Cosmere Writober 2024

by Rechu

Summary:

1. Blanco. Kaladin pasa un mal rato
2. Vínculo. Los aviares molan
3. Picante. Kelsier cocina
4. Juego. Larga vida al Lord Legislador
5. Viento. El Padre Tormenta nos escucha
6. Lamento. Susurro de muerte
7. Edad. Venli y sus movidas
8. Pringue. Elantris pero da miedo
9. Gentío. Reinicio y lágrimas
10. Reescribir. El Lord legislador se pone bobo
11. Esposa. La noche de bodas de Vin
12. Lanza. Día de ejecuciones
13. Honor. Reencuentro
14. Escabullirse. Lift en Italia
15. Bucle. Taln en Braize
16. Marinero. Charlie está feliz
17. Necesario. El deber de Elegía
18. Caballero. Adolin Kholin
19. Peligro. Investigaciones
20. Guerra. Vasher está pillado
21. Faro. Ya viene
22. Misión. Navani entrenadora pokemon
23. Verdad. La Tocón
24. Arena. Patrón va a la playa.
25. Gema. El tallista
26. Espada esquirlada. Forjadora
27. Jaula. Perro trampa
28. Persecución. Elendel
29. Libro. Eso es tu opinión
30. Inmortal. Ishar
31. Campeón. Hoguera.

Chapter 1: Blanco

La tormenta amenazaba con separarle los miembros del cuerpo. Como un banderín al viento, Kaladin se agitaba con los pies aún atados al poste. Si se cortaba la cuerda o se partía el amarre, saldría volando, pero en ese momento llegó la calma. De pronto el viento se detuvo, la lluvia no golpeaba y el cielo, enorme como era, estaba cubierto por la cara de un hombre.
—Es la segunda vez que te mandan a morir en mis brazos. —El Padre Tormenta sonaba decepcionado.
—Tengo que volver, mis hombres...
—Les fallarás, como me fallaste a mí.
El rostro en el cielo era el de Tien y Kaladin sujetaba su cuerpo con desesperación. Los ojos del chico no brillaban, su piel estaba blanca y pese a estar muerto, seguía hablando.
—No estás a la altura. Sostendrás sus fríos restos como haces con los míos ahora.
—¡NO!
Kaladin despertó entre sudores. Faltaban unos minutos para que todo el barracón se pusiese en pie, pero cuando lo hiciesen él ya estaría fuera, entrenándose. Al fin y al cabo, ese puente no se iba a cargar solo.

Chapter 2: Vínculo

Summary:

Una mujer habla sobre su aviar

Hace casi cinco años que Sena se fue y no voy a mentir, la echo de menos. Muchísimo ¿Cómo no quererla si se vinculó a mí cuando apenas tenía yo 7 años; si hemos estado la mitad de mi vida y casi la totalidad de la suya, juntas; si durante todo ese tiempo hemos sido una extensión la una de la otra? Pero no estoy triste, compartimos tanto que solo puedo recordarla con una sonrisa. También sé que Sena volverá a posarse en mi hombro cuando yo muera, aunque los aviares que entreno se atusan las plumas con escepticismo o pena cuando se lo explico. No, no es una creencia. Es una certeza, porque si hay algo lo suficientemente resistente como para perforar y resistir la muerte, es el vínculo entre una niña y su primer aviar.

Chapter 3: Picante

Summary:

Kelsier cocina

Cuando bajó las escaleras vio a toda la banda asomándose a la cocina con una mezcla de curiosidad y miedo.
—¿Qué ocurre?
Ham le puso la mano en la espalda y de un empujón le mandó trastabillando al interior. Cuando se giró a ver qué pasaba, no quedaba nadie.
—Ah, Sazed, amigo. Ven prueba esto. —Kelsier remangado hasta los codos y con el delantal lleno de manchas y quemaduras le tendió un cuenco de estofado de color incómodo.
Sazed tomó una cucharada y decidió sabiamente acumular Gusto hasta que su boca podría haber sido la de otro.
—Está bien, pero añádele más picante y dile a los demás que lo prueben —dijo Sazed reprimiendo una sonrisa.
Fuera se pudo oír a todo el mundo huyendo en desbandada.

Chapter 4: Juego

Summary:

Reunión de fans del Lord Legislador

—Reniego de la Iglesia del Superviviente y de su juego de mentiras. Condeno a Vin, la Asesina Ascendente por arrebatarnos al Primer Emperador. Culpo a Sazed el Usurpador, dios de los Incapaces, por retener el poder para sí y emplearlo en abandonar Scadrial a la deriva. —Ocultas tras túnicas de capuchas negras, dieciséis figuras presenciaban sus votos ante el Sumo Prelado. Con una mano soltó el broche de su hombro, liberando así la toga que se deslizó hasta caer al suelo, mostrándose desnudo ante los asistentes—. Mi carne no ha probado el metal, prueba de que Harmonía no ha tocado mi alma. —De forma ensayada cayó de rodillas y apoyó la frente en el suelo—. ¡Encomiendo mi vida al Lord Legislador, Lasca del Infinito! Trabajaré para lograr su regreso ¡Pues solo él nos protegerá, solo él es eterno y solo él nos devolverá la gloria pasada!
Conla espalda recta se sentó sobre sus tobillos, entonces el Sumo Prelado le alzó el rostro cogiéndole la barbilla entre el pulgar y el índice, y con la otra mano le marcó la frente con cenizas.
A su alrededor todos desvelaron sus rostros. Mujeres y hombres, humanos y medio Koloss, todos rapados y con intrincados tatuajes radiando desde los ojos, le dedicaron una sonrisa.
—Bienvenido seas al Último Cantón.

Notes:

Se reúnen en el sótano de la madre del Sumo Prelado

Chapter 5: Viento

Summary:

El Padre Tormenta está de servicio.

—Soy el Padre Tormenta, jinete del huracán, hostigador de vientos, la voz de honor y el portador de muerte y vida. Por supuesto que no tengo favoritismos, hombrecillo.

—Entonces ¿no puedes mostrar un poco de piedad? —El hombre suplicó al rostro en el cielo—. He hecho esta torre en tu honor.

—Pasaré y soplaré, y si tú torre ha de caer, caerá. Pero por respeto a tu obra, no la tocaré.

La tormenta volvió a arreciar y los pedruscos volaron sobre la torre sin tocarla. Uno especialmente grande golpeó una edificación cercana que cayó sobre otra y esta sobre la torre, derribándola.

—Ups, jeje, fallo mío.

Chapter 6: Lamento

"Viste de blanco y su arriba es nuestro abajo. Huid, corred y escondeos ¡Rápido! Ya viene ¿Es que no oís su lamento?"
Recogido en Naneses 1172, 8 segundos antes de la muerte por los Recopiladores Silenciosos. El sujeto era un costurero ojos oscuros reconocido en la zona.

Chapter 7: Edad

Summary:

Venli en crisis (como siempre)

Siendo joven era "demasiado madura para su edad", ahora que había crecido era «demasiado inmadura». Le resultaba curioso cómo lo primero era positivo y lo segundo un insulto cuando, en los dos casos, se hacía referencia a que alguien ocupaba un puesto erróneo en la tribu.
Y ese era su auténtico problema. Nunca había sido como debía, nunca habían dejado que fuese ella y punto. Siempre la «hija de», la «hermana de»... Nunca Venli.
Toda su vida eclipsada por sus obligaciones, por su familia, por ella misma. Pero pronto todos la conocerían por su título, Venli CreaTormentas.

Chapter 8: Pringue

Summary:

Eton entra en Elantris y la cosa se pone seria

Notes:

Este relato está inspirado en un fanfic en el cual Raoden es sustituído por Eton, su hermano malvado de los capítulos eliminados.

—Sujétalo, Gallo.
—Eton, es Galladon.
—Lo mismo es, tú sujétalo.
El hombre, un elantrino sin extremidades, se retorcía para intentar escapar. Pobre bicho, qué dolor tenía que sentir.
—No te resistas, es por tu bien, queremos ayudarte —mintió.
Eton puso la estaca a la altura del corazón de la criatura y la hundió de un martillazo. Chilló, pero no murió. Lo que pagaría por ver esos ojos apagarse, nada podía compararse al regocijo que sentía al extinguir una vida. Bueno, quizá el sufrimiento… los espasmos, los chillidos, la sangre. Sí, eso tampoco estaba nada mal.
—Bien, habrá que tomar medidas más drásticas. El cuello, Gallo. —Con un chasquido el tronco del hombre dejó de sacudirse, pero seguía moviendo la cabeza—. Córtala.
Eso tampoco acabó con la vida del elantrino. Lleno de ira aferró el martillo y golpeó el cráneo hasta convertirlo en una masa de pringue irreconocible. Suspiró aliviado. Nada sobreviviría a eso.
Los ojos de la masa se retorcieron enloquecidos, con el brillo de la vida aún en las pupilas.
Decepcionado, Eton recogió los restos y los puso al fuego. Al menos volvía a haber carne en el menú.
—¿El fuego habrá acabado con él?
—No creo.
¿Experimentaría aquella criatura la tortura del fuego por toda la eternidad? ¿Sentiría cómo le estaba digiriendo? Seguramente.
Eso le consoló un poco.

Chapter 9: Gentío

Primero aquella distorsión que le onduló el propio alma. Luego ese acelerón repentino que le apretó contra las paredes de la cueva durante lo que le pareció una tortura eterna. Y finalmente el ruido, como un rugido haciendo que todo temblase cuál terremoto pero mucho peor, como si muy por encima de su cabeza, en el exterior alguien se estuviese dedicando a redecorar el paisaje arrastrando las montañas de un lado para otro.
Entonces, el silencio. El aire contenido en millares de gargantas, temiendo otro estallido de poder que no llegó a ocurrir.
Cuando finalmente se atrevió a salir de su escondite ya habían salido los demás. El aire entraba fresco por la boca de la cueva y la luz... Demasiado clara.
Hizo visera con las manos hasta que se acostumbró, solo para asombrarse como nunca lo había hecho. El cielo era azul, despejado y sin cenizas, la luz no era rojiza sino pura y limpia, y el suelo estaba cubierto de una especie de plantas verdes con bolitas de colores por toda su extensión.
Un grupo de supervivientes se reunían mirando algo con expresión solemne. Él se abrió paso entre el gentío solo para caer de rodillas ante los dos cuerpos tendidos entre flores.
Y las lágrimas recorrieron el rostro de Fantasma.

Chapter 10: Reescribir

Summary:

El Lord Legislador está regulero de la cabeza

—Mal. Vuelve a empezar. —La joven raspó el arpa de nuevo, repitiendo la melodía entera—. ¡No! Eso no es así. Haz. Lo. Que. Pone. En. La. Partitura.

Ante las secas palabras del Lord Legislador, la mujer se encogió aterrorizada, pero volvió a empezar con sumo cuidado.

—¿Acaso sabes leer? ¿Esto es todo lo que ha conseguido tu familia después de tanto dinero invertido en tí?

—Mi señor... Por favor —las lágrimas resbalaron por las mejillas—. He tocado tal y como viene escrito.

—¡Mentira! Yo jamás escribiría algo tan horrible. —le arrancó la partitura de las manos con un estallido de rabia—. Fuera, ya buscaré a alguien que sí entienda de arte, lady Farding.

Cuando la heredera salió corriendo sin recoger sus pertenencias Rashek miró la partitura. Había fallado en un par de notas y en el ritmo, recordaba haber anotado que... No. Farding tenía razón, había interpretado justo lo que ponía. La escribió de nuevo para eliminar la errata, cogió la flauta y la interpretó brevemente, pero de nuevo el mismo fallo. Había tenido cuidado, juraría que lo había hecho bien. Tiró el papel y reescribió las notas. Otra vez mal.

Otra. Mal.

Otra. Mal.

Otra. MAL.

Otra. MAL.

—¿Por qué? —el cansacio se le notaba en la voz— Eres tú ¿Verdad? Pretendes hacerme perder la cordura con tu toque. Pfff. Estás desesperado. Y bien que haces Ruina. En menos de un año te mandaré al olvido otros mil. Y así una y otra vez por toda la eternidad.

Chapter 11: Esposa

—Esposa, esposa. —Había repetido la palabra todo lo que pudo para ver si así cobraba sentido en su cabeza, pero el efecto fue totalmente el opuesto—. Soy su esposa y él es mi marido. —Definitivamente iba a tardar mucho en acostumbrarse a ese nuevo concepto. No es que no lo quisiese, al contrario, se lo había pedido ella a él, pero aun así el adjetivo «casada» no le terminaba de encajar, de igual manera que un manco tardaba un tiempo en aceptar que lo era. Quizá con un poco más de esfuerzo podría salir de aquel trance en el que se encontraba y empezar a sentirse parte del matrimonio. —Nos hemos casado.

—Sí, cariño. —Elend se incorporó en la cama y se sentó a su lado, pasándole un brazo por la espalda desnuda. Era tan reconfortante notar el calor de su cuerpo... —¿Qué te parece si disfrutamos un poco más de la noche de bodas?

Con un giro rápido y lanzando su peso contra él, hizo una llave dejándole tumbado de espaldas en la cama con ella sentada encima. Sonrió.

—¿Fuerte?

—Ya sabes que sí, amor.

Con un tirón de hierro atrajo su saco de cargas y tomó una dosis de peltre.

Chapter 12: Lanza

Sentado en el carro escuché la llegada del mensajero.

—Señor, la emboscada no ha salido como esperábamos, están plantando resistencia.

No me molesté en contestar, esos rebeldes eran un problema y al final, si quieres que algo se haga bien, hazlo tú mismo.

Llegué a la plaza de las ejecuciones y sí es cierto que el plan parecía estar fracasando. Caminé hacia el autoproclamado Superviviente con una lanza clavada en la espalda… no. Eran dos lanzas.

—Esos son muy difíciles de reemplazar —dije señalando el cadáver del Inquisidor. Aquel insecto tan insufrible me sonrió ¿Por qué?—. Te maté una vez.

—Lo intentaste —replicó con voz fuerte y orgullosa—. Pero no puedes matarme, lord Tirano. Represento aquello que nunca has podido matar, no importa cuánto lo hayas intentado. Yo soy la esperanza.

—Pfff. —usé un poco de fuerza y le arranqué media cara de un revés. El golpe resonó por toda la plaza haciendo el silencio momentáneamente. Cogí una de las lanzas, de mi pecho y le ensarté con ella porque, con estas criaturas, nunca se sabe—. Que empiecen las ejecuciones.

Me quité la otra lanza y me fui, que todavía me quedaban muchas cosas que hacer ese día.

Chapter 13: Honor

—¿Eres así de intenso con todo lo que haces?
—Antes no tanto, pero desde la ascensión sí. Encarnación de la pasión de Adonalsium ¿Recuerdas?
—Hacía mucho que no te veía, me alegro de verte, aunque ojalá fuese en otras circunstancias. —Ante él desfilaba una gran horda de refugiados humanos. Habían preparado un terreno para ellos, pero aun así se le hacía el alma pedazos al verles tan demacrados.
—Mientes incluso peor que antes Tani.
—No es mentira, estos ashynios despiertan mi compasión.
—Me refería a lo otro, a lo de que te alegras de verme. Sé que acabamos mal.
—No miento. Han pasado muchos años desde aquello, muchísimos. Mantenerlo presente implicaría mucho rencor y eso es algo que ya no puedo sentir. Encarnación del honor de Adonalsium ¿Recuerdas?
—¿Me has perdonado?
—No. —se hizo un silencio entre los dos solo interrumpido por los lamentos de los humanos. —No he olvidado lo que me hiciste pero no permitiré que una relación muerta hace milenios me impida disfrutar de la visita de un viejo amigo.
—Comprendo. —A Odium le pesaron los años de golpe, aunque se recuperó de golpe. Donde hubo fuego quedan cenizas, y él era el dios que hacía que las emociones recobrasen intensidad. Tanavast volvería a comer de su mano—. Ven, te presentaré a mis hijos.

Chapter 14: Escabullirse

—Ama no deberíamos estar aquí.

—Cállate portador del vacío, este sitio es increíble.

Lift no tenía ni idea de dónde estaba y no identificaba el lenguaje del lugar, pero no le hacía falta. Todo olía… espectacular.

—Este sitio no está ni siquiera en el Cosmere, deberíamos irnos.

—¿Sabes dónde estamos?

—Claro que sí, ama —Wyndle estiró la cabeza, orgulloso—. La historia de este lugar es conocida por varias realidades, se llama Ita…

—Muy bien, muy bien, pero ¿qué es eso redondo que están comiendo esos flacuchos?

—Eso se llama pizza.

Lift se hizo maravillosa para llegar hasta la mesa, ahí, entre los gritos de los dos larguiruchos estiró la mano y cogió una porción de picsa. Se le saltaron las lágrimas de la alegría. Qué textura, qué aroma, qué sabor. Era simplemente, perfecta.

—Mamma mia! —exclamó uno de los hombres cuando fue a agarrar a Lift y ella se resbaló entre sus dedos—. Porco dio, ma che cosa!

No entendía nada de lo que le estaba gritando aquel tipo, pero el tono era bastante claro, estaba enfadado. Lift a cambio le sacó la lengua mientras agarraba toda la pisa que pudo y se escabulló entre la gente. Le gustaba el Itasitio en el que estaba, ¿qué más comida le quedaría por descubrir?

Chapter 15: Bucle

Otra vez el fuego, otra vez el dolor. De vuelta a misión sagrada. Una vuelta más al bucle:

Luchar por evitar el exterminio de toda la humanidad.

Morir para contener la amenaza y que la civilización pueda recuperarse.

Sufrir en vida, sufrir en muerte y renacer para volver a la lucha.

Estaba tan cansado... Esta vez había sido el primero, pero pronto llegarían los demás. Los necesitaba. La carga era igual de pesada, pero compartida parecía menos. Una vez tuvo que vagar cien años entre los vientos ardientes hasta encontrar a los demás. «Pronto vendrán a acompañarte. Sí, pronto. Solo tienes que resistir, Taln, resiste como siempre lo has hecho».

Cada intento por parar el ciclo eterno parecía más doloroso que el anterior, pero ¿Cuántas vidas había salvado ya de esta manera? Un intento más siempre valía la pena. Pese a todo, era lo correcto. Pese a todo, resistiría.

Chapter 16: Marinero

—Ah la vida del marinero, la aventura constante, irte a la cama cansado y despertarte con el olor del desayuno. Tocar unas canciones para los muchachos y recitar un par de poemas para la capitana. Esto sí que es vida, Capitana. Aunque las esporas me dan miedo, ¿Qué pasa si alguien estornuda y una partícula de saliva cae al mar? O si me mareo y no encuentro el cubo de vomitar así que vomito por la borda ¿Las enredaderas hundirían el barco y moriríamos todos como «puag, pum ¡ras!»? Con enredaderas en todos los agujeros, o cristales, o ¡explotando! No me gustaría que le pasase nada de eso a mis agujeros, Capi, les tengo aprecio, los necesito para vivir.
—¿Charlie?
—¿Sí, Capitana Trenza, dueña de este barco y de mi corazón?
—Te pones muy mono cuando hablas tanto.
—Pues entonces vas a alucinar, porque he encontrado un diccionario de sinónimos.
Charlie cogió aire y dijo de carrerilla:
—Crizneja, crezneja, crisneja, soguilla, cimba, chapeca, clineja, crineja, chape y sogui.
—¿Y eso qué es?
—Sinónimos de mi palabra favorita del mundo: Trenza.

Chapter 17: Necesario

Notes:

Spoilers menores y sin contexto de El Hombre Iluminado

—Detente ahora mismo
Elegía se paró con medio pie dentro del deslizador. No se giró para mirar a la joven.
—¿Te lo han dicho?
—Claro que sí.
—¿Primero me dan el visto bueno y ahora te mandan para impedir que me marche?
—Es que no les parece bien, lo consideran necesario, pero no se atreven a negar que nos hace falta intentar algo nuevo. Por eso vengo yo, a convencerte de que pares esta estupidez ¡Es un suicidio, Elegía! No lo hagas, se nos ocurrirá algo más.
—Lo dudo, pero supongamos que es cierto ¿Cuánto tardaríamos en dar con otra solución? ¿Cuánto nos queda antes de que nos masacren? No. Iré con el transbordador y encenderé el sistema. Os conseguiré tiempo y volveré.
Se hizo un silencio incómodo entre las dos. Ambas sabían que no iba a volver. Elegía acabó de subirse al deslizador y encendió el motor.
—Adiós, hermana.

Chapter 18: Caballero

—Ponte la armadura, Adolin, o tendrá que hacerlo Renarin.

Adolin miró a su hermano. El chico estaba perfectamente en el sentido físico de la palabra, ni un rasguño si quiera, pero estaba pálido, sudaba y miraba con terror la armadura esquirlada. Por el contrario, Adolin estaba en las últimas. Le dolía todo el cuerpo, acababan de quitarle el cabestrillo del brazo derecho y todavía tenía el tobillo hinchado. No tenía fuerzas para continuar, los Caballeros Radiantes tenían fuerzas ilimitadas o al menos lo similaban, pero él…

—Hermano… Puedo hacerlo, no te preocupes… estoy bien. —Pero el ligero temblor que le recorría todo el cuerpo demostraba que mentía, parecía al borde de uno de sus brotes. —Ponedme la armadura.

El peso de cada placa y de cada pieza le parecía una tortura. Era el peso de la responsabilidad, de ser fuerte por quien no podía, de avanzar pese al viento en contra. Quizá no hubiese pronunciado los Juramentos Radiantes, pero él se guiaba por los suyos propios.

Chapter 19: Peligro

"Este mundo implica una oportunidad espléndida para mis investigaciones. Las umbras me parecen elementos tan interesantes como peligrosos. Con tres normas sencillas aplicables a todos los seres vivos condicionan todo tipo de desarrollo evolutivo en la zona: No prender fuego, no derramar sangre de otros y no correr de noche.

Esto, como no podía ser de otra manera, ha eliminado cualquier tipo de depredador en los bosques. La ausencia de presión selectiva sobre los herbívoros debería implicar que se expandiesen sin control, colonizando el bosque y agotándolo, pero no es así.

La muerte es un constante junto a la vida y en este caso quien realiza el control son los parásitos. Me impresiona lo bien que se han adaptado al ciclo día/noche. Por el día dejan que el huésped se mueva y coma para obtener nutrientes, pero por la noche los drenan dejándolos letárgicos y agónicos para evitar que corran, manteniéndolos con vida.

Me gustaría disponer de un individuo sano y otro infectado, pero obtener muestras es complicado. Quizá podría capturar alguno y esperar a su muerte natural o, si consigo que me arañen la sangre derramada atraerá a las umbras y matarán al espécimen por mí, pero temo que esta opción sea demasiado peligrosa.

¿Merece la pena el riesgo?"

Del año trenita 1548. Última entrada en el cuaderno de investigación de la agente Wedgwood.

Chapter 20: Guerra

«Tienes mucho en lo que pensar, no deberías centrarte en estas cosas». Dijo para sí.
Varias veces le habían dicho que el amor se parecía mucho a la guerra. Cada uno tomaba posiciones y con palabras intentaba localizar al contrincante, tantear sus defensas e identificar sus líneas de suministro para luego, iniciar una avanzadilla que tomase ventaja en el conflicto.
Vasher había participado en muchas guerras, y no podía estar más en desacuerdo con tremenda gilipollez. El amor se parecía más a una cacería. Gestos, miradas y palabras concretas, análisis, pausas y ataques. Resistencias. Sí, enamorarse se parecía más a la caza.
Estaba seguro de quién perseguía a quién y, desde luego, en ese juego no era Vivenna la presa. Era él. Estaba prácticamente atado, despellejado y siendo devorado por ella.
Le dio un par de vueltas al concepto. «No, no estaría nada mal».

Chapter 21: Faro

En Shadesmar, en el Mar de las Luces Perdidas, hay una península. En la península, al final de la misma, hay un faro; en el faro vive un hombre, en sus manos una esfera.
La esfera en las manos del hombre que vive en el faro al final de la península en el Mar de las Luces Perdidas de Shadesmar captó un retazo del Reino Espiritual.
—Ya viene— dijo el hombre con el aliento entrecortado—. Ya viene la Tormenta Eterna.

Chapter 22: Misión

—¿Eres chico o chica?
—¿Eh?
—...
—Chica, pero que tiene esto que ver con...
—¡Hola! ¡Perdona por la espera! ¡Estás en el mundo de los Pokémon! Me llamo Oak. Pero me llaman Profesor Pokémon. Este mundo está habitado por unas criaturas llamadas Pokémon. La gente y los Pokémon conviven ayudándose unos a otros. ¿Cómo has dicho que te llamabas?
—Navani, pero ¿qué son los Pokémon?
—Ven, escoge uno.
El profesor Oak la llevo ante tres esferas extrañas, como metálicas. Las tocó una por una, crecieron y se abrieron por la mitad, liberando un llamaspren, un vidaspren y un lluviaspren de un tipo que no había visto nunca.
—He capturado estos tres para que forméis un vínculo muy especial y vayáis a capturar todos los demás.
—¿Capturar sprens en fabriales que los obligan a formar un vínculo contigo?
—Mmm, ¿sí?
—¿Y cuántos dices que hay?
—Unos 150, hazte con todos.
—Con 150 sprens tan poderosos podría ayudar a Dalinar a ganar la guerra. Este es mi destino, mi misión, me haré con todos y aprenderé a usar esta tecnología fabrial. Me convertiré en Maestra Spren.
—Pokémon, Maestra Pokémon.
—Lo mismo es.

Chapter 23: Verdad

El mundo giraba y cambiaba tan deprisa que a Arshqqam casi le daba vértigo. Seis meses antes era solo La Tocón, odiada, querida y temida todo al mismo tiempo por los niños del orfanato.
Entonces encontró a Soñando-aunque-Despierta o ella fue la encontrada, poco importaba. Cuando se quiso dar cuenta estaba jugando con potencias, absorbiendo luz tormentosa y enfrentándose a uno de los mismísimos Heraldos.
Ahora era una Vigilante de la Verdad, fuese lo que fuese aquello. Las verdades llegaban por sí solas y perduraban por su propio peso, nadie debería tenerlas bajo control.
—Curioso como interpretas una mentira como verdad. No, lo cierto, lo auténtico tiene que protegerse, si no, lo falso opaca la realidad y la distorsiona. ¿Cuántas verdades ha perdido tu especie solo por el olvido? ¿Cuántas por la muerte o asesinato del último erudito en conocerlas?
—Pero yo no soy una erudita, Soñando-aunque-Despierta, no puedo transmitir verdades.
—Pero puedes asegurar que los que sí las tienen sigan con vida y no se dejen engañar. Proteger a quienes buscan la verdad sirve igual que descubrir las propias.
Pensó en ello mientras estiraba sus viejas piernas dando un paseo por la ciudad que meses antes consideraba una simple leyenda para críos.

Chapter 24: Arena

En Shadesmar no había playa, como era lógico, pero los cultivacisprens habían simulado una de forma muy precisa.
Patrón vibró de alegría ante una mentira tan elaborada.
—Vamos Shallan, tenemos que ir, venga, tengo que comprobar unas cuantas teorías que tengo. Llama a Adolin. Toma, te he traído un yesquero para que te prendas fuego.
—Espera, qué?
—Se de buena mano que los humanos os concentrais en las playas para quemaros la piel al sol, pero aquí no tenemos sol, así que he traído este yesquero para que puedas quemarte. Ja, ja, humanos. —su cabeza modificó rápidamente el diseño que la formaba—. Espera, ahí está Adolin, ahora vengo.
A grandes zancadas recorrió la arena sin entender porqué a la gente le gustaba aquello. Los granos se metían entre los dedos.
—Adolin, del 1 al 10 ¿cómo de feliz estás ahora?
—No sé... ¿un 7?
—Vale, toma esto—. Patrón le tendió una pala.
—¿Para qué es?
—No sé, tú eres el macho humano aquí, haz lo que te pida el cuerpo.
Con un correteo volvió junto a Shallan.
—¿Qué pretendes?
—Me dijeron que si dejas a un macho humano con una pala en la playa empezará a hacer un agujero para atraer a otros machos humanos y copular con ellos.
—¡¿Cómo?!
—Lo último es una hipótesis mía —dijo orgulloso—. ¡Mira, ya ha empezado!
Media hora después Patrón zumbaba decepcionado. Adolin cavando sí había reclutado a otros machos, Kaladin y Godeke. Los tres juntos seguían cavando alegremente, pero nada de cópula. Una de sus teorías destrozada, pero le faltaba otra.
—¿Cómo de feliz estás ahora, Adolin?
—Quizá un 8 —miró alrededor—, es un buen agujero.
—¡Ja! Acerté, a los humanos os hacen felices los agujeros ¡por eso tenéis tantos!
Los demás Crípticos iban a alucinar con su descubrimiento.

Chapter 25: Gema

Puso las gemas dentro del contenedor, añadió cuatro cazos de arena blanca y accionó el sistema de pedales para que el tambor empezase a girar.
Inspiró y espiró un par de veces para concentrarse y manipuló la arena obligándola a girar y remezclarse lo más rápido posible. Cuando toda ella se había vuelto negra dejó de pedalear, usó el tamiz para separarlo de las gemas, añadió otra tanda de arena investida y volvió a empezar.
Repitió el ciclo unas veinte veces. Al final de la tarde sacó las esferas perfectamente pulidas y esféricas, las guardó en la caja acolchada y fue a por unas gemas brutas más. Quizá antes de la cena las hubiese acabado.
No entendía tanto interés por unas gemas esféricas, pero no era mal trabajo y el inversor extranjero pagaba regularmente y en cuantía. No estaban las cosas como para quejarse.

Chapter 26: Espada esquirlada

Qué diferente sería el mundo si la poderosa hubiese sido ella. Habría dejado muy claro a todo el mundo quién mandaba. La guerra duraría una semana como mucho y se acabaría lo de trabajar tantísimas horas en la forja.
Paró de dar martillazos a la espada para apartarse el sudor de la frente. Una sombra fugaz pasó sobre ella, solo era otro tormentoso Corredor del Viento. Cuánto podría hacer si un spren la eligiera y pudiese ir por ahí ignorando la gravedad, o mejor aún, rivalizar en poder con el mismísimo Espina Negra.
Con fuerzas renovadas por el enfado volvió a centrarse en la espada y el martillo, pero golpeó tan fuerte que partió el metal que había enfriado demasiado rápido, y el filo se redujo a astillas y esquirlas.
«Bueno ­—pensó con ironía—, al menos ya tengo mi propia espada esquirlada».

Chapter 27: Jaula

—¡Señor Orielle, señor Orielle! Ha ocurrido algo espantoso.
—¿Y bien? ¿Te vas a quedar ahí de pie toda la mañana o me lo vas a contar?
—Es mejor que venga a verlo usted en persona, mi señor. Es aquel perro que compró la semana pasada —la mirada del criado se oscureció y la piel se le volvió blanca—, ha muerto.
Lemmerc Orielle se ató el batín y siguió al chico por la mansión, los dos en silencio, el trabajador temiendo decir lo que no debía y el señor deseando que el proceso fuese lo más rápido posible. Finalmente llegaron a la perrera y el criado tuvo que hablar.
—Ya sabe que solo usted y un servidor tienen acceso a esta perrera. Le juro por el Lord Legislador, así viva para siempre, que traté al animal como debe ser y que nunca le faltó la comida, no sé cómo puede haber pasado esto.
Con mano temblorosa abrió el pequeño cuarto poco iluminado y con el suelo recubierto de paja. En el centro de esta, en una jaula, yacía el perro reducido a huesos perfectamente limpios.
—¿Quién más sabe esto? —Orielle redujo su voz a un hilillo suave y tembloroso.
—Nadie, mi señor, fui a verle según lo encontré.
—Bien. Deshazte del cuerpo. Ni una palabra a nadie, si se corre la voz te mandaré ejecutar.
—Sí, señor. —el joven corrió a cumplir su trabajo sin dilación.
Si a Orielle le preocupasen más sus empleados, quizá se hubiese dado cuenta de que aquel chico tenía una mirada ligeramente diferente a la habitual. Pero no fue el caso.

Chapter 28: Persecución

Corría todo lo deprisa que le permitían las piernas, gastando en apenas un rato casi toda la velocidad que había acumulado la semana pasada. Aun así, notaba como el lanzamonedas le seguía desde las alturas.
Llevaban solo unos minutos de persecución, pero tenía que acabar pronto o le cazarían. Giró bruscamente a la derecha al llegar a la avenida.
—¡Mira por dónde vas, jovencito! —apartó a una anciana lanzándola contra la pared y la mujer soltó una exclamación de dolor, pero no le hizo más caso. Se metió en un callejón y allí esperó.
Vio pasar de largo a su perseguidor, esperó unos minutos y cuando supuso que ya estaba lejos, sacó una boina de su bolsa, se recogió el pelo debajo, dejó su chaqueta en el suelo y salió del escondite.
Con paso tranquilo y confiado, como si no hubiese estado a punto de ser capturado, volvió a la base de operaciones.
—Has tardado mucho, Conorly.
—Lo siento, tuve un encontronazo, pero logré esconderme y tengo el botín justo aquí.
La puerta se desencajó de las bisagras y salió volando hacia el interior de la sala, golpeándole y derribándole. Con la visión distorsionada logró ver al lanzamonedas y a … ¿la anciana de la avenida? La mujer se quitó el chal y el tocado.
—Te dije que funcionaría, Wax.
—Cuando tienes razón, Wayne, tienes razón.
Había traído al mismísimo Disparo al Amanecer hasta la base. «Llévame pronto, Ojos de Hierro».

Chapter 29: Libro

Los otros niños le tenían como un héroe porque se escapaba para espiar a las niñas, pero nada que ver. Cuando se subía a aquella repisa, nadie le veía, pero escuchaba perfectamente las clases de lectura. Así, aprendió a leer.

La primera vez que le vieron con un libro se lo explicaron de forma ligeramente molesta.

—Los niños no leen, solo las niñas.

Vaya tontería, pensó en aquel entonces. Las niñas tenían que comer verdura, y él también. Las niñas tenían que portarse bien, y él también. ¿Por qué ellas leían, pero él no? No tenía sentido.

La segunda vez que le descubrieron practicando la lectura, su padre se enfadó y le dio unos azotes. Aquella noche, cuando sus padres creían que dormía, los escuchó discutir.

—Has sido muy duro con él.

—He hecho lo que debe hacer un padre.

—Solo tiene curiosidad.

—Claro, solo tiene curiosidad, dejemos que lea ¿Por qué no le mandamos a clase de cante también? Le podemos comprar un havah con un guantecito a juego para la mano segura ¡¿Tú te oyes cuando hablas?!

Los gritos aumentaron en intensidad, así que sacó una esfera infusa de debajo de la almohada, y metió la mano en su escondite secreto para alcanzar el libro de cuentos. Algún día leería tan bien que ni siquiera su padre sería capaz de enfadarse.

Chapter 30: Inmortal

Su hijo tendría unos tres años cuando le nombraron Heraldo de la Suerte y se volvió inmortal. Aunque no era su hijo de verdad, Ishar lo quería como si fuese propio.
Tezim-hijo-Ishar murió a los ochenta y tres años. Fue un funeral austero y el propio Ishar realizó la ceremonia. Juró para sus adentros que a su familia no le faltaría de nada, que los protegería y se preocuparía por ellos.
No se presentó al entierro de la última de sus tataranietas. No quedaba nada de Tezim en ellos, ni siquiera le recordaban, la tumba llena de crem y rocabrotes.
Tezim no vivía ya ni en la sangre ni en la mente de sus descendientes. Bien, pues viviría en Ishar. Él era eterno, y Tezim lo sería en su nombre y alma.

Chapter 31: Campeón

—Y... fin.
—¿Ya? Pero no he entendido nada ¿Qué es un sazed, qué es un perro? No comprendo la mitad de las historias.
—Bueno, me pediste treinta y un historias cortas, no «treinta y una historias cortas que yo entienda». Eso hubiese reducido las opciones a un montón de cuentos sobre cangrejos y, no sé, apuñalar gente.
Hoid y Kaladin se quedaron un rato en silencio mirando a los llamaspren bailando letárgicos entre las ascuas de la hoguera.
—Un momento, solo han sido treinta.
—¡Muy bien, campeón! Veo que has estado prestando atención. Falta una por contar.
—Esa es la moraleja ¿No? Que siempre hay una historia por contar, que hay que seguir.
—Justo, justo —dijo Hoid asintiendo enérgicamente con la cabeza.
Kaladin se levantó con fuerzas renovadas y se dispuso a marcharse, incluso dió dos pasos, pero giró en redondo.
—Espera, no tiene sentido.
La hoguera estaba totalmente apagada y no había señales de Hoid en ninguna de las mesetas de las que llegaba a ver.