, sosteniendo la caja con el vestido hecho a medida—. Por una réplica, es lo menos que puedo darte.

—Mis diseños no son réplica—mantuve el tono neutral, aunque por dentro, mi orgullo de diseñadora estaba herido.

—Bueno, puedes llevarte el vestido y ver quién te lo compra por ese exorbitante precio—extendió el paquete. Negué en silencio, agachando la cabeza, soportando la humillación porque necesitaba él dinero.

—Quédeselo, es el precio justo—en cuanto termine de hablar, ella me cerró la puerta en la cara.

Supongo que no querrá otro encargo.

Bajé por la calle, con mi semblante desalentado y los hombros caídos. Era un parche en medio de las residencias lujosas de colores vistosos.

Con esto, oficialmente ya no tengo clientes.

La lluvia comenzó a caer, me cubrí con la capucha de la sudadera ancha de color gris. De nada iba servir, el agua pronto empaparía todo mi escuálido ser ¿Qué trataba de ocultar?

 Mi vergüenza por algo que no hice.  

Mientras caminaba bajo la intensa lluvia, eché la vista atrás de todo lo sucedido:

 Hacía dos meses que paso el escandaló originado por Chloe. Traté por mis medios de obtener pruebas; pedir los videos de las cámaras de seguridad dentro del edificio; los cuales me negaron al no tener una orden legal para ello. ¿Por qué no le pedí ayuda a Bridgette?

Una buena pregunta: de algún modo, Sabrina se enteró que buscaba los videos de seguridad o copias del capítulo que no se emitió. Ella me citó a un restaurant.

Confiada, asistí. Sabrina me pidió que dejará de ser un problema para Chloe, es decir, que no continuara buscando contradecirla. Si me echaba para atrás con la idea de probar mi verdad, ella convencería a su novia de pasar el capítulo dónde se comprobaba el error de producción y así, mi reputación cómo diseñadora original, sería recuperada. No así, desmentir el chantaje.

Estaba tan necesitada de no perjudicar mi trabajo en ese entonces, que accedí. Cómo resultado; a las pocas horas de esa reunión, Chloe llamó a una rueda de prensa, para decir que intenté estafar a su novia y de paso agregó que la amenacé. Aumentando de esa forma el odio de sus fans hacia mí, que se tradujo en ataques y hashtag denigrantes.

Supe que confrontar a Chloe, era una batalla perdida, así que dejé que se saliera con la suya.

Con el final del concurso, la atención al tema fue menguando. Pero nada borraba el daño que yo recibí. Lo que me atrae a este repaso de acontecimientos, es que había una persona por la cual, no hice uso del recurso legal para defenderme. Esa era la madre de Chloe. La poderosa y sin corazón; Audrey Bourgeois, que, al ser entrevistada por el hecho en cuestión, dijo que nadie molestaba a su muñequita y menos una seudo diseñadora mediocre, que es incapaz de crear diseños propios.

Ese desdeñoso comentario, bastó para que mis clientes cancelaran pedidos y solicitaran la devolución de su dinero. Pocos fueron los que exigieron que terminara sus prendas, a un costo menor.

Mi caída se asemejó a un efecto domino: tuve que cerrar el local que arrendaba en el centro y despedir a las costureras, al no tener ingresos para pagar su salario.

Previendo que no serían tiempos buenos, pagué por adelantado los meses de arrendamiento del apartamento en que vivía. Aferrada a la idea que my dreamer, me devolvería la mitad de este pago cuando regresara.

Él pidió tiempo, en cuanto esté listo; volverá a mi lado.

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Me sumergí tanto en cavilar sobre mi pasado, que no sentí el tiempo que duro el recorrido hasta el apartamento. Abrí la puerta y el silencio me dio la bienvenida. Encendí la luz y me dirigí a la cocina a preparar un té. No sin antes cambiar mis empapadas prendas.

Tanto tiempo libre, me hacía sobre analizar las cosas, cómo el haber creado mentiras tan grandes para mis amigas: A Bridgette le dije que la intención de Chloe fue, que yo me convirtiera en el factor polémico del programa. Que acepté porque me ofreció una buena paga y eso compensaba el riesgo. Claro que me dio una reprimenda por ello, pero luego terminó por aceptar que el mundo de la moda es así, vive de la polémica.

Con Cherry Hair fue distinto, le dije que tenía muchas cajas y bolsas con el logo que ella me dio, por ello cancelaba la orden de más material para empacar mis productos. Para evitar sus visitas, le mentí conque iría de vacaciones a San Francisco, con mi novio.

Ni hablar de mis padres, inventé que tomaría un descanso, tanto estudió y el programa, me tenían muy presionada. Me dolió ver sus caras de comprensión, dándome la razón.

Miento para protegerlos, para que nadie los lastime por mi culpa.

Fui a la terraza con mi taza de té en mano. El dulce aroma de las rosas me daba paz, tome asiento contemplando el cumulo de nubes en el cielo. Saqué mi celular y busqué el chat de mi novio. Me tomé una selfi junto al rosal, para mostrarle que estoy cuidando de su regalo. Le di enviar…la taza de té resbalo de mis manos, volviéndose añicos en el piso.

Este usuario no puede recibir tus mensajes

¡No, él sería incapaz de esto!

Marqué su número, convenciéndome que debía ser un problema con la aplicación del chat. Me quedé fría cuando la llamada no se enlazó. Fui a sus redes sociales, intenté por todos los medios que compartíamos.

Me ha bloqueado de todos ellos.

—El pidió tiempo, necesita pensar las cosas en total paz. Es obvio que esto no significa nada—monologaba yendo de un lado al otro en la terraza, hasta que mi zapato piso un pedazo de la taza rota—todos tenemos días malos—presioné mi zapato con fuerza, pulverizando el pequeño trozo de cerámica— él debe estar pasando por algo peor. Mi deber es ser comprensiva—finalicé, yendo por un recogedor para levantar la taza rota.

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Paso una semana en la que me dediqué a elaborar algunas prendas con la tela sobrante de todos los pedidos cancelados. Planeaba sacar algo de dinero ofertándolas en línea. No era mucho, pero serviría para pagar cuentas.

—Hola Mini Bug—Cherry Hair se apareció sin avisar frente a mi puerta—Me enteré por ahí—daba un recorrido por el lobby del apartamento—que quieres tomarte un año sabático—detuvo sus pasos y se giró a mí, con vacilación—No comprendo—llevó su mano a sujetar el puente de su nariz—Tienes un talento que has pulido con conocimiento ¿Por qué no explotarlo para tu beneficio?

—Este…—¿viajó desde París para preguntarme eso? —¿recuerdas el reality? Por supuesto que lo recuerdas—respondí mi pregunta.

—¿Estas divagando? —intervino— Mini Bug, me ha quedado bastante claro el que aceptarás ser el factor polémico. Fue un riesgo que te prestarás a eso ¿Por qué no pediste mi opinión? No sabre de modas, pero ¡exponer tu reputación de esa forma!

—Estamos parloteando mucho hoy, Cherry Hair—sonreí para aliviar la pesadez de mi comentario—¿te sirvo un té? —fui a la cocina, ella me siguió. Rogaba que no continuara con el tema.

—Si, gracias. A ti no te gustan los colores neutrales y las vestimentas holgadas. ¿Por qué traes prendas que te cubren por entero?

—Quería hacer un poco de limpieza, antes que te aparecieras de improvisto, obvio ¿no? —mi paciencia estaba rebosando su límite— Entonces decidí usar la ropa vieja de él, para no ensuciar mis prendas—saqué la tetera que Alya me regaló cuando recién me mude a vivir con mi novio.

—Ahora que lo mencionas. Estoy casi segura de que él me daría la razón. ¿Qué opina respecto a tu año saba…?

—¡No te parece que son muchas preguntas! —espeté, colocando con fuerza la tetera sobre la mesa, en un sonido seco.

—Mini Bug, yo solo trataba de…

—Estoy bien ¿sí? No tienes por qué vaticinar que hay una enorme nube de desgracias, porque me tomé un simple año de descanso—espeté, con la mandíbula tensa—me pagaron bien—mentí—quiero disfrutar de ese pago, con unas merecidas vacaciones. ¿Tiene eso algo de malo?

—Bien—alzó sus manos al aire—lo dejó estar—se sentó en uno de los bancos de la barra de desayuno—vamos a dar la vuelta por ahí, con eso que quieres disfrutar del dinero que te pagaron. ¡Es más, le llamaré a Brid para que vayamos juntas!

—No puedo…—no tenía tanto dinero cómo para llevar la mentira tan lejos—my dreamer, viene en unas horas y quiero tener todo listo…darle una sorpresa. Sal tú con Brid.

—Pero podemos ir a comprar al centro comercial. Te puedo hasta ayudar a limpiar.

—¡No hace falta! —alcé la voz— tengo algunos pedidos que hacer, unos que quedaron pendientes. Hago las cosas mejor, si…estoy sola.

—De acuerdo—ella bajo del taburete—me llamas cuando estes libre. Iré a casa de Brid.

Dicho esto, se despidió de mí y salió del lugar. Por extraño que pareciera, comenzaba a gustarme estar sola. Porque no tenía que darle explicaciones a nadie, ni inventaba mentiras tras otra.

No lastimaba a nadie con mi presencia.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Los meses transcurrieron; cuatro en total. El panorama no mejoró, busqué empleo sin éxito, dejé mi portafolio e información en lugares relacionados a mi rubro, pero no recibí llamadas ni entrevistas.

Seguí con mis ventas en línea, aunque no eran las mejores, pues no siempre se lograba algo en la semana.  Bridgette me brindó la oportunidad de ser la encargada del vestuario de grupo de teatro del colegio de Lowell.

Me presentaba a tomar medidas usando un cubrebocas y pupilentes de diferentes colores, bajo el seudónimo de “Multimouse” no era el mote más creativo, simplemente lo relacioné a los ratoncitos costureros de “La Cenicienta”. Le dije a mi amiga que, hacia esto, para generar confianza a mis pequeños clientes.

 Aunque en verdad, no quería que sus padres reconocieran a Marinette, la tonta que hecho su carrera por la borda.

En fin, al ser un grupo de presentaciones aisladas o en fechas importantes, debía hacer lo imposible para estirar la paga y me sirviera para gastos y ahorro, unos miseros euros que guardaba para emergencias.

Durante ese tiempo, fui al banco a ver si mi novio depositaba su parte del alquiler. Pero no hubo más dinero de él.

Debe estar pasándola mal económicamente, así que debo esperar, hacerle ver que conservo nuestro lugar a espera de su regreso. Que juntos podremos salir de nuestras malas rachas.

Un día Alix me llamó, dijo que Bob mencionó en una revista que, le pedí tiempo a mi novio, porque no estaba segura de tolerar su bisexualidad. Le dije que, Bob solo usa la polémica para llamar la atención, si eso era para que notaran a my dreamer, por mi, estaba bien.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Los días comenzaron a pesar, la culpa por haber escudriñado en esa puerta se repetía en mi mente, al punto que se volvió una pesadilla que me despertaba en las madrugadas. Me era difícil conciliar el sueño de nuevo, así que optaba por ver programas en la televisión, no importaba el tema, solo necesitaba desconectar mi mente de la preocupación.

Trabajar en mis creaciones se volvió tedioso, no me emocionaba hacer algo nuevo. No gritaba de felicidad cuando veía el resultado final de una prenda. Solo, pasaba al siguiente vestido.

Deje de salir, porque sentía el peso de las miradas sobre mí. Las personas cuchichiaban cuando pasaba frente a ellos.

Hablan de ti, de lo horrible que luces, de lo estúpida que fuiste por abrir esa puerta.

Comencé a tardarme en realizar las prendas, me cuestionaba lo que hacia más de la cuenta. Estaba insegura cada que intentaba algo nuevo. Terminaba por desistir y me iba por lo seguro.

¿Creativa? Lo dudo, nadie te contrata, inútil buena para nada.

No visitaba mucho a mis padres, les decía que tenía mucho por hacer, porque no quería que me relacionaran con ellos. Estaban teniendo éxito como chefs pasteleros, asistiendo a programas y siendo jueces en concursos de cocina. No iba arruinarles eso.

Tú presencia es irrelevante, les da igual que estes o no en sus vidas.

Con mis amigas…en consecuencia a mi temor de salir a la calle, empecé a distanciarme. Invente muchas excusas para no vernos.

≪ ¿Hoy? Lo siento no puedo, tengo unos atuendos que terminar, para la próxima será.

¿Vendrás a Londres? Me temó que no puedo recibirte, tengo gripe. ¿Lo dejamos para una próxima?

¡Justo hoy viene mi novio! Ha pasado tanto sin verlo. No te pongas celosa, te compensaré la próxima vez.

¿Ir al cine? No, esa película no es mi favorita, ni ninguna de las que están en cartelera. A la próxima que la cambien, nos vemos≫

La máscara de la mentira te sienta bien. Esconde a los demás lo miserable que eres en esta vida.

Los recipientes de las comidas instantáneas se acumulaban en el fregadero. Pilas de ropa sucia junto a la lavadora. Todo eso dejo de importarme; sea como sea, esto no va a cambiar.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Consumida por la culpa, un día como todos, me senté en la terraza. Del precioso rosal, no quedaba nada; era un arbusto espinoso con una que otra rosa. Verlas no me evoca al recuerdo de ese amor que él juro, al contrario, me recuerdan que, aunque un sueño sea hermoso, las ramas de espinas terminaran por destruirlo. 

Vi al cielo buscando las estrellas, pero las nubes lo impiden. Todo era incierto, mi vida no tenía un propósito, debía admitir mi derrota, perdí todo por lo que había luchado en un abrir y cerrar de ojos.

¿Qué hago ahora?

Has pensado en dormir…y nunca despertar.

Ese hilo de pensamiento, basto para sentir un intenso miedo ¿Si cierro los ojos, no volveré a despertar? Mi corazón latía con tanta fuerza que el pecho me dolió, el aire comenzó a faltarme, mis manos tiraban del cuello de mi camisa, tratando de liberarme de cualquier cosa que me estuviera sofocando.

Mis piernas flaquearon y caía de rodillas al piso, llorando desconsolada por la angustia. Temí sufrir un ataque al corazón por la arritmia de este.

—Ayu…ayuda…por…favor—supliqué al vació, estaba desamparada, sin nadie. ¡Voy a morir, y nadie jamás se dará cuenta!

Mi vista se puso borrosa y perdí el conocimiento.

Desperté tras varios minutos de inconciencia, lo supe al ver el reloj de mi celular. Estaba tirada en el piso, mi cuerpo se sentía muy débil, repasé con la vista la desolada estancia. Aterrada me abracé a mí misma, rogando no volver a experimentar esa horrible sensación.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Lo que sea que me paralizaba de un miedo irracional, se volvió frecuente, llegaban de golpe y drenaban todo de mí. No podía pararlos, eran parte de mí.

Tocaron el timbre. Fui a ver, creyendo que se trataba de mi pedido de comida instantánea. Sali de mi pequeño taller de costura y abrí la puerta del frente.

—¡Hola, Mini Bug! —una sonriente y llena de júbilo Cherry Hair estaba del otro lado—Max, Markov y yo, pasábamos por el vecindario y pensamos pasar a salu…—enmudeció y su sonrisa se esfumó, me vio con lastima. Aparte la vista—¿Qué le paso a tú departamento? ¿Qué te pasó a ti?

—Estaba terminando unos pendientes, iba limpiar luego—froté mi brazo y, me avergoncé por el chiquero en el que se encontraba el apartamento; también por mi aspecto desaliñado.

—Se nota que ese propósito fue procrastinado hace mucho.

—¡Cállate Markov! —reprendió Max a su amigo.

—En serio, iba limpiar y entonces…—estaba incomoda con su presencia, de seguir, harían preguntas que no quiero responder—vinieron ustedes, así que…

—Se te ve cansada. Ve con Alix a dar la vuelta—Max avanzó hasta el lobby en compañía de Markov.

—¡Es una estupenda idea! ¡Ven, iremos al hotel donde nos alojamos! ¡Hay una nueva serie sobre un asesino serial que quiero que veamos!

—No estoy vestida apropiadamente—tenía puesta una camiseta holgada de mi novio y uno de sus bóxeres.

De seguro le darás pena ajena. 

—Toma—ella se quitó su abrigo blanco.

—¡No, estoy toda sucia, voy a arruinarlo! —antes que pudiera terminar, ella me colocó su abrigo sobre los hombros.

—Vamos Mini Bug, merecemos un descansó. No digas que no.

Resignada, me cubrí con la prenda y salí con ella, dejando a Max y Markov en el apartamento.

Llegando a la habitación de hotel, Alix se ofreció a lavar mi largo cabello, mientras estaba sumergida en la tina, cubierta de espuma y sales de baño. Ella me dio privacidad cuando me seque el cuerpo. Me vi en el espejo de cuerpo completo desconociendo mi propio reflejo.

Estaba más delgada, con mi piel reseca, mis ojos de un azul opaco…sin vida, sin metas.

Alicaída, me puse la ropa que Cherry Hair dejó para mí. Antes de salir del baño, esbocé una sonrisa, una que mantendría todo el rato que durara mi estadía.

Así fue como pase un momento de películas y botanas que no me supieron a nada, mis emociones estaban apagadas, fingía que lo pasaba bien, cuando solo quería estar en mi apartamento.

Al final del día, ambas regresamos a mi hogar. Al abrir la puerta, me impactó lo que encontré. El lugar estaba limpio y ordenado, incluso los rosales recibieron mantenimiento y cuidado.

—Bienvenida Marinette! —Markov y Max gritaron al mismo tiempo—cómo pasas muy ocupada, contraté a una ordenanza para que venga una vez a la semana—explicaba Max acercándose a Cherry Hair.

La imagen de ellos dos juntos y enamorados, me trajo el recuerdo de my dreamer.

Que lo detiene de estar conmigo.

La fama y la fortuna no van de la mano con el fracaso.

—Él pidió tiempo y… hace meses que no sé nada de él—me abracé a mí misma—lo amo tanto, que duele mucho no tenerlo conmigo. Quiero ser una buena novia y respetar lo que ha pedido…pero a veces es tan difícil.

Alix me abrazó y mi coraza se quebró, rompí en llanto, era la primera vez que exteriorizaba lo que estaba pasando con mi vida amorosa, sin embargo, no fui capaz de comentar lo que Chloe le hizo a mi carrera.

Una vez termino el llanto, Alix me dijo que contaba con ellos para lo que fuera. Que iban a apoyarme.

Mi sonrisa falsa hizo su entrada; lo cual fue suficiente para que me creyeran cuando les dije que me había desahogado y, mis fuerzas estaban renovadas para continuar. Así pues, confiando en lo dicho, se retiraron de mi apartamento.

No me esperé lo que sucedió al siguiente sábado. Cherry Hair se presentó junto a la señora que haría la respectiva limpieza. Mi amiga se quedó todo el rato, aun cuando la ordenanza se marchó. Al día siguiente Alix se fue, para luego regresar el siguiente fin de semana.

Estas haciendo que ella gaste dinero en ti. Arruinando su vida por alguien que no vale la pena.

Mi subconsciente me torturo con esa idea cada que Cherry Hair se aparecía el fin de semana en mi puerta.

—Cerca del Hotel donde nos hospedamos, hay un bloque de apartamentos muy cómodos y económicos ¿Te parece si vamos a verlos? —Alix propuso, bebiendo de su té.

—No es necesario, pensaba pagar otro año en este lugar—si dejo de vivir aquí, mis padres sabrán que algo malo pasa—Además, aún no puedo dar por finalizada mi relación con my dreamer. Si me voy, no tendrá manera de dar conmigo.

—Marinette, él siempre puede dar con tú ubicación. Mudarte no es nada malo. Puede ser temporal, hasta que tengas una estabilidad financiera.

—Tengo una estabilidad financiera ¿por qué asumes que no? —me plante frente a ella, sin quitarle la mirada.

—Marinette, se honesta conmigo, no voy a juzgarte. Algo malo está pasándote, no es solo por tu ex

—¡No quieras ver problemas donde no los hay! ¿ex? ¡Cómo te atreves a pensar eso!

—No tienes noticias de él.

—Está ocupado es todo.

—Marinette, no seas terca. ¿Qué paso en realidad con Chloe?

—Estas cambiando el tema.

—No, ambos temas tienen que ver. Te aferras a algo que ya no…

—¡QUE PROBLEMA HAY EN ESO!

—No te pongas a la defensiva, quiero ayudarte. Cambiar de ambiente y, ahorrar el dinero que tienes para un nuevo propósito no tiene nada de malo.

—Yo no tengo problemas de dinero. Pagaré un año más aquí.

—Quedarás en banca rota si lo haces.

—Voy a demostrarte que no es así, que puedo con todo esto. ¡Te guste o no seguiré viviendo en este lugar!

—¡Marinette, basta, que acaso no te das cuenta! ¡Sin nuestra ayuda, esto sería una pocilga! ¡vivías en un basurero, sin siquiera molestarte en ordenarlo! —Alix estaba furiosa, más no di mi brazo a torcer.

—Nadie les pidió ayuda y, yo no la necesito. Este es mi hogar y no pienso dejarlo. ¡Es a lo que me aferró para seguir aquí!

—Bien, si eso es lo que quieres. No vengas con el rabo entre las piernas, cuando veas lo equivocada que estas—Alix, se dio media vuelta y abandonó el apartamento.

Enfurecida, me propuse callarle la boca; probaré que puedo con esto, que no estoy en números rojos. Tengo talento y experiencia, puedo hacerme con un empleo de inmediato.

Propósitos que quedó en el tintero. La cruda verdad, es que nadie me contrato, nadie aparte del club de teatro compraba mis diseños. Mi mente ahora se veía invadida por los escenarios de futuros inciertos, por culpa de mi fracaso.

El miedo se mezcló con “lo que vendrá” una sensación más desoladora que las anteriores.

Estaba en automático, despertando en el mismo escenario todos los días. Sin ningún cambio, apenas esa semana que discutí con Alix, fue suficiente para darme cuenta de que, vivir dolía demasiado.

Quiero descansar, quiero dejar de sentirme así. Vacía, incompetente, culpable, mortificada por mis pensamientos y arrepentimientos.

Hay una forma de liberarte.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

—¡Marinette, que alegría que nos visites! ¡Pasa, no te quedes en la puerta! ¡Tom, nuestra hija ha venido de visita!

—Mamá, he estado ocupada—expliqué, cuando mi padre apareció en la sala.

—¡Marinette, mi niña! —me abrazó muy fuerte y le correspondí.

No es suficiente, no te reconforta.

¡Iré a preparar tú habitación!

—Mamá no voy a quedarme—me aparte del abrazo de mi padre. Ambos me vieron con tristeza. Sonreí con un deje de simpatía—tengo que verme con Brid por la tarde.

—Nuestra niña es una mujer ocupada, así que prepararemos comida para un gran almuerzo.

—También te prepararé provisiones para que lleves. Estas muy delgada. Voy a llamarle la atención a—mencionó el nombre de mi novio—que te ponga más cuidado.

—No voy a negarme al almuerzo y las provisiones, pero no hables con él. Esta ocupado, suficiente estrés con la productora.

—Eres un amor—mamá apretó mis mejillas—siempre cuidando de los demás.

—Me conoces mejor que nadie—sobé mis mejillas cuando las soltó—¿Qué vamos a cocinar?

Ese momento con mis padres, lo disfruté en demasía, reímos recordando anécdotas de mi niñez. Los escuché narrar sus proyectos a futuro, papá rememorando sus comienzos y a dónde están ahora, siendo Chef pasteleros profesionales.

Me aparté de ellos cuando fui por unas hierbas a su vivero. En cuanto regresé, me paré un momento en el marco de la puerta. Los vi tan felices juntos.

Sin ti en sus vidas, les ira mejor.

Ni bien terminamos de almorzar, salí de casa y fui al apartamento a guardar la comida que me dieron mis padres. Luego, preparé los paquetes en los cuales iban los trajes terminados del grupo de teatro. Brid pasó a los pocos minutos y aprovechando que Lowell venía con ella, me invitó al cine y cenar después.

Gustosa fui con ellos, me la pasé genial en su compañía, incluso visitamos un local de videojuegos; no había jugado desde hace un tiempo, aun así, le di pelea a mi pequeño príncipe. Al caer la noche, me despedí de ellos y regresé al apartamento.

La libertad te espera, no más cadenas, no más dolor.

No tenía miedo, no lamentaba nada, ni consideré siquiera dejar una carta, no había motivo para hacerlo.

Quiero encontrar la paz que aquí no encuentro.

Subí a la segunda planta y fui a la alcoba principal; del closet saqué mi costurero, rebusqué en este hasta dar con mi cúter rotativo. Me dirigí al baño con el artefacto y me sitúe frente al espejo.

—Quiero estar lejos de este vació—le hablé a mi reflejo—no soportó repetir día tras día, el mismo sufrimiento. Ya no puedo y no quiero estar más aquí—retiré el seguro que cubría la cuchilla—no tengo fuerzas para continuar—presioné el filo de la hoja de metal sobre la vena en mi muñeca izquierda, deslicé está cortando la piel. La sangre brotó, acompañada de un ardor.

Sonreí, por fin algo me salió bien.

Repetí el mismo proceso en mi muñeca derecha, debo admitir que la sangre en mi mano complicó el proceso, fue un corte imperfecto, pero certero. Solté la cuchilla que cayó en el lavado. Levanté la vista para encarar a mi reflejo.

—¡No soportó verte, no deseo verte nunca más! —la vista se tornó borrosa, mi cuerpo estaba cada vez más débil. Despacio me senté en el piso y luego dejé caer mi cuerpo por completo. Mi vista clavada en la tenue luz de la lampara en el techo.

No voy a intentar ir contra la corriente, es mejor dejarme llevar por esta.

Poco a poco, mi conciencia se iba perdiendo. En medio de ese letargo, me pareció escuchar ruidos en la planta baja. Al poco rato escuché a alguien llamarme a lo lejos, mis labios murmuraban cosas que no coincidían con lo que pensaba.

Sea quien sea, déjame ir.

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El soniquete de algo me perforaba los oídos, era constante y molesto. Abrí mis ojos, examinando cada rincón de las blancas paredes. Fruncí mi nariz por el intensó olor a medicamentos.

Intenté mover mis brazos sin éxito, estos estaban atados a la cama por unas cintas de tela. Asustada por la inmovilidad y más aún, con la bolsa de sangre conectada a mi brazo.

Antes que pudiera pronunciar palabra alguna, me vi rodeada de varias enfermeras y médicos. Entre ellos reconocí a Marín…

¡No quiero vivir! ¿por qué no me dejan ser libre?

Desesperada comencé a gritar, a insultarlos por evitar mi muerte… el aire comenzó a faltarme y…por primera vez, tuve contacto con las benzodiacepinas.

Eso fue lo que Marín me explicó con jeringa en mano. Mi cuerpo se vio sumergido en un adormecimiento, que me mantenía consiente y a la vez ausente.

Todo lo que duró mi hospitalización, Marín me hizo muchas preguntas; después comprendí que eran sesiones para ingresarme en su clínica psiquiátrica. Diagnóstico: Trastorno neurológico depresivo mayor.

¡Podía ser la vida tan injusta!

Tenía un problema neurológico severo, mientras que las personas que me lastimaron, vivián sus vidas perfectas.

Mis posibilidades de ejercer mi carrera, de comenzar una vida nueva en otro país, se esfumaron.

Los tratamientos son efectivos, cuando tus problemas se solucionan al mismo nivel.

No cuento con ese privilegio.

¿A qué me aferró entonces?

Pelee y lo único que gane es que barrieran el piso conmigo. No mentiré, los pensamientos suicidas han regresado…

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—Marinette, la sesión a finalizado—Marín intervino, más no iba callarme.

—¡No, ellos deben saber! —él se detuvo, con mirada severa—cada día que pasa es más difícil. Entiendo que ustedes me quieran apoyar. Pero que cara debo poner, en una empresa a la que ahora no puedo ingresar, sin que todos ahí me culpen de esos despidos ¡Cuando fue a mí a quién agredieron sin razón!

Mi corazón se contrajo cuando vi a mis amigos ingresar por la escotilla de la habitación. 

—Ya no quiero continuar—mi voz se quebró—no puedo soportarlo más.

Ellos corrieron a abrazarme y solté un llanto desconsolado.

Ninguno dijo nada y no hacía falta. Quería encontrar consuelo en su silencio, pero fue inútil.

Me rindo. 

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola invocadores e invocadoras, antes que nada, quiero desearles que pasen unas felices fiestas al lado de sus seres queridos y amados. Gracias por su infinita paciencia, a la espera de las actualizaciones ♥

Con este fuerte y doloroso capitulo, se cierra el pasado de Marinette.

Han leído el comienzo de una depresión y algunas de las señales de alguien que planea acabar con su vida. Por favor, si ven estos síntomas en alguien cercano, o en ustedes mismos. Busquen ayuda, no están a la deriva, en este basto mar de incertidumbres, hay salvavidas dispuestos a llevarles a tierra firme. ♥

No diré más, es un capitulo para reflexionar, además de conocer más a fondo a Marinette y sus más oscuros temores.

Nos leemos pronto.

Chapter 20: Creer

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Quisiera decir que confesar a mis amigos por lo que pase y, admitir que sigo lidiando con ello, fue liberador. Pero no se siente así, debería estar mejor. Sentirme bien con esto.

Admites la derrota. Eres una perdedora.

Mi subconsciente llevaba razón. Todos me trataran distinto, no lo admiten, pero se decepcionan de mí, de que tiré la toalla.

Para muestra está Marín, que, al terminar la sesión y luego del consuelo de mis amigos, me hizo saber que ya no puede continuar siendo mi psiquiatra. Debido a la gravedad de mi trastorno, necesito una intervención inmediata y como el regresará a Gales, me dejará en las manos de un nuevo terapeuta o lo que sea que, se haga cargo de mí.

Terapía ocupacional, un nuevo psiquiatra, construir una red de apoyo. Además, por primera vez tendría en mi teléfono el numero de una línea de crisis, donde un intérprete experto me apoyará durante una crisis, sea un ataque de pánico o ansiedad.

Digna conejita de indias.

Es irónico, planeaba que Marín no fuera más mi psiquiatra. Ahora que es una realidad, no me gusta la idea.

Tiene una pareja y ya obtuvo de ti lo que quería. ¿Para que más le puede servir una enferma cómo tú?

—Marinette—aparté la vista de mi ventana cuando escuché la voz de Brid—Lowell subirá a despedirse de ti.

—De acuerdo—caminé hasta el diván, cojeando un poco, el dolor de las lesiones es una molestia.

Brid bajó por las escaleras. Ella ha solicitado unos días más de su licencia, quiere acompañarnos a Marín y a mí a la nueva clínica. Para apoyarme.

Me cuesta sentirme bien con eso.

Lowell y el “grosero Graham” deben regresar a Londres por sus obligaciones. Mi pequeño príncipe retoma sus clases en un estricto colegio y Félix debe continuar con su trabajo cómo juez.

El ciclo se repite, obligas a otros a detener su vida para esta pendiente de ti.

—Marinette ¿Te sientes mejor? —Lowell asomó por la escotilla cargando una charola con comida.

—Bastante agotada—después de llorar y desahogar todo lo que he pasado—me hubiera gustado decirte lo contrario.

—Pronto y con los cuidados de mamá, estarás mejor, ya lo verás—ojalá pudiera contagiarme de su buen ánimo—te traje un caldo de sopa de pollo con verduras. Ayude a mamá a prepararlo—enunció con orgullo, depositando la bandeja en la mesa junto al diván.

—Seguro tiene buen sabor.

—Es la receta de la abuela, la seguimos al pie de la letra.

—Lowell, tenemos que irnos ya, nuestro tren sale en unos minutos—la voz de Félix me asustó, no fui consiente de cuando entro…sin permiso.

—De acuerdo papá. Hasta pronto Marinette—me abrazó y le correspondí el gesto—Mejórate pronto, Hada de las Costuras.

—Gracias por todo, Lowell.

Quiero creer en la magia que dices que poseo, pero eso, es solo la ilusión de un niño.

Lowell salió de la habitación, me extrañé que el “grosero Graham” no le siguiera.

—Te asustas cada que me vez—su mirada hostil y su porte intimidan—. No tenemos buena convivencia desde que te conozco.  No considero que sea razón suficiente para tú “miedo”

—No eres tú—era mejor ser honesta, no quiero malentendidos, estoy cansada de eso—tienes ciertos rasgos similares a alguien que conocí y me intimidó—bajé la mirada, los recuerdos de aquella noche, me golpearon cómo furiosas olas. Me abracé por el escalofrío que recorrió mi cuerpo.

—¿Trabajas para Gabriel´s? —asentí—¿Viste a Adrien Agreste? corrección ¿Tuviste un problema con El Demonio de París? —levanté mi rostro, con ojos bien abiertos—tú expresión lo confirma. Si te sirve de consejo, nunca te pongas a su nivel—. Al terminar de hablar, bajo a paso relajado las escaleras.

¿Qué ha querido decir con eso?

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

—Completé los expedientes que la nueva psiquiatra ha solicitado. Nos dio una cita para el día de mañana—Marín explicaba, jalando una silla y antes que tomara asiento, hablé.

—Dile a Alix que necesito hablar con ella—era algo que tenía que hacer, y por otro lado; no quería escuchar a Marín decirme razones de porque el cambio de especialista. El Dr. Wang suspiró pesado; sin cruzar palabra, bajo de mi habitación.

—Marinette ¿Paso algo? —al momento, Alix subió con cara de pánico.

Me puse de pie y extendí mis brazos, con gesto de arrepentimiento, Alix comprendió de inmediato y corrió a abrazarme bien fuerte. Casi me saca los pulmones.

—Lamento haber sido tan injusta contigo, te juzgué sin escuchar tus razones y vaya lio en el que nos metí por eso—me disculpe, había sido una tonta al tratar a mi mejor amiga de esa forma tan cruel—tú solo tratabas de ayudarme.

—La culpa es compartida—expresó, sin dejar de abrazarme—debí decirte. Tuve miedo de que, si confesaba lo que sabía, ya no serías honesta en las terapías. Las dos fuimos unas tontas Mini bug.

—Lo sé, Cherry Hair—bastaba llamarnos por nuestros apodos, para saber que todo estaba bien entre nosotras.

—¡Tienen que ver esto! —Bridgette entró a mi habitación seguida de Luka, Marín, Max y Márkov.

—¿Qué ocurre? —inquirí asustada de verlos a todos en la alcoba.

—Es la conferencia de los familiares de tus agresores—aclaro Luka.

—No quiero verlo—determiné, sentándome en el diván, eludiendo el contacto visual.

—Si dices que paré la grabación, lo haré. Por favor, tienes que verlo.

—Lo prometes—advertí, porque Brid es obstinada como una mula.

—Prometido.

Acepto y ella le indica a Max que ponga el video en la computadora

Los familiares de los supuestos causantes del ataque hacia la joven; Marinette Dupain Cheng, convocaron a una rueda de prensa, para ofrecer declaración sobre su postura tras los hechos ocurridos en las instalaciones de Gabriel´s y posterior arresto de los veinte diseñadores.

La presentadora guarda silencio y la cámara enfoca a los familiares que ingresan y toman asiento en la gran mesa, rodeada de micrófonos. La ansiedad comienza. Luka toma mi mano y asustada le veo. Asiente con la cabeza, y luego ve hacia la pantalla, es una clara invitación a continuar. Apretó su mano, confiando que parara esto si se lo pido.

Buenas tardes, agradecemos que estén presentes—habla uno de los familiares—soy Edmond Moreau, padre de Renaud Moreau. Hablaré cómo el representante de las familias que aquí estamos reunidas. Primero, queremos externar que no estamos de acuerdo con el actuar de nuestros, familiares, en contra de la señorita Marinette Dupain Cheng—mi boca y ojos se abrieron por la sorpresa—fue un acto cobarde sin ninguna justificación. Sin embargo, queremos conocer la postura de la joven que fue víctima, conocer su versión para que aclarase los hechos y podamos llegar a un acuerdo…

—¡Imposible! —me puse de pie sin dar crédito a lo que acabo de ver—de ninguna forma me expondré a un tribunal. Ellos actuaron respaldados por Chloe, si me atrevo a dar la cara ellos…

—Marinette—Luka se puso frente a mi—no son ellos los que te causan molestias, son tus pensamientos—puso su mano en su pecho y sentí el palpitar de su corazón—¿Recuerdas el otro día en el Pont Neuf? —asentí—respira al ritmo de mi corazón—mis ojos vagan de su rostro a su pecho, él impedía que viera la pantalla de la computadora—no estás sola, estamos para cuidarte—sus palabras me trajeron al presente, cerré mis ojos y acoplé mi respiración a sus latidos. Pude sentir la calma en mi—lo has hecho muy bien, sabía que podías lograrlo.

—Gracias, por ayudarme—él me abrazó. Estaba por tener un ataque de pánico  y Luka acaba de frenarlo. Me ayudo a evitarlo, es mi ángel de la guarda—Sé que me pedirás que denuncie, pero no quiero hacerlo—me dirigí a Brid.

—Marinette, es algo muy precipitado, pero necesario. Esto es diferente a lo que paso con Chloe, aquí hay pruebas contundentes.

—¡Que nos has visto lo que acaba de pasar! —alcé la voz por su insistencia. Adiós calma—si me hago visible, atraeré la atención de personas indeseables.

El Demonio de París, ira contra ellos. No puedo permitirlo.

—Esa “atención” tiene que ver con quién te lastimo la noche del viernes—Marín se acercó a mí, cuando me aparte de Luka. No dije nada, aunque él no tenía más que ver mis reacciones para encontrar la verdad.

—Si nos cuentas que paso ese día, comprenderemos porque te niegas—Cherry Hair se situó a mi lado y tomo mi mano derecha—no actuaremos deliberadamente.

—Prometieron que respetarían el que no quisiera pelear. Y henos aquí, discutiendo por ese tema.

—Porque el mundo que te dio una vez la espalda está interesado en saber esta parte de ti, que acaba de pasar—Brid se sumó a tomar mi mano izquierda.

—Es una persona que puede lastimarlos a todos, por el simple hecho de ayudarme.

—Eres tú quién importa y es tú historia la que queremos defender—las palabras de Luka me conmovieron—para poder protegerte, tenemos que saber lo que paso ese día.

—Yo…—tome valor, ya no quería ocultarles nada, no tenía sentido, al menos así comprenderán porque, es mejor no pelear—no trabajo de diseñadora en Gabriel´s, porque Chloe le advirtió sobre mí, al Demonio de París…

 

Adrien

El lápiz en mi mano terminó por la mitad, al escucha tanta estupidez salir de su boca.

De ti continúan hablando maravillas ¡Poco falta para que te hagan una estatua por defenderla! —berreó, retorciendo el papel en sus manos—¡Se supone que yo sería el tema de conversación, luego de la conferencia! ¡Que las redes estarían saturadas de hashtag con mi nombre!

—El objetivo de mi asesoría Chloe, era que no te relacionaran con el ataque. La popularidad en redes sociales es un golpe de suerte. Lo que vale es cuantas personas en la vida real te reconozcan.  

—¡Si no estoy en redes cómo la numero uno en tendencias! ¡Es por tú culpa! —continuo con su pataleta—ella está en número uno de tendencias en todos lados ¡Cómo mierdas, es eso posible! ¡La victima soy yo!

Difícil tratar con tipas con aire en la cabeza.

El tema de la cafetería es tendencia porque todo mundo vio el video que se filtró—y que el inepto de redes no ha dado con la IP de quién los subió—Quédate tranquila que como dije antes, la fama en internet es efímera. Cheng no querrá pararse fuera de su casa ni regresar a Gabriel´s.

Por tú bien, más vale que sea de esa forma. Mi madre se enterará de esto si no es como dices—advirtió, finalizando la llamada.

Recliné mi asiento aventando los restos del lápiz al basurero. Lo que me faltaba, que Audrey metiera sus narices. Tiene un cargo privilegiado al ser la socia comercial con más acciones en Gabriel´s y eso me enerva.

Después de lo que paso el viernes, “La rata Dupon” se ha mantenido bajo las piedras, si no es que las uso para hundirse en las profundidades del Sena.

La pantalla de mi laptop mostró el icono de llamada entrante, se trata de Winter.

Pour le bien de mes nerfs, j'espère que ce sont de bonnes nouvelles. Por el bien de mis nervios, espero que sea una buena noticia—dije, en cuanto ella apareció del otro lado de la pantalla.

Es lunes y sabes que los lunes no son los peores. Con todo este caos del asunto del ataque.

Ahórrate el relleno y ve directo al punto—comenzaban mis dos semanas fuera de la empresa, y no tengo tiempo para relajarme gracias a todo este desastre.

Ve las noticias e infórmate. Hoy es la vista pública de los implicados en el ataque. Marinette presentó una denuncia formal contra ellos.

¡Que mierdas!

Ni bien termino de hablar, una llamada entrante se mostró en una sub-pantalla, de nuevo era Chloe. Apenas estoy procesando lo que acabo de escuchar.

Se supone que “La rata Dupon” se mantendría lejos de todo. ¿No fue suficiente que le descubriera su treta aquella noche?

—Dime que es una broma del día de inocentes—ignoré la llamada de Chloe y continue con Winter, tratando de controlar mis impulsos.

Esto es real Adrien. Justo ahora afuera de tú oficina, están esperando los de Consejería de Trabajo. ¡Tienes que venir a la empresa!

Atiéndelos tú. Dales lo que pidan, documentos, videos.

Adrien, “el héroe” eres tú, quieren verte para saber del seguimiento del caso y cómo la empresa está procediendo con Marinette Dupain Cheng.

—¿Qué? —¡Al carajo con el control de mis impulsos! —¡No soy el niñero de ese remedo de persona!

—¡Suficiente contigo! ¡Fuiste tú quién la contrato, ven y hazte cargo de este desastre! Recuerda que te advertí y no me escuchaste—Winter estallo, algo que era raro. Lo peor que tiene toda la maldita razón— Los de Consejería están aquí, para consultar la atención que se le está dando a Marinette luego del incidente. Ayuda psicológica, acompañamiento, indemnización por daños.

—¡Me hace despedir personal y encima debo pagarle tratamientos e indemnizar! ¿Qué viene después? ¡Entregarle las llaves de la empresa!

—¡Deja de quejarte! Escucha ¡Ven a solucionar este caos de una vez!

Mi tiempo de paz se lo ha llevado esa rata. Pero ni crea que me quedaré de brazos cruzados.

—Diles que en una hora estaré en la oficina. Que Ondine los atienda.

Finalicé la videollamada, a la vez que ignoré las llamadas de Chloe.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Todos en la empresa me observaban con sorpresa. Este es el primer año que me presento en días de vacaciones forzadas. No saludo a nadie, me tiene de malas pulgas dejar toda mi agenda, para atender un asunto que me tiene hasta los cojones.

—Buenas días, caballeros—saludé a los dos tipos que se encontraban afuera de mi despacho.

—Buen día, joven Agreste—el tipo regordete levantó su bombín—soy Aidan y él es mi compañero Eoin—estreché con firmeza la mano de ambos.

Gabriel decía que, a las personas tienes que mostrarles seguridad, hasta con un simple saludo.

—Pasen a mi despacho para que hablemos—abrí la puerta de la oficina y les invité a pasar—Ondine, no me pases llamadas ni agendes citas. Después de la reunión, no planeo quedarme en la empresa.

—Joven Agreste, respecto a eso—en sus manos lleva una carpeta—aprovechando su presencia. Puede convocar a una reunión con el personal. Todos están muy tensos luego de lo ocurrido y…

—Llama a recursos humanos, que programen la asistencia psicológica para quién haga falta. Iré por cada departamento para hablar con el personal.

Lo que me faltaba, un día tirado a la basura, por atender cosas que solo entorpecen la producción.

—Disculpen la demora, ya saben cómo es estar a cargo de una gran empresa—Ingresé a mi oficina, dónde los dos hombres me esperaban de pie—por favor tomen asiento.

—Gracias, joven Agreste. Cómo su asistente le informó, hemos venido a darle seguimiento al caso de la señorita Marinette Dupain Cheng. Un caso muy lamentable si me permite decir.

—Concuerdo con usted. Cómo cabeza de Gabriel´s estamos cambiando la seguridad a raíz de ese altercado. Mi prioridad es velar por los menos favorecidos, tal es el caso de la señorita Cheng, que corrió con la peor de las suertes—rata miserable.

—Los videos confirman que usted procedió a auxiliarle y despidió a los agresores—expresó el tipo de menor estatura y peluquín negro y cara de cara de piedra. Acomoda su saco y me escruta con la mirada.

Es lógico que no vienen a llenarme de halagos, ellos buscan fallas.

—Conforme a los códigos de la empresa “Todo acto de violencia, injuria, malos tratamientos o grave indisciplina en que incurra el trabajador en sus labores, contra los miembros de su familia, el personal directivo, los compañeros de trabajo o mi persona. Será merecedor del despido inmediato, sin ningún goce de prestaciones”—expliqué una de las cláusulas de los contratos de los empleados.

—Es lo mejor para la empresa y el escarmiento de esos vándalos. En dicho caso, nos interesa saber el seguimiento que se le está haciendo a la víctima. La señorita Marinette Dupain Cheng.

—Ella fue trasladada a la clínica de la empresa en el acto. Si me permite, puedo solicitar el expediente que la doctora le extendió.

—No se moleste, la señorita Winter nos entregó el reporte. Nuestra pregunta de los seguimientos es porque en el expediente dice que la señorita sufre de ataques de pánico y depresión.

Podrían dejar los rodeos e ir al punto.

—Puede ser más directo—solicité, me incliné hacia adelante, apoyando mis manos sobre el escritorio. No estaba para perder mi tiempo.

—Los costos de sus tratamientos y consultas con especialistas, deben ser parte de la indemnización por parte de la empresa.

—Veré que así sea—¡Por qué todo le favorece a ella!—¿Tienen otro asunto que tratar conmigo? No quiero parecer grosero—con los burócratas, debía ser lo más cordial posible, o joderían a Gabriel ´s de algún modo—pero debo ir a los departamentos de la empresa a conversar con el personal, todos están afectados por lo sucedido y no quiero que eso haga decaer la moral de la empresa.

—Sabe cómo se encuentra la señorita Dupain. Ella, además de sus empleados, necesita de todo el apoyo necesario.

Ahora resulta que debo ser terapeuta de la rata.

—Winter se encuentra en los tribunales en estos momentos, dándole seguimiento al proceso que se esta llevando. En cuanto termine, me hará llegar la debida información.

—¿De cuanto es el monto de la indemnización?

—¿Disculpe?

—La señorita Dupain, fue agredida dentro de su empresa, la cual debe incurrir en una compensación económica, al no haber garantizado la seguridad de una de sus empleadas.

Contuve la furia que clamaba emerger al escuchar lo último.  No debía mostrar emociones tan fuertes frente a los burócratas.

 Esta me las pagas “rata Dupon”

—Acordaré esos términos con ella, la pobre tiene mucho por procesar.

—Tiene toda la razón, joven Agreste. No retiramos, pero continuaremos dándole seguimiento al caso, pues debemos garantizar a los Parisinos que, toda agresión no queda sin castigo.

—No dude que se les mantendrá informado.

Jodida mujer debilucha, ahora comprendo porque le fastidia tanto a la avispa.

Me despedí de los dos hombres. En cuando abandonaron mi oficina, golpee con mi puño la mesa, detestaba el rumbo que estaba tomando esto.

Chloe continúa llamando, insistiendo en que le conteste. Pero no tengo nada de paciencia para lidiar con la mediocridad. Tenía que reunirme con Juleka, por el tema de los empleados a contratar e ir a los departamentos y supervisar el cambio de seguridad, con la nueva empresa, además de ir a elevarles el autoestima.

¡Ojalá te pudras en el infierno, rata Dupon!

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Me pase todo el día anterior ocupado, antes de abandonar las instalaciones, le pedí a Ondine que agendará una reunión con la debilucha. Voy a darle fin al tema de la indemnización.

Espero que se presenté con carta de renuncia en mano. De no ser así, la presionaré para que lo haga.

Hoy es martes a la tarde, de nuevo estaba en la empresa. Había contestado la llamada de Chloe, que chillona exigía que le devolviera su dinero o arreglara las cosas. Me libre de ella diciendo que, para el mundo, ella es una víctima misericordiosa que se compadeció de su agresora, no hay más ciencia en eso.

Leo entre líneas el reporte que Winter me envió a la media noche, detallando lo que ocurrió en la audiencia y que, por presión, se realizó una resolución el mismo día.

Veredicto; los agresores pasaran tres años en la cárcel y deben pagar una multa entre todos de cuarenta y cinco mil euros a la “rata Dupon” dividido por ocho cuotas que dure el periodo de cárcel.

Una idea se fraguaba en mi mente, decirla en voz alta podía tomarse como una falsa acusación, pero, las cosas apuntan a que: ella pudo provocar todo esto para obtener dinero fácil. Froté mi cien, estaba muy tenso.

Necesito un buen polvo para quitarme está molesta sensación.

El conmutador dio tono y respondí.

—Habla.

—Joven Agreste, la señorita Marinette Dupain acaba de llegar y…

—Hazla pasar—colgué.

Apoyé mi codo en el reposabrazos; descansé mi mejilla en este. Me aburré ver a una perdedora. Las puertas se abren, ella está a la vista. Me sostiene la mirada desafiante.

Pobre tonta, cree que me intimi… ¡No puede ser!

Buenas tardes, Adrien—saluda jovial, la persona que la acompaña.

Le nombró con apatía.

—Bridgette.

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Nota de la Autora.

Hola, hola invocadoras e invocadores.

Lo dije antes, a Marinette el barrio la respalda. Eso se verá mucho. Adrien y Chloe no esperaban una jugada como esta; les ha tomado con la guardia baja.

Marinette y Adrien se enfrentan de nuevo, pero no lo hará sola.

No puedo decir mucho, sería dar demasiadas pistas. Gracias a mi Beta reader, por ayudarme a darle sentido a todo lo que está por venir.

Muchas gracias por ser tan pacientes♥

Sin más que decir, nos leemos luego.

Chapter 21: Defender

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

 

Este es el día al revés ¡Bridgette Wang de Graham, ayudando a la “rata Dupon”!

Bridgette entra destilando seguridad y elegancia. No puedo opinar lo mismo de su acompañante.

Parece más una sombra que una persona.

Buenos días, damas—saludo con desdén. Bridgette toma asiento e invita a la rata a hacer lo mismo, sin mi autorización—Cité únicamente a la señorita Cheng, así que, puedes esperarla afuera.

—No se va a poder—. Su sonrisa se ensancha—. Soy la representante legal de Marinette Dupain Cheng. Contratos, indemnizaciones y altercados con su persona, lo consultas directamente conmigo.

Reclino mi peso en la silla y sonrió de lado. Tomando en cuenta lo que esto implica, está no será una reunion corta. Su trayectoria profesional es reconocida en Londres.

—No te molestará que tenga a mi asesor jurídico conmigo—. Presiono el conmutador para llamar a Ondine.

—Por el contrario. Será más facil dialogar con un colega que conoce los términos legales.

Paso por alto su mordaz comentario. Ondine contesta y le solicitó que mi abogado y ella se presenten inmediatamente a mi oficina. No voy a subestimar a Bridgette.

En toda su carrera, perdió uno solo de sus casos y, ese fue el primero que se le asigno.

Marinette.

Ambos interactúan en igual condición, Bridgette no se inmuta ante los comentarios de parte de Agreste para intimidarla. Me siento muy dichosa de tener una amiga como ella. Con una seguridad de la que carezco actualmente.

No, no voy a compadecerme.

 Estar aquí también es un gran paso para mí. Estoy frente a la persona que me agredió e insulto. No esta siendo facil con todos los recuerdos arremolinados en mi mente, sin embargo, al ver a Brid, me doy cuenta, que enfrentar los miedos, es el primer paso para sanar.

Dos días atrás:

C'est ainsi que les choses se sont passées, así se dieron las cosas—. Culminé mi relato para mis amigos. Estaba exhausta, es muy doloroso recordar y emocionalmente desgastante.

—Descansa, hiciste un buen trabajo, Marinette—. Marín me ayuda a recostarme en el diván. El inquietante silencio de parte de mis amigos me desconcierta, pero el cansancio me vence y me quedo dormida.

Mis ojos se abren. La luz del ocaso me indica que el día está muriendo. Me siento en el diván, recién tuve una pesadilla. No quiero recordarla, hago de cuenta y caso que no paso.

—¿Te quedaste aquí, mientras dormía? —inquiero al notar a Marín sentado frente a mi computadora. Refriego mis ojos para desperezarme.

—Controlo tus periodos de sueño—. Avanza hasta sentarse a mi lado—. Con la nueva dosis de medicamentos y el seguimiento de psiquiatra…

La conejita de laboratorio.

—Tienes que controlar a tu paciente.  Bueno, “expaciente”.

—Marinette, tú depresión esta en una escala mayor. Debes estar al cuidado de alguien cercano. Desde Gales, eso sería imposible para mí.

—Antes era de esa forma ¿Por qué debe cambiar?

—Marinette, el hecho que no este presente, no quiere decir que no trabajare en conjunto con tú red de apoyo. La prioridad es que mejores; mudarte a Paris tuvo un impacto emocional muy fuerte y lo que ocurrió con el tipo ese, fue un detonante a todo lo que guardabas.

—Hice mal las cosas.

Vous ñ'aviez pas les bons outils. No tenías las herramientas adecuadas—sonríe, algo raro en él—. La carga es más llevadera, con amigos cerca y el equipo de profesionales a la mano.

—¿Todo solucionado? —Brid aparece en escena, con su laptop y unos documentos bajo el brazo.

—Siempre tan inoportuna, Brid.

—No seas un amargado, Marín. Tengo que hablar con ella y entre más pronto mejor.

La paciencia no es el fuerte de mi amiga.

Marín se levanta fastidiado. Antes de marcharse, de nuevo me brinda una sonrisa. Le regreso el gesto, con la esperanza de estar en paz con él.

—Iré directa al punto Marinette. —Brid coloca todo sobre el escritorio, me ayuda a levantarme para sentarme frente a los documentos—Después de escucharte… ¡Tú me conoces! ¡No puedo quedarme de brazos cruzados cuando se comete una injusticia!

—Brid, lo prometiste.

—Escucha primero, ya luego sacas tus conclusiones—. Accedo, pero sigo empeñada a no ceder con mi postura—.Puse a mi equipo de investigación a trabajar. Gracias a eso, me entregaron tú contrato, como parte de la revisión de tú caso.

—¿Mi contrato? ¿El de Gabriel´s?

—Si, ese mismo. Verás, fuiste contratada para cumplir una pasantía; con la condición de ascender de posición. Siendo la finalidad, el atelier principal.

—Si ¿Cuál es la novedad en ello?

—Adrien Agreste te amenazó y hostigo dentro de la empresa—asentí, sin tener todas claras—a eso se le conoce como Anglicismo Mobbing.

Ok, Ok ¿De qué hablamos, Brid? —. En mi vida escuché tal cosa.

— Anglicismo Mobbing; sucede cuando un hostigador te infunde miedo, desprecio y desanimo—la definición perfecta del Demonio de Paris— Según el código de trabajo articulo L1152-1“Acosar a otra mediante actuaciones repetidas que tengan por objeto o por efecto una degradación de las condiciones de trabajo susceptibles de atentar a sus derechos y a su dignidad, de alterar su salud psíquica o mental o de comprometer su futuro profesional” « Portant diverses dispositions d'adaptation au droit communautaire dans le domaine de la lutte contre les discriminations »“Contiene diversas disposiciones de adaptación al Derecho comunitario en materia de la lucha contra la discriminación”

Un segundo, es más de lo que puedo procesar—. Quiero levantarme y salir corriendo de aquí, pero las lesiones me lo impiden—Él es consiente de eso. Porque ya lo has dicho, es parte del reglamento Parisino…

—Código de trabajo—corrige.

—Como sea, él hizo lo que hizo, porque sabe que puede salirse con la suya.

—Marinette, hay una ley que protege a las víctimas. Puedo hacer que se cumpla.

—Pero, él…

—Adrien, cómo cualquier ciudadano parisino, debe regirse por las leyes, al ser un empleador.

—Decirlo es facil, llevado a la realidad no lo es.

—Para nada es fácil, más no imposible. Conseguiré que obtengas justicia, Marinette. Todos estamos dispuestos a dar la pelea.

—Yo no lo estoy. Tengo miedo de que las cosas no resulten como dices.

—Mari…

—¡Mírame Bridgette! No soy la sombra de lo que una vez fui—digo con tristeza—Un día despierto con ganas de cumplir mis objetivos y de pronto… me invade un miedo inexplicable. Mis animos decaen y soy ajena a mis emociones. Todo deja de tener sentido y aunque me duele estar en esa situación, no puedo salir de ella. Ya no tengo fuerzas para pelear—confieso con desanimo.

Brid posa sus manos con firmeza sobre mis hombros. Sus ojos celestes no me ven con lastima, hay orgullo en ellos. ¿Por qué?

—Marinette, eres la persona más valiente que conozco. Aun con una carga tan pesada, luchaste para protegernos. Te preocupaste por los daños colaterales. ¡Diste todo y más! Eres valiosa, tus amigos admiramos eso—. Sus palabras me dejan atónita—. Ahora estas en el proceso de sanar. Tendrás días buenos y otros malos. No tienes porque preocuparte de bajar la guardia. De parte de todos, te agradezco por luchar, aun con el corazón roto. Nos corresponde, devolverte el favor.

La abracé, dejando brotar las lágrimas; le dije gracias miles de veces. Después de mucho tiempo; me doy cuenta de que existe una salida, que la única forma de llegar a esta es luchando.

Elijo confiar en mis amigos, elijo pelear.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Ni bien acepté dar la pelea en voz alta. Brid estableció un plan de donde partiríamos:

 La mañana del lunes, interpusimos la demanda formal. Pero ante la presión del caos mediático y las contundentes pruebas contra los agresores, se hizo la vista publica al momento. Brid se encargó de todo, como la profesional que es. Dio batalla contra la parte defensora. En mi caso, me limite a responder las preguntas referentes al tema, fue duro hablar de eso y no quebrarme.

Gracias a los ejercicios de respiración que Marín me enseñó, soporte hasta el final. Le hice frente a ataques de pánico y ansiedad, fue difícil, pero lo estoy logrando. Al salir, unos oficiales nos ayudaron a llegar al auto, había mucha gente que vitoreaba el resultado a mi favor, entre periodistas y ciudadanos ¿Felicitándome?

Para una persona normal, esto sería impresionante. Para mí es agobiante.

¡Lo conseguimos Marinette! ¡La justicia se puso de nuestro lado!

Brid me abrazaba con tanta emoción. Consiguió poner tras las rejas a los agresores y una indemnización a pagos, por daños físicos y psicológicos a mi persona.

Ese mismo día a la tarde, fui en compañía de Marín y Brid a ver a la nueva psiquiatra. Su nombre es Alizee. Para cuando ella explicaba cómo sería mi tratamiento y demás, yo estaba demasiado cansada para prestarle atención.

—No lo tome personal, no estoy en disposición de dar el cien por ciento ahora.

—Comprendo Marinette. Toma mi tarjeta; llámame si lo necesitas. Si no contesto al momento, deja un mensaje de voz o escrito, como tú gustes. Lo responderé a la brevedad posible. Estoy para apoyarte.

Otra vez la condescendencia. No va a contestar, ella tiene mejores cosas que hacer. Lo único que le generas, es lastima.  

Gracias, lo tendré en cuenta.

Salimos de la clínica, con el firme deseo de ir a dormir. Evidentemente, el mundo me detesta con ganas, porque Brid me dio una noticia que no me esperaba tan pronto.

—Mañana a la tarde tenemos una reunion con Adrien Agreste—. Mi cuerpo entró en tensión—¿Marinette? ¿Qué ocurre?

—Obtuvimos una indemnización…no me saca de pobre, pero estoy conforme con ello—¡No quiero verlo! ¡Lo detesto! —No es necesario ir con él.

Esa eres tú, débil, cobarde. No tienes oportunidad con dos monstruos como Chloe y Adrien.

—Te prometí que estaré en todo momento, durante dure este proceso y estaré en tú recuperación, desde la distancia—Brid de nuevo me ve a la cara y me es imposible rehuir.

—Me aterra verlo de nuevo—confieso.

—No estarás sola, vamos a enfrentarlo juntas.

—Confió en ti.

—No voy a defraudar a mi amiga.

Brid es una hermana mayor para mí, le debo tanto. Puedo ser débil y fuerte, sin temor a ser juzgada.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

En la actualidad:

Todo un torbellino de cosas, para encontrarnos hoy, delante del nefasto Agreste. Evito verlo, porque las emociones negativas terminarían por dominarme. La seguridad en su voz, lo hipócrita que es al mostrarse como alguien recto y educado. Cuando se comportó cómo un imbécil que se ensaño conmigo aquella noche.

Aun así, temes hacerle frente.

He preferido el silencio, respirando y exhalando con lentitud. No le daré el gusto de mostrarme vulnerable.

¡Así me tenga que pasar toda la reunión a puros ejercicios de respiración!

Adrien

El silencio en la oficina es insoportable. La “rata Dupon” parece asmática respirando pausado. ¿Qué pretende? ¿Causar lastima?

Ondine abre la puerta e ingresa en compañía del asesor fiscal de la compañía. Hace lo propio, presenta a las nefastas azabaches con él. Para después tomar su lugar a la espera de mis indicaciones.

—Ondine, quédate a tomar nota de lo que se hable y acuerde en esta reunión—. La pelirroja saca su Tablet. Que se quede no es casualidad, necesito una testigo por si estas locas intentan hacer algo.

—Permítanme ponerlas al corriente tras el deplorable hecho ocurrido en la cafetería—. Explica el asesor—Gabriel´s cubrirá los gastos médicos de la señorita Cheng—. Me agrada este tipo, va directo al punto. Asi esas dos obtienen lo que buscan y se largan de aquí—. Si en dado caso, la señorita desea regresar a su puesto, se garantiza que podrá estar segura dentro de las instalaciones. A raíz de lo ocurrido, les informo que la empresa está haciendo evaluaciones psicológicas a los empleados, para descartar malos elementos. —. Por un momento, la “rata Dupon” levanta el rostro, para retomar su postura de mosca muerta—. Con lo anterior dicho, recursos humanos necesita el informe psiquiátrico de la señorita Cheng.

—Aquí tiene el documento solicitado—. Bridgette se pone de pie y extiende al asesor una carpeta roja—Cuenta con los informes y diagnósticos de la psicóloga y el psiquiatra, además de un informe médico del estado físico de mi clienta—. Así que si hizo la tarea—Les recuerdo que tienen treinta días hábiles a partir de ahora; para pronunciarse respecto al carácter común o profesional del trastorno. La otra razón por la cual estamos aquí es para tratar el acoso laboral que mi clienta sufrió, por parte de Adrien Agreste.

—¿Qué dices? ¿Acoso laboral? De dónde sacas tal artimaña. Abogada, la calumnia es un tuco muy bajo viniendo de usted.

—Nada de calumnias; Adrien. Amenazaste a Marinette con humillarla peor de lo que Chloe Bourgeois.

—Era una advertencia para que no intentará hacer algo parecido a lo que hizo en el reality.

—Eso, Adrien; es una calumnia—refuta. Me enerva los nervios—. Las acusaciones de Chloe carecen de toda prueba fidedigna.

No vas a cobrarte de más conmigo.

Marinette firmó un contrato, sujeto a condiciones. Le di la oportunidad de ascender desde un puesto simple. Decirle un par de cosas para que trabajara, no recae en “acoso laboral”.

—El asesor jurídico presente, respaldará lo siguiente—enuncia con seguridad.—El código Penal, en el artículo 173.1 párrafo segundo; tipifica como delito contra la integridad moral la situación provocada por todo individuo que: en el ámbito de cualquier relación laboral o funcionarial, y prevaliéndose de su relación de superioridad, realice contra otro de forma reiterada actos hostiles o humillantes que, sin llegar a construir trato denigrante, suponga grave acoso contra la víctima—Bridgette explicó. Mis ojos viajaron hacia el remedo azabache a su lado que mantenía ausente de la reunión—. Explicando la situación actual y a raíz de lo que se dio la noche del viernes en la Philharmonie de Paris, esto constituye de llevarlo a juicio—. Hace una pausa— Una condena para su cliente de entre seis meses a dos años.

¡Condena! ¡Qué carajos!

—Confirmo lo expresado—. Ya no me cae en gracia mi remedo de asesor—. Siempre y cuando los hechos sean probados.

—En este informe proporcionado por mis investigadores, se muestra el video de una de las cámaras de seguridad, situado en el patio de la Philharmonie de Paris. Nuestro experto en lectura labiofacial detalla las palabras dichas por Adrien Agreste contra mi clienta. Así como el informe médico, muestra las lesiones en ella, producto del agarre que se evidencia en el video.

¡Esa estupida me quiere ver la cara!

—¿Cuál es la vía que decide usted y su clienta para proceder? —. Escucho al asesor preguntar, no digo nada al respecto, porque está arpía puede usarlo en mi contra.

—Elegimos la mediación.

—Deja este palabrerío—¡Suficiente silencio de mi parte! — ¿Qué buscas con todo este teatro, Bridgette?

—Buscamos sentar un precedente, Adrien—¿Qué estupidez? —Marinette, es una joven victima del abuso de poder. Aún así estoy dando el beneficio de la mediación, para conciliar. Pero si lo prefieres, podemos ir a un juicio público.

—Estas intentando chantajearme.

—En absoluto. Las evidencias son suficientes para demostrar que las acusaciones de mi clienta son ciertas. Agreguemos que ella fue contratada en está empresa, para un cargo que está sobrecalificada.

Ni muerto dejo que esa rata vuelva a trabajar en mi empresa.

Corrección, el trabajo para el que se contrató, está sobrecalificado para ella.

—Está equivocado.

Marinette

Todo este tiempo me mantuve en silencio. Planeaba seguir asi hasta el final. Pero al escuchar como Brid y él se refutan uno al otro, me vino a la mente lo que Félix dijo:

        {No te pongas a su nivel}

         Está también es mi batalla. No pienso quedarme de brazos cruzados.

 —Fui contrada para cubrir una plaza temporal, con opción a ascender para obtener un puesto fijo—. Entro en tensión al ver los ojos verdes fríos que me acechan. Me pongo de pie para disipar mi pánico. No bajaré la mirada a mi rival—. Al principio fui una carga para mis compañeros en el área de limpieza. No estaba acostumbrada a su labor y sin la debida capacitación para el cargo, estaba perdida—. Estaba siendo honesta, admitiendo donde estuvo mi error—. Tampoco les dije que tenía depresión mayor. Si mi jefa Anarka se hubiera enterado, sin duda me habría apoyado. —Agreste tensa su mandíbula, se mantiene en su asiento. No va a intimidarme—El día de la agresión en la cafetería; mi jefa iba solicitar un cambio por mi buen desempeño en el área del comedor. Cambio que usted admitió que iba negar…

—El contrato lo decía: No era tú área designada.

—Estaba aprendiendo—. No me doblegara—¿No era justo tomar experiencia? Para luego regresar a mi área asignada. ¡De todos en la empresa, usted sabía cual era mi condición médica, y le fue indiferente a ello! —El valor tomo cada parte de mi cuerpo—Ni siquiera se contuvo para humillarme en la Philharmonie ¡Lo único que yo quería hacer ese día, era agradecerle por intervenir! —. Contuve las ganas de llorar, porque recordé cada escena donde Adrien Agreste se regodeo, con mi sufrimiento—. Un tipo como usted, se escuda en sus privilegios—mesuré mi tono de voz—. Una persona como yo, hace uso de la justicia para nivelar la balanza.

Agreste se levantó tan de pronto que su silla casi cae. Su actitud es la misma de aquella noche, derrochando desprecio e ira.

No retrocedo, no estoy sola ¡Asi tenga esta maldita enfermedad; no voy a doblegarme ante nadie!

Tomaremos un receso, necesitamos evaluar la documentación entregada—. La repentina voz de Ondine nos hace apartar la vista del otro y nos enfocamos en ella ¿Qué hago con toda esta determinación? ¡Quiero confrontarlo! Escuchar que tiene que decir al respecto—. Analizaremos los procesos a seguir tras la acusación y adicional la indemnización—. Agreste se marcha hacia el ventanal con sus manos a la cintura. Cuando iba a exigirle que me respondiera, Brid me toma de la mano.

—Comprendo, Ondine—habla sin verme.

—Señorita Marinette y Señora Graham, pueden esperar un momento en la sala de espera—. Tal sugerencia, me hace entrar en razón. Ondine a intervenido y evitó que Agreste respondiera. Su sonrisa nerviosa lo dice.

Ambas abandonamos la oficina en completo silencio. Guiadas por otra empleada que no sé de donde apareció. La sala de descanso está lejos de la oficina. Me contengo aún para no dar la vuelta y continuar encarando a Agreste.

—Les informaré cuando se reanude la reunion ¿Gustan algo de comer o beber, mientras esperan?

—Dos tés fríos estarían bien, por favor—pide Brid. La empleada se retira a traer lo pedido. Segundos después mi amiga se gira con una enorme sonrisa—¡Estuviste increíble ahí dentro! —. Me abraza tan fuerte que me deja sin aire.

—¡No puedo creerlo! ¡Me siento tan viva que quiero continuar diciéndole lo que se merece! — .Hago ademán de querer regresar, pero Brid me detiene.

—Tranquila “chica determinación”. Dejaste en evidencia el temperamento explosivo de Adrien. De no ser así su asistente no hubiera intervenido.

—También pensé lo mismo.

—Lo sacaste de sus casillas, está probado. No estaríamos fuera de no ser así.

Nuestra tertulia se cortó por la empleada que llegó con nuestras bebidas.

No voy a permitir que una persona como él, me haga menos.

Adrien

—¿Se puede saber por qué me has interrumpido, Ondine? —inquiero a mi asistente, sin dejar de ver el exterior del ventanal.

¡Esa inservible rata, saca pecho cuando se ve acorralada, para minutos después romper en llanto! Me bastaba decirle unas palabras para quebrarla.

¡Rata de mierda!

Joven Agreste, no se deje llevar por las emociones. Es necesario que evalué las acusaciones que la señorita Cheng está haciendo en su contra.

—De lo que estoy seguro es que de mi no obtendrá ni un centavo.

—Joven Agreste—interviene por fin mi asesor—. Según los reportes y las pruebas presentadas—. Un breve silencio se establece. Le veo por sobre mi hombro, el hombre delgado, traga con dificultad—. Lo mejor en este caso, es conciliar con ellas. Para evitar que la empresa se vea involucrada en un escándalo, de llegar a los Tribunales.

—Gran equipo con el que cuento—ironizo—. Le dan la razón a ella antes que a mí.

—Le planteo la situación de darle largas a esta problemática. También se debe considerar que, tras lo ocurrido en la cafetería, el pago de la indemnización por daños, físicos y psicológicos corre por parte de la empresa; se tiene que hablar con los accionistas para tal desembolso. Con el tema del supuesto acoso; de ser probado. El pago tendrá que correr de sus fondos.

El asesor finaliza y espera una respuesta de mi parte. Si analizó esto, no es bueno. Chloe esta emberrinchada con el tema y, si lo sabe Audrey, hará tremendo escandalo en una junta donde se aborde el tema. Alargando así el desembolso. Bridgette no va a esperar mucho, buscara los medios para meter presión. Sería cuestión de tiempo para que la prensa se entere.

—Joven Agreste…

—¡Estoy pensando! —silencio a mi asistente. 

No puedo despedir a la rata, con el Consejo de Trabajo respirando en mi nuca. No entiendo porque ella quiere quedarse, si tan mal dice que lo pasa. Quizás si le doy una buena suma de dinero, se largue.  

Con lo tonta que es, lo gastará en menos de un mes y regresará mendigando el mismo puesto. A menos que…

Tengo la solución para finiquitar la indemnización y la multa por “acoso”—. Sonrió con sorna, complacido con mi idea—Ondime, toma nota—. Mi asistente acata la orden—. Asesor, necesito que elabore un contrato de traspaso.

Marinette.

Brid llamó a Marín para que me diera indicaciones y lograra calmarme. Estaba muy inestable emocionalmente. Así que me envió unas pruebas para resolver mientras esperamos.

—Disculpen la demora—. Después de una hora—. Acompáñenme para reanudar la reunion—. Me sorprendió que Ondine viniera a escoltarnos.

Brid puso su mano sobre mi hombro, indicándome que todo estaba bien.

—Escuchemos lo que tiene que decir, no en valde demoraron tanto para tener una respuesta.

—Entiendo.

No dije más, en mi mente rondaban las palabras del “grosero Graham” Aunque me cueste contenerme de no soltarle otro par de verdades a ese arrogante de Agreste.

¡Es que no puedo negar, lo viva que me siento después de enfrentarlo!

—Adelante—. La voz despreocupada de Agreste nos recibe—. Perdonen que les hicimos esperar. Teníamos mucho que organizar antes de continuar—. La sonrisa radiante que acompaña su comentario no me da de fiar.

—Significa que ya tienen una decisión.

—Si, abogada—intervino el asesor fiscal, que se acomoda la corbata y toma unos papeles que comienza a leer—. El joven Adrien Agreste, asume la responsabilidad de las acusaciones expresadas por la señorita Dupain Cheng—. Incrédula veo al demonio engreído y él no deja de sonreír observando a Brid—. Por lo tanto, procedemos a dar lectura a la propuesta para saldar la indemnización por los daños del incidente en la cafetería y la multa de mi cliente—cita el abogado. Los ojos verdes de Agreste se centran en mí.

¡No me intimidas pelmazo de maniquí!

—Gabriel´s se hará cargo de los gastos médico—. Es el mismo Agreste que expone—Toda factura de la clínica, deberán entregarla a recursos humanos. Para justificar este gasto a mis accionistas—. Aunque sonríe, su mirada oscura denota que no le cae en gracia—No obstante, el pago de la indemnización y la multa, la pagaré con un inmueble de mi propiedad. A modo de compensación, por los inconvenientes ocasionados a su persona, señorita Cheng.

“Inconvenientes” dice; prácticamente trapeo el piso con mi autoestima.

—¿Inconveniente? Esa, así como lo considera—encaro—. Me humilló y se burlo de mi intento de suicidio.

—Señorita Cheng—. Su falsa amabilidad queda en evidencia con esa sonrisa cínica—. Acepto que fue muy bajo de mi parte decir esas cosas. Por eso pensé que un inmueble en forma de compensación económica, eS lo menos que puedo ofrecer para enmendar mi error.

¡A este lo mato!

—Me permiten la documentación de la propiedad—Brid interviene. De no ser por eso, le suelto una retahíla de insultos a ese arrogante—. Estamos juntas en esto, no sedas a sus provocaciones—susurra. Le agradezco que este aquí conmigo, y sedo a su petición—¿Es la mansión Agreste?

¿Mansión? ¡A mi nombre! Como en esas películas dónde a la protagonista, le regalan una inmensa propiedad plagada de comodidades y lujo.

 ¿Esta en la ciudad o en la pradera?

—Hacer el pago en efectivo llevaría semanas, porque debe someterse a los accionistas de la empresa—Ondine explica—. La señorita Marinette tiene necesidades primordiales para su estado de salud, sería muy tedioso someterla a un largo periodo de reuniones y tramites. Por favor abogada, revise los documentos y el valuó de la propiedad.

—Gracias por su sensatez con el tema de la salud de mi clienta. Pero ¿En que condiciones se encuentra el inmueble? No hay fotografías actuales en la documentación.

Aun no puedo creer que seré dueña de una propiedad de primer nivel.

¡Una Mansión!

¡Genial! Así podrás dejar este mundo, en las mejores condiciones.

Recién recuperé esa propiedad. Su estado actual es de abandono, tras el embargo que sufrió hace una década…quizá. —Agreste centra de nuevo su mirada en mí. Esto no me da buena espina—. Bastara un poco de pintura y limpieza para devolver su esplendor y magnificencia a la propiedad. Una excelente y muy creativa terapia para complementar su tratamiento.

—Adrien Agreste—Brid le nombra con autoridad—. Modere la forma en cómo se dirige a mi clienta.

La oficina queda en completo silencio. Agreste no expresa ninguna emoción, basta con su mirada para notar su repudio hacia mi amiga.

—Que mal que tomes mi comentario, cómo una ofensa.

—Consulte por el estado de la propiedad—Brid me está defendiendo, ella está cumpliendo su promesa.—. Lo que ella decida hacer con el inmueble no es su asunto. Los comentarios con alevosía y premeditación estan de más.

—De acuerdo—Agreste levanta las manos en modo de rendición. Pero a Brid su actitud no la inmuta. Mi total admiración para ella sabe controlar sus impulsos—. Olvidaba mencionar, sobre el tema del puesto de trabajo de la señorita Cheng. Se realizará una revaluación de su cargo—. Me toma desprevenida. ¿Revaluaran mi puesto? — Dicho proceso estará a cargo del diseñador en jefe ¿Le parece, abogada?

—Firmaremos los acuerdos para efectos de legalidad. Esto debe incluir una carta de compromiso de parte de la empresa, donde se mencione la garantía de seguridad de mi clienta y el resto de las propuestas a cumplir citadas por ustedes. Si no se cumplen, iremos a los tribunales.

—Tranquila abogada—. Me ve de reojo—. En Gabriel´s nos destacamos por documentar todo lo que acordamos—. Fueron las palabras que dijo el día que me contrato—Firmaré lo que haga falta, después me retiraré. Soy un empresario muy ocupado.

Ni bien termino de decir eso. Sus empleados se apresuran a desplegar los contratos sobre la mesa. Brid consulta y firma la documentación, al igual que Agreste. Él ya no me ve ni me dirige la palabra. Este hombre es traicionero igual a Chloe, el que accediera de buenas a primeras no me da de fiar. Mi corazón comienza a palpitar y mi mente visualiza varios escenarios.

¡Debo dejar de sobre pensar las cosas! No quiero tener un ataque de ansiedad.

Todo esta bien, se a solucionado, es eso lo que importa.

—Marinette, despierta—. Lo primero que veo al abrir mis ojos es a Brid. ¡Me quede dormida! —. Por si te lo estas preguntando, si te quedaste dormida.

—¡Me dejaste dormir, frente a todos! —. Espantada me levanto de la silla, aún estamos en la oficina de Agreste—¿Por qué no lo evitaste? Duermo como un ogro—. Limpio el hilo de saliva de mi barbilla.

—Eres una ogra cansada que, el agotamiento venció.

—Sabrá Dios la pose con la que me quede dormida en esa silla.

 —Por favor, Marinette, no creerás que todos dormimos como princesas. Anda, vámonos. Mañana tenemos que ir al ayuntamiento a terminar algunos trámites.

—Pero aún asi…

—Grábate esto en tú cabeza—. Presiona su índice sobre mi frente—Un día nos reiremos de esto.

Se aparta de mi y avanza a la salida. El ventanal deja ver un ocaso precioso.

Un día nos reiremos de esto.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

—Todos estan ansiosos de nuestro regreso. Querían que les dijera todo lo que paso en la reunión. Pero fui firme y les dije que nos esperen. No haré una videollamada mientras conduzco. Que impacientes que son. ¿Marinette? ¿Qué pasa? Estas muy callada.

—No es nada, Brid—. Ella se estaciona de pronto.

—Si pasa. Anda, dilo. No pienso moverme de aquí, hasta que me lo digas.

—No lo dejarás pasar, cierto—Brid se cruza de brazos—. Bien, tu ganas—. Descanso mi cabeza en el respaldo—. Tengo un regusto aquí—señalo mi corazón—Me desahogué, dije lo que sentía. Pero a él no pareció afectarle. Al no saber que iba a decir cuando Ondine intervino. Llámame loca, pero; quería saber, si ser honesta tiene un efecto en la persona que me dañó.

—Ganaste este round. Que no te moleste el hecho que no se dijeron de palabras, cual lucha verbal épica. En mi experiencia con casos similares al tuyo, se terminan resolviendo pronto. Cuando ambas partes persiguen el mismo fin.

—Si es así… ¿Soy una loca por querer regresar a trabajar a Gabriel´s?

Comienzas a quejarte, a ser molesta, a incomodar.

—Tienes quince días de gracia para pensarlo. Es lo que se acordó para acoplarte a tú nuevo tratamiento. Sabes qué es lo que creo—. No respondo—. Una parte de ti gusta de trabajar en una empresa de moda. Quieres demostrar de lo que estas hecha. No tiene mayor ciencia. Hoy enfócate en celebrar, porque lograste equilibrar la balanza.

Brid tiene razón, ya no bajaré la cabeza para que otros me humillen. Dije lo que siento, ya no tiene porque importarme lo que iba decir él. Importa que estoy venciendo mis miedos.

Gracias Brid—También tenía que ser honesta con mis amigos—Debo ser una molestia, por mis cambios de humor.

—Para nada. ¡Estas dando grandes pasos! Para una enana como tú, eso es mucho.

—¡Oye! ¡No te burles de mi estatura!

—La comparación para lo de hoy será: ¡David, venció a Goliat!

—¡Que bobada! ¡Cállate Brid! Tú eres tan baja como yo.

—Claro que no querida, soy más alta que tú, sin tacones.

Estuvimos sumergidas en una tonta discusión de estaturas y bromas.

Por un momento, la oscuridad de mi vida deja ver la luz.

—¿Te parece si le damos un vistazo a la mansión Agreste?

—¿Estamos cerca? —pregunto con curiosidad dominante.

—Si, es lo que registra mi GPS—Da un toque a la pantalla en el tablero del auto—. A dos cuadras. ¿Te animas?

—Por supuesto.

Brid conduce sorteando el tráfico, escapando al congestionamiento de la noche.

 ¿Qué podre hacer con una mansión? Venderla es una opción, con el dinero que obtenga, puedo hasta montar un atelier.

Para que fracase al primer intento, como le paso a Ladybug.

Llegamos. Según lo marca—. La voz de Brid me distrae de mis pensamientos.

—Ok, veamos la dichosa propiedad—. Salgo del auto y mis ojos no dan crédito a lo que ven—¿¡Qué demonios!?

 

 

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola, hola invocadores e invocadoras. Luego de tanto, conseguimos darle sentido a todo este capítulo, que por el tema legal si se nos complico al Beta Reader y a mí.

Porque esta historia no es como las demás (lo sé, clásica frase de wattpad) por el hecho que el déspota jefe, siempre se sale con la suya tratando mal a la empleada. Pues aquí Brid no se queda de brazos cruzados y ayuda a Marinette a equilibrar la balanza.

Adrien a hecho su jugada al final, otorgando La Mansión Agreste y ya leyeron en capitulos anteriores, el estado en el que se encuentra.

Gracias por su infinita paciencia, créame que es un arduo trabajo el de acomodar las ideas en especial, por el tema que maneja la historia.

Sin más que decir, nos leemos pronto.

Chapter 22: Enmascarar

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

{En cuanto vi la noticia en la cafetería de la universidad, eché a correr del lugar. Paris estaba conmocionado, pero a los ciudadanos no les afecta del modo que a mí. Lo único que pensaba era llegar a la mansión Agreste.

Mis pulmones ardían por la carrera, pero no me detuve, quería confirmar si aquello no era más que un rumor amarillista.

Cuando llegué a mi destino e intenté cruzar la verja, mi madre impidió mi avance.

—Adrien, tus maletas estan en el auto. Partes a Alemania…

—¿Alemania? ¿¡Mamá que dices!? ¡Vengo de la universidad, porque en la televisión dicen que asesinaron a papá! ¿Es cierto? —Turbado le interrogo—Es imposible que esto esté pasando. Está mañana desayunamos en familia.

Mi padre no puede estar muerto.

Cariño—Con gentileza acuna mi rostro. Me percato del rastro de llanto—Esto se convertirá en un infierno de reporteros; no te dejaran en paz—Su advertencia me confunde—Todo está preparado para que continues tus estudios en Alemania.

—No insistas con ese tema ¿Mi padre está…? —La pregunta no deja por completo mis labios. El tiempo parece deterse a mi alrededor, excepto por la camilla que sale de la mansión, cubierta por una sábana blanca; teñida de sangre.

El aire me falta, las palabras no salen.

—¡Adrien, no dejes de verme! ¡Cariño mírame! ¡Mira a tú madre! —Intenta llamar mi atención. Pero no puedo apartar la vista, de la camilla que suben a una ambulancia—¡Paul, lleva a Adrien al aeropuerto! ¡El avión de Gabriel ´s está listo! 

La impresión fue dantesca, ni una lagrima rodó por mis mejillas. A tal grado que no fui consiente de que paso después de eso. Para cuando reaccioné, estaba frente a la Universidad de Heidelberg en Alemania. Paul, el guardaespaldas de mis padres; completó los tramites de mi ingreso y después me llevo a la residencia universitaria, fuera del campus.

—¿Eres Adrien Agreste? Lamento mucho lo ocurrido con tú padre.

—Estamos para lo que se te ofrezca. Ella es Bianca—Señala a la castaña de ojos miel, piel bronceada y curvilínea figura—Yo soy Alessandro—Se presenta el chico de cabello negro, ojos verdes, piel blanca y ropa casual, de complexión atlética. Ambos hijos de grandes empresarios italianos y futuros herederos del imperio de negocios de sus padres.

—Gracias. Un gusto conocerlos.

Con tan solo veinte años, fui arrebatado de mi vida en Francia, para comenzar una nueva etapa en Alemania. Me negué a pensar en el asesinato de mi padre a sangre fría. Estaba mejor si ignoraba este hecho.

Por eso agradecí la presencia de Bianca y Alessandro, que se convirtieron en mis amigos en poco tiempo. Tuvieron la amabilidad de enseñarme las reglas de la residencia, que tenía una administración independiente, a la universidad.

En mi letargo de negación a aceptar la muerte de mi padre, mi sentido común se atrofió.

—Adrien, me duele mucho la cabeza.

—Bianca ¿Fuiste a la enfermería?

—Si, por supuesto…el médico me dijo que debo guardar reposo—resopla con desanimo—Mañana tengo que entregar un trabajo de investigación. Tendré mala nota por retraso.

—Puedo ayudarte. Estamos en la misma carrera, puedo cambiar un poco algunas partes y presentarlo cómo tuyo.

—¡Gracias Adrien! Eres un buen amigo.

—Descuida. También Alessandro puede ayudarme con el trabajo.

—No puedo, alguien tiene que quedarse a cuidar de Bianca. Su dolor de cabeza es tan fuerte, que le nubla la vista—Señala a nuestra amiga que se recarga en la pared—Está tan ciega como un topo—La toma de la cintura para ayudarle—Venga Adrien, nada te cuesta darme una mano con el trabajo a mí también.

—Lo que pasa es…

—Asegúrate que no tengan la misma redacción ¡Sabía que podía contar contigo, buen amigo!

No objetaba a sus peticiones, aunque me complicaran mis labores, porque les creí todas sus excusas. Durante mucho tiempo se aprovecharon de mi buena fe. Hasta que descubrí el engaño.

—¡Me han visto la cara todo este tiempo! —reclamé. Encontré a Bianca y Alessandro, follando en las duchas del gimnasio, después que se excusaron de no poder trabajar, por que irían a visitar a un familiar enfermo—¡La administración del campus se va a enterar de lo que han hecho!

—Buena suerte con eso, Adrien—Alessandro se jactó—Mi padre hace aportaciones importantes en dinero, especias a la universidad y la residencia ¿Crees que van a apoyar a un don nadie?

—La casa de Gabriel´s, perdió su título de Haute Couture—Se burla Bianca—A penas y llega a Fast fashion

—¡No me intimidan! ¡Voy a exponerlos cómo lo que son, unos tramposos!

Fui hacia las autoridades correspondientes y expuse el caso. Pero; a ambos, solo les restaron unos puntos en sus notas y a mí; la mitad de la nota. La razón que me dieron fue porque, yo había contribuido en el engaño. Entregando trabajos falsos.

—¿No te fue cómo esperabas? Pobrecito—Se mofa Alessandro en los pasillos—No pierdas más tiempo y ve a terminar mis trabajos y los de Bianca, que por tú culpa nos asignaron tareas dobles.

—¡No haré nada de lo que pides! ¡Esto se acabó!

—¿Se acabo? No seas tonto, Adrien. Estar en buenos términos con nosotros, te da…cierta protección. Puede que tengas la estadía pagada, hasta que termines tus estudios. Sin embargo, podemos conseguir que te corran de aquí ¿Cómo harás para sobrevivir fuera de estos muros? Niño consentido e inútil.

La amenaza de Alessandro pesó. Tenía razón en lo de sobrevivir. Me consideraba incapaz para conseguir trabajo, porque mi carrera de economía era de tiempo completo. Dejando libres pocas horas.

Impotente y bajo amenaza continue haciendo las tareas y proyectos de ambos, junto a mis obligaciones. Me di cuenta de que, también se aprovechaban de los becarios, a quienes obligaban a realizar todo tipo de tareas.

Pasaron tres infernales meses, cansado, estresado y agobiado. Sin poder pedir ayuda de nadie. Con el exceso de trabajo, no tenía contacto humano, me la pasaba encerrado en mi habitación y la biblioteca.

¿Qué paso con mi madre? Bueno, ella se comunicó conmigo las primeras semanas, finalmente, se limitó a mandarme un mensaje, cuando recuerda que existo en su vida.

No le reproché. Ella tiene sus propios problemas; si yo estaba aquí, era para aprender lo necesario y una vez me graduara, podría ayudarla con el negocio.

 Tengo que soportar, hasta entonces.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

A la residencia universitaria, llegaron dos chicas. Winter y Charlotte Lawless. Dos morenas, hijas de un administrador automotriz estadounidense. Charlotte captó la atención de Alessandro.

Este comenzó a ofrecerle regalos caros, citas y todo cuanto se le ocurrió para demostrar su interés, pero, fue rechazado por Charlotte, porque a ella le gustan las chicas.

Pasado un tiempo, caminaba de regreso de la biblioteca. Detuve mi andar por el fuerte sollozo que escuché en la parte trasera del edificio. Con curiosidad me asomé y vi a Charlotte llorando, abrazada a su hermana Winter.

—¿¡Qué paso!?— Alarmado, salí de mi escondite, al ver la sangre de entre las piernas de Charlotte.

—Fue Alessan…

—¡Cállate, Winter! ¡No digas nada! —Su desgarrador grito, me dejo helado. Pero aún más los golpes en su rostro.

No había que explicar la situación. Me quedo claro lo que ese sin vergüenza cometió.

—¡Esto no puede quedar impune!

—¡No es tú problema, yo no necesito que intervengan! 

—No voy a quedarme de brazos cruzados. ¡Salta a la vista que Alessandro abuso de ti!

Los ojos negros de Charlotte se abren con horror y rompe en llanto. No medí mis palabras por la colera. Me fui de ahí, dominado por la ira. No estaba dispuesto a tolerar ni una injusticia más de parte a Alessandro y su compinche Bianca.

Cegado por la furia y una justicia irracional, fui en busca del apoyo de los becarios que, eran víctimas de los abusos de poder de esos granujas. 

Los reuní en uno de los salones y les di el discurso “según yo” inspiracional; que los convenció de sublevarse contra estos dos. Ante esa banal confianza, se me fue la lengua relatando, lo que paso con Charlotte. Al ver que todos estábamos de acuerdo en ir a esperarlos a la entrada de la residencia, para confrontarlos.

—A qué debo el recibimiento de los menos favorecidos—Nos ve burlón y despectivo. Su rostro está marcado con algunos rasguños.

—¡Sé lo que hiciste a Charlotte! ¡Lo que haces con ellos! —Señalo al grupo de chicos detrás de mí—Incluyéndome.

—Por favor Agreste, no digas tonterías. No hice nada que, ella no quisiera.

—¡Eres un tipo asqueroso! —Confiado de mi fuerza, solté el primer golpe, que Alessandro esquivo sin problema y me propinó un certero golpe en el estómago. Caí de rodillas, en busca de aire.

—¿¡Tiene algún problema con que castigue a este imbécil!? —Le escucho preguntar a los becarios.

Por un maldito segundo, creí que ellos iban a atacarlo, que se defenderían al ser un grupo grande. Que me apoyarían.

Pero ninguno dijo nada.

—¡El público eligió Agreste! Agradezco de antemano, que te ofrecieras para servir de ejemplo, de porque no debes llevarme la contraria, ni acusarme injustamente.

Lo siguiente que recuerdo, fue una serie de golpes y patadas de parte de Alessandro, de las cuales traté de defenderme, pero al ser él; un experto en Kickboxing, no tuve oportunidad. Me vapuleo a su gusto, hasta el cansancio. Perdi la conciencia en algún punto, creyendo que ese sería mi fin.

Dando mi vida para nada.

Desperté en el hospital, con cinco costillas fracturadas y varios golpes internos, con moretones incluidos. La enfermera me dijo que estuve inconsciente por una semana.

Fue gracias a Winter y Charlotte que sobreviví. Ellas me trajeron de emergencias. Ninguno de los becarios se dignó en ayudarme.

La menor de las Lawless contó que Alessandro y Bianca; la amenazaron para que no levantara una denuncia. Que por esa razón ella se iría a otra ciudad de Alemania, para continuar sus estudios, lejos de quién tanto daño le hizo.

—Lo mejor que puedes hacer tú, es bajar la cabeza. Ante tipos con más poder que tú—Fue el consejo de Charlotte.

Durante el mes que estuve hospitalizado, reflexioné las palabras de Charlotte. Estaba en Alemania para estudiar y aprender a llevar un negocio y ayudar a mi madre con Gabriel´s, cuando me gradué. Acepte que no soy alguien con estatus cómo el de Alessandro y Bianca. Por ende, no soy de fiar, no soy nadie.

Eso quedo demostrado cuando regresé a la residencia. El acoso por parte de Bianca y Alessandro continuo. Entonces debía sacar ventaja de mi desgracia; fui a la administración de la universidad, para hablar con la rectora. Plantee la idea de estudiar un post grado, de la mano con una maestría, al tiempo que mi carrera de economía y finanzas.

Ella me advirtió que era algo muy descabellado, pero al ver mi seguridad y determinación, acepto. Hacer las tareas de esos granujas, me daba un conocimiento adicional, que no pensaba desaprovechar.

Para tener seguidores, primero debes tener poder.

Realizar esta labor titánica, consumía mucho de mi tiempo. No tenía oportunidad a nada. Winter comenzó a acercarse a mí, al principio para ayudarme y contarme de cómo su hermana estaba saliendo adelante, superando el abuso. Después cómo algo más, que con el tiempo formalizamos en un noviazgo.

Sin embargo, las ansias de venganza contra Bianca y Alessandro se mantenían. Quería cóbrale lo que le hicieron a Charlotte, lo que me hacían a mí. No tenía un plan, confiaba que algo se me iba a ocurrir. Sobrellevar la carga moral del acoso, en compañía de Winter, fue suficiente para continuar y no decaer en ese infierno.

Finalmente se llegó la graduación. Todos los padres se hicieron presentes, menos mi madre. Por las noticias me enteré de que se casó meses atrás. No me llamó para contarme y menos para felicitarme.

Por otro lado, Alessandro y Bianca se graduaron con honores, gracias mi esfuerzo. Sin embargo, me di el gusto de ver sus caras de ira, cuando me llamaron a recibir mis títulos, de licenciatura, maestría y post grado. Con una base sólida de conocimientos en finanzas, con tan solo veintitrés años.

No pude vengarme de ellos, pero la satisfacción de ser superior en nivel académico fue una pequeña recompensa, por todo lo vivido.

Era libre de esa cárcel, podía regresar a Francia, para llevar las riendas de Gabriel´s.

 No imagine, lo que me esperaba.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

  —¿Por qué no fuiste a visitarme a Alemania? —cuestioné a mi madre, que se alojaba en la que una vez fue mi habitación de joven.

—No tienes idea de todo lo que he pasado en tú ausencia.

—¿Esto es una competencia? Estamos viendo a quién le fue peor en la vida. ¿Es eso madre? Llevas las de ganar ¡Por meterte todas esas mierdas en el cuerpo! —Señaló el buró, con drogas y restos de jeringas usadas.

—¡Esas mierdas! ¡Cómo tú les llamas, me mantienen cuerda! ¡Gastos, demandas, impagos, embargos! ¡Eso es lo que tú maldito padre me heredo!

—¡Papá no se marchó por su gusto, a él lo mataron!

—¡Lo mató su amante!

—Mientes…

—Nathalie era su amante, su asistente—Mi madre me da la espalda. No doy crédito a lo que dice—Tú padre fue un cobarde que no me pidió el divorcio, como esa mujer deseaba. Se cansó de esperar y lo asesino.

—Eso no es cierto—No asimilaba lo que escuchaba, me sentía mareado, con dificultad para respirar y un vacío en el estómago.

—Las mentiras las ha contado la prensa, enalteciendo la memoria de tú padre.  A cambio de haberles pagado una enorme suma de dinero, que ha dejado en la ruina a Gabriel´s. ¡Todo para conservar la reputación de la marca!

Estuve de pie escuchándola como se desahogaba de todo lo que vivió. Me sentí cómo un idiota que, creyó que su padre fue una figura de respeto e integridad.

La vida perfecta que tuve con mis padres; se desmoronó dentro mío.

No había tiempo para procesar las cosas, debía actuar. Me hice cargo de mi madre y la llevé a clínicas de rehabilitación, pero ella siempre se escapaba. Cada que pasaba esto, salía a buscarla por los callejones más deplorables de Paris; a altas horas de la noche, temiendo que la pasara algo malo.

No quedaba rastro de la madre amorosa y adorable que una vez fue. Cuando la encontraba, me gritaba con rabia:

—¡Me encierras en esos lugares, por tú amor al dinero! Quieres abandonarme para hacerte con toda la empresa. ¡Eres un ser despreciable! ¡Es así como agradeces que te di la vida! ¡Soy solo un obstáculo para alcanzar tus ambiciones!

El golpe de gracia lo hizo cuando se quitó la vida. Tuve que hacerles frente a los problemas que, se desataron al mismo tiempo. Gabriel´s estaba en la miseria y los pocos empleados que quedaron y los adeudados, se unieron en una huelga.

La conmoción en mi mente por ambos eventos era un suplicio. Pero no podía quedarme a llorar, debía actuar…de nuevo.

No estuve en los preparativos del sepelio; por atender el tema de la huelga por impago. Concreté el depósito con Audrey para subsanar las deudas. Estuve todo el día firmando y llenando formularios con los abogados.

Tenía el corazón roto por lo de mi madre, pero, debía continuar.

—No hace falta que entres al funeral—Félix se interpone en mi camino—Mi madre y yo, nos hicimos cargo de todo. Mientras tú; te interesabas por la asquerosa empresa de tú padre.

—Pagué todos los servicios para su sepelio. No vengas a tomar crédito de eso y menos, dándote golpes de pecho tratando de reprocharme.

—Pagamos un servicio a la altura de la actriz Emelie Agreste. No las miserias que tú hiciste.

—¿Miserias?

—Me das pena Adrien, cuidas tú dinero tanto, que no disimulas lo mucho que ansiabas que ella desapareciera.

—¿Qué insinúas, Félix?

—No te hagas el tonto, Adrien.

—¡Cuidé de ella, la interné en las mejores clínicas de rehabilitación! Encima tenía a toda esa gente, reclamando en la empresa—Estallé—Hasta que declaré a Gabriel´s en banca rota para comenzar de cero ¿¡Dónde estuvieron ustedes!?

—Excusas—bramo despectivo—No la acompañaste en su proceso, la dejaste a su suerte en esas “lujosas clínicas”.

— Moi aussi j'ai des problèmes ! J'ai aussi une vie !¡Yo también tengo problemas!¡También tengo una vida!¡Contesta mi maldita pregunta, Félix ¿¡Dónde estaban!?

—Pagando las cuentas de Emelie. Su manutención y la única empleada que tenía a disposición, porque ella así lo quiso.

—¡Hipócritas, eso es lo que son! Tú y mi tía nunca la acompañaron, se avergonzaron de ella y quieren culparme. ¡Cobardes, adinerados!

Félix y yo nos fuimos a los golpes. Armando un deplorable espectáculo en la entrada de la capilla.

Después de eso, Winter vino por mí y me llevó a nuestro apartamento. Curo mis heridas y golpes. Horas después nos llegó una orden de restricción. Los Graham de Vanily, prohibieron mi ingreso al sepelio de mi madre.

Me tragué mi rencor y frustración con la familia de mi madre.

En lugar de lamentarme; tome las riendas de Gabriel´s para sacar a flote la marca. Pocos empleados aceptaron quedarse y comenzar de cero.

Me enfoqué en mi primer objetivo, no dejar que la empresa fuera consumida por Audrey; ella insistía en comprar parte de mis acciones. Más no iba a ceder, no después de lo que representó obtenerlas. Necesitaba ingresos y con Gabriel´s apenas recuperándose, no iba a obtenerlos.

Fue ahí que; Winter, Charlotte y yo, decidimos poner en práctica un plan de venganza, contra Alessandro y Bianca.

Charlotte realizó una demanda publica contra su abusador y su cómplice. Exigiendo una compensación económica por daños y perjuicios. A sabiendas que ambos granujas eran dueños de una cadena de Resort y, costosas propiedades.

Viaje a Italia a hacerles una visita a esos dos.

—Si la ley favorece a la tipa esa; les embargaran sus propiedades, hasta llegar a la cantidad requerida de la indemnización por daños—Advierto a Bianca y Alessandro.

—¡Inaudito! ¡No dejaré que esa mujer toque mis propiedades! Una compensación monetaria podría servir. Así el juicio no se alargaría—Bianca estaba paniqueada.

—No será suficiente. Si no entregan sus propiedades, meterá presión al juez y podrían terminar en la cárcel—Es poco probable que esto último suceda, pero ambos son ignorantes de cómo funcionan las leyes mercantiles y civiles.

Tome ventaja de ello.

—¿Qué no Winter es tú novia? ¿Por qué nos estarías advirtiendo de esto? Esto es sospechoso, Agreste—Alessandro me cuestiona, con desconfianza.

—Lo mío con Winter es historia. Ella me engaño, pero antes de terminar, me enteré de los planes de su hermana. Que mejor venganza, que echarle a perder el juicio.

—Me agrada el nuevo Adrien—adula Bianca—. Nos dijiste que, si trasladamos las propiedades a tu nombre, de manera temporal, no habrá problema—Ella era la clave para convencer a Alessandro.

—Así es. Probablemente, ella solicite un pago por indemnización, de probarse los cargos. Pero, con sus influencias, podrán librarse de ello. El tema del traspaso es por precaución. Para que conserven su patrimonio familiar.

—De acuerdo Agreste, aceptaremos tú propuesta. Así esa muerta de hambre no obtendrá el patrimonio de nuestras familias. ¿Dónde está el documento de traspaso?

Mantuve la compostura todo el tiempo, para que la treta fuera creible. Bianca y Alessandro fueron tan confiados que no leyeron las cláusulas del documento.

Les costó un alto precio, el no aprender a leer documentos como estos, antes de firmarlos.

Como era de esperarse, Bianca y Alessandro sobornaron a las autoridades. Al ser magnates, tenían a muchas personas con influencias, trabajando para ellos.

—¿Cómo? ¿¡Porque no puedes devolvernos nuestras propiedades?!—Bianca inquiere alterada.

—Dirás, mis propiedades—Le sonrió—Legalmente, me cedieron su patrimonio. Aquí estan las copias de los documentos. Comprobaran que todo está en regla.  Si saben leer este tipo de documentos, por supuesto.

—¡Nosotros no te cedimos por completo, fue temporal! ¡Nos estafaste Agreste! Te vamos a deman…—Alessandro enmudeció, cuando le mostré la hilera de cláusulas que autentican dicho trámite—¡Maldito muerto de hambre! ¡Miserable ladrón!

—¿Ladrón? Esa es una palabra muy fuerte. Mejor di, que está es la compensación por todos esos años que, me trataron como su esclavo personal.

—¡Cobarde, te aprovechas de nuestra buena fe! ¡Te dimos protección mientras nos servías! —berrea, Bianca—¡Te borraré la estupida sonrisa, cuando te demande!

—Dudo que eso pueda pasar. La demanda de Charlotte fue solo una distracción. Porque acabo de demandar a la administración de la residencia, donde estuve alojado en Alemania. Presente todas las pruebas necesarias, para que manden a todo ese personal corrupto a la calle. Por permitir los abusos por parte de alumnos de mucho dinero.

—¡Aun sin nuestras propiedades, somos hijos de grandes magnates! ¡Ellos se iran contra ti! ¡Nadie va a creerte!

—Muy tarde Alessandro, la demanda procede y Winter, también participo—Al tipo se le saltaron las venas de la frente—Dio a conocer las fechorías de ambos a la Universidad y han decidido, remover sus títulos, junto a sus condecoraciones.

—¿Cómo es que conseguiste todo eso? —Bianca comienza a llorar, está muerta de miedo.

—Tengo al mejor equipo de mi lado. Personas que, como yo, sufrieron por culpa de ustedes—Ladeo el rostro con una sonrisa burlona—Pero no todo es rencor. Gracias a que realice muchas tareas suyas, me empape de conocimiento útil, para hacerlos caer en su propio juego. 

Justo antes que Alessandro intentará golpearme, la policía ingresó al despacho. Esposando a ambos, por sobornar jueces, amenazar y agredir a chicos de la universidad. Este último, por parte de los becarios, que Winter contacto y les motivo a denunciar de forma grupal.

Después de aquellos infernales años, cumplimos nuestra venganza.

Las nuevas propiedades que incluyen la cadena de Resort; generarán ingresos extra, para mantener mis acciones en Gabriel´s e invertir en la mejora estructural. No me quedé con todos los bines raíces, cedí dos casas y un resort a Charlotte.

Ella mejor que nadie, merecía esto.

En cuanto al dúo del fracaso; le condenaron a cadena perpetua, tras comprobar que cometieron homicidio contra un estudiante, años antes de la universidad. Está vez, nadie iba a ayudarles, sus propios padres les dieron la espalda tras el escándalo.

Van a podrirse en la cárcel. 

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Con estos negocios a mi cargo y la experiencia necesaria; estaba listo para demostrar de lo que soy capaz.

Despedí al antiguo personal de los resorts para remplazarlo por nuevos elementos, enfocados a mejorar los servicios de los centros vacacionales. Mientras realizaba estos trámites, en Paris se corrió el rumor de que, despedí a todas esas personas, dejándolos en la calle sin pago e indemnización. Que esa era una manera despiadada de manejar los negocios.

Tal cosa no era cierta, esa gente recibió sus pagos en regla según la ley, por despido. Pero no iba a contradecir los rumores, porque fui testigo del poder que viene, al ser temido por la competencia.

Me nombraron el Demonio de París. Un empresario despiadado.

En dos años y con profesionales que fueron atraídos por mi experiencia y frialdad en los negocios, Gabriel´s logró estar en la lista de Haute Couture después de dos años de arduo trabajo.}

No sé porque me a vino a la mente mi pasado.

 Volteo a mi lado derecho dónde yace Winter, desnuda y dormitando. En cuanto llegó, no la deje hacerme preguntas, ni hablarme. La besé y la conduje a mi habitación para que follaramos. Pero, aun con semejante monumento de mujer, montada sobre mi…

¡Esa maldita rata seguía en mi cabeza!

¡Regodeándose de salirse con la suya!

“Usted tiene sus privilegios y yo la justicia”

¡Estupida rata!

No soporto más. Me levanté de la cama, tengo que sosegar este desagradable estrés. Por culpa de esta situación, tengo que estar en Paris

¡Nunca paso mis vacaciones en Paris!

El Consejo de Trabajo presiona para corroborar los cambios en la seguridad y políticas de admisión de la empresa, así como los resultados de las evaluaciones psicológicas a los empleados. Tengo que estar al pendiente que se complete el traspaso de la ex mansión. Y no teniendo suficiente con toda esta mierda; los familiares de los agresores, estan de quejitas por el despido de estos.

Que sus pobres neuronas no procesan que esa gente está en la cárcel, gracias a la rata y “la gata de uñas afiladas” que es su abogada.

Además, ni que fueran unos santos. Agredieron a esa inútil ¿Qué esperaban? ¿Condecoraciones?

¡El mundo está vuelto loco!

Voy por una muda de ropa al walking closet. Es temprano todavía, mi reloj marca las seis de la tarde. Iré a dar la vuelta, para conseguir serenarme y pensar que haré en estos días, antes de esa horrenda fecha.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Conduzco mi bebé por las calles de Paris, no busco los cafés del centro, porque siempre estan llenos de turistas, me voy por las viejas callejuelas en busca de lugares lejos del bullicio. Con la calidad y prestigio que merezco.

Doy con la calle Rue de Fleurus, dónde está la cafetería Bread & Roses, aparco a un costado. Abrí la puerta y bajé. Me aseguré de poner la alarma y camino unos pasos al acogedor y elegante lugar. El delicioso aroma a postres recién hornea…

—¡Joven Agreste! ¿Marinette seguirá en Gabriel´s?

—¿Continuaran los despidos en Gabriel´s?

—Cómo el héroe que rescato a Marinette, y se enfrentó a veinte terroristas en la cafetería ¿Sintió miedo en ese momento?

¿Terroristas? ¿¡Que disparate es ese!?

La prensa amarillista está sobre mí, acercando micrófonos, celulares y todo, con tal de conseguir lo que buscan. Los flashes de las cámaras son cegadores.

¡Tengo que salir de aquí!

Mademoiselle Marinette ! Désolé de t'avoir fait attendre ¡Señorita Marinette! Disculpa por hacerte esperar—grito y saludo al frente. La horda de periodista gira al mismo tiempo, en busca de la “rata Dupon”.

Aprovecho su distracción y emprendo una carrera nada elegante hacia mi Lamborghini. Para mi suerte, esa gente no goza de buena condición y consigo alejarme lo suficiente, para abordar mi bebé y marcharme a gran velocidad.

¡No puedo salir de Francia! ¡No tengo un misero minuto de paz!

¡Maldita rata!

¡Espero que la ex mansión le caiga encima!

Marinette.

—¿Está es la mansión? —señalo con horror, ese caserón de aspecto lúgubre. Que se alza monstruoso detrás de la desvencijada verja.

—Si, está es la propiedad de la indemnización—Responde Brid, detrás de mí.

—¡Está en ruinas! Mejor dicho ¡Tiene el aspecto de una casa embrujada! —En la entrada principal, estan varios ositos sucios y viejos, mezclados con otros en mejores condiciones. Hay bellos sobres decorados y otros dañados por la lluvia. Ramos con flores frescas y marchitas—Ve esas ofrendas que han dejado ahí. ¡Deben ser tributos para que los fantasmas que habitan dentro no salgan! 

—Marinette, no se ve tan mal como parece. Cuando los papeles estén en regla, entraremos y vemos que hacem…

—¡Primero muerta, antes que entrar a esa casa maldita! Es que—Desordeno mi cabello, mientras doy vueltas en el mismo sitio, sofocada—Las señales estaban ahí ¡Caí en el juego de Agreste! ¡Por eso cuando regresamos no respondió a lo que le solté! ¡Tú lo viste!

—Marinette, es mejor que respires.

—Estaba con su estupida sonrisa fastidiosa ¡Él sabía que esto era un basurero! ¡Por eso lo entrego sin el minimo centímetro de arrepentimiento!

—Marinette, toma las cosas con calma.

—¡Deja de ser tan condescendiente Bridgette! —Estoy al límite—¡La rubia mentirosa y ese imbécil se deben estar riendo de mi en estos momentos! ¡Soy una estupida por aceptar esta pocilga!

Toda la confianza que construí en la reunión se evapora. Me han humillado…soy la burla de ellos.

Las cosas siguen igual. Tu sufrimiento es la dosis de humor de quienes te mantienen al borde.

—Me preocupo por ti. Y en estos momentos no estás bien.

—¡No me hables como si supieras lo que siento! —No quiero escucharla—Quiero irme a casa. Diles a todos que no quiero verlos.

Entro al auto en el asiento de atrás y me agazapo junto a la ventana. Detesto sentirme así.

Vulnerable.

Nunca fui rival para ellos.

Brid sube en silencio y arranca. La lluvia comienza a caer. Escucho a mi amiga hablar por teléfono. Mis sollozos son opacados por el ruido de la tormenta. Veo la calle, cubierta por el aguacero. A mi mente viene el recuerdo de Londres.

No he cambiado desde entonces, soy la misma estupida confiada.

El auto se detiene frente a la casa. Brid busca un paraguas en su compartimiento. Abro la puerta y corrí para adentrarme. Subí las gradas, paso la sala y ahí estan todos, los ignoro. Me encierro en mi habitación y cierro con pasador.

Quiero estar sola. No quiero escuchar que estaré bien…porque nunca va a pasar.

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola, hola invocadoras e invocadores. Tarde pero seguro, actualicé en la fecha estipulada XD. Gracias por ser pacientes ♥

El pasado de Adrien no es para justificarlo. Es la otra cara de la moneda, una perspectiva de cuando le tocó hacerse cargo de los problemas ocasionados por otros. Postergando sus emociones y expresar cómo lo hacen sentir.

Acumular tanto, envenena el corazón. La insensibilidad sale a relucir. Incluso, adaptando patrones nocivos. Creando un punto ciego.

Marinette por otro lado, ha visto la ex mansión. Su idea de un lugar de lujos es remplazada por un sitio lúgubre y en mal estado. Todo lo bueno es opacado por una sola situación negativa.

Dos almas rotas. Una intentando sanar y otra, sin posibilidad de querer hacerlo.

Pueden dejar sus teorías, de ¿Cómo un hada y un demonio, pueden enamorarse?

Gracias por sus comentarios, son la motivación de dar lo mejor para con esta historia.

Sin más que decir, nos leemos pronto. 

Chapter 23: Aprender

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Desperté por culpa de una pesadilla. ¿Cuándo podré tener un maldito día normal? Me incorporé en la cama hasta quedar sentada. Mi cabeza duele mucho; mi garganta también.

¡Oh no! Gripa.

—Buenos días ¿Cómo te sientes? —Marín sube por las escaleras de mi litera.

¿¡Como entro, si puse pasador!?

—Me siento fatal—Los eventos del día de ayer, me invaden la memoria—Me quedaré en cama. No tengo deseos de hacer nada—. Me refugié dentro de las cálidas sabanas.

Soy la feliz dueña de un caserón abandonado y, posiblemente embrujado.

Una propiedad en decadencia, cómo su nueva dueña.

—Pescaste un resfriado. Lo recomendable es que te quedes en cama. Eso te pasa por no quitarte las prendas húmedas.

Levanté la sabana, para comprobar que, no tengo puesta la ropa de ayer; en cambio, traigo un pijama limpio. Me sonrojo de la vergüenza.

—Alix te cambio de ropa—Marin responde sin darme tiempo a indagar más. Se da la vuelta y baja—. Tienes que comer, para tus medicinas y el antibiótico para la gripe.

—No quiero comer. Me quedaré en cama, en fin, que el descanso, también ayuda con los resfriados.

—Bien—¿Bien? Tan facil lo acepta—Voy a preparar unos panqueques ¿Dónde guardas las sartenes y espátulas?

—¡En la alacena! —No tengo porque quejarme. Marín me dejará en paz.

Ayer cuando Brid y yo salimos de la oficina de Agreste, le dimos tiempo suficiente para que ideara la forma de desquitar…

—¿Cuál alacena? En la cocina hay dos. Una rosa y otra blanca.

¡Ah! ¡Que fastidia!

—¡La alacena blanca, junto a la ventana!

—Bien, gracias—Abre la escotilla y baja. Guardé silencio unos segundos y al confirmar que estoy sola, retomo mi monolo…—¿Cuál es la sartén que usas para los panqueques?

¡Este hombre es insufrible!

—Te enseñaré dónde estan las cosas para los panqueques—Retiro el calentito cobertor y bajo de una por las gradas, echando humo, no sé si por la fiebre o por culpa de Marín—Así me dejarás quedarme en cama sin molestar.

—Gracias, Marinette—dice, con su gélida expresión.

¿Sonreír lo mataría? Le estoy haciendo un favor.

Marín me asiste para bajar, porque regresó la molestia de los cortes en las piernas. Parece que el tejido interno no a sanado del todo, a pesar de haber cicatrizado por fuera. En fin, llegamos a la cocina y ahí me doy a la tarea de rebuscar lo que necesita, sartenes, espátulas bol de mezcla, batidora, taza medidora.

—¡Listo! Acá tienes todo lo necesario. Me iré a dor…

—¿Cómo se prende la estufa? En Gales, son distintas.

¡Ah! ¿¡Qué estoy pagando!?

Antes de mostrarle cómo prender la estufa, le sugiero que comience con la mezcla, para hacer todo en orden y que no pregunte sandeces.

—¿Dónde estan los otros? —Me doy cuenta de que, estamos solos. Ayer vi que mis amigos estaban en la sala.

Me porté muy grosera con ellos.

—Están en sus trabajos. Vendrán a verte de uno en uno. Para no sofocarte—dice, mezclando los ingredientes—¿Qué te molestó ayer?

—¿Brid no te dijo? —Halé uno de los bancos de la isleta y tomé asiento. La pesadez de mi cuerpo no me deja estar de pie.

—Bridgette está en el ayuntamiento, al ser tú apoderada legal; está tramitando los documentos de propiedad.

—Mejor que desista. Ese caserón viejo, merece ser demolido. Así esos ositos serán liberados de estar purgando, frente a ese lugar.

¿Qué dices? Es tú premio de consuelo, a la mediocridad.

—Con esfuerzo y dedicación; puedes convertir un sitio horrible, en algo cómodo y habitable.

—Te olvidas de que, se necesita plata.

—Una buena limpieza no necesita de mucho, es un comienzo ¿Qué prefieres para los panqueques? ¿Chispas de chocolate o crema de maní?

—Chispas de chocolate. Aun con una simple limpieza, reparar pisos, alumbrado, paredes, ventanales… ¡Todo eso, cuesta un dineral! —Esa casa puede caerme encima, mientras limpio o, se incendia, por un corto circuito.

—Terminé de mezclar. Puedes encender la estufa, por favor—¡Este hombre es imposible! Estamos teniendo una conversación y me salta con esto. Bajo del taburete y hago lo que pide—Gracias, Marinette. Con lo del dineral—retoma de pronto—No es problema. Todos podemos ayudarte—Abro mi boca—No importa el tiempo que tardemos, el resultado final, es la compensación de todo el esfuerzo.

—Aun así ¿Qué tal que no resulta? Ni poniendo el esfuerzo requerido, las cosas no salen cómo estaban planeadas.

—Se evalúa progreso y, se detectan las fallas para corregir ¿Leche, jugo, té? —Marín señala las bebidas en la alacena rosa.

—Jugo. ¿Por qué le vez lo bueno a todo? Me haces parecer que estoy quejándome sin sentido ¿Por qué insistes que hay una solución, para hacer las cosas? Soy una tonta por no reconocer cual es la opción correcta.

—No existe una forma correcta de hacer las cosas. Sin antes, haber pasado por el fracaso. Los errores, son parte importante del aprendizaje.

—A otros no les pasa. Resuelven todo tan facil, la suerte les favorece. Gente cómo yo, tenemos que poner el doble de esfuerzo para un misero resultado.

—Has dado la respuesta. El camino no es el mismo para todos. Inspirarte de lo que a otros les ha funcionado, está bien. Pero no te proyectes que pasará del mismo modo. Cada persona tiene su método y proceso, largo o corto. Pero el fin es el mismo. El aprendizaje y las recompensas lo valen.

Marín apaga la estufa, sirve la torre de panqueques. Reparte unos cuantos y deja un plato frente a mí. Me señala las opciones de acompañantes y elijo el jarabe de chocolate.

—Basado en lo que dices. Los malos tienen el camino fácil, pues siempre se salen con la suya.

—¿Es así?

—¿Qué?

—También afrontan perdidas. Que no dejen verlas, hace creer que tienen una vida perfecta. Con el tiempo, eso, es desgastante.

—Pero…

No encontré palabras para refutar. De hecho, he olvidado porque estaba molesta está mañana. Levantó la cabeza, Marín está viéndome con gélida expresión. Regreso la vista a mi plato, dónde ya no hay panqueques.

Bajé a la cocina, cuándo dije que no quería hacerlo. Desayuné, cuándo dije que no quería comer.

—No será facil—Bebió su café—Pero, te sorprenderá, de lo que eres capaz en el proceso.

Funciona su estrategia, conejita de indias.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Tras aquella charla con Marin, sucumbí a los males de la gripa. Tuve que guardar cama por dos días. Una desventaja que ayudo a adaptarme a la nueva rutina de medicamentos y, ejercicios de relajación, dejados por la psiquíatra.

Pedí a mis amigos no me visitaran para no contagiarlos. Hacía mucho que no pescaba un resfriado y era un desastre. Aun con las limitaciones, ellos me enviaron mensajes, obsequios y tarjetas de buenos deseos.  Terminé haciendo con estas, un bello collage en la pizarra de corchó junto a mi cama.

Sienten lastima de la desdichada Marinette y su caserón de consuelo.  

—Hablar conmigo misma, no funcionó. Mi subconsciente no es…digamos…sociable conmigo. Siempre dice cosas horribles—narro los hechos a mi nueva psicóloga.

¿Cosas horribles? Te digo la verdad.

—¿Qué te dice? —Clémence, toma nota en su Tablet, acomoda sus gafas amplias de aro negro. Es bastante bonita, con su cabello negro y ojos aqua.  

—Que hago las mismas cosas. Que los chicos que me atraen…son iguales a—Apreté mis labios. Soy incapaz de pronunciar su nombre—Que son iguales a mi ex. Ahora que lo mencionó. Cada que lo recuerdo, vienen escenas sexuales muy explicitas de cuando estábamos juntos ¡Me molestan mucho! Después viene mi subconsciente a burlarse. Me repite constantemente que acabe con todo, que atente contra mi vida.

—Has pasado por un periodo de estrés muy fuerte. Los pensamientos repetitivos invaden tú mente constantemente. La buena noticia Marinette, es que pueden ser controladas—explica con voz suave. Me hace sentir…en confianza. Nunca había mencionado estas cosas, ni a la anterior psicóloga o a Marín—Voy a darte unos consejos para que puedas salir de ese bucle de pensamientos intrusivos.

Anda Marinette, anota. Otra serie de actividades que no servirán de nada.

—¿Qué tal que no funcionen? Parece, que es más fuerte que mi autocontrol. No lo sé…Hay tanto que debo procesar.

—¿Parecen irrefrenables y te hacen dudar de tú moral, hasta meterte en un círculo vicioso? — Pregunta. Asiento enérgicamente—Aunque pasen en tú cabeza, no se convertirán en realidad—Me incorporó del diván para prestarle atención—Te explico: lo primero es que, tienes que aceptar que, no eres responsable de aquello que llega a tú mente, pero debes aceptar que llegaran pensamientos ingobernables. No tienes el control de todo. Ni tienes que estar batallando con tu mente, todo el tiempo.

—¿Cómo hago eso? Sobre pienso las cosas demasiado.

—Aceptando que no puedes averiguar que vendrá después. La vida está llena de giros inesperados; ocurrirán situaciones que se saldrán de tus manos, pero con la ayuda correcta, eventualmente pasarán.

—Estoy perdida.

—Tranquila, que he sido muy técnica. Te ayudaré un paso a la vez y verás que conseguirás entenderlo y aplicarlo a tú vida diaria—¡Cielos es tan amable! —¿Qué tal andas del resfriado?

—Un poco mejor ¿Pero, de qué va eso?

—Porque hoy, te dejaré una pequeña tarea. Saldrás por el vecindario, en compañía de uno de tus amigos. El tiempo que dure el paseo no tiene importancia. Aprecia el clima, paisaje, todo tu entorno.

¡Por favor! Salir a caminar ¿Te hará menos loca? ¡Muero por ver eso! ¿Entiendes, Marinette? M-O-R-I-R.

—Ok—No creo que funcione—Lo intentaré, está tarde.

—Toma un respiro y lo harás bien—animó. Sonreí por compromiso—Con el tema de tu ex. Por lo que comentas, estás en la etapa de duelo, no reprimas tus emociones. Cuéntame, cómo te hace sentir lo que estas viviendo, respecto a esto.

—¿Puede ser otro día? No estoy lista para hablar—Me causa una fea opresión en el pecho, pensar en eso.

—Comprendo, Marinette. Lo dejaremos para la siguiente sesión o cuando sientas que estás lista, me llamas o dejas un mensaje; te corresponderé en cuanto pueda.

No tiene tiempo para escuchar tus lloriqueos, a menos que le pagues.

—De acuerdo—Todo lo que está pasando, de por sí es demasiado, ahora, intentar callar a mi subconsciente, es peor—Nos veremos en otra sesión—Me despido y cuelgo la videollamada.

No puedes con tú vida, mucho menos conmigo.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Al día siguiente, estaba completamente repuesta. Era un buen momento para salir a pasear, como dijo mi terapeuta. Ayer no había nadie disponible para acompañarme y, no estoy lista para salir sola.

—¡Estás lista, Mini bug—Cherry Hair salió temprano de su trabajo para acompañarme! Marín y Brid no estan en casa, se la pasan fuera, quién sabe dónde. Tal vez porque este domingo se marchan a Londres y Gales.

—Tengo todo listo—Señalo mi sudadera, mis tenis desgastados, un short percudido y una bandolera con agua, comida y mis drog…medicamentos.

—Iremos de compras a la tienda de ropa. Después iremos a un salón de belleza, para que te arregles el cabello y te hagas una manicura.

Cherry Hair estaba entusiasmada enumerando una serie de actividades del itinerario planeado para esta tarde noche. Eso que sería un simple paseo. Bajamos hasta el lobby de la casa y al abrir la puerta, un grito nos puso la piel de gallina.

—¡Marinette Dupai Cheng, está saliendo! —Una horda de reporteros corren hacia nosotras, del otro lado de la calle.

Cherry Hair cierra la puerta y pone seguro. Pronto, los golpes, gritos y flash de cámara, predominan.

¡Todo esto es horrible!

—Vamos a la segunda planta—Mi amiga me ayuda a subir. Me costaba avanzar; estaba aterrada, pensando en que esa gente iba a tirar la puerta—Tranquila, estás conmigo y no permitiré que se acerquen.

—¿Cómo dieron con la casa? —pregunto, paniqueada por los incesantes golpes a la puerta. Subimos a la segunda planta y cerramos bien.

—No lo sé. Han estado desde hace dos días, apostados afuera.

—¿¡Qué!? ¿Por qué no me dijeron?

—No pensaba que, al verte, actuarían cómo bestias.

—¡Grandioso!—Doy un fuerte pisotón a la alfombra—¡No podré salir a la calle, nunca más! Con esos… locos ahí, acechando.

¡Estaré prisionera en mi casa de por vida!

Sabes que hay una forma, para no lidiar con esto…

—Si podemos salir, hay una rejilla que da al callejón detrás de la casa. Es lo suficientemente espaciosa para que podamos pasar.

—¡Ya viste esa gente, está apostada en todos lados!

—Verás que lo conseguiremos.

Ella me condujo a mi habitación, cerró todas las persianas y después comenzó a hurgar en mi ropero, sacando las prendas que usaba antes de participar en el reality show. Me pidió que me pusiera el outfit que consiguió armar. Una falda short con estampado tartán morado, un suéter celeste con estampado de murciélagos blancos y medias negras que ocultaban las cicatrices de los cortes en mis piernas.

A regañadientes accedí no muy convencida de esto. Cherry Hair se cambió de ropa, usando algo opuesto a lo suyo, una sudadera amplia, pantalones holgados y su cabello rojo, atado en una coleta. Me hice una trenza al lado y Alix me maquillo cubriendo las imperfecciones.

—Qué me dices ahora.

—¿¡Está soy yo!? —Me paro frente al espejo y me quedé a cuadros al verme.

—Si, te vez hermosa ¡Vamos a ponerlo a prueba! —Me empuja fuera de la habitación, sin darme tiempo a procesar todo este cambio.

Los reporteros habían dejado de golpear la puerta del frente, así que bajamos a la primera planta, fuimos hacia la vieja cocina dónde estaba la rejilla que Cherry Hair mencionó. Salimos hacia el callejón oscuro, lleno de ratas y bichos. Aterradas, las dos corrimos nerviosas, más por las alimañas que por ser descubiertas por los reporteros. Aparecimos en una avenida atrás de la cuadra de la casa.

Que complicadas que son las calles y avenidas de Paris, parece que nos hubiéramos teletransportado, a una zona distinta.

¡La emoción que acabo de pasar con mi amiga, me hace querer más desafíos!

Sin moros en la costa, caminamos relajadas, mezclándonos entre los turistas y los transeúntes.

Así, ambas pasamos parte de la noche, comprando complementos para nuestros “disfraces” pupilentes verdes y morados, extensiones de colores, medias polares con diseños góticos y kawaii, gorras, sombreros, faldas ¡De todo! Invertí una parte del dinero que recibí, cómo compensación del juicio.

Me sentí libre, estaba disfrutando de mi vida.

Al final del día, regresamos a casa en taxi, cargando bolsas de compras. No quisimos arriesgarnos, así que…de nuevo ingresamos por la “rejilla secreta” aguantando los gritos y nervios, porque en la oscuridad de la noche, las alimañas parecían haberse multiplicado. Ya en la seguridad del interior de casa, reímos hasta más no poder.

¡El plan de Cherry Hair, dio resultado!

 

Adrien.

Ella hojea los folios que acabo de entregarle. No se lo esperaba.

—¿Quién te dio está información?

—Los mismos agresores que metiste a la cárcel—Me ve con recelo—Le dieron estos detalles a mi socia Winter. Ella fue está mañana a reunirse con ellos y sus molestos familiares.

—¿Por qué le dirían algo como esto, a ella?

—Intentaban negociar con Gabriel´s. Porque nosotros los íbamos a demandar por daños a la infraestructura. Tras un acuerdo con mis abogados y socia, ellos decidieron hablar. Brindando esos datos tan importantes, que tienes en tus manos.

—Agradezco que me dieras este informe. Ellos dicen que recibieron indicaciones de un grupo en internet, liderado por un usuario anónimo. Que planeo todo lo ocurrido en la cafetería. Está gente estaba tan ciega que, pensaron que le hacían un bien a la empresa.

—Mis técnicos intentaron rastrear el móvil de la cuenta de ese usuario. Pero no dieron con una dirección en concreto, lo único que consiguieron fueron dos ubicaciones. Londres y Paris. Si damos pie a crear una hipotesis, no creo que se mueva tan rapido en dos ubicaciones tan lejanas, debe tener un aliado en Paris.

—Probablemente trabaje en Gabriel.

—Bridgette, eso te corresponde a ti averiguarlo. Tú clienta tiene enemigos hasta debajo de las piedras.

—Marinette dijo que sospechaba que alguien estaba organizando todo desde adentro. Porque actuaron con conocimiento. Así que, también te concierne a ti, este asunto.

—Si, en efecto estaban organizados. Pero, con la seguridad renovada, no tienen posibilidad de repetir una idiotez como la anterior. Aunque, no puedo decir lo mismo, si lo hacen afuera —Guardo silencio unos segundos, que sea su imaginación que le muestre lo que puede ocurrirle a la “rata Dupon”

—Comprendo—Guarda en su portafolio los informes—Si es todo, me marcho.

Ella abandona la oficina, giro mi silla para ver el ocaso por los ventanales.

Esa rata solo atrae problemas.

Marinette.

La mañana del sábado estoy en compañía de Cherry Hair. De nuevo, Bridgette y Marín estan ausentes. Pero, lo bueno es que mi amiga se quedó a dormir conmigo y, tuvimos una pijamada de maquillaje y organización de outfit y accesorios. Así no será difícil vestirme, para cuando tenga recaídas o deba cambiarme a las prisas.

—¿Hoy saldremos? —pregunto entusiasmada. Acomodé los pupilentes verdes que compramos el otro día.

 Los periodistas aún siguen acechando, así que este atuendo y “La rejilla secreta” se convirtieron en mis aliados, para los paseos que recomendó la terapeuta.

—¡Si! Luka quedo de venir por nosotras. Deja te ayudo a ponerte las extensiones rojas ¡Perfecta! Me encanta tu look. Lo reafirmó, el pastel goth es tu estilo—Alaba mi outfit—El suéter rosa con estampado de huesitos, la falda roja tartán y las medias negras con patrón de telarañas, de dan un look adorable y llamativo.

—Gracias—Aun me cuesta un poco aceptar halagos, me avergüenzo—¿Ey? No piensas usar tú otra vestimenta.

—Me tomaré un descanso por hoy. Seré Alix, alias Cherry Hair—Posa orgullosa. 

—¡Hola, chicas, estan lista…! —Luka asoma por la puerta de la sala, agitado. Parece que subió corriendo las escaleras—Buenos días—Se endereza cómo si nada—No nos han presentado—Recargó su brazo en el dintel de la puerta—Soy Luka ¿Y tú?

—Se quién eres—digo riendo, pero él no se rie—Deja de actuar como si Cherry Hair no te hubiera contado ¡Por favor! Soy Marinette, bañada y arreglada—bromeo.

—¡Marinette! —Casi se cae, cuando su brazo resbalo—¡Pero que…! —Sujeta su gorro refractario, viéndome de arriba abajo. Me incomoda su reacción y él lo nota—Te queda el cambio. Es tú look definitivo ¡Estás hecha para ser una chica dulce y diabólica!

—¡Luka! ¡No digas esas cosas! —Me sonrojo hasta las orejas.

—Digo la verdad, Marinette. Tienes una sonrisa que antes no había visto. Me has dejado impresionado.

—¡Basta! Tanta atención va a acabar con mis nervios—Oculto mi rostro entre mis manos, estoy lo que le sigue de avergonzada. No esperaba una reacción como esa.

—Ponle un alto a los halagos, galán—Alix me abraza y frota su mano en mi hombro—Consiguiendo calmarme—Un paso a la vez ¿Eh? Marinette no está acostumbrada a ser el foco de atención.

Le di las gracias en un susurro. Mi mente está en un conflicto de si merezco esas palabras o no.

Halagan el disfraz, no a quién lo porta.

—Perdóname por mi falta de consideración—La disculpa de Luka me sorprende. Él se acerca y me pone nerviosa.

Te dira que sin el disfraz eres una simplona.

—Es un simple disfraz para evitar a los reporteros. No hay gran cosa en ello—Oculto decir que, no hay nadie interesante bajo el atuendo.

—A mí me parece que es un capullo; que pronto mostrara a la verdadera tú.

Retiro mis manos, por lo que dijo. Su mirada serena de alguna forma me expresa que sus palabras son sinceras.

—Siempre sabes que decir.

—Con la inspiración correcta, las palabras sobran.

Su comentario me hace feliz, él también sonríe. Luka es un ser humano increíble.

—Si quieres, puedo irme. Regresó en una hora o dos—Alix me susurra al oído.

—¡No digas tonterías! —La tomé de la muñeca para salir de la casa. Con la cara roja como un tomate.

 

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Tras lo ocurrido, llegué a la conclusión que está ropa, la usaré para evadir a la prensa únicamente. Cuando regresé a Gabriel, será cómo Marinette. No me gustaría para nada, ser el centro de atención en ese lugar.

Íbamos en el auto de Luka, pasando por callejones que antes no vi. Deben ser atajos o algo así.

En un principio creí que el trayecto sería incomodo por lo que paso en la casa, pero nada de eso importo. Luka y Cherry Hair iban coreando las canciones que la radio local transmitía. Se ve que tienen una amistad de años, bromean y se la pasan bien.

Recuerdo Londres y el tiempo que disfrute en compañía de mi examiga.

—¡De ninguna manera bajaré a ver ese caserón! —rezongo cómo una malcriada, de brazos cruzados en el asiento de atrás—Mejor vamos a otro lado.

—Bridgette legalizó los papeles. Tienes que ver la propiedad tú misma—Alix intenta convencerme.

—No.

—Marinette, organizamos una fiesta de despedida para Bridgette y Marín en el patio trasero de la casa. Recuerdas que ellos partirán mañana a Londres—Luka añadió. Esto era algo que estaba evitando; despedirme de mis amigos, dolia mucho.

—Ahora menos quiero bajar—Me planté.

—Marinette ¿Vas a dejar a nuestros amigos esperando? Ellos van a regresar, no se iran para siempre. La fiesta de despedida es en agradecimiento a todo lo que han hecho. Nada sería igual, sin su intervención.

Alix tiene razón, gracias a ellos, hoy puedo contar un día más aquí.

Suspiré, resignada a que esto tenía que pasar. Entré más rapido pase, dolerá menos. Bajé del auto y guiada por mis amigos, me condujeron por la parte de atrás de la propiedad, a una puerta mediana con rejas. Para lo vieja que es la edificación, está seguro es el área dónde entraba la servidumbre en el siglo pasado. Vi algo de eso en un documental.

Ojalá tenga mejor aspecto que la deplorable entrada de ultratumba del frente. Que no esté repleta tiernos ositos y ramos de flores marchitos, cómo tributo. 

Un momento. La puerta esa, se ve demasiado bien ¿Es nueva?

—¿Qué esta mansión no estaba abandonada? Porque esa puerta luce muy…

—¡¡Sorpresa Marinette!!—Gritan, Bridgette, Max y Marín, detrás de la puerta.

Me quedo en blanco. Porque lo que está detrás de ellos se lleva toda mi atención.

—Es imposible…está propiedad estaba en ruinas.

—Si es la misma propiedad, Marinette—explica Max—Ven para que lo compruebes.

Él toma mi mano y me conduce por el hermoso jardín trasero, dónde hay unas mesas de metal forjado con bellas formas, grama nueva y arbustos con flores de temporada, la pared está pintada de blanco marfil. Max abre la puerta que da al interior de la residencia. Dónde está el área de cocina.

—La casa no está remodelada en su totalidad—Brid se adelantó a nosotros—Marinette, escuche tú terapia el otro día, sin querer y bueno, si agregamos el acoso de la prensa en casa de tus padres. Me hizo pensar en que necesitabas un nuevo ambiente de paz.

—Brid, la cocina es preciosa. Todo es nuevo… ¿Todo es nuevo? —Pasé mis dedos por la cerámica y granito verde que recubre los muebles—¿Tú pagaste por todo esto? —Esto es mucho—¡No puedo aceptar esto! Es demasiado.

—No fui yo—Niega divertida y no me hace gracia—Ven, tienes que ver el otro cuarto—Abre una puerta contigua a la alacena.

Me acerque siendo acompañada por el resto. Cubrí mi boca con mis manos, acallando un jadeo por la impresión.

—Tu pequeño atelier, está mejor distribuido. Podrás inspirarte con la vista de las ventanas que dan al jardín—Dice Marín.

No tengo palabras para describir cómo me siento.

El cuarto tiene todos mis implementos de costura, máquinas de coser, maniquís, incluso un estante con los rollos de tela nuevos. Abaniqué con mis manos mi rostro porque, estaba llorando de la emoción.

—Ahorra lagrimas para lo que viene a continuación—Alix me toma de las muñecas y me guía a otra puerta conectada al pequeño atelier—¡Bienvenida a sus aposentos, Hada de las Costuras!

—¡Cielos santo! ¡Es hermoso! —Alcé la voz porque me ganó la emoción—La alcoba tiene paredes celestes con un patrón de nubes blancas, abajo hay rosales pintados. Una cama con dosel de cortinas de seda rosa y cobertores celestes. Cerca de la ventana está una mesa profesional para trazar diseños ¡Esto es un sueño! —¡Es demasiado para mí! No puedo aceptarlo.

—¿Qué no? —Brid se para frente a mí, con una tarta de chocolate en sus manos—Pero si estarás más segura aquí, que, en la otra casa, rodeada de periodistas.

—Ese es un problema menor. Lo que quiero decir es que, es un lujo excesivo. Ustedes no deberían gastar en mí.

—No hemos gastado ni un centavo, Marinette—Marín se sitúa al lado de su hermana—Es mejor que hables con la persona que lo hizo—Extiende un celular. Lo veo con desconfianza—Marinette, no subestimes su paciencia, es mejor que contestes y salgas de dudas—Tomo el teléfono.

—¿Hola?

—Buen día, Marinette.

—¿Félix? —Pregunto confundida. Veo a Brid, que tranquila se encoje de hombros.

—Te informo que: el jardín trasero, las dos habitaciones y la cocina, son los únicos espacios habilitados. El resto de la renovación ira avanzando conforme los días y el buen tiempo lo permitan—Explica—Habrá ruido en exceso. Brid te dejará unos audifonos con cancelación de ruido…

—¡Espera! ¿Por qué haces esto? Mejor dicho, no tengo con que pagarte los cambios, los muebles, la…

—Remodelar la mansión, sin modificar la estructura original, sería algo imposible para alguien con tus ingresos—Siempre tan grosero—No me debes nada. Tengo mis razones y no te incumben.

Pero… ¡Si me hacen vivir en un lugar como este! ¿Cómo no me van a incumbir?

—Félix, necesito una expli…

—El jardinero llegará el lunes, para que elijas las flores que estarán en el jardín de atrás y el frente. Elije una flora a la altura de la residencia. No me decepciones—¿Este quién se cree dándome ordenes? —Lowell te manda saludos—Dicho eso, colgó.

—No me veas así Marinette—Brid niega con la cabeza—Félix hace cosas que no comprendo.

—Al menos una explicación he de tener para lo que está ocurriendo—Comienzo a abrumarme con la incertidumbre.

—A su debido tiempo, Félix dirá sus motivos. Lo que importa es que estarás tranquila en este sitio—Luka tiene razón. Por dónde lo vea, mientras el ataque sea tendencia, esos reporteros no me dejaran en paz

—Deja de quebrarte la cabeza con el tema—Marín trae un tubo sorpresa en sus manos, el cual destapó, esparciendo confeti por todo el cuarto.

—¿Por qué eres tan impaciente? Cubriste el pastel de papelitos de colores, te dije que iba darte una señal—Lo reprende Brid.

—Estábamos tardando para comenzar la fiesta—dice, sin prestar importancia a las quejas de Brid.

Ambos comienzan una discusión sin sentido. Alix y Luka intentan mediar, pero es inútil. Max aparta el pastel de manos de Brid.

Observo la escena y la melancolía me invade. Por momentos, siento que no merezco nada de lo que han hecho por mí. Pero viendo esta divertida escena. Me doy cuenta de que, soy muy dichosa por tener amigos como ellos.

—Voy a extrañarlos mucho—digo, limpiando las lágrimas con el dorso de mi mano—Me acostumbre a su presencia en esta semana.

—No digas esas cosas, Marinette. Me prometí no llorar en la despedida—Brid comienza a llorar—Me entró confeti en el ojo—Intenta excusarse—Pequeña Marinette, haré lo que este en mis manos para que sonrías por completo.

—Brid, eres un ángel…todos los son—Para este punto, estoy conmovida y mi llanto aumenta.

—Estamos para apoyarte, aun cuando estemos lejos, seguiremos ayudando. Saldremos de esto, Marinette—Pone su mano en mi hombro—Juntos cómo un equipo—Es la primera vez que veo a Marín llorar.

—Los quiero mucho—Digo y todos nos abrazamos. Llorando cuáles niños en su primer día de clases.

No es un adiós, es un hasta pronto.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

            Domingo a la mañana. Después de un sábado ajetreado, trasladando algunas cosas de la otra casa a la mansión, para mi momentánea estadía.

Si, momentánea. No me veo viviendo en este caserón enorme, yo sola.  Algo haré cuando esté completamente renovada. Conservando el atelier y mi habitación.

Está mañana fuimos a despedir a Marín y Brid en la estación. Les agradecí por todo. Ellos prometieron regresar pronto, porque había asuntos pendientes por resolver.

Tras su partida, nos separamos para disfrutar del día. Alix dijo que estaría viviendo conmigo, hasta ver mejoras en mi independencia. Acepté su proposición, con la condición de que, ella y Max, tuvieran una cita este día, que disfrutaran en pareja. Yo estaría bien, en el pequeño atelier, cortando los patrones para los nuevos diseños de la obra, del grupo de teatro de Lowell.

Ellos aceptaron y me quede tranquila. El tiempo paso, para cuando vi el reloj, eran las dos de la tarde. Tenía la música a todo volumen, para opacar al silencio. Hacia un tiempo despejado afuera. Así que, no vi nada de malo, en querer ir a dar la vuelta; la mansión tiene buena ubicación y el centro me queda cerca.

Fui a la recamara a cambiarme de ropa. Usaría pupilentes verdes, un short rojo, botas de suela baja con cintas, medias con estampado de gatitos y un suéter celeste con patrón de murciélagos blancos. Me hice una coleta de lado, con extensiones purpura claro.

Apliqué maquillaje para complementar mi outfit y estaba hecha para salir a la calle. Tome mi cartera y tras llegar al patio, al haber cerrado las puertas. El miedo me invadió.

Algo me rogaba quedarme en la seguridad de casa, por que salir tendría resultados nefastos.

Di dos pasos atrás. Tome impulso y de un salto, estaba del lado de afuera. Cerré la reja deprisa, porque si lo pensaba más, iba a arrepentirme.

Necesito despejar la mente, cómo recomendó la terapeuta, dar un paseo era lo mejor. Solo iría por los alrededores, para no alejarme demasiado.

Tengo que aprender a enfrentar mis propias batallas.

             Adrien

  ¡Muero de aburrimiento! No puedo salir cómo antes, me limito a ir de la casa a la empresa y viceversa. La prensa no deja de acosarme en cada sitio que voy.

Cambio de canal en la televisión de mala gana. Aparece un comercial de perfumes, con Chloe y Sabrina de protagonistas. La actuación de la última está para darse un tiro, de lo mala que es. Se le ve incomoda en ese vestido con estampado de girasoles, en cambio Chloe se desenvuelve segura, sin problema.

Qué bueno que se distrae en esa basura, así no llama como loca, pidiendo explicaciones.

Aunque buena parte de que no me hostigue, debe ser porque Audrey ha solicitado una reunion extraordinaria de accionistas en Gabriel´s.

¡Tengo que salir!

Me arrepiento de no aceptar el trio que Winter propuso con la inversionista pelirroja, esa de la que nunca me acuerdo del nombre. Veo el cielo despejado por el enorme ventanal.

Los días avanzan y con ello la fecha real de mi cumpleaños se aproxima. El día que mi madre arruino todo.

Apago la televisión, no aguanto un minuto más en encerrado. Subo a mi habitación y abro el walking closet, voy directo hacia la maleta dónde guardo las cámaras de video y drones que usaba para mi pasatiempo. Llevo mucho sin practicarlo. Reviso baterías y lentes, además de incluir otros implementos necesarios para hacer urbex.

Tengo que desconectarme de esta mierda de situación.

De la parte del fondo, saco ropa básica y pasada de moda; planeaba tirarla a la basura,

Qué bueno que no lo hice.

Me vestí y apliqué gel en mi cabello para desordenarlo, sin que se vea descuidado. Cogí unas gafas oscuras especiales que permiten ver incluso de noche.

Son de mucha utilidad en lugares abandonados.

Con mis cosas listas, me cuestiono ¿Por qué dejé este pasatiempo? Me invade la emoción de explorar sitios desolados, las historias tras sus paredes, narradas por los objetos que se han quedado congelados en el tiempo.

—Hora de cambiar de ambiente y desconectarme de todo—Agarré mi maleta y fui al garaje a sacar una de las motos más simples que tengo. No quiero ser descubierto ni llamar la atención.  No está demás que use acento alemán, así la gente no reconocerá mi voz.

Subí a la moto y programé el GPS con la opción de búsqueda de sitios abandonados. Las coordenadas me son brindadas y emprendo la marcha, hacia el centro de Paris.

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola, invocadoras e invocadores. Gracias por su paciencia.

Hasta aquí, sin duda escuchó los gritos de emoción. Les dije que la escena del ascensor tenía mucho de spoiler. Por eso constantemente hacia la pregunta.  ¿Cómo un hada y un demonio pueden enamorarse?

Van notando lo difícil que es para Marinette el cambio, sus inseguridades y su desaprobación a su propia conducta, positiva y negativa. Una lucha constante consigo misma.

Adrien afrontará por segunda vez, estar en Paris en la fecha real de su cumpleaños. La primera vez, fue cuando su madre tomó la decisión de atentar con su vida. Atormentado por lo que está ocurriendo con la empresa y evitando a toda costa, mencionar el tema de su madre a otros.

Dos almas perdidas ¿Encontraran un rumbo o se extraviaran en su caos?

Hay tanto por esclarecer, temas en el tintero que desglosar.

Todo esto está siendo posible con la ayuda de mi beta reader, gracias a él, Bridgette y Marín, tiene una voz de peso dentro de la trama.

Muchas gracias por su apoyo y paciencia, gracias por sus testimonios, son muy valiosos.

Sin más, nos leemos en una próxima actualización.

Chapter 24: Comprender

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Usé el GPS de mi celular, para no perderme en el camino. Paris está lleno de callejones, dónde fácilmente, se pierde el sentido de la orientación. Los edificios tienen la misma altura y estructura. En diseño urbano; Londres destaca por sus calles bien señalizadas, sin avenidas intrincadas y, con edificios que se distinguen uno del otro.

No estás en Londres ¿Repasamos la razón?

¡Se supone que este paseo serviría para eliminar estos pensamientos!

¡Basta de juegos! Estoy determinada a librarme del palabrerío de mi subconsciente.

Revisé el mapa del GPS y encontré un parque muy cercano, estaba esquina opuesta de la Rue Rome. Lo mejor de todo, es que el tramo a seguir es en linea recta. No debo ir por callejones intrincados. Veamos, queda a treinta minutos caminando.

¡Perfecto!

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

¿¡Treinta minutos a pie!? ¡¡Caminé una hora y media completa!! El colmo de todo es que no era en linea recta ¡Tuve que cruzar dos intercepciones! Con algo de esfuerzo pedí indicaciones a una mesera de una cafetería.

¡Finalmente estoy en Parc Monceau!

Busqué en mi cartera la botella de agua que compré dos calles atrás ¡Oh, cielos! Cherry Hair metió un antitranspirante y maquillaje en mi cartera.

¡Gracias, amiga!

Es mejor que busque un baño para aplicarme todo esto, debo verme fatal por la caminata. Dicho y hecho, ingresé al parque.

Adrien.

Mi destino era la calle Rue Murillo, aunque haría una parada antes en Bd de Coucelles. Estacioné la motocicleta cerca del Parc Monceau. Abrí la maleta que traía y saqué uno de los drones para armarlo. En cuanto calibré el dispositivo lo puse en marcha. Quería una toma área de los alrededores y revisar si la propiedad, estaba abandonada o ocupada.

No iré a ponerme en riesgo por un estupido impulso.

Algunos lugares son ocupados por vagabundos o adictos. Me sentí extraño al recordar a mi madre. En varias ocasiones la encontré en sitios como esos, consumiendo su veneno con otros adictos.

—¡Mediocre! —exclamé.

Manejé el drone con el control remoto, tenía que distraerme con algo. El aparato alcanzó una buena altura; probé las opciones de vuelo y de la cámara. Todo en perfectas condiciones. Por último, deje la opción térmica, para ver el mapeo de todo el parque, identificando las fuentes de calor que…

—¡Maldición, no puede ser! ¡Está perdiendo altura!

Vi el control remoto y noté que la carga apenas está en el veinte por ciento ¡No es suficiente para que se mantenga estable! Mi drone comienza a descender dentro del parque. Corrí a toda prisa para entrar al lugar y, no perder de vista a ese condenado aparato.

Marinette.

Me detuve un momento a descansar en un rustico puente, después de un recorrido por el parque.  La fría brisa de otoño balanceó las hojas cobrizas de los árboles. Se acerca la época más nostálgica.

¿Estaré sana para entonces?

El año pasado, pasé esa festividad en casa de mis padres. No disfrute el momento, por traer puesta la mascara de “la sonrisa de falsa felicidad”. Estuve todo el rato, esperando la llamada de mi ex…

¡No quiero recordarlo!

Mejor me centro en como decirles a mis padres que no se preocupen, que estoy bien…no sé si deba decirles lo que está…

¡No puedo concentrarme con ese molesto ruido!

Busqué por los alrededores la fuente del fastidioso zumbido.  No vi nada extraño, me decidí a levantar la mirada, tuve que retroceder tres pasos por el drone que descendía en dirección al riachuelo. Di un salto para atraparlo. Las ocho hélices giran por inercia, porque el motor se apagó.

¿Qué extraño? ¿De dónde has salido?

—¡Ese drone es mío! —gritaron con acento alemán. Di la vuelta y veo a un hombre aproximarse a gran velocidad ¡Es eso humanamente posible! En un parpadeo, subio las gradas del puente y se detuvo a unos pasos de mí ¡Corrió todo eso y no está transpirando! —Te agradezco que lo atraparas. La batería se agotó en pleno vuelo—Mostró el control del mismo modelo del aparato.

Miré el drone y luego a él, la sonrisa se le esfumó del rostro. Eso no me preocupa. Está cosa tiene una cámara termográfica, el misterioso hombre trae una chaqueta de invierno con varios bolsillos, jeans descoloridos, camiseta percudida. Tiene buena condición física, porque, aunque su respiración es agitada, no se le ve cansado o jadeante. También trae gafas oscuras…

¡Es un paparazzi! 

—Los octacópteros necesitan más potencia para el vuelo—respondí, con un notorio acento Londinense. Puede que con este atuendo no me parezco a la Marinette que la prensa asedia, pero mi voz me delataría.

—¿Conoces de drones? —Enarcó una ceja y sonrió.

Perdón que interrumpa tú construcción de perfil, pero, aquí es dónde tú, te conviertes en la rara

¡Cierto!

Que te impide responderle con: Veo reportajes, documentales o infomerciales todas las madrugadas, con la esperanza que sean tan aburridos, para recuperar el sueño, pero adivina que, eso nunca funciona.

Este…veo documentales—Él se pone serio y los nervios me traicionan ¡Va a descubrirme y llamará a toda la prensa! —Por eso…creo que tú drone, se descargó por el uso de una función adicional de la cámara. Porque requiere de una batería de mayor capacidad—¡Cierra el pico, Marinette! —Es un aparato multirotor; sus hélices requieren de mucha potencia para estabilizarse en el aire…mejor guardo silencio.

Avergonzada y humillada, le extiendo el drone. Al menos sino sospecha quién soy, se harto de la hurraca informativa.

—Tienes razón—Aunque sonríe, su acento alemán lo hace sonar molesto—Me distraje por una tontería y no me di cuenta la carga disponible. Hace mucho que no lo utilizo.

—No es bueno para un drone permanecer con la batería dentro. Lo mejor es retirarlas y colocarlas en su estuche—Disminuí cada vez mi tono. Es que con ver sus labios y no sus ojos, me pone nerviosa—Lo siento, hablo demasiado. 

El paparazzi no tardara en descubrirte, por tonta.

Adrien

Menuda hípster amante de los gadget, con la que me tope.

 No me molesta que sepa tanto, es bonita. Pero muy joven; no me enredo con veinteañeras; se enamoran muy rapido.

—Tus consejos me son de utilidad. Cómo te decía, lo dejé de usar y no lo almacené bien—Mientras digo esto, ella se balancea a los lados y golpea sus caderas con los puños.

¿Te pongo nerviosa? A que tengo ganas de divertirme un rato.

—Que bien que mi parloteo te fue de utilidad. En fin, yo…

—Cambiaré la batería a mi drone ¿Me puedes ayudar? —Por supuesto que se cambiar esa cosa. Pero está chica me da que solo está presumiendo. Hacerla pasar un mal rato sería divertido.

—No quiero importunar—Chasqueó sus labios. Su acento Londinense es muy refinado—Tendrás alguna nota periodística que cubrir y yo solo te estoy, importunando con mis datos sobre drones.

¿Notas periodísticas?

—¿Crees que soy un periodista? —Me causa gracia su ingenuidad.

—Más bien…un paparazzi—Sus mejillas se ponen rojas, resaltando el tono verde de sus ojos.

—Si ese fuera el caso, este modelo de drone para aficionados, sería un pésimo elemento para tal objetivo.

—Por lo ruidoso.

—Exacto.

—Lo siento, no debí sacar conclusiones apresuradas—Ella se rasco la manga, apartando la vista.

Empiezo a creer que disculparse es un deporte para ella. Lo ha repetido tanto, que parece estar entrenando para las “olimpiadas del arrepentimiento”

—Eso no importa ¿Me ayudarás con la batería?

—Este…—Ve a los lados, está dudando. Ahora esto es personal.

¡Cómo se atreve a confundirme con esos buitres carroñeros de amarillismo!

—Me siento en la obligación de explicarte para que utilizaré el drone. Porque dado tu amplio conocimiento, me puedes decir si todo está en orden con mi aparato.

—Bueno. Pero después tengo que irme.

—Tranquila que solo es un momento—La conduje hasta una banca junto al puente—Sostén mi aparato—digo en doble sentido, pero ella no se incomoda. Agarra el drone y lo ve maravillada

Es curiosa.

—Es un modelo antiguo—Sin pedírselo, sacó la batería de este—¡Lo hice! Ese documental si explicaba muy bien las partes de este modelo.

—Debo preguntar ¿Por qué los documentales y no las series o programas de farándula? —Le extendí la batería nueva y ella me dio la anterior.

—Si veo series, peliculas, pero no programas de farándula—Hizo el cambio, sonriendo cómo si hubiera conseguido llegar a la cima del Everest—Listo. Puedes probarlo para ver que tal anda—Evadió parte de la respuesta a mi pregunta—Yo ya tengo que…

—Momento, deja que defienda mi honor. Dije que iba a mostrarte para que uso los drones—Le señalé las cámaras y otros modelos de drones más pequeños, dentro de la maleta.

—¡Eres investigador de infieles!

¡Pero que imaginación tiene!

¡Por supuesto que no! —Encendí enfadado el control del drone, comprobando que la carga está al cien por ciento.

—No es para avergonzarse, es trabajo honesto, gracias a un deshonesto.

—¡Podrías dejar de aseverar los hechos! ¡Basada en suposiciones! —Obviamente con mi acento alemán, mi voz tenía un tono más elevado. Pero es que me rebasó está chica.

—Yo…—Rascó la manga—Perdona, fue muy insolente de mi parte. De verdad no quise…

—Antes que termines diciendo otro disparate. Utilizo este equipo para Urbex…

—¿Urbex? —Sus ojos curiosos me ven en busca de respuestas.

—Urbex; es la exploración urbana a casas abandonadas.

—Eso es vandalismo.

—Técnicamente si y no—Aunque hizo una suposición, no está errada—Por eso me aseguro con ayuda de la cámara térmica, que el lugar este completamente abandonado. Pero eso es lo de menos—Continuo mi explicación, colocó el drone en el suelo —Las estructuras de dichas propiedades, suelen estar en mal estado y ocurren accidentes. Por eso cargo un botiquín.

—Si es tan peligroso ¿Por qué lo haces?

Sé que dije que iría solo a explorar, pero está chica me está desafiando a mostrarle que es, lo que llama mi atención en el Urbex, nada más para callarle la boca.

—Acompáñame en está exploración. La casa está cerca, a la vuelta de aquella esquina—Señalé hacia afuera de la verja que rodea el parque.

—Pero…dices que es vandalismo y a la vez no.

—Si no te descubren, no lo es. Si te descubren si lo es.

—Si nos atrapan ¿Iremos a la cárcel?

—Creo que sí. El peligro lo hace divertido.

—Me marcho.

¿Qué? ¡Mi honor! ¡Tengo que defender mi pasatiempo!

¡Ok! Espera…—¿Cómo se llama? —Deja que te muestre el sitio por medio del drone y decides si vienes conmigo o te marchas.

—Tiene un minuto para convencerme.

—Que sean dos—condicioné. Ella se cruza de brazos—¿Qué es lo que se hace antes de volar un drone?

—Introducir las coordenadas.

—Eso lleva tiempo.

—Serán tres minutos. Ni uno más.

Marinette

No sé en qué punto, terminé convencida de darle una oportunidad a este hombre. Tras que debo marchar a casa en un recorrido de hora y media.

¿Por qué ir contra las leyes sería divertido?

Ven, acércate—Él a comenzado a volar el drone. Hace el control a un lado para que pueda ver la pantalla.

Abrí grande mis ojos, impresionada por la vista del parque y sus alrededores. Veo lugares de este sitio que no alcance a explorar. Si antes dije que el casco urbano de París era intrincado ¡Me retracto! Desde arriba es muy bonito.

—¡Que hermosa vista! ¡Se ve la Torre Eiffel a la distancia!

—¿Te impresiona la torre?

—Si ¿Qué tiene de malo?

—Estás en el país hace poco. Porque los que tenemos tiempo aquí, estamos acostumbrados a verla.

Eres tan predecible.

Es muy deductivo. Es mejor que no ande impresionándome por cualquier cosa…

—¡Se ve Notre Dame! —¡Es imposible, todo es increíble siendo extranjera! Lo escuché reírse, pero no perdí concentración en la pantalla.

—Moveré el drone, debo guiarlo al lugar que te mencioné—La imagen enfoca gran parte de París ¡Es una ciudad enorme! Fácilmente alguien podría perderse—Estoy sobre la casa. Lo haré descender para verla.

—¿Seguro que está abandonada? —La casa es preciosa, tiene techos con ventanas y, ladrillo visto color beige, la puerta es de madera color negro. Tiene la misma altura que los edificios que la rodean, aunque su fachada es distinta.

—Si, lo vi en un grupo de urbex. Es una buena propiedad para comenzar a explorar—Activó la cámara infrarroja—Hay una que otra rata, pero no personas—La imagen termográfica desaparece—Traeré el drone de regreso ¿Qué te pareció? ¿Me acompañarás?

Es un extraño…Cherry Hair me a traumado tanto con las series policiacas, que solo visualizo escenarios desastrosos. Pero, por otro lado, es un lugar alejado de la multitud.

Es algo nuevo.

—Tengo que regresar a mi casa. Tarde una hora y media en venir hasta acá a pie—Aunque no lo conozco, no quiero ser descortés. Es mejor que deje pasar esto.

—Puedo llevarte de regreso. Mi motocicleta está del otro lado del parque—El drone desciende y aterriza en el sendero—¿Dónde estan mis modales? Soy Emmerich, originario de Berlín, Alemania—Extendió su mano—Encantado de conocerte.

—Un gusto, Emmerich—Correspondo su saludo. Estrechó mi mano con seguridad—Yo soy… ¿Quién soy? Busco en el entorno ideas: Banca, lago… ¿Banca lagos? ¡Que ridículo se escucha ¿Eso es una colmena? —Ho…Honey…me llamo Honey y vengo de Londres.

—Lindo nombre, Honey—Soltó mi mano y fue a traer el drone—¿Qué dices? ¿Vendrás?

—Ok, te daré el beneficio de la duda—Tengo algo de miedo, pero, quiero comprobar que hay de bueno en explorar casas abandonadas. Si no me parece, lo dejo; Emmerich ya lo dijo antes.

Cerca de dónde estábamos, había una salida del parque. Emmerich parece conocer bien Paris. En el camino, le hice preguntas sobre su pasatiempo…el urbex. Dijo que lo comenzó a practicar cuando estaba por finalizar su carrera en Alemanía, al mudarse a Francia, lo hacia con menos frecuencia por el trabajo. Hasta que finalmente lo pausó.

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—Que tal que a los dueños les da por regresar—Advierto viendo temerosa los edificios alrededor. Parecen ser apartamentos.

—Sus dueños están fuera del país. Vigila que no haya moros en la costa.

Emmerich saca de uno de sus bolsillos unas herramientas y las introduce en la cerradura… ¡Va a abrir la puerta! Cómo en esas series de detectives. Sin dejarme objetar al respecto, la puerta se abre.

—¡Vamos entra rapido! —Le hago caso, presa del miedo a ser descubierta y refundida en la cárcel.

Adrien.

         —¡Woow! La casa es enorme. Desde afuera parece pequeña—Cubrió su nariz—¿Qué es ese olor tan fuerte?

—Baja la voz o nos descubrirán. Los edificios aledaños son condominios habitacionales—expliqué, sacando dos barbijos de la maleta para entregarle uno—Usa esto, lo que hueles son las esporas del moho y la humedad—Me puse la mascarilla.

—Gracias. Ok, ahora estoy asustada e intrigada.

—Ese es el espíritu urbex—Le pasé por delante—La sala y otros rincones, al parecer fueron saqueados. Podemos comenzar por la primera planta, aún conserva el empapelado y estantes—Saqué una de las cámaras fotográficas, para tomar video o fotografías.

—Cámaras, equipo para abrir puertas, botiquín y barbijos. No mentías cuando dijiste que lo llevas practicando hace mucho.

—Nunca sabes con que te puedes topar en estos lugares. Por cierto, cuidado donde pisas, hay cadáveres de alimañas—De un saltó, Honey se apegó a mi cuerpo y se aferró a mi brazo.

—¡Alimañas!

—Están muertos, no pueden hacerte nada.

—Tú los señalaste y dijiste que había cadáveres. Me sacaste del bonito cuadro de la casa, a un cementerio de alimañas.

—Seré prudente con lo que diga la próxima vez. Ahora, me devuelves mi brazo—Me ve cómo, suplicando que no la suelte.

  Que preciosa es.

—¿Hay fantasmas?

—No, aquí no hay entes—Me mordí la lengua para no decir que, los vivos son más aterradores.

—Ok, si pude atravesar un callejón de alimañas vivas, puedo con los cadáveres—No entendi de que iba su monologo. Pero sirvió para que me soltara—Perdona que me ponga nerviosa de la nada. Esto es nuevo para mí.

—Cierto. Lo olvidé viéndote cargada de confianza al entrar. No te quejaste del aspecto del lugar, que no es de los mejores…

—Pero tiene su encanto—Añadió, señalando un viejo sofá y una desbaratada mecedora.

No debo subestimarla.

Ven, vamos a ver el resto de las estancias. Si tienes preguntas puedes hacerlas.

Ella asintió y comenzamos nuestro recorrido por el viejo caserón. Le expliqué a Honey que la propiedad estaba abandonada desde los años Cuarenta.

Exploramos gran parte de la casa, pero los vándalos habían destruido las piezas importantes. Sin embargo, algunos muebles grandes y artículos antiguos, si bien no estaban en las mejores condiciones, creaban escenarios derruidos muy artísticos.

—Se respira una escencia nostálgica—Tocó lo que quedaba se un maltrecho ropero—Las cosas estan destrozadas, pero en el lugar que les corresponde—Ve en dirección a un dosel, con cortinas rotas.

—Es una forma de ver, cómo era la vida en aquel entonces. Asumimos que era simple, comparado con nuestra rutina, pero, quizás no era así. Algo impulsó a quién vivía aquí a abandonar su hogar. Dejando todo atrás para empezar en otro lugar—. Honey no responde, observa una caja musical rota.

¿En qué piensas Honey?

Emmerich, muchas gracias por mostrarme este lugar—Honey sonríe, pero su mirada está cristalizada.

¡Defendí mi honor, punto para el urbex!

—Si te interesas más sitios como estos. Hay algunos que aun estan completos, pero en las afueras de Paris. Al menos, han respetado la regla primordial del urbex, ver sin tocar—Pesé a que al principio fue un desafío personal. Debo reconocer que Honey sería una buena aprendiz, sabe escuchar.

—Me interesa, mucho—Musica para mis oidos—Pero tendría que hacer tiempo.

Son excusas, Honey.

—Está semana, tendré tiempo libre por la tarde. Puedo pasar por ti a tú casa y al terminar, te puedo llevar de regreso.

—Oh, eso se oye genial ¿No tienes problema? Es que…tú perderías más tiem…

—No tengo problema—Le corto, porque entre más hable, más excusas ira creando.

—Si es así; podríamos quedar en un punto de encuentro ¿Qué tan cerca te queda la Place de Clichy?

—¿Vives cerca de ese lugar?

—Si te queda muy retirado, puedes proponer otro sitio.

—No hay inconveniente—Honey parece muy discreta con su vida privada. Evade sutilmente.  

—¡Bien! Dame tú número, por favor—Sacó una… ¿Libreta? —Anota tu número, por favor.

—Seguro—Anoté mi número alterno. Lo uso para quedar con los colegas, en las campañas de videojuegos—¿No tienes un celular?

—Si, pero…No lo he configurado para llamadas locales—. Le devolví su libreta.

—Cuando lo tengas configurado, me envías un mensaje para guardar tú número—Ella asiente y guarda sus cosas—Tenemos que irnos. Mañana pasaré por ti a la una de la tarde.

—Por mi perfecto ¿Tengo que traer algo adicional?

—Ropa y zapatos comodos, bebida y un snack.

Una vez estuvimos de acuerdo. Abandonamos la propiedad, del mismo modo que ingresamos. Honey iba haciendo preguntas sobre mis anteriores urbex en Alemania, a lo cuál le iba narrando. Cuando llegamos hasta mi motocicleta, saqué el casco extra para que lo usará.

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         —Gracias por traerme—Honey me entregó el casco, tras un viaje de quince minutos—Te enviaré un mensaje más tarde, cuando configuré mi celular.

          Estamos a tres cuadras del caserón Agreste.

—De acuerdo, Honey ¿Segura que estás bien aquí? —La zona no es muy transitada.

—Si, estoy cerca de casa.

—Bueno…—Me coloqué el casco y encendí el motor— Mañana a la una en este lugar.

—Ok.

Marinette

Emmerich echó a andar su motocicleta y se marchó. Si que conduce muy rapido. Suspiré aliviada que mis pies estaban en tierra firme.

Salir de la rutina; no fue tan malo después de todo.

Planeé un paseo tranquilo y terminé recorriendo una casa abandonada, con un extraño. Esto es lo más loco que he hecho en toda mi vida.  

Me intriga explorar estos lugares. Además, Emerich sabe mucho, es muy seguro de si mismo.

Dejar todo atrás y empezar en otro lugar ¿Qué impulsó a esas personas a dejar sus casas abandonadas? Quizás, esa no es la pregunta que quiero hacer:

¿Cuál es el motivo que me impulsa a seguir en Paris?

Seguí mi camino, crucé la calle y en cuanto pasé por la entrada de la ex mansión, me detuve ¿Eso es nuevo? Llamó mi atención los presentes recién, colocados en la entrada:  osos y ramos de rosa. Hay muchas fotos también.

 ¿Quién es?

El ruido de un claxon me distrae, levantó la vista para ver el auto de Alix. Está sorprendida…quizás porque estoy sola en la calle. Corrí hasta su vehículo.

—Hola ¿Tan pronto termino su cita? —Inició la conversación. Tentando el panorama.

—Tengo muchas preguntas respecto a qué haces afuera—Dice Max, dentro del auto.

—Salí a dar un paseo, aprovechando el clima. Conocí a alguien en el camino.

—Mini Bug, que te he dicho de los extraños—Alix me lanza una mirada de advertencia—No quiero que lo tomes a mal, es que me preocupo.

—Puedes quedarte tranquila. Emmerich, que así se llama; es alemán, sabe mucho de historia, porque me llevó a una casa abandonada…

—¿Casa abandonada? Marinette, pero…

—Es urbex, no es nada malo—Defendí.

—¡Wow! Hace urbex, que genial.

—Max, no estás ayudando—Regaño Alix.

En esta batalla tenía un alisado.

—Pero si Marinette se ve feliz, que tiene de malo—Punto para Max.

Alix se resignó y nos pidió entrar a la casa. Los puse al día y pese a que Alix estaba dudosa de está situación, Max la convenció que no se preocupara, que mi celular tenía dispositivo de rastreo. También hizo el favor de configurar mi teléfono a un número alterno, antes de marcharse.

 Le envié un mensaje a Emmerich que, en respuesta envió un emoji alzando el pulgar.

Es más elocuente en persona que por chat.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Alix y yo lavamos los platos, tome mis medicinas y estaba lista para ir a dormir. Mañana tendré que hablar con el jardinero por el tema de las flores.

—Marinette—Alix me llamó desde el atelier.

—Hola—Sali de la habitación, extrañada.

—Bridgette, quiere hablar con nosotras—Señaló la pantalla de su laptop, dónde nuestra amiga estaba en videollamada.

Bridgette, je suis ravie de te voir. Bridgette, es un gusto verte.

Lo mismo digo Marinette, te ves muy animada—Pesé a escucharse alegre, su rostro evidenciaba otra cosa—Chicas, quise ponerlas al tanto de lo que está pasando—Alix y yo nos vimos confundidas.

—¿Qué pasa Brid?

Antes de irme de Paris, me reuní con Agreste—Ni había dicho mucho, y ya comenzaba a sentirme acorralada—No dije nada que te comprometa, me conoces.

—Brid, ese tipo es traicionero—Dije sin dudarlo.

Eso no lo pongo en duda. Por eso mande a verificar la información que me brindo. Lo que él me entregó, fue unos documentos con el testimonio de tus agresores—Estaba asustándome—Decía que ellos recibieron indicaciones de un grupo en internet, liderado por un usuario anónimo.

—¡Lo sabía! —grité—Es lo mismo que intenté decirle a ese cabeza dura. Desde el momento que mencionó que las puertas de la cafetería estaban cerradas ¡Alguien los organizó!

Es correcto Marinette. El problema viene con lo siguiente. La IP del usuario anónimo, registra dos ubicaciones, Londres y Paris.

—Chloe debe ser la principal sospechosa—Soltó Alix.

—Pero ¿Quién era su receptor en Paris? —Comenzaba a asustarme.

Alguien que sabe mucho, me temo. Mis investigadores descubrieron que, los reporteros dieron con la ubicación de la casa de Marinette, porque alguien les hizo llegar esa información. Un factor común de este “informante”, es que la IP no se puede rastrear

Después de develado esto. Mis piernas comienzan a temblar ¿Por qué no me dejan en paz? ¿Qué pretende? Chloe es capaz de llevar esto lejos.

Podía decirle a Brid que ya no insistiera en esto. Que renunciaré a continuar como diseñadora de modas, que me dedicaré a otra cosa.

Si, es lo mejor, esconderse. Cómo lo hiciste en Londres…

¡Si se mete con Marinette, tendrá mi puño entre sus narices! —Las palabras de Alix, me toman por sorpresa y creo que a Brid también.

—Cherry…

—Marinette, tú estas comenzando a sanar. Incluso te animaste a conocer a una persona ¡No pienso dejar que retrocedas, por un cobarde que te tiene tanto miedo, que debe actuar bajo las sombras, porque sabe lo fuerte que eres!

Alix tiene toda la razón, Marinette. Tu fuerza de voluntad está provocando que está persona comience a actuar desesperada ¡Un paso en falso y le atraparemos!

Vienen las memorias de todos los que me lastimaron, pero también; estan mis amigos…estoy yo.

—¡No quiero esconderme más! ¡Si doblegamos a un demonio, podemos contra ese anónimo!

—¡Asi se habla, Marinette! Por mi parte agilizaré las investigaciones lo más pronto posible ¡Estamos listas para exponer las mentiras de Chloe y sus secuaces!

—¡Por supuesto que lo estamos! —Exclamamos al unisonó.

Debo cuidarme las espaldas para que no me acorralen. Si ubicaron mi casa, era con la intención de mantenerme encerrada.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

La mañana siguiente me sentía muy animada, a pesar de las pesadillas. Mientras le explicaba al jardinero que flores plantar, fuera del jardín y en el vivero que planeaban construir. Cherry Hair salió de la cocina alarmada.

—¡Olvide que tenía que entregarle los afiches de muestra a Luka! Tengo una presentación a las nueve y no sé cuanto vaya a tardar—Ella estaba muy alterada.

—Muchas gracias, señor Lumiére. Creo que con esas flores será suficiente—Le dije al jardinero que, se retiró a reunirse con el personal de la constructora—Yo puedo ir a dejarle los afiches de muestra a Luka. Él trabaja en Parc de la Villette ¿Cierto?

—¡Oh! ¡Gracias Mini Bug! Me salvaste de la ira de mi jefa ¡Ven hay que vestirnos para poder llevarte a la estación Porte de Pantin!

Las ventajas de vestir cómo Honey es que no debía temer, por el anónimo. Si no hay reporteros apostados en la calle de la mansión, es porque no me han descubierto.

Alix me entregó los afiches en un portafolio. Por el diseño veo que serán para el evento que se anunció en el concierto. La presentación de la sinfónica en diciembre. Con la chica del Ladybug, a la que no pude decirle quién era yo.

Una oportunidad desperdiciada.

Cherry Hair me dejó en la estación y abordé el metro. Mi amiga colocó todas las coordenadas y paradas del transporte publico en mi Tablet. Si me perdía, debía avisarle. Pero estuve muy atenta a las estaciones y me bajé en la indicada. Sali del subterráneo para quedar frente a Parc de la Villette…

Mira nada más a dónde nos trajo.

Había una gran cantidad de publicidad de mi ex y su convenio con Gabriel´s. Tengo que ser fuerte, no darle importancia a su presencia en cada misera esquina de está ciudad.

Estás aborreciendo París de nuevo ¿Tan pronto se terminó la buena vibra?

¡No lo aborrezco, es que debo encontrarle un sentido y la cara de ese idiota en todos lados…!

Un segundo. Ayer di un paseo tranquilo, aunque caminé más de lo normal, no le di prioridad a esa publicidad.

¡Yo conseguiré superarte!

Crucé la calle y empecé a leer cada rotulo de la entrada, lo que fuera necesario para no pensar de más. El malestar fue disminuyendo, hasta sentirme bien, el ambiente animado del sitio y las diversas atracciones de la Villette fueron suficiente distracción.

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Fui directo a La ciudad de la Musica, el espacio dónde Luka trabaja. Llegué quince minutos antes de la presentación que, él y la sinfónica tenían en el museo.

—El director debe acompañarme a elegir la tela para los uniformes de la orquesta—Enfatizó una mujer pelirroja, que estaba con Luka y…Kagami ¿Así se llamaba?

—El director debe ensayar con la sinfónica. Está en el itinerario del día de hoy. He de pedir que se respete, el tiempo de los integrantes. Es una prioridad—refutó ella, sin alterarse.

—Con un día que él se ausente, no se pierde nada.

Le temps perdu est irrécupérable, madame Bustier . El tiempo perdido es irrecuperable, señora Bustier—sentenció.

—Kagami tiene razón—Luka intervino. Confirmé que ese es el nombre de la chica del Ladybug—Podemos trasladarlo a un fin de semana, señora Bustier.

—¿Qué? Habíamos quedado para hoy—La señora no da el brazo a torcer.

—Con el debido respeto que se merece madame Bustier. Le recuerdo que usted, no tiene autoridad sobre el personal de la sinfonía.

—Mira, Kagami; estoy hablando con Luka. Cuando quiera tú opinión, te la pediré.

—Señora, por favor—El personal de seguridad se hizo presente—Puede retirarse, está área es solo para personal autorizado.

—¡Esto no se quedará así! Informaré a mi esposo de tú comportamiento—Le advirtió a Kagami. Pero ella no se preocupo ni un poco.

         ¿Qué fue todo eso? Porque la señora Bustier se comporta tan grosera, hasta dónde recuerdo lo mismo ocurrió el día del concierto.

—¿Por qué no te mueves? —La voz flemática de Kagami, aterrizó mis pensamientos.

—¿Eh?

—Estás parada en medio de la entrada. Te pedí que me dieras permiso ¿Me has escuchado?

—Yo, no—Está era mi oportunidad, tenía unos minutos para decirle quién soy.

—¿Qué haces en una zona restringida?

—Yo…—¡No puedo! Su porte elegante, su presencia…no hay manera que ella crea que soy una diseñadora—Lo siento—Me hice a un lado—Venía a dejar unos afiches.

—Presta atención a tú alrededor y, no harás perder el tiempo a los demás—Ella me paso al lado. Camina con mucha seguridad.

Yo soy una caricatura en comparación con ella.

Es bueno que sepas cual es tú lugar.

—Marinette, que bueno verte; Alix me avisó que vendrías… ¿Marinette? ¿Te sientes bien? —Luka se acercó a mí.

No seas una carga para ellos.

—Si, me siento bien—No estoy bien—Es que… ¡Te traje los afiches! —saqué el portafolio y se lo entregué.

—Muchas gracias. Puedes esperarme unos momentos y almorzamos juntos.

No estorbes.

No hace falta. Yo quede de ir a otro lugar; pero gracias…

—Cinco minutos para la presentación—Anunciaron por los altoparlantes.

—Conversamos otro día. Nos vemos Luka.

—Cuídate Marinette.

Me fui de la sala de musica. Me estaba costando respirar ahí adentro. Cuando estuve fuera, pude respirar el aire fresco de la Villette.

 Solo fue una falsa alarma, estoy bien.

 No puedo quedarme quieta, mejor iré a dar la vuelta y conseguiré distraerme. Más tarde le enviaré un mensaje a Emmerich, del cambio de lugar de encuentro.

Estaré bien, es solo una incomodidad pasajera.

 

 

Notes:

Nota:

Hola, hola invocadoras e invocadores, antes que nada ¡Feliz año! (estamos a mediados, pero aun es valido XD) Espero que su comienzo de año, este colmado de buenas vibras.

Tenemos el tan esperado encuentro entre Adrien (Emmerich) y Marinette (Banca lagos…quiero decir Honey) ¿Qué les pareció?

También se a dado a conocer sobre las investigaciones de Bridgette respecto al anónimo que está orquestando todo ¿Quién será?

Marinette se esfuerza por cambiar su panorama, pero no es facil, basta con algo que la desanime o la obligue a sobre pensar, que toda la seguridad se desmorona.

¿Emmerich verá ese lado que Honey no quiere mostrar?

Sin más que decir, nos leemos muy, pero muy pronto.

Chapter 25: Confundir

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Adrien.

Terminamos de organizar los documentos para la próxima reunión extraordinaria; después de horas de trabajo. Ondine y Winter me asistieron para detallar a las accionistas de Gabriel´s los cambios que han ocurrido dentro de la empresa: Pruebas psicológicas al personal, el cambio de seguridad; la indemnización que cubrí en su totalidad. Tomamos a bien, mostrar el video de seguridad de la cafetería, incluyendo el filtrado por el anónimo.

La reunión será complicada porque Audrey estará presente, hostigará a más no poder, para que “la rata Dupon” sea despedida.

No tendría problema alguno con eso, si ¡Medio París no estuviera pendiente del caso!

Allons manger? ¿Vamos a comer?

—No puedo salir del château sin ser perseguido por la prensa. Además, iré a otro lugar más tarde.

—¿Cómo así? No puedes salir a comer, pero si a otro lugar—Winter acomodó su lacia melena plateada— ¿ Qué no me estás contando, Adrien ? ¿Eh? ¿Una nueva conquista?

—Nada de eso. Winter, deja de estar de fisgona y vete a trabajar, que aquí, él que está de vacaciones soy yo.

—Fue mi error, es claro que no hay conquista. Porque tú, sigues con ese mal genio insoportable—Se levantó de la silla, acomodó su ajustado vestido negro de apetecible escote—Mañana tú “empleada estrella” enviará las primeras facturas de su tratamiento. Espero sea antes de la reunion, para presentarlas a Audrey y Tomoe.

Una notificación llegó a mi celular, lo que me desconcentró de apreciar a Winter y su palabrería. Desplegué la pantalla del celular, era un mensaje para mi número alterno. Escuché de fondo la puerta cerrarse. Winter se había marchado.

Honey_11:30am: Terminé unos pendientes en Parc de la Villette. Pero no conseguiré llegar a nuestro lugar de reunión a tiempo.

Hice una búsqueda rápida en mi GPS para saber la distancia entre Marly-Le-Roi y Parc de la Villette.

Treinta minutos en auto o motocicleta. Tengo que almorzar antes de ir por ella.

Emmerich_11:32am : No tengo problema con el lugar, estaré ahí en una hora y media.

El destino al que iremos queda cerca de la Villette.

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Conduje hasta Parc de la Villette. Honey me esperaba afuera, cómo se lo pedí en un mensaje, diez minutos antes de llegar.

—Hola, Honey—Le extendí el casco.

—Hola, Emmerich. Lamento cambiar el lugar de encuentro—Tomó, el casco. Recogió su cabello azabache con mechas índigo lavanda.

—La casa a la que iremos, queda a las afueras de París, cerca de este sitio.

—¿De verdad? Es una extraña coincidencia—Desconfiada y honesta.

—La única que cambio el lugar fuiste tú. ¿No me digas? ¿Vas a retractarte ahora?

—No, no es eso…Mejor vamos andando, o se hará tarde—Subió a la motocicleta y me sujetó de los hombros,

—Honey.

—Dime.

— Si no quieres caerte, es mejor que me sujetes de la cintura.

—¡Ah! Es…cierto—Hizo lo que le pedí. Sujetó con fuerza mi cintura.

 ¿Por qué ahora le da por ser tan delicada?

Emprendimos la marcha hacia Rue Marcelle, en los suburbios de París. No tardamos mucho en llegar a nuestro destino. Aparqué la motocicleta, cerca de la casa que iríamos a explorar.

—Es una zona muy tranquila—Comentó Honey, cuando bajó.

—Los suburbios son menos frecuentados por los turistas—Expliqué, mientras armaba el drone—Inspeccionaré con el drone para confirmar que la casa está abandonada. Puedes ver que está en buen estado en la fachada—Ella no dijo nada. Ayer era una chica curiosa y entusiasta, ahora, estaba siendo incomoda y desagradable—El lugar es seguro—Dije, después de desactivar la cámara termográfica, ella se giró, en silencio—Ten un barbijo y estas gafas. Tienen la misma función que las mías, se adaptan al ambiente. La casa tiene estancias oscuras, pero con esto, podrás andar sin problema.

—Gracias.

Entramos por la parte de atrás de la casa. Honey estaba ausente de cierta manera, pues al interior del sitio, ella solo miraba y no hacia preguntas, menos se quejaba de las alimañas.

Aburrida y desinteresada ¡Que fastidió de ser humano!

Está es el último urbex que haré con ella. Prefiero mil veces andar solo que, en compañía de una tipa tan simple.

¡Ella es una pérdida de tiempo!

Marinette

La casa era por demás hermosa. Escuché la descripción que Emmerich estaba haciendo para su video. Fue construida en los años veinte. Sin embargo, no encontraba un tema para conversar con él.

El problema no es el lugar, tampoco es él…el problema soy yo.

—Me esperas aquí, iré a tomar unas fotos a las habitaciones de arriba.

—Si, no te preo…—Él dio media vuelta, y me dejó con la palabra en la boca. Subió las escaleras y no lo vi más. Me quede sola en la enorme sala.

¡Qué fastidio es soportarte! Le estás haciendo perder el tiempo.

Soy un estorbo para los demás.

Caminé hasta llegar a un pasillo oscuro y me senté en el piso. Saqué las gafas y me las puse.

¿Por qué me siento así? Ayer estaba bien…

Mi corazón se aceleró de un segundo a otro, mi pecho dolió tan fuerte que tuve que encoger las piernas, tratando de aguantar el dolor.

Él va a presenciar tú peor momento.

No.

Una chica enferma, que solo sirve para estorbar.

¿Soy un estrobo…?

¿Qué se puede esperar de alguien sin metas? Débil y fracasada

¡ENFERMA, DEJA DE ESTORBAR!

Presioné con desespero mi pecho; estoy hiperventilando.

¡Moriré aquí!

Intento gritar, pero el dolor es tan fuerte que me es imposible. El sonido de unos pasos acelerados que, bajan por la escalera irrumpe el silencio.

—¿¡Honey!? ¿Qué pasa? ¿Qué tienes?

Adrien.

Honey estaba en uno de los pasillos en posición fetal, apretando con fuerza su pecho ¿Qué le paso? ¿Un animal la atacó? ¿Estaba herida?

¡No tengo ni la menor idea!

—¡Honey, dime que pasó! —insistí, puse mi mano sobre su brazo y estaba temblando ¡Mierda! No tuve otra opción que cargarla y llevarla fuera de la casa. Estábamos a treinta minutos de las residencias cercanas.

Estamos solos.

Coloqué a Honey en el pasto, retiré el barbijo para que pudiera respirar, intenté quitarle las gafas, pero ella se removió, respirando con la boca abierta.

—¿Te lastimaste? ¿Algo te ataco?

—El…pecho…respirar….

—¿El pecho? ¿Te duele el pecho? —Ella se quejó—¿Señala dónde te duele? ¿Honey? ¿Me escuchas?

¡Carajo Adrien, el que se tiene que calmar eres tú! Si pierdo el juicio, nadie va a poder ayudarla.

Palmee con fuerza mis mejillas. Tenía que hacer preguntas directas y prestar atención a sus respuestas.

—¿Te cuesta respirar? —Alcancé a escucharle un débil sí.

—Mo…rir…ata…que.

¿Morir? ¿Ataque? ¡Se está muriendo! ¡Diablos, céntrate en las respuestas!

¿Ataque al corazón?

—Ayud…da…pani…co—¿Muerte, ataque, panico?

 ¡Piensa!

—¿Ataque de panico? —digo al azar. Escuché un débil sí—¿Qué es eso?

 Si apenas puede respirar, menos explicarme.

 Saqué mi celular y fui al buscador. Necesitaba estabilizarla antes de llamar a emergencias. Tras digitar la frase, le di clic a la primera opción. Crucé los dedos mientras leo lo que dice.

Confirmó en una lectura rápida, que los síntomas en Honey son idénticos. Voy al siguiente apartado:

≪¿Cómo ayudar durante un ataque de panico?≫

Por todos los infiernos, que sea esto y no la picada de una alimaña venenosa.

No te dejaré sola, te creo y voy a ayudarte—Me siento como un idiota, pero estas son las frases que el documento sugiere.

—Mi…miedo—Está hiperventilando. El que su estado no cambie, me tiene con los nervios de punta.

—De acuerdo Honey, colocaré el sonido de un reloj—En mi celular, voy a una página de videos y reproduzco lo que buscaba—¿Escuchas el sonido? —Ella asiente, su mano se aferra a mi brazo—Te ayudaré a superarlo—le ánimo, cómo indica la nota—¿Oyes el reloj? —repetí, ella asiente sin aflojar su agarre—Respiremos al compas del reloj—exhalé e inhalé—Concéntrate en la respiración y mantente en el presente.

Aquello me parecía absurdo y sin sentido. Pero grande fue mi asombro, cuando ella dejó de hiperventilar.

—¡Vamos Honey, lo estas consiguiendo! —Su mano soltó mi brazo, su cuerpo poco a poco dejaba de temblar.

—Gracias—Honey está cansada, pero estable—Muchas…gracias—Sonríe débilmente.

—Lo has hecho bien. Descansa un poco, si necesitas algo, estoy aquí, para ti—Son frases cursis, pero funcionaron.

 ¿Por qué?

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—¿Cómo es que sucedió? —pregunté, al cabo de quince minutos, que ella terminaba una barra nutricional que le di. Ella bebió un sorbo de agua—Por qué cuando regresé, estabas retorciéndote en el piso, apretando tu pecho.

—Tuve un ataque de panico. No pude controlarlo, me superó—Honey no se ha quitado las gafas que le di—Arruiné el urbex; lo siento.

—No arruinaste nada. Deja de disculparte; es molesto—Ella bajó el rostro—Tuve suerte de adivinar entre medio de tus balbuceos, que te pasaba ¿Cuándo comenzaste a sentir los síntomas? Porqué, según lo que leí, no pasa de la noche a la mañana

—Me sentí mal, después que terminé los pendientes en La Villette.

—¡Pero que imprudencia la tuya, no decirme que te sentías mal!

—Ayer estabas muy animado con está exploración. No quería dejarte plantado…

—¡Al diablo con lo que yo quiero! El susto que me llevé nadie me lo quita ¡Priorízate tú! —Estaba cabreado con ella— No existes para complacer a nadie, mucho menos a costa de tú salud.

—Lo siento.

—No te disculpes. Si estás enferma, es mejor que vayas a tratarte ¿Te imaginas que esto te pase en la calle? ¡Sola!

—Si me estoy tratando—Ella se levantó—Pero no quiero quedarme en casa, escondida hasta que me sienta mejor ¡Quiero vivir, fuera de esta burbuja! Y la única forma es enfrentando lo que me pasa.

—Que le quiera hacer frente a lo que te pasa, es una cosa—Me levanté, ganándole en altura—Pero forzarte a continuar, es una imprudencia.

—Horas antes me sentía mal, sin embargo, pude conseguir alivio…

—¿Alivio? Te acaba de dar un ataque de panico ¡Que ni sé que rayos sea eso! De lo que estoy seguro…

—¿No sabes de los ataques de panico? —Su repentina pregunta, me desconcentro del reproche.

—No, no lo sé—Los dos nos quedamos en silencio. Su asombro era raro y molesto—¿Estás así, porque no sé qué es eso?

—Es raro que no lo sepas…siendo que, te vez… mayor.

—Soy único en mi clase; así que ilústrame.

—El corazón palpita muy rapido, de repente—Introdujo su mano dentro de su camisa y simuló los latidos—Después la respiración es inestable, cómo si estuvieras ahogándote—Sacó su mano—En mi caso; mi mente se invade de pensamiento negativos, que alimentan la sensación de estar en grave peligro. Al punto de creer que…puedo morir—Bajó el rostro— Mi conciencia me grita que no es cierto, pero, luchar contra los síntomas, es una batalla que drena toda mi energía. Una forma simple, para describirlo…es una muerte que anticipas; pero no llega.

Su descripción, me aclara el panorama de lo que estaba soportando.

—¿Tiene cura? —Ella asiente—¿Desde cuándo lo tienes? ¿Qué causó que padezca esto?

—Lo que lo causo es algo personal…pero llevo poco menos de un año conviviendo con esto…Mira, entiendo que no quieras que te acompañe de nuevo. Seré una carga y, no lo digo cómo un lamento. Muchas gracias por mostrarme tú pasatiempo—Levantó su mochila y varias cosas se cayeron—Menuda idiota.

—No te refieras a ti de esa forma—Me arrodillé para ayudarla.

Tiene razón, con lo de ser un estorbo para mis exploraciones. Mientras levantó las cosas, veo que trajo todo lo que le pedí ayer.

Honey, se preparó para esta exploración.

{Me sentía mal, desde que terminé los pendientes en La Villette}

Ella recoge sus cosas con molestia. Reparó en un gran detalle que pasé por alto. Pronto, tendré treinta años y ella a lo mucho, quizá tenga diecinueve. Yo aprendí a priorizarme a la edad de veintitrés años, por mis circunstancias, pero Honey, al parecer, no sabe qué:

Estar para los demás, implica estar bien uno mismo.

Honey es curiosa e ingenua. Fue imprudente al no decir que se sentía mal y sufrió las consecuencias.

Tiene que aprender a priorizarse.

—¿La próxima vez, serás honesta? ¿Dirás cuando estes mal de salud?

—¿Eh? —Se colocó la mochila al hombro.

—Responde.

—¡Sí! Sí lo diré…pero…

—¿Quiere seguir haciendo urbex conmigo?

—¿¡Me darás otra oportunidad!?—Parece que se sacó la lotería.

—Te hice una pregunta.

—¡Sí! Si quiero hacer urbex. Conocer más de Paris, de Francia de ser posible.

—Con un sí, me bastaba.

—¡Estoy emocionada, lo sien…! —Guardó silencio. Debió notar mi seriedad cada que se disculpa.

—Bien, estás a prueba conmigo, Honey—Ella no oculta su emoción, gritando ¡Si! —Te llevaré a tú casa; descansarás lo necesario y mañana por la noche, te llamaré para saber cómo sigues. Quiero la verdad, nada de mentiras.

—¡Gracias! ¡Muchas gracias! —Me abrazó, pero no le correspondí—Pondré de mi parte—Se apartó de mí, tambaleo un poco y la sostuve de la cintura.

¡Por el averno! ¿En qué me estoy metiendo?

Dicho y hecho, la ayudé a bajar por el sendero. Honey me recuerda un poco a mi bobo yo de veinte años.

Quizás por eso accedí a darle una oportunidad.

Cuando el deshonesto Gabriel fue asesinado, nadie se acercó a darme un apoyo sincero. Honey no tiene que cruzarse con un Alessandro o una Bianca, para madurar.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Al subir a la motocicleta, le pedí que se sentará delante de mí. Porque si le sucedía otro ataque de panico a medio camino, podía caerse.

Suficientes indemnizaciones he pagado, para cargar con una más.

Por mi altura, conducir en está rara posición, no sería problema, pero, no puedo decir lo mismo de mi autocontrol. Honey tiene unas caderas que, hacen que mi imaginación despierte.

No cabe duda de que será un viaje largo y duro… ¡Diablos, tengo que pensar en otra cosa que, no sean esas condenadas caderas!

Emprendimos el viaje; tomé atajos para evitar el tráfico. Pero a la mitad del trayecto, ella se quedó dormida. Me auxilié de mis piernas y brazos para que Honey estuviera segura. Suficiente distracción cuidar que no caiga de la motocicleta, cómo para pensar en otra cosa.                 

—Por fin llegamos—Estacioné la motocicleta. Mis músculos estaban entumidos por viajar en la misma posición—Dime dónde queda tú casa, no te dejaré aquí, sola.

—Gracias por traerme. No te preocupes, estoy cerca de casa, puedo andar por mí misma—Se bajo y desperezó su cuerpo. Estaba más repuesta después de dormir.

—Mejor te acompaño.

—Hay una persona esperándome del otro lado de la esquina. Estaré bien.

—¿Temes que tú mamá me amenacé con una sartén?

—¿Mi madre? —Soltó una carcajada. Es la misma Honey de ayer—Mis padres están en Londres.

—¿Quién es?

—Es mi amiga. Estaré bien Emmerich. Tengo que irme; gracias por ayudarme y traerme.

—Ten en cuenta la condición para ir a explorar.

—Lo tengo muy presente. Hasta pronto, Emmerich.

—Hasta entonces, Honey.

Ella comenzó a caminar por la acera, cruzó la calle y desapareció al doblar la esquina. En todo momento no se quitó las gafas. En mi caso las tengo puestas para ocultar mi identidad; pero Honey ocultó su mirada, después del ataque de panico.

Da igual. Ahora bien; no está en mis planes conducir de regreso.

Ondine—llamé a mi asistente—Pide a uno de mis empleados en la casa, que venga por mí. Tiene quince minutos.

Enterada, Joven Agreste. 

Pase a mi número alterno en cuanto Ondine colgó.

Honey_5:30pm: Estoy en casa, sana y salva.

Adjuntó una foto de su mano; de fondo puede verse lo que parece su habitación.

Es bastante bonita y de buen gusto.

Emmerich_5:31pm: Descansa.

Las calles de París comienzan a cobrar vida con el ambiente nocturno de los bares y cafeterías.

Siento una incomodidad en mi interior. Mi cumpleaños es en unos días. Espero que la reunión de mañana sea lo suficientemente entretenida para que, olvide la porquería que sucedió hace años.

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Ocho de la mañana. Aun sigo adormitado por culpa del desvelo; estoy de pie, gracias a un par de cafés cargados que tome por la mañana.

Ondine explicaba los márgenes de ganancias generadas, después del escándalo en la cafetería. Todo gracias a que me pintan cómo el héroe que salvó a “La rata Dupon”.

Valió la pena, sacrificar mi traje de corte italiano, por cargarla hasta la enfermería.

¿Por qué nos benefició? —Tomoe, la tercera socia de Gabriel ´s cuestiona directa, en términos de finanzas. Por ella, es que, los reportes financieros, se revisan minuciosamente—Si han implicado en gastos con el cambio de la seguridad y las evaluaciones psicológicas. Todo lo anterior, no estaba contemplado en el detalle de gastos anuales de la empresa.

—Señora Tomoe, si me permite explicar…

—Ondine—Con un ademán de muñeca, le pedí guardar silencio—Los cambios se dieron porque, un grupo de fanáticos “lunáticos” evidenció que, nuestro anterior sistema de seguridad y, personal eran ineficientes; ahora contamos con un personal y equipo subcontratado profesional.

—¿Qué hay con las pruebas psicológicas?

— Las pruebas psicológicas, nos permitieron identificar al grupo de personas neurodivergentes y redireccionar sus cargos en áreas dónde sus capacidades, pueden ser mejor aprovechadas. Se les proveerá de lo necesario para una buena convivencia con el resto. Sin sufrir estigma o rechazo.

—¡Es una estupidez! —Interrumpió la socia rezongona ¡Cómo ansió quitarla de mi camino! —Todo es culpa de esa muchachita. Chloe te advirtió sobre ella y ¿Qué hiciste? La ignoraste—Lanzó los documentos al centro de la mesa—Corre a esa loca de nuestra empresa; antes que siga causando problemas.

—La señorita Cheng, no hizo nada malo dentro de la empresa—Esto es demasiado hipócrita. No me queda de otra, si ellas no acceden a que siga en la empresa, Consejería de Trabajo se irá contra Gabriel´s—Fue agredida sin motivo, por un grupo de inadaptados que se dejaron guiar por rumores…

—¿Rumores? ¡Esto es inaudito! ¿Estás diciéndole mentirosa a mi Chloe? —Audrey es el equivalente a un grano en el trasero—Mi hija, quiso proteger la empresa, a la que su madre le da una buena tajada de capital para que siga en pie ¡Tú, te atreves a poner en duda la veracidad de sus palabras!

—Significa, Audrey; que tú hija tiene que ver con ese grupo que “se organizó para darle una lección” a la señorita Cheng—intervino Tomoe.

—¿Qué disparates estás diciendo? Mi Chloe no es de rebajarse a ese nivel. Esos diseñadores, quisieron defender a la empresa y los tachan de villanos…

—No comprendo. Ella no se rebaja, pero, apoya a quienes si se degradaron al nivel del piso.

—¿Qué? Por supuesto que no, Tomoe.

—Es bueno saberlo. Porque en esta mesa, estamos los tres socios de Gabriel´s y, dado que tú hija no es uno de nosotros; no veo porque debemos sacarla a tema.

—¿Cómo te atreves? —Ondine y yo. somos espectadores en el ya habitual, trato de ambas socias—Si nombro a mi Chloe, es porque han contratado a esa mentirosa y falsificadora de estilos, llamada Marinette Dupain Cheng. Tenerla dentro de Gabriel´s, restará credibilidad a la marca.

—Adrien ¿Qué puesto desempeña la señorita Cheng? —Tomoe se dirigió a mí.

—Estaba en el departamento de limpieza.

—Cómo era su desempeño.

—Pésimo.

—Una mala ordenanza, no es de temer, simplemente hay que capacitarla.

—¡Deja de burlarte Tomoe! Si se tratará de tú hija, no estarías tan tranquila.

—Mi hija es una adulta funcional. Sabe lo que hace con su vida. Pero, no es de mi maternidad que va está reunión—Tomoe demuestra que es una dama en los negocios. Pero no creo que sea suficiente para domar a Audrey—Por favor, Adrien, explica lo que Consejería de Trabajo a pautado y, que procesos seguirá la empresa para con el cargo de esta jovencita.

— Oh non. Il est hors de question que vous changiez de sujet. Oh, no. No hay forma de que cambies de tema.

—Audrey. Comprendo tú molestia—Me veo en la necesidad de mediar o esto durara más de lo debido—En el tema del cargo de la señorita Cheng, ella aplicó a un puesto dentro de la empresa según las reglas. Debido a…un error; ella fue a parar al área de limpieza. Tras una reunión con ella y su abogada, se le pago una indemnización por daños ocasionados dentro de la empresa, tras el incidente de la cafetería; gasto que yo…

—¿Le pagaron? —Aquí vamos de nuevo con Audrey—Esa oportunista no pierde el tiempo. Se ha delatado así misma, por ambiciosa. Pero nadie se da cuenta—Rió cual desquiciada—Ese ataque fue planeado por ella. No hay otra forma de explicarlo. Se ha salido con la suya, y reido de ustedes, en su propia cara.

¡Estoy harto de darle la pelota al mismo tema!

—Ondine, proyecta ambos videos—Indiqué a mi asistente, que, dentro de esta reunión, funge como secretaria de la sesión de accionistas.

Las luces de la sala se atenuaron y los videos en cuestión son reproducidos. Primero el clip filtrado a redes sociales y, después, el de las camaras de seguridad de la empresa. El filtrado tenía sonido, mientras que el de vigilancia no.

Descanse la mejilla sobre mi mano. Otra vez, vería el dichoso video. Ayer por la noche, me embargo la curiosidad de averiguar más sobre los ataques de panico. Estuve investigando y descubrí que, por lo que explicaban los expertos; Honey y las personas que lo padecen, experimentan un miedo tan intenso que, todos sus sentidos se bloquean y si la molesta sensación de sentirse en peligro escala, el panico aumenta. A tal punto que pierden el conocimiento, porque la presión es insoportable.

Dormi muy poco después de estar revisando las páginas sobre este tema.

—¡Lárgate basura homofóbica! ¡Ladrona de diseños! ¡Marinette Dupain Cheng, la estupida que intentó estafar a la hija de la reina de la Moda! ¡Tengan cuidado! esta tipa roba los diseños y los hace pasar como propios.

Gritaban los agresores a “La rata Dupon” estaba agazapada en el piso, temblando y respirando agitada.

—¡Spring, Spring!

—Son unas bestias—Tomoe señalo—Ensañarse con una persona que no puede defenderse.

—Por supuesto que puede defenderse. Está tirada en el piso para llamar la atención—dijo despectiva Audrey.

—No se defiende porque está teniendo un ataque de panico—Explique, por inercia. Viendo las escenas del video filtrado.

—¿Qué? —Ambas cuestionaron.

—Respiración agitada, movimientos erráticos—dije, justo cuando ella se resbalaba en el piso, golpeándose la mandíbula—Su capacidad de reacción es lenta; no tiene control de sus movimientos. Se cubre los oidos y está llorando, porque el miedo de verse rodeada, seguramente le causo una impotencia y angustia, que, la llevo a perder el conocimiento—En la grabación, ella cae inconsciente, en cuanto yo entré a la cafetería.

El video filtrado se corta, más no el video de la cafetería. La sala se queda en silencio, con las tres mujeres viéndome con los ojos bien abiertos. El video de seguridad finaliza, conmigo cargando a la susodicha.

[ Mi conciencia me grita que no es cierto, pero luchar contra los síntomas, es una batalla que drena toda mi energía. Una forma simple, para describirlo…es una muerte que anticipas; pero no llega]

Haciendo memoria, la rata Dupon tuvo la misma reacción el día del concierto, cuando la acorrale. Temblaba y le costaba hablar… ¿Estaba teniendo un ataque de panico? Yo le…

—No me conmoví ni un poco—Audrey ve su manicura indiferente—¿Por esa patética puesta en escena, la tenemos que seguir soportando en la empresa?

—¿Qué dicen los de Consejería del Trabajo, respecto a este caso? —preguntó Tomoe, hojeando el informe del psiquiatra y el pago del tratamiento.

—Se les entregó un documento elaborado por la abogada de la señorita Cheng. Dónde, solicita una nueva evaluación para aplicar a un cargo acorde a la experiencia de ella.

—Aquí dice que ella tiene trastorno de panico, ansiedad y depresión. Un cuadro delicado.

¿Trastorno de panico es igual a un ataque de panico?

—De que nos servirá evaluar a una persona tan problemática—Audrey continuaba presionando.

—La evaluación es para medir la capacidad de experiencia de la señorita Cheng. Si ella no aprueba, no será renovado su contrato y se le liquidarán los días trabajados en la empresa. Esto se acordó con la abogada y Consejería de Trabajo de París, dado su cuadro médico.

—¿Por qué no mandarle el cheque de su liquidación a casa? Que se busque otro oficio. Menos gasto para la empresa ¡Me opongo a que se haga esa evaluación! —Audrey y su insistencia es desesperante.

—Estoy de acuerdo con que se realice una nueva evaluación, a la señorita Cheng—Tomoe se puso de pie.

—¿Tomoe que tontería dices? Por qué te pones del lado de esa oportunista ¿Lo haces para fastidiarme?

—Me reservo mis razones.

—Si me permiten—Ondine intervino—A este punto dos de las terceras partes de los socios están en desacuerdo. Corresponde al Joven Agreste decidir a favor o en contra—Tomoe y Audrey me ven esperando mi respuesta.

Estaba tan metido en el tema del panico, que no imagine terminar en una situación como está. Sin embargo, no quiero lidiar con Bridgette y su código laboral. Con lo temática que es, terminará exigiendo una compensación económica, del tamaño de la torre Eiffel.

—Estoy a favor, que se realice la evaluación.

Audrey se levantó furiosa y resonando sus tacones sobre la baldosa, salió de la sala de juntas. Tomoe hizo una reverencia que correspondí, y abandono la sala.

—Ondine, recoge los documentos. Tengo una videollamada con Charlotte, para ver los informes de los Resort en Italia. Después me marcharé a casa. No me pases llamadas, a menos que sean del consejo de trabajo.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Al medio día regresé a mi château . Lidiar con Tomoe y Audrey drenó toda mi fuerza de voluntad. Dormí desde la una de la tarde, hasta las ocho de la noche.

Tomé mi celular y desplegué mi número alterno. Honey padece ataques de panico, según leí puede ser originado por el estrés o por un evento traumático. Ella me dijo que era algo personal. Le di marcar a su número y esperé.

—Buenas noches, Emmerich—Me gusta su acento británico.

—Buenas noches ¿Descansaste? ¿Cómo te sientes?

—Mucho mejor, hable con mi terapeuta y me hizo entender muchas cosas. Los días con lluvia, también son hermosos.

No si fuera una tempestad.

—¿Puedes salir mañana por la tarde? Estuve leyendo sobre los ataques de panico, así se cómo ayudarte si vuelve a ocurrir.

—Oh. Gracias por tomarte las molestias. Si, puedo salir.

Lo refinada que es para hablar, grita Londres.

—Pero si te sientes mal de repente.

—Me quedaré en casa y descansaré.

—Veo que aprendiste.

—Estoy aprendiendo, no es facil estar quieta.

Eso ha sonado a un desafío.

—Lo de no quedarte quieta, viene bien para explorar ¿No tienes problemas para caminar largas distancias?

—Caminar una hora y media para llegar a un parque, es mi carta de presentación.

—Honey, que te dije sobre un simple sí.

—Vamos, admite que mi respuesta fue creativa.

—Te veo mañana en el lugar de siempre.

Aunque puedo llevarle el juego, yo no busco una amistad. Terminar en una cama con ella, tampoco es una opción, demasiado inmadura para mí. Esto es un simple pasatiempo, que dejaré, cuando mis vacaciones terminen.  Un par de consejos para que se valoré a sí misma y después.

Un seco adios y se acabó.

—De acuerdo ¿Dónde queda el lugar?

—Será una sorpresa. Lleva zapatos para caminata, te veo mañana.

—Ok. Hasta pronto.

Colgué.

Ahora que salió a colación el tema de “la rata Dupon” y sus dolencias, me da que pensar ¿Que tan bueno es, tener a alguien con voluntad frágil dentro de la empresa?

Ya pensaré cómo librarme de esto.

 

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola, Hola invocadoras e invocadores.

Me complace anunciarles que estamos a dos capitulos de acabar el segundo arco de El Hada de las Costuras, lo que conllevara en muchas sorpresas. Que ya van tomando forma.

Han pasado tantas cosas en este capítulo, que nombrarlas es la de nunca acabar, así que, denme su opinión al respecto.
Si quieren disfrutar de fanart, memes y spoiler de mis fanfic y collab, pueden seguirme en mis redes sociales:
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Gracias a por el apoyo que le estan brindado a está historia. ♥

Sin más que decir, nos leemos pronto.  

Chapter 26

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Estaba doblando con paciencia, la ropa que recién saqué de la lavadora. Ayer por la tarde salí otra vez con Emmerich; él me obsequió un roll on con aromaterapia, para cuando este por tener un ataque de panico. Me sorprendió mucho que hubiera investigado hasta ese punto. Por seguridad él cargaba con otro inhalador para ayudarme.

La casa que exploramos tenía un aspecto descuidado por fuera, pero por dentro, estaba semi intacta; de no ser por la humedad y el polvo. El inmueble estaba abandonado desde los años cincuenta, con toque hogareño de una familia numerosa. Contaba con una preciosa vista a los suburbios de Paris.

Cada vez les iba tomando gusto a estos lugares; a la soledad, a la tranquilidad.

—¿Qué te recomendaron tu psicóloga y la psiquiatra? —Marín me interrogaba, tomando nota en su Tablet, por videollamada.

Supongo que el trato de paciente a doctor, no cambia cuando se trata de este tema.

—Anteayer, fui con la psiquiatra; porque tuve un ataque de panico.

—¿Cuál fue el detonante?

—Fue un comentario que escuché y lo tomé personal. Creí que era un estorbo para los demás—Marín se mantiene estoico. Con esa mirada fría que me pone de nervios—Así que, ella me recomendó cambiar mi rutina un poco. Por ejemplo; cuando desperté hoy por una pesadilla, en lugar de ver documentales, hice calentamiento con los ejercicios que tú abuelo me enseñó, cuando practicaba Kung Fu. Hace tanto que no me ejercitaba, que termine un poco adolorida…liviana, pero adolorida.

—Es un buen consejo el que te dio ¿Qué más has hecho en estos últimos días? ¿Llevas al día tú medicación?

—Si, estoy cumpliendo con el horario de las benzodiacepinas ¿A qué no te imaginas? Bueno es obvio que no. Te contaré por partes: Mi psicóloga es muy simpática y amable; le platiqué de muchas cosas, entre ellas sobre mi ex. Cómo que…me cuesta hablar de él o mencionar su nombre. Entonces, ella me recomendó que diera un paseo por los alrededores.

Me destendí narrando lo que pasó en el parque y cómo conocí a Emmerich. Todo lo que pase al ir a mi primer urbex y de la ayuda qué el me brindó durante mi ataque de panico; aun teniendo conocimientos nulos sobre el tema. Le mostré el roll on que me obsequió para auxiliarme y que, aunque Emmerich parece un cascarrabias; es muy considerado cuando se lo propone. Sabe muchas cosas, es un documental viviente.

—Me preocupa que confíes en alguien de quién, no sabes su apellido.

—¿Qué? Yo no dije que no supiera su apellido.

—Marinette ¿Cuál es su apellido? —Creí que no iba a preguntar—Era de esperarse. Cuando dijiste que te presen…

—Él tampoco sabe mi apellido y no lo veo clavado en el tema.

—Marinette, comprende que me preocupas. Estás saliendo y te distraes, lo cual es grandioso. Pero eso no quita que estes a merced de un extraño ¿No te mueve un poco el sentido común? ¿Investigar acerca de él?

—Para tú información, lo busqué en redes sociales y resultó que, tiene una página dónde publica sus urbex—Me jacté.

—¿Es una clase de Vlogger?

—Te estás comportando cómo Alix. Desconfiando de todo mundo. Para que lo sepas, es gracias a Emmerich que pude salir muchas veces está semana; cosa que sería imposible con todos mis amigos trabajando. De esa manera, no fui una carga para nadie. Tomé valor de hacer algo por mí misma ¡Tienes idea de lo mucho que me costó atravesar esa puerta! —protesté—Merezco una felicitación, no una puñalada de reproches.

—Marinette no es mi intención que esto terminé en una confrontación.

—Mala suerte para ti; porque es así como termina—Tome el borde de la pantalla para cerrarla.

—Discúlpame. No quería hacerte sentir mal.

—Tengo que colgar. Voy a practicar para la evaluación del lunes—Baje la pantalla de la laptop.

¡Una disculpa, con esa mirada de hielo! ¡No te la compro!

Agarré mis audifonos y me los puse. Me importaba un comino que musica sonara en la playlist. No quiero pensar en lo que acaba de pasar.

Estoy muy molesta.

Debo canalizar esta frustración y enojo. Quiero estar bien, para poder salir está tarde.

Adrien

El tiempo ha pasado tan rapido, entre salidas en compañía de Honey a practicar urbex y, el monitoreo de Gabriel´s para con los cambios.

—Chloe a estado fastidiando por teléfono a todo lo que da; después de la reunión de accionistas—Winter está recostada a mi lado.

—No voy a atenderla. Tengo demasiadas obligaciones por tratar. No tengo tiempo para tolerar berrinches—Tengo la vista fija en el espejo sobre nuestras cabezas. Acabamos de tener sexo y, no sé por qué; sigo sintiéndome vacio. Un vacio personal no de mis bol…

—Vamos a la ciudad más cercana a pasar el fin de semana—Propone Winter con vivaz tono—No puedes salir de Francia. Así que, el turismo local es una opción.

—Ya estoy haciendo turismo urbano.

—Adrien; estas más frío y amargado de lo normal.

—Porque tengo el mundo encima ¿Quizás?

—Algún día iba a suceder. Quedarte en Paris, para el día de tu cumpleaños.

—No sé de qué hablas. Según mi agenda; mi cumpleaños es dentro de dos semanas—Respondí sin dejar de ver el espejo, sin un interés particular.

—Me tengo que ir. Tengo trabajo por hacer—Cuando se incorporó, me giré a verla. Su cuerpo es un deleite para mi pupila—Supongo que iras a pasar el rato a una casa abandonada. Cuídate.

No le respondo; regreso mi vista al techo de cristal.

 

 

Marinette.

El sábado se hace presente. Con la mente ocupada en otras cosas, el tiempo se ha pasado volando. Mis amigos no trabajan hoy, pero les dije que este día, haría urbex y mañana, pasaré con ellos.

El lunes es la evaluación y haré lo necesario para que los nervios no me torturen.

Estoy de mejor animo que días pasados. Por eso escogí una ropa comoda y acorde a mi estado; un sueter rosa de cuello amplio y cinto negro, un short azul y medias polares blancas. Sin faltar unas botas moradas cómodas para caminar. Emmerich había dicho que la propiedad a visitar está con todas las estancias completas y encontraríamos objetos interesantes. Está ubicada en Saint Denis; lo que significa que saldremos de Paris.

Estoy muy ansiosa por este viaje. Él prometió darme un tour por el sitio, cuando finalicemos el urbex.

Una vez lista salí de la mansión; era muy temprano así que no desperté a Alix. Cuando doble la esquina para llegar al frente de la casa, me tope con más decoraciones, cartas y flores frente a la verja. Incluso había un grupo de personas con velas en las manos ¿Es una especie de ritual? Podría preguntarles porque dan muestras de cariño y respeto, a la persona de la fotografía… ¡Oh no! Recién me fijo en mi reloj ¡Voy tarde! Emmerich dijo que me esperaría a las seis en punto.

Por estar divagando perdí quince minutos.

—Ya estoy aquí, me distraje en el camino—jadeé a duras penas, después de la carrera que emprendí.

Emmerich estaba semi recostado en su motocicleta, con los brazos cruzados. Se ve muy varonil con su chaqueta verde de múltiples bolsillos, camiseta blanca con estampado poco legible y pantalones jeans desgastados. Todo bien, hasta que veo su rostro mal encarado, con gafas oscuras y cabello desordenado.

—El sitio queda lejos, por eso te pedí puntualidad. Un minuto más y me hubiera ido.

—Si nos ponemos a rezongar; se hará más tarde—Le di la vuelta a su reproche. Sonreí por lo divertido que es; conocer un poco de sus puntos débiles.

Detesta la impuntualidad.

—Ganaste está vez, Honey—Se enderezó y me lanzó las llaves que atrapé en el aire—Anda, sube tus cosas al mini baúl—No puede ocultar su risa, por mi exitosa jugada. Emmerich subió a la motocicleta, al tiempo que yo guardé mis cosas y le regresé la llave—Irás al frente. Con lo perezosa que eres; vas a dormirte en el trayecto.

—Pues gracias por cuidar de tú perezosa, amiga—La sonrisa se le borró de golpe.

—Sube Honey; no perdamos más tiempo.

¿Qué paso? ¿Fue algo que dije? Porqué se pone tan hostil.

 

Adrien

Lo único que me importa es distraerme para no ser consciente que hoy; es el día de la nefasta fecha. Este será el último día que saldré con Honey. Hoy daré punto final a mi doble vida.

Por eso escogí viajar a Saint Denis, lejos del innecesario tributo que organizan para esa persona.

No tengo planes de entablar una amistad con Honey. Le enseñaré a que debe priorizarse, cómo se lo he dicho indirectamente, estos días que hemos hecho urbex. Que deje de ponerse en riego con tal de no perjudicar a nadie.

Si ella lo entiende; bien y, si no lo hace. Que lastima.

Emprendimos el viaje en un recorrido de cincuenta minutos por Blvd Périphérique; pronto llegamos a la comuna francesa, Saint Denis, que deriva su nombre del santo sin cabeza.

La imponente Basílica que lleva el mismo nombre del sitio se hace presente en cuanto accedimos a la plaza principal.

—¡Es impresionante! —Honey estaba maravillada con el lugar. Después de desayunar, estábamos listos para cumplir con el itinerario—Es un lugar muy hermoso ¡Me llevarás a conocer el centro, la Basílica! ¡Por favor Emmerich! —Poco le falta para explotar de la emoción—No nos alcanzará el día ¿Podemos regresar otro día? Habrá muchas casas y sitios para explorar ¡A qué si regresamos!

Definitivamente está encantada con Saint Denis. He notado que, cuando se emociona, inicia un parloteo interminable. Al menos está a salvo de un ataque de panico.

Sus ojos verdes, se iluminan cuando sonríe.

Tienes una hermosa sonrisa, Honey.

—Iremos primero a la casa que planeamos explorar—Condicioné, mientras armaba el drone—Regresaremos a este punto, cuando finalicemos—Una vez todo listo, bebí agua de una botella.

—¿Podemos quedarnos en un hotel si nos coge la noche? —Tras su pregunta; escupí el agua—¿Emmerich estás bien?

—Lo del hotel, no es una buena idea—¡Por supuesto que no! Eso tendría consecuencias sexuales.

Que peor forma para finalizar esto qué, darle razones para que no me olvide.

Aunque…Cómo se verá: con su mejilla apegada a la cama, su cuerpo cubierto de sudor, gimiendo que no me detenga, mientras la penetro…

¡Basta! ¡Que esto es un adios! ¡Punto final!

—Adivino ¿No puedes dormir en cama ajena?

Contigo, lo menos que haría seria dormir.

No traje muda de ropa, supongo que tú tampoco—Aclaré la garganta por la tos—Dejemos el tema por favor, tú imaginación siempre va más allá—Subí a la motocicleta—Vamos ya a Rue Monreau. Por el almuerzo ni te preocupes, cerca de la casa hay una cafetería—Le cambie el tema. El reloj daba las nueve de la mañana.

—Ok. Pero…Me prometes que regresaremos.

Sus ojos de ciervo son lindos, pero.

No habrá una próxima vez.

—Si te portas bien, quizás.

¡NO!

Gracias a esa mentira, ella accedió a subir a la motocicleta y dejar el tema. Partimos hacia la residencia, que no tardamos en encontrar: su edificación de ladrillo rojo y techos superpuestos de laja negra contrastaba con los edificios de apartamentos a su alrededor. Lo que más sobresale de este inmueble, es el tétrico arbol seco en el amplio patio trasero.

Marinette

Hicimos la inspección previa con el drone. Él me dejó manejar el aparato y utilizar la cámara térmica. Era extraño que ni siquiera mostrara alimañas o ratas dentro. Quizás se deba a que está sellada por todos lados.

No había muchas personas alrededor, así que procedimos a ingresar por la puerta del patio trasero. Emmerich utilizó las herramientas para abrir la cerradura.

El patio estaba cubierto de hojas secas de quién sabe cuántas décadas, con algo de maleza en las mismas condiciones. Nos apresuramos a colocarnos el equipo necesario: barbijo y las gafas para ver en la penumbra. Emmerich traía una de las mochilas, con snack y el botiquín.

—Cuando dijiste que estaba intacta, era en serio—Las estancias estaban amuebladas de forma tal qué, parecía que los dueños regresarían en cualquier momento; de no ser por el aspecto avejentado y los productos caducados.

—Está así desde los años veinte—Él estaba tomando algunas fotografías a una de las habitaciones, mientras le seguía el paso—Al parecer los dueños enfermaron se sarampión. Por lo qué, los vecinos, sellaron la casa y nadie se atrevió a entrar por miedo a contagiarse. Años después inventaron que estaba embrujada.

—¿Está embrujada? —Pregunté con temor.

—La última vez que estuve aquí; no paso nada interesante. Así que, es solo un rumor.

—¿Estuviste aquí antes?

—Te dije que hacia Urbex desde hace mucho. Vamos a la segunda planta, hay algo que quiero que veas. Muestra el espacio que los dueños de la casa usaban para sus oficios.

Me doy cuenta de que él es muy valiente; no me imagino explorando un sitio yo sola, en un silencio sepulcral, con docenas de retratos de personas fallecidas. Mi piel se erizó al ver los cuadros junto a la pared de la escalera. Todos lucen muy serios.

Es mejor que los ignoré o acabaré mal.

Vamos entra—Emmerich abrió la puerta que estaba al frente del final de las escaleras.

Entré al lugar, por el cual se colaba un pequeño rayo de luz por la ventana semi sellada. Me sorprendí por los maniquís y máquinas de coser antiguas, unas muy raras, por cierto.

—Había una modista viviendo en la casa—Toque los amarillentos rollos de tela, amontonados en un rincón, sus estampados debieron verse hermosos en su época.

—Te equivocas, era un sastre—Emmerich señaló la foto que estaba al lado de un diploma. En este se veía a un hombre de pie, con cinta métrica sobre los hombros, apoyado en su máquina de coser.

—¡Oh, cielos! —Me acerqué a la máquina de coser, que aún conservaba todos sus implementos—Por eso esté lugar está acondicionado cómo un pequeño Atelier.

—No solo eso—Emmerich ahora me mostró el otro lado de está habitación, que estaba separado por un biombo—La esposa del sastre, era orfèvre. Tenía su taller junto al de su marido.

Fui corriendo a ver la variedad de herramientas de orfebrería que ella tenía organizados en una pizarra de corcho.

—¿Es la casa de un matrimonio? —pregunté, viendo todas las piezas y moldes de la mesa junto a la ventana.

—Si, está habitación era su espacio creativo.

Alcé la vista para encontrarme con muchos recortes de periódicos y revistas tapizando el espacio de cada uno, con imágenes de sus oficios. Estaba impresionada de lo bonito que habían acondicionado el espacio y que este conservara su aspecto, después de un siglo de abandono.

—Es todo muy bonito—Me moví para ver las fotos que colgaban cerca de la puerta—Se nota el amor que se tenían—Había fotografías de ellos en varias locaciones de Saint Denis.

Un portarretrato que estaba sobre una comoda, llamo mi atención. Tenía una fotografía de los esposos; él vestía un uniforme de soldado y ella un vestido blanco con cinto negro. Ambos estaban abrazados al lado de un ferrocarril. En una perfecta caligrafía, estaba escrito un mensaje:

La guerra nos separó un tiempo, pero el destino y mi amor, te mostraron el camino de regreso a casa… ≫

{Te amo mi musa.}

El aire me pesaba, no podía moverme. La habitación me estaba sofocando.

—Emmerich…necesito aire—No era un ataque de panico; lo que estaba sintiendo, era una inmensa tristeza.

Yo te esperé…yo te amaba ¿Tú me amabas?

—¿Honey? ¿Me escuchas? —Recupero el sentido al escuchar a Emmerich. Doy un brinco del susto ¿Estamos afuera?

 Veo las ramas del arbol marchito sobre nuestras cabezas. El cielo está nublado.

—Emmerich… ¿Qué paso? —Aún tengo esa sensación de tristeza profunda.

—Reaccionaste hasta que utilicé el roll on de aromaterapia ¿Qué te ocurrió? Te llame varias veces allá arriba y no reaccionabas, estabas de pie… ¿Estás llorando?

Él acerca su mano e instintivamente me alejo. Aún tengo las gafas puestas. No quiero que me las quite; las lágrimas seguro movieron mis pupilentes.

Es el vacio en tú mirada, lo que no quieres que vea.

Estoy bien—Me levanté, no me sentía mareada ni nada, pero no dejo de llorar—Gracias por ayudarme. Me conmovió una fotografía es todo.

—¿Es todo? Te quedaste en blanco. Estás llorando y no tenías ningún síntoma de ataque de panico ¿Qué paso?

Dile que es la depresión actuando y verás cómo te abandona.

Solo me ganó la nostalgia.

—Hicimos un trato. Prometiste ser honesta y decirme cuando algo no estaba bien.

Es cierto; yo no me siento bien, aunque tampoco quiero abandonar. Le prometí ser honesta, no quiero ser una carga… si no digo lo que pasa, lo seré.

—Emmerich ¿Estás enamorado? O ¿Estuviste enamorado?

—No me cambies el tema.

—No estoy cambiando el tema—Dije, viéndolo de frente—Alguna vez amaste tanto, que pensaste que esa persona, nunca se atrevería a lastimarte.

—Honey, no estoy entendiendo tú punto.

—Responde. Es importante para explicarte lo que me paso—Él bufo, situó sus manos dentro de los bolsillos.

—Si, ame y me rompieron el corazón ¿Contenta?

—Lo que estoy por contarte, es una historia larga. El motivo por el cual reaccione de esa forma, con el atelier de los esposos ¿Quieres escuchar?

—Te di una respuesta y si esto te ayuda a no tener un ataque, adelante—Su tono es pesado. Pero no tengo opción; necesito desahogarme o esto me sofocará de nuevo y hará que todo mi progreso se venga abajo.

Emmerich camino hasta el corredor frente al jardín. Se sentó en el piso y palmeo el espacio libre junto a él, invitándome a sentarme. Lo cual hice.

—Hace cinco años cuando cursaba la preparatoria en Londres. Era obligación formar parte de un club, así que me uní al de teatro, cómo asistente de vestuario y maquillaje.

—Es por eso por lo que, sabes combinar tus prendas y te maquillas bien—Me interrumpió Emmerich, que había tomado una vara para dibujar sobre la tierra seca.

—Si, en parte. La cosa es qué, conocí a un chico, muy amable y algo impaciente. Formaba parte del elenco, desempeñándose cómo narrador. Cuando le ayudaba a vestirse y maquillarse para una función; él siempre estaba recitando sus líneas. Porque no quería arruinar la obra y, el trabajo de sus compañeros—Revivir estos recuerdos, me causa mucha tristeza—Cómo nos frecuentábamos a menudo; él comenzó a interactuar conmigo, en nuestras clases normales. Me daba las gracias porque nunca me queje de sus monólogos. Ya qué al resto de compañeros si parecía incomodarles oírlo hablar solo.

—¿Incomodarles? A mí me aterraría.

—Bueno, generaba muchos sentimientos. En fin; estábamos en último año, en el mismo curso, pero en distintas secciones. A medida lo conocía más, mis sentimientos cambiaron; me enamoré de mi amigo. Sin embargo, no me confesaba, porque a él claramente le gustaban los chicos. Entonces un día…me citó al patio principal, después de clase. Tenía una maceta con una rosa en sus manos. Me dijo que, si quería que cultiváramos juntos esa rosa, siendo novios—Detuve el relato porque Emmerich se giró a verme con la ceja enarcada—¿Qué?

—No, nada—Regresó a su labor—Continua.

—Comenzamos nuestra relación, él era muy atento conmigo y ambos, de cierta forma, nos complementábamos, porque yo le motivaba a tomar valor y confianza en sus habilidades. Cuando él fue reclutado por un cazatalentos de dirección de cortometrajes—Mentí en esta parte. Para mantener mi identidad en anonimato. Mi ex fue reclutado por un agente cinematográfico— Para no hacer la lista larga te resumiré qué; el salario que él iba a recibir le dio la motivación para proponerme que, arrendáramos un apartamento cerca de dónde estarían nuestros centros de estudios superiores.

—Tengo que interrumpirte—Emmerich sigue haciendo figuras en la tierra seca—¿Mi papel en tú narrativa, es escucharte? ¿Cierto? —Asentí—Continua.

—Acepté vivir con él y comenzamos una vida juntos. Con algunos tropiezos, ya te imaginarás lo que es cambiar tú rutina y acomodarla al de otra persona, compartir gastos. Pasábamos más tiempo juntos, nos apoyábamos en nuestros estudios; en nuestros ratos libres paseábamos y visitábamos a nuestros amigos y familia. Él era todo para mí, en las buenas y las malas, sabía que contaba con él. Era tanta la confianza que nos teníamos que, aun cuando le tocaba viajar unos días fuera de Inglaterra, y su representante lo negaba cuando le llamaba; mi ex no tardaba en devolverme la llamada. No me importaba esperar minutos u horas. Sabía que siempre iba a devolver la llamada.

—Tenían una relación estable: vivían juntos y tus padres lo adoraban, así como los de él a ti—A lo dicho por Emmerich, asentí—Existía una confianza inquebrantable ¿Por qué, te hizo sentir mal la nota en el portarretrato?

Mi terapeuta, no estaría urgiéndome, sin embargo, tenía esta necesidad de contarle a alguien, como me sentía.

—Bueno…cuando acabé mi carrera, algo salió mal en mi primer trabajo—El reality—Traté de remediar mi error, pero entre más lo intenté, peor se convirtió. Mi ex estaba de viaje, en Esta…—Aclaré la garganta—Estambul—improvisé—Desesperada le llamé. Su representante me contestó…—Toqué mi pecho, dolía mucho hablar sobre esta parte de la historia—Su respuesta se comportó distinto a otras ocasiones. Me dijo que él, había pedido un tiempo, porque estaba molesto pues ya me había advertido sobre ese trabajo y que era una mala decisión. Le supliqué que me dejará hablar con él que necesitaba escucharlo…

—Honey, estás hiperventilando.

—Estoy bien. Llevo mucho tiempo callando esto—Sin darme cuenta, estaba llorando—Tengo que sacar esto de mí; que me ha frenado por mucho tiempo. No quiero que esto siga teniendo el control de mi vida—Mi voz era trémula pero mi decisión era irrevocable. Emmerich se mantuvo unos segundos sin decir nada. No veo sus ojos, así que no puedo interpretar su reacción.

—Continua.

—Su representante no se compadeció de mi: Colgó. Pero mantuve la esperanza que mi ex me llamaría al poco rato. Él nunca me había fallado. Si él tardaba más, sería por el tiempo que pidió; así que cómo la buena novia que era respetaría su espacio. No me quedo de otra que hacerle frente al problema, sola—Limpie mis lagrimas con la manga de mi sueter, pero era inútil, el llanto no cesaba—La situación me sobrepaso y enfermé. Les mentí a todos para que no se preocuparan por mí. No quería ser una carga para nadie. Poco a poco, todo lo que era importante para mí, dejo de interesarme, mi valor se esfumo. Estaba deshecha. A lo único que, si me mantuve aferrada, era al amor que le tenía a él—Explicaba entre sollozos—Tras una discusión muy fuerte con una amiga, terminé perdiendo el control de mi vida, de mis decisiones y la depresión se hizo presente—De reojo vi a Emmerich girar a verme. No me detuve—Tuve que ser tratada clínicamente de urgencia. Porque todo era un caos. Ataques de pánico, ansiedad general. Me veía al espejo y no me reconocía ¡Esa maldita enfermedad se llevó toda mi motivación! Estaba tan ciega, que estando en la clinica, me esforcé para que me dieran el alta pronto. Pues no quería dejar el apartamento mucho tiempo solo, por temor a que mi ex regresara y no me encontrara—Rasqué con desespero sobre mi manga—Cuando obtuve el alta, un amigo me acompañó a mi apartamento. Al encontrarme con la estancia sola; me puse triste…este amigo, me dijo cosas que no recuerdo; pero era tan poco el valor que me daba a mí misma, que, en un arranque de desesperación por olvidar a mi ex y a la vez un pobre intento de venganza…accedí a acostarme con mi mejor amigo. Mientras lo hacía, me decía a mí misma que esté era la forma perfecta de agradecer lo que mi amigo hizo por mi…porque era lo único que tenía…mi cuerpo—Detuve mi relato, cuando escuché una rama romperse.

—Continua—Emmerich, tenía la mitad de la vara. La estaba apretando con mucha fuerza.

—Cuando todo acabo; la culpa me invadió, sentí asco de mí, había traicionada a mi ex y terminé en una fuerte discusión con mi mejor amigo. Después de eso, me mudé a Paris, para mejorar mi salud y tratar de olvidar a mi ex. Sin embargo, un día mientras veía un programa de farándula, él estaba de invitado—Mi corazón palpitaba frenético—Le estaba contando a la presentadora, que él estaba muy enamorado y que, nunca en su vida; había amado a alguien como lo hacía en ese momento. Yo de estupida, creí que iba a nombrarme…qué sin importar lo mal que lo pase, lo perdonaría. Entonces…él dijo otro nombre. Sabes, yo lo esperé mucho tiempo, fui comprensiva; le dí todo de mi…pero no fue suficiente. Ahora él es una persona exitosa, mucho más que cuando estábamos juntos…Esa persona, a la que ama, no solo le da amor; también motivación. Mi amor no fue suficiente para qué él, encontrara el camino de regreso.

Oculté mi rostro entre mis rodillas y lloré.  

Adrien

Ella se puso a llorar; no la interrumpí. Habían hechos de su relato, que me dejaron claro algo:

Honey tuvo a personas iguales que Alessandro y Bianca. 

Personas que ella priorizó, aun cuando no estaba bien.

Honey continúo llorando por largo rato. Me siento incomodo con ella en ese estado; no soy bueno consolando personas tristes.

—Gracias por escucharme—Dijo, sacando su rostro de su escondite. Su voz era rasposa, así que le extendí una botella de agua.

—No puedo quedarme callado, después de escucharte. No me lo pediste, pero te diré algo que debes aplicar de ahora en adelante.

—Emmerich…

—Qué tú ex no pusiera límites a su representante para pasar tus llamadas, fue un grave error de su parte—Si alguien pretende controlar mi vida de esa forma, que se despida de su carrera—Después mandó al tipo ese a decirte que se den un tiempo. Porque a él le faltaron pelotas para hacerlo por sí mismo. Pero, aquí viene lo más importante, Honey y espero te lo grabes muy bien—Ella necesita priorizarse desde ya—Nunca aceptes estar con otra persona, sin antes estar bien tú. Si vas a pasar la noche con alguien, debes disfrutarlo. No sentirte culpable u obligada. Si esos sentimientos estan presentes, si lo dudas ¡No lo hagas!

Puntualicé. Ella guardo silencio. Me excedí, lo admito, pero no iba a dejarlo pasar.

—Por lo último que dices…me sentí mal todo este tiempo, estaba tan mal emocionalmente, que me era difícil reconocer mis sentimientos, respecto a lo que paso con mi amigo.

—Estabas confundida, procesando tú ruptura.

—Gracias por tus palabras. Eres un tanto tosco—Al menos es honesta—Te tomaste el tiempo de escucharme—suspiró aliviada—Necesitaba sacarme estás emociones que me comían por dentro. Que me pongas en perspectiva sobre mi ex y mi amigo; me da el valor de tratar esto con mi terapeuta. Antes, me avergonzaba decirlo en voz alta—Honey sonrió, pesé al ambiente gris, su semblante estaba radiante—Mi pasado no puede cambiarse; pero, no puedo pasar encadenada a este.

 

Después de eso, ella se tomó unos minutos para calmarse. Le ofrecí ir a otro lugar, pero ella se negó. Me pidió que no detuviéramos la exploración, ya que el sitio era muy tranquilo y que, por ahora, buscaba estar en un lugar así. Utilizó una de las habitaciones para arreglar su maquillaje; para cuando salió, estaba cómo nueva.

Se veía extrañamente relajada. Tenía la actitud curiosa y simpática de siempre. Es difícil imaginar que se trate de la misma persona, que hace una hora estaba llorando.

¿Tiene que ver con la depresión?

¿Sus ataques de panico son un trastorno?

La confesión de su pasado a bastado para que ella se vea diferente.

Tampoco le ofrecí una solución. Mis palabras cómo ella lo dijo; fueron toscas, para exponer mi punto.

¿Qué pasó?

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

 

—En está gaveta, aún se conserva el maquillaje de la época. Incluso con el barbijo puesto…—Estornudo—Su escencia es muy fuerte. —Tomó una fotografía dentro del cajón y lo cerró de inmediato. Por lo visto es alérgica a los aromas fuertes—¿Te apetece tomar un descanso?

—Si, podemos usar el ático, tiene una buena vista de Saint Denis—propuse, guardando la cámara en mi mochila—Casi era la hora del almuerzo, pero un tentempié no vendría mal.

Mientras subíamos al ático, escuchamos la lluvia comenzar a caer. Al menos el sitio es cálido y podremos esperar a que deje de llover para poder salir.

 Una vez en el sitio, coloqué una linterna recargable en una viga de madera. Honey se ocupaba de extender un mantel que sacó de su mochila. Finalmente, acomodamos la vianda, al centro. 

Bebíamos chocolate caliente y bollos de canela que compramos en la cafetería de al lado. Honey estaba fascinada viendo la lluvia, por la vieja ventana del ático.

Aun no proceso; cómo pasó de la angustia a la alegría.  No es una persona voluble…o quizás no la conozco tanto cómo creía.

¡Que me importa!

De todas maneras, después de esta salida, no nos veremos más. Aprenda o no a priorizarse, ese asunto ya no deberá importarme.

Por consecuente, ella es una extraña en mi vida, no sabe nada real de mi…quizás, si hago lo mismo, es decir; hablar de lo que me molesta en mi vida, pueda tener la misma paz que ella disfruta ahora.

Tal vez…

 Marinette

Me sentía más liviana. Después de desahogarme de todo aquello que me angustiaba. Por fin apreciaba la lluvia, sin ese molesto sentimiento de nostalgia. Estaba dándole una oportunidad a París, a esta nueva yo.

Me quité las gafas oscuras, tras acomodarme los pupilentes y arreglado el maquillaje. Quién iba imaginar, que terminaría tomando gusto al urbex. Que unas cosas viejas, me alentarían a decir lo que venía cargando, desde hace más de un año.

Hacía mucho que no disfrutaba…

—Honey—El llamado de Emmerich me sacó de mi monologo. Di medida vuelta para verlo. Él estaba con la vista al frente—Me preguntaste sí, me habían roto el corazón.

—Si. Fue muy imprudente de mi parte, preguntar algo tan personal. Me deje llevar por lo afectada que estaba.

—Sin embargo, ahora te vez tranquila ¿Por qué?

—Quizás; se debe a que expresé lo que me molestaba. No esperaba una solución o una respuesta a mi desahogo—Cerré mis ojos, escuchando la lluvia caer en el tejado—Ignoré y soporté mis sentimientos por mucho tiempo y eso, me estaba lastimando.

—Era por eso—Dio un trago a su chocolate—¿Puedo contarte, sobre quién me rompió el corazón?

—Por supuesto—Acepté sin miramientos.

Adrien.

Cambiaré ciertos detalles. Pero no la causa.

—Mi padre tenía un negocio en Berlín, era una modesta cafetería—Negocio genérico, porque no me da para pensar en otro rubro—Mi madre era actriz de teatro. Éramos una familia prospera y feliz. Mis padres siempre estuvieron en todas mis presentaciones escolares. Nuestros vecinos decían que parecíamos salidos de una caricatura, por lo bien que nos llevábamos—No puedo quejarme de ello. Crecí en un hogar lleno de amor y comprensión—El tiempo transcurrió y por motivos de trabajo nos mudamos a Francia—Vivíamos en Francia. Lo que cambio es que, el talento de mi padre fue reconocido—En busca de nuevas oportunidades, ya sabes; nuevos horizontes y esas cosas—También la carrera de actriz de cine de mi madre, despego—Aún con este cambio, nos mantuvimos unidos. Hice amigos en mi universidad. Di lo mejor para mis padres y para mí. Hasta el día que mi padre fue asesinado por la gerente de su local matriz—Asistente que era su amante.

—¡Oh! Lo sient…

—Honey, no hace falta—No quiero condolencias—Tras recibir la noticia, salí de la universidad y corrí hasta el negocio. Justo en el momento exacto cuando, sacaban el cuerpo de mi padre en una camilla; cubierto por una sábana blanca, que estaba manchada de su sangre. Nisiquiera pude procesar lo que presencié. Porque en ese momento, mi madre me envió de regreso a Berlín, con un empleado que tenía años de trabajar con ellos. Cuando fui consiente de mi entorno, me habían inscrito en la Universidad. Borré de mi mente la imagen la escena del asesinato. Sumergiéndome en mis estudios. Mi principal objetivo, era sacar mi carrera y, regresar lo antes posible para ayudar a mi madre.  Durante este proceso, conocí a dos personas; quienes juraban ser mis mejores amigos.

Hice una pausa. Conteniendo el asco que me produce mi yo del pasado.

—Los supuestos amigos, se terminaron aprovechando de mí; usaron sus apellidos e influencias para obligarme a realizar sus trabajos y, responsabilidades dentro de la universidad y la residencia universitaria. Mientras ellos hacían lo que les venía en gana.

—¡Cómo detesto a ese tipo de personas! Que pisotean y se sienten superiores por sus privilegios ¡Son unos cobardes! —El arranqué de ira de Honey me dejo perplejo—¡Oh!... lo siento, no interrumpiré más. Continua.

—Lo que dices es cierto. Ellos se aprovecharon de sus privilegios, sin embargo, eso no me apartó de mi objetivo. No podía regresar a Paris, por estar siempre ocupado; así que, me propuse soportar y sacar provecho del aprendizaje extra, todo para regresar con mi madre y ayudarla—Hice memoria a todo lo que sabía en ese entonces de ella—Mi madre no sabía nada de administración de negocios. En mi estadía en Berlín, hable muy poco con ella por teléfono, era cortante y bueno…no le tome importancia, era consiente que estaba siendo difícil para ella. Abandonó su carrera de actriz de teatro para mantener la cafetería de papá. Pesé al infierno que soporte, finalicé mis estudios.

 Espero que lo que dijo Honey sea cierto: Hablar de lo que nos fastidia, nos desahoga y da paz.

—Me encaminé a Paris, ansiando reencontrarme con ella y, permitirle descansar en lo que yo me hacía cargo. Pero el golpe de realidad que recibí…El motivo por el cual no se comunicó conmigo en los últimos meses, no acudió a mi graduación ¡La estupida razón se resumía a jeringas usadas, frascos vacíos de drogas! Esparcidos en su mesa, cómo trofeos ¡Esa mierda gobernaba su vida! —Apreté el termo en mis manos—No pude contenerme y le reclamé ahí mismo. En respuesta, ella me soltó a la cara la verdad sobre el asesinato de mi padre. Dijo que su amante lo asesino, porque se cansó de esperar a que él se divorciara ¡Dime Honey, que cara debía poner, al darme cuenta de que, nuestra perfecta vida familiar, era una maldita mentira! Mi padre la engaño y ella lo soportó en silencio—La frustración que siento, es sofocante—No contenta con eso, mi madre comenzó a insultarme. Que yo terminaría cómo él. Se dirigió a mí; con tanto odio y resentimiento. Cuando lo único que yo hice en todos esos años, fue esforzarme para ayudarla.

Honey tenía sus ojos bien abiertos. Impactada quizás por lo que estaba diciendo. Llevó sus manos a los labios y negó con su cabeza. La lluvia arreciaba afuera.

—Humillado y con el corazón destrozado, comencé a trabajar para rescatar el negocio familiar. Necesitaba ingresos para pagar las deudas que mi madre había adquirido por culpa de sus venenos. Pese a su negatividad, la interné en una clinica de rehabilitación, de la cual escapo…muchas veces. Fui a buscarla todas esas ocasiones; la encontré en lugares tan bajos. Me recibía con insultos, disfrutando de cómo las escorias de adictos que la acompañaban se reían de las groserías que me gritaba.

—Emmerich, esa no era tú madre; eran los efectos de las drogas, ella no tenía control de sí misma.

—¿Crees que no lo sabía? Aun así, caía en sus falsas promesas cuando estaba sobria. Decía que iba a cambiar, que dejaría los vicios; que la perdonara. Lo hice Honey ¡La perdoné miles de veces! Para que ni bien pasaban unas horas, volvía a consumir su maldito veneno. En poco tiempo nuestras vidas giraban en torno a una rutina destructiva. Iba al negocio, regresaba a mi apartamento, recibía la llamada de su empleada, diciendo que había escapado. Iba a buscarla, sin cenar, cansado… ¡No buscaba una estrellita en la frente! ¡Ni el título al hijo del año! Solo deseaba que tuviera amor propio, pusiera de su parte para salir de ese abismo—En lugar de paz, me sentía peor—Un día simplemente exploté, le dije que la necesitaba sobria para que firmara un documento, para tener el control total de la administración del negocio y, pagar las deudas. Que después de eso, hiciera lo que se le viniera en gana.

—Emmerich…

—Mi madre acabo con su vida al día siguiente—Esbocé una sonrisa cínica y me di la vuelta para ver a Honey—Ese fue mi regalo de cumpleaños—Aplaudí lentamente—¡La quería viva, que luchara hasta el final! ¡Pero esa mierda fue más fuerte e importante! Más importante que ver a su hijo, luchando por ella. Mi madre eligió la vida fácil. En medio de su muerte, las cosas se complicaron en el local. La vida es así, Honey; el mundo no se va a detener porque estes de luto. Cosa que mi familia por parte de mi madre no entendió. Hasta el día de hoy, me culpan de su muerte.

—No puede ser.

—Que podía hacer—Dejé de sonreír y vi hacia la ventana. Frustrado y molesto—¿Contradecirlos? Con qué argumentos. Era un joven cansado, frustrado y en banca rota. Su familia me dio la espalda ¿Qué esperaban que hiciera? ¿Llorar sobre la tumba de mis padres, mientras me ahogaba en la miseria? Ser la presa de un vicio estupido para escapar de la realidad. No tuve tiempo para las lágrimas ni los lamentos. Me puse a trabajar, a velar por mí, porque nadie más iba a hacerlo. Estaba solo.

Marinette.

Emmerich guardo silencio. Estaba serio observando la ventana. Su historia me partió el corazón, el suicidio de su madre.

Me pone en perspectiva de nuevo. Está es la parte que, quienes atentamos contra nuestra vida, ignoramos, por culpa de tantos factores, que hacen que esa decisión, sea la única salida.

Las consecuencias con las que lidian nuestros seres queridos.

Alix me dijo algo parecido. Cómo le hizo sentir, verme sobre un charco de sangre. Nunca me paso por la mente, cuanto iba a afectarle mis acciones. Me dejé llevar por una falsa paz…ajena al vacio y resentimiento que iba a desencadenar, en todas las personas que me querían.

Me centro en Emmerich, agobiado y decepcionado. Puede confundirse con indiferencia, pero, es el mismo patrón que Alix manifestaba.

Ambos discutieron con sus seres queridos, para hacerlos entrar en razón. No tenían las palabras correctas y, presionaron los botones equivocados. No tenían manera de saber que, el suicidio es el resultado de una enfermedad; una que te encierra en un túnel, dónde la única salida, es la muerte.

Decidida, gatee al frente de Emmerich. Su ceja sobresalió detrás de sus gafas. Me senté sobre mis talones.

 No contaré que soy una sobreviviente, no viene a cuenta.

—¿Cuál es el recuerdo más bonito, que tienes de tú madre?

—¿Qué tipo de pregunta es esa?

—Tengo curiosidad—Él se mantuvo en silencio.

Ahora tú quedas cómo la tonta fisgona.

—Cuando ella iba a mis presentaciones del instituto—Comenzó a decir—Se ponía de pie a aplaudir, cuando terminaba mi participación. Era vergonzoso. 

—¿Cuál era su platillo favorito?

Croque-Monsieur; era lo único que le salía bien. No era muy buena cocinando,

—Debes tener muchos recuerdos bonitos con tú madre y tú padre. Recuerdos que prevalecen, por encima de sus errores.

—¿Qué sentido tienen? El desenlace es el mismo.

—Hace sentido a lo que dijiste. El luto lo vive la persona que lo afronta. El mundo sigue su curso. Por el lado de tú madre…vivió la perdida de tú padre y su traición por igual. Quizás las personas de las que se rodeó no fueron los mejores apoyándola. No tenemos manera de saberlo. No se puede ser tan cruel al juzgar sus decisiones, producto de las drogas que estaba ingiriendo. Tampoco criticar las acciones de la persona que convive con un adicto.

—¿Cuál es el punto?

—Tú también lidiaste con un infierno distinto. Tu fuerza de voluntad e ideales te mantuvieron a flote. Pero a cambio, no te permitiste afrontar el luto tras la perdida de tus padres. Seguiste con tú vida, acumulando frustración y resentimiento, por la situación que se salió de control—Él no alega y prosigo—Es injusto que tú familia te culpe. Velar por ella, también era su responsabilidad. Estuviste sin descanso, cuidando de tú madre, el negocio ¿En qué punto tenías tiempo para ti?

—Cómo lo describes, a ojos de todos, me harías quedar como si fuera el centro del universo. No tiene sentido que me queje de las circunstancias o las decisiones de la familia de mi madre. Bajo esa excusa, alguien dira, que debí dar más…qué debía estar para mi madre siempre. Que no debí discutir ese día con ella…

—¡El pasado no puede cambiar! Vivir pensando que opinan los demás de tus acciones, no es vida. Tú no eras un terapeuta, eras un hijo que buscaba ayudar, pero, para conseguir tal objetivo, debías contar con el apoyo de tu familia, de especialistas ¡Sanar no es una batalla de un solo guerrero!

Lo comprendí cuando Alix pidió ayuda para poder salvarme. Cuando mis amigos me apoyaron para hacerle frente y denunciar a los agresores de la cafetería. Mis amigos fueron parte importante, igual que la ayuda profesional. Me dieron el valor para pelear, incluso contra mi contratista.

Dándome el beneficio de elegir, sin imponerme su opinión.

Adrien

Tanto tiempo, cargando con la impotencia y la culpa. Negando lo sentimientos que me provocó, ver el cadáver de mi madre colgando en la regadera…La sabana llena de sangre, que cubría el cuerpo de mi padre. Éramos un cuadro perfecto…de puras mentiras. Lidiando con distintos infiernos…a nuestra manera.

El lobo siempre será el malo, si Caperucita es quien cuenta la historia

Esa fue la frase que mi madre dejó en los documentos de las acciones.

—Cuando supe lo de mi padre…la verdad de su asesinato—Me siento mal, me duele mucho la garganta—Hubiera querido, que él me dijera la verdad. Se me pasaban tantas opciones en la mente, imaginando una conversación con él…creyendo que tenía el poder para que su desenlace fuera distinto—No pude evitar bajar la mirada al piso—Mi madre no hubiera sufrido, sí él hubiera sido honesto con todos. Las drogas jamás hubieran pasado por su vida…ella era una hermosa actriz, la mejor de todas—Siento que pierdo el control de mi cuerpo, mi mandibula está temblando—Las drogas le arrebataron su belleza, dejando una mujer destruida, de piel pálida, ojos vacíos y apagados, con extrema delgadez… ¡Porque no aborreció esa mierda, del mismo modo que me despreció! —Mi voz suena entrecortada—Si ellos hubieran sido honestos, el mundo sería diferente…la familia que siempre soñé…ese bobo deseo de…presumirles a mis futuros hijos: Al hombre profesional de buenos modales y la actriz talentosa, de gran belleza…A ella…intente salvarla y fracase—Me cuesta hablar—Mis padres estan muertos, Honey…Perdí a mis padres…

Marinette

Emmerich cubrió su rostro con sus manos. Su llanto se escucha inconsolable.

Me parte el corazón.

Me mantuve a distancia. Atenta por si necesitaba ayuda para sopesar su pena: agua, un pañuelo o un hombro para desahogarse.  

 ¿Cuánto tiempo soportaste la carga de una culpa impuesta?

No tenemos el control sobre las decisiones de los demás. Es algo que estoy aprendiendo.

Después de un rato; no sé cuánto exactamente. Emmerich dejó de llorar. Busqué en mi mochila pañuelos desechables para ofrecerle.

—Tenías razón—Bajó sus manos, pero no retiro las gafas—Hablar con alguien, me despejo la mente…Sin embargo tengo cosas que procesar, respecto a mi madre.

—Un día a la vez. Eso dice mi terapeuta…—Emmerich me tomó de repente de la mano. Abrí grande mis ojos por su acción.

—Gracias por este día, Honey—Su sonrisa es diferente. Aun con rastros de lágrimas por sus mejillas, luce de cierta forma, distinto.

—¿Yo? No hice gran cosa. De hecho, creo que hasta me pase con mi opinión. Juzgué sin saber…

—Acepta mi gratitud. No lo arruines—Su refunfuñona actitud estaba de regreso.

—Eres el mismo de antes—Torcí el gesto por la brusquedad de su tono.

—Quizá—Soltó mi mano. Aproveché de extenderle los pañuelos húmedos, para que limpiara su rostro—Haces que vea las cosas de otra forma—Se levantó, me dio la espalda y noté que levanto las gafas para limpiar su rostro.

No sé cómo tomar su comentario. Temo que, si digo algo, sobre cómo se siente después de llorar, arruine lo que está procesando ahora. No soy una terapeuta, solo dije lo que pensaba.

—La lluvia dejó de caer—Le escuché y al mismo tiempo, mi estomago rugió. Me sonroje por la vergüenza—Por este día tenemos suficiente de urbex—Se dio la vuelta, con las gafas puestas— Vamos a almorzar y después regresaremos a París.

—Me parece.

Adrien.  

Le ayudé a levantar las cosas y guardarlas. Que extraños son los giros de la vida. Cuando fue el aniversario luctuoso de mi padre, me la pasé borracho y cogiendo con Winter. Al día siguiente, tomé la peor decisión de todas, que terminó por ser uno de los peores problemas de Garbiel´s y mío.

Hoy, es mi cumpleaños y el aniversario luctuoso de mi madre. Me había despertado con el firme propósito de no pensar en ella y, también alejarme de Honey, al finalizar este urbex. Todo eso quedo en el tintero porque: Terminé llorando por la muerte de mis padres y, aunque no quiera admitirlo en voz alta, estoy reconsiderando no despedirme de Honey.

No quiero que este día, sea el ultimo.

—Me gustó mucho Saint Denis—Ayudé a Honey a descender de la motocicleta. Estábamos de regreso en Paris, en el punto de encuentro.

Durante el almuerzo, conversamos de nuestra experiencia dentro de la casa, en el tema de las estancias y sus pertenencias. No dijimos nada, sobre nuestro pasado.

Ambos tocamos temas delicados, supongo que, ella no quiere recordar, al igual que yo.  

Es un lugar muy bonito. Honey, está semana, no tendré más tardes libres—Fui honesto.

—Tampoco yo…aunque depende de si consigo pasar la entrevista y me contratan.

—¿Por qué eres tan pesimista?

—Cuando no eres del agrado del empleador, es normal esperar lo peor.

—Si esa es la razón ¿Por qué quieres trabajar con él? —A mi pregunta; ella se rascó su manga derecha, desviando la vista a un costado—Si no quieres responder por…

—Algunas personas, cargamos con culpas impuestas—Levantó su rostro y, sonrió sin ganas—No me hagas caso ¿Puedo pedirte un favor?

Ok, es evidente que evadió mi pregunta.

Depende del favor—Crucé mis brazos y me senté sobre la motocicleta. Honey sacó su celular.  

¿Puedo tomarme una foto contigo? Somos amigos y…bueno yo, tengo fotos con mis amigos.

Honey, te las arreglas para ser un encanto.

De acuerdo. —Ella se situó emocionada a mi lado. Preparó el móvil para la selfie, pero dado su tamaño, enfocaba parte de mi barbilla en el marco—Deja que yo la tome—Rodee su cintura y la apegué a mí. Ahora el encuadre está perfecto. Tome la foto, con ella sonriendo y yo no.

—¡Se ve estupenda! —Se apartó de mí—Muchas gracias. Con respecto a vernos de nuevo…al parecer ambos estaremos cortos de tiempo.

—¿Podemos vernos el fin de semana?

¡Carajo! ¡Se supone que este era el adios! 

—¡Oh! Es una solución brillante. Por supuesto que podemos vernos el fin de semana—Su rostro se ilumino con esa sonrisa tan bonita—Gracias por permitirme acompañarte en los urbex. Por tener la consideración de investigar sobre los ataques de panico y darme, un recurso para auxiliarme. También…por escucharme está tarde.

—Eres muy cursi—No pude evitar reírme. Sigue siendo una parlanchina.

—No arruines mi gratitud, con tú pesadez.

—Wow, me atacas con mis argumentos.

—No se puede contigo. Mejor me voy—Su carácter es muy voluble. Honey dio la vuelta con enojo. Me apresuré a tomarla de la mano. Se giró extrañada.

—Gracias por quitarme un peso de encima, al escucharme ¿Un día a la vez? ¿Cierto?

—Si, así es—Sonrió. Es muy linda cuando sonríe—Estaremos en contacto—Suelto su mano.

—Por supuesto. Me avisas si el ogro de tú entrevistador te acepta—Le dije y ella soltó una risita.

Agitó su mano en señal de despedida y se marchó corriendo por la calle de siempre.

Cuando desapareció al doblar la esquina. El vacio regresó, no era algo que me incomodara, al menos ahora sé cómo aliviar este sentimiento.

Subí a mi motocicleta, rumbo a una floristería.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Caminaba por las desoladas calles de arena y polvo de El cementerio del Père Lachaise. Debo agradecer a las influencias de los Graham de Vanily, que consiguieron un espacio para su sepultura en este lugar.

El frio de otoño se siente, a pesar de estar abrigado. Las hojas naranjas, cubren los techos de los mausoleos más vistosos. Llegó a una intercepción, dónde el camino cambia a un empedrado. No doy más que unos pasos, para llegar a su tumba.

Un manto de grama recién cortada rodea la tumba, dónde se alza una estatua de mi madre, con el atuendo que usó en su última película. En su epitafio se lee:

Aquí yacen los restos de Emelie Agreste. Primera Actriz del cine Frances.

Encontró el descanso que tanto buscaba en la parcela de Carré des Romantiques. Su tumba está llena de rosas y feos osos, con tarjetas cursis.

—Detestabas las rosas y los osos. Pero omitiste esta información, porque eran los reglaos que más te daban tus fans—Dejé sobre sus pies el ramo de camelias que recién compré—Era tú flor favorita. No fui el mejor hijo…no pude salvarte—El viento agita las ramas de los árboles, dejando caer una lluvia de hojas muertas—Creo que estás en un lugar mejor. Lejos del sufrimiento…Aun estoy molesto contigo y, no sé qué hago hablándole a un monto de feos osos…—Un día a la vez—Aprenderé a llevar el dolor que siento, un día, aprenderé a perdonarte… un día aprenderé a perdonarme. Te extraño…mamá.

Bajé la mirada y comencé a llorar.

Un día a la vez…

Marinette.

Aproveché la mañana del domingo para organizar mis outfits de la semana en compañía de Cherry Hair. Que me insistió en contarle cómo era Saint Denis. Omití la parte de sinceridad con Emmerich. Pero si le dije que estaba lista para hablar sobre mi ex con la terapeuta. Los que le alegró mucho.

Las dos nos quedamos en casa, Luka nos canceló de último momento, porque tenía un compromiso y Max estaba enfermo de gripa, siendo atendido por sus padres.

Extraño hablar con Luka a solas. Menos tiempo tendré de compartir con él, porque de ser contratada, tendré un nuevo horario.

Ya no podré viajar en su compañía.

Nos mantuvimos dentro de las estancias habilitadas por los constructores. El resto de la mansión estaba sellada por reparación. Por la tarde, Cherry Hair se fue a descansar mientras yo me dediqué a adelantar trabajo con los atuendos del grupo de teatro de Lowell. Así de paso refrescaba mi conocimiento para la prueba de mañana.

Gracias a lo que hablé con Emmerich ayer, puedo enfrentar el final de mi relación. Superar esa etapa de mi vida.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

La mañana del lunes se presentó. Con ello, mi regreso a Gabriel´s. Hice ejercicios de respiración dentro del auto de Alix, antes de descender.

—¿Estás bien?

—Si, lo estoy—Regresar al lugar donde fui atacada por una turba de fanáticos de Chloe, me asustaba.

No puedo vivir con ese miedo por siempre.

Leí los mensajes de mis amigos para darme valor:

Luka_7:15am: Es la revancha para demostrar tu verdad.

Bridgette_7:30am: Saca pecho, Marinette. Muestrales que tienes un talento único.

Max_7:31am: Obtendrás el puesto de trabajo, tienes madera de diseñadora.

Lowell_7:40am: Quedaran impresionados con tú magia.

Marin_7:45am: Confía en tus habilidades.

Emmerich_7:50am: Buena suerte.

—Si algo sucede. Lo que sea. No dudes en llamarme—Alix estaba igual o más nerviosa que yo—¡Tú eres increíble, así que ve y déjalos con el ojo cuadrado! — Alix me dio un fuerte abrazo y un golpe en el hombro, para la buena suerte.

—Gracias.

Bajé del auto y avancé. Todas las miradas estan sobre mí. Mantuve la respiración moderada. Levanté la vista, frente a mí se alzaban los imponentes edificios del Atelier.

No soy la misma de antes. Estoy aquí para demostrar de lo que soy capaz.

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola, hola invocadores e invocadoras. Gracias a mi Beta Reader que me ayudo a conseguir organizar este capítulo. Tardamos, pero valió la pena.

Este capítulo fue muy fuerte, emocionalmente. Dar una vista a dos puntos de ambos personajes, con los cuales estaban lidiando en silencio.

Una ruptura no es fácil de superar. Vivir con un adicto desgasta física y mentalmente.

El pasado no puede corregirse, pero es necesario hablar sobre esto, para superarlo y comenzar de nuevo.

Estamos a un capitulo de finalizar el segundo arco.

¿Qué sucederá ahora?

Agradezco su apoyo a está historia. Sus comentarios.

Chapter 27: Proteger

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Mentiría si digo que tengo ganas de salir corriendo de este lugar.

Al ingresar al edificio de Gabriel´s las miradas se centraron en mí. Por inercia, me enfoqué en el pasillo que conduce a la cafetería. Repiqueteo mis dedos sobre mis caderas.

Da la vuelta, no tienes nada que hacer aquí.

Se supone que, enfrentar mis miedos me hará más fuerte…comienzo a dudar de esa afirmación.

¡Son tonterias! Por supuesto que tengo miedo. Aquí sucedieron tantas cosas ¡No soy una maquina!

Tampoco es que tenga más opciones. Aunque el incidente en mi contra es noticia de boca de todos. Ninguna de las casas de moda a las que postulé, me ha llamado para trabajar con ellos.

Gabriel´s es mi única opción.

Avancé por el lobby con la cabeza en alto. Directo al cubículo de la recepcionista.

No quiero que mi alter ego Honey sea conocido por la prensa, así que, para mostrarme como Marinette, opté por un estilo más recatado, de colores sobrios, llevando mi cabello atado a un moño bajo. Mi vestido de falda plisada de corte “A” color azul marino, con un cárdigan blanco de cuello redondo y medias blancas con zapatos azules. Es un atuendo decente para esta evaluación.

—Buenos días—saludé a la chica de cabello rosa y ojos marrones.

—Buenos días, bienvenida al Atelier de Gabriel´s ¿En qué puedo ayudarla?

—Este…soy Marinette Dupain Cheng, me citaron para una evaluación de trabajo, con el CEO y el Diseñador en jefe.

—Claro. Permítame un segundo—Marcó un numero en el conmutador—Voy a anunciarla, para que la persona asignada la guie a la sala de reuniones.

Por favor, que no sea el tarado de Agreste.

¿Marinette? —Di medía vuelta al reconocer esa voz.

—Señora Anarka, que gusto…

—¡Dime Anarka! —corrigió y me dio un fuerte abrazó que me dejó sin aire unos segundos—¡Mírate, te ves hermosa! —Me sonrojé por su alago—Mireille y yo, estábamos muy preocupadas. Tanto que, fuimos a visitarte a tú casa y no te encontrabas.

—Este…muchas gracias por su cumplido. Estoy mejorando y por lo de mi casa…estoy viviendo en un apartamento—Lo siento, pero necesito paz. No puedo dejar saber a otros donde me encuentro—Queda muy lejos de aquí. La prensa asediaba mi casa y tuve que mudarme.

—Esos buitres carroñeros y amarillistas—protestó.

—Marinette Dupain Cheng—una tercera voz nos interrumpió—Acompáñame.

Al darme la vuelta, me encontré con la mujer que vi antes de ser entrevistada por Agreste. La misma que se burló de mí, cuando la máquina de limpieza falló.

Menos mal que no eres rencorosa.

—Con permiso Anarka. Hablamos más tarde—. Me despedí en cuanto la mujer de lacia cabellera platinada, comenzó a avanzar. Troté un poco para darle alcance.

Me siento tonta por ir detrás de ella.

¿Será una modelo? Algo es seguro, no es la asistente de Agreste ¡Aah! Porque no enviaron a Ondine, ella si es una dama en cuanto a modales y trato.

Subimos al ascensor sin cruzar palabra. Es más, ella nisiquiera me dirige la mirada. Veo su reflejó en las paredes metalizadas. Es esbelta, se nota que tiene buen gusto para vestir. Esa falda de cintura ancha a la rodilla, le ajusta bien en sus curvas. La blusa con holanes en el escote, le favorece a su amplió pecho.

Mi atuendo no se compara para nada al de ella. ¿Qué tal que evalúan el outfit? Estes vestido no se ajusta a los estándares de la marca. Si este tema vale el setenta y cinco por ciento de la evaluación. Estoy perdida si fracaso en algo tan básico. No debí elegir este outfit…

Mis manos están temblando, me estoy desesperando de estar encerrada. Tengo que respirar… ¡Tengo que controlar mi respiración!

Recargué mi espalda en la pared. Cerré mis ojos y puse mi mano en mi abdomen.

Respira, lento y con calma.

Lo que acabo de decir, no ha ocurrido, no puede afectarme lo que aún no pasa. No tengo control sobre eventos futuros. El presente es lo único que puedo controlar.

Repetí en mi cabeza, aliviando la molesta sensación de sentirme sofocada. Escuché las puertas del ascensor abrirse.

Olvidas que, no estamos solas.

Abrí mis ojos, asustada, para encontrarme con la mirada por sobre el hombro de la esbelta mujer.

—Es…estaba calmando mis nervios—Sonreí avergonzada por la situación. La altiva mujer, regresó su atención al frente.

—Llegamos al lugar de la reunion—Salió del ascensor y la seguí—Este piso es para la elaboración y creación de perfumes, cosméticos y la Prêt-à-porter del área comercial de Gabriel´s.

Toda la vergüenza se esfumó, al vislumbrar el exterior del pasillo. Antes había visto está sección, pero por mi mal humor de ese entonces, no aprecie lo impresionante que es. Fui hacia una de las vitrinas que estaba en una de las oficinas. En el interior se apreciaba una pared de color negro, con estantes caoba, llena de frascos de distintas fragancias.

Percibí varios aromas en el ambiente, comencé a estornudar por la molestia que me causaba.

—Esa habitación es dónde los especialistas evalúan las fragancias. Los laboratorios para su elaboración están detrás de la puerta del fondo—explicó—Será mejor que continuemos, tú nariz está muy roja.

—Soy alérgica a las mezclas de aromas—Saqué un pañuelo de mi bolso, para cubrir mi nariz—De manera individual no son un problema.

Mi debilidad en la alta costura es el área de perfumes. Fue uno de los cursos que más se me complico en los estudios.

La galante mujer no me dijo nada, continuo su camino y yo detrás. Nos encontramos con varios empleados vistiendo chaquetas blancas de laboratorio. Para mi suerte, nos alejamos un buen tramo de la sección y mi nariz pudo respirar en paz.

Nos detuvimos frente a una puesta ancha de cristal escarchado. Al parecer separa las secciones en este piso.

—Está es el área de reuniones de este piso. Es donde te evaluaran—informó, al mismo tiempo, pasó su tarjeta para desbloquear el acceso.

Adrien

Después de lo ocurrido este fin de semana, me siento diferente; mis energias estan repuestas, para retomar el mando de Gabriel´s. Extrañaba vestir trajes a medida.

Tengo que reconocer que no imagine que, salir a explorar con una sabelotodo que viste cute, le daría un giro extraño a mi vida.

Cuando regresé a mi casa después de ir al cementerio. Me dio curiosidad investigar un poco sobre la depresión.

Honey dijo padecer esto, tras el abandono de su ex.

Leí los artículos médicos relacionados al tema y, mientras más me sumergía en la información, no pude no relacionar ciertos síntomas, con el comportamiento de mi madre. Ella estuvo lidiando sola con una empresa que no pudo dirigir, soportando el dolor de una traición y el luto a la vez.

Fuera de eso, tengo la idea de que quién introdujo a mi madre a las drogas. Se trataba del mal nacido de su segundo esposo. Él le proveía de los venenos, hasta que la abandonó. Rumores dicen que está en la banca rota y se la vive mendigando en la calle.

Sin embargo, prefiero enfocarme en mis negocios que, andar buscando vengar a los muertos.

Hablando de negocios, “La rata Dupon” será evaluada por Armand, el diseñador en jefe. No le tengo nada de fe a que esto cambie el resultado. Nisiquiera he pensado el cargo que le asignaré, si aprueba.

Lo dudo al cien por ciento.

—Los artesanos que protestaban por menos horas de trabajo, alegando que se hiciera un desfile al año, desistieron de su propuesta—informaba Armand, al tiempo que colocaba un maniquí para la prueba.

—Significa que las fechas de la semana de la moda de ambas temporadas ¿Se mantendrán?

—Si, Adrien. Tengo a los artesanos trabajando a todo lo que da para el desfile de enero. Pasa por el atelier más tarde, para que supervises los avances.

Durante los cambios que la empresa afrontó, en seguridad y personal, el atelier no paro sus labores. Respetando las horas designadas para mantener a Gabriel´s dentro de la Haute Couture.

—Buenos días—Ambos nos centramos en la entrada, donde Winter ingresó, acompañada de “La rata Dupon”

En cuanto su mirada se encontró con la mía, pasó de maravillada a desafiante.

Que me da que, saldrá de la prueba llorando.

—Buenos días, Winter—Saludé cuando estaba frente a ellas. Sonreí por compromiso—Señorita Cheng ¿Su abogada no va a acompañarla?

Esa gata rabiosa, que ni se muestre.

—Buenos días, Joven Agreste—. Su mirada no luce vacía, pero si rara. Mesclada con su desabrida actitud y vestuario—Bridgette no se presentará, pero revisará el contrato…

—De aprobar, claro está—rebatí—No hay que adelantarse al resultado.

—Por supuesto. No perdamos tiempo y comencemos ¿Le parece? Joven Agreste.

Nos desafiamos con la mirada.

La rata desayuno, insolencia.

—Buenos días—Armand se situó en medio de nuestra guerra silenciosa—No nos han presentado. Soy Armand D´Argencourt.

—¿Usted es el diseñador de Gabriel´s? —El semblante de ella cambio de cara larga a, una de admiración—Es un placer conocerlo—Sin dudar, extendió su mano—Su trabajo en las pasarelas es sorpendente—Aduladora.

Marinette.

Pensaba que estaría únicamente con el engreído Agreste y la tipa amargada ¡Es un alivio que un profesional de la moda esté en la evaluación!

—Tonterías, señorita Cheng. Cumplo con mi trabajo, haciendo lo que me gusta.

—Sabe mi nombre—¡Oh, que emoción!

Media humanidad sabe tú nombre.

—Todos en esta sala sabemos de usted. Por eso estamos interesado en descubrir, que es capaz de hacer.

—Es cierto…yo…—La risita fastidiosa de Agreste se dejó oir. Me corté, no sabía que responder.

Estás dejando una mala imagen.

Primero permítame presentarle a las personas que, evaluaremos su trabajo—Habló Armand. Me sentía cómo pez fuera del agua—Ella es Winter Lawless, directora general de Gabriel´s—La orgullosa mujer, no cambió su despectiva mirada—Adrien Agreste, el CEO de Gabriel´s—Presumido— Y mi persona, Armand D´Argencourt, diseñador en jefe del Atelier—El diseñador me empujó con delicadeza por la espalda, para llevarme a dónde estaba un maniquí, al lado de una mesa de trabajo, con distintas telas y pedrería fina sobre está—Aquí está su área de trabajo para la evaluación. Tiene las indicaciones en este papel de lo que tiene que hacer—Indicó—Tenga en cuenta que, deberá seguir las normas establecidas por la Haute Couture, para elaborar la prenda y sus detalles. A partir de este momento, tiene dos horas para completar la evaluación.

Armand se retiró, a una pequeña sala al lado, dónde Winter y Agreste, estaban bebiendo café. Regresé mi atención a lo importante; los materiales y las instrucciones. Seré evaluada por dos personas que esperan a que me equivoque y una neutral.

Claro, si no es que te odia ya, por hacerle perder el tiempo. Es el diseñador en jefe y tiene que, estar supervisando el atelier y no a ti.

Agarré las instrucciones, las leí detenidamente: Debo elaborar un bolero con holanes en las solapas, y decorarlo con una aplicación de rosas y perlas en la parte superior derecha.

Sin temor a equivocarme, la Haute Couture exige la costura a mano.

La tela es organza…tengo pedrería fina…las rosas debo armarlas para crear la aplicación. Necesitará un forro para que se sostenga sin problema.

Fallarás no puedes con esto. Diseñas para niños, esto es las grandes ligas ¿Qué harás cuando tengas un ataque de panico? O de ansiedad. Retrasaras a todos.

Mi subconsiente tiene razón, no puedo con esto, es mucho trabajo…

{Me avisas si el ogro de tu entrevistador te acepta}

De forma inesperada, recordé el mensaje de Emmerich. Me provocó una leve sonrisa; pronto recordé todo lo que fui capaz de superar en estos días. Mis amigos me apoyaron siempre, lo dieron todo, para que yo tenga está oportunidad.

No estudié tres años en Central Saint Martins, para intimidarme con una prenda.

Determinada a asumir el reto, fui por una bata y barbijo. La alta costura se rige de reglas, porque cada prenda es una obra de arte, para mostrar el alcance y poderío de los emporios de la moda.

Voy a demostrar que estoy a la altura de sus exigencias.

Elegí las agujas y organicé mi mesa de trabajo. Para sumergirme en mi trabajo.

Adrien

—¿La contratarás? —Winter inquirió. Armand se había apartado para supervisar a “La rata Dupon”—Esa chica no está bien—prosiguió—En el ascensor, estaba murmurando cosas, se recostó en la pared mientras su respiración era, irregular…no sé, cómo explicarlo.

—No puedo oponerme. Estoy siguiendo las reglas establecidas por el Consejo de Trabajo y la abogada de la rata.

—¿Rata? Le llamaste así, cuando te pregunte por la compra de la ex mansión Agreste.

—Actualmente: “Las ruinas de La Rata Dupon”

—Si, olvide que le diste esa propiedad en compensación. Esa chica solo traerá problemas de contratarla. No parece estar del todo bien.

—Entonces no hay de que preocuparse. Si lo que Chloe y Audrey pregonan es cierto, ella terminará haciendo el ridículo al final de la prueba. Si reprueba no hay contrato.

Por esa razón, no me he molestado en acercarme a ver su trabajo. Es obvio que terminara en desastre. Además, con lo delicada que es, ira a llorarle a su gata protectora.

Para que le recete otra compensación monetaria.

El tiempo transcurría, así que me dediqué a responder correos y dar asignaciones, mientras Winter se entretenía organizando mi fiesta de cumpleaños, con ella a cargo, no tengo que perder tiempo en trivialidades.

—El tiempo se ha terminado. Manos fuera de la prenda—anunció Armand, checado la hora en su reloj de cadena—Señorita Cheng, sitúese al lado de la mesa de trabajo.

Esto significa que debemos revisar. De mala gana me levanté del comodo sofá, al igual que Winter.

Una pérdida de tiempo.

Armand fue el primero en revisar el bolero con aplicación de rosas y per…

¡No es posible! ¡No, esto no puede ser!

Las puntadas son finas y uniformes. Los cortes del bolero se ajustan al maniquí, elaboró los pétalos de las rosas ella misma, cuidando los pliegues y forma de la flor. Añadió hojas y tallo con encaje, dejando las perlas de tal manera, que se asemejan al rocío.

—¡Estoy impresionado! —Exclamó Armand. La susodicha estaba igual que yo. De no creer—Sin embargo—. Esa palabra fue musica para mis oidos. Aquí viene el adios, junto a la humillación…—Tiene detalles que corregir. Una nimiedad, si me permite decir.

—Por el contrario, me encantaría escuchar sus observaciones. Son importantes para mejorar mi técnica.

Su cordialidad me da nauseas.

Para mi desagradable sorpresa, Armand le explicaba cuáles eran sus fallas y cómo podía corregirlas, cosa que no hace con cualquier persona.

¡Este hombre cobra por asesoría más que yo!

—A este paso, él la aprobará. No tendrás de otra que, incluir en la planilla a “La Chica problema”—murmuró Winter cerca mío.  

Adrien, tiene el puesto indicado para que pueda pulir y mejorar su técnica, señorita Cheng—Pregonaba Armand.

—Te aseguro, que nos perjudicará—Continuaba Winter por lo bajo. Mientras mi diseñador en jefe, le daba alas a “La rata Dupon”

—A menos que trabajé para Le Débogueur (El Depurador)—Le respondí en voz baja.

—¿Él? Ese tipo no tolera ni siquiera su sombra, menos aceptara que…—Winter enmudeció, ató los cavos de mi idea.

Determinado a terminar con esta obra de caridad, avancé hasta donde estaba Armand y la rata.

—Armand tiene razón, no hay porque perder más tiempo. Él ha aprobado su desempeño señorita Cheng—Le sonreí con el camuflaje más elegante de cortesía barata—La llevaré a su nueva área de trabajo.

—Bien, mi trabajo aquí a terminado. Señorita Cheng, es bueno contar con una profesional que posee un estilo de diseño y ejecución, excepcional. Mejoré su técnica y quizás, se convierta en parte del personal de mi atelier, para una próxima colección.

—¡Muchas gracias! Por supuesto que corregiré mis errores y mejoraré—Responde con un exceso de énfasis. Armand se despidió y se retiró hacia al atelier.

—Acompáñeme, señorita Cheng—Con galantería, le mostré la salida—La llevaré a conocer a la persona que estará auxiliando en su cargo. Puesto que su nivel de conocimiento ha impresionado al propio diseñador en jefe.

—¿No tenía que firmar primero? —Cuestionó.

—Primero tú abogada debe revisar el contrato, que le fue enviado—Expreso Winter, sin despejar la vista de la pantalla de su celular. Me gusta lo honesta que es, al mostrar su desagrado por “La rata Dupon”—En cuanto lo apruebe, te lo enviaran a tú área de trabajo. Me marcho, tengo cosas que hacer—Mi amiga se acercó a mí y me besó cerca de la comisura del labio.

Marinette.

Lo que me faltaba, caerle mal al jefe y a su novia.

 ¡Nada de eso es relevante! ¡Fui aprobada por el diseñador en jefe!

Incluso se tomó el tiempo de darme consejos para mejorar ¡Fue un aprendizaje de primera, que no desaprovecharé! Daré lo mejor para defender mi puesto.

—Andando.

Agreste dio la orden. Salimos al pasillo y creí que iríamos por el área de perfumes, así que, con mi brazo cubrí mi nariz. Para mi fortuna, él se dirigió por otro sector, rumbo al ascensor.

El cubículo estaba solo. Me tensé, desde el momento que las puertas se cerraron. Me incomoda estar a solas con él.

Si intenta hacerte daño, le metes una patada en las bolas.

¡Por fin me sugieres algo coherente!

Porque, si te mata, me mata a mí también.

Muy chistosa.

—¿Cómo le va con su tratamiento? —Me dirigió la palabra, acompañado de su mirada altiva sobre su hombro.

Cómo si le importara.

—Bien, va muy bien—respondí. Él no dijo más, regresó la vista al frente.

Doy gracias a que la musica del ascensor, evite que estemos en un amargo silencio. El cubículo se detuvo y las puertas se abrieron… ¿Qué?

—Ni de broma bajaré.

—¿Por qué? —Soltó una fastidiosa risita.

—Este es el estacionamiento ¿Qué pretende? —Sujeté con fuerza las correas de mi bolso.

—Llevarte a tú lugar de trabajo.

—¿Lavando coches? Como que el chiste de las humillaciones está perdiendo su gracia.

—¿Humillar? Tremendo ego que se carga. Lavar autos deja buen dinero, si se hace un buen trabajo. Por supuesto—Dio un paso para evitar que las puertas se cerraran—En esta ocasión, no es el caso. La persona que apoyará cómo asistente tiene su atelier en esta zona. Acompáñeme y lo comprobará—Alzó las manos al salir por completo del ascensor.

Con desconfianza, salí del cubículo. Este es el estacionamiento subterráneo, es un espacio bien iluminado con algunos coches al fondo. Di un brinco, al girar a un costado; donde se aprecia una especie de edificación simple, con ventanas polarizadas.

Las casas abandonadas tenían mejor aspecto que esto.

¿Un atelier? ¿Eso es un atelier?

Agreste avanzaba sin responder a mis preguntas. No lo pensé mucho y decidí correr para seguirle el paso. Nos detuvimos frente a la puerta, él deslizó su tarjeta magnética para darnos acceso al recinto.

—Adelante—Se apartó con su sarcástica sonrisa.

Cautelosa avancé. El lugar estaría en total penumbra de no ser por una fuente que decora la entrada y está iluminada por luz artificial tenue. Es un detalle llamativo, pero no suaviza el pesado ambiente que produce, este sitio: Paredes color purpura y negro, que suprimen cualquier rayo de luz, hacia el interior.

Me abracé a mí misma en busca de calor, porque el aire acondicionado, está a punto de nevada.

—Hace mucho frio—Resalté lo obvio, con un ligero castañeo de dientes.

—Buenos días, Ferguson—Habló Agreste de repente. Con la mirada fija hacia el oscuro pasillo. Al fondo, se escuchan unos pasos aproximarse.

¡Avanza en nuestra dirección!

Si me detengo a analizar: tiene un atelier en el estacionamiento subterráneo, se mantiene en la penumbra…

¡Es un enano mitológico minero ermitaño de las profundidades del averno!

¡Me cortará la cabeza por invadir su territorio!

—Buenos días, Adrien. Le dije a tú asistente que las propuestas estarán listas el próximo lunes.

Mi piel se erizó por esa voz de trueno.

—No estoy aquí por eso. Pero ya que lo mencionas ¿Cómo vas con ello?

Mientras ellos conversan. Observó al morador del averno. Tendré que alzar bien alto el mentón si tengo que hablar con él. Es más alto que Agreste, por una cabeza.

Tiene la barba negra y trenzada hasta la clavícula. Cejas pobladas y ojos negros. Calvo y de piel pálida, con líneas de expresión marcadas, es delgado. Se ve bastante mayor, sin lucir viejo. Usa camisa de vestir con arnés de cuero en el pecho. Pantalones a medida y botas de combate, en tonos oscuros.

¡Tiene una especie de anillo en forma de garra, sobre su dedo índice!

—Quedo más tranquilo al saber que no tienes inconvenientes. Casi lo olvido. Te presento a la señorita Marinette Dupain Cheng—Agreste se hizo a un lado.

Por no prestar atención, no me di cuenta cuando habían dejado de hablar.

Al verme expuesta, el aterrador hombre centró su mirada sobre mí. Me oteo de pies a cabeza, con actitud juzgadora.

—Mucho gusto…—Tome el valor de decir ¿Mencionaron su nombre? ¿Cómo se llama? En busca de respuestas, vi a Agreste, que me ignoró por completo.

—Mi nombre es Ferguson Cooper—Di un respingo cuando él respondió.

—Mucho gusto señor Fer…

—Ferguson es el diseñador encargado de la linea para clientes privilegiados—interrumpió Agreste—Personas importantes que nos encargan colecciones exclusivas para su uso.

Atónita vi al misterioso diseñador. Había escuchado que las casas de moda de alto prestigio tienen una selecta linea de clientes privilegiados.

—¡Impresionante! —¡Está la oportunidad que estaba buscando! —Es un honor que me permita ser su asistente…

—¿Por qué? —Se dirigió a Agreste sin tomarme en cuenta.

—Armand la elogió. En fin. Tengo que irme; los dejaré para que se pongan al corriente.

—Esperé ¿No va a presentarme con el resto del personal? —Ruego que no sean tan antipáticos cómo el vikingo gótico.

—Yo soy el personal de toda el área—Asustada, lo escuché responder.

Oh no, esto no puede ser cierto.

Juleka de recursos humanos le avisará cuando enviará el contrato para la firma. Con permiso—Agreste se marchó.

Di media vuelta en cámara lenta, al sentir la pesada mirada de Ferguson.

—Yo…—Mantén la calma, que él, es tú superior—Disculpe ¿Cuál será, mi espacio de trabajo?

—Sígueme—Dio la vuelta y avanzó por el tenebroso pasillo. No alcancé a dar cinco pasos, que tropecé cayendo sobre la alfombra—Fíjate donde caminas—advirtió sin voltear, siguió su camino. Me levanté incomoda por el golpe en las rodillas.

Tuve que apoyarme en la pared para conseguir avanzar en la oscuridad. Mis ojos poco a poco se acostumbran a la tenue iluminación que se vislumbra al fondo. El final del pasillo me condujo a un espacio muy amplio: con máquinas de costura antiguas, maniquís y varios estantes inmensos que cubrían cada rincón de este sitio.

Este sitio contrastaba con el estilo minimalista del edificio principal. Estantes polvorientos, muebles y mesas rústicos con paredes de ladrillo visto.

—No imaginaba un lugar tan increíble—Exclamé, maravillada con todos los implementos del rubro de la confección antiguos. Ferguson no respondió, estaba en su mesa de trabajo, cortando unas telas—¿Usted se encarga de los diseños? —Se mantuvo con la boca cerrada—¿Hay algo en lo que pueda asistirlo?

—No.

—Pero…me dijeron que seré su asistente.

—Entonces guarda silencio. Tú parloteo me desconcentra.

¡Que grosero!

No me quedaré todo el día callada y sin hacer nada. Necesito demostrar que soy de utilidad o me despedirán.

—Este…disculpe. Algo tengo que hacer—Insistí. Él se enderezó y se dio la vuelta para verme a la cara, con actitud repelente.

Si te acuerdas de que aquí, nadie podrá escuchar tus gritos.

Mejor debí quedarme callada.

Ve al piso de suministros textiles. Pide que te den un rollo de terciopelo verde—Extendió su mano, tenía un papel. Me acerqué prudente a tomarlo. En cuanto lo tomé, él regreso a su trabajo.

—¿Dónde queda suministros?

—Pregunta en la recepción.

Ok, esto es una tarea, así que mejor me pongo en marcha.

Salí a trompicones del atelier y usé el ascensor para llegar al primer piso.

—Disculpe ¿Dónde queda suministros textiles?

—Piso diez—informó la recepcionista, entregando unos paquetes al mensajero. Le agradecí y corrí hasta el ascensor. Me colé entre el grupo de gente que se aglomeraba para subir.

Es de mala educación, pero tengo prisa.

Presioné el piso diez y esperé un largo rato, porque el ascensor se detenía a cada tanto, para bajar a los empleados. Todo mundo anda muy apurado, así que, cuando llegué a mi destino, bajé sorteando el mar de personas dentro.

Los ventanales que rodean los pasillos brindan una iluminación natural, que aviva los colores que decoran este piso. Lo que me preocupo, fue toparme con varias puertas y corredores que asemejaban un laberinto. La gente corre con muestrarios y documentos.

—Perdone—Un tipo me ignoró—Disculpe, donde…

—Tengo prisa.

¡Esto es imposible!

Busqué un cubículo de información para guiarme, porque no entendía el mapa guía en la entrada. Pero no encontré nada similar.

Mi primera tarea y estoy fracasando.

¿Marinette? —Una voz familia me nombró.

—Rosita—Encontrarme con ella me trajo alivio—¡Qué bueno que estes aquí!

—Lo mismo digo, Marinette ¿Cómo estás? ¿Trabajas en esta área? ¡Sabía que reconocerían tú talento!

—Bueno…no trabajo en esta área. Perdona, es que…necesito ayuda. Me enviaron por un suministro de tela y no encuentro donde solicitarlo.

—Ya veo, haberme dicho antes. Ven, te llevaré a despacho.

—Muchísimas gracias.

Nos adentramos entre varios pasillos de no ser por ella me habría perdido. Ella desbloqueó algunos accesos con su tarjeta de empleada. Por fin llegamos al área de despacho de suministros. Me decepcionó un poco, pues solo había una ventanilla.

Quizás ahí se hace la solicitud.

—Disculpe—Rosita y yo, nos paramos frente a la ventanilla, donde una chica estaba sellando unas facturas—Necesitaba un rollo de terciopelo—Le iba a pasar el papel con el pedido, pero ella interrumpió.

—¿Trabajas aquí?

—Si…

—Préstame tú tarjeta de identificación.

—¿Tarjeta de identificación? No tengo una…apenas hoy entre a trabajar.

—¿Puede usar mi tarjeta? —Rosita consultó a la recepcionista, que aceptó. Le di las gracias con ojos de borrego.

—¿Traes el nombre y código de la tela? —Me apresuré a extenderle el papel; ella lo leyó y de la nada, comenzó a reir a mandibula batiente.

Rosita y yo cruzamos miradas, extrañadas por la jocosa y exagerada risotada.

—¿Qué es tan gracioso? —Inquirí, incomoda porque otros empleados se acercaron a la mujer y se rieron igual o peor que ella, cuando les dejó ver el papel.

—¿Sabes leer? —No me dio tiempo a responder, mostrando el papel en cuestión.

Terciopelo cod. 3.1416

Al terminar de leer, me sentí la persona más estupida del universo.

—No necesitas venir a solicitar el material aquí, basta con que llames por la linea directa, para que lo enviemos—Informó uno de los empleados, en medio de carcajadas. Le devolvió la tarjeta a Rosita—Lee el manual, antes de tomar órdenes.

Me aparté de la ventanilla, humillada por no haber revisado ese dichoso papel. Es obvio que Ferguson lo hizo para deshacerse de mí.

—Marinette, no sabía que había una linea directa—Rosita me dio alcance—Fueron unos groseros. Como si ellos no estuvieron de este lado antes.

—Gracias por ayudarme. Nos vemos después, tengo que ir a leer el manual—No tenía animos de hablar con nadie. Me alejé de ella en cuanto salimos de los pasillos y fui directo al ascensor. Me daba lo mismo espera para subir.

Me siento fatal.

Lo siguiente fue en automático: Pasé a la recepción tras bajar al primer piso. Pregunté en que piso estaba el taller de Ferguson. La empleada me vio con compasión y me indico el número, seguido me entregó una tarjeta temporal, para acceder.

Llegué al oscuro y frio atelier.

—Disculpe el código que me…—Sobre su mesa de trabajo tenía extendido un rollo de terciopelo verde. Fue una bofetada de guante blanco—¿Sabe dónde puedo leer el manual de la empresa? —Sin verme, señaló una computadora en una sombría esquina—Gracias.

Ni te molestes en leerlo, es obvio que eres una buena para nada.

Me senté en el modesto cubículo y agradecí quedar a espaldas de él. Para llorar en silencio, mientras leo la visión y misión de Gabriel´s.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

¿Cómo estuvo tú día? —Cherry Hair me preguntó, al salir del estacionamiento subterráneo. Tras finalizar mi nefasto primer día.

—Bien. Firmé el contrato que Brid aprobó.

—¿En qué área estás? —Maniobraba el volante, por los callejones para evitar el tráfico.

—Estoy…de asistente para el diseñador de la linea exclusiva de la marca.

—¡Oye, felicidades! Al llegar a casa le llamaremos a Brid y el resto para contarles ¿Qué tareas hiciste en tú puesto?

Ser una fracasada.

—No mucho, apenas estoy leyendo el manual de cómo funcionan las cosas en el edificio y, en el área que me encuentro. Tengo que conocer la empresa para hacer bien mi trabajo.

—Conocer tú lugar de trabajo es importante ¿Qué tal la hora del almuerzo?

—Bien, almorcé liviano. Por los nervios del primer día y eso.

Por qué no le cuentas que almorzaste en el estacionamiento, por miedo a entrar a la cafetería.

—Con los días te acostumbraras a la rutina. Te prepararé una…

—Dormiré un rato. Tanto leer me dejó exhausta.

—Ok, pero el trayecto a casa es corto. Una ventaja de vivir en el centro.

Me reí por compromiso de su comentario. Fingí dormir lo que duró el recorrido, al llegar a nuestro destino entramos por la cocina. Cherry Hair quería hablar más del tema, pero me excusé diciendo que tomaría un baño para después cenar y hablar un rato.

Al entrar a la habitación, no sé por qué, me dio por enviar un único mensaje.

Honey_5:45pm:   Fui aceptada.

Le dí enviar y dejé el celular sobre la mesa. Escuché que timbró una notificación, sin embargo, no quiero responder, solo quiero meterme en la bañera.

El tiempo transcurrió con calma, para las nueve de la noche ya había cenado; conversé un rato más con Cherry Hair de su día. La videollamada con mis amigos no se realizó. Todos estaban ocupados y yo los comprendí.

Sus mensajes de apoyo eran suficiente para mí.

Así es más facil sostener la mentira.

Me disponía a ir a dormir. Agarré el celular para programar la alarma de rutina, porque siempre, una pesadilla termina por despertarme. Mientras revisaba me encontré con la notificación de mi número secundario y desplegué el chat.

Emmerich_5:46pm: El ogro te contrato.

Su mensaje me hizo mucha gracia.

Adrien,

Salí de la ducha después de treinta minutos de un relajante baño. Estaba exhausto. Estuve todo el día ocupado con los pendientes de la empresa y el atelier.

Tuve que traer varios informes a casa para revisarlos. Con tantos cambios; es complicado acoplarme a la nueva rutina de inspecciones por parte del Consejo de Trabajo y los nuevos empleados.

Al menos la rata no fue un inconveniente. Le doy tres días para que se harte de Ferguson.

Tiene puntos por obstinada.  

Mi celular vibró en el buró, lo tomé, mientras me secaba el cabello con la mano libre.

Honey_ 905pm: No respondí antes, porque estaba ocupada. Sí, él ogro me contrato, fue un día difícil ¿Cómo estás? ¿Qué tal estan tus animos, después de lo que hablamos el sábado?

Debo reconocer que, ella es muy considerada. Sin embargo, llama mi atención la palabra “difícil”.

Me recosté sobre la cama para responderle.

Emmerich_9:07pm: Aun estoy procesando lo que pasó con mis padres. El ajetreo de mi día mantuvo mi mente dispersa del tema. Tú día estuvo difícil ¿Por qué?

Honey_9:08pm: Una mente ociosa, piensa cosas malas. Estar ocupado en un punto a favor. No quiero minimizar lo que sientes, es que, a veces es abrumador y es mejor tomarlo con calma.

Comenzamos a chatear de cómo ella se sintió en su primer día. He leído un poco sobre la depresión: decia que, en ocasiones, sufren bajones emocionales que los hacen estancarse; no porque ellos quieran, sino porque su trastorno los limita. A medida leo lo que Honey escribe en sus respuestas, notó algo de resignación.

Está conforme a no avanzar más allá de su zona de confort en su trabajo. No, la palabra no es conformismo, es otra cosa. Pero, por mensajes no nos entenderemos. Mis hipótesis están basadas en lo que interpretó de su redacción, además, estoy muy relajado después del baño.

Emmerich_10:45pm: ¿Podemos vernos mañana a las seis treinta de la tarde?

Honey_10:46: ¿Urbex nocturno? No creo poder. Llego a casa a las cinco y media; me voy a la cama temprano, porque debo trabajar al día siguiente.

Excusas Honey, henos aquí desvelados en el chat.

Emmerich_10:48pm : No haremos urbex. Iremos a dar la vuelta a los suburbios de París. Prometo regresarte sana y salva.

Honey_10:49pm : Ok, confió en tú palabra.

Emmerich_10:45pm : Nos vemos mañana a las seis treinta, dónde siempre. Descansa.

Con eso finalicé el chat. Mi cabello ya estaba seco; así qué, me quité la bata y me metí a la cama a dormir.

Marinette

Al día siguiente, perezosa me levantó. No tengo animos ni de hacer calentamiento, o algún otro tipo de ejercicios. Me siento fatal. Tampoco es que pueda faltar, apenas y he comenzado, cómo para estar pidiendo permisos.

Otro día para lamentar.

Creo que no debí chatear hasta tarde con Emmerich…no puedo negar que fue ameno hablar de lo que me aqueja.

Así no preocupó a Cherry Hair, ella ya ha hecho demasiado por mí.

Tomé el celular y vi que eran las cuatro de la mañana… ¿Una notificación de mis padres? Me apresuré a abrir el chat.

Mamá_4:02am: Hola corazón, espero estes bien. Acabamos de regresar del crucero. Nos avisas cuando podemos marcar.

Me quedé un rato analizando el mensaje. Ellos preguntaran por mí y él…Tendré que decirles que ya no estoy con él.  

Estoy cansada de evadir decirles la verdad.

Con las dudas asaltando mi cabeza, fui a la cama de Cherry Hair, porque necesitaba apoyo para no retractarme y hablar con mis padres.

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Hablar con mis padres, fue una purga emocional. Ayudo mucho que Cherry Hair estuviera conmigo, para no quebrarme. Fue difícil por la reacción de ellos: culpa, frustración y arrepentimiento. Aun así, accedieron a darme un tiempo para poder visitarlos a futuro en Londres y respetaron mi decisión de no venir a Paris.

Todo es un desorden, no tengo cabeza para recibirlos en mi estado tan voluble. Minutos después me preparé para ir al trabajo.

La jornada en mi laboral fue…peor que ayer. Terminé de leer el manual y le informé a mi superior que tomaría un descanso, a lo que no respondió.

Cuando regresé él estaba cosiendo unas piezas de tela en el maniquí.

—¿Puedo asistirlo?

—No.

—Yo…

Anda, dile algo, para que te envié a buscar una engrapadora hasta la fábrica de otro país.

Después de lo de mis padres, estaba muy sensible, así que mejor no le di vueltas y fui por un trapo al compartimiento de limpieza. Al menos podía ser de utilidad limpiando.

Resumen de este día en el trabajo…FATAL.

Adrien.

Cuando llegué a mi oficina, Ondine ya me esperaba con agenda en mano, leyendo las horas y nombres de las personas con las que debía reunirme. Para una posible colaboración con la marca; era obvio que iba a rechazar una gran parte de las propuestas, porque Gabriel´s no hace trato con compañías de baja calidad.

No tuve un solo minuto de paz en todo el día, incluso aprobar celebraciones temáticas en boga para los resorts de Italia. Revisar y autorizar compra de insumos para abastecer el inventario de materiales del atelier.

Winter apareció muy poco en mi oficina, nada más para consultarme por artículos para la fiesta de cumpleaños. No me emociona en absoluto ese tipo de cosas, accedo a participar en dicha celebración, para atraer a personas importantes y negociar o acordar reuniones con ellos. Para disimular la verdadera razón, Winter invita a uno que otro empleado de alto rango dentro de la empresa.

Además, de que otra forma puede mostrar el poder adquisitivo que tengo cómo CEO. Mantener la reputación cómo el Demonio de Paris.

Sin embargo, hay algo en este día, que lo convierte particularmente, distinto. Por eso me esmeré en terminar todos los pendientes para ir a casa temprano y cambiar mi ropa para salir.

Caracterizarme cómo Emmerich en tiempo récord.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Al dar las cuatro de la tarde, me encontraba finalizando mi jornada. Gracias a mi bebé, estuve en media hora en mi château. Tomé una ducha y me vestí con una camiseta beige, sudadera naranja y comandos verde oscuro. El camuflaje perfecto. Agarré mis gafas y las llaves y fui por la motocicleta para partir rumbo al centro.

—Hola, me da gusto verte—Honey tenía puesto un overall dress azul con holanes, una blusa blanca manga larga, medias blancas, zapatos, boina y bolso rosa. Con su cabello azul y mechas lila suelto.

Es hermosa.

Hola, lo mismo digo ¡Anda! —Le lancé el casco—A donde nos dirigimos, está a quince minutos de aquí.

—¿Puedo saber cuál es ese lugar? —Dijo, asegurando el casco.

—Le Parc de Bagatelle.

—Suena interesante.

Dicho esto, partimos hacia nuestro destino. Elegí ese lugar porque es acogedor y tranquilo para conversar. Rodeado de hermosas rosaledas, huertos y el castillo Bagatelle.

Para cuando aparcamos, antes de entrar, compramos unas crepas saladas para comer, mientras caminábamos por los pintorescos senderos de Le Parc de Bagatelle.

—Paris me sigue impresionando cada vez más. Tiene muchos lugares maravillosos.

—Hay muchos parques que, por estar lejos del centro, son menos visitados.

—Eso veo—Noté su estado de ánimo apagado. Normalmente es una urraca graznando de la emoción—¿Cómo llevas lo de tus padres? —Aun así, es consciente de lo que aqueja a otros.

Otra vez no se está priorizando.

—Desde el día que conversamos, notó cosas que antes no evidenciaba. Estoy asimilando que no tendré las respuestas de todo, respecto a qué pasó para que terminara consumiendo drogas. Olvidé mencionar que ella se casó de nuevo y que su pareja le proveía de esos venenos. No sé qué fue de esta persona, he escuchado rumores que tiene una vida miserable. Nada que me importe de este.

—¿Has pensado ir a terapia? Es un golpe duro ser consciente de las cosas, así de repente.

Ya veo, cuando Honey está desanimada, le da por ser directa.

Interesante.

—Mencionaste que vaya un día a la vez. Tampoco estoy desesperado, digamos que, estoy asimilando mi perdida. Consiente del dolor y de lo que implica.

—Entiendo.

Apagada y antipática ¿Es lo que produce la depresión? O es mera indiferencia.

Ven—La tomé de la mano y la conduje a uno de los jardines, para sentarnos en una banca, delante de un muro de arbustos—¿Me dirás que pasa contigo?

—No pasa nada…

—Estás muy callada. Cosa rara en ti, porque cada que visitas un lugar nuevo, hablas maravillas del sitio y quieres visitar cada rincón de este.

Honey apartó la vista de mí, su fleco ocultó sus ojos. Sus manos apretaban su falda.

—Fui contratada y ya van dos días en los que me siento inútil—su tono es neutro—Me aplicaron una novatada el primer día. Me entregaron un código erróneo para solicitar material…se supone que debo reírme, mientras los otros empleados lo hacen; porque me estaban humillando.

—Las novatadas son el pan nuestro del primer día de much…

—Estaba ilusionada—Su voz se quebró—Porque iba a ser útil para mi supervisor. No me hizo la menor gracia que me denigrara de esa forma—Se notaba su frustración—Sabes…para cuando regresé a su espacio de trabajo, él tenía sobre su mesa el mismo material que me envió a buscar.

Quizás esto fue un detonante cómo lo indicaba el texto que leí.

—¿Cómo te hace sentir? —Formulé la pregunta, que recomendaba en estos casos.

—Que no estoy lista.

—¿Lista para qué?

—Par este trabajo. Es que…si no puede deducir que eso era una novatada ¿Qué haré cuando sea algo serio? Una orden inmediata, un trabajo que entregar contra reloj. No estoy lista para un cargo tan importante, no tengo lo que se necesita para esto.

Aunque ella no menciona el cargo, entiendo a lo que se refiere.

No estarás lista, si no consigues experiencia—Noté un estremecimiento en sus hombros, aun no levanta el rostro—¿Estudiaste para el cargo que te asignaron?

—Si, pero no es lo mismo. Hace un año que no ejerzo como es debido. Si trabajo para clientes pequeños, pero no para las grandes ligas—Repiqueteo sus zapatos sobre la baldosa—¡Es frustrante! Tengo la oportunidad y me aterra. Mi superior no me toma enserio, no hago más que estar callada todo el rato, viéndolo trabajar.

—Has probado decirle…

—Le he dicho que si puedo ayudarlo en algo y me manda a callar al rincón. Hasta él se dio cuenta, que, no valgo cómo profesional.

Parece que se estuviera compadeciendo, pero, por sus acciones, se nota que esta asustada, frustrada, con una nula confianza en sí misma.

Las oportunidades no llegan en bandeja de plata—Fui directo—Debes demostrar de que estás hecha, a personas que probablemente, llevan años ejerciendo.

—No sé si estoy lista—condicionó.

Has contado que terminaste tú carrera y que un error te hizo enfermar y complicar las cosas—Le refresqué la memoria, de lo que me dijo en el ático el otro día—Por la mirada de incredulidad que me das, veo que ahí está tú problema.

—Si, es uno de los motivos—Por unos segundos, me vio, pude ver la angustia en su mirada—Tengo miedo a fallar—Apartó su rostro para enfocarse en el piso.

—Pasaste la evaluación para ser contratada—Ella asintió, estiré mis brazos para dejarlos detrás de mi nuca—Pero te has topado con alguien que parece que, no acepta novatos ¿Eres una novata?

—Por supuesto que lo soy.

—Trabajas para pequeños clientes, que si bien no estan probablemente a la altura de tú nuevo cargo, son una base que sustenta tú experiencia y conocimiento. Lo que no puedas hacer, lo irás aprendiendo o en su defecto, corrigiendo. Pero para conseguirlo, debes demostrar que eres la persona que tú superior necesita. Tienes que alzar la voz y reclamar esa oportunidad.

—¿Si fracaso?

—¿Y sí no? Si demuestras que estas dispuesta a aprender a, trabajar para corregir tus fallos y avanzar—Honey me ve atónita—Estás tratando tú padecimiento, un día estarás mejor, pero mientras eso ocurre, deber sortear este desafío y mantenerte firme—Antes que refutara proseguí—Eres una persona muy curiosa, atenta ¡Podría pasar minutos diciéndote la increíble persona que eres! Sin embargo, falta que te lo creas, que lo vivas.

—Emmerich… ¿Eso piensas de mí?

—Si. De otra forma, no te hubiera invitado a ser parte de mis expediciones.

A Honey le cambio la cara, sonrió de boca cerrada, sus ojos lucen diferente…parecen tener un extraño brillo.

El sonido de una notificación me distrajo. Saqué este para encontrar un mensaje de Winter, acordando ir a la prueba de pasteles y banquete de la fiesta.

Le marcaré después, porque me acabo de percatar por la hora, que Le Parc de Bagatella está por cerrar.

—Eres una agradable compañía—Añadí, mientras me ponía de pie y guardaba mi celular—No sentí el tiempo pasar. En fin, debo regresarte sana y salva al punto de encuentro.

—Si…por supuesto—Honey no dijo más, esa rara sonrisa no se le borra del rostro.

Un día me acostumbraré a sus repentinos cambios de humor.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Conduje de regreso en la motocicleta, cómo no era u tramo largo, Honey decidió viajar en la parte de atrás, abrazando mi cintura. Ojalá este de buen ánimo.

Esa lucha consigo misma no le hace bien.

—Hemos llegado—Descendí de la motocicleta y le ayudé a bajar—Dudo mucho verte antes del fin de semana.

—Oh, descuida, te veo hasta entonces—Dijo. Eso me sonó a despedida asi que di la vuelta para sentarme y llamar…—¡Emmerich! —Ni bien giré, Honey se abalanzó para abrazarme por el cuello, mi reacción fue abrazarla para que no cayera—¡Muchas gracias! —Su muestra de afecto, era cálida y reconfortante—Gracias por decirme lo que piensas de mí y, por darme valor.

Es extraño, su gratitud me hace sentir raro.

Un día a la vez—conseguí decir. Ella se apartó y la ayudé a bajar.

Resentí que se rompiera esta…extraña atmosfera.

—Un día a la vez—pronunció. Su sonrisa es preciosa—Avísame cuando estes en casa—Dicho lo anterior, salió corriendo por las calles de siempre.

Dobló la esquina y no la vi más…

Aun así, no dejó de sonreír cómo un idiota.

 

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola invocadores e invocadoras. Por fin puedo decir, que este es el final del segundo arco de El Hada de las Costuras. Gracias a mi Beta reader que me ayudó a organizar las ideas.

Adrien le está moviendo el tapete, esa veinteñera de vestimenta cute XD.

Este fue uno arco de muchas emociones y situaciones que llevaron al borde a nuestros protagonistas. Usando alter egos para escapar de la rutina y caminar libres sin el asedió de la prensa. Eso nos lleva a la duda que asalta está dinámica tan curiosa entre ambos…

¿Qué pasaría, si descubren quién está detrás de ese alter ego?

Pronto les daré a conocer el nombre del tercer arco, con su respectiva ilustración.

¿Qué les depara a nuestros protagonistas?

Muchas gracias por su paciencia, apoyo y recomendaciones de mi fanfic.

Nos leemos pronto.

Chapter 28: Voluntad

Notes:

NOTA: Este capitulo es sumamente extenso, tomen el tiempo necesario para leerlo y hacer las pausas debidas, para que no pierdan detalle de los acontecimientos. Recordarles que en este capitulo, se introduce el narrador omnisciente, para que no se confundan, está al inicio. 

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

 

 

Sabrina veía con desagrado su reflejo en los tres espejos que la rodeaban. El vestido de tirantas color blanco y estampado de girasoles en la falda, no era el problema. La pelirroja aborrecía con todo su ser usar ese tipo de prendas.  No se sentía ella, si usaba vestidos o faldas con patrones de flores. Extrañaba sus shorts y todo tipo de pantalones que le resultaban más comodos.

—¡Sabrina mira lo bien que te sienta el amarillo! —Sabrina vio a su novia tomarle varias fotos. Ella se veía emocionada y no se atrevió a expresar lo mal que le sentaba llevar ese vestido puesto.

—Gracias Chloe…ni bien lo vi quise probarlo.

—Te vez increíble. Estás perfecta para que salgamos de compras a las mejores tiendas de Londres.

—¿Compras? Ayer fuimos a comprar.

—Nunca es suficiente.

—Si planeamos caminar, mejor llevo otra ropa—Sabrina salió del closet que ambas compartían en la habitación.

—¿Qué? No—Chloe se sentó frente al tocador para aplicarse un nuevo maquillaje—La gente comienza a replicar nuestro estilo. Muchas parejas de chicas usan atuendos similares. Aunque no nos igualan en belleza…

—¿No quieres probarte este vestido? —Sabrina sugirió en una pregunta. Un intento desesperado por invertir lo papeles—Yo puedo usar un atuendo tuyo…eso pantalones que el otro día dijiste que no te gustaban…—Chloe rio y eso confundió a Sabrina—¿Cariño?

—Los vestidos no son para mí.

—Pero antes los usabas y te encantaban.

—Ahora ya no.

—Anda pruébate este vestido u otro de los que tengo…

—¡Dije que no!

Sabrina, guardo silencio, su novia nunca le había alzado la voz.

—¡No puedo creerlo! Vez lo que provocaste—. Chloe se aproximó a y, ella no sabía cómo reaccionar—Amor, tú usas vestidos y yo pantalones ¿Te molesta eso? ¿Quieres que parezcamos hermanas en lugar de una pareja? ¿Te avergüenza que nos vean juntas como novias? Si es así, bueno, dame tú vestido y vamos las dos iguales…Tanto que nos costó salir a la luz con nuestra relación…En fin, anda dame uno de tus vestidos.

Sabrina se sintió culpable, estaba armando un conflicto por un simple atuendo. Peor cuando notó como su novia limpiaba sus lágrimas. Sin dudarlo corrió para abrazarla y, besarla con desespero.

—Soy una tonta—decía Sabrina en medio de los besos—Perdóname por ser tan insensible…si quieres llevar este tipo de ropa está bien, yo usaré lo que le combine mejor…

—Haces que parezca egoísta de mi parte…llevaré lo que digas. Qué más da que nos veamos como amigas—dijo, con voz lastimera.

—Cariño de verdad lo siento. Por favor no discutamos por esto—Sabrina se apartó para ver a los ojos de su novia—No volveré a tocar el tema nunca más.

—Lo prometes.

—Lo prometo.

—Bien —Chloe le sonrió y regresó al tocador—Olvidé mencionar porque iremos de compras—Ella siguió maquillándose. Para alivio de Sabrina, que estaba contenta—Vamos a reunirnos con Dimitri, el productor este…es famoso por realitys de parejas.

—¿Dimitri? ¿Reality? —Sabrina se dirigió al costado del tocador—¿Cómo?

—Somos la pareja del año. Cómo ya lo sabes y él va a producir un reality sobre nuestra historia de amor.

—¿Raality? ¿Aquí, en nuestro apartamento?

—Cariño, sabes cómo se graban esos programas. Los episodios guionizados, la casa falsa con miles de camaras. Los confesionarios previamente grabados.

—Pero…

—El sábado de la siguiente semana harán unas pruebas, para aclimatar esa casa con cosas nuestras. Por eso iremos de compras.

—¿Recuerda que es el cumpleaños de Adrien? Tenemos que asistir—Sabrina estaba otra vez desesperada, no planeaba exponer su vida privada al morbo del público.

—No vamos a degradarnos, yendo al mismo sitio al que el inutil de Adrien, llevará a la zorrita Cheng—Chloe se levantó— Es más, a modo de disculpa de “parte de él”, recoge todas las prendas de Gabriel´s del armario, vamos a botarlas a la basura.

—¿Chloe, no te parece exagerado? Esto del reality, el no asistir a una de las fiestas más esperadas de la farándula…—Sabrina de nuevo guardo silencio, ante la mirada lastimera de su novia.

—Lo hago por nosotras, el reality es para mostrar que nos amamos y no asistir a esa fiesta, es para que no nos incomodemos al estar en el mismo sitio, que la homofóbica de Cheng ¿Hago mal por velar por nuestro amor?

—Yo…me equivoqué de nuevo—Ella se sintió mal, otra vez estaba arruinando los detalles de su novia—Iré a buscar la ropa de Gabriel´s para tirarla—Tomó un cesto de ropa sucia.

—Me parece estupendo, así tendremos más espacio para las compras. Deja llamo a nuestra mánager para que nos acompañe. Cargaré el celular para tomarnos muchas fotos…

Sabrina escuchaba la voz de su novia, enumerando un sinfín de actividades, se dijo para sí, que Chloe solo buscaba lo mejor para ambas, que no tenía por qué renegar de sus decisiones.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Bridgette terminó de teclear el último dato que complementaba su lista de posibles sospechosos y, locaciones para que sus investigadores fueran a dar un vistazo.

El caso por investigar sería sobre la difamación y libelo por parte de Chloe Bourgeois y Sabrina Roinconprix, las autoras intelectuales de las persecuciones y acoso en redes sociales contra Marinette, así mismo por difundir un capítulo del reality que fue editado para perjudicar la carrera de su amiga.

—¿Terminaste? —Félix ingresó al despacho de su esposa, llevando dos copas de vino tinto.

—¡Si! Tengo todo en orden para que mi equipo comience las investigaciones y entrevistas mañana mismo—explicó, al mismo tiempo que tomó la copa que le ofreció su esposo y, la bebió de un solo trago.

Félix vio el folder con varios papeles en el escritorio de ella. Abrió el documento, topándose con el nombre de las principales sospechosas.

—Brid, estas personas son muy peligrosas—dijo, hojeó el resto de los papeles con atención—Harán papilla con tú posición de abogada, si haces un movimiento en falso. Basta ver lo que hicieron con tú amiga—Félix no tenía intención de intimidar a su esposa. Estaba más bien, intrigado por saber la razón que la hacía tomar ese caso.

—Félix, mi mejor amiga la pasó terrible por culpa de esas dos. Sus mentiras, compra de voluntades y demás artimañas para amedrentarla fueron demasiado lejos—Brid habló no con rencor, sino con sed de justicia, cosa que su esposo no pasó por alto—Acabaron con su carrera aquí en Londres y no contentas con eso, llamaron a todas las casas de moda de Paris, para que no la contrataran. Eso es jugar muy sucio. Mi amiga no merecía que se ensañaran de esa forma con ella. Marinette era una chica llena de vida, buscando una oportunidad y esas mujeres se la arrebataron.

—¿Qué obtendrías a cambio? —inquirió, sin dejar de leer los documentos—Tu amiga no cuenta con mucho efectivo para costear tus honorarios.

—Me será suficiente el prestigio que ganaré, al probar su inocencia. Nada me hará retroceder, contra personas injustas. Lo sabes—Bridgette sonrió divertida, pues recordó el primer encuentro con su esposo en la escuela de Kung Fu de su abuelo.

—Lo sé muy bien—Le devolvió una sonrisa galante—No tengo más opción que apoyarte—Él apuntó con su dedo el reporte de Brid—Por ejemplo, aquí dices que hubo dos personas involucradas en el ataque de la cafetería, una en Londres y otra en Paris.

—Si—Se acercó a leer el detalle que su esposo mencionó.

—Hay un tercero.

—No puede ser. Chloe es una sospechosa, y su contacto en Gabriel´s aún es un misterio que espero la investigación descifre…

—Está persona probablemente este más limitada, en recursos—añadió.

—Félix comienzas a confundirme.

—Primero—Félix agarró papel y lápiz, para trazar un diagrama— Chloe no puede ser el contacto en Londres, del atacante de la cafetería. porque ella tiene poder para obtener información y amenazar personas muy amplio. Prueba de ello es que, con unas llamadas, las casas de moda se negaban a contratar a Marinette.

—Tienes un punto ahí—Bridgette leía atenta lo que su esposo trazaba en el papel—Continua.

—Chloe actúa sin temor a exponer sus intenciones, camufladas de “advertencias”. Pero, nn ataque directo hacia su víctima, como lo fue el tema de la cafetería, sería imprudente de su parte. Pero no para alguien desesperado.

—Chloe apareció en un comunicado de prensa…

—Le pidió a Marinette que no regresará a Gabriel´s…

—Era su cuartada.

—Si ese fuera su intención ¿Por qué le daría la dirección a los paparazzi para asediar a tú amiga? Brindando con ello la oportunidad que Marinette contara su versión ¿Dándole visibilidad?

Bridgette notó los cables sueltos. Chloe no actuaba por impulso, lo hacía con cautela, cubriendo sus espaldas. Para propinar ataques certeros.

—Estoy captando tú punto, pero hay algo que no embona y no logró descifrarlo. Es cierto, que el sospechoso o sospechosa en Paris; se desesperó cuando demandamos a los involucrados y fue tras el falló a favor de Marinette que, dio a los paparazzi la ubicación de la casa de ella.

—Si se tratara de Chloe, teniendo los recursos, habría dado con el paradero actual de Marinette en la ex mansión Agreste.

—¡Cómo no me di cuenta! —Bridgette tomó el esquema de su esposo, leyó y conectó las hipótesis—No solo Chloe quiere a Marinette fuera, pero ¿Cuáles son los motivos que impulsan a estos terceros? Tengo que averiguar de quiénes se trata—Y una hipótesis surgió—Quiere decir que quién estaba en Londres y su contacto en Paris, son dos personas desconocidas…dos sospechosos por descubrir. Le pediré a mis amigos que estén atentos en Paris. Estos sospechosos no estarán conformes con el nuevo cargo de mi amiga.

—Tienes el detonante, solo falta que salgan de su cloaca y se expongan.

Marinette.

Llegué corriendo a la parte trasera de la mansión. Las palabras de Emmerich me brindaron otra perspectiva.

Me adentré hasta llegar a mi habitación, Cherry Hair aun no regresa de la cena con Max.

¡Perfecto!

Me deja un buen margen de tiempo para pensar. Di un vistazo desde la puerta al taller de costura ¿Qué podría hacer para que Monsieur Ferguson me consideré su asistente?

Terminé por ingresar a mi pequeño atelier, dando vueltas por cada recoveco en busca de un motivo que me haga destacar. Tomando en cuenta que él es un diseñador talentoso y organizado con sus materiales de trabajo, pero muy descuidado con el aseo del lugar. Lo que significa que se concentra tanto en lo que hace, que ignora su alrededor.

Ahora resulta que eres experta en perfiles psicológicos.

¡Por supuesto que no!  ¡Estoy haciendo “suposiciones!

{Eres una persona muy curiosa…}

Eso dijo Emmerich de mi… ¡Eso es!

Fui por mi portátil y digité en el buscador el nombre de mi superior. No existe mejor forma para encontrar información, que indagar en internet. Tras digitar su nombre, me aparecieron una serie de páginas y noticias referentes a su persona.

Abrí los enlaces y mostraban algunas fotos, supongo de él, usaba boina y lentes claros y redondos, se le ve más joven y no luciendo una vestimenta tan rígida, y con un porte menos siniestro, tampoco lleva barba, luce una apariencia… normal.

Noté que la fecha de los artículos es de hace diez años. Seleccioné el link de un periódico parisino. Era una reseña sobre la exitosa colección del diseñador Gabriel Agreste y la participación de su asistente de diseño y producción…” Ferguson Cooper, un londinense con un talento que iguala por poco, a su jefe”

¡Esto lo convierte en un diseñador de alto prestigio! Estar casí al nivel de su jefe, habla bien de su trabajo.

Me detuve a observar la fotografía. Monsieur Ferguson se ve que estaba muy feliz al lado de Gabriel Agreste.

Un segundo…

El local del fondo me es familiar… ¿Dónde lo he visto? Mejor amplio la imagen. Ahora que puedo apreciar la estructura, alcanzo a notar el letrero de Gabriel´s. Rapido abrí otra pestaña y digité la consulta “Edificio de Gabriel´s, hace diez años”

¡Esto es increíble!

La primera imagen que saltó a la vista, pertenece a la fachada de la casa de modas de aquella época ¡Es el atelier subterráneo! ¡Cómo es posible! Eso significa que las nuevas instalaciones se construyeron sobre el antiguo edificio.

Hay otras imágenes del interior del lugar: Los estantes, máquinas de cocer, maniquís, la fuente y el pasillo bellamente iluminado…son los mismos que el atelier de Monsieur Ferguson. No cabe duda alguna, es el antiguo atelier de Gabriel Agreste.

Ok, tuve que levantarme y dar vueltas alrededor de la silla. No echaré a cuento algo que no es…pero es imposible que sea una extraña coincidencia ¿Por qué alguien conservaría todo eso? Los edificios actuales de Gabriel´s estan equipados con la mejor tecnología y logística que hace años.

Confundida, regresé a mi asiento para seguir indagando y aclarar mis dudas de una vez. Todos los reportajes que, enaltecían a la empresa iban acompañados de elogios a Monsieur Ferguson. Hasta el trágico día, en el que Gabriel Agreste, fue asesinado.

La empresa se fue a banca rota meses más tarde, los acreedores embargaron gran parte de las piezas de colección de Gabriel´s.  Según las notas posteriores, Monsieur Ferguson desapareció del mundo de la moda. No volvió a mostrarse en ningún evento relacionado al rubro. Tampoco se evidencia diseños elaborados por él.

Lo que significa, que la linea exclusiva que él diseña para Gabriel´s actual, se registra bajo la firma de la empresa y no de él.

Me recosté sobre el respaldo de la silla. Lo que acabo de leer es muy triste. No esperaba encontrarme algo de estas dimensiones. Me tomó unos momentos para procesar toda esta información. A Monsieur Ferguson, le afectó la muerte de su jefe. Probablemente él desaparecido diseñador, fue su mentor.

Antes de juzgarlo de forma tan maleducada, debí investigar sobre él.

Mi celular vibró sobre la mesa. Se trataba de un mensaje de Emmerich.

Emmerich_9:30pm: Estoy en casa. Descansa, Honey.

Honey_9:31pm: Gracias por lo de hoy. Tengo otra perspectiva para conseguir la oportunidad, que necesito. Nos vemos el fin de semana.

Sonreí al ver la leyenda “escribiendo” es raro que este tan conversador…

—¡Marinette ya regresé! ¡Traje algo de cenar para ti!

—¡Voy! —Dejé el celular sobre la mesa y fui a la cocina.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Al día siguiente, asistí primero a mi cita con mi terapeuta, en hora buena me ha felicitado por mi progreso, a su vez me dio unas recomendaciones para el tema de mi ruptura. Ahora que soy consciente de mi situación, es más fácil hablar del tema. Gracias a conversarlo con Emmerich, puedo afrontar de mejor manera este proceso.

Hablando de Emmerich, pensé o creí ver que él iba a responder a mi mensaje. Mejor no le pongo tanta mente a ello, él es poco conversador por el chat.

—Marinette, hola ¿Cómo te va? —Mireille me salió al paso, camino de los ascensores.

—¡Mireille, hola! —Me alegro de ver otra cara conocida—Un poco ajetreada con mi nuevo cargo. Para colmo acabo de esquivar a los reporteros apostados en la entrada.

—Qué problema con ellos—lamentó—Anarka y yo, nos los topamos cuando fuimos a buscarte a tú casa. Pero no hay que amargarnos ¿Cuál es tú nuevo cargo? ¿Podemos almorzar juntas?

Si, anda acepta. Así te rompes a llorar por el miedo, delante de todos en la cafetería.

Si, tengo la esperanza que un día se aburrirán de mí. Lo siento, estoy tan ocupada que, almuerzo en mi espacio de trabajo. Me asignaron ser la asistente del señor Ferguson.

—¿Le Débogueur? ¿Estás bien?

Por qué su pregunta no me sorprende…Un momento ¿Qué ha dicho?

¿De dónde es ese nombre tan raro?

—Es cómo se le conoce al señor Ferguson. Es un hombre muy hostil, trabaja solo, entre las sombras. Su sola presencia es sinónimo de miedo. Qué horror que no te deje ni tiempo para comer…

Ahora tiene sentido porque el sobrenombre. Pero no está demás saber.

—¿Tienes unos minutos? Necesito un favor y de pasó me cuentas un poco sobre mi superior.

—Claro, tengo algo tiempo ¿Dime que necesitas?

Adrien. 

No logró quitarme esa frase de la cabeza.

{Gracias por decirme lo que piensas de mí y darme valor}

Sus palabras me tienen molesto. No…quizás confundido. Tanto que ayer estuve a punto de enviarle un mensaje de más.

No pretendo ser un amigo para ella. Tampoco otra cosa, porque no quiero ilusionarla.

Salir por ahí a explorar con ella, es más por costumbre ¡Sí, es eso! Se ha convertido en una costumbre lidiar con su colorida personalidad. Un día es de colores pastel y al otro, un profundo negro.

—¿Joven Agreste? —Parpadeo para enfocarme. Al escuchar la irritante voz del exponente frente a mi—Le preguntaba qué opina de la oferta que le ofrece nuestra compañía.

¿De qué iba esta reunión?

—Si no recuerdo de que hablabas; es porque tú propuesta no me es atractiva.

—Puedo repetirla con más dinamismo—sugirió el pesado—Usted puede hacerme las consultas cuando lo considere oportuno. Así será más interactivo.

—Te lo diré en un idioma que puedas entender—Me levante del asiento. Harto de perder el tiempo—Tú oferta no me interesa.

—Joven Agreste—El tipo comienza a transpirar—A nivel de competitividad, nuestra empresa maneja los mejores precios…so-somos su mejor opción para, convertirnos en su nuevo proveedor de telas…

—Que fastidioso eres. Hiciste que pierda mi tiempo, asistiendo a este restaurant, para que no seas capaz de sostener mi atención, al cien por ciento. —. Abandoné la mesa, directo a la salida al estacionamiento—

—Si usted me permite unos min…

Lo dejé hablando solo, no pienso tolerar ni un segundo más. Se suponía que su compañía textil, cuenta con los recursos para abastecer nuestras bodegas.

Resultó que todo eso, fue pura labia.

—En el atelier estan solicitando su presencia—informó mi leal asistente, Ondine.

—La próxima vez, asegúrate de concretar reuniones con profesionales o te descontaré el tiempo perdido de tú salario.

—Si joven Agreste.

No tolero errores de ningún tipo. Porque pierdo dinero en el proceso.

Le abrí la puerta del copiloto a ella y rodeé mi auto para partir rumbo al atelier. Con mi mal humor a tope.

Tardamos unos minutos en acceder al estacionamiento subterráneo, por los idiotas paparazis que estaban apostados cerca del edificio. Seguridad les impidió acceder más allá de los límites.

¿Es que está gente no tiene otra cosa que hacer?

Hace semanas que ocurrió el incidente de la cafetería. Para este tiempo, debería ser ya, una leyenda urbana.

 ¿Por qué esa rata sigue en tendencia? Arruinando mi itinerario en el proceso.

Al salir del auto nos dirigimos a las escaleras, era un simple piso el que debíamos subir. Al llegar al lobby, todos centraron su atención en mí, saludando con exceso de cortesía, excepto por una persona…más bien, una rata.

Va camino a los ascensores, en su mundo. La imagen de por si es graciosa, lleva una canastilla con productos de limpieza.

¿Tan pronto Ferguson la ha puesto a limpiar?

Cuando él sufra las consecuencias de la pésima ordenanza que es, la pobre estará presentando su renuncia está misma tarde.

Marinette.

Mientras espero por el ascensor, medité sobre lo que Mireille me contó. Monsieur Ferguson es un tipo siniestro para los aspirantes. Muchos no soportaron ni una semana y yo, apenas llevo dos días y rompí en llanto cuando me hizo víctima de una novatada.

No puedo echar en saco roto todo lo que Brid luchó para conseguirme una evaluación digna. Además, Monsieur Armand, reconoció mi talento y hasta se tomó el tiempo de asesorarme.

Sali del ascensor, aunque no recuerdo cuando lo tomé. Bien, es el momento de la verdad buscar esa oportunidad que tanto necesito. Tal cómo dijo Emmerich debo ir a por ello.

Tan solo crucé dos pasos por el oscuro pasillo, me fui de frente al piso. Por suerte ninguno de los productos se rompió.

¡Es imposible, el piso esta tan disparejo con esa vieja alfombra!

Mireille me dio una breve asesoría de cómo usar estos productos. Hay zonas en el atelier que estan muy polvorientas, eso puede perjudicar el cuidado de los materiales. Ayudar con la limpieza es algo que puedo hacer en mis ratos libres.

—Buenos días—saludé. Mi superior ni se inmutó, estaba en lo suyo, cortando patrones.

Fui a mi espacio, dejé las cosas sobre la mesa y regresé a cumplir con la misión que me planteé desde ayer. Al menos con la información que encontre y lo que me dijo Mireille, sé que no estoy en terreno inhóspito.

—Disculpé—Me situé al costado de su área de trabajo. Una de sus garras de metal, hacía de apoyo para sostener la regla sobre el papel de patrones—¿Puedo ayudarle?

—Guarda silencio, me desconcentras.

—No. Estoy aquí para asistirle en lo que se requiera y, el silencio no es una opción—Fui directa. Monsieur Ferguson, dejó el lápiz a un lado en un golpe seco. Se irguió, mostrando su imponente altura y semblante acusatorio. Pero no voy a retractarme—Estoy aquí para cumplir con mi tra…

—Sé la razón de porque estás aquí—interrumpió—No necesito a una principiante que este interrumpiendo mi trabajo.

—Soy una diseñadora profesional, no soy una principiante.

—Vi tú portafolio. Estás lejos de ser una profesional.

—Cómo puede asegurar tal cosa. Me es imposible creer que usted fue un asistente en sus comienzos y, que ahora opté por esa actitud tan juzgona hacia todas las personas que aspiramos al cargo—Pone cara de ofendido—Usted fue el asistente del desaparecido diseñador Gabriel Agreste, porque se comporta… 

—Eso a ti no te importa…

—Me importa porque soy una aspirante, cómo usted lo fue hace años…

—No somos iguales.

—Por supuesto que no; pero si me da una oportunidad, le demostraré mi valía, del mismo modo que usted se hizo valer ante su superior.

—Eres una insolente—Para este punto, está molesto e irritado—Vienes a pedirme una oportunidad, después de haber tenido el descaro de plagiar un diseño de tus colegas—Lo que acaba de decir, me impactó—¿Se te acabaron los argumentos? Marinette Dupain Cheng; participante del reality Show Fashion Business. A quién expusieron y expulsaron por plagio.

Ese fue un golpe bajo.

Revivir esas palabras que tanto daño me hicieron en el pasado que, destruyeron mi carrera y me pusieron al borde del suicidio.

¡NO TIENES LUGAR EN LA INDUTRIA DE LA MODA!

¡ERES UNA VERGÜENZA!

{Tienes que alzar la voz y reclamar esa oportunidad}

Las palabras que Emmerich me dijo, invaden mi mente ¡Estoy cansada de escuchar siempre lo mismo contra mí! No puedo retroceder ahora y ponerme a llorar.

¡Las mentiras de los crueles, no definen mi verdad!

—Soy Marinette Dupain Cheng—saqué valor de flaqueza—Diseñadora profesional que, diseña el vestuario del grupo de teatro de un prestigioso internado en Londres—Mis pequeños clientes confían en la magia de El Hada de las Costuras—Si tengo que demostrar mis habilidades para desmentir la basura que otros dicen de mí. Adelante, ponga el desafió que yo me encargaré de superarlo.

—Me parece perfecto—Él se muestra confiado, indiferente a mi determinación—Armand te evaluó, completando una prenda que él diseñó. En mi caso, te evaluaré, desde la creación del diseño hasta su elaboración. Cómo recurso, tienes a disposición los materiales de mi atelier. Si los desperdicias estás fuera—advirtió.

—Que así sea.

Monsieur Ferguson se dirigió a su mesa, tomo papel y lápiz. Escribió en este y me entregó las instrucciones: solicita que el diseño respete la tendencia temporal, la calidad y versatilidad de la función de la materia prima. El concepto es de libre elección. Tiempo límite, viernes a la mañana.

—Tú área de trabajo es esa—señaló una mesa de diseñador al fondo, bastante alejada de su espacio. No me dio tiempo de preguntar, se dio la vuelta y no dijo más, sumergido en su labor.

Me encaminé al lugar, que estaba lleno de cajas polvorientas, con una tenue luz que ilumina a penas. Aparte los artículos para liberar espacio. Regresé a mi pequeño espacio por mis cosas y los implementos de limpieza.

En buen tiempo, organicé y limpié todo para acomodar mis materiales de trabajo, la luz seguía siendo un problema, pero ya me las apañaría después.

 Primero saqué mi Tablet y lápiz óptico. Apunté la lluvia de ideas que tenía para dar pie a la conceptualización, así pues, podría trazar los patrones y buscaría los materiales para mi diseño. 

Es obvio que no tendré apoyo de Monsieur Ferguson para dar con los materiales. Aquí es dónde lo negativo se convierte en positivo, tras haber estado leyendo las funciones de la empresa, di con los inventarios de cada área textil. Incluyendo los de este atelier. Por supuesto que tomará tiempo ubicar el código y el estante donde están situados, pero es un trabajo menos denso.

Tengo que administrar bien mi tiempo, si mi limite es la mañana del viernes. Comencé a dibujar el vestido que llevará una blusa con drapeado origami de bambú. Es un elemento arriesgado que requiere precisión en la técnica, será mi carta ganadora. Con la falda tengo pensado un estilo mullet, con gasa bordada de organza, con un forro de crepe. Elegí estás telas porque son ligeras y tienen una caída perfecta para todo el diseño.

No tengo que olvidar que, estoy mostrando mis capacidades a un profesional con trayectoria.

Una vez estuve satisfecha con el diseño trazado en mi Tablet. Fui a la modesta computadora para checar dónde estaban: los maniquí, las reglas, escuadras, tizas, tijeras y demás implementos. Una vez anoté sus ubicaciones y código, me dí a la tarea de buscarlos.

Tengo todos los materiales a disposición ¡Manos a la obra!

Me vi en la necesidad de improvisar con la lampara de mi celular, para iluminar mi espacio. Comencé a cortar el papel para trazar los patrones y después lo pasaría a la tela.

En poco tiempo tenía un reguero de piezas, que, a simple vista, podían confundir a cualquiera, más no a mí. Sé a dónde va cada una, pero tengo poco espacio cómo para organizarlas de mejor manera. Tuve suerte de encontrar una calculadora, me sirve de mucho para dividir las medidas.      

Antes que armar el resto de las piezas, me aventuré a trabajar lo más complicado, el drapeado origami de bambú. Elegí una playlist de mi Tablet a bajo volumen para concentrarme mejor, o terminaría rendida sobre la mesa, por el silencio.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Por hoy el día a terminado. Tardé tres horas en armar la blusa con los acabados elegidos. Despues pasar las costuras por la máquina, cambiando el pie para las puntadas finas.  Entre cortes y medidas, se llegó el final del primer día. Solo tengo el jueves y unas horas el viernes, antes que Monsieur Ferguson llegue al atelier.

—¿Cómo te fue en el trabajo?

Espabilé con la voz de Cherry Hair. Estoy tan agotada, que creí que aún estaba en el atelier.

—Me la estoy pasando de maravilla…—Me descocí contándole todo sobre mi área de trabajo. Aunque estoy muy ocupada, me alegra estar aplicando lo aprendido durante mis estudios.

Aun así, no le comentas que, sigues almorzando en el estacionamiento.

—Pues que cascarrabias es tú superior—soltó Alix, una vez llegamos a casa y yo terminé de contarle—Parece que en esa empresa todos andan de malas. Hasta la fulana esa, que te hizo el feo durante la evaluación—Ahora la que está de malas es ella.

—Me sacaste una carcajada—Apreté mi estomago por tanto reir—Son los jefes, estar de malas es un deporte—Una vez calmada, continue trabajando en las telas. Estaba practicando unas costuras en mi modesto atelier—Porque, por ejemplo; Mireille, Anarka, Rosita y Ondine son personas muy amables.

—No esperaba menos de la madre de Luka, es un amor de persona, a su modo.

—¿La madre de Luka?

—¡Es cierto! No te lo había comentado. Anarka es la madre de Luka.

—¿En serio? Pues no sé parecen—Ella enarcó una ceja—¿Yo que iba a saber? No me cuentas nada y eso que lo conoces de años. Es más, hace rato que no sé de Luka ¿Se la pasa tan ocupado?

—Hay cosas que es mejor que él te diga—Hizo ademán de cerrar sus labios y arrojar una llave.

—Si no tiene tiempo ¿Cómo hablaré con él?

—Aprenderás a desarrollar la paciencia.

Me di por vencida, está platica no llevaba a ningún lado. Desde que Kagami llegó al trabajo de Luka, él se la pasa ocupadísimo.

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        Después de practicar la puntada que se me dificultaba, fui a descansar a mi habitación. Ahora que lo pienso, no tengo muy claro que haré con la mansión una vez acaben con la remodelación.

No puedo venderla, porque las mejoras no se hicieron por mi cuenta. Es una deuda que saldar con Félix. Tampoco me apetece vivir aquí, cuando todo esto se calme. Es un espacio inmenso, apenas y alcanzo a limpiar mi habitación y la cocina, no me visualizo haciendo lo mismo con todo el lugar.

Me llevará una eternidad.

Honey_9:30pm: Hola, obtuve una oportunidad para probar mis capacidades con mi superior. Gracias por animarme.

En respuesta, recibí un pulgar arriba.

Todos les ha dado por andar ocupados.

Preparé mis cosas y me fui a la ducha. Es mejor que, me centre en mis tareas.

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Al día siguiente ni bien llegué al atelier, instalé una lampara de mesa que tomé de mi habitación. Así mi espacio tiene una iluminación adecuada para trabajar.

Al parecer el Monsieur Ferguson necesita inspiración, porque varios de sus libros de bocetos estaban por todos lados en el atelier. Mejor ni los toco, no sea que se moleste.

A qué este señor es desorganizado. Mira que poner todos esos libros por ahí.

Cada minuto es valioso para terminar mi proyecto o de lo contrario, será una oportunidad desaprovechada.

Cosí las piezas que faltaban a la blusa con sumo cuidado. Una mala puntada y me costaría el diseño entero.

—¡Lo terminé! —Alcé con orgullo la blusa. Fui a probarlo al maniquí y encajó perfecto. Ahora debo continuar con la falda. Miré el reloj, ya casí era medio día. Tenía que engullir mi almuerzo a fuerza por mis benzodiacepinas, no es una opción saltarlo. Lo que me deja con cinco horas si sacrifico el tiempo de descanso.

Ni modo, es más importante acabar con el proyecto. Mi carrera depende de esto.

Monsieur Ferguson ni se inmuta con mi presencia, está concentrado en su trabajo. Es mejor así, su mirada acusadora es el equivalente a tener una arma apuntado en la cabeza.

La tarde después del almuerzo fue un suplicio, fui a lavarme el rostro para no quedarme dormida un montón de veces y, reproduje algunos videos en mi Tablet para mantenerme entretenida de ratos. Hice lo necesario para completar los cortes y costuras de la falda.

Para cuando el día acabó, había terminado una preciosa falda de forro gris, con gasa blanca y flores de rosa pálido y hojas en verde tenue.

El jueves llegó a su final, aún tengo mucho por hacer, así que vendré temprano mañana para terminar de unir la falda y la blusa. Coloqué la falda con unos alfileres sobre el maniquí.

Elegí los colores de baja saturación, para redimir el traje que usé en la primera entrevista de trabajo en Gabriel´s. Fue mi fragilidad para defenderme lo que me hizo perder la confianza.

No dejaré que eso vuelva a ocurrir. Es una promesa conmigo misma.

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—Tienes quince minutos—anunció Monsieur Ferguson, al entrar al atelier. Replicando la entonación que usaban en el programa.

La tención se hizo presente, por un momento me frustré cuando subí el zipper escondido y esté se atoró entre las telas. Había madrugado ese día y gracias a mi tarjeta de acceso pude ingresar al atelier. El cansancio estaba pasando factura.

Saqué de mi bolsa el roll-on aromático que Emmerich me dio. El dulce aroma me tranquilizó. Analicé mejor las cosas y con cuidado, desprendí la tela de los dientes metálicos, descocí la pieza y corregí la costura.

—El tiempo se term…

—¡Está listo! —Saqué la prenda del prénsatela y fui a colocar todo sobre el maniquí—He aquí mi diseño: un vestido de coctel con drapeado origami bambú y falda mullet—describí con ahínco.  

Me situé a un costado del maniquí, esperando la evaluación. Monsieur Ferguson se acercó al vestido, él acariciaba su trenzada barba y con su mano libre, examinaba minucioso cada detalle de la prenda.

—Muéstrame el diseño que dibujaste—. Le extendí mi Tablet, con el diseño y la organización de las medidas, materiales y esquema de trabajo en los patrones.

—Imprimí el diseño y situé el muestrario de telas. Tambien detallé el gramaje…—Me quedé a media cuando el levantó su mano, para pedir silencio. Pidió con un ademán de su mano, que le pasara el portafolio.

Me encanta irme de palabras explicando, pero, estaba a prueba y debía obtener su aprobación. Llevarle la contra no es una opción. Su sombría personalidad resalta en el silencio de la inspección. Me mata de nervios que alterna su vista entre la Tablet, el portafolio y la prenda.

Tanta tensión para que termine diciendo que tú trabajo no sirve.

Si me dice algo ofensivo, por supuesto que no me quedaré callada.

—Es de caballeros reconocer que me equivoqué contigo—Sus botas de cuero con detalles metálicos, hicieron un ruido seco, cuando se detuvo. Aquí es dónde viene el comentario “eres una mediocre”—Concuerdo con Armand al decir que, tú trabajo, es prolijo. Sin embargo, tienes detalles que pulir—¿Me está halagando? —Es vergonzoso admitir que dejé mis portafolios desperdigados, creyendo que caerías en la tentación de copiar uno de mis diseños. Marinette, me disculpo por haberte juzgado por lo que otros decían de ti.

—¿Ah?

No sé cómo reaccionar. Me ha dicho tanto y a la vez se ha disculpado…No estaba preparada para algo así.

—¿Es todo lo que dirás? Un simple ¿Ah?

—Yo no…no esperaba una respuesta así de su parte.

—Tienes talento, aprecia lo que otros ven en tus capacidades.

—Eso mismo dijo un amigo…

—¿Estás llorando? ¿Fue algo que dije? No quise…

—Estoy llorando de emoción…de verdad no esperaba esto. Es la primera vez que alguien me dice una disculpa honesta, luego de juzgarme por lo que otros decían…es la primera vez que alguien reconoce ese error…Gracias por valorar mi trabajo.

Me siento tonta por lo emotiva que me ha puesto su disculpa y reconocimiento.

—¿Algunas personas fueron muy crueles contigo? — Él me extendió un pañuelo desechable—incluyéndome—. Asentí, limpiando el rastro de lágrimas.

—Soy una exagerada, no le tome importancia…

—No normalices que te hagan de menos. Jamás bajes la cabeza frente a alguien que menosprecia tú talento, incluyéndome—Me sorprendió su comentario. Monsieur Ferguson me entregó mi Tablet y el portafolio. Sus palabras me dejan pensativa—Te hace falta confianza y experiencia en patrones de alta costura. Si estas dispuesta a aprender, aceptar correcciones y seguir indicaciones. Aceptaré que seas mi asistente.

—¿Por supuesto que sí! Quiero mejorar en mi técnica para apoyarlo en su atelier.

—Bienvenida a mi Atelier, señorita Marinette—Extendió su mano, pesé a que su actitud es carente de emociones, es una persona que sabe reconocer su error y eso significa mucho. Estreché su mano con toda seguridad—¿Estás preparada para tú primera labor como asistente? —Su aura sombría no está más. Es diferente, no sé cómo explicarlo.

—¡Estoy más que lista!

Adrien

Francesco el agente que recluta a las modelos de las campañas para Gabriel´s presenta su nueva propuesta, para ser la imagen de la linea de perfumes está temporada. Previamente él mostró al modelo masculino.

—La publicidad que ha montado el departamento de Marketing queda perfecto con Ming Yue—Expone Francesco—Ella es perfecta para la linea inspirada en las luminosas noches de nuestro Paris—. No le contradigo, pues la mencionada tiene una mirada de ángel, rasgos finos y piel trigueña, su lacio cabello castaño y ojos marrones le dan el toque —Ella será la luna que desciende…

Miré mi celular sobre la mesa. Un simple pulgar arriba ¿Era lo que Honey necesitaba? El día que nos vimos estaba decaída y, anteayer me envió que, obtuvo una oportunidad y, ayer no envió ningún mensaje ¿Estará bien?

—¿Joven Agreste? —. Salí de mis cavilaciones gracias a la suave voz de Ming Yue—Disculpe, quería saber si, está listo el vestido que debo llevar para el comercial.

—El diseñador me informó que el lunes a la mañana, presentaría una propuesta—Ante mi respuesta, sus lindas facciones cambiaron, se mostraba desanimada. Las piezas de Ferguson son únicas, llevar una colección o prenda de la linea exclusiva, es de por sí, considerarse privilegiada—Es tiempo suficiente para ensayar, elegir los sets y la iluminación.

—Sin el vestido, la iluminación no se adapta—Intervino Raphael, el director de fotografía.

—Saca a relucir tú creatividad—. Le ordené. Me levanté y el resto de los integrantes en la mesa, también lo hizo.

La reunion llegaba a su final. Debía trasladarme a recursos humanos, para revisar el informe que, Juleka ha preparado con relación a los acuerdos y compromisos de la empresa para con el Consejo de Trabajo.

—Joven Agreste ¿Es posible un momento de su tiempo? —la modelo Taiwanesa se quedó, cuando todos abandonaron la sala.

Siempre es lo mismo.

—Ve al punto que, no tengo tiempo.

—Hay puntos sobre la escenografía que, me gustaría hablar con usted. En privado—Esbozo una sonrisa para nada inocente.

Eso es indirectamente, directo.

—Estoy muy ocupado en mis horarios laborales. Más no en mi château.

—No tengo problema con el lugar…

Mi celular timbró alertando una notificación. Lo saqué del bolsillo para verificar sin abrir el chat… ¿¡Honey!?

Mi celular timbró con una notificación. Lo saqué para verificar sin abrir el chat… ¿¡Honey!? Desplegué el mensaje en la pantalla ni bien lo vi.

Honey_9:30am: ¡Conseguí la oportunidad que esperaba! ¡Mi superior me asignó una tarea para comenzar a tomar seguridad! ¡Muchas gracias, por motivarme el otro día! ¡¡ESTOY FELIZ!!!

Se nota su emoción, es parlanchina hasta texteando. Me hace gracia su forma de expresarse.

—¿Joven Agreste?

—Hablamos despues—abandoné la sala de reuniones para ir a recursos humanos.

Mientras camino, pienso en la respuesta para Honey. Se ha tomado el tiempo de enviarme el mensaje en sus horas de trabajo, por consideración debo responderle.

Emmerich_9:38am: En buena hora que obtuviste la oportunidad. No tienes que agradecer nada, lo has hecho tú sola, con tu convicción y esfuerzo.

Le envié el mensaje, esperé unos segundos, pero no hubo respuesta. Está en su trabajo, es logico que no conteste. Pero…

¿Es tan complicado responder? A este punto un emoji de su parte sería aceptable. 

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Terminé mi jornada laboral y regresé a mi château. Honey no se ha dignado a devolverme el mensaje. Mañana es sábado y planeaba darle la sorpresa de llevarla a El Château du duc d'Épernon, necesitaba que me contestara, para indicarle lo que debía llevar para este urbex. Dado que está propiedad se encuentra al sureste de Paris.

Cómo no he obtenido una respuesta de su parte ¡Este plan se fue por el caño!

Le envie un mensaje de felicitaciones y la malagradecida no responde ¡Que se olvide que existo!

Por mi está bien. Así no perderé más tiempo en estar paseando por ahí, al lado de una veinteañera inmadura.

Me dirigí a mi sala de entretenimiento. Hoy jugaré una partida en linea. Es viernes y me place desvelarme hasta quedarme dormido con el joystick en la mano.

¡Aquí estoy siendo el chiste de una caricatura mal narrada! “Soltero y jugando a los videojuegos”

¡Hasta Winter tenía mejores planes hoy!

—¡Es definitivo, no responderé ningún maldito mensaje que venga de Honey!

Marinette.

¡Este día fue de mucho provecho!

El señor Ferguson me pidió hacer la presentación de uno de sus bocetos para un cliente, el lunes a la mañana. Está era mi primera asignación cómo su asistente. Antes de comenzar a elaborar el planteamiento con Monsieur Ferguson, le envié mensajes a mis amigos contando la buena nueva. Cuando escribí mi último mensaje, mi celular… ¡Murió! Había estado tan preocupada por la evaluación, que olvide cargarlo la noche anterior.

—Marinette, ven para explicarte.

—Ahora voy Monsieur Ferguson—Dejé el celular dentro de mi bolso, ya lo cargaré después.

Para mi suerte al final del día, Cherry Hair estaba esperando por mí en el estacionamiento. Cómo tarde unos minutos en aparecer se preocupó. Así que, para tranquilizarla, le conté que estaba trabajando con mi superior en la presentación de una propuesta para un cliente. A la vez que le dije que Monsieur Ferguson se disculpó conmigo.

Al llegar a casa, ni bien terminé de hablar, ella organizó una videollamada grupal con todos nuestros amigos. Todos me felicitaron por mi desempeño y constancia, me dieron consejos y recomendaciones. La cosa no acabó ahí; después llamé a mis padres y por alguna extraña razón, terminamos horneando galletas en videollamada.

Hacía mucho que no cocinaba algo. Desde que él, me dejó.

Se me pasó el tiempo, estuve tan ocupada que hasta ahora consigo cargar mi celular. Al encender mi móvil, me salta la notificación del mensaje de Emmerich.

Estoy muy apenada, ya pasan de las diez de la noche. Se supone que nos veríamos mañana para hacer Urbex…Es mejor que le conteste ya mismo.

Honey_10:45pm: Disculpa que te responda hasta ahora. Estuve ocupada trabajando en la tarea que me asignó mi superior. No quise desaprovechar mi oportunidad para demostrar mi valia. Estuve en eso hasta tarde, que olvidé cargar mi celular cuando se descargó. Volviendo a tú mensaje, deja a un lado la modestia, me diste animos con las palabras que usaste para referirte a mí. Acepta mi agradecimiento por favor.

No me sorprendería que no respondi… ¡Está escribiendo!

Emmerich­_10:47pm: ¿Cómo te fue con tu supervisor?

Honey_10:48pm : Estoy un poco cansada ¿Te parece si hablamos mañana? Quedamos de vernos para ir a explorar.

El sueño me estaba pesando. Emmerich tardó en responder.

Emmerich_10:52pm: Pasaré por ti al punto de encuentro. Lleva agua, ropa comoda, un abrigo y zapatos para caminata. Iremos a La Petite Ceinture, conocerás “El París Salvaje”

Honey_10:53pm: ¿Abrigo? ¿Paris Salvaje? ¿Qué significa?

Emmerich_10:54pm: Lo verás mañana. Descansa.

Su lado enigmático sale a relucir en los peores momentos. Sin más me fui a la cama a dormir.

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—¡WOOW ESTE LUGAR ES HERMOSO! —Tal como lo prometió, Emmerich me trajo a La Petite Ceinture, una serie de rieles y estaciones abandonadas, rodeadas de un inmenso bosque. El aire aquí es tan puro y el clima muy frio.

Ahora entiendo lo del abrigo.

—Veintitrés kilómetros de la linea viven en standby desde 1934, dejó de usarse para pasajeros y en 1993 para mercadería. Tampoco se puede demoler o vender para una nueva construcción, porque el ayuntamiento y la empresa dueña de la propiedad no se ponen de acuerdo.

—¿Cómo sabes tanto de este lugar?

—Te lo dije, hacia Urbex para distraerme desde que me mude a Paris, saber de los lugares que visito, es mi prioridad.

—¿Venias con alguien más a caminar por este sitio? —Este lugar parece ajeno al Paris moderno, está rodeado de bosques, hojas secas, estaciones marcadas por varios grafitis.

Lejos de generar un ambiente hostil, parece ser el lugar de distracción de muchas personas, desde que comenzamos a caminar, nos hemos topado con algunos exploradores.

—No, siempre viajo solo a este tipo de exploraciones. En fin, te dije que era El Paris Salvaje, porque encontrarás uno que otro transeúnte, cómo has visto ya, pero ningún indicio de urbanismo.

—¡Oh! ¿Eso de allá es un túnel?

—Lo es.

—¿No es peligroso?

—No.

Adrien

¿Por qué le respondí su mensaje ayer?

Me sigo preguntando esto, mientras la escucho contarme su hazaña para conseguir el visto bueno de su supervisor. Es que por donde la vea, no tiene nada sobresaliente…es bonita sí, pero ¿Qué tiene que no puedo apartarme de ella?

Si, admito que dije que le ayudaría a valorarse y de pronto, me tiene investigando de depresión, ataques de panico y ansiedad.

¿Es que ni yo me entiendo?

Lo único que he conseguido de ella, es un gracias y un abrazo. ¡Ah! Me escuchó y me vio llorar…y su actitud hacia mí no cambio. Sigue siendo la misma, no me ve cómo “El pobre huérfano que ni la familia de su madre quiere”

—Así que, este lunes haré una presentación sobre el trabajo en el que, ha estado ocupado mi jefe. Estuve todo el día preparando junto a él dicha ponencia. Aun así, estudiaré mañana para no defraudarlo.

—¿Mañana, domingo?

—Si.

El próximo fin de semana es la fiesta…no veré a Honey.

—Te ganaste la aprobación de tú superior por tú esfuerzo y conocimiento. Es bueno que te motives a continuar con ese buen ritmo. Pero, no sobrepases tus limites, ve a tú ritmo. Repasar está bien, pero toma descansos de tanto en tanto.

—Muchas gracias por tus consejos Emmerich. Los aplicaré…—. Ingresamos al túnel, ella me tomo de la mano de inmediato—Es muy escabroso—Honey gritó cuando el techo del túnel se estremeció, al paso del tren que va rumbo a la estación Montparnasse.

Arriba del túnel transitan varias líneas de trenes urbanos.

—No tienes por qué temer. Estamos juntos en esto—Le alenté. Me dio una mirada de ciervo asustado—Confía en mi—Sostuve su mano con firmeza.

—Que sepas que pongo mi vida en tus manos—dramatizó.

—No exageres—. Pero, por las dudas, metí mi mano dentro del bolsillo de mi pantalón, para tener listo el roll-on de aromaterapia.

Marinette

Avanzamos en medio de un tétrico goteo producido por la humedad del techo y, la estruendosa vibración de este, cada que un tren pasa arriba de este.

¡EL TECHO SE NOS VENDRÁ ENCIMA!

Estoy muerta de miedo, este lugar no es para nada agradable, hay botellas de vidrio esparcidas por el piso, entre los rieles y la maleza. Me aferró con ambas manos al brazo de Emmerich. Él ni se inmuta, avanza con la cabeza en alto.

¿Cómo puede tener tanta confianza?

—Han pasado años desde que, este lugar fue abandonado—inclinó su cabeza en mi dirección—Si no se ha caído el techo hasta entonces, no pasara.

¿Es que, acaso lee la mente?

Quizás sea por qué vas medio colgada de su brazo.

Una vez cruzamos el túnel, divisé una verja que da, al lado de la civilización y, al lado contrario, se encuentra un denso bosque.

—¿Hemos cruzado? —Cuestioné sin poder creerlo.

—Eres toda una temeraria.

No sé si es una felicitación o un sarcasmo. Porque el sigue avanzando sin verme…bueno, no es que sus oscuras gafas, dejen ver realmente su genuina expresión.

¿Nunca se quita las gafas?

—Es un sitio enigmático y atrayente—expresé, al observar el panorama completo, delante de nosotros—. Gracias por ayudarme a cruzar.

—Solo te di la mano y dije unas palabras, el resto lo hiciste tú.

—¿Por qué te subestimas tanto?

—¿Yo? No. Te estoy diciendo que—Apuntó al interior del túnel—. Si tú no hubieras decidido avanzar y tomar el riego, no estarías del otro lado. Gran parte de lo que haces es gracias a tú determinación. Convencer a tú superior fue gracias a tú esfuerzo y aprendizaje—reiteró—Si tú no fueras capaz, no lo habrías logrado.

Me dejó sin palabras, y gracias a esto, noté algo que antes no era evidente en mis acciones.

Si yo no lo decido, nada ocurrirá.

—Andando, que tomaremos un atajo para llegar al parque Montsouris, ahí iremos por una barda, para usar el drone y tomar unas fotos. Es un lugar impresionante.

—De acuerdo.

Emmerich es extraño. Llegó a mi vida cómo un accidente y, ahora, se ha convertido en un pilar de soporte, que me incentiva a tomar riesgos positivos para mi crecimiento.

Cada uno de mis amigos ha aportado algo valioso en mi vida y, Emmerich ha aportado al tema del valor y la determinación, de la que carecía por mi depresión.

Antes de seguirle el paso, di un último vistazo al túnel que me aterró hace un momento.

Mi depresión, ansiedad y panico, es cómo ese túnel que acabo de cruzar. Un día, estaré del otro lado, sintiéndome orgullosa de haberlo superado.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Me quedé dormida en el trayecto de regreso. Fue agotador caminar por un largo recorrido, los escenarios valieron la pena. Aunque no los exploramos por completo. Al atravesar el parque Emmerich me dijo que, son treinta y dos kilómetros circulares y, algunas zonas, sirven de asentamientos de inmigrantes desempleados, vagabundos y drogadictos.

Fuera de eso, fue divertido subir al tranvía para regresar al estacionamiento por la motocicleta. Emmerich, es malísimo para viajar en transporte público.

—Sana y salva de regreso a tú hogar—Dijo, ayudándome a bajar de su motocicleta negra.

—Muchas gracias. Definitivamente dormiré hasta tarde mañana.

Tus pesadillas nunca te dejan dormir bien.

—El próximo fin de semana no podremos vernos.

—¿Ah? ¿Por qué? —Sus labios están serios—Bueno…tienes tus cosas—Él no me debe explicaciones.

—A decir verdad…

—Emmerich, si tienes algo que hacer no hay problema, siempre habrá otros días en los que podremos vernos.

—Podemos ir a Le château du duc d'Épernon, al sudeste de Paris—sugirió de repente—Será un paseo de dos días ¿Te parece ir el siguiente fin de semana que nos veamos? —Creo que no es una sugerencia, es una invitación para explorar.

—¿Sudeste de Paris? Tendremos que quedarnos a dormir en algún sitio—Él asintió. Es la primera vez que lo veo entusiasmado—¡Eso suena estupendo! —No puedo evitar no contagiarme con su buen ánimo.

—Está decidido, en los días venideros, te estaré informando de lo que necesitarás para el viaje—El subió a su motocicleta.

—Ok, estaré pendiente.

—Me informas el lunes de cómo te fue en la presentación. Y, no olvides cargar tú celular—Me lanzó un paquete pequeño que, hice malabares para no dejarlo caer.

—¿Qué es esto?

—Te será útil. Estamos en contacto, cuídate Honey—El arrancó su motocicleta y se marchó.

Saqué el objeto de la bolsa, Es un cargador portátil para celulares.

Siempre tan precavido.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Lunes a la mañana, estaba de regreso en mis labores. Todos me dieron animos para la presentación de hoy, incluso Emmerich.

Sacudí mi cabeza para despejar la mente, no tuve una buena noche por sobre pensar. Sumado los nervios por la presentación.

Ansiedad.

Tenía los materiales a la mano en mi maletín. Estaba vestida para dar una buena impresión en representación a mi superior. Una blusa rosa manga larga de botones, un pantalón blanco de vestir holgado, con zapatos de tacón celestes.

Entrar al edificio administrativo fue estresante. No por la seguridad o los reporteros fuera de este. Sino por los recuerdos que representaba estar en el lugar dónde Agreste se burló de mi intento de suicidio y, finalmente me propuso trabajar desde cero.

Aquí la publicidad sobre el patrocinio y visita de mi ex era latente a mares. La gente en los pasillos comenta sobre una fiesta este sábado y que él estará presente. No presté atención al lugar o el motivo de la celebración. Entre menos sepa donde estará, menos me agobio con su recuerdo, que recién comienzo a dejar ir.

—Acompáñeme por este lado por favor—al llegar al último piso, Ondine me recibió y me condujo al área de juntas. Pasamos de largo la oficina de Agreste, para mi alivio.

Ese sitio me produce escalofríos.

Adrien

Creo que por más que intento evitar a Honey o ser severo con ella, simplemente no puedo. Aunque aun no entiendo por qué.

—Estamos casí completos—Winter tomó asiento a mi costado izquierdo—¿Ferguson vendrá? —. Apuntó a la silla a mi lado derecho.

—De mala gana, pero si, vendrá—No había tomado en cuenta lo tediosas que son las reuniones con Le Débogueur.

 Estaba tan metido en el asunto de Honey que, no reparé en que hoy es uno de esos días en los que, intentar convencer a Ferguson de hacer cambios o algo extra, es cómo tratar de conquistar Rusia.

Todo el equipo de marketing, orfebrería, comunicación, modelaje, fotografía y publicidad estaba aquí. Solo hacía falta el diseñador para esta área. Espero que organizar está campaña, no termine como las ultimas y tediosas juntas con Ferguson y su antipatía andante.

—Con permiso—Ondine hizo su aparición, ya era hora que…

¿¡Pero qué demonios!?

—Buenos días—saludó “La rata Dupon”—Soy Marinette Dupain Cheng y estaré en representación del diseñador Ferguson, cómo su asistente.

—¿Ferguson? Él no tiene asistente—aseguró Raphael, enfocado en su cámara.

—Recién comencé a trabajar en el cargo.

—Está reunión es de superiores no de asistentes—Winter se sumó al cuestionamiento.

Dejemos que la rata juegue.

—No tengo problema con que ella este presente—dije, desde mi posición jerárquica en la mesa de reuniones—Si Ferguson la autorizó, adelante—Se suponía que él, iba a exasperarla para que se fuera

¿Qué hizo a Ferguson darle tal relevancia a una doña nadie?

Marinette

Nadie contradijo a Agreste y eso me da un paradigma de lo influyente que es en la junta. Tome asiento en el sitio que me indicó Ondine, que, para desgracia, es al lado derecho del CEO.

Puse los materiales sobre la mesa y me centré en el panel monitor que está al frente.

Estoy sumamente incomoda en este lugar. A un lado Agreste y al frente, su mal encarada novia.

—Siegfried, ilústranos—Agreste indico y al momento un hombre muy delgado de cabello rizado, nariz ancha y sonrisa confiada se levantó y se situó al lado de la pantalla.

—Compañeros de equipo, para empezar…—Tomó su Tablet y proyectó un esquema—El concepto es sobre las noches luminosas de Paris. Ming Yue, nuestra modelo—Apuntó con suTablet a la joven sentada a dos sillas de mí. Es bastante linda—Representará la luna, que desciende por el firmamento, dando saltos entre cada estrella, cuando su pie haga contacto con los astros, su vestido se iluminará. Finalmente llega a la tierra. El plano se aleja y ella, está situada frente a la torre Eiffel, iluminada con...

—Muéstrame, no me cuentes—exigió Agreste.

—Si, por supuesto—Él presionó unos botones en su Tablet y la pantalla mostró un video comercial—Es un prototipo que hicimos con el departamento de tecnología y redes. Ming Yue nos hizo el favor de hacer toda la coreografía.

Al momento se reproduce el video. Mostrando todo el concepto que él expuso. La modelo danza como una bailarina profesional, es elegante en sus movimientos. Ahora capto porque el señor Ferguson diseño el vestido y, situó la ubicación de las luces led en el dobladillo de la falda, según el diseño en papel.

Cada uno de los presentes, representa un área relacionada a la creación de una campaña. Mi trabajo es conseguir el menor número de correcciones o modificaciones. Monsieur Ferguson dejó en claro que, no piensa ceder a cambios pretenciosos que generen más trabajo innecesario.

—Señorita Cheng—Me sobresalté cuando escuché ha Agreste llamarme—Muéstrenos la propuesta de Ferguson.

—Enseguida—Me puse de pie, todos me ven de mala gana.

Que amargados que son.

Cargué con los materiales y le pedí acceso a Ondine para sincronizar mi Tablet con la pantalla.

—Mi superior diseño el vestido en base a las medidas de la modelo y, el concepto de la campaña publicitaria—Muestro el diseño que trazó a lápiz y colores, el señor Ferguson—Es un vestido de color blanco con corset over bust de tela superpuesta dónde estarán bordadas, la pedrería que los orfebres diseñaron. Con una maravillosa tela de holanes que nos recuerdan a los pétalos de una rosa, en tela de organza plisada—Saqué las muestras y Ondine me auxilió para pasarla a los presentes—Serán tres capas de holanes escarolados, veinticuatro en total, superpuestos entre sí, de mayor a menor. Con cada salto, la falda ira expandiéndose en una sucesión de ondas similares, a los pétalos de una rosa que se está abriendo.

—Todo bien, pero, el color blanco es muy básico. Con la iluminación no se notará el efecto que se desea en la falda—Agreste Alegó.

—Se verá difuso y, el diseño pierde sentido—Respaldó una mujer de cabellera pelirroja y ojos verdes.

Seguro esperabas una ovación de pie. Esto es el mundo real.

—Pero…

—La falda luce más con un degradado azul, le da vida y movimiento.

—¿Azul? Es un color triste ¿Un rojo, quizá?

Todos comienzan a dar distintas posturas. Incluso sugieren que se elaboren dos vestidos de distintos colores.

Agreste sonríe de lado, es que parece que, lo ha hecho a proposito.

Los murmullos aumentan, la presión comienza a pesar.  Si no hago algo la reunion se saldrá de control. Quedaré mal con mi superior, estoy perdiendo la oportunidad de probar mi capacidad. Cómo refuto su observación, cuando tiene a todos siguiéndole el juego…

{Nunca te pongas a su nivel}

Recordé el consejo del grosero Graham. Y tengo que admitir que tiene razón. No puedo ponerme de quisquillosa y arrogante contra el CEO, eso me hará quedar mal parada, cómo alguien sin educación y profesionalismo.

El problema no es el diseño del vestido, sino el color.

Tomé el lápiz óptico y concentrándome en mi solución, el murmullo de sugerencias dejó de pesar en mis acciones.

—Acatando sus observaciones propongo una solución que, minimizará los costos siendo que, el problema es el color y no el diseño— Usaré el recurso tecnológico—Las luces led en el dobladillo del vestido, añaden un efecto de luminosidad con el contacto del pie de Ming Yue sobre las estrellas, estás guías pueden cambiar de color a una tonalidad distinta, con menor saturación—explico, mientras trazo en mi Tablet un ejemplo para mostrarles—Finalmente cuando ella esté frente a la torre Eiffel, su vestido tendrá un tono tornasol en los bordes, similar a una aurora boreal en movimiento, efecto que puede conseguirse programando las luces led.

Proyecté mi ejemplo en el monitor. Dejé un fondo negro para el dibujo del diseño del señor Ferguson y agregué al dobladillo el efecto de luz con la ayuda de un pincel neón y, le di movimiento con el programa de animación que Max me enseñó durante mis estudios.

—¿Puede hacerse? —Agreste dejó de sonreír y se puso serio, se dirigió a una chica de gafas anchas, cabello negro en un moño.

—Podemos conseguirlo, solo necesitamos la secuencia de las tonalidades y que, una parte de las guías se añada a la mitad de los pétalos.

—¿El peso de guías extra, afectará el movimiento de la falda? —Agreste se dirigió a mí.

—No, la organza plisada es liviana. Y el material que reviste las pequeñas luces es ligero.

—Si hubiera un problema con el vuelo de la tela, podemos editarlo al momento de trabajar el video una vez completadas las grabaciones—respaldó la chica de gafas.

—Asegúrate de comunicárselo a Ferguson—Me indicó Agreste.

—Si, Joven Agreste.

—Orfebrería, muestre la pedrería para el corset overbust.

Ondine me indicó regresar a mi asiento. Fui a mi puesto, ahora la mayoría no me ve cómo un bicho raro.

 ¡Estoy muy feliz, le fui de utilidad al Monsieur Ferguson!

Es tanta mi buena actitud que, estar al lado de Agreste no fue ningún distractor, preste atención a las ponencias del resto de integrantes en la mesa, conociendo sus cargos y nombres. Al final, quedé de reunirme con el departamento de tecnología y el de fotografía, para ver el tema de las tonalidades.

Brid no va a creer que, un consejo del grosero de su esposo me fue de utilidad.

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—¡Señor Ferguson, conseguí lo que solicitó! —Entré vociferando al atelier, pero me fui de bruces sobre la alfombra.

¡Siempre olvido donde poner los pies en el pasillo oscuro!

Me levanté y fui renqueando hasta al área de diseño.

—A qué viene ese escandalo—Cuestionó sin dejar de cocer una prenda, de uno de los numerosos pedidos que tiene—Te he dicho que te fijes donde pones los pies.

—Si—froté mi adolorida rodilla—¡Lo conseguí!

—Deja de gritar.

—Ok…conseguí el menor número de correcciones.

—Explícate—pidió sin el minimo entusiasmo.

Me fui de palabras explicando lo que se abordó de la reunion y, lo que solicitaron para dicho diseño. Este debía ser entregado el siguiente lunes sin falta.

—Gracias por cumplir con mis demandas. Tendré un fin de semana atareado.

—¿Puedo ayudarle si lo necesita? —sugerí, siendo que no me veré con Emmerich, lo mejor es distraerme con otra cosa.

—Tengo una pregunta que hacerte—Se posicionó frente a mí, con los brazos cruzados.

—¿Pregunta?

—¿Por qué si eres tan buena en lo que haces? ¿Por qué inventaron esa calumnia hacia ti? Me refiero al reality. Muchas personas te dábamos por ganadora en ese programa y, no dudo que las casas de moda no estuvieran interesadas en ti.

—Bueno…cometí un error y, estuve en el momento y lugar equivocado y, terminaron culpándome de algo que no hice. Yo me defendí, pero mis palabras no fueron suficiente. Así que, me echaron por la puerta de atrás.

—No me hables en metáforas, se directa.

—No es algo de lo que quiera hablar. Hay personas muy influyentes involucradas, comprenda que no…

—¿Tiene que ver con Chloe?

—Si, pero no diga nada. Las cosas estan bien así, tengo mis razones, por favor respete mi postura con la situación—Sin darme cuenta, estaba siendo exigente, con el tema. Pero, no quiero hablar de ello.

Es mi jefe, si, lo entiendo, pero esto es muy personal.

—Estoy avergonzado por creer las patrañas que se decían de ti—Se dirigió a su estación de trabajo, con una expresión ilegible—Veo lo mucho que te afecta lo que te hicieron.

—Ya se ha disculpado al respecto. Por lo demás descuide, es algo que se salió de control.

—Pero una disculpa sin soluciones no sirve de nada—Abrió uno de los cajones del inmenso estante. Sus palabras llevan razón, las disculpas vacías no tienen sentido—En compensación a mi descortesía y premiando tú buena labor en la reunion, tomaras mi lugar en la exposición de este sábado.

El señor Ferguson regresó a su posición frente a mí y, me entregó una invitación en acrílico, con letras doradas y bordes plateados. Junto a un broche afiligranada de oro blanco con un rubí en el centro.

—¡Está joya es muy cara! —No puedo aceptarla.

—Es tú pase de acceso a la exposición—explicó, extendió la invitación, insistiendo que las tomara. Lo cual hago—Ese broche es el obsequió para los expositores de Gabriel´s, los invitados reciben un broche de oro con un diamante.

—Es una exposición importante—Dejé de ver el broche para leer la invita… ¡Oh, no! —Es la fiesta de cumpleaños del CEO…

—Si, pero no te preocupes por el regalo. Tú estarás exponiendo la linea exclusiva de clientes VIP de Gabriel´s de la cual me encargo. Adrien siempre piensa en los negocios y, dado el poder adquisitivo de sus invitados, les deja ver lo mejor que tiene su empresa para ofrecer.

—Yo…no sé qué decir.

Es una responsabilidad muy grande tratar con futuros clientes, pero la razón más grande de estar sin palabras es que, mi ex estará en ese lugar.

—Tienes talento, pero te falta confianza. Que mejor desafió que este.

—Gracias por la oportunidad—¡Recházala! —Con gusto asistiré.

No pienso seguir escapando de él. Si debo enfrentarlo, que así sea.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola, hola invocadoras e invocadores. En compensación a la tardanza, tienen un capitulo muy extenso. En dónde cómo se menciona en la nota inicial, incorporé un narrador omnisiente. Con mi beta reader llegamos a la conclusión que es necesario para, la trama.

En este capítulo, Marinette esta tomando coraje para demostrar de lo que está hecha. Mientras que Adrien está confundido por lo que Honey significa realmente para él.

Existen varios eventos dentro de la trama y describirlos aquí se haría extenso así que lo resumiré en:

¿Qué les pareció este capítulo?

¿Tiene teorías?

Sepan que aun hay muchas cosas en el tintero, incluyendo temas del pasado que han ocurrido entre los personajes…si Agreste no olvidó lo que le hiciste a Marinette en el concierto.

¡Por fin tras largos años de espera! Sabrán quién es el ex de Marinette, y verán si atinaron o no al nombre de este individuo. La dinámica está cerrada, pues a estas alturas ya es más que evidente de quién se trata.

Gracias por sus comentarios, estrellitas y recomendaciones. Motivan un montón a mi corazoncito de escritora.

Sin más que decir nos leemos pronto ♥

Chapter 29: Cambiar

Notes:

Nadie adivino quién es el ex de Marinette.
Pero por ser pacientes y esperar sin exigir actualización, este capítulo está dedicado a todas las personas que leen está historia y han llorado, rabiado y reido junto a todos sus personajes. Gracias por su apoyo y recomendación♥
Nota: El narrador omnisciente está entremedio de los parrafos, lo identificaran por el separador:
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(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Aceptar la propuesta del Monsieur Ferguson, implica dos cosas. Numero uno; es una oportunidad única, que exige preparación y profesionalismo de mi parte. Número dos, ver de nuevo a mi ex.

Por supuesto que me siento lo suficientemente lista para ese momento y, decirle que perdí mucho tiempo esperando algo bueno de él…

Que tonterias estoy diciendo.

Por muy furiosa que este con él. No quiero armar una escena, en medio de un evento de clase y arruinar la exposición de mi superior. 

Aunque me cueste, me estaré tranquila en mi área, haciendo mi trabajo e ignoraré su nefasta presencia.

Monsieur Ferguson me explicó que para el montaje de su exposición se colocaran veinte de sus diseños qué, elaboró previamente para esta ocasión. Mi labor será explicar a los invitados que se acerquen a la sala de exposición, el tipo de materiales que él utilizó para su creación y lo que representa.

Así que, para memorizar las descripciones y características, tuve que hacer malabares con el tiempo, porque tambien debía reunirme por las tardes con el área de tecnología de Gabriel´s, para capacitarme en el uso del equipo para los expositores de la fiesta. El cual consistía en: Un reloj smartwatch que, se sincronizaba con los earbuds que entregaban a todos los asistentes al momento de ingresar.

Estos equipos permitían que, en cuanto un invitado se acerque a los stands, podría escuchar al expositor por medio de estos y viceversa. Sin olvidar que con todo eso por aprender, también debía equilibrar mi tiempo con las reuniones referentes al vestido del comercial del perfume.

¡No he parado ni un instante!

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—Cuéntame, ¿Cómo te has sentido desde entonces? —Me preguntó mi psiquiatra. 

—Mucho mejor, al principio me costó, pero poco a poco me siento más motivada a salir de la cama y, no auto compadecerme de mí misma—Le explicaba a mi psiquiatra, con quién programé una cita la mañana del miercoles.

He hice un espacio en mi apretada agenda para tener noción si estoy bien con la medicación y, mi progreso.

Le conté del apoyo de mis amigos, mi medicación, las salidas de Urbex y como mis pensamientos intrusivos ya no me dominan, como lo hacían antes.

—Explorar esos espacios debe ser toda una experiencia. Hacerlo en compañía es una buena manera de mantenerte segura ¿Te ayudó a liberar algo de energía?

—Quizás—medité mi respuesta. Reviví todas las situaciones que he afrontado en compañía de Emmerich—¡Es cómo una aventura! Hay algo en esos lugares olvidados, que, de algún modo, me transmite paz, un respiro mental a todo lo que he estado pasando. Mi amigo es bastante reservado en algunos aspectos y, sin embargo, cuando se trata de apoyarme y motivarme a confiar y creer en mí misma, lo hace de una forma genuina, es así cómo lo percibo.

—Es grandioso que tengas una actividad que te apasione y, además, tenga un efecto positivo en tú bienestar. Especialmente porque te conecta con el presente. En compañía de una persona que está apoyándote.

—Si, creo que me da un proposito. Tengo algo que espero, algo que me hace levantarme y salir a su vez, me sirve de mucho para desempeñar mi trabajo y relacionarme mejor con cada uno de mis amigos. No puedo dejar de estar agradecida, porque cada día, ahora representa una oportunidad y no un agobio.

—Felicidades Marinette, los resultados se ven por si solos. La conexión humana es esencial y el hecho de que te estés rodeando de personas que te apoyan, es una señal de tu progreso. Así que, en términos de pensamientos negativos, el manejo de tú terapia y la medicación, van por un buen camino.

—Muchas gracias. Aún existen días y momentos que son difíciles, pero ahora siento que puedo lidiar con ellos de manera saludable.

—Para eso estamos aquí, para acompañarte y asegurarnos de que, continues en el camino de la recuperación. Aun cuando existan momentos que causen mayor impacto, aprenderás a enfrentarlos y cuando sientas que no puedes…

—Recurriré a mis amigos, no a esas opciones…buenos usted ya sabe cuáles.

Mi psiquiatra sonrió, me dio consejos para evitar las recaídas.

Cherry Hair y Max me esperaban fuera del consultorio para llevarme al trabajo.

Adrien.

El jueves a la mañana regresé de mi viaje a Palermo dónde están los resorts que Charlotte administra.

Con el tema del Consejo de Trabajo saldado, me facilita movilizarme libremente para atender mis negocios. Sin embargo, me sentí extraño estando fuera.

Normalmente me iba de pinta por las playas de Palermo, disfrutaba de la buena compañía y encuentros pasionales con las mujeres de mi elección, incluso agendaba con contactos que ya tenía en la zona. Sin embargo, ahora, ese tipo de compañía me aburre. No me genera ningún tipo de interés, tampoco beber hasta perder la conciencia.

Debe ser cosa de llegar a los treinta, una especie de “crisis de la edad” ya se me pasará en un par de días, ahora que retomo mis actividades sin la presión de la prensa rosa o los tipejos del ministerio contando mis costillas.

Por alguna razón, quiero ver a Honey, casí no se ha comunicado conmigo. Ella se enfrasca en no defraudar a los demás, que tiende a olvidarse de sí misma. Echo en falta su parloteo incesante.

Emmerich_10:00am: Pasaré por ti a las seis treinta. Iremos a un lugar cercano a dar la vuelta para ponernos al día.

Honey_10:02am : ¿Hoy? ¿Creí que nos veríamos hasta el fin de semana siguiente?

Emmerich_10:03am: Tengo un tiempo libre este día ¿Entonces?

Honey_10:05am : De acuerdo, nos vemos a las seis treinta donde siempre. Te dejo, tengo que seguir trabajando. 

—Buenos días Ondine ¿Cómo está tú hijo, Oliver? —Llegué a la recepción en el piso de mi oficina.

—¿Eeeh? ¿Mi hijo? —Ondine, casí deja caer su Tablet—Está bien, obtuvo el primer lugar en esgrima.

—Felicidades—Dije. Ella agradeció—Será un atleta federado al paso que va—Le seguí la plática, ingresando a mi despacho.

—Si…eso esperamos mi esposo y yo… ¿Se encuentra bien?

—Si, estoy bien—¿Pero que pregunta es esa?

—¡Adrien, al fin regresaste de Italia! —Winter venia hacia mí, con los brazos extendidos—¿Espera? —Se detuvo con cara de panico—¿Porque sonríes?

¿Sonreír?

Di la media vuelta frente al espejo de cuerpo completo cerca de la entrada.

¡Por el averno!

No me di cuenta de que estaba sonriendo, cómo niño con juguete nuevo.

—Me recordé un chiste que alguien contó en algún lugar que no importa.

—¿Esa es tú explicación? —Winter seguía atónita—Esa sonrisa no es por algo gracioso.

—Pues tú sonrisa de bono de fin de mes, va a desaparecer, si no me pongo a trabajar, así que deja el tema—sentencie, ella rodeo sus ojos.

—Me caías bien hace diez segundos.

No le di importancia, le solicité a Ondine me diera la programación de este…

—¿¡MANTENIMIENTO CORRECTIVO DEL ATELIER SUBTERRANEO!?—Leí el encabezado de la solicitud de Ferguson.

—Si, lo solicitó Monsieur Ferguson el miercoles por la tarde.

—Él nunca ha solicitado un mantenimiento de este tipo.

—¿Está segura de que fue él? —Winter se sumó a la conversación, mientras yo no podía creer la larga lista de reparaciones que estaba solicitando—Ferguson se encarga del mantenimiento de su equipo y, se la vive empeñado en que nadie toque nada del lugar.

—Yo tambien estoy estupefacta con la solicitud—explicó Ondine— Sin embargo, Ferguson ha planteado criterios que, deben tomarse en cuenta para dicho mantenimiento.

—Siempre se negó a las inspecciones periódicas del equipo técnico. Nadie lo obligaba a formar parte de estos cambios, por su buen rendimiento ¿Qué demonios cambio ahora?

Fui al escritorio e ingresé a la base de datos del departamento técnico en la asignación de presupuestos. Cada área de la empresa tiene un esquema de mantenimiento, de maquinaria, mobiliario y estructura. El detalle es que Ferguson nunca hacia uso de este servicio y su presupuesto designado, siempre fue un estimado. Con lo que detalla en la lista que envió, es probable que esto se rebase.

—Ondine, dile al jefe de finanzas y al técnico de logística que vengan de inmediato.

—Si joven Agreste, enseguida.

—Winter te quedas a la reunion. Necesito ver de dónde sacaré los fondos para suplir el costo extra.

 No quiero tener a los del Consejo de Trabajo, metidos de nuevo en mi empresa, porque su rata, no está trabajando en un local “seguro”

No me cabe duda de que la rata Dupon ha tenido que ver con esto.

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Nino, avanzó por su departamento esquivando los objetos en el piso, para atender a quién tocaba a su puerta.

—Buenas días ¿Que se le ofrece? —El productor estaba algo adormilado, la noche anterior se había quedado editando unos comerciales hasta altas horas.

—Buenas tardes, señor Nino soy…

—Dime Nino, que no soy un viejo— bostezó, rascando su espalda.

—Bueno, Nino. Soy el detective Jacob Davis, trabajo para la firma de abogados Wang & Asociados. Me atreví a venir a visitarlo en persona, pues temprano a la mañana le busqué en su oficina y me brindaron está dirección.

—¿Ah? ¿Detective? ¿Qué se le ofrece?

—Iré al grano. La señorita Marinette Dupain Cheng participó en uno de sus programas de reality show. Contamos con la mayoría de capitulos en los que ella apareció, menos en el que fue acusada de plagio y expulsada del programa. Necesitamos una copia de dicho capitulo sin editar.

—¿Puedo preguntar para qué necesitan ese material?

—Por supuesto está en todo su derecho de saberlo. Nuestro despacho ha abierto una investigación sobre las acusaciones en contra de la señorita Marinette, es un caso muy delicado. El capítulo podría servir como prueba de investigación.

Mira, entiendo lo que quieren hacer, pero…—Nino pensó un segundo, iba a negarse, pero cambio de parecer—Te diré lo que vamos a hacer. Yo debo pedir autorización para brindarte ese material. Ya sabes protocolos y eso. Ve a mi oficina mañana a la tarde y, te daré una respuesta ¿Ok?

—Está bien, comprendo. Estaré ahí al final del día. Que tenga un buen día—El hombre delgado de cabello rizado rojizo y nariz aguileña, se acomodó su gabardina azul y se marchó del apartamento.

Nino espero unos minutos procesando su decisión.

 Tras ver su calendario y confirmar que había pasado mucho tiempo ya de ese incidente, decidió marcar para solicitar autorización.

—¿Nino? —inquirió la persona del otro lado—¿Qué sucede?

—Deja te explico—el productor le describió la situación y la petición de dicho material, por la firma de abogados.

—Dale una copia—El tono despreocupado, capto la atención de Nino.

—¿Estás segu…?

—Si, me confirmas cuando se dé la entrega. Adios—Sin más la llamada se cortó. Nino se encogió de hombros, repitiendo para sí.

—Ha pasado mucho ya de eso—Y sin más fue a prepararse para ir a su oficina.

Marinette.

Emmerich pasó por mí a la hora estipulada. Me trajo al Jardín Du Pré-Catalan. Paris no deja de sorprenderme. Tiene una inmensidad de bosques para caminata.

El lugar está lleno de árboles que probablemente tengan más de un siglo de vida, son inmensos y con ese tono naranja, le brindan un aspecto muy de otoñal al pequeño riachuelo, cubierto de hojas secas.

Me hacía falta salir a tocar pasto. Un rato para desconectarme de la presión de la fiesta, la exposición, el comercial…ver a mi ex de nuevo.

Presumiendo su nueva pareja, mientras tú estarás en una esquina, atendiendo el stand de la marca.

¡Pues que le aproveche, porque el que se lo queda pierde!

—No me explicó porque a los turistas no les gustan los parques.

—Honey, hay árboles y pasto en todos lados. Lo llamativo de las ciudades turísticas, son sus edificios, sean modernos o históricos.

Hay algo en su respuesta. No, es el tono osco que usó para responder. Emmerich es muy serio, pero ahora su actitud no refleja eso en él.

—¿Pasó algo?

—¿A qué te refieres? —Avanzó sin verme, con postura erguida.

—Eres cortante.

—Siempre lo fui y lo seré. Así que, insisto ¿A qué te refieres?

Ah, que pesado que está.

—Detente ahora mismo—exigí. Me situé delante de él con las manos en mi cintura. Su ceja enarcada sobresalió sobre el marco de sus lentes—Me hiciste prometer que fuera honesta cuando me sintiera mal y, creo que, yo también puedo pedirte lo mismo. Está bien si tienes cosas que no quieres decirme, pero agradecería que al menos me comuniques que te sientes mal y así, saber si puedo ayudarte.

—Para ayudar primero se tiene que estar bien.

Eso fue un golpe muy bajo.  

—Ok, suficiente. Vine a relajarme y si vas a estar así, mejor disfruto el resto del paseo en completa soledad y, me regresaré por mi cuenta—desafié.

¿¡Que le pasa, que se cree!?

Habla por ti, que actitud tan infantil estás planteando.

Infantil o no. Es justo que, si se sentía mal o molesto por algo, hubiera cancelado en lugar de obligarse a estar donde no quiere.

Adrien

Me quedó de pie viendo cómo avanza determinada a andar e irse sola.

Si estoy molesto con lo de la remodelación del Atelier y que esto se salió del presupuesto anual, si le sumo los gastos de la nueva empresa de seguridad y el circuito de camaras y demás.

¡Que sabe una veinteañera de manejar una empresa!

¡Que se vaya sola para lo que me import…! ¡Ese no es el sendero que debe seguir!

—¡Honey, espera!

No.

¡Malnacida!

—¡Ese no es el sendero!

—¿Según quién? —Se giro, de brazos cruzados y actitud de tres años.

No tarde nada en alcanzarla.

—Ese sendero está lleno de maleza y alimañas.

—Me parecerán simpáticas, en comparación—Sus ojos verdes me escrutaron con desdén.

¡Ok, no estamos llegando a ningún lado!

—Si bien yo tengo una actitud del asco. Tú tampoco estás buscando la forma de resolver, si vas por ahí arriesgándote.

—Cómo quieres que reaccione, si a mí me pides ser honesta, pero tú no lo eres ¡Estoy preocupada por ti y así es cómo reaccionas!

Su expresión de angustia y frustración es un recuerdo a que ella, no procesa sus emociones cómo yo lo hago.

Según lo que investigue, su ansiedad, la hará sobre pensar todo lo malo de este momento.

—Lo lamento—Me tragué la hiel de mi orgullo—Si, estoy molesto, por algo que paso en mi trabajo, aún estaba pensando en cómo resolverlo y me distancie del paseo.

Marinette

Estoy avergonzada por presionar de manera inmadura. Me siento cómo una tonta.

Si bien no sabía lo que le estaba pasando. Mi actitud no fue la más decente.

—Sé que te molesta que me disculpe tanto, pero está ocasión lo amerita. Fui muy grosera contigo, al presionarte a decir lo que te estaba pasando. Lo siento, por mi comportamiento.

Ambos nos quedamos en silencio. El frio viento movió las hojas del suelo y las ramas de los árboles. Causando una lluvia de hojas muertas. 

No quiero estar enojada con la persona que, ha hecho tanto por mí.

—Ambos nos equivocamos, tienes razón al decir que, si pido que seas honesta, yo también debo serlo, cuando no me siento bien.

—Tampoco actuar tan exigente de mi parte, no es la forma correcta de pedir que lo seas.

—Lo lamento—repetimos al unísono. Algo que nos pareció al poco rato gracioso y reímos por ello.

—¿Estamos bien? 

—Si—De nueva cuenta me dio por darle un abrazo. Él no será el más afectuoso del mundo, pero es mi manera de expresarle lo feliz que me hace tenerle de amigo.

Adrien

Es extraño, que no desea a Honey cómo una chica a la que conquistar para meterla en mi cama. Me produce, querer pasar más tiempo con ella, hablar y conocerla más allá de una acompañante de Urbex.  El calor de su abrazo me llena de una calma que desconocía y, a la vez me produce una mezcla de inquietud y confusión.

La abracé, deseando que esto no acabe, por primera vez me dificulta querer sacarla de mi vida.

No quiero que esto acabe.

Ella se aparta de mí, cuando anuncian que el parque está por cerrar. Estaba tan centrado en mis problemas, que olvide que ya era tarde.

—Oh, vaya. Tenemos que irnos ya—lamentó, viendo su reloj— Apenas son las ocho de la noche—¡Era mi oportunidad de proponer otro sitio…! —No importa, mañana debo estar temprano en el trabajo.

—¿Ah sí? ¿Se puede saber por qué?

Lo egoísta que me escucharé si le propongo continuar, cuando está preparándose para la exposición que su jefe le encargo. Sabrá el averno que es, pero es importante para ella.

—Mañana tenemos ensayo en el lugar de la exposición. Nos trasladaran en transportes de mi trabajo, así que, es mejor que descanse. Tú lo dijiste, el reposo es importante—Ella me observó con inquietud—¿Puedo saber que te tenía tan disperso?

—Cosas mías, a las que les estaba dando demasiada importancia de la debida—Sus facciones me muestran que no está convencida de mi respuesta—No es nada serio, sé cómo resolverlo. Bueno, es mejor que salgamos de aquí—Cambie el tema—En fin, que el siguiente fin de semana, estaremos en una exploración que te aseguro te encantara.

¿Por qué estoy hablando así? Me doy asco.

—¡Es cierto! Quedaste de enviarme lo que iba a necesitar.

Así acabo está salida, conversando sobre lo que debía empacar y dejándola donde siempre, con la promesa de decirle cuando me sintiera mal.

Ya hasta olvide porque estaba molesto.

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Viernes a la tarde, Nino tenía lista la copia del capítulo. Aún le embargaban las dudas de compartir dicho material sin editar. Pero al no ser el original, le daba un cierto alivio.

—Señor Lahiffe, el detective Jacob Davis lo busca—avisó la recepcionista por el computador.

—Enseguida voy, Karen—Nino iba a tomar el paquete con la copia del video, cuando dos mensajes seguidos timbraron en su móvil.

Extrañado sacó el celular, al ver un numero desconocido, desplegó el chat para bloquear el usuario. Pero lo que encontró le hizo palidecer.

Desconocido_4:00pm: ¿Me extrañaste?

 Seguido de dos fotografías, una en el andén de la estación de trenes de Londres y otra, recién tomada al investigador ingresando a su local de producciones.

La sangre se le fue a los pies. A la vez, vio cómo el usuario eliminó los mensajes y lo bloqueo.

Aquello era una amenaza. Esa persona estaba de regreso y su cómplice también.

Nino tomó el paquete con la SD del episodio, convencido de eliminar la evidencia. Pero, eso no aseguraba que las amenazas y el acoso, terminarían, de parte de estas personas.

Tomó su celular y envió un mensaje a quién el día anterior solicitó la autorización.

Nino_4:10pm: Estan de regreso en Londres. Se dieron cuenta.

Guardó el móvil sin importar la respuesta que fuera a recibir de esa persona.

 De nuevo la inseguridad de continuar con lo planeado o desistir, le hizo tomar una decisión a las prisas. Fue hacia unas enciclopedias viejas de la librera que estaba alejada de la ventana, y ocultó la MicroSD dentro de las páginas de un maltrecho diccionario. Después salió a recibir al investigador.

—Señor Jacob, siento que hiciera este viaje hasta aquí por nada.

—¿Qué dice? Pero si usted quedo de…

—Marinette firmó un contrato de derechos de autor y cláusulas de confidencialidad que protegen el contenido de nuestros episodios. Gracias a esto, es que el material no anda por ahí desperdigado ¿Comprende?

—La firma está al tanto de los posibles derechos sobre el material. Estamos dispuestos a discutirlo formalmente si es necesario.

—Si ese material va a usarse en un proceso legal, la solicitud debe ser presentada por la firma de abogados—. Ante la acción del investigador de buscar en su portafolio, Nino temiendo que tuviera dicho documento añadió—Junto con una orden judicial que indique la liberación del material.

—Entiendo—respondió Jacob, al no contar con dicho documento—Tendremos que proceder en esos términos.

—No es personal, amigo, es parte del protocolo—Nino le dio unas palmadas firmes al hombro del detective. Jacob se apartó por la molestia de tales confianzas de parte del productor.

Sin nada ya que hacer el detective se despidió y se marchó. Lo que pedía el productor no era algo tan simple, dicha acción involucraba una demanda formal y eso llevaría semanas.

Jacob procedió pensativo a descender por las escalinatas del edificio, antes de llegar al primer descanso del cuarto piso, un papel cayó de la solapa de su gabardina. El hombre lo levantó para tirarlo, hasta que notó que había algo escrito. Desplegó la pequeña nota y leyó el contenido.

Encontraré la manera de entregarles ese material, confíen en mí.

 

Marinette

El sábado llegó de un saltó, estaba tan centrada en lo que debía decir a los invitados para la exposición y el resto de las cosas de mi lista de pendientes que, olvidé que la fiesta tiene un código de vestimenta. No tenía un vestido para llevar ni tiempo para comprar; Monsieur Ferguson me ayudó al prestarme uno de los vestidos de su creación. El cuál ajustó a mis medidas.

Es un hermoso vestido largo hasta el piso, de hombros caídos, drapeado en la espalda con cola de sirena superpuesta al costado derecho, de tela de tafetán shantung. En color azul petróleo que, era el designado para los expositores porque es un tono que se caracteriza por ser profundo, intenso y sofisticado.

La logística de la fiesta estaba a cargo de muchas personas: Encargados de traslado de personal para las exposiciones, el equipo de vestuario encargado del montaje de las exhibiciones, las cuales se trasladarían resguardadas en autos blindados, por considerarse piezas de arte únicas y de gran valor. Así cómo personal de seguridad. No terminaría de nombrarlos a todos.

—¿Llevas todo? —Alix me preguntó, entregándome el hermoso vestido que estaba dentro de una bolsa—Los zapatos y los accesorios van dentro de las mallas a los lados de la bolsa, te compré unos guantes largos, te puse maquillaje dentro de tú cartera—Me entregó dicho elemento.

—Cherry Hair, van a maquillarnos al llegar al lugar.

—El maquillaje extra no está de más ¿El perfume? ¿Trajiste perfume? ¿Cuánto tenemos para que el transporte se vaya?

—Oye tranquila, todo está dentro de mi mochila de viaje. Lo preparamos todo está mañana y, lo revisamos tres veces.

—Cierto…Estoy tan nerviosa por este día y eso que no iré a la fiesta.

Ella está preocupada por mí, no me lo dice, pero sé que tiene que ver con que él, estará presente.

—Descuida, todo saldrá bien. Tengo mis medicinas, sé cómo controlar mis crisis. Tengo maquillaje extra—Iba a seguir enumerando cosas, para calmarla y la bocina del autobús, me interrumpió—¡Oh, rayos! Me tengo que ir.

—Anda vamos, te ayudo a subir.

Me dio un abrazo fugaz y corrimos a alcanzar el autobús junto a otros expositores. Me despedí de ella en cuanto la coordinadora me asignó un lugar en la unidad de transporte.

—Marinette —Una dulce voz captó mi atención y, en cuanto la encontré dos asientos detrás de mi le saludé.

—¿Rosita? ¡Eres expositora también, que bueno!

—No, Marinette. Estaré encargada de vestir a las modelos del desfile por parte del atelier ¿Tú en que área estás?

—¿Desfile?

—Si es parte de las actividades.

Agreste no deja de pensar en negocios ni cuando duerme.

—Que bien, nos veremos a la hora del receso—Al menos no iba aburrirme yo sola—Estaré en la exposición de la linea exclusiva de Gabriel´s.

Ni bien dije eso, la atmosfera dentro del transporte cambio, todos me ven preocupados, incrédulos y disgustados. Gracias a la información de Mireille sé que Monsieur Ferguson, no goza de buena fama.

—Quizás podamos dar la vuelta por los jardines y ponernos al día ¿Te parece? —Menos mal que el buen humor de Rosita no se contagió de la mala vibra del resto.

—Me parece estupendo.

Luego de esa interacción me acomodé en mi puesto, tomé mis audifonos para relajarme, no sin antes tomarme una fotografía y enviarla a Cherry Hair para que se esté tranquila.

Elegí una playlist relajante y me dispuse a dormir, por los cincuenta minutos de viaje. 

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—Marinette, despierta. Hemos llegado—Rosita sacudió mi hombro, ya que todos estaban bajando del autobús.

Me perdí del paisaje durante el recorrido, por segunda vez.

Tuve que espabilar porque me relajé demasiado en el trayecto.

Me sorprendió lo rapido que montaron la decoración. Ayer que hicimos los ensayos, el sitio estaba normal. Ahora es toda una majestuosa ejecución de rococo con modernismo.

Al frente del castillo de Vaux-le-Vicomte, destacan las tres hileras de carpas de acrílico transparente delante de las escalinatas de ingreso, con las mesas de manteles negros y sillas tapizadas de terciopelo dorado, cristalería fina para que los invitados degusten la comida. Enormes buques de flores blancas y negras cómo centros de mesa.

Sobre el pasto estaban varios faroles, acorde a la temática, negro dorado de la decoración. Detrás nuestro a una gran distancia de la entrada del castillo en el jardín frontal, sobre el espejo de agua, estaba situada la tarima del desfile que Rosita mencionó.

No había tiempo para quedar embobada con todos los hermosos detalles del majestuoso sitio o las exquisitas decoraciones, pues tan pronto nos hicimos de nuestro equipaje, uno de los coordinadores del evento se acercó para organizarnos por grupos y, llevarnos a las respectivas estaciones de maquillaje. Eran las dos de la tarde.

—Los invitados comenzaran a llegar a las siete de la noche. Las alfombras deben estar desplegadas al frente en los laterales y, el jardín del norte—Se escuchaba por el radio que nuestro guía llevaba consigo.

Comienzo a sentir mariposas en el estómago por los nervios.

Conforme las horas transcurrían evitaba en la medida de lo posible especular sobre el futuro, estaba concentrada en el ahora. En lo que podía controlar.

Tardaron mucho en maquillarme, pues había muchas personas esperando. Al ver el resultado del maquillista en el espejo me maravillo de su trabajo. Él uso una base blanca en el arco de ceja, empleo tonos azulados sobre el parpado fijo y, nuevamente aplico tono blanco sobre el parpado móvil con un toque de glitter discreto, para integrarlo bien con el eyeliner negro. Los tonos difuminados creaban una transición visual suave.

Con rubor melocotón, labial rojo mate. Todo mi maquillaje fue sellado con fijador, porque estaría muchas horas con este puesto.

Me dirigí con mis cosas a los vestidores, algunas chicas se desvestían sin problema fuera de estos para colocarse las medias y una que otra cosa. Pero yo no tengo esa confianza…

Ellos verán tus cicatrices, que evidencian tú cobardía.

Mejor esperé paciente a que se desocupara un cubículo.

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La encargada me condujo al interior del castillo y no había un solo lugar a donde centrar la atención. La Salle des Rotondes, posee una enorme cúpula sostenida por numerosas esculturas y bellos frescos que, a palabras de la encargada, aún están siendo restaurados.

Está zona estaba iluminada por reflectores y estaba destinada para la discoteca. Todas las estancias de la primera planta convergen con este salón. La exposición de la linea exclusiva estaba situado en la biblioteca y desde la entrada, podía ver el salón oval y el pasillo que conecta las habitaciones adyacentes.

—Esté será tú espacio. Tienes diez diseños femeninos y diez masculinos a cada lado. Si un cliente está interesado en reservar un cupo de este servicio ¿Qué debe hacer?

—Situar el código QR de su brazalete sobre mi pulsera digital y automáticamente obtendré sus datos y ellos, el número de lista de espera, para que Monsieur Ferguson, le tome su pedido.

—Bien. Cualquier percance o duda que tengas, informa por los manos libres a la coordinadora de las exposiciones que, estará dentro del castillo.

—Entendido. Madame Eyad—La seria mujer, de cabello negro trenzado y mirada altiva, se dio la vuelta tras despedirse.

Faltan treinta minutos para que los invitados comiencen a llegar.

Estaré bien centrada en qué, estar aquí es un privilegio concedido por mi esfuerzo.

Sin prestar atención a toda persona que ose a perturbar mi paz.

Adrien

Retrasé unos minutos mi ingreso, porque pasé antes por una farmacia para comprar un roll on de aromaterapia, pues el que llevó a los paseos con Honey lo dejé en casa…Cuando caí en cuenta que, este fin de semana no me reuniré con Honey.

En fin, ahora tendré dos roll on con diferente aroma.

El Kings Crow Garden, parte de Vaux le Vicomte es el lugar perfecto para la pasarela al aire libre, teniendo el castillo de fondo.

Cómo estaba programado hice mi ingreso por la pasarela instalada sobre el canal del jardín, portando un chaqué negro con forro dorado, chaleco y corbata Ascot en el mismo tono.

—¡Felices treinta años, Adrien! —Gritó entusiasmada Winter, con todos los invitados de fondo, mientras el staff hacia estallar los cañones de confeti dorado.

—Muchas gracias, Winter—Extendí mi mano para que ella la tomara. Lo cual hizo muy feliz—Quiero agradecerles a ustedes por asistir cómo todos los años, a la fiesta que está hermosa mujer organiza para mi—Porque yo, ni pagado lidiaría con el catering de los proveedores—Soy malo con las palabras ceremoniales de este estilo, así que, me resta invitarlos a disfrutar de la velada y las sorpresas que mi amiga tiene para la celebración.

En medio de los aplausos Winter me dio un fuerte abrazo. El cual correspondí. Se ve siempre tan impecable y sensual, en el vestido dorado de cuello halter y escote abierto con su falda larga de abertura al lado derecho, con aplicaciones plateadas.

Su esbelta figura resalta de maravilla.

—Creí que no llegarías, ya son más de las nueve—reprendió sin desdibujar su sonrisa, mientras tomábamos asiento en la primera fila.

—El festejado siempre llega al último—defendí. —Disfrutemos de la pasarela y relájate.  

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Tras terminar el desfile y una presentación del catering, con un ballet y danza contemporánea, nos trasladamos a la entrada del castillo a quince minutos de donde nos encontrábamos. Los invitados fueron trasladas en coches tirados por caballos, que son parte de la tematica del castillo.

Winter y yo íbamos en transporte similar, solo que está era tirada por caballos blancos.

La prensa autorizada, estaba situada del otro lado de la cuenca de agua que rodea al castillo, tenían permitido tomar fotografías de los invitados al ingresar, más no dentro de Vaux-le-Vicomte.

Tras esa pequeña bienvenida de los doscientos cincuenta invitados, se dio paso a la cena y otro espéctalo de musica en vivo, acompañado de cantantes profesionales y famosos.

Todo estaba resultando de maravilla…pero, al ver lo majestuoso del castillo, sus recovecos llenos de detalles dorados e innumerables muebles y pinturas. Comencé a sentir un vacio que no entiendo.  

Me tiene pensativo el hecho que, Honey pidió honestidad y es lo que menos le estoy brindado, pero, si le digo la verdad ¿Seguirá todo igual? El mundo en el que me desenvuelvo está plagado de “tanto tienes tantos vales”

No soy estupido, si fuera un muerto de hambre con cara bonita, los invitados de esta fiesta no me voltearían ni a ver.

Entonces ¿Honey cambiaría su forma de ser, al saber mi identidad real?

Por primera vez me siento inseguro.

—Iré a ver que tal andan las exhibiciones—Me excusé con Winter y algunos invitados.

Necesitaba distraerme un rato para sosegarme. Descendí hacia la primera planta y me dirigí a la exhibición de Ferguson. El lugar es perfecto para pensar, ya que él nunca se presenta a participar.

¿¡QUE SIGNIFICA ESTO!?

¿¡Por qué la rata Dupon está en una exposición!?

Marinette

—Será un gusto tenerlos cómo clientes.

—Gracias por su atención—la joven de cabello rubio y ojos café, estaba emocionada por haber obtenido un cupo de los cien disponibles para esta linea—Mi sueño es que mi vestido de bodas sea diseñado por la linea exclusiva de Gabriel´s.

—Lo tendré en cuenta, no se preocupe.

La pareja se despidió muy amable y se retiraron a la zona de la discoteca. Con ellos ya contaba con cincuenta cupos reservados. Lo cual me tenía ansiosa por comenzar a asistir a Monsieur Ferguson en su realización. Di un vistazo a la biblioteca, con sus dos candelabros lujosos colgando del techo y las pinturas que decoran el mismo. El rococo fue sin duda el estilo que destacó en su realización.

Debo agradecer a Emmerich por enseñarme a diferenciar estilos arquitecto…

—Buenas noches, señorita Cheng.

Pegué un brinco del susto. Me giré para ver al causante de tal espanto… ¡Ay no!

—Buenas noches joven Agreste…Feliz cumplea…

—¿Ferguson la envió en su lugar? —Me interrumpió, mientras se paseaba por la exhibición.

—Si, tengo el broche para comprob…

—Ni se moleste en mostrarlo. De no tenerlo desde el inicio, no le habrían dejado entrar ¿Cuántos clientes lleva hasta ahora? —No dije nada. El me vio por sobre su hombro—¿Me escuchó o tiene dañado los manos libres?

—Me interrumpió dos veces, solo me aseguro de que no ocurra una tercera vez—Lo escuché murmurar una maldición en mandarín—Entiendo perfecto el mandarín, joven Agreste—Así no sé pasa de listo hablando en otro idioma.

—Responda a mi pregunta.

Ni en su cumpleaños este hombre emana felicidad.  

Tengo cincuenta cupos reservados para que marketing se ponga en contacto con ellos—El avanzó hacia mí a grandes zancadas, sin preguntarme tomó mi mano.

Situó su reloj sobre mi brazalete y al momento se reflejó los datos en la pantalla de este.

—Ni un solo error está noche—advirtió. Con su afilada mirada de pocos amigos. Soltó mi mano y se marchó de la habitación.

Que tipo tan insoportable. 

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Un rato después atendiendo clientes y curiosos, miré el reloj en la pulsera y marcaba las diez treinta, lo cual significaba la hora de mi receso. Podía estar satisfecha con mi desempeño, pues tenía setenta y cinco clientes confirmados.

El haber estado a cargo de las ventas en mí ya desaparecida marca, me dio la experiencia para tratar con personas de alto poder adquisitivo. Me siento como pez en el agua. Espero alcanzar mi meta al regresar.

El ambiente afuera está muy animado, las luces se sincronizan con el ritmo de la musica, pero no puedo ponerme a bailar porque soy parte del staff, no de los invitados. Fui a la doble puerta de madera labrada para cerrarla, una vez hecho, deslicé mi tarjeta sobre la cerradura eléctrica y la puerta se bloqueó.

Comencé a abrirme pasó entre la gente que bailaba en el salón, para llegar a la entrada principal e ir al jardín, dónde tenía que reunirme con la coordinadora. 

Mis pies se detuvieron, no soy capaz de moverme…

Esto no…esto no puede estar pasando.

Cruzando el salón al fondo del pasillo está él, elegante en su traje azul negro de diseñador de tres piezas, su cabello negro engomado hacia atrás…Mis manos se aferran entre sí, al ser testigo de cómo ríe despreocupado en compañía de su nueva pareja.

Es una chica hermosa, cabello castaño, piel bronceada…

Ella no es una enferma cómo tú, ella no fue una cobarde que intentó acabar con su propia vida, ella no es una fracasada cómo tú.

Los invitados me empujan y no soy capaz de reaccionar. No dejó de pensar en la miserable vida que pase esperando por él y que…

¡Marc Anciel estuviera riendo con ella, mientras tú te desangrabas en el baño!

Esto no me afecta…ya acepté que él está en otra relación…

No puedo controlar el ataque… ¡Por qué no puedo pararlo!

Un zumbido horrible penetra mis oidos, la musica comienza a escucharse distorsionada…

Mírate, tan frágil y boba. Todos serán testigos de lo inutil que eres, en especial Marc que justo está viéndote.

Apenas puedo enfocar mi vista al frente, Marc está viéndome le murmura cosas al oido a su acompañante, ella cubre su boca y se ríe…

Mi cabeza da vueltas, el aire…me falta el aire…no…puedo…

Adrien.

Salí un rato al área de mesas fuera del castillo, para complacer el capricho de Winter de interactuar con el resto de los invitados.

—Es una fiesta increíble como de costumbre—Adula a mi acompañante la señora Laurent, la CEO de una cadena de relojes suizos y, una de nuestras clientas que solicita prendas del atelier para coleccionarlas—Traje a mi hija para presentarte—Ella hace un ademán al interior del gran salón ovalado. —Fabienne no paraba de hablar de usted cuando veníamos de camino.

—Madre, por favor—Miré por unos breves segundos a la chica de tez blanca y cabello rojo de ojos gris—Encantada de conocerlo joven Agreste—Extendió su mano para que la besé.

Sin embargo, divisé al fondo que algunos invitados al interior del castillo se estaban agrupando en un sector del salón.

 ¿Qué está pasando?

—¿Ocurre algo? ¿Dije algo malo? —La chica cuestionaba, pero mi atención estaba en la muchedumbre.

—No nada malo, señorita Fabienne—Winter se acerca a mi—Adrien ¿Qué rayos estás haciendo? Estás actuando muy raro.

—Disculpé mi desatención yo estaba…—No parece ser una dinámica del catering…

¿Una persona está en el piso?

Las luces de la discoteca hacen poco visible la situación.

—¿Adrien que te pasa?

—Con permiso—No podía estar tranquilo sin saber que estaba pasando. Subí las escaleras e ingresé al salón, de inmediato me acerqué al tumulto de personas.

—¡Déjenme pasar! ¡Háganse a un lado! —Aparté sin cuidado a las personas que estaban en mi camino. Confirmando que si hay una persona en el piso…

¿La rata Dupon?

Ella está de rodillas con la frente sobre el piso. Mis manos libres se sincronizan con el suyo y escuchó su respiración agitada y entrecortada.

{Es una muerte que anticipas, pero, no llega.}

Las palabras de Honey resuenan, en mi cabeza y mis piernas se mueven por si solas.

—¡Apártense que ella necesita espacio para respirar! —Exigí a las personas, que confundidas se apartan, entre murmullos y protestas.

—¿Qué necesitas? —Intentó saber si aún tiene algo de control. No responde, sus dedos se hunden más en su pecho, dejando marcas rojas.

—Voy a ayudart…

—¿Qué está pasando?

—¿Alguien viene con ella?

—¿Quién es?

Soy interrumpido por las voces de los presentes. Los invitados se han aglomerado a nuestro alrededor de nueva cuenta.

La está sofocando y empeorando las cosas.

—¡Ella necesita aire, aléjense! —Di media vuelta—¿Qué no entienden? ¡Que le den espacio o su ataque de panico va a empeorar!

Regresé mi atención a ella, cuando otros invitados ayudan formando un círculo con suficiente distancia para apartar a los curiosos.

—Mantente en el presente—Tomé la tela de su vestido y la acerqué a sus manos—Estás a salvo, esto también pasará—Intento que toque la tela para que conecte con un objeto de enfoque, al tiempo que saqué el roll on de mi bolsillo y lo acerqué a su nariz, para que inhale el aroma de menta y eucalipto.

Creo que es seguro moverla, para llevarla a un sitio tranquilo y alejado de este salón. Sin pensarlo la alcé en brazos, dos meseros me asisten para pedir a las personas que se hagan a un lado.

—Continúen con la fiesta, no hay nada de qué preocuparse, Adrien está a cargo de la situación—Winter dio las indicaciones.

Durante el trayecto, Marinette se aferra a las solapas de mi chaqueta, está temblando, me apresuró a llevarla al Cabinet des jeux, una recamara alejada del salón oval y con bastante ventilación.

Ya en el lugar la dejó sobre el sofá. Compruebo que, aun está hiperventilando, con movimientos erráticos intentando aferrarse a algo.

—Marinette, cierra los ojos e inhala—hice un conteo hasta cuatro—Exhala—Conte de nuevo, estableciendo un patrón.

Insistí por alrededor de un minuto, hasta que ella comenzó a imitar mis acciones.

—Lo Está haciendo muy bien—Ella intenta enderezarse—Tranquila estás segura—Le ofrezco mi mano la cual toma, con los ojos cerrados—Buen trabajo, lo has hecho muy bien—Su agarré es fuerte, puede que no esté del todo fuera de peligro. Así que mantendré los ejercicios de respiración con ella y el roll on cerca.

No entiendo porque salí a auxiliarla…Quizás porque, eso esperaría que alguien hiciera por Honey, si no estoy yo cerca para cuidarla.

Marinette

No tengo fuerzas de levantar el rostro, muero de la vergüenza por haber fracasado en controlar mi ataque de panico y ser el centro de atención de todos…

Generas lastima.

Débil y patética.  

Miré entre los mechones que me cubren el rostro y, divisé el pasillo que lleva al salón principal. Para simplemente conseguir castigarme con la imagen de Marc, alejándose a los jardines en compañía de su pareja…

El paso la página, mientras que tú, sigues releyendo el mismo capitulo.

No valgo nada para él, no le importo.

Apreté con fuerza la mano de la persona que me auxilió. Soy tan inutil que un extraño tuvo que ayudarme.

—Pediré que te preparen un té de lavanda y traigan tus cosas.

Esa voz… ¡No puede ser!

Alcé la vista y aparte los mechones sobre mi rostro, me siento tan mareada y con ganas de vomitar, que no consigo ponerme de pie para confrontarlo.

—¿Por qué? —rezongué—¿Por qué me ayudo?

¡No puedo creer que me haya guiado para superar el ataque! ¡El mismo que queria que desapareciera del mundo, cuando le suplicaba que me dejara ir en Philharmonie!

—Lo hice por qué nadie más le había visto.

—Y ahora de pronto usted si me nota. Cuando antes me despreciaba sin haberle hecho nada.

—Marinette, este no es el lugar para que discutamos.

—¿Por qué? Arruinaría su reputación mostrando como es realmente.

—Mi reputación está presidida por mi sobrenombre, así que me da igual que piensen de mí. Pero pasa que aquí, la que no debe alterarse es usted. Esta débil tras el ataque…

—Usted no sabe nada de ataques de panico.

—Sé más de lo que cree.

—El té de lavanda no se mezcla con la benzodiacepina, provoca somnolencia intensa—Destaqué su error, cuando escuché lo que le había pedido al mesero minutos antes. Él se quedó sorprendido ¿A caso le dije un insulto?

¿Por qué me siento la mala del cuento?

—Aquí tiene el té, joven Agreste—Casualmente el mesero regreso con el pedido.

—Cámbialo por otro…Dime que otro té es bueno para tranquilizar.

El mesero le recomendó manzanilla y Agreste confirmo el nuevo pedido.

Me siento cómo una malagradecida ahora.

Estas decepcionada de que tú ex sigue en la fiesta, mientras tú discutes con la persona que te ayudo y, a la vez es tú verdugo.

Cierto, esto me tiene mal…Aun así.

Gracias por el cambio—pronuncie.

Que caso tenía hacerme la fuerte, cuando frente al granuja de Marc, no fui capaz de siquiera sostenerle la mirada.

Soy una cobarde.

—¿Ya no vas a discutir…? —Agreste no completó la pregunta porque su novia entró alterada.

—¿Qué ocurrió? ¿Cómo de pronto eres un experto en primeros auxilios? —Ella me hizo mala cara y él la tomó del brazo para llevarla fuera de la estancia.

Al poco rato regreso el mesero con lo pedido y me disculpé por las molestias. Miré la hora en la pulsera, eran las once y media, el tiempo de mi receso había terminado.

Ahora todos deben estar hablando de lo que paso…mi participación como expositora está arruinada.

No sirves para nada, siempre arruinas todo.

Quiero irme de aquí. Estoy segura de que, tendré que soportar la cara de decepción de Monsieur Ferguson el lunes. Le fallé.

Tenía una sola cosa que hacer y lo arruiné por ver a mi ex con otra… ¡Se supone que ya lo superé y mientras él está triunfando…yo sigo fracasando!

Aquí están tus cosas—Agreste me entregó mi mochila y mi cartera. Winter no viene con él—Si tienes que tomar tus medicinas…

—Tengo que regresar a mi puesto de trabajo—Él enarca una ceja—Estoy a poco de cumplir la meta—Rebusqué en la mochila por el frasco de pastillas—Es mi responsabilidad continuar…Le prometo que no ocurrirá otro incidente… ¿Dónde están esas pastillas?

—No estás bien…—Agreste estaba a unos pasos de mí, ni cuenta me di que se acercó.

—Usted dijo que sin errores…

—No estás bien—Me entregó el frasco de medicina—Se te ha caído y no lo has notado—Estoy tan sumida en no quedar mal y en el desplante de Marc que, no logro concentrarme en mi entorno—Los invitados están satisfechos con tú asesoría, has superado el número de clientes del año pasado—Su comentario me deja atónita—Es mejor que te lleve a tú casa para que descanses.

—Yo...

—Bebe tú medicina.

—Es su cumpleaños…no puede marcharse, los fuegos artificiales serán el cierre de la fiesta.

Al parecer este tipo tiene corazón, pero tampoco puede dejar su fiest…

—Si no me aseguro de que llegues a casa, el próximo año no tendré ni fiesta ni fuegos artificiales, si tú abogada me impone otra sanción inmobiliaria.

Retiro lo dicho.

Bebí la medicina e intenté ponerme de pie para salir, pero mis piernas flaquearon y caí senada en el sofá.

—Qué remedio—Se quejó. Se quitó el saco y lo puso sobre mi cabeza, el aroma varonil de su loción es relajante—Voy a llevarla al auto, ocúltese bajo la chaqueta y cierre los ojos.

—¿Qué? ¿Por qué?

—Acaba de sufrir un ataque muy fuerte. Afuera hay muchos estímulos que crean un entorno acelerado y puede provocar que sufra otro ataque.

No sabía esto…

Los encargados del sonido me prestaron unos audifonos para cancelar el ruido, úselos, vamos a salir.

¿Cómo es que sabe tanto?

Al momento que me alzó cerré con fuerza mis ojos, todo era un total silencio gracias a los canceladores de ruido.

Marc está afuera…

Entré en tensión, él probablemente este viendo. Todos sabrán que se trata de mi…dirán que hago esto para llamar la atención…mi corazón está latiendo con más fuerza…otra vez no…

La fría brisa de otoño golpea mi rostro, significa que no estoy más dentro del castillo.

Estoy a salvo, lejos de él…ya nada puede hacerme daño, si no lo veo más.

Regulé mi respiración tal cómo me recomendó mi psiquiatra.

Puedo con esto, soy más fuerte que esto.

—Ya puedes abrir los ojos—Agreste me depositó dentro de una limusina y retiró su chaqueta de mi cabeza.

—Gracias.

—Digita la dirección donde te dejaremos en tú pulsera. Así se guardará en el GPS de auto—indicó, mientras se sentaba a mi lado en el asiento de pasajeros.

—¿Usted no va a conducir? —dije, mientras escribía la dirección del departamento de Max y Alix. Aunque Agreste fue considerado, no me da buena espina para hacerle saber que estoy viviendo en una parte de la mansión.

—Bebi en la fiesta—Dijo, cruzado de brazos, con la chaqueta sobre su regazo.

No dije nada más, me limite a sacar el celular de mi cartera y enviarle un mensaje a Alix, además de mi ubicación en tiempo real, para que sepan cuando este cerca. Ella por supuesto que me interrogó, se supone que iba regresar hasta mañana, pero le dije que le contaría al llegar.

La limusina avanza por la extensa finca que rodea al palacio, los bosques se ven tétricos por la oscuridad… ¿Por qué deje que me afectara tanto?

Marc nisiquiera cruzó palabra conmigo y, me afectó cómo si me hubiera insultado y denigrado…

Te ignoró…

Cerré mis ojos, una profunda tristeza se cierne sobre mí.

Si ya no sentías nada por mi…debiste tener el valor de decírmelo.

Adrien

Minutos atrás, Winter me había reclamado cuando me sacó de la Cabinet des jeux donde dejé a Dupon.

Ella se puso peor cuando le dije que iría a dejar a la mencionada, me advirtió que regresará para el final de la fiesta y así, no dejar plantados a los invitados, por una tontería.

Entonces le pedí que creara una distracción, para poder salir con Dupon sin que la gente armara un escándalo.

Entre menos me tardará en irme, menos tiempo tomaría regresar.   

Esto porque el castillo está rodeado de un foso de agua y tiene solo dos entradas, una delantera y una trasera. Para acceder a cualquiera de estas, forzosamente debía atravesar el salón oval. Winter accedió a ayudarme y se encargó de distraer a los invitados, con una presentación extra del ballet del catering, en la parte de atrás del castillo.

Veo por el rabillo del ojo a Dupón, que está recargada sobre la ventanilla de la limusina. Al parecer se ha quedado dormida.

Podrá ser la persona más detestable que conozco, sin embargo, el que haya logrado esos numeros en reservas, aun sintiéndose mal, dice mucho de su experiencia.

Quizás su portafolio no era solo un librito de cuentos, cómo pensaba.

Fu un trayecto  tedioso de una hora desde Vaux le Vicomte hasta Rue de la Harpe, una estrecha calle adoquinada, de clase media.

Espero salir vivo de un sitio como este.

El chofer abrió la puerta de mi lado y al descender me topé con dos personas frente a una puerta roja, del bloque de apartamentos.

—¿Dónde está Marinette? —cuestionó visiblemente alarmada la pelirroja.

—Buenas noches—Es que está gente no conoce la educación—Se quedó dormida en el trayecto—expliqué mientras rodeaba el auto. Abrí la puerta, Dupon yacía aún dormida.

Lo que me faltaba, tengo que sacarla en brazos.

—Es mejor que la dejen descansar—sugerí, mientras le entregaba el bulto al chico de rastras que acompaña a la pelirroja. Recién me percato de las lágrimas secas en las mejillas de Dupon.

—¿Qué paso? —Me interrogó de nuevo la pelirroja.

Se dice “gracias por traerla y perderse su fiesta”

—No lo sé, ella sufrió un ataque de panico, desconozco la causa. Le asistí para que lo superará y, la traje porque era probable que sufriera otro.

La pareja cruzó miradas, parece que saben algo, pero a mí no me importa.

—Muchas gracias por traerla y por las molestias ocasionadas—Al menos el chico si tiene modales.

—Si continua mal, es mejor que la lleven con un médico.

Doy la media vuelta, ellos se despiden, no les respondo y subo a la limosina.

—Llévame a mi château—ordené al chofer.

No tengo ganas de regresar a la fiesta. Mañana seré la comidilla de la prensa y, de la furia de Winter, por dejar plantados a mis invitados.

No tengo ganas de ver a nadie ahora.

Me incomoda está sensación que no logro identificar.

Pienso en Honey y, los riesgos que corre si llega a padecer un ataque cómo el de Dupon, estando sola.

{El té de lavanda no se mezcla con la benzodiacepina, provoca somnolencia intensa}

Soy un ignorante en el tema y no puedo permitirme eso. No cuando Honey está a mi cargo cuando salimos a explorar o vagabundear por ahí.

Tengo que tomar un curso o alguna capacitación sobre el tema. Por ningún motivo, quiero que ella este en riesgo y yo no sepa que hacer…

Me molesta está sensación…

Este miedo a que algo malo le pase.

 

 

 

 

Notes:

Nota de la autora:
Hola, Hola invocadores e invocadoras. Está actualización es un pequeño presente de parte de mi beta reader y yo. ¡Que tengan unas felices fiestas, al lado de sus seres queridos!
Por fin conocen quién es el ex de Marinette. Marc Anciel aquí no es el bonachón que todos conocemos.
Pero este primer encuentro a creado una reacción en Marinette, que, a provocará en ella…Lo leeran en el siguiente capitulo.
Adrien por su lado, no paraba de pensar en Honey y aunque se moleste con ella, no es capaz de perjudicarla a conciencia del daño que le generaría. Si ese no es amor…dime Agreste ¿Que será? También fue capaz de reaccionar para asistir a Marinette durante el ataque de panico.
¿Cambiará la forma de tratarla o seguirá igual?
Que eso no quita el daño que hizo…
La honestidad, tiene un precio muy alto.
Sin más que decir, nos leemos el año siguiente (Aplica para el 2024 que se nos marchita)

Chapter 30: Optimismo

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Nota de la autora: 

El narrador omnisciente entremedio de los parrafos, lo identificaran por el separador:

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

 

 

 

Nino caminaba por la cocina de su apartamento preparando su desayuno, mientras estaba en llamada.

—No lo entiendo, pensé que se habían marchado para siempre de Londres. Lo que pasé con ese episodio, les debería importar menos.

Estoy igual que tú, sin respuesta. No les perjudicaría que las escenas sin editar se muestren.

—¿Aun así quieres que continue y entregue el material?

Tus dudas se relacionan más contigo que conmigo—contrarrestó la persona del otro lado.

—Es porque, ahora que lo mencionas, eso no les perjudica directamente a esas personas, pero si a alguien en particular—Nino hizo énfasis en la última frase.

Escucha—Soltó un pesado suspiro—No quiero encasillarme de nuevo en este…Juego del gato y el ratón. Suficiente tengo con la caja de muñecas.

Nino, medito un momento su respuesta.

—Ok, pero ¿Cómo es que se movilizaron tan rapido? La foto en el andén y luego frente a la oficina—Nino estaba alterado— Las envió con poco menos que segundos de diferencia.

Considero que, por seguridad, instales nuevas camaras en los alrededores o donde haga falta. Así se podrá amedrentar, si intentan intimidar con fotografías.

—¡Tienes razón! De esa forma estaré un paso delante. Debo colgar sí me entero de algo más, te llamaré…

—¡Espera! Tengo una duda ¿Qué hiciste con la copia del episodio?

—No pude entregarlo, así que, lo escondí en un diccionario viejo de la librera que era de mi padre. Puedes confiar en mí, no se harán con esa copia.

Ok, mantenme al tanto, Nino.

La llamada finalizó y Nino de inmediato le marcó a su recepcionista.

—Karen, hola. Disculpa que te llame en domingo, pero, necesito que contactes mañana a primera hora, con los técnicos del sistema de seguridad de la empresa.

Marinette

Cuando desperté, me confundí al notar que, estaba en la habitación de huéspedes en el departamento de Alix y Max. Incluso traigo puesto un pijama en lugar del vestido que me prestó mi superior.

 Ayer fui un problema para muchas personas en la fiesta. Ni siquiera tengo el valor de presentarme a Gabriel ´s el lunes.

Todos te culparan de haber echado a perder la velada.

¿Por qué Agreste tenía que intervenir?

No podía ser otra persona de los invitados; el catering, cualquier desconocido ¡Todos menos el festejado!

Peor ese tipo, tan fastidioso.

Si él no regresó a tiempo para finalizar el evento, mejor me doy por despedida.

Me quedaré en cama lo que resta del día…y la semana.

No quiero revisar mi celular, menos ver noticias de la farándula.

¿¡Por qué no reaccioné cómo debía al ver a Marc!?

En lugar de mostrarte segura, fuiste un costal de problemas.

Mi oportunidad…Arruiné mi oportunidad, por un tonto ataque. Le fallé a mi superior.

—Marinette, ven a desayunar —Alix avisó del otro lado de la puerta.

Podía ignorarla o decirle que me deje en paz. Que no quiero hablar de lo que pasó.

Ella no tiene la culpa de mis tonterias.

Me levanté con pesadez y arrastré los pies hasta la puerta. Le pediré que me deje sola, que no estoy lista para hablar de esto.

De cómo tú ex progresa y tú no.

Sali de la habitación y, fui hacia la cocina.

—Alix mira…yo—Corté la frase cuando entré a la estancia— ¿¡Qué hacen ustedes aquí!?

Alix estaba acompañada de Bridgette, Luka, Marin y Max.

—Decidimos visitarte, porque nos enteramos de que, “él” te fastidió la velada—aclaró Bridgette, sirviendo cereal en un plato.

—¿Cómo se entera…? ¡Alix! —Molesta me enfoqué en mi amiga.

—Todos estuvimos de acuerdo en visitarte hoy— Luka como de costumbre intervino—Nunca está demás, un día entre amigos.

De algún modo siempre encuentra las palabras adecuadas.

—Fue un desastre—Dije. Consiente que ellos, son la fortaleza que necesito en estos momentos.

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Después de su grata sorpresa, nos organizamos para desayunar y poder conversar de lo sucedido. Me vestí con algo más comodo.

Alix me avisó que el vestido estaba en la tintorería y mañana pasaríamos a recogerlo, para regresarlo a Gabriel´s.

 Bridgette también me contó que Lowell no viajó con ella, porque él desconoce lo que está pasando conmigo y, que será algo que tendré que explicarle.

Mi príncipe, merece saber qué pasó con las alas del hada.

—En cuanto lo vi del otro lado del salón, me sentí vulnerable, diminuta e insignificante—Mezclé las hojuelas del cereal en mi plato—Solo quería hacer bien mi trabajo y fallé.

—¿Que ocurrió después? —Luka preguntó.

—Fui consiente de mi entorno, hasta que me trasladaron a otra de las habitaciones del palacio. Para colmo, Fue Agreste quién me auxilió. Su novia estaba furiosa reclamando. No dudo que afuera, la velada era un caos—No podía la vida humillarme más de lo que ya lo ha hecho—Sabía que Marc estaría ahí, estaba mentalmente preparada para no meterme en problemas ¡¡Creí que lo había superado, pero no fue así!!

—A veces, ciertas experiencias o emociones resurgen cuando menos lo esperamos—intervino Marín, con inmutable actitud—No porque seas débil, sino porque aún hay algo que necesitas procesar.

—Han pasado meses ¿Por qué me sigue afectando su presencia? —Le cuestioné frustrada.

—La sanación no es lineal. Puede que una parte de ti este avanzando, pero otra todavia está lidiando con el dolor, las dudas o incluso el miedo de lo que pasó—Ese dato, hizo que apartara la vista de Marín.

Hay temas que te niegas a tratar. Por temor a lo que desencadenaran.

¿No significa que estoy retrocediendo?

Inquirí, incomoda por el recuerdo de lo que pasó entre Marín y yo, hace mucho.

Te falta valor para encararlo a él o a Marc.

No es un retroceso, es una oportunidad, una señal de que hay emociones que aún necesitan ser reconocidas y atendidas.

Cómo cuando él y tú…

—Es bueno escuchar eso, gracias. Aunque sigue siendo irónico que Agreste me ayudará, siendo que me apuñaló, verbalmente tiempo atrás—Cambie el tema, con la primera tontería que vino a la cabeza.

—El apoyo puede venir de donde menos lo esperamos—Fue Luka quién respondió.

—Ni de broma le voy a agradecer—Me planté.

—Me sumo a la moción—secundó Bridgette interrumpiendoEl tipo lo hizo para quedar bien con sus invitados. Lo que importa aquí, es que no te castigues con lo que ocurrió en la fiesta. Tú pasaste por mucho, no reprimas lo que sientes, por el qué dirán.

—Tenía una responsabilidad a mi cargo y dejé mi puesto—Por eso todo fue un desastre.

—No te fuiste por gusto, tuviste una recaida de salud—añadió Alix.

—Bueno…es cierto, pero…

—¿Alguien te amenazó con despedirte por esto? —Brid se puso seria.

—¡Nada de eso! —Era mejor calmarla o terminará demandando a medio Paris—Son cosas mias…

Al decir esto, me doy cuenta de que, he estado preocupándome de demás, por cosas que ni pasaron y tampoco, pasaran.

—¿Por qué pensabas que pasaría lo peor?

La pregunta de Max dio paso a que les explicara, mis razones y bueno, cada uno me hizo ver que, aunque no conseguí alcanzar la meta, logré un buen número clientes.

Era motivo suficiente para sentirme orgullosa de mi desempeño.

—Tienen razón, estaba exagerando.

—Estabas preocupada—corrigió Brid—Cumpliste con tú deber, ellos deben reconocer tus resultados. Mereces consentirte por un arduo trabajo.

—¡Entonces el viaje que planeo con Emmerich me vendrá de maravilla!

—¿Emmerich? ¿Trabaja contigo? —Luka tenía pinta de curioso.

—Es un tipo que conoció en un parque y, la llevó a explorar casas abandonadas—Se entrometió Marín.

—Luka le preguntó a Marinette, no a ti—Brid le dio un codazo al hombro a su hermano, él se quejó del dolor—Ilústranos Marinette, porque estoy intrigada con este amigo tuyo.

Les conté a mis amigos sobre Emmerich y cómo lo conocí. Alix, Marin y Max saben de él, pero Brid y Luka no estaban enterados.

—A mí no me da buena espina que, vayas a un lugar tan retirado con él.

—Marín, ya Marinette ha explicado que él es de fiar. La ha cuidado todo este tiempo—Luka siempre tan comprensivo.

—Luka, no conoces a ese tipo en persona. Proponer un sitio alejado, lleva doble intención.

—Emmerich no es un degenerado—defendí—Me cuida y me escucha. Nunca se ha sobrepasado conmigo…y tampoco soy una indefensa, aprendí Kung Fu con tú abuelo ¿No lo recuerdas?

—Marinette, me preocupa que este tipo, no se relacione con ninguno de nosotros.

—¡Marin, que disparates dices!  ¡Tengo amigos que no se llevan con ustedes! Y no pasa nada—exclamó Brid—Eres un exagerado.

—¡Nisiquiera sabe su nombre completo! —alegó Marín. Es la primera vez que lo veo exasperado.

—Aun sin saberlo, él me respeta y cuida de mí—Dictaminé, cansada del tema—No me trata diferente, aun cuando se enteró que tengo depresión. Es un buen amigo y me lo ha demostrado con hechos.

—Marinette…—Marin había dejado de lado, su actitud inalterable.

—¿Tienes una foto de Emmerich? —Brid, le interrumpió.

—Si.

—Anda, muéstrale a Brid. Ella tiene buen ojo para adivinar si las personas tienen algo.

—No exageres Alix, que eso es para cuando tienen pareja o no—Reprochó Brid.

Le mostré la foto que Emmerich tomó cuando le pedí que, posara junto a mí.

—¡Oh! —Hizo una pausa dramática—Trae gafas oscuras.

—¿Me darás la razón de porque ella debe ser precavida?

Brid miró un rato la foto y después a mí. Su rostro estaba serio, al poco sonrió confiada.

—Anda a ese viaje con él. Te mereces un tiempo de esparcimiento.

—¿Tú también Brid?

—Marín, deja de desconfiar de todos. Marinette hizo un nuevo amigo, salió a disfrutar un pasatiempo distinto a todo lo que hace. No hay nada de malo, con que salga de paseo con él—Alix me respaldó.

—Espero no se arrepientan después—Marín salió molesto al jardín.

Iba a seguirle para cuestionar su desconfianza, pero Brid me detuvo.

—Déjalo, ya se le pasara—Me sujetó el brazo—Vamos a hornear otra tanda de galletas.

Con esa invitación a cocinar en grupo, me relaje un poco.

Hay temas que necesitan mi atención, pero por hoy, estar desconectada de la mayoría, es lo que necesito para pensar con calma y, presentarme mañana a trabajar.

Antes de ir a la cocina, fui a la habitación de huéspedes, revisé mi celular y tenía unos mensajes de parte de Emmerich

Emmerich_8:30am: ¿Cómo te fue en tú exposición?

Emmerich_8:35am: Debes estar cansada, responde cuando puedas.

Emmerich_9:00am: ¿Tienes libre la tarde o noche de hoy? ¿Podemos vernos?

Me reí por la hilera de mensajes. Mi reloj marcaba las once de la mañana. Dadas las circunstancias creo que no podré verlo está tarde. Con todo el ajetreo que hay en casa. Tampoco quiero preocuparlo al decirle que tuve un ataque en la “exposición”.

Tome una fotografía al cargador que él me obsequió. Era un gatito gris, al cual le pinté unas gafas oscuras con marcador.

—¡Marinette, apúrate que prepararemos el almuerzo! —gritó Cherrie Hair.

—¡Voy! —Dejé el celular sobre la mesa y bajé a la cocina.

Honey_11:20am : ¡Hola, buen día, Emmerich! Me fue muy bien en la exposición, gracias por preguntar. Te contaré otro día que paso ¿Encontraste solución a tú problema en el trabajo? Por cierto, mis amigos estan de visita, no podremos vernos hoy ¿Te parece quedar para otro día?

ADRIEN

Fui a correr a Parc de Marly; necesitaba despejar mi mente con todo lo que ocurrió el día de ayer.

No he usado el teléfono para otra cosa que no sea enviarle mensajes a Honey. Me tiene preocupado que no me ha contactado para Decirme cómo estuvo su exposición.

Quizás no ha respondido porque está cansada y yo aquí, armando todo un caso.

¡Diablos! ¡Se supone que correr me serviría para despejar la mente!

Reduje la velocidad, cuando una notificación entró a mi móvil. Desplegué el mensaje en mi Smart watch.

¡Es un mensaje de Honey!

Detuve mi trote a la sombra de un sendero de árboles; a los que apenas les quedan unas hojas en sus ramas. Saqué mi celular para ver el mensaje. Desplegué el texto.

El elocuente mensaje de Honey, dónde expresaba su preocupación por el problema en mi trabajo, es sin duda una prosa de elegancia y buenos modales.

La fotografía del gato cargador con gafas me sacó una sonrisa. A que es muy creativa.

Ella está bien.

¡Maldición! Por qué mi corazón no deja de palpitar acelerado ¿Por qué siento mi rostro caliente?

Es culpa de la carrera de hace un momento. Suficiente ejercicio por hoy.

—¡Adrien!

La repentina voz me provocó un sobresaltó. Molesto di media vuelta, para encarar a la causante.

—¡Mierda, Winter! ¡Ponte un cascabel! —Me llevé la mano al pecho del susto. Winter se soltó a reír por mi reacción—¿¡Planeas, matarme de un infarto!?

Con prisa, guardé mi celular.

—Te llamé y estabas en la luna ¿Qué te pasa? —De un tirón pasó de bufona a nerviosa—¿Te dio una insolación? Traes la cara roja.

—No es nada, me sentí raro hace un segundo. Ya se me pasará—Ella me ofreció una botella de agua, la cual bebí con prisa.

—¿Seguro, estás bien?

—Con el agua tengo ¿Qué haces vestida con traje de deporte? ¿Corriste hasta acá? Mira, si vas a reclamarme el que no haya regresado…

—Cállate y escucha—cortó, sonríe de tal manera que, parece una mueca—¡Los invitados quedaron impactados con tu acto heroico, con la chica esa!

—¿Qué? ¿Acto heroico?

—Tienes que ver el video que alguien publicó en las redes—Sacó su celular de su bolsillo y, sin titubeos me mostró el video.

El ángulo y la iluminación no era la mejor. Apenas se escuchaba mi voz exigiendo que se apartaran, en conjunto a los murmullos de las personas. Hasta que una gran parte de los invitados despejaron la zona.

Quién estaba grabando se abrió paso hasta estar al frente, las luces de la discoteca cambiaron para una mejor iluminación.

En el momento que estuve auxiliando a Dupon no me percaté de este cambio.

El video muestra los hechos tal cómo lo recuerdo ¡No me entra en la cabeza, el que esta persona grabara todo!

La grabación culminó cuando me llevé a Dupon a la siguiente habitación. Con acceso restringido.

—¡Esté video es oro puro! —Elogió Winter—De no ser por esto, los invitados estarían furiosos con tú desplan…

—Winter ¿Quién grabó esto?

—No lo sé, pero si lo encuentras, felicítalo de mi parte.

—¿¡No lo entiendes!? —Le reté—Los celulares estaban prohibidos dentro del palacio ¿Cómo es que se le permitió a esta persona portar un móvil?

—¿Qué tiene de malo?

—¡Tiene todo de malo! Si está persona es la misma de la cafetería, significa que aún sigue en Gabriel´s.

—No exageres, fue solo una casualidad. Además, no afecta en nada a la rata Dupon. Es tú acto heroico, el que es tendencia.

En algo llevaba razón, sin embargo, no estaba demás indagar.

—¿A quién planeas llamar? —Inquirió Winter, al ver que saqué mi celular.

—Le pediré a Ondine los videos de seguridad del palacio.

—Estás exagerando.

—La rata Dupon nos guste o no, es una empleada de Gabriel´s, si le llega a pasar algo, ten por seguro que, nos cancelaran en todos lados, empezando por el Consejo de Trabajo.

—¡Te advertí que esa chica sería un problema! ¡Por qué no la despides y, nos libramos de ella de una vez por todas!

El celular de Winter timbró.

—No puede ser, detesto que me interrumpan—Winter identificó el numero—¿Juleka? —Ambos nos vimos interrogante. —Hola, Juleka ¿Qué pasa? —Ella presionó el altavoz.

Hola, Winter. Disculpa que te moleste en domingo. Intentaba comunicarme con el joven Agreste…

—Estoy con ella—interrumpí—Dime el motivo de la llamada—Fui directo.

Cómo diga. El personal de Marketing se ha comunicado conmigo para anunciar que, los clientes que visitaron la exposición de la linea exclusiva. Acaban de pagar por adelantado un porcentaje de sus pedidos.

—Debe ser un error—Dije extrañado—El departamento de producción no se ha comunicado con ellos. Ni siquiera sabemos lo que van a pedir, para definir el precio total de sus encargos.

Ellos han reaccionado debido a que, Gabriel´s es tendencia tras el video en redes. Temieron que sus cupos fueran dados a otros, por ello reservaron, comprometiéndose a pagar lo que haga falta una vez aceptemos sus pedidos, tras reunirse con el departamento de producción.

Ok, esto no me lo esperaba. Estoy ante un caos positivo y uno negativo.

—Juleka, ve a la oficina de inmediato. Winter y yo, llegaremos en un par de minutos para organizar la planificación.

—Cómo diga joven Agreste.

Juleka se despidió y de inmediato llamé a Ondine para que, contactara al resto de gerentes de cada departamento.

La rata hizo una maravillosa jugada. Antes de sentirse mal.

¿Cómo es que esa tipa consiguió que todos reservaran? En los años anteriores, esa linea no era tan popular—Despotricaba Winter— Débogueur nisiquiera se presentaba. Un eventual era quién hacia la exposición ¿Cómo es posible que una primeriza alcanzara esos numeros?

—Por qué no es la primera vez que lo hace—Así que, sí tiene experiencia con clientes de alto nivel—¿Recuerdas su portafolio?

—Si, pero…Su reputación la precede ¡Es inaudito!

—Inaudito o no. Aun con el problema de quién grabó dentro del palacio. La rata Dupon, será la empleada del mes. Nos guste o no.

Marinette

El lunes pronto llegó. Bridgette y Marín partieron la noche de ayer a Londres. Con ella no aborde nada referente al tema de la investigación.

Fue un día de holgazanear, hablar de trabajo estaba prohibido.

Marin aún estaba disgustado, pero, me recomendó visitar a mi psicologa y a mi psiquiatra, para hablar sobre lo que pasó en la fiesta.

Tampoco hable mucho con Luka, porque se marchó al poco rato.

¿Es que siempre estará ocupado?

Emmerich me respondió hasta horas después. Con un limitado “Me alegro de que estes bien, conversamos luego, tengo asuntos que resolver

Espero no tenga problemas graves. El otro día estaba muy afectado por algo del trabajo.

No exijas confianza, cuando nisiquiera tú la brindas.

Qué pensaría, si le dijera que Honey no es mi verdadero nombre y, tampoco es ese mi verdadero aspecto.

¿Qué está pasando en Gabriel´s? —cuestionó Cherry Hair, mientras esperábamos a que la pluma del estacionamiento subterráneo nos de acceso.

—No tengo idea, pero todos esos reporteros, apostados en la entrada principal del edificio, me dan mala espina.

—Mientras no se acerquen a ti. No hay de que preocuparnos—Avanzamos al interior del estacionamiento.

—Recién la semana pasada este asedió había frenado. No quiero que otra vez, me persigan. Bastante problema tuvimos cuando averiguaron mi dirección.

Aun no puedo regresar a la que fue la casa de mis padres, por temor a que esos buitres sigan ahí.

—Veré las redes sociales…

—Mejor no—Le detuve—Honestamente no quiero saber nada de rumores o bobadas. Cómo toda tendencia pasará.

—De acuerdo, Marinette—Agradecí que fuera comprensiva—Nos vemos al final de la tarde.

Descendí del auto y me despedí de ella. Avancé hacia el atelier de Monsieur Ferguson. Cargando con el vestido en una bolsa de tela de la tintorería.

Tengo que plantar cara y disculparme por no obtener la meta estipulada. Me comprometeré a trabajar muy duro y, daré lo mejor de mí.

¡Nada de cabizbaja ni lastimera!

Me sitúe frente a la puerta, suspiré tres veces, para disipar los nervios. Deslicé la tarjeta e ingresé.

Una deslumbrante iluminación me tomó por sorpresa.

Me obligué a retroceder para salir y revisar si no me equivoqué de edificio. La fachada sigue siendo lúgubre, pero su interior es distinto.

Me armé de valor e ingresé de nuevo.

El pasillo de paredes moradas y negras no estaba más. La fuente aún se conservaba, pero con iluminación led climatizada.

Las paredes estaban cubiertas con una fachada imitación de ladrillo. Le daba un aspecto rustico y…cálido. La vieja alfombra por la que me tropezaba fue remplazada por una cubierta de madera barnizada.

¡No es posible que este sea el mismo lugar!

 Avancé con incredulidad. En las paredes del ahora iluminado pasillo, estan cuatro pantallas distribuidas a cada lado, transmitiendo imágenes en tiempo real del exterior del edificio en distintos ángulos. La imagen es tan nítida que parecen ventanas.

—¿Mon…mon Monsieur Ferguson? —Le nombré, antes de llegar al Atelier.

Quiero estar segura de que estoy en el lugar correcto.

—Me preguntaba porque tardabas tanto en entrar—Él se asomó al final del pasillo. Fue un alivió ver que vestía lo de siempre—Hace rato que accediste.

—¿Es qué soy la única que se da cuenta del cambio? —Mi pregunta no es un reproche. Todo esto es una sorpresa aquí.

 Colgué el vestido en uno de los percheros cercanos. Mientras admiraba todo lo que hay alrededor.

—Recién comenzaron a trabajar el fin de semana—informaba en tono sereno—Terminaran lo que haga falta por las noches, para no interrumpir la jornada.

—¿Terminar lo que haga falta?

Pasé al área de atelier y había: algunos andamios, materiales de construcción en una esquina, los muebles estaban siendo remplazados, al igual que la pintura y él piso.

—¿Remodelación?

—Necesitas calmarte un momento, porque, no me estás siguiendo.

—Lo siento.

¡Atrás vibra pesimista! Debo enfocarme en el presente.

—¿Puedo continuar? —El tono severo me pone sobre aviso.

 No tengo que decir disparates.

—Si, adelante.

—El atelier necesitaba más iluminación y mejoras, para el volumen de pedidos que debemos trabajar.

—¿Volumen de pedido?

—Obtuviste setenta y cinco nuevos clientes para está linea.

—Pero, no alcancé los cien.

No quería sonar pesimista, pero aún me molesta que, por culpa de Marc, dejé mi trabajo a medias.

—Los años anteriores, los eventuales no llegaban a más de diez. Sobrepasaste la meta y, por lo visto, hasta tus propias expectativas.

—Fue gracias a su explicación que pude abordar a los clientes…

—Fue tu experiencia. De nada sirve una buena explicación si la persona no es receptiva, ni muestra interés en aprender. Este es tú logró, por escuchar, aplicar lo aprendido y obtener resultados.

—Denme un momento para procesar esto.

¡Estaba que desbordaba de alegría! Temí por un panorama negativo y a resultado todo lo contrario. Tomé asiento, porque eran demasiadas emociones.

—No tienes un momento. Recuerda que debes presentar el vestido al departamento de Audiovisuales.

—¡El vestido! ¡El comercial! —De un brinco me puse de pie—Tiene razón, tengo que ir, la reunion que será a las—Revisé el reloj en la pared—¡Son más de las ocho!

—El vestido ya se encuentra allá. Solo faltas tú, para explicar—dijo con total serenidad.

Mientras yo era un torbellino.

—¡Enterada! Muchas gracias por confiar en mí, no lo defraudaré.

Monsieur Ferguson no respondió, se quedó de pie sin emitir emoción alguna.

Salí del atelier a toda marcha y subí al ascensor, el salón de audiovisuales está en el séptimo piso. En la primera planta, el elevador se detuvo y subieron varios empleados.

 Me costará mucho salir.

—Disculpe, voy a bajar en el siguiente piso—Avisé a la persona delante de mí. Este se giró con molestia y en cuanto me vio, abrió grande sus ojos.

—¡Marinette Dupain! ¡Disculpe no la había visto!

¿Ah? No lo conozco.

—¡Marinette Cheng! —Los otros también me nombraron asombrados.

 Esto es cada vez más raro.

—¿Necesita ayuda, señorita Cheng? —preguntó uno de ellos.

—Este si…Bajaré en el séptimo piso.

Todos se hicieron a un lado para darme paso, en cuanto el ascensor llegó a mi destino. Les agradecí con algo de vergüenza.

Hasta donde recuerdo, la semana pasada ni me notaban.

Salí del ascensor y, me dirigí a preguntar en atención al usuario, para guiarme. La reacción de la recepcionista fue la misma que la de los demás.

Señorita Marinette, buenos días. Me pidieron que le avisara que antes de ir a audio visuales, se presente a la sala de juntas. Es la segunda puerta a la izquierda—señaló un pasillo con una puerta de cristal divisoria.

—Muchas gracias.

¿Qué pasa con todos, hoy?

Adrien.

Los medios estaban volcados en la entrada de Gabriel´s. Complicando a mis empleados el ingreso. Querían todos los detalles de lo que ocurrió en el palacio.

¿Que soy un héroe por ayudarla?

Era eso o tener ese bulto en medio de la pista.

Decir eso último en voz alta, no era una opción. Así que, tendré que hacer una rueda de prensa para calmar a esos buitres.

¡Nada de esto estaría pasando de no ser por ese maldito video filtrado!

Buenos días.

Ahí está mi dolor de cabeza.

Los representantes de cada departamento de Gabriel´s le saludaron.

—Buenos días, señorita Cheng ¿Cómo se encuentra? —pregunté, más por compromiso que por interés.

—Estoy mejor—vio a los presentes en la mesa de reuniones y después a mi—Gracias por llevarme hasta casa. Lamento las molestias ocasionadas. Le causé problemas no solo a usted sino al equipo de logística.

Eso no me lo esperaba.

Está reconociendo que, su abrupta retirada, complicó la agenda de todos.

No era algo que ella podía controlar, aun así…

—No tiene por qué disculparse—El incomodo silencio del resto, intercambiando miradas cotillas, me estresaba—Bien, la hemos citado a esta reunion para abordar el resultado en la exposición que estuvo a su cargo, el día de la fiesta.

—No alcancé los resultados fijados…

—Por lo visto no estás al tanto de muchas cosas—Winter intervino.

—¿Disculpe?

—Tú hiciste la gran venta en el evento; al conseguir setenta y cinco clientes que han reservado con anticipación—explicó, con seriedad.

—¿La gran venta? ¿Por qué?

—Multiplica el total de clientes por el valor promedio de un diseño. Digamos, ochenta mil euros—añadió Siegfried.

—¡Eso es mucho dinero! ¿¡Ese es el valor promedio!?

—Es un estimado.  Algunos diseños llegan a valer más.

—¿Significa que hice un buen trabajo?

Acaba de hacer una hazaña y lo duda.

¿Es por la depresión?

—¡Un excelente trabajo, señorita Cheng! ¡Muchas felicidades! —exclamó Bastian el jefe de finanza. Al tiempo que aplaudió junto al resto del equipo.

—Muchas gracias... ¡Esto es…tan inesperado! —Expresó con un brillo en su mirada. Su rostro se iluminó de una felicidad desbordante.

—Guarden la compostura—ordené, para que hicieran silencio con los aplausos y tanta algarabía—Señorita Cheng. Cuando terminé de apoyar al equipo de audiovisuales con el comercial, diríjase al departamento de producción. Ellos le pondrán al tanto de la agenda para reunirse con los clientes y brindarles las asesorías que ellos necesiten para completar sus pedidos, cómo la asistente de Le Débogueur.

—Enterada. Si no hay otro asunto que tratar ¿Puedo marcharme?

Tenía una enorme sonrisa y su mirada apagada de hace semanas, había sido remplazada por un brillo de confianza.

—El resto de los departamentos involucrados con marketing, le iran ilustrando que necesitan correspondiente a su área. Puede retirarse.

Ella agradeció a quienes la felicitaron, se despidió con un aura de felicidad.

Quién lo diría, la rata hizo una jugada maestra. Aun estando mal de salud.

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Marc salió de la lujosa tienda de Gabriel´s situada en Avenue Montaigne. Cargaba dos atuendos de sastre, elaborados para las presentaciones programadas en su breve estadía de un mes, en Paris.

Él colocó las prendas en el asiento trasero de su auto y, se dispuso a viajar en dirección de la Avenue Winston Churchill.

El joven guionista estaba de incognito, vestido con boina y chaqueta beige, pantalones negros, que combinaban con su barbijo y gafas. Para evadir a los fans y deambular sin presión por la ciudad.

Durante el trayecto, el guionista recordó los eventos ocurridos en la fiesta del CEO. Él Reconoció a Marinette en el momento que la vio en medio de la pista.

—No queria creerlo, pero eras tú—murmuró. 

Marc tuvo sentimientos encontrados cuando su ex se derrumbó, repentinamente.

 En medio del alboroto que se armó en la pista, su novia y el resto de los invitados, fueron trasladados a los jardines traseros del palacio. La anfitriona se limitó a mencionar que, una empleada sufrió una recaida de salud y, no dio más detalles.

—Que me importa si ella está o no en Londres—murmulló entre dientes. Con sentimientos encontrados.

Marc aparcó el auto y bajó para tomar un café en una cafetería cercana a Petit Palais. Se situó al lado de la ventana y, suplicó en silencio que su mente dejara de torturarlo con el recuerdo de su exnovia.

El guionista solicitó un café y un postre. Mientras esperaba por su orden, sacó su celular para distraerse con las tendencias del día y,  eligió un video resumen.

Está mañana, el CEO de Gabriel´s, Adrien Agreste, ofreció una rueda de prensa en el edificio administrativo de su empresa. Veamos fragmentos de esta entrevista, relacionada al hashtag que está siendo tendencia.

En la pantalla apreció un grupo de periodistas y paparazis esperando a la rueda de prensa.

El CEO de Gabriel´s ingresó con porte firme y mirada sería, tras de él iba el equipo de relaciones públicas que se situó a los costados de él.

Marc estaba confundido y curioso de la situación. Él necesitaba saber que estaba pasando en la empresa de la cuál, era el rostro de la linea de caballeros. 

Buenas tardes, representantes de los distintos medios convocados a está rueda de prensa—El Demonio de Paris, dirigió su sombría mirada a los presentes, con un tono de voz firme—Seré directo, el motivo principal de esta convocatoria es para abordar los rumores y especulaciones que han surgido en las últimas horas, respecto a lo ocurrido en Castillo de Vaux-le-Vicomte a una de mis empleadas, más en concreto, Marinette Dupain Cheng.

Marc cayó en cuenta que Marinette, estaba trabajando para Gabriel´s.

El CEO explicó que, el motivo por el cual ayudó en dos ocasiones a su empleada Marinette se debió a que ninguna otra persona intervino en su auxilio.

No existiendo otro motivo—La expresión del empresario era seria—Solicito cesen inmediatamente el acoso hacia Marinette Dupain Cheng. Su estado de salud no está en condiciones para lidiar con el nivel de presión mediática al que, está siendo sometida de parte de todos los aquí reunidos—Se dirigió a los periodista y paparazis—Los titulares sensacionalistas, y hashtag en redes, solo están agravando su situación. Esto no es entretenimiento, es la vida de una persona real que merece respeto y privacidad.

El guionista se vio turbado por lo recién dicho por el CEO, sobre la salud de Marinette y que, este la había auxiliado en dos ocasiones.

No toleraré la aglomeración de periodistas en la entrada del Atelier de Gabriel´s, ya que entorpecen la productividad de mis empleados. —Continuo el CEO— No permitiré que se juegue con mi reputación ni con la estabilidad de ninguno de mis empleados, basados en intereses mediáticos. Cualquier acción que cruce la linea de la difamación y el acoso, será tratado con las medidas legales correspondientes—Advirtió a los periodistas.

Él CEO se levantó de la mesa, se retiró de la sala y los presentes solo murmuraban entre sí.

La presentadora del video retomó, las tendencias siguientes. Marc apagó la pantalla de su celular.

 En poco tiempo la perspectiva de la situación había dado un nuevo giro.

Él se debatió si indagar o dejarlo estar, pero su telefono timbró.

Bob_2:00pm: Dúchate y ponte presentable. Tenemos una reunión con una de las escuelas de cine más prestigiosa de la ciudad.

Marc_2:01pm: Estoy fuera del hotel. Agéndalo para mañana.

Bob_2:02pm: Juniper se esmeró en conseguirte una entrevista personal con el rector, lo minimo que debes hacer es un acto de presencia.

Marc, suspiró con resignación.

Marc_2:03pm: Envíame la ubicación, en unos minutos estaré ahí.

Marinette

—El equipo de audiovisuales y la modelo Ming Yue quedaron encantados con el diseño y la tela del vestido ¡Miré, le enviaron una muestra del video, ya con las luces adaptadas a los colores dentro de la coreografía!

Reproduje el video, Monsieur Ferguson levantó la vista, más no cambio de postura, trazando patrones.

—Aun con la marca de agua, se aprecia lo bien que las luces y el vuelo de la falda, se sincronizan—Elogié al departamento de tecnología por su labor.

—Hiciste un buen desempeño cómo asistente—Apartó la vista regresando a lo suyo, sin una mínima muestra de emoción—¿Te han puesto al tanto de las reuniones con los clientes de la exposición?

—Por supuesto y, estoy lista para que organicemos la dinámica que tendremos dentro de la reunió…

—Iras tú sola.

—¿Sola? Pero usted es quién mejor conoce sobre el tema.

—Te instruiré para que abordes a cada uno.

—Eso no es posible, cada persona es distinta y sus necesidades respecto a un diseño por igual.

—Antes este trabajo lo realizaba el personal de producción. Nunca recibí quejas al no estar presente.

—Ellos llevan años de experiencia y yo apenas y conozco su estilo de trabajo. Por eso solicito su apoyo en esta primera reunion. Me adecuaré a su forma de trabajo, pero tengo que ver su método.

—Mi respuesta seguirá siendo no.

¡Ha pero que terco es!

—Está bien, no hará acto de presencia, pero puede apoyarme comunicándose conmigo con los manos libres.

—Porque te pones renuente a memorizar lo que te diga. No era tú quién ansiaba ser mi asistente. Ahora pones mil excusas para no serlo.

—¿Qué? Le estoy pidiendo apoyo, somos un equipo, sin su orientación jamás habría logrado estos clientes. Conservarlos y cumplir sus demandas es trabajo de ambos. Ellos confían en su labor porque fue lo que les expuse—expliqué ocultando mi desesperación por su negativa.

Monsieur Ferguson se irguió, obligándome a elevar mi mentón para sostenerle la mirada, no cómo un desafío, sino, una petición de una discípula a su mentor.

—No vas a callarte hasta conseguir lo que quieres.

—No es lo que quiero, es lo que los clientes necesitan. Profesionalismo de nuestra parte.

El me miro cómo si fuera un remedo de desperdicio. Pero no doblegué mi proposito.

De peores formas me han tratado y, aun sigo de pie.

—De acuerdo, te asistiré por esos manos libres que mencionas—De su bolsillo sacó un objeto y lo situó sobre la mesa—Explícame que tengo que hacer.

¿Eso es un telefono?

¡Eso es una piedra!

—¿Este es su telefono?

—Si, lo tengo desde hace 10 años. He visto que le ponen esos audifonos en forma de cotonete. ¿Son los manos libres, que mencionas?

Él estaba serio y yo, estoy a nada de estallar en una risotada.

¡CONTROLATE!

—Si…este ¿Le molesta si, voy por un móvil reciente al departamento de equipo y periféricos?

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

El día terminó y aunque a regañadientes, mi superior aceptó recibir una asesoría para el uso de la nueva tecnología.

Soy muy cruel por querer reírme del asunto, pero ¿Quién lleva un celular tan viejo?

Más bien fíjate, que tú eres su único contacto en su móvil.

Monsieur Ferguson, es poco conocido en Gabriel´s y de paso le han forjado una reputación con un apodo tan intimidante.

Si me esfuerzo lo mejor posible, los empleados reconocerán la labor de la persona tras los increíbles diseños de la linea exclusiva.

Tendrá su móvil lleno de contactos, proveedores y amigos.

Me aseguraré de ello. En pago por confiar en mí.

Al salir de Gabriel´s tanto Cherry Hair y yo nos extrañamos de no ver a los reporteros apostados en la entrada. Aunque tomamos nuestras precauciones para que no nos persiguieran hasta la ex mansión.

Al llegar estaba muy agotada, pero atendí la llamada de Bridgette que nos puso al tanto de lo que estaba ocurriendo en redes sociales y sobre la conferencia que dio Agreste por la tarde, incluyendo el video que se filtró de la fiesta.

Comprendí la razón por la que los reporteros dejaron de asediarnos.

Nadie quería ser demandado por acoso.

Lo mejor es que no respondas preguntas de ningún periodista—Aconsejó Brid.

—Comprendo. Pero…cómo pudo está persona grabar, si los móviles estaban prohibidos dentro del castillo.  

Me molesta que, desconocemos la identidad de la persona que filtro el video y, las intenciones que tiene al respecto.

—Descuida, Agreste me envió una copia de los videos de seguridad, mi gente los revisará para dar con la persona que lo subió. Hasta entonces no te alejes de lugares concurridos. No sabemos si el sospechoso de Gabriel´s y quién filtro el video, tengan relación.  

Al menos Agreste sirvió de algo. Facilitó los videos de seguridad a los empleados de Brid.

La antigua yo estaría muerta de miedo. Sin embargo, estoy harta de que esa persona quiera perjudicarme a como dé lugar.

En esta batalla, no estoy sola.

Brid quedó de informarme de cualquier novedad con las investigaciones. Ella aún está armando el caso contra Chloe y Sabrina. No cabe duda de que sus movimientos, han llegado a oidos de esas dos.

Le pedí a Brid, tuviera mucho cuidado. Antes que pudiera añadir algo más ella sonrió y, me dejó saludos de mi pequeño príncipe.

¡Pero qué mujer más temática!

Si ella no se frena, tendré que hacerlo yo. Si así se requiere.

Chloe es una enferma vengativa que no entiende de razones.

Aun así, con todo el trabajo que tengo por hacer, soy consciente que no avanzaré mucho en los trajes de mis pequeños clientes.

 Con la indemnización puedo pagarle a una asistente para que me apoye, lo que significa que tendré que hacer entrevistas y pruebas.

Honey_9:30pm: Espero tú día haya mejorado. Descansa, hablamos otro día estoy muy agotada.

En respuesta recibí un like a mi mensaje.

Supongo que está cansado.

Apagué la luz y me fui a la cama.

Adrien 

Me recosté sobre mi cama. Veo mi propio reflejo en el espejo sobre mí. Tengo unas pronunciadas ojeras que decoran las bolsas bajo mis ojos.

Fue un horrible día.

Al menos la prensa rosa se alejó del edificio y, dejó de publicar estupideces.

Revisé los videos de Dupont dentro de la sala de exhibición del palacio. Abordaba a los clientes interesados con seguridad. Ni rastro de la rata asustada que entreviste hace semanas.

Además, sus ventas inyectaron una fuerte cantidad de capital a la cuenta de Gabriel´s. Quizás subestime a la rata Dupon.

Voy a tener pesadillas si continúo pensando en ella.

Intenté incorporarme, pero mi cuerpo estaba rígido y agotado. Mi telefono timbró. Era un mensaje de Honey. A duras penas saqué el móvil y lei el mensaje, mis parpados se cerraban por el cansancio. Atiné a darle un pulgar arriba, después no supe más.

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La semana me pareció eterna, llegar a viernes es un alivió. Aunque la prensa dejó el acoso, las redes sociales seguían montando pelicula del tema. Eso beneficiaba las ganancias de la empresa. El nuevo problema era evadir a los fans que andaban por ahí, en busca de la toma perfecta para publicar.

Novatos fastidiosos.

Preparar uno de los salones para recibir a los clientes de la linea exclusiva, fue una labor titánica.

 He de admitir que Dupon y Débogueur crearon una agenda, bien establecida con las entrevistas a cada cliente por orden de asignación. Está semana se reunieron con un grupo y, la siguiente semana, continuaran. 

Ninguno ha cancelado su pedido.

Mi personal de tecnología no encontró a la persona que grabó el video. Por el ángulo de la cámara y la aglomeración de invitados ese día, no se logra distinguir.

Quizás la gata de uñas afilada que protege a Dupon tenga más suerte. Su personal está conformado por fisgones con experiencia.

Apenas y he hablado con Honey, aun así, mantenemos el urbex de este fin de semana y, quedarnos a pasar la noche en la estancia a la que planeo llevarla.  El taller que estoy tomando, me ha enseñado mucho respecto a su depresión

De un momento acá percibo que he dejado de ser el mismo. Desde esa vez que lloré en el ático de aquella vieja casa y después de visitar la tumba de mi madre…

¿Qué está pasando conmigo?

Este cuestionamiento comenzaba a rondarme.

¿Qué fue lo que cambio?

¡Tonterias!  Se supone que debo pensar en cómo ayudar a Honey no en trivialidades.

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—Es viernes y, aunque estamos colmados de trabajo, podemos darnos una escapada este fin de semana—Winter se sentó en el borde de mi escritorio, jugueteando con su cabello platinado. Su ajustada falda blanca dejó entrever el encaje de sus medias a mitad de sus muslos—Hace mucho que no descargamos nuestro estrés.

—Tengo un compromiso este fin de semana—Tecleaba en mi computadora los detalles del informe mensual, para las socias de Gabriel´s.

—¿Compromiso? Mira que me molesto en invitarte a relajarte y tú, ya andas descargándote en otro lado—Descendió del escritorio.

Aquel comentario me sonó tan ofensivo.

—No voy masturbándome en las casas abandonadas. Para tú información.

—Que le cojas gusto a tus pasatiempos de juventud, sin un interés de por medio. No es propio de ti—pronunció, masajeando mis hombros.  

Winter olvida que, nos conocemos de años y sé identificar cuando intenta sacar información.

—Algo bueno saqué de quedarme a vacacionar a fuerzas en Paris.

—Entonces no tendrás problema en cancelar y, pasar el rato conmigo y una amiga.

Definitivamente algo pasa conmigo, porque esa propuesta no me interesa ni un poco.  

—Quizás otro día—Presioné conmutador—Ondine, trae los resultados de las primeras entrevistas con los clientes de la linea exclusiva en un informe aparte, para las socias.

—Enseguida, Joven Agreste.

—Tú te lo pierdes—Winter se apartó molesta—Deja de usar el “joven” y adopta el señor—Dijo con desagrado, saliendo de la oficina y cerrando de un portazo.

¿Qué mosca le pico?

Marinette.

—Benzodiacepinas, roll on aromático, toallas sanitarias, copa, tampones…

—¿Cherry Hair estás hurgando mi maleta por cuarta vez? —Reprendí a mi amiga, mientras me colocaba las extensiones lila debajo de mi cabello.

—Me aseguro de que no dejes nada.

—Todo en orden desde ayer. No debes preocuparte por nada—Sostuve mi muñeca con firmeza, mientras colocaba mis pupilentes verdes.

—¿Llevas repuesto de pupilentes?

—Si, llevó cuatro y también un paraguas, numeros de emergencia sobre depresión—Enlisté—¿Siempre haremos está rutina? —pregunté con gracia—Estaré con Emmerich. Tú tranquila—intenté aliviar su angustia, sé que está asustada por lo que pasó en la fiesta—Marc no ha estado ni estará por mi mente, por un largo rato. Tengo demasiado trabajo para pensar en él.

—Tienes razón, soy una exagerada—Suspiró, cómo quién se quita una pesada carga—Ni tú mamá se alarma tanto cómo yo.

—Cuando menos lo esperes, la tendrás frente a la puerta aporreando a todo lo que da—bromeé.

Mi mamá hace un esfuerzo sobre humano para controlarse y respetar mis decisiones.

—¡Oye! No hables así de tú madre—reprendió con golpe a mi brazo—Mira que… ¡Por los gatos del tejado! ¡Mira la hora que es!

Por inercia giré hacia el reloj que marcaba las siete y diez.

—¡Es tardes! —Corrí por mi maleta y bolso, para despedirme rapido de Cherry Hair. Salí disparada a la salida.

Quedé de verme con Emmerich a las siete y ya pasan diez minutos. Mientras corría a prisa veo de reojo el altar fuera de la entrada.

 Siempre olvido revisar de quién es la foto. Al doblar la esquina por los estrechos callejones, divisé a Emmerich recostado sobre un auto compacto gris.

—Hola ¡Perdón por la demora! —Él se apartó del auto y sonrió, en cuanto estuve frente a él.

—No tienes que disculparte, recién llegué—Se agachó para tomar mi equipaje—Después de no vernos por largo tiempo ¿Es así cómo me recibes? —Se enderezó.

—Pensé que estarías molesto ¿No te importa que te dé un abrazo de agradecimiento?

—En absoluto.

Sin dudarlo lo abracé, con mucho cariño. Él es un amigo muy valioso para mí.

—Lo conseguí, obtuve mi oportunidad y ahora, estoy retomando mi actividad laboral… Gracias por enseñarme tanto en tan poco tiempo.

Adrien

—Siempre fuiste la mejor, solo necesitabas un motivo para creer de nuevo en ti—respondi.

De nuevo está extraña sensación.

Contuve el impulso de atrapar su cuerpo entre mis brazos y, estrecharla contra mi pecho.

No puedo creer que el tenerla cerca, hace que todo lo demás deje de importar.

Me obligué a romper el abrazó, era mejor mantener la cordura y no sucumbir a una idiotez.

—Me agrada eso de ti— Dijo.

Ella sonríe tan dulce.

—¿Qué te agrada de mí?

—La facilidad con la que expresas cosas lindas sobre mi…A veces me es difícil procesar pensamientos bonitos hacia mi persona.

—Es tú pretexto para recibir adulaciones, Honey—Abrí el maletero del auto para meter su equipaje.

Probablemente ella se refiera a sus pensamientos intrusivos, es algo que mencionaron en el taller.

—Por supuesto que no ¿Puedes recibir los halagos sin cuestionarlos?

Me gusta que tenga carácter.

Si ella no quiere hablar del tema, debo respetar su decisión.

—Quizás, tú debas darme lecciones.

Honey abrió grande sus ojos, con estupor.

¿Qué acabo de decir? ¿Estoy coqueteando?

—Lecciones de…Cómo recibir halagos—Justifiqué. Ella suavizó la mirada—Dejemos de palabrerías, que se nos hace tarde.

Me hubiera gustado que su ser despistado, ignorara mi pésimo coqueteo involuntario de hace rato.

—Oh, tienes razón—Observó el entorno— ¿Dónde está la motocicleta?

—El viaje es de una hora desde aquí hasta Fontenay-Trésigny. Sería incomodo conducir con equipaje. Pero no te preocupes, que en la comuna alquilé una motocicleta para movilizarnos dentro del lugar.

—Dime cuanto me corresponde para aportar por el viaje—Se quitó su bolso y comenzó a rebuscar entre sus cosas—Es injusto que cargues con todos los gastos.

Cómo le digo que no necesito de su dinero sin sonar petulante.

—Déjalo estar. Me dieron…—¿Cómo le dicen mis empleados al dinero extra? —Boni… ¡Bonificación!

—¡Mayor razón para contribuir con el viaje! ¿Cómo vas a gastar tanto? No seas considerado con esto. Anda, dime cuanto debo aportar.

¿Acaso la bonificación es el equivalente a una limosna?

—Tú ganas—Se me acabaron las opciones para justificarme. Además, por su desesperación al buscar su monedero, noté que esto es importante para ella—Gasté doscientos euros.

En realidad, gaste novecientos.

—Acá tienes dos cientos euros— Extendió el dinero.

—Sube al auto, checaré la ruta por el GPS—Tomé el dinero. Ya le compraré algo con esto.

No podía decirle que no a esa cara de “soy una chica independiente”

Honey se ve tan feliz, aportando al viaje.

Cómo si me hiciera falta el efectivo.

Subió al auto con prisa, ni esperó a que le abriera la puerta del copiloto. Subí al auto y, chequé la comuna más cercana y comercial de la ruta para poder hacer una parada. El viaje es extenso.

—¿Tournan-en-Brie?—pronunció.

 ¡Me encanta su acento británico!

—Si. Ahí podemos estirar las piernas antes de llegar a nuestro destino.

Marinette

Desde el momento que partimos por la ruta N4 no pude pegar el ojo. Las carreteras a las afueras de Paris estaban rodeadas de planicie, inmensidad de bosques y muchos campos de golf.

—¿Qué es ese lugar? —Después de atravesar prados desolados, llegamos a una pequeña ciudad.

—Gretz Armainvilliers, es una comuna francesa. Falta poco para llegar a Tournan-en-Brie. Duerme un poco, te avisaré cuando estemos ahí.

—¿Dormir? Y perderme estos bellos paisajes—Grababa en mi móvil aquellos sitios que, eran muy llamativos.

Él no dijo nada, continúo manejando. Respondiendo cuando le hacía preguntas.

A que no está muy conversador. Está actuando raro.

—Emmerich ¿Va todo bien?

—¿Por qué iría mal?

—Estás muy corto de palabras—un breve silencio.

—Estoy conduciendo, debo ir pendiente de la carretera.

—Pero es una carretera muy amplia.

—Está es una via muy utilizada por el transporte pesado—apuntó a donde iban varios camiones delante nuestro—Los camioneros hacen largos viajes para entregar la mercadería a tiempo. Algunos no duermen lo suficiente y provocan accidentes al quedarse dormidos en el camino—Emmerich disminuyó la velocidad para incorporarse a una salida y tomó un desvío para continuar al otro lado de la calle por una rotonda. Hizo un alto para dejar pasar otros coches—Me estas confiando tú cuidado en este viaje—El giró su rostro para verme—No pienso decepcionarte.

De inmediato siguió conduciendo cuando tuvo la vía libre.

¿Qué puedo responderle?

No veo sus ojos por las gafas, pero…hay algo en sus palabras.

No me incomodan, aunque…

Hemos llegado a Tournan-en-Brie—avisó—Pasaremos por la gasolinería. Por último, iremos a desayunar antes de retomar el viaje.

Él se preocupa por mí, eso es todo.

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El detective Jacob llegó puntual a la cafetería que Nino le sugirió en un mensaje desde un celular desconocido. Una vez lo leyó, el mensaje fue borrado.

Su superiora le había pedido que fuera prudente con dicha reunión. Que, a la menor sospecha de verse en riesgo, no se expusiera.

Eran gajes del oficio, lidiar con casos delicados y que las reacciones de los investigados no fueran la más cordiales.

Jacob ingresó al Bar Prince Arthur en las afueras de Londres. El sitio era un lujo por dentro, con muebles de madera fina y licores de marcas costosas.

Aunque la iluminación era tenue, debido a los tonos frios que imperaban en las paredes y la decoración. Jacob procedió a tomar asiento en las sillas de metal y mimbre que estaban cerca de una vitrina que exhibía vinos ostentosos. Su intención era aprovechar el reflejo del vidrio, para tener su entorno vigilado.

—Hola detective—La voz de Nino a sus espaldas no le sorprendió. Pero sí su petición—No se voltee, permanezca en su sitio.

Jacob vio de reojo la vitrina; el productor se encontraba sentado de espaldas suyas, en una mesa adjunta. Con una gabardina negra y boina del mismo color.

—¿Por qué el misterio?

—Preste atención. El lunes a las dos de la tarde, frente al The Japanese Garden Island. Le haré entrega de lo solicitado.

—Señor ¿Debo creer en su palabra? ¿No me dará más detalles? —Jacob anotaba en su libreta la información brindada. Tras unos segundos sin recibir respuesta. Se levantó de la silla al notar que Nino abandonaba el bar.

Jacob tuvo la intención de seguirlo, pero en ese instante, recordó la recomendación de su superiora.

Jacob eligió confiar en sus instintos y notificar del resultado a su superiora, para poder acudir a la reunion pautada.

 

Adrien.

Durante la breve parada para estirar las piernas, Honey se mantuvo despistada. Entiendo que su depresión la hace tener repentinos cambios de humor, así que le di su espacio. No la abrumé con preguntas más que necesarias.

Tampoco converso mucho cuando retomamos el trayecto. Creí que iba a dormir, pero no fue así, se mantuvo viendo por la ventana.

¿Te duele cuando te ausentas, Honey?

Bajo este silencio, deseaba tener la solución a su retraimiento. Por qué, siento que hay una barrera entre nosotros.

—Honey, hemos llegado a Fontenay-Trésigny—Avisé, luego de cuarenta minutos de viaje. Ella se enderezó—¿Ves la torre de piedras expuestas? Es la iglesia Paroisse Saint Martin.

—¿¡Es una iglesia antigua!?

—Si, la verás bien en cuanto lleguemos a la plaza—Su carisma y sonrisa preciosa, iba tomando terreno sobre sus antes facciones apagadas.

Tú curiosidad, es también tu medicina.

—¡Ya puedo verla! ¡A qué es impresionante! ¿Podemos bajar a verla? —Comenzó a tironear de mi chaqueta—¿Y esa verja de color verde de metal al lado? ¿Qué es?

—Esa es la entrada al Château du duc d'Épernon

Ni bien estacioné, Honey se quitó el cinturón de seguridad y descendió.

—Es el lugar que dijiste que visitaremos ¡No hay edificios! Es una ciudad con aires de una Francia renacentista.

—No es una ciudad—le corregí al descender del auto—Es una comuna francesa en la región de la Isla de Francia, es cantón de Rozay-en-Brie. Cómo imaginaras, los turistas no vienen mucho por acá.

—¡¿Podemos recorrer la comuna?!

—Antes tenemos que ir a dejar nuestras cosas a la casa que arrendé para este fin de semana y, después ir a una tienda de abarrotes a surtir nuestra despensa.

—Vamos—Subió al auto— De camino me cuentas más de la ciudad por favor—Estaba desbordante de energía.

A este punto comienzo a extrañar a la distante Honey.

—De acuerdo, Honey.

Eres el caos del que no quiero escapar.

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Honey era una algarabía andante. Compró muchos productos locales cómo mermeladas y aderezos, para obsequiar a sus amigos al regreso. Trató de darme algunos, pero los rechacé.

—A qué es difícil obsequiarte algo—Se notaba molesta.

—No hace falta, descuida. Hemos llegado—aparqué el auto frente a la casa que alquilé para este fin de semana.

Una modesta casa de fachada rustica, tejas de alabastro, chimenea de piedra, un pórtico y un inmenso patio delantero y trasero.

—¿Esto no costó doscientos euros? —La mirada acusadora de Honey se clavó sobre mí.

—¡Me atrapaste! En realidad, es de un amigo y me la prestó para usarla este día. Entremos dejamos las cosas y, vamos por la motocicleta al alquiler para comenzar a explorar.

—¿Qué clase de explicación es esa? Dijiste que serías honesto.

No está vez, Honey.

—Ven ayúdame a llevar los víveres y las maletas.

Marinette

A veces se comporta cómo un crio de doce años.

Elegí no insistir, él debe pensar que no tengo tanto dinero.

¿Y la mentira?

Ok, no tengo tanto para pagar un viaje de esparcimiento…Necesito generar más ingresos.

Quiero retribuirle a Emmerich y a mis amigos, todo lo que están haciendo por mí.

La casa por dentro es muy campestre con paredes recubiertas de piedra natural. La luz se cuela por las estancias de la casa por los enormes ventanales, dando un aspecto hogareño y acogedor. Al estar amueblada, nos fue facil colocar los víveres en la cocina y, acomodar las maletas en las habitaciones, las cuales, para mi suerte, cuentan con baño propio.

Asi Cenicienta no tendrá que correr a esconderse, para no ser descubierta.  

Pido honestidad, cuando yo soy la más grande mentirosa. Ocultando mi identidad real.

¿Qué te parece la habitación?

Emmerich se asomó por el dintel de la puerta, ya con la mochila de exploración puesta.

—Es muy comoda y está bien iluminada. Muchas gracias por arrendar está propiedad.

—Que no es arrendada, que es de un amigo—Entre más lo dice, menos le creo—Mi habitación está junto a la tuya, si necesitas algo ya sabes dónde encontrarme—Es muy amable— Bien, vamos andando que se nos hará tarde—Se alejó y bajó por las gradas—¡Llevaré una vianda para comer fuera!

Palmee fuerte mis mejillas. No es momento de estar compadeciéndome. Vine a pasar un buen fin de semana.

—¡Necesitas ayuda! —Tomé mi mochila y cerré la habitación.

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—Château du duc d'Épernon está clasificado como monumento histórico desde 1963 y su parque está incluido en el preinventario de jardines notables. Derribarlo habría costado menos, pero algunos millonarios son unos románticos de lo antiguo, más que del modernismo.

Emmerich me explicaba, mientras caminábamos por los alrededores de un enorme castillo en ruinas y muy cerca de este, hay una estructura en decadencia, que planeaba ser un complejo de apartamentos aledaños, pero se pausó por falta de liquidez.

Cada día me convenzo de que Emmerich es una persona con memoria fotográfica. Sabe muchas cosas: fechas, nombre de antiguos y nuevos propietarios y, datos históricos de cada sitio al que visitamos.

¿Cómo hace para memorizar tanto?

Tú nisiquiera recuerdas tú número de celular.

—No se puede negar que su estructura es imponente—Ver una infraestructura que data de siglos, aun en pie, con paredes revestidas de maleza y arboles colándose a su interior, es impactante—Lastima que no podemos entrar, el encargado de cuidarlo dijo que está sellado por peligro de derrumbe.

—Tranquila, que tengo la solución—Emmerich sacó uno de sus drones y un visor de realidad virtual—Yo manejaré el dron al interior del castillo y tu usaras el visor inmersivo, para vivir la experiencia en primera persona.

—¡Oh, eso es grandioso! Gracias Emmerich.

Adrien

—Quítate la boina para colocarte los visores—Ella atendió de inmediato mi indicación. Sujeté las correas del aparato sobre su cabello para que el visor quedara fijo—Dime ¿Te aprieta?

—Está perfecto.

La imagen de Honey con los ojos cubiertos, y sus bellos y abollonados labios entreabiertos, es una tentación.

—Acomodaré tu cabello.

Necesito sentir sus hebras entre mis dedos…

—No hace falta, lo haré yo—Ella detuvo mi acción al poner ambas manos al frente.  Mis sentidos cayeron en cuenta de la tontería que estuve a punto de cometer—Estoy lista.

—Comenzaré a manejar el dron—Ingresé las coordenadas y el aparato alzó el vuelo.

¡Pedazo de imbécil que soy! Cómo se me ocurre intentar tocarla sin su permiso.

Estaba a punto de actuar cómo el idiota que se aprovechó de su vulnerabilidad.

{Mientras lo hacía, me decía a mí misma que está era la forma perfecta de agradecer lo que él hizo por mi}

No quiero lastimarla…no quiero que mis demonios la consuman…Tampoco quiero separarme de ella…

—El interior está muy dañado—Parecía que, en lugar de describir el castillo, me estuviera describiendo a mi—Necesita de mucho trabajo para recuperar su estado original.

No quiero ser cómo antes.

La observo de reojo, al tiempo que situó al dron sobre las escalinatas de la segunda planta. Honey continúa hablando sobre las estancias malogradas del abandonado castillo.

Decirle la verdad de quién es en realidad Emmerich, sería lo más honesto y así, ella decida si quedarse o marcharse de mi vida.

¡Menuda actitud idiota que estoy adoptando!

¿Por qué me cuestiono tanto?

—¡Emmerich el dron!

Estaba distraído y no me fijé en la pared delante, el aparato se estrelló.

Ella se quitó los inmersores, asustada.

—Lo siento, no quise arruinar la experiencia—¡Arruiné el urbex!

—Eso es lo de menos—Ella apoyó su mano sobre mi brazo—¿Va todo bien Emmerich? ¿Te vez pálido?

—Estoy bien—Sus facciones preocupadas no decaen—Quizás me venga bien almorzar ahora. Deja recupero el dron con el control y tomamos un descanso.

—Has conducido todo el camino, no vendría mal una siesta.

—Estoy bien—Sitúe mi mano sobre la suya—Tomaré una siesta luego de almorzar.

Ella se tranquilizó, sonrió aliviada y esperó.

Es mejor que mis problemas internos los deje para otra ocasión.

Marinette.

Almorzamos bajo la sombra de un frondoso arbol, con sus hojas teñidas de naranja y marrón. El sonido del riachuelo cerca del castillo era relajante, sumado el aire campestre, limpio y puro que se respira en el ambiente.

Emmerich se quedó dormido sobre la grama, es gracioso porque ronca mucho. Me atreví apoyar su cabeza sobre mi regazo, para facilitar que respirara mejor y no roncara. Recargué mi espalda sobre el tronco del frondoso arbol.

La fría brisa de otoño acariciaba la piel de mi rostro. Parece que el tiempo es más lento en un sitio cómo este.

Veo el rostro sereno de Emmerich. Algo le preocupaba, no me lo dice, pero su comportamiento cambio de pronto.

Observé su barbilla perfilada, su nariz respingada y su notoria manzana de Adán. Es un hombre atractivo y mayor…Una chica como yo no es de su interés. Inmadura, sin estabilidad emocional ni económica…

¿A qué viene esas tonterias? Una cosa no tiene que ver con la otra.

Quítale las gafas.

¡De ninguna manera!

Está dormido no se dará cuenta.

El confía en mí, no voy a decepcionarlo. Aunque la curiosidad me mate ¡El respeta mi espacio yo tambien debo hacerlo!

Una fuerte brisa se coló entre los árboles y una lluvia de hojas muertas nos cayó encima.

—¡Que diantres pasa! —Emmerich se levantó cubierto por hojas secas.

—Un montón de hojas traviesas—bromee—Anda sigue durmiendo—Palmee mi regazo.

—¿E…estaba dormido sobre tus piernas? ¿Cuánto tiempo llevo dormido? —Tocó sus gafas desesperado.

—Se te veía incomodo sobre la grama. Por eso te recosté sobre mi regazo.

—Gra…gracias. Se hace tarde. Levantemos todo y regresemos.

Hice lo que pidió y avanzamos hasta la motocicleta que él alquiló. Salimos del jardín del castillo, pero en lugar de tomar la ruta por la que veníamos, Emmerich se desvió por un pequeño callejón

 Del casco urbano pasamos a un lugar agrícola, con inmensos parajes de grama y arboles sin hojas, con pequeños muros perimetrales de piedra sobrepuesta.

—¡Que es este lugar! —Grité, para que pudiera escucharme con el casco puesto. Emmerich se detuvo en una bifurcación, tomando una calle llena de lodo y tierra.

—¡Estos terrenos estan detrás de la casa donde nos estamos quedando y, hay algo que quiero mostrarte!

Le escuché decir y mientras avanzamos divisé un paraje cubierto de flores amarillas, que se extienden en la inmensidad del terreno.

Emmerich aparcó a un lado del camino y me ayudó a bajar.

La imagen ante mis ojos me sorprendió de sobremanera, las diminutas flores silvestres simulaban una enorme alfombra amarilla, que en la lejanía parecían fusionarse con las nubes.

—Este es un cultivo de colza. Sirve para la producción de margarina, mayonesa, aceite de cocina, alimento para animales y biocarburantes.

—Por eso hay un campo tan denso cultivado. Brindando una vista preciosa.

—Así es. Permíteme un segundo—El sujetó con fuerza mi cintura con ambas manos y me alzo.

—¿¡EMMERICH QUE HACES?!—Apoyé mis manos delante para sujetar mi falda y que no se levantara. Traigo medias polares debajo, pero no deja de ser vergonzoso.

—No te muevas mucho y solo disfruta del paisaje—Despreocupado me sentó sobre hombro y parte de su brazo izquierdo, que elevó para sostenerme.

Iba a reprocharle su atrevimiento, cuando alcé la vista al frente. La imagen era muy hermosa, los terrenos de cultivo se extendían más allá.

Al poco rato Emmerich me avisó que iba a bajarme. Con cuidado me regresó al suelo.

—Lamento haber arruinado la exploración en el castillo. Esto es una compensación por el mal rato.

Su voz estaba decaída, aunque su acento alemán, le quita un poco de peso, por la fuerza de voz.

—Emmerich, tú lo has dicho muchas veces y creo que ahora me corresponde a mi decírtelo—Le tomé de las manos y lo miré fijamente—Si algo va mal, no dudes en decírmelo, así sabré que pasa e intentaré ayudarte. Un día a la vez ¿Lo recuerdas?

El apretó mis manos sin ejercer mucha presión.

—No sé muy bien lo que está pasando conmigo. Pero este día con tú compañía, he llegado a comprender que esto es algo que debo averiguar por mi cuenta. En cuanto lo sepa, seré honesto contigo y te lo diré, lo prometo Honey.

Mi corazón late con fuerza, no debo malinterpretar sus palabras.

Aquí lo que importa es que, ambos confiamos en el otro.

◣◥◣◥◤◢◤◢◣◥◣◥◤◢◤◢

En la quietud de la noche, dos siluetas se aproximaron a la puerta del frente de las oficinas de Nino. Deslizaron la tarjeta frente al panel y la puerta principal se abrió.

Ingresaron al local y tras inspeccionar las camaras de seguridad apagadas, avanzaron hacia el despacho del productor.

Notaron las herramientas y material de los técnicos puestos a un lado. Las figuras cruzaron mirada y procedieron con su plan.

Marinette.

El sonido de la alarma penetraba mis oidos y martillaba mi cerebro.

—A pero que molesta que es—Saqué mi mano del calentito edredón y a tientas busqué mi telefono para apagar la alarma. Una vez me hice con el ruidoso aparato lo apagué.

Me tenté a seguir durmiendo, pero la luz colándose por las cortinas, me indicó que es de día. Sali de la cama para prepararme.

Ayer por la noche alcancé a tomar un baño caliente tras nuestro regreso.

 Emmerich me llevó a la plaza después de mostrarme el campo de las hermosas colzas. Cómo la gente acostumbra a dormirse temprano, compramos algunos postres y preparamos la cena en casa. Despues vimos una pelicula de acción al azar.

No conté que tuviera una escena de sexo intenso entre los protagonistas.

Tuve que fingir que me estaba atragantando con una golosina para despistar el incomodo momento.

Mentir se te da muy bien.

Me miré al espejo, valorando mi resultado, las extensiones en su sitio los pupilentes también. Un bonito overol verde y un comodo sueter blanco, con medias a juego y botas todo terreno beige…

Apague la alarma…

Corrí hacia mi celular y revisé la hora. El reloj marcaba las ocho de la mañana…

¡ME ACABO DE DESPERTAR CON LA ALARMA!

Di saltos de felicidad, no podía creerlo, estaba tan emocionada que salí de la habitación con mi celular en mano.

—¡Emmerich, Emmerich, tienes que ver esto! —aporreé la puerta de su habitación y en la otra sostenía con orgullo la prueba que desperté por la alarma y, no por una pesadilla.

La puerta de la primera planta se abrió. Me asomé por el barandal de la segunda planta. Noté su desordenada cabellera y, corrí hacia las escaleras para bajar a toda prisa.

—¡Emmerich, tienes que ver esto! —Llegué hasta él mostrando la alarma—¡Desperté con la alarma!

—Buenos días ¿Que de bueno tiene despertar con la alarma?

—Las pesadillas siempre interrumpían mi sueño, todas las madrugadas ¡Hoy desperté con la alarma!

Adrien

Me sentí mal al escucharla. Ella seguía explicando mientras observaba incrédula, la alarma en su celular.

Daría todo para que no sufrieras nunca más.

Sin tiempo a razones, dejé sobre la mesa las bolsas con los recipientes que contiene el desayuno y, de inmediato la tomé de la cintura y la alcé para dar vueltas con ella.

—¡Emmerich que haces! —Exclamó entre risas.

—¡Hoy has sumado puntos por tú esfuerzo! Estas notando el cambio en ti ¡Felicidades Honey!

Al principio no comprendí, porque algo tan insignificante cómo despertar con una alarma, era importante para ella. Hasta que lo explicó.

Había sido privada de la paz de su sueño, quién sabe por cuánto tiempo.

Me di cuenta de que, mi único deseo en estos momentos, es ser testigo de todas esas sonrisas que ella muestre, cada vez que le va ganando terreno a su depresión.

—No lo habría logrado sin la ayuda de mis amigos y de ti—expresó, despues que la baje al piso—Gracias por mostrarme lugares tan impresionantes y, por decirme cosas bonitas, aunque a veces no creía merecerlas. Antes que digas que, es también resultado de mi esfuerzo, te diré que, aun así, me has apoyado a tomar riesgos y salir de mi zona de confort. Eres importante en mi vida y necesitaba decírtelo.

Mi corazón late con fuerza, mis piernas no me responden.

¿Qué diablos me pasa?

Porque aun con estos malestares, me siento el dueño del mundo.

—Gra-gracias por tú comentario…—¿Me tiembla la voz? —Celebremos…dando un paseo después del desayuno…—Las palabras se enredaban y soy incapaz de responderle con algo motivador.

—Me parece perfecto.

Marinette.

Cómo siempre Emmerich es de pocas palabras. El no suele expresar cómo se siente, lo demostró el día que me contó sobre el trágico pasado con su familia. El cómo se había negado a reconocer sus propios sentimientos. Su tristeza y duelo.

Aun así, es atento conmigo, en su trato y, en las opciones que piensa para salir a urbex o solo caminar.

El presta atención a los detalles y su entorno. Eso me gusta de él…

¿Gusta?

Esa pregunta se alojó en mi cabeza.

Desayunamos y salimos a dar la vuelta, despues de dejar la casa en orden y meter lo sobrante al coche, al igual que las maletas.

Dimos una vuelta en la motocicleta, para recorrer la comuna y los sembradíos, vimos una escuela ecuestre de prestigio.

Aquí no hay casas abandonadas, a excepción del viejo castillo en remodelación.

¿Es muy pronto para que me interese en alguien más?

Confundiste la amabilidad de Luka con coqueteo ¿Recuerdas?

En aquel entonces malinterprete las acciones de Luka.

Es el mismo caso…Emmerich es amable y muy guapo ¡Pero es mayor! ¡No, para nada somos compatibles!

Es hora de regresar a Paris—avisó Emmerich al terminar de almorzar, después de visitar la Iglesia antigua de la plaza—El reloj marcaba las cuatro de la tarde. Regresamos la motocicleta al alquiler y, fuimos por el auto.

Durante el trayecto de regreso, él prendió la radio, con musica de una banda local.

¿No puede gustarme? Somos amigos…

De reojo lo veo, concentrado en la vía. Sus facciones varoniles y maduras destacan, pero no veo sus ojos.

No puedo fijarme en alguien que es un misterio…

Tú tampoco eres un libro abierto.

También está el tema de mi ex.

Ese capítulo expiró hace tres temporadas.

—Hemos llegado—La voz de Emmerich me regresó al momento.

¡Me despiste todo el camino!

—Lamento venir callada todo el rato. Estaba pensando nada más—Me excusé, no quiero verme grosera después de todo lo que él ha hecho por mí.

—No tienes nada de que disculparte. Deja te ayudo a bajar tus maletas.

Descendimos del auto y me sentía muy nerviosa.

—¿Te acompaño a tu casa?

—¡No!

Sus labios se pusieron serios.

—Te invitaré a mi casa cuando dejen de hacerle reparaciones—Me apresuré a corregir—Seria descortés de mi parte, dejarte en la puerta y entrar como si nada. No cuando tú has hecho demasiado por mí.

—Estaré esperando con ansias esa invitación, Honey—Él se inclinó y besó mi mejilla.

Mi corazón se aceleró y por impulso, antes que él se apartara de mí, le planté un beso en la mejilla.

Al separarnos, su expresión de incredulidad adornaba su rostro. Mis mejillas estaban al rojo vivo.

—¡Me avisas cuando llegues a tú casa! ¡HASTA LUEGO! —Estaba tan avergonzada que solo quería desaparecer de su presencia.

Adrien

En un abrir y cerrar de ojos Honey cargó con las maletas, cómo si estas no pesaran nada y corrió hasta doblar la esquina.

Me quedé de pie, con las manos dentro del bolsillo.

Toda mi vida siempre tuve el control. Valiéndome por mí mismo y, cerrándome a la posibilidad de aferrarme a la compañía de las personas.

Trabajo y placer; no eran más que códigos para poseer lo que se me viniera en gana.

Hasta que Honey me mostró el motivo de su dolor e hizo que yo, mostrara mi lado más vulnerable.

Hizo que reconociera mi dolor y sufrimiento, antes de ser lo que soy ahora.

Honey es un caos andante, espontanea, impredecible a veces irritable. Su forma de actuar, me sacaba de las casillas al comienzo de nuestras salidas a Urbex.

Puedo describirla como una ráfaga de viento que lo revuelve todo…Hasta que, conocí su fragilidad. Esa que la lleva a hundirse en un profundo silencio que la devora entera.

La primera vez que sufrió un ataque de panico no supe que hacer. Incluso llegué a pensar que no quería una persona tan débil cerca mío, pero eso cambió cuando vi las cosas en su mochila.

Comprendí que priorizaba a los demás por sobre su necesidad. No sé cómo explicar que paso conmigo, pero solo queria sacarla de ese abismo.

Pronto comencé a disfrutar su compañía, su retahíla de palabras a veces tan triviales y otras, tan profundas. La revelación de sus miedos y de sus más preciados anhelos.

Ella es imperfecta y, no me molesta.

Conforme más la conocía con el pasar de los días, menos quería separarme de ella al terminar nuestros urbex o simples paseos.

No es simple deseo, no es posesión, tampoco lujuria ni capricho. Es algo más…

Por mucho tiempo me he saboteado dándole vueltas a lo que me hace sentir, cada que la veo. Quiero protegerla, cuidarla, no por obligación ni por deber, simplemente quiero estar a su lado.

Mi corazón aun no dejaba de latir acelerado, el tacto de su beso en mi mejilla sigue tan presente. Cada sensación es abrumadora, me sofoca y no me incomoda, quiero más de esto…Yo…

Estoy enamorado de Honey.

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Lunes a la mañana Bridgette ingresó a su despacho, su semblante rebosante de confianza fue opacado, cuando uno de sus investigadores le informó el resultado del análisis al video de seguridad del Castillo.

La ubicación de la cámara y, el gentío alrededor de Marinette y Adrien impidió identificar al autor del video filtrado.

Pesé a esto, Bridgette no planeaba retroceder. Félix la estaba apoyando, cuidando sus espaldas y velando por la seguridad Lowell. Ella no podía dar un paso atrás, hasta conseguir la justicia que le arrebataron a su amiga.

—Abogada, buenos días. Hay algo que debo mostrarle, tiene relación con el caso de la señorita Marinette.

—Buenos días, Jacob, pasa a mi despacho—Bridgette se adentró a su oficina seguida del detective—¿Qué tienes para mostrar del caso?

—Nada bueno, abogada—Jacob colocó su Tablet sobre la mesa, en la pantalla se mostraba el encabezado de uno de los periódicos locales.

Bridgette se horrorizó y, negó en silencio en cuanto leyó el título.

Nino Lahiffe, pierde la vida en un accidente laboral

 

 

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola, hola invocadores e invocadoras. Antes que nada, quiero agradecer a mi beta reader porque es quién me apoya para organizar el sin numero de detalles en las tramas de cada capítulo.

Además, quiero darles las gracias a ustedes por su paciencia a la espera de cada actualización. Por ello podemos trabajar cada capitulo a gusto. Mil gracias.

Han pasado tantas cosas en esta actualización, que se haría un testamento si les desgloso cada una. Así que lo dejaré muy simple:

¿Qué les pareció el capítulo?

¿Cuál fue la mejor parte para ustedes?

Tienen preguntas al respecto, pueden dejarla en este apartado, responderé siempre y cuando no sea un spoiler o adelanto.

No tienen la sensación de que algo… ¡Olvídenlo! Son ideas mias…Tal vez.

Sin más que decir, nos leemos muy pronto. ♥

Chapter 31: Estimar

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Una semana después de la fatídica noticia, Bridgette paseaba de extremo a extremo por su despacho personal en la residencia Graham Wang. El reloj marcaba las once de la noche.

—¿Por qué todo se complica?

Detuvo su andar frente del pizarrón, con las fotos de los sospechosos y dos páginas con signo de interrogación que, representaban a los presuntos implicados en: el ataque de la cafetería, filtración de la dirección de Marinette y, posiblemente, la toma del video en el castillo.

—¿Has obtenido detalles del caso del productor? —Félix ingresó al despacho, con una bandeja de aperitivos y dos cafés.

—Para mal, las investigaciones no arrojan nada—Brid, se desplomó agotada en la silla junto a la mesa de té—Recapitulando—Posó su mano en su frente—Se confirmó que la cerradura estaba conectada a una entrada de la cometida de 110v—Ella se enderezó para explicar—Según investigaciones preliminares, los fiscales lo dan por accidente laboral, cuando objetivamente es un asesinato. Esa conexión era muy improvisada para ser hecha por los eléctricistas de la empresa de seguridad.

—El sospechoso no era un experto con los materiales eléctricos—enfatizó Félix.

Entre ambos se hizo un silencio reflexivo, mientras se servían el café y los aperitivos.

—Sospechosos—corrigió Bridgette— Una de las camaras de las oficinas del frente, captó a dos personas con capuchas y mascarilla. Pasaron a altas horas de la noche por la zona. Tengo la hipótesis que eran los sospechosos. La policia aún está investigando si tienen relación con lo ocurrido.

—Todas las camaras funcionaban, menos la de las oficina de Nino, por las instalaciones eléctricas que estaban realizando—añadió Félix, obteniendo la aprobación de su esposa—¿Quién encontró el cuerpo? —Observó el diagrama que ella trazó en el pizarrón. Poniendo atención a los detalles de cada punto.

—Fue el encargado de limpieza.

—¿Qué hay de la recepcionista?

—De ella no se tienen pistas, a desaparecido. Su madre dijo que estaba asustada, tanto que abandonó su residencia en Londres por la madrugada del mismo día que Nino perdió la vida—Bridgette estaba preocupada—La policia la está buscando para interrogarla, sospechan que fue amenazada al igual que Nino ¿Recuerdas que te mencioné, sobre los mensajes? Esos que la policia encontró en el historial de chat del productor.

—Si, lo recuerdo. Están especulando que eran mensajes de amenaza, por contener la ubicación de la oficina y el anden de la estación de Londres. Junto al mensaje que Nino envió a un número desconocido, donde advertía del regreso de alguien—Félix apartó la vista del mapa y se enfocó en su esposa—Todo es un misterio, que entre nos, está conectado a la solicitud del capitulo donde se acusa a Marinette por plagiar el diseño de una compañera de la competencia.

—Esos detalles se los expuse al oficial, para que tenga en cuenta a las dos víboras que se presentaron al funeral de Nino y, que no duraron ni quince minutos en el lugar. Algo raro, siendo que Chloe fue pareja de este.

—Hay demasiadas interrogantes en este caso, igual que numero de sospechosos ¿Marinette sabe de esto?

—Aún no. Es una ventaja que no le de importancia a temas de farandula.

—El hermetismo con que Nino le indicó a tú investigador, la entrega de este material apunta a que él y la persona con la que estaba mensajeando, sabían las identidades de quienes les amenazaron.

—Es probable. La policia ha solicitado que mi personal ni yo, nos acerquemos a entrevistar o investigar a la productora para nuestro caso, mientras ellos aun recaban pruebas y den con el paradero de la asistente de Nin… Dame un segundo, es mi telefono—Bridgette se levantó de la mesa, para contestar su celular.

Félix continúo inspeccionando el diagrama. Pensando en la forma de cómo aligerar el proceso y liberar la investigación para Bridgette, siendo juez de la corte, podía buscar apoyo en los fiscales. Pero necesitaba un indicio que relacionara el asesinato de Nino, con el caso de Marinette. Sin testigos era casi imposible.

—Era Marinette—Bridgette regresó, con una sonrisa de oreja a oreja. 

—¿Qué te dijo?

—Está pensando en contratar una asistente porque el trabajo en la linea exclusiva, demanda mucho de su tiempo. No quiere quedarle mal a nuestro hijo Lowell y sus compañeros de teatro. Planea convertir la planta baja de la casa de sus padres, en un pequeño atelier.

—¿Cuáles son los requisitos que se ha planteado para su asistente? —Félix consultó y escuchó a su esposa detallar lo solicitado—Bien, me haré cargo.

Marinette.

Ha pasado una semana desde que fui de paseo con Emmerich. Solo hemos intercambiado mensajes, porque no he parado de trabajar. Para mi suerte él también ha estado ocupado, así que ninguno de los dos ha quedado mal con el otro.

Emmerich_6:30am: ¿Cómo estás? Hoy tengo el día atareado ¿Qué tal pinta tú semana? ¿Podemos vernos este fin de semana?

Honey_6:31am: Estoy muy bien, he acabado con el trabajo pesado, aún tengo detalles que pulir y, no estoy muy segura de cómo vaya todo para el fin de semana ¿Estarás muy atareado hoy?

Las entrevistas a los clientes para medidas y afinar detalles de sus pedidos, culminaron con éxito. Está semana debía reunirme con el departamento de textiles, orfebres y marketing para ver los materiales a utilizar para la elaboración de los pedidos.

Monsieur Ferguson es un experto por excelencia. Estableció los precios únicamente escuchando la descripción de los diseños y los eventos para los cuales estaban destinados a ser utilizados.

Emmerich_6:32am: ¿ Hay una probabilidad que podamos vernos, hoy?

Su pregunta me suena a una petición. Me causa gracia que estos días este tan conversador, es menos huraño que antes…

—¡Marinette ven un momento al jardín!

Al llamado de Alix, salí de mi habitación, rumbo al jardín… ¿¡Que rayos hace toda esta gente aquí!?

—¿Qué está pasando y, que es…? —Señalé con los brazos extendidos la enorme furgoneta con materiales de construcción y, varios empleados con cascos y chalecos de seguridad—Todo esto…Buenos días ¿Puedo saber qué hace esta furgoneta frente a mi casa? —Alix se situó a mi lado, tan intrigada y sorprendida como yo.

—Buenos días ¿Es usted la señorita Marinette? —Cuestionó un hombre de barba blanca y cabello platinado, tendrá unos sesenta años como minimo—Soy el Arquitecto Blanc, jefe de está cuadrilla. Me envió el señor Félix Graham para acordar cuál de las habitaciones desea que se habilite para el atelier de trabajo. Cómo verá aun no acabamos con la remodelación de toda la mansio…

—Disculpe, tengo que interrumpirlo—Esto es inaudito—¿A dicho usted Félix Graham? ¿Atelier de trabajo? No tengo la mínima idea de que…—Mi telefono me interrumpió. Contesté sin peros—Ahora no es un buen momento para llamar—repliqué enfadada.

Que mal genio—Se rio del otro lado. Mi rostro estaba rojo del enfado—Iba a decirte que llegaran a remodelar una de las habitaciones. El arquitecto y diseñador de interiores Denis Blanc te visitará.

—¿Adivina a quién tengo enfrente, Brid?

Llegaron temprano. Eso es tener vocación de servicio.

—Brid, te dije que ya tenía previsto el sitio para mi proyecto ¿Por qué Félix tiene que entrometerse? A este paso, con todo lo que está invirtiendo en la remodelación, prácticamente habrá pagado el valor de la propiedad.

No seas desconfiada, Félix no tiene esas intenciones…—Se escucharon unos murmullos al fondo.

Buenos días, Marinette.

Ahora era Félix quien está en la llamada.

—¿Qué intenciones tienes con esto?

 Le indiqué con el índice al arquitecto que esperara.

—¿Los franceses siempre son tan cascarrabias? —El grosero Graham nunca decepciona—No tengo interés de quedarme con la mansión. Pero si de restablecer su belleza original. Ya qué tú le darás un mejor uso que su dueño anterior.

Iba a reclamarle que eso no era una explicación coherente, pero recordé lo Emmerich me dijo sobre Château du duc d'Épernon.

{Algunos millonarios son románticos de lo antiguo, más que del modernismo}

Félix proviene de una familia de nobles, que aún perpetúan su linaje. Yo no cuento con los recursos para montar un atelier de cero, incluso debo cuadrar numeros para poder pagar una asistente.

Esto es por mis pequeños clientes.

—Está bien—Vi de reojo al arquitecto alzar los pulgares a su equipo de trabajo. Al fin de cuentas, ellos tambien viven de esto.

Perfecto. A las siete de la noche llegará quién trabajará cómo tú asistente. Adios.

—¡Espera que…! —¡Me colgó!

Noble sin una pizca de educación primaria.

Resignada a lo que ellos habían planeado, tuve que hablar con el arquitecto e indicarle que habitación debía habilitar. Por dentro la mansión es enorme. Aunque está llena de andamios y material de construcción, se aprecian algunos acabados en mármol y granito.

¿Por qué Agreste descuido tanto está propiedad? El tipo es tan meticuloso con su empresa, que me sorprende que…

¡No conteste el mensaje de Emmerrich!

Cuando logré desocuparme saqué mi celular para responderme y me encontré con otro mensaje suyo.

Emmerich_6:40am: No era mi intención presionarte. Podemos vernos cuando tú lo indiques. Ten un buen inicio de semana, Honey.

Es muy considerado de su parte, creyó que no respondí porque me sentía presionada.

Me gusta eso de él… ¿Gustar?

Honey_7:15am: No tienes que ser tan cortés. Por supuesto que podemos vernos este fin de semana ¿Algo en especial que deba preparar?

Emmerich_7:15am : ¿Puedo llamarte?

Me petrifiqué en el jardín, mi corazón comenzó a latir rapido.

No esperaba que me pidiera hablar… ¿Qué hago? ¿Contesto? ¿Lo rechazo?

Te está pidiendo una llamada, no una cita.  

¡Cierto! Yo estoy exagerando todo.

Cherry Hair, hablaré con Emmerich un momento.

—Ok, pero luego vienes a comer, para ir al trabajo—Respondió ella desde la cocina.

Estoy pensando seriamente pedirle a ella y Max que se muden a la mansión cuando esté restaurada por completo.

Sería una forma de pagarles todo lo que ellos han hecho por mí.

Honey_7:20am: Si.

Al momento mi celular timbró.

—Hola, Emmerich—¿Por qué me siento tan nerviosa?

Hola, Honey ¿Es un mal momento para llamar?

Es más atento que de costumbre… ¡No que va, es cortes!

—Tuve un imprevisto está mañana, una amiga…—De alguna manera le dije esto; él me genera confianza— Hizo algo sin mi permiso y, bueno me incomodó.

Soy una malagradecida, Bridgette resolvió un problema.

Le dijiste que te hizo sentir mal.

—Es que…gracias a esto, podremos vernos este fin de semana tú y yo—guardé silencio, él no dijo nada.

Adrien

Estaba entusiasmado de escuchar su voz después de muchos días sin vernos, sin embargo, ¿Cómo debo responder a su comentario? Suena a que intenta autoconvencerse de lo que hizo su amiga; sea lo que sea; está bien.

No tengo todo el contexto de la historia, no puedo opinar sin saber.

—¿Emmerich?

Te estoy preocupando sin razón.

Estoy emocionado por ir a explorar contigo, pero, es importante que le pidas una explicación a tú amiga, para aclarar posibles malentendidos.

Ella lo hizo para ayudarme, cambio mis planes originales…Seré una malagradecida si la cuestiono.

—No, por el contrario. Hablar te ayudará a comprender los motivos que la llevaron a ayudarte de una manera distinta a tu plan original. Para una próxima vez, ambas estén de acuerdo en la decisión que tomen.

Muchísimas gracias por tú recomendación. Me siento más tranquila si le planteo las cosas de esa forma. Ella es una persona asombrosa, aunque a veces un tanto imprudente. No quiero enojarme otra vez con ella.

Al parecer, antes se molestaron de alguna forma.

—Poner límites, es importante en las relaciones personales. Así cómo tú mides tus palabras y acciones, ellos tambien deben hacerlo.

No lo había pensado de esa manera. Gracias por darme otra perspectiva de la situación—Ella es tan educada para hablar—Oh no, tú me llamabas para un asunto diferente y nos desvíe del tema.

—No pongas palabras en mi boca, Honey. Si ahora te sientes mejor, me doy por sati…

—¡El desayuno está listo! Ven que se hace tarde—La voz de una tercera se escuchó de fondo.

—¡Si, ya voy! ¿Querías decirme algo, antes?

—Te diré a donde iremos y que llevar por mensaje. No quiero que llegues tarde.

Gracias por ser tan considerado. Hoy tengo reunion con el ogro por eso debo estar a tiempo. Puedes avisarme si quieres que hablemos por telefono más tarde.

Por supuesto que no rechazaré escucharte de nuevo.

—Seguro, te avisaré para saber si estás libre para llamar por la noche. Cuidado con el ogro—Ella soltó la risa más adorable que he escuchado en toda mi vida— Hasta pronto, Honey.

Colgué, fui hacia mi Walk in closet para elegir un traje a medida de tres piezas, en color azul negro y líneas delgadas blancas.

No puedo llegar de golpe y soltarle “Estoy enamorado de ti” Cuando se muy poco de su vida sentimental.

Sé que tuvo un ex con el que término de la peor manera y un “amigo” que se aprovechó de su vulnerabilidad emocional para estar con ella…Ese es una mierda de ser humano.

Honey no está del todo recuperada, prueba de ello es que se emocionó porque ya no despertaba con pesadillas. Tampoco sé que es lo que causo su depresión.

Sobre todo, ella no sabe que soy Adrien Agreste.

Debo decirle esto con tacto, para que no piense que soy el rico jugando al pobre. Tuve mis motivos para adoptar esta personalidad y un acento extranjero.

Le preguntaré al psiquiatra del taller, de qué forma puedo develar esto. No quiero que ella tenga sentimientos de culpa e impotencia por haber estado con alguien que pedía honestidad y, aun así, le ocultó su propia identidad.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Me senté a la cabeza de la mesa de reuniones, los gerentes de los distintos departamentos exponen sus ideas y contratiempos, así como los avances en sus respectivas áreas.

—Buenos días—Winter ingresó, con un traje de dos piezas, color blanco, su cabello platinado suelto y lacio, con un escote bastante revelador, a pesar de que afuera estábamos a 9°.

Se sentó a mi lado cruzando sus brazos bajo su prominente busto.

—Necesito hablar contigo—Me dirigí a ella, mientras los gerentes hablan entre sí.

—¿Negocios? Haz una cita porque estoy ocupada con las negociaciones de convenios con otras empresas, para las remodelaciones que tú mismo propusiste para Gabriel´s.

Se nota que está molesta, desde el fin de semana pasado cuando rechacé su propuesta de hacer un trio.

¡Ya va una semana desde entonces, ese rencor sale sobrando!

Tienes tiempo para cenar conmigo en mi château, está noche.

Ella me barrió con la mirada.

—Ya te aburriste de tú juguete nuevo—susurró con aborrecimiento.

—Winter, lo que quiero que hablemos es importante ¿Puedes venir hoy?

—Mira…

—Buenos días.

Ambos giramos a ver a Dupon, que entró corriendo. Vestida con un abrigo punto capa, ocre con forro de color negro, que cubría su vestido de manga larga y falda plisada dos dedos abajo de la rodilla. Con botas licradas de tacón alto color negro y, medias a juego. Su cabello como siempre, atado a un moño bajo.

Parece una guía de exploradoras…una que sabe que vestimenta le acomoda bien a su figura.

—Buenos días, Marinette. Gracias por referirme a los clientes de su linea—Sheridan, la rubia gerente de fragancia se dirigió a ella.

—Buenos días, señorita Sheridan, no tiene por qué.

—¿Cómo qué no? —El robusto y carismático Patrick de orfebrería, se unió a esa extraña tertulia—Gracias a ti, yo elaboraré las joyas para las novias y otro de los clientes de la linea exclusiva. Estamos en deuda.

Así que, la rata es solidaria.

—De verdad no tienen deuda conmigo, como equipo debemos apoyarnos…

—Pueden continuar su tertulia en otro lugar. La reunión dará comienzo—Winter cortó—Adelante Adrien.

—Tome asiento, señorita Cheng—Indiqué.

—Hablaremos después—Se disculpó con el orfebre. Tomó asiento al lado mío. Trae su Tablet y varios bocetos.

—Es necesario establecer las metas que se planean para esta semana, así como dar a conocer sus esquemas de trabajo para desarrollarlos—Di paso a las ponencias.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

La reunion como de costumbre se desarrolló con total tranquilidad, resaltando los aspectos de cada departamento, hasta que llegó el turno de Dupon.

—Monsieur Ferguson y yo, finalizamos la entrevistas, toma de medidas y diseño de bocetos para los clientes de la linea exclusiva—Ella se auxilió del proyector para mostrar un diagrama donde ellos habían segmentado las fechas y, la ocasión para la cual el cliente solicitaba tal diseño—Estoy coordinando con el departamento de textiles e insumos de costura, para que nos proveen del material para los primeros diseños y…Si, joven Agreste—Ella me dio su atención cuando levanté mi mano.

—Quince de los diseños estan programados para ser entregados a mediados de febrero y, principios de marzo ¿Es correcto?

—Si. Los quince diseños son vestidos de novia.

—Los vestidos de ese estilo son complicados. Deben manejar bordados, incrustación de cristales a mano y maniobrar con metros de tela de distintos tipos. Colocando cada pieza en el maniquí ¿Usted y Le Débogueur, cumplirán con los plazos establecidos?

Marinette

De no ser porque el grosero Graham me dijo que no me pusiera al nivel de Agreste. Me atrevería a responderle que no nombre a mi superior, por un apodo tan mediocre.

—Es muy pronto para dar una respuesta—El enarcó una ceja y apoyo su mandibula sobre el dorso de sus manos. Con esa mirada de “¡Esa es tú excusa?”—Monsieur Ferguson y yo, aún estamos organizando el atelier para los maniquís que se solicitaron con las medidas de las clientas.

—¿Osip, cuando estarán listos los maniquís? —Agreste se dirigió al gerente del área de producción.

—Para este miércoles está programada la entrega de los primeros cinco modelos.

—Me permite la palabra—Soleil, la gerente del departamento de tecnología y con la que ya trabajé antes, por el comercial, levantó su mano. Agreste le cedió la palabra—¿Tú Tablet tiene un programa de modelos y animación tridimensional de maniquís? —Se dirigió a mí.

—Si, lo creo un amigo mío.

—¿Tienes problema con instalar un software intuitivo de maniquí tridimensional de última generación?

—Por supuesto que no.

—Bien—Soleil acomodó sus amplias gafas y se dirigió a Agreste—Asesoraré a Marinette para el uso del programa y así, puedan elaborar los diseños en tiempo real y estimar el periodo de producción más preciso. Para cuando los maniquís reales les sean entregados, Le Débogueur y ella habrán adelantado patrones, manteniendo la calidad y el profesionalismo en cada etapa.

—Gracias—Él después se centró en mí, recompuso su postura—Para el día mañana necesito un informe del tiempo que tardará la elaboración de cada vestido de novia. Prosigue con tú ponencia.

—De acuerdo—Antes de continuar, le agradecí a Soleil por el apoyo, ella solo asintió. Proseguí con la explicación, Agreste no hizo más preguntas.

Tomé asiento al terminar mi exposición. Escuché atenta al resto de integrantes en la mesa.

—Iré a sus departamentos a dar seguimiento a sus avances, a lo largo de esta semana. La reunión se da por terminada, espero resultados de parte de todos ustedes.

Agreste se levantó y se marchó sin despedirse, con Ondine detrás de él.

Si lo pienso bien, en lo que llevo trabajando para Monsieur Ferguson, no he visto a Agreste pasearse por el lugar ¿Por qué será?

—¿No me estás escuchando? —La voz irritada de Winter me sacó de mi transe.

—¡Si, dígame! —El trato con el resto de personal va mejorando, pero la novia de Agreste no me soporta, igual que él.

—Me informaron del departamento de finanzas que, debes pasar por el pago de planilla de este periodo. Debes saber que los pagos se realizan cada quincena de mes. Tienes que estar pendiente.

—¿Eh? Lo siento, estaba tan ocupada con las entrevistas…—Ella se cruzó de brazos, resaltando su pecho. Winter es de las personas que intimidan con su presencia—¿A dónde debo ir a retirar estos pagos?

—En el edificio administrativo, tercer nivel—Respondió en seco. Sin esperar respuesta, avanzó por mi lado sin verme.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Minutos atrás le envié un mensaje a Monsieur Ferguson, explicando que tardaría en regresar al Atelier, porque debía ir primero a Finanzas y después al departamento de informática. Él no respondió, pero me marcó que leyó el mensaje.

—Por favor verifica que las cantidades sean correctas y, firma al final de la hoja para confirmar que ese es tu número de cuenta, así realizaremos el depósito—Explicó en un tono amable el chico de cabello rubio semi largo y ojos azules, con traje a la medida. En su gafete se lee “Grigory, asistente del gerente financiero”.

—Por supuesto—Agarré los documentos y procedí a revisarlos.

Soy una empleada nueva, así que mi salario es el minimo, con la opción de aumentar según mi desempeño, los honorarios por expositora fueron de trecientos euros, con eso podré aportar a los gast… ¡Esto debe ser un error!

—Este…disculpé—Me acerqué al cubículo de Grigory—Esto es un error —Apunté a la cantidad desglosada en la comisión.

—Déjame ver—Tomó el papel y tras unos segundos respondió—Tú comisión equivale al tres por ciento del monto total. Lo que serían ciento ochenta y tres mil euros, que se entregaran en pagos porcentuales, el primer deposito es del cinco por ciento, es decir nueve mil ciento cincuenta. El resto se ira abonando a tú cuenta, a contra entrega de los diseños finalizados. No hay ningún error.

¿Está seguro? —Aun no procesaba esa cantidad, por la venta.

—Si ¿Pasa algo? ¿No estás conforme con el monto? Porque si es así, puedes hacer un reclamo en recursos humanos…

—¡Para nada estoy inconforme! —exclamé, lo cual le dio un buen susto—Lamento alzar la voz, es que…es mucho dinero.

—La empresa te está retribuyendo tú esfuerzo y resultados.

Mi corazón brincó de emoción. Estaba obteniendo el dinero suficiente para costear el salario de una asistente para mi atelier y, retribuir en gran medida a mis amigos y, pagar los boletos para que mis padres vengan a verme…Era algo que ahora podía realizar.

Con esto, dejaba atrás esa imagen de aquella chica, pasando carencias, esperando en un apartamento, por alguien que nunca regresaría.

¡Daré lo mejor de mi para cumplir con la entrega de los diseños!

—¡Muchas gracias!

—No me des las gracias. La gerencia determina las comisiones.

Agreste de nuevo a cuento.

Firmé los documentos y me entregó una copia donde se desglosaban mis pagos.

Es un ingreso que me hacía mucha falta. No me hace una millonaria, pero tengo que saber cómo administrarlos.

¡Ya sé lo primero que haré!

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Sabrina se tomó la tarea de preparar un té English Breakfast acompañado de unas magdalenas sin gluten, rellenas de crema de limón. El desayuno favorito de su novia.

Con cuidado subió hasta la habitación dónde Chloe se encontraba recostada, cubierta por completo con una frazada de seda.

—Chloe, te he traido el desayuno—anunció, al ingresar a la alcoba.

—No quiero comer nada.

—Prueba solo un poco. Te hara bien comer algo—. Sabrina intentaba ser comprensiva. Desde el funeral de Nino, Chloe había dejado de hablar y apenas probaba alimento—Comprendo que la muerte de tu ex te ha afectado mucho—Se atrevió a tocar el tema, que hasta entonces lo había evitado—Es algo…

—¿Qué? —Chloe emergió de entre las frazadas, con el entrecejo fruncido—¿Piensas que estoy así por ese hombre? —La reacción desconcertó a Sabrina—Hubiera pagado lo que fuera, por tal de tener la foto de ese patético en el final de sus días.

—Chloe…Cómo puedes decir…

—Nino fue mi pareja por estatus, no nos hagamos las inocentes, Sabrina. Gracias a mí, sus mediocres programas tuvieron audiencia. Una vez terminamos ¡Ni su madre se recordaba de su existencia!

—Entonces ¿Por qué has estado evitando comer?

—Número uno, aumente de peso por culpa de las tendencias en redes. Número dos, tú usaste pantalón y una blusa, cuando fuimos al funeral de ese perdedor—Ella emuló una mueca de ofendida—Me tomé el tiempo de elegir un vestido precioso para que usaras ese día.

—Chloe, no me parece sano que evites comer para estar en forma. Podemos ir a correr al parque de aquí afuera, en cuanto a lo de redes…

—No voy a transpirar y a oler mal, junto a un montón de raros que se creen deportistas. Pero ese no es el punto ¿Por qué no usaste el vestido? —Recalcó.

—Mira—Sabrina dejó la bandeja sobre la mesa junto a la puerta—Un vestido negro con estampado de crisantemos naranja, no era propio para el funeral.

—¿Sabrina, ese es tú pretexto? ¡Parecíamos hermanas vestidas del mismo estilo! —reclamó por lo alto. —Sabes cómo nos identifican nuestros fans. Tú usas vestidos y yo pantalones ¿No es tan difícil?

—Chloe no tienes que hablarme en ese tono—Sabrina se sintió mal, todo ese tiempo estuvo preocupada por nada. Tampoco esperaba ese trato de parte de su novia—Fue solo una ocasión…

—Tienes razón, lo cual significa que no volverá a ocurrir—Chloe salió de la cama. Ignorando la expresión dolida de Sabrina—Ve a cambiarte, iremos a ver a Dimitri.

—¿El hombre del reality?

—Si, ese mismo. En vista que ni un periodista se apareció por el funeral. Necesitamos algo que nos de relevancia.

—Porque tenemos que ser relevancia—Aquello fue más una queja que una pregunta.

—Está casa y todos lo que compramos, se paga con el dinero de las marcas que nos piden recomendar productos, sin patrocinadores, no hay lujos.

—Podemos comenzar a trabajar en la creación de una empresa, nuestra propia marca. No todo gira en torno a las tendencias…

—Por eso es por lo que yo soy la que entiende de negocios—La ironía en el comentario de Chloe ofendió a Sabrina—Ser irrelevantes es no existir en el mundo de la moda.  Pero descuida a Dimitri se le ocurrió la brillante idea de “filtrar” un video íntimo de nosotras…

—¡Eso es una locura! Nuestra intimidad no es para alimentar el morbo de enfermos depravados—Sabrina reaccionó alterada. Ella no estaba dispuesta a exponer algo tan preciado, para ganar fama.

—Tranquila, que nosotras nada más prestaremos nuestros rostros. La tecnología hará el resto—Justificó, mientras se dirigió al closet por un cambio de ropa, sin la menor culpa.

—Aun así…—Sabrina se quedó con la palabra en la boca, su novia se encerró en el baño. Dando por zanjada la conversación—Tú prioridad debería ser nuestra relación—murmuro para sí, tomando la bandeja y abandonando la habitación en silencio.

Marinette.

Mi asesoría y capacitación para el uso del software que Soleil, fue muy extensa. Gracias a ello puedo asistir al señor Ferguson haciendo uso de la tecnología.

Me he dado cuenta de que Gabriel´s, se maneja con un sólido trabajo en equipo. Por ello la reunion semanal es con todos los gerentes de cada departamento de la empresa. Si uno tiene problemas, los demás buscan la manera de solventar o apoyar en lo que se necesite.

Delegan tareas para ser más eficientes y, no sobrecargar de trabajo a una sola persona.

—Añade, veinte centímetros de tacón, cuarenta y siete de radio, más cuatro centímetros de márgenes de costuras—Monsieur Ferguson, dictaba parte de las medidas, para realizar el modelo en 3D del vestido sobre el maniquí, en mi Tablet.

—Deme unos segundos.

 Acomodé la falda que acabamos de detallar con los otros elementos del vestido. Cada sección está seleccionada con un color diferente, para tener una idea de los patronajes y composición.

—¡Listo! Es así cómo se verán los diseños. Incluidas las incrustaciones de las joyas solicitadas por las clientas—Le mostré la presentación en mi Tablet de todos los vestidos de novia. Monsieur Ferguson observaba, frotando su barba trenzada.

—Gracias por tú ayuda. Antes de marcharte, comunícame con Ondine.

—Aun no puedo marcharme, tengo que elaborar el informe que el joven Agreste solicitó, con un estimado del tiempo de producción.

—Por ese motivo necesito hablar con Ondine. Has lo que te pido y después te marchas.

Iba insistir en apoyarlo, pero su mirada de “lárgate ya” me convenció de no hacerlo.

Cumplí con lo solicitado y salí del atelier. Mientras avanzaba saqué mi celular.

Honey_5:20pm: Tuve un día muy productivo y, con el tema de continuar hablando ¿Podemos posponerlo? Tengo que conversar con la amiga que te comenté y no sé cuánto vaya a tardarme.

Subí al ascensor. En el chat apareció la leyenda “Emmerich escribiendo…”

Emmerich_5:21pm: Que bien que tú día fue de provecho. Descuida, también me surgieron unos pendientes para más tarde. Me disculpo por no poder enviarte el lugar y las cosas que necesitaras para la próxima salida. He estado muy ocupado el día de hoy.

Honey_5:22pm: Podemos hablar del tema del urbex, cuando estes más despejado de trabajo. No tengas apuro con ello.

Emmerich_5:22pm: Eres muy considerada. Cuando nos veamos, recuérdame invitarte a almorzar, como compensación por la espera.

Marinette…

Honey_5:23pm: ¿Puedo pedirte un favor? Está vez podemos repartir los gastos entre los dos.

Emmerich_5:23pm: ¿Partes iguales? No tengo problema con los gastos.

—Marinette, oye se te cayó…

Honey_5:24pm: Por favor, acepta compartir los gastos. Es lo justo.

—¡Marinette!

¡Oh rayos!

—¡Anarka, perdoné no la vi antes! —Di la vuelta por el repentino grito.

—Tampoco me escuchabas—Me extendió mi abrigo de capa—Vienes muy entretenida—Señaló mi móvil.

—Muchas gracias, estoy muy despistada. No era mi intención—Agarré mi abrigo, con la cara roja de la vergüenza.

—Tranquila, que las conversaciones de pareja siempre llevan a la luna.

—¿Pareja…? —Mi celular timbró.

—Contesta, no dejes a tú enamorado en espera. ¡Nos vemos mañana!

—No… yo…—Ella se marchó y bajé la vista a la pantalla de mi celular y abrí el chat.

Emmerich_5:27pm: De acuerdo tú ganas. Acordaremos todo antes del fin de semana. Por cierto, Honey, escucharte alegró mi día.

¿Por qué dices eso?

Apreté mí el celular contra mi pecho. Me siento extraña…son solo palabras.

“Alegró mi día”

¿¡Oh no, qué hago en el primer piso!? ¡Alix me espera en el estacionamiento!

Corrí de regreso al ascensor ¡No puede ser que no me di cuenta de que subi al primer piso!

¡Definitivamente estoy muy despistada hoy!

Adrien

Regresé a mi château a eso de las seis y media, después de atender las nuevas demandas de Ferguson. Ese hombre que antes era un enigma ahora está abierto a cambios. No me esperé que informara sobre su interés de…

El timbre de la puerta captó mi atención. Una de las empleadas fue a abrir.

Aunque no había confirmado, Winter entró a escena.

—Gracias Galeana—Le entregó su abrigo a mi empleada.

Estaba vestida con una blusa corse blanca de mangas abullonadas y con el abdomen expuesto. Con unos vaqueros low rise. Con su cabello suelto y ondulado.

Justo cuando voy a decirle, decide venir con la ropa más provocativa.

Bienvenida—No voy a resaltar su negativa—Acabo de llegar, iré a tomar una ducha, puedes pedir algo antes de cenar.

—Afuera hace mucho frio, una ducha caliente no me vendría mal—sugirió en tono provocativo.

Algo debo estar pagando, para que el destino se empeñe en tentarme.

Lo que necesitas es una bebida. Te veré en un rato—Subi las escaleras a paso rapido y me adentré en mi habitación, bloqueando el acceso desde dentro.

Lo acordamos años atrás, pero ahora mis sentimientos han cambiado.

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—La cena estuvo estupenda—Winter dejó los cubiertos sobre el plato—Aún tengo espacio para el postré—Ella mordió la cara interna de su mejilla.

—Winter, te cité hoy para hablar de algo que ha pasado en los últimos días.

—Por qué tan serio. No vamos a hablar de trabajo, por favor. He estado todo el día hablando con los colaboradores exteriores de la empresa. Si no te importa quiero relajarme—Ella se acercó más a la mesa, resaltando su prominente escote.

—Es sobre nosotros—Al decir esto, ella esbozó una sonrisa pícara—Antes establecimos una relación abierta, en la cual ambos nos la pasamos bien, incluso vimos a otras parejas. Pero nuestro acuerdo tenía una cláusula.

—¿De qué estás hablando? —Enarcó la ceja en tono serio.

—Conocí a alguien mientras hacía urbex y, me enamoré de ella…

—¿Era eso? —soltó una risa forzada—El acuerdo finaliza cuando no seamos solteros. Si lo tuyo es para descubrir si ella siente lo mismo, no es necesario cumplir una cadena de celibato.

—Ella es demasiado importante para mí, para jugar al Casanova, hasta confesarle mis sentimientos.

—¡Increíble! Fui tú prueba y error, todo este tiempo—despotricó con tono acido—. Pero ahora, que quieres jugar al “novio” con una tipa que hace unas semanas conociste, me haces a un lado, para que no dañe tú ego de “hombre fiel” ¿¡Crees que ella te va a amar!? ¡Cuando se enteré que has brincado más camas que, una pulga sobre el lomo de los perros!

Está comenzando a irritarme.

Estoy siendo honesto contigo. Pero no estoy dispuesto a tolerar que te refieras a Honey como la “Tipa”

—¿Honey? —Inquirió con burla—Que nombre tan horrendo.

—¡Es que no te tiene que gustar a ti! ¡Soy yo quién se enamoró! —La confronté—No te usé ni jugué al policia bueno ni malo. Teníamos un acuerdo y, estoy valiéndome de la cláusula que acordamos.

—Pues que te aproveche, tu nueva conquista—Se levantó ofendida—Cuando te aburras de ella, no me busques—Se dio la vuelta y se dirigió a la salida. A los segundos la escuché azotar la puerta de la entrada.

¿Por qué le importa tanto? Tiene otras parejas con las que quedar.

Es cierto que no tengo nada definido con Honey, que no soy un hombre de moral intachable…Aun así quiero intentarlo, quiero confesar mis sentimientos de la mejor manera, mostrarle que, mis intenciones son serias.

Marinette

 Le marqué a Bridgette, para aclarar todo este tema sobre el nuevo espacio para mi atelier y la persona que planean contratar. Ahora tengo la solvencia económica para tomar decisiones dentro de mi espacio y, el valor para decir lo que pienso.

Gracias a Emmerich.

Hola, Marinette ¿Cómo estás? Me pediste que cancelará la cita con la asistente que Félix contrato ¿Paso algo? ¿Es sobre el tema de tus comisiones? Estuve revisando y todo está en orden.

—Bueno…es que quería hablar contigo, porque sé que le dirás a Félix después—Tomé aire y exhalé—Te llamé ayer para plantearte el tema de los pendientes con el club de teatro, me refiero a los trajes que estoy elaborando. Me molestó mucho que está mañana, hubiera personas enfrente de la casa, con planes de remodelación que, ni siquiera tomaron en cuenta de mi parte. Tampoco me pareció que contrataran a una persona como mi asistente sin consultarme— En la pantalla Bridgette estaba sorprendida—Yo…lo siento, no me estoy quejando…es que…

Vaya ingratitud la tuya. Si te dejan con medía construcción será tú culpa.

—Marinette, comprendo lo que estás diciendo. Fue nuestro error no explicarte los motivos. Además de actuar sin consultarte.

—¿No estás molesta?

Contigo no, conmigo sí. No quise hacerte sentir menos amiga ¿Puedo explicarte los motivos?

—Por favor.

Marinette, lo que sucede es que, tiempo atrás a ti te acosaron y amenazaron para que callarás algo que claramente iba a perjudicar a unas tipas de lo más nefastas. La cosa es, que ahora estamos protegiéndote a ti, porque esas personas harán lo imposible para opacarte al estar destacando. No podemos dejar que cualquier persona se acerque a ti y, además, tú entorno o sea tú nueva área de trabajo en la mansión, será lo más segura posible.

—Brid, gracias por cuidar de mi a ese punto. Creo que ambas malinterpretamos la situación, por no hablar antes y con calma de esto.

Es comprensible y esto de acuerdo contigo—Ella es mi hermana mayor de otra madre.

—No puedo echarme para atrás, en cuanto a realizar una demanda al obtener las pruebas, aun cuando te dijera que no lo hagas, pero, si la situación es peligrosa, sé que tú no retrocederás.

Nunca retrocedí en el dojo del abuelo, sin importar el adversario. Porque, vivir con miedo no es vida.

—Es verdad—Las inseguridades solo hacen que avanzar sea una tortura.

Por ello, me atreveré a pedirte que, aceptes entrevistar a la persona que seleccionamos, te prometo que respetamos los requisitos y hay muy buenas razones para confiar en ella. Pero, si no te convence, aceptaremos tú decisión.

—Si es bajo esa condición. La recibiré mañana al finalizar mi jornada.

 

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            Kagami recorría el restaurante de Philharmonie de Paris, saludando a los presentes en la pequeña e improvisada fiesta de despedida del director ejecutivo de las cinco orquestas que alberga dicha institución.

Su vestido de seda negro captaba la atención de todos. Blusa cuello mao con mangas estilo kimono, un escote discreto. Su falda estaba dividida, por una capa exterior de cortes asimétricos, con una cintura alta, la capa interior tenía una caída libre, con una abertura que dejaba expuesta su pierna derecha. Mostrando su calzado de tacón de aguja y cintas entrecruzadas debajo de la rodilla.

—Agradezco que tuvieran el gesto de organizar este pequeño convivio—Théo Barbot, alzó la copa para un brindis—Ser nombrado director de la Orquesta de Sidney, significa mucho para mí, cómo un ferviente promotor de las artes a través de la musica… ¡Un momento! —interrumpió—¿Dónde está Luka? Debo hacer un importante aviso y él debe estar presente. 

—Iré a buscarlo—Se ofreció Kagami. Que, aunque no tenía idea de dónde buscar, era la excusa perfecta que ella necesitaba para tomar aire.

Salió de la edificación hacia los patios poco iluminados. La petición de su madre la tenía en un estado taciturno.

—Al menos deberías mostrarte afectado por mi decisión.

—Antes no te importaba mi opinión, ahora que eres la razón ¿Si importa?

—Por tú tono, estás celoso que lo elegí a él.

Kagami detuvo su andar ante el barboteo de las voces desconocidas, que provenían del sector de las rampas. Forzosamente debía pasar por ese sitio para regresar al recinto. Grande fue su sorpresa al ver pasar a la señora Bustier, que, al marchar enfurruñada, no la notó en la rampa inferior.

Kagami restó importancia y subió para regresar, pero se encontró con una figura conocida, que estaba cabizbajo.

—¿Oye? ¿Estas bien? —preguntó—¿Luka…?

—¿Kagami? —Luka dio media vuelta, con un semblante aliviado que se transformó a alterado—¿Qué haces aquí? ¿Escuchaste…?

—Cada palabra. Descuida, que no le diré a nadie, que eres el amante de Bustier—Kagami fue directa.

—No es lo que parece…

—No soy una persona moralista, así que poco me importa. Pero ¿Qué hay de ti? Negaras lo obvio.

—No lo estoy negando…es que por fin ella se irá de mi vida…No por mi decisión, de la cual me privó con chantajes emocionales, es patético lo sé.

—¿Chantajes emocionales? Que tonterias estas dicien…—Kagami guardó silencio al ver la mirada apagada de Luka. Reformuló su pregunta—¿De qué hablas?

Luka había callado por mucho tiempo la manipulación que sufría por parte de Bustier.

Le relató a Kagami que, tras la muerte de su cuñado a causa de cáncer de pulmón, su sobrino en aquel entonces de cinco años no soportó la pérdida de su padre. Sufría ataques de panico, no quería estudiar y se la pasaba aislado de los demás. En ese entonces, Bustier era la directora de la guardería donde el pequeño asistía.

Ella se había ofrecido a ayudar al niño con talleres de arte, con clases particulares. Lo cual ayudó a que su sobrino desahogara su dolor, expresándolo en pinturas.

Luka era quién iba por el pequeño por las tardes ya que su hermana no podía por el trabajo. Bustier le contaba del progreso del este y lo motivo a llevarlo a terapia psicológica. Lo que beneficio en la salud del menor.

El mencionó que gracias a que en el trabajo de su hermana se habilitó una ludoteca y guardería para los hijos de los empleados, el pequeño pudo recibir un mejor control psicológico y pedagógico.

Aun así, él continúo frecuentando a Bustier para mantenerla informada de los avances de su exalumno. Pero con el tiempo aquellos encuentros casuales, llevaron a un enamoramiento de parte de él y posterior una relación amorosa entre ambos.

—Hasta que descubrí que ella estaba casada—expresó dolido— Por azares del destino, cuando fui contratado en la Philharmonie, y acudí a una de las fiestas de aniversario de la orquesta, el director apareció con su esposa…era ella—Relató Luka con la voz apagada. Kagami le escuchaba sin emitir juicio—Ese día me rompió el corazón, quise decirle todo al director, pero ella me silenció, con el pretexto que ellos estaban por separase. Fui un idiota y le creí. Perdi la cuenta de cuantas veces quise finalizar esto, pero ella decia que si la dejaba significaba su muerte…Hoy me ha dicho que se va a Australia con su esposo. Ha sido ella quién puso punto final—Luka exhaló cansado—Quizás estuve empeñado en que debía estar con ella, por lo que hizo por mi familia, o simplemente estaba obsesionado con que, un día me elegiría a mí.

—Toma tú celular y bloquea su número—Sugirió Kagami. Luka la observó atónito—El primer paso, es cortar toda comunicación con ella. Retoma el control de tú vida y busca ayuda para superar lo que viviste.

—Yo…—Luka no lo pensó dos veces, sacó su celular y bloqueo el número de Bustier, eliminó las fotografías y mensajes. Con cada acción sentía un temor por perder aquello que creía que lo mantenía seguro, pero, a la vez, le embargaba una incertidumbre de que esperar—No estoy seguro de poder entrar a la fiesta y no derrumbarme.

—El director quiere hacer una revelación importante y te necesita ahí. Puedo quedarme a tú lado, para que ella no se acerque.

—Gracias Kagami—Luka se sintió derrotado e hipócrita, al tener que despedirse con buen semblante del director, a sabiendas del engaño de ambos— Me aferré tanto a su compañía, que no fui capaz de notar en el circulo vicioso en el que me encerré.

—No te culpes por ello—Kagami, se levantó del piso, con la ayuda de Luka—Para que no te sientas mal, yo también me obsesione con una persona.

Ambos comenzaron a andar de regreso al restaurant.

—¿Tú?

—Si, yo. Esperaba conocer algún día a la creadora de los atuendos de la marca Ladybug, por eso los llevó puestos para eventos especiales. Pero ella desapareció y más nunca…

—¿Ladybug? Creo que puedo ayudarte a encontrarla—Exclamó lleno de júbilo.

—No tienes por qué intentar quedar bien conmigo. Un gracias es suficiente…

—Kagami, yo sé dónde está la creadora de Ladybug, lo digo enserio.

—¿No estas siendo condescendiente? —su voz emitía una duda, pero su rostro estaba lleno de esperanza.

—Por supuesto que no. Dame unos días, hablaré con ella para presentarte y que conozcas los motivos de su silencio.

—Esto es muy importante para mí. Te advierto que no toleraré que juegues con esto.

—Lo entiendo, por eso, confía en mí.

Marinette. 

Hablar con Bridgette fue la mejor decisión, ella comprendió mi pedido y aceptó que yo pagué el sueldo de la asistente de costura y ellos se encargaran del salario de la gerente de mi pequeño atelier. Lo de tener una gerente es más idea suya, puesto que asumió que vendrán más clientes aparte del club de teatro, aunque lo dudo mucho.

Porque en definición, la marca Ladybug está extinta para mí.

Hoy me reuniré con la gerente que ellos designaron y mañana con la costurera. Antes de ir a mi trabajo fui a mi sesión de terapia habitual.

—Cuéntame Marinette ¿Cómo va todo? —Indagó Clémence, mi terapeuta.

—Va muy bien, el tratamiento está funcionando, al igual que las terapias y mis paseos a distintos lugares, con el urbex. Me despierto con la alarma y el descanso es placentero. Aunque tengo mucho que hacer, no me provoca fatiga o fastidio. Hacía mucho que no era productiva y temía fallar, pero, estoy esforzándome por no boicotear mis avances…Pero eso no quita que tuve un leve tropiezo.

—Es bueno escuchar que estas obteniendo resultados favorables en tú progreso y, te mantienes enfocada en tus propósitos y objetivos. Me llama la atención el leve tropiezo ¿Quieres contarme?

—Asistí a la celebración del CEO de Gabriel´s, dónde muchas celebridades acudieron…entre ellas mi ex—Juguetee con los dedos de mis manos, no me sentía bien hablando de esto, pero debo hacerlo—Fue un momento muy breve, nisiquiera cruzamos palabras. Sin embargo, cuando lo vi acompañado de su pareja actual, sentí que algo dentro de mí, se quebraba. Sabía que él estaría ahí, pero no creí que aun causaría tal impacto en mí, a tal punto que tuve un ataque de panico ahí mismo. Con dificultad logré estabilizarme, con la ayuda de…mi jefe.

Si, ayudó, pero sé que no lo hace porque le importe. A ese monigote solo le interesa todo lo que tenga que ver consigo mismo.

—¿Recuerdas los pensamientos que pasaron por tu mente?

—Si, Me di cuenta de que aún duele…aunque pensé que ya no. No sé cómo definirlo en emociones, es que…me sentí frágil y pequeña, cómo si todo mi progreso, se basará en que pienso o siento respecto a él y, que cuando reapareció en mi vida, todo perdió sentido… Después, vinieron la culpa y la vergüenza por sentirme así.

—Marinette, es importante que reconozcas que haber tenido una recaida emocional, no invalida tú progreso. Esos episodios son señales de que algo profundo aún necesita ser procesado.

A mi mente llegó el recuerdo de Emmerich alzándome por la cintura, feliz porque le comenté que desperté con la alarma.

—Marinette ¿Qué pasa…?

—Unos días después de eso, salí a Fontenay-Trésigny, con mi amigo Emmerich, fue un viaje que disfruté mucho—No sé porque, pero sentí la necesidad de cambiar de tema. No estaba evadiendo, es que…creo que esto es más importante—Fue extraño de cierto modo…sentí que me liberé de muchas presiones en ese paseo. Creo que…me gustó, estar bastante rato con su compañía. Cuando me despedí de él, algo dentro de mí se movió. Cómo una sensación cálida, pero también aterradora.

—¿Aterradora?

—Verá—Mi corazón late, fuerte—Pienso que estoy sintiendo algo real pero que, en el fondo, quizás sea solo una proyección. Ya me pasó una vez. Crei que me gustaba un amigo que también fue considerado conmigo… hasta que me enteré de que tenía novia y, ese “sentimiento” se esfumó, como si nada. Fue aquello una simple necesidad de consuelo disfrazada de amor ¿Lo que siento ahora, es igual?

No quiero ver en él un escape, ni tampoco actuar raro, porque no me sienta bien respeto a esto.

—Ese temor es válido. Ahora eres más consiente de tus procesos. Estás observando tus emociones, cuestionándolas, no lanzándote de lleno. Eso es crecimiento—Sonrió con franqueza—Tal vez este sentimiento nuevo, no sea una via de escape, sino una posibilidad. La única forma de saberlo es no reprimiendo por miedo; permite explorar lo que estas sintiendo… con calma sin exigencias.

—¿Si al final descubro que no era amor? ¿Si vuelvo a equivocarme? —Pensaba en como esto iba a afectar nuestra buena relación de amigos.

—Habrás aprendido algo más sobre ti—A su respuesta, le miré confundida—No todas las emociones deben tener un final definido. Estás comenzando a abrirte al mundo afectivo de nuevo y eso es un gran paso. No estás huyendo, estas sintiendo…y estas buscando respuestas a tus inquietudes al respecto. Estás actuando con conciencia.

—Significa que…debo descubrir que es esto que estoy experimentando, aun cuando la respuesta no sea lo que estoy buscando.

—No se trata de obtener la respuesta correcta, sino de darte permiso de descubrirlas, sin miedo.

La sesión terminó, me despedí de Clémence y me dirigí al trabajo. En el trayecto en el taxi, meditaba en lo que acabo de conversar con mi terapeuta.

Es extraño, porque, dejé de pensar en mi ex, cuando comencé a hablar de lo que me transmite la presencia de Emmerich.

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—¿Un ayudante? —Pregunté. Su iniciativa me ha dejado a cuadros.

—Si, noviembre está por finalizar y sin contar la semana de vacación por las fiestas en diciembre, nos deja con poco tiempo para avanzar en los diseños que deben ser entregados en febrero y marzo.

—¿No es suficiente con mi ayuda?

—Tú ya haces demasiado, corriendo de un departamento a otro. Hablando con los clientes y asistiéndome en el patronaje y corte de tela—Aunque su rostro está tan inexpresivo como de costumbre, sus palabras suenan a halago para mi—Necesitamos a alguien de planta que nos apoye en la costura.

—Si gusta, cuando terminemos de almorzar, podemos ver los requisitos y así los presentó a recursos huma…

—No hace falta, ya hablé con Ondine. He informado que seré el responsable de la subcontratación, apegado a las reglas de reclutamiento de personal actual de la empresa—Él se levantó de su asiento. En el espacio que se habilitó para merendar y descansar dentro del Atelier de Monsieur Ferguson—Los prospectos que revisé, estan siendo investigados, vendrán a entrevista mañana a las seis de la tarde. Antes que preguntes, no necesito de tú presencia, puedes retirarte en tú horario normal.

—Enterada—Él se marchó al lavatrastos automatico, dejó ahí sus utensilios. Para después entrar al taller.

He aprendido a no reñirle o insistirle, es una persona muy cerrada en varios aspectos. Sin embargo, que reconozca que necesitamos apoyo y valoré mi trabajo, es un avancé muy grande de su parte.

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Honey_ 6:00pm: Me sorprende que un sitió tan emblemático se encuentre en el centro de Paris.

Texteaba con Emmerich, mientras esperaba a la asistente que el grosero Graham y Bridgette recomendaron. Cherry Hair estaba viendo televisión en mi habitación.

Emmerich_6:01pm: Antes que comiencen las nevadas, podemos explorar el interior de este sitio. Bajo nuestro propio riesgo.

Honey_6:02pm : ¿¡Riesgo!? No mencionaste nada de esto antes.

Emmerich_6:02pm : No hay aventura sin riesgos, Honey.

Honey_6:03pm: Prefiero regresar intacta antes que sacrificarme por el bien de la “aventura” gracias.

Emmerich_6:04pm: No va a pasarte nada, porque cuidaré de ti, todo el tiempo.

Mis mejillas se pusieron calientes.

Si dices cosas como esas, harás que…

—Buenas tardes…

Casi tiro mi celular de la impresión.

—¡Quién eres y que haces aquí! —Inquirí a la mujer de cabello largo lacio rosa pastel con mechas rubias, lentes redondos.

—Perdón lamento asustarte. Me llamo Zoé Lee, vengo por la entrevista —Explicó y mis nervios de autodefensa se sosegaron— Estuve tocando la puerta, pero nadie abrió. Mi esposo me dijo que probara si la reja estaba abierta. Él está esperándome en el auto, no creas que es un loco merodeando—avisó son risa nerviosa.

—¡Oh! Lo lamento estaba distraída con mi móvil. Adelante, bienvenida; toma asiento—Le indiqué el sitio donde la entrevistaré—Soy Marinette Dupain—Extendí mi mano y ella a su vez, correspondió el saludo.

—Un gusto Marinette. Gracias—Ella se sentó. Es muy atractiva y de buenos modales— Le enviaré un mensaje a mi esposo, para indicarle que estoy bien—Texteo con una rapidez impresionante—Listo.

—Ok, bueno, supongo que Félix y Bridgette te pusieron al tanto de los requisitos que estoy buscando en una asistente y, leí tu portafolio. Tienes experiencia en grandes empresas de moda, pero, me llama la atención que, en los últimos años, trabajaste para un pequeño atelier y, que ahora quiera trabajar para mí, una persona que apenas está comenzando.

—Trabajar para tú atelier es una oportunidad de explorar ideas frescas y desafiantes. Un terreno listo para desarrollar la creatividad y la constancia. Un reto que me atrae en demasía—Se desenvuelve con mucha seguridad—He visto tú trabajo y no lo digo para sonar zalamera, pero, tienes un talento innato para potenciar—Su semblante entusiasta se puso serio—Con respecto a tú pregunta, de porque no trabajo más con grandes empresas…es porque tuve problemas con mi media hermana Chloe Bourgeois.

Me quedé fría de la impresión.  

—¿Tú medía hermana, Chloe?—¡Qué diablos tienen en la cabeza los Vanily Wang!—Explícame.

De solo pensar que ella tiene que ver con Chloe, me molesta y me hace dudar de la cordura de quién la recomendó.

—Cuando tenía quince años, le expresé a mi madre Audrey Bourgeois mi deseo de estudiar Licenciatura en Gestión de Moda. Ella se puso contenta, incluso hizo planes para que hiciera mis pasantías con ella. Pero esto puso celosa a Chloe y, se empeñó en meterle en la cabeza a nuestra madre, que mis intenciones eran robar su empresa—Zoé no apartó su vista de mí, se notaba nostálgica—Mi madre le creyó y el ambiente en casa paso de normal a insoportable. Mi padrastro y padre biológico de Chloe, intentó mediar a mi favor, pero solo causó su divorcio. Aunque él se marchó de casa, siguió apoyándome monetariamente para culminar mis estudios, incluso cuando mi madre finalmente me corrió de casa. Cegada por las intrigas que Chloe le inventaba sobre mí.

—¿Audrey, fue capaz de tal cosa? —Estaba atónita.

—De eso y más. Cuando se enteró que vivía con mi padrastro, ambas se empeñaron en hacerme perder mis puestos en grandes empresas de moda—A pesar de lo atroz de su relato, ella esbozó una sonrisa—Todos estos eventos no hicieron más que acercarme a mi padrastro, quién hoy en día es mi esposo.

¿¡QUÉ!?

—¿Cuántos años tienes? —Ok, esto me ha sobrepasado—¿A qué edad te casaste?

—Veintiocho años. Me case a los veinticinco, con mi esposo de cincuenta años.

—¡Lamento ser tan entrometida! —Acabo de caer en cuenta que, pregunté sin pensar— No tienes que explicarme…

—No tengo problema con aclarar este tema. Te aseguro que todo lazo con ellas está roto e imposible de recuperar, tras ese acontecimiento.

—Si, me ha quedado más que claro—Busqué serenarme para no verme poco profesional por cotilla—Aun así, estarás a prueba un mes.

—Gracias, Marinette ¿Cuándo empezaré? —No se ve incomoda por el tema y tiene buena disposición al trabajo.

—Te llamaré pasado mañana, después de acordar con la costurera y hablaremos del salario inicial del mes de prueba, junto a los contratos que deben firmar—Me levanté en señal de finalizar la entrevista. Ella imitó mi acción extendiendo su mano.

—Estaré a la espera—Estreché su mano—Buenas noches y gracias por la oportunidad.

Me despedí de ella y, salió de la estancia. Me pudo la curiosidad y me asomé por la ventana; afuera estaba un auto blanco, del cual bajó un señor de cabello cano, alto y robusto. Zoé intercambio unas palabras con él y lo abrazó emocionada y se besaron. Esa fue mi señal para dejar de ser fisgona.

El sonido de mi celular me notificó de un mensaje ¡Cielos, olvidé que estaba hablando con Emmerich!

Emmerich_6:05pm: ¿Honey?

Emmerich_6:07pm: Lo de cuidarte va en serio. Te prometo que será toda una experiencia recorrer los pasillos de un monumento histórico en ruinas.

Emmerich_6:10pm: Tengo un asunto que atender.

¿Se habrá molestado?

Por el susto que Zoé me dio, olvidé decirle que me espera… ¿No puede ser?

Emmerich_7:30pm: Estoy en nuestro punto de encuentro, para aclarar tus dudas en persona.

¡Ha venido a buscarme!

¡HACE CINCO MINUTOS QUE ENVIÓ ESTO!

Honey_7:36pm: Dame unos minutos, enseguida voy.

—¡Cherry Hair Necesito tú ayuda! —Corrí a toda prisa a la otra ala de la mansión.

ADRIEN

Honey se tardó en responder el último mensaje dónde justifiqué mi comentario. Me preocupé y decidí venir a verla. 

Las personas tienden a interpretar un mensaje de texto, según su estado de ánimo. Ella puso énfasis en la palabra riesgo.

¡Soy un imbécil! olvidé que su ansiedad puede tomar un solo contexto y convertirlo en una tragedia global.  

Gracias al psiquiatra del taller, tengo presente los puntos a tratar cuando encuentre el momento indicado para confesarle mis sentimientos:

Reconoce que ella ha pasado por una ruptura significativa y que está en un proceso de recuperación. Mostrar que comprendes su historia la ayudará a sentirse escuchada, no juzgada.

Hazle saber que está en libertad de pensar, sentir y decidir. Ella necesita sentirse en control de sus emociones y entorno, no atrapada.

Si ella tiene dudas, miedo o se cierra, no lo tomes como rechazo inmediato. Vivir con depresión implica un filtro distinto para las emociones, incluso las positivas pueden ser confusas o abrumadoras.

Confiesa desde el respeto, sin expectativas, ofreciendo espacio y cuidado. A veces, la mejor forma de amar a alguien en recuperación es simplemente estar ahí, sin condiciones, mientras descubre por sí misma lo que siente y lo que necesita. ≫

Los nervios me invaden, cuando la veo aparecer por el acostumbrado callejón de Ave. De Biot. Con un lindo vestido plisado color morado claro y un cardigan largo rosa.

Eres tan hermosa, por fuera como por dentro.

—¡Emmerich! ¡Tú…! —Recargó sus manos sobre sus rodillas—Deja…recupero…aire.

—Espera un momento —Fui al baúl de mi motocicleta por una botella con agua—Parece que corriste una maratón—Le extendí la botella y ella la bebió sin pausa, un hilo del líquido escurrió por la comisura de su labio.

Si así bebé agua, cómo sería…

—¡Uf! Gracias—Cerró la botella al mismo tiempo que aclaré mi garganta—Toma, necesitas agua—¡Ella acaba de posar sus labios ahí y, si yo bebo…—¡Oye, no tenías que arrebatarme el envase y beber de golpe!

—Tenía sed…—excusé—Sobre el mensaje que te envie…

—¡Tuve una reunion de trabajo! Olvidé decírtelo por mensaje. Tú viniste hasta acá ¿Porque pensaste otra cosa? Lamento la confusión.

¿Dónde está el gorro de perdedor cuando se necesita?

Parece que el que tiene ansiedad soy yo y no ella.

—Me preocupé, porque no respondiste…malinterprete las cosas—Ahora la haré sentir culpable.

 ¡Felicidades, Adrien, estas fracasando desde el comienzo!

Fue un malentendido por parte de ambos. Pero gracias a eso, podemos vernos después de mucho tiempo—Ella está tomando la situación con calma—Podemos comer algo, yo invito. No acepto un no por respuesta ¿Te gusta la comida italiana? —apuntó hacia el local que estan en la esquina de la intercepción.

—Está bien.

  • • <<────≪•◦⚜◦•≫────>> ••

Al comienzo, crei que ella estaba actuando distinto, porque no hubo un abrazo de bienvenida, pero mientras la escuchaba hablar, Honey explicó que la tomé por sorpresa.

—Mi amiga comprendió cuando le dije mis razones de porque me sentí incomoda con su intervención. El que me sugirieras que hablara las cosas con ella, fue de gran ayuda.

—Me alegra que estes bien con tú amiga.

Hablar a veces no soluciona todo, Winter aún sigue molesta conmigo.

—Estuve pensando, en cuanto he cambiado desde que te conozco. Porque antes no era capaz de decir no, o cuestionar las decisiones de otros sobre mi…He aprendido mucho de historia y, a ansió explorar contigo, todos esos lugares enigmáticos.

Mi corazón late acelerado, los nervios comienzan a invadirme y una imperiosa necesidad por decirle lo que siento.

{Ella necesita sentirse en control de sus emociones y entorno, no atrapada.}

La casualidad o el destino nos llevó a coincidir ese día. Siendo honesto, tú también has hecho mucho por mí, Honey.

Marinette

¿Es mi imaginación? o puedo percibir su intensa mirada a través de sus gafas.

Un día a la vez ¿Recuerdas? Eso ha funcionado para ambos—Intenté mantener el hilo de la conversación.

Le estás mintiendo sobre quién eres.

Con la compañía correcta, funciona de maravilla—Él bebió despacio de su copa de vino, sin dejar de verme…eso creo porque las gafas…

—Po…por eso por lo que me preocupé cuando mencionaste la palabra riego—Cambié el sentido de la conversación.

No me siento bien suponiendo las emociones de él. Tengo que permitirme explorar mis emociones.

—Si, lo decía en un sentido de aventura, pero no te obligaré a hacer algo que pueda ponerte en peligro. No me perdonaría que algo malo te ocurra, estando conmigo.

—Ya antes lo has demostrado, cuidaste de mí, incluso cuando tuve ataques de panico. Confió en ti, no tienes porque creer que, no respondí a tu mensaje por estar molesta…Aprendí a decir cuando algo no me parece, gracias a ti. No dudes que seré honesta.

No me siento bien, explorar este sentimiento, usando un disfraz. Tengo que tomar valor y decirle quién está detrás de la apariencia de Honey.

—Prometo que no malinterpretaré tus mensajes y seré paciente con la respuesta. No lo dudes—Miró su reloj—Me encantaría hablar más, pero no es bueno que regreses tan tarde a casa, no cuando aun no me permites acompañarte.

—Será cuando mi casa este en óptimas condiciones—Le recordé. A lo que él se limitó a decir. Lo sé.

Encontraré el momento para revelarle mi identidad, por hoy a sido grato reunirme con él.

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Nisiquiera le di el abrazo de siempre, me sentía rara con su presencia, feliz de verlo, pero inquieta al mismo tiempo.

Terminamos por acordar lo que debía llevar para la exploración y, él hizo una petición especial, a raíz que no nos vimos por dos semanas, me pidió este fin de semana completo para ponernos al día.

¡Este fin de semana tiene que ser diferente! Debo actuar natural y dejar que las cosas fluyan.

El resto de la semana me dediqué a hacer mi trabajo y al terminar la jornada y tras entrevistar a la costurera recomendada por Vanily Wang. Pude armar el plan de trabajo junto con Zoé y Pilar para que comiencen el próximo lunes.

Para cuando llegó el fin de semana, estaba mentalizada a disfrutar del urbex en compañía de Emmerich. Nada de suposiciones o especulaciones.

—Hemos llegado. Bienvenida a Château Edmond de Rothschild—enunció Emmerich, al estacionar en Bd Anatole-France, él señaló entre medio de los enormes arboles deshojados, la imponente y fantasmagórica estructura que sobresalía al fondo.

—Es un paisaje triste y misterioso.

—Te encantará su interior—Sacó la maleta con el equipo del baúl—Tenemos que seguir a pie, la entrada está del otro lado—Me entregó mi mochila.

Recorrimos un buen tramo e ingresamos al jardín principal de la edificación, el cual contrastaba con la derruida estructura. Pues se notaba un mantenimiento de primera a la grama y, había parejas y familias departiendo en el sitio.

—¿Por qué el jardín está en buen estado y el castillo no? —Pregunté, mientras me ponía el casco de seguridad para entrar a la edificación.

—El municipio de Boulogne-Billancourt compró la finca. Mientras que el castillo fue adquirido por el sobrino del rey de Arabia Saudí en 1986, desde entonces ha estado abandonado, cómo puedes notar, está lleno de grafitis y vandalizado al punto de dejarlo en ruinas. Escuché por ahí que una inmobiliaria lo adquirió, para restaurarlo, pero a la fecha sigue en proceso dicho proyecto.

Comenzamos nuestro recorrido al interior del castillo. A diferencia de todos los Urbex a los que acompañé a Emmerich, dónde algunas estructuras conservaban muebles y ventanas, en este sitio no queda nada más que un cascajo de escombros y, frescos borrosos y manchados con grafitis.

—La familia Rothschild huyó a Inglaterra, cuando la Segunda Guerra Mundial se desató. El ejército alemán habitó y saqueó el castillo durante los cuatro años de ocupación nazi en Paris. Le siguieron otros inquilinos después de la liberación de los ayuntamientos. La familia Rothschild jamás volvió.

Escuchaba a Emmerich narrando la historia de la propiedad, mientras cuidaba de donde pisar, porque el piso estaba cubierto de restos de revestimiento de las paredes y partes de madera vieja de las que alguna vez fueron unas puertas labradas.

No puedo creer que, entre estas ruinas, me sienta comoda en compañía de Emmerich y, no abrumada por este sentimiento que intento descifrar.

Desconectar un rato la mente de lo cotidiano y centrarse en la exploración de un lugar con tanta historia. Junto a la persona que representa tanto para mí.

 —¿Qué te pareció el recorrido? —Él bebió agua de la botella, nuestra exploración duró un día y medio, aunque no pudimos subir al ático, que estaba dañado y con la mayor parte del suelo destruido. El dron normal fue necesario y útil en este caso.

—Quizás…es la exploración más arriesgada hasta el momento, pero, valió la pena. Imaginar que esos salones desvencijados albergaron opulentas fiestas. Aunque, la familia Rothschild gozaba de una inmensa fortuna, no debió ser facil abandonar una fortaleza como esta. Para escapar de la guerra.

El viento frio hace ondear la capa de plástico rasgado que apenas cubre una parte del techo. Desde afuera se puede apreciar como la madre naturaleza a reclamado gran parte del interior de la edificación.

—Dejar el hogar de forma repentina, nunca es facil—Emmerich, se escucha nostálgico—Menos lo es regresar y encontrar todo en ruinas—Porque tengo la idea que, no está hablando de la propiedad.

—Emmerich…

—Vamos a almorzar y después te llevaré al punto de encuentro. Mañana pasaré por ti y, regresaremos para recorrer el Parc de Boulogne Edmond de Rothschild.

—Está bien.

Adrien

Tuve que cambiar la conversación. No sé porque recordé las ruinas de la ex mansión Agreste.

Despues de ir a dejar a Honey al punto de encuentro, esperé unos minutos, no había reparado que, ella toma uno de los tantos callejones que llevan a la ex mansión Agreste.

Debe vivir cerca.

Me marché del lugar tras la confirmación que ella había llegado con bien a su casa. 

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Tal como lo acordamos, pasé por ella el domingo a la mañana para ir a la finca.

—Qué lugar tan extenso y bonito—Honey corrió por el sendero ataviada con un overol corto azul claro, sueter purpura y medias blancas, con dos adorables trenzas en su cabello.

—La mayoría de los árboles podrán ser ramas ahora, pero estamos a puertas del invierno— Aun con sol el frio es latente.

—Hay tantos lugares que ver en este parque. No puedo creer que esta finca haga parte de Château Edmond de Rothschild.

—Es parte de la comuna, por eso el mantenimiento es distinto. Además de no ser muy conocido por los turistas.

—Eso es muy característico de ti. Buscas lugares sin aglomeraciones.

—Soy amante de la quietud y el silencio, para el esparcimiento y el ocio.

—¿Qué haces cuando buscas diversión?

Esbocé una sonrisa ladina.

—La curiosidad mato al gato…

—La búsqueda de respuestas, también es un riego y eso es parte de la diversión.

Me encanta cuando me atrapas en tus juegos.

—Mejor comienza a caminar, hay mucho tramo que recorrer.

Ella se cruzó de brazos, mi respuesta no le caído en gracias. No es que vaya a soltarle de golpe que, antes de enamorarme de ella fui un Casanova.

Honey no menciona a que se dedica, dónde vive, quienes son sus amigos. Cuida mucho su vida privada, debido a que tampoco le revelo esos mismos detalles.

Sería egoísta de mi parte confesarle mis sentimientos, sin revelarle quién soy y, menos teniendo tan poca información de ella.

Quiero conocer a la persona, detrás del diagnóstico

—¡Espera! —Honey se detuvo, tras una hora de camino por el sendero—¿Escuchas el sonido de agua cayendo?

—Es porque estamos cerca de la sección de Jardín Japones de la finca, donde está el gran estanque y una pequeña cascada La pièce dís—Señalé la estructura roja de madera que sobresale entre los matorrales del sendero—Ese es el puente rojo, que abarca gran parte del estanque.

—¡Vamos! —Honey se fue corriendo hacia la dirección señalada.

Esa curiosidad suya, me gusta.

He visitado tantos parques contigo, que me sigue sorprendiendo que existan lugares así de bellos en Paris—Ella reposó sus antebrazos sobre el barandal de madera, absorta en la cascada que tenemos a unos metros.

—Comenzando porque nos conocimos en Par Monceau—Le recordé, apoyé mi mano sobre la estructura de madera. Ella me vio con una expresión de felicidad en el rostro.

—Es el parque que aun no hemos recorrido juntos. Ironico ¿No?

—¿Me estas invitando a recorrerlo contigo?

—¿Por qué no? ¿Podemos ir el siguiente fin de semana? Si al dron se le acaba la batería, prometo atraparlo—Rememoró el instante que nos hizo coincidir.

Si supieras que, tambien atrapaste mi corazón.

Me parece una excelente propuesta.

Dirigí mi atención a la cascada, no quería que notará mi sonrojo.

—¿Emmerich, puedo saber, porque dijiste esas últimas palabras ayer? Cuando terminamos la expedición —Su extraña pregunta me hizo regresar la vista, confundido.

—¿Cuáles palabras?

—Sobre lo difícil que es regresar al hogar y encontrarlo en ruinas…Me pareció que no te referías al sitio…No tienes que responder sino quieres.

—No te arrepientas de las preguntas que haces—Recargué mis antebrazos sobre la madera. Vi de reojo que ella sonríe timida—Durante mucho tiempo, odié a mi madre por haberse rendido. Por elegir irse y dejarme todo ese caos que sobrevino con su suicidio…Era un ignorante de los motivos que llevan a tomar esa decisión y por lo mismo, la juzgue como un insensible.

Me centré en una parvada de patos que nadaba en el riachuelo bajo la cascada.

—Dejé que la casa en la que vivimos, se la tragara el olvido. Por los horrendos recuerdos que quedaron atrapados en sus cimientos.

—Emmerich—Ella posó su cálida mano sobre las mias—El pasado es doloroso porque en el presente, pensamos en cosas que pudimos mejorar; pero es imposible, porque, no hay forma de regresar—Entrelacé mi mano con la suya—Dejar ir el rencor y el odio, libera la mente, para aprender de las malas decisiones y acciones, así, poder perdonar a quienes ya no están y a nosotros mismos.

Apreté levemente su mano y me erguí, cosa que la sorprendió.

—Ya lo he hecho Honey, perdoné a mi madre, dejé ir el odio que sentía por ella y, lo remplacé con compasión y perdón. Con mi padre es distinto… Aún hay mucho que debo trabajar en mi interior, pero confió en que, puedo hacerlo, un día a la vez. 

—Emmerich, estoy muy feliz, porque has reflexionado sobre lo que pasó con tú madre y, que estes buscando sanar el tema con tú padre.

Su mirada llena de esperanza es la invitación que estaba esperando.

Ser honesto con ella. 

Honey, el día que te conocí, yo tenía muchos problemas que resolver, estaba buscando la forma de tener paz y, por eso yo… Adopté otra personalidad, para poder caminar libre por la ciudad, sin que nadie me recordara lo que estaba pasando—Ella me ve incrédula— Te he pedido muchas veces ser honesta, cuando yo no lo fui del todo. Mi nombre real no es Emmerich, y este no es mi aspecto verdadero.

Hice una pausa, para ver su reacción. El que no salga corriendo o que me abofetee, es una buena seña… ¿Por qué ha comenzado a reir?

—¿Qué te hace gracias? —Pregunté entre ofendido y curioso.

Marinette

Una risa nerviosa se apoderó de mí, tanto tiempo estuve temerosa de mentirle bajo este disfraz, y resulta que él estaba haciendo lo mismo.

Eso explica que no mencionara un apellido y que llevé esas gafas todo el tiempo.

—Disculpa, no me rio de tus palabras sino de mi—Me urgí en aclarar para evitar malentendidos—Es que es una rara coincidencia y en cuanto lo sepas me darás la razón—Él enarcó una ceja, sin soltar mis manos—El día en que nos conocimos, yo recién retomaba mi tratamiento contra la depresión, por una recaida muy fuerte que tuve, por culpa de muchas malas decisiones y personas que, se desquitaron conmigo. Mi terapeuta me recomendó salir a dar paseos, pero mis amigos tenían el tiempo limitado y, no quería ser un problema para ellos, por eso, me vestí diferente a como normalmente lo haría, y, me lancé al exterior, esperando lo mejor, superando el miedo a abandonar mi zona de confort. Entonces…un dron casi cae al agua y, lo rescaté—Emmerich me brinda una sonrisa—Tenía miedo de que fueras un periodista así que, inventé un nombre…Mantuve el secreto, no con mala intención, es que no quería perder tú amistad, si te decia mi identidad.

—Una persona normal, estaría furiosa—El soltó mis manos y me asusté temiendo lo peor, hasta que, sus brazos me rodearon y me apretó levemente contra él—Pero, yo no soy normal; estoy feliz, porque ambos nos sentimos seguros con el otro, para revelar algo que hemos mantenido oculto por temor a perder nuestra amistad.

—Estás de acuerdo conque este es le momento perfecto, para conocernos mejor, siendo nosotros mismo—alenté, correspondiendo su abrazo.

Levemente se apartó de mí, es la primera vez que lo veo sonreir de oreja a oreja.

Tienes una expresión que lo hace ver muy atractivo.

Es el momento para revelar nuestras identidades—Dijo.

Mi corazón palpitaba acelerado de la emoción.

El aun conserva su acento alemán y yo el londinense. Eso significa que su nacionalidad si es real y que, el secreto quizás este relacionado a su nombre y vida privada.

—Mi nombre real…—Emmerich tomó sus gafas y…

Una repentina lluvia comenzó a caer, estuvimos tan metidos en lo nuestro, que ignoramos las nubes negras sobre nuestras cabezas.

Ambos corrimos en medio del aguacero, a guarecernos en las cabañas dentro de la finca. Había más personas al interior de estás, así que ya no pudimos continuar con nuestra revelación. Sin embargo, mientras esperábamos a que la tormenta pasara, Emmerich tomo mi mano, me invitó a abrazarlo, lo cual hice y, con su chaqueta me mantuvo abrigada para no pasar frio.

Su corazón late muy rapido. Igual que el mío.

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Descendí de su motocicleta azul con franjas amarillas, en cuanto llegamos al punto de encuentro.

—Hemos llegado—indicó, retirando su casco y a su vez, tomando el mío. Sin bajar de su motocicleta.

—Si, la lluvia nos hizo pausar el recorrido y…la revelación.

—Sobre eso, acá tampoco es un sitio apropiado—Con su mentón señaló a los transeúntes de los restaurantes y locales comerciales de la zona—Mientras conducía, estuve pensando que podemos continuar el siguiente fin de semana en Par Monceau.

—¡Ese lugar es perfecto! Es donde nos conocimos—El sitio sugerido por él, me invade de nostalgia.

—Creo que es el mejor sitio, para hacer esto bien y no apresurado. Ambos sabemos que, no hubo malas intenciones, solo eramos dos almas rotas deambulando por la ciudad de la luz.

—Que coincidieron sus caminos—añadí.

—Me alegro de que fuera así—Él tomó de nuevo mi mano, su tacto es frío, puedo sentir la aspereza de sus dedos—¿Te parece que sea este sábado?

—Si, este sábado—Poco a poco, va tirando de mi mano para acercarme a él y, no pongo resistencia—Está decidido, Honey. Ese día será la revelación—Se inclinó un poco y besó mi mejilla. Mi rostro debe estar rojo como una fresa—Hasta entonces, Honey—Él soltó mi mano.

—Hasta entonces, Emmerich—Me atreví a besar su mejilla y, después me retiré corriendo por la acera.

Deseosa que el fin de semana llegue pronto.

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El lunes finalizó; Monsieur Ferguson me informó que está semana se integrará la persona que nos apoyará en el atelier.

Con Cherry Hair acordé el viernes hacer una limpieza de todo aquello que mi ex y Alya me obsequiaron hace mucho.

Es tiempo de avanzar y dejar ir todo aquello que me ata a un recuerdo tormentoso.

Si quiero centrarme en este sentimiento que se está gestando sobre Emmerich…

—Lo siento señorita tiene que esperar un momento—Uno de los guardias del segundo nivel me detuvo.

 Estaba tan metida en mis pensamientos que no vi que varios empleados se han detenido y, el personal de seguridad a hecho un cerco en el pasillo.

—¡Miren es él!

—¡Marc Anciel está en Gabriel´s! —Los empleados armaron alboroto.

La mención de su nombre hizo que me enfocara en el grupo de periodistas que, hacia ingreso por las gradas eléctricas, corrieron hacia el ascensor donde otro grupo de seguridad resguardaba la entrada.

El ascensor se abrió y de ahí salió Marc, con su novia del brazo. Él saludó a todos con un ademán de manos, unas personas delante de mí ocultan mi figura.

Pero, no importa si me ve o no.

Sigo su trayecto con la mirada, su presencia ya no me inquieta, tampoco me hace sentir mal que este con alguien más.

Sin embargo, considero que es alguien no grato en mi vida. Por el daño que causó y, la indiferencia que demostró al respecto de nuestra relación.

Una vez pasó todo pude usar el ascensor sin problema.

Soy consciente que no tengo el control en las acciones y decisiones que tomen otros o, en sus sentimientos hacia mí.

Pero, hay algo de lo que estoy segura. Mis sentimientos han cambiado y no tengo miedo de admitir que…

 

Me enamoré de Emmerich. 

 

 

 

 

 

Notes:

Nota de la autora:

Hola, Hola, invocadoras e invocadores. Nuevamente agradezco que sean tan pacientes a la espera de la actualización. Para mi beta y yo, es satisfactorio trabajar en el desarrollo de la trama sin presiones.

Este capitulo estaba más enfocado en nuestra Hada de las Costuras, igual que el capitulo anterior estuvo más dirigido a nuestro Demonio. Esto porque estamos mostrando ese cambio en ambos y, lo que les enamoró del otro.

Cómo ya se está haciendo costumbre, a estas actualizaciones tan densas, englobaremos todo en preguntas puntuales.

¿Qué les pareció este capítulo?

¿Cuál fue su parte favorita?

¿Quién asesinó a Nino?

¿Habrá revelación de identidades en el próximo capitulo?

¿A quién le van en el mundial? XD

Pronto conocerán el capítulo que moríamos por mostrar y que le da sentido a toda está telaraña que se está armando.

Muchísimas gracias por su apoyo en lecturas y recomendaciones.

Sin más que decir, nos leemos pronto…No daremos adelantos para el siguiente capitulo, será toda una revelación. *Guiño, guiño.

Notes:

Nota de la autora:

Hola mis invocadores e invocadoras, me es grato saludarles.
Dream de Imagine Dragons es la canción en la que me base para crear la personalidad de Marinette. Natural de Imagine Dragons es la rola que representa a Adrien.

Así que sin más que decir, gracias por por leer y apoyar este fic.