Chapter 1: ¶¶. INTRODUCCIÓN
Chapter Text
×ADVERTENCIA×
Este capítulo contiene ligeras menciones de violencia y muerte.
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Todo había marchado bastante bien.
La llegada de aquel murciélago traicionero había superado por mucho sus expectativas, desde el primer momento en el que lo vio sonreír. Nunca creyó que aquella jactante sonrisa, sería la que desearía con ansias poder conservar el resto de su vida a su lado.
Ni tampoco, que ese deseo, le sería arrebatado muy pronto.
Lo supo en el momento en el que se topó con aquella flecha manchada de rojo, atravesando una tela pigmentada de color púrpura contra un árbol. La señal era clara, no fue una advertencia, fue un aviso.
Un aviso de que su amado corría peligro.
Dejó sus labores de lado, la expedición en busca de nuevos minerales podía ser pospuesta. Ahora, lo que en verdad importaba, era ver que él estuviera a salvo.
Corrió. Corrió, como nunca antes lo había hecho, aún incluso cuando sabía que no contaba con la fuerza necesaria para hacerlo. Al llegar a la entrada del pueblo, se topó con una muchedumbre enardecida, que parecía formar un círculo pidiendo sangre, pero por más que buscó con la mirada, no pudo divisarle.
Se intento abrir paso entre la multitud mientras la respiración le faltaba.
Daba largas bocanadas, a la par de los gritos de desprecio que salían de la boca de la gente que lo rodeaba. Abucheos, reproches, burlas.
No escucho nada en concreto, no era lo que importaba en ese instante. Ni tampoco quería oírlos.
Solo quería encontrarlo, lo más pronto posible.
Ya se había acostumbrado a todo de él.
A su imagen, a su corte impar y tonalidad bicolor, a su acento y muletilla al hablar, a su voz y sus múltiples variaciones, a su aroma, a su piel, a su tacto, a lo oscuro de su potente y desconcertante mirada. Vaya, que incluso a sus tonterías y actos farsantes a los cuales él le solía llamar magia. Todo ello había entrado a su vida sin previo aviso y se grabó tan dentro suyo que, en su capaz cerebro, se almacenaría bajo un gran candado, como si de un descubrimiento que sería capaz de cambiar la era se tratará.
Por eso, pueden imaginar el inmenso dolor que clavo profundo en su pecho cuando lo aprecio a la distancia, solitario en el suelo, desangrándose en medio de una muchedumbre que no intentaba siquiera, hacer algo al respecto.
La noticia fue una tormenta, un remolino de emociones negativas le sacudió de pies a cabeza al saber que él había sido acusado injustamente.
Él no merecía eso.
Todo era su culpa, absolutamente todo. Pero el hechicero le había protegido incluso a sabiendas del terrible destino que podría esperarle.
Cuando por fin pudo acercarse, se abalanzó sobre su cuerpo casi inerte, con lágrimas brotando a borbotones de su rostro. Le llamó, pero no respondió más que un diminuto jadeo.
De inmediato abrió sus bolsillos, aquellos dónde siempre llevaba materiales esenciales, piedras, hojas, minerales, algo. Algo tenía que servirle, no. Debía de hacerlo.
Por eso los vacío con desesperación, untándole un poco de medicina naturista en sus heridas, balbuceando tonterías sin sentido tratando de que él mantuviera sus ojos abiertos. Lastimosamente, cuando lo hizo, ya era muy tarde.
Él ya había sido herido de muerte.
Algunos pétalos de cerezo se desvanecieron deprimentes como la atmósfera que le rodeaba.
-¡...!, ¡...!
Gritaba su nombre sin parar, una y otra vez, pero los parpados le pesaron al contrario.
Los tonos rosados contrastaron con lo oscuro de sus hematomas y el carmín de la sangre que descendía por su rostro. Era una vista dolorosa, pero hermosa.
Las manos del inventor envolvieron su rostro, sin cansarse de seguir repitiendo su nombre.
-¡...!
Mientras a él, su último respiro de vida se le escapó en forma de declaración. Una dulce y bastante añorada, que lastima que hubiera sido pospuesta hasta ese momento.
Sollozo, su corazón se estrujó y convirtió en mil pedazos, mientras se aferraba a su cuerpo.
Se encargaría de que esa promesa de amor se volviera eterna. Le salvaría y se daría el tiempo para corresponderla adecuadamente, aún si le costará esta y muchas más vidas.
En definitiva lo haría.
-¡¡...!!
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-¡Ahhh!
Un gritó a mitad de la noche resonó por toda la habitación.
Se trataba del mismo Senku.
Estaba solo en su cuarto, así que no arruinó la noche de nadie más que la suya.
Había ocurrido otra vez, de nuevo una terrible pesadilla le quitaba el sueño. Se incorporó sobre su cama, con la respiración agitada, el corazón acelerado y sudor descendiendo por su frente.
Era lo suficientemente culto como para razonar que aquello no había sido real y que simplemente se trataba de una jugarreta de su inconsciente. Una parasomnia que buscaba causarle un fuerte malestar psicológico, probablemente debido al estrés al que había estado sometido las últimas semanas.
Sabía que no tenía razones para tener miedo, deprimirse e incluso... llorar.
Pero, aunque quisiera no podía evitarlo, estaba siendo patético. Él mismo lo sabía y por ello dibujaba una pequeña sonrisa en su rostro mientras secaba las lágrimas que por sus mejillas caían, nunca permitiría que alguien lo viera así, ya tenía vergüenza suficiente.
Y es que, aquel sueño se sentía tan real y borroso, como si aquello de verdad hubiera ocurrido, quizá hace muchos ayeres.
Era una pesadilla constante que interrumpía su descanso desde hace dos meses casi.
Siempre.
Siempre era la misma. Aunque no recuerda con claridad las primeras noches que fue su víctima.
Se trataba de un escenario antiguo, quizá primitivo podría ser la mejor definición. En donde él mismo era el protagonista, ese que corría y apreciaba a alguien, desconocido para él, pero presuntamente querido por quien interpretaba, moribundo en el suelo después de haber sufrido un ataque de la muchedumbre que los rodea.
Con cada noche que pasaba, más y más detalles se le han ido revelando, lo cual hace mucho más real esa trágica experiencia para el joven amante de la ciencia.
Lo único que aún no ha logrado averiguar es la identidad de aquella persona que muere en sus brazos, lo que serían sus últimas palabras y el nombre con el que él desesperadamente le llama.
Aunque Senku sabe que no es relevante angustiarse por ese asunto, la verdad es que esta repetitiva situación lo ha estado agobiando. Y es que solo le hace falta desviar un poco su mirada para notar la hora en su alarma digital, en tan solo un par más esa alarma se activará y él tendrá que alistarse para asistir a su universidad.
Eso le molestaba bastante, sinceramente no obtener un descanso apropiado le obstaculizaba las tareas al día siguiente, pues no podría trabajar óptimamente en todos sus descabellados inventos si sus energías no estaban al diez mil porciento recargadas. Era una mierda.
Despertar a media madrugada no era lo peor de todo.
La marea de preguntas sin respuesta que le arrasaba después de ello, sí que lo era.
¿Por qué se seguía repitiendo aquel extraño sueño?
¿Por qué el ambiente luce igual al de una aldea de la edad de piedra?
¿Por qué esa multitud estaba molesta?
¿Por qué hay sangre?
¿Por qué esa persona tuvo que morir?
Eran las primeras que solía plantearse y luego sucedían las más complejas.
¿Por qué siente que esa muerte fue su culpa aún cuando el sueño termina?
¿Quién era esa persona y por qué era tan importante?
¿A quién llamaba?
¿Qué le dijo?
Pero a ninguna de las interrogantes lograba conseguirle alguna respuesta factible. No podía explicar la situación, así como tampoco podía explicarse a sí mismo por qué aquella persona, que tanto le dolía perder en su sueño, tenía un inmenso parecido con su compañero Gen Asagiri.
...
...
...
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Después de sufrir otra noche más a causa de su periódica pesadilla, Senku Ishigami no se vio incapaz de volver a conciliar apropiadamente su ciclo regular de sueño. Para cuando la alarma de su cuarto sonó, este la desactivo de mala gana.
No quería tener que lidiar con molestias irrelevantes durante el resto del día, aún si este todavía no daba inicio apropiadamente siquiera.
Y es que hoy, especialmente había algo que le hacía ruido dentro de su mente. La imagen, el rostro que puede apreciar de cerca en su sueño cuando solloza por la muerte de esa persona que tanto estima ahí.
Esta vez pudo visualizarlo de forma bastante clara y no había duda, era la misma imagen que Gen Asagiri.
Uno de sus compañeros dentro de la universidad, él era un año mayor y ciertamente no estudiaban especialidades que estuvieran relacionadas, de hecho, Senku siempre se cuestionaba si de verdad estudiaba, pues no es que considerara al otro como un idiota o ser inculto, todo lo contrario, hasta donde él sabía Gen era un chico bastante astuto y hábil.
Lo relevante aquí, es que Gen Asagiri era famoso, una de las estrellas juveniles del momento a nivel nacional con una creciente fama por el resto del mundo. Decía ser mentalista, pero el científico siempre lo etiqueto como farsante.
¡¿Cómo podía llamarse profesional solo por haber escrito unos cuantos libros de psicología?, si él tan solo tenía diecinueve años de edad, y además eran basura!
No estaba seguro entonces, del por qué alguien como Gen, asistía a una escuela de nivel superior entonces. Y mucho menos del por qué se estaba colando en su pesadilla.
Si en realidad, no se conocían a fondo. Gen y él por lo mucho, habrían compartido una que otra clase en el pasado, o eso era lo que su memoria le permitía recordar, nunca le prestó demasiada atención. Y en la actualidad las materias de química e historia era el único lugar donde ambos coincidían. Una clase que, al famoso mago no le interesaba en absoluto, podría apostar diez mil millones de puntos a por ello, pues Gen acudía al instituto cada que le venía en gana.
Demasiado despreocupado como para tomar una clase de ciencia o sobre cosas antiguas en serio. Por lo tanto, mucho menos a un compañero aficionado a estas como él, por ello le intrigaba tanto esa aparición generada por su inconsciente.
Uno que otro saludo, ni siquiera se sentaban juntos en la clase.
Y los recorridos de Gen al ser su superior en el instituto eran totalmente distintos a los suyos. El chico ya contaba con una licencia para conducir, por lo que no coincidían sus rutas, puesto que Senku no tenía necesidad alguna de utilizar el estacionamiento de la escuela.
Y ni hablar de sus ámbitos laborales, que eran dos extremos completamente opuestos. Senku a penas comenzaba con practicas formales en laboratorios científicos, mientras que Gen ya era el protagónico de un drama en emisión gracias a su popularidad y talento para actuar.
Entonces, ¿Por qué?
¿Por qué se sentía tan real en su sueño que aquella persona en hora mortis fuera él?, ¿Por qué le ponía tan mal la idea de verlo morir en sus brazos?, ¿Una premonición? ¡No tenía lógica alguna!
No habría nada de bueno en continuar dándole vueltas al asunto. Además, ya se le hacía tarde.
Senku tomó su mochila, la colgó sobre su hombro y salió de su departamento rumbo a su centro estudiantil.
Ya llevaba la bata de laboratorio encima, tenía bastante claro que su primera actividad sería encerrarse en el laboratorio para concluir uno de sus experimentos, con el que estaba atorado hace ya unos días. La falta de sueño no le ayudaba, le dolía bastante la cabeza, una potente migraña.
Caminó cabizbajo, soltando uno que otro bostezo hasta llegar a la entrada del plantel.
La escuela estaba bastante cerca de su departamento, donde vivía solitario. Por lo que, después de contabilizar los minutos en segundo plano para saber la distancia hasta la llegada a su destino, se dispuso a elevar su mirada, cruzándose con una color azul profundo a unos cuantos metros de distancia.
La mirada de Gen Asagiri.
Se congeló por un momento, le había tomado por sorpresa. Sabía que era la primera vez que veía a Gen desde hace un par de semanas, pero también acababa de hacerlo en su sueño. Con la gran diferencia de que el rostro de este, ahora no se encontraba cubierto de moretones y ensangrentado, sino que lo acompañaba un maquillaje sutil, un cubrebocas oscuro por debajo de la barbilla y una gorra deportiva sobre su pelinegra cabellera.
Un pequeño shock, por el impacto le generó una punzada sobre la sien, aunque la disimuló, pudo apreciar como la figura se aproximaba hacía él tras notarlo.
Quienes también se acercaron a él, solo que por la espalda, fueron sus amigos. Chrome, Kohaku, Taiju y Yuzuriha.
—¡Hola Senku, buenos días!
—Hola, ¡Wow, que cara tan malota tienes! ¿No dormiste bien?
Seguidos por su novia, Luna.
—¡Senku mi amor!
Senku podía ser descuidado algunas veces, solía olvidar bastante seguido que mantenía una relación sentimental con aquella chica.
Si era sincero, no tenía mucho interés en ello, aún no estaba seguro del porque había aceptado a salir con ella en primer lugar, si de por sí no la conocía demasiado. Solo sabía que era una estudiante de la facultad de medicina, popular por su apariencia entre los alumnos del genero masculino en todo el instituto, que solía ser coqueta, glamurosa y enamoradiza.
Y eso lo supo solo en el momento en el que la chica se le confesó y le solicitó fuera su novio, pues al parecer los chicos inteligentes como lo era Senku, eran su ideal y eso era lo que la había conquistado completamente, ante la mirada de la chica, Senku era un caballero perfecto al que solía espiar de vez en cuando detrás de las puertas del aula de laboratorio.
Aunque él no la conocía y solo la había logrado observarla de reojo de vez en cuando, debía de admitir que la chica poseía belleza, aunque no una que le atrajera especialmente.
Sin embargo, aceptó su propuesta y ya llevaban saliendo al menos, casi dos meses meses. Senku trataba de sobrellevar la relación aún con la poca experiencia que tenía en el campo del romanticismo y la chica por su parte no parecía cansarse de él todavía. Así que estaba bien.
Pero la realidad era que si Senku había accedido a entablar una relación romántica con Luna, es que algo, muy dentro de su ser, no dejaba de molestarle con la idea de que ello era algo que necesitaba en su vida en ese mismo instante. Algo sumamente ilógico, que Senku claramente ignoraría en cualquier otra circunstancia, pero en esta ocasión no sucedió así.
El científico aceptó para poner a prueba la experiencia, quería comprobar si realmente tener una relación le serviría para llenar esa sensación de vacío que le agobiaba.
Estaba cansado de sentirse incompleto.
Quizá, aquel delgado brazo que se aferraba a su cintura, fuera la solución al problema.
Gen frenó sus pasos al observar como la chica rodeaba a Senku. Quedando a una distancia muchísimo más corta respecto a la inicial.
—¿Uh, Gen?—la chica castaña fue la primera que notó la presencia del famoso.
—Ah.
Seguido por el mirar directo del resto del grupo. Todos excepto Senku y Luna desviaron la mirada.
—Hola Senku-chan, chicos. Buenos días—Gen les saludo con una amplia sonrisa dibujada en el rostro. Para posteriormente taparla con el cubrebocas que llevaba y cambiar radicalmente de dirección rumbo a la entrada del instituto, pasando de largo de ellos.
Claro que todos notaron ese cambio esporádico en el mayor—Buenos días...—respondieron en voz baja.
Senku presionó sus labios mientras veía la espalda de la celebridad alejarse.
—Gen, se ha alejado más de nosotros últimamente, ¿No creen?—Chrome comentó a los demás.
—¿Ah?—, Senku se extrañó por aquel comentario— ¿De qué hablas? Gen ni siquiera es nuestro amigo, ¿Por qué estaría con nosotros?, ¿Acaso solía hacerlo?— por lo que cuestionó.
—Ah, eso...—Chrome dio un respingó, sabía que su lengua le estaba traicionando.
—Debió de ser antes de que obtuviera aquel estelar en el programa de la noche—Luna respondió banalmente—, no te agobies con eso Senku, mi amor—para continuar con su melosidad—, mejor dime, ¿Me extrañaste? Fue un fin de semana muy largo sin ti, yo si te extrañé.
La chica dejó un beso marcado en la mejilla del científico, quien ni siquiera se inmutó. Los demás observaron la escena con algo de incomodidad, pero Kohaku fue quién pareció no poder soportarlo más.
—Sí, lo hice—cuando Senku respondió como si nada, la rubia exclamó.
—¡Argh!, no puedo hacerlo—Kohaku rechinó los dientes y avanzó furiosa rumbó a la escuela.
—¿Mmm?, ¿Qué pasa ahora?—Senku la vio irse.
—Ah, ¡Kohaku espera!—Chrome intentó detenerla con un grito, pero fue ignorado olímpicamente.
—¿Qué le ha molestado?—Luna cuestionó con inocencia.
—Ahm...no es nada, la Leona amaneció con el pie izquierdo el día de hoy—Chrome desvió su mirada, tras intentar aligerar un poco el ambiento.
—Bueno, ¿Vamos?—Luna preguntó tirando un poco a Senku hacía el frente.
—Sí.
Y así el resto de amigos ingresaron a su instituto.
Mientras tanto Gen, quien ya había logrado recorrer una buena distancia dentro de las instalaciones, avanzó con un paso mucho más apresurado para evitar que los chicos le alcanzaran y una vez lo suficientemente lejos del ingreso principal, se refugió detrás de uno de los muros de los salones para tratar de calmar el temblar impotente de sus dedos.
Pero alguien se lo impidió interfiriendo con una interrogante.
—¿Por qué no te acercaste a ellos Gen?—se trataba de Ukyo, uno de sus compañeros de misma edad y mejor amigo.
—Ah, Ukyo-chan~ Como siempre tienes un excelente oído—Gen se giro hacía él observando la gestualidad en su rostro cargada de pesar y recriminación.
—Gen...
—Tú sabes bien el por qué—le comentó con seriedad. Recibir por parte de su amigo ese tipo de mirada lastimera era insufrible—, hacerlo podría ser perjudicial para él.
—¿Hasta cuando piensas seguir con eso?—Ukyo le replicó con algo de molestia—, no estás haciendo las cosas más fáciles para Senku, con eso, él solo...
—¡Es por su propio bien!—interrumpió Gen con firmeza.
Ukyo se tragó sus palabras guardando silencio de golpe, impotente y frustrado.
El mentalista intento salvar la situación de inmediato, dejo de lado el fiero llamado que utilizó antes y lo intercambio por una suave sonrisa—Todo es por el bien de Senku-chan...—comentó con un tono de voz aparentemente tranquilo a los oídos del otro.
Pero Ukyo no era ningún tonto y claramente se preocupaba demasiado por su amigo—¿Y qué hay del tuyo?—le miró con tristeza.
Gen lo notó, pero se negó a ceder—¿Yo?, Yo estoy muy bien Ukyo-chan—agrando su sonrisa.
Ukyo no la pudo apreciar claramente debido a que Gen tenía la mitad del rostro tapada con el cubrebocas oscuro de antes, sin embargo; sabía que esta era falsa. Eso solo le irritó más, siempre había odiado ese aspecto de su amigo.
No soportaba cuando Gen interponía el bienestar de los demás sobre el suyo. Era como un mal augurio.
—No tienes nada de que preocuparte Ukyo—vaciló en su hablar—. Por ahora me voy, se me hace tarde y no quiero sumar otra falta a mi historial—buscó zafarse de la incomoda charla que podría suceder después—. Nos vemos—y se despidió con una de sus manos llevándola de un lado a otro alejándose de nuevo con pasos apresurados.
—Gen...—Ukyo no pudo detenerlo.
Su pecho ardió con desdicha, sabía que Gen también merecía ser feliz, pero no era capaz de concederle aquella felicidad aunque quisiera, por qué él mismo se la negaba.
Siempre ocurría lo mismo, solo podía escuchar, pero nunca podía actuar.
Notes:
Holis ^^/
Cómo están?Espero hayan disfrutado este capítulo y haya despertado su curiosidad. Pido perdón por su corta extensión, creo que los siguientes capítulos serán de la misma forma, es decir, no tan extensos como normalmente acostumbro. Gracias por su comprensión y gracias a todas las nuevas personitas que se animaron a darle una oportunidad a esta historia. Espero no decepcionarles 🤧🌹
Les envío mucho amors. Quedo pendiente de sus comentarios 👀 y les invito a votar y recomendar :)
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Ese mismo día, por la tarde. Al acabar las clases los amigos de Senku fueron a buscarle a los laboratorios de la institución, seguramente debía de estar de nueva cuenta encerrado ahí.
Sabían que a Senku le molestaba demasiado tener interrupciones mientras estaba trabajando, pero ninguno de ellos era tonto, también sabían muy bien, que algo malo estaba ocurriendo con el científico, con solo ver su aspecto esta mañana.
Senku no estaba descansando como debía, vaya, nunca antes lo había hecho, seguro. Pero ahora mismo, ese detalle especialmente les preocupaba.
Por ello, fueron a su encuentro y como era de suponerse el chico de mechas verdes se encontraba ahí, lo extraño era que sus manos estaban inmóviles, tenía frente a él un artefacto extraño y de gran volumen, pero su atención no estaba enfocada en el.
Senku mantenía los ojos cerrados, adoptando una posición pensante, absorto en algún problema, quizá en más de uno, según lo indicaba su ceño fruncido.
—¡Senku!—un llamado inesperado le desorbitó sus ideas, pero al abrir sus ojos y mirar a la persona que le había interrumpido no se le veía molesto—¿Estás ocupado?
Tras eso Senku accedió a la invitación que Chrome le había hecho, sobre acudir con todos a un restaurante de ramen antes de volver a casa, de todos modos se había frenado nuevamente en la construcción de sus nuevas invenciones, rechazarlos y seguir ahí sería un sin sentido.
Al lugar llegó acompañado de Luna, pues la chica también había ido a buscarle a los laboratorios casi al mismo tiempo. Dentro del local ya se encontraban Taiju, Yuzuriha y Ruri apartando una mesa. Y casi a la par de ellos entraron Ryusui y Ukyo quién fue prácticamente obligado a asistir a la pequeña reunión para acompañar a su novio, luego de tanta insistencia por parte de este. Al peliblanco aún le costaba trabajo actuar como si nada y más, conociendo también el sentir de su mejor amigo.
—Hola—el científico noto algo extraño en su mirar.
—Hola Senku...—pero Ukyo aún así, saludo tratando de ser gentil, bajando un poco la gorra amarilla que llevaba puesta para evitarle.
—¡Jajaja!, ¿Y bien ya han ordenado algo?—Ryusui apoyo su hombro al rededor de su pareja y se echo a reír impaciente tratando de aligerar el ambiente.
Pareciera que a él, era a quién menos trabajo le costaba acoplarse.
—Aún no, estábamos esperando que llegarán todos, pero podemos pedir ahora si gustan—Ruri le respondió.
—¿Ya somos todos?, ¿Qué hay de Tsukasa?—Senku cuestionó.
—Dijo que tenía que volver temprano a casa el día de hoy por Mirai.
—¿Y tu hermana?, se comportó de forma extraña esta mañana.
—¿De verdad?—Ruri pareció sorprenderse.
—Sí, bueno ya sabemos como es Kohaku—Chrome alcanzó la mano de Ruri y la presionó ligeramente como en busca de darle una señal.
Luna aprecio este movimiento y curiosa preguntó—Ah, ¿Qué es eso?, ¿Es que acaso ya son pareja ustedes dos?
—Ah, eso, no...—ambos chicos se soltaron de repente, nerviosos y con el rostro colorado.
—¡No tengan pena!, Nosotros ya estamos a punto de cumplir otro mes de relación, ¿Verdad amado Senku?—Luna volvió a aferrarse al brazo del científico ampliando una gran sonrisa.
—Vamos, ya no los molestes—Senku dibujó una sonrisa pequeña en su rostro, mientras hurgaba en su oído como le era costumbre.
Ukyo fue quien mayor malestar sintió tras presenciar aquella escena. Estuvo a punto de ponerse de pie y retirarse, pero Ryusui fue mucho más sutil para pedirle que se calmara.
Luego de eso, todos ordenaron siguiendo una conversación banal, típica de jóvenes de su edad. Hasta que sus platillos les fueron entregados a su mesa y todos comenzaron a degustar su comida.
—Vamos Senku, di ahh~—Luna le ofreció un poco de sus fideos a su novio.
Senku los aceptó con gusto—Son muy buenos—comentó.
—¿De que sabor son los tuyos?—Luna se asomó al plato que Senku había ordenado—Ah, ¿Son tradicionales?—formó un puchero.
—Sí, son mis favoritos. Solía comerlos con Byakuya bastante seguido, ahora que el viejo esta en en Estados Unidos siempre que habló con él, comenta que suele extrañarlos. En este momento sería bueno llamarlo, seguro que tendría envidia.
El comentario de Senku fue escuchado por todos los presentes y no pasó desapercibido ante ellos, todos excepto Luna detuvieron el consumo de sus alimentos tras escucharlo, incluso llegando a soltar sus palillos en el proceso.
—S-Senku...¿Sigues hablando con tu padre?—Taiju le cuestionó sonando bastante incrédulo.
—¿Ah?, por su puesto que sí.
—¿Hace mucho que lo hiciste?
—No tanto, la semana pasada fue la última vez. ¿Por qué lo preguntas?, ¿Qué les pasó tan de repente? No sean tan descuidos—cuestionó con una mueca al ver con extrañeza la reacción de todos.
—La semana pasada dices...—el cerebro de Ukyo comenzó a carburar por una respuesta.
—Sí, así es. ¿Qué hay con eso?—Senku le miró igual de pensativo.
—¡Oh, mira!—pero Luna fue quién terminó desviando su atención al momento en el que señaló una de las pantallas que se encontraban dentro del local—¡Ese es Gen, es la serie de la que hablé esta mañana!
—¿Gen?
—¡Vaya, la transmisión ya ha comenzado!—Yuzuriha le acompañó con comentarios.
—Cierto, Gen a logrado actuar en el drama de horario estelar. ¡Que malote!—Y así todos los demás se desviaron del tema.
El mirar carmesí de Senku se había enfocado de igual forma sobre aquel famoso artista, puesto que la escenografía y el ambiente de ese drama lograron capturar su atención desde el primer momento.
Todo parecía tener la intención de trasladar al espectador a una época antigua y esto, claro que le volvió a traer memorias borrosas de esa pesadilla que le atormentaba por las noches a su mente. Más el especial detalle de que aquel hombre de primer plano en la escena llevara colocada una larga peluca encima. De repente, Senku se sintió confundido, parecía que en sus recuerdos la imagen de un Gen con un tinte exótico en la cabellera tenía la intención de surgir.
Sin embargo; él sabía que eso era un imposible, pues el Gen Asagiri que actualmente conocía, no llevaba más de un corte impar sobre su melena oscura. O quizá se trataba de la identidad que se le asemejaba dentro de su sueño, no podría decirlo con seguridad todo era muy borroso.
Tras ver a Gen actuar por unos momentos, Senku agacho su cabeza recargándola en una de sus palmas para masajear su sien, que de nueva cuenta había comenzado a punzar.
El actuar del científico altero a todos.
—¿Senku?
—¿Estás bien? ¿Senku?
—¿Qué te pasa?
Cuestionaron, pero el nombrado no pudo distinguir de quien exactamente provenía cada pregunta.
—¡Amado Senku, ¿Estás bien?!—hasta que Luna le sacudió el brazo.
El científico la observó de reojo y luego observó el rostro de preocupación de todos los demás—Estoy bien. Solo me sentí un poco cansado de repente, creo que no he dormido muy bien—Admitió.
—¿Estás seguro?, ¿Quieres que te llevemos al hospital?
—No hay necesidad de exagerar. No es nada grave—notó que nadie parecía lo suficientemente convencido de sus palabras—. Lo siento, pero creo que iré a casa primero—se puso de pie y sacó su billetera para pagar su comida antes.
—¡No puedes hacer eso!
—¡Espera, te acompañaremos!—sus amigos se apresuraron a levantarse de igual forma.
—Ya les dije que no hace falta, ¿Qué creen que soy?, ¿Un niño indefenso?—les reclamó con un gesto irritado, que a todos heló. El científico no solía actuar de esa forma.—Me iré yo solo, ustedes sigan disfrutando de su tarde. Puedes irte con ellos ¿No?—terminó por referirse hacia su novia.
—Ah, sí...—la chica contesto con desánimo.
—Senku...—el resto enmarcó una expresión temerosa.
Y tras eso, el científico se dirigió a su casa en solitario. Por alguna razón desconocida, se había molestado bastante, no entendía en por qué del comportamiento exaltado de sus compañeros, ni tampoco lograba comprender esa sensación de vacío que crecía con una mayor fuerza cada segundo sobre su pecho.
—¿Por qué les causa tanta intriga si he hablado o no con Byakuya?—refunfuñó entre dientes a solo unas calles de llegar a su departamento. Cuando se detuvo pensante—Byakuya...—pronunció en voz baja y luego metió las manos al bolsillo de su pantalón.
—Oh, permíteme un segundo, ¿Bien?...—una silueta se alejó de sus compañeros para afinar su garganta y posteriormente atender la llamada que había entrado a su teléfono celular—¿Sí?
—H-Hola...
—¡Ah, Senku que sorpresa! ¿Qué pasa?, es raro recibir una llamada de mi hijo tan de repente.
Su padre tenía razón, él mismo estaba consciente de que no solía comportarse así.
—Solo quería, asegurarme de que te encontrarás bien...
—Yo...lo estoy, pero ¿Qué tal tú? Te escucho extraño, ¿Pasó algo?
—Ah, no es nada—Senku caminaba algo apenado—. Solo estoy un poco cansado, ahora voy rumbo a casa.
—¿No has dormido bien?
—Acertaste, diez mil millones de puntos para ti—rió por lo bajo—. He estado teniendo un sueño algo triviado y es recurrente.
—¿Un sueño?
—Ah, sí—suspiró—. En el una persona que conozco, bueno, en realidad no...—presionó sus puños con fuerza—No es nada—tenía la intención de hablar con su padre, pero se arrepintió en el momento. No tenía caso contarle a Byakuya lo que le estaba pasando.
—Uhm...—se percató enseguida de que Senku no se sentía lo suficientemente cómodo para hablar de ello con él, por lo que no insistió—. Pero bueno, seguramente alguien tan lógico como tú no esta dejándose afectar por un simple sueño, ¿No es así?
—Sí, tienes razón—sonrió.
—Aunque sí quieres, puedo pedirle a Lilian que canté una canción de cuna para ti—se burló con el afán de molestarlo un poco.
—Eso es algo que definitivamente tienes prohibido hacer—respondió con disgusto.
—Bueno, bueno. Asegúrate de descansar bien entonces, ¿No has tenido ningún otro malestar?
—¿Uhm?, no. Solo eso.
—Bien—suspiro aliviado—, entonces no hay por que preocuparse. Ah~ quiero regresar a casa muy pronto para poder comer un delicioso ramen a tu lado—exageró en su hablar.
—Nada de eso, la NASA ya ha sido lo bastante bondadosa como para considerarte en una parte de su proyecto. No puedes tener quejas de ese tipo, solo estarás incrementando el trabajo de los verdaderos hombres de ciencia así.
—¡Ah, eso ha sido cruel Senku!—se quejó.
—Bueno, ya he llegado a casa, así que te dejo. Quiero descansar bien esta noche.
—Muy bien, hablamos en otro momento entonces.
—Buenas noches—el científico terminó la llamada.
Ya un poco más calmado, aunque al final no exteriorizó su malestar con su padre, su mente se despejó ligeramente durante su trayecto. Ahora mismo, la noche ya había caído, tenía la intención de aprovecharla esta vez, así que no valía la pena preocuparse.
Simplemente quería poder descansar.
Algo que también deseaba la persona al otro lado del intercomunicador del teléfono en cuanto la llamada finalizó.
Un suspiro agobiado se escapó por la comisura de sus labios susurrando con una voz quebradiza—Buenas noches, Senku-chan...
Notes:
Hasta aquí este capítulo, lamento mucho que fuera algo corto, les envío mis mejores deseos y vibras positivas ✨
Espero que les haya gustado, no se olviden de votar, comentar y recomendar 💙
Hasta el próximo capítulo. Bye~
Chapter 4: ¶¶ •¿QUIÉN ERES?•
Notes:
Advertencia:
Holi ^^/
Antes de comenzar con el capítulo quisiera señalar que este contendrá algunas alteraciones en los diálogos según el tiempo, en las notas del final les explicó de mejor forma esto.
Espero no perderlos mucho con esto, gracias por comprender (? 🙏
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Las horas de trabajo dentro del set de filmación se extendieron más de lo previsto y Gen volvió a su departamento gracias a su representante, que se había ofrecido a llevarle para que no se expusiera a esas alturas de la noche en su regreso.
Al entrar a su habitación todo era silencioso, un ambiente tranquilo, tanto que le causaba ligeros escalofríos, por lo que rápidamente se adentro en su cama siendo un tanto descuidado con sus cosas.
La verdad, es que desde los últimos meses había comenzado a ser de esa forma. Un mal hábito que adoptó de regreso, sin siquiera percatarse de ello hasta que fue obvio que su recámara era un completo desastre. Con residuos de envolturas de comida rápida mezclada con su ropa sucia regados en una esquina, los notó, pero no hizo ningún esfuerzo en componer aquella situación. Estaba lo suficientemente cansado como para hacerlo.
Al remover torpemente sus cobijas tiró su celular al suelo, ahí entonces fue cuando se dio cuenta de la cantidad de llamadas perdidas por parte de su mejor amigo, que seguramente insistió toda la tarde, pero al estar tan enfocado en su trabajo no pudo atenderlas.
Claro que eso solo era una excusa, tampoco era como que tuviera realmente ánimos de escuchar los regaños que Ukyo le gritaría a través de la bocina, vamos que ni su propia madre lo hizo alguna vez. Ahora ya era demasiado tarde como para corresponder alguno de esos llamados y fingir demencia ante cualquier hecho por el cual, Ukyo estuviera enfadado.
Bufó y se dispuso a dejar su teléfono a un lado, sobre su mesita de noche para ser más específicos. Cuando alcanzó a ver de reojo aquel porta retratos que mantenía a su lado, gracias a la poca iluminación que el aparato le brindo, antes de que la pantalla volviera a invadirse de color negro. Pudo apreciar una sonrisa, una que añoraba tanto que le dolía.
Instantáneamente mientras veía la silueta alegre del retrato, en su rostro se dibujó una depresiva mueca.
Los recuerdos de un amor no son tan fáciles de borrar, bueno, por lo menos no para él, ya que su amado, sí que se había olvidado de él.
Fue hace poco más de tres meses...
Senku Ishigami y Gen Asagiri, estaban a punto de cumplir un año de relación. Una relación sentimental, totalmente diferente a los estándares de una común.
Los dos eran jóvenes independientes, con carreras prometedoras en áreas laborales bastante alejadas, a uno le encantaba posar ante las multitudes y brillar bajo un reflector siendo el centro de atención, mientras que al otro, su verdadera pasión eran los libros, la ciencia, descubrir e inventar cosas nuevas encerrado en un laboratorio. Y además ambos eran hombres.
Gen era un seductor por naturaleza, con una personalidad tan ligera como una pluma, carisma y ego elevados. Con la popularidad tan alta que cargaba en sus espaldas, claro que resultaba extraño que un sujeto tan increíble como él, hubiera fijado en su mira a un científico loco de peinado extravagante.
Y por supuesto que, era diez mil millones de veces aún más extraño, que un enajenado social como Senku, aceptará una relación de tal índole con el famoso mentalista cuando él y la palabra amor, se repelían más que el agua y el aceite.
Nadie entendía cómo, pero de alguna forma su relación había sucedido. Probablemente, ni siquiera ellos encontraban una buena explicación todavía.
Bueno, aunque ese "nadie" en realidad se trataba del grupo de amigos y allegados de Senku, pues por parte de Gen el único al que se lo confío fue a su mejor amigo. Aún así, las personas que tenían conocimiento de ello, los apoyaban.
Aunque gracias a la profesión del mentalista, su relación era mantenida bajo la etiqueta de secreto. O de lo contrario las cámaras armarían un gran escándalo.
Senku accedió a ello, no era como si le interesará dar un aviso parroquial anunciando su compromiso en calidad de noviazgo con Gen, pero por su parte; aunque no lo admitió, tampoco era como si se esforzará por ocultarlo. Solo sí se prestaba la suficiente atención a sus acciones podrías revelar el hecho de que Senku trataba diferente a Gen del resto. Con cierta consideración porque él era especial.
Es por eso que creer lo que pasaría después, era imposible de concebir...
Fue un accidente.
Algo salió mal al momento de experimentar, es algo común al momento de jugar con sustancias peligrosas en su mayoría flamables, una sola pequeña chispa y ¡Pum! Todo puede perderse en un pestañeo.
Ese fue el primer reporte que dio un integrante del cuerpo de bomberos a los doctores del hospital donde Senku acababa de ingresar en un estado bastante delicado.
Nunca se supo con exactitud que fue lo que Senku estaba tratando de hacer encerrado en el laboratorio de la universidad esa tarde de otoño. Estaba solo, así que nadie más que él podía explicar cómo se originó aquella explosión menor que lo empujó hasta uno de los muros, golpeando su nuca contra la pared con brusquedad. Aunque no fue de una gran magnitud, la reacción inicio un pequeño incendio en un extremo del cuarto y el humo se expandió rápidamente por toda el área. Senku corrió con la suerte de no haberse roto el cuello por el impacto, sin embargo; quedó inconsciente y a merced del dióxido de carbono que se coló por sus pulmones antes de que alguien externo al lugar, se percatase del sonido de la alarma contra incendios que se había activado.
Los profesionales no demoraron en ir al rescate, abrieron la puerta, controlaron el incendio y sacaron al joven que yacía en el suelo con un hilo de sangre descendiendo por su frente, para que le brindarán atención médica lo más pronto posible.
Gen llegó ese mismo día a Japón, estuvo ausente por dos semanas debido a un viaje por Estados Unidos. Terminó exhausto por el arduo trabajo que había hecho en América y más aún por las horas de espera en el aeropuerto debido a los retrasos en los vuelos que el mal clima provocó. El mentalista siempre había odiado los días de lluvia y ese, no podía ser la excepción.
Al intentar contactar con su querido Senku para informarle de su llegada, la mala noticia fue la que le dio la bienvenida.
En cuanto lo supo, se dirigió corriendo al hospital. Topándose ahí con sus amigos más cercanos Taiju y Yuzuriha, Kohaku, Chrome e incluso Tsukasa. Todos lucian bastante acomplejados en la sala de espera y al ver a su pareja llegar tan apresuradamente y la inquietud reflejada en el rostro, por su puesto que sus ánimos decayeron aún más.
Gen tragó saliva, intento controlarse y esperar en silencio como el resto, después de todo era un mentalista. Su corazón titubeaba, pero no podía permitirse mostrarse así ante los demás, no a menos que fuera Senku, pero precisamente la situación lo involucraba ahora a él.
Minutos después un doctor salió a dar informes, los chicos dejaron que Gen los recibiera, después de todo, él podría ser la persona más importante para el científico en el mundo. Puesto que el chico vivía solo, nadie podía atenderle mejor que su pareja.
Los pulmones de Senku fueron desintoxicados con éxito después de todo el humo que aspiro y eso era un alivio, pero las malas noticias seguían estando presentes. A pesar de eso, Senku no había conseguido despertar aún, ya había sido trasladado a un cuarto, dónde reposaba en solitario.
Gen entro a verlo. Fue el primero y el que más se admiro de ver su estado. No podía ser Senku, ¡No podía!
Ese chico postrado en una pequeña cama de hospital conectado a una máquina que registraba sus signos vitales con monotonía y mantenía los ojos cerrados, por qué estaba inducido en un estado de coma, que solo alguien más poderoso que el humano podría saber cuánto duraría. En definitiva, no podía tratarse de su querido Senku.
Se acercó con un paso inseguro y aunque lucho, una pequeña lágrima lo traicionó rodando por su mejilla. Senku Ishigami, sí aquel Senku Ishigami amante de la ciencia, inventor inquieto y de cerebro capaz, solo estaba tomando un pequeño descanso. Sí tenía que ser eso.
Senku se veía tan tranquilo, como soñando algo feliz después de un arduo día de trabajo. En cualquier momento despertaría, sí eso haría, era al diez mil millones por ciento seguro que lo haría...
Gen se aferró a esa esperanza mientras acariciaba suavemente su mejilla.
Luego de eso, Gen no se separó del hospital ni un día. Aunque sus amigos se ofrecieron a ayudarle, él simplemente acepto que vigilarán a Senku cuando él fuera al sanitario o tuviera que comer algo. Ni siquiera durmió adecuadamente o se presentó a su trabajo.
Pasaba el tiempo hablándole dulcemente al oído y jugando con su cabellera, le ponía triste ver ese vendaje rodearle la frente y más aún que su insistente "Senku-chan" no fuera contestado con un "¿Qué pasa mentalista?" como era habitual.
Pero estaba tranquilo, ponía todas sus fuerzas en mantener la calma, sabía que si no lo hacía y Senku lo viera probablemente le diría que alterarse no tendría nada de lógica dada la situación.
Sin embargo; la paciencia no puede ser eterna. No cuando tú corazón se rompe en mil pedazos...
Acto que ocurrió al quinto día desde que Senku había sido internado en aquel hospital.
—"¡S-Senku-chan!"
Un grito cargado de cierta emoción salió de su boca cuando al volver de la cafetería con un termo en la mano y cruzar la puerta su mirada se cruzó con la carmín.
Solo se había retirado unos momentos, pero en ese tiempo el científico ya se había incorporado quedando sentado sobre la cama y despertando como si nada de su sueño. Que gracias al cielo, no había sido eterno, ni se había prolongado por más tiempo.
—"¡Despertaste, que alivio!"
Gen amplio una sonrisa y caminó hacia él con emoción. Agradeciendo de todo corazón, que su amado saliera de esa horrible situación.
Pero freno en seco cuando el contrario se llevó una mano a la frente dónde estaba su vendaje y frunció el entrecejo.
Quiso abrir los labios para decir algo más, pero no pudo, las palabras no podían salir ante una mirada tan frívola, que sin más le cuestionó.
—"¿Quién eres?"
Recordar el tono que Senku utilizó en ese entonces, aún le generaba escalofríos.
Pero bueno, era algo que no se podía evitar.
Gen se removió sobre el colchón hacía el otro lado de este, con la finalidad de evitar aquel doloroso recuerdo, aunque sabía que ya que lo tenía presente, le sería imposible conciliar pacíficamente el sueño.
Luego volvió a exhalar con desánimo y se cuestionó para si mismo—¿De qué tratará aquel sueño que tiene tan perturbado a Senku-chan?...
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Hace tiempo...
—"Ah~ Este a sido un viaje muy largo, me dueles los pies..."
Una cabellera bicolor se balanceaba de un lado a otro atada en una coleta conforme al andar de su dueño al descender la montaña.
Por sus oídos se coló el sonido del correr de un río. No dudo en poner sus últimas fuerzas en apresurar su paso para acercarse a este. El agua era cristalina, lucía realmente atractiva ante unos resecos labios. Hundió sus manos en el riachuelo y tomó toda la que le fue posible para beberla, nada antes le había parecido tan refrescante.
Luego de dar un par de chapuzones más, sus labios por fin dejaron de arder. Soltó un suspiro, desató la cinta de su pelo y trato de peinar su cabellera guiado por el reflejo del agua.
Refunfuñó para sí mismo, nunca había estado tan cansado, y desatendido tanto su aspecto como ahora. Aún no tenía claro el porque había aceptado participar en esa misión, cuando bien podría seguir gozando de lujos en el palacio. Pero debía de admitir que el aire fresco le hacía sentir tan pleno y libre.
Era algo complicado de entender.
Al soltar de nueva cuenta otro suspiro se percató del resonar de otro ruido, era opacado ligeramente por el cause del río, pero lo suficientemente insistente como para despertar su curiosidad y hacer que su próximo objetivo fuera acercarse a su origen. A unos cuantos metros, debajo de la cascada dónde brotaba el agua pura, un extraño aparato construido a base de bambú daba vueltas sin parar gracias al impulso que el agua generaba sobre el.
Con una mueca extrañada en el rostro, el chico sumergió sus pies en el agua para alcanzar aquel aparato, aunque al principio guardó su debida distancia. Inclinó su cuerpo, rodeó el objeto, luego lo rozó con sus dedos y nada paso. Solo, aquel sonidito seguía siendo insistente.
Como nadie había llamado su atención para reprender su curiosidad antes, pensó que estaría bien desmontar el artefacto y buscar en su interior. Al quitar la tapa guiñó el ojo en busca de enfocar el contenido que había dentro y su sorpresa fue realmente grande al darse cuenta de que no se trataba de nada más ni nada menos que la misma agua del río.
Se desilusionó, manteniendo la duda de cuál era realmente la función de ese objeto, en su mente. Notó también que cierta espuma cubría la capa directa de esa agua, misma que desapareció al instante en el que tuvo contacto con el aire del ambiente. El ruido era producto de aquella espuma, la olfateó y como era de esperar no percibió nada, más que pequeñas burbujitas que saltaron contra su nariz. Las cuales le tomaron por sorpresa y por su puesto que con ello su curiosidad se desató incluso más que antes.
Después de mirar de re ojo a los alrededores, decidió empinarse aquel contenedor para probar aquella extraña agua por su propia boca. Y aunque podría ser peligroso, instantáneamente supo que no se arrepentiría de esa decisión.
¡Era la bebida más sabrosa que había probado en su vida!
Simplemente se trataba de agua fresca, pero aquellas burbujillas que por ella constantemente subían le daban un toque especial. No podía describirlo con palabras, pero el cosquilleo en su garganta era lo bastante placentero como para hacerle sonrojar ligeramente. Refrescarse con una bebida así le había hecho sumamente feliz.
Solo eso.
Sin quererlo, acabo bebiéndose todo, dejando el contenedor vacío. Lo colocó a un lado y luego se aproximó aun más a la base que había dejado bajo el río. Inquieto.
Quería poder entender cómo se habían obtenido aquellas burbujas y quizá si tenía suerte poder encontrar más de esa deliciosa agua. Buscando a los alrededores inspeccionando con detalle casi todo acompañando su rostro con una sonrisa genuina.
Hasta que se congeló al escuchar un llamado a sus espaldas.
"—¡Hey!, tú chica, ¿Se puede saber qué estás haciendo?"
Había sido atrapado y para su desgracia estaba bastante seguro de que la otra persona se encontraba molesta. Aún así se armó de valor para voltear a verle, justo al momento en el que el otro le tocó el hombro.
"—¿Uh?"
Cruzándose con una mirada carmín, particularmente atractiva.
"—¿Un hombre?"
El contrario habló con ligera sorpresa en su voz. Para después proceder con otro cuestionamiento.
"—¿Quién eres?"
≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈≈
—¡Ah!
Un nuevo jadeo interrumpió el silencio de la noche. De nuevo había sucedido, otra vez ese extraño sueño. Senku había creído con verdadera devoción que quizá aquella noche si tendría suerte y podría lograr un descanso óptimo, pero por desgracia, la suerte nunca solía estar de su lado.
—¿Por qué?...—susurró.
Intentaba calmar su respiración mientras ejercía cierta presión en el agarre por el cuál sostenía su pijama, cerca de su pecho. Inhalando y exhalando una y otra vez, hasta que se percató, bajo la mirada y soltó su playera para poder apreciar de mejor forma la palma de su mano. Luego de ello dibujó otra resignada sonrisa en su rostro.
—Eso realmente me tomó por sorpresa...—comentó sin dejar de observar su extremidad mientras la estiraba en un intento por imitar la intención de querer alcanzar a alguien que claramente, no estaba presente en esa habitación.—Aún no consigo entender el por qué—suspiro—, pero ahora lo vi claramente...Ese...—cerró su puño en el aire con fuerza y luego volvió a regresarlo hasta su pecho con suavidad—Ese era el rostro de Gen.
Tras eso las dudas volvieron a agobiarle, hasta que su sien comenzó a punzar de nuevo. Quizá esta sería una noche mucho más larga incluso.
Notes:
Hi~
Me gustaría señalarles un par de cositas, ya que posiblemente puedan surgir algunas dudas a partir de este punto y no me gustaría confundirles demasiado 😅
La historia, como en este capítulo demostré, comenzará a dividirse en tres tiempos:
El presente: seguirá narrándose de la misma forma en la que lo he estado haciendo antes. (Los diálogos no mostrarán alteración)
El pasado: Aquí, implementaré el uso de comillas en los diálogos del pasado cercano y lejano. Sé que pude ser complicado, pero créanme en mi mente tiene sentido (??
Jsjs, bueno espero que puedan seguir adecuadamente su lectura y cualquier cosa quedo atenta 👀 Tenganme paciencia plis 🙏
Cómo siempre les invito a comentar, votar y recomendar :3
Hasta el próximo cap.
Bye~
Chapter 5: ¶¶. "UN ENCUENTRO".
Summary:
Senku y Gen se encuentran por primera vez, es una historia que sucedió hace algún tiempo. Así inicio todo...
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
—"¿Quién eres?"—el oji carmín le cuestionó a la persona que tenía la mitad del cuerpo sumergida en el río.
—"¿Eh, quién?, ¿yo?"—El chico de cabellera bicolor dio un respingo ante su pregunta, aquella persona le había tomado por el hombro momentos antes apareciendo de la nada, cuando él pensaba que se encontraba en solitario, ¿Cómo no iba a impactarle ese hecho?
El otro le soltó y tras escuchar esa primera respuesta llevó uno de sus meñiques hasta su oído, comenzando a hurgarlo como muestra de desinterés.
—"Por supuesto que tú idiota, ¿Acaso ves a alguien más aquí?"—le respondió.
—"¿Disculpa?"—hizo una mueca de disgusto—"¿Es así cómo le hablas a las personas que acabas de conocer?"—ahora quién decidió acercarse fue él—. "Para que lo sepas yo soy..."
No pudo completar su presentación dado a que el otro miró a sus espaldas en cuanto su silueta se lo permitió, enmarcando una expresión de angustia, se abalanzó para acercarse al objeto que yacía en el río, pasándolo de largo. Básicamente fue ignorado.
—"¡Pero ¿Qué?!"—exclamó.
—"¡Oye, eso es lo que yo pregunto!, ¿Qué haces?, ¡¿Para qué preguntas quién soy si vas a ignorarme de tal forma?!"—el bicolor comenzó a quejarse a grito abierto, inflando sus mejillas con indignación—"¿En serio?, ¡Incluso me confundiste con una chica, no puedo creerlo!"—las replicas siguieron hasta que observó de re ojo como el otro hombre movía sus manos desesperado cerca de la estructura de bambú—. "Eh...Oye..."—entonces comenzó a sentirse nervioso de nuevo.
—"¿Has sido tú?"—le cuestionó en un tono de voz bastante peculiar.
El bicolor tragó saliva—"Eso..."
—"Te pregunto si, ¿has sido tú quién destruyó este objeto?"—le volteó a ver nuevamente, pero esta vez esos ojos carmín reflejaban una más que clara molestia.
—"No sé de que hablas~"—respondió acompañado de un silbido.
—"¡Argh!"—la distancia se acortó—"¡Sí lo hiciste!, ¿Quién dijo que podías hacerlo?"
—"Emm, bueno, en mi defensa nadie tampoco me dijo que "no" podía hacerlo"—tentó a su suerte.
—"¿Y el agua?, ¿Dónde está el agua que había en el contenedor?"—frunció el entrecejo y le sostuvo ahora, por ambos hombros.
El otro se exaltó sutilmente por el agarre, pero de inmediato se percató de que este no contaba con la fuerza suficiente como para frenarle o hacerle daño—"¡Ah!, sobre eso... ¿Tienes más? ¡Estaba realmente deliciosa!"—así que continuó tentándola y sonrió.
—"¿Ah?"—el otro hizo una mueca—"No me digas que la bebiste..."
—"¿Eh?, ¿Acaso no debía de hacerlo?"—volvió a dar un respingo—"¡¿Era veneno?!"—cuestionó exaltado ahora siendo él, quien lo sujetara.
—"Por supuesto que no. Pero no la tenía contemplada para consumo humano"—desvió la mirada y colocó un par de sus dedos frente a su nariz de forma pensativa.
El chico de cabellera larga notó ese cambio tan radical, inclinó su cabeza a un lado y luego resopló—"Bueno, entonces yo...Lo siento..."—se disculpó dejando al otro pensar libremente y luego dio media vuelta, pensando en su siguiente movimiento.
Pero nuevamente fue retenido—. "Bueno ya que lo sientes, te tengo una buena y una mala noticia. "
El bicolor volvió a reflejar angustia en su rostro, ahora había aprisionado en cuello de su ropa, escapar no sería fácil y más presintiendo que una perversa propuesta se escondía detrás de esas noticias.
—"¿Ah sí?, me preguntó que serán..."
—"La buena es que puedo conseguirte más de esa burbujeante bebida."
—"¡De verdad!"—no pudo evitar exclamar con emoción.
—"La mala, es que aquí nadie come o bebe gratis y si quieres que haga más, tendrás que trabajar a cambio. Además no olvidemos que debes de pagar por haber dañado mi invento—le mostró una tétrica sonrisa."
Toda la emoción abandonó su cuerpo, supo que este chico definitivamente sería particular desde el primer momento en el que lo vio, pero nunca creyó que fuera de esa forma.
—"Bien, andando"—le arrastró fuera del río.
—"¡Espera yo no he aceptado nada aún!"
—"No tienes opción de todos modos, deja de quejarte."
—"¡Errible-tay!"
Y es que, ¿Cómo no iba a impactarse?
Sí aquel chico era la extravagancia andante, su cabellera alzada y semi teñida de verde era el mejor ejemplo. Y ni hablar de su actitud y personalidad, él la supo leer fácilmente, después de todo, estaba acostumbrado a tener al lado a cualquier tipo de hombres, solo que, particularmente, "Él", resultaba más interesante que la mayoría. El hecho de que pudiera construir aquel artefacto y crear esa deliciosa bebida por sí mismo en un lugar así, también era algo digno de aplaudir. Por ello, se encontraba un tanto inquieto, el bicolor estaba bastante curioso al respecto. Pero no terminaba de convencerse, no al menos hasta que, llegó con él a lo que parecía ser una pequeña choza construida sobre un árbol, algo imposible de concebir para su mente por lo menos, con reservas de comida almacenadas y armas simples pero peligrosas a simple vista. Podría sonar muy precario, pero la idea cambiaba totalmente al caer en cuenta de que se ha tratado del trabajo de una sola persona todo este tiempo.
Solo pudo observar todo con admiración, boquiabierto. Eso, hasta que le fueron asignadas un sin fin de tareas infernales: Ayudar a bombear un horno, trasladar algunos artefactos y materiales raros de un lado al otro, mezclar y mezclar una extraña pasta que el chico se empeñaba en argumentar su función con cada ingrediente que le sumaba a la mezcla y que por supuesto, nunca entendió y quién sabe cuantas otras tareas más, llegó el punto en el que ya no se molestó en contarlas. Terminó exhausto.
Y cuando al fin se vio libre de tomar un respiro, se percató de que la noche ya había caído junto con él. Se apoyó en el tronco del árbol donde la pequeña choza del oji carmín estaba situada, soltando un suspiro exagerado.
—"Ya había pasado bastante tiempo desde que había trabajado de esta forma, ¡Me duele todo el cuerpo!"
—"Vamos, deja de quejarte. Pareces un niño pequeño. ¿Sabes? A pesar de tu apariencia no hiciste un trabajo tan malo..."—el otro chico le dedicó una sonrisa ladina.
El bicolor pudo apreciar más allá de esa sonrisa que el otro, estaba igual o incluso más exhausto que él, un detalle sumamente interesante—"¿Esa es tu idea de cumplido?"—solo le siguió con la mirada.
El de mechas teñidas resopló dando media vuelta—"¿Te piensas quedar ahí o vas a subir?"—le cuestionó mientras él subía las escaleras a su pequeño hogar.
El bicolor expresó un gesto remarcado—"¿Puedo hacerlo?"—cuestionó un tanto inseguro.
—"Hay comida aquí adentro, solo date prisa"—el otro le indicó gritándole desde el interior.
Sonrió—"Bien~"
Y accedió cantarinamente, subiendo poco a poco por los peldaños adheridos al árbol. Una vez que estuvo a punto de ingresar a la choza, se detuvo girando su cabeza hacia atrás topándose con algo de iluminación a la lejanía, dedujo entonces que se trataba de la luz de algunas fogatas pues el ocaso en unos cuantos segundos más se extinguiría.
—"¿Y esa luz?"—preguntó en voz alta.
—"Deben de ser del pueblo"—el otro le respondió.
—"Así que hay un pueblo cerca, ¡No tenía ni idea!"—terminó de entrar al lugar—"Pero...¿Por qué si el pueblo esta justo enfrente tú vives en un sitio como este?"—fijo su mirada en la delgada espalda que aún le estaba siendo mostrada—"No me lo tomes a mal, este lugar es impresionante, pero, es decir; ¿No es demasiado solitario?, ¿Qué es lo que haces cuando la noche esta en su pleno esplendor?, aquí no veo algo tan cálido como una fogata para alumbrar la penumbra..."—comentó mientras inspeccionaba las siluetas de todos los objetos que yacían en el interior de esa cabaña, claro estaba que sin la ayuda de la luz del día, era una tarea difícil poder descifrar que era cada cosa y cuál era su función.
—"Kukuku..."—de repente el otro soltó una peculiar risilla que le llamó la atención al instante—"No se necesita la ayuda del pueblo o de algo tan primitivo como una fogata cuando tienes conocimientos útiles de tu lado—le respondió.
El de cabellera larga abrió los ojos con sorpresa cuando de un momento a otro una pequeña lucecilla hizo presencia dentro del lugar, acaparando en instantes toda la habitación, permitiendo que esta se iluminará por completo. Era muchísimo más útil y menos molesta que una fogata común, como sí aquel chico tuviera el poder de traer de regreso al día manteniendo a la luna sobre ellos.
"...¡Este chico es increíble!..."
Fue el pensamiento que estuvo a punto de escapársele de los labios al ser testigo de tan hermosa acción.
Mientras tanto el ojí carmín le vio de frente, sus miradas se cruzaron un par de segundos reflejando un brillo efímero. Le extendió la mano y el bicolor se acercó a ella de inmediato, bastante curioso. El otro sostenía una hoja de un árbol cualquiera en su mano y sobre ella un pequeño brote de bambú, con ambos extremos conectados a un extraño cable. El mayor simplemente no podía concebir como era que esa pequeña cosita era la fuente de esa radiante luz, pero ya no le servía de nada sorprenderse, solo estaba conmovido.
Su corazón comenzó a latir más rápido de lo normal, el calor que emanaba aquel artefacto no era tan potente, sin embargo; logró calentarle el alma. No eran ningún secreto las incontables veces que anhelo tener un poco de luz a su alcance cuando la temible oscuridad arrasaba su noche, y que ahora su deseo se hubiera hecho realidad solo por su peculiar encuentro con ese hombre, debía de ser cosa del destino...
—"Esto se llama electricidad"—el chico le habló siendo cuidadoso al dejar la pequeña bombilla a uno de sus lados—, "de esta forma ya no habrá que temerle a la noche."
El bicolor amplió la sonrisa—"Es impresionante. "
Las pupilas carmín analizaron cada centímetro del rostro del contrario, intentando deducir sus intenciones. Luego fue en busca de algo de comida para ambos, mientras él seguía anonadado por todas las interesantes cosas que había en el lugar. Pensó que de esa forma ya había conseguido callarle, pero para su mala suerte se equivocó, no había duda de que además de hábil era persistente.
—"Pero eso no explica el por qué de vivir alejado del pueblo. No importa lo que me digas, eso despierta bastante mi curiosidad~"
—"No hay mucho que explicar, los pueblerinos suelen ser hostiles con los extraños. "
—"¿Mmm?, ¿Es así?"—vaciló— "No creo que sea tan malo, tal vez solo tú tuviste mala suerte... Quizá yo debería intentarlo~"
El de mechas verdes regresó con dos tazones en sus manos, ambos con algunas verduras y frutos silvestres y un recipiente con agua del río, quizá no era una gran cena, pero les serviría para reponer fuerzas suficientes.
—"¿Acaso no me escuchaste?, a ellos no les agrada la idea de que extraños pisen sus tierras"—le entregó el tazón y luego se sentó frente a él—. "Así que puedes ahorrarte el esfuerzo y regresar con Tsukasa a informarle que si busca obtener algo de este pueblo le va a costar demasiado."
El otro sonrió acariciando su larga melena para posteriormente comenzar a atarla en una coleta—"Así que sabías que estaba con Tsukasa. ¿Y aún así me has invitado a cenar? Eres muy amable~"
—"Alguien como tú no tendría otra razón para vagar por ahí si no fuera por una orden"—comenzó a comer.
—"Ah, vaya pareces creer conocerme ¿Dime cómo?, ¿O acaso eso era lo que esperabas que yo hiciera?, traerme aquí contigo y hacerme trabajar hasta el cansancio para que cuando me viera vulnerable abriera la boca. ¿Ese era tu plan?, eres muy ingenioso sabes~"—le miró fijamente.
El otro le regresó el gesto y mientras el mayor terminaba de recoger su cabello le confesó—"Es sabido que Tsukasa tiene a su concubina preferida, una realmente extravagante. Se rumora que era una flor del barrio rojo hace un par de años, pero gracias a su belleza y hábil labia, a llegado hasta la cama del emperador y lo que más destaca en esa persona es su sedosa y brillante cabellera a dos tonos. ¿No habías escuchado de ello Gen Asagiri?"
Por su parte Gen desvió la mirada hacía su plato de comida dejando de una vez por todas su cabello, comenzó a alimentarse sin darle una respuesta al otro. Así que él prosiguió.
—"Es bastante notorio por la palidez de tu piel, que has estado bastante tiempo encerrado en cuatro paredes. Además de que las suelas de tus zapatos tienen desgaste únicamente generado por el viaje de esta tarde y claro, también esta tu ropa. Tsukasa puede odiar las jerarquías sociales pero en cuestión de gustos es un tanto permisivo, tu túnica, pigmentada de morado, no es un color barato de conseguir, se nota que le gusta la idea de consentirte y a ti no parece desagradarte tampoco. Él no dejaría que alguien tan importante para él se arriesgara al peligro vagando solo por ahí, a menos de que haya encontrado otra forma de darte uso haciendo que te infiltrarás en el pueblo donde él tiene la mira. Una muy buena teoría, ¿No lo crees?"—Fue rudo, lo sabía. Su intensión realmente no era dirigirse a aquella persona de esa forma, después de todo le había ayudado bastante ese día, pero sí Tsukasa estaba involucrado en algo tan cerca de él sabía que corría peligro, así que no tenía otra alternativa.
Espero otro par de segundos antes de que el otro abriera la boca, realmente no sabía que podía esperarle, así que sudo frío.
—"Ah~"—Gen soltó un suspiro exagerado de nueva cuenta, cambio su postura a una más relajada y le mostró su dentadura—"No tenía idea de que mi nombre fuera tan popular como para llegar incluso a tus oídos, debo de confesar que me siento un tanto halagado"
Por su forma de hablar, el chico de mechas verdes desveló la apariencia superficial de aquella flor, sus palabras no llevaban ningún peso con ellas. Eran tan ligeras como una pluma.
—"No puedo afirmar que todo lo que has dicho es verdad, pero, tampoco puedo decir que no es del todo cierto. De haber tenido el conocimiento de que tú ya sabías mi nombre la tarde hubiera sido mucho más tranquila. Aunque, debo de informarte que no eres el único que ya había escuchado del otro antes"—la mirada que le dedicó le provocó un ligero escalofrío en la columna al otro, aun así, no borró su sonrisa—. "Yo también sé algunas cosas sobre ti, querido Senku..."—reveló.
—"¿Ah sí?"—amplió la curvatura de sus labios—"Pues esto sí que es emocionante..."—añadió.
—"Comparto esa opinión Senku-chan. Aunque podría jurar que si tú escuchaste eso de mí, tuvo que haber sido en ningún otro lugar más que el palacio de Tsukasa, ¿No es así? Y sé, por ejemplo, también que fue de ese mismo lugar donde Tsukasa te echó, no tengo los detalles específicos de la razón pero puedo suponer que fue por todo lo que tienes aquí, tus inventos. Tus creaciones son demasiado avanzadas como para que alguien común las comprenda y por supuesto, iba a existir alguien que se interpusiera y tratará de arrebatártelo. Una pena que esa persona haya sido uno de tus pocos amigos como lo era Tsukasa, ¿No?"
—"Amigos eh..."—Senku susurró.
—"Debió ser duro. Pero debo de confesar que con lo poco que he observado el día de hoy, simplemente me es imposible pensar que tú aceptaste irte del imperio tan fácilmente para comenzar a vivir aquí. No, no lo harías, no a menos de tener una condición de por medio y como conozco a Tsukasa sé muy bien de que tipos de seguros suele respaldarse cuando quiere algo"—hizo una pequeña pausa para admirar al cabizbajo chico que tenía ahora enfrente—"Taiju y Yuzuriha, ellos son la razón del porqué te fuiste, ¿No es así?"
Senku abrió la boca con la intención de pronunciar algo que al final no pudo ser expresado.
—"Ellos están bien si es lo que te preocupa"—aunque no tuvo el valor de cuestionarlo, Gen acertó y se le adelantó—, "querías preguntar por ellos desde hace rato, ¿Verdad?"—el bicolor sonrió—. "Yuzuriha ha estado algo ocupada últimamente con la confección de prendas, pero le va muy bien, tú mismo puedes comprobarlo, su trabajo es de alta calidad"—alzó ambos brazos y los extendió para que el chico pudiera apreciar su túnica con mayor claridad— "y Taiju, bueno, él siempre está ahí para protegerla, es bastante resistente."
Senku se jactó suavemente—"Sí, ellos siempre han sido así..."—un ligero tono de nostalgia pudo percibirse en su voz.
—"Tsukasa te amenazó con hacerles daño si te quedabas y continuabas con tu trabajo, así que para protegerlos aceptaste ser expulsado y hasta el momento este ha sido tu único refugio. ¿Estoy en lo correcto Senku-chan?"
—"Kukuku, supongo que los rumores sobre tus habilidades eran ciertos"—Senku le miró sereno. Varias de sus dudas se habían dispersado al oírle. Si fuera un peligro no sé hubiera molestado en desvelar toda su situación, el encuentro con Gen Asagiri, no fue ni bueno, ni malo. Lo comprendió casi al instante.
—"Es bueno que lo sepas~"—terminó su último bocado—"Querido Senku, tienes que saber también que no tengo intención alguna de que Tsukasa se enteré de nuestro día juntos"—negó con las manos.
—"Oh, pero que considerado"—Senku contestó—. "Así que mantendrás el secreto, bien supongo que eso será de mucha ayuda, ¿Debería de darte las gracias?"
Gen tomó su recipiente con agua y le dio un sorbo—"Descuida, yo soy amabilidad completa"—remarcó su gesto al beber—. "Pero, si no recuerdo mal, tú me prometiste más de esa burbujeante bebida a cambio de mi arduo trabajo y Senku, esto es simple agua"—le recriminó.
—"Ah eso..."—hurgó en su oído con uno de sus meñiques—"Te mentí"—y adoptó de nueva cuenta su actitud natural o por lo menos la de antes de aquella intensa charla.
—"¡¿Eh?!"
—"Para hacer más de esa agua carbonatada se necesitan por lo menos dieciséis horas de movimiento continuo. ¿Qué esperabas idiota? Si te bebiste toda el agua previa y destruiste el aparato para su generación antes de encontrarnos. Era imposible tenerla lista para hoy."
—"¡Errible-Tay!"—chilló.
Luego de eso, la conversación no duró mucho más. Ambos estaban completamente agotados y los bostezos se hicieron cada vez más recurrentes.
Era de esperarse que uno de ellos cayera rendido en algún momento. Lo que no esperaba Gen era que ese fuera Senku, mira que ponerse al alcance de un enemigo de esa forma, era inteligente, pero también un idiota. En un parpadeó el oji carmín ya no le permitió ver más de ese tono gema al bicolor, pues sus párpados habían cedido y aún en la posición en la que se encontraba comenzó a dormitar.
Gen le apreció en silencio mientras se apoyaba sobre el suelo de la choza dando una fuerte pelea contra Morfeo. Una que terminó perdiendo, luego de admirar por última vez esa gran luna, redonda y brillante sobre un cielo libre. Dibujó por última vez una sonrisa en su rostro, tal vez la única sincera que había enmarcado desde hace años.
Fue un gran día, no se arrepentiría de vivirlo, por lo menos ese.
Y para cuando los rayos que anunciaban la llegada de la mañana siguiente golpearon el rostro del entusiasta revolucionario dentro de la cabaña, Senku se vio completamente solo de nueva cuenta, con una capa de piel sobre su cuerpo para cubrirle del frío. Gen ya se había ido.
El chico de cabellera larga madrugó después de su pequeño descuido, su intención no era pasar la noche en ese lugar, ni tampoco con aquel chico, por más interesante que la experiencia hubiera sido. Tenía que darse prisa en llegar al palacio de Tsukasa antes de que amaneciera por completo, no sabía lo que podía pasar si se llegaba a enterar de lo ocurrido.
Sí, era cierto. Gen era el protegido de Tsukasa, así como también fue una florecilla del jardín rojo hace mucho tiempo.
No tenía familia, o por lo menos no una que recordará. Sus primeras memorias yacían dentro del barrio rojo, dónde era instruido por ancianas estrictas, proxenetas que le inculcaron todos sus conocimientos en el campo de la seducción para conseguir buenos clientes.
Su destino podía haber sido cruel, pero alguna estrella también le había bendecido con una belleza extravagante. Era un chico con rasgos delicados, inteligencia, buena labia para el coqueteo y una cabellera a dos tonos que captaba la atención al instante, era imposible que alguien lo viera y no lo deseara de esa forma.
Empezó muy joven a trabajar en el bajo mundo por órdenes de sus dueños, no estaba orgulloso de su trabajo claro estaba, pero rápidamente entendió que no tenía otra opción, no en esa vida. Así que refino sus habilidades hasta casi volverlas perfectas para conquistar a los mejores y más adinerados clientes. Sí no tendría otra alternativa más que ofrecer su cuerpo, lo haría al mejor postor.
Y fue así como su popularidad creció en un instante. Él era una flor bastante cotizada, una de las más especiales del jardín. Solo quien tenía la suficiente riqueza podía conseguirse una noche con él y gozar de un buen espectáculo.
Así acumuló joyas, prendas finas, comida y regalos extravagantes. Su pequeña jaula estaba adornada con oro. Aunque eso no era todo, también se ganó varios favores al ser testigo de ciertas conversaciones, escuchar secretos de gran importancia y ayudar a negociar grandes tratos era su fuerte.
Gracias a sus muchas habilidades y buen uso que estás podrían tener fuera de los barrios rojos, fue como llegó un momento con el que él nunca llegó a soñar si quiera. Fue vendido y por fin saldría de esa red de prostitución. Iría a una jaula mucho más grande.
Su comprador ofreció una gran suma de riquezas a sus dueños para que lo soltarán, Gen no podía imaginar si quiera la cantidad, después de todo él era una gran mina de oro para el burdel dónde creció. Tendría que ser difícil ponerle un precio o quizá, con el paso de los años sus dueños se dieron cuenta de que dejaría de ser joven y su atractivo naturalmente se iría, después de todo la piel suave solo se encuentra en los adolescentes y él estaba por cumplir los veinte. Nunca supo cuál de las dos opciones había tenido más peso para que cambiará de dueño, sin embargo, prefirió no darle importancia a alguna.
Cuando llegó el momento de ponerse en el cuello la cadena que lo enlazaría a la mano de la persona que invirtió en él, temió. Pero no más que cuando lo vio, pues como era de esperarse su comprador sería alguno de sus recurrentes y privilegiados clientes de antes, aunque personalmente ya había creído no tener que ver nunca más esa cabellera albina en su vida. Estaba muy equivocado.
Se llamaba Hyoga. Solo escuchó eso y le examinó de pies a cabeza para saber que era un tipo con el que más le valía ser precavido, esto en su primer encuentro. Él era apuesto, alto, fuerte y también rico. Gen pensó en explotarlo seduciéndole primero pero se llevó una sorpresa al conocer las intenciones del albino, pues en sus planes también estaba aprovecharse de él en más que su cuerpo. Hyoga de vez en cuando iba al burdel, solicitando los servicios especiales de Gen Asagiri y en el intermedio del tiempo de té, se aseguraba de pagar a Gen a cambio de que él le revelará algunos de los secretos que había escuchado a través de las delgadas paredes y después de eso, claro que terminaban teniendo una noche intensa. Además de eso, hubo una que otra vez que le ayudo a negociar.
Al saber que él sería su nuevo dueño dedujo de inmediato para que tipo de propósitos lo ocuparía y también que sus encuentros serían demasiado rudos, quizá más de lo que podría soportar.
Naturalmente no se deprimió por ese hecho, al contrario, se mentalizo para mantenerse firme en el tiempo que estuviera a su lado, solo tendría que aplicar sus habilidades en un terreno más amplio, nada que alguien de su talla no pudiera manejar.
Aunque debía admitir que realmente se llevó una gran sorpresa cuando el primer movimiento que Hyoga realizó fue llevarlo al palacio del imperio, dónde conoció cara a cara a Tsukasa Shishio, quien sería su gobernante. Sudó frío al encontrarse con aquel tipo, puesto que Hyoga había apuntado directo a lo grande.
Ahí el albino se lo presentó al emperador y minutos después prácticamente se lo regaló, como si de un simple objeto más se tratará.
La jaula de un momento a otro creció bastante. Pero se sintió ligeramente aliviado, estar con él podría ser entretenido más que con Hyoga, aunque ya había desvelado su plan.
Tsukasa era un sujeto interesante, con una fuerza descomunal y principios firmes, el bicolor se había encontrado con el primer hombre que genuinamente le había llamado la atención en toda su vida, no creyó encontrar a alguien más interesante que él, por lo menos no hasta ahora.
Ya que lo había hecho, su encuentro con aquel joven revolucionario le había cautivado por completo. Senku llamó su atención, más allá de los beneficios, eso sí que era algo único.
Corrió, demasiado de hecho. Para su fortuna logró entrar al palacio antes de que la mayoría de los aliados del imperio de Tsukasa despertarán, así que se infiltró cantarinamente dirigiéndose a su habitación haciendo un gran esfuerzo en controlar su agitada respiración.
Pero sus esfuerzos se vieron en vano cuando se topó con el mismo Tsukasa en el pasillo.
—"Gen"—el castaño le llamó.
—"¡Ah, Tsukasa-chan! que sorpresa~"—Gen fingió una sonrisa inocente. Se había percatado de que el otro acababa de salir de su habitación, por lo que ahora tendría que inventar algo para explicar el por que no paso la noche ahí.
—"¿Dónde estabas?, fui a buscarte a tus aposentos"—se acercó rápidamente a él—"¿Te sientes bien?, estás agitado"—y comentó con un tono de preocupación sincera en su voz.
—"Ah, sí. Muy bien, muy bien~"—Gen jugó con su cabellera—. "Simplemente salí a dar un pequeño paseo, me comenzaba a aburrir aquí adentro."
—"¿Es así?, si me lo hubieras pedido habría ido contigo. "
—"¡No, no! No hacia falta Tsukasa-chan, sé que has estado muy ocupado en estos días. Descuida~"—silbó.
—"Esta bien, solo ten cuidado y presta más atención en los horarios de tus paseos. Ayer Mirai estuvo buscándote desde la tarde. "
—"¡Ah, cierto! Mirai-chan quería que jugáramos juntos, lo olvidé por completo"—junto sus manos en forma de disculpa—. "Iré a tomar un baño y en cuanto terminé la buscaré, por favor ofrécele una disculpa de mí parte si la ves, ¿Sí?"
—"Bien"—Tsukasa sonrió.
Y Gen continuó su andar hasta que la mano de Tsukasa lo detuvo tomándole del hombro. El bicolor frenó y agachó ligeramente su cabeza, mientras Tsukasa retiraba su cabellera a uno de sus lados, acercándose a su espalda.
—"Gen..."—fue capaz de sentir el cálido aliento del menor en su nuca.
—"¿Sí, Tsukasa-chan?"—le cuestionó en un volumen bajo, pero sonando lo suficientemente dulce.
—"Esta noche me haré algo de tiempo libre. Cuando termines con Mirai ve a buscarme, quiero estar contigo"—con su voz grave y tranquila le hizo aquella petición.
Gen tragó saliva, intentando no hacer notorio lo tenso de sus facciones y tras unos segundos le respondió—"Claro que sí Tsukasa-chan, yo también..."
Notes:
Hola, muchas gracias por leer <3
Una disculpa por la demora con las actus, espero que sigan disfrutando y que no se les haga complicado este cambio con respecto a los tiempos, trataré de controlarlo, aún así estoy atenta y abierta a sus sugerencias. Hasta el próximo cap~ Bye ^^
Chapter 6: ¶¶ •"EL PAPEL DE UNA FLOR"•
Summary:
Conocemos un poco más de Gen Asagiri y su papel como la flor favorita del emperador.
Notes:
***ADVERTENCIA: Este capítulo contendrá ligeras menciones a roces y encuentros TsukaGen y HyoGen, además de actos ilícitos, viol3ncia. Leer a consideración***
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Cuando Gen le fue ofrecido a Tsukasa como regalo por Hyoga, este se molestó bastante.
Pues Tsukasa tenía una convicción fija, crear un mundo ideal para las jóvenes generaciones. Donde todas las personas fueran iguales, dónde todo estuviera al alcance de todos y no hubiera distinciones. Es por eso que de repente verse como dueño de la vida de alguien más le era imposible de concebir.
Rápidamente y con una voz firme recriminó la acción al albino, provocándole un escalofrío al bicolor de paso. Claro que Hyoga tenía una respuesta ante la obvia reacción que tendría Tsukasa al respecto, pues no era un idiota.
Persuadió al auto nombrado emperador citando algunos de los puntos fuertes de Gen, sus habilidades. Y como el tenerlo de su lado les sería de utilidad para las futuras negociaciones próximas a darse, además lo hizo compadecerse del chico. Después de todo Gen era solo un niño que cayó en las garras de hombres que no hicieron más que explotarlo durante muchos años. Claro que Tsukasa no podría ignorarle así.
Entonces Gen se convirtió formalmente en un miembro de su imperio. Tsukasa le ofreció un refugio y un puesto como estratega y nada pasó de ahí.
Un tiempo después quien lo citaba a la hora de trabajar era Hyoga, quien le explicaba la situación, aconsejaba y realizaba sutiles peticiones. Tsukasa siempre estuvo presente a la hora de verlo en acción por lo que sus habilidades quedaron demostradas más de una vez. Y dentro del palacio su belleza aún causaba alardeo, entre los pasillos siempre existía el deseo cuando Gen Asagiri los recorría.
La verdad era que Gen estaba en una situación bastante cómoda, era feliz de ser utilizado en ese nuevo lugar por su cerebro y maña, en vez de su cuerpo y labia. Pero aún así, se sentía extraño.
Cuando la carga de trabajo bajo, Gen no invertía su tiempo en otra cosa más que vagar por aquí y por allá dentro del palacio. Su único distractor era escuchar los murmullos de los vasallos que aún no se sentían del todo comprometidos con la visión del emperador y eso le agobiaba, pues él no podría compartir o diferir con sus puntos de vista ya que no había convivido lo suficiente con el castaño para definir si realmente era él, un caballo ganador.
Cierta ocasión llegó al jardín trasero del palacio y movido por su curiosidad y espíritu de niño reprimido, decidió quitarse los zapatos y caminar libremente por el pasto. Fue entonces cuando cayó en cuenta de que nunca antes había realizado alguna acción de tal índole pues nunca se lo permitieron, y de lo bien que se sentían esas pequeñas cosquillitas en las plantas de sus pies. Divertido rió en voz alta, atrayendo a otra pequeña curiosa hacia él.
Se trataba de Mirai, la pequeña hermanita de Tsukasa. La niña lo observó jugar y solicitó unírsele, Gen con algo de color en sus mejillas por haber sido atrapado aceptó la invitación de juego de la niña y juntos comenzaron a pasar el tiempo.
La chica rubia tenía el cuerpo de una señorita, pero la mente y espíritu de una niña. Era bastante inocente. Esto porqué al parecer una rara enfermedad invadió su cuerpo en su niñez y aunque muchos habían perdido la esperanza, milagrosamente y con la ayuda de un amigo de Tsukasa, ella salió adelante.
Gen aceptaba casi todas sus solicitudes, le encantaba pasar el tiempo con ella armando coronas de flores, pues él era un experto en el tema. De alguna forma era su manera de protegerla, la niña desprendía un aura bastante especial, una que Gen nunca pudo experimentar o ver reflejada en un amigo, pues dentro del burdel ellos solo debían tener ojos para clientes potenciales. De ninguna forma deseaba que algo malo nunca le pasará. Así como su hermano, pues Mirai era su mayor tesoro.
Fue hasta que Gen comenzó ser el compañero de juegos de la pequeña que Tsukasa le prestó más atención.
Pues no había momento en el que Mirai no dejará de mencionar a Gen con entusiasmo. Tsukasa siempre se abría el tiempo para cuidarla mientras jugaba y cuando eso sucedía y Gen estaba presente, la sonrisa que enmarcaba era sumamente particular.
Gen se percató entonces de las miradas que cada vez iban dirigidas a él por parte de Tsukasa. Aún así tuvieron que pasar dos meses desde su llegada al imperio para que Tsukasa y él por fin tuvieran su primera conversación privada.
Fue una noche de luna llena. La florecilla se encontraba admirándola rodeado por el silencio y la tranquilidad de la noche.
-"Hola"-Tsukasa se acercó al bicolor por la espalda.
Este giro la cabeza y le sonrió-"¡Hola Tsukasa-sama, buenas noches! ¿Qué hace despierto a estas horas?, ¿Problemas para dormir?"
-"No, no es eso"-hizo una pausa terminando de acercarse a él-. "Tú...Siempre sales de tu habitación por las noches, ¿Vienes a admirar el cielo?"
-"Sí así es. Me gusta este paisaje, creo que nunca podría cansarme de el".
-"Aunque hoy solo hay luna llena, pero ninguna estrella se ve cerca de ella-Tsukasa elevó la mirada hacia el mismo punto dónde el bicolor estaba observando".
-"No importa si solo es una solitaria luna, sigue siendo hermoso a mi parecer".
-"¿Es así?"
-"Sí...-Gen aligeró sus facciones-Cuando vivía en los barrios rojos muy pocas veces pude apreciar la luz del sol y cuando en el cielo la luna se colocaba y acompañaba de estrellas, no se me permitió poder apreciarlas si quiera un segundo. Cuando la noche caía era cuando más trabajo había. Por eso, ahora que tengo la oportunidad me gusta hacerlo".
-"Gen..."-Tsukasa pronunció su nombre con un tono más serio.
-"¿Mmm?"
-"¿Puedo?"-le pidió permiso para poder sentarse a su lado.
-"Por supuesto, de hecho, si usted quiere..."-Gen ofreció sus piernas como almohadilla, era una acción común para él.
Las mejillas del emperador ardieron sutilmente, mientras aceptaba la invitación. Una vez acomodado sobre los muslos de Gen, este comenzó a acariciar su cabeza con delicadeza.
-"Tsukasa-sama, ¿Tiene algo que decirme?-le cuestionó-. Últimamente no me ha quitado la mirada de encima, dígame ¿Acaso hice algo mal?"-cuestionó tanteando el terreno.
-"No Gen, no has hecho nada malo-se mantuvo sereno-. Es todo lo contrario, desde hace tiempo quería agradecerte".
-"¿Agradecerme?, ¿Por qué?"
-"Por todo lo que has hecho. Hyoga tenía razón eres una pieza muy importante y necesaria para este reino. Desde las negociaciones, hasta el cuidado de Mirai, sé que yo podía haber hecho el esfuerzo de encargarme de esas cosas y aún así permití que tú hicieras todo el trabajo. Gracias por todo Gen".
-"Tsukasa-sama, no tiene porqué darme las gracias. Yo estoy aquí para servirle..."
-"No Gen-el castaño tomo la mano de Gen entre las suyas-. Quiero que dejes de pensar en eso, yo no soy tu dueño. No importa lo que hayas vivido en el pasado o de donde vengas, ahora eres libre".
-"Tsukasa-sama..."
-"Yo aborrezco la idea de tener la vida de alguien más a mi disposición solo por qué sea más débil que yo. No creo que un mundo así este bien, por eso estoy intentando crear uno nuevo, uno donde todos seamos libres y podamos gozar de este paraíso inmaculado. ¿Qué piensas de ello Gen?"
-"Emmm, bueno yo..."
-"Hagamos un nuevo mundo juntos"-le apretó con suavidad la mano.
"Por la forma en la que Tsukasa le había dicho esas palabras Gen supo de inmediato que el emperador tenía sentimientos de amor hacia él. Tsukasa se había enamorado genuinamente, sin que hubiera hecho un esfuerzo por conseguirlo antes. Y lo peor, es que no tenía ni idea de cómo tratar esos sentimientos sin que le interesará lo beneficioso que podría resultarle".
-"Suena maravilloso Tsukasa-sama..."-Gen llevó ahora sus manos entrelazadas hacia su mejilla y la acaricio dulcemente.
Tsukasa sonrió por el gesto-"Simplemente llámame Tsukasa, Gen".
-"Ah, pero no puedo hacer eso...Me siento extraño si no añado algo, ¿Qué tal Tsukasa-chan entonces?"
Ahora soltó una ligera risilla-"Muy bien, como tú lo prefieras. No quiero obligarte a nada, Gen quiero que entiendas esto, eres libre de ir a dónde tú lo desees y hacer lo que sea tu voluntad, no voy a detenerte. Pero si decides quedarte a mi lado, te prometo el mejor refugio que podrías desear".
Gen le miró fijamente-"No pienso irme Tsukasa-chan..."
Le reveló, avivando aquel coqueteo. Aunque era verdad, no tenía otro lugar a donde ir, por lo que sería realmente muy tonto de su parte, si decidiera perder la oportunidad que Tsukasa le estaba ofreciendo.
-"Bien, eso me hace muy feliz".
-"Aunque-añadió-sí quiero que me permitas servirte en lo más que pueda. Sé que estás cansado y que te sientes culpable por dejar a Mirai sola, intentando lidiar con la carga sobre tus hombros. Te sientes sólo, al igual que esta luna y que yo, ¿No es así?"
Tsukasa demoró en responder y cuando lo hizo simplemente susurró:-"Tal parece que sí..."
-"Ambos hemos estado solos durante mucho tiempo, así que...-Gen acercó su rostro al de Tsukasa-¿Por qué no nos hacemos compañía?"-y le robó un beso.
Fue así como Gen logró que el emperador cayera por completo y ahora era más especial para él que un simple amante. Pero, a pesar de las bonitas palabras que Tsukasa le había dicho en su confesión, Gen se dio cuenta rápidamente de que no eran más que eso, solo palabras vacías.
Pues Tsukasa le otorgó la mejor de las habitaciones del palacio, puso un guardia personal a su disposición y poco a poco le iba llenando de lujos. Naturalmente el emperador se esforzaba por reconocer las habilidades de Gen ya que sabía que el chico era amante de los elogios, pero debido a su enamoramiento le brindo tanta importancia que comenzó a retirarlo de las misiones para mantenerlo alejado del peligro.
Y más temprano que tarde, Gen fue degradado de estratega a la niñera de Mirai y compañero de noches de Tsukasa. No era diferente a lo que tenía en el burdel y eso poco a poco mató su esperanza.
No era libre.
Nunca creyó serlo, pero había cometido un gran error...
Salir de esas cuatro paredes que lo confinaban en el jardín provocó que su curiosidad se despertará.
Primero fue el aire fresco, luego fue un gran palacio e inevitable quería más y más. Sus días comenzaron a llenarse de hastío ahora que Tsukasa estaba ocupado tratando los asuntos que no permitió él se involucrara y la puerta del palacio imperial era tan amplia, que el deseo de querer cruzarla le ponía en una encrucijada.
¿Cómo una simple flor como él tenía aspiraciones tan altas? La rutina debió volverle loco.
Sin embargo, no pudo evitar sucumbir ante esa locura. Gen escuchó a uno de los subordinados de Hyoga hablar sobre un pueblo al otro lado del río, decían tener la mira en el, por su buena ubicación geográfica, solo que había un problema, los pueblerinos. Se rumoraba que tenían con ellos extrañas y avanzadas armas, si los atacaban primero sin conocer su carácter, los aliados de Tsukasa podían conocer por primera vez la derrota.
Nadie se lo pidió y asumió la explicación del porqué. Pero ese susurró se coló dentro de su ser, tan profundo que motivado por su curiosidad salió a indagar más de ese pueblo. Regresando con la noticia de no haber obtenido nada de información valiosa al respecto del pueblo y con su curiosidad muchísimo más excitada respecto al chico que acababa de conocer.
No había duda de que se había vuelto loco de remate.
-"Ven aquí Gen"-Tsukasa le extendió los brazos al bicolor.
Y este acepto el gesto, recostado su cabeza sobre el pecho desnudo del castaño. Ese abrazo era un acto recurrente en la pareja una vez que terminaban el acto. Gen sabía que Tsukasa era un hombre dulce, además de que era gentil con él, siempre le gustaba mimarle después.
El emperador jugó con la cabellera bicolor sobre su brazo mientras Gen con las pestañas a medio cerrar se arrullaba con el latir del corazón del otro.
-"Me encanta tu cabello Gen-comentó coqueto, llevándose un par de mechones a la nariz para apreciar su delicioso aroma. Todo de Gen le encantaba-. Nunca lo vayas a cortar..."
Gen sonrió-"Sí tanto te gusta así, no lo haré Tsukasa-chan".
-"Gen lamento haberte dejado solo tanto tiempo, te he estado descuidando".
-"No te preocupes por eso Tsukasa-chan, yo entiendo que estás ocupado, ser un emperador no es fácil-arrugó sus labios con una mueca dudosa-. Sí hay algo en lo que yo pueda ayudar, créeme que..."-buscó la mano de Tsukasa.
-"No es necesario Gen"-el castaño tomó su agarré y dejo un pequeño beso en su dorso.
-"Claro..."-Gen cerró los ojos resignado.
Tsukasa atrajo su cuerpo aún más al suyo y sonrió-"Pero quiero compensarte Gen, por tu ardua labor y el apoyo que siempre me das. Dime ¿Hay algo que desees?, ¿Tus túnicas aún te quedan?, ¿Quieres otro par de zapatos o alguna joya?"-comentó con entusiasmo con el fin de animarle.
Pero eso ya no funcionaba con él. Gen tardo un poco en responder-"En realidad, si hay algo que quiero Tsukasa-chan..."-musitó en voz baja.
-"¿Qué es Gen?"
-"Podrías...-no podía creer lo que estaba a punto de solicitar-¿Hablarme del hombre llamado Senku?"
Tsukasa detuvo sus caricias de golpe y frunció el ceño-"¿Cómo sabes de él Gen?-le cuestionó con algo de rudeza-Fueron Taiju y Yuzuriha, ¿Verdad?"
Gen analizó todo-"No te molestes con ellos por favor Tsukasa-chan. Sabes bien que me gustan mucho las prendas que Yuzuriha-chan confecciona y lo buenas que son mis habilidades de conversación. Simplemente tengo curiosidad, pero, si no quieres decirme, está bien. Me conformo con un poco de comida deliciosa para el desayuno..."-Gen intercalo todo el tiempo los matices de su voz, sabía que Tsukasa era débil ante ese tipo de persuasiones.
El castaño soltó un pesado suspiro-"No puedo negarme sí es algo que tú me estás pidiendo. Está bien Gen-reanudó su contacto-. Senku era una persona que merecía todo mi respeto, estoy seguro de que si las cosas se hubieran desarrollado de otra forma hubiéramos sido muy buenos amigos".
Gen se aseguró de escuchar todo con atención.
-"Él vivía aquí, cerca de una cueva. Me enteré de que no era originario de este lugar, sino que vino aquí con su padre desde otra aldea cuando era niño. Era interesante y muy inteligente, quizá la persona más lista en este mundo. Se hizo notar por sus innovaciones y un día, algunos aldeanos comenzaron a enfermarse, Senku los ayudó, así que yo también le solicité su ayuda".
Gen entonces se percató de quién había sido la persona que le salvó la vida a su pequeña amiga.
-"Senku curó a Mirai y como agradecimiento le invité a aliarse con el imperio. Él se negó primero, pero luego dijo que necesitaba ayuda de más personas para sus inventos y aceptó. Todo iba bien, muchos dentro del palacio ya lo identificaban por qué de vez en cuando recibían su apoyo y esto era recíproco. Pero, sus inventos eran demasiado buenos y rápidamente se convirtió en un problema".
-"¿Cómo sucedió eso Tsukasa-chan?"
-"Bueno, una vez Senku creo un aparato para calmar el frio del invierno. Dijo que solo necesitaba el carboncillo quemado que quedaba como residuo y dejo que los aldeanos se refugiaran libremente cerca de el. Pero, no faltó mucho tiempo para que algunas personas se aprovecharán de ello y comenzarán a cobrar algunas cuotas por su uso".
Tsukasa presionó su dentadura, Gen sabía lo mucho que eso le molestaba.
-"Cuando le informe a Senku de la situación él no quiso hacer nada al respecto, dijo que no le interesaba sí provocaba incluso una pelea".
Y al fin comprendió el porque del quiebre.
-"Traté de hablar con él muchas veces, no podía permitir que la corrupción se sembrará poco a poco en este nuevo mundo que trato de construir. Pero él nunca me escuchó, le solicité fabricará más para el uso de todos y argumento que era mucho esfuerzo y desperdicio, también le pedí que se detuviera y dijo que no pensaba hacerlo, no solo con ese aparato, con muchos más. Llegó el punto en el que me cansé de advertirle y me vi obligado a forzarle".
La amenaza que él había deducido.
-"Accedió entonces a irse del imperio para no generar más discordia, con la condición de no volver a cruzar nuestros caminos, de lo contrario, ya no haría ninguna advertencia".
-"¿Qué pasaría si se volvieran a encontrar?..."-cuestionó temeroso.
-"Yo, sin duda...Lo mataría"-respondió.
Gen tragó saliva, sabía muy bien que Tsukasa lo decía enserio era un hombre que estaría dispuesto a ensuciar sus manos por mantener a salvó sus convicciones.
-"Ese era Senku y es por ello que no me gusta tocar el tema...Lo entiendes, ¿Verdad Gen?"-comentó tratando de tranquilizarse.
Gen fingió dormir. Ya había obtenido la información suficiente, era mejor que no tentara más a la suerte.
Tsukasa le creyó, dejo el tema y se acomodó para él también dormir.
Unas horas después, cuando Tsukasa ya había caído completamente, Gen se escabulló para salir de su habitación sin hacer algún ruido que pudiera despertarle. Una vez se encontró en el pasillo, se apoyo en uno de los pilares del palacio para apreciar aquella luna que tanto le gustaba.
Encontrándose entonces con su guardia personal merodeando la zona sobre la copa de un árbol.
-"Buenas noches Gen".
-"Hola Ukyo-chan"-le dedicó una suave sonrisa.
-"¿Te divertiste en tu pequeño paseo? Tardaste mucho".
-"¡Oh, pero ¿Qué dices?! Sí he estado aquí desde esta mañana, ¿Podría ser que al fin he perfeccionado mis habilidades al punto de engañar a tu gran oído?"-comentó divertido.
Ukyo sonrió-"No estás ni cerca-bajo de la copa hasta llegar al bicolor".
Ukyo era el único amigo que Gen tenía dentro del palacio. Tsukasa lo encomendó como su guardia pues sabía que él era confiable, discreto y gracias a su buen oído, un guardián ideal. Le encomendó la tarea de mantener vigilado a Gen sin invadir su espacio y el chico con sus ya conocidas habilidades se percató de su presencia de inmediato.
Gen no se incómodo, en el barrio rojo también tenía guardias. Así que lo dejo estar y decidió sacarle algo de plática en algunas ocasiones . Supo que Ukyo era muy bueno, uno de los grandes capitanes en los que Tsukasa confiaba por su templanza a la hora de tomar decisiones y que también era una muy noble persona.
Ukyo una vez le dijo a Gen que él era la buena persona y el comentario le retumbó fuerte en el corazón pues sabía que no era cierto. Ukyo le miraba con lastima. No soportaba conocer el pasado trágico de Gen, ni tampoco que la historia se repitiera bajo las manos de quién era su líder.
Pero Gen también reveló los detalles que afligían al chico de buen oído y no se lo permitió, no dejo que le viera de esa forma. Aunque sí se abrió con el, más que con otros y lentamente formaron una bella amistad, de esas en las que ambos se prestaban para consolarse mutuamente.
-"¿Y bien?, ¿Encontraste lo que buscabas? Pasaste la noche afuera".
Gen sonrió de nuevo genuinamente-"Sí lo hice. Conocí a un chico..."
Ukyo sabía del deseo de Gen por salir del palacio, así que se prestó para encubrirlo, solo quería que su amigo sonriera más seguido en lugar de pasarla encerrado en su habitación hasta que llegara una visita nocturna.
-"¿De verdad?"-el vibrar en la voz de Gen le despertó la curiosidad, nunca antes lo había percibido de esa manera.
-"Es muy interesante..."
-"¿Y lo volverás a ver?"-le cuestionó.
Gen lo miró directo a los ojos antes de vacilar-"No lo sé~"
Ukyo hizo una mueca, Gen estaba preocupado y sabía que el culpable era Tsukasa.
-"Sabes que te apoyaré".
-"Sí, sí. ¡Gracias Ukyo-chan!"
Ukyo llevó sus dedos a la frente bajando la boina que cubría su cabeza-"Solo te pido que seas cuidadoso Gen, hay más gente interesada en ti de lo que crees"-señaló a su espalda con la cabeza.
Y Gen cambió su expresión-"Lo tomaré en cuenta..."
-"Adiós Gen"-Ukyo se separó de él con rapidez.
El de cabellera larga soltó un suspiro y comenzó a jugar con sus mechones en la punta de sus dedos.
Tan solo unos segundos después su nombre volvió a ser llamado.
-"Gen".
-"¡Hyoga-chan!-se giró hacia el albino con una gran sonrisa-¡Regresaste!, estuviste a fuera mucho tiempo~"-y besó su mejilla.
Hyoga resopló ante esa muestra-"Sí, desde ayer lo hice".
Gen se tensó ante su semblante-"¿Qué es lo que ha pasado en tu viaje?, ¿Tienes algo que contarme?"-jugueteó con sus dedos sobre su piel.
-"¿Y qué hay de ti Gen? Ayer te busque y no pude encontrarte".
-"Ah eso-rascó su nuca-, solo salí a caminar un poco".
-"Sabes bien que no estás aquí para eso Gen-le habló seriamente-¿Qué ha pasado con Tsukasa?, ¿Qué es lo que ha hecho?"
-"Bueno él, ha estado muy ocupado encerrado en su cuartel y no ha dejado que me acerque lo suficiente para escuchar algo importante".
-"¿Y por qué aún no has hecho algo para cambiar esa situación Gen? Estás tardando en utilizar tus trucos. Creí que ya lo tenías comiendo de la palma de tu mano".
-"Todo a su tiempo querido Hyoga-chan, todo a su tiempo~"
-"¿Estás seguro? Puede que llegué a escapar de tus redes".
-"Puedes estar tranquilo, Tsukasa me ama, no se deshará de mí tan fácilmente, ni de ti claro esta".
-"Estás muy confiado Gen, pero dime ya has tomado alguna medida al respecto de esa nueva chica".
-"¿Uhm?, ¿Qué chica?-Gen se extrañó".
-"Así que ni siquiera has oído hablar de ella-Hyoga sujetó el cabello de Gen pasándolo entre sus dedos-. Es una mujer de cabellos dorados y parlanchina, hace poco se integró al imperio por ser seguidora de los ideales de Tsukasa y se encarga del trabajo de campo, su nombre es Minami".
-"¿Crees que una chica así puede ser un peligro Hyoga-chan?"
-"Solo pienso que deberías de considerarlo Gen, tu eres una flor a la que Tsukasa le encanta mantener en su propio jardín. Ella podría ser su prometida, el emperador necesita una pareja para tener mayor influencia social-Gen contrajo sus pupilas-. Las flores se marchitan rápido Gen, así como tus encantos pueden hacerlo y no quiero ni imaginar que sería lo que llegarías a hacer si eso sucede..."
Con un movimiento rápido Hyoga tiró de la cabellera bicolor con fuerza, haciendo que Gen acercará su rostro lo suficiente a él para presionarle la barbilla. Se quejó ligeramente.
-"No me interesan los pétalos de una flor marchita por más bellos que estos puedan ser, ¿Te quedó claro Gen?"
La respiración de Gen se alteró, Hyoga comenzaba a lastimarle la mandíbula con su fuerte agarre y sentir chocar su aliento contra su mejilla le helaba la sangre.
-"Sí, Hyoga-chan..."-le respondió.
-"Muy bien, entonces concéntrate en él y deja de lado esos pequeños paseos inútiles tuyos"-Hyoga le besó en los labios y luego le liberó.
-"Te informaré cuando sepa algo de importancia"-el chico sobó su barbilla mientras desviaba la mirada del albino.
-"Esa es la flor que me encanta"-Hyoga le mostró una amplia sonrisa.
Para después retirarse dejando a Gen en completa soledad a mitad del pasillo, con algunas lágrimas condensadas en sus ojos, que claro, no permitió que cayeran. No ante la bella luna de esa noche.
Por otra parte, apreciando el mismo paisaje una mirada carmín entristeció, al momento de apagar su pequeña bombilla dentro de su hogar.
-"Supongo que era de esperar, que no fuera a volver hoy..."-Senku susurró para sí mismo, dejando el recipiente con agua carbonatada que había preparado desde temprano a un lado. Antes de cobijarse el cuerpo siendo testigo de la media luna que alumbraba el cielo. Recordando el hermoso rostro de un chico de cabellera bicolor como un último pensamiento antes de comenzar a soñar.
Notes:
Perdonen si he estado bastante desaparecida, sobreviví a exámenes, proyectos universitarios, grabaciones y enfermedades y solo me queda decir, que seguimos aquí. Espero como siempre que les haya gustado el capítulo, gracias por pasar a leerlo, como ven, el drama esta presente en todos los tiempos jsjs. Déjenme su opinión en los comentarios, también pueden apoyarme con un voto o recomendando. Nos vemos en el próximo cap. Bye~
Chapter 7: ¶¶ •LA MEJOR DECISIÓN•
Summary:
En la actualidad, la situación es bastante complicada, pero Gen tiene un plan para asegurar el bienestar de Senku, cosa que para él es la mejor decisión.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
En esta ocasión Senku despertó a la par que su alarma, ya había olvidado incluso el tema que había programado en ella, pues hace tiempo que no despertaba así. Su sueño fue ahora mucho más largo, sin embargo; seguía siendo el mismo. Se despertó con la imagen de ese rostro, aún demasiado vivida en frente, los mismos rasgos de Gen, pero con un largo flequillo dividiendo su cabello en dos tonos, sobre su frente. El dolor le invadía al recordar cada centímetro de su lastimado rostro.
Se regañó a sí mismo por no poder controlase mientras limpiaba las lágrimas que recorrían sus mejillas.
Y luego se puso de pie con dirección al cuarto de baño, quería enjuagar su rostro.
Con la ayuda del agua fría se despabiló un poco, lo suficiente como para adjudicar la insistencia de su inconsciente por qué Gen se colará en su pesadilla al hecho de que había visto al chico hace poco y que encajaba con el perfil de sus sueños por su más reciente trabajo. Recordaba que Gen se encontraba grabando un dorama de época. Verle utilizando esas antiguas vestimentas y peluca falsa era solo un plus para hacerlo encajar en su alocado sueño.
Después de todo, se moría por saber a quién estaba llamando en el.
Su teléfono vibró y cuando terminó de secar su rostro lo desbloqueo para visualizar el mensaje que había recibido. Era por parte de Luna.
La chica le solicitaba ir juntos a la universidad y Senku aceptó.
Tenía que despejar su confundida mente antes de enfrascarse en sus actividades escolares, de lo contrario no estaría en óptimas condiciones al diez mil millones por ciento.
Fue así como la pareja acudió junta a la universidad y una vez ahí, cada quien se dirigió a su respectivo sitio. Luna habló todo el camino, Senku hizo un esfuerzo por escucharla, pasando sus demás pensamientos a segundo plano. Y la chica se vio encantada por ello, por lo que al separarse, plantó un dulce beso en la mejilla de su amado. Senku no reaccionó de ninguna forma a ello, simplemente observó alejarse la silueta de la chica hacia su salón. Recordando entonces que él también debía dirigirse a uno, pues había hablado con un profesor al respecto de un nuevo proyecto del cual necesitaba algunos papeles para su autorización, debía de ir a una sala a recogerlos antes de que sus clases dieran inicio.
Permaneció en una sala asignada a los estudiantes por unos momentos antes de terminar de llenar el formulario, cuando la puerta de la sala se abrió y por ella ingreso nada más y nada menos que Gen.
—Oh.
Ambos chicos musitaron al unísono al percatarse de la presencia del otro. Sus miradas hicieron contacto por escasos segundos antes de que las desviarán a otro situación.
Senku sintió una punzada en la frente, no pudo evitar revolver los rastros de su sueño con la realidad.
Y Gen, simplemente prefirió adentrarse a la sala arrugando sus labios.
—Hola Senku-chan—mencionó cuando le dio la espalda al comenzar a sacar su propio papeleo para llenar—, últimamente nos hemos estado encontrando mucho, ¿No es así?—comentó vacilante.
Senku aligeró sus facciones—Kukuku, no digas cosas tan repulsivas de repente mentalista, me provocas escalofríos—hurgó en su oído mientras observaba la nuca del mayor.
Gen se quedó estático un momento y después volteó a verlo tan rápido como le fue posible. Topándose de nuevo con una mirada, que no le estaba prestando especial atención a él.
Senku hizo una mueca.
Gen tragó saliva e hizo un ademán con las manos—¡Doihi!—replicó sonriendo falsamente, hasta que Senku lo dejo estar.
Tomó asiento frente a él y centro la mirada en sus hojas. Su corazón había pegado un brinquito al ser llamado nuevamente de esa forma por el científico. La pequeña esperanza provocó que sus mejillas se tiñeran sutilmente de carmesí, pero el tener la mirada de Senku sobre él de esa forma le ponía cada vez más nervioso. Por supuesto que no volteó a verlo por tercera ocasión, pero podía sentirlo.
El cerebro del amante de la ciencia seguía insistente en buscar una explicación lógica a la presencia de su compañero en sus malas noches. Pero seguía sin encontrar alguna pista, por más que lo observará, no podía encontrar alguna diferencia notable entre las dos personas, Gen Asagiri y el chico de su sueño, una que lo hiciera desistir.
—Pero...Senku-chan...—Gen pronunció dudoso, aún cabizbajo.
—¿Sí?
—Es algo bueno que nos encontremos, dime, ¿Cómo has estado?—tentó a su suerte y faltó a sus intenciones. Pero necesitaba confirmarlo, confirmar que efectivamente la memoria de Senku había sido capaz de echarlo por completo al olvido.
—¿Mmm? Bien, supongo—Senku percibió con extrañes a la interrogante de Gen, aunque claro, era de suponer que un tipo superficial como él también tuviera su propio modo superficial de actuar—¿Qué hay de ti?, ¿Qué son esos papeles?—se interesó ligeramente en seguir la conversación.
—Oh, esto...es un permiso para retomar las materias que di de baja hace tiempo.
—¿Lo hiciste?
—Sí, hace unos cuatro meses—habló en un volumen más bajo.
—Supongo que ese trabajo en la nueva serie te tiene bastante ocupado, ¿No?—Senku sonrió—Felicidades tú personaje ha tenido un buen recibimiento.
—¿La has visto?
—Por supuesto que no idiota. No soy de ver ese tipo de cosas, pero tengo redes sociales. Y Luna es una gran admiradora tuya.
Gen alzó poco a poco la vista y al toparse con una marca casi invisible de labial rojo marcado en la mejilla del chico, dejó su idea de indagar un poco más de lado—¿Es así?~ Vaya pues me siento halagado por tener una chica tan linda como admiradora, de verdad que tienes mucha suerte Senku-chan—le dedicó una amplía sonrisa.
—Sí...—Senku llevó una de sus manos hacía su nuca y movió su cuello de un lado a otro, se sintió agobiado de repente.
—¿Cómo vas con eso?, la verdad es que nunca creí llegar a ver a Senku-chan en una relación con una chica—acompañó sus palabras con sus conocidas técnicas de conversación—, ¿Estás feliz?
—Bueno...—Senku se puso de pie, había terminado de llenar su formulario—no tengo quejas al respecto. Así que supongo que sí—recogió sus cosas y caminó a la salida.
—Entonces, así esta bien—Gen dibujó una fina sonrisa en su rostro, observando de re ojo como Senku pasaba a su lado.
Pero el científico se detuvo de repente a su costado—Gen...—le llamó.
El mayor giró la cabeza topándose con el rostro de Senku a una considerable corta distancia, él le había tomado aquel mechón largo que colgaba de su flequillo y acercó su frente—¡¿Senku-chan?!—se puso un tanto nervioso.
Mientras Senku lo analizaba con detenimiento. Gen sabía que debía mantener la calma, pero su corazón replicaba al respecto.
—¿Pasa algo?—hizo un esfuerzo por parecer neutral.
—Gen, tú...—Senku entrecerró los ojos.
—¿Sí?
—¿Teñiste tu cabello?—de un momento a otro le cuestionó.
—¿Eh?—claro que la pregunta le extrañó—¿Por qué la pregunta Senku-chan?—tragó saliva.
El científico acarició la punta de sus cabellos entre sus pulgares para detectar su textura—Es pelinegro ahora...—dándose cuenta así de que sus sospechas sobre un tinte eran ciertas. Senku pensó que tal vez esa asociación que su mente producía se debía por el aspecto del Gen actual, solo pretendía asegurarse—¿Pero no había otro color antes?, ¿Por qué lo cambiaste?
—Ah, ¿Qué pasa Senku-chan?—Gen se alejó con un movimiento rápido para no permitir que el otro siguiera tocándole—¿Cuál es tu interés en mi imagen?, no me digas que quieres descubrir los secretos de la celebridad que le gusta a tu chica, Senku-chan no podría actuar así, ¿Verdad?—le molestó un poco.
Senku agrandó su sonrisa—No, ni en un diez mil millones por ciento—y retomó su camino a la salida—. Nos vemos, mentalista—se despidió.
Ahí estaba otra vez.
—Adiós Senku-chan...—pronunció dulcemente.
Luego de que Senku se fuera, Gen refugió su rostro en las palmas de sus manos apoyándose en la mesa. Exhaló frustradamente, frunciendo su ceño, sus mejillas estaban chapeadas y su voz tembló.
—Eres tan injusto...
Su corazón dudando y temblando, a pesar de que su mente se mantenía firme, sus sentimientos seguían negándose a permanecer guardados bajo un candado.
No tardó en reponerse.
No era su estilo flaquear ni siquiera en soledad, ahora más que nunca Senku le había demostrado que tenía razón y que actuar contra corriente no tenía sentido a estas alturas. Ya era demasiado tarde.
Se había comprometido en algo que era una condición necesaria de cumplir. Porque claro, ese es el trabajo de un buen estafador y el era mejor en el campo.
Solo tenía que aprender a lidiar con los detalles insignificantes y los problemas se resolverían por sí solos. O ese era el plan, sin embargo; había otros tantos problemas que él no podía controlar del todo. Uno de ellos cruzó la puerta segundos después.
—Así que aquí estabas, Gen...
El mencionado no dio media vuelta, pero sí le contestó cantarinamente a su amigo—¡Ukyo-chan!, que sorpresa~
El chico cerró la puerta detrás de él y avanzó hasta la mesa.
—No me digas que me has encontrado usando tu oído, sí he hecho mi mejor esfuerzo en ser cauteloso—rió suavemente.
—Esta vez debo de felicitarte, he estado buscándote por toda la escuela, llegué a pensar que faltarías de nuevo, eso y el hecho de que no has contestado ninguna de mis llamadas o mis mensajes—le comentó con algo de molestia mientras apoyaba sus manos en la mesa.
—¿De verdad?, no me había dado cuenta~—Gen silbó evitando el contacto visual en todo momento—. Bueno Ukyo-chan ya me has encontrado, pero lo siento, si no es algo urgente—comenzó a recoger sus papeles con apuro—. Tengo que retirarme, mi manager dijo que llamaría y...
—¡No!
Cuando Gen estuvo a punto de ponerse de pie, su amigo azotó con brusquedad las manos sobre la mesa, tomándolo desprevenido.
—¿Qué pasa Ukyo-chan?, ¿Quién te ha hecho enfadar tanto?—dijo enmarcando una sonrisa que pudiera relajarle—Sí quieres hablar de ello esta bien, pero en este momento de verdad...—se incorporó.
—Esa persona eres tú Gen, no escaparas tan fácil no esta vez—le tomó por la muñeca.
—Ukyo-chan...—intentó soltarse.
Pero el otro se lo impidió—Sé lo que has estado haciendo y quiero que te detengas ahora.
—No sé a qué te refieres Ukyo-chan.
El chico rechinó los dientes—¿A esto te referías cuándo nos pediste que no nos involucráramos?, ¿Esa es tú idea de protegerlo?
Gen agachó la cabeza, a modo que su largo mechón le cubriera el rostro—De verdad no sé de qué hablas Ukyo—Gen insistió en aferrarse.
A Ukyo se le comenzó a volver borrosa la vista por culpa de las lágrimas condensadas—Senku nos dijo que ha estado hablando con su padre—soltó directo.
Gen dio un respingo que su amigo percibió gracias al contacto de su piel, esperó unos segundos y exageró en su hablar.
—¡Por favor Ukyo-chan!, sabes que eso es imposible.
—Imposible sí. A menos de que, alguien tenga la habilidad de imitar a los muertos, ¿O no, Gen?
—Senku tuvo un traumatismo Ukyo-chan, debe de estar confundido. Solo eso—dictó serio.
—Él dijo que ya tenía algunas semanas manteniendo esa comunicación, parece que lo ha olvidado...
—Sí, sí. Así como también olvidó la bicromía de mi cabello hace unos momentos, ¿Qué hay de novedad en eso?
—Gen, ya lo sé todo. Nikki me contó de las clases privadas de entrenamiento vocal que le pediste, además tu voz ha tenido un extrañó tinte rasposo en su color desde hace semanas, parece que has forzado mucho a tu garganta. Sabes que no puedes engañarme—hizo una ligera presión en la muñeca del actor.
La tensión invadió el aire dentro de la sala por segundos eternos. Gen no abrió la boca, Ukyo se armó de valor para seguir hablando.
—El hecho de que Senku haya olvidado lo que ocurrió con su padre es bastante triste, lo sé. Incluso antes de que tuviera el accidente él hablaba de Byakuya con una voz quebradiza, así que entiendo el porqué lo haces. Pero Gen, sí Senku lo llega a descubrir eso...
—¡Si Senku lo descubre eso será lo mejor para todos!—Gen pegó un grito exaltado.
—¿Eh?—Ukyo le soltó lentamente.
—Ukyo-chan...—Gen afinó su garganta—En realidad me tiene sin cuidado ir directamente al infierno por jugar con la muerte como lo estoy haciendo ahora.
—Ese no es el problema Gen. Sí Senku te descubre seguramente terminará odiándote.
—Me odiará, por supuesto que lo hará—soltó una fuerte exhalación—. Pero es un precio que estoy dispuesto a pagar—le dirigió la mirada.
Las orbes de Gen titubearon al tener a su amigo de frente con el rostro cubierto de llanto, sus lágrimas descendieron por sus mejillas como una corriente.
—¿Por qué?...—Ukyo le cuestionó en un hilito de voz. El corazón del chico era bastante noble, estrujarse de preocupación ante las acciones y palabras de su amigo, era algo que no podía soportar—¿Por qué siempre te empeñas en querer ser el malo de la historia Gen?—Gen enmarcó una mueca ante esas palabras—. Luego de que Senku tuviera el accidente, cuando nosotros quisimos hablar con él, tú...—Ukyo titubeó—Tú nos lo impediste. Argumentaste que sería malo para su recuperación el hecho de que nos involucráramos, dijiste que era mejor simplemente dejarlo estar. Incluso cuando comenzó su relación con aquella chica, insististe en que no debíamos hablarle de ti, de ustedes. Y nosotros lo aceptamos por el bien de ambos, pero Gen, tú únicamente has pensado en el bien de Senku o en lo que crees que es correcto para él, todo este tiempo.
—Ukyo-chan...—desvió la mirada—. Creo sinceramente que esto es lo mejor para él, porque, notablemente Senku-chan se ha visto mucho más feliz que cuando era antes.
—¿Qué?
—El Senku-chan de ahora esta mucho más enfocado en sus experimentos, pero sin ser lo bastante obstinado como para volverse a encerrar en un laboratorio con sustancias peligrosas en soledad. Él incluso esta aceptando más salidas con sus amigos sin rechistar al respecto y cuando esta con esa chica de verdad se nota que hace un esfuerzo.
—No digas eso.
—Es la verdad Ukyo-chan...—dibujó una ligera sonrisa en su rostro—, Senku esta construyendo una nueva vida ahora.
—Una nueva vida sin ti, ¿Crees que eso es lo que necesita?
—Senku-chan ya está comenzando a recordar algunas cosas, era algo de esperarse que una mente tan capaz como la suya no se recuperará por completo con el paso del tiempo. Sin embargo, lo que nunca esperamos es que él comenzará de nuevo. ¿Qué crees que pasaría si Senku recordara todo y se diera cuenta de que todo lo que ha estado viviendo en estos meses solo ha sido una mentira, producto de un trágico accidente?
—Gen...
—Claro, no habría muchas discrepancias, pero sigo siendo un factor importante en su pasado. No necesita tenerme rondando su nuevo futuro. Así que pensé que esto se puede solucionar muy fácilmente. Si Senku-chan comienza a odiarme ya no habrá necesidad de tenerme en sus pensamientos cuando se recuperé, él puede seguir siendo feliz con su novia, con ustedes o con cualquier persona más, es la solución perfecta~—silbó.
—¿Qué hay de perfecto en eso Gen?, solo estás aplicando otro de tus trucos, uno bastante cruel en contra de ti, ¿De verdad piensas que esta bien?
—Ya lo has dicho, solo es un truco más.
Ukyo limpió los rastros de las lágrimas en el rabillo de sus ojos intentando calmar su respiración—Sí crees que esta vez dejaremos las cosas como están te equivocas Gen. No pienso permitir que te lastimes por Senku de esa forma—le confrontó siendo firme.
—Eso sí que será un problema Ukyo-chan~—Gen canturreó acortando la distancia que su amigo mantenía tras su revelación—, estás viendo esto como algo demasiado grande y elaborado. No tienes que preocuparte, en verdad. Si ya te lo he dicho antes, de cualquier forma Senku quería terminar nuestra relación antes de que todo pasará, no veo como ser simplemente unos conocidos ahora podría afectarme. Estaré perfectamente bien—le mostró la dentadura.
—Odio las mentiras Gen, y lo peor es que tú eres todo un experto en ello.
Gen enserio su rostro y su mirada se convirtió en una bastante hostil con algunas milésimas de segundos—Bien, entonces déjame decirte algo Ukyo-chan—le tomó por el hombro—, ya es demasiado tarde para que intentes hacer algo. Ahora solo hay dos opciones, la primera es que guardes el secreto hasta esperar que Senku recupere sus recuerdos y entonces todo suceda según mi plan, o la segunda es que—y susurró cerca de su oído—, vayas ahora mismo a contarle todo a Senku. Esto claro, si es que quieres generarle un trauma por hacer que recuerde todo de golpe, en cualquiera de las dos opciones, obtengo el mismo resultado.
El cuerpo de Ukyo tembló, Gen estaba jugando con él como si otro de sus clientes o fanáticos se tratará, no como su amigo, y realmente lo hacía muy bien.
—Recuerda que hago todo esto por Senku-chan—se separó de él y camino rumbo a la salida—, espero tomes la mejor decisión Ukyo-chan...
Su amigo presionó sus puños con fuerza ante la frustración, de nueva cuenta, se vio incapaz de hacer algo—¿Y cuándo lo harás tú, Gen?—solo pudo musitar.
El pelinegro frenó su andar un momento y luego de ello salió con velocidad de aquella sala. Cruzó el pasillo con un paso apresurado, cubriendo su rostro con las mangas largas de su suéter, siendo bastante descuidado, pues no pudo evitar chocar con alguien durante su escape.
—Oh, lo siento.
—Ah, yo...—volteó hacía la persona con la que había chocado y se percató de su identidad. Era Tsukasa, una más de esas personas que le representaban un conflicto ahora mismo. Por lo que continuó su huir—, perdón—se disculpó él también y avanzó desviando su dirección ligeramente.
—¡Gen, espera!—Tsukasa le habló para detenerle—¿Estás bien?—cuestionó al haber notado su rostro lloroso. Pero no tuvo éxito, simplemente fue ignorado. Solo enmarcó una mueca.
Ukyo, quien permaneció en la sala después de aquel intercambio con su amigo, tomó asiento, recargando su cabeza sobre las palmas de sus manos, estaba exhausto. Debía de haber imaginado o sospechado si quiera algo antes, tal vez así hubiera tenido una verdadera oportunidad de detener a Gen con sus tontos planes, no podía asimilar lo idiota que su amigo podía ser y lo débil que él mismo era. No sabía como era posible que un plan tan despiadado pudo escapar de su buen oído para pasar desapercibido, aunque claro era mentira, sin duda lo sabía. Sabía que Gen había sellado sus labios desde aquel fatídico día.
Gen no solo había incumplido un importante contrato, se había dado de baja de algunas materias e incluso dejó de comer por horas para estar al lado de Senku en todo momento mientras este se encontraba postrado a la cama luego de su accidente. Ukyo lo sabía, pues él estuvo ahí la mayor parte de veces que pudo, atendiendo a la celebridad que se desvivía por aferrarse a la pequeña esperanza de que su amado científico abriera los ojos y todo volviera a la normalidad. Sabía que incluso Gen podría dar mucho más por Senku si se lo proponía, porque verdaderamente lo amaba.
Ukyo era su mejor amigo y uno de los pocos que en realidad tenía. Gen siempre había sido un chico solitario, alguien tan amado por todos sus fans pero tan lejano por quienes le rodeaban. Tsukasa fue quien los unió, así como sucedió con Senku. El castaño argumentó en su presentación que él y Gen compartían intereses y puntos de vista respecto a las relaciones sociales que mantenían con los demás, después de todo, ambos eran personajes recurrentes en shows televisivos, donde entretenían al público con una fachada a cambio de dinero, ciertamente tenían razones para congeniar.
Ukyo en cambio no supo el porqué se animó a dirigirle la palabra, ni porqué su relación se desenvolvió de una forma tan orgánica. Solo sabía que Gen Asagiri estaba solo. Su conexión con él, con Tsukasa, con los demás, fue espontanea, con unos más y con otros menos real. Pues Gen solía utilizar el recurso que las máscaras le ofrecían. Así fue con todos, excepto con Senku.
Bastaba con prestar atención en el vibrato de la voz de ambos chicos cuando convivían juntos para saber que su conexión era más especial que la de un par de simples amigos. Aunque Gen no entendía ni media palabra de las explicaciones rebuscadas que el científico le ofrecía en cada nuevo experimento o idea que se le cruzara por la mente, la sonrisa que enmarcaba al oírlo era la más genuina que nunca antes le vio.
Si tan solo Senku abriera sus ojos...
Si tan solo despertara como un sueño más y volteara a verle sonriente con alguna otra alocada idea en mente...
Si solo no le hubiera dejado solo...
Si hubiera confiado en él para decirle lo que trataba de hacer en ese laboratorio...
Si tan solo le diera la seguridad de que se encontraba perfectamente bien...
Esos pensamientos daban vueltas una y otra vez por la cabeza del mentalista cuando sostenía la mano de Senku que descansaba sobre la cama, casi podía escucharlos con tan solo ver las ojeras bajo sus ojos. Estaban atormentándole.
Ukyo descubrió en sus visitas al hospital el que fuera el mayo deseo de su mejor amigo. El hecho de que Senku se recuperará, no importaba como, mientras lo hiciera Gen estaría completo, dispuesto a aceptar cualquier cosa.
Por supuesto, nunca imaginó que aquello realmente pudiera pasar, que el pago a cambio de que el deseo de Gen se realizara, sería tan despiadado.
—"¿Quién eres?..."
—"¿Eh?, ¿Cómo Senku-chan?, ¿Acaso tú no..."
Gen dejó caer el termo con café que recién había ordenado, al prestar atención en las facciones de Senku y percatarse de la verdad. Esa persona, que tenía enfrente y acababa de despertar, no era su querido Senku.
—"Yo...¡Agh!...¿Qué es esto?, ¿Qué hago aquí?"
Senku no dejaba de tocar en parche de su frente, la cabeza comenzó a punzarle y todo a su alrededor daba vueltas. Se mostraba genuinamente desconcertado.
—"¿Gen?"—las voces de afuera de la habitación se acercaron cada vez más.
—"¿Qué pasó?"
—"¡Senku, despertaste!"
Fuera del cuarto algunos de los chicos se encontraban, Yuzuriha, Taiju y Kohaku. Ellos habían asistido para relevar a Gen y permitirle que descansará un poco, pero este se había negado. Esperaron un poco más antes de irse para darle el tiempo suficiente a Ukyo de llegar al hospital con la esperanza de que él pudiera convencer de mejor forma a su amigo de que tenía que descansar. Cuando escucharon un ruido metálico dentro de la habitación, este generado por el termo que previamente había caído al suelo.
Al asomarse, se llevaron una grata sorpresa a primera instancia. Senku, su amigo, contra todo pronóstico, había despertado de su coma a tan solo unos días. ¿Cómo no iban a estar felices?
—"¿Uh?"
Pero a ellos también los observó con desconfianza. Supieron que algo raro ocurría cuando vieron la expresión de malestar que Gen había enmarcado.
—"¿S-Senku?..."—la rubia caminó hacía él.
—"¿Senku?, ¿Qué es?... ¡Argh!"—volvió a quejarse.
Sus amigos se impactaron, pues no podían creer la escena. Gen tragó saliva y comenzó a sudar frío.
—"Creo que será mejor informar al doctor de esto"—comentó Yuzuriha saliendo del cuarto.
—"¡Tienes razón!"—Taiju exclamó justo después de ella para seguirla.
—"Espera grandote..."—pero Senku le detuvo.
Todos dirigieron su vista a ellos dos, pues Senku había logrado reconocerle.
—"¡Senku!, ¡Me recuerdas!"—gritó con emoción corriendo con los brazos extendidos hacía su amigo.
—"¿Cómo no iba a hacerlo si gritas así todo el tiempo?"—se quejó mientras trataba que aquel contacto no rozara sus parches.
—"Senku-kun..."—la chica castaña regresó sobre sus pasos hasta el científico.
Este demoró unos segundos en reconocerla. Por lo que Kohaku tomó su lugar en la labor de informar al médico sobre la condición de Senku.
—"Llamaré a una enfermera...—comentó pasando a un lado del bicolor que seguía inmóvil en su misma posición—¿Gen?—la chica se preocupó al instante—Oye Gen..."
—"¿Eres tú Yuzu...riha?"—Senku le contestó.
Su pareja de amigos de la infancia enmarcaron una gran sonrisa, felicitando al chico por su despertar.
—"¿Qué pasa aquí?—Ukyo entró en ese momento, apreciando una feliz escena de reencuentro en el fondo del cuarto del hospital y una angustiante más cercana a la puerta—. Senku abrió los ojos..."—no entendía el porque Gen tenía esa expresión.
—"Ukyo..."—la rubia le llamó cuando lo vio. El chico se acercó y ella dejó a Gen a su cuidado mientras partía en busca de un doctor.
—"Gen, ¿Qué sucede?"—su amigo le cuestionó.
—"¿La que se acaba de ir es Kohaku?—el chico de mirada carmín les cuestionó a sus amigos—, ¿Qué es lo qué esta pasando?, ¿Por qué están aquí?"—seguía aturdido.
—"¡Bien hecho Senku!"—los castaños celebraron.
—"¿Gen?"—Ukyo comenzó a preocuparse cuando la mirada de Gen miró tan fijamente a Senku como una desesperada súplica.
—"¿A quién más puedes reconocer?—sus amigos continuaron probándolo—, ¿A ellos?, ¿Qué hay de ellos?"—señalaron a los chicos de sus espaldas.
Senku cruzó la mirada con ellos, pero no obtuvo ninguna reacción al respecto—"No, a ellos no los conozco..."
Gen dio un respingo que Ukyo descifró de inmediato.
—"¿De verdad Senku?—se preocuparon—¿No recuerdas a Gen?"
Las orbes del mencionado temblaron, el científico lo notó—"¿Gen?—su voz fue escéptica—No, nunca antes lo había visto..."—sentenció con seguridad, parecía estar convencido.
Yuzuriha se llevó las manos al rostro y Taiju abrió la boca con sorpresa. Gen dio un par e pequeños pasos atrás y Ukyo le sostuvo por los hombros para que no perdiera el equilibrio.
—"Gen..."
—"De hecho le pregunté antes quién era, pero no obtuve respuesta—añadió Senku—, habla de una vez, ¿Quién eres?"—Senku fue rudo, más de lo que en esos momentos Gen podía soportar.
—"Yo...—pero abrió la boca, preparando una suave sonrisa en respuesta de la mirada tan fría que estaba recibiendo—Yo no soy nadie~"—resopló.
Dejando a todos desconcertados, incluido Senku—"¿Ah?, ¿Qué significa eso?"
—"Ha despertado"—comentó el doctor que atendía al chico cuando atravesó la puerta del cuarto, acompañado por Kohaku.
El llanto estuvo a punto de traicionarle a Gen a pesar del gran esfuerzo que había hecho. Solo cambio de posición alejándose de Ukyo, ahora con la distracción creada, salió de la habitación primero buscando un poco de aire, sentía sofocarse.
El profesional de la salud se acercó a Senku para examinarle. Todos salieron del lugar para espiar por la ventana. Pero Ukyo, en cuanto vio a Gen ocultarse detrás de un muro decidió acercarse tratando de encontrar las palabras adecuadas para expresarse y no siendo capaz de hacerlo. No cuando a algunos metros de la celebridad, escuchó un llanto desgarrador ser minimizado en todo su esplendor.
Gen había experimentado demasiadas emociones en tan solo un momento y sufrido durante ese tiempo, era natural no poder contenerlo todo mucho más. Ukyo no pudo impedir que se liberará, solo se quedó de pie del otro lado de la pared mientras Gen ocultaba su rostro entre sus rodillas.
Estaba seguro que sí Gen hubiera sabido que ese era el precio que tenía que pagar a cambio de que Senku despertará, lo mejor habría sido esperar un poco más.
Pues era exageradamente costoso, tanto que estaba siendo cobrado hasta la fecha.
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Una melena bicolor se balanceaba suavemente con el ritmo del aire hasta llegar a la cabaña sobre el árbol. Ahí se topo con la espalda de un chico entusiasta que intentaba trasladar inútilmente con sus pocas fuerzas unas cuantas vasijas del suelo.
Sonrió—Hola Senku-chan~—canturreó divertido—¿Necesitas algo de ayuda?
El oji carmín giro la cabeza y enmarcó una sonrisa similar—Miren quien a vuelto, sí que tomaste tu tiempo. Necesito un poco de mano de obra aquí—limpió el sudor de su frente.
—¿Me extrañaste? Que dulce~ Claro que ayudaré, siempre y cuando está vez cumplas tu promesa—comenzó a atar su cabello en una coleta mientras caminaba para aproximarse al otro.
—Ah, sí. Por supuesto—Senku subió a su refugió.
—¿Mmm?—Gen inclinó la cabeza a uno de sus lados observando todo su alrededor con curiosidad.
Senku sí que había hecho un gran trabajo desde la última vez que lo vio. Ahora incluso había una gran rueda girando y girando sobre el río, algo que notó de paso por el canal, tenía que ser obra de aquel hombre.
Gen terminó de atarse el cabello cuando Senku se asomó desde la cabaña y le lanzó un recipiente de bambú que pudo hábilmente atrapar entre sus manos.
Sus ojos resplandecieron, lo abrió de inmediato y bebió de el. Llevándose una gran sorpresa—¡Esto está delicioso!—exclamó—Es más dulce y fresco que la última vez, ¿Qué es?—le cuestionó al chico que bajaba de regreso al suelo.
—Es la misma agua carbonatada de probaste antes, pero le agregué un poco de miel y ralladura de limón para hacerla más dulce, supuse que te gustaría más así—le miró feliz.
—¡Me encanta!—Gen de repente se convirtió en un niño pequeño, no había recibido un regalo que le hiciera tan feliz desde hace tiempo.
Senku lo observó y mantuvo su sonrisa—Bueno, tenemos que darnos prisa, hoy hay muchas tareas infernales que realizar—comentó perversamente.
—¡Errible-Tay! Senku-chan, creo que mi trabajo merece incluso unas cuatro botellas más de esto—suspiro.
—Vamos, no te quejes. Sí haces un buen trabajo quizá pueda considerarlo—le ofreció su mano.
Gen hizo una mueca agobiaba—Espero que así sea—y aceptó su agarre.
Notes:
Holi^^/
Espero que estén muy bien :))
Hasta aquí este capítulo, déjenme sus comentarios ^^ Como siempre agradezco sus votos y recomendaciones. También muchas gracias por el apoyo que me han dado, por cierto les comparto que también hago dibujitos en mis redes, pueden encontrarme en Ig como @subl_1817 y en X como:@SuBl_1817, ando planeando hacer un sorteo para festejar la cantidad de seguidores, por lo que si quieren participar les recomiendo estar atentos. Los amu, bye 💗✨
Nos vemos hasta el próximo capítulo.
Chapter 8: ¶¶•INESPERADO•
Summary:
Senku perdió la memoria, ¿Qué debían de hacer ante esa situación?, ¿No es el trabajo de un mentalista brindar una solución? Al menos, eso fue lo que en primera instancia, pensó Gen, sería lo mejor para todos...
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
En cuanto las grabaciones en el set concluyeron, Gen se dirigió directamente a su departamento, rechazando incluso la invitación a cenar que su director y unas cuantas bellas señoritas le habían propuesto para ese viernes por la noche. Estaba cansado, no tenía ánimos para otra cosa que no fuera tumbarse en su cama a contemplar el techo hasta conciliar el sueño.
La pequeña discusión que tuvo con Ukyo esa tarde le había sentado muy mal. Se arrepentía de haberle hablado así a su mejor amigo. Y eso le frustraba.
Aunque supiera que era lo correcto, y que cumplió con su objetivo, pues Ukyo había dejado de llamar o enviar mensajes tras eso. Las únicas llamadas registradas como perdidas en su teléfono eran las provenientes de Tsukasa, quien naturalmente se había preocupado por él luego de verlo así de alterado en el pasillo. Sin embargo, Gen tampoco tenía ánimos para responderle, después de todo Tsukasa era la peor opción de refugio en esta situación.
Las palabras que había pronunciado Ukyo le estrujaban el corazón cada que subía y bajaba su pecho. En medio del tranquilo silencio de su vivienda, su palpitar dolido era lo único que escuchaba.
Revisó su celular y abrió aquella carpeta de fotos que miles de veces se había prometido borrar, pero nunca reunió el valor suficiente para hacerlo.
Fotografías de él y Senku, juntos, en medio de una cita, realizando algún experimento, con los demás, en soledad, incluso fotografías que había logrado captar de su rostro sin que el oji carmín se percatara. Al deslizar el dedo por cada una de ellas la sonrisa en el rostro de la celebridad se incrementaba y sus pestañas comenzaban a titubear. Autoconvenciéndose cada vez más de que soltar aquellos recuerdos era lo mejor.
Sí, Senku ya le había demostrado sus intenciones de ponerle fin a su relación antes, así que ¿Para que seguir aferrándose?
Había ocurrido algunos días antes de que el accidente sucediera.
—"Ah, lo siento Senku-chan llegué tarde"—Gen se había adentrado al hogar del científico, exclamando con algo de pena desde la entrada mientras retiraba sus zapatos.
—"Kukuku sí que esa negociación te tomó algo de tiempo mentalista"—el científico, como era de esperar, estaba enfocado en uno de sus experimentos.
—"Creo que estos clientes son los más estrictos con los que me he topado alguna vez. Incluso mi representante está teniendo problemas, el asunto tardará un par de días más".
Senku frunció el ceño—"Entonces aún no has conseguido que te den el papel..."
Gen percibió el ligero cambio en su tono de voz y se acercó a por sus espaldas—"Ya lo he dicho Senku-chan, son muy estrictos—rió—. Pero bueno, ¿Qué te parece si seguimos el plan?, ¿Salimos o te ocupaste en algo nuevo?"—se asomó por sobre su hombro y cuestionó de una forma dulce.
—"Gen—Senku enserio su expresión—, no creo que sea una buena idea que salgamos hoy".
—"¿Mmm?, ¿Por qué Senku-chan?"
Suspiro—"Esa empresa ya te había ofrecido el protagónico a ti, luego algunos rumores comenzaron a circular en internet respecto a que un paparazzi logro captar a la famosa celebridad Gen Asagiri saliendo de un departamento con un chico desconocido y ahora están imponiendo condiciones para que tomes el papel. Es demasiada coincidencia, ¿No lo crees?"
Gen arrugó sus labios—"Vamos, Senku-chan~ ¿En verdad crees que le darían tanta importancia?"—trató de aligerar el ambiente.
—"Tal vez no...—masculló—Pero sé que si te hubieran atrapado saliendo de una famosa actriz o chica atractiva, las grabaciones ya habrían comenzado hace varios días"
—"Senku-chan..."
—"A veces creo que lo mejor sería que termináramos con esto Gen"—sentenció.
El cuerpo de la estrella se tensó—"No estás hablando en serio, ¿Verdad?"—cuestionó dudoso.
Obteniendo un silencio incómodo por respuesta. Al cabo de unos segundos Senku soltó un bostezo mientras estiraba los brazos para ponerse de pie, tomando el equipo científico que tenía a la mano.
—"Como sea, iré a probar el lanzamiento de un nuevo prototipo de cohete, regresaré más tarde"—indicó.
Gen formó un puchero con sus labios—"¿Lo harás tú solo?, ¿Necesitas apoyo?"
—"Bueno—hurgó en su oído pasando a su costado—, Taiju y Yuzuriha ayudarán".
—"Ya veo..."—susurró.
Senku arqueo una ceja—"Lo lamento. Haremos otro plan después, hay algunas latas de refresco de cola en el refrigerador, las compré para ti está tarde. Puedes comenzar a beberlas"—y luego le dedicó al otro una sonrisa gentil.
Gen le devolvió el gesto—"Eres muy considerado Senku-chan"—comentó y en cuanto el científico salió del lugar, fue en busca de una de esas latas, la destapó y se dejó caer exhausto sobre el sofá.
No era la primera vez que Senku hablaba así, el terminar ya no sonaba como un comentario banal, sino a una petición. Gen se sintió desplazado y temeroso, ¿Qué pasaría si Senku se había cansado de él?
Por supuesto que no notaba a lo que verdaderamente el científico quería llegar. El de mechas verdes solo pensaba en que estar junto a Gen podía acabar con la reputación que tanto esfuerzo le costó conseguir, solo por su culpa.
Mientras que Gen también contaba con sus propios deseos e intenciones, a él no le molestaba en absoluto ser descubierto por paparazzis, fans o sus jefes en medio de una cita romántica con aquel chico. Todo lo contrario, si lo pudiera hacer, lo gritaría a los cuatro vientos. Pero no lo hacía porque el científico le merecía un respeto.
Ambos eran unos idiotas que anteponían la felicidad del otro y como les verían los demás, ante la idea de estar juntos
Completos idiotas.
Pero ese tipo de charlas se volvió tan recurrente que ya era un comentario obligado después de morder el pan tostado de las mañanas. Así que Gen definitivamente se convenció de que esa era la intención real de Senku y por ello la adoptó justo después de que se dio cuenta de que Senku no lo podía recordar.
Las noticias fueron mayormente favorables, bueno, por lo menos para algunas partes.
Según el médico, Senku había tenido una recuperación milagrosa, con un poco de ayuda de los medicamentos el dolor en su sien se calmaría en algunos días y su memoria parcialmente volvería. Sin presiones, ya que si intentaban forzarlo probablemente podrían generarle un shock, estado que no sería bueno en absoluto. Tendrían que ser cuidadosos y suaves, solo así Senku recordaría lentamente.
El médico explico también que la razón de esa reacción naturalmente había sido él impacto que el científico sufrió. Su cerebro no sufrió daños pero para acelerar su recuperación se indujo en un estado de autoayuda, desapareciendo algunos detalles que para el chico fueran inútiles.
Es decir, Senku solo olvidó aquello que no le importaba.
—"Le daremos el alta el día de mañana"—fue el último comentario antes de salir de la sala.
Senku dormía y sus amigos oyeron con atención la explicación de quién lo atendía. Yuzuriha acompañó al hombre hasta la puerta de un cuarto a parte que habían ocupado para el informe, luego la puerta se cerró dejando en medio del silencio a todos sus amigos.
Enmarcaban una expresión sumamente seria, estaban aliviados de que Senku se recuperará tan rápido, pero todos discrepaban de aquel diagnóstico. Era imposible que Senku olvidará aquello que no tenía importancia para él, pues si hubiera sido así, nunca habría olvidado a Gen.
El silencio cada vez sofocaba más a los presentes. Ahí ya estaban Chrome, Ryusui y Tsukasa, a pesar de que la última vez no había sido así. Su visita con Senku fue corta, pero el oji carmín los reconoció a todos. Así que ahí estaba Gen, sentado en una esquina intentando asimilar toda la situación. Preguntándose incesantemente ¿Por qué él?
—"¿Qué es lo que vamos a hacer?—Kohaku fue la valiente que decidió alzar la voz—¿Cómo le explicaremos todo a Senku?"
Tsukasa dio una respuesta después de unos segundos—"Senku ya se habrá dado cuenta de que tuvo un accidente por las vendas en su cabeza y amanecer en el hospital. Sin embargo, él no tiene el conocimiento de lo que pasó, podemos usar eso y dejarlo así, como un simple accidente".
—"¿Y cómo explicaremos las alteraciones en el tiempo?"—cuestionó Chrome.
—"Supongo que no hay más remedio que tratar de ignorar sus dudas al respecto"—argumento Ryusui.
—"Tenemos que ser precavidos con Senku-kun"—añadió Yuzuriha.
—"Sí, no queremos provocarle un shock como el médico advirtió".
—"¿Entonces?, ¿Seguiremos como si nada?, ¿Qué sucede con lo que haya olvidado?"
—"Naturalmente Senku recordará a su tiempo".
—"Es cierto, si un hombre es capaz de hacerlo, ese es él".
—"Pero..."
—"Solo actuemos con cautela, si hay algo que Senku no pueda recordar simplemente haremos que interactúe con él hasta que lo haga".
Todos dirigieron su vista de reojo hacia Gen, quien permaneció en completo silencio. Lo normal habría sido suponer que el bicolor sería quien tomara las riendas de la conversación para manipular a todos a llevar a cabo un plan, pero claramente esta vez, el chico no tenía intención o fuerzas para hacerlo.
Taiju fue quien no pudo soportar más la situación y como le era costumbre grito con nobleza lo que pensaba, sin analizar sus palabras a fondo realmente.
—"¡Tranquilo Gen!—le llamó la atención—Haremos que Senku te recuerde, así tengan que pasar todo el día juntos, nosotros nos encargaremos ¡Déjaselo a tus amigos!"
La energía de Taiju al decir eso y la nula que Gen tenía al formar una ligera sonrisa al oírlo, fue algo que todos pudieron notar en un gran contraste.
Gen dejó de cruzar sus piernas y se incorporó—"Gracias Taiju-chan. Creo que apoyo el plan de dejar que las cosas fluyan, así que lo dejaré en sus manos"—caminó hacia la salida.
—"¡Gen!"—Ukyo intentó detenerle. Mientras todos le miraron la espalda angustiados.
Gen amplio su sonrisa—"Tranquilos. El doctor ya ha dicho que Senku olvidó cosas sin importancia, seguramente es como ustedes dicen. Senku-chan recuperará su memoria al diez mil millones por ciento con el paso del tiempo, no hay necesidad de idear conspiraciones para apresurar las cosas. ¿Está bien?"—hizo un ademán con las manos.
—"Gen-kun".
—"¿Qué pretendes decir con eso Gen?"—Tsukasa le reto con la mirada. Él conocía muy bien el tipo de mañas que el mentalista solía usar.
—"Simplemente digo que está bien. No tienen que hacer nada innecesario"—correspondió esa mirada.
—"Estas diciendo que no quieres nuestra intervención, ¿No?"—Tsukasa mencionó con seriedad.
—"¡Ja! Eso es ridículo—la rubia alzó la voz—. El doctor debió de equivocarse, ¿Cómo es posible que no fueras importante para Senku, Gen?"
—"Ah, Kohaku-chan siempre tan intensa—dio media vuelta—. En verdad no deben de preocuparse"—y salió de la sala.
Todos agacharon la mirada, sabían en su interior que algo como que Senku solamente olvidará a Gen no tenía lógica, pero lamentablemente, tampoco podían explicar el por qué. Así como también conocían como Gen solía manejar las cosas a su manera.
Ukyo y Kohaku salieron tras de él, fueron los únicos capaces de perseguirlo. Uno era su confidente, la otra sumamente impulsiva.
—"¡Gen, espera!"—le detuvieron con un grito.
—"Ah, ¿Qué sucede?"—Gen mencionó frenando sus pasos frente al pasillo.
—"No tienes la intención de hacer algo, ¿Verdad?"—Ukyo le recriminó.
—"¡Es una completa tontería, Senku no pudo olvidarte solo por qué si!—replicó la rubia—Él te ama".
Gen miro los ojos de ambos en simultáneo y su expresión de lastima le cayó como un balde de agua fría. Él odiaba eso, no quería que nadie se compareciera de él.
Formó una mueca—"En eso te equivocas Kohaku-chan, la realidad no es tan absurda como tú crees~"—vaciló.
—"¿Eh?"
—"De hecho creo que tengo una explicación bastante lógica ante el hecho de que me haya olvidado—hizo una pequeña pausa—Senku-chan quería terminar con nuestra relación desde hace tiempo"—reveló.
—"¿De qué hablas?"—ambos se extrañaron.
—"Aún no comprendo el porqué, quizá solo se canso de ello~ Así que es lógico pensar que por eso me olvidó, ¿No creen?—formó otra de sus curiosas sonrisas—Senku-chan ya no quería saber nada de mí. Así de fácil".
—"¡Tonterías!"—rechinó los dientes.
—"Si no es así, ¿Puedes darme tú una mejor razón?"—le reto.
—"Yo..."—Kohaku enmudeció.
—"¿Y tú Ukyo-chan?"
—"Gen..."
—"¿Ven? Esa es la razón y ya no hay más que hacer".
—"¿Y estás bien con eso?"
Gen dirigió la mirada al cuarto de Senku, fue capaz de apreciar la punta de sus cabellos por la ventana—"No hay más remedio~"
—"No Gen. Haremos que recuerde".
—"¡Y entonces explicará todo esto!"
Plantearon un plan entusiasta. Pero Gen les cortó las alas.
—"No, eso solo podría resultar contraproducente. Ukyo-chan, Kohaku-chan, les pido que por favor no intervengan en esto. No hagan las cosas más difíciles para Senku"—su tono de voz era bastante sincero.
—"Pero Gen..."
—"Tranquilos, claro que no dejaré las cosas así. Después de todo Senku-chan me preocupa también. Me acercaré a él lentamente y cuando sea oportuno, y sí Senku-chan me recuerda, entonces todo estará bien".
—"¡De verdad que no logro entender a los hombres!"—Kohaku se quejó para después regresar con los demás bastante molesta.
Ukyo permaneció unos cuantos segundos más ahí, viendo fijamente a Gen—"¿Y si no lo hace?..."—preguntó.
Gen borró su sonrisa y se retiró del lugar ignorándole.
Algunos días después de que Gen tuviera el tiempo de asimilar todo, intentó acercarse a Senku. Los demás habían atendido su petición, aunque no estaban del todo acuerdo, no intervinieron.
Con trabajos el científico pudo recordar que Gen era una celebridad. Solo eso.
Y cuando la interacción entre ellos acaparaba más tiempo, fue cuando Luna llegó, arruinando los planes del mentalista, pues ella fue presentada como su nueva novia oficial y Gen de nueva cuenta se alejó. Incluso tiñó su cabello para confundir a la memoria de Senku, como un seguro. Todos quisieron interponerse en la nueva relación de Senku por el bien de Gen, pero ya que hacer que terminara con ella para que saliera de nueva cuenta con el famoso involucraba contarle toda la verdad a Senku de golpe, nadie pudo hacer nada.
Gen bloqueó la pantalla de su teléfono soltando un amargo suspiro.
Ahora solo tenía esperanzas en que Ukyo no fuera a abrir la boca respecto a lo ocurrido y sus planes, de lo contrario tendría otro asunto con el cual lidear.
Los párpados se le volvieron más pesados y estuvo a punto de quedarse dormido, cuando un tono especial llegó a su teléfono anunciando la entrada de una llamada. No tenía la fuerza suficiente para hacerlo, pero aún así hizo su mejor esfuerzo, afinó su garganta y contestó.
—"Hola Senku, ¿Qué pasa hijo, de nuevo no puedes dormir?"
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Gen y Senku comenzaron a volverse cercanos. La flor bicolor había regresado a aquella cabaña en el árbol un par de ocasiones más luego de su primer encuentro.
Para su fortuna, tanto Tsukasa como Hyoga estaban realmente ocupados. El albino había partido de nuevo en busca de dar una exploración a nuevos terrenos, mientras que el primate más fuerte debía liderar su imperio. Así tuvo que ahorrarse varias explicaciones.
Al principio estuvo dudoso, jugar a tener libertad era un pasatiempo peligroso.
En la primera salida provocó que sus dueños Tsukasa y Hyoga, incluso su amigo Ukyo comenzarán un interrogatorio. Era obvio que no tenía libertad, pero extrañamente cuando visitaba al científico y trabajaba a su lado, su ilusión crecía y crecía aún más.
Esta, era otra de esas ocasiones en las que llegaba al pequeño campamento al aire libre del chico de mechas verdes sin previo aviso, para brindarle apoyo con cualquiera que fuera la locura que estuviera construyendo.
Sin embargo, se topó con él antes de llegar a la cabaña.
—¡Oh, Senku-chan!—exclamó al verlo arrodillado sobre el suelo cerca de las raíces de un árbol seco.
—Kukuku, como siempre tan oportuno Gen—añadió.
Gen observó la escena. Era Senku tratando de envolver el tronco de aquel árbol con una especie de manta hecha de paja, lo cual era extraño, pero no lo suficiente como para sorprenderse de forma escandalosa.
—¿Puedo?—preguntó en cuanto el chico lucho por tratar de amarrar la paja y sostenerla al mismo tiempo. Senku asintió. Entonces Gen sostuvo la paja y Senku terminó el nudo para fijarla en su lugar.
—¿Intentas curar un árbol muerto Senku-chan?— Gen comentó.
—Es un árbol de cerezos. No está muerto, no del todo. Solo una de sus raíces comenzó a pudrirse, todavía tiene salvación, solo hay que resguardarlo adecuadamente para que resista el invierno.
—¿Pero ya está muy cerca no es así?
—Tranquilo, estará seguro al diez mil millones por ciento. No comas ansias como un niño pequeño.
Gen formó un puchero con sus labios y luego alzó la mirada hacia las ramas solitarias—Nunca he visto a los cerezos florecer...—le reveló.
—¿De verdad?—Senku se mostró curioso—Creí que el barrio rojo estaba adornado de muchos tipos de flores y árboles que mostrarán gran belleza para aumentar el atractivo y despertar más fácilmente el interés de los clientes—comentó.
—Mmm... Sí, sí que los hay—mordisqueó su labio—. Sin embargo, yo nunca tuve la oportunidad de dar un paseo por ellos, ahí solo exhibían a los novatos. Yo siempre me mantuve entre cuatro paredes—suspiró.
Senku le miró de reojo—Bueno, en ese caso—suspiró—, en la próxima primavera tendrás la oportunidad de apreciarlos al diez mil millones por ciento, te lo aseguro.
Gen enmarcó una ligera sonrisa—Tan confiado como siempre, Senku-chan~—canturreó—¿Los veremos juntos? —comentó coqueto.
Senku también dibujó una en su rostro—Pides demasiado, pero bien...—se puso de pie—Que sea una promesa.
Las orbes de Gen resplandecieron con un pequeño brillo tras eso—Una promesa...—susurró.
—Oye Gen...—el oji carmín se acercó unos pasos al otro, acortando lentamente su distancia—¿Cuántos años estuviste...—No pudo terminar de realizar el cuestionamiento pues se vio interrumpido por un agudo grito.
—¡Senkuuu!
—¿Uh?—ambos chicos giraron la cabeza en dirección de donde provenía aquella voz.
Topándose así con la curiosa imagen de una pequeña cascara de sandía saltarina por la colina, sobre la cabeza de un cuerpo delgado y pequeño, perteneciente a un niño.
—¡Ah, ya estás aquí Suika!—Senku le saludó afablemente.
—¿Eh?, ¿Qué es esto Senku-chan?—claro que Gen se desconcertó.
La pequeña figurita se acercó a ellos con velocidad y Gen pudo comprobar entonces que se trataba de una niña, aparentemente demasiado feliz y con un par de florecillas en una de sus manos, mientras que en la otra llevaba un poco de hilo dorado.
—¡Suika termino su labor científica Senku!—exclamó con una gran sonrisa entregándole aquel hilo al mencionado—Ah, ¿El árbol sí podrá salvarse?—preguntó con entusiasmo.
—Buen trabajo Suika—Senku acarició la máscara de la niña en recompensa por su esfuerzo—. Sí, pronto podrás verlo—le sonrió.
Una pequeña risilla salió de sus labios. Gen la aprecio, tenía un cierto encanto, hasta que la pequeña volteó hacía él y pegó otro saltito.
—¿Tú eres Gen Asagiri?—cuestionó con una voz inocente.
—¡Oh, vaya!—el bicolor se agachó hasta quedar a su altura—No tenía idea de que una pequeña tan encantadora supiera mi nombre~—le mostró una suave sonrisa—. Así es, ¿Cuál es el tuyo?
—Suika, mi nombre es Suika—respondió con la misma energía antes mostrada.
—Mucho gusto Suika—Gen repitió el gesto de acariciar su máscara, notando el destelló del vidrio en esta, por lo que dedujo que la niña padecía de la enfermedad borrosa y que esa cascara de Sandía que llevaba encima era alguna de las extravagantes creaciones de Senku, en una búsqueda por ayudarla. El chico, sin duda, no dejaba de sorprenderlo.
—Senku tenías razón—la niña volteó hacía Senku de nueva cuenta y exclamó—¡Gen es muy bonito!
—¿Eh?—Gen volteó a ver al otro y visualizó como esta desviaba la mirada con un poco de rubor en sus mejillas ante las palabras de la niña. Inevitablemente, el también sonroso. Pero la pequeña mano de Suika tiró de su túnica para llamarle de nuevo la atención, Gen la observó y asintió.
—Toma Gen, te las regalo—sonrió colocando las florecitas que llevaba, ahora en las manos del bicolor.
Gen guardo silencio por unos momentos, apreciando lo que ahora tenía en las manos con una expresión conmovida. Senku le miró de reojo mientras hurgaba en su oído y Suika comenzó a sentirse nerviosa, por lo que sus piernas temblaron y su frente se arrugó.
—¿No te gustaron Gen?—cuestionó temerosa.
Gen aligeró sus facciones—No es eso Suika. Me encantaron, pero...—y comenzó a mover rápidamente sus manos, tanto que la pequeña y Senku dieron un respingo en simultaneó. Cuando se detuvo dejó a la luz dos pequeños arreglos hechos a partir de las mismas flores—Te esforzaste mucho en recogerlas, así que pienso que lo mejor sería compartirlas, ¿Qué dices?—colocó uno de ellos en la hojita que colgaba de la máscara de Suika con delicadeza.
—¡Claro!—dijo con emoción y una vez Gen terminó, ella fue la siguiente en colocar el arreglo sobre la cabellera impar del otro, la ató a su coleta y así juntos lucieron un bonito tocado.
Rieron a la vez. Senku lo vio todo.
—¡Suika, Senku!—un nuevo gritó se escuchó.
—¡Senku, acabo de hacer algo bien malote!—seguido de otro.
Gen se incorporó y observó como una joven rubia y un castaño corrían hacía ellos. Una vez se encontraron frente a frente ellos fueron los primeros en saludar.
—¡Ah!—exclamó la rubia—Así que tú debes de ser el famoso Gen Asagiri—la mirada que les dedicó a ambos chicos fue curiosa.
—¡Que malote, nunca pensé que te conocería Gen!—el chico comentó con energía de sobra.
—Ah, lo siento, pero estoy un poco confundido—Gen volteó hacía Senku mientras rascaba su nuca—¿Quiénes son ellos Senku-chan?, creí que tú y los pueblerinos tenían una mala relación.
—Kukuku, ella es Kohaku y el es Chrome, ya has conocido a Suika, no son habitantes de esta aldea. Gen, ellos pertenecen al reino científico—se jactó.
Notes:
Holi ^^/
Hasta aquí este capítulo, siento que quedó más corto a comparación de los anteriores. Así que me gustaría saber su opinión, ¿Cómo se han sentido al respecto de la extensión de los capítulos? Y también si ¿no los he perdido entre los saltos de tiempo? 👉👈
Como siempre les invito a comentar, votar y recomendar. Recuerden darse una vuelta por mis demás historias SenGen o mis redes de artista, ahí encontrarán más contenido de los novios 💚💜
Nos vemos, hasta el próximo cap~
Chapter 9: "No está solo..."
Summary:
La convivencia entre Senku y Gen de la época pasada genera que su confianza se haga cada vez más fuerte, ahora incluso el inventor le ha mostrado un poco del lado oculto que mantiene con los habitantes de Ishigami y también, algunas de sus intenciones que solo Gen, puede verdaderamente notar. Pero eso, no lo deja satisfecho en absoluto.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
—¿Reino científico?—Gen cuestionó incrédulo.
—Venimos de la Aldea Ishigami—dijo la rubia abrazando a la pequeña niña.
—¡Somos unos cientíceros bien malotes!—Chrome acortó la distancia de golpe.
Gen dio un par de pasos atrás—¿Cientíceros?... Ya veo, así que ellos son tus amigos Senku-chan—le dedicó una sonrisa.
Senku comenzó a andar—Bien, ya se conocen así que dejemos las presentaciones para otro momento, ¡Hay mucho trabajo que hacer!—pronunció con un toque de perversión.
De inmediato todos enmarcaron una expresión de angustia en su rostro.
Fue un día ocupado. A pesar de tener más manos ayudándole, parecía que el trabajo que tenía Senku en mente nunca llegaría a terminar.
Gen además de dar su mejor esfuerzo por no ser una molestia, se dedicó a observar a los amigos de Senku con detenimiento.
Se percató de la gran pasión que Chrome compartía con Senku de las cosas extrañas, invenciones alocadas y gran amor por las piedras raras. Aunque claro, a comparación del primero Chrome era más joven y con muchísima más energía, dispuesta a desperdiciar a cambio de generar aquella hechicería científica como el mismo le llamaba.
De que, la dulce Suika también era un pequeño pilar en su reino, pues estaba dispuesta a ayudar en lo más que pudiera y tenían la curiosidad natural de un niño a su favor.
Y también de que Kohaku era una chica fuerte, ágil y con muchos atributos, su buena vista era parte de ello, además a leguas se notaba que tenía una gran fidelidad a Senku, tomaba su palabra como la ley de un líder. Claro que también fue capaz de observar las distintas ocasiones en las que ella también fijo su mirada en él. Parecía que no le agradaba del todo, pero no podía culparla. Ella era una chica de buen corazón, él solo un engatusador.
Senku no expresó mucho más que las indicaciones de cada trabajo ese día. A Gen le costó trabajo descifrarlo, aunque no demasiado. Con los recientes descubrimientos sobre él que había hecho, su interés había incrementado, estaba bastante seguro de que su teoría era verdad.
Cuando el ocaso llegó, al fin el grupo se tomó un respiro. Senku preparó los alimentos para que todos pudieran saciar su hambre complementándose con algunas de las labores que previamente habían realizado. Todos formaron un circulo al rededor de una fogata y comenzaron a degustar de un platillo llamado ramen de miho, creación del chico de mechas verdes, que extrañamente, al contrario de su aspecto sabía extremadamente bien.
—Mmm...¡Esto es una completa delicia!—exclamó el bicolor.
—Kukuku, ¡Te apuesto diez mil millones de puntos a que nunca habías probado algo igual!
—Tienes razón—Gen relamió su labio—. Aunque mi paladar se acostumbro a consumir alimentos extravagantes, esto es algo sin igual.
Senku le miró fijamente.
—¡¿Verdad que sí?!—Chrome todavía parecía tener todavía bastante energía de sobra por la forma tan veloz en la que consumía el alimento—¡Esta comida es bien malota y deliciosa!
—Es el platillo especial de la Aldea Ishigami—añadió Kohaku terminando también ella de comer.
Gen sonrió al apreciarlos a ambos y luego sus orbes se cruzaron con la mirada carmín de Senku, jugueteó con su cabellera entre sus dedos antes de inclinar su cabeza hacía él con otro tipo de sonrisa. Senku dio un respingo.
—Gen—la pequeña Suika se puso de pie y de nueva cuenta sujetó las prendas de Gen—¿Puedes enseñarme a hacer más de esos arreglos con las flores?—y le hizo una inocente petición.
—Oh, por supuesto que sí Suika-chan—Gen se incorporó—. Hay que recoger unas cuantas flores a la orilla del lago, esas serán perfectas—le comentó para después tomarla de la mano y guiarla al lugar.
Una vez ahí, alumbrados por la luz de la luna comenzaron a jugar juntos. Senku y Kohaku les vieron, mientras Chrome seguía inmerso en su labor de alimentarse. La rubia se aproximo a Senku con una amplia curvatura en sus labios.
—Así que, profesor Senku, ¿Él es quién te ha tenido tan feliz estos últimos días?—le cuestionó con el afán de molestarlo un poco.
—Kukuku, no digas tonterías.
—Y tú no intentes esconder la verdad, no le has quitado la mirada de encima en todo el día.
Senku arrugó sus labios—¿Qué es lo que piensas?
—Bueno, sinceramente es muy diferente a lo que había imaginado según como lo describiste. Aunque aún pienso que es un estafador, no pienso que sea una mala persona.
—Él no es malo, ni bueno. Para ser precisos—añadió.
—Pero esta con Tsukasa, ¿No es así?
—Sí, lo esta.
—¿Qué pasará si ese hombre de pelo largo te encuentra?—afiló su mirada—Senku, ¿Por qué nos hablaste tanto de él? Acaso quieres que...—rozó uno de los cuchillos que tenía atado a su cintura con la punta de sus dedos.
—Oye, calma. No hay necesidad de llegar a eso—Senku hizo que se detuviera.
—Senku, sabes que si me lo pides, yo podría encargarme de él o de cualquiera.
Senku sonrió—Sí claro. Pero te digo que tienes que tranquilizarte, aunque Gen este con Tsukasa estoy al diez mil millones por ciento seguro de que no dirá nada. No es una amenaza, él ha estado ayudando a mejorar el reino científico por voluntad propia.
—¿Por qué estás tan seguro?
—Bueno, digamos que solo sé cuando la mirada de alguien se llena de admiración y curiosidad, quizá sea porque nunca antes vio algo igual pero, las orbes de esa flor están llenas de brillo ahora—bebió un sorbo de agua mientras veía como Suika y Gen comenzaban a armar unas pequeñas coronas con algunas ramitas.
Kohaku aprecio la misma vista tratando de modificar su perspectiva—¿Y entonces?
—¿Mmm?, ¿Entonces qué?—Senku arqueó una ceja.
—¿Es por eso que te interesa tanto?, ¿Por qué quieres mostrarle lo que no ha sido capaz de ver?
Las mejillas de Senku se colorearon de un carmín sutil—Eso...
—¡Senku siempre ha sido así!—Chrome se integró a la conversación siendo ruidoso como le era costumbre—Desde que te conocemos Senku, no has dejado de mostrarnos un mundo totalmente nuevo y malote.
Llamó la atención de Gen quién los observó cuidadosamente mientras hablaban a la lejanía.
—Yo no hago eso. Simplemente hago ciencia—Senku negó con la cabeza.
—Creo que es cierto, pero no me refería precisamente a eso Chrome—Kohaku comentó volviendo a enmarcar una juguetona sonrisa en su rostro—Senku, ¿Tú que piensas de él?
Senku resopló—Ya lo dije, es simple curiosidad.
—¿Eso es todo?
—Y necesito más mano de obra aquí—hurgó en su oído.
—Pero si ya tienes bastante ayuda con todos los de la Aldea Senku, aunque aún no entiendo porque no has querido volver. Estoy seguro de que si se lo pidieras, Gen se uniría al reino científico sin pensarlo—Chrome comentó con inocencia, realmente se había perdido en el intercambio de diálogos.
Entonces la mirada carmín se volvió peculiar—Aunque sé que Gen no haría algo como delatarme ante Tsukasa, tengo muy en claro que sigue estando a su lado. Siempre regresa a ese lugar, creo que el palacio del imperio es el mejor hogar para alguien como él.
Kohaku enserio—¿Y estás bien con eso?
Senku curvó sus labios—Por supuesto, no es como si fuera a llorar o algo así.
—La verdad no puedo imaginarte llorando Senku—Chrome rascó su barbilla intentando formarse una imagen mental de ese hecho.
—Los hombres son bastante complicados—Kohaku suspiro—Pero, al menos estoy más tranquila—Senku le miró extrañado y ella sonrió—cuando te rehusaste a ir a la Aldea y preferiste vivir en soledad en un lugar como este, me preocupe. Ahora, al menos ya no estás solo la mayor parte del tiempo, tienes a Gen.
Senku tragó saliva.
—Es verdad, tú y Gen deberían de ir con nosotros a la Aldea Senku, podrían vivir juntos en el observatorio y así podríamos seguir haciendo más de esa ciencia malota juntos—Chrome le dedicó una sonrisa amplia.
—Gracias por la generosa oferta, pero la rechazo—le contestó al castaño—. Dudo mucho que él también pueda aceptarla—se refirió al bicolor.
—Como sea Senku, no es propio de ti pensar así y darse por vencido tan rápido. Solo no lo dejes, no dejes que se vaya—Kohaku le miró directamente a los ojos.
Senku los cerró antes de desviar la mirada y apreciar como Gen y Suika se acercaban a ellos tarareando una cancioncilla—Ni tampoco es propio de una Leona hablar de ese modo—vaciló.
—¡¿Cómo me dijiste?!—la rubia se puso de pie amenazando al científico con sus gritos.
—¡Oh vaya, tenemos un ambiente muy animado aquí!~—Gen soltó la mano de Suika para que la pequeña corriera libremente hacía sus amigos.
—¡Kohaku mira!—Suika saltó hasta donde la chica estaba y le mostró un collar con flores—Yo lo hice, Gen me enseñó—dijo sonriente.
—Oh, es muy bonito Suika—Kohaku se colocó a su altura y la pequeña dejó el collar en su cuello.
—¡Es un regalo, también hice uno para ti Chrome!—terminó de colocar el collar en Kohaku y procedió a acercarse al castaño.
—Gracias—la rubia sonrió.
—¡Que malote, gracias Suika!
—¡También hay uno para Senku-chan!—Gen amplió una sonrisa y dejó un collar de narcisos sobre la cabellera puntiaguda del chico antes de que pudiera hacer algo para impedirlo, dejándola en ese lugar, pues el collar no pudo resbalar más allá, razón por la cual el bicolor comenzó a reír muy divertido junto con los demás.
—Esto es una pésima idea al diez mil millones por ciento—replicó Senku con un puchero en sus labios.
—¡Gracias Gen, fue divertido!—la pequeña se acercó a él y abrazo su pierna.
Gen sonrió y acarició de nuevo su máscara—No fue nada Suika-chan.
—Bueno, ya es tarde, tenemos que volver a la Aldea Ishigami antes de que oscurezca más. Vamos Suika—la rubia le ofreció su mano a la niña y esta la tomó.
—Sip, nos vemos Senku, adiós Gen—se despidió gentilmente.
—Sí adiós—Senku les sonrió.
—Adiós—Gen movió su mano de un lado a otro.
—Fue un gusto Gen—Chrome comentó.
—Adiós—la rubia les dedicó otra mirada curiosa antes de darles la espalda.
Segundos más tarde Senku y Gen quedaron de nuevo en completa soledad, el primero tomó asiento cerca de la fogata y Gen imitó su acción.
—¿Es en serio? ¿Una corona de narcisos? Kukuku. Desde que escuché de ti supe que tenías malos gustos, pero esto va más allá—Senku le recriminó al bicolor su curioso regalo fijando su mirada en él, esta vez sin la intención de apartarla.
—¡Doihi!—Gen expresó acercando sus manos a la fogata—Aunque yo pienso que de verdad va muy bien contigo Senku-chan—le sonrió.
Senku no agregó nada más, pero si comenzó a acariciar algunos de los pétalos de las flores con la punta de sus dedos. Gen se estiró, exagerando, como siempre, con la intención de liberar un poco de tensión.
—Pero bueno—añadió una vez luciendo recuperado—, te lo tenías muy bien escondido. Nunca pensé que conocería a los nuevos amigos de Senku-chan, me siento muy honrado~
—¿De qué hablas?—movió su cuello de un lado a otro.
—A decir verdad, me hubiera gustado haber sido informado de su existencia antes...—hizo un puchero.
—No era necesario que supieras de ellos, ni siquiera este encuentro lo fue. Te estás quejando igual que siempre florecilla.
—Sí, pero Senku-chan. No está bien querer poner a un negociante en desventaja con un terreno desconocido. Tú nunca me mencionaste a la linda y feroz Kohaku, al explosivo Chrome o a la dulce Suika. Sin embargo ellos; parecían conocerme muy bien, me preguntó que clase de cosas habrá dicho Senku-chan de mí, espero hayan sido buenas~—le guiñó un ojo.
—Sí, claro. Les dije que eras una molestia andante, motivada únicamente por el sabor de una dulce bebida, ¿Fue una descripción adecuada?—le molesto solo un poco.
—Ah~ ¿Qué remedio? Sí esa es la verdad. Yo me muevo según sea mi beneficio Senku-chan, siempre debo de estar con el lado ganador, supongo que fue bueno que les advirtieras—alzó sus manos en señal de rendición.
—Pero no entiendo porqué te quejas, si resolviste la situación muy rápidamente—su cuello trono y por fin pudo adoptar otro tipo de pose—. Ya que no los conocías, decidiste dedicar el día entero a hacerlo ¿No es así?
—Alguien con mi experiencia Senku-chan, debe de ser capaz de leer a los espectadores del espectáculo antes de actuar—amplió la sonrisa—. Parece ser, que en eso no somos tan distintos~
El ceño de Senku se frunció—¿Y bien, qué descubrió el estelar?
Gen inclinó su cabeza y desató lentamente su larga cabellera—Nada que tú no supieras ya. Kohaku es una chica hermosa y joven, pero es una peligrosa peleadora, su vista aguda y gran fuerza lo comprueban, seguramente lleva un arduo entrenamiento detrás. Chrome, es inteligente, pero sobretodo curioso, si tengo que asignarle un puesto sería el de ser tu aprendiz, apuesto a que lo reclutaste después de descubrir su gran afición por las rocas extrañas que compartía contigo. Suika está al cuidado de Kohaku-chan, ella es dulce y a pesar de su edad su espíritu noble la insista a ayudar más de lo necesario, no tengo duda de que sus esfuerzos podrán llegar a ser capaces de igualar a los tuyos en el futuro, por ello le tienes tanta afinidad.
—Que perspicaz...
—Naturalmente~—entrelazó sus manos cubriéndolas con la tela de su túnica—Así que tenemos a un aprendiz, una ayuda fundamental y una guerrera, pero aún hay más, mucho más...
Senku achicó sus ojos para enfocar los labios de Gen.
—Todos los objetos nuevos de vidrio, no es algo que con tu habilidad tan pobre de manufactura pudieras tú hacer querido Senku y no lo digo con la intención de ofender—negó con la cabeza—. Por lo que también hay un artesano que, por alguna razón, no pudo trasladarse a este lugar a ayudar el día de hoy, tal vez por su edad~ —Gen utilizó su habilidad para incrementar la tensión dentro de la atmósfera que él mismo había generado cuando notó algo extraño moverse detrás de la silueta de los árboles que tenía enfrente y a su vez Senku les brindaba la espalda—. Por supuesto debe de haber muchos más guerreros, algún buen negociante que les distribuya materiales y no me sorprendería incluso que tuvieran a alguna clase de sacerdotisa entre ustedes también. Dime Senku-chan, ¿He acertado?—estaba bastante divertido.
Senku suspiro—Y todo eso con solo pasar algunas horas a su lado. Gen, no hay duda de que tienes grandes habilidades en tu repertorio. Eres impresionante...
El bicolor comenzó a sentirse un tanto incómodo—¿Aún lo dudabas Senku-chan?~—volvió a canturrear y entonces frunció el entrecejo—Aunque te equivocas, no fueron a ellos a los únicos que observé, ni tampoco soy alguien tan impresionante—llevó sus mangas hacia arriba a cortando su distancia entre brazos y rostro—, desde mi parecer la Aldea Ishigami es las impresionante de todas, al igual que su líder. ¿No, mi querido Senku?
Entonces el de mechas verdes entendió el por qué el ambiente comenzaba a tensarse con cada segundo que pasaba.
—Senku Ishigami—realizo un énfasis en la mención del apellido—. Tenía el conocimiento de que tú y tu padre no eran originarios de la Aldea que ahora está bajo el mandato de Tsukasa, pero no tenía idea de que fueran los líderes de aquella dónde salieron. "Ishigami"—volvió a reiterar de la misma forma—tú padre debió de ser alguien honorable. No puedo evitar no tener curiosidad al respecto~
—Kukuku, el viejo no era un líder o algo parecido, simplemente era un hombre torpe y gentil. Se ganó el respeto de los aldeanos y por eso decidieron nombrar a la aldea en su honor.
—¿No lo hicieron su líder?
—Se negó. No estaba interesado en ascender y dirigir un trono, así que simplemente se fue.
—A la aldea que ahora ocupa el ejército de Tsukasa.
—Sí.
—Pero tú sigues estando en la línea al frente para ocupar ese puesto, ¿No Senku-chan?
—No seas ridículo, ¿Te parece que soy alguien así? Al contrario de tu jefe Tsukasa, yo solo soy un simple chico apasionado por el descubrimiento de lo desconocido, no estoy interesado en dirigir a los demás o controlarlos.
—Podría refutar el último punto—rió vagamente.
—Además yo no tenía su sangre, no era su hijo legítimo.
—¿Mmm?
—Byakuya dijo que me encontró cuando era niño rondando por la cabaña donde él dormía, dijo que fui un encargo de una persona desconocida y después de algunos días él me dijo su nombre y comenzamos a vivir juntos.
—¿Y luego que sucedió?, ¿Nunca volvieron?—cuestionó inquieto.
Senku notó aquello—No. Nunca me interesó realmente, ya tenía a Byakuya.
Senku lo dijo con total franqueza, Gen no pudo apreciar en su voz ningún mínimo cambio, pero su atención se concentro bastante en él. Ante sus ojos Senku se convertía cada vez más en una persona distinta a su primera impresión formada solo por las palabras de Tsukasa y murmuros de sus vasallos dentro del palacio. Era alguien admirable y debía de decir, que aquel hombre que lo acogió también lo era, aunque la sangre no fuera la que creará su genuina conexión no había duda de la existencia de afecto entre ellos.
El corazón de Gen se sintió confundido ligeramente después de que Senku le contó su origen. Pues él siempre arraigó la sospecha de haber sido abandonado en el barrio rojo cuando solo era un indefenso recién nacido y eso le dolía. No podía mentir al respecto de que muchas veces pensó en el paradero de sus padres, más de las que debió para ser exactos.
Preguntas simples como; ¿Dónde estarían?, ¿Qué les habrá pasado?, ¿Por qué lo abandonaron en ese lugar? Y luego más complejas: ¿Ellos eran libres o también eran esclavos?, ¿Lo querían?, o quizá todo lo contrario y por eso lo vendieron. ¿Cómo habrán sido para que él heredará una belleza así? ¿Estaban conscientes del tipo de lugar que era donde lo dejaron?
Poco a poco su corazón se fragmento, se había formado una grieta imposible de reparar de la cual brotaba odio y tristeza. Al saber que nunca tendría un futuro en libertad, la culpa la dejó caer en sus progenitores. Si no lo hubieran dejado ahí, incluso si no lo hubieran tenido, habría sido mucho mejor. Pues ellos fueron los que sellaron su cruel destino.
Gen inicio muchas conversaciones y formó distintas conexiones para descubrir su paradero, aunque se rendía rápidamente la intención surgía una y otra vez. Si descubría tan solo una oportunidad para reclamarles a la cara todo lo que había sufrido por su culpa pensó que estaría satisfecho. No le importaba ser maldecido por los cielos para no poder conocer nunca lo que era el amor si insultaba a las personas que le dieron la vida, después de todo ellos fueron quienes le negaron ese conocimiento primero.
Pero justo ahora. Frente a frente con Senku, se sintió indefenso y sumamente equivocado.
El chico que tenía enfrente no gozó de su misma suerte, tampoco compartió con él un trágico pasado, pero si un mismo origen. Senku también había sido abandonado, pero él tuvo la fortuna de encontrar a alguien que le protegiera y le amara y además él, había dejado cualquier rencilla atrás. No sé preocupó en querer gritarle a la cara a su pasado, simplemente lo soltó. Quizá esa era la razón de porque era tan impresionante, de por qué había llegado a hacer cosas tan maravillosas y también del porque le dolía tanto hablar de cualquier cosa que involucrará a quien hizo el papel de padre con él.
Gen y Senku tuvieron un pasado diferente según sus circunstancias. Pero Gen no pudo odiarle, no a Senku, por primera vez no culpo a nadie. Simplemente enmarcó una sonrisa.
Aunque él no comprendía ese tipo de amor que el muchacho de mechas verdes había recibido, el lo entendió. Al igual que la gran brecha que los separaba y todo lo que había estado haciendo mal todo ese tiempo.
—Por eso no puedo heredar su título, tampoco es que me interese claro. Ya hay en la aldea dos princesas, solo es cuestión de tiempo para que alguien las despose y obtengan un nuevo líder.
Antes de que Gen pudiera decir algo, Senku continúo hablando. Dibujando una nueva sonrisa.
Las facciones del bicolor se volvieron neutras tratando de calmar el latir de su corazón, temía a qué pudiera salirse de su pecho en algún momento—¿Princesas? Suena interesante, ¿Pero cuanto habrá que esperar para que esa boda suceda?
—Bueno, solo que Chrome se decida.
—¿Chrome?, Él quiere casarse con una de las princesas.
—En realidad todavía no llega tan lejos, pero está enamorado. De la hermana de Kohaku para ser exactos.
—¡¿Qué?!—Gen pegó un grito—¿Kohaku es la otra princesa?—exclamó con sorpresa.
Senku cubrió su oído en respuesta a los gritos de Gen—Sí, ¿Por qué te sorprendes tanto? Es verdad que Kohaku es una leona malhumorada, pero eso no le quita el título.
—¡¿Pusiste a trabajar todo el día en tus experimentos a una princesa?!
—Ellos fueron los que vinieron aquí en primer lugar.
Gen soltó una carcajada—Senku-chan no tienes remedio.
—¿Uhm?—Senku se desconcertó. Estuvo todo el día tratando de leer el rostro del mentalista y cada una de sus intenciones, pero le fue inútil siempre fue impredecible.
Gen controló su risa. Había descubierto muchas cosas interesantes con su visita de ese día, y solo le sirvieron para reafirmar sus pensamientos. Debía de admitir que estaba bastante cómodo, pero su lado observador no podía mantenerse quieto.
La brisa nocturna de esa noche no era tan potente como para calar en los huesos, sin embargo las hojas de los árboles seguían agitadas.
Gen afinó su garganta—Parece ser que, aunque a ti no te importe, tu si les importas a ellos Senku-chan.
El mencionado arqueó una ceja.
—Digo, formar parte de tu reino científico es interesante, hay buena comida y la bebida en especial es mi favorita, pero es un trabajo demasiado demandante. Yo lo hago simplemente para matar al tiempo, pero ellos no comparten esa misma visión, lo hacen con devoción. Por fidelidad a su líder tal vez, ellos te ven así—hizo un ademán con su mano—. Estoy seguro de que todos en esa aldea te tienen la misma estima, si llegarás con ellos el reino científico sería mucho más poderoso.
—Ya te dije que aquello no me interesa—Senku respondió en voz baja.
—Senku-chan, no puedes engañar a un mentiroso. Claro que te preocupas por ellos—Senku alzó una ceja—, sino, ¿Qué otra razón habría para tomarte tantas molestias en tratar de curar un cerezo enfermo? La razón es la sonrisa, no solo la que enmarcaría Suika, sino la de todos ¿Verdad?
Senku enmudeció, no sabía con exactitud que palabras utilizar para responderle a Gen, pues no había nada que refutar.
Gen entonces borró con lentitud la sonrisa juguetona que le había estado mostrando al chico de mechas verdes y se puso de pie—Es por ello, que no puedo concebir una respuesta lógica como las que tú usualmente saber utilizar querido Senku-chan. ¿Por qué si hay sentimientos mutuos y de interés entre la aldea y tú, permaneces en este exilio?
Senku elevó la vista hacia la silueta del mentalista, la noche ya se había apoderado de los alrededores y el resplandor de las llamas de la fogata a penas alcanzaba para iluminarle suavemente. Su cara era mucho más difícil de desvelar así.
—Pero, comprobé que ha sido exactamente por eso que no te has ido de este lugar Senku-chan, por tus sentimientos. Algo que no ha sido acordé a tu personalidad, si debo de agregar—Gen caturreó lo último mientras el científico dio un respingo—Es por tu padre, ¿Cierto?—Gen dejo de moverse.
Senku trago saliva—¿Qué tiene que ver el viejo en esto?—refutó.
—Mmm, no lo sé~—Gen habló con cierto toque de gracia en su labia—. Podría ser que lo extrañas demasiado y por ello volver a ese lugar donde él te acogió sea un tanto desolador, además de que ese lugar claro está que era especial para él y él para los aldeanos, imagino que escuchar el apellido Ishigami siempre que el lugar es mencionado, debe de ser un recordatorio doloroso y constante—Senku agachó la cabeza, Gen lo notó y cuando vio la oportunidad de generar un impulso, la utilizó—. Pero bueno, también podría errar en eso y lo que en realidad deseas es proteger a todos esos aldeanos que tanto estimaron a tu padre de las amenazas que vas cargando en tu espalda. Tsukasa te separó de tus mejores amigos después de todo y si te encuentra ahora, no dudaría en hacer trizas todo usando la fuerza de sus propios puños, claro que no tomarías el riesgo de exponerlos de esa forma. Ya sucedió una vez y puede volver a pasar.
Gen no percibió algún movimiento por parte del menor al terminar de exponer sus razones y entonces solo rogó por qué Senku comprendiera el por qué de sus palabras. Estaba listo para cualquier tipo de reacción posteriormente, pero ahora solo deseaba que Senku entendiera su preocupación.
—¿Y que dices Senku-chan, también fui certero con ello?—volvió a balancear su cuerpo—Pero bueno, solo déjame decirte que no es para tanto.—hizo un ademán con las manos—Deberías de dejar de darle tantas vueltas, eso no va contigo, querido Senku ellos te recibirían con los brazos abiertos sin importar que y seguramente Byakuya-chan desearía eso para ti...
De un momento a otro Senku se incorporó y camino hasta Gen aún sin verle directamente, lo tomó por el hombro, sin aplicar fuerza pero sí denotando su pesadez.
—No creas que lo entiendes...—susurró.
Gen transformó de nueva cuenta su mirada—¿Entender qué?, ¿Lo evidente?—Senku presionó sus dedos sobre la túnica púrpura de Gen—Senku-chan eres un hombre bastante capaz y aún así lo que verdaderamente no entiendo, es cómo te sientes tan temeroso. Ni los aldeanos, ni tus amigos te culparían de algo nunca. Puedes sentirte más tran...
—Kukuku, ¿Y quién demonios siente culpa?—Senku volvió a interrumpirle.
—Byakuya-chan te dejo un refugio al que puedes volver siempre Senku-chan—Gen dijo con seriedad.
—No hables del viejo, tu no lo conociste, ni podrías entenderlo—Senku elevó la mirada cerrando su puño. El resplandeciente carmín que Gen percibió provocó un temblor en las puntas de sus dedos—. El hecho de que tú no tengas otro lugar donde refugiarte, más que en los brazos de tu amado dueño, no significa que yo deba de verme obligado a escabullirme. Soy libre de ir a dónde deseé—Senku soltó un jadeo que reflejó toda la ira que había contenido durante mucho tiempo quizá.
Gen después de analizarlo por unos instantes, desvío la mirada—Claro, lo entiendo—el volumen de su voz se percibía lejano—. Tú si eres libre...—tras susurrar lo último, se soltó del agarre del científico sin mucha dificultad y comenzar a caminar hacia el otro extremo.
Senku abrió la boca con algo de sorpresa por las palabras del mayor y al verlo alejarse de él de esa forma, cayó en cuenta muy tarde de lo rudo que había sido su reclamo.
—¡Gen espera!—se acercó a él, estirando su mano para intentar alcanzarle—Yo no...—sonó afligido.
Él en realidad no tenía ninguna intención de decir eso y mucho menos de hablarse de esa forma.
Pero Gen evitó que le pudiera tomar—Descuida Senku-chan, es la verdad—vaciló mientras giraba la cabeza para verle una última vez—. No es algo en lo que una simple flor deba meterse—formó una curva en sus labios.
—Gen...—Senku arrugó su entrecejo, volvió a intentar tomarle extendiendo su brazo hasta su mejilla.
El chico de mechas verdes rozó muy a penas con la punta de sus yemas la suave piel de su rostro, Gen sintió un pequeño cosquilleo recorrerle y se vio obligado a tragar saliva—Lo siento Senku-chan, no quería alterarte de esa manera, fue grosero. Simplemente olvídalo, ¿Bien?—inclinó su cabeza con tendencia a su hombro derecho—Ya es tarde, creo que lo mejor será que nos alejemos un poco—y de nueva cuenta le brindo la espalda—. Buenas noches Senku-chan.
Senku permaneció con su brazo estirado un par de segundos más, no quería dejar de sentir a Gen, pero después de escucharlo hablar así de él mismo, se vio incapaz de hacer algo para detenerle. Simplemente lo contrajo con lentitud hasta su pecho, mientras agachaba la mirada. Gen continúo su andar hasta adentrarse en el inicio del bosque que fungía como camino para regresar al imperio de Tsukasa. Su corazón le dolió, un malestar se le formó en el estómago y poco a poco invadía su garganta generándole un nudo, pero muy por el contrario, su rostro estaba sereno.
Sabía que tenía que esperar cualquier reacción ante sus sucias jugarretas. Todos esos años encerrado en el burdel le habían entrenado lo suficiente.
"Lo siento Senku-chan"
Repitió para sus adentros.
Y cuando llegó a la primer fila de árboles del lugar, e inclinó su cuerpo asomándose para ver a quien estaba detrás.
—Buenas noches~—utilizó un tono juguetón pero bastante denso.
—¡Ahhh!
El par de niños que se escondían detrás de aquel gran tronco gritaron con sorpresa al verle, pegando un saltito que le resultó bastante divertido de ver a Gen. Este iba a dedicarles un par de palabras más, pero los niños continuaron con su labor de gritar temerosos y huyeron antes de que pudiera separar sus labios si quiera.
—¡Es el hechicero!, ¡A venido por nosotros!
—¡Corre, antes de que nos lance un hechizo!
—Te dije que no teníamos que venir aquí, mamá lo advirtió.
Gen los observó alejarse cubriendo su boca con una de sus palmas para no revelarles su suave risilla—¿Hechicero?, los niños de ahora tienen bastante imaginación~—comentó al aire, antes de apreciar con detenimiento su ruta de escape, la cual se dirigía a la aldea vecina. Entonces afiló sus sentidos una vez más—. Vaya, los aldeanos si que están lo bastante interesados en Senku-chan como para poner a dos pequeños a espiarlo a estás horas. Interesante...—continuó su rumbo.
Dejando atrás la imagen de un joven científico con una amarga pena en el rostro, culpa sobre sus hombros y en sus manos un narciso que se desprendió minutos antes de su corona, al cual acariciaba de la misma gentil forma, como había acariciado la mejilla de la persona que tanto le interesaba.
—Yo no quería decir eso...
Notes:
Holis ^^/
¿Cómo están queridos lectores?, ya había pasado un tiempo. La universidad me esta consumiendo TuT
Por el momento únicamente les hago entrega de este capítulo, que espero, como siempre, que les haya gustado mucho. Y fue un poco más extenso que el anterior, ¿Se sienten cómodos con este tipo de extensiones? Los leo OwO
Nos vemos en el siguiente, agradezco infinitamente su apoyo <3 Recuerden votar, comentar y recomendar.
Les envío vibras positivas~
¡Que Viva el SenGen!
Bye~
Chapter 10: ¶¶•CONOCER Y ACEPTAR•
Summary:
En este capítulo exploramos la historia del surgimiento de amor entre el Senku y Gen de la era moderna.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Al día siguiente, cuando Senku abrió sus ojos incitado por su alarma, sintió como una densa sensación le aprisionaba el pecho. Aún recostado en su cama, sin muchos ánimos de moverse, mientras agarraba la consciencia necesaria para despabilarse, varias imágenes cruzaron por su mente: Una cabellera bicolor. Una sonrisa dulce. Un cielo estrellado. Unas pupilas llenas de ilusión. Unas manos entrelazadas y... a Gen.
No comprendía el significado del porqué visualizaba aquello tan vívidamente, si para él nunca había sucedido.
Él no recordaba alguna vez haber correspondido un agarre de una forma tan dulce, caminado entre los cerezos con compañía o compartir un refresco de esa forma. Sabía que no había manera de que aquello pasase, pues Gen simplemente era un conocido.
Una joven celebridad que acudía casualmente a su mismo instituto, alguien con quién coincidía gracias a sus contactos en común y que para nada estaba relacionado con la ciencia. Así que todos esos escenarios que inventaba su mente debían de ser únicamente para fastidiarle, ¿Verdad?
Su cabeza punzó por primera vez en el día y entonces supo que el resto sería demasiado pesado.
Un remolino de nuevas secuencias le arrasó, todas derivadas del sueño que acababa de tener-aunque a decir verdad, le seguía sonando más a una pesadilla-. Las palabras dichas por esa persona y las que al parecer, él también había pronunciado, le dejaron un mal sabor de boca. Se sentía culpable de haber actuado de esa forma en su sueño, porqué sabía que corría el riesgo de que acabara igual que siempre. Con aquella silueta que divisaba a lo lejos con la misma apariencia que su compañero, manchada de sangre.
Estiró su mano, intentando alcanzar la figura, solo para darse cuenta de que apuntaba a su techo y no había nadie más ahí con él.
Con una suave sonrisa dibujada en su rostro, compadeciéndose de su absurda forma de actuar tan temprano por la mañana, se puso de pie y avanzó hasta tomar sus prendas junto a su característica bata blanca de laboratorio para asistir a su universidad.
Una vez ahí. Se adentro al salón correspondiente a su primer clase, topándose con la vista directa a un corte de cabello irregular teñido de negro. Inmediatamente asoció quien era el dueño y sin pensarlo mucho se acercó a él, ocupando el asiento que estaba disponible a un lado suyo.
Gen, miraba al frente, aunque en realidad gracias a su porte, se podía deducir que verdaderamente no estaba observando algo en especifico, sino que más bien, estaba disperso fijándose en un punto sobre la nada. Tanto, que no se percató de la acción que el estudiante de la facultad ciencias había realizado, hasta que este le dirigió la palabra.
—Hola mentalista—Senku llamó su atención.
El mencionado dio un respingo, girando su vista con rapidez y titubeando en el momento—B-Buenos días Senku-chan...—comentó mostrándole una sonrisa.
Aunque su actuar fue rápido y precavido, Senku pudo notar claramente como las mejillas del otro chico se coloreaban de carmín y que a pesar de esa gentil sonrisa que había dibujado en su rostro, este se encontraba bastante desanimado. Gen tenía ojeras bastante marcadas por debajo de sus ojos y también los tenía empequeñecidos e irritados. Senku pensó que el mentalista debió de haber tenido una noche realmente mala, quizá peor de lo que había sido la suya, si se había atrevido a asistir a la universidad de esa manera, con un aspecto desaliñado, sin ropa o accesorios llamativos o una pizca de maquillaje que le ayudará a componer un poco el aspecto de su rostro. Después de todo, Gen era una celebridad y una persona autoproclamada superficial.
La extrañeza de Senku al verlo fue bastante natural y no se contuvo al momento de preguntar—¿Qué pasa mentalista?, ¿Por qué estás tan desanimado? No es usual en ti.
Gen lo observó fijamente por un instante—Ah, eso...—soltó una pequeña risa nerviosa.
—¿Es el trabajo?
—Sí, sí—aprovecho la oportunidad en cuanto la vio—. Es eso, grabar una serie es bastante agotador Senku-chan—desvió su vista y trato de alejarse un poco, para crear algo de distancia con el chico de mechas verdes.
—¿Es así?
—¡Como no tienes una idea!—chilló.
—Kukuku. Vamos, deja de llorar como un niño pequeño, al final del día tú querías eso, ¿No es así?
—¿Eh?
—Al papel, me refiero—Senku respondió con seguridad. Por alguna razón, tenía bastante presente la plática que él y el mentalista habían intercambiado sobre la nueva propuesta de trabajo que le había llegado. Aunque no podría dar todos los detalles.
Gen suspiro—Ya no estoy tan seguro, han sido bastantes sacrificios...—susurró con el mismo desánimo que mostró inicialmente.
Senku dio una pequeña palmada sobre la espalda de Gen tras escucharlo, fue de un momento a otro, pero el contacto se dio demasiado natural. Senku le miró con sus facciones relajadas y las órbitas de Gen regresaron a verle, con algo de brillo en ellas.
—Estoy seguro de que estarás bien. Después de todo, nadie más que nuestro mentalista puede asumir correctamente ese papel, con esa lengua de plata que tienes...
El corazón de Gen aumento su palpitar, aunque Senku apartó su mano rápidamente de su espalda, la sensación de calidez continuaba sobre su piel. De hecho, fue más como un aferro.
—Errible-tay...—contestó.
Al cabo de unos momentos más, el profesor asignado a su clase ingreso al aula para dar inicio.
—Por cierto Senku-chan—susurró—, ¿Te quedarás aquí?
—Por supuesto, está también es mi clase idiota—respondió usando el mismo volumen en su hablar.
Gen arrugó su frente, su corazón no conseguía calmarse y los nervios aumentaban. Sabía que había sido mala idea volver así como así, el tener a Senku a un lado le dolía.
—Claro—suspiró—, de saber que ibas a estar aquí...—a lo último Senku no le prestó demasiada atención.
Rápidamente el científico se enfocó en la clase con cierto entusiasmo, a pesar de que está fuera una clase de historia y no tenía relación con aquellas sustancias químicas con las que tanto le gustaba jugar. Pero estaba bien, de la historia se pueden desvelar grandes descubrimientos, es por ello que la humanidad ha llegado hasta donde está ahora y a Senku le interesaba demasiado a dónde podría llegar en un futuro, algo fácil de suponer conociendo su incesante deseo por aprender. Era un cerebrito después de todo.
—¿Alguien sabe lo que había en esas ruinas hace muchos años? Bueno, ahí se encontraban antiguos asentamientos de aldeas primitivas que...
El profesor estaba inmerso por su parte exponiendo la clase. Y sus compañeros, aunque no tan interesados como Senku, también centraron sus ideas, pero Gen no se vio capaz de hacerlo. El problema no era solamente que la escuela y él no tenían una buena relación. Tampoco era totalmente Senku el responsable. Lo era el día.
Y es que precisamente ese día tenía que suceder.
Lo notó esa misma mañana, cuando arrancó la hoja del día anterior de su calendario de pared, para dar pasó al nuevo día que llegaba y topándose con una pequeña marca en la esquina del papel, que denotaba la importancia de la ocasión.
Justo hoy, sería cuando Senku y él celebrarían un año de relación, claro, antes de que todo se arruinará.
La noticia le cayó como un balde de agua fría. Se había olvidado incluso de en que momento se había hecho tantas ilusiones como para reservar esa fecha de tal forma. Claro que no había sido con la intención de celebrar su relación cursimente, conociendo a Senku, el chico al percatarse solo daría un simple comentario como: "Ya veo" y Gen estaba bien con eso. A él lo único que lo importaba era tenerlo presente.
Pero ahora la situación había cambiado, Senku ni siquiera daría un comentario banal al respecto y ya no tenía sentido que Gen reservará la fecha con tanta añoranza, pues esa relación ya había terminado.
No lo admitiría en voz alta, pero no pudo contener las lágrimas estando frente al calendario. De no ser por sus múltiples faltas al instituto y el riesgo que corría al sumar una más, sin duda hubiera permanecido todo el día dentro de su cama, envuelto en sus cobijas, sin ánimos de nada. Aún así, hizo el sacrificio de asistir a clase, solo para encontrarse con un Senku que obviamente no tenía conocimiento de lo que significaba la fecha que era y que lo estaba animando y tocando como solía hacerlo cuando todavía salían, todo, sin tener alguna idea al respecto.
Era tan injusto y doloroso.
Se sentía frustrado, más consigo mismo, dado a que su corazón seguía sin poder controlarse.
Mientras el profesor garabateaba un árbol de cerezos sobre el pizarrón, Gen observaba un carril de recuerdos en su mente.
Recuerdos de su primer encuentro con Senku...
Ellos se conocieron gracias a Tsukasa. Nadie podría haber imaginado que una pequeña reunión como esa desencadenaría tanto.
Él y el castaño participaron juntos en un show para un programa de televisión. El estudiante primate más fuerte contra la joven y hábil celebridad especializada en el mentalismo, era un espectáculo bastante peculiar y que sin duda, sus productores apostaban que generaría revuelo, lo suficiente como para aumentar los niveles de audiencia exitosamente. Y vaya que lo lograron.
Todo el mundo quedó fascinado por la actuación de ambos chicos, sorprendidos por su química al momento de desenvolverse. Pero quizá los más sorprendidos habían sido ellos mismos. La verdad, es que los dos se tenían presentes mutuamente como celebridades famosas del medio, solo eso. Hasta verse en persona.
Antes del show habían tenido una curiosa conversación en los camerinos, la cual les hizo ver que ninguno era realmente como aparentaba ante su público, tenían otras cosas más importantes ocupando su mente que comportarse como una estrella caprichosa. Y también, una gran soledad abatiendo sus corazones.
Tsukasa lo percibió cuando el espectáculo finalizo.
Gen Asagiri era un hombre lleno de artimañas que se mostraban al mundo en forma de máscaras para ocultar su sentir e intelecto real. Se movía entre el borde de lo blanco y lo negro, y eso era aterradoramente encantador para él. Inevitablemente, el castaño deseo con toda la sinceridad del mundo, estirar su brazo hasta él y resguardarlo entre el calor de su cuerpo. A pesar de recientemente haberse conocido, Tsukasa comprendió la soledad de Gen tan bien, que pensó que él sería el único capaz de alejarla.
Ingenuamente se enamoró de la forma más pura.
Claro que era natural, después de todo nunca había experimentado lo que era el amor de pareja, o más bien, no se lo había permitido. Todo su cariño y afecto se lo había dedicado a su pequeña hermanita Mirai. Así que solo podía preguntarse: ¿A quién se lo estaba dedicando todo Gen?
Quiso descubrirlo, lo más pronto que le fuera posible. Por eso, invito a Gen a salir precipitadamente y este, contra todo pronóstico, aceptó.
Sus citas comenzaron una semana después de aquel momento que compartieron en televisión. Aunque a decir verdad, no eran nada del otro mundo, simplemente se trataba de ellos dos yendo a comer a algún lugar que sirviera comida rápida-que al parecer era la favorita de Gen- y platicar un poco. Pero las esperanzas de Tsukasa no hacían nada más que crecer, con cada acto considerado que el mentalista tenía hacía su persona.
Realmente llegó a pensar que tenían una conexión especial.
Para Tsukasa, Gen le significo la primer persona en su vida que le permitió abrirse tal y como era, contarle sobre su día a día, solicitar su opinión sobre ciertos negocios o incluso detallarle respecto a sus principios, ideales o sueños, tales cosas no le suponían ningún problema, porque lo estimaba. Y Gen siempre estaba ahí, dispuesto a escucharle.
Al castaño no le extrañó en ningún momento la actitud serena y cuidadosa que el bicolor adoptaba estando a su lado, pues ya estaba bien informado de sus estrategias al momento de interactuar con cualquiera, de hecho, esa parte también le había hecho sentir especial. Gen había adoptado una forma única de tratarle y actuar a su lado, no podía estar más feliz.
Su dicha era tanta que cuando decidió finalmente armarse de valor para solicitarle que se convirtiera en su pareja recurrió a sus amigos más cercanos, quiso integrar a Gen a ellos, pues eran las personas más valiosas en su vida. Y fue así como acudieron a una reunión casual con todos, donde Tsukasa presentaría a Gen como su pareja oficial, ya que estaba completamente convencido de que el otro lo aceptaría gustoso. Gen le había seguido el juego de coqueteo ya por bastante tiempo, como para demostrar lo contrario.
Pero claro, nunca es posible estar cien porciento seguros de algo...
Todos los presentes quedaron fascinados, ya tenían a una celebridad entre ellos y que ahora Gen acompañara a Tsukasa era más que increíble. El bicolor se comportó de la manera más amigable que le fue posible, mostrando una sonrisa tan encantadora como la que solía expresar enfrente de sus fans, pues no quería arruinarles la noche ni a Tsukasa, ni a sus amigos, pero muy en el fondo, sentía que no encajaba. El grupo de recién universitarios desprendía por si mismo su propio encanto, Gen se sentía complacido de verlo, más no digno de poder gozarlo.
Él era solo un extraño.
Lo tenía presente y aunque sabía que si se lo expresaba a Tsukasa este lo alentaría o incluso el grupo mismo le daría una bienvenida más cálida, no se vio capaz de solicitarlo. Gen sabía que Tsukasa lo estimaba y si era sincero, él también lo hacía bastante, pero tener atención de esa forma podía resultar algunas veces demasiado agotador, incluso para un experto en el tema.
Tsukasa llevó a Gen casi de la mano con cada uno de sus amigos, hasta llegar con el último, quien estaba absorto construyendo algún artefacto raro en una de las esquinas sin prestar la suficiente atención a su alrededor, de hecho, para iniciar era un milagro que acudiera a esa reunión, en vez de encerrarse en el laboratorio de ciencias como le era costumbre.
—¡Oh, Senku!—Tsukasa agrando su sonrisa—Él es Senku, Gen—le señaló al mentalista mientras posicionaba una de sus manos sobre su delgado hombro, para incitarle a caminar en su dirección.
—¿Senku?—Gen dio un respingo. Tsukasa ya le había hablado un par de veces sobre él antes, así que comprendía el porque del cambio de faceta en el rostro del castaño al verlo, él lo consideraba casi como su hermano, una amistad muy fuerte. La tensión del cuerpo de Gen se reflejo en sus dedos cuando avanzaron a aquel chico.
La peculiar cabellera fue lo primero que Gen notó-aunque no pudiera defenderse personalmente al respecto-. Sí que el chico era un amante de la ciencia, el llevar una bata de laboratorio encima a una reunión de amigos, lo demostraba. Pero fuera de ello, la imagen preconcebida que Gen había creado en su mente gracias a las anécdotas de Tsukasa se le deshizo por completo.
Al notar la presencia de ambos chicos acercándose, Senku elevó su mirada y también curveo sus labios—Cuánto tiempo sin verte, Tsukasa—y al oírlo hablar lo confirmo. Senku Ishigami rompió todos sus esquemas—¿Y...?—expresó con un pequeño gesto mientras observaba a la otra celebridad de pies a cabeza.
—Él es Gen Asagiri—Tsukasa los presento con entusiasmo, parecía que el encuentro de ambos era de suma importancia para el castaño, presionó ligeramente los hombros de Gen y entonces reaccionó.
—Sí, ese soy yo. Mucho gusto Senku-chan—Gen le extendió la mano, todavía con algo de tensión, pero luchando por imponer la sonrisa de su rostro.
—Claro— Senku comentó al aire mientras desviaba la mirada de vuelta a su trabajo, sin corresponderle el agarre. Gen arrugó la frente con algo de indignación ante tal desaire, sin embargo; Senku continuó—. ¿No quieres sentarte? Te ves agotado, parece que ser el centro de atención es algo pesado, incluso para una celebridad—y le ofreció el asiento vacío frente a él, sin cambiar aún su expresión, a pesar de haber acertado por completo.
—¿Uh?—Gen se sorprendió inevitablemente y es que ese chico lo había leído demasiado fácil. Había olvidado cuando había sido la última vez en la que sus técnicas de engaño habían fracasado con alguien, quizá el pensamiento que había estado rondando su mente desde hace algunos días respecto a darle un nuevo giro a su carrera era correcto, porque verdaderamente sentía que el aburrimiento y la monotonía lo estaban oxidando.
—¿Es así Gen?—Tsukasa quien estaba nervioso momentos antes por la reacción que había tenido su amigo hacia Gen, transito a la preocupación cuando después de ser señalado por Senku, él también pudo denotar algo de cansancio en el rostro del chico al que amaba. Sumado al hecho de su pequeña laguna estando en silencio, algo extremadamente raro para un parlanchín innato cómo él—Adelante, toma asiento—le invitó con un muy ligero empujón, sacándolo de su mente—. Quédate aquí con Senku, te conseguiré un poco del refresco que te gusta. Espera un poco—le sonrió antes de partir para apaciguarlo.
—Ah, sí...te lo agradezco—pronunció aún un tanto desconcertado. Luego dirigió su vista de nueva cuenta al oji carmín, jugueteo con sus propios dedos sobre la mesa mientras le observaba con algo más de detalle a la par que este le ignoraba, ajustando algunas tuercas de su aparato con empeño, luciendo como si fuera un guerrero agotado a punto de perder una batalla de combate cuerpo a cuerpo. Entonces Gen freno para recargar su barbilla en una de sus palmas y le sonrió divertido. —Así que tú eres el famoso Senku-chan, ¿Eh?—exageró su timbre de voz, llevándolo a uno agudo y empalagoso.
—¿Mmm?—Senku le miró de re ojo y un tanto extrañado por su actuar.
—Tsukasa-chan me ha contado mucho sobre ti—su atención seguía fija en él y su interesante construcción.
—¡Vaya!, simplemente no me puedo imaginar lo que el primate más fuerte le ha dicho al mago autor de psicología sobre mí—la ironía sobre su nulo interés en la charla era algo bastante obvio de palpar en el color de sus palabras. Hurgo en su oído con la ayuda de su dedo meñique y siguió enfocado en las tuercas.
Gen soltó una ligera risilla—¿Has leído mis libros Senku-chan?—cuestionó, esta vez con un tono relajado.
—Por supuesto que no idiota, no me interesa ese tipo de información basura—dijo sin ninguna delicadeza o consideración y luego sonrió de la misma forma que el otro.
—¡Doihi!—expresó Gen—Mis trucos de magia no son basura Senku-chan. Aunque tu poco interés en las interacciones sociales y de la psique humana resulta bastante obvio al verte hacer este tipo de cosas en una reunión pública—inclinó hacia adelante su cuerpo para apreciar de mejor forma el trabajo del científico—¿Qué se supone que es?—le cuestionó con curiosidad.
—Es una pieza de uno de mis cohetes.
—¿Eh?—Gen creyó no haber escuchado bien.
—Bueno, para un prototipo—Senku se encogió sobre sus hombros extrañamente avergonzado por ese tipo de reacción, sin entender el por qué.
—Senku-chan debes de estar bromeando, ¿De verdad, estás construyendo un cohete?—el bicolor pregunto con un mayor asombro y siendo un poco más ruidoso.
Senku hizo un gesto por el aumento tan repentino en el volumen de la persona que hasta ahora había permanecido bastante serena y le resto importancia a su bochorno—Es solo un prototipo, ya te lo dije. Además no es el primero que construyo—añadió.
—¡¿Qué?!—Gen se sorprendió aún más. Senku volvió a enmarcar la misma mueca, pero al hacer contacto con la mirada entusiasta de Gen no pudo evitar sonreír—¡Eres increíble Senku-chan!—exclamó.
Algo de color tiñó las mejillas de Senku nuevamente, tras ser halagado de esa forma, ciertamente no era algo a lo que no estuviera acostumbrado, casi siempre recibía comentarios de gran sorpresa ante su increíble capacidad intelectual, pero muy pocas veces venían acompañados de admiración. Y la de Gen, en ese momento, era de la forma más pura—Claro, es natural. No es algo que tus trucos baratos puedan hacer, ¿No es así, mentalista?—intentó burlarse un poco para alejarlo y poderse dar un respiro.
—Puede que sea cierto, pero ¿Sabes algo?—cosa que no funcionó pues Gen acortó mucho más la distancia estirando una de sus manos en dirección a su rostro—, a veces los trucos baratos pueden ser de mucha ayuda, mi querido Senku~
El científico cerró los ojos al tener la sensación térmica de la palma de Gen tan cerca, pasaron unos segundos y los abrió de nuevo, topándose con la palma de Gen frente a él, con unas cuantas tuercas en ella, las mismas que estaba utilizando para la elaboración de su pieza. Volteo a verle, solo para apreciar una gran sonrisa burlona en su rostro, ante la realización de su barato truco de "Detrás de la oreja".
—Oye—enmarcó una mueca.
—¿Verdad que mis trucos son fantásticos?~—Gen soltó una carcajada.
—Sí tienes razón, pueden ser muy útiles, como por ejemplo, puedes empezar a atornillar esas tuercas ahí—señaló al objeto que estaba construyendo con una sonrisa maliciosa en el rostro.
—¿Ah?—Gen borró la suya—¿Quieres que lo haga yo?—se quejó al ser absorbido por el trabajo del científico que recién había conocido.
—¡Por supuesto!, ¿Quién más si no tú?—Senku disfruto su turno para burlarse.
Y así continuaron intercambiando un par de diálogos más mientras trabajaban juntos. Visto desde afuera, solo eran dos chicos felices, dos amigos más. La cuestión es que el primero que los encontró de esa forma fue Tsukasa, cuando regreso con dos vasos de refresco en sus manos. El castaño se sorprendió al verlos convivir de esa forma tan rápido y demasiado natural para su gusto, como si se hubieran conocido ya desde hace mucho. Y más, que Gen se mostrará así ante alguien ajeno—Toma Gen—. Le ofreció al bicolor cuando regresó.
—¡Oh, gracias Tsukasa-chan!—el mentalista le sonrió ampliamente.
Y Tsukasa debía de admitir que fue una sonrisa que le llegó hasta el alma. Era la primera vez que veía una sonrisa tan sincera en el rostro de Gen.
—¡Refresco de cola, mi favorito!—expresó Gen al darle un sorbo a su vaso manteniendo esa misma irradiante sonrisa.
—¿De verdad?—Senku le preguntó.
—¡Sí, es deliciosa!
Arrugó sus labios—Pero esta llena de compuestos basura. Yo tengo una receta mucho más natural para hacer una bebida igual—se jacto.
—¿Eso es posible Senku-chan?
—Al diez mil millones porciento—le confirmo.
Pero lamentablemente, Tsukasa se dio cuenta de que la razón detrás de aquella bella sonrisa que iluminaba el rostro de su amado no era él. Sino que estaba dedicada completamente a Senku.
—¿Y harías un poco para mí Senku-chan?—Gen imploró con un tono dulce para persuadirlo.
—Claro, solo si terminas con esto primero—Senku volvió a darle más trabajo mientras hurgaba en su oído.
—¡Errible-tay!
Tsukasa soltó una risa en un tono bajo, pero que fue perceptible para ambos chicos por la poca distancia entre ellos, quienes dirigieron su vista hacía él.
—¿Tsukasa-chan?—Gen se le aproximó.
Pero el castaño lo evitó poniéndose de pie de inmediato—Lo siento, iré por un poco de comida, ¿Bien?
—¿Estás seguro?
Relajo sus facciones—Sí, ustedes sigan, me alegra que se estén llevando bien.
Senku enarcó una ceja ante el comentario de su amigo.
—Bien~—y Gen retomó una actitud dulce hacia él.
Claro que después de regresar su atención hacia Senku, esto volvió a perderse. El científico le resto importancia y enfocados en su labor continuaron intercambiando vocablos durante toda la noche.
Tsukasa no fue capaz de interrumpirlos una vez más. No regreso con ellos y estos, ni siquiera se inmutaron. Parecía que Gen había olvidado el hecho de que había asistido con él en primer lugar. Acto que, provocó que el castaño desistiera en querer formalizar su relación y todo permaneció tal y como estaba.
En los siguientes días Gen mantuvo una comunicación constante con Tsukasa, nada fuera de lo que el castaño ya había logrado conseguir. Pero entonces, un nuevo encuentro personal se les presento, está vez Gen acudió a las instalaciones de la universidad donde Tsukasa estudiaba. Y nuevamente Senku intervino en su ecuación.
El científico necesitaba la fuerza descomunal del primate más fuerte en su nuevo experimento y al encontrarse casi de imprevisto, no tuvo más remedio que conducir a Gen hacia el laboratorio de ciencias.
—¡Hola Senku-chan!—Gen saludó al mencionado en el primer instante en el que lo notó.
Senku formó una media sonrisa al reconocer su voz y elevó la mirada—Así que aquí estas, mentalista—le recibió.
Gen camino hacia él bailarinamente—¿Me extrañaste? Pero si hace no más de un día nos mensajeamos Senku-chan—reveló para molestarle un poco.
—Ni en un millón porciento—refutó—. No pensé encontrarte alguna vez aquí, definitivamente un laboratorio de ciencias no es tu estilo Gen. Pero, ya que estás aquí, serás de mucha ayuda. Seis manos son mejor que dos—de nuevo deformó su sonrisa en una mueca perversa—. Esto será emocionante.
—¡Errible-Tay!
Tsukasa quien había permanecido distante en el arco de la puerta, contemplando la escena y siendo prácticamente ignorado, terminó por ser él quien avanzará hasta ambos chicos, rompiendo con su atmósfera—¿Ustedes intercambiaron contacto?—cuestiono con una voz seca.
Gen le observó—Ah sí, fue durante la reunión de la otra noche—le respondió mientras rascaba su mejilla.
—¡Bien, manos a la obra! Estás serán sus tareas—Senku se aproximó con las manos llenas de artilugios en su mayoría desconocidos para los contrarios y les repartió labores para sumarlos a su proyecto.
Gen se quejó como un niño pequeño al ser explotado de esa forma, tratando de llegar a un arreglo con Senku a cambio de un par de botellas de refresco. Todo esto mientras la mirada seria de Tsukasa recaía en ellos desde un extremo de la sala.
Esa no fue la única vez, las visitas de Gen al laboratorio se repitieron a tal punto que Tsukasa podía jurar que en su agenda, la otra celebridad ya tenía un espacio designado exclusivamente para pasar tiempo con Senku. Existieron incluso, ocasiones en las que el castaño se topaba con Gen a su lado sin tener conocimiento previo de su visita.
Tsukasa comenzó a sentirse excluido y más aún, su corazón comenzó a sentir celos.
—¿Así que ya te has decidido mentalista?—Senku conversaba con quién ahora parecía ser su mano derecha, sin despegar la vista de su computador.
—Sí Senku-chan, dime ¿Te alegrará verme aquí diario?—mientras en bicolor mezclaba algo de cuya procedencia dudaba, continuo con su misión de irritar al menor.
—Bueno, a este punto ya no es extraño—resopló.
—¿Verdad?~
—¿A qué te refieres Gen?—Tsukasa, quien ya se había jurado a sí mismo no intervenir más en las conversaciones de ese par, no pudo contener su interrogante al escucharlos.
—Ah, bueno. He iniciado mi inscripción a este instituto—le reveló y este abrió los ojos con sorpresa—. Tú sabes Tsukasa-chan que yo estudié en América, sin embargo; no concluí mis estudios por mantener mi carrera en los medios. Es solo que ahora, he decidido cambiar un poco de aires, mantendré mi trabajo claro, pero también quiero terminar mis estudios y ¿Qué mejor lugar que aquí? Así podré venir a ayudar a Senku-chan en todos sus experimentos, ¿No es bueno?—una sonrisa peculiar se dibujo en su rostro.
—¿De verdad?
—¡Que bueno será verte aquí Gen!
—¿No estás feliz Senku?
—Sí, claro.
Taiju, Chrome, Yuzuriha, Kohaku y todos aquellos que se encontraban en el laboratorio ayudando a Senku en sus locuras celebraron la noticia, después de todo, Gen ya era su preciado amigo y estaban seguros de que para Senku, el bicolor era igual de importante.
Pero Tsukasa no pudo alegrarse.
A pesar de saber que ahora estaría más cerca de Gen, se sintió decepcionado al no ser la primer persona en descubrir esa decisión tan importante que ahora tomaría. Si bien, era cierto que él deseaba descubrir a quién era capaz Gen de entregarle todo su cariño, el percatarse de que el mentalista no había conocido nadie todavía que valiera la pena el esfuerzo, hasta su reunión con Senku, le ponía en una posición bastante incomoda, pues nadie más que él había propiciado ese encuentro.
Haber creído que Gen le correspondería solo por ofrecerle una máscara distinta exclusivamente a él, fue un gran error. Pues no se trataba de más que eso, otra máscara, aunque dulce, también falsa. Mientras que, en cambio, cuando se trataba de Senku, Gen ofrecía su apoyo y bella sonrisa sin nada que ocultar, no usaba algún truco barato o estrategia compleja, vaya que ni siquiera creía que algún beneficio oculto propiciara su conexión. Eran sentimientos puros y verdaderos.
Su corazón se rompió en silencio.
Cuando Gen se incorporo a su institución las cosas no cambiaron mucho, es más, los días parecieron alegrarse con su presencia. Y Senku de la misma forma. A pesar de agregar algo de distancia con Gen para darle el espacio debido a su corazón para sanar y aclarar sus sentimientos, Tsukasa volvió a acercarse a él cuando notó que la sonrisa que le ofrecía a Senku comenzó a titubear con duda.
Gen ocultaba perfectamente su nerviosismo y emoción como todo buen mentalista haría, pero lo que no puso ocultar fue el hecho de comenzar a faltar a las reuniones dentro del laboratorio por casi dos semanas. La excusa del trabajo podía funcionar bien en los otros, pero en Tsukasa no, después de todo, él conocía -para bien o para mal- el medio donde ambos se movían. Cierta tarde se toparon en la puerta de la universidad y cuando Gen estuvo a punto de escapar, Tsukasa le invitó a charlar mientras compartían un refresco de cola.
—Así que Gen, ¿Hoy tampoco irás al laboratorio?
El mencionado arrugó la frente—No creo que hoy sea el mejor momento.
—¿Por qué?
—Senku-chan ya tiene suficiente ayuda de su lado, no creo que un mentalista sea muy necesario—rió vagamente.
Y Tsukasa buscó su mirada para fijar la suya en el mismo punto—Eso no es verdad, para Senku tú eres muy necesario, eres como su mano derecha Gen.
—Me pregunto si eso es verdad...—presionó sus labios tras soltar un suspiro.
—Senku no es el tipo de persona que exprese libremente sus sentimientos e intenciones, por más directo o déspota que suela ser al opinar.
—Eso lo sé—Gen curveó suavemente sus comisuras—. No espero que haga algo tan penoso como decir que me necesita o cosas por el estilo, ese chico tiene el cerebro repleto de ciencia, pero eso es lo que me preocupa...¿Qué tal si ni siquiera lo piensa?
Tsukasa analizó a Gen tras ese comentario durante unos cuantos segundos que supusieron insistencia, la cual Gen no pudo soportar más tiempo, así que giró su cabeza al lado contrario y ocultó sus manos por dentro de las largas mangas del suéter que llevaba encima.
—Lo siento Tsukasa-chan, olvida lo que acabo de decir, ni siquiera yo sé porque lo dije—se apresuró a beber lo que quedaba de su refresco con apuro, para librarse lo más pronto posible de esa complicada platica.
El castaño se percató entonces de que Gen estaba experimentando lo mismo que él sintió a su lado, quizá su primer enamoramiento real. Y aunque Gen era mucho más listo, aún no había caído en cuenta de ello, notablemente yendo en contra de su raciocinio, habilidades y lógica. Pero, así era el amor ¿No?
Lo único que el bicolor necesitaba era un empujoncito, el cual estuvo dispuesto a darle.
—Gen—le llamó tomándolo de la muñeca, sin mucha fuerza en realidad. El chico le vio hacia esa dirección, cruzándose entre medio la otra mano del castaño, la cual le ofrecía un pequeño sobre—Toma.
Extrañado, Gen dejo visibles ambas manos y acepto lo que le ofrecía—¿Qué es esto Tsukasa-chan?—recibiendo a cambio un movimiento de su cabeza que le indicaba que lo abriera, acción que acató.
—Estoy bastante seguro de que Senku piensa de la misma forma en ti, pues de lo contrario nunca hubiera congeniado tan bien contigo a pesar de que los dos provienen de vocaciones tan distintas y recién se conocieron—dejo escapar una risa entre sus dientes apreciando la mueca confundida que Gen marcó al ver el contenido del sobre.
—Tsukasa-chan, esto es...—Gen comentó extrayendo un par de boletos con una impresión semejante a un cielo estrellado además de un número de asiento sobre ellos—¿Para una noche en el observatorio?
El primate más fuerte debía de admitir que comenzaba a guardarle cierto resentimiento a Gen al tomar sus acciones como una traición hacia sus sentimientos, pero no pudo negarle ayuda al ser consciente de que él estaba mucho mejor al lado de Senku y rezar por la felicidad de sus dos amigos. Y no se le ocurrió una mejor forma de hacer que confesaran lo que sentían más que ayudarles a encontrarse en la situación perfecta nuevamente, aún si eso involucraba ceder los planes de cita que él había creado para pasar el tiempo con Gen viendo las estrellas, a su amigo científico.
—Habrá un evento especial—relajó sus facciones—al cual puedo apostar que Senku estará emocionado por asistir, estamos hablando de él. Así que si vas y lo invitas aceptara sin pensarlo, ahí podrás preguntarle directamente Gen—le dedicó una última mirada suavizada—, sí de verdad piensa en ti y lo confirmaras.
—Tsuksa-chan, yo no...—intentó devolverle los boletos, pero el castaño interpuso su mano entre ellos.
—Esta bien, Gen.
El rostro del mayor no reflejo nada, pero fue capaz de sentir algo de calidez en sus mejillas y pecho ante el acto considerado de Tsukasa. Solo agacho su cabeza ligeramente y neutralizando sus pupilas a la par que su voz le habló con resignación—Lo siento mucho Tsukasa-chan...
Gen estaba bastante consciente de las intenciones que Tsukasa tenía con él al acercársele desde un principio, pero le permitió hacerlo porque aunque no congeniaba con muchas de sus ideas no percibió malicia en él, sin agregar los beneficios que le supuso el relacionarse con él. Pero si que se sentía realmente culpable al tenerlo prácticamente gritándole a cara que lo amaba y no hacer nada al respecto. Después de alejarse, si Tsukasa lo odiaba estaría bien con eso. Nunca creyó que en respuesta le ofrecería ese tipo de ayuda, lo podía negar, pero la culpa por no poder corresponder sus sentimientos le consumía.
Tsukasa por su parte entendió que Gen estuvo consciente todo ese tiempo de lo que hizo, gracias a esa sincera disculpa. Pero extrañamente, todas las emociones negativas desaparecieron al oírle, como si esa simple oración hubiera sido todo lo que su corazón reclamaba.
Levanto una mano y señaló hasta la facultad de ciencias, obviamente haciendo referencia al laboratorio y más especifico a aquella persona—Ve, Gen—le indicó.
Al rostro de Gen regreso su feliz sonrisa y asintió—Gracias.
Notes:
Holis ^^/
¿Cómo están? Espero que muy bien.
Después de tanto tiempo regresé, no, es que me pasa cada desgracia. Entre los exámenes y la salud ya andaba viendo a San Pedro, pero lo bueno es que sobreviví y regrese con 1% de actitud, 99% de fe.
Me extendí más de lo esperado en esta capítulo, pero espero que haya sido de su agrado ^^
Me gustaría saber si tienen alguna opinión o sugerencia respecto al ritmo de la historia. Como siempre les invito a votar, comentar y recomendar.
Eso es todo por este cap, nos vemos en el siguiente.
Bye~
Chapter 11: ¶¶ • CELOS•
Summary:
Regresando al presente, Senku intenta tener algo más de interacción con Gen incluyéndolo en sus experimentos, pero por desgracia eso es como dejarlo en bandeja de plata.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Gen se hizo del valor suficiente para encarar sus sentimientos gracias a la ayuda que le proporcionó Tsukasa.
Fue hasta donde Senku y controlando sus nervios como todo un experto, le lanzó la invitación para ver juntos las estrellas en el observatorio local. Al científico de mechas verdes le fue imposible no desencajar su rostro ante el recibimiento de tan atrevida e inesperada propuesta por parte del mentalista, pero al escuchar la palabra observatorio salir de sus labios, sus ojos carmín se iluminaron resplandecientes cuál rubí. Lo cual lo llevo a aceptar en nombre de la ciencia, o eso es lo que se aferraba a creer.
Tal y como el primate más fuerte había predicho.
Gen agendo la fecha con emoción y lanzó uno que otro comentario al respecto de la salida y su entusiasmo a lo largo de la semana cuando el científico estaba cerca. Hasta que finalmente se encontró ahí, una tarde de domingo con clima templado, fuera del punto de encuentro que por mensaje ambos chicos habían acordado. Llegó con un poco de antelación y sus piernas no dejaban de temblar tanto que, en algún punto pensó que podría caer sobre sus rodillas y se vio obligado a tragar saliva para mantener la compostura. Sabia que era Senku a la persona que estaba esperando, el mismo que seguramente le ignoraría la mayor parte del recorrido por prestar atención en cambio, a una que otra constelación o fotografía de algún planeta y estaba bien con eso, así era Senku, un chico dedicado a la ciencia por completo. Pero aún así, se presionó por salir de casa presentable, tratando de dejarle una buena impresión al contrario.
Aunque la verdadera impresión se la llevó él, al tener enfrente de un momento a otro, a un Senku Ishigami que desconocía por completo. Con una media coleta sujetando sus, usualmente, rebeldes puntas y una vestimenta, que si bien no era realmente llamativa, le brindaba la suficiente elegancia como para afirmar que el científico se había tomado algunos minutos para reflexionar sobre qué camiseta sería mejor usar antes de salir de casa, cosa que particularmente Gen agradeció hacia sus adentros. Y también era bastante curioso observarlo sin su característica bata de laboratorio con la que cargaba a todos lados.
Sí. Un sonrojo apareció en las mejillas del bicolor al verlo.
—Siento...la...demora...
Pero al escucharle lidear para recobrar el aliento tras una segura caminata apresurada, que represento la actividad física que el científico no había realizado en más de diez meses, Gen pudo encubrirlo con una risa a mediano tono.
—Esta bien Senku-chan, vamos. ¡El espectáculo está por comenzar!—Gen giro en dirección opuesta y señaló. Senku simplemente asintió y lo siguió.
Caminaron a través de los corredores de un jardín rodeado por árboles de cerezo aún en capullo cerrado, pero no podían negar que era un paisaje hermoso.
Hubo uno que particularmente llamó su atención así que a la par se detuvieron para contemplarlo, solo unos segundos más. Y casi como si se hubieran coordinado antes, llevaron una de sus palmas hacia el tronco de aquel árbol maduro. El cual era bastante normal, lucía idéntico a otros, pero no sé sentía de la misma forma, su corteza era ligeramente más rasposa que la madera común para este tipo de árboles florales, aunque claro, solo fue algo que dos genios como ellos pudieron notar, cualquier otro no le hubiera destacado tanto como ellos lo estaban haciendo en ese instante.
Por alguna razón la brisa que corrió por sus espaldas mientras continuaban rozando la madera oscura con la yema de sus dedos les trajo algo de nostalgia.
Giraron sus cabezas hasta verse directamente, conteniendo la respiración por el acto tan solo un momento, mismo en el que sus miradas se encontraron, pero no comentaron nada, ni uno de los dos fue capaz de separar sus labios, era como si un nudo en la garganta se los hubiera impedido. Solo se quedaron ahí, embelesados por el resplandor en sus rubís y obsidianas respectivamente. Y luego de un batir de pestañas en un parpadeó salieron de su trance, con una sensación extraña en su pecho, lo que Gen atribuyó a su enamoramiento y Senku, bueno...en él era más complicado.
Desviaron su vista y aclararon su garganta siguiendo la misma sintonía.
—¿Seguimos?—Senku continuó sus pasos.
—Claro~—y Gen se apresuró a ponerse a su lado.
No comentaron nada al respecto, pero la extrañeza ante la sensación de haber cumplido una promesa que nunca se habían hecho, perseveró en ellos hasta la cena. Dónde un tazón de ramen con pedazos de cerdo fue la celebridad. No era la gran y lujosa cena, pero a ambos chicos con eso les bastaba, sin mencionar que Gen estaba más que contento de poder acompañar su ramen con una botella fría de su refresco favorito y su alegría incremento aún más, cuando Senku solicitó una botella extra para él, compartiéndola con el mentalista en un pequeño brindis, algo que nunca antes había sucedido y ni siquiera esperaba, pero que atesoró.
Al terminar de degustar sus alimentos los chicos partieron a rumbo a la principal atracción. El observatorio.
Un breve recorrido guiado fue lo que recibieron en primera instancia al ingresar, para después ser liberados del guía quien les permitió explotar por su cuenta el área antes de que el show al que tenían el derecho de poder participar gracias a sus boletos comenzara.
Como era de esperar el científico podría no tener la bata encima, pero de su actitud inquieta no podía deshacerse tan fácilmente. Más bien parecía un niño pequeño, al que Gen observaba con una sonrisa dibujada en el rostro y cariño palpable en sus facciones. El mentalista no se limitó a ser el adulto que acompañará a Senku como un padre desinteresado yendo al museo con su hijo. No, claro que no. Después de todo las estrellas también eran hermosas y ver todas esas galaxias y sistemas proyectados en cada una de las paredes del lugar, a pesar de carecer de conocimientos, era algo que no podía evitar apreciar. Aunque claro, para compensar esa parte Senku estaba ahí.
Sin que el otro se lo pidiera, pero tampoco dándole demasiada importancia Senku acortó considerablemente la distancia para explicar en su oído y señalarle con su brazo qué era lo que admiraba en cada estación, como todo un profesor.
Gen había desbloqueado a su guía personal, a lo que se le escapó una risa discreta.
—¿Qué pasa?—Senku enarcó una ceja dirigiéndose a él.
—Siempre es lo mismo, ¿No Senku-chan?
—¿Mmm?
—Tú explicando todo tan lógicamente. A pesar de que hoy no estamos en el laboratorio de la facultad, te esmeras por hacerlo—sacudió sus manos al frente—. No lo tomes a mal, no lo digo de mala manera. Es solo que me parece increíble ver cómo te esfuerzas día a día por tu gran pasión que es la ciencia. ¡Senku-chan es increíble!, siempre tiene todas las respuestas...—suspiró.
—Gen...—Senku no sabía cómo tomar las palabras del mentalista ahora que había relajado su tono de voz a un nivel sereno. Siempre trataba de leer sus actos, pero la mayoría del tiempo era una labor estricta y difícil, aumentando más su dificultad en los últimos días, dónde el chico había desaparecido y aunque no lo admitiera, le había preocupado.
—Aun así Senku-chan es bastante amable intentando hacer que este mago comprenda cada extraña palabra que tus labios pronuncian. ¿De verdad te es práctico tener a alguien así a tu lado?—cuestionó sin verle a los ojos, pero el científico sí que pudo ver cómo mordía ligeramente su labio inferior pareciendo bastante ansioso.
—¿De qué estás hablando?—Senku comentó un poco indignado. No sabía cuando Gen había comenzado a armar todas esas frases y especulaciones sin argumento en su mente, ni siquiera qué lo propicio. La culpa ahora lo comenzaba a invadir a él.
Pero Gen se deshizo de esas sensaciones que solo lograban confundirlo aún más, de inmediato—No es nada~—vaciló, comenzando a avanzar hacia la sala donde el espectáculo sería exhibido—De hecho Senku-chan, tengo que decir que me he divertido, fue interesante pasar más tiempo contigo el día de hoy. Nunca antes habíamos convivido fuera del laboratorio. Eso es bueno—sonrió ligeramente.
Senku enserio su rostro—¿Y de quién ha sido la idea? Date algo de crédito mentalista—a pesar de ello, su voz siguió siendo bastante suave.
—¡Oh, sí que lo hago Senku-chan!—Gen presionó con suavidad la tela interna de las mangas de su suéter.
—¿Por qué venir a ver las estrellas?
—¿No te gustan Senku-chan?
—No es eso, es solo que...—rascó su nuca antes de ponerse a la par del mayor.
—A mí sí me gustan más cuando acompañan a la luna—lo interrumpió con una dulce voz alzando la mirada topándose con las compuertas de la cúpula del observatorio ya abiertas de par en par sobre ellos, dejando libre el espacio para apreciar la bella noche estrellada—. Creo que es un paisaje verdaderamente hermoso...
Senku elevó su barbilla de la misma forma, quedando totalmente prendado por la vista, distrayéndose por un momento de todo a su alrededor, simplemente contemplado a las estrellas. Gen entonces aprovecho esa oportunidad y ubicó con el rabillo del ojo la mano de Senku y sin antes soltar un grito interno, ante el temor de un rechazo tajante, soltó la tela de su suéter y extendió la suya hasta que ambas se toparan.
Senku dio un respingo al sentir el tacto ajeno sobre su palma, volteó a ver a Gen y se encontró con sus orejas enrojecidas y sus pupilas reflejando en ellas, las estrellas de esa noche.
—Me siento tan feliz de compartir un paisaje como este con Senku-chan en nuestra primera cita—contuvo con empeño una risa, que más por diversión, delataba nervios y prosiguió—. Y que las estrellas le gusten tanto, como lo hace él a mí...
Tensando su cuerpo pensando en lo peor, terminó su confesión y preparó en su mente miles de excusas por segundo, para usar como recurso en respuesta a la humillación de recibir una negativa en un sitio tan encantador y repleto como ese. Pero no preparó nada ante lo que Senku a continuación le diría.
En segundos que parecieron eternos, el agarre de Gen se fue relajando para dejar libre a Senku en caso de que él quisiera desertar en cualquier momento. Sin embargo, cuando el científico terminó de analizar el escenario y todos sus factores con cálculos matemáticos exageradamente veloces en su cerebro, este optó por la solución más sencilla. Corresponder ese agarre como era debido.
Le dio un pequeño apretón para reavivar su energía y luego con lentitud entrelazó cada uno de sus dedos. Gen lo observó con sorpresa que no se molestó en ocultar, tras el saltito que su corazón pegó por el acto y se encontró con un Senku que cerró sus ojos mientras sonreía de manera genuina.
Para después inclinarse hacia él lateralmente, acortando por completo la distancia y musitando en voz baja—Tienes pésimos gustos mentalista—extendió una sonrisa—. Pero es correcto al diez mil millones porciento.
Gen le devolvió el gesto tras su confirmación y luego de eso, ambos disfrutaron en silencio el resto del espectáculo que la noche tranquila les ofrecía, sin soltar sus manos en ningún momento.
Fue así como formalizaron y aclararon sus sentimientos, comenzando se relación de forma oficial. Con un recuerdo tan maravilloso, ¿Cómo era posible entonces, que Gen le diera una sepultura a todas esas sensaciones que se reavivaban en su pecho al visualizar el escenario en su mente? Era imposible que se lo solicitarán incluso.
—¿Gen?
La voz insistente de Senku llamando su atención le hizo salir de su trance. Por un momento o más bien, por un gran instante permaneció perdido entre sus recuerdos, enajenándose de la realidad a sí mismo al punto que, había olvidado en que momento terminó aquella aburrida clase de historia y peor aún, lo que estaba pasando por su cabeza cuando accedió salir del aula acompañado del científico, entablando lo que parecía ser una platica casual hasta llegar a una máquina expendedora, donde el menor se encontraba ahora recogiendo los productos que había solicitado, esperando también una respuesta de su parte.
Se sintió ridículo y bastante apenado. Aclaró su garganta y con algo de presión en su cuello le respondió—Lo lamento Senku-chan, ¿Decías algo?—no tuvo otro remedio que fingir de esa forma ante su error.
Senku se puso de pie y avanzó un par de pasos hacía él con el ceño fruncido, cosa que no hizo más que aumentar su nerviosismo—¡De verdad que hoy andas en las nubes mentalista!—exclamó—Toma—le indicó antes de lanzarle precipitadamente algo al aire.
—¡Oh!—afortunadamente los reflejos de Gen si estaban despabilados a comparación de sus demás sentidos y alcanzó a atrapar lo que Senku le había ofrecido con la ayuda de ambas manos—¿Eh?—expresó con sorpresa al ver que se trataba de una botella de refresco de cola. Le buscó con la mirada y este no hizo más que hurgar en su oído aparentando desinterés.
—Es tu favorito, ¿No?—le habló en respuesta a su expresión confundida—Tal vez consumir un poco de cafeína te ayude a despertar—y le dedicó una sonrisa ladeada, plagada con un toque de burla—. Decía que iré al auditorio a probar uno de mis prototipos para la facultad de ciencias, conseguí un permiso y necesito mucha mano de obra, allá estarán los demás, pero si quieres...—hizo una pequeña pausa acompañada de una mueca que le llevó a desviar su mirada—Eres bienvenido a participar.
Gen dio otro respingo ante la invitación que acababa de recibir, aún sin decir nada, pero sin apartar la mirada de la cabellera verdosa.
Por lo que Senku continuo—Entre más mejor. Además, puede que distraerte un poco fuera de cualquier tema relacionado con las cámaras y eso te ayude a calmar...te...—El mismo Senku se extrañó de la frase que acababa de decir en voz alta, pues él no era así. No era ese tipo de chico que revelara sus buenas intenciones detrás de su actuar como si nada, pero por alguna razón, hacerlo con Gen fue espontáneo. De nuevo culpó a su estúpido inconsciente que comenzaba a ser una verdadera molestia, al hacerle sentir culpable y con la necesidad de compensar a Gan por las malas actitudes que había adoptado con él en sus sueños.
Realmente el no poder dormir adecuadamente podría estar llevándolo al borde de la locura.
—Eh, Senku-chan yo...—el volúmen de la voz de Gen seguía siendo bajo.
Pero el científico no le permitió continuar sin interponerse primero—Bueno, es solo una sugerencia—llevó una de sus palmas hasta su nuca y comenzó a masajearla mientras cambiaba su postura, listo para avanzar de nuevo—. Claro que quizá prefieras descansar un poco antes que eso, me adelantaré ¿Bien? Los demás deben de estar esperando, te veo entonces...— Y tras eso, dio media vuelta sin voltear atrás y camino a su destino.
Gen extendió su brazo en su dirección como deseando alcanzarle, pero simplemente no pudo hacerlo, su voz no salió.
No solo había sido el pequeño acto considerado que Senku tuvo hacía su persona. Estaba la parte del refresco, pequeño detalle que le había iluminado el rostro al momento de que él otro recordará de la nada que esa era su bebida favorita. Sumado a la invitación a trabajar con él en uno de sus experimentos como antes le era usual y que se preocupara por su sentir y lo desconectado que había estado ese día. En definitiva, habían sido muchas más cosas que su frágil corazón no podía soportar tan fácilmente, pues el órgano, muy al contrario de su rostro, no tenía una máscara tras la cual poder refugiarse.
De verdad que necesitaba un respiro, Senku seguía siendo bastante injusto con él.
Soltó un suspiro agotado mientras agachaba la cabeza, refugiando aquella botella de refresco de cola que recibió como regalo a la altura de su corazón, en su pecho, con un pequeño abrazo y retrocediendo algunos pasos, en una búsqueda de protegerse y de alguna forma, también de huir.
Huir de sus sentimientos y de la situación a la que él mismo se había conducido. De evitar aquellas actitudes que Senku se permitía realizar bajo la razón de no recordarlo y que tanto le lastimaban.
Pero se contuvo. No podía permitirse estallar y más cuando chocó con la figura de alguien más a sus espaldas y lleno de vergüenza por ser tan descuidado, giro para ofrecer una disculpa de inmediato.
—¡Lo siento!—dijo sin alzar aún la cabeza.
—Descuida. Últimamente parece que chocas muy a menudo, ¿No es así Gen?
El bicolor presionó con más fuerza su labio para evitar dejar escapar el chillido que se le había atorado con la escena previa en la garganta, al escuchar esa voz tan familiar.
—Dime, ¿Qué ha provocado que estés tan disperso?, ¿Te inquieta algo?, ¿Estás bien Gen?—el más alto le cuestionó tomando con suavidad sus hombros.
Pero este se removió para evitarlo y colocó una vez más una máscara en su rostro—¿Así parece no?—hizo burla de su propia condición— Pero puedo asegurarte que estoy bastante bien, Tsukasa-chan~
La sonrisa y su tono de voz iban perfecto, pero no combinaron para nada con su aspecto y la acción de guardar con recelo aquella bebida entre sus brazos. El castaño lo notó de inmediato.
—¿Seguro?—inquirió.
—¡Al diez mil millones por ciento!—Gen soltó sin poner mucha atención a sus palabras hasta que ya era demasiado tarde, su rostro se desfiguró de nuevo en un aura triste.
Tsukasa no insistió más, el motivo estaba más que obvio, como si aquella respuesta no hubiera sido suficiente.
Si era sincero, desde el accidente ocurrido con Senku, la comunicación casual que había mantenido con Gen desde que les ayudo a formalizar su relación, se convirtió en nula. No porque no estuviera preocupado, claro que lo estaba, por sus dos amigos, pero simplemente no descifraba aún la forma adecuada de volverlos a unir.
Lo que si, es que conociendo a Gen ya tenía una que otra idea, de la cual quiso poner en práctica una, en ese mismo instante.
Rió suavemente—Dime Gen, ¿Quieres ir con Senku?—Cuestionó directo.
—¿Acaso nos escuchaste?—Gen pareció aterrado ante esa bochornosa posibilidad.
Y aunque era verdad, pues Tsukasa simplemente iba caminando por el mismo pasillo cuando vio a sus dos amigos juntos teniendo aquella conversación, no se vio capaz de jugar más con los sentimientos del mayor.
—No—negó acompañado de un ademán—. Senku me ha pedido ayuda para probar un nuevo invento en el auditorio y me dirigía ahí, no sé si quieras acompañarme—le miró con gentileza.
A lo que Gen titubeó aferrándose aún más a la botella en sus manos—Yo... No creo que sea buena idea—reveló.
—¿Uhm?, ¿Por qué no?—Tsukasa adoptó inocencia a pesar de ya saber la respuesta—. Senku y tú ahora son amigos, ¿No es así?
Las interrogantes del primate más fuerte hicieron eco en el pecho del mentalista.
—Senku parece estar bastante entusiasmado con ese nuevo invento y como sabes siempre suele pedirnos ayuda. Porque nosotros como sus amigos, somos importantes para él y de alguna forma, que estemos ahí presentes le satisface. Como sus amigos Gen, también nos debe alegrar que él cumpla sus metas, ¿No lo crees? Es por su bien...
El bicolor arrugó los labios al revelar instantáneamente lo que Tsukasa buscaba conseguir diciéndole todo eso, pero solo pudo suspirar resignado al caer en cuenta de que tenía razón. Si quería que su plan resultará debía de esforzarse por conseguir el bien de Senku, sus sentimientos, ahora mismo no importaban.
—Esta bien, tú ganas—dio media vuelta.
Y Tsukasa manteniendo su sonrisa avanzó a su par—Vamos, Gen.
Una conversación corta fue lo que compartieron entre los pasillos de la universidad que los guiaban hasta el lugar de construcción que el científico les había indicado. Ya no volvieron a tocar el tema entre tanto, Tsukasa no volvió a ejercer presión sobre el chico nombrándole a Senku. En su lugar, se limitaron a ponerse un poco al corriente respecto a sus vidas los últimos días, en dónde se habían perdido la pista.
Les tomó unos cuantos minutos llegar y una vez que entraron se toparon con todo un caos dentro, Senku mantenía a todos sus amigos entretenidos en alguna labor específica, algo que no era extraño conociendo su carácter.
En cuanto abrieron la puerta y todas las miradas se posicionaron sobre ellos, todos sus amigos celebraron con sorpresa volver a ver a Gen ahí una vez más. Colaborando con ellos.
—¡Gen-kun!
—¡Pero que malote Gen está aquí!
—¡Hola Gen!
El mentalista se percibió un tanto incómodo ante el efusivo recibimiento, vaya que nadie dentro de esa sala sabía contenerse adecuadamente para no levantar sospechas. Gen había olvidado que dentro del grupo, el crear el tipo de estrategias que les funcionará siempre había sido su labor. Sonrió nervioso y saludo con una gentil sonrisa.
El alardeó fue tanto que incluso Senku se tomó unos cuantos segundos para permitirse visualizar su entrada.
—Así que aquí estas mentalista—le lanzó una mirada curiosa al percatarse de que había ingresado acompañado de Tsukasa.
—Ni siquiera me diste el tiempo suficiente para responder adecuadamente Senku-chan, era de esperar que viniera entonces—su actitud ligera acompaño a sus palabras.
—Claro...
—Bien Gen—Tsukasa llamó su atención para poder conducirle a su área de trabajo dentro de las contribuciones para Senku—, por aquí, te diré lo que hay que hacer.
—Oh, claro~
Gen camino detrás del castaño, pero la mirada oji carmín le siguió en todo momento.
Tsukasa llevó a Gen hasta una pequeña mesa con algunas partes de metal regadas encima y mucho cartón a sus pies—Senku me dijo que trasladará estás cajas de partes sobrantes al almacén, son un poco pesadas por lo que contienen, así que yo me encargaré de llevarlas, mientras tanto tú puedes ir armando las cajas y...
—¡No!
De un momento a otro Senku interrumpió con lo que pareció un grito molesto, congelando por un instante a todos sus amigos, en especial a Tsukasa y a Gen que no sabían que había sido lo que provocó esa reacción tan inusual en el apasionado de la ciencia.
—¿Senku?—Tsukasa se volvió a verle.
Y el científico ocultó su mirada agachando su cabeza mientras daba la siguiente indicación—Gen no podrá apoyarte Tsukasa—habló bastante serio—, porque necesito que él vaya con Hyoga y le ayude a colocar todos los circuitos en la punta de la construcción por allá—señaló a sus espaldas—. Gen es ligero, así que funcionará mejor con él.
Gen formó un puchero viendo en dirección a su amigo castaño, quien asintió para indicarle que atendiera la solicitud de Senku. El pelinegro lo entendió y todavía un poco desconcertado dirigió sus pasos a dónde Hyoga, al extremo completamente opuesto a se encontraba con Tsukasa.
Al caminar, giro la vista de un lado a otro analizando cada tarea que cada uno de sus amigos se encargaba de realizar para Senku. Ya comenzaba a olvidar la sensación agradable que transmitían sus sonrisas cuando formaban parte de alguna de las locuras del científico y eso calmó tenuamente a su corazón. Aunque hubo una sola persona a la que no pudo ver sonreír, no desde que llegó. A su mejor amigo Ukyo.
Aunque este se encontraba a un lado de su novio, Ukyo tenía una mueca desencajada en el rostro, cuando él paso a unos cuantos centímetros de sus actividades que consistían en recubrir el material con algo de barniz y le había dedicado una pequeña sonrisa que ignoró olímpicamente. Y no era para menos, después de todo la última conversación que habían tenido termino de la peor forma posible. Gen acabo hiriendo a su único amigo gracias a sus propias ideas respecto a su plan, aprovechando el hecho de poder manipularle también. Y aunque funcionó, Gen sabía que estaba en todo el derecho de despreciarlo. Su relación se había tensado hasta ese punto, en el que todo era muy incómodo.
Lo dejo estar, ya idearía una forma adecuada para disculparse aún si Ukyo se negaba a escucharle. Por ahora, solo se enfocó en mantener las apariencias con una manera de actuar serena ante el hecho de tener que trabajar a un lado de Hyoga.
—¡Hola Hyoga-chan!—le saludó estando frente a él.
Y como le era costumbre gracias a su personalidad callada, el platinado no respondió ante ello, únicamente hecho su cabeza a un lado en un gesto suave, para después comenzar con la nueva orden de Senku.
Gen sudo la gota gorda. Hyoga y él compartían la mayoría de sus clases al ser del mismo grado, pero más allá, de conocerte de vista e intercambiar formalidades, no había sucedido. Ni siquiera se explicaba el porqué estaría ayudando a ese grupo de científicos con su trabajo, aunque tenía la vaga idea de que Tsukasa nuevamente había interferido para sumar otra participación al grupo.
Hyoga no era muy sociable, casi no hablaba con nadie, ni cambiaba fácilmente la expresión de su rostro, llamaba la atención de las chicas, pero solo le permitía a una de ellas acercarsele, parecía que era la única en la que depositaba su confianza. Alejaba a todos los demás que entraran en contacto con él a una corta distancia porque transmitía hostilidad. Así que trabajar a su lado era un verdadero dilema para el mentalista, pues era de esas pocas personas a las que no podía leer lo suficiente solo con su primer fachada como para persuadirlas en un instante, ya que sus actitudes eran lejanas de extremo a extremo.
Y ciertamente, le temía.
Aún sin tener una explicación ante ello, un escalofrío le recorría los huesos cuando Gen escuchaba a alguien pronunciar su nombre tras sus espaldas y su mirada rara vez mostrada le paralizaba. Gen incluso estaba convencido de que si lo escuchaba dar una orden con su voz densa y profunda, su cuerpo sería capaz de ceder de inmediato para acatarla.
Afortunadamente ese no fue el caso, por lo menos no en esa ocasión. Pues el platinado se limitó a sostener adecuadamente la escalera por la cual Gen pudiera ascender para conectar la intimidad de cables que aquel nuevo invento demandaba.
Uno y otro, y otro. Cables por aquí y por allá, Gen fue sumamente precavido ante una posible -y mejor evitable- chispa por la exagerada demanda de corriente que el adaptador de la sala solicitaba. Una vez hecho esto, descendió paso por paso cada peldaño de la escalera, en un intento por no dar cabida a una caída peligrosa, pero fracasado en el intento. O algo así...
Pues si bien, Gen logró exitosamente tocar el suelo con las plantas firmes de sus pies, estás perdieron toda valentía al avanzar y pisar uno de tantos cables que había colgado previamente. No llego a desconectar nada que arruinará su trabajo o el de los demás, fue por ello que cayó, de hecho. Hizo el juego de movimientos de pie más rápido que nunca había hecho en su vida para evitar la catástrofe, generando una perdida de equilibrio en la última postura y yendo de boca al suelo.
El estruendo resonó por el lugar, todos dirigieron su mirada a su pobre cuerpo abandonado en el frío suelo con un poco de impacto. Aunque ya no fue sorpresa para Tsukasa quien estaba un tanto consciente de los tropiezos de Gen en los últimos días, y por ello se le escapó una risilla, misma que se coló por los oídos de Senku quien al contemplar desde lo lejos aquella escena elevó una de sus palmas a su frente y la chocó fastidiado.
—Argh, no puede ser...—musitó en voz baja y en un tono irónico—Ah-
Cuando visualizó también como, a la par que Gen soltaba sus ruidosas quejas a causa del dolor que el azote contra el piso le generó, Hyoga se acercaba a él con lentitud y le extendió amablemente y en silencio, uno de sus brazos. La sorpresa en los ojos de Gen ante tal acto considerado por parte del otro no se hizo esperar. Nunca creyó que Hyoga fuera tan atento como para extenderle una mano ante su desgracia.
—Em...—presionó sus labios dudoso antes de aceptar en agarre y ponerse de pie con su ayuda. Una vez incorporado, se inclinó muy ligeramente hacia él para sonreírle—¡Gracias Hyoga-chan!—exclamó.
Hyoga solo asintió y estando a unos cuantos segundos a punto de soltarlo, sintió la pesadez de otra mano encima de las suyas. Ambos chicos giraron la vista hacia el agarre y luego fueron guiados hasta su dueño, el cual era el mismo Senku.
Ni él, ni ninguno de los presentes podía explicar qué tipo de zancadas utilizó para llegar tan pronto a esa escena, pero lo hizo.
—¿Senku-chan?—Gen habló extrañado alzando una ceja.
El científico, también con los ojos llenos de sorpresa y nerviosismo en su garganta separó sus labios tratando de actuar lógicamente—Ah...—, pero no pudo hacerlo. Su voz salió titubeante y anteponiéndose a su agarre, Senku arrebato a Gen de la mano de Hyoga con una rudeza escondida en su forma de moverse y una mueca molesta.
El platinado no impuso resistencia, pues no había necesidad. Y Gen aún confundido, solo pudo concentrarse en apreciar como la mano del científico le envolvía la suya con calidez. Dejando que Senku lo llevará a otra estación de trabajo sin una razón aparente, bajo la sorpresa de todos que todavía permanecían enfocados en ellos.
—Vamos Gen—espetó entre dientes—. Parece que en esa tarea tampoco eres muy funcional, no puedo dejar que siguas provocando más desastres—trató de excusarse—, así que por ahora, enfócate en armar este pedido—le entregó una hoja de papel doblada a la mitad con su otra mano libre, pues todavía mantenía el agarre persistente en sus dedos.
—¡Doihi! Eso no fue muy amable Senku-chan—fingió una réplica, desvelando la información que contenía aquel papel bastante cerca de su rostro, con el fin de poder comprender mejor las instrucciones, pero su real objetivo, era bastante obvio que se trataba de ocultar sus mejillas chapeadas ante la vista del científico y de todos.
—Kukuku, bien. Ahora te quedarás aquí—detuvo su andar burlándose un poco cantarinamente y le soltó de un momento a otro, para señalar su nuevo asiento—, espero que no causes problemas de este lado—amplió su sonrisa y le invito a sentarle.
Gen aprecio la mano ajena alejarse casi en cámara lenta, mientras los rastros de calidez que se quedaron sobre su piel aún le hormigueaban. Luego vio su sonrisa y rodó los ojos—Me has dado bastante trabajo pidiéndome ochocientas piezas de estas cosas Senku-chan—señaló el garabato sobre el papel que le había entregado—¿Crees que soy libre de causar problemas? ¡Con esto!—soltó un gruñido.
—Ese es el objetivo—hurgó en su oído—. Bien lo dejó en sus manos gran mentalista—Senku no pudo evitar querer hacer la burla antes de volver a su puesto inicial, dejando a su compañero tan perplejo como en el inicio.
Al volver la vista hacía sus planos, Senku se perdió en su mente, presionando las hojas de papel con fuerza entre sus puños y mordisqueando su labio inferior, tratando de mantenerse calmado y guardar la compostura para evitar llamar la atención de los demás ante su bochornosa escena.
Lo cual le era casi imposible, pues una rabia iracunda le azotó las extremidades y el mal sabor en su boca le seguía margando. Era capaz de escuchar a su agitado corazón palpitar exaltado con cada segundo que pasaba y percibió una sensación térmica apoderarse de la punta de sus orejas ante la molestia sin fundamentos que ver a Gen siendo tocado por Hyoga le revolvió el estómago.
Desconocía el por qué, pero se había dejado gobernar por su lado más irracional ante aquel acto, lo cual fue muy peligroso y carecía de sentido. No podía dejar que aquello ocurriera en una nueva ocasión.
Gen no era el chico de sus sueños, tenía que encontrar la forma de convencer de ello a su cerebro lo más pronto posible, no importaba lo que hiciera, él no podía salvarlo.
Notes:
...
...
...
Hasta aquí el capítulo, espero que les haya gustado ^^
Como siempre les invito a comentar, votar y recomendar. Leerlos me hace muy feliz :3
Hasta el próximo cap. Bye~
Chapter 12: ¶¶ •DUELE•
Notes:
ADVERTENCIA: Este capítulo contiene escenas que incluyen roces HyoGen y mención de actitudes o comportamientos que pueden resultar delicados para ciertas audiencias. Pro favor, leer a consideración.
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(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Gen por su parte, se percató entonces de que todos habían dejado de verlo, excepto Ukyo quien estaba sentado a sus pies. El bicolor resopló, Senku lo había llevado a la estación donde era menos recibido en esos momentos.
Ukyo desvío la mirada en cuanto cruzó con la de Gen y sobre la tela dónde estaba sentado, se removió para darle espacio a su amigo y pudiera sentarse.
—Gracias...—Gen aceptó el asiento hablando en un tono bajo, copiando el acto de evitar el intercambio visual una vez más. Y se dispuso a empezar su labor.
Ukyo seguía dando brochazos de barniz sobre las piezas que Senku le había encargado, cuando Ryusui le envolvió el hombro con uno de sus brazos en una muestra de afecto y se inclinó hacia Gen sonriente.
—¿Qué pasa?, ¿Por qué tan tímido Gen?—cuestionó inoportuno—¿Acaso te da vergüenza que los demás noten que cosas entre ustedes dos por fin estén avanzando?
—Ryusui...—Ukyo exhaló con la frente arrugada ante lo impertinente que sabía su novio podía llegar a ser, así que le llamó la atención.
Gen les dedicó una sonrisa ladina—Hola Ryusui-chan~—saludó—. Disculpa, pero no sé de qué hablas—trató de excusarse.
—De ti y Senku, por supuesto—celebró. Recibiendo un ligero apretón en su muñeca por parte de su pareja.
Gen inclinó su cabeza confundido—No entiendo Ryusui, ¿Qué se supone que hay entre Senku y yo?—Claramente su respuesta fue una indirecta sutil para callar el tema. El rubio estaba tan consciente como todos de la situación de Senku, pero siempre había dio más despreocupado al momento de actuar.
Así que no lo entendió—Digo, lo que acaba de pasar, fue un avance ¿No?
Entonces Gen verdaderamente se extraño—¿Uhm?—enarcó una ceja.
—¡Esos fueron celos Gen!—chasqueó los dedos victorioso por su señalación.
Ukyo le propicio entonces un golpe con su codo en uno de sus costados, que lo obligó a dejarle libre con una mueca afligida y exagerada ante su rechazo, para preferir acercarse al pelinegro para susurrar sus especulaciones cerca de su oído. Acto que no dejo a Ukyo más satisfecho, pero dado a que todavía no encontraba la forma adecuada de dirigirse a Gen, ya no pudo evitar su actuar.
—Ahora mismo está de espaldas—señaló en dirección al oji carmín—, pero estoy seguro de que si volteara ahora que estoy tan cerca de ti, volvería a llevarte lejos—jugueteó con sus dedos en su hombro, simulando un par de piernas saltarinas—. Senku guarda con recelo todo lo que le importa ¿No es así?—le dedicó otra agrandada sonrisa con la intensión de transmitirle la alegría suficiente que mejorará su estado de ánimo.
Pero Gen, más allá de incomodarse o sonrosar ante la penosa descripción, transformó su rostro en un reflejo de verdadera tristeza—¿De verdad lo crees?—un rastro de esperanza moribunda se reflejó en su voz.
Ryusui entendió la impertinencia de sus palabras con algo de retraso y luego desvió su mirada hacía Ukyo quien simplemente les observó fijo. Decidió separarse un poco de Gen—Sí, lo hago—. Aún así le respondió convencido.
Ukyo miro las orbes acuosas de Gen con el rabillo de su ojo, presionando sus labios con los que previamente había formado una delgada línea.
Gen cerró su puño—Yo no estaría tan seguro...—expresó con un amargo suspiro elevando la mirada hasta la entrada del lugar.
Donde la puerta de nueva cuenta se había abierto, ingresando por ella y a toda prisa Luna, con la clara intención de alcanzar aquella bata blanca que el científico portaba y envolverla en un abrazo.
Gen mantuvo su mirada fija en ella con cada movimiento, la observó saludar con cariño al científico mientras su corazón recibía una punzada. Y tanto Ryusui como Ukyo extrañados por su comentario previo le siguieron repitiendo la misma acción de observar a la pareja de enamorados frente a ellos, tragando saliva amargamente. Sabían que era de suponerse un problema.
No solo ellos, todos los presentes desviaron la mirada ante la situación, tensando la atmósfera de inmediato.
—¡Hola Senku, he venido a ayudar!—expresó Luna con una encantadora sonrisa y una actitud completa para apoyar en cualquiera que fuera lo que su novio necesitará.
Senku por fin se libró de aquel malestar que le había invadido al tener a Luna tan cerca y optó por qué fuera la misma chica, la que le proporcionara una razón creíble al color de sus mejillas. Su rostro se alegro un poco más, sin dejar su usual actitud de lado, mantuvo su meñique en su oído izquierdo sin inmutarse al contacto físico que ambos estaban teniendo.
—Kukuku, eso es bueno. Porque realmente necesito mano de obra aquí—comentó separándose de ella.
Luna formó un puchero con sus labios ante las palabras del otro, aunque estaba feliz de poder serle útil—Esta bien, dime ¿Qué quieres que haga amor?—le coqueteó.
—Ejem...—una voz irrumpió entre ambos terminando de cortar la tensa atmósfera de una vez por todas—¿Qué tal si ayudas con esto?—La figura extendió un balde de metal hacia Luna, adoptando una pose de reclamo con su brazo apoyado en su cintura.
Se trataba de Kohaku, la cual no pudo soportar más la actitud de la chica, no porque la despreciará, ni algo por el estilo, sino por ver cómo Senku se volvía tan manso cuando ella rodaba tan cerca de su radar. Le generaba bastante irritación que no fuera el mismo, no le importaba que tan grave hubiera sido aquel golpe en su cabeza, si su relación con Luna iba en serio o era una simple mentira a partir de su perdida de memoria o si de verdad el científico estaba enamorado. Se negaba a creer que Senku, aunque era un hombre que no parecía comprender el significado de tacto o empatía, tuviera la desfachatez de mostrar aquel espectáculo frente a Gen, así como si nada, y más cuando ella estaba completamente convencida de que al chico le había costado bastante volver a integrarse a ellos después de tanto tiempo.
Por ello, se había posicionado enfrente de la pareja, para cubrirle a la celebridad el rango de visión y evitar que se hiciera más daño. Ya que nadie tuvo el valor de hacerlo, de todos modos.
—¿Uh?—Luna tomó lo que la rubia le ofrecía y luego de nueva cuenta volvió la vista a Senku.
—Es una tarea importante, ¿No es así profesor Senku?—Kohaku curveó sus labios.
Y el científico les dedicó una sonrisa ladina—Sí, así es—asintió.
—¡Bien, entonces me esforzaré!—los ojos de su novia resplandecieron y de la mano de Kohaku avanzó hasta su estación.
Gen se mofó sin separar sus labios. Sus ojos no podían ser engañados, inmediatamente supo que la razón detrás del actuar de Kohaku había sido él, y aunque agradecía el enorme y bondadoso corazón que la chica tenía, no podía evitar incrementar su culpa interna por hacer que todos se preocuparan innecesariamente.
Volvió la vista hacia sus labores, al igual que la pareja que tenía al lado. Ukyo respiró aliviado por el actuar tan oportuno de Kohaku y la observó con admiración, era una chica fuerte y por lo menos ella si había decidido hacer algo. Su mano volvió a titubear y entonces Ryusui le acarició delicadamente los nudillos, en busca de tranquilizarlo, ese pequeño acto y la encantadora sonrisa que dibujo en su rostro exclusivamente para él bastaron para que dejará de temblar. Le respondió de la misma cariñosa forma y luego se dispusieron a terminar juntos su labor.
Solo que había un pequeño inconveniente, todos habían soltado el aire que contuvieron en sus pulmones demasiado rápido.
—Senku, ¿Cuándo estará listo?—con algo de ingenuidad en su voz Luna aprovechó para entablar una conversación con su pareja, ya que esos eran los únicos momentos en donde estaban más cerca y compartían algo de tiempo de calidad, claro que lo último cubierto con un velo de duda.
Senku, quien extrañamente habría la boca mientras trabajaba por estar tan inmerso en sus labores, no tuvo reparo en responder su pregunta con un tono tranquilo.
—Dentro de dos semanas—afirmó confiado.
—¿De verdad?
—Sí todo sigue según lo planeado.
—¡Eso es genial!—exclamó feliz la chica, dando pequeños aplausos con sus palmas—Oh...—hasta detenerse de repente—, pero dentro de dos semanas, ¿No será nuestra fecha especial?—comentó dándose pequeños toquecitos en su labio con el dedo índice.
—¿Fecha especial?...—Gen susurró contrayendo sus pupilas fijando de nueva cuenta la vista hacía el científico, donde notó como este se encogía sobre sus hombros actuando extrañamente apenado—No me digas que...—tragó saliva temiendo la respuesta.
Ukyo fue capaz de percibir aquel hilito de voz que se le escapó a su amigo de la garganta gracias a su buena audición, lo que lo obligó a tensarse de nuevo.
—Oh, ¿Te refieres a eso?—Senku no volteó a ver a la Luna, pero su tono de voz delataba consigo una risa nerviosa.
Fecha Especial, así es como Luna solía llamar al aniversario de su relación con Senku mes con mes. No era otra cosa que recordar que cierto día Senku había aceptado salir con ella, sin nada más que ofrecer, ya que no intercambiaban algún regalo o ideaban algún plan para estar juntos. Pero a pesar de ser algo muy tonto o banal, la chica insistía en conmemorarlo como un evento único por medio de comentarios a todo aquel que les rodeará. Y si bien, a Senku eso solo le parecía una perdida total de energía y tiempo, además de que Luna solía ser muy escandalosa ese día, no hacía nada para evitarlo o algún comentario despectivo, simplemente la dejaba estar.
—¡Sí, sí!—volvió a aplaudir—¿Sabes? Dentro de dos semanas Senku y yo celebraremos tres meses de relación—regocijándose con su propio entusiasmo, Luna le lanzó el comentario en voz alta a la persona que tenía más cerca, en este caso Kohaku, sin embargo; todos los presentes fueron capaces de escucharla.
Gen hizo una mueca mientras juntaba sus cejas con algo de lamento al oírla. De repente había recordado que aquel también era su día especial, incluso mucho más que especial, y eso le generó un malestar que subió por la boca de su estómago hasta su garganta donde un nudo le bloqueó.
—¿Ah?, ¿De verdad?—Kohaku frunció el ceño tratando de contenerse.
—¿Será que mi amado Senku pensó en esa fecha para probar el invento solo por mí?—Se cuestionó divertida.
Senku espero un poco antes de dar una respuesta, dejando a un expectante a Gen a sus espaldas, que rogaba no tener que escuchar una confirmación o de lo contrario su corazón no podría resistir más.
—Claro, cómo digas...
Pero soltando de aquellas palabras de forma tan dulce y rascando su nuca tan avergonzado, dio a entender todo.
Una pequeña pieza de metal resonó al impactar contra el suelo, rodando hasta los pies del científico, quien al notarlo agachó su mirada hacia el objeto para recogerlo y buscar de forma inmediata su proveniencia, la cual no era otra más que las manos de Gen. Senku se impactó por un corto segundo al ver al pelinegro de pie en medio del lugar con la cabeza a medio agachar.
Ambos chicos volvieron a convertirse en el centro de atención cuando Gen detuvo sus labores de golpe para sumirse en un silencio sepulcral, el chico de mechas verdes le analizó, apreció sus puños cerrados y temblorosos y separó sus labios con la intensión de brindarle alguna frase de consuelo, pero este se lo impidió soltando casi un grito.
—¡Yo!—la voz del pelinegro retumbó por todo el auditorio, encendiendo las alertas de los amigos que estaban conscientes de la situación e incluso de los extraños. Mordisqueó su labio con una ligera presión y luego aspiró profundo—Yo...no...—, pero aunque quiso controlarse justo por el mismo hecho de que era Senku quien tenía enfrente, su cuerpo y su voz no le respondían, se revelaron ante su fuerza de voluntad, tambaleantes—No me siento muy bien...—expresó una última mentira que le raspó la garganta a través de un fino hilo, antes de elevar la mirada haciendo contacto visual con el científico para posteriormente dar media vuelta y correr hacía la salida.
El escalofrío que le azotó a Senku tras verle ese único segundo fue indescriptible. El notar las pequeñas lagrimas condensadas en los ojos profundos del mentalista le dejó congelado, hasta que el otro atravesó la puerta que rápidamente de cerraró tras su silueta, permaneciendo con un brazo estirado deseando con todas sus fuerzas poder alcanzarlo.
—Gen...—comentó extrañado, antes de querer emprender un camino hasta su dirección para perseguirle.
Camino que fue frenado de un momento a otro, al interponerse Ukyo frente a él.
—Deja que yo me encargue Senku—le solicitó con firmeza el de cabello blanquecino, refugiando su mirada detrás de su boina amarilla—, yo veré si Gen esta bien, soy su amigo después de todo...—aligeró sus palabras conforme alargó la oración.
—¿Uh?—Senku se detuvo y volvió a sentirse agobiado por la culpa, su sien punzó incluso con más fuerza que la de esa mañana, solo desvió la mirada y se permitió relegar esa labor al mayor ante su vulnerabilidad y consciencia—Lo dejo en tus manos...—respondió y se dirigió de nuevo a sus planos, un tanto fastidiado.
—¿Todo bien?—Luna se acercó a Senku una vez más, luciendo un tanto angustiada por el cambio tan drástico que dio el semblante de su pareja.
Mientras tanto Ukyo observó como Ryusui le sonreía de forma peculiar para darle la confianza que necesitaba antes de salir del auditorio e ir tras de Gen.
El sonido del andar inestable de sus pasos le reveló de inmediato su ubicación, así que se aclaró la garganta antes de ingresar al baño de la universidad y relajo sus facciones. Si bien había discutido anteriormente con Gen y su corazón resultó herido tras ello, él mismo lo había reiterado momentos antes; Gen era su amigo. No podía ser más injusto de lo que ya era el pelinegro, era obvio que su corazón estaba mucho más que destrozado.
Y lo confirmo de inmediato al escuchar la pequeña frecuencia de sollozos que el chico intentaba callar cubriendo su rostro con las mangas de su suéter tras la puerta de uno de los cubículos.
—¿Gen?—cuestionó Ukyo dudoso, tocando con ligereza la madera de la puerta sin recibir respuesta inmediata.
Del otro lado el mentalista se insultaba a sí mismo por haber sido tan ingenuo como para creer que soportar la situación iba a ser como un juego de niños, había sido un tonto por ilusionarse, incluso por una simple botella de refresco, que le había dado esperanzas de que para Senku no sería más que un vago recuerdo. Estaba totalmente frustrado.
Otro golpe contra la puerta le solicitó salir y esta vez lo hizo. Mostrando una imagen decepcionante a su mejor amigo, intentó corregir su aspecto con movimientos torpes de un lado para otro y finalmente rodeando sus costados con sus propios brazos, le miró recibiendo a cambio una sonrisa cordial pero con la misma carga de tristeza frente a él.
Ukyo contempló el llanto que descendía por las mejillas de su amigo. Y como por primera vez, este parecía ser incontrolable, además de su labio inferior estaba hinchado y comenzaba a amoratarse a causa segura de la gran presión que Gen intentó hacer en el para forzarse a evitar llorar. Suspiró, ver ese escenario tan de cerca era lo que más quiso evitar desde que el incidente ocurrió.
—Gen.
Le nombró una vez más, con una voz tan suave como una caricia y lo rodeo con sus brazos, sabía que muy rara vez Gen se permitía tocar y que probablemente se lo tomaría muy mal al inicio, pero también era consciente de cuanto necesitaba el chico un abrazo en ese momento.
—¡Ukyo-chan!—hipó sin rechistar, refugiándose en el consuelo de su amigo de forma inmediata, ocultando su rostro en el hombro contrario—. Soy un idiota Ukyo-chan—se quejó aún en medio del llanto—, ¡Yo sabía que esto iba a pasar, pero nunca me preparé para aceptarlo!
Ukyo enserio su mirar mientras acariciaba con pequeños movimientos circulares la espalda de Gen.
—Estaba consciente de que Senku-chan había formado una relación con esa chica, pero no me lo había tomado en serio hasta ahora. No creí que fuera de esta forma, pero era natural de pensar—presionó ligeramente las ropas de su amigo—. Senku-chan no era tan considerado, pero ese era mi Senku-chan, el Senku-chan que se olvidó de mí. Ahora, es un Senku que no se inmuta al hacer contacto con alguien, al no recordar una fecha importante o dar un regalo, uno que es bastante inocente al estar en una relación...con alguien más...
La agitación en su respiración provocada por su incontrolable llanto le comenzó a dificultar el seguir expresándose adecuadamente, pero aún tenía que sacarlo, todo lo que había estado conteniendo todos esos días desde que todo se fue a la ruina.
—Sabía que era imposible ser una pareja tan cariñosa...e incondicional como lo eres tú con Ryusui-chan...o volver a ser los de antes...No. No ahora que ya esta con alguien...Pero...pero aún así...
Su cuerpo se deslizó suavemente del agarre de Ukyo, quién tuvo que imponer mayor resistencia para evitar que Gen desmoronara en el suelo.
—Me duele...—su voz se quebró.
Ukyo trago saliva, cuando Gen volteó a verlo una vez más, con sus pupilas totalmente acuosas.
—He fracasado Ukyo-chan...Aunque esto era lo que quería...—le sonrió lastimero—Me duele tanto que no soy capaz de contener mi propio llanto, soy un pésimo...mentalista...
Ukyo se aferró a él con fuerza mientras sus rodillas terminaban cediendo y ambos terminaban sentados en el frío suelo.
—Lo extraño...Extraño al Senku-chan...del que...me enamoré...
—Gen...—la cabeza teñida terminó bajo la barbilla de Ukyo que también había comenzado a llorar, aunque en un volumen más bajo.
—¿Cómo puede un mentalista mostrarse así? Sí yo ya lo sabía, yo lo quería así... ¿Entonces por qué?... ¿Por qué duele? Dime... Ukyo-chan...—imploró una respuesta.
Ukyo cerró sus ojos—Gen es simplemente que, tú no estás hecho para ser el malo. Nunca debiste de tener que soportar tanto—le dijo en un susurró.
Y luego de ello, lo único que Gen hizo fue aferrarse a sus prendas una vez más permitiéndose aquel consuelo, rogando porque no acabara tan pronto.
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Ya habían pasado varios días desde que Gen regresó al imperio de Tsukasa tras su pequeño altercado con Senku. Hasta el momento el bicolor no había tenido la intención de regresar a su cabaña y más con el invierno a la vuelta de la esquina, aunque permanecer en aquel sitio era lo mismo de siempre; Tsukasa seguía ocupado con sus labores como gobernante y él no era asignado a ninguna labor de importancia.
Hasta que, mientras recolectaba al lado de Mirai algunas de las flores más bonitas de su gran jardín para resguardarlas del clima que pronto se complicaría, recibió la visita de Hyoga, quien también había estado desaparecido en una expedición de campo.
—"Gen."
El platinado le llamó mientras se detenía antes de tener que pisar el pasto del jardín, a un costado de un pilar de la construcción.
—"¡Oh, Hyoga-chan!—el bicolor le saludó—Pero que sorpresa, has vuelto. ¡Bienvenido!"—exclamó con los brazos extendidos.
—"Sí acabo de hacerlo y estoy realmente agotado, así que, sí me disculpas—se inclinó hacia un lado para dirigirse a Mirai quien todavía estaba sobre sus rodillas hurgando en los arbustos—, quisiera que Gen me preparará un poco de té."
Gen afiló su mirada y posteriormente le dedicó una sonrisa a la niña—"No te importa, ¿O sí Mirai-chan?"—le cuestionó dulcemente.
—"Ammm, yo..."—la rubia agachó su cabeza, Hyoga a pesar de que era amigo de su hermano y casi siempre estaba a su lado, le generaba un poco de escalofríos.
Gen sacó entonces de la manga de su túnica una florecilla blanca y se la ofreció—Iré solo un momento, mientras puedes seguir recolectando las flores por tu cuenta, confío en ti.
—"Bien"—Mirai asintió un poco más tranquila gracias al gesto de Gen.
El bicolor entonces observó el movimiento de la copa de los árboles que estaban detrás de la chica, percatándose de como su guardia también se retiraba con el mayor sigilo que le fue posible.
Y dando media vuelta soltó un suspiro hasta la dirección de Hyoga, dónde subió con pequeños pasos y suaves pasos al pasillo donde había dejado previamente sus zapatos, notando la mueca de disgusto que el platinado dibujo en su rostro a pesar de estar semi cubierto, al momento en que le observó colocárselos. Se encogió sobre sus hombros tratando de hacer diminuta su figura y avanzó tras sus espaldas cuando Hyoga se dispuso a ir hasta sus aposentos.
—"¿Todavía tienes ese horrible hábito de jugar descalzo como un niño pequeño?"—sin verlo, le hablo con un carraspeo en su garganta.
Gen agachó un poco más su cabeza comenzando a jugar con uno de sus largos mechones blancos entre sus dedos un tanto a penado—"Sí...Lo siento Hyoga-chan"—la disculpa se escapó entre la comisura de sus labios como un susurro.
Pero el contrario no le prestó atención alguna y simplemente chasqueo la lengua—"Tsukasa es un idiota en tratar de adornar a la flor más bella de su jardín con lujos si es así como los vas a usar—habló en voz baja antes de abrir la puerta, Gen arrugó su frente ante el comentario, pero Hyoga no le dio tiempo de decir algo más, antes de él abrir la boca de nueva cuenta, con seriedad—. También me he enterado de que algo más que ha comenzado a volverse un hábito tuyo es desobedecer mis órdenes—esta vez le reclamó—, ¿Te has divertido en tus paseos, Gen?"
Hyoga ingresó a su cuarto, mientras Gen con algo de desesperación enmarcada se quedó quieto un instante en el marco de la puerta.
—"¡Eso no Hyoga-chan!—exclamó—Y-ya...hace un par de semanas que no he vuelto a salir..."
—"Pero lo hiciste después de que yo te lo prohibiera, ¿No es así?—se deshizo de su larga y oscura capa dejándola caer en el suelo—Tsukasa dice que te ves más feliz ahora que ya no pareces un pájaro enjaulado—se mofó—. Absurdo."
—"Pero..."
—"Desobedeciste mi orden y esa es la realidad—luego se sentó en medio de un montón de cojines y miro a Gen de frente—. Parece que no logras entender que las flores como tú solo siguen órdenes, ¿Debería de hacer algo para que lo hagas?"—le indicó moviendo uno de sus dedos que se adentrará a la habitación.
Gen trago saliva, cerró la puerta detrás de él para asegurarse de que nadie pudiera interrumpir y titubeó para llegar hasta él—"¿Me vas a castigar Hyoga-chan?"— cuestionó con un volumen de voz bajo, desviando la mirada.
El chico solo soltó un suspiro antes de cambiar a una posición más cómoda e imponer su palma extendida frente a la florecilla para indicarle un alto—"No, tengo todavía otros planes para ti Gen—reveló—. Ya te lo dije, hoy solo quiero que me prepares un poco de té"—extendió sus brazos a lo largo de la habitación.
Gen se dispuso de inmediato a preparar la infusión, ya conocía dónde se encontraban todos los elementos necesarios para servirle al más alto, pues dónde desempeñaba lo que consideraba su única labor útil dentro del imperio era tanto en el cuarto de Tsukasa como el del mismo Hyoga. Claro que también sabía que ese té llevaba otra intención detrás.
Pues era una táctica que el platinado ideo para no levantar sospechas dentro del palacio. Cuando le solicitaba a Gen le preparará un poco de té, la bebida era lo menos importante. Era solo una excusa para compartir tiempo a solas con él y el objetivo cambiaba según la hierba con la que el té se preparará.
—"Hyoga-chan, ¿Con qué esencia deseas tu té?"—corrigió su semblante para cuestionarle de forma más coqueta. Tal y como ya sabía, era del agrado de Hyoga.
—"Menta"—mientras que el otro fue bastante conciso.
Gen dio un respingo, tratando de ser sumamente cuidadoso al momento de verter el agua caliente en la pequeña taza que le ofrecería posteriormente. Una vez colocadas encima las pequeñas hojas verdes, Gen retorno hacía Hyoga con una sonrisa suave, el de cabello plateado centro su mirada dura en las orbes del de cabellera larga al momento en el que este, se sentó sobre sus piernas, sostuvo la taza que Gen le ofreció y dejo que el chico le descubriera el rostro retirando la tela que cubría su boca con movimientos suaves, luego le invitó a beber un sorbo de aquella bebida y continuando su coquetería, Gen echó su cabellera a sus espaldas y se permitió sorber lentamente el líquido hidratando sus labios, al conectar la mirada Gen junto sus comisuras con las de Hyoga y traslado el té hacía la boca contraria en un arrebato que concluyó con un beso feroz.
Era otra táctica que Hyoga le impuso como una orden, ya estaba preparado para cualquier treta que Gen pudiera planear con tal de escapar de sus manos, después de todo era consciente de la inteligencia del chico y de como las malas mañas de un barrio tan peligroso como el rojo, podían ser un arma peligrosa una flor más que hermosa también podía resultar peligrosa.
Si él se atrevía a prepararle una infusión con un toque de veneno, Hyoga se aseguraría de arrastrarlo consigo al mismo infierno.
La respiración del bicolor se vio alterada cuando ambos se separaron y Hyoga haciendo a un lado aquella taza, prosiguió recorriendo la blanquecina piel de Gen con sus labios, desde la barbilla, hasta la clavícula. Besó, olfateó, acarició e incluso descubrió su pecho de las gruesas capas de tela que le cubrían.
Gen permitió aquello apreciando un punto en la nada, el sentimiento de desolación provocó un terrible sabor en su boca, uno que ni siquiera los rastros de menta pudieron enterrar. No era muy diferente a lo que hacía en los barrios rojos, Hyoga tenía razón, una flor únicamente servía para esos fines, no debía de olvidarlo, ni esperar más a cambio. Siempre se aseguraba de que lo mantuviera presente.
Por supuesto que él ya sabía lo que Hyoga iba a solicitarle después de pedir aquella fragancia en el té y también, cuál era la situación más probable en la que terminaría esa noche.
Cuando una de las manos de Hyoga rozó su glúteo Gen se echo hacía adelante, refugiándose en el hombro del platinado soltando un jadeo que chocó contra su piel con rastros de calidez y rodeó su cuello con sus extremidades temblorosas.
Sin dejar de preservar una mirada fiera—" Y bien, Hyoga-chan—susurró Gen en su oído—¿De qué se trata esa nueva misión?..."
Notes:
Holi ^^/
¿Cómo están? Espero que muy bien.
Hasta aquí llega este capítulo, espero les haya gustado (? Pido perdón por hacer sufrir tanto a Gen bb 😭 Te amo mibida, es justo y necesario, pero no soy así si te pasaba algo en el canon te juro que me moría QwQ💜
Jsjs, bueno dejando mis sentimientos por Gen de lado, solo quería comentar que no recuerdo muy bien si advertí desde el inicio que está sería una historia corta o no. Porque recapitulando la secuencia y según mis cuentas aún faltan unos capítulos más, así que todo tranqui (?
Y mientras tanto, como siempre les invito a comentar, votar y recomendar. Los TKM ¡Gracias por su apoyo! Y también estoy dispuesta a comentar cualquier situación, así que no duden en acercarse con confianza. 🤗💙
Eso es todo por ahora, nos vemos en el próximo cap. Bye~
Chapter 13: ¶¶ •UN PEQUEÑO SENTIMIENTO•
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Gen estaba confundido. Se encontraba apreciando la bella luna que iluminaba el cielo nocturno como lo hacía casi todas las noches, pero en esta ocasión, no tenía su atención fijada específicamente en ella o en algo concreto, simplemente estaba divagando entre pensamientos y malestares dentro de su mente.
Extrañaba a Senku.
La realidad es que él tampoco quería creerlo. No tenía ni idea de que sus pequeñas escapadas del imperio de Tsukasa terminarían tornándose en esa presión que le compactaba el corazón dentro de su pecho y también desconocía la forma en la que podría remediarlo.
Ciertamente, los días en los que había pasado tiempo de calidad a su lado, aunque no fuera más que ayudarle en la construcción de otro de sus extravagantes y enredados proyectos, habían significado algo especial para él, pues solo en esos pequeños instantes se le olvidaba por completo su lamentable situación actual y por más pequeña que fuera la llama, la libertad en su interior se encendía resplandeciente.
Vaya que el inventor le había cautivado por completo, desde que lo vio en el lago, o mucho antes, quizá, desde que escuchó hablar de él por medio de esos murmullos. Y eso, solo suponía un gran problema.
Soltó un amargo y largo suspiro mientras acariciaba la punta de sus largos cabellos.
Se preguntaba si volver a verle sería lo correcto, después de lo que había sucedido. El sentimiento de culpa predominaba su interior, pero por lo menos había logrado su objetivo; consiguió la información que quería e hizo que el menor desviará sus pensamientos para que él libremente pudiera acercarse a la primer fila de árboles que resguardaban al bosque y hacer comprobar su teoría de que aquellos pobladores de la aldea vecina le estaban asechando. Aún así la inseguridad le envolvió.
¿Qué pasaría si Senku le rechazará ahora?
Tal vez aquel pensamiento carecía de fundamentación lógica, después de todo, aunque él inicio la pelea, tampoco salió bien parado. Pero Gen, después de todo lo que había vivido hasta el momento, ya estaba más que acostumbrado a restarle importancia a las ofensas hacía su persona. Lo que ahora era realmente duro de procesar, era esa pequeña posibilidad de que Senku no le permitiera volver a acercarse, pues no era ni su amigo, ni siquiera uno con la etiqueta de anterior, ni una persona perteneciente a la aldea de su padre o algo más, solo era un conocido con el que se topó una vez por casualidad.
La intención del bicolor no había sido lastimar los sentimientos de Senku, en absoluto. Realmente temía que lo hubiera conseguido sin quererlo, solo deseaba comprobar algo, pero las flores al abrirse también sacan espinas y él no era más que una flora ajena ante los ojos del carmín.
Estaba seguro de que lo odiaba.
La sola idea le ponía los cabellos en punta, si Senku le despreciaba ahora, no podría sentirse con la suficiente seguridad como para afirmar que al lado del científico tenía un lugar donde refugiarse, pero tampoco quería aceptar la realidad que conllevaba alejarse por completo.
Sin él, solo seguiría siendo lo mismo de siempre, la niñera de Mirai hasta que ella comenzara a madurar y eventualmente se cansara de jugar a su lado y la flor que adornaba la cama de los líderes del imperio por las noches. Y vaya que eso no le dejaba más tranquilo, pues podría dudar de la veracidad de los sentimientos de Tsukasa hacía él ahora que, el castaño, se estaba tomando más en serio su papel de gobernante y compartía más tiempo con sus lacayos y aquella chica rubia, que con él, quien supuestamente era su concubina predilecta, por más grande que fuera su amor algún día Tsukasa tendría que tener herederos que pudieran continuar con su misión de conseguir un mundo inmaculado para el futuro y es ahí cuando ya no podría volver a usarlo. Hyoga terminaba siendo un caso mucho más complicado, Gen sabía que con él su labor no acabaría tan pronto, el platinado podría seguirle utilizando a su antojo porque después de todo, él fue quién le había adquirido, pero formar parte de los perversos planes de aquel hombre no era alentador en ningún sentido.
Además de ello, el cuestionamiento que le carcomía de forma constante era saber cómo podría poner a Senku a salvo de la forma más eficaz.
Era una real encrucijada.
Eso, sumando la soledad creciente que cada vez le arrasaba con mayor potencia. Gen se restó valor, tanto, que la desesperación le cobraba la factura en malestares notorios, un nudo en su estomago que le impidió ingerir alimento los últimos tres días desde aquella platica privada con Hyoga era uno de ellos. No necesitaba comer, necesitaba pensar una solución.
Cuando comenzó a mordisquear su labio inferior, su tierno ángel guardián apareció a sus espaldas.
—"¿Gen?"
—"¡Ukyo-chan!"—el bicolor exclamó girando su rostro, pues el mayor lo había tomado por sorpresa.
—"¿Qué pasa?"—le preguntó un tanto alterado al ver el estado en el que se encontraba, terminó por acortar la distancia con largos pasos y luego envolvió su rostro delicadamente entre sus manos.
—"¿Eh?"—fue en ese momento que Gen se dio cuenta de que por sus mejillas descendían lágrimas apresuradas como pequeños riachuelos. Se desconcertó, ciertamente no sabía en que momento había comenzado a llorar—"Esto, no es nada Ukyo-chan..."—negó con su cabeza haciendo que el otro le soltara. Y rápidamente trató de ocultarse detrás de las mangas de su túnica para no tener ningún encuentro con su mirada.
Ukyo frunció sus labios en una mueca—"Como no va a ser nada, Gen—le reprendió—. Tú no llorarías por nada, tus parpados están hinchados y tu piel más pálida de lo normal, ¿Qué sucede?, sabes que puedes decírmelo"—le sonrió gentil.
Pero Gen solo sintió una fuerte punzada con su amabilidad—"Yo...solo estaba pensando un poco".
—"¿Pensando?, ¿En qué?—no obtuvo respuesta, así que decidió sentarse al lado de su amigo para hacerle un poco de compañía—¿O en quién?"
Gen nuevamente suspiro, limpiando los rastros de gotas saladas que prevalecían condensadas en sus ojos.
—"¿En ese chico?, ¿Senku?"—Ukyo insistió.
Gen pegó un saltito—"Silencio Ukyo-chan"—expresó colocando uno de sus dedos sobre sus labios y volteando simultáneamente a todas las direcciones para cuidarse de que nadie los estuviera escuchando.
—"Bien, bien—Ukyo dibujo una pequeña sonrisa ante el actuar infantil de Gen—, puedo tener cuidado, pero también tengo curiosidad, ¿Me dirás de una vez por todas cómo es él?"—se aproximó haciendo referencia a que estaría bien si iniciaba un cuchicheo en su oído.
Gen exhaló—"Muy bien, él es...—comenzó a susurrar—alguien muy interesante y también demasiado extraño".
Ukyo se mofó—"¿Qué clase de descripción es esa?"
—"¡No hay otro modo de hacerlo!—replicó Gen con bochorno—Tiene una cabellera demasiado extravagante y mira que la mía ya es rara, su mirada es carmín y es un poco más bajo que yo, solo un poco. Es un chico demasiado inteligente, sin reparo al hablar o exigir cosas, aunque también es algo considerado..."
Ukyo intentaba hacerse una imagen mental de lo que Gen le proponía a partir de su descripción, pero no conseguía hacerlo adecuadamente, solo dejo de intentarlo cuando Gen atenuó el color de sus palabras continuando con su descripción.
—"Es un inventor por excelencia, saca la lengua cada vez que garabatea un plano en el lugar que sea y se emociona por encontrar rocas extrañas, puede en un momento estar tranquilo y al siguiente soltar tremendo disparate, es un buen cocinero también y le gusta apoyar a otros. Es el hijo del jefe de una aldea, pero ni siquiera se molesta en prestarle atención al título, seguramente es pésimo negociando..."
Gen hablaba con una gran naturalidad al respecto del inventor. El corazón de Ukyo fue capaz de sentir algo de la calidez que desprendía Gen con cada palabra que usaba para referirse a Senku y comenzó a confortarse. Miro a Gen anonadado, al notarlo de una forma que nunca antes había visto.
—"Es apasionado, valiente y le encantan las estrellas"—Gen alzó la mirada permitiendo a la luna reflejarse en sus oscuras pupilas.
Hablaba con cariño.
Ukyo ajustó su boina avergonzado—"Vaya, sí que es todo un personaje entonces. Pero, ¿Por qué te tiene tan triste?—añadió—Hace días que no regresas con él y si es tan increíble persona como dices que es, ¿Cómo te haría llorar? Incluso has comenzado a descuidar tu salud Gen, ¿Qué es lo que está mal?"
Gen dibujo una melancólica sonrisa en su rostro—"Sí, es demasiado increíble, incluso para mí Ukyo-chan...—no quitaba su vista del cielo nocturno—. Cuando lo conocí, sentí que habíamos formado una conexión casi de inmediato, con mis posteriores visitas paso igual, creí que había encontrado a alguien parecido a mí, pero estaba equivocado. Él y yo somos muy distintos".
—"¿En qué aspecto?"
—"Él es libre".
Aquella declaración tenso la punta de los dedos del chico de cabellera blanquecina—"Gen..."
—"Senku-chan no es el tipo de personas que se aferre a algo, ni tampoco que use sus habilidades a su propio beneficio. No es un pájaro enjaulado, lo que más añora es poder explotar todo el mundo y yo...—suspiro—. Bueno, yo no puedo hacer eso".
Ukyo arrugó su frente y abrió la boca para soltar alguna oración que tranquilizara a su amigo, pero no encontró nada adecuado que decir en el momento.
—"Pero... ¿Sabes que, Ukyo-chan?—Gen se le adelantó con una voz un poco más entusiasta—Estoy muy feliz por él".
—"¿Eh?"
—"Sí. Estoy muy feliz por Senku-chan. Creí que éramos parecidos, pero él tiene gente a su lado que lo estima, lo respeta e incluso quien le teme, no es un lobo solitario y eso me deja más tranquilo—sonrió. Pero tan pronto como la formó, aquella sonrisa se le desdibujó—. Aunque, si te soy sincero Ukyo-chan...—reposo su cabeza sobre el hombro de su amigo emulando al cansancio—Sí quisiera volver a estar con él".
Las esmeraldas de su amigo se volvieron acuosas—"Gen, sé que ya te lo he dicho miles de veces, pero te lo imploro, solo préstame atención está vez—Ukyo le habló calmadamente, sin verlo para no romper aquella cercanía que habían creado en el instante—. Tú puedes ser libre. Tsukasa no te ve como un objeto, ni como un prisionero, estoy seguro de que no le molestaría si decidieras abrir tus alas y volar, ni siquiera puede impedírtelo y tampoco Hyoga. Ya no eres una flor Gen, puedes ser tú mismo y seguir lo que tú quieras, ¿O es que acaso planeas morirte de aburrimiento en este lugar?, ¿No quieres ser feliz?"
Las palabras de Ukyo hicieron eco en su pecho, las reflexionó solo un instante, antes de divagar de nuevo—"Ukyo-chan, ¿De verdad crees que Tsukasa se quedaría tranquilo si voy al encuentro con su enemigo?"—soltó una risilla.
—"Solo inténtalo"—le tomó la mano haciendo un poco de presión en ella.
El bicolor se soltó lentamente de aquel agarre dedicando una suave sonrisa a la mirada entristecida de su amigo—"Esta bien, lo intentaré..."—susurró.
Luego, fue capaz de apreciar con el rabillo de su ojo como la puerta de la habitación de Tsukasa se abría para que posteriormente, el emperador la cruzará acompañado de Minami, ambos entablando una plática casual, que por algún motivo les había hecho esbozar una gran sonrisa a ambos. Gen convirtió sus labios en una delgada línea tras eso. Ukyo quien también giro, se puso poco a poco de pie ante el mismo escenario que Gen apreciaba. La chica rubia se despidió de Tsukasa lanzándole un beso coqueto a la distancia, el cual no pareció generar ninguna desaprobación en el castaño, encendiendo las alertas del bicolor.
Tsukasa miró hacía otra dirección, cruzando su mirada con la de ambos chicos, amplió su sonrisa y camino de regreso hasta la puerta de su habitación—"¡Gen, estás aquí!—expresó utilizando un volumen de voz alto—Por favor ven, ¿Podrías prepararme un poco de té?"—cuestionó invitándole al de cabellera larga entrar con él.
Ukyo apreció como Gen soltaba una gran exhalación a partir de lo que sus pulmones habían estado conteniendo con aquella imagen, aunque hizo un gran trabajo por ocultarlo, el sonidito de su nariz contrayéndose no pasó desapercibido ante la buena audición de su amigo. Gen entonces enmarcó una sonrisa casi igual de dulce que la de Tsukasa y se puso de pie, miró una última vez a Ukyo, y aunque este no podría describirlo apropiadamente, aquel contacto le transmitió un sin fin de intenciones, que inevitablemente le amargaron la boca.
Gen caminó hasta rodear el brazo de Tsukasa con los propios y acurrucar su rostro entre ellos—"Claro Tsukasa-chan~"
El emperador notó como su guardia más confiable ajustaba la boina amarilla que llevaba encima de la cabeza antes de volver a ocultarse entre los arbustos para comenzar la vigilancia nocturna.
Desvió después su mirada hacía la cabeza impar de Gen y enterneció su mirar—"Te he extrañado Gen..."—Le besó la frente con delicadeza antes de abrir la puerta.
El bicolor aplicó algo de fuerza al agarre del cuál se sostenía—"Tsukasa-chan...—susurró antes de entrar—Tengo que pedirte un favor".
Tras ello la puerta fue cerrada a sus espaldas.
Y a la mañana siguiente, antes de que el sol comenzara a iluminar con fuerza el cielo, anunciando el amanecer, Gen Asagiri salió del imperio de Tsukasa con una cesta de tamaño mediano cargando a sus espaldas y una sonrisa animada en el rostro.
Al parecer corrió con algo de prisa fuera de aquel sitio, pues su mejor amigo había sido incapaz de escucharle partir antes de abrir los ojos, por lo que ahora mismo, estaba buscándole con desesperación por todos los pasillos del imperio, hasta toparse con en el mismo emperador.
—"¿Ukyo?"—le cuestionó frenando sus pasos.
—"Ah—hipó tratando de hacerse pequeño—Tsukasa..."—desvió la mirada.
—"¿Estás buscando a Gen?"
El castaño lo dedujo ante el comportamiento nervioso que el otro llevaba encima. Ukyo crispó sus cabellos al ser atrapado, temía cómo Tsukasa podría reaccionar, si se enteraba de que él mismo desconocía su paradero, después de todo, era el guardia que le había asignado. Pero rápidamente se tranquilizó al percibir en la pregunta del más alto un tono tranquilo, lo cual indicaba que no estaba molesto. Y después de lanzarle una mirada que cuestionaba si él sabía dónde estaba, Tsukasa soltó una suave risa.
—"Descuida, volvió a salir a dar un paseo"—se dirigió a uno de los barandales del palacio donde apoyo sus brazos.
Ukyo le siguió de cerca—"¿Te lo dijo?"—preguntó extrañado.
—"Sí, ayer habló conmigo y me pidió permiso para tener unas pequeñas vacaciones".
—"¿Vacaciones?"
—"Sí, a mí también me desconcertó—hizo una pequeña pausa—. Sé que le dije que podía ir a donde él quisiera, así que no me había inquietado que el estuviera saliendo hasta hace unos días, además yo lo notaba bastante más alegre cuando regresaba, eso hasta hace unos días. Seguramente tú también lo notaste, ¿No? Como Gen parecía enajenado de todo, perdido en sus pensamientos, cómo estaba más pálido y su semblante siempre estaba preocupado".
—"Sí, lo noté..."—Ukyo agachó la mirada.
—"Yo no me di ningún tiempo para poder acercarme a él dado a los asuntos que estamos tratando sobre las aldeas vecinas, pero me dolía bastante verle así. Por eso, cuando ayer me pidió permiso para salir por un lapso considerable, cedí rápidamente a su propuesta2.
—"¿Cuánto tiempo?"
—"Dijo que volvería cuando la primavera llegue. Claro, que en un inicio me pareció una idea terriblemente arriesgada, ya que el invierno de este año amenaza con ser arrasador, pero nunca antes había visto a Gen tan añorante de algo. No pude negarme a su encanto, y dado a que tampoco nunca antes me pidió permiso para salir, supuse que puedo confiar plenamente en que él regresara".
Ukyo aligero sus facciones y al igual que Tsukasa enmarcó una sonrisa tranquila. Quizá por fin Gen le había escuchado, estaba seguro de que iría a ver a Senku y solo podía rezar porque todo saliera bien entre ellos.
—"Aclaro que iba a visitar la aldea vecina y pedir asiló ahí, para un cambio de aires. Eso también me deja más tranquilo, porque aquella aldea es con la que queremos tratar una unificación próxima, si ellos reciben a Gen con los brazos abiertos, harán lo mismo con nuestro imperio y nuestros ideales".
Ukyo no pudo afirmar nada al respecto. Y luego ambos permanecieron en medio de un silencio peculiar, hasta que Tsukasa volvió a separar sus labios
—"Ah, aunque, me parece muy raro que no te lo haya dicho, Tu eres su amigo, ¿No?"—se giró a verle.
—"Amm, bueno, yo tampoco lo sé realmente"—Era cierto, Ukyo era su confidente, pero el chico prefirió pensar que Gen actuó precipitadamente motivado por la conversación que habían tenido esa misma noche.
Pero, la verdad es que no hay nada que una flor no piense con precisión antes de actuar...
—"Espero que con este pequeño tiempo Gen logré recuperarse y mejorar su ánimo, lo necesito aquí a mi lado Ukyo, para mí él es la parte más importante de mi reino—el emperador se sincero con el peliblanco en un momento de paz".
Ukyo no podía dudar de las palabras del otro, pero tampoco quería alimentar su ilusión—"Tsukasa..."—acortó un poco la distancia que los separaba acercándose a sus espaldas.
—"Pero, hay algo que me preocupa Ukyo—el castaño aprovecho esa cercanía para susurrarle. Claro que Ukyo notó que este movimiento fue hecho apropósito—. Y es que, aunque desconozco la razón de los malestares de Gen, no puedo evitar pensar en un culpable".
Ukyo afiló su mirada—"¿En quién piensas?"
Suspiró—"Mirai me dijo que Hyoga mantuvo una conversación muy larga con Gen el otro día. Y aunque confío plenamente y sé que él rescató a Gen de los barrios rojos, también sé que lo conoce desde hace más tiempo y no puedo evitar que aquello me intrigue..."
Ukyo formó una mueca que reflejaba malestar y molestia a la vez. Él sabía perfectamente que Hyoga no era ni de cerca un salvador para Gen y también se percató de que había cometido un gran error. Él odiaba los momentos en los que Hyoga orillaba a Gen a acompañarle hasta su habitación, pues no soportaba escuchar como su amigo contenía sus sollozos ante la brusquedad del segundo al mando del imperio, por ello se alejaba lo suficiente como para ser incapaz de oír algo cuando esos encuentros de suscitaban.
Pero ahora, justo ello le llevo a cometer un gran descuido. Quizá Hyoga había obligado a Gen a hacer alguna otra cosa que claramente detestara.
Ukyo presionó sus puños con impotencia contenida—"Descuida Tsukasa—le habló en un tono bajo para no alterarle, eso era poco conveniente a estas alturas y más pensando en el bienestar de su mejor amigo—, Gen sabe como cuidarse"—y le sonrió.
A pesar de ello, no podía evitar que la pregunta rondará en su mente.
¿Qué es lo que estás planeando Gen?...
Por otro lado, cuando Gen fue capaz de escuchar el cause del río a lo lejos, tomó consciencia de que estaba cerca de llegar a su destino. Alentó sus pasos para tomar el coraje necesario y controlar su agitada respiración sin dejar de repetir constantemente aquellas instrucciones que Hyoga le había encomendado dentro de su mente.
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—"Y bien Hyoga-chan, ¿De qué de tratará esa nueva misión?"—Gen insistió moviéndose suavemente y con lentitud sobre la pierna de Hyoga.
—"Bueno—el platinado aclaró su garganta—, como te gusta tanto salir y perder el tiempo por ahí, Gen—su semblante era serio y su voz ronca se percibía demasiado densa, aunque de tratará de un susurro—. Quiero que vayas a la aldea que está del otro lado del valle y te infiltres en ella".
—"¿Uh?"—Gen frenó por un corto instante.
Hyoga simplemente prosiguió, rozando la piel ajena con descaro—"Tsukasa tiene planeado formar una alianza con ella para integrarla al imperio, pero lamentablemente está demorando demasiado. Escuché que los habitantes de esa aldea tienen un pésimo carácter y además son buenos guerreros, para cuando la primavera llegué, ya habrán tomado sus previsiones para evitar un ataque"—la molestia que tenía era bastante palpable.
—"¿Ataque?—Gen inevitablemente encendió sus alarmas— Hyoga-chan, creí que Tsukasa-chan quería una alianza..."
—"Sí, es cierto. Eso es lo que Tsukasa quiere, pero yo no soy tan bonachón como él—claro que era una respuesta que la florecilla esperaba viniendo de aquel hombre—, la mejor forma de hacer crecer el imperio es acabar con todas las amenazas de un solo golpe".
—"Claro, lo entiendo..."—tranquilizó sus acciones, para no cometer algún descuido que pudiera resultar fatal.
—"Estas tierras son fértiles, pero no lo suficientemente buenas, si Tsukasa consigue aquella aldea obtendrá una gran ventaja y ya que no podrá manejarlo todo solo, recurrirá a mí—Sí, así era el Hyoga que Gen conocía—, así podré tener algo más que el título de mano derecha ¿No piensas que es algo que merezco?"—Arrogante y deseoso de tener una gran cantidad de poder en sus manos.
—"Por supuesto Hyoga-chan"—Además, amante de los elogios.
—"Entonces, es así como me ayudarás—presionó la piel blanquecina de Gen con sus uñas, para tensar su cuerpo y asegurarse de que lo escuchara apropiadamente—. Recopilarás toda la información necesaria de cada integrante de la aldea, sus puntos débiles y fuertes, me informaras también de quienes son una amenaza latente y yo mismo me encargaré de destruirlos"—acompañó con un gruñido cerca de su oreja.
—"Eso..."—Gen hizo presión en sus labios. Luego su barbilla fue atraída de nueva cuenta hacía el rostro de Hyoga.
Este se relamió los labios al ver el color que inundaban las mejillas del bicolor—"Es una orden que espero mi flor favorita pueda cumplir—pronunció coqueto—tienes lo que dure el invierno. En cuanto los cerezos florezcan se lanzará el primer golpe. Estoy seguro de que encontraras la manera en que Tsukasa acceda a aceptar tus caprichos como siempre—le rozó la mejilla— y todo salga bien, ¿No es así?"—y le dejo caer el peso completo de su mirada.
—"Cuenta con ello Hyoga-chan—le sonrió juntando suavemente sus narices—, puedes confiar en mí para encontrar la mejor solución~"—y posteriormente de nuevo le besó.
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Gen estaba perfectamente consciente de que Hyoga ya tenía bastante fijo el objetivo de someter a todo aquel pueblo y que no daría vuelta atrás ante ello. También era claro que aunque Senku no formará parte de aquella aldea, él era la mayor amenaza dado a su cercanía, el platinado no lo dejaría pasar y esto solo empeoraría si Tsukasa de sumaba a la ecuación, el obligarlo a abandonar todos sus nuevos inventos era lo que menos le preocupaba, lo verdaderamente importante era el potencial termino de su vida.
Y ese, era su mayor problema.
Gen tenía presente que Senku era orgulloso y no se movería de aquella choza por más que le advirtiera del peligro. Así que no le quedaba más remedio que obligarlo a hacerlo, claro que eso sería una completa locura. ¡Imposible!
Pero no para Gen.
Él lo lograría, aún si eso significara tener que utilizar sus propios encantos en Senku, después de todo, una flor sabía miles de trucos para convencer a sus víctimas de acceder a todos sus caprichos.
Se detuvo antes de cruzar la fila de árboles en dónde el denso bosque terminaba, al momento de reconocer los mechones verdes de la cabellera del inventor entre los arbustos. Supuso que debía de encontrarse inmerso en alguna de sus locuras, exhaló y se acercó a él con sigilo, lo suficiente como para percatarse de que esté intentaba levantar un tronco aparentemente pesado sin tener éxito, aunque era algo de esperarse viniendo del mismo Senku y su carente complexión física, lo que lo llevó a formar una pequeña sonrisa juguetona. Dejó la cesta que cargaba a un lado y se posicionó frente a él.
—"Senku-chan~"—llamó cantarinamente colocándose a su misma altura.
El menor dio un respingo y dejo caer el extremo del tronco que sostenía al ser llamado de imprevisto—"¿Qué estás haciendo aquí?"—le cuestionó con real sorpresa, mientras apreciaba cómo el bicolor comenzaba a recoger su cabello para tomar el otro extremo de la madera.
—"Bueno, parece que necesitas algo de ayuda"—le guiñó un ojo.
Senku arrugó su frente un tanto desconcertado—"Pensé que ya no ibas a vol..."—expresó cabizbajo en un volumen medio, antes de que Gen le hiciera guardar silencio colocando su dedo índice sobre sus labios con un movimiento delicado.
—"Senku-chan, en este momento es más importante el trabajo que hay por hacer. Así que démonos prisa, ¿Bien?"
El oji carmín simplemente asintió tras aquella invitación curveando ligeramente su labio inferior y posteriormente volvió a tomar con esfuerzo su extremo correspondiente.
Entre los dos lograron levantar por fin aquel pesado tronco, perdiendo un poco de aire en el proceso. Pero eso no les impidió continuar trabajando el resto de la tarde, claramente en los distintos disparates que está vez Senku había ingeniado y que Gen no lograba concebir ni un poco aunque los tuviera enfrente. Entretejiendo ramas sueltas de palma, el bicolor cerró su día con las puntas de sus dedos enrojecidas y un poco maltratadas. Extrañamente sin soltar alguna queja al respecto, o por lo menos así era como le resultaba al científico, quien guardo su distancia respecto a él, hasta la hora de la comida.
Quiso acercársele en muchas ocasiones, pero no lograba reunir el valor suficiente, aún se sentía avergonzado por haberle tratado de esa forma en su último encuentro. Y estaba consciente de que debía de disculparse.
Fue así como, al terminar de consumir sus alimentos dentro de la choza y con el cielo nocturno sobre ellos, Senku encendió aquel filamento de bambú con la finalidad de poder apreciar con un poco más de claridad el rostro del bicolor. Ahí notó como el chico había bajado de peso y aunque su rostro se veía más pálido que de costumbre, en sus ojos no se reflejaba la intención de querer partir a toda prisa como había ocurrido las anteriores veces.
—"¡Gracias por la comida!, ¡Estoy agotado!"—Gen estiró sus brazos emulando algo de cansancio sin borrar su tranquilo semblante.
—"Fuiste de gran ayuda hoy—Senku le comentó con una sonrisa. Llamando la mirada curiosa del de cabellera larga—, no habría podido terminar solo".
—"¿De qué se trata Senku-chan?"—enmarcó una expresión de duda. Las palabras que salían de la boca de Senku venían acompañadas de un toque de sinceridad que nunca creyó escuchar, o por lo menos, no tan pronto.
—"Yo solo digo que...—el nerviosismo de Senku era claro, no soportaba ver a Gen fijamente, la imagen del chico con una expresión vacía al ser nombrado flor por su boca, le atormentaba cada vez con más fuerza. Dirigió su vista a una de sus manos sobre la cual se apoyaba—Pensé que tú ya no, bueno, yo lo..."—mordió su labio. ¿Por qué estaba actuando de esa manera tan ilógica si lo único que debía de hacer era disculparse?
Gen soltó una pequeña mofa al ver al menor conflictuarse—"Senku-chan~"—le llamó de nuevo utilizando un tono bastante íntimo, mientras posicionaba una de sus manos sobre la de él.
Senku se vio obligado a pestañear cuando el contacto se dio, la mano de Gen ahora se sentía un tanto rasposa, pero estaba considerablemente cálida. La fricción de la tela de la túnica de Gen al momento de caer de sus hombros cuando se aproximó para cortar la distancia, hicieron que Senku de nueva cuenta alzará la mirada para encontrarse el primer plano del rostro de Gen a unos escasos centímetros del suyo.
—"Gen..."—habló con dificultad a punto de soltar esas dos palabras que tanto tiempo llevaba intentando decir, hasta que murieron en su boca.
Pues el bicolor se le había adelantado, de nuevo—"Senku-chan, no tienes que sentir culpa, en verdad. Eso ya está en el pasado2—hizo un ademán.
Senku frunció su entrecejo—"¿Quién demonios siente culpa?2—rezongo.
—"Claro, claro. Además, me parece que Senku-chan es pésimo para las disculpas, ¿No es así?"—se burló.
—"¡Eso!..."—trato de mantener algo de dignidad y compostura.
—"Bueno, ya que Senku-chan no puede hacerlo, creo tener una mejor idea—inclinó su cabeza suavemente hacia un lado—. Senku-chan cierra los ojos..."—solicitó.
—"¿Cómo?"
Senku se encontró de nuevo sorprendido por las acciones de Gen, pero ni siquiera tuvo tiempo para reaccionar cuando el de cabellera larga se inclinó una última vez al frente y con su palma libre le impidió la visión ocultando sus pestañas. En solo un segundo sus labios ya estaban conectados.
Senku tensó su cuerpo con sorpresa al encontrarse de aquella forma.
Gen envolvió su mano con su palma y depositó ese delicado y suave beso sobre los labios ajenos sin nada de discreción y tan efímero cómo llegó. La flor, no hizo nada más que dar ese beso por encima de los labios gruesos de Senku, incluso el sonido que dejó al separarse fue casi impersivible, pero basto como para adormecerle todos los sentidos al inventor. Luego le dejo libre.
Al despertar de ese pequeño trance momentáneo, Senku exclamó una réplica, echando su cuerpo hacia atrás, cubriendo parcialmente su rostro con la mano que Gen sostenía anteriormente—"¿Ah?, ¿Qué crees que haces?"
El otro rió divertido y hablando de forma burlesca—"¿Qué pasa? Oh, ¿Podría ser que ese fuera el primer beso de Senku-chan?"
Mientras Gen se encontraba curiosamente entretenido, a Senku las manos le comenzaron a temblar y su rostro, por más que quisiera ocultarlo poco a poco se iba coloreando.
—"¿Eh?"
—"¡Bien!, ¡Muy bien!—dio algunos aplausos en el aire—me he robado el primer beso del inocente Senku-chan~"—concluyó con otro guiño.
—"¡E-eso no!"
—"Puedes tomarlo como mi pequeña venganza. Ahora los dos estamos a la par, es justo"—Gen le mostró la lengua a Senku en un acto encantadoramente infantil.
El chico iba a retarle en la cara, pero las palabras volvieron a dejarle de fluir y simplemente resopló volviendo a su posición inicial.
—"¿Justo en qué sentido?"
El bicolor transformó sus facciones por unas más relajadas—"Buenas noches, Senku-chan"—comentó a la par que se envolvía entre las mantas de piel que estaban en la choza.
Ya era tarde y ambos estaban particularmente agotados después de aquel día lleno de pensamientos traicioneros. Gen le dio la espalda al menor tras eso, justificándose bajo la excusa de querer dormir, dejando a Senku todavía perplejo.
El de mechas verdes también deseo poder conciliar el sueño, sin embargo; el fuerte y descarriado latir de su corazón se lo estaba impidiendo. Cubrió ingenuamente su rostro con las mantas, pensando que así podría borrar el bochorno de sus mejillas y cerró los ojos, teniendo aún presente el peso fantasma de los labios de Gen generándole cosquillas sobre los suyos que tendían a una ilógica sonrisa.
Notes:
Holi ^^/
Espero les haya gustado. ¡Por favor háganme saber su opinión!, de nuevo miles de gracias a todas esas personitas que siguen la historia y me han hecho saber todo su amorx. Les tqm
Los invito a votar, comentar y compartir. Nos vemos en el próximo cap.
Bye :))
Chapter 14: ¶¶•CAPÍTULO 13•
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Cuando los rayos del sol que se colaban por la choza sobre el árbol del inventor, lo hicieron con mayor potencia al día siguiente. Senku frotó sus ojos sintiendo un poco de pesadez. Pues no había tenido un descanso apropiado hasta hace algunas horas atrás.
Aunque estaba realmente agotado y puso todo su esmero en concentrarse en contar números hasta poder dormir, todos sus esfuerzos resultaron en vano.
Su corazón insistía en latir con potencia cuando él exigía silencio, y es que todavía estaba bastante perplejo luego del arrebato que Gen había tenido en su contra. De hecho, lo primero que hizo al ponerse de pie y ser consciente de su realidad, fue llevar la punta de sus dedos hasta sus labios rozándolos con un ligero toque añorante. Suspiró al sentir un ligero cosquilleó y luego recorrió con la mirada absolutamente todo su entorno dentro de la choza.
De nuevo se encontraba solo, aunque era algo que esperaba.
Vio como la manta que Gen había utilizado por la noche, se encontraba perfectamente acomodada en la esquina donde el bicolor había reposado y soltó una risa media, mientras estiraba sus músculos para destensarlos, esbozando un bostezo.
Cuando por su nariz un aroma dulce se coló invadiendo sus fosas, desvío la mirada hacía abajo. Donde para su sorpresa encontró una fogata encendida. Extrañado comenzó a descender y cuando por fin puso ambos pies sobre la tierra, recibió un cordial saludo.
─"¡Buenos días Senku-chan!~"
─"¿Gen?"─Senku formó una extrañada mueca en cuanto lo vio.
—"¿Dormiste bien?—Gen cuestionó cantarinamente mientras arrastraba a sus espaldas la cesta con la que había llegado el día anterior—. No quise despertarte, pero que bueno que lo hiciste, el desayuno está casi listo".
—"Creí que ya no estarías aquí..."—comentó mientras apreciaba con el rabillo del ojo como el chico colocaba sus cosas a los pies del árbol.
—"¡Vamos Senku-chan, toma asiento!"
Gen ignoró el comentario y dio pequeños pasos hacia donde la fogata con una gran olla estaban. Senku exhaló y atendió la indicación, posicionándose a su lado.
—"¿Qué hiciste exactamente? Sinceramente, no te veo capaz de cocinar algo decente"—comentó apreciando con cierta duda el intento de estofado que tenía enfrente y estaba a por llegar a su punto de ebullición.
—"¡Doihi!—Gen chilló—Bueno, quizá no es una delicia como tú exquisito ramen Senku-chan, pero te aseguro que comestible por lo menos es".
—"Claro..."—Senku mantuvo el mismo tono de voz incierto mientras Gen comenzaba a verter algo en una pequeña taza.
—"Además, te hice un poco de té. ¡Vamos Senku-chan, bebe!"—le ofreció con una agrandada sonrisa.
Senku dio un pequeño respingo, el rostro de Gen se había acercado de nuevo al suyo, en una distancia peligrosamente corta. Al ver el gesto suave que enmarcaba, las puntas de sus dedos comenzaron a temblar y sus mejillas tomaron color. Gen sostenía la pequeña taza hecha de barro entre sus manos, que desprendía una fragancia dulce, algo de vapor, además, una pequeña hoja de menta flotando a la deriva, apoyado en sus rodillas e inclinándose ligeramente al frente.
Senku creyó que podía ser víctima de un nuevo ataque y su mirada carmín se fijó sobre los labios ajenos a la par que la taza le era aproximada a los suyos. Luchó por no hacer evidente el titubeó de sus palabras, cuando arrebato la taza de las manos de Gen. Y girando su cabeza hacia el lado contrario, comenzó a beber su contenido.
—"¡Yo puedo hacerlo solo!"—refunfuñó entre dientes.
—"Claro, claro".
Posterior a eso, sirvió sus alimentos en un par de tazones, disfrutando del silencio y la calma que su compañía, y la brisa fresca les ofrecían al momento de comer. Hasta que Senku ya no pudo contener más su inquietud.
—"Oye Gen, ¿De qué se trata?"—y le cuestionó al mayor por las pertenencias que guardaba en aquella cesta.
Gen balanceo su cabeza de un lado a otro antes de responder—"Es solo que espero no te moleste mi presencia por aquí durante algún tiempo, querido Senku".
—"Kukuku, por mi está bien—Debía de confesar que aquello le había sorprendido—. Sin embargo, sabes que no será gratis".
Gen hizo una mueca—"¿Más trabajo?, eso es demasiado cruel Senku-chan"—antes de quejarse como le era costumbre.
Senku dibujo una curva con sus labios, que se deshizo tras examinar aquella propuesta. El viento les golpeó la espalda, empujando algunos de los largos cabellos de la florecilla y también la valentía de Senku para hacer la pregunta.
—"¡Que frío!"—expresó Gen, dejando de lado su plato vacío para comenzar a frotar sus brazos.
—"Gen—Senku llamó su atención—, ¿Sucedió algo con Tsukasa?"
El bicolor volteó a mirarle a los ojos, aprecio la seriedad de sus palabras y el gesto que temía cierta respuesta. Pero simplemente relajo sus facciones y se puso de pie.
—"¡Ah, es cierto!—exclamó—Senku-chan, he traído algo para ti"—señalando la cesta, en un intento por desviar la atención del inventor.
Algo que le funcionó bastante bien. Dado a qué Senku solo se limitó a seguirle con la mirada, Gen fue y vino con un par de telas en sus manos. Y con uno de sus usuales movimientos rápidos, colocó una de ellas sobre los hombros del de mechas verdes.
—"Aquí, muy bien"—expresó al envolverlo en la tela.
—"¿Uh?"—a Senku las mejillas se le volvieron a teñir.
—"Es un abrigo, cortesía de Yuzuriha-chan"—Gen reveló con un guiñó.
Senku se reconfortó de forma inmediata por la calidez que la piel de la vestimenta le transmitió sobre la espalda, observando cómo las manos de Gen alejaban su agarre para proceder a colocarse su propio abrigo, aún sintiendo como su corazón aumentaba ligeramente el ritmo de su palpitar.
—"Este invierno amenaza con ser peculiarmente arrasador, por lo que ella advierte que debes de cuidarte. Procurar tu salud debe de ser también una labor de importancia, es por eso que debes de abrigarte bien Senku-chan".
—"¿La viste?"
—"A ella y a Taiju-chan, ambos envían saludos—terminó de ajustarse la prenda y le miro a los ojos con un gesto suave—. No debes de preocuparte, ellos están muy bien Senku-chan, se protegen el uno al otro y también te extrañan".
Las pupilas carmín irradiaron nostalgia al escuchar eso—"Ya veo...—relajó sus palabras y se puso de pie ajustando la cinta del abrigo alrededor de su cintura—. Bien, si ya has terminado hay que darnos prisa, tenemos mucho trabajo que hacer en cuanto lleguemos allá".
—"¿Uhm?, ¿A dónde iremos Senku-chan?"
—"A Ishigami".
Gen no creyó obtener una iniciativa tan rápida por parte de Senku para regresar a su aldea y que tampoco ofreciera a llevarlo con él. Pero bueno, no se hacía grandes ilusiones. Hasta donde había entendido, Senku solo quería hacer una visita rápida para obtener mayor ayuda en su nuevo trabajo. Solo le quedaba seguir siendo cauteloso.
Durante el trayecto se ajusto al andar de Senku, una vez más confirmaba que la actividad física no era su fuerte, al ver cuanto trabajo le costaba caminar con precisión por los senderos empedrados de la zona.
El valle continuaba más allá de la pequeña choza donde el inventor se asentaba, aunque en su mayor parte estaba rodeado por árboles, la vegetación variaba con cada paso, incluso la presión del aire era diferente, pues se acercaban a una zona pesquera, la aldea Ishigami estaba conformada por acantilados y agua. Claro que Gen solo pudo saberlo, gracias a las pequeñas explicaciones que Senku soltaba de vez en cuando y que él se encargaba de escuchar con debida atención.
El recorrido ameno que ambos trazaron les duró aproximadamente dos horas. Al llegar a la cima de una pequeña colina, el haber arribado a la aldea se les hizo evidente, bastaba con ver las pequeñas casas con humo saliendo de su parte superior, para saber que Senku había sido el responsable.
Había un gran puente que conectaba a las islas y que también los recibió, aunque no de la mejor forma.
—"Espera Gen"—advirtió Senku al ver cómo el bicolor aceleraba sus pasos atraído por lo que veían sus ojos.
—"¡Intrusos!"
Un grito resonó y de forma inmediata Gen se vio rodeado por puntiagudas lanzas.
Dio un respingo que simuló bastante bien segundos después, analizando la situación. Se trataba de un par de chicos coordinados a la perfección, que parecían incluso menores que él, con una diferencia notoria en su estatura, color de cabello y en sus lanzas, pues una de ellas era totalmente plateada, mientras que la otra resplandecía como el oro.
—"¿Quién eres? ¿Y por qué estás invadiendo nuestro territorio?"—uno de los chicos le cuestionó con el ceño fruncido.
—"¿Eh?"—Gen exclamó con confusión.
—"¡Vamos responde!"—el otro de los chicos insistió.
—"¿Senku-chan?"—Gen giró a ver a su acompañante con una sonrisa aparentemente nerviosa.
—"Ah, por eso te dije que esperarás"—el de mechas verdes se acercó sereno a la escena, hurgando en su oído con banalidad.
—"¡Senku!"—el chico rubio grito su nombre.
—"Senku, estás aquí..."—seguido por el castaño en su sorpresa.
—"Kinro, Ginro, él viene conmigo"—señaló al de cabello largo.
—"¡Oh!"—eso hizo que ambos dejarán de apuntar sus armas contra Gen.
—"¡Lo siento, no sabía que venías con nuestro líder!"—el rubio se acercó a Gen está vez mostrándose bastante dócil.
—"Descuida, supongo que es bueno ver qué la aldea Ishigami cuenta con un sistema de seguridad como ustedes".
Mientras que el más alto se aproximó a Senku—"¿Es amigo tuyo?"
Y este, no hizo más que encoger sus hombros ante la interrogante. Cuando los murmullos aumentaron.
—"¿Escuché que nombraron a Senku?—con velocidad Kohaku llegó al puente cuestionándole a sus guardias acompañada de cierta incredulidad, hasta que lo vio frente a ella—. Ah, vaya, esto si que es una sorpresa"—dibujó una tenue sonrisa en su rostro.
—"¡Que malote, ¿Senku está aquí?!"—Chrome también se dirigió al puente, acompañado de un hombre de mayor edad.
—"¡Ho,ho! Sí Senku está aquí, significa que tendremos un día lleno de cosas nuevas"—el anciano se regocijó.
—"Ah, vamos. Tampoco es para tanto"—Senku exhaló tras los comentarios de sorpresa que había recibido.
Comentarios que no pasaron desapercibidos ante Gen.
—"Oh, eres tú"—Kohaku volteó a verle, casi igual de impactada que al inicio.
—"¡Que malote también estás aquí!"
—"¡Geeen!—un nuevo grito se escuchó, pero está vez se dirigía al bicolor. Se trataba de la pequeña Suika quien rodó con su sandía hasta donde el chico estaba y le recibió envolviendo su pierna con un abrazo—¿Estás aquí para ver los cerezos?"—cuestionó en un tono inocente.
—"No Suika-chan, todavía falta algo de tiempo para que llegue la primavera"—le respondió gentilmente mientras acariciaba la cáscara que portaba sobre su cabeza.
—"Así es—Senku se posicionó al centro de todos—, el viejo Kaseki tiene razón, hoy haremos muchas cosas nuevas, por eso necesitamos a tanta gente"—sonrió con un toque de malicia.
A lo que los demás reaccionaron medianamente entusiastas, a excepción de Chrome y Kaseki, el equipo cienticero estaba bastante optimista.
—"Bueno, era de esperarse"—Kohaku resopló caminando a la orilla del puente, no sin antes dedicar una última mirada incierta a Gen.
Posterior a eso Senku les asignó tareas especiales a cada uno de los habitantes de la aldea Ishigami.
—"Y dime querido Senku, ¿Cuál será mi labor aquí?—Gen se resignó soltando un suspiro.—Solo espero, que no sea nada muy rudo".
—"Kukuku, no creas que te libraras tan fácil de tus labores solo porque hay más personas".
El de mechas verdes se divertía molestando un poco a Gen admirando el inflar de sus mejillas previo a un puchero. Hasta que una mano se extendió para alcanzar la tela del abrigo del bicolor, haciendo que ambos voltearan a ver a su paradero.
—"Eso está mal Senku—el viejo Kaseki mencionó—. Tiene razón, deberías tratar con algo más de consideración a una señorita que ha decidido acompañarte".
Como si hablara la voz de la experiencia, Kaseki soltó aquel regaño sutil con la intención de animar a su compañero cienticero. Sin embargo, las cosas no le salieron bien y lo notó cuando aprecio el rostro de ambos jóvenes con una expresión de sorpresa y sus orejas coloreadas.
Antes de que pudiera decir algo más, Senku soltó una carcajada, mientras que Gen sí inicio está vez con su berrinche, sintiendo algo de vergüenza.
—"Eso mismo fue lo que yo pensé al verlo Kaseki"—expreso Senku sin parar de reír.
—"¿Eh?"—Kaseki se notó confundido.
—"Lo lamento viejo, pero creo que te estás equivocando"—presionando las cejas Gen intento hacer que el hombre le soltará.
—"¿Cómo?, ¿No es así?—Kaseki levanto sus cejas y tiró de Gen hacia sí para verle el rostro con mayor claridad y poder comprobar que, en efecto, se trataba de un chico—¡Ho, ho!" La juventud de hoy en día sí que me impresiona.
—"¿Eh?"—a Gen el bochorno por ser confundido se le esfumó cuando notó la fuerza que aquel hombre todavía poseía. Tuvo que hacer un gran esfuerzo por no perder el equilibrio cuando lo acerco a su rostro.
—"Bueno, en ese caso, no hay porque ser nada considerados—dictó—. Tu vendrás conmigo, este viejo te enseñará lo que es o no, equivocarse"—Kaseki prenso el agarre con mayor fuerza y comenzó a caminar arrastrando a Gen consigo.
—"¿Ah?, ¿Sí...señor?"—el bicolor no pudo hacer nada para evitar ser raptado.
Y Senku dejo de reír al verlo alejarse, también sin poder impedirlo.
—"Parece que el viejo Kaseki ya se ha encariñado con Gen, ¿No es así?"—Chrome que estaba a las espaldas de Senku junto a Kohaku comentó a la par de una risilla.
—"Ah, pues que remedio—Senku tronó su cuello—. Dejemos que hagan lo que quieran y concentrémonos en nuestras propias labores".
—"¡Estoy listo!"—Chrome hablo con emoción.
—"¿Qué es lo que necesitarás ahora profesor Senku?"—La rubia también se mostró dispuesta.
—"Para empezar, necesitaremos conseguir piel..."
Las horas se pasaron volando con cada integrante del reino científico haciendo su correspondiente labor. Y al mismo tiempo que llegó el atardecer, Gen ingreso a una pequeña choza de la aldea. Senku le había indicado que lo hiciera cuando se dio tiempo para asignarle una tarea más personal, además de ser el asistente del artesano estrella, le explicó que de cualquier forma, era una labor que podía realizar con el calor de una estufa a su lado.
—"¡Errible-tay! No sé qué es peor, si el trabajo con el viejo o las tareas de Senku-chan. No puedo hacer todo yo solo..."
Gen se quejaba en voz alta tratando de descifrar lo que los garabatos que Senku llamaba ruta de planos, podían significar.
—"Entonces, yo te puedo ayudar".
Una dulce voz femenina le llamó la atención, dejo de lado el plano y volteó a verla.
—"¿Cómo?"
Recibió una suave risa y una invitación a tomar asiento a su lado con pequeñas palmadas sobre el suelo de la choza.
Gen dudo un poco antes de acercarse—"S-supongo que tú eres la famosa sacerdotisa".
—"Llámame Ruri".
—"Bien, Ruri-chan. La hermana mayor de Kohaku, ¿Cierto?"
—"¿Tanto se nota?"
—"Para ser sincero sí. Las dos son realmente hermosas".
Gen se sumió en sus hombros, el aura pura que la señorita Ruri irradiaba le ponía un tanto incómodo. También era cierto lo de su belleza, se veía como una mujer ya madura, su cabello largo y brillante le hacía lucir elegante, incluso su forma de sentarse lo hacía.
Ruri coloreó sus mejillas por los halagos de Gen—"Gracias. Pero deberías de tener cuidado, si Kohaku te escucha decirle algo como eso, puede que no se lo tome muy bien".
—"¿Por qué? Kohaku es una chica bella y fuerte, no tendría porque avergonzarse. Ni tú, eres bastante fina Ruri-chan, el puesto de sacerdotisa te sienta perfecto".
La chica todavía un tanto a penada volteo a ver a Gen, encontrándolo con la cabeza agachada, pareciendo reflexionar sus propias palabras con algo de añoranza.
Y es que el bicolor siempre tuvo un recelo oculto en su corazón hacia ese tipo de chicas. Tan lindas, puras y felices.
No podía evitarlo, a comparación de ellas, él se sentía peor que nada. Ni siquiera era una mujer para empezar, pero siempre fue tratado como una, e incluso si lo fuera, tenía en claro que no podría ni parecérsele a su sombra. Porque el destino había sido cruel.
Ahora mismo estaba siendo una pesada ironía, pensar que en algún momento una pobre flor como él podría convivir en la misma habitación que una sacerdotisa tan perfecta como ella...
Sus manos temblaron con impotencia, Ruri lo percibió.
—"Bueno, no es para tanto tampoco—comentó la chica—. El trabajo de una sacerdotisa no es más que memorizar las historias que nos dejaron como legado los fundadores y rezarle a los dioses. Si me lo preguntas, creo que es mucho más interesante y con más peso todo lo que tú haces—colocó con delicadeza una de sus palmas sobre la de Gen, para tranquilizarle".
—"¿Lo que yo hago? No Ruri-chan, yo solo alguien más, no tengo una labor definida ni nada, mi única intención es acompañar a Senku-chan".
—"Pues creo que eso ya es bastante y también muy importante".
—"Yo no diría lo mismo, Senku-chan puede valerse perfectamente por si mismo, eso lo sé bien".
—"¿Estás seguro?"
Enarcó una ceja—"No es nada especial".
—"Yo creo que sí y para Senku lo es más. Creo que tu compañía es de suma importancia para él".
—"¿Por qué lo dices?"
La chica aligeró sus facciones—"Ya hace mucho tiempo que Senku no visitaba la aldea por su propia cuenta, ni porque tuviera un trabajo importante entre manos. Evitaba involucrar a otros en sus experimentos lo más posible, para no repetir lo que había pasado con sus anteriores amigos. Por lo menos hasta que llegaste tú a su vida".
—"Eso..."
—"Kohaku me ha contado algunas cosas. Senku ha comenzado a ser más productivo y ha reunido el valor suficiente como para encarar a la aldea solo con tu compañía Gen".
—"¿Encarar?"
—"Sí..."—la chica observó a las afueras de la puerta de la choza por un instante—Verás, Senku no tenía apego por la aldea desde la muerte de su padre. Es por eso que tampoco venía, no creo que lo haya superado aún.
Con la declaración de la rubia, Gen solo confirmo lo que ya sospechaba hace tiempo.
—"Recuerdo que al venir siempre trataba de mantenerse ocupado con el trabajo, porque cuando no lo estaba, su semblante se volvía denso. Y todas las noches, en vez de descansar apropiadamente, se levantaba a escondidas para aferrarse a la tumba del fundador".
—"¿Uh?"
—"Yo lo vi algunas veces, pero nunca pude acercarme a decirle nada, porque realmente no sabía que podía decirle—hizo una pausa—. Pero ahora está otra vez aquí, contigo, de alguna forma conseguiste hacer que Senku volviera al hogar que su padre construyo para él y te lo agradezco—le dirigió una pequeña reverencia".
—"¡Ah, no!, ¡Ruri-chan no tienes porque!"—Gen la soltó para hacer que volviera a su posición original.
La chica agrando una sonrisa—"Es por eso que te digo Gen, que tú labor me parece de lo más excepcional".
—"Esta bien, está bien Ruri-chan, ya entendí, gracias—Gen pudo volver a sentir el calor subir por sus mejillas—. Pero por favor, no vuelvas a hacer eso..."
Mientras tanto, detrás de la pared de la choza, cerca de la puerta, Kohaku acababa de oír todo lo que habían hablado su querida hermana y aquel chico extraño. Los espió porque aún tenía bastantes dudas respecto a Gen, aunque a decir verdad, el punto de vista que Ruri tenía hacia él, no discrepaba mucho del que ella tenía.
—"Mejor, Ruri-chan si no te incómoda ¿Podrías hablarme un poco más sobre esas historias que el papá de Senku-chan les dejo de legado?"
Por lo que después de dar un último resoplido decidió retirarse y dejar que siguieran con su conversación.
En un abrir y cerrar de ojos, el manto de media noche cubrió toda la zona.
Y Senku se dio prisa para ingresar a la cabaña donde había enviado al de cabellera larga, para así, juntos poder volver a casa.
—"Bien Gen, espero que hayas podido terminar el encargo que te di, porque ya es hora de irnos".
—"¡¿Qué?! No, no Senku-chan, aunque creas en mí, tienes que entender que acabar todo el trabajo que me diste en una noche es imposible. Ni siquiera con ayuda de Ruri-chan he podido terminar"—chilló.
—"¿En verdad?"—Senku hizo una mueca.
—"Así es, aunque casi estamos por acabar. ¿Por qué no mejor se quedan aquí está noche?, temprano podríamos terminar todos juntos"—Ruri sugirió.
—"Ah, no. Eso, no es una buena idea..."—Senku desvió la mirada.
—"¿Qué?, ¿Por qué no?—Chrome, se paseo por la choza al momento de la conversación—¡Pueden quedarse conmigo! Les prepararé un espacio en mi cabaña y ambos podrán descansar ahí"—invitándoles de inmediato.
—"Ah"—Gen sonrió ante el ofrecimiento esperando poder conciliar el sueño lo más pronto posible, pues estaba agotado.
—"No Chrome, está bien. Nosotros volveremos a casa"—pero Senku volvió a rechazar la oferta.
—"¿Casa?, ¿Te refieres a esa cabaña en el árbol en medio del bosque?—Kohaku le miro con algo de molestia—. Otra vez prefieres marcharte, pero Senku, yo no los veo capaces de volver a ese lugar a ninguno de los dos con esta oscuridad rodeándolos".
El ojo carmín enroscó sus labios.
—"Todos tienen razón Senku-chan, ya es tarde, lo mejor será volver mañana"—Gen fue el último en sumarse a la causa.
Y Senku no tuvo más remedio que aceptar—"Ah, supongo que sí. Está bien, pero mañana partiremos temprano"—advirtió mientras hurgaba en su oído.
—"¡Genial!"—y Chrome se dio prisa para recibir en su cede a los dos chicos.
—"Buenas noches".
—"Descansen, buenas noches".
—"¡Buenas noches Gen!"
—"Ten una linda noche Suika-chan"
Tras despedirse, Gen partió hacia donde le habían indicado los demás que Chrome dormía. Senku ya estaba cubierto con la piel que el castaño le había ofrecido, mientras este terminaba los últimos detalles de un pequeño hueco acogedor para Gen en medio de ambos.
—"Vamos Gen, aquí podrás descansar"—le sonrió.
—"Gracias Chrome-chan"—asintió y comenzó a deshacerse de sus prendas más pesadas.
A Gen todavía le costaba un poco acostumbrarse a la energía de Chrome, pero agradecía que le dedicará esa sonrisa llena de pasión siempre, a pesar de aún ser un desconocido ante sus ojos.
También por el refugio que esa noche le había dado. No era la habitación más amplia y decorada de un palacio, con telas finas y cojines de pluma como los que Tsukasa le ofrecía, pero de algo estaba seguro: Era un sitio mucho más acogedor.
Aunque sus acompañantes no aportarán mucho. Al darse media vuelta, se topo a un Chrome completamente rendido, que comenzó a roncar a penas su cabeza tocó el bulto que le servía de almohada. Y un Senku brindándole la espalda envuelto en su manta de piel hasta la cabeza.
Sonrió y posterior a eso, él también se envolvió entre la manta.
La luz de la luna reflejaba sobre su rostro al colarse por un pequeño hueco por la ventana de Chrome. Aquello no le molestaba, más bien, fue como seguir cumpliendo su ritual de apreciar el cielo nocturno cada noche antes de descansar.
Pero solo habían pasado unos segundos, cuando la luz desapareció por completo. Lo percibió gracias al rastro de la sombra que le cubrió los párpados, generada por la peculiar cabellera del inventor.
Senku se había puesto de pie, quizá pensando que los otros dos ya habían caído rendidos, para poder escabullirse de ahí. Se colocó con algo de prisa sus botines y abrigo y se dispuso a salir bajando las escaleras cuando una voz le detuvo.
—"Senku-chan..."
El mencionado se giró a verle— "Ah, ¿Todavía estás despierto?"—susurró.
—"¿A dónde vas?"
—"Yo..."—Senku desvío su mirar permaneciendo pensativo un momento.
—"¿Puedo ir contigo?"—Gen añadió levantándose también.
—"Bien"—Senku sonrió.
La florecilla se cubrió colocándose su abrigo sobre sus hombros y con los pies en punta, dio pequeños pasos para ir tras Senku. Ambos fueron sigilosos para no irrumpir a Chrome, aunque probablemente nada podía hacerlo a esas alturas que el castaño ya roncaba sonoramente.
Se dirigieron hacia la misma colina por la que habían llegado, esa que les digo una vista completa de la aldea. Cuando llegaron a la cima, Senku simplemente se dejó caer sobre el pasto y Gen le imitó, en instantes ambos tenían un hermoso primer plano de un cielo estrellado antes sus ojos.
—"Por allá, esas estrellas forman juntas una línea. Siempre son así, a diferencia de las demás".
No faltó mucho para que el joven inventor comenzará a soltar sus comentarios entusiastas sobre el cielo como una conversación casual.
—"Ah, sí. Maravilloso Senku-chan..."
El bicolor no se los perdía, pero estaba enfrentando una ardua batalla contra el sueño en ese mismo instante.
Los labios de Senku tendieron a un puchero—"Oye Gen, si lo que realmente querías era dormir, ¿Para que viniste? Te hubieras resguardado en el calor de la cabaña de Chrome".
—"No, no, nada de eso Senku-chan—uno de sus párpados ya se encontraba cerrado—. La luna está hermosa hoy—apuntó con su índice hacia arriba de ellos—, ¿cómo podría dejar que apreciarás la vista tú solo?"
Las facciones del oji carmín pegaron un pequeño brinco, en este punto, Gen comenzaba a soltar extraños balbuceos. Quizá no debía tomarle mucha importancia, pero...
—"Sí claro. Bueno, después de todo este es el mejor lugar para ver las estrellas, la aldea Ishigami tiene una de las mejores vistas".
—"Se nota".
—"Recuerdo que siempre me encantó poder apreciarlas en este lugar..."
Gen rió con suavidad—"Puedo imaginar a un pequeño Senku-chan escabulléndose en medio de la noche como hace rato".
Senku compartió esa sonrisa en su rostro—"Tenías razón"—mencionó, pero está vez con algo más de seriedad en su timbre.
—"¿Uh?"—Gen abrió los ojos al percibirlo y le miro directamente, aunque solo podía apreciar el brillo que las pupilas del chico reflejaban.
—"Sobre porque no tenía intención de acercarme a Ishigami y eso. Tenías razón en todo..."
Gen presionó sus labios, confirmar la verdad que ya suponía normalmente le era gratificante, pero al tratarse de aquel muchacho, la sensación en su pecho era completamente distinta.
—"Es verdad que no quiero que la historia se repita una segunda vez, no me gustaría arrastrar a ninguno de ellos a otro problema. Y que también es algo complicado tener que recordarlo todo el tiempo, pues aquellas personas a las que él ayudo les fascina halagarlo aún cuando ya no está aquí y lo peor es que no hay forma de evitarlo, por qué todos son realmente buenos y parece que han seguido sus enseñanzas bastante bien—soltó el aire que había aprisionado en sus pulmones y apretó los puños—. Nunca le dije a nadie como me sentía respecto a ello para no causar más conflicto, pero tú lo descubriste tan rápido y fácil como si un acto de magia se tratará, que por eso... Yo...en ese momento, actúe así...Yo..."
—"Esta bien Senku-chan. Ya no tiene importancia"—Gen frunció su ceño, la carga era demasiado pesada para los ligeros hombros del menor, lo sabía.
Pero Senku insistió en continuar—"Puede que así lo sea, pero de cualquier forma, fue algo totalmente ilógico haberme molestado de esa forma en aquel entonces, solo porque tenías razón..."
Gen analizo las palabras que acababa de escuchar y llevo su mano hasta el puño más cercano que tenía de Senku, haciendo que este se girara a verlo de frente.
—"Pero lo bueno es que ahora ya lo sabes Senku-chan."
—"¿Ah?"—Senku volvió a sentir esas cosquillitas ante el tacto del contrario.
—"Y que no tiene nada de malo que pienses de esa forma, pero también es bueno que entiendas que no eres ningún problema. Puede que haya sido difícil, pero ahora mismo estás aquí, en Ishigami. La aldea que tu padre se encargo de construir solo para ti".
—"El viejo definitivamente no sabía lo que hacía entonces"—Senku resopló sintiendo con más claridad el agarre de Gen a medida que los segundo avanzaban.
—"Mentira. Él lo sabía y es por eso que lo hizo, le dejo a su hijo un reino científico con compañeros fieles que no lo dejarán solo en ninguna de sus aventuras. Tú mismo lo viste hoy, ¿no es así? Cuánto se alegraron por tenerte de regreso aquí, así que Senku-chan—le extendió una sonrisa—no tienes que disculparte por nada".
—"Ah, eres demasiado pesado"—Senku se quejó desviando su mirada hacía el lado contrario.
Solo escuchó otra pequeña réplica de Gen, antes de toparse con una estrella que cruzó el cielo a una considerable velocidad, destellando en sus pupilas.
Su emoción fue inmediata—"¡¿Viste eso?, Gen...—al volver la mirada el bicolor ya tenía la cabeza totalmente reposada en el pasto y los ojos cerrados—¿De verdad?—enmarcó un gesto de fastidio—Debiste de haberte quedado en la cabaña..."
Un último suspiro se le escapó cuando se acomodo a su lado de mejor forma, tratando de soltarse del agarre por el cual lo había aprisionado momentos antes, pero de nueva cuenta le fue inútil. De algún modo Gen había aplicado la fuerza y habilidad suficiente como para entrelazar sus dedos entre su mano.
—"Oye"—le llamó la atención, pero el otro ni se inmutó.
Se dio por vencido muy pronto y su mejor idea fue dejar de intentar zafarse, para ser ahora él, quien recibiera con mayor gentileza el tacto ajeno.
Se aferró a los dedos delgados de Gen y su corazón empezó a hacer un ruido molesto que le llenaba los oídos, mientras sus mejillas se chapeaban. Permaneció un par de segundos con la mirada fija en Gen, cuando decidió vacilar descubriendo su rostro de los mechones negros y blancos que le habían ocultado la vista completa torpemente. Dibujo una sonrisa sin explicación y se perdió ensimismado en el tambalear de sus pestañas.
Las cosquillas aumentaron, así como su respiración agitada y ritmo cardíaco, cuando ya era muy tarde.
Pues ya se encontraba depositando un dulce beso en la frente del mayor con las estrellas fungiendo de únicos testigos.
Notes:
Gracias por tenerme paciencia. Espero les haya gustado el capítulo, ya saben que estoy atenta a sus comentarios, los invito también a votar y recomendar.
Besitos, hasta el próximo cap~
Bye ^^
Chapter 15: ¶¶ •ALGO DE CERCANÍA•
Chapter Text
Al día siguiente toda la aldea se reunió para darle una adecuada despedida a su líder y compañía, después de haber vivido otra de esas aventuras científicas que les había propuesto.
—"¿Cuándo volverás para jugar?"—La pequeña Suika era, naturalmente, la más inquieta por el hecho de que Gen se retirará.
—"Oh, tranquila Suika-chan. Espero que sea muy pronto"—el bicolor trato de calmarla acariciando su máscara de sandía con suavidad y dibujando una sonrisa en el rostro—, "además, todavía tenemos que ver ese árbol de cerezo florecer. ¿Recuerdas?"
—"¡Es verdad! Entonces Suika esperará"—la niña pego un brinquito con emoción.
Y eso permitió que Gen comenzará a dar sus primeros pasos tras el inventor.
—"¿Seguro de que estarás bien Senku?—Kohaku comentó—Podrías quedarte aquí otro par de días más..."
—"Ella tiene razón, pueden volver a dormir en mi cabaña sin problemas Senku"—Chrome también insistió.
Pero el de mechas verdes les respondió como solía hacerlo mientras rascaba su oreja—"No hace falta, ya hemos avanzado bastante con todo lo que hicimos ayer. El equipo de guerra y el artesano, pueden volver a sus actividades habituales, pero descuiden, ya habrá algo más para ustedes muy pronto."
—"No sé cómo reaccionar ante esa advertencia, pero supongo que significa que estarán bien"—la rubia se resigno mientras Senku le sonreía.
—"Bueno, entonces es hora de irnos, ¿Gen?"
—"Ah, sí, sí. Senku-chan—el chico se posicionó a su lado mientras balanceaba su mano de un lado a otro—. Adiós a todos"—despidiéndose.
Senku no miró atrás y simplemente comenzaron a andar de regreso a su pequeña cabaña. Aunque a la mitad del camino Senku solicito detener sus pasos.
—"¿Puedes esperar un poco?"
—"¿Qué ocurre Senku-chan, quieres tomar otro descanso?"—Gen se giró a verlo y cuando esté dejo caer el costal que llevaba consigo y así confirmo su respuesta.
A decir verdad, él también estaba ligeramente cansado, no recordaba siquiera en qué momento había decidido salir de la choza de Chrome la noche anterior. Se sentó sobre una roca que tenía próxima y exhaló, cerrando momentáneamente sus ojos.
—"Gen."
—"¿Sí Senku-chan?"
Cuando los abrió de nuevo ya tenía a un Senku arrodillado ante él sin haberlo notado.
—"¿Ah?, ¿Qué pasa?"—se exaltó un poco y rápidamente quiso cambiar de posición preocupado porque algo malo le hubiera sucedido al otro.
—"Oye, quédate quieto un momento"—Senku le solicitó con las cejas juntas.
Gen acató la petición observando como Senku abría aquel costal y sacaba de él algo que parecía bien envuelto. Pudo apreciar tratando de espiar, que se trataba de algo de cortes de piel. Cuando, de un momento a otro, el inventor tomó uno de sus pies y lo apoyo sobre sus rodillas.
—"¡¿Senku-chan?!"—pegó un grito.
—"Cálmate y espera un poco"—Senku parecía concentrado.
Gen solo tragó saliva al ver la acción.
—"Sé que eres amante de andar por ahí descalzo todo el tiempo—Senku comentó con una voz ligera—. Eres un hombre de pies ligeros, pero tienes que pensar en ti un poco más—y comenzó a atar los hilos que unían a la piel—. El invierno llegó con fuerza, tú mismo lo dijiste antes. ¿Crees que ir de un lado a otro con una simple media te protegerá de un resfrío o algo peor? Por supuesto que no"—luego comenzó a hacer lo mismo con el otro pie.
El rostro de Gen se tiñó de rojo—"Senku-chan, acaso tú...¿Hiciste estos zapatos para mí?"
—"Bueno—rascó la punta de su nariz—, es solo que ayer sobró bastante piel, así que...—se encogió sobre sus hombros—¡Cómo sea! El caso es que ahora estarás más cómodo, no te lastimarás y no tendrás razones para enfermarte, por lo menos no en esta época. Así que solo úsalos, ¿quieres?"
Cuando terminó de colocarle los zapatos a Gen, Senku se puso de pie evitando hacer contacto visual. Lo cual para el de cabellera larga fue un alivio, pues moriría de vergüenza si el chico notaba su pequeña emoción.
La verdad es que él no era ningún tonto, y por más que disfruta de la libertad que andar descalzo significaba, sabía que no podía andar por ahí pisando la nieve como si de nada se tratará. Entre las pertenencias que había llevado con él a dónde Senku, ya estaban un par de elegantes y finos zapatos que Tsukasa le había obsequiado.
Sin embargo, ahora mismo, el calzado que Senku había confeccionado para él, le resultaba mucho más cómodo y confortable.
—"Andando Gen"—le indicó retomando su trayecto.
—"¡Claro que sí, querido Senku!"—Gen volvió a ir tras de él, no sin antes chocar sonriente, la punta de sus nuevos zapatos contra el piso.
♠
En clase, más precisamente, a la siguiente que Gen compartía con Senku, este prefirió no arriesgarse y escabullirse por las puertas del aula cuando nadie más veía. Con un ligero retraso para tener la excusa perfecta de no poder sentarse a su lado está vez.
Aún no podía mirarle a la cara con naturalidad, después del ridículo espectáculo que le había ofrecido la anterior ocasión. Claro que de eso, todos parecían ser conscientes exceptuando al mismísimo Senku.
—Oye Gen—escuchó su nombre ser llamado al entrar al aula.
El pelinegro volteó topándose con la agrandada sonrisa de Ryusui quien le invitaba a ir a su lado señalando con un par de dedos.
Resopló para sí mismo, hubiera preferido tener que evitar a cuántos más pudiera, pero a este punto, eso ya no era una opción. Asintió y tomó el asiento indicado.
—Hola Ryusui-chan—saludo en voz baja.
El rubio mantuvo su sonrisa por unos segundos más, en lo que la clase comenzaba a desarrollarse.
De nuevo tenían a ese profesor aburrido de historia, que parecía tener una fijación extraña por las cosas viejas, entre ellas, árboles antiguos. No había mejor explicación para justificar el viaje que de un momento a otro planteó entonces.
Un viaje cercano al monte Fuji, dónde el templo con un supuesto gran árbol ancestral, sería la principal razón para asistir.
Con la intención de dar un recorrido histórico que motivara las memorias de sus estudiantes, el profesor dio anuncio de que el viaje duraría un fin de semana completo. Y estaría planeado más como una especie de excursión, para todo aquel que deseara asistir, asegurándoles que sería una experiencia maravillosa.
Tras ello, los alumnos hicieron algo de alboroto. Era de esperar pues unas vacaciones espontáneas no le hacían daño a nadie, y no había mejor experiencia universitaria que explorar un sitio nuevo con las mismas personas que se sentaban a tu lado muy de vez en cuando.
Sí, claro...
Gen concluyó ese pensamiento en la mayoría de las personas que le rodeaban al percibir su contento, y un resoplido hizo vibrar sus labios con notable hastío.
—¿Uh?, ¿Qué sucede Gen, por qué tu no estás animado?—Ryusui inquirió tratando de descifrar su expresión.
El bicolor dio un respingo—Ah, bueno, yo...
Él no tenía tiempo para pensar en un viaje, ni oportunidad para que algo tan banal le preocupara, de hecho, para nada.
Su mente estaba hecha un caos con lo ocurrido en los últimos días, ese nuevo evento no era más que una nueva y pesada carga que llevar en sobre sus hombros y que le agotaría aún más. Lo sabía.
—No creo que sea la gran cosa—sentenció—. Pero seguramente para ti es el caso contrario, ¿Verdad Ryusui-chan?—e hizo un esfuerzo en mantener su sonrisa serena.
—¡Ja, ja, por supuesto! Ese árbol, ese viaje, yo lo quiero. ¡Lo quiero todo!—tronó victorioso sus dedos.
—Muy propio de ti~
Gen vaciló y volvió la mirada a su pequeña agenda de apuntes, aunque evidentemente, el rubio no se conformaría con la vaga respuesta que había salido de su boca. Ryusui hizo chocar sus codos para llamar su atención de nueva cuenta.
—Pero por lo visto no soy él único que lo desea—comentó y cuando Gen le miró, apuntó hacia el frente con su cabeza para incitarle a compartir el mismo escenario que apreciaba a la distancia—. Mira ese brillo en sus ojos, esta totalmente emocionado, ¿No lo crees?
A lo lejos, Senku sonreía intercambiando diálogos con quién ahora compartía el asiento. Quizá estaban lo demasiado distantes como para no percibir sus susurros, pero el mensaje era fácil de interpretar. Claramente el amante de la ciencia tenía intenciones de asistir a ese viaje.
—También es muy propio de Senku-chan emocionarse por situaciones como estás—Gen lo miró con ensoñación—, en un viaje así, podrá explorar tanto como quiera. Después de todo así es él, no dejaría pasar esta oportunidad.
Ryusui transformó su sonrisa jactante en una más sincera—¿Y por qué tú si lo harías?
Gen dio otro respingo—¿Ukyo-chan te contó lo que sucedió, verdad?
—Ukyo no necesita decirme nada, incluso yo puedo darme cuenta de las cosas cuando son evidentes—le confrontó.
—¿Evidente?—Gen dejó escapar una pesada risa—No hay nada evidente.
—¿Estás seguro de ello? Gen, eres lo suficientemente astuto como para distinguir la realidad de tus propios deseos y visión.
—No estamos hablando de lo que yo deseé Ryusui-chan. Es solo que lo único evidente es que Senku-chan esta muy bien ahora, lo suficiente como para actuar despreocupado e inocentemente emocionado por una pequeña excursión.
—Así que piensas continuar negando lo que alguna vez hubo entre ustedes.
—¿Lo hubo?—Gen le sonrió, pero ahora con una mueca seca.
Ryusui esta vez no la correspondió—Gran error—exhaló—. Gen, Senku no es un idiota solitario, es apasionado en demasía y por eso mismo es que todos lo apoyan cuando lo necesita, más no se trata de pretender resolverle la vida. Tanto Ukyo, como yo e incluso tú, formamos una relación con ese chico por un motivo distinto, que de alguna forma nos trajo hasta aquí, pero lo que sucedió contigo sin duda fue mucho más especial, obra del destino me atrevería a decir. Que tú quieras decantar ese camino a tu conveniencia, me parece totalmente absurdo.
—¿Qué es lo que quieres decir Ryusui-chan?
—Digo que, en lugar de seguir perdiendo el tiempo con ese tipo de pensamientos, Gen. Podrías usar tu talento para actuar, de lo contrario, inevitablemente perderás tu oportunidad para volver a acercarte a él.
El azabache trago saliva.
Lo sabía, lo sabía muy bien. Pero también sabía que las palabras de Ryusui eran muy ciertas y sinceramente, le habían pesado más que todo lo anterior que había vivido. Por más que lo evitaba, sus sentimientos terminaban regresando de nueva cuenta a su pecho para encenderlo de nuevo.
Y lo odiaba.
—¿Sugieres que debería de ir a ese viaje entonces?—le cuestionó a modo de susurro con su cabeza refugiada de nuevo en su libreta.
Ryusui desvió su mirar. A pesar de que él también tenía conocimiento respecto a todo lo que había ocurrido con esos dos, supo manejarlo bastante bien, pero eso no significaba que pudiera aguantar por más tiempo. Quería que Gen diera el primer paso, de la forma que fuera.
—Bueno, yo solo digo que si a Senku le gusta explorar tanto en esas cosas viejas, quién sabe... quizá las memorias puedan inspirarle a excavar algo más que tierra de templos y raíces secas.
Gen solo asintió.
Y ninguno volvió a decir algo más hasta que la clase concluyó.
Los estudiantes comenzaron a evacuar el aula y el rubio procuro el momento exacto para jugar su último movimiento, aprovechando que Gen seguía despistado le dio un ligero empujón, sin que pudiera evitar chocar contra la espalda de quién tenía enfrente.
—¿Ah?—Senku volteó hacia atrás.
—¡Senku-chan!—Gen se exaltó tratando de alejarse lo más pronto posible de él.
—Oh Gen, mira, ahora incluso has chocado con Senku. Parece que sí necesitas esas pequeñas vacaciones después de todo—Ryusui le sostuvo por el hombro, ganándose una mirada aguda por parte del pelinegro.
—Creí que de nuevo habías faltado a clase—el de mechas verdes comentó compartiendo la sonrisa burlona de Ryusui.
—¿Estabas preocupado por mi Senku-chan?—Gen fingió la suya.
—Supongo que debería...—movió de un lado a otro su nuca.
—¿Uh?
—Tus grabaciones deben estar acabando contigo, si lo que dice Ryusui es cierto y necesitas unas vacaciones, eso explicaría lo de la otra vez y también—acerco su rostro al de Gen, haciéndole dar un saltito desprevenido—, esas exageradas ojeras que llevas encima.
—Oh, claro...—Gen miró a otro lado.
—¿Ves como tenía razón Gen?, estás demasiado cansado y aún así no quieres ir al viaje que el profesor acaba de proponer—realizó movimientos exagerados con las manos antes de soltarlo.
—Ryusui-chan...—Gen tensó su quijada.
—¿Eh?, ¿No irás?—hasta que la interrogante de Senku le atrajo por completo.
—Eso, bueno...
—Supongo que no puedes descuidar tu rodaje.
La ligera sensación de desesperanza que las palabras que Senku arrastró en su boca, provoco que el cuerpo de Gen quisiera despabilar.
—¡No es eso!—respondió—En realidad, está semana la tengo disponible por qué el estudio decidió hacer una pausa.
—¿Eso es verdad?
—Vaya, entonces ya no tienes excusa para no ir al viaje Gen—Ryusui sonrió satisfecho.
—Entonces, ¿Irás?—Gen aprecio a Senku, como si sus pupilas irradiaran ilusión.
—No he dicho tampoco eso—tanteo—, supongo que me lo pensaré un poco más.
—Kukuku, espero que así sea. Estoy seguro de que te sorprenderás mentalista. Además tendrás un ligero respiro.
—Quizá lo haga~
—¡Esto será emocionante!—le dedicó una sonrisa.
Y por un pequeño instante, el corazón de Gen se coloreo de felicidad y su mueca se desdibujo.
—Eso espero...
El científico retomó su andar cuando Ryusui ya se le había adelantado tres pasos por el pasillo. Pero girando la cabeza hacia Gen por última vez—Aunque no espero que creas haberte librado tan fácil del trabajo que dejaste pendiente el otro día—sonrió con algo de malicia.
—¿Sigues con eso? ¡Eres muy cruel Senku-chan! Y eso que acabas de notar lo agotado que estoy.
—Kukuku, ¿Qué pasa?, ¿Acaso el hábil mentalista se está rindiendo?
Gen apreció su sonrisa y detrás de él, la que Ryusui también enmarcaba, seguramente para apoyarle. Exhaló—¡Errible-tay!
—¿Vamos?—Aún sonriendo el científico le indicó con un gesto que podía unirseles en su camino.
—Bien, bien—Gen avanzó hasta posicionarse a su par, entrecruzando sus manos cubiertas por las mangas de su suéter.
Así los tres avanzaron juntos hacia el auditorio, dónde ya se encontraban algunas personas que estaban dispuestas de igual forma a apoyar a Senku, justo como la ocasión anterior.
Ver cruzar por la puerta al chico con Gen de compañía, les en serio el rostro, pero el carisma que Ryusui tras ellos les transmitía era también, bastante reconfortante de cierta forma.
—Lo dejo en tus manos entonces—Senku extendió un pedazo de papel hacia Gen.
El chico sabía muy bien que aquello no era más que una nueva y larga lista de tareas por hacer. Solo soltó un chillido.
Ukyo aprecio como se desenvolvía aquella escena frente a sus ojos, con una expresión relajada.
Admitía que había temido lo peor, así que su pecho respiraba ligeramente más aliviado ahora. Ryusui se acercó hasta posicionarse a su lado con una sonrisa cantarina.
—Ryusui, ¿Qué fue lo que hiciste?—el peliblanco le cuestionó juntando sus hombros guiado por su vista periférica.
El rubio hizo una trompetilla traviesa con sus labios—¿Mmm?, ¿De qué hablas?
Está vez Ukyo le miro de frente, casi obligándolo a confesar todo con la simple presión de su mirada.
Ryusui sudo la gota gorda, en definitiva no podía resistirse si su novio lo veía de esa forma. Deslizó con delicadeza su mano por la cintura del chico y lo presionó a aproximarse tan solo un poco más a su cuerpo.
—Yo no hice nada—habló con fingida seriedad—. Simplemente les ayude con un pequeño empujón, creo que ambos lo necesitaban, ¿No piensas lo mismo?
Ukyo aprecio la sonrisa de Ryusui mientras sus mejillas tomaban algo de color, luego giro la cabeza de nueva cuenta hacia los otros dos chicos—Sí, yo también lo creo—le respondió.
Sus piernas temblaron, sin duda su posición era difícil, después de todo él era quien tenía el puesto de mediador en todo ese asunto. Su deseo quizá era egoísta, pero le bastaba con ver el poco color con el que el rostro de su mejor amigo se iluminaba al tener a Senku enfrente, para reafirmarse a sí mismo, que aquel era el camino correcto.
Gen seguramente se enfadaría, y mucho. Pero la sensación cálida que el agarre suave de Ryusui le transmitía, lo llenaba de la fortaleza suficiente para querer que su capricho se hiciera realidad.
Por lo menos tenía un cómplice que lo apoyaba. No. De hecho, tenía a más.
En el auditorio todas las miradas se fijaron en Senku y Gen, compartiendo una sola sonrisa y deseo, que al parecer, solo ellos no eran capaces de notar.
Ukyo secretamente imploraba que Gen lo hiciera. Que ante pusiera la sonrisa que ahora llevaba encima, a la enorme fatiga emocional que se generaba día con día por sus absurdos planes.
Aunque si también era completamente sincero, sabía que, aunque se diera cuenta, Gen lo continuaría ignorando.
♠
—¿Así que mañana irás a un viaje?
—Es algo más como un estudio de campo.
—Ya veo. Es algo que va contigo.
Los días habían avanzado, así como las pesadillas. Senku nuevamente había despertado en medio de la noche tras tener una nueva.
Y con el sabor amargo en su boca, decidió hacer una llamada rápida a Byakuya. Quizá tener una conversación ridícula con él no era productivo, lógico o primordial.
Pero pensó, por solo un momento que escucharlo, le podría regresar la calma a su angustiado corazón.
—¡Ah, me encantaría ir contigo! Asegúrate de tomar muchas fotos, ¿bien?
La emoción que percibía a través de sus palabras le confortaba en cierta forma. Aunque admitirlo sería ridículo—Kukuku, no es para tanto.
Senku resopló en el intercomunicador aún sin lograr adquirir una postura cómoda en su propia cama. Lo que extrañó a la persona que al otro lado escuchaba.
—¿Pasa algo malo?
—No, no es nada—masajeo su sien.
Maldición Byukuya lo conocía demasiado bien...
—Senku—algo raspó en su garganta—, ¿Por qué decidiste llamarme a esta hora?, ¿Otra vez tienes problemas para dormir?
—No le tomé importancia, lamento haberte molestado.
—¡No me refería a eso!—exclamó—Sabes que siempre que me llames estaré ahí para ti. Pero no quiero preocuparme...
—Por eso mismo, ya te he dicho que no es nada—exhaló—. Pero, es cierto otra vez tuve ese extraño sueño...
—¿Por qué te perturba tanto?
Senku hizo una larga pausa antes de contestar—Por que...
Habló por algunos momentos más con Byakuya respecto a su inquietud nocturna, sin revelar demasiados detalles. Y ni siquiera le permitió expresar una opinión al respecto antes de terminar la comunicación.
Sí que se sentía más relajado al haberse liberado con alguien, pero de ninguna forma deseaba agobiarlo y sería aún menos lógico continuar agotándose así mismo.
Tenía que hacer todo lo posible por intentar descansar, de lo contrario estaba seguro de que no soportaría el viaje que le esperaba.
Chapter 16: ¶¶• ¿POR QUÉ LE TEMES TANTO? •
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
—"¡He vuelto Senku-chan!"—Gen apresuró sus suaves pasos para acercarse hacia el inventor sin más demora—He traído la colmena que me pediste—agitando el encargo en sus manos de un lado a otro.
Senku al ser llamado volteo a verlo, enmarcando una sonrisa satisfecha—"Buen trabajo".
La florecilla percibió la actitud del chico, así como también los arbustos que se removían tras de él. Una vez a su lado, le hizo entrega del producto y se dedicó a recuperar su agitada respiración flexionando un poco sus rodillas.
—"Realmente fue una labor bastante ardua—pronunció a como el aire regresaba a fluir adecuadamente por sus pulmones—, ¡había demasiadas abejas y era un horror!"—chilló.
—"Kukuku, pero no fue nada que no pudieras manejar, ¿cierto?"—Senku examinó el botín que Gen le había llevado.
—"Así como tú, tampoco tuviste demasiados problemas al estar toda la mañana aquí, trabajando en soledad—le retó con la mirada—. O por lo menos eso, fue lo que imaginé antes de saber que tenías invitados".
Senku enarcó una ceja por el comentario de Gen, lo volteó a ver confundido y este le señaló apuntando con su índice detrás de la cordillera a sus espaldas—Ah, eso...—comentó banal antes de seguir inspeccionando a detalle.
—"Siempre llamas la atención con cualquier cosa que hagas, ¿cierto?—Gen, una vez recuperado, decidió corregir un poco su aspecto, comenzando a trenzar su largo cabello en una nueva coleta—¿Son buena compañía?"—soltó una risilla.
—"No podría dar una opinión al respecto".
—"No me dirás ahora, que no te habías percatado antes de su presencia"—volteó a verle con una mueca.
—"Por supuesto que lo hice, no soy un idiota".
—"¿Y entonces?"
—"Entonces nada—Senku regresó los trozos de colmena a la bolsa donde Gen se los había entregado y se aproximó a una pequeña mesita de madera para comenzar a trabajar con ellos—. En cada era, siempre existirán personas curiosas, pero solo unas cuantas serán capaces de romper el molde y tratarán de saciar esas ansias, esos niños que están detrás de los árboles son así, curiosos. Pero si no se acercan o están dispuestos, yo no puedo obligarles a nada, así no funciona la ciencia".
—"Un pensamiento propio de ti Senku-chan—Gen terminó de tejer su coleta y se acercó con suavidad a la delgada espalda del contrario".
—"Mira, ya se han ido"—aprecio apoyado de su vista periférica como la vegetación dejaba de moverse.
Gen sonrió—"Pero es una lastima Senku-chan, creo que a esos niños lo que les sobra son ansias, solo les hace falta un pequeño empujón. De un maestro, ¿quizá?"
Senku torció sus labios—"No sugerirás que ocupé el puesto, ¿o sí?"—le miró incrédulo.
—"¿Por qué no? Apuesto a que Senku-chan sería un excelente maestro, con alguien como tú podrían llegar hasta revolucionar este primitivo mundo—Gen extendió los brazos sobre la mesa y arqueo su espalda vacilante—. Pero bueno, supongo que no puedo defender mis argumentos de forma adecuada, no cuando soy incapaz de entender esa curiosidad que a los niños y a ti, tanto les caracteriza"—bostezó.
"Si tan solo fueras consciente de cuan curioso eres, te sorprenderías..."
Senku iba a soltar esa línea, pero se arrepintió en el último instante. Estaba convencido de que era la misma curiosidad que Gen poseía, la razón del porqué todavía gozaba de su compañía a pesar de ya haber avanzado al menos veinte días de invierno.
En su lugar se escabulló con otro comentario con la intención vaga de no dejar morir la conversación ahora que lo tenía tan cerca.
—"¿Un maestro?, eso suena demasiado arrogante, nadie debería considerarse maestro en algo solo por ser medianamente bueno en ello. Siempre habrá algo nuevo por aprender".
—"Eso ha sido un golpe bajo Senku-chan"—exageró.
El comentario le llamó la atención, se volvió otra vez hacia él, esta vez dejando lo que llevaba en las manos sobre la madera y cruzando los brazos con algo de burla—"No me digas, ¿De qué te consideras maestro entonces, Gen? "
La curvatura en los labios del bicolor no hizo más que expandirse cuando volvió a incorporarse—"En el amor, querido Senku-chan"—espetó de forma encantadora.
Provocando en Senku una carcajada—"¿Del amor?, ¿Hablas en serio?"
—"Lo hago. Para ser más específico, maestro en el arte de la seducción—con un movimiento liviano pero veloz acortó la distancia entre ambos a solo una palma extendida de distancia—. Coquetear, persuadir, saciar, conquistar, enamorar...—relamió sus labios—complacer. Todo eso y más, que involucre la seducción querido Senku".
—"Claro, y seguramente tu eres hábil conocedor de cada rama—Senku desvió su mirar ante el incremento de tensión".
—"Por supuesto"—pero Gen no la aparto.
—"¿Y cómo se supone que te has convertido en maestro de ello?, ¿Cuántos años le has tenido que dedicar para poder llamarte así?"—Al instante de decirlo, Senku se arrepintió, por un lapsus de segundo había olvidado los orígenes de Gen y de nuevo comenzó a ser imprudente.
—"Toda una vida—Gen dictó una respuesta sin dejar que el inventor reformulará su interrogante—. Es por eso que creo merecer el título. Puede que no lo parezca, pero el amor es también otro arte Senku-chan, y uno de los más complejos. Aunque, una vez que dominas la seducción esta se convierte en una filosa arma—rozó con la yema de sus dedos el cuello del oji carmín—, así que no sería conveniente inculcar eso sobre los niños".
Senku esbozo una sonrisa nerviosa—"Claro..."—se despegó retrocediendo un par de pasos y centrándose de nuevo en su trabajo.
Gen balanceó su cabeza—"Aún no pareces creerme Senku-chan"—infló sus mejillas.
—"Es solo que pienso que estás en un error, el amor no puede ser algo tan complejo".
—"¿Es lo que piensas al respecto?"
—"Realmente no me interesa, es algo que no considero necesario".
Gen negó con la cabeza—"Quizá el error lo tiene otro. Senku-chan, esto es más rebuscado de lo que puedes imaginar".
—"Ya te dije que no me interesa"—una tensión incomoda comenzó a crecer desde que había percibido como las uñas de Gen rozaban la piel sobre su manzana de Adán. Solo quería terminar con el tema y seguir trabajando, algo que debió de hacer antes, si tan solo sus oídos no insistieran en escuchar la voz de Gen, solo un poquito más.
—"Te creo—levantó sus manos—. Esa postura lo explica perfectamente después de todo"—añadió.
—"¿De qué hablas?"—Senku rodó los ojos, de nuevo la conversación se mantenía a flote.
—"A tu fracaso amoroso anterior, ahora lo entiendo todo"—le mostró los dientes regresándole la burla.
—"¿Mi fracaso?"—frunció el entrecejo. Mentiría si dijera que no le caló el gesto de hace unos segundos.
—"Es la categoría más adecuada para llamar a un lamentable divorcio".
—"¿Divorcio?—Senku abrió los ojos—¿Cómo sabes de eso?"—pareció sorprendido por un instante.
—"O al menos al más veloz de la historia"—sumó a su comentario.
—"Gen".
El bicolor cubrió su boca con la punta de sus tres dedos medios de la palma derecha—"Ruri-chan me habló de ello cuando estuvimos en Ishigami. Tal parece que el jefe de la aldea guarda un oscuro historial amoroso. ¡Pero que escándalo!"
Senku se llevó una mano contra la frente y soltó un quejido—"No es..."
Gen le mostró una palma cesando la burla—"Ya, ya. ¿Sabes algo Senku-chan? Creo que fue realmente admirable todo lo que hiciste para salvar la vida de Ruri-chan y al final permitir que se uniera a tu amigo".
—"Era natural, sabiendo lo que pasaba entre esos".
—"¿Y aún así dudas de lo complejo del amor?"—le miró analítico.
—"No era para tanto".
—"¿No lo era? O simplemente es que no sabes lo que es—inclinó su tronco hacia el frente—Oye Senku—pronunció en un susurró—, ¿Es que acaso nunca sentiste curiosidad hacia este tema?"
El científico ignoro la pregunta con los colores ascendiendo por su rostro.
—"Esta bien, lo entiendo, pero aún así es necesario—continuó Gen—, es algo que pasa y lo sé porque tengo experiencia. Soy un maestro en ello, ya te lo dije, ¿no?"
Senku trago saliva y suspiro—"Bien, entonces lo eres"—admitió sin mirarlo a los ojos.
—"Ah, sin olvidar que también, que soy un hechicero que hace excelentes actos de magia—Gen canturreó victorioso—¡Mira!"—con un movimiento veloz colocó una florecilla sobre la oreja izquierda del inventor, parecía que había salido de la nada, aunque obviamente ambos sabían que era una flor que crecía en el prado más cercano y que acababa de salir de la manga amplia del abrigo de Gen.
Pero, inesperadamente el oji carmín no refutó algo al respecto. El tacto del bicolor lo había sacado de balance y drenado los pensamientos de su mente con una expresión bonita.
Senku solo pudo encontrar un refugio donde ocultarse enmarcando una mueca fastidiada—"Lo que tú digas—ciertamente no sabía cuanto podía creer de las palabras que salían de la boca contraria y ya no tenía la fuerza suficiente como para resistir más impactos—. Ahora, si ya has terminado, tengo que advertirte que aquí todavía hay mucho trabajo"—señaló la mesa.
Gen recuperó su pose inicial, apreciando todo lo que Senku había juntado como material en su ausencia—¿De que se trata ahora Senku-chan?—no insistió en regresas a la anterior charla, tras observar admirado los garabatos del inventor.
—"Haremos...una especie de carretilla"—contempló ser sutil como un detalle de consideración a Gen.
—"¿Carretilla?—se mofó—Lamento sonar cruel Senku-chan, pero en el tiempo que he estado aquí no he visto ningún caballo y sinceramente, con tu escaza fuerza no confiaría tanto en que pudieras hacerte cargo de acarrear algo como eso tu solo".
—"Es por eso que esta carretilla se moverá por su cuenta"—pero sencillamente sus expresiones incrédulas y alteradas eran un mejor deleite para su vista.
—"¡¿Cómo?!—de nuevo se vio impactado, tomó un trozó de papel en sus manos y exclamó—No entiendo, ¡¿se moverá solo?! ¿Algo así es posible?, ¿de este tamaño? y con tantas cosas encima. ¡Es una locura!"
Senku dejo de contener el aire al escuchar a la florecilla quejarse de nuevo—"No, claro que es posible, con un poco de ingenio y trabajo lo lograremos—arremangó su suéter—. Ya lo verás, seguro te impactará una vez que este listo".
—"Ya lo creo"—Gen compartió la sonrisa.
Senku se armó de valor para verlo de nuevo, con el corazón en su pecho más tranquilo. Dejo que Gen le siguiera haciendo preguntas unos minutos más y luego avanzó hasta su cabaña en busca de las herramientas para comenzar.
—"¿Qué debo de hacer Senku-chan?"
—"Bueno, para empezar, necesitaremos mucha cera. Así que regresa a buscar más de esa colmena o no será suficiente para construir todas las piezas, con la que trajiste muy apenas alcanzará para una".
—"¡Espera!—soltó un grito—¡¿Me estás diciendo que vaya a enfrentarme con esos insectos amarillos voladores y horribles, otra vez?!"
—"Sí, buena suerte"—Senku hurgó en su oído restándole importancia.
—"¡¡Doihi!!"—respondió Gen.
Volviendo ambos a su rutina, solo que esta vez, acompañados de una pequeña y cálida sensación de alegría.
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A cada paso que daba, Gen se iba retractando más y más.
Tenía la intención de detenerse y su corazón lo apoyaba, pero su mente no le daba pie a una salida, le recalcaba que había hecho un compromiso que tenía que cumplir. O de lo contrario, perdería completamente la posibilidad de continuar llamándose a sí mismo profesional.
Su orgullo y su pesar, le generaban un caos interno.
Suspiro. De alguna forma, ya había llegado a aquel autobús que los llevaría a su dichosa excursión histórica, y ya no tenía sentido retornar.
Al abordar algunas miradas se fijaron en su silueta. Un par, acompañadas de una sonrisa cómplice, como fue la de Ukyo, Chrome o Kohaku. Arrugó sus labios en una pequeña mueca como respuesta y ocultó su mirada bajo la capucha que llevaba encima, hasta llegar a un asiento vacío detrás de ellos.
La calma que se permitió segundos después de dejarse caer en el cojín acolchado, se le esfumó cuando el lugar a su lado fue ocupado con un movimiento veloz.
—Así que al final sí decidiste venir, mentalista.
El llamado de la desgracia.
—Bueno, resulta que encontré un espacio en mi apretada agenda querido Senku-chan—trago saliva lo más rápido que pudo para darle naturalidad a su contestación.
—Claro—Senku le dedicó una sonrisa media mientras subía sus pertenencias en la rejilla sobre sus cabezas para luego, acomodarse apropiadamente a su lado.
—¿Vas a quedarte aquí Senku-chan?—Gen presionó sus dientes.
—No te molesta, ¿cierto? Además, aquí ya hay demasiada gente—se permitió soltar una pequeña queja.
Expresó sin verle, por enfocarse en inspeccionar los lugares de su alrededor. La verdad es que de todos los asientos solo algunos cuantos estaban ocupados, si hubiera dedicado algunos momentos a examinar su alrededor al momento de subir, quizá habría obtenido un lugar propio y tranquilo para su comodidad, pero ni siquiera lo pensó. Al visualizar al mentalista, sus pies lo guiaron por voluntad propia hasta él.
Gen relajo sus facciones—Bueno, nadie querría perderse estás merecidas vacaciones—. Lo mejor sería seguir de esa forma.
Senku observó de reojo al pelinegro de nuevo iba con ropa oscura encima y cansancio en el rostro. Pero tenía su propio encanto, de cierta forma. Se perdió en aquella idea unos segundos, manteniendo la mirada fija en el chico sin darse cuenta.
Hasta que Gen nervioso le llamo la atención—¿Sucede algo Senku-chan?
—Vacaciones...—el científico suavizó el volumen de sus palabras, sintiendo como si una extraña fuerza de atracción le capturará a fin de unir su nariz con la de Gen. Afortunadamente se detuvo antes de que aquello sucediera, podría haber muerto de la vergüenza—. Claro, asegúrate de descansar apropiadamente mentalista. Odiaría ver esas ojeras tuyas expandirse como si fueran moretones en tu rostro.
—¿Cómo?—Gen dijo con la misma extrañeza que Senku enmarcó tras soltar esas palabras.
Lo que en un principio se trataría de un comentario burlón y sobrante a su vaga conversación, transitó a un doloroso recuerdo. El labio de Senku tembló y comenzó a sudar frío, aquel escenario tétrico se estaba apoderando de él una vez más, aún cuando estaba despierto. Se dio cuenta de que había dejado de ver el rostro del mentalista y en su lugar, comenzó a apreciar el de la persona que quería en su sueño.
Por lo que, esa pequeña frase no era mentira. En definitiva, ver ese escenario no le sería nada agradable.
—¿Senku-chan?—Gen insistió ante el silencio que el científico le brindó. Y aunque tenía vergüenza, hizo un esfuerzo por corresponder la cercanía y también llegar al punto de juntar sus narices.
—Ya me oíste—Senku se aclaró la garganta girando su rostro de forma rápida y cortante en dirección opuesta—, debes de tener sueño, ¿no es verdad? Mejor descansa mentalista—y cruzó sus brazos con el rostro serio.
Gen de verdad contuvo las ganas de tomar las mejillas de Senku entre sus manos y obligarlo a que volteará a verlo una vez más, no quería dejar morir la conversación de esa forma, pero quizá era lo más prudente. El viaje a penas estaba a punto de iniciar.
Y cuando el autobús cerró sus puertas y arrancó el motor, todas sus posibilidades de huir se esfumaron.
—Tienes razón, ¡Creo que eso es lo que haré Senku-chan!—con su usual tono vacilante afirmó, para posteriormente enfocar su mirada también en la dirección opuesta—Dormiré un poco entonces—añadió.
—Kukuku, adelante.
Senku se tranquilizó luego de su despiste, al ver como el chico a su lado dejaba que sus parpados se cerrarán instantes después de que el autobús comenzara su andar por la carretera. Exhaló y se reprendió internamente.
Algo mal le estaba pasando a su cerebro. No había manera de que ese fuera Gen, pero parecía que este no conseguía entenderlo.
Continuó tratando de encontrar explicaciones lógicas en silencio cuando el autobús al realizar un movimiento un tanto brusco provocó que se perdiera el punto de equilibrio de muchas cosas, incluyendo a Gen. Quién terminó chocando su cabeza contra el hombro derecho del oji carmín.
Este, tragó saliva. Normalmente se quejaría del hecho de que otro hombre invadiera su espacio personal de forma tan descuidada y lo terminaría alejando con agresividad. Pero en lugar de ello, se dedicó unos momentos para apreciar lo que alcanzaba a ver con el rabillo del ojo el rostro de Gen, quién seguía sereno al haber entrado en un profundo sueño.
No se vio capaz de interrumpir su descanso y lo dejó estar. Exhalando y formando una dulce sonrisa con sus labios.
Al poco rato, el bullicio en los asientos de enfrente no se hizo esperar.
—Creo que este viaje ha sido una excelente idea—Ryusui sonrió divertido.
—¿Por qué lo dices?—Ukyo observó su peculiar curva con intriga.
—Bueno, pues solo basta verlos para obtener una respuesta—indicó con un movimiento sutil de cabeza la dirección de los asientos que el científico y el mentalista compartían.
Ukyo giró, quedando tan admirado como sus amigos de la escena que estaban presenciando. Una cabellera bicolor se balanceaba suavemente por el hombro del menor mientras a su vez, el par de mechones largos que este poseía, se apoyaban en la frente contraría. Ambos chicos habían caído presas del sueño, juntando cabeza con cabeza en un suave contacto, de una forma tan pacífica que ni siquiera el balanceo brusco que el autobús podía tener en ciertos giros, les era suficiente como para separarlos y obligarles a abrir los ojos.
—Pero miren eso.
—¡Lo sabía!, así es como tenía que ser—Kohaku se jacto orgullosa.
—¿Y si tomamos una foto?—Chrome lanzó el comentario.
—¡Sí, hagámoslo!—rápidamente siendo secundado por los demás que con una sonrisa cómplice enfocaron la cámara de su teléfono móvil a la pareja.
Ukyo resopló compartiendo la alegría.
De cualquier forma, no era como si alguno estuviera en contra de ver a Senku y Gen tan unidos como antes lo eran. No importaba que fuera un descuido, nadie contemplado en aquel viaje sería capaz de impedirlo, o al menos las personas dentro de aquel autobús.
—¿Lo ves?—Ryusui colocó su palma con suavidad sobre el hombro de su chico—Todos concuerdan en que esos dos estén juntos es lo mejor.
Como era usual, el carisma de su pareja apaciguó el semblante de Ukyo—Sí, yo también elijo creer en ello—la curvatura de sus labios solo se decanto a una más ligera tras decir eso.
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Las horas se les fueron volando, cuando Gen regreso con las colmenas se dedicó a apoyar a Senku más de cerca con su labor de construcción de aquel nuevo aparato, pero sinceramente, no avanzaron mucho. Agotados y con los últimos rayos de la puesta de sol a sus espaldas, se sentaron a consumir un tazón de sopa al lado de una fogata intentando recuperar algo de energía.
—"¡Ah, es imposible que el día dure tan poco!—el bicolor refunfuño—, ¿aún nos falta mucho Senku-chan?"
—"Kukuku, ¿Puedes tener algo más de paciencia?—dijo mientras intentaba limpiar su mejilla de los rastros de grasa que le habían salpicado mientras trabajaba—Aunque, sí. Me temo que este invento llevará su tiempo, considerando que solo somos dos".
—"Aquí—Gen ofreció un poco de tela al de mechas verdes tratando de ayudarle a limpiarse. Suspiro cuando Senku acepto—. No nos haría daño tener algo de ayuda..."—mencionó.
Pero Senku no lo siguió. Se limitó a dirigir su mirada hacia el cielo, apreciando como una que otra estrella comenzaba a brillar en el.
Gen aprecio el mismo paisaje, notando aún las manchas en el rostro del chico y luego relajo sus facciones—"Senku-chan—se puso de pie. El mencionado volteó a verlo y le sonrió amablemente—¿Puedes acompañarme? Hay un lugar que quiero mostrarte".
Senku, sin mucha energía se posicionó detrás de Gen cuando comenzó a avanzar, algo inquieto por saber de qué se trataba. No tardaron mucho en llegar, pero la empinada cuesta que le significó el camino al inventor, basto para hacerlo perder el aliento, de nuevo.
—"¿Qué... estás... planeando?"—Senku separó cada palabra mientras aspiraba aire.
Gen se giró y de nuevo le sonrió, con algo de emoción está vez—"Verás, encontré un lugar interesante esta tarde, durante mi exploración".
—"Ah, ¿Sí?"—Senku comenzó a deducir al observar con detalle el entorno que les rodeaba.
Roca caliza, arena blanca y cráteres. El sonidito constante de fondo fue la pista clave.
—"¿Quieres ver otro de mis trucos de magia?, ¡Pues mira esto!"—exclamó Gen moviendo sus manos con dramatismo cuando la vista por fin le fue revelada al inventor.
—"¿Aguas termales?"
—"Hace poco no tenía ni idea de que existía un sitio como este cerca de la aldea, pero mi exploración dio frutos, ¿Qué opinas Senku-chan?"
Senku ladeó una sonrisa—"Bueno, tuviste fortuna al haber encontrado estas aguas y no las que tienen yacimientos de sulfato, o no estarías tan feliz ahora".
—"No digas cosas tan terribles Senku-chan—un escalofrío le golpeó la columna vertebral—. ¿Y bien?, ¿No te apetece un baño?"—se deshizo con habilidad de sus botines de cuero y camino hacia el agua.
—"¿Este era tu gran plan?"—cuestionó ladeando la cabeza.
—"Maravilloso, ¿No? Después de un día lleno de agotador trabajo, no hay nada mejor que un baño caliente para relajar el cuerpo y despejar la mente".
Sonrió—"Bien, bien"—también se aproximó.
El oji carmín rozó la cristalina agua con la punta de sus dedos para corroborar la temperatura y posteriormente se deshizo de sus prendas para adentrarse al agua, fue bastante veloz, dado a que cuando dio media vuelta vio que Gen acababa de deshacerse de su abrigo y la primer capa de su ropa. La ropa interior a penas iba descendiendo por sus piernas cuando aprecio la desnudes de su espalda.
Era la primera vez que apreciaba la figura de Gen con algo de atención y debía admitir que era bastante bonita. El chico era delgado, la piel se le pegaba a sus huesos y era pálida, pero la longitud de su cadera acentuaba lo largo de sus piernas de una forma exquisita y la cabellera larga que se soltó de una trenza hasta desvanecerse a la mitad de sus glúteos no hizo más que aumentar puntos.
Gen dejo todas sus pertenencias de lado, dándoles un poco de orden antes de entrar al agua, cuando volteó su mirada profunda se cruzó con el brillo rubí, generando que Senku devolviera la mirada con apuro hacía el punto inicial, el extremo contrario, con su corazón ligeramente acelerado. Le había tomado por sorpresa.
El bicolor balanceo sus muslos abriéndose paso por el agua caliente hasta colocarse a un lado del inventor, quién seguía evitando verle.
—"Senku-chan, date la vuelta. Lavaré tu espalda"—le solicitó sonriente.
El rubor invadió el rostro del chico—"No hace falta".
—"¡Ah, vamos!, ¡No seas tan obstinado!—Gen pegó su hombro derecho a la piel expuesta del inventor—Hemos venido a tomar un baño juntos, ¿recuerdas? Después será tu turno".
Senku arrugó sus labios—"Esta bien"—asintió y dejó que Gen comenzara a trazar diferentes rutas con sus largos dedos sobre su columna, sintiendo en su interior algo de pena.
La luna ya brillaba con todo su esplendor sobre sus cabezas, el cielo nocturno de esa noche estaba inundado de estrellas y el lugar era tan sereno que mientras tenían el cantar lejano de los grillos de fondo, sus respiraciones y el correr del agua, eran los principales protagonistas.
Senku sentía como su cuerpo se había tensado cuando el flujo del agua chocaba con sus extremidades y no sabía muy bien a qué se debía, pero estaba seguro que sentir la calidez que el aire que Gen expedía desde sus fosas nasales sobre su nuca, incluso con mayor presencia que las burbujas termales de agua, tenía algo que ver.
Sopló enarcando sus labios ligeramente al frente cuando Gen vertió algo de esa agua sobre su cabeza.
—Cuidado—Gen advirtió para evitar que le entrará en los ojos y continuó unas tres veces más hasta que las mechas teñidas de verde se vinieran abajo—. "Oye, Senku-chan..."—expresó cerca de su oído como un susurro.
—"¿Qué pasa?"—expresó mientras intentaba relajarse retirando el cabello que cubría su rostro.
—"Sigo teniendo curiosidad, ¿Por qué piensas que es imposible que el amor sea complejo?"
A pesar de haberlo intentado, no podría relajarse y más teniendo a Gen haciendo insistentes preguntas de nuevo. Más tarde había logrado librar la conversación por poco, pero era claro que esta vez Gen no lo dejaría escaparse tan fácil, de hecho, podía apostar que esa era la verdadera razón para llevarlo a aquel sitio.
Donde podrían conversar sin interrupciones, aunque no deseará hacerlo.
—"Si no es así, entonces... ¿Qué hubiera pasado si Chrome-chan y la señorita Ruri no estuvieran enamorados?, ¿hubieras contraído nupcias con ella?"
Senku separó sus labios, pero no soltó ninguna palabra. Ese era un cuestionamiento que nunca se había hecho antes, y su cerebro lo estaba procesando.
—"Y si no es así, ¿Entonces con quién lo harías?—Gen prosiguió con sus preguntas, frenando el contacto con la piel del otro, para comenzar a moverse en el agua—¿Quizá con Kohaku-chan, entonces?"
—"Para nada"—respondió a ambas propuestas en seco.
—"¿Por qué? Si Kohaku-chan, a pesar de tener su carácter es una chica muy linda. ¿Ese no es tu tipo?, bueno ¿Qué me dices de las demás señoritas que habitan en la aldea Ishigami?, apuesto a que más de una estaría encantada de involucrarse con el jefe".
Senku encogió sus hombros observando las vibraciones que Gen generaba en el agua como en un estado de hipnosis. No quería prestarle atención a la palabrería que el bicolor estaba soltando, porque eso le obligaría a pensar profundamente en un tema que, si era sincero, nunca antes había sido lo suficientemente valiente para inmiscuirse.
—"O quizá en Ishigami no, pero, ¿Qué hay del imperio de Tsukasa? Senku-chan, dime una cosa—Gen se alejó de la espalda del inventor, lo pudo notar gracias al golpe de la corriente de aire que le atacó la columna debido al hueco—¿Hay alguien que llamara tu atención estando con Tsukasa?—y ahora, se encontraba a uno de sus laterales, con un gesto cantarino".
—"¿Por qué te interesa tanto saberlo?"—Senku frunció el entrecejo.
Y Gen agrandó su sonrisa—"¿Por qué será?"—vaciló tomando la barbilla del contrario para hacer que también girará, aprovechando el movimiento para limpiar los rastros de la mancha que le había quedado sobre esta—Solo dímelo, es simple curiosidad.
Senku mantuvo su expresión mientras analizaba a la del chico que tenía enfrente. Solo había dejado de verlo un instante mientras le lavaba la espalda, pero parece que eso le fue suficiente al otro para aumentar su encanto, transitó de lo usual, a brindarle una vista espectacular y no sabía que tanto había dependido de aquel calor que emitía el agua.
—"No—respondió firme—. Te lo dije, no tengo interés en esas cosas"—desvió su mirada.
Entonces, Gen lo retuvo tomándole por los hombros—"No, no, eso esta muy mal Senku-chan"—mientras lo reprendía, el peli verde solo pudo enfocarse en sus labios rosados y sus elegantes movimientos al hablar.
—"No es necesario y además ilógico"—respondió queriendo zafarse del agarre, sin tener el éxito deseado.
—"Es tan lógico que es complejo, por eso es difícil de entender. Y tan necesario como el alimento, por eso existe gente que le teme a la soledad. ¿Qué piensas de ello Senku-chan?"
—"Yo..."
—"Creo que más que no tener interés, tienes miedo—las cejas de Gen se movieron suavemente, para hacer denotar que su mirada ahora estaba fija en las facciones del otro—. Miedo porqué no lo entiendes del todo, pero no te has dado la oportunidad de hacerlo. ¿De verdad sigues siendo tan inocente Senku-chan?"
—"¿Eso esta mal?"—Senku enmarcó una mueca.
Gen rió sin separar sus labios—Claro que no, pero...—comenzó a juguetear con sus dedos sobre la piel tibia—"¿Acaso no te gustaría intentarlo?, ¿No te genera esa usual curiosidad tuya, saber qué es el amor?"
Senku negó con la cabeza—"No lo necesito".
—"Sigues repitiendo eso—el bicolor rodó los ojos—, ¿Por qué te niegas tanto? Senku-chan, ¿Qué te da miedo?"—y liberó al inventor de su agarre.
—"¿A qué piensas tú que podría temer?"
—"No lo sé, quizá...A si, en algún punto te enamoras, ¿Temes volver a estar solo, después?"
Senku aprovecho para echar su cuerpo hacia atrás, hasta pegar su espalda con una roca. Reflexionó esa última pregunta mientras alzaba la vista hacia la redonda luna que brillaba en el cielo.
Pero gen de nueva cuenta llamó su atención cuando se sumergió por completo en el agua.
—"Oye, Gen ¿Qué haces?"—Senku le llamó.
Momentos después el bicolor salió a la superficie quedando cara a cara con el de mechas verdes, quién vio impactado su rostro, perdido en el correr de las gotas de agua por su delicada piel.
—"Senku-chan, ya que ni las chicas de la aldea Ishigami o del imperio de Tsukasa han tenido la oportunidad, dime una cosa...—Gen habló con suavidad, juntando sus rostros cada vez más mientras se deshacía del flequillo húmedo que le obstaculizaba la vista—¿Estaría bien si fuera yo?"—susurró coqueto cerca del oído del otro.
—"¿C-cómo?"—Senku enmarcó una expresión de impacto al escucharlo.
—"Sí—Gen entrecerró sus ojos para jugar con sus pestañas ante la mirada carmín—. Si no sabes cómo se hace, yo podría ayudarte con ello Senku-chan—y atrapo la mano del inventor para guiarla a su propio rostro—. No tienes porque volver a estar solo, no si estoy aquí—donde permitió que Senku le recogiera el cabello sobre la oreja".
El inventor se perdió unos instantes en la mirada profunda de la flor y luego en la sonrisa picara que le dedicó. Gen guio tras eso, a sus manos entrelazadas bajo el agua.
—"Deja que te ayude, después de todo, esa es mi especialidad..."
Senku tragó saliva—"Gen".
En un momento había tenido al chico frente a frente con una bella luna plateada a sus espaldas y luego, como si otro de sus actos de magia se tratará, ya tenía a su rostro en su totalidad abarcando un primer plano al conectar sus labios en un beso directo.
No había sido como la anterior ocasión en la que claramente había intentado molestarle un poco. Esta vez, fue mucho más intenso.
Un contacto suave sobre sus comisuras, en donde el mayor intentaba acaparar un poco más con cada segundo, moviéndose hasta lograr entrometer su lengua en su boca y pasearla con lentitud, dejando un rastro de sabor dulce. Mientras el agua que rodeaba sus cuerpos se balanceaba de izquierda a derecha, como siguiendo un compás.
Gen se inclinó hacía él con insistencia y Senku se vio incapaz de escapar porque ya no había a dónde, estaba acorralado entre el cuerpo desnudo del mayor y la áspera roca que chocaba en su espalda. Se sorprendió, pero cuando una agradable sensación le azotó de pies a cabeza dejo de temer y aceptó el acto gustoso.
Senku correspondió el beso, cerrando sus ojos y dejándose llevar por las caricias, bajo el cielo estrellado, que no había admitido antes, pero pensó que a Gen no le podía sentar mejor.
Notes:
Holi ^^/ aaaa no me maten, sé que he estado dejando mis historias de lado por muuucho tiempo y realmente lo siento, estoy trabajando en muchos aspectos de mi vida personal en estos momentos y el tiempo se ha vuelto escaso, aún así, seguiré haciendo lo necesario para seguir escribiendo sobre los nenes.
Agradezco mucho su paciencia y su apoyo. Espero que el capítulo les haya gustado y lamento dejarlos en la mejor parte. SenGen +18 prometido para el siguiente capítulo ;)
Les sigo invitando como siempre a votar, comentar y recomendar. Gracias por su amor, les envío vibras positivas~
Hasta el próximo cap. Bye <3
Chapter 17: ¶¶• ¿QUIÉN MÁS? SINO TÚ...•
Notes:
ADVERTENCIA: Este capítulo contendrá escenas dirigidas a un público maduro, leer a consideración.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Aquel beso había llegado a ser profundo. Los labios de ambos chicos se movían con destreza y Gen se había encargado de ser lo suficientemente dedicado para transmitirle a Senku adecuadamente todas las sensaciones placenteras que se podían obtener a través de ese tipo de contactos.
Al cabo de unos segundos, el rostro del inventor había cambiado a una tonalidad rojiza, por el potente color que habían tornado sus mejillas. Presionó la palma con la que Gen le envolvía bajo el agua para darle una señal de que lo soltara, cosa que el bicolor acató. Ambos necesitaban un poco de aire.
Y mientras lo aspiraban, sus miradas hicieron contacto. El calor que exhalaban en forma de vapor chocaban contrariamente en sus barbillas.
Un temblor se hizo presente en las palmas de Senku, por lo que Gen le dedicó una hermosa sonrisa, el también tenía el rostro coloreado y sus labios se habían hinchado ligeramente.
—"Gen..."—Senku pronunció su nombre con algo de dificultad.
—"Senku-chan"—el bicolor se acercó a él para de nueva cuenta atacar sus labios.
El inventor se resistió un poco esta vez—"Espera, esto no..."—pero la lengua del mayor era más hábil.
—"¿No?"—Gen continuó besando, pero ahora por el cuello y clavícula del chico—"¿Acaso no te gusta Senku-chan?"
Senku presionó sus labios, estaba expuesto frente a Gen, así que no era de sorprenderse que sintiera con tanta intensidad cada movimiento que ejercía sobre su cuerpo, pero para él, era bastante extraño.
—"No es eso, es que..."—se encogió en sus hombros, mientras Gen le mordía la oreja.
—"Senku-chan"—pronunció exquisito—"me dejarás hacerlo, ¿verdad? A complacerte, me refiero"—poco a poco acerco las manos que tenían hundidas en el agua hacía su parte media.
—"¡Gen!"—exclamó con sorpresa al sentir un toque cálido.
—"De verdad que no sabes nada, aunque es adorable—soltó una risita—, ver este lado inocente de Senku-chan me gusta".
—"Déjame en paz"—Senku le recriminó con una mueca.
—"Puedes estar tranquilo Senku-chan, deja que yo me encargue"—continuó acariciando la piel del oji carmín con los labios, mientras frotaba por debajo del agua.
—"Mmph"—Senku se estremeció e intentó frenar la mano de la flor por un instante.
—"Esta bien—Gen le miró fijo—, me aseguraré de enseñarte todo cuidadosamente Senku-chan".
El menor estaba algo confundido, de entre todos los matices que Gen solía utilizar en su voz, el que estaba usando en ese preciso instante era peculiarmente cautivador, más intimo, a pesar de que ya estaban lo suficientemente cerca, parecía que al hablar cada palabra que salía de su boca le acercaba aún más hacía él y le acariciaba la piel.
Inocente o no, la sensación agradable de la que estaba gozando gracias al tacto del bicolor, podía afirmar que era una de las mejores que nunca había experimentado.
Gen había rodeado su parte baja con ambas manos, y mientras flotaba sobre la corriente del agua, iba ascendiendo y descendiendo sus palmas. La calidez de la fricción provocó que rápidamente una erección se le formará como respuesta, lo que lo llevó a soltar un gruñido cerca de la oreja del contrario cuando se había propuesto lamer su cuello.
La flor alzó la vista y se encontró con un Senku que buscaba sus labios con desesperación. Gen aceptó la iniciativa de continuar con el intercambio tratando de encontrar una forma de estar aún más juntos, para él también incitar a su propia erección, sin abrir los ojos.
El inventor notó el bulto que balanceaba al lado del suyo y cuando menos lo esperaba Gen lo aprisionó juntando ambos glandes para comenzar a masajear sus cabecillas, la respiración se le entrecorto e instintivamente llevó sus manos a la misma parte. Gen le guio para que fuera capaz de repetir sus acciones y así ambos pudieran brindarse algo de placer.
La luna se posicionó sobre sus cabezas y la luz que expedía les brincaba como un reflejo desde el lago hasta sus rostros.
Gen se sostuvo con la mano libre por el hombro de Senku, quien se tensó al notar el cambio radical de velocidad con el que ahora el otro se había dispuesto a masturbar sus miembros. Era rudo, pero excitante.
Y más, al poder apreciar su rostro acalorado y el rastro de saliva que le colgaba de los labios por su último beso, destellando gracias al rebote.
Gen comenzó a jadear, sin dejar de mirar a Senku. Era como si esa miranda profunda le suplicará que lo viera, además de ser llamado por esos finos labios, era como si quisiera que se enterará de que el estado en el que ahora se encontraba había sido provocado únicamente por él.
Y el oji carmín, no sabía muy bien como procesar esa información todavía.
El corazón en su pecho se estaba emocionando innecesariamente. Su cerebro aún trataba de ser racional, claro que sabía que aquel acto no era más que una necesidad natural y que el escenario en el que se encontraba solo la había predispuesto más, pero una pequeña parte de él, elegía creer que así estaba destinado a pasar.
Porque aunque no lo creyera, la verdad es que ya había deseado tener la oportunidad de rozar la piel de Gen de esa forma, así como de disfrutar de esa misma vista. Ahora estaba siendo mucho mejor que su imaginación y sabia que sería un acto de estupidez si lo desaprovechaba ahora.
—"Senku-chan..."—Gen mordió su labio.
Y Senku soltó un gemido, presintieron el clímax llegar y de nuevo juntaron sus labios.
Gen los dejó libres y envolvió el rostro de Senku entre sus manos mientras le besaba, Dejando que solo unas cuantas gotas fueran expulsadas.
Senku rodeó a Gen con sus brazos por la espalda y la comenzó a acariciar con movimientos rápidos pero sutiles, se detuvo al sentir un relieve extraño cerca de los huesos de su columna, pero antes de que pudiera preguntar por algo al respecto, el chico de nuevo le aprisionó las manos para conducir una de estas a su pecho y la otra hacía su trasero.
—"Aquí Senku-chan, puedes tocar"—le habló mientras juntaba sus frentes, la cabellera larga les cayó encima a ambos, por lo que, lo único que fue capaz de distinguir Senku en ese oscuro escenario fue la pureza de los dientes que conformaban la sonrisa de su rostro.
Trago saliva, deslizando la palma sobre los huesos de las costillas del cuerpo delgado de Gen, hasta ascender a sus pectorales, que aprecio firmes.
La flor siguió depositando besos en el rostro de Senku, cerca de la cuenca de sus ojos, en la frente, en la nariz y por supuesto, más pasionales en los labios.
Llegó el momento donde los dedos del inventor presionaron el botón encendido que Gen tenía en su pezón derecho. El roce sucedió por un ligero roce, pero solo eso le basto para saber que Gen seguía duro.
Su mano permaneció encima del lugar transmitiendo una sensación cálida sobre la blanquecina piel. Gen guío la mano de Senku con la intención de formar pequeños círculos en el área, mientras jadeaba con suavidad.
La mirada carmín se perdió en el suave tono canela que Gen poseía, admirado por la expresión delirante de su rostro cada vez que su punta era pellizcada. No ejerció demasiada presión pues aún seguía temeroso, pero intento pellizcarle con la punta de sus uñas.
El bicolor arqueó la espalda como un reflejo y continuo guiando a la otra mano de Senku en círculos, pero está vez sobre los pliegues de la piel pegada a su muslo.
Senku era capaz de detectar sus huesos, a decir verdad, le había sorprendido bastante el hecho de que Gen fuera mucho más delgado de lo que aparentaba, aunque era normal tener esa confusión al ver cuántas capas de ropa la florecilla usaba a diario. Coronando de por sí, con una túnica de piel de borrego teñida de morado con la cual Tsukasa lo había ornamentado.
Esa costosa y fina piel que seguramente Tsukasa había elegido con cuidado, para adornarle como una linda muñequita a la cual poder vestir y desvestir a su antojo.
La cara de Senku se hundía cada vez un poco más en la vergüenza. En esos momentos, en el que él era quien rodeaba la pequeña cintura de Gen con sus brazos, sí que podía entender a Tsukasa. Incluso las curvas que los huesos le dibujaban a la silueta del bicolor eran atrayentes.
La mano aparentemente tímida del peli verde se agasajo amasando la grasa del glúteo de Gen en todas las direcciones, casi siguiendo el mismo recorrido que su lengua hacia ahora que estaba logrando adaptase a sus besos.
El mayor dejo sus párpados a medio cerrar y llevo un par de sus dedos a la boca del contrario y los acaricio con suavidad.
—"Aquí Senku-chan"—le dijo suavemente.
Gen los introdujo en la boca de Senku y aunque esté fue tomado por sorpresa, instintivamente cerró sus ojos y paseó su lengua entre ellos.
—"Sí, así es Senku-chan"—Gen se impulso con sus piernas para salir un poco más arriba del agua y suspirar.
Cuando Senku volvió a abrir los ojos observó cómo Gen guiaba a su larga cabellera a un de sus costados. El blanco y el negro ahora empapados salpicaron unas cuantas gotas sobre su piel, que lo volvió consciente de la intención a la que la flor se estaba dirigiendo.
Gen aparto sus dedos, Senku ya los había lubricado perfectamente bien, así que los condujo ahora hacia sus espaldas. Una mano rodeó su cintura, la que él tenia libre le sirvió de soporte. Y así, lentamente los introdujo en el orificio de su trasero.
—"Ah~"
Gen expresó cerca del oído del chico como si al fin hubiera podido relajarse, caso contrario a lo que le sucedió a Senku con ello, el suave sonido de la voz de Gen se deslizó por su tímpano y le recorrió los nervios con un escalofrío. Tragó saliva aún sorprendido.
Mientras el bicolor continuaba sus provocativas exhalaciones a la par que se iba moviendo sobre el agua. Arriba y abajo, lo dedos parecían entrar cada vez un poco más, pero Senku solo podía enfocar el baile de las largas pestañas de la flor y como sus labios se curvaban al exclamar cada gemido.
Gen lo atrajo nuevamente, admitía que ver a ese muchacho anonadado y con el rostro rojo por la maravilla del sexo de primera vez, era todo un espectáculo, pero él mismo le había prometido momentos antes que lo iba a guiar, para que conociera todo sobre ese mundo que su inocencia le había permitido desconocer. Ya que por algo él era el experto.
—"Senku-chan—sin dejar de usar esa voz jadeante, Gen busco los labios del científico, pero en vez de acariciarlos, está vez los mordió, tirando de su piel con una encantadora sonrisa—. Vamos, sigue..."—después de haberlo castigado de esa forma, ahora simplemente le ofrecía el premio estirando su cuello.
Senku arrugó si labio herido, luego de un pequeño trance los movilizó sobre la piel de Gen. Su barbilla, su oreja, su manzana, clavícula y cuello, parecía querer consumir todo y nada porque estaba siendo bastante gentil.
Entonces la florecilla le dio luz verde. Acaricio con delicadeza su glande y lo frotó para asegurarse de que la erección del chico siguiera viva. Cuando el falo se endureció en su totalidad, Gen suspiro y con un rápido movimiento dejo de juguetear con sus dedos, balanceando su trasero sobre la corriente de agua. Su entrada estaba expuesta y mucho más relajada, perfecta para recibir a otro invitado.
Cómo toda su vida había sido entrenado, condujo la erección de Senku por debajo de sus muslos y dio un chapuzón en el agua. Senku tenso sus dedos y frenando todo movimiento le imploro a Gen con la mirada.
El bicolor le miro desconcertado, para este punto creyó que por más inocencia que existiera, la situación ya era más que obvia. Pero entonces, desvelo un poco más acerca de lo que el oji carmín buscaba conseguir con aquella mirada. No era de miedo o asco, más bien, era de duda, casi rozando la preocupación.
—"¿Qué sucede Senku-chan?"
La respiración sin ritmo continuo que ambos gozaban, les inundó el ambiente.
Gen recordó entonces, que por más que su cuerpo estuviera preparado para aquello, para él, también era la primera vez que compartía con un cliente inexperto. E incluso más que eso; era la primera vez que compartía su cuerpo con un hombre tan maravilloso, como solo Senku podría serlo.
Quizá esa era la razón por la cual se había emocionado ligeramente.
—"Esta bien, si crees que la lección está siendo muy ruda—besó su frente y la pinta de su nariz—, puede haber otra solución..."—lo soltó.
Pero Senku atrapó de nuevo su mano con un movimiento brusco bajo el agua, sin despegarle la mirada de encima.
—"¡No, yo!"—jadeó.
Gen curvó sus labios. ¿Podía ser aquel chico más encantador?
—"¿No...te haré daño?"—preguntó con toda la ingenuidad del mundo.
Y eso a Gen le retumbó en el pecho. Probablemente Senku seguía angustiado por las razones que su cerebro había pensado para justificar su repentino alejamiento del imperio, muy en particular por Tsukasa. Y pensar que esa era su razón principal para querer parar, más que el miedo o adrenalina propios le hacía agrandar la sonrisa un poco más.
Su corazón se reconfortó un poco más al pensar cuál sería la reacción de aquel chico si tan solo supiera que, ni el mismo Tsukasa le había procurado alguna vez de esa forma.
—"Por supuesto que no, mi querido Senku—le dedicó una sonrisa mientras acariciaba su rostro entre sus palmas—. No debes preocuparte por ello, te dije que te enseñaría todo, ¿verdad? Si sigues mis instrucciones eso no pasará".
Senku ya no podía distinguir si el calor que sentía emanar por su rostro se debía al tiempo que llevaban dentro del agua, a qué Gen de nueva cuenta rozará su intimidad con su suave mano o al haber sido llamado de esa forma.
"Mi querido Senku"
En esos instantes su cerebro le jugó una mala broma, pues no podía recordar haber sido llamado de esa forma por los labios de Gen con anterioridad, y aún si así fuera, juraba que ese tono de voz era la primera vez que lo oía, como si hubiera sido exclusivo de ese momento. Aunque si también fuera a ser ocupado en un futuro, tampoco le disgustaría en absoluto.
—"Relájate Senku-chan, aquí voy"—advirtió el bicolor al colocar la punta de la cabecilla menor del científico apuntando a su entrada y sumergirla lentamente dentro suyo.
El agua tibia que cubría sus cuerpos no era nada comparada a la temperatura que Senku percibió una vez dentro de Gen. La sensación de aprisionamiento incrementaba el hecho, cada vez que el chico lo llevaba más profundo, como si quisiera engullirlo completamente.
Y cuando lo logró un nuevo gemido dulce salió de la boca de ambos, Senku hizo un gesto, mientras Gen se acomodaba sobre él.
La flor no le había mentido en ello, de verdad que se sentía muy bien.
Sus labios volvieron a conectarse con ferocidad disfrazada de pausas. El beso más largo que habían intercambiado toda la noche, que al terminar les dejo espasmos en forma de residuos. Una vez perfectamente amoldados el uno con el otro y terminando ese largo beso con la saliva conectando en forma de hilo, Gen comenzó a moverse.
El agua salpicó por fuera del hueco de la terma en la que se encontraban, el vapor subió por el cielo oscuro con el contacto de la caliza. Y de repente aquel pacífico ambiente se volvió ruidoso.
—"Gen..."—Senku a penas y sabía que hacer con sus manos, el bicolor brinco con rudeza sobre de él y solo se podía limitar a proteger su espalda.
—"Felicidades Senku-chan"—Gen dijo entre jadeos, aferrado a su cuello con un abrazo.
El de mechas verdes volvió a inclinarse sobre el mayor, continuó su labor de repartir besos sobre su mojada piel, metiendo su cabeza entre su pecho. Las tetillas de Gen seguían duras, con un persistente tono colorado, inevitablemente al científico le llamaron la atención, así que las siguientes caricias fueron dirigidas a la zona.
El bicolor recargo aún más su espalda hacía atrás—"Puedes hacer más que eso sí así lo deseas Senku-chan. Aunque no te emociones de más, hazlo con calma"—le indicó mientras acariciaba su cabellera.
Aún estaba echada hacía abajo por efecto del agua con la que le había mojado antes, ver aquel largo que cubría sus orejas, le hacía lucir aún más atractivo, aunque Gen no se lo dijo en voz alta, se limitó a pasearlo entre sus dedos, A la par de Senku se atrevía a dar ligeros lengüetazos sobre sus botones y chupar su punta.
—"Mmm—el bicolor ronroneó—continúa"—y le imploró que siguiera.
Sin dejar de balancear sus caderas, aumentó el ritmo, tanto que el choque de sus pieles gracias al también al agua que los rodeaba se escuchaban ahora como un eco estrepitoso. No dejo tampoco de contraer su piel, el pecho que en el que el inventor se encontraba ensimismado subía y bajaba en una sola respiración, que temblaba muy de vez en cuando, su espalda ya formaba una curva perfecta y las paredes internas de su retaguardia se amoldaban al extraño que estaba recibiendo con gusto. Hubo un momento en el que ejerció una presión extra, dentro suyo, se volvió estrecho, sus movimientos eran hábiles incluso en aquella zona.
Senku no pudo evitar soltar un gemido, que hizo que la florecilla sonriera victorioso.
—"G-Gen"—el menor presionó sus cejas, dejo libre el pecho de la flor para acurrucarse sobre su hombro derecho y ocultar sus más que enrojecidas mejillas.
El contrario le envolvió en un abrazo, sus suaves manos le acariciaron la espalda, transmitiéndole una calidez añorada.
—"Senku-chan—le habló suavemente apoyándose en su cabeza, con la intención de verle el rostro. Pero el mencionado solo negó con suavidad, ya no soportaba verlo directamente, apreciar su imagen tan perfecta era demasiado, incluso para su propio cerebro—Sen-ku-chan~"—canturreó su nombre con una risita.
Y volvió a empujar y contraer sus paredes, unas dos, o tal vez tres veces más, con suavidad y una lentitud casi tormentosa, Gen estaba seguro de que no era el único que estaba por explotar, su voz ya estaba entrecortada y su cuerpo expedía calor por sí mismo ya sin importarle la temperatura ambiente o el agua que les cubría.
Un nuevo escalofrió le azotó al inventor con un rudo empujón más que dio Gen, quien intentó removerse para seguir acelerando el ritmo, pero el inventor al notar como sus pieles se despegaban se negó rotundamente a soltarle, haciendo que su contacto fuera mucho más intenso e íntimo.
—"Gen..."—pronunció su nombre en un nuevo gemido.
Entonces las pupilas azules destellaron del mismo tono que la luna al momento de contraerme, su cuerpo resbaló, al ser detenido con tanta insistencia, lo que le hizo perder el control por una sola fracción de segundo y golpear profundo en un lugar que no podía ocultar que le encantaba.
Aunque no cumplió adecuadamente con sus intensiones según lo había predispuesto dado a su pequeño desliz, cuando la última estocada se dio Senku le mordió la piel que tenía a su alcance, aprisionando entre sus dientes el hueso delgado de su clavícula y generándole una contracción de paso. Un placer le agitó el interior cuando su esencia fue liberada y posteriormente le siguió la lucha por recuperar la respiración, cosa que el menor le estaba dificultando al rodear su cintura con tanta fuerza en aquel abrazo, parecía que no había poder humano que lo hiciera desertar de la idea de no soltarlo en ese momento.
Gen movió con suavidad sus piernas y se percató de la calidez que también estaba cerca de su parte baja. Continuó aflojando su cuerpo hasta corresponder el abrazo del chico.
—"¿Fue bueno, no es así Senku-chan?"—exhaló observando el cielo.
Senku elevó la mirada al mismo punto, la claridad de la luna plateada les alumbro la punta de sus narices.
—"¿Aún piensas que esto es malo?, ¿Y vas a seguir negando todo?—Gen retomó su usual tono de voz, pero sus facciones estaban completamente relajadas, Senku de a poco bajo la mirada hasta enfocarlo en primer plano—Dime Senku-chan..."—tomó el rostro del chico entre sus palmas.
Senku tragó saliva. Un ruido molesto retumbaba desde su pecho, su corazón seguía acelerado y al ver a Gen, tan dulce y hermoso como siempre lo había sido, con sus ojos inundados por la luna llena, su cabello goteando, una pequeña sonrisa y una visible marca rojiza, no podía evitar que el ritmo se acrecentará.
—"¿Y bien, esta bien si yo me encargo de eso Senku-chan?"—le cuestionó.
El carmín no pudo dejar de saborear con la mirada aquella marca, aún tenía la sensación de la piel titubeante de Gen recorriéndole los labios y el sabor a sal debido a la terma en sus papilas, pero sobre todo, seguía predominando la intención de retenerle y querer contenerlo en sus brazos por más tiempo. La idea de que aquella marca hubiera sido impuesta por él, le hizo olvidar todas las que alguna vez por descuido o sin querer, había visto en incontables ocasiones repartidas por donde a penas era visible sobre la piel de la florecilla cuando comenzó a visitarle, muchas veces se había cuestionado con que intención Tsukasa las había dejado sobre Gen, si eran una advertencia, una burla o incluso otra muestra de superioridad que le estaba ofreciendo, también se lamentaba de igual forma cuando Gen llegó más de una vez con los ojos hinchados, empequeñecidos y con los rabillos rojos a verle, porque sabía que había llorado y que muy probablemente si le cuestionaba la razón, él se la negaría, porque aún no era un digno merecedor de su cariño. Pero ahora todo era diferente.
Tenía a Gen enfrente de él, tocándole, ofreciéndole placer y caricias con una sonrisa sincera y el único rojo de su rostro se debía al bochorno del acto que hace algunos momentos habían compartido. Sí, Tsukasa o cualquier otra persona le pudo haber hecho lo mismo a Gen cientos de veces antes y dejado marcas incluso peores, pero solo a él. Solo a él Gen le había ofrecido recibir todo su cariño y habilidad por voluntad propia, al menos eso elegía creer.
Entonces, su corazón desbocado le ganó por primera vez a su racional cerebro, sabía que esas eran las implicaciones que tanto temía de enamorarse, pero todo el miedo desaparecía si era Gen del que se trataba.
Suspiro y dibujó una sonrisa ladina—"¿Quién más podría hacerlo, sino tú?"
Sus miradas se volvieron a conectar, sus respiraciones que tan agitadas se encontraban momentos antes, ahora se habían coordinado a la perfección y sus brazos se aferraban con la misma fuerza sobre las espaldas del otro para no alejarse.
Volvieron a besarse.
Discretos, en soledad, a la mitad de la noche, como dos recién amantes.
Al poco rato, salieron de la terma, con su piel ligeramente enrojecida por pasar más tiempo del necesario bajo el agua caliente, se cubrieron con sus abrigos, ignorando un poco el hecho de que su cabello continuará un poco húmedo y descendieron la cuesta tomados de la mano.
No dijeron nada durante su regreso, pero su camino estuvo lleno de calma, únicamente disfrutaron su cercanía.
Al llegar a la cabaña, Gen espero al pie del árbol trenzado sus mechones bicolor, mientras Senku generaba un poco de ruido al interior.
Una vez le indicó que ya podía subir, Gen se encontró con la sorpresa de que el chico ya había preparado una sola cama para ambos en medio de la sala.
Soltó una risilla—"¿Tanto querías que durmiéramos juntos Senku-chan?"—le cuestionó coqueto.
Senku dios un respingo—"La temperatura ha descendido, así que dormir cerca el uno del otro nos ayudará a mantener el calor, además así tendremos más espacio, siempre insistes en quedarte cerca de la puerta y eso no es bueno. Además...—empezó a hablar con rapidez intentando sonar lógico como siempre—después de lo que hicimos, supuse que..."—pero lo rojo de sus mejillas era como un letrero enorme.
—"Bien, bien—Gen se acercó hasta él—, supongo que es parte de la responsabilidad que tengo que tomar, ¿Verdad?"—dio un beso en su mejilla.
El inventor no dijo nada, solo asintió con suavidad mientras se acomodaba entre las pieles que les servían de cobija. Gen hizo lo mismo.
La pequeña bombilla dentro del lugar se apagó y la oscuridad de la noche los atrapó a ambos uno frente al otro con sus rostros separados por la distancia de a penas un dedo. Sonrieron aún sin poder identificarse del todo.
Gen de nuevo busco los labios del chico—"Buenas noches Senku-chan".
Esa fue la primer noche que el inventor fue a la cama a una hora prudente, sin tener que desvelarse en soledad enfocado en una de sus tantas ideas para despejar su mente de pensamientos pesimistas. Ahora, se encontraba tranquilo, con su corazón y mente en calma y una calidez por demás placentera.
En compañía.
Notes:
Hola, sí aquí. Manifestando señales de vida cada temporada.
¿Qué les puedo decir? La vida adulta es muy cruel. Pero aquí seguimos, ¿Qué tal ustedes?, ¿Qué les pareció el capítulo?
Espero que lo hayan disfrutado y que la escena de pasión entre los nenes haya servido un poco para compensar la espera.
Agradezco mucho su apoyo. También la historia ha recibido nuevas lecturas últimamente, así que estoy muy feliz por eso. Me alegra que disfruten mi contenido, quedó atenta a cualquier opinión.
Por lo mientras, eso es todo. Nos leemos en el siguiente capítulo, los invito a comentar, votar y recomendar. Bye~
Chapter 18: ¶¶•Las flores no tienen permitido amar•
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
La anterior, había sido la primera de muchas veces en las que el inventor y el mentalista compartían la cama en su pequeña cabaña.
Senku aún no podía procesar a consciencia el cómo había llegado a este punto con Gen. La única conclusión factible a la que podía llegar era aquella que, describía la presencia de la florecilla como un tornado arrasador.
Desde su primer encuentro, el bicolor lo había sacado de balance completamente y parecía que con cada pequeña acción, la afectación era mayor.
Tan solo unas cuantas noches y ya había memorizado las medidas de Gen para encontrar la posición perfecta para abrazar su cuerpo al dormir, también guardó con recelo el aroma de su cabello al acariciarlo, las expresiones que marcaba el otro eran sus favoritas, con cada nueva reacción que el otro le brindaba, un pequeño latido en su pecho y una sonrisa ligera, se le marcaban a él encima, no podía cansarse de ninguna.
Y también, tenía que admitir que con su compañía, las pequeñas cosas banales dejaron de importarle.
Ya no pasaba las noches en velo, procuraba tomar asiento para consumir sus alimentos en calma con él enfrente, sonreía más veces de las que recordaba haberlo hecho antes e incluso se permitió algunas pausas en su trabajo para descansar y exprimir al máximo el tiempo que podían compartir juntos.
No sabía que era lo que Gen tenía, quizá había sido uno de sus supuestos hechizos, esos de los que tanto alardeaba, el que le había lanzado para ponerlo así.
Aunque claro, eso no tenía nada de lógica.
La razón no tenía cabida en aquello que sentía por Gen. Que encantadoramente problemática estaba siendo la situación.
—"¡Creo que ya encontré el problema Senku-chan!"—la florecilla le gritó al inventor, estando con los pies sumergidos en el pequeño río.
Gen se acercó al lugar, que casualmente era el mismo donde ambos habían hablado la primera vez, pues la pequeña lucecita que alumbraba la cabaña había perdido su brillo repentinamente.
Hace algunos días Senku había montado una rueda enorme de madera con algunas mejoras cerca del cause, esto, con la larga explicación sobre su función de la cuál no había entendido ni un poquito, simplemente sabía que con el movimiento que llevaba el impulso del agua, la rueda giraba y al estar conectada a tantos hilos, cuerdas u piezas de vidrio este lograba que su refugió se convirtiera en un lugar cálido y templado.
Pero esa noche, la rueda se detuvo, al verse rodeados por la oscuridad ambos chicos se inquietaron, mientras Senku actuó con rapidez hurgando por las esquinas de la cabaña, Gen salió y fue a la rueda.
Ahí encontró entonces, que el hecho no había sido un accidente o alguna casualidad, la rueda se había atascado con un montículos de ramas y eso era lo que le impedía seguir, era demasiado perfecto, por ende también debía de ser planeado. Gen frunció el ceño, sabía que los culpables estaban cerca de ellos, la gente de la aldea se comenzaba a volver cada vez más agresiva en sus muestras de rechazo hacia el inventor.
—"Es esto, la rueda esta atorada—le dijo al menor cuando lo vio acercarse, inclinó su cuerpo en un intento de reparar la situación, pero solo consiguió fruncir el entrecejo más—¡No puedo sacarlo!"—exclamó, intentando un poco más en vano.
Cuando el inventor llegó a la orilla con una lamparilla de aceite en la mano, también formó una mueca—¿Qué haces Gen?, sal de ahí ahora o vas a pescar un refriado, el agua esta helada.
—"Pero..."—el bicolor le miró con una expresión desanimada.
—"No importa, tiene solución, pero puede esperar a mañana, al diez mil millones porciento—dio media vuelta—, además, creo que podemos aprovechar la ocasión".
—"¿Mmm?, ¿Cómo exactamente Senku-chan?"
Las orejas de Senku se colorearon—"Hay algo que me gustaría mostrarte".
Gen aprecio la tímida vocecilla del inventor salir muy a penas por sus labios, lo que lo llevó a formar una dulce sonrisa—"¡Que emoción!—expresó cantarinamente y se acercó a la orilla dejando el dañado invento atrás y procurando seguir la espalda del chico—¿Qué será?, ¿Qué será?, me pregunto ¿Qué será?~"
—"Entonces date prisa y entremos de nuevo, la temperatura es muy baja aquí afuera. "
—"Bien, bien~"
Gen se ajusto a su par, sosteniéndose de la punta de sus dedos con suavidad, mientras ambos se encaminaban de regreso a su cabaña, con Senku iluminando el camino que la fina capa de nieve comenzaba a cubrir.
Una vez dentro, Senku colocó algunas hojas con rayones extraños en ellas sobre el suelo, jalo una gruesa piel que les sirviera de cobija e invito a Gen a adentrarse en ella, para hacerse compañía, dejo la pequeña lampara frente a ellos para iluminar sus dibujos y con un brillo particular en sus ojos, comenzó a soltar cientos de datos acerca de ellos, aún si Gen no había dicho nada al respecto, aún.
Ambos se recostaron sobre sus estómagos y cubrieron, incluso sus cabezas con la piel. La noche era fría y oscura, pero estando juntos ese detalle parecía no importarles.
La florecilla se adentro en la calidez y se acurrucó a la silueta de Senku, que señalaba con su índice distintos puntos sobre sus planos mientras hablaba animado. Por supuesto que Gen no dejo pasar la oportunidad de poder grabar cada uno de los gestos alegres que el chico de mechas verdes le regalaba, y al verlo tan de buen humor, de a poco, comenzó a involucrarse en sus explicaciones de forma intima. Hasta que un pequeño dato le llamó la atención de forma más intensa.
—"Mira Gen, estos planos los hice hace algún tiempo con la ayuda del grandote y Yuzuriha. Fueron todo un reto y nos costaron muchos días de trabajo, pero valió la pena. Pudimos obtener una gran vista de lo que nos rodea, desde las alturas"—Senku sonrió con una mueca ligera, casi añorante al hablar de sus viejos amigos.
Gen aprecio esa mirada con mucha delicadeza, sintiéndose un poco más reconfortado—¿A qué te refieres con que "desde las alturas" Senku-chan?—preguntó inocentemente.
—"Bueno, construimos un globo".
—"¿Un globo?"
—"Sí, Taiju se encargó de reunir todo el material posible y Yuzuriha de la confección, para construir un globo que pudiera elevar a una persona por los aires y poder ver el paisaje con nuestros propios ojos".
—"¿Elevar? Quieres decir, ¡¿Volar?!"
—"Ah sí, algo así—Senku extendió un poco más su sonrisa. Gen se estaba sumergiendo en su pequeña charla con curiosidad y debía de admitir que aquello, le hacía realmente feliz—. Necesitábamos materiales nuevos para un proyecto que íbamos a trabajar juntos, pero no teníamos ni idea de dónde encontrarlos, hacer expediciones a pie era bastante cansado y perdíamos mucho tiempo. Es por eso que la vía aérea era una mejor opción al diez mil millones porciento".
Gen tragó saliva un poco impactado por la idea—"Volar...Debió ser difícil, ¿No?"
—"Para nada, una vez allá arriba la vista hace que te olvides de todas las complicaciones".
—"Debió ser una vista maravillosa, entonces..."
—"Además de que encontramos rápidamente el mar y obtuvimos sodio suficiente a partir de su agua, luego encontramos unas cuevas, dónde había una reserva de ácido nítrico y-"
—"¡¿Qué?!, ¡¿Me estás diciendo que el agua también es salada, Senku-chan?!"—Gen interrumpió con un grito, los ojos y la boca abiertos y un tono incrédulo.
Senku hizo un gesto suave con sus cejas al escuchar su grito—"Así es, en realidad hay más de esa agua salada que de la dulce en nuestro mundo".
—"¡¿Estás hablando en serio?!—Gen dio un respingo viéndolo de frente—"¿Más? Entonces, esa cosa llamada mar es muy grande, ¿cierto? Pero, ¿más que un río?—en sus pupilas oscuras, el brillo que la luz le reflejaba parecía ser el causante de llenar toda la habitación."
O por lo menos así lo percibió Senku, quién sonreía al apreciar esas reacciones tan genuinas por su parte, le causaban gracia y no podía evitar que su corazón reaccionara.
—"Por supuesto, mira esto, de hecho es mucho más grande que este tamaño"—señaló una mancha que ocupaba casi una hoja completa de las que había colocado frente a ellos.
Gen la miró fijamente—"¿Ese es el mar?—hizo una pequeña pausa—Que miedo..."—para remover su cuerpo, posicionando su barbilla sobre sus brazos.
—"No tienes porque temerle. ¿No te sientes incluso intrigado?, ¿con ganas de descubrir que oculta dentro de su gran tamaño?, de explorarlo todo..."
—"¿Explorarlo?...Mmm, no, no es eso—Gen dejo pasar un poco de aire por sus fosas nasales mientras agachaba la cabeza refugiándose un poco más en sí mismo—. No sé si tenga especialmente miedo, es solo que...este mundo esta lleno de cosas tan extrañas e interesantes, creí que saliendo del barrio rojo tendría la posibilidad de descubrir más cosas por mí mismo, pero no fue así en absoluto, yo soy muy pequeño en comparación, ¿verdad?"
Senku apretó sus labios con suavidad mientras apreciaba como las pestañas de Gen temblaban, de nuevo enmarcaba una expresión muy difícil de leer.
Llevo un par de sus dedos hacia el rostro ajeno y lo despejo del mechón oscuro y algunos cabellos sueltos que le molestaban pasándolos lentamente detrás de su oreja, Gen abrió ligeramente los ojos y los condujo en dirección al inventor.
—"Creo que todos lo somos—Senku le respondió aquel comentario con una fuerte carga en su mirada—. Y lamentablemente, no creo que sea capaz de descubrir todo lo que oculta este mundo yo solo, pero, al menos, me gustaría hacer todo lo que este en mis manos para descubrir lo más que pueda, aún si tengo que hacerlo por mi cuenta y me tome toda una vida. Quiero hacerlo".
Gen observó en silencio, con la mirada fija hacia los labios del chico al momento en el que habló, prestando atención a cada palabra y por alguna razón, cada vez haciendo su sonrisa más notoria.
—"Y seguro que lo lograrás Senku-chan—giró su cabeza y lo volteó a ver de frente—, alguien tan increíble como tú puede hacerlo".
El chico se volvió un poco más consciente de la realidad que vivía Gen en su condición como flor cautiva, era de esperar que tuviera tanta curiosidad, que se sorprendiera ante cada detalle y que también, tuviera miedo. Si Gen estuvo todos esos años encerrado en aquel lugar, era lógico pensar que no conocía nada del mundo.
Entendió un poco más su naturaleza y que también por esa misma razón fue que su encuentro se dio.
Si Gen no hubiera sentido curiosidad, nunca se hubiera alejado del lado de Tsukasa e incluso, no se habría atrevido a tocar su invento, ese que dejó en el lago y que luego imprudentemente bebió.
Senku se sentía agradecido de haberlo conocido y más en esos últimos días que habían compartido juntos con momentos especiales, pero también, le causaba un poco de aflicción que una razón tan trágica fuera la que cruzó sus destinos.
Quería hacer algo para cambiarlo.
No soportaría ver una expresión así de complicada en el rostro de Gen por más tiempo, si era posible, la cambiaría a una sonrisa que nunca se apagará.
Y estaba dispuesto a usar la ciencia para lograrlo.
Senku aprovechó aquello para acariciar gentilmente la mejilla de Gen—"Me gustaría hacerlo contigo—habló en voz baja, usando un tono intimo que le coloreó el rostro a la flor—¿Te gustaría?"—soltó el cuestionamiento con algo de vergüenza.
La cantarina expresión de Gen se relajo al igual que sus cejas, al escucharlo—"¿Quieres hacer otra promesa Senku-chan?, pero sí aún no has podido cumplir la primera de observar los cerezos florecer juntos"—Gen hizo que Senku detuviera su caricia.
Aunque quizá la parte más complicada sería lograr que la florecilla abriera sus pétalos por completo cuando estaba con él y por una vez, aunque solo fuera una, dejara de anteponer las circunstancias de otros para permitirse ser feliz y que también lo hicieran.
—"Eso es solo porque el cerezo aún no ha florecido, pero no hay nada de malo en prometer algo así, ¿no? Seguro que tendremos mucho tiempo delante para hacerlo, explorar o ver los cerezos. Aunque primero tenga que llegar la primavera.."
—"Claro, hasta que llegué la primavera...—sus miradas hicieron contacto un fugaz momento y luego ambos dibujaron la misma sonrisa en su rostro—. Aceptaré esa promesa."
—"Será un hecho entonces".
Gen se inclinó suavemente hacia el frente depositando un gentil beso sobre los labios del inventor, tomándolo por sorpresa, haciendo que diera un respingo y desviara su mirada tímida casi de inmediato, la florecilla de nuevo disfruto de su reacción.
Senku tenía las orejas rojas, las pupilas brillantes y la punta de sus dedos temblaba. Incluso a esa distancia era capaz de percibir el calor que expedía su cuerpo con emoción, solo faltaba que pudiera oír sus latidos. Estaba totalmente convencido, de que Senku estaba perdidamente enamorado de él.
—"Pero Senku-chan—interrumpió su pequeña burla hacia el chico—, ¿Cómo iremos a explorar esa mancha tan enorme?"
Senku exhaló para poder controlarse, cuando la curiosidad de Gen se volvió a activar pudo volver a su actitud animada de nuevo—"Descuida, encontraré el mejor método, cuando lo tengas enfrente no podrás ni creerlo, te lo aseguro"—su expresión reflejaba una completa emoción.
—"¿Ver el mar de frente?, seguro será maravilloso..."
—"¡Lo será!, aún recuerdo la primera vez que yo lo vi, esa fue con Byakuya de hecho. Ir en globo solo elevo mucho más la experiencia".
Gen hizo una mueca—"Ah, aunque la propuesta de viajar en globo no me convence demasiado, ¿sabes?"
Senku enarcó una ceja—"¿Te dan miedo las alturas?"—Senku volvió a rodearle con su brazo.
Esta vez Gen se permitió acurrucarse a su par—"Más que la altura, todo el trabajo que nos llevaría hacer un globo solo nosotros dos, creo"—suspiro.
—"Descuida, no tenemos que ser solo los dos, el reino científico estará dispuesto a ayudar al diez mil millones porciento".
Senku expreso seguro de sí y de sus palabras, fue esa misma seguridad la que le permitió a Gen por fin relajarse y enmarcar la sonrisa más complacida hasta el momento, había cumplido todas sus expectativas. Cerró los ojos y comenzó a soñar mientras las palabras del inventor le arrullaban y el calor de su cuerpo le confortaba.
El menor se durmió poco después de eso. Y a la mañana siguiente, antes de que el gallo pudiera cantar, de nuevo se encontraba en soledad sobre el piso de su cabaña, todas las mañanas eran así.
Gen solía despertar temprano y ponerse de pie con delicadeza para evitar despertar al otro, con sus ligeros pies bajaba de la copa del árbol y en silencio, siendo bastante precavido, se infiltraba en la aldea que tenían de vecina.
Gracias a sus grandes habilidades y astucia, a pesar del tiempo que llevaba haciendo aquellas visitas a escondidas, ni Senku, ni algún aldeano habían logrado descubrirle todavía.
Por supuesto que eso era lo que él quería. Recolectar la información necesaria para completar su misión, era lo único que necesitaba, nadie debía de conocer su plan o sus intenciones.
Se escabullía entre las pequeñas chozas cuando sabía que la mayoría de los habitantes todavía se encontraba durmiendo y espiaba a través de las ventanas, también rondaba alrededor de las propiedades para contabilizar las pertenencias de las personas, su ganado, sus cosechas e indagar si poseían algo de valor.
En lo que más se había enfocado era en encontrar que tipo de armas solían fabricar y en que parte las resguardaban, así cómo también procuraba aprenderse los horarios de cada habitante, aunque solo había conseguido revelar el de unos cuantos pares hasta ahora, ya que esa era una tarea que requería más precisión y tiempo invertido, que al estar con Senku, no podía conseguir completar con éxito. Era curioso que, aunque no supiera el nombre de ninguna de las personas que vivían ahí, la flor ya sabía cómo moverse entre ellos.
Detectó con velocidad las potenciales amenazas, a modo de tener un reporte completo que brindarle a Hyoga en este tiempo.
Porque sí, la orden que el albino le dio, rondó por su cabeza todo ese tiempo, lo hacía cada día, a cada hora.
Gen estaba alerta, pensativo y preocupado por poder actuar acorde a lo que la persona que le compró esperaba de él. Relativamente tenía todo bajo control, pero la inquietud no le dejaba en paz, en especial en las ocasiones que compartía con el inventor. No sabía porque su malestar se le reflejaba en una presión dolorosa sobre su pecho.
Por ello quería apresurarse. Le enviaría un reporte a Hyoga y esperaría no tener ningún cambio drástico de planes para completar su plan, de eso dependía que tanta probabilidad de cumplir sus promesas con Senku, en un futuro, tendría.
Pero, para su mala suerte, un plan no puede resultar completamente perfecto y más cuando se pretende ocultar, era de esperar que alguien lo descubriría o tendría sospechas. Entonces, cuando terminó su patrullaje matutino por la aldea, se dirigió al bosque, del otro lado del río.
La rueda aún no estaba arreglada, pero no sé molestó en hacer algo al respecto, era solo que las hojas de los arbustos que por ahí crecían lucían mucho más frescas y radiantes para ocuparlas en una taza de té.
Busco un par de tallos y por sus oídos un movimiento golpeado por el aire se coló, para cuando dio la vuelta, una silueta ya estaba frente a él para confrontarlo.
—"Gen".
—"¡Ah, Ukyo-chan!—el bicolor extendió los brazos en un gesto suave y de bienvenida—¿Qué te trae por aquí?—Aunque ni él, ni el otro chico llegaron a abrazarse—Ya sospechaba que se trataba de ti desde que ví ese movimiento extraño en la copa del árbol, ¿Estás dando un paseo?, ¿Vienes de caza? O tal vez, ¿Vienes a recoger el reporte para Hyoga-chan?"—le miro con una sonrisa descarada.
—"¿Reporte?, ¿Para Hyoga? Ah, así que de eso se trata"—ajusto su boina amarilla.
Gen afiló su expresión—"¿Me vas a decir que no te diste cuenta de ello? ¡Eso es imposible! Eres muy listo Ukyo-chan, seguro que lo hiciste—aplaudió—. Oh, ¿Tal vez me extrañaste mucho entonces? Es una pena, no pude despedirme antes de irme".
—"Gen, ¿Por qué estás aquí?"
—"¿De verdad no lo sabes?"—le dedicó una interrogante a partir de su mueca.
Ukyo trago saliva—"No me refiero a eso. Hablo, del por qué sigues aquí, tan cerca del imperio e infiltrado en la aldea vecina. Creí que cuando hablaste con Tsukasa había sido para intentar buscar tu libertad, creí que nuestra plática previa había servido de algo, pero ahora me dices que fue una orden de Hyoga. ¿Por qué Gen?"
La florecilla divisó con lentitud la expresión preocupada de su amigo, sin embargo; conservo la suya—Ukyo-chan, tu eres parte de los pilares del imperio, deberías saber muy bien que es lo que el ejército de Tsukasa-chan está planeando hacer en este lugar.
—"Sí, lo sé. Aunque no pueda apoyarlo...—agacho su cabeza—Pero si tú también lo sabes, entonces no encuentro la lógica en tus acciones, cuando hablaste con Tsukasa sobre tomarte algunas vacaciones y él accedió sin rechistar, fue una prueba clara de su postura, de lo enamorado que está de ti y también, de lo que es capaz de hacer solo para que seas feliz".
—"¿Feliz? Dices..."
—"¡Claro! Él quiere que te sientas libre—Ukyo expresó dando un pasito hacia el frente—. Con la confianza que te dio y también el tiempo, ya no tendrías porque seguir aquí, era para que estuvieras muy lejos, antes del ataque de primavera, para que tomarás tus precauciones y huyeras acompañado por Senku, porque estás con él, ¿Verdad?"
—"Sí"—Gen afirmo con un sabor amargo acrecentándose en sus labios.
—"¿Entonces?, para eso fue el tiempo, ¿No? Por eso te alejaste de Tsukasa. ¿Por qué sigues aquí, después de eso?, ¿Qué es lo que Hyoga te ordeno hacer está vez, Gen?"
Ukyo como su guardián y amigo estaba angustiado, tenía algunos días sin verlo pero notó que su amigo estaba cambiado, aún no sabía si decir si eso era para bien o para mal, pero sus palabras no coincidían con sus acciones.
—"Sabes que no tienes que escucharlo, él ya no es tu dueño y si ahora Senku está contigo, creo que-"
—"Ukyo-chan—Gen le interrumpió usando un tono cantarino en el matiz de su voz—. Sabes bien que dentro de ese imperio yo no tengo libertad."
—"¡Pero aquí, con Senku!—quiso replicar, pero Gen extendió una palma frente a él para solicitarle poder continuar".
—"Sería menos probable tenerla".
—"Gen..."
—"Tsukasa pudo decir muchas cosas, pero, qué crees que él sería capaz de hacer si se enterará de que todo este tiempo he estado al lado de la persona que más detesta en el mundo".
—"¿Qué?"
—"A decir verdad, no muchas personas saben los detalles, pero el mismo Tsukasa-chan amenazó a Senku-chan con matarlo si lo volvía a ver."
—"¡Pero!"
—"¡Por eso es imposible!"
En un momento ambos elevaron la voz. Su mirada afilada se apaciguó después de un segundo en silencio.
Gen decidió continuar—"Tsukasa-chan no lo perdonaría, así como tampoco verlo de nuevo".
—"Entonces, esto que estás haciendo...¿Es por Senku?"
Gen soltó un suspiro sonoro—"El ataque es inevitable, por lo menos por parte de Hyoga lo es. Cuando llegue la primavera ellos vendrán y comenzarán, será una batalla total, la gente de esta aldea posee buenas armas y está preparada, claro que el ejército del imperio ganará, pero no será tan fácil. Si Tsukasa encuentra a Senku aquí, se desviará por sus propios asuntos y eso podría ser peor".
—"Tienes razón, Tsukasa lo haría..."
—"Senku-chan se verá involucrando en un conflicto innecesario".
—"¿Por eso quieres protegerlo? Pero, en ese caso no sería mejor..."
—"No—Gen negó moviendo su cabeza de lado a lado—. No he conocido persona más testaruda que Senku-chan, sé que él no hubiera aceptado tampoco la propuesta de huir".
—"Pero si no se aleja, será imposible evitar que se implique".
—"Es por eso que más que hacerle una propuesta, la mejor opción es orillarlo a aceptar".
—"¿Pero cómo?"
Gen le mostró una sonrisa—"Ukyo-chan, ¿Sabes cuál es la forma más efectiva de manipular a alguien?—observó como el chico deformaba su expresión con angustia—El amor"—sentencio.
Ukyo abrió los ojos y parpadeo un par de veces—"¿Quieres decir?..."
—"Un hombre enamorado es capaz de hacer cualquier cosa, más si la persona que ama es aquella que se lo pide"— encogió coquetamente sus hombros.
—"¿Vas a manipular sus sentimientos?"
—"Eso no está muy lejos de la realidad, aunque simplemente planeo pedirle a Senku-chan que busque refugio en su aldea de origen cuando llegue el momento."
—"¿Dices que Senku siente algo por ti?"
—"Sí, ya no hace falta comprobarlo, Senku-chan está perdidamente enamorado de mí—realizó un ademán con sus manos—. Ya hemos estado juntos y ha llegado al punto en el que incluso, es capaz de dejar un poco de lado sus preciados inventos solo por compartir una conversación casual conmigo. Está claro".
—"Pero eso es muy cruel..."—Ukyo se entristeció a tal punto de comenzar a formar algunas lágrimas en sus ojos.
—"No lo veas así, te aseguro que él no está sufriendo. Estar a mi lado a sido incluso bueno para él, conoció un mundo nuevo, con nuevas experiencias. También le he ayudado con sus nuevos proyectos, ahora no se descuida demasiado, duerme y come apropiadamente e incluso ha comenzado a aceptar un poco su pasado. Así que no, no estoy haciendo nada cruel"—el tono de voz que uso parecía tener mayor intención de convencerse a sí mismo que a la otra persona.
—"Pero estar utilizando sus sentimientos así..."
—"No importa, si son los sentimientos de Senku-chan, Tsukasa-chan o incluso de Hyoga-chan. En cualquier caso es lo mismo".
—"¡No, claro que no lo es!"—Ukyo arremetió.
—"¿Por qué no lo sería? Si para todos ellos, solo soy la flor de la que se enamoraron..."
—"¡No!, ¡No es así!—Ukyo avanzó hasta el chico y lo tomo por los hombros—Porque está vez tu también te enamoraste, ¿Cierto?"
Las palabras de su amigo desconcertaron a Gen, más que su repentino agarre—"¿Qué?"
—"Es cruel que quieras jugar con los sentimientos de Senku, cuando tú sientes lo mismo..."—Ukyo comenzó a llorar mientras le veía de frente.
Gen elevó sus cejas con sorpresa y luego dibujo una mueca—"¿De qué estás hablando?"
—"Por eso lo quieres poner a salvo, temes que algo le pueda pasar si se queda aquí más tiempo"—ejerció una pequeña presión sobre sus hombros, como un agarre desesperado
—"Sí, así es. No puedo dejar que alguien tan increíble como él resulte lastimado por el ataque, pero solo eso—se movió bruscamente para soltarse—. No significa que este enamorado de él".
—"Gen, no te das cuenta. Por esos mismos sentimientos es que quieres protegerlo".
—"¡No!, no es por eso"—Gen retrocedió un par de pasos.
—"Gen, yo te escuché. La última vez que hablamos, escuché como te referías a él, también el tono de tu voz, todas tus dulces palabras demostraban amor"—Ukyo intento alcanzarle.
Pero el chico se sostuvo de sus propios brazos mostrándose renuente a la idea.
—"¿Por qué no quieres aceptarlo?"—Ukyo no podía controlar sus lágrimas, al ver a Gen alterarse poco a poco, la desesperación también invadió su cuerpo.
—"¡No es amor!, ¡Yo no lo amo!"—negó en voz alta.
—"Gen, ¿Por qué?"—insistió.
Gen agachó su cabeza, dejando que sus largos mechones le cubrieran la cara—"¡Porque no puedo hacerlo!"—soltó un grito que raspó su garganta y su respiración se agitó.
—"Gen"—Ukyo trato de controlarse.
Entonces Gen dobló sus rodillas y se oculto refugiándose en su propia silueta—"Las flores no tienen permitido amar..."—Gen susurró.
Y a Ukyo el llanto le regreso con aún más fuerza, se posicionó a la altura de la flor que enmudeció tras decir aquello y le intento acariciar el rostro con suavidad.
—"¿A qué te refieres Gen?"—Ukyo se compadeció con la mirada, ver a Gen tan pequeño y compacto no era usual y por ello también era doloroso.
—"Las flores no tienen derecho a enamorarse"—el labio de Gen tembló. Su amigo le hizo levantar el rostro para que lo viera de frente, encontrándose con una mirada vacía y una expresión solitaria.
—"¿Quién te ha dicho eso?"—Ukyo abrió la boca, preocupado.
Gen soltó una ligera mofa—"Todos. Es lo primero que nos dicen a todas las flores, la primera regla que nos imponen en el barrio rojo, nuestra existencia únicamente sirve para complacer a los demás. Nosotros solo servimos para dar placer y consuelo, es por eso que somos tan buenos leyendo a la gente y manipulándola, solo seremos elegidos si somos capaces de cubrir todas las necesidades de nuestro cliente, de nada sirve tener sentimientos, enamorarse es lo último que podríamos hacer. No lo tenemos...permitido"—Gen exhaló el aire que comenzó a aprisionarle los pulmones mientras hablaba.
La forma en la que se había expresado claro que sorprendió a su amigo, Gen había explicado aquello de una forma monótona, como si lo tuviera todo grabado palabra por palabra dentro de su ser y eso le estrujó el corazón.
Gen estaba así de lastimado.
—"¡No!—Ukyo grito desesperado—Gen tú ya no eres una flor, ya no estás en los barrios rojos, olvídate de todo eso y por favor, permítete ser feliz"—eso había sido una súplica.
Pero Gen, con sus ojos aún opacos por la amargura solo volvió a negar con la cabeza.
—"No tiene sentido buscar mi felicidad Ukyo-chan".
—"¡Lo tiene! Lo tiene ahora que tienes a Senku".
—"Senku-chan y yo pertenecemos mundos diferentes, incluso hay veces en las que pienso que fue un error habernos conocido. No tenemos nada que ver—la mueca de Gen fue transitando de a poco a una expresión melancólica—, él tiene un objetivo increíble y un futuro brillante, debe seguir su camino. Por otro lado, Tsukasa-chan es el líder de un fuerte imperio, por supuesto que estará ocupado y si logra expandirse, lo estará aún más, con el tiempo será innecesario que me mantenga a su lado, si quiere cumplir sus ideales no podrá hacerlo solo, necesitará de ayuda en el futuro. Herederos, que yo no le puedo dar, así que simplemente me hará a un lado, dejara que me marchite en su jardín o un luso podría echarme antes".
—"No, Tsukasa no podría hacer eso..."
—"Se un poco más realista Ukyo-chan—Gen exclamó y luego agachó la cabeza—. Al final, Hyoga-chan es quien me compró, independientemente de sus intenciones, no puedo negar que él lo hizo, es por eso que estoy intentando complacerlo, siguiendo sus órdenes y completando está tarea que me ha dado".
Ukyo calmó un poco sus emociones tratando de razonar de mejor forma los argumentos de Gen, ciertamente había razón en sus palabras.
—"Al final Hyoga-chan será el único refugio que me quedará seguro, es el único hombre que me ama y que me puede proporcionar protección en su momento dado, como mi dueño. Pero...—Gen mordió suavemente su labio—, aún así, estoy teniendo un deseo egoísta, aunque no tenga permitido amar o no sea necesario, quiero poner a salvo a Senku-chan, solo eso".
—"Gen..."—su amigo le compadeció con una sonrisa, el corazón del chico era bondadoso, volvía a comprobarlo.
El bicolor volvió a mirar a su amigo de frente, supo leer su expresión la lastima y las ganas de contradecirle con alguna otra oración eran bastante palpables, pero eso a él no le gustaba para nada.
Gen no necesitaba lastima, tenía presente que no servía para nada.
Así que afiló su mirada una vez más y se incorporó, moviéndose hábilmente para alejarse del chico.
—"Así que entiéndelo Ukyo-chan y solo déjame mover mis cartas tal como lo tenía previsto".
—"¡Gen, espera!—Ukyo se alteró, intento tomarle de nuevo—¿Y si lo intentas? Solo una vez, intenta irte con Senku".
—"¡Basta!—Gen frunció sus cejas—No pienso seguir escuchándote, está conversación se termina aquí"—dictó con seriedad.
—"Gen, solo estoy preocupado por ti".
El chico miro el rostro de su amigo, no deseaba que Ukyo enmarcará esa expresión, pero no pudo hacer nada para evitarlo.
—"No hace falta—mantuvo su misma expresión fría y luego dio media vuelta, caminando hasta los arbustos que les rodeaban y escarbando entre sus hojas con sus manos—. Un ejército conformado por quince hábiles guerreros con fuerza comparable a la de la mayoría del imperio y un arsenal de armas, suficientes para que toda su población porte un par sin problema, su defensa es mejor que la ofensiva".
—"¿Cómo?"—Ukyo se detuvo cuando Gen comenzó a decir aquello.
—"Ese es mi reporte hasta el momento sobre la situación del enemigo, dáselo a Hyoga y luego a Tsukasa, seguiré en contacto en más días. Solo necesito que hagas eso".
Ukyo también enserio su rostro, está vez un poco molesto—"¿De verdad, eso es lo que quieres?"
Gen tardo unos segundo en responder y cuando lo hizo, todavía seguía dándole la espalda Ukyo.
—"Sí, es todo lo que necesito—hizo un ademán con sus manos—. Así que puedes irte, yo necesito prepararle un poco de té a mi querido Senku~"—movió algunas hojitas que había arrancado del arbusto y que ya tenía en la punta de sus dedos acompañando al cantar de su voz.
Ukyo presionó sus puños, escuchar ese tono vacío y ligero le representó un muro, que sabía que Gen no iba a permitir que derrumbaran fácilmente, sin importar que más le dijera.
El chico de cabellera larga avanzó rumbo a la cabaña de Senku con un amargo sabor impregnándole la boca, cuando escucho a los árboles moviéndose bruscamente sobre él, lo cual significaba que su amigo ya se había marchado molesto.
Por una parte le alivio no tener que seguir esa discusión sin sentido y no haberle permitido involucrarse más para que pudiera realizar sus planes con toda libertad. Pero, por otro lado, su corazón le punzaba, sentía que acababa de perder a la única persona que estuvo para él sin pedirle su cuerpo a cambio.
Liberó un largo suspiro antes de acercarse demasiado al árbol, por el cual Senku ya se encontraba descendiendo.
—"¡Gen!"—el inventor enmarcó una amplia sonrisa con solo verle.
El otro imitó sus acciones.
—"¡Buenos días Senku-chan!"
No importaba cuáles fueran las consecuencias de sus acciones, estaría bien si con ello lograba preservar aquella sonrisa.
Se repitió para sí mismo.
—"¿Dormiste bien? Me dio lastima despertarte al ver que descansaba profundamente".
Senku llegó hasta él, observando algo extrañado a sus espaldas, percatándose de la presencia de algunos aldeanos que pasaban por ahí, seguramente rumbo a la aldea, pero que no dejaban de verles con intriga.
—"Sí, ¿Qué hay de ti?, ¿Estás bien?"—le habló acariciando su cabello blanquecino.
Gen fingió confusión—"Perfectamente~"—intento asegurar recobrando su total compostura tras lo ocurrido.
—"¿Dónde estabas?"—el oji carmín trato de indagar al perder de vista a los aldeanos y quitar una pequeña rama del cabello de Gen, que seguramente se le había enredado al momento de ingresar al bosque.
—"Ah, solo fui por unas cuantas hojas para prepararle un delicioso té caliente a Senku-chan de desayuno—saco las hojas de sus mangas—. Lo siento, me tarde eligiendo las mejores, ¿Te hice preocupar?"—cuestionó encantadoramente.
A lo que el de mechas verdes rió—"Para nada—movió su brazo hasta la espalda de Gen y giro en dirección de retorno—, todavía puedes preparar ese té, anda, será bueno para mantener el calor"—lo invito a refugiarse de nuevo a su lado.
Pero sí que se había preocupado, o más bien, inquietado. Quizá él no sabía el verdadero objetivo que Gen tenía o que demonios le quitaba tanto tiempo al salir por las mañanas, pero si estaba consciente de ello. Aún no sé atrevía a preguntarle por su ausencia, ni a tratar de deducir que era aquello tan importante que le obligaba a levantarse temprano fielmente y dejarlo a él atrás en la cabaña.
—"¡Senku-chan, al menos podrías emocionarte!"—le mostró la lengua burlonamente.
Es por eso que aunque le generará nervios, no se molestaba en ir tras él para investigar y solo fingía seguir durmiendo justo como a Gen le parecía complacer. Aún le faltaban poder entender muchas más cosas sobre el chico, aunque sus sentimientos fueran genuinos, aquello mismo le representaba un gran obstáculo. Gen era la incógnita más difícil de resolver para su cerebro.
Entonces, ambos subieron de regreso a la cabaña. Gen lo hizo primero y cuando Senku escalaba los últimos escalones, este se asomo, hincado sobre el suelo de madera y depósito un beso en sus labios. Con un arrebato sorpresa, que le aceleró el corazón.
Pero aunque no pudiera resolverlo, para Senku en ese momento estaba más que bien...
Terminaron el beso y Gen volvió a burlarse, está vez de su cara colorada, con una sonrisa de mejilla a mejilla.
—"El té estará listo pronto Senku-chan~ "—Gen musitó y Senku subió a su lado, un poco más tranquilo.
Senku podía tranquilizarse al pensar un poco en que, no importaban cuántas veces Gen se escabullera fuera de su vista si le demostraba una cosa:
Él siempre regresaría a su lado.
Notes:
Hola queridos lectores, ¿Cómo están? Yo aquí, dando señales de vida con una actualización de mantenimiento 😅
Espero les haya gustado el capítulo, está vez trate de no demorar demasiado desde la última publicación. Pero no duden en dejarme sus comentarios, los leo con gusto 👀
De igual forma, por favor voten y recomienden. Agradezco a los nuevos lectores que se han sumado y a todas las personitas que siguen atentas a la historia, gracias por darle la oportunidad a esta pequeño gran drama.
Les adelanto que en los siguientes capítulos esto se va a poner un poquito feo 🙈, pero para compensarlo tendremos un poquito más de interacción entre el Senku y Gen del pasado QuQ.
Eso es todo por mi parte, besitos y hasta el próximo cap. Bye ~
Chapter 19: ¶¶•UNA CICATRIZ•
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
En esta ocasión Gen de nuevo había salido a una de sus exploraciones mañaneras, recopiló casi la misma información que siempre y se dirigía a la cabaña para despertar a Senku con pasos ligeros.
Trataba de mantener la mente en blanco, no tenía sentido recordar su pequeña pelea con su amigo o alguna otra conversación con alguno de sus dueños, pero aún así, no podía evitarlo. El rostro de Tsukasa, el llanto de Ukyo y la fría mirada de Hyoga cruzaban su mente una y otra vez.
Se frenó delante de la cordillera de árboles cerca del río, tiritó gracias a la corriente de aire que le golpeó la espalda y que provocó un dolor insoportable en ella. Se encogió en un pequeño abrazo así mismo, mientras murmuraba lo cruel que estaba siendo el invierno en voz baja y una vez terminó hecho una pequeña bolita sobre una roca, elevó la mirada y exhaló un poco de vapor.
Su frágil silueta se reconfortó al ver a la lejanía aquel árbol de cerezos, que se cubría con una capa blanca debido a la nieve, pero que mantenía aún sus tonalidades rosadas perceptibles.
Gen frotó sus brazos con sus propias manos, tratando de ignorar el dolor en su espalda y comenzar a ser más optimista, fantaseando en como sería su pequeña reunión con Senku y la demás gente de la aldea Ishigami, el día que esos pétalos se abrieran.
Seguramente serían ruidosos.
Kinro y Ginro jugarían al rededor del tronco, Chrome estaría igual de emocionado y la sacerdotisa Ruri lo escucharía atentamente, Kohaku estaría a su lado, con la emoción de una niña pequeña, justamente como Suika, el viejo Kaseki quizá sería el más tranquilo, pero no por eso, el menos feliz, los demás habitantes del pueblo también compartirían una sonrisa en sus rostros.
Y Senku...bueno, él quizá estaría a su lado, admirando a los demás sonrientes y con una mueca satisfecha por lograr hacer algo que los complaciera a todos. Aunque le diera un poco de vergüenza, Gen podría imaginar que el inventor estaría más que atento a sus reacciones y él, todavía no sabía que esperar. Solo sabía que estaba emocionado por qué ese día ocurriera de la misma forma en la que se lo estaba imaginando.
A pesar de ser un deseo egoísta.
Sin querer, Gen ya había comenzado a sonreír admirando aquella vista, cuando de pronto, el árbol fue sacudido abruptamente.
El bicolor se puso de pie, observó a las demás copas a su alrededor, pero ninguna se movía de la misma forma, cosa que le inquieto más, la nieve caía con rudeza y el movimiento no paraba, así que Gen solo decidió correr hasta su ubicación para averiguar lo que pasaba.
Al llegar con el aliento afectado, se topó con el brusco movimiento del solitario árbol más de cerca y con diversos murmullos resonando entre los troncos. Caminó justo detrás del que estaba al lado y asomó con curiosidad y precaución su cabeza.
—"¡Toma, toma!"
—"¡Toma esto!"
Se encontró con una escena preocupante, un grupo de niños y jóvenes de la aldea golpeaban sin piedad al tronco herido del árbol mientras reían.
A Gen ya le había resultado extraño encontrarse con menos personas dentro de sus chozas cuando hizo su recorrido, pero no imaginaba que el grupo ausente se conformara por aquellos niños malcriados, ni que aquella agresión también fuera planeada por ellos.
Los niños más pequeños lo pateaban y le lanzaban rocas de tamaño mediano. Mientras que los jóvenes golpeaban rocas una contra otra, hasta que consiguieron algo de fuego y le acercaban algunos pedazos gruesos de madera para preparar unas cuantas antorchas.
—"Si destruimos este árbol, seguramente acabaremos también con ese hechicero"—uno de ellos afirmó.
—"¡Sí!"—el resto le secundó.
Gen, preocupado no lo pensó dos veces y se antepuso al tronco cuando los niños se giraron a verle dispuestos a incendiar el cerezo.
—"Vaya, ¿de verdad creen que será tan fácil? El árbol no tiene nada que ver conmigo saben~"—con un tono confiado y movimientos seguros Gen les regaló una sonrisa perversa a los chicos, ocultando su mirar angustiado detrás de las mangas de su atuendo.
—"¡Ah!, ¡Es el hechicero!"—uno de los niños grito y contagió del temor al resto.
—"¡Apareció!"
—"¡Nos va a lanzar una maldición!"
Gen continuó en su papel caminando lentamente hacia quien tenía las antorchas sujetas.
—"Así es, soy un hechicero que lanza maldiciones especialmente a las personas que se portan mal. ¿Nunca les dijo su mamá que no deben de jugar con fuego?"—hábilmente tomó la mano que sostenía la antorcha encendida y se la arrebato.
Posteriormente la dejo caer al piso, donde gracias a la presencia de la nieve, el fuego se extinguió. Los niños soltaron distintos gritos y retrocedieron un par de pasos.
—"¡Ah!, ¡Suéltame eres un monstruo!"—a quien había sujetado comenzó a forcejear.
Gen entonces comenzó a liberar el agarre, no sin antes buscar amedrentar a los niños un poco más.
—"Si no quieren que el hechicero les lance una maldición, de ahora en adelante tienen que comportarse y dejar de molestar a la persona que vive aquí o sí no..."
—"¡Suéltalo!"
Gen fue interrumpido con un golpe seco, uno de los niños había reunido el valor suficiente para lanzar una de las rocas que antes tenían como objetivo al árbol, solo que ahora fue dirigida hacia el rostro del bicolor.
Gen giró la cabeza tras recibir el golpe, la presencia de dolor le hizo relajar sus extremidades y libero al chico que retuvo. El mechón blanquecino que le fungía como flequillo, le cubrió el golpe cuando de nuevo dirigió la mirada hacia los niños, estos retrocedieron y se prepararon para lanzar más de las piedras que tenían en las manos contra Gen en su pequeña pausa.
—"¡No!"
—"¡Vete!"
—"¡Monstruo!"
Gritaron.
Un fino hilo de sangre corrió por la pálida mejilla de Gen, la roca le inflamó y enrojeció la zona, pero fue el filo de esta quien verdaderamente le lastimó, haciendo una cortada por debajo de su párpado hasta su pómulo.
Los chicos al verle, sintieron más miedo. Tal vez había sido por la sangre, por la amenaza antes dada o quizá influyó la mirada vacía que les dedicó tras sentirse herido.
Lanzaron las rocas erráticos a su silueta, Gen se quedó quieto, está vez los niños no tuvieron precisión y ninguna de las piedras le consiguió herir, a lo mucho golpearon partes de sus piernas y brazos, que con las capas de ropa que le cubría, pasaron imperceptibles.
La florecilla mantuvo su expresión seria hasta que otro de los jóvenes se acercó con un pedazo de madera listo para arremeter de lleno en su contra.
—"¡Vete!"—grito el chico, alzando la madera al aire.
Gen presionó sus dientes y detuvo el impacto con sus palmas, al momento de retener la madera su cuerpo se sacudió y de las mangas de su abrigo salieron unos cuantos pétalos, ramitas y pequeños restos de los inventos que Senku hacia. Todos, objetos que Gen guardo con devoción y que terminaron esparcidos en la nieve, rodeando las siluetas de los chicos.
—"¡Imposible! Tiene una gran fuerza, en verdad es un hechicero"—el joven que iba a golpearlo soltó despavorido la madera.
—"¡Una maldición!, ¡Una maldición!"
Al ver cómo esas pequeñas cositas volaban por el cielo cerca de ellos, los niños malinterpretaron la situación y en sus inocentes mentes, la idea de que el hechicero que tenían enfrente les había maldecido, se volvió real.
—"¡Ayuda!, ¡Es una maldición!"
—"¡Nos maldijo!"
—"¡El hechicero nos maldijo!"
Inmediatamente echaron a correr en dirección a la aldea, sin cesar sus alaridos.
Cuando Gen vislumbró sus siluetas a la lejanía, se permitió tomar un respiro. Separó sus labios para soltar un suspiro, observó sus manos que estaban rojizas por haber retenido la fuerza del impacto que pretendían hacia él y comenzó a masajearlas.
—"Esos niños"—exclamó con una mueca molesta, misma que le recordó la herida en su cara. La rozó suavemente sintiendo una punzada y al volver la vista a su dedo aprecio la mancha de sangre.
No se permitió preocuparse mucho por ese hecho, ya que inmediatamente después giro la mirada hacia el árbol afectado.
—"¡No!"—se dejo caer sobre sus rodillas para admirar las heridas de sus raíces e intentar desesperadamente examinarlas y cubrirlas del frío.
La manta que Senku le había colocado para protegerlo estaba completamente deshecha, varias de sus ramas también se habían trozado y la raíz que pretendía el inventor curar, lucía en peores condiciones que antes.
Gen movió sus manos en distintas direcciones, desesperado por encontrar alguna solución factible y no poder pensar en ninguna. La corriente de viento de nuevo le golpeó la espalda y soltó una queja, pero decidió no alejarse del árbol para protegerlo de la tempestad aunque fuera solo con la ayuda de su ropa y brazos extendidos.
—"Senku-chan...—pronunció como un ligero chillido—necesito a Senku-chan..."—sin percatarse o quererlo unas lágrimas traviesas se condensaron en sus ojos.
—"¿Gen?"—una voz a sus espaldas le llamó.
—"¡Senku-chan!"—con emoción Gen giró la vista y alzó la mirada hacia el otro.
Senku al verle al borde del llanto dio un respingo y se colocó a su altura—"¿Qué sucede?"
—"¡El árbol, Senku-chan!, ¡El árbol!"—gritó desesperado.
Senku lo examinó de pies a cabeza, deteniéndose en la herida de su rostro—"¿Qué fue lo que-"
Pero Gen no le dejo continuar, quería que atendiera de inmediato a aquel cerezo—"¡Sus raíces están heridas y el viento es demasiado fuerte, lo va a seguir lastimando!"—su voz se escuchaba llena de nerviosismo.
—"Espera un poco, déjame ver"—al notar la desesperación de Gen decidió intentar hacer algo. Le pidió entonces al mayor que le permitiera apreciar el tronco dañado.
El bicolor se recorrió y observó con atención cada movimiento que Senku realizaba.
—"¿Tiene cura?, ¿Aún puedes salvarlo Senku-chan?"
El inventor hundió sus manos dentro de la tierra que rodeaba a la raíz, examinando el daño que había recibido.
—"¿Lo hizo la gente de la aldea?"—cuestionó con una actitud seria.
Gen presionó su labio—"Eso no importa ahora Senku-chan, mejor dime: ¿Si podrá salvarse el cerezo?"
La mirada carmín se desvío a las manos delgadas del mago, se percató que estás también estaban lastimadas. Su aspecto se veía muy mal, pero aún así, Gen no se mostraba dispuesto a cooperar, así que decidió no presionarlo por conseguir una confesión de lo sucedido.
Exhaló—"Sí, estará a salvó. Descuida, la raíz está lastimada, pero no fue arrancada, así que todavía tiene posibilidades de sobrevivir".
Gen sonrió aliviado.
—"Si la cubrimos de nuevo, a lo mucho solo demorará unos días más en florecer".
—"¿Días?, ¡¿Cuántos?!"—la sonrisa no le duró mucho al conocer esa nueva información, sus pupilas temblaron.
Senku hizo un gesto debido a la sorpresa del otro—"Eso no puedo saberlo, dependerá del nivel de fuerza que logre recuperar en estos días".
—"¡Entonces hay que curarlo inmediatamente!—exclamó poniéndose de pie—¡Toma Senku-chan!, podemos cubrirlo con mi abrigo"—y comenzó a desatar la prenda que llevaba encima.
Senku se levantó y detuvo sus manos—"Alto, ¿Qué es lo que intentas hacer?"
—"¡Así el árbol podrá salvarse y los cerezos florecer!"
Senku notó un ligero temblor en el chico al momento en que le sostuvo, lo miro fijamente—"Gen"—le habló acariciando con suavidad su piel.
Acto que calmó un poco al bicolor, haciendo que se volviera consciente de sus reacciones.
—"Estará bien, florecerá en primavera al diez mil millones porciento".
—"¿Lo hará?"
—"Por supuesto".
—"¿Y lo veremos?"
—"Claro—soltó una risilla—, lo prometimos, ¿no?"
—"Es verdad"—Gen volvió a sonreír.
Senku dio un pequeño paso al frente, acortando la distancia que los separaba y decidió subir la palma de su mano hasta el rostro de Gen—"No te precipites, además cubrirlo con tu ropa no va a ayudarle y solo te congelarás—se deshizo suavemente de su mechón blanco, posándolo detrás de su oreja—. Necesita una fibra parecida a la que ya tenía, en la cabaña tengo material necesario para hacer una nueva, podemos ir e intentarlo".
—"Pero..."
Luego sucedió con su mejilla—"Nos daremos prisa para venir a cubrirlo rápidamente. Descuida".
La sensación térmica que la palma de Senku le transfirió con su caricia le ayudo a reconfortarse—"Esta bien, eres el mejor Senku-chan"—le regaló una encantadora sonrisa.
Senku sintió el calor subir por las suyas también, pero aún así no dejo de acariciar—"Ahí también podremos atender esa herida".
—"¿Ah? "—Gen recordó entonces el golpe que había recibido.
—"Probablemente te deje una pequeña cicatriz"—sostuvo con algo de firmeza la barbilla de Gen para inspeccionar de mejor manera su herida.
Gen tragó saliva, pudo sentir también que la vergüenza se apoderaba de él, se perdió un solo instante en la crudeza que representó para él no haberse preocupado por su propia herida. Prefirió defender aquel árbol antes de procurar su aspecto físico, como normalmente una flor como él lo haría.
Pero rápidamente, mirar el suave destello de los ojos carmesí que tenía enfrente, le hizo olvidar, incluso el dolor.
Senku limpió con el pulgar, la gota de sangre que le había descendido al otro por la mejilla y después la lamió sin apartar la mirada. El bicolor trago saliva. Y tras unos fugaces segundos viéndose el uno al otro, Gen se impulso hacia el frente, plantando un beso sobre Senku, quien lo correspondió con gentileza.
Una vez se separaron, Senku dejo de acariciar el rostro de Gen y le ofreció su mano—"¿Vamos?"—cuestionó.
El bicolor ocultando sus labios enrojecidos detrás de su larga manga simplemente asintió. Y juntos caminaron de regreso a su cabaña.
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Una vez que el autobús que los transportaba llegó a su destino, todos descendieron. El primer paso fue instalarse en las habitaciones del hotel designado, para eso, habían realizado un pequeño juego donde dejaron a la suerte con quién compartirían habitación y como tanto Senku, como Gen se habían quedado dormidos en el trayecto, perdieron su oportunidad y simplemente se les asignó una sola para ellos. Aunque el bicolor al enterarse, podía jurar que aquello lo habían planeado todos en conjunto.
Bueno, aún así, la situación seguía yendo por mal camino desde la perspectiva de Gen. Solo esperaba que las circunstancias no se encaminarán de peor forma.
—Es más amplia de lo que pensé—Senku expresó al recorrer la puerta de su dormitorio.
El cuarto y todo el hospedaje en sí estaba inspirado en el tradicional Japón. Algo rústico desde la perspectiva del científico, pero que si era sincero no estaba nada mal en esos momentos. Se adentro al lugar y dejo su mochila en una de las esquinas comenzando hábilmente a desempacar.
—Lo es...—Gen añadió poniendo toda su fuerza de voluntad en su andar para poder ingresar al cuarto—¿Tan pronto has comenzado a desempacar Senku-chan?
—Bueno, es más efectivo hacerlo ahora, así no perderemos tiempo y podremos reunirnos con los demás a tiempo para observar los cerezos.
—Tienes razón—comenzó a explorar todos los rincones del lugar con la mirada—, espero no importunarte mientras te instalas. Seguro que hubieras preferido a alguien que no fuera yo de acompañante.
Senku enarcó una ceja ante sus palabras—¿De qué hablas?
—Sí, como a Chrome-chan, incluso Ginro-chan o Kinro-chan—dejó también su maleta.
—Eso no es verdad.
—¿Eh?—Gen se giró a verle intrigado por sus palabras.
—Digo que no está mal que haya sido de esta forma—Senku estaba centrado en su labor de desempacar.
Gen solo pudo apreciar desde su punto de vista a la cabellera verde en punta que tenía—¿Eso...es cierto?—sin quererlo su voz tembló, así que presionó sus puños para contener sus emociones.
Senku alzó la mirada—Sí—asintió—, además Chrome ronca demasiado y Kinro está mejor cuidando a Ginro de no hacer estupideces.
Gen suspiro—Tienes razón...—giró y observó los futones que tenían a su disposición, comenzando a arrastrar uno para acomodar uno.
Senku le miró la espalda, saco una prenda larga de sus pertenencias y se levantó—¿Qué haces?—le cuestionó. Gen le miró otra vez, pero ahora no le permitió decir algo antes de continuar—No es momento de dormir, ya lo hiciste mucho antes. ¿O es que acaso no piensas ir?
—¿Ir a dónde?
—A ver los cerezos—Gen permaneció en silencio, así que Senku añadió en un volumen bajo—, prometimos verlos...
Recibió una mirada extrañada y entonces un sentimiento de nostalgia le invadió el pecho, su cabeza punzó y de nuevo se reprendió así mismo por confundir la realidad con sus pesadillas.
—¿En qué momento-
—Con los demás, acordamos verlos con todos—Senku interrumpió a Gen con un intento quizá desesperado por aferrarse a algo—. Lo dijeron al bajar del autobús, ¿No les prestaste atención? Seguramente nos estarán esperando.
—Ah, pero...
—Los mejores cerezos de todo Japón florecen en este lugar, sus condiciones climáticas le favorecen totalmente, por ejemplo hoy la temperatura y presión atmósfera son...
—Está bien, está bien—el bicolor alzó sus palmas como muestra de rendición—. Es imposible ganarle a tus argumentos Senku-chan.
—Kukuku, excelente—entonces el científico sonrió victorioso mientras comenzaba a quitarse la playera que llevaba encima.
—¡¿Senku-chan, ahora que haces?!—Gen exclamó un grito que no pudo contener.
—Me cambio de ropa. No podemos salir así, justo acabo de decirte que la temperatura de hoy es adecuada, así que deberíamos usar otro tipo de ropa.
—Pero, podrías cambiarte en otro lugar Senku-chan—Gen añadió permaneciendo igual de alterado.
—¿Y tú? También deberías de hacerlo.
—¿Yo?
—Sí. Usas ropa mucho más extravagante en los programas en los que apareces, no me dirás que ahora te negarás a usar un yukata, ¿Verdad?
A pesar de la petición de Gen, Senku continuó quitándose lo que llevaba encima en medio de la habitación.
—Lo tengo, pero eso es distinto...—el bicolor volteó a ver hacia la pared que tenía detrás, algo apenado.
—Entonces úsalo, seguramente se te verá bien.
—¿Ah?—El aumento de su vergüenza y pánico se le reflejo en el rostro chapeado.
Por impulso volvió la mirada atrás, apreciando la espalda delgada y desnuda de Senku entrando al cuarto de baño.
Gen tragó saliva, presionó sus labios y comenzó un intento de relajar su respiración—Eres demasiado injusto, Senku-chan...—expresó en voz baja. Abrió su equipaje y buscó una prenda que le sirviera.
El oji carmín también exhaló al ver su reflejo en el espejo, su pequeño momento de confusión se dispersaba de a poco, pero lastimosamente no sucedía lo mismo con su malestar.
Malestar que intentaba ignorar al atar los cordones de su yukata. Sus dedos rozaban la tela pigmentada de verde claro cuando la acomodaba, y su mente, se esforzaba por recordar cuál había sido la última vez que había usado una prenda así realmente, porque en sus sueños, era una constante.
Al terminar de atar el nudo se asomó por la puerta y aprecio a Gen de espaldas. Le pareció divertido ver cómo a pesar de haber impuesto tantas quejas, terminó cediendo y también que su percepción era cierta, en Gen la prenda lucía diez mil millones de veces mejor.
Miró por un corto instante los huesos de la columna del mentalista, sobresalían ligeramente debido a su delgadez y quizá por esa misma razón el bicolor decidía ocultarlos tan fervientemente. Un suéter delgado con un cuello de tortuga le cubrió de inmediato.
Para cuándo se dio cuenta, Senku ya estaba caminando rumbo hacia él.
Gen ajusto las mangas de su yukata y procedió a atar los cordones de su traje, mientras que la mano de Senku le acariciaba el mechón largo de su cabello.
Al percatarse, Gen se congeló, dejo que el movimiento fluyera y se volvió consiente de la respiración del carmín cuando le rozó la oreja. No volteó, así que no podía medir realmente la distancia que les intervenía, pero la tensión en su entorno y el calor que le envolvió le delató el hecho de que tenía prácticamente encima al científico.
—¿Senku...?—cuestionó con una vocecilla frágil y suave.
Y en efecto, así era. Senku se había acercado al apreciar la piel palida del mentalista con una irracional atracción, al verle quiso aferrarse, más que un pensamiento, como un impulso. Entonces su mano comenzó un recorrido guiado por su vista, de no haber sido por ese cuello de tortuga que el mayor se había colocado, podía jurar que su mandíbula hubiera sido invitada a arremeter contra aquella nuca.
Un silencio inundó la habitación.
Con movimientos discretos y sumamente lentos Gen pareció encogerse sobre si mismo, mientras presionaba a sus párpados a cerrarse.
La mano de Senku empujó los cabellos de Gen hacia el frente, tocando accidentalmente la punta de su oreja. El chico tiritó y Senku se centro en el aquí y el ahora, aprecio como esa parte del cuerpo de Gen, que apenas exponía, se coloreaba de rojo. Y entonces trago saliva.
Detuvo sus movimientos y retrocedió unos diminutos pasos mientras Gen contenía el aire dentro de sus pulmones aún sin abrir sus ojos.
—Tu cabello—el menor afinó su garganta mirando hacia otra dirección—, quedó...atrapado dentro de tu prenda. Solo quería sacarlo...
Gen captó cada pausa que el científico imponía para tratar de hilar una justificación coherente.
—Ah, ya veo... Gracias—de a poco comenzó a abrir sus ojos.
—Sí—hurgó en su oído—. Esa es una prenda complicada...¿Seguro que quieres salir con eso?
—Sí. De lo contrario mi piel podría quemarse.
—Claro. Tienes razón, una celebridad tiene que cuidar su aspecto en todo momento, ¿No es así?
Los pasos de Senku se alejaban cada vez más, resonaban, Gen todavía no conseguía reunir el valor suficiente para voltear, pero intuyo que se dirigían a la puerta por la que habían accedido al cuarto.
—Mis fans quedarían desilusionados si no lo hiciera—añadió. Moviendo sus manos sobre el nudo de su yukata, aún sin saber exactamente qué hacer con ellas.
—Bien, entonces dejaré que te encargues de los toques finales del cuidado de tu imagen y estaré esperando afuera...no tardes...—Senku llegó a la puerta.
—¡Gracias por tu consideración!
El de mechas verdes cruzó el marco con las mejillas igual de chapeadas y un sentimiento de vergüenza aflorándole con el temblor de sus manos.
Al oír la cerradura, un suspiro cruzó también los labios del bicolor con una suave transición a gimoteo. Su cuerpo se derritió de a poco hasta estar de nuevo sobre sus rodillas.
Los ojos se le llenaron de agua, se refugio en sus extremidades para convertir su cuerpo en una pequeña bolita mientras en toda su extensión, el palpitar de su corazón en su pecho le absorbía—Lo sabía. No fue buena idea, haber venido...—Sollozo lastimero.
Notes:
¡Hola, hola!
Yo me reporto con un capítulo nuevo cuando descanso por vacaciones o me enfermo y quedó en cama, como lo es en esta ocasión. Mis defensas bajas nunca cambiarán, pequeño cambio en el clima y me da una gripa terrible 🤧
En fin, ya estoy mejor :))
Y me alegra mucho haber podido escribir un poquito aunque sea, perdón si el capítulo resultó un poco corto a comparación de otros. Aún así espero que les haya gustado 💗
Me enteré que una personita ha recomendado la historia en su cuenta de tik tok, ¡Muchas gracias! Me alegra que la estén disfrutando, aunque yo les haga pasar por puro drama a cada rato jsjs. Por cierto, también me he creado mi propia cuenta pueden buscarme como: @SuBl_1817 subiré contenido de fanfics y arte por ahí también, espero contar con su apoyo ^^
Mil gracias también a toda la gente recomienda la historia en otros medios, les tqm. Los sigo invitando como siempre a votar y comentar, que yo estaré atenta a sus opiniones 👀
Bye~
Chapter 20: ¶¶ •"UNA PEQUEÑA INTENCIÓN"•
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Unos momentos, quizá minutos, le bastaron al mentalista para recobrar su compostura y una vez en el pasillo, admiró como Senku parecía haber olvidado también lo sucedido dentro de esa habitación, pues ya se encontraba charlando alegremente con Chrome.
—¡Oh, Gen!—el castaño le sonrió—¿También vienes tú?
—Sí Chrome-chan, al parecer no tuve otra opción...—Gen impuso una mueca en su rostro—Espero no ser una molestia— y llegó a un lado del científico.
—¡Para nada, verás que a los demás les dará gusto. Ven!
Entusiasta como siempre, Chrome se mostró simpático y reconfortado por la presencia de Gen de nueva cuenta en su peculiar grupo. Comenzó a avanzar y los otros dos le secundaron, salieron del hostal al encuentro con los demás.
—Gen—su amigo Ukyo extendió su sonrisa.
El famoso, ocultó sus manos dentro de las mangas púrpura de su vestuario y aunque se mostró amigable ante la vista de todos, hizo un esfuerzo por no cruzar con alguno miradas para no arruinar el ambiente.
—¿Ya somos todos?, ¿Por dónde comenzamos?—Ryusui cuestionó.
—La mejor ruta será la que esta cruzando el lago turístico—Senku afirmó con seguridad anteponiéndose al resto.
Así comenzaron discretamente a avanzar siguiendo a sus dos líderes guía. Ukyo, Chrome, Tsukasa, Taiju, Yuzuriha y Kohaku caminaron en orden de fila, siendo el último de estos Gen.
La rubia aprovecho la oportunidad de acercarse hasta el famoso, ciertamente tenía mucho por lo que encararle, lo principal era el porqué de la espera tan larga para contarle a Senku toda la verdad, por su naturaleza la chica ya no podía seguir conteniendo las ganas de gritarlo todo y hacer que ese par reaccionará. No sabía con quién desquitar su frustración primero; si con el científico que ignoraba la verdad o con el mentiroso que propuso ocultarla.
Pero en ese momento pensó que estaría bien intentar ser un poco sutil, aunque no se le diera especialmente bien.
—Así que aquí estás Gen—le llamó.
El mencionado exhaló—Sí, Kohaku-chan...—separó su nombre por sílabas al pronunciarlo, era claro que sabía sus intenciones.
—¿Hablarás con él?—procuró hablar cerca de su oreja.
—No sé qué podría decirle de cualquier forma.
—¡Ja, eso no son más que patrañas! Un tramposo cómo tú tiene conversaciones hasta de sobra.
—Eso es un poco hiriente Kohaku-chan.
—Gen, esa chica no está aquí, así que deberías...
Gen antepuso su mano hacia el rostro de la rubia—Lo siento Kohaku-chan, pero yo no vine a esta viaje con alguna intención en realidad, lamento no poder cumplir con tus expectativas. Si me permites, solo quiero disfrutar de la vista que me regalarán los cerezos.
—¡Pero!
—Gen-kun—Yuzuriha quién alcanzó a escuchar sus cuchicheos también quiso intervenir.
De hecho todos los que estaban ahí, tenían algo que decir al respecto, pero como siempre Gen insistía en cerrarse.
—Gen—entonces Senku le llamó desde una distancia de unos veinte o treinta pasos por delante.
—¡Ah!, ¿Sí Senku-chan?—alzó la mirada y de inmediato lo atendió.
—Ven aquí un momento, necesito que convenzas a este chico de que la ruta que esta indicando es el peor resultado al diez mil millones por ciento—dijo mientras señalaba a Ryusui quién reía en una pequeña burla.
—Senku-chan si se lo dices en la cara solo me complicas la labor.
Gen dejo atrás a las chicas que pretendían hablar con él y corrió con pasos acelerados hacía Senku después de ser llamado. Todos lo siguieron con la mirada, sin poder añadir algo.
Ante eso, la mejor de sus apuestas era dejar todo en las manos del amante de la ciencia, aunque claro, tampoco tenían muchas esperanzas en eso.
Lo más que podrían permitirse ellos intervenir, era en procurarles momentos únicos a solas en los que su conexión pudiera fluir como lo hizo desde el momento en que se conocieron. Solo ellos conocían su historia al final de cuentas.
Después de una enredada conversación, las cosas le favorecieron al científico pues terminaron siguiendo su ruta gracias a las palabras que Gen intercedió por él. Era una explanada, no muy grande en realidad, sus orillas estaban repletas de cerezos estratégicamente colocados en filas con jardineras resguardándolos. Algunas estatuas y ruinas antiguas, un perfecto lugar turístico para que los transeúntes tomarán fotografías.
Y así lo hicieron, todo el grupo estaba encantado con la hermosa vista y casualmente, habían dejado al mentalista y al científico atrás, mientras ellos gozaban de tomar fotografías.
Gen se trataba de mantener al margen, pero Senku se acercaba cada vez más a él. Resignado, avanzaron a la par, hasta uno de los árboles más frondosos.
El mentalista admiro la copa del árbol maravillado—Es impresionante...—expresó.
Senku alzó la mirada de la misma forma—Sí, lo es.
—Y que color más bonito tiene—añadió caminando al raz de la jardinera—. Senku-chan, ¿Has escuchado?—se agachó a recoger algo del piso.
—¿Mmm?—Senku miró con algo de intriga la acción de Gen.
—¿El por qué las flores de cerezo tienen este color?—se incorporó mientras hacía bailar a un pequeño pétalo que había encontrado entre las yemas de sus pulgares—. Es porque dicen que han sido pigmentados con la sangre de los muertos—le sonrió al menor.
Senku soltó una mofa por su comentario—¿De verdad?
—Sí. Se dice al enterrar un cadáver en la tierra y plantar un árbol de cerezos cerca, hace que estos tengan ese tono. El árbol crece en la misma posición donde el cadáver fue enterrado, entonces comienza a absorber todos los nutrientes, pero también la sangre y los recuerdos de aquella persona hasta hacerse uno solo.
—Que cosa tan más ilógica.
Gen se encogió de hombros sin borrar su encantadora sonrisa—Al florecer los pétalos adquieren ese color rosado, por qué están teñidos con la sangre de los muertos...o algo así—dejo libre aquel pétalo.
Que terminó volando e impactándose contra la mejilla de Senku sin que lo pudiera evitar. El científico solo hizo una mueca y lo dejo pasar. Gen entonces se balanceó de un lado a otro sin dejar de ver el tronco.
Bajo los lentes de sol que le cubrían casi por completo el rostro y arrugó sus labios pensativo.
—Si aquello de verdad fuera cierto, Senku-chan, a mí me inquietaría una cosa...
—¿Qué cosa?
—¿Qué persona murió aquí para hacer florecer a un árbol tan grande como este?
Senku admiro el agitar de las ramas y al volver su vista al frente vio a un Gen con una expresión confiada y a la vez dulce, su cabeza punzó de nuevo e inevitablemente trajo a su memoria a ese chico con el que soñaba.
—Yo pensé que dirías algo cómo: saber qué tipo de memorias tuvo para hacerlo florecer así, o algo parecido. Mentalista—agregó aún sin poder divisar del todo la realidad.
—Eso también, claro—Gen exhaló—. Pero, en cualquier caso, no creo que una muerte bajo un árbol de cerezo sea tan mala.
Senku trago saliva—Yo opinó lo contrario—y argumento con cierta frialdad en sus palabras.
—¿Uh?
Una corriente de aire un poco más potente que las anteriores provocó que el sombrero bajo el cuál Gen se refugiaba saliera volando. Senku quiso alcanzarlo, separando por fin la cara de Gen de aquel cabello bicolor que vislumbró.
Lo tuvo en sus manos. Gen se alejó de la jardinera con la intención también de atraparlo y cuando Senku se lo ofreció de vuelta dudo un instante en si debía o no tomarlo, temiendo no poder ocultar la reacción que le inundara al tocar las manos del otro.
Pero entonces lo tomó y lo primero que hizo el teñido de verde fue sostener firmemente sus manos. Gen abrió los ojos reflejando sorpresa.
—Gen...
Fue llamado y al hacer contacto con el intenso carmín de sus ojos. Por instinto pensó en huir, retroceder y escapar de esos sentimientos a los cuales su corazón se aferraba.
Solo que, aunque lo deseara tanto, no era capaz de moverse, cómo si la calidez que Senku le transmitía en su agarre fuera un ancla poderosa.
Senku aclaro su voz—Hay algo, que quiero decirte...
A decir verdad, esa era la calidez que Gen había tratado inútilmente de olvidar todo ese tiempo. Estaba más que claro que no podía.
—¿Eres Gen Asagiri?
De repente, una voz emocionada a su costado se escuchó, los dos chicos giraron a la par su cabeza y apreciaron que se trataba de una chica joven, de uno o dos años menos que su edad que podían deducir gracias a su apariencia, que lastimosamente, tampoco se encontraba sola.
—¿Lo eres, verdad?
—¡No digas locuras!
—¡Gen Asagiri, aquí!
Comenzaron a cuchichear entre ellas.
Entonces la realidad arranco de ese último contacto íntimo que habían tenido a los dos chicos, volviéndose más conscientes que nunca de sus posiciones.
Gen tomo el sombrero de las manos del científico y rápidamente se lo colocó encima, volteando hacia las señoritas con una encantadora sonrisa y un ademan acordé.
—¡Vaya, me han descubierto!—espetó con una actitud tonta, pero en cierto sentido conquistadora.
Avanzo un par de pasos hasta donde estaban, dejando a Senku atrás con una oración en la boca.
—¡No puede ser!
—¡Soy tu fan!
—¡De verdad lo eres!
El grupo de chicas grito con emoción y dejaron que la euforia se apoderará de sus cuerpos al tener enfrente a alguien que admiraban.
Era algo obvio.
Gen era una celebridad después de todo y acababa de deshacerse de su pequeño e improvisado disfraz, por lo que instantáneamente llamo la atención.
Senku lo sabía, pero aún así no pudo explicarse a si mismo la rabia que le aquejo al ser interrumpido y que también, aquellas desconocidas le arrebataran a Gen en el momento en el que él estaba dispuesto a hablarle. El mentalista por el contrario, no parecía afectado, como todo un profesional actuó de forma agradable frente a su público, incluso había accedido a sacarse una que otra fotografía. Hecho que hizo que el entrecejo de Senku tendiera a una curva casi perfecta.
Para el colmo, las jovencitas solicitaron su ayuda para la toma de una de esas fotografías.
—Por favor, que nos veamos todas—le indicó la dueña del celular antes de pasarlo a las manos del científico.
—Sí...
A regañadientes aceptó, divisando a las mujeres rodear en un pequeño círculo la figura de Gen y a este posando con una señal de amor y paz y una sonrisa boba en el rostro. Chasqueó la lengua al momento del click y en consecuencia la fotografía resultó borrosa, aunque bien podría no haber sido tan incidental.
Cómo fuera, Gen lo había relegado y la oportunidad de decirle lo que había revoloteado en su mente bastante tiempo se extinguió con velocidad.
—¡Ah, creo que no se ve muy bien!—la mujer espetó.
—Gen.
—¿Podemos tomar otra?
—Gen.
—Por supuesto, ¿Qué les parece una selfie está vez?
Gen tomo el celular de la chica, sonrió y posó mientras las mujeres le abrazaban a sus costados.
—Gen—cuando la foto fue tomada Senku le había hablado por una tercera vez.
El nombrado giro su cabeza a su dirección, apreciando el gesto de disgusto que el científico tenía marcado por toda la cara.
—Ah...—verlo le había causado cierto malestar.
—¿Qué estás haciendo por aquí?—una de las chicas recupero su atención.
—¡De verdad no me lo creo!
—¿Vacaciones?, ¿Un viaje?, ¿Van a grabar episodios del drama aquí?
Las chicas estaban más que entusiasmadas.
—Bueno, en realidad es solo una pequeña excursión para hacer una investigación de campo—rascó su mejilla intentando controlar sus emociones y la culpa que le comenzaba a recriminar.
—¿De verdad?
—Gen Asagiri en una salida escolar. ¡No me lo creo!
—¡Que suerte haberte encontrado aquí entonces!
—¿Cómo dices?—Ambos chicos exclamaron confundidos.
—¡Sí, sí! Si tienes que hacer una investigación de campo, será mejor que conozcas diversos rincones de este lugar, ¿Cierto?
—Claro, deberías de explorar. Pero es mejor que no lo hagas solo, ¿Por qué no te ayudamos?
—¡Ven con nosotras, te mostraremos los mejores sitios que hay aquí!
Las señoritas rodearon de nuevo a la silueta de Gen con una amplia sonrisa, totalmente complacidas. El chico con ello soltó una risa nerviosa.
—¿De verdad?
—¡Seremos tus guías!
Entonces Senku estiró su brazo y le retuvo por el cuello de su prenda antes de que pudiera dar un paso más con ellas. Las mujeres se desconcertaron al instante, aunque no tanto como Gen lo hizo al ver la clara molestia que el científico llevaba en sus facciones y mejillas rojas.
—¿Senku...chan?—pronunció separando cada una de sus letras.
—¿Lo conoces?
—¿Quién es él?—cuestionaron sus fans.
—Ah, él es...—los dedos de Gen temblaron sin que él lo deseara, no sabía como reaccionar justo en el momento en que mayor velocidad necesitaba.
Y es que, qué se supone que debería de decir al tener una mirada rabiosa enfrente en una cara tan desolada, parecía que el rostro de Senku estaba desesperado por oír el título que Gen le otorgaría ante su público como esperando una denotación especial, pero también era lamentable que hacía todo ello sin estar consciente siquiera.
A ese punto, Gen no podía desvelar su mente, ni siquiera podía intentarlo. Y no sabía muy bien si era porque se trataba del mismísimo Senku o porque ya se encontraba demasiado fatigado.
—Es uno de mis compañeros—terminó la oración.
En un suave instante la molestia que cargaba al carmín en los ojos de Senku transitó a una amarga tristeza. Ni él mismo había podido pensar en un rol diferente, pero en definitiva esa categoría no era lo que esperaba. Independientemente de todo, Gen había sido demasiado frío con eso. Por que ya habían pasado algo más de tiempo juntos como para dejar de ser simples compañeros, ¿no?
Un parpadeo. Y Senku controló sus cabales, torció la mandíbula para dirigirse a las chicas aún aferrado a la tela—¿A dónde crees qué vas?
—¿Un compañero?, ¿Vinieron al viaje juntos?—naturalmente la curiosidad de las chicas y la sensación de ensueño que sentían al tener a una persona que admiraban enfrente, no les permitió notar la hostilidad del peliteñido.
—Ah, no. ¡Claro que no!—Gen levantó sus manos en señal de rendición. Senku le soltó sin dejar de verle directamente a la nuca—Estamos en grupo, solo eso. A venido toda una clase, ¿saben?
—Que lastima, podría él venir también a acompañarnos, pero si es todo un grupo llamaremos demasiado la atención.
—¡Sí! Y nos gustaría poder disfrutar un poco más de tiempo a solas con Gen.
Demasiado rápido, al menos desde la perspectiva de Senku, aquellas chicas habían vuelto a acaparar a Gen solo para ellas en cuanto le había soltado, lo que le hizo dar un respingo y chasquear la lengua.
—Eso sería un problema, ¿verdad?~—Gen comenzó a utilizar un tono coqueto en su voz, Senku lo sabía, por muy extraño que le pareciera estaba ligeramente familiarizado con el. Además sabía de sobra que Gen era un embustero, un murciélago como él no dejaría pasar la oportunidad de regocijarse en los brazos de las chicas bellas tan fácilmente. Saberlo solo le irritaba más y más—Entonces, escapemos solo nosotros mientras nos sea posible, ¿Bien?—guiñó un ojo.
Lo que hizo que las mujeres reflejaran su emoción con entusiasmo y un par de gritos coronando, que terminaron llamando la atención de sus compañeros que se habían dispersado a lo largo de la plaza.
Las cejas de Senku de nuevo se fruncieron—¿De qué hablas?
—¿Esta bien, verdad Senku-chan?—Gen le miró con el rabillo del ojo, casi con desdén—Fue un corto, pero agradable paseo. Aunque he de confesar que no soy un gran fan de los cerezos, así que aprovecharé el tiempo y haré mi propia exploración con la compañía de estas bellas señoritas—mencionó mientras ofrecía ambos brazos a las chicas, que complacidas los rodearon con los propios.
—Pero-
—Como quiera, no soy necesario aquí—Gen interrumpió el intento de freno que Senku quiso imponerle utilizando una desolada voz—. Ustedes pueden seguir por su cuenta, así que permiso—a pesar de haber vuelto a sonreír—. Nos vemos en el hostal en la noche, o quizás no...—tonteó mostrándose encantador con sus fans, avanzando un par de pasos.
Senku estiró su brazo hacia su figura y aunque no pudo ni tocarle, sintió que la silueta de Gen se le resbalaba entre sus dedos con cada paso que este daba—Entonces...¿Seguiremos sin poder cumplir la promesa?—susurró.
Luego, Gen ya se había alejado lo suficiente acompañado de aquellas chicas, dejándolo solo atrás. El oji carmín exhaló un suspiro resignado, sus amigos se acercaron lentamente hacía él tras ver o sucedido.
—¿Qué paso?
—¡Senku!, ¿Por qué Gen se ha ido?
—¡Hay que ir por él!
Pero Senku les mostró una de sus palmas extendidas y les retuvo—Basta, solo déjenlo—expresó.
—¡Pero!
Enmarcó una expresión de fastidio—Piensa dar un paseo con su nueva compañía—chasqueó la lengua—. Es un embustero, no dejará pasar la oportunidad, lo conocen, así que olvídense de él.
Todos observaron como Gen se perdía entre la multitud mientras Senku volvía en dirección opuesta.
—¿Estás seguro?—Ukyo le cuestionó al científico, él era el único que no le despego la mirada ni un segundo.
Senku presionó su mandíbula—Sigamos, o mejor regresemos al hospedaje si ya han terminado de tomar sus fotos—realizó un ademán para restarle importancia a lo que sentía.
—¡No, aún queda mucho que recorrer!
—¡Vamos Senku vuelve!
Chrome y Kohaku se acercaron a él para persuadirle y Ukyo no dejo de divisar su espalda.
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En el pasado, el invierno ya había avanzado por lo menos a la mitad del tiempo correspondiente. Y durante eso, la cercanía entre Senku y Gen había sido más clara, aunque también existía cierto remordimiento y dudas por cada día que pasaba, que a la florecilla le comenzaba a dar trabajo ignorar.
—"Bien, ¿Ya está todo listo?"
—"Sí, Senku"—Chrome se echó una canasta de buen tamaño sobre sus hombros y sonrió con entusiasmo hacia el inventor.
Senku le correspondió el gesto y luego desvío la mirada a sus espaldas para confirmar el estado de su otro acompañante en esta nueva expedición que realizarían.
Estaban en Ishigami, el proyecto para construir un aparato que ayudará a que transportarse fuera menos complicado seguía en pie, aunque debido a las bajas temperaturas de los últimos días Senku se permitió darse una pequeña pausa y de repente, en su mente se formó la idea de construir alguna otra cosa alocada y compleja. Por lo que sugirió salir de su cabaña aislada y solicitar la ayuda del reino para recabar materiales.
Al peli verde ya no parecía costarle tanto trabajo el hecho de visitar Ishigami por iniciativa propia y quizá eso se lo debía a Gen, porque al tenerlo cerca, se sentía mucho más fuerte.
Ambos llegaron al lugar, Senku de inmediato contó su nueva idea a sus compañeros y naturalmente, los miembros del reino científico ofrecieron poner manos a la obra para trabajar en ello y eso a Gen también le complació. Aunque está vez el bicolor no estuviera incluido en los planes.
Necesitaban recabar materiales, por lo que llevarían a cabo una expedición hacia una cueva no muy alejada del lugar. Para ello irían tres personas: Senku esencialmente, Chrome quien era el mejor explorador de la aldea y a alguien más que tuviera la fuerza necesaria para hacer el trabajo más rudo, en este caso...
—"Magma, ¿Estás listo?"—Senku le llamó.
El mencionado dio un respingo, mientras terminaba de colocarse encima su propia canasta.
—"Sí, él ya lo está. ¿Cierto Magma-chan?"—Gen, quien estaba a su lado, le respondió a Senku. Había ayudado al rubio a colocarse su equipo también.
Senku aprecio enarcando una ceja por un corto instante como el bicolor le susurraba algo al fortachón mientras sonreía, estando a una muy corta distancia, que ciertamente le hizo poner nervioso tan solo un segundo.
—"S-sí"—Magma respondió intentando enseriar su rostro lo más que pudiera.
—"Bien—Senku volvió la mirada al frente con un pequeño puchero en los labios—. Entonces nos vamos"—propuso avanzar.
Magma se íntegro a su pequeño grupo y los tres comenzaron a avanzar entre las despedidas que los demás integrantes de la aldea les brindaban acompañados de buenos deseos.
—"Suerte en tu camino Senku-chan~"
Gen amablemente se despidió, pero Senku no le respondió o miro hacia atrás, lo cual le causó gracia a la florecilla, que, disimuladamente oculto su sonrisa tras las mangas largas de su traje.
Una vez que los exploradores se alejaron lo suficiente como para perderse de la vista de los aldeanos, estos decidieron separar sus caminos.
—"¡Todos! Un momento por favor"—hasta que Gen los retuvo llamando su atención.
—"¿Qué sucede?"—Kohaku interrogó con una expresión dudosa al bicolor.
—"Bueno, sucede que ahora que su querido líder no está, se me ha ocurrido una interesante idea"—se balanceó suavemente.
—"¿Uh?"—la rubia por instinto llevo sus manos a la misma dirección de sus armas, aunque no las tomó al ver cómo la pequeña Suika se acercaba a su figura.
—"¿Cuál es esa idea Gen?"—la niña indagó posicionándose a un costado de las piernas del chico.
—"Se trata de una sorpresa"—sonrió ampliamente está vez.
Después de ello, Gen le contó gustoso a la aldea sus planes para su sorpresa, habían accedido bastante rápido a apoyarle. Se pusieron en marcha cada quien escogiendo una labor mientras él les supervisaba.
Era una sorpresa sí.
Un pequeño presente para Senku que Gen pensó le haría feliz al inventor, pero que no podía realizar en soledad, por eso necesitaba la ayuda del pueblo y al tratarse de su querido líder, la aldea Ishigami no pudo evitar llenarse de emoción.
Gen pasó el rato yendo de un lado a otro inspeccionando que todo fuera bien y atento de lo que faltara.
Una vez que regresó de con Kaseki para ver el progreso del vidrio, se dirigió a la cabaña de Chrome, dónde tanteo el terreno para ver qué tan viable sería ocupar la planta alta de la construcción para su objetivo.
Arremango su abrigo y con delicadeza y algo de esfuerzo, comenzó a mover las cosas que el castaño tenía botadas por el sitio, para abrir espacio.
Y una vez lo tuvo, decidió poner manos a la obra y limpiar un poco.
Él no era un integrante del reino científico, no tenía sus conocimientos, no tenía fuerza, tampoco una gran resistencia y a decir verdad, no consideraba que tuviera alguna afinidad que le resultará útil a Senku. Así que solo podía limitarse a eso.
Ya había convencido al resto de seguir su plan como era natural, debido a sus encantos y ahora ellos hacían el trabajo pesado, simplemente se limitaría a despejar el lugar del polvo y a obtener una cierta armonía.
Eso pensaba al momento de barrer los rincones con un poco de paja en las manos, levanto unos cuantos trozos de madera y por error se astillo uno de sus dedos, aún así no dejo la madera hasta poder pasarla al otro extremo.
Intentando ignorar el pequeño punzor, camino desviando su mirada a cómo pudo, solo de reojo para ver qué o quién era lo que estaba a sus espaldas—"Ya que estás aquí, podrías ayudarme un poco, la verdad es que considero que tú tienes una mejor condición que yo para esto—comentó. Y de pronto la silueta avanzo con velocidad hacia él—Kohaku-chan..."
Gen le llamo a la rubia, en el instante en el que se giró a verla, está desenvaino su armamento y amenazó colocando el filo de sus armas al borde del cuello del chico.
Este alzó los brazos en señal de rendición, dejando caer la madera—"Ten un poco más de cuidado con eso, por favor Kohaku-chan".
—"No te muevas más—advirtió con una voz tan fría como su mirada— y mejor dime de una vez, ¿qué es lo que pretendes con esto?"
—"¿Lo que pretendo?, ¿Te refieres al regalo para Senku-chan? Kohaku-chan, ¿Piensas que tengo motivos ocultos?, que mala".
La chica sabía que Gen no se había asustado con su amenaza si es que todavía podía hablar de esa forma teniéndola enfrente y eso le irritaba, le costaba demasiado poder leer a Gen entre líneas.
—"¿Y me estoy equivocando?"—le retó.
Gen suspiro—"Pues no, la verdad es que no. Claro que tengo un motivo oculto y es un secreto, uno que me sería más fácil de revelar si dejaras de apuntarme al cuello, estás provocando que tiemble de miedo"—confeso mientras fingía titubear.
Kohaku chasqueó la lengua y alejo su arma de la piel de Gen, aunque continuó apuntándole.
—"¿Y bien? Habla".
Gen le sonrió—"Kohaku-chan, este es solo un obsequio para Senku-chan. Los obsequios se dan a las personas que te interesan, ¿No es así? Sé que a ti, también te interesa él, así que supongo que me puedes comprender".
Las orejas de la chica se pintaron de rojo y una mueca se le dibujo en el rostro—No digas cosas que puedan malinterpretarse.
—"Pero es verdad. Si no te interesará Senku-chan no estarías preocupada por él ahora mismo, no te interesaría que esa expedición loca que planeó de un día para otro saliera bien, no me estarías preguntando ahora sobre cuáles son mis planes y tampoco desearías tanto que se integrara a la aldea lo más pronto posible".
—"¿Cómo lo sabes?"—la cara impactada de Kohaku denotaba una honesta curiosidad por saber cómo es que Gen había adivinado todos los pensamientos de su mente.
—"Bueno, es que a mí también me interesa Senku-chan—guiñó—. Verás Kohaku-chan, seguramente cuando eras una niña pequeña corrías de un lado a otro con total libertad, asombrada por las maravillas naturales del mundo y siendo curiosa al respecto, por eso es que hoy en día tienes esa personalidad y también esas cualidades, para poder continuar descubriendo más de este mundo. Bueno, yo no pude compartir ese mismo destino, cuando era un niño solo conocía las cuatro paredes que me encerraban en una habitación".
—¿Estabas confinado?—Kohaku midió el peso de las palabras que Gen había ocupado—"¿Cómo lo estuvo mi hermana?"
Gen relajó sus cejas—"Ciertamente me encontré recluido, aunque por diferentes motivos, que, de ninguna forma, hubiera querido que Ruri-chan compartiera—alzó los hombros—. Puedes imaginar entonces que yo no sabía mucho de este mundo...No hasta que conocí a Senku-chan".
Kohaku abrió sus ojos, al menos ese pensamiento sintió que ella y el chico ligero que observaba, podían compartir.
—"Es impresionante. Aún no sé cómo lo hace, pero Senku-chan con todos sus conocimientos logra mostrarle un mundo completamente nuevo a las personas que le rodean, ¿Verdad?—una sonrisa cantarina formó Gen al ver que no sé equivocaba—. Estoy seguro que eso mismo es lo que ha hecho con ustedes, la gente de Ishigami y que por ello lo estiman tanto y a pesar de que Senku-chan lo sepa, sigue alejándose en su propio refugio".
—"Lo hace"—Kohaku presionó sus puños.
—"Apuesto que más de una vez has intentado convencerle de no volver a marcharse de la aldea cuando viene de visita y por supuesto, no debes de ser la única. Una y otra vez, pareciera que aquello no funcionará nunca y créeme, Senku-chan no lo hace con malas intenciones o con el afán de despreciarte cruelmente. Es solo que a él le cuesta trabajo reflejar sus verdaderos sentimientos de forma transparente y más cuando se encuentra en problemas, incomodo o llega a tener miedo".
—"¿Pero por qué?"
—"Es complicado—Gen se encogió de hombros—. Muchas veces aunque las personas no se sepan solas siguen sintiendo que deben llevar sus cargas en silencio, es por eso que lo mejor para Senku-chan es que le mostremos directamente que tiene mucho apoyo y compañeros tan fieles como tú que lo acompañen—señaló—. Así que pensé que darle esta pequeña sorpresa era una buena opción".
Kohaku miró con una seriedad aún más profunda al bicolor, no había ni una pizca de malicia en sus palabras, pero seguía percibiendo una pequeña trampa con cada frase, como si la sinceridad de su discurso no fuera suficiente. Quizá un engaño.
—"Si construimos un espacio acogedor para Senku en esta aldea donde es bien recibido, no sentirá que este importunando, se creerá con mayor facilidad un miembro más y reconocerá la importancia que tiene para su propio grupo. Es dejarle en claro que tendrá un lugar a donde volver y también permanecer si así lo quiere, ¿Y qué mejor que este sitio sea construido por la misma aldea? Será un regalo muy especial, porque tendrá un poco de todos"—aplaudió.
No. Pero Gen no estaba engañando a la chica con lo que había pensado sobre Senku o sobre la aldea misma.
Kohaku afiló su mirada y sonrió con suavidad—"¡Ja!, ¿De verdad solo se trata de eso?"
—"¿Sigues dudando de mí? Kohaku-chan, yo simplemente te digo que no me agrada tampoco el hecho de que Senku se aleje y guarde sus sentimientos para sí mismo, cuando tiene bastante apoyo aquí—relajó sus facciones y camino con suavidad hacía Kohaku—. Yo me sentiría realmente desconsolado si Senku-chan terminará también encerrado en soledad".
Kohaku no titubeó en cuanto lo vio acercarse a ella, pero si que lo hizo cuando en esa última oración los ojos de Gen se tornaron llorosos por un corto instante. Quizá el engaño iba para sí mismo.
Tragó saliva, cuando le tocó el hombro—"Esta bien—pronunció con rendición—. Supongo que solo queda esperar a que tu pequeño plan de resultados positivos y Senku acceda a integrarse de lleno en el reino de la ciencia".
Gen volvió a la misma expresión de siempre, difícil de leer—"Descuida Kohaku-chan, te prometo que me encargaré de eso—y dijo con total seguridad—De hacer traer a Senku aquí. Aún si esto no funciona, te lo prometo, pondré a Senku-chan a salvo".
—"¿Eh?—la rubia volvió a desconcertarse y como ya esperaba, Gen dio por concluida la conversación y se negó a decir algo más al respecto, dejándola inquieta—Bueno—añadió mientras tomaba la mano de Gen entre las suyas—, entonces manos a la obra".
Gen se sobresaltó cuando ella lo tocó y más con lo que hizo posteriormente, que fue tomar su dedo y arrancar con un solo movimiento aquella astilla que se había incrustado en su piel momentos antes.
—"¡Doihi Kohaku-chan!"—chilló.
—"Vamos, este lugar tiene que quedar listo antes de que Senku y el equipo de exploración vuelva"—le sonrió mientras se agachaba a recoger las maderas que cayeron al piso. Por más vueltas que le diera en su cabeza, no lograba descifrar las verdaderas intenciones de Gen, por eso mismo es que el actuar de los hombres le resultaba tan confuso y en especial el de ese chico, pues se mostraba demasiado rebuscado y su orgullo era una de las barreras más altas y complicadas de poder cruzar.
Pero sí Senku había decidido que permanecer a su lado estaba bien, entonces confiaría ciegamente en su líder y lo apoyaría.
Gen se complació. Y con la ayuda de la chica pudo terminar de alistar y limpiar el sitio antes de que el ocaso cayera sobre Ishigami.
Para cuando Senku regresó, las estrellas ya estaban en el punto más alto del cielo. Toda la aldea se reunió para darle su sorpresa, una que Magma se había asegurado de esconder de la vista del inventor llevándolo con una venda en los ojos hasta la habitación superior de Chrome, que ahora se había convertido en un sitio tranquilo donde el de cabellos verdes podría seguir construyendo todo tipo de cosas que cruzaran por su mente acompañado del brillo de los astros.
El detalle realmente conmovió al carmín, aunque naturalmente no lo expresó con efusividad. Y simplemente agradeció a la aldea por sus esfuerzos.
Posterior a eso, los aldeanos propusieron realizar una celebración a lo grande para compartir la alegría del momento y también por el entusiasmo que les generaba que la expedición había marchado bien, ahora podrían construir juntos aquello que pensó su líder. Encendieron una gran fogata y cocinaron algunas de sus reservas para preparar un banquete, además de unos cuantos barriles de vino que también habían resguardado con algo de recelo.
Tomaron asiento alrededor del fuego y conversaron mientras comían y bebían entusiastas. En un momento de la noche, Senku buscó a Gen con la mirada, se había perdido tanto en sus sentimientos y en las felicitaciones que los miembros del reino científico le dedicaban, que no tuvo oportunidad de avisarle su oportuno regreso, eso y que Gen deliberadamente procuró esconderse de su vista, probablemente para no acaparar su atención en esos momentos. Al menos sabía que el bicolor podía pensar de esa forma.
Cuando lo encontró fue hasta él, giro hacía Ruri quien lo acompañaba entonces y se excusó. La sacerdotisa le sonrió, aunque no le dedicó alguna palabra.
La florecilla conversaba con algunos de los aldeanos con los que nunca antes había tenido la oportunidad de hacerlo. No estaba demasiado cómodo, pero tampoco era algo que no pudiera dominar. Estar en un ambiente animado, con comida, bebida y felicidad era una de sus especialidades hace algunos ayeres, por lo que la conversación fluía sin complicaciones.
—"¿Estás seguro de que no quieres? Toma un poco"—Uno de sus acompañantes acercó su vaso a los labios de Gen, donde no pudo impedir beber un pequeño sorbo de la bebida fermentada.
De inmediato retrocedió declinando la bebida—"Lo siento, no soy un gran fan"—cubrió su boca con sus mangas largas.
—"¡Que lastima!—exclamó el hombre—¡Oh, Senku! Felicidades"—y agregó al tener a su líder enfrente.
—"Sí, claro"—respondió el inventor un tanto serio, sabía que esa persona no tenía malas intenciones, pero le caló un poco la cercanía.
Gen alzó su vista, tenía a Senku parado a sus espaldas—"Hola Senku-chan"—cordialmente le saludo y el otro solo hizo el gesto de rebuscar algo en su oído mientras le veía de igual forma.
—"Lamento interrumpir su interesante conversación, pero necesito llevármelo unos minutos"—sentenció haciendo referencia a Gen y tomando el cuello de sus vestiduras.
—"Oh claro".
—"¡Senku-chan espera!"—Gen expresó como una tierna queja al momento que Senku le incitó a seguirle.
Un par de pasos y Senku le dejo el cuello libre, incluso le ayudó a incorporarse extendiéndole una mano, que una vez que Gen tomó, no volvió a soltarla. Avanzaron alejándose del bullicio de la multitud.
—"Si no querías deberías de habérselo dicho claramente"—Senku comentó con un tono de voz bastante firme.
Gen observó su agarre y luego fue subiendo la vista poco a poco por la espalda del inventor—"A decir verdad, me tomó por sorpresa, quizá fue por eso".
—"¿De verdad no querías?"
—"No estoy acostumbrado".
—"¿En verdad?"
—"Aunque te cueste creerlo. Se supone que en los barrios rojos la bebida es un elemento común, pero yo nunca logré acostumbrarme, suelo perder el control de mí mismo demasiado rápido cuando bebo, así que lo evito. Aunque, probablemente se deba a que en el burdel el alcohol se encontraba alterado para que los clientes se embriagarán mucho más rápido y fuera más fácil sacarles dinero, o no sé. Nunca fue de mi agrado, prefiero un sabor dulce, como tu deliciosa bebida Senku-chan".
—"Ya veo"—Senku presionó sus labios.
Caminaron hasta la cabaña de Chrome, la tranquilidad de ese lado era mucho más perceptible.
—"¿Y a ti Senku-chan?"
—"Subamos"—Senku ignoró su cuestionamiento invitándolo a avanzar por las escaleras donde ahora se encontraba su pequeño refugio.
Gen lo siguió intentando contener una risa. Una vez arriba, Gen camino por todo el lugar satisfecho—"Es increíble, un espacio muy agradable ¿Cierto Senku-chan?—le miró de reojo mientras caminaba hacia la ventana que tenían abierta para apreciar el cielo—Y las estrellas lo hacen aún mejor".
Senku se puso a su par.
—"¿Te gustó tu sorpresa?"—cantarinamente colocó su barbilla sobre una de sus palmas.
—"Fue todo un reto, ¿No?"
—"La verdad, sí. Todos los aldeanos le pusieron mucho empeño".
—"Me contaron que fue tu idea. ¿Cómo es que se te ocurrió todo esto? Y ¿Cómo fue que lograste convencer a todos de que te ayudarán?"
—"Eso no fue lo especialmente complicado. Además el crédito es de ellos yo solo les conté mi pensamiento".
—"Así que era cierto lo de tu magia—ladeo una sonrisa—. Pero entonces, ¿Qué objetivo tenía?, ¿Por qué proponer esto ahora?"
Gen le volteó a ver de frente su rostro—"¿También opinas que es rebuscado?—comenzó a jugar con su flequillo—¿Por qué otra razón sería?, ¿Cómo podríamos celebrar de otra forma tu cumpleaños?"
La palma de Senku se contrajo, observó a esos calmados ojos azules que le sonreían y aspiro aire con lentitud—"Nunca le he dicho a nadie la fecha de mi nacimiento, ¿Cómo lo supiste?"
Gen se percató del temor del otro—"Día de la piedra—respondió y Senku soltó sus facciones—. Hay un relato exclusivo que narra la conmemoración de esto dentro de las cien historias que forjaron los cimientos de la aldea Ishigami. Ruri-chan me habló de ello la última vez y bueno, fue fácil suponer que el papá de Senku-chan había construido ese relato con una intención caprichosa, para recordar el cumpleaños de su adorado niño".
Senku lo pensó unos instantes y tenía toda la lógica del mundo, aún no creía que hubiera dejado pasar ese detalle tan importante, demasiado desapercibido.
Volvió a intentar relajarse—"Sí que eres bastante hábil".
Gen observó el cielo—Supongo que es cierto que yo también me esforcé, ¿Quién lo diría? Yo simplemente quería darle un regalo apropiado a Senku-chan, para demostrarle cuánto lo quiero y que no soy el único, toda la aldea piensa igual respecto a ti. Eres alguien increíble, que genera interés en las personas, demasiado único, por eso te aceptan como su líder.
Senku arrugó sus labios y comenzó a balancear sus dedos de un lado a otro escuchando atentamente lo que la florecilla decía.
—"Es un poco vergonzoso si lo dices en voz alta, pero las estrellas parecen encajar perfectamente contigo Senku-chan, eres como su cielo o incluso miles de ellos—Gen espió el rostro de Senku, en un solo instante ya se habían tenido de rojo sus mejillas y decidió molestarlo solo un poco más al ver lo adorable que estaba siendo—. ¿Estás agradecido verdad? Probablemente quieres darnos las gracias y deberías, pero no lo harás en voz alta—hizo un ademan—. No te preocupes, es entendible, aún así este es un espacio agradable y las estrellas serán tu mejor testigo, así que no importa si no agradeces, lo que importa es que sepas la intención de todos".
—"Gen".
En un instante el acalorado rostro del inventor se armó de valor para buscar encontrarse de nuevo con los ojos de la flor directamente. Entonces, como una súplica para que detuviera su bochornoso monólogo, le atrapó la palma de la mano y tiro de ella con suavidad, generando aún así que el cuerpo de Gen tendiera hacia el frente, para así, poder conectar sus labios con los suyos en un dulce beso de gratitud, bajo la noche estrellada.
Notes:
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Holap ^^/ ¿Cómo están? Espero que hayan disfrutado el capítulo. Les adelanto que el siguiente capítulo va a estar un poquito intenso.
Por favor voten, comenten y recomienden. Les agradezco mucho todo su apoyo <3
Y antes de despedirme, tengo algunas preguntas que agradecería me pudieran responder:
La primera es, ¿si no se les ha hecho tediosa la extensión de los últimos capítulos? He escrito unas cuantas más palabras de las que estoy acostumbrada, pero no los quiero agobiar.
Y la segunda es un poco más sobre una inquietud que me surgió sobre si ¿no sienten que las personalidades de Senku, Gen y los personajes en realidad, como muy Oc? Me gusta escribir fanfics, lo disfruto mucho, así que quiero mejorar en ello, y quizá este sea un punto débil que deba mejorar, por eso.
La verdad, valoraría mucho sus opiniones, nos vemos en el siguiente capítulo.
Bye~
Chapter 21: ¶¶•CICATRICES•
Notes:
ADVERTENCIA: El siguiente capítulo contiene escenarios dirigidos a un público adulto y mención de temas que pueden llegar a herir la sensibilidad de los lectores, por favor, continué con discreción.
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(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Senku cortó el beso, unos segundos más tarde. La mirada de ambos se conectó dulcemente, aunque la oscuridad de la noche hacía difícil separar sus siluetas de su sombra, pero un suspiro les continuó acariciando la piel.
Gen sonrió—"Vaya, pero que sorpresa, no creí que Senku-chan fuera capaz de tomar la iniciativa, eres adorable"—canturreó.
Senku infló suavemente sus mejillas—"¿Por qué lo dices?"—su voz se sentía algo indignada.
El bicolor jugueteó con sus dedos en el marco de la ventana—"Bueno, es que últimamente has tomado distancia conmigo Senku-chan, me has hecho sentir bastante solo, ¿sabes?"
El de cabellos verdes se sorprendió al recibir esa queja como respuesta—"¿Yo he hecho eso?"—trató de tomar su mano.
Pero Gen la alejó—"Sí. ¿Ni siquiera te percataste de ello?"—hizo una trompetilla con sus labios.
—"El reino científico a estado ocupado"—trató de excusarse.
Y Gen exhaló una queja—"Eso lo entiendo bien, pero realmente no tiene nada que ver con el hecho de que ni siquiera puedas voltees a verme a los ojos—en un arrebato le mostró la espalda, parecía como un niño pequeño haciendo una rabieta, aunque ciertamente sí que había conseguido que la frente del inventor sudará mientras buscaba algo apropiado que comentar al respecto, entonces la florecilla de nuevo separó sus labios—. Tal vez se deba a que ahora te parezco aborrecible"—el tono que uso se escuchó realmente desolado.
Lo cual, encendió las alarmas del menor, quien estiró su brazo hacía él y le hizo que girará una vez más—"¿De qué hablas?"—cuestionó confundido.
Gen desvió su mirar, a pesar de que sí correspondió el movimiento, tenía un brazo cruzado rodeando sus costillas, mientras que el otro lo alzaba para apoyarse de su palma y cubrir su rostro parcialmente.
—"¿Gen?"—Senku insistió.
Los delgados labios se arrugaron y dejaron libre a un susurró—"Es por esto, ¿Cierto?—al no quitarle la mirada de encima, el carmín se percató de que Gen se refería a su propio rostro, en especifico a ese lugar que pretendía ocultar—La cicatriz de esa vez, te parece horrible, ¿verdad?"—su voz estaba apagada y aún así se percibía como recriminadora.
Debajo de su parpado izquierdo, con el ataque que se había negado por más que le preguntara a revelar la anterior ocasión, donde Gen trató de defender a los cerezos enfrentando a algunos niños de la aldea vecina, se había formado una herida. La que cicatrizó no hace mucho, quedando como una marca permanente de recuerdo.
La verdad es que no era tan grave, el rostro de Gen era demasiado bonito y delicado como para verse opacado por un detalle así, por lo menos ante los ojos del inventor.
La marca formaba una línea vertical desde el parpado inferior hasta el inicio de su pómulo, al caerse la costra de sangre, esta obtuvo un color rosado, semejante al tono pálido de su piel, así que no había diferencia alguna. Senku enarcó una ceja perturbado, ¿A qué se refería Gen con eso de que era aberrante?, ¿Y por qué pensaría que algo así podría importarle? No tenía sentido.
Entonces, Senku le tomó el rostro entre sus dos manos y condujo su mirada hasta verlo de frente, las facciones de Gen estaban apagadas y Senku no encontraba una explicación al respecto, decidió que ser sincero era lo mejor, aunque fuera bochornosamente vergonzoso para su persona mostrarse en ese estado.
—"No digas tonterías—habló contactando con el azul oscuro de las pupilas del mayor—, tu rostro sigue siendo igual de bello—el calor de nuevo le inundó las mejillas—, no le des tanta importancia al detalle"—y luego le dejo libre.
Gen lo observó en silencio unos cuantos segundos, mientras era victima de un sentimiento descontrolado que hizo que su corazón latiera y el rostro se le sonrojara sin poder frenarlo, la calidez que el tacto de Senku le había dejado sobre su piel se mantuvo como un recuerdo. Siguió sus movimientos por la habitación, algo expectante.
—"¿Entonces por qué?"—le preguntó esperando una respuesta clara.
—"¿Uhm?"
—"¿Por qué te has distanciado tanto estos días Senku-chan?"
(Si esta claro que todavía me quieres)...
Gen terminó la frase antes de pronunciarla por completo. Una pequeña parte de él tuvo miedo de un momento a otro. Senku tomó asiento en un pequeño trozó de madera que se habían asegurado de que pudiera fungir como una pequeña silla dentro de su nueva habitación ahí y suspiro.
—"Kukuku, es que a ti, de verdad que no se te puede ocultar nada"—sonrió mientras rebuscaba en los bolsillos que le colgaban del cinto.
Gen se acercó a él, curioso por ver de que se trataba.
—"No quería que lo sintieras así, pero sabía que si estaba todo el tiempo a tu lado no iba a poder mantener esto en secreto, lo hubieras descubierto de inmediato"—sacó un pequeño paquete y se lo arrojó.
Hábilmente Gen lo atrapo, observando con duda lo que la luz del cielo le permitía ver—"¿Qué es esto Senku-chan?"
—"Ábrelo—lo invitó. Gen así lo hizo, comenzó a deshacer el nudo que sellaba el bulto y Senku relajó su mirada—. Es solo una pequeña idea que se me ocurrió te podría hacer feliz—reveló con bastante pena—, pero aún le faltaban algunos retoques, no soy tan hábil como el viejo Kaseki en las manualidades, así que tuve que invertir demasiado esfuerzo, al final ese fue el resultado".
Gen se sorprendió al notar que dentro del sobre habían pequeños pedazos de papel con números y garabatos divertidos en el, todos y cada uno con su nombre escrito del mismo puño del otro.
Alguna vez le pareció haber visto algo similar, era como un juego popular en algunos banquetes del barrio rojo, con los que solían divertirse algunos clientes que solicitaban el servicio en grupo de sus demás compañeros.
—"Esto es..."—susurró.
—"Se llaman cartas".
—"¿Cartas?"—Gen comenzó a pasarlas una tras otra, ver el empeño que cada una tenía le hizo sonreír de forma genuina, Senku verdaderamente habría tenido que invertir un arduo esfuerzo en conseguir esos resultados.
Gen había espiado algunos de esos momentos, donde en las salas que rodeaban su habitación en el burdel, se llenaban de comensales, en un ambiente alegre con música y siendo guiado por sus compañeras flores que estaban solo un poco más abajo de su rango de precios, aunque era un sitio escandaloso y sin clase, del cual, por supuesto, él al ser una de las mercancías más valiosas tenía estrictamente prohibido involucrarse, siempre le llamó la atención ver como las personas reían en esa mesa, mientras jugaban con esos papeles que ahora sabía se llamaban cartas. Porque a pesar de no tratarse más que de otro entretenimiento en ese lugar teñido de rojo, parecía que todos disfrutaban de el, las risas no faltaban, al escuchar las carcajadas de sus compañeros y de sus acompañantes al jugar con ellas, Gen sintió un poco de envidia.
Se preguntó si él necesitaba la ayuda de esas cartas para también poder reír así, o tan siquiera apreciar la risa de otros mucho más cerca. No pensó que Senku pudiera leer de su mente aquel deseo y mucho menos hacerlo realidad, aunque claro, pensándolo bien, quizá era él único capaz de cumplir sus caprichos a tal punto.
—"Ya las tenía listas hace unos días, pero también quise añadirles ese color".
—"¿Color?"—Gen le dio la vuelta a una de las cartas y aprecio como el respaldo de estás tenía un tono suave morado.
—"Sí, ciertamente, creo que va contigo—Senku hurgó en su oído con el dedo meñique—. Pero es un color difícil de obtener, las flores de las que se puede extraer su pintura solo crecen en ciertas zonas, por eso aprovechamos la expedición de hoy".
Gen elevó la mirada al chico y termino de acortar la distancia que los separaba.
—"Normalmente algunas crecen en las afueras de las cuevas minerales, necesite un poco de ayuda, así que mientras las recolectaba y extraía su pigmento, deje que Chrome y Magma se encargarán de la recolección prevista".
Entonces el mayor entendió que aquella apresurada expedición que Senku propuso había sido promovida únicamente pensando en él, lo que le hizo sentir especial.
—"Las coloreé y bueno, ese fue el resultado. Si no fueras tan curioso al respecto podría haber sido una buena sorpresa—se encogió de hombros—. Aunque parece que tú también tuviste la misma idea y sin duda a ti te salieron mejor los planes"—echó su cabeza hacia atrás apreciando el cielo estrellado.
Gen negó con un suave movimiento de cabeza, llevándose las cartas a su pecho y aferrándose con cariño a ellas.
—"¡Gracias Senku-chan!"
La voz de Gen sonó está ves un tanto más animada y eso tranquilizó al inventor, quien sonrió suavemente.
—"Tú decide cómo usarlas. Eres bueno moviendo tus manos y siempre llevas demasiadas cosas encima, ya les hallarás un buen uso"—agregó con un suspiro cerrando los ojos.
Pero los volvió a abrir cuando sintió algo de pesadez sobre sus labios, pues Gen se había abalanzado sobre su silueta para robarle un beso. Pequeño y dulce.
—"Senku-chan—Gen le llamó en medio de una risita—, parece que tú si has bebido un poco, tus labios saben a vino"—señaló.
—"Los tuyos no se salvan, ¿Seguro que estás bien?, No perderás el control ahora, ¿o sí?"
Gen dio una vuelta sobre su eje siendo proyectada su sombra gracias al reflejo de la luna—"¿Y tú?"
—"Déjalo—mostró su dentadura mientras su corazón comenzaba a latir con fuerza—, ¿Estás satisfecho con esa respuesta?"
Gen curveó sus labios encantadoramente, acomodo una por una las cartas dejándolas sobre el piso y posteriormente se deshizo con lentitud de su abrigo.
—"Has aprobado Senku-chan, así que ahora, deja que te lo recompense".
De pronto, Gen se colocó sobre sus rodillas y gateo hasta las piernas de Senku, dónde apoyo sus manos y buscó desatar el cinturón de su prenda con movimientos torpes de sus dedos. Senku pegó un brinquito, Gen estaba emocionado, quizá era verdad eso de que el alcohol le provocaba no tener una control pleno de si mismo, aunque se tratara de solo una gota.
La prenda cayó segundos después al suelo y Gen jadeó. Las puntas de los dedos de Senku se adormecieron y al bajar la mirada, gracias a la oscuridad de la noche, solo podía divisar algo del rostro del bicolor gracias al brillo de sus pupilas. La flor siguió adentrando sus largos dedos dentro de la ropa del inventor, hasta llegar a estar entre sus piernas, obligándolo a separarlas.
Senku tragó saliva—"¿Qué haces Gen?"—preguntó alterado.
—"Shh, espera un poco Senku-chan, solo quiero que te sientas bien"—respondió mientras rozaba el glande del carmín con su palma, en un suave masaje.
Senku se estremeció al sentir su tacto—"¡Gen!"
Pero el bicolor continuó. Se relamió los labios victorioso por conseguir que Senku obtuviera prontamente una erección, bajo su ropa interior con suavidad por sus piernas y entonces empequeñeció su figura para meterse de lleno entre estás y poder aproximarse a su cabecilla.
El cuerpo entero del menor se vio atacado por un escalofrío cuando Gen beso su punta y sus piernas temblaron.
—"Senku-chan sí sigues resistiéndote puede que llames la atención de alguno de los aldeanos que este allá afuera"—le advirtió.
Y aún así el chico tuvo que llevar a su rostro ambas palmas para cubrir el volumen de su jadeó sorprendido cuando el bicolor adentró su miembro hacia su boca.
Gen cerró los ojos y comenzó a lamer con su lengua cada pliegue, Senku le observaba su cabeza, que se acercaba y se alejaba de la base de su abdomen sin comprender del todo de lo que se trataba.
La sensación de calor en su parte íntima era peligrosa, se acrecentó de golpe y se sentía demasiado bien. Los labios de Gen aprisionaba su forma y su lengua húmeda le generaba un tipo de cosquillas extraño. La humedad y el calor le hacía retorcerse y los sonidos que generaba el contacto que estaban intercambiando estaban siendo más de lo que podía soportar.
Gen comenzó a absorber, pasando de posar el miembro de Senku en la base de sus labios hasta empujar a lo profundo de su garganta como si quisiera devorarlo. Una y otra vez, su cabeza avanzaba, con una técnica impecable.
Senku comenzó a retorcerse en su sitio, su rostro se encontraba colorado y su corazón latía con fuerza, pronto se agitó, su respiración hacia que su pecho se contrajera subiendo y bajando duramente. Echó sus manos hacia atrás para apoyarse de algo y poder soportarlo de forma viable, su cadera comenzaba a estremecerse y a empujar al frente de forma involuntaria, mientras sus labios ya no pudieron permanecer sellados por más tiempo y sus suspiros calurosos se le escaparon con dirección al techo.
—"Uff..."—presionó sus manos en puño y rechinó los dientes.
Gen sonrió victorioso, dejo de absorber para acariciar con sus largos dedos, dio un lengüetazo más desde la base hasta la mitad de la erección y luego la acercó a su mejilla, encantador.
—"¿Te estás sintiendo bien Senku-chan?, dime ¿Te gusta mi acto especial?"—entre risas provocadoras, Gen pestañeaba.
Senku le acarició la cabeza con su palma abierta, el cabello de Gen que era suave y lacio, se le deslizaba por los dedos como un pedazo de seda.
El inventor entrecerró los ojos con un gemido sonoro cuando Gen le atacó de nuevo metiendolo en su boca, el calor en la cavidad del bicolor era tan intenso y el movimiento de la parte interna de sus mejillas demasiado placentero. La parte baja de Senku ya había sido consumida por completo, rápidamente la sensación le hizo sentir alcanzar el climax.
—"G-Gen..."—el muchacho sintió un azote en su espina dorsal cuando le llamó.
Gen continuó moviendo su lengua hasta que el chico de ojos carmín arqueó su espalda con una queja. La punta se contrajo y gen la rodeo con sus labios en punta antes de sacarse el miembro de Senku de la boca, para dejar que acabará.
Senku presionó sus párpados al liberarse, siendo un poco descuidado y aún teniendo a Gen entre las piernas, algunas gotas cayeron sobre el haori que el de cabello largo llevaba encima.
El pequeño cuarto se vio inundado rápidamente por los jadeos acelerados que Senku expulsaba, llevo sus manos hasta su abrigo y se deshizo de el agitando la prenda que tenía debajo en busca de un poco de frescura, entonces encontró que Gen estaba atando su cabellera en una coleta alta, con el rostro igual de rojo que el suyo.
—"Ah—exhaló exagerado el bicolor rozando sus labios con la yema de sus dedos relamiendo la saliva que de ellos colgaba con un movimiento exquisito que llevo a Senku a aclarar de nuevo su garganta con un pase rápido de saliva—, se ha ensuciado"—hizo referencia a su prenda para comenzar a desatarla y simplemente dejarla en la madera que tenían al lado.
—"Gen, quiero..."
Senku llamó su atención, sin dejar de verlo, al estar su piel más expuesta se dio cuenta de que está también transpiraba y que la respiración de Gen era irregular por la forma en la que su pecho subía y bajaba con velocidad.
—"¿Qué cosa Senku-chan?"—terminó de acomodar su cabello, para desatar su cuello de tortuga y recibir aire.
Senku estiró su mano hacia él—"Yo..."
Gen atrapó su palma y le besó los nudillos, a lo que el inventor encrispó sus cabellos.
—"¿Sigues teniendo bastante iniciativa está noche, no es verdad?"—se le escapó una risilla traviesa.
Senku solo asintió con un movimiento de cabeza. Gen entonces posicionó la palma del inventor sobre su pecho y le guío para que soltará la prenda mientras se recostaba de a poco en la madera del suelo.
—"Por mí está bien—canturreó—hazlo, no te preocupes, yo te guiaré..."
Senku termino en un momento sobre Gen, el bicolor estando debajo seguía riendo en un tono suave, con su pecho subiendo y bajando y semidesnudo. Lentamente separó sus piernas invitando a Senku a pasar, retorciéndose bajo su figura con encanto.
Gen aprecio como la vergüenza dominaba el rostro del carmín y aprovecho la ocasión para burlarse un poco, resaltó sus labios para indicarle que le diera un beso y bajo presión el de mechas verdes correspondió. Fue corto, pero tierno.
Gen aprecio con una mueca suave como Senku descendía por su barbilla y cuello repartiendo besos de la misma forma, teniendo cuidado con su cabellera en punta, se dedicaba a disfrutar de la sensación que el recorrido generaba y de la iluminación que el pequeño hueco en el techo les permitía, la luz de la luna inundaba algunas secciones del rostro del inventor con un tono azulado.
El chico cayó en cuenta entonces, de que era la primera vez que apreciaba a la bella luna reflejada en el rostro de alguien más, en lugar de verla directamente en el cielo nocturno, costumbre que había pasado desapercibida la mayoría de las noches desde que estaba al lado de Senku. Pestañeó debido a la sorpresa del detalle y cuando Senku rozó uno de sus botones con sus labios el cosquilleo le generó una nueva risa.
Senku levantó su cabeza y volteó a verlo con una mueca un tanto extrañada y una mirada sin querer temerosa
—"¿Qué sucede?"
Gen se encogió de hombros—"No es nada, es solo que la luna está hermosa está noche~"—le dedicó una suave sonrisa.
Senku abrió sus ojos y posteriormente desvío su mirada.
—"Ni siquiera la estás viendo".
—"Claro que sí. El reflejo en tu rostro es de lo más hermoso Senku-chan".
Senku casi podía soltar humo por sus orejas por ese comentario—"Estás borracho"—respondió a modo de reproche.
—"Puede ser~"
Gen continuó tonteando con sus párpados a medio cerrar dejándose llevar por el tacto del contrario, una de las manos de Senku le envolvió el brazo mientras que la otra le sostuvo por el hueso de la cadera deslizándose suavemente sobre su abdomen. Y una vez sostenido con seguridad quiso imponer un empeño.
—"Si tanto te gusta puedes verla ahora mismo—habló girando a Gen sobre su abdomen haciendo que se recostara sobre su estómago y su campo de visión cambiará a la vista nocturna—, está vista es gracias a ti".
A Gen le ensimismó el cielo que tenía sobre su cabeza por unos segundos y Senku sonrió satisfecho por esa hazaña, entonces tomó la tela de la parte inferior de Gen y la deslizó suavemente por sus muslos abalanzándose sobre su figura de nuevo, apuntando a su nuca con la intención de marcarla como suya con su dentadura. Pero Gen le detuvo con un grito alterado.
—"¡Alto Senku-chan!"
Exclamó el bicolor dejando de apreciar a los astros ampliando su mirada.
Senku dio un respingo, pero su rostro estaba a una muy corta distancia ya del otro, así que la caliente respiración que emanó le provocó un azote en la columna a la florecilla.
—"¿Y ahora?"—cuestionó Senku sin despegarse del hueso de Gen.
El bicolor jadeó, presionando sus párpados—"No..."—el tono de sus palabras bajo increíblemente su volumen.
Senku enarcó una ceja—"¿No dijiste que me dejarías la iniciativa está vez?"—sujeto a Gen por sus hombros cuando esté quiso incorporarse bruscamente.
Gen cerró sus puños y por el freno del movimiento, su coleta se le deslizó de a poco por la piel.
—"Cambiemos de posición"—pidió.
Senku seguía dudando—"¿Por qué? Así podrás ver la luna..."
—"Ahora mismo no necesito verla Senku-chan"—volvió a hacer el intento de voltear su cuerpo.
—"Pero te gusta, ¿No?"—sus palmas se deslizaron rumbo a su espalda.
—"¡Senku-chan!"—molesto y acomplejado, Gen expresó en voz alta.
No le importo si con ello llamaba la atención de extraños o si había sido lo suficientemente rudo para dirigirse al joven líder. Aunque Senku no suponía una gran carga para su silueta, tratar de ser suave con sus movimientos mientras volteaba en un estrecho espacio su cuerpo completo, fue bastante complicado y al final terminó fallando en su misión. Cuando su cabello se desvío por completo hacia uno de sus laterales y el tacto cálido del menor casi le quemaba la espalda, Gen silenció un gimoteo.
Senku se congeló un instante tratando de procesar, fue ahí cuando el efecto del alcohol con el que había brindado previamente, comenzó a dispersarse.
Entonces bajo su mirada lentamente, apreciando los rebotes azulados de luz sobre la piel palida de Gen.
—"¿Qué es esto?"—cuestionó con miedo intentando moverse y de nuevo un grito, que sonaba más a una súplica por parte de Gen le detuvo.
—"¡No me mires!"
Gen sollozó contra la madera del piso, encogiendo su figura debajo del inventor y presionando su gesticulación. Senku permaneció quieto por poco más de un minuto donde Gen susurraba de forma constante.
—"No me mires...Por favor, no lo veas...no me mires...no lo hagas Senku-chan..."
La confusión e impotencia le llenaron los sentidos, pero su cerebro que a penas reaccionaba de buena manera tras la desintoxicación le obligó a seguir buscando una explicación por medio del sentido del tacto.
Sus palmas comenzaron a bajar por sus trapecios con lentitud, examinando toda la zona de su espalda. La delgada figura de Gen se llenó de caricias mimadas por parte de su chico carmín, pero solo se limitaba a suspirar casi con miedo.
Una grieta, o algo similar.
Un hueco en forma de trazo, es lo que Senku pudo detectar que el bicolor tenía grabado sobre la piel. Partiendo desde la espina de su escápula y bajando hasta su oblicuo mayor o quizá un poco más, en su cresta íliaca.
Se sentía tan real aquel relieve y tan extraño que le hizo tragar saliva antes de pronunciar alguna otra palabra.
—"Cicatrices..."—sentenció su descubrimiento.
Gen guardo silencio, dejo de pedirle a Senku que no lo viera y solo respiro de forma más sonora.
—"¿Cómo fue que te las hiciste?"
Cierta duda realmente existía, en una combinación con intriga justo en esa pregunta. Seguía tocando, detectando su textura y la irregularidad del trazo que a su vez formaba una perfecta simetría tanto en el lado derecho como el izquierdo, algo que no tenía sentido o una explicación natural, por lo que estaban totalmente intencionadas.
—"No, ¿Quién las hizo?"—Senku cambio su pregunta en el último momento.
La profundidad y la textura que había en medio de la marca le erizó la piel.
Gen de nuevo no dio respuesta y Senku dejo al fin de tocar, no era muy complicado suponer una verdadera explicación, pero por su mente paso el pensamiento de lo agradable que hubiera sido que Gen lo negara.
Pero el mayor dejo de luchar. Y Senku se movió lentamente para dejarle libre, sin embargo, no fue capaz de contener el impulso de descender la mirada y revelar la verdad.
Aunque estás fueran camuflajeadas por el manto de la noche, si prestabas real atención eras capaz de divisarlas. Las cicatrices en la espalda de Gen lucían en extremo dolorosas.
El bicolor comenzó a temblar y separando con lentitud sus labios de nuevo dejo salir su voz en un hilito.
—"Es un recordatorio".
—"¿Recordatorio?"—Senku procuró ser suave mientras su mirada se compadecía.
—"Un recordatorio de que...—Gen trago saliva y dejo que su frente chocará contra el piso—Siempre seré una flor."
Las pupilas rojizas se contrajeron y temeroso volvió a repetir su interrogante—"¿Quién las hizo?"
Gen suspiro.
—"Fue uno de mis castigos por romper las reglas de los barrios rojos cuando era un niño, en ese momento quienes eran mis dueños, pensaron que esa sería la mejor manera de adiestrarme."
—"¿Castigo?"
—"No recuerdo con exactitud cuál era mi edad cuando comencé a trabajar en el burdel. Mis padres me abandonaron en aquel sitio y quiénes me alojaron entre los pasillos estrechos de los bares me enseñaron prontamente que debía de trabajar si quería tener un pan con que alimentarme.
En un inicio me dedicaba a ser un simple ayudante, lavaba las sábanas, limpiaba las habitaciones y a veces me pedían que hiciera algunos recados para las flores activas de ese entonces.
Por supuesto que sabía lo que pasaba en ese lugar al caer la noche, no era difícil darse cuenta, pero procuraba mantenerme alejado de los asuntos que no me interesaban para no recibir un regaño. Eso era todo.
Hasta que un día llegó al burdel un sujeto importante. Era un guerrero de un país vecino, había obtenido la victoria en su última batalla, lo que le hizo acreedor de una muy buena recompensa por parte de su líder. Así que los dueños pusieron todo su esfuerzo en tratar de complacerlo para que derrochará todo su dinero ahí.
Aquel cliente tenía un gusto particular, y es que se sentía atraído principalmente por las personas más jóvenes, así que reunieron a todos los niños del lugar. Uno a uno, el hombre fue evaluando a todos, pero fui yo el único que llamó su atención."
Senku abrió su boca, incapaz de decir algo, escuchando bastante quieto la triste historia de Gen.
—"Dijo que mi cabello a dos tonos le había encantado, mientras acariciaba mis orejas. Luego nos llevaron a una habitación y él inmediatamente se abalanzo sobre mí—hizo una pequeña pausa—. Yo no sabía nada, nadie me había preparado para lo que iba a pasar así que el miedo me paralizó y no fui capaz ni de gritar.
Mi primera vez me dolió tanto que no quería tener que vivir otra vez esa horrible experiencia. Cuando se terminó, los dueños del burdel me dijeron que oficialmente me había convertido en una flor."
—"Eras un niño..."—Senku susurró.
Gen presionó su propio cuerpo—"Descanse un poco y cuando me recupere físicamente, volví a mis actividades regulares, cuando escuché a alguien hablar sobre una nueva visita del mismo hombre, asustado de que pudiera repetirse de nuevo lo de aquella vez, solo comencé a correr.
Quería escapar, escapar de ese lugar, pero fracasé. La seguridad del barrio bajo es muy buena y para un niño esconderse sin ser atrapado por un adulto no es una tarea fácil.
Cuando atrapan a alguien intentando escapar del barrio rojo el castigo es la muerte, pero debido a que aquel hombre me había solicitado decidieron reducir el castigo a solo algo físico que me ayudara a entender mi nueva posición.
Le dejaron la decisión al cliente y él dijo que sería un desperdicio si un rostro como el mío se arruinaba con una cicatriz en el, así que en su lugar comenzaron a marcar mi espalda. Lo hicieron con una barra de metal que habían calentado previamente en una fogata.
El ardor me hizo llorar al instante, pero ellos me decían que tenía que ser agradecido con el cliente por haber sido tan bondadoso conmigo. Al no hacerlo la primera vez comenzaron a trazar sobre mi piel en el lado derecho hasta que cedí y el cliente estuvo satisfecho."
Senku comenzó a seguir las líneas sobre la piel de Gen con la punta de sus dedos presionando su labio.
—"Luego de eso, atendí al cliente y varios más después, aquel castigo hizo que la idea de escapar no volviera a cruzar por mi mente ni una sola noche de las que permanecí ahí. Comencé mi entrenamiento como flor por parte de las viejas proxenetas del lugar y rápidamente me convertí en una fuente de ingresos para el burdel. Pero esas marcas seguían doliendo, a pesar de los años, seguían quemando mi piel y me hacían sentir como alguien horrible. Una flor debe de estar siempre perfecta para sus clientes, es por eso que me acostumbré a ocultar mi espalda con mi cabello y capas de vestiduras, no me agrada ser observado, porque es tan horrible..."—El llanto comenzó a descender por las mejillas de Gen y los gimoteos chocaban contra la madera.
Senku desvió la mirada y las puntas de sus dedos comenzaron a temblar de manera incontrolable, una furia destelló en su carmín, así como una tristeza se desbordó sobre el corazón agitado sobre su pecho. No tenía ni idea, ni quiera había hecho un mínimo esfuerzo por tratar de comprender la situación de Gen, no pensó que la marca de haber sido una flor se hubiera arraigado tanto en él.
—"Gen..."—llamó su nombre.
El bicolor se comenzó a lamentar en el suelo, mientras el cuello y las orejas se le enrojecían por la vergüenza, había arruinado la situación entre ellos contando una historia del pasado sin relevancia suficiente.
Por eso odiaba beber, el alcohol le hacía perder el control de su cuerpo, esta vez su lengua fue la traicionera y también había perdido el control de sus emociones. Esa fue la primera vez que hablaba al respecto de algún evento dentro del barrio rojo o su infancia en general, sabía que los clientes no estaban interesados en historias aburridas y no tenía ningún sentido hablarle de su pasado a grandes líderes como Hyoga o Tsukasa, pero por alguna razón, con Senku se sintió en suficiente confianza como para hacerlo, olvidando por un instante sus planes de lidiar con él como lo haría con cualquier otro hombre que intentaría seducir.
Algo para lo que todavía no podía encontrar un buen justificante, eso y a la presión que su corazón hizo con la que empezó a palpitar emocionado.
Una gran pausa en silencio obligó a los chicos a centrarse en dispersar un poco las ideas confusas de su mente y prestar algo más de atención a su sentir, escuchando su palpitar internamente como una buena melodía.
—"Gen, tú eres hermoso, ya te lo he dicho—Senku retomó las caricias sobre la espalda pálida con esa frase, Gen dio un respingo soltando una pequeña queja—. No hay ninguna forma de que seas horrible, así que no pienses en eso tonto."
—"Pero las cicatrices..."
—"¿Qué sucede con ellas?, ¿Todavía te duelen?"
—"De vez en cuando..."
—"¿Es así?"—Senku se abalanzó de nueva cuenta sobre la espalda del mayor.
—"Cuando llueve..."
—"¿Y cuándo más?"
—"También cuando hace mucho f-frío y..."—Gen fue tomado por sorpresa cuando sintió la barbilla de Senku apoyarse en su hombro, las caricias de sus ásperas palmas le generaron un suave cosquilleo.
—"¿Y?"
—"Cuando estoy...solo...—tragó saliva para callar un chillido—Son, tan feas..."
—"Basta."
—"Si tan solo no hubiera escapado ese día..."
—"Detente."
—"Si no hubiera llamado su atención..."
—"Alto."
—"Si no hubiera estado en el barrio rojo en primer lugar..."
—"No sigas."
El chico mordió su labio—"Si no hubiera nacido yo-"
—"¡Gen!—con un volumen más alto le llamó la atención y Gen de nuevo abrió sus ojos dejando de lastimarse a sí mismo—No son horribles, tú nunca lo serías. Y ya tampoco son un recordatorio, porque dejaste de ser una flor desde hace ya mucho tiempo, así que ya ni siquiera tiene importancia que busques ocultarlas."
El corazón del bicolor comenzó a palpitar con mucha más fuerza.
—"No debiste obtenerlas en primer lugar. Fue muy doloroso, ¿Cierto?—Senku le depositó un beso sobre la piel—Debiste de odiarlo, haber querido ser salvado, llorado y temblado. Pero lo soportaste muy bien, ya esta en el pasado, así que puedes dejarlo ir. Es momento de que lo hagas."
—"Senku-chan..."
El de cabellos verdes comenzó a trazar un recorrido de tiernos besos por la espalda del bicolor, siguiendo la misma línea que la piel herida trazaba, como si intentará cubrir cada tramo de la cicatriz con su amor, logrando reconfortar de a poco a los nervios de Gen, pues su respiración se reguló con suavidad.
—"Si te duelen con la lluvia, secaré tus prendas y construiré un refugio ante la tempestad."
Senku llegó a la cintura de Gen y cambio de dirección.
—"Si te molestan con el frío haré un aparato que te ayude a mantener el calor para contrarrestarlo."
Y repitió el mismo camino de besos.
—"Y si todavía te molestan cuando estés solo—afinó su garganta—, entonces yo me quedaré a tu lado."
Aunque sus gimoteos se extinguieron con las palabras del menor, su corazón seguía desbocado.
—"Senku-chan"—elevó su vista hacia la ventana de nuevo y está vez vio directamente la luna. Sintiendo una muy tenue calidez en su poco brillo.
Senku termino de besar, sujetó por los huesos de su cadera a Gen y una vez más le volteó, ahora lo vería directamente a los ojos. Dónde, el rostro lloroso también le parecía encantador.
El bicolor se concentró en calmar su respiración y Senku le acarició la mejilla, pasando su dedo índice por sus pestañas con la intención de recoger cada lágrima. Las seco dulcemente.
Gen sonrió tímido, confirmaba de nuevo que aquella luna que iluminaba a Senku era la mejor vista posible.
Elevó sus labios y se inclinó al frente para besar al menor rozando su barbilla con sus dedos largos y llevándolos detrás de su oreja. Senku aceptó la caricia y el beso fluyó de manera suave. Escalando de a poco a alguno más atrevido, de la mano de su contacto.
Entonces Gen aprisionó el cuerpo de Senku atrayéndolo hacia él con la fuerza de sus piernas que rodearon su cintura. Los ojos carmín se abrieron con sorpresa, descendió la vista hacia Gen, pero el bicolor ya se había refugiado sobre su hombro.
"—¿Estás seguro?"
Gen asintió manteniéndose en el mismo sitio.
Senku tragó saliva y procedió, deslizó sus manos por el abdomen del bicolor hasta llegar a su parte inferior, acarició los pliegues de su piel con los dedos en movimientos circulares, hasta llegar a la entrada de Gen, el bicolor se contrajo, se aferró con mayor fuerza al cuerpo del carmín y empezó a besar su cuello y mordisquear la clavícula.
Senku comenzó a intercalar movimientos dudosos en el interior de Gen cuando sentía que lo aprisionaba con cada contracción. Empeño sus esfuerzos en aflojar la zona con movimientos suaves, corroborando cada uno con la mirada, elevándola cuando Gen suspiraba, eso al menos le daba la tranquilidad de que el chico estaba disfrutando.
El peliverde, con su gran falta de experiencia pero sutil entusiasmo aún no podía procesar con total claridad la triste historia que Gen le había confiado, pero una sensación curiosa se acrecentó en su pecho al terminar de oírla. Un inquietante deseo de protección surgió.
Demasiado ilógico para buscarle una buena explicación. Él era menor que Gen, no tenía tantas habilidades o influencia, pero desde que lo había conocido eso pareció no importarle. Gen le ofreció un apoyo incondicional de forma sutil, así que de cierta forma Senku sintió que avanzo un paso gigantesco con la florecilla al notar que quizá para él también podría convertirse en un apoyo en el cual confiar.
Senku exhaló, con el rostro rojo y el corazón latiendo mientras hacía contacto con las orbes del otro que tenía el rostro jadeante.
No había duda de que Senku estaba perdidamente enamorado de Gen. Ese era el amor ilógico que solo Gen le pudo hacer encontrar.
—"Senku-chan, hazlo..."
Gen le susurró al oído al chico haciendo que este cesará los movimientos en su interior.
El peliverde volvió a pasar con algo de conflicto saliva preparando sus nervios y obteniendo una concentración clara como resultado. Por la forma en la que los brazos de Gen se aferraron a su espalda, al menor le costó un poco de trabajo acomodarse de la forma adecuada, el de cabellera larga le ayudo con una sonrisa.
—"Lento..."—le indicó.
Y así lo hizo, empujó con calma su glande hacia la entrada de Gen sacándole un gemido.
—"Senku-chan."
Su nombre sonaba exquisito al pasar por los labios ajenos, las caricias de Gen sobre su piel le hacían disfrutar de la misma forma.
Comenzó a moverse, pero antes Gen arqueó su espalda y con un impulso se elevó posicionándose sobre las piernas del inventor, quien ciertamente hizo un esfuerzo por mantenerlo sobre él, así que Gen comenzó a menear la cadera de arriba a abajo y a ejercer presión que hacían que el cuerpo de Senku se estremeciera.
Senku no podía dejar de apreciar el rostro de Gen, así por muy poca la luz que fuera la que le iluminaba. Los mechones largos de su flequillo que le colgaban con una pequeña gota de sudor por la frente le cautivaron y constantemente buscaba sus labios, para conectarlos en un vaivén especial. Mientras ambos se liberaban.
El chico de mirada carmín cerraba sus ojos cada que eso pasaba, recorriendo las palmas de sus manos por la espalda de Gen, sin ignorar sus marcas, pero de cierta forma honrándolas. Gen se empequeñeció a la silueta de Senku, amoldándose perfectamente entre su pecho con una sensación de persistencia.
Sus ojos sin quererlo, volvieron a humedecerse.
Estaba consciente de que era la primera vez para Senku, una vez en la que él tuvo la intención de iniciar el acto. Pero, por alguna extraña razón, para él se sentía de la misma forma.
Sentir las caricias de sus manos sobre su piel, el grosor de sus labios, la profundidad de su mirada y la ansia de su voz. Todo, todo del inventor se sentía tan bien, que solo buscaba abrazarlo para conservar ese instante por más tiempo y llenar su pecho de calidez.
La gentileza con la que Senku se movía y la timidez que involucraba, no era comparable a ninguna otra vez. Ese cariño no lo había sentido ni con el mismo Tsukasa que lo amaba tanto.
Y eso, comenzó a darle miedo.
Por su parte Senku, en silencio, disfrutando del instante y de tener la compañía de Gen junto a las estrellas esa noche, comenzaba a formarse una interrogación en su mente.
Se preguntaba si también Gen se había enamorado de él.
Notes:
...
...
...Holis ^^/
Espero que hayan disfrutado el capítulo, perdón por mezclar tanta emoción intensa, pueden dejarme sus opiniones al respecto en los comentarios, como siempre también los invito a votar y recomendar.
Es mi deber informarles que ya faltan pocos capítulos para que la historia acabe. Es todo lo que tengo que comentar, nos leemos en el siguiente capítulo. Bye~
Chapter 22: ¶¶•ENTRE SUEÑOS•
Chapter Text
—"Gen...Gen..."
Más tarde, el chico de cabellera bicolor se removió bajo las cobijas de piel que le cubrían.
—"Gen, despierta..."
La voz de Senku y sus movimientos en la misma habitación habían interrumpido su sueño. No se había dado cuenta de en que momento se quedó dormido, después de pasar el rato con Senku, se acurrucó a su costado, parpadeó y se perdió en la oscuridad de la noche, teniendo al menor entre sus brazos.
Pensó que solo había sido por un corto instante.
—"¿Senku-chan...?"
Pero la voz carrasposa que dejó salir en su interrogante y la sensación pegajosa en sus pestañas por haber llorado, le indicaron que por lo menos ya llevaba algunas horas en ese estado.
Abrió con dificultad uno de sus ojos y notó que Senku no estaba a su lado, se encontraba frente a él atando sus botas para la nieve. Por lo que su segundo movimiento, fue escanear con el azul de sus ojos los demás rincones del sitio, seguían en Ishigami, aunque la fiesta de celebración por el cumpleaños de Senku ya había terminado pues el ambiente fuera estaba demasiado tranquilo. También seguían en el observatorio, los dos en soledad, pero el sol todavía no se asomaba, era complicado distinguir algunas siluetas en esa escaza iluminación y la temperatura baja se acrecentó seguramente debido a la hora.
Gen se incorporó sobre sus codos girando la cabeza hacia el otro—"¿Qué sucede Senku-chan?"
—"Ponte de pie"—Senku terminó de ajustar el cordón de su agujeta y lanzo el abrigo de Gen sobre su cuerpo.
El bicolor se acomodo de mejor forma tomando el abrigo con ambas manos y mostrándose confundido—"No me digas que ya tienes pensado más trabajo para mí a esta hora".
Senku bufó divertido ante la queja de Gen—"Vamos, date prisa."
—"Senku-chan"—su voz sonó a un regaño recriminador.
El de cabellos verdes formó una sonrisa—"Hay algo que quiero mostrarte, solo apúrate."
—"¡Pero!"—Gen seguía renuente a la idea de salir en esas condiciones de la cálida piel que le cubría, después de todo su cuerpo entero permaneció expuesto luego de estar con Senku y aunque no pudiera divisar correctamente, la presencia de algunas marcas sobre su piel eran bastante obvias.
—"Como quieras, pero si no te das prisa no lo podrás ver y además, quienes nos acompañan tampoco estarán dispuestos a esperar a que terminen tus quejas."
—"¿Quiénes nos acompañan?"—su cabeza tendió con confusión hacia uno de sus lados.
Cuando de repente la puerta de la entrada al lugar fue abierta con velocidad y por el marco de ella una máscara de sandía se asomó.
—"¡Senku!, ¡Gen! ¿Ya están listos?"—con emoción e inocencia la niña rubia cuestionó con su aparición.
—"¡Suika-chan!"—Gen dio un respingo y se apresuró a cubrir su dorso desnudo con la prenda en menos de un segundo. Realmente había sido tomado por sorpresa.
—"Kukuku, ya casi. Démosle su un poco de espacio a Gen antes, ¿Quieres? Mientras tanto nos reuniremos con los demás, ¿Está bien Suika?"—Senku no pudo evitar reír ante la reacción del bicolor y posteriormente camino con suavidad hasta acariciar la cabeza de la niña.
—"¡Bien!, ¡Te esperamos Gen!"
—"¿Los demás están abajo?"—los dos comenzaron a bajar las escaleras.
—"Sí, Suika se encargó de despertar a Chrome, a Kohaku y a Kaseki. Ellos también llamaron a los demás"—la niña le respondió al líder orgullosa de su trabajo.
—"Bien hecho—y claro que Senku también la elogió. Justo antes de llegar hasta abajo Senku se dirigió otra vez a Gen—. ¿No quieres que te dejemos atrás, o sí?"
Una vez en solitario Gen exhaló—"¿Qué es lo que pretende?"—se cuestionó para sí.
Luego de que al fin pudiera vestirse, el bicolor se reunió con el pequeño grupo que había decidido madrugar para acompañar al inventor.
Comenzaron a andar a través del bosque que rodeaba la aldea, subiendo una pequeña colina, Gen insistió en cuestionarle a Senku lo que tenía en mente, pero naturalmente, este se negó a decirle la verdad y solo se limito a reprenderle suavemente sobre que no debía de comer ansias como un niño pequeño.
Cuando llegaron a la punta, Gen cubrió el pequeño bostezo que se le escapó con la palma de su mano, Suika se posicionó a su lado y tiro con suavidad de su prenda.
—"¿Estás emocionado Gen?"—la pequeña niña le cuestionó con una sonrisa.
—"¿Uhm?, ¿A qué te refieres Suika-chan?"
Suika amplió su sonrisa y le hizo una seña para que se acercará a ella y pudiera decirle, como si de un secreto se tratará. Cuando Gen lo hizo la niña comenzó a susurrar.
—"A la sorpresa que Senku planeo para ti..."
—"¿Sorpresa?"—Gen enmarcó una mueca intrigada.
—"Suika, ¿Tienes eso contigo?"—antes de que la niña pudiera hablar de más, Senku la interrumpió intentando no lucir apenado frente al bicolor.
—"¡Sí, sí!"
Suika se alejó de Gen y corrió hasta Senku para darle una roca azul, Gen les vio las espaldas mientras se incorporaba.
—"Bien—el inventor sujeto la roca y la elevó a la altura de su pecho—, ya casi viene, no vayan a verlo directamente porque pueden lastimar sus ojos, ¿Escucharon?"
Los aldeanos asistieron, y Gen seguía extrañado.
—"¿Qué viene?"—cuestionó.
Entonces el chico de mechas verdes giro ligeramente su cuerpo para encontrarse con la mirada de Gen y le sonrió—"Solo mira."
Y así lo hizo, un instante después y detrás de la figura de Senku una brillante luz comenzó a inundar el cielo. De a poco, los colores azules se mezclaron con los amarillos, las estrellas se ocultaron y las nubes se difuminaron, Gen lo vio con los ojos bien abiertos, sorprendido.
También, esa pequeña roca que Senku sostenía comenzó a irradiar su propia luz en tonos azules, en cuanto el sol le pegaba, con esto, Senku, Suika y Chrome fueron los primeros en dibujar una sonrisa en sus rostros.
—"¡Está brillando, la roca está brillando!"
—"¡Que malote! ¿Significa entonces que esa es la roca que buscábamos?"
—"Kukuku, tienen diez mil millones de puntos. Lo conseguimos"—afirmó.
Los demás comenzaron a festejar, pero Gen se quedó perdido en la sonrisa de Senku unos instantes, apreciando la brillante luz de la roca colorear las facciones sobresalientes de su rostro y el cielo amarillo detrás de él, de fondo.
Sin haberse dado cuenta había separado sus labios, tratando de grabar esa imagen en sus pupilas el mayor tiempo posible.
Senku comenzó a avanzar hasta él—"¿Te gusta?"—le cuestionó con una voz realmente dulce.
Gen salió con eso de su pequeño trance, sintiendo como el calor le escalaba por el rostro—"¿Q-qué es todo esto?"—preguntó con ingenuidad.
Senku sonrió, mientras rascaba su oído—"Ah, claro... Probablemente sea el primer amanecer que tus ojos ven."
Suika, quien se movió hábilmente, comenzó a saltar al lado de Gen—"¿Te gustó?, ¿Te gustó Gen?, ¡Senku dijo que lo haría!"—reveló con emoción.
Gen parpadeó un par de veces y observó acusatoriamente al menor, quien solo se encogió de hombros.
—"¿Planteaste esto Senku-chan?"—trato de indagar, por primera vez sin usar un tono confiado de por medio, estaba siendo sincero con su genuino impacto.
Senku dio media vuelta fingiendo examinar la roca, pero en verdad, solo trataba de ocultar su propio sonrojo—"Ah, no sé de qué hablas—suspiró—. Yo solo vine aquí para comprobar que este es el material que requeríamos"—y se excuso.
—"Claro, claro"—Gen relajó su expresión, se permitió sonrojar sin tratar de cubrirlo ante todos los aldeanos.
De repente, su corazón comenzó a latir descarriado dentro de su pecho y al observar al inventor, por primera vez se deshizo de la etiqueta de "Cliente" que le había antepuesto durante todo ese tiempo y solo lo pronunció con orgullo para sí mismo en su mente.
"Senku Ishigami"
—"Bueno—Senku aclaró su garganta tras todavía ser capaz de sentir la mirada entusiasta de Gen clavada en su nuca—, descuida. Prometo que este amanecer no será el primero y el único que veas, de ahora en adelante te mostraré muchas cosas más."
—"Lo espero con ansias"—respondió.
Kohaku y los demás integrantes del reino enmarcaron una expresión aliviada y un tanto cómplice, después de ver a su líder actuar de esa forma los últimos rastros de sospechas hacia Gen se desvanecieron con el aire. Sería realmente bueno que a partir de ese momento ambos se quedaran ahí, la aldea los recibiría con los brazos abiertos, pero quizá decirlo en voz alta les arruinaría el momento a esos dos, por lo que solo guardaron silencio y todos juntos apreciaron el amanecer a su lado.
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Entre tanto, aún continuando su viaje, los chicos llegaron al centro más distintivo de Kamakura y continuando con su papel de buenos turistas se permitieron seguir explorando y tomando fotos, como Gen se había retirado, Senku se acercó más a sus amigos de la infancia en sus pasos.
Yuzuriha se vio encantada por la gran estatua de Buda en el centro del lugar, mencionó que aquel había sido un sitio que visitó años antes en compañía de sus padres y por nostalgia hacia sus recuerdos se preparó para presentar sus respetos ante el busto de bronce con una oración y una pequeña ofrenda. Detrás de ella fue Taiju para no dejarla sola en ningún momento, quien para su sorpresa también imitó sus actos fue el científico, consiguiendo las miradas extrañadas de sus amigos, quienes descansaron en silencio hasta el momento de las ofrendas.
—Listo—expresó Senku depositando una moneda en el santuario de ofrendas del lugar.
Yuzuriha quien estaba a su lado soltó una risilla después de palmear sus manos.
—¿Qué sucede?—cuestionó el oji carmín extrañado.
Yuzuriha cubrió su boca con su palma simulando su felicidad—No es nada, es solo que me extraña un poco que alguien como tu Senku que atiende más a la ciencia y a la razón, haya dejado una ofrenda al gran Buda.
Senku rascó su oído—Bueno—exhaló un poco de aire en un puchero con sus labios—, es cierto que la ciencia no tiene cabida a la ilógica existencia de un Dios, pero, quise intentar esto...al menos como un agradecimiento hacia ti, ¿supongo?...
La castaña le observó ahora con curiosidad—¿A mí?, ¿Y por qué tendrías que agradecerme?—le cuestionó mientras caminaban en dirección a una pequeña banca bajo la sombra de un árbol para estirarse un poco.
Senku movió su boca tratando de escoger la mejor forma de expresarse con un gesto aparentemente serio, pero que ante los ojos de su querida amiga no hacía más que lucirlo, como un pequeño niño.
—Por lo que hicieron por mi hace unos meses—volteó a verlos a ambos ya que estaban sentados.
Taiju espontaneo como siempre abrió los ojos con confusión y sorpresa entremezclados—¿Eh?, ¿Y-yo también?, ¿Senku?
La chica volvió a reír ante las reacciones de esos dos y luego pensó un poco, comportándose claramente más tranquila para crear un ambiente ameno que le permitiera a Senku expresarse como seguramente ya lo había planeado en una hoja de ruta—Hace unos meses, ¿qué hicimos exactamente?—indagó.
—Me procuraron cuando estuve en el hospital—reveló a penas separando sus labios.
La pareja de castaños entonces se voltearon a ver el uno al otro con cierta inquietud, pero antes de poder hacer o decir algo al respecto Senku continuó.
—Hace poco lo recordé, no sé cómo fue posible que le restará tanta importancia a ese hecho. Pero cuando tuve el accidente y amanecí en el hospital ustedes dos estaban ahí.
—Lo recordaste...—Yuzuriha también separó por poco los suyos, la verdad es que era de esperar que Senku con su gran inteligencia uniera las piezas faltantes en su memoria con los últimos acontecimientos vividos para formular algo, pero admitía que no pensó en qué debía de hacer una vez que llegará ese momento.
—¡¿Cómo lo hiciste Senku?!, ¿Qué recordaste?—Taiju expresó con entusiasmo, feliz por la noticia de que su amigo haya recuperado sus memorias.
—Aún no tengo claro que es lo que pasó mientras estaba en el laboratorio y en el hospital las cosas son muy difusas, pero recuerdo que los vi a ustedes ahí, junto a Kohaku, Chrome, Ukyo y Gen, también estaba ahí...
—¡Es verdad!, ¡ellos estaban, Senku!, los recuerdas entonces, recuerdas-
Yuzuriha levantó una mano y le extendió la palma a Taiju para indicarle que debía parar, estaba emocionado y lo entendía perfectamente, ella también estaba feliz de escuchar a Senku hablar del pasado que había perdido y especialmente de que reconociera su compañía en esos momentos, pero eso no significaba que podrían portarse de forma imprudente, de hecho, justo lo contrario. Quizá era el momento donde debían de ser mucho más precavidos con el científico y procurar no hablar de más por su bienestar.
—Después de salir de ahí la verdad es que no presté mucha atención y a penas hace poco que me lo detuve a pensar, nunca les di las gracias por eso, así que...—Senku llevaba una mirada mortificada en la cara, como si tuviera mucho que expresar, pero no encontrará una forma factible de hacer que las palabras salieran de su boca.
Entonces, la palma de Taiju se posicionó en su espalda transmitiéndole un poco de su calidez, Yuzuriha hizo lo mismo tomando su mano, cuando Senku los miro ellos ya tenían una sonrisa calmada en el rostro, indicándole que todo estaba bien. No tenía porque darles las gracias por haber estado ahí, era natural ya que se trataba de sus amigos y genuinamente escucharlo pronunciar palabras de agradecimiento no era su estilo, no estaban acostumbrados a tratar con Senku de ese modo, ni se lo había imaginado. Precisamente por ser amigos, sabían muy bien que Senku no gozaba de las mejores habilidades emocionales para expresar sus sentimientos, por lo que a ellos les bastaba una sola expresión para entenderlo.
El sentimiento de gratitud de Senku se incrementó con su reacción, aún no sabía como sentirse al haber pensado que lo juzgarían o rechazarían cuando claramente era un pensamiento erróneo.
Solo suspiro—Solo quería decirlo y aprovechar un poco del tiempo de este viaje—volvió a su compostura habitual y con algo más de confianza rodeando su aura—. También tengo pensado hablar con los demás, después de todo también estuvieron ahí e hicieron un buen trabajo.
—¿Los demás?
Asintió—Kohaku y Chrome, probablemente más tarde. Con Ukyo no sé especialmente como debería de acercarme pues tengo un mayor nivel de confianza con Ryusui que con él y Gen...—hizo una pequeña pausa que dejo expectantes a los dos chicos—bueno, tenía pensado decírselo justo ahora, pero el farsante decidió abandonarnos para ir a coquetear con esas fanáticas suyas—bufó un poco de aire como una queja hacia la actitud que Gen había tomado esa mañana abandonándolo, a decir verdad, también denotaba un poco de molestia el tono que uso en su voz.
Entonces Taiju y Yuzuriha volvieron a verse el uno con el otro y esta vez asintieron compartiendo una misma idea.
—¡Deberías de hacerlo!—dijeron casi al unísono, consiguiendo un respingo en el cuerpo del otro.
La pareja no sabía especialmente como sobrellevar la situación de Senku con Gen y menos ahora con esa nueva información que el científico les acababa de revelar sobre haber recuperado parte de sus recuerdos. Ambos estimaban en demasía a Senku y con Gen no era muy distinto. Gen no era tan abierto con ellos y casi no habían compartido momentos juntos, pero sabían que era alguien muy hábil y también muy especial para Senku.
Aún recordaban el día en el que él científico les reveló que estaba en una relación con Gen, como si hubiera sido el secreto mejor guardado de su amigo, cuando ambos ya lo habían dado por sentado desde el momento en el que se percataron de su cercanía y la confianza casi ciega, que el carmín decidió depositar en el bicolor cuando estaban juntos y también cuando no. De igual forma, aceptaron a Gen con los brazos abiertos como pareja de su amigo, pues pudieron ver a través de sus actos y comportamientos protectores como la celebridad quería genuinamente a Senku, lo suficiente como para soportarlo casi de la misma forma en la que ellos habían decidido apoyarles y no solo eso, es que también se complementaban perfectamente, estando juntos esos dos eran un peligro seguro lleno de artimañas y planes siniestros sin piedad, pero también eran como una estrella que brillaba.
Si se trataba de Gen, Taiju y Yuzuriha sabían que su amigo podría ser feliz y no necesitaban preocuparse por él, a pesar de que se trataba del hombre más inteligente del mundo ante sus ojos, su amistad con él les hizo jurar que siempre le apoyarían, protegerían y buscarían su felicidad.
Cuando Senku tuvo el accidente, ellos fueron testigos de que Gen fue la primer persona en estar ahí para Senku, hasta el momento en el que despertó y todos sus recuerdos fueron borrados.
Ellos, al igual que todos querían apelar ante el diagnostico que le fue dado a Senku y ayudarle a recordar a Gen como su pareja y la persona tan importante para él como era, pero con la negativa de la celebridad ante algún acto que orillará a Senku a un posible sufrimiento, solo agacharon la cabeza y cuando Luna llegó a la vida del científico supieron que era demasiado tarde para decir algo. La chica no les desagradaba, ni nada por el estilo, de hecho, también llegaron a la conclusión de que su estima por su amigo era tan verdadera como la de Gen hacia él, pero en el fondo sabían que Senku no le correspondía de la misma forma, por más que aparentaran ser una linda pareja y llegaron a la conclusión de que eso se debía a que Senku no estaba feliz a su lado y probablemente solo pudiera estarlo con Gen.
Así que, como no sabían manejar la situación de mejor forma, solo pensaron que sería realmente bueno que Senku de verdad hablará con Gen, el que la celebridad tuviera conocimiento de que el científico comenzaba a recuperar la verdad podría ayudarle y quizá así, Gen, quien era una persona mucho más astuta que ellos podría ingeniar un plan para darle a conocer su relación de una forma adecuada y así pudieran volver a estar juntos como antes.
Por eso le apoyaron a intentar contarle la verdad.
—¿Eh?—Senku se sorprendió un poco por la reacción de ambos.
—¡Tienes que hablar con Gen, Senku!—exclamó Taiju.
Yuzuriha le siguió el juego sin dejar de asentir—¡Así es! Debes de decirle.
—Ah, pero, él...
—¡No importa que ahorita no este aquí!
—Gen regresará al hospedaje más tarde, aprovecha ese momento para hablar con él.
—Ah, ¿de verdad?—Senku rodó los ojos, sintiendo un poco de presión.
Si era sincero, Gen era el primero en su lista para contarle la verdad, pero luego de que lo dejara y se fuera a dar un paseo con alguien que no era él, un sentimiento amargo le consumió así que deshecho la idea.
—Estoy segura de que a Gen-kun le hará muy feliz saber que te sientes agradecido con él—Yuzuriha le vio directo a los ojos para obligarle prácticamente.
—B-bueno...—Senku enmarcó una mueca.
La chica podía ser aterradora algunas veces si se lo proponía, aunque no estaba del todo convencido con eso de que a Gen le gustaría conocer como él se sentía al respecto, seguramente el mentalista terminaría por burlarse de sus ideas o tomando ese acto bochornoso como un arma al futuro. Aunque, no estaba de más intentarlo, ¿verdad?...
Así que una vez en la habitación de su posada, Senku esperó a Gen frente a la puerta sentado de brazos cruzados sobre su futón, hablaría con él, claro. Pero después de recriminarle su acto tan desconsiderado de la mañana y molestarle un poco para por lo menos así, estar en igualdad de condiciones.
Una hora pasó y a pesar de que ya estaba lo suficientemente oscuro afuera y era una ciudad extraña, Gen todavía seguía teniendo la osadía de seguir afuera recorriendo los lugares turísticos del sitio con sus supuestas fans. Se notaba entonces que era una celebridad y una persona que conocía bien la vida galante, quizá la noche era el mejor de los escenarios para que Gen actuara y eso lo ponía más inquieto.
El mentalista podría recorrer las calles de la zona y captar la atención de muchas miradas de jovencitas emocionadas, e incluso ganar alguna caricia por poco esfuerzo, alguien superficial como él lo haría sin desaprovechar la oportunidad. O sí, estaba seguro al diez mil millones por ciento.
De lo que no podía adjudicar una razón sustentable era su molestia. Tenía que haber una causa por la que imaginar un escenario, donde el mentalista iba del brazo de aquellas fans divirtiéndose toda la noche, le molestará tanto, pero simplemente no podía encontrarla.
Suspiraba molesto y con el ceño fruncido mientras daba vueltas en toda la habitación con un par de dedos apuntando sobre su frente tratando de pensar. Pero sus ideas estaban tan confusas que terminó pateando sin querer la maleta que Gen imprudentemente había abandonado cerca de su futón, con los cierres a medio cerrar, por lo que no pudo evitar que la ropa y los objetos personales que Gen había empacado cayeran al suelo.
El científico refunfuño, cómo si sus delirios no hubieran sido suficientes para afectar su humor. Se puso de cuclillas, e intentó recoger todo para regresarlo a su posición original. En cuanto rozó la prenda que había salido un aroma peculiar llegó hasta su nariz, era la fragancia de la colonia de Gen, la cual le provoco un nuevo punzor en la sien, podía jurar que aquel aroma ya lo había olfateado antes. Para ser una colonia de caballeros, la fragancia que desprendía era dulce y no tan fuerte, somo a flores silvestres.
¿Pero cómo podía ser? No es como si alguna vez se hubiera acercado tanto a Gen como para dejar expuesto el aroma de su piel antes, ni tampoco podía tratarse de las imágenes de sus sueños alterándolo de nuevo, puesto que en un sueño es imposible olfatear un aroma real sin que ser producto de su psique.
Presionó la prenda con sus manos y se quejó en voz alta, pero luego otro pensamiento le desvió. ¿Y si Gen no volvía esa noche?
¿Y si esa fan suya estaba justo en ese preciso momento de la misma forma que él? Con la ropa de Gen en sus manos, compartiendo un contacto íntimo en la oscuridad de la noche, como un recuerdo más de su pequeña excursión...
Otra vez estaba desvariando.
Pero volvió a chasquear su lengua—Maldición.
¿Por qué pensaba en eso ahora? A él no tenía porque importarle lo que Gen hiciera en su intimidad, ¿por qué se preocupaba por el pensamiento de que alguien ajeno tocará la piel desnuda de Gen? Esto ya se estaba saliendo demasiado de control, la línea entre sus sueños y la realidad se estaba perdiendo, por más real que se sintiera, no debía olvidar que lo vivido en sus últimas noches no era más que un producto de su imaginación.
Pasó su mano por encima de su rostro acalorado exhalando. Sintió vergüenza, su cerebro no estaba colaborando con él, así que guardó con rapidez la prenda en la maleta para luego dirigirse al baño y calmar un poco sus ideas. Aunque antes, tocó con la punta de sus dedos el llavero que Gen había colgado en el cierre de su maleta, con algo de nostalgia.
Se preguntó, cuando habría sido que el mentalista consiguió ese pequeño llavero con un cohete y una esfera de cristal con estrellas pintadas. De todas las personas, no creyó que a Gen le interesase llevar consigo algún objeto como ese, que era, ciertamente más su propio estilo...
Después de dar miles de vueltas más en circulo, Senku vio la hora en su teléfono celular y se resigno a no poder hablar con Gen ese día, se recostó sobre su futón y comenzó a dormir.
En la madrugada, cuando el cielo seguía lo suficientemente oscuro, pero la temperatura había cambiado notoriamente, Gen abrió la puerta de su habitación y la de Senku intentando ser lo más precavido posible.
De puntillas avanzó hasta el científico soltando un suspiro aliviado al verlo dormir cómodamente—Menos mal...—habló para sí.
Ya había hecho bastante evitando volver a estar a solas con él durante todo ese día, como para arruinarlo en la noche, nada demasiado personal, solo vago de aquí para allá perdiendo el tiempo, dando algunos autógrafos a quienes le reconocían en la calle y refugiándose en soledad cuando se sentía agobiado.
Rutina que no sabía si podía repetir al día siguiente también, por ahora, solo estaba realmente agotado. Tanto que solo se dejó caer sobre el futón para cerrar sus ojos y restarle importancia al hecho de que volvería a compartir la misma habitación con el carmín justo como lo hacían en el pasado.
Al hacerlo, aunque fue cuidadoso, provocó que el menor se removiera en sus propias cobijas, lo que le volvió a poner en alerta y solo se quedó quieto observándole por una buena cantidad de segundos.
Senku arrugaba su frente, al contrario de lo que podía pensarse era un chico bastante expresivo a la hora de dormir, a Gen eso le causaba gracia, se divertía observando al otro dormir y ese momento no fue la excepción, se quedó así, en silencio, atrapado por el aura que el científico desprendía, hasta que este separó los labios.
—Gen...
Ser llamado tan de repente le provocó un temblor, pensó que había sido descubierto y que todos sus esfuerzos por evitarlo habían sido en vano, ahora tenía que pensar en una muy buena excusa que justificará porque lo estaba observando mientras dormía.
—S-Senku-chan...—habló en voz baja.
Pero el chico, solo cambio de posición dándole la espalda. Y Gen comprobó que solo estaba balbuceando dormido, otro hábito suyo que le hacía adorable.
La sonrisa del rostro de Gen poco a poco se fue apagando, ya no sabía tampoco que era lo que estaba haciendo.
—No...no lo hagan...no lo toquen...—Senku de un momento a otro se inquieto.
—¿Senku-chan?—quiso asomarse por su hombro para saber que le aquejaba.
—No...
Pero entonces desistió, no conseguiría nada haciéndolo. A pesar de que compartían la misma habitación nada entre ellos había cambiado desde que Senku lo olvido, debía de mantener presente la idea de que ahora eran extraños y no salir de esa línea para evitar problemas complejos.
"¿Senku-chan de nuevo estará teniendo ese sueño que tanto le perturba?"
Se preguntó arrugando su labio.
—Gen...—cuando Senku volvió a llamarle entre sueños.
El mentalista presionó sus puños.
—Eres tan injusto Senku-chan...—suspiro, cerrando sus propios ojos—¿Cómo puedes seguir llamando mi nombre sin siquiera recordarme?
Chapter 23: ¶¶. UN BUEN SUEÑO.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Al día siguiente, en la habitación el primero en despertarse fue Senku, se percató de que Gen estaba acostado en el futón de al lado, lo que le reconfortó un poco ante la preocupación de que este no hubiera llegado la noche pasada, pues después de otro más de sus sueños extraños, sus nervios seguían estando de punta.
Tenía que admitir que también tenía un pequeño sentimiento de preocupación molestándole ante la idea de poder haber hecho algún ruido en la noche que incomodara a Gen. Porque, realmente no quería tener que dar explicaciones a nadie sobre sus pesadillas.
Pensó en reclamarle al mentalista respecto a su hora de llegada en la noche anterior, o sobre como los había abandonado, pero al verlo dormir tan a gusto, se aguantó las ganas. Ya podría hacerlo más tarde, ese día no lo dejaría irse de su lado, se había decidido, en especial para poder hablar a solas sobre lo que quería agradecerle.
Pensó entonces, en darse un baño rápido, ya que ese día de nuevo saldrían a visitar la zona.
Fue así como Senku avanzó hasta el baño y encendió la ducha, cuando el sonido del agua cayendo contra los mosaicos del lugar resonó. Gen, quien había fingido dormir momentos antes, se apresuró a ponerse de pie y buscar rápidamente un cambio de ropa entre sus maletas.
Pasando toda la noche al lado del científico estuvo demasiado inquieto y dormir fue una tarea casi imposible, por lo que esa mañana, no era una buena mañana.
Tenía la mente y el cuerpo agotados, pero tenía que huir de ahí rápido si quería despistar a Senku. Ya sabía muy bien que haber asistido a aquel viaje fue una gran equivocación, así que al menos, quería evitar que su situación empeorará.
Colocándose unos lentes oscuros encima, avanzó de puntillas hacia la puerta y justo al abrirla, se topó con el primate más fuerte del otro lado.
—Ah.
—Ah, hola Gen—sonrió el castaño al verle.
Tanto Tsukasa como Gen se llevaron una sorpresa espontánea al verse tan de pronto. Y lastimosamente para Gen, eso significó que su plan de huida había sido frustrado.
—Hola Tsukasa-chan, ¿Qué haces aquí?—cuestionó tratando de igualar su sonrisa.
—Quería verte—expresó—, tengo algo que decirte—y tomó sus lentes en un despisté.
—¡Ah! ¿A mí?—Gen trató de recuperar sus lentes y enmarcó una mueca cuando Tsukasa los alzó por encima de él para evitarlo.
El más alto sonrió divertido al ver cómo Gen daba algunos saltitos para recuperar sus gafas con una mueca fastidiada, pero adorable.
—Parece que tienes prisa Gen—mencionó—. ¿O quizá lo que quieres es escapar?—asomó su cabeza desde el marco de la puerta hacia dentro de su habitación—¿Y Senku?
—¿Qué es eso que quieres decirme Tsukasa-chan?—dejo de intentarlo, y decidió evadir todas las interrogantes, ya había sido descubierto de todos modos.
Tsukasa lo vio a los ojos—Es sobre Senku, precisamente.
Con eso Gen decidió escucharle con atención.
—¿Ya has hablado con él?, ayer te espero bastante tiempo.
Gen arrugó sus labios—No...
—Senku ha comenzado a recordar.
El bicolor suspiro—Dime algo que pueda sorprenderme Tsukasa-chan—hizo un ademán con sus manos—, estamos hablando de Senku después de todo, era lógico que en algún momento comenzaría a recordar.
—Tienes razón—Tsukasa asintió—, pero ¿Podías pronosticarlo tan pronto? Ya ha recordado su incidente.
—¿Cómo dices?—Gen pareció reaccionar con una pequeña sorpresa.
—Senku ha recordado incluso que estuvo en el hospital—le reveló.
—¡Eso!—Gen se exaltó elevando un poco su voz, revelando así su ubicación.
El científico salió del cuarto de baño tras eso, cruzó el umbral de la puerta y asomó su cabeza en dirección al pasillo, con una playera larga encima y una toalla secando su cabello, además de un gesto en el rostro.
—¿Gen?, ¿Qué estás haciendo mentalista, por qué haces tanto alboroto?—cuestionó.
—¡Senku-chan!—el chico dio un respingo.
La mueca en la cara de Senku, al identificar quién era la persona con la que Gen conversaba en la puerta tan animadamente a esas horas, no hizo más que acrecentar, en forma de rechazo o desagrado, al menos así era perceptible.
—Tsukasa...—masculló a penas separando sus labios.
El castaño volteó a verlo, asomando su cabeza por encima de la de Gen y tranquilamente le dedicó una sonrisa de afinidad, bastante contraria a las intenciones del teñido de verde.
—Hola, Senku—saludó cortésmente—. Espero que no te moleste, solo pienso robarte a Gen unos minutos.
Senku exhaló—¿Ah?, ¿Y por qué tendría que molestarme?
—Es verdad—Tsukasa tomó la muñeca de Gen rodeándola con su palma y acrecentó su sonrisa—, entonces no hay ningún problema—tiró de Gen, ligeramente hacia él.
A lo que Senku dio un respingo—¡Mentalista!—expresó con la ansia antes negada.
Gen presionó un poco sus labios, no se atrevía a ver a Senku a los ojos en ese momento.
—Traidor...—agregó el científico—Kukuku, es bueno que ya estés alistado, supongo—comentó al ver su aspecto—. Tsukasa, tienes que devolverlo—le habló al castaño y luego se giró para avanzar por el pasillo—, ayer pudo escapar, pero hoy no te será tan fácil, Gen—le dedicó una última mirada.
Gen paso saliva apoyando su mano que era sostenida sobre el pecho de Tsukasa, había retomado el hábito de encorvar su espalda y a comparación del primate más fuerte, en ese momento, su silueta era mucho más diminuta.
—¡Doihi, Senku-chan!—expresó sin conseguir voltear a verlo. Simplemente escuchando su risa retumbar por el pasillo de su cuarto.
Cuando Senku se alejó lo suficiente, Gen cerró la puerta de su habitación a sus espaldas y dejo que Tsukasa de nuevo lo guiará de la muñeca hasta recargarse ambos en una de las paredes del hostal frente a la habitación.
—¿Cómo pudo recordar el incidente?, ¿Sabe qué fue lo que le pasó?, ¿Recordó que provocó su condición?—Gen bombardeó con preguntas a Tsukasa de forma inmediata.
El primate más fuerte lo miró a los ojos—No nos dio tantos detalles.
—¿Él se los dijo?
—Sí, ayer insistió en hablar conmigo y también supe de los demás.
—Ukyo-chan me mandó algunos mensajes ayer...—desvió la mirada.
—Probablemente quería advertirte, supe que también fue con él. Al parecer quería darnos las gracias por haber estado ahí.
—¿Les agradeció?
—Sí. Al ir recuperando de a poco la memoria, parece que también sus sentimientos se han encontrado.
Gen mordisqueó un poco su labio inferior, ciertamente la rapidez de Senku le había sorprendido y por ello comenzó a sentirse inquieto, estaba preparado para llevar su plan a cabo, pero en esos instantes, incluso él dudaba de su propia fortaleza. Tenía miedo de flaquear enfrente de Senku.
—¿Cómo lo ves, Gen? A mí parecer, falta poco para que lo recuerde todo.
Él se iba a poner la máscara de malo y permitir ser acusado de todo, pero en el fondo de su corazón, un sentimiento agradable al volver a pasar algo de tiempo junto a Senku, se estaba formando, por más que él quisiera evitarlo.
Así que no. No estaba listo para enfrentarlo tan pronto.
—Ah, eso es un gran problema...—Gen suspiró con rastros de amargura.
Tsukasa elevó una ceja, sin quitarle la mirada de encima y con un movimiento delicado le tomó de la barbilla y le invitó a voltear a verlo, acariciando suavemente su mejilla.
—¿Eso crees?
Gen tragó saliva ante el contacto, pero se perdió en la mirada serena del castaño.
—Yo pienso que solo quiere hablar contigo y algo me dice que deberías de escucharlo.
Las pequeñas cejas de Gen se fruncieron, Tsukasa prosiguió con las caricias, está vez atrapando el mechón largo de su cabello.
—Gen—volvió a hablarle, acortando un poco la cercanía entre ambos—, creo que te conozco lo suficiente como para saber que tienes algo planeado al respecto en tu mente—notó ese suave movimiento en el que la celebridad buscaba encoger su figura, en un pequeño intento de ocultarse—. Sé que me he alejado y he tomado mi distancia desde lo que le ocurrió a Senku, lamento no haber estado ahí para ti.
—Tsukasa-chan...—Gen agachó la cabeza.
Ciertamente Gen solía actuar tan solo como le fuera posible y le costaba bastante pedir ayuda, pero es por eso mismo que Tsukasa se la hubiera brindado y estiraría su mano hacia él, todas las veces en las que se lo pidiera. Pero Tsukasa también tenía miedo.
Miedo de que Gen no confiara en absoluto en él y de que pudiera malinterpretar su cercanía como un intento desesperado por aferrarse, ahora que Senku ya no estaba en su camino. Claro que, un acto tan bajo como ese, sería inadmisible para su persona, pero no sabía cómo podía transmitirle aquello a Gen.
Y desde luego, su miedo también se fundamentaba en las habilidades que ya conocía de Gen. El chico era listo, Tsukasa, aunque no había hablado con Gen en ese tiempo, sabía, sin necesidad de escuchar su plan tal como fue con Ukyo, que Gen priorizaría el bienestar de Senku sobre el suyo y eso, sinceramente era algo que quería evitar, confiaba en que abría otras maneras, en las que Gen no acabaría mas herido de lo que ya estaba.
Era un sentimiento extraño, porque Tsukasa podía compararlo con el deseo de no perder a Gen de nuevo. Aunque fuera demasiado trasgiversado.
—Pero quiero que sepas que al menos, podrás contar conmigo, voy a apoyar todo lo que te traiga felicidad a ti.
Los ojos de Gen se llenaron de lágrimas, empezó a ver borroso gracias a la acumulación de estás, pues le había conmovido recibir esas palabras de la boca del primate más fuerte. Saber que contaba con apoyo, le impulsaba un poco a mirar al frente y reducía un poco su carga autoimpuesta y sabía que podía confiar en esas palabras, que aunque se convirtiera en el malo de la historia, Tsukasa le creería, así es como actúa un corazón enamorado. Sí que lo sabía...
—Tsukasa-chan...
—Solo te quiero pedir algo Gen—el chico agregó—, por favor, escucha lo que Senku tiene que decirte, ¿bien?—Tsukasa entonces lo soltó sonriéndole con suavidad.
El tacto tibio de Tsukasa se le desvaneció al mentalista por su silueta y con un pequeño toque de fortaleza, las lágrimas se esfumaron y encaró algo de firmeza, simplemente asintiendo.
—Bien, haré mi mejor esfuerzo entonces, Tsukasa-chan—Gen se encogió sobre sus hombros, la verdad era que tampoco quería decepcionarlo a él.
Tsukasa extendió sus sonrisa—Me alegra—intentó alcanzarlo una vez más, esta vez, con toda la intención de rodearlo entre sus brazos, como intentando consolar esas lágrimas que no fueron derramadas.
Pero entonces, antes de que Gen reaccionara a esa intención, o que la palma del estudiante primate le rozará la ropa, la puerta de su habitación de nuevo fue abierta, con un movimiento rudo y seco por parte del científico, que presumía la misma mueca irritada de antes.
—Ustedes dos, tardan demasiado—se quejó.
—Lo siento—Tsukasa se disculpó entre risas, ver el rostro de Senku tan expresivo era bastante divertido.
Senku frunció sus cejas, alcanzó, por supuesto, a ver la escena que interrumpió, aunque no tenía contexto alguno, su molestia disminuyó un poco cuando se dio cuenta de que al menos había cumplido con su objetivo, aunque ni él supiera de lo que se trataba.
—Se hace, tarde, hora de irnos—Senku avanzó ignorando olímpicamente a Tsukasa hasta tomar el cuello de las ropas de Gen, yendo rumbo a la salida del hostal con él a cuestas.
—¡Senku-chan!—exclamó el pelinegro con la misma sorpresa declarada.
—Te lo dije mentalista, esta vez no vas a escapar—el científico mostró los dientes en una sonrisa prácticamente demoníaca.
—¡Doihi!
A Gen no le quedó de otra más que disponerse a avanzar siendo arrastrado de nueva cuenta con el grupo científico que Senku había armado.
—¡Tsukasa, ven tu también!
Sin mirar atrás y como le bastaba, Senku se dirigió al castaño, quién volvió a reír y fue tras ellos, como su guardia personal.
Esta vez su paseo fue guiado, por el mismo profesor que promovió el viaje, en una zona turística del lugar, donde se podía convivir con algo de naturaleza como cuevas y pequeñas montañas que adornaban la postal, el viejo habló y habló, tanto como pudo expresando su emoción por recorrer esas tierras llenas de historia, manteniendo a sus estudiantes consigo hasta que por fin lo expresó todo. Agotados, de tan larga explicación y sobrecarga de información, los jóvenes aprovecharon del tiempo de sobra para tomar fotografías y descansar un rato.
Gen había recibido la misma petición que Tsukasa le hizo esa mañana, por parte de Ukyo también, en forma de mensaje de texto y por como la situación se estaba llevando, pudo suponer que el resto del grupo también le pedía lo mismo con la mirada, cada que volteaban a verlo mientras se alejaban para darle su espacio debido con el de mechas verdes.
"Escucha lo que Senku tiene que decirte"
Era más fácil decirlo que hacerlo y para ellos también. Pero ahí estaba otra vez, arrastrado por el científico sin poderse negar.
—¿Entramos?
Senku, había permanecido todo ese tramo a su lado, caminando a la velocidad de su paso, escuchando la clase y soltándole sus propios comentarios al aire de vez en cuando, como la parejita que se sienta al fondo del aula, Gen sabía bien que Senku lo hacía bajo la excusa de no dejarle de nuevo cabida a la huida, pero tampoco podía privarse de disfrutar la atención del carmín, o sentirse inquieto. En especial ahora que estaban los dos solos de nuevo y a plena luz del día.
—Claro~
Por supuesto, eso fue planeado.
El grupo se separó para tomar fotos y conociendo perfectamente la fuerza física de ambos, comparable a un par de espárragos, era claro que Senku preferiría tomar asiento, en lugar de gastar energía en hacer actividad turística, eran astutos al dejarlo con él para que pudieran hablar sin interrupciones, el mentalista se encontraba ligeramente irritado por que le vieran la cara, pero lo disimuló mientras entraba al pequeño local del área que vendía comida para los turistas, justo atrás de Senku.
—Bienvenidos, ¿Les puedo ofrecer alguna bebida?—la amable señorita que mesereaba les atendió de inmediato.
Senku tomó asiento y solicitó—Un té helado—sus ojos se desviaron hacía Gen con suavidad, mientras le veía acomodarse en la silla de madera—y un refresco de cola con hielo.
—¿Ah?—Gen lo miró de inmediato, aún le tomaba por sorpresa que Senku recordara el detalle de su bebida favorita—S-sí, por favor.
Senku solo le sonrió, divertido por su mueca.
—En un momento lo traeré—la chica les dedicó una sonrisa y los dejo solos.
Gen suspiró, abanicándose con la pequeña carta del menú de ese lugar.
—Sí tanto calor tienes, ¿Porqué no te quitas eso de una vez, señor celebridad?—Senku hizo el comentario refiriéndose al cubrebocas oscuro que Gen llevaba encima.
El mayor no pasó desapercibido el ligero e insolente tono de burla con el que Senku le nombró para molestarlo, así que le volteó la carta—¿Y qué harías si de nuevo mis fans me secuestran y me apartan de ti, querido Senku? No quiero hacerte sentir triste de nuevo—fingió melancolía.
—Kukuku, tranquilo. Este sitio es bastante remoto, dudo que alguien pueda reconocerte aquí, además yo no recuerdo a nadie cometiendo algún acto ilícito, solo a un mujeriego farsante que se fue por su voluntad.
Gen enmarcó una sonrisa y comenzó a retirarse la prenda del rostro—Creo que demeritas bastante mi fama, Senku-chan. La serie se transmite por cadena nacional, ¿Lo sabes?—intentó hacer un reclamo.
—Oh, ¿En serio?
—¡Senku-chan! Soy un gran protagonista.
—¿Sigues siendo protagonista a pesar de que no sales diario?
—Puedo mostrarte a todos mis seguidores.
—No me interesan ni un milímetro
Se molestaron un rato con pequeños comentarios que intercambiaban entre tanto, luego, las bebidas que habían pedido llegaron a su mesa y Gen ya estaba controlando mejor sus ansias, cuando un pequeño comentario le volvió a descontrolar.
—¿Y si ya has conseguido tanta fama, por qué sigues haciéndolo?—Senku interrogó.
Gen le miro, tomando ese largo trago a su té—¿Cómo?
—Las series—Senku dejó el vaso de lado y centro su atención en quien tenía enfrente, haciendo contacto con la mirada de Gen—¿Por qué sigues rodando esas series?—el tono de voz transitó a uno completamente serio.
—Bueno, es mi trabajo...
—Pero tú eres un mentalista.
Gen tragó saliva—Yo—y bebió un sorbo de su refresco.
—¿Hasta cuándo podrás recuperar tu programa?, ¿Ese era tu sueño, no?
Ahora fue él quién interrumpió su bebida, Gen comenzó a sudar, la voz de Senku le retumbó y la seriedad de su carmín le intimido.
"¿Por qué Senku recordaba aquello?"
Su sueño...
De repente dejo de estar presente en ese sitio, viaje hasta uno de sus preciados recuerdos con Senku, antes de que perdiera la memoria, cuando ya estaban en una relación.
Uno de esos días, en donde pasar el tiempo en el departamento del otro era tan común como comer el almuerzo. Gen volvió, agotado, como la mayoría de las veces de su agencia, acababa de tener otra reunión tediosa con su manager hablando sobre sus planes a futuro.
—"Estoy muerto, Senku-chan."
El chico se dejo caer sobre el sofá en cuanto llegó, mismo en donde Senku se mantenía ocupado evitando la espera de su regreso con la lectura de un libro. Tras escuchar sus quejas de niño pequeño, Senku estiró su mano disponible hacía la cabellera bicolor y la acaricio con gentileza, aún sin despegar la vista del texto.
—"¿Qué sucedió esta vez mentalista?"
—"Otro papel"—Gen expresó sin ningún rastro de ánimos.
—"¿Otro? Eso es bueno, felicidades."
El bicolor negó con la cabeza hundida en el cojín del mueble—"No, no lo es."
Ante la respuesta, Senku desvió la mirada—"¿No?"
—"Soy un mentalista, no un actor. "
Senku, aunque no veía el rostro de Gen, podía apostar porque acababa de hacer un puchero acompañando ese reproche. Pero la frase le dejó pensando.
—"Creí que disfrutabas estando bajo los reflectores."
—"Lo hago—pretendió sonar orgulloso—, pero no de esa forma."
—"¿Entonces cómo?"
—"Prefiero hacer algo de entretenimiento antes que un drama en pantalla. Mostrarme como soy y no cómo un dialogo que alguien más escribió, además de tener un público activo, en lugar de tener que esperar a que se televisé un capítulo."
—"¿Hablas de lo que hacías antes?"
—"¡Exacto!"—Gen alzó la cabeza y vio a Senku, que ya había dejado su libro de lado.
—"Pero, ¿no dijeron que esta era una mejor oportunidad para ti?"—Senku comenzó a adentrarse en un pensamiento dentro de su mente.
Gen era una celebridad, si que lo era, aún siendo tan joven había conseguido captar la atención de una agencia que lo llevara a la televisión, su aspecto, su carisma y sobre todo, su astucia le dieron pie a oportunidades únicas para debutar y aparecer ante los reflectores. Su primera vez frente a una cámara lo hizo maravillosamente, mostrando algunos trucos de magia y aumentando el rating y la interacción en redes de sus seguidores, lo que beneficio a quienes habían apostado por él.
Y así, sus apariciones esporádicas se volvieron continúas. Tanto que se abrió camino hasta conseguir un espacio dentro de un programa de variedades que se transmitía en vivo, para formar parte del elenco de conductores y tener sus propias cápsulas de contenido, fue ahí donde su fama despegó aún más, llamando la atención de productores mucho más grandes y con mayor poder dentro de la industria. Incluso, gracias a eso había tenido la oportunidad de participar en el programa especial de mentalismo contra fuerza junto a Tsukasa.
Las cosas iban bien para Gen, incluso, aunque él fuera un mentalista, adjudicarse el título de mago y realizar algunos trucos en cámara no le representaban un problema. Pero la televisora cambio de planes y unos meses después de su salto a la fama, cancelaron el programa donde aparecía, apostando por las series televisivas que habían comenzado un nuevo auge.
Gracias a su talento, la carrera de Gen no quedó desamparada y esas mismas personas interesadas en él y en lo que podía generar, le ofrecieron una oportunidad para trabajar en sus series, donde debutaría como actor. Su popularidad beneficiaría a todos, rodar suponía una menor carga a su día a día que un programa en vivo, lo que le daría pie a continuar sus estudios, entre otras cosas que deseara, su apariencia era un buen atractivo y tampoco le sería difícil la actuación, ya que, desde el principio era un buen mentiroso.
Sí, era una oportunidad que no podía rechazar y por eso lo aceptó. Pero no significaba que estuviera satisfecho.
—"Cuando firme ese contrato me prometieron que si todo salía bien podrían darme mi propio programa, pero aún no hay nada"—resopló moviendo sus labios.
—"¿Tu propio programa?"
—"Sí, ese es mi sueño..."
En ese momento, la forma de hablar de Gen se aligeró, su voz sonó tan liviana que parecía falsa y superficial, pero Senku sabía que era todo lo contrario. Sincera.
El sueño más sincero de Gen Asagiri.
—"Oye mentalista—Senku dejó de meditar la pregunta para encararla de frente—, dime ¿Por qué ese es tu sueño?"
—"¿Uhm?"—Gen miró el carmín de la mirada de Senku, nunca antes le había visto tan atento de sí, como en esa situación, le parecía tan extraño como adorable—"Bueno—aunque también era un poco bochornoso—, el mentalismo analiza las reacciones y el comportamiento de los que nos rodean y a mí siempre me ha gustado observar a las personas, siempre...—así que su rostro comenzó a colorearse—me ha parecido maravilloso ver la emoción en las personas, creo que es mi emoción favorita, por eso me gusta también poder hacer trucos de magia, las personas se mantienen expectantes y reaccionan genuinamente cuando algo les gusta o les sorprende. En mi programa yo haría eso, me dedicaría a entretener a un gran público y disfrutar de todas sus reacciones, haciéndole honor a mi profesión, supongo..."
Gen vio como Senku dibujó una sonrisa en su rostro y apenado desvío la mirada. Era la primera vez que el científico le mostraba tal interés y de hecho, también era el primero a quién le respondía sinceramente lo que deseaba, nunca antes se había sincerado a ese punto con alguien más. Vaya que su amor por Senku realmente era dañino para él.
El científico no fue consciente de esa dulce sonrisa, estaba más ocupado procesando cada palabra que Gen le había declarado.
El sueño de Gen era interesante, quizá no tan complejo, pero sorpresivamente más puro que el que se esperaría y lo entendió perfectamente, sin necesidad de todo un desglose como un problema matemático u ecuación. Y se sintió un poco triste, de ver como esa persona a la que tanto quería, le estaba costando tanto trabajo poder cumplir sus metas.
Gen no quería ser una estrella bajo un único reflector confinada a una caja por episodio, donde sus fans y las personas en general, no pudieran apreciar todo lo que les podía ofrecer, eso sería como ser una flor dentro de un jardín, que solo las personas que van de paso podrían ver fugazmente, a Gen no le bastaba aquello. Él quería que tomarán esa flor, la apreciaran, vieran sus colores, sintieran su aroma y textura y se sorprendieran con su belleza.
Ese era el sueño de Gen.
El resplandor en las pupilas de color carmín, un brillo espontaneó y cautivador hizo acto de presencia, encantando más al mentalista.
—"Es un buen sueño"—comentó el científico.
Gen soltó un suspiro exagerado—"¡Senku-chan, eres tan injusto!"—y se quejó de nuevo hundiendo su cara en el sofá.
A lo que el menor solo dio un respingo. El acalorado rostro de Gen le impidió seguir sincerándose, pero si hubiera continuado, seguramente lo que hubiera confesado sería que, si bien era cierto, que siempre fue un gran admirador de la emoción de las personas, su reacción favorita, era ver la emoción reflejada en la mirada de Senku, ese brillo tan resplandeciente y único, esa sonrisa discreta y color en las mejillas carmín, como sus pupilas apuntando al mañana, definitivamente era su emoción favorita, desde prácticamente, siempre.
Gen salió de su trance, con el crujir de uno de los hielos de su bebida.
—¿Cómo es que recuerdas eso?—susurró impactado, sin dejar de ver a Senku.
—¿Gen?—Senku se inquieto al ver el rostro del otro transformarse de esa manera.
—¿Cómo es que recuerdas eso?—repitió, esta vez con un volumen en su voz más alto.
—Tú me lo contaste—Senku respondió sin inmutarse.
Gen contrajo las pupilas—No, yo no te lo conté a ti—negó. Queriendo evadir la realidad.
Era cierto, no se lo había contado a él, se lo contó a Senku, su Senku. Los nervios comenzaron a revolverle el estomago y el sudor frío comenzó a descender.
—¿Gen?—Senku inclinó ligeramente hacía el frente su cuerpo.
—No, ¿Cómo podrías recordarlo?—mientras Gen seguía negando.
—Escucha, ya sé lo que me pasó, tuve ese accidente...
Gen presionó sus labios para sellar un chillido que quería escapársele.
—Todos se preocuparon mucho—exhaló mientras llevaba una de sus palmas detrás de su nuca para masajearla—, sé que tú también lo hiciste, gracias por haber estado ahí.
Dentro de su pecho, Gen sintió a su corazón agitarse, unas lagrimas traviesas querían jugarle en contra, así que agachó la cabeza para evitarlo.
Senku lo notó e intentó acercarse aún más a él—A pasar de que nuestra relación no era tan cercana, tú lo hiciste...
La pierna de Gen comenzó a temblar también, impulsada por la ansiedad.
—Y yo, bueno...—Senku estaba luchando contra sí mismo para poder expresar de la mejor forma su agradecimiento con Gen, en general, no era bueno con las palabras, ni para expresarse a sí mismo y por eso luchó bastante al momento de agradecerle a todos los que estaban ahí y recordaba que lo habían acompañado en esos momentos complejos, pero con Gen, las cosas se estaban complicando, no solo por la reacción que tuvo y que para nada había previsto en sus cálculos previos, sentía que había algo más.
Aunque no supiera porqué, sentía que algo estaba yendo mal.
Pero no pudo seguir preocupándose por ese mal presentimiento, porque al momento de acortar la distancia y ver al frente para enfocar a Gen, algo hizo que su atención se desviará por un instante.
—¿Luna?—mencionó con un tono incrédulo.
—¿Eh?—Gen se quedó estático un momento y cuando reaccionó, Senku ya había salido del local.
La celebridad se giró, detrás de él el local tenía un barandal de madera, sin ventana, lo que les permitía una vista al exterior, Gen siguió a Senku con la mirada, el joven científico caminó hasta la mitad del sitio, a unos cuantos metros, donde se reunió en un llamativo saludo con una chica bastante bonita y que en efecto, se trataba de Luna.
La mujer corrió en cuanto vio a Senku, justo a sus brazos, con una amplia sonrisa en el rostro—¡Senku, mi amor!— y le saludó.
El chico, no prestó demasiada atención a esa muestra de afecto y solo permaneció de pie hasta que la chica le rodeó con sus brazos, sin corresponder el agarre.
—¿Qué haces aquí?—le interrogó.
Ella, bastante emocionada le dedicó una sonrisa—Quería darte una sorpresa.
Senku exhaló—Este es un viaje de investigación de campo, no vacaciones.
—Pero es que no quería estar lejos de mi novio mientras él se divierte en las aguas termales—trató de refutar.
—Lo haces sonar mal así—Senku chasqueó la lengua.
—¿No estás feliz de verme?—preguntó con una expresión adorable y una actitud infantil.
—¿No te meterás en problemas?, ¿Qué hay de la facultad de medicina?
—Ahí no hacen viajes así—rodó los ojos—, y ya tengo una buena excusa, además tenía mis propios ahorros para cubrir los gastos del viaje—presumió orgullosa.
Senku le miró con algo de seriedad un instante, para luego volver a suspirar y entonces, complacer a la chica con lo que había deseado desde su llegada, le regaló una sonrisa.
—Me alegra—le respondió.
Luna extendió su sonrisa, aún más feliz y comenzó a dar pequeños brinquitos mientras le expresaba a Senku lo mucho que lo quería. Hasta que un estruendo captó la atención de la pareja hacía adentro del local.
Fue el quiebre de un vaso de cristal, específicamente el vaso del refresco de cola de Gen. Quien, descuidadamente, se había movido al presenciar el brillo de emoción que Senku le regaló a Luna con esa mirada y terminó dejando caer la bebida al piso. El recipiente se quebró, dirigiendo todas las miradas hacia él, Gen se disculpó de inmediato, se agachó por debajo de la mesa, buscando el cubrebocas que antes se había retirado para cubrir su rostro de las miradas ajenas que lo vieron mal, de la mirada de Luna y de esa mirada de Senku, que ya no le pertenecía a él.
—Lo siento, lo siento tanto—rechinó los dientes mientras recogía los pedazos del vidrio cuando la mesera lo alcanzó para ayudarle—, pagaré por eso, lo siento—volvió a disculparse empequeñeciendo su cuerpo.
—¿Gen?—Senku se extrañó por el suceso y al apreciarlo de esa forma por debajo del barandal.
—¿Gen?, ¿Gen está aquí?—Luna trató de buscarlo con la mirada, bastante ilusionada, con la actitud de toda una fan admiradora.
—Sí, espera...
Senku avanzó hacía el lugar y Luna lo siguió. Mientras eso sucedía, el resto de integrantes que acudió al viaje comenzó a reunirse hacia el mismo punto, advertidos por Ukyo, quien escuchó la llegada de Luna y como eso les había arruinado los planes.
Cuando Senku llegó a la puerta, Gen ya estaba en la recepción del sitio, ofreciendo un par de reverencias más a los encargados por su torpeza y pagando la cuota de ambas bebidas y el vaso roto.
Otra reverencia más y el chico terminó, a penado, fue directamente a la puerta.
—¿Gen?, ¿Qué pasó?—Senku le cuestionó preocupado.
Gen avanzó de largo, con la mirada aún dirigida al piso, solo quería salir de ahí, ya no estar en ese sitio, en ese lugar, pero la mano insistente de Senku lo prensó por la muñeca, orillándolo a verle de frente.
—Hoy, tenemos planeada una cena especial en el hostal. Todos te esperamos ahí, o es que...—realizó una pausa y presionó un poco el agarre de sus dedos que sostenían al mentalista—¿Piensas seguirte negando?—Senku le cuestionó desesperado.
...
...
...
Notes:
...
...
...
Holaaaaa
Hasta aquí llega esta actu, espero que les haya gustado, déjenme sus opiniones en comentarios, advertencia: para quién le diga algo feo a Lunita, hay tabla. *los vigilo* Con la niña no jsjs, calma, Luna solo es un personaje que por andar rodando por la vida a veces arruina cosas importantes sin quererlo, cómo ahora, les juro que no fue su intención interrumpir en el momento QwQAntes de despedirme les quiero invitar a leer mis aportes para la #SenGenSummerWeek de este año, en mi perfil pueden encontrar una serie que compila mis aportes diarios y sí, aunque no lo crean la mayoría tienen fluff y comedia (Puedo escribir eso también jajaja)
Los tqm, muchas gracias por seguir leyendo la historia, nos vemos en el próximo cap, bye~
Satoki_72 on Chapter 2 Sun 17 Mar 2024 09:38AM UTC
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