Chapter 1: Pequeño secreto
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Para Megumi Fushiguro estar rodeado de personas que lo alaban y respetan es cosa de todos los días, de hecho, a su corta edad, con 12 años, es bastante consiente de la gran fortuna que le espera y no siente ni un poco de lastima por aquellos inferiores a su familia, aunque es su misma familia la que a veces lo incomoda, como el hecho de que su madre siempre ande entrometida en sus asuntos, algo que antes no le molestaba, solo que ahora, con su nuevo hobbie, es más cauteloso con las cosas que dice y hace en frente de ella para no levantar sospechas, ¿cuál es ese hobbie? Bueno, se trata de leer libros homoeróticos que toma "prestado" de la biblioteca de su primo Naoya, el cual no tiene ni la menor idea de que es él quien se escabulle para tomar un libro y leerlo en las noches cuando está en su habitación, y una vez terminado, vuelve para dejarlo como si nada hubiera pasado, por eso que, cuando escuchó que ya es hora de que vaya al internado de la escuela de hechicería, contuvo su alegría para mostrarse lo más neutro posible. aunque por dentro estaba emocionado por ir, sobre todo por el hecho de que no tendría a su fastidiosa madre de metiche en su vida.
-¡Hijo! El auto ya llegó, te está esperando -dice la señora Fushiguro desde la escalera.
-¡Ya voy! -responde el azabache terminando de empacar sus cosas, coloca el libro más reciente que encontró en la biblioteca y lo esconde entre sus prendas, cierra la maleta y baja las escaleras apresurado con la intensión de que no le pregunten que lleva- ¡nos vemos en vacaciones! Los voy a extrañar -se pone de puntitas para despedirse de su mamá, para luego de su padre con un simple choque de puños.
-Nos escribes, estaremos atentos a tus calificaciones -se despide su madre cerrando la puerta.
-No te metas en problemas, mocoso -dice Toji tirando su maleta en la cajuela- cariño, no te preocupes tanto, Satoru va a ser el tutor de su clase, lo cual también es para preocuparse, pero... tu entiendes -le dice a su esposa la cual estaba de brazos cruzados.
-Si como sea -responde Megumi sacando su móvil para avisarle a sus primas que ya está de camino.
Muchos dirán que ese tipo de niños no tienen amigos, y en algunos casos es verdad, para Megumi no, por supuesto que tiene su círculo de amigos, un grupo de niños... de su mismo estatus social, conformado por una niña de cabellos rubios llamada Hana Kurusu, bastante tímida y de pocas palabras, luego está Noritoshi Kamo, un niño de cabellos negros, desconfiado, igual de arrogante que él, también podríamos incluir a sus primas, las gemelas Zenin, solo que ellas al ser unos meses mayores, ingresaron antes que él y ya tienen su propio círculo.
El auto se estaciona mientras que el chofer le indica que ellos se van a encargar de descargar sus maletas, Megumi asiente saliendo del auto para ser recibido por Satoru Gojo, su fastidioso padrino, aunque no tan entrometido como sus padres, pero, igual de arrogante con falta de empatía como el resto de sus conocidos, se limita a darle la mano pasando hacia el auditorio en donde se sienta con sus amigos.
-Sean bienvenidos a su primer año en la escuela de hechicería -los recibe Utahime, una hechicera de rostro amable- es bueno tener nuevas caras.
-¡Lo siento! -interrumpe un niño de cabello rosa acompañado de uno igual solo que este trae el ceño fruncido- enserio no quise interrumpir, perdón -se disculpa con las mejillas totalmente rojas al ser el centro de atención.
-Tranquilo, estas cosas suceden -Utahime baja del pequeño escenario en el auditorio y se acerca al pequeño- debes de estar muy nervioso ¿no? -al verlo asentir saca de debajo de su manga un dulce- ten, busca un asiento con tu hermano...
-Yuji Itadori -responde con un mejor semblante- y él es mi hermano.
-Sukuna -responde de manera indiferente el gemelo tomando su mano de manera protectora.
-Bueno, gemelos Itadori... bienvenidos a su primer día aquí -la azabache se pone de pie acariciando sus cabezas para volver al escenario.
-Mocosos -Satoru los toma a ambos de manera brusca del brazo- no crean que todos los maestros son así, si no se esfuerzan, no tendré ningún problema en hacer una solicitud para que los expulsen.
-Oye, pelo de anciana -interrumpe Sukuna- no te atrevas a tocar a mi hermano o te rompo la cara.
-Vas a pagar caro lo que acabas de decir -de mala gana suelta a ambos y los deja irse.
Megumi quien estaba escuchando todo desde un inicio, sonríe con superioridad al ver que su tío puso en su lugar a esos dos niños que buscan atención, se notaba por su forma de vestir que deben de ser de algún barrio de mala muerte de Tokio y solo tuvieron la "suerte" de nacer siendo hechiceros, a diferencia suya que toda su familia proviene de un linaje de famosos hechiceros, no podría codearse con aquellos que llaman "escoria", mira a los que serán sus compañeros y su mirada cae en una niña de cabellos castañas con un ganchito de mariposa, a esa niña se le nota que viene del campo, eso es lo que piensa al escuchar su acento y falta de modales.
Para cuando la profesora Iori termina su discurso y les entrega sus horarios de clase junto a las llaves de sus dormitorios siendo algunos compartidos, obviamente el niño privilegiado va a tener una habitación para él solo, lo que es música para sus oídos, puede leer tranquilo sin interrupciones.
Al caminar por los pasillos explorando la escuela, se sentía como una celebridad al escuchar los murmullos sobre quien es él, eso era así hasta que escucha el apellido de esos niños en boca de hasta los profesores.
-Itadori... ¿no es el apellido del famoso hechicero que participa en el consejo por nuestros derechos? -murmura Shoko Ieiri, una de las maestras.
-Si, y su madre es una escritora popular, ha vendido numerosos libros que han sido best seller -agrega Nanami Kento, otro de los profesores.
¿Quién mierda era ese tal Yuji y su hermano? ¿Porqué de repente es el foco de la conversación? Y como si fuera magia, el pelirosa choca de espaldas por accidente.
-¿te encuentras bien? -la niña castaña corre a ayudar a su nuevo amigo el cual cae al suelo.
-¿Cuel es tu problema, tarado? -dice Megumi al verlo en el suelo- ¿acaso no sabes quién soy?
-¡No le hables así a mi hermano! -Sukuna estaba por jalarlo de la camisa de no ser por su hermano menor que lo detiene.
-Perdón, es que andaba distraído -Yuji se limpia sus pantalones- no tengo ni la menor idea de quién eres, porque no me dijiste tu nombre.
-Eres Megumi Fushiguro -interrumpe un niño de cabellos negros con un fleco en la frente- perteneces al clan Zenin y posible heredero -completa con asombro.
-Así que me conoces -sonríe con superioridad el azabache- parece que ustedes no saben nada.
-Ni nos interesa -responde Sukuna rodando los ojos.
-No es eso... es que... mi abuela nunca me ha hablado sobre tu familia, me refiero a que soy de un pueblito a las afueras de la ciudad, no es como si los chismes llegaran tan lejos -explica la niña ladeando la cabeza.
-Se nota que eres del campo, hasta aquí puedo sentirlo -hace una mueca cuando la castaña se ofende por lo dicho.
-No los molestes -Sukuna se entromete al ver que el azabache estaba fastidiando a su hermano. se pone delante de ambos- ¿tan importante es tu familia? -pregunta molesto.
-Es obvio, si no, tu amiguito no lo sabría -Megumi se cruza delante brazos rodando los ojos por el comportamiento del pelirosa.
-Chi-chicos, creo que ya deberíamos irnos -dice el otro niño señalando el horario- ya va a ser hora de irnos a nuestros dormitorios.
-Oh, es verdad -Yuji lo toma del brazo- compartimos habitación ¿no es verdad, Junpei?
-S-si, podemos ver una película -responde el azabache.
-Wuuu, que suerte la de ustedes, yo comparto habitación con... una tal Momo Nishimiya, por cierto, mi nombre es Nobara -dice la castaña presentándose- desde que nos hablamos no les dije mi nombre- ¿y el tuyo cuál es?
-¿Es un chiste? -se ríe Megumi- el otro ya lo dijo, además, no me interesa tener que relacionarme con ninguno de ustedes.
Sin esperar respuesta, se retira a su habitación en donde ya están sus maletas y al lado unas cajas con sus materiales necesarios para la escuela, se tumba en la cama disfrutando de la suave cobija afelpada y sus almohadas blandas que parecen acomodarse a su cabeza, mira el techo unos segundos antes de irse a buscar su libro entre sus cosas, al encontrarlo vuelve a la cama para continuar con su excitante lectura, sus mejillas se tiñen de rojo al leer las posturas que realizan los protagonistas durante el acto, siente un cosquilleo en la entrepierna cuando llega a la parte en la cual ambos comparten un beso, ¿a qué sabrá? ¿Será dulce? Es probable si los protagonistas se la pasan casi en todos los capítulos besándose, ¿que se sentirá tener relaciones sexuales? El solo pensarlo le hace soltar una pequeña risa avergonzada. Le gustaría, pero nadie a su edad piensa en ese tipo de cosas, por lo que no encontraría a alguien dispuesto a seguirlo... lo que solo lo deja con una sola opción, usar su mano de nuevo para satisfacer su deseo y curiosidad de experimentar todo lo que lee en esos libros, sabe que es ficción y que las relaciones en la vida real no son de esa manera, pero su mente estaba tan jodida por el anhelo de experimentarlo que por unos segundos piensa en buscar a alguien lo suficientemente manipulable que cumpla con sus caprichos, alguien ingenuo, sumiso, y no es que sea exigente pero también, de cara bonita.
Chapter 2: Seamos Amigos
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Solo cierra tus ojos y deja que yo te enseñe-.
-Pero... a mí me dijeron que el primer beso se debe dar con esa persona especial-.
-Yo... bueno... tú me gustas-.
❤️❤️❤️❤️❤️
Primer día en su nueva escuela y se levanta tarde, algo en lo que Yuji a menudo no se preocupaba, sin embargo, al ser un lugar donde va a estar casi todo el año, se había prometido a si mismo el dar un buena impresión, es por eso que se despierta de golpe al escuchar por tercera vez su alarma dándose cuenta que lleva 30 minutos tarde para el desayuno, toma lo primero que ve, corre hacia el baño para asearse y sale en dirección a la cafetería en donde observa por todos lados buscando a sus nuevos amigos, al ubicarlos toma una bandeja para apresurarse en agarrar lo que queda del desayuno y sentarse con ellos, se sentía ansioso de hacer amigos ya que Sukuna no va a compartir clases con él y debido a su personalidad introvertida, siempre se le hizo difícil hacer amigos, por lo que a menudo se juntaba con su gemelo y sus amigos, ahora con este cambio, va a necesitar ser sociable.
-¡Ya voy! -grita alzando la mano chocando con quien menos esperaba.
El silencio en el lugar empieza a incomodarlo, las risas son reemplazadas con murmullos, frente a él está Fushiguro Megumi con una gran mancha de yogurt en su camiseta, la mirada de desprecio que le lanza es suficiente como para hacerlo llorar, quería llorar por haberle hecho eso, no obstante, toma un hondo respiro para calmarse, le había prometido a sus padres que iba a ser más firme con sus emociones.
-¿Estas idiota o que? -habla el azabache irritado por la caea de borrego que pone el contrario.
-Lo... l-o lamento mucho -se disculpa Yuji con el rostro agachado- es mi culpa.
-Al menos admites tu estupidez -rueda los ojos dispuesto a irse de no ser por un fuerte empujón que lo hace caer contra el suelo.
-Háblale de nuevo de esa manera a mi hermano y la siguiente vez no va a ser un simple empujón ¿escuchaste? -amenaza Sukuna con los puños apretados de la ira.
-Vete al diablo ¿sabes quién soy? -Megumi se levanta dispuesto a darle una paliza.
-Me importa un carajo quien seas, si te metes con mi hermano, yo estoy dispuesto a golpearte -alza su puño listo para empezar.
-Yo que tu no lo haría -dice Satoru a sus espaldas sosteniendo con fuerza el brazo del menor- a menos que quieras quedarte hasta fin de mes organizando papeles.
-Viejo maldito -masculla Sukuna aligerando su brazo para evitar que se lo quiebre.
-Aprende tu lugar, no eres como nosotros -agrega Megumi con una sonrisa arrogante pasando por el lado de Yuji dándole un golpe en el hombro- ups, perdona -dice con sarcasmo.
Ante esto Yuji se limita a permanecer cabizbajo, no quería empezar con el pie izquierdo, sobretodo si va a compartir clases con ese niño. Al cabo de unas horas, el mal sabor fue reemplazado con la alegría de sus nuevos amigos, los cuales parece que también detestan al grupito de Megumi.
Para cuando las clases terminan Yuji se dirige al gimnasio para seguir entrenando, quiere mostrarles a sus padres el esfuerzo que está haciendo para ser buen alumno, al abrir la puerta vuelve a ver a aquel chico, y solo puede decir una cosa al ver su técnica maldita.
-Es increíble -murmura al ver dos perros de diferente color- vaya... -retrocede cuando los animales lo miran fijamente.
-Si no tienes malas intenciones, no van a lastimarte -Megumi llama de vuelta a sus perros lo cuales se sientan a sus pies esperando algún premio- ¿qué haces aquí? -con su polera cubre el rasguño que se hizo.
-Vine a entrenar, heh, pero ya me ganaste -murmura apenado notando que trae una herida en el antebrazo- ¿puedo ayudarte con tu herida?
-No es nada -responde ocultando su brazo, en casa era su madre quien siempre trataba sus heridas, ahora debe valerse por si mismo.
-No parece, ven, te llevo a la enfermería -Yuji con un poco de temor se atreve a tomarlo de la mano para ir juntos, pese a Sukuna le dijo que permanezca alejado de Megumi, no quiere dejar pasar la oportunidad de hacer las paces con él.
-¿Porque eres amable conmigo? -aunque no pudiera verse en un espejo, sabe que sus mejillas se tiñeron de rojo al ver la sonrisa del pelirosa.
-Porque si, no necesitas ser amable con otros por el hecho de querer algo -suelta la mano contraria al notar que sus dedos están entrelazados- es aquí.
-Vinimos por nada, tch, no hay nadie -masculla Megumi sentándose en una de las sillas y se pone a leer una hoja- ¿qué haces? -cuestiona al verlo tomar un botiquín.
-Bueno, alguien tiene que ayudarte con eso ¿no? -responde mientras saca un paquete de gasas y desinfectante.
Megumi se limita a observarlo haciendo una mueca de dolor al sentir el ardor del algodón empapado con alcohol, intenta no mirarlo mucho, aunque... no es como si hubieran muchas cosas que ver en ese lugar, por lo que por unos minutos se fija en su rostro, su rizado cabello de color rosa que parece una esponjosa nube, ahora que lo piensa con detenimiento... es sencillo diferenciarlo de su gemelo, ya que Sukuna tiene los ojos de un color rojo escarlata y tiene unas facciones bastante serias, diría que su expresión es como de oler mierda todo el tiempo, a diferencia de Yuji que tiene los ojos de color almendra, está seguro de que bajo la luz del sol, se verían de un bonito color dorado... en cuanto a su rostro... se atreve a decir que es tranquilo, amable por lo visto y lo que hizo es la prueba de ello, ya que de ser otros niños, simplemente habrían optado por pasarle de largo para no tener problemas, no obstante con Yuji... como si quisiera llevarse bien con todos, no le gustan los problemas, podría deducir que también es inocente, ingenuo o... manipulable.
-Listo -Yuji se inclina para dejar un sutil beso en la venda.
-¿Y eso?-.
-Oh... heh, eso hace mi mamá cuando me coloca una venda, dice ella que es para que sane más rápido -agrega con una sonrisa, no le veía lo malo a lo que acaba de hacer.
-¿Y crees que eso funciona? -estaba por soltar una burla, pero al verlo asentir, solo desvía la mirada- eres muy ingenuo.
-No entiendo... -hace un puchero y se acerca al azabache manteniendo su distancia- oye... debe ser agotador estar en una familia importante.
-Para mí no, todavía no tengo la edad para ser parte de los dramas familiares -se limita a contestar- no lo entenderías.
-Si lo entiendo -murmura soltando un suspiro- mis padres no son lo que llaman "realeza", pero son personas muy ocupadas, mi papá cada cierto tiempo tiene que asistir a juntas, mientras que mi madre tiene ese asunto de viajar para promocionar sus libros, pese a eso... siempre se toman su tiempo para estar con nosotros.
-¿Tu mamá es escritora? -esto llama la atención del azabache quien hasta ese momento prefirió disociar.
-Si... hace casi seis meses publicó un nuevo libro, ni me preguntes sobre que era, que no me quiere decir, solo sé que es una saga muy popular -cruza sus brazos frustrado, pues su madre muchas veces se ha negado a contarle las tramas de sus libros, sin embargo, se ha mostrado abierta a enseñarle a escribir novelas- además de que usa un pseudónimo.
-¿Y cual es? -desvía la mirada cuando Yuji ladea la cabeza extrañado por el repentino interés en su mamá, tal vez se equivoca, pero el primer autor que le vino a la mente es de aquel que escribe esas novelas homoeróticas que lee a escondidas y del cual ahora es fan.
-Emn... creo que es Kenjaku, si... ese es -alza sus hombros restando importancia al asunto del nombre hasta que escucha un chillido por parte del azabache- ¿estás bien?
-¿Yo? Heh, si, solo era... una tos -finge toser dándole una falsa sonrisa, de seguro su madre no le dice mucho para evitar que se salte etapas, a diferencia de él, quien tiene la mente demasiado estropeada por esos libros y diferentes cosas que ha buscado en internet para su propia satisfacción.
-Ya se está haciendo muy tarde, debemos irnos a nuestros dormitorios -cambia de tema el pelirosa ya que se le hizo raro ese chillido.
-Si... Yuji... -lo detiene tomando su mano- seamos amigos -por supuesto que lo dijo con todas las malas intenciones que tiene guardadas.
-¿Lo dices enserio? -toma su otra mano entrelazando sus dedos, en cuanto este asiente, se abalanza sobre él para abrazarlo.
Con incomodidad corresponde y lo ayuda a ponerse de pie, ambos caminan juntos hasta que se detienen frente a la puerta del azabache, Yuji se despide dándole un beso en la mejilla, ante esto, al cerrar la puerta, Megumi sonríe de medio lado confirmando el gran tesoro que acaba de descubrir, tan ingenuo que no dudó en aceptar ser su amigo, inocente... al lanzarse a sus brazos y besar su mejilla como si fuera lo más normal del mundo. Solo hay un pequeño detalle, el gemelo, debe mantenerlo lejos o le va a traer muchos problemas.
Tenía todo un plan trazado en mente, dejar que entre en confianza por lo menos dos semanas, algo que falló a su favor ya que, a los tres días, Yuji ya se sentía con confianza, e incluso lo invitó a sentarse con sus nuevos amigos, algo a lo que tuvo que aceptar como parte de su plan.
-¿Porque quieres que comamos con los nerds? -se burla Noritoshi caminando a su lado con su bandeja.
-Es que... pienso que como futuros líderes de nuestros clanes... debemos mostrarnos más sociables -corta Megumi sentándose en la mesa donde está el pelirosa junto a sus amigos.
-Wow, que bonita diadema, eres... Hana Kurusu ¿no? -dice Nobara señalando la diadema.
-Si -responde con timidez la rubia.
-¿A ella si la conoces, pero a mi familia no? -expresa en tono ofendido el azabache.
-Mi abuela me habló de su clan, son descendientes de un ente que se hace llamar "ángel" el cual también tiene distintas ramas, entre ellas la conexión espiritual y física que permite que mi técnica maldita exista -agrega con orgullo la castaña.
-¿Y esa es? -Megumi no había prestado ni la más mínima atención a lo que dijo.
-El vudoo, me tomaría todo el día explicar, así que dejémoslo ahí -la castaña apoya su cabeza en el hombro de Yuji quien se encuentra comiendo su almuerzo tranquilamente.
-Yuji, ¿ese es tu nombre? -interrumpe Noritoshi- ¿y tu hermano?
-Oh, Sukuna tomó una clase adicional, a la siguiente hora viene con su grupo a la cafetería -explica el pelirosa, le aliviaba el hecho de que su hermano no estuviera como un halcón sobre él, tampoco iba a decirle que se hizo amigo de Megumi, probablemente pegue un grito al cielo y le recuerde que es un arrogante con cara de sapo.
El resto del día de clases la pasaron tranquilos, Megumi volvió con su grupito los cuales estaban un poco confundido por su decisión de juntarse con ellos en el almuerzo, eligieron pensar que sería algo de un día, si, no volvería a pasar ¿no?
La campana que avisa a los estudiantes que ya son las 9 de la noche resuena en todos los pasillos, Megumi quien se encuentra de camino a su dormitorio, se topa con Yuji que para su buena suerte está solo.
-Megumi, ya voy a ir a descansar -dice el pelirosa a punto de abrir su puerta.
-Sabes... ahora que somos amigos... ¿porque no vienes a mi habitación, ayer mis padres me enviaron unos chocolates? -sonríe de medio lado luego de esa pregunta, ya debía poner en marcha su plan.
Sin dudarlo Yuji acepta y ambos caminan hacia la habitación, Megumi le entrega la caja de chocolates la cual el contrario recibe gustoso tomando una para probar el sabor.
-¡Muchas gracias Megumi! -agradece Yuji sonriendo.
-Ponte cómodo -con cómodo se refiere exactamente a que se siente en la cama, un mensaje captado por el pelirosa el cual se sienta al borde continuando con comer los chocolates.
-Tienes una habitación muy bonita -expresa con asombro, se notaba el trato especial que le daban al azabache.
-Ya... por cierto... ¿quieres jugar, Yuji? -pregunta con una pizca de malicia, una que el pelirosa ni siquiera se da cuenta.
-¿Jugar? ¿Qué vamos a jugar? Me gustan mucho las cartas, no se mucho de ajedrez, pero puedo aprender -Yuji se emociona por pasar la noche con su nuevo amigo, tal vez pueda enseñarle a jugar calabozos y dragones.
-Si, eso -responde sin mucho interés y lo toma de la mano para llevarlo a su habitación, le sorprende lo dócil que es el pelirosa.
-Oh, yo traje calabozos y dragones, está en mi habitación, lo puedo traer... aunque ya se esta haciendo... -en cuanto se pone de pie, el azabache lo sienta de vuelta- tarde. No creo se pueda.
-Por supuesto que, si podemos, Yuji... -Megumi se sienta a su lado- y te aseguro que te va a gustar.
El pequeño Itadori lo miró unos segundos, tal vez quedarse un rato jugando no estaría mal, después de todo, el inicio de clases fue bastante pesado.
-Esta bien, Megumi, juguemos -le sonríe mientras toma otro chocolate.
Eñ azabache sonríe de oreja a oreja cuando el inocente rostro de Yuji lo mira expectante de cuál será el dichoso juego que van a jugar.
-Es un juego sencillo, no es complicado para nada -comienza a explicar bajo la atenta mirada del pelirosa- consiste en juntar nuestros labios.
-¿Eso no sería un beso? -ladea la cabeza curioso.
-Si, quien bese mejor gana -se acerca al rostro del contrario invadiendo su espacio personal- ¿empezamos?
-Pues... yo nunca he besado a alguien, no sé cómo -murmura apenado con las mejillas tiñéndose de rojo.
-Entonces solo cierra tus ojos y deja que yo te enseñe -se aleja de su rostro y procede a acomoda un mechón detrás de su oreja, sabía que iba a dudar, ahora debe ver cuanto falta para que ceda a su capricho.
-Es que... a mí me dijeron que el primer beso se da con esa persona especial -oculta su rostro entre sus manos con vergüenza, no podía negar que el azabache no se le hace guapo, no obstante, no hay chance de que siquiera el guste de él o le diga algo bonito.
-Yo... bueno... -simplemente debe actuar como si fuera una confesión real- me gustas.
-¿Enserio? -los ojos de Yuji se iluminan con asombro y entonces, se acerca hasta que sus rostros quedan a milímetros.
-Si, tu charla sobre tu familia me cautivó y todo eso, me gustas -lo ayuda a que suba por completo y lo acompañe al centro de la cama- ¿seguimos el juego?
-Creo que está bien... yo... pienso que eres muy guapo -Yuji entrecierra sus ojos acercándose cada vez más.
Un tierno e inocente beso, eso es lo que pensó Yuji a los cuatro segundos que sus labios tocaron los contrarios, eso pensaba hasta que Megumi mueve sus labios lentamente, por lo que intenta seguirle el paso, sentía sus mejillas calentarse por lo bien que se estaba sintiendo el besarlo, su cuerpo se eriza al sentir esa corriente eléctrica de excitación hasta que llega el momento de separarse.
-¿Que te pareció? -le susurra sobre sus labios dejando un pequeño beso.
-Me gustó, heh, sabes más que yo... supongo que ganaste -apoya su rostro en la mano del azabache quien estaba acariciando su mejilla.
-¿Quieres que te enseñe otra forma de besar? -lo está logrando, está besando a un chico, y se sentía jodidamente bien, más aún cuando el pelirosa asiente- saca tu lengua un poco, si, así, ahora la vas a mover cuando volvamos a besarnos ¿sí?
-Lo intentaré -obedece a lo indicado y saca un poco su lengua recibiendo al instante un nuevo beso, la lengua de Megumi no deja de moverse en su boca, no quería quedarse atrás por lo que empieza a mover la suya comenzando una pequeña pelea entre ambas lenguas.
Por otra parte, Fushiguro siente que su cerebro va a derretirse por la repentina excitación que siente, es por eso que sin romper aquel ardiente beso, recuesta a Yuji en su cama y continúa besándolo hasta que sus labios quedan de color rojo.
-¿Seguimos? -desciende su boca hacia el cuello del pelirosa dejando pequeños besos y lamidas.
-Mgh~... lo siento... no se... porque... mhg~... hago esos... sonidos -se muerde el labio en un intento por silenciar sus jadeos- si quiero seguir.
Se durmieron cuando el reloj marcó la media moche, Megumi lo dejó dormir en su habitación, no lo hizo con buena fe, solo quería seguir besándolo cuando amaneciera y así poder explicarle una pequeña regla, no decirle a nadie al respecto. El escándalo que se armaría si su familia descubre que anda de caliente con otro chico, sería un desastre.
Se sentía como un jodido pervertido cuando se fue al baño y empezó a masturbarse pensando en los gemidos de Yuji.
Chapter 3: Secreto
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Se mira unos segundos por el espejo del baño, sus labios están ligeramente hinchados debido a que Megumi empezó a morderlo cada vez que lo besaba, no podía negar que le gustaba la sensación, exceptuando que cuando ya no quiere besarlo... prefiere morder su cuello, lo que lo ha llevado a usar bufanda últimamente, sumado a esto, el hecho de que Megumi evade la pregunta de que si son algo.
-Yuji... ¿porque usas eso? No hace frío -pregunta Sukuna señalando la bufanda azul que lleva su gemelo- ¿y cuando te compraron eso? -tenía demasiadas preguntas al respecto, ya que lo usual es que sus padres les compren ropa similar o a juego, como es el caso de las sudaderas rojas que llevan.
-Ah, esto... es... un regalo, me lo regaló un amigo -sostiene la prenda con un poco de fuerza para evitar que su gemelo se la quite- sabes que yo soy una persona sensible al frío, así que... mejor es prevenir ¿no?
-Claro -entrecierra sus ojos notando que sus orejas se han puesto rojas, no obstante prefiere fingir creerle ya que si lo presiona, es probable que se vaya corriendo o evada el tema, por lo que opta por averiguar que oculta- ¿y que amigo te lo dio?
-Pues... -cierra sus ojos pensando en una excusa, aunque su mente no pueda pensar con claridad debido a los nervios por ser interrogado- ¿Megumi? -no le quedaba de otra que soltar parcialmente la verdad, más no le diría nada con respecto a quedarse en la habitación de él.
-¿Desde cuando son amiguitos? ¿Te hizo algo? -su ojo empieza a temblar, si lo viera en ese momento, sería capaz de empujarlo por las escaleras, ese idiota no le daba buena vibra.
-No me hizo nada, solo... sucedió, coincidimos cuando fui a entrenar al gimnasio y ya, hablamos un rato, nos conocimos mejor -retrocede sin aflojar el agarre de la bufanda, sabe que su hermano pegaría un grito al cielo si ve las marcas en su cuello, o peor, llamaría a su hermano mayor, al cual por fortuna no lo ha visto aún debido a la diferencia de clases y edades.
-Ten cuidado con ese tipo, no sabemos que mañas pueda tener, no estés aceptándole regalos así nada más, algo debe querer -le advierte en tono serio, Sukuna presentía que algo estaba escondiendo su gemelo.
-Entiendo... -murmura dándose la vuelta para irse a clases.
Más tarde esa misma noche, Yuji es nuevamente invitado a la habitación del azabache.
-Yuji... ¿de nuevo vas a salir? -pregunta Junpei frotando sus ojos debido a la luz de la linterna.
-Si, lo siento si te desperté, voy a ir a la habitación de Megumi, es probable que me quede a dormir -responde buscando entre sus cosas su pijama junto a la bufanda.
-Me alegro que ustedes se hayan hecho amigos -suelta un bostezo acurrucándose en su cama- descansa.
-Igual tú -cierra con delicadeza la puerta y camina de puntitas por el pasillo hasta llegar a la puerta del azabache- hola...
-Pasa, ¿porque lo trajiste? Yo te la regalé -dice Megumi extrañado por la prenda que trajo el pelirosa, no es que se la haya querido regalar, es solo que al ver que no tenía con que cubrir las marcas, no le quedó de otra que dársela.
-Megumi... creo que deberías ser un poco más delicado con tus... mordidas -sus mejillas se tiñen de rojo al decirlo- Sukuna me vio con la bufanda y me comenzó a hacer preguntas que no me quedó de otra que decirle que nos hicimos amigos.
-Ya veo... -responde acercándose a Yuji- ¿le has dicho que vienes a mi habitación? -acaricia sus mejillas con delicadeza, al verlo negar sonríe y se acerca a su oído para susurrarle- me parece bien, no quiero que mi novio tenga problemas, es mejor no decirle a nadie.
-¿No-novio? -Yuji al escuchar esa palabra se emociona por dentro, no esperaba que Megumi lo tomara como su novio, después de todo, llevan apenas dos semanas con esa clase de juegos.
-¿No te gusta? -hace un puchero, sabía a la perfección que Yuji quería algo mas luego de esos días juntos, así que, le dijo lo que quería escuchar.
-Si me gusta... es que tenia un poco de vergüenza acerca de decírtelo, mis papás una vez me dijeron... que las personas que se dan besos en la boca... es porque son pareja y se quieren mucho -explica escondiendo su rostro con sus manos- pero...
-¿Qué pasa? -Megumi toma sus manos apartándolas de su rostro y se acerca para besarlo.
-¿Porque no quieres que nadie lo sepa? -por supuesto que no había olvidado lo último que dijo cuando mencionó que son novios.
-Es complicado... -murmura ocultando su sonrisa maliciosa- verás... la sociedad ve correcto que un chico y una chica se den un beso ¿no?
-Si...-.
-Pero si dos chicos o dos chicas lo hacen, tienden a mirarte con enojo y desprecio ¿comprendes? -sintió una punzada en el pecho al verlo triste mientras afirmaba con la cabeza- Yuji... el mundo es cruel con las personas que aman a los de su propio género, no quiero que te lastimen, por eso es mejor que nadie lo sepa.
-Megumi... yo... lo entiendo -un temor empieza a crecer en su interior, a lo mejor si sus padres se enteran o si Sukuna se los dice, lo vayan a mirar de manera diferente o tratar mal- no tenía ni idea sobre eso, y casi lo arruino cuando pensé en contarle a Sukuna.
-No te preocupes, yo voy a estar a tu lado pase lo que pase -limpia su pequeña lágrima y vuelve a dejar un beso en sus labios.
Por supuesto que los Zenin son muy buenos mentirosos, la prueba de esto es Megumi, se podría usar el argumento de que son solo niños, pero... el azabache es plenamente consciente de las cosas que dice, y sobre como manipular a Yuji para que cumpla con sus caprichos.
-¿Jugamos un rato antes de dormir? -lo guía hasta su cama en donde ambos se recuestan empezando una sesión de besos en donde Yuji deja que tome el control.
-Megu... ¿que haces? -toma su mano para alejarla de su pecho- se sintió raro.
-Es parte del juego, no te preocupes -vuelve a introducir su mano dentro de la camiseta tocando la piel del pelirosa hasta llegar a sus pezones lo cuales roza de manera lenta- ¿Te gusta?
-Un poco... me da mucho calor -responde sentándose en la cama.
-Deberías quitarte la camiseta para seguir -le da su espacio cuando el contrario obedece y se quita la camiseta dejando expuestos su pezones- perfecto.
-Es un poco vergonzoso... -cierra sus ojos con fuerza al sentir la pesada respiración del azabache contra su pecho- ¿me escuchas? -abre sus ojos lentamente- Megumi, te estoy hab... ah~ -cubre su boca al instante cuando siente la boca del azabache sobre su pezón.
-Baja tu voz o alguien va a venir -vuelve a lamer sus pezones con desesperación y hambre, le estaba gustando hacerlo, la piel de Yuji es bastante suave- no voy a dejarte marcas en el cuello.
-Que alivio, pe-pero -quería preguntar el porque su cambio de opinión.
-Prefiero morderte aquí -murmura jugando con el rosado pezón entre sus dedos volviendo a lamerlo- Yuji, sigamos jugando un poco más -podía sentir su erección chocando contra su ropa interior, quería liberarla, mas no es tiempo, todavía no.
-Esta bien -responde viendo de reojo el pequeño bulto en los pantalones del contrario.
La situación empezaba a tornarse incómoda para Yuji, lejos de excitarle, solo quería irse a dormir, caso contrario con Megumi el cual no podía dejar de imaginarse que muy pronto llegaría a cogerselo, así de lejos planea llegar con él, no importa si le toma un año entero de manipulación, quería llegar a experimentar el tener relaciones sexuales con alguien, y si eso requería manipular o chantajear al pelirosa, lo haría.
Creyó que luego de decirle que ambos son novios iba a ser suficiente para que se mantuviera tranquilo, se equivocó pues a los cuatro días presenció los celos del pelirosa, fue exactamente a la hora del receso, estaba sentado con sus amigos conversando cuando Hana lo toma del brazo para abrazarlo y recostar su cabeza en su hombro, una acción que habría ignorado ya que ella tiende a hacer eso, mas no se esperaba que apareciera Yuji y de una manera pasivo agresiva la separara de su lado, en realidad no fue tan de esa manera, ya que el pelirosa se puso entre ambos y abrazó ese brazo, una acción que sorprendió tanto a Noritoshi como a Hana quien se limitó a reírse disimuladamente.
-¿Qué cosa quieres, Noritoshi? -Megumi chasquea la lengua irritado de que su amigo lo ande siguiendo, se supone que iba a encontrarse con Yuji en uno de los salones en desuso, pero tuvo que cancelarlo debido a su amigo.
-Quiero saber que te traes con el niño Itadori y que carajos fue ese teatrito que hizo con Hana en el receso -cruza sus brazos con seriedad esperando una respuesta.
-Nada de que preocuparse, cree que somos novios, la verdad me importa un carajo lo que Yuji sienta por mi -ante la vista sorprendida de Noritoshi pasa por su lado con arrogancia- si es feliz escuchando lo mucho que "lo amo", me sirve, después de todo... solo es un juguete más que uso para mi beneficio.
-¿Y cual es ese beneficio? -alza una ceja ante la seguridad que muestra el contrario.
-No te importa, y mas te vale no abrir la boca, nadie debe saberlo-.
-Vale, de mi no es de quien tienes que preocuparte, me refiero a Hana, no va a dudar en abrir el hocico con tus padres con tal de caerles bien -agrega Noritoshi en señal de apoyo.
-Lo se... me caga que tenga esa cara de mosca muerta siendo tremenda chismosa, ya veo como me las arreglo con ella -señala la puerta para salir del salón- entonces puedo contar contigo.
-Supongo, mientras no sea algo malo, tu secreto está guardado -apoya Noritoshi chocando puños.
Chapter 4: Nobara
Chapter Text
Para la pequeña Kugisaki Nobara nada se le escapa, tiene una muy buena intuición, y es por eso que no dudó en preguntar en cuanto vio que Yuji en clase de deportes se quitó la bufanda para lavarse la cara dejando a plena vista una marca roja como si fuera una mordida.
-Los mosquitos esta temporada deben ser muy fuertes -dice en un susurro a su amigo señalando la marca morada en su cuello.
-Ah, esto... es... que... quise intentar rasurarme, algo para variar, pero salió mal -responde el pelirosa tapando la marca con su mano.
-Ajá, Yuji, esa no es una marca cualquiera y además... -entrecierra los ojos notando que de la camiseta se asoma una marca roja que no se puede ver cuando usa bufanda- ven conmigo.
-Es que voy a llegar tarde a la cafetería, Megumi me dijo que... -se sobresalta cuando la castaña chasquea la lengua.
-Me importa una mierda lo que ese creído quiera, últimamente lo sigues como un perrito, si dices que son amigos, eso no es amistad, es como si quisiera algo de ti -explica Nobara teniendo un mal presentimiento sobre el azabache.
-Él quiere ser mi amigo -la sigue hasta uno de los salones en desuso.
-Es raro, Yuji, levanta tu camiseta -al verlo negar se acerca para levantarla de golpe- dios... Yuji... ¿qué te pasó? -se cubre la boca sorprendida por todas las mordidas en su pecho.
-No es nada... -murmura cubriéndose de vuelta.
-¿Nada? ¿Quién te hizo esto? -lo toma del rostro preocupada.
-No es la gran cosa. yo quise que me lo hiciera -se defiende Yuji mintiendo, en realidad le incomodaba un poco hasta que Megumi le dijo que es normal y que ya se iba a acostumbrar.
-No parece, ¿Quién fue? ¿Megumi? Soy capaz de volarle los dientes de un golpe si te ha lastimado -al verlo asentir en sus ojos es claro la ira y disgusto por lo que le hizo al pelirosa- que le vaya rezando al de arriba, Yuji, él no puede hacerte estas cosas sin tu consentimiento, son marcas muy fuertes y me dijiste que tu tienes la piel sensible.
-Lo se... pero yo quise que me mordiera -intenta excusarse el pelirosa.
-No te creo, ¿por qué dijiste que te mordiera? No deberías darle tanta confianza a ese tipo -agrega Nobara frunciendo el ceño.
-¿Tu que sabes? -la empuja con delicadeza para alejarla- no sabes nada de lo que nosotros tenemos, es mío -por algún motivo sintió celos de que su amiga quiera alejarlo de su lado, entonces... ¿a esto se refería Megumi? La gente no los va a querer juntos.
-¿Qué? ¿Tuyo? -al verlo enojado, comienza a encajar todas las piezas- ¿ustedes son algo? ¿cómo pareja? -al verlo asentir lentamente toma su mano- ¿Yuji?
-Si... -murmura con los ojos llenos de lágrimas- por favor no me odies... -de limpias sus mejillas las cuales empiezan a empaparse- se que es asqueroso que a tu amigo le guste otro chico.
-Yuji, no, yo jamás te odiaría por eso, no tiene nada de malo que te guste otro chico... -lo abraza dejando un beso en su mejilla- lo que me preocupa es el tipo de chico que te gusta... ¿si están juntos? -cuando el pelirosa asiente, ella enciende una alarma en su mente, su amigo podría salir lastimado.
-Megumi dijo que quería ser mi novio y yo... yo acepté porque me gusta mucho, incluso nos hemos... -se inclina con las mejillas roja para susurrarle- nos hemos besado -cubre su boca con vergüenza por decirlo.
-Ya entiendo... pero eso... me preocupa que te haga estas cosas, ¿y si un maestro los ve? O algo peor ¿si Sukuna se entera? -mira la puerta del salón vigilando que nadie los escuche.
-Es por eso que nadie debe enterarse, nadie más que tú -responde Yuji nervioso por cómo piensa decirle a Megumi que ahora Nobara lo sabe- por favor... no se lo digas a nadie... soy yo quien está de acuerdo con sus muestras de afecto, yo le gusto.
-Yo... -la castaña estaba dudando de la situación dando su brazo a torcer al ver el rostro triste de su amigo- de acuerdo, no diré nada, PERO, si ese cabeza de erizo te hace o dice algo que llega a lastimarte, voy a usar mi técnica maldita para que sufra las consecuencias, y -alza su dedo en señal de que no cante victoria- lo voy a mantener vigilado, a ambos, esas muestras de afecto no son propias de nuestra edad, estaría bien si solo se toman de la mano o se dan besos en la mejilla, no esas cosas.
-Si... lo entiendo, gracias por mantener el secreto, Nobara -el pelirosa la abraza sintiéndose aliviado de habérselo dicho a su amiga- se que te preocupas por mi, es solo que... Megumi me dijo que no quería que se lo dijera a nadie porque las personas nos iban a odiar.
-Yo no estaría muy segura de eso, en el mundo hay personas que aman a otras de su mismo genero, muchas en realidad -suelta un suspiro acariciando su mejilla- pero te diré algo... no a todo el mundo le va a gustar ver a otras personas ser felices con quienes aman, así como hay gente que va a aceptarlo, hay quienes no, así que no te sientas mal si en un futuro te topas con gente de ese tipo ¿si? Tu se feliz con quien amas, estoy segura que tu familia te apoyará.
-Gracias... yo... realmente tenía mucho miedo con lo que me dijo él, aún así no planeo decirle a Sukuna esto, no se como se lo tomaría, me refiero a lo de Megumi -explica el pelirosa, sabe que su gemelo lo apoyará en lo que sea, ¿como pudo dudar de eso? Estaría a su lado en lo que sea menos en su relación con el azabache.
-Es probable que le lance un maleficio si se entera de lo suyo -opina Nobara pensativa, le sorprendía el nivel de manipulación que tiene Megumi sobre Yuji, lo hizo dudar de su propio hermano gemelo, y de su familia, sabe que los Itadori no son personas cerradas, esto la lleva a casi confirmar sus sospechas, ese chico algo quiere de su amigo- ¿Yuji... te parece si hacemos pijamada?
-Umn... si, está bien, supongo que a Megumi no le molestará que le cancele los planes -dice Yuji siguiendo a su amiga notando que el azabache estaba en dirección a ese pasillo y lo está viendo, siendo específicos, su mano entrelazada con la de Nobara.
El sentimiento que había comenzado a crecer dentro de Megumi cuando vio la mano de su supuesto novio tomando la mano de esa "campesina" fue de molestia, por algún motivo le fastidiaba verlos sonriendo con las manitos juntas, por lo que cuando Yuji le dijo qué quería cancelar sus planes para esa noche, se limito a responder un "si" rodando los ojos y procedió a ignorarlo toda la semana, no le hablaba ni lo invitaba a su habitación, quería que Yuji lo buscara, que sintiera esa necesidad de tenerlo a su lado, en otras palabras, a sus cortos 12 años quería que Itadori Yuji dependiera emocionalmente de él y muy pronto si todo funciona, que sea totalmente dependiente de él. Es por eso que para la segunda semana, dejó los cortantes mensajes para ya no responderle, a diario veía el buzón de su celular lleno de mensajes por parte del pelirosa quien ya parecía preocupado y triste por como lo ignoraba ya que cuando intentó acercarse en el receso recibiendo solo una mirada de indiferencia.
Para la tercera semana un viernes por la noche escucha que alguien llama a su puerta, sonríe de medio lado cuando ve a Yuji de pie frente a él con sus manitos sosteniendo nervioso el borde su sudadera.
-¿Necesitas algo? -el azabache siente tanta satisfacción al verlo de esa manera- pasa.
-¿Porque me ignoras? -dice Yuji cabizabjo sentándose al borde de la cama- creí que éramos novios, así no se tratan las parejas.
-Yuji, no hagas un drama, solo estaba ocupado, no tuve tiempo de responder tus mensajes por eso, además... te veías muy bien acompañado de tu amiga -el ceño fruncido que muestra no fue actuado, en realidad si le molestó que el pelirosa andara de un lado para el otro con esa niña.
-Nobara intentaba animarme, la pasé muy mal cuando me hiciste eso, yo entiendo que estes ocupado, solo que... me preocupé -comienza a soltar hipidos y jadeos por el llanto que ya no puede contener- creí que estabas enojado conmigo o simplemente ya no querías estar conmigo.
-No, nada de eso -Megumi lo toma del rostro para dejar un beso en sus labios- no digas eso, amor -lo mira fijamente a los ojos notando el brillo que empieza a aparecer al escucharlo.
-Nobara sabe sobre nosotros -murmura desviando la mirada- dijo que le daba igual, pero aún así no va a decirle a nadie -toma su mano y entrelaza sus dedos.
-¿Eso dijo? -al verlo asentir maldice entre dientes- me parece bien que no se lo diga a nadie, ¿que hay de ti, Yuji?
-Yo pienso que... esta bien -retrocede el rostro cuando el azabache intenta besarlo nuevamente- es que ella vio las marcas que me dejaste el otro día.
-Ya entiendo, de seguro dijo que no te debería hacer eso -nuevamente esa molestia en su pecho, debe encontrar una manera de que esa campesina cierre el hocico.
-Si...-.
-¿Porque te dijo eso? ¿Cree que te lastimo? ¿Acaso no le dijiste que fue tu decisión? Porque tu estuviste de acuerdo en que lo hagamos -lo suelta y se pone de pie dispuesto a abrir la puerta para sacarlo, obviamente no iba a hacer, solo quería asustarlo.
-¡No! Megumi, yo le expliqué que fue mi decisión, que a mi me gusta que me hagas esto -nuevamente siente las lagrimas acumularse en sus ojos- es que... ella dijo que no esta bien que hagamos eso a nuestra edad.
-¿Qué más?-.
-Y que sería mejor si solo besas mi mejilla o me tomas de la mano, porque esas cosas... se hacen cuando uno es más grande -dice Yuji brincando del susto cuando el azabache se acerca a abrazarlo.
-¿No lo entiendes, Yuji? -lo levanta de la cama para seguir abrazándolo- ella está celosa de nosotros, no quiere verte feliz y por eso te dijo esas cosas, Yuji ¿no lo entiendes? ¿qué clase de amiga no te apoyaría? -ahora que lo ve mejor, Yuji es más bajo que él, algo que le gusta mucho, la mirada sonrojada que le dedica desde abajo, lo hace imaginar durante unos segundo lo bien que se sentiría tenerlo de rodillas sobre su entrepierna, pero, no es el momento ahora, debe concentrarse en que el pelirosa no le diga nada a su amiga, suficiente con que sepa lo suyo.
-No lo había pensado así, es que... ella no lo habría notado si no me hubieras mordido tan fuerte -se excusa el pelirosa con un puchero dejando que limpie sus lagrimas.
-De acuerdo, dejaré de morderte de esa manera, de ahora en adelante serán suaves ¿si? -besa su mejilla al verlo feliz por lo que dijo- además he notado que te aparecen moretones cuando te muerdo.
-Es por mi piel sensible, no quería molestarte -baja la mirada esperando un regaño.
-No te preocupes, yo comprendo la situación, solo quiero que... no le digas mas sobre nuestra relación ¿si? Porque seguro va a querer seguir metiéndose, puede que yo... le guste y por eso te dijo esas cosas -sonríe para sus adentros cuando Yuji frunce el ceño, supo como manipular sus celos.
-Si... creo que estaría bien si... me limito a decirle lo que ella quiere escuchar -murmura alzando el rostro para besar al azabache.
-¿Ves? Asunto arreglado, no hay de que preocuparnos -toma su mano dejando un beso en el dorso- ¿dormimos juntos?
-Esta bien -Yuji camina hacia la cama retirándose los zapatos y se recuesta con él dejando que lo abrace por la cintura.
-No te pongas celoso, no miraría a nadie más que no seas tú -sonríe Megumi apagando la luz volviendo a besarlo esta vez colocándose sobre él- no te preocupes, Yuji... sigue haciéndolo.
-Me da algo de vergüenza -susurra volviendo a enredar sus piernas al rededor de la cintura del azabache para seguir besándose.
Luego del fin de semana en el cual Yuji la pasó en la habitación del azabache recibiendo mimos y muchas otras cosas en compensación por el mal rato que pasaron, cuando entró a clases, se sentó como es usual con Nobara y Junpei con una expresión neutra, todavía estaba pensando en lo que el azabache dijo acerca de que su amiga podría estar enamorada de él y por eso le dijo esas cosas.
-¿Estas bien? -la castaña toca su hombro para sacarlo de su burbuja de pensamientos.
-Si, heh, por supuesto, es que me siento feliz de que -se acerca para susurrarle- Megumi y yo hayamos arreglado las cosas.
-Oh, cierto, estuviste con él todo el fin de semana ¿y que tal? Comprendió la situación -responde bajando el volumen de su voz evitando ser escuchados.
-Si, por supuesto que si, dijo que es mejor si solo nos tomamos las manos -explica el pelirosa claramente mintiendo, aunque Nobara no lo sepa pues ella no lo conocer al mismo nivel que sus padres.
-Eso es bueno, me alegra que hayan resuelto eso, y sobre estas semanas... ¿se disculpó? -ladea la cabeza atenta a cada expresión que hace.
-Si y no, dijo que tenía que entrenar y por eso estaba muy ocupado, aunque si me lo compensó, le gusta abrazarme -corta la frase pues quería mencionarle que a Megumi le gusta que ambos duerman muy pegados, algo que si no diría es que en la madrugada él metió su mano dentro de su camiseta para acariciar su pecho.
-Umn... bueno... debió disculparse, esa no es forma de actuar, estuvo ignorando tus mensajes -agrega Nobara disconforme con lo que dijo su amigo, no le parecía que Megumi lo trate de esa manera.
-No es bueno expresando lo que siente, él es así -excusa Yuji dando por terminada la conversación al ver a la profesora Iori entrar a clase.
Nobara sentía que algo iba a ocurrir, no le daba buena pinta la relación que tiene su amigo con ese niño, los tratos y supuestas muestras de afecto, sabe que Yuji es muy inocente en ese aspecto ya que Sukuna en una ocasión le mencionó que su madre no habla para de su trabajo como escritora para no despertar su curiosidad por otras cosas, dejando en claro que Sukuna es el gemelo más rebelde ya que sabe a la perfección la clase de libros que escribe su madre, mientras que Yuji se mantiene alejado de eso, a pesar de ser curioso, si sus padres dicen que no, se limita a obedecer, nunca ha recibido ningún castigo o regaño a diferencia de su gemelo, tampoco le gusta meterse en problemas, por lo que, las pocas cosas que sabe sobre las relaciones es por la televisión o por sus padres los cuales le dan información bastante precisa para su edad ya que solo tiene 12 años.
Durante la semana la castaña pudo notar la mirada de desprecio por parte de Megumi, a lo que ella no iba a quedarse callada y le mostraba cada que podía el dedo medio en señal de que le resbalaba lo que dijera.
-Quítate campesina -la empuja Megumi con una sonrisa.
-¿Cómo me llamaste? -Nobara por supuesto que no iba a dejar que la trataran de esa manera, mira a todos lados asegurándose de que solo sean ellos en el pasillo- pude dejar pasar tus miradas de idiota hacia mi por que a mi amigo le gustas, pero una estupidez mas y no la cuentas.
-¿O que? ¿Qué vas a hacerme? Pobre -se burla el azabache siendo callado por un golpe en su cara que lo derriba al suelo- eres una idiota -se levanta para pelear.
-Es de poco hombre ir a golpear a una dama -dice Maki a sus espaldas sin molestarse en ayudarlo- me disculpo por los comportamientos infantiles que tuvo mi primo contigo -extiende su mano hacia la castaña.
-Gracias -responde Nobara correspondiendo su mano para luego acercarse a Megumi y susurrarle- hazle algo a Yuji y yo te juro que usaré mi ritual contigo.
-Ya va a ser hora de su siguiente clase, vayan -Maki cruza sus manos esperando que ambos se retiren, había escuchado y visto como el azabache andaba fastidiando a su compañera, así que decidió intervenir antes de que Satoru lo hiciera ya que este iba a beneficiar a su primo.
Ahora debe de ser más cuidadoso con lo que hace, si no es Sukuna, pues es Nobara, ella sospechaba de algo, lo ideal sería que ambos se pelearan, más no lo ve posible pues Yuji la estima mucho.
-Megu... tu rostro -Yuji se acerca para ver el golpe en su mejilla.
-Tranquilo, fue uno de mis shikigamis mientras entrenaba, aún tengo que mejorar con el siguiente -bromea tomando su mano, no podía tampoco soltar que fue su amiga ya que iba a preguntarle y eso le traería muchos problemas.
-Debes ser más cuidadoso -el pelirosa se apresura en sacar un botiquín buscando una pomada para el golpe.
-¿Qué haría sin ti? -murmura viendo su sonrojo.
-N-no digas esas cosas-.
-Mañana ven a mi habitación a jugar un rato, hagamos otra cosa -ya luego pensaría en como callar a Nobara, está muy seguro de que ella en cualquier momento abrirá la boca.
Chapter 5: Celos
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Megumi había experimentado de primera mano los celos de Yuji, y esa última semana no fue la excepción, y es que también Hana durante los descansos no se le despega, normalmente la ignoraría como lo ha hecho desde que se conocen, solo que ahora se ha vuelto mas insistente al punto de invitarlo a su casa en las vacaciones, algo que esperaría de Yuji quien es su "novio" y se limita mirar a la rubia de manera amenazante, hablando de vacaciones ¿porque Yuji no lo ha invitado? Faltan dos semanas para el descanso de mitad de año y no lo ha escuchado hablar de ningún plan, aunque tampoco le ha preguntado.
-Gumi, voy a ir a la playa con mis padres estas vacaciones, puedes acompañarnos -dice Hana jugando con sus manos.
-Que genial, ¿puedo ir también? -Noritoshi se le acerca curioso.
-Si, ve con ella, yo voy a quedarme en casa durmiendo -interrumpe Megumi acelerando el paso dejando a la rubia con la palabra en la boca.
Mientras camina con prisa hacia su siguiente clase, se topa con Yuji casi al final del pasillo conversando con Junpei, ese estúpido con flequillo siempre acapara la atención de Yuji en el día, mucho más que Nobara, empieza a fastidiarle su presencia cerca del pelirosa por lo que de manera sigilosa se acerca para escuchar su conversación, algo que no hace más que molestarlo al escucharlos.
-Deberías venir, podemos ir a pasear por el arroyo y te puedo mostrar mi iguana de mascota -dice Junpei con emoción en sus ojos por invitar a su nuevo amigo a pasar las vacaciones- creo que estoy sonando insistente, lo siento, es solo que... eres mi primer amigo y le he hablado mucho de ti a mi mamá.
-¿En serio? -Yuji se sonroja levemente al verlo asentir- lo pensaré, a veces viajamos a otro país durante los descansos, así que no puedo asegurar nada.
-Oh, no hay problema, si aceptan me mandas un mensaje, mi madre estará contenta de recibir/ -en el momento que extiende su mano para sostener la del pelirosa, es empujado por Megumi- ¡Auch! -se frota el brazo adolorido.
-Perdón, deberías fijarte por donde vas y no quedarte de pie en pleno pasillo -responde el azabache con la mirada seria intentando intimidarlo.
-Megumi, eso no fue amable, tú lo empujaste -lo regaña Yuji ayudando a su amigo sosteniendo su mano.
-Fue un accidente -mira sus manos unidas y al instante toma al pelirosa de la mano y se lo lleva- hablemos.
-¿Qué? Megumi, camina despacio, voy a caerme -a Yuji no le gusta ser llevado a rastras por nadie, por lo que antes de que el azabache abra la puerta de aquel salón abandonado, con toda su fuerza se libera de su agarre- ¿cuál es tu problema?
-Mi problema es que no me gusta que ese niño ande muy pegado a ti -frunce el ceño al ver a su novio alejarse hacia el pasillo, agradece que no haya gente o los verían haciendo una escena, lo que llevaría a ser descubiertos por algún maestro.
-Junpei es mi amigo, solo eso, así como Hana es sólo tu amiga y me lo repites todo el tiempo -se defiende el menor cruzando sus brazos.
-Si pero la diferencia es que yo no correspondo a sus coqueteos-.
-¿Y yo si? Megumi... él es mi amigo, su cercanía conmigo no es del tipo que piensas, es porque soy su primer amigo y viceversa -se limpia la pequeña lágrima que resbala por su mejilla- me protege, es atento, se sienta conmigo, no me excluye, a diferencia de ti, dices ser mi novio, pero solo me tratas bien cuando estamos en tu habitación, me ignoras en clase, es como si te avergonzaras de mi.
-No, Yuji no es así -empezaba a odiar el nudo que se forma en su garganta acompañado de ese sentimiento de culpa cada vez que el pelirosa llora por su culpa- yo te dije antes que hay personas a las que no les va a gustar lo nuestro y nos separarán -lo toma por los hombros para abrazarlo.
-Lo sé, pero sería bonito que no me ignoraras, o te sentaras conmigo -toma su mano para entrelazar sus dedos- ¿me das un beso?
-Yo... -piensa unos segundos en su petición decidiendo por darle uno en la mejilla.
-En los labios -hace un pequeño puchero poniéndose de puntitas para alcanzar el rostro de Megumi.
-E-espera -mira a todos lados confirmando que no había nadie- de acuerdo.
Acaricia lentamente el rostro de Yuji inclinándose para besarlo apoyándolo contra la pared, es la primera vez que se dan un beso en un lugar público, y Megumi sabe que podrían ser descubiertos, aun así le da un segundo beso mordiendo sus labios, a este punto lo podría convencer de ir a su habitación y perderse la última clase, de no ser porque escucha alguien aclarar su garganta a sus espaldas.
-Joven Fushiguro e Itadori, ese tipo de conductas no están permitidas en esta escuela -dice la maestra Iori.
-Lo siento profesora -al instante Megumi se separa de Yuji intentando controlar sus nervios- es sólo que..
-Megumi es mi novio -interrumpe Yuji con la cara completamente roja- y como somos... novios... pensé que lo correcto era besarnos... ya sabe... como en las películas, no pensé que... -cubre su boca al darse cuenta que reveló su relación.
-Tesoro -Utahime suaviza su semblante y se acerca para acariciar sus cabellos- me parece muy tierno que ambos sean buenos amiguitos y anden de noviecitos, pero estas cosas no son propias de su edad ¿sí? Pueden tomarse las manos e incluso besar sus mejillas.
-No volverá a suceder -Megumi desvía la mirada para evitar que su enojo sea evidente, ¿que sabe esa solterona sobre su relación con Yuji?
-Eso espero, de igual manera debo de decirle al profesor Gojo quien está a cargo de tu aula -cuando se dirige a Megumi, el semblante de Utahime cambia a uno molesto, no le daba buena espina que su alumnito ande con alguien del clan Zenin- me retiro, no lleguen tarde a clases.
-Megu... por accidente se me escapó decirle sobre nosotros... lo siento... no te enojes -sus ojos se vuelven a acumular de lágrimas.
-No estoy enojado, Yuji, esas cosas pasan -se apresura en decir al verlo al borde de las lágrimas- y no preocupes si nos llaman la atención o algo, yo me las arreglo ¿si?
-Está bien -murmura cabizbajo.
-Tranquilo -lo toma del rostro y besa su mejilla- ¿vienes a mi habitación esta noche? Sabes que si puedo besarte cuando estamos solos.
-Si, ¿vamos a jugar? -le susurra sorprendido por el sonrojo del azabache.
-Tal vez -sonríe de medio lado.
Al finalizar las clases, hacen un pequeño entrenamiento físico con el profesor Nanami, o Nanamin como le dice Yuji quien se ha ganado su cariño, la clase en general se basa en defensa personal y al finalizar se van a las duchas, en donde Megumi ocupa una al lado del pelirosa sólo para ver de reojo en primera fila su cuerpo, de la manera más disimulada posible sin verse como un pervertido. Luego de esto, tienen sus horas libres para caminar por las instalaciones y realizar sus deberes hasta las ocho de la noche en donde todos deben ir a descansar para un nuevo día de clases. Pasadas las 9 de la noche, Yuji sale con sigilo de su habitación siendo interceptado por Nobara.
-¿Otra vez vas a ver a ese pervertido? -cruza sus brazos la castaña evidenciando su desaprobación.
-No es un pervertido, es mi novio, y si, voy a ir a verlo porque quedamos en que vamos a dormir juntos -responde rodeándola para seguir su camino.
-Junpei me contó la escenita que te hizo en la tarde, no dejes que te trate de esa manera, por mucho que sea tu novio, no tiene por qué jalonearte-.
-No hizo eso, además... no discutimos ni nada -murmura desviando la mirada- estoy llegando tarde.
Corre hasta llegar a la habitación del azabache en donde es recibido con un beso mientras escucha como coloca seguro a la puerta.
-Nobara me detuvo en el pasillo -se quita las pantuflas y sube a la cama para sentarse en el centro dejando que Megumi se recueste en su regazo.
-Seguro no quería que vinieras a verme -Megumi rueda los ojos recibiendo las caricas en su cabello.
-Algo así, no le agradas mucho -bromea recostándose al sentir la mano del contrario en su pecho.
-Yo creo que si está celosa de nosotros -le susurra descendiendo a su cuello en donde deja pequeñas mordidas- no te preocupes por eso, solo tengo ojos para ti.
-Lo sé... -Yuji decide tomar la iniciativa por primera vez debido a la idea de que su amiga pueda gustar del azabache.
-Yu... -admira el pecho desnudo del pelirosa inclinándose para besar su pecho paseando su lengua por sus pezones, agradece a todos los dioses por mostrarle esa versión celosa de Yuji- juguemos un rato -se retira la camiseta para sentir el calor de ambos cuerpos semidesnudos.
A este punto, Megumi sentía que necesitaba más, es por eso que empieza a maquinar una idea rápida de cómo hacer que el contrario acepte, desciende su mano hasta su entrepierna dejando un suave apretón procediendo a abrir su pantalón.
-¿Que haces? -Yuji toma su mano sorprendido de lo que hizo.
-Quería que fuéramos al siguiente nivel del juego -pone ojos de cachorrito ante el confundido rostro del pelirosa- te dejaré ver el mío, podrás tocarlo.
-Yo... no lo sé... es muy privado, eso es lo que se hace antes de... ya sabes... oculta su rostro con vergüenza- tener relaciones -cubre su boca como si hubiera dicho algo prohibido, aunque para ellos si lo es- y eso hacen las personas que se aman.
-Es por eso que quiero hacerlo contigo -suelta Megumi contemplando el brillo en los ojos de Yuji al escucharlo- porque te amo, siento que te amo. Es por eso que quiero que vayamos paso a paso ¿qué opinas?
-Me gustaría mucho... pero cuando seamos grandes -le corta Yuji con una sonrisa.
-No estaría mal entonces explorar nuestros cuerpos ¿no lo crees? -propone el azabache desabrochándose el pantalón liberando su miembro.
-Creo... creo que no -responde inseguro el pelirosa dejando que guíe su mano hacia su erección- se siente raro... es caliente...
-Mueve tu mano... así -lo guía lentamente para masturbarlo haciendo lo mismo en el miembro del contrario- ¿te gusta? -le susurra disfrutando de escuchar sus gemidos viéndolos asentir.
-Megumi, detente -murmura el pelirosa con las mejillas sonrojadas- para, me siento raro.
-¿Como que raro? -sabe lo que significa, por lo que ignora sus quejas y sigue.
-Voy a hacerme pipi, basta -se remueve incomodo intentando empujarlo, sin embargo el semblante molesto del azabache lo detiene- ¡Mgh! -cubre su boca al soltar un gemido.
-¿Lo ves? -hace que el pelirosa descienda la mirada hacia su mano cubierta de semen- solo llegaste al climax.
-Y-yo... no sabía eso... -su cabeza comienza a dar vueltas por tantas emociones juntas.
-Ahora es mi turno -Megumi se pone de rodillas indicándole que se levante- no te levantes el pantalón, solo ponte en cuatro.
-¿Porque? -Yuji comienza a dudar de las extrañas peticiones de su novio, aunque pese a esto obedece- ¿así?
-Si, me vas a ayudar a acabar también -pasea sus manos por la delgada espalda del pelirosa- junta tus muslos.
-Me da vergüenza, ¿como te voy a ayudar? -pregunta con curiosidad soltando un jadeo al sentir algo caliente entre sus muslos- ¡Megumi! ¿Qué haces?
-Me estás ayudando -comienza a mover sus caderas como si realmente lo estuviera embistiendo- no te muevas -lo sostiene de la cintura para evitar que se vaya.
El pelirosa soltaba bajos gemidos escondiendo su rostro en la almohada, sentía que era muy incorrecto lo que hacían, y es bastante seguro que Sukuna le rompería la nariz a Megumi si viera como corrompe a su tierno e inocente hermanito, y ni hablar de Choso quien no los ha visto, ya que si supiera que son amigos, los hubiera separado al instante ya que detesta al clan Zenin por cierta persona.
-Megumi... de nuevo... va a pasar de nuevo -advierte Yuji aferrándose a la almohada.
-Deja que salga -Megumi aprovecha ese momento para separar sus nalgas y rozar su entrada con su miembro para acabar.
-Esta adentro -se queja Yuji al sentir incomodidad.
-No, no lo está -responde el azabache recostándose- si hubiera estado dentro, probablemente te hubiese dolido.
-Ah... me asusté un poco -confiesa el menor soltando un suspiro de alivio.
-Descansemos ¿si? -besa su frente- yo voy a limpiar.
-Esta bien... tengo... mucho... sueño... -suelta un pequeño bostezo antes de acomodarse la ropa y dormirse.
-Duerme, Yuji -sonríe maliciosamente el azabache.
Solo tuvo que cambiar su manta junto a su pijama para irse a dormir, antes de recostarse, Megumi se toma unos segundos para admirar el semblante tranquilo del pelirosa, acaricia su cabello con delicadeza antes de apagar la luz.
Durante los últimos días de clase, Megumi se la pasaba a su lado, dándole mimos e invitándolo a almorzar para demostrarle que no sentía vergüenza o algo por estar a su lado, aunque a vista de todos parecían solo dos amigos, y entre esos espectadores estaba Sukuna quien lo intercepta durante el receso.
-¿Cual es tu problema? -reclama el azabache frunciendo el ceño.
-¿Que te traes con mi hermano? -Sukuna aprieta sus puños al escucharlo reírse- ¿dije algún chiste?
-Es mi amigo, ¿acaso no puedo serlo? Además tu no decides quien debería estar con tu hermanito, son sus decisiones -cruza sus brazos con superioridad- no te metas.
-Me meto todo lo que yo quiero porque es mi gemelo, y te atreves a tocarlo, ten por seguro que Choso estará encantado de platicar contigo -le daba demasiada bronca verle esa sonrisa burlona en la cara.
-Claro, ahora si me disculpas, tengo otras cosas mejores que hacer -Megumi pasa por su lado dándole un golpe por el hombro, si Sukuna supiera que ha tocado demasiado de su hermanito, seguro botaría espuma por la boca.
De camino al gimnasio se topa con Yuji quien tararea una canción alegre.
-Megu... ¿que vas a hacer en tus vacaciones? -Yuji se pone de puntitas para besar su mejilla- no hay nadie.
-Oh, heh, estaba pensando en quedarme aquí, no hay nada interesante que hacer en casa, sería lo mismo -alza sus hombros con desinterés- ¿Qué hay de ti?
-No lo se, mis padres habían propuesto un viaje a la hacienda de mi abuelo, pero está por verse -le guiña cómplice.
-Ve a divertirte, después de todo, las clases son agotadoras -el azabache acaricia su mejilla.
-No toques a mi hermano -dice Sukuna a sus espaldas con una vena resaltando en su frente- pervertido.
-Su-sukuna, tranquilo, solo me tocó la mejilla -lo defiende Yuji colocándose frente a su novio.
-Me da igual, no te acerques a este idiota -Sukuna bufa enojado al ver como su hermano menor lo protege- acompáñame a empacar las maletas.
-Esta bien -murmura sin poner resistencia- hasta luego.
El azabache se queda de pie observando como ambos se van, ya tenia algo con que hacer que Yuji se ponga en contra de su hermano, además, no le gustaba para nada el tomo demandante que usó Sukuna con Yuji, como si estuviera celoso... ¿podría ser? Puede que solo sean ideas suyas.
Arroz (Guest) on Chapter 4 Mon 18 Nov 2024 12:42PM UTC
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