Chapter Text
El laboratorio estaba sumido en una penumbra constante, iluminado únicamente por el resplandor frío de las pantallas y los indicadores intermitentes de las máquinas. Las paredes de hormigón reforzado absorbían cualquier ruido, creando una atmósfera opresiva. El aire olía a químicos, desinfectante y un leve toque metálico que parecía ineludible. En este espacio hermético, un grupo de científicos trabajaba con una eficacia escalofriante, obsesionados con su propósito.
La sala principal era un vasto espacio dividido en secciones cuidadosamente delimitadas, cada una dedicada a una faceta diferente del proyecto. Microscopios de última generación y mesas llenas de frascos etiquetados con códigos enigmáticos competían por espacio con equipos de bio-impresión y tanques de contención sellados. En las esquinas, monitores gigantes proyectaban lecturas biométricas en tiempo real: ritmo cardíaco, actividad cerebral, niveles hormonales. Era imposible escapar de la sensación de ser constantemente vigilado, incluso para quienes trabajaban allí.
La atmósfera en el laboratorio no solo era tensa; era asfixiante. Las conversaciones eran siempre medidas, cada palabra cuidadosamente seleccionada para evitar errores o levantar sospechas. La organización detrás del proyecto no toleraba fallos. Los rumores sobre lo que había ocurrido con los equipos anteriores –desapariciones inexplicables, “accidentes” misteriosos– flotaban en el aire como un recordatorio silencioso de las consecuencias de fracasar.
En el centro de la sala, una mesa de conferencias estaba rodeada por los investigadores más importantes del proyecto. Eran 12 en total pero solo 3 ocupaban espacio alrededor de la mesa, cada uno seleccionado meticulosamente por su experiencia en campos como la biotecnología, la genética avanzada y la neurociencia. Pero más allá de sus títulos y logros, lo que los unía era su disposición a ignorar los límites éticos en nombre de la ciencia. Este no era un trabajo ordinario; lo que hacían aquí estaba destinado a reescribir las reglas de lo posible y, tal vez, las de lo moral.
El Dr. Samuel Richter, un hombre de mediana edad con cabello canoso y una expresión severa, se levantó. Vestía una bata blanca impecable, y sus movimientos eran calculados, como los de alguien acostumbrado a imponer autoridad. "Bien, comencemos con el informe semanal. Estamos en la etapa final, pero los últimos eventos han generado dudas en ciertos niveles de la operación. Dra. Morales, de el resumen sobre el progreso del sujeto."
La Dra. Elena Morales, una genetista de renombre, ajustó sus gafas mientras tomaba la palabra. Era una mujer de unos cincuenta años, con cabello recogido en un moño y una postura que denotaba seguridad. Sin embargo, incluso en su voz había un matiz de tensión. "Hace diez años, obtuvimos a un niño huérfano de una región rural. Fue seleccionado por su estado de salud impecable y la ausencia de cualquier conexión familiar o social que pudiera levantar sospechas. Desde entonces, hemos transformado su fisiología y psicología, aunque físicamente sigue pareciendo un adolescente humano. Entre los cambios físicos más notables se encuentran sus garras retráctiles, una mandíbula extremadamente poderosa y puede endurecer su piel a tal punto que se compararía con unas escamas de un dinosaurio reforzadas."
La Dra. hizo una pequeña pausa para mirar a sus compañeros antes de continuar. “Además, se le realizaron exámenes exhaustivos para evaluar su condición física y mental de manera regular. Estos exámenes incluyeron análisis de sangre, pruebas de esfuerzo y revisiones médicas rutinarias. La mayoría del tiempo, los resultados indicaron que su estado era estable, aunque se observaron fluctuaciones ocasionales en sus niveles de energía y comportamiento, especialmente después de pruebas intensivas o modificaciones genéticas significativas.”
El silencio que siguió a su declaración era casi tangible. Los demás científicos observaban con atención, pero sus rostros carecían de cualquier rastro de empatía. Para ellos, el sujeto era un experimento, una suma de datos y resultados, no un ser humano.
El Dr. Marcus Lee, experto en biotecnología y manipulación genética, intervino. Era un hombre joven para estar en su posición, apenas rozando los cuarenta años, pero su mirada transmitía una frialdad que contradecía su juventud. "El sujeto, denominado como 'Código Acus', ha sido sometido a una serie de procedimientos que involucran ADN de distintas especies para aumentar su rendimiento. Nuestro enfoque ha sido optimizar cinco áreas clave: fuerza, agilidad, inteligencia, resistencia y regeneración. Cada una de estas características lo convierte en una herramienta de combate perfecta, capaz de rivalizar con los híbridos AC de nivel bajo, calculamos que incluso pueda arreglárselas con niveles medios, aunque con cierta dificultad, dependiendo la clase del hibrido"
La Dra. Morales asintió. "Para la fuerza, hemos utilizado fragmentos genéticos de depredadores masivos como el Tiranosaurio Rex y el Megalodón. Los resultados son extraordinarios. Durante las pruebas, el sujeto logró destruir una pared de hormigón con un solo golpe y su mandíbula puede triturar huesos gruesos con relativa facilidad. Además, fue capaz de levantar y lanzar un vehículo de tamaño mediano a una distancia de varios metros.”
El Dr. Lee continuó. "En cuanto a la agilidad, el ADN de Velociraptor y otras criaturas rápidas le ha permitido alcanzar velocidades que exceden las capacidades humanas. Fue capaz de evadir a un equipo completo de seguridad en un entorno simulado. También demostró una capacidad impresionante al realizar maniobras acrobáticas complejas en un circuito de obstáculos. En una prueba adicional, logró capturar varios drones en movimiento en un tiempo récord."
"La resistencia también ha mostrado resultados impresionantes," agregó la Dra. Morales. "Introdujimos ADN de criaturas conocidas por su capacidad para soportar impactos, como el Anquilosaurio y el Pachycephalosaurus. Durante las pruebas, el sujeto demostró una resistencia física sobresaliente: soportó impactos contundentes sin perder el conocimiento, teniendo una diferencia bastante grande si endurece su piel contra los impactos o no, además mantuvo un ritmo constante al correr durante largos periodos. También fue sometido a una serie de impactos repetitivos con un mazo de gran tamaño con su piel endurecida, sin sufrir daños significativos."
El Dr. Lee retomó la palabra. "Para la inteligencia, hemos utilizado ADN de cuervos y Neandertales. El sujeto ha demostrado una capacidad cognitiva avanzada, resolviendo rompecabezas complejos y aprendiendo nuevas habilidades con rapidez. Sin embargo, su capacidad para relacionarse socialmente es limitada. Según los informes de sus cuidadores, tiende a comunicarse de manera muy básica, con respuestas cortas y directas, lo que lo hace menos predecible en entornos sociales."
La Dra. Morales añadió. "Y para la regeneración, hemos utilizado ADN de axolotl, estrella de mar y salamandra. El sujeto ha demostrado una capacidad de regeneración impresionante, capaz de curar heridas en cuestión de horas. En una prueba, se le infligió una herida profunda en el brazo, y en menos de un día, la herida había desaparecido por completo. Además, mostró la capacidad de regenerar tejidos dañados por quemaduras severas en un tiempo significativamente reducido."
El Dr. Richter levantó una mano para detenerlos. "Todo eso suena prometedor, pero ¿qué hay sobre algún efecto secundario? El jefe no tolerará que el sujeto tenga fallos presentes."
La Dra. Morales vaciló antes de responder, tomando un momento para ajustar sus gafas y respirar profundamente. "Las alteraciones genéticas han generado una demanda energética considerable tras algunas de las pruebas," comenzó, su tono reflejando la seriedad del asunto. "Este fenómeno se presenta con mayor frecuencia en los experimentos de regeneración o resistencia, en los cuales, después de un uso excesivo, se manifiestan dichos efectos."
Hizo una pausa, mirando a sus colegas antes de continuar. "En una de las pruebas de resistencia, se le solicitó que alcanzara su máxima velocidad durante 15 minutos. Al detenerse, parecía encontrarse en condiciones normales, pero poco después colapsó, incapaz de mantenerse en pie debido a la falta de energía."
La Dra. Morales suspiró, recordando la escena. "En otro experimento, mucho más arriesgado, se le amputó la mano a la altura del antebrazo. Posteriormente, colocamos la mano amputada nuevamente en la herida para observar si podía regenerarse al reconectarla. En un entorno controlado y relajado, la regeneración completa tardó aproximadamente 30 minutos, un tiempo sorprendentemente corto considerando la gravedad del procedimiento."
Hizo una pausa más larga antes de añadir: "Sin embargo, tras este proceso, el sujeto entró en un estado de somnolencia profunda y se quedó dormido durante horas. También hemos observado que, si no recibe la nutrición adecuada, su cuerpo entra en un estado de letargo profundo, lo cual podría comprometer su capacidad de regeneración en el futuro."
La Dra. Morales hizo una expresión mostrando una mezcla de preocupación y determinación. "Es crucial que el sujeto recupere energía adecuadamente después de cada prueba. La falta de recuperación puede llevar a un estado crítico. En una ocasión, debido a la insuficiente recuperación energética, el sujeto entró en un estado de colapso total. Su ritmo cardíaco y respiración disminuyeron a niveles peligrosamente bajos, y fue necesario intervenir de inmediato para estabilizarlo. Este incidente subraya la importancia de asegurar una adecuada nutrición y descanso para mantener la viabilidad del sujeto."
La Dra. Morales hizo una pausa más larga esta vez, su expresión mostrando una mezcla de preocupación y determinación. "Además, hemos detectado fragmentación psicológica. Su mente parece dividirse en dos entidades distintas, ambas presentes, pero solo una se hace cargo del control en cada momento. Es como si dos operadores estuvieran al mando de un mismo sistema, alternándose en el control del cuerpo."
"Este cambio es fácilmente identificable por la variación en el color de sus ojos, ya que, después de esta situación, el color original de los ojos del sujeto cambio totalmente," continuó, su voz ahora más firme. "Cuando una mentalidad toma el control, el ojo correspondiente adquiere un color específico: azul para el ojo derecho, cuya mentalidad es más analítica, y rojo para su ojo izquierdo, teniendo una mentalidad más impulsiva. El ojo contrario se vuelve gris durante estos cambios. La mentalidad asociada al ojo azul muestra una mayor capacidad en tareas que requieren agilidad e inteligencia, mientras que la mentalidad del ojo rojo destaca en situaciones que demandan fuerza y resistencia. La regeneración, sin embargo, parece ser igual de efectiva en para ambas mentalidades. Hasta ahora, no hemos observado conflictos significativos entre las dos mentalidades; parecen coexistir de manera funcional, cada una aprovechando sus propias fortalezas en diferentes situaciones."
El Dr. Lee, con su característico pragmatismo, respondió. "Eso no es un problema insuperable. Con un control adecuado y las medidas de seguridad necesarias, estos riesgos pueden ser mitigados. Sin embargo, debemos prestar especial atención a la recuperación energética del sujeto. Implementar un protocolo estricto de nutrición y descanso será esencial para evitar futuros colapsos y asegurar su rendimiento óptimo."
El debate continuó, pero no todos en la sala estaban completamente enfocados en la discusión. Mientras los científicos discutían, en un rincón del laboratorio, el cuidador principal de Código Acus observaba en silencio. Jacob, un hombre de unos treinta y pocos años, había sido asignado para monitorear al sujeto desde su infancia. En esos años, había desarrollado un vínculo inesperado con él. Jacob no era científico ni mercenario; había aceptado el trabajo por necesidad al igual que otros cuidadores, pero nunca imaginó el peso moral que traía consigo.
La celda del sujeto, ubicada en una sección aislada del laboratorio, era una estructura imponente hecha de vidrio reforzado y materiales compuestos capaces de soportar fuerzas extremas. Desde fuera, parecía tranquilo, casi inofensivo, pero Jacob sabía mejor. Había pasado noches enteras observando al sujeto, notando los cambios sutiles en su comportamiento. Lo que antes era un niño, ahora era algo completamente diferente: una amalgama de características y modificaciones genéticas. Sus garras retráctiles o las el que pueda endurecer su piel eran testimonio de los experimentos a los que había sido sometido, mientras que su capacidad de resolver problemas contrastaba con su apariencia juvenil.
Jacob recordaba las primeras interacciones con el sujeto, cuando aún era un niño. Había algo en su mirada que reflejaba un miedo por todo lo que ocurría a su alrededor. Pero con el tiempo, esos ojos se habían vuelto fríos, como si la humanidad se hubiera desvanecido lentamente de él. Jacob no podía evitar sentir una punzada de culpa cada vez que pensaba en lo que habían hecho. Sabía que su papel era importante para el proyecto, pero también sabía que estaba contribuyendo a algo que desafiaba los límites de la moralidad.
Una noche, mientras observaba al sujeto a través del vidrio reforzado, Jacob notó algo inusual. El sujeto estaba inmóvil, con la mirada fija en un punto en la pared. Era una quietud antinatural, casi inquietante. Jacob se acercó más al vidrio, tratando de entender qué estaba pasando. De repente, el sujeto giró la cabeza y sus ojos se encontraron con los de Jacob. Fue un momento breve, pero en esos segundos, Jacob sintió una conexión, una súplica silenciosa que lo dejó helado.
El Dr. Richter, ajeno a las dudas morales de Jacob, continuaba presionando a su equipo para avanzar. "No podemos permitirnos ningún retraso. El inversor está impaciente y espera resultados. Dra. Morales, ¿cuál es el siguiente paso en el protocolo?"
La Dra. Morales, aunque profesional, no podía ocultar una ligera vacilación. "El siguiente paso implica una serie de pruebas de campo. Necesitamos evaluar cómo se comporta el sujeto en un entorno controlado, pero más amplio. Esto nos dará una mejor idea de su capacidad para adaptarse y operar en situaciones reales."
El Dr. Lee intervino. "Hemos preparado un entorno simulado que replica condiciones urbanas y rurales, esto se ubicara en un pueblo conocido como Rock Bottom cuyos habitantes son la mayoría humanos. El sujeto será expuesto a una serie de desafíos que pondrán a prueba todas las áreas que hemos optimizado. Será una prueba exhaustiva, pero necesaria."
Mientras los científicos discutían los detalles logísticos, Jacob no podía dejar de pensar en la mirada del sujeto. Sabía que algo estaba cambiando, algo que los demás no podían ver o no querían ver. Decidió que necesitaba hacer algo, pero no estaba seguro de qué. La idea de sabotear el proyecto cruzó por su mente, pero sabía que las consecuencias serían severas, no solo para él, sino también para el sujeto.
Esa noche, Jacob se quedó en el laboratorio más tiempo del habitual. Esperó a que todos se fueran y se dirigió al lugar donde tenían encerrado a Código Acus. Con un movimiento rápido, desactivó las cámaras de seguridad y entró en la sala. El sujeto lo miró con una mezcla de curiosidad y desconfianza. El ojo izquierdo del sujeto era de un color rojo. Jacob se acercó lentamente, tratando de no parecer una amenaza.
"Escucha," dijo Jacob en voz baja, "sé que eres consciente de todo lo que ha sucedido, de lo que te están convirtiendo. No puedo seguir viendo cómo te usan. Necesitas salir de aquí."
Código Acus inclinó la cabeza ligeramente, como si estuviera evaluando las palabras de Jacob. Había una chispa de reconocimiento en sus ojos. En ese momento, el ojo derecho del sujeto se volvió azul, mientras que el izquierdo perdió su color. Jacob sabía que no tenía mucho tiempo antes de que alguien notara la desactivación de las cámaras.
"Voy a abrir la puerta," continuó Jacob, "pero necesitas ser rápido y silencioso. Hay una salida de emergencia en el ala este del edificio, solo ve a por el final del pasillo, desde ahí debería de serte fácil ubicar la salida. Te llevará a un túnel que desemboca fuera del complejo. No puedo acompañarte, pero te daré una ventaja."
Con manos temblorosas, Jacob introdujo el código de seguridad y la puerta de la celda se abrió con un suave zumbido. El sujeto dio un paso adelante; sus movimientos eran fluidos, una mezcla de fuerza y gracia que reflejaba las modificaciones genéticas y las pruebas que había sufrido. Jacob retrocedió, dándole espacio para salir.
"Buena suerte," susurró Jacob, sabiendo que esas palabras eran insuficientes para la magnitud de lo que estaba haciendo. El sujeto asintió una vez antes de desaparecer en la penumbra del pasillo.
Jacob se quedó allí, mirando la puerta abierta de la celda vacía. Sabía que su vida cambiaría irrevocablemente a partir de ese momento. No había vuelta atrás. Con un suspiro profundo, dejó una nota en la celda del sujeto: "Las consecuencias de nuestros actos nos alcanzarán.” Luego, se dirigió a la sala de control para reactivar las cámaras y borrar cualquier evidencia de su intervención.
Mientras tanto, Código Acus se movía con una velocidad y precisión sobrehumanas a través del complejo. Cada paso estaba calculado; cada movimiento era una obra maestra de eficiencia. Los sensores de seguridad y las patrullas no eran un obstáculo para él; su entrenamiento y modificaciones lo habían preparado para este momento.
Llegó a la salida de emergencia y, con un último vistazo atrás, se adentró en el túnel. En ese momento, los patrones de color de sus ojos cambiaron, con el rojo siendo el predominante. La oscuridad lo envolvió; sus sentidos agudizados le permitieron navegar sin dificultad. Sabía que el mundo exterior sería un desafío completamente nuevo; también sabía que estaba preparado para enfrentarlo.
En el laboratorio, la alarma finalmente sonó. Los científicos y guardias se movilizaron rápidamente; ya era demasiado tarde: Código Acus había escapado del recinto y se encontraba corriendo en una dirección lejos del sitio. El Dr. Richter estaba furioso exigiendo respuestas y culpables; sin embargo, Jacob ya no estaba allí para enfrentarlo.
Código Acus, ahora libre, enfrentaba un mundo desconocido llevando consigo habilidades y conocimientos inculcados. Después de escapar del complejo, corrió a toda velocidad hasta que creyó estar lo suficientemente lejos. Solo entonces decidió reducir el ritmo para evitar agotarse demasiado y hacer presentes los efectos secundarios de su alta demanda energética.
Caminaba por una carretera desierta, sus sentidos agudizados captando cada sonido y movimiento a su alrededor. La noche era oscura, pero su visión nocturna le permitía ver con claridad. Su ojo derecho brillaba en un tono azul debido a esto.
Después de un tiempo, llegó a un cruce de caminos y vio un cartel que indicaba la dirección de las ciudades cercanas. Uno de los nombres en el cartel llamó su atención: ‘Volcadera Bluffs’.
Cod.AcusAzul¿?: (Volcadera Bluffs... suena como un buen lugar para empezar, pero debemos ser precavidos. Nos deben de estar buscando como locos.)
Cod.AcusRojo¿?: (Entonces vamos, no tenemos tiempo que perder. Pero si sucede algo, yo me encargo.)
Cod.AcusAzul¿?: (No, no podemos arriesgarnos a que te hagas cargo. Sabes que los efectos secundarios nos dejarían vulnerables si te emocionas demasiado. Necesitamos mantenernos en control y un perfil bajo.)
Cod.AcusRojo¿?: (¡Siempre con tus precauciones! Pero está bien, lo acepto, por ahora. Pero si las cosas se ponen feas, no dudes en dejarme actuar.)
Cod.AcusAzul¿?: (Suficiente charla. Vamos a movernos antes de que nos encuentren. Y recuerda, la paciencia es una virtud.)
Con una mezcla de precaución y curiosidad, Código Acus decidió seguir el camino hacia Volcadera Bluffs, preparado para enfrentar cualquier desafío que pudiera surgir.
…
…
…
2 semanas y unos días después
Localización actual: Volcadera Bluffs, en un callejón a las afueras de una zona llamada Skinrow.
Situación….
Cod.AcusAzul¿?: (¿Tú qué piensas, Red?)
Red: (Estamos en la mismísima mierda, Blue.)
Blue: (Carajo.)
Decidimos llamarnos así de momento. Los cuidadores solían referirse a nosotros como Red y Blue dependiendo de quién estuviera al mando. Era más fácil para ellos por el color de nuestros ojos. Esta distinción nos ayuda a mantener cierto orden en medio de todo el caos.
Desde que escapamos del complejo, hemos estado explorando Volcadera Bluffs, tratando de entender nuestro nuevo entorno. La ciudad es un laberinto de calles y edificios, cada uno con su propio conjunto de peligros y oportunidades. Durante los primeros días, me moví con cautela, evitando cualquier contacto innecesario. Mis sentidos agudizados detectaban amenazas a distancia, pero también me recordaban constantemente nuestra vulnerabilidad. La falta de energía era un problema constante; sin acceso a una fuente adecuada de nutrición, nuestras habilidades regenerativas y físicas estaban severamente limitadas.
Exploré las diferentes partes de la ciudad, desde los barrios más acomodados hasta las zonas más peligrosas. Skinrow, en particular, llamó mi atención. Es una zona conocida por su alta tasa de delincuencia y la presencia predominante de humanos en vez de dinos. Aquí, la vida es dura y la supervivencia depende de la astucia y la fuerza.
Durante mis exploraciones, encontré un callejón relativamente seguro en las afueras de Skinrow. Es un lugar oscuro y estrecho, pero ofrece suficiente cobertura para evitar ser detectado fácilmente. Aquí es donde he estado durmiendo y recuperándome entre mis incursiones en la ciudad.
Cada noche, me acurruco en un rincón del callejón, utilizando cartones y mantas viejas que he encontrado para mantenerme caliente. Mis garras retráctiles y al endurecer mi piel me proporcionan cierta protección contra los elementos, pero no pueden reemplazar la necesidad básica de comida y descanso adecuado.
He logrado conseguir algo de comida robando a otros vagabundos de la zona, pero no es suficiente. Sin mencionar la mierda que nos pasó hace unos días, tuvimos que escapar de un tipo con ropa horrible y cara de mapache. ¿Quién hubiera pensado que se enfadaría tanto por robarle un maldito café...? UN PUTO CAFÉ, que además creo que tenía ceniza...igual estaba bueno.
Red: (¡Podría haberlo aplastado!, si solo me hubieras dejado un momento pude hacerlo hecho.)
Blue: (No, Red. Aunque corrimos, él nos alcanzó y sabes que yo me las arreglo mejor para escapar entre los dos. Además, aunque lo golpeé, mis golpes no son tan fuertes como los tuyos cuando estás al mando; solo logré aturdirlo lo suficiente para escapar nuevamente.)
Red: (Como sea. Aunque es cierto, ese tipo con cara de mapache es realmente un problema. Es demasiado duro para ser un simple humano. No me gusta decirlo, pero debemos cuidarnos de él.)
Después de esa situación, tuvimos que robarle las ropas a un vagabundo, conseguimos: un buso descolorido, un abrigo y un gorro de lana negro. Así, si nos encontramos con ese loco otra vez, no nos identificará tan fácilmente. Aparte tuvimos que descansar bastante, ese loco si nos agotó.
Red: (Y no podemos olvidarnos de lo que nos pasó esta mañana con esa familia.)
Blue: (No me lo recuerdes, ese señor sí que nos dio un buen susto.)
Unas horas antes
Habíamos salido para ver si podíamos conseguir algo. Estábamos por la zona media de la ciudad buscando algo que nos ayudara mejor. Los vagabundos no eran muy rentables; gastábamos más energía en ellos que recuperándola con lo que les quitábamos.
Y ahí fue cuando los vi: una familia de tres, lo que parecían ser dos hombres y una mujer. Normalmente mis objetivos eran personas que iban solas, era más fácil, pero ellos... oh, lo que llevaban consigo. Tenían buenas cantidades de mercadería y lo que parecía ser no uno sino dos jabalíes completos. Con eso podríamos recuperarnos bastante, así que me preparé para el asalto.
Estaba escondido detrás de la pared de un callejón esperando un momento adecuado. La familia estaba de espaldas a una buena distancia. Mi postura estaba lista y tenía la vista en el premio, oh sí, esos jabalíes son míos. Pero justo cuando estaba a punto de lanzarme al ataque, cada célula de mi cuerpo se congeló, cada fibra y cabello se erizó, y mi carrera se detuvo en seco.
Un sentimiento que describiría como la muerte misma. Red no comentaba nada en ese momento, era absolutamente raro de él siendo el impulsivo de los dos. Estaba con la cabeza agachada, pero cuando la levanté por un momento lo vi... el abismo. Pude ver por un instante cómo el hombre de esa familia me estaba mirando fijamente. En ese momento me di cuenta, no escondí totalmente mi presencia, la emoción hizo que cometiera un error. Y fue ahí cuando Red hizo un comentario.
Red: (¡CORRE AHORA IMBECIL, VAMONOS DE AQUÍ!)
Y no tuvo que repetirlo ni nada. Tuve que usar las fuerzas que me quedaban para comenzar a correr en dirección al callejón de Skinrow donde nos estamos quedando. No me importaba quemar energía, seguramente si hubiéramos seguido, ya no lo contaríamos.
En ese momento, con la familia
Joven: "Papá, ¿qué sucede? Te ves tenso." El joven frunció el ceño.
Padre: El padre suaviza su mirada volteando a ver a su hijo. "No pasa nada, Ivar. Solo... creí haber visto a alguien."
Mujer: "Hmm, había sentido a alguien detrás, parecía un joven, creo que Ivar lo pasaba por unos años." La mujer ajustó su abrigo y lanzó una mirada rápida hacia el callejón.
Ivar: "Igual yo sentí a alguien, y tal vez se sorprendió al ver los jabalíes que cargo conmigo." Ivar se encogió de hombros, acomodándose los jabalíes que traía consigo.
Padre: "Ustedes y su sentido arácnido, pero sí, debió de ser eso." El hombre suspiró y sacudió la cabeza. (Mejor no pensar mucho, así no arruinamos el almuerzo familiar que tendremos con lo que cazamos. Además, dudo que ese joven pueda ser un problema.)
Volviendo al presente en el callejón
A pesar de que somos un experimento diseñado para enfrentarnos a individuos con capacidades extraordinarias, el miedo que sentimos en ese momento fue... abrumador. Era como si estuviéramos frente a algo mucho más peligroso de lo que jamás habíamos enfrentado en las pruebas. Quizás fue por nuestra condición debilitada, la falta de energía o el agotamiento acumulado, pero esa sensación de vulnerabilidad, de estar completamente fuera de nuestra liga, nos dejó paralizados.
Pensándolo mejor, esa familia era rara, no era para nada normal, tanto el hombre o la mujer no me parecían tan normales por así decirlo, pero el que más me llamo la atención era el joven. ¿Tendrá nuestra edad? No lo creo, es difícil saberlo por su complexión, además de que parecía tener varias cicatrices. Aun así, después de todo eso no pudimos conseguir nada y gastamos bastante energía, esto es muy malo. Este es nuestro segundo encuentro más raro el primero se lo lleva el loco cara de mapache…Esta ciudad sí que es extraña y apenas llevamos un poco más de 2 semanas aquí.
Blue: (Red tenemos un problema gordo acá, debemos actuar rápido. Siento que no nos queda mucha energía y desmayarnos es lo peor que nos puede pasar)
Red: (Ni que lo sigas, y eso implicaría que probablemente muramos por el hambre y cansancio. Heh, solo unos días afueras del maldito reciento y ya estamos por morir. ¿No te jode? El experimento para acabar con tipos peligrosos muere por inanición, que puto chiste. Nos hubieran dado algo de suerte los cabrones)
Blue: (Okay, no vale la pena perder el tiempo insultándolos, vamos, tenemos pocos minutos antes de que ocurra eso.)
Red: (¡Alto y claro!)
Salimos del callejón, el sol ya comenzaba a descender en el horizonte, indicando que eran alrededor de las 5 o 6 de la tarde. La luz dorada bañaba las calles de Volcadera Bluffs, creando sombras alargadas que se mezclaban con la penumbra de los edificios. Nos movíamos con rapidez, conscientes de que cada segundo contaba. Calculamos que teníamos unos 30 minutos antes de colapsar por completo y perecer patéticamente.
Durante los primeros 20 minutos, buscamos desesperadamente algo que pudiera ayudarnos a sobrevivir. Cada esquina, cada callejón, cada rincón de la ciudad era explorado con la esperanza de encontrar algo, cualquier cosa, que nos diera una oportunidad. Pero la realidad era desalentadora. Ni yo ni Red veíamos la posibilidad de supervivencia en este lugar. No podíamos hacer nada arriesgado como con una multitud o una tienda, eso nos pondría en el radar de los tipos que experimentaron con nosotros.
Apenas minutos antes del colapso, divisamos una pareja. Al principio, pensé que eran humanos, pero al observar mejor, me di cuenta de que el hombre no parecía un humano como tal. Según lo que nos enseñaron los científicos en las instalaciones, este señor no se parecía a un humano común... se parecía a esas imágenes que tenían los científicos para describir lo que nos dieron. Era... ¿un neandertal? Eso parecía, era alto, musculoso y corpulento. Pero, ¿por qué traía un traje tan apretado? ¿No le molestará?
Lo que realmente me sorprendió fue ver que su pareja no era... bueno, de la especie humana. Era una T-rex, que le sobrepasaba en altura al neandertal. Lo importante era que traían una bolsa que parecía tener una buena cantidad de comida entre carnes y verduras, pero mayormente carne, seguramente por la mujer. Aunque lo dudamos por un segundo porque esa pareja nos recordaba un poco al encontronazo con esa familia que nos hizo gastar bastante energía, no podíamos permitirnos nada más en estos momentos.
Blue: (¿Qué te parece, Red?)
Red: (Aunque me moleste un poco, no tenemos muchas opciones. Debemos hacerlo, como mucho nos quedan unos 5 minutos antes de colapsar y que un desgraciado venga y venda nuestros órganos.)
Blue: (Tampoco hay que ser tan pesimistas... pero tienes razón, hay que hacerlo. Okey, prepárate, tú cargas hacia ellos para el impulso inicial y después sigo yo.)
Red: (Adelante.)
Nuestro ojo derecho perdió el color azul mientras que el izquierdo cambió a uno rojo. Nos aseguramos de que la pareja estuviera de espaldas y no nos notara. Desde una buena distancia, preparamos nuestra posición y nos enfocamos en el objetivo. Red, tomando el control, mostró una tensión evidente en los músculos de las piernas. Estaba listo para moverse en cualquier momento, observando cada movimiento de la pareja y esperando el instante perfecto para actuar. Y entonces vio la oportunidad, la mujer había aflojado un poco su agarre de la bolsa con mercadería, Red salto para dar el impulso inicial que necesitábamos y en medio del movimiento, nuestro ojo izquierdo perdió su color y el derecho volvió a ser azul.
Volví a tomar el control dando así el primer paso junto al impulso que Red nos dio, mis movimientos eran rápidos y precisos, como los de un depredador cazando a su presa. En el segundo paso posicioné bien mis manos, tensándolas y sacando mis garras para poder quitarle la bolsa de la compra a la mujer. La adrenalina corría por nuestras venas mientras nos acercábamos a nuestro objetivo.
La parte superior de la bolsa, por donde la tenía agarrada la mujer, es decir, las asas de la bolsa fueron destruidas con nuestra mano izquierda mientras que la derecha protegía el botín obtenido. Sentimos la resistencia del material cediendo bajo nuestras garras, y la sensación de triunfo comenzó a llenar nuestros pensamientos.
En ese momento, la pareja recién notó lo que había pasado. El neandertal frunció el ceño, sorprendido, mientras la T-rex giraba su enorme cabeza hacia nosotros, sus ojos llenos de confusión.
Neandertal: "¿Qué demonios...?"
T-rex: "¡Alguien nos robó la bolsa!"
Nos alejamos un par de metros del hombre, estábamos cerca de lograrlo. Tanto Red como yo estábamos eufóricos ante nuestra victoria en esta supervivencia. La emoción de haber conseguido la comida que tanto necesitábamos nos impulsaba a seguir adelante… Pero no nos esperábamos una cosa.
Neandertal: “GRRAAAAAHHH!”
El grito del neandertal nos sorprendió a ambos, dando como resultado que saltáramos del mando varias veces, haciendo notar un cambio de color de manera brusca en nuestros ojos, aun así, pude mantener el control yo.
Red: (¡¿Qué mierda fue eso?! … que carajo.)
No tengo idea de cómo carajos ese neandertal pudo producir tal sonido, ¿una especie de grito sónico? En un instante recordé una de las pruebas que me hicieron en el laboratorio, donde usaban ondas sonoras para desorientarme. Nuestros oídos al ser más agudos hicieron que ese grito se escuchara el doble o hasta el triple de fuerte y el hecho que estuviéramos agotados no sirve para nada al no poder reducir el impacto, solo espero que el tinnitus no dure tanto… eso no importa ahora mismo, solo tengo que correr, el botín lo tengo… solo un poco más… ¿Por qué siento que me agarraron...?
¡¡¡FUSH!!!
Blue: (¿Huh? Porque puedo ver el ciel-.)
¡¡¡PUM!!!
...
¿Q-que... paso-o?… carajo m-mi cuello... arde…estoy tumbado en el piso… ¿Red?... tod-o se v..vuelve… negro-o... mierda...
...
...
Punto de vista de la pareja momentos antes.
El neandertal y la T-rex caminaban por las calles tranquilas de la ciudad. La T-rex llevaba una bolsa llena de carne y verduras. Los últimos destellos del sol iluminaban las calles, proyectando sombras largas que se fundían con la oscuridad creciente de los edificios.
Neandertal: "Hoy ha sido un buen día. Conseguimos todo lo que necesitábamos."
T-rex: "Sí, y con toda esta carne, tendremos suficiente para la cena de esta noche."
Neandertal: "Es raro ver la ciudad tan tranquila a esta hora. Normalmente hay más movimiento."
T-rex: "Tal vez la gente está ocupada con sus propias cosas. De todas formas, es mejor así. Menos problemas para nosotros."
De repente, la T-rex sintió que la bolsa se volvía más ligera. Giró su enorme cabeza justo a tiempo para ver una figura pasar rápidamente, llevándose la bolsa. Sus ojos se llenaron de confusión mientras el neandertal también se daba la vuelta, sorprendido por el robo.
Neandertal: "¿Qué demonios...?"
T-rex: "¡Alguien nos robó la bolsa!"
El neandertal y la T-rex se quedaron momentáneamente paralizados por la sorpresa. La T-rex, aún con la confusión en sus ojos, observó cómo la figura del ladrón se alejaba rápidamente con su bolsa. El neandertal, recuperándose del shock inicial, frunció el ceño y dejó escapar un rugido gutural que resonó en las calles vacías.
Vio al sujeto tambalearse un poco, claramente afectado por el rugido, y sin perder un segundo más, se lanzó hacia el ladrón, alcanzándolo con relativa facilidad. La T-rex, aunque más lenta, no se quedó atrás, siguiendo a su esposo. Con un movimiento rápido y preciso, el neandertal agarró al ladrón por la cintura y lo levantó en el aire. En un abrir y cerrar de ojos, el ladrón se encontró siendo estrellado contra el suelo con un suplex alemán bien aplicado. El impacto resonó en la calle, y el ladrón quedó desmayado en el suelo, la bolsa de la compra esparcida a su alrededor. La T-rex llegó junto a ellos, respirando con algo de dificultad, y miró al ladrón inconsciente con una mezcla de preocupación y curiosidad.
Neandertal: "Lo dejé inconsciente con el suplex. Pero ya estaba en muy mal estado antes de eso; aunque corrió, se notaba que apenas podía mantenerse en pie. Parece tener la edad de un estudiante." El neandertal se agacha y examina al ladrón, notando su respiración irregular y su aspecto demacrado.
T-rex: "Sí, parece que no ha comido en días. Además, mira su ropa." La mujer deja escapar un suspiro antes de mirar a su esposo. "No podemos dejarlo aquí así." La T-rex se inclina hacia el ladrón, observando las heridas y el estado de su ropa desgarrada.
El neandertal mira a su esposa, claramente confundido, y pregunta: "¿Quieres ayudarlo? Nos acaba de intentar robar. ¿Y si es peligroso? No sabemos nada de él. ¿Por qué no llamamos a la policía para que se encarguen?" El neandertal frunce el ceño, mirando a su esposa con preocupación.
La T-rex suspira y coloca una mano sobre el hombro del neandertal, buscando tranquilizarlo. "Mira su estado, como dijiste, ya estaba mal antes del golpe que le diste. Si fuera realmente peligroso, no estaría así. Además, es raro ver a un joven en estas condiciones. Llamar a la policía podría empeorar las cosas. Ellos siempre aprovechan estas situaciones con... humanos. Aún me sorprende que el comisionado no haga nada al respecto." La T-rex sonríe suavemente hacia su marido. "Recuerda lo que siempre les dices a tus estudiantes: No eres la única persona en el mundo. Cada uno lucha sus propias batallas, y este joven claramente está luchando la suya."
Neandertal: "...Cada uno lucha sus propias batallas. Está bien, tú ganas amor. Pero debemos ser cuidadosos. Lo llevaremos a casa, teniendo mucho cuidado. No llamaremos a la policía... por ahora." El neandertal asiente lentamente, todavía con una expresión de duda en su rostro.
T-rex: "De acuerdo. Vamos, tú llévalo al hombro y yo trataré de recoger lo que queda de la bolsa de la compra." La T-rex se agacha para levantar lo que quedaba de su bolsa de mercadería, mientras su marido coloca al chico sobre su hombro.
El neandertal levantó al chico y se sorprendió por lo ligero que era. "No pesa tanto como parece." Aprovechó su otro brazo para ayudar a su esposa con algo de la compra. "Ok querida, pero si muestra algún signo de peligro, lo sacaré aplicándole suplex de inmediato."
T-rex: " Entendido. Ahora, vámonos antes de que llegue gente preguntándose por el grito de antes.” La T-rex se asegura de que todo esté en orden antes de caminar junto a su marido hacia su hogar. Mientras avanzan, ella observa al chico con preocupación, notando más detalles de su estado: su ropa desgarrada, las heridas visibles y su respiración irregular. "No puedo dejar de preguntarme qué le habrá pasado para terminar así a su edad. Me pregunto cómo habrá sido su crianza."
...
...
Punto de vista de código Acus.
Localización actual: ¿¿¿???
La oscuridad me envolvía, pero fragmentos de recuerdos comenzaban a surgir, como destellos en la penumbra. Estaba en un lugar desconocido, con luces frías y parpadeantes. Las paredes parecían absorber cualquier ruido, creando una atmósfera opresiva. El aire olía raro, como a químicos y metal.
Voces lejanas, distorsionadas. Una figura se acercaba, su rostro borroso, pero la sensación de miedo era palpable. "¡No! ¡Déjenme!" gritaba, pero mi voz se ahogaba en el vacío.
Un destello de luz cegadora. Manos fuertes me sujetaban, arrastrándome. "Tranquilo, todo estará bien," una voz fría susurraba. Sentía las correas apretarse alrededor de mis muñecas y tobillos. "¿Dónde estoy?" pensaba, pero las palabras no salían.
Imágenes borrosas de tubos y agujas. "Inyección lista," una voz mecánica anunciaba. Sentía el frío líquido recorrer mis venas, mi cuerpo convulsionaba. Un gemido escapaba de mis labios. "Re__ste, e_to es s_lo el co_i__zo," otra voz, esta vez femenina, resonaba en mi mente.
Un dolor agudo en mi brazo. "Mo_if___ón ge_é___a en pr_ceso," escuchaba entrecortadamente. Mi piel ardía, mis huesos crujían. Quería gritar, pero solo un gemido escapaba de mis labios. La oscuridad volvía a envolverme, llevándose consigo los fragmentos de mi tormento.
Desperté sobresaltado, con el corazón latiendo con fuerza. Hacía mucho tiempo que no tenía esos sueños, esos recuerdos del momento en que me secuestraron y comenzaron las pruebas y experimentos. Me llevé una mano a la frente, tratando de calmarme. No podía evitar sentir una mezcla de miedo y rabia cada vez que esos fragmentos de mi pasado volvían a atormentarme. Miré a mi alrededor, tratando de entender dónde estaba. La habitación era pequeña y sencilla, estaba sobre una cama, había una mesita de noche y una ventana que dejaba entrar la luz del día.
Blue: (... ¿Luz de día?)
Eso quiere decir que pasamos un tiempo en la casa de unos desconocidos y lo peor es que aún no me había recuperado por completo; me sorprendió ver que algunas de mis heridas estaban tratadas con parches. Pero aun sigo con la misma ropa del vagabundo que ataque exceptuando por el gorro, pero ahora estaban limpias.
Me levanté con dificultad de la cama, aun sintiendo el eco de las voces y el dolor en mi cuerpo. No entendía por qué esos recuerdos volvían ahora, después de tanto tiempo. Quizás era una señal de que algo estaba cambiando, de que debía estar preparado para lo que viniera. Pero por ahora, solo quería dejar atrás esos sueños y concentrarme en sobrevivir un día más. Me acerqué a ver la ventana la cual estaba cerrada con pestillo, así que la opción de escapar por ahí queda anulada, fui con cuidado hacia la puerta, y me concentré para poder escuchar algún ruido. Pude notar algunas voces y el sonido de platos, pero no desde donde provenían, pudo ser por el cansancio o seguramente por el grito del neandertal, mi oído no funcionaba bien y no podía entender claramente lo que decían esas personas desconocidas.
Blue: (Oye, Red, estamos en un puto problema. Aunque no sabemos de qué están hablando esos desconocidos, podemos deducir quiénes son, ¿verdad? Son las mismas voces.)
Red: (Carajo, es la misma pareja a la que intentamos robarles la mercadería. El mismo neandertal que nos dejó fuera de combate en segundos. En serio, estámos en un estado crítico para caer por algo como eso.)
Blue: (Sí, y es un milagro que nos dejaran aquí. Podrían habernos abandonado o entregado a los oficiales, y eso nos habría puesto en el radar de aquellos del recinto. Pero lo más raro de todo esto, ¿por qué nos traerían aquí después de lo que hicimos? ¿Por qué nos dejaron en una cama y nos trataron las heridas?)
Red: (No lo sé y no tengo ni idea del porqué. Y aunque me gustaría devolverle el golpe al tipo, no es el momento. Sin mencionar que nos hicieron el tremendo favor de dejarnos descansar. Eso es algo, ¿no? No nos molestaron mientras estuvimos desmayados. Además ¿Tú qué dices? ¿Crees que solo fue una noche?)
Blue: (No lo creo. Estábamos en un pésimo estado, y ese golpe que nos dio fue la guinda del pastel. Así que puedo suponer que fueron unos días. Como sea, prepárate para confrontarlos.)
Red: (Hablas tú, porque si soy yo el que tiene que dialogar, seguramente nos saque a patadas de acá)
Blue: (Terminemos con esto.)
Salí de la habitación con cautela, observando el entorno. Estaba en lo que parecía un segundo piso de una casa, y a mi alrededor había varias puertas cerradas. Podrían ser el baño o la habitación de la pareja. Decidí bajar las escaleras con cuidado, tratando de no hacer ruido, cada paso resonaba ligeramente en el silencio de la casa.
Al llegar al primer piso, pude ver el comedor. La pareja estaba allí; el neandertal, con su imponente figura, ayudaba a la T-rex a lavar unos platos. Camine un poco más, intentando no llamar la atención, pero al dar un paso, el piso crujió bajo mi peso. Ambos se dieron vuelta para mirarme. La T-rex tenía una expresión de sorpresa y curiosidad, sus ojos grandes y brillantes reflejaban una mezcla de emociones. El neandertal, en cambio, parecía más serio, pero no tan hostil como esperaba. Su mirada era penetrante, como si intentara evaluar mi estado.
El neandertal hizo un gesto con la mano, señalando una silla cerca de una mesa. Parecía que quería que fuera y me sentara. Vacile por un momento, mi mente estaba evaluando las posibles intenciones detrás de su invitación, pero finalmente, decidí seguir su indicación sin perder más tiempo. No quería hacer enojar al tipo que en estos momentos podría sacarme volando de este lugar, además esta era la mejor oportunidad para ver porque no me abandonaron.
Caminé lentamente hacia la silla, sintiendo la tensión en el aire, y me senté, esperando a ver qué sucedería a continuación, mientras veía como tanto el neandertal como la T-rex tomaban asiento al frente mío. Hubo un pequeño momento de silencio el cual fue quebrado cuando el neandertal alzó la voz.
Neandertal: "Veo que finalmente despertaste. ¿Cómo te sientes?, estuviste desmayado unos 3 días." El neandertal se inclinó ligeramente hacia adelante, apoyando los codos en la mesa, sus ojos evaluándome con una mezcla de curiosidad y seriedad.
Red: (3 días... estuvimos fuera 3 días... ¿Qué cómo me siento? Como si me hubieran atropellado…. ¿Por qué rayos le importa?)
Blue: "Estoy... mejor, supongo." Hice una pausa, bajé la mirada un momento y luego los observé directamente. "Aunque lo único que quiero preguntar es... ¿por qué? ¿Por qué me ayudaron y no me abandonaron? Si literal fui e intenté robarles." Mi voz se llenó de incredulidad mientras escaneaba sus expresiones, buscando algún indicio de una trampa.
T-rex: La mujer suspiró profundamente, enderezándose en su asiento mientras cruzaba las manos sobre la mesa. "No lo negaré, ese fue nuestro primer pensamiento. Pero cuando vi el estado en que estabas..." Hizo una breve pausa, como si midiera sus palabras, antes de continuar. "Parecías muy malherido para alguien de tu edad. Además del golpe que te dio mi esposo, parecía que no habías comido en días. Y luego están tus ropas... lo siento por no ofrecerte otras, pero al menos lavamos lo que traías puesto." Sus ojos se suavizaron mientras se acomodaba en la silla, mostrando una empatía genuina que me desconcertaba.
Red: (...Qué detalle tan ridículo. ¿A quién demonios le importa la ropa cuando estás al borde de morir de hambre? ...debe haber algo... algún truco...algo.)
Había algo inquietante en su tono, ni Red ni yo podíamos creerlo, una sinceridad que no podía ignorar, por más que mi instinto gritara que desconfiara. En las instalaciones, la bondad no existía; solo órdenes, pruebas y objetivos. Sentía que, si bajaba la guardia, todo esto se desvanecería como un sueño extraño.
Neandertal: "Además, a mi esposa no le parecía correcto entregarte a las autoridades." Se recargó en el respaldo de la silla, cruzando los brazos con una expresión seria. "En esta ciudad, ellos suelen aprovecharse de casos como el tuyo y nunca van más allá de una rutina superficial. Queríamos entender tu situación primero."
Red: (¿Y si simplemente están tratando de sacarnos información?... Nadie hace algo sin una razón oculta... Nadie...)
Estaba sorprendido, estos desconocidos, simplemente me ayudaron por curiosidad sobre mi situación y... ¿buena fe? No me lo estaba creyendo para nada, Red aun siendo el impulsivo tampoco se lo está creyendo...aunque dijeron que dudaron en un inicio, el que yo esté aquí demuestra que me tuvieron compasión por mí, nadie en varios años aparte del cuidador principal en mínimas ocasiones había tenido el mínimo de compasión con nosotros. Aun cuando llegamos a esta ciudad, solo nos pudimos concentrar en sobrevivir...
Blue: Mi incomodidad se reflejó en el movimiento inquieto de mis manos sobre las piernas. Estas palabras eran desconcertantes, casi demasiado buenas para ser ciertas. "Eso no tiene sentido." Fruncí el ceño, apretando los puños. "Aunque esas fueran sus razones, ¿qué podrían ganar de mí? No entiendo por qué me ayudarían después de lo que intenté hacer." Mis ojos se movían entre ambos, buscando señales de deshonestidad.
T-rex: "Queremos ayudarte." Extendió una mano con un gesto pausado, mostrando las palmas en señal de paz. Su voz era firme pero amable. "No sabemos por qué intentaste robarnos, pero creemos que mereces una oportunidad de explicarte. Y el hecho de que estás aquí sentado hablando con nosotros ya es un gran paso."
El silencio entre sus palabras se sintió como un vacío pesado, un contraste con la calidez que intentaban proyectar. Mi mente se debatía entre creerles o correr. Incluso Red, que antes estaba haciendo comentarios, estaba callado, como si estuviera tratando de ver algo, ambos estábamos buscando algo, una pista, una pequeña muestra de que esto no pueda ser real, no pueden ser tan buenos.
Neandertal: "No esperamos nada a cambio." Su voz, aunque seria, perdió algo de dureza. Se inclinó ligeramente hacia adelante, y una pequeña sonrisa apareció brevemente en sus labios. "Solo queremos entender tu situación y ver si podemos ayudarte de alguna manera."
Red: (¿Qué demonios es esto? No... nonono, es imposible. No puede ser tan simple. Nada de lo que hemos vivido ha sido simple, ni en el lugar donde nos mantenían encerrado ni en los días que hemos estado en esta ciudad…)
Blue: Las palabras me golpearon como un muro. Mis manos temblaron ligeramente mientras trataba de procesar lo que acababa de escuchar. Miré a ambos, sintiendo algo que no reconocía del todo: esperanza. Después de un largo silencio, susurré: "Está bien... pero no sé cómo empezar." Mis ojos buscaron los suyos, esperando alguna respuesta, alguna señal de que realmente podía confiar en ellos.
T-rex: La mujer inclinó un poco la cabeza, estudiándome con una mirada cálida pero firme. "Empezar siempre es lo más difícil, ¿no? Pero no tienes que hacerlo solo. Nosotros podemos ayudarte. No importa lo que hayas pasado o lo que estés enfrentando, aquí no somos jueces." Su tono era suave, pero había un peso en sus palabras que me descolocaba.
Red: (¿Ayudar? ¿Por qué ellos? ¿Por qué ahora? ¿Qué demonios quieren?... Nadie da nada sin esperar algo a cambio, en ese edificio todos querían ganar algo, todos querían experimentar con nosotros... no es real... ¡No puede ser real!......... ¿cierto Blue?...)
Había algo en la manera en que lo dijo, como si supiera más de lo que dejaba entrever. Sentí un tirón en el pecho, como si algo dentro de mí estuviera a punto de romperse, pero no podía permitírmelo. No ahora...por ahora.
Neandertal: "No tienes que darnos una respuesta ahora." Su voz era más grave, pero no intimidante. "Solo piensa en esto: hemos estado ahí antes. Perdidos, sin saber en quién confiar. Pero alguien nos tendió una mano. No fue fácil aceptarlo al principio, pero... sobrevivimos gracias a eso." Bajó ligeramente la mirada, como si recordara algo que preferiría olvidar.
Red: (¿Y qué? ¿Quieren que les dé las gracias? ¿Qué nos arrodillemos y aceptemos su caridad? ...no es justo...)
Blue: Cerré los ojos y exhalé lentamente, tratando de calmarme, Red y yo no sabíamos ya cómo reaccionar. "Esto es... demasiado." Mi voz tembló un poco, y tuve que apretar los puños para recuperar la compostura. "¿Por qué hacen esto? Podrían haberme dejado ahí. Nadie habría dicho nada." Me negaba aun a aceptar que esta pareja era tan buena para ser verdad.
El silencio que siguió fue pesado, pero no incómodo. Ambos se miraron brevemente, como si compartieran un pensamiento antes de que la T-rex hablara. Su voz era calmada, pero cargada de algo que no pude identificar: ¿lástima? ¿Entendimiento?
T-rex: "Porque lo correcto no siempre es fácil." Sus palabras salieron despacio, casi con cuidado. "Y porque como dijo mi esposo, sabemos lo que es estar solos." Bajó la mirada hacia sus manos un momento, sus garras tamborileando levemente sobre la mesa. "Tal vez no confíes en nosotros ahora, pero queremos que sepas que aquí no tienes que huir. Aquí estás a salvo."
Red: (¿A salvo? No podemos estar seguros, esos hijos de puta siguen afuera en algún lado… ¿o tal vez sí...?)
Blue: "¿A salvo?" Pregunté en un susurro, casi sin darme cuenta. Había algo tan extraño, tan dolorosamente esperanzador en esas palabras, que apenas podía procesarlas. "Eso no existe." Mi voz sonó más áspera de lo que pretendía.
El neandertal se inclinó ligeramente hacia adelante, con una seriedad que parecía atravesar las barreras que había levantado. Sus ojos, aunque duros, no estaban llenos de juicio. Solo estaban... ahí, firmes, como si intentaran sostenerme sin que me diera cuenta.
Neandertal: "Tal vez no lo creas ahora. Tal vez ni siquiera lo entiendas. Pero aquí no tienes que luchar solo. Nadie debería..." Hizo una pausa, su mandíbula apretándose brevemente antes de relajarla. "Llevarlo todo uno mismo... eso te destruye. Créeme, lo sé. He visto varios jóvenes a lo largo de mi carrera, que no aguantan la presión que portan en sus hombros..."
Red: (...Ya basta... ¡Ellos no comprenden todo lo que hemos pasado! ...todas esas pruebas, todos esos experimentos, cada uno mientras nos miraban fríamente...y ahora....este neandertal... no nos mira así...)
La tensión en el aire era casi palpable. Sentía que cada palabra que decían estaba arrancando algo de mí, algo que no sabía si quería dejar ir. Diez años. Diez años de pruebas, de mentiras, de dolor. Diez años sin nadie. Y ahora estas dos figuras, tan ajenas y tan improbables, me ofrecían algo que no sabía si podía aceptar.
Blue: "No sé si puedo hacer esto." Mi voz sonó más quebrada de lo que esperaba, y odié la vulnerabilidad que dejaba al descubierto. "No sé si puedo llegar a confiar en ustedes."
T-rex: La mujer sonrió suavemente, aunque había un toque de tristeza en sus ojos. "No tienes que hacerlo todo de una vez. Solo un paso a la vez, pasos de bebe. Empezamos con una comida, ¿te parece? Mi marido y yo ya comimos. Hablamos después." Se levantó de la silla con movimientos fluidos, girándose hacia la cocina sin esperar una respuesta inmediata.
El neandertal no se movió. Se quedó sentado frente a mí, sus ojos fijos en los míos. Por primera vez en años, alguien me miraba sin un destello de superioridad, de control o de cálculo. Solo era una mirada directa, honesta.
Neandertal: "No importa cuánto tiempo necesites. Estamos aquí." Su tono era bajo, casi un susurro, pero sus palabras tenían un peso que no podía ignorar.
Red: (Estar aquí... ¿Por qué seguir insistiendo? Solo somos un problema, tanto yo como tú, Blue, lo sabemos muy bien... pero...solo esta vez, a la mínima que veamos que algo pueda pasar...debemos irnos y mantenernos lejos...)
Blue: Asentí lentamente, incapaz de encontrar palabras que no sonaran huecas. "Gracias." Fue todo lo que logré decir antes de mirar hacia abajo, el nudo en mi pecho creciendo mientras intentaba procesar lo que acababa de suceder.
El sonido de platos y el suave murmullo de la T-rex preparando algo en la cocina rompieron el silencio entre el neandertal y yo. Mi cuerpo seguía tenso, como si en cualquier momento todo esto pudiera desmoronarse. Mi mente luchaba por encontrar un equilibrio entre lo que estaba frente a mí y los años de experiencias que me habían enseñado a desconfiar de todo.
Red: (Están demasiado tranquilos. Esta situación no tiene ningún sentido... ¿En qué carajo nos metimos?)
El neandertal, que había permanecido sentado frente a mí, cruzó los brazos mientras me observaba con paciencia. Había algo en su postura que transmitía una estabilidad inquietante, como si nada pudiera sacarlo de ese estado.
Neandertal: "Antes de que sigamos... Deberíamos presentarnos, ¿no crees?" Una sonrisa breve y apenas perceptible cruzó su rostro antes de que volviera a su expresión neutral. "Soy John Spears. Así que solo llámame por mi apellido" Extendió una mano firme hacia mí, pero no me obligó a tomarla. La dejó en el aire, esperando mi decisión.
Dudé un momento. Mi mirada alternaba entre su mano y su rostro, buscando algún indicio de falsedad. Pero no lo encontré. Lentamente, levanté mi mano y la estreché con desconfianza. Su agarre era fuerte, pero no opresivo, y lo solté tan rápido como pude.
T-rex: "Y yo soy Fang," intervino la T-rex mientras se acercaba con un plato en la mano. Su voz era cálida, pero había una firmeza en ella que me hizo enderezarme involuntariamente en la silla. "Tomé el apellido de John cuando nos casamos. Es más fácil así." Dejó el plato frente a mí con movimientos cuidadosos, sus garras nunca rozando el borde. "Esto no es mucho, pero pensé que algo ligero sería mejor para empezar."
Red: (Fang y John. ¿Así que tienen una historia juntos? Casados, tranquilos, normales...hasta que llegamos... ¿huh? espera... ¡¿eso es?!)
El aroma de la comida golpeó mi nariz, despertando un hambre que había aprendido a ignorar. La simple visión del plato –arroz, algo de carne, y verduras cocidas– casi me hizo perder el control. Por el simple hecho que en donde me tenían encerrado solo nos daban pastas con nutrientes sin sabor alguno, y en los días acá en Volcadera, todo lo que conseguimos de los vagabundos no se le podía casi considerar alimento... el plato frente se veía simplemente...delicioso. Quise lanzarme sobre él, pero me forcé a contenerme, a no parecer desesperado. A pesar de todo, mis manos temblaban ligeramente cuando tomé el tenedor.
Blue: "Bueno... yo..." Tragué saliva, sintiendo el peso de lo que estaba a punto de decir. Por años, mi nombre había sido un número, un código, algo que no era realmente mío, había pasado tanto tiempo que mi nombre había perdido todo significado. Pero si iba a quedarme, aunque fuera por un tiempo, necesitaba algo más. Algo que me definiera. "Soy Kross." Mi voz era baja, casi un susurro, mientras mi mirada permanecía fija en el plato frente a mí. "Solo... Kross."
Red: (¿Kross?... ¿De verdad vamos a llamarnos así? Bueno, es mejor que decirles que nos llamen Acus, Blue o Red, aunque estos dos últimos, usémoslos entre nosotros, ya sabes... para ordenar mejor las cosas.)
Blue: (Venga ya, mejor no digas nada, es lo mejor que se me ocurrió en el momento. Además, no creo que a ti se te haya ocurrido algo mejor, y concuerdo con lo último, sigamos manteniendo esos nombres para nosotros solamente.)
Fang: "Es un buen nombre, Kross." Su tono era sincero, y su sonrisa no parecía forzada. Se sentó al lado de John, sus ojos observándome con algo que se parecía a la confianza. "Es un buen comienzo."
Spears: "Entonces, Kross," añadió mientras se inclinaba hacia adelante ligeramente. "Ya dimos el primer paso. No importa lo que venga después, aquí tienes un lugar. Vamos con calma, ¿te parece?"
Asentí lentamente, sin confiar del todo en sus palabras. "Está bien." Mi voz aún estaba llena de dudas, pero sentí que algo, aunque pequeño, había cambiado. Era solo el primer paso, pero en ese momento, no sabía si podría dar un segundo.
El plato frente a mí estaba simple pero increíblemente bien preparado. El arroz estaba perfectamente cocido, ligeramente pegajoso, con un toque de mantequilla que no podía ignorar. La carne, jugosa y tierna, tenía un ligero sabor ahumado, como si hubiera sido asada con cuidado. Las verduras, suaves, pero no blandas, añadían un contraste fresco. Mientras comía, noté cómo Fang y Spears intercambiaban miradas y pequeñas sonrisas, como si estuvieran acostumbrados a compartir momentos tranquilos como este. Fue durante ese tiempo cuando Fang me comentó que trabajaba como psicóloga pedagoga en una institución llamada St. Hammond, un lugar que, según ella, era principalmente enfocado en materias artísticas, como la pintura, la fotografía, entre otros.
Spears, por su parte, mencionó ser director en una escuela secundaria llamada Volcano High, aparte de distintos clubes típicos de escuela, como clubes literarios, musicales o de atletismo, parecía ser una escuela normal y corriente. Yo también solté algo de información, era imposible para mi comentar cosas de lo que me sucedió durante estos 10 años, como el laboratorio, las modificaciones, los experimentos, la existencia de Red y yo, así que vagamente les conté otras cosas, como que nuestra edad era de 17 años, que prácticamente somos huérfanos desde que tenemos memoria, que llegamos a esta ciudad solo y que hemos estado sobreviviendo por nuestra cuenta desde entonces.
Red: (Psicóloga y director, ¿eh? Tiene sentido que estén acostumbrados a tratar con jóvenes. Supongo que eso explica por qué hicieron esto. Pero... todavía me cuesta creerlo del todo.)
Spears: "Kross," dijo con calma, deje el tenedor a un lado para prestarle atención mientras me miraba directamente. "He estado pensando... Quizás sería bueno que consideraras estudiar en Volcano High. Podría encargarme de los trámites para que no haya problemas." Su voz no era insistente, pero había un matiz de determinación en ella.
Red: (¿Estudiar? ¿En serio? No hemos estado en una escuela en años. Aunque las pruebas de inteligencias a las que nos sometieron no tenían nada que ver con materias normales, ¿crees que podemos simplemente sentarnos en un aula como si nada?)
Kross[B]: "¿Estudiar...?" Mi mirada desviándose ligeramente hacia un lado. "No sé si sería una buena idea. Hace mucho que no he estado en una escuela, no sé cómo funcionaria eso." Mi tono era bajo, casi como si temiera admitirlo.
Fang: la T-rex se inclinó un poco hacia adelante, apoyando los codos sobre la mesa. "Podemos ayudarte con eso. No tienes que saber todo de inmediato. Es un proceso, como lo que estás haciendo ahora, además creo que te haría bien si dices que ha pasado un tiempo." Su voz tenía ese tono calmado que ya estaba empezando a reconocer.
Spears: "Además," añadió Spears con una pequeña sonrisa que buscaba tranquilizarme, "Volcano High es una escuela bastante normal. Estoy seguro de que encajarías bien allí, y como dije, puedo asegurarme de que no tengas problemas con los registros o los papeles. Si aceptas, lo primero sería determinar en qué año entrarías, aunque..." Hizo una pausa, observándome detenidamente, “... creo que sería en el último año”.
La propuesta me tomó por sorpresa. Durante años, mi vida había sido un ciclo interminable de pruebas y supervivencia. Ahora, esta pareja, a quienes apenas conocía, me ofrecía algo que jamás había considerado: la posibilidad de empezar de nuevo. Sin embargo, ese mismo pensamiento despertaba una inquietud que no podía ignorar.
Red: (Esto parece demasiado bueno para ser cierto. Pero... ¿y si funciona? Spears parece sincero. Además, es mejor estar en su escuela que vagando sin rumbo. Solo... debemos mantenernos alerta.)
Kross[B]: "No sé." Bajé la mirada, mi voz reflejando la mezcla de duda y curiosidad que sentía. "Supongo que podría intentarlo, pero..." Hice una pausa, apretando ligeramente las manos sobre mis piernas. "¿Qué pasa si no encajo?"
Spears: "Eso es algo que solo tú puedes decidir," respondió con calma, su tono firme pero tranquilizador. "No tienes que ser como nadie más, solo sé tú mismo. No será fácil al principio, pero te prometo que no estarás solo."
Fang: "Podemos apoyarte," dijo Fang con una sonrisa leve, inclinándose un poco hacia adelante. "Y, si en algún momento sientes que este lugar no es para ti, siempre podemos buscar otras opciones. No tienes que comprometerte a nada que no quieras."
Red: (Siguen insistiendo en esto de 'no estar solo'. No sé si creerles. Pero... no parece nada malo.)
Blue: (Aceptemos esta oferta, hagámoslo.)
Kross[B]: "Está bien," dije finalmente, con un suspiro. "Puedo intentarlo... pero si algo no funciona, me voy. No quiero causarles problemas."
Desde esa charla, comenzó una rutina que no pensé que fuera posible para mí. Fang y Spears decidieron hacer que el cuarto de invitados sea oficialmente mi habitación durante mi estadía aquí. Aún no me sentía completamente cómodo, pero había algo tranquilizador en la normalidad del espacio. En las primeras noches, me despertaba sobresaltado, esperando gritos o luces frías que nunca llegaban. Fang decía que era normal, que necesitaba tiempo para adaptarme, y Spears simplemente aseguraba que el cuarto siempre estaría allí para mí, pasara lo que pasara.
Los días siguientes estuvieron llenos de actividades para prepararme para la escuela. Spears confirmó después de algunas pruebas en algunas materias que ingresaría al último año en Volcano High, después de asegurarse de que los registros estuvieran en orden. No entendí exactamente cómo logró todo, pero siendo el mismísimo director, no creo que supondría tanto. En cuanto a la ropa, Fang insistió en llevarme a comprar algo más adecuado. Había algo surrealista en caminar por las tiendas, escogiendo ropa como cualquier otra persona, una experiencia que no había tenido en años. Al final, elegí un par de jeans, varias camisetas blancas, una chaqueta sencilla negra y unas zapatillas cómodas. También nos llevó a una peluquería para que me viera más presentable.
Red: (No está tan mal, ¿eh? Al menos ahora no parecemos un vagabundo. Aunque, claro, todo esto es temporal... ¿cierto?)
Blue: (Solo vive el momento, Red. Por ahora, esto está funcionando. Además... se siente bien poder estar tranquilos después de tanto)
La convivencia con Fang y Spears fue… inesperadamente sencilla. Fang, con su actitud calmada y firme, siempre encontraba tiempo para preguntarme cómo me sentía o si necesitaba algo. Había algo en su manera de hablar que hacía que sus preguntas no se sintieran invasivas, aunque seguía teniendo cuidado con lo que decía. Spears, por otro lado, era más directo. Tenía un humor seco y una manera de hablar que parecía evaluar todo lo que decías, pero sin hacerte sentir juzgado.
Las cenas se convirtieron en algo rutinario. Siempre comíamos juntos, algo que al principio me resultaba incómodo, pero poco a poco empecé a acostumbrarme. La señora Fang hablaba sobre los estudiantes de St. Hammond y los proyectos creativos que supervisaba, mientras el señor Spears mencionaba los desafíos de dirigir una escuela con algunos jóvenes problemáticos. De vez en cuando, intentaban incluirme en la conversación, pero nunca presionaban demasiado cuando no respondía.
Pasaron un par de semanas antes de que Spears confirmara oficialmente que todo estaba listo para mi ingreso a la escuela. "Tu primer día será el próximo lunes," dijo mientras me entregaba una pequeña carpeta con información sobre las clases, algunos optativos y los horarios correspondientes. "Recuerda, no tienes que demostrarle nada a nadie. Solo sé tú mismo."
Red: (Eso será fácil de decir. ¿Me pregunto cómo serán los estudiantes? Si alguien quiere pasarse de listo... solo tendremos que demostrarle quien manda.)
Blue: (Cálmate un momento y piénsalo, Red. No sería la manera correcta de responder todo lo que esta pareja ha hecho por nosotros, esto podría ser un nuevo comienzo...sin embargo, si no somos nosotros los que empiezan la pelea... sería otra cosa)
Red: (Me gusta ese plan, además no creo que se nos complique mucho. Tampoco creo que el nivel de los estudiantes de ahí superen a algún AC de nivel bajo.)
Blue: (Así es y es por eso que debemos ser cuidadosos y no demostrar tanto, si hay un escándalo, los tipos podrían empezar a buscar por acá)
Red: (Tú, siempre siendo un aguafiestas. Como quieras, solo déjame participar en las clases físicas de acuerdo.)
Blue: (Se dice ‘Educación Física’, pero dale, tú te quedas con esas.)
Aunque las dudas seguían presentes, algo dentro de mí comenzó a cambiar. No era confianza completa, pero la forma en que Spears y Fang se preocupaban por cada detalle, incluso las cosas más pequeñas como asegurarse de que tuviera un buen desayuno antes de salir, hacía que mi resistencia se debilitara poco a poco. Por primera vez en mucho tiempo, sentí que quizá no estaba solo.
...
...
Fecha: 6 de enero año 201M2020 AC
¿Situación actual? ...
El tiempo que pasé con Fang y Spears no solo me ayudó a adaptarme a esta nueva situación, sino que también me permitió recuperar por completo mis fuerzas. Las heridas que cargaba desde hacía semanas sanaron completamente, y la fatiga que me había perseguido desde que escapé finalmente desapareció. Me sentía al 100% de mis capacidades, algo que no había experimentado desde que dejé el laboratorio.
El lunes por la mañana, el aire frío de la ciudad nos recibió al salir de casa. La niebla cubría las calles con una capa densa que hacía difícil ver más allá de unos pocos metros. La seño-. La Tía Fang, quien insistió en que desayunara algo antes de salir, me deseó suerte con una sonrisa mientras me despedía en la puerta. Spears, como habíamos acordado, me llevó en su auto hasta la escuela. Todavía me pregunto cómo logra moverse con tanta facilidad en ese traje.
La T-rex había insistido en que dejara de llamarla ‘señora’ y usara ‘Tía’ o simplemente su nombre cuando me dirigiera a ella. Con Spears era otro caso; me pidió que me refiriera a él como ‘Director Spears’ mientras estuviéramos en el instituto, pero fuera de este, podía llamarlo por su apellido o agregarle ‘Tío’.
El camino fue silencioso, pero no incómodo. Mientras el vehículo avanzaba lentamente a través de la niebla, mi mente se llenó de pensamientos sobre lo que me esperaba. No tenía idea de cómo sería entrar a un lugar tan ajeno a todo lo que había conocido, pero al mismo tiempo, había una pequeña chispa de curiosidad que no podía ignorar.
Finalmente, el auto se detuvo frente a un edificio que se alzaba imponente entre la bruma. Las letras metálicas sobre la entrada principal eran inconfundibles: ‘Volcano High’. A pesar de la niebla, la estructura tenía una presencia que era imposible ignorar, como si se asegurara de que nadie pasara por alto su existencia.
Blue: (Así que este es el lugar... Volcano High. Todo empieza aquí, Red. Tenemos que ser cuidadosos.)
Red: (Sí, sí, ya entendí. Pero sabes algo... Esto podría ser interesante. ¿Listo para lo que venga?)
Blue: (Siempre lo hemos estado.)
Fin del capítulo 1.
Notes:
Venga, solo un primer capitulo a modo de piloto de unas 3000 a 4000 palabras, será rápido...... como que pase las 10K de palabras??? pero que paso....
Bueno, no tengo mucho que decir entre que me daba toc cosas que escribía, entre que quería añadir mas cosas, mas detalles, pues salió lo que salió. y aun estoy aprendiendo a ocupar esta pagina para subir cosas.
Pero cosas aparte, gracias por llegar hasta acá, espero que haya sido de su agrado, es la primera vez que intento hacer algo asi o algo parecido, me agrado el proceso y capaz sigo con esta historia, aunque el proceso será lento. no tengo mucha creatividad pero tengo planes para añadir ciertas cosas.
Un agradecimiento a Dardragun707 y a SrSenior (creadores de "I wani Hunt That Gator" y "That is my Gator!" respectivamente) por ser la principal fuente de inspiración, y muchas gracias por dejarme usar características de su mundillo y poder hacer algunas referencias en este "piloto". También gracias a otros creadores como Xomy90 y patata por sus comentarios. Recomiendo mucho sus trabajos, están muy bakanes.
Hasta entonces :]
Chapter 2: Primer día de escuela
Summary:
Primer día de escuela de nuestro protagonista, que le deparara el destino? que personas conocerá y que encuentros tendrá. Esperemos que su día pase con tranquilidad.
Notes:
No me pregunten como ni porque, solo disfruten esto. Que es el primer día de mi gallo en el instituto volcano.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
El auto se detuvo frente a la entrada principal de Volcano High, y Spears giró levemente en su asiento para mirarme. “Baja aquí,” dijo con tono firme pero amigable, mientras el motor seguía encendido. “Yo iré a aparcar el auto. Buena suerte, Kross. Y recuerda, el primer paso siempre es el más difícil, pero puedes manejarlo.” Con esas palabras y un breve gesto de despedida, el vehículo arrancó de nuevo, deslizándose hacia el estacionamiento. Me quedé por un momento frente al edificio, contemplando la imponente estructura envuelta en la niebla matutina.
Sin más demora, comencé a subir las escaleras que conducían a la puerta principal. A medida que avanzaba, el aire frío del amanecer parecía disiparse, dando paso al bullicio de voces juveniles que resonaban cada vez más fuerte. Eran estudiantes que se reencontraban después de las vacaciones, sus risas y conversaciones llenando el espacio.
Estudiante ¿?: “¡No puedo creer que hayas crecido tanto en solo unas semanas! ¿Qué has estado comiendo?” exclamó un joven con voz animada mientras chocaba los cinco con un amigo.
Estudiante ¿?: “¡Por fin, alguien normal! Mis primos no dejaban de fastidiarme estas vacaciones,” comentó una chica de cabello rojizo, ajustando la mochila en su hombro.
Estudiante ¿?: “¡Te dije que volvería! Ahora no podrás escapar de mí en los entrenamientos,” dijo otro estudiante, riendo mientras fingía lanzar un puñetazo al aire.
Estudiante ¿?: “¿Viste el episodio final? Aún no supero lo que pasó con el protagonista,” añadió alguien más, sosteniendo un tomo de un cómic con colores vibrantes.
El ambiente relajado y alegre cambió sutilmente cuando varios pares de ojos se fijaron en mí. No hizo falta mucho para notar las miradas curiosas que se intercambiaban entre algunos de ellos.
Estudiante ¿?: “¿Quién es ese? ¿Porque hay un Skinnie aquí?,” murmuró una chica, inclinándose ligeramente hacia su amiga.
Red: (¿Skinnie? Eso es nuevo, ¿será un insulto o una manera despectiva de llamarnos?)
Blue: (Pensándolo bien, creo que ambos, recuerda como los científicos siempre se quejaban de usar ADN de escamosos, lagartijas o según ellos ‘Esquivadores de meteoritos’, seguro es algo racista.)
Red: (Ya ni me sorprende.)
Mientras seguía subiendo las escaleras los murmullos no se detenían “No lo sé, debe ser nuevo,” respondió otra, arrugando el ceño mientras me observaba de arriba abajo.
Estudiante ¿?: “¿Te diste cuenta? Bajó del auto del director,” añadió un chico, susurrando lo suficientemente alto como para que su grupo lo escuchara.
Estudiante ¿?: “Qué raro. ¿No que el director no tenía hijos?,” comentó alguien más, mirando de reojo mientras seguían con sus conversaciones.
Me detuve antes de subir los últimos peldaños, mi atención atrapada por dos grupos de figuras que destacaban entre la multitud. No porque fueran extravagantes, sino porque parecía que no encajaban del todo con el resto.
Frente a mí, arriba del todo, en el primer grupo teníamos una anquilosaurio de color naranja con cabello castaño que caía en ondas suaves. Su vestido floral parecía cuidadosamente elegido, proyectando una vibra tranquila. A su lado, una estegosaurio verde, de cabello un tono más verdoso que su piel, llevaba pompones que le daban un aire despreocupado; su ropa era sencilla, cómoda, pero práctica. En el otro grupo había un velociraptor de un rosado intenso con una ropa demasiado sencilla que parecía mirar al vacío, como si su mente estuviera en otro plano.
Red: (Si te deja así... Yo quiero de lo que fuma este tipo.)
Blue: (¡RED! No.)
Red: (Le quitas la diversión a la vida...bueno, bueno.)
Junto a ellos, una triceratops de color morado, más baja que los demás, llevaba un hoodie amarillo que le quedaba un poco grande, dándole un aspecto relajado. Cerrando el grupo estaba una pterodáctilo color menta con ropas negras, ¿porque llevara ese estilo tan... único?
Red: (Tal vez quiera destacar entre todos ¿no?)
Blue: (Una búsqueda de atención... es una posibilidad.)
Unos dinos peculiares, sin duda, pero ninguno de ellos captó mi interés más allá de un análisis rápido. No era del tipo que buscaba compañía. Sin darles mayor importancia, decidí que lo mejor era no quedarme allí más tiempo.
“Vamos,” murmuré para mí mismo antes de tomar un camino lateral que rodeaba el edificio. Las voces y miradas se desvanecieron poco a poco mientras me alejaba.
Pronto llegué a un jardín que bordeaba uno de los lados de la escuela. Las flores, cuidadas con precisión, formaban patrones de colores vivos que resaltaban contra el césped húmedo por el rocío de la mañana, quien sea que trabaja aquí sabe lo que hace. Me detuve, dejando que el aire fresco y el silencio del lugar me envolvieran mientras contemplaba el paisaje en calma, incluso me concentre para poder disfrutar aún más de esta tranquilidad que hace mucho no podíamos disfrutar.
La brisa del viento dando un ambiente tan natural, todo era tan pacífico acá en este jardín. El canto de las aves dando melodías para los que se fijaban mejor, podía identificar algunas... una diuca, una tenca, o y ese es un-.
Todo pensamiento fue repentinamente interrumpido por una cosa.... y nos arrepentimos totalmente de concentrarnos mas para escuchar a las aves.
???: ¡Hola tu debes ser el nue-.
Red: (¡¡¡LA [----------] QUE TE PARIO!!! ¡¡¡MALDITO [-----------------------------------]!!!)
Blue: (¡Que mierda fue eso! Quien pudo llegar a un tono tan malditamente agudo, Dios…esa mierda fue peor que el rugido que nos pegó Spears...creo que eso hirió el tímpano, hasta creo que lo rompió.)
Red: (¿Tu que mierda crees? …estamos sangrando. Putamente genial.)
Blue: (Carajo, menos mal estamos recuperados porque si no, olvídate de escuchar por una semana. Nota mental: No volver a concentrarse tanto cerca de quien sea que hablo.)
Aún con un dolor agudo zumbando en mis oídos, me llevé las manos a la cabeza mientras trataba de estabilizarme. Poco a poco, las figuras frente a mí comenzaron a tomar forma. Eran dos: un pterodáctilo de tonos oscuro con manchas naranjas, y una parasaurio de un suave tono melocotón. Ambos me miraban con expresiones de preocupación mientras intercambiaban rápidas miradas, como si intentaran decidir si intervenir o no.
La parasaurio dio un paso adelante, levantando una mano en un gesto conciliador, aunque aún no tenía ni idea de lo que decía, pero era claramente obvio que estaba disculpándose. Como es posible que la voz de esta chica pudiera alcanzar esos niveles. Si tuviera que comparar con algo serían los silbatos para entrenar perros.
Por un momento, simplemente levanté una mano para indicar que esperaran, concentrándome en regenerar mi audición, lo único bueno que hicieron esos capullos fue darme estas cosas y no es la primera vez que me rompen los tímpanos. Los sonidos circundantes, que antes eran un zumbido caótico, empezaron a ordenarse lentamente. Finalmente, levanté un pulgar en señal de que estaba bien, aunque mi expresión seguía siendo una mezcla de molestia y cansancio.
Parasaurio: “De verdad, lo siento muchísimo” insistió la parasaurio, inclinando ligeramente la cabeza. “Es solo que te vi en el jardín y me emocione demasiado, solo quería presentarnos, pero... creo que exageré un poco.”
Kross[B]: “Un poco,” murmuré con sarcasmo, aun masajeándome el oído.
Pterodáctilo: El pterodáctilo, que hasta ahora había permanecido en silencio, cruzó los brazos y lanzó una mirada de leve reproche hacia su compañera. “¿Ves lo que pasa cuando no controlas tu entusiasmo, Naomi? Casi lo dejas sordo.” Su tono era seco, pero para nada hostil.
Naomi: “Lo siento, Naser,” respondió Naomi, bajando un poco las manos con un aire avergonzado.
Kross[B]: Decidí finalmente incorporarme del todo y sacudí un poco la cabeza, dejando escapar un suspiro. “Está bien, solo… intenta no volver a hacerlo. Enserio que fue un tono muy agudo”.
Naser: El pterodáctilo, aparentemente llamado Naser, inclinó la cabeza hacia mí. “¿Demasiado agudo?” el ptero hizo una pequeña pausa antes de agregar. “Es que se me hace raro que con solo eso te llegaran a sangrar los oídos, que por cierto ¿No quieres que te llevemos a la enfermería a que te revisen?”
Red: (Sinceramente aun si no nos hubiéramos concentrados ese tono nos hubiera dado tinnitus.)
Kross[B]: “Que puedo decir, tengo buen oído, así que si no es mucha molestia te pediría que no uses ese tono tan agudo conmigo.” respondí con cautela, notando el leve brillo de preocupación en sus ojos.
Naomi sonrió ampliamente, como si mi respuesta le diera permiso para relajarse. “¡Genial! Oh donde están mis modales. Soy Naomi, presidenta del consejo y tu guía. Si necesitas ayuda con algo, no dudes en pedírmelo. ¡Conozco esta escuela como la palma de mi mano!”
Red: (... aun con ese tono agudo... pero menos fuerte... es un avance)
Naser: “Y yo soy Naser, y somos tu comité de bienvenida” añadió el pterodáctilo, con un leve movimiento de cabeza. “No soy tan entusiasta como ella, pero si necesitas algo, supongo que también puedo ayudar.”
Red: (Comité de bienvenida..., no puedo creer que Spears haya hecho eso por nosotros... que lindo detalle ¿no?)
Blue: (Y que lo digas... es un buen hombre.)
Kross[B]: “Gracias,” respondí, más por cortesía que por otra cosa.
Red: (Pero ahora la pregunta que nos estamos haciendo ¿Qué clase de dúo tenemos aquí? Una chica demasiado entusiasta y azucarada y del otro lado tenemos un tipo algo desinteresado por nosotros.)
Blue: (Al menos parecen inofensivos. No dudo que pueda ganarle al ptero en cualquier cosa y tú lo mandarías al hospital seguro, y hablando de eso, que mierda le paso en el ala.)
Red: (Ni idea, pero debió ser un accidente bien feo por el estado que tiene.)
Naomi: La parasaurio, sin detenerse, hablo con un tono demasiado positivo. “Tenía esto preparado para ti,” Dijo con una sonrisa pasándome un folleto...esa sonrisa suya... era una que Red y yo hemos visto durante años. “ahí encontraras toda la información importante de la escuela, como tus horarios, optativos, además de lo que da la cafetería durante la semana”
Kross[B]: “Ya veremos,” respondí, desviando la mirada del folleto hacia el jardín una vez más, como si quisiera extender ese momento de calma.
Naser: El ptero miraba hacia la entrada del instituto y parece que algo llamo su atención ya que le dedico una mirada a la parasaurio antes de hablarle “Naomi, debo irme, parece que unos estudiantes necesitan ayuda con algo.” Al decir estas palabras la expresión de Naomi se oscureció un poco. “Te veo en la hora del almuerzo, de acuerdo” al finalizar su frase este acerca su hocico al de ella.
Red: (Oh, así que son pareja... si llegan a tener hijos seguramente su clasificación sea baja, un parasaurio y un ptero... nada destacable)
Con un leve gesto de despedida, Naser se aleja hacia el edificio. Observé cómo se desvanecía entre el resto de los estudiantes, dejando tras de sí un silencio momentáneo. Pensándolo bien sus personalidades eran tan contrastantes que me hicieron preguntarme qué tipo de personas más encontraría en este lugar. Quería tomarme un par de minutos más en el jardín, pero la parasaurio color melocotón tenía otros planes.
Naomi no parecía satisfecha de que Naser se hubiera ido, aunque un leve rubor aún permanecía en sus mejillas tras la despedida. Sin embargo, no tardó en centrar toda su atención en mí, ajustándose ligeramente el broche en su ropa antes de mirarme con esa sonrisa excesivamente brillante.
Kross[B]: “Oye, Naomi,” comencé, tratando de no parecer demasiado incómodo. “¿Podrías guiarme hacia la oficina del director? Aún no estoy familiarizado con este lugar.”
Naomi: Sus ojos se iluminaron, claramente encantada por la solicitud. “¡Claro que sí! Es un honor que me lo pidas. La oficina está justo al lado del ala administrativa, no está muy lejos de aquí. Ven, te llevaré.”
Antes de que pudiera decir algo más, extendió una mano hacia mi muñeca, intentando guiarme físicamente. Por puro instinto, aparté su mano con un movimiento brusco, golpeándola ligeramente.
Naomi: “¡Oh!” exclamó, retrocediendo un paso mientras se frotaba la mano. “Lo siento, no quería incomodarte. Solo pensé que sería más fácil así.”
Kross[B]: Traté de buscar una excusa para suavizar la situación. “Eh… no estoy acostumbrado a que la gente me toque de repente. Es… algo mío.” Desvié la mirada, notando cómo Naomi ladeaba la cabeza con curiosidad, pero al menos no insistió.
Naomi: “Entiendo,” respondió con una voz más calmada, aunque su entusiasmo no había disminuido del todo. “No te preocupes, puedo guiarte sin tocarte. Vamos por este camino.”
Mientras caminábamos, mis pensamientos se dirigieron hacia el pequeño incidente.
Red: (No puedes culparnos, ¿verdad? Después de todo lo que pasamos en ese lugar, ¿quién demonios se sentiría cómodo con algo así?)
Blue: (Exacto. Las manos de ellos nunca eran para guiar… siempre era para sujetar, inmovilizar, forzar. Es normal que tengamos esta reacción... buscar una excusa para la Tía Fang fue difícil.)
Red: (Y esa sonrisa suya… ¿te diste cuenta? Es como las que usaban los cuidadores cuando fingían que todo iba a estar bien.)
Blue: (Sí, es igual a la de ellos, esta chica aparenta tener una expresión genuina… aunque esa sonrisa suya es demasiado perfecta. Demasiado estudiada. No sé si confiar en alguien que finge así.)
Red: (Siempre alerta. No podemos bajar la guardia con nadie, ni siquiera con ese melocotón.)
Naomi, sin percatarse de mi conflicto interno, seguía hablando animadamente sobre la escuela mientras señalaba diferentes direcciones y rincones. Parecía disfrutar cada oportunidad de dar explicaciones, aunque apenas escuchaba la mitad de lo que decía. Mis pensamientos seguían atrapados en recuerdos de manos que no guiaban, sino que sometían, y esa sonrisa falsa que llevaba puesta no ayudaba a calmarme.
Naomi: “Y aquí estamos,” dijo finalmente, deteniéndose frente a una puerta de madera con una placa que decía ‘Oficina del Director.’ Se giró hacia mí, con esa sonrisa amplia, casi demasiado perfecta, que no parecía conectar con sus ojos. Sin perder tiempo, tocó la puerta lo suficientemente fuerte para que se escuchara. “Director Spears, aquí Naomi. Estoy con el estudiante nuevo.”
Un leve chasquido casi imperceptible indicó que Spears había respondido, su voz firme pero tranquila resonó a través de la puerta. “Lo siento, Naomi, pero estoy con otro estudiante en este momento. ¿Podrías entregarle lo que acordamos? Después, dile que se dirija directamente a su clase.”
Naomi: “¡Por supuesto, señor!” respondió con entusiasmo, girándose hacia mí mientras sacaba una tarjeta blanca con bordes dorados de su bolsillo, con una foto mía.
Red: (Así que por eso nos sacó una foto otro día cuando teníamos la ropa nueva. Nunca nos dejas de sorprender Spears)
Naomi: “Esto es para ti,” dijo, extendiendo la tarjeta hacia mí con delicadeza. “Es tu tarjeta de almuerzo. La necesitarás para acceder a la cafetería y otros servicios. No tienes que pagar nada mientras ocupas la tarjeta, pero cuando termines tu educación aquí, deveras pagar todo en un plazo de 2 años sin intereses” termina diciendo esto con una sonrisa....
Kross[B]: Tomé la tarjeta, asegurándome de que nuestros dedos no se rozaran. “Gracias,” dije, tratando de sonar educado pero incapaz de disimular mi incomodidad ante su actitud excesivamente amable.
Naomi, sin notar (o ignorando) mi reacción, continuó con el mismo entusiasmo. “¿Cuál es tu primera clase? Podría llevarte para que no te pierdas.”
Abrí el folleto que me había dado antes y repasé rápidamente los horarios. “Lenguaje,” respondí, manteniéndome directo.
Por un momento, los ojos de Naomi se iluminaron de forma alarmante, y pensé que lanzaría otro de esos gritos agudos. Sin embargo, para mi alivio, se contuvo, respirando profundamente antes de hablar.
Naomi: “¡Qué coincidencia! Esa es mi primera clase también. ¡Puedo llevarte personalmente!” dijo, visiblemente emocionada, pero con un volumen que no perforaba los oídos esta vez.
Red: (Bueno, al menos esta vez no nos hizo sangrar los oídos.)
Blue: (Eso sí, pero su entusiasmo sigue siendo agotador. Solo debemos soportarlo un poco más.)
Naomi señaló hacia un pasillo a la derecha. “¡Por aquí! Llegaremos en un minuto. La clase está en el segundo piso” Sin más, comenzó a caminar con pasos rápidos, esperando que la siguiera.
Mientras nos alejábamos de la oficina de Spears escuche a alguien quejarse, seguramente es el estudiante, no nos interesa lo suficiente para entender que dijo.
Naomi nos condujo hacia el aula en el segundo piso con pasos rápidos, su entusiasmo evidente en cada palabra. Al llegar, se detuvo frente a la puerta y, con su típica sonrisa, la sostuvo abierta para que entrara. El aula era espaciosa, con filas de escritorios distribuidos en orden perfecto. Me tomé un momento para observar y elegí un asiento que no estuviera ni muy cerca ni demasiado lejos del escritorio del profesor. La posición era estratégica: lo suficientemente cerca como para escuchar todo claramente, pero lo bastante lejos como para no llamar demasiado la atención.
Me senté y dejé que mi mirada recorriera el aula mientras los demás estudiantes comenzaban a llegar en grupos. Algunos entraban charlando animadamente, otros parecían menos entusiasmados, arrastrando los pies hacia sus asientos. Mi atención no estaba en ellos realmente, sino en la energía del lugar: un ambiente tranquilo pero lleno de pequeñas conversaciones y movimientos.
El sonido estridente de la campana marcó el inicio de la clase, y en cuestión de segundos, la puerta se abrió de golpe. Un hombre alto y delgado entró al aula con pasos firmes, llevando una vestimenta que parecía sacada de otra época.
Red: (Espera... ¿qué está usando?)
Blue: (¿Es eso... un kimono? ¿Y qué carajos hace con una espada de madera en el aula?)
Red: (¿Esto es una clase o estamos en un dojo?)
El profesor llevaba un kimono negro impecable, con un obi rojo atado firmemente alrededor de su cintura. En su mano derecha sostenía una espada de madera que golpeó ligeramente contra el suelo al detenerse frente al escritorio. Su postura era recta, y su expresión severa contrastaba con el ligero aire cómico que desprendía su atuendo.
Maestro: “¡Buer-no, buer-no, estudiantes! ¡Bienvenidos a la crase de Lenguaje! Yo soy el Plofesor Tsuki, pero pueden llamalme Plof. Tsuki,” dijo con un tono exagerado, claramente influenciado por estereotipos. “Espe-lo que estén listos para una crase llena de disciplina... y divelsión.”
Red: (… ¿¿¿¿Que layos dijo????)
Blue: (Dios mío.... entiendo que sea un estereotipo andante pero que mierda, este es el profesor de lenguaje…. será un largo año)
Prof. Tsuki: “¡Ah, pero antes de comenzal! Tenemos un estudiante nuevo, pol favor, ven al flente y plesentate.”
Blue: (Cierto, rutina de chico nuevo, presentarse en cada clase que hay.... perfecto)
Red: (Fabuloso…)
Con un suspiro apenas audible, me levanté de mi asiento y caminé hacia el frente del aula. Los murmullos comenzaron tan pronto como me puse de pie, acompañados de varias miradas curiosas que intenté ignorar mientras avanzaba. El piso parecía crujir ligeramente bajo mis pasos, o tal vez era mi imaginación amplificando cada sonido en un intento por distraerme de la incomodidad del momento.
Red: (...Perfecto, un desfile de miradas. Como si no fuera suficiente tener que presentarnos.)
Blue: (Es un simple protocolo. Solo hablamos y listo, regresamos al asiento.)
Al llegar al frente, me detuve justo al lado del escritorio del profesor. Tsuki me miraba con expectación, sosteniendo su espada de madera como si esperara que hiciera algún truco especial.
Kross[B]: “Mi nombre es Kross,” dije con un tono neutro. Dejé que el silencio llenara el aula por un momento antes de añadir: “No tengo hobbies ni nada más que decir.”
El murmullo volvió, aunque más bajo esta vez. Algunas risitas se escucharon al fondo, pero las ignoré.
Blue: (Eso debería bastar. Nada más que añadir, nada que les importe realmente.)
De repente, una voz del fondo rompió la monotonía.
Estudiante: “¿Eres ciego de un ojo?”
El comentario provocó un pequeño revuelo en el aula.
Red: (Qué originales... De verdad nunca me lo espere. ¿Serán tontos?)
Blue: (Ya, no exageres las cosas, es obvio el porque de la pregunta. Es porque tenemos un ojo gris, supongo que es normal pero no deja de ser molesto. Será que la gente ciega no tiene color en los ojos...sinceramente no sé, nunca hemos visto uno)
Kross[B]: Giré ligeramente la cabeza en dirección al estudiante. “No,” respondí con frialdad, sin molestarte en dar más detalles.
Antes de que el profesor pudiera decir algo, Naomi intervino desde su asiento, levantando la mano con entusiasmo.
Naomi: “¿Cómo era tu antigua escuela?”
Por un momento, mi mente se detuvo en esa pregunta.
Red: (Claro, eso debió ser lo que Spears les dijo para justificar nuestra llegada aquí. ‘Un estudiante transferido.’)
Blue: (Y lo pregunta como si fuera relevante. Que fastidio, y justamente tenía que ser el melocotón con patas.)
Red: (¿Ya le perdiste la paciencia? ¿Ni un día? ¿Ni una maldita clase?)
Blue: (Tu no hables, que sé que cada vez que abre la boca quieres estampársela con cualquier cosa.)
Red: (Touche.)
Kross[B]: “Sin comentarios,” respondí, manteniendo la misma neutralidad en mi voz. Luego me dirigí al profesor. “¿Puedo sentarme ahora Profesor Tsuki?”
Prof. Tsuki: Tsuki asintió con vigor, haciendo un leve movimiento con su espada de madera. “¡Cielto, cielto! Puedes sentalte, no hay ploblema. Clase plepalense, comenzalemos la crase.”
Sin perder tiempo, volví a mi asiento, sintiendo cómo las miradas comenzaban a desviarse hacia otras cosas.
La clase pasó sin pena ni gloria. El Profesor Tsuki seguía con su particular manera de hablar, y aunque tratábamos de tomar apuntes, el esfuerzo requerido para descifrar su pronunciación hacía que escribir fuera más complicado de lo que debería. Parecía como las pruebas que nos hacían para descifrar cosas.
Red: (Esto no es una clase, es un ejercicio mental para decodificar palabras.)
Blue: (Al menos no hay gritos como en el recinto, pero sí, esto es agotador.)
Cuando finalmente sonó la campana, dejé escapar un suspiro de alivio. El día transcurrió con cierta tranquilidad, moviéndome de una clase a otra, presentándome en cada una. La rutina se volvió aburrida y monótona rápidamente, lo que no ayudaba a mantenernos despiertos considerando la regeneración del tímpano durante la mañana. Para cuando llegó la hora del almuerzo, sentí que necesitábamos algo de energía.
Gracias a la tarjeta de almuerzo que nos dio Naomi (B: Gracias Spears), conseguí un plato sustancioso, lleno de proteínas y carbohidratos. Nada especial, pero lo suficiente para recargar algo de nuestras fuerzas.
Red: (Esto era justo lo que necesitábamos. Ya casi nos quedábamos dormidos en la última clase.)
Blue: (La somnolencia es comprensible. Regenerar un tímpano no es exactamente algo sencillo.)
Con mi bandeja en mano, busqué un lugar vacío para sentarme. Encontré uno junto a una ventana, suficientemente apartado del bullicio principal del comedor. Me dirigía hacia allí cuando sentí una mano agarrando con fuerza mi hombro.
El tiempo pareció ralentizarse por un instante, pero mi reacción fue casi automática. Giré mi cuerpo, quitándome la mano de encima mientras lanzaba un codazo con fuerza hacia la mandíbula del desconocido.
El impacto fue preciso y contundente, haciendo que la persona diera un paso atrás sorprendido, llevándose una mano a la cara. Todo esto sin que un solo trozo de mi almuerzo se moviera de su lugar en la bandeja.
Sin pensarlo, adopté una posición defensiva, las piernas separadas y el peso equilibrado, listo para lo que fuera. Mis ojos se centraron en el "agresor," y me quedé allí, viendo quien era...carajo.
Kross[B]: “¿Naser?” dije sorprendido, no me espere que fuera el ptero quien me había tomado el hombre. “Nunca vuelvas a hacer algo así... ¿Estas bien?” dije eso acercándome con mi plato aun en mano, observando como el ptero aun sostenía su mandíbula.
Naser parpadeó un par de veces, aun sosteniendo su mandíbula mientras intentaba recomponerse. “Tranquilo, no hay problema,” dijo finalmente con una media sonrisa. “Fue mi culpa. No debí sorprenderte así. Pero… debo decir que me sorprendió lo rápido que reaccionaste. ¿Tienes algún tipo de entrenamiento?”
Kross[B]: Bajé ligeramente la guardia, relajando mi postura mientras lo observaba con cautela. “Lo siento. Fue una reacción instintiva,” dije, desviando la mirada. “¿Estás bien? No fue mi intención golpearte tan fuerte.”
Naser hizo un gesto con la mano, restándole importancia al incidente. “Estaré bien. Nada grave. Además, fue impresionante,” añadió, frotándose la mandíbula.
Red: (Menos mal estabas tu al mando, te sabes controlar mejor, si hubiera sido yo, esa mandíbula ahora estaría rota... y seguramente le faltarían dientes.)
Naser: Sin más, señaló con un gesto hacia una mesa cercana. “Naomi está por allá. ¿Te gustaría venir con nosotros? Podemos comer juntos si quieres.”
Red: (¿Con el melocotón? No, gracias.)
Blue: (Mejor mantenerlos cerca. Nunca sabes cuándo podríamos necesitar algo de ellos.)
Tras un momento de vacilación, asentí. “Está bien. Vamos.”
Me siguió mientras caminábamos hacia la mesa que había señalado. Naomi, al verme, levantó la mano con entusiasmo. “¡Kross! ¡Qué sorpresa!” exclamó, observando con curiosidad la bandeja que llevaba. “Wow, eso es mucha comida. Deberías cuidarte, sabes que no es bueno comer tanto de golpe.”
Kross[B]: Ignoré su comentario y me senté sin decir nada, acomodando la bandeja frente a mí. Sin más ceremonia, comencé a comer.
Red: (Ahí va con sus consejos inútiles.)
Blue: (No pierdas el tiempo comentando. Concentrémonos en comer.)
Naomi, dándose cuenta de que no le prestaba atención, cambió de enfoque. “Entonces, Kross, ¿qué tal tu día? ¿Te han parecido interesantes las clases hasta ahora?”
Respondí con un simple encogimiento de hombros mientras seguía comiendo. Su expresión no cambió, manteniendo su típica sonrisa.
Naomi: “¿Y cómo te estás adaptando? ¿Es muy diferente de tu escuela anterior?”
Kross[B]: “Sí,” dije, sin entrar en detalles.
Red: (Esto se va a hacer largo si no se cansa.)
Blue: (Paciencia. No puede durar para siempre... espero.)
Naomi pareció darse cuenta de que no estaba en el ánimo de conversar, porque finalmente se quedó en silencio y comenzó a comer, lo que parecía ser una ensalada con varias frutas y verduras. Naser, mientras tanto, simplemente observaba, comiendo tranquilamente su sándwich de carne sin intervenir.
Pasó un rato, y para entonces ya casi había terminado de comer. La energía que me faltaba comenzaba a regresar mientras Naomi y Naser seguían con sus bandejas. Fue entonces cuando Naser rompió el silencio.
Naser: “Oye, Kross, ¿qué harás después de la escuela? ¿Tienes algo planeado?”
Me detuve un momento, pensando. La respuesta era obvia. Prácticamente no tenía nada que hacer más allá de esperar a Spears. “No, no tengo nada,” respondí con neutralidad.
Antes de que pudiera volver a mi comida, Naser se inclinó un poco hacia adelante, como si quisiera asegurar que prestara atención. “Perfecto. Habrá un show de música en el auditorio después de clases. Y, además, servirán pizzas... muchas pizzas. Incluso puedes llevarte algunas si quieres.”
Red: (¿Pizzas gratis? Bueno, eso suena mucho mejor que quedarnos aburridos mirando la pared.)
Blue: (Sí, aunque todavía me pregunto por qué parece tan interesado en que vayamos.)
Kross[B]: Lo miré con cierta curiosidad antes de asentir. “Está bien, iré. ¿De qué trata el show? ¿Quién toca?”
Naser: El ptero sonrió, aunque mostraba algo de incomodidad, claramente por mis preguntas. “Mi familiar estará tocando.” dijo, con algo de nerviosismo.
Kross[B]: “Y tu familiar es...” le dije apuntándole mi tenedor asiendo círculos
Naser: “Fang”
Red: (¿Huh? Igual que la T-rex...raro)
Kross[B]: “Hermano, hermana, primo, prima…”
Naser: “Familiar”
Red y Blue (.........)
Red: (¿Seguro que solo tiene el ala rota?, apuesto que tiene algo mal en la cabeza)
Blue: (Es una posibilidad.)
Kross[B]: Traté de cambiar el tema porque ya me estaba explotando la cabeza “¿Y qué tipo de música tocan?”
Naser encogió los hombros, con una sonrisa despreocupada. “Música.”
Red: (No de nuevo por favor...)
Kross[B]: Lo miré con una ceja levantada. “¿De cuál?”
Naser: “La que se escucha.”
Red y Blue: (.......)
Red: (¡Déjame salir! Le arreglare la cabeza a golp-.)
Blue (¡No, Cálmate ahora! ...sí nos da la oportunidad lo hacemos. Mira, primero ellos nos deben dar el golpe. Por lo menos así tenemos una excusa.)
Red: (¡TRATO!)
Kross[B]: “No tienes ni puta idea, ¿verdad?”
Naser río ligeramente, sin parecer afectado. “Tú lo has dicho.”
Blue: (Maravilloso. Ni siquiera sabemos en qué nos estamos metiendo.)
Red: (Pizzas gratis o no, esta idea ya empieza a sonar como una estupidez.)
Sin embargo, aceptado estaba, y aunque seguíamos maldiciendo en nuestra cabeza, decidí que no valía la pena preocuparme demasiado. Pizzas y un rato fuera de la rutina parecían suficientes motivos para asistir, aunque lo de la música seguía siendo un misterio.
...
...
Después de la escuela
Unas pocas clases más, lo que implico la rutina de presentación, enserio que aburrimiento, lo bueno fue que a nadie le importo y nadie hizo preguntas como en la primera clase. Ahora me encontraba con Naser junto a la puerta del auditorio mientras el estaba en su celular revisando algunas cosas, supongo que cosas con su familiar quien estará tocando.
Naser: “Okay, Fang me dice que falta poco para que comiencen a tocar, mira aquí.” Dice eso mientras me pongo a leer lo que pone en la pantalla de su celular, aunque me llama la atención una palabra.
Red: (¿RAR? Que mierda es eso...)
Blue: (Puede ser un sonido o un acrónimo para algo... dependiendo de su relación puede ser cualquier cosa, hasta un insulto.)
Red: (No nos incumbe. Sigamos con lo nuestro.)
Le devolví el celular sin hacer comentario alguno, pero fue Naser quien rompió el silencio con una pregunta que no esperaba.
Naser: “¿Tienes algún hermano? Alguien que te espere en casa o algo así.”
Por un momento, sentí como si el aire a mi alrededor se volviera pesado. No era una pregunta difícil, pero el contexto de mi vida hacía que la respuesta fuera más complicada de lo que debería.
Kross[B]: “No,” respondí con frialdad. “Nadie.”
Naser pareció notarlo, pero no insistió. Desvió la mirada hacia su celular y murmuró algo que apenas alcancé a escuchar.
Naser: “Supongo que eso debe ser… más simple.”
Kross[B]: No hará daño indagar un poco ¿no? ... “¿Por qué preguntas?”
Naser se rascó la nuca, claramente incómodo. “Es solo que… mi familiar es un poco difícil de describir. Fang no es como los demás.”
Red: (¿Qué quiere decir con eso? ¿Raro o difícil de tratar?)
Blue: (Quizá ambas. Su tono lo dice todo.)
Naser: “No me malinterpretes,” continuó, intentando explicar. “Fang es increíble en muchas cosas, pero también... puede ser complicad-E. A veces no sé cómo tratarle. O manejarle.”
Red: (... ¿complicade? No será complicado o complicada.)
Blue: (Ya dejé de tratar de comprender a este tipo.)
Kross[B]: Asentí, sin querer profundizar más en la conversación. “Todos tienen sus cosas, supongo.”
Naser: “Sí... supongo.”
El silencio entre nosotros no fue incómodo, pero tampoco del todo cómodo. Finalmente, guardó su celular y miró hacia la puerta del auditorio. “Ya no falta mucho. Deberíamos entrar.”
Pero antes de entrar una mano se posó sobre mi hombro tensándome de inmediato, pero a diferencia de como Naser lo hizo a la hora del almuerzo, esta mano se posó con un agarre suave que podía reconocer fácilmente haciendo que me tranquilizara. No pude evitar sonreír al saber quién era.
Kross[B]: “Muy buenas director Spears, como ha estado su día.” Dije mientras me volteaba ampliando un poco más mi sonrisa y relajaba mi postura.
Spears: “Buenas tardes, Kross. Veo que te estás adaptando,” respondió con su usual tono sereno, mientras retiraba su mano de mi hombro.
Kross[B]: “Algo así,” dije, manteniendo la sonrisa mientras lo miraba. “No es tan diferente de lo que esperaba... aunque algunas cosas han sido un poco sorprendentes.”
Spears arqueó una ceja, su interés evidente. “¿Sorpresas buenas o malas?”
Kross[B]: “Un poco de ambas, diría. Aunque diría que su... elenco de profesores es único,” añadí, recordando al Profesor Tsuki y su espada de madera.
Spears dejó escapar una leve risa, parecía más un gesto auténtico. “Ah, tuviste lenguaje como primera clase, cierto. El Profesor Tsuki. Digamos que su metodología es... poco convencional, pero efectiva a su manera.”
Red: (¿Efectiva? ¿En qué universo? ...es el profe de lengua y no se le entiende nada)
Blue: (Déjalo, parece que le tiene confianza. No tiene sentido discutirlo.)
Spears: “Y, ¿cómo van las clases? ¿Algo que te haya resultado particularmente complicado?”
Kross[B]: “Nada fuera de lo normal. Supongo que sobreviviré” respondí, manteniendo el tono ligero.
Spears asintió lentamente, su expresión evaluadora como si estuviera buscando algo más allá de mis palabras. “Me alegra oír eso. Pero recuerda que, si surge algún problema, mi puerta siempre está abierta. Además, que preferiría que evites cualquier conflicto o problema.”
Kross[B]: “Lo tendré en cuenta director,” dije, y esta vez mi sonrisa fue algo más genuina.
Red: (Por lo menos este tipo es decente. Como si su presencia fuera tranquilizadora...)
Blue: (Sí, es lo mejor que nos ha pasado en el día...y en 10 años, aunque nos diera un suplex. Y prefiero mil veces conversar con él que con cualquiera.)
Antes de que pudiera avanzar hacia la puerta del auditorio, Spears me detuvo con un ligero movimiento de su mano. “Una cosa más, Kross.”
Kross[B]: “¿Sí?”
Spears: “Quiero que vengas a mi oficina a primera hora mañana. Hay algo de lo que debemos hablar. No te preocupes, no es nada grave.”
Kross[B]: “Entendido director.”
Spears: “Hasta entonces, disfruta del show. Estoy seguro de que será... interesante.” Mientras decía eso, por instante hizo una pequeña mueca.
Con esas palabras, se despidió con una inclinación leve y se alejó por el pasillo, dejando a Naser y a mí frente a la puerta del auditorio.
Red: (¿Interesante? A que se referirá con eso, ¿viste su expresión?)
Blue: (Sí, pero no parece nada alarmante. Tal vez la música es muy ruidosa, debemos estar atentos para reducir el impacto a nuestra audición.)
Naser me miró, algo confundido. “¿El director te conoce bien?”
Kross[B]: “Algo así,” respondí mientras abría la puerta. “Vamos. No quiero perderme las pizzas.”
En eso Naser y yo entramos al auditorio donde ya había una multitud de estudiantes en los asientos, en la zona del vestíbulo había muchas pizzas apiladas, me pregunto cuanto abran costado.
Naser: “Puedes llevarte un par de cajas después si gustas, tómalo como una muestra de mi gratitud” Dijo el ptero mientras me sonreía.
Red y Blue: (... ¿Y esta rosa? ... gracias papa Dios)
Kross[B]: “Muchas gracias Naser, eso sí una preguntita, ¿quién trajo toda esta delicia italiana? Dudo mucho que la escuela financie estas cosas.”
Naser: Mientras se ponía una mano en el pecho haciendo un gesto orgulloso. “Yo las traje, y no fue tanto, solo como...un mes de sueldo.”
Red: (Como un mes de sueldo... Y no se puede comprar una chaqueta mejor.)
Blue: (Me pregunto porque nadie le dice que su estilo es tan malo.)
Kross[B]: “Así que, sobre el show, cuando crees que empez-.” Antes de poder seguir, Naser me hace un gesto y comienza a alejarse.
Naser: “Lo siento Kross, vuelvo enseguida, iré a ver como esta Fang” Dicho esto lo veo irse atrás del escenario.
Me acerqué a la mesa de las pizzas, sacando un par de pedazos y llevándolos a un plato. El olor era embriagador, y el primer bocado confirmó que Naser no había escatimado en calidad. Mientras masticaba, mi atención se desvió hacia los estudiantes que llenaban el auditorio.
No había nadie particularmente interesante, al menos a primera vista. Un grupo hablaba animadamente en las filas traseras, mientras otros simplemente parecían esperar a que empezara el espectáculo. Sin embargo, mis ojos se detuvieron en una figura en las primeras filas.
Red: (¿Qué tenemos aquí? ¿Un... candonto...carlaconto....carchadonto… algo?)
Blue: (Carcharodontosaurus. Quisieron ponernos ADN de esa especie, pero lo descartaron. No esperaba ver a uno aquí.)
Era un Carcharodontosaurus algo grande, sentado mientras revisaba algo en su celular. Nadie más parecía destacar demasiado... excepto, oh, las de la mañana.
Red: (Mira quiénes están aquí. La anquilo naranja y la stego verde. ¿Qué hacen aquí tan juntas?)
Blue: (Supongo que tienen interés en el show.)
Kross[B]: Dejé de prestarles atención rápidamente, volviendo mi enfoque a la pizza. No había razón para perder el tiempo analizando a todos los presentes. Esto era un rato para relajarse, no un ejercicio de observación.
Tomé otro pedazo de pizza, dejando que el sabor me distrajera por completo. Sin embargo, el ambiente comenzó a cambiar sutilmente. Mientras seguía disfrutando de la pizza, los murmullos empezaron a volverse más claros, aunque apenas perceptibles entre los ruidos del auditorio.
???: “Otro espectáculo de mierda, como siempre.”
???: “No entiendo cómo no les da vergüenza subirse al escenario.”
???: “Son unos perdedores. Es patético.”
Red: (Bueno, esto escaló rápido. ¿Siempre es será así aquí?)
Blue: (Parece que la opinión pública no está exactamente de su lado.)
Mi mirada volvió a recorrer el auditorio, notando que prácticamente todos los estudiantes estaban diciendo algo similar. Lo curioso era que las expresiones variaban: algunos reían con desdén, otros simplemente murmuraban entre ellos como si fuera un consenso universal.
El Carcharodontosaurus de las primeras filas, por ejemplo, soltaba risas intermitentes mientras hacía comentarios igualmente desagradables con quienes estaban a su alrededor. Por otro lado, la anquilo naranja y la stego verde parecían fuera de lugar, intercambiando miradas incómodas mientras mantenían la cabeza gacha.
Red: (Huh. Al parecer, no todos aquí son idiotas completos.)
Blue: (Al menos ellas parecen ser las excepciones.)
Mientras masticaba otro trozo de pizza, una pregunta surgió en mi mente. ¿Los que van a tocar sabrán lo que la mayoría de los estudiantes opinan de ellos? ¿Cómo deben lidiar con esto cada vez que suben al escenario?
Antes de que pudiera perderme en más pensamientos, Naser volvió, apareciendo a mi lado con una expresión neutral. “¿Qué tal la pizza?” preguntó mientras tomaba un pedazo para sí mismo.
Kross[B]: “Bien. Aunque...” dejé que mi mirada recorriera el auditorio antes de continuar. “¿Qué onda con esta gente? ¿Por qué están hablando tanta mierda?”
La expresión de Naser cambió instantáneamente, su mandíbula apretándose mientras sus ojos se oscurecían.
Naser: “¡Que!” soltó con enojo, sin molestarse en bajar mucho la voz. Además de golpeo la mesa con fuerza haciendo que se cayera una pizza al suelo.
Red: (¡Noooo!, el manjar italianoooo.)
Blue: (No llores, que nos llevaremos mínimo 3 cajas después de esto.)
Kross[B]: “Tranquilo, Naser,” dije, levantando las manos en un intento por calmarlo. “No vale la pena. Déjalos hablar. No vamos a cambiar nada golpeando mesas.”
Naser respiró hondo, sus hombros relajándose un poco mientras volvía a mirar la mesa. “Tienes razón. Lo siento. Es solo que... me saca de quicio. Aunque sabía que esto podría pasar.”
Red: (¿Qué?)
Kross[B]: “Como que esto podría pasar, ¿Naser que paso?” respondí, tomando otro pedazo de pizza.
Naser respiró hondo otra vez, evitando mirar a los estudiantes mientras hablaba. “Yo los invité,” dijo finalmente, con un tono de frustración.
Kross[B]: “¿Invitaste a estos idiotas? ¿Por qué?”
Naser: “Para que Fang tuviera público,” respondió, cruzándose de brazos. “Pensé que, si había más gente, sería mejor para elle. Y para eso son las pizzas, como incentivo.”
Red: (¿Es en serio? ¿Qué clase de lógica basura es esa?)
Blue: (Esto pasa cuando no piensas las cosas, dudo que ‘Fang’ le haya pedido esto. Además, ¿Invitar a gente que claramente no le importa? Un desastre anunciado.)
Kross[B]: “Eso no está bien, Naser,” dije, dejando el pedazo de pizza en el plato. “Si alguien quiere ver el concierto, debe ser por voluntad propia, no porque le estés ofreciendo comida gratis. Nadie que esté aquí por las pizzas va a respetar lo que Fang haga.”
Naser agachó la cabeza, evidentemente avergonzado. “Lo sé... lo sé. Pero pensé que... no sé, que podría funcionar. Ahora solo espero que no sea tan malo como parece.”
Kross[B]: Suspiré, viendo su expresión derrotada. “Mira, lo hecho, hecho está. No puedes cambiarlo ahora. Solo espera que Fang no se dé cuenta... aunque tengo el presentimiento de que ya sabe algo.”
En ese momento, el celular de Naser empezó a sonar. Sacó el dispositivo rápidamente, mirando la pantalla con una expresión de pánico.
Naser: “Es Fang,” murmuró antes de contestar. “Fang, yo so—”
Un torrente de gritos salió del teléfono, lo suficientemente fuerte como para que yo alcanzara a escuchar algunas palabras dispersas.
Kross[B]: “Huh, parece no se lo tomo bien.”
Naser trató de hablar nuevamente, con una voz más baja. “Déjame expl—”
Más gritos, esta vez más intensos, llenaron el auricular, lo que hizo que Naser cerrara los ojos y apretara los labios con fuerza. Finalmente, la llamada terminó abruptamente, y él guardó el celular con un gesto derrotado.
Naser: “Voy a irme,” dijo en voz baja, con una expresión cansada. “Fang no quiere que esté aquí. Pero por favor, no seas tan duro con elle. De verdad es una buena persone cuando le conoces bien.”
Red: (Primero el profesor Tsuki y ahora él... porque les gusta hacer mierda el lenguaje.)
Blue: (Me sigo preguntando lo mismo.)
Kross[B]: Lo observé por un momento, antes de asentir lentamente. “Lo tendré en cuenta. Pero asegúrate de arreglar esto, Naser”
Naser me dio una última mirada antes de alejarse, dejándome frente a la mesa de las pizzas mientras las voces de los estudiantes seguían llenando el auditorio.
Red: (Esto va a ser un desastre, ¿verdad?)
Blue: (Definitivamente. Pero ya estamos aquí. Solo espera y observa.)
Decidí no sentarme y me quedé en lo alto de las escaleras que daban a las filas del auditorio. Desde allí tenía una vista perfecta del escenario y podía observar tanto al público como lo que sucedía en el escenario sin problemas. Poco a poco, las luces comenzaron a atenuarse, y el ruido de las conversaciones en el auditorio se fue apagando. Las cortinas se abrieron lentamente, revelando a tres figuras en el escenario que reconocí de inmediato.
Red: (¿Son ellos? ¿El velociraptor rosado, la triceratops morada y la ptero menta?)
Blue: (Sí. El grupo del otro lado de las escaleras esta mañana. Parece que también son una banda.)
El velociraptor estaba en la batería, ajustando los platillos con una expresión despreocupada. La triceratops sostenía un bajo que parecía demasiado grande para ella, mientras que la ptero llevaba otro bajo y tenía un micrófono cerca.
Red: (Dos bajos… Eso no es normal, ¿verdad?)
Blue: (No lo es, recuerda que hace unos días la ‘Tía Fang’, nos mostró unos videos musicales, en los cuales prácticamente ninguna banda usaba 2 bajos. Normalmente sería un bajo y una guitarra según lo que vimos. Es extraño que lo hagan así, espero que sepan lo que hacen.)
Observé a la ptero con más detenimiento. Siendo la única de su especie, asumí rápidamente que debía ser Fang, el familiar de Naser. Aunque no podía evitar preguntarme por qué tanto rodeo con decir “familiar” en lugar de simplemente “hermana.”
Red: (Se nota claramente que es su hermana. ¿Por qué complicarlo tanto?)
Blue: (No nos preocupemos por eso ahora. Ya va a empezar, por si acaso prepárate.)
No hubo presentación ni saludo al público. Simplemente, comenzaron a tocar. Preparé mi mente y oidos para el impacto… y, como lo anticipaba, el resultado fue desastroso.
Los dos bajos carecían completamente de sincronía, chocando entre sí y creando un sonido desordenado y desagradable. La batería, aunque técnicamente correcta en el ritmo, no lograba salvar el desastre que generaban los bajos. En lugar de música, lo que resonaba en el auditorio era puro ruido, una cacofonía que dañaba los oídos más que cualquier otra cosa.
Red: (¡Esto es una masacre para los oídos!)
Blue: (Ni siquiera puedo decir qué canción intentan tocar, si es de alguna banda o una original. Es solo caos.)
No tardó en llegar la reacción de los estudiantes.
???: “¡Vaya mierda de banda! ¡Ni mi abuela toca tan mal!”
???: “¡Bájense del escenario, perdedores! ¡Nos están matando!”
???: “¿Dos bajos? ¿Quién tuvo esa idea estúpida?”
???: “¡Devuélvanme mi tiempo! Esto es un desastre.”
???: “¡Alguien desconecte los micrófonos y acabe con esto ya!”
Los insultos comenzaron a elevarse, convirtiendo lo que ya era un caos en algo aún peor. La multitud empezaba a agitarse, algunos se reían, otros simplemente gritaban cosas que ya no podía distinguir.
El ruido de los insultos y las risas continuaba, pero de repente me di cuenta de que ya no había música. Levanté la vista hacia el escenario y lo que vi me hizo sentir algo extraño, algo que crecía lentamente dentro de mí.
La banda estaba paralizada, sus rostros reflejaban horror puro. El velociraptor rosado, que hasta hace un momento estaba en la batería, comenzó a alejarse del escenario con pasos lentos y temblorosos. La triceratops morada tenía los ojos vidriosos, sus manos temblaban sobre su bajo, claramente al borde del llanto. Pero la ptero menta… ella seguía ahí, firme frente al micrófono.
Red: (Esto… ¿qué es esto? ... ¿sientes lo mismo Blue?)
Blue: (Así es, la misma mirada, es el mismo horror. El mismo que conocimos hace tanto tiempo.)
El peso de la escena me golpeó con fuerza. Asimilé los insultos, las burlas de los estudiantes, el desprecio en sus miradas. Todo eso me recordó las primeras semanas en el laboratorio. Las palabras frías y desinteresadas de los científicos, los comentarios sarcásticos de los cuidadores, el modo en que me miraban… como si no fuera más que una herramienta, algo sin valor, algo desechable.
La tensión dentro de mí crecía, ardiendo como un fuego contenido.
Mi monólogo interno fue interrumpido por un grito proveniente del escenario.
Fang: “¡Váyanse a la mierda, todos ustedes!”
La ptero había soltado un insulto, su voz retumbando a través del micrófono. En un movimiento brusco, arrojó su bajo a un lado, el instrumento resonando contra el suelo y me di cuenta que estaba completamente sola en el escenario.
Fang: “¡Idiotas! ¡No saben una mierda!”
Red: (¡Blue, déjame salir! Voy a hacer mierda a estos imbéciles ahora mismo.)
Blue: (Red, no. Spears nos pidió específicamente que evitáramos cualquier conflicto, yo también quiero ir y darles su merecido.... Pero, no podemos decepcionarlo, no después de todo lo que ha hecho por nosotros. Tienes que aguantar.)
Red: (Es más fácil decirlo que hacerlo...)
Justo en ese momento, un comentario cruzó el aire como un disparo, silenciando incluso los murmullos.
???: “¡Nadie en el mundo se quisiera tirar a una zorra como tú!”
Gire mi cabeza al autor del grito, y era el mismo Carcharodontosaurus que estaba en las primeras filas...esa puta mirada orgullosa por la mierda que hizo. Mi mirada se clavó pocos segundos después en Fang, y lo que vi encendió algo profundo dentro de mí. Su expresión, antes llena de ira, se desmoronó. Sus ojos se llenaron de un dolor tan crudo y evidente que fue como si todo el aire del auditorio se hiciera pesado. Su mandíbula temblaba ligeramente, y su cuerpo parecía rígido, atrapado en el impacto del comentario.
Red: (¡Blue, mira su rostro! ¡No podemos quedarnos quietos!)
Blue: (...Lo estoy viendo. Sé exactamente lo que estás sintiendo. Esa mirada… nos recuerda a nosotros. El miedo, el desprecio, el odio acumulado... ¡todo lo que vivimos ahí!)
Por un momento, ambos compartimos el mismo pensamiento. Esa era la misma mirada que teníamos en el laboratorio, cuando los científicos y cuidadores me observaban, despojándome de cualquier humanidad que pudiera haber tenido.
Blue: (...Está bien, Red. Prepárate. Yo abriré el terreno; tú después te encargarás de ejecutar. ¿Entendido?)
Red: (¡Con todo gusto!)
Sentía como si la forma de decir ese comentario de Red vibraba con entusiasmo, pero también con una intensidad contenida, lista para desatarse. La cuerda de la razón se había roto por completo. Y ese desgraciado pagara por lo que hizo.
...
..
Perspectiva del Carcharodontosaurus.
Me recosté en mi asiento con una sonrisa satisfecha, disfrutando del impacto de mis palabras. La ptero estaba hecha pedazos, tal como esperaba. Esa mirada rota, esos ojos llenos de dolor, ese temblor en su mandíbula… era perfecto. Qué placer era ver cómo alguien tan patético se desmoronaba con solo unas pocas palabras bien elegidas. Giré mi cabeza hacia mis colegas, quienes también reían, compartiendo el disfrute del momento.
Fue entonces cuando algo extraño captó mi atención.
Una risa. Era fuerte, intensa, con un tono sarcástico y vacío que resonó en todo el auditorio. Los aplausos que la acompañaban eran lentos, casi burlones, como si se estuviera gestando un espectáculo que no estaba en el programa. Toda la atención, incluyendo la mía, se desvió hacia el origen de aquel sonido.
Allí estaba él.
El chico nuevo, el skinnie. Bajaba las escaleras lentamente, sus pasos firmes y deliberados, mientras mantenía aquella risa que parecía perforar la atmósfera. Su rostro no mostraba alegría ni emoción alguna, solo una calma aterradora que contrastaba con la intensidad de su risa. Todos los ojos estaban puestos en él: el público, yo... incluso la ptero, quien había cambiado su expresión de devastación a una confusa mezcla de sorpresa y desconcierto, aunque el dolor aún era evidente.
Cuando se acercó más, algo me llamó la atención. Había oído rumores sobre él, historias vagas de algunos estudiantes que hablaban de su aspecto peculiar. Ahora lo entendía. Su ojo derecho era azul, brillante y penetrante, mientras que el izquierdo era gris, apagado y frío como una piedra. Esa mirada... había algo en ella que me inquietaba profundamente.
Finalmente, llegó a la parte baja del escenario. Se detuvo y giró su cabeza lentamente hacia las filas, pero no había duda de hacia quién estaba mirando: yo.
Él me sonrió.
Kross[B]: “Así que este es el gran valiente, ¿no?” Su voz resonó con fuerza en el auditorio, cargada de sarcasmo y un desprecio tan evidente que cada palabra caía como un peso muerto. “El héroe que necesita un auditorio entero para aplaudirle mientras destruye a alguien más. Qué impresionante. Qué admirable. ¿Te sientes grande? ¿Te sientes poderoso? Claro que sí. Miren a este pobre idiota, viviendo su mejor momento porque insultó a alguien en un escenario.”
Los murmullos comenzaron a recorrer el lugar, pero él continuó, ignorándolos por completo.
Kross[B]: “Aunque, ¿sabes? No te culpo. Gente como tú necesita momentos así para sentir que tienen algún valor. Porque, fuera de estas cuatro paredes, apuesto que no eres nada. Solo otro dinosaurio sin cerebro, sin ambición, sin nada más que ese asqueroso orgullo inflado que usas para esconder lo miserable que eres.”
Sentí como la sangre me hervía, mi mandíbula apretándose mientras sus palabras seguían cayendo como cuchillos.
Kross[B]: “Mírate. Tan seguro de ti mismo. Rodeado de tus risitas de fondo, como si eso te hiciera alguien. Pero déjame decirte algo: tus amigos no te respetan. Nadie lo hace. Y cuando salgas de aquí, cuando no haya nadie más para aplaudirte, solo serás un maldito nadie, igual que ahora.”
Mi cuerpo se tensó, cada músculo gritando por liberarse mientras apretaba los puños. No iba a tolerar esto. No frente a todos.
Kross[B]: “¿Y sabes lo mejor de todo? Incluso ahora, con todo ese ‘poder’ que crees tener, no puedes hacer nada más que quedarte ahí sentado, fingiendo que esto no te afecta. Porque, al final del día, eres exactamente lo que sabes que eres: un puto cobarde.”
Eso fue suficiente. Me levanté de un salto, mi mente en blanco por la rabia. No escuché a nadie ni pensé en nada más. Lo único que podía hacer era levantar mi puño y dirigirme directamente hacia él.
No me contuve para nada con el humano. En mi rabia, me lance hacia el chico nuevo, conectando un primer puñetazo directamente en su rostro. El impacto resonó en el auditorio, y para mi sorpresa, el skinnie no mostró resistencia.
Fue solo el comienzo. Golpe tras golpe, el dino descargaba mi ira con fuerza creciente. Ganchos al estómago, golpes al rostro, y finalmente, con una combinación de rabia y fuerza bruta, lo lance hacia la pared en dirección de las escaleras. El cuerpo del chico reboto de la pared, golpeando contra el piso con un sonido seco, pero aún no había terminado.
Fui rápidamente hacia el chico nuevo y estampé mi pie en la cabeza del humano, manteniéndolo contra el suelo. La piel del chico, antes firme, comenzaba a mostrar cortes y hematomas. Una línea de sangre se deslizó desde su frente, bajando lentamente hasta el suelo haciendo una pequeña mancha roja.
Respiraba con fuerza, sintiéndome satisfecho. Giré mi cabeza hacia mis amigos, esperando miradas de aprobación, pero lo que me encontré fueron expresiones de sorpresa y... ¿miedo? Incluso cuando me fije en el rostro de la ptero sobre el escenario, antes lleno de horror, ahora había algo más: incredulidad total.
No entendía qué estaba pasando, pero entonces escuche una voz detrás de mi.
Kross[R]: “¿Eso es todo lo que tienes, lagartija subdesarrollada? una anciana paraplejica lo haría mejor.”
Me giró rápidamente, y lo que vi me dejó helado. El maldito skinnie estaba de pie. Las heridas seguían allí, la sangre aún goteaba, pero su postura era firme, como si nada hubiera pasado. Incluso parecía sacudirse el polvo de las ropas con despreocupación.
Pero lo que más lo impactó fueron sus ojos. Ahora, el izquierdo brillaba con un rojo intenso, mientras que el derecho era gris, frío como el acero. Algo había cambiado.
Preso del miedo, lance otro puñetazo directo al rostro del chico. Esta vez, no hubo reacción alguna. Ni siquiera un leve movimiento. El humano solo me miraba directamente a mis ojos, con ese color rojizo como si me aplastara solo mirándome.
...
...
Perspectiva de Kross (Mentalidad al mando: Red)
Kross[R]: Aun con el puño del dino en mi cara, simplemente esbocé una sonrisa burlona. “Patético,” murmuré con desprecio. “Mi turno.”
Sin esperar respuesta, tomé sus brazos con ambas manos. Pude sentir cómo su confianza se desmoronaba al notar la fuerza de mi agarre. Su expresión cambió de ira a puro terror mientras tiraba con fuerza hacia abajo. Ambos brazos se dislocaron con un sonido seco que resonó en el auditorio.
Blue: (Ese sonido… casi me hace sentir mal. Casi.)
El grito de dolor quedó atrapado en su garganta porque antes de que pudiera reaccionar, estampé mi mano derecha contra su rostro, cubriendo y agarrando por completo su boca.
Kross[R]: “Quédate quieto y callado. Esto va a doler.”
Sin soltar su cara, me incliné hacia adelante, aplicando una parte de mi fuerza en un movimiento rápido. Mi pierna se deslizó detrás de las suyas, barriendo con fuerza mientras tiraba de su cabeza hacia abajo con mi mano. Sentí cómo perdía completamente el equilibrio, su cuerpo girando hacia el suelo como si fuera una simple bolsa de peso muerto.
El impacto fue brutal. Su cabeza chocó contra el suelo con tal fuerza que incluso algunos estudiantes que murmuraban acerca de la situación dejaron de hacerlo inmediatamente, sorprendidos y/o aterrados por lo que acababan de ver.
Kross[R]: “No creas que hemos terminado, perra.”
Avancé hacia sus piernas sin darle tiempo de recuperarse, agarrando su tobillo con facilidad. No pudo resistirse. Con un movimiento seco, lo levanté del suelo a la altura de mi hombro y lo estrellé contra el piso. Sentí el impacto bajo mis pies, pude escuchar algunos de sus huesos crujir, su cuerpo rebotó como si fuera un simple juguete.
Blue: (Termínalo, ahora Red, es el momento perfecto.)
Lo tomé nuevamente desde el tobillo en el aire aprovechando el rebote, esta vez lanzándolo más alto. Su cuerpo ascendió unos metros antes de comenzar a caer. Me preparé, posicionándome perfectamente para recibirlo. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, levanté mi antebrazo y lo golpeé directamente en la espalda, justo bajo el cuello. El impacto fue tal que el tipo escupió sangre, sin mencionar que lo hizo girar en el aire, ahora su cara miraba hacia el suelo, la posición que esperaba para el remate.
Red: (El gran final capullo.)
Salté con precisión, colocando una mano en su cabeza y la otra en su espalda alta. Usé mi fuerza más la gravedad para incrementar el impacto cuando llegara al suelo, asegurándome de que la colisión fuera tan devastadora como definitiva. Finalmente, el cuerpo del Carcharodontosaurus choco contra el piso, el golpe fue tal que quedó inconsciente al instante, aun escuchaba como respiraba con dificultad así que no murió...pero le dolerá como un demonio por días, ambos brazos dislocados, varios huesos rotos y probablemente un pulmón perforado.
Me levanté lentamente, sacudiéndome las manos mientras miraba al público, aun con las heridas regenerándose de a poco para que la gente no lo notara.
Kross[R]: “¡¿Algún otro idiota que quiera probar suerte o decir algo gracioso?!” hable mientras miraba a cada uno de los individuos presentes.
El auditorio estaba sumido en un silencio absoluto. Las miradas evitaban cruzarse con la mía, como si al hacerlo invocaran mi ira. Sonreí ampliamente, dejando que el peso de mis palabras cayera sobre ellos.
Kross[R]: “Mírenlos. Todos ustedes, un grupo de patéticos cobardes. Se creen grandes cuando son muchos, burlándose de quienes tienen el valor de mostrar algo de su talento, pero basta un golpe de realidad para que bajen la cabeza inmediatamente. Déjenme decirles algo: los actos tienen consecuencias, y este imbécil...” señalé al Carcharodontosaurus inconsciente, “obtuvo exactamente lo que merecía.”
Voltee mi vista al escenario donde aún estaba la ptero y nuestra mirada se encontró. Sus ojos reflejaban incredulidad, como si no pudiera creer lo que acababa de pasar.
Blue: (Un poco obvio, un ‘Humano’ acaba de hacer mierda a un dino que parecía superarlo tanto en tamaño y fuerza, sin mencionar que recibió una ‘paliza’ primero.)
Sonreí ampliamente y levanté un pulgar hacia ella, asegurándome de que entendiera que esto fue en parte por ella, pero en su mayoría era para desquitarme por los recuerdos de esos capullos del recinto.
Red: (Se siente raro golpear a alguien y que no dure tanto, se nota que nos prepararon para seres más pesados)
Blue: (Ni que lo digas.)
Red: (Pero ahora lo que paso... fue… ¡increíble! Me siento tan bien ahora, siento que nos sacamos mucho estrés del cuerpo, eso sí, para la próxima, endurece un poco más la piel.)
Blue: (Tenía que ser creíble, así que era la mejor manera, además que en el laboratorio nos hacían cosas peores y eran solo para comprobar nuestra resistencia con y sin endurecer la piel. Esto fue juego de niños y el detalle de la sangre fue lo mejor.)
Red: (Así que, en resumen: las heridas no fueron graves, solamente lo suficientemente visibles para dar un impacto fuerte y le dimos la paliza de su vida a un capullo. Dudo que alguien más tenga el valor de intervenir después de esto, finalmente termino el día.)
Sin embargo, antes de que pudiera disfrutar más del momento, las puertas del auditorio se abrieron de golpe. Mis ojos fueron al origen del sonido y lo que pude ver era la de un neandertal bastante molesto.
Spears: “¡Que alguien me explique qué pasó acá o les hago un suplex a todos!” dijo con fuerza hasta que sus ojos se posaron en los míos, no tenía una expresión para nada contenta.
Blue: (Puta...)
Kross[R]: “…mierda.”
Fin del capítulo 2
Notes:
Gracias por llegar al final, debo admitir que me costo mucho menos escribir este cap, lo que si me costo es ver bien como enlazar links en las palabras (Por favor que salgan bien)..... ¿ah? que porque tan poco? eso es porque este capitulo lo pensé como una modificación del primer día del Snoot, solo que con Kross de prota y como este reacciona a las cosas. Algunos capítulos serán así y otros serán originales como el primero.
Que hablando del primero hice un cambio en una de las características de mi gallo, relacionado a hacer su piel mas dura, ahora no es una pasiva sino una activa, una capa protectora que puede usar o no, como ejemplo pongo el minijuego de pokemon stadium: Rock Harden para darles una idea.
También hubo referencias, el ultimo combo que hizo mi niño al dino (cuando lo hace rebotar en el piso, lo lanza en el aire, lo golpea y lo estampa en el piso) es una referencia a un ataque de un juego...relacionado con la canción...
Antes de los agradecimientos, como lo hacen otros...porque no unas curiosidades:
1.- Archivo N°?: Tema: Pruebas de resistencia. Algunas prueba de resistencia a impactos que sufrió Código Acus fueron: Impactos de bala de bajo y alto calibre, impactos por choque, golpes con armas contundentes, golpes con objetos a alta velocidad, en la mayoría de pruebas el Código Acus tuvo que endurecer su piel para aguantar mas tiempo durante los experimentos, se vio una alta demanda de energía en las pruebas de alto esfuerzo, tiene un buen manejo en el control de daño. Después de una prueba sin endurecer su piel, esta tenia heridas bastante visibles (Hematomas, cortes, entre otros, hasta se podría ver que sangraba), pero el sujeto ni se inmuto ante estos y simplemente pidió tiempo y nutrientes para regenerarlos.
2.- Cuando Red esta al mando, su estilo de pelea se parece a dos personajes de una franquicia, los cuales son "T___a S___i_a" y el estilo "_e__t" de "__zu__ _iry_".
3.- Código Acus tenia aproximadamente de 2 a 4 cuidadores en total dentro del recinto, su cuidador principal siempre debía estar presente, Jacob fue el que se quedo mas tiempo, otros... simplemente dejaron de venir a trabajar.
4.- Al vivir rodeado de gente que solo lo veía como una herramienta y que sus cuidadores nunca lo vieron como un humano, Código Acus aprendió (a la mala) como detectar cuando una persona finge gestos o emociones.
5.- La regeneración funciona para dejar en el máximo rendimiento la parte del cuerpo recuperada, pero dependiendo de la cantidad y tamaño del daño, consume mas o menos energía. También puede alterar la velocidad de regeneración, pero mientras mas rápido sea, mas energía consumirá
(Cantidad de energía ocupada= Cantidad de heridas + tamaño de heridas+ velocidad de regeneración de la herida. algo así seria)y eso, agradecimientos tanto a Dardragun707 por dejarme usar características de su mundillo, a SrSenior por sus palabras que gracias a él se saco el capitulo antes, y a patata y xomi90 por comentar. Hasta otra.
Chapter 3: Consecuencias y Verdades. Parte 1
Summary:
Primera parte de las consecuencias y cosas que deberá contar Kross por las distintas tomas de sus acciones, solo esperemos que no sean tan graves y sea capaz de resolverlas.
Notes:
Disfruten el tercer cap, a partir del siguiente y en adelante me demorare ya que debo pensar en que colocar y como desarrollar las cosas.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Blue: (Carajo... no me espere a Spears tan rápido. Cambio de planes, necesitamos...reducir la regeneración al máximo posible. Estas heridas serán nuestro comodín ¿ok Red?)
Red: (De acuerdo...no nos conviene...molestar más...al cavernícola...)
En un momento, Spears hablo para que todos los estudiantes se retiraran a sus casas, pero para nosotros nos hizo un gesto el cual fue claro. Nos indicó con una señal sutil que nos quedáramos donde estábamos. Aun nos molestan las heridas, algunos hematomas, creo que me llego a romper la nariz el malnacido, además creo que el cráneo tiene una grieta...mierda... No podíamos darnos el lujo de estar en perfectas condiciones cuando nos revisaran; las heridas visibles serían nuestra mejor coartada.
Estábamos ubicados debajo del escenario, en ese espacio entre las sillas de la primera fila y la elevación del escenario. Poco a poco, notamos cómo el cansancio comenzaba a apoderarse de nosotros. La adrenalina de la pelea con el dinosaurio, esa chispa que nos había dado al darle la paliza, se había desvanecido. Y aunque aún conserváramos bastante de nuestras fuerzas, eso no evita que queramos reposar un poco. Creo que la simple presencia de Spears, a pesar de la mirada que nos dio...o el sentimiento que tenemos al decepcionarlo por lo que hicimos... hace que nos calmemos...como si pudiéramos descansar y relajarnos en paz.
Con un suspiro, nos dejamos caer contra la pared que delimitaba el escenario. Nos sentamos allí, el cuerpo pesado, los párpados cada vez más difíciles de mantener abiertos. Cerramos los ojos, permitiendo que una ligera somnolencia nos envolviera.
...
...
...
Perspectiva de Spears momentos antes de la pelea
Estaba en mi oficina, sumergido en la interminable pila de papeles que requerían mi atención. Informes, solicitudes, y los siempre complicados registros de conducta.
Mi concentración era absoluta, quería terminar pronto para ir a casa con Kross, (espero que este disfrutado el concierto, o a lo menos no los esté haciendo algo malo, debería ir pronto a revisar) ...mis pensamientos fueron interrumpidos cuando escucho el sonido de unos pasos apresurados y voces elevadas que rompieron mi tranquilidad.
¿? Y ¿?: “¡Director Spears! ¡Director Spears!” gritaban desesperadas dos figuras al irrumpir en la oficina.
Alce la vista, sorprendido al ver a la Joven Rosa, la joven anquilosaurio de color naranja presidenta del club de jardinería, y a la Joven Stella, la stegosaurio de tonos verdes la cual era la vicepresidenta del mismo club, prácticamente ambas estaban jadeando frente a mí. Ambas eran estudiantes destacadas, pero su inesperada entrada junto al horror y caos en sus rostros encendieron las alarmas.
Spears: “Joven Rosa, Joven Stella, ¿qué está sucediendo?” pregunte poniéndome de pie de inmediato.
Rosa: “¡Es el Chico nuevo!” exclamó la Rosa, con una voz entrecortada por el pánico.
Spears: (¿Kross? ¿Qué demonios le pudo ocurrir a Kross para que la Joven Rosa y la Joven Stella vengan con esos rostros?)
Stella: “¡Lo están golpeando, es Máximo, un carcharodontosaurus de último año y lo está haciendo con todo!” añadió Stella, pudiendo ver el horror en sus ojos.
Spears: (Kross...)
Mi rostro se endureció al instante, no pedí ningún detalle más, y dejé todos los papeles sin terminar sobre mi escritorio. Sin perder un segundo, salí de mi oficina, dejando a las dos estudiantes las cuales me seguían de cerca mientras avanzaba con paso firme pero rápido hacia el auditorio.
Spears: (Por Jesús Raptor, por favor que estes bien Kross...)
Al llegar al lugar, abrí las puertas y la escena frente a mí me dejó sin palabras. Desde la distancia, pude ver a Kross, notablemente herido, en el centro de todo, entre los asientos de primera fila y el borde del escenario. A su lado, tendido en el suelo, se encontraba el carcharodontosaurus, probablemente inconsciente mientras todos los otros estudiantes veían la escena. Ya había tenido problemas con el joven Máximo en varias ocasiones, conocía su capacidad para la violencia, pero verlo así... me dejó atónito.
Spears: Antes de continuar, rugí para llamar la atención de todos los presentes. “¡Que alguien me explique qué pasó aquí, o les hago un suplex a todos!” Los estudiantes se voltearon hacia mí, y con una expresión de pura autoridad, continué. “¡Cada uno de ustedes, a sus casas! ¡Y no quiero repetirlo!”
Mis ojos se encontraron con los de Kross, y la expresión en su rostro me atravesó. Su mirada reflejaba una mezcla de arrepentimiento y agotamiento, como si sintiera que había defraudado mis expectativas sobre él. Aunque le había dicho que no se metiera en líos, parece que se tomó mis palabras demasiado en serio, y eso le dolió profundamente. Le hice un gesto para que se quedara ahí, vi cómo se recargaba en el borde del escenario antes de sentarse... Parecía que el cansancio le estaba ganando para quedarse dormido sentado en el lugar.
Varios estudiantes pasaron a mi lado, apresurados por no tener que cruzarse conmigo, evitando mi mirada, hasta que vi a un par de dinos cargando al joven Máximo.
Spears: “Apúrense a llevarlo a la enfermería.” Les dije con un tono autoritario para que se den prisa.
En cuanto los estudiantes salieron rápidamente, vi a la Joven Fang pasando cerca de mí. Me había pedido permiso para usar el auditorio para tocar con su banda, y pensar que las cosas terminarían de esta manera, necesitaba saber lo que paso durante el concierto, así que la detuve por un momento al cortarle el paso con mi mano.
La Joven Fang, visiblemente incrédula y con una clara reticencia a quedarse en ese lugar, se mantenía quieta, mirando al suelo. Se notaba su incomodidad de la situación, pero cuando levanto la mirada para ver mi rostro, suavicé mi expresión y coloqué una mano sobre su hombro, dándole un ligero apretón.
No era solo una manera de calmarla, sino también un gesto de apoyo. “Joven Fang necesito que me cuente lo sucedido aquí, y me refiero desde que comenzó su concierto, se lo pido por favor” Al principio vaciló, pero finalmente comenzó a relatar lo que había ocurrido.
Fang: “El concierto... fue un desastre,” comenzó, su voz aun temblando un poco. “No pasamos ni una canción...cuando empezaron los insultos.” Parecía dudar, buscando las palabras adecuadas. “Yo... les grité de vuelta una vez, por el momento sabe, y ahí fue cuando el carcharodontosaurus... dijo algo que... no quiero volver a recordar.” Mientras decía eso podía ver cómo se frotaba el hombro, recordando lo que había pasado.
Al escuchar la mención del Joven Máximo, mi ceño se frunció sin poder evitarlo. Recordaba bien lo que ese estudiante podía hacer, siempre brindo apoyo a mis estudiantes dándoles oportunidades para mejorar...me duele saber que un dino como el aun vaya por el mal camino.
Fang: Mientras la Ptero continuaba, la tensión en mi rostro aumentaba. “Después... algo inesperado paso... el Skinn-...el humano comenzó a caminar bajando las escaleras, todo sin ninguna expresión...mientras se reía... no sé cómo decirlo... se sentía muy vacía, al igual que cuando aplaudía de la misma manera, todo hasta llegar al centro del escenario, como si quisiera que toda la atención se dirigiera a él...”
Antes de continuar hizo una pausa, pensado lo que iba a decir “Luego, provocó al carcharodontosaurus, le dijo algunas cosas... lo insulto 1 vez como mucho, pero lo que le decía era más hiriendo su ego por ponerlo de una forma y fue cuando el dino empezó a golpearlo.”
Spears: (No puedo imaginarme a Kross comenzando un espectáculo como este, a la hora del almuerzo fui a preguntarle a algunos maestros para saber el comportamiento de Kross, y me dijeron que, a pesar de dar respuestas cortas y cortantes, era aplicado, siempre que hacían un ejercicio él lo completaba sin más, si alguno de los profesores le hacía alguna pregunta el solo la respondía con lo necesario para que fuera correcta...)
Los detalles se iban aclarando en mi mente mientras la Joven ptero hablaba. “Lo golpeó con tanta fuerza que pensé que se había acabado, pero no...” La joven Fang temblaba cuando al recordar la escena “Cuando lo tiro hacia la pared para después pisarlo en la cabeza con fuerza...pensé que el humano había dejado de respirar, varios en el auditorio se quedaron callado con esto... pero después nadie se creyó lo que paso”
Una sensación extraña se apoderó de mí, mientras escuchaba lo que decía mi estudiante, me costaba contener mi frustración. A lo largo de la narración de la Joven ptero, no solo la rabia por lo que había ocurrido se iba reflejando en mi rostro, sino también un dolor profundo, una mezcla de decepción y preocupación por Kross. Aquel joven que, a pesar de cómo se comportaba, había caído en un conflicto con uno de sus estudiantes más problemáticos. Pero sus últimas palabras me tomaron con algo de sorpresa.
Director Spears: “A qué se refiere con eso, con que nadie creyó lo que había pasado”
Fang: la Joven ptero pauso un momento, tal vez pensando en cómo describir lo que vieron sus ojos. “El humano... se levantó...”
Spears: (Pero si acaba de decir que Kross...)
Fang: “Solo eso... se levantó como si nada le hubiera pasado, incluso llego a limpiarse el polvo.... Como si nada le hubiera pasado...” La escena de ese momento se dibujaba en mi mente. “En ese momento el carcharodontosaurus le dio otro golpe, pero a diferencia de antes... el humano no se inmuto...ahí fue cuando... le devolvió la golpiza…nadie en auditorio hacía nada... nadie murmuraba... nadie hablaba... nadie siquiera se dignó a grabar lo sucedido... era tan... impactante que no era creíble lo que pasaba, luego dijo unas palabras al público y ya. Ahí llego usted” Termino de decir mientras se rascaba ambos codos con sus manos.
Spears: “Muchas gracias Joven Fang... Iré por alumno...”
Mi mente ya estaba en otro lugar. Sin decir nada más, me dirigí con un paso firme hacia Kross. Al llegar junto a él, lo tomé con cuidado, inspeccionando sus heridas. La más grave estaba en su cabeza, donde la sangre seguía brotando, aunque con poca intensidad. Tomé un pañuelo que tenía, limpiando un poco la sangre y presioné sobre la herida, intentando detener el sangrado, aunque sea un poco.
Mientras lo cargaba subiendo las escaleras del auditorio, vi a la Joven Rosa, la Joven Stella y la Joven Fang, que aún seguían allí, observando a Kross en mis brazos. Les dirigí una mirada firme y les dije: “Pueden retirarse a sus hogares, con permiso.” Sin perder tiempo, comencé a caminar con Kross hacia la enfermería, asegurándome de que recibiera atención médica necesaria. Pero mientras caminaba por los pasillos de la escuela en mi mente se sembraba una pregunta.
Spears: (¿Como Kross fue capaz de hacerle tanto daño a alguien como el Joven Máximo?, aun siendo un estudiante problema era uno de los mejores en actitudes físicas, aunque en menor medida, si lo comparamos con el Joven Chet. Alguien como Kross no debería ser capaz de hacer algo así...)
En ese momento recordé nuestra primera interacción, cuando nos intentó robar a mí y a mi esposa, el cómo solo me di cuenta cuando fue prácticamente tarde o la manera de correr que tenía... no eran la de un chico de su edad...
Spears: (Necesito llamar a mi esposa después... necesitamos tener una conversación seria con el Joven Kross al llegar a casa.)
...
...
...
Perspectiva de Kross (Mentalidad al mando: Blue)
La oscuridad era densa, envolvente, como si todo a mi alrededor hubiera desaparecido. Solo el leve resplandor de una luz anaranjada distante penetraba mis sentidos, y un olor en el ambiente...familiar...muy familiar...espera... el olor.... ¡Era químico!
Me incorporé con rapidez, impulsado por el miedo y el instinto. Me desperté algo aturdido, mi mente luchaba para decirme donde estaba. Cuando mis ojos se acostumbraron a la luz inspeccione mis alrededores, confundido.... Era... una enfermería...no estaba en el laboratorio.
Red: (Dios santo... maldito olor de mierda)
Blue: (Ni que lo digas, a lo menos esto parece ser una enfermería, paredes blancas, camillas, cortinas, un estante con pastillas, una...jarra con dulces…son masticables.... todos... sabor plátano…)
Red: (¿Ni uno de manzana? Que asco)
En eso mis manos recorrieron mi cuerpo, pude sentir las vendas y parches que me colocaron, especialmente la venda que tenía en la cabeza. La sensación de tenerla envuelta en mi cabeza me hizo sentir como si hubiera estado al borde de algo mucho peor, pero estaba lejos de ser así.
Red: (En serio se lucieron con esto, aunque todo esto estará sanado prácticamente en unos minutos...)
Blue: (Sip, sentir parches es... raro, es la segunda vez que nos colocan algo así, la primera fue con Spears y Tía Fang, haya en el reciento solo esperaban que la regeneración hiciera su magia, lo bueno es que esta será una buena excusa)
Un sonido interrumpió mi conversación interna, eran unos pasos, me hizo girar hacia la puerta. Una figura apareció, un dinosaurio... es una... cómo era, Dilophosaurus color magenta... sus aletas dorsales son raras, pero su rostro no me decía nada. No la conocía, y no sabía por qué estaba aquí. Ella me miró con ojos cansados y su tono de voz, aunque profesional, reflejaba un agotamiento palpable.
???: "Veo que ya despertaste. Tienes algunas heridas, hematomas... La peor es la de la cabeza. Fue un milagro que tu cráneo no se reventara, pero estás fuera de peligro. Si no te diste cuenta soy la enfermera de esta escuela mi nombre es Sayoko"
Blue: (Bueno...una duda menos, y le pone demasiado color al golpe en la cabeza, endurecí lo suficiente la parte trasera de la cabeza en el momento del impacto, lo necesario solo para que empiece a sangrar y se viera grave.)
Red: (Y gracias a eso tenemos un papel atado en la cabeza...está picando)
Blue: (Aguántate.)
Kross[B]: "¿Y el otro... dino?"
La enfermera resopló, cansada, como si todo eso fuera solo una parte más de su día.
Sayoko: "Lo llevaron al hospital. Cuando llegó, estaba en un estado grave. Ambos brazos dislocados, una posible contusión severa en la cabeza... parecía que se había golpeado de forma violenta. Lo peor fueron las lesiones en la espalda, parecía haber sufrido un impacto fuerte en la zona alta, cerca del cuello, lo que le causó una hemorragia interna. Afortunadamente, no parece haber sufrido daños irreparables, pero... está en manos de los médicos ahora."
Miró sus notas, sin darme más detalles, y luego se giró hacia la puerta.
Sayoko: "Hay personas que quieren preguntarte cosas, como despertaste las iré a buscar."
Sin esperar respuesta, salió de la habitación, dejándome con más preguntas que respuestas. Todo seguía siendo incierto, pero había algo en esa conversación que no me dejaba tranquilo.
Blue: (Red... nos sacamos la puta lotería...estamos muy pero MUY jodidos)
Red: (Carajo, no me arrepiento de lo que le hice a ese tipo... pero, si lo llevan al hospital habrá un puto registro... y lo que dijo la enferma al final...)
Blue: (Lo más probable es que sean oficiales que llegaron junto a la ambulancia que se llevó al desgraciado ese, y tengan preguntas, esto es malo, si esto llega a ser noticia o algo estamos jodidos, no sé si los científicos nos seguirán buscando con tanto furor, pero si esto sale en los notíciales estamos arruinados, sabrán de nuestra ubicación, o por lo menos el sector en donde estamos... Okay, tratare de hacer lo mejor que pueda...espero.)
Red: (Has lo mejor que puedas Blue, debes reducir lo mejor posible esto.)
Me prepare mentalmente para lo que se aproximaba, sabía que los siguientes minutos determinarían si deberíamos escapar de la ciudad o no. Y sinceramente no me agrada la idea de dejar a la Tía Fang y a Spears...Tío Spears...eso para después. Primero lo primero, los cerdos policiales.
Me concentre para ubicar cualquier persona o saurio que se acerque a la enfermería, (B: Con suerte Naomi no estará cerca, ya es tarde igual.) después de unos momentos de silencio tenso, pude notar el sonido de unos pasos en el pasillo. Pude escuchar a aproximadamente cuatro individuos. Se quedaron a fuera un momento en el pasillo, están hablando de quienes entraran.
???1: Una voz gruesa y tosca habló desde el pasillo. "Yo entraré con el chico de la subdivisión. Ustedes dos, quédense afuera."
???2: Otra voz, esta vez neutral y desinteresada, parece ser ese individuo de la división que dijo. "Okay Rip, terminemos con esto, quiero irme a casa."
???3: Una voz femenina intervino con calma. "No te prometo nada, pero me mantendré afuera un rato, quiero terminarme mi botella." Después, el sonido de un líquido moviéndose en una botella se hizo audible.
???4: Finalmente, una voz desganada, que me resultaba vagamente familiar, habló. "Aun me pregunto si tienes más alcohol que agua en la sangre."
Blue: (En resumen, tenemos un tipo llamado Rip, alguien que quiere terminar esto rápido, una alcohólica oficial de policía...raro, y una voz...donde la escuchamos... ¿te acuerdas Red?)
Red: (Ni idea, pero estate listo, van a entrar.)
Justo en ese momento el dúo cruzó la puerta, revelando sus apariencias. El primero en entrar fue un Pterodáctilo masivo (B: supongo que este es el de la voz gruesa.), de tonalidades café oscuro con manchas naranjas descoloridas, debe ser por la edad. Su cresta era extraña, parecía incompleta, como si le faltara una sección de la parte superior.
El otro era un Ornithomimus de un azul marino con cabellera blanca, llevaba puesta una chaqueta azul oscuro con capucha que contrastaba con su color de escamas, una camiseta gris debajo, y pantalones oscuros. También usa botas negras y un guante en la mano izquierda. El detalle del guante me hizo ver mejor su brazo derecho, el cual estaba marcado por una ausencia, como si le faltara desde la mitad del antebrazo hacia abajo, dejando una especie de vacío.
Además del guante, tenía un brazalete negro y metálico adornando su muñeca izquierda, con un diseño bastante extraño, ¿será un aparato de la policía? Su mirada era desinteresada, como si nada de lo que ocurría realmente le importara.
Red: (Parece Joven...raro)
Blue: (Calculo que tiene 1 o 2 años más que nosotros... máximo 4.)
Ambos se quedaron observando por un momento, la presencia del ptero era pesada y su mirada fija en mí, como si tratara de evaluarme a la vez que intenta intimidarme, pero sin una palabra que romper el silencio.
El pterodáctilo avanzó un par de pasos hacia mí, su figura imponente parecía llenar el espacio, incluso en un lugar tan amplio como la enfermería. Su postura era rígida, casi militar, y su mirada cargaba con algo más que simple autoridad: desconfianza, juicio, quizás un poco de desprecio. Sus ojos me recorrieron de arriba abajo, como si tratara de leer cada fibra de mi ser, buscando algo que justificara su desagrado.
???: "Comisionado Ripley Aaron. Policía Estatal."
Su voz tenía un peso que resonaba como un martillo cayendo. Giró ligeramente hacia el Ornithomimus, aunque su atención no dejó de estar sobre mí del todo.
Ripley Aaron: "Él es Surge Wraith, subdivisión especializada. Eso es todo lo que necesitas saber sobre él."
El Ornithomimus, Surge, simplemente me miró con su misma expresión desinteresada. No dijo nada, ni movió un músculo, pero su presencia no era intimidante, mas bien...desinteresada. Su falta de reacción contrastaba con la intensidad del ptero, haciendo que pareciera casi un espectador casual en un espectáculo del que formaba parte.
Observé al comisionado por un momento más. Cada movimiento suyo estaba cargado de una intención clara: intimidarme. Pero, a pesar de eso, mantuve mi mirada neutral. No había razón para mostrarme afectado.
Red: (¿Enserio piensa que puede hacer algo con solo eso? Solo porque estamos en una situación jodida no podemos hacer mucho)
Kross[B]: Sin vacilar dije "Mi nombre es Kross, un gusto oficial Aaron"
Mi respuesta fue breve, neutral, y sin rastro de emociones. Mis ojos permanecieron fijos en los suyos, sin titubear. No iba a darle lo que buscaba.
Blue: (Buen intento, pero no vamos a doblarnos tan fácil.)
Red: (Este tipo tiene un problema de ego, puedo sentirlo. Nos mira como si fuéramos un criminal de guerra o algo peor.)
Ripley arqueó ligeramente una de sus cejas, como si mi respuesta no fuera lo que esperaba. Por un segundo, el silencio entre nosotros se hizo denso, como si ambos estuviéramos midiendo al otro.
Ripley decidió fruncir el ceño, claramente irritado por mi respuesta anterior. Dio otro paso hacia mí, invadiendo mi espacio personal con su imponente figura.
Ripley Aaron: "Muy bien, Kross. Vamos a hacerlo simple. Según los reportes de la ambulancia, hubo una pelea. Uno de ustedes está en el hospital, hecho pedazos, y tú estás aquí, fresco como una lechuga. ¿Qué me dices de eso?"
Kross[B]: "¿Fresco?" Solté una pequeña risa seca, levantando lentamente una mano para señalar el parche improvisado en mi cabeza. "No diría eso. Me parece que alguien ya se aseguró de que no saliera indemne."
Me moví un poco, lo suficiente para que las vendas alrededor de mis brazos y torso quedaran a la vista.
Kross[B]: "No sé si notó esto, pero tampoco me dieron exactamente un trato amable. ¿Quiere que lo explique mejor? Tal vez quiera ver las marcas en mi espalda o simplemente la venda en mi cabeza no dice mucho. No me han dejado en las mejores condiciones para recordar cosas especificas o detalladas."
Ripley entrecerró los ojos, claramente irritado por el giro que acababa de tomar la conversación. Su mandíbula se tensó, como si estuviera evaluando cuánto más podía presionarme.
Ripley Aaron: "¿Eso es una excusa? ¿Vas a culpar tus heridas por tu falta de memoria? Qué conveniente."
Blue: (Ah, sí. Porque claro, una posible conmoción cerebral es un lujo, ¿no?)
Red: (Deja que se ahogue en su propia lógica. Disfrutemos el momento.)
Kross[B]: "Oficial, no es una excusa. Es un hecho. Mi cabeza todavía late como un tambor. Puede preguntarle a la enfermera si no me cree, ella piensa que es un milagro que aun viva."
Ripley soltó un resoplido, claramente molesto por mi respuesta. Dio un golpe con su ala en el respaldo de una silla cercana, el sonido reverberó en la sala, hasta su compañero que se mantuvo con una expresión relajada durante la mayoría del tiempo mostro estar algo sorprendido por el cómo se estaba desarrollando la escena.
Ripley Aaron: "¿Sabes qué pienso, humano? Pienso que estás jugando conmigo. Es lo que hacen simios como tú. Siempre tratando de manipular, de jugar sucio, de dar la vuelta a las cosas para que parezcan víctimas, como todas las basuras de Skinrow."
Ahí estaba. El veneno en su voz era inconfundible, y el aire en la habitación se volvió más pesado.
Red: (Oh, allí esta. El típico discurso racista. Me estaba empezando a preguntar cuánto tardaría.)
Blue: (Yo también, ni 5 minutos y ya se le calentó la cabeza. Lo único que quiere es hacernos perder los estribos o hacernos dudar de algo. No le daremos el gusto.)
Red: (Momento... ¿no que teníamos que reducir la situación?)
Blue: (Con alguien como él es imposible lamentablemente, esto será malo, pero al menos no le daremos el gusto)
Kross[B]: "Víctima, ¿eh?" Mi tono seguía siendo neutral, pero deliberadamente levanté una mano vendada y la dejé caer, como si fuera un peso muerto. "Bueno, si esto es lo que cree que hace a alguien una víctima, tal vez debería reconsiderar sus estándares."
Ripley me observó con ojos como dagas. Era claro que mi resistencia pasiva estaba sacándolo de sus casillas.
Ripley Aaron: "Escucha, chico. Esto no es un juego. Si descubro que estás ocultando algo, haré que te arrepientas. ¿Entendido?"
Kross[B]: "Clarísimo, oficial Aaron."
El silencio entre nosotros era denso, un choque de voluntades entre nosotros, era gracioso como se le podía ver una vena en la cabeza por lo molesto que estaba.
Red: (Buen trabajo. ¿Me pregunto cuando le explotara una vena?)
Por un momento, Ripley simplemente me miró, sus ojos evaluando cada detalle en busca de algo que pudiera usar en mi contra. Pero no encontró nada, y el aire pesado se quedó ahí, como si fuera a explotar en cualquier momento.
La tensión en el aire se rompió con una voz distinta, más calmada, aunque no carente de cierta ironía.
???: "Déjalo ya, Rip. No vale la pena. Además, sería mejor si manejamos este asunto de otra manera. El tipo que está en el hospital no es tan inocente como parece."
Ripley giró hacia la entrada con un gruñido bajo, y yo seguí su mirada. Era la mujer que escuchamos antes, la que había decidido quedarse afuera y vaciar botella, era una humana. Ahora estaba ahí, con la misma botella en mano, dándole un largo trago como si estuviera en un día de descanso, o talvez era otra.
???: "Detective Cass, pero puedes llamarme Cass. ¿Quieres un poco?" Extendió la botella hacia mí, pero la rechacé con un movimiento de cabeza.
Kross[B]: "Paso, gracias. No creo que mezcle bien con las heridas."
Red: (¿Qué clase de detective aparece con una botella de ron y la ofrece como si fuera agua?)
Blue: (La clase que no le importa lo que piensen de ella. Es rara, pero me cae mejor que el ptero.)
Ripley Aaron: "¿De qué estás hablando, Cass? ¿Qué quieres decir con que no es inocente?" Su tono seguía cargado de molestia, como si el enojo que tenía hacia mí ahora necesitara un nuevo objetivo.
Cass apoyó la botella en una mesa cercana y se cruzó de brazos, adoptando una postura relajada, pero sus ojos brillaban con una astucia que no había mostrado antes.
Cass: "He estado investigando al tipo desde que nos llamaron para este caso. Tiene un historial… colorido, por decirlo suavemente. ¿Sabías que lo expulsaron de dos escuelas por comportamiento violento? Y no cualquier cosa: peleas organizadas, acoso, incluso un caso donde casi rompió el ala de un maestro durante una discusión. Lo encubrieron, claro. Su familia tenía dinero."
Ripley Aaron: "¿Y qué? Eso no prueba nada sobre lo que pasó aquí."
Cass sonrió de lado, como si disfrutara tener la ventaja en ese momento.
Cass: "Tal vez no directamente, pero también hay quejas recientes de conducta. En el hospital al que lo transferimos, incluso dentro de la ambulancia cuando recobro la conciencia, varios miembros del personal ya lo reportaron por insultos y comentarios inapropiados. Parece que el dino tiene problemas para mantener la boca cerrada, incluso cuando está medio muerto."
Red: (Ajá, entonces no solo es un cretino, sino un cretino consistente. Impresionante.)
Blue: (Sí, y parece que nadie se lo ha hecho pagar hasta ahora.)
Cass: "Ah, y no olvidemos que este tipo se mudó de varias ciudades antes de terminar aquí. Siempre el mismo patrón: caos, problemas, y luego una salida rápida antes de que las cosas se pusieran realmente feas. Pero aquí, bueno, aquí las cosas parecen haberse estabilizado un poco… hasta ahora."
Ripley parecía debatirse entre aceptar lo que Cass decía o seguir con su enfoque agresivo hacia mí. Finalmente, soltó un gruñido bajo y miró hacia el suelo, claramente irritado.
Ripley Aaron: "Eso no cambia nada. Sigue siendo nuestra prioridad saber qué pasó aquí."
Cass levantó las manos en un gesto despreocupado.
Cass: "Claro, claro. Pero si sigues presionando al chico que está claramente más roto que funcional, no vas a conseguir mucho. Mi consejo es que te enfoques en lo que puedes probar y dejes de intentar intimidarlo. No todos son tan fáciles de romper como nuestro querido paciente en el hospital."
Ripley bufó, pero no respondió, claramente molesto por la intervención de Cass. Ella, mientras tanto, me lanzó una mirada que mezclaba curiosidad y algo más que no pude descifrar.
Ripley dio un paso atrás, claramente frustrado por cómo había transcurrido la conversación. Sin embargo, antes de salir de la enfermería, se detuvo en el umbral de la puerta y me lanzó una última mirada cargada de desdén.
Ripley Aaron: "Voy a estar observándote, Kross. No intentes nada estúpido. No vas a salirte con la tuya tan fácilmente como crees." Hizo una pequeña pausa antes de mirar en dirección de la detective. “Iré al hospital donde este el estudiante... te dejo el resto de aquí a ti Cass”
Cass: “Buena elección Rip, procura igual no ser tan duro con el otro chico, ok”
Kross[B]: Antes de que se fuera por completo el ptero decidí dedicarle unas últimas palabras "Oficial Aaron. Que tenga un buen día."
Le dediqué una sonrisa tranquila, lo que pareció irritarlo aún más. Ripley salió de la enfermería con un golpe fuerte de su ala contra la puerta, dejando tras de sí un eco en la sala hasta que no pude escucharlo más.
Red: (Manejaste... ¿bien la situación?, aunque claro, la aparición de esta detective fue clave, el ptero no iba a ceder nunca y se veía que por solo ser...ser... ¿Humanos? ...por tener apariencia humana, nos odia)
Blue: (Dejemos el tema de la apariencia ahí, pero es verdad, cualquier segundo explotaba, y desde un principio no parecía querer resolver nada, solo un culpable, y creo que si tenía apariencia humana era mejor, esta alcohólica nos salvó.)
El ornithomimus, Surge, observó la escena con una leve inclinación de cabeza, y por primera vez en toda la interacción, rompió su silencio.
Surge Wraith: "No lo había visto tan furioso en mucho tiempo. Es… impresionante, debo admitirlo. Tienes un talento para mantener la calma bajo presión."
Kross[B]: "Gracias. Aunque diría que tú también tienes un talento especial: mantener la calma mientras alguien más explota. No es algo que muchos puedan hacer."
Surge dejó escapar una risa suave, casi imperceptible.
Surge Wraith: "Bueno, diría que es una habilidad que se perfecciona con el tiempo. Pero, siendo honesto, lo manejaste bastante bien. Aaron no es fácil de… tolerar, mucho menos si eres humano."
Red: (Espera, ¿acaso este tipo nos está lanzando cumplidos? Pensé que era una estatua con plumas.)
Blue: (Déjalo. Es bueno tener a alguien del otro lado que no nos odie. Por ahora.)
En ese momento, Cass, que había estado apoyada contra una de las mesas revisando algo en su botella, intervino con tono relajado.
Cass: "Bueno, chicos, hagamos esto rápido. El caso será manejado como corresponde, pero déjame serte honesta Kross: Por el historial que tiene el tonto del hospital las cosas no se mantendrán en silencio por mucho tiempo. Si tienes alguna sugerencia, este es el momento."
Kross[B]: "Agradezco que lo mencione, detective. Sólo diré que, por el bien de todos los involucrados acá, quizás sea mejor que los detalles más… delicados no lleguen demasiado lejos. Puede evitar que las cosas se salgan de control. Pero claro, usted sabe mejor que yo cómo manejar estos temas."
Cass levantó una ceja, observándome con una mezcla de interés y cautela.
Cass: "¿De manera sutil, eh? Lo tendré en cuenta. Haré lo posible, pero no prometo milagros. Las cosas tienen una forma de salir a la luz, ya sabes."
Dejó la botella en la mesa y dio un paso hacia la puerta, girando la cabeza ligeramente hacia el pasillo.
Cass: "¡Abraham! Ven aquí, necesitamos ponernos al día con esto."
Unos pasos resonaron desde el pasillo, cada vez más cerca. Por el tono relajado de Cass, parecía que este "Abraham" era alguien con quien se sentía cómoda trabajando.
Blue: (Abraham, eh. Me pregunto qué papel juega este tipo en toda esta historia.)
Red: (No importa quién sea, mientras no venga con más proble-. NO.... NONONONONONONONO. ESTE TIPO NOOOOO......)
Blue: (ME TIENES QUE ESTAR. PUTO. CAGANDO.)
La figura que apareció por la puerta era inconfundible. Abraham, un humano de complexión robusta y un cabello bastante desordenado, parecía tener menos de 30 años, pero con la cara que tiene ni idea, con una chaqueta de cuero que parecía haber visto mejores días, entró al lugar con una postura relajada, llevando una carpeta bajo el brazo. Era imposible para nosotros olvidar esa cara.
Abraham: "Te dije que me llamaras Abe aun en el trabajo. Entonces, Cass, ¿esto será algo interesante o es otro de esos casos aburridos? Porque ya sabes que odio perder mi tiempo con tonterías."
Cass sonrió levemente y se encogió de hombros.
Cass: "Interesante seguro será. Ya sabes cómo es Ripley cuando se calienta. Además, tenemos al chico aquí, así que quédate y lo ves por ti mismo."
Abraham levantó una ceja, su atención ahora fija en mí. Por un segundo, parecía que todo iba a ser normal, pero en cuanto nuestras miradas se cruzaron, algo cambió.
Abraham: "¡LADRÓN DE CAFÉ!"
Kross[B]: "¡VAGABUNDO CARA DE MAPACHE!"
El grito fue tan fuerte que incluso Cass y Surge, quienes parecían inmunes a casi todo, se quedaron completamente perplejos, mirándonos como si hubiéramos perdido la cabeza.
Cass: "¿Qué... diablos acaba de pasar? ¿Me puedes explicar qué es esto? ¿Abe?"
Surge: "Por favor. Esto promete ser bueno."
Abraham señaló directamente hacia mí con una furia renovada.
Abraham: "¡Ese desgraciado! ¡Me robó mi café! Estaba sentado afuera de una tienda en mi descanso, dejé mi vaso en una mesa fuera del sitio y me devolví adentro del local porque se me olvido una carpeta, y cuando me vuelvo... ¡Él ya estaba yéndose con mi café en la mano! ¡Intenté detenerlo, pero no sólo escapó, sino que me pegó y volvió a huir! ¡¿Quién hace eso?!"
Red: (¡Habla, HABLA! ¡Di nuestra versión, vamos!)
Blue: (Cálmate. Ya voy, ¡Ya voy!)
Kross[B]: "¿Robar? Yo lo llamaría malentendido. Vi un café a medio tomar en una mesa completamente vacía. ¿Qué iba a pensar? Lo tomé, además que estaba algo frio y tenía ceniza, CENIZA, que puto café tiene ceniza, y cuando estaba a unos pasos, este loco empezó a perseguirme como si le hubiera robado un diamante. Tuve que defenderme. Lo siento si te pegue muy fuerte, pero fue en legítima defensa."
Abraham parecía que iba a estallar, pero Cass levantó una mano, pidiendo calma.
Cass: "Ok, ok. Entonces, según tú, Kross, ¿el café estaba abandonado? ¿Y tú, Abe, dices que sólo lo habías dejado por un momento?"
Abraham: "¡Exactamente! Fue un minuto. ¡Un segundo!, ¡¡UN MICROSEGUNDO!!"
Kross[B]: "Pues desde donde yo lo vi, parecía libre para quien lo necesitara."
Surge soltó una risa por lo bajo, claramente disfrutando del caos.
Surge: "¿Esto en serio está pasando? ¿Una rivalidad por un café?"
Cass suspiró, llevándose una mano a la frente.
Cass: "¿Saben qué? No quiero ni saber cómo terminó esa historia. Pero espero que puedan comportarse, porque tenemos un caso aqui. ¿Quedó claro?"
Blue: (Quiero quejarme, pero debo admitirlo: esto es un sin sentido.)
Red: (Ese maldito vagabundo cara de mapache nunca va a superarlo. Nosotros tampoco.)
Cass giró los ojos mientras Abraham... o Abe, él y yo intercambiábamos miradas de desafío, pero al menos el ambiente se había relajado un poco.
Abe aún parecía estar hirviendo de furia, incapaz de soltar el tema. Cruzó los brazos y, sin pensarlo mucho, soltó la bomba:
Abe: "¿Sabes qué? ¡Propongo una pelea para resolver esto! Una mano a mano. Así dejamos las cosas claras de una vez."
Cass, que estaba en medio de intentar recuperar la compostura de todo lo sucedido, casi se atraganta con su propia incredulidad.
Cass: "¿Abe, en serio? ¿Cómo puedes decir eso? ¡¿No ves que está visiblemente destrozado?! Tiene la cabeza vendada, los brazos llenos de vendas... ¡Mira cómo camina! No seas ridículo."
Blue: (Aunque nunca nos paramos frente a ella.)
Red: (Tu déjala, esto es gracioso)
Surge: "Oh, yo no sé. Podría ser entretenido. Además, siempre es bueno ver a Abe haciendo el ridículo. Pero el chico no está en condiciones."
Antes de que Cass le dijera algo a Abe, no sabía porque, pero me encogí de hombros con una sonrisa desafiante.
Kross[B]: "¿Pelea? Claro, ¿por qué no? Resolvámoslo como hombres... o al menos, como personas mal guiadas."
Red y Blue: (......)
Red: (No que teníamos que parecer en una mala condición...tu eres el tranquilo.)
Blue (... ¿No quieres pegarle?)
Red: (Me sorprendes a veces Blue.)
El rostro de Abe cambió al instante, una sonrisa de satisfacción cubrió su rostro.
Abe: "¡Perfecto! Esto será bueno."
Cass parpadeó, claramente sin creer lo que acababa de escuchar.
Cass: "¿Qué? ¿Acabas de aceptar? ¿Estás loco o es el golpe en la cabeza el que te hace decir tonterías?"
Kross[B]: "No se preocupe, detective. Solo es un poco de diversión inofensiva, además creo que la enfermera hizo un buen trabajo, solo me siento algo cansado. ¿Dónde será, Abe? ¿El gimnasio o el estacionamiento?"
Abraham parecía considerarlo por un momento antes de asentir.
Abraham: "El gimnasio. Tiene más espacio... y colchonetas, por si decides rendirte rápido."
Me levanté despacio, exagerando un poco el esfuerzo que hacía al moverme, dejando que las vendas fueran parte del drama.
Kross[B]: "Perfecto. Vamos al gimnasio, y las colchonetas no serán necesarias. Sígueme."
Mientras comenzaba a caminar, noté que Cass no paraba de negar con la cabeza, murmurando algo sobre cómo los hombres podían ser tan idiotas.
Cass: "No puedo creer que esto esté pasando... Pero está bien, iré detrás de ustedes. Alguien tiene que detener esto por si algo termina mal."
Surge, por su parte, tenía una sonrisa en los labios, disfrutando del caos.
Surge: "Esto será un espectáculo digno de verse. ¿Crees que debería llevar una silla plegable y palomitas?"
Cass lo fulminó con la mirada, pero Surge solo se encogió de hombros.
Red: (Aun me sorprende que aceptaras...)
Blue: (Pensándolo mucho mejor ahora...me deje llevar en el peor momento... por Jesús Raptor... pero no hay marcha atrás.)
Red: (A lo menos esto será divertido. ¡Una oportunidad de vengarnos del sujeto con cara de mapache! Y prácticamente tenemos la mayor parte de nuestras fuerzas. Lo hare mierda, será fenome-.)
Blue: (NoNoNo Red, me encargo yo, yo nos involucre en esto, además recuerda estamos “Lastimados”, aunque les dijimos que la enfermera hizo un buen trabajo, tenemos que fingir un poco, por suerte nuestras piernas no fueron heridas, puedo jugar mejor con eso, tú eres mejor con los puños, yo con las patadas.)
Red: (Aunque me duela en el alma, tienes razón, pero por favor...que sea divertido.)
Blue: (Eso siempre.)
Mientras salíamos de la enfermería rumbo al gimnasio, podía sentir la mirada de Abe fija en mí, lleno de anticipación. Yo, por mi parte, no pude evitar una pequeña sonrisa. Esto iba a ser interesante. Pero siento que olvido algo, o alguien. No será importante.
El gimnasio de la escuela era impresionante, un espacio amplio con techos altos y suficiente espacio para practicar cualquier tipo de deporte. Las luces brillaban sobre el suelo pulido mientras nuestras pisadas resonaban en el lugar vacío.
Caminé hacia el centro del gimnasio con la mirada fija al frente, dándole la espalda a Abe. Era una manera de provocarlo, para tratar de ganar la psique antes de empezar, una forma de mostrarle que no me preocupaba lo más mínimo.
Kross[B]: "Sabes, Abe, pensé que los detectives debían ser más serios, menos impulsivos. Aunque ahora que lo pienso, eso explicaría tu gusto por el café barato con ceniza y tu chaqueta de segunda mano."
Red: (Bien dicho. Golpe moral, check.)
Blue (Solo falta la lección física. Prepárate para el show.)
Podía escuchar las pisadas de Abe detrás de mí, cada vez más cerca. Algo en su ritmo me hizo tensar los músculos; se sentía... sospechoso.
Blue: (Se está acercando demasiado. Algo no me gusta.)
Red: (¿Crees que va a atacar? ¿Un golpe por la espalda? Creía que diría algo a nuestra provocación)
Blue: (No lo sé, pero no pienso arriesgarme.)
Cuando sentí que estaba a punto de hacer algo, me giré rápidamente, levantando el brazo para interceptar cualquier ataque. Endurecí la piel y tensé los músculos, listo para resistir el impacto.
Y entonces lo escuché y sentí uno de los peores dolores, algo que me recordó a como me trataban cuando no hacia caso haya en el laboratorio.
TZZZZZZZZZT.
Un dolor eléctrico recorrió mi brazo y el resto de mi cuerpo. Un tazer, y no tenía baja potencia. Me tambaleé hacia atrás, soltando un quejido mientras el brazo que había usado para bloquear temblaba incontrolablemente.
Kross[B]: "¡¿Un puto tazer?! ¡¿Qué demonios?! ¡Eso fue un golpe bajo, cara de mapache! ¡Dijiste que era una pelea mano a mano!"
Abe dio un paso al frente con una sonrisa descarada en el rostro, sosteniendo el tazer en una mano.
Abe: "Primero, no me llames así ‘ladrón de café’. En segunda, en el amor y la guerra, todo vale, chico. Esto no es más que mi merecida venganza por ese café."
Red: (¡¿UN TAZER?! Tiene menos potencia de lo que usaban haya, pero sigue molestando como el infierno.)
Blue: (Lo esperábamos todo, menos esto. Pero lo manejaremos. Solo respira...)
Red: (¿Respirar? ¡RESPIRAR! Este desgraciado nos electrocutó. Lo mínimo que merece es una patada en la cara.)
Blue: (...Ok, es cierto, yo me encargo.)
Kross[B]: "Eso no fue un buen movimiento, Abe. Espero que estés listo, porque no pienso dejar esto así, aunque tenga la parte superior del cuerpo dañada, mis piernas siguen funcionando en su totalidad."
Abe río mientras hacía girar el tazer en su mano, claramente disfrutando de la situación.
Abe: "Vamos, chico. Muéstrame que pueden lograr tus piernas de espagueti. Te prometo que será rápido... para ti."
Red: (Oh, lo será. Pero para él.)
Blue: (Vamos a devolverle el favor, pero a nuestra manera.)
Mientras me mantenía en posición, sacudiendo ligeramente el brazo adormecido, Cass y Surge observaban desde la entrada del gimnasio, Cass ponía una mano en su frente negando la ridícula situación, mientras que Surge pareciera gustarle lo que pasaba. Pero ahora es momento de devolverle el favor que nos hizo a este tipo con cara de mapache.
Me acerqué a Abe con un ritmo calculado, una velocidad normal, pero sin dar señales de lo que planeaba. La clave era parecer limitado, herido, para que bajara la guardia.
Red: (Quiero ver su cara cuando se dé cuenta de lo que viene.)
Abe estaba listo, con el tazer aún en su mano derecha. Podía ver cómo sus ojos analizaban cada uno de mis movimientos, buscando el momento perfecto para atacar.
Cuando estuve lo suficientemente cerca, cambié de ritmo. Mis pies se movieron con rapidez, realizando un juego de pasos que me colocó directamente a su derecha, en el lateral del brazo que sostenía el tazer.
Abe: ¿Pero que mierda?
Kross[B]: "¿Qué pasa, Abe? ¿Demasiado lento para esto?"
Antes de que pudiera reaccionar, mi mano se cerró sobre su muñeca, mientras que la otra sujetaba firmemente su hombro. Con un movimiento preciso, giré su brazo ligeramente hacia arriba y, con toda la fuerza que podía permitirme, le propiné un rodillazo directo al codo dislocándolo.
Abe soltó un grito de dolor mientras el tazer se le caía de la mano.
Abe: "¡¿Qué mierda fue eso, mi puto codo?! ¡¿Estás loco?!"
El tazer rebotó en el suelo, y antes de que pudiera intentar recuperarlo, lo pateé con fuerza, enviándolo deslizándose hasta los pies de Cass y Surge, quienes observaban desde la entrada.
Kross[B]: "Ahí tienes, detective. Ahora sí, es una pelea mano a mano vagabundo."
Cass suspiró y puso una mano en su frente.
Cass: "No sé quién de los dos es más imbécil."
Surge, por su parte, soltó una carcajada mientras recogía el tazer.
Surge: "Me encanta este tipo de cosas. Esto ya está mejor que mi novela de la tarde."
De vuelta al centro del gimnasio, Abe se frotaba el codo con una mueca de dolor, pero no parecía dispuesto a rendirse. Al contrario, esbozó una sonrisa desafiante mientras se arreglaba su codo por su cuenta, dando como resultado un sonido seco, aparte de eso empezó a sacar algo más que estaba dentro de su chaqueta: un bastón retráctil de policía... parecía de acero.
Con un movimiento rápido, lo extendió frente a mí, haciendo un sonido metálico que resonó en el gimnasio.
Abe: "¿Mano a mano? Eso no lo veo tan divertido. ¿Qué tal si lo hacemos un poco más interesante, ‘ladrón de café’?"
Red: (¿En serio? ¿Ahora un bastón? ...me pregunto que más podrá hacer sacar este tipo)
Kross[B]: "¿Un bastón ahora? ¿En serio, Abe? Pensé que eras mejor que eso. Pero está bien, si así quieres jugar... sigamos."
El sonido metálico del bastón retráctil aún resonaba en mis oídos cuando Abe comenzó a girarlo con una confianza que no podía ignorar. Sus movimientos eran fluidos, precisos, lejos de alguien que simplemente agitaba un arma por intimidar.
Blue: (Esto no es un simple detective con cara de mapache. Sabe lo que hace con ese bastón.)
Kross[B]: "Impresionante, Abe. Al menos sabes cómo usarlo. Pensé que solo eras un vagabundo sin talento."
Abe sonrió, sin morder el anzuelo, y avanzó con un paso firme, el bastón levantado.
Abe: "Vamos a ver si esos reflejos tuyos están a la altura de tu lengua."
El primer golpe llegó rápido, una estocada directa que bloqueé con mi antebrazo endurecido. Pero el impacto molesto más de lo que esperaba; ese bastón no era un juguete. Respondí con una patada baja hacia su pierna, buscando desequilibrarlo, pero él retrocedió con agilidad, dejando que mi pie golpeara el aire.
El intercambio continuó. Cada vez que me acercaba, Abe respondía con precisión. Sus golpes no eran solo fuertes; eran estratégicos, buscando abrir espacios o desviar mi atención. En un momento realizo una finta con el bastón hacia mi rostro me hizo reaccionar con un bloqueo alto, pero su verdadero objetivo fue mi abdomen.
El bastón impactó de lleno en mi estómago, forzándome a retroceder mientras fingía más dolor del que realmente sentía.
Kross[B]: "Nada mal..., Abe. Pero te advierto, eso no fue suficiente para dejarme fuera de combate."
Abe mantuvo su postura, sin apresurarse a atacar de nuevo. Sus ojos se fijaron en los míos, evaluando cada movimiento que hacía.
Abe: "Tienes buenos reflejos para alguien tan ‘lastimado’. Pero no creas que no estoy notando tus trucos."
Blue: (Es más astuto de lo que parece. Si seguimos subestimándolo, podríamos terminar expuestos.)
Nos quedamos ambos en posición, estudiándonos en silencio por un instante que pareció eterno. Sus ojos se movían rápidamente, calculando mi próximo movimiento, mientras yo planeaba cómo desarmarlo sin levantar demasiadas sospechas.
Cass y Surge observaban desde la entrada, con expresiones que oscilaban entre la incredulidad y la diversión.
Surge: "Esto está tomando forma de combate profesional. ¿Seguro que estos dos no son parte de un club de lucha clandestino?"
Cass: "Si sigues hablando, puede que te inscriba yo misma."
El aire en el gimnasio estaba cargado de tensión, ambos listos para el próximo movimiento.
Kross[B]: "Sabes, Abe, puede que esté ‘lastimado’, pero no tanto como para darte la pelea que te mereces. Así que prepárate, porque voy a aumentar la velocidad."
Abe alzó una ceja, su sonrisa llena de confianza.
Abe: "¿Ah, sí? Pues yo cr--"
No pudo terminar la frase. En un parpadeo, ya estaba frente a él, mi pierna elevándose rápido para propinarle una patada directa al abdomen. Abe retrocedió un par de pasos, llevándose una mano al estómago por la sorpresa del golpe.
Pero se recuperó más rápido de lo que esperaba, enderezándose con una mueca. Solo que para cuando miró al frente, yo ya no estaba ahí.
Abe: "¿Cómo lo? ... ¡¿Dónde est--?!"
Aparecí a su lado. Mi mano se movió rápidamente, sujetando su codo, mientras la otra agarraba su muñeca. Con un movimiento calculado, empujé el codo hacia adelante mientras guiaba su propia mano con el bastón directo hacia su rostro. El impacto fue ligero, más que suficiente para desestabilizarlo y arrancarle un gruñido de sorpresa.
El bastón se deslizó de su mano al instante. Antes de que pudiera reaccionar, ya lo había atrapado y, con un movimiento ágil, lo lancé hacia Surge, quien lo atrapó con su mano izquierda sin ninguna dificultad.
Kross[B]: "Oye, Surge, guarda eso. No queremos que alguien más termine con un bastón en la cara... por accidente."
Surge sonrió ampliamente, inspeccionando el bastón con una mirada divertida.
Surge: "Por supuesto. Aunque debo admitir, es un buen accesorio. Me pregunto si Abe lo presta para fiestas."
Mientras tanto, Abe se tambaleaba un poco, frotándose el rostro con una mano mientras intentaba recuperar el equilibrio. Su expresión mostraba una mezcla de incredulidad y enojo, claramente no esperaba que yo le diera la vuelta tan rápido.
Aun así, Abe volvió a ponerse en guardia, con los brazos levantados y una expresión seria. Yo hice lo mismo, inclinándome ligeramente hacia adelante, con las piernas relajadas pero listas para moverse al menor indicio.
Kross[B]: "Tienes agallas, Abe. Me gusta eso, aunque, sinceramente, esperaba que ya estuvieras en el suelo. ¿Estás seguro de que no eres un robot o algo por el estilo?"
Abe sonrió de lado, aun frotándose un poco el codo que le había dislocado antes.
Abe: "¿Robot? No, chico. Esto es puro entrenamiento y mucho pero MUCHO café... y otras cosas. Pero si quieres rendirte, lo entenderé."
Me reí entre dientes y avancé. Lo mismo hizo Abe. Por un momento, todo fue esquivar, bloquear y contraatacar. Mis patadas se encontraban con sus brazos o pasaban rozando mientras él esquivaba. Sus golpes con los puños y fintas eran rápidos y certeros, pero yo los bloqueaba o los esquivaba con movimientos ágiles de las piernas.
Red: (No puedo creerlo. ¡Antes se arregló el codo como si fuera un juguete roto y ahora está bloqueando o esquivando todo!)
Blue: (No es tan rápido como nosotros, pero... su experiencia y reflejos son impecables. Es un hueso duro de roer.)
Red: (Estoy empezando a sentirlo, Blue... mantener el ritmo, controlar nuestra fuerza, pensar en cada movimiento y estar atento a Abe... esto nos esta drenando poco a poco.)
Blue: (Sí, es hora de acabar con esto. Vamos a darle su gran final.)
Decidido, relajé un poco las piernas y bajé mi postura. Para cualquier espectador, parecería que estaba tomando un respiro. Levanté el pie derecho, retrocediéndolo ligeramente, y toqué el suelo con la punta de la zapatilla dos veces, como afinando mi ritmo.
Abe notó mi postura y alzó las cejas.
Abe: "¿Eso es todo? ¿Vas a bailar ahora?"
No respondí. Mis piernas ya se movían.
Primero, hice una finta rápida, llevando mi cuerpo hacia un lado para abrir un camino en su flanco izquierdo. Antes de que Abe pudiera reaccionar, lancé una serie de tres patadas rápidas: la primera al hombro, la segunda hacia el lado izquierdo de su rostro y la tercera al lado derecho, dejando su cabeza tambaleándose por el impacto.
Abe gruñó por el impacto, tambaleándose ligeramente, pero apenas había comenzado. Con un pequeño impulso hacia adelante, pude propinarle tres patadas consecutivas en el pecho, cada una empujándolo un poco más hacia atrás.
No terminé ahí. Lancé cuatro patadas consecutivas: una al hombro derecho, otra al pecho de Abe, la tercera una patada ascendente a su mandíbula que lo hizo arquearse hacia atrás. Con esa última patada, utilice el momentum que me dio para girar en mi eje para lanzar la cuarta, con el talón del otro pie, directo al lado derecho de su mandíbula.
Aprovechando que el combo lo había dejado aturdido y tambaleante y las patadas lo hicieron retroceder un poco, tenía el espacio necesario para tomar el impulso que requería para finiquitarlo.
Sentí la tensión en mis piernas como si fuera un resorte listo para soltarse. Salté, girando en el aire, levantando la pierna derecha. El talón describió un arco perfecto antes de impactar de forma diagonal contra el lado izquierdo de su rostro.
El golpe resonó como un eco en el gimnasio. Abe cayó al suelo con fuerza, quedando boca abajo mientras un silencio momentáneo se apoderaba del lugar.
Yo aterricé, pero mis piernas protestaron por el esfuerzo. Respiraba pesadamente, sintiendo el cansancio acumulado. Miré a Abe en el suelo, esperando que no intentara levantarse.
Red: (¡Ganamos! ...Aunque fue más difícil de lo que esperaba.)
Blue: (Es un hueso duro de roer.......Pero por fin está en el suelo.)
Con algo de dificultad, comencé a caminar hacia Cass y Surge, llevándome una mano al costado como si el esfuerzo me hubiera pasado factura.
Kross[B]: "Lo siento... por todo esto. Fue más caótico de lo que esperaba. Cass, no fue mi intención causar problemas... Y Surge, perdón por arruinar tu apuesta."
Surge soltó una carcajada, claramente divertido por toda la situación.
Surge: "¡¿Problemas?! Esto fue oro puro. Aunque perdí el sueldo de medio mes por pensar que abe ganaría... aun no puedo creer que apostaras en contra de tu hijo"
Cass, en cambio, negó con la cabeza mientras se cruzaba los brazos.
Cass: "No te preocupes, Kross. Surge, me pagas cuando lleguemos a la estación. Además, esto fue cosa de Abe, como siempre. Aunque... ¿era necesario ese último giro? Casi parecía que lo estabas coreografiando."
Kross[B]: "Lo necesario es relativo, Cass. Además, él empezó con el tazer."
Cass suspiró antes de voltear hacia Abe.
Cass: "¡Oye, Abe! ¿Ya terminaste con tus payasadas? Vamos, levántate."
Para mi sorpresa, Abe se movió lentamente, poniéndose en posición de sentado antes de levantarse como si nada. Se sacudió el polvo de la chaqueta, todavía con esa sonrisa descarada en el rostro.
Abe: "Por ahora, sí. Pero no creas que esto se queda aquí, chico. De momento, estoy fuera... pero habrá revancha."
Red y Blue: (...)
Red y Blue: (......)
Red y Blue: (.........)
Red y Blue: (¡¡¡PERDON???)
Red: (¿Está PUTO bromeando? ¡Después de todo eso, todavía puede levantarse como si nada!)
Blue: (Es un monstruo, pero al menos no quiere continuar. Tomémoslo como una victoria... o un empate.)
Apenas había procesado la absurda resistencia de Abe cuando sentí una presión abrumadora proveniente de la entrada del gimnasio. Ese sentimiento incómodo, como si hubiera olvidado algo crucial, volvió a golpearme con fuerza.
Spears estaba ahí.
Con su porte firme y su mirada intensa, me observó fijamente mientras avanzaba hacia nosotros.
Spears: "Kross, ¿puedes explicarme por qué no estás en la enfermería? Y, además, ¿por qué luces más cansado y lastimado que antes?"
Antes de que pudiera responder, los tres oficiales intervinieron.
Abe, todavía con su actitud despreocupada, se adelantó con las manos en los bolsillos.
Abe: "No fue nada malo, Señor director. Sólo una... pequeña practica para confirmar algunas cosas"
Surge soltó una risa baja, añadiendo:
Surge: "Ya sabe, jefe. Un poco de movimiento para despejar la mente y restaurar el cuerpo."
Cass, siendo la más sensata del grupo, dio un paso al frente y resumió la situación con seriedad:
Cass: "No se preocupe, director. Ya terminamos aquí. Sacamos toda la información que necesitábamos de Kross. Ahora nos dirigiremos al hospital para seguir investigando lo del otro dino. A decir verdad, Kross está en mejores condiciones de lo que parece." Mientras dice eso saca una botella, esta vez de whisky, para beber un poco.
Spears les dirigió una mirada, asintiendo con un leve gesto.
Spears: "Entendido. Gracias por su trabajo. Pero me disculpo por cualquier inconveniente que mi estudiante haya causado."
Cass negó con la cabeza, esbozando una ligera sonrisa.
Cass: "No se preocupe. Esto fue más cosa nuestra que de él."
Con eso, Spears se giró hacia mí, haciendo un gesto para que lo siguiera.
Spears: "Kross, ven conmigo. Ya es tarde, vamos."
Me despedí con un leve movimiento de la mano, notando cómo Surge me daba un último pulgar arriba mientras Abe se apoyaba contra una pared con su eterna sonrisa.
En el pasillo, el eco de nuestros pasos resonaba mientras Spears caminaba en silencio. Fue entonces cuando rompió la quietud con un tono firme y decidido:
Spears: "Cuando lleguemos con mi esposa, vamos a tener una charla seria, Kross. Esta vez, quiero la verdad. No más rodeos. Porque lo que sucedió este día no fue nada normal, mandar a un estudiante al hospital a pesar de su condición... y para finalizar te encuentro en el gimnasio junto a los oficiales en vez de estar en reposo en la enfermería."
El peso de sus palabras cayó sobre mí como una losa.
Red: (Maldita sea... Esto no pinta bien.)
Blue: (No tenemos otra opción. Se lo debemos al Gran Hombre. Tendremos que hablar.)
Red: (Sí, pero después... dependerá de cómo reaccionen. Si nos quedamos... o huimos.)
Asentí sin decir nada, sabiendo que no había manera de escapar de esa conversación.
...
...
...
Perspectiva de Abe, Cass y Surge.
Cuando Kross y Spears salieron del gimnasio, dejamos pasar unos minutos para asegurarnos de que no pudieran oírnos. La tensión en el ambiente seguía siendo palpable, aunque intentáramos aparentar calma.
Cass fue la primera en romper el silencio, bebiendo de su botella de agua con un gesto serio.
Cass: "Bueno... Abe, dime, ¿qué piensas del chico después de tu ‘sparring’?"
Abe, aún apoyado en la pared, se cruzó de brazos con una media sonrisa, pero su tono era más grave de lo habitual.
Abe: "¿Qué pienso? Que no es normal, eso seguro. Aguante, velocidad, reflejos... lo tiene todo. Y déjame decirte algo, Cass: ese tazer que usé estaba en una potencia alta. Es comparable a los que usan en la temporada de celo, para las especies más duras. Cualquier otro hubiera estado fuera de combate al instante, pero él... apenas le hizo mella. Y el bastón... bueno, no era un bastón cualquiera, ya sabes, el especial reforzado, diseñado para híbridos de clasificación alta. Debería haberle dejado el brazo entumecido con esos golpes, pero reaccionó como si solo lo hubieran empujado un poco."
Cass frunció el ceño, evidentemente molesta.
Cass: "¿Usaste un tazer de alta potencia? ¡¿Estás loco, Abe?! Aunque... bueno, tiene sentido si decimos que no es normal. Acepto lo demás, pero... ¡uno de esos bastones, me estas jodiendo! ¿En serio?, ¿Qué sigue, Abe, una red eléctrica? Ugh."
Abe: "No me des ideas."
Cass se volvió hacia Surge, quien había estado observando en silencio hasta ahora.
Cass: "¿Y tú, Surge? ¿Qué opinas de todo esto?"
Surge, que había mantenido su vibra relajada hasta ese momento, adoptó un tono más serio mientras se cruzaba de brazos.
Surge: "Mira, Cass, te lo digo en serio. Este chico sabe cómo manejarse. Lo noté cuando interactuó con Ripley; tiene un control increíble sobre lo que muestra y lo que no. Y la forma en que peleó con Abe... Me gusta ver cómo le pegan a este idiota, pero tengo que admitir que Kross lo manejó como un profesional, me arrepiento de no traer mi prótesis, me hubiera encantado tener un round con él. Aparte de eso, no es algo común, especialmente con alguien que tiene más de cinco años de diferencia con él sin hablar de toda la experiencia que tiene Abe en combate."
Abe soltó una risa seca mientras se rascaba la nuca.
Abe: "Gracias, Surge. Siempre tan amable."
Cass negó con la cabeza y suspiró.
Cass: "Entonces, ¿algo más que hayan notado? ¿Alguna señal de que sea peligroso o problemático a otro nivel?"
Tanto Surge como Abe negaron con la cabeza.
Surge: "Nada que salte a la vista. Más allá de ser un hueso duro de roer, no parece tener malas intenciones."
Abe: "Estoy de acuerdo. No hay nada más que me llame la atención... salvo que el chico tiene potencial para dar miedo si quisiera. sí pudo dejar a un dino más grande que él, en el hospital. Además de rivalizar conmigo... pero nunca mostro signos de otra cosa más allá de querer inmovilizarme, esas ultimas patadas fueron dirigidas para aturdirme y la última para tratar de noquearme, nunca apunto a puntos letales, solo puntos débiles."
Cass asintió lentamente, procesando lo dicho.
Cass: "Bien. Entonces queda claro. No le digan nada a Ripley, ¿entendido? Sabemos cómo es, y lo último que necesitamos es que se involucre más de la cuenta y que su genio saque lo peor de él. Ahora vámonos. Tenemos que ver al dino en el hospital."
Se giró y empezó a caminar hacia la salida.
Cass: "Y si todo sale como creo, ese dino o termina en la correccional de Reef City o va directo a prisión. No sé qué prefiero...ahí lo veremos"
Surge y Abe intercambiaron una mirada, pero no dijeron nada más mientras seguían a Cass hacia la puerta, dejando el gimnasio vacío y en silencio.
Fin del capítulo 3.
Notes:
Tercer capitulo en la misma semana ando on Fire... a no que hacen 34 grados y 30 en la sombra. Los Maldigo Veranistas de Chile. Como sea, Kross mi niño es un poco pendejo, ya ni Blue es capaz de aguantar las cosas y se le pego un poco de la impulsividad de Red. Bueno, nada que hacerle.
Este capitulo iba tomar la conversación de La Tía Fang y Spears..... pero... me salia demasiado largo que tuve que partirlo en dos, además quería incluir a Abe aprovechando que iba a colocar a Ripley, Surge es una referencia, tanto en ropa, como en el "Brazalete" que porta. Espero que a SrSenior le agrade como incluí a Abe y como veo que este, aunque parezca extraño, se unió a su madre siendo detective. Cada caso que le han puesto lo ha resuelto de forma magistral. Y no será la ultima que los veamos. También no se si me salió bien la "escena de pelea" entre Kross y Abe, espero que si.
Como dije, partí el capitulo en dos, el próximo será habran cositas con: Spears y su esposa con Kross, Ripley y el dino del hospital, talvez otra cosa con su familia y un grupito de personas del primer cap, espérenlo con ganas.
Curiosidades:
1.- El estilo de pelea que tiene Blue, va dedicado a incapacitar oponentes, en la escena donde escapa de Abe por el café, este lo golpeo con una patada precisa en la barbilla (en la "pera", como le decimos acá) para aturdirlo. Sabe formas mas sofisticadas de dislocar articulaciones, no de forma tan bruta como Red.2.-Kross sufrió distintos tipos de castigos mientras estaba encerrado entre esos están las descargas eléctricas alta gamma, privación de nutrientes, privación del sueño por días, entre otros
3.- Abe, ha tenido casos en donde ha tenido que enfrentarse a varios individuos, entre ellos varios híbridos, y en cada ocasión, ha humillado a todos, por su rápida toma de decisiones e intelecto. No le hizo nada de eso a Kross, porque lo estaba "estudiando". En una pelea en serio, la única forma para que mi niño, Kross, ganara según yo, es incapacitándolo por completo a Abe, y con esto me refiero a dislocarle todas las articulaciones y enterrarlo hasta la altura del cuello. De otra forma, Abe solo se burlaría de Kross.
Eso fue todo, Agradecimientos a Dardragun707 que ya termino su historia "I Wani Hunt That Gator!" Que quedo S.U.B.L.I.M.E. Que además esta preparando otra historia y algunos extras. A SrSenior, creador de Abe, espero otro capitulo de "That is my Parasaur!" Que ando con ganas de saber que paso. A Patata, a Xomy90 con sus historias y a aquellos que dejan sus comentarios. Muchas gracias. Hasta la próxima.
Chapter 4: Consecuencias y Verdades. Parte 2
Summary:
Segunda parte. Kross deberá decirles la verdad a las únicas personas que le han mostrado bondad desde que llego a Volcadera, además de ver que consecuencias hubo por sus acciones.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Kross (Mentalidad al mando: Blue)
El motor del auto rugía suavemente mientras atravesábamos las calles iluminadas por el tenue resplandor de las farolas. Dentro, el silencio era opresivo. Spears no había dicho una sola palabra desde que salimos del instituto, y la tensión era palpable, casi asfixiante. Miré de reojo a Spears, esperando algún reproche o comentario, pero su mirada seguía fija en la carretera, seria, analítica.
Blue: (Esto es... incómodo. Mucho más incómodo de lo que esperaba.)
Red: (¿Qué esperabas? Después de lo de hoy...)
Blue: (Lose...lose..., la pelea del auditorio y después con los detectives...tendrá muchas preguntas... debemos ser sinceros.)
Red: (Espero que esto no termine mal, no me quiero separar del cavernícola.)
Blue: (Yo tampoco, Red... yo tampoco.)
El eco de nuestras voces internas era lo único que rompía la monotonía del trayecto. Miré por la ventana, intentando distraerme, pero las luces de la ciudad solo parecían acentuar mi sensación de inquietud.
Cuando llegamos, Spears apagó el motor y salió del auto sin decir nada. Tomé aire, preparándome para lo que venía, y lo seguí en silencio. Al entrar en la casa, noté de inmediato la figura de la tía Fang, sentada en uno de los sillones del salón. Su expresión era seria, pero no parecía sorprendida.
Spears caminó hasta su lado, dejándose caer en el asiento junto a ella. Ambos me miraron, pero fue la tía Fang quien habló primero.
Tía Fang: "Siéntate."
Spears, sin decir nada, hizo un gesto hacia el sillón frente a ellos, indicándome que obedeciera. Tragué saliva y me senté, sintiendo el peso de sus miradas clavarse en mí.
Red: (Esto va a doler.)
Blue: (Terminemos con esto.)
Spears cruzó los brazos, su mirada fija en mí mientras parecía reunir sus pensamientos. Su tono, cuando finalmente habló, estaba cargado de preocupación y una firmeza que no dejaba lugar a evasivas.
Spears: "Kross, hemos han pasado demasiadas cosas en un solo día. La pelea que tuviste en el auditorio... con el resultado de mandar al joven Máximo al hospital... Y para colmo, encontrarte en el gimnasio en vez de estar reposando en la enfermería."
Red: (Así que el desgraciado se llamaba Máximo...no importa ahora.)
Spears hizo una pausa, su mirada se endureció mientras continuaba.
Spears: "Conozco al joven Máximo. No era un estudiante ejemplar, lo sé. Era problemático, violento, con antecedentes en varias escuelas antes de llegar aquí. Pero aun con todo eso, jamás imaginé que lo vería siendo trasladado al hospital en esas condiciones. Era uno de los mejores a lo que respecta a actitudes físicas de fuerza ¿Cómo pudiste llegar a ese punto, Kross? ¿Cómo alguien como tú puede hacerle tanto daño a alguien como él? Me sigo preguntando eso, pero no logro encontrar una respuesta."
Sentí un nudo en el estómago mientras sus palabras me golpeaban.
Spears: "La joven Fang me dio una idea de lo que ocurrió en el auditorio desde que comenzaron los abucheos del concierto. Sé que Máximo hizo comentarios hirientes, sé que las cosas se salieron de control... pero nada justifica lo que pasó. ¿Entiendes lo que esto significa? Los estudiantes están esperando respuestas, y yo no sé qué decirles."
Tía Fang, que había estado en silencio hasta ese momento, habló con un tono más suave pero igualmente preocupado.
Tía Fang: "Spears me explicó todo antes de que llegaras. Me contó lo que sabe sobre lo del auditorio y lo que le dijo esa estudiante. Entiendo que estabas defendiendo a esa joven, Kross. Pero lo que no entiendo es cómo resististe con esas heridas. Aún más, cómo pudiste mandar a otro estudiante al hospital. Eres fuerte... más de lo que debería ser un chico de tu edad, porque no aparentas tener esa fuerza. Y eso... eso no es normal."
Spears asintió ante sus palabras y continuó.
Spears: "Luego está lo del gimnasio. Aunque no sé exactamente qué pasó, no necesito muchos detalles. Cuando llegue, te notabas más agotado, y algo más lastimado, es evidente que algo paso con los detectives, aparte de algo de movimiento. ¿Qué estabas haciendo exactamente con los oficiales, Kross? ¿Qué pasó ahí?"
Las palabras pesaban como una losa. Tía Fang tomó aire y añadió, con una mezcla de tristeza y firmeza:
Tía Fang: "Estamos aquí porque Spears y yo necesitamos respuestas, Kross. Ya no puedes ocultarlo. Queremos saber la verdad. Ahora."
Red: (Esto es un desastre.)
Blue: (No hay escapatoria esta vez. Tendremos que hablar.)
Sentí sus miradas clavarse aún más fuerte, esperando una respuesta que sabía que no podía postergar más.
Respiré profundo, tratando de organizar mis pensamientos antes de hablar. Sabía que no había forma de evitar esto, así que lo mejor era ser directo... hasta cierto punto.
Kross[B]: "Está bien. Les contaré lo que pasó desde que desperté en la enfermería."
Spears asintió, esperando en silencio, mientras Tía Fang me miraba con una mezcla de preocupación y expectativa.
Kross[B]: "Cuando desperté, lo primero que noté fue un olor químico. No tenía idea de dónde estaba hasta que me di cuenta de que era la enfermería. La enfermera llegó después de unos minutos y me explicó las heridas que tenía: hematomas, moretones, la herida de la cabeza... lo típico, supongo."
Tía Fang: "¿Típico? ¡Kross, por favor!"
Ignoré el comentario y seguí.
Kross[B]: "Luego llegaron unos oficiales. El primero fue el comisario Ripley Aaron. No voy a entrar en detalles sobre él, solo diré que tenía un aire... intimidante. También estaba Surge Wraith, un tipo de una subdivisión especializada. No me dieron más información sobre él."
Spears frunció el ceño ante el nombre del comisario, pero no interrumpió.
Kross[B]: "Después llegó la detective llamada Cass, y, por último, un humano llamado Abraham, aunque parece que todos lo llaman Abe. Es... peculiar."
Tía Fang: "¿Peculiar? ¿Qué hizo?"
Me rasqué la cabeza, buscando las palabras.
Kross[B]: "Bueno, él fue quien propuso una pelea para resolver un ‘problema’ entre nosotros. Y sí, acepté. No fue mi mejor decisión, lo sé. Pero parecía mejor opción que seguir discutiendo."
Tía Fang me miró incrédula.
Tía Fang: "¿Aceptaste una pelea con un detective? ¿Con las heridas que tenías? ¿Y cómo que tenías un problema con un detective?"
Kross[B]: "Primero, sí, lo hice. Pensé que sería algo más... simple. Sobre las heridas, puedo decir que no eran tanto problema. Y el problema era relacionado a un café, no quiero entrar en detalles sobre eso"
Spears permanecía serio, evaluando cada palabra. Mientras que la tía Fang estaba incrédula frente a lo que estaba diciendo.
Kross[B]: "Cuando la pelea había ‘acabado’, creí que lo había vencido. Después de todo, lo dejé en el suelo tras un momento... pero se levantó como si nada hubiera pasado. Estaba en shock, pero antes de que pudiera hacer algo más, usted apareció en el gimnasio." Dije eso ultimo mirando a Spears.
Spears soltó un suspiro profundo y se cruzó de brazos.
Spears: "Eso explica por qué estabas en ahí y no en la enfermería. Pero ahora tengo más preguntas."
Se inclinó ligeramente hacia adelante, su mirada intensa como si intentara leer mi mente.
Spears: "¿Cómo pudiste pelear en esas condiciones? Y más importante, ¿cómo lograste igualar al detective Abraham? Y que aparentemente le ‘ganaste’. Esos puntos no tienen sentido, Kross. Incluso si fueras un prodigio físico, esas heridas deberían haberte incapacitado. El detective Abraham no es cualquier persona. Es conocido en Volcadera por un caso de hace unos años: desmanteló un grupo que trataba de distribuir una antigua droga. Era algo tan peligroso, según las noticias, tuvo que infiltrarse solo, recopilando pruebas mientras ponía su vida en riesgo. Gracias a él, la circulación de esa droga disminuyó drásticamente. Alguien así... no es fácil de enfrentar, y mucho menos de superar. ¿Cómo lo hiciste, Kross?"
Me quedé en silencio, evitando su mirada. No sabía qué responder. ¿Qué podría decir que tuviera sentido? Las miradas de Spears y Tía Fang seguían clavadas en mí, pesadas y llenas de preguntas que no estaba seguro de cómo responder.
Red: (Bueno, ahí está, es el momento Blue.)
Blue: (Sabíamos que este momento iba a llegar. Ya es hora. Le contaremos todo)
Red: (¿Hablar? ¿Contarles todo? ¿Estás seguro? Es demasiado.)
Blue: (No hay otra opción. Spears y Tía Fang son las únicas personas que nos ayudaron cuando llegamos. Si hay alguien merece la verdad, son ellos.)
Tomé aire, tratando de reunir el valor que necesitaba para hablar. Me incliné un poco hacia adelante, apoyando los codos en mis rodillas mientras sentía el peso de mis propias palabras antes de decirlas.
Kross[B]: "Lo que voy a decir ahora... será completamente serio. Y será la verdad. Toda la verdad.... Toda mi historia."
Mis ojos se levantaron lentamente, encontrándose con los de Spears y Tía Fang.
Kross[B]: "Y cuando termine, si lo desean, me iré. No volveré a molestarlos nunca más. Pero merecen saberlo."
Tía Fang pareció a punto de interrumpir, pero Spears levantó una mano para detenerla, permitiéndome continuar. Respiré profundamente, sintiendo cómo cada palabra se atascaba en mi garganta antes de salir.
Kross[B]: "Nunca conocí a mis padres. No sé quiénes eran, ni cómo eran. Crecí solo, en un pueblo que no me acuerdo ni de su nombre, muy lejos de aquí. Era un lugar olvidado, donde nadie se preocupaba por nadie. Yo... era un huérfano, uno más entre muchos, y para todos, no era más que un estorbo."
Me detuve un momento, apretando las manos contra mis rodillas para evitar que temblaran.
Kross[B]: "Era como si no existiera. Nadie me miraba, nadie me hablaba. Y entonces, un día... lo peor pasó."
Me tome un segundo para prepararme, los recuerdos de cómo me llevaron al laboratorio surgieron en mi cabeza, de cómo me inmovilizaron en una mesa metálica, de cómo…las inyecciones....
Kross[B]: "Me secuestraron... Creo que tenía unos 7 años. No lo recuerdo con claridad, pero sé que fue en ese entonces. Me mantuvieron cautivo aproximadamente 10 años."
Mi voz temblaba mientras hablaba, cada palabra salía con esfuerzo, como si estuviera escarbando en una herida abierta.
Kross[B]: "Diez años en los que... ya no era un humano en el proceso. No para ellos. Para ellos, no era más que una herramienta, algo que moldear y usar para sus propios fines. Me hicieron pruebas, exámenes y experimentos... cosas que se salen de cualquier moral, de cualquier persona o saurio."
Me detuve, cerrando los ojos y apretando los puños. Era como si el peso de esos recuerdos intentara aplastarme. Tía Fang dejó escapar un pequeño jadeo, llevándose una mano a la boca.
Tía Fang: "Dios mío..."
Miré hacia Spears. Seguía serio, pero sus ojos no podían ocultar el impacto de mis palabras.
Spears: "Kross..."
Sacudí la cabeza, deteniendo cualquier interrupción, y continué.
Kross[B]: "Gracias a ellos, ya no soy completamente humano. Si alguien me hiciera un test de ADN, probablemente dirían que es un error, una anomalía, algo completamente imposible. Porque eso soy ahora...un puto desastre genético. Ellos tomaron ADN de distintas especies y lo inyectaron en mí, día tras día, para asegurarse de que mi cuerpo pudiera asimilarlo correctamente... moldearon dentro de mí todo eso... para convertirme en algo más. Algo que pudieran usar."
Hice una pausa, mi respiración era pesada. Podía sentir la mirada de Tía Fang fija en mí, mientras Spears parecía debatirse entre su rol como director o algo más profundo.
Kross[B]: "Solo conozco un par de las especies que utilizaron porque fueron cosas que pude llegar a escuchar. Velociraptor, Anquilosaurio, Megalodón, Salamandra...” mire tanto a la tía Fang y Spears antes de seguir “... T-rex, Neandertal, entre otros. Pero de lo que sí estoy seguro es que lo hicieron todo para que dejara de ser yo. Me convirtieron en algo que, para ellos, era casi perfecto. Pero para mí... yo ya no podía reconocerme."
Hice una pausa después de mi última confesión, dejando que mis palabras se asentaran en el aire. Miré a Tía Fang y a Spears. Sus expresiones lo decían todo: incredulidad, preocupación, y algo más profundo... un dolor que ni siquiera ellos podían explicar.
Me reí, aunque no fue una risa normal. Era una mezcla de sarcasmo y nerviosismo, como si la gravedad de todo esto estuviera consumiéndome.
Kross[B]: "¿Saben? Kross ni siquiera es mi verdadero nombre. Ese... se perdió allá, en el laboratorio."
Sus ojos me miraron con sorpresa, pero no dije nada más al respecto.
Kross[B]: "Allí no era una persona. No tenía derecho para mi nombre. Era una simple cosa, un número, un código.... ‘Código Acus’, así nos nombraron esos imbéciles.... Los únicos que interactuaban conmigo eran los cuidadores... si es que se les podía llamar así. Porque ellos no cuidaban nada. Solo se aseguraban de que estuviera vivo para los experimentos. Nadie se preocupaba por mí. Nadie se preguntaba si estaba bien o si dolía. Porque sí... dolía. Todo dolía."
Sentí cómo mis manos temblaban ligeramente, pero me obligué a continuar.
Kross[B]: "Hubo un momento... no sé exactamente cuándo pasó... pero mi mente se quebró. Mi conciencia, si así quieren llamarla, en un momento desesperado...se dividió. Como si en un último esfuerzo, mi mente tratara de seguir siendo humana y no un cascaron vacío"
Me señalé la cabeza, como si estuviera explicando algo lógico.
Kross[B]: "La conciencia que está al mando ahora, se llama Blue, oh bueno...es asi como me llamaban los cuidadores, por mi ojo azul."
Giré mi cabeza hacia Spears y Tía Fang, y lentamente dejé que Red tomara el mando. El cambio fue evidente. Mi ojo derecho, antes azul, perdió todo color, dejando que un gris permaneciera, mientras que ahora mi ojo izquierdo brillaba con un intenso color rojo.
Kross[R]: "Y yo soy Red. Supongo que ya saben por qué me llamaron así."
Tía Fang dejó escapar otro pequeño jadeo, mientras Spears parecía quedarse sin palabras. Ninguno de los dos sabía cómo reaccionar, y el silencio en la habitación se volvió abrumador.
Sin decir nada, deje que Blue tomara el mando de nuevo.
Kross[B]: "Algunas de las pruebas no eran más que torturas disfrazadas de experimentos. Carreras interminables, inmersiones prolongadas, resistencia a quemaduras. Todo era para ver cuánto podía soportar antes de romperme. Y cuando pensaban que ya había superado la prueba, simplemente... aumentaban la dificultad, llevándome aún más haya de mis límites. Ese era mi día a día."
Sentí las lágrimas comenzar a correr por mi rostro. No podía detenerlas, ni siquiera intentarlo. Hablar de esto, revivirlo... era como volver a estar allí, en ese lugar oscuro.
Kross[B]: "¿Saben? Ustedes han sido las primeras personas en mi vida que me han mostrado algo parecido a la bondad... al cariño. Spears, Tía Fang... ni siquiera sé si puedo expresar lo que significan para mí, aunque no los conozco por demasiado tiempo, aunque nuestro primer encuentro no fue...exactamente normal, no tengo palabras para describir esto. Porque hasta el momento que los conocí, no tenía nada, ni nadie."
Mis manos temblaban mientras me frotaba los ojos, intentando recuperar algo de compostura.
Kross[B]: "Tampoco puedo decir que me alimentaran en el recinto. La primera comida de verdad fue esa que me dieron ese día... ese simple plato de arroz, carne y verduras. Era la primera comida en 10 años que probaba. En el laboratorio, solo me daban una pasta gris... algo insípido que solo servía para mantenerme vivo. Ni siquiera sé si era comida de verdad. Todo carecía de sabor... de vida."
Me detuve nuevamente, notando cómo las lágrimas seguían cayendo. Miré a Tía Fang y a Spears, pero sus rostros reflejaban algo que no podía identificar del todo. Era una mezcla de dolor, rabia y una profunda tristeza.
Kross[B]: "¿Quieren saber por qué pude mandar a un dino que me superaba en tamaño al hospital y enfrentar al detective Abe? Es por los resultados de esos experimentos. Todo lo que me hicieron, todo lo que me convirtieron... me dio fuerza, resistencia, agilidad, inteligencia... y regeneración."
Spears y Tía Fang permanecieron en silencio, pero sus miradas lo decían todo. Sabía que tenían muchas preguntas, pero las palabras simplemente no salían.
Me puse de pie lentamente, quitándome la chaqueta y dejando al descubierto los parches en mi torso.
Kross[B]: "Mi fuerza... no es humana. Durante las pruebas que me hicieron, podía romper paredes de concreto de un golpe sin mucho esfuerzo, levantar autos y lanzarlos. Gracias a distintos ADN que me inyectaron”
Con un movimiento deliberado, comencé a quitarme los parches de mi torso, dejando la piel al descubierto. Estaba limpia, sin heridas ni cicatrices, como si nunca hubiera recibido un solo golpe.
Kross[B]: "Mi agilidad proviene de distintas especies que tienen ventaja en ese ámbito. Gracias a eso, puedo moverme más rápido de lo que cualquier humano normal podría normalmente. Recuerdo que me ordenaron evadir un equipo completo durante un tiempo, saliendo exitoso de eso. Y luego está mi resistencia..."
Mis manos se movieron hacia la venda de mi cabeza, deshaciéndola lentamente mientras hablaba.
Kross[B]: "Introdujeron ADN de seres con un alto índice de aguante a impactos superficiales, capaces de aguantar golpes con cierta facilidad. Eso me permite soportar impactos masivos, incluso puedo endurecer mi piel, para reducir aún más el daño, aunque durante el encuentro en el auditorio no quise hacerlo...demasiado. Debido a eso..."
Dejé que la venda cayera, revelando mi cabeza sin rastro de la herida que antes había requerido su presencia.
Kross[B]: "No importa lo que me golpee, puedo resistirlo. Por eso no salí tan golpeado en la pelea contra Abe. Simplemente endurecí mi piel en los momentos clave."
Extendí una mano frente a ellos y tensé los dedos. De repente, unas garras retráctiles emergieron, afiladas como cuchillas.
Kross[B]: "Y esto... es otra razón de porque ya no me considero humano. Es otra cosa que obtuve de esos malditos experimentos."
La respiración de Tía Fang se volvió más rápida, pero no interrumpió. Spears, por su parte, parecía clavado en el asiento, incapaz de apartar los ojos de lo que estaba viendo.
Kross[B]: "Y luego está la regeneración..."
Con una precisión calculada, hice un corte en mi antebrazo con una de las garras, dejando que la sangre brotara.
Tía Fang: "¡Kross, no!"
Levanté una mano para detenerla mientras Spears se inclinaba hacia adelante, claramente preocupado.
Kross[B]: "Esperen un momento.... y observen."
Ambos fijaron su mirada en el corte. En cuestión de segundos, la herida comenzó a cerrarse, como si retrocediera en el tiempo. La sangre dejó de fluir, y antes de que pudieran reaccionar, mi piel estaba completamente restaurada, sin rastro del daño.
Kross[B]: "Eso es gracias al ADN de criaturas con un índice de regeneración de tejidos altos. No importa qué me hagan, mi cuerpo se repara solo, incluso si yo no se lo ordeno, esos enfermos se encargaron de eso... para que no haya un accidente..., para que la enfermera viera y atendiera esas ‘heridas’, tuve que reducir la velocidad a la que mi propio cuerpo se recupera.”
Pause un momento recordando todo lo que me paso debido a esta maldita regeneración. “Cuando vieron que mi regeneración era un éxito para ellos, las pruebas se hicieron más duras y la razón del porque no se contenían, disparos de balas de distinto calibre, heridas por armas cortantes... incluso me llegaron a cortar parte del brazo solo para ver si podía volverse a unir......incluso creo que trataron algo más arriesgado, aunque no lo recuerdo, solo sé que nunca volvieron a intentar algo parecido por temas de seguridad"
Kross[B]: "Sé que esto suena imposible. Pero es la verdad. No estoy aquí para inventar historias ni justificar lo que hice. Estoy aquí para decirles la verdad... mi verdad, que tanto merecen ustedes, para que entiendan qué soy... o en qué me convirtieron."
Me mantuve parado, solamente mirando a ambos. Y ya no podía decir que es lo que pensaban de mi.
Kross[B]: "Una noche en el recinto, todo cambió. Uno de los cuidadores, mi cuidador principal, un hombre llamado Jacob, hizo algo que nunca creí posible. Abrió la celda que me contenía. Me dijo que corriera, que no mirara atrás y que no me detuviera hasta estar seguro de que no me seguían."
Hice una pausa, mis manos se cerraron en puños mientras recordaba aquel día.
Kross[B]: "Y eso hice. Corrí... corrí hasta que mis piernas quemaban y mi cuerpo apenas podía seguir. No sé cuánto tiempo estuve huyendo, pero eventualmente vi un cartel en la carretera. Uno de ellos decía ‘Volcadera Bluffs.’ No tenía idea de cómo era, pero decidí ir hacia allá."
Miré a ambos mientras continuaba.
Kross[B]: "Sobreviví por mi cuenta durante días... tal vez un poco más de dos semanas. Me escondía, comía lo que encontraba, tuve que pelear por la comida, y trataba de no llamar la atención. Y entonces, un día, los encontré a ustedes."
La habitación se sumió en un silencio tenso mientras me ponía de pie.
Kross[B]: "El resto de la historia ya la conocen. Cómo me dieron un lugar, cómo intentaron ayudarme, cómo... trataron de darme algo que nunca antes había tenido, aun... después de lo que hice."
Miré a Spears y a Tía Fang, buscando alguna señal de lo que pensaban. Spears mantenía su rostro imperturbable, pero era imposible leer lo que pasaba por su mente. Tía Fang, en cambio, luchaba por contener las lágrimas, sus manos apretadas sobre su regazo mientras intentaban mantenerse fuerte.
Mi voz se quebró un poco al final, pero rápidamente recuperé la compostura...ya era suficiente.
Kross[B]: "Gracias... por todo. Pero esto es lo mejor, pero creo que ya no puedo quedarme. Después de lo que pasó hoy, lo más probable es que sepan que estoy aquí. Y si eso ocurre, no quiero que ninguno de ustedes se vea involucrado o en peligro por mi culpa."
Comencé a caminar hacia la puerta con pasos lentos pero decididos. Pero antes de que pudiera dar otro paso, sentí un peso suave alrededor de mi espalda. Unos brazos me rodearon, y una voz cálida rompió el silencio.
Tía Fang: "No. No voy a dejar que te vayas, Kross."
Me quedé inmóvil, sorprendido por su reacción.
Tía Fang: "Tú... tú no eres solo un chico problemático que llegó un día. Eres parte de nuestra familia. Lo supe cuando decidiste quedarte con nosotros ese día. Lo supe cuando te animaste a volver al instituto a pesar de todo lo que cargabas. Y ahora, no importa lo que pase... no importa quién venga, no voy a dejar que te enfrentes a esto solo."
Sentí cómo sus lágrimas mojaban mi espalda mientras me sostenía con más fuerza.
Kross[B]: "Pero... solo les traeré problemas. Si se enteran que estoy aquí, podrían venir por mí, y entonces..."
Mi voz se apagó mientras veía a Spears moverse. Se arrodillo frente a mí, su expresión firme pero cargada de algo más: determinación y.… orgullo.
Spears: "Escucha, Kross. Sé que piensas que alejarnos es la solución. Pero te equivocas. No eres una carga para nosotros. No eres un problema. Eres parte de esta familia, y las familias enfrentan las cosas juntas."
Tía Fang asintió, todavía sosteniéndome.
Spears: "Estaremos contigo sin importar que pase. No estás solo, y nunca lo estarás mientras estemos aquí."
Sus palabras me golpearon con una fuerza que no podía describir. Mis piernas temblaron ligeramente, tratando de mantenerme firme, luchando contra las emociones que amenazaban con desbordarse. No podía creerlo. No podía ser real. Las palabras de Spears y el abrazo de Tía Fang... todo esto era demasiado. Mis pensamientos se agolpaban, cada uno tratando de encontrar una razón para no creer lo que estaba pasando.
Blue y Red: (No puede ser verdad. Nadie... nadie es tan amable. No conmigo. Esto no puede ser real.)
Mi respiración se aceleró, y antes de que pudiera detenerlo, mis piernas cedieron. Me dejé caer al suelo, incapaz de sostenerme más.
Tía Fang no me soltó ni por un segundo, ajustando su abrazo mientras me sostenía con más fuerza.
Tía Fang: "Todo está bien, Kross. Todo está bien. No tienes que cargar con esto solo."
Mi cuerpo temblaba, y entonces las lágrimas comenzaron a fluir. Pero esta vez, no eran contenidas. Dejé salir todo lo que había estado acumulando durante años, un torrente de emociones que no sabía que aún podía sentir.
Blue y Red: (Años.... Años sin permitir esto.... Años sin sentirme así...)
Lloré con fuerza, mis sollozos resonando en la habitación mientras me aferraba al abrazo de Tía Fang como si fuera lo único que me mantenía. Sentí el peso cálido de una mano en mi hombro y miré hacia arriba. Spears estaba ahí, su expresión suave, llena de comprensión.
Spears: "No tienes que decir nada más, hijo. Solo deja que todo salga."
Sus palabras, combinadas con el abrazo de Tía Fang, rompieron las últimas barreras que me quedaban. Mis lágrimas no paraban, y mi voz, quebrada, apenas logró formar las palabras más sinceras que había dicho en una década.
Kross: "Gracias... gracias... gracias..."
Fue todo lo que pude decir, una y otra vez, mientras Tía Fang y Spears permanecían a mi lado, dándome un apoyo que nunca pensé que tendría. En ese momento, supe que ya no estaba solo, y por primera vez en años, ahora en verdad, sentí un pequeño destello de esperanza.
Mis lágrimas se detuvieron lentamente, aunque mi cuerpo aún temblaba por el impacto de todo lo que había liberado. Tía Fang me acarició suavemente el cabello, susurrando palabras de consuelo que apenas podía procesar.
Tía Fang: "Ve al baño, Kross. Lávate la cara y relájate un poco. Yo prepararé algo para cenar."
Asentí, sin confiar en mi voz para responder, y me dirigí al baño. El agua fría sobre mi rostro fue un alivio inesperado, como si lavara más que el sudor y las lágrimas; era como si también aliviara parte del peso que había cargado por años.
Más tarde, nos reunimos para cenar. Fue una comida sencilla pero cálida, llena de pequeñas conversaciones y sonrisas. Spears y Tía Fang no mencionaron nada de lo que había pasado antes, y aunque el silencio sobre el tema era evidente, sentí que lo hacían para darme espacio.
Cuando terminamos, Spears me acompañó hasta mi cuarto... MI cuarto...
Spears: "Kross, solo quiero que recuerdes algo. No estás solo. Puedes confiar en nosotros, sin importar lo que pase."
Asentí mientras me acostaba en la cama, sus palabras resonando en mi mente. Spears cerró la puerta tras de sí, y por primera vez en años, el sueño llegó rápido. Pero esta vez no había pesadillas, ni recuerdos del recinto. Solo un profundo descanso, acompañado de una paz que no sabía que podía sentir.
...
...
...
Perspectiva de Cass unas horas antes
La carretera estaba tranquila, las luces de las farolas iluminaban el asfalto en intervalos regulares mientras conducía hacia el hospital. Surge y Abe estaban en los asientos traseros, cada uno con su propio aire característico. Abe tenía los brazos cruzados y miraba por la ventana, su rostro lleno de esa eterna mezcla de desafío y humor. Surge, por otro lado, estaba inclinado hacia atrás con los ojos medio cerrados, como si estuviera disfrutando de la calma antes de llegar al próximo lugar donde las cosas probablemente se complicarían.
Cass: "Espero que ambos estén listos para esto. El informe preliminar del hospital sobre Máximo no pinta nada bien. Además, si seguimos este camino, el próximo destino de ese chico será Reed City o algo peor."
Surge abrió un ojo, girándolo lentamente hacia ella.
Surge: "No sé, Cass. Con lo que vimos hoy... tal vez este caso no sea tan simple como parece."
Abe se río por lo bajo, rompiendo el silencio con su tono sarcástico habitual.
Abe: "¿Simple? ¿Nada de lo que vimos hoy es simple, Surge? ¿O ya olvidaste lo que ese chico hizo en el gimnasio?"
Cass apretó ligeramente el volante, sus pensamientos divididos entre lo que había presenciado y lo que aún faltaba por investigar.
Cass: "Sea simple o no, tenemos un trabajo que hacer. Y eso comienza con entender exactamente qué pasó con Máximo y cómo demonios terminó en esa condición. Porque con la forma de actuar de Kross es difícil pensar que el hizo todo."
El hospital ya no estaba lejos, y mientras las luces del edificio comenzaban a aparecer en la distancia, Cass sabía que lo que encontrarían allí solo complicaría más las cosas.
El hospital apareció ante nosotros, su estructura iluminada por luces blancas y pálidas que contrastaban con la oscuridad de la noche. En la entrada, una patrulla estacionada se destacaba, y sentado sobre el parachoques delantero estaba Ripley, el comisario. Su postura era rígida, y su expresión, incluso desde la distancia, dejaba claro que estaba de mal humor.
Cass aparcó el auto a un lado y salió, con Abe y Surge siguiéndola de cerca. Mientras nos acercábamos, el Pterodáctilo alzó la mirada, su ceño fruncido aún más marcado al vernos.
Ripley: "¿Qué demonios les tomó tanto tiempo? Les dije que se apuraran."
Cass, imperturbable como siempre, sacó una botella de pisco de su chaqueta y le dio un trago antes de responder.
Cass: "Nos encontramos con un par de obstáculos en el camino. Nada que te interese, Rip."
Ripley entrecerró los ojos, claramente irritado por la respuesta evasiva, pero no dijo nada más. Solo se apartó y caminó hacia la entrada del hospital, haciéndonos un gesto para que lo siguiéramos.
Cass: (Bueno, a ver que nos encontramos aquí.)
Dentro del edificio, las luces brillantes y el olor a desinfectante llenaban el ambiente. Nos dirigimos a la recepción, donde una recepcionista de aspecto cansado estaba revisando unos papeles.
Cass: "Buscamos a un paciente llamado Máximo. ¿Puedes decirnos dónde está?"
La recepcionista levantó la vista, su rostro mostrando una mezcla de resignación y molestia.
Recepcionista: "¿Máximo? Habitación 304, en el tercer piso. Pero les advierto, ese chico ha sido un dolor de cabeza desde que llegó. Los doctores están hartos de él, y no me sorprende. Desde que llego a causado problemas, y a insultado a todos los miembros del hospital que ha podido."
Ripley soltó un gruñido, claramente molesto por la situación, y nos encaminamos hacia el ascensor.
Cass: (Creí que exageraban cuando investigué sobre el... parece que no era mentira.)
Mientras nos acercábamos a la habitación, los gritos comenzaron a ser audibles. Una voz joven e irritada lanzaba insultos y amenazas, dirigidas aparentemente a un doctor.
Máximo: "¡No me digas qué hacer, maldito inútil! ¡Si no puedes hacer tu trabajo, vete al carajo!"
Abe soltó una risa por lo bajo, rompiendo la tensión.
Abe: "Parece que sigue en plena forma a pesar de la paliza que le dieron, ¿eh? Incluso en el hospital no puede dejar de ser un imbécil."
Cass: "Bueno, no esperaba menos de él. Aunque por lo visto, no ha aprendido nada."
Surge, con una sonrisa apenas perceptible, añadió: "Esto promete ser divertido... o al menos entretenido."
Ripley, por su parte, no compartía el humor. Gruñó con fuerza, lo suficiente para silenciar cualquier otro comentario, y su expresión dejó claro que no estaba para bromas.
Ripley: "Cállense. Esto no es un espectáculo. Vamos."
Con ese último mandato, avanzamos hacia la habitación, el sonido de los gritos creciendo con cada paso. Frente a la puerta de la habitación 304, el ambiente se sentía cargado, como si algo estuviera a punto de estallar. Ripley, siempre directo, golpeó la puerta con fuerza, logrando que los gritos dentro cesaran por un breve momento.
La puerta se abrió lentamente, revelando a un Anquilosaurio de color rojo con un semblante visiblemente cansado. Era evidente que no solo lidiaba con pacientes complicados, sino que los años también habían dejado su huella. Sus ojos nos evaluaron con cansancio, pero sin sorpresa.
Doctor: "¿Quiénes son ustedes?"
Ripley enderezó su postura, su presencia imponente llenando el espacio.
Ripley: "Soy el Comisario Ripley Aaron, del Departamento de Policía. Ella es Cass, la jefa de detectives. Necesitamos unas palabras con el joven Máximo sobre lo ocurrido."
Antes de que el doctor pudiera responder, una voz áspera y llena de irritación resonó desde dentro.
Máximo: "¡¿Qué mierda quieren ahora?! ¡Dejen de molestar!"
El doctor soltó un suspiro, claramente acostumbrado a ese tipo de comportamiento, y nos hizo un gesto para que pasáramos.
Doctor: "Adelante. No creo que puedan sacar mucho de él, pero intenten."
Sin esperar más, el doctor se retiró, dejándonos en la habitación con Máximo. Tan pronto como entramos, Abe no pudo contenerse.
Abe: "Qué encanto de persona, ¿no? Seguro tiene un club de fans."
Surge añadió con una sonrisa torcida: "Oh, claro. Y debe ser el presidente."
Rodé los ojos y les hice un gesto con la mano para que se callaran.
Cass: "Cálmense, niños. No estamos aquí para bromear."
Ripley se acercó al joven dinosaurio, quien estaba tumbado en la cama con una expresión que combinaba irritación y desafío.
Ripley: "Máximo, queremos hacerte unas preguntas sobre lo que pasó en el auditorio. Más te vale cooperar."
Máximo soltó una risa seca y sarcástica.
Máximo: "¿Cooperar? ¿Contigo? ¿Quién demonios te crees para darme órdenes, Pterodáctilo de pacotilla?"
La vena en la frente de Ripley se hizo más visible, y su mandíbula se tensó. Podía sentir que estaba a punto de explotar, así que decidí intervenir antes de que las cosas se salieran de control.
Cass: "Cálmate, Rip. Déjame manejar esto."
Le di un trago a mi botella de pisco, mi mirada fija en Máximo, quien parecía más interesado en seguir provocando que en cooperar.
Cass: "Escucha, chico. No estamos aquí para perder el tiempo, ni para tolerar tus berrinches. Así que hazlo fácil para todos y dime qué pasó. Porque si sigues con esta actitud, las cosas se van a complicar más de lo que ya están."
El ambiente en la habitación se tensó aún más mientras esperaba su respuesta, con Abe y Surge observando desde un lado, preparados para intervenir si era necesario.
Mientras Ripley retrocedía con evidente frustración, me acerqué más a Máximo. Al estar más cerca, no pude evitar notar cómo habían tratado sus heridas. Era claro que el joven había recibido atención médica intensiva: vendas cubrían gran parte de su torso, y su brazo izquierdo estaba completamente inmovilizado con un cabestrillo. Las marcas en su rostro, aunque en proceso de sanación, hablaban de golpes recientes y severos. Incluso su respiración parecía trabajosa, como si cada inhalación le costara un esfuerzo considerable.
Cass: (Así que así terminó después de esa pelea... brazos dislocados, huesos rotos, y quién sabe qué más. No me sorprende que este chico esté aquí en lugar de estar siendo interrogado en la estación. Pero aun así... ¿cómo llegó a esto exactamente?)
Máximo me miró con una mezcla de desafío y desdén, claramente poco dispuesto a cooperar. Me crucé de brazos, dejando que el peso de mi presencia lo empujara a hablar. Finalmente, soltó un resoplido y comenzó a hablar, aunque su tono era más de un niño quejándose que de alguien realmente herido.
Máximo: "Miren, yo solo estaba ahí, en un concierto que habían organizado en el auditorio. Estaba con mis colegas, ya saben, divirtiéndonos, haciendo bromas sobre los integrantes de la banda. Y para ser honesto, ¿quién no lo haría? No sonaban bien. Dije algunas cosas sobre la Triceratops y el Velociraptor. Unas pocas palabras, ya saben, nada del otro mundo. Incluso hice uno que otro comentario sobre la Ptero de color menta, porque bueno, se lo buscaba quedándose ahí más tiempo."
Hizo una pausa, como si esperara que alguien lo interrumpiera, pero solo le devolví una mirada fija, sin expresión.
Máximo: "Y entonces, de repente, el chico nuevo..., comenzó a insultarme. ¡Y no fueron solo insultos comunes, eh! Fueron... raciales.... Sí, raciales. Un montón de cosas horribles. Y luego, sin ninguna razón me miro con ese ojo rojo izquierdo...” (Cass: ...espera...) “...raro suyo y comenzó a golpearme. Literalmente, sin provocación alguna. Yo no quería lastimarlo, así que no hice nada. Me dejé ser. Porque, ya saben cómo son cuando un dino ataca a un humano, no quería que nadie dijera que había abusado de él."
Cass: (... ¿En serio? ¿Ese es el mejor intento que tienes para justificarte?)
Miré hacia Abe y Surge por el rabillo del ojo. Abe ya estaba rodando los ojos con una expresión de puro sarcasmo, mientras que Surge mantenía una sonrisa contenida, pero su mirada decía mucho más: no se creía ni una palabra.
Cass: "Así que... según tú, Máximo, solo estabas ahí, haciendo 'bromas inofensivas', y el chico nuevo te atacó sin motivo alguno. ¿Es eso lo que estás diciendo?"
Máximo asintió, como si su versión fuera la cosa más lógica del mundo. Pero su sonrisa confiada comenzó a desvanecerse al notar cómo mi expresión permanecía completamente incrédula.
Ripley, que hasta entonces había permanecido en silencio, soltó un gruñido bajo que resonó con intensidad en la habitación. No era solo irritación; estaba claramente enfurecido. Por su expresión, parecía no haber escuchado ni la mitad de lo que Máximo había dicho, al menos desde el momento en que mencionó a la Ptero de color menta.
Ripley: "Descríbela. La Ptero de color menta que mencionaste. Dime cómo era."
Máximo levantó una ceja, sorprendido por la pregunta, pero no perdió la oportunidad de burlarse, esbozando una sonrisa sarcástica mientras describía con evidente desdén.
Máximo: "Oh, claro. Cómo olvidarla. La chica subió al escenario vestida como si estuviera lista para un funeral gótico. Un top negro apretado que dejaba poco a la imaginación, unos jeans negros rasgados que gritaban ‘soy rebelde y no sé cómo vestirme’, un collar con una calavera, botas de aspecto militar que le quedaban enormes... y esa cresta... parecía más un perchero de punk barato que alguien que mereciera estar en un escenario."
Ripley cerró los ojos por un segundo, y cuando los abrió, su mirada estaba cargada de una furia contenida. Su mandíbula se tensó, y los músculos de su cuello se marcaron mientras su voz salía en un tono bajo, pero peligrosamente firme.
Ripley: "Cass, fuera. Llévate a Abe y Surge. Ahora."
El cambio en su tono me hizo saber que no era una sugerencia. Era una orden. Dudé por un segundo, pero la expresión en su rostro no dejaba lugar a discusión. Con un suspiro, hice un gesto hacia Abe y Surge, indicando que era hora de retirarnos.
Cass: "Está bien, Rip. Pero espero un informe detallado sobre qué decides hacer con este chico."
Ripley no respondió, su atención estaba fija en Máximo, quien parecía cada vez más nervioso. Nos dirigimos hacia la puerta, y justo cuando salimos y dimos unos pasos por el pasillo, un sonido seco resonó desde la habitación.
THUD
El sonido fue seguido por un quejido ahogado que era inconfundible.
Abe, que caminaba detrás de mí, levantó las cejas con interés mientras una sonrisa divertida se formaba en su rostro.
Abe: "Bueno... parece que alguien tocó un nervio."
Surge dejó escapar una pequeña risa, aunque mantuvo la compostura.
Surge: "Aunque bien merecido honestamente... creo que la ptero que menciono Máximo era la hija de Ripley, ya veo porque se molestó tanto por este caso."
Cass: (Ripley siempre ha tenido problemas con su temperamento. Esto no será la excepción. Pero si alguien necesitaba una dosis de realidad, era ese chico. Ahora... a ver cómo manejo esto cuando Rip mande su ‘informe’, lo más probable es que lo mande a la correccional de Reef City, aun no me sigue cayendo bien lo que ese ruso hace ahí con los que entran, aunque diga que es para mejor, es prácticamente una tortura.)
Me ajusté la chaqueta y, sin detenerme, saqué una botella de fernet de uno de los bolsillos internos. Quité la tapa con un movimiento rápido y di un largo trago, dejando que el sabor amargo calmara mis pensamientos mientras continuábamos por el pasillo.
Cass: "¿Notaron algo extraño sobre lo que dijo Máximo?"
Surge frunció el ceño, pensativo, pero negó con la cabeza.
Surge: "No estoy seguro... ¿A qué te refieres?"
Abe, en cambio, alzó una ceja mientras rascaba su mentón.
Abe: "¿Es por la mención del ojo? El comentario sobre el color rojo de este, ¿Cierto?"
Cass sonrió levemente y señaló a Abe con la botella.
Cass: "Bingo, Abe. Atinaste. Aunque puedas ser un gran dolor de cabeza, tienes buen oído."
Surge parpadeó, visiblemente confundido.
Surge: "¿Qué tiene de raro eso? ¿Un ojo rojo? No lo entiendo."
Suspire y tome otro trago antes de responder.
Cass: "Kross no tiene ningún ojo rojo. Y mucho menos el izquierdo. Cuando lo vimos hoy, su ojo derecho era azul, y el izquierdo... gris. Además, durante la pelea con Abe, no mostró ni un solo signo del uso o efectos de la resina, y si ese fuera el caso ambos ojos serian de color rojo, pero nada, siempre se mantuvo del mismo color. Así que, ¿de dónde demonios sacó Máximo eso del ojo rojo?"
El silencio cayó entre nosotros por un momento mientras Surge parecía procesar la información.
Surge: "Entonces... si no tiene un ojo rojo, y no usó la resina... ¿Qué pasó realmente ahí?"
Abe cruzó los brazos, su habitual tono relajado desapareció mientras miraba al suelo, perdido en sus pensamientos.
Abe: "Es extraño. Muy extraño. Pero no llego a nada, al menos no todavía."
Cass: "Exacto. Y es precisamente eso lo que me preocupa. Esto podría ser más grande que una simple pelea de estudiantes. Mucho más grande."
El eco de nuestras pisadas continuó resonando en el pasillo mientras avanzábamos hacia la salida del hospital. El aire nocturno esperaba afuera, y con él, el final de un día que había revelado más preguntas que respuestas.
Cass: (Esto apenas comienza. Pero algo me dice que Kross y esa pelea son solo la punta del iceberg.)
...
...
...
En algún lugar fuera de Volcadera Bluffs
El laboratorio seguía tan sombrío como siempre, pero esta vez, los pasillos vacíos parecían aún más opresivos. La penumbra era rota únicamente por el tenue resplandor de las luces de emergencia, que lanzaban un brillo pálido y enfermizo contra las paredes de hormigón. El eco de unos pasos lentos resonaba en el aire, acompañado por el leve pero constante sonido de un bastón golpeando el suelo.
La figura que caminaba por esos pasillos era inconfundible. El Dr. Samuel Richter, un hombre cuya sola presencia podía helar la sangre de quienes lo rodeaban, avanzaba cojeando, su expresión severa apenas disimulaba el cansancio y el resentimiento que lo corroían. Su cabello canoso estaba perfectamente peinado, un contraste irónico con el caos interno que claramente lo consumía.
En su mano derecha sostenía un bastón negro con una empuñadura metálica, su principal apoyo desde hacía semanas. Cada paso que daba era un recordatorio doloroso de lo que había perdido. La otra manga de su bata de laboratorio ondeaba vacía, colgando de su hombro, como un mudo recordatorio de su fracaso. El brazo que antes había comandado con autoridad y precisión en sus investigaciones ya no existía, un costo que había pagado caro.
Dr. Richter: (¿Cómo alguien como yo, alguien que lo tuvo todo, ha llegado a este punto? Un científico brillante, un líder... y ahora, un hombre que camina con un bastón y una bata vacía. Es un insulto.)
Su mente repasaba los eventos que lo llevaron hasta aquí, cada error, cada paso en falso que lo había convertido en una sombra de lo que alguna vez fue. Sin embargo, incluso en su debilidad, no había perdido su determinación. Había cosas que aún podía recuperar, cosas que aún podía hacer para demostrar que no estaba acabado.
Dr. Richter: (No tengo opción. Si fallo otra vez, no habrá un lugar al que pueda llamar refugio. Esta vez... no habrá margen para errores.)
El eco de sus pasos y del bastón resonaba en los pasillos desiertos mientras avanzaba hacia un objetivo desconocido. Pero una cosa estaba clara: algo se estaba moviendo en las sombras del laboratorio, y Richter estaba decidido a ser el autor del próximo capítulo en esa historia.
El Dr. Richter llegó finalmente a una puerta sellada, una estructura metálica imponente que parecía invulnerable al paso del tiempo. A un lado de la puerta, un panel numérico iluminaba tenuemente el pasillo oscuro. Sin dudar, introdujo la contraseña con precisión. Un sonido metálico y un leve chasquido anunciaron que los mecanismos de bloqueo se habían desactivado, y la puerta se deslizó hacia un lado con un ruido pesado y mecánico.
El interior de la sala estaba iluminado por una luz azulada que emanaba de varios tanques de contención alineados a lo largo de la habitación. Cada uno contenía un líquido transparente que burbujeaba ligeramente, y en su interior, siluetas humanoides flotaban en un inquietante estado de suspensión. Los tanques estaban etiquetados con códigos alfanuméricos o nombres simplificados, como "Prototipo Alpha" o "Sujeto X3". El aire estaba cargado con un aroma químico que se mezclaba con el zumbido constante de las máquinas que mantenían los tanques activos.
El eco de los pasos de Richter, acompañado por el golpe rítmico de su bastón, resonaba en el espacio, interrumpiendo el monótono zumbido de los equipos. La perturbación atrajo la atención de una figura que trabajaba en un monitor al otro extremo de la sala. La persona se giró, mostrando un rostro pálido con profundas bolsas bajo los ojos, un claro indicio de noches interminables de trabajo bajo presión.
???: "Dr. Richter, no esperaba verlo tan tarde." La voz, aunque cortés, tenía un tono de cansancio evidente.
Richter detuvo su avance, observando al individuo con su mirada fría y calculadora.
Dr. Richter: "Siempre es tarde cuando estás contra el tiempo, Dr. Everett."
El Dr. Everett, un especialista en bioingeniería y genética avanzada, se ajustó las gafas mientras intentaba mostrar una sonrisa que apenas ocultaba su agotamiento. Su bata estaba ligeramente arrugada, y sus movimientos eran mecánicos, como si la falta de descanso hubiera reducido su cuerpo a una simple máquina que trabajaba por inercia.
Dr. Everett: "Lo sé, doctor. Estamos haciendo todo lo posible para cumplir con las expectativas... aunque el margen de error es prácticamente inexistente."
Richter dejó escapar un sonido entre un suspiro y un gruñido mientras continuaba observando los tanques.
Dr. Richter: "No me interesan las excusas, Everett. Lo único que importa es el resultado. Espero que tu equipo entienda eso."
Dr. Everett asintió rápidamente, su mirada oscilando entre los tanques y Richter, claramente nervioso.
Dr. Everett: "Por supuesto, doctor. No se preocupe, todo estará listo a tiempo."
Richter no respondió de inmediato, sus ojos se fijaron en uno de los tanques, como si evaluara la viabilidad de lo que contenía.
El Dr. Richter dejó escapar un suspiro pesado, lleno de frustración, mientras sus ojos permanecían fijos en uno de los tanques frente a él. Su voz, cargada de una mezcla de desdén y expectación, rompió el silencio.
Dr. Richter: "Everett, dime... ¿cómo va el proceso? ¿Cómo va esta segunda y última oportunidad que el jefe nos dio?"
El Dr. Everett, que seguía ajustando parámetros en una consola cercana, levantó la vista, mostrando una expresión mezcla de cansancio y cautela.
Dr. Everett: "En su mayoría, estamos avanzando bien. Gracias a las muestras que quedaron de Código Acus... ya sabe, sangre de los exámenes diarios, pelos de su celda de contención, restos microscópicos que logramos recuperar tras su escape... todo parece estar funcionando. Los datos que dejó han sido invaluables para replicar y mejorar ciertos aspectos. Aunque..."
Richter levantó una mano para detenerlo, su ceño fruncido era una clara señal de que las explicaciones parciales no le interesaban.
Dr. Richter: "No quiero ‘peros’, Everett. Código Acus fue nuestra mejor creación, diez años de trabajo... arruinados por un imbécil que no pudo cumplir con su labor. ¿Sabes lo que significa eso para mí? Mi legado, mi reputación, todo puesto en jaque porque alguien no supo hacer su maldito trabajo."
El golpe de su bastón contra el suelo resonó en la sala, un gesto cargado de impotencia y rabia contenida. Everett asintió, compartiendo la misma sensación de descontento.
Dr. Everett: "Lo entiendo, doctor. Es... frustrante. Todo el esfuerzo invertido para crear una herramienta perfecta, capaz de rivalizar incluso con híbridos de clasificación alta, desperdiciado. Aún peor, ni siquiera hemos podido encontrar su paradero. Es como si hubiera desaparecido de la faz de la Tierra. Ni una pista. Nada."
Richter apretó los labios, su mirada volviéndose aún más dura mientras sus ojos recorrían los tanques alineados.
Dr. Richter: "Y mientras tanto, estamos aquí, mendigando tiempo. La realidad es que, si no cumplimos con esta última oportunidad, no solo será el fin de este proyecto... será el fin de todos nosotros."
Everett asintió en silencio, el peso de las palabras de Richter cayendo sobre él como una carga adicional.
El Dr. Richter se detuvo frente a una de las cápsulas, observando detenidamente el líquido burbujeante que contenía una figura humanoide. Aunque incompleta, el prototipo gamma mostraba un desarrollo avanzado en comparación con las otras cápsulas alineadas a su alrededor. Richter levantó una ceja, intrigado.
Dr. Richter: "Everett, este de aquí..." señaló con su bastón hacia la cápsula. "...'Prototipo gamma’. De todas estas... cosas, parece ser el más completo. ¿Cuánto tiempo crees que tomará antes de que esté listo?"
Everett se acercó, ajustando algunos controles en la consola junto a la cápsula. Miró las lecturas por un momento antes de responder, su tono mostrando una mezcla de cansancio y profesionalismo.
Dr. Everett: "Si seguimos el ritmo actual, estimaría de dos a tres semanas, como máximo. Pero eso es solo para tenerlo funcional. Después de eso, necesitamos hacer las pruebas necesarias: capacidades físicas, resistencia, pruebas de control... ya sabe, asegurarnos de que no nos desobedezca como lo hizo Código Acus."
Richter soltó un leve gruñido, entre irritado y pensativo, mientras sus dedos tamborileaban sobre el mango de su bastón.
Dr. Richter: "Dos o tres semanas... aún es demasiado tiempo. Pero si esto funciona, si este prototipo resulta ser lo que necesitamos..." Su voz se apagó mientras contemplaba las posibilidades.
De repente, un sonido interrumpió el momento. Un agudo bip provino de una tableta que Richter llevaba en un bolsillo interno de su bata. Frunció el ceño, sacándola con movimientos lentos y cautelosos. Mientras revisaba la notificación, una sonrisa comenzó a formarse en su rostro, seguida de una risa baja y contenida que resonó en la sala.
Everett, que había estado observando el prototipo, levantó la vista al escuchar el sonido inusual.
Dr. Everett: "¿Qué es lo que le causa tanta gracia, doctor? No es común verlo... de buen humor."
Richter no respondió de inmediato. Sus ojos permanecieron fijos en la pantalla de la tableta, como si el mensaje en ella fuera la respuesta a todos sus problemas.
Dr. Richter: "Oh, Everett... Esto... esto podría cambiarlo todo."
Everett entrecerró los ojos, desconcertado pero intrigado. El Dr. Richter bajó la tableta lentamente, su sonrisa ampliándose mientras procesaba el contenido del mensaje. Everett, aún intrigado, dio un paso hacia él, cruzándose de brazos con una mezcla de curiosidad y sospecha.
Dr. Everett: "¿Qué es lo que le llegó, doctor? Parece que encontró la clave para algo importante."
Dr. Richter: "Oh, Everett... es más que importante. Es... prometedor. El jefe no solo nos dio una última oportunidad para redimirnos, sino que también tomó medidas adicionales para asegurarse de que no desperdiciemos todo lo que hicimos con Código Acus."
Everett ladeó la cabeza, frunciendo el ceño.
Dr. Everett: "¿Medidas adicionales? ¿De qué está hablando?"
Richter alzó la tableta ligeramente.
Dr. Richter: "Se aseguraron de contratar a personas que puedan proveernos información sobre posibles avistamientos de Código Acus. Personas discretas y confiables, según dicen. Este mensaje es uno de esos informes preliminares."
Everett se acercó un poco más, mirando la pantalla, aunque Richter no se la mostró del todo.
Dr. Richter: "No hay nombres específicos ni direcciones. Solo una ciudad: Volcadera Bluffs. El mensaje es un pre-informe policial, que pudieron obtener. Al parecer, un ‘humano’ mandó a un Carcharodontosaurus al hospital en donde dicen las heridas del dino, lo cual tiene poco sentido comparando a los dos sujetos. Es poco, lo admito, pero es justo lo que necesitábamos. Si esta información proviene de los contactos del jefe, podemos confiar en ella. Además, según el mensaje, en aproximadamente una semana, quizás un poco más, tendrán datos más concretos sobre dónde ocurrió esto exactamente."
Everett dejó escapar un suspiro mientras se pasaba una mano por el rostro.
Dr. Everett: "Volcadera Bluffs... Eso es mucho más de lo que tuvimos en semanas. Pero, ¿y si no es él? ¿Y si estamos perdiendo el tiempo con una falsa alarma? Todo lo que hicimos se basó en su perfección... y ahora todo depende de encontrarlo de nuevo. Esto no es sostenible."
Richter apretó los labios, su semblante endureciéndose.
Dr. Richter: "No podemos permitirnos esa mentalidad, Everett. Esto es lo más cercano que hemos estado de recuperar lo que perdimos. Además..." Giró su mirada hacia la cápsula etiquetada como "Prototipo Gamma". "Si este prototipo funciona como esperamos, no importará. Haremos una prueba de campo para comprobar si estas 'cosas' cumplen su cometido."
Everett siguió la mirada de Richter, fijándose en el humanoide incompleto en el tanque.
Dr. Richter: "Y eso me lleva a ti, Everett. Necesito que aceleres el desarrollo de Prototipo Gamma. Como máximo, tienes dos semanas para que esté totalmente funcional. Debemos realizar todas las pruebas necesarias para que esté listo para la misión."
Everett levantó ambas manos en un gesto de protesta.
Dr. Everett: "¿Dos semanas? ¡Doctor, es demasiado poco tiempo! Las pruebas de control por sí solas son un proceso que no podemos apresurar. Si algo falla—"
Richter golpeó el suelo con su bastón, cortándolo en seco.
Dr. Richter: "No estoy pidiendo tu opinión, Everett. Estoy dándote una orden. Dos semanas. Si este prototipo no está listo para entonces, será tu cabeza la que esté en juego, y no la mía."
El tono helado de Richter no dejaba lugar a discusión. Everett asintió, aunque su expresión mostraba su claro descontento.
Dr. Everett: "Entendido... Haré lo que pueda. Pero si reducimos el tiempo, eso mermará significativamente la fuerza de Prototipo Gamma. Aunque podría ser comparable a un AL o un AC de nivel bajo en términos de fuerza, no tendrá la misma regeneración que tiene código Acus, no será tan eficiente como debería. Lo más probable es que, para tenerlo listo en menos de dos semanas, tengamos que pasar por alto las pruebas de fuerza y resistencia. Además, será necesario usar resina para garantizar el control total sobre el prototipo."
Richter se quedó en silencio unos segundos, su mirada fija en la cápsula como si estuviera evaluando cada posibilidad.
Dr. Richter: "Haremos lo que sea necesario. El control es nuestra prioridad absoluta. Sin él, Gamma sería inútil. En cuanto a su fuerza... no importa si no alcanza el máximo potencial. Lo que importa es que cumpla su propósito. Además, esto será una excelente prueba para las demás... cosas que tenemos acá."
Everett lo observó, esperando más detalles, mientras Richter golpeaba ligeramente el suelo con su bastón.
Dr. Richter: "Prototipo Gamma no está aquí para ser perfecto. Está aquí para traer de vuelta a Código Acus, sin importar cómo ni a qué costo, un excelente experimento de campo. Esa es su misión, y si cumple con eso, todo lo demás es secundario. Deberas colocarle sensores para comprobar sus signos vitales cuando vaya en busca de código Acus para comprobar si cumplió o no."
El eco de sus palabras llenó la sala, reverberando entre las paredes de hormigón reforzado y los tanques de contención que parecían observar en un silencio espectral. Ambos hombres permanecían inmóviles, como si el peso de su decisión anclara sus cuerpos al suelo. La fría luz de las cápsulas danzaba en sus rostros, proyectando sombras irregulares que acentuaban la gravedad de su misión. Cada respiración parecía resonar con un propósito más profundo, un recordatorio de que, en ese lugar, no había margen para el fracaso.
Fin del capitulo 4.
Notes:
Ok, con eso el cuarto capitulo, fue verlo, reescribirlo, cambiarlo, borrarle cosas, etc. Quise que Kross hablara por lo menos con Spears y su tía Fang, que se desahogara contando todo, o por lo menos un buen resumen de lo que le paso eh hicieron, 10 años de estar encerrado para ser una herramienta, le quería dar un lugar a mi muchacho, donde pudiera dormir tranquilo, un hogar y se saco la lotería.
Y esta cosa de capitulo me costo escribirlo porque no sabia como ponerlo, la parte del hospital y la final era un poco mas fácil porque lo tenia planeado, lo que puedo comentar acerca del laboratorio, es que desde que Kross dejo el recinto, ninguno de ahí tuvo tiempo de descansar, y aprovecharon todo lo que tenían para hacer "algo" que contentara al jefe.
El siguiente capitulo será mas tranquilo, será el resto de la semana en la escuela, donde a Kross le pasaran cosas, y conocerá gente...dinos mejor dicho.
Aun sigo pensando en escenas con el dúo de detectives y surge, mas que nada una escena con surge mostrando que puede hacer, y una con los 3.
Curiosidades.
1.- Hasta el momento ni Blue, ni Red han usado todo lo que tienen por separado, aunque mandaron a un dino a un hospital (que creo que la clasificación del joven máximo seria un RA...creo), por lo que puse en el capitulo, le tocara ponerse serio y estoy decidiéndome, si poner a Red o Blue.
2.- El acrónimo de código ACUS, al principio era ACUE: Amenaza Completa. Unidad. Evolutiva. debido a que los científicos querían que Kross por cada ves que peleaba siguiera mejorando....Pero no me gusto como sonaba ACUE, y me decante por ACUS.... y que significa la "S"... tenia pensado muchos, sobresaliente, supremacista(top3), segadora (top2) pero al final me decante por singular, asi que seria Amenaza Completa. Unidad Singular.
3.- En la selección de con quien iba a quedarse kross tenia 2 opciones, Iadakan y Spears. me decante por el cavernicola por mero gusto y porque quería escribir algo con Volcano y no con St.Hammond.... Talvez después de este.
Espero que les haya gustado, además que espero que los guiños tanto a la historia del ruso, como el uso de cierta resina de tonalidades amarillas. Tocan los agradecimientos SrSenior (deje de pensar tanto que por lo menos le atinaste como a 2 cosas que quiero hacer a fututo), a Dardragun707 (Tratare de seguir haciendo las escenas de peleas asi, para que se puedan visualizar bien) y patata (aguante la supremacía chilena) y al resto que llega hasta aqui y dejan sus comentarios.
Hasta entonces, que tengan buen día, buena tarde o buenas noches. :]
Chapter 5: Primera semana.
Summary:
Primera semana escolar de Kross, sin contar el lunes. Veamos como le va.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
El sueño que finalmente había encontrado fue reparador, pero una suave sacudida me despertó. Abrí los ojos lentamente, parpadeando un par de veces antes de notar a Tía Fang inclinada junto a la cama con una cálida sonrisa en el rostro.
Tía Fang: "Buenos días, Kross. Es hora de levantarse. El desayuno está casi listo."
Su voz era amable, llena de esa calidez que siempre lograba hacerme sentir en casa.
Kross[B]: "Buenos días... ya me levanto."
Ella asintió con una sonrisa antes de salir de la habitación, dejándome solo para prepararme para el día.
Minutos después, bajé las escaleras, siguiendo el aroma del desayuno. En la mesa, Tía Fang me esperaba con un plato de comida sencillo pero cálido. Me senté frente a ella, y comenzamos a comer.
Tía Fang: "¿Cómo dormiste?"
Kross[B]: "Bien... creo que fue la primera vez en mucho tiempo que dormí tranquilo. Gracias."
Ella asintió, su expresión reflejando alivio. Aunque me extraño verla solo a ella.
Kross[B]: "¿Y... tío Spears? No lo he visto."
Tía Fang: "Tu tío tuvo que salir temprano. Tenía cosas importantes que atender en la escuela. No quiso despertarte porque sabía que necesitabas descansar. Pero me pidió que te recordara pasar por su oficina en cuanto llegues."
Asentí, saboreando el desayuno y dejando que el silencio cálido llenara el espacio entre nosotros. Cuando terminé de comer, me levanté para recoger los platos.
Kross[B]: "Gracias por el desayuno, Tía Fang. Creo que ya me tengo que ir, no quiero hacer esperar al... tío Spears."
Cuando estaba a punto de salir, sentí sus brazos rodeándome por detrás.
Tía Fang: "Espera."
Me quedé inmóvil mientras ella me abrazaba con fuerza.
Tía Fang: "Kross... recuerda que no importa lo que pase, no estás solo. Estamos aquí para ti, tu tío y yo. Siempre."
Sus palabras me golpearon con un calor inesperado.
Kross[B]: "Gracias... lo recordaré."
Con una última mirada hacia ella, salí de la casa, sintiendo el peso en mi pecho un poco más ligero.
Mientras caminaba hacia la escuela, el aire fresco de la mañana me ayudaba a despejar la mente. El primer día que Spears me llevó en auto, presté atención al camino, memorizando cada giro y calle. Ahora, gracias a eso, podía llegar sin problemas por mi cuenta.
Red: (Ayer fue un desastre, pero… ¿te diste cuenta? …No nos rechazaron. A pesar de todo lo que dijimos, ellos nos aceptaron.)
Blue: (Sí. Es extraño... pero reconfortante. Aunque sigue siendo difícil de creer, no sé cómo manejar eso.)
Red: (Yo tampoco. Pero, oye, al menos sabemos que no estamos completamente solos.)
Blue: (Por primera vez en años... no lo estamos Red.)
El peso de sus palabras llenó mi mente mientras seguía avanzando. Pero no tuve mucho tiempo para reflexionar, porque en cuanto llegué a las cercanías de la escuela, algo llamó mi atención.
Aunque no había muchos estudiantes afuera, todos tenían algo en común: sus ojos estaban fijos en mí. Sus murmullos no eran sutiles, y las palabras "auditorio" y "hospital" flotaban en el aire como un eco persistente.
No dije nada. No hice nada. Solo caminé hacia las escaleras, manteniendo mi mirada al frente.
Red: (Que sorpresa. Que hablen todo lo que quieran. No vale la pena perder el tiempo con ellos.)
Blue: (Exacto. Si no les das atención, eventualmente se cansarán. Mejor así. Lo último que necesitamos es otra pelea.)
Al entrar en la escuela, el bullicio exterior se apagó. El interior estaba tranquilo en comparación, pero había un problema: no tenía muy claro dónde estaba la oficina de Spears. La última vez, esa parasaurio habladora no dejó de balbucear ni un minuto durante el camino, además que aún me molestaba que actuara tan falsamente... los demás no se dan cuenta o que, lo que más recuerdo es seguirla en piloto automático. Ahora, me encontraba caminando por los pasillos, tratando de recordar alguna pista.
Red: (No puedo creer que no recordemos dónde está. Culpo de todo a ese melocotón con patas.)
Blue: (No pasa nada... pero es verdad ¿Quién podría concentrarse con esa chica hablando sin parar?)
Mientras me debatía entre girar a la izquierda o la derecha, un Velociraptor de color rosado pasó a mi lado. Su andar relajado contrastaba con el aroma químico que parecía emanar de su cuerpo, algo que no podía ignorar. Se detuvo al verme vacilar y me dirigió la palabra con un tono despreocupado.
Velociraptor: "¿Buscas algo, bro? La oficina del director está por esos pasillos, a la derecha. No te puedes perder."
Blue: (¿Cómo lo...?)
Red: (No importa.)
Asentí rápidamente.
Kross[B]: "Gracias."
Sin decir nada más, me dirigí hacia donde me indicó, pero no pasaron muchos segundos antes de que empezara a pensar sobre si había visto o no a ese Velociraptor.
Red: (Espera un segundo ¿Cómo supo?... Ese tipo... ¡es el baterista del concierto! ¿Lo recuerdas?)
Blue: (Ah, claro. El Velociraptor. Aunque... huele muy fuerte a químicos, que mierda se meterá para quedar así. Qué desagradable.... Y te repito, Red. No conseguirás lo que fuma o se mete.)
Red: (Aguafiestas... solo es para ver si tiene efecto en nosotros...)
Blue: (Aunque hiciera efecto, solo nos molestaría a lo mucho unos minutos, la regeneración se encargaría de limpiar nuestro cuerpo.)
Continué mi camino, agradecido por las indicaciones que nos dio el baterista, no me sorprende que este tranquilo, no escuchamos absolutamente nada relacionado con su banda... solo lo que paso en el auditorio...
Caminando hacia la oficina, el pasillo estaba tranquilo... al menos hasta que vi al melocotón con patas, Naomi, parada frente a la puerta. Estaba discutiendo con una Triceratops púrpura que, si no me fallaba la memoria, también estuvo en el desastre del concierto.
Red: (Genial, nuestro día mejora... ahí está la reina del azucarada, porque mierda esta acá.)
Blue: (Presidenta del consejo.)
Red: (Cierto... pero ¿y la otra? ¿Por qué está aquí? ...sabes no me interesa.)
A ninguno nos interesaba lo más mínimo averiguarlo. Ambas hablaban en un tono elevado, aunque no tan fuerte como para entender de qué se trataba su discusión, algo de ‘mercancía’ y ‘permisos’. Solo sé que no tenía nada que ver conmigo, así que intenté pasar de largo.
Sin embargo, la Triceratops hizo un movimiento brusco y terminó chocando conmigo. Me miró con un gesto de desprecio antes de soltar un insulto.
Triceratops: "¡Mira por dónde caminas, maldito skinnie!"
Me detuve un segundo, no porque me importara lo que dijera, sino por costumbre.
Red: (...será esta la razón de porque no usaron a Triceratops en nosotros... además ¿qué mierda le pasa? Estará en sus días o algo...)
Blue: (... ¿sabes qué? Que se joda un poco.)
Giré levemente la cabeza hacia ella, mi tono neutro, pero con un filo suficiente para cortarla sin que lo entendiera.
Kross[B]: "Vaya, qué sorpresa. Una reina del drama con cuernos que no puede caminar sin atropellar a alguien. ¿Qué fue? ¿Tu ego necesita más espacio que tú para pasar?"
Hice una pausa breve, observando cómo su expresión pasaba de ceño fruncido a una furia evidente. Su piel púrpura parecía intensificarse, como si estuviera a punto de volverse roja por el enojo. Podía ver cómo apretaba los dientes, su mandíbula tensa como si estuviera buscando las palabras adecuadas para disparar de vuelta.
Red: (¿La hicimos explotar? ¿O esto es su estado natural?)
Blue: (No importa. Con un poco de suerte, se queda sin aire antes de decir algo coherente.)
Kross[B]: "No te preocupes, no todos pueden tener la gracia de moverse sin parecer una estampida. Aunque claro, con esa actitud y esos cuernos, supongo que intimidar es lo único que haces bien. Felicidades por eso, supongo."
Su boca se abrió, claramente a punto de soltar algo, pero antes de que pudiera reaccionar, giré hacia la puerta del director y toqué con firmeza un par de veces, para que Spears respondiera.
Spears: "Adelante."
Sin prestarle más atención, empujé la puerta para entrar, pero no antes de lanzarle una última mirada neutral a la Triceratops.
Kross[B]: "Oye Naomi, tenemos que hablar luego ¿Okay?, Nos vemos luego melocotón."
Finalmente, dirigí un pequeño asentimiento hacia Naomi, pero noté cómo sus ojos se agrandaron ligeramente, una pequeña sorpresa reflejada en su rostro ante el sobrenombre. Después, correspondió con un asentimiento casi automático, aunque parecía procesar lo que acababa de decir.
Entré en la oficina y cerré la puerta tras de mí. Spears estaba sentado detrás de su escritorio, su ceño serio y los brazos cruzados sobre el pecho.
Spears: "¿Qué fue todo eso afuera, Kross? Podía escuchar sus comentarios desde aquí."
Me detuve en seco, pero rápidamente incliné la cabeza con una disculpa sincera.
Kross[B]: "Mis disculpas, director."
Por un momento, el gran hombre pareció considerar mis palabras, pero finalmente suspiró, relajando su postura, pero manteniendo su mirada seria.
Spears: "Está bien, lo dejaré pasar esta vez. Pero presta atención, Kross. No puedes permitirte este tipo de cosas. Aún más considerando lo que te ocurrió ayer."
Asentí en silencio mientras él cambiaba de tema.
Spears: "Ahora, pasemos a los asuntos importantes. Naomi vino a verme antes y me hizo una recomendación sobre tus materias optativas. Propuso que te inscribas en música."
Red: (¿Música? ¿Ella no tiene otra cosa que hacer que estar pendiente de nosotros?)
Blue: (Es... inesperado. Pero supongo que puede servir para relajarnos. Mejor que escucharla hablar sin parar.)
Kross[B]: "Como sea. No importa realmente la materia. Tal vez llegue a tocar algo... o me sirva como un pasatiempo."
Spears sonrió ligeramente ante mi comentario, pero la expresión desapareció rápidamente, su rostro volviendo a ponerse serio.
Spears: "Sobre lo ocurrido en el auditorio... Esto no puede simplemente quedar así, Kross. La detective Cass se contactó conmigo esta mañana, razón del porque no pude ir contigo al instituto, me dio un resumen de la situación. Me informó que el joven Máximo será trasladado a Reef City. Por algo que ocurrió con el comisario Ripley, no se presentarán cargos y este asunto no irá más lejos. Pero eso no significa que todo esté bien."
Sentí el peso de sus palabras caer sobre mí. Aunque su tono no era severo, había una clara expectativa en su voz, como si quisiera que entendiera la magnitud de lo que había hecho.
Spears: "Dicho esto, no puedo dejar este incidente sin consecuencias. Podría haberte enviado directamente a detención por varios días, incluso suspenderte..., pero creo que hay una mejor manera de que aprendas algo de esto. Quiero que uses tus habilidades, esas que quedaron muy claras en todo lo que pasó, para algo positivo."
Fruncí levemente el ceño, esperando que continuara.
Spears: "Hay un programa de castigos en la escuela. Los estudiantes que tienen problemas con la conducta dedican los fines de semana a ayudar en el club de jardinería. Es una tarea física, algo que no será un problema para alguien como tú, pero que también requiere paciencia y dedicación. Quiero que te unas a ellos. Durante todo el semestre, tu responsabilidad será ayudar al club, sin excusas y sin fallar."
Red: (¿Club de jardinería? ¿En serio? ¿Esto cuenta como trabajo infantil?)
Blue: (Es lo mejor que podríamos haber esperado. Después de todo, nos hemos enfrentado a cosas mucho peores que flores y plantas. Además, se nota que Spears hizo esto por nosotros.)
Asentí, manteniendo un tono neutral.
Kross[B]: "Entendido director. No habrá problemas."
Spears asintió con aprobación, aunque todavía mantenía su mirada seria.
Spears: "Espero que cumplas con esto, Kross. No quiero verte envuelto en problemas pronto. ¿Quedó claro hijo?"
Kross[B]: "Clarísimo como el agua."
Spears: "Está bien, Kross. No llegues tarde a clase. Nos veremos más tarde."
Me levanté de la silla, listo para salir, pero antes de irme, Spears añadió, casi con el mismo tono de la Tía Fang al despedirme esa mañana:
Spears: "Recuerda lo que hablamos ayer. Aprovecha esta oportunidad, ¿de acuerdo?"
Kross[B]: "Sí, lo haré. Gracias."
Salí del despacho de Spears, cerrando la puerta con suavidad, y me dirigí hacia mi aula.
El día transcurrió tranquilo. Las clases fueron fáciles de manejar. Matemáticas no me representaron un desafío, todo era demasiado simple, solo memorice las fórmulas y las aplicaba. En Historia, prácticamente ya memorizaba medio libro, solo tenía que repasar algunos puntos y el resto del libro en clase. En Biología, no había nada nuevo que no pudiera asimilar rápidamente. Lo que realmente me importaba en ese momento era una única cosa: El Almuerzo.
A pesar de la calma aparente, a penas puse un pie dentro de la cafetería los murmullos sobre mi presencia comenzaron sin previo aviso hasta escuchaba rumores nuevos. Decidimos concentramos para captar mejor lo que hablaban mientras conseguíamos nuestro almuerzo.
???: "¿Viste lo que pasó en el auditorio? Ese tipo estuvo punto de matarlo."
???: “Como un Skinnie pudo hacer mandado a Máximo al hospital.”
???: "Escuché que lo hizo por venganza, todo por una vieja deuda."
???: “Yo escuche que el humano participa en un club de pelea ilegal y por eso pudo hacerle eso.”
???: "Eso debe haber sido una locura, ¿quién se imagina algo así en la escuela?"
Red: (Se nota que no tienen nada mejor que hacer. Y esos rumores de venganza o el club de pelea...que idiotas.)
Blue: (Solo tomemos la comida, así estaremos al 100% para el resto del día.)
No les di mucha importancia, era mejor ignorarlos completamente. Simplemente tomé mi comida gracias a la tarjeta de almuerzo que me proporcionaron y busqué una mesa tranquila, apartado del bullicio, para comer en paz.
Aunque no me detenía en escuchar lo que decían de mí, algunos rumores eran interesantes y otros demasiado locos para ser ciertos, aunque solo había una cosa que me molestaba en verdad, las miradas, como si fuera un puto espectáculo, una burla..., aunque debo admitir que, entre todas, había algunas que me llamaron la atención.
Algunas de preocupación, como las que percibí por el rabillo del ojo, provenientes de la Anquilosaurio naranja y la Stegosaurio verde, me pregunto porque me miraran así. Otros ojos parecían más curiosos, como los de una Dino albina que se encontraba en una mesa lejana, a su lado había una Dino amarilla que parecía verme bastante molesta, junto a ellas otra dino naranja más alta que las dos anteriores que miraba a.…miraba...
Red: (¿A dónde mierda mira?)
Blue: (Curioso cómo tiene los ojos, será alguna condición creo yo.)
Mientras comía, de la nada sentí una extraña incomodidad. Un escalofrío recorrió mi espalda, como si algo no estuviera bien. La sensación de que tenía que salir de allí era casi palpable, como si algo estuviera a punto de pasar. Y justo cuando menos lo esperaba, escuché un chillido.
La sucralosa, Naomi, acompañada de Naser, se acercó a nuestra mesa, sonriendo tan falsamente como puede.
Red: (Dime que me estoy equivocado y que no se atrev-.)
Naomi: "¡Oye, Kross! ¿Podemos sentarnos aquí contigo?"
Blue: (...carajo...)
Kross[B]: “Claro, acomódense donde quieran” dije esto con un tono neutral, escondiendo mi molestia por su presencia.
Ambos se sentaron, Naomi acomodándose con una sonrisa que parecía querer iluminar toda la cafetería. Sin embargo, mi atención se desvió rápidamente hacia Naser. A diferencia de Naomi, su expresión era completamente diferente. Algo en sus ojos y su postura me llamó la atención. Parecía... angustiado, como si algo lo estuviera carcomiendo por dentro.
Aunque normalmente habría preferido ignorarlos a ambos, algo en la forma en que Naser miraba hacia la mesa, sin levantar la vista, me hizo hablar primero.
Kross[B]: "¿Qué te pasa, Naser? Pareces... preocupado."
Al escuchar mi pregunta, Naser levantó la vista ligeramente, pero su mirada seguía cargada de dudas. Le costaba hablar, sus palabras vacilaban como si no supiera cómo empezar.
Naser: "Es mi hermana... bueno, hermane. Siempre estamos peleando, ¿sabes? Elle pasa gritándome que no me meta en sus cosas. Pero esta vez... fue diferente. Su cara decía que algo no estaba bien, y desde que llegó ayer a casa no me ha gritado ni insultado. Ni siquiera me mira. No sé qué pasó, pero siento que algo está mal."
Su voz era baja, casi un susurro, como si no quisiera que Naomi escuchara demasiado. Pero algo más salió de sus labios, algo que dejó en claro que su inquietud no era solo por su hermana.
Naser: "Y tú... He escuchado cosas sobre ti, Kross. Cosas de ese día en el auditorio. No sé qué creer. Pero si puedes, por favor, dime qué pasó. Necesito saberlo."
Red: (Démosle un resumen.)
Blue: (Sera lo mejor.)
Kross[B]: "Te seré honesto, Naser. Te diré lo que paso, además de mi opinión de cómo fue el concierto, y me disculpo si algo de lo que digo te suena mal."
Naser asintió lentamente, aunque su expresión mostraba cierta cautela. Naomi, por otro lado, parecía completamente incómoda, como si no quisiera estar en medio de esa conversación. Decidí ignorarla por completo y continuar.
Kross[B]: "El concierto fue un desastre. La idea de los dos bajos fue pésima, se escuchaba como si las notas se estuvieran golpeando entre ellas."
El ceño de Naser se frunció al instante, su enojo evidente. Lo ignoré y seguí, aunque su reacción no pasó desapercibida.
Kross[B]: "Los insultos hacia la banda comenzaron casi de inmediato. Uno a uno, los integrantes se fueron retirando. Excepto la ptero, que se quedó un rato más. Pero entonces, un idiota en el público decidió llevarlo demasiado lejos. Gritó algo que..."
Naser: "¿Qué mierda dijo ese tipo?"
Lo miré directo a los ojos mientras citaba las palabras.
Kross[B]: "'Nadie en el mundo se quisiera tirar a una zorra como tú.', sus palabras, no mías."
El golpe resonó en la mesa. Naser había descargado su furia golpeándola con el puño cerrado.
Naser: "¡Voy a buscar a ese malnacido y le daré una golpiza que no olvidará!"
Naomi, alarmada, trató de calmarlo.
Naomi: "¡Naser, para! No es el momento para esto."
Sin embargo, con un gesto, le indiqué que se detuviera.
Kross[B]: "No hace falta que te preocupes por él. Será imposible que lo encuentres."
Naser: "¿Qué? ¿Por qué dices eso?"
Lo miré con calma, aunque sabía que mis palabras le caerían como una roca.
Kross[B]: "Primero, porque está en el hospital. Y segundo, porque probablemente lo transfieran a otro lugar muy pronto."
Los ojos de Naser se abrieron de par en par, sorprendido por lo que acababa de escuchar.
Naser: "¿Entonces los rumores son ciertos? ¿De verdad tú...? ¿Estaba tan mal como dicen?"
Pude ver cómo trataba de procesar todo, sin palabras, mientras Naomi se encogía un poco en su asiento, claramente incómoda con la dirección que había tomado la conversación. Es mejor hacer creer a Naser que no escalo tanto, para aligerar el peso esta charla...y que no se cuestione mucho las cosas.
Red: (Blue... has lo tuyo.)
Blue: (Ningún problema.)
Kross[B]: "Mira, Naser. Sé que has escuchando cosas, los distintos rumores que circulan, y sí, te preocupa, pero deja que te lo aclare. Es un 50/50. Sí, pasó algo, pero no es lo que están diciendo. Sabes que sé defenderme, ¿recuerdas el codazo de que te di ayer? Seguro dolió un poco, pero no te dejó en el suelo ni mucho menos, ¿verdad?"
Naser asintió lentamente, aunque todavía parecía algo tenso.
Kross[B]: "Eso es lo que pasó en el auditorio. Deje que el tipo me golpeara un poco para así sea algo justificado, luego pude reaccionar rápido gracias a que se confió, usé movimientos precisos. A simple vista puede parecer algo fuerte, pero te aseguro que fue más visual que efectivo. ¿Me sigues? Golpes en los lugares correctos para frenar el problema, no para empeorarlo. Por eso estoy aquí y no en una celda. ¿No crees que, si hubiera sido tan grave, ya estarían involucrando a medio mundo?"
Mi tono era calmado, las palabras cuidadosamente medidas para transmitir confianza, casi como si lo estuviera guiando a mi conclusión.
Kross[B]: "Máximo está en el hospital, claro, pero piensa. ¿Quién sabe cuánto tiempo llevaba haciéndose el duro? A veces, los tipos como él solo necesitan un pequeño empujón para que se caiga toda la fachada."
Hice una pausa, dejando que procesara mis palabras.
Red: (Excelente manejo. Está enganchado, ya lo tienes.)
Blue: (Es pan comido, además solo llevamos conociendo a este tipo un día y ya lo podemos manejar así de fácil. Relájate.)
Naser pareció exhalar, su expresión suavizándose mientras asimilaba mi explicación.
Kross[B]: "¿Ves? No fue la gran cosa. Así que deja de preocuparte. Yo estoy bien, y si Máximo no está jugando a hacerse la víctima, él también estará bien pronto. Y lo mejor es que por esta disputa ya no estará acá para molestar."
Me apoyé contra la mesa, terminando mi almuerzo con calma mientras él asimilaba todo. Sus ojos mostraban una mezcla de alivio e incertidumbre, pero era suficiente.
Red: (Es hora de cambiar el tema. Ahora es el momento perfecto.)
Blue: (Sí. El melocotón tiene que hablar. Vamos.)
Me giré hacia Naomi, que seguía observando la interacción con una mezcla de interés y nerviosismo.
Kross[B]: "Naomi, ¿te importa si hablamos un momento? Algo sobre las materias... ya sabes, la optativa de música."
Sus ojos brillaron, y su energía habitual volvió de inmediato.
Naomi: "¿Hablar? Claro que sí, Kross. ¿Ahora mismo?"
Asentí, manteniendo mi tono calmado.
Kross[B]: "Sí, ahora estaría bien. Tal vez en los jardines, así evitamos los murmullos. Quiero que podamos hablar sin interrupciones."
Ella pareció encantada con la idea, asintiendo rápidamente.
Naomi: "¡Perfecto! Vamos."
Me levanté de la mesa, dándole a Naser un leve gesto de despedida.
Kross[B]: "Nos vemos luego, Naser. Relájate un poco."
Él asintió, todavía procesando, mientras Naomi y yo nos dirigíamos hacia los jardines. Al salir, sentí cómo el ambiente más tranquilo me ayudaba a organizar mis pensamientos.
Era hora de averiguar qué más sabía el melocotón y, de paso, tantear sus intenciones. Nos dirigimos a una parte tranquila de los jardines, lo suficientemente alejada para que nadie pudiera escuchar, pero no tanto como para levantar sospechas en Naomi. Mientras caminábamos, ella comenzó a hablar con su habitual tono empalagoso.
Naomi: "Entonces, Kross, dime, ¿qué problema tienes? ¿Necesitas ayuda, algún consejo? Ya sabes que siempre puedes contar conmigo. Estoy aquí para lo que necesites..."
La interrumpí, mi tono era más firme y frio de lo habitual.
Kross[B]: "Naomi, detén la fachada, no vale la pena."
Su sonrisa vaciló un instante antes de volver a su rostro.
Naomi: "¿Fachada? No sé de qué hablas. Solo intento ayudarte, de verdad."
Red: (¿En serio va a fingir hasta el final?)
Kross[B]: "En serio, deja de actuar. Sabes exactamente a qué me refiero melocotón."
Ella negó de nuevo, ahora con un tono más forzado.
Naomi: "¿Actuar? ¿Por qué dices eso? Soy así siempre, solo quiero ayudarte con tus problemas."
Blue: (¿Quiere que se lo dibujemos o qué?)
Solté un suspiro y la miré directamente a los ojos, acortando un poco la distancia entre ambos.
Kross[B]: "No, Naomi. Deja de fingir. Corta ya esa mierda con una sonrisa falsa y esa actitud de niña buena. Sabes perfectamente que lo que le dije a Naser era mentira, eres la presidente del consejo deberías saber ese tipo de cosas. Sabes que ahora mismo es un milagro que esté aquí hablando contigo, y también sabes que Máximo está en el hospital, hecho pedazos. Así que, ¿por qué no dejamos las charadas y me dices qué mierda quieres de mí?"
Por primera vez, su expresión se transformó por completo. La sonrisa desapareció, dejando en su lugar una mirada fría.
Naomi: "¿Y qué sí sé? ¿Qué demonios quieres de mí? ¿Cómo mierda te diste cuenta?"
Mi tono se mantuvo igual de firme.
Kross[B]: "¿En serio esperabas que no me diera cuenta? Tendría que estar tan ciego como tu maldito novio para no ver tu verdadero yo. Tu sonrisa, tu actitud, la forma en que te comportas... es toda una actuación. Honestamente, me das lástima."
Sus ojos brillaron con una mezcla de ira contenida y desconcierto, pero no dijo nada. La tensión entre nosotros era palpable mientras esperaba su respuesta.
Naomi: "Mira, alguien como tú, Kross... prácticamente un humano en una escuela donde todos son dinos, un rechazado, alguien aislado, sin amigos. Yo solo pensé que podía ayudarte, ¿sabes? Hacer que no te sintieras tan... solo."
Su tono parecía buscar redimirse, pero sus palabras estaban cargadas de una condescendencia que no podía ignorar, además que parecía no decir toda la verdad.
Kross[B]: "¿Ayudarme? No, Naomi. No quieras disfrazar tus intenciones como algo altruista. ¿Crees que no lo veo? Esto no tiene nada que ver con ‘ayudarme’. Esto es sobre ti, sobre alimentar esa ridícula fachada de chica perfecta que tanto te esfuerzas en mantener. Te diré algo: tu ‘ayuda’ no es más que una máscara para encubrir lo vacía que eres por dentro."
Hice una pausa, asegurándome de que cada palabra cayera con el peso que merecía, acercándome un paso más.
Kross[B]: "Eres patética, Naomi. Todo en ti es falso: tus palabras, tu sonrisa, tu ‘preocupación’. Y déjame adivinar... ¿todo esto es para que te sientas mejor contigo misma? ¿Para que puedas mirarte en el espejo y pensar que eres alguien útil? Odio romper tu burbuja, pero no necesito, ni quiero, nada de ti."
Red: (OH, esto es buenísimo.)
Blue: (Aún no termino.)
Me acerqué un paso, mirándola directamente a los ojos, dejando que mi tono bajara, pero se volviera aún más afilado. Además de quitarle algo sin que se diera cuenta.
Red: (Eso le dará un toque.)
Kross[B]: "Así que escucha bien, Naomi. Vete a la mierda. No me sigas, no me hables, no me busques, y, sobre todo, no intentes meterte en mi vida otra vez. Porque, la próxima vez que lo hagas, no voy a ser tan amable.” Antes de irme, suavicé mi tono y le dije “Ah, y toma esto..."
Extendí mi mano, sujetando su listón, que había tomado antes. Al hacerlo, Naomi miró con incredulidad, confundida por cómo lo había logrado. Con un simple movimiento, lo dejé caer frente a ella, al suelo.
Kross[B]: "Devuelvo tu ‘bondad’. Guárdala para alguien que realmente la necesite."
Por un momento, Naomi se quedó quieta, mirando el listón en el suelo, su expresión oscilando entre incredulidad, rabia y humillación contenida. Pero no dijo nada, solo se quedó mirando el objeto mientras lo pensaba.
Justo cuando me di la vuelta con calma para irme, el sonido de la campana resonó por el lugar, marcando con precisión el final de nuestra conversación y mi salida
...
...
...
Dos días después – jueves.
Desde el incidente con Naomi, todo había estado... ¿mejor?. No me había dirigido la palabra ni me había lanzado una sola mirada en clase. Maravilloso.
Las materias tampoco eran un problema. Con solo prestar atención un poco, era suficiente para entenderlas. A estas alturas, sabía manejar todo con la calma que necesitaba.
Pero lo que realmente seguía molestándome eran las miradas. Los rumores no me importaban tanto, algunos eran tan absurdos que daban risa, pero esas miradas... esas miradas eran otra historia, me recordaban a cómo me miraban en el recinto. Por eso, desde hoy, tuve la maravillosa idea de comer afuera, en una de las bancas del jardín.
Era pacífico. Tranquilo. Incluso el canto de las aves ayudaba a relajarme mientras masticaba en silencio.
El miércoles confirmé algo: Naomi no volvería a meterse conmigo, y eso era suficiente para disfrutar del día. Hoy no sería diferente... o al menos eso pensé hasta que una voz rompió la calma.
???: "¿Disfrutando del ambiente, chico?"
Abrí los ojos y dejé de masticar por un momento, girándome ligeramente para identificar la voz. Para mi sorpresa, frente a mí estaba la Anquilosaurio naranja. Desde esta distancia, podía notar mejor los detalles: su cabello castaño recogido en una coleta y un vestido con detalles florales que, de algún modo, encajaban perfectamente con el paisaje del jardín.
Kross[B]: "Sí, y quien sea responsable del jardín merece un premio por lo hermoso que es, en serio es mucho mejor comer acá que dentro de la cafetería."
Ella infló el pecho con orgullo, dejando ver una sonrisa radiante.
Anquilosaurio: "Bueno, esa sería yo. Soy la presidenta del club de jardinería. Gracias a mí y a mis compañeros, hemos podido mantener el jardín así."
No pude evitar preguntarme si ella tenía algo que ver con lo que mencionó Spears sobre los trabajos en el jardín.
Kross[B]: "¿Eso incluye los castigos que tienen que ver con este lugar?"
Su sonrisa se amplió mientras asentía, claramente disfrutando de su trabajo.
Anquilosaurio: "¡Por supuesto! Pero con el resultado que tenemos, vale la pena. Mira este lugar, ¿no es increíble?"
Se giró ligeramente para admirar el jardín, su orgullo evidente en cada gesto. Después de unos segundos, volvió a mirarme, su expresión ahora más curiosa.
Anquilosaurio: "Si te gusta tanto el jardín, ¿qué te parece trabajar aquí? Podrías ayudarnos a mantenerlo así."
Kross[B]: "No será necesario. Ya estoy atado a eso los fines de semana. Es parte de mi castigo."
Me miró con sorpresa, ladeando ligeramente la cabeza.
Anquilosaurio: "Así que era cierto. Escuché que el humano nuevo estaría con nosotras, pero no estaba segura de sí era solo un rumor."
Hizo una pausa, cruzándose de brazos mientras bajaba un poco la mirada, como recordando algo.
Anquilosaurio: "No sé todo lo que pasó, pero... estaba con mi amiga cuando vimos a Máximo dándote una paliza en el auditorio. Corrimos directo al despacho del director para avisarle. Lo siento si no llegamos antes..."
Eso me tomó completamente por sorpresa. No me esperaba que ella, y al parecer alguien más, hubieran mostrado... ¿preocupación? ¿Por mí?
Kross[B]: "Gracias, pero no era necesario."
Fue lo único que pude responder, aunque no estaba seguro de cómo sentirme al respecto. Para mi sorpresa, la reacción de la Anquilosaurio a mi respuesta no fue la que esperaba. En lugar de aceptarla con calma, me lanzó un regaño directo.
Anquilosaurio: "¿Cómo que no era necesario? ¡Por favor! ¡Cuando volvimos, tenías unas heridas bastante graves a mi parecer!"
Su expresión se endureció un poco mientras continuaba, agarrando con su mano la punta de su hocico, rematando con un comentario en... ¿otro idioma?: "¡Ay, estos hombres, siempre minimizando las cosas!"
No entendí completamente sus últimas palabras, pero por su tono y gesto, estaba claro que no estaba del todo contenta. Solo logré asentir, algo avergonzado.
Kross[B]: "Perdón."
De inmediato, su expresión se suavizó, transformándose en una gran sonrisa.
Anquilosaurio: "Esta bien, qué bueno que lo entiendas."
Miró su reloj y se dio cuenta de que quedaba poco tiempo para que terminara el receso.
Anquilosaurio: "Me tengo que ir. Ya hablaremos más el fin de semana, ¿sí? ¡Hasta luego!"
La despedí con un leve movimiento de la mano, observándola alejarse con pasos enérgicos.
Red: (Bueno... eso fue inesperado. ¿Ella realmente nos regañó?)
Blue: (Y, además, ¿qué rayos fue lo que dijo al final? Creo que es español...bueno tal vez debamos aprender un poco...ya sabes...para responder mejor en caso de que pase algo)
Red: (Sería una excelente idea, así también podremos insultar en español. Además, ¿viste cómo se fue? Tiene una energía... decidida. Nos espera algo interesante en el club de jardinería.)
Blue: (Espero que no nos traten como mula de carga. Aunque, bueno... podría ser un buen entrenamiento.)
Me quedé en silencio, terminando mi almuerzo mientras pensaba en lo peculiar que había sido el encuentro. La calma del jardín volvió, aunque ahora con un ligero rastro de curiosidad por la dinámica que me esperaba el fin de semana.
...
...
...
Viernes, a primera hora.
Mientras revisaba mi casillero para sacar los libros del día, mis pensamientos seguían revolviendo lo ocurrido en la semana.
Red: (¿Sabes? Esto ha sido una montaña rusa. Empezamos con la pelea del auditorio, después los detectives, y no olvidemos al imbécil con cara de mapache.)
Blue: (No fue tan terrible. Al menos Naomi dejó de molestarnos después de lo que le dijimos, y con ella, Naser. No es que nos caiga mal, pero tampoco es alguien con quien necesitemos hablar todo el tiempo.)
Red: (Sí... aunque el encuentro con la Anquilosaurio en el jardín fue interesante. Una dino con carácter. Esto se pondrá divertido el fin de semana.)
Blue: (Estoy más interesado en que no nos exploten en el club de jardinería. Aunque, siendo honestos, tú te encargaras de eso.)
Terminé de sacar mis cosas mientras seguía pensando en todo lo que paso en solo un par de días. Cerré el casillero y al girar, noté una figura que me observaba desde el pasillo.
Era la ptero color menta del concierto. Su postura era extraña: se rascaba el codo y parecía nerviosa. Me fijé en su expresión, que delataba cierta inseguridad.
Blue: (¿Qué le pasa?)
Red: (No lo sé, pero no me interesa averiguarlo. Vámonos a clase.)
Decidí ignorarla y empecé a caminar hacia mi clase. Pero, antes de que pudiera avanzar mucho, su voz me alcanzó.
Ptero: "¡Eh... oye! Tú... eh, Skinnie."
Me detuve y giré un poco la cabeza, manteniendo mi tono neutral.
Kross[B]: "¿Qué quieres?"
La ptero vaciló por un momento antes de hablar.
Ptero: "Quería saber... ¿dónde se fueron?"
Ladeé la cabeza, claramente sin entender.
Kross[B]: "¿Dónde se fueron quiénes?"
Ella se quedó en silencio por unos segundos antes de dar una descripción que dejaba mucho que desear.
Ptero: "Eh... sudadera amarilla, pelo rojo, pequeña, moños, sudadera blanca, olor químico..."
Red: (Vaya descripción. Podría ser cualquiera...espera... ¿olor químico?)
Blue: (Ese es el raptor rosa...entonces está hablando de los del concierto, ¿no?)
Kross[B]: "No sé dónde están tus amigos o tus compañeros, si a eso te refieres, adiós."
Sin esperar su reacción, di media vuelta y continué mi camino hacia la clase, dejando a la ptero sola en el pasillo.
Después de un rato llegué a mi primera clase la cual era de ciencias, entrando sin prisa y me dirigí a mi asiento habitual cerca del fondo del aula. Coloqué el libro encima de la mesa, y me puse a esperar pacientemente mientras veía como los demás alumnos comenzaban a llenar el salón.
Justo cuando estaba a punto de sonar la campana, algo llamó mi atención por el rabillo del ojo. La ptero color menta entraba al aula con una expresión amarga y malhumorada.
Red: (¡No puede ser! ¿Compartimos clase con ella?)
Blue: (Parece que sí. Aunque, considerando lo que paso el lunes, no es raro que no la hayamos visto antes. Tal vez no haya tenido ganas de venir al instituto.)
Me limite únicamente a observar por un momento antes de centrar mi atención en el escritorio que tenía en frente.
Poco después, el profesor entró. Era un hombre mayor, con gafas gruesas y cabello desordenado, que irradiaba una energía peculiar y algo excéntrica. Al llegar al frente del aula, alzó las manos y exclamó con entusiasmo:
Profesor: "¡Buenas noticias para todos!"
El aula estalló en murmullos divertidos, claramente acostumbrados a sus excentricidades.
Profesor: "Hoy exploraremos el fascinante mundo de los campos magnéticos. Pero lo haremos con un giro interesante: ¡en equipos de dos!"
Suspiré internamente. Nunca he necesitado a nadie para hacer mi trabajo; hasta ahora, siempre he resuelto todo por mi cuenta sin complicaciones. Pero, al parecer, el profesor tenía otros planes.
Profesor: "Ah, y hablando de trabajar en equipo..." Sus ojos se posaron en.…mí. "¡Tú, joven Kross! He notado que has trabajado solo hasta ahora, pero eso cambia hoy. Te he asignado un compañero especial."
Con un movimiento de su mano, señaló directamente a la ptero color menta.
Profesor: "Elle será tu compañere para este ejercicio. ¡Ve y siéntate junto a elle!"
Red: (¿Qué demonios? ¿Ahora todo el mundo habla como Naser? ¿Por qué están destrozando el idioma así?)
Blue: (Probablemente sea por respeto, pero sigo sin entenderlo. Aunque no puedo evitar pensar en cómo Naser complicaba todo cuando hablaba de su hermana.)
Red: (Esto no cambia que esto sea una maldita pesadilla. ¡Dime que está bromeando!)
Blue: (No lo está. Esto es real. Prepárate para el desastre.)
Suspiré mientras me levantaba con calma, ocultando mi molestia tras una máscara de indiferencia. Tomé mis cosas y me dirigí al asiento junto a la ptero, que parecía debatirse entre incomodidad y desdén. Sin decir una palabra, me senté y comencé a organizar mis materiales, listo para lo que prometía ser una clase más larga de lo habitual.
El profesor nos entregó la tarea asignada, y por un momento, todo parecía tranquilo. Pero, como era de esperarse, la ptero rompió el silencio.
Ptero: "¿Y qué opinas de esto?"
Noté que no quería hablar en absoluto, así que, con tono neutral, respondí.
Kross[B]: "Nada. Mejor solo enfoquémonos en la tarea, sin molestar al otro."
Ptero: "Vaya, me leíste la mente."
Nos pusimos a trabajar. Yo terminé lo asignado en menos de 15 minutos, así que me puse a observar a la ptero disimuladamente. Podía ver lo difícil que le costaba la materia, sus movimientos eran algo torpes al intentar resolver los ejercicios.
Red: (¿En serio? ¿Y aún nos obligan a compartir un grupo con alguien?)
Blue: (Parece que le está costando más que a nosotros... aunque, ¿de qué nos sorprende? Falto prácticamente toda la semana.)
El profesor se acercó, interrumpiendo mis pensamientos.
Profesor: "¿Cómo vamos, chicos?"
Ptero: "Vamos bien."
El profesor giró hacia mí, preguntando mi opinión.
Kross[B]: "Todo listo por mi parte profesor. Aunque, noto que a ella le está costando."
Por la reacción del profesor, me dio la impresión de que no estaba contento con lo que había oído.
Profesor: “Oh no”
Red: (No entiendo por qué esa reacción, ¿dijimos algo que no deberíamos? O será porque trabajamos solos.)
Blue: (Al parecer, es algo relacionado con la ptero solo.... Mira cómo se está poniendo.)
Mientras me perdía en mis pensamientos, observaba cómo la ptero comenzaba a molestarse. Su expresión facial se tornaba más tensa, sus ojos brillaban con incomodidad, y sus alas se movían de forma inquieta, casi como si estuviera a punto de volar fuera de control. Todo en su postura gritaba incomodidad, como si intentara esconder una frustración que crecía poco a poco.
Ptero: "¿Ella?"
Kross[B]: "Sí, ¿qué pasa con eso?"
La ptero, claramente molesta, levantó la voz.
Ptero: "¡Es que no te das cuenta, mono!"
Negué con la cabeza, pero no tuve tiempo para decir más, ya que ella gritó.
Ptero: "¡YO. SOY. NO. BINARIE!"
Mis ojos se entrecerraron en confusión mientras me quedaba mirando.
Ptero: "¿Qué pasa? ¿No tienes nada que decir?"
Red: (Ya basta. Esto está escalando mucho...Blue.)
Blue: (Me encargaré de esto. Dame un momento.)
Kross[B]: "Mira, ‘Emplumada’. No sé qué intentas demostrar con este numerito, pero te lo voy a dejar claro: a nadie le importa. Estás aquí, armando un espectáculo porque crees que todos te están mirando, pero la verdad es que nadie está prestando atención a tu drama. ¿Te crees especial? ¿Diferente? Porque desde aquí, lo único que pareces es alguien buscando desesperadamente llamar la atención. Y déjame decirte algo, es patético."
Vi cómo sus puños se apretaban, sus alas batían ligeramente, y su expresión cambiaba entre frustración e incredulidad. No tenía nada que decir que pudiera cambiar el hecho de que estaba perdiendo este enfrentamiento.
Ptero: "¡¿Qué te pasa?! ¡No me entiendes para nada!"
Kross[B]: "Tienes razón, no te entiendo. Pero, ¿sabes qué? No tengo ninguna obligación de hacerlo. Si realmente quisieras que alguien te escuchara, empezarías por no ser tan irritante. Estás aquí actuando como si el mundo girara alrededor de ti, pero míralos." Señalé a los otros estudiantes en el salón, todos ocupados en sus propios asuntos. "¿Ves a alguien prestándote atención? No, porque nadie tiene tiempo para tus dramas. Así que, cálmate y deja de intentar hacerte notar con berrinches. Esto ya es ridículo."
Sus ojos recorrieron lentamente la clase. La realidad la golpeó como un mazo: nadie la miraba, nadie parecía importarle lo que estaba pasando. Su rabia comenzó a desvanecerse, y su postura se hundió. Sus alas, antes tensas, ahora caían a sus costados como si no tuviera fuerzas para seguir.
Le pedí disculpas al profesor por el incidente. Asintió con un gesto breve, sin molestarse en ocultar su falta de entusiasmo, y se alejó para supervisar a los otros alumnos. Sin embargo, algo seguía molestándome.
Blue: (Asunto resuelto…aunque esto me dio mal sabor de boca)
Red: (Sí..., carajo... ¿Viste cómo quedó? Se nota que la golpeamos donde más le duele.)
Miré de reojo a la ptero, que ahora estaba sentada con los hombros caídos y la cabeza inclinada hacia abajo. Sus movimientos eran lentos, pesados, como si todo su ser se hubiera drenado de energía. No quedaba rastro de la actitud desafiante que había mostrado antes. Había algo en su postura que me atrapó, algo demasiado familiar. Esa mirada vacía, esa sensación de derrota, como si ya no importara nada.
Red: (Mierda... Esa mirada... Era como la nuestra en el recinto. Vacía, sin esperanza. No podemos dejarlo así.)
Blue: (...Sí, lo sé. Es imposible no verla y pensar en nosotros. No me gusta esto, pero tenemos que hacer algo. No puedo simplemente dejarla en ese estado...después de todo, nosotros la dejamos así.)
Red: (...déjame hablar a mi...)
Blue: (¿Seguro?)
Red: (Si...yo lo hago)
Con un suspiro, guardé mis materiales y me preparé para lo que sabía que sería incómodo. Si esa mirada era el reflejo de lo que nosotros habíamos vivido, entonces no iba a permitir que alguien más cargara con eso. Deje que Red manejara las cosas, tal vez no era el más elocuente, pero en estos casos era la mejor opción.
Kross[R]: "Oye, ‘plumas’..."
Ella levantó la cabeza de golpe, sus ojos entrecerrados por la rabia contenida.
Ptero: "¿Qué mierda quieres ahora?"
Ignoré su tono, manteniendo mi mirada fija en la suya. No había razón para responder con más agresividad.
Kross[R]: "Lo siento."
La sorpresa pasó fugazmente por su rostro antes de que volviera a fruncir el ceño.
Ptero: "¿Qué?"
Kross[R]: "Dije que lo siento. Por cómo te hablé antes, por cómo reaccioné... Fue una mierda. No debería haberte hablado así. Me equivoqué."
Sus ojos se abrieron un poco más, y aunque todavía se notaba tensa, su postura comenzó a relajarse ligeramente, como si mis palabras hubieran perforado su coraza, al menos un poco.
Ptero: "No esperaba... eso."
Asentí con calma, dejando que las palabras hicieran su efecto mientras esperaba su respuesta.
Kross[R]: "Mira, sé que mis palabras antes fueron duras, eran innecesarias, pero tenían algo de verdad. Nadie aquí te presta atención cuando haces ese tipo de escenas. No porque no importes, sino porque todos están demasiado ocupados con sus propias mierdas.”
La ptero frunció el ceño de nuevo, pero esta vez no parecía por rabia. Había algo más en sus ojos, algo que intentaba procesar lo que decía.
Kross[R]: "Y lo de no binario... Sinceramente, no sé qué carajo significaba ni como de importante es para alguien. No es algo que me hayan enseñado o que alguien haya explicado. Si es tan importante para ti, ¿por qué no mejor me lo enseñas tú? Así no lo olvido."
Esa pregunta pareció desarmarla por completo. Su mirada pasó de desconfiada a sorprendida, y aunque parecía buscar algo que decir, al principio no salió ninguna palabra de su boca.
Ptero: "¿De verdad quieres saber?"
Kross[R]: "Sí. No tengo problema con aprender algo nuevo. Además, así evitamos que esta situación vuelva a pasar, tal vez podamos hablarlo en el almuerzo, yo que se."
Ella dudó un momento más antes de asentir, aunque su tono seguía un poco desconfiado.
Ptero: "Supongo que podríamos hablar de eso. Si estás tan interesado, nos podemos juntar en el auditorio, haya es donde normalmente almuerzo."
Asentí con sinceridad.
Kross[R]: "Hecho. Pero mientras tanto, déjame disculparme en serio. Si quieres, puedo ayudarte con la tarea. Digo, al fin y al cabo, somos compañeros. No tendría sentido no echarte una mano."
La ptero pareció sorprendida otra vez, pero esta vez asintió con algo más de confianza.
Ptero: "Está bien. Supongo que... eso estaría bien."
Red me dio el mando, y me sentí más en control mientras retomaba la tarea de la ptero.
Kross[B]: "Ok, vamos a terminar esto rápido."
Entre los dos, trabajamos en silencio, y en menos de diez minutos habíamos resuelto todo lo que ella tenía en su hoja. El resto del tiempo, lo pasamos relajados, sin presión ni tensión en el aire. Cuando el timbre sonó, indicando el final de la clase, comencé a recoger mis cosas.
La ptero, sin embargo, se quedó sentada, mirando su celular con atención. Antes de salir del aula, me giré y le lancé un comentario.
Kross[B]: "Por cierto, emplumada, nunca nos presentamos oficialmente, ¿verdad? Soy Kross."
La ptero levantó la vista, todavía algo sorprendida por el cambio en mi tono. Dudó por un momento antes de responder.
Ptero: "Fang... me llamo Fang."
Asentí levemente, notando su vacilación.
Kross[B]: "Bueno, Fang. Nos vemos luego."
Ella asintió de nuevo, esta vez con un poco más de seguridad.
Fang: "Sí... nos vemos."
...
...
...
Las clases que seguían eran... aburridas, para no decir otra cosa. Matemáticas era lo peor, y no porque fuera difícil, sino porque el gordo maldito del profesor no sabía hacer otra cosa que leer una revista +18 mal escondida detrás del escritorio.
Profesor: "¡KROSS! ¡Deja de hacer malditamente nada y ven a resolver este maldito ejercicio!"
Solté un suspiro pesado.
Kross[B]: "¿Otra vez? Pero si ya terminé todo lo que pidió antes."
Profesor: "¡No me importa malditamente nada! ¡Tú ven aquí y resuelve este maldito ejercicio ahora!"
Era la dinámica de siempre con él. Como terminaba todo rápido, parecía que su pasatiempo era encontrar algo más para que yo hiciera. Resignado, me levanté de mi asiento. En el camino, casi me tropiezo con la cola de un Dino que estaba distraído.
Kross[B]: "Cuidado con la cola. Alguien podría caerse."
El Dino ni se volteó, solo levantó la cola un poco.
Llegué al pizarrón y tomé la tiza. Apenas miré el ejercicio, ya sabía la respuesta. Mis manos se movieron rápido, escribiendo la solución con precisión.
Kross[B]: "¿Listo? ¿Puedo volver a mi asiento ahora queridísimo profesor?" dije tan sarcásticamente como pudiera ser posible.
El profesor, sin siquiera levantar la vista de su maldita revista, agitó la mano de manera desganada.
Profesor: "Sí, sí, maldito sea, ya vuelve a tu lugar."
Solté un suspiro bajo mientras regresaba a mi asiento, ignorando las miradas aburridas o indiferentes de los otros estudiantes. Esto era solo otro día más en la clase de matemáticas.
Red: (¿Seguro que no podemos hacer mierda a la bola de grasa esta?)
Blue: (Si ya casi nos fuimos al carajo por un simple estudiante, no me imagino un profesor.)
Red: (Pero no quiero aguantarlo ma-. Derecha.)
Algo venía hacia mí. Por reflejo, levanté la mano y bloqueé el objeto antes de que me golpeara. Era... una bola de papel. La desarmé con calma, mientras pensaba sobre lo que podría ser.
Dentro, un mensaje escrito con letras apuradas: "Mira arriba."
Levanté la vista en la dirección de donde había venido, y allí estaba. La Triceratops enana del martes, con esa misma actitud de pocos amigos. Genial. Al frente suyo, el Velociraptor rosado, que hacía un gesto para que me acercara. No había nada malo o bueno con él, ni siquiera hemos hablado...tanto, pero el hecho de estar con la enana purpura era otro cuento.
Red: (No gracias. No quiero.)
Blue: (Es mejor ignorarlos. Aunque... ¿deberíamos devolverles el favor?)
Red: (Apunta al cuerno del medio.)
Sin decir una palabra, tomé el papel, escribí una respuesta breve y contundente: No. Con un movimiento sutil, pero preciso, lancé el papel. Este voló por el aire y se enganchó limpiamente en el cuerno central de la Triceratops.
Red: (¡Y con eso ganas 5 puntos!)
Blue: (Déjate de tonterías. Aunque, debo admitir, fue un buen tiro.)
Pude ver cómo la Triceratops intentaba alcanzarlo con una expresión mezcla de irritación y sorpresa. Me acomodé en mi asiento y fingí que nada había pasado, ignorando la mirada asesina del terror morado.
Después de un rato, un golpe en mi mesa me obligó a levantar la mirada. Allí estaba la enana purpura, ahora justo a mi lado.
El Velociraptor, desde su asiento, parecía debatirse entre quedarse quieto o intervenir. Su rostro tenía una mezcla extraña de preocupación y resignación.
Kross[B]: "¿Se te ofrece algo?" Mi tono era desganado, casi aburrido, mientras mantenía mi mirada fija en la Triceratops.
Triceratops: "Sí, tengo asuntos contigo."
Se cruzó de brazos, inclinándose ligeramente hacia adelante, como si intentara imponer su presencia.
Triceratops: "Cierte amigue míe es compañere tuye en ciencias, y me conto como cierto Skinnie que no sabe quedarse en su lugar le estuvo dando problemas."
Entrecerré los ojos un poco, tratando de seguir el hilo de sus palabras.
Kross[B]: "¿Elle? ¿Fang? Si es por Fang, ya hablamos. Y vamos a arreglar las cosas durante el almuerzo."
Su ceño se frunció aún más, su tono bajó ligeramente, pero no perdió ese aire de superioridad.
Triceratops: "No, no lo harás, no te meterás. Elle no necesita que alguien como tú esté cerca. Con Reed y conmigo es suficiente. Fang es feliz así. Nos tiene a nosotros, a su banda. No necesita que alguien más venga a cambiar las cosas. Y tú..." Me señaló con un gesto despectivo. "No tienes nada que hablar con elle. Así que aléjate o te hare llorar maldito chimpancé"
Ah, la típica respuesta territorial, con un toque de racismo.
Red: (Bueno... la enana quiere una revancha por lo del martes.)
Blue: (Perfecto. Vamos a divertirnos un poco, que sigo molesto por lo del profesor.)
Kross[B]: "Oh, ¿de verdad? Porque cuando la vi esta mañana, parecía todo lo contrario. Pero claro, tú sabes más, ¿no? Tú, la gran protectora que ni siquiera estaba cuando todo pasó."
Su mandíbula se tensó.
Triceratops: "¿Qué mierda estás diciendo? No sabes nada. No te atrevas a hablar como si entendieras algo."
Kross[B]: "Entender, no. Pero, ¿sabes qué sí entiendo? Que aquí estás tú, gritando como si fueras dueña de su vida. Qué noble de tu parte. Aunque, dime algo... ¿eso incluye ignorar cómo está realmente?"
El color de su cara se intensificó, pasando de morado a un tono rojizo que no podía disimular.
Triceratops: "¡¿De qué mierda hablas?!"
Red: (Solo un poco más.)
Kross[B]: "De nada, realmente. Pero ahora que lo mencionas... me doy cuenta de algunas cosas, como que Fang parece necesitar alguien que la entienda, no alguien que la proteja como si fuera su maldito guardián. Aunque supongo que eso es lo que haces, ¿no? Mandar y gritar porque es lo único que sabes hacer, para sentirte bien contigo misma, para no estar sola."
Fue la gota que colmó el vaso.
Triceratops: "¡Cállate, maldito skinnie! ¡Mono estúpido! ¡Ni siquiera deberías estar aquí! ¡Solo eres una maldita plaga humana!"
El salón entero se quedó en silencio. Las miradas de los demás estudiantes, antes aburridas, ahora estaban todas sobre nosotros. El profesor levantó la vista de su revista con una expresión mezcla de incredulidad y molestia.
Profesor: "¡Patricia! ¡Silencio! Ve a calmarte al pasillo antes de que vuelvas a gritar en mi maldita clase. ¡Fuera!, ¡Y tú, Kross, ven aquí de nuevo a resolver otro maldito problema si es que no puedes quedarte malditamente quieto!"
Patricia lanzó un gruñido bajo de frustración, sus puños apretados y sus ojos llameando de ira, pero no tuvo más remedio que obedecer.
La Triceratops dio un pisotón antes de dirigirse a la puerta, asegurándose de hacer suficiente ruido como para que todos supieran cuánto odiaba la situación. En un momento se giró encontrando mi mirada, no pude evitar regalarle una sonrisa engreída, disfrutando un poco de su derrota momentánea.
Red: (Qué satisfactorio. Aunque este idiota de profesor no es mucho mejor...)
Blue: (Concuerdo. Pero mejor terminemos esto rápido.)
Solté un suspiro interno mientras me acercaba a la pizarra, ignorando las risas sofocadas de algunos compañeros. Resolví el problema en unos segundos y me giré hacia el profesor.
Kross[B]: "¿Estamos bien ahora?"
Profesor: "Sí, sí, regresa. ¡Y procura no causar más malditos problemas!"
Mientras volvía a mi lugar, noté algo curioso: Reed, el Velociraptor rosado, estaba cabizbajo. Su mirada fija en el suelo y su postura encorvada no podían ocultar la incomodidad que sentía. Decidí no prestarle demasiada atención; ya había tenido suficiente drama por el día.
La clase finalmente terminó, y recogí mis cosas rápidamente. Al salir del aula, vi a ‘Patricia’ apoyada contra la pared, con los brazos cruzados y una expresión de puro enojo. No me dirigió la palabra, pero su mirada me atravesó como si intentara lanzarme una última amenaza.
Red: (Ah, pobre terror morado. Qué lástima, ¿verdad?)
Blue: (No le des más vueltas. Tengo hambre. A la cafetería.)
Sin mirar atrás, me dirigí hacia la cafetería, donde una sorpresa me esperaba: Fang ya estaba allí, aparentemente esperándome.
Kross[B]: "Oye, ‘emplumada’."
Fang giró la cabeza hacia mí y sonrió ligeramente.
Fang: "¿Qué tal, 'mono'? ¿Listo para almorzar?"
No había malicia en su tono, y la forma en que lo dijo me hizo pensar que tal vez ya estaba empezando a aceptar mi presencia.
Kross[B]: "Me muero de hambre. ¿Cómo te fue la clase?"
Fang: "Aburrida. ¿Y tú?"
Kross[B]: "El gordo imbécil del profesor me tuvo subiendo y bajando toda la clase. Lo mismo de siempre. Pero ya pasó. Vamos, entremos antes de que no quede nada bueno."
Fang asintió, dejando escapar una pequeña risa ante mi comentario, y juntos nos dirigimos hacia la cafetería.
Mientras caminábamos por la fila para recoger nuestra comida, la conversación se mantuvo en temas simples. Fang parecía estar más relajada que antes, y eso ayudaba a mantener el ambiente tranquilo. Pero todo cambió cuando vio la tarjeta que usé para pagar mi almuerzo.
Fang: "...Espera, ¿esa es la tarjeta de subsidio escolar?"
Kross[B]: "Sí, ¿y? que pasa con eso."
La expresión de Fang pasó rápidamente de neutral a algo que parecía entre sorpresa y.… lástima.
Fang: "Nada, solo... no esperaba que tuvieras que usar esa tarjeta."
Kross[B]: "Bueno..., lo hago. Ahora escoge algo extra si quieres. Mi invitación."
Fang dudó por un momento antes de tomar una bolsa de Nuggets y colocarla en mi bandeja.
Fang: "Gracias."
Asentí sin decir nada más, y ambos pagamos nuestras respectivas comidas. Mientras nos dirigíamos hacia la salida, algo me hizo detenerme. Un ruido familiar.
Red: (Derecha. Ahora.)
Por puro instinto, giré mi cuerpo y evité por poco un impacto. Un misil morado —o, mejor dicho, Patricia— venía directamente hacia mí. Logré esquivarla sin derramar nada de mi bandeja.
Fang: "¡¿Qué mierda estás haciendo Trish?!"
La voz de Fang resonó en la cafetería, llamando la atención de algunos estudiantes cercanos haciendo un círculo entre nosotros, listos para ver un espectáculo.
Patricia o mejor dicho Trish según Fang, con una sonrisa de maliciosa, y su mirada fija en mi dijo.
Trish: "Encargándome de unos asuntos pendientes, con este maldito Skinnie."
Fang me miró, claramente esperando respuestas. Sus ojos estaban llenos de una mezcla de confusión y, tal vez, preocupación.
Kross[B]: "Tuvimos una pequeña discusión en clase. Nada tan extremo, solo palabras. Aunque... el centro de la discusión eras tú."
Fang frunció el ceño y abrió la boca para decir algo, pero la interrumpí levantando una mano.
Kross[B]: "Te lo explico después. Primero, tengo que atender esto."
Miré a Trish, pero antes me giré levemente hacia Fang, que parecía bastante preocupada de lo que pasara, después de todo ella estuvo en el concierto cuando paso la pelea, así que, en un tono más tranquilo, le dije:
Kross[B]: "No te preocupes. No pasará nada, cuídame mi bandeja ¿ok?"
Red: (¿Nada, en serio? Porque esto tiene toda la pinta de convertirse en un circo.)
Blue: (Si ella quiere un baile, entonces le daremos uno. Con estilo.)
Después de pasarle mi almuerzo a Fang, volví mi atención hacia Trish, que seguía mirándome con ese aire arrogante.
Kross[B]: "¿De verdad, ‘Trish’? ¿Vamos a hacer esto aquí, frente a todos? ¿Quieres montar un Show en medio de la cafetería?"
Trish se encogió de hombros, su sonrisa maliciosa aún presente.
Trish: "Me da igual dónde sea, mientras lo resuelva contigo, dándote una paliza, no me importa."
Suspiré, bajando la cabeza un momento.
Kross[B]: "Entonces, así será..."
Levanté la cabeza, dejando que una sonrisa tranquila pero desafiante apareciera en mi rostro mientras la miraba directamente a los ojos.
Kross[B]: "Bueno, hora del show."
Red: (No decepciones a la audiencia.)
Trish parecía un poco desconcertada por mi reacción, pero no retrocedió ni un paso.
Kross[B]: "Si insistes en seguir con esto, Trish, está bien. Bailaremos como quieras."
Hice una pausa, inclinando ligeramente la cabeza mientras añadía con una leve sonrisa:
Kross[B]: "Pero hagamos esto interesante. Te haré una apuesta: solo necesitas golpearme una vez. Si lo haces, me quedo callado y acepto lo que quieras decirme. Pero si no lo logras..."
Dejé que mis palabras colgaran en el aire por un momento, notando cómo sus ojos se entrecerraban y sus hombros se tensaban.
Kross[B]: "...entonces admitirás frente a todos que esto fue una pérdida de tiempo. ¿Qué dices?"
La apuesta claramente había captado su atención, pero también la estaba irritando aún más.
Kross[B]: "Ah, y déjame dejar algo claro: no me atreveré a levantar una mano hacia ti."
Trish, ahora visiblemente molesta, dio un paso al frente bajando su postura, como si supiera a dónde quería llegar.
Kross[B]: "Porque, ¿sabes? Usar la fuerza para resolver esto sería demasiado fácil. Y yo prefiero los retos de verdad... además, tu amiga se preocupa por ti, lo sabes, ¿no?"
El círculo de estudiantes que nos rodeaba dejó escapar pequeños murmullos ante mis palabras. Trish apretó los dientes, su mandíbula tensa mientras su cola golpeaba el suelo con frustración.
Blue: (Eso debería ponerle algo de peso a sus pasos. Veamos qué hace ahora.)
Trish, enfurecida, comenzó a cargar hacia mí, su enorme cola oscilando detrás de ella con cada paso. Yo me mantuve relajado, con las manos cruzadas detrás de la espalda, observando sus movimientos.
Cuando llegó lo suficientemente cerca, giré levemente mi cuerpo hacia un lado, dejándola pasar mientras me mantenía firme en mi lugar.
Kross[B]: "Primera vez, Trish. Intenta otra vez."
Sin detenerse, giró y volvió a cargar. Esta vez, bajó su postura un poco mas como si tratara de anticipar mis movimientos. Pero con un paso ligero hacia atrás, evité el impacto de nuevo, dejando que pasara por segunda vez.
Kross[B]: "Segundo intento fallido. Pero vamos, puedes hacerlo mejor."
La frustración se reflejaba en su rostro cuando volvió a intentarlo, esta vez lanzando su cuerpo hacia mí con más fuerza. Sin embargo, una simple inclinación hacia la izquierda bastó para esquivarla por tercera vez.
Kross[B]: "Tercer strike. ¿No te cansas, Trish?"
La Triceratops apretó los dientes y lanzó un derechazo directo a mi rostro. Con un movimiento rápido, me desplacé hacia su izquierda por su espalda, quedando fuera de su vista por un momento.
Kross[B]: "Aquí estoy."
Le hablé con calma, lo que solo la hizo retroceder unos pasos por la sorpresa, y claramente molesta por no poder alcanzarme con su puño.
Sin darme tiempo para respirar, lanzó otro golpe. Lo esquivé de nuevo, pero esta vez pareció tropezar. Instintivamente, coloqué mi mano en su hombro para estabilizarla mientras decía:
Kross[B]: "Trish, ya es suficiente. Detente, te vas a lastimar."
Ella apartó mi mano con brusquedad, dando unos pasos hacia atrás.
Trish: "¡No! ¡Esto no ha terminado maldito... Skinnie!"
Lanzó otro golpe, uno más desesperado que efectivo. Esta vez, mientras esquivaba, apoyé una mano en su espalda para guiar su movimiento y evitar que perdiera el equilibrio. Con la otra, le ofrecí una servilleta que había tomado antes de mi bandeja.
Kross[B]: "¿Te gustaría una servilleta? Parece que estás sudando mucho."
Trish, consumida por la frustración, lanzó otro golpe directo hacia mí. Esquivarlo fue sencillo, pero la fuerza del movimiento la llevó a chocar contra la barra de alimentos.
Antes de que pudiera procesar lo que estaba haciendo, vi cómo su mano tomaba un cuchillo de la barra. Sus ojos ardían de rabia mientras cargaba nuevamente hacia mí.
Con un movimiento rápido y preciso, mi mano derecha tomó su muñeca mientras la izquierda se posaba firmemente en su hombro. Giré mi cuerpo hacia un lado, colocando mi centro de gravedad a la par del suyo. Con un sutil pero efectivo movimiento de mi torso, utilicé su propia fuerza contra ella, enviándola al suelo.
Antes de que pudiera reaccionar, tomé el cuchillo de su mano con cuidado y lo coloqué sobre la barra detrás de mí.
Kross[B]: "Por tu seguridad, creo que esto es mejor si lo guardo yo."
Trish permaneció en el suelo, su respiración agitada y sus fuerzas completamente drenadas. Alrededor, los murmullos y aplausos comenzaron a llenar la cafetería.
Red: (Y ahí lo tienes, la aplastamos sin siquiera intentarlo. Qué humillante para ella, ¿no es así Blue? .... ¿Blue?)
Blue: (...Cállate... Presta atención a como esta Fang.)
Red: (Carajo.)
Mis ojos se encontraron con los de Fang, pero en lugar de ver apoyo o alivio, vi algo completamente diferente: decepción. Era como si mis acciones hubieran traicionado alguna expectativa suya.
Inspiré profundamente y levanté la voz, buscando la atención de todos, debía hacer algo.
Kross[B]: "¡Atención, todos!"
El bullicio se apagó lentamente, y todos los ojos se volvieron hacia mí.
Kross[B]: "Lo que acaban de ver no fue un espectáculo. No fue una pelea. Fue una apuesta. Y una que Trish aceptó con todas las de la ley."
Hice una pausa, recorriendo a los estudiantes con la mirada mientras el silencio crecía a mi alrededor.
Kross[B]: "Debo admitir que ella tiene un espíritu fuerte, uno que la lleva a actuar cuando siente que algo no está bien. A veces, ese impulso puede ser demasiado intenso. Pero, ¿quién aquí no ha perdido el control alguna vez? ¿Quién no ha hecho algo impulsivo cuando estaba molesto o frustrado?"
Algunos estudiantes intercambiaron miradas, mientras otros simplemente me observaban con atención.
Kross[B]: "No estoy aquí para humillarla. Esto no fue una derrota para ella. Fue un malentendido que escaló más de lo que debía. Así que, antes de que se vuelvan jueces o se burlen, recuerden que cualquiera podría estar en su lugar. Esto no define quién es, solo fue un momento de emociones desbordadas."
Volví mi atención a Trish, que seguía en el suelo, claramente desconcertada por mis palabras y la situación.
Kross[B]: "Y tú, Trish. Esto termina aquí. No más apuestas, no más rabia. Si tienes algo que resolver conmigo, lo haremos de otra forma, no con golpes. Si necesitas hablar, si tienes algo que decirme, hazlo cuando quieras. Pero no así."
Me acerqué un paso más, tendiéndole la mano.
Kross[B]: "Esto no fue un espectáculo para nadie, y no debería serlo para ti tampoco. Levántate. Lo resolvemos como personas... dinos... como sea, no como un espectáculo para otros."
Mientras extendía mi mano hacia Trish, mi atención se desvió brevemente hacia Fang. Su expresión había cambiado: ya no mostraba la misma dureza inicial, pero tampoco podía llamarla complacida. Había algo en sus ojos, una mezcla de reserva y descontento, como si aún estuviera procesando todo lo que había pasado.
Por otro lado, Trish me miraba con un claro conflicto interno. Su mandíbula apretada y la forma en que sus ojos se clavaban en mi mano mostraban que aceptar mi ayuda era lo último que quería hacer.
Blue: (Bien, eso debería ser suficiente. Aunque no espero que nos mande flores después de esto.)
Después de unos segundos tensos, Trish finalmente tomó mi mano con desgana. Me preparé para ayudarla a levantarse, sintiendo cómo ponía el mínimo esfuerzo en el gesto.
Trish: "Esto no significa nada, ¿me oíste? No confío en ti, y no voy a hacerlo."
Kross[B]: "Como quieras."
El círculo de estudiantes comenzó a dispersarse poco a poco, con murmullos que se apagaban mientras todos volvían a sus mesas o salían de la cafetería. Trish, sin embargo, no se marchó como esperaba. En lugar de eso, se acercó a Fang, su expresión aún cargada de enojo y confusión.
Fang: "¿Alguien me explica qué mierda fue todo esto? ¿Cómo pasamos de hablar en la mañana a que mi mejor amiga quiera pelear contigo?"
Sus palabras cayeron como un peso, y Trish evitó su mirada, cruzando los brazos. Fang parecía esperar una respuesta, y no estaba dispuesta a irse hasta obtenerla.
Kross[B]: "Solo fue un malentendido, algo que paso durante las clases con el gordo. Tal vez algo que dije cuando estábamos ‘discutiendo’ sobre ti... quizás simplemente se salió de control."
Noté cómo Trish me miraba con cierta sorpresa, como si no esperara que asumiera parte de la culpa. Su ceño se relajó apenas un poco mientras murmuraba:
Trish: "Pensé que..., Fang, creí que por lo que me comentaste, él te había hecho algo mucho peor."
Red: (Así que eso hacía en el celular cuando termino la clase de ciencias...)
Blue: (Bueno, supongo que es normal hablarles a tus amigos de las cosas que te pasan, ¿no?)
Fang suspiró, llevándose una mano a la frente mientras su tono se volvía algo más calmado.
Fang: "Te dije que lo iba a arreglar yo Trish..., entonces, ¿ya están ‘bien’ ustedes dos? Porque no pienso lidiar con esto otra vez."
Trish y yo intercambiamos una breve mirada antes de asentir.
Fang: "Bien. En ese caso, vámonos al auditorio. Ya se nos está haciendo tarde."
Trish frunció el ceño otra vez y soltó un leve resoplido.
Trish: "¿Y por qué mierda tiene que venir el Skinnie?"
Kross[B]: "Por lo que te dije en clase de matemáticas. Lo iba a resolver con Fang en el almuerzo, y, además, era para explicarme todo este tema del no binario. No lo entiendo, y prefiero que me lo enseñen en lugar de seguir adivinando."
Trish giró hacia Fang con una mirada incrédula, esperando que ella desmintiera lo que acababa de decir. Fang simplemente asintió, aunque su expresión mostraba algo de cansancio.
Fang: "Sí, es lo que vamos a hacer. Así que mejor vamos ya."
Trish soltó un gruñido bajo y caminó hacia la barra para recoger su comida. Mientras tanto, Fang me pasó mi bandeja....
Kross[B]: "¿Qué pasó con los Nuggets?"
Fang sonrió mientras mostraba los Nuggets en su propia bandeja.
Fang: "Digamos que solo aligere tu carga."
No pude evitar rodar los ojos con una leve sonrisa mientras la seguía hacia la salida. Trish, con su comida en mano y su irritación aún evidente, nos alcanzó, y los tres comenzamos a caminar en dirección al auditorio....
Red: (...Vaya semana, ¿no crees, Blue? Primero Naser y Naomi, luego la anquilosaurio del club de jardinería, Fang en ciencias, Trish en la clase de mates... y ahora esto. ¿Es idea mía, o todo se está complicando demasiado?)
Blue: (No es solo tu idea. Pero, siendo justos, muchas de estas cosas las hemos manejado mejor de lo que esperaba. Aunque no voy a mentir, lo de Naomi me sigue dando vueltas. ¿Crees que realmente entendió el mensaje?)
Red: (Por cómo dejó de jodernos desde entonces, diría que sí. Aunque todavía no entiendo cómo alguien puede vivir tan desconectado de la realidad como esa sucralosa. Pero oye, eso ya quedó atrás.)
Blue: (Sí, al menos con Naomi todo quedó claro. Lo de Naser fue más... complicado. Honestamente, siento que el chico solo quiere ayudar, pero no sabe cómo. Y lo entiendo, en parte. Debe ser difícil querer estar para alguien y no tener las palabras correctas.)
Red: (Lo que aún me sorprende es la anquilosaurio. ¿Qué opinas de ella? Eso de que fuera a pedir ayuda por lo del auditorio... bueno, no lo esperaba.)
Blue: (Tampoco yo. Y lo que más me llamó la atención fue su orgullo por el jardín. Es como si su vida girara en torno a eso. Supongo que es admirable, de alguna forma. Aunque no estoy seguro de si trabajar con ella será un castigo o una experiencia interesante. En cualquier caso, debemos tener cuidado con sus plantas.)
Red: (Definitivamente será interesante. Pero, pasando a cosas más recientes... ¿El caso con Fang en ciencias? ¿Qué opinas? Porque, para mí, eso fue... caótico, pero al menos logramos arreglarlo.)
Blue: (No sé si lo llamaría ‘arreglarlo’. Más bien fue... contenerlo. Fang es un caso peculiar. Quiere ser fuerte, pero también se siente... ¿perdida? ¿Te fijaste en cómo dudaba cuando hablamos? Ella no sabía qué esperar de nosotros. Y lo entiendo. No somos exactamente los más accesibles.)
Red: (Sí, pero lo que realmente me sacó de quicio fue Trish en mates. Esa bola de problemas es un dolor de cabeza con patas. Fang no es pequeña como para necesitar una niñera a su lado, me sorprende que sea tan territorial esa Triceratops, tú crees que hubiera sido mejor darle el mismo tratamiento que al dino del auditorio, pero en menor medida.)
Blue: (No, no podíamos igualmente. Por eso hablé. Pero lo que realmente me preocupa es que todo esto parece girar en torno a Fang de alguna forma. No sé si es buena idea estar tan cerca de ella. Parece que siempre viene con un paquete de problemas.)
Red: (Lo sé, pero... ¿y qué hacemos? Ya estamos metidos en esto. Además, ¿viste cómo reaccionó hace poco? Fang no estaba feliz con lo que paso, pero tampoco parece querer alejarnos de ella...como se diga.... Es raro.)
Blue: (Sí, concuerdo con eso, pero ahora estamos caminando con ella...carajo, y con Trish al auditorio. Espero que lo expliquen fácil porque esto se está volviendo odioso. Además, nada de esto estaba en mis planes para la semana, te lo aseguro.)
Red: (Ni en los míos. Pero bueno, aquí estamos. Como siempre, lidiando con cosas que no queríamos.)
Blue: (Y lo seguiremos haciendo, porque si algo está claro, es que no sabemos quedarnos fuera de los problemas, no es así, ¿Red?)
Red: (...Esa es nuestra maldita especialidad, Blue.)
Fin del capítulo 5
Notes:
Buenos días, tardes y noches, aunque cuando suba esto es madrugada. Un capitulo entre todo piola. con una referencia a Yakuza 0, perfecto. Con este falta cada vez menos para que aparezca Gamma. Mientras escribía el capitulo se me hizo largo, quería escribir mas del club de jardinería, de rosa, stella. Eso saldrá en el siguiente junto con el primer. Ahí vere que mas le coloco.
Como única curiosidad o cosa a remarcar, Kross es sensible a las miradas como se pudo notar, durante los 10 que estuvo encerrado solamente lo observaban como si fuera nada, y él, en un punto tenia una mirada vacía, ya rindiéndose al destino que se enfrentaba. Por eso en el auditorio hizo lo que hizo o lo que paso con Fang en ciencias.
no tengo mas que agregar en este capitulo. Como siempre, saludos a SrSenior que sigo atento a que le paso a Abe, a Dardragun707 que espero con ganas ver a Ivar en japon, a patata que saco su nueva historia "Un corazón de Dragon" muy buen inicio, a Xomy90 que tratare de reducir un poco el ritmo para no mal a costumbrar, y a cada uno que llega hasta acá o deja comentarios.
hasta entonces. :]
Chapter 6: Conociendo al Club de jardinería.
Summary:
Llega el primer día del castigo de Kross, en donde conocerá al club de jardinería y quien sabe, talvez pasen mas cosas.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Sábado – 09:45.
La semana había sido... interesante, por decir algo. Lo que ocurrió con Fang y Trish en el auditorio al final del viernes aún estaba fresco en mi mente. Trish, aunque seguía con su actitud desafiante, parecía un poco más relajada después de que todo terminó. Fang, por otro lado, había explicado que solían comer en el auditorio porque era un lugar tranquilo lejos del bullicio de la cafetería o cierta Parasaurio que conocía.
En esa misma conversación, conocí un poco más a Reed, el Velociraptor rosado. Tenía una mirada perdida, como si estuviera atrapado en algún otro plano de existencia. Algo en él me decía que no estaba exactamente... presente. Era como si su cuerpo estuviera allí, pero su mente estuviera en otro lado. No quise preguntar más, pero creo que era relacionado al termo que tenía.
Mientras comíamos, Fang finalmente me dio una introducción rápida —y bastante directa— sobre qué significaba ser no binarie. Aunque admito que al principio sonaba confuso, fue lo suficientemente claro para que entendiera lo básico. Desde entonces, me aseguré de usar los pronombres adecuados con Fang.
Y ahora, estaba en el auto con Spears, camino al primer día de mi "castigo" en el club de jardinería.
Spears: "Entonces, Kross, dejando el lunes fuera... ¿cómo fue tu semana?"
Le lancé una mirada rápida antes de volver la vista al camino.
Kross[B]: "Normal, supongo. Las clases están bien, ya las tengo dominadas. Son algo aburridas."
Spears arqueó una ceja.
Spears: "¿Y fuera de clases?"
Kross[B]: "El martes me junté en el almuerzo con Naser y Naomi."
No le di más detalles; no quería entrar en lo que realmente hablamos.
Kross[B]: "El jueves conocí a la presidenta del club de jardinería. Una Anquilosaurio. Bastante apasionada por su trabajo. Y el viernes... bueno, conocí a la Ptero color menta del concierto. Curioso que se llame Fang, igual que la tía."
Spears: "Bueno, todos tienen sus historias. ¿Y qué te pareció?"
Kross[B]: "Interesante, supongo. Parecía... complicada. Pero nos llevamos bien, o eso quiero creer."
Spears asintió, dejando el tema ahí.
Kross[B]: "Hubo un pequeño problema con la Triceratops del martes. Trish o Patricia. Tuvimos una discusión en la clase de matemáticas, y luego un altercado en la cafetería."
El ceño de Spears se frunció ligeramente, y antes de que pudiera decir algo, levanté una mano.
Kross[B]: "Lo resolví antes de que se saliera de control. Incluso llegamos a comer juntos después. Todo terminó... bien..."
Spears suspiró, pero no parecía completamente convencido.
Spears: "Algo supe por Naomi. Pero no sabía los detalles. ¿Qué tanto fue ese ‘altercado’?"
Kross[B]: "Nada serio. Solo palabras, al principio. Lo importante es que no pasó a mayores."
Spears asintió lentamente, aunque su expresión mostraba que seguía procesando lo que le había contado. El resto del viaje transcurrió en silencio... al menos en el exterior.
Red: (Espera... ¿Naomi habló con Spears, acerca de lo de la cafetería? ¿Desde cuándo es ella nuestra representante oficial? Sin mencionar que la mandamos a la mierda el martes.)
Blue: (No lo sé, pero no me sorprende. Seguro dijo algo para mantener su imagen... o para tratar de jodernos)
Red: (Claro, porque nada dice ‘bondad’ como apuñalarnos por la espalda. ¿Qué crees que le habrá contado?)
Blue: (No importa. Lo relevante es que no fue suficiente para que Spears hiciera algo más. Pero deberíamos tener cuidado. No confío para nada en el melocotón.)
Red: (No confías ni en nuestra sombra. Pero tienes razón... algo me dice que ese melocotón no ha terminado con nosotros.)
Blue: (No ha terminado. Pero nosotros tampoco.)
Un silencio mental siguió a mi conversación con Red mientras el auto se acercaba al estacionamiento de la escuela. El auto se detuvo en el estacionamiento de la escuela. Spears apagó el motor y se giró hacia mí.
Spears: "Ve al jardín y espera a que comience el castigo. Tengo unos asuntos que atender, pero volveré pronto para hacer un anuncio."
Asentí sin decir nada y salí del auto. El sol de la mañana iluminaba los jardines, y la brisa ligera movía las hojas con suavidad. Era un día tranquilo, al menos por ahora.
Me dirigí a una banca en el jardín y me senté, dejando que mis ojos recorrieran el lugar. Flores de distintos colores y tamaños adornaban el espacio, creando una mezcla vibrante de tonos que casi me hacía olvidar que estaba allí por un castigo.
Saqué el teléfono que me había dado la tía Fang. Era uno de los antiguos, pero funcionaba para lo que necesitaba: buscar información, recibir mensajes de Spears o la tía, y poco más. Tengo que recordar agradecerle de nuevo por dármelo. Sin este aparato, sería imposible buscar los nombres de las flores que tenía frente a mí ahora.
Después de unos minutos de búsqueda, identifiqué varias. Había lirios de agua, crisantemos amarillos, lavandas, y camelias rojas. Las camelias me llamaron especialmente la atención por su color intenso y la forma perfecta de sus pétalos.
Red: (Mira quién se convirtió en un botánico amateur. ¿Qué será lo próximo? ¿Plantar tomates?)
Blue: (Déjame disfrutar. Es raro tener algo tranquilo por aquí. Además, que también disfrutas de esto.)
Red: (Tienes toda la razón, es verdaderamente pacifico este jardín, está muy bien cuidado.)
Mientras me concentraba en otra flor que no había podido identificar, escuché una voz a mi lado.
???: "Parece que te gusta mucho el jardín, ¿no es así?"
El tono era... positivo, alegre o hasta cálido. Me giré y vi a la Stegosaurio verde del primer día. Llevaba una polera blanca simple y unos jeans cortos que combinaban perfectamente con su estilo relajado. Su cabello seguía recogido en dos pompones, dándole un aire juvenil.
Red: (Espera... ¿esto es real? ¿Por qué esta chica suena tan... honesta?)
Blue: (Es porque lo es. A diferencia de cierto melocotón, su tono no tiene ni un gramo de falsedad.)
Me aclaré la garganta antes de responder.
Kross[B]: "Sí, está bonito. Me dio curiosidad saber cómo se llaman las flores."
La Stegosaurio sonrió ligeramente y se sentó en la banca, dejando un espacio prudente entre nosotros. La chica mantuvo su sonrisa cálida mientras se presentaba.
Stella: "Soy Stella, vicepresidenta del club de jardinería. Un gusto conocerte."
Asentí levemente y le devolví la cortesía, debido a que su tono parecía sincero sin segundas intenciones.
Kross[B]: "Kross. El gusto es mío."
Stella: "Entonces, ¿estás listo para el embellecimiento del campus?"
Su tono tenía un poco de entusiasmo que contrastaba con mi respuesta más relajada.
Kross[B]: "Preparado. Mándenme a donde sea, lo que sea. Si necesitan cargar cosas pesadas o mover algo, puedo encargarme."
Stella asintió con una sonrisa, aparentemente satisfecha con mi actitud.
Stella: "Perfecto. Esa disposición siempre es bienvenida aquí."
Mientras hablábamos, una idea cruzó mi mente, gracias a una pequeña idea que apareció, haciendo que hilara algunos los detalles.
Blue: (Si la presidenta del club estaba en el concierto con una amiga y esta es la vicepresidenta de dicho club… hay una buena posibilidad de que Stella sea esa amiga.)
Red: (Buena deducción. Pregúntale, total, ¿qué puede salir mal?)
Miré a Stella, tratando de no sonar muy directo.
Kross[B]: "Por cierto, si no es mucho preguntar, ¿estuviste en el concierto del auditorio con una Anquilosaurio naranja?"
Su expresión cambió de inmediato. La calidez en su rostro se desvaneció ligeramente, reemplazada por una sombra de preocupación o incomodidad.
Red: (Carajo.)
Stella: "Sí... estaba con Rosa. Cuando vimos lo que estaba pasando, lo único que pudimos hacer fue correr y avisarle a Spears. Lamento no haber hecho más."
Recordé cómo la Anquilosaurio, oh bueno, ‘Rosa’, había reaccionado a mi comentario del otro día, del cómo le respondí minimizando todo este asunto, no quería que se repitiera algo así, debido a eso respondí de manera sincera.
Kross[B]: "Gracias. No importa si fue poco, al menos no se quedaron quietas. Se necesita valor para actuar en esos momentos."
Mis palabras parecieron aligerar la tensión. La sonrisa de Stella regresó, esta vez con más entusiasmo.
Stella: "Bueno, me alegra que lo veas así."
De repente, su tono se volvió más animado, y su mirada destellaba emoción.
Stella: "Oye, Kross, ¿te interesa la astrología? Ya sabes, cosas como cartas, arcanos mayores, el tarot, el destino…"
La pregunta me tomó por sorpresa.
Kross[B]: "¿Tarot? No tengo idea de qué es eso."
Stella río suavemente, como si encontrara mi honestidad entrañable.
Stella: "¡Entonces es perfecto! Déjame hacerte una adivinación rápida con mis cartas. Es divertido, y quién sabe, tal vez te sorprendas."
No tenía nada más que hacer mientras esperaba que el castigo comenzara, así que asentí.
Kross[B]: "Está bien, vamos a ver de qué va esto."
Stella sacó una baraja de cartas del tarot de un bolso que traía con ella y las barajó con habilidad antes de extenderlas frente a mí.
Stella: "Toma tres cartas. Cada una representará tu pasado, tu presente y tu futuro."
Con cierta curiosidad, llevé la mano hacia las cartas y seleccioné la primera, sintiendo un extraño escalofrío al sostenerla. Stella la giró y dejó ver la ilustración: El Diablo.
Stella: "El Diablo. Esta carta representa las cadenas, los límites autoimpuestos o impuestos por otros, y la sensación de estar atrapado en una situación que parece inescapable. Habla de un pasado oscuro, de un control que no era tuyo, pero también indica que, aunque esas cadenas parecían invencibles, siempre había una forma de liberarse, aunque no fuera evidente."
Mientras hablaba, su tono era calmado, casi hipnótico, y no podía evitar sentir que describía algo mucho más cercano de lo que debería saber.
Kross[B]: "Eso... es bastante preciso. Quizás demasiado."
No añadí más. La mirada de Stella, aunque curiosa, no parecía invasiva. Tomé la segunda carta con más cautela esta vez, como si el simple acto de elegir pudiera cambiar algo. La coloqué frente a Stella, quien la giró con suavidad.
Stella: "El Juicio. Esta carta representa renacimiento, transformación, decisiones importantes. Habla de un presente lleno de cambios, de nuevas oportunidades que surgen cuando decides dejar atrás el pasado. También significa enfrentar las consecuencias de tus acciones, para bien o para mal, pero siempre con la posibilidad de comenzar de nuevo."
La explicación resonó en mi mente. No podía evitar recordar todo lo que había pasado desde que llegué a Volcadera, las personas que había conocido y los problemas que ya habían surgido.
Kross[B]: "Cambio, ¿eh? Suena... acertado."
Red: (Y muy conveniente. ¿Seguro que no tiene cámaras escondidas?)
Blue: (Dudo que sea eso. Tal vez solo es buena interpretando.)
Finalmente, llevé mi mano hacia la tercera carta. La levanté con más seguridad que antes y la entregué a Stella. Ella la giró lentamente, y vi la ilustración de La Rueda de la Fortuna.
Stella: "La Rueda de la Fortuna. Una carta compleja. Representa los ciclos de la vida, los altibajos, los desafíos que están por venir. Habla de pruebas, de situaciones que pueden cambiar tu destino, para bien o para mal, dependiendo de tus decisiones. También es un recordatorio de que nada es permanente; lo que sube puede bajar, y lo que está abajo puede elevarse."
Hizo una pausa, mirándome con seriedad.
Stella: "Kross, esta carta también indica que el futuro no está escrito en piedra. Es incierto, y aunque parezca que está lleno de desafíos, todo dependerá de cómo los enfrentes. Ten cuidado. Las cosas pueden cambiar en cualquier momento."
Me quedé en silencio, reflexionando sobre sus palabras.
Red: (Bueno, eso fue... intenso. ¿Te imaginas que realmente todo esto sea cierto?)
Blue: (Intenso o no, algunas cosas son verdad. El futuro siempre es incierto, y hemos tenido suficientes cambios para confirmar eso.)
Asentí levemente hacia Stella, quien recogió las cartas con cuidado, devolviéndolas a su baraja.
Kross[B]: "Fue... interesante. Gracias por tomarte el tiempo, Stella."
Stella: "De nada. Si alguna vez quieres otra lectura o tienes curiosidad por algo más, solo dilo."
Mientras aún procesaba las palabras de Stella y lo que significaban las cartas del tarot, una nueva voz interrumpió la calma.
???: "¿Otra vez con tus cosas satánicas, mija?"
El tono era relajado pero cargado de un acento particular, y Stella reaccionó de inmediato, inflando las mejillas con un puchero exagerado mientras giraba la cabeza.
Stella: "¡No son cosas del diablo, Rosa!"
La escena me pareció bastante cómica, y no pude evitar soltar una ligera risa ante la expresión ofendida de Stella.
Kross[B]: "No fue tan cosa del diablo, presidenta. O.… debería decir Rosa. En todo caso, buenos días."
Rosa me miró con una sonrisa animada mientras se acercaba.
Rosa: "Vaya, parece que ya sabes mi nombre. Stella debe haber hablado de mí, ¿no?"
Asentí ligeramente mientras me ponía de pie para saludarla.
Kross[B]: "Algo así. Pero no tuve oportunidad de presentarme. Soy Kross. Es un gusto, presidenta."
Rosa soltó una risa ligera al escuchar cómo la llamaba.
Rosa: "Nada de presidenta. Llámame Rosa, está bien. Así que dime, ¿estás listo para el día? El director nos dijo que podemos pedirte cualquier trabajo pesado que necesitemos."
Noté que Stella me miraba con curiosidad, mientras Rosa esperaba mi respuesta con los brazos cruzados.
Red: (¿Trabajo pesado, eh? ¿Cuánto puede haber en un jardín? ¿Mover macetas gigantes?)
Blue: (No subestimes lo que pueden encontrar. Tal vez sacar un tronco atascado o cargar sacos de tierra. En todo caso, es mejor que aburrirse.)
Kross[B]: "Estoy listo para lo que sea. No importa la tarea, la haré. Así que aprovéchenme mientras puedan este semestre."
Rosa asintió, claramente satisfecha con mi respuesta.
Rosa: "Perfecto. Tenemos un par de cosas pendientes. Necesitamos mover unas ramas grandes al compost y, si queda tiempo, hay un tronco en el área norte que no hemos podido sacar."
Red: (Le atinaste.)
Stella añadió con entusiasmo: "Si te cansas, no te preocupes. Siempre puedes tomar un descanso... aunque dudo que lo necesites~."
Al escuchar ese último comentario de Stella, no pude evitar fruncir levemente el ceño. Algo en su tono me extrañó, hasta que noté que su mirada estaba fija en mis brazos. Claro, con la polera sin mangas que llevaba, los músculos eran más evidentes. Había elegido esa ropa para trabajar con comodidad, pero parecía que eso llamaba más la atención de lo que esperaba.
Red: (Porque nos mira tanto.)
Blue: (¿Estará interesada en cómo son? Ni idea del porqué.)
Rosa, al percatarse de la actitud de Stella, le dio un rápido palmetazo en la parte trasera de la cabeza.
Rosa: "¡Oye! ¿Qué haces mirando como boba? ¡Concéntrate, chamaca!"
Stella se quejó con un pequeño puchero mientras frotaba la parte donde recibió el golpe.
Stella: "¡Ay! No estaba haciendo nada malo."
Antes de que Rosa pudiera comentar algo más, antes de que esta situación pudiera continuar, un grito potente resonó por todo el sitio.
Spears: "¡A TODOS LOS ALUMNOS, TRAIGAN SUS TRASEROS AL FRENTE EN ESTE INSTANTE!"
Sin más demora, Rosa, Stella y yo nos dirigimos hacia el lugar donde Spears estaba esperando.
Cuando llegamos al grupo, aproveché para observar rápidamente a los demás estudiantes. No reconocía a muchos de ellos, salvo a un par que recordaba haber visto en el concierto. Fuera de eso, eran rostros desconocidos. Spears miró al grupo con su habitual semblante autoritario antes de hablar.
Spears: "Gracias a todos por venir. Me alegra ver que nadie ha faltado hoy. Supongo que todos conocen a Rosa, quien estará a cargo de supervisarlos durante este castigo."
Hizo una pausa, levantando un ladrillo de concreto que había cerca. Sin esfuerzo alguno, lo aplastó con una mano, reduciéndolo a polvo en segundos.
Spears: "Si escucho que alguien le causa problemas a Rosa o no hace su trabajo, les aseguro que su castigo no terminará aquí."
Red: (Apuesto que quien desobedezca será recibido con un suplex.)
Blue: (No lo dudes.)
El mensaje quedó claro para todos. Después de eso, Spears asintió hacia Rosa, quien parecía más animada que nunca.
Rosa: "¡Muy bien, chicos! Gracias por venir a ayudar con el embellecimiento del campus. Si trabajamos duro, podríamos terminar antes de lo previsto, ¿no sería genial?"
Algunos estudiantes asintieron tímidamente mientras Rosa continuaba.
Rosa: "Hoy vamos a enfocarnos en deshierbar los jardines, replantar algunas flores y podar unas enredaderas que se han salido de control. Hay suficiente trabajo para todos, así que dividiremos las tareas. Si tienen alguna duda, pregúntenme a mí o a Stella. Ahora, ¡manos a la obra!"
El entusiasmo de Rosa era innegable, aunque algunos estudiantes no parecían compartirlo del todo.
Mientras observaba cómo los demás estudiantes se organizaban en parejas y recogían herramientas como guantes, tijeras de podar, pequeñas palas y rastrillos, me puse a pensar un poco antes de empezar.
Red: (Déjame encargarme del día. Será divertido, lo prometo.)
Blue: (De acuerdo, además eres mejor para los trabajos físicos.)
Red: (Confía en mí.)
Red tomó el mando, haciendo que mis ojos cambiaran de color. Iba a comenzar a buscar herramientas para empezar a trabajar en el jardín, pero justo en ese momento, Stella apareció con Rosa y otra dino naranja. Stella abrió la boca para hablar, señalándome con entusiasmo.
Stella: "¡Kross! Vas a trabajar con Ro-." Se detuvo en seco, su mirada estaba clavada en mis ojos. "Oh... espera. ¿Tus ojos siempre han sido así?"
Rosa, que también lo había notado, inclinó la cabeza, su expresión mostrando una mezcla de curiosidad y desconfianza.
Rosa: "¿Y eso? ¿Tus ojos cambian de color? ¿Por qué ahora uno es rojo? ¿Qué clase de... brujería es esa, chamaco?"
El comentario de Rosa me tomó por sorpresa, pero antes de que pudiera responder, la dino naranja intervino con una sonrisa relajada.
???: "¿Qué tiene de raro? Los míos son raros también, ¿no?"
Blue: (Piensa en algo rápido. No tenemos tiempo para explicaciones innecesarias.)
Red: (Ya, ya. Relájate..., ya sé qué decir.)
Kross[R]: "Ah, sí. Es... una condición. Mis ojos cambian de color de vez en cuando. No sé por qué, tal vez sea algo genético, pero no me causa ningún problema."
Blue: (......¿Es enserio?)
Red: (Cállate.)
Aproveché la oportunidad para cambiar el tema antes de que profundizaran en el asunto y dirigí mi atención a la dino naranja que estaba al lado de Rosa.
Kross[R]: "Por cierto, ¿y tú? ¿Qué pasa con tus ojos? Nunca había visto unos así, son extraños."
Rosa que parecía más seria ahora, frunció el ceño y se tensaran inmediatamente, mirándome con una expresión de desaprobación.
Rosa: "¡Oye! No seas grosero, Kross. No es para tanto."
La dino naranja solo levantó una mano, calmada. Restándole seriedad al asunto.
Heather: "No te preocupes, Rosa. No me molesta. Me llamo Heather. Y sí, mis ojos son... diferentes. Es una condición que tengo, pero no es gran cosa."
Kross[R]: "Ah... entiendo. Perdón si fui demasiado directo. Solo me pareció curioso. Nunca había visto algo así antes."
Heather sonrió de forma despreocupada ante mi comentario. Stella quería preguntar más, pero parece que se contuvo, retomo lo que iba a decir antes señalando a Rosa.
Stella: "Bueno, volviendo al tema... Kross, trabajarás con Rosa. Ella te dirá qué hacer. ¿Todo claro?"
Kross[R]: "Sí, estoy listo."
Rosa hizo un gesto para que la siguiera.
Rosa: "Vente, vamos al cobertizo. Necesitamos sacar algunas cosas antes de empezar."
Asentí y seguí a Rosa, dejando atrás a Stella y Heather.
Red: (Esto se pone interesante. A ver qué nos espera en este día de jardinería.)
...
...
...
3 horas después.
Había pasado la mañana trabajando con Rosa, o, mejor dicho, cumpliendo las tareas pesadas que ella me había asignado. En total, fueron cinco encargos diferentes, cada uno hubiera sido más desafiante para el resto de los estudiantes, pero para mí, apenas eran algo serio.
Primero, tuve que cargar varias bolsas grandes de tierra desde el cobertizo hasta los parterres del jardín. Luego, desenterré un par de viejos troncos secos que habían estado ocupando espacio innecesario. Rosa mencionó que esos troncos llevaban meses ahí porque nadie tenía la fuerza para sacarlos fácilmente. Para mí, fue como mover muebles pequeños.
Después, me encargó instalar unas macetas de piedra en la entrada del jardín. Cada una de esas macetas pesaba lo suficiente como para que se necesitaran dos personas para moverlas. Sin embargo, las levanté y las coloqué en su lugar sin mucho esfuerzo.
El cuarto trabajo fue quitar unas raíces que se habían extendido demasiado en una de las zonas de las flores. Utilicé una pala y un pico, pero realmente no necesitaba herramientas. Con un poco de presión, podría romper las raíces con mis manos.
Por último, Rosa me pidió que ayudara a transportar unas tablas de madera desde un camión que había llegado esa mañana. Iban a usarlas para reparar una cerca del jardín. Llevé todas las tablas yo solo, haciendo el trabajo de tres personas en la mitad del tiempo.
Mientras terminaba, noté que Rosa me observaba con una mezcla de sorpresa y admiración.
Rosa: "Caray, chamaco. Ya hasta me siento mal dándote tanto trabajo. ¿No te cansas nunca o qué?"
Kross[R]: "No es nada. Esto es simple, comparado con otras cosas que he hecho."
Rosa arqueó una ceja, pero no insistió.
Rosa: "Pues mira, el día aún no se acaba. Pero por ahora, ve a mover la olla que está en el cobertizo a la banca de allá. Voy a llamar a los demás para el almuerzo. Es algo que yo misma preparé. Espero que tengas hambre."
Asentí y caminé hacia la gran olla de metal que estaba en el cobertizo. Cuando la levanté, un aroma especiado y cálido llenó el aire. No tenía idea de qué era exactamente, pero su fragancia era diferente a cualquier cosa que hubiera probado antes.
Red: (Bueno, al menos no será esa pasta insípida del laboratorio.)
Blue: (Por ahora, huele mejor que cualquier cosa que hayamos comido allí.)
Coloqué la olla con cuidado en la banca que Rosa había señalado y me senté en la otra banca cercana, tomando un momento para relajarme. Los sonidos del jardín eran tranquilizantes, y después de toda la actividad de la mañana, este pequeño respiro era bienvenido.
De repente, sentí cómo alguien se sentaba a mi lado. Al girar la cabeza, vi a Stella, quien me miraba con su típica sonrisa amistosa.
Stella: "Hola Kross ¿Cómo te fue? ¿Muy pesado el día?"
Kross[R]: "No fue nada. Ni siquiera me siento cansado después de todo." Por cortesía, devolví la pregunta. "¿Y a ti? ¿Cómo te fue, Stella?"
Stella sonrió, jugueteando un poco con uno de los pompones de su cabello.
Stella: "Bien, estuve trabajando con Heather. Nos encargamos de deshierbar la parte trasera del jardín y de replantar unas cuantas flores. Heather es súper rápida con las manos, pero..."
Noté que su voz se iba apagando, y algo en su lenguaje corporal me llamó la atención. Jugaba con sus dedos, como si buscara las palabras correctas, y su cola hacía pequeños movimientos nerviosos a un lado.
Kross[R]: "¿Quieres decirme algo, Stella? Venga, dilo."
Stella dudó un momento antes de hablar, evitando mi mirada por unos segundos.
Stella: "Bueno... tenía algo en mente. Mañana, Rosa y yo teníamos planes de salir a pasear un rato. Nada especial, solo algo tranquilo. Y.… pensé que tal vez podrías venir con nosotras."
Sus palabras me tomaron por sorpresa.
Red: (¿Qué mierda...? ¿Por qué nos está invitando a que la acompañemos?)
Blue: (Tal vez nos ve como alguien interesante...no lo se. ¿O simplemente es...amabilidad? Es difícil saberlo.)
Antes de que pudiera procesar la invitación, Stella agitó rápidamente las manos.
Stella: "¡Olvídalo! Fue una idea tonta. No importa, no tienes que venir."
Su reacción hizo evidente que realmente quería que aceptara, pero no parecía querer presionarme. Aunque todavía estaba confundido, no vi malas intenciones en ella.
Kross[R]: "No...diría que no, Stella. Pero primero consúltalo con Rosa. Si ella no tiene problemas que me una a ustedes, entonces yo tampoco."
La expresión de Stella cambió por completo. Sus ojos parecían brillar como si tuviera pequeñas estrellas en ellos, y una sonrisa de pura alegría se extendió por su rostro.
Stella: "¡¿En serio lo dices?!"
No espere para nada este tipo de reacción, así que simplemente asentí.
Kross[R]: "Sí, como dije no hay problema."
De repente, Stella dejó escapar un pequeño chillido de felicidad, lo que me hizo levantar una ceja.
Red: (Espera, ¿eso fue un... chillido? Pero... ¿sabes qué? A diferencia del de Naomi, no molesta.)
Blue: (Totalmente de acuerdo. Es... soportable, incluso agradable, supongo.)
Stella: "¡Gracias, Kross! ¡De verdad, gracias! Hablaré con Rosa de inmediato."
La energía que irradiaba era... interesante, por decir lo menos. Me limité a observarla mientras iba en busca de rosa.
Poco después, Rosa regresó acompañada por varios estudiantes, incluyendo a Heather y, por supuesto, Stella, quien se sentó nuevamente a mi lado con una sonrisa que parecía iluminar todo a su alrededor.
Rosa: "¡Bien! Antes que nada, quiero agradecerles a todos por el esfuerzo que han puesto hoy. Sé que no es fácil, pero su ayuda en el embellecimiento del campus significa mucho para el club y para mí."
Los estudiantes respondieron con murmullos y pequeñas sonrisas. Rosa señaló la gran olla que había colocado en la banca.
Rosa: "Ahora, como agradecimiento, preparé un plato especial para todos. Esto, muchachos, es pozole rojo. Hice suficiente para que repitan una, dos, ¡o hasta tres veces si quieren!"
El aroma del ‘pozole’ llenó el aire, y aunque no reconocía el plato, el olor era increíblemente tentador. Los estudiantes comenzaron a servir sus porciones, y pronto todos estaban disfrutando de la comida.
Mientras comíamos, Rosa se acercó a mi lado, llevando un plato en la mano.
Rosa: "Kross, necesito hablar contigo. Stella me comentó algo sobre lo de mañana, y.… bueno, primero quiero disculparme un poco por su entusiasmo."
Noté cómo Stella, sentada junto a mí, apartaba la mirada con una sonrisa nerviosa mientras fingía concentrarse en su plato.
Kross[R]: "No fue molesto, de verdad. Como le dije a Stella, si no tienes problemas con que vaya, entonces no tengo inconveniente en acompañarlas."
Rosa arqueó una ceja, aunque una sonrisa divertida se formó en su rostro.
Kross[R]: "Por cierto, este pozole está de 10. En serio, está buenísimo."
Rosa: "Gracias, Kross. Me alegra que te guste. Y respecto a mañana... viendo cómo trabajaste hoy, creo que podremos aprovecharte bien. Cargarás todo lo que compremos en la salida, no deberías tener ningún problema con eso, ¿verdad?"
Su tono era amistoso, pero tenía una pizca de autoridad que dejaba claro que no estaba realmente preguntando. Antes de que pudiera responder, Rosa flexionó su propio brazo, dejando ver un músculo bien definido.
Rosa: "Mira chico, hasta yo podría cargar algunas cosas si quisiera, si te cansas mucho hasta podría ayudarte."
Kross[R]: "Suponía que tenía que hacer algo así. No hay problema. Con estas cosas de que tengo aquí..."
Llevé mi mano izquierda al bíceps derecho y lo palpé mientras lo flexionaba ligeramente, respondiendo a su gesto con una sonrisa calmada.
Kross[R]: "...no creo que haya nada que no pueda manejar."
PUM
De repente, un sonido nos interrumpió: fue el golpe de la cola de Stella contra el suelo...dejo una grieta. Me giré hacia ella y noté que estaba ligeramente sonrojada, mirando mi brazo.
Red: (Que mosca le pico...y ¿porque sigue viendo nuestro brazo?)
Blue: (Sigo sin saber el porqué, pero esta roja... ¿se habrá enfermado?)
Kross[R]: "¿Estás bien Stella? ¿Te sientes mal o tienes fiebre?"
Stella apartó la mirada rápidamente, aún con las mejillas encendidas, y no me respondió.
Vi de reojo cómo Rosa negaba con la cabeza, murmurando algo que no alcancé a entender. Decidí no darle más vueltas al asunto y volví a centrarme en mi plato, disfrutando del pozole, que era, sinceramente, de lo mejor que había probado en mucho tiempo, comparándolo con las comidas de la tía Fang estaba prácticamente a la par.
Blue: (Así que vamos a salir...espero que no sea malo.)
Red: (Descuida, no creo que pase nada.)
Blue: (Si... puedes que tengas razón, no creo que los tipos nos busquen demasiado. Han pasado varias semanas desde eso, y no paso nada por lo del lunes que sepamos. Pero igual tenemos que cuidarnos.)
Red: (Como digas.)
...
...
...
Domingo – Centro comercial de Volcadera – 11:00.
Estaba esperando afuera del centro comercial, Stella me mando la ubicación ayer y aprovecho de darme su número junto con el de Rosa, estaba con las manos en los bolsillos de mi chaqueta. Había optado por un atuendo casual: jeans, zapatillas y una polera sencilla, complementada con una chaqueta ligera. Por insistencia de la tía Fang, incluso me había tomado el tiempo de arreglarme un poco el cabello, algo que normalmente no hacía.
Tía Fang parecía más emocionada por esta salida que yo mismo. No dejó de darme recomendaciones antes de salir: que no llegara tarde, que me comportara bien, y que, si algo pasaba, no dudara en llamarlos. Spears, por su parte, solo me pidió que le mantuviera informado si surgía algún problema, sin mencionar que ambos me dieron dinero para cualquier cosa, me dijeron que era la ‘Mesada’ que recibiría mientras estuviera con ellos. Agradecía el trato que me daban, especialmente después de nuestra conversación del lunes. A pesar de todo, ellos seguían tratándome con normalidad.
Mientras reflexionaba sobre esto, escuché una voz llamándome.
Rosa: "¡Kross!"
Levanté la mirada y vi a Rosa y Stella acercándose. Rosa llevaba un vestido rojo con pequeños detalles en forma de flores, combinado con unos jeans y zapatillas cómodas. Su cabello estaba recogido de la misma manera que lo había visto en el jardín. Stella, por otro lado, parecía más arreglada. Llevaba un conjunto morado que combinaba con ella, aunque otros detalles se me pasaron un poco desapercibidos.
Blue: (Hmm, no está mal. Aunque no entiendo por qué tanto arreglo para un centro comercial.)
Red: (Si tú no entiendes nada de esto. Yo menos, mejor solo saludamos.)
Kross[B]: "Hola, Rosa. Stella, ¿todo bien?"
Rosa me miró con una ceja levantada y un aire ligeramente expectante.
Rosa: "¿Y? ¿No tienes algo más que decirnos muchacho?"
Incliné la cabeza, confundido por su comentario.
Kross[B]: "... ¿Algo más? ¿Qué cosa?"
Red: (¿De qué habla?)
Blue: (Ni idea. Pero deberíamos averiguarlo antes de que nos regañe.)
Rosa con un pequeño suspiro hizo un pequeño gesto señalando su vestimenta y la de Stella, y ahí entendí.
Kross[B]: "Ah... bueno, se ven bien, las dos. Esos atuendos sí que encajan bien con ustedes. Se ven grandiosas"
Red: (¿Sera suficiente?)
Rosa asintió satisfecha con una sonrisa.
Blue: (Lo fue al parecer.)
Rosa: "Eso está mejor, chamaco."
Miré a Stella, quien también asintió levemente, pero con las mejillas ligeramente sonrojadas.
Stella: "Bueno... deberíamos entrar ya, ¿no?"
Sin más preámbulos, los tres nos dirigimos hacia la entrada del centro comercial, listos para lo que nos esperaba en el día.
...
...
...
El día en el centro comercial resultó ser más activo de lo que había anticipado. Comenzamos visitando una tienda de ropa, donde Rosa y Stella parecían disfrutar comparando prendas y accesorios. Aunque no soy alguien que se interese demasiado por la moda, seguí su ritmo, observando cómo Rosa seleccionaba un par de blusas y Stella parecía más interesada en accesorios pequeños. Incluso me pidieron opinión un par de veces, a lo que respondí con comentarios básicos para no quedar mal.
Después, Rosa nos guio hacia una tienda especializada en herramientas y decoración para jardines. Mientras ella inspeccionaba macetas y algunos accesorios como guantes y tijeras de podar, yo observaba cómo Stella se entretenía viendo plantas decorativas artificiales, las cuales parecían fascinarla tanto como las reales. Me limité a cargar las bolsas mientras las dos seguían conversando animadamente sobre flores y enredaderas, un tema en el que definitivamente no tenía mucho que aportar.
Luego, Stella nos llevó a una pequeña tienda que, según ella, era ‘una joya escondida’. Era una tienda relacionada a la astrología y al tarot. Rosa, notablemente incómoda, decidió quedarse afuera, afirmando que no necesitaba ‘andar rodeada de esas cosas’. Stella, por otro lado, estaba encantada, mostrándome cartas, cristales y figuras de diferentes estilos. No entendí mucho de lo que decía, pero le seguí el juego mientras ella seleccionaba un nuevo mazo de tarot que, según explicó, era ‘perfecto para lecturas avanzadas’.
Cuando salimos, decidimos hacer una pausa y tomar un tentempié. Me decanté por un helado simple de chocolate, mientras Rosa escogió un sorbete de mango y Stella uno de frutos rojos. Fue un descanso breve, pero lo suficiente para recargar energías antes de seguir explorando.
El momento más peculiar del día llegó cuando Stella nos llevó a una tienda con un diseño llamativo y colorido. En cuanto entramos, me di cuenta de que estaba llena de figuras, posters y productos relacionados con lo que Stella describió como ‘anime’ o ‘animación japonesa’. Antes de que pudiera hacer preguntas, me bombardeó con información sobre los diferentes programas, personajes y géneros que abarcaba. Todo parecía abrumador, pero, de alguna manera, terminé aceptando su propuesta de ver algunos de esos programas con ellas en el futuro.
A lo largo del recorrido, no dejé de notar cómo las bolsas de compras se acumulaban en mis brazos. Ropa, herramientas, el mazo de tarot de Stella, y un par de cosas más que no reconocía. Sin embargo, no me quejé. Apenas sentía el peso, y cargar todo era un pequeño precio a pagar por acompañarlas en su día.
Finalmente, nos encontramos en la zona de comidas del centro comercial. Rosa optó por una ensalada fresca con aderezo cítrico, mientras que Stella eligió un wrap vegetal. Por mi parte, decidí no incomodarlas con un plato cargado de carne, así que me decanté por una opción más ligera: una ensalada de pollo a la parrilla con aguacate y una porción de pan. Era simple, pero lo suficientemente sustancioso como para llenarme.
Mientras comíamos, no pude evitar reflexionar sobre lo inesperado que había sido el día. Desde las tiendas hasta las conversaciones, todo era diferente a lo que estaba acostumbrado. Pero, en cierto modo, esa diferencia no estaba mal.
La conversación durante la comida fue sorprendentemente fluida. Rosa y Stella hablaban de todo un poco: desde lo que compraron hasta algunas anécdotas del club de jardinería. Stella mencionó con entusiasmo cómo había encontrado un mazo de tarot ‘perfecto’ y lo bien que le había venido el paseo para desconectar. Rosa, por su parte, habló de cómo había aprovechado el día para buscar herramientas nuevas y materiales para el próximo proyecto del club.
Kross[B]: "Bueno, parece que ha sido un día productivo para ustedes."
Rosa: "Claro que sí, Kross. Aunque debo admitir que no esperaba que te integraras tan bien. La mayoría de los que vienen a los castigos apenas hacen lo mínimo, y tú cargaste todo como si nada."
Stella: "¡Sí! Y ni siquiera te quejaste una sola vez. Eres como un caballo de carga... pero en el buen sentido."
Red: (¿‘Caballo de carga’? ¿Eso es un cumplido?)
Blue: (Para Stella, parece que sí. Solo dejémoslo pasar.)
Kross[B]: "No es tan impresionante. Además, comparado con otras cosas... esto fue un juego de niños."
Rosa y Stella intercambiaron una mirada, claramente intrigadas, pero decidieron no preguntar más. Cuando terminamos de comer, el tema de qué hacer a continuación salió a flote.
Stella: "Bueno, todavía es temprano. ¿Qué les parece si vamos al arcade? Está justo aquí en el mall, y sería divertido."
Rosa: "¿El arcade? Hace años que no voy a uno. Pero suena bien. ¿Tú qué dices, Kross?"
Kross[B]: "No tengo problema a donde quieran ir."
Stella aplaudió con entusiasmo, y después de recoger nuestras cosas, nos dirigimos al lugar.
Cuando llegamos al arcade, me detuve un momento en la entrada, impactado por lo que veía. Luces de neón de colores vibrantes adornaban cada rincón del lugar, mientras que sonidos electrónicos, efectos especiales y música llenaban el aire. Las máquinas parecían competir entre sí por la atención de los jugadores, con pantallas que mostraban todo tipo de gráficos en movimiento y un flujo constante de luces intermitentes.
Kross[B]: "¿Qué... es este lugar?"
Rosa, al notar mi expresión, se cruzó de brazos y soltó una carcajada.
Rosa: "¿Qué onda contigo? Pareces un niño viendo un helado gigante. ¿Nunca habías estado en un arcade antes?"
Kross[B]: "No. De hecho, es la primera vez que veo algo así."
Antes de que pudiera procesar más, sentí cómo Stella me tomaba del brazo.
Stella: "¡¿Qué?! Entonces tenemos que hacer que esta sea una experiencia inolvidable. ¡Vamos, te enseñaré todo lo que hay!"
La determinación en su voz y su expresión brillante dejaron claro que no iba a aceptar un ‘no’ como respuesta. Me dejé llevar mientras Rosa nos seguía con calma, riéndose por lo bajo.
El interior del arcade era aún más impresionante. Había máquinas de juego de todo tipo: carreras con asientos y volantes, juegos de disparos con pistolas de plástico, clásicos según Rosa como las máquinas de pinball, y hasta una sección con un enorme que según Stella se conocía como DDR (Dance Dance Revolution) donde un par de estudiantes se movían frenéticamente al ritmo de la música. Stella no perdió tiempo y comenzó a explicarme cada máquina con una emoción contagiosa, como si quisiera asegurarse de que entendiera lo importante que era esta experiencia.
Blue: (Bueno, parece que esto será... interesante.)
Red: (¿Interesante? Parece que será muy divertido. Solo déjate llevar.)
El ambiente en el arcade era todo un torbellino de luces y sonidos. Gracias a Stella, terminé probando varios juegos que jamás habría imaginado. Desde las clásicas carreras, donde Rosa se mostraba sorprendentemente competitiva, hasta juegos de disparos donde, para mi sorpresa, Stella tenía una puntería impecable.
Uno de los momentos más destacados fue cuando Stella se subió al DDR. Seleccionó una canción que parecía sacada del infierno: velocidad extrema, pasos que parecían imposibles. Mientras observábamos, ella se movía con una precisión impresionante, cada paso sincronizado perfectamente con la música. Cuando la canción terminó, la pantalla mostró su puntaje: lo suficientemente alto para entrar en el top 5 de la máquina. Stella se giró hacia nosotros con una gran sonrisa, empapada en sudor, mientras Rosa la felicitaba con un efusivo aplauso.
Red: (¡Eso fue increíble! ¿De dónde saca tanta energía?)
Blue: (Supongo que cuidar jardines no es su único talento.)
Continuamos disfrutando del lugar, turnándonos en diferentes juegos. En uno, Rosa demostró ser experta en las máquinas de pinball, mientras que Stella nos hizo reír al intentar un juego de pesca virtual que no se le daba nada bien.
En un momento, Stella se dirigió emocionada hacia otra máquina, parecía ser un juego de ritmo que parecía haber llamado su atención. Sin embargo, antes de que pudiera siquiera acercarse, alguien la apartó de un empujón.
Era un Edmontosaurus, alto y corpulento...mejor dicho algo gordo, con una expresión que dejaba claro que se creía el dueño del lugar.
Edmontosaurus: "Estas cabinas no son para cualquiera niña. En esta sección solo juegan los mejores jugadores. Así que no te molestes en intentarlo."
Rosa, visiblemente molesta, se cruzó de brazos.
Rosa: "¡Oye, cuidado con lo que haces! No puedes ir empujando a la gente así."
Mientras tanto, me acerqué a Stella para asegurarme de que estuviera bien.
Kross[B]: "¿Todo bien, Stella?"
Stella asintió, aunque parecía un poco sorprendida por el empujón. Volví mi atención al Edmontosaurus, quien seguía con su actitud arrogante.
Kross[B]: "Escucha, no sé quién te crees, pero eso es solo un jueguito. Así que, ¿por qué no te disculpas con ella y seguimos con nuestras vidas?"
Edmontosaurus: "¿Disculparme? Por favor. Aquí no hay espacio para aficionados. Si no puedes estar a la altura, mejor quédate fuera, simio."
Rosa intervino, tratando de calmar la situación, aunque como yo, estaba igual de molesta.
Rosa: "Kross, vámonos. No vale la pena perder nuestro tiempo con alguien así."
Aunque Rosa tenía otras intenciones, yo no estaba dispuesto a dejarlo pasar.
Kross[B]: "No tan rápido, Rosa."
El Edmontosaurus me miró con curiosidad cuando me acerqué más.
Kross[B]: "Hagamos una apuesta, imbécil. Yo juego en esa maquinita que dices que solo los mejores pueden probar, en el nivel más difícil elegido por ti. Si obtengo el puntaje más alto, te postras y te disculpas con Stella. Si pierdo... bueno, me pongo en cuatro patas y ladro como un perro. ¿Qué dices?"
El dino sonrió con desdén, claramente creyendo que tenía la ventaja.
Edmontosaurus: "Trato hecho. Pero no creas que será fácil, Skinnie. Esta máquina es para verdaderos jugadores con reflejos perfectos, no para amateurs como los de tu clase. Espero que estes listo para ladrar."
Stella y Rosa intercambiaron miradas preocupadas, pero antes de que pudieran decir algo, les dediqué una mirada tranquila.
Kross[B]: "No se preocupen. Esto solo tomará un momento."
El Edmontosaurus dejó la máquina configurada en el nivel más difícil, señalándome con un gesto para que comenzara. Sobre la máquina, una pantalla secundaria proyectaba el juego para que todos pudieran ver que sucede con claridad. El título del juego, Dino Dash, parpadeaba en letras brillantes, y el nivel seleccionado tenía un nombre que sonaba a desafío final: Apocalypse Lotus. Bajo el título, 13 estrellas marcaban la dificultad, como una advertencia para cualquiera que se atreviera a intentarlo.
Edmontosaurus: "Déjame decirte algo antes de que pierdas, ‘Skinnie’. Ese nivel es mío. Estoy en el primer lugar con un 97.96% de precisión y más de 775 mil puntos. Lo que estás viendo es dedicación, horas de práctica, puro talento..."
Se pavoneaba frente mientras una multitud se estaba asomando, hinchando su ego a niveles casi cómicos.
Kross[B]: "Sí, sí, lo que digas. Mejor ve preparando esa disculpa, idiota."
Red: (Espero mínimo un combo perfecto en esto.)
Blue: (Sera simple, ¿te acuerdas cuando debíamos evadir esas cosas mientras nos atacaban?)
Red: (Yep, esto no es nada en comparación a eso. Hora de demostrar un poco nuestros reflejos ¿no?)
Blue: (Tu lo has dicho.)
Me coloqué frente a la máquina y pulsé ‘comenzar’. La pantalla cargó con un diseño estilizado: personajes con estética similar a los de la tienda de animación japonesa que Stella había visitado antes. Una voz digital resonó: "Ready... Go!"
Al igual que en los otros juegos que probé ese día, solo necesité unos segundos para entender la dinámica. En la pantalla principal, mi personaje, ubicado a la izquierda, esperaba mientras el HUD se llenaba, barra de vida, barra de fever y mi puntaje, además de las distintas cosas en pantalla para aumentar el combo. Apenas comenzaron a aparecer las primeras notas, las presioné con una precisión exacta, encadenando PERFECT tras PERFECT.
A mi alrededor, Rosa y Stella miraban con preocupación, mientras el Edmontosaurus sonreía confiado, probablemente convencido de que no duraría mucho. La multitud, atraída por el ruido y la situación, comenzó a crecer, formando un círculo de curiosos alrededor de la máquina.
A los 40 segundos más o menos, mi combo superó las 200 notas perfectas. Los murmullos comenzaron a extenderse entre los espectadores. Para mí, esto no era más que un simple juego. En el laboratorio, las pruebas de velocidad y reflejos eran mucho más exigentes; esto era casi relajante.
Cuando el contador alcanzó 700 de combo, los murmullos se transformaron en gritos de apoyo. A cada nota que acertaba, podía sentir cómo la sonrisa del Edmontosaurus desaparecía lentamente. Su ceño fruncido decía más de lo que él mismo habría admitido. No me importaba cuánto tiempo hubiera dedicado a este juego; lo único que importaba era que iba a superar su marca.
Rosa y Stella, que al principio solo observaban, comenzaron a animarme con entusiasmo.
Rosa: "¡Eso es, Kross! ¡Dale su merecido!"
Stella: "¡Vamos, destroza ese récord!"
El combo alcanzó las 960 notas. Hasta ese momento, no había cometido ni un solo error. El ritmo disminuyó brevemente, una señal de que se acercaba el final. Entonces, la música volvió a subir, y las notas comenzaron a llegar con una intensidad frenética. Todo el lugar quedó en completo silencio: la multitud, el Edmontosaurus, incluso Rosa y Stella.
Combo 1000. La música se volvía cada vez más fuerte. La pantalla se empezó a llenar de a poco con las notas restantes, cada vez más difícil, eran claramente diseñadas para hacerme fallar. Pero no lo hicieron. Cada una de ellas fue un PERFECT en el momento justo, hasta que finalmente las últimas notas desaparecieron y la canción había finalizado.
Uno voz digital igual al del inicio más un mensaje en pantalla había dicho ‘Full Combo’, había una gran ‘S’ dorada brillando al medio de la pantalla con otro personaje japones encima de la S, en los laterales, estaban las estadísticas de lo que saque al completar el nivel:
En la derecha: Precisión: 100% / Max Combo: 1458
Perfect: 1458 Great: 0
Pass: 38 Miss: 0
Early: 0 Late: 0
En la izquierda: New Best
Score: 784,014
Hi – Score: 784,014
Había superado al Edmontosaurus, en su jueguito.
Antes de que pudiera girarme por completo, Stella se lanzó hacia mí, abrazándome con fuerza.
Stella: "¡Eso fue alucinante! ¿Cómo puedes tener esa precisión? ¿cómo no fallaste ninguna vez? ¡Fue increíble!"
Rosa también se acercó, dándome una palmada en la espalda mientras sonreía con satisfacción.
Rosa: "Bien hecho, Kross. Eso sí que fue algo para recordar y ahora la mejor parte."
Ambas dirigieron sus miradas al Edmontosaurus, quien permanecía paralizado, con el rostro enrojecido de humillación. La multitud comenzó a aplaudir y a gritar, disfrutando del espectáculo. El dino, rojo de frustración y vergüenza, comenzó a balbucear excusas.
Edmontosaurus: "Eso fue imposible. ¡Debiste hacer trampa! ¡Nadie consigue esa precisión la primera vez! Seguro que la máquina estaba mal calibrada o algo..."
Alcé una ceja y dejé que siguiera hablando, acumulando una audiencia cada vez más grande con sus protestas. Esperé el momento adecuado, hasta que finalmente intervine, con mi tono calculado y cortante.
Kross[B]: "¿Trampa, dices? Porque, según tú, esta máquina era ‘tu territorio’. Eres un campeón, ¿verdad? Uno de los mejores. Entonces, si pierdes en tu propio juego, ¿es trampa? O tal vez... simplemente no eres tan bueno como pensabas."
El círculo de personas y dinos que se había formado comenzó a murmurar, aumentando la presión sobre el Edmontosaurus.
Kross[B]: "Pero claro, siempre puedes seguir buscando excusas. Es más fácil que admitir que alguien nuevo te superó. Aunque, si fuera yo, cumpliría mi palabra. Porque, ¿qué tan grande es alguien que no puede respetar una apuesta?"
La multitud se unió a la presión, con risas y comentarios como "¿No que era el mejor?" y "Vamos, cumple con lo que dijiste." El dino, incapaz de soportar más, cedió finalmente.
Con una expresión de humillación, se arrodilló frente a Stella.
Edmontosaurus: "...Lo siento. Me disculpo por haberte empujado. No volverá a pasar, perdón."
Stella, aún sorprendida, apenas logró responder con un nervioso "Está bien."
La multitud comenzó a dispersarse entre risas y comentarios, mientras yo me giraba hacia Rosa y Stella.
Kross[B]: "Creo que ya es suficiente por hoy. ¿Vamos?"
Ambas asintieron, y juntos recogimos nuestras cosas y salimos del arcade. En el camino hacia la salida del centro comercial, Stella comenzó a hablar sobre lo sucedido.
Stella: "No puedo creer cómo comenzó todo... y cómo lo terminaste. Fue increíble, pero en serio, Kross, ¿cómo lo hiciste? ¿Cómo lograste ese puntaje? ¿Cómo no fallaste ni siquiera una vez una nota perfecta?"
Kross[B]: "Es un secreto, Stella."
Stella infló las mejillas, frustrada por mi respuesta, pero no insistió. En cambio, cambió de tema con algo más personal.
Stella: "Oye... ¿Cómo lo pasaste hoy? Quiero decir, con nosotras en esta salida."
Me tomó un momento entender su pregunta, y cuando lo hice, me quedé un poco perplejo.
Kross[B]: "¿Qué quieres decir con eso exactamente?"
Fue Rosa quien intervino, con su tono directo pero amable.
Rosa: "Mira Kross, la idea de Stella era querer animarte un poco, que despejaras tu mente. Después de lo que pasó el lunes, Stella pensó en encontrar una manera de acercarse a ti y hablar sobre eso, pero no sabía cómo, así que espero hasta el sábado en el embellecimiento del campus. Ahí se le ocurrió invitarte hoy. Quería que te relajaras un poco."
Salimos del centro comercial, y el cielo naranja de la tarde se extendía sobre nosotros. Me detuve un momento, sorprendido.
Kross[B]: "Lo pasé bien, pero... ¿por qué tomarse tantas molestias? Apenas hablamos el sábado. No había necesidad de todo esto."
Stella bajó un poco la mirada, pero luego respondió con voz sincera.
Stella: "Porque, a pesar del caos del lunes y lo que pasó en la cafetería el viernes, Rosa y yo estuvimos ahí en ambas ocasiones. Y cuando hablamos el sábado, noté que eras... una buena persona y pude confirmarlo el día de hoy. Cuando hablé de mis cosas, no te alejaste ni me miraste raro. Normalmente, cuando menciono cosas como el tarot o el anime, la gente me tacha de rara y se aparta de mí. Pero tú no lo hiciste. Me escuchaste, y eso fue suficiente para saber que quería pasar tiempo contigo."
Rosa asintió, apoyando las palabras de Stella.
Rosa: "Yo también pensé que causarías problemas con en el jardín, llegué a pensar que arruinarías algunas de mis preciadas flores, pero en lugar de eso, hiciste el trabajo más fácil. Fuiste educado, trabajaste duro... y bueno, hoy lo confirmaste. Fue una buena decisión invitarte."
Red: (... ¿Qué demonios está pasando? ¿Por qué dicen estas cosas?)
Blue: (...Primero fue Spears y la tía Fang, y ahora estas dos dinos. Es... raro, pero no se siente mal. Aunque...aún no sé qué pensar)
Mi paso se hizo más lento mientras procesaba sus palabras.
Kross[B]: "No sé... No les creo que sea tanto. Apenas nos conocemos. ¿Por qué pensar tanto o salir conmigo si no hay razones para hacerlo?"
Stella, con una sonrisa que parecía iluminar su rostro, respondió sin dudar.
Stella: "No necesito razones para pasar tiempo con un amigo."
Rosa asintió con firmeza.
Rosa: "Exacto. No siempre se necesitan razones."
Me quedé sin palabras por un momento, y antes de poder responder, Stella añadió con entusiasmo girando para mirarme:
Stella: "¡Así que esto significa que podemos hacerlo otra vez, ¿verdad?!"
Sus ojos brillaban mientras me miraba con entusiasmo, pero yo me había quedado quieto, con la cabeza baja, sin poder responderle a la Stella.
Stella: "... ¿Kross? ... ¿sucede algo?"
Rosa también se giró hacia mí, y ambas pudieron notar cómo mis manos apretaban con fuerza las bolsas que llevaba.
Red: (... ¿Esto es real? ¿Acabamos de escuchar eso?)
Blue: (...Lo dijeron... en serio...no note ningún rastro de falsedad en como lo decían. Y nosotros... no sabemos qué hacer con ello, ¿verdad?)
Red: (No, y eso me está matando... ¿Cómo se supone que reaccionemos a algo como esto? Con Spears y la tía Fang fue lo mismo...)
Blue: (Supongo que siendo honestos. No podemos ignorarlo.)
Kross[B]: "¿De verdad me consideran un amigo? ... a mi..."
Mi voz salió baja, casi un susurro, pero lo suficientemente clara como para que ambas me escucharan.
Rosa arqueó una ceja y, con un tono firme pero no severo, preguntó:
Rosa: "¿Y por qué dices eso?"
Kross[B]: "No he tenido un amigo... en demasiado tiempo. Siempre he estado solo y no creo que alguien que ha causado problemas como yo sea un buen amigo."
Antes de que pudiera continuar, sentí la mano de Stella en mi hombro. Su toque era ligero, pero firme, y su expresión reflejaba una sinceridad innegable.
Stella: "Lo digo en serio, Kross. Te considero un buen amigo. Lo que hiciste hoy en el arcade... fue increíble. No solo por romper el récord, sino por cómo manejaste todo solo porque un idiota me empujo."
Del otro lado, Rosa colocó su mano en mi otro hombro.
Rosa: "No pienses tonterías, chamaco. Eres nuestro amigo. Punto."
Me quedé en silencio por un momento, asimilando sus palabras. Finalmente, asentí levemente.
Kross[B]: "Gracias... por eso. Lo digo en verdad..."
Rosa sonrió.
Rosa: "No tienes que agradecer nada, pero lo aceptamos. Ahora, vámonos que se nos hace tarde."
Reanudamos nuestra caminata hasta llegar a un auto naranja, claramente el vehículo de Rosa. Después de colocar todas las bolsas en el maletero, Rosa me miró.
Rosa: "¿Quieres un aventón? Es tarde y ya hiciste mucho hoy."
Kross[B]: "Gracias, pero declinare tu oferta. Un poco mas no hará ningún daño. Además, quiero caminar para pensar en algunas cosas."
Stella se despidió primero, con una sonrisa cálida.
Stella: "Entonces, nos vemos mañana, Kross. ¡Cuídate!"
Rosa asintió.
Rosa: "Cuídate, Kross. Y no llegues tarde a la escuela."
Kross[B]: "Hasta mañana. Gracias por todo."
Comencé a alejarme, pero antes de que pudiera avanzar mucho, escuché la voz de Stella desde el auto.
Stella: "¡Kross! ¡Espero verte en la entrada de la escuela mañana! ¿Almorzarás con nosotras?"
Me giré ligeramente, levantando el brazo con el pulgar en alto.
Kross[B]: "¡Sí, por supuesto! ¡Nos vemos mañana!"
Con eso dicho, vi cómo el auto se alejaba lentamente, mientras yo me dirigía hacia casa. En el camino, saqué el teléfono que me dio la tía Fang y envié un mensaje a Spears, informándole que iba de regreso.
Mientras caminaba bajo el cielo que ahora se teñía de un naranja más oscuro, no pude evitar reflexionar sobre el día.
Red: (... ¿De verdad esas chicas serán nuestras primeras amigas?)
Blue: (Sí. Y no me arrepiento de eso. Fue un buen día.)
Red: (... Si...lo fue.)
Kross[B]: "Qué bueno que Spears me metió al embellecimiento del campus...le agradeceré cuando llegue."
Continué caminando, agradeciendo en silencio el haber pasado el día con Stella y Rosa.
...
...
...
En el auto de Rosa con Stella.
Stella se apoyó contra el asiento del auto mientras Rosa conducía, mirando por la ventana al cielo que ya comenzaba a oscurecerse. No podía evitar repasar en su mente todo lo que había pasado durante el día.
Pensó en cómo Kross había aceptado sin problemas todo lo que le mostró, desde las cartas del tarot hasta la tienda de anime, sin una pizca de juicio o burla. Eso era... raro, para alguien como ella. Y luego estaba lo del arcade. Aún recordaba con claridad cómo se plantó frente a ese Edmontosaurus y, sin dudarlo, se puso a defenderla.
Suspiró ligeramente, perdiéndose en sus pensamientos.
Rosa, notando el gesto, soltó una pequeña risa mientras mantenía la vista en la carretera.
Rosa: "¿Qué? ¿Estás pensando en el chamaco?"
Stella se sobresaltó un poco, volviendo a la realidad.
Stella: "¿Qué? ¡No! ¿Solo estoy pensando en.… el día, fue divertido, no es así?"
Rosa levantó una ceja sonriendo, claramente no convencida.
Rosa: "Ajá. No te hagas la tonta, Stella. Vi lo que hiciste en estos dos días."
Stella: "¿Qué hice?"
Rosa soltó una carcajada corta.
Rosa: "Por favor. Te pasaste todo el día mirándolo, desde ayer que lo estas comiendo con la mirada, y no me hagas recordarte como azotaste el piso con tu cola cuando mostro un poco sus brazos. Y también no me hagas hablar de cómo lo llevaste del brazo en el arcade o cómo lo mirabas cuando terminaste ese juego de baile."
Stella sintió cómo su rostro comenzaba a arder mientras miraba a cualquier lado menos a Rosa.
Stella: "Yo... Bueno... Tal vez me interese un poco. ¿Y qué?"
Rosa: "¿Un poco? ¡Ja! Claro, como tú digas. Pero te lo advierto, Stella, ese chico parece ser más denso que una roca. Vas a necesitar paciencia."
Stella suspiró, aunque una pequeña sonrisa cruzó su rostro.
Stella: "Sí, ya me di cuenta. Pero, ¿no crees que hay algo más en él? No sé... algo que no nos está contando."
Rosa asintió, su expresión adoptando un matiz más serio.
Rosa: "Claro que hay algo. No sé qué, pero lo hay. Lo he notado en dos cosas, la primera es en sus ojos, es muy raro que cambien de color de esa manera y la forma en como lo dijo no me convenció para nada. Lo segundo vendría siendo en lo que puede hacer. No es normal que alguien de su tamaño tenga esa fuerza o esos reflejos. Pero..."
Stella: “¿Pero que, Rosa?
Rosa: "Tal vez tiene un motivo para no decirlo. Y si lo tiene, hay que respetarlo hasta que quiera hablar, no parece un mal muchacho después de todo. Aunque sí te digo, algo raro hay ahí."
Stella se quedó pensativa por un momento, luego asintió lentamente.
Stella: "Sí, tal vez tengas razón. Supongo que, si llegamos a ser más cercanos, lo descubriré eventualmente."
Rosa sonrió y le dio unas palmaditas en el hombro.
Rosa: "Buena actitud. Pero recuerda, paciencia. Mucha paciencia."
Stella río suavemente y dejó que el silencio se asentara en el auto mientras continuaban el viaje, cada una sumida en sus pensamientos.
...
...
...
En algún lugar fuera de Volcadera Bluffs.
El laboratorio a las afueras de Volcadera nos encontrábamos en la oficina del Dr. Richter, una vez un símbolo de precisión y orden, ahora era un caos de papeles esparcidos por todas partes. Mapas, informes, y gráficas cubrían las superficies, cada uno un testimonio del obsesivo intento de rastrear a Código Acus. Richter estaba sentado en un viejo sillón de cuero desgastado, su única mano revisando su tableta con un nuevo informe de los contactos del jefe.
El documento detallaba una nueva posibilidad de donde podría estar código Acus después del Pre-informe policial que había recibido. Había una posibilidad de que el sujeto estuviera vinculado a un edificio estudiantil llamado Volcano High, un lugar que a ojos de Richter era poco más que un nido de mediocridad.
Richter: "¿Cómo puede mi creación, el pináculo de la ingeniería genética, estar rodeado de simples insectos? Seres inferiores... eso es lo que son. Y, sin embargo, ahí puede estar."
Sus palabras, llenas de resentimiento y asco, resonaron en la oficina mientras golpeaba el suelo con la punta metálica de su bastón. Un golpe en la puerta lo sacó de sus pensamientos.
Richter: "¿Qué? ¿Quién es? Pasa de una vez."
La puerta se abrió lentamente, revelando al Dr. Everett, quien parecía más desgastado de lo habitual. Sus ojeras profundas contrastaban con la formalidad que intentaba mantener.
Everett: "Dr. Richter, buenos días. Le traigo el informe más reciente sobre el Prototipo Gamma."
Richter enderezó su postura, la curiosidad brillando brevemente en sus ojos cansados.
Richter: "Adelante, Everett. Sorpréndeme."
Everett ajustó sus gafas y sacó un portapapeles con gráficos y anotaciones detalladas.
Everett: "El cuerpo del híbrido está mayormente completo. Usamos los datos de Código Acus para replicar su fuerza y resistencia. Sin embargo, no pudimos replicar su apariencia específica. Eso era... imposible. En su lugar, tomamos los ADN disponibles y permitimos que estos definieran el aspecto del sujeto."
Richter: "Tsk...no se puede todo, ¿Y el resultado?"
Everett continuó, su voz algo tensa:
Everett: "El prototipo combina características destacadas de varias especies. La base principal proviene del Tyrannosaurus rex y el Giganotosaurus, asegurando una musculatura excepcional para fuerza bruta. Para la resistencia, usamos ADN de Pliosaurus y Diplodocus, garantizando que pueda soportar ambientes extremos y mantener su energía durante largos periodos."
Richter asintió lentamente, su interés creciendo.
Richter: "¿Y cómo luce Gamma? Descríbemelo."
Everett tomó aire, como si tratara de reunir las palabras adecuadas.
Everett: "El sujeto mide poco más de 2 metros de altura, con una constitución corpulenta diseñada para el combate. Su piel es escamosa, de un tono oscuro que mezcla grises y verdes, con un brillo metálico en ciertas áreas para mayor durabilidad. Sus brazos son largos y musculosos, con garras retráctiles diseñadas para cortes precisos. La cola, gruesa y poderosa, es lo suficientemente fuerte como para causar estragos en cualquier estructura. Además, hemos reforzado sus piernas, otorgándole una capacidad de salto impresionante y velocidad en distancias cortas. Con esto, se estima que para cuando esté listo gamma tenga una clasificación mínima AL.”
Richter dejó escapar una pequeña sonrisa, un gesto raro en su rostro marcado por el desprecio y la fatiga.
Richter: “Impresionante. Al menos, en papel, Gamma está cumpliendo con nuestras expectativas. Siendo el primer caso, y la velocidad a la que lo estas manejando no me sorprende. Como van las pruebas de control”
Everett ajustó sus gafas mientras revisaba sus notas.
Everett: “Sobre eso... aún quedan pendientes. El chip de control ya está diseñado, y estamos finalizando las configuraciones para sincronizarlo con las pulsaciones del sujeto. Esto nos permitirá monitorear su estado en tiempo real, incluyendo si está vivo o no. Dr. Richter, debo decirlo... El prototipo Gamma está avanzando de manera impresionante, pero... creo que sería prudente reconsiderar la fecha de despliegue. Este sábado no es suficiente tiempo para asegurar que todo esté listo sin contratiempos."
Richter arqueó una ceja, golpeando el suelo con su bastón de manera rítmica.
Richter: "¿Qué intentas decirme, Everett? Sé claro."
Everett tragó saliva antes de hablar con cautela.
Everett: "Necesitamos una semana más. Para el sábado 25, podríamos garantizar que Gamma esté completamente operativo. Si me permite resumirlo, el prototipo ya tiene la capacidad de un AL, con fuerza, velocidad y reflejos por encima de un individuo no híbrido. Sin embargo, con el tiempo extra, podemos incorporar mejoras mediante el chip de monitoreo."
Everett hizo una pausa, sacando un esquema del chip y señalando ciertas áreas destacadas.
Everett: "Si integramos la resina mediante conductores de última generación con el chip, podríamos aumentar el rendimiento de Gamma, permitiéndole alcanzar cualidades cercanas a las de un AC de nivel bajo. Esto incluiría poder optimizar el sistema de fuerza máxima y reflejos del sujeto. Además, asegurando que su rendimiento físico no solo sea superior, sino también sostenible en caso de que código acus se resista."
Richter lo observó en silencio, procesando cada palabra. Finalmente, dejó escapar un suspiro largo, su mirada severa fija en Everett.
Richter: "Me estás diciendo que quieres retrasar la operación porque crees que puedes mejorar lo que ya es suficiente. Everett, no tengo tiempo para perfección innecesaria... Pero."
Richter se inclinó ligeramente hacia adelante, apoyándose en su bastón.
Richter: "Si esto significa que Gamma será más confiable, lo aceptaré. Pero escucha bien: no habrá más retrasos. El sábado 25 quiero resultados, y quiero que Código Acus esté entre esos resultados. ¿Me entendiste?"
Everett asintió con firmeza, sintiendo el peso de la aprobación y la amenaza en las palabras de Richter.
Everett: "Entendido, doctor. Me aseguraré de que Gamma esté completamente listo. No habrá fallos."
Richter lo despidió con un gesto de su mano, su rostro volviendo a mostrar esa sonrisa fría y calculadora.
Richter: "Bien, retírate ahora. Recuerda que esta prueba vera que tan conveniente son estas ‘cosas’.”
Everett salió de la oficina, cerrando la puerta con cuidado. En el interior, Richter observaba los mapas y gráficos en su mesa con una expresión de pura satisfacción.
Richter: "sábado 25... Gamma será la llave para encontrarlo. Código Acus, no sabrás lo que te espera."
Fin del capítulo 6.
Notes:
Uno que otro toque...una que otra reescritura...y ya. Creo que quedo bien aunque sigo teniendo dudas por la escena del arcade pero ahí esta. También quería agregar un poco mas de cuando será la aparición de gamma y bueno, ya se pueden hacer una idea de su apariencia. el capitulo 7 aun esta en desarrollo pero en unos días estará listo....tal vez pal 25, no se.
Como curiosidades.
1.- Kross mide aprox 1.86 metros, la única dino que lo pasa en estatura seria Rosa. Los experimentos no hicieron que tenga tanto musculo; es tonificado, con un equilibrio entre fuerza funcional y estética. No tiene músculos marcados como los de un fisicoculturista, pero sí lo suficientemente definidos como para que se note su fortaleza física.2.- En el arcade se divirtieron tanto Red como Blue, Red le fue mas a los juegos de fuerza y a los de suerte, mientras que Blue fue mas a los que necesitan precisión. El añadido de Muse Dash fue meramente porque estaba escuchando una canción y el reproductor automático me llevo a la misma canción pero en el juego, tal vez en un futuro dejo que Kross vaya a un Karaoke...
3.- El nivel de Muse Dash que use es un custom de 13 estrellas, la pista/chart original es de 11. Y por lo que busque, se puede sacar un puntaje mayor a 850K solo que quería que tuviera un 100% de precisión mas que nada.
Nada mas que añadir. Saludos a Dardragun707 que saco su nueva historia con un prota vaquero me encanto el inicio. A patata que subió capitulo del ruso. A SrSenior que aun tengo que darme tiempo para leer su fic de Fallout. A xomy90 que parece que seguiré sacando capítulos cada poco. Y a todos los que llegan al final y a los que comentan.
Hasta el próximo :]
Chapter 7: Tranquilidad interrumpida
Summary:
Tercera semana de Kross en el instituto Volcano, en donde al parecer tendrá cierto encuentro con una Ptero y talvez el de alguien mas.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
El miércoles marcaba el punto medio de una semana sorprendentemente tranquila, al menos en comparación con las anteriores. Desde la salida al centro comercial con Rosa y Stella, había pasado más tiempo con ellas, especialmente durante los almuerzos en la escuela. Stella siempre encontraba algo de qué hablar, ya fuera sobre los distintos programas que veía, sus cartas del tarot o cualquier otro tema. Rosa, por su parte, mantenía un balance, compartiendo historias de su infancia o simplemente contándonos cosas relacionadas al jardín.
Fang, curiosamente, también parecía haber cambiado un poco su actitud hacia mí. Aunque sus comentarios aún eran un poco cortantes, había un tono diferente en su voz, como si le gustara pasar tiempo conmigo. Trish, en cambio, seguía siendo la misma tormenta de agresión que siempre parecía estar al borde de estallar. Reed... bueno, Reed seguía en su mundo, con esa mirada perdida y los movimientos lentos que lo caracterizaban. No había intentado hablar mucho con él, y parecía que él tampoco tenía intención de acercarse.
Sin embargo, algo que me resultó curioso durante la semana pasada, fue Naomi. Aunque ya no intentaba acercarse ni interrumpir mi vida, podía sentir sus ojos en mí durante varias clases o incluso durante mis almuerzos con Stella y Rosa. Sus miradas eran rápidas, pero constantes, como si estuviera observándome o esperando algo. No era una sensación que me gustara. Tarde o temprano, tendría que averiguar qué demonios quería.
En este momento, estaba en la clase de música, sentado junto a un piano con algunas teclas en mal estado. En su escritorio, el profesor dormía en su silla, aparentemente ajeno a lo que ocurría en el aula. La asignación que había dejado no era complicada, pero tampoco me había molestado en comenzar todavía. Mientras estaba ahí, algo inesperado captó mi atención.
Una melodía comenzó a flotar por la sala, suave y cautivadora. No era como algo que hubiera escuchado antes. Esto era diferente. Había algo... pacífico en esas notas.
Red: (Eso suena... bien...es bastante linda esta melodía...)
Blue: (Sí, mucho mejor. Es agradable... relajante.)
Mis ojos comenzaron a buscar el origen del sonido, y pronto lo encontré. Era Fang. Estaba en una esquina del aula, con una guitarra en las manos, tocando con una concentración total. Me levanté de mi asiento con cuidado, caminando hacia ella sin hacer ruido. Quería escuchar mejor, sin interrumpir.
Observé cómo sus dedos se movían con precisión sobre las cuerdas, cada nota resonando con una emoción que no esperaba. Era como si estuviera tocando solo para sí misma, ajena al caos del mundo que la rodeaba.
Cuando terminó de tocar, me acerqué un poco más.
Kross[B]: "Eso fue hermoso."
Fang levantó la vista hacia mí, claramente sorprendida.
Fang: "No es para tanto..." Su voz era más baja de lo habitual, casi como si estuviera tratando de restarle importancia a lo que acababa de tocar.
Kross[B]: "¿Desde cuándo puedes tocar así?"
Fang: "¿Tocar así? Mmm... supongo que desde preescolar. Aunque, al principio, comencé con el piano. Me regalaron mi primera guitarra tiempo después, y me enganché. Participé en varias cosas mientras aprendía. Incluso me uní a la banda de la escuela, aunque me salí en la temporada de marchas. Ese uniforme no era lo mío."
Kross[B]: "¿El uniforme? ¿Tan malo era?"
Fang: "Horrible. Parecía sacado de una película de bajo presupuesto. ¿Qué quieres que te diga?"
Sonreí ligeramente ante su respuesta y me senté junto a Fang, comenzando a trabajar en la asignación. Sin embargo, no tardé en notar que Fang me observaba de reojo.
Fang: "Eso está casi en blanco. ¿Apestas en esto o qué?"
Kross[B]: "Estoy bien. Me manejo. Es solo que... bueno, con un profesor así..." Señalé discretamente al profesor, que seguía roncando en su silla. "...se tarda más tiempo en entender las cosas."
Fang me miró con algo de duda antes de inclinarse ligeramente hacia mi hoja.
Fang: "¿Quieres ayuda?"
Por un momento, me quedé en silencio, sorprendido por su ofrecimiento.
Red: (Espera, ¿nos está ofreciendo ayuda? ¿Qué sigue, Naomi pidiéndonos perdón?)
Blue: (No lo arruinemos. Digámosle que sí. Puede ser bastante útil.)
Kross[B]: "Está bien. Tal vez así termine más rápido."
Fang acerco su asiento hacia mí y en cuestión de minutos, mi hoja estaba prácticamente terminada. Su manera de explicarlo era directa y fácil de entender, mucho mejor que lo que el profesor podría haber hecho despierto.
Fang: "Listo. ¿Ves? No era tan complicado."
Kross[B]: "Gracias. Eso fue rápido."
Fang se recostó en su asiento, mirándome con cierta curiosidad.
Fang: "¿Puedo preguntarte algo?"
Kross[B]: "Depende de qué sea."
Fang: "Escuché a Naser decir que el nuevo estudiante se cambió de escuela. Y no sé... Quiero entender cómo alguien que apenas lleva un poco más de dos semanas aquí parece haberse integrado en mi grupo a pesar de lo que paso en tu primer día. Te he visto juntarte con el club de jardinería también, y ahora estás aquí, hablando conmigo. Es... curioso."
Su pregunta me tomó desprevenido.
Red: (Cierto que estaba esa cosa del ‘cambio de escuela’)
Blue: (Es una mentira, pero tampoco es como que lo podamos decir...)
Kross[B]: "Es complicado hablar de ese tema. La verdad, no tenía planeado integrarme a nada o nadie desde que llegue. Las cosas simplemente resultaron así, y ahora estoy aquí. No hay mucho más que decir."
Fang parecía pensativa, pero al final asintió con una pequeña sonrisa.
Fang: "No pasa nada. Es solo que tenía ese presentimiento. Hace tiempo que no conozco a nadie nuevo. La mayoría han sido... imbéciles, como los del concierto."
Mientras Fang hablaba, revisé la hoja que habíamos terminado, aun me sorprende la simpleza con la que me explico las cosas. Fue en ese momento cuando ella se levantó de su asiento.
Kross[B]: "¿A dónde vas? Todavía no suena la campana."
Fang: "Al baño. ¿Qué más haría?"
La vi salir de la clase, pero al mirar hacia su asiento, noté que había dejado su teléfono ahí. Lo tomé y lo puse en mi mesa para mantenerlo a salvo mientras revisaba la hoja nuevamente.
Cuando Fang regresó, miró rápidamente a su mesa antes de volver a dirigirme la mirada.
Fang: "¿Me perdí de algo?"
Kross[B]: "El profesor movió un poco los dedos, pero nada más."
Extendí mi mano con su teléfono.
Kross[B]: "Por cierto, olvidaste esto."
Fang tomó su teléfono y volvió a sentarse, agradeciéndome con un gesto leve. Observé nuevamente la hoja completada y, después de un momento, le dirigí la palabra a la Ptero:
Kross[B]: "Eres buena enseñando, ¿sabes? Explicas muy bien los conceptos. Y después de escucharte tocar la guitarra... no tengo dudas de porque eres tan buena en eso."
Vi cómo un ligero rubor se formaba en sus mejillas. Pero algo más captó mi atención. Un sonido constante.
Thump. Thump. Thump.
Busqué la dirección en la que venía ese sonido y noté que provenía de su cola, que golpeaba rítmicamente contra el respaldo de su asiento.
Red: (¿Qué está haciendo?)
Blue: (No lo sé. Pero es... interesante.)
Kross[B]: "¿Qué haces con tu cola? Parece un metrónomo."
Fang, visiblemente nerviosa, apartó la mirada un segundo, antes de responderme.
Fang: "Estoy... pensando en una nueva canción. Marcando el ritmo. Es algo como... un proceso creativo..., nada importante."
La explicación era dudosa, pero decidí no darle más vueltas. Saqué mi teléfono y noté que aún quedaban unos minutos antes de que terminara la clase. Aproveché el tiempo para hacerle otra pregunta.
Kross[B]: "Entonces..., Fang. ¿Por qué no tocas algo como eso con tu banda? Siendo sincero, sonaba mucho mejor que los dos bajos compitiendo entre sí."
Fang levantó la vista, mirándome directamente a los ojos como si buscara alguna señal de burla o sarcasmo. Pero no encontró nada más que curiosidad genuina en mi expresión. Suspiró antes de responder.
Fang: "Porque así se decidió en una votación."
Kross[B]: "¿Te importa si pregunto más detalles?"
Fang asintió, su cola ahora inmóvil mientras comenzaba a hablar.
Fang: "Pues... en la banda solo estamos Reed, Trish y yo. Así que cuando necesitamos decidir algo, lo hacemos por votación. La idea fue de Trish; decía que era un buen modelo de negocio. Reed, por su parte, insistió en que tener dos bajos en la banda sería más... único."
Asentí mientras procesaba lo que decía, aunque no podía evitar sentir que algo no cuadraba del todo.
Kross[B]: "Entiendo, pero sigue siendo difícil verlo bien. Quiero decir, eres increíble con la guitarra, pero no digo que no puedas tocar el bajo."
Fang dejó escapar una pequeña risa seca.
Fang: "Sé tocar el bajo, pero hay algo que... bueno, cuando intentas hacer algo poco convencional, especialmente en la música, necesitas saber lo que haces. Si no, todo se reduce a dos opciones: o suena bien o suena fatal. No hay término medio."
Mientras hablaba, tomó la guitarra nuevamente y comenzó a rasguear unas notas, una melodía simple, pero con un ritmo que parecía reflejar sus pensamientos.
Kross[B]: "Entiendo tu punto. Pero, mira, de primeras, eso de 'modelo de negocio' tiene poco sentido. Están en la escuela, ¿no? Esto debería ser para divertirse, pasar el tiempo, no para tomárselo como una empresa."
Fang levantó la vista, ligeramente sorprendida.
Fang: "Es divertido tocar con Trish y Reed, de verdad lo es."
Kross[B]: "¿Lo es? Incluso cuando haces lo que ellos quieren, aunque claramente disfrutas mucho más tocando la guitarra. Eso es algo que cualquiera puede notar con solo verte."
Las cuerdas dejaron de sonar. Fang volvió a mirarme, su expresión una mezcla de incredulidad y algo más profundo, como si estuviera considerando seriamente lo que acababa de decirle.
Fang: "No... no es así. Es solo que... Trish dice... Reed también cree que estamos mejor con dos bajos. Ellos dicen que suena mejor así."
Kross[B]: "¿Y tú lo crees?"
Fang guardó silencio, bajando ligeramente la mirada hacia su guitarra.
Kross[B]: "Escucha, Fang. No digo esto para hacerte sentir mal, pero tienes que ser honesta contigo misma. Si realmente disfrutas tocar la guitarra, ¿por qué te conformas con lo que otros deciden? Deberías hablar con ellos. Decirles cómo te sientes. Tal vez te sorprendas y ellos también quieran intentarlo. Y si no... entonces demuéstrales lo que realmente te apasiona hacer. A veces, las acciones dicen más que cualquier discusión."
Sus ojos se alzaron de nuevo, con un destello de duda que ahora se mezclaba con una chispa de decisión.
Fang: "... ¿Crees que debería decirles algo?"
Kross[B]: "No soy quién para decirte qué hacer, pero creo que mereces ser escuchada. Tienes un talento increíble, y es una pena que lo escondas solo porque alguien más dice que así está bien. Piensa en lo que realmente quieres, no en lo que otros esperan de ti."
Fang dejó escapar un suspiro, relajándose un poco mientras asentía.
Fang: "...Gracias. Y hablando de eso... me acabo de acordar. Hoy, después de la escuela, tengo un ensayo con la banda. ¿Por qué no vienes conmigo? Podrías comprobar por ti mismo si tienes razón o no."
Pude notar como lo último que dijo no era del todo verdad, que capaz era una excusa para que yo estuviera en el auditorio, tal vez para darle apoyo.
Red: (¿Y qué dices, Blue?)
Blue: (No perdemos nada con ir.)
Kross[B]: "Está bien. Estaré ahí."
...
...
...
Camino al auditorio.
Caminaba junto a Fang, quien cargaba tanto su bajo como la guitarra que pidió ‘prestada’ de la clase de música. El contraste entre los dos instrumentos era llamativo, y aunque la carga debía ser algo molesta, parecía manejarlo con facilidad.
Kross[B]: "¿Segura que no necesitas ayuda con uno de esos?"
Fang: "Estoy bien. Puedo con los dos."
Su tono era firme, aunque no había rastro de molestia en su respuesta. Solo asentí, respetando su decisión, y seguimos caminando en silencio el resto del trayecto.
Al llegar al auditorio, Fang se detuvo frente a las puertas cerradas. Me adelanté para abrirle paso, notando cómo me lanzaba una mirada breve de agradecimiento.
Fang: "Gracias."
Entramos juntos al auditorio. Desde mi posición, podía ver a Trish y Reed en el escenario. La Triceratops parecía ajustando un amplificador mientras el Velociraptor estaba sentado en la batería en el centro del escenario, mirando al vacío con una expresión relajada. Reed no parecía consciente de nada, lo que no era precisamente sorprendente.
Trish fue la primera en notar nuestra llegada. Su rostro se iluminó por un instante al ver a Fang.
Trish: "¡Fang! ¿Por qué tardaste tanto? Ya casi íbamos a empezar sin ti."
Fang: "Tuve que traer unas cosas."
Mientras hablaba, los ojos de Trish se posaron en mí. Su expresión cambió inmediatamente, pasando de alegre a claramente molesta.
Trish: "¿Y qué hace él aquí?"
La pregunta estaba cargada de desagrado, y no hizo ningún esfuerzo por ocultarlo.
Fang: "Está aquí para comprobar algo."
Sin previo aviso, Fang tomó algo que tenía que estaba en las manos de la Triceratops y lo lanzó en mi dirección. Extendí una mano y lo atrapé fácilmente entre dos dedos. Al verlo, noté que era un CD con una portada... peculiar.
Red: (¿Qué es esto? ¿Un experimento fallido en clase de arte?)
Blue: (El diseño es... horrible. ¿Quién pensó que esto era buena idea?)
Trish se giró hacia Fang, visiblemente molesta.
Trish: "¡Ten cuidado con eso! Lo hice en la clase de arte."
Red: (Ah, con razón es un desastre.)
Reed, todavía sentado en su batería, murmuró algo mientras miraba a su alrededor con una expresión soñadora.
Reed: "¿Ya estamos descansando o qué?"
Trish: "Reed ni siquiera hemos empezado... ¿Por qué estás aquí, Skinnie? No tienes nada que ver estando aquí."
Fang mantuvo su compostura, aunque era evidente que la actitud de Trish le molestaba.
Fang: "Ya te dije, estoy comprobando algo."
Trish cruzó los brazos.
Trish: "¿Comprobar qué, exactamente?"
Antes de que Fang pudiera responder, Reed apuntó vagamente hacia la guitarra que llevaba.
Reed: "¿Es sobre tocar con eso?"
Trish frunció el ceño, claramente confundida. Fang tomó aire antes de responder.
Fang: "Quiero comprobar cómo se escucha tocando con la guitarra en lugar del bajo. Y Kross... está aquí para ser una especie de audiencia. Para que nos dé su opinión al final."
Trish la miró con incredulidad, mientras Reed seguía en su mundo, aparentemente ajeno a la tensión en el ambiente.
Trish negó con un gesto exagerado, cruzando los brazos.
Trish: "¿En serio? No joooodas. Seguro que ni sabe nada de música."
Fang no respondió a la provocación, dejando escapar un suspiro y mirando a Kross de reojo.
Fang: "Como sea. Vamos a empezar. Dos bajos, como siempre."
Se dirigió hacia Reed, quien ya estaba ajustando las cuerdas de su bajo.
Fang: "Vamos con 'Necesito dinero de la metanfetamina para el martes por la noche, si no lo consigo patearé a tu hijo'."
El título me arrancó un arqueo de ceja. Por precaución me llevé ambas manos a los oídos antes de que comenzaran para reducir el impacto que se avecinaba.
Red: (¿Quién demonios piensa en estos nombres?)
Fang notó mi reacción y su expresión cambió brevemente. Había algo en sus ojos, una mezcla de preocupación y... ¿lastima?
Kross[B]: "Mis oídos son algo sensibles, Fang. Si quiero darles una opinión sincera, necesito hacer esto para concentrarme mejor."
Fang pareció relajarse un poco, asintiendo lentamente.
Fang: "Bien. Tres, dos... uno."
La música comenzó. Bueno, si se podía llamar música. Como en el concierto, los dos bajos se comían entre sí, generando un caos discordante que apenas podía describirse como algo intencional. El sonido era áspero, desordenado, y cualquier rastro de ritmo quedaba sepultado bajo un mar de confusión.
Cuando terminaron, Fang estaba jadeando, claramente agotada. Sus ojos buscaban los míos con urgencia, esperando mi veredicto.
Fang: "¿Y? ¿Qué tal? ¿Fue impresionante?"
Me quité las manos de los oídos, suspirando profundamente antes de responder.
Kross[B]: "Creo que deberían probar con la guitarra."
Antes de que Fang pudiera decir algo, Trish me interrumpió bruscamente.
Trish: "¡Cállate! No sabes de música. Seguro ni escuchaste una mierda con las manos en tus oídos."
Fang dio un paso hacia Trish como tratando de interponerse entre ella y yo.
Fang: "Lo traje para esto. Para escuchar una opinión externa. Si no le gusta, ¿qué tiene de malo que lo diga?"
Trish bufó, cruzándose de brazos.
Trish: "¿Así que ahora te pones de su lado? Ya decidimos qué instrumentos usar en 'VVURM DRAMA'. Dos bajos y batería. Fin de la discusión."
Reed, que hasta ese momento había permanecido callado, añadió despreocupadamente:
Reed: "Es más único de esa manera. Lo dijimos desde el principio."
Kross[B]: "No pierden nada con intentarlo. Solo una canción, un ensayo. No les costará nada."
Trish se giró hacia mí, su mirada afilada.
Trish: "¡Te dije que te calles! Esto no es asunto tuyo. No tienes voto en esta cosa. Es una decisión nuestra, de la banda. Y ya está tomada."
Su tono se endureció aún más mientras continuaba.
Trish: "Además, lo que estamos haciendo ahora es una pérdida de tiempo. Tocar la guitarra no nos sirve para absolutamente nada. Es un maldito desperdicio."
Las palabras de Trish tocaron un nervio en Fang, y lo noté al instante. Sus manos se tensaron alrededor del bajo, y su mirada se endureció.
Red: (Eso... no le cayó nada bien.)
Blue: (Y con razón. Mira cómo está reaccionando.)
Fang dio un paso al frente, clavando un dedo en el pecho de Trish.
Fang: "¿Perdida de tiempo? ¿Tocar la guitarra es una pérdida de tiempo? ¿Qué se supone que quieres decir con eso?"
La tensión en el ambiente era palpable mientras Fang continuaba.
Fang: "Cada vez que quiero hacer algo diferente, ustedes lo impiden. Saben que la guitarra es mi instrumento favorito, pero me prohíben tocarla. Incluso en nuestra propia banda."
Trish intentó defenderse, levantando las manos como si tratara de apaciguar la situación.
Trish: "¡No quise decir eso! Solo... ya lo decidimos por votación." Desesperada, buscó el apoyo de Reed. "¿Verdad, Reed? Diles que ya lo hablamos."
Reed, con su típica expresión ausente, asintió lentamente.
Reed: "Sí... pero, al final, solo somos solo tres, ¿no?"
Red: (No es asunto nuestro. Déjalos resolverlo.)
Blue: (No. Esto ya pasó de ser un problema de solamente su banda. Es personal, y si no decimos algo, Fang seguirá tragándose todo esto.)
Red: (…Bien. Pero asegúrate de que sepan lo que hacen mal.)
Blue: (Eso era obvio.)
Me enderecé, dejando que mi voz resonara con calma y claridad.
Kross[B]: "Aunque no sepa mucho de música, puedo decir unas cuantas cosas sobre los dos bajos."
Las miradas de los tres se posaron en mí, y sentí el peso de su atención.
Kross[B]: "Primero, ambos están tocando en frecuencias demasiado similares. En lugar de complementarse, se están pisando entre sí, creando un ruido que compite en lugar de unificar. Segundo, el ritmo. No hay cohesión. Cada uno toca como si fuera una competición como dije antes, pero no hay una base sólida que conecte las notas. Tercero, la falta de variedad. Los dos bajos hacen que la melodía se vuelva monótona, sin ninguna dinámica que mantenga la atención. Y cuarto... la batería no puede salvarlos. Por mucho que Reed intente algo, todo se pierde en el caos."
Trish me miraba con incredulidad, mientras Reed, aún con su expresión perdida, parpadeaba lentamente como si estuviera procesando mis palabras.
Kross[B]: "Dime algo, Trish. ¿Alguna vez se te ocurrió darle una oportunidad a Fang? ¿Escuchar cómo toca la guitarra? ¿O simplemente decidiste que no importaba y lo descartaste desde el principio?"
Mis ojos se clavaron en los suyos, desafiándola a responder. Trish abrió la boca, pero las palabras parecían atascarse. Su mirada se desvió, buscando apoyo en Reed, pero él solo encogió los hombros.
Trish: "Lo... lo decidimos. Fue una votación. Eso fue todo."
Fang, que hasta ese momento había estado observándome en silencio, me miraba con los ojos muy abiertos, sorprendida por mi intervención y, probablemente, por cómo estaba hablando en su favor.
Kross[B]: "Si tú y Reed son realmente sus amigos, eso debería significar algo, ¿no? Fang no está pidiendo cambiar la banda por completo. Solo quiere probar algo que le apasiona. Si de verdad la consideran parte de esto, ¿no creen que merece esa oportunidad?"
El silencio que siguió fue pesado. Trish cerró y abrió la boca varias veces, buscando una respuesta que simplemente no podía encontrar. Finalmente, dejó escapar un largo suspiro de frustración, cruzando los brazos con resignación.
Trish: "Está bien, está bien. Supongo que... podríamos probar la guitarra."
Fang no perdió ni un segundo. Con una emoción visible, sacó su guitarra y anunció con una energía renovada:
Fang: "La siguiente será... 'Le di a los niños especiales el especial de Jonestown y ahora voy a ir a la cárcel'."
Solté un suspiro bajo y me preparé, volviendo a colocar las manos sobre mis oídos mientras Fang comenzaba la cuenta regresiva.
Fang: "¡Tres... dos... uno!"
Esta vez, todo fue distinto. Desde las primeras notas, se notaba que algo había cambiado. La mezcla de los instrumentos tenía más armonía, y aunque no eran profesionales, la mejora era innegable. La guitarra de Fang añadía una capa dinámica a la canción, un contraste que faltaba con los dos bajos.
Poco a poco, solté mis oídos y comencé a escuchar con atención. Antes de darme cuenta, mi pie ya marcaba el ritmo de la música.
Red: (Esto... no está nada mal.)
Blue: (Admito que tiene algo. Es pegajoso.)
Justo cuando la música parecía alcanzar su mejor punto, la canción terminó. Observé a Fang, quien se encontraba en el centro del escenario, con la respiración agitada y pequeñas gotas de sudor cayendo por su frente. Su cabello, algo despeinado, se pegaba ligeramente a sus mejillas, pero nada de eso opacaba lo que realmente destacaba: su sonrisa, amplia y brillante.
Fang: "¿Vieron? ¡Fue mucho mejor con la guitarra que con el bajo!"
Sonreí y subí al escenario, colocando una mano en su hombro.
Kross[B]: "Fue espectacular, Fang. Realmente lo fue."
Ella asintió, aun sonriendo por el cumplido.
Kross[B]: "Entonces... ¿cambiarán el bajo por la guitarra?"
Antes de que Fang pudiera responder, Trish levantó la mano, interrumpiéndonos.
Trish: "Hagamos una votación."
Alzó su mano rápidamente, proclamando con firmeza:
Trish: "¿Quién vota por quedarse con los dos bajos?"
Silencio. Nadie más alzó la mano. Red no pudo contenerse.
Red: (........JAJAJAJAJAJAJA …AH mírala a la pobre toda sola.)
Blue: (Pobre cosita fea.)
Trish bufó y siguió con el proceso.
Trish: "Bien, ¿y quién está en contra?"
Esta vez, Fang, Reed y yo alzamos las manos al unísono.
Red: (Y ahí lo tienes. Democracia en acción. Perra.)
Blue: (Tres contra uno. Ella misma pidió la votación. Que no empiece a llorar ahora.)
Trish nos fulminó con la mirada, su tono subiendo mientras señalaba nuestras manos.
Trish: "¡Tu voto no cuenta! Skinnie de mierda."
Fang, alzó un puño al aire con energía, dejando escapar un fuerte:
Fang: "¡SÍIIIIIIII!"
Saltó ligeramente en el lugar, emocionada.
Reed, con su tono calmado y perdido, intervino: "Entonces... ¿tendremos que rehacer todas las canciones?"
Fang: "No será para tanto. Es solo ajustar la línea de un instrumento. Con un poco de práctica, lo tendremos listo en nada."
Trish murmuró, cruzando los brazos con frustración: "Ahí va nuestra estrategia de marketing..."
Red: (¿Estrategia de marketing? ¿De qué demonios habla?)
Blue: (Ni idea, pero me imagino que no era muy buena. No por como reaccionaba su audiencia, aunque dicen que cualquier publicidad es buena, si todo el público piensa que es basura no sirve de nada.)
Mientras el ambiente se calmaba, comencé a bajar del escenario.
Kross[B]: "Bueno, creo que eso sería todo por hoy. Fang, fue un gusto ver cómo manejaste la guitarra. Pero ahora..."
Fang: "¡Espera!"
Me detuve a medio paso al escucharla, girándome para mirarla. Fang parecía estar inquieta. Sus manos jugueteaban con los dedos de la guitarra que sostenía, y sus ojos evitaban los míos como si estuviera buscando las palabras correctas. La escena me recordó un poco a Stella cuando me pidió acompañarla a ella y a Rosa al centro comercial.
Fang: "Yo... eh... estaba pensando que tal vez podríamos... bueno..."
Kross[B]: "¿Sí? ¿Podríamos qué?"
Fang: "...podríamos necesitar tu opinión. Sí, eso. Tu opinión para... otras canciones."
Su tono era apresurado, casi como si temiera que no aceptara. Trish, quien estaba a un lado, soltó un bufido mientras cruzaba los brazos.
Trish: "¿De verdad? ¿Cómo podríamos necesitar su opinión? Apenas sabe lo que es una escala musical."
Fang la ignoró, con una firmeza que no había mostrado antes.
Fang: "Nos fue útil antes, así que no veo por qué no. ¿Verdad, Reed?"
Reed, distraído como siempre, levantó la mirada lentamente antes de asentir con una sonrisa relajada.
Reed: "Totalmente, bro. Deberías quedarte. Eres como... uno de nosotros ahora."
Trish comenzó a quejarse otra vez, pero Fang la interrumpió con un gesto de la mano y se giró hacia mí, con una expresión que casi parecía suplicante. Sus ojos reflejaban una mezcla de expectativa y esperanza, y podía notar que realmente quería que me quedara.
Fang: "¿Qué dices? ¿Te quedas un rato más?"
Me tomé un momento para procesar su petición antes de responder.
Kross[B]: "Déjame hacer una llamada rápida primero."
Saqué mi teléfono y me alejé un poco para tener algo de privacidad. Marqué el número de Spears, y él contestó casi al instante.
Spears: "¿Kross? ¿Pasa algo? ¿Todo está bien?"
Kross[B]: "Sí..., todo bien...tío. Solo quería avisarte que me quedaré un rato más en el auditorio. Fang y su banda quieren que escuche algunas canciones más y darles mi opinión. No voy contigo hoy en el auto porque no sé cuánto se demorarán."
Hubo un breve silencio antes de que Spears respondiera con un tono algo relajado.
Spears: "De acuerdo, pero mantente alerta. Si algo pasa, llámame de inmediato."
Kross[B]: "Entendido. Gracias, Spears."
Podía sentir como Spears asiente del otro lado de la línea antes de cortar la llamada. Guardé el teléfono y volví hacia el escenario, donde Fang me miraba expectante. Simplemente levanté un pulgar en señal de aprobación.
Kross[B]: "Estoy dentro. Sigan tocando con todo."
Fang sonrió ampliamente, dejando escapar un pequeño suspiro de alivio.
Fang: "Perfecto. Por cierto... ¿qué te pareció cuando toqué con la guitarra?"
Me tomé un momento para responder, analizando lo que había escuchado antes.
Kross[B]: "Bueno, tengo tres cosas que decir. Primero, la guitarra añade un balance al sonido de la banda que los bajos no pueden dar por sí solos. Segundo, tus transiciones entre las notas son suaves, lo que hace que las canciones sean más fluidas. Y tercero... honestamente, el nivel de pasión con el que tocas se nota. Hace que las canciones sean mucho más atractivas."
Fang parpadeó, claramente sorprendida por mi respuesta, pero su expresión pronto se suavizó en una sonrisa genuina.
Fang: "Gracias, Kross. Eso significa mucho. Bueno, sigamos. La siguiente canción es... 'No sé por qué, pero el intruso se unió a mi trío'."
Red: (¿Estos títulos son reales? ¿Cómo demonios se les ocurren?)
Blue: (Fácil. Probablemente Reed los inventa mientras está en su... ya sabes, 'momento creativo'.)
No pude evitar una ligera sonrisa mientras me acomodaba para escuchar la siguiente canción. Fang afinaba su guitarra con entusiasmo renovado, mientras Trish se preparaba con una expresión de resignación. La música continuaría, y la dinámica de esta banda peculiar se desarrollaría un poco más.
...
...
...
Era viernes, el último día de la semana, y estaba caminando por los pasillos, disfrutando de un momento tranquilo antes de que el día terminara. Sin embargo, no pude evitar notar una sensación familiar: alguien me estaba observando.
Red: (Tu también lo sientes... nos están observando Blue.)
Blue: (Así es, pero no creo que sea Naomi...este dino tiene un aire…diferente.)
Miré de reojo, pero no pude identificar quién era. Decidí seguir caminando con normalidad, manteniendo la calma. Doblé un pasillo y, con un movimiento rápido, me pegué contra la pared, esperando sorprender a quien fuera que me seguía.
Los pasos se acercaron, lentos y cautelosos. Apenas estaban a unos metros de distancia cuando me moví, apareciendo frente a quien me seguía.
???: "¡Eepppp!"
El grito, suave pero claramente de sorpresa, resonó en el pasillo. La figura frente a mí, una Dino albina, tropezó hacia atrás y cayó al suelo.
Red: (¿Eso fue... un grito? ¿De verdad?)
Blue: (Parece que sí. Aunque debo de admitir que fue...raro.)
Observé a la chica con curiosidad mientras le tendía la mano para ayudarla a levantarse, tenía ropas sencillas podía ver distintos parches en su pantalón.
Kross[B]: "Lo siento, no quería asustarte. ¿Estás bien?"
Ella dudó un momento antes de aceptar mi mano... o más bien, mi manga, para levantarse.
Kross[B]: "Entonces, ¿por qué me estabas siguiendo?"
La chica desvió la mirada, claramente incómoda. Se mordió ligeramente el labio, como si estuviera reuniendo valor para hablar.
???: "......"
Sus palabras fueron tan bajas que no alcancé a escuchar nada.
Kross[B]: "¿Eh? Lo siento, no te escuché. Dame un segundo."
Me concentré, agudizando mi oído para captar cualquier sonido que pudiera emitir. Finalmente, levanté un pulgar para indicarle que estaba listo.
???: "...t-t-tenía c-c-curiosidad..."
Su voz tembló mientras tartamudeaba, pero sus palabras finalmente llegaron claras.
Kross[B]: "¿Curiosidad? Bueno, sí tenías curiosidad, podrías habérmelo dicho directamente o preguntarme lo que sea que quieras."
Ella levantó la vista, claramente sorprendida por mi respuesta simple. Fue entonces cuando noté algo peculiar: estaba hablando con... ¿sus títeres?
Había tres. Uno rojo, con cejas gruesas, una gran nariz y una expresión que solo podía describirse como permanentemente malhumorada, estaba en su cola. Uno rosado en su mano derecha el cual tenía pelo de color celeste...o cian, con una expresión relajada, el tercero era uno verde, en su mano izquierda el cual era... ¿feliz? Tenía ojos grandes y lo que parece ser una gran sonrisa.
Cuando intenté acercarme, el títere rojo de la cola se interpuso, moviéndose de forma abrupta.
Títere rojo: "¡No te acerques bruto! ...Mantén tu distancia."
La situación era... surrealista, pero decidí seguir el juego.
Kross[B]: "Entendido. ¿Puedo preguntar por sus nombres? Yo soy Kross."
El títere rosado, en su mano derecha, respondió con una voz mucho más suave y amistosa.
Títere rosado: "Me llamo Encantador. Un placer conocerte. El rojo de ahí se llama gruñón."
El rojo, por supuesto, no tardó gruñir molesto por la intervención.
Finalmente, el verde, en su mano izquierda, habló con un tono alegre y optimista.
Títere verde: "¡Y yo soy Alegre! ¡Es un gusto conocerte!"
Mientras procesaba la escena, la chica finalmente levantó la mirada hacia mí, algo más tranquila.
Judee: "Mi n-n-nombre... es J-Judee."
Me limité a asentir, aún sorprendido por la interacción.
Kross[B]: "Encantado, Judee. Y.… también a los demás."
Los títeres, cada uno con su propia personalidad, parecían formar parte integral de su mundo. La curiosidad inicial que sentí por la chica albina ahora se mezclaba con intriga.
Kross[B]: "Entonces, Judee... ¿por qué la curiosidad?"
Antes de que pudiera responder, Gruñón, intervino rápidamente, casi como si la estuviera protegiendo.
Gruñón: "¡No es asunto tuyo, amigo! No tienes por qué saberlo."
Kross[B]: "¿Oh, sí? Bueno, tal vez sea curiosidad también de mi parte. ¿No crees?"
Encantador, el títere rosado, interrumpió con un tono más calmado.
Encantador: "Judee estaba interesada en ti."
Kross[B]: "¿Interesada? ¿Qué significa eso exactamente?"
Antes de que Encantador pudiera responder, Alegre, el títere verde, tomó la palabra con entusiasmo.
Alegre: "¡Eres el primer humano que ve! Además, desde que llegaste a la escuela has hecho muchas cosas interesantes. ¡Es natural que llames la atención!"
Red: (Bueno... tiene algo de sentido. No somos exactamente los más discretos, ¿verdad?)
Blue: (No cuando nos pasa algo cada semana. Aunque lo de los títeres sigue siendo un poco... intrigante.)
Observé a Judee, quien parecía aliviada de que sus títeres hablasen por ella. Pero algo seguía llamando mi atención.
Kross[B]: "Hablando de eso... ¿de dónde sacaste esos títeres? ¿Los compraste en alguna parte o cómo?"
Judee bajó la mirada, sus mejillas tornándose ligeramente rosadas mientras respondía con un tartamudeo notorio.
Judee: "Y-y-yo los hice... t-toda sola."
Mis cejas se alzaron en señal de sorpresa.
Kross[B]: "¿En serio? Están muy bien hechos. Se nota que les dedicas mucho cuidado y atención. Eso es impresionante, Judee."
Judee alzó la vista, claramente sorprendida por el elogio. Sus labios formaron una pequeña sonrisa tímida, mientras Alegre y Encantador parecían moverse en un gesto de aprobación.
Judee: "Gr-gracias..."
La conversación tomó un aire más relajado mientras notaba cómo los títeres realmente reflejaban algo más profundo de ella, una manera única de expresarse que, de alguna forma, me resultaba fascinante. El sonido de la campana interrumpió mis pensamientos, anunciando el inicio de las clases. Le dediqué una última mirada a Judee.
Kross[B]: "Bueno, nos vemos luego, Judee. Y recuerda, no tienes que ser tímida. Si quieres hablar, solo acércate. No muerdo."
Judee levantó la vista hacia mí, sus ojos llenos de algo parecido a sorpresa, pero terminó asintiendo tímidamente con la cabeza mientras me alejaba.
...
...
...
Sábado 25. Mentalidad al mando: Red.
El auto de Spears avanzaba por las calles hacia la escuela, y yo me encontraba en el asiento del copiloto, recordando cómo había sido el último fin de semana en el embellecimiento del campus. En lugar de trabajar con Rosa, lo pasé con Stella.
Ella pasó la mayor parte del tiempo hablándome de algunos de sus programas favoritos. Recuerdo particularmente cómo describió Sailor Moon. Es una serie sobre una chica que obtiene poderes mágicos y salva al mundo... o algo así. No entiendo por qué hablaba tanto de los disfraces, pero se notaba que le encantaba.
Blue: (Si que le gusta hablar de sus pasatiempos ¿no?)
Red: (Si, pero resulta agradable escucharla. Es tan honesta con las cosas que le gusta que no se sienten una molestia.)
Blue: (Concuerdo en eso.)
La escuché mencionar detalles de personajes, tramas e incluso episodios específicos. Aunque no entendía mucho de lo que decía, fue agradable verla tan entusiasmada.
El auto llegó al estacionamiento de la escuela. Spears detuvo el motor y me miró.
Spears: "Nos vemos luego, Kross. No te metas en problemas."
Kross[R]: "Lo intentaré, tío."
Me despedí con un gesto y caminé hacia los jardines. Sin embargo, al llegar, vi algo inesperado: además de Rosa y Stella, Fang estaba ahí.
Me acerqué a las tres chicas y saludé. Stella fue la primera en reaccionar, corriendo hacia mí con su usual energía.
Stella: "¡Kross! Llegaste justo a tiempo. ¿Listo para otro día en el jardín?"
Kross[R]: "Claro, Stella. Siempre listo."
Rosa se acercó después con su típica autoridad tranquila.
Rosa: "Hola, chamaco. Me alegra verte otra vez."
Finalmente, Fang, con un tono cargado de sarcasmo, se unió.
Fang: "Mira nada más. Parece que eres popular por aquí."
Kross[R]: "No es para tanto. Solo hago lo que debo."
Rosa negó con la cabeza, riéndose suavemente.
Rosa: "No te quites mérito, Kross. Nos has ahorrado mucho trabajo pesado. Antes de que llegaras, esto era el doble de difícil."
Stella asintió vigorosamente.
Stella: "¡Es verdad! Con Kross, todo se siente más fácil."
Kross[R]: "Está bien, lo acepto. Supongo que he sido útil."
Mientras Stella y Rosa hablaban entre ellas, Fang se acercó, aprovechando el momento para conversar.
Kross[R]: "¿Y tú? ¿Qué haces aquí, Fang? No esperaba verte."
Fang suspiró y se cruzó de brazos.
Fang: "Me pillaron fumando en el techo de la escuela. No es gran cosa. Normalmente solo me dan detención por un día."
Kross[R]: "¿Y entonces por qué estás aquí y no en detención?"
Fang: "Spears dijo que Naomi sugirió que trabajara en el jardín en lugar de quedarme encerrada."
Red: (¿Naomi? ¿Otra vez metiendo las narices donde no la llaman?)
Blue: (Bueno, es curioso. Parece que no puede evitar involucrarse con nosotros... o con Fang.)
Kross[R]: "¿De verdad? Ese melocotón también se metió contigo, ¿eh?"
Fang levantó una ceja, sorprendida por mi comentario.
Fang: "¿Melocotón?"
Antes de que pudiera responderle, Spears apareció y levantó la voz para llamar a todos los estudiantes a reunirse. Fang, Rosa, Stella y yo nos dirigimos al punto de encuentro.
Cuando todos los estudiantes se reunieron en el jardín, Spears tomó su posición al frente de todos y comenzó con el mismo discurso agradeciendo que estemos acá, con su habitual expresión seria y mirada calculadora. Sin decir una palabra, se inclinó para recoger una barra de hierro que descansaba en el suelo.
Blue: (Me pregunto que será esta vez, el sábado pasado rompió unas tablas gruesas de madera sin esfuerzo.)
Con calma, Spears sostuvo la barra con ambas manos y, con un movimiento preciso, comenzó a doblarla. Los músculos de sus brazos se tensaron ligeramente mientras transformaba el metal en una figura perfecta: el símbolo del infinito.
El grupo observó en completo silencio, algunos con asombro, otros intentando ocultar su nerviosismo. Spears soltó la barra al suelo con un leve clang antes de girarse hacia Rosa y darle un pequeño asentimiento.
Red: (Es oficial. A nuestro tío le gusta hacer un espectáculo.)
Rosa dio un paso al frente, con su energía típica que combinaba autoridad y amabilidad.
Rosa: "¡Gracias a todos por venir hoy! El trabajo de hoy será sencillo, pero importante. Vamos a replantar flores en varias áreas del jardín y deshierbar algunas secciones que quedaron pendientes. Además, hay enredaderas creciendo en las canaletas del edificio que necesitan ser removidas."
Hizo una pausa para asegurarse de que todos estuvieran prestando atención antes de continuar.
Rosa: "Asegúrense de tomar guantes y cualquier herramienta que necesiten antes de comenzar. Si tienen alguna duda, pregunten."
A mi lado, Fang había levantado su mano en ese momento y al parecer Stella ya sabia que iba a decir porque no la dejo ni preguntar.
Stella: "Los guantes sin dedos no cuentan."
Fang dejó caer la mano con un leve resoplido.
Fang: "Tenia que intentarlo."
Mientras el grupo comenzaba a dividirse en parejas y buscar herramientas, me acerqué a Stella, haciéndole una pequeña señal para llamar su atención.
Kross[R]: "Voy a acompañar a Fang. ¿Está bien?"
Stella sonrió y asintió rápidamente.
Stella: "Claro. ¡Buena suerte con ella!"
Me giré hacia Fang, la cual estaba sola, como si estuviera decidiendo que hacer ahora, cuando me acerca se giró hacia mí y me hablo.
Fang: "Es raro lo seguido que terminamos haciendo cosas juntos últimamente. Pero no me molesta."
Kross[R]: "Entonces, terminemos rápido con esto, no creo que nos cueste tanto."
Observe que Fang se estaba acercando a una escalera que había ya colocada cerca de la pared. Pero ella no llevaba nada.
Kross[R]: "¿No quieres unos guantes o algo? Podrían ser útiles."
Fang me miró con una expresión mezcla de irritación y burla.
Fang: "¿Guantes? ¿Qué, tienes miedo de cortarte? Póntelos tú si quieres, yo no soy une cobarde."
Su tono no era amigable, pero tampoco del todo serio.
Red: (¿Sera un sistema de defensa suyo?)
Blue: (Puede ser, del tiempo que pasamos con ella, nos pudimos dar cuenta de esto...)
Kross[R]: "No era para que te molestaras, Fang. Solo lo decía por si acaso. Las manos son importantes para un músico, ¿no? Deberías de tener cuidado."
La expresión de Fang cambió de inmediato. Sus ojos se suavizaron, y bajó ligeramente la mirada, como si procesara mis palabras.
Fang: "...Tienes razón. Perdón. No era mi intención saltar así."
Se giró hacia mí, esta vez con un tono más relajado.
Fang: "¿Puedes ir a buscar las tijeras? Yo corto las enredaderas, y tú te encargas de la escalera."
Asentí a lo que dije y fui en busca de las dichosas tijeras, una vez se las entregué sin decir nada más, ella las tomó con un leve asentimiento.
Red: (Bueno, eso fue inesperado. ¿Viste cómo cambió de actitud?)
Blue: (Sí. Es interesante cómo reacciona cuando alguien se preocupa por ella. Aun así, es extraño.)
Con eso, Fang comenzó a subir la escalera mientras yo me preparaba para sostenerla en su lugar. El día apenas comenzaba, pero parecía que sería... interesante.
Fang: “Mantén firme la escalera la escalera mientras estoy acá, ya he estado aquí un par de veces, este es el trabajo más fácil de los 3”
Kross[R]: “Como digas, Fang.”
...
Red: (Oye Blue, volviendo al tema de antes ¿Viste cómo cambió? Fang se comporta como si estuviera acostumbrada a estar a la defensiva. Pero en cuanto le mostramos un poco de consideración, se relaja ¿Se abra acostumbrado a nosotros?)
Blue: (Es curioso, ¿no? Tal vez no está acostumbrada a que alguien realmente se preocupe por ella. Puede que sea eso lo que la hace saltar tan rápido cuando la gente se le acerca.)
Red: (Supongo que tiene sentido. Aunque no sé qué tipo de cosas tiene en su cabeza... Aun así, es extraño verla disculparse tan rápido... como si no quisiera que la alejáramos.)
Blue: (Sí. Pero lo que me desconcierta es otra cosa... Naomi. ¿Por qué habría sugerido que Fang viniera aquí en lugar de ir a detención?)
Red: (Buena pregunta. Ese melocotón no deja de meterse en cosas. ¿Será que quiere algo de nosotros? ¿O simplemente le gusta jugar a ser la mediadora de algo?)
Blue: (No lo sé, pero no me gusta que esté tan atenta a lo que hacemos. Primero miradas de lejos, y ahora esto. Es como si quisiera mantenernos bajo control.)
Red: (Bueno, si ese es el caso, está perdiendo el tiempo. No necesita hacer estas cosas para llamar nuestra atención.)
Blue: (Tal vez. Pero tengamos cuidado. Ella nos recuerda mucho a esos tipos, queriendo controlarnos como una marioneta. No podemos confiar demasiado.)
Red: (Lo tengo claro. Pero por ahora, mejor centrémonos en Fang y en terminar el día.)
Fang llamó mi atención desde lo alto de la escalera, agitando ligeramente una mano para captar mi mirada.
Fang: "¡Oye, mueve la escalera! Necesito alcanzar las enredaderas de este lado."
Me detuve un momento, confundido.
Kross[R]: "¿Quieres que la mueva contigo arriba? ¿Estás segura?"
Fang: "Sí, sí. Solo hazlo, no pasa nada."
No del todo convencido, asentí y me acerqué a la base de la escalera.
Kross[R]: "Bien, pero asegúrate de agarrarte bien."
Con cuidado, coloqué una mano en el lateral de la escalera y con la otra mantuve el equilibrio al levantarla. Fang se sujetó con más firmeza mientras yo movía la estructura lentamente.
Fang: "Oh, esto es útil. Podríamos hacer esto más seguido."
Su tono era casual, pero no pude evitar notar el leve matiz de sorpresa en su voz. Cuando llegamos al lugar adecuado, volví a dejar la escalera en el suelo con suavidad.
De pronto, pequeñas hojas y trozos de enredaderas empezaron a caer sobre mí. Al principio no me molestó mucho, pero la constante lluvia verde empezó a hacerse incómoda.
Kross[R]: "Fang, ¿puedes detenerte un momento?”
No hubo respuesta.
Kross[R]: “Esto está empezando a ser un problema, Fang."
Red: (Molesta tener tantas plantas en la cabeza.)
Blue: (Es una molestia sacarlas del pelo después.)
Miré hacia arriba y vi cómo la pequeña cola de Fang se movía de un lado a otro, marcando un ritmo constante mientras las enredaderas caían, como si estuviera completamente inmersa en su tarea.
Red: (Un tirón de esa cola seguro que la saca de su trance...solo déjame...)
Blue: (Mala idea. ¿Y si es un punto delicado para ella?)
Red: (...Bueno intentare otra cosa.)
Con un suspiro, opté por otra estrategia. Tomé la escalera con la mano derecha desde la parte de abajo y, con un movimiento firme y rápido, la elevé hasta que la base de esta quedó a la altura de mis hombros.
Fang: "¡Oye, qué demonios estás...!"
Antes de que pudiera terminar su queja, perdió el equilibrio y comenzó a caer hacia atrás.
Blue: (¡Red!)
Actué por reflejo, sin soltar la escalera, extendí mi brazo libre para atraparla. Logré sujetarla a tiempo, pero la posición incómoda y el peso repentino causaron un dolor agudo en mi muñeca.
Con cuidado, dejé a Fang en el suelo y bajé la escalera para estabilizarla. Fang, aún aturdida, se puso de pie rápidamente.
Fang: "¿Qué mierda fue eso? ¿Por qué hiciste eso de repente?"
Sin decir nada, señalé las enredaderas acumuladas sobre mi cabeza y hombros mientras las quitaba.
Fang: "Ah... bueno, supongo que sí es un poco... mucho..."
Mientras hablaba, noté cómo su mirada se dirigía a mi mano. Mis dedos comenzaban a hincharse ligeramente, y un tono morado empezaba a extenderse alrededor de mi muñeca.
Fang: "¡Espera un segundo! ¿Qué le pasó a tu mano?"
Kross[R]: "Cuando caíste, me preocupé más por atraparte a ti que por mi muñeca. Y bueno... esto es el resultado."
Blue: (Fue una mala idea... aunque la acción repentina no nos dejó otra opción que recibir la mayoría del impacto por Fang, si hubiéramos endurecido el brazo ella hubiera recibido un mayor daño.)
Red: (Igual no tardará tanto, unos 5 minutos y estará como nuevo)
Fang se quedó en silencio, sus ojos recorriendo mi rostro y luego mi mano, con una mezcla de incredulidad y preocupación.
Kross[R]: "No te preocupes tanto por mi muñeca. He recibido golpes peores y después seguí como si nada, tu misma lo viste ese día en el auditorio. Esto no es gran cosa, de verdad."
Aunque intenté quitarle importancia, Fang no parecía convencida. Sus ojos seguían fijos en mi mano, y su preocupación era evidente. Parecía estar a punto de decir algo, pero una voz familiar la interrumpió.
Rosa: "¡Kross! ¿Qué pasó? ... ¿Qué te ocurrió en la muñeca?"
Me giré para ver a Rosa acercándose con rapidez, su rostro mostrando una mezcla de preocupación y firmeza. Parece que el grito de Fang la alerto.
Kross[R]: "No es nada serio, Rosa. Por una tontería mía, Fang perdió el balance y yo la atrapé. Mi muñeca pagó el precio, pero estaré bien."
Intenté sonar despreocupado, pero Rosa no pareció convencida. Se acercó aún más y tomó mi brazo con cuidado, examinando la muñeca con una mirada crítica.
Rosa: "¿En serio me vas a salir con eso de que ‘no es nada’? Mira cómo está. ¿Cómo puedes decir eso?"
Su tono era severo, y por alguna razón, eso me hizo sentir regañado. Bajé la mirada, incómodo. A lo que ella suspira para volver a hablar.
Rosa: "Kross, entiendo que eres fuerte, te vi hacer trabajo que para la mayoría de estudiantes es complicado aun si son dos personas haciéndolo, pero tienes que cuidar de ti mismo. Aunque digas que estarás bien, no me gusta ver a un amigo lastimándose. ¿Entiendes?"
Asentí lentamente, sintiéndome un poco culpable por preocuparla.
Kross[R]: "Lo siento. Prometo que tendré más cuidado."
Rosa suspiró otra vez, pero esta vez su tono era más suave.
Rosa: "Está bien. Solo, por favor, no te esfuerces tanto. Y ya que tu muñeca está así, cambiarán de tarea. Nada de escaleras ni tijeras por ahora. Ustedes dos se dedicarán a deshierbar."
Fang, que había permanecido en silencio hasta ahora, asintió rápidamente.
Fang: "Sí, claro. Deshierbar. Lo que sea necesario."
Rosa nos señaló una sección del jardín que necesitaba atención antes de regresar con los demás estudiantes.
Mientras caminábamos hacia la nueva área asignada, Fang me miró de reojo y, tras unos segundos de duda, habló con un tono más suave que el habitual.
Fang: "...Gracias. Por atraparme, digo. Y lamento lo de tu muñeca."
Kross[R]: "No fue nada, Fang. Esto de deshierbar será mucho más fácil. Te apuesto que lo puedo hacer con una sola mano"
Ella sonrió un poco por mi intento de broma, aunque aún parecía algo afectada. Con eso, nos pusimos a trabajar, cada uno inmerso en sus pensamientos.
Mientras deshierbábamos juntos, sentí cómo mi muñeca sanaba lentamente volviendo a la normalidad. A pesar de que ya no dolía, preferí no usarla por ahora, tratando de no llamar la atención. Fang, que había estado tranquila, rompió el silencio de repente.
Fang: "¿Por qué lo hiciste?"
Kross[R]: "¿Hacer qué?"
Ella levantó la vista de las malas hierbas que arrancaba y me lanzó una mirada fija.
Fang: "No me refiero a mover la escalera... aunque sí, eso también tiene algo que ver. Me refiero a que asumiste toda la culpa frente a Rosa. Ni siquiera me mencionaste, cuando claramente parte de la culpa era mía al lanzarte todas esas enredaderas."
Me encogí de hombros, arrancando otra hierba con mi mano buena.
Kross[R]: "Fue mi culpa por levantar la escalera de repente. Pensé que sería la forma más rápida de llamar tu atención. Casi te lastimo, así que tenía sentido asumirlo yo."
Fang no pareció convencida.
Fang: "No me estás diciendo todo. ¿Cuáles fueron tus motivos reales? ¿Por qué sería tan importante para ti asumir todo eso?"
Me detuve un momento, pensando en cómo responder.
Blue: (¿Quieres que hable yo?)
Red: (No será necesario)
Kross[R]: "Es más o menos por lo que dijo Rosa antes. Rosa se preocupa porque soy su amigo, ¿no? No le gusta verme lastimado. Es lo mismo contigo. No quería que te lastimaras porque me importas. Me gusta pasar tiempo contigo, Fang. Así de simple."
Sus ojos se agrandaron un poco ante mi respuesta, claramente sorprendida.
Fang: "...No eres como el resto de los Imbéciles de esta escuela. Eso es seguro."
Kross[R]: "¿Por qué dices eso?"
Fang dejó escapar un suspiro, arrancando una hierba con un gesto casi mecánico antes de hablar.
Fang: "Porque, cada vez que alguien intenta mostrar algo diferente, algo nuevo, siempre es mal recibido. Es como si la gente no pudiera soportar que alguien salga de lo común. Cuando alguien impulsa algo, siempre habrá una masa dispuesta a odiarlo."
Su tono era más reflexivo que molesto, aunque había un tinte de frustración en su voz.
Fang: "Como mi banda. No somos perfectos, lo sé, pero cuando... logremos demostrar lo que podemos hacer, cuando todos vean que estaban equivocados..."
Blue: (Hay algo en cómo lo dice... no parece que solo hable de la música.)
Fang se detuvo un momento, su cola haciendo pequeños movimientos que delataban sus pensamientos.
Fang: "Como Naomi."
Red: (Ah, claro. El melocotón tenía que salir en esto.)
Fang: "La mayoría del instituto, tal vez incluso Reed."
Blue: (¿Reed? Dudo que ese Velociraptor esté lo suficientemente consciente de la vida para juzgar algo.)
Fang: "Rosa y Stella. Incluso... hasta Naser."
Red: (¿Naser? ¿Qué tiene que ver él con esto?)
Fang arrancó otra hierba, como si quisiera evitar mirarme directamente.
Fang: “A cada uno ellos”
Kross[R]: "Rosa y Stella... sí también las metes en ese grupo, entonces ¿por qué sigues juntándote con ellas?"
Fang soltó una risa corta, más amarga que alegre.
Fang: "No me gusta estar sole. Es agotador estar completamente aislade. Mientras no sean como los patanes del concierto, está bien. No necesito a ninguno de esos vagos, ignorantes, ni... pretenciosos."
Blue: (Así que esa es su forma de ver las cosas...)
Red: (...Es una mala forma de pensar... puedes terminar autodestruyéndote si sigues así.)
Blue: (Le dedicaras unas palabras ¿no?)
Red: (Espero que se lo tome bien.)
Kross[R]: "Mira..., Fang, entiendo lo que dices. La gente siempre va a criticar lo que no entiende o lo que se sale de su idea de lo normal. Es como un reflejo. Pero eso no significa que tengas que cargar con todo ese peso tú sole."
Fang se detuvo, dejando la última hierba a medio arrancar mientras me miraba con atención.
Kross[R]: "Sé que es frustrante. Tratas de demostrar que tienes razón, que lo que haces tiene valor, pero... a veces no importa cuánto te esfuerces, algunas personas simplemente no van a cambiar su manera de pensar. No porque tú no seas lo suficientemente buena, sino porque ellos no quieren ver más allá de sus propios prejuicios."
Fang frunció el ceño, como si quisiera replicar, pero no lo hizo.
Kross[R]: "Y lo entiendo. No te gusta estar sole, y está bien. La compañía importa, siempre y cuando sea buena. Pero si decides buscar a personas que no te respeten o que no te valoren, al final, solo te estarás haciendo daño."
Fang cruzó los brazos, desviando la mirada hacia el jardín.
Kross[R]: "Rosa y Stella no son como esos patanes del concierto. Tampoco lo soy yo. Ninguno de nosotros está aquí para derribarte o decirte cómo ser. Estamos aquí porque nos importa quién eres, no por lo que haces o cómo decides hacerlo."
Fang finalmente soltó un suspiro, dejando caer sus brazos.
Fang: "...Entonces, ¿qué estás diciendo? ¿Qué debería ignorar a los demás y seguir a mi manera?"
Kross[R]: "No es tan simple como ignorar. Es más bien saber en quién confiar. Hay personas que valen la pena, que te apoyan y te aceptan por completo. Y luego están las otras, las que solo buscan hundir a los demás porque es lo único que saben hacer. No tienes que ganarte el respeto de todos, Fang. Solo el de quienes realmente importan."
El silencio que siguió fue tenso, pero no incómodo. Fang parecía estar procesando mis palabras, su mirada fija en el suelo como si buscara algo entre las malas hierbas.
Fang: "...Eres muy... diferente, Kross. No esperaba que alguien como tú dijera algo así."
Kross[R]: "A veces, cuando estás fuera de lugar, ves las cosas de otra manera. Supongo que eso es lo que pasa conmigo."
Fang soltó una pequeña risa antes de volver a arrancar una hierba con más energía.
Fang: "Tal vez tengas razón, Kross. Puede que no me guste admitirlo, pero.... Gracias."
Kross[R]: "De nada, Fang. Solo asegúrate de no cargar con todo sole. No tienes que demostrarle nada a quien no lo merece."
La conversación quedó ahí, pero el aire entre nosotres era más ligero, como si algo que estaba tensando a Fang se hubiera soltado un poco.
El día avanzó sin mayores incidentes hasta la hora del almuerzo. Me encontraba sentado en el jardín junto a Rosa, Stella y Fang, disfrutando del plato que Rosa había preparado esta vez: tacos dorados de papa. La mesa improvisada estaba llena de risas y conversación ligera mientras comíamos.
Stella fue la primera en hablar, mirando mi mano con curiosidad.
Stella: "Oye, Kross, ¿cómo está tu muñeca? Rosa me conto mas o menos lo que te paso... ¿Aún duele?"
Sin decir nada, levanté mi mano y la moví en círculos para demostrar que estaba perfectamente bien.
Kross[R]: "Prácticamente como nueva."
Rosa, que estaba sirviendo más tacos para sí misma, levantó una ceja, sorprendida.
Rosa: "¿Tan rápido? Eso no es normal, chamaco. ¿Seguro que no estás ocultando algo?"
Kross[R]: "Es normal para mí. Mi cuerpo... se recupera rápido, digamos."
Fang soltó una risa seca mientras mordía su taco.
Fang: "¿Rápido? Es más bien como si estuvieras hecho de otro material."
Stella río también, sacudiendo la cabeza.
Stella: "Bueno, sea lo que sea, al menos no tendremos que preocuparnos de que termines con algo peor. Aunque, Kross, por favor, cuídate más por favor.
El ambiente era ligero y relajado. Con el paso del tiempo, los demás estudiantes comenzaron a dispersarse, dejando el jardín tranquilo. Solo quedábamos nosotros cuatro, caminando entre las flores y hablando de cosas sin mayor importancia.
En un momento, Stella se giró hacia mí, su entusiasmo evidente.
Stella: "Oye, Kross, ¿qué harás mañana? Si estas libre... ¿Qué te parece venir a mi casa? Podríamos ver la serie que te comentaba juntos."
Fang alzó una ceja con curiosidad.
Fang: "¿Qué serie?"
Antes de que Stella pudiera responder, interrumpí.
Kross[R]: "Es una de las que me ha estado contando desde el lunes. Algo de... Fulmel Alkimita, Fullnertal Arquimizta....."
Stella se llevó una mano al rostro, claramente intentando no reírse.
Stella: "Fullmetal Alchemist. Veremos la primera que salió. Es genial, pero tiene algunas diferencias con la otra versión, Brotherhood. Esa sigue más fielmente el manga."
Fang parecía interesada, aunque con su típica actitud relajada.
Fang: "No suena mal. Aunque el nombre es raro... oye Stella... si no es mucha molestia... ¿me podría unir?"
Stella parecía sorprendida de la inusual propuesta de Fang, aun así, le respondió con un tono emocionado.
Stella: “Claro que sí Fang, mientras más mejor, así tal vez podamos juntarnos más seguido”
Stella, sin perder su entusiasmo, sacó un pequeño estuche de su bolso.
Stella: "Antes de que se me olvide, Kross, ¿quieres una adivinación? Tengo el nuevo mazo de tarot que compre en el centro comercial, no lo he usado mucho."
Rosa, al escuchar eso, frunció el ceño y se persignó rápidamente.
Rosa: "¿Otra vez con tus cosas del diablo, Stella? ¡Ya te dije que eso no es bueno!"
Fang, por otro lado, parecía interesada.
Fang: "¿Tarot? ¿Cómo funciona eso? ¿De verdad puedes 'adivinar' cosas con esas cartas?"
Stella sonrió, como si hubiera estado esperando esa pregunta.
Stella: "No es exactamente predecir el futuro. Es más, como una herramienta para reflexionar sobre situaciones o posibilidades. Kross, ¿qué dices? Una adivinación de una sola carta."
Levanté los hombros, despreocupado.
Kross[R]: "Está bien, veamos qué tienes."
Stella barajó las cartas con habilidad antes de extender el mazo hacia mí.
Stella: "Elige una."
Con cuidado, tomé una carta del centro y la coloqué frente a Stella. Ella la volteó, revelando La Torre.
Stella frunció ligeramente el ceño mientras miraba la carta.
Stella: "La Torre... interesante. Esta carta habla de cambios repentinos, a menudo acompañados de caos o conflicto. Puede ser una advertencia de que podrías verte envuelto en algo peligroso, algo que afecte no solo a ti, sino también a quienes te rodean."
Fang se inclinó un poco, mirando la carta con curiosidad.
Fang: "¿Y eso es bueno o malo?"
Stella suspiró, guardando las cartas en su estuche.
Stella: "No es ni bueno ni malo. Depende de cómo se maneje la situación. Pero definitivamente no es algo que debas tomar a la ligera."
Me limité a asentir, aunque no estaba del todo seguro de qué pensar.
Blue: (Bueno, no hemos notado a los cabrones en estas tres semanas... pero si la carta de Stella dice algo... ¿huh?)
Red: (Caos, peligro... parece que nos sigue como una sombra... oye... no sientes algo...)
Blue: (¿Algo raro? ... ¿qué mierda es eso…?)
Stella aún sonreía, intentando aligerar el ambiente.
Stella: "No te preocupes demasiado, Kross. Es solo una carta. No debes tomártelo tan literal… ¿Kross?"
Sus palabras apenas llegaron a mí. Algo estaba mal, muy mal. Un escalofrío me recorrió la espalda, y mi cuerpo se tensó instintivamente.
Rosa, que estaba un poco más lejos, notó mi cambio de postura y frunció el ceño.
Rosa: "¿Qué te pasa, Kross? ¿Estás bien?"
Stella y Fang, al verme inmóvil y rígido, dieron un paso adelante, ambas con expresiones de confusión y preocupación.
Fang: "Oye, ¿qué te pasa ahora? Estás actuando raro otra vez."
Fue cuando sentí algo más cerca, algo que no podía ignorar. Sin pensar, agarré a Fang y a Stella por los hombros y grité:
Kross[R]: "¡Rosa, atrápalas!"
Antes de que pudieran procesar lo que estaba ocurriendo, lancé a ambas en dirección a Rosa, quien apenas tuvo tiempo de reaccionar para atraparlas.
Stella: "¡¿Qué estás haciendo?!"
Fang: "¡¿Qué demonios te pasa, Kross?!"
No respondí. No tuve tiempo. Algo enorme cayó al suelo a mi lado, levantando una nube de polvo y escombros. Sin pensar, endurecí mis brazos, preparándome para lo que venía.
Lo que sea que había llegado, no me dio tiempo para analizarlo. Un golpe brutal me impactó, enviándome directamente contra la pared del edificio con una fuerza que hizo temblar el suelo. Apenas tuve tiempo de reaccionar antes de que sintiera una mano gigantesca apretando mi cabeza.
Algo... no sé qué era... me tenía sujeto con una mano enorme, empujando mi cabeza contra el muro del edificio con una fuerza monstruosa. El ladrillo crujía bajo la presión, y mis pies colgaban apenas del suelo, incapaz de estabilizarme.
Red: (¡¿Qué mierda es esta cosa?!)
Blue: (Grande, rápido… y no se parece a nada que hayamos visto antes... Esos malditos.)
Mi visión estaba limitada, pero escuché claramente las voces de Rosa, Stella y Fang.
Rosa: "¡Kross! ¿Qué está pasando? ¿Qué es eso?!"
Stella: "¡¿Kross?! ¡Dime que estás bien!"
Fang: "¡¿Qué carajo es esa cosa?!"
Con un esfuerzo, logré levantar mi voz a pesar de la presión aplastante.
Kross[R]: "¡Váyanse! ¡Busquen a Spears! ¡Ahora!"
Las tres chicas se quedaron en silencio por un momento, claramente luchando entre quedarse o huir.
Kross[R]: "¡HE DICHO QUE SE VAYAN CARAJO! ¡Estaré bien! ..."
Quise decir más, pero la presión aumentó de nuevo, esta vez acompañada de un golpe brutal en mi costado. La cosa había comenzado a usar su otro brazo para atacarme directamente, por la posición en que me encontraba apenas podía bloquear correctamente, cada impacto resonando en mi cuerpo como si quisiera destrozarme completamente.
Red y Blue: (Maldito bastardo)
Red: (Aun...endureciendo...molesta.)
Blue: (Tenemos que sacarnos... a este imbécil de encima.)
De repente, algo inesperado sucedió. Entre gritos y movimientos rápidos, vi a Rosa cargando directamente contra esa cosa.
Rosa: "¡Déjalo en paz, maldita sea!"
Red: (¿Rosa?)
Blue: (¿Que mierda hace?)
Antes de que pudiera siquiera procesar lo que estaba haciendo, Rosa intentó apartar a la cosa de mí, sujetándola por el brazo. Pero lo que pasó después fue brutal.
Con un movimiento rápido y sin esfuerzo, la cosa usó su brazo libre para golpear a Rosa con el antebrazo, directo al estómago. El impacto fue tan fuerte que el cuerpo de Rosa salió volando, estrellándose violentamente contra el cobertizo de jardinería.
El agarre de mi cabeza se aflojó momentáneamente, lo justo para que pudiera girarla y ver a Rosa desplomarse en el suelo. La madera del cobertizo estaba astillada por el impacto, y el cuerpo de Rosa quedó inmóvil, con heridas visibles.
Red: (Pero...)
Blue: (...que.)
Kross[R]: "¡¡¡ROSA!!!"
Fin del capítulo 7.
Notes:
....bueno...que les puedo decir... capitulo doble... me dio un boosteo de querer terminar este cap. no tengo nada mas, el capitulo 8 lo estaré cocinando desde 0 y no me arrepiento de dejarlo ahí porque eso es lo que queria. a lo menos puedo decir que la primera parte de la pelea esta en mi cabeza. y si la sacada de chucha era inevitable pero ahora con lo que paso a Rosa...mejor lo pienso bien que le hace
como curiosidad.
1.- Kross puede aprender temas muy fácilmente, dependiendo quien le enseñe se puede tardar menos o mas. pero lo normal es que por ejemplo un libro lo pueda aprender y memorizar de una sentada.
2.- no se si lo dije pero la resistencia de Kross funciona como un parry en el que endurece la piel para reducir impactos, aunque suene surreal, me base en un video de como aguanta una tapa de alcantarilla, por obvias razones si es un rifle anti material, lo atraviesa aunque su regeneración lo tendría cubierto en minutos o hasta en segundos.
Saludos a SrSenior, a Dardragun707, a patata, sus historias son putamente maravillosas y a cada uno que lee hasta el final y a los que dejan sus comentarios. Hasta la próxima, me voy a dormir que estoy cagado de sueño :]
Chapter 8: Gamma
Summary:
Una criatura llego al instituto Volcano buscando a Kross, ahora le tocara encargarse de esa cosa. ¿Sera capaz?
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Mi grito resonó con rabia y desesperación, ahogándose en el eco de la escena. La imagen de Rosa, inmóvil entre los restos astillados del cobertizo, se quedó grabada en mi mente. Era como si el tiempo se hubiera ralentizado. Todo se volvió más vívido: el color rojo de la sangre mezclándose con el naranjo de sus escamas, el sonido amortiguado de mis propios latidos, y el frío peso de la mano que aún me mantenía atrapado contra la pared.
Red: (¡Mierda, mierda, mierda! ¡Debemos hacer algo!)
Blue: (Necesitamos un plan. Ese agarre ya no es tan fuerte... sí usamos su fuerza a nuestro favor, podemos liberarnos...)
Red: (No hay tiempo para pensar tanto. ¡Hay que hacerlo ahora!)
Sentí cómo el agarre en mi cabeza se había aflojado ligeramente después de que la cosa atacara a Rosa. Aproveché ese momento. Sujeté su brazo con una mano y, con toda la fuerza que pude reunir, golpeé con la palma abierta el codo de la criatura.
Un crujido sordo acompañó su reacción de sorpresa cuando su agarre se rompió. Caí al suelo, pero no le di tiempo para reaccionar. Mi instinto tomó el control. Tensé la mano, permitiendo que mis garras retractiles se extendieran, y lancé un golpe directo hacia su costado.
El impacto fue contundente. Sentí cómo mis garras perforaban algo entre sus costillas, arrancándole un rugido gutural. Aproveché el momento para girar su cuerpo y empujarlo contra la pared del edificio con todas mis fuerzas.
Kross[R]: "¡Escúchenme bien!"
Miré rápidamente hacia Stella y Fang. Ambas seguían inmóviles, sus ojos fijos en mí y en la cosa que ahora estaba atrapada bajo mi peso.
Kross[R]: "¡Despierten de una maldita vez! ¡Vayan a revisar a Rosa y busquen a Spears! ¡AHORA!"
Mi voz cortó el aire como un látigo. Stella parpadeó, como si saliera de un trance, mientras Fang aún parecía incapaz de moverse.
Kross[R]: "¡Y escúchenme bien! ¡No se acerquen al estacionamiento por nada del mundo! ¿Entienden? ¡No se acerquen!"
Antes de que pudieran reaccionar, sentí cómo la cosa bajo mis manos comenzaba a moverse de nuevo. Gruñó, su fuerza regresando rápidamente, y su mirada se clavó en mí con una ferocidad abrazante.
Blue: (No hay tiempo para esperar a que se larguen. ¡Tira a esta mierda lejos de aquí!)
Con un rugido propio, tensé mis brazos y lancé a la criatura hacia el estacionamiento. Su cuerpo impactó con fuerza, golpeando uno que otro automóvil estacionado y dejando un rastro de destrucción en su camino.
Sin esperar un segundo, corrí hacia donde había caído, dejando a Stella y Fang detrás.
Stella: "¡Kross, no! ¡Espera!"
Fang: "¡¿Qué demonios haces?!"
Sus voces me siguieron, pero ya no había vuelta atrás. Todo mi enfoque estaba en esa cosa mientras mantenía una buena distancia. Al mirar a mi alrededor, noté que el estacionamiento, a pesar de ser sábado, estaba más lleno de lo habitual. Aunque era el estacionamiento del instituto, también era de uso común para la comunidad local, por lo que probablemente varios autos pertenecían a personas que no tenían relación con el instituto.
Pude ver cómo esa criatura comenzaba a recomponerse, su cuerpo se movía con una precisión mecánica mientras gruñía bajo. Las áreas de su piel donde mis garras habían perforado no mostraban signos de curarse rápido, pero, aun así, esa cosa logro arreglarse el codo..., además se levantaba como si el dolor no existiera.
Red: (¿Blue, tienes alguna maldita idea de qué es esta cosa?)
Blue: (Podría ser cosa de los científicos. Pero... no entiendo cómo demonios descubrieron que estábamos aquí exactamente, pasaron un par de semanas desde lo del lunes y la detective Cass dijo que no había salido información del caso. Esto no tiene sentido.)
Red: (¡Entonces, dime qué es! ¿Alguna teoría?)
Blue: (Mide más de dos metros, cuerpo corpulento diseñado para combate. La piel es escamosa y tiene un brillo metálico en ciertas partes, probablemente para resistencia. Mira sus brazos, largos y musculosos, y esas garras... son armas naturales, menos mal no nos atacó con eso primero. Su cola también es peligrosa, podría causar serios estragos... Bueno, ya viste el impacto que nos dio a nosotros y a Rosa.)
Red: (¿Y la herida que le hicimos?)
Blue: (No parece tener regeneración rápida, pero se pudo arreglar el brazo. Así que no es como nosotros. Diría que podría ser un AL, por la fuerza que demostró.)
Antes de que pudiera procesar más, esa cosa se lanzó hacia mí con un rugido bestial, sus garras extendidas para atacar.
Red: (¡Se nos viene encima!)
Levanté los brazos justo a tiempo para bloquearlo, mis manos chocaron contra las suyas en un intento por medir fuerzas. Sus músculos tensos empujaban con una presión abrumadora, pero no cedí ni un milímetro.
Red: (Tenemos que acabar con esta cosa, ahora.)
Blue: (No podemos matarlo, Red. Causaría demasiados problemas. Tenemos que reducirlo, contenerlo.)
Red: (¡¿Reducirlo?! ¿Viste lo que le hizo a Rosa? No pienso dejar que salga de aquí intacto.)
Blue: (Créeme, quiero hacerlo mierda también. Pero si lo matamos, nos meteremos en un lío mucho mayor. El objetivo es incapacitarlo.)
Red gruñó internamente, frustrado.
Red: (Entonces, no necesitará todas sus extremidades intactas, ¿verdad?)
Blue: (...Está bien. Hazlo.)
Mientras seguía forcejeando con esa cosa, junté nuestras manos en un movimiento brusco, empujando sus brazos hacia adelante para extenderlos completamente. Mis piernas se doblaron ligeramente, acumulando fuerza.
Red: (Aquí vamos, bastardo.)
Con un impulso rápido, salté, llevando mis rodillas hacia mi pecho. Luego extendí los brazos en un movimiento explosivo, usando el impulso para girar y soltar una patada doble directamente hacia su torso.
El impacto fue contundente. La fuerza de mis piernas lo envió volando hacia atrás, quedando incrustado en un automóvil al final de su trayectoria.
Red: (Eso fue satisfactorio.)
Blue: (Aún no ha terminado. Mantente alerta.)
Me preparé para lo que vendría después, mi mirada fija en esa cosa mientras se levantaba una vez más entre los restos de los autos aplastados. Esta pelea apenas comenzaba.
...
...
...
Momentos atrás con Stella y Fang.
Ambas estaban petrificadas, viendo cómo Kross corría tras esa cosa monstruosa, su figura cada vez más pequeña en la distancia. Por unos segundos, no podían mover un músculo, atrapadas en el impacto de lo que acababan de presenciar.
Stella fue la primera en reaccionar.
Stella: "¡Fang! Tenemos que ir a ver a Rosa. Ahora."
Fang asintió con un leve sobresalto, como si las palabras de Stella la sacaran de su trance. Sin decir nada, ambas corrieron hacia el cobertizo de jardinería, donde el cuerpo de Rosa había impactado momentos antes.
El cobertizo estaba hecho un desastre. Las paredes de madera estaban astilladas y agrietadas, algunas herramientas colgaban torcidas o estaban tiradas en el suelo. Entre los restos del impacto, Rosa yacía en el suelo, con marcas de sangre en la ropa y cortes visibles en sus brazos.
Stella se agachó rápidamente junto a ella, mientras Fang permanecía de pie, mirando la escena con preocupación.
Stella: "¡Rosa! ¡Rosa, despierta! ¿Puedes oírme?"
Fang, tras un momento de duda, se inclinó junto a Stella y habló en voz baja.
Fang: "Vamos, Rosa. Por favor reacciona."
Un leve gruñido rompió el silencio. Rosa comenzó a moverse lentamente, llevándose una mano al costado mientras apretaba los dientes por el dolor.
Fang dejó escapar un suspiro de alivio.
Fang: "Menos mal..."
Stella: "¡Rosa! ¡Gracias al cielo! Por favor, dime que no es tan grave."
Rosa gruñó nuevamente, sus palabras saliendo con dificultad.
Rosa: "Se siente... como si me hubiera golpeado un camión. Maldita sea."
Con cuidado, trató de sentarse, apoyándose en un brazo mientras su rostro se torcía por el dolor. Al recordar lo que había sucedido, sus ojos se abrieron de golpe.
Rosa: "¿Dónde está Kross? ¡¿Qué pasó con ese niño?!"
Intentó levantarse, pero un agudo dolor en su abdomen la hizo caer nuevamente al suelo.
Stella: "¡Rosa, ten cuidado! No estás en condiciones de moverte así."
Fang: "Kross fue tras esa cosa... Nos dijo que no nos acercáramos al estacionamiento."
Rosa apretó los dientes, murmurando entre suspiros.
Rosa: "Niño tonto... Siempre tratando de hacerlo todo solo."
Con esfuerzo, volvió a intentar levantarse. Esta vez, Stella se colocó a su lado y la sujetó para que pudiera apoyarse en ella.
Stella: "No podemos quedarnos aquí. Tenemos que ir con el director Spears. Kross fue claro en eso."
Rosa asintió, aunque su expresión seguía marcada por la preocupación. Fang se colocó al otro lado de Rosa, ofreciéndole apoyo mientras comenzaban a caminar.
El avance era lento, con Rosa tambaleándose entre ambas.
Fang: "Esto... Esto no puede ser real. ¿Viste esa cosa? ¿Por qué demonios ataco a Kross?"
Stella: "No lo sé... Pero si Kross está enfrentándolo, tiene que ser algo realmente peligroso."
Rosa: "Ese idiota... Siempre haciéndose el fuerte. No importa qué sea eso, Spears tiene que saberlo."
Con el esfuerzo combinado, las tres avanzaron lo más rápido que podían hacia el edificio principal, cada una con pensamientos entremezclados de preocupación por Kross y por lo que acababan de presenciar.
Después de varios minutos de caminar con esfuerzo, Stella, Fang y Rosa llegaron finalmente a la oficina del director Spears. Stella abrió la puerta, y el hombre, que estaba revisando unos papeles detrás de su escritorio, levantó la vista para saludarlas.
Spears: "¿Qué hacen aquí? No deberían estar..."
Se detuvo a mitad de la frase al notar la condición de Rosa. Su expresión seria se transformó en una mezcla de preocupación y alarma mientras se ponía de pie rápidamente y se acercaba a ellas.
Spears: "Joven Rosa, ¿qué le sucedió?"
Stella fue la primera en hablar, con un tono urgente.
Stella: "Director, algo llego de repente, y de la nada, atacó a Kross. Algo grande. Y.… y fuerte. Lo golpeó contra el edificio, y Rosa intentó ayudarlo, pero terminó muy herida."
Fang añadió, todavía intentando procesar la situación.
Fang: "Era enorme. No sé qué era, pero Kross lo está enfrentando solo en el estacionamiento."
Rosa, apoyada en ambas, habló con voz algo débil pero firme.
Rosa: "Es peligroso, director. Kross nos dijo que fuéramos por usted."
Spears apretó la mandíbula, claramente procesando la gravedad de la situación. Sin perder más tiempo, asintió.
Spears: "Voy a buscar a Kross. Pero antes, Rosa, necesitas curar tus heridas. Stella, Fang, llévenla a la enfermería."
Las tres chicas protestaron al unísono.
Rosa: "¡No! No podemos quedarnos sin saber si estará bien."
Stella: "Kross necesita ayuda."
Fang: "No podemos irnos sin saber si estará bien o no."
Spears levantó una mano para calmarlas.
Spears: "Es demasiado peligroso. No puedo permitir que se expongan más de lo que ya lo han hecho."
Rosa, aunque con esfuerzo por sus heridas, habló con firmeza.
Rosa: "Yo puedo ir sola a la enfermería. Stella y Fang deben ir con usted. Así podrán saber si Kross estará bien."
Spears negó de inmediato, su voz más severa de lo habitual.
Spears: "No. Todas van a la enfermería, juntas. No puedo arriesgarme a que algo les pase mientras veo cómo lidiar con esto. No es negociable."
Stella y Fang intercambiaron miradas, pero el tono de Spears no dejaba lugar para discutir.
Spears: "Rosa necesita apoyo para llegar a la enfermería, y ustedes no están en condiciones de manejar lo que sea que estamos enfrentando aquí. Por favor, háganme caso. Váyanse a la enfermería y quédense allí hasta que todo termine."
Mientras sacaba su celular y comenzaba a marcar un número, Spears les señaló la dirección del edificio.
Spears: "Vayan ahora. Yo me encargaré de esto."
Las tres dudaron por un momento, pero al ver la expresión decidida en el rostro de Spears, comenzaron a moverse hacia el edificio principal, ayudándose mutuamente.
El teléfono sonó dos veces antes de que una voz femenina contestara.
Cass: "director Spears. ¡Cuánto tiempo sin saber de usted! ¿Otra pelea entre estudiantes? Espero que esta vez no sea por una pizza o por un concierto."
En el fondo, se escuchó un ligero sonido, como el de una botella al abrirse.
Spears: "Detective Cass, no es momento para bromas. Es algo serio. Kross está enfrentándose a.… algo. No sé qué es, pero según quienes me avisaron es grande y extremadamente fuerte. Necesito que vengas al estacionamiento del instituto ahora."
El tono de Cass cambió instantáneamente. La ligereza desapareció, reemplazada por una seriedad profesional.
Cass: "Entendido. Estamos en camino."
Antes de que Spears pudiera responder, Cass levantó la voz hacia alguien más.
Cass: "¡Abe! ¡Surge! ¡Muévanse ahora y agarren sus cosas! Tenemos una emergencia."
La llamada se cortó, dejando a Spears caminando rápidamente hacia el estacionamiento. La tensión era palpable, y aunque mantenía una fachada de calma, la preocupación era evidente en su mirada.
En pocos minutos, Spears ya estaba cerca del estacionamiento. Los sonidos eran inconfundibles: golpes secos, metales doblándose, y el crujido de estructuras al colapsar. Cada paso lo acercaba más al caos.
Spears: (Esto es peor de lo que imaginaba...)
Cuando llegó al estacionamiento, lo primero que vio fue a la criatura. La bestia era más grande y musculosa de lo que había pensado, con un brillo metálico que hacía parecer que su piel estaba reforzada. Pero lo más inquietante eran sus ojos: un rojo intenso que parecía arder con rabia incontrolable.
Spears: (¿Qué demonios es esa cosa?....)
A unos metros de distancia, Kross estaba enfrentándose a la criatura con todo lo que tenía. Sus golpes eran fuertes y precisos, pero la fuerza bruta del monstruo parecía abrumadora. Por cada golpe que Kross conectaba, la criatura respondía con un impacto que sacudía el suelo y destrozaba el concreto.
De repente, la criatura logró conectar un golpe devastador, enviando a Kross volando directamente contra un auto. La fuerza del impacto destrozó la carrocería, y el ruido resonó en todo el lugar. Spears observó con el corazón en un puño, pero mantuvo su posición.
Spears: (Kross, ¿cuánto más puedes soportar esto?)
Kross, aturdido pero consciente, levantó la cabeza para mirar hacia donde Spears estaba. Por un breve instante, sus ojos se cruzaron, y la expresión de Kross pasó de sorpresa a ira en un instante.
Kross[R]: "¡¿Qué mierda haces aquí?! ¡Lárguese de aquí ahora!"
Antes de que Spears pudiera responder, la criatura se lanzó hacia Kross con velocidad inhumana. Sus movimientos eran casi un borrón, y antes de que pudiera reaccionar, un zarpazo alcanzó directamente el rostro de Kross.
El dolor fue inmediato y cegador. Sangre comenzó a brotar de la herida que cruzaba sus ojos. La criatura no se detuvo ahí, conectando un golpe más que envió a Kross volando aún más lejos, estrellándose contra otro grupo de autos al otro lado del estacionamiento.
Spears observó cómo Kross yacía entre los escombros, inmóvil por un momento.
Spears: (Maldición... ¡Kross!)
Los ojos de la criatura, brillando con ese rojo antinatural, se enfocaron en el cuerpo de Kross, mientras avanzaba lentamente hacia él, con una intención clara de terminar lo que había comenzado.
Spears: (No puedo dejar que esto siga así... pero, ¿qué puedo hacer contra algo así?)
...
...
...
Perspectiva de Kross – Minutos Atrás.
La pelea comenzó con una precisión casi metódica de mi parte. Blue quería observar cada movimiento, cada detalle en la forma en que esta cosa se movía, golpeaba y reaccionaba. Sus ataques eran rápidos, brutales, pero no del todo impredecibles. Cada vez que lanzaba un golpe, su postura revelaba un pequeño desajuste, una apertura que podía aprovechar si era lo suficientemente rápido.
Red: (Es rápido. Pero no es perfecto. Sus movimientos tienen patrones. ¿Hasta cuándo necesito seguir así?)
Blue: (Sus ataques dependen de la potencia bruta. Si seguimos manteniéndonos un paso adelante, podremos encontrar la forma de controlarlo...solo un momento más)
Un golpe descendente rugió hacia mi cabeza. Me agaché justo a tiempo, sintiendo cómo la ráfaga del impacto levantaba polvo y fragmentos de concreto. La fuerza detrás de ese golpe era impresionante, pero también me mostró algo crucial: sus movimientos tenían un leve retraso después de cada ataque, un breve instante donde podía capitalizar.
Con esa idea en mente, me deslicé hacia un lado, colocando mis pies firmemente en el suelo antes de lanzar un puñetazo directo a su torso. El impacto resonó como un tambor ahogado, y aunque parecía que su piel escamosa lo protegía, el retroceso en su cuerpo me indicó que había sentido el golpe.
Red: (¿Viste eso? ¡Lo sintió! No es tan duro.)
Blue: (Eso confirma que podemos dañarlo. Pero no te relajes. Tenemos que mantenerlo bajo presión.)
La criatura gruñó, levantando ambos brazos antes de lanzarlos en un ataque doble hacia el suelo. Salté hacia atrás, evitando por centímetros el impacto, que dejó una grieta profunda en el concreto.
Red: (Es impresionante, pero predecible. Su fuerza depende de aplastarte en un solo golpe. Si no puede atraparte, se desgastará.)
Blue: (El problema es cuánto tiempo podemos mantenernos nosotros.... Bueno, creo que llego tu hora Red.)
Red: (Hora de divertirse entonces.)
Sin perder tiempo, cargué hacia la criatura, mis pies golpeando el suelo con fuerza mientras cerraba la distancia. La criatura giró, lanzando su cola en un barrido horizontal que apenas esquivé inclinándome hacia adelante. No me detuve. En lugar de retroceder, agarré su cola con ambas manos mientras aún terminaba el movimiento.
Red: (Vamos a aplastar a este bastardo.)
Con un giro violento, usé su propio peso y fuerza para girarlo, levantándolo parcialmente del suelo antes de soltarlo y estrellarlo contra el pavimento con un impacto que hizo temblar la zona. Un gruñido escapó de la criatura mientras el suelo bajo su cuerpo se agrietaba.
Red: (¡Eso! Ahora estamos hablando.)
Cuando intentó levantarse, no le di tiempo. Avancé rápidamente, agarrando uno de sus brazos con ambas manos. Con un movimiento explosivo, lo giré por encima de mi cabeza y lo lancé contra los restos de un auto cercano. El metal cedió bajo su peso, y el ruido resonó como un trueno.
La criatura se retorció, intentando recuperar el equilibrio, pero me abalancé sobre ella, conectando un puñetazo directo a su torso que la empujó más adentro del auto destrozado.
Blue: (Está comenzando a mostrar grietas. Sigue presionando.)
Red: (No hay necesidad de decirlo.)
Agarré la criatura por los hombros y la levanté parcialmente del auto. Con un movimiento descendente, la golpeé contra el suelo, dejando un cráter bajo su cuerpo. Antes de que pudiera reaccionar, mis manos se cerraron alrededor de su cuello. Con un gruñido, la levanté del suelo, su peso apenas registrándose mientras la lanzaba contra un poste cercano.
El poste se partió con el impacto, y la criatura cayó al suelo, tambaleándose.
Blue: (Está perdiendo estabilidad. Pero no subestimes su resistencia.)
Red: (No voy a darle oportunidad de mostrarla.)
Avancé de nuevo, esta vez apuntando directamente a su torso. La golpeé con un puñetazo brutal que hizo que retrocediera varios pasos, casi tropezando con los escombros esparcidos. Antes de que pudiera estabilizarse, lancé un golpe con el codo a su mandíbula, seguido de un gancho que la envió al suelo.
Mientras la criatura luchaba por levantarse, avancé con pasos firmes, sintiendo la vibración de cada movimiento en el suelo bajo mis pies. El sonido de su respiración pesada llenaba el aire, un recordatorio de que estaba al límite. Pero no iba a darle tregua.
Cuando intentó enderezarse, lancé un rodillazo directo a su pecho, haciéndola tambalearse hacia atrás. Sin esperar una reacción, me lancé sobre ella, sujetándola por el cuello con ambas manos.
Red: (¡Quédate abajo!)
Con un gruñido, lo levanté de nuevo y lo estrellé contra el suelo con un impacto que hizo crujir el pavimento. No le di tiempo para respirar; clavé mis garras en su hombro, arrancando trozos de piel escamosa mientras la criatura emitía un rugido ahogado.
Blue: (Esto es excesivo. Solo noquéalo ya.)
Red: (No hasta que sepa que no se levantará otra vez. Esto le pasa por tocar a rosa)
Solté su cuerpo por un instante solo para tomar impulso y lanzar un golpe devastador a su costado. El sonido del impacto fue seco, acompañado por un crujido que resonó en el estacionamiento. La criatura intentó retroceder, pero me moví más rápido, bloqueando su escape con un barrido de mi brazo, que la empujó de nuevo hacia el centro del área.
No esperé. Me abalancé con un salto, cayendo sobre ella con ambos pies, aplastando su torso contra el suelo. La criatura dejó escapar un rugido entrecortado, su resistencia disminuyendo con cada segundo que pasaba.
Cuando intentó levantar un brazo para atacarme, lo sujeté con ambas manos y lo torcí con fuerza hacia atrás, dislocándolo por completo. Su grito fue un eco desesperado, pero no me detuve.
Con otro movimiento, lo agarré por las piernas, levantándolo como un muñeco de trapo antes de girar sobre mis talones y estrellarlo contra los restos de un auto destruido. El metal se retorció bajo su peso, y la criatura quedó momentáneamente inmóvil.
Red: (¡Eso es! ¡Lo haré pedazos!)
Blue: (Mantente enfocado. Todavía puede reaccionar.)
A pesar de todo, la criatura comenzó a levantarse una vez más. Su cuerpo tambaleante y las heridas abiertas dejaban en claro que estaba al límite, pero su mirada seguía ardiendo con una feroz determinación.
Apreté los puños, sintiendo el ardor familiar en mis músculos.
Decidí terminarlo de una vez.
Salté hacia él, mi cuerpo cargado con toda la fuerza que me quedaba. La patada impactó directamente en su pecho, enviándolo nuevamente al suelo con un estruendo que hizo temblar el concreto bajo nosotros.
No le di oportunidad de levantarse. Me abalancé sobre él como un depredador acorralando a su presa, clavando mis garras profundamente en su hombro. Mi mandíbula se cerró con fuerza alrededor de su antebrazo, desgarrando carne y arrancando un pedazo en el proceso. El sabor metálico de su sangre llenó mi boca, pero no era suficiente para detenerme.
Blue: (¡Hazlo rápido! Esto no puede prolongarse más.)
Red: (Se merece cada segundo de esto.)
Con un gruñido, lo levanté una vez más, como si fuera un muñeco de trapo, y lo arrojé con todas mis fuerzas hacia un camión cercano. El impacto fue devastador; el vehículo colapsó bajo su peso, su estructura metálica retorciéndose como si fuera de papel.
Me quedé inmóvil por un momento, observando los restos.
Blue: (Está... acabado. Pero algo no se siente bien. Mantente alerta.)
Red: (¿Alerta? ¡Está roto! Mira cómo no puede moverse.)
La criatura permaneció inmóvil entre los escombros, su cuerpo cubierto de heridas y sangre. Pero entonces, algo cambió.
Primero fue un temblor, apenas perceptible. Luego su cuerpo comenzó a sacudirse, espasmos violentos que lo hicieron arquearse como si estuviera siendo electrocutado.
Blue: (Esto no parece normal. ¿Qué demonios está pasando?)
Red: (¡Que haga lo que quiera! Más divertido para mí.)
Me alejé un par de pasos mientras lo observaba con cautela. Sus gruñidos bajos se intensificaron, transformándose en un rugido que resonó en el aire, llenando el estacionamiento con una sensación opresiva.
Frente a mí, la criatura comenzó a cambiar. Su cuerpo se expandió, los músculos se hincharon grotescamente, y las heridas que le había infligido comenzaron a cerrarse a una velocidad imposible. Su piel adquirió un tono más oscuro y un brillo metálico que la hacía ver aún más resistente.
Blue: (No tiene sentido. ¿Qué está provocando esto?)
Pero lo peor fueron sus ojos. Antes, su color rojo ya era amenazante, pero ahora brillaban como brasas encendidas, ardiendo con una intensidad que me hizo dudar por primera vez.
La criatura se enderezó, ahora completamente transformada. Su respiración era firme, controlada, y su postura irradiaba una confianza aterradora. Ya no parecía herida, ni siquiera fatigada. Era como si cada parte de su ser hubiera sido diseñada para este momento.
Sin pensarlo, avancé hacia él. Mis instintos no me dejaban otra opción. Con toda la fuerza que me quedaba, lancé un golpe directo a su torso. El impacto resonó, pero algo estaba mal. Mi puño no tuvo el efecto esperado. La criatura no retrocedió, ni se tambaleó. Apenas se movió.
Kross[R]: "¿Qué...?"
Respondió con un rugido que hizo vibrar el aire a nuestro alrededor. Antes de que pudiera reaccionar, su brazo se movió con una velocidad abrumadora. Un golpe directo a mi abdomen me lanzó como si fuera un muñeco de trapo. Mi cuerpo atravesó la distancia hasta impactar contra el techo de un auto cercano, aplastándolo bajo mi peso.
Red: (¡Eso dolió como el infierno!)
Blue: (No es solo la fuerza... está aumentando en todo. Esto ya no es lo mismo.)
El aire quemaba mis pulmones mientras me levantaba, jadeando ligeramente. Cada movimiento era un recordatorio del cansancio que ya acumulábamos, pero no podía permitirme detenerme.
Corrí hacia él de nuevo, esta vez cambiando mi enfoque. Mis garras buscaron puntos vulnerables en sus costados y piernas. Pero cada golpe que conectaba apenas parecía afectarlo. Era como intentar atravesar acero con las manos desnudas.
La criatura contraatacó. Sus movimientos eran más rápidos, más precisos de lo que deberían ser. Aunque logré esquivar algunos de sus ataques, cada zarpazo que pasaba cerca me obligaba a retroceder, manteniéndome en constante movimiento.
Red: (¡No podemos seguir así! ¡Todo lo que hacemos lo absorbe!)
Blue: (Está claro que su regeneración y resistencia están al nivel de un AC... pero más peligroso. Es como si estuviera modificado para esto.)
Kross[R]: "Entonces necesitamos algo más."
Me lancé hacia él una vez más, ignorando el dolor en mis extremidades. Mis garras buscaron perforar el costado donde había hecho daño antes. Pero esta vez, la criatura fue más rápida. Su brazo atrapó el mío con una fuerza que hizo crujir mis huesos. Antes de que pudiera liberarme, me levantó del suelo y me lanzó sin esfuerzo contra un poste de luz.
El impacto fue brutal. El poste se dobló al instante, y caí al suelo sintiendo el peso del dolor acumulado.
Blue: (Esto se está yendo de control. No vamos a durar mucho más.)
Red: (¡No vamos a caer! ¡Piensa en algo, Blue!)
La criatura avanzó lentamente, su mirada fija en mí. Sus ojos rojos brillaban con una intensidad desquiciante, como si estuviera disfrutando del dominio. Cada paso resonaba como un recordatorio de que estaba al borde del límite.
Blue: (Estamos agotándonos más rápido que él. Si no hacemos algo ahora, será cuestión de tiempo antes de que caigamos.)
Red: (Entonces dime qué hacer. ¡No tenemos tiempo para dudas!)
Blue: (Vamos con todo. Cada golpe, cada movimiento, sin importar el costo. Si rompemos huesos o desgarramos músculos, la regeneración puede soportarlo.)
Red: (Okey... con todo.)
Sin dudarlo, apreté los dientes y cargué hacia él. Mi cuerpo ignoró el dolor mientras cada fibra de mis músculos se tensaba al máximo. Llevé mi puño hacia atrás y lo lancé con toda la fuerza que podía reunir. El impacto contra su torso resonó, pero el retroceso me envió una oleada de dolor por el brazo.
Red: (¡Mierda! ¡Ese golpe nos costó caro!)
Blue: (Ignora el dolor. No te detengas. ¡Presiona!)
Grité entre dientes mientras giraba, conectando una patada directa a su costado. La tensión en mis músculos alcanzó su límite, y un crujido inquietante resonó desde mi pierna. A pesar del dolor, vi cómo la criatura retrocedía unos pasos, aunque no tanto como esperaba.
Red: (¡Duele como el demonio, pero está funcionando!)
Blue: (No te detengas. Si cedemos ahora, no tendremos otra oportunidad.)
Con un rugido, giré mi cuerpo y lancé un golpe con el codo directamente hacia su mandíbula. El impacto resonó con un crujido seco, haciendo que su cabeza se girara bruscamente. Un gruñido bajo salió de su garganta, pero el precio fue inmediato. Una punzada de dolor me recorrió el brazo, como si mis huesos estuvieran al borde de romperse.
Blue: (Estamos al límite. La regeneración apenas puede con esto. Cada golpe nos está desgarrando.)
La criatura retrocedió un paso, pero no se detuvo. Su brazo se levantó en un movimiento amplio, cargado de fuerza. Intenté reaccionar, pero su velocidad era demasiada. El impacto me golpeó como una onda de choque, atravesando mi cuerpo y haciéndome retroceder varios pasos. Mis piernas temblaban, cada músculo al borde del colapso.
Red: (¡Maldito! ¡No importa cuánto duela, no vamos a parar!)
Sin darme tiempo para recuperarme, la criatura cargó hacia mí con una precisión letal. Su golpe directo al abdomen me arrancó el aire de los pulmones. El impacto me lanzó hacia atrás, aplastándome contra el techo de un auto estacionado. El metal crujió y el vidrio estalló bajo mi peso.
Blue: (Esto está mal... muy mal.)
Me levanté del auto destrozado, sintiendo cómo cada movimiento era una lucha. Mis músculos ardían, mis brazos protestaban, y la sangre corría por mi frente, nublando parcialmente mi visión. Pero el fuego dentro de mí no se apagaba. No podía permitirme parar.
Red: (¡Eso es todo lo que tienes? Entonces vamos a acabar contigo.)
Me lancé hacia él nuevamente, ignorando el dolor que atravesaba mi cuerpo. Cada golpe que conectaba dejaba marcas visibles en su torso, pero era un costo alto. Mis huesos crujían bajo la presión, y la regeneración comenzaba a flaquear. Sin embargo, seguí atacando, cada golpe acompañado por un gruñido feroz.
La criatura no retrocedía. Sus ojos rojos, implacables y calculadores, seguían cada movimiento. Su postura no mostraba miedo, solo una determinación inquebrantable.
Blue: (Está buscando algo. Analizándonos. Esto no es solo fuerza bruta, está aprendiendo.)
Red: (Entonces lo aplastamos antes de que haga algo.)
Sin previo aviso, encontró una apertura. Su brazo se movió como un rayo, golpeándome con fuerza directamente en el costado. El dolor explotó en mi cuerpo, sintiendo cómo mis costillas cedían bajo la presión.
El golpe me lanzó a través de otro auto estacionado. El metal se dobló y el vidrio se hizo añicos mientras mi cuerpo aterrizaba pesadamente en el pavimento. La respiración se volvió difícil, cada inhalación era un recordatorio del daño acumulado.
Red: (Ese golpe... fue demasiado.)
Blue: (Lo subestimamos. Necesitamos un plan o esto va a terminar de la peor manera.)
Mientras intentaba levantarme, sentí que alguien nos estaba observando. Entre los destrozos y el ruido de la pelea, era una mirada que podría reconocer donde fuera. Levanté la vista hacia la distancia y allí estaba él.
Era Spears, su rostro estaba lleno de preocupación e impotencia, mientras me observaba.
Blue: (Porque esta... ¡no debería estar aquí!)
Kross[R]: "¡¿Qué mierda haces aquí?! ¡Lárguese de aquí ahora!"
Spears, parecía que quería decirme algo, pero justamente la criatura aprovecho ese momento donde baje la guardia
Antes de que pudiera reaccionar, sentí un dolor agudo atravesar mis ojos. La criatura había lanzado un zarpazo directo, dejando una sensación ardiente y cegadora. Intenté retroceder, pero el siguiente golpe llegó demasiado rápido. Un impacto brutal en mi pecho me envió volando nuevamente, chocando contra otro auto. Esta vez, mi cuerpo quedó inmóvil mientras intentaba procesar lo que había sucedido.
Dentro de mi mente, el caos era palpable. Las voces de Blue y Red resonaban mientras procesábamos cada golpe, cada impacto, y cada intento fallido de hacer retroceder a esta cosa.
Red: (¡Esto es una locura! Por mucho que lo golpeamos, ¡no cae! Y ahora estamos ciegos...)
Blue: (Resiste, sí. Pero no es invulnerable. Si seguimos así, eventualmente caerá. La pregunta es... ¿aguantaremos nosotros antes de que eso pase?)
Red: (¡Tiene que haber algo! Antes de que cambie de objetivo... ¡tiene que haber algo que podamos hacer!)
Hubo una pausa. Blue tomó la iniciativa, su tono más frío.
Blue: (¿Recuerdas lo que pasó... cuando uno de nosotros quedó ‘fuera’?)
Red: (¿’Fuera’...? .... ¡No estarás hablando de cuando experimentaron con esa mierda, ¿verdad?!)
El recuerdo surgió como un rayo, trayendo consigo el eco de un dolor insoportable. Una de las pruebas más brutales en el laboratorio, cuando los científicos descubrieron que nuestra conciencia se había separado en dos, se les ocurrió la maravillosa idea de temporalmente "apagar" una de las mentalidades para que todas las funcionalidades pasaran hacia la conciencia al mando. El resultado: un incremento masivo en nuestras capacidades físicas junto con un cambio de personalidad tremendo, pero a un costo físico y mental casi insoportable.
Red: (Fue horrible. El dolor, el agotamiento... ¡Y los cambios! Dependiendo de quién desaparecía, nuestra manera de actuar cambiaba demasiado. ¿No querrás decir que...)
Blue: (Exactamente. Lo único que podría darnos la fuerza para neutralizar a esta cosa. Si no lo hacemos, Red, no tendremos la energía para seguir. Esto tiene que terminar. Para este caso, tu debes ser quien se encargue.)
Red dudó, su frustración y rabia luchando contra el frío razonamiento de Blue.
Red: (¡Maldita sea! ¡No sé si sea una buena idea!)
Blue: (Ni yo. Pero no hay más opciones. Es eso, o.… dejamos que esa cosa nos pulverice y cambie de objetivo. ¿Quieres arriesgarte a que vaya tras Spears?)
Red gruñó, indeciso, cuando de repente, un agarre descomunal nos arrancó del suelo. Sentí el aire salir de mis pulmones mientras la criatura nos estampaba contra el piso con una fuerza que hizo temblar el concreto.
En la distancia, pude sentir a Spears....si no hago algo ahora...esta cosa podría ir a por él....mierda.
Red: (¡Maldición! ¡Está bien, lo hare! ....)
Blue: (De acuerdo, recuerda, debemos hacerlo por Spears, por él. Prepárate... y su..erte.... R...e.....d)
...
......
.........
El dolor se esfumó. Todo era movimiento, puro y sin peso. Cada parte de mi cuerpo respondía, como si el mundo se hubiera reducido a la sensación del suelo y la presencia frente a mí.
El aire estaba denso, inmóvil, pero algo ardía dentro de mí. No era calor, no era frío. Era solo acción.
Algo se movió. Lo percibí antes de que pudiera reaccionar. Un impulso recorrió mi cuerpo y mi pierna ascendió. Un impacto. Un crujido. Algo salió volando.
El suelo tembló.
La presión dentro de mí seguía creciendo. Algo intentó acercarse. Enojado. Un Impacto. No era doloroso, pero era inaceptable. Mi brazo se levantó. Hubo un choque. No se movió más.
Otra sacudida en el suelo.
Una sensación de resistencia, algo que cedía bajo mis movimientos. Algo cayó de rodillas. Era un sonido. No pare. Seguí. Impacto. Tras. Impacto. Algo que vibraba. Un eco que no entendía, pero que no podía ignorar.
Todo estaba en silencio, pero la presión no cedía.
Algo intentaba retroceder. Alejarse. No. No puede irse.
Un movimiento. Algo cedió. Algo se rompió.
Otra vez. Más presión. Más resistencia rota. No se movía. No se alejaba.
Todo estaba quieto, pero dentro de mí, seguía ese ardor. Debo acabarlo. Él debe estar a salvo. Debo terminarlo. Aquí. Y aho--.
BANG
Un sonido cortó el aire. Breve. Seco. Algo cambió.
¿Dónde?
Algo. Una....dos…tres siluetas. No debían estar allí. ¿Quienes?
Una vibración que se deslizaba por el aire. Provenía de adelante. Movimientos. Múltiples.
Una figura destacaba. Precisa. Demasiado precisa. Cada paso trazaba un patrón claro, una dirección que no entendía, pero no podía ignorar. Recuerdo. Molesto.
Otro.
Una segunda figura. Más sólida. Más cerca. Se adelantaba con decisión. No retrocedía. Se movía como si no tuviera nada que temer. Brillo. Brazos.
Algo ardió dentro de mí. Peligro.
Mis pies se movieron antes de que pudiera procesarlo. El suelo crujió bajo el impulso. La distancia desapareció. Cada paso era un golpe contra el suelo, directo hacia aquello que no debía estar.
Choque.
El impacto no fue como esperaba. Algo lo detuvo. Algo fuerte. Algo que resistía. Un destello. Luz breve.
No me detuve. No puedo.
Un impacto. Algo fuerte, directo al torso. Lo empujó hacia atrás. Algo explotó detrás de él. Rápido. Más rápido de lo que debería.
Se acercó. No hubo tiempo para reaccionar. Un golpe, directo al rostro. Alcé los brazos. Protección. Pero otro movimiento siguió. Algo golpeó abajo. Piernas. Perdí equilibrio.
No estaba bien.
Dolor. Más presión. Algo impactó en mi abdomen. Un ascenso brusco. Aire. No podía sentir el suelo. Otro. Dos más. Cada impacto llevaba algo detrás. Una fuerza extra. Algo que quemaba con cada golpe.
Todo se detuvo por un segundo. Pero entonces, llegó el último.
Un golpe al torso. Brutal. Me hizo volar. El aire me rodeó, pero no lo sentí. Solo el impacto. Algo duro.
El cuerpo aplastado contra el suelo. Peso. Dolor.
Todo era ruido. Todo era presión.
No se iban. ¿Porque siguen aquí?
Mis ojos se enfocaron. La primera figura. La veía moverse, retirarse. Ahora solo eran dos. Pasos atrás. Algo intentaba crear distancia. No debía hacerlo.
Un impulso. Mi cuerpo se lanzó hacia adelante. Sin pausa. Sin pensamiento. Era solo movimiento. Una respuesta visceral.
No podían estar allí. No podían quedarse.....
....
Movimientos. Rápidos. Escurridizos.
El primero giraba, siempre a una distancia segura, moviéndose como si supiera que no podía quedarse quieto. Algo brillaba en sus manos, algo que giraba, desviaba. Me irritaba. Molestia.
Otro.
Más sólido. Firme. Cada movimiento era directo. Las manos se alzaban, y algo sucedía al contacto. Destellos, calor, empujones. No entendía. No paraban.
El primero.
Mis golpes no conectaban, siempre fuera de mi alcance. Se movía como el viento, esquivando, bailando a mi alrededor. Las cadenas brillaban, giraban, bloqueaban.
Un golpe.
No hubo impacto. Apenas. Las cadenas se cerraron cerca de mi brazo, desviándolo hacia un lado. Cada vez cuesta más.
El segundo.
Se acercó. No era evasivo como el primero. Atacaba, directo, sin titubeos. Sentí los impactos en mi torso, pequeños estallidos de luz y fuerza que no me detenían, pero sí me empujaban.
Un golpe. Lo bloqueo. Brillo. Algo ardió en el golpe. El calor se disipó impacto, empujándome hacia atrás. Pero debía seguir.
El primero regresó.
Las cadenas se movieron nuevamente, golpeando con precisión, pero no lo suficiente. Me giré, tratando de alcanzarlo, pero se deslizó fuera de mi alcance.
Un gruñido escapó de mi garganta. No podía tocarlo.
El ardor se transformó en furia. Mis movimientos se volvían cada vez más lentos, más pesados. Cada golpe se sentía como un latido, cada patada como un rugido que exigía ser escuchado. No podía parar. Tengo que seguir.
Pero ellos no se rompían. ¿Por qué no lo hacían?
....
Cansancio. Pesadez. Cada paso era más lento. Algo tiraba hacia abajo, como si el aire se volviera más denso. Pero no puedo. Debo...tengo que...por él.
Frente a mí. Dos. Lejos, pero moviéndose. Coordinados, cada movimiento cargado de intención.
Sonidos. Agudos, mecánicos. Uno hacía algo con las manos, un destello de precisión en el movimiento. Preparándose.
Otro.
¿Nuevo? No. ¿Diferente? No. Más cerca. Volvió el de antes. Se unió a los 2. Ahora son 3
Saco algo. Breve, rápido. Los dos primeros ajustaron su postura. Coordinados. Todo se preparaban. Debo pararlos. No pueden seguir.
Me moví.
El suelo cedió bajo mis pies. El peso disminuyó. Cada paso más rápido, directo hacia ellos.
Un sonido. Seco. Directo. Impacto. Arde. Duele. El aire se volvió fuego contra mi costado. Un ardor que no podía ignorar, pero no me detenía. No podía detenerme. Debo asegurarme.
Frente a mí. Luz en los brazos de uno. Se movió. Un golpe. Bloqueo. No hubo daño. El choque resonó, acompañado de un destello que quemó la vista por un instante.
Atrás.
Un giro. Algo se balanceaba, rápido. Un zumbido cortó el aire. Una cadena. No. Varias. Golpearon mis piernas, deteniéndolas.
Sonido. Silbido. Otra fuerza. Golpe. Algo empujó mi cuerpo hacia atrás.
Otra vez. Luz. Un brillo intenso. Un impacto al torso. Fuerte. Ardor profundo. El peso aumentaba con cada golpe.
Un rugido. Mi rugido. Cargué de nuevo. Debo...seguir.
Frente a mí, uno de ellos. Sin defensa. Un movimiento. ¿Una Oportunidad? Solo un golpe.
Otro sonido. Más cerca. Más dolor. Otro impacto al costado. Duele. Mi cuerpo retrocedió, pesado, lento.
Todo más pesado. Cada vez más denso.
Un arco amplio. Algo se movía. Giraba. Un impacto. Algo golpeó mis hombros. Fuerza. Dolor. Me empujó hacia atrás, pero no me detuvo. No podía detenerme. No puedo. No debo.
Otro se acercó. Rápido. Luz en sus brazos. Bloqueó mi siguiente golpe. Un destello. Una resistencia que no esperaba. Algo se acumulaba, un brillo que no entendía.
Avancé de nuevo, directo al primero. Movimiento rápido. Algo golpeó. Otra vez. Uno detrás de otro. Las cadenas silbaban, un sonido afilado que cortaba el aire antes de encontrarme. No era solo fuerza, era algo más. Algo que me forzaba a retroceder.
Otro golpe. Otro destello. Mas Luz. Brillante.
El ardor en mi interior seguía, pero era diferente. Más pesado. Más lento.
Quise cargar. Mis pies no respondían como antes. Algo bloqueó el movimiento. Luz. Azul. Más brillante. Brillaba tanto que quemaba.
Movimiento. El primero atacó. Golpes. Disparos. Un patrón que no podía romper. Todo era ruido. Todo era presión. Mi cuerpo no seguía.
Pesadez.
El segundo. Un brillo azul. Llamas danzando. Algo golpeó. Todo se apagó en un instante. Vuelo. Impacto. Metal. Algo cedió bajo mi peso.
Mucha pesadez....
Quise moverme, pero mis extremidades no respondían. Algo tiraba de mí hacia abajo. La oscuridad comenzaba a cerrar alrededor. No puedo. Por él. Ahora...no puedo...tengo que...
Algo. No podía entenderlo. No podía sentirlo. No podía moverme. No puedo seguir. Sueño. Mucho sueño...espero.....que él .....este.......a salvo.......
...
...
...
Perspectiva de Spears momentos antes.
Desde su posición, Spears observaba la escena con un nudo en el estómago. Era una mezcla de impotencia y frustración. Sabía que, si se lanzaba a intervenir, no podría lograr absolutamente nada, o peor aún, exponerse innecesariamente. Sin embargo, ver a Kross siendo aplastado y golpeado contra el suelo lo llenaba de una rabia silenciosa.
Spears: (Esto... esto no es normal. Nada de esto lo es.)
De repente, algo cambió. La criatura, que hasta ahora parecía tener la ventaja, salió volando de repente, impactando contra un poste cercano. El movimiento fue tan rápido que tardó un segundo en procesar lo que había ocurrido.
Kross, desde el suelo, había lanzado una patada que envió al monstruo lejos. Y ahora... ahora se estaba levantando.
Spears: "...Eso no es normal."
La forma en que Kross se movía no era la misma de antes. No era el joven estudiante que Spears había observado durante estas semanas. Su postura era la de un depredador, cada movimiento fluido, calculado, como si estuviera diseñado para cazar. Sus heridas, que hasta hace unos momentos parecían graves, estaban sanándose a una velocidad monstruosa.
Y luego estaban sus ojos.
Spears: (Ambos... son rojos ahora. Antes solo era uno. ¿Qué significa esto? Que te paso Kross...)
A diferencia de los ojos de la criatura, que parecían un producto artificial y frío, los de Kross brillaban con un rojo profundo, natural, pero igualmente aterrador.
La criatura, lejos de amedrentarse, cargó nuevamente contra él, pero esta vez, Kross no se movió ni un centímetro al recibir el impacto.
Entonces, Kross atacó.
Su puño impactó contra el torso de la criatura con una fuerza que hizo temblar el suelo. Por primera vez, el monstruo emitió un grito. Ese golpe había traspasado sus defensas, quebrando huesos y dejando un sonido sordo que resonó en el aire.
La criatura cayó de rodillas, pero Kross no se detuvo. Cada golpe que seguía era más brutal que el anterior. Su expresión era fría, desprovista de emoción, como un depredador ejecutando a su presa.
Spears observó con una mezcla de asombro y horror.
Spears: (Esto no es solo fuerza. Es algo más. Algo... completamente fuera de control.)
Por primera vez, la criatura mostró una emoción, un sentimiento que durante toda la pelea no había mostrado: miedo, temor...horror.
El monstruo comenzó a retroceder, arrastrándose sobre el suelo, intentando alejarse de Kross. Pero este no se lo permitió.
Kross aplastó una de sus piernas con un golpe brutal, el sonido de huesos rompiéndose y carne siendo triturada resonó en el lugar. La criatura lanzó un grito desgarrador, pero Kross no mostró compasión. Repitió el movimiento con la otra pierna, dejándola completamente inmóvil.
Ahora, la criatura yacía en el suelo, incapaz de moverse. Kross, sin un ápice de duda, se colocó al lado de su cabeza, levantando el puño. Era evidente que planeaba dar el golpe final.
BANG
Pero en ese entonces, se escuchó el disparo, interrumpiendo el golpe antes de impactar.
...
...
...
Perspectiva de Cass.
Cuando Spears me llamó, jamás pensé que iba a lidiar con algo como esto. Desde que paso el incidente del auditorio, le pedí a Spears que me avisara si pasa cualquier cosa, como agradecimiento por no hacer que el caso pasara a mayores, además Abe y yo hemos estado investigando a ese chico, su situación no era normal, así que tratamos de buscar cualquier cosa que nos ayudara. Pero no encontramos nada.
Ni un nombre en algún registro, ni familiares, ni siquiera una dirección que nos sirviera para ubicar algo. Era como si el chico hubiera aparecido de la nada. Y ahora, según Spears, estaba enfrentándose a una criatura desconocida.
Apenas bajamos del vehículo, no pude evitar quedarme boquiabierta. El estacionamiento era un caos absoluto. Autos volcados, concreto roto, faroles destrozados. Todo parecía una escena de guerra. Ni siquiera tenía ganas de darle un sorbo a mi bebida.
Y en el centro de todo, una criatura enorme yacía inmovilizada en el suelo altamente herida. Frente a ella, un estudiante, era Kross, pero este estaba con una postura feroz, estaba listo para asestar el golpe final a esa cosa en el piso.
Mis dedos se deslizaron instintivamente hacia Ebo e Ivo, las gemelas de acero que nunca me fallaban y di un disparo al cielo, para que se detuviera. A mi derecha, Abe tenía en ambos lados de su cintura, sus dos nunchakus personalizados, mientras su rostro se mantenía tenso. Surge, a mi izquierda, activó ambos brazaletes que tenía en sus muñecas, en un instante se envolvían en su prótesis y brazo izquierdo como guanteletes, listas para cualquier eventualidad.
Surge rompió el silencio primero, mirando el desastre frente a nosotros.
Surge: "¿Qué demonios pasó aquí? Esto parece un maldito campo de batalla."
Abe observó la escena con cuidado, sus ojos evaluando los detalles.
Abe: "Mi mejor suposición: el chico y esa cosa se estuvieron matando entre sí. Mira cómo está el concreto... Probablemente lo estuvo golpeando contra el suelo, o al revés. De alguna manera que desconozco, parece que ganó."
Lo interrumpí antes de que pudiera seguir divagando.
Cass: "¡Basta! Este no es momento para ponerse a dialogar. El chico nos está mirando."
Los tres giramos hacia él. Efectivamente, el chico había levantado la vista y nos estaba observando fijamente. Sin embargo, no parecía estar enfocado en mí o en Surge. Su mirada estaba clavada directamente en Abe.
Abe: "...Genial. Todavía me guarda rencor por lo del café, ¿verdad?"
Cass: "¿En serio, Abe? ¡Concéntrate!"
Antes de que pudiera añadir algo más, Surge dio un paso al frente, ajustando sus guanteletes y poniéndose en guardia.
Surge: "Por lo que dijo Abe, este chico no es normal. Si puede hacerle eso a esa cosa, entonces tal vez sea justo como los tipos para los que tengo ventaja. Si pelea a golpes es mi especialidad."
Los tres nos quedamos mirando a Kross mientras Surge se preparaba para intervenir. Las cosas estaban lejos de estar bajo control.
Observe cómo los ojos de Kross, ahora ambos de color rojo, se enfocaban en nosotros como si fuéramos su próximo objetivo. No había duda: algo en él había cambiado. Y fuera lo que fuera, no parecía que estuviera pensando con claridad.
Cass: (Tendremos que tomarle pruebas...aunque no creo que sea la resina, y si ese fuera el caso...donde la consiguió...Oh no...)
Cass: "¡Mierda! ¡Está cargando hacia nosotros!"
Surge avanzó rápidamente, sus guanteletes activados y emitiendo un leve brillo. Con calma, levantó los brazos en guardia mientras nos gritaba a Abe y a mí.
Surge: "¡Atrás, yo me encargo!"
Kross se lanzó hacia Surge con una velocidad impresionante, cubriendo la distancia en segundos. Su puño derecho estaba listo para impactar, pero Surge no retrocedió. En el último instante, levantó ambos brazos en un bloqueo cruzado, y el golpe de Kross chocó directamente contra los guanteletes reforzados.
El impacto resonó como una explosión, empujando a Surge varios metros hacia atrás, sus botas arañando el concreto mientras absorbía la fuerza del golpe.
Abe, sosteniendo sus nunchakus en posición defensiva, observó atentamente.
Abe: "¡Es más fuerte de lo que parece! Surge, no te confíes."
Surge enderezó su postura, sus guanteletes soltaron un leve humo tras disipar parte de la energía del golpe.
Surge: "Esto apenas empieza."
Kross no le dio tiempo para descansar, lanzándose de nuevo con una serie de golpes rápidos. Surge no se limitaba a bloquear; en cambio, respondía golpeando directamente contra los puños de Kross, disminuyendo la fuerza de los impactos con cada choque. Los guanteletes emitían pequeños destellos con cada contacto, iluminando brevemente el lugar mientras mantenía su postura firme.
Finalmente, Kross lanzó un golpe directo al torso de Surge, el cual alcanzo a penas para defenderse. El impacto lo obligó a retroceder varios pasos, pero sin perder tiempo, Surge disparó hacia atrás con sus guanteletes, utilizando el retroceso para impulsarse rápidamente de nuevo hacia adelante.
Surge: "Ahora es mi turno."
Surge cerró la distancia en un instante y lanzó un golpe directo al rostro de Kross. Este logró levantar los brazos para protegerse, pero Surge reaccionó rápido. Con un movimiento ágil, lanzó una patada a las piernas de Kross, desestabilizándolo y forzándolo a bajar la guardia.
Aprovechando la apertura, Surge conectó un golpe ascendente al estómago de Kross, levantándolo del suelo. Sin detenerse, siguió con dos golpes rápidos más, cada uno acompañado de un disparo que resonó como una breve explosión, manteniéndolo en el aire un par de segundos más.
Para finalizar, Surge remató con un último golpe devastador al torso de Kross. El impacto lo lanzó varios metros hacia atrás. Kross, tambaleante pero aún con determinación, se recuperó rápidamente y volvió a subir la guardia.
Observé el intercambio con una mezcla de asombro y tensión.
Cass: (Esto no va a ser fácil... espera un minuto...)
Me di cuenta de algo mientras observaba cómo Kross se recuperaba del impacto. Su cuerpo parecía intacto a simple vista, pero había algo... una leve rigidez en sus movimientos, como si la regeneración estuviera costándole más de lo habitual.
Cass: (Tiene un límite, aunque no quiera mostrarlo. Tenemos que forzarlo.)
Por el rabillo del ojo pude notar al director con otras dos dinos observando la escena, primero dirigí mi mirada a Abe y Surge, que ya estaban en posición.
Cass: "Conténganlo. Necesitamos mantenerlo a raya de momento. Yo iré a informarme mejor de la situación"
Abe levantó uno de sus nunchakus, haciendo girar las cadenas con fluidez.
Abe: "Claro, déjanos a nosotros todo el trabajo, como siempre."
Surge: "Cállate y concéntrate. Ya viene."
Sin perder más tiempo, me giré hacia Spears, que se encontraba un poco más allá. La expresión del director reflejaba preocupación, pero también algo más profundo que no sabía que era.
Cass: "Director, ¿qué demonios pasó aquí? ¿Y qué es esa cosa en el piso? Y lo más importante ¿Qué mierda le paso a ese niño?"
Spears vaciló por un momento antes de responder, su voz cargada de tensión.
Spears: "Unas estudiantes me comunicaron que algo los ataco mientras estaban en los jardines de la escuela y que Kross estaba peleando con esa cosa."
Spears suspiro un momento para después seguir con un tono más controlado.
Spears: "Cuando llegue al estacionamiento, Kross ya estaba en plena pelea con eso. Sus golpes eran fuertes y precisos, pero la fuerza bruta de esa cosa era abrumadora. De repente, esa cosa logró conectar un golpe devastador. Vi a Kross salir volando directamente contra un auto. La fuerza del impacto destrozó la carrocería, y el ruido resonó por todo el lugar. Y Kross... él..."
Mientras escuchaba, mi atención se dividió entre la explicación y el enfrentamiento que se desarrollaba al otro lado del estacionamiento.
Kross avanzó hacia Abe y Surge con una fuerza inhumana. Abe fue el primero en enfrentarlo, girando sus nunchakus con precisión letal. Cuando Kross lanzó un golpe, Abe esquivó ágilmente con un movimiento lateral, sus cadenas balanceándose con rapidez mientras mantenía la distancia.
Abe: "Vas a necesitar más que eso para tocarme, niño."
Surge no perdió tiempo y se lanzó hacia Kross, interceptando su siguiente ataque con los guanteletes. Cada impacto liberaba una onda de energía, como una explosión corta, que absorbía parcialmente la fuerza del golpe y mantenía a Surge en movimiento constante.
Surge: "¡Concéntrate, Abe! ¡No dejes que te alcance!"
Abe continuó moviéndose con agilidad, manteniéndose fuera del alcance de los golpes directos de Kross. Cuando este intentó lanzar otro ataque, Abe desvió el golpe con un movimiento rápido de sus nunchakus, redirigiendo la fuerza hacia un lado mientras daba un salto hacia atrás.
Abe: "¿Eso es todo lo que tienes? Ni siquiera estás rozándome."
Kross rugió y cambió su enfoque hacia Surge, quien respondió con una rápida serie de golpes al torso y extremidades del chico. Cada puñetazo hacía retroceder a Kross brevemente, desestabilizándolo con la fuerza del impacto. Sin embargo, Kross recuperó su equilibrio y devolvió un golpe directo que Surge bloqueó con los guanteletes, la energía liberada por el impacto empujando ligeramente a Kross hacia atrás.
Cass: (Estos dos están manejándolo bien por ahora, pero Kross... este chico no se detendrá. Se nota que se está cansando, pero...)
Me giré hacia Spears, buscando respuestas con una urgencia palpable.
Cass: "¿Tienes alguna idea de cómo detenerlo? Porque claramente no está retrocediendo tan fácil."
Spears inhaló profundamente, como si estuviera tratando de calmar una tormenta interna antes de hablar.
Spears: "No se trata de detenerlo. Solo... agótenlo. Su cuerpo tiene límites, incluso con todo lo que puede hacer. Si logramos cansarlo lo suficiente, probablemente colapse antes de que sea demasiado tarde."
Spears desvió la mirada un momento, su voz volviéndose más baja.
Spears: "Su cuerpo... No puede sostener ese nivel de esfuerzo por mucho tiempo."
El peso de sus palabras era evidente. Antes de que pudiera responder, me giré hacia él con una última pregunta que sabía que sería difícil de escuchar.
Cass: "¿Está bien si vamos con todo hacia él?"
Spears no respondió de inmediato. Sus ojos estaban fijos en Kross, que seguía en posición, tambaleándose ligeramente pero aún con la guardia en alto. Finalmente, asintió lentamente, sus mandíbulas apretadas como si cada palabra lo desgarrara por dentro.
Cass: "Llama a la policía. Diles que esto es un caso especial, que el grupo C.H.N.O. necesita hacer un reporte además de una limpieza y que traigan varias grúas, Kross estará listo en unos minutos."
Sin esperar respuesta, me dirigí hacia Abe y Surge.
Surge, con un movimiento calculado, extendió ambos brazos. Los cargadores de sus guanteletes se liberaron con un chasquido, cayendo al suelo con un leve tintineo. De inmediato, lanzó al aire dos hileras de cargadores frescos, que encajaron perfectamente en los guanteletes al descender.
Abe levantó una ceja y dejó escapar una risa corta.
Abe: "¿Presumiendo de nuevo, Surge? Muy en tu estilo."
Surge: "No es presumir si funciona. Además, necesitaba recargar."
Ambos miraron hacia Kross, que mantenía su guardia alta, aunque su postura mostraba señales claras de desgaste. Se giraron al escucharme llegar.
Abe: “¿Terminaste de perder el tiempo con el director?”
Cass: "Abe..., tienes permiso para usar los disparos de los nunchakus. Surge, apunta a los puntos débiles. Vamos con todo, y yo me uniré. Esto termina ahora."
Cass: (Necesitamos derribarlo ya.... Si Surge acumula suficiente energía, el golpe debería de desgastarlo por completo.)
Empuñé a Ebo en mi mano derecha y a Ivo en la izquierda. Configuré tanto a Ebo y Ivo con la fuerza comparada a un antimaterial. Aunque sean menos disparos es mejor.
Cass: "¡Vamos a terminar con esto! ¡Surge, tu acumularas todo lo que puedas para dar el golpe final! ¡Abe, cubre los flancos y abre aperturas! Yo los apoyare de lejos. ¡Comencemos!"
En ese momento, Kross cargó hacia nosotros con una fuerza implacable. Sin perder tiempo, levanté a Ivo y disparé una sola vez, el impacto resonó como un trueno rozándole el brazo, obligándolo a frenar por un momento antes de que continue.
Aprovechando el momento, Surge se adelantó y bloqueó el siguiente golpe de Kross con los guanteletes. El choque resonó con fuerza, pero los brazaletes absorbieron cada gramo de la energía cinética, la cual se acumulaba rápidamente. Un destello brillante iluminó el aire al momento del impacto, mientras la energía seguía acumulándose dentro de Surge.
Surge: "Eso fue fuerte. Pero puedo con más."
Kross intentó retroceder para buscar otra apertura, pero Abe giró hacia él, sus nunchakus girando con precisión letal. Las cadenas silbaban en el aire antes de conectarse contra las piernas de Kross. Un disparo sincronizado con el golpe que, aunque parecía que no le hizo daño, lo obligó a tambalearse hacia atrás.
Abe: "¿Te gusta eso, niño? Porque hay más de donde vino."
Surge no perdió tiempo y lanzó un puñetazo directo al torso de Kross. El golpe, acompañado por el disparo de sus guanteletes, hizo que Kross fuera empujado hacia atrás con una fuerza brutal. La potencia de la explosión de energía de los cartuchos amplificó el impacto, dejando a Kross desestabilizado y en clara desventaja.
Kross rugió y cargó hacia Abe al verlo sin la guardia alta. Antes de que pudiera alcanzarlo, disparé con Ebo, impactando en su costado perforándolo y forzándolo a retroceder unos pasos.
Cass: "¡No le des tiempo para recuperarse!"
Abe aprovechó la apertura, girando los nunchakus en un arco amplio antes de disparar con ambas escopetas. Las balas impactaron en los hombros de Kross, haciéndolo retroceder nuevamente, pero no perdió el tiempo intentando golpear a Abe.
Surge se movió con rapidez, poniéndose frente a Kross y bloqueando su siguiente golpe. Los guanteletes absorbieron la energía cinética del impacto, y la acumulación de poder comenzó a brillar intensamente, iluminando sus brazaletes con un destello cegador.
Surge: "Está acumulándose... solo un poco más."
Cass: "¡Mantén la presión! ¡Abe, sigue abriendo espacios!"
Abe lanzó una ráfaga de golpes, alternando entre los impactos de los nunchakus y disparos precisos mientras lo apoyaba con Ebo reduciendo los movimientos del chico. Cada ataque parecía desorientar más a Kross, forzándolo a un estado más defensivo.
Cuando Kross intentó lanzarse de nuevo hacia Abe, Surge apareció por el costado y bloqueó el ataque, absorbiendo otra potente ráfaga de energía cinética. Los guanteletes de Surge brillaban ahora con un intenso resplandor azul, mientras su cabello se iluminaba con destellos cian, como llamas etéreas danzando en su cabeza.
Cass: “¡Es el momento! ¡Abe, desármalo!”
Abe, con una rapidez impresionante, desató una serie de golpes rápidos con los nunchakus, cada movimiento perfectamente calculado. Mientras los bastones giraban con precisión, disparó a intervalos, los proyectiles surcando el aire con una precisión mortal. La combinación de impactos y disparos obligó a Kross a retroceder, su guardia quebrantada ante la intensidad de la ofensiva.
Abe: "¡Listo, Surge! ¡Ahora o nunca!"
Con la energía acumulada al máximo, Surge centró toda su fuerza en un golpe devastador. Los guanteletes brillaban intensamente, el resplandor azul iluminando el entorno mientras su cabello, con destellos cian, parecía arder con poder. Lanzó ambos puños hacia el torso de Kross con una velocidad imparable. El impacto resonó como una explosión, la onda de choque atravesando el aire. Kross fue lanzado violentamente hacia atrás, su cuerpo golpeando contra un auto cercano, el metal cediendo bajo su peso. La fuerza del golpe dejó la escena en silencio por un instante, el eco del impacto aun vibrando en el aire. Poco a poco, el resplandor de sus guanteletes se desvaneció, y su cabello volvió a su estado natural, perdiendo el color cian.
Avancé con cuidado, sosteniendo a Ivo con ambas manos. Cuando me acerqué al cuerpo de Kross, vi cómo su ojo derecho, aún brillante de rojo, comenzaba a perder el color, volviéndose gris....
Cass: (Ok, eso de sus ojos es bien raro...pero, por otro lado...) “Finalmente termino...”
Su cabeza cayó hacia un lado, completamente desmayado. Guardé un breve silencio antes de relajar mi postura, bajando lentamente a Ivo.
Cass: "Está fuera. Por ahora."
Abe dejó escapar un suspiro pesado mientras sostenía sus nunchakus en ambas manos, observando el caos a su alrededor.
Abe: "Bueno, eso fue... interesante. Casi parecía que ese chico no iba a caer nunca. ¿Cómo demonios aguanto tanto?"
Surge, aún con los guanteletes emitiendo un leve brillo, agitó las manos como si intentara liberar la tensión acumulada.
Surge: "No lo sé, pero tiene más resistencia que cualquier cosa que haya enfrentado. Hasta que conecté el último golpe, no estaba seguro de si siquiera lo sentiría."
Guardé a Ebo e Ivo con movimientos precisos y les lancé una mirada severa.
Cass: "Dejen de analizarlo como si fuera una máquina. Ese chico es un problema que apenas estamos empezando a entender. Y lo que acaba de pasar aquí no hace más que complicarlo todo."
Abe se encogió de hombros, girando sus nunchakus antes de guardarlos en su cinturón.
Abe: "Bueno, si es un problema, es uno que preferiría no tener que enfrentar de nuevo. No es entretenido cuando no hay conversación de por medio."
Mientras hablábamos, vi a Spears acercándose cautelosamente al lugar. Su expresión era seria, pero controlada, aunque la tensión en su postura era evidente.
Cass: "Esto va a ser interesante..."
Abe: "Interesante no es la palabra que usaría. Complicado, tal vez."
Surge: "Ambas funcionan."
Guardamos silencio mientras observábamos cómo Spears avanzaba hacia el cuerpo de Kross. Sus pasos eran lentos, calculados, pero había determinación en su mirada.
Surge levantó una mano, llamando la atención de Spears.
Surge: "Oiga, director, no se acerque demasiado. No sabemos si podría..."
Antes de que terminara, Spears ya estaba junto a Kross. Se arrodilló a su lado con cuidado, extendiendo una mano temblorosa hacia él, pero sin tocarlo de inmediato.
Cass: "Director, aléjese. Aún no sabemos cuánto tiempo se mantendrá fuera. O si volverá a ser hostil."
Spears: "Él no... no lo haría sin una razón."
Permaneció junto a Kross por un momento, observándolo con detenimiento, mientras mantenía una distancia prudente de la criatura que yacía a poca distancia.
Volví mi atención a Spears.
Cass: "Necesitaré muchas respuestas de su parte, director. Y más aún, cuando ese chico despierte."
Spears asintió lentamente parándose nuevamente, su expresión mostraba que sabía que no podía evitar esa conversación.
Spears: "Las tendrás, detective. Pero primero... ¿qué hacemos con esa cosa?"
Señaló hacia el... ¿Hibrido?, que, a pesar de lo que le hizo el chico, mostraba leves movimientos en su pecho, indicando que aún respiraba.
Cass: "Eso... eso será otra complicación. Pero primero asegurémonos de que todos aquí estén fuera de peligro."
Un sonido distante interrumpió la conversación. Las sirenas de la policía se hacían más claras con cada segundo, un recordatorio de que el tiempo para actuar estaba acabándose.
Cass: "Bueno, parece que esta será una larga tarde."
Con un suspiro, saqué una pequeña botella de mi bolsillo interior. El aroma inconfundible del whisky llenó el aire mientras desenroscaba la tapa. Di un trago largo, cerrando los ojos por un momento.
Cass: "Solo espero que Ripley no sea una molestia... Esto ya es suficiente para volver loco a cualquiera."
Guardé la botella con un movimiento rápido y me preparé para lo que venía.
...
...
...
En las Afueras de Volcadera.
La sala estaba llena de pantallas brillando en tonos azulados y verdes, proyectando una luz fría que iluminaba las superficies metálicas. Varias gráficas y datos biométricos se desplazaban rápidamente por las pantallas. En una esquina, un modelo tridimensional de la criatura etiquetada como Gamma rotaba lentamente, con varios indicadores resaltando zonas específicas de su cuerpo.
El Dr. Everett, ajustando sus gafas, comenzó a hablar para resumir los datos que consiguieron mientras manipulaba uno de los paneles principales.
Everett: "Gamma fue desplegado en las cercanías con órdenes claras: localizar a Código Acus, incapacitarlo para capturarlo y, si ofrecía resistencia, eliminarlo. Pareció encontrar el objetivo relativamente rápido; hubo un aumento significativo en sus parámetros vitales al poco tiempo."
Hizo una pausa para resaltar una gráfica en la pantalla central.
Everett: "Minutos después, notamos un incremento abrupto en varios indicadores clave: presión arterial, ritmo cardíaco, actividad muscular. Esto coincidió con lo que asumimos fue la primera fase de combate contra Código Acus."
El Dr. Richter, de pie a un lado, observaba con los brazos cruzados y una expresión calculadora.
Richter: "¿Y el chip de monitoreo? ¿Qué paso con ese mecanismo que decidiste añadir?"
Everett giró hacia otra pantalla, mostrando un registro cronológico.
Everett: "Parece que en un punto del combate contra código Acus, Gamma llego a un punto crítico que activó el mecanismo del chip de manera automática haciendo que la resina fuera inyectada directamente en el sujeto. El resultado... superó con creces nuestras expectativas iniciales. Estimábamos que Gamma alcanzaría el nivel de un AC de nivel bajo, equivalente a la capacidad estándar de Código Acus."
Everett ajustó los gráficos para mostrar una comparativa entre los datos previos y los obtenidos tras la activación.
Everett: "Pero no fue así. Gamma mostró capacidades propias de un AC de nivel intermedio: aumento significativo en fuerza y resistencia, reflejos mejorados, e incluso un factor de regeneración que, antes, era prácticamente inexistente."
Richter observó los datos en silencio por un momento antes de esbozar una leve sonrisa.
Richter: "Interesante... Muy interesante."
Everett ajustó otra pantalla, mostrando una serie de gráficos con fluctuaciones erráticas en las métricas de Gamma durante los últimos minutos de la transmisión de datos.
Everett: "Sin embargo, a pesar de las mejoras que le otorgó la resina, hubo un momento en que Gamma fue superado. Código Acus debió hacer algo... algo inesperado para revertir la situación, aunque fuera momentáneamente."
Richter entrecerró los ojos, su mente procesando las implicaciones.
Richter: "¿Un cambio inesperado en Código Acus? Tal vez tenga que ver con los experimentos cancelados o los de 1 sola fase, no queremos recordar el error que nos costó la vida de varias mentes brillantes. Tendremos que revisar las bitácoras y registros antiguos para entender que exactamente paso... ¿Qué hay del estado actual de Gamma?"
Everett, sin apartar la mirada de los datos, negó lentamente con la cabeza.
Everett: "Incapacitado. Aunque sus funciones vitales son algo estables por ahora, la posibilidad de recuperarlo en un estado funcional es mínima. Gamma ya no será de utilidad."
Richter no mostró ninguna reacción inmediata. Se limitó a dar un paso hacia adelante, observando las imágenes congeladas en las pantallas del laboratorio.
Richter: "Entonces, ya sabes qué hacer. Activa el plan de respaldo. No podemos permitir que obtengan nada de valor de Gamma. Además de que si nos llevamos a unos escamosos de por medio mucho mejor."
Everett asintió, sin el más mínimo rastro de duda o remordimiento. Sus dedos comenzaron a teclear en el panel de control.
Everett: "Entendido, debería de hacer efecto en unos minutos."
Richter sonrió de forma casi imperceptible, cruzando los brazos con aire satisfecho.
Richter: "Bien hecho, Everett. Este experimento, a pesar de todo, ha sido un éxito. Con lo que hemos aprendido, los próximos prototipos serán aún más eficientes. Más fuertes. Tal vez incluso más controlables."
Everett giró la cabeza hacia Richter, pero no dijo nada. Solo siguió trabajando, sus ojos fijos en los comandos que sellarían el destino de Gamma.
Richter, con una expresión de satisfacción, se apartó de las pantallas.
Richter: "Escribiré un informe detallado. El jefe querrá saber los resultados más relevantes cuanto antes. Y Everett..."
Everett levantó la vista por un momento.
Richter: "Buen trabajo."
Sin esperar respuesta, Richter salió de la sala, dejando a Everett sumido en el brillo frío de las pantallas y los datos en constante movimiento.
Fin del capítulo 8.
Notes:
Ok, no es el sábado pero hagamos como que es sábado 25 ¿vale? Reescribi esta cosa como 5 veces, tenia mas escenas de Stella y Fang, pero bueno, después verán como quedo todo el sitio. Además de sobrescribir las escenas de Surge, Otra con Abe....me tocara explicar que hace surge...carajo. Toda arma del Grupo C.H.N.O. es una referencia. Pero bueno, espero que el capitulo sea de su agrado.
Curiosidades que tengo varias:
1.- C.H.N.O significa dos cosas, la primera, es un compuesto químico C8 H10 N4 O2, además que significa "Critical Hybrid Neutralization Operatives" (Operativos de Neutralización de Híbridos Críticos) por fin me salió bien un acrónimo a la primera.2.- Las armas del trio, todas funcionan con munición especial:
Las pistolas de Cass funcionan configurando su potencia, mientras mas tenga, menos tiros tiene disponible.
La arma de Abe o como las nombro: "Las hermanas Bang" es de color naranjo con patrones amarrillos (Se dice que se la gano en una apuesta a alguien con apariencia de mono), tienen dos formas, la primera es la de bastón y la otra que salió acá son nunchakus-escopeta.
Las de Surge, sus Brazaletes "Ember" que al activarse se convierten en guanteletes que cubren sus manos y antebrazos. cada uno contiene un cargador de aprox 15 balas. pero mas que nada se encargan de crear pulsos de energia cinetica arraigados a la habilidad de surge que es considerado un AA.
3.- Habilidad de Surge: Burn
Tiene la capacidad de absorber energía del daño que ha recibido y redirigirla con el doble de fuerza hacia su oponente, haciéndola efectivamente más fuerte con cada golpe que recibe. Puede ahorrar energía para usarla más tarde en un ataque aún más devastador.4.-Bitácora de Observación – Sujeto Código ACUS
Entrada: Evaluación de la Mentalidad "Red"Resumen de Comportamiento:
Cuando la mentalidad conocida como "Red" toma control total, el sujeto muestra un cambio drástico en su comportamiento y fisiología. El razonamiento lógico parece ausente, siendo reemplazado por instintos primitivos y una respuesta agresiva enfocada exclusivamente en eliminar cualquier amenaza percibida.Patrones Cognitivos: Procesos analíticos casi inexistentes / Alta reactividad a estímulos externos percibidos como hostiles / Incapacidad de distinguir aliados de enemigos en situaciones de combate.
Respuesta Física: Incremento significativo en fuerza y velocidad, superando los límites observados durante estados normales / Uso de movimientos precisos pero carentes de estrategia avanzada, orientados exclusivamente a neutralizar la amenaza de forma inmediata y definitiva / Resistencia al dolor y capacidad regenerativa amplificadas, lo que permite ignorar lesiones graves.
Comportamiento Emocional: Total ausencia de autocontrol / Prioridad absoluta en la neutralización del objetivo, sin importar el daño colateral / Reacciones animales, como gruñidos y rugidos, en lugar de comunicación verbal.
Nota del Observador:
El estado "O-Red" representa un arma de doble filo. Si bien maximiza el potencial combativo del sujeto, su incapacidad para discernir amenazas reales de situaciones controladas lo convierte en un peligro no solo para sus enemigos, sino también para su entorno y aliados. Este estado debe ser activado únicamente bajo condiciones extremas, con estrictas medidas de contención listas para su implementación inmediata.Fin de la Entrada.
Mmm creo que será todo, las referencias y usos de estas están, cualquier cosa se pregunta, el proximo capitulo....puede ser en 3-4 dias...1semana...2..., ahora no se, debo pensar como continuar, pero lo de seguro es que sera un interrogatorio.
Nada mas que añadir, un saludo a Dardragun707 con "Un vaquero en Volcano High", a SrSenior con "That is my Parasaur!", a Patata con "Un corazón de dragon" y a Xomy90 con "Brushes and Clicks: A Shared Canvas" y a cada uno que llega hasta aca o deja sus comentarios. Hasta la próxima :D
Chapter Text
Perspectiva de Cass.
El sol comenzaba a ocultarse, dejando un tono anaranjado sobre la escena caótica que se desarrollaba frente a mí. El lugar de la pelea entre Kross y esa cosa...ese supuesto ‘híbrido’, aunque aún no podía estar segura, estaba rodeado de agentes del grupo policial, asegurando el área y recolectando evidencia. Las marcas en el pavimento, los vehículos destrozados y la criatura inmóvil eran pruebas suficientes de que lo ocurrido aquí no era algo ordinario.
El “híbrido”, como lo había bautizado temporalmente en mi informe mental, estaba siendo cuidadosamente trasladado a un vehículo reforzado. Varios agentes usaban grúas y correas de seguridad para asegurarlo. Era enorme, pesado, y cada centímetro de su cuerpo escamoso brillaba con un tono que parecía que oscilaba entre lo biológico y lo sintético.
Cass: “Con cuidado, maldita sea. No quiero que esa cosa se despierte en medio del camino.”
Uno de los agentes asintió con nerviosismo mientras verificaba los amarres.
Mientras tanto, un par de oficiales se encargaban de Kross. No mostraba heridas visibles, pero eso no significaba que estuviera bien. Después de todo, nadie podía salir ileso de algo así, ni después de que aguantara contra nosotros 3..., ni siquiera alguien como él. Había ordenado que lo trasladaran a un hospital bajo vigilancia estricta, con al menos dos miembros del C.H.N.O. en todo momento. No podía permitirme riesgos adicionales.
Cass: (Esto no termina aquí, lo sé. Algo más está pasando, y todo apunta a que se va a complicar.)
En medio de mi cavilación, el rugido de un motor conocido captó mi atención. Una patrulla se detuvo con un chirrido abrupto, y la figura imponente del comisionado Ripley Aaron emergió del vehículo. Su porte era tan autoritario como siempre, con esa expresión de desagrado permanente y la tensión constante en su postura.
Ripley: “¡Alguien me explica qué mierda está pasando aquí!”
Su voz resonó como un trueno, haciendo que varios agentes se tensaran. Su mirada se clavó en mí, buscando respuestas.
Cass: (Y ahí viene la tormenta... Perfecto.)
Me acerqué con calma, ajustando mi chaqueta y preparando mi paciencia. Sabía que lidiar con Ripley era como caminar sobre vidrios rotos, pero alguien tenía que ponerlo al día.
Cass: “Ripley... Esto es lo que sabemos hasta ahora: lo que sea que atacó el instituto fue neutralizado y fue gracias a un estudiante... Kross. Aunque, por lo que vi, la pelea fue todo menos convencional.”
Ripley alzó una ceja, su expresión mezclando escepticismo y molestia.
Ripley: “¿Neutralizada? ¿Y cómo carajos ese maldito humano se metió otra vez en esto? Es un operativo policial, y ahora tengo una escena de desastre en medio de mi jurisdicción.”
Me mantuve firme, con la mirada fija en Ripley.
Cass: “Kross estaba involucrado antes de que llegáramos. De hecho, fue él quien primero se encargó de la criatura. Si no fuera por él, las cosas habrían terminado mucho peor.”
Ripley resopló, claramente disgustado.
Ripley: “¡¿Y tú me estás diciendo que un niño con cara de delincuente fue el que solucionó esto?! ¿Qué clase de mierda es esa? Aquí hay una criatura peligrosa, y lo que tenemos es un puto estudiante jugando a ser héroe.”
Lo miré fijamente, ya harta de su actitud.
Cass: “No es un niño, Ripley. Kross actuó rápido, y gracias a eso la situación no se descontroló más. Así que, por favor, guarda tu prejuicio y pon atención.”
En ese momento, el sonido de unos pasos interrumpió la conversación. Era el director Spears quien apareció, antes estaba conversando con algunos oficiales, sobre unos asuntos.
Spears: “Comisionado, creo que tienes que escuchar un momento. Kross evitó que esta situación fuera mucho peor. Gracias a él no tenemos muertos o estudiantes gravemente heridos. Incluso tu hija estuvo en riesgo. Así que antes de que sigas culpando a la gente, deberías calmarte.”
Ripley giró hacia él, la furia visible en su rostro.
Ripley: “¿Qué mierda haces hablando de mi hija en esto? ¿Cómo carajos termino involucrada en esta locura?”
Spears lo miró con frialdad, manteniendo la calma mientras se aproximaba.
Spears: “Porque ella también estaba allí en ese momento. Y si no fuera por Kross, las cosas habrían terminado de una forma mucho más violenta.”
Ripley apretó los dientes, mirando a los dos con desdén.
Ripley: “No quiero oír más excusas. Si todo esto se sale de control, ustedes serán los responsables.”
No cedí ante su amenaza, aunque sabía que el comisionado nunca dejaría de ser un obstáculo.
Cass: "Ripley, este incidente está bajo jurisdicción directa del grupo C.H.N.O., y no necesitas que te lo recuerde. Tú no estás a cargo aquí. Así que, si no te importa, nosotros continuaremos con el protocolo correspondiente."
Ripley resopló, sus ojos ardiendo con una mezcla de ira y orgullo herido. Sin embargo, no se fue de inmediato.
Ripley: "Muy bien, Cass. Tú y tu grupo hagan lo que quieran, pero quiero estar presente en la interrogación de ese maldito humano. Si vamos a seguir limpiando los desastres que deja, lo mínimo es que me entere de qué mierda está pasando por su cabeza."
No pude evitar apretar la mandíbula. Su tono despectivo era habitual, pero no menos irritante. Aun así, asentí, sabiendo que negarme solo provocaría un enfrentamiento más largo y agotador.
Cass: "Está bien. Estarás presente. Pero nada de interrupciones, Ripley. Esto ya es lo suficientemente complicado sin tus arrebatos."
Ripley lanzó otra mirada cargada de disgusto y luego se giró hacia el vehículo donde habían asegurado al híbrido. Su andar pesado y decidido lo llevó directamente hacia un grupo de oficiales que custodiaban el vehículo en donde estaba la criatura, probablemente buscando desahogar su temperamento en un interrogatorio improvisado.
Mientras lo observaba alejarse, un par de pasos familiares se acercaron a mi lado.
Spears: "Detective Cass, ¿cómo van a manejar esto?"
El director Spears mantenía un aire calmado, aunque la preocupación era evidente en su mirada. Le respondí con el tono profesional que la situación demandaba.
Cass: "Primero, tomaremos el testimonio de todos los involucrados. Kross incluido. Después, investigaremos más sobre la criatura: de dónde vino, si hubo más señales de su presencia, y lo más importante, qué provocó este ataque."
Spears asintió lentamente, procesando cada palabra.
Spears: "¿Y... Kross? ¿Qué pasará con él?"
Cass: "Lo revisarán médicos primero para asegurarnos de que esté bien físicamente. Después, quiero hablar con él directamente. Hay cosas que necesito entender sobre lo que ocurrió... y lo que pudo haber provocado su actuar en la pelea. Si preguntas si pasara algo por esto, puedes estar tranquilo."
Spears pareció reflexionar por un momento, pero no dijo nada más. Su mirada se desvió hacia Ripley, quien ahora hablaba con los oficiales cerca del híbrido.
Spears: "Ripley va a ser un problema."
Cass: "Siempre lo es. Pero no dejaré que interfiera más de lo necesario."
Ambos intercambiamos una mirada de entendimiento antes de que Spears se retirara, dejándome sola para supervisar el caos que seguía desarrollándose. Mientras observaba la escena, noté que Surge y Abe se estaban acercando.
Cass: "¿Cómo van las cosas?"
Abe se pasó una mano por el cabello, con una expresión mezcla de cansancio y concentración. Surge, por su parte, parecía estar repasando mentalmente una lista de pendientes.
Abe: "Hablamos con algunos oficiales para coordinar cómo manejar los daños en la zona. Hay varios autos destrozados en el estacionamiento. Los dueños van a exigir respuestas y, obviamente, compensación."
Surge: "Sí, ya sabes cómo se pone la gente cuando sus cosas se ven afectadas. Están más preocupados por el estado de sus autos que por el hecho de que apareciera una criatura desconocida."
Cass asintió con una ligera sonrisa irónica.
Cass: "Por suerte, en este tipo de casos relacionados con el C.H.N.O., el gobierno se encarga de cubrir los costos. Las aseguradoras reciben las reclamaciones y, a través de un programa especial, se les paga a los dueños la suma correspondiente."
Surge levantó una ceja, intrigado.
Surge: "Interesante. Me pregunto si hay una línea directa para eso. Tal vez debería registrar mi auto en su sistema."
Abe soltó una leve risa. Cass, sin inmutarse, continuó.
Cass: "No te emociones, Surge. Solo aplica si el daño está relacionado directamente con una operación del grupo. Y no creo que tu conducción imprudente cuente."
La broma ligera aligeró un poco la atmósfera, pero Surge pronto volvió al tema.
Surge: "Entonces, ¿cómo manejaremos la noticia de este caso? Porque no podemos decirle al público que un híbrido desconocido apareció en una escuela y casi la destruye."
Cass cruzó los brazos, adoptando un tono más serio.
Cass: "Seguiremos el protocolo. El reporte oficial dirá que fue un atentado fallido. Algo del tipo: ‘Individuos no identificados provocaron daños en las instalaciones del instituto Volcano High como parte de un enfrentamiento entre bandas organizadas.’ Eso mantendrá las cosas bajo control y, además, les dará a los noticieros locales algo que investigar sin que crucen demasiado en nuestra área."
Abe asintió lentamente, mientras Surge parecía procesar la idea.
Surge: "Tiene sentido. Es creíble, especialmente si dejamos algún indicio falso para respaldar esa versión."
Cass: "Exacto. Ya lo hemos hecho antes. La clave está en mantener la historia simple, sin detalles que puedan generar más preguntas de las necesarias."
Ambos asintieron, claramente acostumbrados a ese tipo de maniobras. Surge echó un vistazo hacia el vehículo reforzado donde estaba asegurado el híbrido.
Surge: "Bueno, al menos esa cosa ya está contenida. Pero será mejor que empecemos con los procedimientos antes de que Ripley meta más las narices."
Cass: "De acuerdo. Vamos a movernos. Tenemos mucho trabajo por delante."
Mientras caminaba junto a Abe y Surge, deslicé la mano dentro de un bolsillo interno de mi chaqueta y saqué una pequeña petaca de whisky añejo. Mi plan era sencillo: un trago rápido para calmar los nervios antes de enfrentarnos al caos restante.
Sin embargo, justo cuando estaba a punto de llevarme la petaca a los labios, un estruendo ensordecedor sacudió el aire.
¡BOOM!
Me detuve en seco, girándome hacia la fuente del sonido. Abe y Surge maldijeron en voz alta, sus rostros reflejando una mezcla de incredulidad y alarma.
Abe: "¡Maldita sea! ¿Qué fue eso?"
Surge: "¡Joder, dime que no fue lo que creo que fue!"
Apenas podía creerlo. El vehículo reforzado que contenía al híbrido estaba envuelto en llamas. El humo negro se alzaba en columnas, y los gritos de oficiales heridos llenaban el ambiente.
Ripley yacía a unos metros de distancia, habiendo sido lanzado por la onda expansiva. Aunque estaba herido, parecía consciente, luchando por incorporarse. Otros no habían tenido tanta suerte: varios oficiales estaban gravemente heridos, y algunos no mostraban señales de vida.
Cerré los ojos un instante, dejando escapar un suspiro cargado de frustración.
Cass: (Espero que los que estaban al volante hayan muerto rápido. Esto es un maldito desastre.)
Me acerqué al vehículo en llamas con cautela, cubriéndome la boca y la nariz con una mano para evitar inhalar el humo. Miré alrededor, buscando respuestas.
Cass: "¡¿Qué mierda pasó aquí?!"
Uno de los oficiales, tambaleándose con sangre escurriendo de un corte en la frente, se apresuró a responder.
Oficial 1: "¡No lo sabemos! Todo estaba tranquilo, y de repente... ¡esto!"
Antes de que pudiera presionar más, otro oficial se acercó corriendo, sujetando una tableta.
Oficial 2: "¡Detective Cass! Creo que esto explica lo que pasó. Los vehículos tienen cámaras internas, y pude recuperar los últimos minutos de la grabación."
Tomé la tableta, mis ojos clavados en la pantalla mientras el oficial reproducía el video. Surge y Abe se acercaron detrás de mí, observando en silencio.
La grabación mostraba al híbrido sentado tranquilamente en su lugar, aparentemente inconsciente. Todo parecía normal hasta que, de repente, abrió los ojos de par en par, con una mirada aterradora y antinatural.
En un instante, comenzó a agitarse violentamente, golpeando las paredes del vehículo con una fuerza descomunal. Su cuerpo se inflaba de manera grotesca, como si algo dentro de él estuviera forzando sus límites. Sangre comenzó a brotar de sus ojos, nariz, oídos y boca, formando un espectáculo horrendo.
La criatura parecía estar al borde del colapso cuando, de repente, la pantalla se llenó de estática. Todos sabíamos lo que había pasado después.
Abe: "...Esto no es normal. Esto no es para nada normal."
Surge: "¿Cómo... cómo demonios algo puede hacer eso? ¿Qué carajo estábamos enfrentando?"
Aun mirando la pantalla, apreté los labios. Mis ojos mostraban una mezcla de rabia y preocupación. Cerré la tableta con un golpe firme y saqué nuevamente la petaca de whisky.
Cass: "Lo que enfrentábamos ya no importa. Lo que venga ahora será tratado con extremo cuidado."
Llevé la petaca a mis labios y tomé un gran trago, el ardor del licor ayudándome a mantener la compostura mientras el caos continuaba desplegándose a mi alrededor.
...
...
...
3 días después.
Los últimos tres días habían sido una vorágine de caos controlado. Tal y como habíamos planeado, el reporte oficial indicaba que lo ocurrido en Volcano High fue un atentado fallido: "Individuos no identificados provocaron daños en las instalaciones del instituto como parte de un enfrentamiento." Era una versión suficientemente creíble como para mantener a las autoridades locales ocupadas sin que investigaran demasiado en nuestros asuntos.
Los noticieros locales habían hecho su trabajo, llenando sus espacios con debates, especulaciones y entrevistas a padres preocupados. Todo ruido, ninguna verdad. Justo lo que necesitábamos.
Sin embargo, lo que realmente ocupaba mi mente era lo que no teníamos: respuestas. Cuando el híbrido explotó, no quedó absolutamente nada de él. Ni piel, ni sangre, ni siquiera una fibra microscópica que nos diera alguna pista sobre qué había sido esa cosa. Solo escombros, cuerpos heridos, y preguntas.
Durante estos días, también nos habíamos encargado de entrevistar a los testigos que habían visto a la criatura antes de que explotara.
Las primeras en pasar por nuestras oficinas fueron las tres saurias que habían acompañado a Kross ese día.
La primera fue ‘Stella Dubois’, la hija del alcalde, una joven Stegosaurio que se sentó frente a mí temblando mientras relataba los eventos. Su voz se quebraba por momentos, tal vez reviviendo lo que casi les había sucedido. Al final de nuestra conversación, me sorprendió cuando preguntó directamente por Kross.
Stella: “¿Está bien? ¿Dónde está?”
Le respondí que Kross estaba en una habitación de hospital, durmiendo y sin heridas visibles. Su expresión cambió de inmediato, aliviándose como si un gran peso hubiera sido levantado de sus hombros.
Stella: “¿Puedo visitarlo?”
Tuve que decirle que no, explicándole que necesitábamos su testimonio primero. Pero prometí avisarle en cuanto él despertara. Eso pareció tranquilizarla, y antes de irse me agradeció, con una leve sonrisa que parecía forzada pero genuina.
La siguiente en la lista fue ‘Lucy Aaron’, la hija del comisionado Ripley. Lucy insistió desde el principio en que la llamara por su apodo y que respetara sus pronombres no binarios.
Cass: “Lucy,” le dije con seriedad, “esto se relaciona directamente con tu amigo Kross, así que necesito que esta vez aceptes que tu nombre completo será usado en el registro oficial. Pero puedo anotarlo como Lucy ‘Fang’ Aaron si eso te relaja un poco.”
Al parecer, mencionar a Kross suavizó un poco su expresión. Bajó la mirada y comenzó a relatar los hechos con más tranquilidad.
Cuando terminó, Lucy también preguntó por Kross y si podía visitarlo. Le di la misma respuesta que a Stella, y su reacción fue muy parecida: alivio, seguido de un agradecimiento y una disculpa por su insistencia inicial.
La tercera dino en la lista era ‘Rosa Hernández’, una joven Anquilosaurio con algunos parches visibles cubriendo las heridas que había sufrido durante el incidente. Se sentó frente a mí con una expresión seria, casi distante, pero su mirada traía consigo un rastro de fatiga.
Conto como de la nada Kross lanzo a Fang y a Stella hacia ella y justo después el ‘Hibrido’ llego de repente, siguió contando como Kross fue estampado a la pared de la escuela mientras era retenido y golpeado. Ella trato de ayudar, pero solo logro lastimarse, a lo menos sus heridas no son tan graves.
Tras relatar lo sucedido, Rosa también preguntó por Kross. Le respondí de la misma manera que a Stella y Lucy: que estaba en el hospital, sin heridas graves, pero que necesitábamos su testimonio antes de que pudiera recibir visitas. Sin embargo, con Rosa la dinámica era distinta. No parecía el mismo alivio tímido de las otras dos. Había algo en su tono y en la forma en que mencionaba a Kross que se sentía más… cercano. Familiar, incluso. No sabría describirlo con exactitud, pero estaba ahí.
Una vez terminadas las entrevistas con los testigos, el presente me alcanzó rápidamente. Spears estaba frente a mí, relatando lo que había visto al llegar al estacionamiento durante el enfrentamiento.
Spears: “Cuando llegué, Kross estaba peleando con esa cosa. Fue brutal. La criatura parecía tener la ventaja, Kross peleaba con todo lo que tenía, pero no era suficiente, la criatura tenía una fuerza descomunal, además estaba el tema de sus ojos rojos…”
Ahí lo interrumpí.
Cass: “¿Qué hay de sus ojos? ¿Eran iguales a los de Kross? Cuando lo incapacité, tenía ambos ojos rojos, pero uno perdió el color justo antes de desmayarse. ¿Notaste algo parecido?”
Spears vaciló por un momento, su mirada se tornó más reflexiva.
Spears: “No. Los ojos de esa cosa eran… diferentes. Como si estuvieran inyectados con algo. Artificiales, tal vez. Tenían un brillo intenso, pero no eran naturales como los de Kross. Los de él…no tengo la razón de porque ambos de sus ojos eran rojos.”
Fruncí el ceño ante esa respuesta.
Cass: “Entonces, ¿qué pasa con Kross? ¿Qué hay detrás de todo esto?”
Spears suspiró profundamente antes de responder.
Spears: “Eso es algo que debes preguntarle a él cuando despierte. No es algo que yo pueda responder. Hay cosas que… solo él puede explicar.”
Me quedé en silencio, observando a Spears mientras procesaba su respuesta. Había algo que él sabía, pero no iba a soltar. Y si Kross tenía las respuestas, entonces debía despertarse pronto. Pero había una cosa que no dejaba de molestarme.
Cass: “Spears, hay algo que no me cuadra.”
Él levantó la mirada, algo desconcertado.
Cass: “Cuando llegamos al estacionamiento, noté cómo mirabas a Kross. Esa preocupación no era la que un director tendría por un estudiante cualquiera. ¿Qué hay entre ustedes?”
Spears vaciló, sus ojos se desviaron por un instante antes de suspirar profundamente.
Spears: “No quería que esto saliera todavía, pero… tienes razón. Kross está viviendo conmigo y con mi esposa. Estamos en proceso de conseguir los papeles para convertirnos en sus tutores legales.”
Me quedé helada ante esa confesión.
Cass: “¿Tutores legales? ¿Por qué? ¿No tiene ningún familiar?”
Spears negó con la cabeza y se acomodó en su asiento, claramente incómodo.
Spears: “Para responder eso, primero debo decirte que mi primer encuentro con Kross no fue agradable. Hubo… roces, pero tras hablar con él, supe algo de su pasado. Es huérfano. Nunca conoció a sus padres y no tiene a ningún familiar cerca. Llego a Volcadera completamente solo, sin nadie en que apoyarse.”
Su mirada se endureció mientras continuaba.
Spears: “Mi esposa y yo decidimos que podíamos ofrecerle algo más que un techo temporal. Queremos darle algo parecido a una familia. Es lo mínimo que merece después de lo que nos contó.”
Había sinceridad en su voz, y aunque me conmovió, no pude evitar sentir que había algo más detrás de todo esto.
Cass: “Cuando Kross te contó sobre su pasado, ¿dijo algo más? ¿Algo que yo deba saber?”
Spears negó de inmediato, su tono más firme esta vez.
Spears: “Cass, eso es algo que tendrás que hablar con él. Es un tema delicado, y me lo confió a mí y a mi esposa en un momento de debilidad para él. No voy a traicionar esa confianza.”
Sabía que no sacaría nada más de él. Había una convicción inquebrantable en sus palabras.
Cass: “Entendido. Pero dime una cosa más: ¿esto tiene algo que ver con su capacidad de combate?”
Spears asintió lentamente.
Spears: “Así es.”
Guardé silencio por unos instantes, mi mente procesando todo. Apenas Kross despertara, iba a necesitar respuestas. Llevé mi petaca a los labios, tomando un sorbo de ron esta vez.
Cass: “Gracias por ser honesto, Spears. Puedes retirarte.”
Spears se levantó y se dirigió a la puerta, pero antes de que la abriera, le hablé una vez más.
Cass: “Si necesitas ayuda con esos papeles, llámame. Tal vez pueda echarte una mano. Apenas termine el testimonio con Kross, serás el primero en saberlo.”
Él se detuvo, sorprendido por mi oferta, pero luego asintió con una leve sonrisa.
Spears: “Aprecio eso, Cass. Gracias.”
Se retiró, dejándome con un montón de pensamientos que no me darían descanso por un buen rato.
No mucho después de que Spears se fuera, llegaron otros testigos: tres jóvenes dinos que al parecer vieron la pelea de Kross de inicio a fin.
La primera era una dino naranja con una condición evidente en los ojos, una especie de estrabismo que no podía ignorar. La segunda, una dino amarilla con cabello pelirrojo que tenía una energía intensa, casi abrumadora. La última, una dino albina que apenas podía levantar la mirada por su extrema timidez.
A pesar de sus diferencias, los testimonios de las tres jóvenes dinos eran prácticamente idénticos.
El trío se encontraba en una sala haciendo actividades de su club, con… ¿marionetas? La idea de que ese fuera su pasatiempo me parecía peculiar, pero no tenía importancia. De repente, un estruendo interrumpió su tranquilidad. Curiosas, miraron por la ventana y lo que vieron las dejó petrificadas: Kross enfrentándose a lo que describieron como un “algo/alguien” o simplemente una “cosa”.
Relataron cómo, al principio, el “humano” parecía tener ventaja. Esquivaba con agilidad todo lo que la criatura le lanzaba, para luego devolverle golpes con una violencia que no se esperaban. Vieron cómo lo lanzó con tal fuerza que parecía que todo había terminado. Pero entonces, algo cambió.
La criatura empezó a transformarse frente a sus ojos. Creció de tamaño, sus músculos se expandieron de forma grotesca, y sus heridas comenzaron a cerrarse como si nunca hubieran existido. Fue en ese momento que el enfrentamiento dio un giro drástico.
Kross, que inicialmente tenía la ventaja, comenzó a verse superado. Las tres coincidieron en que, no importaba cuánto lo golpeara, esa cosa no retrocedía. Hubo un breve instante en el que pareció que Kross encontró una forma de contrarrestarlo, pero fue solo un espejismo: la criatura respondió con un golpe devastador que lo lanzó lejos, dejando en claro quién llevaba las riendas en ese punto.
A partir de ahí, los detalles encajaban con lo que Spears ya había contado. El único testimonio que quedaba por recabar era el de Kross.
Mentalmente repasé lo que habíamos reunido hasta ahora:
- Kross y tres dinos estaban en los jardines, aparentemente tranquilos.
- Sin previo aviso, Kross empujó a dos de las dinos hacia la tercera, como intentando protegerlas.
- Segundos después, el "híbrido" apareció y atacó directamente a Kross.
- Una de las dinos resultó herida, lo que llevó a Kross a moverse hacia el estacionamiento para enfrentarse al híbrido.
- En los primeros momentos del combate, Kross parecía tener la ventaja, pero algo ocurrió con la criatura que la transformó drásticamente: el aumento de tamaño, la regeneración de sus heridas, y los ojos rojos intensos.
- Cuando el híbrido ganó ventaja, Kross estuvo en desventaja durante un buen rato. Sin embargo, hizo algo, algo que le permitió nivelar las cosas nuevamente o más bien superar a ese hibrido.
- Finalmente, logró incapacitar al híbrido y parecía listo para terminarlo hasta que llegamos nosotros, interrumpiendo todo.
Una teoría que tengo hasta ahora era que el ‘hibrido’ hizo uso de resina, así podría haber causado su transformación en medio de la pelea. La relación entre sus cambios y la droga parecía demasiado evidente como para ignorarla. Detuve aquí mi línea de pensamiento, pues no quería especular más hasta poder hablar con él. Lo que fuera que había hecho, debía esclarecerlo directamente.
Suspiré, llevando mi petaca a los labios, esta vez con un trago de ginebra que ardió al bajar.
Cass: "Eso concluye el resumen por ahora…"
Necesitaba que Kross despertara pronto. Entre más tiempo pasara, más difícil sería obtener respuestas claras. Además, no podía descartar que Ripley intentara meterse en el asunto; después de todo, tenía suficientes motivos para querer entorpecer la investigación.
Cass: "Necesito saber qué pasó, y la única persona que puede decírmelo es él."
...
...
...
3 días después.
Durante todo este tiempo, hemos estado buscando cualquier indicio que nos diera alguna pista sobre el origen del híbrido, pero prácticamente no hemos encontrado nada. Lo único remotamente interesante llegó gracias a Abe y Surge.
Cass: "¿Qué tienen para mí?"
Abe: "Nada sólido. Cuando buscamos rastros de como apareció el híbrido, no encontramos absolutamente nada."
Surge: "Y cuando decimos nada, es literalmente eso. Las cámaras de seguridad estaban desactivadas en ciertas áreas clave o tenían fallos. Es como si alguien hubiera preparado el terreno para que no quedara evidencia."
Cass: (Por supuesto… porque dejar un rastro sería demasiado fácil, ¿no?)
Abe: "No hubo testigos cercanos, ni grabaciones de vehículos entrando o saliendo, ni siquiera indicios de que alguien lo hubiera transportado hasta ahí. Es como si esa cosa hubiera aparecido de la nada."
Cass: (¡Fantástico! Un monstruo imposible de rastrear, cámaras inútiles, y ni un solo testigo. Esto es justo lo que necesitaba para hacer mi trabajo más interesante.)
Suspiré, frotándome las sienes mientras la frustración crecía en mi interior.
Cass: "¿Entonces lo único que tenemos es un agujero negro de información? Maravilloso. ¿Algo más que deba saber o esa es toda la miseria de hoy?"
Abe y Surge intercambiaron una mirada incómoda antes de sacudir la cabeza. No era culpa de ellos, lo sabía, pero eso no hacía que la situación fuera menos irritante.
Ahora mismo, estaba en mi auto, conduciendo con Abe y Surge como pasajeros. Habíamos recibido la notificación de que Kross había despertado. Finalmente, era hora de obtener su testimonio.
Aunque, siendo honestos, despertó hace un día. Sin embargo, el doctor que lo atendía nos pidió que lo dejáramos descansar por su condición, era alguien del C.H.N.O. así que es mejor hacerle caso. No puedo culparlo; después de todo, Kross estaba peor de lo que pensé tras esa pelea.
Lo que había dicho en los interrogatorios a las 3 dinos que preguntaron sobre Kross no era mentira: “durmiendo sin heridas visibles”. Técnicamente, eso era cierto. Pero lo que el doctor me dijo era otra historia completamente distinta.
Según el informe, Kross no presentaba ninguna herida externa visible, ni siquiera las marcas de los disparos que le hice con Ebo e Ivo. Pero internamente, su cuerpo estaba hecho un desastre. Los músculos de sus brazos estaban desgarrados, varias de sus articulaciones –como hombros, codos y muñecas– estaban desgastadas o inflamadas con alguna que otra tonalidad morada, y su sistema óseo de la cintura para arriba tenía múltiples fracturas. Además, presentaba problemas respiratorios.
Cass: (Básicamente, estaba destrozado por dentro, aunque por fuera parecía estar intacto. ¿Su capacidad de regeneración también estuvo comprometida? Es posible. Tendré que confirmarlo cuando hablemos.)
El doctor fue claro al decirme que, por esas razones, necesitaba al menos un día más para descansar antes de recibirnos.
Cass: (Bueno, estamos a punto de llegar al hospital, así que sabremos pronto qué tiene que decir este chico.)
Mientras me enfocaba en el camino, noté un vehículo detrás de nosotros. Reconocí de inmediato la patrulla y sentí un peso hundiéndose en mi pecho.
Cass: (Por supuesto. Ripley tenía que estar aquí. ¿Por qué no podía faltar esta vez?)
Giré el volante ligeramente mientras Abe, sentado en el asiento del copiloto, me lanzó una mirada.
Abe: "¿Es él, no es así Cass? ¿El comisionado grumpy?"
Cass: "Así es. No podemos quitárnoslo de encima."
Surge, desde el asiento trasero, dejó escapar un suspiro pesado.
Surge: "Conociéndolo, querrá entrometerse todo lo que pueda y echarle toda la culpa a Kross porque es un ‘humano’. ¿Por qué simplemente no le decimos que esto es asunto exclusivo del grupo C.H.N.O. y que deje de seguirnos?"
Cass: "Ya lo hice antes, y no retrocedió absolutamente nada. Supongo que su terquedad es más fuerte que su sentido común. Tuve que decirle que ‘si’ a que nos acompañé durante el interrogatorio, pero si algo pasa tendrá que salir inmediatamente."
Cass: (Con suerte, Ripley no causará demasiados problemas. Porque si lo hace, este interrogatorio se complicará más de lo que ya es.)
El hospital estaba a solo un par de minutos de distancia. Una vez que llegáramos, tendríamos la oportunidad de hablar con Kross y, finalmente, empezar a atar algunos cabos.
Cuando llegamos al hospital, estacioné el auto y salimos al mismo tiempo que Ripley bajaba de su patrulla con su andar pesado y esa expresión de disgusto que parecía permanente. Antes de que pudiera decir algo, decidí interceptarlo.
Cass: "Ripley, te recuerdo que estás aquí para acompañar. No para interrogar al chico ni para complicar las cosas."
Ripley, con evidente molestia, cruzó los brazos.
Ripley: "¿Acompañar? Este es mi caso tanto como el tuyo, Cass. No voy a quedarme de brazos cruzados mientras tú y tu grupo hacen lo que quieren."
Levanté una mano, cortándolo antes de que se embalara en una de sus diatribas.
Cass: "Este es un ‘caso exclusivo’ del C.H.N.O. Tienes suerte de que aceptara tu solicitud para estar aquí. Pero escucha bien: si haces algo que entorpezca el proceso, te vas. Y no habrá discusiones."
Ripley resopló, claramente disgustado con mi respuesta, pero no dijo nada más. Se limitó a asentir de mala gana. Giré hacia Abe y Surge, haciéndoles una señal para que entraran al hospital mientras Ripley nos seguía de cerca.
En la recepción, nos atendió una joven Protoceratops con lentes cuadrados y cabello corto. Su postura era impecable, casi robótica.
Cass: "Buenos días, soy la detective Cass. Venimos a ver a un paciente. Su nombre es Kross."
La recepcionista levantó la mirada al escuchar el nombre, luego consultó algo en su computadora.
Recepcionista: "El paciente se encuentra en el ala oeste, habitación 204, segundo piso. El doctor Bartholomew informó sobre su llegada."
Cass: "Gracias."
Con esa información, nos dirigimos hacia las escaleras. Subiendo al segundo piso, notamos a tres figuras justo afuera de la habitación 204.
Uno de ellos nos vio acercarnos y comenzó a caminar hacia nosotros, seguido de los otros dos. Era el doctor Bartholomew.
Un humano con un cabello verde desordenado que combinaba a la perfección con su atuendo: camisa blanca desaliñada, en parte metida en unos pantalones verde oscuro. Una corbata amarilla floja pendía de su cuello, y sus zapatos eran un desastre: uno marrón, el otro negro. Sus gafas redondas y opacas le daban un aire excéntrico. Y su Termo infaltable en su mano.
Bartholomew: "Capitana Cass, gracias por aceptar mi solicitud. Sé que esperar un día fue un inconveniente, pero lo necesitaba."
Cass: "No fue nada, doctor y por favor dígame simplemente Cass o detective. Además, que después de leer el informe, entendí perfectamente la necesidad."
Los dos individuos detrás del doctor se acercaron. Una raptor llamada Coco, y un Hypsilophodon, conocido como Yatsuhashi, saludaron con un gesto amistoso. Ambos eran a quienes asignaron para vigilar a Kross.
Coco: "Buen día, Cass, Abe, Surge."
Cass: "Coco, Yatsuhashi. ¿Alguna complicación?"
Coco negó con la cabeza, sonriendo ligeramente.
Coco: "Ninguna. El muchacho fue bastante dócil cuando despertó. Diría que hasta calmado."
Antes de que pudiera responder, Ripley soltó una tos falsa cargada de impaciencia.
Ripley: "¿No sería mejor que dejáramos las formalidades y fuéramos directamente a ver al humano?"
Lo dijo con ese tono amargo que siempre me ponía de los nervios. Suspiré profundamente, recordándome que Ripley era inevitable, al menos en este momento.
Cass: "Gracias, Coco. Aprecio que hayan estado aquí por si pasaba algo."
Coco: "No fue nada, más bien fue como tener unas pequeñas vacaciones."
Ambos se despidieron mientras nos preparábamos para entrar. Justo antes de que lo hiciera, el doctor Bartholomew me detuvo con una advertencia.
Bartholomew: "Cass, ten precaución al interactuar con el chico. Además de lo que mencioné en el informe, detectamos ciertas variantes en su conciencia. Eviten sobre estimularlo negativamente, ¿de acuerdo? No sabemos que pueda ocurrir."
Asentí, tomando nota mental de sus palabras.
Cass: "Entendido, doctor."
Luego miré a Abe y Surge.
Cass: "Quédense afuera en caso de que pase algo. Y oíste, Ripley, ningún estímulo negativo."
Abe y Surge asintieron, mientras Ripley resoplaba, claramente irritado, pero me siguió mientras entrábamos a la habitación.
El interior era como cualquier otra habitación de hospital: paredes blancas que olían a desinfectante, muebles básicos, y una sensación casi aséptica que nunca podía definirse como cómoda. El sonido del monitor cardíaco llenaba el espacio con un ritmo constante y metódico.
Kross estaba en la cama, con el torso descubierto, cubierto solo hasta la cintura por la sábana blanca del hospital. A un lado, había una máquina de oxígeno apagada, probablemente necesaria hasta hace poco. En cambio, el monitor seguía activo, mostrando que, al menos por ahora, estaba estable.
Sin siquiera mirarnos, Kross habló con una voz áspera.
Kross[B]: "Hola, detective. Ha pasado un tiempo ¿no?"
Me sorprendió ligeramente que me reconociera y saludara primero, y que ignorara completamente a Ripley, quien parecía a punto de decir algo.
Cass: "Hola, Kross. Aunque me hubiera gustado verte en mejores condiciones, necesito tu testimonio sobre lo que ocurrió el sábado 25. ¿Estás dispuesto a cooperar?"
Kross giró lentamente la cabeza hacia mí. Lo primero que noté fueron sus ojos: el derecho era azul, y el izquierdo gris. Totalmente diferentes a cuando lo enfrente con Abe y Surge.
Kross[B]: "No tengo problema en contarte lo que recuerde."
Asentí, moviéndome hacia una silla al lado de su cama. Me senté mientras Ripley se quedó de pie, mirándolo con desdén. Podía sentir la tensión en el aire.
Cass: "Muy bien. Cuéntame lo que pasó el sábado cuando apareció esa cosa que ataco."
Kross comenzó a hablar, su tono pausado, como si estuviera asegurándose de elegir bien sus palabras.
Kross[B]: "Estaba en los jardines con tres amigas. Estábamos hablando tranquilamente cuando, de repente, sentí un escalofrío extraño. No sé cómo describirlo, pero fue suficiente para que dos de ellas se acercaran demasiado. Mi reacción fue impulsiva: las lancé hacia la tercera para alejarlas."
Hizo una pausa breve, como si intentara recordar cada detalle.
Kross[B]: "Unos segundos después, esa cosa apareció de la nada y me golpeó, estampándome contra la pared de la escuela. Una de mis amigas intentó ayudar, pero terminó lastimada. Eso me obligó a llevar a esa cosa al estacionamiento. Pensé que, si lograba mantenerlo allí, podría evitar que ellas se lastimaran más."
Noté que cuando llegó al punto de la pelea, su relato se volvía más vago.
Kross[B]: "A partir de ahí… las cosas se vuelven borrosas. Recuerdo algunos momentos, pero no todos. Es como si una parte de mí no estuviera completamente presente. Como máximo recuerdo que logre contenerlo lo suficiente pero después casi nada... no lo sé con seguridad."
Concluyó con un tono neutral, pero había algo en sus ojos que me decía que había más que no estaba dispuesto a decir. Antes de que pudiera formular alguna pregunta, Ripley decidió entrometerse.
Ripley: "¿Eso es todo? ¿Es lo único que tienes para decir, Skinnie?"
Kross no respondió. No lo miró, no se movió, no hizo absolutamente nada. Su indiferencia fue suficiente para encender la ira de Ripley.
Ripley: "¡Por tu culpa, la escuela terminó hecha un desastre! Todos esos daños por tu maldita pelea con esa cosa."
Cass: "Ripley…"
Lo dije en un tono claro de advertencia, pero él me ignoró por completo. Su sonrisa maliciosa se ensanchó mientras hablaba.
Ripley: "Ah, pero claro… estuve hablando con unos oficiales, y parece que cierto director sabe bastante de ti, ¿verdad, Kross? Quizás más de lo que debería."
Ripley mostró una sonrisa cruel, su tono volviéndose aún más amenazante. Miré de reojo el monitor cardíaco. Su ritmo estaba aumentando. Kross, ahora mirando directamente a Ripley, tenía una expresión fría como el hielo.
Cass: (Esto no me gusta nada…)
Cass: "¡Ripley!"
Intenté frenarlo, pero fue inútil.
Ripley: "Tal vez debería pasarme por su oficina un día. Podría... preguntarle personalmente, ¿qué dices? Y si no coopera, bueno…"
Hizo una pausa deliberada, dejando que el peso de sus palabras llenara el aire. El ritmo del monitor se disparó aún más. Kross mantenía su mirada fija en Ripley, su mirada destilando una mezcla de furia y algo mucho más oscuro. Pero lo que destacaba es que sus ojos iban variando de color. Entre el ojo derecho azul y el izquierdo gris a el ojo izquierdo rojo y el derecho gris, de manera abrupta.
Cass: (Esto era el por qué el doctor nos advierto de esto, maldito seas Ripley.)
Cass: "¡¡RIPLEY, BASTA YA!!"
Grité con fuerza, poniéndome de pie, pero Ripley no pareció escucharme.
Ripley: "Siempre hay maneras de hacer que la gente hable, incluso si eso significa que tenga que usar métodos… un poco más persuasivos. Siempre se puede quebrar a alguien hasta que habl—."
Ripley no pudo terminar la frase. Su sonrisa desapareció al instante, como si algo lo hubiera paralizado.
Cass: (¿Qué…?)
Un escalofrío recorrió mi cuerpo mientras giraba la cabeza hacia Kross.
El monitor de Kross comenzó a parpadear frenéticamente, el pulso que mostraba era insanamente alto, pero eso era lo menos importante ahora. Mis ojos se clavaron en la mirada de Kross que estaba fija en Ripley.
El ojo izquierdo brillaba con un rojo profundo, como una brasa encendida, mientras que el derecho resplandecía en un azul gélido. Esa combinación era inquietante, pero lo que realmente me heló la sangre fue lo que emanaba de ellos: pura y visceral sed de sangre. No era simplemente ira. Era algo más oscuro, algo que parecía casi inhumano.
Cass: (¿Qué demonios estoy viendo…?)
Incluso en la cama, su postura era tensa, como si cada músculo de su cuerpo estuviera preparado para saltar en cualquier momento hacia Ripley sin siquiera importarle su condición actual. Era la imagen de un depredador listo para atacar, conteniéndose solo por el hilo más delgado de autocontrol.
El ambiente en la habitación cambió de inmediato. El aire se sentía denso, pesado, como si una presencia opresiva llenara el espacio. Incluso Ripley, quien hasta ese momento había mantenido su actitud arrogante, dejó de hablar. Su sonrisa se había borrado completamente y sus escamas se estaban poniendo pálidas.
La puerta detrás de mí se abrió de golpe. Abe y Surge entraron, sus rostros tensos, claramente alertados por la impresionante intención asesina que irradiaba Kross.
Sin embargo, yo no podía apartar la mirada de él. Estaba inmóvil, congelada por el aura que emanaba.
Entonces, Kross habló. No era su voz habitual. Era algo distorsionado, como si dos tonos diferentes –uno profundo y amenazante, el otro frío y cortante– se mezclaran en cada palabra.
Kross: “Ý̶͑̕͜ò̴͎͖̞̰̠̿̓̇̊ ... T̶̟͎͔̑̅e̸̱̗̓̾̚ ̶̹̣̹͈̟͙̮̔̅̀̊͂̒m̴̡̧̥̝̂å̵̼͗̏͆̎t̸͓̎͆̓̐̿͜͠͝ǎ̸̝͙̀̊͋͐̊͝ṟ̵͇̓͑͒̑̆̆ȩ̶̡̖̃̇̂̀ ...... a̴̡̤͈̾͂͜q̷̨̛̳̙̙̱̗̞̣̺̭͕̀̈́͂̈́̉͒͆̆̂ų̵̺̪̹̫̭̙͕͒̓͜į̸͚͖̘̰́͂̈́͂̐̓̒͒͑͘͘͜͝ͅ ̶̬̤̮̱̟̗̦̻̣̯̅̅̃̓̃́͜͝m̵̼̀̋͆̊̒̒̐ị̷̗̣̞̠͇̭̬̣̀̀̆̂̇̅́͂̇ͅs̴̡̞̬͊̿̓̑m̸̳͕̭̦̪̜̳͛̌́͛ȯ̵̩̓̓̽̎̅̐͘͠͝ ......... Ą̴̶̴̸̴̩͚͍̟̣̲̱̩̗͉̙̫̘̞̞̯͒̈́̌̊̈́̋͑̾͛̅́̓̄̾̈̊̂͘̚͝ͅḨ̴̸̵̴̴̛̳̜̜̟̣̭̞͕̜̳̗̲̹̮͇̭̯͑͂́̎̂̆̈̿̈̑̿̈̕͘͜͜͝͝Ỡ̸̵̸̷̵̢̢̺̻̘̻͕̹̬̦̥̖̘̘͎̰̙̣͕̌͆̿̉͒͒̔̽̈̒̃̔̏̕̕̕ͅͅR̸̶̸̵̵̛̲̱̦͎̮̫̭̻̫̗̭̳̙̤͖̘̠͕̫͑̆̅͂́̐͐̀̀̐̾̂̅̏̚͘̕ͅÅ̴̷̴̸̵̧̡̡̛̛̝̩̣̱̘͇̖͙̭͖̹̂͒͛͛̂̿̅͐͊̒̾̑͒̆̇͗̚͜͝”
La amenaza era clara, y cada palabra parecía cargada de una intensidad que hacía temblar el alma. Actué por instinto. En un instante, desfundé a Ebo y apunté directamente a Ripley. Mi mirada alternaba entre Kross y Ripley, lista para reaccionar en cualquier dirección.
Cass: "¡Kross, tranquilízate! Te lo prometo, este desgraciado no va a tocar un solo pelo del director Spears. No va a acercarse a él, y no voy a permitir que le pase nada. Te juro por mi vida que no dejaré que lo lastime."
Mantuve mi arma firme, el cañón directamente hacia Ripley, quien estaba paralizado, mirando a Kross con los ojos abiertos de par en par. Sentí como la tensión en el aire empezaba a disiparse lentamente.
El monitor cardíaco comenzó a mostrar un ritmo más estable poco a poco, y los ojos de Kross cambiaron. El rojo y azul brillante dieron paso a su estado anterior: el derecho azul y el izquierdo gris. Aparto su mirada de Ripley, enfocándola en mí. Su expresión era difícil de leer, como si intentara analizar cada palabra que había dicho. Finalmente, asintió levemente con la cabeza.
Sin apartar mi mirada de Kross, hablé con un tono firme y severo.
Cass: "Ripley, esto no se va a quedar así. Me aseguraré de que no puedas tocar a ninguno de los involucrados en este caso. ¡Abe! ¡Surge! Sáquenlo de este hospital ahora mismo."
Abe y Surge no dudaron. Se acercaron a Ripley, que seguía paralizado por lo que acababa de pasar. Lo tomaron por los brazos y comenzaron a escoltarlo fuera de la habitación. Y pareció que justo en ese momento reacciono como si no hubiera pasado nada en el último minuto.
Ripley: "¡No puedes hacer esto, Cass! ¡Esto no ha terminado!"
Cass: "Ya lo veremos..."
Aunque Ripley se resistió levemente, se dejó llevar, lanzándome miradas llenas de veneno mientras lo sacaban de la habitación. La puerta se cerró tras ellos, y el silencio llenó el espacio.
Kross no dijo nada. Miraba hacia abajo, inmóvil. Parecía estar asegurándose de que Ripley no estuviera cerca. Pasaron unos momentos que se sintieron eternos antes de que levantara la cabeza y me mirara nuevamente. Asintió con la cabeza, como dando una señal de que estaba listo para hablar.
Cass: "Siento lo que pasó. No debiste haber lidiado con ese desgraciado."
Kross no dijo una palabra al principio, pero finalmente levantó la mirada y me observó.
Cass: "Te aseguro nuevamente que ese cabrón de Ripley no se meterá en este caso. Y si intenta algo, habrá consecuencias para él, no solo en su empleo, sino también para su familia. No voy a permitir que ponga en peligro a nadie más, mucho menos a Spears."
Hice una pausa, suavizando mi tono antes de continuar.
Cass: "Además, Spears está bien. Te lo garantizo. De hecho, estoy casi segura de que pronto me llamará para pedirme ayuda con una pequeña sorpresa para ti."
No entré en detalles, pero la referencia a los papeles legales era clara para mí. Al escuchar eso, Kross volvió a mirarme, esta vez con una expresión más cansada y algo confusa por lo que dije. Su voz, aunque rasposa, era clara.
Kross[B]: "Gracias… Y lo siento por lo que pasó. Si no hubieras intervenido, no creo que me hubiera detenido."
Asentí, dejando que un poco de alivio se reflejara en mi rostro.
Cass: "No tienes que disculparte. Es lo menos que podía hacer en una situación así. Pero aún tengo algunas dudas y con lo que acabas de hacer otras. Omitiste muchos detalles sobre la pelea. Si fue por Ripley, lo entiendo. Pero si hay algo más, como que no confíes en mí, también lo comprenderé."
Kross pareció meditar mis palabras, quedándose en silencio mientras miraba al techo, como si buscara las palabras adecuadas. Finalmente, dejó escapar un bostezo y me miró nuevamente.
Kross[B]: "Es una combinación de cosas. Ripley… no ayuda. Pero tampoco es que no confíe del todo en usted..., detective. Es solo que no me siento cómodo diciendo algunas cosas."
Noté la sinceridad en su tono y asentí con suavidad.
Cass: "Entiendo. No tienes que decirme todo, Kross. Solo lo que creas necesario. Lo que puedas compartir, será suficiente para ayudarme a entender."
Mis palabras parecieron hacerlo dudar. Me miró por un momento, como evaluándome, intentando decidir si podía confiar en mi oferta. Finalmente, suspiró y comenzó a hablar.
Kross[B]: "Cuando empezó la pelea, lo primero que hice fue analizarlo. Quería ver cómo se movía, cómo reaccionaba. Al principio, fue aburrido al ver lo simple que era. Entonces, le devolví los golpes. Después de lo que hizo a Rosa...se lo merecía."
Cass: (Así que esto me confirma que, en parte, lo hizo por sus amigas...y al ver como reacciono por lo de Spears parece que se preocupa mucho por su círculo cercano.)
Pude notar un ligero cambio en su tono, como si rememorar esa parte de la pelea fuera más fácil para él.
Kross[B]: "Pero después, esa cosa cambió. Se transformó. Creció de tamaño, sus músculos eran más grandes y tensos, y sus ojos… esos ojos rojos no parecían reales. Sus escamas también cambiaron. Tenían un brillo, como si fueran metálicas. Todo cambio a partir de ahí, mis golpes no resultaban efectivos, se había vuelto más duro, más fuerte en un instante."
Lo escuché atentamente, mis pensamientos intentando encajar los detalles con lo que ya sabíamos del híbrido.
Cass: (La transformación. Podría estar relacionada con la resina. Esa teoría sigue encajando con su descripción del hibrido.)
Kross[B]: "Por un momento pensé que podía detenerlo, pero no. Esa cosa me tomo desprevenido, me golpeó y me mandó lejos. Fue entonces cuando vi a Spears. Estaba observando todo desde afuera del estacionamiento. Le grité que se retirara, pero justo en ese momento, la criatura apareció frente a mí. Me dio un zarpazo en la cara, dejándome ciego, y luego me lanzó otra vez."
Hizo una pausa, su voz cada vez más apagada.
Kross[B]: "Tuve que hacer algo. Si Spears se quedaba ahí, no iba a sobrevivir si esa cosa cambiaba de objetivo. No recuerdo con exactitud lo que pasó después. Sé que golpeé algo, lo inmovilicé, y estaba a punto de terminarlo."
Cass: (Así que así fue como se desarrolló la pelea. Esa parte encaja los demás testimonios.)
Kross[B]: "Después, escuché un ruido fuerte y creo recordar ver tres siluetas. Luego creo que volví a pelear, pero luego de un rato, al final todo empezó a desvanecerse. Me sentía agotado, como si no pudiera mantenerme despierto, y entonces todo se volvió oscuro."
Cass: "Esas siluetas que mencionas, éramos Abe, Surge y yo. Te contuvimos hasta que te desmayaste."
Kross levantó la mirada, con una expresión que mezclaba cansancio y algo de remordimiento.
Kross[B]: "Lo siento… si lastimé a alguno de ustedes."
Cass: "No te preocupes. Nadie salió terriblemente lastimado, Kross. Lo único que gastamos fue algo de munición y algo de energía. Nada más."
Kross pareció aligerar un poco su carga con esas palabras, pero su agotamiento seguía siendo evidente. Me incliné ligeramente hacia él.
Cass: "Quiero hacerte unas preguntas, pero quiero que sepas algo primero: si no puedes responder o no te sientes cómodo, está bien. Solo dime lo que puedas, lo que quieras compartir. Nada más."
Vi cómo sus hombros, tensos hasta ese momento, se relajaban ligeramente. Me miró y asintió con un leve bostezo antes de hablar.
Kross[B]: "Pregunte, detective."
Cass: "¿Conocías a la criatura desde antes que te atacara?"
Kross sacudió la cabeza con claridad.
Kross[B]: "No. Ni idea. Era la primera vez que lo veía."
Cass: "De acuerdo. Ahora, sobre tu cuerpo… Cuando peleaste el ‘hibrido’ saliste bastante lastimado, además de eso con nosotros, Abe, Surge y yo logramos herirte. Esas heridas deberían haber dejado marcas, pero no tienes ninguna cicatriz. Sin embargo, en el informe que recibí dijeron que, por dentro, tu cuerpo está destrozado. ¿Qué está pasando ahí?"
Kross bostezó nuevamente antes de responder con voz más apagada.
Kross[B]: "...Primero que nada, mi cuerpo se regenera más rápido de lo normal, así que normalmente puedo curarme de cualquier cosa con el tiempo suficiente. Y respondiendo por qué mi cuerpo esta así ahora.... Es… una condición. Lo que usé para ganarle a esa cosa, el estado en el que estaba cuando tuve que ganarle a esa cosa..., tiene un costo. Es algo que mi cuerpo no maneja bien. Lo llevo al límite en algunas cosas… pero me quita otras como pago."
No necesitaba entrar en detalles. Su tono era suficiente para transmitir que había límites que no estaba dispuesto a cruzar en esta conversación.
Cass: "Por lo que comentas... ¿Cómo tu regeneración también se ve afectada?"
Kross asintió, con los párpados ya algo pesados.
Kross[B]: "Como dije, puedo curarme de casi cualquier cosa… pero cuando uso esa condición, esa ‘regeneración aumentada’ se apaga por completo durante un tiempo. Mi cuerpo necesita recuperarse de lo que le exijo, así que, por unos días, no tengo esa ventaja. Aun así, los cuidados de los doctores han ayudado bastante. En especial el doctor Bartholomew… no sé cómo lo hace, pero incluso sin mi regeneración funcionando, he logrado mejorar más rápido de lo que esperaba."
Su bostezo fue más prolongado esta vez, y no pude evitar preguntar.
Cass: "Eso se debe a que tu doctor principal es algo especial, es de nuestro grupo, es bueno en su área de trabajo a pesar de lo desordenado que es. Pero siguiendo con las preguntas... tengo una duda ¿Por qué estás tan cansado? Has bostezado varias veces en lo llevamos ¿Es por lo que hiciste con Ripley?"
Kross soltó un suspiro antes de responder.
Kross[B]: "Sí… o eso creo. Nunca me había pasado antes, pero es posible que tenga algo que ver. Mi cuerpo puede hacer ciertas cosas… pero todo tiene un costo, y creo que esta vez exigí más de lo que debía. Además, considerando que todavía no estoy en las mejores condiciones, probablemente solo lo empeoré."
Era una respuesta vaga, pero algo me decía que era lo más que podía sacarle sin presionarlo.
Cass: "Entiendo… Pero hay algo más que me intriga, algo que no puedo ignorar. Tus ojos."
Noté cómo Kross tensó ligeramente los hombros al escuchar mi comentario, pero seguí adelante.
Cass: "La primera vez que te vi, tenías el ojo derecho azul. Pero cuando fui a ver al dino que mandaste al hospital, me dijeron que tenías un ojo rojo. Luego, cuando llegamos al estacionamiento, ambos ojos eran rojos. Sin embargo, antes de que te desmayaras, uno perdió el color. Y cuando vine a visitarte esta vez, tenías nuevamente solo un ojo azul. Al menos, hasta que casi atacaste a Ripley."
Me detuve un momento, dejando que procesara mis palabras.
Cass: "¿Qué significa todo eso? ¿Por qué cambian tus ojos de esa manera?"
Por un instante, Kross no dijo nada. Su mirada se desvió hacia la ventana, como si estuviera buscando algo que no podía encontrar. Finalmente, respondió con voz baja y medida.
Kross[B]: "Es… algo mío... algo que obtuve...un... último intento..."
Cass: "¿Un último intento? ¿De qué exactamente?"
Kross[B]: "Lo siento… Pero no puedo decir más...perdóneme."
Aunque no insistí, su tono y su expresión dejaron claro que el tema era más delicado de lo que quería admitir.
Cass: “Okay Kross, descuida, lo siguiente seria.... Cuando Spears me explicó cómo manejarte en ese estado, dijo que la clave era cansarte. Que tu cuerpo tiene un límite."
Kross asintió lentamente.
Kross[B]: "Tiene razón. Ahora mismo estoy haciendo un esfuerzo para mantenerme despierto y hablar contigo… pero, por favor, no entremos más en eso."
Cass: "Entendido."
Le di un momento para respirar antes de pasar a lo que realmente me preocupaba.
Cass: "Esta sería mi última pregunta, y es una que me ha estado comiendo la cabeza desde el sábado ¿Sabes algo sobre cómo o quién pudo haber traído a esa cosa a la escuela?"
Al hacer la pregunta, vi cómo su postura cambió por completo. Sus hombros se tensaron, apartó la mirada, y sus manos comenzaron a temblar ligeramente. Era un temblor apenas perceptible, pero suficiente para que lo notara.
Cass: "Kross, lo siento, pero esta vez tengo que insistir. Si sabes algo, por favor, dime. No encontramos nada sobre esa cosa. Ni rastros, ni pistas… lo único que teníamos era esa cosa con la que peleaste...pero murió."
Kross giró lentamente hacia mí, sus ojos abiertos con sorpresa.
Cass: "Para ser exactos...exploto. Intentábamos llevarlo para saber que era exactamente, pero de un momento a otro mientras estaba a la espera de ser transportado, exploto. Se llevó a un par de oficiales y dejó a otros heridos de gravedad. Kross, si tienes algo, cualquier cosa, por favor... seria de mucha ayuda."
Kross respiró hondo, como preparándose para decir algo que había estado guardando por mucho tiempo.
Kross[B]: "A las afueras de Volcadera… muy lejos, por la carretera. Hay un recinto. Algunas personas hacen pruebas y experimentos allí. Probablemente de ahí salió esa cosa..."
Me quedé en silencio, sorprendida por lo que acababa de escuchar, esto prácticamente era miles de veces mejor de lo que recabamos en los últimos días. Pero cuando miré a Kross, vi algo más.
Su expresión estaba vacía, los ojos desenfocados, como si estuviera recordando algo que preferiría olvidar. No necesitaba más explicaciones para saber que ese lugar tenía una conexión profunda con él.
Cass: (Ese recinto… tiene que ver con cómo es Kross. No puedo preguntarle más. No ahora.)
Solté un suspiro, me levanté y coloqué una mano en su hombro. Le di una sonrisa sincera, la más genuina que podía ofrecerle en ese momento.
Cass: "Gracias, Kross. Esto es mucho más de lo que hemos conseguido en días. De verdad lo aprecio."
Kross[B]: "Gracias… detective. Por no preguntar más. Algún día, le diré todo lo que sé."
Cass: "Cuando estés listo. Por ahora, descansarás. ¿Quieres que le diga a Spears que venga a verte mañana?"
Él asintió lentamente, sus labios formando un leve "gracias" antes de volver a recostarse completamente.
Sin nada más que decir, salí de la habitación, dejando que el muchacho descansara mientras mi mente ya comenzaba a procesar lo que había descubierto.
Abe y Surge estaban esperando afuera, sus miradas expectantes, pero antes de que pudieran abrir la boca, levanté una mano para detenerlos.
Cass: "Escuchen bien, sé que escucharon la conversación que tuve con el muchacho. Ninguno de ustedes dirá una palabra de esto fuera del grupo. Kross, aunque fuera poco, confió en mí y me reveló algo extremadamente importante. No voy a permitir que esa confianza se quiebre, ¿queda claro?"
Abe fue el primero en responder, asintiendo de inmediato.
Abe: "Entendido, Cass. No saldrá de aquí."
Surge también asintió, cruzándose de brazos.
Surge: "No tienes que preocuparte. Se lo delicado que es esto."
Acepté sus respuestas con un breve asentimiento y dejé que el alivio me relajara un poco.
Cass: "Bien. Ahora, ¿qué pasó con Ripley?"
Abe rodó los ojos y soltó un suspiro cansado.
Abe: "Lo llevamos a su patrulla, pero no dejó de quejarse en todo el camino. Decía que haría esto y aquello. Básicamente, su repertorio habitual de amenazas vacías."
Cass: (Es un caso perdido.)
Cass: "Perfecto. Vámonos de aquí. Tenemos trabajo que hacer."
Mientras nos dirigíamos fuera del hospital hacia el auto, comencé a darles instrucciones.
Cass: "Abe, quiero que te encargues de investigar ese 'recinto' que mencionó Kross. Y hazlo con extremo cuidado. No me gustó la reacción del chico al hablar de ese lugar. Si algo te parece fuera de lo común, retrocede."
Abe hizo un gesto despreocupado, como quitándole peso al asunto.
Abe: "Tranquila, no soy tan imprudente. Además, no creo que me pase nada. ¿Recuerdas cuando una roca me cayó del cielo?"
Me detuve un momento y lo miré con seriedad.
Cass: "Esto no es un juego, Abe. Lo digo en serio. Su expresión al hablar de ese sitio… no era normal. Ese lugar podría ser peligroso."
Abe levantó las manos en señal de rendición.
Abe: "Vale, vale, lo entiendo Cass. Tendré cuidado."
Asentí y luego me giré hacia Surge.
Cass: "Surge, me acompañas. Necesito hacer papeleo y preparar una orden para que Ripley no se acerque a ninguno de los involucrados en este caso."
Surge arqueó una ceja.
Surge: "¿Y qué pasará si decide ignorarla?"
Cass: "Uno de los castigos graves del grupo C.H.N.O. Le quitaran todo lo que tiene, se le quitara el cargo enseguida y lo mandaremos lejos. Y si alguien lo ayuda, se le aplicara el mismo castigo."
Surge soltó un silbido bajo, impresionado.
Surge: "¿Planeas hablar con ese T-rex italiano en caso de que intente pedirle ayuda?"
Cass: "Sí. Ese T-rex es mucho más confiable que Ripley, al menos en lo que respecta a seguir órdenes. Y de paso, nos aseguraremos de tener algo de control en este lío."
Surge esbozó una ligera sonrisa.
Surge: "Perfecto. Entonces, aprovechando que hablaras con ese tipo... ¿Comeremos pizza para cenar?"
Cass: "Sí, pizza. No me importa qué, pero algo fuerte. Me lo merezco después de todo esto."
"Antes de entrar al auto, saqué otra botella de alcohol de mi chaqueta. Esta vez era Everclear. Miré hacia la ventana de la habitación donde estaba Kross."
Cass: "No esperaba que esto tomara este rumbo y al parecer ese chico paso por mucho."
Llevé la botella a mis labios y tomé un largo sorbo antes de guardar la botella nuevamente y subirme al auto. Giré la llave en el contacto y me dirigí hacia nuestras oficinas, mientras la noche se cernía sobre nosotros.
...
...
...
A la mañana siguiente. Perspectiva de Kross.
Mentalidad al mando: Blue.
Todo comenzó con oscuridad. Después de que deje a Red al mando por completo, no hubo nada más. Solo un vacío inmenso que se sentía infinito. Pero en algún punto de esa oscuridad, lo único que podía sentir con claridad era el dolor, talvez fue porque terminamos lo que esa cosa empezó. Cada parte de mi cuerpo parecía estar gritando. Cansancio y dolor… una combinación que se volvió mi única compañía por lo que parecieron horas, tal vez días.
Eventualmente, volví a ser consciente. Lo primero que vi fue una habitación blanca. Estaba acostado en una cama, con un montón de cosas conectadas a mi cuerpo. Una máquina me monitoreaba, y algo en mi boca parecía estar suministrándome... oxígeno. Fue extraño al principio, como si mi mente tardara en conectar los puntos de lo que estaba pasando.
En algún momento, una figura apareció. Vestía ropa médica estándar –bata, guantes–, pero al verme abrir los ojos, se quedó helada. No dijo nada, y segundos después salió corriendo de la habitación.
Pasó un rato antes de que alguien más entrara. Esta vez, era un hombre... desordenado. Lo primero que noté fue su cabello verde y lo caótico que era su atuendo: camisa mal metida, corbata floja, zapatos desparejados. Se presentó como el doctor Bartholomew, el médico encargado de mí.
Nos explicó cómo estaba nuestro cuerpo, aunque ya lo sabíamos. Habíamos forzado demasiado todo, y las consecuencias eran inevitables, al no estar acostumbrados a eso. Nos dijo que estábamos recuperando más rápido de lo esperado, pero eso no era cosa nuestra. Sabíamos que nuestra capacidad para regenerarnos estaba prácticamente inactiva, y que era el trabajo del doctor y sus procedimientos lo que estaba ayudándonos.
Un día después de despertar, llegaron los detectives… y Ripley. Bastardo de mierda. Tanto yo como Red queríamos lanzarnos sobre él y hacerlo desaparecer después de que amenazó con tocar a Spears. Tío…
Por suerte, estaba Cass para calmar un poco la situación. La detective pareció entender en serio cómo acercarse a nosotros, incluso cuando pidió nuestro testimonio. No insistió demasiado en los detalles, aunque al final soltamos lo del recinto.
Blue: (Espero que no les pase nada por esa información. No es un lugar donde alguien deba estar.)
Ahora estoy aquí, tirado en esta cama, aburrido, con nada más que mis pensamientos para hacerme compañía.
Blue: (¿Entonces qué opinas de Cass, Red?)
Red: (Es decente. Al menos no es como el bastardo de Ripley. Pero no sé cuánto tiempo podemos confiar en ella.)
Blue: (No parece mala. Nos escuchó, no presionó demasiado, y lo que dijo sobre Ripley fue directo. Lo sacó sin pensarlo dos veces.)
Red: (Eso sí, puntos a su favor por eso. Aunque me hubiera gustado encargarme personalmente de él.)
Blue: (Sí, lo sé. Yo también quería lo mismo, pero si nos hubiéramos lanzado, estaríamos en un lugar peor ahora. Spears tampoco hubiera querido que pasara eso.)
Red: (Siempre Spears.... ¿Qué haríamos sin ese cavernícola?)
Blue: (Probablemente estaríamos muertos. Ese hombre sí que ha hecho mucho por nosotros... y al parecer está preparando algo con la tía Fang.)
Red: (¿Qué cosa?)
Blue: (No lo sé con exactitud, pero Cass dijo algo sobre una 'sorpresa'.)
Red: (Espero que sea algo bueno.)
Blue: (Apuesto a que si, además creo que cuando venga a vernos, vendrá con la tía Fang.)
Red: (Tocara esperar.)
El silencio llenó nuestra mente nuevamente.
Un par de horas después, el doctor Bartholomew había venido a hacerme algunas pruebas. Los tratamientos del doctor ayudaban bastante, pero sin mi regeneración en funcionamiento, el proceso era más lento de lo que estaba acostumbrado.
Aún sentía dolor en los brazos y las articulaciones, y algunas fracturas en mis huesos no se habían sanado por completo. Moverme seguía siendo incómodo, y aunque la inflamación había bajado, la rigidez persistía. No era nada incapacitante, pero definitivamente estaba lejos de estar en plena forma.
Ahora, con el cuarto en calma, miraba por la ventana, intentando distraerme del aburrimiento. La tranquilidad era bienvenida, aunque momentánea. Un sonido interrumpió mis pensamientos: la puerta de la habitación se abrió lentamente. Me giré y ahí estaban.
Spears y la tía Fang.
La expresión de ambos era clara: preocupación mezclada con alivio. Aunque, de los dos, tía Fang parecía estar lidiando peor con sus emociones. Antes de que pudiera decir algo más, dejé escapar un saludo casual, casi despreocupado.
Kross[B]: "Oh, hola. Cuánto tie—"
No terminé la frase. Tía Fang cruzó la habitación en un instante y me envolvió en un abrazo tan fuerte que apenas podía respirar.
Fang: "¿Cómo se te ocurre hacer algo así? ¡Fue peligrosísimo! ¡Pudiste haber salido peor, muchísimo peor! ¡No puedo creer que hayas hecho algo tan estúpido!"
Su voz se quebraba entre regaños y preocupación, las palabras salían tan rápido que apenas podía procesarlas.
Me quedé paralizado, completamente fuera de lugar. Traté de encontrar algo que decir, mientras intentaba calmarla.
Kross[B]: "Tía Fang, yo… no pasa nada. Pude manejarlo. De verdad. Al final, las cosas salieron más o menos bien. Yo… tú sabes que puedo curarme de casi cualquier cosa. No es para tanto, no debieron preocuparse demasiado y… yo…"
De nuevo, no terminé. Tía Fang me interrumpió, pero esta vez no fue con palabras.
Una bofetada.
El golpe no fue fuerte, pero sí lo suficiente para dejarme en silencio. La miré, sorprendido, y lo que vi me dejó aún más callado: lágrimas corriendo por su rostro.
Fang: "¡No sigas hablando! No tienes idea de lo preocupada que estaba. Cuando Spears me llamó diciéndome lo que paso y luego pude ver el estado del estacionamiento en las noticias... pensé lo peor. ¡No sabes el estrés que sentí, Kross! Pensé que te había perdido."
Su voz se quebró por completo al final. Antes de que pudiera responder, volvió a abrazarme, esta vez con más fuerza.
Me quedé quieto, el impacto emocional de sus palabras aún resonando en mi mente. Red estaba inusualmente silencioso, y por una vez, recordamos un detalle que se nos pasó a ambos: Spears y tía Fang no eran como el resto. No solo me habían dado un techo, sino algo más. Algo que no teníamos desde hace mucho tiempo.
Con algo de dificultad, moví los brazos y correspondí al abrazo. A pesar del dolor en mis articulaciones, los levanté lentamente y los rodeé con cuidado alrededor de Fang.
Kross[B]: "Lo siento, tía Fang… De verdad. Lo siento mucho."
Ella no respondió, pero sentí cómo su agarre se apretó aún más. Su preocupación era tan palpable que dolía más que cualquier herida.
Spears, que había estado en silencio hasta ahora, finalmente habló mientras se acercaba de a poco, su tono firme pero tranquilo.
Spears: "Te dijimos que podías contar con nosotros, muchacho. No tienes que cargar con todo tú solo."
Kross[B]: "Lo siento, tío… De verdad lo siento. No quería preocuparlos tanto."
Spears negó con la cabeza, soltando un leve suspiro.
Spears: "Lo importante es que saliste de esa situación."
La tía Fang, aun abrazándome, no parecía tan dispuesta a dejar el tema atrás. Se separó ligeramente, lo suficiente para mirarme directo a los ojos, aunque su expresión seguía siendo una mezcla de preocupación y firmeza.
Tía Fang: "¿Qué era lo que te atacó, Kross? ¿De dónde salió? ¿Por qué no fuiste con Spears? ¿Por qué decidiste luchar tú solo? ¿Y qué estabas pensando?"
Cada pregunta venía con un tono más cargado de emoción que la anterior. Apenas me daba tiempo de responder antes de que la siguiente saliera disparada.
Kross[B]: "No sé exactamente qué era esa cosa, tía. Apareció de la nada. No tuve tiempo de pensar… solo reaccioné. Y no fui con Spears porque no quería que salieran lastimados, no estaba solo cuando esa cosa me ataco, estaba junto 3 amigas así que la mejor opción era que yo lo mantuviera lejos mientras ellas fueran con Spears. Si cualquiera hubiera estado de por medio hubiera estado en un mayor peligro."
Tía Fang: "¿Y creías que pelear tú solo era la mejor opción? ¿Y si no hubieras salido vivo de eso?"
Kross[B]: "Tía… Lo siento, de verdad. Pensé que podía con ello fácilmente. No quería que nadie más saliera lastimado. Solo hice lo que creí necesario."
Mis palabras no parecieron calmarla del todo. Aunque su agarre se había suavizado, su expresión seguía llena de preocupación. Spears le puso una mano en el hombro, tratando de tranquilizarla.
Spears: "Dale un respiro, cariño. Mira a este chico, ya está suficientemente agotado. No lo presiones más ahora."
Tía Fang suspiró, claramente luchando con su necesidad de respuestas y su deseo de no sobrecargarme más. Finalmente, me dio una mirada más suave y asintió.
Tía Fang: "Está bien… por ahora. Pero Kross, no vuelvas a cargar con todo solo. Si algo pasa, ven a nosotros. No importa lo que sea. ¿Entendido?"
Kross[B]: "No puedo prometer del todo eso, pero tratare lo mejor posible."
Aunque no estaba completamente convencida, la tía Fang suavizó su expresión y me dio un último abrazo antes de retroceder. Aún podía notar la preocupación en sus ojos, pero parecía estar esforzándose por no sobrecargarme más.
Spears aprovechó el momento para intervenir, su tono más relajado.
Spears: "La escuela fue suspendida por 2 semanas mientras limpiaban el desastre. El grupo CHNO es bastante eficiente en estas cosas. Además, el gobierno ya está manejando las compensaciones para los dueños de los autos dañados."
Asentí ligeramente, recordando el estado del estacionamiento después de la pelea. Había sido un desastre total, y no me sorprendía que llevara un tiempo arreglarlo.
Spears: "Aunque me gustaría que descansaras más, quería saber cómo te sientes. ¿Crees que estarás listo para regresar cuando las clases se reanuden o necesitaras más días?"
Me quedé en silencio unos segundos, evaluando cómo me sentía realmente. La verdad era que mi cuerpo aún estaba lejos de estar en óptimas condiciones. El dolor en mis brazos y articulaciones seguía ahí, y sabía que mi regeneración tardaría bastante más en volver a estar presente. Pero la idea de quedarme en casa, encerrado, no era algo que pudiera soportar.
Kross[B]: "No estoy al 100%, pero creo que podré manejarlo. El doctor Bartholomew ha hecho un buen trabajo ayudándome a recuperarme, así que tal vez esté lo suficientemente bien para regresar cuando reanuden las clases. Aunque, claro, depende de cómo me sienta en ese momento."
Antes de que Spears pudiera responder, la tía Fang intervino rápidamente. Su tono era una mezcla de preocupación y firmeza, reflejando claramente lo que pensaba de mi decisión.
Tía Fang: "Kross, no tienes que apresurarte. Si necesitas más tiempo, puedes quedarte en casa. Nadie te va a obligar a nada, y preferiría que te recuperaras completamente antes de volver."
Negué suavemente con la cabeza, tratando de calmarla.
Kross[B]: "Gracias, tía, pero... quedarme en casa no me va a ayudar. Necesito moverme un poco, volver a la normalidad. Sé que no estoy perfecto, pero quiero regresar. Lo prometo, estaré bien."
Aunque sus ojos reflejaban preocupación, la tía Fang terminó suspirando y asintiendo con resignación.
Spears: "Si esa es tu decisión, muchacho, está bien. Pero escúchame: no te exijas demasiado. Si necesitas tomarte un respiro o pedir ayuda, hazlo. Nadie espera que lo hagas todo tú solo, ¿entendido?"
Kross[B]: "Entendido, tío. Gracias."
Aunque la mirada de la tía Fang seguía reflejando cierta inquietud, finalmente suspiró y asintió, aceptando mi decisión, aunque no del todo convencida. Spears aprovechó para retomar la conversación.
Spears: "Por cierto, fue Cass quien me dijo que ya podíamos visitarte y me encargo avisarles a tus amigas de eso. ¿Quieres que les avise para que te visiten pronto?"
Me quedé en silencio por un momento, pensando. La idea de recibir visitas en mi estado actual no era exactamente cómoda, pero sabía que ellas querrían verme.
Kross[B]: “Me gustaría estar un poco mejor antes de verlas, pero tampoco me molestaría que me visiten."
Spears asintió con una ligera sonrisa.
Spears: "Por supuesto. Les haré saber que pueden venir a partir de mañana."
El resto del tiempo transcurrió de forma más ligera. Spears comenzó a contar cómo había sido lidiar con todo después del incidente. Explicó que la noticia del desastre en el instituto había llegado rápidamente a los medios, y que el número de reporteros buscando respuestas fue abrumador.
Spears habló de cómo se las ingenió para manejar la situación, desviando preguntas incómodas y asegurándose de que nadie se acercara demasiado al caso. Aunque no dio detalles exactos, dejó claro que el grupo CHNO había ayudado a mantener las cosas bajo control.
Al escuchar todo esto, no pude evitar sentir un pequeño alivio. A pesar del caos, Spears había manejado las cosas con la calma y la precisión que siempre parecía tener en momentos críticos.
Por su parte, la tía Fang mencionó de pasada cómo algunos de sus compañeros de trabajo, al enterarse de lo ocurrido, le preguntaron por su esposo. Según ella, habían quedado impresionados por lo bien que Spears había manejado la presión mediática, algo que parecía darle cierto orgullo.
Hablamos de otras cosas después, cosas más triviales. El tiempo de visita se fue agotando poco a poco, y cuando finalmente llegó el momento de despedirse, ambos lucían mucho más tranquilos que al llegar.
Mientras los veía salir, no pude evitar sentirme un poco más aliviado. Tal vez, después de todo, no lo había arruinado tanto.
Red: (Bueno, al menos ya se tranquilizaron un poco las cosas.)
Blue: (La tía Fang estaba más preocupada de lo que esperaba. Aunque tiene sentido)
Red: (Claro, eso sí, no me espere para nada la abofeteada que nos dio.)
Blue: (Lo merecíamos, y lo sabes. Spears también estaba preocupado, aunque no lo demostrara tanto.)
Red: (Lo sé. Pero esto no se termina aquí. ¿Cómo vamos a manejar a las chicas mañana?)
Sabíamos que Stella, Rosa y Fang querrían respuestas. No había manera de evitarlo. Pero no estaba seguro de cuánto deberíamos decirles.
Blue: (Va a ser complicado. Querrán saberlo todo, después de todo, sabrán que lo que salió en las noticias es falso, pero no sé si estamos listos para confiarles todo... no aún.)
Red: (Entonces, ¿qué hacemos? ¿Nos limitamos a darles un resumen sin decir mucho?)
Blue: (Por ahora, sí. Si nos presionan, podemos darles algo más, pero sin revelar demasiado.)
Red: (Rosa va a ser la más difícil... Ya nos conoce demasiado bien, seguramente no compre una excusa tan fácilmente. ¿Crees que…)
Blue: (¿Decirle solo a ella? ...Podría ser.)
Red: (Es la más sensata de las tres. Y no olvidemos que fue la única que intentó ayudar, aun sabiendo el peligro.)
Blue: (Sí... Tal vez se lo merece. Pero no será fácil.)
Red: (Nada de esto lo es.)
Blue: (Lo resolveremos mañana. Por ahora, descansemos.)
El silencio volvió a llenar mi mente mientras cerraba los ojos, dejando que el cansancio y el agotamiento me llevaran nuevamente. Aunque sabía que mañana, seguramente el día no será para nada tranquilo.
Fin del capítulo 9.
Notes:
Mmm tenia el capitulo listo hace 2 días...pero no me gustaron cosas y tuve que reescribirlas... :D, quería dejar bien en claro que ahora al dejar a solo 1 conciencia hacer el trabajo de 2 dejaba consecuencias. Espero que haya quedado decente, en un futuro eso si, hare que no tenga tantas restricciones, pero para eso quedan capítulos. El cap 10 sigue en trabajo, pero será las visitas que tendrá Kross, y tal ves el regreso a la escuela, tal ves los separe. Ahí veo.
Tengo un par de curiosidades con respecto a las armas que utilizan los de C.H.N.O, en los próximos capítulos colocare mas y otra bitácora.
1.- Sistema de Munición Especial del Grupo CHNO
Las armas utilizadas por los miembros del grupo CHNO no funcionan con munición convencional. En su lugar, emplean un sistema de carga energética híbrida, basado en un compuesto especial conocido como "Catalizador Balístico" (CB).
El CB es un material altamente adaptable que, dependiendo de cómo se procese y cargue en el arma, puede generar diferentes efectos en los proyectiles. Este compuesto se almacena en cápsulas reemplazables (similares a cartuchos o casquillos) y se activa mediante el mecanismo interno de cada arma.
El tipo y la cantidad de CB cargado en cada disparo determinan la potencia, el alcance y los efectos del proyectil.2.- ¿El CB se recarga o se reemplaza?
Cada cartucho o celda de CB tiene una capacidad limitada. Una vez agotado, debe ser reemplazado por uno nuevo o recargado en una estación especializada.3.- ¿Existen otros tipos de CB con efectos adicionales?
Sí, hay versiones experimentales que pueden generar efectos como proyectiles de alta penetración, impactos eléctricos o municiones adhesivas. Sin embargo, su uso es limitado y aún están en fase de prueba.4.-Bitácora de Observación – Sujeto Código ACUS
Entrada: Secuelas y Efectos Negativos del Estado "O-Red"El estado conocido como "O-Red" representa una manifestación extrema del potencial físico y mental del sujeto. Si bien durante su activación la fuerza y la regeneración del sujeto alcanzan niveles anómalos, los efectos secundarios tras su uso presentan un alto costo fisiológico y neurológico, limitando su capacidad de recuperación y estabilidad.
Impacto Fisiológico:
Fallo en la Regeneración / Desgaste Muscular Extremo / Fragilidad Ósea Temporal / Colapso EnergéticoImpacto Neurológico y Psicológico:
Pérdida de Memoria Parcial / Inestabilidad EmocionalConclusión y Recomendaciones:
El estado O-Red maximiza el potencial del sujeto a niveles inhumanos, pero su costo fisiológico y neurológico es elevado. La inactividad posterior de su regeneración y el colapso energético lo dejan en un estado vulnerable. El uso continuo de O-Red sin períodos de recuperación adecuados podría generar un deterioro progresivo en su sistema. Se recomienda monitoreo constante tras su activación y períodos de descanso extendidos antes de permitir su uso nuevamente.Fin de la Entrada.
Y eso seria, como dije sigo trabajando en el capitulo 10 y sigo viendo como avanzar todo, quiero colocar partes del snoot así que estoy planeando como hacerlo, como siempre agradecimientos a Dardragun707 y su vaquero, a SrSenior con Abe y su parasaurio, a patata con la dragona y a Xomy90 con los hermanos. Y a cada uno que llega hasta aca y a los que dejan su comentario. Hasta el siguiente.
Chapter 10: Una visita al Hospital
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Miércoles. Perspectiva al mando: Blue.
Ya había pasado más de una semana desde aquel sábado, y aunque mi cuerpo todavía no estaba al cien por ciento, al menos ya podía moverme sin sentir que mis huesos estaban a punto de romperse. Gracias al tratamiento del doctor Bartholomew, las fracturas habían sanado lo suficiente como para no ser un problema, aunque el malestar en mis brazos y algunas articulaciones seguía recordándome que mi recuperación no estaba completa. Aun así, podía estar de pie sin demasiado problema, lo cual era una mejora significativa.
Durante este tiempo, ninguna de las chicas había venido a visitarme. No sabía si era porque habían decidido no venir a verme o si había otro motivo de por medio, pero en cierto modo, era mejor así. Pude enfocarme en la recuperación sin tener que dar explicaciones ni preocuparme por lo que dirían al verme acostado en la cama.
Al principio de la semana, le mencioné al doctor mi intención de volver a clases cuando la escuela reanudara actividades. Para mi alivio, no puso objeciones. Según sus estimaciones, para el fin de semana ya podría salir del hospital, aunque tendría que regresar para algún que otro chequeo. No era un mal trato, considerando lo que había pasado.
Ahora mismo, me estaba vistiendo. Ya había terminado con la parte inferior, pero aún no me ponía la polera. La tía Fang había pasado el día anterior a traerme algo de ropa limpia junto con comida casera. Y sinceramente, después de tantos días de comida de hospital, había sido un regalo caído del cielo.
Red: (Bueno, al menos ya podemos movernos sin sentirnos como un anciano de cien años.)
Blue: (Sí, aunque no significa que podamos descuidarnos.)
Red: (Lo sé, lo sé. Pero admítelo, ya querías salir de esta habitación.)
Blue: (No lo niego, pero hay cosas que debemos manejar antes de preocuparnos por eso.)
Red: (Ah, siempre tan serio... Bueno, entonces dime, ¿qué haremos cuando las chicas lleguen? Si es que llegan.)
Blue: (Aún no lo sé. No podemos darles todas las respuestas, pero tampoco podemos ignorarlas.)
Red: (Especialmente a Rosa...)
Blue: (...Sí, especialmente a ella.)
Estaba tan inmerso en la conversación que no noté que la puerta se había abierto. La discusión en mi cabeza fue brutalmente interrumpida por un grito repentino.
??? : "¡K-KROSS!"
Dirigí mi mirada hacia la puerta, sorprendido por el repentino grito. Ahí estaban, justo en la entrada de la habitación, Stella, Fang y Rosa. Fue Stella quien aparentemente había soltado el alarido, pero lo que realmente me tomó por sorpresa fue que no venían solas.
Además de ellas, también estaban Naser y Naomi. La cantidad de gente inesperada me hizo parpadear un par de veces antes de analizar sus expresiones.
Stella estaba completamente roja mientras se cubría el hocico con ambas manos, al igual que Fang, quienes evitaban mirarme directamente. Naser y Naomi lucían más sorprendidos que otra cosa, probablemente porque no esperaban verme de pie y, para su mala suerte, sin polera, aunque no tenía ninguna herida visible. Pero lo que realmente me llamó la atención fue Rosa. Su expresión era difícil de descifrar... ¿Molestia? ¿Desaprobación? No estaba seguro, pero definitivamente no parecía contenta.
Sin percatarme del motivo de su reacción, solo saludé con normalidad.
Kross[B]: "Oh, ¿qué tal, chicos? No esperaba visitas tan grandes. ¿Todo bien?"
Mi comentario solo pareció aumentar el nerviosismo de algunas personas. Observé a Stella nuevamente mirarme de reojo, quien ahora tenía la cara aún más roja y ahora... ¿sangraba por la nariz? Arqueé una ceja y luego miré a Rosa, quien mantenía los brazos cruzados, con una expresión que definitivamente no presagiaba nada bueno.
Kross[B]: "Umm... Stella, ¿por qué gritaste antes? Y más importante… ¿por qué te sangra la nariz?..."
Antes de que pudiera obtener una respuesta, Rosa soltó un largo suspiro y negó con la cabeza, con evidente irritación.
Rosa: "Por el amor de... Primero, ponte la maldita polera. Luego te sientas en la cama y después hablamos niño."
Kross[B]: "...Oh, perdón."
Miré a los demás y, al ver que incluso Fang evitaba mi mirada con una expresión incómoda, supuse que sería mejor hacerle caso antes de recibir un regaño mayor. Me puse la polera y me dirigí hacia la cama, sentándome con calma antes de volver a mirar a mis visitantes.
Kross[B]: "Bueno..., ahora sí. ¿Cómo han estado? No los he visto en un buen rato."
Apenas terminé la frase cuando Rosa fue la primera en hablar nuevamente, su tono menos molesto, pero aún con algo de severidad.
Rosa: "Más importante, ¿cómo estás tú?"
Como si hubieran estado esperando el momento, Stella y Fang también intervinieron de inmediato.
Stella: "¡Sí! ¿Cómo te sientes?"
Fang: "¿Sigues lastimado?"
Kross[B]: "Estoy… mejor. Todavía me duele un poco, pero nada grave."
Sabía que no era una respuesta completa, pero tampoco quería preocuparlas más de lo que ya parecían estar. Sin embargo, antes de que la conversación siguiera por ese camino, dirigí mi atención hacia el grupo en general.
Kross[B]: "Pero bueno... ¿por qué vinieron todos juntos a visitarme? Pensé que vendrían de a uno."
Antes de que alguien más pudiera responder, Naomi tomó la palabra con su característico tono meloso. Había algo en su forma de hablar que siempre sonaba demasiado calculado, demasiado perfecto, como si estuviera constantemente actuando para una audiencia invisible. Cada palabra parecía elegida con precisión quirúrgica para dar la mejor impresión posible.
Naomi: "Oh, Kross, en cuanto escuché lo que pasó, simplemente no podía quedarme tranquila. Fue tan impactante enterarme de lo sucedido en la escuela. Le pregunté al director Spears por ti y me dijo que estabas aquí en el hospital, así que pensé: ‘¡Tenemos que hacer algo!’. No podíamos dejarte solo y aburrido, así que organicé todo para que viniéramos juntos a verte. ¡Nada mejor que rodearte de amigos para ayudarte a sentirte mejor, ¿no crees?!"
Mantuvo su sonrisa radiante mientras hablaba, con una postura impecable y una mirada que, para alguien menos atento, parecería cálida y sincera. Pero yo sabía que todo eso era solo una fachada bien construida.
Red: (¿¡En serio se fue a preguntarle a Spears?! ¡Esta tipa es imposible!)
Blue: (No me gusta nada esto... Pero no podemos armar un problema aquí. Mejor sigamos la corriente.)
Fang, que hasta ahora había permanecido en silencio, resopló con fastidio y miró hacia otro lado, claramente sin ganas de estar de acuerdo con Naomi.
Naser se encogió de hombros antes de hablar.
Naser: "Naomi me avisó cuando se enteró y, bueno, me pareció que sería buena idea."
Stella tomó la palabra después, con una voz más neutral.
Stella: "Nosotras íbamos a venir juntas, pero Naomi dijo que sería mejor si todos veníamos en grupo."
Rosa, con los brazos cruzados, simplemente asintió sin agregar nada. Su expresión no era exactamente de molestia, pero definitivamente tampoco se veía entusiasmada con la decisión de Naomi.
Mantuve mi expresión neutral y respondí con un tono relajado.
Kross[B]: "Bueno, gracias por venir. Estoy mejorando. El doctor me ha estado ayudando bastante, así que me estoy recuperando más rápido de lo que esperaba."
Naser entrecerró los ojos, cruzando los brazos para momentos después mirarme.
Naser: "Oye, Kross... lo que pasó en la escuela. Todo ese desastre. ¿Cómo fue que llegaste a salir herido?"
Naomi asintió con curiosidad.
Naomi: "Sí, solo hemos escuchado lo que salió en las noticias y el director Spears tampoco me dio muchos detalles al respecto, pero seguro tú puedes decirnos, ¿no?"
Tanto Fang como Stella y Rosa estaban totalmente calladas. Ninguna intervino a lo que decían Naser y Naomi, lo que significaba que tampoco les habían contado nada de lo que realmente ocurrió.
Red: (Bueno... a lo menos saben guardan bien las cosas... a lo menos a estos dos. ¿Ahora como salimos de esta?)
Blue: (Fácil. Echamos la culpa a la mala suerte. No es mentira, después de todo. Y aprovechamos las noticias del incidente.)
Kross[B]: "Para mi desgracia. Justo había terminado unas cosas en el jardín y estaba en el estacionamiento cuando todo pasó. Fue un caos, y para empeorar las cosas, quedé atrapado en medio del fuego cruzado. No fue nada agradable."
Naser pareció pensarlo por un momento, pero no insistió. Naomi, sin embargo, se veía algo incómoda, como si algo más la estuviera molestando. Finalmente, se decidió a hablar.
Naomi: "Por cierto... antes, cuando entramos y te vimos sin polera, me di cuenta de que... bueno, no pareces tener ninguna herida. No quiero sonar rara ni nada, pero... después de algo así, ¿no deberías tener alguna cicatriz o algo?"
Red: (¿Y a esta qué le importa? ¿Mejor le decimos que tenemos poderes mágicos o qué?)
Blue: (Tranquilo...)
Kross[B]: "Eh..., bueno, que te puedo decir, el doctor hace maravillas. Apenas llegué aquí, se encargaron de todo antes de que las heridas se volvieran permanentes. Tienen un tratamiento que ayuda a acelerar las cosas. Así que, ya ves, suerte de que me tocara un buen doctor en este hospital, supongo."
Naomi pareció dudar unos segundos antes de seguir hablando, como si estuviera eligiendo sus palabras con cuidado.
Naomi: "Aun así, es un poco extraño... Digo, después de algo tan grave, por como lo mostraron en las noticias, cualquiera esperaría al menos una pequeña marca, ¿no? Es casi como si—"
Antes de que pudiera terminar su frase, Rosa resopló con fastidio y cruzó los brazos.
Rosa: "Naomi, mija, no vinimos aquí para interrogarlo sobre lo que paso."
Su tono fue seco, cortante. Naomi pestañeó, como si no esperara que alguien la detuviera de esa manera. Trató de responder, pero antes de que pudiera soltar una de sus acostumbradas excusas dulzonas, Stella la interrumpió.
Stella: "Sí, estamos aquí para ver cómo está, para pasar el rato, no para cuestionarlo como si esto fuera una entrevista."
Fang se encogió de hombros, apoyándose en la pared con los brazos cruzados.
Fang: "Además que ya estás siendo muy molesta. Oye, Naser, ¿puedes calmar a tu novia? Porque ya está me está empezando a irritar."
La expresión de Naomi se tensó ligeramente por un segundo, apenas perceptible, pero suficiente para que supiera que ese comentario no le había gustado. Naser, por su parte, suspiró y se pasó una mano por el cuello, claramente incómodo.
Naser: "Eh… Bueno, sí. Naomi, tienen razón. Aunque yo fui quien comenzó preguntándole, no estamos aquí para hacerle un interrogatorio a Kross, solo vinimos a pasar el rato con él, ¿recuerdas?"
Naomi parpadeó un par de veces antes de forzar una sonrisa.
Naomi: "Oh, claro, claro. No era mi intención molestar, solo tenía curiosidad."
No se escuchó del todo genuina, pero al menos la conversación parecía haber cambiado de dirección.
Red: (Bueno, eso fue más rápido de lo que esperaba.)
Blue: (Rosa, Stella y Fang no le dieron espacio para seguir con su jueguito. Menos mal, no tenía ganas de seguir escuchándola.)
Red: (Ahora solo queda ver cuánto más va a tratar de actuar como si todo fuera perfecto.)
El tiempo pasó mientras hablábamos de lo que cada uno había estado haciendo mientras la escuela seguía suspendida. Fue... más entretenido de lo que esperaba, exceptuando una parte.
Fang fue la primera en hablar. Contó que había aprovechado estos días para escribir nuevas canciones y cambiar algunas partes en las que aún estaba usando el doble bajo. Quería ajustar las líneas que faltaban para implementar la guitarra, en lugar de dejarlo completamente con la idea del terror morado. También mencionó que había estado con Trish y Reed planeando buscar un lugar para hacer un concierto, pero de momento solo estaban viendo qué canciones podrían tocar.
Después fue el turno de Stella. Conto que había pasado el tiempo haciendo una maratón de anime y que actualmente, estaba viendo Hunter x Hunter, aunque la versión antigua según ella. A mitad de su relato, me preguntó cuándo saldría del hospital. Le respondí que, con suerte, para cuando reanudaran las clases ya podría salir. Aprovechó el momento para invitarme a ver con ella la versión más reciente de ese anime, a lo que terminé aceptando. A la par, Rosa y Fang también se sumaron a la idea. Al hacerlo, noté de reojo a Naser, que parecía sorprendido cuando Fang aceptó unirse.
Rosa fue la siguiente. Contó que había pasado la mayor parte del tiempo ayudando a sus padres en casa. Entre limpiar, cocinar y encargarse de algunas tareas del hogar, también había estado ayudando en el campo. Regaba las plantas, recogía la fruta que ya estaba madura y se aseguraba de que todo estuviera en orden. Se notaba que estaba acostumbrada a un ritmo de vida activo, y por la forma en la que hablaba, parecía disfrutarlo.
Después fue el turno de Naser, quien explicó que había estado poniéndose al día con algunos estudios y tareas pendientes. También mencionó que había salido a trotar para no perder la forma y prepararse para lo que se venía en el club de atletismo en donde era el capitán y, de paso, aprovechó el momento para decir que había pasado bastante tiempo con Naomi.
Y en cuanto ella fue mencionada, tomó el control de la conversación.
Sin perder tiempo, Naomi empezó a hablar con entusiasmo sobre todas las cosas que había hecho con Naser en esos días. Contó cómo fueron a comer a tal lugar, cómo compraron esto y aquello, cómo habían ido a hacer tal otra cosa. Su tono era el mismo de siempre, ese aire de perfección cuidadosamente construido.
Mientras hablaba, miré de reojo las expresiones de los demás. Naser tenía una sonrisa embobada, completamente cautivado por lo que decía. Fang, por otro lado, se veía cada vez más irritada. Stella parecía incómoda, mientras que Rosa tenía una expresión que rozaba el aburrimiento.
Yo simplemente mantuve mi rostro neutral. Este melocotón estaba hablando sin parar, y poco a poco, la conversación estaba empezando a girar únicamente en torno a ella.
Después de lo que parecía una charla interminable y tortuosa, Naomi de repente dejó de hablar para revisar la hora en su teléfono. Su expresión cambió ligeramente antes de soltar un suspiro.
Naomi: "Oh, vaya, el tiempo pasó volando. Naser, tenemos que irnos. Ya sabes, tenemos planes."
Naser dudó por un momento antes de girarse hacia mí.
Naser: "Lo siento, Kross. Me hubiera gustado quedarme más tiempo, pero ya habíamos organizado esto desde antes."
Kross[B]: "No pasa nada. Vayan y disfruten lo que tengan planeado."
Mantuve mi tono relajado, pero internamente sentía un alivio inmenso de que finalmente se iban.
Red: (¡¡¡SE FUE!!!)
Blue: (¡Por fin!)
Antes de irse, Naser miró a Fang, quien hasta ese momento había estado cruzada de brazos con una expresión claramente molesta.
Naser: "Si quieres, dime cuando estés liste y voy a recogerte en el auto para llevarte a casa."
Fang simplemente le hizo un gesto con la mano sin siquiera mirarlo. Sin más, tanto Naomi como Naser se despidieron y salieron de la habitación.
El silencio reinó por unos segundos hasta que Fang dejó escapar un largo suspiro, pasando una mano por su rostro.
Fang: "Por fin se largaron esos dos entrometidos."
Rosa: "Vamos, no seas tan... directa."
Aun así, pude notar que su tono no tenía mucha convicción.
Rosa: "Bueno... pero no voy a mentir, ya me estaban cansando."
Kross[B]: "Lo mismo digo. Sentía que Naomi nunca iba a dejar de hablar."
Pero antes de que pudiera continuar, noté que las tres me miraban fijamente.
Red: (¿Y ahora qué les pasa…? Hay no...)
Blue: (Parece que llego el momento ¿no?)
Antes de que pudiera preguntarles qué ocurría, Rosa tomó la palabra con seriedad.
Rosa: "Aprovechando que ya no están esos dos... es hora de hablar en serio."
Kross[B]: "¿Sobre qué...?"
Rosa: "Sobre lo que realmente pasó el sábado."
Mi cuerpo se tensó por inercia.
Stella: "Queremos saber qué pasó en realidad, Kross. Nosotras estábamos en la enfermería cuando todo ocurrió, y cuando Spears vino a decirnos qué había pasado, apenas nos dio detalles."
Fang: "Solo nos dijo que el peligro ya había pasado y que podíamos irnos. Pero cuando preguntamos por ti, nos dijo que no podíamos verte porque te habían llevado a otro lugar. Luego, simplemente nos dijo que nos llamarían cuando pudiéramos saber más."
Rosa: “Y después solo nos llamaron para hablar de lo que paso ese día en un interrogatorio con una detective... Kross, ¿Nos puedes contar que sucedió?”
Me crucé de brazos, suspirando internamente. Sabía que este momento llegaría, pero, aun así, no tenía una respuesta clara sobre cuánto debía contarles.
Kross[B]: "No fue para tanto, chicas. En verdad no fue demasiado."
Intenté sonar tranquilo, casual incluso. No quería preocuparlas más de lo necesario, y, en el fondo, esperaba que simplemente dejaran el tema. Pero no fue así. Stella, quien usualmente tenía un tono más suave, me sorprendió al levantar la voz.
Stella: "¡¿No fue para tanto...?!"
Parpadeé, sorprendido por su repentina seriedad.
Stella: "¡Después de que te fuiste con esa cosa! ...no sabíamos qué pensar. Todo pasó demasiado rápido. Algo solo apareció de la nada, te agarró y te estampó contra la pared como si nada... y lo único que pudimos hacer fue ver desde lejos cómo te ibas con ella al estacionamiento..."
La voz de Stella comenzó a temblar, y con ella, sus manos.
Stella: "Pero... después cuando vimos el estado del estacionamiento en las noticias... No teníamos idea de qué te había pasado.... No sabíamos si estabas bien. No sabíamos nada. Estaba muy preocupada por ti."
No podía evitar mirarla con sorpresa. La Stella que conocía siempre tenía una energía optimista, alegre. Pero en este momento, la veía completamente distinta.
Kross[B]: "…Stella."
Su nombre salió de mis labios casi sin pensarlo.
Fang, que había estado en silencio hasta ese momento, tomó la palabra. Su tono era más controlado que el de Stella, pero igualmente pesado.
Fang: "La única información que conseguimos fue de la detective que nos interrogó… y lo único que nos dijo fue que estabas en el hospital."
Mientras hablaba, bajó la mirada, sus manos tomándose los codos opuestos con fuerza, como si intentara mantener su propia compostura.
Fang: "Y cuando preguntamos por ti, solo nos dijeron lo mismo a las tres al parecer..., que no podíamos verte. Que teníamos que esperar a que nos llamaran. No he podido descansar bien... solo pensando que algo así pudo ocurrir otra vez..."
Kross[B]: "...Fang."
No estaba acostumbrado a verle así. Fang siempre tenía una actitud desafiante, firme, como si nada le afectara realmente... pero ahora, simplemente parecía agotada.
Finalmente, Rosa se acercó un paso, su mirada seria pero llena de algo más.
Rosa: "Kross... cuéntanos que paso de verdad. ¿Qué fue lo que pasó en el estacionamiento?"
Me tensé de inmediato.
Rosa: "Esa cosa... apareció de la nada. Y fue directamente hacia ti. Ni siquiera nos miró. Solo a ti. ¿Por qué?"
Pude sentir su mano apoyarse suavemente en mi hombro. No había presión en su agarre, solo calidez.
Rosa: "Por favor, Kross. Necesito saber qué sucedió."
Su voz era firme, pero a la vez tranquila.
Red: (Mierda... esto se nos fue de las manos.)
Blue: (No sé si deberíamos decirles todo...)
Red: (Pero tampoco podemos seguir evadiéndolo.... Mira sus caras.)
Blue: (Lo sé...)
Me quedé en silencio, sintiendo la presión de sus miradas sobre mí, esperando una respuesta. ¿Qué debía hacer?
...
......
.........
Kross[B]: "No puedo contarles todo..."
Pude ver de inmediato cómo Fang fruncía el ceño y abría la boca para protestar, pero levanté una mano en su dirección, indicándole que esperara.
Kross[B]: "No es porque no confíe en ustedes ni nada de eso. Es porque quiero mantenerlas a salvo. Entre menos sepan, es mucho mejor."
Fang chasqueó la lengua y apretó los puños, claramente frustrade.
Fang: "¿Y qué? ¿Esperas que simplemente lo aceptemos sin más?"
Kross[B]: "No, por eso les voy a decir lo que pueda. No será todo, pero sí lo suficiente, les diré lo que paso cuando estaba en el estacionamiento con esa cosa. Si con eso les basta, entonces puedo hablar."
Hubo un momento de silencio. Las tres parecían considerar mis palabras. Rosa fue la primera en responder con un largo suspiro.
Rosa: "Si eso es lo mejor que puedes hacer... está bien."
Fang, aunque molesta, terminó cruzándose de brazos y apartando la mirada.
Fang: "Como sea."
Pero Stella.... Sus manos temblaban levemente mientras jugueteaba con sus dedos, la mirada baja, evitando cualquier contacto visual. Toda su postura me decía que estaba dudosa, nerviosa.
Kross[B]: "Stella..."
Ella se tensó al escuchar que la llamaba, pero no levantó la vista.
Kross[B]: "No te quiero ocultar cosas porque no seas importante para mí. Todo lo contrario. Todas ustedes son importantes para mí. Son mis primeras... amigas... en toda mi vida."
Mis propias palabras resonaron en mi mente con más peso del que esperaba. Nunca había tenido a alguien más allá de Spears y la tía Fang en años.
Stella dejó de jugar con sus dedos y, lentamente, levantó la cabeza para mirarme a los ojos, los cuales estaban brillosos, apunto de soltar alguna lagrima. Su expresión aún reflejaba cierta inquietud, pero después de unos segundos, asintió levemente.
Kross[B]: "Gracias..."
Red: (¿Y ahora qué? ¿Qué vas a contarles?)
Blue: (La mitad, a medias. No le podemos dar demasiados detalles, pero si como fue la pelea.)
Red: (… ¿En serio?)
Blue: (Sí. Algo es mejor que nada...)
Red: (...Suerte...)
Inspiré hondo y dejé que las palabras fluyeran.
Kross[B]: "Para empezar... no sé qué era esa cosa ni de dónde vino realmente. Lo único que sé es que sentí que algo iba mal antes de que apareciera. Fue un presentimiento, algo instintivo... por eso las aparte y lance hacia rosa y antes de poder reaccionar bien, ya me había estampado contra la pared."
Pude ver cómo Stella se encogía ligeramente al escuchar eso.
Kross[B]: "Cuando vi que Rosa salió lastimada, supe que no podía seguir allí. Si me quedaba, cualquiera de ustedes podría haber sido la siguiente. Por eso decidí llevarme a esa cosa lejos de ustedes y encargarme yo."
Rosa me miraba fijamente, analizando cada palabra. Fang seguía cruzada de brazos, pero ya no parecía tan a la defensiva. Stella aún tenía esa expresión difícil de leer, pero al menos ya no evitaba mi mirada. Esto apenas comenzaba.
Kross[B]: "Esa cosa... para empezar no eran para nada normal."
Podía sentir cómo el ambiente en la habitación se volvía cada vez más tenso, pero continué.
Kross[B]: "Fang, ¿recuerdas al tipo del auditorio el día del concierto? El que lleve al hospital."
Fang frunció el ceño de inmediato, su expresión volviéndose más dura.
Fang: "¿El imbécil que me insultó? Sí, claro que lo recuerdo. ¿Qué tiene que ver ese tipo?"
Kross[B]: "Bueno... sí crees que ese tipo era alguien problemático, la cosa con la que peleé era muchísimo peor. Era mucho más fuerte que él. Aunque al principio puedo decir que no fue tanto dilema, era sencillo para mí."
Rosa inclinó la cabeza con curiosidad.
Rosa: "¿A qué te refieres con ‘al principio’?"
Me giré ligeramente hacia ella.
Kross[B]: "A eso mismo. Al principio, parecía que yo tenía la ventaja... incluso llegue a pensar que había ‘ganado’, estaba prácticamente fuera... pero luego algo pasó. De un momento a otro, esa cosa se volvió más fuerte. Más resistente. Y ni siquiera yo era capaz de hacerle algo."
Las tres se tensaron casi al mismo tiempo.
Fang: "¿Qué quieres decir con que ‘ni siquiera tú’?"
Podía notar la incertidumbre en su voz, como si no quisiera saber la respuesta.
Kross[B]: "Creció. No solo en tamaño... sus músculos también aumentaron, y sus escamas se endurecieron, como si estuviera cubierto por una armadura más resistente. Mis golpes dejaron de hacerle daño, y sus ataques se volvieron aún peores. Cada vez que me llegaba, aunque sea un golpe, terminaba estrellándome contra un auto o un poste."
Stella dejó escapar un leve jadeo, llevándose una mano al pecho.
Stella: "Eso suena... horrible."
Asentí, frotándome levemente la muñeca, recordando el dolor punzante de aquel momento.
Kross[B]: "Lo peor fue cuando Spears llegó cerca de la escena. Apenas lo vi baje mi guardia un momento, la cosa aprovechó mi distracción... y me lanzó un golpe casi definitivo. Me mandó a volar de nuevo, y esta vez, cuando estaba en el suelo, me agarro de la pierna y empezó a azotarme una y otra vez contra el piso sin darme tiempo de hacer nada."
Las tres suspiraron al unísono, intercambiando miradas preocupadas.
Fang: "Mierda..."
Rosa no dijo nada de inmediato. Su expresión era más difícil de leer que la de Stella o Fang. No solo estaba frunciendo el ceño... había algo más en su mirada. Una mezcla de frustración, preocupación y, quizás, un leve rastro de enojo.
Se inclinó un poco hacia adelante, observándome con seriedad.
Rosa: "Después de todo eso... ¿qué pasó contigo o con esa cosa?"
Su tono no era exigente ni molesto. Era genuino. No respondí de inmediato. Algo en mi cuerpo se tensó, y aparté la mirada, incapaz de sostener la de ellas tres.
Silencio.
Hasta que Stella habló, su voz temblorosa, casi suplicante.
Stella: "Kross... por favor. Solo dinos qué pasó después."
No podía seguir evadiéndolo, pero tampoco podía decirles todo, a lo menos no puedo decirles que ataque a los detectives...
Kross[B]: "No... recuerdo mucho."
Me apresuré a levantar una mano, antes de que pudieran protestar.
Kross[B]: "No les miento. No sé qué pasó exactamente."
Podía sentir su confusión, pero continué antes de que dijeran algo más.
Kross[B]: "Puedo hacer algo... algo que, por un período de tiempo, me hace más fuerte. Pero a cambio, pierdo el control de ciertas cosas. No ‘veo’ bien lo que pasa a mi alrededor... y eso significa que puedo poner en peligro a quienes estén cerca."
Fang me miraba fijamente, como si estuviera procesando cada palabra con cautela.
Kross[B]: "Gracias a eso... logré incapacitar a esa cosa. Pero después de eso... me desmayé. Y aquí estoy ahora, pagando el precio por haberlo hecho."
Fang entrecerró los ojos.
Fang: "¿Qué quieres decir con ‘pagando el precio’?"
Solté un leve suspiro.
Kross[B]: "Mi cuerpo sufre las consecuencias. Cuando desperté aquí, tenía los músculos de los brazos completamente desgarrados... con varias fracturas en los huesos y otras cosas, por decirles algo, sobrepasé el límite que tiene mi cuerpo sobrecargándolo de esfuerzo. Si no fuera por el doctor, probablemente seguiría sin poder moverme bien."
El silencio volvió a llenar la habitación. Sus rostros reflejaban diferentes emociones: confusión, inquietud... y preocupación. No podía culparlas. Esto era demasiado, incluso explicándolo sin decir más de lo necesario.
Me aclaré la garganta y tratando de suavizar un poco el ambiente.
Kross[B]: "Miren... al final, todo salió bien... ¿No es así?"
Las tres seguían mirándome fijamente, con una intensidad que me hacía sentir como si estuviera en el banquillo de los acusados.
Kross[B]: "Escuchen, después de todo lo que pasó, lo importante es que ustedes están bien. Eso era lo único que me importaba en ese momento."
Hice una pausa, sintiendo la presión en el ambiente.
Kross[B]: "No quería que ninguna de ustedes terminara lastimada como Rosa por intentar hacer algo. Así que hice lo que tenía que hacer. Pero no fue tanto problema, de verdad. No fue para tanto. Podía soportarlo, apenas fueron... unos rasguños... ¿sí?"
Intenté sonreír un poco, restándole importancia.
Kross[B]: "Además, mírenme. Sigo aquí. Con algún que otro malestar, pero estoy bien. Se los aseguro... no se debieron preocup—."
No pude terminar la frase. Porque, antes de darme cuenta, Stella se lanzó sobre mí.
Kross[B]: "¿...Stella?"
Fue un impacto repentino, un golpe suave pero firme en el pecho que me hizo tambalearme ligeramente. Su abrazo era desesperado, y sentí cómo su cola se enroscaba alrededor de mi pierna, aferrándose con fuerza.
Su voz salió entrecortada, ahogada por las lágrimas.
Stella: "¡No digas eso por favor! ¡No puedes decir que no fue para tanto! ¡Que no nos preocupemos!"
Sus manos temblaban mientras se aferraba a mi camisa.
Stella: "Sabía que algo malo te había pasado, lo sentía... pero escucharlo directamente de ti, saber cómo te golpearon, cómo te lanzaban como si no fueras nada... el siquiera pensar lo que tuviste que pasar..."
No terminó la frase. Solo hundió el rostro en mi pecho, su agarre cada vez más fuerte. No sabía cómo reaccionar. Y antes de poder hacer algo, sentí un movimiento a mi lado.
Fang no se quedó atrás. Sin decir una palabra, se acercó y se sentó a mi lado en la cama. No me abrazó como Stella, pero sentí su mano apoyarse firmemente en mi hombro. Su agarre no era fuerte, pero tampoco era ligero.
Fang: "No puedo creer que estés diciendo esto."
Su voz era baja y tensa. No sonaba enojada, pero había algo en su tono que transmitía frustración.
Fang: "El simple pensamiento de esa cosa golpeándote, azotándote, y que aun así digas que no fue nada... Kross, ¿tienes idea de lo que sentimos cuando no supimos nada de ti? Nos tuvieron días sin decirnos nada. Solo nos dijeron que estabas en el hospital y que ya nos avisarían cuando pudiéramos verte."
Apretó los dientes, desviando la mirada mientras sus dedos se cerraban con más fuerza en mi hombro.
Fang: "Pero ahora que escuchamos esto... Ahora que sabemos cómo fue en realidad..."
Hizo una pausa, respirando hondo, y luego soltó un suspiro frustrado.
Fang: "Esto es completamente distinto. No fue solo un accidente, ni una pelea cualquiera. Fue algo que pudo haberte matado, Kross. Y ni siquiera ibas a contarnos lo que te sucedió."
No sabía cómo reaccionar.
El peso de ambas, de su angustia y frustración, se sentía como una carga sobre mis hombros. Era difícil encontrar las palabras adecuadas cuando ni siquiera estaba seguro de lo que debía decir.
Kross[B]: "Stella... Fang..."
Sus nombres salieron de mis labios en un susurro vacilante. Sentía cómo mi garganta se cerraba con cada segundo que pasaba.
Kross[B]: "En verdad... lo siento. Pero no debieron preocuparse tanto, solo nos conocemos desde hace un me—"
No terminé la frase. Un grito cortó mis palabras antes de que pudiera continuar.
Rosa: "¡No te atrevas a terminar esa frase, carajo!"
Me estremecí ante la intensidad de su voz. Nunca había visto a Rosa así.
Rosa: "¡¿Cómo mierda puedes ser tan pendejo, Kross?! ¡¿Cómo no te entra en la cabeza que nos preocupamos por ti?!"
Intenté abrir la boca para responder, pero Rosa no me dejó.
Rosa: "Sé que sigues ocultando cosas. Sobre lo que pasó, sobre ti... y puedo aguantarlo. No voy a presionarte para que hables de lo que no quieres. Pero lo que sí no pienso aguantar es que sigas diciendo que esto ‘no fue nada’."
Sus ojos ardían con una furia contenida.
Rosa: "¿Acaso... crees que no vales nada? ¿Qué tu vida no significa nada?"
No podía responder. No era solo Rosa.
Stella aún me abrazaba con fuerza, su cabeza apoyada en mi pecho, su cola enrollada firmemente alrededor de mi pierna como si temiera que fuera a desaparecer en cualquier momento. Fang mantenía su mano en mi hombro, sus dedos ligeramente tensos. No me miraba, su mirada estaba baja, perdida en el suelo, pero su agarre era firme.
Verlas así… sentirlas así…
Era un golpe mucho más fuerte que cualquiera que me hubiera dado esa cosa en el estacionamiento o cualquier prueba del recinto.
Red: (…Mierda.)
Blue: (Lo sé...)
Red: (¿Cómo esperaban que reaccionáramos a esto? ¡¿Qué se supone que digamos?! ...)
Blue: (No lo sé... No estamos acostumbrados a esto.)
Red soltó un gruñido molesto.
Red: (No, claro que no. ¿Cómo íbamos a estarlo? Diez años, diez malditos años en ese lugar de mierda. Nadie se preocupaba por nosotros. Nadie nos veía como algo más que un maldito experimento. ¡Y ahora tenemos a tres personas devastadas y gritándonos porque casi morimos, y no sabemos qué hacer con eso!)
Blue: (......Nos pasaron muchas cosas... Nos hicieron muchas cosas. Y ahora... esto.)
Había algo que dolía en mis palabras.
Blue: (Tal vez... tal vez ni siquiera sabemos lo que es que alguien realmente se preocupe por nosotros... nos pasó lo mismo con Spears y tía Fang cuan nos visitaron...)
...
Kross[B]: "...Lo siento..."
Mi voz salió apenas como un susurro, temblorosa, apenas audible. Rosa no pareció escucharme del todo.
Rosa: "¿Qué dijiste niño?"
Kross[B]: "...Lo siento." Esta vez, hablé más alto. "De verdad... lo siento."
Respiré hondo, sintiendo el peso en mi pecho volverse aún más denso, difícil de cargar.
Kross[B]: "No estoy acostumbrado a esto. A que alguien se preocupe así por mí... a que alguien me mire como si realmente importara."
Bajé la cabeza, incapaz de sostener la mirada de ninguna de ellas.
Kross[B]: "No es que no confíe en ustedes, es solo que... no sé cómo hacer esto. No sé cómo responder cuando alguien dice que le importo. No sé cómo actuar cuando alguien se enoja porque hice algo peligroso... porque siempre he estado solo. Desde que tengo memoria, siempre fue así. Y cada vez que pensaba que podría depender de alguien, cada vez que creía que podría confiar, terminaba lastimado."
Mi garganta se sentía seca. Las palabras salían torpes, desordenadas, porque ni siquiera estaba seguro de qué estaba diciendo.
Kross[B]: "Apenas hace unas cuantas semanas dos personas fueron las primeras en tratarme como algo más que un objeto. Y luego ustedes tres aparecieron y, de alguna forma, me incorpore a sus vidas, ahora están aquí, conmigo, enojadas, preocupadas... por alguien como yo."
Me llevé una mano al rostro, tratando de ocultar mis ojos, sintiendo el ardor en ellos.
Kross[B]: "Y lo peor de todo… es que no sé cómo responder a eso. Solo puedo decir que lo siento. Lo siento por preocuparlas. Lo siento por no poder contarles todo. Lo siento por ser como soy... hubiera sido mejor si jamás me hubiera acercado... que jamás las hubiera conocido..."
No supe cuánto tiempo pasó en ese silencio. Solo supe que, de un momento a otro, sentí un golpe seco en la cabeza.
Pum
Levanté la mirada, sorprendido, justo a tiempo para ver a Rosa con la mano aún levantada después de darme un coscorrón.
El golpe no fue fuerte, pero lo suficiente para sacarme de ese torbellino en el que mi mente se estaba hundiendo. Rosa me miraba con una mezcla de frustración y algo más que no podía identificar del todo.
Rosa: "¿Terminaste con toda esa mierda que acabas de soltar?"
Su voz no tenía rastro de burla. No era un reproche vacío. Era... algo más.
Rosa: "Porque ahora me toca a mí decirte un par de cosas."
Su tono era firme, pero no enojado. No era un grito, ni un regaño vacío. Era algo más profundo. Algo que venía desde dentro.
Rosa: "¿De verdad crees que puedes decidir cuánto vales para nosotras?"
Me quedé en silencio, sorprendido por la intensidad de sus palabras.
Rosa: "No nos importa cuánto tiempo llevamos conociéndote. No nos importa cuántas cosas no nos has contado. No nos importa qué tan complicado crees que es todo esto. Nos preocupamos por ti, Kross. Nos preocupamos porque eres importante para nosotras. ¿Tan difícil es entenderlo?"
Intenté abrir la boca para decir algo, cualquier cosa, pero Rosa no me dejó.
Rosa: "¿Cómo puedes hablar de esto como si no fuera nada? ¿Cómo puedes minimizar lo que pasó, lo que te hicieron? ¿Cómo puedes hacer que suene como si no importara?"
Sus manos se cerraban en puños a los costados, temblando ligeramente.
Rosa: "¿Acaso crees que no nos duele escucharte hablar así? ¿Crees que es fácil para nosotras escuchar como nuestro amigo estuvo siendo golpeado sin descanso y que lo digas como si fuera una simple caída?"
Mi cuerpo estaba tenso. No sabía cómo responder.
Rosa: "No quiero que nos lo cuentes todo. No quiero que nos digas lo que no puedes. Pero lo que sí quiero, lo que sí necesitamos, es que entiendas que nos importa lo que te pase. Y que cada vez que intentas restarle importancia, lo único que haces es hacernos sentir que no confías en nosotras."
Respiré hondo, tratando de procesar sus palabras, pero antes de que pudiera siquiera pensar en responder, Fang tomó la palabra.
Fang: "Rosa tiene razón."
Sentí su mano apretar mi hombro con más fuerza, aunque sin ser agresiva.
Fang: "No tienes que decirnos todo. No tienes que confiarnos tus secretos. Pero al menos ten la decencia de admitir cuando estás sufriendo."
Su voz no sonaba tan enojada como la de Rosa, pero tampoco era suave. Era una mezcla de frustración y genuina preocupación.
Fang: "No nos quedamos en la enfermería preocupadas solo porque sí. No pasamos días sin saber nada de ti sin razón. No nos dolió verte así solo por lástima. Nos dolió porque te apreciamos, porque eres nuestro amigo, porque… porque simplemente nos importas, joder."
Hizo una pausa, y por primera vez desde que comenzó a hablar, noté algo distinto en su expresión.
Fang: "No sé qué demonios te hicieron en el pasado, pero si piensas que puedes seguir enfrentando todo solo sin que nadie se preocupe por ti, estás jodidamente equivocado."
El agarre de Stella en mi pierna se aflojó un poco, pero no me soltó. Lentamente, levantó la cabeza de mi pecho y me miró directo a los ojos.
Stella: "Kross…"
Su voz era suave, casi un susurro, pero no temblaba tanto como antes.
Stella: "Por favor, deja de hablar como si fueras insignificante. Como si tu vida no valiera nada."
Sus ojos brillaban con una mezcla de tristeza y determinación.
Stella: "Porque para nosotras sí importas."
Me quedé completamente en silencio. Por primera vez en mucho tiempo, no tenía idea de qué decir. El peso de sus palabras seguía cayendo sobre mí como una avalancha. Y entonces, sin poder evitarlo, empecé a temblar.
Al principio fue leve, apenas perceptible, pero pronto sentí cómo mi garganta se cerraba, como si las palabras quedaran atrapadas dentro de mí. Me costaba hablar, me costaba siquiera respirar con normalidad.
Pero tenía que decirlo... ambos...
Kross[R]: "G-Gracias…"
Mi voz salió quebrada, casi un susurro, pero no me detuve.
Kross[B]: "Gracias… por ser mis amigas… por preocuparse por mí."
Apenas terminé de hablar, sentí un movimiento a mi lado. Rosa se acercó más, apoyando su mano en mi otro hombro, con ese gesto fuerte y firme que le caracterizaba. Fang, por su parte, suspiró suavemente y terminó por apoyar una de sus alas en mi espalda, sin soltarme.
Estaban ahí.
No era solo lo que decían, no eran solo palabras. Se sentían reales. La calidez de sus presencias, el contacto físico, la sensación de que realmente estaban aquí, conmigo...
Kross[B]: "S-Saben... dolió…"
No me di cuenta de que lo dije en voz alta hasta que lo escuché salir de mis propios labios.
Kross[R]: "Cada golpe que me daba…”
Kross[B]: “Cada vez que me lanzaba lejos...”
Kross[R]: “...Dolía mucho."
Ninguna de ellas habló, solo me escuchaban en silencio. No había prisa, no había presión. Solo estaban ahí, conmigo.
Kross[B]: "Pero ahora... todo eso...ya paso... y ahora estoy aquí, con ustedes... muchas gracias."
Me quedé quieto, sintiendo cómo el temblor en mi cuerpo comenzaba a disminuir poco a poco. No estaba solo. Por primera vez en mucho tiempo... realmente no estaba solo, había más personas a mi lado.
...
Pasaron algunos minutos en los que nadie dijo nada más. Finalmente, el ambiente comenzó a relajarse. Se sintió como si el aire en la habitación hubiera cambiado, volviéndose más ligero, más fácil de respirar.
Después de un rato, nos separamos y empezamos a hablar de cualquier otra cosa. Ninguna mencionó más lo que acababa de pasar. Era como si, tácitamente, con todas hubiéramos decidido que ya había sido suficiente por hoy.
Eventualmente, Fang revisó la hora en su teléfono y suspiró.
Fang: "Tal vez ya debería llamar a Naser... si no, va a empezar a joder con que me fui sola o estoy haciendo cualquier otra cosa."
Stella y Rosa también coincidieron en que probablemente ya deberían irse. El tiempo había pasado más rápido de lo que creíamos. Justo cuando estaban por irse, llamé la atención de Rosa.
Kross[B]: "Oye..., Rosa. ¿Puedes quedarte un momento? Quería pedirte algunas cosas… sobre jardinería y eso."
Ella se giró hacia mí con curiosidad, pero asintió de inmediato.
Rosa: "Claro, no hay problema. Stella, te alcanzo en la salida."
Stella me dedicó una última sonrisa antes de marcharse, seguida de Fang, quien aún tenía un dejo de preocupación en su mirada, pero no dijo nada.
Esperé a que ambas desaparecieran por la puerta antes de soltar un leve suspiro. Pasaron unos segundos de silencio antes de que hablara.
Kross[B]: "...Gracias. Y perdón otra vez, por lo de antes."
Rosa cruzó los brazos, mirándome con una mezcla de paciencia y firmeza.
Rosa: "No tienes que disculparte tanto, Kross. A veces solo necesitas que alguien te ponga los pies en la tierra, ¿sabes?"
Le dediqué una pequeña sonrisa, pero no dije nada. No era exactamente por eso que quería hablar con ella.
Kross[B]: "En realidad... lo de jardinería no era lo que quería pedirte."
Rosa levantó una ceja, claramente dándose cuenta de que había algo más.
Rosa: "¿Entonces? ¿De qué se trata?"
Dudé por un momento. No era fácil decir esto. No después de todo lo que había pasado hace unos minutos.
Kross[B]: "Es algo... más personal."
La expresión de Rosa cambió de inmediato. Su mirada se suavizó, y sin necesidad de más palabras, entendió que lo que venía no era una simple conversación casual.
Rosa: "Kross... No tienes que forzarte a hablar de esto. No después de lo que acaba de pasar."
Negué con la cabeza.
Kross[B]: "No, quiero hacerlo. Por lo menos contigo. Pero..."
Hice una pausa, asegurándome de que mis siguientes palabras fueran claras.
Kross[B]: "No quiero que se lo digas ni a Stella ni a Fang. No es que no confíe en ellas, pero... temo mucho su reacción."
Rosa no respondió de inmediato. Se quedó observándome, evaluándome. Finalmente, con un suspiro, se sentó a mi lado en la cama.
Rosa: "Está bien. Te escucho."
Tragué saliva, sintiendo mi garganta más seca de lo normal.
Kross[B]: "...Creo que sé de dónde vino esa cosa..."
El ambiente en la habitación se tornó más denso, pero Rosa no se movió ni dijo nada, esperando a que continuara.
Kross[B]: "No sé exactamente cómo llegó a la escuela, aunque creo que fue para buscarme a mí, pero... estoy seguro de que proviene de un lugar al que desearía no tener ninguna conexión..."
Mi voz sonaba más apagada. No podía decirle todo. No podía hablarle directamente del recinto, del laboratorio. Pero podía darle una pista, lo suficiente para que entendiera que lo que había enfrentado no era una simple coincidencia.
Kross[B]: "Y.... por esa misma razón, Rosa, es que yo soy... como soy. Por ese maldito sitio de mierda."
Pude notar cómo su cuerpo se tensó levemente, pero no con miedo, sino con algo más cercano a la preocupación.
Kross[B]: "Lo que puedo hacer, la forma en que reacciono, la manera en que... funciono. Todo eso... no es normal. Yo no era así. No nací así."
Dejé que el silencio se asentara entre los dos, esperando a ver cómo Rosa procesaba mis palabras. Rosa frunció ligeramente el ceño, su voz más baja y cuidadosa esta vez.
Rosa: "¿A qué te refieres con que... no naciste así?"
Me tomé un momento antes de responder.
Kross[B]: “Pase varios años en ese sitio que te menciono...y eso me cambio. Para explicártelo bien, tendría que hacer una demostración un poco más fuerte... pero en mi estado actual, no es una opción. Aunque te puedo mostrar esto."
Llevé mi mano al frente y la tensé ligeramente. En un instante, mis uñas se alargaron, afilándose en garras retráctiles.
Rosa se quedó en silencio, observándolas con atención.
Rosa: "…Kross, antes tenía algunas dudas, pero ¿tú... eres un híbrido?"
Su tono no tenía miedo, pero sí una cautela evidente. No la culpaba.
Kross[B]: "Es... complicado. Mucho más complicado que solo eso."
Dije aquellas palabras con una sonrisa amarga.
Kross[B]: "Nací siendo humano. Cien por ciento humano. Y ahora no se siquiera si pueda llamarme ‘Hibrido’..."
Me quedé viendo mis propias garras por unos segundos antes de relajarlas, dejándolas volver a su forma normal.
Kross[B]: "Pero de lo que estoy seguro es que ya no soy lo que era antes. Y la verdad... ya ni siquiera sé qué soy realmente después de lo que me paso. Pude enfrentarme a esa cosa por ese motivo. Por las cosas que me hicieron, pude ir a enfrentarme prácticamente sin miedo a esa cosa. Es por esa razón que digo que no fue nada, los golpes, las heridas... nada, porque para mí, sufrir era el pan de cada día."
Rosa no respondió de inmediato. Su expresión era difícil de leer. No era rechazo ni miedo, pero estaba claramente procesando lo que acababa de escuchar.
Kross[B]: "Hay más cosas que debes saber. Cosas sobre mí."
Tomé aire antes de soltar lo siguiente.
Kross[B]: "De primeras ni siquiera me llamo Kross, o mejor dicho no es mi verdadero nombre."
Pude ver cómo Rosa abrió un poco los ojos.
Kross[B]: "Mi verdadero nombre... quedó atrás. Olvidado. Enterrado. Solo soy Kross porque necesitaba una forma para que se refirieran a mí por un nombre.... Pero el que tenía antes... ya no existe, ese chico murió."
Un breve silencio se instaló entre nosotros antes de que Rosa hablara de nuevo, su tono esta vez más suave.
Rosa: "...Puedo preguntarte algo?"
Kross[B]: "Adelante."
Rosa: "Tus ojos. Son diferentes. A veces tienes un color en uno, a veces otro... y cuando cambian, tu forma de actuar también lo hace."
Se inclinó un poco hacia adelante, como si tratara de descifrarlo todo.
Rosa: "Eso también... ¿tiene que ver con ese lugar que mencionaste?"
Mi mirada se encontró con la suya.
Kross[B]: "Sí. Esa es la razón principal de eso."
Rosa esperó pacientemente a que continuara.
Kross[B]: "Ese lugar... casi me rompió. Mental y físicamente hablando. Llegó un punto en el que estaba al borde del colapso, antes de perderme a mí mismo. Pero, en un último intento por sobrevivir, mi mente... se dividió en dos."
La expresión de Rosa se endureció.
Rosa: "¿Es algo como... tener personalidad múltiple?"
Negué con la cabeza.
Kross[B]: "No. No es exactamente así."
Llevé una mano a mi sien, tratando de pensar en la mejor manera de explicarlo.
Kross[B]: "Es como si mi mente hubiera sido una sola pieza. Pero en algún punto, se partió en dos. No soy una persona con múltiples personalidades. Es más como si... existieran dos mitades de una misma moneda. Ambos... son ‘Kross’ técnicamente hablando."
Rosa se quedó pensativa, pero antes de que pudiera decir algo más, hablé.
Kross[B]: "Sé que es difícil de entender, así que te lo mostraré con poco más de detalle. Ahora mismo estarías hablando con una mitad, la del ojo azul, el más... ¿lógico? Por así ponerlo."
Me aseguré de que me estuviera mirando y luego, lentamente, cerré los ojos. Cuando los abrí de nuevo, el cambio ya había sucedido.
El ojo azul desapareció, dando paso a un rojo profundo en el otro ojo.
Kross[R]: "Ahora estás hablando con la otra mitad. El del ojo rojo, el que le gusta más las actividades en donde se requiera fuerza, como ayudando en el embellecimiento del campus o en la clase de E.F.… o el que se enfrentó a esa cosa."
Cerré los ojos una vez más, permitiendo que el cambio ocurriera. Cuando los abrí, el rojo en mi ojo izquierdo había desaparecido, dejando nuevamente el azul del ojo derecho apareciera en su lugar. Lo primero que hice fue observar a Rosa.
Seguía sentada a mi lado, pero su expresión había cambiado. Ya no había ni rastro de su usual confianza, ni la firmeza de su carácter fuerte. En su lugar, su mirada estaba llena de pensamientos enredados, tratando de encontrar sentido a todo lo que acababa de escuchar. Su mandíbula estaba ligeramente tensa, y sus cejas fruncidas, como si procesara cada palabra con el peso que merecía.
Red: (¿Habremos hecho lo correcto...?)
Blue: (No lo sé, Red... no lo sé)
Kross[B]: "Pensé que... al menos tú deberías saberlo."
Rosa levantó un poco la vista hacia mí, pero no dijo nada, esperando a que continuara.
Kross[B]: "No sé si sea lo correcto decirle a Fang, ya está muy complicada con sus cosas y no quiero agregar otra a su lista. Y por el otro lado, no sé cómo reaccionaría Stella si enterara de todo lo que te acabo de decir, no sé si, al final, querrá alejarse de mí cuando sepa lo que realmente soy."
Bajé un poco la mirada.
Kross[B]: "Pero tú... siempre me has parecido alguien con quien realmente puedas hablar. Alguien que enfrenta las cosas como son. Y después de lo que pasó cuando esa cosa llego de la nada... después de lo que hiciste, de cómo trataste de ayudarme sin importar ponerte en peligro... supuse que, si alguien tenía que saber más sobre mí, esa persona debías ser tú."
Rosa permaneció en silencio, sin moverse. Me mojé los labios y desvié la vista.
Kross[B]: "Y bueno... después de todo esto, si ya no quieres juntarte conmigo, oh siquiera hablarme..., lo entenderé...no te molest—"
No había terminado de hablar cuando sentí algo cálido envolviendo mi cuerpo.
No fue un abrazo breve ni incómodo. Fue un abrazo firme, real. Sentí su brazo derecho rodear mi espalda, mientras su mano izquierda se apoyaba en mi hombro con una presión reconfortante.
Rosa: "Jesús Raptor, Kross... ahora entiendo mejor por qué no querías contarnos nada."
Su voz sonaba pesada, cargada de emociones que ni siquiera ella parecía saber cómo manejar.
Rosa: "No puedo ni imaginar lo que pasaste. Lo que te hicieron. Pero, ¿sabes qué?"
Se separó un poco, solo lo suficiente para mirarme a los ojos, sin soltarme del todo.
Rosa: "No importa cómo seas. No importa de dónde vengas o qué te hicieron. Eres mi amigo, y eso no va a cambiar."
Hizo una pausa, como si midiera sus palabras antes de continuar.
Rosa: "Puedes tener garras, ojos que cambian de color, una mente dividida en dos o lo que sea. Me importa un carajo. Para mí sigues siendo Kross. Y no pienso alejarme solo porque descubrí algo más sobre ti."
Tomó aire, y esta vez su tono se suavizó.
Rosa: "Así que deja de pensar estupideces, ¿quieres, niño?"
Me quedé en silencio.
Este sentimiento... otra vez. Algo dentro de mí se aflojó, como si una tensión que no sabía que tenía hubiese desaparecido, me sentí... aliviado. Como la ves que les dije las cosas a Spears y a tía Fang...
Kross[B]: "Gracias, Rosa... por tus palabras. Por todo...gracias."
Rosa sonrió de lado, con ese aire confiado que la caracterizaba.
Rosa: "No es nada, niño."
Kross[B]: "Oye..., Rosa ¿puedo pedirte un favor?"
Rosa me miró con curiosidad, ladeando la cabeza.
Rosa: "Déjame adivinar... quieres volver a decirme que no le diga nada a Stella sobre lo que me dijiste hasta que lo hagas primero."
Asentí.
Kross[B]: "Sí, bueno... pero... también otra cosa."
Rosa arqueó una ceja, expectante.
Kross[B]: "¿Podrías dejar de llamarme ‘niño’?"
Rosa dejó escapar una carcajada ligera, llevándose una mano a la cadera.
Rosa: "¿Por qué? Después de todo lo que me dijiste... ¿eso te preocupa? ¿Qué tiene de malo?"
Kross[B]: "No lo sé... simplemente no me gusta. Se siente... como si fuera más bajo de lo que soy."
Rosa fingió pensarlo con seriedad, llevándose una mano al hocico.
Rosa: "Mmm… entonces… ¿qué tal 'cachorro'? ¿O ‘chiquillo?"
Rodé los ojos con fastidio.
Kross[B]: "Eso es aún peor."
Rosa sonrió con diversión y, sin previo aviso, levantó una mano y me revolvió el cabello.
Rosa: "Bueno, bueno... tranquilo, ‘hermanito’. Eso encaja mejor, ¿no crees?"
Me aparté ligeramente, tratando de arreglarme el cabello mientras la miraba con una expresión de derrota.
Kross[B]: "Eso sigue siendo un diminutivo."
Rosa encogió los hombros con una sonrisa satisfecha.
Rosa: "Sí, pero suena mejor."
Suspiré pesadamente, cruzándome de brazos.
Kross[B]: "No tiene sentido discutir contigo, ¿verdad?"
Rosa negó con la cabeza.
Rosa: "Nop, her-ma-ni-to."
Al final, simplemente asentí con resignación.
Kross[B]: "Está bien... como quieras, Rosa."
Rosa se levantó de la cama, estirándose un poco.
Rosa: "Bueno, ya debería irme. Stella seguro está aburrida de esperarme."
Comenzó a caminar hacia la puerta, pero antes de salir, se giró con una sonrisa burlona.
Rosa: "Nos vemos, hermanito."
Rodé los ojos con resignación, pero una pequeña sonrisa se formó en mis labios.
Kross[B]: "Nos vemos... hermana."
Rosa pareció sorprenderse un poco por la respuesta, pero su sonrisa se ensanchó antes de salir de la habitación.
...
Red: (Okay... entonces, ¿vamos a hablar de lo que paso en el día? Como sobre Naomi o fingimos que no pasó)
Blue: (No hay nada que fingir. No tiene sentido que después de cómo la mandamos a la mierda, de repente aparezca aquí con una sonrisa como si nada.)
Red: (Exacto. No sé qué pretende, pero no me trago ni por un segundo eso de que "organizó" la visita por pura amabilidad.)
Blue: (Lo peor es que sabemos que estuvo observándonos además de manipular ciertas cosas con Fang, como juntarnos a la hora del embellecimiento del campus... ¿Para qué? ¿Para qué aparece ahora con este teatro?)
Red: (O nos quiere joder de alguna forma o intenta hacer que confiemos en ella otra vez. En cualquiera de los dos casos, no me gusta nada.)
Blue: (No podemos hacer nada ahora… pero tampoco podemos bajar la guardia. Algo trama, eso es seguro.)
Red: (Maldito melocotón falso…)
Un breve silencio se instaló en mi mente.
Blue: (Dejando eso de lado… la charla con Fang, Stella y Rosa.)
Red: (...sí. No esperaba que termináramos así.)
Blue: (Yo tampoco. Sabía que tarde o temprano iban a pedir respuestas, pero… no imaginé que sería de esa forma.)
Red: (¿Te viste? Nos estaban gritando, abrazando, llorando por nosotros. ¿Cuándo mierda pasó eso? ¿Cuándo nos convertimos en alguien tan importante para ellas?)
Blue: (…No lo sé.)
Red: (Dijeron que éramos importantes para ellas. Que no era solo porque fuimos atacados o porque casi morimos... sino porque somos simplemente sus amigos. ¿Amigos, eh...?)
Blue: (Sí... amigos.)
Red: (Suena raro, ¿no? Como si fuera una palabra ajena a nosotros.)
Blue: (Nosotros nunca tuvimos eso antes, ni siquiera antes del secuestro. Nos acostumbramos a estar solos. Nos acostumbramos a que nadie se preocupara por nosotros, a que no nos vieran como un ser vivo. Spears y la tía Fang fueron los primeros... y ahora ellas tres también.)
Red: (Y mira cómo terminamos, con una Anquilosaurio gritándonos, una Stego llorando y un Ptero apretándonos el hombro como si fuéramos a rompernos en cualquier momento.)
Blue: (Porque para ellas, fuimos los que casi se rompen.)
Red: (...Maldita sea.)
Blue: (Sí...)
Red: (Y luego está lo de Rosa al final.)
Blue: (...eso fue un gran riesgo.)
Red: (No sé si fue buena idea decirle... pero al menos su reacción fue mejor de lo que esperaba.)
Blue: (No nos miró con miedo. No se apartó. No intentó huir ni cambiar de tema. Solo… lo aceptó.)
Red: (Y nos abrazó.)
Blue: (Sí... nos abrazó... pero de una manera distinta a como hizo Stella.)
Red: (.... ¿Nosotros? ¿Siendo abrazados por alguien que no sea Spears o la tía Fang? ¿Qué carajo está pasando últimamente?)
Blue: (Supongo que... estamos cambiando.)
Red: (...No sé si eso es bueno o malo.)
Blue: (Lo descubriremos en un futuro cuando pase.)
Red: (... como digas.)
Un suspiro escapó de mí mientras miraba por la ventana del hospital. Las cosas habían cambiado. No solo la relación con Rosa, Stella y Fang, sino también mi propia forma de verlas.
Amigas... que se preocupan tanto... por alguien como yo.
Nunca había pensado en la posibilidad de tenerlos... de pensar que llegarían a ese punto. Nunca había considerado que alguien pudiera preocuparse de verdad por mí. Pero ahora...
Kross[B]: ¿Qué me deparará cuando salga de este lugar...?
La pregunta quedó flotando en mi mente mientras continuaba observando el mundo afuera. Mañana sería otro día. Pero algo dentro de mí me decía que nada volvería a ser como antes.
...
...
...
Momentos antes con Stella y Fang.
Fang estaba recargada contra una de las farolas del estacionamiento, mirando su teléfono con impaciencia mientras esperaba que Naser llegara. Stella, por su parte, permanecía a su lado, abrazando su propio brazo, con la mirada perdida en el suelo.
El silencio entre ambas se prolongó por unos minutos antes de que Stella finalmente hablara, su voz apenas un susurro.
Stella: “Fang... ¿Cómo te sientes con todo esto?”
Fang dejó de mirar su teléfono y soltó un suspiro pesado antes de responder.
Fang: “No lo sé.”
Stella la miró de reojo.
Fang: “Es decir, ¿cómo se supone que debo sentirme? Primero nos asustamos por no saber nada de él, luego lo encontramos y resulta que estaba en una situación mucho peor de lo que imaginábamos. ¿Y encima tiene la cara de decirnos que ‘no fue nada’?”
Apretó el teléfono en su mano, además de tensar su mandíbula.
Fang: “Me da rabia. Me da rabia que hable así de sí mismo. Como si su propia vida no importara.”
Stella bajó la mirada nuevamente.
Stella: “Yo... tampoco sé qué pensar. El cómo no valora su seguridad...”
Fang giró levemente la cabeza hacia ella, esperando que continuara.
Stella: “Cuando nos contó las cosas... solo podía imaginarlo ahí, en el estacionamiento, enfrentándose solo a esa cosa. No puedo sacarme esa imagen de la cabeza... él golpeado, lanzado de un lado a otro sin que nadie pudiera hacer nada por él.”
Su voz se quebró un poco en la última parte. Fang suspiró otra vez, pasándose una mano por la cara antes de responder.
Fang: “Sí... fue horrible escuchar todo eso. Pero al menos ahora sabemos la verdad. O parte de ella.”
Stella la miró confundida.
Stella: “¿Parte de ella?”
Fang: “Vamos, Stella. Sabemos que Kross sigue ocultándonos cosas. No digo que nos esté mintiendo, pero tampoco nos contó todo.”
Stella guardó silencio por un momento, pero luego asintió lentamente.
Stella: “Sí... también lo noté.”
Fang se cruzó de brazos, mirando en dirección al hospital.
Fang: “Pero no importa cuánto trate de ocultarlo... No voy a dejar de preocuparme por ese bobo.”
Stella sonrió suavemente, con un toque de melancolía en su expresión.
Stella: “Sí... yo tampoco.”
El sonido de un motor acercándose interrumpió la conversación. Antes de reaccionar, Fang y Stella se miraron por un breve instante, como si ambas quisieran decir algo más. Sin embargo, el ruido del auto al estacionarse a unos metros las hizo romper el contacto visual.
Naser bajó la ventana y las saludó con una ligera sonrisa.
Naser: “Hey, perdón por la demora. Había más tráfico del que esperaba.”
Fang chasqueó la lengua, cruzándose de brazos.
Fang: “Ya era hora. Si lo llego a saber, me quedo adentro un rato más.”
Fang suspiró y, antes de abrir la puerta del auto, miró a Stella una última vez.
Fang: “Tenemos que hablar sobre la junta que tendremos una vez Kross salga de acá. Que no se te olvide.”
Stella asintió, sabiendo que podría disfrutar de un pasatiempo suyo con más personas.
Stella: “Lo sé. Hablamos después.”
Fang le hizo un leve gesto de despedida antes de subirse al auto, y en cuestión de segundos, este desapareció por la calle. Stella permaneció en su lugar, procesando todo lo que había pasado, hasta que escuchó unos pasos acercándose.
Rosa apareció a su lado, ligeramente agitada.
Rosa: “Lo siento, me tardé un poco.”
Stella se giró hacia ella y negó con la cabeza.
Stella: “No pasa nada. ¿Todo bien?”
Rosa sonrió con confianza.
Rosa: “Sí, mi hermanito tenía mucho que decirme.”
Stella parpadeó, confundida.
Stella: “¿Alguien de tu familia estaba ahí?”
Rosa la miró por un momento antes de reírse suavemente.
Rosa: “No no no, me refiero a Kross.”
Stella frunció ligeramente el ceño mientras ambas comenzaban a caminar hacia el auto de Rosa.
Stella: “¿Por qué lo llamas así?”
Rosa sonrió con un toque de gracia en su expresión.
Rosa: “Porque después de hablar un rato con él y que me pidiera que lo llamase de otra manera que no fuera ‘niño’... se me vino a la mente decirle ‘hermanito’. Además, que a él no le dio problema.”
Stella no respondió de inmediato, solo asintió lentamente mientras se subían al auto.
Rosa se veía tranquila, pero mientras Stella la observaba con más atención, notó algo en su mirada. No era algo obvio, pero estaba ahí. Antes de que Rosa encendiera el auto, Stella entrecerró los ojos y cruzó los brazos.
Stella: “Te conozco bien, Rosa. Sé que algo paso.”
Rosa se detuvo por un segundo, pero no dijo nada.
Stella: “Déjame adivinar... ¿tiene que ver con lo que hablaste con Kross?”
El silencio de Rosa fue suficiente respuesta. Stella suspiró.
Stella: “Porque dudo mucho que haya sido solo sobre jardinería como para que terminaras llamándolo ‘hermanito’.”
Rosa dejó escapar un leve suspiro antes de responder.
Rosa: “Kross... me dijo algunas cosas. Cosas importantes.”
Stella la miró con más interés.
Rosa: “Cosas que, por ahora, no puedo decirte. Kross me lo pidió directamente.”
Stella frunció el ceño.
Stella: “¿Por qué? Acaso Kross...acaso él no confía lo suficiente en mí como para decírmelo también.”
Rosa negó de inmediato.
Rosa: “No es eso, Stella. Todo lo contrario.”
Se giró un poco hacia ella, con una expresión más seria.
Rosa: “Él se preocupa mucho por cómo lo verás una vez te diga las cosas. Lo mismo con Fang. Lo que me dijo Kross es bastante serio, me dijo que tiene hasta miedo de que lo veas diferente, de que te alejes una vez sepas más cosas de él, así que... sé paciente con el... ha pasado por mucho”
Stella abrió la boca para responder, pero se detuvo. Quería que Rosa le dijera más, que le explicara qué quería decir con eso. Pero al final, suspiró y asintió.
Stella: “Está bien... si él decidió eso, lo respetaré. Se que me lo dirá cuando esté listo.”
Rosa sonrió un poco y asintió, finalmente encendiendo el auto para llevar a Stella a su casa. Mientras manejaba, habló con un tono más ligero, pero con cierto filo en sus palabras.
Rosa: “Igual deberías ser un poco más proactiva con Kross.”
Stella giró la cabeza hacia ella, sin entender al principio, pero cuando procesó sus palabras, sintió el calor subirle al rostro.
Stella: “¿Q-qué?”
Rosa miró de reojo su reacción y sonrió con diversión.
Rosa: “Digo, por si acaso. Puede que tengas competencia.”
El sonrojo de Stella se intensificó.
Stella: “¿¡C-competencia!?”
Rosa solo río suavemente mientras Stella se removía en su asiento, claramente más nerviosa de lo que esperaba.
Mientras Rosa hablaba, no perdió la oportunidad de observar cada reacción de Stella. El sonrojo en su rostro, la manera en que apartaba la mirada cada vez que el tema se inclinaba hacia Kross... e incluso cómo sus dedos jugueteaban con la tela de su falda, como si eso la ayudara a controlar su incomodidad.
Rosa sonrió con algo de diversión.
Rosa: “Sabes, Fang tenía reacciones similares.”
Stella parpadeó, sorprendida, y la miró con una mezcla de curiosidad y duda.
Stella: “¿En serio crees eso?”
Rosa asintió, manteniendo la vista en la carretera mientras manejaba.
Rosa: “Para empezar, también se sonrojó bastante al verlo sin polera. ¿No lo notaste?”
Stella abrió la boca para decir algo, pero la cerró de inmediato, recordando el momento en que entraron a la habitación sonrojándose un poco más.
Rosa: “Y luego está el gesto que hizo, cubriéndole la espalda con su ala. No sé tú, pero, aunque la situación era delicada, es un gesto raro viniendo de elle.”
Stella desvió la mirada hacia la ventana, claramente procesando la información.
Rosa: “Ah, y ni hablar de las miradas que le lanzaba, mientras hablamos de lo que habíamos hecho en el tiempo que suspendieron la escuela. No me hagas empezar con eso.”
Su tono era ligero, pero con cierto aire de complicidad.
Rosa: “Para rematar, ahora quiere juntarse con nosotras a ver una serie japonesa tuya. Eso no lo hubiera hecho la misma Fang meses atrás.”
Stella frunció un poco el ceño, como si quisiera encontrarle otra explicación a todo eso.
Rosa: “Te digo, Fang ha estado algo rara en estos últimos días. Y lo confirmé cuando estuvimos en el castigo de los jardines antes de que apareciera esa cosa.”
Tomó una pausa antes de soltar con un tono burlón:
Rosa: “Y parece que Kross es la razón de esos cambios.”
Stella se hundió más en su asiento, su cara aún roja. Rosa sonrió con satisfacción antes de rematar:
Rosa: “Así que, mija, ponte las pilas, o tal vez pierdas a tu hombre.”
Soltó una pequeña risa mientras Stella se cubría la cara con ambas manos.
Stella: “¡Rosa!”
Rosa solo río un poco más, disfrutando del momento. Aún avergonzada, Stella suspiró, tratando de calmarse. Por más que le costara admitirlo, Rosa tenía razón.
Aún con el rostro algo encendido, Stella murmuró:
Stella: “Igualmente... gracias.”
Rosa sonrió con satisfacción.
Rosa: “Para eso están las amigas.”
El auto continuó su camino mientras Stella desvió la mirada hacia la ventana. Observó cómo las calles pasaban a su lado, los edificios, las luces…
Su mente, sin embargo, estaba en otra parte. En un chico de ojos de distinto color y una actitud densa como una roca.
...
...
...
A las afueras de Volcadera.
La noche se extendía sobre Volcadera Bluffs, oscura y silenciosa, con un cielo despejado que dejaba a la vista un manto de estrellas brillando con intensidad.
A lo lejos, las luces de la ciudad aún resplandecían, pero aquí, en la carretera desierta que cruzaba las afueras, la única fuente de luz era la luna y los faros de una motocicleta avanzando a buen ritmo.
El motor rugía suavemente, cortando el silencio de la noche mientras su conductor se adentraba cada vez más en la oscuridad. Tras recorrer varios kilómetros, el piloto divisó un punto a la distancia. Aun con la poca luz que le ofrecía la luna, sus ojos pudieron reconocerlo.
Sin dudarlo, redujo la velocidad hasta detenerse a un costado del camino. Se quitó el casco y sacudió un poco la cabeza, dejando al descubierto su melena desordenada.
El sujeto observó el lugar a lo dejos frente a él con una expresión calculadora.
Abe: "Bueno... espero que este sitio sea tan interesante como menciono Cass."
Con calma, comenzó a apartar la motocicleta dejándola lista para escapar en cualquier momento, asegurándose de ocultarla entre la maleza cercana. Luego, sacó algunas cosas de su equipaje y echó un último vistazo al misterioso destino que lo esperaba.
Fin del capítulo 10.
Notes:
Creo que se me alargo un poco la visita y no alcance a colocar el regreso a la escuela, pero bueno, el próximo será protagonizado por el ludópata/pirómano del grupo CHNO. Donde posiblemente meta a 'otra' cosa. Pero para eso necesito pensarla bien.
Para el tema de datos extras, en el anterior puse mas o menos las características de la munición ocupada por el grupo CHNO. Así que aprovechare para describir las armas de Cass y Surge.
1.- Pistolas de Cass ("Ebo" e "Ivo")
Tipo de arma: Pistolas de energía cinética con ajuste de potencia.
Munición: Cartuchos de CB configurables.
Las pistolas de Cass pueden modificar la cantidad de CB utilizada por disparo, lo que permite ajustar la potencia y la cantidad de munición disponible en cada cargador.Modo estándar: Balance entre potencia y cantidad de disparos.
Modo de alta potencia: Dispara proyectiles de mayor fuerza cinética, capaces de atravesar materiales densos. Cuanto mayor es la potencia configurada, menor es la cantidad de disparos disponibles (máximo de 4 disparos con potencia equivalente a un rifle antimaterial).
Modo de dispersión: Reduce la potencia por disparo pero incrementa la velocidad de disparo, permitiendo mayor control en enfrentamientos rápidos.2.- Arma de Surge ("Ember")
Tipo de arma: Guanteletes semiautomáticos de impacto con munición integrada.
Munición: Cartuchos de CB especializados en ráfagas de proyectiles de corto alcance.
Los guanteletes Ember están diseñados para el combate de corto alcance, combinando golpes cuerpo a cuerpo con disparos de alta velocidad. Funcionan como una fusión entre armas de fuego y potenciadores físicos, permitiendo a Surge alternar entre ataques cuerpo a cuerpo y ráfagas de proyectiles sin perder movilidad.Modos de uso:
Modo de Impacto Potenciado:
Los disparos se sincronizan con los golpes, permitiendo que cada impacto de Surge tenga una fuerza multiplicada.
La munición es liberada en el momento del golpe, aumentando el poder destructivo.Modo de Disparo Rápido:
Puede disparar proyectiles de corto alcance en sucesión rápida, como una escopeta Semiautomática.
Se usa principalmente para distancias cortas y para mantener a raya a los enemigos.Modo de Propulsión:
Al descargar la munición en un solo punto, genera un retroceso controlado que le permite aumentar su movilidad.
Puede impulsarse en cualquier dirección, mejorar la velocidad de sus golpes o incluso cambiar de posición en el aire.En el próximo capitulo me tocara describir el arma de Abe, agradecimientos como siempre a Dardragun707, a SrSenior, a Patata y a Xomy90. Y acá uno que llega acá al final y a cada uno que comenta. Nos vemos en el próximo capitulo. :D
Chapter 11: Infiltración
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Abe minutos atrás.
Desde que me dijo Cass, había estado buscando pistas sobre este maldito lugar, pero todo lo que había encontrado era un gran vacío. No existían registros oficiales, ni mapas satelitales detallados, ni siquiera rumores perdidos en foros oscuros de la red. Era como si este sitio nunca hubiera existido, como si alguien se hubiera tomado la molestia de borrar cualquier rastro de su presencia.
Y, sin embargo, algo no encajaba. Si este lugar no existía, entonces ¿por qué había encontrado un desvío en los registros de tráfico?
No era un documento secreto ni un testimonio oculto, pero sí un pequeño patrón en la ruta de suministro de una empresa privada. No tenía un nombre visible ni coordenadas exactas, pero sus entregas eran regulares y terminaban en un área que, según todos los registros oficiales, estaba completamente vacía. Para cualquiera que lo viera, no significaba nada.
Para mí, lo significaba todo.
Ese pequeño detalle me trajo hasta aquí, hasta este sitio en medio de la nada, con kilómetros de distancia separándolo de cualquier civilización. El viaje había sido largo y había drenado una cantidad decente de combustible, aunque todavía tenía lo suficiente para regresar. Sin embargo, mientras ajustaba el visor de mi casco y observaba la vasta extensión vacía frente a mí, una pregunta me golpeó con más fuerza que el viento nocturno.
Abe: (¿Cómo carajos Kross logró llegar hasta Volcadera completamente solo?)
A lo largo de todo el trayecto no había visto una sola estación de servicio, un solo refugio, un solo puto rastro de civilización. No había caminos que unieran este sitio con una autopista principal, no había transporte accesible, y mucho menos rutas de escape seguras. Entonces, si este sitio tiene una conexión con el..., ¿cómo lo hizo?
Sacudí la cabeza. No era momento de distraerme con eso.
Respiré hondo y bajé de la moto, empujándola con cuidado hacia un grupo de árboles a la orilla del camino. Me aseguré de cubrirla con ramas y hojas secas para que no llamara la atención, aunque dudaba que alguien patrullara esta zona de noche. Si mi intuición era correcta, este sitio no era un simple edificio abandonado; su protección no se basaba en hombres armados patrullando el exterior, sino en la discreción absoluta.
El plan que tenía era prácticamente simple.
- Primer paso: Evaluar el área para escabullirme dentro.
- Segundo paso: Descubrir la mayor cantidad de información sobre lo que oculta este sitio.
- Tercer paso: Llevarme lo que encuentre necesario.
- Cuarto paso: Irme sin levantar sospechas.
- En caso de que me descubran... irme al carajo. Cass fue bien clara en esto último.
Avancé a pie, manteniéndome agachado mientras rodeaba la supuesta instalación. A primera vista, parecía un almacén industrial más, de esos que las compañías abandonan y dejan a su suerte. Sin torres de vigilancia, sin cercas electrificadas, sin drones de seguridad sobrevolando el perímetro, ni siquiera una simple cámara en el exterior. Demasiado simple.
Esa normalidad era lo que me ponía más en guardia.
El silencio era absoluto, roto solo por el viento que soplaba entre la maleza. Me moví con cautela, asegurándome de no hacer ruido. Llevaba un bolso colgado al hombro, pequeño pero lo suficientemente útil para lo que tenía en mente. También tenía algunas cosas guardadas en los bolsillos de mi chaqueta o el que tenía en la pierna, herramientas que podrían ser útiles más adelante.
Abe: (Cass me dijo que tuviera cuidado, que no hiciera locuras... Pero no puedo irme de este lugar sin dejarles un regalito.)
Le di un par de golpecitos al bolso, como si con eso confirmara mi plan en mi cabeza.
Regresé mi atención al edificio, escaneando el área en busca de una entrada discreta. Fue entonces cuando lo vi.
Abe: (Una puerta lateral.)
Pequeña, oxidada en los bordes, oculta parcialmente por la maleza. No tenía cerraduras visibles ni cámaras apuntando hacia ella. A primera vista, parecía una entrada en desuso.
Pero cuando me acerqué, noté algo...casi minúsculo.
Los bordes del marco tenían marcas irregulares, como si alguien hubiera forzado la puerta desde adentro. Me agaché y pasé los dedos por la base de la entrada, sintiendo la ligera diferencia en la textura. Alguien había salido por aquí.
No era reciente, pero tampoco tan antiguo como para que las marcas se hubieran desvanecido por completo. Y si había un punto de escape...
Un escalofrío recorrió mi espalda.
No podía probarlo, pero una sensación en el pecho me decía que este era el camino que Kross había tomado en el pasado... si tuviera alguna conexión... puedo deducir que por aquí escapo...
Inspiré hondo, apoyando una mano contra la puerta mientras analizaba mis opciones. Si Kross había logrado salir por aquí, entonces este lugar tenía una vía de escape que tal vez aún estaba operativa.
Con extremo cuidado, empujé la puerta. Crujió un poco, pero cedió sin resistencia. Un pasillo oscuro se extendía más allá de la entrada, descendiendo en una leve pendiente. El aire olía a metal y humedad, y el polvo en el suelo estaba alterado en algunas zonas.
Bajé el ritmo, asegurándome de no dejar rastro. Avancé con pasos controlados, manteniéndome pegado a la pared. A cada metro que recorría, la atmósfera cambiaba. El contraste entre el exterior y el interior del recinto era brutal. Afuera, todo parecía en ruinas, diseñado para parecer un edificio olvidado. Pero aquí dentro...
Era como entrar en otro mundo.
Las paredes de concreto desnudo dieron paso a una estructura pulcra, limpia hasta un nivel inquietante. El suelo era impecable, sin una sola grieta o mancha. Esto no era una instalación abandonada.
Era un lugar en funcionamiento. Y lo peor de todo: no estaba solo.
Al abrir un poco la puerta al otro extremo de este pasillo. Arriba, en las esquinas, justo en las esquinas, vi el reflejo tenue de luces rojas intermitentes. Cámaras de seguridad.
Me detuve en seco, evaluando su movimiento. Giraban en intervalos predecibles, cubriendo la zona en un patrón bien organizado. No estaban colocadas de manera aleatoria; alguien había pensado cuidadosamente en dónde instalarlas.
Abe: (No me van a dejar pasar, así como así.... Evadirlas sería complicado, y si las corto directamente, levantaré sospechas.)
Si me captaban, lo más probable es que no tardara en haber una respuesta. Y aunque no había visto patrullas de seguridad, dudaba que este sitio estuviera indefenso.
Fruncí el ceño y retrocedí con cuidado, volviendo sobre mis pasos hasta la puerta de entrada. Necesitaba un plan B.
Miré hacia arriba. Si no podía moverme por los pasillos sin ser detectado, tal vez la respuesta estaba sobre mi cabeza. Y ahí los vi... conductos de ventilación y de la nada me llego mi revelación.
El techo.
Si lograba encontrar una manera de subir, podría ver la distribución del lugar desde lo alto. Además, si había sistemas de ventilación o conductos de mantenimiento, tal vez encontraría un acceso desde arriba que me permitiera colarme sin activar las alarmas.
Abe: (Bien, cambio de estrategia.)
Tomé aire cerrando la puerta devolviéndome por el pasillo y, cuando llegué a la salida, en lugar de cerrar este acceso por completo, la dejé entreabierta. Nunca estaba de más tener una vía de escape lista. Ahora tenía que subir.
Mi mirada recorrió el edificio en busca de un punto de apoyo. No tardé en encontrarlo: una serie de tuberías gruesas recorrían el costado del complejo hasta la parte superior. No parecían diseñadas para soportar peso, pero si me movía con suficiente control, podría evitar que se rompieran o hicieran demasiado ruido.
Abe: (Bueno, nada que no haya hecho antes.)
Flexioné las piernas y me impulsé hacia arriba, enganchando las manos en la primera tubería. Me deslicé hacia un lado, asegurándome de distribuir mi peso uniformemente. Con movimientos calculados, comencé a trepar, apoyándome en salientes y grietas del muro para reducir la tensión sobre los tubos.
El ascenso fue rápido y silencioso. En menos de un minuto, ya estaba en la azotea.
Me tomé un momento para analizar el entorno. El techo era amplio y liso, sin muchas estructuras que pudieran servir de cobertura. No había cámaras visibles, lo cual seguía siendo sospechoso, pero no descartaba la posibilidad de sensores ocultos o alarmas de movimiento.
Pero lo que más me interesaba eran los conductos de ventilación.
Había tres en mi rango de visión, cada uno con una entrada lo suficientemente grande como para que pudiera colarme junto a mi bolso. Sin embargo, no tenía idea de a dónde llevaban.
Abe: (Vale... no hay mucho con qué trabajar.)
Pude haber intentado adivinar cuál llevaba a un área útil... pero había un método más confiable. Un viejo cantico que nunca me ha fallado hasta ahora. Incluso cuando descubrí a esos bastardos que experimentaban con la resina, este salmo me sirvió.
Abe: (Si el destino lo quiere así...)
Extendí una mano y comencé a recitar con un tono apenas audible:
Abe: "Uno, dos, tres, la suerte dirá cuál es." Izquierdo... "Cuatro, cinco, seis, espero que no me atrapen esta vez." Derecho... "Siete, ocho, nueve, el que salga, ese pro-ba-re." Y...
Mi dedo terminó apuntando al conducto en el centro. Observé la estructura por un momento, verificando que la rejilla estuviera asegurada con tornillos normales y no con algún mecanismo de seguridad. No vi nada fuera de lo común.
Abe: (Pero antes, un pequeño detalle…)
Saqué una pequeña herramienta multiusos de mi chaqueta y me acerqué primero a los otros dos conductos. Trabajando con rapidez, pero sin perder precisión, retiré las rejillas y deslicé con cuidado dos pequeños paquetes del tamaño de una mano dentro de cada uno.
Explosivos compactos, diseñados para detonarse a distancia.
Nada demasiado grande, pero suficiente para causar una distracción si la necesitaba. Me aseguré de que se deslizaran sin hacer mucho ruido, ocultos en las sombras del conducto, antes de volver a poner las rejillas en su sitio, dejando todo como si no hubiera sido tocado.
Solo entonces volví mi atención al conducto que había elegido el destino.
Abe: (Que sea lo que tenga que ser.)
Rápidamente, quité los tornillos de la rejilla con la misma herramienta y la deslicé a un lado sin hacer ruido. Me aseguré de que el metal no produjera sonidos innecesarios antes de meterme dentro y comenzar a avanzar con cautela.
El interior era angosto, pero aún tenía espacio suficiente para avanzar con cierta comodidad. El metal bajo mí crujía levemente con cada movimiento, así que regulé mi peso para minimizar el ruido.
A medida que avanzaba, comencé a espiar por las rejillas de ventilación. Los pasillos que alcanzaba a ver tenían la misma estética clínica y pulcra que la entrada. Fríos, calculados, con puertas cerradas y paneles de acceso digitales. Pero no estaban completamente vacíos.
De vez en cuando, veía a alguien cruzar rápidamente de un lado a otro. Hombres y mujeres vestidos con batas de laboratorio, algunos sosteniendo tabletas electrónicas, otros simplemente caminando con prisa. Y uno que otro guardia monitoreando los pasillos.
Pero lo que más me llamó la atención fue otra cosa. Todos eran humanos. Fruncí el ceño ante ese detalle, pero lo dejé de lado por ahora. Me moví con cautela, asegurándome de no hacer ruido mientras continuaba mi camino.
Pasé por encima de una habitación donde dos personas estaban hablando en voz baja. Me detuve y acerqué el oído.
No podía captar cada palabra, pero escuché lo suficiente.
¿?1: “...el sujeto Neo ha mostrado avances notables...”
¿?2: “Ciertamente, aunque aún está lejos de alcanzar el rendimiento de Gamma, a lo menos tiene una mejor apariencia. Aunque sigue teniendo rasgos de un escamoso.”
¿?1: “No podemos esperar milagros. Su desarrollo es estable, y por ahora, eso es suficiente...”
No dijeron mucho más, al menos nada que pudiera entender sin contexto.
Abe: (Sujeto Neo… Gamma… ¿de qué mierda están hablando?)
El tono de la conversación era profesional, casi indiferente. Como si hablaran de Objetos desechables en lugar de personas. El nombre ‘Gamma’ me hizo ruido por alguna razón, pero no tenía tiempo para quedarme a escuchar más.
Seguí mi camino no sin antes dejar un regalo también aquí, arrastrándome en silencio hasta que finalmente encontré lo que necesitaba. Una sala con múltiples monitores y un panel de control.
Abe: (¿Sala de seguridad? Ahora estamos hablando.)
Pero había un problema. Dentro, sentado frente a los monitores, había un hombre revisando las cámaras de vigilancia.
Abe: (Mierda... Esto complica las un poco las cosas...)
No podía simplemente dejarlo pasar. Si quería moverme con más libertad dentro del complejo, tenía que neutralizar la vigilancia primero.
Exhalé lentamente, manteniéndome inmóvil mientras analizaba la situación. El guardia estaba completamente concentrado en las pantallas, revisando las cámaras con una expresión aburrida. Pero nuevamente me llamo la atención una cosa, el guardia era un humano.
Abe: (Esto lo hace más sencillo... No es un dino, así que no tendrá fuerza extra ni sentidos mejorados. Solo tengo que ser rápido. Aunque sigue siendo raro que no haya ningún dino acá.)
Con extremo cuidado, aflojé los tornillos de la rejilla, asegurándome de que no hicieran ruido al girarlos. La sostuve firmemente para evitar que cayera y la deslicé con suavidad a un lado. Luego, me acomodé en la apertura, midiendo la distancia al suelo.
El guardia cambió de postura, inclinándose hacia adelante para ajustar una de las pantallas. Vi mi oportunidad.
En un solo movimiento, me dejé caer del conducto.
Caí con las rodillas flexionadas, absorbiendo el impacto sin hacer ruido, para después desplazarme rápidamente hacia el sujeto. Para cuando el guardia comenzó a girarse en su silla, ya era demasiado tarde.
Antes de que pudiera reaccionar, cerré mi brazo alrededor de su cabeza y cuello en un agarre implacable. El hombre luchó por un instante, tratando de forcejear, pero apliqué presión en el punto exacto, forzando su cuello en un ángulo preciso.
Crack.
El cuerpo del guardia se desplomó. No estaba muerto, pero ahora no se movería en un buen rato. Lo sostuve unos segundos más, asegurándome de que estuviera inmóvil, antes de soltarlo y dejarlo caer suavemente al suelo.
Abe: (Después de tantas veces que me paso, es fácil aplicarlo...)
Sin perder tiempo, me giré hacia el panel de seguridad. Ahora venía la parte interesante.
Me acomodé en la silla del guardia, apoyando los codos sobre el panel de control mientras mi mirada recorría los múltiples monitores. La instalación estaba repleta de pasillos idénticos, con paredes blancas impecables y puertas selladas con paneles digitales. Cada sección parecía estar diseñada para ser confusa, una trampa para cualquiera que no conociera su estructura.
Abe: (Bien… veamos qué tenemos aquí.)
Comencé a observar con más detenimiento, tratando de crear un mapa mental del lugar. Me concentré en la disposición de los pasillos, identificando los puntos clave:
— Salidas principales: Claramente bloqueadas con medidas de seguridad. No serían una opción.
— Rutas alternativas: Algunas puertas parecían tener menos seguridad que otras, probablemente accesos a áreas de menor prioridad.
— Zonas con movimiento: Los científicos que había visto antes se movían por ciertas secciones con más frecuencia, lo que indicaba áreas activas de trabajo. También un par de guardias, no me tomo mucho ver cierto patrón que usaban para patrullar, así que no sería mucho problema evadirlos.
— Posibles estaciones de guardias: Aunque la instalación no estaba llena de seguridad armada, de vez en cuando podía observar una figura con uniforme saliendo de ciertas salas.
También estaban las cámaras que apuntaban a la puerta lateral por la que entre por primera vez, con eso ya me queda claro por donde me puedo ir.
Abe: (Esto no es una base militar, pero tampoco está desprotegida... Lo suficiente para mantener lejos a los curiosos.)
Tras varios minutos de observación, algo captó mi atención. Una sala distinta al resto.
Las cámaras mostraban un cuarto más amplio, lleno de equipo especializado, cables, y una mesa en el centro. Algo o alguien estaba sobre ella. La imagen no era lo suficientemente clara para distinguir detalles, pero sentí un escalofrío en la espalda. Ese lugar tenía importancia.
Abe: (Parece que tenemos un ganador.)
Ahora venía la parte difícil. Llegar ahí sin ser detectado.
Podía desactivar las cámaras, pero eso levantaría sospechas de inmediato. No sabía cuántos guardias tenía este sitio, pero era lógico asumir que había varias estaciones de seguridad estaban colocadas de manera estratégica, y si alguien notaba que las cámaras estaban fuera, alertarían a todos rápidamente.
Me incliné hacia atrás en la silla, cruzando los brazos mientras pensaba en una solución. Necesitaba moverme sin llamar la atención.
Abe: (Necesito una coartada... Algo que me permita caminar por ahí sin que nadie se pregunte qué hago.)
Me giré hacia el guardia inconsciente en el suelo.
Abe: (Tal vez ya la tenga.)
Me levanté de la silla y me acerqué al tipo. Me arrodillé junto a él y comencé a revisar sus bolsillos con rapidez y precisión. No encontré un arma del futuro, pero si un taser que al parecer estaba modificado, lo que confirmaba que este lugar no era estrictamente militar. Así que por si acaso lo guarde en el bolso. Además de eso tenia una radio que la deje donde la encontré.
Abe: (Interesante... con esto puedo confirmar que si sospechan eso alertaría a todos los guardias...genial...más presión.)
Finalmente, encontré algo útil: un pase de seguridad.
Lo sostuve entre los dedos y lo inspeccioné. Llevaba el nombre del guardia, junto con un código y un nivel de acceso. No parecía de alto rango, pero era mejor que nada.
Abe: (Bueno, amigo, voy a necesitar esto.)
Miré al tipo en el suelo, luego su uniforme.
Abe: (Ya que estamos en esto... también necesitaré tu ropa.)
Sin perder tiempo, comencé a desvestir al guardia, moviéndolo lo menos posible para evitar ruidos.
Le quité la chaqueta de seguridad, el pantalón y las botas. Doblé mi propia chaqueta y la guardé en mi bolso, junto con mis zapatillas. Las botas del guardia me quedaban un poco ajustadas, pero servirían.
Abe: (No es el disfraz más cómodo, pero es mejor que nada.)
Antes de alejarme, saqué un par de ‘regalos’ del bolso y los coloqué discretamente detrás de los monitores de seguridad. Si las cosas salían mal, al menos me aseguraría de que el caos cubriera mi escape. Me puse la chaqueta del guardia con su gorra y guardé su tarjeta en uno de los bolsillos.
Abe: (Hora de ver si esto funciona.)
Respiré hondo y me acerqué a la puerta, preparando mi siguiente movimiento. Use la tarjeta del guardia para abrirla, al parecer tenía un panel tanto dentro como fuera. Mantuve mi ritmo al salir de la sala de seguridad, avanzando con la naturalidad de alguien que tenía un propósito claro.
Si actuaba como si perteneciera aquí, la mayoría de las personas ni se molestarían en mirarme dos veces. Y como no había nadie en la sala de seguridad por un rato, tenía algo de tiempo antes de que pasara algo. Y cuando active los regalitos que deje, no dejaran ningún rastro que les sirva.
El mapa mental que había hecho con las cámaras me guiaba por los pasillos. Solo tenía que seguirlo y llegar hasta la sala donde vi a esa persona en la mesa. No era un plan perfecto, pero funcionaba.
El ambiente seguía igual: frío, estéril, completamente artificial.
A medida que avanzaba, noté a un científico caminando en mi dirección. No me miró, solo iba concentrado en una tableta que sostenía con ambas manos.
Pero no fue él lo que llamó mi atención. Fue lo que llevaba en el bolsillo.
Apenas visible, sobresaliendo de su bata, estaba una tarjeta de acceso. Parecida a la que le quité al guardia... pero de un nivel superior.
Abe: (Bueno, bueno... mira lo que tenemos aquí.)
No sabía exactamente qué puertas abriría esa tarjeta, pero si tenía un rango más alto, entonces seguramente me ayudaría a moverme con más libertad.
La oportunidad era demasiado buena para dejarla pasar.
Calculé la distancia mientras seguía caminando. Tenía que hacerlo rápido y sin errores. A medida que nos cruzábamos en el pasillo, aflojé la mano y la mantuve relajada a mi costado.
Los pasos se sincronizaron. Cuando pasé junto a él, deslicé los dedos con precisión quirúrgica, apenas rozando la tela de su bata. En una fracción de segundo, la tarjeta pasó de su bolsillo a mi mano.
No hubo tirones bruscos, ni movimientos torpes. Solo un simple desplazamiento. El tipo siguió caminando, sin detenerse, sin notar nada.
Perfecto.
Deslicé la tarjeta en el bolsillo interior de la chaqueta del guardia que llevaba puesta y seguí caminando.
Abe: (Parece que aún tengo el toque.)
Mi destino estaba a solo unos pasillos de distancia. Ya podía ver las intersecciones que me llevarían a la sala que vi en las cámaras.
Pero entonces...
Escuché una voz a mi espalda.
¿?: "¡Eh, tú!"
Abe: (Mierda...)
No detuve mis pasos de golpe, pero sí bajé el ritmo. Mis pensamientos comenzaron a dispararse.
Abe: (¿Me vio? ¿Se dio cuenta? ¿Qué mierda hago? ¿Ocupo el taser?)
Respiré hondo y giré sobre mis talones, con la expresión más neutral que pude poner.
Abe: "¿Sí?"
Era el científico. Me miraba con el ceño fruncido, los brazos cruzados.
Abe: (Puta madre, puta madre, puta madre…)
Traté de mantenerme relajado mientras caminaba hacia él.
Abe: "¿Necesita algo?"
El tipo señaló el bolso que llevaba.
¿?: "¿Qué llevas ahí?"
Mantuve mi expresión indiferente.
Abe: (Piensa rápido, Abe...)
Hice una mueca de molestia fingida y levanté la bolsa, sacando un poco la tela de las zapatillas que guardé antes.
Abe: "Ropa de cambio. Se me olvidó donde los guardo y me pidieron que no anduviera con el uniforme sucio."
El científico chasqueó la lengua con fastidio.
¿?: "Hmph. No pierdas tanto tiempo en tonterías. Nos pidieron estar atentos, así que deja de preocuparte por estupideces y concéntrate."
Abe: "Sí, claro, lo siento."
Incliné la cabeza con un gesto de disculpa, fingiendo que estaba en problemas, pero sin parecer demasiado nervioso. El tipo solo resopló y siguió su camino. Esperé unos segundos antes de girarme de nuevo.
Abe: (Jesús Raptor bendito... Eso estuvo cerca.)
Esperé a que el científico desapareciera en la distancia antes de retomar mi camino. No podía darme el lujo de otro error.
A medida que me acercaba a mi objetivo, noté que el pasillo estaba despejado. Solo un par de cámaras giraban lentamente en sus soportes, pero la zona parecía libre de guardias o científicos.
Al llegar a la puerta, vi el panel de acceso incrustado en la pared. Una cerradura digital de alta seguridad, con una pequeña pantalla y un lector de tarjetas.
Abe: (Mejor no tentar a nada.)
Sin pensarlo dos veces, saqué la tarjeta que había robado del científico y la pasé por el lector. Un breve pitido sonó, seguido de un tenue brillo verde. El mecanismo de la puerta se destrabó con un suave chasquido.
Con un último vistazo a mi alrededor para asegurarme de que nadie me estuviera observando, empujé la puerta y me deslicé dentro. Apenas crucé el umbral, la puerta se cerró automáticamente detrás de mí.
Y entonces lo vi.
La sala era un desastre ordenado. Papeles esparcidos sobre escritorios, tabletas electrónicas apiladas en estanterías metálicas, pantallas holográficas mostrando datos complejos y gráficos en tiempo real. Había varios tubos de ensayo y frascos etiquetados con códigos alfanuméricos, algunos contenían sustancias viscosas de colores extraños.
Pero lo que realmente me llamó la atención...
Era el sujeto que estaba en la mesa.
Era una chica. Estaba acostada sobre una camilla de metal, sujeta por varias correas en sus muñecas y tobillos. Llevaba puesta una bata blanca de hospital, pero su cuerpo estaba parcialmente expuesto donde le habían colocado varios dispositivos médicos.
Sensores incrustados en su piel. Electrodos adheridos a su abdomen y clavículas, con cables conectados a una máquina cercana que mostraba lecturas biométricas en una pantalla.
Pero lo más jodido... era cómo se veía.
A primera vista, su rostro y torso eran completamente humanos. Su piel era clara, su cabello se dividía en dos colores, café y rosado. Este caía en ondas desordenadas sobre la mesa metálica, y su expresión parecía tranquila, pero había algo en ella que no cuadraba.
Mis ojos bajaron a sus extremidades. Sus brazos y piernas no eran completamente humanos.
Desde los codos hasta las manos, y desde las rodillas hasta los pies, su piel se convertía en escamas, pero cada parte tenía un tono distinto como si se mezclara el color de su cabello, las escamas de su lado derecho eran de tonalidades café mientras que, en su izquierda, las escamas eran de tonos rosados.
Tenía garras. No eran exageradas, pero estaban ahí, afiladas, claramente no humanas. Aunque sus pies también se diferenciaban de sus manos, no eran de la misma especie.
Y luego, estaba su cola.
Era larga, con plumas al final de esta de nuevo con esos colores mezclados. A primera vista, parecía la de un raptor, pero había algo diferente en su estructura, era mucho más delgada...
Abe: (¿Jamás eh visto un hibrido así...?)
Mis pensamientos se aceleraron mientras escaneaba la habitación nuevamente. Esto no era un simple cuarto de monitoreo. Esto era un laboratorio de pruebas.
Y ella... era otro experimento.
Apreté los dientes y dirigí mi atención hacia un estante metálico en la esquina. Había varias tabletas alineadas con precisión, cada una con etiquetas en los marcos: pequeños códigos alfanuméricos, fechas y nombres en clave. No estaban apiladas al azar. Había un orden en ellas.
Cogí la primera que tenía al alcance y deslicé el dedo por la pantalla. Se activó con un leve zumbido.
—Bitácora de desarrollo del Sujeto Gamma—
Abe: (Gamma… ya escuché ese nombre antes.)
Recordé la conversación que había escuchado en los pasillos. Esos tipos lo mencionaron cuando hablaban de Neo, pero no tenía contexto en ese momento. Ahora lo tenía.
"Fecha de activación: ██/██/████"
"Objetivo: Evaluar la efectividad del protocolo de desarrollo acelerado en condiciones reales."
"Situación actual: Estado irreparable. Sujeto descartado."
Abe: (¿Descartado…?)
Deslicé la pantalla, buscando más detalles.
"El Sujeto Gamma fue diseñado como una unidad de prueba para misiones de localización y combate. El despliegue del Sujeto Gamma en la ubicación 'Volcano High' fue un éxito en términos de recopilación de datos. La primera misión que se le dio fue capturar/eliminar a código Acus en el lugar de despliegue. Pudo obtener datos esenciales sobre el comportamiento de Código Acus en situaciones de combate no controladas."
Abe: (Así que la cosa que ataco el instituto se llama Gamma...)
"Durante el enfrentamiento con Código Acus, Gamma alcanzó su punto crítico, lo que activó automáticamente el protocolo de refuerzo con la resina de manera experimental. Esto resultó en un aumento considerable de sus capacidades físicas, superando las expectativas iniciales. Sin embargo, incluso con la mejora, el sujeto fue neutralizado. Se desconoce el método exacto utilizado por Código Acus para contrarrestarlo. Debido a los daños sufridos y la imposibilidad de recuperación, se procedió con la eliminación del sujeto."
Abe: (Resina... esto es malo.)
Esa cosa la conocía muy bien.
Hace unos años, había desmantelado una operación ilegal que usaba un compuesto similar, una sustancia diseñada para mejorar las capacidades físicas, pero con efectos secundarios devastadores. Y ahora lo estaban usando en este lugar. Pasé la pantalla nuevamente.
"A pesar de la pérdida del prototipo, la misión fue un éxito. Los datos recopilados han permitido optimizar el desarrollo de los nuevos sujetos. La producción ha sido acelerada y las pruebas iniciales indican mejoras significativas en control y estabilidad."
Cerré la tableta y la guardé en mi bolso. Cerré los ojos pensando, uniendo los hilos de la cantidad de información que me dio una simple entrada de una tableta.
Abe: (Gamma fue al instituto para capturar o eliminar a un tal código Acus...carajo.)
Ese monstruo que explotó en la escuela, la cosa con la que Kross peleó... Eso era Gamma, por ende, aquí a Kross lo llamaban código Acus. Y estas personas lo habían enviado específicamente para capturarlo o en otro caso eliminarlo.
Ahora tenía sentido. Gamma había sido un prototipo de combate. Su fracaso les había permitido hacer mejoras. Y ahora estaban creando más.
Saqué otra tableta de la estantería. La etiqueta en el borde tenía un código distinto al de Gamma, pero también llevaba una palabra en clave.
—Bitácora de desarrollo del Sujeto Neo—
Abe: (Neo… lo mencionaron antes junto a Gamma.)
Encendí la pantalla y pasé la primera página de datos.
"Fecha de activación: ██/██/████”
"Objetivo: Evaluar la viabilidad de la compatibilidad genética humana en el desarrollo de sujetos híbridos."
"Situación actual: Desarrollo estable. Continúa en observación."
Fruncí el ceño. Compatibilidad genética humana.
Abe: (¿Eso significa que los demás no la tienen...?)
Le eché un vistazo rápido a la chica inconsciente en la mesa. Su estructura corporal era diferente a la de los humanos comunes, pero había algo más en ella que me hacía dudar. Debe ser de ella.
Pasé la pantalla, buscando más información.
"Neo es el único sujeto en el que la introducción de material genético humano ha sido exitosa. Intentos previos han resultado en rechazo biológico total, con las células híbridas eliminando cualquier rastro del componente humano en cuestión de días. Neo ha sido el primer caso en el que se ha logrado una integración estable."
Abe: (¿Así que este es el primer experimento que no borra los genes humanos...? Qué jodido.)
Seguí leyendo.
"El desarrollo del sujeto ha mostrado características distintas en comparación con prototipos previos. A nivel estructural, Neo ha demostrado una adaptación superior a la combinación de ADN híbrido, integrando múltiples características sin signos de deformaciones o fallos metabólicos. Sin embargo, se ha observado un efecto colateral inesperado."
Abe: (¿Efecto colateral…?)
"A pesar de conservar una mayor estabilidad cognitiva que otros sujetos, Neo presenta una anomalía en su desarrollo comunicativo. Se ha determinado que el sujeto es completamente mudo. Si bien entiende órdenes y es capaz de procesar información sin problemas, no ha mostrado señales de ser capaz de generar lenguaje verbal. Se desconoce si esto es una condición permanente o una limitación temporal debido a la mezcla genética."
Mis ojos fueron directamente a su rostro.
Abe: (¿Así que no puede hablar...?)
Pasé otra página.
"El sujeto ha demostrado una adaptación excepcional a la integración de distintos ADN, mostrando una compatibilidad sin precedentes con las modificaciones implementadas. La pigmentación diferenciada en su estructura se ha atribuido a la mezcla genética estable, indicando que su organismo ha aceptado los componentes híbridos de manera uniforme sin provocar conflictos estructurales."
Abe: (Por eso tiene ese color dividido... Es el resultado de la mezcla funcionando.)
Exhalé lentamente.
A diferencia de Gamma y los otros prototipos, Neo no parecía ser solo otro monstruo de laboratorio sin control. No era una máquina de combate hecha sin más...
Neo era prueba de que estaban consiguiendo exactamente lo que querían. Más armas vivientes. Más monstruos moldeados a lo que ellos quisieran. Más... cascarones vacíos, sin control de su propio destino.
Apreté la mandíbula. Esto no podía seguir así.
Abe: (Ya llevo demasiado tiempo aquí. Es hora de largarme y tengo lo que quería.)
Apagué la tableta y la guardé en mi bolso. Luego hice lo mismo con todas las demás. No importaba si tenían información sobre Gamma, Neo o cualquier otro proyecto que estuvieran manejando. Todo era importante. Todo podía servir.
En cuestión de segundos, mi bolso estaba algo más pesado. Pero no me iba a ir con las manos vacías. O eso pensaba.
Mis ojos volvieron a la mesa.
Abe: (Y ahora... ¿qué carajos hago contigo?)
Miré a la chica, a Neo. Seguía inmóvil, respirando de manera tranquila, completamente ajena a lo que estaba ocurriendo a su alrededor.
Abe: (Si la dejo aquí, seguirán con lo que están haciendo. Si la elimino ahora, al menos retrasaría sus planes. Lo haría más difícil para ellos.)
Mi mano se tensó sobre la correa del bolso. Era lo lógico. Lo práctico. Lo que Cass ordenaría hacer sin dudar en una situación como esta.
Y, sin embargo…
Abe: (Mierda...)
No podía hacerlo. Por alguna jodida razón, no podía simplemente dejarla ahí. Se veía joven. No más grande que Kross.
Kross...
Si esos tipos buscaban capturarlo, él también había estado atrapado en un lugar como este. De seguro que sufrió cosas mil veces peores... pero logro irse de este infierno...
Gruñí por lo bajo y me pasé una mano por la cara.
Abe: (Me voy a odiar por esto...)
Sin perder más tiempo, saqué otros "regalos" de mi bolso. Estos eran distintos. Tenían temporizadores. Ajusté los dispositivos y los coloqué estratégicamente alrededor de la habitación, escondiéndolos detrás del equipo y entre los estantes.
Antes de colocar el tiempo para que se activen los regalitos, me deshice de la chaqueta del guardia y volví a ponerme mi propia ropa. Mucho más cómoda y flexible para moverme. Revisé que todos mis juguetes siguieran conmigo: el taser que había conseguido del guardia, algunas capsulas con dos tipos de efectos en mi cinturón o bueno... las que me quedaban, un prototipo de pistola y un cuchillo oculto en el bolsillo de la pierna, bien asegurado contra la pantorrilla, entre otras cosas.
Cinco minutos. No necesitaba más.
Me acerqué a Neo y revisé sus sujeciones. Estaba atada con correas metálicas en muñecas y tobillos, además de las cosas conectadas a su cuerpo. Antes de liberarla, la revisé de nuevo.
Abe: (Parece sedada... Lo que sea que le dieron, debe ser fuerte. Ni siquiera se ha movido.)
Desaté las correas rápidamente, comenzando por sus brazos y luego por sus piernas. Su cuerpo era liviano, pero definitivamente no era completamente humano. Su piel o, mejor dicho, sus escamas en brazos y piernas, tenían una textura distinta.
Suspiré y la subí a mi espalda.
Abe: (Ya estamos metidos en esto... Más vale que valga la pena.)
Con la chica cargada, me dirigí a la puerta. Ajusté mi postura y me preparé para salir.
Abe: "Bueno, nada malo puede pasar ah—"
Me callé en seco.
Abe: (¡¿Por qué mierda dije eso?! ¡Maldita sea, Abe, maldita sea! ¡Porque eres tan imbécil!)
Y, como si el universo se burlara de mí, en cuanto di el primer paso fuera de la sala...
Abe: (¡Mierda, mierda, mierda!)
Sin perder un solo segundo, saqué un pequeño dispositivo del bolsillo y presioné varias veces el interruptor.
Apenas lo hice, una serie de explosiones retumbaron en distintas zonas del recinto. El suelo vibró ligeramente bajo mis pies, las luces parpadearon y un leve estruendo recorrió las paredes.
Abe: (Eso debería distraerlos un poco...)
Ajusté mi agarre sobre la chica y empecé a correr con todas mis fuerzas, dirigiéndome hacia la salida lateral por la que había entrado. Mientras avanzaba, mi mente iba a toda velocidad.
Abe: (No puede ser una simple coincidencia... ¿Qué tiene esta chica que activó las alarmas?)
¿Fue un sensor oculto en la camilla? ¿Un monitor de signos vitales que detectó su ausencia? ¿O tal vez su presencia fuera de esa sala por sí sola era suficiente para activar el infierno en este lugar?
Apreté los dientes y seguí corriendo. Pero, por supuesto, mi mala suerte tenía que seguir jodiéndome. Al girar en un pasillo, me topé de frente con un par de guardias armados.
Abe: (Por el amor de...)
No dudé.
A la velocidad que iba, no tenía tiempo de hacer mucho, así que simplemente deslicé la mano libre a un costado y saqué mi pistola. No era un arma común, sino un prototipo desarrollado por CHNO. Su munición experimental estaba diseñada específicamente para incapacitar en lugar de matar.
Apreté el gatillo dos veces.
Las balas impactaron directo en sus torsos, soltando una descarga eléctrica que recorrió sus cuerpos de inmediato. Ambos soltaron gruñidos ahogados y cayeron al suelo convulsionando antes de desplomarse, completamente noqueados.
No me detuve.
Salté por encima de ellos y seguí mi camino.
Abe: (Vamos, solo un par de pasillos más...)
El sonido de la alarma seguía retumbando en los pasillos, acompañado por luces rojas parpadeando en las paredes. Mi cuerpo estaba en piloto automático, cada paso era calculado, cada movimiento ajustado para evitar obstáculos. El peso extra en mi espalda no ayudaba, pero no tenía tiempo para quejarme.
Un par de científicos salieron corriendo de una sala lateral justo delante de mí. Sus rostros mostraban una mezcla de pánico y confusión, probablemente sin entender qué estaba pasando realmente. Me moví antes de que pudieran reaccionar.
Aceleré el paso y usé mi hombro para apartar a uno de ellos, haciéndolo chocar contra la pared. El otro apenas tuvo tiempo de soltar un jadeo antes de que mi mano libre se estrellara contra su cuello, cerrándole la tráquea el tiempo suficiente para dejarlo sin aire. No lo lastimé de gravedad, pero no iba a ponerse de pie pronto.
Abe: (No tengo tiempo para encargarme de estos.)
Seguí corriendo, esquivando escombros y girando bruscamente en cada esquina, evitando cualquier punto donde pudiera estar expuesto. Ya podía ver la puerta al final del pasillo. Solo unos metros más.
Pero, por supuesto, no iba a ser tan fácil.
Una nueva pareja de guardias dobló la esquina opuesta, bloqueando mi salida. Estaban armados.
Abe: (¡Mierda!)
No podía reducir la velocidad, ni tampoco podía soltar a la chica para disparar con precisión. Tenía que ser rápido.
Apreté la mandíbula, sintiendo el sudor bajar por mi frente. Con la mano libre, deslicé otra cápsula de mi cinturón y la lancé al suelo entre nosotros.
El pequeño dispositivo rodó un par de veces antes de estallar con un fuerte BANG acompañado de un destello cegador. Los guardias gritaron, llevándose las manos a los ojos. Aproveché el momento.
Salté hacia adelante y, antes de que uno pudiera reaccionar, levanté la pierna y lo golpeé directamente en la cabeza con una patada giratoria. Cayó de espaldas contra el suelo. El otro todavía estaba aturdido, parpadeando frenéticamente para recuperar la visión.
Moví mi brazo en un arco corto y golpeé la base de su cuello con el mango de mi pistola. Sus rodillas temblaron y cayó inconsciente.
No esperé a ver si se levantaban.
Abe: (¡Carajo, carajo, carajo! ¡Vamos, casi lo logro!)
Empujé la puerta con fuerza corriendo por ese pasillo, agradecí que dejé la otra puerta lista, de una patada salí al aire libre. La brisa fría de la noche golpeó mi piel de inmediato, pero no tenía tiempo de disfrutarlo.
Con un movimiento rápido, deslicé varias cápsulas de mi cinturón y las lancé en distintos puntos alrededor de la salida. Cada una cayó rodando hasta quedar dispersa estratégicamente por la zona.
Sin perder tiempo, metí la mano en mi bolsillo y presioné nuevamente unas veces el detonador.
Un segundo después, múltiples explosiones sacudieron la zona. No eran lo suficientemente fuertes para derribar la estructura, pero sí lo suficiente para desorientar a cualquiera que intentara seguirme.
Abe: (Eso debería comprarme un poco más de tiempo.)
No miré atrás.
Corrí directo hacia el punto donde había escondido mi moto, sintiendo la adrenalina bombeando con fuerza en mis venas. Llegué y aparté rápidamente las ramas y hojas que la cubrían.
Abe: (Sigue aquí, perfecta y lista.)
Me subí rápidamente al asiento, giré la llave y la moto rugió con vida. Con cuidado, acomodé a la chica delante de mí, asegurándome de sujetarla bien para que no se cayera con el movimiento. Su cabeza quedó apoyada contra mi pecho, y aunque su respiración era estable, seguía completamente inconsciente.
Abe: (Lo que sea que le hayan puesto para sedarla sí hace maravillas porque no se ha despertado después de todo eso... pero ahora, es hora de largase de acá.)
Apreté el acelerador y la moto salió disparada, dejando atrás la instalación en medio del caos. La carretera solitaria se extendía ante mí mientras la moto rugía bajo mis pies. El aire frío de la madrugada golpeaba mi rostro, pero no me detenía.
Abe: (Mierda... ¿en qué me metí esta vez?)
Mi mente seguía repasando todo lo que había descubierto en ese lugar.
El ataque a la escuela no había sido un accidente. Esa cosa, Gamma, fue enviada con un solo propósito: capturar o eliminar a Código Acus. O mejor dicho... a Kross.
Gamma había sido un prototipo. Una criatura creada con el propósito de cazarlo. Lo modificaron, lo hicieron más fuerte incluso con la resina. Y, aun así, perdió. Pero no les importaba deshacerse de Gamma. Lo que realmente buscaban era mejorar sus experimentos. Hacer más como él. Armas vivientes.
Y Neo... ella era uno de ellos.
El primer y único sujeto con genes humanos compatibles con el proceso. La única de su tipo. Todos los demás eran híbridos creados que no se adaptaron al ADN humano, solamente de otras especies... varias... ya ni se si hibrido es la palabra correcta.
Apreté la mandíbula y miré de reojo a la chica inconsciente apoyada contra mi pecho.
Abe: (¿Qué carajos harían con ella si la dejaba ahí?)
Tal vez nunca lo sabría. Pero lo que sí sabía era que los explosivos que dejé en esa sala debían haber estallado ya. Si la suerte estaba de mi lado, borré todo rastro de mi intervención. La sala de seguridad también voló por los aires, así que quizás nadie supiera que me la llevé. Tal vez solo asumirían que murió en la explosión.
Abe: (Con algo de suerte... pero mejor no contar con eso.)
Me obligué a concentrarme en la carretera. Volvía a estar en medio de la nada, kilómetros lejos de cualquier civilización. Solo tenía que seguir avanzando hasta salir del área y luego...
Suspiré.
Abe: (Dios, ¿cómo carajo le explico esto a Cass?)
No tenía idea de cómo iba a justificarlo. Cass me advirtió que no hiciera estupideces, que solo debía obtener información y largarme. Y ahora... iba en una moto a toda velocidad con una híbrida experimental sedada contra mi pecho.
Abe: (Ya me puedo imaginar su cara cuando me vea llegar con esto... con ella.)
Antes de poder pensarlo más, las palabras salieron de mi boca sin que pudiera evitarlo.
Abe: "Bueno, al menos las cosas no pueden empeorar."
El segundo en que terminé la frase, una sensación helada recorrió mi espalda.
Abe: (...Por la cresta, ¿por qué mierda dije eso otra vez?)
El instinto me hizo girar bruscamente el manillar de la moto hacia la derecha, esquivando algo por centímetros.
¡THUMP!
Algo grande, algo rápido, algo vivo, golpeó el suelo justo donde estábamos un instante antes.
Abe: (¡¿Qué mierda—?!)
Giré la cabeza rápidamente y lo vi.
La polvareda se disipó bajo la luz de la luna, revelando una figura encorvada, apoyada en cuatro extremidades.
Era más alto que yo, pero no una mole de músculos. Su cuerpo era compacto, fibroso, con una estructura que equilibraba fuerza y velocidad. Su piel, de un tono gris oscuro, tenía una textura rugosa, con placas óseas visibles en brazos y espalda.
Sus piernas eran poderosas, con una curvatura parecida a la de un Velociraptor, diseñadas para impulsarlo con fuerza explosiva. Sus brazos eran largos y terminaban en garras gruesas, no demasiado largas, pero lo suficientemente fuertes para destrozar huesos con un solo golpe.
Y su cabeza...
El hocico era más corto, pero con dientes afilados que asomaban entre labios resecos. Sus ojos eran pequeños, hundidos, con pupilas rasgadas que brillaban con un fulgor amarillo tenue.
Abe: (Perfecto… ahora sí estoy jodido.)
Esto no era humano. No era un animal. Era algo más.
Y me estaba cazando.
Abe: (Mierda, mierda, mierda, ¿qué hago? No puedo simplemente acelerar y esperar que no me alcance. Tarde o temprano lo hará... Y con la chica a cuestas, no puedo arriesgarme a que nos derribe en movimiento.)
Mis manos apretaron el manillar con fuerza.
Abe: (Solo hay una opción.)
Giré bruscamente el cuerpo y clavé el pie en el suelo, derrapando la moto en un ángulo preciso. La rueda trasera se deslizó con fuerza, levantando polvo y tierra seca mientras la máquina giraba con elegancia sobre sí misma, barriendo el suelo en un movimiento controlado.
La luz de la luna iluminó la escena cuando la moto finalmente se detuvo. Un derrape limpio, estilizado.
No había tiempo para admirarlo.
Rápidamente, bajé de la moto y dejé a la chica apoyada contra ella, asegurándome de que no se cayera.
Abe: (Listo, ahora el problema esa cosa... y yo)
Troné el cuello y saqué la pistola que tenía, sintiendo la ausencia de un peso familiar en mi cintura.
Abe: (Joder... ¿Por qué, de entre todas las putas cosas, no traje a las Hermanas Bang?)
Mi mandíbula se tensó mientras miraba de reojo al híbrido. La criatura seguía en su posición, moviendo la cabeza lentamente entre dos puntos.
Primero, hacia mí.
Luego, hacia la chica.
Y luego, de vuelta a mí.
Abe: (Lo tengo claro. Quiere dos cosas: eliminarme y recuperar a Neo. En ese orden.)
El híbrido se inclinó levemente hacia adelante, bajando su centro de gravedad. Se estaba preparando para atacar.
Abe: (Vamos, cabrón... Solo dame una oportunidad...)
La criatura se lanzó hacia mí con una velocidad impresionante. Mi dedo ya estaba en el gatillo.
Disparé.
El primer tiro fue intencionalmente desviado, forzando al híbrido a reaccionar. Como lo esperaba, esquivó, inclinando su cuerpo de manera instintiva. Apreté el gatillo de nuevo antes de que terminara su movimiento.
Esta vez, el disparo dio en el blanco.
El impacto hizo que la criatura soltara un gruñido gutural y se tambaleara por un instante. La electricidad recorrió su cuerpo, contrayendo sus músculos por unos segundos antes de que pudiera recuperar el control.
Abe: (Fue afectado, pero no lo dejo fuera de combate. Mierda.)
Me tensé cuando el híbrido alzó la cabeza de golpe y me miró con furia. Gruñó bajo, con una vibración en el pecho que sonó como una amenaza.
Abe: (Bien... 1.- Se le puede engañar, 2.- La descarga le afecta, pero no lo suficiente para noquearlo. Y lo más importante...)
Lo observé con cuidado, viendo cómo su postura no cambiaba demasiado, cómo parecía actuar más por instinto que por cálculo.
Abe: (No parece tener mucha inteligencia. Pero no puedo asegurar nada... debo tener cuidado...)
Pero no me dio tiempo a pensar más. Se impulsó de nuevo hacia mí, esta vez con más velocidad.
No tuve tiempo de disparar.
Apenas levanté los brazos y salté hacia atrás en el último segundo.
El golpe no me dio de lleno, pero la fuerza detrás del ataque era bruta. Sentí el impacto recorrer mis huesos a pesar de haberlo amortiguado, y rodé por el suelo antes de incorporarme de nuevo.
Abe: (Su fuerza... está muy por encima de lo normal. No está al nivel de cómo se veía Gamma, pero es un cabrón peligroso. Si tengo que clasificarlo... está en el rango de un Riesgo Alto. Quizás, en el peor de los casos, roza el nivel de una Amenaza Latente.)
Respiré hondo y reajusté mi agarre en la pistola.
Abe: (Sea como sea, no puedo dejar que me dé un golpe de lleno... O todo se irá al carajo.)
La criatura se giró lentamente hacia mí, con la cabeza inclinada de una forma inquietante.
Y luego, volvió a lanzarse al ataque. La criatura se impulsó con un salto, sus garras listas para destrozarme.
Abe: (Oh, no, cabrón, eso no va a pasar.)
Esperé hasta el último segundo y me deslicé por debajo de él, sintiendo el aire cortante de su ataque pasar justo por encima de mi cabeza.
Mientras me deslizaba, apreté el gatillo dos veces.
Ambos disparos impactaron en su torso, enviando otra descarga eléctrica a su sistema. El híbrido soltó un gruñido distorsionado y, justo cuando sus pies tocaron el suelo, use el taser que tenía directo a su espalda a máxima potencia.
El choque lo hizo tambalearse hacia adelante, pero no lo derribó.
Abe: (Mierda… Eso no funcionó tan bien como esperaba. Tiene mucha resistencia... también probaran con eso...)
El híbrido se giró hacia mí de inmediato, su mirada llena de rabia. Su cuerpo aún se sacudía levemente por las descargas, pero estaba claro que no eran suficientes para dejarlo fuera de combate.
Apreté los dientes.
Abe: (No tengo muchas balas y tampoco puedo confiar solo en los disparos. Necesito aprovechar cada error que cometa.)
El híbrido gruñó y cargó de nuevo, esta vez con un movimiento más errático.
Salté hacia un lado, pero sus garras rasgaron el aire demasiado cerca. Pude sentir el viento cortante a centímetros de mi rostro.
Usé la inercia del movimiento para rodar y levantarme de inmediato, girando para encararlo antes de que atacara de nuevo.
Abe: (No es rápido para reaccionar a cambios bruscos… Vamos a explotar eso.)
El híbrido giró hacia mí y lanzó un golpe descendente con una fuerza bruta.
Esperé hasta el último momento y, en el último segundo, me lancé hacia su lado, esquivando por un pelo mientras su puño se estrellaba contra el suelo con un estruendo sordo.
No desaproveché la oportunidad.
Pateé con fuerza la parte trasera de su rodilla. El impacto hizo que su pierna cediera ligeramente, forzándolo a perder estabilidad por un instante. No fue suficiente para derribarlo, pero sí para que me diera tiempo de ganar algo de distancia.
Abe: (Bien, funciona… Pero necesito más.)
La criatura se enderezó de inmediato, con un gruñido furioso. Sus músculos se tensaron y volvió a lanzarse al ataque, más agresiva que antes. Esta vez, no se limitó a embestir de frente. Se movió en zigzag, alternando su dirección con rapidez, dificultando que pudiera predecir su próximo movimiento.
Abe: (Ah, genial... aprende rápido.)
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, lanzó un barrido con su brazo derecho.
No pude esquivarlo completamente. El golpe pasó rozando mi costado, haciéndome perder el equilibrio por un instante.
Aprovechó ese momento para seguir con una estocada de garras, pero ya me había recuperado lo suficiente para impulsarme hacia atrás y esquivar por poco.
Abe: (Maldito, ¿vas en serio, eh?)
Solté una patada directa a su torso. El impacto no lo movió demasiado, pero sentí algo bajo la suela de mi bota.
Las escamas en su abdomen no eran tan gruesas como parecían.
Abe: (Sus escamas no son tan resistentes... Si logro usar el cuchillo en el momento justo, tal vez pueda atravesarlo.)
La criatura gruñó, irritada, y volvió a lanzarse contra mí. Esta vez, en el último segundo, me giré y me impulsé hacia un lado, logrando evitar su embestida.
Pero mi suerte tenía que joderme en algún momento. Mi pie pisó mal.
Tropecé.
Solo fueron unos segundos, pero eso fue todo lo que necesitó. Sentí el impacto antes de procesarlo.
Una fuerza brutal golpeó mi torso con la precisión de un puto tren de carga. Un crujido sordo resonó en mi interior. El dolor me nubló la visión por un instante, pero me obligué a reaccionar.
Rodé por el suelo, conteniendo un gruñido mientras me levantaba de inmediato.
Abe: (Definitivamente me jodió un par de costillas ese cabron... ¿eh?)
Me forcé a ignorar la punzada ardiente en mi costado y levanté la vista, buscando a la criatura. Pero no estaba allí.
Abe: (¿Dónde…?)
Antes de que pudiera terminar el pensamiento, lo sentí. Algo se cerró alrededor de mi cabeza y cuello con una presión monstruosa.
Mi cuerpo se elevó ligeramente del suelo. La criatura estaba detrás de mí.
Me había atrapado.
Intenté forcejear, moviéndome con todas mis fuerzas, pero su agarre era firme. Sus garras se hundían en mi piel, y cada vez me costaba más respirar. Mis extremidades comenzaron a sentirse pesadas. El mundo a mi alrededor se volvió borroso. Y entonces, escuché el sonido que menos quería oír.
Crack.
...
......
.........
El sonido del hueso resonó en el aire nocturno. Mis extremidades se relajaron de inmediato.
El híbrido sostuvo mi cuerpo inerte por unos segundos más, como si estuviera asegurándose de que realmente estuviera muerto, antes de soltarme sin ceremonias. Caí al suelo con un golpe seco.
El maldito me observó desde arriba con sus ojos siniestros antes de soltar un gruñido gutural, un ronco susurro de satisfacción. Sabía que me había ganado.... Sabía que su misión estaba casi completa.
Sus ojos se desviaron de mí y se posaron en la moto, más específicamente en la chica inconsciente. Abrió la mandíbula en una sonrisa extraña y antinatural, mostrando sus dientes al notar que ya no había obstáculos... Dio un paso al frente..., fue todo lo que necesite... en ese preciso instante, sintió algo.
Un dolor punzante y agudo perforó sus tobillos, haciéndolo tambalearse. Antes de que pudiera reaccionar, sus piernas cedieron bajo su peso, obligándolo a caer de rodillas. Intentó moverse, pero otro dolor desgarrador recorrió sus brazos desde los codos hasta los hombros, dejándolos completamente inmóviles. Su espalda se tensó en un último intento desesperado por levantarse, pero un corte certero en su columna lo dejó completamente paralizado. Y, para terminar, un fuerte golpe en su espalda lo empujó de lleno contra el suelo.
El híbrido gruñó con confusión antes de alzar la vista, y ahí estaba yo, tronándome el cuello con un gesto molesto mientras giraba el cuchillo ensangrentado entre mis dedos.
Sonreí con una mezcla de cansancio y diversión.
Abe: "Oh..., ¿qué pasó? ¿Sorprendido?"
El híbrido abrió y cerró la mandíbula con frustración, pero no podía hacer nada.
Abe: "Vamos, no me mires así. ¿De verdad creías que con solo partirme el cuello ibas a ganar? Hermano, si me hubieras visto hace unos años... Me han roto el cuello tantas veces que ya es casi una habilidad especial mía."
Hice un gesto con la mano, como si fuera lo más obvio del mundo.
Abe: "Claro que tuve que esperar a que te dieras la vuelta, porque moverme con la cabeza colgando no es tan fácil, ¿sabes?"
El híbrido gruñó con más fuerza, furioso.
Abe: "Pero bueno, te explicaré qué pasó, porque no quiero que te vayas al otro mundo sin saberlo."
Me agaché un poco, asegurándome de que pudiera verme bien.
Abe: "En cuanto te disté la vuelta, me acomodé el cuello, saqué mi cuchillo y en menos de dos segundos te corté los tendones de ambas piernas, obligándote a arrodillarte. Luego, hice lo mismo con tus brazos para que dejaran de ser un problema. Y finalmente, un pequeño corte en la columna, lo suficiente para que ya no puedas moverte. Además, en medio de nuestra pelea, comprobé que no tienes un factor curativo demasiado bueno, así que apuesto que estas así por un rato."
La criatura respiraba con dificultad, gruñendo con rabia, pero sin poder hacer nada.
Abe: "Así que sí, amigo. Te tengo en jaque. Desde el momento en que decidiste enfrentarte al gran Abraham, el mejor puto miembro de todo C.H.N.O. ¡La amenaza anómala! ¡EL INMORTAL ABE!"
Dicho eso, me puse de pie y caminé hasta mi moto. La criatura me gruñía cada vez más fuerte, cada vez más desesperada.
Abe: "Y antes de que me vayas a decir algo bonito, déjame hacerte un favor."
Saqué una cápsula explosiva y la lancé justo a su lado. Como no podía moverse, quedó ahí, inofensiva... por ahora.
Volví a subirme a la moto, asegurándome de acomodar a Neo correctamente. Seguía inconsciente, con su respiración tranquila.
Aceleré un poco y me alejé unos metros. Con la distancia correcta, levanté mi pistola y apunté directamente a la cápsula.
Abe: "Adiós, imbécil."
Disparé.
El proyectil electrificado impactó la cápsula, activándola de inmediato. Una gran explosión se extendió por el lugar, levantando una nube de polvo y fuego que consumió todo a su paso.
No miré atrás. Solo aceleré y me largué de ahí... solo quedaba la parte más difícil...explicarle a Cass...
Abe: (Esto será duro...)
...
...
...
Perspectiva de Cass. Jueves.
Tomé un largo trago de mi vaso antes de apoyar la botella sobre la mesa.
Cass: (No hay nada como empezar el día con un buen vaso de pisco... ¿o era ron? Bueno, lo que sea. La cuestión es que este néctar mañanero es una bendición.)
Miré el reloj. Eran las 7:42 de la mañana.
Cass: (Hora perfecta.)
Al otro lado de la habitación, Surge me observaba con los brazos cruzados y una expresión entre incredulidad y resignación.
Surge: "...Cass, en serio, ¿cómo carajos puedes beber así tan temprano?"
Le sonreí de lado y levanté el vaso en su dirección antes de darle otro sorbo.
Cass: "Es un secreto, niño. Tal vez lo aprendas cuando crezcas."
Surge bufó y sacudió la cabeza, ignorando mi comentario.
Surge: "Oye, ¿has visto mi moto? No la encuentro por ningún lado."
Cass: "Se la llevó Abe anoche."
Surge parpadeó.
Surge: "¿Qué?"
Cass: "Así como lo oyes."
El chico apretó los dientes y dejó escapar un gruñido.
Surge: "Si ese imbécil le hizo un solo rayón a mi moto... lo voy a matar. Lo juro."
Cass: "Se fue algo apurado. Ni siquiera se llevó sus nunchakus. Solo dijo que tenía que 'verificar algo'."
Surge frunció el ceño.
Surge: "¿Crees que tenga que ver con lo que le pediste investigar... el recinto que menciono Kross?"
Suspire y me incline contra la mesa, mirando a Surge.
Cass: "Podría ser. Tampoco es que Kross nos diera muchas pistas... Solo que había un sitio lejos, por la carretera, un lugar que desearía no tener ninguna conexión.... Abe se pasó desde ese día buscando algo, y por la forma en la que salió anoche... diría que encontró algo."
Antes de que Surge pudiera responder, el sonido de un motor afuera interrumpió la conversación.
Surge: "...Hablando del diablo."
Nos levantamos al mismo tiempo y salimos de la oficina. Surge avanzó primero, visiblemente molesto.
Surge: "Abe, más te vale que mi moto esté intacta... Si le hiciste algo..., aunque sea un rasguño..., te juro... que te—"
Su voz se fue apagando poco a poco. Yo tampoco terminé de dar el siguiente paso. Casi solté mi botella cuando vi la escena frente a mí.
Abe estaba ahí, sobre la moto de Surge, con su chaqueta algo sucia y su casco bajo un brazo. Pero no era él lo que me hizo detenerme en seco.
Era la chica que traía con él.
Parecía tener la edad de una adolescente, era un hibrido a simple vista..., descansando contra su pecho, completamente inconsciente, con apenas ropa...
Mi agarre sobre la botella se tensó.
Cass: (No... no puede ser tan imbécil...)
Abe levantó la mano con una expresión agotada.
Abe: "Hey... que cuen—"
No le dejé decir nada más.
Cass: "Abraham."
Mi tono era neutral. Frío.
Abe dejó caer la mano y me miró como si ya supiera lo que se avecinaba. Di un paso al frente, sintiendo cómo todo el alcohol de mi cuerpo se evaporaba en cuestión de segundos.
Cass: "En los próximos cinco segundos, más te vale explicarme POR QUÉ MIERDA traes a una menor, inconsciente, contigo... porque si no, te juro por todo lo sagrado que te voy a romper las piernas."
Abe tragó saliva. Se enderezó un poco y, con una expresión seria pero nerviosa, exhaló profundamente.
Abe: "Entremos primero... Esto es un tema delicado."
...
......
.........
Miré a Abe en silencio, tratando de procesar todo lo que acababa de escuchar.
Un maldito complejo abandonado en medio de la nada. Un laboratorio completamente funcional, posiblemente lleno de experimentos. En donde los únicos habitantes de ese sitio eran humanos. Unos científicos que estaban fabricando más cosas como "Gamma". Un híbrido que casi lo mata. Y ahora... esta chica.
Pegué la espalda contra la pared y pasé una mano por mi cara.
Cass: (¿Pero qué carajo hiciste esta vez, Abe...? Solo era hacer reconocimiento...)
Surge, que había estado igual de callado, miró las tabletas en la mesa. Abe nos había pasado dos de ellas, las mismas que él había leído en ese maldito lugar. En su bolso estaban las otras que tendremos que revisar después.
Surge: "Entonces... la cosa que explotó en la escuela... se llamaba Gamma."
Abe asintió con la cabeza, apoyando los codos en la mesa.
Abe: "Sí. Y están haciendo más como él."
Cass: "¿Muchos?"
Abe levantó la mirada.
Abe: "Lo más probable. Y lo sé porque tuve que enfrentarme a uno. No era físicamente como Gamma, probablemente a un nivel de un AR, si podía hacer lo mismo que describió Kross, que ahora se confirma que usaron resina, podría haber llegado a ser un AL."
Un silencio tenso llenó la habitación.
Surge: "... ¿Qué pasó con él?"
Abe se inclinó hacia atrás y exhaló.
Abe: "Explotó."
Cass: (Por supuesto que sí.)
Cerré los ojos un segundo antes de cruzarme de brazos y clavarle la mirada.
Cass: "Abraham."
Abe resopló y corrigió con un tono más casual de lo que me gustaba.
Abe: "Lo hice explotar."
Mi ojo se contrajo ligeramente.
Cass: "¿Y qué mierda quería esa cosa?"
Abe: "Dos cosas. La primera era matarme y la segunda era recuperar a la chica."
Cass: "... ¿Te rompió algo?"
Abe: "El cuello."
Cass: "¿Y?"
Abe se encogió de hombros.
Abe: "Lo arreglé. Y le di lo que merecía."
Rodé los ojos y dejé escapar un largo suspiro.
Cass: "Por supuesto que lo hiciste."
Tomé la botella en la mesa, pero antes de dar otro trago, desvié la mirada hacia la chica. Seguía en el sofá, completamente inconsciente, con una sábana cubriéndola.
Cass: "Y la niña... ¿qué pasa con ella? Si también es uno de ellos porque carajos la trajiste."
Abe la miró de reojo y luego volvió a enfocarse en nosotros.
Abe: "Me recordó un poco al chico."
Surge: "¿A Kross?"
Abe asintió lentamente.
Abe: "Sí. Aunque sea un experimento... no podía dejarla ahí. Había otra opción, pero preferí llevármela."
Observe con cuidado a Abe entrecerrando los ojos. Abe tragó saliva y, sin decir mucho más, hizo un gesto con las manos. Uno simple, pero claro.
Una pequeña explosión.
Cass: (Ah... así que la otra alternativa era matarla.)
Suspiré otra vez, pero esta vez, no solo por cansancio, sino porque sabía lo que vendría después.
Cass: "Bueno... no hay marcha atrás ahora."
Me pasé la mano por el cabello antes de girarme hacia Surge.
Cass: "Nos la llevaremos donde Bartholomew."
Surge se tensó ligeramente.
Surge: "¿Para qué?"
Cass: "Para revisarla. Quiero saber exactamente qué tenemos aquí."
Miré de nuevo a la chica.
Cass: "Pruebas médicas, análisis de ADN, chequeo neurológico, resonancia. Quiero saber qué mierda hicieron con ella y cómo está hecha. O si tiene alguna mierda en ella, si la información de la tableta es cierta. También debe tener algo relacionado con la resina dentro de su cuerpo."
Me giré hacia Abe con una mirada afilada.
Cass: "Si la sacaste de ahí, más te vale que nos aseguremos de que no nos joda en el proceso. Además, que tendremos que organizarnos para ir a ver ese sitio a ver si encontramos algo más."
Abe no respondió enseguida. Se limitó a mirarme, luego a la chica, y después asintió con un suspiro.
Abe: "Está bien."
Cass: "Bien."
Crucé los brazos y miré nuevamente a Surge.
Cass: "Prepara las cosas. Quiero esto hecho hoy mismo. Nos vamos en unos minutos."
Surge suspiró y se pasó una mano por la cara.
Surge: "Genial... ahora somos oficialmente niñeras."
Cass: "Cierra la boca y muévete."
Surge bufó, pero se levantó para empezar a prepararlo todo.
Me giré hacia Abe una última vez.
Cass: "Y tú… anda preparándote también. Porque después de esto, voy a necesitar un trago más fuerte."
Me pasé la mano por la cara y exhalé con fuerza.
Cass: (El día comenzó de la mierda, y todavía no empezaba la prueba de verdad.)
Me giré hacia la mesa y agarré una botella que había. Le di un trago largo, sintiendo el ardor recorrer mi garganta antes de soltar un suspiro. Whisky. Fuerte y directo, como me gustaba.
Cass: (Bien... será una larga jornada. Mucho trabajo por delante.)
Me dirigí a mi habitación para agarrar un par de cosas antes de salir, además de mandarle un mensaje al Doc que tenemos un caso de prioridad. La chica tenía que ser analizada lo antes posible. Si las tabletas no estaban mintiendo, teníamos algo mucho más grande entre manos.
...
...
...
A las afueras de Volcadera.
El recinto era un completo caos. Luces de emergencia parpadeaban en distintos sectores, alarmas seguían resonando a pesar de que la situación estaba contenida, y múltiples pantallas en la sala de mando mostraban datos erráticos.
En una de las salas principales, una reunión de emergencia estaba en marcha. Cuatro científicos estaban reunidos, cada uno con diferentes expresiones en sus rostros, pero el más molesto, sin lugar a dudas, era Richter.
Dr. Richter: "¿Alguien puede explicarme qué mierda acaba de pasar?"
Su voz resonó en la habitación con furia contenida. La Dra. Elena Morales ajustó sus gafas con una expresión tensa.
Dr. Morales: "Al parecer, un intruso logró infiltrarse en el recinto. Encontramos marcas en los conductos de ventilación y en algunos accesos secundarios. Todo indica que descubrió la sala de seguridad y, de ahí, se dirigió directamente a Neo."
Richter apretó la mandíbula. El Dr. Marcus Lee intervino con un tono calculador.
Dr. Lee "Y al parecer no se fue con las manos vacías, aunque exploto el lugar en donde reposaba, el sujeto Neo siguió enviando señales hasta que salió del rango de registro. Lo más probable es que el intruso se la llevo con el hacia alguna parte."
Everett, quien había estado revisando un panel de datos, habló sin apartar la vista de la pantalla.
Dr. Everett "Los otros experimentos en los niveles inferiores están a salvo, el grupo ‘Y’ apenas fue afectado. Casi no hubo daños colaterales con las explosiones. Quien sea que estuvo acá, solo estuvo en los pisos superiores."
Hizo una pausa antes de agregar algo más.
Dr. Everett: "Para intentar detener al intruso, enviamos a Delta, uno de los más experimentales y que no estaba en su máxima capacidad. Solo se le dio el objetivo de matar al intruso y traer de vuelta a Neo, pero dejó de emitir señales después de un tiempo. Perdimos su rastro por completo, por lo que parece que fue eliminado."
Richter se pasó la mano por la cara con frustración.
Dr. Richter: "Un gran puto retraso... pero lo peor es que nuestro escondite fue descubierto. No podemos arriesgarnos a que vengan más intrusos."
Se giró hacia los demás con una mirada afilada.
Dr. Richter: "Voy a hablar con el jefe. Es hora de trasladarnos."
Lee entrecerró los ojos.
Dr. Lee: "¿Trasladarnos? ¿A dónde?"
Richter sonrió de forma casi imperceptible.
Dr. Richter: "El jefe y yo discutimos esta posibilidad hace tiempo. Ya me dio varias ubicaciones seguras."
Sus ojos brillaron con determinación.
Dr. Richter: "Nos moveremos cerca de código Acus. Iremos a la ciudad en donde el jefe me dio la información, espero que les guste estar en una ciudad de escamosos, nos iremos a Volcadera Bluffs."
El silencio en la sala se volvió denso.
Dr. Richter: "Quiero que todos estén listos. Desde ahora, la prioridad es la reorganización del material y el traslado. Que todo ocurra rápido y sin errores."
Morales y Lee asintieron, mientras Everett regresaba su atención a los datos. Richter entrecerró los ojos, con una expresión gélida. Preparándose mentalmente para un posible encuentro con su creación.
Richter: (Código Acus... nos veremos pronto.)
Fin del capítulo 11.
Notes:
Bueno, capitulo de Abe, quería escribir mas cosas del humano definitivo del CHNO pero no me dio. A lo menos espero que haya quedado bien, además del mini combate con Delta. Y bueno, el próximo capitulo será la vuelta a clases aparecerán otros personajes, y espero hacer cosas con otros personajes. Pero el tiempo lo dirá.
Como en el anterior puse los datos de las armas de Surge y Cass, aquí esta el de Abe, además de algunos extras:
1.- Arma de Abe ("Las Hermanas Bang")
Tipo de arma: Báculo/Nunchakus-escopeta con munición cinética.
Munición: Cápsulas de Catalizador Balístico (CB) especializadas en impacto repulsivo.
Las Hermanas Bang funcionan de manera similar a una escopeta, pero su propósito principal no es infligir daño letal, sino desestabilizar al enemigo mediante la fuerza del impacto. Su munición está diseñada para generar un efecto de retroceso extremo, capaz de hacer perder el equilibrio a los oponentes y abrir espacio en combate.Modos de Uso:
Modo Báculo: Funciona como un arma cuerpo a cuerpo tradicional, proporcionando mayor alcance y movilidad a Abe. Puede usarse para canalizar pequeñas descargas de energía cinética en los golpes, aumentando la fuerza de impacto.
Modo Nunchaku-Escopeta: Dispara ráfagas de munición dispersa, similares a una escopeta, pero en lugar de centrarse en daño perforante, cada disparo genera un impacto repulsivo, empujando a los enemigos y haciéndolos perder balance.2.- Delta a ser un prototipo en fases tempranas, tiene la fuerza de un AR. Aun así, con el dispositivo en su cuerpo al igual que gamma, hubiera podido convertirse en un AL gracias a la resina, pero Abe no lo dejo en un estado critico para que se activara.
3.- Las veces que a Abe le han roto, dislocado, agrietado algún hueso a lo largo de su vida en este mundo, han dejado de contarse, el Doc Bartholomew esta cansado de verlo cada tanto tiempo por estas razones y por otras.
4.- La moto de Surge se ve algo así:
Y eso seria, el siguiente capitulo lo estoy trabajando y posiblemente salga el finde. Como siempre, agradecimiento a los magníficos. Dardragun707 que saco capitulo del vaquero. A SrSenior que sigo esperando ver como hace sufrir mas a Abe en TIMP, A Patata que parece que pronto sacara nuevo cap de la dragona y a Xomy90 con su fic de los hermanos en el wani. Además de todos los que llegan hasta acá y a los que dejan comentarios. Nos vemos en el proximo :D
Chapter 12: Regreso a Clases
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Lunes. Perspectiva de Kross. Blue.
Volver a clases después de pasar los días en el hospital no era algo que normalmente emocionara a nadie. Para mí, sin embargo, era un alivio.
No porque extrañara las clases en sí, sino porque estar encerrado sin nada que hacer más allá de esperar a que mi cuerpo terminara de recuperarse había sido insoportable. Necesitaba moverme, hacer algo más que solo pensar.
Aunque, para ser justos, los días anteriores no fueron precisamente aburridos.
El jueves, la detective Cass volvió a aparecer. No se quedó mucho tiempo y, a diferencia de la última vez que la vi, había algo en su expresión que me llamó la atención. Parecía... cansada. No del tipo de cansancio que se arregla con una siesta, sino algo más profundo, más desgastante. Como si tuviera que lidiar con demasiadas cosas en muy poco tiempo.
No pregunté. No era asunto mío.
Lo único extraño fue que me pidió una muestra de ADN. No explicó para qué la necesitaba, y yo tampoco insistí en saberlo, aunque no me sentía incomodo haciéndolo. Solo tomé el frasco que me dio, y con un rápido corte en mi palma dejé caer unas gotas de sangre dentro. La herida tardó unos minutos en cerrarse completamente, lo cual fue una molestia. Mi recuperación no estaba completamente al cien por ciento en ese momento.
Le dije a la detective que tal vez las pruebas salían extrañas y que lo sentía de nuevo por no darle más información, Cass se limitó a asentir, murmuró un "gracias" y se fue tan rápido como llegó.
El viernes, Fang pasó a visitarme, cargando una guitarra a la espalda.
Según ella, no podía quedarse en su casa porque Naomi iba a estar ahí todo el día. No me sorprendió. A ese melocotón le encantaba estar metida en todo. Fang no tenía ganas de hablar demasiado, lo cual no me molestó en lo absoluto. En su lugar, se sentó cerca de mi cama, sacó su guitarra y comenzó a tocar.
Era buena. Muy buena. Sus dedos se movían con naturalidad por las cuerdas, cada nota resonando con un ritmo suave y relajante. Me quedé escuchando en silencio mientras ella dejaba que la música hablara por sí sola.
Aunque, de vez en cuando, notaba que me miraba antes de volver a concentrarse en su guitarra. También me di cuenta de que su cola seguía marcando el ritmo, dando golpeteos a la cama, como si fuera un metrónomo instintivo.
El sábado, Stella fue la que vino a pasar el rato.
Apenas entró en la habitación, me miró con una sonrisa en donde tramaba algo. Era esa clase de sonrisa que te decía que alguien estaba a punto de decir algo molesto. No tardó en decirme que ahora Rosa me llamaba "hermanito". Y lo peor es que lo dijo con un tono claramente burlón.
No le di demasiada importancia y le dije que era eso o que me dijera cachorro. A lo que Stella se rio... su risa era algo contagiosa.
Ese día Stella quiso ver un episodio de una de sus series que salía ese día y, aprovechando que yo todavía no podía salir del hospital, decidió mostrármela desde el principio ya que aún no presentaban el nuevo capítulo.
Lo raro fue cuando, antes de buscar la serie, me pidió subirse a la cama.
No vi razón para negarme, así que simplemente me hice a un lado y la dejé acomodarse.
Sacó su notebook de su bolso, puso el episodio y se recostó junto a mí. La serie trataba sobre un exasesino a sueldo que había dejado su antigua vida atrás para vivir en paz con su familia, pero su pasado lo alcanzaba y se veía obligado a enfrentarse a otros asesinos para proteger a sus seres queridos.
No era el tipo de serie que esperaba que le gustara a Stella, pero no estaba nada mal. Me dio gracia como el exasesino después de casarse engordo mucho pero no perdió ninguna de sus habilidades como asesino.
Mientras avanzaban los episodios, me di cuenta de algo. Stella estaba muy apegada a mi... su cabeza descansaba en mi hombro mientras respiraba tranquilamente, además de eso, su cola se había enrollado en mi pierna.
No fue un movimiento brusco ni incómodo, solo pasó en algún momento sin que me diera cuenta. Y lo más extraño fue que... no me molestó.
Era un gesto que se sentía natural, incluso reconfortante. No supe por qué, pero en ningún momento sentí la necesidad de apartarme. Tal vez solo estaba acostumbrándome a esto de tener amigos... Quien sabe.
Cuando terminamos de ver la serie, nos quedamos conversando un rato.
Stella hablaba de un montón de cosas sin un orden en particular. Mencionó un sitio donde, según ella, tenían las mejores malteadas que había probado en su vida. También habló de una nueva tienda de comida japonesa que habían abierto recientemente y que quería probar.
Eventualmente, de alguna forma, la conversación se convirtió en una lista de lugares que quería visitar. Incluso mencionó la idea de ir juntos algún día.
No vi problema con eso, así que simplemente asentí. Aunque, por alguna razón, ese momento me pareció extraño.
Comparándolo con el momento del miércoles, cuando Naomi hablaba sobre sus cosas, ella lo hacía de una forma que me resultaba molesta. No porque el tema en sí me importara poco, sino por la manera en que lo decía, como si esperara que me importara tanto como a ella. Como si fuera mi obligación escucharla.
Con Stella era diferente.
No me molestaba escucharla hablar de los sitios que quería visitar, ni de lo que le gustaba hacer en su tiempo libre. De alguna manera, su entusiasmo se sentía... genuino. Simplemente era agradable hablar con ella... escucharla.
El domingo fue el día en el que finalmente me sentí completamente recuperado.
Mi regeneración había vuelto a su nivel normal y la sensación de pesadez en mis músculos y articulaciones había desaparecido por completo.
El doctor Bartholomew me hizo un chequeo final antes de darme el alta. Me entregó un papel con las fechas de mis próximos controles y después de un intercambio rápido de palabras, me levanté para irme.
Antes de que saliera, sin embargo, escuché que murmuraba algo en voz baja. No alcancé a escucharlo del todo, pero lo poco que capté me dejó pensativo. Dijo que había tenido dos pacientes especiales en poco tiempo. ¿Quién sería el otro?
En cualquier caso, no tenía tiempo para pensar en eso ahora. Lo más importante era que por fin podía salir de este lugar.
Llamé a Spears, quien no tardó en responderme y decirme que vendría a buscarme. A los pocos minutos, apareció en su auto junto a la tía Fang.
Según ellos, había que "celebrar" mi recuperación, así que terminamos en un restaurante italiano.
El lugar tenía un ambiente acogedor y, para mi sorpresa, el dueño resultó ser un T-Rex, al igual que la tía Fang.
Parecía ser alguien que Spears conocía, porque intercambiaron algunas palabras amistosas cuando llegamos. Nos sentamos y, poco después, la comida llegó a nuestra mesa.
Era increíble.
Cada bocado tenía un equilibrio perfecto de sabores, la textura de la pasta, la mezcla de especias, el punto exacto del queso... y no hablemos de la pizza. Quien fuera que cocinara aquí tenía un talento indiscutible.
Cuando terminamos, el dueño del lugar se acercó a la mesa y no pude evitar decirle lo que pensaba. El dueño sonrió con orgullo y me respondió que le pasaría sus palabras a un tal Eddie.
Ahora me encontraba de camino a la escuela, caminando a paso tranquilo.
Spears me había dicho el domingo que tenía asuntos que atender temprano, así que no podría llevarme en auto. No me molestó; de todas formas, me gustaba caminar.
Llegué a la entrada del instituto y me detuve al pie de las escaleras que llevaban a la puerta principal. Varios estudiantes estaban reunidos afuera, algunos en pequeños grupos conversando, otros revisando sus teléfonos o simplemente esperando a que las clases comenzaran. No veía a Rosa y Stella que normalmente estaban juntas o a Fang con su banda.
No tenía prisa. Todavía quedaba tiempo antes de que sonara la campana, así que subí las escaleras y me desvié hacia los jardines que normalmente eran más tranquilos.
Fue entonces cuando lo escuché.
Voces, susurros. Murmullos entre los estudiantes que pasaban a mi lado.
¿?1: "Dicen que la razón de que suspendieran las clases fue debido a un ataque... que intentaron hacer un atentado la escuela."
¿?2: "Eso es lo que salió en las noticias, ¿no? Que unos tipos atacaron el instituto y que hubo un enfrentamiento al final."
¿?3: "Pero no hay pruebas de que alguien haya estado aquí, ¿cierto? Solo mostraron los daños en el estacionamiento y ya."
¿?1: "Exacto, pero igual es raro. O sea, ¿quién demonios atacaría una escuela?"
¿?2: "No lo sé, pero escuché que algunos creen que no fue un ataque externo, sino algo que pasó aquí dentro."
¿?3: "¿Cómo así?"
¿?2: "Pues que alguien de la escuela estuvo involucrado. No sé quién, pero hay rumores de lo que dijeron en las noticias es falso."
¿?1: "Eso no tiene sentido."
¿?3: "¿Y si es cierto?"
Fruncí levemente el ceño.
Por supuesto, los rumores se habían esparcido. No era raro. La versión oficial que salió en las noticias hablaba de un "atentado fallido" en el instituto. Un enfrentamiento entre "individuos no identificados" que había terminado con daños en el estacionamiento de la escuela.
Pero la realidad era completamente distinta. Lo que realmente ocurrió fue mi pelea con esa cosa en el estacionamiento. Aunque nadie fuera de unos pocos sabía la verdad.
La mayoría de los estudiantes hablaba sin conocimiento, repitiendo lo que habían escuchado en la televisión o agregando sus propias teorías ridículas. Pero lo que más me llamó la atención fue el último rumor.
Apreté los dientes ligeramente.
¿De dónde habían sacado eso? Era imposible que alguien supiera lo que realmente ocurrió. A menos que...
Sacudí la cabeza. No, no tenía sentido. Nadie de la escuela estuvo presente en el enfrentamiento. Y quienes sabían la verdad no divulgarían lo que paso, así como así.
Ignoré los murmullos y seguí caminando hacia los jardines. No tenía tiempo para preocuparme por chismes sin fundamento.
Me detuve en los jardines, aún con el eco de los rumores en mi cabeza. La noticia oficial era falsa, eso estaba claro. Pero, ¿qué tanto importaba?
Si no hacía nada, tal vez con el tiempo los chismes se disiparían por sí solos. Suspiré, apartando el tema de mi mente. No valía la pena seguir dándole vueltas.
Di un par de pasos más, cuando de repente...
¿?: "¡GRAAH!"
Algo se lanzó hacia mí.
Mi cuerpo reaccionó dando un paso hacia atrás y giré levemente para esquivar el ataque. Lo que fuera que intentó embestirme pasó de largo, aterrizando con fuerza sobre la hierba.
Fruncí el ceño y miré a mi agresor. La reconocí casi al instante. Era la dino amarilla con cabello rojizo que había visto en el almuerzo aquella vez. La misma que estaba con Heather y Judee... ¿porque trae un gorro con cuernos?
A un lado, escuché a alguien jadear, intentando recuperar el aliento.
Judee: "¡S-Schizo, d-detente!"
La mirada de la chica seguía clavada en mí. Su postura era tensa, como si estuviera lista para volver a lanzarse.
Schizo: "No te metas, Judee. Aún hay tiempo de detenerlo antes de que sea demasiado tarde."
Judee parecía inquieta, pero no se atrevía a acercarse.
Fruncí el ceño. ¿De qué demonios estaba hablando esta chica? Seguí esquivando sus intentos de atacarme, no eran ningún problema, pero esto se estaba volviendo molesto.
Kross[B]: "Judee..., ¿me podrías decir que le pasa a tu... amiga?"
Judee titubeó antes de responder.
Judee: "Es p-por... lo que pasó hace unas semanas."
Me quedé en silencio por un momento.
Blue: (Oh, por el amor de...)
Red: (Mierda.)
Mis ojos se entrecerraron. Hace unas semanas... La pelea. Estas chicas...
¿Observaron lo que paso?
Kross[B]: "Judee, ¿puedes ser más específica?"
Seguía esquivando a Schizo sin dificultad, pero esto estaba comenzando a ser ridículo. Judee dudó por un segundo antes de contestar.
Judee: "E-es por... l-lo que pasó en esa p-pelea... c-con esa c-cosa... lo v-vimos con Heather y S-Schizo cuando p-paso."
Ahí estaba la confirmación.
Kross[B]: "Entonces, ¿por qué me está atacando?"
Antes de que Judee pudiera responder, Schizo habló por primera vez.
Schizo: "¡Porque sé lo que eres!"
Su voz tenía un tono de convicción casi fanática.
Schizo: "Crees que no nos damos cuenta, ¿verdad? Pero todo esto es parte del plan. ¡El gobierno lleva años preparando sujetos infiltrados para espiarnos y manipular nuestras mentes! Primero se muestran amigables, fingen que son como nosotros... ¡pero en cuanto bajas la guardia, te convierten en su títere!"
Blue: (¿Qué carajos estoy escuchando...?)
Red: (Parece sacado de alguna conspiración rara... ¿Acaso también cree que las palomas son cámaras del gobierno?)
Blue: (No tengo tiempo para analizar cómo funciona su mente. Lo que sí sé es que tenemos que reducir esta situación antes de que se salga de control.)
Kross[B]: "Vamos a calmarnos un poco..."
Levanté las manos con tranquilidad, como si estuviera intentando razonar con un animal asustado.
Kross[B]: "Piensa en lo que estás diciendo. Si de verdad fuera parte de una conspiración del gobierno, ¿no crees que habría hecho algo antes? ¿Por qué esperaría todo este tiempo?"
Schizo entrecerró los ojos, analizándome con desconfianza.
Judee: "W-Wendy, ya te dije que K-Kross no es p-peligroso..."
Schizo la miró con frustración.
Schizo: "¡Te dije que no me llamaras así!, ¡Además, eso es lo que quiere que pienses, Judee! Se gana tu confianza, te hace creer que es inofensivo... y cuando menos lo esperas, ¡te convierte en su esclava mental!"
Judee se estremeció un poco ante la intensidad de su amiga, pero no respondió.
Kross[B]: "Escucha, no tienes razones para atacarme. No soy ningún espía del gobierno, ni tengo poderes de control mental, ni nada de eso. Soy un estudiante más, igual que tú."
Schizo chasqueó la lengua, sin creer una sola palabra.
Schizo: "¡No voy a caer en tus trucos de manipulación!"
Sin previo aviso, se lanzó contra mí otra vez.
Pero antes de que pudiera alcanzarme, una mano la sujetó firmemente por la parte trasera de la ropa, deteniéndola en seco. Era Heather.
Heather: "Schizo, cálmate."
Su voz era tranquila, pero firme. Schizo forcejeó un poco, intentando zafarse, pero Heather la sostuvo sin esfuerzo.
Schizo: "¡Heather, suéltame! ¡No puedes confiar en él!"
Heather ladeó la cabeza. Sus ojos, como siempre, no miraban en la misma dirección, lo que hacía difícil saber a dónde estaba enfocando su atención.
Heather: "Sea lo que sea que haya pasado... Kross no es un peligro, lo he visto trabajar en el jardín con Stella. No es esa clase de chico que haría algo así. Aunque lo que vimos ese día, de seguro hubo una razón detrás."
Red: (Bendita seas Heather.)
Schizo abrió la boca para responder, pero el intento de ‘mirada’ de Heather pareció callarla al instante. La gigante entonces se giró hacia mí.
Heather: "Lamento esto. Espero que no te haya causado problemas."
Kross[B]: "No pasa nada, Heather."
Miré a Schizo, que aún me observaba con sospecha, y luego a Judee, quien soltó un suspiro aliviado.
Blue: (Bueno, esto fue... interesante.)
Red: (Más bien molesto.)
Blue: (También.)
Suspiré internamente. Por lo menos, la situación ya no estaba fuera de control. Pero debía hacer algo por si las dudas. Si había algo de lo que quería evitar preocuparme, era de rumores fuera de control.
Kross[B]: "Si no es mucha molestia, ¿podrían evitar hablar de esto?"
Mi tono era relajado, sin presión, pero con la suficiente seriedad para que entendieran que no era solo un comentario casual.
Kross[B]: "Ya saben cómo son estas cosas. Alguien dice una palabra equivocada y, para el final del día, terminamos con historias de que fui yo quien voló la escuela en pedazos."
Heather asintió sin problemas, su expresión era neutra, como si lo entendiera perfectamente.
Heather: "No hay problema. Nadie dirá nada."
Aún sujetaba a Schizo en el aire, como si no pesara nada. Y con un ligero giro, la puso de frente a ella.
Heather: "¿Verdad?"
Schizo, con el ceño fruncido, se cruzó de brazos y apartó la mirada con un gruñido. Judee, aun jugando con las marionetas de sus manos, se acercó con cautela.
Judee: "S-Schizo... p-por favor, n-no digas n-nada. K-Kross no es lo q-que piensas. Y-ya te dije... f-fue amable... h-hasta cuando h-habló con mis m-marionetas... p-por favor."
Schizo la miró fijamente, sus ojos llenos de duda. Por unos segundos, pareció debatirse entre su paranoia y la confianza en su amiga.
Finalmente, bufó con fastidio.
Schizo: "Ugh... está bien. No diré nada. Pero si algo raro pasa, ¡seré la primera en decir ‘se los dije’!"
Heather, satisfecha, asintió y finalmente la dejó en el suelo. Apenas tocó el piso, Schizo me apuntó con el dedo.
Schizo: "¡Igual te estaré vigilando!"
Rodé los ojos.
Kross[B]: "Haz lo que quieras."
Heather sonrió levemente.
Heather: "Será mejor que entremos. La campana sonará pronto."
Con eso, el grupo se dispersó y pude seguir con mi día. Después de... esa extraña situación, todo volvió a la normalidad.
Las clases transcurrieron sin incidentes. En inglés, Stella estuvo a mi lado como siempre, aunque creo notar que su asiento estaba más cerca del mío que antes. En educación física, compartí espacio con Rosa. En ciencias, estuve con Fang.
Un día tranquilo.
Bueno, casi. Las chicas me dieron sus números. No es que me molestara ni nada, pero tampoco era algo que me esperaba.
Red: (¿Por qué ahora?)
Blue: (Pensándolo bien, nunca los pedimos... tal vez simplemente no nos importó antes.)
Ahora estaba en el auditorio, almorzando junto a Fang y la banda. La Ptero y yo estábamos sentados en los asientos de al frente, comiendo con calma. Mientras tanto, en el escenario, Trish revisaba su bajo y Reed ajustaba su batería.
La comida estaba bien. El ambiente, tranquilo. Todo iba bien. Excepto por un pequeño problema. Mi boca estaba completamente seca. No era la peor sensación del mundo, pero era molesta.
Miré mi bandeja y confirmé lo que ya sabía: se me había olvidado comprar algo para beber.
Apreté los labios con fastidio. Podía solucionarlo de dos maneras: levantarme y caminar hasta las máquinas expendedoras, o simplemente pedirle a alguien un poco de lo suyo.
Opción A: Fang.
Descartada.
Ya había aprendido por las malas que con Fang la comida era sagrada. Una vez quise probar uno de sus Nuggets porque por su expresión parecían ser hechos por un chef de alta clase... y casi pierdo la mano. Desde entonces, aprendí la lección. No preguntar por alimentos a la Ptero.
Opción B: Trish.
Inmediatamente descartada.
Con ella, la posibilidad de que me escupiera en la cara era bastante alta.
Lo que me dejaba solo con la Opción C: Reed.
Me pare del asiente y me acerque al escenario en donde el raptor estaba sentado en la batería, mirando a la nada con una expresión de absoluta paz.
Kross[B]: "Hey, Reed."
Reed parpadeó lento y giró la cabeza con la misma velocidad con la que crecían los árboles.
Reed: "¿Hmm?"
Kross[B]: "¿Tienes algo para beber? Se me olvidó comprarme algo, después te lo compenso."
Reed se quedó en silencio por unos segundos, como si estuviera procesando mis palabras en cámara lenta. Finalmente, levantó una mano y señaló vagamente hacia los asientos del auditorio.
Reed: "En mi mochila... hay un termo."
Asentí.
Kross[B]: "Bien. Gracias."
Me levanté de mi asiento y caminé hasta su mochila, que estaba en una de las filas de asientos más alejadas. Era fácil de identificar. Negra, con un par de parches cosidos de forma desordenada.
Abrí el cierre y lo vi de inmediato: un termo metálico de color oscuro. Lo tomé y le quité la tapa.
Blue: (Huele... extraño.)
Red: (Sí, pero tenemos sed.)
Sin pensarlo mucho, tomé un buen trago. El líquido pasó por mi garganta con un sabor... raro. No amargo, no dulce, no ácido. Raro. Tragué y bajé el termo lentamente.
Blue: (¿Qué demonios fue eso?)
Red: (No tengo ni puta idea.)
Fruncí el ceño y giré la cabeza de nuevo hacia Reed.
Kross[B]: "Oye, Reed..."
El raptor, que seguía en su propio mundo, giró la cabeza con la misma lentitud de antes.
Kross[B]: "¿Qué mierda tienes en el termo? Sabe raro."
La expresión de Reed cambió al instante. Su mirada perdida desapareció de golpe, como si la realidad lo hubiera alcanzado de una patada en la cara.
Reed: "Espera... ¿Bebiste de mi termo?"
Su voz temblorosa y llena de miedo hizo que Fang y Trish giraran la cabeza de inmediato en mi dirección. Ambas me miraron, impactadas.
Kross[B]: "Sí... te pregunté si tenías algo para tomar y me dijiste que en tu mochila había un termo, así que—"
Reed bajó del escenario apresurado, casi tropezando con su propia batería.
Reed: "¡¿Tienes idea de qué mierda acabas de tomar?!"
Fruncí el ceño.
Kross[B]: "No realmente... solo sé que tenía un sabor horrible."
Reed se acercó aún más, su respiración estaba agitada, los ojos bien abiertos.
Reed: "¡Eso era Carfe hermano! ¡Carfentanilo!"
Fang reaccionó de inmediato, su postura se tensó, sus alas se extendieron y dio un paso al frente con una expresión que no le había visto antes.
Fang: "¡¿QUÉ?!"
Trish también se acercó, su rostro palideciendo al instante.
Kross[B]: "¿Y qué tiene de malo?"
Reed se pasó una mano por el hocico, claramente alterado.
Reed: "Esa mierda es una droga fuerte aun estando diluida, sé que lo usaban los humanos en las guerras en contra de nosotros. Para los dinos no es gran cosa tiene un efecto relajante, pero para los humanos..."
Fang: "¡¿Me estás jodiendo?! ¡¿Por qué carajos tomaste eso?!"
Kross[B]: "¡Tenia sed! ¡¿y qué es lo que los altera tanto?!"
Reed: "¡Si un humano tomara algo así, su corazón literalmente podría explotaría!"
Kross[B]: "Vamos, no puede ser para tan—Wow"
Un mareo repentino golpeó mi cabeza, haciendo que perdiera el equilibrio por un instante. Mi cuerpo se inclinó hacia un lado y tuve que dar un paso torpe para estabilizarme, apoyando una mano en el asiento más cercano.
Fang: "¡Kross!"
El grito de Fang fue lo primero que escuché. No era solo preocupación. Era puro pánico. Reed se colocó a mi lado, con la mandíbula tensa y una expresión de puro nerviosismo. Trish simplemente nos miraba, completamente en shock.
Red: (Nos está pegando esta mierda... Jeje)
Blue: (No tan fuerte como en el recinto, pero... no deja ser molesto por eso.)
Fang se acercó de inmediato, visiblemente alterada.
Fang: "¡¿Qué hacemos?! ¡¿Lo llevamos a la enfermería?! ¡¿Llamamos al hospital?!"
Podía sentir su miedo en cada palabra.
Red: (Se nota que realmente le importamos.)
Blue: (Sí... se siente el temor en cada palabra suya.)
Intenté calmarla, respiré hondo y hablé con la voz más estable que pude.
Kross[B]: "No... solo llévenme al baño y estaré bien."
Fang: "¡¿Qué?!"
Kross[B]: “Fang... solo necesito ir baño. Estaré bien... lo prometo.”
Mi tono fue firme, pero a la vez suave, aunque en mi estado era difícil sonar convincente.
Kross[B]: “Solo... necesito algo de ayuda para no tropezar y caerme”
Reed: "Yo te presto mi hombro, vamos. Fang ayúdame un momento."
Fang tardó un segundo en reaccionar, pero finalmente asintió y me ayudó a apoyarme en Reed.
Salimos del auditorio con algo de prisa. En el camino, mis sentidos estaban alterados. No podía sentir a nadie cerca aparte de ellos, si tenía suerte nadie nos vio.
Cuando llegamos a los baños, Fang y Trish se quedaron afuera mientras Reed entraba conmigo.
Reed: "¿Qué necesitas?"
Kross[B]: "Solo relájate y observa."
Me aparte de Reed y me acerqué al lavamanos más cercano tambaleando un poco, giré un poco la cabeza hacia el raptor y levanté una mano.
Kross[B]: "Te mostraré un truco."
Reed, todavía nervioso, me miró con el ceño fruncido. Antes de que pudiera preguntar algo, llevé un dedo a mi boca y lo mordí con un poco más de fuerza de la necesaria.
Reed: "¡¿Qué carajos estás—?!"
No lo dejé terminar. Dejé que la sangre brotara y, justo como esperaba, el color era diferente. Más oscuro.
Reed me observaba con una mezcla de horror y fascinación.
Reed: "¿Qué mierda estás haciendo?"
Kross[B]: "Solo espera."
El líquido carmesí cayó en el lavamanos en pequeños hilos. Esperé unos segundos, observando cómo el color se aclaraba lentamente hasta volverse normal. Mi regeneración había hecho su trabajo. Unos momentos después, la herida se cerró por completo.
Tomé un poco de papel del dispensador en la pared y limpié mi mano.
Kross[B]: "Listo. Qué bueno que se fue el mareo, eso sí que era molesto."
Reed parpadeó varias veces, completamente atónito.
Reed: "Bro... ¿qué carajos acabas de hacer?"
Le lancé una mirada tranquila mientras tiraba el papel usado a la basura.
Kross[B]: "Es un secreto, amigo mío."
Le di unas palmadas en el hombro.
Kross[B]: "Pero en serio, deberías dejar esa mierda. Sabe horrible."
Reed soltó una carcajada nerviosa.
Reed: "Carajo... pensé que había matado a uno de mis Bros."
Kross[B]: “Necesitas algo muchísimo más fuerte para hacerme algo, Bro”
Le sonreí levemente, esperando calmarlo un poco. Reed suspiró, todavía con algo de tensión en el rostro, pero asintió.
Cuando salimos del baño, Fang fue la primera en acercarse.
A simple vista, se veía normal, pero bastaba con fijarse bien para notar lo contrario. Sus alas estaban ligeramente levantadas, los músculos de sus hombros rígidos, y su cola se movía con nerviosismo. Pero lo que más me llamó la atención fue su mirada: intensa, preocupada, llena de emociones que rara vez dejaba ver con tanta facilidad.
Antes de que pudiera decir algo, hablé primero.
Kross[B]: "Lo siento si te preocupé, pero ya estoy bien."
Abrió la boca para responderme, pero dudó por un momento. Su mirada recorrió mi rostro como si quisiera asegurarse de que decía la verdad. A un lado, Trish frunció el ceño con confusión.
Trish: "¿Cómo carajos sigues de pie después de tomar eso? Eso debería de haberte—."
No terminó la frase.
Porque, antes de que pudiera hacerlo, Fang cerró la distancia entre nosotros y me abrazó.
Fue un movimiento rápido, sin previo aviso, como si su cuerpo se hubiera movido por instinto antes de que pudiera pensarlo. Sus brazos me apretaron con fuerza, su ala izquierda cubriendo mi espalda en un gesto protector.
Fang: "Gracias a Jesús Raptor... no te paso nada..."
Red: (Okey... esto es raro...)
Blue: (...Mmm...)
Su voz sonaba más suave de lo normal. Me quedé en silencio. No estaba acostumbrado a esto. Mas viniendo de Fang.
A pesar de lo repentino del gesto, no me sentí incómodo. Podía sentir el alivio en su respiración, en la forma en la que se aferraba a mí. Le di palmadas en su espalda asegurándole lo que le había dicho.
A mi lado, Trish estaba completamente atónita, sin saber cómo reaccionar. Reed, por otro lado, simplemente me dedicó una sonrisa aliviada mientras apoyaba una mano en mi hombro.
Después de un rato, Fang aflojó un poco el abrazo, pero no se apartó del todo. No supe qué decir. Así que simplemente me quedé ahí, dejando que el momento pasara por sí solo. Fang finalmente me soltó y todos volvimos caminando al auditorio.
Reed ya no estaba con la mirada perdida como antes. Se notaba más relajado, tal vez porque el susto de haberme visto colapsar se le estaba pasando. Fang, por otro lado, seguía más cerca de lo usual. Cada tanto, me lanzaba miradas de reojo, como si estuviera asegurándose de que de verdad estaba bien.
Lo que me resultó más extraño fue Trish.
Desde que regresamos, no dejaba de observarme con una expresión difícil de leer. No era la mirada de asco o desdén que solía darme antes, ni la de molestia cuando hablaba con Fang. No.
Era otra cosa. Sospecha, tal vez.
No tenía idea de qué estaba pensando, pero tampoco me preocupé demasiado. Trish nunca había sido fanática de mi presencia. Si algo estaba pasando por su cabeza, lo descubriría tarde o temprano. Y si intentaba algo... mejor no pensar en eso. Por ahora, lo mejor era dejarlo pasar.
...
...
...
Viernes. Hora del almuerzo.
El resto de la semana pasó sin mayores inconvenientes. Fue casi como si todo volviera a la normalidad… o al menos, lo más normal posible en mi caso.
Lo único destacable era que, poco a poco, empecé a notar algo en particular.
Fang y Stella.
No era mi imaginación. Día tras día, ambas parecían estar más cerca de lo usual. En los descansos, en clases, incluso en la hora del almuerzo. No es que me molestara, pero definitivamente era algo que antes no pasaba con tanta frecuencia.
Llegó un punto en el que la curiosidad me ganó y, aprovechando que estaba a solas con Rosa en uno de los pasillos, le pregunté al respecto.
Ella suspiró antes de darme una respuesta. Dijo algo sobre que hay cosas que uno no puede ver si no se esfuerza en descubrirlas, que hay momentos en los que necesitas abrir más los ojos.
No entendí a qué se refería.
Rosa solo me miró y sonrió con un tono juguetón, diciendo que a veces su "hermanito" era un poco denso.
Aparte de eso, durante la semana pude sentir la mirada de Schizo y de Judee de lejos, se que Judee no tenia malas intenciones... pero su amiga por otro lado era todo un caso con su paranoia y eso. De momento, no ha hecho nada fuera de lo común, supongo que debería de estar bien.
No le di mucha importancia en su momento.
Ahora, estaba en la cafetería junto a Rosa y Stella, almorzando como de costumbre. Rosa había traído comida casera, Stella había optado por un wrap de vegetales con una bebida fría.
Yo, por mi parte, tenía un plato con carne y algunos acompañamientos. No era que necesitara comer carne en cada comida, pero mi cuerpo pedía suficiente energía para mantenerse a tope. Aun así, intentaba no comer demasiada frente a ellas, más por respeto que por otra cosa.
Todo parecía normal hasta que sentí una presencia acercándose... con ese tono tan azucarado que era imposible de ignorar.
Red: (Dime que no...)
Blue: (Mierda...)
La parasaurio se acercó con su sonrisa brillante y un saludo animado que contrastaba demasiado con el ambiente tranquilo de la mesa.
Naomi: "¡Hola, chicos!"
Rosa y Stella la saludaron con naturalidad, mientras que yo apenas levanté la mano en un gesto seco. No valía la pena gastar palabras en alguien como ella.
Se sentó a un lado y comenzó a hablar sobre algunas cosas del consejo estudiantil, mencionando eventos, reuniones y otras tonterías que realmente no me importaban. Pero mientras hablaba, noté algo...
Red: (Algo no cuadra. ¿Por qué ahora?)
Blue: (Aprendió esto cuando nos visitó en el hospital, sabe que no la podemos mandar a la mierda cuando hay gente cerca. Quiere algo...)
Observé su postura con atención. Su cola se movía de manera controlada, sin el típico balanceo relajado que tenían los de su especie cuando estaban cómodos. Sus ojos, aunque mantenían esa fachada de amabilidad, no estaban completamente relajados, había veces que me miraba de reojo. Su sonrisa era la misma de siempre, falsa. Pero algo en su tono... era demasiado intencionado.
Naomi no solo estaba aquí por una charla casual. Quería algo de mí.
Y, como si hubiera leído mis pensamientos, finalmente dirigió su atención hacia mí.
Naomi: "Kross, necesito hablar contigo sobre algunas cosas. ¿Podemos hacerlo en privado?"
Sabía que esto iba a pasar. Me tomé un momento antes de responder, observándola fijamente.
Kross[B]: "Bien. A donde quieres ir."
Naomi: “Vamos a la sala del consejo. Debería de estar vacía.”
Me levanté de la mesa, tomando mi bandeja con calma para botar la basura que tenía y me despedí de Rosa y Stella con un simple gesto antes de seguir a Naomi fuera de la cafetería.
Después de un par de minutos caminando en silencio, llegamos a la oficina del consejo estudiantil. Naomi abrió la puerta con un movimiento fluido y, con una sonrisa medida, me hizo un gesto para que pasara primero.
Eché un vistazo rápido al interior. El lugar estaba impecable, perfectamente ordenado, sin un solo objeto fuera de lugar. Los escritorios brillaban de limpios, los documentos estaban alineados con precisión matemática y el aire tenía ese aroma sutil de ambientador caro. Todo daba la sensación de una oficina intachable, como si el caos nunca hubiera pisado este lugar.
Igual que la fachada de Naomi.
Pero antes de que pudiera seguir analizando el sitio, un sonido me sacó de mis pensamientos.
Click.
El seguro de la puerta.
Mi mirada volvió de inmediato a Naomi. Lo primero que noté fue el cambio en su expresión. La dulzura artificial y el tono empalagoso con el que solía hablar desaparecieron en un instante. Su postura se relajó y su rostro adquirió un aire de hastío, como si finalmente pudiera dejar de fingir.
Naomi: "Por fin estamos solos."
Kross[B]: "No perdiste tiempo en quitarte la máscara."
Ella inclinó levemente la cabeza, su sonrisa ahora tenía un matiz de diversión mezclado con arrogancia.
Naomi: "Contigo nunca ha servido de nada ¿Verdad? No veo la necesidad de gastar energía en algo que no tiene sentido."
No me sorprendía en absoluto. Suspiré con pesadez, ya cansado de esto. Si iba a decirme algo, más le valía que lo hiciera rápido.
Kross[B]: "Voy a ahorrarnos el juego. ¿Qué quieres?"
Su mirada se iluminó apenas, como si esperara esa pregunta con ansias.
Naomi: "Saber qué eres."
Me quedé en silencio por un segundo.
Naomi: "He investigado, sabes. Ser la presidenta del consejo estudiantil me da acceso a mucha información. Y, curiosamente, no encontré absolutamente nada sobre ti. Nada relevante, al menos."
Red: (...Mierda.)
Blue: (Esto no es bueno.)
Kross[B]: "Tal vez porque no hay nada que encontrar."
Naomi soltó una risa suave, como si mi respuesta le pareciera adorablemente ingenua.
Naomi: "No me hagas reír, Kross. No importa cuánto escarbé, cuánto pregunté... siempre encontraba un vacío. Y si hay algo que he aprendido es que cuando no hay información sobre alguien, es porque alguien se encargó de que fuera así."
Rodé los ojos, completamente cansado de la situación.
Kross[B]: "Mira, deja de meter tu hocico donde no debes. Si eso era todo lo que querías decirme, ya me voy."
Me giré para dirigirme a la puerta, pero antes de que pudiera dar un paso, su voz me detuvo.
Naomi: "Tranquilo, aún no termino."
Pasó junto a mí con total confianza y se acomodó en su escritorio, sin dejar de hablar.
Naomi: "En realidad, no fue tan difícil descubrir que ocultabas algo. Y no porque tú lo dijeras, claro... sino por las personas que estuvieron presentes aquel día en los jardines del día lunes... fue una interacción muy interesante."
Mis ojos se entrecerraron.
Naomi: "Unas chicas del club de títeres hablaron demasiado, en especial una. Con un poco de encanto y persuasión, conseguí lo que necesitaba."
Tecleó algo en su computadora y, tras unos segundos, giró la pantalla hacia mí.
Y ahí estaba. Un video.
Era de aquel día. En medio del estacionamiento. Peleando contra esa cosa. O mejor dicho el momento en donde deje que Red tomara todo el control...
Blue: (…¿Cómo mierda—?)
Red: (¡Nos grabaron!)
Blue: (...Lo más probable que fuera Schizo...debí asegurarme mejor...)
Naomi apoyó un codo en el escritorio y dejó su rostro descansar sobre su palma, observándome con una sonrisa triunfal.
Naomi: "Wendy fue bastante amable al darme la grabación de todo lo que hiciste ese día. Entonces, dime, Kross…"
Sus ojos brillaron con una mezcla de satisfacción y expectativa.
Naomi: "¿Qué eres realmente?"
...
......
.........
Blue: (No podemos dejar que esto escale. Hay que manejarlo ahora.)
Red: (Sí, sí, ya sé... Pero dime cómo piensas convencer a esta tipa de que no haga una estupidez.)
Blue: (A mi manera como siempre. Esto no le sirve de nada. Si la dejamos pensar que no tiene poder sobre nosotros, perderá el interés.)
Red: (Más te vale que funcione...)
Respiré hondo, manteniendo mi expresión neutral.
Kross[B]: "Déjame ahorrarte problemas, Naomi. No importa que sea yo. Tampoco importa cuánto pienses que esto es importante, en realidad no te sirve de nada."
La Parasaurio arqueó una ceja y su sonrisa se amplió apenas un poco.
Naomi: "¿Ah, no? Qué curioso, porque tengo en mi poder algo que claramente no querías que nadie viera."
Kross[B]: "¿Y qué? ¿Vas a mostrárselo a todo el mundo?"
Naomi: "Tal vez."
Kross[B]: "¿Y después qué? ¿Qué crees que pasará? La mayoría de las personas en esta escuela ni siquiera creerían lo que están viendo. Y aquellos que sí lo hagan... bueno, ¿qué explicación podrían darles? Un estudiante peleando con una criatura en medio del estacionamiento, sin antecedentes, sin contexto. Todo lo que tienes es un video sin fundamento. Sin mencionar que ya salió en las noticias que paso. Todo pasara sin pena ni gloria en pocos días."
Naomi suspiró y apoyó su codo en la mesa, dejando descansar su rostro sobre su palma.
Naomi: "No subestimes lo que se puede hacer con la información correcta, Kross. No necesitas que todos crean lo que ven, solo a las personas adecuadas. Y créeme... hay muchas personas a las que esto les interesaría."
No respondí de inmediato. Mantuve mi mirada fija en ella, observando cada pequeño cambio en su expresión.
Kross[B]: "No tienes idea de lo que estás diciendo."
Naomi: "Oh, pero tú sí, ¿verdad?"
Kross[B]: "Claro que sí."
Naomi chasqueó la lengua, pero su expresión nunca dejó de ser confiada.
Naomi: "Entonces, si tanto sabes... dime, ¿qué pasaría si este video llegara a las manos equivocadas?"
Kross[B]: "No importaría. Y sabes que... no vales la pena. Me largo."
Me di media vuelta, caminando hacia la puerta. Esta conversación ya había durado demasiado. Pero entonces, su voz sonó de nuevo, con un tono más bajo.
Naomi: "Tal vez. Pero no creo que tus amigas opinen lo mismo."
Me detuve en seco.
Blue: (No…)
Red: (Oh, no me jodas…)
Blue: (Esta perra...)
Giré la cabeza lentamente hacia ella.
Naomi no parecía afectada por mi reacción. Al contrario. Su sonrisa se mantuvo, confiada, como si ya supiera que me tenía exactamente donde quería.
Naomi: "Dime, Kross. ¿De verdad crees que esto solo te afecta a ti? Porque, sinceramente, no lo veo así."
Mi mirada se endureció.
Naomi: "Piénsalo. ¿Qué pasaría si esto le trajera problemas al director? ¿Si el hecho de haber protegido a alguien como tú lo pusiera bajo la lupa? Cuando busqué información sobre ti, noté lo mucho que evitaba hablar del tema. Y cuando revisé tus documentos…"
Hizo una pausa intencional. Una jodida pausa calculada.
Naomi: "Bueno... digamos que alguien se tomó muchas molestias en alterarlos."
Mis ojos se entrecerraron con peligro.
Naomi: "Y no solo es él. ¿Qué pasaría con Rosa, Stella o Fang? ¿Realmente crees que estarían completamente a salvo si esto saliera a la luz? No todos son tan… abiertos de mente. Imagínate lo que dirían si vieran esto. Tal vez empiecen a acosarlas por juntarse contigo."
Señaló la pantalla con la grabación del estacionamiento, estaba ahí... pulverizando las piernas de esa cosa que parecía querer huir....
Naomi: "Tal vez podrían soportarlo... tal vez no. Pero lo que sí es seguro es que, si alguien empieza a hacer preguntas, si alguien realmente escarba en lo que eres, las cosas se pondrán complicadas. No solo para ti."
Ladeó la cabeza con una expresión entre pensativa y entretenida.
Naomi: "Y después de lo que vi en este video... sinceramente dudo que seas un simple humano. No hay registros tuyos en ningún lado, tus documentos han sido manipulados y, viendo lo que hiciste ahí..."
Dejó escapar una pequeña risa.
Naomi: "Un híbrido de categoría AC como mínimo. Quién sabe, tal vez de subcategoría media o alta..."
Cada palabra, cada entonación, estaba diseñada para empujarme al límite. Mis puños se cerraron con tanta fuerza que sentí mis garras queriendo salir por instinto.
Red: (Nos está jodiendo. Nos está jodiendo en serio.)
Blue: (Basta. Si antes no aprendió...)
Red y Blue: (Parece que la amenaza fue demasiado suave la primera vez.)
...
Perspectiva de Naomi.
Todo estaba saliendo incluso mejor de lo que había planeado.
Después de días de investigación, de revisar cada posible pista, de buscar cualquier grieta en la fachada de Kross... finalmente tenía algo sólido. Algo que podía usar para sujetarlo, para mantenerlo exactamente donde quería.
Una correa bien ajustada. Pero lo que más me sorprendía era lo bien que funcionó mencionar a Spears. No me esperaba que fuera un punto tan sensible para él. ¿Qué tan cercanos serán en realidad? Pero ahora no importa.
Mi plan original había sido mucho más simple. Solo tenía que empujarlo hacia Fang, hacer que la hermana de Mi Naser se distrajera con él y, con suerte, lograr que ya no fuera una molestia, aunque no pensé que se acercaría tanto al club de plantas también... todo parecía complicarse.... Pero esto… esto era mejor. Ahora tenía algo mucho más grande en mis manos. No necesitaba que se acercara a Fang.
Lo tenía a él.
Si jugaba bien mis cartas, si lograba doblegarlo aquí y ahora, podría hacer lo que quisiera. Podría moldearlo a MI gusto, hacerlo obedecer todas MIS ordenes, mantenerlo bajo MI control. Con esas capacidades, con esa fuerza... ¿Por qué desperdiciarlo en algo tan mundano como solo ser un simple novio de Lucy?
Y lo mejor de todo... ni siquiera tendría que forzarlo demasiado. Con una simple mención del video sería suficiente.
Por un momento, vi cómo bajaba la cabeza, con los puños apretados. Ahí estaba. Se había rendido. Su actitud desafiante se había desmoronado y ahora... ahora podía manejarlo como quisiera.
O al menos, eso pensé.
Antes de que pudiera disfrutar el momento, su voz interrumpió mis pensamientos.
Era diferente.
Nunca lo había escuchado hablar así. En todas nuestras interacciones, en cada intercambio, en cada ocasión en que había oído su voz a la distancia, jamás había sonado de esa manera. Era un tono más profundo, más denso, con una reverberación extraña que me hizo sentir algo que no quería admitir.
Un escalofrío.
Kross: "¿Me puedes repetir esa mierda?"
Mi cuerpo se tensó.
No estaba bien.
No. Algo definitivamente no estaba bien. Pero, aun así, con un poco de esfuerzo, mantuve la compostura.
Naomi: "Mira, Kross... si te vas sin aceptar el trato que te tengo preparado, el video será publicado."
Intenté que mi voz sonara firme, segura, como siempre. Pero algo dentro de mí gritaba que me callara.
Lo ignoré.
Naomi: "Si eso pasa, el director quedará expuesto. Todos empezarán a hacer preguntas. Sobre ti. Sobre lo que eres. Sobre quién te protege. Pero no solo él saldrá afectado."
Mantuve mi tono pausado, dejando que cada palabra cayera con el peso justo.
Naomi: "Tus amigas. Rosa. Stella. Fang. Puede que no lo veas ahora, pero si la gente descubre lo que eres... si descubren que alguien como tú camina entre ellos sin restricciones, ellas serán las primeras en sufrir las consecuencias. Al juntarse contigo."
Sonreí levemente, confiada.
Naomi: "Así que dime, Kross... ¿de verdad quieres arriesgarlas tam—"
No pude terminar la frase. No pude ni reaccionar.
En menos de un parpadeo, Kross se movió. No vi el momento exacto en que lo hizo. No tuve tiempo de procesarlo. Un instante, él estaba frente a mí. Al siguiente, su mano estaba alrededor de mi cuello, con una fuerza que me levantó del suelo como si no pesara nada.
Mi corazón se detuvo por un segundo.
El aire se me escapó en el acto. Intenté respirar, pero su agarre era firme, implacable. Como si su brazo estuviera hecho de puro hierro.
Y entonces, vi sus ojos.
No eran los mismos de hace un momento. El azul y gris que normalmente tenía había desaparecido. Ahora, su ojo derecho brillaba con un azul intenso, pero lo que realmente hizo que el pánico se apoderara de mí fue el izquierdo.
Rojo.
No un rojo común. No como el de cualquier otro híbrido con una mutación ocular. Este era profundo, ardiente. Como brasas encendidas en la oscuridad. Como un fuego que esperaba consumirlo todo.
El sudor comenzó a resbalar por mis escamas. Sentí mis escamas congelarse, pero no era solo por el miedo. Había algo más. Algo primitivo, algo que me decía que, por primera vez, había ido demasiado lejos.
Kross: "Si tanto quieres saber qué soy..."
Su voz era grave, pesada, como un cuchillo deslizándose por mi cuello.
Kross: "Entonces te lo diré."
Por instinto, mi mirada bajó hasta su mano. Sus dedos se curvaron levemente y, ante mis ojos, garras retráctiles emergieron de sus yemas. Largas. Afiladas.
Las había visto antes en otros dinos o híbridos, pero nunca así. Nunca con esa precisión. Con ese absoluto control. No era un despliegue de agresión desmedida ni un intento de intimidación barata.
Era un recordatorio. Un escalofrío me recorrió la espalda, pero antes de que pudiera procesarlo, Kross continuó hablando con una calma aterradora, como si estuviera explicando un hecho inevitable.
Kross: "Soy lo último que verías si tomas... una mala decisión."
Antes de que pudiera procesarlo, su mano se movió.
Fue rápido. Tan rápido que ni siquiera sentí el corte hasta que el ardor llegó a mi mejilla.
Un rasguño. Un roce insignificante. Pero eso no era lo importante.
Lo importante era la facilidad con la que lo había hecho. La facilidad de perforar mis escamas, podía sentir como empezaba a caer un hilo de sangre, no fue un ataque, sino una advertencia.
Kross: "Porque, a diferencia de ti, no necesito manipular a la gente para hacer lo que quiero... No necesito juegos... No necesito chantajes... solo necesito... una cosa..."
Su tono era bajo, calculado, como si estuviera dejando en claro algo obvio. Algo innegable. Cada palabra cayendo con la misma precisión con la que había deslizado sus garras sobre mi piel.
Kross: "Solo necesito... mover la mano."
Y entonces, lo hizo.
En un movimiento limpio, su otra mano se alzó y se detuvo a escasos milímetros de mis ojos. Mi respiración se cortó.
Si hubiera querido… si realmente hubiera querido...
...ya estaría muerta.
No me moví. No podía moverme.
Por primera vez en mi vida, no tuve palabras. No estaba acostumbrada a esto. Nunca antes alguien me había hecho sentir tan vulnerable, tan indefensa en cuestión de segundos.
Kross sostuvo la posición un instante más, dejando que la imagen de sus garras quedara grabada en mi mente antes de retraerlas con la misma naturalidad con la que habían aparecido. Luego, sin esfuerzo, aflojó su agarre en mi cuello y me dejó caer.
Las fuerzas me fallaron y me desplomé contra el suelo, tosiendo mientras intentaba recuperar el aire. Mis manos temblaban y no sabía si era por la falta de oxígeno o por otra cosa.
Kross no se movió.
Solo me observaba desde arriba.
Kross: "¿Fui claro?"
Su voz era tranquila, como si nada hubiera pasado.
Intenté responder, decir algo, cualquier cosa, pero mi garganta estaba seca, como si el aire mismo se negara a salir. Tragué saliva, pero incluso eso se sintió difícil. Todo mi cuerpo estaba rígido, mi mente luchaba por procesar lo que acababa de pasar.
Respiré hondo, tratando de recomponerme, de recuperar el control que acababa de perder en cuestión de segundos. Cuando volví a alzar la vista, Kross ya no estaba frente a mí.
Algo se deslizó contra mi cuello. Clavándose en él.
No lo vi moverse. No escuché sus pasos.
Pero lo sentí.
Un escalofrío subió por mi espalda cuando su voz, grave y profunda, se deslizó como una sombra en mi oído. Mi sangre se heló al sentir su presencia justo detrás de mí, demasiado cerca. Su aliento golpeó mi oído cuando su voz se deslizó como una sombra entre mis pensamientos.
Kross: “No volveré a repetir la pregunta.”
Mi respiración se entrecortó.
Kross: “Responde.”
No me moví. No intenté girarme. No intenté alejarme. Solo dejé que la palabra saliera en un susurro tembloroso.
Naomi: “S-sí.”
Y en cuanto la dije, el peso sobre mi cuello desapareció.
Escuché sus pasos alejándose, no con prisa ni enojo, sino con la misma calma con la que alguien se retira después de cerrar un trato. Como si todo esto no hubiera sido más que una simple conversación casual.
Cuando levanté la vista, lo vi de pie en la puerta, y por un instante, algo en su expresión me desconcertó por completo.
Me miraba con una sonrisa relajada, tranquila. Como si todo esto nunca hubiera sucedido. Como si no acabara de dejarme claro que, si quisiera, no quedaría ni un rastro de mí.
Sus ojos habían vuelto a la normalidad.
Kross[B]: “Me alegra que lo entiendas, melocotón.”
Esa maldita forma en la que lo dijo, ese estúpido apodo. Como si hubiera ganado desde el principio. Como si todo esto solo hubiera sido una advertencia innecesaria.
Kross[B]: “Me daría pena saber qué pensaría el hermano de Fang si desapareces.”
Algo en mi interior se retorció. No por la amenaza en sí, sino por lo que implicaba. Kross se giró para abrir la puerta, pero antes de salir, levantó su mano con calma.
Un listón.
Mi listón.
Mi mano subió instintivamente a mi cuello. El lazo ya no estaba.
¿En qué momento…? Lo hizo denuevo.
Kross[B]: “Me llevaré esto...”
Su tono era ligero, indiferente, como si solo hubiera tomado un simple recuerdo. Pero sabía lo que realmente significaba.
Kross[B]: “Oh... casi se me olvida. Ten, esto es tuyo.”
Mi respiración se detuvo por un instante. Antes de que pudiera formular una respuesta, Kross giró la muñeca y dejó caer algo más. Algo pequeño que cayó a cerca de mí con un sonido apenas audible.
Bajé la mirada.
Una uña.
Una maldita uña.
El color era inconfundible. Mis escamas eran de un tono beige claro, pero la punta de la uña tenía una leve capa de rojo seco.
Sangre.
Un escalofrío me recorrió la espalda cuando el dolor que había ignorado hasta ahora palpitó en uno de mis dedos. Miré mi mano con urgencia, buscando la herida.
Ahí estaba.
El dedo anular de mi mano derecha. Un leve rastro de sangre, la piel alrededor enrojecida, como si hubiera sido desgarrada de raíz.
Mi respiración se cortó.
Me la quitó.
En algún momento, me arrancó la uña y ni siquiera me di cuenta.
El sudor frío resbaló por mis escamas, y por primera vez en mi vida, sentí que algo dentro de mí se rompía.
Kross[B]: “Espero no verte pronto, Naomi.”
Y entonces, sin más, abrió la puerta y se fue.
El sonido del pestillo destrabándose marcó su partida, pero yo seguía inmóvil.
Una de mis manos aún estaba sobre mi garganta. La otra, temblorosa, se posó sobre mi mejilla. Apenas ahora sentía el ardor del corte, una delgada línea de sangre deslizándose lentamente por mi mejilla.
Me quedé mirando la puerta abierta. No por miedo. Sino porque, por primera vez en mi vida…
No tenía control de la situación.
¿Qué… qué mierda acaba de pasar?
Siempre tuve el control.
Siempre supe cómo manejar a las personas, cómo guiarlas con palabras, cómo empujarlas sutilmente hacia donde quería sin que siquiera se dieran cuenta. Mi habilidad no estaba en la fuerza ni en la intimidación, sino en la persuasión. En el poder de las palabras, en el arte de doblar voluntades hasta hacerlas encajar en mi plan.
Pero esta vez...
Esta vez fui yo la que terminó atrapada.
Apreté los dientes con fuerza, sintiendo la rabia arder en mi pecho, pero era inútil. No podía ignorar la sensación helada recorriéndome la espalda, ni el temblor leve en mis manos. Mi respiración aún estaba alterada, y aunque intentaba controlarla, el eco de su voz seguía vibrando en mi mente.
Ese maldito...
Llevé la mano a mi mejilla, sintiendo la ligera humedad de la sangre, y apreté el puño con tanta fuerza que mis garras se hundieron en la piel.
No podía dejar esto así. No podía permitir que alguien me hiciera esto y se fuera como si nada.
Pero…
Mi cuerpo se tensó cuando un escalofrío me recorrió la nuca. Lo recordé todo. La forma en la que me agarró. La rapidez con la que se movió. Lo cerca que estuvo de…
No.
¡NO!
Mi respiración se volvió errática por un momento, y sentí la humillación clavándose en mi pecho como una espina ardiente. Quise empujar esos pensamientos, desecharlos, decirme a mí misma que aún tenía el control…
Pero era mentira.
Me agarro del cuello.
Me hizo temblar.
Me quitó el aire.
Me hizo sentir...
Débil.
Yo.
Naomi Moretti.
Mis ojos bajaron lentamente hasta el suelo, donde aún estaba... esa cosa.
La uña.
Mi propia uña.
La sangre seca en la punta. El rastro rojizo en la raíz. La prueba de que me quitó algo sin que yo siquiera me diera cuenta. Me la arrancó como si no fuera nada. Como si mi reacción fuera irrelevante. El sudor frío recorrió mi espalda mientras una punzada de asco se mezclaba con el miedo.
Inspiré hondo, obligándome a recomponerme. A ordenar mis ideas. A recuperar lo que fuera que quedara de mi dignidad. Pero, por más que intentara empujar el miedo, una idea se enredó en mis pensamientos y se negó a desaparecer.
Si publicaba el video, si intentaba algo más...
¿Qué pasaría si me equivocaba?
No fue una simple amenaza vacía. No fue una advertencia sin peso.
Lo vi en su mirada.
Lo sentí en su agarre.
Si daba un solo paso en falso... si hubiera intentado algo.
Tragué saliva con dificultad, obligándome a mantener la compostura, pero mis piernas aún se sentían pesadas.
No. No podía apresurarme esta vez. Esto no terminaba aquí…
Pero por primera vez en mi vida, no estaba segura de si quería seguir adelante.
...
...
...
Perspectiva de Kross. Blue.
Apenas había caminado unos cuantos pasos fuera de la oficina del consejo cuando exhalé con pesadez. Mi cuerpo no estaba agotado en el sentido físico, pero mentalmente, tanto Red como yo necesitábamos un respiro.
Ignoré por completo que las últimas clases estaban por comenzar y seguí avanzando, dirigiéndome a los jardines. Más específicamente, al cobertizo que había en la parte trasera. Ahí podría descansar un poco y dejar que mi cabeza se despejara.
Red: (Me sorprende que pudimos replicar eso, aunque fue con una intensidad menor a lo que paso con Ripley.)
Blue: (Sí... aunque estar los dos al mismo tiempo fue raro. Nos costó demasiado.)
Red: (No estamos acostumbrados.)
Blue: (Y no podemos hacerlo por mucho tiempo sin que afecte nuestro control. Pero con algo de practica nos puede ser útil.)
Red: (Necesitamos descanso.)
El tono serio en nuestras voces reflejaba lo mucho que la situación con Naomi nos había obligado a forzar ese estado compartido. Era la segunda vez que pasaba, y ahora lo sentíamos con claridad.
La campana sonó a lo lejos, marcando el inicio de la siguiente clase, pero yo ya estaba afuera. Un par de minutos más y llegaría al cobertizo. Faltar a unas clases no me molestaba, pero tendría que inventarme algo para Spears más tarde.
Sin embargo, mi suerte no estaba de mi lado.
Antes de poder reaccionar, choqué con alguien. Mi cuerpo, en su estado actual, no logró mantener el equilibrio y terminé en el suelo.
La otra persona, en cambio, ni se movió. Dicha persona era una Stegosaurio que me miraba con los ojos abiertos por la sorpresa. Stella parpadeó un par de veces, sorprendida por el choque, pero no tardó en centrarse en mí.
Stella: "¡Kross! ¿Estás bien?"
Red: (¿Qué hace aquí...?)
Blue: (¿No debería estar en clase a esta hora?)
Me reincorporé con rapidez, sacudiéndome la ropa y asegurándole que estaba bien. No quería que notara mi estado.
Kross[B]: “Sí, descuida. Estoy bien.”
Ella entrecerró los ojos, escaneándome con la mirada.
Stella: “¿Seguro? Te ves...”
Hizo una pausa, como si intentara encontrar la palabra correcta.
Stella: “...raro.”
Red: (Genial.)
Blue: (Genial.)
Kross[B]: "Solo estaba... despejándome un poco. Pero se me... hizo algo tarde... pero ahora ¿Qué haces tú aquí?"
Stella: "Quería tomar aire después del almuerzo... pero recordé cuando Naomi te llevó, te veías algo... extraño. Me dio curiosidad saber si estabas bien. Había perdido la noción del tiempo acá y se me paso la hora, lo bueno es que te encontré."
Red: (Por supuesto que notó algo.)
Blue: (Debimos haberlo esperado. Pero no podemos dejar que ella pregunte algo...)
No tenía intención de quedarme aquí mucho tiempo, pero Stella, sin embargo, no pareció convencida con mi respuesta anterior y antes de poder salir de ahí, hablo.
Stella: "Kross... tu no me engañas. Algo te pasa."
Red: (Mierda, no podemos dejar que sospeche nada.)
Blue: (Lo sé. Pero tampoco estamos en condiciones de ocultarlo por mucho más tiempo.)
Negué con la cabeza, intentando mantenerme firme.
Kross[B]: "Son imaginaciones tuyas, Stella... Solo necesito... un poco de aire."
No esperé a que respondiera y di media vuelta. El cobertizo ya no era una opción. Tal vez detrás de la escuela, tal vez en algún otro lugar menos transitado... pero ni siquiera alcancé a dar dos pasos antes de que mis piernas cedieran.
Mi cuerpo cayó hacia adelante.
Antes de que pudiera tocar el suelo, sentí un par de manos sujetándome con fuerza. Stella se había movido rápido, casi sin dudar.
Stella: "¡Kross!"
Su voz sonó llena de preocupación.
Stella: "No me mientas con estas cosas."
Intenté responder, pero Stella no me dejó.
Stella: "Vas a venir conmigo. Y no quiero un no por respuesta. No importa si perdemos las últimas clases, me acompañaras te guste o no"
Su mirada era firme, sin rastro de dudas. No tenía caso discutir.
Suspiré y asentí, dejando que me ayudara a levantarme. Stella pasó un brazo por mi espalda y me permitió apoyar parte de mi peso en su hombro mientras avanzábamos.
Después de caminar un poco, Stella me guio hasta un árbol lo suficientemente grande y apartado del camino principal. Bajé con cuidado hasta quedar sentado contra el tronco, sintiendo cómo el cansancio me pesaba más con cada segundo.
Stella se quedó en silencio, observándome con atención. Su mirada era más intensa de lo habitual, como si estuviera buscando algo en mi rostro, intentando descifrar qué demonios me pasaba.
Stella: "Ahora dime... ¿qué te sucede? ¿Qué fue lo que te pasó?"
Desvié la mirada. No quería responder. No sobre esto.
Ella suspiró, pero su voz se tornó más baja, más... vulnerable.
Stella: "¿No confías en mí?"
El tono me tomó desprevenido. No había rastro de enojo en sus palabras, ni un intento de obligarme a hablar. Era algo más profundo. Cuando la miré, me encontré con sus ojos fijos en los míos, con esa intensidad que no había notado antes.
Stella: "Siempre me dices que confíe en ti. Que no me preocupe, que estás bien.... Pero cuando eres tú quien tiene problemas, simplemente te alejas."
Su mandíbula se tensó levemente, como si estuviera conteniendo algo.
Stella: "No quiero que me digas que todo está bien cuando claramente no lo estas. No quiero que te obligues a llevar ese peso solo, porque hay alguien que quiere estar a tu lado. Si hay algo que te pasa quiero saberlo, porque me importas."
El aire se sintió un poco más pesado.
Red: (Carajo…)
Blue: (Mierda...)
La miré en silencio por un momento antes de soltar un suspiro largo.
Kross[B]: "Es complicado… hice algo que no suelo hacer y eso me desgastó más de lo que esperaba."
Stella frunció el ceño.
Stella: "¿Tiene que ver con Naomi?"
No me lo preguntó de manera acusatoria, ni con enojo. Solo con certeza.
Stella: "Fue la última persona con la que te vi antes de esto. Cuando te fuiste con ella en el almuerzo."
Permanecí en silencio. No sabía cuánto debía decirle.
Stella tampoco dijo nada por un momento, pero luego, sin dudarlo, se movió hasta quedar sentada a mi lado, hombro con hombro. Su presencia no era invasiva, pero se mantenía firme mientras me miraba.
Stella: "No sé qué te pasó... Pero Kross, si algo te está afectando, si algo está mal... no tienes que cargarlo solo. Yo te apoyare en lo que sea."
Su mano se apoyó en mi hombro con un agarre firme, pero al mismo tiempo, cálido.
Stella: "Estoy aquí, ¿sabes?"
No aparté la mirada de ella. No tenía una respuesta para eso.
Kross[B]: "Algo... tiene que ver..."
Stella parecía a punto de preguntar más, pero en ese momento, el cansancio me golpeó con demasiada fuerza.
Kross[B]: "Lo siento... Stella... pero ya... no... puedo... se-guir... despi....er.."
No tuve fuerzas para mantenerme sentado. Mi cuerpo simplemente cedió.
Caí de lado, sintiendo algo cálido y suave contra mi cabeza antes de que todo se volviera borroso.
Pero antes de caer en este sueño oscuro. Sentí algo. Un aroma...era......relajante...
...
...
...
Perspectiva de Stella.
Kross ni siquiera terminó de hablar cuando su cuerpo perdió toda la tensión. Antes de que pudiera reaccionar, su peso cedió por completo y su cabeza cayó sobre mi regazo.
Me quedé congelada.
Mi corazón dio un salto en mi pecho, y un calor repentino subió por toda mi cara, podía sentir lo roja que estaba en ese instante.
Stella: (¿A-ah?)
Parpadeé varias veces, tratando de procesar lo que acababa de pasar. Kross... el mismo Kross que apenas hace unos minutos estaba actuando tan distante sin querer decirme que le estaba pasando, ahora estaba completamente dormido, con su cabeza apoyada en mis muslos, respirando de manera profunda y tranquila.
Abrí la boca para decir algo, cualquier cosa, pero cerré los labios en cuanto noté lo relajado que estaba.
No podía despertarlo.
No... no quería despertarlo.
Apreté mis manos, obligándome a no moverme demasiado. Era absurdo, pero sentía que incluso el más mínimo movimiento podría hacerlo abrir los ojos, y por alguna razón, no quería que este momento terminara tan pronto.
Mi respiración era un poco inestable, no porque estuviera nerviosa... o tal vez sí...
Le eché una mirada rápida.
Parecía... diferente así.
Dormido, sin la tensión constante en su expresión, sin esa mirada afilada como si tuviera la guardia levantada el tiempo. Vi cómo su pecho subía y bajaba con calma y, por alguna razón, eso me hizo sentir un ligero nudo en el estómago.
Stella: (¿Qué demonios tuviste que pasar con Naomi para terminar así...?)
Mientras murmuraba eso en mi mente, mis dedos se movieron por inercia.
Antes de que pudiera detenerme, ya estaba deslizando mi mano por su cabello.
Era suave, aunque algo desordenado. Algunas hebras caían sobre su rostro, y sin pensarlo, las aparté con cuidado. Y pude ver cómo se le armaba una pequeña sonrisa por mi tacto.
Mi cola se movió levemente detrás de mí, y el calor en mi cara no hacía más que aumentar.
Mi mirada bajó un poco, recorriéndolo con más atención.
Primero su cabello... luego su rostro relajado, la forma en que sus labios formaban esa sonrisa... Bajé un poco más y mi mente, sin querer, recordó el estado en que lo vi en el hospital.
Su torso...sus brazos, su piel expuesta, era simplemente sorprendente como no tenía ninguna herida por toda... su piel...
Me mordí el interior de la mejilla y sacudí la cabeza.
Stella: (¡Concéntrate, Stella!)
Dejé salir un suspiro y fue en ese momento cuando lo noté.
En su bolsillo, algo sobresalía apenas un poco.
Fruncí levemente el ceño.
Me incliné un poco, moviendo con cuidado el borde de su chaqueta. Algo dentro de mí me decía que no debía tocarlo, pero la curiosidad fue más fuerte.
Con sumo cuidado, deslicé el objeto fuera de su bolsillo.
Stella: (Un listón...)
El color rojizo no me fue extraño. De hecho, lo reconocí al instante.
Era el de Naomi.
Mi pecho se sintió más pesado de repente. Apreté los labios, sintiendo algo extraño en la garganta.
¿Por qué lo tenía él?
Mi agarre en la tela se tensó un poco y, cuando inspeccioné mejor el listón, algo me hizo detenerme.
Había un leve cambio en el color de uno de sus extremos. Apenas perceptible, pero ahí estaba.
Un tono más oscuro.
Stella: (No quiero sacar conclusiones apresuradas... pero...)
Volví a mirar a Kross.
Dormido, sin preocupaciones en su rostro, como si nada hubiera pasado. Como si todo lo que ocurrió antes no le pesara.
Pero algo le pesaba. Algo lo hizo caer de esta manera.
Lo sentí.
Y si había algo que tenía claro en este momento, era que no pensaba quedarme sin respuestas. Suspiré, guardando el listón en mi bolsillo antes de moverme un poco.
Llevé ambas manos a mi cabello, deshaciendo los pompones y dejando que cayera sobre mis hombros antes de recogerlo en una coleta de caballo.
Me acomodé mejor, asegurándome de que Kross estuviera lo más estable posible en mi regazo. Porque cuando despertara...
No le dejaría escapar esta vez.
...
...
...
Perspectiva de Abe.
Abe: "¿A qué mierda te refieres con eso?"
Desde que traje a Neo y la dejamos con el Doc, no habíamos recibido muchas noticias sobre su estado. Hasta hoy. Estaba junto a Cass y Surge en la oficina de Bartholomew, y el cabron acababa de soltar una bomba que me dejó desconcertado.
El Doc suspiró, como si también estuviera lidiando con lo que nos estaba diciendo.
Bartholomew: "Despertó hace dos días y sorprendentemente fue bastante dócil, tal como mencionaste cuando la trajiste... no habla. Al principio pensé que podía ser algún problema en las cuerdas vocales, tal vez algo relacionado con daño en el cerebro o algún defecto en su desarrollo. Pero después de hacerle varios exámenes..."
Giró la pantalla de su computadora y nos mostró un archivo.
Bartholomew: "Sus cuerdas vocales están en perfecto estado. Su cerebro no presenta ninguna anomalía estructural. No hay ninguna razón médica para que no pueda hablar."
Cass cruzó los brazos y chasqueó la lengua con frustración.
Cass: "Entonces, ¿qué mierda pasa con ella?"
Bartholomew no respondió de inmediato. En su lugar, tomó un par de documentos apilados en su escritorio y los deslizó hacia nosotros.
Bartholomew: "Tal vez esto nos ayude a entender mejor la situación."
Tomé el primer archivo y lo revisé con detalle. Eran exámenes de ADN. Lo primero que llamó mi atención fue lo que aparecía en los resultados.
Abe: "...No tiene solo un par de genes."
Bartholomew asintió con un leve movimiento de cabeza.
Bartholomew: "Humano, Raptor, Troodon, Struthiomimus... También hay rastros de otras especies, pero son tan insignificantes que no las tomamos en cuenta."
Cass soltó un suspiro, su expresión se endureció aún más mientras procesaba la información.
Cass: "Entonces, es oficial. Están creando híbridos con ADN de distintas especies..."
Surge frunció el ceño, apoyando los codos sobre sus rodillas mientras intentaba ordenar sus pensamientos.
Surge: "Pero... eso es una locura. Incluso con la manipulación genética avanzada, hacer que un ‘híbrido’ acepte varios genes debería ser prácticamente imposible. ¿Cómo mierda logró que su cuerpo no lo rechazara?"
El Doc no respondió de inmediato. En su lugar, tomó otro archivo de la pila y lo deslizó hacia nosotros.
Bartholomew: "Tengo una teoría."
Giró la pantalla de su computadora de nuevo y abrió otro archivo antes de mostrárnoslo, además de darnos el otro documento. El segundo análisis de ADN.
Mis ojos se estrecharon en cuanto lo leí. Cass y Surge también se quedaron en silencio.
Abe: "...No me jodas."
Cass tomó el documento con ambas manos y lo repasó varias veces, como si quisiera encontrar un error en los resultados.
Cass: "¿Esto es un puto error?"
El Doc negó con la cabeza, su expresión permaneció firme.
Bartholomew: "No es un error. Revisé las pruebas varias veces y siempre obtuve el mismo resultado."
No necesitaba leer los detalles de nuevo para saber de quién era ese análisis.
Humano, T-Rex, Spinosaurio, Velociraptor, Neandertal, Anquilosaurio, Stegosaurio, Salamandra, Axolotl... y la lista seguía. Y seguía. Y seguía.
Los resultados eran una maldita locura. Cass saco una petaca de un bolsillo, dándole un gran trago, y pasó una mano por su cara, riendo con incredulidad.
Cass: "Jesús Raptor bendito... que mierda está pasando."
Surge miró la hoja con el ceño fruncido, claramente todavía intentando procesarlo.
Surge: "Esto no tiene sentido... ¿Entonces qué significa?"
Bartholomew apoyó ambas manos sobre la mesa, mirándonos con una expresión tensa.
Bartholomew: "Significa que Kross es la razón por la que ahora pueden hacer esto."
Mis dientes se apretaron.
Abe: "...¿Qué estás diciendo?"
El Doc señaló el análisis de Neo.
Bartholomew: "El gen humano que aparece en su código genético es el mismo que el de Kross. No es un simple gen insertado artificialmente. Es una coincidencia genética demasiado precisa para ser accidental."
El aire en la oficina se sintió más pesado. Cass parpadeó, volviendo a mirar el documento como si no pudiera creer lo que estaba leyendo.
Cass: "...¿Estás diciendo que todos los híbridos nuevos fueron posibles gracias a él? Como el que ataco al instituto o el que ataco a Abe"
Bartholomew: "Es muy probable que sí, después de años de pruebas con él, finalmente hayan encontrado la forma de replicarlo y estabilizarlo. Puedo deducir que todos los sujetos creados tienen su estructura genética como base. Esa cosa que ataco a Abe o el que fue a ese instituto también debieron de tener remanentes de Kross. Sin él, esto nunca habría sido posible."
Sentí cómo mi mandíbula se tensaba con fuerza.
Abe: "Maldita sea..."
El maldito mocoso ni siquiera lo sabe. Cass cruzó los brazos y miró al Doc con seriedad.
Cass: "¿Podemos verla...? A Neo."
Bartholomew negó con la cabeza.
Bartholomew: "No creo que sea una buena idea. Aunque fue bastante dócil al despertar, su actitud ha cambiado desde entonces. Se pone a la defensiva cada vez que alguien intenta acercarse. No nos ha atacado ni mostrado agresividad directa, pero su lenguaje corporal deja en claro que está en alerta. Nos costó lo suyo hacerle los exámenes médicos."
Surge frunció el ceño.
Surge: "Tal vez el simple hecho de no estar en ese lugar la mantiene en ese estado."
Bartholomew asintió.
Bartholomew: "Es una posibilidad bastante fuerte."
Chasqueé la lengua, cruzándome de brazos mientras pensaba en la situación. Hasta que una idea rondo por mi cabeza.
Abe: "¿Y si voy yo solo?"
El Doc se quedó en silencio por un momento, evaluando la idea con una expresión seria.
Bartholomew: "Podría funcionar. Tal vez, de alguna forma, su subconsciente reconozca que fuiste quien la sacó de ahí."
El Doc tecleo algo en su computadora y revisó la información por unos segundos antes de hablar.
Bartholomew: "Está en la habitación 219."
Cass me dirigió una mirada de advertencia.
Cass: "No hagas alguna estupidez."
Surge intervino también.
Surge: "Y ten cuidado. Si realmente tiene ADN de Troodon, hay una alta posibilidad de que posea veneno."
Sonreí de lado.
Abe: "Sí, sí, lo tengo en cuenta."
Sin más, me giré y salí de la oficina, dejando a Cass y Surge con el Doc. Mientras caminaba por los pasillos del hospital, no podía sacar de mi cabeza lo que acababa de escuchar.
Abe: (Así que este mocoso es el centro de todo... y ni siquiera lo sabe.)
No era como si Kross se viera como alguien común desde el principio, pero nunca pensé que su existencia fuera tan jodidamente compleja. No solo tenía en su ADN la mezcla de más especies de las que puedo contar, sino que, por lo visto, lo que sacaron de él fue la pieza que les faltaba para replicar su “éxito”.
Y Neo…
Apreté los dientes.
Abe: (Si la crearon a partir de lo que obtuvieron de Kross, entonces la conexión entre ellos es mucho más profunda de lo que pensaba. No es solo otro experimento, creo que el termino más acertado sería un clon... por Jesús raptor.)
Este desastre estaba lejos de terminar, y ahora mismo, tenía que encarar a la única persona que tal vez pudiera darme respuestas... de algún modo.
Neo.
Fin del capítulo 12.
Notes:
Primero que nada, hace un calor de la santa madre. y el sábado harán 36 COMO TANTO. Como sea, por fin el club de marionetas tuvo su momento para salir siendo Schizo la que tuvo un poco mas de relevancia, algunos le atinaron lo que pasaría, y si, te estoy mirando patata. Aunque la melocotón deberá moverse con sumo cuidado, un paso en falso y digamos que Naser queda soltero.
Con las escenas finales digamos que ya se nota quien estará con Kross, y digamos que el siguiente capitulo esta en un... 70% listo? mas o menos. Ahí se refuerza mucho. Y con Neo sigo trabajando.
Nada mas que añadir, solo que como siempre, vayan a leer las historias de estos tipos. SrSenior con "That is my Parasaur!" que saco capítulos. A Dardragun707 con "Un vaquero en Volcano High" El mejor vaquero que a tocado Volcano High. A patata con "Un corazón de dragón" Saco un capitulo donde hacen magia, y lo primero que hacen el un Wingardium LEVIOSAAAAA. y a Xomy90 con "Brushes and Clicks: A Shared Canvas" cada ves me caen mejor los hermanos. También agradecimientos a las personas que llegan hasta aquí, además de las que dejan un comentario.
Nada mas que añadir gente bonita, nos vemos en la próxima.
Chapter 13: Extra #0 - Final 0
Summary:
Que hubiera pasado si el cuidador de Código Acus/Kross, no lo hubiera liberado. Aquí les presento el Extra numero 0.
Un What If de amalgama. Disfruten.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Jacob observaba la celda reforzada frente a él, sintiendo la presión en su pecho volverse insoportable. Durante meses había considerado la posibilidad, había analizado cada riesgo, cada consecuencia, y había intentado convencerse de que no hacerlo era lo correcto. Pero cada vez que veía a Código Acus sentado en la oscuridad de su confinamiento, con la mirada perdida en la nada, con esos ojos que, pese a todo, aún parecían albergar algo más que simple programación, la culpa lo consumía.
Pero esta vez… esta vez no giró sobre sus talones para apagar las cámaras y liberar la cerradura de seguridad. Esta vez, dejó que la voz en su cabeza que le gritaba advertencias ganara.
No puedo hacerlo.
No era solo miedo. Era la certeza de que, si lo dejaba escapar, no importaba cuánto corriera, cuánto se ocultara, lo encontrarían. Y cuando lo hicieran, no solo lo traerían de vuelta, sino que lo convertirían en algo peor, en algo más inhumano. Se aseguraban de que nunca volviera a dudar de su propósito, de que cualquier vestigio de conciencia se esfumara.
Además... si Jacob lo dejaba ir, sería su cabeza la que rodaría.
Respiró hondo, sintiendo el ardor en su garganta. Se obligó a mirar la pantalla del monitor que proyectaba las constantes vitales de Código Acus. Todo estable. Lo era todo... menos libre.
Y nunca lo sería...
...
...
...
El entorno de pruebas para código Acus fue elegido con precisión quirúrgica. Una ciudad lo suficientemente apartada, con el nivel justo de peligro para poner a prueba sus capacidades sin interferencias indeseadas. Rock Bottom. Un lugar desgastado por el tiempo, donde el abandono y la falta de vigilancia creaban el escenario perfecto para evaluar su desempeño.
Sin embargo, no todos los científicos estaban conformes con la elección. No por la seguridad del experimento, ni por las posibles complicaciones en la recolección de datos, sino porque la mayoría de los habitantes eran humanos. Un desperdicio de potencial, una degradación innecesaria para lo que se suponía que debía representar Código Acus.
Pero los resultados hablaron por sí solos.
La primera fase del programa requería observación y adaptación. Sin equipo, sin apoyo, sin más instrucciones que las esenciales, se le dejó en los límites de la ciudad y se le ordenó integrarse.
En menos de dos días, conocía las rutas de patrulla locales, las estructuras abandonadas útiles para esconderse, los puntos donde los indigentes se reunían para compartir información y los callejones sin salida que podían convertirse en trampas mortales. Su eficiencia no dejó lugar a dudas. No necesitó más que un par de noches para moverse como si siempre hubiera sido parte de ese entorno.
Una vez demostrado que podía operar sin ser detectado, la segunda fase inició con la primera orden directa: adquisición.
Un traficante de armas en la zona industrial poseía material de interés. El objetivo debía ser asegurado sin margen de error. No hubo preguntas, ni dudas, ni necesidad de aclaraciones. Se infiltró en el almacén sin alertar a nadie, evitando los sistemas de seguridad y los guardias con precisión absoluta.
No hizo ruido, no dejó rastros. Cuando la caja con el contenido fue extraída y colocada en un punto seguro, la orden fue cumplida. Un éxito total.
El siguiente encargo probó una faceta diferente. Eliminación.
Había un individuo cuya presencia se consideraba un riesgo para los intereses del proyecto. La instrucción fue clara: localizarlo y neutralizarlo. No se le pidió que pensara en las razones ni en las implicaciones.
No era necesario. Encontrarlo no fue difícil. Sus patrones de comportamiento se repitieron sin variaciones, sus hábitos fueron su condena. Cuando decidió tomar una ruta apartada, Código Acus actuó. Un solo movimiento, preciso y eficiente, un golpe a la base del cráneo. No hubo ruido, ni lucha, ni oportunidad de reacción. Un trabajo limpio.
Los científicos celebraron cada éxito como la confirmación de lo que ya sabían. Sus cálculos eran correctos, su método infalible. La inversión había dado frutos y la prueba de campo solo reafirmaba lo inevitable.
Sin embargo, lo que no consideraron fue el otro resultado de su éxito. Código Acus no necesitaba pensar en lo que hacía, en lo que significaba. Sus acciones eran automáticas, sus pensamientos reducidos a cálculos de probabilidad. Cada misión era ejecutada con la misma eficiencia implacable, con la misma precisión sin emociones.
El arma estaba cumpliendo su propósito...
...
...
...
El tiempo siguió su curso, y con cada nueva prueba, Código Acus demostró que no había margen para el error. Sin importar la tarea, el resultado era siempre el mismo: éxito absoluto.
Se convirtió en una herramienta de precisión quirúrgica, una sombra que se movía entre la multitud sin ser detectada, un espectro cuya existencia solo se revelaba en el instante final, cuando ya era demasiado tarde para sus objetivos.
Los científicos observaban sus progresos con satisfacción, registrando cada ajuste, cada mejora, cada prueba superada sin dificultad. Las pruebas iniciales de infiltración y eliminación quedaron atrás; ahora, se le ponía a prueba en situaciones más exigentes, en entornos cada vez más hostiles, con variables diseñadas para empujar sus límites hasta el borde de lo imposible.
Sin embargo, Código Acus nunca falló. Si había un obstáculo, lo superaba. Si había un enemigo, lo eliminaba. Si había una orden, la cumplía. El momento había llegado. No había razón para seguir reteniéndolo en pruebas controladas. Su destino estaba decidido desde el inicio.
Fue trasladado. Los detalles del viaje eran irrelevantes para él, su mente no procesaba la duración ni los medios. Solo importaba el punto de llegada.
Un espacio cerrado. Iluminación tenue. Hombres a su alrededor, armados y en posición. No reaccionó. Sabía que no eran una amenaza.
Frente a él, su nuevo superior.
No había instrucciones adicionales, ni necesidad de preguntas. No sentía nada al estar ahí. No había ansiedad, no había duda, no había expectativas. Solo vacío.
Sus ojos, carentes de cualquier matiz de color, reflejaban con precisión el estado en el que se encontraba. Un par de iris grises, opacos, sin vida. Sin identidad. No había rastro de la mirada que alguna vez tuvo.
No hubo discursos. No hubo presentaciones. No había necesidad.
Las órdenes llegaron. Y Código Acus obedeció.
Las tareas fueron una extensión de lo que ya había estado haciendo. Eliminación. Interrogatorios. Recuperación de información. Envío de mensajes a quienes debían entenderlos. El nuevo superior no perdió el tiempo en probarlo; no hacía falta, los informes ya lo habían dejado claro. La máquina funcionaba. Su utilidad era incuestionable.
Así fue como continuó. Día tras día. Trabajo tras trabajo. Orden tras orden. Sin cuestionamientos. Sin emociones. Sin un solo pensamiento que interfiriera con su propósito.
Mientras tanto, Código Acus se adaptaba cada vez más a la energía que su cuerpo requería. Esto le permitía mantenerse activo por períodos más largos, y sus habilidades de combate y su factor regenerativo se mantenían en su máximo potencial sin un efecto negativo demasiado notorio.
Exactamente como fue diseñado...
...
...
...
Una zona de Volcadera Bluffs se convirtió en su nuevo punto de operaciones. En las cercanías de Skinrow, un lugar donde la miseria y el crimen se entremezclaban en cada rincón, el superior de Código Acus encontró el entorno perfecto para operar sin levantar demasiadas sospechas.
La zona estaba plagada de actividad ilícita, lo que permitía que ciertos movimientos pasaran desapercibidos, al menos por un tiempo.
Con cada trabajo realizado, el reconocimiento del grupo del superior de Código Acus creció. Su influencia se expandió entre los bajos fondos, su nombre comenzó a susurrarse en círculos donde el silencio era ley. Sin embargo, la notoriedad traía consigo una amenaza que ni siquiera ellos podían ignorar.
Las autoridades, aunque limitadas en su alcance debido a la corrupción y la falta de recursos, no eran completamente incompetentes. La actividad inusual en Skinrow no pasó desapercibida para los oficiales que aún tenían integridad.
Había rumores. Sospechas. Un grupo operando en las sombras, demasiado eficiente, demasiado meticuloso, dejando rastros apenas perceptibles, pero suficientes para hacer que los ojos correctos comenzaran a prestar atención.
El error llegó en un momento inesperado.
Código Acus estaba en medio de una misión cuando la situación se descontroló. No hubo advertencia, no hubo señales previas, solo la repentina aparición de un hombre al que no habían anticipado.
El comisario de la policía.
No debería haber estado allí. Su presencia no estaba contemplada en los informes previos. La operación, que debía haber sido una ejecución limpia y sin testigos, se convirtió en un desastre cuando el comisario logró sobrevivir. Malherido, pero vivo.
El superior de código Acus supo que el tiempo se había agotado. La presión sobre ellos aumentó exponencialmente.
No pasó mucho antes de que una nueva amenaza apareciera en escena.
C.H.N.O.
Un grupo que operaba desde las sombras, con métodos precisos y una determinación inquebrantable. Nadie sabía exactamente de dónde venían, ni quién los financiaba, pero su presencia se hizo evidente cuando comenzaron a desmantelar los escondites del grupo del superior, uno tras otro. No importaba cuán bien ocultos estuvieran, ni qué tan seguros creyeran estar, C.H.N.O. siempre encontraba la manera de llegar a ellos.
No tardaron en surgir rumores sobre un individuo en particular. Un humano. Su apariencia era la de un vagabundo, con una chaqueta vieja y un rostro marcado por su parecido a un animal. Sin embargo, aquellos que lo habían visto y logrado sobrevivir hablaban de su mirada afilada, de la forma en que se movía, de cómo, a pesar de su apariencia y de ser un simple humano, parecía estar siempre un paso adelante.
El superior entendía lo que esto significaba. El tiempo se agotaba. La red se cerraba a su alrededor.
Y si no encontraban una salida pronto, su caída era inevitable.
El jefe sabía que su tiempo era limitado, pero también sabía que aún tenía una carta bajo la manga.
Código Acus.
No había mejor herramienta, no había arma más eficiente. Los científicos podían cuestionar el uso que se le daba, podían lamentar la exposición de su más valiosa creación, pero no podían negar los resultados. Y ahora, con C.H.N.O. pisándoles los talones, con cada escondite cayendo uno tras otro, con la presión aumentando cada día, solo quedaba una opción viable.
Tomar la ofensiva.
La orden fue clara: acabar con el grupo principal de C.H.N.O. sin importar el costo.
El enfrentamiento contra el grupo C.H.N.O. fue brutal.
Código Acus se enfrentó a ellos en una batalla que, incluso con su superioridad física, no fue fácil. Esos bastardos no eran como el resto de los enemigos que había encontrado hasta ahora. Eran metódicos, implacables, coordinados hasta un nivel casi absurdo. No se rendían, no se debilitaban fácilmente, cada uno tenía un papel que cumplían a la perfección.
Pero no era suficiente.
Uno a uno, fueron forzados a retroceder.
La capitana de uno de los grupos, la que dictaba las ordenes con una precisión meticulosa, peleó con una intensidad que habría sido admirable en otras circunstancias, pero terminó saliendo malherida.
No lo suficiente como para eliminarla por completo, pero sí lo bastante como para hacer que su grupo tuviera que retirarse.
La victoria fue para el superior de Código Acus.
C.H.N.O. no cayó por completo, pero fueron obligados a retroceder, a reagruparse, a tomar un tiempo para lamerse las heridas. La capitana salió malherida, lo que los ralentizó aún más. Y eso le dio a su superior exactamente lo que necesitaba.
Tiempo.
Tiempo para consolidar su control. Tiempo para reorganizar sus operaciones. Tiempo para fortalecer sus defensas y utilizar la información obtenida en la pelea.
Y Código Acus…
A pesar de su victoria, a pesar de haber probado nuevamente su eficiencia, no salió ileso.
Sus heridas eran severas. Para cualquiera más, habrían sido irreparables. Un brazo faltante, fracturas múltiples, desgarros musculares, cortes profundos. Cualquier otro habría quedado fuera de combate de por vida.
Pero no él.
En un par de días, se recuperó por completo.
Los datos obtenidos de esa batalla fueron más que valiosos para los científicos. Con cada enfrentamiento, con cada daño sufrido y regenerado, aprendían más y más sobre la criatura que habían moldeado con sus propias manos. Esos datos fueron utilizados para crear nuevas tropas. Clones híbridos.
No al nivel de Código Acus, ninguno siquiera se acercaba a su capacidad total, pero eran lo suficientemente buenos como para servir como peones descartables en sus áreas designadas.
El grupo del superior de código Acus se estaba recuperando. Su base de operaciones se fortalecía. Todo parecía estabilizarse.
Hasta que llegaron ellos.
El fallo de cálculo fue devastador.
El jefe de Código Acus había subestimado la magnitud del problema, creyendo que C.H.N.O. representaba la mayor amenaza contra su operación. No era una suposición sin fundamentos, después de todo, ese grupo había demostrado ser persistente y peligroso, un enemigo bien entrenado que había complicado sus operaciones desde el primer día.
A lo largo del tiempo, sus ataques habían sido certeros, eliminando recursos, infiltrándose en las redes de información y obligándolos a moverse constantemente.
Pero se equivocó.
Porque cuando al fin parecía que la balanza se inclinaba a su favor, llegaron informes de que sus bases restantes estaban siendo desmanteladas una por una, y no por C.H.N.O.
Eran ellos.
Dos individuos que, en cuestión de días, arrasaron con lo que quedaba de su red de influencia. Los clones híbridos y las tropas estacionadas en esas áreas no pudieron hacer nada. Los enfrentamientos fueron rápidos, letales y concluyeron con la aniquilación de sus fuerzas.
La información sobre ellos fue extremadamente difícil de conseguir. Los pocos informantes que tenían dentro de redes gubernamentales dieron sus vidas para hacerles llegar los documentos. Incluso con el acceso que poseían, obtener detalles sobre esas dos personas requirió un nivel de riesgo inaceptable.
Pero al final, lograron obtener algo.
El primero era un humano. Un Ex-Boina verde con un historial de misiones clasificadas y operaciones encubiertas en varias zonas de conflicto. Su apodo lo decía todo. “La Muerte”. Aunque, ante el ojo público, solo era considerado una Amenaza Latente (AL), quienes realmente conocían su historial sabían que debía ser tratado como un AC a pesar de su genética completamente humana.
El segundo era aún más problemático. No solo por lo que era, sino por lo que representaba.
Un híbrido con genes de Neandertal que, desde su nacimiento, había sido clasificado como una Amenaza Completa. Estos casos eran raros y eliminados en el acto. Pero al parecer, este fue una excepción.
El informe no daba muchos detalles sobre él, pero lo poco que revelaba bastaba para dejar en claro que enfrentarse a esa persona era una sentencia de muerte.
Y con esa información en sus manos, el jefe de Código Acus comprendió la realidad.
No había escapatoria.
Si se quedaba, estaba muerto. Si lo atrapaban y tenía suerte, su destino sería un encarcelamiento de por vida en una prisión de máxima seguridad donde jamás volvería a ver la luz del sol.
Así que apostó todo a una última jugada.
Días pasaron mientras los pasos de sus perseguidores se acercaban más y más. Cada movimiento, cada plan de escape era trazado con la urgencia de alguien que sabía que el tiempo se agotaba.
Y entonces, el día llegó.
En la base principal, su jefe le entregó a Código Acus su última orden.
Hacer tiempo y contener al enemigo. No importaba el riesgo. No importaba el costo. Solo debía retrasarlos el mayor tiempo posible.
Y así, mientras su jefe huía, Código Acus se quedó.
El asalto a la base fue meticuloso y despiadado.
Desde el momento en que los dos individuos entraron en la zona, todo lo que quedaba de la organización fue cayendo pieza por pieza. No hubo resistencia suficiente, no hubo fuerzas que pudieran detenerlos. Cada uno de los clones restantes, cada uno de los subordinados que decidieron quedarse atrás fueron eliminados uno a uno. Disparos, cuerpos golpeando el suelo, estructuras destruidas bajo el peso del combate.
Los informes no habían exagerado.
Los dos sujetos no eran oponentes normales.
Para cuando llegaron a la sección central, donde su jefe debía estar, solo encontraron a una figura en medio de la habitación.
Código Acus.
Sin perder el tiempo, la pelea comenzó.
No había necesidad de palabras, no había lugar para negociaciones.
Fue directo. Fue brutal. Fue despiadado.
Pero la estrategia de sus oponentes cambió rápidamente. Al notar que el jefe de Código Acus no estaba presente, el Ex-Boina verde se separó para buscarlo. Código Acus intentó detenerlo, intentó forzar su camino para seguirlo, pero su otro enemigo se interpuso en su camino.
Código Acus se quedó solo con la otra amenaza.
El AC de nacimiento.
Por un momento, su oponente no atacó. Su postura seguía firme, su cuerpo listo para continuar el enfrentamiento, pero su mirada reflejaba algo distinto. No era duda. No era vacilación. Era desconcierto.
Al ver bien la apariencia de Código Acus, no encajaba con lo que esperaba.
Era joven. Mas joven que él.
El tipo entrecerró los ojos, como si tratara de entender qué demonios tenía frente a él. No era la primera vez que se enfrentaba a alguien como Código Acus, pero este no cuadraba con lo que estaba acostumbrado a ver. Su complexión, sus facciones, incluso la forma en la que se movía... No debía ser más que un crío. Y, sin embargo, ahí estaba, peleando con la ferocidad de un animal acorralado.
Pero no hubo tiempo para cuestionar más.
Porque Código Acus se movió primero.
La pelea continuó, pero ya no se limitaba al interior de la base.
Los muros no fueron suficiente para contenerlos. Cada golpe los hacía salir disparados, rompiendo el concreto como si fuera papel. La estructura crujió, desplomándose en algunas partes bajo el peso de la batalla.
Código Acus lanzó a su oponente contra una pared, atravesándola como si nada. Apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que una silueta emergiera de entre los escombros, avanzando con una velocidad brutal.
El choque los impulsó fuera del edificio, cayendo en medio de las calles de Skinrow.
No hubo pausas.
No hubo respiros.
El AC de nacimiento se agachó, esquivando un ataque antes de contraatacar con un gancho directo al abdomen de Código Acus. El impacto lo hizo retroceder varios metros, el asfalto quebrándose bajo sus pies por la fuerza del golpe.
El sonido de metal crujiendo resonó cuando Código Acus tomó el auto más cercano con una sola mano, levantándolo sin esfuerzo antes de lanzarlo hacia su oponente.
El vehículo atravesó el aire a una velocidad absurda.
Pero antes de que pudiera alcanzar su objetivo, el AC de nacimiento giró sobre su eje y lo recibió con un puñetazo directo al motor.
El auto se dobló en dos por la fuerza del impacto antes de salir disparado en dirección contraria, estrellándose contra la base de un edificio y explotando en una nube de fuego y escombros.
Código Acus no perdió el tiempo.
Se lanzó hacia adelante, utilizando la distracción para cerrar la distancia, pero su enemigo ya lo estaba esperando.
El siguiente intercambio fue un borrón de movimientos.
Golpes.
Patadas.
Bloqueos.
Contraataques.
Cada vez que uno impactaba, la ciudad lo sentía.
Los edificios cercanos ya no parecían estructuras estables. Muros destrozados, ventanas reventadas, farolas arrancadas de su base. El suelo tenía grietas profundas, marcando el rastro de su pelea.
Y, aun así, ninguno de los dos se detenía.
Pero incluso en un enfrentamiento así, todo tenía un final.
Y no era favorable para Código Acus.
A pesar de su resistencia, a pesar de la fuerza que poseía, su cuerpo ya no podía seguir el ritmo de su oponente.
El AC de nacimiento aún respiraba con pesadez, con heridas visibles y sangre manchando su piel, pero todavía estaba en pie.
Código Acus, en cambio, estaba en el suelo.
Destrozado.
Sus extremidades estaban fracturadas en múltiples puntos, su brazo derecho colgaba de un ángulo imposible, un ojo completamente cerrado por la hinchazón. Su factor regenerativo intentaba seguir funcionando, pero la cantidad de daño era demasiada. No importaba cuántas veces su cuerpo intentara repararse, la pelea había sido demasiado para él. Ya no le quedaba energía para nada.
Entonces, el sonido de un teléfono interrumpió el silencio.
Su oponente respondió, y aunque Código Acus apenas tenía conciencia de lo que ocurría, escuchó lo suficiente.
El jefe había sido capturado.
Había fallado.
Por un momento, todo se sintió pesado.
El cuerpo no le respondía, no podía moverse. La certeza de que no quedaba nada.
Pero entonces, con el último impulso de sus fuerzas.
Se levantó.
Su oponente lo notó al instante, su cuerpo tensándose, preparándose para cualquier otro intento de ataque.
Pero no lo atacó, se sorprendió por lo que observaba.
No hubo puños alzados. No hubo movimientos hostiles.
Solo se acercó lentamente.
Y cuando estuvo a un metro de distancia, cuando su cuerpo casi cedió otra vez, por primera vez en tanto tiempo, su voz se escuchó. Desde que fue trasladado a esta ciudad, código Acus no había dicho ninguna palabra.
No fue un grito.
No fue una amenaza.
Fue un susurro.
Una petición.
Código Acus: “M...át...am....e....”
El AC de nacimiento no respondió de inmediato.
Pero en sus ojos, en la forma en la que su expresión cambió, quedó claro que entendía lo que estaba viendo.
No era un soldado...
No era una amenaza...
Era un cascarón vacío...
Un arma olvidada...
Una herramienta rota...
Era la última voluntad de un joven que no pidió nada de esto.
Sin apartar la mirada, se acercó a Código Acus, quien no mostró resistencia alguna.
No hubo miedo. No hubo instinto de supervivencia.
Solo el final de algo que nunca debió existir.
El AC le dijo unas palabras en un idioma desconocido para él. Pero aun sin entenderlas, se sintieron cálidas. Una sensación que creyó nunca más sentir.
Y en un solo movimiento.
Todo terminó.
...
...
...
Final 0 - Eco de un experimento olvidado.
Notes:
Mmm bien el capitulo 13 esta listo, una ultima revisión a las conversación de Kross y Stella/ Abe y Neo.....hmm? oh llegue a los 1000 hits...NICE. Hora de liberar esto.
Mientras hacia el siguiente capitulo, estaba haciendo este a la par y quería liberarlo en algún punto, y no hay nada mejor que una excusa como los 1000 hits que sinceramente me sorprende que haya llegado tan lejos, después de tantas noches de insomnio me gusta el resultado hasta ahora. Pero bueno. Es mas corto?. Si. Es un final 0, no lo quería alargar mucho.
No tengo muchas curiosidades pero aquí les van.
1.- Después de tantas pruebas aun con el ultimo intento de código Acus con Red y Blue de aguantar. No consiguió mantener su humanidad volviéndose un cascarrón vacío, reflejado en la carencia en el color de sus ojos
2.- Razón de porque no meteré a Ivar o su familia aparte del guiño a inicios, es por esto. Se acaba el problema por lo cheta que esta esa familia. Pero. Abra otro extra al final de la historia con mucho. MUCHO, autismo de por medio.
3.- No quise incluir muchos datos del "jefe" por razones obvias o ubicaciones que pronto se revelaran (Skinrow no cuenta, es la zona pre-establecida de delincuencia). Además que pasaran cosas con el jefe y los científicos.
4.- Clasificación final de código Acus, Amenaza completa nivel alto. Después de tantas misiones su cuerpo se fue acostumbrando a los genes que le fueron implantando, dando como resultado una reducción considerable de la energía requerida para su funcionamiento, en otras palabras, ya no se desmaya o necesita dormir al ocupar todo su potencial.
5.- En lo único que por mi Código Acus/Kross le gana a Ivar es en el factor regenerativo. En otras cosas, pos que quieres que te diga, Dardragun707 dejo bien autista a su niño (Me puto encanta.). Tal vez en la velocidad pero eso sucederá con el O-blue en su momento
Espero que les haya gustado este extra, además de los claros guiños a los personajes de dos de las historias que me inspiraron para escribir desde un principio.
Que seria la familia del grande de Ivar de "I Wani Hunt that Gator!" creado por Dardragun707. Abe y Cass de "That is my Gator!" creado por SrSenior.
Y obviamente también dos fuentes de inspiración fueron Patata con su "No permitiré que este mundo me consuma" y Xomy90 con "Brushes and Clicks: A Shared Canvas"Muchas a gracias a todos los que llegan acá, a los que dejan comentarios y a los que dan kudos. Gracias por todo y perdón por tan poco. Nos vemos en unos días con la continuación de la trama principal. chau :D
Chapter 14: Cicatrices del Alma
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Kross. Blue.
Lo primero que sentí fue la comodidad.
Un calor suave envolvía mi cabeza, y mi cuerpo, a pesar del cansancio que había arrastrado antes, se sentía increíblemente relajado. Algo en el ambiente me resultaba extrañamente placentero, como si estuviera en el lugar exacto donde debía estar.
El aroma era lo siguiente que noté. Un aroma familiar. No intenso ni abrumador, pero ahí estaba. Un rastro sutil que mi mente reconoció incluso antes de que mis sentidos volvieran por completo.
Era agradable.
Cálido.
Entonces, algo se deslizó por mi cabello.
El contacto fue ligero, casi imperceptible, pero lo suficiente para hacer que mi consciencia se agitara poco a poco. El movimiento se repitió, suave y rítmico, como si alguien estuviera cuidando mi cabeza.
No sé cuánto paso, pero fruncí levemente el ceño, parpadeando en un intento de disipar la neblina del sueño.
Lo primero que vi fue un par de ojos cerrados.
Mi vista aún estaba desenfocada, pero la figura frente a mí era inconfundible. Desde mi perspectiva, la veía desde abajo, su rostro relajado, sus facciones serenas, con su pecho subiendo y bajando con tranquilidad.
Stella.
Y entonces, la sensación en mi cabello volvió.
Deslicé la mirada un poco más y noté la mano que se movía con suavidad entre mis mechones. Sus dedos trazaban pequeños círculos, jugando distraídamente con mi cabello, como si fuera lo más natural del mundo.
La imagen tardó un segundo en procesarse en mi mente.
¿Stella... me estaba acariciando la cabeza?
Parpadeé un par de veces antes de hablar, mi voz todavía algo ronca por el sueño.
Kross[B]: "Stella..."
Su reacción fue inmediata.
Un sonido suave, casi como un pequeño jadeo, escapó de su garganta, y su rostro enrojeció de golpe. Su mano se apartó tan rápido que casi pareció quemarse con mi cabello, llevándosela a su regazo de inmediato.
Stella: "¡K-Kross...! Despertaste"
Sus palabras salieron con un ligero temblor, y evitó mi mirada por un segundo antes de forzarse a recuperar la compostura.
Kross[B]: "Sí... creo que dormí más de lo que esperaba."
Stella me miró con una expresión que no supe leer del todo.
Stella: "Te tardaste un rato, ¿sabes? Pensé que no despertarías hasta mañana..."
Giró la cabeza hacia un costado, mirando el cielo que ya estaba comenzando a teñirse con tonos anaranjados.
Stella: "Faltan un par de minutos para que la escuela termine. Nos perdimos los últimos periodos."
Red: (Genial...)
Blue: (Spears va a preguntar por esto.)
Solté un leve suspiro antes de mirarla de nuevo.
Kross[B]: "Lo siento por eso, Stella. No quería hacerte perder clases..."
Stella negó con la cabeza de inmediato.
Stella: "No me importa eso. Me preocupaba más que estuvieras bien."
Su respuesta fue tan rápida que casi me tomó por sorpresa.
Stella: "Aunque..."
Desvió la mirada por un momento antes de volver a enfocarse en mí.
Stella: "Si realmente quieres compensarme... hazlo ahora."
Fruncí levemente el ceño, algo confundido.
Kross[B]: "¿Ahora...?"
Intenté levantarme, pero antes de que pudiera hacerlo, Stella extendió un brazo y me detuvo con una presión firme en mi hombro. Devolviéndome a su regazo.
Stella: "Sí. Necesito que hablemos."
No me gustó el tono en su voz. No porque fuera frío o distante, sino porque era serio. Más serio de lo que estaba acostumbrado a oír en ella.
Kross[B]: "Si es sobre lo que hablamos antes de que me quedara dormido, podemos hacerlo en otro momento. No hay problema."
Esperaba que eso fuera suficiente para posponer la conversación, pero en lugar de relajarse, su expresión se endureció.
Stella: "Tiene que ver con eso... pero también con otra cosa."
Lentamente, deslizó su mano hacia su bolsillo y sacó algo.
Un listón rojo.
Me tomó un segundo reconocerlo.
Blue: (Esto... no indica nada bueno.)
Red: (No me digas... mierda...)
Kross[B]: "¿De... dónde obtuviste eso?"
Stella no desvió la mirada.
Stella: "Lo vi sobresalir de tu bolsillo cuando dormías."
Su tono no era acusatorio. No había enojo en su voz, ni sospecha... pero había algo más. Algo que no supe identificar de inmediato.
Kross[B]: "Si me dejas unos instantes, te puedo explicar tod—."
Stella: "Entonces hazlo."
Me interrumpió... vi sostuvo el listón con delicadeza entre sus dedos, pero su mirada se mantuvo fija en mí.
Stella: "Pero esta vez..., dime la verdad... por favor..."
Inspiré hondo, sintiendo el peso de la conversación sobre mis hombros.
Kross[B]: "Stella, no es lo que piensas."
Stella: "¿Y qué es lo que pienso, Kross?"
Su voz no tenía hostilidad, pero sí firmeza.
Stella: "Porque cada vez que trato de acercarme a ti, cada vez que intento entenderte, siento que te alejas."
Su agarre en el listón se tensó ligeramente.
Stella: "No quiero que me des explicaciones a medias. No quiero que solo me digas lo mínimo para tranquilizarme. Incluso sé que en el hospital no me dijiste toda la verdad..."
Sus ojos, brillantes con la luz tenue del atardecer, se clavaron en los míos con una intensidad que hizo que mi garganta se secara un poco.
Stella: "Quiero que me dejes estar a tu lado."
Mi respiración se pausó un segundo. No sabía exactamente qué responder de inmediato.
Stella no apartó la mirada, esperando una respuesta.
Y por primera vez en mucho tiempo, no sabía qué decir... no podía pensar en nada técnico y tampoco creo que la manera de dialogar de Red podría solucionar esto adecuadamente... parece que es hora de que explique... esto.
Apreté los labios por un instante antes de soltar un leve suspiro.
Kross[B]: "Por lo menos... déjame acomodarme adecuadamente. Así no te incomodo... más de la cuenta."
Stella parpadeó un par de veces, aún sin apartar la mirada de mí. Su expresión era seria, pero tras un breve silencio, asintió.
Con algo de dificultad, logré incorporarme, moviéndome lentamente hasta quedar sentado a su lado. Stella se acomodó también, aun sosteniendo el listón entre sus dedos, esperando que hablara.
Kross[B]: "...No sé por dónde deberia empezar."
Stella: "Empieza por lo obvio. ¿Este listón es de Naomi, cierto?"
Asentí con la cabeza.
Kross[B]: "Sí. Es de ella."
Stella bajó la mirada al listón por un segundo antes de volver a centrarse en mí.
Stella: "¿Y qué hacía en tu bolsillo?"
Kross[B]: "Es parte de lo que tengo que explicarte con cuidado."
Tomé aire, organizando mis ideas.
Kross[B]: "Mira... para empezar, la relación entre Naomi y yo nunca fue funcional. Nunca hubo compatibilidad. Ni antes, ni ahora, ni en el futuro."
No supe si Stella se sorprendió por la firmeza en mi tono, pero noté cómo frunció levemente el ceño. Estaba atenta, claramente interesada en lo que seguía.
Kross[B]: "Sé que, superficialmente, puede parecer alguien accesible. Amigable. Una figura socialmente aceptable con apariencia de perfección. Pero, Stella... es una construcción. Una fachada."
Stella no dijo nada, pero su silencio no era pasividad. Parecía que estaba procesando mis palabras.
Kross[B]: "Desde el inicio supe que había una disonancia. Su tono, sus gestos, sus reacciones. No coincidían con lo que proyectaba. No me tomé la molestia de indagar. No valía el tiempo. Decidí mantener distancia. Pero ella... se empeñaba en invadirla."
Desvié la mirada brevemente. La incomodidad en el pecho era leve, pero persistente. Cada intento de acercamiento condescendiente que hizo Naomi estaba archivado. Cada uno completamente innecesario.
Kross[B]: "No tolero la duplicidad... a la gente que finge las cosas. Ni a quienes actúan encubiertos... o de otra forma: que hagan cosas a mis espaldas..., Stella."
Stella me observó con una expresión que sugería que percibía algo más detrás de mis palabras. Aun así, no preguntó.
Kross[B]: "Así que, eventualmente, fui directo. Le dejé claro que no quería ningún tipo de interacción."
Hice una pausa. Una exhalación breve salió en forma de una risa sin emoción.
Kross[B]: "Y, por razones que no pretendo comprender, eso solo incrementó su interés."
Stella presionó el listón entre sus dedos. La tensión era visible...
Kross[B]: "Cuando me llevó a la oficina del consejo estudiantil... no fue para dialogar. Fue una maniobra. Chantaje."
El cuerpo de Stella se tensó, la palabra la tomó por sorpresa.
Stella: "¿Chantajearte...? ¿Con qué?"
Kross[B]: "Obtuvo algo. Información. Un recurso que creyó suficiente para inclinar la balanza a su favor."
Stella se inclinó hacia adelante. Mantuvo la calma, pero su atención era absoluta.
Stella: "¿Qué cosa exactamente?"
Sostuve su mirada unos segundos antes de responder.
Kross[B]: "Un video."
Stella entrecerró los ojos, alerta.
Kross[B]: "Una grabación. De mí, en el estacionamiento. Enfrentando a esa criatura."
El ambiente se tornó más denso. Las implicancias eran claras.
Kross[B]: "Fue alguien del club de títeres. Grabaron la escena. Naomi encontró la evidencia y se hizo con una copia. No sé los detalles del cómo. Solo sé que lo logró."
Stella desvió la vista, como intentando reconstruir la escena en su mente.
Kross[B]: "Pero, sinceramente Stella, no tuvo efecto."
Volvió a mirarme.
Kross[B]: "No me importaba si lo difundía. Las repercusiones eran irrelevantes. Burlas, rechazo, estigmas... todo eso es manejable hasta cierto punto. Ya lo he enfrentado antes... Nada de eso se compara con—..."
Me detuve. El pensamiento se desvió por un instante hacia ese lugar... pero no era el momento para hablar de eso.
Apreté los dientes. Tratando de mantener el control.
Kross[B]: "Pero luego... los involucró a ustedes..."
Stella se tensó aún más. Su reacción fue inmediata.
Stella: "¿Nosotros?"
Asentí con lentitud.
Kross[B]: "Dijo que, si no aceptaba su propuesta, ustedes serían los afectados. Tú..., Fang..., Rosa..."
Hice una pausa. La garganta se cerró apenas al pronunciar el siguiente nombre.
Kross[B]: "...Spears."
Stella parpadeó.
Stella: "¿Spears? ¿Qué tiene que ver el director con todo esto?"
Kross[B]: "Te lo diré... pero no en estos momentos."
Stella me sostuvo la mirada. Era evidente que quería una explicación, pero algo en mi expresión... quizás la tensión en mis ojos, o el leve descenso de mi tono bastó para disuadirla. Bajó la vista, sus dedos apretando el listón con más firmeza.
Kross[B]: "La única razón por la que no permití que hiciera lo que quería... fueron ustedes."
Me incliné ligeramente hacia adelante, apoyando los antebrazos sobre las rodillas. Mantuve la voz estable, a pesar de la carga interna.
Kross[B]: "Porque ustedes son las únicas personas que se han preocupado genuinamente por alguien como yo. Una preocupación real... sin interés ni condiciones."
La última frase salió con un volumen más bajo. No estaba acostumbrado a decir cosas como esas en voz alta, pero eso no cambiaba el hecho de que eran ciertas.
Stella se quedó completamente en silencio. No apartó la mirada de mí. No interrumpió. Sabía que esto era solo el principio.
Stella tardó un poco en hablar, pero cuando lo hizo, su tono fue más bajo de lo habitual, sin rastro de la firmeza con la que me había estado confrontando antes.
Stella: "Entonces... el listón."
Vi cómo sus dedos tensaban la tela entre ellos. Su mirada descendió al fragmento rojo, deteniéndose en la pequeña mancha que se distinguía en uno de los extremos.
Stella: "Tiene una mancha... ¿Qué pasó exactamente, Kross?"
Mi mandíbula se tensó de forma casi automática. No quise devolverle la mirada. Opté por centrar mis ojos en un punto cualquiera del entorno. Pero, aun así, el peso de su presencia se mantenía fijo, exigiendo una respuesta...
Kross[B]: "Tuve que amenazarla."
El silencio que se formó después de mis palabras se sintió más pesado de lo que esperaba. No fue por miedo ni por juicio. Fue por la incertidumbre en la expresión de Stella...
Stella: "¿Qué hiciste?"
Apreté los labios por un instante.
Kross[B]: "Lo necesario."
No quería dar más detalles, no todavía, pero sabía que Stella no se conformaría con una respuesta tan vaga.
Stella: "Kross... por favor.”
Mi mirada bajó a mi propia mano. Sin decir nada, la tensé, dejando que mi mano cambiara, las uñas parecían más unas garras retráctiles emergieran lentamente. No necesitaba verla para saber que la expresión de Stella cambió al instante.
Kross[B]: "Si piensas que soy solo un híbrido convencional como cualquier otro… la verdad es considerablemente más complicada que eso."
Flexioné los dedos un par de veces. El tono de mi voz descendió aún más, rozando el límite entre lo firme y lo crudo.
Kross[B]: "Y esto... fue lo que utilicé para amenazarla."
El listón seguía entre sus manos. Pero Stella ya no lo sostenía como un simple pedazo de tela. Ahora era algo más denso. Una prueba. Un símbolo de algo que apenas comenzaba a entender.
Kross[B]: "Y sobre la mancha en el listón..."
No esperé a que preguntara de nuevo.
Antes de que pudiera decir algo, llevé la otra mano hacia la base de una de mis uñas. Presioné con precisión usando la yema de otro dedo, y con un solo movimiento controlado.
Un chasquido seco resonó.
Stella reaccionó al instante, sobresaltada.
Stella: "¡¿Qué carajo...?! Kross, ¡¿qué mierda haces?!"
Ignoré su reacción inmediata. Observé con atención cómo la sangre comenzaba a deslizarse desde la punta de mi dedo, tiñéndolo de rojo oscuro, denso. La sensación no me alteró; estaba más enfocado en medir el ritmo con el que fluía, la consistencia del líquido, la progresión del corte en relación con el estímulo aplicado.
Kross[B]: "Le hice algo similar a esto... y ni siquiera fue consciente en el momento exacto en que ocurrió."
Mi voz se mantuvo serena, sin atisbos de dramatismo. Contrastaba con la tensión evidente en el rostro de Stella, quien tomó mi mano con un agarre más firme de lo que había anticipado.
Su atención ya no estaba en mis palabras, sino completamente absorbida por la herida abierta y el flujo de sangre que marcaba mi piel de forma constante.
Stella: "¿Pero qué demonios...? ¡Kross, eso no es normal! ¡Como puedes—!"
Su voz se quebró ligeramente, dominada más por la preocupación que por el impacto. Pero entonces, sus palabras quedaron suspendidas en el aire.
En ese momento exacto, la sangre dejó de fluir.
Y bajo su mirada fija, la uña comenzó a regenerarse lentamente, primero el tejido subyacente y luego la estructura externa, con una precisión silenciosa que restauraba por completo la zona afectada, como si la lesión nunca hubiera existido en primer lugar.
El silencio que siguió fue distinto al de antes; no estaba cargado de tensión ni de juicio, sino de una necesidad urgente por comprender lo que acababa de presenciar.
Esperé alguna palabra de Stella, pero esta vez no llegó. Su rostro expresaba algo que no logré categorizar con exactitud: no era temor en estado puro, ni un asombro incontrolable. Era una mezcla compleja de desconcierto y análisis forzado.
Así que fui yo quien rompió el silencio.
Kross[B]: "Por esto... fue que, en el hospital, minimicé lo que me ocurrió durante el enfrentamiento con esa cosa."
Su mirada volvió a anclarse a la mía. Esta vez, ya no había solo incertidumbre en sus ojos, sino una creciente conciencia de que estaba frente a algo que no encajaba en ningún parámetro conocido.
Kross[B]: "Porque no importa qué tipo de daño reciba, Stella. No importa la magnitud del golpe, el desgarro o la fractura."
Bajé la vista hacia mi mano, aún fresca por el corte recién regenerado, antes de regresar mis ojos a los suyos.
Kross[B]: "Al final del día... siempre me curo."
El silencio se prolongó.
Stella me observaba con una expresión difícil de clasificar, una mezcla de sorpresa y preocupación que no terminaba de asentarse. Mi comentario sobre mi regeneración seguía suspendido entre ambos, pero era evidente que había algo más detrás de su mirada. Algo que iba más allá de lo físico.
No intentó formular otra pregunta de inmediato. Me otorgó espacio. Me dejó el control sobre el siguiente paso. Y, paradójicamente, esa libertad lo hacía todo más complejo.
Kross[B]: "¿Realmente quieres saber? Sobre mi pasado..."
Mi voz descendió de manera casi involuntaria, como si el simple acto de plantear la pregunta ya implicara un esfuerzo considerable.
Stella asintió.
Su mirada no contenía juicio alguno. Solo una convicción silenciosa. Quería comprender. Quería saber. Y no apartó los ojos de los míos ni por un segundo. Sentí cómo algo se fracturaba internamente mientras mis palabras comenzaban a tomar forma.
Kross[B]: "Soy... huérfano."
Fue una afirmación directa, pero cargada de un peso acumulado que hasta ese momento jamás había verbalizado.
Kross[B]: " Desde que tengo memoria, he estado solo. No tengo información sobre quiénes fueron mis padres, ni de dónde vengo realmente. Solo sé que crecí en un pueblo completamente irrelevante, un lugar tan olvidado que la desaparición de alguien no generaba más que indiferencia."
Mis manos se cerraron lentamente en puños, en un gesto automático.
Kross[B]: "Y yo... fui uno de esos niños."
La tensión se reflejaba ahora en mi mandíbula, que apreté como si eso bastara para mantener intactas las capas que cubrían esos recuerdos.
Kross[B]: "Era un blanco fácil.... Era el objetivo perfecto."
Vi cómo los ojos de Stella se abrían ligeramente, acompañados de un leve fruncimiento en su ceño. Estaba procesando.
Stella: "¿Objetivo...?"
No le permití terminar.
Kross[B]: "Me secuestraron."
El oxígeno parecía denso al entrar en mis pulmones. Pesado. Filtrado por años de represión.
Kross[B]: "Tenía siete, tal vez ocho años... cuando me arrastraron fuera de lo poco que conocía."
Los recuerdos eran fragmentarios, difusos, pero la sensación visceral aún persistía.
Kross[B]: "Fueron diez años. Diez años completos."
La voz se quebró levemente, y el hecho de no poder controlarlo me irritó más de lo que quise admitir.
Kross[B]: "¡Diez años en ese lugar! Diez años que reconfiguraron cada parte de mí. Cada experimento estaba diseñado para empujarme al límite, cada procedimiento se realizaba sin pausa, con una sistematicidad casi quirúrgica. El dolor se convirtió en parte de la rutina diaria, un proceso constante de desgaste físico y mental. Nada se detenía, porque detenerse nunca fue una opción para ellos."
Mi respiración comenzó a acelerarse, el control amenazando con resquebrajarse. Mis manos temblaban, pero no hice esfuerzo por detenerlo.
Kross[B]: "Ellos son los responsables de lo que soy ahora. De que me cueste establecer vínculos. De que reaccione con agresividad o con distancia. Ellos crearon cada mecanismo de defensa que hoy me aleja de todo... incluso de mí mismo."
Parpadeé con fuerza, la vista se volvió momentáneamente borrosa. Notaba los músculos del cuello endurecerse por la tensión contenida.
Kross[B]: "Y lo peor de todo... lo que más me resultaba molesto de todo esto..."
Mis dedos temblaban, no por debilidad, sino por la tensión acumulada a un nivel que superaba incluso mi capacidad de contención habitual. Mi cuerpo empezaba a responder antes de que pudiera regularlo por completo.
Kross[B]: "No importa cuánto lo intente... no puedo morir. Nunca logré ponerle fin, sin importar cuántas veces busqué una salida definitiva."
Stella se quedó inmóvil, su mirada clavada en mí.
No comprendía del todo por qué había decidido decirlo en voz alta. Tal vez porque, después de tanto tiempo manteniéndolo dentro, ya no tenía sentido seguir pretendiendo que podía cargarlo solo.
Porque, aunque no era racional dejar escapar ese tipo de información, una parte de mí deseaba que alguien lo supiera. Nadie más, ni siquiera Spears o la tía Fang, tenía conocimiento de esto. Stella apenas había tenido tiempo de asimilarlo.
Me puse de pie con brusquedad...
Estaba en mi limite... nuestro limite.
Kross[B]: "No importa cuánto me esfuerce. No importa cuántas veces lo intente. No importa qué método use..."
Llevé una mano a mi brazo opuesto
Blue: (siempre)
Kross[B]: “siempre...”
Y sin tener absolutamente ninguna duda.
Red: (¡Siempre...!)
Kross[R]: “¡Siempre...!”
Saqué mis garras, deslizándolas con precisión milimétrica sobre mi propia piel.
Kross: “¡̵̯̻̮̣̲̀̈̿Ę̵̭̖̬͚̖̘̻͇̻͉̘͂̒̂̏̀̀Ŗ̶̢̢̢̧̡̯̘̳͚͖͉̪̎͐́̀̋̀̋̀̉͆͑͛̑͋̔͠A̵̟͑̉̚̕̚ ̶̛̦̟͖̤̫͙̙͚̲͍̯̘̰̜̿̏̄́̽̎̀̋͋̇̄̈̋̐̄̍̓̇͠S̶̢̧̢̨̢̩̟̹̩̞̼̦͙͎̗̫̹̯͕̳̄̏̐͑͂̉̽͘͠͝͝ͅI̷̡̢̨͙̗̻̲̞͇̱̜̤̹̻͚̻̒̀͆̈́͐͛͂̑̒̓̾̈́̃̾͌͂̏́̆̋̀͛͝M̴̨̲̗̹̬͉̟̦͙̟̬̱͚̹̤͉͍̣̳͎͂̂͗̿̀̒̓̎͂̂̉̀̽̈́̈́̅͂̃͠P̵̧̨̝̥̰̫̮̺̳̻̯̮̮̯̗̬̜̆̍͒̏͊͑̂͛ͅL̷̡̡̨̢̡̧̢͕̳̝̯̰̦̬̩͕̮̟̥̙͔̪̺̓̽́̊͑͗̀̕E̴̢̧̢͍̺͙̪͈͚̹̮̹͈͖̗̦͗̂͐͛̿͂̎͑̒́̈́͘͠͝M̸̧̝̮̱̖̪̹̳̾̒͑́͊̀̕͘͘͜͝ͅE̶̫̤͙͖̣̜͔̝̤̯͎͎͑͗̆̒́̉́̀͊͑͗̾̌̊̕̕͜ͅN̷̢̧̧̛͎̩̦̘̥̜̩̗͍͓͔̲̳͊̽̃̈͗̋̒̄̿͗̑̅͆T̷̨̨̡̼͙̯͚̤͆͌͑̌̌͜E̷̡̡̧̹̭̠̞̼̰̲̫̱̳͉̝̞͔͕̝͘ ̷̡̡̡̰͔͍̰͚͉̯̪̪̮̦̭̲͕͔͓̫̓́͑́͛̈́̓̐́̽́̍̃̐̏̅̔̕̚͝͝ͅI̵̧̛̛̹͎͚͖̗͚̭͈̱̗͊̀̊̽̋̈́̐̐̀̍͌̍̄̽̔̕͘͠͝N̶̨̛̺̲̰͎̬̲͔̗̼̬̠̖̊͛̾̓̽̒̈́̈́̿́̈́̄̀̀̿͠ͅU̸̢̢̧̧̢̳̦͙̪͓͓͎̳͇͇̫̙̭̻͌̏̐͐̐̍̀̄̈́͛͊̏̊̾͐̿͌̓̚̚͜T̸̳̫̩̱̲̻͉̪̣̼͉͖̥̲̻͋̌̀͛̕̕ͅI̶̛̻̠̪̩͇̜̘̟̯̤͇̣̫͕̼̾͆̿̂̓̓̑͑̋͋͆̊͜͜L̶̨̤̮̹͇̞̤̻̊͛̅̅̋͛̀̇!̶̢̰̼͕̖̬̲̫̹̳͉͗̾͗̏́̒͒̊͌́͌̾̂̈̽̋̄̓͠͠͠”
El corte fue profundo, y lo sentí con absoluta nitidez: el desgarro de la piel, cómo los vasos se rompían uno tras otro, cómo los tendones se cortaban al mismo tiempo que los músculos eran abiertos. Desde la muñeca hasta casi el codo. El hueso quedó expuesto, visible sin ningún tipo de interferencia visual.
La sangre brotó al instante, cálida y espesa, descendiendo por mi brazo y goteando al suelo en un patrón constante.
Stella: "¡¡¡KROSS!!!"
Su grito fue un estallido de puro pánico. Se puso de pie, sus manos se acercaron a mi brazo con urgencia, pero se detuvieron a medio camino, incapaces de continuar. Como si algo en lo que estaba presenciando le dijera que era inútil intervenir.
Y efectivamente, no hizo falta nada.
Apenas habían pasado unos segundos... y la herida comenzó a cerrarse.
Solo unos segundos bastaron para que la regeneración comenzara. La herida se cerró gradualmente, célula por célula, los vasos se reconectaron, la sangre dejó de fluir, y el tejido se regeneró por completo....
Lo que debía haber sido una herida crítica, irreversible, que en cualquier otro cuerpo habría significado pérdida funcional o cicatrices permanentes, desapareció como si nunca hubiera existido.
Kross[B]: "¿Lo ves...?"
Las lágrimas descendían por mis mejillas, cargadas de la impotencia acumulada tras incontables intentos fallidos. La voz me temblaba, se fragmentaba con cada palabra, apenas un susurro, pero lo suficientemente claro para que Stella lo escuchara.
Kross[B]: "Ni siquiera puedo tomar esa decisión. No sé cómo lograron modificarme de esta forma, pero si mi cuerpo recibe algún daño, aunque sea con intención deliberada, simplemente lo revierte...”
Mi brazo descendió a un lado, sin resistencia.
Kross[B]: “Cierra cada herida. Borra cada marca... No deja huella alguna y al final... todo es inútil. Incluso rendirme fue parte del proceso. Esta estúpida idea simplemente se agotó.”
Stella permanecía en silencio. Me observaba con una expresión que nunca había visto antes en su rostro. Algo más allá del miedo o la conmoción.
Kross[B]: "En ese lugar... hicieron uso total de esta capacidad. Cuando confirmaron que era viable, cuando comprendieron que no importaba el nivel de daño aplicado... que sin importar cuán extremo fuera el experimento, al final siempre me recuperaba... simplemente no se detuvieron."
Un nudo en la garganta amenazó con ahogar mis palabras, pero seguí.
Kross[B]: "¡Me utilizaron como un objeto de prueba...! Me convirtieron en su plataforma de ensayo que podían destruir y reconstruir a voluntad, una entidad moldeable a través del sufrimiento..."
Los recuerdos saturaban cada espacio de mi mente, sin orden ni compasión.
Kross[B]: "...Nunca fui una persona para ellos. No era una entidad con conciencia o derechos.... Ni siquiera un ser vivo. Fui una herramienta. Un componente funcional. Algo desechable."
Mis manos se cerraron con fuerza.
Kross[B]: "Y casi logran romperme..."
La última palabra salió más baja, con un peso distinto, uno que no correspondía solamente al contenido del mensaje, sino a su procedencia. Stella lo percibió de inmediato.
Stella: "¿R-Romperte?"
Su voz fue medida, contenida, como si presintiera que cualquier palabra mal colocada podía alterar algo importante.
Stella: "¿A qué te refieres con eso...?"
Abrí los labios, pero el sonido no emergió de inmediato. El ritmo cardíaco se incrementó de forma evidente. Cada recuerdo parecía arder con intensidad inusitada dentro de mi cabeza.
Kross[B]: "A que casi lograron su objetivo."
Las palabras se sentían pesadas, como si pronunciarlas implicara remover escombros que había intentado mantener enterrados.
Kross[B]: "Ese lugar... todo lo que hicieron... dejó una marca más allá de lo físico. Llegó un punto en el que mi mente simplemente no pudo continuar intacta."
Cerré los puños con fuerza. La tensión se acumuló en los nudillos, blancos por la presión.
Kross[B]: "Se fragmentó. Se dividió en dos. Fue el único mecanismo que encontró para no colapsar del todo."
Noté cómo mi respiración se volvía más rápida. El cuerpo aún conservaba las secuelas del daño, aunque ya no fueran visibles. El agotamiento persistía en algún rincón profundo.
Kross[B]: "Pero esa separación no era una solución definitiva. Si hubiera permanecido allí más tiempo, si las pruebas hubieran continuado sin tregua, eventualmente me habría convertido en lo que buscaban. Un cascarón funcional, obediente, sin conciencia ni voluntad."
El silencio que se formó no era casual. No me atreví a mirarla. En ese instante, no quería ver reflejada en su rostro la reacción a mis palabras. No estaba preparado para eso.
Stella tardó unos segundos en hablar. Su tono era cauteloso, como si necesitara verificar que había entendido correctamente.
Stella: "Tu mente… ¿se dividió en dos?"
Asentí con lentitud. El impulso de detenerme era fuerte, pero continué.
Kross[B]: "Sí."
Llevé una mano al rostro, intentando aliviar la presión que sentía en el cráneo.
Kross[B]: "Eso es lo que me sostiene. Dos mitades operando de manera simultánea, compensando la carga entre sí."
Levanté la vista, y por primera vez noté un leve temblor en su cuerpo. Quiso decir algo, pero sus labios no lograron articular palabra.
Kross[B]: "Esa es la razón detrás de mis ojos. Los colores no son una elección estética o un síntoma médico."
Tragué saliva, reconociendo lo que venía a continuación.
Kross[B]: "Allí... jamás tuve un nombre. Nunca fui considerado como algo con identidad. Era simplemente un elemento dentro de un sistema de pruebas. Un objeto más."
Dejé escapar una risa que carecía por completo de alegría o ironía.
Kross[B]: "No se esforzaban mucho en términos de creatividad. Cuando descubrieron lo que sucedía dentro de mi cabeza, comenzaron a identificarme por los efectos visibles. 'Blue' cuando el ojo derecho manifestaba color, y 'Red' cuando el izquierdo asumía ese cambio."
Desvié la mirada. La presión en el pecho era constante, como una fuerza centrífuga que empujaba hacia dentro.
Vi cómo la expresión de Stella se endurecía. Había algo en su mirada que no pude clasificar del todo, pero era claro que estaba procesando más de lo que parecía.
Kross[B]: "La mayoría del tiempo, el que habla... soy yo. Blue."
El ambiente se volvió denso. Ni siquiera hacía falta hablar para sentirlo.
Kross[B]: "Cuando trabajo en los jardines, tengo que adaptar mi lenguaje para hacerlo más accesible... o cuando la situación requiere una respuesta directa, física, entonces quien toma el control es Red."
Pasé una mano por el rostro, dejando escapar una risa breve, carente de humor.
Kross[B]: "¿Quieres saber algo realmente... irónico?"
La miré, pero mi expresión no contenía ni un ápice de diversión.
Kross[B]: "Ni siquiera me llamo Kross."
Stella parpadeó, sorprendida, pero decidió mantenerse en silencio
Kross[B]: "Ese nombre me lo inventé."
Me reí. El sonido fue seco, quebrado, atrapado entre la garganta y el pecho como si se negara a salir por completo.
Kross[B]: "Ni siquiera recuerdo cuál era mi verdadero nombre. A estas alturas, ese chico ya no existe. Murió en ese sitio."
Las palabras quedaron suspendidas, cargadas de un peso que no dependía de su volumen, sino del contenido que arrastraban consigo.
Kross[B]: "Solo sé que, en algún momento, tuve una oportunidad para irme... y la tomé."
Mis dedos se cerraron con fuerza sobre la tela áspera de mis pantalones, buscando un punto de anclaje en medio del desorden emocional.
Kross[B]: "Y así llegué aquí. A Volcaldera Bluffs."
Cerré los ojos por unos segundos. El movimiento de mi pecho era irregular, como si cada respiración costara más que la anterior. No sabría decir cuánto tiempo permanecí en silencio.
Todo lo que acababa de revelar no era simplemente una historia: era una reexperimentación, una confirmación en voz alta de que cada fragmento fue real.
Inspiré profundamente, pero el aire se sintió pesado, denso.
Kross[B]: "Cuando llegué aquí... no tenía nada."
Pasé una mano por el rostro, sintiendo cómo el calor de las emociones latentes se quedaba adherido a mi piel.
Kross[B]: "Era un vagabundo. Sin recursos, sin dirección. Los primeros días apenas los recuerdo. No tenía un lugar donde quedarme, ni comida, ni ropa en condiciones aceptables. Apenas podía mantenerme en pie, y... aun así, por una razón que no lograba comprender, continuaba avanzando. Hice lo necesario para mantenerme con vida."
Mi voz se quebró ligeramente al continuar.
Kross[B]: "Es irónico, ¿no? Después de desear terminar con todo durante tanto tiempo, apenas escapé, empecé a buscar formas de seguir adelante. Ni siquiera sabía lo que quería, entonces... y ahora, tampoco."
Me reí sin entusiasmo, apenas un eco ahogado de algo que ni siquiera rozaba la alegría.
Kross[B]: "Tenía la idea de que..., si me quedaba sin energía, si mi cuerpo llegaba a un punto crítico y dejaba de regenerarse por agotamiento... alguien podría matarme mientras estuviera inconsciente. Y entonces... todo terminaría sin que tuviera que tomar la decisión."
Mi voz se volvió más baja, más estable pero también más distante.
Kross[B]: "Tal vez, en el fondo, quería intentarlo de verdad. Tal vez, una parte de mí se aferraba a la posibilidad de sobrevivir, de no darles la satisfacción a esos monstruos. No lo sé. Aún no tengo una respuesta clara."
Mi mente era un caos. Lo que acababa de compartir con Stella no era algo que se pudiera encapsular fácilmente. Era una tormenta liberada, un sistema que llevaba demasiado tiempo sobrecargado.
Pero entonces, apareció un recuerdo distinto. Uno que marcó un punto de inflexión.
Kross[B]: "Y justo cuando estaba en mi límite... conocí a alguien."
Mis dedos se relajaron sobre mis rodillas. Sentí cómo parte de la tensión en mi mandíbula disminuía.
Kross[B]: "Conocí a... Spears."
Sentí el cambio en la postura de Stella. Su cuerpo se tensó apenas escuchó el nombre.
Stella: "Antes mencionaste su nombre... cuando hablabas de Naomi."
Levanté la mirada hacia ella. Sus ojos estaban llenos de interrogantes, pero decidió no interrumpirme.
Asentí lentamente.
Kross[B]: "Sí. Pero... nuestro primer encuentro no fue algo que pueda considerar admirable."
Mis labios se curvaron apenas, una sonrisa amarga, sin rastro de ligereza.
Kross[B]: "Intenté robarle."
Stella parpadeó, sorprendida, pero permaneció en silencio.
Kross[B]: "Él y su esposa caminaban por la calle. Llevaban una bolsa con víveres. En un último intento por conseguir algo de comida antes de colapsar, me lancé hacia ella."
Negué con la cabeza, dejando escapar una risa breve, hueca.
Kross[B]: "No llegué muy lejos. Antes de que pudiera reaccionar, estaba en el suelo, sin aire en los pulmones y perdiendo la conciencia. Spears me había atrapado... y luego me aplicó un suplex."
Por un instante, vi cómo Stella intentaba procesar lo que acababa de decir.
Stella: "¿Te... hizo un suplex?"
Asentí, y aunque apenas fue perceptible, un atisbo de humor se coló en mi tono.
Kross[B]: "Sí. Uno de sus famosos suplex. En plena calle. Frente a su esposa. En mi estado en ese momento, fue suficiente para dejarme fuera de combate."
El ambiente quedó en silencio por algunos segundos. Y entonces, Stella soltó una risa breve, sorprendida más que divertida.
No fue cruel ni fuera de lugar. Simplemente, no se lo esperaba. Pero su expresión volvió a adoptar seriedad al reenfocar su mirada en la mía.
Stella: "¿Y qué pasó después?"
Exhalé lentamente y apoyé la cabeza contra el tronco del árbol. El contacto con la corteza fue un ancla momentánea.
Kross[B]: "Lo que menos me esperaba."
Mis ojos se entrecerraron ligeramente, no por cansancio, sino porque los recuerdos comenzaban a posicionarse con precisión en mi mente, uno tras otro.
Kross[B]: "Me ofrecieron un techo..."
La expresión de Stella cambió, se suavizó, como si esas palabras tuvieran un eco inesperado en ella.
Kross[B]: "Me dieron ropa..."
Mi mirada se desvió hacia el cielo, sin un punto fijo, solo observando la amplitud por encima de nosotros.
Kross[B]: "Me dieron comida..."
Mi voz se redujo hasta convertirse en un susurro, apenas audible.
Kross[B]: "Me dieron... una segunda oportunidad. A pesar de no tener información sobre mí, Spears me permitió estudiar aquí. Sin exigencias. Sin condiciones."
El peso en mi pecho no desapareció, pero se transformó. Dejó de ser una carga paralizante para convertirse en algo que, en lugar de hundirme, me sostenía. Un recordatorio de que, incluso después de todo lo vivido, alguien fue capaz de mirar más allá... alguien había decidido que valía la pena ayudarme.
Y por esa razón...
Por eso, Spears y la tía Fang se convirtieron en personas a las que jamás permitiría que se les hiciera daño.
La campana que marcaba el final de las clases resonó a lo lejos, rompiendo momentáneamente el equilibrio sonoro del entorno, pero ninguno de los dos reaccionó. Lo que pasara dentro del instituto en ese momento era completamente irrelevante.
No levanté la mirada. No articulé ninguna otra palabra. No porque no quisiera, sino porque ya no era posible. Haber liberado cada parte de esa historia me dejaba ahora a merced del peso que arrastraba.
No sabía cómo reaccionaría Stella, y tampoco me atrevía a buscar su mirada para averiguarlo. El miedo a que entendiera demasiado, a que viera la totalidad de lo que era y decidiera alejarse, superaba incluso mi capacidad habitual de contención.
Kross[B]: "El resto ya lo conoces. Llegué al instituto. El incidente en el auditorio. Nos conocimos. Luego... el enfrentamiento con esa cosa."
Inspiré profundamente y di un paso atrás, como si físicamente intentara marcar distancia de todo lo que acababa de confesar.
Kross[B]: "No tengo pruebas tangibles, pero estoy convencido. Fueron ellos. Esos bastardos me encontraron. Saben que estoy aquí. Y no se detendrán hasta atraparme... o eliminarme."
El ambiente se tornó denso, casi sofocante. Cada palabra parecía atragantarse a medio camino entre el pensamiento y la garganta.
Kross[B]: "Esa es mi historia, Stella. Mi verdad."
Apreté los dientes, sintiendo cómo la mandíbula comenzaba a molestar más de lo normal por la tensión acumulada.
Kross[B]: "Ahí la tienes. Todo lo que soy. Todo lo que fui."
Tomé aire una vez más, pero ni siquiera la brisa del jardín logró aliviar la opresión en mi pecho.
Kross[B]: "Ahora lo sabes..."
Mis manos se cerraron en puños, como si el cuerpo reaccionara antes que la mente.
Kross[B]: "Sabes que soy una aberración moldeada por manos ajenas. Sabes por qué me comporto así. Por qué ni siquiera puedo definirme sin caer en contradicciones."
Una risa breve, carente de toda alegría, escapó de mis labios.
Kross[B]: "No soy humano. No soy saurio. Ni siquiera puedo definirme como híbrido. La verdad es que no tengo idea de qué soy."
Mis palabras quedaron suspendidas en el aire, sin respuesta. Stella no dijo nada. Tal vez necesitaba procesarlo. Tal vez no había palabras posibles en ese momento.
Tal vez...
Apreté la mandíbula, el impulso de detenerme empezaba a perder fuerza.
Kross[B]: "Y por eso, pensándolo bien ahora..."
Mis manos se apretaron en un puño. La idea de alejarme de ella... de ellos, no era sencilla. Nunca lo sería..., pero era lo correcto. Stella reaccionó al movimiento, pero no alcé la mirada hacia ella.
Kross[B]: "Creo... que lo mejor que puedo hacer para solucionar todo esto... es alejarme de todos."
Di un paso atrás.
Kross[B]: "No quiero ponerte en riesgo, Stella. Ni a ti ni a nadie más."
Otro paso. Cada uno ejecutado con intención, una progresión necesaria para generar distancia y mitigar el impacto que mi presencia pudiera ocasionar.
Kross[B]: "No tiene sentido arriesgar tu bienestar solo porque me acostumbré a estar cerca. Ese apego, aunque comprensible, no justifica una exposición innecesaria."
La sensación en mi pecho era como una tensión acumulada en el diafragma, una resistencia interna que buscaba revertir mis pasos. Aun así... debo ignorarla....
Kross[B]: "Así que... adiós, Stella."
No esperé una respuesta. No era necesario. Me giré con precisión, comenzando a caminar. Cada paso era una afirmación de lo que debía hacerse, no de lo que quería.
Era lo más lógico dentro del contexto.
Sin embargo, tras apenas tres pasos, un factor imprevisto interrumpió el avance.
Stella: "¡Kross, espera!"
Antes de que pudiera reaccionar, sentí un tirón firme en mi brazo. Stella me sostuvo con ambas manos. Su fuerza excedía lo esperado. Sujeción basada no en agresividad, sino en una urgencia emocional que no había considerado del todo.
Kross[B]: "¿Qué...?"
Stella: "No te voy a dejar ir."
Su voz tembló. No por miedo, sino por una emoción más profunda, más visceral, una que en ese momento no supe clasificar del todo.
Stella: "No después de todo esto. No después de que al fin me dejaste verte de verdad."
No giré el cuerpo. No emití palabra. Pero tampoco hice nada por liberarme de su agarre.
Sus dedos se aferraban con más fuerza, como si eso bastara para detener una decisión tomada desde el razonamiento, no desde el deseo.
Stella: "Kross... No me importa lo que creas que eres. No me importa lo que esos mal nacidos te hicieron. No voy a dejar que te alejes de mí como si todo esto no significara nada."
Antes de que pudiera reaccionar, me jaló con decisión.
Stella: "Si crees que puedes decidir por mí... estás equivocado."
Mi cuerpo se tensó por completo al sentir sus brazos rodear mi espalda. No había duda, no había duda en su gesto. Era firme. Absoluto.
El abrazo no cedía. Al contrario, se volvía más apretado. Como si temiera que cualquier aflojamiento me diera la oportunidad de desaparecer sin dejar rastro.
Stella: "No quiero escucharte decir que alejarte es lo mejor."
Su voz no era solo firme, era deliberada, tan sólida como una convicción formada a fuego lento.
Kross[B]: "Stella..."
Stella: "No, Kross. No hagas esto."
No intenté apartarme. Pero tampoco devolví el abrazo. Mi cuerpo permanecía tenso, atrapado entre el calor físico de su contacto y el vacío interno que se expandía dentro de mí.
Kross[B]: "No lo entiendes... Esto no se trata de preferencia o voluntad. Es una medida preventiva.... Lo correcto es irme antes de que todo lo que arrastro termine alcanzando a los que tengo cerca."
Stella negó con el rostro aún apoyado en mi pecho. Su movimiento era contenido, pero cada sacudida llevaba implícita una súplica muda.
Stella: "¿Peor para quién? ¿Para ti o para nosotros?"
No respondí.
Stella: "No puedes decidir eso por los demás."
Su tono bajó, pero su firmeza no disminuyó. Cada palabra tenía un propósito.
Stella: "Dime algo, Kross. Si te vas... ¿Qué crees que sentirán las personas que te han apoyado? ¿Qué pensaría Spears?"
Sentí la garganta cerrarse. El nombre bastaba para desencadenar una reacción.
Stella: "¿Cómo crees que se sentirá después de haberte dado un hogar? Por lo que dijiste, pareció haberte tratado como a un hijo. ¿Qué pensará si un día simplemente desapareces sin decir palabra?"
No fui capaz de formular una respuesta.
Stella: "¿Y su esposa? Estoy segura de que también te aprecia. Apostaría que ambos creen en ti. Que confiaron en ti desde el principio."
El nudo en el estómago se intensificó, como si cada frase suya hiciera presión directa sobre cada decisión tomada.
Stella: "¿Y Fang?"
Mi respiración se tornó más pesada. Cada inhalación exigía más esfuerzo.
Stella: "¿Crees que a ella no le importará? ¿Crees que no va a culparse? ¿Qué no va a pensar que debió haber hecho más para evitar que te sintieras así?"
Cada palabra impactaba con una precisión dolorosa. Más contundentes que cualquier otra cosa que hubiera dicho antes.
Stella: "¿Y Rosa?"
Mi mandíbula se tensó por reflejo.
Stella: "¿Qué le diré cuando te busque, Kross? ¿Cómo voy a explicarle que su 'hermanito' simplemente decidió irse para jamás volver?"
Sentí sus manos aferrarse con más fuerza a mi espalda, como si la sola mención de Rosa hiciera que todo se volviera más urgente, más real.
Stella: "Y yo..."
Un leve espasmo en el pecho. No físico. Más cercano a una anomalía en la lógica de mis decisiones.
Stella: "¿Alguna vez pensaste en cómo me sentiría yo... si te fueras?"
Las palabras quedaron suspendidas, delimitadas por un silencio cargado. No respondí. No giré. Mi cuerpo permaneció petrificado..., procesando una variable emocional inesperada.
Red: (Mierda...)
Blue: (No sé cómo gestionar esto...)
Red: (No estamos preparados para esto.)
Blue: (Nunca lo estuvimos.)
Red: (Entonces, ¿Qué hacemos?)
La respuesta no existía. No todavía. Ninguno de los dos tenía una solución óptima.
Stella no ejerció más presión. No exigía. Solo estaba ahí. Constante. Esperando.
Kross[B]: "...No lo sé."
Mi voz descendió, controlada, pero sin la firmeza habitual.
Kross[B]: "No tengo una respuesta inmediata, Stella."
Ella guardó silencio, y cuando habló de nuevo, lo hizo con una claridad que dejaba poco margen para la evasión.
Stella: "No tienes que saberlo. No tienes que entenderlo todo de inmediato... Pero lo que sí quiero que entiendas es que no estás solo."
Cerré los ojos por un instante.
Kross[B]: "No quiero que ustedes carguen con un riesgo que no les corresponde."
Stella: "No es una carga, Kross."
Kross[B]: "Sí lo es. No debería—"
Stella: "¿Y si yo elijo asumirlo?"
Abrí los ojos. Su mirada era directa. Sin dramatismos. Solo una certeza clara.
Stella: "¿Qué pasa si quiero estar aquí para ti? Como Spears, como Fang, como Rosa... como todos los que decidieron hacerlo. ¿Eso no cuenta?"
La pregunta era lógica. Difícil de refutar.
Kross[B]: "...Es un escenario peligroso."
Stella: "¿Y qué no lo es?"
Kross[B]: "Pueden resultar heridos."
Stella: "Y aun así, no me detendría."
Kross[B]: "No quiero perderlos."
Stella exhaló con control. No aflojó su postura. Solo ajustó la distancia para mirarme de frente.
Stella: "Entonces quédate."
Mi respiración se entrecortó.
Stella: "Si no quieres perdernos, quédate. No nos alejes. No te vayas."
El peso de sus palabras cayó sobre mí con más fuerza que cualquier impacto físico. No eran súplicas. No era una petición desesperada.
Era una verdad directa. Una elección concreta.
Y esta vez... no supe qué hacer.
Y entonces los vi. Sus ojos.
Nunca antes me había detenido a verlos bien. Un azul claro, profundo, sereno. Pero ahora... ahora había algo más en ellos. No solo paciencia. No solo determinación.
Y estaban ahí... esperando.
Esperaban mi decisión.
No me estaba presionando. Stella solo estaba ahí, dándome la opción de elegir. Ella estaba ofreciéndome algo: quedarme... o irme.
Red: (Sabes.... No quiero que no vayamos... deberíamos—.)
Blue: (No se trata de lo que queremos, Red. Se trata de hacer lo que tenemos que hacer.)
Red: (Pero por una vez... si fuera por una maldita vez..., sí deberíamos. Por una vez, deberíamos quedarnos.)
Blue: (¿Y si todo esto termina igual que antes? ¿Y si nos atrapan? ¿Y si volvemos a ese infierno por no ir por el camino lógico...?)
Red: (¿Y si no? ¿Y si por primera vez... por rechazar eso... no terminamos solos? ¿Y si gracias a ellos... podemos sobre llevar todo?)
Blue: (...No puedo garantizar nada... tal vez ni siquiera pueda pensar de manera coherente... y si—)
Red: (No tienes que hacerlo, pedazo de imbécil.... Solo elige quedarte. Solo esta vez... en cualquier caso... Stella aún no se va... eso deberia ser algo en lo que debes pensar.)
Blue: (Ella... no ha retrocedido, no se ha... alejado. A pesar de todo. A pesar de lo que sabe de nosotros.)
Red: (Entonces hazlo, idiota. Devuélvele el gesto... y si por esto las cosas se complican... solo debemos responder como mejor podemos.)
Blue: (De... acuerdo, Red... tomaremos este camino...)
Red: (Con todo, Blue.)
Y ahí, en ese instante, algo se resolvió dentro de mí.
No había lógica que explicara lo que sentía, pero sí había una elección que podía tomar. Una decisión que, por primera vez, no surgía del miedo, sino de algo más.
Entonces, sin más análisis, sin más cálculos, mi cuerpo se movió.
Mis brazos se alzaron y la rodearon con firmeza, devolviendo el abrazo. No era un gesto automático. Era una respuesta. Clara. Intencionada.
Sentí su respiración acelerarse contra mi pecho, pero no se apartó. No titubeó. Se aferró más fuerte, como si ahora sí pudiera respirar con libertad.
Stella: "Kross..."
No dijo nada más. No necesitaba hacerlo.
Hundí mi rostro en su hombro, dejando salir el aire en un suspiro tembloroso.
Kross: "Tengo miedo, Stella."
Mi voz apenas salió, baja, quebrada.
Kross: "No quiero que les pase nada. No quiero que tú... que nadie sufra por mi culpa."
Stella no tardó en responder, su tono suave, lleno de calidez.
Stella: "No estás solo en esto. No tienes que cargar con todo tú solo."
Sus manos se apretaron en mi espalda, como si quisiera asegurarse de que la escuchara bien.
Stella: "Y no importa cuánto insistas, cuánto intentes alejarme... no voy a irme."
Mi agarre en ella se tensó. Sentí algo envolverse alrededor de mi cuerpo.
Bajé la mirada y noté su cola, enroscándose con suavidad alrededor de mi pierna. No era un agarre fuerte. No intentaba retenerme a la fuerza.
Era un gesto instintivo.
Una prueba de que realmente no quería soltarme. De que estaba aquí... conmigo
Un nudo se formó en mi garganta.
Kross: "¿Por qué...?"
Stella se separó lo suficiente para poder mirarme a los ojos, sin soltarme.
Stella: "Porque... porque te quiero en mi vida, Kross."
Parecía que sus palabras tenían otro significado detrás, pero su tono era tan honesto, tan directo, que mi mente simplemente... se quedó en blanco.
Querer.
Querer en su vida.
¿Qué significaba eso exactamente?
Mi pecho se sentía extraño. No era la misma opresión sofocante de siempre. Era diferente. Algo denso, pero a la vez... cálido.
Kross: "No sé qué quieres decir con eso..."
Mi voz apenas fue un susurro.
Stella no se río. No me corrigió. No pareció sorprendida.
Solo sonrió, con esa misma calidez que sentía en su abrazo.
Stella: "No importa si no lo entiendes ahora."
Su frente se apoyó con suavidad en mi pecho, sin dejar de sostenerme.
Stella: "Solo quiero que te permitas quedarte aquí... a mi lado."
Tragué saliva con dificultad. Permanecí en silencio.
No porque no tuviera nada que decir, sino porque, por primera vez, la idea de quedarme... de realmente quedarme, no me pareció imposible.
El momento era perfecto, no quería que un momento terminara.
No había ruido, no había peligro, no había sombras acechando en los rincones de mi mente. Solo Stella y yo, envueltos en la calidez de un abrazo, con la brisa suave meciendo su cabello, su aroma rodeándome de una forma que, extrañamente, me reconfortaba. y el peso de su cola aún enredada en mi pierna.
Por primera vez en mucho tiempo, deseé que algo durara para siempre.
Pero, como siempre, la realidad tenía otros planes. Una tos fuerte rompió el silencio.
Stella dio un respingo y soltó un sonido extraño, parecido a un chirrido ahogado, apartándose de golpe. Su cola aún enredada en mi pierna hizo que perdiera el equilibrio por un instante.
Kross[B]: "Cuidado."
Logré sujetarla antes de que terminara en el suelo, pero el calor de su contacto desapareció en cuestión de segundos.
Blue: (…Se siente extraño... esa ausencia.)
Red: (Sí...)
No tuve mucho tiempo para procesarlo. Mis ojos se elevaron hacia la figura imponente que nos observaba con los brazos cruzados y una expresión inescrutable.
Spears.
El director no dijo nada al principio, su mirada no era de furia ni de desaprobación… pero definitivamente esperaba una explicación.
Spears: "¿Saben cuánto tiempo ha pasado desde que sonó la campana?"
La voz grave del director sonó más pesada de lo habitual.
Spears: "Los profesores me informaron que faltaron a los últimos períodos. Nunca pensé que los encontraría aquí."
Stella intentó decir algo, pero su tartamudeo fue suficiente para que se detuviera, mirando hacia otro lado con un rubor aún presente en sus mejillas. Sus manos se apretaron contra los costados, su cola se movió en un reflejo nervioso.
Suspiré y di un paso adelante.
Kross[B]: "Fue culpa mía."
Stella giró la cabeza con sorpresa, mientras que Spears movió ligeramente una ceja, indicándome que continuara.
Kross[B]: "Stella se quedó conmigo porque se lo pedí, fue para... hablar sobre cosas personales..."
Hice una pausa.
Kross[B]: "...Sobre mi pasado... mi situación."
Mi voz se mantuvo firme, sin dudar. No iba a decir más. Spears me conocía lo suficiente como para entender lo que significaba que dijera algo así. Por un momento, no dijo nada. Sus ojos pasaron de mí a Stella y luego de vuelta a mí. La rigidez en su expresión se suavizó levemente.
Spears: "Bien... hablaremos después..."
Eso fue todo lo que dijo antes de girarse.
Spears: "Te espero en el auto."
No preguntó nada más. No necesitaba hacerlo. En cuanto Spears se alejó, Stella suspiró con fuerza, llevándose una mano al pecho.
Stella: "Dios, casi me da un infarto..."
No pude evitar encontrarle algo de gracia a su reacción. Pero antes de que pudiera decir algo, ella revisó su teléfono y su expresión cambió.
Stella: " Mierda… Rosa me ha estado escribiendo sin parar y tengo varias llamadas perdidas de ella. Se pregunta que me paso..."
Guardó el dispositivo con rapidez y volvió su mirada hacia mí.
Stella: "Tengo que irme."
Kross[B]: "Sí..., yo también."
Stella me observó por unos segundos. Su respiración aún estaba un poco alterada, y parecía debatirse con algo en su cabeza.
Stella: "Supongo que… nos vemos mañana."
Asentí con calma.
Kross[B]: "Sí..., mañana..."
Pero justo cuando estaba por darme la vuelta, sentí algo suave y cálido presionando mi mejilla. Mis ojos se abrieron de golpe. Un roce cálido presionó mi mejilla con suavidad.
Mi cuerpo se quedó completamente quieto. Mis pensamientos se congelaron. Mi cara... se sintió más caliente. Me sonroje.
Red: (¿Huh?)
Kross: ¿Huh?
Blue: (¿Huh?)
Me tomó un segundo demasiado largo procesarlo. Para cuando intenté reaccionar, Stella ya se había separado, con las mejillas encendidas y una expresión de ligera sorpresa al verme.
Stella: "Te… veo mañana, Kross."
Dio un par de pasos hacia atrás y se giró antes de salir corriendo. Por primera vez en mucho tiempo, mi mente estaba en blanco.
Llevé una mano lentamente a mi mejilla, donde aún podía sentir la calidez de lo que hizo. Solo sentí cómo la temperatura en mi rostro subía aún más.
Con la cabeza hecha un completo desastre, aceleré el paso hacia el auto de Spears, intentando ignorar el cosquilleo persistente en mi mejilla.
...
......
.........
¿Qué acaba de pasar?
...
Perspectiva de Stella.
...Lo besé.
Bueno, no exactamente... pero sí.
Mis manos se aferraron con fuerza en mi ropa mientras caminaba lo más rápido que podía hacia donde estaba Rosa. Mi corazón todavía latía con fuerza, mi cara ardía, y la sensación en mis labios aún no desaparecía del todo.
¡¿Por qué lo hice?!
Cierto, en mi cabeza parecía una buena idea en ese momento, un simple impulso... pero la expresión de Kross, su reacción...
Pude verlo.
Por primera vez, lo vi completamente desarmado. No supo qué hacer. No supo qué decir. Y ahora, después de todo lo que pasó, ¿cómo se suponía que iba a mirarlo a la cara mañana?
Stella: (¡Ay, mierda...!)
Sacudí la cabeza, intentando despejar mi mente, pero era imposible. Toda mi concentración estaba en la escena de hace unos minutos, en su mirada, en su expresión confundida... y en el calor que me recorrió al ver el leve sonrojo en su rostro.
Nunca lo había visto así.
El pensamiento solo hizo que mi cara se pusiera aún más roja.
Fue entonces cuando escuché una voz a mi lado.
Rosa: "¡¿Dónde demonios estabas?! ¡Te mandé como veinte mensajes!"
El sobresalto me sacó de golpe de mis pensamientos... no note que ya había llegado en donde estaba Rosa.
Rosa estaba frente a mí, con los brazos cruzados y una expresión a medio camino entre la preocupación y la molestia.
Rosa: "No te vi en la última clase así que trate de llamarte y no contestaste, trate de llamar a Kross para ver si sabía algo, pero él tampoco respondió."
Me costó procesar lo que decía. Mi mente aún estaba revuelta, y mi boca se abrió en un intento de responder algo... pero nada salió.
Rosa: "¿Stella?"
Su tono cambió de inmediato.
Su mano se posó en mi hombro y fue entonces cuando me di cuenta de que mi cara todavía estaba completamente encendida.
Rosa: "...Un momento."
Sus ojos se entrecerraron y su ceño fruncido se suavizó con rapidez.
Rosa: "¿Por qué estás roja?"
Mi cuerpo se tensó.
Rosa: "...Oh."
Mi silencio fue suficiente para que sus ojos se abrieran con sorpresa.
Rosa: "¡No mames! ¡¿Se lo dijiste?!"
Mi garganta se cerró al instante.
Stella: "¡¿Q-qué?!"
Rosa: "¡¿Se lo dijiste?! ¡¿Te le confesaste a mi hermanito?!"
Stella: "¡N-no! ¡No es eso!"
Rosa me miró con confusión, pero entonces, con la rapidez de alguien que ya conocía demasiado bien mis expresiones, su mirada se volvió aún más curiosa.
Rosa: "...Entonces, ¿qué pasó? ¿Por qué estás tan roja entonces...?"
Sentí mis manos apretar aún más en mi ropa.
Stella: "…Lo besé."
Rosa parpadeó.
Rosa: "¿...Qué?"
Desvié la mirada.
Stella: "En la mejilla."
Hubo un silencio.
Y entonces…
Rosa: "¡No chingues!"
Sus ojos brillaron de emoción y su cola se agitó con fuerza detrás de ella.
Rosa: "¡¿Me estás diciendo que besaste a Kross?!"
Mi cara ardía tanto que sentía que iba a explotar.
Stella: "¡B-Baja la voz!"
Rosa no dejó de sonreír como si hubiera ganado la lotería.
Rosa: "¡Pero dime, dime! ¡¿Cómo reaccionó?!"
Stella: "Y-Yo… ¡no lo sé! Me fui antes de ver su reacción completa, pero… p-por un segundo, creo que se sonrojó."
Rosa abrió la boca, claramente queriendo gritar algo, pero solo levantó ambos puños con emoción contenida.
Rosa: "¡Hermana, acabas de hacer historia, siendo tan denso es un logro!"
Stella: "¡Cállate!"
La empujé suavemente mientras ella se reía.
Suspiré, todavía sintiendo mi cara caliente, pero ahora mismo había algo más importante en mi mente.
Stella: "Rosa... ¿podemos subir al auto?"
El cambio en mi tono fue suficiente para que su emoción se apagara un poco. Su expresión pasó de la euforia a la confusión, sus ojos fijos en mí mientras evaluaba mi repentino cambio de actitud.
Rosa: "¿Pasa algo?"
Stella: "Solo... hay algo de lo que quiero hablar contigo."
No insistí más. No tenía sentido darle rodeos.
Rosa ladeó ligeramente la cabeza antes de soltar un suspiro y asentir. Sin más, ambas subimos al auto, y en cuanto cerré la puerta, el peso de mis pensamientos volvió a caer sobre mí.
El silencio se extendió por unos segundos. No era incómodo, pero podía sentir la expectación de Rosa, el cómo su mirada se mantenía fija en mí mientras esperaba a que hablara.
Junté las manos sobre mi falda y tomé aire antes de mirarla.
Stella: "Kross... el me conto su historia, su pasado... así que quiero saber algo Rosa... ¿Cuánto te contó Kross cuando te mostró que no era... humano... oh bueno... tú sabes?"
Rosa parpadeó. Por un momento, su expresión se tornó incrédula, como si no esperara que hablara de eso justo ahora.
Rosa: "¿De eso quieres hablar?"
Asentí sin dudar.
Rosa se cruzó de brazos y desvió la mirada por un instante, como si estuviera recordando aquella conversación.
Rosa: "No demasiado...dijo que quería hacer algo llamativo, pero no estaba en condiciones de hacerlo. Solo me mostró sus garras. Me lo dijo con total calma, además de que si pensaba que era un hibrido, pues que era mucho más que solo eso.”
No aparté la vista de ella, procesando lo que decía.
Stella: "¿Nada más?"
Rosa negó con la cabeza.
Rosa: "No quería entrar en detalles, y yo tampoco lo presioné demasiado... pero sé que no me decía todo, algo en su expresión me dijo que había mucho más detrás de eso."
Bajé un poco la mirada.
Stella: "…Lo hay."
Mi voz salió más baja de lo que esperaba.
Rosa me observó con más atención, su postura relajada tornándose un poco más seria.
Rosa: "¿Qué te mostro a ti?"
No respondí de inmediato. Sentía las palabras atoradas en la garganta, como si mi mente intentara encontrar la mejor forma de explicarlo sin que sonara tan… intenso. Pero no había una manera suave de decirlo.
Stella: "No lo hizo para demostrarme eso, pero igual fue impactante... no usó solamente sus garras. Aparte de que parecía recordar cosas que había enterrado muy al fondo de él."
Rosa frunció levemente el ceño, su cuerpo inclinándose apenas hacia adelante.
Rosa: "¿Entonces qué hizo?"
Mis dedos se apretaron sobre mi falda.
Stella: "Se cortó... el antebrazo."
Rosa parpadeó.
Rosa: "¡¿QUE HIZO QUE?!"
Stella: "Con sus propias garras. Un corte largo, profundo... No dudó ni un segundo en hacerlo."
El ceño de Rosa se frunció aún más.
Rosa: "¿Pero qué mierda...?"
Stella: "Y en unos segundos... desapareció. Se sano completamente."
Rosa se enderezó de golpe, su cola golpeaba el asiento con inquietud.
Rosa: "Hermanito..."
Pude notar el brillo de frustración en sus ojos. Pero más que frustración… era rabia.
Rosa: "Así que así es como lo hizo."
Stella: "¿No hizo nada parecido antes?"
Rosa suspiró pesadamente y pasó una mano por su cara antes de cruzarse de brazos.
Rosa: "No así, pero… supongo que también me quiso mostrarme algo parecido."
La miré fijamente. Rosa tomó aire y miró hacia el frente, su mandíbula tensa. Cerró los ojos por un instante.
Rosa: "Maldito idiota..."
Pasó una mano por su cabello con frustración antes de mirarme con seriedad.
Rosa: "Entonces... Stella… si Kross puede sanar rápido según lo que dijiste. Su cuerpo entonces es... diferente. Pero lo que hizo frente a ti y la forma en que te lo mostró…"
Pude ver la preocupación real en su rostro.
Rosa: "¿Cómo se veía cuando lo hizo?"
Apreté los labios, recordando cada detalle.
Stella: "No dudó. No titubeó. Simplemente lo hizo, sin pensarlo dos veces. Como si fuera lo más normal del mundo."
El auto se sumió en un silencio más denso.
Rosa: "Ese cabrón... voy a necesitar tener una conversación seria con mi hermanito sobre eso."
El interior del auto se sentía más denso, como si el peso de la conversación se hubiera asentado en cada rincón del espacio. Rosa mantenía la vista fija en el volante, sus dedos tamborileando con un ritmo lento sobre la palanca de cambios, mientras su mente procesaba todo lo que había escuchado.
Su expresión ya no tenía el entusiasmo de antes, su mirada reflejaba algo más profundo, una mezcla de frustración, preocupación y esa chispa de determinación que nunca la abandonaba.
Rosa: "Entonces dime, Stella... ¿qué vas a hacer ahora?"
Su voz no sonaba desafiante ni inquisitiva, pero su seriedad caló hondo en mi pecho. Supe de inmediato que no era una pregunta cualquiera, sino una que exigía una respuesta real, algo más que una simple intención.
Tragué saliva, sintiendo cómo mis manos se aferraban con más fuerza a mi polera. Había tantas cosas que aún no terminaba de procesar, tantos sentimientos enredados en mi interior, pero en medio de todo el caos de pensamientos que giraban en mi cabeza, solo una certeza se mantenía firme.
Stella: "Voy a estar ahí para él."
No dudé al decirlo, no hubo titubeos ni espacio para segundas conjeturas. Rosa me miró de reojo, como si evaluara la seguridad en mis palabras.
Stella: "No importa lo que haya pasado, lo que pase de ahora en adelante o lo que intente hacer para alejarse. Kross ha cargado con todo esto por demasiado tiempo, y si realmente quiero ser parte de su vida... entonces no voy a dejar que lo siga haciendo solo."
Rosa soltó un resoplido, su semblante suavizándose apenas, aunque todavía había algo en su mirada que indicaba que tenía mucho en qué pensar. Sin decir más, giró la llave y encendió el auto, el rugido del motor llenando el silencio que habíamos dejado atrás.
Rosa: "Espero que estés lista para lo que venga."
Stella: "Lo estoy."
No sabía qué tan difícil sería, no tenía idea de cuánto más quedaba por descubrir o qué tanto podría soportar, pero había algo que sí tenía claro.
No pensaba apartarme de su lado.
...
...
...
Perspectiva de Abe.
No tenía idea de cómo iba a salir esto.
Mientras caminaba por el pasillo del hospital, podía sentir la tensión acumulándose en mis hombros, cada paso resonando con más peso del que debería. Podía lidiar con cualquier pelea, cualquier amenaza directa, pero esto era diferente. No estaba aquí para golpear a alguien, no estaba aquí para intimidar. Estaba aquí para acercarme a alguien que, por lo que sabía, no confiaba en absolutamente nadie.
Y no la culparía si tampoco confiaba en mí.
Exhalé con fuerza, intentando empujar esa idea fuera de mi cabeza mientras doblaba la última esquina. Ahí estaba, la puerta con el número 219 en la parte superior. Mi objetivo.
Me detuve frente a ella, tomándome un segundo para prepararme. No tenía un plan. No sabía si esto funcionaría. Pero, si quería lograr algo, necesitaba encontrar la forma de ganarme su confianza.
Llevé la mano a la puerta y di un par de golpes suaves con los nudillos.
Abe: "¿Puedo pasar?"
No esperaba una respuesta, pero aun así me quedé en silencio unos segundos, esperando cualquier señal, cualquier sonido del otro lado. No hubo nada.
Tomé aire y giré el pomo.
El interior de la habitación era silencioso, con una iluminación tenue que hacía que el ambiente se sintiera más pesado de lo que ya era. Y ahí, en la camilla, estaba ella.
Neo.
La última vez que la vi estaba inconsciente, con su cuerpo cubierto de sensores y cables, atrapada en ese maldito sitio. Ahora, aunque ya no estaba sujeta a ninguna máquina, su postura sobre la camilla aún transmitía algo similar a una sensación de encierro.
Su espalda estaba apoyada contra la cabecera, sus piernas dobladas, sus brazos rodeando sus rodillas con firmeza. Su mirada estaba fija en mí, sin moverse ni un centímetro.
Sus rasgos humanos contrastaban con las partes que no lo eran. La bata de hospital cubría la mayor parte de su cuerpo, pero aún podía notar los detalles que la diferenciaban. Sus extremidades, desde los codos hasta las manos, y desde las rodillas hasta los pies, tenían escamas que reflejaban los tonos de su cabello. Y su cola, larga y delgada, descansaba a un costado de la camilla con sus plumas apenas vibrando con cada respiración que tomaba.
Pero lo que realmente captó mi atención esta vez… fueron sus ojos.
Antes no había podido fijarme en ellos en ellos. Ahora que estaba despierta, no podía ignorarlos.
Tenía heterocromía. Pero no solo eso.
El color de sus ojos estaba invertido en relación con su cabello y escamas. Su ojo derecho era rosado, mientras que el izquierdo era café. Si solo fuera eso, podría haberlo pasado por alto, pero había otro detalle que hizo que mi cuerpo se tensara de forma automática.
Uno de sus ojos… no era humano.
El iris de su ojo café tenía una forma más afilada, más rasgada, con la pupila levemente vertical, como la de un depredador. El contraste con su otro ojo, completamente humano en su estructura, hacía que su mirada se sintiera aún más penetrante.
Nos quedamos así, en completo silencio.
Ella no apartó la vista. Yo tampoco.
No había expresión en su rostro, no había tensión en su postura. Pero algo en su mirada me decía que cada músculo de su cuerpo estaba listo para reaccionar en cualquier momento.
Me quedé en la entrada, sin moverme de inmediato. No iba a forzar nada.
Abe: "Así que... tú eres... Neo."
Mi voz sonó más suave de lo normal. No obtuve respuesta, pero no la esperaba.
Mi mandíbula se tensó levemente.
Abe: "No sé si me recuerdas, pero fui el que te sacó de ese lugar."
El silencio persistió, pero noté un ligero cambio en la forma en que sus garras se apretaron contra la tela de su bata.
Bien. Al menos estaba escuchando. Eso era un inicio.
El silencio se mantenía firme entre nosotros.
Neo no apartaba la vista, y yo tampoco. Sus manos aún descansaban sobre sus piernas, sus garras ligeramente visibles contra la tela de la bata. Su postura no era completamente rígida, pero tampoco relajada. Estaba en ese punto exacto entre la alerta y la calma, evaluando cada uno de mis movimientos.
Lo entendía perfectamente.
Por eso, no me apresuré.
Abe: "No sé cuánto entiendes de lo que está pasando, pero... aquí nadie te va a hacer daño."
Di un primer paso.
Neo no reaccionó de inmediato, pero sus pupilas se movieron sutilmente, siguiéndome con atención.
Abe: "No espero que hables... y tampoco que hagas nada en especial."
Otro paso.
Esta vez, sus dedos se apretaron apenas sobre la tela de la bata.
Abe: "No estoy aquí para hacerte preguntas relacionadas a ese lugar, ni para obligarte a nada. Solo... pensé que sería peor dejarte aquí sin nadie con quien estar."
Un paso más.
Abe: "Lo único que voy a hacer es pasar el rato aquí."
Avancé un poco más, acercándome al espacio entre la cama y la silla que estaba junto a la pared. No hice ningún movimiento brusco, manteniendo mi postura relajada.
Abe: "Pero puedes estar tranquila, eso te lo aseguro."
Otro paso.
Sus hombros bajaron de manera casi imperceptible. No era un cambio enorme, pero suficiente para notar que la rigidez inicial estaba cediendo, aunque fuera solo un poco.
Abe: "Así que, si no quieres que esté aquí, solo mírame de cierta manera y lo entenderé."
Me detuve a un metro de la silla, dándole la oportunidad de reaccionar de alguna manera si lo consideraba necesario.
Pero no lo hizo.
Sus ojos seguían fijos en los míos, observándome, pero más calmada comparándolo con la intensidad que cuando entré, no parecía tener esa misma rigidez inicial.
Eso era suficiente para mí.
Sin decir nada más, moví mi mano lentamente y tomé la silla, arrastrándola con cuidado hasta colocarla cerca de la cama.
Neo no se movió.
No dijo nada.
Solo me miró.
Me senté, apoyando los codos en mis rodillas mientras soltaba un leve suspiro.
Abe: "Si en algún momento quieres que me largue, solo dímelo... bueno, supongo que eso no es muy útil decirlo."
Me reí apenas, más para mí mismo que otra cosa.
Abe: "Supongo que tendré que adivinarlo."
El ambiente seguía siendo denso, pero algo en la forma en que Neo me miraba me decía que ya no estaba tan tensa como antes.
El silencio seguía presente, pero al menos ya no era tan pesado. Neo todavía no hacía ningún movimiento significativo, pero tampoco parecía estar en un estado de alerta total. Su espalda seguía rígida, sus manos aún descansaban sobre sus piernas con los dedos ligeramente tensos, y aunque ya no apretaba la tela de su bata con tanta fuerza, seguía manteniendo una postura demasiado estática.
Abe: "No tienes que estar tan tensa, ¿sabes? No estoy aquí para hacerte nada."
Mi tono era casual, sin presión alguna, como si estuviéramos teniendo una conversación normal, aunque solo fuera yo el que hablara.
Neo no respondió, pero sus pupilas volvieron a moverse sutilmente, analizándome.
Abe: "Supongo que es difícil relajarse cuando acabas de despertar en un sitio completamente desconocido."
Me acomodé un poco en la silla, cruzando un tobillo sobre la rodilla opuesta en un intento de hacer el ambiente menos rígido.
Abe: "Pero al menos aquí no hay nadie sujetándote con correas ni conectándote a máquinas raras, así que… eso ya es un avance, ¿no?"
Mis palabras no provocaron ninguna reacción inmediata, pero después de un par de segundos, noté algo.
Neo parpadeó por primera vez en toda la conversación.
Un gesto pequeño, insignificante en cualquier otra circunstancia, pero en este contexto significaba que, al menos, me estaba escuchando.
Abe: "He pasado por hospitales antes. No es un lugar en el que a nadie le guste estar."
No obtuve respuesta, pero tampoco la esperaba.
Abe: "Digo, no me puedo imaginar cómo te sientes en este momento, pero puedo apostar que estar sentada en la misma posición todo este tiempo no ayuda mucho."
Mis ojos bajaron a su postura. Seguía sentada con la espalda recta, sus manos fijas sobre su regazo, casi como si estuviera lista para levantarse en cualquier momento.
Abe: "No es que tenga una solución mágica ni nada, pero tal vez… podrías moverte un poco, no sé."
Deslicé mi espalda contra el respaldo de la silla, exagerando el movimiento para que notara mi postura relajada.
Abe: "No te estoy diciendo que hagas lo mismo, pero solo digo, estar rígido tanto tiempo no es bueno para los músculos."
Neo no reaccionó de inmediato. Su mirada se deslizó lentamente por la habitación, pero luego volvió a posarse en mí.
No dije nada más. Solo la dejé procesarlo.
Después de un momento, sus dedos, que habían estado ligeramente apretados sobre su bata, finalmente se aflojaron un poco.
No fue un cambio enorme. No fue como si de repente se hubiera relajado por completo. Pero por primera vez desde que entré a la habitación, parecía haber cedido una mínima fracción de su rigidez.
El ambiente en la habitación seguía siendo tenso, pero ya no se sentía tan impenetrable como antes. Neo no había hecho ningún movimiento brusco ni había intentado alejarse, lo que ya era algo.
No la miré fijamente ni hice ningún gesto que pudiera hacerla sentir que esperaba algo inmediato de ella. En lugar de eso, simplemente incliné mi cabeza hacia atrás, mirando al techo con la expresión relajada.
Abe: "Supongo que no es la mejor manera de conocer gente nueva, ¿no?"
No hubo respuesta, pero no la esperaba.
Abe: "Podría haber sido en un sitio menos deprimente, con menos luces frías y más ventanas... o, no sé, en un sitio donde no estuvieras atrapada en una cama de hospital."
Mis palabras eran casuales, como si estuviera hablando con alguien que simplemente estaba teniendo un mal día.
Abe: "Pero bueno… supongo que es mejor que el lugar donde estabas antes, ¿no?"
Esta vez, aunque Neo no habló, vi algo sutil.
Sus pupilas se contrajeron ligeramente.
No fue un cambio drástico, pero lo noté.
Abe: "Eso pensé."
No presioné más el tema. Solo lo dejé ahí, flotando en el aire.
Mis ojos volvieron a ella, observando con atención la manera en que su postura, aunque aún algo rígida, no era exactamente la misma de hace unos minutos.
Abe: "¿Sabes? Cuando alguien está sentado con los hombros tan tensos por tanto tiempo, al final empieza a doler... y bastante."
Exageré un poco mi propio movimiento, rodando los hombros hacia atrás y estirando el cuello como si intentara aliviar una tensión imaginaria.
Abe: "Solo digo... podrías intentarlo. No tienes que hacerlo si no quieres, pero te haría bien."
No insistí más.
Simplemente dejé que el silencio se instalara, dándole el espacio para decidir si quería hacer algo al respecto.
Pasaron varios segundos antes de que finalmente notara el cambio.
Neo respiró más lento. Apenas perceptible, pero ahí estaba.
Y luego, con un movimiento mínimo, casi como si no quisiera que lo notara, sus hombros bajaron un poco.
No fue mucho. No era como si de repente hubiera soltado toda la tensión de su cuerpo, pero era algo.
Un pequeño paso.
Y en este momento, cualquier paso en la dirección correcta contaba.
Las horas pasaron en un silencio tranquilo, sin que ninguno de los dos hiciera mucho más que permanecer en el mismo espacio. No intenté forzar ninguna conversación más ni esperé que ella hiciera algo más que lo que ya había hecho.
Solo me quedé ahí, sentado en la silla junto a la cama, observando de vez en cuando su postura, notando pequeños cambios en la manera en que respiraba o cómo sus dedos ya no estaban tan tensos sobre sus piernas.
No tenía idea de cuánto tiempo exactamente había pasado, pero cuando miré de reojo el reloj en la pared, supe que ya era momento de irme.
Solté un leve suspiro y me estiré ligeramente en la silla, rodando los hombros para aliviar la tensión acumulada.
Abe: "Bueno, supongo que es suficiente por hoy."
Neo no reaccionó de inmediato, pero sabía que me estaba escuchando.
Abe: "No quiero que pienses que esto es un adiós ni nada. Volveré a visitarte."
Mi tono fue casual, sin ningún tipo de expectativa. No esperaba una respuesta, ni siquiera un gesto, pero, aun así, cuando me puse de pie, vi algo que no esperaba.
No fue mucho.
Apenas un pequeño movimiento.
Pero ahí estaba.
Su cola, que había permanecido inmóvil todo este tiempo, tuvo un leve movimiento, apenas un espasmo en la punta, como si su cuerpo reaccionara antes que ella misma. No era un gesto evidente ni un movimiento brusco, pero aun así lo vi, y en cuanto lo noté, algo me dijo que no había sido un simple reflejo.
Me quedé unos segundos más en mi lugar, fingiendo que no había notado nada, como si simplemente estuviera acomodando mi chaqueta antes de marcharme. No quería que sintiera que estaba analizando cada uno de sus gestos, pero dentro de mi cabeza, lo que acababa de ver se repetía una y otra vez.
Era un detalle mínimo, insignificante para cualquiera que no estuviera prestando atención.
Pero después de todo el tiempo que pasamos sin que se moviera ni un solo centímetro más de lo necesario, ese simple temblor en su cola lo decía todo.
No dije nada al respecto.
Solo sonreí levemente.
Abe: "Nos vemos mañana, Neo."
Dicho eso, me giré y caminé hacia la puerta, sin prisa, pero sin dudar. No miré hacia atrás, no quería hacer que se sintiera observada más de lo necesario.
Pero justo antes de salir, cuando mi mano ya estaba sobre la manija, vi algo en el reflejo del vidrio.
Neo no había cambiado su postura, pero sus ojos aún estaban fijos en mí.
Y esta vez, la tensión en ellos ya no era la misma.
Salí de la habitación, dejando que la puerta se cerrara suavemente detrás de mí. No solté el aire hasta que estuve en el pasillo, sintiendo cómo mis músculos, que sin darme cuenta habían estado tensos, finalmente se relajaban un poco.
No estaba seguro de qué esperaba exactamente cuando entré, pero fuera lo que fuera, sabía que Neo no iba a hacer las cosas fáciles. No por terquedad ni por desconfianza absoluta, sino porque, por lo poco que había visto, no parecía alguien que se abriera fácilmente a otros. Quizás nunca había tenido la oportunidad de hacerlo.
Aun así, la idea de que había algún progreso, por pequeño que fuera, se mantenía presente en mi cabeza.
El movimiento en su cola.
Tan mínimo que cualquiera podría haberlo pasado por alto, pero yo lo noté.
Algo en su subconsciente había reaccionado ante mis palabras, una señal de que, al menos, no me veía como una amenaza inmediata. Era un paso, un paso diminuto, pero uno al fin y al cabo.
No estaba seguro de cuánto tardaría en conseguir que confiara en mí, pero lo descubriría.
Seguiría intentándolo.
Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando doblé en un pasillo y vi a Cass y Surge esperándome más adelante. Cass estaba con los brazos cruzados y una expresión difícil de leer, mientras que Surge tenía las manos en los bolsillos, con el ceño apenas fruncido.
Cass: "¿Y bien?"
No había sorpresa en su tono, solo la necesidad de una respuesta.
Abe: "No mucho."
No tenía sentido darles una explicación completa, ni entrar en detalles que realmente no cambiarían nada.
Abe: "No dijo ni una palabra—bueno, ya saben a lo que me refiero—pero creo que hay algo."
Surge arqueó una ceja.
Surge: "¿Algo?"
Abe: "Sí. No es nada grande, pero... mañana volveré a verla."
Cass soltó un suspiro y asintió con la cabeza, como si ya lo hubiera esperado.
Cass: "Haces lo que crees que es mejor."
Abe: "Sí."
No se dijo mucho más. Ninguno de los dos presionó, ni intentaron sacar más información de la necesaria. Simplemente dejaron que el tema quedara ahí mientras nos dirigíamos hacia la salida del hospital.
Sin embargo, en mi cabeza, la conversación con Neo seguía dándome vueltas.
Era difícil decir qué tan complicado iba a ser todo esto.
No sabía cuánto tiempo tomaría ganarme su confianza.
No sabía si ella siquiera quería confiar en alguien.
Pero eso no iba a detenerme.
Había algo en su mirada, en la forma en que me observó hasta el último momento antes de salir, que me decía que esto no terminaba aquí.
Era solo el inicio.
Y yo iba a estar ahí para verlo.
Fin del capítulo.
Notes:
El capitulo estaba listo desde antes de que saque el extra, pero quería avanzar un poco mas antes de publicarlo. Mi niño saco sus demonios internos y menos mal que la persona que lo escucho y apoyara sin importar que. Además que de a poco se forma una relación. No cambiare el tag se quedara así hasta que termine la trama inicial.
Un dato extra de Neo y algunos sobre la regeneración de Kross.
1.- Neo es enana, es la mas enana dentro del grupo de Abe. Mide menos de 1.50 aproximadamente 1.43. Aunque eso le sirve se acomoda a su manera de pelear. Salió del laboratorio y menos mal porque digamos que Neo es especial. Se demostrara en un capitulo futuro en donde tendrá un Sparring contra Surge.
2.- Lo mas autista de Kross es la regeneración. Mientras tenga energía podrá recuperarse de cualquier herida, y como se coloco en el extra mientras mas se acostumbraba, menor era la cantidad requerida, pero para que llegue a ese punto en la trama falta mucho.
3.- Kross no pudo acabar consigo mismo por algunos motivos, la falta de energía hace que el cuerpo de Kross pueda colapsar para enfocarse en su recuperación. Entonces se autoinfligía heridas, se desmayaba y se despertaba sin nada. Algo que le afecto bastante a la cabeza, motivos también del porque se separo en dos.
4.- A Kross no le gusta absolutamente nada pensar en el pasado, el daño psicológico aun le pega bastante, aunque con las personitas que ha encontrado... a podido volver a empezar de a poco.
El siguiente capitulo esta listo pero quiero esperarme un poco para avanzar mas y pensar mas las cosas, lo que puedo decir que el próximo empezara una salida. Mas cosas con Neo y Abe. Y algo de los científicos.
Nada mas que añadir como siempre mis agradecimientos y recomendaciones. Dardragun707 con su vaquero. SrSenior con el Abe mas jodido de todos. Patata con su ruso y la dragona. y a Xomy90 que saco nuevo cap de los hermanos en St. Hammond. Nos vemos :D
Chapter 15: En Busca de un Lugar
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Kross. Blue.
Un par de semanas habían pasado más rápido de lo que esperaba. No estaba seguro de si eso era algo bueno o no, pero el tiempo avanzaba sin esperar a que procesara todo lo que había ocurrido. Desde aquella conversación con Stella en los jardines hasta el momento en que le conté la verdad, cada detalle seguía grabado en mi cabeza como un eco persistente.
Había hablado con Spears sobre ello, aunque, obviamente, sin mencionar ciertos detalles. No le dije todo, no le conté sobre lo que Stella vio con sus propios ojos ni sobre la reacción que tuvo al descubrirlo. Solo le mencioné que, después de tanto tiempo, le había contado más de lo que jamás le había dicho a alguien fuera de él y la tía Fang.
El cavernícola no pareció sorprendido, pero sí me dejó claro algo: era bueno que comenzara a abrirme a más personas, pero no podía confiar a ciegas, ni siquiera en aquellos que parecían querer ayudar. No porque dudara de Stella, sino porque el mundo era una mierda que siempre encontraba formas de usar las debilidades en contra de uno.
Eso no era algo que no supiera ya.
Durante esas semanas, además de lidiar con todo lo que había pasado, también había estado practicando algo más.
Control.
La vez que enfrenté a esa cosa en el estacionamiento, Red tuvo que tomar todo el control total. Fue lo único que nos permitió ganar, pero salir de ahí nos dejó hecho mierda. No era solo la fatiga ni las heridas por explotar nuestras capacidades, era la pérdida de control. Si volvía a entrar en ese estado, tenía que ser capaz de salir por mi cuenta para restarle algo al impacto a mi cuerpo.
Así que, con cuidado, empecé a probar.
No fue fácil, pero al menos hubo progreso. Red logro mantenerse sin perder completamente la conciencia, sin quedar atrapado en el instinto puro. No era perfecto, pero en comparación con la primera vez, era un avance. No tuvimos efectos secundarios graves, más allá del agotamiento al no hacer ningún esfuerzo físico para hacernos heridas internas, aunque si nos dolieron los músculos durante horas.
También intenté lo mismo con el otro extremo, tomando todo el control yo solo. Tal vez esto me permitiría poder actuar mejor, a diferencia de Red, mi estado solo afecta a las tomas de decisiones o mejor dicho empezar una acción, pero tenía que intentarlo. Al igual que antes, fue complicado, pero pude empezar a acostumbrarme a la sensación.
El verdadero problema era mantener ambos al mismo tiempo.
Esa era la parte complicada.
Red y yo habíamos logrado activarnos simultáneamente a voluntad, cuando amenacé a Naomi, pero el desgaste había sido brutal. Intentamos replicarlo, pero el agotamiento llegaba demasiado rápido, no podíamos durar ni siquiera un minuto en ese estado. No había heridas, ni daños internos, solo una fatiga física y mental que nos obligaba a detenernos antes de poder acostumbrarnos del todo.
No era suficiente.
Pero al menos ya podía ver en qué dirección tenía que seguir.
Además de eso, hubo otro pequeño inconveniente.
El día después de esa conversación con Stella, Rosa me encontró en los jardines y, como debía suponer, Stella le contó lo que pasó... No dejó pasar la oportunidad de hacerme saber lo que pensaba al respecto.
Y lo hizo de la forma más ‘Rosa’ posible.
Un chanclazo bien dirigido a la cabeza sin contenerse lo más mínimo fue lo primero que recibí antes de siquiera poder decir una palabra. Luego vino el sermón, uno de los más largos que había escuchado en mi vida, y considerando que Spears existía, eso era decir mucho. Rosa no se guardó nada.
Me regañó por no haberle contado antes, por haberlo manejado a mi manera, por no haberle pedido consejo, por hacerme esa herida en el brazo y, por supuesto, por haber dejado que Stella estuviera involucrada en algo tan pesado.
No importó cuántas veces intenté explicarle que no había sido planeado, que simplemente había pasado así, ella no dejó de reclamar hasta que, eventualmente, se calmó lo suficiente como para darme una mirada de esas que te hacen sentir como un completo idiota.
No me dijo más después de eso, solo dejó escapar un suspiro cansado antes de darme un golpe más ligero en el hombro y decir que esperaba que supiera lo que estaba haciendo.
Y siendo totalmente sincero aún no estaba seguro de si lo sabía realmente.
Durante estas semanas, algo cambió también en el ambiente, como si algo se hubiera reacomodado de forma sutil pero definitiva. Naomi había faltado unos días a la escuela, lo cual no era difícil de adivinar por qué. No era difícil suponer que estaba tratando de ocultar el corte en el rostro que le hice o la herida en su mano por sacarle una uña.
Cuando finalmente volvió, hubo algo que noté de inmediato.
No sentía su mirada en ningún momento.
Hasta ese día, siempre podía percibirla en algún rincón, siempre atenta, siempre observando, como si estuviera esperando el momento adecuado para hacer algún movimiento. Pero esta vez, cuando pasé cerca de ella en una ocasión, no hubo nada. Ningún cruce de miradas, ningún intento de provocación. Nada. Aunque pude notar un ligero temblor...
No sabía si se trataba de puro instinto de supervivencia o si realmente entendió lo que le dejé en claro ese día, pero parece que funcionó.
No volvió a meterse en mi camino. Aunque no podía bajar la guardia.
Aun así, por más que intentaba concentrarme en otra cosa, mi mente volvía a un solo punto. Algo que no tenía sentido. Algo que, por alguna razón, me estaba afectando más de lo que debería.
El beso de Stella.
No había sido gran cosa. Solo un beso en la mejilla, un gesto insignificante, algo que no significaba nada... Pero entonces, ¿por qué demonios cada vez que la veía, sentía esa incomodidad en mi pecho? ¿Por qué mi cara ardía con solo recordar la sensación de sus labios sobre mi piel? Era estúpido, absurdo, completamente ridículo. Red y yo nunca habíamos reaccionado de esta manera a algo tan insignificante.
Y, sin embargo, ahí estaba.
Era una sensación extraña, molesta. No sabía cómo manejarla, no sabía cómo evitarla. Lo peor de todo era que, aunque Stella intentaba actuar con normalidad, tampoco estaba del todo tranquila. No eran cambios evidentes, pero estaban ahí. A veces, cuando nuestras miradas se cruzaban, sus mejillas adquirían un leve tono rojizo antes de que desviara la vista.
En otras ocasiones, cuando nos tocábamos por accidente, su reacción era casi imperceptible, pero estaba seguro de que no era el único que recordaba lo que había pasado ese día.
Rosa fue quien terminó comentándome algo sobre eso.
Mientras caminábamos por los pasillos de la escuela, sin previo aviso, soltó un comentario que me tomó completamente por sorpresa.
Rosa: “¿Cuándo te vas a dar cuenta, hermanito?”
Al principio, no entendí a qué se refería. Solo la miré con confusión y le pregunté qué quería decir con eso. Lo único que hizo fue suspirar pesadamente, negar con la cabeza y mirarme con una mezcla de resignación y diversión.
Rosa: “No puedo creer que seas tan denso… es como si estuviera hablando con una roca.”
No dijo nada más después de eso, solo me dio un golpe ligero en el hombro y siguió caminando.
Las palabras de Rosa no dejaban de resonar en mi cabeza.
Red: (¿Qué mierda quiso decir con eso?)
Blue: (No tengo idea.)
No era la primera vez que Rosa soltaba comentarios raros sin contexto, pero esta vez había algo diferente. La forma en que me miró, ese tono de resignación y diversión… como si fuera obvio. Como si fuera algo que todos sabían menos yo.
Red: (¿Será algo de Stella? Ha estado más rara últimamente)
Blue: (Podría ser. Aunque no es como si ella actuara tan diferente… somos nosotros los que hemos estado extraños.)
Red: (Tienes razón… pero no me gusta esto. No me gusta no entender qué mierda está pasando.)
Blue: (Bienvenido al club.)
Antes de que pudiéramos seguir debatiendo, la voz de Fang interrumpió mis pensamientos.
Fang: “Oye, Kross…”
Parpadeé, saliendo de mi cabeza para notar que estaba mirándome desde su asiento. Era la clase de música y, al parecer, se había acercado mientras estaba distraído.
Kross[B]: “¿Qué pasa emplumade?”
Fang desvió la mirada apenas un segundo, como si dudara de lo que estaba a punto de decirme. Vi cómo su mano jugaba con el borde de su cuaderno, un gesto sutil, pero suficiente para notar que estaba un poco incómoda.
Fang: “Bueno… verás…”
Sus palabras se cortaron por un instante antes de que soltara un suspiro y me mirara de nuevo.
Fang: “Estábamos buscando un lugar para que mi banda toque, Trish y Reed estarán ocupados así que… pensé que podrías ayudarme a encontrar uno.”
No era una petición complicada, y tampoco tenía problema en ayudarla, pero lo que realmente me llamó la atención fue su actitud al decirlo. Fang no era alguien particularmente tímida, pero tampoco era de las que pedían cosas así con facilidad.
Asentí levemente.
Kross[B]: “Está bien, puedo ayudarte.”
Fang pareció relajarse apenas con mi respuesta, su mano dejando de jugar con el cuaderno. Pero mientras las palabras salían de mi boca, algo en mí se sintió… diferente.
Antes, habría considerado esto dos veces. Habría buscado excusas, habría pensado en si realmente valía la pena involucrarme y ahora con que esos bastardos sabían que me encontraba en la ciudad debía tener mucho más cuidado.
No porque me molestara ayudarla, sino porque… simplemente así era yo. Siempre manteniendo distancia, siempre viendo notas las opciones del momento, siempre con la guardia en alto. Pero ahora… ni siquiera lo pensé tanto.
¿Por qué?
Fue en ese momento cuando, sin razón aparente, una imagen cruzó mi cabeza.
Stella.
Recordé aquella conversación en los jardines, la forma en que me dijo las cosas. El cómo cada una de sus palabras me daba esperanza de poder quedarme, el cómo sin importar lo que pase me brindaría apoyo... tal eso me estaba cambiando...
Y sin darme cuenta, ya lo estaba haciendo. No solo había aceptado la petición de Fang sin dudar, sino que, antes de poder detenerme, mi boca ya estaba formando otra pregunta.
Kross[B]: “Por cierto… ¿habría algún problema si Stella nos acompaña? Mientras más busquen, mejor, ¿no?”
Fang abrió ligeramente los ojos, como si la pregunta la hubiera tomado por sorpresa. Su pico se entreabrió apenas, pero no dijo nada de inmediato. Su cola se agitó con un movimiento apenas perceptible, y aunque su expresión no cambió demasiado, pude notar que algo pasaba por su cabeza.
Parecía debatirse internamente.
No era solo sorpresa, había algo más ahí, una vacilación momentánea, un cálculo rápido, una idea que parecía formarse y desmoronarse en su mente en cuestión de segundos.
Sus dedos tamborilearon contra el cuaderno.
Parecía estar sopesando si la presencia de Stella era un problema o no. Si aquello arruinaba lo que fuera que tenía en mente. Pero al final, dejó escapar un leve suspiro y relajó los hombros, forzando una leve sonrisa que no llegaba del todo a sus ojos.
Fang: “No..., no hay problema.”
No había perdido del todo su energía habitual, pero algo en su tono la delataba. Aun así, no dijo nada más y sacó una hoja de su cuaderno, pasándomela sin titubeos con algunos datos.
Fang: “Nos vemos el domingo en mi casa. Desde ahí podemos salir a buscar.”
Asentí, guardando el papel en mi bolsillo mientras me acomodaba en mi asiento.
Kross[B]: “Entendido.”
Ahora tenía planes para el fin de semana.
Sin embargo, la pregunta que me había estado rondando desde antes seguía ahí.
¿Qué demonios quiso decir Rosa?
...
...
...
Domingo. 10:00.
El sonido de mis pasos se mezclaba con la actividad tranquila de la mañana mientras me dirigía a la casa de Fang. El sol no pegaba con demasiada fuerza todavía, y la brisa fresca hacía que el camino fuera bastante agradable.
No había pensado demasiado en este encuentro hasta ahora, pero mientras caminaba, mi mente se desvió inevitablemente hacia Stella.
Su reacción cuando le pregunté si quería venir con nosotros había sido... inesperada.
No había tardado en decir que sí, pero el sonrojo en su rostro fue imposible de ignorar. Era como si no hubiera esperado que la considerara, como si la idea de que la invitara la hubiera tomado por sorpresa.
Intenté no pensarlo demasiado, pero la imagen de su rostro ligeramente rojo y la manera en que evitaba mirarme directamente después de aceptar seguía rondando en mi cabeza.
Antes de que pudiera perderme más en ese pensamiento, una voz interrumpió mi marcha.
???: “¡Oye, chico, ven a probar los mejores perritos calientes de la ciudad!”
Giré la cabeza y vi un pequeño puesto en la esquina de la calle. Detrás de este, una chica dinosaurio de escamas amarillas con un gorro de Jeff me miraba con una sonrisa confiada, sosteniendo una pinza en una mano y una salchicha recién sacada de la parrilla en la otra.
Dino vendedora: “Vamos, ¿no tienes hambre? Te prometo que son los mejores que probarás.”
Negué con la cabeza levemente.
Kross[B]: “Lo siento, pero no puedo, tengo que encontrarme con alguien.”
La dino levantó una ceja, su sonrisa ampliándose un poco.
Dino vendedora: “Ohhh... ¿así que vas a encontrarte con tu chica?”
Fruncí el ceño ligeramente.
Kross[B]: “No es eso, solo me juntaré con unos amigos. Vamos a buscar un sitio para que la banda de una amiga pueda tocar.”
La vendedora asintió lentamente, pero no parecía convencida del todo.
Dino vendedora: “Ajá… así que solo es eso.”
No respondí. No tenía sentido seguir con esa conversación, así que simplemente le hice un gesto de despedida.
Kross[B]: “Tal vez en otra ocasión. Nos vemos.”
Dino vendedora: “Que te vaya bien~. ¡Y suerte con tu amiga~!”
Mi paso se mantuvo firme… hasta que por fin sus palabras realmente hicieron clic en mi cabeza.
¿así que vas a encontrarte con tu chica?
Tu amiga.
Por alguna razón, la imagen de Stella apareció en mi mente sin que pudiera evitarlo. Su sonrisa, sus ojos celestes que parecían brillar más desde aquella conversación, la calidez de su abrazo...
Sentí cómo la temperatura en mi rostro subía y, sin pensarlo demasiado, apuré el paso.
Solo quería llegar cuanto antes.
Había seguido caminando unos minutos hasta llegar a la calle donde vivía Fang. Reconocí el área casi de inmediato. No era la primera vez que pasaba por aquí.
Cuando llegué a Volcadera Bluffs y recorrí la ciudad en busca de un lugar para asentarme, había analizado varias zonas para entender cómo estaba distribuido el lugar. Y esta...
Era una zona de clase alta.
Las casas eran grandes, con diseños elegantes y perfectamente alineadas, cada una con su propio jardín bien cuidado y entradas lo suficientemente amplias como para dos o tres autos. Las calles estaban impecables, con faroles modernos y cámaras de seguridad en varias esquinas. No era un lugar que visitara a menudo, y tampoco era uno en el que me sintiera del todo cómodo.
Saqué mi teléfono por un momento y revisé un mensaje que me había llegado hace poco. Era de Stella.
Stella: - Ya llegué a la casa de Fang. Falta que llegues tú, Kross-kun. -
Parpadeé.
¿‘kun’? Era la primera vez que le agrega eso mi nombre... mejor solo le contesto
Kross: - Creo llegar en menos de 5 minutos. -
Stella: - ¡Bien! Nos vemos pronto, ≧◠‿◠≦. -
Me detuve por un segundo, observando el mensaje con incredulidad.
Red: (Donde saco esa cara...)
Blue: (Ni idea, pero es muy de Stella)
Red: (A todo esto, Blue ¿Sabes lo que significa ese ‘kun’?)
Blue: (Creo recordarlo de algunos de las series que nos mostró, era un... ¿honorifico? Nada malo.)
Red: (Viniendo de ella no me sorprendería.)
No sabía si lo hacía en broma o si era alguna idea que se le formo, pero por alguna razón, no me molestó. Era una de esas cosas de Stella que simplemente… eran suyas. Y estaba bien.
Guardé el teléfono y continué avanzando. Un par de pasos más y la vi.
La casa de Fang.
Era... linda. No imponente ni extravagante como otras en la zona, pero sí dejaba en claro que pertenecía a una familia acomodada. De dos pisos, con un diseño moderno, pero sin perder un toque acogedor. En la entrada, un auto deportivo con algunos raspones en la pintura estaba estacionado.
Un pequeño, pero bien cuidado jardín adornaba la fachada, con arbustos recortados con precisión y un par de macetas con flores vibrantes. No le hacía justicia al jardín de la escuela que cuidaba Rosa, pero, aun así, era bonito.
Me acerqué a la puerta y justo cuando estaba a punto de tocar…
La puerta se abrió de golpe.
Apenas tuve tiempo de reaccionar antes de ver la figura que salió de la casa. Mi cuerpo se tensó al instante. Ni Red ni yo podíamos creer ver a quién estaba frente a nosotros... El comisionado de policía.
Ripley.
El gran Ptero, con su imponente postura y su siempre presente ceño fruncido, se quedó en la entrada con los brazos cruzados, mirándome con la misma expresión de desprecio que ya había visto antes.
Ripley: "¿Qué carajo haces tú... exactamente fuera de mi casa? Maldito Skinnie."
La palabra me cayó como plomo. No era la primera vez que la escuchaba, y viniendo de Ripley, no me sorprendía en absoluto. Pero en un segundo armé los hilos en mi cabeza rápidamente y, al hacerlo, me di una cachetada mental por no haberlo pensado antes.
Ripley... Fang... Naser.
Era obvio.
¿Cómo no se me había ocurrido antes que este tipo era el padre de esos dos?
Red: (Como mierda no notamos esto.)
Blue: (Dímelo a mí que se supone que soy el que tiene la parte lógica de la cabeza.)
Red: (Como sea, igual mira nada más, el gran Ptero ya está espumando de rabia.)
Blue: (No nos ha visto ni un par de segundos y ya parece a punto de estallar. Es demasiado fácil.)
Red: (¿Cuánto crees que tarde en perder los estribos esta vez? ¿Diez segundos? ¿Cinco?)
Blue: (Depende de cómo juguemos nuestras cartas. ¿Quieres divertirte?)
Red: (Ah… tentador. Solo un rato.)
No podía negar que era ridículamente fácil hacerlo explotar. Pero, por ahora, decidí no darle ese gusto. Respiré hondo, manteniendo mi postura firme, y esta vez hablé con una calma intencionalmente provocadora.
Kross[R]: "Me invitaron a una salida. Me sorprende verlo, Comisionado."
Ripley no respondió de inmediato. Su expresión permaneció inmutable mientras sus ojos se afilaban, analizándome con detenimiento. Pareció haber notado el cambio en el color de ojos, pero no dijo nada. Solo silencio.
El aire se cargó de tensión.
Un concurso de miradas. Ni Ripley ni yo dijimos nada más. Pero la hostilidad entre nosotros era imposible de ignorar. Aunque el concurso de miradas no duró mucho. Antes de que la tensión escalara aún más, una voz interrumpió el momento.
???: "Rip, cariño, ¿quién es?"
El comisionado apenas giró la cabeza cuando una figura apareció a su lado.
Era una Ptero, pero a diferencia de la presencia imponente y dominante de Ripley, ella era... pequeña. Apenas me llegaba al pecho en altura, y su constitución delgada la hacía parecer aún más frágil a su lado. Su cabello rubio estaba recogido en un moño alto y vestía ropa sencilla, con un delantal de cocina cubriendo la parte delantera de su atuendo.
Por un momento, su mirada... se dirigió en mi dirección... ¿Por qué tiene ambos ojos cerrados?
???: "¡Oh! Tú debes ser Kross."
Ripley frunció aún más el ceño, pero antes de que pudiera abrir la boca, la Ptero simplemente pasó de largo y me sonrió con amabilidad.
Madre de Fang: "Mis hijos han hablado de ti. Vamos, entra, no te quedes ahí afuera."
No me dio oportunidad de responder. Simplemente se giró y me hizo un gesto para que la siguiera.
No estaba acostumbrado a recibir invitaciones así de fáciles, y menos cuando acababa de recibir el equivalente a un escupitajo en la cara por parte de su esposo, pero después de un segundo de duda, entré.
Sentí la mirada de Ripley clavada en mi espalda.
Al entrar a la casa, la Ptero cerró la puerta y se giró de nuevo hacia mí.
Madre de Fang: "Lucy aún se está preparando para salir."
Blue: (¿Huh?)
Mi mente se detuvo.
… ¿Lucy?
Fruncí levemente el ceño antes de hablar.
Kross[R]: "¿Quién?"
Madre de Fang: "Mi hija, claro. ¿No lo sabías?"
Kross[R]: "¿Su nombre no era ‘Fang’?"
El desconcierto en mi rostro debió ser evidente porque la mujer río suavemente, con esa risa ligera que muchas madres solían hacer cuando encontraban adorable la ignorancia de alguien más.
Madre de Fang: "Oh, sí. A mi pequeña siempre ha sido así. Un día es una cosa y al siguiente otra."
Dijo eso con un tono de cariño mientras negaba suavemente con la cabeza.
Madre de Fang: "Hubo una época en la que estaba convencida de que era una princesa pirata. Ahora es una clase estrella del rock. Quién sabe qué vendrá después."
Fui el primero en reaccionar.
Red: (…Bueno, eso explica muchas cosas.)
Blue: (Sí. De cierta manera, todo tiene más sentido ahora.)
Red: (Y también explica por qué es como es.)
No necesitaba que lo dijera en voz alta para entenderlo. Ahora tenía una imagen más clara del hogar de Fang.
Un padre que despreciaba todo lo que no encajara en su mundo ideal. Una madre que, aunque amable, parecía más inclinada a no darle relevancia a lo que Fang se convirtiera sin una estructura real.
Dos extremos.
Y Fang, atrapada en el medio.
La madre de Fang me indicó que esperara en la sala mientras su hija terminaba de prepararse. Obedecí sin mucho que decir, notando en el proceso la ausencia de Ripley, lo cual agradecí internamente. No tenía ganas de seguir cruzando miradas con él, al menos no por ahora.
Al entrar a la sala, lo primero que vi fue a Naser, que me saludó con un gesto de la mano y una sonrisa relajada.
Naser: “Kross, ¿qué tal, todo bien?”
Respondí con un gesto similar, aunque sin sonreír. No era mi estilo.
Kross[R]: “Todo en orden Naser. Vine para apoyar a Fang a buscar un sitio para su banda, por cierto, bonita casa.”
Naser asintió, pero antes de que pudiera decir algo más, mi atención se desvió hacia las otras dos personas en la sala sentadas en un sillón.
Naomi y Stella.
Y sus reacciones al verme no pudieron ser más distintas. Naomi fue la primera en saludar, con una calma que intentaba aparentar como natural, pero que se sentía torpe.
Naomi: “Oh, K-Kross. Hola.”
Su tono, aunque mantenía la dulzura artificial de siempre, no tenía la misma confianza de antes. Sus dedos tamborileaban con nerviosismo sobre su pierna, su postura estaba más rígida de lo normal y la manera en la que evitaba mi mirada era casi cómica.
No dije nada al respecto. Solo respondí con un asentimiento, marcando cada palabra con un tono más pausado de lo usual.
Kross[B]: “Hola... Naomi.”
Vi cómo tragaba saliva antes de apartar la vista, llevándose la mano a su listón de manera inconsciente.... Su mirada se desvió hacia Naser que estaba parado a mi lado, como si buscara refugio en su presencia. Naser, por su parte, parecía notar la tensión, pero no hizo ningún comentario al respecto.
Pero apenas le presté atención a eso porque, antes de que pudiera enfocarme en otra cosa, Stella se puso de pie frente a mí.
Stella: “H-Hola, Kross.”
Su voz sonó normal, pero su expresión la delató. Su cola se movió apenas detrás de ella, delatando su nerviosismo. Sus mejillas se tiñeron de un tono rosado, y aunque me miraba a los ojos, su vista se desvió apenas un instante antes de volver a enfocarse en mí.
Era como si estuviera tratando de mantener la compostura... y no lo lograra del todo.
Red: (Es mi idea o ella...)
Blue: (¿Esta más arreglada? Si.)
Red: (Se ve...)
Blue: (Se ve...)
Sentí un ligero calor subir a mi cara sin razón aparente. ¿Qué carajo me pasaba últimamente? Era solo un saludo. Un simple saludo. Pero había algo en su voz, en su expresión, en se veía, en la forma en la que su mirada me buscaba... que hizo que mi estómago se sintiera extraño.
Kross[B]: “Hola Stella, ¿todo bien?”
En cuanto le respondí, Stella asintió con una sonrisa que al parecer fue contagiosa porque también lo hice, aunque noté un pequeño detalle.
Naomi.
Por un instante, su mirada se posó en Stella... y luego en mí. No fue una mirada de enojo ni de desdén. Fue... extraña. Como si estuviera viendo algo que no terminaba de comprender. No dijo nada. Pero su expresión no me pasó desapercibida.
Naser tomó asiento junto a Naomi, mientras que Stella, con un gesto apenas nervioso, hizo que me acomodara junto a ella en el otro sillón. Intenté no darle demasiada importancia hasta que sentí algo alrededor de mi pierna.
Bajé la vista apenas, y ahí estaba.
Su cola se había enroscado suavemente alrededor de mi pantorrilla, como si fuera un gesto inconsciente, se sentía...cálido. No sabía si debía mencionarlo o simplemente ignorarlo. Stella mantuvo la vista hacia otro lado, claramente evitando mirarme.
Decidí hacer lo mismo. Y gracias a eso pude ver de reojo nuevamente a la melocotón andante.
Esta vez su expresión no fue extraña. Fue de completa incredulidad. Sus ojos pasaron de Stella a mí, luego a su cola y de vuelta a nosotros. No lo entendía. No se lo creía. Y, por primera vez desde que la conocí, no pudo ocultarlo del todo.
Su mandíbula se apretó levemente y su postura se tensó. Como si intentara procesar algo que simplemente no encajaba en su cabeza.
Red: (Raro...)
Blue: (Días en donde por fin no nos molestaba en verdad... y ahora nos toma algo atención...)
Red: (¿Sera por Stella?)
Blue: (Tal vez... solo espero que no intente nada... sabe lo que le pasara si se pasa de la raya...)
Pareció que se dio cuenta que la notaba así que decidió iniciar una conversación con Naser, hablando de algún tema irrelevante así que, aproveché para ver el lugar, observé la sala con más detalle.
Era amplia, decorada con un gusto refinado, pero sin excesos innecesarios. Lo primero que llamó mi atención fue la televisión de gran tamaño montada en la pared. A su alrededor, muebles con fotos familiares.
En algunas se veía a Fang de niña, en otras a Naser. La madre aparecía en varias, pero Ripley… era el que predominaba en casi todas.
Y luego estaban los ‘adornos’ en la pared.
En la pared a mi izquierda, colgaban cabezas de distintos animales disecados. Dos ciervos, un halcón, un rinoceronte, un par de osos y varios peces, uno de esos era enorme, supuse debía haber sido capturado en alguna expedición de pesca.
No me impresionó. Era solo una colección de muertos colgados en la pared, como si fueran trofeos de guerra. No entendía cómo alguien podía sentirse orgulloso de eso.
Giré la cabeza apenas y vi a Ripley sentado en un sillón de dos plazas, limpiando con paciencia un par de palos de golf. No tenía ganas de hablarle, así que volví mi atención a Stella. Que se había acercado un poco más a mí.
Kross[R]: “Oye, Stella, ¿tú—?”
Antes de que pudiera terminar mi frase, una voz profunda me interrumpió.
Ripley: “Oye, Kross... ¿verdad?, dime una cosa… ¿alguna vez te ha interesado el golf?”
No fue una simple pregunta.
Había algo en su tono, en la manera en que lo dijo, que me dejó claro que no era más que otra forma de menospreciarme, otra oportunidad para recordarme que, según él, no pertenecía aquí.
Red: (Pero por supuesto...)
Blue: (Respira... ahora no.)
Inspiré hondo y le respondí con el menor esfuerzo posible.
Kross[R]: “No mucho.”
Ripley inclinó la cabeza con lentitud, sin apartar la mirada de mí.
Ripley: “¿Y alguna vez lo has jugado?”
Kross[R]: “Nunca, poque...”
El ptero soltó un sonido bajo, algo entre un resoplido y una risa sarcástica. Sin dejar de limpiar el palo de golf que tenía en las manos, empezó a hablar con una calma forzada.
Ripley: “Sabes, las herramientas son bastantes interesantes, el hierro 9 siempre ha sido mi favorito. No es el más sofisticado, ni el más costoso, pero es el más útil. Puedes usarlo para cualquier golpe, ya sea de aproximación o para dar un pequeño empujón cuando más se necesita.”
Mientras hablaba, su mirada pasó de mi rostro al palo de golf que sostenía, como si su comentario estuviera dirigido tanto a mí como al objeto en sus manos.
Ripley: “Claro, con la calidad adecuada y la técnica correcta, puedes sentir como la pelota pudiera ser partida en dos.”
Sus dedos recorrieron el mango del palo con precisión, como si conociera cada centímetro del material.
Ripley: “Y te aseguro que mi equipo tiene la mejor calidad...”
Hizo una pausa apenas perceptible antes de levantar la mirada y esbozar una sonrisa.
Ripley: “...Y yo tengo la mejor técnica. Déjame darte... una demostración.”
Mi mandíbula se tensó ligeramente. No aparté la vista de él. Pero lo que realmente me llamó la atención no fue lo que dijo, sino el ambiente en la sala. Sin darme cuenta, Naomi y Naser habían dejado de conversar.
Ahora, ambos estaban en silencio, observando la escena con incomodidad evidente. Stella, a mi lado, tampoco se veía cómoda. Pude notar la manera en que su cola se tensó ligeramente alrededor de mi pierna, como si tratara de contener algo.
El aire en la habitación se había vuelto pesado.
Y Ripley lo sabía perfectamente. El patriarca se levantó lentamente de su sillón, su movimiento fue calmado pero deliberado, como si no quisiera llamar demasiado la atención y, aun así, asegurarse de que todos lo notaran.
Se posicionó a una corta distancia de mí, alineando su palo de golf como si estuviera viendo una pelota imaginaria en el suelo. Sus manos se ajustaron con precisión sobre el mango, y en un movimiento fluido, ejecutó un swing.
El silbido del palo al cortar el aire fue limpio, rápido, preciso, pero lo que realmente importaba no era la técnica.
Era la distancia.
El extremo del palo pasó a centímetros de mí.
Lo suficiente como para sentir la corriente de aire rozando mi cuerpo.
Pero no aparté la vista de él.
Ripley mantuvo la postura unos segundos antes de enderezarse, girando su cabeza hacia mí con una sonrisa maliciosa en el rostro. Luego, soltó una risa baja, un sonido que resonó con burla en la sala, antes de volver a su trono, hundiéndose en el sillón como si nada hubiera pasado.
Ripley: “¿Qué tal? No está mal, ¿eh?”
Red: (Qué hijo de puta...)
Blue: (Tranquilo…)
Red: (Nah, no puedo evitarlo... solo un poco... venga, que sé que tu también quieres.)
Blue: (...Okey... solo un poco de provocación, no quiero un numerito.)
Red: (Se enoja solo porque respiramos el mismo aire, será fácil.)
Mis labios se curvaron apenas. No era una sonrisa abierta, pero sí lo suficiente como para que Ripley lo notara. Un cambio sutil en mi postura, un pequeño detalle en mi expresión. Una provocación calculada.
Kross[R]: "¿Eso fue todo?"
Mi tono fue relajado, casi aburrido, como si su pequeña demostración no hubiera tenido el impacto que él esperaba. Ripley entrecerró los ojos apenas.
Kross[R]: "Digo, si tanto alardea de su técnica, esperaba algo más impresionante. No sé, al menos que lograra pegarle a al—"
Me detuve.
Sentí el tirón en mi brazo y la presión mayor alrededor de mi pierna antes de siquiera procesar qué estaba pasando.
Era Stella.
Su mano me sujetaba con suavidad, sin apretar demasiado, pero con una clara intención de detenerme. Su cola, que antes se había enroscado de manera ligera, ahora se aferró con más fuerza a mi pierna, casi como si temiera que me pusiera de pie.
La miré.
Sus ojos celestes estaban fijos en mí, sin rastro de la habitual manera que solía notar en ella. No había advertencia, no había temor… solo una súplica silenciosa para que me detuviera, una petición muda que, por alguna razón, logró filtrarse en mi cabeza mucho más rápido que cualquier otra señal de alarma.
Mi mandíbula se relajó.
Red: (…Mierda.)
Blue: (Solo... por esta vez... por ella.)
Red: (Bien...)
Suspiré por lo bajo, recostándome de nuevo en el asiento antes de mirar a Ripley.
Kross[R]: "Mire, supongo que simplemente no me interesa el golf... no le veo sentido pegarle a una pelota con un palo para meterla en un hoyo, perdón."
Fingí indiferencia con un leve encogimiento de hombros. Apenas terminé de hablar, miré de reojo a Stella.
Y ahí estaba.
Una leve sonrisa en sus labios, un pequeño gesto que, aunque discreto, no pasó desapercibido para mí.
Red: (…Ok.)
Blue: (Supongo que... fue lo mejor...)
El silencio en la sala se volvió más denso.
Ni Naomi ni Naser dijeron nada, pero sus miradas hablaban por sí solas.
Naomi alternó la vista entre Stella y yo, con una ceja apenas levantada, como si intentara descifrar qué acababa de pasar y cómo Stella había conseguido frenar la situación sin decir una sola palabra.
Naser, en cambio, miró a su padre y luego a mí con una mezcla de incredulidad y tensión, como si no estuviera seguro de si la conversación había terminado o si Ripley aún tenía algo más en mente.
Pero lo mejor de todo fue la expresión de Ripley.
No fue un cambio drástico, pero estaba ahí. Un ligero endurecimiento en su mandíbula, una pausa breve en su respiración, el leve ajuste en su agarre del palo de golf. No era la reacción de alguien molesto ni de alguien satisfecho con una victoria, sino la de alguien que no esperaba esa respuesta y aún la estaba procesando.
Por un momento, Ripley pareció evaluar la situación, como si intentara leer entre líneas lo que acababa de ocurrir. Pero antes de que pudiera decir algo, una nueva voz interrumpió el silencio.
Madre de Fang: “Ripley, querido, ¿puedes dejar de intimidar a las visitas?”
La madre de Fang apareció en el umbral de la puerta que daba a la cocina, con una expresión serena y una sonrisa ligera en el rostro, pero su tono tenía una firmeza inconfundible. Ripley se giró hacia ella, pero no tuvo tiempo de responder antes de que su esposa añadiera algo más con un tono claramente juguetón.
Madre de Fang: “Después de todo, es la primera vez que nuestra hijita trae un chico a la casa.”
No pude evitar notar cómo la cola de Stella se apretó un poco más alrededor de mi pantorrilla al escuchar ese comentario... raro.
Ripley bufó con evidente molestia antes de cruzarse de brazos y mirar a su esposa con el ceño fruncido.
Ripley: “¿Y qué hay de ese chico Reed?”
Para mi sorpresa, en cuanto Ripley dijo eso, su postura cambió.
Bajó apenas la cabeza, sin atreverse a ver directamente a su esposa. No fue un movimiento dramático, pero algo en su lenguaje corporal me pareció... extraño.
Por reflejo, miré a la madre de Fang. Sus ojos estaban fijos en su esposo... estaban abiertos. No sé qué tenía esa mirada exactamente, pero un escalofrío recorrió mi espalda.
Madre de Fang: “Sabes que ese chico no está bien.”
Blue: (Mis condolencias al Raptor.)
Red: (Lo mismo digo.)
Ripley no dijo nada.
Solo limitó a desviar la vista. Un segundo después, una nueva voz rompió la tensión en el ambiente.
Fang: “Mamá, no empieces con tus cosas. No en frente de mis amigos.”
Su voz vino desde las escaleras. Cuando me giré, la vi bajar con los brazos cruzados y una expresión claramente fastidiada. Su atuendo era su clásico estilo monocromático a la vista.
Pero lo que realmente me tomó desprevenido fue la siguiente persona en hablar.
Naomi.
Naomi: “¿Ya estás lista para la salida?”
Giré un poco la cabeza en su dirección, sorprendido de que fuera ella quien hablara. Su tono era casual, relajado, como si no hubiera pasado nada raro en la situación. Fang entrecerró los ojos antes de resoplar.
Fang: “¿Y a ti qué te importa?”
Madre de Fang: “¿Así que solo irán ustedes tres?”
La pregunta de la madre de Fang no me sorprendió, pero lo que sí lo hizo fue que, una vez más, Naomi hablara antes que cualquiera de nosotros.
Naomi: “¿No sería mejor si Naser y yo los acompañamos también?”
Pero esta vez, su tono era diferente. Había un leve nerviosismo en sus palabras. No sé si era porque sentía mi mirada sobre ella o porque estaba esperando la reacción de alguien más. Pero fuera lo que fuera, no podía ignorarlo.
Red: (¿No podía quedarse callada?)
Blue: (Al parecer no... y lo hace de nuevo...aunque sigue evitando cualquier interacción con nosotros...)
Red: (¿Deberíamos...?)
Blue: (De momento no, sabe que no debe hacer nada estúpido, mantengamos la guardia alta con ella.)
La madre de Fang pareció iluminarse ante la sugerencia. Su expresión se volvió aún más animada mientras asentía con entusiasmo.
Madre de Fang: “Oh, sí. ¡Eso sería una gran idea! ¡Será divertido si van todos juntos!”
No era la reacción que esperaba, pero no tuve tiempo de procesarla del todo antes de que otra voz se sumara a la conversación.
Ripley: “Estoy de acuerdo.”
Su tono era más seco, con un peso oculto tras sus palabras, pero lo más inquietante fue la mirada que me dirigió al decirlo. Sus ojos oscuros se entrecerraron apenas, analizando cada uno de mis movimientos antes de continuar.
Ripley: “Así podrán asegurarse de no pase nada imprudente.”
La intención detrás de su comentario no pasó desapercibida.
Red: (¿Nos está jodiendo?)
Blue: (¿Cuándo no?)
Sentí la tensión en el aire, pero fue Naser quien reaccionó primero.
Naser: “P-pero papá, no creo que sea neces—”
No alcanzo a terminar la frase.
Ripley ya se estaba moviendo, sujetándolo del brazo con firmeza antes de llevarlo hacia la salida sin decir nada más.
Eso no me gustó.
Me concentré en su voz mientras cruzaban la puerta, agudizando mis sentidos para intentar captar lo que le estaba diciendo. Hubo algo que escuche que me pareció...curioso.
Ripley: “Si no vas con ellos, te haré lo mismo que ese chico se atreva hacerle a tu hermana.”
Mis ojos se entrecerraron de inmediato.
Red: (…¿Qué mierda se supone que significa eso?)
Blue: (No lo se.)
No entendí a qué se refería con eso ni por qué lo decía de esa manera. Pero algo en el tono que usó… algo en su forma de hablarle a Naser… no me gustó en lo absoluto.
Antes de que pudiera escuchar algo más, la madre de Fang volvió a hablar.
Madre de Fang: “Vamos, Lucy. Será divertido ir con tu hermano. No pasan tanto tiempo juntos últimamente. Podría ayudarte.”
El ceño de Fang se frunció con fuerza.
Fang: “No necesito ni quiero su ayuda para encontrar donde tocar con mi banda, específicamente si es él quien me ayuda.”
Madre de Fang: “Pero solían llevarse tan bien. ¿Recuerdas cuando eran pequeños? Siempre estaban juntos. Incluso se bañaban juntos todos los días.”
El ruido que salió de Fang fue una mezcla entre indignación y horror absoluto.
Fang: “¡Maaaaaaamááááááá!”
Ante esta situación al parecer a Stella le hizo bastante gracia por que se rio, aunque fue bajo, no pasó desapercibida para mí.
Red: (¿Se está riendo?)
Blue: (Lo está intentando disimular.)
Giré apenas la cabeza en su dirección. Stella, aún con una leve sonrisa en los labios, desvió la mirada al instante cuando me noto, su expresión tornándose levemente avergonzada. Naser y Ripley volvieron a entrar en la sala en ese momento.
El sonido de los pasos pesados del patriarca resonó en el ambiente silencioso mientras se acercaba a su hijo, quien aún parecía algo indeciso sobre su papel en todo esto.
No tuvo oportunidad de pensarlo demasiado antes de que Ripley le diera una palmada en la espalda. No fue un gesto amigable.
Fue un recordatorio.
Naser se tensó al instante, su postura rígida delatando su incomodidad, pero intentó disimularlo lo mejor que pudo cuando habló.
Naser: “S-sería una gran idea que... que nos les unamos. Deberíamos ir juntos.”
Su sonrisa apenas se sostuvo, una expresión tensa que se desmoronaría en cualquier momento si alguien lo presionaba demasiado.
Fang no tardó en reaccionar.
Su mirada se volvió filosa al instante, su cola agitándose con irritación.
Fang: “No pasara.”
Su respuesta fue directa, afilada, como si ya hubiera anticipado que esto sucedería y quisiera cortarlo de raíz antes de que se hiciera más grande.
Pero Ripley no se inmutó.
Si algo cambio en el patriarca, era su expresión que se volvió aún más firme, y su voz resonó con la misma dureza de siempre.
Ripley: “Sí pasara.”
Y en ese instante, la tensión en la sala escaló.
El aire se volvió pesado cuando Fang y su padre se miraron fijamente, ninguno dispuesto a ceder. Era un duelo silencioso, una batalla de voluntades.
Pero el resultado era evidente.
Incluso sin ver la expresión de Fang, supe cómo terminaría esto. Su mandíbula se tensó, y aunque intentó mantener la mirada, al final fue ella quien la apartó primero. Echó la cabeza hacia atrás con frustración y dejó escapar un largo suspiro cansado.
Fang: “Bieeeeeeeeeeeeen.”
No hubo más discusión.
Sus palabras salieron arrastradas por la resignación, un claro reflejo de lo poco que le gustaba esto, pero sin más que pudiera hacer al respecto. Nos miró a Stella y a mí antes de hacer un gesto con la mano, indicándonos que nos moviéramos.
Fang: “Vámonos.”
Sentí cómo la cola de Stella se desenrolló lentamente de mi pantorrilla. Al mismo tiempo, Naomi soltó un chillido agudo que me hizo tensar la mandíbula con molestia.
Naomi: “¡Vamooooooos!”
Saltó ligeramente en su lugar mientras tiraba del brazo de Naser, quien apenas reaccionó, aun intentando recomponerse de su nerviosismo. Antes de salir, me giré hacia la madre de Fang.
Kross[R]: “Fue un gusto conocerla señora.”
La matriarca sonrió con suavidad.
Samantha: “Oh, por favor, llámame Samantha.”
No tuve oportunidad de responder antes de que mi mirada se cruzara nuevamente con Ripley. No quería hacerlo. No me apetecía en lo más mínimo, pero…
Red: (Mierda... no quiero hacerlo)
Blue: (Tiene mucha suerte de que Stella nos haya calmado antes... aunque... démosle un apretón de ‘despedida’)
Red: (¿Seguro?)
Blue: (Solo espera a mi señal.)
Solté un suspiro silencioso. Sin darle demasiadas vueltas, levanté la mano y la extendí hacia él. Ripley tardó un par de segundos en responder. Su mirada analizó mi gesto con cautela, como si buscara alguna trampa oculta antes de finalmente tomar mi mano.
El apretón llegó de inmediato.
Fuerte. Firme.
Una presión implacable que se cerró alrededor de mis dedos con la clara intención de hacerme ceder. Si fuera un humano normal, probablemente habría sentido cómo mis huesos se resquebrajaban bajo su agarre. Pero no era nuestro caso.
Blue: (Aun no Red)
Y no reaccioné.
Blue: (Espera.......)
Dejé que creyera que tenía el control, que pensara que esto no era más que un gesto vacío. Dejé que sintiera que podía aplastarme con poco esfuerzo.
Y justo cuando pareció relajarse…
Blue: (¡Ahora!)
Apreté más.
No solo igualé la fuerza de su agarre.
La superé.
Ripley no reaccionó al instante, pero después de un momento, su mandíbula se tensó.
Red: (Ah, sí… ahí está.)
Blue: (Ese pequeño tic en su ceja… qué hermoso.)
Lo sentí. El ligero temblor en sus dedos. La forma en que su postura se endureció, como si intentara disimular la incomodidad.
No mostró ninguna emoción más allá de una leve mueca de molestia, pero no necesitaba más que eso.
Sonreí con sutileza.
Y con esa pequeña victoria, solté su mano y me giré para salir. Apenas crucé la puerta, mi mirada se fijó en los demás, quienes ya se estaban subiendo al auto. El mismo deportivo raspado que vi antes.
Al parecer, le pertenecía a Naser... tiene el mismo gusto por los autos que por sus camisas... espera...
Blue: (¿Eso en el parabrisas es un agujero de bala?)
Red: (A lo menos tiene personalidad.)
Naomi se acomodó en el asiento del copiloto con su tono azucarado de siempre, animando a Naser con una energía que solo ella podía tener tan temprano.
Naomi: "¡Vamos, Naser! ¡El día es joven! ¡Hay mucho por hacer!"
Naser, aún con algo de torpeza, se metió al asiento del conductor con movimientos mecánicos, como si su cerebro estuviera aun procesando la situación. No había terminado de ajustarse cuando Naomi ya estaba rebuscando entre los controles del auto, como si estuviera en su propia casa.
Mientras tanto, en la parte trasera, las cosas se acomodaron de forma automática: Fang, Stella y yo, quedando atrapado en medio.
Red: (Dime que Naomi no colocara música de su gusto.)
Blue: (Es lo más probable, solo recemos a que la música no sea tan horrible, pero si ese melocotón lo hace..., nuestro viaje se volverá aún más largo.)
Pensando un poco sobre la búsqueda... no quería dar demasiados indicios de cuánto conocía la ciudad, así que creo que es mejor mantener la boca cerrada por el momento. Aun así, podría ayudar sin que se dieran cuenta, así que me giré levemente hacia Fang para preguntarle qué tipo de lugar tenía en mente.
Sin embargo, antes de que pudiera abrir la boca, un bulto de tela voló en mi dirección. Por puro reflejo, lo atrapé antes de que impactara entre Fang y yo.
Miré la chaqueta con terrible diseño en mis manos antes de alzar la vista hacia el asiento del conductor, donde Naser soltó un pequeño sobresalto al notar que la había atrapado sin pensar.
Kross[R]: “Relájate un poco, Naser.”
Dije sin darle muchas vueltas, extendiéndosela de vuelta. Naser la tomó con rapidez, y aunque intentó mantener la compostura, su postura se tensó, delatando su incomodidad.
Naser: "S-sí... lo siento."
Por un segundo, las palabras de Ripley volvieron a mi mente. No tenía idea de qué significaban exactamente, pero dejé el pensamiento de lado por ahora. Ahora volviendo con la compañere alade.
Kross[R]: "Oye plumas, ¿Qué estamos buscando exactamente? ¿Qué es lo que necesitas?"
Fang, quien hasta ese momento había estado viendo por la ventana, se giró hacia mí.
Se apoyó contra el asiento, cruzando los brazos y llevando una mano bajo su pico en una pose pensativa.
Fang: "Algo espacioso..., donde la gente pueda estar de pie o sentarse..."
Hizo una pausa antes de mirarme de nuevo con un brillo particular en los ojos.
Fang: "Preferiblemente donde se pueda hacer un buen mosh pit."
Antes de que pudiera responder, Stella comentó con su tono tranquilo de siempre.
Stella: "Puede que haya lugares en el centro... algún restaurante o algo así."
Inmediatamente después, Naomi se inclinó hacia Naser con una sonrisa.
Naomi: "¡Conozco muchos lugares! Está la Galería de Helecho Dorado en el distrito comercial. Es un lugar bastante bueno."
Fang casi saltó en su asiento para mirarla con el ceño fruncido.
Fang: "Ni de chiste."
Naomi: "¿Por qué no?"
Fang: "Porque no pienso tocar para ricachones engreídos. Con los de la escuela ya tengo suficiente."
Naomi se encogió de hombros con una expresión relajada.
Naomi: "Bueno, en ese caso, podemos aparcar en el centro y buscar desde ahí."
Fang bufó con fastidio, pero al final asintió con cierta resignación. Naomi entonces giró la cabeza para mirar solo a Stella, esto confirma que está evitando cualquier contacto innecesario con nosotros...
Red: (¿Qué estará tramando esta maldita?)
Blue: (Eso quisiera saber yo...)
Sin darle más vueltas, miré primero a Fang, quien solo observaba los edificios pasar con desinterés. Después, dirigí la vista hacia Stella, quien, al notarlo, simplemente se encogió de hombros con una pequeña sonrisa.
Stella: "Puede ser un buen plan."
Finalmente, volví la mirada a Naomi la cual se tensó al mirarme, solo le hice un gesto vago con la cabeza, parecía haber entendido enseguida porque segundos después paso a hablarle a Naser sin perder su tono azucarado.
Naomi: "¡Perfecto! ¡Entonces vamos allá, Naser!"
El saurio asintió y empezó a conducir en dirección al centro. Y, como si el día no pudiera empeorar, Naomi prendió la radio.
Una melodía empalagosa, azucarada y absurdamente optimista llenó el auto.
Red: (No.)
Blue: (Dios, no.)
Red: (¡Sáquenme de aquí! Te sedo el mando, si me quedo reviento esa cosa y a la parasaurio de paso.)
Blue: (Como quieras.)
No es que odiáramos este tipo de canciones, pero está en particular superaba por mucho mi margen de tolerancia.
Suspiré y apoyé la cabeza contra el respaldo del asiento.
El día apenas comenzaba, y si ya estábamos así, no quería imaginar cómo sería el resto de la salida. Sin embargo, había algo que me tranquilizaba.
Sentí un ligero movimiento en mi pierna, y al bajar la vista, vi cómo la cola de Stella se había enroscado nuevamente en mi pantorrilla. No me había dado cuenta en qué momento lo hizo, pero ahí estaba, un contacto sutil, casi instintivo.
Levanté la mirada y, por un instante, me encontré con la suya, con una sonrisa sutil en ella. No dijo nada, pero su expresión era clara. Había notado mi estado de ánimo.
No pude evitar sonreírle de vuelta.
Incluso con la música insoportablemente empalagosa que Naomi había puesto en la radio, esa sensación ayudó a aliviar el viaje.
Solo esperaba que con algo de suerte pudiéramos encontrar el sitio pronto.
...
...
...
Perspectiva de Abe. Varios días antes de la salida de Kross.
Los días pasaban y la situación no había cambiado demasiado.
Desde el primer encuentro con Neo en aquella habitación de hospital, no había vuelto a tener un solo avance. No hubo más gestos como aquel leve movimiento de su cola antes de que me marchara la primera vez. No hubo miradas diferentes, ni siquiera señales de que mi presencia hacía alguna diferencia en su estado. Seguía en la misma postura, con los ojos fijos en un punto vacío, atrapada en una burbuja impenetrable.
Pero eso no me había detenido.
Había seguido visitándola todos los días.
Algunas veces simplemente me sentaba en la silla junto a su cama sin decir nada, dejando que el tiempo pasara mientras ella continuaba en su mutismo. Otras veces intentaba hablarle, aunque fuera sobre cosas sin importancia. No esperaba respuestas, pero al menos trataba de llenar el silencio de alguna manera.
Y ahora, como siempre, ahí estaba, sentado al lado de su cama, con los brazos cruzados y la mirada fija en la ventana, tratando de encontrar alguna maldita forma de acercarme a ella.
Fuera del hospital, el sol se filtraba a través del vidrio, lanzando reflejos sobre el suelo pulido de la habitación. Era un día despejado, el cielo azul sin una sola nube que lo interrumpiera, y, sin embargo, aquí dentro, la atmósfera seguía siendo igual de pesada.
Deslicé la mirada hacia Neo.
Seguía sin moverse.
Apenas su respiración y el parpadeo ocasional indicaban que estaba consciente.
Esto era muy frustrante.
Apreté los labios con fuerza, desviando la vista de nuevo hacia el exterior, intentando ordenar mis pensamientos. Necesitaba encontrar la forma de atravesar esa barrera que había levantado. Algo tenía que funcionar.
No podía rendirme todavía.
Claro, Cass y Surge tenían una opinión muy distinta al respecto.
La última vez que mencioné que volvería al hospital, Cass casi se ahoga con su cerveza de la risa, golpeando la mesa con la palma antes de hablar con esa voz de alcohólica que tenía.
Cass: “No puedo creer que sigas visitando a esa niña, ¿cuántos días van ya? No debí de aceptar esto.”
Surge, que estaba recostado sobre el respaldo de su asiento con la expresión relajada de siempre, ni siquiera levantó la vista de una de las tabletas que traje cuando agregó con un aire distraído.
Surge: “¿Estás seguro de que no está muerta y solo nadie ha querido decírtelo?”
Abe: “Respira, parpadea y a veces hasta me ignora con un nivel impresionante de profesionalismo, así que sí, está viva.”
Cass sacudió la cabeza, apoyando la mejilla en su mano con una sonrisa burlona.
Cass: “Bueno, quédate con eso. Porque de lo que yo veo, sigues obsesionado con una pared.”
Abe: “No es obsesión.”
Cass: “¿Y cómo se llama entonces?”
Abe: “Persistencia.”
Cass: “Parece obsesión.”
Abe: “Parece que necesitas que alguien te eche un balde de agua.”
Cass: “Parece que deberías dejar de hablar con un vegetal.”
Surge intervino de nuevo con su tono pausado, como si la conversación realmente le pareciera interesante.
Surge: “Técnicamente, un vegetal sigue teniendo funciones biológicas activas, así que no sería una comparación justa.”
Cass: “Oh, perdón. ¿Cómo se dice entonces?”
Surge: “Piedra.”
Cass: “Ah, claro.”
Cass volvió a mirarme con una ceja arqueada.
Cass: “Sigues obsesionado con una piedra.”
Rodé los ojos sin molestia.
Abe: “Solo váyanse a la mierda.”
Cass: “Piénsalo, nada más. Podrías estar aquí, bebiendo como la basura que somos, buscando algún indicio de los bastardos de mierda de ese lugar que, te recuerdo, ASALTASTE.”
Golpeó la mesa con el tarro, haciendo que la cerveza dentro se sacudiera un poco antes de apuntarme con el dedo.
Cass: “Porque sí, tu misión era infiltrarte, encontrar información, ver qué mierda estaban haciendo en ese sitio abandonado por dios y largarte sin hacerte notar… PERO NO.”
Giró los ojos con exageración antes de continuar.
Cass: “Tú, en cambio, decidiste hacer un numerito, dejaste la mitad del lugar hecho mierda y para cuando Surge y yo fuimos a echar un vistazo, no quedaba NI UN MALDITO ALMA. ¿Y qué haces ahora? ¿Buscar un rastro? ¿Ayudar a encontrar pistas? ¡No! Todos los días te largas al hospital a mirarla respirar.”
Abe: “Oh, qué tragedia, me preocupo por alguien, qué escándalo.”
Cass: “Sí, sí, muy conmovedor, pero, ¿quieres saber qué más sería conmovedor? ¡UNA MALDITA PISTA SOBRE ESOS CABRONES!”
Surge, que hasta ahora solo había estado escuchando, decidió intervenir con su tono relajado.
Surge: “En su defensa, al menos exploto las cosas para no dejar marcas de quien los ataco.”
Cass lo miró con incredulidad antes de soltar un resoplido.
Cass: “¡Sí, GENIAL! ¡Exploto cosas y les hizo un favor dándoles una excusa para mudarse!”
Me encogí de hombros sin mucha culpa.
Abe: “Mira, si no querían que destruyera su nido de ratas, no deberían empezar con sus experimentos sin ninguna moral. Además, si sabes como soy para que me pones esa tarea.”
Cass me miró fijamente antes de negar con la cabeza.
Cass: “Sabes qué, olvídalo. No sé por qué sigo intentando hablarte como si tuvieras sentido común.”
Abe: “No lo sé, tal vez porque en el fondo me amas.”
Cass: “Me encantaría quererte más si en vez de perder el tiempo con la niña, estuvieras ayudándonos.”
Abe: “Y a mí me encantaría que dejaras de llamarla ‘la niña’ como si fuera un mueble, pero aquí estamos.”
Cass suspiró, frotándose la sien antes de tomar otro largo trago de su cerveza.
Cass: “Sabes... haz lo que quieras, pero no te sorprendas cuando termines con una patada en el culo y sin respuestas.”
Abe: “Tomaré el riesgo.”
Cass: “Sí, sí, qué valiente.”
Levantó su tarro en mi dirección, dándole otro trago antes de sonreír.
Cass: “Cuando regreses tráeme algo de whisky, que se me acabó. Y suerte con la ni—... con Neo, Abe.”
La conversación con Cass y Surge seguía rondando en mi cabeza. Porque sí, lo entendía. Desde su punto de vista, estaba gastando el tiempo en algo que no tenía sentido de momento. Pero lo que ellos no vieron…
Era lo que yo vi en ese primer día.
Esa pequeña reacción.
El leve movimiento de su cola antes de que me marchara.
Algo en su interior seguía allí.
No iba a rendirme.
Y ahora, aquí estaba de nuevo, en la misma silla de siempre, en la misma habitación que olía a desinfectante y tristeza.
Neo seguía igual.
Mirada perdida, cuerpo inmóvil, respiración constante pero monótona, como si fuera parte de la maquinaria del hospital.
Abe: “Bueno, pequeña Pulga, aquí estamos otra vez. Sé que probablemente no me extrañaste, pero, sorpresa, sigo aquí.”
No hubo respuesta.
Abe: “¿Sabes? Cass y Surge piensan que debería rendirme contigo… que es como hablarle a una piedra. Y sí, lo entiendo, las piedras tienen más interacción que tú.”
Nada.
Abe: “Aunque bueno, a diferencia de una piedra, tú al menos respiras, así que ya tienes puntos a favor.”
Me incliné un poco hacia adelante, observándola con atención, buscando cualquier cambio, cualquier mínima señal de que mis palabras estaban haciendo algo más que llenar el aire estancado de la habitación.
Pero no.
Abe: “Es frustrante, ¿sabes? O sea, si por lo menos tuvieras la decencia de insultarme en lenguaje de señas o algo, lo entendería. Un pequeño ‘vete a la mierda’, un bonito dedo del medio, cualquier cosa.”
El silencio continuó.
Abe: “Pero no. Aquí estamos, en esta apasionante dinámica en la que yo hablo y tú existes. Fantástico.”
Solté un suspiro, recostándome en la silla mientras giraba la cabeza hacia la ventana. El día afuera era brillante, cálido, con el tipo de cielo despejado que hacía que la gente quisiera salir y hacer algo con su vida.
Pero aquí dentro…
Todo seguía atrapado en el mismo tono gris y apagado.
Lancé un vistazo a Neo de reojo.
Abe: “Mira, Pitufina, sé que probablemente quieras que me largue, pero déjame decirte que eso no va a pasar.”
Cruzando los brazos detrás de la cabeza, sonreí con suficiencia.
Abe: “Porque a diferencia de ti, yo soy un dolor en el culo persistente. Así que acostúmbrate.”
Mi mirada volvió a su rostro.
Seguía igual.
Sin cambios.
Nada.
Pero estaba decidido.
Esto iba a funcionar.
...
...
...
Días después...
Esto no iba a funcionar...
No de esta manera.
Ya había pasado suficiente tiempo como para que me diera cuenta de algo. Si había alguna mínima posibilidad de que dentro de ella quedara algo más que ese vacío insondable, claramente no iba a manifestarse con simples palabras.
Porque, vamos, si hablar funcionara, ya habría ganado hace rato.
Pero no.
La Pulga Atómica seguía ahí, igual que siempre, con la mirada perdida en la nada y el mismo nivel de interacción social que una piedra.
Suspiro.
Ok, era hora de probar algo más.
Me incliné hacia adelante, apoyando los codos en mis rodillas y soltando un suspiro audible, lo suficientemente fuerte como para que, si realmente quedaba algo dentro de esa cabeza, lo escuchara.
Abe: “Sabes… llevo viniendo todos los días y, siendo honesto, esto se está volviendo deprimente.”
Nada.
Abe: “Digo, ni siquiera tienes la decencia de rodar los ojos o algo cuando te llamo por alguno de los apodos como: Pulga, Hormiga atómica, Enana, Pitufina, Duende, Ayudante de santa, Chaparra, Diminuto, Microbio, Minion, Chiquitolina, Yoda, Hobbit. Me ofende, la verdad. Y me estoy quedando sin ideas.”
Silencio.
Abe: “Así que estuve pensando… tal vez, no sé, no quieres que siga viniendo. Tal vez esto te está jodiendo más de lo que ayuda.”
Mis palabras flotaron en el aire por unos segundos.
Nada aún.
Abe: “Podría dejar de venir con tanta frecuencia, ¿sabes? Reducir mis visitas, quedarme menos tiempo… y eventualmente, simplemente dejar de venir.”
Solté la idea sin darle demasiado peso. Como si fuera algo que realmente estaba considerando y no una trampa descarada.
Abe: “Porque si esto te molesta, Pulga, podríamos ahorrarnos la incomodidad.”
El monitor seguía con su pitido rítmico. Todo seguía igual.
Abe: “Tal vez ya te acostumbraste a que yo esté aquí. Pero… ¿qué pasaría si no lo estuviera?”
Silencio.
Abe: “Quizás sea lo mejor.”
Ajusté mi postura, despegándome lentamente de la silla con la clara intención de irme.
Abe: “Además… puede que pronto ni siquiera tenga opción.”
Mi tono seguía despreocupado, pero mis ojos estaban fijos en ella.
Abe: “Porque tarde o temprano voy a tener que encargarme de un par de malnacidos con batas blancas y puede que las cosas salgan mal.”
Un cambio.
Pequeño.
Per mínimo.
Pero ahí estaba.
Abe: “Así que tal vez…”
Llevé una mano a la cremallera de mi chaqueta y la bajé con calma, como si ya hubiera tomado mi decisión.
Abe: “Tal vez hoy sea la última vez que nos veamos.”
Apenas lo dije, su respiración cambió.
Sutil.
Pero lo noté.
Abe: “Si eso pasa… bueno, será lo mejor.”
Me incliné hacia atrás en la silla con aire relajado, como si no fuera gran cosa.
Abe: “Así que… supongo que esto es todo. No quiero molestarte más, adiós Neo.”
Me puse de pie, empujando la silla hacia atrás con un leve sonido.
Di un paso.
Y entonces…
Algo tiró de mi chaqueta, no era un agarre fuerte ni uno desesperado. Era uno débil que apenas pude notar un roce. Pero fue suficiente para detenerme.
Parpadeé, girando la cabeza con lentitud, sin atreverme a hacer ningún movimiento brusco.
Y ahí estaba ella con sus dedos.
Los mismos dedos que habían estado inmóviles durante días. Los mismos que nunca se habían movido ni una sola vez de su lugar desde que la conocí. Ahora estaban aferrándose. Apenas, con la misma fuerza con la que un hilo suelto intenta sostener una tela rota, pero ahí estaban.
No era un agarre fuerte. No era desesperado. Pero era suficiente. Y cuando finalmente levanté la vista hacia ella…
Ahí estaban ese algo en sus ojos. No tenían ningún signo de frialdad. No era vacío.
Era miedo.
Temor.
Una súplica silenciosa.
Y en ese momento, supe que algo dentro de ella… no se había roto por completo.
Mi cuerpo permaneció tenso por unos segundos. No por miedo, sino porque no quería arruinarlo. No quería hacer el más mínimo movimiento que pudiera romper ese frágil instante.
Así que simplemente me quedé así.
Viéndola.
Esperando.
La noté temblar apenas. Lo suficiente para que pudiera darme cuenta, pero no tanto como para que pareciera que iba a soltarme en cualquier momento. Respiré hondo, manteniendo mi tono lo más tranquilo posible.
Abe: “Así que… después de todo, no quieres que me vaya.”
No fue una pregunta.
No era necesario.
Neo no reaccionó al instante, pero su agarre tampoco desapareció.
Abe: “Está bien.”
Con movimientos lentos, sin hacer nada brusco, volví a sentarme. No la solté de vista. No dije nada más por un rato. Solo dejé que asimilara lo que acababa de hacer. Su mirada seguía fija en mí, pero ya no era la misma de antes.
Ya no tenía ese vacío absoluto, ese muro infranqueable de indiferencia. Algo estaba cambiando. No sabía qué, ni qué tan profundo era ese cambio, pero estaba ahí. Y era suficiente.
Abe: “No voy a forzarte a nada, enana.”
Ella no parpadeó.
Abe: “No espero que hagas algo que no quieres hacer.”
Su agarre seguía ahí.
Abe: “Pero quiero que sepas algo…”
Hice una pequeña pausa, asegurándome de que me estaba escuchando.
Abe: “Si algún día decides confiar en mí… haré todo lo que pueda para asegurarme de que esos malnacidos no vuelvan a tocarte.”
Los músculos de sus hombros se tensaron primero, pero luego, muy lentamente, vi cómo su postura bajaba apenas.
Un cambio mínimo.
Pero estaba ahí.
Abe: “No tienes que hacer nada.”
Neo parpadeó. Pero esta vez no fue el mismo parpadeo mecánico e inerte de antes.
Abe: “No espero que confíes en mí enseguida.”
Su agarre en mi chaqueta pareció aflojarse un poco, pero sus dedos seguían ahí.
Abe: “Solo quiero que recuerdes una cosa, enana…”
Su respiración se alteró. No fue un jadeo, no fue un temblor fuerte, pero vi cómo su pecho subió y bajó con un ritmo más notorio.
Abe: “No importa lo que pase...”
Sus labios se entreabrieron apenas, no para decir nada, porque no podía hacerlo, pero esa pequeña apertura en su expresión era más de lo que jamás había mostrado.
Abe: “No importa cuán jodido esté el maldito mundo, no importa lo que te hayan dicho en ese sitio de mierda, ni lo que te hayan hecho creer esos bastardos.”
Su otra mano, la que había permanecido inmóvil todo este tiempo, se apretó apenas contra la sábana.
Abe: “No estás sola.”
Su cabeza bajó más, su cabello cayendo un poco sobre su rostro, ocultando sus ojos.
Abe: “Y mientras yo, el ‘Gran Abe’, siga respirando…”
Su agarre en mi chaqueta tembló.
Abe: “Siempre tendrás un sitio donde caer...”
Neo dejó escapar un sonido. Un mínimo, apenas audible, ahogado en su garganta. Un susurro sin voz, una exhalación cortada.
Abe: “…O donde vivir. Eso ya depende de—”
Y entonces, sin previo aviso, Neo saltó de la cama desconectando el monitor que mostraba sus signos.
No tuve tiempo de reaccionar.
Su cuerpo chocó contra el mío con más fuerza de la que esperaba. Sus brazos se aferraron a mi espalda con un agarre que no tenía intención de soltar.
Sentí su respiración agitada contra mi cuello. Sentí cómo su cuerpo temblaba con una intensidad abrumadora. Sentí la humedad de sus lágrimas deslizándose por mi piel.
No lo pensé ni lo dudé.
Dejé escapar un leve suspiro antes de cerrar los ojos y devolverle el abrazo. No dije nada más.
No hacía falta.
El silencio ya no era el mismo de antes. Este tenía peso. Tenía significado. Por primera vez, no era vacío. Por primera vez, no era desesperanza. Por primera vez… ella no estaba sola.
Y por primera vez, algo se sintió diferente.
Tal vez porque, desde que abrió los ojos por primera vez, desde que tuvo la mínima conciencia de su propia existencia, Neo solo conoció un propósito. Solo fue una herramienta, solo fue un cuerpo diseñado para cumplir órdenes, para seguir instrucciones sin cuestionarlas.
Y después de todo lo que le hicieron, después de todo por lo que seguro la obligaron a pasar, era imposible que creyera que su vida podía ser algo más que eso.
Pero ahora, con ella está aferrándose a mí como si mi presencia fuera lo único que la mantenía en pie… con el temblor de su cuerpo transmitiéndome cada fragmento de su miedo, de su incertidumbre, de esa lucha interna entre lo que siempre le dijeron que era y lo que en el fondo quería ser…
Pero aquí estábamos los dos.
Abe: “Así que ahí lo tienes, Neo.”
Su agarre no aflojó.
Abe: “Al final, terminaste encariñándote conmigo. No te culpo, soy increíble.”
No hubo respuesta. Solo un leve estremecimiento. Y un agarre aún más fuerte.
Abe: “…Ya, está bien. Puedes quedarte así un rato.”
Suspiré.
No era lo que esperaba. Pero no lo cambiaría por nada. Y mientras yo siguiera respirando, iba a asegurarme de que nunca más volviera a sentirse de otra manera.
...
...
...
??? de Volcadera.
Desde aquella maldita noche en que un intruso irrumpió en nuestras instalaciones, nos vimos obligados a movernos. No sabíamos quién era. No teníamos un rostro, ni un nombre, ni una pista clara de su identidad, pero el daño estaba hecho. Uno de nuestros proyectos más importantes había sido robado, y aunque su recuperación ya era prácticamente imposible, lo que más me molestaba era lo que eso representaba. Un obstáculo. Un retraso.
El jefe no escatimó en recursos para reubicarnos. No podíamos arriesgarnos a que nos descubrieran nuevamente, así que, en vez de un único complejo, ahora ocupábamos varios sectores en la ciudad. Múltiples instalaciones, cada una con un propósito específico, dispersas en distintos puntos estratégicos para que, incluso si una caía, las demás pudieran seguir funcionando sin interrupciones. Pero la principal...
La más importante...
Estaba aquí.
Bajo la fachada de una empresa de importación y exportación de materias primas, la nueva sede se extendía más allá de lo que cualquier ojo común podría ver. Desde afuera, era solo un viejo edificio industrial dedicado al transporte de pescado y productos marinos, con grandes contenedores y un muelle donde barcos cargaban y descargaban mercancía. Nada que llamara la atención. Nada que pareciera fuera de lo ordinario.
Pero en el interior, todo era distinto.
Me desplacé con calma por los pasillos subterráneos, apoyando parte de mi peso en el bastón con cada paso. No porque fuera un anciano frágil, sino porque, después de lo ocurrido con Código Acus, mi cuerpo ya no era el mismo. Salí con vida, sí. Pero no sin costo.
Apreté los dientes por instinto cuando el muñón donde solía estar mi brazo izquierdo pulsó con un dolor fantasma. Un recordatorio constante de mi fracaso.
Pero no importaba.
Lo importante era que habíamos renacido de las cenizas.
Las nuevas instalaciones estaban divididas en varios subniveles, cada uno dedicado a un aspecto esencial de nuestra labor. Zonas de investigación, laboratorios de desarrollo, áreas de prueba y acondicionamiento, así como sectores de almacenamiento para nuestros proyectos más avanzados. Todo oculto bajo la superficie, más profundo de lo que cualquiera se imaginaría.
Aquí, en este puerto, estábamos más seguros que nunca.
Mi recorrido me llevó hasta uno de los corredores principales, donde algunos técnicos ajustaban las interfaces de control en pantallas holográficas. A diferencia de la instalación anterior, esta vez todo estaba mejor distribuido, mejor protegido. No volveríamos a cometer los mismos errores.
Sin embargo, la pérdida de Neo seguía siendo un problema.
Era el único sujeto con compatibilidad genética humana estable, y aunque habíamos extraído información valiosa de ella, su desaparición significaba un retraso en nuestra investigación. No podía negar que era una pérdida considerable, pero tampoco el fin del proyecto.
Los otros sujetos estaban mostrando un desarrollo prometedor.
Quizás no con la misma estabilidad que tenía Neo o las capacidades de código Acus, pero con mejoras significativas en otras áreas. Fuerza. Resistencia. Capacidad de adaptación.
Tal vez no habíamos perdido tanto después de todo.
Continué mi camino hasta una de las salas de observación, observando desde un ventanal reforzado cómo varios investigadores monitoreaban datos en tiempo real. Gráficos, patrones de crecimiento, análisis biológicos... Todo indicaba que estábamos avanzando en la dirección correcta.
Un subordinado se acercó con paso firme, sosteniendo una tableta entre las manos. Su expresión era seria, lo que me indicó que no era un asunto trivial.
Subordinado: "Señor Richter, tiene una llamada entrante."
Inclinó la cabeza con respeto mientras me ofrecía el dispositivo. Deslicé la mirada hacia la pantalla antes de tomar la tableta, apoyando el bastón contra la pared mientras la activaba con un solo toque.
En la imagen apareció el rostro de un hombre que conocía bien.
Dr. Lee: "Señor Richter. Los preparativos están en su mayoría listos."
Dr. Richter: "¿Qué hay de los sujetos?"
Dr. Lee: "Everett facilitó el proceso más de lo esperado. Los prototipos 'Y' han mostrado avances constantes en los últimos días, y los resultados son… satisfactorios."
Entrecerré los ojos con leve interés.
Dr. Richter: "Define satisfactorios."
Dr. Lee hizo un leve gesto con la cabeza antes de continuar.
Dr. Lee: "Todos los prototipos 'Y' han alcanzado el nivel de una Amenaza Latente. No hay inestabilidad evidente en sus capacidades, y hasta ahora, ninguno ha presentado un fallo significativo en las pruebas de obediencia. Según Everett, para optimizar el proceso y evitar el derroche de resina, se desarrolló una fórmula alternativa en lugar del método tradicional de activación."
Dr. Richter: "¿Una fórmula?"
Dr. Lee: "Una sustancia que se administra de manera manual, en forma de inyección. Se ha diseñado para potenciar sus capacidades en el momento preciso, permitiendo que pasen de un AL a un AC mínimo de nivel bajo."
La idea tenía sentido. La activación con chips de emergencia, aunque útil, dependía demasiado de factores externos. Un método administrado de forma consciente reducía el margen de error y permitía un control más preciso sobre cuándo y cómo se utilizaban los recursos.
Dr. Lee: "Everett también mencionó que estos prototipos son considerablemente más… funcionales que los modelos previos. A diferencia de Gamma o Delta, estos sujetos han mostrado una mayor capacidad de procesamiento."
Eso captó mi atención.
Dr. Richter: "¿Qué tan funcionales?"
Dr. Lee: "Lo suficiente como para comunicarse de manera efectiva. Siguen siendo herramientas, pero herramientas que pueden recibir y procesar órdenes con una eficiencia superior. No actúan por instinto puro, no se limitan a gruñidos o respuestas básicas. Siguen órdenes, se adaptan y ejecutan sin cuestionamientos innecesarios."
Mis dedos tamborilearon sobre el borde de la tableta mientras procesaba la información.
Gamma y Delta habían sido efectivos en su momento, pero eran simplemente armas con dientes y garras. Eran depredadores, sí, pero sin refinamiento. Sin control real. No eran más que criaturas programadas para atacar hasta que cayeran.
Pero esto...
Esto era diferente.
Seres con la capacidad de pensar, de hablar, de obedecer sin romperse.
Subordinación total sin caer en la ineficiencia de la bestialidad.
Esto era un verdadero avance.
Dr. Richter: "¿Han mostrado algún tipo de conducta errática?"
Dr. Lee negó con la cabeza.
Dr. Lee: "Hasta ahora, ninguno ha fallado órdenes. Siguen protocolos sin desviaciones y no han mostrado intentos de subversión. Hay ciertas peculiaridades en su procesamiento, pero nada que interfiera con su funcionalidad."
Eso era lo único que necesitaba escuchar.
Un arma sin control era un desperdicio.
Pero esto en cambio era algo útil.
Dr. Richter: "¿Están listos para la siguiente operación?"
Dr. Lee tardó un segundo en responder, como si estuviera confirmando los datos en su mente antes de darme una respuesta.
Dr. Lee: "Sí. Están en condiciones óptimas. Si es necesario, pueden movilizarse de inmediato."
Bien. Desde que llegamos a esta nueva instalación, el principal objetivo había sido recuperar el control sobre Código Acus. Si no se podía recuperar, entonces al menos debíamos asegurarnos de que no siguiera vagando libremente. El problema siempre había sido el mismo.
Localizarlo.
Después de que escapó, cada pista que conseguimos se evaporó antes de que pudiéramos usarla. Pero el jefe había conseguido algo nuevamente. Un contacto que aseguraba tener información sobre su paradero.
No fue algo que nos agradara en lo más mínimo. Para empezar, la fuente no era confiable. No por la calidad de información sino porque era de un escamoso y lo peor de todo es que era un parasaurio, aquellos que se revolcaban en lo más bajo de la cadena de su propia especie
Para mi sorpresa, esta escoria trabajaba para el bajo mundo, como un mafioso. Pero no era cualquier mafioso del montón, sino que era el jefe de su propio grupo, alguien con suficiente influencia como para moverse sin problemas en los círculos más turbios de la ciudad.
Y lo más importante: era de los pocos que cooperaban activamente con el jefe según sus propias palabras.
La mayoría del bajo mundo evitaba involucrarse en cualquier cosa. No porque no tuvieran información o los recursos, sino porque había alguien más en la sombra que los mantenía a raya. Un ex jefe mafioso que dominó parte de Volcadera por años y que, según rumores, todavía tenía influencia en el sector. Nadie quería estar en su lista de objetivos.
Pero si había una mínima posibilidad de que sus palabras fueran ciertas, no podíamos ignorarla. Lo que mencionó fue sencillo, pero útil.
Código Acus estaría en el centro de la ciudad.
Una ubicación ridícula considerando lo que inmensa que era, pero si realmente se encontraba ahí, entonces la situación era más favorable de lo que habíamos pensado.
Y si los prototipos 'Y' estaban listos, mucho mejor.
Dr. Richter: "Prepara a los prototipos y despliégalos para hacer un rastreo en el área. No quiero que actúen de inmediato, deben localizar el objetivo, seguirlo, evaluar su entorno y esperar hasta que se presente la oportunidad ideal. Cuando sea el momento adecuado, procederán con la captura. ¿Entendido?"
Dr. Lee: "Entendido. Daré la orden de inmediato."
Era lo mínimo que esperaba.
Código Acus había demostrado ser un problema desde el día en que escapó, sin mencionar que sobrepaso a Gamma y ahora que sabíamos la zona dónde podría estar, no íbamos a dejarlo suelto así sin más. Pero la cautela era clave. Si se alertaba demasiado pronto, podría desaparecer otra vez.
Por eso, los prototipos ‘Y’ no solo servirían como ejecutores, sino también como observadores. No atacarían sin asegurar la zona, sin confirmar su rutina, sin asegurarse de que no hubiera interferencias. Solo cuando todo estuviera a su favor, entonces se lanzarían sobre él.
Dr. Lee: "Si la misión se completa con éxito, primero lo llevaremos a mi estación para las evaluaciones iniciales. Desde ahí determinaremos si es necesario trasladarlo hasta usted."
Dr. Richter: "Eso servirá. Manténganme informado de cualquier cambio."
Dr. Lee asintió antes de cortar la llamada.
Con un suspiro, devolví la tableta a mi subordinado antes de apoyar ambas manos en el bastón.
Nos habíamos movido con rapidez después del incidente. Perdimos demasiado cuando nos invadieron aquella noche, pero logramos reubicarnos, logramos continuar con nuestro trabajo y logramos hacer avances significativos. Si ahora también lográbamos recuperar nuestro mayor experimento, entonces finalmente podríamos dejar este capítulo atrás y seguir adelante.
...
...
...
Fin del capítulo.
Notes:
Después de reescribir la parte de Abe varias veces y otros ajustes. Acá esta. Y como ven nos vamos de paseo con Kross y Abe se gano un pulga. El siguiente capitulo sigue en revisión por culpa de un melocotón y diálogos con este.
Entre todo lo que paso con Naomi ella quedo con el mensaje en claro manteniendo el perfil bajo con Kross, pero gracias a como actuó ahora con Stella digamos que le esta ganando de nuevo el sentimiento. Pero bueno eso para el próximo. y de nuevo los científicos se moverán.
En este no tengo tantas curiosidades, solo un par de Neo.
1.- Tengo una lista de todos los apodos que le dijo Abe a Neo en el transcurso de los días, entre los que no dije son: Gusanito, Gnomo, Mosca, Mosquita, Arquitecta de Lego, llavero, Escaladora de acera, Mecánica de Hot-Wheels, Minúscula, Celula, Atomo, Pixel, Oompa Loompa, Pocoyo, rasca-suelos, Pulgarcita, Chihuahua, Bacteria, entre cualquiera que se les ocurra.
2.- Neo escuchaba a Abe hablar todo el tiempo, el porque no mostro ninguna expresión o movimiento es por el mismo pensamiento de Kross, si no los meto en mi vida, ellos no serán objetivos. Por eso la mayoría del tiempo miraba un punto. Como esperando que algo pasara.
3.- Neo sabe que es solo algo que nació de muchas cosas, que es un experimento, que solo tenia que recibir y cumplir ordenes, pero como el gen humano no desapareció, digamos que gano cierto razonamiento. Razón del porque se encariño con el único imbécil que la visitaba preguntándose '¿Quien mierda es este?' '¿Cuando se callara?' '¿Nunca se aburre?' '¿Porque sigue viniendo?' '¿porque no se rinde?' '¿Que ganara?' entre muchas otras cosas.
Y que cuando Abe menciono a que tal vez se enfrentaría a esos tipos, eso asusto a Neo porque no quería que nadie se involucrara. Para finalmente romper todo lo que aguanto, y apoyarse en el único que no se rindió con ella.Y eso seria, como dije estoy revisando el siguiente capitulo porque necesito arreglar bien los diálogos de Naomi. Nada mas que añadir, vayan a leer la historia de SrSenior "That is my Parasaur!" saco cap nuevo y hay chancletazos de por medio. La de Dardragun707 "Un vaquero en Volcano High" o el nuevo extra que saco hace unos dias de "I Wani Hunt that Gator!" sobre la primavera. Las de patata "Un corazón de dragon", "Una luz de esperansa en una depresión psicótica" y "No permitiré que este mundo me consuma" Todas son buenísimas y el que diga lo contrario nos agarramos a combos cuchetumare. Y la de Xomy90 "Brushes and Clicks: A Shared Canvas" que saco nuevo cap hace unos dias. y gracias a todos los que llegan hasta el final y a los que comentan.
Un saludo, tengan buen dia, tarde o noche, cuidense y hasta el siguiente. Bye :D
Chapter 16: El Peso de las Palabras parte 1.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
El auto de Naser se detuvo con un ligero chirrido cuando estacionó en una de las calles del centro. Apenas apagó el motor, giró la cabeza con su sonrisa relajada y soltó un comentario que, en cuestión de segundos, generó reacciones mixtas en el grupo.
Naser: "Bien, chicos, llegamos. Espero que les haya gustado el viaje en el NasCar"
Me tomó un segundo procesar lo que acababa de decir.
Red: (¿Qué...?)
Kross[B]: "¿Qué...?"
El tono no fue agresivo, pero estaba claro que la palabra no me hizo ninguna gracia. Y no fui el único que reaccionó. Naomi soltó un pequeño suspiro entre risas, mirándolo con esa expresión azucarada que solo tenía para él.
Naomi: "Awww, cariño, tu auto tiene el mejor apodo de todos."
Fang, por otro lado, rodó los ojos con una mezcla de fastidio e incredulidad.
Fang: "Dios… en serio, Naser."
Por su parte, Stella no hizo gran cosa. Simplemente inclinó la cabeza con una leve curiosidad antes de girarse a la ventana, como si el tema no fuera algo en lo que valiera la pena involucrarse.
Red: (Nas...Car...)
Blue: (Esto es estúpido.)
Miré a Naser, sin molestia real, pero con suficiente incredulidad como para que supiera lo que pensaba.
Kross[B]: "Ese nombre es ridículo, Naser."
Naser puso una expresión ofendida, llevándose una mano al pecho como si mis palabras le hubieran causado un daño irreparable.
Naser: "¡Oye, oye! No es ridículo, es perfecto. Es un juego de palabras con mi nombre. 'Naser', 'Nascar'. ¿Lo entiendes?"
Fang chasqueó la lengua.
Fang: "Y sigue sonando igual de idiota."
Naser negó con la cabeza, sin perder la sonrisa.
Naser: "Bah, ustedes no entienden el arte de un buen apodo."
Kross[B]: "Si eso es arte, seria abstracto."
Naser suspiró dramáticamente, apoyando una mano en el volante como si la conversación le pesara demasiado. Y al parecer a la otra Ptero parecía tener suficiente de su hermano.
Fang: "En fin, ya es mucha plática sobre tu auto. ¡Vamonos!"
Sin prestarle más atención al tema, le hice un pequeño gesto a Stella para abrir la puerta y bajar del auto. No tenía idea de si Fang ya tenía en mente algún sitio en particular o si realmente necesitábamos recorrer la zona para encontrarlo, pero si había un lugar para buscar, tal vez era este.
El centro de la ciudad era exactamente como lo recordaba de mis primeros días aquí. Edificios de distintos tamaños se alineaban a lo largo de las calles, algunos con letreros llamativos, otros con fachadas más discretas, pero todos rebosantes de actividad. La gente iba y venía con la misma indiferencia de siempre, cada uno sumergido en su propio mundo. En ese sentido, nada había cambiado.
Caminábamos con un ritmo relajado, aunque la formación era algo peculiar. Naser y Naomi iban adelante, conversando entre ellos con la facilidad que los caracterizaba. Fang los seguía en medio del grupo, sin prestarles demasiada atención, mientras que Stella y yo nos quedamos atrás, sin hablar demasiado.
Por un momento, desvié la vista a los alrededores. Había pasado por esta zona varias veces desde que llegué, y aunque podía recordar algunos lugares que podrían servir, no estaba del todo seguro de cuál sería el indicado para Fang. Aun así, intenté visualizar las calles, recordar cada rincón por el que pasé en mis primeros días en esta ciudad.
Fue entonces cuando lo sentí.
Un leve tirón en mi muñeca. Una sensación que ya era muy familiar. Bajé la vista apenas y me encontré con algo que esperaba.
La cola de Stella se había enroscado suavemente alrededor de mi muñeca mientras caminábamos, un gesto tan sutil que casi no me habría dado cuenta si no fuera por el contacto directo. Mi mirada se deslizó hacia ella de inmediato.
Stella no dijo nada.
Pero lo que sí noté fue el leve tono rosado en sus mejillas, la forma en que mantenía la vista al frente con fingida normalidad, como si no se diera cuenta de lo que acababa de hacer.
Red: (…¿Qué está haciendo?)
Blue: (No lo sé....)
Red: (Pero... no quiero quitarla.)
Blue: (…Yo tampoco.)
No entendía qué estaba pasando con nosotros últimamente. No entendía esta sensación en el pecho, esta extraña calidez que se instalaba en mi piel cada vez que ella hacía algo así. No tenía sentido.
Pero no intenté soltarme.
No quería hacerlo.
Y mientras seguíamos caminando, con su cola aferrada a mi muñeca y el leve ardor en mi rostro recordándome que algo en mí estaba cambiando…
No pude evitar pensar que esto, por más extraño que fuera, se sentía… bien.
Cálido.
...
......
.........
Llevábamos un rato caminando a paso lento, recorriendo la acera mientras observamos con atención los distintos locales a nuestro alrededor. Desde afuera, cualquiera pensaría que solo éramos un grupo de amigos paseando sin rumbo, pero estábamos buscando algo en específico.
La ciudad tenía su propio ritmo, la multitud iba y venía con la indiferencia de siempre, y aunque el bullicio normal de las calles se mantenía de fondo, lo que más captaba mi atención eran los pequeños detalles dentro de nuestro propio grupo.
Naser caminaba al frente junto a Naomi, pero de vez en cuando miraba discretamente hacia atrás. No era un simple vistazo casual, era algo más… ansioso. ¿Preocupado? No estaba seguro, pero su mirada iba en nuestra dirección. No entendía qué demonios buscaba o por qué tenía esa expresión.
Fang, en cambio, tenía una expresión completamente opuesta. Su rostro se veía tenso, su mirada dura y su mandíbula apretada como si cada paso que diera la irritara más. No hacía falta preguntar para saber la razón.
Por su parte, Stella parecía estar de buen humor. Aunque todavía tenía un ligero rubor en las mejillas, su expresión era relajada, e incluso podía notar el leve movimiento de la punta de su cola, la cual seguía enrollada en mi muñeca. No tenía idea de qué significaba ese gesto, pero la calidez de su tacto seguía ahí, presente, como si no tuviera intención de soltarme.
Y aunque eso era algo que no entendía del todo… era algo que, por alguna razón, me agradaba bastante.
El problema era que había algo arruinando el momento.
Un me- lo- co- tón.
Que.
No.
Se.
CALLA.
EL PUTO HOCICO.
Naomi llevaba todo el camino hablando desde que comenzamos con ese tono suyo, dulce hasta lo enfermizo, el tipo de voz que hacía que uno quisiera arrancarse los propios oídos.
Naomi: "Oooooooh, ese lugar es súper espacioso, además la comida es esta para morirse."
Red: (Que alguien le clave un tenedor en la lengua.)
Blue: (Por favor.)
Naomi: "Awwww, ese restaurante es mi favorito, Naser, ¿recuerdas cuando fuimos en nuestra cita? Fue tan romántico."
Blue: (Voy a vomitar.)
Red: (¿Y si nos quitamos los oídos? Vuelven a crecer.)
Naomi: "Ohhhhhhh, esta cafetería también es linda, ¡y tienen un piano! ¡Imaginen lo hermoso que sería tocar ahí!"
Red: (Imagino lo hermoso que sería que te atragantaras.)
Blue: (Sería poético.)
Cada palabra suya me hacía sentir que me estaba hundiendo en un pantano de miel empalagosa y barata. No solo era el tono, era la forma en la que lo decía, ese entusiasmo artificial, esa dulzura falsa que hacía que cada oración sonara como si estuviera tratando de protagonizar una película cursi de mala calidad.
Y, aun así, nadie le decía nada.
Nadie le pedía que se callara.
Era como si estuviera completamente ajena a la atmósfera. Como si el hecho de que nadie le respondiera no fuera suficiente para hacerla detenerse.
Y lo peor de todo es que, por alguna razón, estaba segura de que esto apenas comenzaba.
Después de unos minutos más de caminar, Naomi se detuvo de repente, sus ojos brillando con entusiasmo mientras señalaba con emoción un lugar frente a nosotros.
Naomi: "¡Este es perfecto!"
El resto del grupo no compartió su entusiasmo.
Frente a nosotros, una gran ventana de vidrio revelaba el interior del establecimiento. Desde fuera, se podía ver una sala espaciosa, pero no de la forma en que lo necesitábamos.
Había escasas mesas redondas, minúsculas en comparación con el tamaño del lugar, y una decoración que gritaba lujo en el peor sentido posible. Candelabros colgaban del techo, reflejando la luz sobre las superficies pulidas, todo en un ambiente tan cuidadosamente opulento que resultaba artificial.
Naser inclinó la cabeza, mirándola con confusión antes de girarse hacia su novia.
Naser: "Naomi... ¿no crees que este lugar es un poco…?"
Kross[B]: "Ostentoso."
Fang: "Pretencioso."
Stella: "Excesivo."
El coro de respuestas fue instantáneo, cada una dicha con la misma incredulidad.
Naomi, sin embargo, no pareció compartir nuestra visión.
Naomi: "¡Para nada! Es grande y espacioso. Si movemos las mesas, podríamos crear suficiente lugar para que la audiencia disfrute sin problemas."
Ni Fang ni Stella parecían convencidas.
Fang cruzó los brazos, su expresión endureciéndose mientras Naomi giraba hacia Naser con la misma sonrisa de siempre, tomándolo del brazo antes de que pudiera reaccionar.
Naomi: "¡Vamos a preguntar!"
Y sin darle tiempo a responder, lo arrastró con ella hacia la entrada del lugar.
Fang soltó un bufido, murmurando una maldición.
Fang: "Esta imbécil..."
Kross[B]: "Lo más probable es que nos manden a la mierda, si son benevolentes solo a la calle."
Fang: "Eso es lo mínimo que va a pasar."
Stella: "Pero al menos será rápido."
Fang chasqueó la lengua, pero no contradijo a Stella.
Con un suspiro, decidimos seguirlos.
Desde la distancia, ya podíamos notar que la situación no pintaba bien. Naomi estaba hablando con el maître d', una figura esbelta de vestimenta pulcra y postura rígida. Su expresión era la de alguien que había sido educado para mantener la compostura sin importar la situación, pero incluso desde aquí, la incomodidad era evidente.
Nos acercamos lo suficiente para escuchar parte de lo que decía Naomi.
Naomi: "Podríamos organizarlo con entradas exclusivas, incluso ofrecer un cupón para la cena, así la experiencia sería mucho más completa para los clientes…"
El maître d' nos miró en ese momento.
Más específicamente, su mirada se dirigió a Fang y a mí.
Y absolutamente en el instante en que sus ojos nos recorrieron, su expresión se torció en una mueca de asco apenas disimulada.
Maitre d’: "Nuestro establecimiento sirve exclusivamente a clientes con clase y cultura. No tenemos interés en rebajar nuestra reputación con eventos de dudoso nivel y… compañías cuestionables."
Cada palabra estaba pronunciada con una dicción perfecta, con un tono condescendiente que dejaba en claro que no nos veía como algo más que escoria que debía ser retirada cuanto antes.
Maitre d’: "Así que les agradecería que desalojaran… antes de que nos veamos obligados a solicitar una escolta para acompañarlos afuera."
Salimos primero nosotros tres, dejando atrás aquel ambiente sofocante que parecía apestar a hipocresía y aires de grandeza. La luz del sol nos recibió en cuanto cruzamos la puerta, pero ni siquiera el cambio de escenario fue suficiente para disipar el fastidio en el aire.
Fang fue la primera en hablar, dejando escapar un gruñido frustrado mientras cruzaba los brazos con evidente irritación.
Fang: “¿Alguien aquí se sorprende?”
Yo solté un suspiro, negando con la cabeza antes de responder con un deje de ironía.
Kross[B]: “Debí haber apostado con esto.”
Fang me dirigió una mirada hacia mi antes de encogerse de hombros.
Fang: “No te hubiera hecho caso. El resultado era demasiado obvio.”
A nuestro lado, Stella dejó escapar una leve risa, más para sí misma que para nosotros, antes de comentar con tranquilidad.
Stella: “Tal vez el destino así lo quería.”
Antes de que pudiera decir algo más, la puerta del restaurante se abrió nuevamente, permitiendo que Naser y Naomi salieran al fin.
El primero se veía algo incómodo, como si intentara mantenerse neutral ante la situación. La segunda, en cambio…
Naomi: “¡Saben que, cambié de opinión! No me gusta este sitio.”
Su tono seguía arrastrando ese dulzor empalagoso que intentaba disfrazar su disgusto, pero el ceño fruncido y la forma en que casi trituraba el brazo de su novio delataban su verdadero estado de ánimo.
Naser intentó calmarla, hablándole con el mismo tono apaciguador de siempre.
Naser: “No tienes por qué molestarte por ese tipo. No lo vale”
Fang, que hasta el momento se había limitado a rodar los ojos, soltó un resoplido desdeñoso.
Fang: “Claro que lo vale.”
Su tono no dejaba lugar a dudas.
Fang: “Si estuviera con mi banda, ese imbécil tendría un neumático menos en su coche.”
Naser arqueó una ceja, mirándola con escepticismo.
Naser: “¿En serio?”
Fang le respondió sin dudarlo, levantando el dedo del medio con total naturalidad y una mueca burlona en el rostro. Observé la escena con diversión, antes de decidir qué tal vez valía la pena empujar un poco más el juego.
Kross[B]: “¿Y por qué no hacerlo? Solo necesitamos una cosa.”
Fang se giró para mirarme con interés, al igual que los demás.
Red: (Me sorprende que tú quieras seguir con esto.)
Blue: (Si solo nos hubiera sacado del sitio sin mas no tendría ningún problema. El caso es que aparte de eso nos miró como una plaga, como si no valiéramos nada.)
Red: (Si lo pones así... estoy dentro, que se joda el bastardo ese.)
Sin prisa, bajé la mirada al suelo. No tardé en encontrar lo que buscaba. Me incliné apenas y recogí una piedra.
Pequeña.
Pero lo suficientemente funcional para lo que tenía en mente. Cuando Fang vio lo que sostenía, sus ojos brillaron apenas con una chispa de entusiasmo. Se giró y recorrió la calle con la mirada, analizando los autos estacionados alrededor.
Hasta que finalmente, señaló uno.
Fang: “Ese.”
Todos seguimos su mirada.
Era un coche ostentoso. Demasiado reluciente. Demasiado impecable para no pertenecer a alguien con un ego inflado. Fang inclinó ligeramente la cabeza con aire pensativo antes de añadir con aparente desinterés.
Fang: “Tiene toda la pinta que es de ese tipo.”
Su tono era juguetón, como si el simple hecho de sugerirlo hiciera la idea más tentadora. Podía sentir la incomodidad de los demás en el aire. Naser y Naomi intercambiaron miradas nerviosas, mientras que Stella frunció ligeramente los labios, como si estuviera considerando si debía intervenir o no.
Pero yo…
Simplemente quise continuar con esta idea...
Blue: (¿Listo, Red?)
Red: (Yo me encargo, Blue)
Kross[R]: “Lo tengo en la mira. Espero instrucciones sargente plumas.”
Fang sonrió con diversión, ante lo que pasaba.
Fang: “Espera... y... ¡Dispara!”
Apreté los dedos alrededor de la piedra, sintiendo su peso. Preparé el brazo, midiendo la distancia. Y justo cuando estaba a punto de lanzarla…
Stella: “Kross.”
Su voz.
No hubo un cambio en su tono, ni un atisbo de reproche.
Solo mi nombre.
Algo en la forma en que lo dijo me obligó a girarme apenas para mirarla. Su expresión no era de enojo, ni de juicio. Era una mirada fija, tranquila, pero firme.
Suspiré, relajando los hombros.
Kross[R]: “Era solo... una broma.”
Hice una breve pausa antes de añadir con fingida inocencia.
Kross[R]: “…No lo iba a lanzar con... mucha fuerza.”
Stella no cambió su expresión.
Stella: “Kross.”
Una segunda vez.
Exactamente igual que la primera.
Y como si su voz tuviera un peso que no podía ignorar, bajé el brazo.
Solté la piedra.
Fang chasqueó la lengua con frustración.
Fang: “Aguafiestas.”
No le respondí.
Porque en ese momento, noté las miradas. Naomi nos observaba con sorpresa, como si no esperara ver algo así y Naser tenía una expresión extraña, tal vez incomoda.
Y Stella…
Seguía mirándome.
No apartó los ojos hasta que finalmente solté un leve suspiro.
Kross[R]: “…Está bien, ok. Lo siento...”
Ella reaccionó al instante.
Su sonrisa apareció con naturalidad, aunque había algo en ella que se sentía ligeramente… victoriosa.
Stella: “Sigamos buscando, aún tenemos mucho tiempo antes de que el sol se ponga.”
Sin darle más vueltas, se giró y comenzó a caminar. Los demás la siguieron.
Red: (Te toca preguntar. Que hizo)
Blue: (Okey.)
Y yo, sin pensarlo demasiado, avancé a su lado. Después de unos segundos, hablé.
Kross[B]: “Hey... ¿De dónde aprendiste esa mirada, Stella?”
Stella giró apenas la cabeza en mi dirección antes de responder con una voz tranquila.
Stella: “De tu encantadora y maravillosa her-ma-na.”
Me detuve un segundo.
La miré.
Y lo entendí.
Rosa.
La única persona que me llamaba “hermanito” sin ser realmente mi hermana. La única que lograba doblegarme con una simple expresión cuando se lo proponía... sin mencionar el golpe con su chancla.
Kross[B]: “…Debí adivinarlo.”
Stella dejó escapar una risa ligera, una de esas que parecían escaparle sin esfuerzo, suaves y naturales.
Y, por alguna razón, sentí algo cálido en el pecho.
Era una sensación extraña, difícil de describir. No era incómoda, pero tampoco era algo a lo que estuviera acostumbrado. Simplemente… estaba ahí, como una brisa leve en un día sofocante, como una pausa en medio de todo el ruido.
No dije nada.
Negué con la cabeza con resignación y seguimos caminando.
...
2 horas después.
Habían pasado más de dos malditas horas y todavía no encontrábamos nada.
Cada sitio al que intentábamos entrar nos rechazaba. Algunos lo hacían con excusas estúpidas, otros ni se molestaban en disimular su desprecio. Y aunque parte de los rechazos se debían a la presencia de Fang y su eterna expresión de “voy a apuñalarte si me miras mal”, la mayoría simplemente ocurría en el momento en que yo aparecía a la vista.
No era sorpresa, ya sabíamos cómo era de racista esta jodida ciudad. Incluso el propio comisionado nos veía como desperdicio, así que no tenía sentido esperar algo distinto de la gente ‘privilegiada’.
Aun así, lo peor de todo era Fang.
Durante todo el trayecto, no había dejado de murmurar amenazas que oscilaban entre lo absurdo y lo alarmante.
Fang: “Voy a meterles una tubería oxidada por el–”
Fang: “Si tuviera un lanzallamas, esto sería más fácil.”
Fang: “Voy a buscar una motosierra y–”
Fang: “Que se atraganten con sus malditos menús veganos.”
Había mencionado cuchillos al menos diez veces, asesinato otras tantas y su repertorio de blasfemias era lo bastante amplio como para hacer sonrojar a un mercenario. Algunos de sus murmullos se le escapaban más alto de lo que pretendía, lo que hacía que varios transeúntes aceleraran el paso al notar la vena hinchada en su frente y la mirada homicida en sus ojos.
Por otro lado, Stella, quien al principio parecía disfrutar la compañía, ahora tenía una mueca de aburrimiento. Su cola, que normalmente se enroscaba en mi muñeca en esos pequeños gestos que parecían venirle naturales, apenas se movía. En lugar de sujetarme como solía hacerlo, la arrastraba detrás de ella, sin vida.
Mientras tanto, Naomi y Naser estaban completamente ajenos a nuestra situación, enfrascados en su propia conversación como si ni siquiera existiéramos.
Naomi: “No, no, no. Te equivocas, Naser.”
Naser: “¿Eh? ¿Cómo qué no? Te digo que eso pasa todo el tiempo.”
Naomi: “No con todos. Mi padre, por ejemplo, ahora está ayudando a alguien con su campaña política, y no se trata solo de mover influencias, sino de asegurarse de que tenga la imagen correcta.”
Naser: “Ajá, claro... pero sigue siendo lo mismo, solo que con gente más elegante.”
Naomi suspiró exageradamente y negó con la cabeza con fingida decepción.
Naomi: “Eres imposible.”
Red: (Voy a matarlos.)
Blue: (No vamos a matarlos.)
Red: (Ok, entonces dame otra solución, porque Fang parece a punto de saltarle encima a Naomi para cerrarle la boca y Stella está por dormirse caminando.)
Debía pensar rápido. Teníamos que hacer algo para detener el inminente estallido de Fang y mejorar el ánimo de Stella. Entonces recordé algo.
Algo que Stella había mencionado una vez. Un puesto de malteadas.
No tenía idea de dónde estaba, no recordaba que Stella me dijera donde estaba exactamente, pero sí recordaba que habló de él con entusiasmo. Observé la zona, intentando suponer si tal vez estábamos cerca, o si con algo de suerte podríamos encontrarlo.
Aclaré la voz y hablé en voz alta, llamando su atención, pero asegurándome de que los demás también escucharan.
Kross[B]: “Stella… ¿Recuerdas el puesto de malteadas que me mencionaste hace tiempo?”
Ella parpadeó y giró la cabeza en mi dirección confundida por la pregunta repentina.
Stella: “¿Un puesto de malteadas?”
Kross[B]: “Sí. No recuerdo que me dijeras donde estaba, pero dijiste que eran… fabulosas o algo así.”
Stella pareció pensarlo por un momento y entonces chasqueó los dedos, su expresión ganando algo de vida.
Stella: “¡Ah! Sí, sí, sé cuál dices. Está en un parque.”
Kross[B]: “¿Cerca de aquí?”
Stella asintió con un poco más de energía.
Kross[B]: “Tal vez podríamos tomarnos un descanso y probarlas. ¿Qué dicen?”
Stella reaccionó casi de inmediato. Su cola se movió con más energía y, por primera vez en un buen rato, su expresión se iluminó un poco...
Red: (Mucho mejor.)
Blue: (Ahora sí.)
Pude notar también las reacciones de los demás.
Fang ya no parecía tan tensa, aunque su expresión de fastidio seguía presente, por el otro lado, Naser sonrió ante la idea de un descanso, claramente encantado con la posibilidad de sentarse un rato a probar algo.
Naomi se giró hacia nosotros con su característica sonrisa plástica, pero en cuanto vio la cara de Fang, se tensó casi al instante.
Naomi: “Buena idea.”
No preguntó, no discutió, ni siquiera intentó seguir con la conversación. Solo aceptó sin decir mucho.
Así que, sin perder tiempo, nos dirigimos hacia un parque cercano, donde se encontraba el puesto del que Stella me había hablado aquella vez.
En unos diez minutos llegamos al puesto de malteadas. Estaba justo donde Stella había mencionado, un pequeño local al aire libre con un par de sombrillas y un menú colorido escrito en pizarras.
Stella se adelantó y, con entusiasmo renovado, empezó a mencionar las opciones. Terminé pidiendo lo mismo que ella, una de frutos del bosque, porque no tenía idea de cuál escoger. Fang y Naser, como buenos carnívoros, optaron por sabores más densos; Fang eligió una de chocolate con doble porción de crema y Naser se inclinó por una de mantequilla de maní. Naomi, en cambio, encontró una opción vegana con leche de almendras y vainilla...
Red: (Que puto asco.)
Blue: (De seguro sabe cómo la pasta con la que nos alimentaban.)
Mientras esperábamos, Naser y yo aprovechamos una máquina expendedora cercana. Él se llevó una lata de bebida deportiva, mientras que yo simplemente tomé una botella de agua.
Cuando finalmente probé la malteada, entendí a qué se refería Stella cuando me habló de este lugar.
Kross[B]: “No mentías con estas cosas Stella… Esto es buenísimo.”
Stella, que ya estaba disfrutando la suya, me miró y sonrió. Sin darme cuenta, hice lo mismo.
Con las malteadas en mano, encontramos una mesa de picnic desocupada bajo la sombra de unos árboles cercanos. No es que el calor me molestara demasiado, pero la frescura del lugar se sentía bien. Habíamos comenzado el día con un clima fresco y algo nublado, pero en algún momento, el sol decidió que hoy era el día perfecto para quemar todo a su paso.
El descanso nos vino bien. Nadie hablaba demasiado, simplemente disfrutábamos la sombra y nuestras bebidas. Parecía que las malteadas fueron un éxito, porque no tardaron en acabarse.
Naser, ya sin nada más que beber, miró su lata vacía por un momento antes de aplastarla con una sola mano y lanzarla hacia un bote de basura a unos cinco metros.
Acertó de lleno.
Naser sonrió con satisfacción, todavía disfrutando su pequeña victoria, pero no pasó mucho antes de que Fang soltara un resoplido.
Fang: “Presumido.”
Stella, con un tono más neutral, inclinó levemente la cabeza.
Stella: “Fue un buen tiro.”
Naomi, por su parte, puso su mejor tono azucarado mientras se aferraba al brazo de Naser.
Naomi: “¡Oh, amor! Qué impresionante.”
La forma en la que lo dijo me dio ganas de hacer algo al respecto. Así que lo hice.
Kross[B]: “Bah, eso no es nada.”
Naser me miró con curiosidad, levantando una ceja.
Naser: “¿Ah, sí?”
Kross[B]: “Apuesto a que lo haría mejor.”
Él sonrió de lado, claramente divertido por el desafío.
Naser: “No lo creo... Aunque supongo que tienes ventaja, los suyos siempre han sabido lanzar cosas.”
El comentario cayó como una piedra en el ambiente. Fang dejó su celular de lado, mirándolo con expresión seca, y Stella parpadeó un par de veces, como si no estuviera segura de haber escuchado bien.
Red: (¿Es en serio? ¿De verdad dijo eso en voz alta?)
Blue: (No sé si es estúpido o si simplemente no piensa antes de hablar.)
Decidí no darle importancia. No valía la pena. En su lugar, miré el sitio, observé el bote de basura a la misma distancia y las cosas a su alrededor, ya tenía en mente lo que haría hacer.
Tomé mi botella y miré a Naser, asegurándome de que prestara atención antes de hablar con calma.
Kross[B]: “Voy a dejar pasar lo que acabas de decir, pero si hay algo que tengo claro, es que no apuesto si no estoy seguro de ganar.”
Sin levantarme, lancé la botella por encima de mi hombro con un movimiento relajado pero preciso. El plástico voló en el aire, siguiendo la trayectoria exacta que había calculado… o al menos, eso creí.
Porque en cuanto me gire y vi el reflejo del sol en la superficie, noté un pequeño detalle que no había considerado. Todavía tenía algo de agua dentro. Lo suficiente para que el peso alterara el giro.
La botella golpeó la farola, pero el ángulo no fue el correcto. En lugar de redirigirse hacia el bote de basura, cayó al suelo, rodando lentamente hasta detenerse a unos centímetros del objetivo.
Un silencio se extendió por unos segundos.
Red: (No puede ser...)
Blue: (Bueno, esto es vergonzoso.)
Fang soltó una carcajada corta, alzando las manos con burla.
Fang: “¡Ja! ¡Eso sí que fue triste!”
Naser también se rio, pero más relajado.
Naser: “Parece que subestimaste tu propia puntería.”
Sentí la mirada de Stella sobre mí, y cuando la vi de reojo, noté que intentaba contener una sonrisa.
Inspiré hondo.
Kross[B]: “No. Solo olvidé que la botella no estaba completamente vacía.”
Fang: “Solo escucho excusas.”
Me levanté y caminé hasta donde había caído. La recogí y la giré en mi mano, sintiendo el peso que había pasado por alto.
Red: (Se nota que estamos relajados aun con el melocotón aquí.)
Blue: (Lo más probable es porque estamos saliendo en grupo con... amigos. Se siente como un sueño.)
Red: (Ya lo creo. Pero ahora a terminar lo que empezamos.)
Con un simple movimiento, vacié la botella, asegurándome de que no quedara ni una gota dentro. Fang me miró con burla desde su lugar.
Fang: “Ah, ¿ahora sí vas a intentarlo en serio?”
No respondí. Simplemente volví a caminar hacia donde estábamos antes, y sin mirar atrás, lancé la botella por encima de mi hombro con un movimiento despreocupado.
El plástico voló en el aire y, esta vez, cayó directo dentro del bote de basura sin desviarse ni un milímetro.
Kross[R]: “¿Lo ves? Solo no me fije en una cosa.”
Fang rodó los ojos.
Fang: “Igual, la primera cuenta como fallo.”
Me encogí de hombros.
Kross[B]: “Fue a la primera del segundo intento.”
Naser río por lo bajo, cruzándose de brazos.
Naser: “Bueno, al menos sabes corregir tus errores.”
Kross[B]: “Esa parte es importante.”
El ambiente se relajó de nuevo, aunque el comentario de Naser seguía flotando en el aire como una sombra. Pero por ahora, todos parecían dispuestos a dejarlo pasar. Pero en un momento Naser se levantó y se estiró.
Naser: “Si me disculpan. Necesito hacer una llamada urgente a la naturaleza.”
Naomi lo siguió con la mirada, su sonrisa dulce nunca desapareciendo.
Naomi: “Siempre tan ingenioso con sus dobles sentidos.”
Fang chasqueó la lengua y también se puso de pie.
Fang: “Yo también voy.”
Se puso de pie y empezó a alejarse.
Naomi ladeó la cabeza, siguiéndola con la mirada.
Naomi: “¿Pasa algo, Fang?”
Fang: “¿Eh? No, nada.”
Naomi: “Mmm… ¿Segura? Es que me pareció que—”
Fang: “Problemas menstruales.”
Naomi se detuvo por un segundo, pero su sonrisa no desapareció.
Naomi: “Ohhh, entiendo. Pero dime, ¿tienes todo? Porque yo tengo por si acaso. Si necesitas algo, dime. Tengo de varios tipos, diferentes marcas, lo que necesi—.”
Fang apretó los dientes.
Fang: “Cállate el hocico.”
Dicho eso, se giró y se fue hacia los baños sin esperar respuesta.
Red: (Perdónanos Stella.)
Blue: (Necesito un respiro.)
Kross[B]: “También voy.”
No es que tuviera algo que hacer ahí, pero necesitaba un respiro. Aunque no me gustaba dejar a Stella atrás con Naomi, la idea de quedarme más tiempo ahí tampoco me agradaba. Así que simplemente me levanté y caminé en la misma dirección.
Mientras caminaba hacia los baños públicos del parque, me tomé un momento para mirar hacia atrás.
Stella y Naomi seguían en la mesa, aparentemente conversando sobre algo. No parecía que Naomi estuviera en uno de sus juegos habituales, lo cual era un pequeño alivio, pero, aun así, dejarlas solas no me terminaba de gustar.
Blue: (Lo siento, Stella.)
Red: (Si nos quedábamos un rato más con ella, iba a ser fatal.)
Sacudí la cabeza y seguí caminando. No tenía un verdadero propósito al venir aquí, más que alejarme de Naomi y despejar un poco la cabeza. Rodeé los baños sin prisa, sintiendo la frescura de la sombra en contraste con el sol sofocante del parque.
Para mi sorpresa, no estaba solo.
Fang estaba ahí, sentada contra la pared trasera del edificio con un cigarro entre los dedos. Su mirada perdida en algún punto del suelo indicaba que estaba más enfocada en sus pensamientos que en el mundo a su alrededor.
No hice ningún sonido al llegar, pero después de un segundo, sus ojos se desviaron levemente en mi dirección. No giró la cabeza, solo me miró de reojo, como si estuviera evaluando si valía la pena reaccionar.
No dije nada.
Ella tampoco.
En su lugar, llevó el cigarro a sus labios y exhaló el humo en una bocanada perezosa.
Me senté a cierta distancia, apoyando la espalda contra la pared con los brazos cruzados. No esperaba conversación, ni la necesitaba. Solo quería estar lejos del tono empalagoso de Naomi sin tener que quedarme completamente solo.
El silencio entre nosotros se mantuvo durante un rato, interrumpido solo por el sonido lejano del parque y la brisa cálida que pasaba entre los edificios. Cuando escuché a Naser salir de los baños y alejarse sin notar nuestra presencia, supe que el momento incómodo había pasado.
Kross[B]: “Ya no hay moros en la costa.”
Fang exhaló lentamente, girando la cabeza esta vez para mirarme con una ceja levantada.
Fang: “¿Y por qué mierda estás aquí?”
Su tono no tenía filo, solo la curiosidad áspera de siempre. Pasé una mano por mi nuca antes de responder con simpleza.
Kross[B]: “Necesitaba un respiro.”
Dejé la mano caer sobre mi rodilla y agregué con un suspiro.
Kross[B]: “No soporto a la melocotón con patas y su tono azucarado.”
No esperé respuesta. Y, como era de esperarse, no llegó ninguna.
El silencio seguía pesando entre nosotros, solo roto por el sonido lejano del parque y el leve rasgueo de las garras de Fang contra uno de sus codos. No se había movido mucho desde que llegué, pero sus alas habían cambiado sutilmente de posición y su cola golpeó la pared una vez, antes de quedar inmóvil.
Red: (Quiere largarse.)
Blue: (Y sabemos por qué.)
Red: (No nos incumbe... pero)
Blue: (Tal vez. Pero podríamos decirle algo... ¿Quieres encargarte tú? Las palabras simples con Fang siempre han servido)
Red: (Déjamelo a mí.)
Me incliné un poco hacia adelante, apoyando los antebrazos en mis rodillas, sin apartar la vista de la pared de enfrente.
Kross[R]: “Debe ser un fastidio tener con todo esto y con... el melocotón parlante.”
Fang soltó un resoplido seco, pero no dijo nada.
Kross[R]: “Si me cansa a mí su actitud, no quiero imaginar cómo es para ti.”
Ella chasqueó la lengua con fastidio.
Fang: “No necesito que me lo digas.”
No respondí de inmediato. Sabía que no iba a aceptar un comentario así sin más, pero tampoco esperaba que lo hiciera.
Dejé que el silencio volviera por unos segundos, tratando de pensar en cómo seguir. Tal vez lo mejor sería dejarla tranquila… pero verla ahí, con el ceño fruncido, sus garras rascando con más insistencia y sus alas tensas, me hizo soltar un suspiro.
Kross[R]: “Si estas tan incomode con todo esto... ¿por qué no te vas? Ósea puedes aprovechar de irte sin que te vean.”
Fang giró la cabeza con una ceja levantada.
Fang: “¿Qué?”
Kross[R]: “Eso. No estás disfrutando esto. Se nota a kilómetros. ¿Por qué no te vas?”
Fang entrecerró los ojos.
Fang: “¿Y dejarte a ti y a Stella a solas con ellos? Paso.”
Red: (Mmm... ¿ahora qué?)
Blue: (¿En serio?)
Red: (Esto es terreno delicado...)
Blue: (Déjame pensar un poco...... tal vez mencionar a Naser, si él se lleva a Naomi podríamos buscar el sitio sin que nos joda.)
Red: (...Okey.)
Me encogí de hombros.
Kross[R]: “Si el problema es Naomi, talvez le puedas decir a Naser que se la lleve o yo que se..., podrías decirle que—”
Fang resopló sin dejarme terminar la oración.
Fang: “Ja. Sí, claro. Como si me fuera a escuchar.”
Red: (¿Y ahora?)
Blue: (Tu sigue, eso saco una reacción... pero con cuidado.)
Me quedé callado por un momento, antes de soltar un resoplido.
Kross[R]: “Quizás funcione o es lo que creo yo.”
Ella bufó con incredulidad.
Fang: “¿Desde cuándo eres tan optimista?”
Kross[R]: “No lo soy. Pero si alguien tiene más posibilidades de que escuche una opinión, eres tú.”
Fang soltó un bufido seco.
Fang: “No sé de dónde sacas esa idea. ¿Poque yo?”
Kross[R]: “Si Stella o yo le dijéramos algo, no tendría el mismo impacto.”
Giré la cabeza para verla de reojo.
Kross[R]: “Pero si lo haces tú, mi queride persona no binaria… tal vez tengas éxito. Y nos podamos sacar al melocotón de encima.”
El silencio entre nosotros se alargó, era denso, pero sin volverse incómodo. Fang no reaccionó de inmediato a lo que había dicho, pero sus garras se quedaron quitas en su codo. No la miré directamente, pero percibí cómo su expresión se endurecía.
Entonces, sin previo aviso, soltó un suspiro brusco y se puso de pie. La vi de reojo mientras aplastaba con fuerza el cigarro contra el suelo, dejando una pequeña marca ennegrecida en el pavimento.
Fang: “¿Sabes qué? Al carajo. Vamos.”
Una sonrisa ladeada se formó en mi rostro.
Kross[R]: “A sus órdenes, señorite plumas.”
Fang rodó los ojos y empezó a caminar.
Fang: “Mejor te apuras, bobo.”
Justo cuando estaba por seguirla, me detuve un segundo.
Kross[R]: “Oye Fang...”
Fang giró apenas la cabeza, sin dejar de caminar.
Kross[R]: “…Si algo te jode demasiado, recuerda que puedes decírmelo, soy tu amigo después de todo.”
No lo dije con ninguna intención oculta, Ni siquiera lo pensé demasiado. Pero Fang sí. Hubo un pequeño instante en que su expresión cambió, en que pareció procesar mis palabras con más seriedad de la que esperaba. Solo levantó una garra y la pasó rápido por su nuca, como si algo le incomodara.
Fang: “… No me vengas con cosas, vámonos ya antes de que me arrepienta.”
Pero su voz no sonó con el mismo filo de antes. Ni su cola se movió con la misma seguridad.
Kross[R]: “Lo que digas.”
No dije nada más de momento y ella tampoco. Pero cuando siguió caminando, no lo hizo con el mismo paso apresurado de antes.
Red: (¿Ves? No estuvo tan mal.)
Blue: (Salió mejor de lo que pensé.)
Red: (Logramos que intentara algo en vez de quedarse ahí fumando, aunque no espere que nos considerara a nosotros y a Stella por si se quería largar.)
Blue: (A mí también, a lo menos significa que le importamos tanto como para ignorar a Naomi, aunque eso no significa que vaya a salir bien, por si acaso, ahora déjame a mí, okey.)
Red: (Como digas.)
Mientras seguíamos avanzando por el sendero del parque, noté que Fang no caminaba con la misma energía de antes. Su andar no era completamente decidido, aunque tampoco se veía tensa. Sus alas estaban más relajadas, pero sus garras seguían rascando su codo de vez en cuando, como si su mente aún estuviera procesando algo...
Kross[B]: “Y dime, ¿cómo piensas convencerlo?”
Fang soltó una pequeña risa sarcástica.
Fang: “Voy a decirle que se largue a la mierda.”
Red: (Muy de ella.)
Kross[B]: “Me gusta el plan, fácil y sencillo.”
Fang: “¿Tienes uno mejor?”
Kross[B]: “No, pero si crees que funcione, no importa.”
Fang chasqueó la lengua.
Fang: “Si él quiere seguir con la melaza andante, que lo haga. Yo no me pienso quedar ahí junto a ella por más tiempo.”
A pesar de que sus palabras sonaban firmes, había algo distinto en su tono. Como si su mente estuviera en otro lado.
Kross[B]: “Fang... ¿Segure que estás bien?”
Fang me lanzó una mirada entrecerrada.
Fang: “Te dije que no comenzaras con tus cosas.”
Kross[B]: “Solo preguntaba.”
Ella no respondió, pero en vez de lanzar otro comentario ácido, miró hacia el camino con una ligera frialdad, como si prefiriera centrarse en cualquier otra cosa.
Antes de que pudiera decir algo más, un sonido interrumpió la conversación.
Un grito. No un grito de susto, ni de dolor. Era un grito molesto. Y lo reconocimos al instante.
Stella.
Ambos nos miramos por un segundo antes de salir corriendo.
Las pocas personas que estaban en el parque apenas prestaron atención a nuestra carrera, pero a nosotros no nos importaba. Algo había pasado. Algo que hizo que Stella, la persona más tranquila del grupo, gritara así.
Cuando llegamos cerca de la mesa de picnic, la escena frente a nosotros hizo que me detuviera en seco.
Algo estaba… fuera de lugar.
Stella estaba ahí, pero no era la Stella de siempre.
La calidez en su mirada había desaparecido, reemplazada por un filo inusual. Su expresión, normalmente relajada, ahora estaba tensa, con los labios presionados en una línea delgada. Su cola, que solía moverse con calma, ahora daba pequeños latigazos contra el suelo, como si su molestia se filtrara en cada parte de su cuerpo.
Naomi estaba frente a ella, con el cabello algo desordenado y sus lentes ligeramente torcidos sobre su nariz. La marca rojiza en su mejilla era imposible de ignorar, pero más que afectada, parecía molesta. Su postura era desafiante, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, dejando claro que no tenía intención de ceder.
Entre ambas estaba Naser, visiblemente incómodo, con las manos levemente alzadas en un gesto de calma. Su ala buena estaba algo extendida, como si intentara interponerse sin volverse amenazante, mientras que la otra, más pequeña y atrofiada, se mantenía tensa contra su espalda.
Su mandíbula estaba apretada, y la forma en que su mirada oscilaba entre Stella y Naomi dejaba claro que no tenía idea de cómo manejar la situación.
Stella rompió el silencio, su voz sonando más firme de lo habitual.
Stella: “¡Te dije que te retractes, espèce de traînée!”
Naomi soltó una risa seca.
Naomi: “¡Y te dije que no lo haré!”
Stella: “¡Naomi, ferme ta bouche, sale pétasse!”
Naomi: “Tú sabes que lo que dije es verdad, Stella.”
Red: (…¿Qué carajos pasó aquí para que Stella este así...?)
Blue: (No tengo idea...pero por lo poco que dijeron y la apariencia de Naomi parece que hubo algo que no le agrado para nada a Stella.)
Red: (Esto no va a terminar bien...)
Blue: (...Vamos.)
Naser cerró los ojos un segundo, su exasperación era evidente, pero antes de que pudiera decir algo más, Fang y yo nos acercamos más a la escena.
Kross[B]: “¿Me pueden decir que pasó aquí?”
...
...
...
Fin del capítulo.
Notes:
Bueno, el capitulo fue mas corto de lo normal... ¿Porque? simple... me salió un poco mas largo de lo que me acostumbro hacer, así que lo dividí mas o menos en la mitad del capitulo. Y pos bueno, por fin niño se comienza a relajar un poco mas, lo único malo es que un melocotón con patas al parecer hizo algo.
Las partes en francés fueron con el traductor, próximamente cuando salga Moe hare algo parecido pero con el italiano. También trate de dejar que entre Kross y Fang no pasara nada, la Stego le gano y en la parte 2 se refuerza eso.
No tengo curiosidades para este capitulo, solo comentarles que después que saque la siguiente parte, habrá capitulo dedicado a Abe y Neo, y digamos que muestro un poco mas de como de especial es la hormiga atómica.
Como siempre, mis recomendaciones a los fics creados por SrSenior, a los de Dardragun707, a los de Patata (Patata_Yazov) y a los de Xomy90. Un agradecimiento a todos los que llegan asta acá y a todos los que comentan. Hasta el siguiente que saldrá en un par de días. bye :D
Chapter 17: El Peso de las Palabras parte 2
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Stella momentos atrás.
Después de aquella conversación con Kross ese día, algo cambió.
No en él, o al menos no de manera obvia. No es como si de pronto se hubiera vuelto una persona completamente distinta, pero hay detalles, cosas pequeñas que antes no estaban ahí.
Siempre ha sido alguien reservado, con ese aire de estar analizando todo a su alrededor, de medir cada palabra antes de decirla, aunque después de contarme sus cosas pude comprender porque era así.
Pero últimamente, he notado pequeños momentos en los que esa barrera parece aflojarse. Cuando habla, suelta comentarios más naturales, menos tensos. Cuando camina a mi lado, sus pasos no se sienten tan rígidos.
Y lo más curioso de todo es que, a pesar de que sé que no sabe reaccionar ante los gestos físicos, nunca ha protestado cuando mi cola se enrosca en su muñeca o en su pantorrilla. Al contrario. He notado cómo sus hombros se relajan, como si fuera un contacto que, de alguna manera, le resulta... cómodo.
No puedo evitar sonreír un poco ante ese pensamiento, pero antes de que pueda seguir divagando, la voz de Naomi me saca de mi tren de ideas.
Naomi: “Stella, ¿puedo consultarte algo?”
Naomi me miraba con su sonrisa impecable de siempre, con los ojos entrecerrados de manera amistosa y una postura relajada. Pero… había algo en su expresión que no terminaba de encajar.
No sabía exactamente qué. Tal vez solo era mi imaginación. Aun así, le respondí con mi tono habitual.
Stella: “Por supuesto, ¿qué pasa?”
Naomi ladeó la cabeza, como si estuviera eligiendo con cuidado sus palabras.
Naomi: “Es sobre Kross.”
Stella: “¿Kross?”
Naomi: “Ajá.”
Hizo un pequeño gesto con la mano, como si fuera una simple observación casual.
Naomi: “Es solo que se comporta diferente cuando está contigo.”
Stella: “¿Diferente?”
Naomi: “Sí… no sé, más calmado.”
No me pareció raro que lo dijera. Después de todo, Kross realmente había cambiado un poco últimamente.
Stella: “Supongo.”
Naomi apoyó la barbilla en su mano, pensativa.
Naomi: “Debe ser porque te escucha.”
Parpadeé.
Naomi: “Digo, si alguien más intentara decirle qué hacer, seguro no reaccionaría igual.”
No sé por qué, pero esa frase me hizo sentir un pequeño nudo en el pecho.
Stella: “No es que le diga qué hacer...”
Naomi sonrió levemente.
Naomi: “No directamente… pero de alguna manera, logras que te haga caso, como si lo controlaras. ¿Cómo lo haces?”
Me quedé quieta al escuchar esa palabra. ‘Controlarlo’. Fue en ese momento cuando algo hizo clic en mi cabeza.
"Es falsa."
"Desde el primer momento en que la conocí, supe que su actitud no era real."
Las palabras de Kross regresaron de golpe, pero más que eso, la incomodidad que sentí en ese instante no se debía a lo que él me había dicho antes. Se debía a la forma en que Naomi lo acababa de decir ahora.
Naomi mantuvo su sonrisa, sin cambiar un solo detalle en su expresión.
Naomi: “No me malinterpretes, Stella. No digo que lo hagas a propósito.”
Su tono seguía siendo ligero, casi despreocupado, pero había algo en la forma en que pronunciaba cada palabra que las hacía resonar con un doble sentido.
Naomi: “Pero, seamos honestas... Kross no es alguien fácil. Es frío, distante, impredecible...”
Se detuvo un segundo, como si buscara la palabra correcta. Sus ojos se posaron en mí, y por un momento, sentí que estaba esperando que yo completara la frase por ella. Pero no lo hice.
Naomi: “...alguien difícil de entender.”
No lo dijo como una acusación, sino como un hecho.
Naomi: “Y, sin embargo, tú lo entiendes.”
No respondí.
Naomi: “No es que lo vea mal, al contrario. Tienes algo que nadie más tiene con él. Es como si estuviera... condicionado por ti.”
Stella: “Eso no es cierto.”
Naomi: “¿No? Piénsalo. ¿Cómo reaccionaría si yo intentara decirle algo? ¿O Fang? ¿O Naser?”
Se inclinó un poco hacia adelante, apoyando los codos en la mesa.
Naomi: “No reaccionaría igual. Contigo es diferente.”
Negué levemente con la cabeza.
Stella: “Es porque me respeta.”
Naomi soltó una risa breve, pero esta vez no sonó dulce. Sonó cortante, casi burlona.
Naomi: “¿Respeto? Stella, no me hagas reír. Respeto es lo que uno le tiene a un profesor o a un jefe, pero esto… esto es algo más profundo.”
Stella: “No tienes idea de lo que estás diciendo, Naomi.”
Naomi inclinó la cabeza, y su sonrisa se desvaneció apenas un poco.
Naomi: “¿No? Stella, ¿de verdad crees que no tengo idea de lo que es Kross? ¿De lo que puede hacer?”
Se apoyó en la mesa con un aire más serio.
Naomi: “No me hagas hablar de más, Stella. Tú y yo sabemos que Kross no es… común.”
Sus palabras eran cuidadosas, pero la manera en que me miró… supe que estaba insinuando algo más.
Naomi: “Y si es diferente… ¿no sería lógico saber aprovecharlo?”
Me tensé de inmediato.
Stella: “¿Aprovecharlo?”
Naomi mantuvo la mirada, como si no hubiera dicho nada fuera de lugar.
Naomi: “Stella, escúchame. Kross es fuerte. Rápido. Resistente. No es alguien que encuentres todos los días. Y, sin embargo, solo a ti te sigue sin dudar.”
Sonrió apenas.
Naomi: “Imagínate el potencial. Imagínate lo que podrías hacer si realmente tomaras las riendas de la situación.”
La forma en que lo dijo… me revolvió el estómago.
Stella: “Kross no es algo que se usa.”
Naomi se encogió de hombros.
Naomi: “Tampoco estoy diciendo que lo trates así enseguida, pero... sería una pérdida que alguien como él simplemente estuviera ahí sin más.”
Se acomodó en su asiento, relajada.
Naomi: “Te estoy diciendo esto porque creo que podríamos entendernos, Stella.”
Su tono era tan casual, tan ligero, como si estuviera hablando de algo completamente inofensivo.
Naomi: “No me malinterpretes. No tengo nada contra Kross. Al contrario, creo que tiene muchísimo valor. Y tú tienes el control de eso.”
Se inclinó de nuevo, con los ojos brillando con algo que no podía identificar.
Naomi: “Solo quiero saber qué planeas hacer con él.”
La presión en mi pecho aumentó.
Stella: “Naomi, no planeo hacer nada con Kross.”
Naomi entrecerró los ojos.
Naomi: “¿No?”
De repente, se inclinó un poco más, con una intensidad que no había mostrado antes.
Naomi: “Entonces… ¿qué harás cuando los demás no sean tan comprensivos como tú? Porque, Stella, tú puedes decir lo que quieras, pero Kross no es como los demás.”
Se recargó en la mesa con un aire relajado, como si esto fuera una conversación inofensiva.
Naomi: “No te estoy diciendo esto para molestarte. Solo quiero que pienses en lo que significa tener a alguien así a tu lado.”
Se inclinó levemente hacia adelante.
Naomi: “Porque, aunque tú no lo veas como algo fuera de lo normal, los demás sí.”
Me crucé de brazos, sintiendo el peso en mi pecho aumentar.
Stella: “No entiendo a qué quieres llegar.”
Naomi ladeó la cabeza, su mirada afilándose un poco.
Naomi: “Quiero decir… que no puedes ignorarlo para siempre.”
Dejó un pequeño silencio antes de hablar de nuevo, con un tono casi casual.
Naomi: “Yo no lo hago.”
Mi cuerpo se tensó sin que pudiera evitarlo.
Naomi: “Lo he visto, Stella.”
Fruncí el ceño.
Stella: “¿Qué dices?”
Naomi se acomodó nuevamente, cruzando las piernas con una calma ensayada.
Naomi: “Tengo pruebas. Un video.”
El aire se sintió más pesado de golpe.
Naomi: “No me preguntes cómo lo conseguí, pero créeme… vi de lo que es capaz.”
Me quedé en silencio.
Naomi: “Y no fue algo que un simple estudiante pueda hacer.”
Ahí estaba. Ese momento en que sus palabras cruzaron un umbral invisible.
Naomi: “Kross no es como los demás, lo sabes, ¿verdad? Es alguien a quien deberías... temerle.”
Apreté los puños.
Stella: “No tengo por qué temerle.”
Naomi apoyó el mentón en su mano, con una pequeña sonrisa que no se reflejaba en sus ojos.
Naomi: “Eso es lo que me intriga. Porque cualquiera que viera lo que vi, lo pensaría dos veces antes de acercarse a él.”
Respiré hondo, tratando de no alterarme.
Stella: “Kross no es lo que mencionas.”
Naomi no discutió de inmediato. Simplemente se me quedó mirando, con una expresión que no sabía cómo descifrar. Y luego, con la calma de quien está a punto de lanzar una verdad que no se puede refutar, habló.
Naomi: “Si eso fuera cierto, entonces dime... ¿por qué tengo un video que demuestra lo contrario?”
Las palabras me golpearon antes de que pudiera reaccionar.
Stella: “Aun si es así, Kross no es ese tipo de persona, Naomi.”
Naomi sonrió, como si esperara esa respuesta. Su sonrisa se volvió más burlona, más descarada. Se inclinó un poco hacia adelante antes de levantarse con calma y ubicarse a mi lado, como si su paciencia se estuviera agotando.
Naomi: “¿No? Lo vi con mis propios ojos. Y no fue algo que una persona normal podría hacer.”
Mi corazón latía con fuerza en mis oídos.
Stella: “Kross es una persona, Naomi. No importa lo que tú pienses.”
Naomi arqueó una ceja, como si no esperara esa respuesta.
Naomi: “Oh, Stella… ¿acaso sabes más de lo que dices?”
Mi boca se abrió un poco, pero no salió ninguna palabra. Naomi me estudió con precisión.
Naomi: “Porque parece que lo sabes.”
Naomi se inclinó un poco hacia adelante, su voz bajó, pero cada palabra resonó con una frialdad calculada. Sus ojos no parpadeaban, clavados en mí, como si estuviera esperando que me derrumbara bajo la presión de sus palabras.
Me di cuenta de que ahora me estaba mirando desde arriba. Me levanté casi sin pensarlo, con los hombros rectos y la mirada fija en ella.
No podía callarme más.
Stella: “Sé exactamente lo que Kross es, Naomi. Sé lo que pasó en el estacionamiento.”
Naomi se quedó completamente inmóvil.
Stella: “Sé por qué hizo lo que hizo. No es un monstruo, no es una amenaza. Es una persona, alguien que ha pasado por cosas que ni tú ni nadie podrían entender.”
Di un coletazo al piso, sintiendo mi furia alzarse.
Stella: “Y si crees que puedes venir aquí y hablar de él como si lo conocieras, como si supieras algo de lo que ha vivido, estás muy equivocada.”
Naomi se quedó quieta por un momento, su sonrisa desapareció por completo. Sus ojos se estrecharon levemente, pero esta vez, no había sorpresa en su mirada. Solo una confirmación silenciosa, como si todo encajara en su lugar.
Naomi: “Vaya, Stella… me sorprendes.”
Su voz sonó casi complacida, como si hubiera encontrado justo lo que buscaba. No era el tono de alguien desconcertado, sino de alguien que acababa de ganar una pequeña victoria.
Naomi: “Yo solo mencioné un video. Nunca dije qué era lo que mostraba.”
Me congelé. Sus palabras resonaron en mi mente, y de repente, todo cobró sentido. Había caído en su trampa sin siquiera darme cuenta. Me llevé la mano a la boca, como si pudiera retener las palabras que ya habían salido.
Stella (¿Por qué le dije eso?)
Naomi: “Pero tú… acabas de decírmelo todo.”
Su sonrisa regresó, pero esta vez era diferente. No era dulce. Era afilada, satisfecha, como si hubiera desenterrado un secreto que yo había guardado con tanto cuidado.
Naomi: “Así que... ya lo sabías.”
Apreté los puños, sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda. No podía creer lo estúpida que había sido. Había subestimado a Naomi
Naomi: “Sabías lo que puede hacer. Sabías que no es como los demás. Que no es normal.”
Dio un paso hacia mí, y su tono bajó, volviéndose más suave, más persuasivo. Era como si estuviera tratando de seducirme con sus palabras, de llevarme a su terreno.
Naomi: “Eso cambia las cosas.”
No respondí. No podía. Mi mente daba vueltas, tratando de encontrar una salida, una manera de recuperar el control de la situación. Pero Naomi no me dio esa oportunidad.
Naomi: “¿Te das cuenta de lo que significa?”
No apartó la mirada de mí, analizando cada pequeña reacción, cada movimiento. Era como si pudiera leer mis pensamientos, como si supiera exactamente lo que estaba sintiendo en ese momento.
Naomi: “Tienes algo que nadie más tiene, Stella. Tienes a Kross en la palma de tu mano.”
Sentí un nudo en el estómago. Sus palabras eran como cuchillos, clavándose en mi conciencia. No quería escuchar esto, no quería enfrentarme a lo que ella estaba insinuando.
Naomi: “Tú podrías hacer lo que quisieras con él. ¿Y qué haces?”
Sus ojos brillaron con algo que no pude identificar. Era una mezcla de curiosidad, desprecio y… ¿envidia? No lo sabía, pero me hacía sentir incómoda.
Naomi: “Nada.”
No me dejó responder, ni siquiera intenté hacerlo. Sabía que cualquier cosa que dijera en ese momento solo empeoraría las cosas.
Naomi: “Tienes a alguien como él, alguien que podría hacer cualquier cosa por ti, y lo desperdicias. ¿No te das cuenta de lo que posees?”
Su mirada se fijó en mí con intensidad, como si realmente no entendiera cómo podía dejar pasar algo así. Como si no pudiera comprender por qué no aprovechaba la situación.
Naomi: “No sé por qué te resistes tanto. No estoy diciendo que lo uses para algo malo.”
Se inclinó un poco hacia adelante, como quien comparte un secreto. Su voz era suave, casi un susurro, pero cada palabra resonaba en mi mente como un eco.
Naomi: “Solo digo que, si ya lo tienes de tu lado, ¿por qué no aprovecharlo? Imagina lo que podrías lograr, Stella. No eres cualquiera, eres la hija del alcalde. Alguien como Kross en tus manos… eso es poder. Poder real. Podrías usarlo para proteger tu posición, para asegurarte de que nadie te subestime. ¿No crees que tu padre estaría orgulloso de verte tomar el control de algo tan valioso?”
Cada palabra suya se sentía como una espina clavándose en mi pecho. Era como si estuviera tratando de convencerme de algo que yo no quería aceptar, de algo que iba en contra de todo en lo que creía.
Naomi: “No cualquiera tiene una oportunidad como esta, Stella. Hay personas que matarían por algo así.”
Sus palabras se sentían venenosas, impregnadas de una lógica retorcida que no quería entender.
Naomi: “Él no es normal. Lo viste con tus propios ojos, ¿o me vas a decir que aún crees que Kross es solo un chico cualquiera?”
Sentí cómo la ira comenzaba a hervir dentro de mí, pero no dije nada. Podía sentir como mi cola empezaba a dar latigazos al aire cada vez que ella hablaba así.
Naomi: “Mírate. Te alteras cada vez que hablo de él.”
Su voz se volvió más baja, más calculadora. Era como si estuviera disfrutando de mi incomodidad, de mi silencio.
Naomi: “Porque sabes que lo que digo es cierto.”
Sus ojos se entrecerraron con una satisfacción apenas disimulada. Era como si hubiera ganado una pequeña batalla, y ahora estaba esperando a ver cuánto más podía sacar de mí.
Naomi: “O dime, Stella…”
Tomó una pausa, saboreando sus propias palabras.
Naomi: “¿Es que acaso ya caíste en su juego? ¿También te engañó a ti?”
Respiré hondo, tratando de contenerme.
Naomi: “¿Te hizo sentir especial con esa actitud reservada? ¿Te dejó ver un poco más de lo que es para que lo trataras como algo más que lo que realmente es?”
Stella: “Cállate, Naomi.”
Naomi ignoró mi advertencia por completo, siguiendo con ese tono venenoso que me hacía hervir la sangre. Era como si no le importara lo que yo dijera, como si ya hubiera decidido cómo iba a terminar esta conversación.
Naomi: “Él es un recurso, Stella. Alguien con su... capacidad podría ser invaluable. Pero no te hagas ilusiones. Si crees que él siente algo por ti, estás equivocada. Kross no nació para eso. No nació para sentir, ni para amar, ni para ser algo más que lo que es. Nació para ser utilizado, y tú lo sabes.”
Sus palabras me desbordaban, y el concepto de Kross que tenía ella en su cabeza se me hacía insoportable. ¿De verdad podía ser tan despectiva con él?
Naomi: “Pero tú lo dejas ahí, desperdiciándose. Dime, ¿no te parece un poco egoísta? Tienes en tus manos algo que podría ser... increíble.”
Su mirada brilló con un interés que me hizo sentir enferma. Era como si estuviera viendo a Kross como una oportunidad, como algo que podía explotar para su propio beneficio.
Naomi: “Sabes lo que podríamos hacer si él estuviera en las manos correctas. Y también sabes lo que pasaría si ese video que tengo llegara a las autoridades… o si simplemente lo público. ¿Qué crees que le harían a alguien como él? ¿Crees que lo tratarían como a una persona? No, Stella. Lo tratarían como lo que es: una amenaza. Y tú lo sabes.”
Se enderezó un poco más, su expresión ahora completamente seria.
Naomi: “No habría límites.”
Mi respiración se aceleró.
Naomi: “Ninguna persona podría decirte qué hacer.”
Mi cola golpeó el suelo con fuerza. No podía creer lo que estaba escuchando, no podía creer que Naomi estuviera hablando en serio.
Naomi: “No tendrías que seguir órdenes, no tendrías que tratar de ser alguien. Pero en lugar de eso, lo dejas… existir sin más, sin siquiera aprovechar algo de todo ese potencial.”
Las palabras de Naomi me superaban.
Naomi: “Piénsalo bien. Si lo moldeas correctamente, si sabes cómo manipularlo, no se irá de tu lado.”
Su voz se volvió apenas un susurro.
Naomi: “Nunca.”
Se inclinó un poco más, su expresión completamente calculadora, como si estuviera observando la última pieza de un rompecabezas encajar en su lugar.
Naomi: “Porque no tiene a dónde más ir.”
El peso de sus palabras cayó sobre mí como una losa. Sentí la presión en mi pecho aumentar, mi respiración se aceleró sin que pudiera evitarlo.
Naomi: “Porque tú eres lo único que lo mantiene dócil.”
Era como si su voz me rodeara, como si cada palabra se enredara en mi mente, tratando de aplastarme, de hacerme ver su versión de la realidad.
Naomi: “Y si no vas a usarlo… entonces dime…”
Mi cuerpo entero estaba rígido, mis manos apretadas en puños, mi cola golpeando el suelo con una tensión que no podía controlar. Pero ella solo sonrió, con esa calma venenosa que hacía que cada una de sus frases se sintiera aún más asfixiante.
Naomi: “¿Para qué lo quieres?”
Mi garganta estaba seca, pero no de miedo. Era rabia. Una rabia que se acumulaba dentro de mí como un fuego imposible de apagar.
Stella: “¿Para que...? Es simple, es para poder estar a su lado, porque lo quiero cerca, Naomi. No necesito otra razón.”
Mi voz salió con una firmeza que incluso a mí me sorprendió. No sabía de dónde había sacado la fuerza para hablar, pero no podía quedarme callada. Pero Naomi ni siquiera parpadeó. Era como si ya hubiera esperado esta reacción, como si ya supiera lo que iba a decir.
Naomi: “Lo quieres cerca…”
Repitió mis palabras lentamente, como si las estuviera saboreando. Luego, sonrió, pero no era una sonrisa amable. Era afilada, casi burlona.
Naomi: “Con todo lo que él podría hacer por ti, con todo lo que podría dar si se lo pides… y tú solo quieres tenerlo cerca.... Qué desperdicio, Stella.”
Un escalofrío recorrió mi espalda. No quería creerlo, no podía creerlo. Pero Naomi no parecía dispuesta a dejarlo ir.
Naomi: “Es solo una herramienta. Algo que puedes mandar como quieras.”
Mi cola se tensó con furia, golpeando el suelo con fuerza. Sus palabras eran como cuchillos, afilados y fríos, tratando de cortar cualquier conexión que yo tuviera con Kross. Pero no iba a permitirlo. No iba a dejar que ella lo redujera a eso.
Naomi: “Algo que puedes usar a tu merced.”
Sentí un nudo en el estómago, una mezcla de rabia y asco que me quemaba por dentro. ¿Cómo podía hablar de él de esa manera? ¿Cómo podía verlo como algo que solo existía para ser usado? Mi respiración se aceleró, y mis manos temblaron, no de miedo, sino de la ira que intentaba contener.
Entonces, sonrió. Era una sonrisa fría, calculadora, como si ya hubiera ganado. Como si supiera que, tarde o temprano, yo caería en su juego.
Naomi: “Te puedo enseñar a aprovecharlo si no vas a usarlo bien.”
Mi corazón latió con fuerza en mis oídos, ahogando casi todo lo demás. No quería escuchar más. No quería seguir escuchando cómo hablaba de Kross como si fuera un objeto, como si no tuviera sentimientos, como si no fuera alguien real.
Naomi: “Te podría decir cómo ocupar correctamente a Kross.”
No. No. No.
No quería escuchar más. No quería soportar ni una palabra más. Cada sílaba que salía de su boca me hacía sentir más enferma, más enfurecida, más desesperada por hacerla callar.
Ya...
BASTA.
Naomi: “Entonces no sé por qué te—”
No la dejé terminar.
Sin pensarlo, levanté la mano y le di una cachetada. Estaba cansada. Cansada de su tono de superioridad, de su forma de hablar de Kross como si fuera una pieza más en un tablero.
No iba a permitir que lo redujera a eso, no después de todo lo que él había compartido conmigo. El sonido del golpe resonó en el aire, y por un momento, todo se detuvo.
Naomi se quedó quieta, con la mejilla roja y una expresión de incredulidad en su rostro. Yo también me quedé quieta, con la mano aún en el aire.
Fue entonces cuando sentí movimiento a mi lado. Y entonces lo vi, ahí estaba Naser. No tenía idea de cuánto tiempo llevaba ahí ni cuánto había escuchado, pero su expresión de desconcierto lo decía todo.
En un principio, no supo qué hacer, pero después de una breve vacilación, se acercó con cuidado y puso una mano en el hombro de Naomi.
Naser: “Naomi… ¿estás bien?”
Naomi no reaccionó de inmediato. Seguía en su lugar, con la cabeza ligeramente inclinada, su cabello desordenado cayendo por su rostro y sus lentes torcidos. No intentó acomodarlos, ni trató de arreglar su apariencia.
Solo levantó la mano y apartó el brazo de Naser con un movimiento brusco. Cuando volvió a mirarme, su expresión había cambiado: ya no había incredulidad, solo enojo. Pero no era un enojo explosivo, sino uno frío, como si estuviera procesando lo que acababa de suceder.
Naomi: “¿En serio?”
Su voz era baja, casi un susurro, pero cargada de veneno. No parecía estar preguntándome a mí, sino a sí misma, como si no pudiera creer lo que había pasado.
Naomi: “¿En serio me golpeaste? En serio te atreviste a eso...”
Sus palabras no eran una pregunta, sino una afirmación, como si estuviera tratando de convencerse de que lo que acababa de suceder era real. Pero también había algo más en su tono, algo que sonaba casi a desprecio, como si mi acción fuera ridícula, como si no pudiera creer que yo hubiera tenido el valor de hacer algo así.
El calor seguía ardiendo en mi pecho. No me arrepentía de lo que había hecho, no después de lo que acababa de decir. Mi mandíbula se tensó y, sin pensar, solté un grito.
Stella: “¡¡¡Retráctate, espèce de salope!!!”
Naomi entrecerró los ojos, claramente confundida por la última parte, pero ignorándola.
Naomi: “¿Qué?”
Stella: “¡Cómo que ‘qué’! ¿Cómo me atrevo yo? ¡¿Cómo te atreves tú?! ¡Retráctate de lo que dijiste sobre Kross, sale pute!”
Naser parpadeó, su mirada oscilando entre nosotras dos, como si recién estuviera procesando la magnitud de la situación. Sin saber qué más hacer, se metió entre ambas, levantando ligeramente las manos en un gesto de calma.
Naser: “¡Hey, hey! ¡Las dos, tranquilas!”
Pero ninguna lo escuchó. Yo ya estaba harta. Naomi estaba molesta. Y ella no tardó en responderme con ese tono venenoso, como si ella tuviera el derecho de decidir por los demás.
Naomi: “No pienso hacer eso.”
Su respuesta fue inmediata, seca y sin un ápice de duda.
Naomi: “No voy a retractarme, porque lo que dije es verdad.”
Stella: “¡No es verdad, espèce de connasse!”
Naomi soltó una risa baja, carente de cualquier dulzura, ignorando por completo las palabras en francés que no entendía.
Naomi: “Stella, deja de engañarte. Mírate, gritando asta en otro idioma y actuando como si Kross fuera una víctima en todo esto. Pero no lo es. ¿Y sabes qué? Tampoco lo eres tú.”
Naser suspiró con frustración, llevándose una mano al rostro por un momento, pero no dijo nada. Se quedó entre ambas, con la mirada oscilando de una a otra, como si estuviera esperando que alguna de las dos diera un paso atrás. Pero ninguna lo hizo.
Stella: “No sabes nada sobre él, sale garce.”
Naomi: “¿Ah, no? Sé suficiente. Sé lo que es y sé lo que puede hacer. Y tú también lo sabes. Solo que no quieres admitir lo que de verdad es Kross.”
Apreté los puños con fuerza.
Stella: “¡Te dije que te retractes, espèce de traînée!”
Naomi soltó una risa seca.
Naomi: “¡Y te dije que no lo haré!”
Stella: “¡Naomi, ferme ta bouche, sale pétasse!”
Naomi: “Tú sabes que lo que dije es verdad, Stella.”
Naser cerró los ojos un segundo, su exasperación era evidente, pero antes de que pudiera decir algo más a cualquiera de nosotras, una nueva voz interrumpió todo.
Kross[B]: “¿Me pueden decir qué pasó aquí?”
Mi enojo se esfumó de golpe.
Giré la cabeza y ahí estaba Kross con Fang detrás de él. Su expresión era tranquila, pero sus ojos analizaban la situación con esa precisión que siempre tenía, deteniéndose en Naomi, luego en Naser y finalmente en mí.
El instante en que nuestras miradas se cruzaron, sentí que el aire me faltaba. Mi cuerpo se tensó, y toda la rabia, toda la frustración que había estado hirviendo dentro de mí hasta hace unos segundos, desapareció como si nunca hubiera estado ahí.
De repente, la realidad de todo lo que había hecho me golpeó con fuerza.
Kross lo había visto. No sé qué tanto haya visto, pero estaba aquí, delante de mí, observando el desastre en el que me había metido, la persona en la que me había convertido en los últimos minutos.
No podía.
No podía enfrentar su mirada.
No podía enfrentar a Kross después de esto.
El peso de la discusión, el veneno en las palabras de Naomi, la sensación de haber llegado a un punto en el que solo podía seguir gritándole a Naomi, el tratar de defender a Kross, todo este conflicto con Naomi... todo cayó sobre mí de golpe, como una ola que me hundía sin dejarme respirar.
Apreté los pliegues de mi ropa con fuerza, tratando de aferrarme a algo, a lo que fuera, mientras una presión incómoda se asentaba en mi pecho, creciendo más y más… no quería estar aquí.
El ardor en mis ojos llegó antes de que pudiera evitarlo.... no... no podía quedarme.
No con él aquí.
No con todo esto aun pesando sobre mí.
Antes de que alguien más pudiera decir algo, di un paso atrás y luego otro, sentí las lágrimas escapando, deslizándose por mis mejillas antes de que pudiera hacer algo para detenerlas.
Y entonces, sin pensar en nada más, me di la vuelta y empecé a correr. Sin mirar atrás. Sin detenerme. Simplemente me alejé. Tenía que ir a cualquier lado. No podía estar aquí después de lo que acababa de pasar.
...
...
...
Perspectiva de Kross.
No dije nada. No reaccioné de inmediato. Solo me quedé ahí, viendo cómo Stella se daba la vuelta y salía corriendo, llorando. Sentí algo en el pecho, algo que no supe identificar de inmediato. Mi mirada bajó apenas, viendo sus huellas desdibujarse en la tierra del parque mientras se alejaba cada vez más.
Red: (…Mierda.)
Blue: (Esto no está bien.)
Pero no tuve tiempo de procesarlo. Respiré hondo y levanté la cabeza, enfocándome en la escena que tenía delante.
Naomi aún estaba con la mejilla roja, pero esta vez no había ni rastro de su máscara perfecta. No la había visto así antes. No con esa expresión de rabia pura estando con otras personas, sin la dulzura ensayada de siempre.
Naser, en cambio, parecía simplemente perdido. Mi mandíbula se tensó. No sabía qué mierda acababa de pasar aquí, pero tenía una idea de por dónde iban los tiros.
Mis ojos se fijaron en Naomi. Sentí la rabia acumulándose en mi pecho, la frustración de no saber exactamente qué ocurrió, pero sí lo suficiente como para sacar una conclusión obvia.
Red: (Ve y mírala a los ojos, a ver si sigue con esa puta actitud.)
Blue: (No me lo tienes que repetir.)
Di un paso. Solo uno. Pero antes de que pudiera avanzar más, sentí una mano firme en mi hombro, sentía como estaba ejerciendo más fuerza para pararme. Me giré levemente y vi a Fang.
No dijo nada de inmediato, pero sus ojos hablaban por sí solos. No estaba relajada, no estaba burlona como siempre. Su expresión estaba tensa, como si midiera bien lo que estaba por decir.
Fang: “Cálmate.”
No aparté su mano, pero tampoco me quedé sin decir nada.
Kross[B]: “Fang, yo—”
Fang: “No.”
O eso creí porque me cortó antes de que pudiera continuar.
Fang: “Mira, haz lo que quieras después, pero ahora mismo, Stella se fue llorando como si todo se le hubiera derrumbado. No sé qué mierda pasó, pero tú sí puedes alcanzarla.”
Su agarre en mi hombro se aflojó apenas, como si estuviera cediendo el control, pero sin soltarme del todo.
Fang: “Yo veré qué le pasa a la zorra esta.”
Sus palabras tenían filo. No estaba solo tratando de calmarme, también tenía claro qué hacer. Pero algo estaba raro. No en sus palabras, ni en su tono, sino en la manera en que evitaba mirarme directamente, en cómo su cola se había tensado por un segundo antes de volver a moverse con aparente normalidad.
No podía decir qué era, pero algo estaba ahí. Dudé, mi mirada oscilando entre Naomi y Fang mientras mis pensamientos chocaban en mi cabeza.
Red: (Joder, no quiero dejarlo así.)
Blue: (Yo tampoco, pero Fang tiene razón.)
Red: (Ok... por Stella entonces.)
Exhalé por la nariz, conteniendo la frustración que hervía dentro de mí. Al final, le di un leve asentimiento a Fang antes de girarme por completo.
Kross[B]: “Gracias.”
Fang alzó una ceja, su expresión mezclando curiosidad y escepticismo.
Fang: “¿Por qué?”
Kross[B]: “Por evitar que hiciera una estupidez.”
Ella chasqueó la lengua, como si no quisiera tomárselo en serio, pero esta vez no hubo burla en su gesto, solo algo más… contenido.
Fang: “... Me lo pagarás después, bobo.”
Su tono parecía ser el mismo de siempre, pero la manera en que lo dijo.... No respondí, solo dejé escapar una exhalación corta antes de enfocarme en lo que debía hacer.
Antes de irme, volví la vista una última vez hacia la parasaurio.
Kross[B]: “Naomi…”
La llamé por su nombre sin alzar la voz, sin añadir nada más. Su enojo seguía ahí, pero en cuanto nuestros ojos se encontraron, todo cambió. Su expresión se tensó. Su cuerpo también. Porque entendió lo que mi mirada le decía. No le dije una palabra. No tenía que hacerlo.
Y sin perder más tiempo, giré sobre mis talones y salí corriendo en la misma dirección en la que Stella había desaparecido. Tenía que alcanzarla.
Red: (No pudo haber llegado muy lejos.)
Blue: (Estaba llorando cuando se fue. No tenía la mente para correr sin rumbo.)
Red: (Entonces, ¿dónde mierda está?)
Ya estaba fuera del parque, pero no veía rastro de Stella. Había muchas calles, demasiadas direcciones por donde pudo haberse ido.
No podía perder tiempo buscando a ciegas.
Rápidamente, sin que nadie me viera, me metí en un callejón cercano y, con un movimiento ágil, me impulsé contra la pared y trepé hasta la azotea del edificio.
Desde ahí, todo era más claro. Cerré los ojos por un segundo y me concentré.
Escuché.
Filtré los sonidos de la ciudad, ignoré los murmullos lejanos, el tráfico, las voces sin importancia. Buscaba algo más. Y por un instante...
...???
Algo no encajó.
Una sensación extraña, una ligera presión en el aire, casi imperceptible. Como si hubiera presencias en lugares donde no debería haber nadie. Abrí los ojos de inmediato en una de las direcciones, pero esa presencia desapareció.
Blue: (Eso fue raro...)
Red: (Aunque fue extraño no podemos perder el tiempo ahora.)
Blue: (Tengamos cuidado, pero es cierto. Stella es prioridad.)
Volví a concentrarme y creo que descubrí algo... o mejor dicho a alguien.
Eran pasos lentos junto a una respiración pesada junto a un ligero temblor en cada exhalación, como si estuviera intentando calmarse después de haber llorado.
La había encontrado. No estaba del todo seguro, pero no iba a dudar. Eran demasiadas coincidencias en una sola persona.
Me moví de inmediato.
Salté al siguiente techo, manteniendo el ritmo sin perder el enfoque. El lugar por donde me movía ya no era la zona donde habíamos estado buscando el local para Fang. Se notaba la diferencia. Aquí las calles eran más angostas, las fachadas menos cuidadas. La gente que pasaba no se veía del mismo tipo que en las áreas más concurridas.
Era un barrio más... humilde. No al nivel de Skinrow, este ligar era muchísimo mejor
Y ya estaba cerca.
Desde la altura, finalmente la vi.
Stella estaba apoyada contra la pared de un edificio, la cabeza baja, los brazos cruzados sobre su pecho, todavía con la respiración entrecortada.
Pero no estaba sola.
Dos tipos estaban con ella. Un Triceratops y un Anquilosaurio. Este último no era como Rosa. Su cola tenía la clásica bola de hueso en la punta. No me gustó la forma en que se acercaban y tampoco me gustó la forma en que Stella tembló al verlos.
Triceratops: “¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este?”
Anquilosaurio: “Te ves como si hubieras tenido una pelea con tu novio… ¿Por qué no vienes con nosotros un rato?”
Triceratops: “Sí, podríamos animarte un poco.”
Stella no respondió. Pero su cuerpo se encogió un poco más.
No tuve que ni pensarlo.
Salté del edificio, cayendo junto a ellos, aterrizando en el suelo sin esfuerzo. El impacto hizo que ambos se giraran de golpe. Sus expresiones pasaron de la sorpresa a la molestia en cuestión de segundos.
El Anquilosaurio fue el primero en hablar.
Anquilosaurio: “¿Qué mierda quieres, skin—?”
Kross[B]: “Lárguense.”
El Triceratops resopló, cruzándose de brazos.
Triceratops: “No te metas en esto, flacucho. No quieres problemas con nosotros.”
Blue: (Red, probemos eso un momento.)
Me mantuve firme. Y sin perder un segundo junto a Red hicimos lo que habíamos practicado, aunque fueran meros segundos. Fueron suficientes.
Red: (Eh dicho...)
Kross: “Eh dicho... L̶̢̩̲̀́̄̕͠͝a̵̱͍͕̞͉͈̘̯͚͙̎͒̈́͂͋̚ṟ̶̲̤̬͇̼̗̦͚́̅̀̊̈́̏̚͝ģ̸̛̮̹̖̼̫̯̙̄̾͑̒̉͠͝ö̸̙̖͓̬̮́̀̇́̿͘͠.”
Blue: (Eh dicho...)
Esta vez, mi voz sonó diferente. El efecto fue inmediato. Sus cuerpos se tensaron, sus ojos se abrieron apenas, y cualquier resto de arrogancia se desvaneció en un instante. Y al ser apenas unos pocos segundos solo me sentí un poco cansado.
No tuve que decir nada más. No hubo que hacerlo. Ambos dinos se dieron la vuelta y salieron corriendo.
No me moví de inmediato. Stella tampoco. Podía verla ahí, aún apoyada contra la pared, con la cabeza gacha y el cuerpo tenso. No me miraba. Ni siquiera parecía estar respirando con normalidad. Y entonces noté su cola, enroscada en su propia pierna, como si intentara esconderse de todo, incluso de mí.
Blue: (No quiere que la veamos así.)
Red: (Claro que no, idiota. ¿No ves cómo esta?)
Blue: (No podemos dejarla sola…)
Red: (Obvio que no... solo... con cuidado.)
Intenté pensar en qué hacer, en qué decir, pero no tenía una respuesta lista. No había una lógica que seguir o poder usar simples palabras, ni una estrategia para solucionar esto.
Así que avancé. Con cuidado. No hice movimientos bruscos ni intenté hablar de inmediato. Solo acorté la distancia entre nosotros, hasta que estuve lo suficientemente cerca como para que me sintiera ahí sin invadir su espacio.
Kross[B]: “Stella…”
Mi voz fue baja, calmada, casi un susurro que intentaba no asustarla. Ella se encogió apenas, como si su cuerpo reaccionara antes que su mente. No respondió. No levantó la mirada. Su respiración seguía entrecortada y pesada, como si cada inhalación le costara un esfuerzo enorme. No era miedo… era algo más. Vergüenza.
Stella: “Perdón…”
Red: (Que, ¿Por qué se disculpa?)
Blue: (No la presiones... Dale tiempo.)
Fue un murmullo. Pequeño, casi quebrado, como si las palabras le pesaran demasiado.
Stella: “Yo... no quería que me vieras así.”
No pude evitar fruncir el ceño, confundido por sus palabras... ¿Así de vulnerable?
Kross[R]: “¿Así cómo?”
Stella apretó más las manos contra su pecho, y su cola se tensó de nuevo, como si intentara protegerse de algo invisible.
Stella: “Así…”
Su voz era apenas un susurro, tan frágil que parecía que se rompería al menor contacto.
Stella: “Así de… patética.”
El peso en mi pecho se hizo más fuerte, como si sus palabras me hubieran golpeado directamente. No podía entender por qué se veía a sí misma de esa manera.
Red: (¿Patética? ¿De qué habla?)
Blue: (No lo entiendes, Red. Se siente... expuesta... o eso creo.)
Red: (¿Y qué le dirás?)
Kross[B]: “No lo eres...”
Red: (Dios mío)
Blue: (Es difícil, tú no hubieras dicho nada mejor.)
Stella dejó escapar una risa seca, sin humor, como si mis palabras fueran un chiste que solo ella entendía.
Stella: “Lo dices porque no sabes qué otra cosa decir.”
No lo negué. Porque tenía razón. No sabía qué decir. No estaba acostumbrado a este tipo de situaciones, a ver a alguien tan vulnerable, especialmente a Stella. No sabía cómo arreglar esto. No era mi fuerte.
Red: (Pues di algo, imbécil. No te quedes callado.)
Blue: (No es tan simple. No quiero empeorarlo... mejor aceptemos.)
Kross[B]: “Tal vez... tengas razón.”
Stella levantó un poco la cabeza, sorprendida por mi sinceridad. Sus ojos, aún brillantes por las lágrimas recientes, me miraron con una mezcla de incredulidad y curiosidad.
Kross[R]: “No soy bueno con esto, Stella.... No sé qué esperas que diga.”
Tragué saliva, sintiendo cómo la tensión en el aire se hacía más densa.
Kross[R]: “Solo sé que... no..., creo saber que no tienes que disculparte.”
Ella no respondió de inmediato. Su cola se movió apenas, pero seguía enroscada en su pierna, atrapada en su propio agarre. Sus manos estaban apretadas contra su pecho, y su respiración aún era inestable, como si luchara por mantener el control.
Red: (¿Por qué no dice nada? ¿Le dije algo malo?)
Blue: (No, solo necesita procesarlo. Pero... necesitamos saber que paso.)
Red: (No lo sé, ¿Y si recordarle eso empeora las cosas?)
Blue: (Es una apuesta.)
Kross[B]: “¿Qué pasó, Stella?”
Mi voz fue más baja de lo que esperaba, casi un susurro que intentaba no romper el frágil equilibrio entre nosotros.
Kross[B]: “¿Por qué huiste?”
Ella se encogió un poco más, como si mis palabras la hubieran tocado en un lugar sensible. Por un momento, pensé que no iba a contestar. Pero lo hizo.
Stella: “Naomi…”
Su voz se quebró apenas al pronunciar su nombre, como si solo mencionarla le causara dolor.
Stella: “Dijo cosas… cosas sobre ti. Desagradables.”
Sentí mis garras salir lentamente mientras tensaba mis manos, sintiendo cómo la ira comenzaba a hervir dentro de mí. Algo denso se instaló en mi pecho, un nudo que no podía ignorar.
Red: (¿Qué mierda le dijo esa bruja?)
Blue: (Cálmate, Red. Yo también quiero saltarle a Naomi, pero no es el momento. Ahora solo importa una cosa)
Red: (... solo una.)
En estos momentos ella era lo único que nos importaba ahora.
Kross[B]: “¿Qué cosas...dijo?”
Ella bajó la mirada, como si no quisiera verme a los ojos mientras decía esto. Apretó más sus manos contra su pecho, y cuando habló, su voz tenía un filo de rabia contenida, como si recordarlo la enfureciera de nuevo.
Stella: “Dijo que… no eras normal. Que no eras una persona.”
Se detuvo un segundo, como si necesitara recuperar el aliento antes de continuar. Sus ojos brillaban por la humedad de las lágrimas recientes, pero esta vez no dejaron caer ninguna.
Stella: “Que eras peligroso.”
Mi mandíbula se tensó, sintiendo cómo la ira se acumulaba en mi interior.
Stella: “Que no eras como los demás. Que eras solo una herramienta.”
El nudo en mi pecho se apretó más, como si sus palabras me estuvieran ahogando.
Stella: “...Un recurso.”
Mis garras se clavaron en mis palmas, sintiendo cómo la piel cedía bajo la presión. Me obligue endurecer la piel de mi palma y a acelerar mi regeneración para asegurarme que no se abra una herida
Red: (Hija de puta. ¿Cómo se atreve?)
Blue: (Haber si le gusta que esta herramienta se rebele un poco.)
Stella tragó saliva, como si le costara seguir. Su voz tembló un poco más, pero esta vez no se detuvo.
Stella: “Y que yo… que yo te controlaba.”
No reaccioné. No podía. Mis pensamientos estaban en blanco, incapaces de procesar lo que estaba escuchando.
Red: (¿Qué...?)
Blue: (¿Qué...?)
Stella: “Que… me enseñaría a usarte.”
…
…
No dije nada. No pude. Mis palabras se habían quedado atrapadas en mi garganta, incapaces de salir.
Red: (¿Y ahora...?)
Blue: (Solo... escucharla.)
Stella tomó aire con dificultad, como si cada palabra que decía la estuviera desgastando.
Stella: “No podía soportarlo, Kross.”
Su voz tembló, y esta vez no pudo evitar que una lágrima escapara de sus ojos.
Stella: “No podía dejar que hablara de ti así.”
Otra pausa. Otro nudo en su garganta.
Stella: “Me hizo sentir tan… furiosa. Todo escaló muy rápido.”
Sus manos temblaron, como si recordar la escena la estuviera afectando de nuevo.
Stella: “Y entonces…”
Se mordió el labio, como si dudara en continuar.
Stella: “La golpeé.”
No sé por qué, pero me sorprendió la forma en la que lo dijo. Como si… se sintiera culpable. Como si no pudiera creer que había llegado a eso.
Stella: “Le grité.”
Tragué saliva, sin saber muy bien qué decir. Mis pensamientos chocaban entre sí, incapaces de encontrar una respuesta adecuada.
Red: (Bueno, al menos le dio en la jeta. Algo es algo.)
Blue: (No ahora, Red. Stella se siente mal por eso.)
Red: (...)
Kross[B]: “No tienes que... justificarte por eso.”
Ella cerró los ojos con fuerza, como si intentara contener algo dentro de ella. Sus manos se apretaron más contra su pecho, y su respiración se volvió aún más irregular.
Stella: “No quería que me vieras así… enojada, llorando…, huyendo. No quería que pensaras algo de mi.”
Kross[R]: “¿Y qué importa eso?”
Stella parpadeó, como si no esperara esa respuesta. Sus ojos se abrieron un poco más, y por un momento pareció que no sabía cómo reaccionar.
Stella: “¿Qué?”
Sentí una punzada de incomodidad en el pecho, dándome cuenta de que mis palabras podían no haber sido las correctas.
Red: (Ok, eso sonó mal.)
Blue: (La cagaste.)
Kross[B]: “No, o sea… no es que no importe…”
Me pasé una mano por la nuca, desviando la mirada un segundo. Sentía que estaba arruinando todo, pero no podía dejar de hablar.
Kross[R]: “Lo que quiero decir es que… no cambia nada.”
Stella no reaccionó de inmediato. Su expresión era difícil de leer, y eso solo me puso más nervioso.
Kross[B]: “No porque… estés así ahora o el cómo te vi antes significa que…”
Frustrado, exhalé por la nariz, sintiendo cómo la tensión se acumulaba en mi cuerpo.
Kross[R]: “…Significa que te veo o pienso diferente.”
Silencio. No estaba seguro de si eso había sonado mejor o peor. Stella bajó la mirada, sus manos apretando un poco más los pliegues de su falda.
Red: (Díselo mejor por la mierda, Blue.)
Blue: (No lo pienses tanto y dilo, Red.)
Tomé aire, intentando ordenar mis pensamientos antes de hablar de nuevo.
Kross[B]: “No te veo de otra manera por esto.”
Sus hombros se movieron apenas, como si estuviera procesando mis palabras.
Kross[R]: “Si lloraste, si gritaste, si… si huiste… que... ¿qué hay con eso?”
Me crucé de brazos, sin dejar de verla. Sentía que necesitaba que entendiera esto, que necesitaba que supiera que no la juzgaba.
Kross[R]: “Sigues siendo tú.”
Kross[B]: “La misma chica que... decidió apoyarme.”
Esta vez, sí noté su reacción. La forma en que parpadeó un poco más rápido. La manera en que su cola, aún enroscada en su pierna, se tensó apenas. Pero no dije nada más. No lo necesitaba. Porque, en este momento, ambos.... Yo... tenía una sola verdad en la mente.
Kross[B]: “No tienes que alejarte, Stella…”
Kross[R]: “…sabes que puedes contar conmigo para lo que sea…”
Kross: “…estoy aquí…”
Sin pensarlo, sin que mi cuerpo me lo pidiera, la abracé. Fue un gesto instintivo, como si algo dentro de mí supiera que era lo que ella necesitaba en ese momento. Stella no se resistió. Al contrario, su cuerpo se relajó contra el mío, y su cabeza descansó en mi pecho.
Kross: “...para ti.”
Stella no respondió de inmediato, pero noté cómo su cuerpo se relajaba un poco más. Su respiración ya no era tan agitada, y sus lágrimas habían dejado de caer. Ahora estaba apoyada en mi pecho, y ya no parecía tan frágil como antes.
De repente algo me tomo por sorpresa, Stella... soltó una risa baja, casi imperceptible, pero lo suficiente como para que la sintiera vibrar contra mí.
Stella: “Se nota que no sabes qué decir, que te cuesta hablar en estas situaciones...”
Kross[B]: “¿A qué te refieres?”
Ella levantó un poco la cabeza, sus ojos celestes brillando con un destello de complicidad, aunque aún cargados de emociones.
Stella: “Tus ojos… cambiaron varias veces de color.”
Me quedé quieto, sorprendido por su observación.
Kross[R]: “Ya deberías estar acostumbrada a eso... y más si ninguno sabe que decir”
Stella sonrió débilmente, como si mi respuesta fuera predecible.
Stella: “Sí, pero... es diferente esta vez. Con lo último que dijiste...”
Kross[B]: “¿Diferente?”
Ella asintió levemente, pero sonrojándose al recordar mis palabras, su voz bajando a un susurro.
Stella: “Cuando dijiste eso… que siempre estarás para mi… ambos ojos tenían color.”
Me quedé en silencio, procesando sus palabras. Ambos ojos… ¿Azul y rojo al mismo tiempo?
Red: (¿Qué? ¿Eso es posible...? ¿Así sin más?)
Blue: (No lo sé… la única vez que pasa eso es cuando ambos estamos al mando... ¿Como...?)
Pero antes de que pudiera pensar más en ello, Stella habló de nuevo, su voz suave pero firme.
Stella: “... ¿Podemos quedarnos así un rato más?”
No dudé. No lo pensé. Le acaricié el pelo con calma, sintiendo cómo de a poco la tensión de su cuerpo desaparecía.
Kross[B]: “El tiempo que necesites, Stella.”
Y no hubo más que decir...
...
......
.........
En un tejado de un edificio de Volcadera.
Desde la cima de un edificio lejano, una figura observaba con atención. No estaba cerca, no lo suficiente como para ser detectado a simple vista. La distancia era clave. Y gracias a la tecnología que llevaba consigo, eso no era un problema. Desde su posición, a más de 1 kilómetro de distancia, Acus no podría notar su presencia.
A través de un visor de largo alcance, seguía cada uno de los movimientos de su objetivo. Su vestimenta no llamaba la atención, pero cada pieza estaba cuidadosamente diseñada para la movilidad y el sigilo. No era alguien improvisado.
Llevó una mano a su oído y activó un pequeño dispositivo de comunicación. Su voz, grave y firme, resonó en el canal.
¿?1: "No hay riesgo de ser detectados en este momento. Por favor, verifiquen y confirmen la situación actual del objetivo."
El canal permaneció en silencio por un instante antes de que una segunda voz respondiera. Esta vez, era una voz más aguda, con un tono claro y directo.
¿?2: “Acus está en la mira.”
Otra voz se sumó, con un tono bajo y monótono, casi susurrante.
¿?3: “No está solo. Tiene una Stego con él. Antes de esto, espantó a un Anquilosaurio y un Triceratops.”
Un cuarto observador, ubicado en otra zona estratégica, preguntó sin rodeos. Su voz era áspera, con un tono que cortaba el aire como un cuchillo.
¿?4: “¿Nos preparamos para la captura?”
El primero en hablar no tardó en responder, su tono firme y claro.
¿?1: “Negativo. Hay demasiada gente a los alrededores y estar a la luz del día no ayuda. Necesitamos que esté mayormente solo, sin demasiados testigos cerca.”
Hubo una breve pausa antes de que una quinta voz interviniera, más tranquila, pero con un tono suave y calmado. Era una voz femenina, clara y distinta.
¿?5: “Entonces esperemos. Se hará más fácil cuando anochezca.”
¿?1: “Buena sugerencia… Pero si en algún momento su entorno queda despejado de testigos, no importa si no está solo. Nos encargaremos de los demás.”
Con eso, la comunicación terminó.
Desde distintos puntos y a una distancia segura, cinco sombras mantenían su vigilancia. Los visores térmicos y de rastreo aseguraban que no perderían de vista a su objetivo. No harían nada precipitado, no arriesgarían la misión por un descuido.
Solo observaban.
Solo esperaban.
Cualquier oportunidad, cualquier movimiento en falso… y actuarían.
Fin del capítulo.
Notes:
Bueno, aquí esta la segunda parte, dios que reescribí varias veces la conversación de Naomi y Stella. sin mencionar las cosas que le decía Kross a Stella, pero bueno, a lo menos ahora están mejor... por ahora.
El siguiente capitulo esta en su mayoría listo, será un Neo vs Surge y otras cosas del grupito CHNO, poco y nada sale Kross. Nuevamente no tengo curiosidades, pero en el próximo serán curiosidades del arma y otra cosa que hará Neo.
Nada mas que añadir, mis recomendaciones como siempre a los fics creados por SrSenior el dios de Abe, a los de Dardragun707 Creador de Ivar en su mundo autista y a Dean el vaquero heterosexual por opcion, a los de Patata (Patata_Yazov) las estrellas me hablaron y me dijeron que probablemente saca capitulo del Psicotico de Cesar pronto. Y al de Xomy90 con los hermanos.
Nos vemos, Bye :D
Chapter 18: La hormiga atómica
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Abe. Día de la salida de Kross.
Después de tanto esfuerzo Neo finalmente reaccionó. Desde que esa pequeña pulga atómica decidió que, tal vez, no estaba tan rota como todos pensaban. Y, por alguna razón, decidió que yo era la persona en quien aferrarse. No sé si debería sentirme halagado o preocupado. Probablemente ambas cosas.
Después de ese día, las cosas cambiaron. No de golpe, no de una manera dramática, pero cambiaron. Neo empezó a ser más... expresiva. No con palabras, claro, porque eso sería pedir un maldito milagro.
Pero con gestos, con movimientos, con esa cola que antes parecía estar pegada al suelo y ahora se movía con más frecuencia. Y, por supuesto, con esas miradas. Esas malditas miradas que parecían decir más de lo que cualquier palabra podría.
Y eso me llevó a donde estoy ahora: en la oficina del Doc, escuchando cómo me explicaba que, después de todo este tiempo, él y sus asistentes no habían podido avanzar con Neo. No importaba lo que intentaran, no importaba cuántas veces trataran de acercarse. Ella no les permitía hacer nada. Hasta que yo entré en la ecuación.
Bartholomew: “No sé qué hiciste, pero funciono. Neo reacciona contigo. No con nosotros, no con nadie más. Solo contigo.”
Abe: “¿Y qué quieres que haga con eso? ¿Qué me quede aquí todo el día para que le sigan haciendo checkeos?”
Bartholomew negó con la cabeza, casi como si estuviera decepcionado de que no entendiera su punto.
Bartholomew: “No es eso, Abe. Lo que quiero decir es que, gracias a ti, pudimos avanzar con su evaluación, solo pudimos hacerles un par de pruebas al estar aun inconsciente, cuando despertó no pudimos hacer ningún avance, fue gracias a ti lo logramos.”
El Doc se ajustó sus gafas y le dio un sorbo a lo que contenía su termo
Bartholomew: “En pocos días, pudimos confirmar que Neo está completamente bien. Físicamente, al menos. Mentalmente... bueno, eso es otra historia. Pero está bien. Está estable.”
Abe: “¿Y? ¿Qué sigue?”
Bartholomew se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en su escritorio desordenado.
Bartholomew: “Esa es la pregunta, Abe. ¿Qué hacemos con ella? No puede quedarse aquí para siempre. Esto no es un lugar para alguien como ella. No es justo mantenerla encerrada entre estas cuatro paredes. Necesita algo más. Alguien más.”
Abe: “¿Y qué sugieres? ¿Qué me la lleve conmigo? ¿Con Cass y Surge? Sabes cómo somos los tres. Somos un caos andante.”
Bartholomew: “Sí, lo sé. Pero Neo se ha encariñado contigo. Y, aunque no lo admitas, tú también te has encariñado de ella.”
No dije nada. No podía negarlo. No del todo. Pero tampoco iba a admitirlo tan fácilmente. Claro que me había encariñado con esa pequeña hormiga, pero no era algo que quisiera discutir con el Doc.
Abe: “Está bien, aceptaré la sugerencia. ¿Cuándo podrá irse?”
Bartholomew: “Inmediatamente, si así lo quieres.”
Abe: “Necesitaré primero ir a comprarle ropa. No creo que sea buena idea llevarla en bata de hospital.”
El Doc sonrió y, sin decir nada, me alcanzó una bolsa. La abrí y vi que contenía ropa, además de que parecía estar modificada para híbridos. Me quedé mirándolo, extrañado.
Abe: “¿Tenías planeado que me la llevara desde el principio?”
El doctor tenía una sonrisa traviesa cuando me respondió
Bartholomew: “No tengo idea de qué hablas.”
Lo miré con escepticismo, pero decidí no insistir. Tomé la bolsa y me dirigí hacia la habitación de Neo.
Al entrar, la encontré sentada en la cama, con las piernas cruzadas y la mirada fija en la ventana. Pero en cuanto me vio, algo cambió. Su postura se relajó, y su cola se movió ligeramente, como si estuviera esperándome.
Abe: “Hola, Pulga. Parece que tenemos que hablar.”
Neo me miró, y sus ojos transmitieron esa mezcla de curiosidad y preocupación que solo ella podía expresar y su cola se movió apenas sobre la cama.
Abe: “El Doc dice que estás bien. Que no hay nada malo contigo. Pero no puedes quedarte aquí para siempre. Así que, si no tienes objeciones, te vendrás conmigo.”
La manera en que sus dedos se aferraron a la sábana, la ligera tensión en sus hombros, la forma en que su respiración se mantuvo contenida por un instante antes de exhalar más despacio… No hacía falta que dijera nada. Su respuesta estaba en cada pequeño gesto.
Abe: “No será fácil. Pero prometo que no te dejaré sola. Nunca más. Además que enserio pareces una pulga de lo apegada que estas conmigo.”
Su cola se enroscó alrededor de mi brazo, y su mirada me dijo todo lo que necesitaba saber. Ella confiaba en mí. Y yo, aunque no lo admitiera en voz alta, también.
Abe: “Por fin dejaremos estas cuatro paredes. Y te tengo un regalo para eso.”
Le pasé la bolsa con la ropa. Antes de dejar la habitación para que Neo se cambiara, me detuve y la miré directamente.
Abe: “Esto tiene que ser decisión tuya, ¿entiendes? No porque alguien más lo haya dicho. Así que... ¿Quieres irte de aquí conmigo?”
Neo se quedó pensando por un momento, y luego asintió con una expresión clara y un gesto que no dejaba lugar a dudas. Su cola se movió con más energía, y sus ojos brillaron con algo diferente. Algo nuevo.
Abe: “Bien. Esperaré afuera. Sal cuando estés lista.”
Cerré la puerta detrás de mí y me apoyé contra la pared, cruzándome de brazos. Había sido más fácil de lo que esperaba. Pero mientras esperaba, un sonido extraño vino desde dentro de la habitación.
No era algo común. No era el crujido de la cama, ni el roce de la tela al vestirse. Era algo más... algo que no encajaba con lo que se suponía que estaba haciendo.
Fruncí el ceño.
Abe: (¿Qué carajo fue eso?)
Antes de que pudiera decidir si preguntar o abrir la puerta, esta se abrió.
Neo salió al pasillo.
Apenas la vi, mis pensamientos se detuvieron por un segundo.
Abe: (…¿Y esta ropa de dónde mierda salió?)
No tenía ni idea de qué había hecho ahí adentro ni de cómo, pero la ropa que llevaba puesta no era la que Bartholomew le había dejado.
Neo vestía una chaqueta marrón chocolate con un interior rosa y tirantes de cinturón marrones. Las costuras de la chaqueta tenían botones grises. También llevaba una bufanda gris y un top blanco estilo chaleco. Sus mangas son desmontables y eran del mismo color que su chaqueta y tenían detalles en rosa. Además, tenía puestos unos pantalones de cuero blancos con un cinturón del mismo color junto a unas botas negras y blancas con detalles recortados.
Abe: “…No tengo ni puta idea de qué hiciste ahí adentro, pero te queda bien, Pulga.”
Neo ladeó la cabeza con una leve sonrisa, como si lo tomara como un cumplido, y luego hizo un pequeño gesto con la mano, señalando hacia adelante.
Abe: “¿Lista?”
Ella asintió, pero cuando abrí la boca para continuar, su postura cambió en un instante.
Abe: “Antes de irnos, tenemos que pasar por la oficina del Doc para terminar con esto.”
Neo se tensó. No fue sutil. Su cuerpo se puso rígido, sus manos se apretaron en los bordes de su chaqueta y su mirada se volvió más cautelosa.
Abe: (Mierda.)
Suspiré, rascándome la nuca.
Abe: “Tranquila. No va a hacer nada. Solo es papeleo.”
Ella no pareció convencida.
Abe: “Mira, Pulga, si quisiera joderte, ya lo habría hecho. Pero no lo hizo. No es como esos idiotas. El Doc es de fiar, yo ya perdí las veces que me tuvo que revisar para estar seguro que no estaba muerto.”
Sus labios se presionaron con fuerza, y por un momento, pareció debatirse entre quedarse ahí o simplemente dar media vuelta.
Abe: (Vamos, Pulga. No la cagues ahora.)
Levanté una ceja.
Abe: “Si de verdad no quieres, podemos buscar otro plan… pero dime, ¿quieres quedarte aquí o quieres salir?”
Neo parpadeó un par de veces y luego, lentamente, exhaló por la nariz. Su cuerpo se relajó apenas, y tras un par de segundos, su cola se movió una vez, como si estuviera quitándose la tensión de encima.
Finalmente, hizo un leve gesto con la cabeza.
Abe: “Bien. Vamos a terminar con esto.”
Y sin decir más, empezamos a caminar. Cuando llegamos a la oficina del Doc, su expresión fue… única.
No era fácil sorprender a alguien como él, pero en cuanto sus ojos se posaron en Neo y su nueva ropa, levantó una ceja con el más mínimo atisbo de desconcierto. No tardó en recomponerse, pero por un momento, se notó que no esperaba verla así.
Abe: (Sí, Doc, me pasó lo mismo.)
Decidí no pensarlo más. No había forma de que descubriera cómo carajo lo había hecho, y tampoco iba a preguntarle.
El Doc no comentó nada al respecto. Solo le dirigió a Neo una mirada neutra antes de agradecerle por su cooperación en todo el tiempo que estuvo bajo su cuidado. Dijo que lamentaba si en algún momento se había sentido incómoda con él o con cualquiera de sus asistentes y que entendía que, en una situación como la suya, era completamente normal.
Abe: (Bueno, al menos no es un idiota completo.)
Para terminar, le dejó en claro que, si en algún momento necesitaba asistencia médica o había algún incidente, podía regresar sin problema. También mencionó que tal vez sería bueno que volviera para algunos chequeos en el futuro, pero fuera de eso, no había más que discutir.
Y con eso, quedamos oficialmente libres.
Al salir del edificio, solté un suspiro y me dirigí a donde había dejado la moto.
Abe: (Y otra vez, Surge, te la saqué sin permiso. Algún día aprenderás a esconder mejor las llaves.)
Sin perder más tiempo, me subí y le hice un gesto a Neo.
Abe: “Arriba, Pulga. Nos largamos.”
Neo no tardó en reaccionar. Con un movimiento rápido, se acomodó detrás de mí sin necesidad de indicaciones. Se sujeto con firmeza, pero sin apretar demasiado. En cuanto estuve seguro de que estaba lista, giré la llave y aceleré.
Abe: (Ahora que lo pienso, podría llevarla a la oficina de detectives… sería lo más lógico. Dejarla ahí, esperar a que lleguen Cass y Surge, planear los siguientes pasos. Qué aburrido.)
Giré la cabeza levemente, sintiendo la presión de las manos de Neo en mi chaqueta mientras conducía.
Abe: (Nah. Mejor les hacemos una visita primero, no creo que se enojen tanto. Aparte aprovecho de confirmar algo con Neo.)
Neo no preguntó nada—como si pudiera—pero su postura me dijo que estaba atenta.
El viaje no tomó mucho tiempo.
Cuando llegamos, aparqué la moto en un espacio de un garaje que parecía destinado a vehículos de dos ruedas. El edificio frente a nosotros no tenía nada fuera de lo común. Desde afuera, parecía una tienda común y corriente. Algo entre ferretería, tienda de segunda mano o esas porquerías de antigüedades.
Abe: (Todo muy normal. Justo como debe ser.)
Entramos.
Detrás del mostrador, un viejo estaba en su posición de siempre. Pelo corto, canoso, un cigarro a medio consumir colgando de la boca y la misma expresión de "me importa una mierda" de toda la vida.
Abe: “¿Qué hay, Chuck?”
Apenas hable, sus ojos se movieron de mí a Neo, señalándola con un ligero movimiento de cabeza. Sin decir nada, le hice un gesto para dejarle claro que la enana venía conmigo.
Chuck miró a Neo por un par de segundos, luego se encogió de hombros y siguió con lo suyo.
Abe: (Sí, lo mismo de siempre.)
Sin perder tiempo, le hice otro gesto a Neo para que me siguiera. Atravesamos una puerta lateral y bajamos por una escalera en espiral. A medida que descendíamos, dejé que mis pensamientos se alinearan un poco.
Abe: “Cuando fui a buscarte, algo no dejaba de molestarme de ese lugar…”
Neo giró la cabeza apenas, indicándome que estaba escuchando.
Abe: “Toda la estructura exterior del edificio de esos bastardos... Era demasiado simple. Minimalista, eficiente, pero nada fuera de lo común, el típico edificio abandonado...”
Deslicé una mano por el pasamanos de metal mientras seguíamos bajando.
Abe: “Aunque, claro, no son los únicos que saben esconder cosas.”
Neo inclinó la cabeza levemente, su mirada evaluando el pasillo al que habíamos llegado.
Al final del pasillo, un elevador con un pad de seguridad. Tecleé el código sin dudar. Un sonido mecánico, las puertas se deslizaron abiertas.
Abe: “Primero tú.”
Neo no dudó. Avanzó con cautela, aunque su postura algo tensa delataba que ya estaba acostumbrada a estas cosas.
Entré detrás de ella y presioné un botón.
El descenso fue breve, pero pude notar cómo Neo no dejaba de memorizar cada detalle.
Cuando las puertas se abrieron, ella parpadeó.
Frente a nosotros, las instalaciones de CHNO se extendían con su combinación de estructura industrial y tecnología avanzada. Todo estaba meticulosamente organizado. Personal y equipo de seguridad caminaba de un lado a otro, mientras distintas secciones operaban con una precisión mecánica.
Sonreí de lado al notar la reacción de Neo.
Abe: “Bienvenida a una de las tantas instalaciones de CHNO. Tenemos más lugares como este regados por el estado.”
Neo se cruzó de brazos, observando todo con una expresión difícil de leer.
Abe: “Lo que hacemos aquí es… de calidad especial.”
Neo giró la cabeza en mi dirección con una ceja apenas levantada.
Abe: “¿Qué? No me mires así. No es ilegal. Bueno… técnicamente.”
Le hice un gesto con la mano para que siguiera caminando mientras continuaba.
Abe: “Digamos que el gobierno tiene ciertos trabajos que no quiere que la gente común sepa. Y nosotros nos encargamos de que esas cosas sigan bajo llave.”
Neo asintió con lentitud, aunque su mirada seguía recorriendo el lugar, memorizando cada detalle.
Abe: “No te preocupes, Pulga. Aquí estamos en territorio seguro.”
Neo no respondió, pero su postura se relajó levemente, como si aún estuviera procesando todo.
Abe: (Bueno, es un comienzo.)
Y con eso, seguimos avanzando.
Mientras caminábamos por los pasillos, noté que Neo iba pegada a mí, lo suficiente como para que su presencia se sintiera con cada paso. No parecía tensa, pero tampoco completamente cómoda. No la culpaba.
Abe: (Primera vez en un sitio como este… y tampoco ayuda que la gente la mire como bicho raro.)
No eran miradas hostiles, pero algunos miembros de CHNO la observaban con curiosidad. Otros, en cambio, parecían más interesados en mí, pero con menos amabilidad y más irritación.
Neo también lo notó. Su cola se movió ligeramente y me dio un par de toques en el brazo.
Me giré hacia ella y la vi frunciendo levemente el ceño. Luego, hizo un gesto corto con la cabeza en dirección a la gente que nos miraba.
Abe: “¿Las miradas? Han pasado cosas.”
Neo enarcó una ceja.
Abe: “Digamos que les debo dinero a muchos. Apuestas.”
Ella entrecerró los ojos con expresión escéptica.
Abe: “Sí, sí, lo sé. No pongas esa cara.”
Neo resopló suavemente y giró la cabeza, pero su cola golpeó mi pierna con un movimiento corto.
Abe: (Heh.)
Volví a enfocarme en lo que importaba. Cass y Surge.
Abe: (¿Dónde... mierda podrían estar?)
Si algo conocía de estos dos, era que, si no estaban en el área de descanso, seguro estaban donde pudieran hacer algo físico. Así que me decidí por la primera opción lógica.
Abe: “Vamos, Pulga. Iremos a donde probablemente estén esos dos.”
Neo ladeó apenas la cabeza, pero siguió caminando conmigo sin cuestionarlo.
Después de un rato, llegamos a la zona de prácticas.
Era un espacio amplio, diseñado para entrenamientos y pruebas de equipamiento. Estaba lleno de objetivos, estaciones de tiro, dummies de combate y hasta una zona reforzada para pruebas de resistencia.
Y.... bingo.
Cass estaba ahí, con Ebo en una mano y una botella en la otra. El sonido de los disparos resonaba con precisión mecánica mientras golpeaba cada objetivo sin siquiera parecer concentrada.
Abe: (¿Está bebiendo mientras dispara?)
Entre disparo y disparo, Cass levantó su botella y le dio un trago pausado antes de volver a disparar y seguir dándole al centro de los blancos.
Abe: (Definitivamente está bebiendo mientras dispara.)
Más adelante, Surge estaba en lo suyo. Practicaba con un muñeco de entrenamiento. Su postura, sus movimientos… no estaba golpeando a lo bruto. Era algo más técnico.
Abe: (¿Es boxeo? ¿Kickboxing? Algo por el estilo, pero sin sus guanteletes activados.)
Neo también lo observaba. Su cola se movía con un ritmo pausado, cambiando ligeramente de dirección cada cierto tiempo.
Abe: “Bueno, parece que los encontramos.”
Neo se cruzó de brazos, alternando la mirada entre Cass y Surge.
Yo solo sonreí de lado.
Abe: “Vamos a joderlos un rato.”
Nos acercamos sin apurarnos, pero no pasaron ni dos segundos antes de que el primero nos notara.
Surge.
Se detuvo en seco al vernos y, sin dudarlo ni medio segundo, me apuntó con un dedo.
Surge: “¡Oye, pedazo de mierda! ¡Dime que no volviste a tomar mi moto sin permi—!”
Pero la frase se quedó a medias cuando sus ojos se posaron en Neo. Su boca se cerró al instante. No porque estuviera sorprendido o incómodo, sino porque, por primera vez, parecía no saber qué decir.
Y eso ya era algo digno de ver.
Aproveché el momento.
Abe: “¿Qué pasa, Surge? ¿Te quedaste sin gasolina?”
No me respondió. Solo entrecerró los ojos y, tras un segundo de pausa, lanzó un breve chasquido con la lengua antes de soltar:
Surge: “…¿Y qué hace la niña aquí?”
Cass, que hasta ahora no había prestado atención, giró la cabeza al escuchar eso. Y su reacción fue completamente opuesta.
Cass: “¡¿Que qué?!”
Sin perder un segundo desenfundo a Ebo y guardo su botella en su chaqueta y me fulminó con la mirada.
Cass: “¡Abe, pedazo de mierda sin neuronas, dime que no trajiste a la pendeja aquí!”
Abe: “Parece que sí lo hice.”
Cass: “¡¿Cómo mierda se te ocurre meterla en la instalación?!”
Cass me miraba como si quisiera patearme en los dientes. Yo solo me encogí de hombros.
Abe: “Era lo mejor.”
Cass: “¡¿Lo mejor?! ¿Tú escuchas la mierda que sale de tu boca?”
Abe: “Cass, ¿tienes idea de lo aburrido que es quedarme sentado preparando cosas todo el día en la oficina esperando a que lleguen ustedes?”
Cass entrecerró los ojos.
Cass: “Así que básicamente la trajiste porque te dio hueva quedarte solo.”
Abe: “Exactamente.”
Surge dejó escapar una risa baja, entretenido con la escena.
Surge: “Dios, qué cabrón eres.”
Neo, por su parte, alternaba la mirada entre nosotros tres, sin moverse demasiado, como si analizara la dinámica.
Abe: (Bienvenida al desastre, Pulga... aunque...)
Abe: “En realidad, había otra razón para traerla.”
Cass y Neo reaccionaron de inmediato. Neo lo miró con confusión, la cabeza apenas inclinada, como si estuviera tratando de descifrar si yo estaba bromeando o no. Cass, en cambio, dejó de fulminarme con la mirada y relajó un poco los hombros, aunque no del todo.
Cass: “¿De qué hablas?”
No respondí de inmediato. En su lugar, miré a Neo, esperando que su reacción me diera una pista de cómo iba a tomar esto. No me decepcionó: su expresión era una mezcla de curiosidad y escepticismo, como si ya supiera que lo que iba a decir no le iba a gustar.
Abe: “Se me ocurrió que podríamos probar sus capacidades.”
Cass entrecerró los ojos, como si estuviera evaluando si yo había perdido la cabeza. Neo parpadeó, y su cola se movió ligeramente, un gesto que reconocí como su versión de un "¿en serio?".
Abe: “No tenemos ni puta idea de qué tan buena es en un enfrentamiento real, tomando en cuenta que salió de ese sitio, debe ser un tanto buena ¿no? Además, que aquí tenemos al mejor para verificar eso.”
Levanté la mano y señalé a Surge, el cual se señaló a si mismo incrédulo, como si no lo estuviera metiendo en todo esto. Los tres me miraron como si acabara de decir que la Tierra era plana.
Neo fue la primera en reaccionar. Su cola se movió con rapidez, golpeando mi pantorrilla con precisión quirúrgica.
Abe: “¡Hey! ¡Era solo una idea!”
Me fulminó con la mirada, dejando claro que no le hacía ni puta gracia. Claro, no esperaba que le encantara, pero tampoco que reaccionara así. Era solo una sugerencia, después de todo.
Abe: “Mira, Pulga, no te lo mencioné antes, pero piénsalo. No sabemos qué tan bien te desenvuelves en un combate real, además que nos sirve para ver que hicieron esos sujetos contigo, y esta es una oportunidad de oro. ¿Estas dentro?”
No pareció convencida al cien por ciento, pero tras unos segundos de pausa, exhaló por la nariz y levantó una mano con un gesto de "más o menos".
Cass fue la primera en romper el silencio.
Cass: “A ver, Abe... Yo te he visto secuestrar un avión por un puto café.”
Surge levantó una mano, como si estuviera en clase y tuviera algo importante que añadir.
Surge: “Lo he visto instalar Windows Vista.”
Cass giró la cabeza hacia él con el ceño fruncido.
Cass: “¿Qué carajo?”
Surge: “Lo hizo en mi computadora.”
Cass cerró los ojos con frustración, como si estuviera rezando por paciencia.
Cass: “Maldito enfermo.”
Surge asintió solemnemente. Ese tipo siempre había sido raro, pero eso era parte de su encanto. O al menos eso me decía a mí mismo para no perder la paciencia.
Cass volvió a centrar su atención en mí.
Cass: “Te he visto ignorar las plegarias del prójimo.”
Surge: “No olvides dar horribles consejos al prójimo.”
Cass: “También recuerdo esa ves que intentaste destruir la realidad como la conocemos por una puta apuesta.”
Se cruzó de brazos.
Cass: “Y te puedo asegurar que aún tengo sueños raros por eso. Como que hubo un problema con secta rara que sacrificaba gente a algo... lo chistoso era ver a ripley sumiso ante esos tipos... pero volviendo al tema”
Surge se rascó la cabeza, como si estuviera tratando de recordar algo.
Surge: “Yo lo he visto pelearse con un bromista telefónico por una semana entera.”
Cass chasqueó la lengua y me miró fijamente, como si estuviera esperando que me defendiera. Pero, ¿qué podía decir? Todo eso era cierto.
Cass: “Así que dime… ¿Cómo mierda se te ocurrió esto?”
Me encogí de hombros.
Abe: “Se me ocurrió mientras sacaba a la enana del hospital.”
Cass exhaló largo y fuerte, como si tratara de expulsar el estrés de su alma. Sin decir nada más, sacó su botella de la chaqueta, le dio un gran sorbo y miró a Surge.
Cass: “¿Y tú qué opinas?”
Surge se estiró, sin mucho interés, como si todo esto fuera una discusión sobre el clima.
Surge: “Me da igual. Tal vez sea interesante. Así que estoy dentro.”
Cass suspiró otra vez, pero esta vez más corto, como si ya estuviera resignada a que las cosas no iban a salir como ella quería.
Cass: “Por supuesto que te da igual.”
Cass me lanzó una mirada cansada, como si ya supiera que lo que le iba a pedir otra cosa, aunque no se equivocaba.
Cass: “¿Qué quieres ahora?”
Metí las manos en los bolsillos con una sonrisa ligera, tratando de parecer más despreocupado de lo que realmente estaba.
Abe: “Nada complicado. Solo quiero que le des algo de equipo a la Pulga.”
Cass me miró por unos segundos. Esta vez no con enojo, sino con una mezcla de incredulidad y resignación. Era la misma mirada que me lanzaba cada vez que hacía algo que ella consideraba "típico".
Cass: “Haz lo que quieras. Pero si pasa cualquier mierda, es tu problema.”
Me apuntó con el dedo, como si estuviera marcando su territorio. No me sorprendió. Cass siempre tenía que dejar las cosas claras. Mientras volvía a sacar su botella de su chaqueta.
Cass: “Y me vas a deber un favor.”
Lo dijo mientras tomo un sorbo para volver a guardarla. Asentí con ligereza, sabiendo que no tenía otra opción.
Abe: “Te compraré un par de botellas después.”
Cass se río por la nariz, como si no se creyera mi promesa. Pero sabía que cumpliría. Aunque fuera solo para evitar que me recordara cada dos minutos que le debía algo.
Cass: “Mejor que no se te olvide.”
Se giró para mirar a Surge, que estaba mirando la escena, como si no estuviera metido en esto.
Cass: “Voy a moderar las cosas entre Neo y tú, así que ni se les ocurra hacer estupideces.”
Surge levantó una mano en un gesto relajado, sin dar mucha importancia al asunto.
Mientras tanto, le hice un gesto a Neo para que me siguiera. Caminamos a través del sitio hasta que llegamos a un pasillo más apartado. Noté que Neo caminaba más rígida de lo normal, con la mirada fija al frente y los movimientos más contenidos. Parecía nerviosa y la rigidez de su cola no ayudaba a ocultarlo.
Abe: “No te pongas tensa, Neo. Vas a estar bien.”
Neo giró apenas la cabeza hacia mí, sin dejar de caminar. No dijo nada, pero su expresión era suficiente para saber que no estaba del todo convencida.
Abe: “Surge sabe lo que hace. No es un bruto sin cerebro… bueno, no del todo.”
Neo me miró de reojo con una ligera inclinación de ceja, como si estuviera cuestionando mi juicio. No la culpo. Surge no era exactamente el tipo más confiable.
Abe: “No me mires así. Solo relájate y haz lo tuyo que de seguro es sorprendente. Además, que creo que le ganaras sin problemas, si quieres apuesto por Surge, así capaz tropieza.”
La tensión en Neo pareció bajar un poco. Su postura se suavizó y su cola dejó de estar tan rígida. Eso era algo, al menos.
Abe: (Mucho mejor... aunque...)
No podía dejarlo ahí. Tenía que seguir molestándola un poco.
Abe: “Aunque claro... sí pierdes muy feo, voy a tener que esconderte para que no se rían de ti. Tal vez te preste un bolsillo.”
No vi el coletazo venir. El impacto en mi pantorrilla me hizo fruncir el ceño.
Abe: “¡Joder, otra vez con eso! ¿Por qué no me pegas en la espalda mejor?”
Me quedé en silencio un segundo antes de poder rematar.
Abe: “Ah, cierto. Estas tan enana que no llega tu cola.”
Otro latigazo. Esta vez lo esperaba, pero eso no significaba que doliera menos.
Abe: “¡Bien, bien! Ya entendí, Pulga. Tranquila.”
Neo lo miró con una expresión neutra, pero la forma en la que su cola se movía dejaba claro que ya no estaba tan nerviosa. Mis comentarios habían funcionado, aunque fuera a costa de un par de golpes.
Abe: (Funcionó.)
Finalmente, llegamos a una sección del complejo con vitrinas alineadas en las paredes.
Abe: “Aquí estamos.”
Neo alzó la cabeza con interés.
Neo alzó la cabeza con interés, como si estuviera viendo un mundo nuevo por primera vez. Dentro de las vitrinas había una amplia variedad de armas y equipos, desde lo más clásico hasta lo más inusual. Pistolas de distintos modelos, dagas, ballestas, espadas y escudos. También había opciones más modernas, como rifles y dispositivos tácticos.
Pero lo más llamativo era la sección de armas únicas. Sonreí al ver los diseños de un par de pistolas familiares.
Abe: (Ebo e Ivo. Clásicos de Cass.)
Más adelante, reconocí los diseños de mis propios nunchakus, "Las Hermanas Bang", colgados junto a los guanteletes de Surge, "Ember". Siempre me pareció curioso cómo cada uno de nosotros tenía su estilo único.
Pero lo que siempre me entretenía eran los diseños más extraños que algunos miembros de CHNO habían solicitado o creado. Distintas guadañas, mazos, botas con mecanismos extraños, bastones… eso era lo normal. Pero luego estaban las verdaderas rarezas.
Abe: (Un maletín, una... trompeta, una puta caña de pescar… ¿es eso una cámara? Ya se me había olvidado las cosas que había acá.)
Mis ojos se entrecerraron cuando reconocí otro diseño.
Abe: (Ah, sí. El termo de Bartholomew también está aquí.)
Neo se detuvo frente a una de las vitrinas, observando con curiosidad los diseños. Su cola se movió con un poco más de energía, golpeando el aire con pequeños movimientos rítmicos. Parecía que algo le había llamado la atención.
Abe: (Bueno, al menos está interesada... tal vez mucho)
Me crucé de brazos, observando cómo Neo se había quedado completamente pegada a la vitrina. Su cola se movía con energía, golpeando el aire con movimientos frenéticos.
Abe: (Bueno… eso sí que es entusiasmo.)
Seguí su mirada, intentando descifrar qué demonios había captado tanto su atención. Y cuando lo vi, me quedé en silencio.
Abe: (…¿En serio?)
Era una sombrilla.
No tenía colores llamativos ni diseños extravagantes. De hecho, ni siquiera parecía terminada. Simple, blanca y sin detalles. Como todos los diseños de armas aquí, su aspecto es aburrido. Pero no me dejé engañar por su apariencia básica.
Abe: (Oh, espera... ya me acuerdo qué es esto.)
Estaba hecha con CB, el Catalizador Balístico que usábamos en CHNO para nuestras armas. Eso la hacía absurdamente más resistente de lo que parecía.
No era la primera vez que veía este diseño. De hecho, lo había usado en más de una ocasión, especialmente después de molestar a Cass un par de veces. Ella sacaba Ebo e Ivo, y yo sacaba esta cosa para protegerme de sus disparos. Nunca fallaba.
Abe: “Si no mal recuerdo, esta cosa... también tiene una hoja oculta en el mango.”
Lo que más me sorprendía no era la sombrilla en sí, sino la reacción de Neo. Literalmente se había olvidado de que yo existía, completamente absorta en ese objeto. Parecía estar en su propio mundo, con la cola moviéndose como si estuviera viendo algo mágico.
Rodé los ojos con una ligera sonrisa y me acerqué a su lado, tocándole el hombro con dos dedos. Neo se tensó de inmediato y giró la cabeza rápidamente para verme ahí.
Abe: “¿Eso es lo que quieres probar?”
Neo parpadeó antes de volver a mirar la vitrina. Luego, con una expresión decidida, me miró otra vez e hizo un pequeño gesto con la cabeza, como si reafirmara su elección.
Abe: “Bueno, al menos tienes buen gusto en rarezas.”
Me acerqué a la vitrina y examiné la cerradura. Como todas los diseños de armas en CHNO, esta tenía un sistema de lectura dactilar que registraba quién sacaba el arma y a qué hora. Coloqué mi mano en el lector. Un leve pitido sonó antes de que la cerradura hiciera un clic y la vitrina se abriera.
Abe: “Aquí tienes, Pulga. Y si algún día te unes a CHNO, podrás personalizarla. Colores, aspecto, lo que quieras.”
Tomé la sombrilla con cuidado y se la pasé a Neo. Tan pronto como sus manos la sostuvieron, sus ojos brillaron con una emoción contenida. Pasó los dedos por la superficie, sintiendo el material. Luego la alzó levemente, probando el peso, haciendo movimientos sutiles como si evaluara su equilibrio.
Abe: (Mira nada más. Parece una niña con juguete nuevo.)
Finalmente, Neo pulsó un pequeño mecanismo en el mango y la sombrilla se abrió de golpe. Se quedó ahí, en una pose con la sombrilla abierta, como si ya estuviera metida en el papel. Luego la cerró de nuevo y se giró hacia mí, su cola moviéndose con entusiasmo.
Abe: “Bueno, parece que te gusto bastante, enana.”
De la nada, sentí que Neo se me lanzaba encima, rodeándome con un abrazo rápido y apretado. Su cola se movía con energía, golpeando mi pierna en pequeños toques.
Abe: (Heh. Está feliz.)
Le revolví el pelo, haciéndola soltar un bufido mientras apartaba la cabeza.
Abe: “No hace falta ponerse tan emotiva, Pulga.”
Neo retrocedió un paso, todavía sujetando la sombrilla con fuerza.
Abe: “Pero ya que te gusta tanto… ahora demuestra que vale la pena.”
Con eso, nos pusimos en marcha de vuelta hacia donde estaban Cass y Surge. Mientras caminábamos, no pude evitar pensar en lo rápido que Neo se había encariñado con la sombrilla. Era curioso cómo algo tan simple podía hacerla tan feliz.
Cuando nos acercamos, Cass fue la primera en hablar.
Cass: “Okay, no se demoraron mucho... ¿y por qué mierda tiene la sombrilla?”
Me lanzó una mirada sospechosa.
Cass: “¿Tú le ayudaste a escoger esa cosa?”
Abe: “Nah, la enana la escogió sola.”
Cass entornó los ojos por un segundo, pero antes de decir algo más, Surge fue el que habló, con un tono más técnico de lo normal.
Surge: “Es una elección estratégica. Para alguien como ella, un equipo ligero y defensivo es lo más eficiente. Su tamaño le da una ventaja inherente: la sombrilla cubre una mayor proporción de su cuerpo en comparación con alguien de mayor estatura. Además, el CB le da una resistencia superior a la de cualquier material convencional, aunque las pistolas de Cass a máxima potencia podrían atravesarlo.”
Hizo una pausa, como si estuviera calculando algo en su cabeza.
Surge: “A primera vista, parece un elección inútil, pero si sabe usarla, puede ser un escudo móvil, una herramienta de bloqueo e incluso un arma contundente. La versatilidad es clave en combate.”
Abe: (Ahí va Surge, otra vez con su modo "profesor de combate". Siempre se pone así cuando alguien dice algo sobre la utilidad de un arma.)
Cass dejó escapar un resoplido.
Cass: “Bueno, ya veremos qué tan buena es con eso.”
Antes de empezar, Cass se acercó un poco más a Neo. Noté cómo la enana se tensó de inmediato.
Cass: “Tranquila, mocosa. No es nada malo, pero necesito confirmar algo.”
Neo la miró con cautela.
Cass: “Cuando Abe trajo las tabletas de datos del sitio de esos malparidos, en ninguna parte aparecía tu clasificación.”
Abe: “Sí, me di cuenta de eso también.”
Cass cruzó los brazos y miró a Neo de arriba abajo.
Cass: “Todos los híbridos tienen una categoría de riesgo. No me voy a poner a darte un discurso, así que te lo explicaré simple.”
Alzó un dedo.
Cass: “Riesgo Nulo: Básicamente son fallidos. Frágiles, enclenques, cuerpos de mierda. Su sistema inmune es tan malo que les da gripe y parece que van a morir.”
Levantó otro.
Cass: “Riesgo Leve: Son como un humano promedio. Puede que tengan dientes afilados o garras, pero meh, nada impresionante.”
Tercer dedo.
Cass: “Riesgo Medio: Están a la par con un dino promedio. Si tienen armas biológicas, no son la gran cosa, tipo garras o colmillos visibles, pero no más letales que los de un animal común.”
Cuarto dedo.
Cass: “Riesgo Alto: Son los brutos. Más fuertes que la media, más rápidos, con armas biológicas que sí pueden joderte si quieren. También entran aquí los que parecen normales, pero esconden mierdas como veneno o garras retráctiles.”
Y finalmente, levantó el quinto.
Cass: “Amenaza Latente: Estos bastardos son como tener 3 de la categoría anterior. Jodidamente fuertes, casi ningún control de emociones y propenso a ser violentos. No son la categoría más alta, pero dudo bastante que llegues a ese punto o a otra categoría a no ser que demuestres algo ‘único’. El único chico que conozco que llega a esa clasificación más alta no está en el país ahora. Así que dime. ¿A cuál perteneces?”
Neo escuchó todo en silencio y cerró los ojos parecía concentrarse para poder recordar lo que le pregunto Cass, su cola se balanceaba de un lado a otro como si eso le ayudara. Para finalmente levantar cinco dedos.
Cass alzó una ceja.
Cass: “¿Así que te consideras un AL?”
Neo bajó la mano y se encogió de hombros. Su expresión mostraba que no estaba completamente segura. Cass chasqueó la lengua y se giró hacia Surge.
Cass: “Ya lo sabes, Surge. No te pases como si pelearas con uno de esos cabrones.”
Surge alzó las manos en un gesto despreocupado.
Surge: “Tranqui. Me portaré bien.”
Cass no pareció del todo convencida, pero dejó el tema ahí.
Abe: (Bueno… esto será interesante.)
Cass se pasó una mano por el rostro antes de suspirar.
Cass: “Okay, esto será simple. Un sparring de no más de cinco minutos. Si veo que la mierda se descontrola, me meto y lo parare en seco.”
Su mirada pasó de Surge a Neo, asegurándose de que entendieran.
Cass: “¿Les quedó claro?”
Surge simplemente levantó una mano en un gesto relajado antes de caminar hacia la zona central. Neo, por su parte, asintió con un movimiento de su sombrilla antes de dar un par de pasos… pero se detuvo.
Su mirada se dirigió a mí.
No hizo ningún gesto obvio, solo se quedó ahí, expectante.
Abe: (Heh.)
Le di una sonrisa de lado y me crucé de brazos.
Abe: “Lo harás bien, Pulga.”
Hice una pausa antes de agregar, con mi tono habitual:
Abe: “Y no te preocupes por pegarle fuerte. Surge es duro. Probablemente ni lo sienta.”
Surge resopló desde su posición.
Surge: “Oí eso, cabrón.”
Neo no cambio su expresión, pero su cola se movió con más energía.
Abe: (Le gustó ese comentario.)
Con eso, Neo finalmente se movió hacia la zona central, deteniéndose a varios pasos de Surge. Fue en ese momento que noté algo extraño. Su actitud cambió por completo. Ya no era la Neo callada y reservada que había estado todo este tiempo.
Ahora estaba... diferente. Su postura era más firme, su mirada más intensa, y su cola se movía con un ritmo casi amenazante. Era como si hubiera dejado de ser la "Pulga" y se hubiera transformado en algo más.
Cass los miró a ambos y alzó una mano.
Cass: “Bien. Pónganse en posición.”
Surge activó sus brazaletes con un sonido mecánico y se puso en guardia. Su postura era estable, relajada, como alguien que había hecho esto cientos de veces.
Mi atención se dirigió nuevamente a Neo… y fruncí el ceño.
Abe: (¿Qué carajos…?)
La enana simplemente estaba ahí, de pie, con la sombrilla en la mano. No tenía ninguna postura de pelea evidente, ni un cambio en su respiración, nada.
Abe: (…¿Qué mierda planeas, Pulga?)
Surge parecía menos relajado que antes. Aunque mantenía su típica postura despreocupada, había algo en la forma en que ladeó la cabeza y soltó un resoplido que delataba su irritación.
Surge: "¿En serio? ¿Vas a pelear así?"
Su voz sonó con una mezcla de fastidio y burla, como si la postura de Neo fuera poco más que una broma para él. No lo culpaba. La actitud de Neo cambio radicalmente una vez se paró enfrente de él.
Pero lo que pasó después me tomó desprevenido. Neo sonrió. No era la típica sonrisa tranquila o neutral que solía mostrar cuando estaba cómoda. No. Esta era distinta. Era una sonrisa burlona, cargada de desafío, y sus ojos… sus ojos lo decían todo. Fijos en Surge, directos, como si no tuviera ni una pizca de duda sobre lo que iba a pasar.
Abe: (¿Qué carajos...?)
Cass no le dio mucha importancia a la tensión que se estaba formando entre los dos. Alzó la mano con el mismo desgano que tenía desde que llegamos y, sin mucha ceremonia, dio la señal con un silbido.
Cass: “Bien, que empiece la mierda.”
Surge no se lo tomó bien. Su actitud cambió apenas Cass dio la señal. No siguió con su postura de combate. No hizo ningún movimiento táctico. Simplemente caminó directo hacia Neo, con una expresión que mezclaba fastidio y desconcierto. La enana no hizo nada.
Seguía ahí, con la misma postura relajada, sujetando la sombrilla como si ni siquiera estuviera en un combate. Pero lo más extraño fue que no apartó la mirada de Surge en ningún momento. No pestañeó, no vaciló, no mostró ni una pizca de nerviosismo. Solo estaba ahí, viéndolo venir, como si estuviera esperando que se acercara más.
Cuando estuvieron a unos centímetros de distancia, los dos parecían estar en un maldito concurso de miradas. Neo no retrocedió, no cambió su expresión, y Surge tampoco lo hizo.
Surge aguantó unos segundos. Su mandíbula se tensó y, sin previo aviso, lanzó un puñetazo con la diestra.
No fue un golpe descuidado. Su codo se mantuvo en ángulo perfecto, y el giro de su torso añadía más fuerza al impacto. Podía ver los músculos tensándose, la forma en que su brazalete brillaba con la activación del sistema de impacto. Si ese golpe conectaba, Neo iba a volar contra la pared sin oportunidad de defenderse.
El puño de Surge cortó el aire, y antes de que pudiera procesar lo que había pasado, él fue el que terminó retrocediendo. El impacto resonó en la sala. Surge dio unos pasos hacia atrás, frunciendo el ceño con sorpresa.
Abe: (¿Qué…?)
Neo estaba en una posición completamente diferente. Su cuerpo girado de forma lateral, con la pierna trasera extendida para mantener el equilibrio. La sombrilla seguía en su mano, pero la tenía levantada, con la punta dirigida hacia donde estaba Surge.
Abe: (No puede ser…)
Cass se inclinó hacia adelante, con la boca entreabierta.
Cass: “¿Qué carajos paso...?”
Todo en el lenguaje corporal de Neo gritaba confianza, como si esta fuera su manera de decir que no estaba ni remotamente intimidada. Y, para rematar, abrió la sombrilla con un movimiento deliberado y elegante, volviendo a girar lentamente hasta quedar de frente otra vez. Pasando la sombrilla abierta por detrás de su cabeza mientras su otra mano se apoyaba en su cadera.
Abe: (Bueno… esto es jodidamente impresionante.)
No pude evitarlo. Me reí por lo bajo, negando con la cabeza mientras la miraba.
Abe: “¿Acaba de... burlarse de él?”
No era una pregunta. Era una jodida afirmación. Y la verdad, no podía estar más impresionado.
Surge se recompuso rápido. Muy rápido.
La sorpresa en su rostro apenas duró un segundo antes de apretar la mandíbula y lanzarse de nuevo contra Neo, esta vez con una ofensiva real. Cerró la distancia con pasos rápidos, sin darle oportunidad de retroceder más de la cuenta, y cuando estuvo a su alcance, inició una secuencia que no me la podría creer.
El puño derecho de Surge salió disparado en un golpe recto. Neo lo esquivó inclinándose apenas a la izquierda, su cabello moviéndose con el aire del impacto.
Abe: (¿En serio? Apenas se movió del lugar. Solo... se inclinó.)
Surge cambió al instante y lanzó un golpe con la izquierda. Neo respondió de la misma manera, deslizándose sutilmente hacia la derecha, manteniendo su mirada fija en él.
Abe: (Esto no es normal. ¿Cómo diablos está haciendo eso?)
Su siguiente golpe fue un uppercut con la derecha, buscando su mandíbula. Neo echó la cabeza hacia atrás con una precisión escalofriante, dejando que el puño pasara a centímetros de su rostro.
Abe: (¡Mierda! Casi le arranca la cabeza... pero no. Ni la tocó.)
Surge no le dio descanso. Otro golpe de izquierda, esta vez buscando el torso. Neo dio un paso atrás y hacia la derecha, esquivándolo por completo.
Abe: (Está calculando cada movimiento. No es suerte. Lo hace como si fuera natural.)
Frustrado, Surge ajustó su centro de gravedad y giró para lanzar una patada con la pierna derecha. Neo reaccionó de inmediato, elevándose en un pequeño brinco hacia atrás, evitando el impacto por un margen ínfimo.
Abe: (Ni siquiera se inmutó. Es como si supiera exactamente cuándo y cómo moverse.)
Surge apenas le dio espacio para recuperar el equilibrio antes de seguir con otro golpe de izquierda. Neo movió un pie hacia atrás y a la derecha, dejando que el puño pasara justo frente a su cara.
Abe: (Esto es ridículo. ¿Cómo puede esquivar todo así?)
El siguiente golpe vino con la derecha. Neo dio un paso atrás y a la izquierda, siempre esquivando con movimientos fluidos.
Abe: (Está jugando con él. No hay otra explicación.)
Frustrado o decidido a romper su patrón, Surge cambió la dinámica. Soltó un golpe amplio con la izquierda, un barrido horizontal que buscaba arrinconarla. Neo no retrocedió. Se inclinó con precisión, permitiendo que el puño pasara por encima de su cabeza sin rozarla.
Cass soltó un murmullo entre dientes.
Cass: “... qué jodida precisión.”
Y no mentía, parecía que neo calculaba el movimiento exacto para que los golpes de Surge no impactaran. En este punto me preguntaba si era la misma chica que hace unos días se la pasaba como una piedra en una cama de hospital.
Surge siguió su ataque, intentó atraparla con un golpe directo con la derecha. Neo solo dio un paso atrás. Surge lanzo otro golpe con la izquierda, esta vez dirigido al torso. Neo se deslizó hacia atrás, anticipándolo sin problema.
Abe: (¿Cómo puede ser tan precisa?)
Surge bajó un poco su centro de gravedad otra vez lanzando otro golpe con la derecha. Neo lo evitó con un paso hacia atrás, inclinándose levemente.
Abe: (Está controlando el ritmo. Surge no está peleando contra ella… está bailando al son que ella quiere.)
Aprovechando el movimiento, Surge giró en un barrido con la izquierda, buscando atrapar a Neo con la inercia del giro. Ella reaccionó en fracciones de segundo, retrocediendo dos pasos mientras se inclinaba levemente hacia adelante.
Y entonces, Surge cambió su estrategia. Saltó levemente, fingiendo una patada con la derecha… pero la real vino con la izquierda, ascendiendo con fuerza. Neo, en el instante en que vio la finta, accionó el mecanismo de la sombrilla.
El chasquido fue casi imperceptible antes de que la tela se recogiera con un solo movimiento, bloqueando la patada con un ángulo perfecto.
Abe: (¡La sombrilla! La recogió en el momento exacto)
Surge no perdió el ritmo y siguió con un golpe de izquierda. Neo lo bloqueó con la sombrilla justo en el medio, amortiguando el impacto con una suavidad que parecía imposible.
El siguiente golpe vino con la derecha, pero esta vez Neo no solo lo bloqueó, sino que usó el mango de la sombrilla para empujar sutilmente el puño de Surge hacia un lado, desviando su trayectoria lo suficiente como para que pasara de largo sin rozarla.
Abe: (Desvió el golpe como si fuera nada. ¿Cómo hizo eso?)
Surge bajó su centro de gravedad y lanzó una patada frontal con la derecha.
Neo esquivó con un paso giratorio hacia la izquierda, moviéndose con una elegancia casi insultante. Y sin perder el impulso, mientras su cuerpo giraba, la sombrilla se abrió de nuevo con un movimiento fluido, pasando por detrás de su cabeza como si estuviera simplemente cubriéndose del sol.
Y mientras pasaba eso, con la misma naturalidad, levantó la pierna izquierda en un arco perfecto, conectando una patada directa contra la cara de Surge.
El impacto lo desestabilizó por completo, haciéndolo caer de lado con fuerza.
Neo se recompuso con suavidad, bajando la pierna mientras daba un brinco hacia atrás para obtener distancia, mientras observaba a Surge desde arriba con la misma expresión confiada con esa sonrisa que mostro al inicio.
La sombrilla permanecía abierta, sostenida con una mano en una pose casi teatral.
El silencio en la sala fue casi absurdo.
Abe: (Apenas pasaron 10 segundos desde que Surge arremetió... ¿Qué carajo acabo de presenciar...?)
Cass rompió el silencio primero.
Cass: “Dime que viste lo mismo que yo, porque o ya me está pegando el alcohol o la enana acaba de humillar a Surge.”
Abe: “Ni siquiera tomándote litros de un alcohol de más de 90° puedes estar mal. Pero tampoco tengo idea de qué mierda acabo de ver.”
Apenas unos segundos. Solo unos jodidos segundos y Neo había pasado de estar en una postura relajada a hacer que Surge terminara en el suelo como si fuera un maldito aficionado.
Abe: (Si la hubiera dejado allá con los científicos... joder, prefiero no pensarlo.)
Mi atención se desvió de inmediato cuando noté que Surge ya estaba poniéndose de pie. Se sacudió la cabeza, flexionó los hombros y exhaló con fuerza antes de volver a alzar la vista hacia Neo.
La chica seguía ahí, a unos pasos de él, con la misma postura, la misma expresión confiada y esa sonrisa apenas perceptible.
Surge se llevó un pulgar a la nariz, resoplando como si estuviera considerando lo que acababa de pasar.
Surge: “Al parecer eres muy buena en esto niña...”
Alzó los brazos, preparando los guanteletes.
Surge: “Esto se puso interesante.”
Antes de que pudiera analizarlo más, apretó el gatillo.
Neo reaccionó en el acto. Giró sobre su eje y levantó la sombrilla, usándola como escudo contra la ráfaga de perdigones que salieron de los guanteletes de Surge. El impacto fue rápido y contundente, pero la estructura de la sombrilla absorbió los proyectiles sin ceder un solo centímetro.
Abe: (Se nota bastante la calidad del diseño.)
Pero Surge no se quedó quieto. Se lanzó de nuevo al ataque, cerrando la distancia con rapidez. Esta vez, alternaba los golpes, combinando ataques cuerpo a cuerpo con el impacto adicional de la munición integrada en sus guanteletes.
Los golpes resonaban con fuerza, algunos eran desviados por la precisión de Neo, otros eran bloqueados por la sombrilla, cada movimiento de la pulga era medido, cada paso dado con la misma calma. No se apresuraba, no reaccionaba con pánico.
Abe: (Sigue jugando con él.)
Surge lanzó otro golpe directo con la derecha.
Pero esta vez, Neo no se limitó a esquivar o bloquear.
En un solo movimiento fluido, atrapó el brazo de Surge y, con un giro preciso, se posicionó a su lado, ambos mirando en la misma dirección.
Abe: (Oh, mierda…)
Antes de que Surge pudiera reaccionar, Neo levantó la pierna en un arco vertical, una patada ascendente que conectó de lleno contra la barbilla de Surge, desestabilizándolo por completo.
El golpe lo hizo tambalear, y en ese instante, Neo aprovechó la apertura. Sin soltar su agarre, ajustó su postura y lanzó otra patada, esta vez directa al estómago.
El impacto fue brutal.
Surge salió despedido hacia atrás, cayendo al suelo con un sonido seco. Neo con la misma ligereza de siempre, dando un pequeño paso atrás y girando la sombrilla en su mano con un movimiento relajado.
El silencio volvió a la sala.
Abe: (…Okay. Esto ya se está volviendo absurdo.)
Surge se levantó nuevamente, pero esta vez algo era diferente.
Las puntas de su cabello blanco brillaban con un resplandor etéreo, como si estuvieran envueltas en llamas azules. No era fuego real, pero el efecto era inconfundible.
Abe: (Oh... no)
No podía creer lo que estaba viendo. ¿En serio iba a usar eso? Ni siquiera la sombrilla de Neo podría aguantar un golpe como el que Surge era capaz de dar en ese estado. Lo sabía porque… bueno, porque ya lo había vivido.
Hubo una vez que le hice un rasguño minúsculo a su moto. Una cosa de nada, en serio. Pero Surge, en su infinita madurez, se encendió de esa misma manera. Me metió un puñetazo con todas sus fuerzas. En ese momento, me protegí con el mismo diseño de sombrilla que Neo usaba ahora. Pero no sirvió de nada. El golpe la atravesó, me dio de lleno y me mandó a volar a través de una que otra pared.
Abe: (Ni siquiera esa cosa puede absorber un impacto como ese…)
Cass fue la primera en reaccionar.
Cass: “¡Alto! ¡Ya está! ¡Detente, Surge! ¡Se acabo el Sparring!”
Pero él no la escuchó. Apretó los puños y, sin previo aviso, golpeó hacia atrás con sus guanteletes.
Abe: (Mierda, mierda, mierda.)
El impacto del disparo cinético le dio una aceleración brutal. Se lanzó hacia adelante como un maldito proyectil directo a Neo.
Abe: “¡Esquívalo, Pulga!”
Neo no reaccionó, sino que... ¿Sonrió?
Surge cerró la distancia en un parpadeo y el golpe conectó de lleno. Pero lo que pasó después…
Abe: (… ¿Qué... mierda?)
El cuerpo de Neo se desmoronó en cientos de pedazos de vidrio. Como si fuera una estatua de ese material.
Cada fragmento reflejaba la luz de la sala mientras caían al suelo con un sonido afilado y seco. No hubo sangre. No hubo resistencia. Solo una lluvia de esquirlas cristalinas que brillaban por todo el campo de combate.
Cass parpadeó un par de veces antes de hablar, su voz salió más como un susurro incrédulo que como una pregunta.
Cass: “¿Qué mierda pasó…?”
Yo no tenía respuesta. Mi boca se había quedado seca, y mi mente daba vueltas tratando de procesar lo que acababa de ver. ¿Acaba de romperse como un cristal? ¿Eso era posible? Nadie en CHNO tenía algo parecido.
Mi mirada fue directa a Surge, que estaba completamente congelado en el lugar. Su expresión era puro desconcierto, como si ni siquiera él pudiera creer lo que había pasado.
Surge: “Yo… ¿qué…?”
No terminó la frase.
Porque, sin previo aviso, Neo estaba detrás de él.
No hubo ruido, no hubo un solo indicio de movimiento. Simplemente apareció ahí, como si siempre hubiera estado en ese lugar. Antes de que Surge pudiera reaccionar, Neo golpeó la parte trasera de sus rodillas con precisión quirúrgica.
Surge perdió el equilibrio y cayó sobre una rodilla, y en el mismo instante, Neo inclinó la cabeza y hundió sus dientes en su cuello.
Abe: (¿Qué carajo…?)
La mordida fue rápida. Apenas duró un segundo.
Neo saltó hacia atrás de inmediato, alejándose con un par de brincos ligeros.
Surge logró ponerse de pie, pero apenas se mantenía firme. Su respiración era irregular, y una de sus manos se aferraba al cuello, justo donde Neo lo había mordido. Se tambaleó un poco, como si cada movimiento le costara un esfuerzo sobrehumano. Intentó hablar, pero las palabras le salieron entrecortadas.
Surge: “Tú ¿qué diablos... hiciste? Y.… porque... tengo... sueñ—”
No terminó la frase. Sus piernas cedieron, y cayó al suelo con un golpe sordo. No se movió.
Abe: (Mierda.)
Algo en mí se tensó de inmediato. Esto no estaba bien. Y entonces lo recordé. El doctor lo había mencionado cuando revisamos la información de Neo. ADN de Troodon.
Mi mirada se dirigió a Neo, y fue entonces cuando lo noté.
No me había fijado bien antes. No con claridad.
Siempre supe que eran raros, pero ahora… ahora estaban apagados. No había brillo en ellos, no reflejaban nada. Era como si en su cabeza no quedara nadie. Pero lo peor era su sonrisa.
A simple vista parecía la misma del comienzo, pero fijándome mejor… estaba vacía. No transmitía nada. No era burla, ni arrogancia, ni satisfacción. Era simplemente una expresión grabada en su rostro, sin emoción alguna detrás.
Un escalofrío me recorrió la espalda.
Neo no se había movido. Pero su respiración había cambiado. Exhaló con lentitud, y sin prisa, comenzó a caminar hacia el cuerpo de Surge. Cada paso que daba resonaba en mis oídos, como si el tiempo se hubiera ralentizado.
Abe: (No. No, no, no.)
El sonido mecánico de la sombrilla activándose me sacó del trance. Neo separó el mango del resto con un movimiento rápido y preciso. A la luz de la sala, una hoja delgada y afilada se desplegó desde el mango oculto.
Abe: (Mierda.)
El filo era limpio. Preciso. No era un adorno. Era un arma real. Y ahora estaba alzada. Neo ya estaba junto a Surge, con el brazo levantado y el filo listo.
Cass, a mi lado, desenfundó a Ebo sin dudarlo. Pero antes de que hiciera nada, yo mismo reaccioné.
Abe: “¡Neo, detente!”
El sonido de mi voz se rompió en la sala como un disparo. Neo se detuvo de golpe. Su cuerpo entero se tensó, y por primera vez en los últimos segundos, sus ojos parpadearon. El brillo volvió a ellos de repente.
Y en el instante en que lo hizo… su expresión cambió.
Neo bajó la mirada hacia Surge para después desviarla a lo que estaba sosteniendo, como si apenas se diera cuenta de lo que estaba a punto de hacer. Su respiración se volvió errática, y sus dedos se crisparon alrededor del mango de la sombrilla antes de soltarlo bruscamente.
El arma cayó al suelo con un sonido seco.
Su cuerpo empezó a temblar. Su cola, siempre enérgica o controlada, se sacudió con espasmos incontrolables. Retrocedió. Un paso. Otro. Hasta que sus rodillas fallaron y se dejó caer en el suelo.
Se abrazó a sí misma con fuerza, su cola enroscándose firmemente alrededor de su cintura, como si intentara contener algo que se desmoronaba dentro de ella. Pero entonces lo escuché: un gemido ahogado, un sonido quebrado que salió de su garganta mientras sus hombros empezaban a sacudirse.
Abe: (Está llorando.)
El temblor en su cuerpo se intensificó, como si cada lágrima que caía la hiciera desmoronarse un poco más. Su cola se enroscó aún más fuerte alrededor de su cintura, como si fuera lo único que la mantenía unida.
Pero verla así…
Sentí algo en el pecho que no supe nombrar.
Cass soltó un largo suspiro, llevándose una mano a la cara mientras observaba el desastre frente a ella.
Cass: “¿Cómo mierda llegamos a esto...? Esto nunca debió pasar. Fue una jodida estupidez desde el principio.”
No se molestó en disimular la frustración en su tono.
Cass: “Y ahora, después de todo ese espectáculo, tenemos a Surge en el suelo, desmayado, probablemente un par de horas, y—”
Dejé de escucharla. No porque no tuviera razón, sino porque ya había empezado a moverme.
Me acerqué a Surge y me agaché junto a él, revisándolo con rapidez. Puse dos dedos en su cuello, sintiendo el pulso lento pero estable. Su respiración era superficial, pero al menos no se veía irregular.
Abe: (Definitivamente fue por el veneno.)
Troodon. Recordé la sensación de aquella vez que una señora me mordió cuando estaba ayudando con su traslado a Volcadera con su hija, fue una sensación molesta con solo una mordida. La mierda no era letal si el usuario no lo deseaba, pero te puede tumbar un buen rato. Lo bueno es que Surge puede aguantar estas cosas. En unas horas estaría bien.
Mientras me levantaba, mi mirada se dirigió a Neo. Seguía en la misma posición, abrazándose a sí misma, con la cabeza gacha y la respiración agitada. Algo en su postura hizo que mi pecho se sintiera extraño.
Di un paso hacia ella y su cuerpo se tensó al instante. Di otro, y sus brazos se apretaron aún más alrededor de sí misma, encogiéndose como si quisiera desaparecer. Su cola estaba enroscada tan fuerte alrededor de su cintura que parecía querer fusionarse con ella.
Abe: (Mierda… ¿qué hago ahora?)
Me detuve justo frente a ella. No quería que me acercara, pero no podía simplemente dejarla así.
Abe: “Pulga…”
Mi voz sonó más baja de lo normal. No supe si fue intencional o no, pero apenas obtuvo respuesta.
Abe: “Escucha… Nadie te va a hacer nada. Surge está bien, solo necesita descansar. Y tú… tú no querías que pasara esto, ¿verdad?”
Las palabras me sonaron extrañas en la boca. No estaba acostumbrado a decir esas mierdas, pero lo intenté. Finalmente, Neo levantó la mirada, y lo que vi en sus ojos me dejó sin palabras.
No era solo el miedo.
Era más profundo.
No quería que nada de esto hubiera pasado. El pensamiento me golpeó con más fuerza de la que esperaba. Sus labios temblaron y su respiración se volvió aún más errática, hasta que finalmente dejó escapar un sollozo ahogado.
Me pasé una mano por la nuca, sintiendo la incomodidad en cada parte de mi cuerpo. No sabía qué hacer. No sabía qué decir. Pero ignorarla no era una opción. Y antes de que pudiera pensarlo demasiado, me moví.
Me agaché y, con algo de torpeza, la atraje hacia mí en un abrazo.
El impacto fue inmediato. Neo se quebró por completo. Sus brazos se aferraron a mi chaqueta con fuerza, su cuerpo tembló con más intensidad.
Abe: “Está bien, Neo. Tranquila”
No supe si lo dije para ella o para mí.
El temblor en su cuerpo aumentó, como si cada lágrima que caía la hiciera desmoronarse un poco más. Su cola se enroscó con más fuerza alrededor de su cintura, como si fuera lo único que la mantenía unida.
No dije nada más. No solté ninguna de esas frases cursis que la gente dice en estos momentos. Solo me quedé ahí, asegurándome de que al menos no se sintiera sola en esto.
Entonces, una voz rompió el silencio.
Cass: “Carajo… No pensé que algo así me hiciera sentir mal por lo que paso.”
No la miré, pero sentí su presencia acercándose, al levantar la mirada se encontraba a mi lado.
Cass: “Tranquila, niña. Surge ha pasado por mierdas peores. Nada paso a mayores así que descuida.”
Le dio un par de palmadas en la cabeza en un gesto sorprendentemente suave para alguien como ella. Neo no reaccionó, pero su agarre en mi chaqueta no disminuyó.
Cass suspiró y sacó su teléfono.
Cass: “Voy a hacer la jodida llamada.”
Llevó el aparato a su oído mientras se alejaba unos pasos.
Cass: “Sí..., necesito un retiro médico en el área de prácticas. Sí, ahora.”
Me quedé en silencio mientras la escuchaba. No solté a Neo. No todavía.
...
......
.........
Horas más tardes, Centro médico-02.
Después de la llamada de Cass, no pasó mucho tiempo antes de que los miembros de CHNO llegaran al área de prácticas para recoger a Surge. El procedimiento fue rápido y eficiente, como siempre. En cuanto aseguraron que no había nada grave más allá de los efectos leves del veneno, prepararon el transporte para llevarlo a uno de los centros médicos de la organización.
Acompañamos el traslado sin problemas, aunque hubo un pequeño detalle con Neo. No quiso despegarse de mí. No era solo que se mantuviera cerca, sino que literalmente no se movía a menos que yo lo hiciera. No protestó ni opuso resistencia cuando tuve que cargarla, pero su agarre en mi chaqueta se mantuvo firme todo el camino.
Llegamos al centro médico sin incidentes y, tras asegurarse de que Surge solo necesitaba reposo, nos dejaron en una de las habitaciones mientras esperábamos a que despertara.
Pasaron un par de horas para cuando Surge abrió los ojos, lo primero que hizo fue soltar un gran bostezo junto a un comentario con su habitual tono relajado.
Surge: “Demonios... qué siesta más jodida.”
No parecía afectado en lo más mínimo. Si no fuera porque yo mismo lo vi desplomarse hace unas horas, habría jurado que solo había estado descansando un rato.
Sin embargo, Neo no reaccionó bien al escucharlo. Se encogió un poco contra mí, aún sin soltarse. Surge notó su tensión y me hizo un gesto rápido para que la acercara. No pareció sorprendido cuando ella se resistió, pero tampoco lo dejó pasar.
Con la misma calma de siempre, se inclinó apenas hacia adelante.
Surge: “Oye, enana...”
Neo levantó la mirada con cautela.
Surge: “Lo que hiciste antes... fue jodidamente impresionante.”
Se cruzó de brazos, apoyando la cabeza contra el respaldo de la camilla mientras la miraba con una expresión relajada.
Surge: “No cualquiera puede esquivar demasiado de manera seguida una de mis arremetidas, sin contar que pudiste contratacar con facilidad. Y menos alguien que no ha peleado contra mí antes.”
Hizo una pausa, como si recordara algo.
Surge: “Y lo de la sombrilla.... Esa mierda fue espectacular. Primera vez que la ocupas y la usaste como es debido, sin mencionar el truco de los cristales, eres especial Neo.”
Extendió una mano y le revolvió el cabello con un par de palmadas. Neo se tensó al principio, pero no tardó en relajarse un poco. Su cola se desenrollo y se movió con más calma, y su agarre en mi chaqueta finalmente se aflojó.
Cass, que había estado observando en silencio, saco una botella de ron de su chaqueta para darle un gran sorbo y soltó un resoplido.
Cass: “Bueno, ahora que estamos todos despiertos y funcionales, hay algo que necesito discutir.”
Se giró hacia Neo con una mirada más analítica.
Cass: “Voy a necesitar tu cooperación después, enana.”
Neo ladeó la cabeza, confundida.
Cass: “Lo que hiciste ahí atrás… no fue jodidamente normal. Ni siquiera un AL podría hacer ese truco de romperse como una estatua de vidrio. Lo más probable es que estés en otra categoría más... guardada.”
El ambiente se volvió un poco más tenso.
Neo parpadeó y, por instinto, se encogió levemente en su asiento.
Cass: “Tranquila, no es el fin del mundo. Significa que eres alguien con habilidades especiales, como Surge con su truco de absorción de daño, o este imbécil—” señaló con la cabeza en mi dirección “—con su inmortalidad de mierda o por el simple hecho de respirar, ya ni me acuerdo como carajo te otorgaron eso.”
Neo pareció procesarlo con cierta incomodidad.
Cass: “No te preocupes, no necesito que hagas pruebas ni nada por el estilo. Ya vi suficiente.”
Sacó nuevamente su petaca para darle un sorbo antes de continuar.
Cass: “Solo necesitare que escribas lo que puedes hacer o lo que sepas hasta ahora. Me ayudara a rellenar tu ficha para después.”
Fruncí el ceño ante lo último que dijo Cass.
Abe: “¿Ficha?”
Cass dejó escapar una risa breve y ladeó la cabeza con una sonrisa relajada.
Cass: “Mira, si logramos hacer que la enana no entre en ese trance cada vez que pelea, lo cual seguro es una mierda que le hicieron esos bastardos, entonces podría unirse oficialmente a CHNO. Y la ficha es solo para ahorrarnos tiempo.”
Mis cejas se arquearon.
Abe: “Mira nada más, Pulga. Ya te reclutaron.”
Le revolví el cabello otra vez con una sonrisa ladina.
Abe: “Pero parece que hay que arreglar primero lo de tu... problemita.”
Neo hizo un pequeño gesto con la cabeza, asintiendo con una expresión más tranquila.
Después de eso, la conversación se fue relajando poco a poco. Pasamos un buen rato hablando, tratando de atar cabos sobre lo que pudo haberle pasado a Neo para reaccionar de esa forma. Las preguntas se hicieron con cuidado. No quería que se sintiera demasiado incómoda, pero necesitábamos saber.
Con gestos y movimientos, terminó confirmando lo que sospechábamos. Le habían implantado algún tipo de adoctrinamiento para que entrara en ese estado cada vez que debía enfrentarse con alguien.
Abe: (Joder... hijos de puta.)
El tiempo pasó sin que nos diéramos cuenta. Ya era bastante tarde. El ambiente se había aligerado bastante y la conversación se había desviado a temas más banales. Neo parecía mucho más tranquila ahora, aunque aún se mantenía cerca de mí.
Pero entonces, el sonido de un teléfono rompió la calma. Cass gruñó por lo bajo mientras sacaba el móvil y lo miraba.
Cass: “¿Quién carajo llama a esta hora…?”
Su ceja se arqueó de inmediato.
Cass: “Ah, mierda… Es el alcalde.”
Levantó la vista hacia nosotros antes de contestar.
Cass: “Dígame, jefecito. ¿Fue un wendigo esta vez, un wechuge o alguna otra mierda parecida?”
No tardó mucho en quedarse en silencio. Su expresión cambió por completo, perdiendo cualquier rastro de relajación.
Cass: “Nos movemos de inmediato.”
Colgó sin decir más y se pasó una mano por el rostro antes de soltar un largo suspiro.
Cass: “Bueno, se acabó el maldito descanso, odio la política de 24 horas.”
Cass se puso de pie con rapidez y nos miró a Surge y a mí.
Cass: “Nos largamos ahora mismo, Surge, aunque sé que querías dormir más con la excusa de que aun tienes veneno de Troodon en tu cuerpo sé que es mentira, además esto es serio. Y nos llevaremos a Neo, no podemos dejarla sola.”
Fruncí el ceño.
Abe: “¿Qué carajos pasó esta vez?”
Surge se levantó de la cama con un bostezo y empezó a estirarse, como si se estuviera asegurando de que todo estaba en su sitio. Cass se tomó un segundo antes de responder.
Cass: “Es su hija. Algo malo pasó, ya que activo el aparato que le manda una alerta y su ubicación. Unas patrullas de policía están en camino, pero quiere asegurarse con nosotros, su hija jamás ha ocupado esa cosa, así que... no son buenas noticias.”
Abe: (Mierda...)
Me pasé una mano por la nuca y solté un resoplido. Antes de decir algo más, noté cómo Neo estaba más tensa de lo normal. Su cola permanecía inmóvil y sus manos apretaban con fuerza la tela de su ropa. Sus ojos reflejaban algo entre inquietud y expectación.
Abe: (Vaya... parece que esto sí la puso nerviosa.)
Sonreí de lado antes de revolverle el cabello.
Abe: “Bueno, Pulga. Parece que tu primera misión llegó antes de lo esperado.”
Neo parpadeó y relajó un poco los hombros. Cass me fulminó con la mirada.
Cass: “Cállate y muévete. No tenemos tiempo que perder. Llevaremos las esposas de gravedad por cualquier cosa... voy a necesitar un buen trago.”
Sin más, empezamos a caminar con prisa hacia la salida.
Aunque todavía se notaba un poco tensa, Neo ya no parecía tan inquieta como antes. Sus pasos eran firmes y, aunque no decía nada, su expresión mostraba que estaba lista.
Mientras nos dirigíamos a los vehículos, mi mente no dejaba de preguntarse qué mierda pudo haberle pasado a la hija del alcalde.
...
...
...
Perspectiva de Kross.
Stella: “K-Kross... tu br..... no-o...”
… Plop.
… Plop.
… Plop.
El sonido era constante. Algo húmedo tocaba el suelo en intervalos irregulares. No era lluvia.
Era sangre. Mi sangre.
Blue: (Esto es una jodida molestia.)
Si la situación antes ya era molesta, ahora lo era doblemente jodida por la ausencia de mi brazo. Mi vista se deslizó por un segundo hacia el suelo, donde el miembro amputado yacía a un par de metros, inerte, como si nunca hubiera sido parte de mí.
Red: (¿En qué momento nos jodimos tanto?)
Blue: (No es momento de preguntarnos eso.)
Apreté la mandíbula y obligué a mis músculos a reaccionar. No podía darme el lujo de perder más sangre. Concentré mi fuerza en cerrar la herida con la regeneración. No era perfecto, ni suficiente, pero tenía que servir para aguantar lo máximo posible.
Un movimiento detrás de mí me hizo tensarme aún más.
Stella.
Estaba completamente paralizada, con los ojos bien abiertos y las manos temblorosas. Su respiración era errática, sus pupilas dilatadas, atrapada en un estado entre el pánico y el horror.
Red: (Joder, esto no es bueno.)
Blue: (No, no lo es.)
Frente a mí, cinco figuras de distintos tamaños que me estudiaban, me analizaban, observando cada pequeño movimiento, esperando ver si intentaba algo.
Red: (Nos están cazando.)
Blue: (Lo sé.)
Cada segundo que pasaba, la situación parecía ir de mal en peor. Desde el primer momento en que comenzó todo, sentí que el control se me escurría entre los dedos como arena.
Red: (¿Cómo carajo llegamos a esto…?)
Blue: (Eso no importa ahora. No podemos permitir que a Stella le suceda algo.)
No podía permitirlo.
No iba a permitirlo.
Mis piernas se flexionaron levemente, preparándome para lo que viniera.
Fin del capítulo.
Notes:
Capitulo de Neo, la enana y próximo integrante del grupo de Cass, demostrando que la enana es un pequeño monstruo, que esta mal de la cabeza y si se hubiera quedado en el recinto de los bastardos posiblemente hubieran experimentado para duplicar su habilidad en otros. El siguiente capítulo esta listo y será nuevamente dividido en 2 partes. Porque esta vez me pase mucho. la parte 1 será la perspectiva de Kross y en la parte 2 será la perspectiva de Stella.
Tengo un par de datos/curiosidades.
1.- Habilidad de Neo - Imagen Hyper-reactiva.
Le permite al usuario crear "ilusiones físicas".
Estas ilusiones son muy convincentes y se rompen como cristal cuando Neo las disipa o alguien las rompe. En combate, lo usa como un medio para engañar a su oponente, como hizo contra Surge. Las ilusiones no solo cubren a Neo y sino que a un área a su alrededor o algo que ella tocaba. Su ropa por ejemplo es una ilusión que ella mantiene naturalmente.2. - La mayoría de diseños de armas que posee el grupo de CHNO son referencias a armas que aparecen en series o algún juego. Las que mencione vienen de la serie de RWBY como mencione antes como los guanteletes de surge o los nunchakus de abe y ahora se suma la sombrilla de Neo, que después le pondrá nombre.
3. - La instalación en donde Abe llevo a Neo es la mas grande de CHNO, siendo que Cass uno de los miembros mas influentes con el rango de capitana, por eso con la recomendación suya, Neo podría entrar sin problemas. Aunque ella por decisión propia decide que le digan Cass o Detective.
Eso es todo en este capitulo autista pero las siguientes dos no decaen en eso. Como siempre mis recomendaciones a los creadores SrSenior el Dios de Abe. Dardragun707 con el vaquero heterosexual por opción. Patata (Patata_Yazov) saco capitulo del psicótico chileno VIVA CHILE MIERDA. y de Xomy90 con los hermanos que cocina lento pero con calidad de la buena.
Chapter 19: Romance Interrumpido Parte 1
Notes:
Primera parte de lo que paso con Kross y Stella, será principalmente la perspectiva de Kross esta parte. Y un aviso, la pelea es autista. Disfruten.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Kross. Horas atrás. Blue.
Me quedé en la misma posición durante varios minutos, sin moverme demasiado. No tenía una razón específica para hacerlo, simplemente… no lo sentía necesario. Stella seguía apoyada contra mí, sin decir una palabra, y aunque no estaba seguro de qué pasaba por su cabeza, en especial por la mía, no me molestaba en absoluto su cercanía.
Blue: (Es curioso esto.)
Red: (¿Verdad que sí?)
Blue: (No nos molesta el estar así con ella... tal vez debemos preguntarle a Spears o la tía Fang que nos pasa, ellos sabrán... cosas normales...)
Red: (Es lo mejor, así nos quitamos la duda de que nos pasa con Stella.)
No tenía una respuesta para eso. Pero entonces, el sonido de un estómago rugiendo rompió el silencio. Fue repentino, lo suficientemente fuerte como para que no pasara desapercibido.
Stella se tensó de inmediato. Sus ojos se abrieron como platos y su rostro se tornó de un rojo visible. Trató de esconderse más contra mi pecho, como si eso pudiera hacer que el sonido no existiera.
Red: (¿Acaba de…?)
Blue: (Sí.)
Red: (Je.)
Una ligera sonrisa se formó en mis labios.
Kross[B]: “¿Tienes hambre?”
Stella soltó un pequeño sonido ininteligible y escondió más el rostro.
Kross[B]: “Bueno, con todo lo que ha pasado, tiene sentido, sin mencionar que corriste bastante.”
Me enderecé un poco, mirando alrededor. Buscando algo que me indicara que estaba en el lugar correcto, o a lo menos cerca de este.
Blue: (Ya que estamos, ¿recuerdas ese restaurante?)
Red: (¿Cuál?)
Blue: (El restaurante italiano al que Spears y la tía Fang nos llevaron después del hospital. Creo que esta cerca.)
Red: (Oh, cierto. La comida no era mala. Era una exquisitez)
Miré a Stella de nuevo.
Kross[B]: “Conozco un lugar donde podemos ir a comer.”
Ella levantó un poco la cabeza, todavía con algo de vergüenza reflejada en sus ojos, pero asintió con un leve movimiento.
Kross[B]: “Bien. Vamos.”
Stella finalmente se separó, su rostro todavía enrojecido. No estaba seguro si era por el sonido que había hecho su estómago o por lo que acababa de pasar entre nosotros.
No dije nada al respecto.
Empezamos a caminar, y no pasó mucho tiempo antes de que sintiera el contacto familiar de su cola en mi muñeca. Para este punto, ya era algo normal, así que no le di mucha importancia. Pero luego, hizo algo más.
Sentí como tiro de mi muñeca con su cola y, con suavidad, tomó mi mano.
Blue: (…¿Qué?)
Red: (¿Uh?)
No supe exactamente por qué lo hacía, pero tampoco sentí la necesidad de apartarme. Algo en la forma en que sus dedos rodeaban los míos... se sentía bien.
Así que hice algo que incluso la tomó por sorpresa.
Sin pensar mucho entrecrucé mis dedos con los suyos, asegurándome de que el agarre fuera firme, pero sin apretar demasiado. Stella parpadeó y su rostro se encendió un poco más, pero en lugar de soltarme, sonrió levemente.
Red: (Se siente… cálido.)
Blue: (Sí. Y no me molesta.)
Red: (A mí tampoco.)
Seguimos caminando así, en silencio, simplemente disfrutando de la compañía del otro. Pasaron unos minutos antes de que sintiera la vibración de mi teléfono en el bolsillo. Lo saqué con la mano libre y vi la pantalla.
Fang.
Abrí la conversación y vi tres mensajes.
Fang: “¿Encontraste a Stella? ¿Está bien?”
Fang: “La zorra de Naomi se largó sola a su casa, simplemente se fue. Parece que la mirada que le diste fue suficiente para mantenerla en su sitio.”
Fang: “Ahora estoy con mi estúpido hermano buscando el sitio para la banda. Avísame cuando veas esto.”
Con la mano libre, escribí un mensaje rápido para Fang.
Kross: “Encontré a Stella. Ahora está de mejor ánimo.”
Hice una pausa antes de agregar algo más.
Kross: “No salió como lo planeamos, pero al menos nos quitamos a la melocotón de encima. Nosotros haremos una pasada en un sitio y seguiremos buscando.”
Guardé el celular y justo en ese momento, Stella levantó un poco la mirada.
Stella: “¿Pasó algo?”
Kross[B]: “Era Fang. Preguntó por ti. Al parecer, Naomi se fue sola a su casa.”
Noté que la expresión de Stella cambió ligeramente.
Kross[B]: “No fue por algo que dijiste o hiciste.”
Se giró hacia mí, con cierta duda en la mirada.
Kross[B]: “Solo digamos que... la miré. Y creo que con eso entendió lo que pensaba.”
No dijo nada de inmediato, pero después de unos segundos, suspiró.
Stella: “Lo siento por lo de antes.”
Kross[B]: “No tienes por qué disculparte.”
Hablé con firmeza, sin dejar lugar a dudas.
Kross[B]: “Si Naomi no hubiera empezado, nada de esto habría pasado. Así que tranquila.”
Mis palabras parecieron funcionar, porque Stella sonrió un poco.
Seguimos caminando en silencio, con el sonido de la ciudad de fondo. La temperatura había bajado un poco, pero el ambiente era agradable. Pasaron algunos minutos más antes de que llegáramos a nuestro destino.
Frente a nosotros, el letrero de Dino Moe’s iluminaba la entrada del restaurante. Su diseño rústico y la decoración de temática italiana le daban un aire acogedor.
Kross[B]: “Aquí es.”
Stella observó la fachada con curiosidad.
Kross[B]: “Probablemente tengan uno de los mejores chefs de todo Volcadera.”
Stella: “¿Cómo conoces este lugar?”
Kross[B]: “Spears y su esposa me trajeron aquí. Lo hicieron a modo de celebración por salir del hospital.”
No dijo nada más, pero por su expresión parecía satisfecha con la respuesta.
Sin nada más que añadir, empujé la puerta y entramos juntos al restaurante. Apenas cruzamos la puerta, el aroma a queso derretido, pan recién horneado y especias inundó el aire. No era desagradable. De hecho, era bastante bueno.
No necesitamos mucho antes de ver a la recepcionista detrás de un mesón. Era una Baryonyx de color rojo, con una expresión que gritaba agotamiento. Su sonrisa plástica apenas se sostenía en su rostro, y su tono de voz sonaba monótono, como si estuviera en piloto automático.
Baryonyx: “Bienvenidos a Dino Moe’s. ¿Pedirán para llevar o desean una mesa para dos?”
Me giré hacia Stella, observándola unos segundos.
Red: (¿Deberíamos preguntar qué prefiere?)
Blue: (Dudo que quiera irse a caminar más después de lo que pasó.)
Red: (Sí, mejor nos quedamos.)
Kross[B]: “Mesa para dos.”
Fue sutil, pero la sonrisa de la baryonyx cambió al instante. Pasó de ser una máscara cansada a una genuina. Su mirada bajó levemente, deteniéndose en nuestras manos aún entrelazadas antes de volver a mirarnos con un brillo divertido en los ojos.
Baryonyx: “¿Acaso es una ocasión especial?”
Sentí un ligero movimiento de los dedos de Stella entre los míos. Fue sutil, pero su reacción fue inmediata. Los ojos de Stella se abrieron un poco más y su rostro se tornó rojo antes de que apartara la mirada con nerviosismo.
Kross[B]: “Nada de eso, solo venimos a.… disfrutar de buena comida.”
La Baryonyx dejó escapar una pequeña risa y miró a Stella con cierta complicidad.
Baryonyx: “Lo siento por ti, chica.”
Stella parpadeó confundida antes de suspirar y asentir con resignación, aún con el rubor en su rostro.
Baryonyx: “Síganme. Les mostraré su mesa.”
Nos llevó a través del restaurante. Se notaba de mejor calidad que un sitio promedio, aunque a la mesa que nos llevo era... especial por así ponerlo. La iluminación era más cálida, el ambiente tranquilo apartado del resto y la disposición de las mesas tenía un aire más… tranquilo.
Nuestra mesa tenía una vela en el centro, aunque no estaba encendida.
Baryonyx: “Aquí tienen.”
Nos entregó los menús antes de marcharse, pero antes de irse, le guiñó un ojo a Stella.
Blue: (Eso fue raro.)
Red: (Sí. ¿Por qué hizo eso?)
Blue: (No tengo idea.)
Dejé pasar el pensamiento y abrí el menú.
Pasaron un par de minutos en los que ambos revisamos las opciones en silencio, hasta que decidí preguntar.
Kross[B]: “¿Qué vas a pedir?”
Stella no respondió de inmediato. Sus ojos recorrían el menú con un brillo distinto, como si estuviera decidiendo algo realmente importante.
Stella: “¿Te gustaría compartir una pizza?”
Kross[B]: “¿Una grande? ¿Mitad y mitad?”
Stella asintió con entusiasmo.
Stella: “Sí, estaba pensando en algo con champiñones y albahaca, tal vez una quattro stagioni… o una... margherita, también se ve buena.”
Blue: (Tiene sentido, considerando lo que come.)
Red: (¿Cuál pedimos nosotros?)
Kross[B]: “Tal vez pida algo normal… aunque la pizza meteórica suena bien.”
Stella sonrió levemente.
Stella: “Es buena elección, y más para ti que te gusta la carne. Y podríamos pedir algo más de acompañamiento, como pan de ajo o papas al horno.”
Kross[B]: “¿Algo más? Tienen una buena selección de jugos o bebidas.”
Stella pasó la página del menú con más interés.
Stella: “Eso estaría bien y tal vez podríamos pedir un postre después. Mira esto… tienen tiramisú, panna cotta y hasta cannoli.”
Se veía bastante emocionada con eso.
Asentí. Con eso, nuestra elección estaba prácticamente lista.
Justo en ese momento, el sonido de unas puertas dobles siendo golpeadas interrumpió el ambiente del restaurante. No fue un sonido sutil. Fue una patada bien colocada que hizo que las puertas se abrieran de golpe, chocando contra las paredes.
Y de la nada…
¿?: “¡¿ALGUIEN DIJO PIZZA?!”
Un T-rex grande, de piel grisácea y con una actitud explosiva, atravesó el restaurante con pasos firmes. Era imposible ignorarlo. No solo por su tamaño, sino por la energía que irradiaba con cada palabra.
Red: (Exactamente como la primera vez.)
Blue: (Así es.)
El T-rex avanzó entre las mesas entregando algunos platos a los clientes con un ritmo rápido y eficiente. Cada entrega iba acompañada de un comentario animado, un chiste o una palabra en italiano entremezclada en sus frases.
Finalmente, llegó hasta nosotros, con esa expresión llena de orgullo y una gran sonrisa.
T-rex: “¡Benvenuti a mi ristorante! ¡Yo soy Moe! ¿Qué les gustaría ordenar, ragazzi?”
Su acento era fuerte, su tono alto y exagerado, pero no de una manera molesta, sino con esa energía única que hacía que todo pareciera más vibrante. Stella y yo le dijimos nuestro pedido: la pizza mitad y mitad, un par de jugos, los palos de ajo con papas y los postres.
Moe golpeó la mesa con una de sus pequeñas manos con entusiasmo.
Moe: “¡Excelente elección! Tendrán su pedido listo in un attimo.”
Antes de irse, sacó un encendedor y prendió la vela en el centro de la mesa con un movimiento dramático.
Moe: “Espero que la bella pareja disfrute de su cita in questa tarde romantica.”
Y sin darme tiempo de decirle absolutamente nada, se fue como un huracán hacia la cocina.
Blue: (… ¿Bella pareja?)
Red: (¿Romantica...?)
Giré la cabeza hacia Stella. Estaba completamente roja, con la mirada apartada y los labios ligeramente apretados, como si intentara no reaccionar más de lo que ya lo había hecho.
Justo en ese momento, sentí un calor extraño subir por mi rostro.
Blue: (… ¿Por qué me arde la cara?)
Red: (No lo sé. Pero no me gusta no saberlo.)
Blue: (A mí tampoco.)
No nos molestaba. No se sentía mal. Pero tampoco entendíamos qué significaba exactamente.
Red: (Cuando volvamos con Spears y la tía Fang, vamos a preguntarles. Sí o sí.)
Blue: (Sí. No puedo seguir con esta maldita duda.)
Me pasé una mano por la nuca, tratando de ignorar la sensación de ardor.
Kross[B]: “Bueno…”
Quería cambiar el tema. Algo. Cualquier cosa.
Stella también parecía querer decir algo, pero al igual que yo, tardó unos segundos en reaccionar.
Kross[B]: “…Tiene una actitud… explosiva.”
Stella soltó una risa nerviosa.
Stella: “Sí... bastante.”
Se hizo un pequeño silencio incómodo.
Stella: “Pero… parece alguien muy apasionado con su trabajo.”
Kross[B]: “Sí… supongo.”
Otro silencio.
Red: (¿Por qué esto es tan incómodo?)
Blue: (No lo sé.)
Stella: “Y el acento… es muy único.”
Kross[R]: “Sí… muy marcado.”
Stella: “No he conocido a nadie que hable así antes... sin contar a cuando Rosa habla en español.”
Kross[R]: “Tampoco yo.”
Silencio otra vez.
Blue: (Esto es insoportable.)
Red: (Dios, di algo.)
Kross[B]: “Pero bueno… la comida aquí es buena.”
Stella: “Sí… eso es lo importante.”
Poco a poco, la tensión disminuyó y la conversación se volvió más fluida. No mencionamos nada de lo que había pasado en el día. No hacía falta.
En un punto, Stella me miró con curiosidad.
Stella: “¿Cómo es vivir con el director?”
Me quedé pensando en la respuesta por un momento.
Kross[B]: “Es... ¿bueno?”
No tenía muchas referencias para compararlo, pero sabía que vivir con Spears y la tía Fang era lo mejor que me había pasado desde que escape.
Kross[B]: “Es la primera vez que vivo... con alguien como él, o más bien el simple hecho de tener a alguien así en un mismo techo, porque... ya sabes...”
No terminé la frase. No hacía falta.
Stella entendió.
Kross[B]: “Aunque parezca demasiado estricto, mi... Spears y su esposa me dan bastante libertad para hacer lo que quiera. La... tía Fang es la que más muestra preocupación por si me pasa algo. Como dije no son muy estrictos, como mucho, me piden que me cuide y esfuerce en las clases, pero eso no es un problema.”
Stella asintió con una leve sonrisa.
Stella: “Me alegra saberlo.”
Kross[B]: “¿Y tú? ¿Cómo es vivir con tus... padres?”
Stella se acomodó un poco en su asiento antes de responder.
Stella: “Vivo con los dos, pero los veo poco por su trabajo. Aun así, siempre me han demostrado que me quieren. Se preocupan mucho por mí… a veces demasiado.”
Señaló su bolso con una ligera sonrisa.
Stella: “Me dieron algo para que sepan dónde estoy en caso de una emergencia. Nunca lo eh tenido que ocupar, pero me dijo que no tardarían en llegar personas a ayudar”
Stella saco de su bolso un pequeño aparato con un botón, diseño simple para una funcionalidad simple
Stella: “Pero, fuera de eso, sé que me aman y que siempre han hecho lo posible para estar ahí para mí. Tampoco me han dicho nada por mis hobbies, aunque sí me han dicho que debo mejorar en algunas materias.”
Hizo una pequeña mueca, como si ese último detalle le pesara un poco más de lo que quería admitir.
Me quedé en silencio unos segundos, pensando en lo que había dicho. No estaba seguro de por qué, pero antes de que pudiera detenerme, las palabras salieron solas.
Kross[B]: “…Si necesitas ayuda con eso, puedo... ayudarte.”
Stella parpadeó, claramente sorprendida.
Kross[B]: “No sé si podré enseñarte bien, pero… puedo tratar.”
Lo dije sin pensar demasiado, y al darme cuenta, desvié un poco la mirada. No estaba acostumbrado a ofrecer ese tipo de cosas. Pero con Stella… era diferente.
Por un instante, no dijo nada. Luego, su expresión se suavizó y una pequeña sonrisa apareció en su rostro.
Stella: “Gracias, Kross. En serio.”
Red: (¿Por qué siempre nos pasa esto con Stella?)
Blue: (No lo sé...)
No tuve tiempo de responderle porque, en ese momento, las puertas de la cocina volvieron a abrirse de golpe.
Moe: “¡¿Alguien ordenó una maldita pizza?!”
El T-rex entró con la misma energía explosiva de antes, moviéndose con una rapidez impresionante para su tamaño mientras entregaba platos en otras mesas con precisión calculada. Su voz resonaba en todo el restaurante, con ese acento inconfundible que hacía que sus palabras fueran aún más dramáticas.
Finalmente, llegó hasta nuestra mesa y deslizó con facilidad la gran pizza frente a nosotros. Una mitad era la que Stella había elegido, una pizza vegetariana, mientras que la otra era la Meteórica. Y sinceramente se veía espectacular.
Junto a la pizza, colocó nuestros bebestibles y unos palos de ajo con una porción de papas doradas con hierbas.
Moe: “Ecco! Una bellissima combinación. De un lado, tenemos una deliziosa pizza de espinaca, champiñones y ricotta, ligera ma saporita, y del otro, la grandiosa pizza Meteórica, con suficiente carne per soddisfare a cualquier cazador. ¡Un equilibrio perfetto!”
Extendió los brazos dramáticamente, como si estuviera presentando una obra de arte.
Moe: “Dime, ragazzo, ¿qué ocasión especial ha traído a una coppia tan joven y encantadora a mi ristorante esta tarde?”
La reacción fue inmediata. Stella se puso completamente roja otra vez, mientras que yo abrí la boca para corregirlo.
Kross[B]: “Señor Moe, no es lo que—”
No alcancé a terminar.
Moe: “¡Ah-ah! No me digas ‘señor’, me hace sentire più vecchio, ragazzo.”
Antes de que pudiera procesarlo, sentí su enorme mano revolverme el pelo con entusiasmo.
Moe: “Ah, el amore giovane… così innocente, così sincero. ¡Disfruten la velada, ragazzi!”
Apenas si tuve tiempo de abrir la boca antes de que una voz interrumpiera la escena.
Baryonyx: “¡Moe!”
Giré la cabeza en dirección a la voz. La recepcionista estaba en el mostrador, y junto a ella, una parasaurio celeste esperaba con los brazos cruzados y una expresión impaciente.
Baryonyx: “Código K en la línea 1.”
En cuanto Moe escuchó eso, su expresión cambió al instante. Bajó la cabeza con un suspiro largo y pesado, como si una enorme carga acabara de caerle encima.
Moe: “Maledizione…”
Sacudió la cabeza, girándose levemente hacia nosotros.
Moe: “Perdonatemi, ragazzi. Tendremos que posponer nuestra bella charla. Me toca lidiar con una madre furiosa.”
Dicho eso, se alejó rápidamente hacia la recepción.
Red: (¿Código K…?)
Blue: (No tengo idea.)
Pero lo que sí sabía era que, por fin, podríamos comer.
Kross[B]: “Buen provecho Stella, a disfrutar.”
Tomé una rebanada de mi mitad de la pizza y le di el primer bocado. La combinación de ingredientes estaba en su punto justo. El sabor ahumado de la salchicha, el toque salado de las anchoas, el equilibrio del pepperoni con el jamón… cada elemento se complementaba a la perfección. Moe y su equipo realmente sabían lo que hacían.
Eché un vistazo a Stella, justo cuando ella también tomaba un pedazo de su mitad y le daba una mordida. En cuanto el sabor golpeó su lengua, cerró los ojos y dejó escapar un pequeño sonido, llevándose una mano a la mejilla con una expresión de puro deleite.
Stella: “Oishii…”
No tenía idea de qué significaba eso, pero su tono y expresión lo decía todo.
Red: (¿Qué dijo?)
Blue: (Tu déjala ser, es mejor.)
Una sonrisa se formó en mi rostro.
Kross[B]: “¿Está buena?”
Stella abrió los ojos y asintió con entusiasmo.
Stella: “¡Es maravillosa! Todo está en su punto exacto.”
Miré la rebanada que aún tenía en mi mano.
Red: (… ¿Lo vas a hacer?)
Blue: (Sí. Estamos con Stella, un poco de gracia no nos matará.)
Kross[B]: “Se me acaba de ocurrir algo.”
Stella me miró con curiosidad mientras levantaba la rebanada de pizza que me quedaba, haciendo un pequeño gesto con ella.
Sin pensarlo demasiado, la lancé al aire, inclinando la cabeza para atraparla de un solo movimiento. Y lo logré… en su mayoría.
Un pedazo de queso y salsa terminó cayéndome en la cara.
Stella soltó una risa ligera, cubriéndose la boca con la mano.
Stella: “Kross… eres un tonto.”
No sonaba como una crítica. Más bien, como si se divirtiera con la escena.
Blue: (Creo que valió la pena.)
Red: (Definitivamente.)
Después de eso, seguimos comiendo. La pizza era una maravilla, pero los palos de ajo y las papas no se quedaban atrás. Crujientes por fuera, suaves por dentro, con el equilibrio perfecto de condimentos y mantequilla. Incluso el ajo estaba en el punto justo, sin ser abrumador.
Había pasado un rato cuando un hombre se acercó a nuestra mesa con una bandeja en las manos. No era Moe.
Red: (… ¿Por qué parece un perro?)
Blue: (No tengo idea.)
El tipo tenía una expresión relajada, casi perezosa. Llevaba puesto el uniforme del restaurante y, en la bandeja, traía dos porciones de postre.
Camarero ¿?: “Aquí tienen, muchachos. Dos porciones de tiramisú, recién preparado, disfruten.”
Stella miró los postres con los ojos brillando de emoción.
Kross[B]: “Gracias.”
El tipo dejó los platos frente a nosotros y se giró para marcharse, pero aproveché el momento para decirle algo.
Kross[B]: “Antes de que te vayas, ¿podrías decirle a quien cocinó esto que realmente no tiene comparación? En serio que no puede estar tan delicioso.”
El hombre se detuvo y me lanzó una mirada divertida.
Camarero ¿?: “Me lo tomaré como un cumplido. Yo cociné su pedido.”
Parpadeé.
Kross[B]: “Oh. Entonces, gracias por preparar algo tan bueno. Soy Kross.”
El tipo asintió con una media sonrisa.
Eddie: “Eddie. Disfruten el postre.”
Y con eso, se fue.
El tiramisú estaba a otro nivel. El equilibrio entre el café, el mascarpone y el cacao era impecable, con la textura justa entre firme y esponjosa. Pero, más que el postre en sí, me entretuvo ver la reacción de Stella con cada bocado. Su cola se movía levemente con cada cucharada, golpeando el suelo con pequeños toques rítmicos, y en más de una ocasión, cerró los ojos con una expresión de felicidad pura.
Después de terminar, nos tomamos un momento para reposar.
En un punto, Stella se levantó, recogiendo un poco su falda con ambas manos en un gesto automático.
Stella: “Voy a… ahora vuelvo, ¿sí?”
No necesitaba preguntar nada.
Kross[B]: “Te esperaré en la entrada.”
Stella asintió y se fue por uno de los pasillos laterales del restaurante. Me puse de pie y caminé hasta la caja para pagar la cuenta.
Red: (¿En serio vamos a hacerlo?)
Blue: (Sí. Apenas usamos el dinero que nos dan Spears y la tía Fang. No está mal gastarlo en esto.)
Red: (… No lo niego.)
Cuando llegué al mostrador, me encontré con Moe. El T-rex estaba revisando algo en la pantalla con una mano en la cadera y la otra frotándose la mandíbula con un gesto pensativo.
Kross[B]: “Quisiera pagar la cuenta.”
Moe levantó la vista, sonriendo con su característica energía.
Moe: “¡Ah, ragazzo! ¿Ya hanno finito?”
Asentí sin saber mucho a que ser refería.
Kross[B]: “La comida, todo en general estuvo increíble.”
Moe soltó una carcajada mientras tecleaba algo en la pantalla.
Moe: “¡Ma certo! Solo servimos lo mejor aquí, giovanotto. Espero que hayas disfrutado la velada con la bella ragazza.”
Red: (Otra vez con eso.)
Mientras sacaba el dinero para pagar, solté un leve suspiro.
Kross[B]: “No es una velada ni nada de eso. Solo aprovechamos para comer antes de seguir con lo que estábamos haciendo.”
Moe tomó el dinero con una sonrisa, pero no respondió de inmediato. Lo vi echar un vistazo por la ventana y, sin necesidad de ver al hora, noté lo obvio. El tiempo paso volando acá y ya se había hecho bastante tarde.
Moe: “Entonces, dime, ragazzo. ¿Qué hacían antes tú y tu ‘amiga’?”
No me pareció una pregunta extraña, así que simplemente respondí.
Kross[B]: “Estábamos ayudando a alguien de nuestro grupo a encontrar un lugar para que su banda toque. Es una ptero de color menta. Pero no hemos encontrado nada hasta ahora.”
El T-rex ladeó un poco la cabeza, como si estuviera conectando piezas en su mente.
Moe: “¿Una ptero color menta?”
Asentí.
Kross[B]: “Así es. Llevamos un rato buscando juntos y no ha habido suerte. Nos separamos y no sé si logro conseguir un sitio.”
La sonrisa de Moe se ensanchó, y dejó escapar una carcajada breve.
Moe: “Dimmi una cosa… ¿por casualidad se llama Lucy?”
El nombre me hizo pensar un segundo.
Kross[B]: “Eso es lo que dijo su madre, aunque ahora se hace llamar Fang. ¿Como lo sabe?”
Moe se río de nuevo, apoyando los codos en el mostrador con un aire de nostalgia.
Moe: “¡Por supuesto que lo se! Mi cara nipote, Lucy. Hace tiempo que no escucho ese nombre.”
Fruncí el ceño.
Kross[B]: “¿Nipote?”
Moe agitó la mano en el aire.
Moe: “Ah, no somos familia de sangre. Pero soy el padrino de boda de su padre, así que es como si lo fuéramos, la considero mi sobrina.”
Eso explicaba su reacción al escuchar su nombre.
Moe: “Escúchame ragazzo, si no han encontrado un lugar, podrían usar mi restaurante. Puede que no lo parezca, pero podemos mover algunas cosas para darles espacio.”
No esperaba esa respuesta.
Kross[B]: “… Se lo diré a Fang cuando pueda. Gracias por la sugerencia.”
Moe sonrió con satisfacción.
Moe: “No es problema, ragazzo. Haría cualquier cosa por la famiglia.”
Iba a responder, pero antes de que pudiera hacerlo, Moe inclinó la cabeza levemente y me miró con algo distinto en su expresión.
Moe: “Pero hay otra cosa que debo decirte.”
Mi mirada se mantuvo fija en él.
Kross[B]: “¿Qué cosa?”
Moe apoyó ambas manos en el mostrador, inclinándose un poco hacia adelante.
Moe: “Escucha, ragazzo. Puedes decirme lo que quieras. Puedes decir que no es una velada, que solo están aquí por coincidencia, cualquier cosa. Pero déjame decirte algo…”
Sus ojos se clavaron en los míos con una intensidad diferente.
Moe: “Se nota.”
Red: (¿Se nota qué?)
Moe no nos dejó interrumpir.
Moe: “Lo ves en la forma en que se miran. En cómo se comportan el uno con el otro. Puede que no lo entiendas todavía, pero ella es importante para ti. Y se nota bastante que tú eres importante para ella.”
Algo en mi pecho se apretó levemente.
Kross[B]: “Si se refiere a Stella, ella es una amiga muy importante para mí. Me preocupo por ella, pero…”
Red: (… ¿Le decimos nuestras dudas?)
Blue: (No lo sé. Pero él parece saber más que nosotros...pero...)
Antes de que pudiera pensar en una respuesta, Moe volvió a hablar.
Moe: “Te daré un consejo, ragazzo. Un buon consiglio.”
Apoyó una mano en su pecho.
Moe: “Cuando alguien es importante para ti, no significa que debas cargar con sus problemas. No significa que debas ser quien resuelva todo. Ese no es el camino.”
No aparté la mirada de él.
Moe: “Si quieres que lo que tienes con ella sea algo bueno, algo que realmente valga la pena…”
Se inclinó un poco más, como si estuviera compartiendo un secreto.
Moe: “El verdadero secreto... ‘Il segreto dell'amore’ muchacho”
Moe pronunció esa última frase en italiano que no entendí del todo, pero por el tono, supe que era algo importante.
Moe: “Apoyo, ragazzo. Apoyo mutuo. Ese es el secreto. No se trata de ser el héroe de nadie. Pero pueden ser su mejor apoyo el uno para el otro. Se trata de estar ahí cuando realmente importa.”
Mi mente trató de procesar sus palabras.
Red: (… ¿Apoyo mutuo?)
Blue: (Eso dijo. Pero no entiendo del todo.)
Moe sonrió ampliamente para luego reír por mi reacción.
Moe: “Jajajaja BADA ¡BING!”
Desde la cocina, una voz fuerte respondió de inmediato.
¿?: “¡Bada boom!”
Moe giró la cabeza hacia la cocina.
Moe: “¡Jerry, vuelve al trabajo!”
El sonido de una olla cayendo se escuchó en la distancia. Moe negó con la cabeza antes de volver a mirarme.
Moe: “Escucha, ragazzo. Cuida a tu amiga. Se nota que ella te aprecia mucho.”
Algo en su tono hizo que el peso de sus palabras quedara marcado en mi mente.
Moe: “Ya hablé demasiado. Tengo que volver a la cocina.”
Kross[B]: “Gracias... por todo... supongo.”
Moe asintió con una sonrisa y me hizo un gesto con la mano.
Moe: “Dale mis saludos a Lucy cuando le digas que mi restaurante está disponible para su banda.”
Y con eso, se fue.
Me quedé en silencio por un momento, procesando lo que acababa de escuchar.
Red: (… ¿Apoyo mutuo?)
Blue: (Comprobaremos esto con Spears y tía Fang.)
Un toque en mi hombro interrumpió mis pensamientos. Al girarme, vi a Stella parada detrás de mí.
Sacudí un poco la cabeza, decidiendo qué pensaría en eso después.
Kross[B]: “Bueno Stella, ya está todo listo. Podemos irnos.”
Stella asintió, pero antes de moverse, su expresión cambió levemente.
Stella: “¿Pagaste toda la cuenta solo?”
Kross[B]: “¿Sí?”
Stella: “Kross, no era necesario que hicieras eso. Podía pasarte mi parte para que no pagaras todo.”
Negué con la cabeza mientras guardaba las manos en los bolsillos.
Kross[B]: “No hace falta, Stella. Tómalo como... un gesto para olvidar el mal rato con cierta melocotón.”
Ella parpadeó sorprendida antes de que un leve rubor coloreara sus mejillas.
Stella: “… Gracias, Kross.”
Cuando salimos del restaurante, lo primero que noté fue la forma en que la luz anaranjada de la tarde bañaba las calles. El sol descendía lentamente en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos cálidos, una mezcla entre dorado y rojo apagado. Las sombras de los edificios y las farolas comenzaban a alargarse, y el aire tenía esa frescura sutil que anunciaba el final del día.
No dimos muchos pasos antes de que sintiera algo alrededor de mi muñeca.
Stella había vuelto a enrollar su cola ahí… pero también aprovecho para hacer algo más. Sus dedos buscaron los míos, entrelazándose con naturalidad, como si fuera lo más normal del mundo.
Red: (Otra vez esto...)
Blue: (Es... agradable.)
No dije nada. No solté su mano.
Seguimos caminando, dejando que el ambiente tranquilo nos envolviera hasta que Stella habló.
Stella: “Pasamos bastante rato en el restaurante.”
Asentí levemente mientras sacaba mi celular con la otra mano.
Kross[B]: “Sí. Aunque valió la pena. El T-rex parece ser conocido de Fang y me dijo que puede usar el restaurante con su banda.”
Stella sonrió suavemente y luego pareció recordar algo.
Stella: “Deberías avisarle a Fang, revisa si te mando un mensaje o algo.”
Kross[B]: “Déjame revisar mi celular.”
Saqué el celular con mi mano libre y abrí la pantalla y revisé las notificaciones. Había mensajes de Fang... y también de Spears.
Blue: (… Deberíamos acostumbrarnos a ponerle sonido a esto.)
Red: (Sí. Aunque lo ignoraríamos igual.)
El primer mensaje era de Fang, enviado hace diez minutos.
Fang: “Nada, ni con mi estúpido hermano y sin la zorra de Naomi encontramos un puto sitio. Si necesitan que los llevemos, avísenme.”
Se lo pasé a Stella, quien lo leyó en silencio antes de mirarme.
Stella: “Mmm…”
Se quedó pensativa por un momento antes de responder.
Stella: “No quiero irme aún. Creo que... quiero disfrutar un poco más de este paseo.”
Kross[B]: “Está bien. De todas formas, me aseguraré de que llegues bien a tu casa.”
Stella sonrió ante ese comentario mientras colocaba la pantalla de mensajes y le respondí a Fang.
Kross: “No necesitaremos que nos lleves, pero tengo una noticia.”
Fang: “?”
Red: (Respondió rápido.)
Fang: “Haber que paso”
Kross: “Encontré un sitio para que toquen.”
Fang: “???????????????????”
Kross: “Un restaurante cerca de Little Tru. Y al parecer, el dueño es un familiar tuyo de ahí, te manda saludos. Un T-rex.”
Fang tardó un segundo en responder antes de mandar otro mensaje.
Fang: “¿El tío Moe?”
Kross: “Sí. Mencionó ser tu padrino, así que debe ser él. Aquí la dirección.”
Pizzería - Dino Moe's.
Fang: “Kross, te juro que, si estuviera ahí, te—”
Mensaje eliminado.
Red: (… Eso es nuevo.)
Fang: “Gracias.... En serio.”
Kross: “No hay problema.”
Guardé la conversación y pasé a los mensajes de Spears.
Spears: “¿Dónde estás? Se está haciendo tarde.”
El mensaje tenía ya veinte minutos.
Kross: “Dando un paseo con Stella. Nos separamos del grupo.”
Spears respondió rápido.
Spears: “¿Todo bien?”
Red: (Mejor no le decimos sobre lo de Naomi.)
Blue: (Si... es lo mejor con el.)
Kross: “Sí. No ha pasado nada. Tal vez llegue un poco tarde. Caminaremos un rato más. Me aseguraré de que llegue bien a su casa tambien.”
La respuesta de Spears tardó un poco más, pero fue simple.
Spears: “No espero menos de ti, Kross. Cuídense ambos.”
Kross: “Lo haré. Avisare cuando vaya en camino.”
Bloqueé la pantalla y la guardé en mi bolsillo.
Seguí caminando con Stella, aun sintiendo su cola alrededor de mi muñeca y sus dedos entrelazados con los míos. Continuamos un rato más hasta llegar a una plaza pequeña. No era un lugar particularmente llamativo, pero tenía su encanto. Algunas bancas de madera se alineaban bajo los árboles, con farolas distribuidas de manera uniforme, iluminando suavemente la zona.
Stella miró a su alrededor y luego se giró hacia mí.
Stella: “¿Nos sentamos un rato?”
Kross[B]: “Claro.”
Nos dirigimos a una de las bancas vacías y tomamos asiento. Apenas nos acomodamos cuando una corriente de aire frío recorrió el lugar. No me molestó en absoluto, pero cuando miré a Stella, noté que se estremeció ligeramente.
Red: (… No me gusta eso.)
Blue: (Tampoco a mí.)
Hubo un breve silencio entre nosotros. No era como si no supiera qué hacer, pero…
Red: (Espera, ¿esto no sería demasiado cliché?)
Blue: (¿Prefieres que pase frío?)
Red: (… No.)
Sin pensarlo más, me quité la chaqueta y la coloqué sobre los hombros de Stella. Ella me miró con cierta sorpresa antes de aceptarla, envolviéndose en la tela con rapidez.
Le quedaba grande. Era obvio, considerando que yo era más alto que ella, pero, aun así, el contraste me resultó… curioso.
Stella bajó un poco la cabeza, apretando la chaqueta con sus manos.
Stella: “…Gracias.”
No dije nada, pero vi cómo su expresión cambió levemente. Parecía más cómoda, más tranquila. Y sin previo aviso, se inclinó ligeramente, apoyando su cabeza en mi hombro mientras dejaba escapar un suspiro suave, como si acabara de encontrar la posición perfecta.
Red: (… Oh.)
Blue: (… Bueno, no me lo esperaba.)
Nos quedamos en silencio por un momento. No era incómodo, de hecho, era… agradable. Después de un rato, Stella habló.
Stella: “La comida estuvo deliciosa.”
Kross[B]: “Sí.”
Stella: “Pero más que eso… me gustó pasar el tiempo contigo.”
Me giré un poco para verla, aunque ella no se movió de mi hombro.
Stella: “Gracias por invitarme, Kross.”
No estaba segura de por qué, pero su tono hizo que mi pecho se sintiera… diferente.
Red: (Tienes que decir algo.)
Blue: (Sí, pero ¿qué exactamente?)
Kross[B]: “Yo también disfruté… tu compañía.”
Las palabras me salieron más torpes de lo que esperaba. No estaba acostumbrado a decir cosas así. Stella se quedó en silencio por un momento, pero luego sonrió suavemente.
Stella: “Sabes… has cambiado.”
Levanté una ceja.
Kross[B]: “¿Cómo?”
Stella: “Te noto más... relajado. Ya no calculas cada cosa que haces. Antes, parecías contenerte en todo momento.”
Pensé en ello.
Kross[B]: “Yo también lo he notado. Supongo que… es gracias a ti.”
Stella levantó la cabeza apenas un poco, lo suficiente para mirarme a los ojos.
Kross[B]: “Contigo, he empezado a considerar algo que antes nunca pensé…”
Tomé aire.
Kross[B]: “Vivir mi vida.”
Stella parpadeó un par de veces, y entonces, sin decir nada, se movió.
Antes de que pudiera reaccionar, pasó un brazo alrededor de mi pecho y se acurrucó más contra mí, abrazándome.
Stella: “Me gusta que haya sido yo quien hizo ese cambio. Me alegro por ti.”
No supe qué decir. Así que simplemente, me quedé ahí. Dejando que Stella se apoyara en mí, de repente pase un brazo sobre sus hombros en un gesto instintivo. Había algo cómodo en su cercanía, en la calidez de su cuerpo contra el mío.
Blue: (Se siente… bien.)
Red: (Sí…)
Cerré los ojos, relajándome un poco más mientras repasaba mentalmente el día. Desde que llegué a la casa de Fang, la búsqueda del lugar con la banda, la charla con ella… luego la discusión entre Stella y Naomi, el momento en que fui a buscar a Stella…
Y entonces, recordé algo.
Apreté levemente la mandíbula.
Blue: (… Carajo, lo olvidamos.)
Red: (No puede ser. Y no vimos a nadie cerca de la plaza... mierda.)
La primera vez que las sentí fue antes de encontrar a Stella, cuando estaba en su búsqueda. No les di demasiada importancia en el momento, ya que desaparecieron en cuanto intenté localizarlas, además que Stella era prioridad. Pero ahora que lo pensaba… no fue mi imaginación.
No eran coincidencias.
No era paranoia.
Me concentré, bloqueando todos los sonidos innecesarios. Respiraciones. Pasos. Movimientos que no encajaban con el entorno.
1…
3…
No.
Cinco.
Cinco presencias.
Estaban cerca.
Y una de ellas… se estaba moviendo. Se acercaba a nuestra posición.
Blue: (Mierda.)
Red: (Mierda, mierda, mierda.)
Mi cuerpo se tensó de inmediato.
Stella lo notó al instante.
Stella: “… ¿Kross?”
Su voz era suave, pero con una pizca de duda.
Stella: “¿Te incomoda que—?”
No la dejé terminar.
Kross[B]: “Stella. ¿Tienes a mano el dispositivo que te dieron tus padres? El que transmite tu ubicación.”
Red: (¿Para qué lo qui—?)
Blue: (Luego.)
Se quedó en silencio, parpadeando con confusión.
Stella: “Sí, está en mi bol—”
Kross[B]: “Actívalo. Ahora. No hay tiempo”
El tono de mi voz hizo que se pusiera aún más tensa.
Stella: “¿Qué? ¿Pero qué—?”
Kross[B]: “Solo hazlo. Confía en mi Stella.”
No podía explicarle nada ahora. No había tiempo.
Ella asintió nerviosa y se separó apenas de mí, buscando en su bolso con manos temblorosas.
Stella: “Ya está… Lo presioné. Kross, ¿qué está pasando?”
Blue: (Viene.)
Red: (¡Mierda, se está acercando rápido!)
Mi respiración se volvió más pesada.
No había más tiempo.
Kross[B]: “Abrázame. Fuerte.”
Stella titubeó, pero lo hizo.
Y en cuanto lo hizo, salté. No un simple salto fue un impulso con para tomar buena distancia de donde estábamos. Un segundo después, algo chocó contra la banca en la que estábamos sentados.
No, decir que “chocó” era quedarse corto.
La destrozó.
La madera y el metal se hicieron pedazos en un instante, fragmentos volaron en todas direcciones mientras una grieta se formaba en el suelo por el impacto.
Aterrizamos a unos metros de distancia. Stella jadeó contra mi pecho, aferrándose con más fuerza a mí. Y yo, con la mandíbula apretada, dirigí mi mirada hacia el lugar de impacto.
Blue: (… Tenemos un problema.)
Red: (Uno muy jodido.)
El ataque había fallado. Pero ahora… sabían que los había detectado.
No tenía tiempo para pensar.
Mis ojos se enfocaron en la figura que había destrozado la banca. Alto, corpulento, aunque no tanto como el bastardo del estacionamiento de la escuela. Este era un más pequeño en comparación, pero la fuerza con la que atacó la banca no era nada despreciable.
Stella seguía aferrada a mí, su respiración temblorosa contra mi cuello. Sus manos rodeaban con fuerza mi cuello, sus piernas seguían firmes alrededor de mi espalda y su cola se había enroscado en mi cintura, como si todo su cuerpo intentara asegurarse de que no la soltara. Yo la sujetaba con una mano en la espalda baja, la otra quedaba libre… aunque no por mucho tiempo, porque el siguiente ataque llegó en un instante.
Sentí el aire cortarse.
Mi brazo libre subió de inmediato, bloqueando el impacto antes de que pudiera alcanzarnos. Stella soltó un pequeño chillido de sorpresa mientras yo apretaba los dientes y respondía con una patada directa al estómago de quien fuera. El impacto fue sólido y la figura salió despedida varios metros, rodando por el suelo antes de detenerse.
No tardé en fijarme en él. Más bajo, más delgado que el primero, completamente distinto. No tenía relación alguna con el que destruyó la banca. Sus movimientos eran más rápidos, más ágiles. Neo parecían de la misma especie.
Pero no tuve tiempo de analizarlo más porque otra presencia se movió a mi derecha.
Apenas alcancé a ver la sombra antes de que el golpe llegara. Logré levantar la guardia a tiempo, pero el impacto me hizo retroceder varios metros. Salté hacia atrás para amortiguar la fuerza y evitar perder el equilibrio.
Stella soltó un jadeo ahogado, sus manos aferrándose aún más a mi cuello.
Stella: “¡K-Kross…!”
Kross[B]: “No es grave.”
Pero sí era jodido.
El que había atacado ahora era más alto que el segundo, pero con una diferencia clara: su cola estaba cubierta de plumas sin contar las de sus codos. No podía bajar la guardia ni un segundo, y mi instinto se disparó en cuanto sentí algo más desplazándose a mi izquierda.
El sonido del viento partiéndose fue mi única advertencia. Otro atacante se lanzaba directo hacia mí, pero esta vez no era un simple golpe: la cola avanzaba como una lanza, buscando perforar en un ataque rápido y letal.
Mi cuerpo reaccionó antes de que pudiera pensarlo. Moví la mano libre y atrapé la cola justo antes de que me alcanzara. Con un solo movimiento, usé su propio impulso en su contra y lo lancé con fuerza contra los otros.
Un momento de respiro.
Pero no de alivio.
Stella seguía temblando en mis brazos.
Blue: (Esto es una jodida pesadilla.)
Red: (No podemos pelear así. No con Stella aquí.)
El problema no era la pelea. Era el hecho de que tenía que protegerla al mismo tiempo.
Blue: (Falta uno.)
Red: (¿Dónde mierda está el quinto?)
Un escalofrío recorrió mi espalda antes de que pudiera terminar el pensamiento.
Kross[B]: “¡Stella, suéltame!”
No hubo tiempo para explicaciones, pero confió en mí. Cerró los ojos y aflojó el agarre de inmediato. En ese mismo instante, con la mano que la sostenía, la lancé lejos.
Stella: “¡KROSS—!”
SHRRK.
Un sonido cortante rompió el aire.
El frío recorrió mi hombro izquierdo en una sensación extraña, pesada, como si algo se hubiera desconectado. No fue como un golpe, ni un simple rasguño. Fue más profundo.
Pero no me detuve.
No podía.
Salté de inmediato en la dirección en la que había lanzado a Stella y la atrapé antes de que tocara el suelo. Con un solo movimiento, la aseguré detrás de mí, protegiéndola de cualquier otro ataque.
Fue entonces cuando Stella abrió los ojos.
Su rostro se descompuso por completo.
Stella: “K-Kross... tu br..... no-o...”
… Plop.
… Plop.
… Plop.
El sonido era constante. Algo húmedo tocaba el suelo en intervalos irregulares. No era lluvia.
Era sangre. Mi sangre.
Blue: (Esto es una jodida molestia.)
Si la situación antes ya era molesta, ahora lo era doblemente jodida por la ausencia de mi brazo. Mi vista se deslizó por un segundo hacia el suelo, donde el miembro amputado yacía a un par de metros, inerte, como si nunca hubiera sido parte de mí.
Red: (¿En qué momento nos jodimos tanto?)
Blue: (No es momento de preguntarnos eso.)
Apreté la mandíbula y obligué a mis músculos a reaccionar. No podía darme el lujo de perder más sangre. Concentré mi fuerza en cerrar la herida con la regeneración. No era perfecto, ni suficiente, pero tenía que servir para aguantar lo máximo posible.
Un movimiento detrás de mí me hizo tensarme aún más.
Stella.
Estaba completamente paralizada, con los ojos bien abiertos y las manos temblorosas. Su respiración era errática, sus pupilas dilatadas, atrapada en un estado entre el pánico y el horror.
Red: (Joder, esto no es bueno.)
Blue: (No, no lo es.)
Frente a mí, cinco figuras de distintos tamaños que me estudiaban, me analizaban, observando cada pequeño movimiento, esperando ver si intentaba algo.
Red: (Nos están cazando.)
Blue: (Lo sé.)
Cada segundo que pasaba, la situación parecía ir de mal en peor. Desde el primer momento en que comenzó todo, sentí que el control se me escurría entre los dedos como arena.
Red: (¿Cómo carajo llegamos a esto…?)
Blue: (Eso no importa ahora. No podemos permitir que a Stella le suceda algo.)
No podía permitirlo. No iba a permitirlo. Mis piernas se flexionaron levemente, preparándome para lo que viniera.
Respiré hondo.
No podía dejar tampoco que Stella siguiera en shock. Tenía que sacarla de ese estado, mantenerla enfocada. La miré de reojo, notando cómo su pecho subía y bajaba de forma irregular. Sus manos temblaban y apenas parecía capaz de procesar lo que tenía frente a ella.
Kross[B]: “Stella.”
No respondió. Sus ojos estaban fijos en mi brazo… o en lo que quedaba de él.
Kross[B]: “Escúchame.”
Su respiración se entrecortó y sus labios temblaron antes de que lograra decir algo.
Stella: “T-Tu… b-brazo… ¿Cómo…?”
No podía dejar que se centrara en eso.
Kross[B]: “No es nada.”
Sus ojos se abrieron más, como si quisiera decirme que no dijera estupideces.
Kross[B]: “Es recuperable.”
La duda en su expresión no desapareció, pero al menos logró mirarme directamente.
Kross[B]: “No importa lo que pase, te mantendré a salvo.”
Stella: “Pero…”
Kross[B]: “Confía en mí, Stella.”
Ella tragó saliva, aún sin saber cómo reaccionar.
Blue: (Bien. Ahora déjame pensar rápido...)
Había algo en sus ataques. Algo que no encajaba.... Ok.
Red: (¿Qué tienes?)
Blue: (Atacaron cuando estábamos solos o, mejor dicho, esperaron el momento en que no hubiera muchos testigos. La plaza estaba vacía y no había gente alrededor)
Red: (Eso significa que... ah. Por eso le pediste a Stella activar su aparato.)
Blue: (Exacto. Solo tenemos que aguantar. Para que el padre de Stella le diera algo como eso debe ser alguien ‘grande’, y de seguro tiene conexiones. Vendrán a buscarla. Solo nos tenemos que preocupar de cuidar a Stella.)
Red: (Y sin importar qué, mantenerla con vida.)
Blue: (No hay otra opción.)
Apreté los dientes, sintiendo el pulso de mi regeneración trabajando lo más rápido posible. No era suficiente. No serviría para recuperar el brazo..., pero al menos evitaría que perdiera más sangre.
Las cinco figuras seguían ahí, analizando cada movimiento que hacía. Esperando.
No importaba cuánto me jodiera la situación, no podían tocarla. No mientras yo pudiera evitarlo.
Blue: (Vamos… solo tienen que llegar a tiempo. Y de seguro estos imbéciles se largan. No quieren causar una escena.)
Uno de ellos se movió.
El mismo que me había arrancado el brazo, él tenía las garras más afiladas de los 5. No necesitaba más que un solo gesto suyo para que los demás reaccionaran casi al instante.
Blue: (Él es el líder.)
Red: (Y no me gusta la mierda que están haciendo.)
Las cinco figuras sacaron algo de entre sus ropas. Brilló bajo la luz de las farolas de la plaza.
Jeringas.
No esperé a averiguar qué mierda contenían. Mi reacción fue inmediata. 2 tiros.
Solté la presión en mis zapatillas con un rápido movimiento de los pies, deslizándolas fuera, sintiendo la superficie del suelo contra mis plantas. Y con precisión, lancé una patada a cada una, usando el impulso para que salieran disparadas directamente hacia sus objetivos.
La primera golpeó la jeringa del líder justo antes de que pudiera inyectarse el contenido. La segunda impactó a la del fortachón, el más grande, haciendo que la jeringa se rompiera entre de sus dedos.
Blue: (Si mi teoría es correcta, eso es lo que hizo que el tipo del estacionamiento se volviera un monstruo de la nada.)
Red: (Si esos dos la tomaban, estaríamos en problemas serios.)
Pero los otros tres no perdieron el tiempo. Se inyectaron el contenido sin dudar. No hubo cambios drásticos en sus cuerpos como lo que le paso a esa cosa. No crecieron de forma descomunal ni parecieron volverse más musculosos. Pero algo sí cambió.
Sus ojos.
Un rojo intenso, brillante y anormal.
Blue: (Esto no me gusta nada.)
Red: (Mierda.)
El líder les hizo un gesto. Y sin una sola palabra, los tres desaparecieron de mi vista.
Solo quedó el fortachón junto a él.
Y no necesitaba ser un genio para saber que venía directo hacia mí segundos después. Se lanzó con una embestida brutal, el suelo temblando con cada paso que daba.
Kross[B]: “¡Stella, atrás!”
No le di tiempo de reaccionar. La empujé con suficiente fuerza para alejarla unos metros de la trayectoria del ataque. Preparé la guardia para recibir el impacto.
Pero nunca llegó.
Algo se movió en mi visión periférica.
Blue: (¡Mierda, viene de la izquierda!)
El golpe impactó antes de que pudiera girarme por completo.
No del grandote. Fue el de la cola con plumas. Pero esta vez, las plumas no eran solo ornamentales.
La sensación fue inmediata. Un ardor punzante recorrió mi costado cuando las plumas impactaron contra mí. Se sintieron como navajas cortando a través de la tela y la piel, dejando una línea de ardor y sangre en su camino.
Su ataque me sacó del equilibrio y, en ese instante, el grande aprovechó la apertura para lanzarme un golpe ascendente. Alcé mi brazo derecho para bloquear.
El impacto fue brutal.
Mi propio bloqueo apenas sirvió para reducir la fuerza del golpe, pero, aun así, mi cuerpo fue enviado al aire como un maldito muñeco de trapo. El dolor apenas tuvo tiempo de registrarse cuando otra presencia apareció justo encima de mí.
Red: (¡Arriba!)
No había nada que pudiera hacer.
El delgado descendió en picada con un giro perfecto, su pierna extendida en una patada descendente. No me dio en la cabeza por poco. Pero su talón impactó de lleno en mi pecho. El suelo se acercó demasiado rápido.
La fuerza del golpe me estampó contra el pavimento, arrancándome el aire de los pulmones en un impacto seco y brutal, pero no tuve ni un respiro. Porque la dino del grupo ya venía con la siguiente ofensiva.
Blue: (¡Cola, al frente!)
Red: (¡Joder!)
El golpe llegó como una maldita estocada. Atrapé la cola entre las plantas de mis pies, sintiendo la presión del impacto en cada músculo mientras seguía empujando. No podía quedarme así. Giré sobre mí mismo, usando el agarre para redirigir la fuerza y sacarla de mi trayectoria. Mi cuerpo se estabilizó en el movimiento y, antes de que pudiera reaccionar, lancé una patada directamente a la dino.
No me quedé a ver si funcionó. Me reincorporé y levanté la guardia de inmediato.
Mi mirada se movió de inmediato, evaluando la situación con rapidez. Stella seguía en el suelo, demasiado aturdida para levantarse. Su respiración era irregular, entrecortada, y su expresión mostraba una mezcla de incredulidad y pánico que me hizo sentir un nudo en el estómago.
No podía permitir que le pasara nada.
Pero lo que realmente llamó mi atención fue otra cosa.
Los cuatro que me habían atacado… estaban en la misma posición de antes, inmóviles, como si fueran estatuas. No avanzaban, no intentaban otra ofensiva. Solo esperaban, como si fueran marionetas a la espera de que su titiritero les diera la siguiente orden. Y entonces lo entendí. Todo dependía de él. Del líder.
Todos retrocedieron unos pasos mientras él avanzaba, con una calma inquietante. No cambió su postura ni mostró una guardia agresiva. Solo se acercó, lento, deliberado, como si la pelea hasta ahora hubiera sido un simple calentamiento, un juego preliminar antes de lo que realmente importaba.
Y entonces habló.
Líder: “Impresionante… Realmente eres como nos dijeron, para que seas capaz de mantenerte en pie después de todo eso. El mejor experimento.”
Su voz era tranquila, segura, sin el más mínimo esfuerzo, como si estuviera comentando el clima en lugar de enfrentarse a alguien que acababa de derribar a sus subordinados.
Líder: “No es así… Acus?”
El sonido de esa palabra me hizo apretar la mandíbula con fuerza, sintiendo cómo los músculos de mi rostro se tensaban. Pero no fue mi reacción la que me puso en alerta. Fue la de Stella.
Escuché su susurro, apenas audible, repitiendo lo que ese tipo había dicho.
Stella: “¿Acus...?”
El líder se giró hacia ella, como si acabara de notar su presencia por primera vez. Sus ojos se posaron en ella con un interés que me hizo hervir la sangre.
Blue: (No.)
Red: (Ni lo pienses perra.)
No le di la oportunidad de observarla más. Me moví al instante, colocándome delante de Stella, como un muro entre ella y ese bastardo. Su expresión cambio mostrando un leve interés.
Líder: “Curiosa.... Esa reacción.”
Sus ojos pasaron de mí a Stella de nuevo, como si estuviera conectando los puntos de algo que solo él entendía.
Líder: “Parece que no conoces bien a nuestro objetivo...”
Su voz era casi casual cuando se dirigió a ella, como si estuviera teniendo una conversación trivial.
Líder: “Ese es su verdadero nombre, por si no lo sabías. Código Acus. O, para ser más exactos... Amenaza Completa, Unidad S.”
Blue: (Qué jodida basura está diciendo ahora.)
Líder: “Una herramienta que solo debía obedecer. Algo desechable con un objetivo preestablecido.”
Su tono se volvió levemente burlón, como si disfrutara de cada palabra que salía de su boca.
Líder: “Aunque, bueno… eso ya no importa.”
Kross[B]: “¡No soy una puta herramienta! Y jamás lo seré.”
Lo dije sin apartar la mirada de él, clavando mis ojos en los suyos con una intensidad que esperaba fuera suficiente para hacerle entender que no estaba jugando. Pero no se inmutó. Ni un ápice.
Líder: “No tiene relevancia lo que pienses, Acus. Vendrás con nosotros. Y.… no nos importa quién esté en medio.”
Cuando terminó de decirlo, sus ojos volvieron a Stella, y la ira me recorrió en el acto, como una corriente eléctrica que me hizo temblar de rabia.
Red: (Maldito hijo de puta.)
Kross[B]: “Ella no tiene nada que ver con esto.”
Líder: “¿Eso crees?”
Su tono era tranquilo, medido. Casi aburrido.
Líder: “La simple existencia de alguien a tu lado ya la hace un obstáculo.”
Mi mandíbula se tensó.
Líder: “Y los obstáculos deben ser eliminados.”
Red: (Maldito bastardo.)
Avancé un paso, sintiendo la tensión recorrer cada fibra de mis músculos, listo para actuar.
Kross[B]: “Si es a mí a quien quieres, entonces...”
No iba a dejar que hablara así. Mi cuerpo ya se estaba moviendo.
Kross[B]: “...iré de frente.”
Y no le di la oportunidad de responder. Ataqué sin dudar.
Red: (Dale con todo a ese bastardo.)
Cerré la distancia en un instante, buscando una apertura antes de que pudiera reaccionar.
Mi pierna se movió en un barrido directo a su rodilla. No impactó. Esquivó con precisión quirúrgica. No me detuve. Usé el giro para lanzar una patada a su costado. Su brazo bloqueó el golpe con una facilidad insultante.
Red: (Sigue atacando, no lo dejes pensar.)
Un golpe al hombro, otro al abdomen, uno más a su cuello. Movimientos precisos, dirigidos a puntos clave, buscando una sola apertura. Nada. El capullo esquivo cada uno como si solo estuviera jugando.
Me deslicé en un giro rápido, bajando mi centro de gravedad para atacar desde un ángulo diferente. Un puñetazo a sus costillas. Un codazo a la base del cráneo. No importaba lo que hiciera, ese cabrón lo bloqueaba todo con una facilidad absurda.
Blue: (Está leyendo cada movimiento.)
Me impulsé de golpe hacia atrás y, en el mismo instante, lancé una patada giratoria con toda la potencia que pude reunir.
Fue inútil.
Se inclinó apenas lo suficiente para evitarlo, como si ya supiera que iba a hacer ese ataque antes de que yo mismo lo decidiera.
Líder: “La pérdida de un brazo ha reducido mucho tu eficacia, Acus... es una pena.”
Apreté los dientes con fuerza.
Red: (No pares.)
Me moví de nuevo.
No podía permitir que hablara como si todo esto fuera una simple broma.
Volví a la carga con golpes aún más rápidos, más agresivos. Un puño directo a la mandíbula, una patada baja para desestabilizarlo, un golpe ascendente con el codo buscando su mentón.
No servía.
Era como si cada movimiento que hacía fuera completamente inútil. Como si estuviera peleando contra un espectro que simplemente se deslizaba a través de mis ataques sin esfuerzo.
Líder: “Lamentable. Qué irónico. En los registros estabas muy por encima de cualquier otro. Eficiente. Preciso. Letal. Pero ahora… ¿qué eres? Apenas un reflejo de lo que deberías ser.”
Mi rabia creció.
Red: (Cierra la distancia. Oblígalo a dejar de hablar.)
Forcé aún más mis movimientos, forzando giros más rápidos, combinaciones de ataques más impredecibles, cualquier cosa para romper su defensa.
Líder: “Así que esto es todo lo que queda del gran Acus. ¿De verdad crees que puedes hacer algo en este estado? No eres más que un experimento defectuoso que se aferra a una idea que nunca debió existir.”
No. No.
Red: (Cállalo.)
Ataqué sin parar, sin pensar, sin dudar. Pero cada golpe seguía fallando, y la desesperación empezó a instalarse en mis huesos.
Líder: “Patético.”
Se movió antes de que pudiera verlo venir.
No sentí el golpe.
No lo vi.
Solo supe que había impactado cuando mi cuerpo se dobló sobre sí mismo. El impacto en mi abdomen fue un muro de presión que me expulsó el aire de los pulmones al instante. Mis pies dejaron el suelo. Todo giró en mi visión. Y entonces…
SNAP
Sentí algo en mi espalda antes de que pudiera procesarlo. Un golpe brutal. Alguien más me había atacado. No lo vi venir. Mi cuerpo se tambaleó y, antes de poder recuperar el equilibrio, algo más me golpeó. El grandote. Su ataque me mandó varios metros hacia atrás antes de que finalmente impactara contra el suelo.
Stella: “¡Kross!”
Me levanté de inmediato como pude, forzando mi cuerpo a reaccionar, y lo escuché hablar a ese bastardo.
Líder: “Interesante... el cómo te sigue llamando...”
Su tono era burlón, como si nada le interesara.
Líder: “Al parecer, solo estuviste jugando sin hacer nada. Me decepcionas Acus, tanto que te alababan como su mejor creación... solo para esto.”
Mi vista se enfocó en él, tratando de encontrar una debilidad, algo que pudiera explotar.
Líder: “Pero era de esperarse. Ahora solo queda incapacitarte y llevarte con nosotros. Pero antes...”
Me tense de inmediato, no me gustaba como estaba diciendo las cosas.
Líder: “No podemos permitir que nadie sepa de esto.”
Mi mirada se dirigió a él antes de que siquiera dijera las siguientes palabras.
Líder: “Así que eliminaremos a quien sea necesario.”
Su mirada se clavó en Stella, y la sangre en mis venas hirvió.
Red: (BASTARDO)
Kross[R]: “¡No te permitiré tocarle una sola escama, hijo de puta!”
Me preparé para lanzarme de nuevo. Pero antes de que pudiera dar un solo paso, algo perforó mi espalda. Mi cuerpo se paralizó en el acto. La respiración se me cortó.
Blue: (…¿Qué—?)
Red: (…¿Qué—?)
La dino. Su cola. La estocada fue precisa. Y de inmediato, mi cuerpo comenzó a fallar.
Líder: “Ah, sí… olvidé mencionar eso.”
La voz del líder sonaba entretenida, como si estuviera disfrutando de cada segundo de esto.
Líder: “Nuestra compañera tiene genes venenosos en su estructura biológica. Con las modificaciones adecuadas, puede inyectar veneno desde su cola. Y gracias al refuerzo con las jeringas… su toxicidad se ha vuelto más efectiva.”
Mis piernas temblaron, sintiendo cómo la debilidad se apoderaba de mí. Hasta que ya no pude más y caí.
Líder: “No te matará, eso es seguro. Solo te incapacitará durante mucho tiempo.”
Blue: (Mierda… Mierda.)
Líder: “Por desgracia… eso solo se aplica a ti.”
Su tono se volvió más frío, más peligroso.
Mis ojos se abrieron más cuando la vi moverse. La dino empezó a caminar. Hacia Stella con la cola levantada apuntándole. Los demás se apartaron, dándole el camino libre.
Stella estaba todavía en el suelo. Intentó retroceder. Pero no tenía a dónde ir.
Blue: (¡Mueve el cuerpo, maldita sea!)
Red: (¡Responde carajo!)
Mi mente trabajaba a toda velocidad, buscando una salida, una forma de detener esto. Pero mi cuerpo no respondía. Podía sentir la presencia de Stella, el modo en que su respiración se volvía errática, desesperada. No tenía salida. Su espalda chocó contra un árbol. No podía ir más lejos.
Blue: (No. No. No.)
La escuché. Un sonido ahogado. Un sollozo silencioso.
Red: (¡Necesitamos hacer algo ahora!)
Blue: (... Tenemos una opción... Debo hacerlo... así creo poder sacar el veneno rápidamente para poder ir a toda velocidad por Stella.)
Red: (Pero—)
Blue: (No hay tiempo.)
Red lo sabía. Pero aun así…
Red: (Si lo haces.... En ese estado, tomar varias decisiones es complicado para ti, además de que Stella puede salir herida por tu falta de tacto, antes no molestaba, pero ahora…)
Blue: (...No importa.)
No quedaba opción. Solo quedaba una cosa que podía hacer.
Blue: (Creo... poder grabar una orden. Así capaz evite que le suceda algo.)
Mi respiración se hizo más pesada. Mi pulso latía con fuerza. La escuché. Una voz temblorosa. Un susurro.
Stella: “k-kross...”
Fue todo lo que necesité.
Red: (Date prisa, Blue. Si no la salvas…)
Red: (…Te juro... que ha...ré tu exist...enc..ia impo...si—.)
No hubo más dudas.
Todo desapareció.
Mi mente se enfocó en una sola cosa. Una sola orden auto impuesta
Blue: (Proteger a Stella.)
...
Blu: (Proteger a… Stella.)
......
B: (Proteger a..... ¿Proteger?)
.........
...: (¿…Quién?)
¿?: (Analizando... resultado encontrado.)
Objetivo primario establecido.
O-Blue: (Proteger a la Stego.)
...
...
...
Cuerpo - Mayormente funcional.
Estado del cuerpo - múltiples contusiones en distintas partes del cuerpo, heridas superficiales. Falta de un brazo. Izquierdo.
Sangrado - Actualmente detenido.
Alerta.
Venenos detectados - Múltiples. Combinación de varios agentes neurotóxicos y hemotóxicos de distintas especies.
Solución - redistribuir toxinas, concentrarlas en un solo punto.
Objetivo - expulsar veneno.
El cuerpo respondió en el acto. La regeneración acumuló las toxinas en el extremo del miembro amputado. Un líquido negro y denso emergió del tejido sellado, goteando con hacia el suelo.
Proceso completado. Visualizando entorno.
Cinco hostiles.
Una fémina en el suelo.
Ubicación actual - ... plaza... de una ciudad. No relevante
Hora - noche... no relevante.
Algo más... a la distancia.
Elemento adicional detectado - extremidad propia.
Prioridad – Baja. Recuperar después.
Movimiento hostil detectado...
Uno de los cinco individuos atacaba a la fémina que se encuentra en el suelo....
La fémina es una Stego.
...
Stego.
...
Proteger a la Stego.
El suelo dejó de existir por un instante. El mundo se desplazó con un parpadeo.
La Stego ya no estaba donde antes.
Ahora estaba en mi brazo.
Ubicación - 12 metros de distancia de los individuos hostiles.
Soltar a la Stego.
El análisis continuó.
Reacciones.
Cinco hostiles - sorpresa.
Stego - detención del llanto. Expresión de asombro.
Elemento adicional - brazo propio, a 4.3 metros de distancia.
Acción prioritaria - asegurar la Stego.
Proceso interrumpido.
Sonido detectado - voz.
Stego: “¿K-kross?”
...
E̶̢͑̐͋̄̕̚r̵̪̱̙̱͔̯̋̓̊̈̐r̵̡̨̧̟͎͈̪̭̯͋͂̕͜͝o̸̧̨͉͚̼̖̭̱̮̟̟̟̾̆͂̐͌̚͝ͅr̵̨͕̗̺̳͙͉̺̜̀̄̑̄͗̀̏̽͝͠.̵̛̰̳̖̖̲̘͙̦̤̝
...
Evaluando ‘Kross’ - inexistente.
Confirmar información. Respuesta inmediata.
O-Blue: “No hay información actual sobre ‘Kross’.”
Tono - neutral.
Continuar proceso.
O-blue: “No es importante en estos momentos, se recomienda esperar.”
Prioridad actual.
Mantener a salvo a Stel...
...
...
E̶̢͑̐͋̄̕̚r̵̪̱̙̱͔̯̋̓̊̈̐r̵̡̨̧̟͎͈̪̭̯͋͂̕͜͝o̸̧̨͉͚̼̖̭̱̮̟̟̟̾̆͂̐͌̚͝ͅr̵̨͕̗̺̳͙͉̺̜̀̄̑̄͗̀̏̽͝͠.̵̛̰̳̖̖̲̘͙̦̤̝
...
...
Stego.
...
...
Mantener a salvo a la Stego.
Nuevo análisis.
Cinco hostiles en formación.
Uno grande.
Uno delgado.
Uno en medio de todo... observando al usuario...
Uno con plumaje en la cola.
Uno con estructura caudal delgada.
Evaluación reciente de peligro - hostil con estructura caudal delgada ejecutó ataque previo a la Stego.
Objetivo prioritario: Ę̵͚̻͔͔͓̝͙̝̯̯͆̊̔̀̔ŗ̵̹̣̱̝̗̄̾r̵̢̨̤͚̦̹̣̳̳̣̳̰̒̆̒̽͗͊̑͝á̷̡̛͎͚͇̺͎̫̥̥̤̖͔͙͚̀͘d̶͙͆̎͋̌͗̏̐͒̽͛́̕͝ͅi̷̜̯̹̤̱̠̗̮̤͙͊͜c̵̜̙͌̈̅̾̌̓̇̽͂͘͠ą̶̡̨͙̝̠̙̩̳͖̟͍̘͂̀̿͝c̷̲̠̰̣͍͔̜̲̥̐̃̈́̾̈́͊̿̌̏̅͗̀̆̀̐ì̵̡̨̗̈́̎̎̇̓̇̅̌͋̿̈́͘͝ó̷͙̳̣̇̃̒͊͑n̴̛͕̰̭̓̈́̑̑̇̃̎͆̈̕.̵̨̗̘̎́͋̎͛̈́͘
Velocidad de reacción del objetivo - insuficiente. Se cerro la distancia en un instante. No hubo reacción.
Posición actual - sobre el hostil.
Presión alrededor del cuello con ambas piernas.
Se procede a girar con fuerza suficiente. Rotación de 180°.
Crack.
Dirección de la mirada del objetivo - invertida.
Daño - fatal.
Hostil colapsó de rodillas.
Sin reacción suficiente de los demás hostiles.
O-Blue: (Posible amenaza futura a la Stego.)
Declaración. Prioridad - finalización del objetivo.
Flexión de los músculos de la extremidad derecha. Garras listas
Movimiento de la extremidad derecha.
...
Separación de la estructura craneal.
Hostil caído.
Estado - inerte.
Siguiente prioridad - recuperar extremidad.
Desplazamiento inmediato…Recolección exitosa.
Retorno a posición.
Ubicación - al lado de la Stego.
Proceso finalizado.
Liberé la extremidad inservible a su lado. Impacto en el suelo.
Individuo identificado como - Líder... Comunicación verbal detectada.
Hostil líder: "Sorprendente... quizás así fue como derrotaste a Gamma."
No se requiere respuesta.
Buscando - Gamma.
Resultado - No encontrado.
Búsqueda alternativa - Similitudes.
Resultado - Nulo.
Búsqueda alternativa - Enemigos previos derrotados.
Resultado - 1 coincidencia.
Referencia - Hostil en el estacionamiento.
Clasificado como... - Gamma.
Almacenado.
Hostil líder: "Perder un miembro no estaba en los cálculos… pero no importa."
Snap
Hostil líder: "Ataq—"
Interrupción requerida. Movilización inmediata.
Cerrando la distancia con el hostil líder en un instante, garras listas para el impacto.
Interceptado. Dos hostiles en trayectoria de colisión.
Flanco izquierdo - Hostil delgado.
Flanco derecho - Hostil con plumaje.
Ejecutando evasión.
Deslizamiento bajo para evitar el primer ataque.
Movimiento de la cola del hostil con plumaje, trayectoria descendente.
Inclinación lateral. Desviada por centímetros.
Ataque del hostil delgado, embestida con velocidad aumentada.
Reacción inmediata. Desviación con la mano derecha.
Presión en el antebrazo.
Plumas del hostil con plumaje en codos: filo detectado.
No relevante. Contraataque no viable.
Reevaluación... Estrategia alternativa - Observación de ataques.
Hostiles ajustando posición.
Intento de ataque simultáneo.
Hostil delgado - Garras en dirección al torso.
Hostil con plumaje - Cola en trayectoria de barrido.
Movilización.
Elevación de extremidad superior derecha para bloquear las garras del hostil delgado.
Impacto reducido. Daño mínimo.
Rotación de torso.
Esquivé del barrido de la cola.
Estrategia completada - Patrones de ambos sujetos detectados. Puntos vulnerables identificados.
Contraataque en ejecución.
Patada directa al torso del hostil con plumaje.
Impacto en costillas.
Rotación inmediata.
Giro inverso.
Golpe con el antebrazo a la mandíbula del hostil delgado.
Movimiento exitoso.
Hostiles en recuperación.
Analizando... Conclusión – Futuras amenazas posibles para la Stego.
No permitido. Se requiere inhabilitación inmediata.
Nuevo ataque en ejecución.
Flanqueo del hostil con plumaje. Posicionamiento instantáneo detrás del hostil con plumaje.
Captura del brazo con la mano derecha.
Tensión aplicada.
Patada ascendente a la articulación del codo.
CRACK.
Separación parcial. Refuerzo con garras.
SHNK.
Extremidad superior derecha - Desconectada.
Cambio de postura. Presión en el otro brazo. Torsión con apoyo del muslo.
CRACK.
Extremidad superior izquierda - Desconectada.
Siguiente objetivo - Captura de la cola.
Presión aplicada. Separación de la base.
SHNK.
Hostil con plumaje - Inhabilitado.
Redirección de atención al hostil delgado.
Hostil intentando retroceder con el líder del grupo. No permitido.
Posicionamiento inmediato en su trayectoria de escape.
Presión en la pierna derecha.
Torsión inversa con patada en la rodilla.
CRACK.
Estructura ósea comprometida.
Movimiento inmediato.
Captura de la pierna izquierda.
Garras aplicadas en la base del fémur.
SHNK.
Separación completa.
Hostil delgado - Inhabilitado.
Proceso finalizado.
Estado de la Stego - a salvo.
Evaluando estado de los hostiles vivos:
El líder aún estaba de pie. Sin heridas visibles.
El de mayor masa tampoco mostraba signos de daño.
Los otros dos estaban fuera de combate.
Comunicación verbal detectada. Origen – líder.
Hostil líder: "Debo admitirlo… he subestimado la demostración de brutalidad. Me retracto de mis palabras anteriores. Quizás, después de ver esto, tu acompañante finalmente entienda lo que realmente eres, Acus."
Palabrería innecesaria.
Objetivo prioritario: bienestar de la Stego.
Todo lo demás es irrelevante.
Movilización inmediata.
Se cerro la distancia en un instante, garras listas para el impacto. Pero algo interrumpió la trayectoria.
El de mayor masa se interpuso, atrapando mi brazo en su cavidad abdominal.........
...
...
Error – Alerta – Alerta...
...
...
Alerta. Daño identificado. Presión repentina en el abdomen. La temperatura descendió en un instante. Un dolor intenso recorrió la zona afectada.
La garra del hostil líder sigue hundiéndose en el cuerpo del usuario.
Estado de alerta total.
El daño se registró, pero no importaba. Se omitió.
Prioridad – recuperar movilidad.
Dislocación intencional del brazo derecho.
Rotación instantánea.
Crack.
El hueso cede con precisión. Movimiento asegurado.
El de mayor masa mantenía su agarre, pero no importaba. Pierna izquierda ajustando ángulo.
Golpe ascendente a la mandíbula del hostil líder.
Conexión completa.
El impacto generó un retroceso inmediato. Liberación de apuñalamiento exitosa.
Reposicionamiento inmediato.
El de mayor masa intentó cerrar su agarre, pero el ataque venía antes.
Patada giratoria directa a su mandíbula. Impacto total.
Su estructura masiva se desplazó sin equilibrio soltando al usuario.
No bastaba.
Pierna derecha tensada.
Golpe directo al torso.
El cuerpo del de mayor masa salió proyectado con la fuerza máxima posible.
Distancia asegurada. Análisis del entorno.
Hostil líder presente. Movimientos calculados. No atacó inmediatamente. Observa. Evalúa.
Oportunidad establecida.
Posición ofensiva.
Ejecutar enfrentamiento.
El líder no mostró reacción al perder a su aliado inmediato. En su lugar, se acomodó la muñeca, la garra aún manchada con la sangre del usuario.
Hostil líder: “Tienes más resistencia de la esperada. Pero no cambiará nada...”
Palabrería innecesaria. Movilización inmediata.
Objetivo - Incapacitar al Líder enemigo. Análisis en curso.
Hostil líder: sin signos de agotamiento. Movimientos aún calculados.
Evaluación de patrones en proceso. Ejecutando ofensiva.
El usuario cerró la distancia en un instante.
Ataque inicial: trayectoria ascendente con garra derecha a la tráquea.
El hostil líder reaccionó en el último momento, girando su cuerpo para esquivar con el margen mínimo.
Contraataque detectado. Puño dirigido al estómago del usuario.
Ajuste de postura. Absorción parcial del impacto.
Rodilla del hostil ascendiendo en trayectoria al costado del usuario. Elevación del brazo derecho del usuario. Bloqueo exitoso.
Análisis de patrones suficientes. Ejecutando supresión.
Deslizamiento lateral hacia el flanco derecho del hostil.
Rotación inmediata, sin pérdida de momentum.
Golpe con el codo al torso.
El líder se tensó. Intento de estabilización detectado. Intervención requerida.
Movilización instantánea a la espalda del hostil.
Impulso ascendente de la rodilla del usuario. Impacto directo en la columna vertebral.
La espalda del hostil se arqueó por la presión. Oportunidad detectada.
Flexión de extremidades inferiores del usuario. Impulso explosivo ejecutado.
Posicionamiento sobre el hostil.
Patada giratoria descendente a la clavícula del hostil. Impacto parcial.
El hostil perdió estabilidad. Forzando el desequilibrio del enemigo.
Reposicionamiento inmediato al flanco izquierdo del hostil.
Golpe al costado con el antebrazo del usuario.
Desviación de trayectoria del hostil.
Deslizamiento hacia el lado derecho del hostil.
Ataque con garra al abdomen.
Intento de evasión. Velocidad insuficiente. Impacto confirmado.
El usuario cerró distancia antes de que el hostil pudiera retroceder.
Puño dirigido a la mandíbula del hostil.
El hostil inclinó la cabeza para reducir el daño. Sin efecto significativo.
Rotación inversa. Golpe con el codo al hombro del hostil.
Nuevo movimiento calculado. Deslizamiento lateral.
Patada dirigida al muslo del hostil. Impacto preciso.
Inestabilidad detectada. Aprovechando la apertura.
Reposicionamiento inmediato.
Corte superficial con garra en el omóplato del hostil.
Giro rápido y preciso.
Golpe con antebrazo al cuello del hostil. El líder tambaleó.
Oportunidad establecida.
Reposicionamiento al frente.
Patada ascendente a la mandíbula del hostil. Conexión total. Impacto crítico.
El hostil líder fue levantado de la superficie por la fuerza del impacto.
Ejecutando ofensiva aérea.
El usuario se agachó, impulsándose desde el suelo con su único brazo.
Elevación asegurada. Movilización inmediata hacia el hostil líder. Ejecutando sucesión de patadas en el torso del enemigo.
Patada directa al torso. Patada consecutiva al abdomen. Tercera patada en la misma zona. Impactos confirmados
El hostil líder se mantuvo en el aire, suspendido por la fuerza combinada del impulso y los golpes.
Asegurar presión constante. Nueva secuencia de patadas iniciada en la zona abdominal. Cada golpe aplicado aumentaba la suspensión del enemigo en el aire.
La altura comenzó a descender. Trayectoria detectada.
Ejecución final preparada.
El usuario aseguró la extremidad superior derecha del hostil.
Giro rápido en el aire, utilizando el cuerpo del enemigo como contrapeso.
Redirección de trayectoria para maximizar el impacto.
Colisión contra el suelo asegurada.
El cuerpo del hostil golpeó la superficie con fuerza bruta, su espalda mirando al cielo.
Posición establecida para la fase final.
Ejecutando desmembramiento.
El usuario colocó un pie sobre el hombro del hostil, aplicando presión constante.
Garra derecha asegurando el brazo del enemigo.
Fuerza aumentada al máximo con la única extremidad.
CRACK. Huesos rotos detectados.
RRRIP. Desgarro de musculatura en zona cercana al hombro del hostil.
SPLORCH. Separación de extremidad confirmada. Flujo de sangre masivo. Se soltó el miembro inútil del enemigo.
Estado de finalización inminente....
Interrupción detectada. Impacto lateral recibido.
Desplazamiento forzado. Fuente: Hostil de mayor masa.
Reposicionamiento requerida de inmediato. Distancia recuperada.
Reposicionamiento en punto defensivo junto a la Stego.
Ubicación asegurada.
Análisis de estado de los hostiles:
El hostil líder ahora presentaba pérdida de una extremidad superior con múltiples daños en su cuerpo.
El de mayor masa aún estaba en condiciones de pelear, pero con heridas leves.
Análisis interno en curso. Estado del usuario:
El brazo izquierdo aún estaba ausente. Los músculos sufrían un daño severo, con desgarros parciales en ambas piernas que continuaban empeorando con cada movimiento.
Pérdida parcial de visión en el ojo izquierdo. Deterioro progresivo detectado. Deterioro visual en el ojo derecho en progreso. Pérdida parcial estimada en 3 minutos, pérdida total en ambos ojos en 5 minutos.
Las hemorragias internas se extendían por el torso y las extremidades, sumadas al apuñalamiento en la cavidad abdominal. El daño interno comprometía la regeneración. Sistema nervioso en sobrecarga por daño acumulativo, endurecimiento de la piel automático desactivado hace un par de minutos.
Regeneración en progreso.
Resultados - Velocidad de regeneración insuficiente. No puede compensar el daño recibido acumulado.
Cinco a ocho minutos antes del agotamiento total.
Conclusión.
La Stego está en peligro en caso de sobrepasar el tiempo estimado.
Solución – ignorar cualquier límite.
Prioridad absoluta: Bienestar de la Stego. Sin importar el costo.
Reevaluación del entorno en progreso—
Interrupción de evaluación.
El Hostil líder emitió un sonido. Palabras registradas:
Hostil líder: "Bueno… esto resultó más problemático de lo que anticipé."
No relevante.
Hostil líder: "Pero debo agradecerte, Acus. Nos proporcionaste información más que útil… Aunque, claro, también nos obligaste a perder a uno de los nuestros."
El cuerpo procesó la información visual.
El individuo de mayor masa ahora cargaba a los dos hostiles inhabilitados. Ambos inconscientes.
Nuevo estímulo auditivo fue detectado.
Frecuencias de baja y alta intensidad.
Sonido de sirenas en aproximación. Múltiples fuentes detectadas.
Hostil líder continuó su discurso:
Hostil líder: “Parece que la diversión se terminó por ahora... Una lástima. Pero esto nos ha dado una valiosa oportunidad de conocer a nuestro… ‘gen primario’.”
No hubo respuesta. Cuerpo atento hacia cualquier variedad.
Hostil líder: “Nos volveremos a ver.”
Los cuatro hostiles se retiraron.
Movimiento en dirección sureste. Velocidad alta.
50 metros... 200... 400... 700...
El análisis confirmó la distancia.
Objetivos hostiles fuera de alcance la Stego.
Evaluación de situación actual.
Confirmación verbal a la Stego:
O-Blue: "Individuos hostiles se retiraron. Ya no hay amenazas cercanas para la Stego."
No hubo respuesta inmediata.
Análisis visual.
La Stego permanece inmóvil. Respiración irregular, acelerada. Pupilas dilatadas. Temblores musculares presentes. Signos de trauma emocional severo detectados.
Reacción fisiológica.
La Stego se inclina hacia un lado. Mano llevada a la boca. Vómito detectado. Sonido seco, violento. Expulsión de contenido estomacal. Reacción común en civiles no acostumbrados a violencia extrema.
La Stego logra enderezarse. Respiración sigue agitada. Labios se separan con dificultad. Voz emitida: volumen bajo, tono tembloroso.
Stego: "K-Kross... ¿E-en verdad...eres tú…?"
O-Blue: "‘Kross’ es un parámetro no válido para el usuario. Reformule la pregunta."
Silencio prolongado. La Stego mira al suelo. Mirada vacilante. Pupilas aún dilatadas. Temblores continúan. La mirada de la Stego se levantó, actualmente se fija en los ojos del usuario.
Stego: "¿E-estoy... hablando con… Blue?"
O-Blue: "Ese parámetro es correcto."
La Stego traga saliva con dificultad. Manos se aferran a su propio cuerpo. Movimientos involuntarios. Signos de estrés postraumático en progreso.
Stego: "¿Qué... pasó…?"
O-Blue: "Para ejecutar el objetivo prioritario ‘Proteger a la Stego’, la entidad designada como Blue tomó el control total de la mente del usuario. Los hostiles detectados se han retirado, el individuo denominado como ‘líder’ salió herido de gravedad. 1 individuo erradicado, 2 individuos con daños fatales. El ultimo resulto con heridas menores. Actualmente no se detectan más amenazas para la Stego."
La Stego abre la boca. No emite palabras. Mirada recorre el estado físico del usuario.
Reacción fisiológica adicional.
La Stego muestra signos de náusea. Intento de vomitar nuevamente. Contenido estomacal insuficiente. Reacción contenida.
Stego: "Hay… demasiada sangre. ¿E-estás seguro de que estás bien?"
O-Blue: "Estado del usuario: Severamente dañado pero funcional. Múltiples heridas, pero ninguna fatal. La regeneración está comprometida pero el usuario puede aguantar unos minutos más antes del colapso."
La Stego traga saliva nuevamente. Manos continúan temblando. Cola de la Stego enrollada alrededor de una pierna.
Stego: "P-pero... eso es... eso es imposible. Ni siquiera podrías estar aguantando... no... no con todo eso..."
O-Blue: "No hay daño crítico actual. El usuario puede continuar operativo por un periodo de tiempo estimado. El usuario cumplirá con su objetivo. Proteger a la Stego a cualquier costo."
La Stego asiente lentamente. Movimiento mecánico. Respiración aún agitada. Temblores persisten. La mirada de la Stego se dirige hacia la extremidad faltante del usuario.
Stego: "Pero... y tu brazo... ¿Cómo... es posible?"
O-Blue: "El brazo cortado puede ser recuperado. Si el usuario utiliza el miembro cortado, la regeneración será más rápida en comparación con la creación de una extremidad desde cero."
La Stego parpadea, claramente incrédula. Su mirada se dirige hacia el brazo amputado que yace en el suelo, luego regresa al usuario.
Stego: "¿Eso es... cierto? ¿De verdad puedes recuperarlo? ¿Es posible?"
O-Blue: "Afirmativo. El proceso de regeneración ya ha sido probado en condiciones controladas. La extremidad puede ser reintegrada al cuerpo del usuario. No es necesario crear una nueva desde cero."
La Stego bajo la cabeza, aunque su expresión sigue mostrando incredulidad mezclada con preocupación. Respiración aún irregular.
Stego: “Jesús...raptor... gracias.”
O-Blue: "Recomendación para la Stego: Movilizarse a un sitio mejor. Permitiré asistencia."
Extiendo mi mano hacia la Stego. Reacción inmediata: tensión muscular. Contracción involuntaria. Reflejo de evitar contacto detectado.
Análisis inmediato: Contaminación de extremidad. Restos hemáticos no pertenecientes al usuario confirmados.
O-Blue: "...Disculpe..."
Retiro la mano de inmediato.
O-Blue: "No se consideró mucho el impacto de la situación en la Stego. Si se requiere más tiempo para recomposición emocional, la espera será concedida."
La Stego niega rápidamente con la cabeza. Voz emitida: volumen bajo, tono quebrado.
Stego: "No, yo… lo siento. Solo fue…"
Pausa prolongada. Búsqueda de palabras no exitosa.
Stego: "Mucho."
O-Blue: "Reacción dentro de los parámetros esperados. Disculpe por no calcularlos con antelación."
La Stego intenta estabilizar su respiración. Fracaso parcial.
Stego: "¿Por qué... me llamas 'la Stego'? Y... ¿por qué te llamas a ti mismo 'usuario'?"
O-Blue: "Cualquier parámetro personal fue bloqueado temporalmente para mayor eficacia del usuario. Antes de entrar en el estado actual, se dio una orden. Proteger a Stel..."
Error detectado. Corrección inmediata.
O-Blue: "Disculpe. Se dio la orden de proteger a la Stego. Para maximizar la efectividad en la ejecución de la orden, se bloquearon todos los rastros emocionales y personales de la mente del usuario al entrar en este estado. Esto permite un enfoque completo en el objetivo prioritario."
La Stego parpadea, procesando la información. Expresión de confusión mezclada con preocupación.
Stego: "¿Puedo... seguir llamándote Kross?"
O-Blue: "El nombre designado no afecta la funcionalidad del usuario. Si la Stego se siente más cómoda utilizando ese parámetro, no hay problema."
La Stego asiente lentamente, aunque su expresión sigue mostrando incomodidad. Respiración aún irregular.
Stego: "Kross... ¿puedes hacerme un favor?"
O-Blue: "El usuario cumplirá cualquier solicitud de la Stego, siempre y cuando no comprometa su bienestar."
La Stego baja la mirada, sus manos aún temblorosas. Parece intentar asimilar la información, aunque el shock sigue presente.
Stego: "Me siento un poco mejor... ¿Puedes ayudarme a levantarme y llevarme a una banca? Así podemos descansar."
O-Blue: "Solicitud válida. Procediendo a ejecutar."
Acercamiento hacia la Stego en proceso, extendiendo extremidad derecha. Movimiento calculado para evitar contacto innecesario con zonas contaminadas por restos hemáticos a las escamas de la Stego.
La Stego levanta su brazo, intentando alcanzar la del usuario.......
El proceso es interrumpido.
Nueva alteración en el terreno detectada.
Frecuencia de sonido distinta. Múltiples voces. Tono elevado.
¿?: “¡Manos arriba y aléjate de la chica, Ahora!”
Análisis en progreso del entorno.
Múltiples objetivos. Armas detectadas.
Resultado: Múltiples objetivos hostiles en la zona.
Prioridad absoluta: Proteger...
Ṕ̶̢͙̱͒ṛ̷͒͑̂̄ŏ̷͔́̒̉̑̀́̈̕͝ţ̶̛̰̜̩̰̞̭̟̞̃̑̓̂͊͒͌̉e̴̺̠̣̼͍̻̝̍̔̒ͅg̴͙͉͎͔̙̎͐̐̓́͊̅͜͝e̸̖̲̥͇͒͛̃̌ŗ̵̫̠̻̳̙̬̠̈́̏̈͒̈́̅̀͝ ̸̢̩̟̪͉̮̣̯͓͋͗͗̊͗͂͠ͅa̷̹̘̱̎̀̈́̀̆̐͜ ̸̘͈̲̘̭̃̏͗͒̾̕͠l̴̨̧͖̭̰̥͉͎̑̂̉̔̈́̈́͘a̵͓̩̣̘̓̿̌͗̆͂̚̕ͅ ̵͙͕̥͍̯̞͇̺͒̂́̋̔̚͠S̷̨̥̜̼̠̖̘̰͊̀̿̏̄̓̕͜ͅt̵̤̯͋̎̇ë̷̱̦͇́̅̇ğ̶͈͖͙̮̬̦̙͓̬̓̐̽́̋̒̚o̵̤̜̥̗͎͉̮̹̪͎͂.̴̢̞͚͇̲͚̱̃̏̍͜
Fin del capítulo.
Notes:
Bueno... Iba a subir el capitulo ayer pero el guionista de mi país dijo "JODETE" y nos dejo sin luz a todos... siempre es la ultima semana de febrero. Pero acá esta, algo para querer darle un golpe a la cabeza a Kross para que se cuenta de Stella, todos lo saben menos el, es pendejo.
Y aparecieron los tipos, la parte de O-blue fue reescrita, porque tenia 2 opciones, y al final quedo esta que es como una maquina usando el máximo de sus capacidades, basándose en objetivos y deteriorando las partes de su cuerpo utilizadas, lo único que le jode son los factores inesperados antes de completar algo, como cuando lo apuñalaron.Datos extra, la bitácora:
Bitácora de Observación – Sujeto Código ACUS
Entrada: Evaluación de la Mentalidad "Blue"Resumen de Comportamiento:
Cuando la mentalidad conocida como "Blue" toma control total, el sujeto muestra un comportamiento altamente analítico y orientado al cumplimiento de objetivos específicos. A diferencia de la mentalidad "Red", "O-Blue" se enfoca en la ejecución precisa de órdenes o tareas asignadas, sin importar la naturaleza de estas.Patrones Cognitivos:
Procesos analíticos altamente desarrollados / Evaluación constante del entorno y de las variables relevantes para el cumplimiento del objetivo / Incapacidad de desviarse de la tarea asignada, incluso si implica ignorar amenazas o aliados no relacionados con el objetivo.Respuesta Física:
Movimientos precisos y calculados, con un enfoque en la eficiencia energética y la minimización de daños innecesarios / Capacidad regenerativa activa, aunque limitada por el daño acumulado y el estado físico del sujeto, no comparable a la O-Red / Resistencia al dolor, enfocada en la preservación de la funcionalidad del cuerpo para cumplir con la tarea asignada.Comportamiento Emocional:
Ausencia total de emociones durante el estado O-Blue, lo que permite una ejecución fría y calculada de las tareas / Prioridad absoluta en el cumplimiento del objetivo u orden, sin importar el daño colateral o las consecuencias para el sujeto o terceros / Comunicación verbal reducida al mínimo necesario, con un tono neutral y directo, enfocado exclusivamente en la transmisión de información relevante para el cumplimiento del objetivo.Nota del Observador:
El estado "O-Blue" representa una versión altamente eficiente y controlada del sujeto, capaz de ejecutar tareas complejas con una precisión casi robótica. Sin embargo, su falta de emociones y su enfoque exclusivo en el objetivo pueden llevar a decisiones extremas, como la autodestrucción parcial o el sacrificio de aliados si es necesario para cumplir la tarea. Este estado debe ser activado con precaución y solo cuando el cumplimiento del objetivo sea de máxima prioridad.Fin de la entrada.
En si el O-blue hace uso extremo de sus capacidades dañando el cuerpo en el progreso y al no tener la regeneración potenciada del O-red pues cae mas rápido en combate.
Y con eso estaría, la parte dos seria la versión de Stella, de lo que Kross hizo y el que paso después. Puede salir mañana, o el fin de semana, seguramente lo segundo. Mis recomendaciones como siempre a los 4 titanes. A SrSenior con "That is my Parasaur!" Abe hizo cosas pero lo importante es lo que paso con la para saurio. A Xomy90 con "Brushes and Clicks: A Shared Canvas" Saco capitulazo y mi niño sale en un dialogo :D. A Patata (Patata_Yazob) Con "Una luz de esperansa en una depresión psicótica" que es la historia con la actualización mas reciente, pero las estrellas dicen que tal vez venga en otra de sus historias. Y a Dardragun707 con "Un vaquero en Volcano High" que dios bendiga al vaquero heterosexual por opción.
Y agradecimientos a todos los que llegan aca, y a los que dejan un comentario. Hasta otra :D
Chapter 20: Romance Interrumpido Parte 2.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Stella. Momentos atrás.
El almuerzo con Kross había sido especial. No solo porque la comida estuvo deliciosa, sino porque disfruté pasar el tiempo con él. Hubo algo en su actitud, en la tranquilidad con la que se dejó llevar por el momento, que hizo que todo se sintiera bien.
Incluso su tonto truco con la pizza.
El cómo le cayó una parte en la cara antes de atraparlo con la boca, el gesto me sacó una risa sincera. Fue algo simple, pero viniendo de él… significó mucho más.
Kross había cambiado.
Se notaba en la forma en la que ya no analizaba cada pequeño movimiento, en cómo ahora dejaba salir más de sí mismo sin preocuparse tanto por lo que los demás pudieran pensar.
Y no le molestó en lo absoluto que mientras caminábamos, mi cola estuviera enredada en su muñeca y mis dedos se entrelazaran con los suyos de nuevo. Lo sentí natural. No apartó la mano ni pareció incómodo con el contacto, simplemente dejó que ocurriera.
Me gustaba que fuera así.
Llegamos a una plaza y nos sentamos en una de las bancas. No tardé en sentir el frío en el aire, y aunque no me molestaba demasiado, un escalofrío recorrió mi cuerpo.
Sin decir nada, Kross se quitó la chaqueta y la colocó sobre mis hombros. Me quedaba grande, pero la calidez me reconfortó de inmediato.
Stella: “…Gracias.”
No respondió, pero su expresión no mostró incomodidad. Me envolví en la tela y me incliné levemente, apoyando mi cabeza en su hombro con naturalidad. El silencio entre nosotros no fue incómodo, de hecho, fue… agradable.
Stella: "La comida estuvo deliciosa."
Kross: "Sí."
Stella: "Pero más que eso… me gustó pasar el tiempo contigo."
Lo sentí girar un poco hacia mí.
Stella: "Gracias por invitarme, Kross."
No esperaba que dijera algo en respuesta, pero su voz llegó después de un segundo de pausa.
Kross: "Yo también disfruté… tu compañía."
Fue torpe. No estaba acostumbrado a decir esas cosas, pero, aun así, lo dijo.
Sonreí suavemente.
Stella: "Sabes… has cambiado."
Él levantó una ceja.
Kross[B]: "¿Cómo?"
Stella: "Te noto más... relajado. Ya no calculas cada cosa que haces. Antes, parecías contenerte en todo momento."
Lo vi pensarlo.
Kross[B]: "Yo también lo he notado. Supongo que… es gracias a ti."
No pude evitar parpadear un par de veces antes de levantar la cabeza para mirarlo.
Kross[B]: "Contigo, he empezado a considerar algo que antes nunca pensé…"
Se tomó un segundo.
Kross[B]: "...Vivir mi vida."
Mi pecho se sintió más ligero. No dije nada, solo me moví sin pensarlo. Mi brazo pasó alrededor de su pecho mientras me acurrucaba más contra él en un abrazo.
Stella: "Me gusta que haya sido yo quien hizo ese cambio. Me alegro por ti."
Su respuesta no llegó en palabras, pero sentí cómo pasó un brazo sobre mis hombros.
Era un gesto simple, pero se sintió bien.
Nos quedamos así.
Dándome ese espacio donde podía apoyarme en su hombro, mientras podía disfrutar de la cercanía de alguien que, sin darme cuenta, se había vuelto una parte esencial de mi vida.
Pero entonces…
El ambiente cambió.
Su cuerpo se tensó de inmediato.
Lo sentí antes de verlo, porque el contacto entre nosotros hizo que fuera imposible ignorarlo. Sus músculos se endurecieron y su postura cambió levemente, como si cada fibra de su ser hubiera entrado en alerta.
La tranquilidad del momento se esfumó.
Mi respiración se volvió más lenta.
Stella: "... ¿Kross?"
No respondió.
Su mirada ya no estaba en mí.
No pestañeaba, no movía un solo músculo innecesario.
No entendía lo que estaba pasando, pero el aire se volvió más pesado a mi alrededor.
Stella: "¿Te incomoda que—?"
No me dejó terminar.
Kross[B]: "Stella. ¿Tienes a mano el dispositivo que te dieron tus padres? El que transmite tu ubicación."
Me congelé un segundo.
¿Por qué estaba preguntando eso de repente?
Mi agarre en su camisa se aflojó apenas.
Stella: "Sí, está en mi bol—"
Kross[B]: "Actívalo. Ahora. No hay tiempo."
La presión en mi pecho se hizo más fuerte.
No entendía qué estaba pasando, pero su voz sonó… diferente.
No era una orden vacía. Era un aviso.
Algo iba mal.
Stella: "¿Qué? ¿Pero qué—?"
Kross[B]: "Solo hazlo. Confía en mí, Stella."
Esa frase me sacó de mi parálisis.
Sin preguntar más, asentí y me separé apenas, buscando el dispositivo en mi bolso.
Mis manos temblaban.
Lo encontré.
Mis dedos presionaron el botón.
Stella: "Ya está… Lo presioné. Kross, ¿qué está pasando?"
Mi voz sonó más agitada de lo que esperaba.
Él no respondió.
Pero lo vi respirar más pesado.
Y entonces…
Kross[B]: "Abrázame. Fuerte."
No dudé ni un instante.
Mis brazos rodearon su torso con todas mis fuerzas. Apenas tuve tiempo de procesar lo que estaba pasando cuando Kross se movió. El suelo desapareció bajo mis pies.
Un instante después, todo explotó.
Algo chocó contra la banca con tal fuerza que la destrozó por completo. La madera se partió en pedazos, el metal se dobló como si no fuera nada. Si Kross no hubiera saltado en ese preciso instante…
Nos habría golpeado de lleno.
Aterrizamos a varios metros de distancia, pero mi mente seguía procesando lo que acababa de pasar.
Mi corazón latía tan fuerte que apenas podía escuchar algo más.
Stella: (¿Qué… fue eso?)
Aterrizamos a unos metros de distancia, pero mi cabeza aún intentaba procesarlo todo. Mi respiración era errática y mi corazón latía tan fuerte que sentía que iba a romperme el pecho.
Me aferraba a Kross con cada parte de mi cuerpo, mis brazos alrededor de su cuello, mis piernas sujetándolo con firmeza y mi cola enroscada en su cintura, como si soltarlo fuera la peor decisión que pudiera tomar en este momento.
El banco en el que habíamos estado sentados ya no existía. No había rastros de su forma original, solo madera rota y metal doblado en ángulos imposibles. No fue un simple golpe, fue una destrucción total en un solo instante. Si Kross no hubiera reaccionado…
No tuve tiempo de pensarlo.
Un sonido se mezcló con el aire y antes de que pudiera procesarlo, Kross bloqueó un impacto con su brazo libre. Un jadeo se escapó de mis labios cuando sentí la fuerza a través de su cuerpo y, antes de que pudiera entender lo que estaba pasando, él ya estaba contraatacando con una patada directa que lanzó a la figura varios metros hacia atrás.
Ni siquiera llegué a ver bien quién era.
Otro movimiento repentino se sintió en el ambiente. Solo sentí cómo Kross giró bruscamente para bloquear otro ataque y cómo el impacto lo obligó a retroceder varios metros. Su agarre en mí no disminuyó, pero mi respiración se volvió más errática.
Stella: "¡K-Kross…!"
Kross[B]: "No es grave."
Tal vez no lo era para él, pero para mí, todo era demasiado. Mi pecho se sentía pesado, el aire a mi alrededor se volvía sofocante y cada vez que intentaba seguir lo que estaba pasando, mis pensamientos se volvían más caóticos.
No podía entenderlo.
No podía seguir el ritmo.
Kross se quedó quieto por un segundo y su postura cambió. Sus músculos se endurecieron y su agarre en mí pareció tensarse levemente. Algo estaba mal, pero no tuve oportunidad de preguntar.
Kross[B]: "¡Stella, suéltame!"
No entendí por qué, pero su voz no dejaba espacio para dudas. Mi cuerpo reaccionó antes de que pudiera pensarlo, cerré los ojos y aflojé el agarre de inmediato. Antes de que pudiera procesar lo que pasaba, sentí que Kross usó la misma mano con la que me sujetaba para lanzarme lejos.
Stella: “¡KROSS—!”
El aire me golpeó con fuerza, mi estómago se encogió por la sensación de vacío y mi cabeza apenas podía registrar lo que estaba ocurriendo cuando un ruido filoso rasgó el ambiente.
SHRRK.
Mi cuerpo nunca tocó el suelo.
Antes de que el vértigo desapareciera, sentí cómo algo me atrapó de nuevo, seguramente fue Kross, asegurándome con un solo movimiento. Quise hablar, quise preguntar qué había pasado, pero el peso en mi pecho aumentó de golpe cuando abrí mis ojos y... levanté la vista.
La sangre cubría su hombro izquierdo, empapando la tela y goteando en el suelo sin detenerse. Mis labios se separaron, pero ningún sonido salió al principio. Algo dentro de mí me decía que no mirara, que no bajara la vista, que no intentara entender lo que había pasado.
Pero lo hice.
Y entonces, mi cuerpo entero se paralizó.
No era solo la herida, no era solo la sangre ni el sonido espeso de las gotas cayendo una tras otra. Era lo que faltaba, lo que mi cerebro se negaba a registrar, aunque lo tenía frente a mí, lo que hacía que mi garganta se cerrara y que el frío se arrastrara por mi espalda como una garra afilada.
Stella: "K-Kross… tu br… no-o…"
Las gotas de sangre golpearon el suelo con un ritmo marcado, constante, innegable.
… Plop.
… Plop.
… Plop.
Todo mi cuerpo se sentía entumecido, como si mi mente se negara a aceptar lo que tenía delante. Hace solo unos minutos, estábamos sentados en la banca, compartiendo un momento de tranquilidad.
La tarde había sido cálida y el aire estaba lleno de esa calma que solo se siente cuando todo parece estar en su lugar. Habíamos estado hablando. De cómo había cambiado todo desde que nos conocimos, de cómo él ya no se contenía tanto, de cómo parecía estar viviendo su vida de una manera que antes no se permitía.
Sus palabras eran suaves, casi susurros, pero llenas de un significado que no necesitaba ser explicado. Yo me apoyé en su hombro, sintiendo el calor de su cuerpo contra el mío, y por un momento, todo parecía perfecto.
Pero ahora, todo era caos.
Un ataque repentino, la banca hecha pedazos en un instante, la velocidad inhumana con la que Kross reaccionó para mantenernos con vida… y ahora esto.
Su... brazo.
El peso en mi pecho se intensificó, como si una losa de hierro me aplastara desde adentro. La imagen de la extremidad faltante no quería salir de mi cabeza. Era como si mi mente se hubiera quedado atrapada en ese momento, incapaz de avanzar, incapaz de procesar lo que acababa de ocurrir.
Había visto heridas antes. Pequeñas cortadas, rasguños, golpes o hasta la herida que se hizo Kross en los jardines. Pero esto… esto no era nada parecido. No era un corte, no era un accidente. Fue una amputación limpia, rápida, brutal. El color rojo empapaba su ropa, goteando en el suelo sin detenerse. Cada gota que caía resonaba en mis oídos como un martillazo, haciéndome sentir más y más débil.
Stella: (No… esto no puede estar pasando.)
Mi respiración seguía fuera de control, cada inhalación era un esfuerzo, cada exhalación un temblor. Sabía que, si no me calmaba, si no dejaba de pensar en eso, iba a perderlo completamente. Pero no podía apartar la vista de la herida, de la sangre, de lo que no estaba allí, de lo que no debería haber pasado.
Todo me sobrepasaba.
No entendía cómo habíamos pasado de ese momento de tranquilidad… a esto.
Entonces, escuché su voz.
Kross[B]: “Stella.”
No reaccioné de inmediato. Apenas procesé que me estaba llamando. Su voz era firme, como siempre, pero había algo diferente en ella. Algo que no podía identificar.
Kross[B]: “Escúchame.”
Mi pecho subió y bajó con demasiada fuerza, como si mis pulmones lucharan por encontrar aire en medio del caos. Quise responder, pero no logré coordinar las palabras. Mi mente estaba en blanco, excepto por una pregunta que se repetía una y otra vez.
Stella: “T-Tu… b-brazo… ¿Cómo…?”
No tenía sentido. No tenía lógica. ¿Cómo podía seguir de pie después de eso? ¿Cómo podía no mostrar ni una sola señal de dolor? Su rostro era impasible, como si lo que acababa de pasar no fuera más que un inconveniente.
Kross[B]: “No es nada.”
Mi mirada subió de inmediato, encontrándose con la suya. Sus ojos, no mostraban signos de duda, me miraron con una intensidad que me hizo contener la respiración.
Stella: (Eso no tiene sentido… eso no es algo que puedas simplemente ignorar.)
Kross[B]: “Es recuperable.”
Mi respiración seguía alterada, pero al menos mi cerebro logró enfocarse en él en lugar de en la sangre. ¿Recuperable? No comprendía qué quería decir con eso. Quise preguntarle, pero la firmeza en su mirada me hizo callar antes de poder decir algo.
Kross[B]: “No importa lo que pase, te mantendré a salvo.”
Stella: “Pero…”
No podía simplemente aceptarlo. No después de lo que acababa de pasar. No después de ver cómo había sido perdido un brazo frente a mis ojos. ¿Cómo podía estar tan tranquilo? ¿Cómo podía pensar en mí cuando él estaba en ese estado?
Kross[B]: “Confía en mí, Stella.”
El aire todavía se sentía pesado, como si cada partícula de oxígeno fuera una carga que tenía que llevar. Mi pecho aún estaba tenso, cada latido de mi corazón resonaba en mis oídos como un tambor distante. Pero las palabras de Kross cortaron por un segundo la sensación de ahogo. No eran un consuelo, no eran una promesa vacía. Eran una afirmación, una declaración de hecho.
Respiré hondo, tratando de calmarme, tratando de encontrar algo a lo que aferrarme en medio del caos. No estaba bien. Nada de esto estaba bien. Pero no podía dejar que el pánico me dominara. No ahora. No cuando él estaba ahí, protegiéndome a pesar de todo.
Stella: (Tengo que calmarme… tengo que mantenerme en pie.)
Hice el esfuerzo, forzando mi cuerpo a moverse, a reaccionar. No podía quedarme paralizada, no podía permitir que el miedo me venciera. Por él. Por Kross.
Fijándome ahora. Había cinco figuras que estaban al frente de nosotros, inmóviles, como si estuvieran esperando algo. No las reconocía, no sabía quiénes eran, pero algo en ellas me hacía sentir un frío en el estómago. Kross estaba entre ellas y yo, como un muro que intentaba protegerme de lo que fuera que viniera.
De repente, vi cómo sacaban algo de sus ropas. No pude distinguir bien qué era, pero brilló bajo la luz de las farolas de la plaza. Kross reaccionó antes de que yo pudiera procesarlo. Lanzó algo hacia ellos, algo que voló por los aires con una velocidad que apenas pude seguir. Noté que estaba descalzo. ¿Había lanzado sus zapatillas? No tenía tiempo de pensarlo.
Algo se rompió en las manos de dos de ellos. El del centro y el más grande. No entendí qué había pasado, pero Kross no se detuvo a pensarlo. Los otros tres no dudaron. Se inyectaron algo, y de repente, sus ojos cambiaron. Se volvieron rojos, brillantes, como si algo dentro de ellos hubiera despertado. Un escalofrío recorrió mi espalda.
El del centro hizo algo, no sé el que. No sabía quién era, ni qué estaba haciendo, pero antes de que pudiera pensar en algo, escuché la voz de Kross.
Kross[B]: “¡Stella, atrás!”
No tuve tiempo de reaccionar. Sentí su mano empujándome con fuerza, haciéndome caer hacia atrás. Rodé por el suelo, alejándome de la pelea. Me levanté lo suficiente para ver lo que pasaba, pero todo sucedía demasiado rápido.
No podía seguir los movimientos, todo sucedía demasiado rápido. Algo golpeó a Kross por el costado, y antes de que pudiera reaccionar, el más grande de los atacantes lo golpeó con una fuerza brutal, levantándolo del suelo y enviándolo por los aires. Mi corazón se detuvo.
Stella: (Dios no...)
Pero no terminó ahí. Antes de que pudiera caer al suelo, otra figura apareció de la nada, golpeándolo de nuevo. El impacto lo estampó contra el pavimento con un sonido seco y horrible. El aire se me cortó.
Kross seguía en el suelo cuando el cuarto atacante se acercó, su cola levantada como una lanza. Creo que lo había bloqueado, pero no pude estar segura. Todo era confuso, demasiado rápido. Y entonces, de repente, Kross se movió.
Con una agilidad que parecía imposible, golpeo a quien fuera que lo había atacado. Kross no se detuvo. Se puso en guardia de nuevo, firme, como si nada hubiera pasado.
Mi mente no podía procesarlo. Kross, con solo un brazo, después de todo eso, se paró al instante. No entendía cómo podía aguantar tanto. No entendía de dónde sacaba esa fuerza. ¿Cuánto tiempo podía seguir así?
Entonces recordé sus palabras, las que me había dicho apenas unos momentos antes, cuando todo esto comenzó.
Kross[B]: “No importa lo que pase, te mantendré a salvo.”
Kross[B]: “Confía en mí, Stella.”
Esas palabras resonaron en mi mente, calmándome un poco en medio del caos. Kross no se rendiría. No importaba lo que pasara, él seguiría luchando. Y yo… yo tenía que confiar en él. Tenía que creer que, pase lo que pase, él cumpliría su promesa.
Los cuatro atacantes que habían estado golpeando a Kross ahora estaban quietos, inmóviles, como si fueran marionetas esperando una orden. No avanzaban, no intentaban nada. Solo estaban ahí, observando, como si todo lo que había pasado hasta ahora fuera solo un preludio. Y entonces lo entendí. Todo dependía de él. Del que estaba en el centro.
Todos retrocedieron unos pasos, dejando que el del centro avanzara. No cambió su postura, no mostró ninguna agresividad. Solo se acercó... parece que es la cabeza de ellos. Y entonces habló.
Líder ¿?: “Impresionante… Realmente eres como nos dijeron, para que seas capaz de mantenerte en pie después de todo eso. El mejor experimento.”
Su voz era tranquila, casi indiferente, como si estuviera hablando del clima en lugar de enfrentarse a alguien que acababa de resistir todo lo que le habían lanzado. Pero sus palabras me hicieron fruncir el ceño. ¿Experimento?
Líder ¿?: “No es así… Acus?”
El sonido de esa palabra me hizo estremecer. ‘Acus’. ¿Qué significaba eso? ¿Era un nombre? ¿Un código? No lo sabía, pero algo en esa palabra me hizo sentir un escalofrío que recorrió mi espalda. Lo susurré sin darme cuenta, casi sin querer.
Stella: “¿Acus…?”
El líder giró la cabeza hacia mí, como si acabara de notar mi presencia por primera vez. Sus ojos se posaron en mí con un interés que me hizo sentir incómoda, como si fuera un objeto de estudio. Pero antes de que pudiera decir algo más, Kross se movió. En un instante, estaba delante de mí, como un muro entre el líder y yo. Su presencia me calmó un poco, pero la mirada de ese tipo aún me hacía sentir vulnerable.
Líder ¿?: “Curiosa… Esa reacción.”
Sus ojos pasaron de Kross a mí, como si estuviera conectando los puntos de algo que solo él entendía. No me gustaba cómo me miraba. No me gustaba nada.
Líder ¿?: “Parece que no conoces bien a nuestro objetivo…”
Su voz era casual, como si estuviera teniendo una conversación trivial, pero sus palabras eran todo menos eso.
Líder ¿?: “Ese es su verdadero nombre, por si no lo sabías. Código Acus. O, para ser más exactos… Amenaza Completa, Unidad S.”
Mis ojos se abrieron un poco más. ¿Qué estaba diciendo? Las palabras del líder resonaron en mi mente, pero no podía creerlo. No encajaba con la persona que conocía, con la persona que estaba protegiéndome en ese momento.
Entonces recordé algo. Las palabras de mi padre, hace un tiempo, cuando me habló sobre los híbridos. Me advirtió que nunca me topara con los clasificados como ‘Amenaza Completa’. Dijo que eran peligrosos, con problemas mentales, y que la mayoría eran sociópatas. Pero el Kross que yo conocía no era así. No podía serlo. Él era… él era Kross.
Kross[B]: “¡No soy una puta herramienta! Y jamás lo seré.”
Su voz era firme, llena de determinación. No se inmutó, no mostró ninguna duda. Pero el líder no pareció importarle. Solo sonrió, como si todo esto fuera un juego para él.
Líder ¿?: “No tiene relevancia lo que pienses, Acus. Vendrás con nosotros. Y… no nos importa quién esté en medio.”
Cuando terminó de decirlo, sus ojos volvieron a posarse en mí. Esta vez, su mirada era diferente. Fría, como si ya hubiera decidido algo sobre mí. Me estremecí. No me gustaba cómo me veía. No me gustaba lo que implicaba esa mirada.
Kross[B]: “Ella no tiene nada que ver con esto.”
El tono con el que lo dijo fue uno molesto... podía ver como su único brazo temblaba, tal vez por la rabia que sentía...
Líder: “¿Eso crees?”
Su tono fue... aburrido, como si lo que dijera Kross fuera algo que no importara.
Líder ¿?: “La simple existencia de alguien a tu lado ya la hace un obstáculo.”
Mis manos se apretaron involuntariamente. ¿Un obstáculo? ¿Eso era lo que yo era para ellos? El miedo comenzó a apoderarse de mí, pero Kross no se movió. Siguió ahí, firme, al frente mío.
Líder ¿?: “Y los obstáculos deben ser eliminados.”
Esas palabras resonaron en mi mente. Pero antes de que pudiera reaccionar, Kross avanzó un paso, colocándose aún más entre el líder y yo. Su cuerpo estaba tenso, listo para actuar.
Kross[B]: “Si es a mí a quien quieren, entonces…”
No iba a dejar que hablara más. Su cuerpo ya se estaba moviendo.
Kross[B]: “...iré de frente.”
Kross se lanzó al frente sin dudar.
Desde el primer instante, su velocidad era la misma de antes cuando estaba aferrada a él. Incluso sin un brazo, no parecía contenerse en lo más mínimo. Sus movimientos eran rápidos, precisos, cada paso calculado para no dejar una sola apertura.
Pero nada funcionaba.
El líder no necesitaba retroceder mucho, no pareció esforzarse. Sus movimientos eran mínimos, esquivaba con una facilidad casi insultante, sin mostrar siquiera una pizca de esfuerzo.
Era como si ni siquiera estuviera peleando en serio.
Kross seguía moviéndose sin dudar, pero la diferencia entre ellos era demasiado clara. No importaba cuántas veces atacara, el resultado era el mismo. Cada golpe quedaba en el aire, cada intento de hacer daño se veía frustrado sin siquiera hacer que el otro se moviera demasiado.
Era desesperante.
Incluso después de todo lo que había pasado, Kross no se detenía. No había duda en sus movimientos, no había un solo instante en el que titubeara. A pesar del brazo que ya no estaba, de la diferencia abismal que había entre ellos… seguía atacando.
Pero no servía de nada.
Entonces, todo cambió.
El golpe vino sin advertencia. El cuerpo de Kross se dobló por completo cuando el impacto en su abdomen lo levantó del suelo. No había visto de dónde venía el golpe. Solo vi cómo su cuerpo se sacudía como si su resistencia no hubiera servido para nada.
Antes de que pudiera tocar el piso, otro impacto lo golpeó de lleno en el costado, lanzándolo hacia un lado.
Pero lo peor aún no había pasado. El más grande de los atacantes se movió. No había prisa en su postura. Solo fuerza. Su puño descendió como un martillo y golpeó a Kross con tanta brutalidad que lo hizo volar varios metros. El sonido del impacto resonó en el aire.
El suelo crujió cuando su cuerpo finalmente cayó.
Stella: "¡Kross!"
A pesar de todo, Kross se puso de pie nuevamente, pero se notó que le costaba. No entendía cómo podía seguir moviéndose después de lo que acababa de pasar, después de los golpes que había recibido, después de cómo su cuerpo había sido lanzado como si no fuera nada. Pero lo hizo.
El líder no pareció sorprendido. Su postura no cambió, ni siquiera parecía haber perdido el interés en la situación. Si acaso, se veía entretenido, como si esto fuera solo una distracción momentánea.
Líder ¿?: “Interesante... el cómo te sigue llamando...”
Su voz tenía un tono burlón, ligero, sin el más mínimo peso, como si lo que había pasado no tuviera importancia.
Líder ¿?: “Al parecer, solo estuviste jugando sin hacer nada. Me decepcionas, Acus. Tanto que te alababan como su mejor creación... solo para esto.”
Kross no respondió, no reaccionó ante sus palabras, solo mantuvo su mirada fija en él, observándolo con la misma frialdad que antes, como si tratara de encontrar la manera de acabar con esto de una vez.
Stella: (¿Qué está pensando?)
Líder ¿?: “Pero era de esperarse. Ahora solo queda incapacitarte y llevarte con nosotros. Pero antes...”
Mi cuerpo se tensó de inmediato. Algo en su tono me puso en alerta, en la forma en que cada palabra salía con calma, con la certeza de alguien que ya había tomado una decisión.
Líder ¿?: “No podemos permitir que nadie sepa de esto.”
Cada fibra de mi cuerpo se congeló cuando sus ojos se dirigieron hacia mí.
Líder ¿?: “Así que eliminaremos a quien sea necesario.”
El aire se sintió más pesado.
No hizo falta que dijera más.
Lo entendí en el instante en que su mirada se clavó en mí con indiferencia, sin la más mínima duda. No era una amenaza vacía. No me veía como alguien con importancia, ni siquiera como un problema real. Solo era un obstáculo más en su camino.
Stella: (No... no puede ser. ¿Me va a matar? ¿Así, sin más? ¿Sin siquiera importarle?)
Antes de que pudiera procesarlo, Kross reaccionó con una furia que nunca le había escuchado antes. Su ojo izquierdo... era rojo.
Kross[R]: “¡No te permitiré tocarle una sola escama hijo de puta!”
Se tensó, listo para moverse, listo para atacar, listo para detenerlo antes de que pudiera hacer algo.
Stella: (K-Kross...)
Pero entonces, se detuvo.
Fue tan repentino que mi cerebro tardó en entender lo que estaba pasando. No fue porque él quisiera, no fue porque cambiara de opinión. Simplemente… su cuerpo se paralizó. No vi qué pasó, solo supe que algo estaba mal.
El aire alrededor de él cambió de golpe, su postura rígida se quebró en un instante y su respiración se cortó como si algo la hubiese detenido de inmediato. Mi corazón se aceleró, y un pensamiento cruzó mi mente.
Stella: (¿Qué le pasó? ¿Por qué se detuvo?)
Entonces la vi. Una silueta detrás de él, un cuerpo en posición baja, y una cola atravesándole la espalda. Mi estómago se hundió en el acto, y el miedo se apoderó de mí por completo.
Stella: (No... Kross... no puede estar pasando esto.)
Líder ¿?: “Ah, sí… olvidé mencionar eso.”
El líder sonaba entretenido, sin la más mínima seriedad en su tono.
Líder ¿?: “Nuestra compañera tiene genes venenosos en su estructura biológica. Con las modificaciones adecuadas, puede inyectar veneno desde su cola. Y gracias al refuerzo con las jeringas… su toxicidad se ha vuelto más efectiva.”
Mis labios se separaron, pero ningún sonido salió. Kross no se movía... el... colapso, cayendo al suelo.
Stella: (No... no puede ser. ¿Veneno?)
El líder continuó, como si estuviera explicando algo trivial.
Líder ¿?: “No te matará, eso es seguro. Solo te incapacitará.”
Pero entonces, el líder miró hacia mí, y su tono cambió, volviéndose más frío, más peligroso.
???: “Por desgracia... eso solo se aplica a ti.”
Mis ojos se abrieron más, y el miedo se apoderó de mí por completo.
Stella: (No... no, no, no. No puede ser real. Esto debe ser solo una pesadilla... me quede dormida con Kross en el banco... no puede... no...)
Un chasquido, fue todo lo que necesite escuchar para levantar todas las alarmas.
El miedo me consumía. La dino que había atacado a Kross ahora se movía, pero esta vez su mirada estaba puesta en mí. Su cola seguía en alto, lista para atacar en cualquier momento. Intenté retroceder, pero mi cuerpo se sentía pesado, como si el terror mismo estuviera anclándome al suelo.
Apenas logré moverme, arrastrándome hacia atrás con las manos temblorosas. Cada intento de alejarme se sentía inútil, como si el espacio entre nosotras se redujera demasiado rápido.
Mis dedos se hundieron en la tierra mientras me apartaba lo más que podía. El suelo estaba frío, y mi respiración, errática. Cada vez que intentaba inhalar, el aire parecía cortarse en mi garganta. No había escapatoria. Mi espalda chocó contra algo: un árbol. No podía ir más lejos. No podía hacer nada.
Mi vista se nubló cuando las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos. No eran sollozos escandalosos, ni gritos de auxilio. Era un llanto silencioso, uno que nacía de la desesperación, del instinto de saber que no había salida. La dino siguió avanzando, y mi pecho se encogió con fuerza.
Stella: (No… No, no quiero morir... por favor...)
Mis labios se separaron. Apenas un susurro escapó de ellos.
Stella: “k-kross…”
Llamé su nombre sin pensarlo, sin esperanza, sin creer que serviría de algo.
Cerré los ojos con fuerza, esperando el dolor, esperando el final.
...
Pero entonces, algo cambió. No supe qué fue. No sentí un golpe, no sentí el impacto de una estocada atravesándome. Solo sentí mi cuerpo elevarse de golpe, como si algo invisible me hubiese arrancado del suelo en un parpadeo. Y luego… caí. No fue un golpe fuerte, pero el impacto me hizo abrir los ojos al instante.
El aire se sentía diferente. Los sujetos ya no estaban cerca. El suelo bajo mí no era el mismo. No entendía. No podía entender. Pero cuando alcé la cabeza, cuando mi vista se enfocó, cuando mi mente finalmente procesó lo que tenía delante… lo vi.
Kross estaba parado a mi lado.
Mi pecho subía y bajaba de manera errática. Miles de preguntas explotaron en mi cabeza. ¿Cómo? ¿Cómo estaba aquí? ¿Cómo se recuperó? ¿Cómo me sacó de ahí? ¿Cómo…? Las palabras no salieron. Solo su nombre.
Stella: “¿K-kross?”
Kross respondió, pero su voz ya no era la misma.
Kross ¿?: “No hay información actual sobre ‘Kross’.”
Su tono era neutral, sin rastro de emoción, sin ninguna señal de la persona que conocía. Algo en su forma de hablar me hizo sentir que había algo mal, que algo había cambiado.
Stella: (¿Qué…? ¿Por qué habla así…?)
Antes de que pudiera decir algo, su voz sonó de nuevo.
Kross ¿?: “No es importante en estos momentos. Se recomienda esperar.”
No entendí. ¿Esperar?, Abrí la boca para preguntarle, pero en ese mismo instante… desapareció. No hubo un sonido, ni una advertencia, ni una señal de que se movería. Un segundo estaba a mi lado, y al siguiente… se había ido.
El miedo se instaló en mi pecho. No entendía lo que acababa de pasar, pero cuando mi mirada finalmente lo encontró, mi cuerpo se tensó por completo. Kross estaba encima de la dino que me había atacado antes. No de pie, estaba sentado sobre sus hombros.
No hubo preparación. No hubo movimientos innecesarios. No hubo aviso. Solo un sonido.
Crack.
A pesar de la distancia, lo escuché con claridad. El cuerpo de la dino se tambaleó. Sus piernas cedieron y cayó de rodillas. Kross estaba ahora enfrente de ella, inmóvil. No hizo ninguna pausa. No le dio oportunidad a nadie de reaccionar. La cabeza del dino se separó del cuerpo con una facilidad escalofriante.
Mis manos temblaron. No podía procesarlo. En un instante, Kross desapareció de nuevo. No logré seguirlo con la vista, no pude ver a dónde se había movido, pero antes de que pudiera pensar en otra cosa… algo cayó a mi lado. El sonido fue seco. Al girar la cabeza, lo vi.
Un brazo. No era de cualquiera. Era... el de Kross... como....
Mi cuerpo entero se paralizó. El aire se sentía más pesado, mi respiración más errática. Con el corazón latiéndome en los oídos, alcé la mirada. Y ahí estaba. Kross, de pie, a mi lado. En la misma posición de antes. Como si nunca se hubiera movido.
Stella: (¿Cómo…? ¿Cómo es capaz de moverse tan rápido…?)
El sonido de una voz me sacó de golpe de mis pensamientos.
Líder ¿?: “Sorprendente... quizás así fue como derrotaste a Gamma.”
Mi respiración se entrecortó.
Stella: (¿Gamma...?)
No sabía a qué se refería. No tenía idea de quién o qué era Gamma. Pero entonces, un recuerdo cruzó mi mente. Aquella cosa en los jardines, eso que nos atacó en la escuela. Lo que Kross llevó hasta los estacionamientos para enfrentarlo solo. ¿Se refería a eso?
Líder ¿?: “Perder un miembro no estaba en los cálculos… pero no importa.”
El sonido seco me hizo estremecer. Antes de que pudiera reaccionar, antes de que pudiera procesar lo que venía después, Kross se movió. Un instante estaba a mi lado. Al siguiente, ya estaba frente a ese tipo. Pero su golpe nunca llegó. Dos de los otros sujetos se interpusieron antes de que pudiera alcanzarlo.
El enfrentamiento cambió en un segundo. Kross no se detuvo, no titubeó. Cada movimiento que hacía era preciso. Esquivaba con rapidez, bloqueaba solo cuando era necesario. Era como si estuviera calculando cada acción, esperando el momento exacto para atacar.
Y entonces, de un instante a otro, algo pasó. Los dos atacantes que habían interceptado a Kross retrocedieron de repente, como si algo los hubiera golpeado con fuerza.
No vi cómo, no pude seguir sus movimientos, pero sus cuerpos se doblaron y retrocedieron, tambaleándose. Kross no les dio tiempo de reaccionar. Se movió con una velocidad absurda, apareciendo de inmediato detrás del primero.
Y entonces…
Crack.
El sonido fue claro. Incluso a la distancia, lo escuché con total nitidez. El brazo del híbrido se dobló en un ángulo imposible. Pero Kross no se detuvo ahí. Sus garras se hundieron en la carne sin esfuerzo.
Shnk.
Un nuevo escalofrío me recorrió el cuerpo al ver la extremidad desprenderse por completo. La sangre salpicó en todas direcciones, manchando el suelo y el cuerpo de Kross. Gotas rojas cayeron sobre su rostro, su ropa, su único brazo. Pero no había terminado.
Un movimiento, otro giro de su cuerpo. Otro brazo separado. Y luego... la cola. Los restos cayeron al suelo con un sonido húmedo, la sangre brotaba de las heridas abiertas, empapando todo a su alrededor. No podía apartar la vista. La sangre había salpicado a Kross, manchando aún más su ropa, su piel, su rostro.
El otro híbrido intentó retroceder, pero no tuvo oportunidad. Kross se movió otra vez. Y en un parpadeo, la pierna de su siguiente tipo se separó del resto de su cuerpo.
Shnk.
Otro corte preciso. Otra extremidad menos. Y luego… otra. Mi pecho subía y bajaba con fuerza. No podía pensar, no podía respirar con normalidad. Solo podía verlo. La sangre seguía salpicando, cubriendo a Kross como si fuera una segunda piel.
Cada movimiento suyo dejaba un rastro de rojo en el aire, un recordatorio de la brutalidad con la que estaba lidiando.
Ahora, solo quedaban dos en pie. El... líder. Y el más grande de todos. Los únicos que aún no estaban destrozados. La voz del líder volvió a escucharse, calmada, tranquila, como si nada de lo que había pasado hasta ahora le afectara en lo más mínimo.
Líder ¿?: “Debo admitirlo… he subestimado la demostración de brutalidad. Me retracto de mis palabras anteriores. Quizás, después de ver esto, tu acompañante finalmente entienda lo que realmente eres, Acus.”
Mi cuerpo se tensó. No sabía qué esperar después de esas palabras, pero Kross no dudó. Se lanzó de inmediato, con una velocidad que ya no debería sorprenderme, pero que aun así me dejó sin aliento. En un parpadeo, ya estaba frente al líder, garras listas para el impacto.
Pero no fue él a quien golpeó.
El más alto de los atacantes se interpuso, atrapando el brazo de Kross antes de que pudiera alcanzar su objetivo. Mi corazón dio un vuelco. Y entonces, lo vi. La garra del líder perforó el costado de Kross.
Un escalofrío me recorrió la espalda.
Stella: (¡No, no, no…! ¡Kross—!)
No tuve tiempo de reaccionar. Kross tampoco lo tuvo. El líder hundió la garra un poco más, su expresión sin cambios, su postura relajada como si estuviera realizando un acto sin importancia. Pero en el instante siguiente, todo cambió.
No sé cómo lo hizo. No entendí qué pasó. Pero antes de darme cuenta, Kross ya se había liberado. No solo eso. Se movió con una precisión imposible, como si su cuerpo supiera exactamente qué hacer sin que el dolor, sin que la herida, sin que nada pudiera detenerlo.
El más alto de los atacantes retrocedió de golpe, como si algo lo hubiera golpeado con una fuerza brutal. No vi el impacto, pero su cuerpo se tambaleó, y de un momento a otro fue disparado metros hacia atrás, y el sonido del impacto resonó en el aire.
Stella: (Lo lanzó… tan lejos…)
Mi respiración era errática, mi mente no lograba procesarlo. Pero no había pausa. Ahora solo quedaban ellos dos. Kross y el líder.
Apenas unos segundos después, el combate comenzó. Pero esta vez… era diferente. Antes, cuando pelearon por primera vez, el líder se veía relajado, como si no tuviera que esforzarse demasiado. Pero ahora, su expresión había cambiado. Sus movimientos ya no eran medidos con la misma tranquilidad. Ahora parecía tenso, como si le costara seguirle el ritmo a Kross.
Stella: (No puede seguirlo.)
Mis ojos intentaban seguir la pelea, pero era imposible. Apenas podía distinguir a Kross. Su cuerpo se movía demasiado rápido, imposible de enfocar, imposible de predecir. Solo veía el impacto de sus golpes reflejados en el líder. Solo veía cómo era golpeado sin poder reaccionar.
Y entonces, el cuerpo del líder fue levantado del suelo. No entendí qué estaba pasando al principio, pero en ese instante, me di cuenta: no estaba cayendo. Seguía en el aire. Cuando logré enfocar mejor la escena, lo vi. Kross estaba debajo de él.
Sus piernas golpeaban al líder en una sucesión de patadas al torso, tan rápidas que apenas podía distinguirlas. No entendía cómo lo hacía, pero de alguna forma lograba mantenerse suspendido junto a él, sin permitir que tocara el suelo.
Stella: (¿Cómo… cómo está haciendo esto…? Lo está manteniendo suspendido...)
El líder no tenía forma de defenderse. Cada impacto lo empujaba más arriba, hasta que, de un momento a otro, noté que algo cambió. Ahora estaban cayendo. Pero mientras descendían, algo pasó. Los vi girar. Y en un parpadeo, algo se estampó contra el piso con una brutalidad descomunal. El impacto resonó con fuerza, levantando una nube de polvo que dificultaba ver lo que ocurría.
Cuando el aire se aclaró, lo pude ver: Kross estaba sobre él. Su pie presionaba con fuerza su hombro, y su única garra tenía su brazo asegurado.
Stella: (No… en serio va a…)
Desvié la mirada. No quería ver eso. Con los otros sujetos fueron cortes, pero esto era otra cosa. Y entonces, lo escuché. El sonido inconfundible de algo rompiéndose. Algo desgarrándose. Algo separándose. Pero no hubo gritos. Ningún lamento de dolor.
Stella: (¿Ni siquiera va a gritar…?)
Cuando volví a mirar, Kross sostenía algo en su mano: un brazo. El brazo del líder. Lo soltó sin dudarlo, como si fuera nada, y entonces tenso su brazo otra vez. Iba a terminarlo.
Pero antes de que pudiera hacerlo, algo lo golpeó con una fuerza descomunal. Kross salió disparado con violencia, su cuerpo lanzado varios metros hacia un lado como si fuera un simple muñeco de trapo. El más alto había vuelto.
Mi respiración se detuvo. Pero entonces, Kross apareció de alguna manera al lado mío otra vez. Antes de que pudiera siquiera procesarlo, antes de que mi mente pudiera reaccionar, ya estaba ahí. Frente a mí. De nuevo. Como si, después de todo lo que había hecho, después de la brutalidad con la que se había movido, después de la sangre que cubría su cuerpo… después de ese impacto que recibió.
Lo único que importara fuera asegurarse de que yo siguiera a salvo.
Stella: (A pesar de todo…)
El líder hablo de nuevo, su voz resonando en el aire como si todo lo que acababa de pasar fuera solo un inconveniente para él.
Líder ¿?: “Bueno… esto resultó más problemático de lo que anticipé.”
Mi cuerpo estaba tenso, cada músculo agarrotado, como si aún no pudiera creer que el peligro había pasado. Mis ojos se deslizaron sin querer hacia el más alto de los atacantes. Cargaba a los otros dos, los mismos que Kross había…
Stella: (Dios… los dejó… los dejó así.)
El líder continuó hablando, pero su voz se sintió distante, como si mi cerebro se estuviera desconectando de la situación, como si no pudiera procesar todo lo que había ocurrido en tan poco tiempo. No vi en qué momento desapareció. Pero Kross sí lo notó. Su voz, fría y neutral, cortó el silencio que se había apoderado de la plaza.
Kross ¿?: “Individuos hostiles se retiraron. Ya no hay amenazas cercanas para la Stego.”
Esa voz. Ese tono. No había nada en sus palabras. Nada. Era como si estuviera hablando de algo trivial, como si no hubiera acabado de librar una batalla brutal, como si no estuviera cubierto de sangre y heridas.
Mi mente trató de entender lo que acababa de pasar. El peligro se había ido. Estaba a salvo. Pero entonces, la realidad me golpeó con una fuerza que no pude controlar.
Mi pecho se cerró. Mis músculos se contrajeron. Mi estómago se revolvió. El miedo. El pánico. Todo lo que había tratado de ignorar, todo lo que había reprimido para no quebrarme antes… me alcanzó de golpe.
Stella: (Estuve a punto de morir.)
Si Kross no hubiera llegado a tiempo… Si no me hubiera sacado de ahí… Si no se hubiera movido como lo hizo… No estaría aquí.
Mis manos temblaron con fuerza. Mi visión se nubló. El aire ya no entraba con normalidad a mis pulmones. El cuerpo de la dino que intentó matarme seguía ahí, inerte, sin cabeza. El suelo estaba cubierto de sangre. Los restos de los otros dos aún estaban cerca, su carne mutilada, las extremidades esparcidas.
La imagen de Kross separando sus miembros pasó por mi cabeza como una escena que no quería recordar. Y entonces… no lo soporté más.
Me giré bruscamente, apenas teniendo tiempo de apoyar las manos en el suelo antes de que todo lo que había en mi estómago saliera de golpe. La sensación fue horrible, la acidez quemando mi garganta mientras me encogía sobre mí misma con una arcada dolorosa. Mi cuerpo seguía temblando incluso cuando ya no quedaba nada que expulsar.
Stella: (Dios... no... no puedo...)
No sabía cuánto tiempo pasó. Apenas podía respirar con normalidad cuando, poco a poco, logré incorporarme un poco. Mi mirada se deslizó hacia Kross. Seguía ahí, inmóvil. La sangre aún goteaba de su cuerpo. Sus ropas estaban empapadas en rojo. Pero su expresión… no había expresión. No había enojo, no había agotamiento, no había… nada.
Y entonces, con la voz temblorosa, apenas un susurro, hablé.
Stella: "K-Kross... ¿E-en verdad...eres tú…?"
Kross ¿?: “‘Kross’ es un parámetro no válido para el usuario. Reformule la pregunta.”
El escalofrío que recorrió mi cuerpo fue inmediato.
Stella: (¿Qué… qué significa eso? ¿Un parámetro no válido?)
Bajé la mirada, mis labios entreabiertos, pero sin saber qué decir. Mi respiración seguía errática. Finalmente, reuní el valor suficiente para alzar la vista otra vez. Mis ojos se encontraron con los de Kross, pero algo estaba mal. Sus ojos, ahora ambos eran de un azul frío y apagado, como si no hubiera nada detrás de ellos...
Stella: (azul...)
Stella: “¿E-estoy... hablando con... Blue?”
Kross ¿?: “Ese parámetro es correcto.”
Tragué saliva con dificultad. Mis manos se aferraron a mis propios brazos, tratando de detener el temblor en mi cuerpo. No funcionó.
Stella: "¿Qué... pasó…?"
Kross[O-B]: "Para ejecutar el objetivo prioritario ‘Proteger a la Stego’, la entidad designada como Blue tomó el control total de la mente del usuario. Los hostiles detectados se han retirado, el individuo denominado como ‘líder’ salió herido de gravedad. 1 individuo erradicado, 2 individuos con daños fatales. El último resultó con heridas menores. Actualmente no se detectan más amenazas para la Stego."
Cada palabra se sintió como un martillazo en mi cabeza. 1 erradicado. 2 con daños fatales. El aire volvió a pesar en mis pulmones. Intenté hablar, pero no pude. Mis ojos recorrieron el cuerpo de Kross, las heridas aún abiertas, la sangre, la ropa rasgada.
Otra arcada se apoderó de mí, pero ya no quedaba nada. Solo náuseas.
Stella: "Hay… demasiada sangre. ¿E-estás seguro de que estás bien?"
Kross[O-B]: "Estado del usuario: Severamente dañado pero funcional. Múltiples heridas, pero ninguna fatal. La regeneración está comprometida pero el usuario puede aguantar unos minutos más antes del colapso."
Mi garganta se cerró.
Stella: (¿Cómo…? ¿Cómo puede explicar todo esto así, como si fuera algo secundario? ¿Cómo puede hablar de todo esto como si no fuera importante?)
Miré su costado, la herida donde lo habían apuñalado. Miré la sangre aún fresca en su piel. Miré la ausencia de su brazo. Era demasiado.
Stella: "P-pero... eso es... eso es imposible. Ni siquiera podrías estar aguantando... no... no con todo eso..."
Kross[O-B]: "No hay daño crítico actual. El usuario puede continuar operativo por un periodo de tiempo estimado. El usuario cumplirá con su objetivo. Proteger a la Stego a cualquier costo."
Mi cuerpo se estremeció. No sé si fue por el frío o por sus palabras. Pero asentí. Fue un movimiento mecánico, vacío, como si mi cerebro aún no procesara nada de lo que estaba pasando.
Y entonces, mi mirada se desvió. Hacia el suelo. Hacia lo que había quedado atrás en la pelea. Hacia… su brazo cortado.
Mis labios se separaron.
Stella: "Pero... y tu brazo... ¿Cómo... es posible?"
Kross[O-B]: "El brazo cortado puede ser recuperado. Si el usuario utiliza el miembro cortado, la regeneración será más rápida en comparación con la creación de una extremidad desde cero."
Parpadeé. Mi mente intentaba asimilar lo que acababa de escuchar. Miré el brazo amputado luego miré a Kross y nuevamente desvíe la mirada al brazo.
¿Cómo…?
Stella: "¿Eso es... cierto? ¿De verdad puedes recuperarlo? ¿Es posible? "
Kross[O-B]: "Afirmativo. El proceso de regeneración ya ha sido probado en condiciones controladas. La extremidad puede ser reintegrada al cuerpo del usuario. No es necesario crear una nueva desde cero."
No quiero pensar en lo que se refirió con eso... por lo que debió pasar para comprobarlo. No sé cuánto tiempo tardé en reaccionar. Pero al final… bajé la cabeza. Mis labios temblaron. Y con un hilo de voz, casi sin darme cuenta, susurré:
Stella: “Jesús...raptor... gracias.”
Escuché su voz de nuevo, fría y calculadora, como si todo lo que había pasado fuera solo un paso más en un plan que solo él entendía.
Kross[O-Blue]: "Recomendación para la Stego: Movilizarse a un sitio mejor. Permitiré asistencia."
Lo vi extender su mano hacia mí, con su único brazo moviéndose. Mis ojos se fijaron en ella sin pensarlo. No tenía sus garras fuera, pero… estaba cubierta de sangre. No era suya, o al menos no toda. Era de los que habían intentado matarnos.
No sé en qué momento mi cuerpo reaccionó, pero lo hizo. Me encogí levemente. Retrocedí apenas unos centímetros, como si el instinto me empujara a evitar el contacto. No fue hasta que vi su mano detenerse en el aire que me di cuenta de lo que había hecho.
Kross[O-B]: "...Disculpe..."
Apartó la mano en el acto, como si hubiera cometido un error. Su voz, aunque neutral, sonó casi… respetuosa.
Kross[O-B]: "No se consideró mucho el impacto de la situación en la Stego. Si se requiere más tiempo para recomposición mental, la espera será concedida."
Negué de inmediato, aunque mi cuerpo aún temblaba.
Stella: "No, yo… lo siento. Solo fue…"
No pude terminar la frase. No encontré las palabras. Mi mente todavía no procesaba todo lo que había pasado, todavía no entendía cómo habíamos llegado a esto. Cómo Kross había hecho… todo eso. Cómo había dejado a esos tipos en ese estado. Cómo había perdido un brazo y aún seguía de pie, como si nada.
Stella: "Mucho."
Kross[O-B]: "Reacción dentro de los parámetros esperados. Disculpe por no calcularlos con antelación."
Sus palabras sonaban… extrañas. No había emoción en ellas, no había nada que me indicara que estaba hablando con Kross. Era como si estuviera leyendo un manual, como si todo esto fuera solo un protocolo que debía seguir.
Tomé aire, intentando estabilizar mi respiración. Apreté mis brazos contra mi propio cuerpo, sintiendo cómo el temblor aún no desaparecía.
Stella: "¿Por qué... me llamas 'la Stego'? Y... ¿por qué te llamas a ti mismo 'usuario'?"
No respondió al instante. O tal vez sí, pero a mí me pareció que el silencio se extendió más de lo normal. Como si estuviera procesando la pregunta, como si tuviera que buscar la respuesta correcta en algún lugar de su mente.
Kross[O-Blue]: "Cualquier parámetro personal fue bloqueado temporalmente para mayor eficacia del usuario. Antes de entrar en el estado actual, se dio una orden. Proteger a Stel..."
Me congelé. Kross se detuvo. Por una fracción de segundo. Por menos de un segundo. Pero lo noté. Lo noté porque yo conocía su voz.
Y entonces, se corrigió.
Kross[O-Blue]: "Disculpe. Se dio la orden de proteger a la Stego. Para maximizar la efectividad en la ejecución de la orden, se bloquearon todos los rastros emocionales y personales de la mente del usuario al entrar en este estado. Esto permite un enfoque completo en el objetivo prioritario."
Apreté los labios.
Stella: (Por un momento… casi dice mi nombre.)
Esa simple pausa, ese error… significaba algo. Mi respiración aún era errática, pero logré forzar mi voz a salir.
Stella: "¿Puedo... seguir llamándote Kross?"
Kross[O-Blue]: "El nombre designado no afecta la funcionalidad del usuario. Si la Stego se siente más cómoda utilizando ese parámetro, no hay problema."
Asentí lentamente. Pero no me tranquilizó en lo absoluto. Aún estaba ahí, de pie, sin mostrar señales de agotamiento a pesar de que había perdido tanta sangre. Sin mostrar señales de que nada de esto le afectara.
Era… aterrador. No porque le tuviera miedo. Sino porque no sabía cuánto más podría soportar antes de caer.
El cuerpo de Kross no era invencible. Él dijo que su regeneración estaba mal. Había perdido demasiada sangre y sus heridas no eran normales. Y, sin embargo, seguía ahí, sin inmutarse, sin temblar, sin ceder ni un milímetro.
Stella: (¿Hasta cuándo…? ¿Hasta cuándo podrás seguir así antes de…?)
Tragué saliva con dificultad. Bajé la mirada, sintiendo cómo mis manos aún temblaban.
Stella: (Por ahora...)
Stella: "Kross... ¿puedes hacerme un favor?"
Kross[O-B]: "El usuario cumplirá cualquier orden de la Stego, siempre y cuando no comprometa su bienestar."
Apreté los dientes al escuchar esa palabra. No podía seguir pensando en eso ahora.
Stella: "Me siento un poco mejor... ¿Puedes ayudarme a levantarme y llevarme a una banca? Así podemos descansar."
Kross[O-Blue]: "Orden válida. Procediendo a ejecutar."
Se acercó un poco más, extendiendo su único brazo con movimientos precisos. Pude notar que, esta vez, trataba de evitar que la sangre de su mano tocara mi piel. Levanté mi brazo con cuidado, intentando alcanzarlo…
Pero entonces, el sonido cambió. Una nueva voz. No. Varias. Múltiples voces.
¿?: “¡Manos arriba y aléjate de la chica, ahora!”
Luces.
Demasiadas.
Las patrullas rodeaban la plaza desde todas las direcciones, sus sirenas parpadeaban con un rojo y azul que hacía que todo se sintiera aún más irreal. La luz destellante rebotaba en el suelo, en los árboles, en los edificios cercanos, en los rostros de los policías que estaban alineados frente a nosotros... y en Kross. Los oficiales estaban armados, y todas las armas estaban apuntando a él.
Stella: (Dios… no… no entienden nada.)
Entonces lo recordé. El dispositivo. Lo había activado por petición de Kross. El aparato solo transmitía una alerta y mi ubicación exacta. No tenía forma de indicar lo que realmente había pasado. Para la policía, esto solo significaba que algo malo ocurrió aquí. Y viendo a Kross cubierto de sangre, de pie frente a mí…
Estaban asumiendo todo.
¿?: “¡Repito, manos arriba y aléjate de la chica, ahora!”
Las voces seguían gritando órdenes, pero yo apenas las procesaba. Porque entonces, Kross se tensó. Mis ojos bajaron a su único brazo en el momento exacto en que sus garras se extendieron.
Stella: (No… no, no, no, no—)
La respuesta de los oficiales fue inmediata.
¿?: “¡No se lo diremos otra vez! ¡Aléjate de la chica o abriremos fuego!”
Mi cuerpo se movió sin pensar. Intenté levantarme, intenté ponerme de pie, pero mis piernas aún estaban débiles. Me tambaleé, casi cayendo de nuevo, pero no importaba.
Stella: “¡Bajen las armas! ¡él no me ha hecho nada!”
Nadie me escuchó. Nadie me hizo caso.
¿?: “¡Última advertencia! ¡No te muevas!”
Stella: (¡Dios, por favor, no hagan esto!)
Mis ojos se movieron frenéticamente entre Kross y los oficiales. Y entonces escuché una voz. Una voz que conocía.
¿?: “Si no se rinde, disparen a mi señal.”
Mi respiración se cortó. Mi cuerpo entero se quedó paralizado. Era él. Ripley Aaron. El comisionado de la policía. El padre de Fang. Sabía que Kross y él no se llevaban bien. Lo había visto en su casa. La tensión entre ellos era imposible de ignorar. Pero… ¿esto? ¿De verdad iba a ordenar que le dispararan?
Mi pecho se oprimió con fuerza. Pero no tuve tiempo de procesarlo. Porque lo vi. Lo vi moverse. Todo pareció ir en cámara lenta. Kross no se quedó quieto. Sus piernas se flexionaron y, su cuerpo ya estaba en movimiento. No había duda en sus acciones. No había vacilación. Iba directo hacia Ripley con sus garras extendidas.
Los policías gritaron algo, pero no lo escuché. No podía escuchar nada. Mi corazón se detuvo.
No.
No podía dejar que pasara.
Tenía que hacer algo.
Stella: (¡Piensa, Stella, piensa!)
Pero en el instante en que lo hice, un recuerdo atravesó mi mente. Una conversación. Unas palabras que desearía nunca haber escuchado junto con lo que me acaba de decir Kross.
Naomi: “Digo, si alguien más intentara decirle qué hacer, seguro no reaccionaría igual.”
...
Naomi: “No directamente… pero de alguna manera, logras que te haga caso, como si lo controlaras. ¿Cómo lo haces?”
...
Kross[O-B]: "El usuario cumplirá cualquier orden de la Stego, siempre y cuando no comprometa su bienestar."
Lo entendí al instante. Me dolió entenderlo. Me odié por entenderlo. Pero no tenía opción. No había tiempo. Así que hice lo único que sabía que funcionaría. Lo grité.
Stella: "¡VUELVE A MI LADO, KROSS! ¡ES UNA ORDEN!"
El efecto fue inmediato. Kross estaba frente a Ripley en un momento… y al siguiente, estaba otra vez cerca... a mi lado. El silencio que siguió fue absoluto.
Los oficiales que segundos antes estaban listos para disparar no tenían palabras. El chico cubierto de sangre que estaba a punto de arremeter contra el comisionado…
Ahora estaba completamente quieto, justo a mi lado, como si nunca se hubiera movido. Contuve el aliento. Mis manos estaban temblando. Pero funcionó. Suspiré, sintiendo el alivio recorrerme…
Pero el malestar también estaba ahí. Porque lo hice. Porque, sin quererlo, terminé haciendo exactamente lo que Naomi había dicho. No quería pensarlo más. No quería seguir sintiéndome así.
Pero entonces, antes de que pudiera siquiera respirar con normalidad de nuevo… el sonido quebró el aire.
BANG.
No solo uno.
BANG... BANG... BANG...
Una ráfaga de disparos resonó en la plaza, pero Kross… no se movió. Ni un solo paso atrás. Solo su brazo se desplazaba con una velocidad anormal, el sonido del metal chocando contra sus garras era constante, una sucesión rápida e imparable, como si en vez de balas, fueran simples gotas de lluvia golpeando una superficie dura.
Stella: (¿Cómo…?)
Mis ojos se fijaron en los suyos. Se movían con la misma velocidad absurda, analizando, reaccionando a lo que pasaba. Cada disparo, si no era desviado, entonces las balas eran atrapadas con una precisión imposible.
Y entonces, el ruido cesó. La ráfaga se detuvo.
Mi mirada descendió lentamente hasta su mano.
Sus dedos se abrieron con un movimiento preciso, dejando caer varias balas al suelo con un sonido seco. Entre ellas, algunas que no logró atrapar, pero sí desviar con sus garras, se incrustaron en el suelo o en los alrededores, aunque ni siquiera una sola bala paso cerca de mí.
Stella: (Pensó en eso mientras le disparaban...)
Pero no fue eso lo que me hizo estremecer. Fue la forma en que una sola bala aún descansaba entre sus dedos. La sostenía con precisión, girándola levemente entre sus garras. Su postura, la forma en que la sujetaba…
Era igual.
Igual cuando casi lanzó una piedra contra los neumáticos de un auto por seguirle el juego a Fang. Los oficiales no reaccionaron al instante. Nadie pudo. Pero antes de que cualquiera pudiera procesarlo, sin previo aviso… Kross la lanzó. Fue un parpadeo. Solo un parpadeo. Y la bala iba de vuelta.
Stella: (¡No, no, no—!)
El policía que disparó ni siquiera tuvo tiempo de moverse. No lo habría logrado. Pero otro oficial reaccionó antes. Saltó sobre él y lo apartó del camino en el último segundo. El proyectil pasó a centímetros de su casco y golpeó la patrulla detrás de ellos con un sonido seco.
El silencio cayó sobre la plaza de golpe. Todo se detuvo. Pero la voz de Kross rompió la quietud.
Kross[O-B]: “Esperando nuevas instrucciones.”
Mi cuerpo entero se tensó.
Kross[O-B]: “Si no hay nuevas instrucciones, se aplicará el objetivo prioritario de proteger a la Stego.”
Su tono no cambió en lo más mínimo.
Kross[O-B]: “Acabando con cualquier hostil en el área.”
Stella: (¡Dios, no…!)
No podía dejar que pasara. Si Kross atacaba… Si se lanzaba contra ellos… No los iba a incapacitar. Los iba a matar. El sudor frío recorrió mi espalda. Tenía que pensar en algo.
Stella: (Rápido, rápido, rápido—)
La respuesta vino de inmediato. La idea me golpeó como un balde de agua helada. No quería hacerlo. No quería recurrir a esto otra vez. Pero no tenía opción. Así que, tomando aire, luchando contra la presión en mi pecho, lo hice.
Stella: “¡Escúchame, Kross! Sin dañarlos… des... desármales. Y vuelve a mi lado.”
Y entonces, con todo el peso del mundo en mi voz, lo dije de nuevo.
Stella: “Es una orden.”
El silencio se hizo aún más pesado. Pero Kross no dudó.
Kross[O-B]: “Orden recibida. Procediendo a la ejecución.”
Y desapareció.
Ni siquiera pude verlo moverse. No fui la única. Los oficiales apenas lograron reaccionar. Un par de ellos se giraron en el momento exacto en que Kross pasó entre ellos, pero no sirvió de nada. El sonido de metal cediendo, de armas partiéndose, de mecanismos destruyéndose, llenó la plaza en un caos repentino.
Todo duró menos de cinco segundos. Algunos de los oficiales pudieron recargar e intentaron disparar… pero sus armas ya no existían. Habían sido cortadas con precisión quirúrgica. Rifles divididos en dos. Pistolas reducidas a chatarra.
Y cuando todo terminó, cuando los oficiales miraron confundidos los restos de sus propias armas en el suelo… Kross ya estaba de vuelta. De pie, justo a mi lado. En la misma posición que antes.
Stella: (…Jesús raptor.)
Nadie supo qué decir. Nadie pudo procesar lo que acababa de pasar. ¿Cómo alguien con su apariencia, en su estado, con un solo brazo… se movió de esa manera? ¿Cómo fue capaz de desarmar a un grupo entero de oficiales en un abrir y cerrar de ojos?
Pero incluso después de todo eso… Kross no se movió otra vez. No se lanzó contra nadie. Solo se quedó ahí. De pie. Silencioso. Su único brazo extendido, con los músculos aún tensos, listo para responder a cualquier movimiento hostil que muestren los oficiales.
Y eso… Eso me dio un poco de alivio.
Stella: (No va a atacar por iniciativa propia… aún.)
Pero entonces lo vi. Algo tan sutil que cualquiera podría haberlo pasado por alto. Su brazo... y sus piernas.... Estaban temblando. Era leve. Apenas perceptible. Pero estaba temblando.
Stella: (Está en su límite.)
El impacto de todo lo que había pasado, la sangre que había perdido, el esfuerzo físico, su regeneración… estaba llevándolo al borde. Tenía que sacarlo de aquí. Tenía que sacarlo antes de que—
Algo voló a la dirección de Kross desde otro lado.
Stella: (¿Qué—?)
No fue solo una cosa. Fueron dos.
El primer objeto impactó contra sus piernas, enredándose con una rapidez absurda. Eran dos esferas unidas por un cable que se ajustó de inmediato, envolviendo sus extremidades con firmeza. Un destello púrpura recorrió el dispositivo, como si asegurara su agarre.
Antes de que pudiera reaccionar, el segundo par de esferas lo alcanzó. Esta vez, atrapó su único brazo, forzándolo hacia atrás, asegurándolo contra su espalda. Las dos bolas brillaron al unísono y se juntaron en su pecho, inmovilizándolo por completo.
Stella: (¡¿Qué fue eso?!)
Pero antes de que pudiera procesarlo, algo más se movió.
Un destello. Un impacto directo en el pecho de Kross.
Y entonces, explotó.
Una onda de choque lo lanzó hacia atrás con fuerza descomunal, su cuerpo salió disparado hasta estrellarse contra un árbol. El sonido del golpe aún resonaba cuando una nueva voz se hizo presente. Femenina. Casual. Divertida, incluso.
¿?: “Buen tiro, Surge. Te daré punto extras por no dañar a la civil.”
Mi mirada se dirigió de inmediato hacia donde había venido la voz. Cuatro figuras se acercaban: dos humanos, un saurio y una hibrida. Uno de ellos, el saurio tenía un guantelete, movía su muñeca como si la estuviera estirando... el lanzo esa cosa. La otra híbrida era más pequeña, y la mujer al frente…
Stella: (Esa voz… La conozco.)
Mis ojos se enfocaron en ella de inmediato. La detective Cass. La misma que me había pedido mi testimonio sobre lo que ocurrió en la escuela. Antes de que pudiera procesarlo del todo, la vi sacar dos pistolas de su cintura. Mi respiración se cortó.
Stella: (No, no— ¡No!)
El miedo me recorrió el cuerpo en un instante.
Stella: “¡No hagan nada!”
Mi voz resonó más fuerte de lo que esperaba. Los cuatro se detuvieron de golpe, dirigiendo su atención hacia mí. Cass me miró con una expresión de reconocimiento y empezó a caminar en mi dirección. Los otros la siguieron. Pero en cuanto vi que aún tenía las armas en sus manos, mi pecho se contrajo con fuerza.
Stella: “¡No se acerquen más!”
Cass se detuvo en seco. Pero antes de que pudiera decir nada…
CRACK.
Un sonido seco y horrible. Mi cuerpo entero se tensó. Me giré de inmediato, con el estómago hecho un nudo. Y ahí estaba. Kross. Su brazo… estaba… sangrando demasiado. Pero no se detuvo. Con la extremidad dañada, destrozó el dispositivo de sus piernas. La cosa chisporroteó antes de apagarse, pero el daño ya estaba hecho. Sus piernas se doblaron ligeramente por el impacto.
Stella: (Solo... para liberarse... hizo eso.)
Y aun así… se movió, lanzándose hacia la detective. El saurio de los guanteletes apenas logró interceptarlo. Levantó los brazos en el último segundo, bloqueando la patada de Kross.
El impacto fue tan fuerte que incluso él se tambaleó cayendo hacia atrás. Pero Kross no continuó el ataque. Se apartó en un parpadeo, volviendo al frente mío con la misma rapidez de antes.
Mi mirada bajó instintivamente a su brazo. Seguía temblando, la sangre cayendo en pequeños hilos al suelo. Sus piernas no estaban mejor. Apenas podía mantenerse en pie. Pero había algo más...
Stella: (Su mirada...)
Los ojos de Kross… ya no eran iguales que antes. No tenían esa frialdad calculadora de hace un momento. Ambos parecían perdidos, como si estuvieran luchando por enfocar. Parpadeaba lentamente, como si le costara mantenerlos abiertos, y su mirada vacilaba, incapaz de fijarse en algo concreto. Entonces recordé lo que Kross me dijo antes.
Kross[O-Blue]: "...La regeneración está comprometida pero el usuario puede aguantar unos minutos más antes del colapso."
Stella: (Lo hizo apenas viendo… él está... está a punto de colapsar...)
Pero incluso en ese estado… aún se coloca delante de mí... Kross...
Las voces de las cuatro personas me sacaron de golpe de mis pensamientos. La detective habló con los otros, su tono casual, como si esto fuera solo otro día en el trabajo.
Cass: “Bueno, no me espere ver al chico de nuevo. ¿Qué tal si no nos matan hoy, listos para la segunda ronda?”
El humano de cabello oscuro, con una sonrisa torcida, respondió con un comentario sarcástico.
Humano ¿?: “Claro, porque esto es exactamente como lo planeé para mi noche. Un paseo por el parque, un poco de sangre, extremidades de dinos por el suelo, y un chico que parece salido de una película de terror. Perfecto.”
El saurio de los guanteletes, relajado como si nada fuera grave, añadió:
Saurio ¿?: “Al menos no es aburrido. Aunque preferiría que no nos partiera en dos. Ese golpe sí que fue molesto, aún más que en el estacionamiento, creo que estoy cargado a la mitad solo con eso. ¿Podemos hacer que Neo lo debilite?”
La híbrida más pequeña, que hasta ahora no había dicho una palabra, solo hizo un leve gesto con la cola, como si estuviera de acuerdo o simplemente no le importara demasiado.
Pero yo no quería escuchar nada de eso. No quería que siguiera. No quería que Kross siguiera peleando ni un segundo más.
Stella: “¡Basta!”
Las voces se apagaron de golpe.
Mi pecho subía y bajaba con fuerza, pero las palabras apenas salían.
Stella: “P-por favor… d-déjenlo. No sigan… no lo lastimen más…”
Mi garganta se cerró. Sentía los ojos arderme, la desesperación acumulándose con cada segundo que pasaba.
Stella: “Ya es suficiente…”
Mis manos se apretaron con fuerza.
Stella: “No saben… no saben lo que es verlo seguir adelante, aun cuando ya no debería poder hacerlo. Verlo levantarse, incluso cuando su cuerpo ya no puede más… todo para que yo esté a salvo.”
Mi voz tembló.
Stella: “Solo quiero que descanse... solo una vez... solo una...”
Las palabras apenas salían, mi voz apenas se sostenía.
Stella: “Por favor...”
Algo cambió en el rostro de la detective. Como si esa última palabra… hubiera hecho click en su mente. Exhaló con cierta resignación y levantó las manos lentamente.
Cass: “Me acercaré, sola. Surge, apaga los guanteletes. Abe, quédate quieto y finge que no existes. Neo, si se mueve... hace lo mismo que le hiciste a surge... y que el efecto sea 5 veces más fuerte mucha este bastardo es resistente.”
Lo dijo con calma, pero sin perder ese tono casual suyo. Cada uno reaccionó de manera diferente, el saurio mientras apagaba sus guanteletes guardo sus manos en los bolsillos de su chaqueta, el humano se quejó, pero se calló cuando la hibrida se le acerco con una expresión burlona. Pero en cuanto la detective Cass dio un paso... Kross se tensó.
Stella: (¡No, no otra vez—!)
Sus garras se prepararon, incluso con su brazo destrozado. Su postura se inclinó apenas, listo para moverse.
Stella: (¡Va a atacar!)
Cass chasqueó la lengua, como si estuviera lidiando con un animal callejero listo para morderle la pierna.
Cass: “Ah, por supuesto que harías esto más difícil.”
No se detuvo. Con movimientos calculados, sacó algo de sus pistolas. Unas barras. Las lanzó lejos sin ceremonia. Luego... simplemente dejó caer las armas al suelo con un suspiro.
Cass: “A la mierda, no voy a discutir contigo.”
Cada sonido parecía hacer que Kross se tensara aún más, como si su mente tratara de procesar lo que pasaba a su alrededor. Cass, sin embargo, seguía con su ritmo.
Se abrió la chaqueta con ambas manos y la dejó así, como si estuviera en medio de un maldito control de seguridad en un aeropuerto.
Cass: “Mírame bien, niño. Nada por aquí, nada por allá… excepto esto.”
Sacó lentamente una botella de alcohol del bolsillo interior y la levantó con un gesto relajado para tomar un sorbo de lo que tenía.
Cass: “¿Ves? Lo único peligroso que traigo es mi consumo irresponsable de whisky.”
Kross no reaccionó. Seguía inmóvil. Temblando.
Cass suspiró, su tono bajando un poco.
Cass: “No quiero nada más que la seguridad de la chica que estás protegiendo. No quiero pelear contigo, no quiero otro puto enfrentamiento como el de la otra vez, y honestamente... no quiero que me cortes un brazo. Me gusta tenerlos en pares para poder beber más.”
No hubo respuesta.
Cass: “Ya todo está bien…”
Hizo una pausa, asegurándose de que las palabras llegaran.
Cass: “Puedes descansar, niño.”
Y entonces... estaba justo frente a él. A centímetros de su brazo. Pero Kross no reaccionó. No se movió.
Solo... seguía ahí.
Su respiración era pesada. Sus hombros aún tensos. Sus piernas temblaban con fuerza, pero su cuerpo no cedía. Como si algo dentro de él se negara a detenerse. Como si no pudiera decidir qué hacer.
Mi pecho se contrajo con fuerza. Mi mano se movió por instinto. Mi cuerpo aún no tenía fuerza para levantarme, pero eso no importó. Extendí la mano con lentitud y toqué su pierna con suavidad. Para que me sintiera. Para que supiera que aún estaba aquí.
Que estaba bien. Con él.
Stella: “Kross…”
Sus ojos apenas se movieron en mi dirección. Tomé aire con fuerza y, con toda la suavidad que pude reunir, volví a hablar.
Stella: “Puedes descansar.”
La tensión en sus hombros pareció ceder apenas. Pero no lo suficiente.
Stella: “Todo terminó.”
Su mirada parpadeó. Como si su mente intentara procesarlo.
Stella: “No tienes que seguir luchando.”
Mi voz se quebró un poco.
Stella: “Estoy a salvo... porque tú me protegiste.”
Kross no respondió. No hubo palabras. Solo un instante de completo silencio.
Y entonces...
Todo su cuerpo cedió. Toda su fuerza desapareció en un solo segundo. Su respiración se cortó. Sus rodillas temblaron una última vez. Y cayó. Cass se movió en el instante exacto. Lo atrapó antes de que golpeara el piso.
Con cuidado, la detective dejó a Kross en el suelo, asegurándose de que no golpeara su cabeza contra el pavimento. Luego, se giró hacia mí, sus ojos escaneándome rápidamente.
Cass: “No esperaba ver al chico por segunda vez… y menos en estas condiciones.”
Sus palabras sonaban más como un comentario para sí misma que para mí. Luego, me miró directamente.
Cass: “¿Estás bien, chica?”
Asentí lentamente, sintiendo cómo mi voz temblaba al responder.
Stella: “No tengo ninguna herida… Él se encargó de eso.”
Cass asintió, como si ya lo hubiera deducido. Luego, levantó la mano y llamó a los otros tres con un gesto.
Cass: “¡Vengan! Surge, Abe, Neo, ¡ya está controlado!”
Los tres se acercaron: el saurio de los guanteletes, el humano de cabello oscuro que aprovecho de recoger y pasarle las cosas que tiro la detective y la híbrida pequeña. Cass los miró a todos antes de hablar.
Cass: “Ok.... Vamos a tener que hacer otro protocolo. Lo único bueno es que no hubo demasiados daños ni ningún testigo para que la gente sospeche mucho.”
El humano, cruzó los brazos y soltó un comentario con un tono sarcástico.
Abe: “Ah, genial. Otro protocolo. ¿Que será esta vez? ¿Terroristas, ruxos, rexicanos, payasos, todo lo anterior? Pero la verdadera pregunta... ¿Qué haremos con el chico esta vez?”
Cass lo miró con una expresión que claramente decía “no empieces”, pero antes de que pudiera responder, una voz fría y autoritaria cortó el aire.
Ripley: “Lo encerraremos como la amenaza que es. Y esta vez no quiero objeciones. Este Skinnie ha demostrado ser un peligro.”
Mi cabeza giró hacia la voz. Era Ripley. Su rostro estaba serio, sus ojos fijos en Kross llenos de desprecio, quien yacía inconsciente en el suelo. Pero algo dentro de mi ardió en el momento de que escuche esa palabra.
Stella: “¡Kross no es una amenaza!”
Mi voz salió más fuerte de lo que esperaba, haciendo que el comisionado se gire hacia mí.
Ripley: “¿Acaso no viste lo que ese Skinnie acaba de hacer, niña? Bloqueo un tiroteo por si solo, lanzo una bala con su brazo con la misma potencia a como si estuviera en un arma y desarmó a un grupo entero de oficiales en segundos. ¿Eso no te parece una amenaza? Es un monstruo”
Stella: “¡Lo vi! ¡Y fue porque ustedes no quisieron bajar sus armas, ustedes son los responsables! ¡PORQUE USTEDES ABRIERON FUEGO! ¡Me tuve que obligar a mí misma a darle una orden para que nadie saliera herido! Vous n'imaginez pas à quel point je me déteste de traiter Kross comme un putain d'outil.”
Podía sentir como mis lagrimas salían, pero el cómo después de todo lo que Kross hizo, que simplemente lo categorizara como un monstruo me sobrepaso.
Stella: “Fue por mí que ahora está en esta condición. Perdió un brazo, lo apuñalaron, lo golpeaban como si no fuera nada, hasta lo envenenaron, pero no le importó, él siempre se interpuso, siempre procuro mantenerme lejos de quienes nos atacaron. Siguió adelante hasta que su cuerpo no pudo más. Peu importe à quel point il était blessé, il m’a toujours défendu. Il n'est pas une menace, il m'a protégé au prix de sa propre vie!”
Ripley abrió la boca para tratar de responder, pero antes de que pudiera decir algo, otra voz intervino. Era firme, autoritaria, pero con un tono calmado que contrastaba con la tensión del momento.
¿?: “Ya es suficiente, comisionado.”
Todos nos giramos hacia la nueva voz. Era un hombre alto, un Stegosaurio con un traje impecable que caminaba con paso firme hacia nosotros. Su presencia era imposible de ignorar. Era el alcalde de Volcadera.
Y también era mi padre.
Ripley frunció el ceño, claramente molesto por la interrupción, pero no dijo nada. Mi padre se detuvo a mi lado, su mirada recorriendo la escena antes de posarse en Ripley.
Padre de Stella: “Creo que ya has hecho suficiente por esta noche, comisionado. Algunos oficiales me acaban de resumir la situación... y con lo que escuche de mi hija... Deja que los de CHNO hagan el resto. Retírate.”
Ripley pareció querer protestar, pero un gesto firme de mi padre lo detuvo. Con un gruñido de frustración, dio media vuelta y se alejó, dejando a los demás en silencio.
Mi padre se agachó a mi lado, su voz suave pero llena de preocupación.
Padre de Stella: “Stella... cielo, ¿Cómo te sientes?”
Asentí, sintiendo cómo las lágrimas continuaban cayendo
Stella: “...Estoy... bien, papá… Estoy bien. Pero Kross… Él…”
Mi padre puso una mano en mi hombro, su expresión calmada pero firme.
Padre de Stella: “Lo sé, cariño. Lo sé. Lamento que tu salida terminara así, estabas tan emocionada al pedirme salir este día. Ahora deja que ellos se encarguen de esto.”
Miré hacia Kross, quien yacía inmóvil en el suelo, su brazo aun sangrando. Mi corazón se apretó.
Stella: (Por favor… que esté bien.)
La detective se acercó a mi padre, mientras bebía la botella que mostro antes.
Cass: “Tenemos que moverlo, señor. No podemos dejarlo aquí. Lo llevaremos con Bartholomew para que se encargue de él.”
Mi padre asintió, su mirada seria.
Padre de Stella: “Haz lo que sea necesario capitana, pero asegúrate de que no le pase nada más. Que parece que le debo algo a este chico por proteger a mi hija.”
Cass asintió y se giró hacia los otros tres.
Cass: “Surge, Abe, prepárense para moverlo.”
El saurio, Surge, asintió con calma, mientras Abe soltó otro comentario sarcástico.
Abe: “Genial, llegamos solo para recoger las sobras... más o menos.”
Surge: “¿Y de quién es la culpa esta vez?”
Abe: “No creo que por decir ‘sí, le puse gasolina’, mágicamente el auto decidió no tener ni una gota.”
La híbrida pequeña, que estaba cerca, le dio un golpe con la cola en la pantorrilla, sacándole una queja.
Abe: “¡Oye! ¿Qué fue eso?”
Mientras se preparaban para mover a Kross, algo me golpeó. Algo que no podía dejar atrás. Mi mirada se desvió hacia el suelo, hacia el brazo que Kross había perdido al inicio de todo. El brazo izquierdo, aún tirado allí, manchado de sangre.
Stella: “Esperen… tienen que llevarse algo más.”
Cass se detuvo y me miró, arqueando una ceja.
Cass: “¿Algo más? ¿Qué cosa?”
Me costó mucho decirlo. Las palabras se atascaron en mi garganta, pero sabía que no podía dejarlo ahí.
Stella: “El… su brazo. Tienen que... llevárselo.”
La detective frunció el ceño, claramente confundida.
Cass: “¿El brazo? ¿Por qué o para qué?”
Respiré hondo, sintiendo cómo mi voz temblaba.
Stella: “Kross… Kross me dijo que… que podía recuperar más rápido el brazo… si lo tenía.”
El silencio que siguió fue denso. Cass me miró fijamente, como si estuviera tratando de decidir si yo estaba bromeando o no. Luego, tomó un gran sorbo de la botella de alcohol que llevaba. Estaba segura de que era una diferente de la que había mostrado antes.
Cass: “No voy a preguntar cómo puede hacer eso… por ahora. Pero cuando despierte, necesitare su historia completa, sin mencionar que necesitare que él y tú me digan que sucedió aquí. Y esta vez, sin omitir detalles.”
Asentí, sintiendo cómo el alivio y la vergüenza se mezclaban en mi pecho. La detective hizo un gesto con la cabeza hacia el dino.
Cass: “Recoge el brazo también. No lo pierdas.”
Surge asintió sin decir una palabra, agachándose para recoger el brazo con cuidado. Abe soltó un silbido bajo, pero no hizo ningún comentario esta vez. Mi padre se volvió hacia mí, su voz suave pero firme.
Padre de Stella: “Cielo, vamos a llevarte a casa. Necesitas descansar.”
Sacudí la cabeza, sintiendo cómo el miedo y la preocupación se apoderaban de mí.
Stella: “No… ¿puedo ir con ellos?”
Mi padre me miró con una expresión seria, pero no enojada. Sabía que estaba preocupado por mí, pero también entendía lo que Kross significaba para mí en ese momento. Respiró hondo antes de responder.
Padre de Stella: “No, hija. No puedes ir con ellos. No ahora...”
Mi corazón se hundió un poco, pero antes de que pudiera protestar, él continuó.
Padre de Stella: “...Pero mañana… mañana te dejaré faltar a la escuela. Podrás ir a verlo a primera hora. Te lo prometo.”
Sus palabras me dieron un poco de alivio, aunque no era exactamente lo que quería. Sabía que mi padre no iba a ceder más que eso, así que asentí lentamente.
Stella: “Está bien.... Gracias, papá.”
Mi padre asintió, y luego extendió su mano hacia mí.
Padre de Stella: “Ven, déjame ayudarte a levantarte.”
Acepté su mano, sintiendo cómo mis piernas aún temblaban. Con un poco de esfuerzo y la ayuda de mi padre, logré ponerme de pie, aunque me costó mantener el equilibrio. Mi cuerpo aún estaba débil, pero al menos ya no estaba en el suelo.
Mi padre me sostuvo firmemente, asegurándose de que no me cayera.
Padre de Stella: “¿Estás bien, hija?”
Asentí, sintiendo cómo las lágrimas finalmente dejaban de caer.
Stella: “Sí... eso creo.”
Mientras observaba cómo Surge y Abe levantaban con cuidado a Kross, sentí una mezcla de alivio y angustia. Sabía que esto no había terminado, que aún había muchas preguntas sin respuesta. Pero por ahora, lo único que importaba era que Kross estuviera a salvo.
Stella: (Por favor… Kross.)
Fin del capítulo.
Notes:
Weno, acá tenemos la otra perspectiva de lo que paso, además de que por fin aparece el sue- el padre de Stella. La visión pensada de Stella era esta, el no ver bien que hacia Kross por la velocidad que usaba, el que todo lo que paso le pesa pero también ve que Kross siempre fue ese 'muro' entre los prototipos y ella. El próximo capitulo será entre la perspectiva de Stella y Kross.
Como dato extra. La bitácora:
Bitácora de Observación – Sujeto Código ACUS
Entrada: Secuelas y Efectos Negativos del Estado "O-Blue"El estado conocido como "O-Blue" representa una manifestación extrema de la mentalidad analítica y orientada a objetivos del sujeto. A diferencia de "O-Red", que maximiza el potencial físico y regenerativo, "O-Blue" se enfoca en la ejecución fría y calculada de tareas específicas, priorizando la eficiencia y el cumplimiento del objetivo por encima de todo. Durante este estado, el sujeto utiliza sus músculos al máximo, especialmente en las piernas, para moverse a velocidades anormales. Sin embargo, este estado conlleva un alto costo fisiológico, cognitivo y emocional, especialmente tras su desactivación.
Impacto Fisiológico:
Desgarres Musculares Continuos / Agotamiento Energético Extremo / Deterioro Óseo / Fragilidad TemporalImpacto Neurológico y Psicológico:
Sobrecarga Mental / Pérdida de Memoria Parcial / Inestabilidad EmocionalImpacto en la Regeneración:
Regeneración Continua en Piernas / Cansancio por Regeneración Constante / Disminución de la Eficiencia RegenerativaConclusión y Recomendaciones:
El estado "O-Blue" maximiza la eficiencia y la precisión del sujeto, permitiéndole cumplir objetivos complejos con una frialdad casi robótica. Sin embargo, su uso conlleva un alto costo fisiológico, cognitivo y emocional, especialmente tras su desactivación. La regeneración continua en las piernas, necesaria para reparar los desgarres musculares causados por el uso extremo, agota al sujeto y disminuye su eficiencia regenerativa. El uso continuo de "O-Blue" sin períodos de recuperación adecuados podría generar un deterioro progresivo en su sistema. Se recomienda monitoreo constante tras su activación y períodos de descanso extendidos antes de permitir su uso nuevamente.Fin de la Entrada.
Mi cabro de nuevo estará postrado en cama de Hospital, y por un tiempo no habrán putazos, mas bien habrán momentos... digamos que por fin le dieron el palazo a Kross... y fue por el mas grande cavernícola y la t-rex que conoce. Pero eso para otros capitulo, empecemos por recomendar.
Dardragun707, saco capitulo del "Un vaquero en Volcano High" Vayan a leerlo si aun no lo han hecho.SrSenior, con "That is my Parasaur!" Esperando esa salida con el ludópata y la melocotón.
A patata, con cualquiera de sus 3 bestias "No permitiré que este mundo me consuma" , "Un corazón de dragon" , "Una luz de esperansa en una depresión psicótica". yo toy esperando capitulo de la dragona :D.
Xomy90 con "Brushes and Clicks: A Shared Canvas" Los hermanos son lo mejor.
Y gracias a quienes llegan hasta acá y a los que dejan comentarios, nos vemos en el proximos. Bye :D
Chapter 21: El Camino por delante.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Stella. 5 días después. Viernes.
El sonido rítmico de la máquina resonaba en la habitación, cada pitido marcando el latido de su corazón. Un recordatorio constante de que aún estaba ahí. De que seguía vivo.
Estaba sentada al lado de su cama, en el mismo hospital al que había venido la vez anterior, cuando todo lo del estacionamiento ocurrió. Pero esta vez, no era lo mismo. Nada era igual.
Mis ojos se fijaron en su rostro. Se veía tan… inmóvil. No había señales de que fuera a despertar pronto. Tomé aire, sintiendo cómo mis propias manos temblaban un poco. Cerré los ojos. No tenía sentido quedarme atrapada en lo que veía en este momento. Mi mente, casi como si quisiera escapar, me llevó a los días anteriores, a cómo había sido esta última semana.
El primer día, lunes, mi padre cumplió su palabra. Me dejó faltar a la escuela para venir a verlo. Quería estar aquí desde el primer momento, quería asegurarme de que estuviera bien, aunque la idea de verlo en ese estado me aterraba. Pero cuando entré a la habitación…
Mi estómago se contrajo cuando lo vi.
Kross, tendido en la cama, cubierto de vendajes, con un monitor que marcaba su pulso. La línea con picos regulares confirmaba que aún estaba aquí, pero no había más máquinas a su alrededor. Solo el sonido constante del monitor y el silencio de la habitación.
Mi padre estuvo conmigo en todo momento. Lo pedí así. No quería estar sola en esto. Y fue él quien se encargó de hablar con el doctor, de preguntar sobre su estado.
Pero no fuimos los únicos en venir.
El director Spears y su esposa ya estaban ahí cuando llegamos.
Fue extraño verlo así. Spears siempre tenía una presencia imponente, fuerte, de alguien que siempre tenía el control. Pero en ese momento, cuando miraba a Kross, su expresión era completamente distinta. No había autoridad en su rostro. Solo preocupación.
Y su esposa…
Estaba desplomada sobre una de las sillas apenas nos vio entrar. Su mirada se clavó en Kross, sus ojos brillando con lágrimas contenidas. Y cuando finalmente habló, su voz sonó más rota de lo que jamás la había escuchado. Nadie preguntó nada. No había necesidad.
El doctor Bartholomew, el mismo que lo había atendido antes, nos explicó todo con detalle. Cada palabra suya fue un peso más en mi pecho.
Sus piernas... estaban mal. No había fracturas evidentes, pero los músculos parecían haber sido llevados al límite, como si hubieran soportado un esfuerzo prolongado y excesivo. El doctor mencionó que, aunque no había daños irreparables, Kross no podría caminar por un tiempo.
También estaba la ceguera. El doctor no podía explicarla. No había daños físicos en sus ojos, nada que indicara por qué no podía ver. Era como si su cuerpo hubiera decidido apagar esa función temporalmente, tal vez como un mecanismo de defensa ante el agotamiento extremo. No sabían si sería temporal o permanente, pero el doctor estaba seguro de que su cuerpo necesitaba descanso, tanto físico como mental.
Y las heridas en su cuerpo... dijo que todas se curarían con el tiempo, debido a que, comparadas con la vez anterior, estas no eran tan raro. A excepción de la falta de su brazo izquierdo.
Me dolía escucharlo.
Me dolía pensar en todo lo que había soportado.
El que ahora este ahí porque me protegió...
Apreté los dientes con fuerza. Mi mirada volvió a él, a su rostro dormido, a la sangre que ya no estaba pero que aún sentía presente.
Había luchado tanto.
Y ahora… solo podía esperar.
El segundo día pasó como una niebla densa, sin forma, sin peso, pero sofocante. No hablé con nadie. No quería hacerlo.
Fang y Rosa intentaron acercarse en la escuela, pero las evité. No tenía ganas de fingir que todo estaba bien, no tenía la energía para mantener una conversación con ellas. Naomi tampoco estaba por ningún lado, y aunque normalmente me habría preguntado el por qué, esta vez lo agradecí. No tenía que preocuparme por qué decir, no tenía que esforzarme en controlar mis palabras para no desquitarme con alguien que no tenía la culpa.
Pero cada día, sin falta, terminaba en el mismo lugar.
En la habitación del hospital, sentada al lado de Kross.
El tercer día fue igual. Silencio en la escuela. Silencio en los pasillos. Silencio en mi cabeza. Pero en la tarde, cuando llegué al hospital, la rutina se rompió.
Al entrar en la habitación de Kross, encontré a la detective Cass junto con los mismos tipos que la acompañaban la última vez. Sus presencias llenaban el espacio, haciendo que el ambiente se sintiera más pesado de lo que ya era.
Cass fue la primera en hablar. Me contó, con su tono relajado pero firme, la historia "oficial" de lo que se suponía que había pasado. Un conflicto entre grupos de Rexicanos e italianos de la zona, una riña que escaló más de lo esperado. Nada que realmente me interesara.
Y entonces, su mirada se encontró con la mía.
Cass: “Pero lo importante no es lo que se dice allá afuera. Quiero saber... si quieres hablar de lo que realmente pasó.”
No tenía ganas de hablar. No quería revivirlo. Pero tenía que hacerlo.
Sin moverme de donde estaba, sin apartar la vista de Kross, empecé a contarles.
El cómo, al inicio, todo era normal. Estábamos sentados en la banca, hablando, sin preocuparnos por nada.
El cómo, de repente, los ataques comenzaron.
El cómo esos cinco tipos jugaron con Kross como si fuera un muñeco de trapo, cómo lo castigaron con cada golpe, cómo lo hirieron de una forma que nadie debería soportar.
El cómo, a pesar de todo, nunca dejó de protegerme. El cómo, al final, hizo lo que hizo. Mencioné a la dino que me iba a matar. El instante en que Kross le rompió el cuello. Hablé de los otros dos. De lo que les hizo....
De cómo enfrentó al líder, de cómo le quitó el brazo como si no fuera nada.
Y luego…
De lo que pasó después con los oficiales. Cuando terminé, el silencio se sintió más denso que nunca. Cass asintió. No hizo ninguna pregunta. No insistió en detalles. Solo agradeció.
Y yo lo agradecí aún más.
El cuarto día no tuve la misma suerte.
Rosa me encontró. Y esta vez, no me dejó escapar. No entendí lo que pasaba hasta que me di cuenta de que me estaba arrastrando hacia los jardines de la escuela. Fang estaba ahí, sentada en una de las bancas.
Apenas Rosa hizo que me sentara, ambas comenzaron con las preguntas.
¿Por qué las evitaba?
¿Por qué no les hablaba?
¿Por qué Kross había faltado a la escuela?
¿Dónde estaba?
¿Si sabía algo?
No pude aguantar más. Sentí cómo mis ojos se llenaban de lágrimas antes de que pudiera detenerlas.
Stella: "Kross está en el hospital."
El terror en sus rostros fue inmediato en cuanto dije eso.
Las palabras se me atoraron en la garganta, pero hice lo posible por explicar. No podía contarles todo, pero les dije lo suficiente. Les conté que, cuando estábamos descansando en una plaza, cinco sujetos aparecieron. Eran como la cosa que nos atacó en los jardines.
Les dije que Kross hizo todo para protegerme. Les dije que yo salí sin un solo rasguño…
Pero que él…
Él estaba muy mal.
Rosa y Fang no dudaron en abrazarme. Sentí sus brazos a mi alrededor, intentando darme algo de consuelo. Pero nada podía borrar lo que ya había pasado.
Después de un rato, ambas me preguntaron si querían acompañarme, para que no fuera sola.
Les dije que no podían.
Que aún no aceptaban visitas. Que yo solo podía estar ahí por excepción. Parecieron entenderlo, pero antes de que pudiera irme, las dos me pidieron lo mismo. Que cuando pudieran visitarlo, les avisara.
Asentí. No podía prometer nada más.
Ahora estaba aquí.
Sentada a su lado.
La habitación estaba en penumbras, iluminada solo por la luz tenue del monitor que marcaba su ritmo cardíaco. Fuera, la noche había caído por completo, envolviendo el hospital en un silencio inquietante, roto solo por el zumbido intermitente del monitor.
Mi padre no había puesto muchos problemas en dejarme venir todos los días. Si podía estar aquí, si no me habían echado del hospital después de la primera visita, era solo gracias a él. Y hoy, después de que se lo pedí, me dejó quedarme, asegurándose de que nadie me molestara para estar junto a Kross.
No importaba cuánto insistieran los médicos en que no había cambios. No importaba cuántas veces me dijeran que Kross seguía en la misma condición. No podía irme. No quería.
Exhalé con pesadez, sintiendo cómo el cansancio empezaba a ganar. Mi cuerpo estaba agotado, mi mente drenada. Por primera vez en toda la semana, el sueño se arrastró sobre mí como una manta pesada. Cerré los ojos solo por un instante, mis pensamientos todavía girando en torno a Kross.
Y entonces…
Un pitido. Al principio, fue apenas perceptible. Pero fue en aumento. Cada vez más alto. Mi ceño se frunció en confusión. Algo estaba… raro. El pitido no se detuvo. Se hacía más y más fuerte, hasta que un estruendo rompió el aire.
Algo cayó.
Mi cuerpo reaccionó antes de que mi mente pudiera procesarlo. Salté en el asiento, el corazón martillando contra mis costillas.
Mis ojos tardaron un segundo en adaptarse, pero cuando vi lo que había pasado, el frío me recorrió la espalda. El monitor se había caído al suelo, su pantalla parpadeando con error. Pero lo peor no era eso.
Kross.
Kross estaba en el suelo.
Mi respiración se trabó al ver su expresión. Su rostro estaba desencajado por el terror, su mirada estaba totalmente perdida, su pecho subía y bajaba con dificultad, como si el aire le faltara mientras murmuraba algo que no era capaz de comprender.
Stella: “K-Kross…”
No tuve tiempo de decir nada más.
En un abrir y cerrar de ojos, Kross se lanzó sobre mí.
Todo pasó tan rápido que ni siquiera pude reaccionar. Su único brazo se aferró a mí con una fuerza casi desesperada, sujetándome con firmeza, como si en cualquier momento pudiera desaparecer.
Su cuerpo temblaba.
Y entonces… lo escuché.
Un sollozo. Bajo. Ahogado.
Mi corazón se encogió en el acto.
Kross estaba… llorando.
No sabía qué hacer. No sabía qué decir. Solo podía escucharlo, repitiendo lo mismo una y otra vez, con una voz temblorosa y rota.
Kross[R]: “Gracias... gracias... estás bien... oh dios... gracias... estás bien... gracias...”
Mis brazos se movieron por instinto, rodeándolo con la misma fuerza con la que él me sostenía. No podía dejarlo así. No cuando estaba tan desesperado. Mi cola se movió por reflejo, enroscándose suavemente alrededor de su cintura, reforzando el abrazo.
Sentí cómo su cuerpo se tensó por un segundo, como si no esperara ese contacto. Pero entonces, lentamente, se relajó.
No dije nada. No había necesidad.
Solo lo sostuve.
Hasta que su respiración se calmara. Hasta que su cuerpo dejara de temblar. Hasta que supiera, sin ninguna duda, que todo estaba bien. Que yo estaba aquí.
Con él.
El tiempo pasó sin que ninguno de los dos se moviera. No sabía cuánto llevábamos así. Un minuto. Cinco. Tal vez más. Solo podía sentir su respiración contra mi cuello, su agarre firme, el latido acelerado de su corazón aun tratando de calmarse. El silencio entre nosotros era pesado, pero no incómodo. Era como si el mundo se hubiera detenido por un momento, dejándonos solo a nosotros dos.
Entonces, su voz rompió el silencio.
Kross[R]: “¿Estás realmente bien…? ¿Tienes algo… un rasguño… una herida?”
Mi pecho se apretó. Otra vez. Otra vez se preocupaba por mí antes que por él mismo. Sus palabras, tan llenas de ansiedad, me hicieron sentir una mezcla de cariño y frustración. ¿Cómo podía estar pensando en mí en un momento como este?
Stella: “Kross...”
Solté un suspiro, separándome un poco para verlo. Sus ojos apenas podían enfocarme, su rostro seguía con rastros de la desesperación de hace un momento. Parecía tan vulnerable, tan distinto a la persona que había visto luchar con tanta ferocidad.
Stella: “No tengo nada.”
Mi voz salió más suave de lo que esperaba, casi un susurro. Intenté sonreír, pero no pude. No cuando lo veía así.
Stella: “No puedo creer que me preguntes eso… cuando tú eres el que está mucho peor.”
Kross apenas titubeó antes de responder.
Kross[R]: “No importa lo que me pase a mí… No me perdonaría si te hubiera pasado algo.”
Sus palabras me hicieron sentir cálida por dentro, pero también me enfurecieron un poco. ¿Cómo podía ser tan terco? Le di un leve golpe en la cabeza, más por frustración que por enojo.
Kross[R]: “...”
Stella: “Ya empezaste con eso de que tú no importas.”
Kross[R]: “Lo siento...”
Su respuesta fue tan inmediata, casi automática, que no pude evitar reír un poco. Una risa baja, apenas un susurro, pero suficiente para aliviar un poco la tensión. Sin embargo, mi mirada se volvió más seria casi de inmediato. Había algo que necesitaba decirle, algo que no podía seguir evitando.
Stella: “Kross… el doctor me habló sobre tu estado.”
Él se quedó en silencio, como si ya supiera lo que venía. Sus ojos, aunque apenas podían enfocarme. Su expresión apenas cambió, pero lo noté. Estaba pensando en algo, como si estuviera sopesando sus palabras antes de hablar. Luego, con un suspiro, rompió el silencio.
Kross[R]: “Sí… era algo que ya esperaba.”
Fruncí el ceño, confundida por su respuesta. ¿Cómo podía decir algo así con tanta calma?
Stella: “¿Cómo que ya lo esperabas?”
Kross[R]: “No es la primera vez que me pasa algo así.”
Mi cuerpo se tensó apenas. Sus palabras eran frías, casi clínicas, como si estuviera hablando de algo que no le importara. Pero sabía que no era así. Lo notaba en la manera en que evitaba mirarme directamente.
Kross[R]: “Es relacionado a los bastardos que me secuestraron, vale. Ya sabía lo que me pasaría después.”
Su tono era tranquilo, como si fuera algo obvio, algo que había aceptado hace mucho tiempo.
Kross[R]: “El cansancio, el no poder caminar... Mi cuerpo necesita tiempo para recuperarse, y hasta entonces, voy a estar débil.”
Hizo una breve pausa, como si estuviera repasando su estado, enumerando cada uno de sus males como si fueran simples hechos.
Kross[R]: “Además que Blue… no puede mantenerse al mando por mucho tiempo.”
Stella: “¿Qué?”
Mi voz salió antes de poder evitarlo.
Kross[R]: “Lo que hice... pasó factura.”
Mi pecho se contrajo con fuerza.
Kross[R]: “Sigue ahí, pero no puede hacer mucho...”
Lo dijo sin dramatismo, como si no fuera importante. Pero entonces, su voz cambió ligeramente, y por primera vez, noté un atisbo de frustración en sus palabras.
Kross[R]: “Pero lo que más lamento ahora mismo… es la ceguera.”
Mi mirada se suavizó. Sus palabras me golpearon con una fuerza inesperada. No era solo la ceguera en sí, sino lo que significaba para él.
Kross[R]: “No poder ver si en verdad estás bien.”
Algo en su voz… me dolió. Era como si estuviera cargando con un peso que no merecía llevar.
Kross[R]: “Lo siento… si cuando te… embestí… te hice daño.”
Parpadeé, recordando el momento en que me había agarrado con tanta fuerza. No había sido doloroso, pero sí inesperado.
Stella: “¿Te refieres a cuando me abrazaste?”
Kross asintió apenas, como si temiera haber hecho algo malo.
Stella: “No, no me hiciste daño. Se que nunca lo harías.”
Él bajó un poco la cabeza, como si no estuviera completamente convencido. Pero entonces, algo en su expresión cambió, como si estuviera recordando algo.
Stella: “Pero… ¿entonces no supiste qué pasó al final en la plaza?”
Kross[R]: “Más o menos.”
Sus facciones se tensaron un poco, como si estuviera luchando por recordar algo que se le escapaba.
Kross[R]: “No recuerdo ninguna cara.”
Su voz era más baja ahora, casi un susurro. Parecía frustrado consigo mismo, como si no poder recordar fuera un fracaso personal.
Kross[R]: “Sé que alguien se me… acercó. Sentí algo en mi pierna… y después… todo mi cuerpo se relajó.”
Se quedó en silencio un momento, como si tratara de recordar más detalles. Pero no había nada más. Solo un vacío en su memoria.
Kross[R]: “Pero no sé nada más.”
Yo tampoco dije nada. Porque sabía exactamente qué fue lo que pasó. Y no quería recordarlo. No ahora. Pero tenía que contárselo.
Stella: “Kross… hay algo que tengo que decirte.”
Él se quedó quieto, como si sintiera la seriedad en mi voz. Sus ojos, aunque no podían enfocarme del todo, parecían estar atentos.
Stella: “En la plaza... cuando todo se estaba saliendo de control... tuve que hacer algo. Algo que me hizo sentir como si te estuviera utilizando. Tuve que ordenarte hacer cosas.”
Kross no dijo nada, pero su expresión cambió ligeramente, como si estuviera procesando mis palabras. Hubo un silencio incómodo antes de que finalmente hablara, con un tono vacilante.
Kross[R]: “Ah... No... no pasa nada, Stella.”
Stella: (¿Cómo...?)
Stella: “¿Cómo que no pasa nada? Te utilicé, Kross. Te hice hacer algo que no sé si querías hacer.”
Kross[R]: “No… no es así. O sea... quiero decir... no me... utilizaste. Solo... solo hiciste lo que tenías que hacer. Para... para evitar que hiciera algo... algo malo.”
Su voz sonaba insegura, como si estuviera luchando por encontrar las palabras correctas. Hizo una pausa, frunciendo el ceño, como si estuviera pensando en cómo continuar.
Kross[R]: “Yo... yo sé que no me tratarías así... sin ningún motivo. Nunca lo harías. Si hiciste eso, fue porque... porque era necesario. Y yo... podría apostar por eso.”
Sus palabras eran torpes, pero sinceras. No podía creer lo difícil que parecía para él expresarse, pero aún así, el mensaje era claro.
Stella: “Pero… ¿y si lo hice mal? ¿Y si te lastimé de alguna manera?”
Kross[R]: “No… no me lastimaste. Tú… tú nunca harías algo así. Lo sé.”
Mi pecho se apretó. No podía evitar sentir que las lágrimas amenazaban con salir. Él confiaba en mí, incluso después de todo lo que había pasado, incluso si le costaba decirlo.
Stella: “Kross...”
Kross[R]: “No… no te preocupes por eso, Stella. No fue malo. Si hiciste eso… fue porque tenías que hacerlo. Y yo… yo sé que nunca me tratarías como algo que no soy.”
Sus palabras me tranquilizaron, pero aun así, no podía evitar sentir un nudo en la garganta. Mi mirada bajó instintivamente a su costado, al lado izquierdo de su cuerpo, donde… donde no había nada.
El vacío en ese espacio me golpeó con una fuerza que no esperaba. Era como un recordatorio brutal de todo lo que había pasado, de todo lo que él había perdido. Mis dedos se apretaron contra su espalda, como si pudiera protegerlo de ese dolor invisible.
Stella: “Oye... Kross…”
Él hizo un leve sonido, un murmullo casi imperceptible, indicándome que me escuchaba. Su respiración era lenta, pero no del todo calmada. Parecía estar esperando a que yo continuara.
Stella: “Tu brazo… antes dijiste que es recuperable.”
Kross no reaccionó de inmediato. Su silencio era pesado, como si estuviera sopesando sus palabras antes de hablar. Finalmente, asintió levemente, casi como si no quisiera admitirlo.
Stella: “¿Cómo funciona eso? ¿Cómo puedes… hacer que vuelva?”
Hubo un breve silencio. Noté cómo sus hombros se tensaron apenas, como si el tema fuera más complicado de lo que parecía. Pero entonces, respiró hondo y respondió.
Kross[R]: “…Experimentaron con eso.”
Mi agarre en su espalda se hizo un poco más fuerte, casi instintivamente. Sus palabras eran frías, pero había algo en su tono que me hizo sentir un escalofrío recorrer mi piel. No quería imaginar lo que eso significaba, pero no podía evitarlo.
Kross[R]: “Varias veces.”
Un escalofrío recorrió mi piel. Varias veces. Esas dos palabras resonaron en mi mente como un eco perturbador. No podía evitar preguntarme cuánto dolor había detrás de esa simple frase.
Kross[R]: “Sé que puedo recuperarlo por completo. No importa si es desde cero o si uso la parte faltante...”
Se quedó en silencio por un momento, como si estuviera recordando algo. Sus ojos, aunque no podían enfocarme del todo, parecían perdidos en algún pensamiento.
Kross[R]: “...Lo puedo recuperar.”
No me di cuenta de que lo estaba abrazando con más fuerza hasta que sentí su respiración contra mi cuello. Era como si mi cuerpo reaccionara por su cuenta, intentando protegerlo de algo que ya había pasado.
Pero no podía evitar pensar en lo que eso significaba. No era la primera vez. Esto ya le había pasado antes. Y cada vez que lo repetía, el peso en mi pecho se hacía más insoportable.
Y entonces… lo sentí.
El nudo en mi garganta, apretando como si quisiera ahogarme. El ardor en mis ojos, incendiándome por dentro. Mi propia respiración, temblorosa, como si cada inhalación fuera un esfuerzo titánico.
Stella: (Esto es… mi culpa.)
Si solo hubiera aceptado la oferta de Fang. Si no hubiéramos decidido descansar en esa plaza. Si tan solo hubiera elegido otro lugar, si hubiera pensado en otra cosa… nada de esto habría pasado. Pero no lo hice. Y ahora…
Stella: (Ahora él está así por mi culpa.)
Mi pecho se contrajo con fuerza, y sin darme cuenta, mi agarre en su espalda se hizo más fuerte. Cerré los ojos con fuerza, apretando los dientes, intentando contenerlo. Pero fue inútil. Las lágrimas que había estado reteniendo comenzaron a escaparse, calientes y silenciosas, mientras mi voz temblaba en un susurro apenas audible.
Stella: “Lo siento…”
Mi voz apenas fue un susurro, ahogada en mi propia culpa. Las palabras salieron solas, como si mi cuerpo ya no pudiera soportar el peso de lo que sentía.
Stella: “Lo siento tanto, Kross…”
Mi cuerpo tembló. Podía sentir la presión en mi pecho volviéndose insoportable, como si el simple hecho de respirar doliera. Cada palabra que salía de mi boca parecía rasparme por dentro, pero no podía detenerme.
Stella: “Es por mí que—”
Kross[R]: “Oye, oye…”
Su voz me interrumpió. Suave, pero insegura. No sonaba como cuando hablaba con confianza, como cuando analizaba cada detalle de la situación. No. Este era él, sin saber exactamente qué decir, pero intentando consolarme de todas formas.
Kross[R]: “No… no hagas... no digas eso.”
Su brazo, aún débil, apretó mi espalda con un poco más de firmeza. Era un gesto torpe, pero sincero.
Kross[R]: “No es... culpa tuya.”
Negué con la cabeza contra su hombro, sintiendo mis ojos humedecerse aún más. No podía aceptarlo. No cuando todo en mí gritaba lo contrario.
Stella: “Si yo no hubiera—”
Kross[R]: “No lo pienses así.”
Su tono era suave, casi vulnerable, como si estuviera luchando por encontrar las palabras correctas.
Kross[R]: “Yo… yo hubiera hecho lo mismo.”
Mi respiración se cortó. Sus palabras me golpearon con una fuerza inesperada, como si estuvieran tratando de sacarme de ese espiral de culpa en el que me había hundido.
Kross[R]: “No importa dónde, no importa cómo… si ibas a estar en peligro, yo iba a hacer algo al respecto.”
Su mano subió lentamente, con torpeza, acariciando mi espalda. Como si no supiera exactamente qué hacer, aun así, que intentara darme algo de consuelo. Su calor, su cercanía, todo parecía envolverme, como si estuviera tratando de protegerme incluso ahora.
Kross[R]: “Así que no digas eso, ¿sí?”
Y por un momento, solo por un momento... la culpa pareció desvanecerse un poco. Cerré los ojos, hundiendo un poco más mi rostro contra su hombro. No dije nada. No podía. Solo me aferré a él, sintiendo cómo su respiración lenta y constante me devolvía un poco de calma.
Nos quedamos así. Sin decir nada más. Solo sintiendo la presencia del otro, como si el mundo exterior hubiera dejado de existir por un momento.
Hasta que el sonido de una tos forzada rompió el ambiente.
¿?: “Cof, cof.”
Ambos nos quedamos quietos. Kross no se movió, ni siquiera giró su rostro en dirección a la voz. Parecía que ya sabía quién era. Yo, en cambio, miré hacia la entrada.
El doctor Bartholomew estaba apoyado en el marco de la puerta, con los brazos cruzados y una expresión… demasiado relajada. Parecía como si hubiera visto esto mil veces antes.
Dr. Bartholomew: “Disculpen por interrumpir su pequeño momento íntimo, pero necesito que mi paciente vuelva a la cama.”
Mis ojos se abrieron más, y el calor subió a mi rostro en un instante. No había pensado en cómo se vería esto desde afuera.
Dr. Bartholomew: “También habrá que reemplazar el monitor, pero bueno, detalles.”
Kross[R]: “Ah…”
Su voz sonó más baja de lo normal, casi tímida.
Kross[R]: “…Lo siento por eso.”
Dr. Bartholomew: “No es el la primera vez que pasa, cuando despertaste la vez pasada que estuviste acá, paso lo mismo... debí esperarlo.”
El doctor se encogió de hombros, como si ya estuviera acostumbrado a este tipo de situaciones. Kross suspiró, pero luego habló de nuevo, su tono era algo avergonzado.
Kross[R]: “…Stella.”
Su voz tenía un tono levemente incómodo, como si estuviera tratando de no sonar demasiado urgente.
Kross[R]: “¿Podrías… soltarme?”
Fue como si algo explotara en mi cabeza. Mi agarre. Seguía abrazándolo. Muy fuerte. Tanto mis brazos como mi cola... Me solté casi de inmediato, sintiendo mi rostro aún más caliente.
Stella: “¡Ah—! ¡S-Sí! ¡Claro!”
Kross[R]: “…Gracias.”
No lo vi, pero sentí su ligera inclinación de cabeza. Respiré hondo, tratando de calmarme, cuando lo escuché moverse.
Kross[R]: “Necesito… ayuda.”
Stella: “¿Eh?”
Kross[R]: “Para la cama. No sé dónde está.”
Mi cerebro tardó un segundo en procesarlo. Kross se deslizó apenas, moviéndose fuera de la silla hasta quedar sentado en el suelo...
Stella: “Ah, claro.”
Me levanté de la silla y extendí mi mano hacia él, tratando de disimular mi nerviosismo. Mi voz sonó más firme de lo que esperaba.
Stella: “Voy a ayudarte.”
Kross asintió levemente, agradecido, pero sin decir nada más. Tomé su brazo con cuidado, sintiendo cómo sus músculos se tensaban bajo mi agarre, pero luego relajándose casi al instante.
Stella: (Se nota mucho que le molesta el no poder ver nada.)
Stella: “La cama está justo detrás de ti. Voy a guiarte.”
Kross[R]: “Gracias.”
Su voz era suave, casi un susurro. Me sorprendió lo vulnerable que sonaba. Con un movimiento lento pero firme, lo ayudé a girar su cuerpo hacia la cama. Noté cómo sus dedos buscaban apoyo en el borde del colchón, como si estuviera tratando de asegurarse de que estaba ahí.
Stella: “Ahora, voy a ayudarte a subir. ¿Listo?”
Kross[R]: “Sí.”
Con un esfuerzo coordinado, lo levanté lentamente, asegurándome de que no perdiera el equilibrio. Kross apoyó su único brazo en el colchón, tensando los músculos para impulsarse hacia arriba. Una vez estuvo sobre la cama, soltó un leve suspiro, como si el simple acto de moverse lo hubiera agotado. También aproveche para poder sentarme a su lado.
Kross[R]: “Disculpe por los problemas.”
Dr. Bartholomew: “Créeme, muchacho.”
El doctor se acercó con calma, su expresión relajada pero firme.
Dr. Bartholomew: “Si después de todo lo que hiciste, esto fuera un problema…”
Sonrió levemente, como si estuviera tratando de aliviar la tensión.
Dr. Bartholomew: “No estaríamos teniendo esta conversación.”
Kross no respondió. Yo tampoco. Pero mi mano aún estaba cerca de la suya. Lo observé unos segundos más, sintiendo cómo el peso de la situación se aliviaba un poco. El doctor tenía razón. Lo importante ahora… era que Kross estaba aquí. Y eso era suficiente para mí.
Bartholomew dejó escapar un suspiro mientras revisaba el monitor caído en el suelo. No parecía molesto, más bien resignado, como si ya estuviera acostumbrado a este tipo de situaciones. Con una mano tomó su termo, dándole un sorbo largo antes de enfocar su mirada en Kross.
Bartholomew: “Cinco días inconsciente, con heridas y daños internos... y ahora me encuentro con que mi paciente no solo está despierto, sino que habla como si nada. En serio eres un caso chico.”
Dio otro sorbo antes de cruzarse de brazos, su expresión relajada, pero con una clara seriedad en su tono.
Bartholomew: “Antes de seguir, necesito saber algo. ¿Estás bien con que la chica escuche esta conversación? Algunas preguntas pueden ser… delicadas.”
Vi a Kross tensar apenas su mandíbula. Bajó la cabeza, sus dedos presionando levemente la sábana de la cama. No tardó en responder, pero esa pequeña pausa fue suficiente para que mi pecho se sintiera pesado.
Kross[R]: “Si ella quiere quedarse, no hay problema.”
No lo dudé ni por un segundo.
Stella: “Quiero estar aquí.”
Mi voz salió firme. No iba a irme. No cuando se trataba de él.
Llevé mi mano hacia la suya, sujetándola con suavidad. Tal vez fue un impulso, pero quería que lo supiera. Que no tenía que decidir por mí. Kross no reaccionó de inmediato, pero sus dedos se relajaron apenas bajo mi tacto.
Bartholomew observó la escena con un leve arqueo de ceja, pero no comentó nada. Solo asintió antes de volver a su postura inicial.
Bartholomew: “Bien. Entonces, empecemos con lo básico. Quiero entender un poco mejor cómo funciona tu cuerpo. Porque, sinceramente, debería costarte moverte en el estado en el que estás. Porque ya sabes... el brazo faltante y las piernas en el estado que las tienes.”
Kross se quedó en silencio por unos segundos. Sabía que estaba pensando en cómo responder, pero conmigo aquí… seguramente también trataba de elegir sus palabras con cuidado.
Kross[R]: “El dolor en mi cuerpo... se siente diferente. Es más, como una molestia constante.”
Bartholomew alzó una ceja, claramente intrigado. Tomó otro sorbo de su termo mientras asimilaba la respuesta.
Kross[R]: “Depende de qué tan fuerte sea. Ahora mismo, por ejemplo, siento como si algo me picara las piernas, pero no es doloroso. Solo... molesto. Me paso la ultima vez que estuve acá también.”
Stella: (¿Cómo puede decirlo tan tranquilo…?)
El doctor mantuvo su mirada fija en él por unos segundos antes de dejar escapar una ligera exhalación.
Bartholomew: “Interesante. Parece que tu cuerpo ha desarrollado una resistencia al dolor. No es algo común, pero tampoco imposible.”
No sonaba escéptico, más bien curioso. Su tono era relajado, pero había algo en su postura que mostraba lo serio que tomaba el asunto.
Bartholomew: “Lo siguiente. Cuando llegaste al hospital, los chicos que te trajeron, por sugerencia de la señorita aquí presente, se aseguraron de traer también tu brazo amputado.”
Me removí un poco en mi lugar al escuchar eso. Sabía que había hecho lo correcto al insistir, pero la idea de su brazo siendo llevado como un simple objeto… hizo que apretara los labios con incomodidad.
Bartholomew: “Lo tenemos conservado, en un estado decente... cualquier cosa quéjate de esos idiotas..., pero quiero que me expliques algo. ¿Realmente puedes regenerarlo?”
El doctor no lo preguntó con duda, sino con un interés genuino. Como si tratara de entender algo que escapaba de toda lógica médica.
Bartholomew: “Porque en toda mi carrera solo he conocido a una persona capaz de regenerar… algunos órganos desde cero. Y con eso me refiero a cosas como riñones o pulmones. Pero regenerar un brazo entero… bueno, eso estaría en el mismo nivel.”
Kross permaneció en silencio unos segundos. No podía ver su expresión con claridad, pero la forma en que frunció apenas el ceño me hizo notar que estaba tratando de estructurar su respuesta.
Kross[R]: “Supongo que con la prueba de ADN que me hicieron puedo tratar de explicarlo, de seguro fue raro ver el resultado...”
Bartholomew dejó escapar una pequeña risa, casi como si la respuesta le hubiera causado cierta gracia.
Bartholomew: “Oh, créeme. Tu prueba de ADN me hizo pensar que los laboratorios del hospital estaban fallando. Tuve que revisarla varias veces para estar seguro.”
Kross[R]: “No me sorprende.”
Hizo una breve pausa, su postura se relajó levemente antes de continuar.
Kross[R]: “Tengo varios genes dentro. Y gracias a algunos de esos, una…”
Noté cómo su voz se detuvo por un momento, como si hubiera estado a punto de usar una palabra más técnica.
Kross[R]: “Una buena capacidad para regenerarme.”
Bartholomew no dijo nada, solo le dejó seguir hablando.
Kross[R]: “Puedo hacerlo, pero me deja cansado. No es algo a lo que me acostumbre rápido, pero… tal vez mejore con el tiempo.”
Stella: (Siempre habla así... como si lo que dice fuera algo completamente normal…)
Vi su mandíbula tensarse apenas.
Kross[R]: “Si lo pienso bien… el simple hecho de que esté hablando ahora ya es raro. No debería haber podido decir una palabra.”
Mis dedos se cerraron con fuerza sobre las sábanas.
El estado en el que estuvo todo este tiempo… el dolor que seguramente no sentía, el que casi lo perdiera y, aun así, hablaba como si fuera cualquier cosa. Como si todo lo que había soportado no importara.
Bartholomew guardo su termo en uno de los bolsillos de su bata, cruzándose de brazos mientras observaba a Kross con interés.
Bartholomew: “Entonces, hablemos de la ceguera.”
Su mirada se afiló apenas, como si estuviera analizando cada uno de los movimientos de Kross.
Bartholomew: “Según los exámenes, no hay daño físico en tus ojos. Nada que explique por qué no puedes ver. Así que, ¿qué está pasando? ¿Es temporal? ¿Permanente? Necesito saber qué esperar.”
Kross no reaccionó de inmediato, pero tras un par de segundos, dejó escapar un leve bostezo antes de responder.
Kross[R]: “Es temporal. Estaré así unos días más, tal vez una semana. No es la primera vez que me pasa.”
Sentí un pequeño alivio en mi pecho al escucharlo. El doctor asintió, pero antes de que pudiera decir algo más, Kross bostezó de nuevo. No fue un bostezo discreto, sino uno profundo, como si su cuerpo estuviera luchando por mantenerse despierto.
Bartholomew lo miró con atención, pero antes de decir algo más, sus cejas se arquearon ligeramente.
Bartholomew: “¿Cansado?”
Kross asintió, frotándose los ojos con su única mano.
Kross[R]: “Sí. Es por lo que hice. Mi cuerpo está usando la mayor parte de su energía en la regeneración de mis piernas y mis ojos. Por eso me siento más cansado de lo normal.”
Stella: (¿Así que por eso…?)
Otro bostezo escapó de sus labios y el doctor se llevó una mano al mentón, asintiendo para sí mismo.
Bartholomew: “Ya veo...”
Su mirada se suavizó apenas, y esta vez el doctor no pudo evitar sonreír levemente.
Bartholomew: “Entiendo. Bueno, creo que es mejor que descanses. Mañana será un día movido. Tendré que avisar a Cass de que estás despierto, y seguramente querrá hablar contigo.”
Kross asintió, pero su expresión se volvió más seria.
Kross[R]: “Mañana estaría bien. Necesito resolver algo cuanto antes.”
El doctor lo miró con curiosidad, como si no esperara esa respuesta, pero no dijo nada. En cambio, se acercó a la puerta y se detuvo un momento, mirándome.
Bartholomew: “Cuídalo bien, ¿sí?”
Sus palabras fueron tranquilas, sin ninguna burla en ellas, aun así, sentí mis mejillas calentarse apenas. Asentí, pero antes de que pudiera responder, se inclinó levemente hacia mí y susurró con un tono más bajo.
Bartholomew: “Si quieres, puedo hacer que tu padre se… distraiga un poco en la mañana. Para que no te moleste.”
Me guiñó el ojo antes de volver a incorporarse, caminando hacia la salida con total tranquilidad.
Bartholomew: “Buenas noches a ambos.”
Mi cerebro se congeló por un segundo antes de poder procesarlo
Stella: (¿Qué…? ¿Q-qué quiso decir con eso…?)
El calor subió de golpe a mi rostro, mis mejillas ardiendo mientras mis pensamientos se atropellaban unos con otros.
Stella: (¡¿Qué significa distraerlo para que no me moleste?! ¡¿QUÉ SE SUPONE QUE ESTÁ INSINUANDO?!)
Casi me atraganté con el aire al procesarlo.
Stella: (¡N-no, no, no, no—!)
Me cubrí la cara con ambas manos, sintiendo cómo mi corazón latía con fuerza. La puerta se cerró con un leve clic, dejando la habitación en completo silencio.
Y entonces, me di cuenta.
Ahora estaba sola con Kross.
Con él… consciente.
El peso de esa simple verdad se asentó en mi pecho, haciéndome sentir más nerviosa de lo que quería admitir. No era la primera vez que estaba a su lado, pero ahora que estaba despierto, que podía responderme... se sentía diferente.
Lo miré de reojo.
Stella: (Kross también está nervioso.)
No era algo obvio, pero lo conocía lo suficiente para notarlo. Su postura, la rigidez en sus hombros, la forma en la que su respiración se había vuelto un poco más medida. Incluso su única mano, apoyada en la cama, parecía tensa, como si no supiera qué hacer con ella. Y entonces lo vi: un ligero rubor en sus mejillas, apenas visible bajo la tenue luz de la habitación. Él también estaba sonrojándose.
Apreté los labios, sintiendo el calor subir a mis mejillas.
Stella: (No lo pienses demasiado. Solo dilo.)
Pero no podía. Las palabras se atascaban en mi garganta, y cada vez que intentaba reunir el valor para hablar, mi mente se llenaba de dudas.
Stella: (¿Qué va a pensar? ¿Se va a sentir incómodo? ¿Y si dice que no?)
Respiré hondo, intentando calmarme, pero mi corazón seguía latiendo con fuerza. Miré hacia la silla donde había estado sentada toda la noche. Era incómoda, y el frío de la habitación no ayudaba. Pero eso no era lo que realmente me preocupaba.
Stella: (Después de todo lo que pasó... después de todo... no quiero dejarlo solo.)
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, reuní el valor para hablar.
Stella: “K-Kross…”
Mi propia voz tembló un poco más de lo que esperaba.
Kross[R]: “¿Sí?”
Su respuesta fue inmediata, como si también estuviera nervioso por el silencio. Su voz sonó más baja de lo normal, casi un susurro, y eso solo hizo que mi corazón latiera más rápido.
Apreté los dedos contra las sábanas, desviando la mirada antes de continuar. Las palabras se atascaban en mi garganta, pero sabía que no podía retroceder ahora.
Stella: “Es solo que… la habitación está muy fría, y… y no quiero que te enfríes más. Además, la silla es incómoda, y...”
Hice una pausa, sintiendo cómo el calor subía aún más a mis mejillas. ¿Por qué era tan difícil decirlo?
Stella: “¿Te… te importaría si… si me acuesto contigo en la cama?”
El silencio fue inmediato. Pude sentir la rigidez en su cuerpo aumentar, como si mi pregunta lo hubiera tomado por sorpresa. Lo miré de reojo y noté cómo sus mejillas se sonrojaban aún más, confirmando que él también estaba incómodo.
Stella: (¡¿Por qué lo dije tan de golpe?!)
Intenté explicarme, pero las palabras salieron atropelladas.
Stella: “E-es solo que… no quiero que te preocupes, y… y si no te importa...”
Mi voz tembló, y no pude evitar sentir que mis mejillas ardían aún más.
Kross no respondió enseguida. Se quedó en silencio por un momento, como si estuviera procesando mis palabras. Luego, con un tono igual de inseguro que el mío, respondió.
Kross[R]: “No… no hay problema. P-puedes hacerlo.”
Asentí, aunque sabía que no podía verme, y con cuidado, ambos nos acomodamos en la cama. La cercanía era innegable. Al principio, nos quedamos espalda con espalda, sin atrevernos a movernos más. El espacio entre nosotros era mínimo, pero se sentía como un abismo.
Stella: (¿Qué estoy haciendo? Él está herido, ciego, y aquí estoy yo, pidiéndole acostarme junto a él. Pero... no puedo evitarlo. Necesito estar cerca de él. Después de todo lo que paso...)
Sentí su respiración, lenta y medida, como si estuviera tan nervioso como yo. Cada inhalación y exhalación suya resonaba en el silencio de la habitación, y yo no podía evitar sincronizar mi respiración con la suya.
Stella: (Me pregunto si también está pensando en esto.)
Tragué saliva, sintiendo mi pecho subir y bajar con fuerza. El calor en mis mejillas no desaparecía, y cada segundo que pasaba me hacía sentir más consciente de lo cerca que estábamos.
Stella: (…Si voy a hacerlo, tiene que ser ahora, antes de que me arrepienta.)
Con más valor del que pensé que tenía, hablé de nuevo.
Stella: “Kross…”
Él no respondió, pero sentí cómo su cuerpo reaccionó. Se tensó apenas, como si supiera que algo estaba por pasar.
Stella: “Gírate hacia mí.”
Kross no dijo nada.
Pero lo hizo.
Con movimientos lentos, casi inseguros, se giró en la cama y yo también me giré, quedando cara a cara con él. Nuestros rostros estaban cerca. Demasiado cerca.
Y antes de que la vergüenza pudiera hacerme retroceder...
...
Lo hice.
.
..
...
Deslicé mis brazos alrededor de él, cerrando los ojos mientras lo acercaba a mi pecho. Su cuerpo se tensó al instante, como si su mente no pudiera procesar lo que estaba pasando. Lo entendía. El no ver hacía que cada sensación fuera más intensa, que cada toque fuera más profundo.
Dejé que su tensión se disipara, sintiendo poco a poco cómo se relajaba en mi agarre. Su respiración, antes contenida, se volvió más pausada, más natural. Sus músculos dejaron de estar tan duros, cediendo ante mi contacto.
Aproveché ese momento para deslizar suavemente mis dedos por su espalda, sintiendo el calor de su cuerpo a través de la tela. Sus heridas, aunque sanaban, seguían marcadas en su piel. Acaricié una de ellas con la yema de mis dedos, apenas un roce, un gesto silencioso de comprensión y cuidado.
Me moví con delicadeza, apoyando mi mejilla contra su cabello, sintiendo su respiración acompasarse con la mía. Envolví su cintura con mi cola, asegurando el contacto, queriendo transmitirle algo que las palabras no podían. Que estaba aquí. Que él estaba aquí. Que no tenía que cargar con todo solo.
Mi mano subió con suavidad hasta su cabeza, hundiendo mis dedos entre su cabello desordenado. Lo acaricié con movimientos lentos, sintiendo la textura de cada mechón entre mis dedos. No dije nada, no había prisa. Solo me permití estar en ese instante, dejando que la calidez de su cuerpo me envolviera tanto como yo lo envolvía a él. Pero había algo... una palabra que si o si debía decirle...
Stella: “Gracias...”
No me di cuenta de cuánto lo necesitaba decir hasta que las palabras salieron. Era como si hubiera estado cargando con ese agradecimiento desde el momento en que lo vi luchar por mantenerse de pie.
Sentí su cuerpo moverse apenas, como si intentara responder, pero no había palabras. Solo su respiración acompasada contra mi piel, el leve temblor en su pecho, la forma en que, sin darse cuenta, comenzó a apoyarse más en mí.
Stella: "Sé que no te gusta escuchar esto, pero... gracias. Gracias por estar aquí. Por mantenerme a salvo."
Acaricié su cabello con más ternura, bajando mis dedos hasta su nuca y volviendo a subir en un gesto tranquilizador. Me incliné apenas, dejando un roce sutil de mi mejilla contra la suya. Un contacto fugaz, pero lleno de todo lo que no podía expresar con palabras.
Stella: "Me duele verte así. Me duele pensar en todo lo que tuviste que soportar, en lo que te hicieron..."
Mis dedos se deslizaron hasta su mejilla, acariciando suavemente su piel con el dorso de mi mano.
Stella: "Pero más que nada... me duele que lo hicieras por mí."
Cerré los ojos con fuerza. No quería llorar, pero la presión en mi pecho era demasiado grande.
Stella: "Aun así... estoy agradecida de que sigas aquí. De que estés a mi lado."
Hubo un silencio largo, denso, cargado de emociones que flotaban entre nosotros sin necesidad de ser dichas. Y entonces, su voz rompió el aire.
Kross: "Lo haría de nuevo."
Me mordí el labio. No dudó en decirlo. No hubo ni un segundo de vacilación en sus palabras. Era como si, para él, no hubiera otra opción.
Stella: "Kross..."
Kross: "Sin importar nada... sin importar lo que pase, si significa protegerte... lo haría otra vez."
Mi pecho dolió por lo sincero que sonó. Era como si sus palabras fueran un recordatorio de todo lo que había pasado. Lo que él había decidido. Lo que él nunca cambiaría.
Y solo pude decir una cosa.
Stella: "Gracias..., Kross."
Lo sostuve un poco más fuerte, sintiendo cómo su cuerpo finalmente se relajaba completamente en mi abrazo. Enredé mis dedos en su cabello con más suavidad, dejándome llevar por la calidez de su presencia. Sin pensar demasiado, presioné mi mejilla contra su cabeza en un gesto instintivo, sintiendo su calor contra mi piel.
Y esta vez... él me sostuvo también.
Su único brazo, aunque débil, se cerró alrededor de mí, como si finalmente hubiera encontrado un lugar seguro. Era un gesto torpe, pero sincero, y eso lo hacía aún más especial.
Nos quedamos así, acurrucados en el silencio cálido de la noche. No importaba lo que había pasado. No importaba lo que vendría después. Solo éramos nosotros dos. Hasta que, sin darnos cuenta, ambos nos quedamos dormidos, olvidando todo lo demás.
...
...
...
Sábado. Perspectiva de Kross. Red
El mundo a mi alrededor se sentía borroso. Algo pesado recorría mis venas, entumeciendo mis músculos, apagando mi respuesta. La sensación era densa, pegajosa, como si mi propio cuerpo se volviera en mi contra. Pero eso no importaba. Nada importaba en ese instante.
Mi mirada estaba fija en Stella.
Estaba en el suelo, con la respiración agitada, los ojos buscando desesperadamente una salida. Retrocedió hasta que su espalda chocó contra un árbol, atrapada sin escapatoria.
Y ella se movió.
La dino que me había atacado. Su cola se alzó con un brillo violáceo en la punta. Pero esta vez, yo no reaccioné a tiempo. No pude moverme. Solo observé cómo la cola atravesaba el abdomen de Stella.
Su cuerpo se sacudió por el impacto. Sus manos temblaron al aferrarse a la herida, un sonido ahogado escapó de su garganta. Sus ojos se abrieron con terror mientras la sangre oscura brotaba de su boca, tiñéndole los labios de rojo. Intentó hablar, pero nada salió de su garganta. Solo más sangre.
.
.
.
Kross: (No...no.... ń̷̤̤͍͎̕ǫ̸̢͍̭̦̱̬͗̈́̐͗́̽̓͜͝ͅ n̷̢̨̧̢̺̘̬͚̞̩͕̼̥͉̭͓̜̜̬͛̓͜ö̶̢͉͈͍̗̝̭̰̳͍̟́̇̇͌͐̔͂̔̉̑͂͂̀̌̉͆͋̕̕n̷̡̖͓͈̘͕̞̪̬̲̥̖̘̺͕͔͇̪̹̞̐̈́͛͛͑̚ͅͅõ̵̢̢̭̺͕͚̥̦̀̿͒̀̾̈́͋̏͘͜ ǹ̴̡̡̨̧̛͎̞͙̗̠̼͍̠͚̬̟̩͕̽̂̌͒̄̊̿̽͗̔̒̃̂̇̐̀̑̈̀̀̈͛̚͘͘͘̕͜ơ̴̢̧͇͓̘̣͎̼͒́͑̑͑̑̑͋̓̀͂̑̀̽͌̀̇̚̕͘̚̚͘̚͜͝͠n̶̛̫̟̟͔͇̎̈̏̏̀͆͗̅͆͌̈͌͐͑͑̔͋͛̒̏̆̏͑̏̏̈́̚͠͝o̵̢̮̝̜̠̻̯͈̪͗̋́̓̔̽̉͆̽̉̐́̅̐͒̊͑̅͌̓̇̈́͠͝͝ń̸̺̙͎̲̽̀̒̒̅̈́̅͗̈́̏̄̅̌̾̋̅͑͂̋͋̋̇͒̀͘͘̕̚o̶̧̨̭̲̫̪̤̜͇͎̣̻̭̜͉̯̘̦̟̱̽̂͆̔̚͜͝n̵̨̨̨̧̢̞͕̠͓̹̮͍̣̰̞̲͉̟͙͓̰͍̥̜̙̳̲̙̘̰̳̅̃̂̐̇́̆̂̓̾̌̂̌́̃̌̓̏̊̈́͌̐͠͠͠ö̴̧̧͈͚̜̤̬̭̯̯̠̤̹͈͙̰͖͙̹͔͉̦͓̲̩́̀͒́̌ͅn̴̢̧̨̛̖̪̤̯͙̣̼̻̪̤̯̹̝̖͚̼̭̲͚̙̺͚͆̓͐͐͒̾̊͛̀́̉̋͑̈́̀̎̂̌͘͝͠ơ̶̡͉̺̠̳̥̰͙͉͒̀́͆͒̊͌̅͊̌̾͌̔̍͒̄̀͌̀̑̉͘͜͜͝͝͝͝͝ N̷̷̷̸̶̶̴̷̷̵̵̸̶̸̴̷̢̧̡̧̡̨̛̛̛͈͚̖̪̫̞̼̙̬̘̝̮͚̘̰̲̘͍͉̥̬̝̹͚̟͚̲̜͚̱̝͉͙̫̞͓̱̼̩̫͕͎̯̝͙̟͉̦̤̞̘̪͙̤͖̮̼̗͇̼̥͍̼̱͓̤̺̎̓̆͒͛̿̅̾̈̆̽̄͋̾̒͗̇̑͋̎̏̈́̈́̐̉̽͌̓͊̒̍͌̾͌̑̋̊̽́̑̎̾̅̽̊͊̏̈́̔̽̈́̀͒̒͛̇͗̿́͘͜͜͜͝͠͠͠͝͝͝͝͝͝ͅƠ̶̷̶̶̷̶̸̡̢̨̟͔̣̲̠̰͓̳̦͎̫̮͚͈̪͚̦͍̯͔͕̻̖͍̠͆͗͒̾̽͐̉͂̐̍͗̓̈́̑̈́̀͗̂̚͘͜͠͠Ơ̴̶̸̴̴̴̴̶̸̵̢̡̧̨̡̨̨̛͈̱̹͎̘̺̹̪̩̖͍̱͈̪̲̣͚̬͎̤͙̼̬͇̝̠̩͓̩̖̣̤͚͎̮͖͉̤̼̹̟͈̟͚̭̬̆͛͒̀͑̾͊̑́͊̏́̃͒̃́̀͆͌̀̽̔̍̎̍̍̌͊̿̔̍͐͆̑̀̓̑̂͆̋̄̽̈́̓̓͊̚͜͜͝͝͝͝͝ͅͅǪ̵̸̵̶̶̶̴̵̷̷̷̶̴̷̶̴̧̢̧̨̢̛̖̩̣͉̭͕̱͕̭̮̞̠̻̟̭͈̳͓̦͕̠͎͚̬̞͇̜̣̮̗͕̣̻͇̤̭̤̳̻̠͇̖̳̭̹̼͓͎͔̖͍͈͕͙͖͈̞͖̱͔̠̼̯̣͖̭̦̮͖͇̰̲̖͈͙͈͉̳͍͉͖̈́̈́͗͆̉͂͐̽̋̈́̀͗͑́̅͗̽͊̌̇͑̏̐̔̓̈́̀͒̒̀͌̾̋̃̉͑̉̄̒̏̽̍̈́͆̐̉̋͂͂͐̂͋̅̽̏̆̔̅̇́̄̋̊̉̆̐̂̀͘̚̚̕̚̕͘̚̚͘͜͜͜͝͠ͅͅ
.
.
.
El mundo a mi alrededor perdió sentido. Stella intentó respirar, pero su cuerpo ya no le respondía. Su mirada se nubló y, en un instante, dejó de moverse.
Algo dentro de mí se quebró.
No recuerdo lo que pasó después. Solo sabía que, de un momento a otro, el suelo estaba cubierto de sangre. Sentía el impacto de mis golpes, el sonido de huesos rompiéndose, el olor metálico impregnando el aire. No me detuve. No pensé. No existía nada más que la necesidad de destruir. Destrozar. Uno tras otro. Gritos. Movimiento. Sangre. Hasta que el mundo quedó en silencio.
Me giré.
Stella seguía en el suelo.
No respiraba.
Corrí hasta ella y la tomé en mi brazo. Su cuerpo estaba frío. Sus labios, aún manchados de rojo, permanecían entreabiertos, como si hubiera intentado decir algo. Pero ya no podía. Mi pecho dolía, la garganta se me cerró, y apenas pude murmurar su nombre.
Kross: “S-stella...”
Mi voz se quebró en ese momento.
Kross: “Lo siento... Lo siento... Lo siento...”
Lo repetí. Una y otra vez. Como si con eso pudiera traerla de vuelta. Como si con eso pudiera borrar lo que había pasado. Pero nada cambiaba. Su piel seguía fría. Su cuerpo seguía inmóvil. Y yo solo podía sostenerla mientras las lágrimas caían de mis ojos.
Pero entonces, una voz.
Lejana, casi inexistente.
¿?: “...r...o...”
No entendí al principio.
¿?: “...k...s...s...”
Cada vez era más clara.
¿?: “...Kr...os....s...”
Me estaban llamando.
¿?: “¡Kross!”
El mundo se desmoronó en un estruendo ensordecedor. El aire entró con fuerza en mis pulmones. El latido en mis oídos retumbaba con violencia, cada pulsación martillando mi cabeza como un tambor incesante. Mi respiración era errática, descontrolada, y mis músculos se tensaron por reflejo.
Y entonces comprendí que ya no estaba en la plaza. No había sangre en el suelo. No había cuerpos. No la tenía a ella en mi brazo… muerta.
Sentí cómo mi cuerpo temblaba. El aire se sentía distinto. El olor metálico había desaparecido, reemplazado por el aroma del desinfectante y entonces lo recordé. Estaba en la cama de un hospital.
Y frente a mí podía sentir a...
Stella.
Sus manos estaban en mis hombros, mi respiración seguía agitada, pero ella estaba ahí.
Stella: “Kross…”
Su voz me alcanzó como un eco lejano, pero no respondí. Mi respiración seguía descontrolada, mi mente atrapada aún en la imagen de su cuerpo sin vida. Sentí cómo sus manos en mis hombros ejercieron un poco más de presión, como si intentara asegurarse de que estaba realmente aquí.
Stella: “¿Qué pasó? ¿Qué fue eso?”
Apenas logré procesar sus palabras.
Stella: “Me desperté de golpe... sentí algo raro, como si algo no estuviera bien. Cuando abrí los ojos, te vi... estabas temblando y—”
Hizo una pausa. Se notaba que tenía un tono de preocupación en cada palabra que decía.
Stella: “Llorabas. Y te estabas disculpando una y otra vez.”
No respondí de inmediato. Mi garganta se sentía seca, y el pulso aún retumbaba en mis oídos. Intenté controlar mi respiración, enfocarme en la realidad, pero el peso de lo que acababa de ver todavía se aferraba a mi mente.
Kross[R]: “Fue... un sueño.”
Las palabras salieron con dificultad, casi como un susurro. Apreté los dientes, desviando apenas la mirada.
Kross[R]: “No... más bien una puta pesadilla.”
Respiré hondo, intentando calmarme, pero el recuerdo seguía ahí, clavado en mi mente como una espina.
Kross[R]: “Reviví... el momento... cuando me envenenaron.”
Las palabras salieron con dificultad. Mi voz sonaba más baja de lo normal, trabándose entre frases.
Kross[R]: “Soñé con... ella. La dino que me atacó.”
Desvié la mirada no podía dejar que mirara mi expresión. Sentía mis dedos tensarse contra las sábanas.
Kross[R]: “La vi moverse... vi cuando su cola... fue directo a ti.”
Mi respiración se volvió más pesada. No podía evitarlo. Las imágenes regresaban con más fuerza.
Kross[R]: “No me moví a tiempo... no hice nada.”
Apreté los dientes, mis hombros se encogieron levemente.
Kross[R]: “Solo pude... verte...no...nonono.....”
Mis propias palabras me asfixiaban. La sensación de vacío en el pecho regresó, el peso sofocante de la culpa envolviéndome con cada segundo que pasaba.
La imagen seguía ahí, grabada en mi mente como un hierro al rojo vivo. Stella en el suelo. Su cuerpo sacudiéndose por el impacto. La sangre... No importaba cuánto parpadeara, cuánto intentara alejar lo que vi, seguía ahí. Pero entonces, Stella me llamó.
Stella: “Kross.”
Su voz me interrumpió de golpe. No fue dura ni demandante, pero sí firme, lo suficiente como para sacarme de ese abismo en el que mi mente se hundía. Un leve temblor recorrió mi cuerpo cuando sentí sus manos en mis hombros, su tacto anclándome en el presente.
Stella: “Solo fue... un mal sueño.”
Mis labios se entreabrieron, pero ninguna palabra salió. Aún podía sentir el eco de la pesadilla presionando mi pecho. El miedo de perderla, de no haber sido lo suficientemente rápido... Pero antes de que pudiera siquiera formar un pensamiento coherente, Stella se movió.
Su toque se deslizó con suavidad hasta mi mano, tomándola con delicadeza, como si temiera que fuera a romperme. Y entonces, guio mi palma hasta su rostro.
Mi respiración se cortó de golpe.
La calidez...
Sentí la textura de sus escamas bajo mis dedos, la curvatura de su mejilla, la forma en que su piel se amoldaba a mi tacto. Mi pulgar rozó el contorno de su rostro de manera instintiva, percibiendo cada pequeño detalle, cada surco, cada leve vibración de su respiración acompasada. A pesar de ser de sangre fría, su contacto siempre había sido cálido... familiar. Un ancla en medio del caos que habitaba en mi mente.
Stella: “Lo sientes... ¿verdad?”
Su voz fue un susurro, apenas un soplo de aire entre nosotros, pero llegó hasta lo más profundo de mi ser. Su olor dulce, el aroma tranquilizador que siempre la rodeaban, invadió mis sentidos. Me obligó a aferrarme a la realidad.
Stella: “Me salvaste. Me mantuviste a salvo. No me pasó nada. Nada de lo que viste fue real.”
Su pulgar se movió lentamente sobre mi mano, un gesto reconfortante, acompasado con el ritmo estable de su respiración. Me sostuvo así, con paciencia, con ternura, dándome el tiempo que necesitaba para entender que estaba aquí. Que no se había ido. Que mi peor miedo no se había hecho realidad.
El temblor en mi mano comenzó a disminuir, aunque no desapareció del todo. Mi pecho aún dolía, pero su voz, su contacto, su mera existencia a mi lado me mantenía anclado a este momento. A ella.
Kross[R]: “...Gracias.”
Mi voz apenas fue un susurro, pero ella lo escuchó. Lo supe porque, en respuesta, inclinó su rostro apenas y frotó su mejilla contra mi mano, un gesto suave, casi imperceptible.
No pude evitarlo. Mis dedos se movieron por sí solos, enredándose con cuidado en su cabello, recorriendo la línea de su mandíbula, asegurándome de que era real, de que estaba aquí, conmigo.
Stella no se apartó. No dudó en devolver el gesto, en envolverme con su presencia, con su paciencia. Me atrajo hacia ella, guiando mi cabeza hasta su hombro con una suavidad que casi dolía. Su respiración contra mi cuello, el peso ligero de su mejilla apoyada sobre mi cabello...
Era un consuelo silencioso. Uno que no sabía que necesitaba hasta ahora.
Kross[R]: “No tienes idea... de lo mucho que significa esto para mí.”
Stella: “Tú tampoco tienes idea de lo mucho que me importa que estés aquí.”
Sus brazos se ajustaron un poco más a mi alrededor, sosteniéndome con más firmeza, como si quisiera asegurarse de que no me alejara. Como si ella también estuviera encontrando calma en este contacto.
Mi propio brazo se cerró más alrededor de ella, dejando que nuestras respiraciones se acompasaran en la quietud de la habitación.
No había palabras para describir lo que sentía en ese instante. Solo la certeza de que, por ahora, estaba bien.
Por ahora... todo estaba bien.
Pero entonces...
Toc, toc.
Ambos nos sobresaltamos, rompiendo el momento de calma. Alguien estaba llamando a la puerta. Nos separamos de inmediato.
Stella se movió primero, retirando su mano de mi rostro. Yo hice lo mismo, sintiendo cómo mi palma aún retenía el calor. El espacio a mi lado se sintió más frío de repente, como si su presencia se hubiera alejado.
Red: (Mierda... en serio nos surge esa charla...)
Blue: (..........sí.)
Red: (Sabes cuando estarás más... ¿Estable?)
Blue: (Un....unos días... más)
Red: (Ok)
Sacudí la cabeza ligeramente, tratando de despejarme, pero el latido en mis oídos no ayudaba en nada. El sonido de la puerta llamando de nuevo me sacó de mis pensamientos.
¿?: “Oye chico, ¿Ya despertaste? ¿Puedo pasar?”
Reconocí la voz al instante. Era el doctor Bartholomew.
Kross[R]: “Sí... no hay problema.”
Mi garganta aún estaba algo seca, así que carraspeé un poco antes de responder. Apenas lo hice, escuché la puerta abrirse. Sentí la presencia del doctor entrando en la habitación. Su andar era relajado, acompañado por el sonido de su termo golpeando contra su bata. Pero no estaba solo.
Había alguien más con él.
No reconocí la presencia, pero algo en su energía me resultó distinta. Firme. Pesada. Como si su sola existencia ocupara más espacio del que debería. No era alguien común, eso lo sabía.
Stella se tensó a mi lado.
No fue un movimiento brusco, pero lo noté de inmediato. Sentí cómo su peso se desplazaba, alejándose de mí. Escuché el crujido de una silla cercana, como si se hubiera sentado allí. Su respiración, antes calmada, ahora era más contenida, como si estuviera intentando pasar desapercibida.
Mi ceño se frunció levemente. Algo no estaba bien.
Bartholomew: “Bien, creo que lo mejor será ir directo al punto. Quiero presentarte a—”
¿?: “Puedo hacerlo yo mismo.”
La voz era profunda y segura, con una autoridad innegable. No era una voz que pidiera permiso, sino que tomaba el control sin dudarlo.
¿?: “Alphonse Dubois. Actual alcalde de Volcadera Bluffs. Pero más importante que eso… el padre de Stella.”
En cuanto escuché esas palabras, todo encajó. Entendí por qué Stella se había tensado.
Red: (Carajo...)
Kross[R]: “... H-hola...”
No sabía qué más decir. Mi mente trabajaba a toda velocidad, intentando procesar la situación. El alcalde. El padre de Stella. Aquí, en esta habitación. Conmigo. No podía verlo, pero su presencia era abrumadora.
El ambiente en la habitación cambió de golpe. No podía ver, pero lo sentí de inmediato. El aire se volvió más pesado, más denso, como si la presencia de Alphonse hubiera alterado el espacio a su alrededor. No necesitaba verlo para saber que estaba ahí, evaluándome, analizándome. No dijo nada al principio, pero su silencio era elocuente.
Red: (Mierda… ¿Por qué está aquí?)
Mi mente comenzó a divagar sin control, llenándose de preguntas que no tenían respuestas claras. ¿Estaba aquí por lo que pasó en la plaza? ¿Por haber puesto en peligro a Stella? ¿Por seguir juntándose conmigo? ¿Sabía algo más? ¿Me consideraba una amenaza? Era obvio que un hombre como él no querría a alguien como yo cerca de su hija.
Red: (Tal vez solo quiere... asegurarse de que me aleje... de ella.)
Pero antes de que mis pensamientos pudieran ir más lejos, la voz de Stella cortó el silencio.
Stella: “Papá, ya basta.”
La tensión en el aire pareció ceder apenas, como si sus palabras hubieran suavizado el peso que llenaba la habitación. Y entonces, lo inesperado.
Una risa.
No era burlona, ni incrédula. Solo... relajada. Como si de repente, todo el ambiente opresivo se hubiera disipado.
Alphonse: “Lo siento, lo siento. No pude evitarlo.”
Por un momento, no entendí nada. ¿Qué estaba pasando?
Alphonse: “Tenía que hacer un poco el papel de padre, ¿no?”
El ambiente cambió. Seguía sintiendo su presencia, pero ya no era tan sofocante. Aun así, no pude evitar tensarme cuando sentí que se acercaba. Sus pasos eran seguros, firmes, como si cada movimiento estuviera calculado. En el siguiente instante, su mano se apoyó en mi hombro.
Mi cuerpo reaccionó de inmediato, tensándose apenas. Era instintivo, como si mi sistema nervioso hubiera activado una alarma interna. No podía evitarlo. Aunque su toque no era agresivo, algo en su presencia me hacía sentir expuesto, como si estuviera bajo un microscopio.
Red: (Es diferente… pero, aun así, impone.)
Alphonse: “Sé un poco de tu situación. La capitana me contó algunas cosas… y también sé que los que te atacaron esa noche… te estaban buscando a ti.”
El latido en mis oídos se hizo más fuerte, casi ensordecedor. No sabía qué decir. ¿Cuánto sabía él? ¿Hasta dónde llegaba su información? ¿Qué más había descubierto?
Pero antes de que pudiera articular una respuesta, sus siguientes palabras me tomaron completamente por sorpresa.
Alphonse: “Aun así… gracias.”
Mi mente se detuvo.
Red: (¿Qué…?)
No tuve tiempo de procesarlo cuando continuó.
Alphonse: “Sé que todo esto… fue por ti. Que la razón principal por la que Stella estuvo en peligro… fuiste tú.”
Su tono no era hostil. No me estaba juzgando. Solo estaba diciendo la verdad, sin adornos ni rodeos.
Alphonse: “Pero a pesar de eso… mi hija salió sin un solo rasguño. Por lo poco que escuche cuando llegue a la escena, supe que protegiste a mi hija con todo lo que tenías...”
Su agarre en mi hombro se reforzó apenas, como si quisiera asegurarse de que estaba escuchando.
Alphonse: “Y por eso… te doy las gracias.”
Las palabras me golpearon más fuerte de lo que esperaba. No supe cómo reaccionar. No estaba preparado para esto. No para la gratitud, no para el reconocimiento. No después de todo lo que había pasado.
Alphonse soltó un leve suspiro, como si ya hubiera dicho todo lo que tenía que decir.
Alphonse: “No quiero quitarte más tiempo. Solo pasé para decir unas palabras, pero tengo trabajo que hacer.”
Su tono se mantenía firme, sin perder esa presencia imponente que lo caracterizaba. No se sentía como una excusa, solo como un hecho.
Alphonse: “Pero antes…”
Escuché cómo se giraba.
Alphonse: “Stella, es hora de ir a casa.”
Hubo un breve silencio.
Stella: “¿Eh?”
Alphonse: “Tu madre me dejó claro que debía llevarte. No tengo mucho margen de maniobra aquí, así que no puedes quedarte.”
Stella dejó escapar un suspiro bajo, probablemente cruzándose de brazos.
Stella: “...Está bien.”
No sonaba muy convencida, pero sabía que no tenía opción.
Alphonse: “Espérame en el pasillo, no tardaré.”
Escuché sus pasos moverse, acercándose a mí. No dije nada, pero sentí cómo su mano buscó la mía, sujetándola apenas.
Stella: “Kross... cuídate ¿sí?”
Su voz sonaba más suave, casi en un susurro. No podía verla, pero la conocía lo suficiente como para saber que estaba preocupada.
Kross[R]: “Lo intentaré.”
Stella soltó un leve suspiro y apretó un poco más mi mano antes de soltarla. Luego, sus pasos se alejaron hasta que el sonido de la puerta indicaba que había salido.
Pensé que la conversación había terminado, pero entonces...
Alphonse se movió.
No me lo esperaba, pero de repente, sentí su presencia mucho más cerca. No hubo advertencia, ni un cambio en su respiración que me indicara lo que venía. Simplemente, su voz llegó directamente a mi oído, baja, firme, pero lo suficientemente clara como para que no la malinterpretara.
Alphonse: “Escúchame bien, chico.”
Su tono no tenía agresividad directa, pero sí un peso que no podía ignorar. Era como si cada palabra estuviera cargada de una intención que iba más allá de lo que decía. No era una amenaza abierta, pero tampoco era un simple comentario. Era algo más.
Alphonse: “Soy un hombre razonable. Entiendo las circunstancias, entiendo que mi hija tomó sus decisiones. Pero también entiendo otra cosa.”
Hizo una pausa breve, lo justo para que mi cuerpo se tensara más. Sentí cómo su mano en mi hombro se ajustaba ligeramente, como si quisiera asegurarse de que estaba prestando atención.
Alphonse: “Ella confía en ti. Más de lo que puedo expresar en palabras. Y eso significa que su bienestar está atado a ti. Pero... si un día regresa a casa con lágrimas en los ojos… si su voz pierde la confianza con la que siempre habla de ti… si alguna vez veo que la has lastimado, de cualquier manera, no importa cómo ni por qué…”
Su agarre en mi hombro se reforzó apenas, no con fuerza, pero con una firmeza que no dejaba lugar a dudas.
Alphonse: “Voy a encontrar la manera de hacértelo pagar. Y créeme, Kross, no quieres averiguar qué tan lejos estoy dispuesto a llegar.”
Un escalofrío recorrió mi espalda, como si sus palabras hubieran activado algo primitivo en mí, algo que reconocía el peligro incluso antes de que mi mente pudiera procesarlo.
Red: (¿Cómo…?)
No entendía. ¿Por qué me decía esto? ¿Por qué asumía que yo haría algo para lastimar a Stella? No tenía sentido. No encajaba con nada de lo que había vivido, de lo que había hecho. Stella era… Stella era diferente. Era alguien a quien nunca le haría daño. Nunca.
Red: (¿Me está advirtiendo… como si fuera posible que la lastime?)
Mi cuerpo se tensó más, como si cada músculo estuviera preparándose para algo, aunque no supiera exactamente para qué. No podía evitar sentirme incómodo, como si su advertencia hubiera abierto una puerta que prefería mantener cerrada.
Kross[R]: “No sé qué espera de mí, pero hay algo que sí tengo claro.”
No intenté sonar desafiante, pero tampoco me contuve. No podía. No cuando se trataba de Stella.
Kross[R]: “Stella es alguien importante en mi vida. No importa lo que pase, no importa lo que tenga que hacer… nunca la lastimaría ni dejaría que algo le pasara.”
El silencio se extendió por un segundo, como si mis palabras hubieran quedado suspendidas en el aire, esperando una respuesta. Por un momento, no supe qué haría. Pero entonces, como si nada, su tono cambió.
Alphonse: “Bien.”
Unas palmaditas ligeras en mi hombro, casi como si estuviera aprobando algo, aunque no estaba seguro de qué.
Alphonse: “Nos veremos luego.”
Y con eso, se retiró. El ambiente en la habitación se sintió distinto una vez que su presencia desapareció. Fue el doctor quien rompió el silencio.
Bartholomew: “Bueno… al menos no te amenazó con un arma. Es un avance.”
Su tono tenía ese aire relajado, aunque su comentario hizo que me tensara apenas.
Kross[R]: “No ayudó mucho.”
Escuché su ligera risa antes de que sintiera que tomaba su termo.
Bartholomew: “En fin, volviendo a lo importante. Cass vendrá en unos treinta minutos... más o menos, es para tomar tu testimonio sobre lo que pasó.”
Asentí levemente.
Bartholomew: “Aprovecharé antes de eso para hacerte una revisión rápida. No voy a tocar tus piernas, no tiene caso, pero quiero checar otros signos.”
Kross[R]: “Está bien.”
Con eso dicho, el doctor se acercó, comenzando con su evaluación. Y tal como dijo, Cass llegó. Pero no venía sola. Abe y Surge estaban con ella, algo que no me sorprendió en lo más mínimo.
Sin embargo, lo que sí me tomó por completo desprevenido fue la última presencia que acompañaba al grupo. No era del todo humana. Era una híbrida.
Red: (¿Quién será...? Si esta con estos, no debe ser normal)
No tuve tiempo de profundizar en ese pensamiento. El doctor se despidió y salió de la habitación y Cass, como era habitual en ella, no perdió tiempo en formalidades. Desde el momento en que cruzó la puerta, fue directa al grano, preguntándome sin rodeos por lo que había ocurrido en la plaza.
Resumí los hechos lo mejor que pude: el primer ataque, mi intento por mantener a Stella a salvo, los enfrentamientos, las heridas. Claro que los detalles de cuando Blue tomó el control fueron más... vagos. No era algo que pudiera explicar fácilmente, ni siquiera para mí mismo.
Red: (No sabría explicarlo bien, de todas formas…)
Afortunadamente, no parecieron cuestionarlo. Una vez que terminé, hubo un breve silencio incómodo, pero Cass no tardó en romperlo. Su tono era distinto esta vez, aunque seguía con el mismo carácter, esta vez fue más... serio, más firme.
Cass: “Bueno... ahora que tenemos eso claro, quiero hacerte una pregunta. Y esta vez... quiero la verdad.”
No sonaba como una simple petición; había algo más detrás de sus palabras, algo que no podía ignorar.
Cass: “Porque esto... ya no lo podemos pasar por alto.”
Sentí un cambio palpable en el ambiente, como si el aire se hubiera vuelto más denso.
Cass: “El caso del recinto es más grande de lo que pensamos.”
Red: (Carajo...)
Cass: “Abe buscó lo que dijiste. Y lo que encontró…”
Hizo una pausa, como si midiera cuidadosamente sus palabras antes de soltarlas.
Cass: “No fueron buenas noticias.”
El silencio que siguió fue aún más pesado que el anterior. Cass antes de continuar parece que saco algo de su chaqueta y le dio un sorbo.
Cass: “Y aunque estés ciego... sé que notaste a Neo.”
Mi mente procesó el nombre casi de inmediato. Neo. No podía ser una coincidencia.
Red: (¿Ella…?)
Cass: “Ella… fue creada en ese lugar. Al igual que los otros bastardos.”
El aire en mis pulmones pareció estancarse por un segundo, como si el mundo se hubiera detenido por un instante. No podía creer lo que estaba escuchando. Era como si el pasado que tanto había intentado enterrar estuviera resurgiendo de la manera más cruda y directa posible.
Cass: “A partir de los datos que sacaron de ti. O, al menos… del gen humano.”
Red: (…Mierda.)
Cass: “Así que te lo pido otra vez.”
Podía sentir su mirada fija en mí, intensa, como si intentara perforar mis defensas y llegar a la verdad que tanto buscaba.
Cass: “Cuéntame la verdad.”
No respondí de inmediato. Respiré hondo, sintiendo el peso de cada palabra que estaba a punto de decir.
Red: (No tiene caso ocultarlo más.)
Exhalé lentamente antes de hablar, preparándome para soltar algo que llevaba años guardando.
Kross[R]: “Está bien.”
Y entonces, lo conté. Todo. Desde el principio. Que fui un huérfano en un sitio olvidado, que me secuestraron, que pasé años encerrado en un lugar sin nombre, que me usaron para experimentos, que me vieron como algo desechable, que ya no era humano, que Red y Blue existían, que los ataques habían sido para llevarme nuevamente con ellos. Que, en sí, eso era todo.
Mientras hablaba, mientras dejaba salir cada palabra, sentí los cambios en la habitación. Cass bebió algo de manera consecutiva, como si intentara calmar una tensión que no podía ocultar. Abe se tensó al igual que surge, sus músculos parecían listos para actuar en cualquier momento. Pero lo que más me llamó la atención... fue Neo. Ella estaba más tensa que los otros dos. Mucho más.
El silencio que se formó después de mis palabras no duró mucho.
Abe fue el primero en moverse. Se inclinó levemente hacia Neo y le dio una palmada en la cabeza. No fue brusco, pero lo suficiente como para que la tensión en su cuerpo disminuyera.
Abe: “No te pongas así, pulga. Sabíamos que la historia iba a ser jodida, pero esto ya entra en otra categoría.”
Neo no respondió. Pero su postura se relajó apenas.
Cass soltó un largo suspiro antes de tomar otro trago de lo que fuera que estaba bebiendo.
Cass: “¿Sabes qué es lo peor de todo esto?”
Hizo una pausa, como si esperara a que alguien preguntara. Como nadie lo hizo, continuó.
Cass: “Que no es una de las peores mierdas que he escuchado en mi vida.”
Abe chasqueó la lengua.
Abe: “¿Eso se supone que nos haga sentir mejor?”
Cass: “No, pero es la verdad.”
Red: (Eso es… inquietante.)
Cass dejó escapar una risa seca antes de sacudir la cabeza.
Cass: “Dios, necesito algo más fuerte que esto.”
No parecía que estuviera bromeando. Abe se pasó una mano por la cara, como si estuviera procesando todo lo que escuchó.
Abe: “Esto no es solo jodido… es una maldita bomba.”
Surge, quien había estado en silencio hasta ahora, se apoyó contra la pared y dejó escapar un leve suspiro.
Surge: “Bueno... ahora entiendo por qué fuimos necesarios los 3 en el estacionamiento.”
Su tono era relajado, pero no despreocupado.
Surge: “Si a mí me hubieran hecho pasar por la mitad de esa mierda, probablemente también podría arrancar brazos sin dudarlo.”
Abe dejó escapar una risa sin humor.
Abe: “Tienes problemas, hermano.”
Surge: “¿Y tú no?”
Cass no pudo evitar reírse un poco ante el comentario, aunque su expresión se mantuvo seria.
Cass: “Bien. Entonces ya sabemos la historia. Pero ahora la pregunta es… ¿qué carajos vamos a hacer con esto?”
Abe fue el primero en romper el silencio.
Abe: “Bueno, si vamos a hacer algo, propongo que lo mejor sería empezar por—”
No terminó la frase. O más bien, lo hizo, pero lo que dijo fue tan increíblemente estúpido que mi cerebro decidió bloquearlo.
Cass dejó escapar un suspiro largo, cansado, y luego volteó la cabeza en dirección a Neo.
Cass: “Dale uno bueno.”
No necesitó repetirlo.
SWAP.
El sonido del golpe resonó en la habitación cuando Neo, con una precisión perfecta, giró su cola y le dio a Abe en la pantorrilla con suficiente fuerza como para hacerlo tambalearse.
Abe: “¡Oye!”
Neo no dijo nada. Solo volvió a su postura normal como si no hubiera pasado nada.
Cass: “Gracias, enana.”
Neo solo asintió. Pero el silencio volvió a reclamar la habitación...
Red: (Dios... esto... no será fácil. Y estoy seguro de que tú también estás de acuerdo en lo que dire... ¿cierto Blue?)
Blue: (......... adelante.)
Red: (Ok... aquí vamos.)
Me humedecí los labios, intentando encontrar la mejor forma de decirlo. No podía soltarlo de golpe. No era algo que pudiera pedir, así como así.
Red: (Tengo que hacerlo bien.)
Kross[R]: “Si me permiten....He estado pensando en esto desde que desperté.”
Mis palabras llamaron la atención de todos. Podía sentir sus miradas sobre mí, esperando lo que iba a decir.
Kross[R]: “No puedo seguir así. No si quiero... estar preparado.”
Cass inclinó la cabeza apenas, como si analizara cada palabra.
Kross[R]: “Las dos veces que he enfrentado esto, he terminado... bueno... hecho mierda. Y aunque Blue y yo hemos intentado mejorar... está claro que no podemos hacerlo solos.”
Solté un leve suspiro, sintiendo mi mandíbula tensarse.
Kross[R]: “Lo que me hicieron... me obligó a separarme. Si no lo hubiera hecho, si mi mente no se hubiera dividido en dos, no habría sobrevivido. Fue la única forma de seguir adelante, de no romperme del todo. Así nacimos Blue y yo, Red. Dos caras de la misma moneda.”
Mis palabras flotaron en el aire por un momento. No era fácil hablar de esto, pero tenía que hacerlo.
Kross[R]: “Pero ahora... ahora esa división no me está ayudando. Me está frenando. No puedo seguir así.”
Hice una pausa, tragando saliva antes de continuar.
Kross[R]: “Necesito manejar mejor lo que puedo hacer, lo que soy. No solo para no acabar hecho mierda otra vez, sino para poder enfrentar lo que venga sin perder el control.”
Cerré la mano en la sábana, sintiendo la tensión en mis dedos.
Kross[R]: “Y más que eso... tengo que volver a ser como antes. O mínimo... lograr que Blue y yo podamos estar al mismo tiempo al mando. No seguir separados, sino trabajar juntos como una sola mente.”
El silencio que se formó después de mis palabras se sintió denso, como si el aire mismo se hubiera vuelto más pesado. Por un momento, nadie dijo nada. Luego, escuché el sonido de líquido moviéndose dentro de una botella.
Cass bebió otro trago antes de exhalar con fuerza, como si estuviera procesando lo que acababa de escuchar. Su mirada se fijó en Kross, y por un momento, pareció estar evaluando cada palabra que había dicho.
Cass: “No estás pidiendo algo fácil, chico. Lo que estás sugiriendo... no es solo entrenamiento. Es reconstruirte desde adentro. Es como si nos pidieras que te ayudáramos a armar un rompecabezas del que ni siquiera tienes todas las piezas.”
Kross[R]: “Lo sé. Pero no tengo otra opción. Si no lo hago, la próxima vez podría ser peor. Podría no poder manejar la situación sin auto sacrificar mi cuerpo. Y tal vez no pueda hacer nada y me lleven con ellos.”
Surge, que había estado en silencio hasta ahora, se inclinó hacia adelante, apoyando los codos en sus rodillas. Su tono era relajado, casi despreocupado.
Surge: “Mira, entiendo que quieras mejorar chico. Lo que te hicieron… es algo que va más allá de lo normal. No es solo fuerza o resistencia. Es poder ser manejar algo dentro de tu cabeza.”
Kross[R]: “Lo sé. Pero ustedes no son normales, ¿verdad? Ustedes saben cómo manejar cosas que van más allá de lo convencional.”
Abe, frotándose la pantorrilla donde Neo lo había golpeado, levantó una ceja.
Abe: “¿Y eso qué significa? ¿Qué porque sabemos manejar cosas raras, automáticamente podemos arreglarte?”
Kross[R]: “No me refiero a eso. Ustedes tres pudieron contenerme esa vez en el estacionamiento. Y aunque solo actuaba por instinto, igualmente me dejaron fuera de combate. Eso no es algo que cualquiera pueda hacer. Ustedes tienen experiencia. Saben cómo lidiar con... gente como yo.”
Cass cruzó los brazos, claramente intrigada. Dejó la botella a un lado, y por primera vez desde que empezó la conversación, su tono se volvió completamente serio.
Cass: “Sigue, chico. Estoy empezando a sentir que nos estás halagando. Pero eso no cambia el hecho de que esto es un riesgo enorme. No solo para ti, sino para nosotros. Si algo sale mal, no sabemos si podremos detenerte.”
Kross[R]: “Lo sé. Pero si no lo intento, nunca lo sabré. Y si no lo intento, nunca podré volver a ser como antes. Antes de que me obligaran a separarme en dos. Antes de que ‘Red y Blue’ se formaran. Quiero volver a ser uno o por lo menos controlar mejor lo que hago. Quiero poder manejar esto, no solo para no lastimar a nadie, sino para ser útil.”
Hubo un breve silencio, apenas unos segundos, antes de que Abe resoplara con burla.
Abe: “Tch, todo suena muy bonito, pero no sé qué tanto podamos hacer. No somos niñeras a prueba de balas, mocoso.”
Red: (Ah, sí, claro. Como si él fuera el indicado para hablar de eso.)
Kross[R]: “Sí, lo dices tú... no lo creo.”
Me giré apenas en su dirección.
Kross[R]: “Fuiste tú quien encontró el sitio de esos bastardos. Entraste, saliste vivo... y no solo eso, te llevaste contigo a una de sus creaciones.”
Sentí que la atención en la habitación se desviaba ligeramente hacia Neo, aunque ella no reaccionó de inmediato.
Kross[R]: “Y ahora está con ustedes. No son cualquier grupo de idiotas jugando a ser listos. Saben más de lo que dicen. Han hecho más de lo que la mayoría podría siquiera intentar.”
Abe no respondió de inmediato. Por primera vez, no tenía un comentario mordaz a la mano. Surge en cambio pareció reclinarse en su silla, sentí que sonrió ligeramente.
Surge: “Bueno, cuando lo dices así, casi suena como si fuéramos héroes de alguna película. Aunque, personalmente, siempre me vi más como el tipo misterioso que aparece en la segunda parte.”
Abe, con una sonrisa sarcástica, añadió:
Abe: “Sí, claro. Y yo soy el tipo que siempre termina con moretones porque la ‘Hormiga’ de aquí no sabe controlar su cola. ¿Sabes cuántas veces me ha golpeado esta semana? 17. 17 veces.”
SWAP.
Abe: “¡Oye!”
Neo solo volvió a su postura normal como si no hubiera pasado nada.
Cass estaba solo sin hacer nada, y aunque no podía verla, sentí cómo su presencia cambiaba. Escuché el sonido de algo que rozaba la tela de su chaqueta, seguido del clic distintivo de una botella al abrirse.
Luego, el sonido de un trago largo, demasiado largo, como si estuviera celebrando algo. La botella vacía chocó contra la mesa con un golpe seco, y su voz sonó más animada, casi como si estuviera sonriendo de oreja a oreja.
Cass: “Bien. Entonces prepárate, mocoso. Porque una vez que empecemos... no habrá piedad, no habrá descanso, y no habrá vuelta atrás. Te usaremos como un saco de boxeo, y si te rompes en el proceso, tendrás que recomponerte tú solo. Aunque, bueno...”
Hizo una pausa, y su tono sonó casi burlón.
Cass: “Con esa regeneración que tienes, supongo que no será tan difícil. Total, si te arrancan un brazo, lo vuelves a pegar, ¿no? O te crece uno nuevo. No sé, tú dime. El punto es que no vamos a detenernos solo porque te duela. Esto no es un juego. Pero, hey...”
Su voz se volvió más ligera, como si estuviera disfrutando cada palabra.
Cass: “Al menos te prometo que será divertido. Para mí, claro. Para ti... bueno, ya verás. ¿Entendido?”
Kross[R]: “Clarísimo.”
Surge parecía que estaba sonriendo por su tono.
Surge: “Bueno, al menos no será aburrido.”
Abe, frotándose la pantorrilla otra vez, murmuró:
Abe: “Sí, genial. Ya no seré el objetivo cuando prueben las nuevas armas.”
Sentí que Neo lo miró de reojo, y Abe levantó las manos en señal de rendición.
Abe: “¡Tranquila, pulga! Ya aprendí la lección.”
Las palabras del trio quedaron flotando en el aire, firmes, definitivas. Y justo en ese instante, una voz rompió el momento con una fuerza abrumadora.
¿?: “¡¿Kross?!”
Red: (Ah, mierda.)
Blue: (Oh.....mierda)
No fue una pregunta. Fue un grito desgarrado, cargado de una mezcla de incredulidad y furia que resonó como un trueno en la habitación. Antes de que pudiera reaccionar, la puerta se abrió de golpe, estrellándose contra la pared con un sonido que hizo temblar el aire.
Era la Tía Fang
Irrumpió con una rapidez que casi parecía sobrenatural, su presencia llenando el espacio de inmediato. Detrás de ella, Spears seguía con paso firme, pero era ella quien dominaba la escena. Sentía que era una tormenta de emociones: angustia, rabia, preocupación, todo mezclado que no dejaba lugar a dudas.
Había escuchado todo. Cada palabra, cada advertencia, cada promesa de Cass. Y ahora, sentía su mirada, cargada de una intensidad que podía sentir incluso sin verla, se clavó en mí como si buscara respuestas que no estaba dispuesta a esperar.
Red: (Esto... no será bonito.)
Blue: (........para nada.)
Fin del capítulo.
Notes:
tenia el capitulo listo hace días. Excusas? ....si. Quería adelantar capítulos, luego volví a revisar el cap, agregue y reescribí cosas y quedo así. Falta poco para que Kross se de cuenta de lo que siente, y con poco me refiero en el siguiente capitulo. Que esta listo... o eso creo.
Curiosidades:
1.- Lo que propuso Abe que hizo que se ganara el latigazo de Neo queda abierto para que piensen en cualquier tontería que podría decir Abe.
2.- La única mejora que consiguió Kross por si mismo para el O-Blue y O-Red son: Poder inculcar una orden por encima de cualquier otra cosa (O-Blue) y Poder formular palabras simples (O-Red).
3.- Aunque en la bitácora anterior se puso que Kross los defectos del O-Blue, esa fue la bitácora de lo que paso la primera vez que se uso. comparado con como esta Kross ahora, digamos que se adapta, en algún punto llegara a ser capaz de las cosas del final 0 pero sin lo malo, pero para eso....falta. De momento a mejorado, pero no lo suficiente.
4.- Al estar ciego, Kross depende más de su audición para entender lo que sucede a su alrededor. Escucha los movimientos, los pasos y hasta los cambios en la respiración de las personas. Por eso pudo lanzarse hacia Stella al escuchar su voz cercana, pero luego no pudo encontrar la cama sin ayuda. Su oído se ha vuelto su guía por ahora.
5.- Al padre de Stella lo quise llamar así... meramente porque es nombre francés, no tiene nada de ciencia.
6.- El sueño de Kross es uno de los finales malos de la historia, tiene como titulo: Final 1 - El Eco de la Pérdida. En mi fic, no Hay E1, E2, E3 o E4. Son finales que suceden, unos what if.
Y estaría, Un bonito momento entre Kross y Stella... sin aun decir que son pareja... la madre que me pario, porque lo hice así de denso. COMO SEA. También estoy tratando de formar lo el "entrenamiento de Kross", pero eso en un rato. Espero que les haya gustado como siempre mis recomendaciones a los creados de algunos fics:
Dardragun707, con "Un vaquero en Volcano High". SrSenior, con "That is my Parasaur!". A patata, con cualquiera de sus 3 bestias "No permitiré que este mundo me consuma" , "Un corazón de dragon" , "Una luz de esperansa en una depresión psicótica". Xomy90 con "Brushes and Clicks: A Shared Canvas". Cuenta la leyenda que alguno sacara capitulo.
Y otro Chicken_Brain con "Birds of a feather" Vayan a leerlo, esta en su recta final. ES WENISIMO.
Agradecimientos a quienes llegan hasta acá y a los que dejan comentarios. No diré fecha para el próximo cap. Nos vemos gente bonita. Chau :D
Chapter 22: Amalgama de emociones
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Kross. Red
La habitación se sentía diferente. Más densa. Como si el aire mismo hubiera cambiado en el instante en que la Tía Fang cruzó la puerta. Su presencia no solo llenaba el espacio, lo dominaba.
Red: (Mierda... la cagamos.)
No había necesidad de verla para saber que su mirada estaba clavada en mí. No necesitaba visión para sentir el peso de su presencia. Era como estar frente a una tormenta contenida, a punto de estallar. Pero antes de que pudiera decir algo, su voz retumbó en la habitación.
Tía Fang: “Kross.”
No era un regaño. No aún. Su tono no era el de alguien que iba a descargar su furia sin pensarlo. Era algo peor. Una demanda. Una orden.
Tía Fang: “¿Qué fue lo que quiso decir la detective con todo eso?”
El sonido de su pie golpeando el suelo marcaba su impaciencia.
Tía Fang: “¿Qué es exactamente lo que planeas hacer? ¿Y como puedes pensar en eso estando en tu estado actual...?”
No pude responder de inmediato. Las palabras se me atoraron en la garganta, aun buscando la manera de salir. Pero antes de que pudiera siquiera intentarlo, Cass intervino con su tono despreocupado.
Cass: “Mire, señora Spears, esto no es para ser tan dramáti—”
Tía Fang: “Esto no es contigo.”
El corte fue seco, preciso. Cass se calló al instante. Por primera vez desde que la conocí, la noté dudar.
Cass: “Hmph. Si es así, entonces me retiro. Ya hicimos lo que teníamos que hacer.”
No la vi, pero la sentí encogerse de hombros con indiferencia antes de girarse hacia mí.
Cass: “Bueno, mocoso. Spears tiene mi número. Cuando estés listo, me avisas y comenzamos. Nos vamos.”
La escuché moverse, seguida de los otros tres. La puerta se abrió, y sus pasos se alejaron hasta que el silencio volvió a la habitación. Ahora solo quedábamos nosotros tres. La Tía Fang, Spears… y yo. Ella seguía ahí, firme, su pie golpeando el suelo con una paciencia cada vez menor, esperando que hablara.
La tensión en el ambiente era tan palpable que casi podía sentirla presionando contra mi piel, como si el peso de sus emociones fuera algo físico.
Tía Fang: “Kross....”
Su voz era firme, pero había algo en ella que no estaba ahí antes. Algo más profundo, más intenso, como si estuviera luchando por mantener el control.
Tía Fang: “¡¿Qué es lo que piensas hacer?!”
El peso de su pregunta cayó sobre mí como una losa, aplastante e ineludible. No necesitaba ver su rostro para saber lo que sentía. No era solo enojo. No era solo frustración. Era miedo. Un miedo que resonaba en cada palabra que salía de su boca.
Tía Fang: “La detective dijo esas cosas y tú aceptaste sin dudarlo. ¿Por qué?”
Red: (No va a soltar esto fácilmente.)
Tía Fang: “No sabes lo que fue verte de nuevo... en esta cama de hospital.”
El temblor en su voz fue leve, casi imperceptible, pero lo noté. Era como si cada palabra le costara un esfuerzo enorme, como si estuviera luchando por no romper por completo.
Tía Fang: “Pero esta vez... esto fue diferente.”
Respiró hondo, pero su tono solo se volvió más tenso, más cargado de emociones que no podía contener.
Tía Fang: “Te falta un brazo, Kross.”
No me moví. No podía. Sus palabras me mantenían clavado en el lugar, como si cada una fuera un peso adicional sobre mis hombros.
Tía Fang: “El doctor nos dijo que no puedes ver.”
Mi mandíbula se apretó, como si pudiera contener las emociones que amenazaban con salir.
Tía Fang: “Nos dijo que tu cuerpo está…”
Se detuvo. Como si las palabras se atascaran en su garganta, como si decir en voz alta lo que había pasado fuera demasiado.
Tía Fang: “…mal.”
El golpe de su pie contra el suelo fue más fuerte esta vez, un sonido seco que resonó en la habitación como un eco.
Tía Fang: “Y aun así… aun así piensas hacer algo después.”
Sentí su presencia avanzar un poco, como si estuviera a punto de cruzar una línea invisible. Su respiración era más pesada, más irregular, como si estuviera al borde de algo que no podía controlar.
Tía Fang: “¿Cómo puedes siquiera pensarlo?”
Antes de que pudiera seguir, otra presencia se movió en la habitación. Spears. Se puso a su lado, no para detenerla, no para interrumpirla, sino para estar ahí, como un recordatorio silencioso de que no estaba sola en esto.
Spears: “Querida.”
Su voz era baja, tranquila, como un contrapunto a la intensidad de la Tía Fang. No intentaba imponer nada, solo calmarla, solo recordarle que no estaba sola.
Ella exhaló lentamente, como si estuviera tratando de recuperar el control. No respondió, pero sentí cómo el aire a su alrededor cambiaba apenas, como si su presencia hubiera suavizado el borde afilado de la tensión.
Ahora fue Spears quien habló, su tono calmado pero firme.
Spears: “No entiendo del todo la situación, pero puedo hacerme una idea.”
Red: (...)
Spears: “Pero necesito que me lo expliques tú, Kross. Porque aceptaste al final de todo y no buscar otra opción.”
No había juicio en su voz, solo observación. Solo una verdad que no podía negar, una verdad que resonaba en el silencio que siguió. Ambos esperaban, y yo sabía que no podía quedarme callado.
Kross[R]: "¡No quiero volver a terminar así! ....No otra vez"
Mi voz sonó más firme de lo que esperaba, como si las palabras hubieran estado esperando demasiado tiempo para salir. No eran solo palabras, eran una sentencia.
Kross[R]: "¡Estoy harto de esto! ¡De quedar tirado, de perder, de... ¡De no ser suficiente cuando más importa! Odio eso... ¡Necesito controlar mejor algunas cosas! ¡Necesito mejorar! Porque si sigo así, simplemente soy un... maldito chiste."
La Tía Fang no dijo nada, pero la sentí moverse apenas, como si mis palabras la hubieran tocado de una forma que no esperaba.
Kross[R]: "Esta fue la segunda vez que me atacan. ¡Y ni siquiera fue una pelea justa!"
Respiré hondo antes de continuar, sintiendo el peso de lo que estaba a punto de decir, sintiendo la presión acumulándose en mi pecho, quemando cada palabra antes de soltarla.
Kross[R]: "¡No pude hacer... ni siquiera pude hacerles frente! ¡Cinco! ¡Eran cinco carajo! Y para mi mala suerte... ¡Stella aún estaba conmigo! Así que... no era solo pelear."
Mi mano se apretó contra la sábana, como si pudiera sostener el peso de lo que estaba confesando, de lo que me carcomía por dentro.
Kross[R]: "¡Era protegerla! ¡Y fallar no era una opción en ese momento! No podía permitirme... ni un puto error. ¡Ni uno!"
Solté un suspiro, sintiendo cómo las palabras salían de mí como una herida abierta.
Kross[R]: "Porque si le pasaba algo... si la llegaban a tocar... ¡No sé qué hubiera hecho! ¡No sé si estaría aquí!"
La atmósfera cambió. No sabía quién de los dos se movió primero, pero estaba seguro de que ambos se miraron. No podía verlos, pero lo sabía. El silencio que siguió fue distinto, más denso, cargado de algo que no se podía poner en palabras.
El peso en mi pecho no desaparecía. Las palabras seguían atorándose en mi garganta, como si mi propio cuerpo dudara en soltarlas. No sabía si tenía miedo de lo que dirían o de lo que pasaría si no lo aceptaban.
Kross[R]: "Si no hago algo ahora... si no aprendo a controlar lo que puedo hacer... ¡entonces cuando vuelvan a buscarme, porque lo harán, lo sabemos, no podré hacer nada para defenderme! Y tengo... tengo... M-Miedo por eso."
Mi voz sonó más rota de lo que quería. No me gustaba cómo sonaba eso. No me gustaba admitirlo, pero era la verdad.
Kross[R]: "¡Tal vez... tal vez no solo me lastimen a mí! Y no...quiero eso..."
No hubo respuesta inmediata. Solo silencio. Hasta que sentí esa presión en mi hombro.
Spears.
No me moví, pero sentí su mirada sobre mí. No hablaba con rapidez ni con prisa. Su voz era firme, pero no dura.
Spears: “Tu situación no es simple, Kross.”
Se mantuvo en silencio unos segundos antes de continuar.
Spears: “No eres un chico normal, y nunca lo serás. Lo que te hicieron… lo que eres ahora… es algo que la mayoría de la gente no puede ni empezar a comprender.”
Su agarre en mi hombro se mantuvo firme, sin volverse incómodo, pero lo suficiente para que supiera que estaba ahí.
Spears: “Eso es lo que me preocupa. Porque cuando el mundo no entiende algo… lo teme. Y cuando teme algo… lo destruye.”
Mi respiración se contuvo por un instante.
Spears: “Pero eso no significa que debas resignarte a ser solo una víctima. Tienes algo que la mayoría no tiene: la capacidad de cambiar tu destino. No es fácil, y no será rápido, pero tienes la oportunidad de convertirte en algo más que lo que ellos intentaron hacer de ti.”
Mi mente trabajaba a toda velocidad, pero no podía saber hacia dónde iba con esto.
Spears: “Lo que pasó allá afuera, la forma en la que terminaste… fue una prueba de que te falta mucho en el camino que tienes delante. Pero también fue una muestra de que tienes el potencial para superarlo. Y si no haces algo al respecto, si no encuentras la manera de avanzar antes de que sea demasiado tarde...”
Hubo una pausa. Mi cuerpo se tensó sin querer.
Red: (Eso....)
Spears dejó salir un suspiro apenas audible antes de continuar.
Spears: “Pero no estás solo en esto, Kross. Si en verdad crees que este es el camino que debes tomar... sí crees que es así como lograrás no terminar nuevamente aquí...”
La presión en mi hombro aumentó un poco más.
Spears: “Entonces tienes mi apoyo, Kross.”
Red: (Spears...t-tío...)
El peso de esas palabras me golpeó con fuerza. No sabía si debía sentirme aliviado o aún más preocupado.
Pero antes de que pudiera procesarlo, la voz de la Tía Fang rompió el aire.
Tía Fang: “Cariño.”
No fue un llamado de atención. Fue una súplica.
Tía Fang: “¿Por qué?”
Había algo en su tono que me hizo apretar los dientes. No era solo incredulidad. Era preocupación genuina. Como si, más allá de todo lo que ya había dicho, aún no pudiera entender por qué Spears estaba tomando esta decisión.
Spears: “Fang, no es que lo esté apoyando a ciegas.”
Su voz era calmada, pero firme. No intentaba imponerse, solo explicar.
Tía Fang: “¡¿Entonces qué, John?! ¿De verdad crees que esto es lo correcto? ¿Que dejarlo meterse más en todo esto es la solución?”
Spears: “No se trata de que sea lo correcto o no. Se trata de lo que él necesita.”
Hubo una pausa, como si sus palabras necesitaran tiempo para asentarse. La Tía Fang no respondió de inmediato, pero podía sentir su mirada clavada en él, esperando una explicación que calmara sus miedos.
Spears: “Kross no es un niño pequeño, Fang. Ya no. Lo que le hicieron, lo que es ahora... no es algo que podamos ignorar. No podemos pretender que todo va a estar bien si lo mantenemos alejado de esto o si simplemente lo ignoramos.”
Tía Fang: “Pero ¿a qué costo, John? ¿A costa de su vida? ¿De su salud? Ya lo vimos antes mal, y ahora está de nuevo en esa cama, pero está peor que antes, ¿y ahora quieres que vuelva a arriesgarse cuando se recupere...?”
Su voz tembló apenas, como si las palabras le costaran más de lo que estaba dispuesta a admitir.
Spears: “No quiero que se arriesgue. Pero tampoco puedo ignorar que esto es lo que él cree que necesita hacer. Y si no lo apoyamos, si lo dejamos solo en esto, entonces ¿quién lo hará?”
La habitación se llenó de un silencio pesado, como si las palabras de Spears hubieran tocado una fibra sensible en la Tía Fang. No respondió de inmediato, pero sentí cómo su presencia cambiaba, como si estuviera luchando internamente con algo que no podía expresar.
Tía Fang: “No quiero.... no quiero perderlo, John.”
Su voz era apenas un susurro ahora, cargado de una vulnerabilidad que rara vez mostraba.
Spears: “No lo vamos a perder....”
Spears se acercó a ella, su voz suave pero firme.
Spears: “Pero tenemos que confiar en él. Si esto es lo que necesita para sentirse seguro, para protegerse a sí mismo y a los que quiere, entonces tenemos que estar ahí para él. No podemos mantenerlo en una burbuja.”
Hubo otro silencio, más largo esta vez. La Tía Fang no dijo nada, pero sentí cómo su respiración se calmaba poco a poco, como si estuviera aceptando algo que no quería admitir.
Finalmente, se acercó a mí. No podía verla, pero sentí su presencia, cálida y familiar, como siempre. Sus manos se posaron suavemente sobre mis hombros, y luego me envolvió en un abrazo firme, casi protector.
Tía Fang: “Está bien, Kross.”
Su voz era suave ahora, pero aún cargada de emoción.
Tía Fang: “Si esto es lo que necesitas hacer… entonces te apoyare. Pero prométeme una cosa.”
No dije nada, pero asentí lentamente, sintiendo cómo su abrazo se apretaba un poco más.
Tía Fang: “Prométeme que no te vas a rendir. Que vas a luchar por volver. Porque no quiero perderte.”
Sus palabras resonaron en mi cabeza, cargadas de un amor que no necesitaba ver para sentir. Y aunque no podía prometerle que todo saldría bien, supe que no podía fallarle.
Kross[R]: “Lo pro—... hare lo mejor...t-tía.”
Fue lo único que pude decir, pero era suficiente. La Tía Fang me abrazó con más fuerza, como si quisiera asegurarse de que no me iría a ninguna parte.
El abrazo duró un momento más antes de que finalmente se separara. Aún podía sentir su calidez en mis hombros, como si su preocupación siguiera aferrándose a mí incluso después de haber soltado su agarre.
Después de eso, hablamos de otras cosas. Nada demasiado serio. Spears mencionó algunos asuntos del instituto, la Tía Fang preguntó si estaba comiendo bien y no abusaba de la tarjeta del almuerzo, y por unos minutos, la conversación fluyó de manera más relajada. El ambiente en la habitación ya no se sentía tan pesado, como si, poco a poco, las emociones se hubieran asentado.
Pero entonces, la Tía Fang rompió el silencio con un tono distinto.
Tía Fang: “Kross, tengo una duda sobre algo.”
Red: (¿Hm?)
Su voz ya no cargaba la misma tensión de antes. Ahora sonaba más curiosa.
Kross[R]: "Dime, tía ¿Qué pasa?"
Hubo una breve pausa antes de que hablara de nuevo.
Tía Fang: “Es sobre tu… amiga. La que mencionaste hace un rato.”
Sentí su mirada en mí, expectante.
Tía Fang: “A la que… protegiste.”
Mi cerebro tardó un segundo en conectar las piezas.
Kross[R]: “¿Stella?”
Tía Fang: “Sí, ella.”
Pude notar un leve cambio en su tono. Como si estuviera midiendo sus palabras, con una mezcla de interés y algo más difícil de descifrar.
Tía Fang: “¿Desde cuándo la conoces?”
Red: (Oh.)
No esperaba esa pregunta.
Kross[R]: "Desde el primer día que fui al embellecimiento del campus con Spears. Nos pusimos hablar de cosas en una banca ¿Por qué?"
Sentí la mirada de la Tía Fang moverse, y aunque no podía verla, supe que se había girado hacia Spears, buscando alguna confirmación.
Spears: “Stella es una Stegosaurio que está en el club de jardinería del instituto. Ayuda con el mantener el orden en los castigos de los jardines los días sábados.”
Su tono era neutral, como si solo estuviera proporcionando un dato más.
Spears: “Es una buena estudiante, no creo recordar haber escuchado algún problema de conducta más allá de no tomar atención en algunas clases o quedarse dormida en estas. Aunque debido a eso es que en algunas clases tiene problemas.”
Kross[R]: "¡Eso mismo me dijo ella! Que tiene que mejorar en algunas materias porque a veces se le van las cosas."
Hice una breve pausa antes de agregar lo siguiente, sin pensarlo demasiado.
Kross[R]: "De hecho, me ofrecí a ayudarla con eso uno de estos días."
El ambiente se quedó en silencio por un segundo. No de una manera incómoda, pero sí como si la información necesitara asentarse.
Tía Fang: “¿Cuándo te lo dijo?”
Su pregunta me tomó por sorpresa.
Kross[R]: "Cuando estábamos comiendo juntos en el restaurante italiano que visitamos hace tiempo. El... ¿cómo era? ¿Dino Moe’s? ... ¿Sucede algo?"
El silencio volvió a instalarse, pero esta vez, sentí que la Tía Fang estaba procesando algo más.
Red: (Esto es... raro. ¿Por qué tanto interés en Stella de repente?)
Tía Fang: “Y dime, Kross… sobre el día de la salida.”
Su tono seguía siendo curioso, pero esta vez había algo más en su voz. Algo analítico, como si estuviera buscando piezas de un rompecabezas que no terminaba de armar.
Tía Fang: “Antes de… bueno, antes del incidente. ¿Qué estuvieron haciendo?”
Kross[R]: “Oh, eso.”
Era una pregunta simple, pero aun así, sentí la necesidad de ordenar mis pensamientos antes de responder. No quería dejar nada fuera, pero tampoco quería divagar.
Kross[R]: "Pues... salimos para buscar un sitio donde pudiera tocar la banda de una amiga. Nos juntamos en la casa de esa amiga antes de partir."
Me tome un momento para organizar que les diría, no valía la pena mencionar lo que paso entre Stella y la melocotón.
Kross[R]: "Recorrimos varios sitios sin encontrar nada. Al final, terminamos pasando por un parque para descansar. Luego nos separamos en grupos para buscar mejor, y yo me fui solo con Stella."
Podía sentir la atención de ambos en mí, aunque ninguno interrumpió. Era como si estuvieran esperando que continuara, que les diera más detalles.
Kross[R]: "Como ya había pasado un buen rato, la invité a almorzar al restaurante italiano. Estuvimos hablando de varias cosas... cosas simples. Me contó que le costaban algunas materias, y pues le dije que la podía ayudar, no es gran cosa. Aunque explicarle puede ser un problema... me las arreglare. "
Me reí un poco, recordando el momento.
Kross[R]: "Y luego seguimos paseando, hasta que... bueno, hasta lo de la plaza."
Dejé la frase en el aire, sin necesidad de agregar más. Ambos sabían perfectamente lo que vino después.
Tía Fang: “Ya veo.”
Su respuesta fue breve, pero el tono en su voz me dejó claro que estaba comprendiendo algo. Algo que yo no podía ver.
Red: (¿Por qué me suena a que está sacando alguna conclusión rara con esto? Aunque... ¿Sera este el momento...? Sacaron el tema sobre Stella así que porque no...)
Estas preguntas que llevaban días, semanas, rondando en mi cabeza sin respuestas claras. Necesito una respuesta.
Red: (Dios... esto será incomodo.)
Kross[R]: “Hablando de eso…”
Mi propia voz sonó algo tensa, lo que hizo que ambos volvieran su atención a mí de inmediato. Era como si hubieran sentido el cambio en mi tono, como si supieran que lo que venía a continuación no sería algo trivial.
Kross[R]: "¿Puedo... preguntarles algo? ¡Algo que no entiendo! Es algo que... me come la cabeza hace bastante tiempo..."
Tía Fang: “Por supuesto. Siempre puedes preguntarnos lo que sea.”
Spears: “Pregunta lo que quieras.”
Tragué saliva. ¡Mierda! Sabía que podía preguntar cualquier cosa, pero el problema no era si podía... sino cómo iba a hacerlo. ¡Cómo diablos iba a poner en palabras algo que ni siquiera yo entendía del todo!
Red: (... Okokok.... empecemos simple.)
Kross[R]: "Tiene que ver con... con... Stella."
El silencio fue inmediato.
Pude sentir cómo los dos se acomodaban apenas, como si hubieran anticipado algo al escuchar su nombre. Pero no dijeron nada. Me estaban dando espacio para continuar, para que yo mismo encontrara las palabras.
Kross[R]: "No sé cómo decirlo, pero... hay cosas que no cuadran. Cosas que me hacen sentir... raro."
Red: (Oh, genial. Eso sonó terrible.... Puta mier—.)
Kross[R]: "¡No, no de esa manera! O sea... s-sí pero... lo que trato de decir es que, desde que ella supo mi historia y decidió apoyarme igualmente... algo cambió."
Tía Fang y Spears no dijeron nada, lo que me hizo seguir adelante. Era como si estuvieran esperando que yo mismo llegara a la conclusión, que yo mismo conectara los puntos.
Kross[R]: "Y desde entonces... han pasado cosas que... que no entiendo del todo."
Me pasé la mano por la nuca, sintiendo el calor subir a mi cara. ¡Mierda, esto era más incómodo de lo que pensé!
Kross[R]: "A veces me pongo... me pongo nervioso solo de estar cerca de ella. O mi cara se calienta con ciertas cosas que hace y no sé... ¡no sé por qué! ¡Solo ocurren!"
Red: (Como esa vez... cuando me agarró la mano con su cola sin decir nada... o cuando me abrazó tan fuerte que sentía su corazón latiendo contra mi pecho. Joder, fue... fue algo... carajo.)
Kross[R]: "Y lo raro es que... ¡no soy solo yo! He notado que ella también reacciona de maneras raras cuando estamos juntos. No estoy tan ciego como ahora como para no notarlo... ¿Okey?"
Las veces en que Stella había evitado mi mirada repentinamente, cuando su voz temblaba levemente al hablar conmigo, o cuando sus mejillas se tornaban rojizas sin razón aparente... Todo eso era demasiado frecuente como para ser coincidencia.
Kross[R]: "Ella también se sonroja... o a veces se pone nerviosa. Y cuando eso pasa, siento que está evitando algo. Pero... pero no sé qué."
Sentí un ligero cambio en el aire, pero lo ignoré y seguí. No podía detenerme ahora.
Kross[R]: "Me gusta pasar tiempo con ella. Y el contacto físico con ella tampoco me molesta."
Mi mano se apretó contra la sábana sin darme cuenta. ¡Maldita sea! Mi cuerpo estaba reaccionando antes que mi mente.
Kross[R]: "Nos hemos tomado de la mano, nos hemos abrazado... a veces usa su cola para tomar mi muñeca o pantorrilla, y también nos ac— ¡¡Cof, Cof!!... perdón... me...solo...este...... lo siento.”
Red: (Oh, joder. ¡NO! Maldigo mi puta lengua... esto es más difícil de lo que pensé sin Blue... sí se me fuera a salir eso... Jesús Raptor... si esto es incómodo, no me puedo imaginar tratar de explicar lo que sentí... cuando... d-dormimos... jun...tos........ eran tan sua— ¡PUTA MADRE! ¡AHORA NO!)
Kross[R]: "Eh... olvídenlo... solo olvídenlo. ¡No importa! Lo que intento decir es que... todas esas interacciones con ella han sido... ¿cálidas?"
Las palabras salieron sin pensarlo mucho. Pero era la mejor forma en la que podía describirlo. Era como si Stella tuviera una forma de hacerme sentir algo que no podía nombrar, algo que no había sentido antes.
Kross[R]: “Y al parecer, mucha gente nota algo que yo no... ¡demasiada gente! ¿Saben?”
Hice una breve pausa, sintiendo que mi garganta se secaba. Era como si estuviera admitiendo algo que no quería admitir, algo que ni siquiera estaba seguro de entender.
Kross[R]: “Incluso el dueño del restaurante italiano me dio un consejo. Algo sobre no sé qué... de mostrar apoyo mutuo... sobre estar ahí cuando realmente importe. Pero no sé por qué me dijo eso... algo de... cómo era... ah..., el se..geto... di..ll'more. O algo así”
Tan pronto como terminé de hablar, el silencio se instaló en la habitación.
Red: (...)
La falta de respuesta me hizo dudar por un instante.
Red: (…¿Esto fue una buena idea?... ¿Y si la cague? ¿Y si me dicen algo sobre Stella?........ ¡DIGAN ALGO CARAJO!)
Pero entonces, las reacciones llegaron.
Por un lado, Spears soltó un suspiro. No de molestia, ni de cansancio real. Sino el tipo de suspiro de alguien que ha visto esta misma situación demasiadas veces antes. Como si supiera exactamente de qué estaba hablando, incluso antes de que yo terminara de explicarlo.
Por el otro, la Tía Fang...
Tía Fang: “Awww...”
No pude verla, pero sentí la emoción en su voz con tanta claridad que casi la pude imaginar. Era como si estuviera conteniendo una sonrisa, como si supiera algo que yo no.
Red: (…No sé por qué, pero algo me dice que acabo de meterme en algo más grande....)
Tía Fang: “Entonces…”
Su voz tenía un matiz travieso, casi juguetón, como si hubiera encontrado algo demasiado adorable como para ignorarlo.
Tía Fang: “Te pones nervioso con ella sin razón.”
Podía sentir su mirada fija en mí.
Tía Fang: “Se te calienta la cara con ciertas cosas que hace.”
Red: (¡No lo digas en voz alta!)
Tía Fang: “No te molesta el contacto físico.”
Red: (Por...f-favor...)
Tía Fang: “Y describes todo con la palabra ‘cálido’.”
No dijo nada más por unos segundos, pero el silencio hablaba por sí solo.
Tía Fang: “Oh, Kross…”
Red: (…No me gusta para NADA hacia dónde va esto.)
Antes de que pudiera decir algo, Spears decidió intervenir.
Spears: “Fang, querida.”
Su tono era neutral, pero lo suficientemente firme como para que ella entendiera el mensaje.
Spears: “Déjalo respirar.”
No hubo respuesta inmediata, pero sentí el ligero cambio en la postura de la Tía Fang antes de que soltara un pequeño suspiro.
Tía Fang: “Perdón, perdón. Me dejé llevar.”
Kross[R]: “N-no es necesario que se disculpe tía...”
Mi propia voz sonaba algo nerviosa, pero era lo único que podía decir en ese momento.
Kross[R]: “Pero… quiero saber qué me pasa.”
Eso pareció captar la atención de ambos.
Kross[R]: “No es que me moleste este sentimiento ni nada por el estilo... pero no me gusta no entenderlo... quiero saberlo...”
Un silencio breve. Spears fue el primero en responder.
Spears: “Es una buena forma de verlo.”
Su tono no tenía prisa. Era pausado, como si estuviera acomodando las palabras en su cabeza antes de soltarlas.
Spears: “Y también es normal.”
Hizo una pequeña pausa antes de continuar.
Spears: “He visto esto muchas veces antes durante mi carrera como director, más de las que puedo contar y de las que me gustaría.”
Había algo en su voz. No era fastidio ni molestia. Era la voz de alguien que ha tenido esta misma conversación demasiadas veces antes.
Spears: “Las relaciones entre las personas son complicadas, Kross. No siempre es fácil ponerle un nombre a lo que sentimos por alguien, sobre todo cuando no nos damos cuenta de que algo ha cambiado.”
Se tomó su tiempo con cada palabra, asegurándose de que lo entendiera.
Spears: “Dices que disfrutas su compañía, que te sientes cómodo con ella, que los momentos a su lado son cálidos… Eso no es algo que pase con cualquiera.”
Me quedé en silencio, escuchando.
Spears: “A veces, sin darnos cuenta, terminamos viendo a una persona de manera diferente. Un día te das cuenta de que su risa te alegra más de lo normal, o que su voz es algo que siempre quieres escuchar. Que el simple hecho de estar con ella hace que todo se sienta un poco más fácil.”
Su tono era el mismo de siempre: tranquilo, paciente, como si estuviera guiándome a través de algo que él ya entendía de sobra. Pero... cada ejemplo que daba... era lo que sentía al estar con Stella...
Spears: “Lo que describes... no es algo raro. Pero tampoco es algo que se pueda explicar solo con palabras. Es algo que sientes.”
Sentí una presión leve en mi pecho.
Red: (…Esto es mucho... para mí... eso lo puede procesar Blue... no yo.)
Antes de que pudiera responder, Tía Fang habló de nuevo.
Tía Fang: “En resumen…”
Su tono aún tenía un matiz divertido, pero ahora con un ligero cansancio, como si ya no tuviera paciencia para la explicación pausada de Spears.
Tía Fang: “Te gusta Stella.”
Red: (... ¡¿A qué se refiere con 'me gusta'?! No, no, no... eso no tiene sentido.)
Fruncí levemente el ceño, sintiendo cómo algo en mi pecho se apretaba.
Kross[R]: "¡Claro que me gusta! ¡Me agrada bastante!"
Hubo un breve silencio.
Kross[R]: "Es importante para mí. Ya lo dije. ¡Es una muy buena amiga! Punto."
Tía Fang soltó una pequeña risa, pero no era burlona.
Tía Fang: "No, no, Kross. No me refiero a ese 'me gusta'."
Sentí que se inclinaba apenas hacia mí, como si estuviera asegurándose de que la escuchara con claridad.
Tía Fang: “Me refiero a otro tipo de ‘me gusta’. Uno muy diferente.”
Red: (...¡No entiendo! ¿Por qué le dan tantas vueltas a esto?)
Kross[R]: "¡No comprendo a dónde quiere llegar!"
Ella suspiró, como si estuviera lidiando con la criatura más densa del planeta.
Tía Fang: "Está bien, lo pondré de una forma que puedas entender."
Su tono se volvió más claro, más seguro.
Tía Fang: "Cuando hablas de Stella, tu tono cambia. Te pones más serio, pero al mismo tiempo... más suave con ella. Cuando mencionaste que la protegiste, tu voz se volvió más firme, como si fuera lo más importante que has hecho."
Mis labios se apretaron.
Kross[R]: "¡Claro que es importante! ¡Ella es mi amiga! La protegería igual que protegería a cualquiera que me importe si está en peligro."
Tía Fang: “¿A cualquiera? ¿De verdad?”
Su mirada se clavó en mí, como si estuviera desafiándome a negarlo.
Kross[R]: "¡Sí! ¡Cualquiera!"
Tía Fang: "¿Y cuántas veces te has tomado de la mano con tus otros amigos? ¿Cuántas veces te has abrazado con ellos? ¿Cuántas veces has sentido que el tiempo se detiene cuando están juntos?"
Kross[R]: "¡E-eso es... eso es dif...diferente!"
Tía Fang: "¿Diferente? ¿Por qué?"
Kross[R]: "Porque... porque con Stella es... porque ella... solo es porque siempre está ahí. ¡¿Vale?! Y cuando está cerca, todo parece más... fácil..."
Red: (Oh... espera... espera......)
Tía Fang: “Más fácil, ¿eh? ¿Y por qué crees que es más fácil?”
Kross[R]: "¡¿No lo sé?! ¡Solo lo es!"
Tía Fang: "Porque te gusta, Kross. Porque te hace sentir algo que no sientes con nadie más. Porque cuando estás con ella, todo parece encajar. Eso... hijo mío... es amor."
Red: (¿Hij—? Espera un PUTO momento... ¡¿Cómo que amor?! Oh....nononono....)
Kross[R]: "¡Eso no significa que sea...! ¡¿Amor?!"
Tía Fang: “¿Y qué es el amor para ti?”
Kross[R]: "¡Como quieres que lo sepa, tía! ¡Nunca lo he pensado! ¡Si siquiera se bien lo que es...!"
Tía Fang: “Entonces déjame decírtelo. El amor es cuando alguien te hace sentir que el mundo tiene sentido. Cuando su sonrisa es lo único que necesitas para sentirte bien. Cuando su seguridad es más importante que la tuya. Cuando estás dispuesto a hacer cualquier cosa por protegerla, no porque sea tu deber, sino porque no puedes imaginar un mundo donde ella no esté. Que sea ella la razón del porque buscas ser la mejor versión de ti mismo.”
Mi garganta se secó.
Red: (No, no puede ser eso... no puede... ¿verdad? ...Tal vez...)
Kross[R]: “Eso es… eso es lo que siento por Stella... justo...eso....”
Tía Fang: “Exacto. Y eso, querido, es amor.”
El aire en la habitación pareció espesarse. Mis pensamientos chocaban entre sí, tratando de encontrar una explicación, una razón que no fuera esa. Pero cada palabra de la Tía Fang resonaba en mi cabeza como un eco que no podía ignorar. ¿Era posible? ¿Podía ser que todo lo que sentía por Stella fuera algo más que amistad?
Tía Fang: “Cuando la describes, usas palabras como ‘cálido’ o ‘cercano’... Y cuando estás con ella, te sientes diferente, ¿verdad? No te molesta el contacto físico, buscas estar cerca y te sientes en paz cuando está a tu lado.”
Red: (... Eso es verdad... pero... ¿entonces...?)
Tía Fang: “Y no solo eso… Cuando alguien menciona a Stella de cierta manera, te pones alerta. Como si sintieras la necesidad de asegurarte de que nadie diga nada fuera de lugar.”
Mi mano se apretó contra mi pierna derecha.
Tía Fang: “Y dime, Kross… cuando ella sonríe, cuando ella te toca, cuando estás con ella… ¿no sientes que nada más importa?”
Mi cara ardía.
Red: (... Eso no... eso no puede ser... pero... pero... ¡mierda!)
Tía Fang: “Ah, ahí está.”
Había diversión en su voz. Lo notó.
Tía Fang: “Te estás sonrojando, ¿verdad?”
Kross: “Nononono... b-basta…”
Pero no se detuvo.
Tía Fang: “Oh, no, querido. Aún no.”
Su tono era casi travieso, como si estuviera disfrutando ver cómo me retorcía con sus palabras.
Tía Fang: “Kross, cariño. Te enamoraste de esa Stegosaurio. Amas con todo tu corazón a esa chica... y si aún lo dudas te lo repetiré la cantidad de veces que sea necesario. Te gusta Stella ¿o me equivoco?”
Mi mente se negó a aceptarlo. ¿Amor? ¿Eso era lo que sentía? No podía ser. Ella era mi amiga, alguien en quien confiaba. Pero entonces, ¿por qué cada palabra de la Tía Fang resonaba tan fuerte dentro de mí?
¿Por qué cada vez que pensaba en Stella, mi pecho se apretaba y mi cara ardía? No podía evitarlo. Estaba atrapado en un torbellino de emociones que no entendía.
Tía Fang: “Y no solo eso. Voy a decirte algo más, así que escúchame bien, Kross.”
Se inclinó ligeramente, asegurándose de que sintiera que estaba al frente mío.
Tía Fang: “Ese paseo que tuvieron, la caminata, la conversación, la comida en ese restaurante italiano... eso no fue solo una salida entre amigos.”
Kross: “¿Eh? ... ¡¿Cómo qué no?!”
Tía Fang: “Fue. Una. Salida. Romántica. Una salida de parejas. Y Stella también lo piense probablemente. ¿O acaso no notaste cómo se comportaba? Apuesto a que lo viste en su rostro, en su forma de actuar contigo. ¿Crees que era normal lo nerviosa que pudo hacer esto a ratos? ¿O que se sonrojara contigo? ¿Tal vez incluso se arreglará más de lo usual? ¡Vamos, Kross, piensa!”
Sentí un golpe en el pecho, una presión que no entendía. Como si de pronto el significado de todo hubiera cambiado.
Tía Fang: “Si Stella reaccionaba igual que tú, si también se ponía nerviosa, si también se sonrojaba cuando estaba a tu lado… ¿qué crees que significa?”
Red: (......)
El silencio dentro de mi cabeza fue absoluto.
El mundo pareció detenerse.
Red: (...¿Qué...?)
El calor en mi cara se extendió hasta la punta de mis orejas. Sentí un escalofrío recorrerme la espalda, un nudo en el estómago, como si algo demasiado grande estuviera golpeando contra la puerta de mi mente, exigiendo entrar.
Red: (Espera... espera... ¡No, no, no, no, NO! Esto no puede... no puede ser...)
Mi mente entró en cortocircuito. Algo dentro de mí se resistía con todas sus fuerzas a procesar lo que acababa de escuchar. Como si mi cerebro simplemente rechazara la idea de forma automática, como si fuera un error, algo imposible.
Red: (¡No, no, no, no, no! Eso... eso no tiene sentido. No puede ser. Nunca... nunca la vi así. Nunca pensé en Stella de esa manera. Ella es mi amiga. Es alguien preciada para mí, pero... pero...)
Mi respiración se entrecortó. Mi pecho se sentía extraño, pesado, como si estuviera a punto de explotar.
Red: (Cada vez que está cerca... cada vez que me mira con esa sonrisa... cada vez que su voz dice mi nombre... cada vez que su cola se enreda en mi muñeca, o en mi pierna, o en cualquier parte de mí sin dudarlo... cada vez que su mano busca la mía... cada vez que me toca... cada vez que me abraza sin aviso, como si fuera lo más natural del mundo... cada vez que—)
Cada gesto.
Cada palabra.
Cada instante en el que su mirada se posaba en mí con esa calidez tan única.
Cada vez que me tocaba.
Cada vez que sonreía.
Cada vez que su cuerpo se acercaba al mío sin dudarlo ni un segundo.
Red: (No... no, no, no, no... esto... esto no puede ser... ¡No debe ser verdad!)
Pero... también está esa vez en la plaza. Cuando nos quedamos en silencio, cuando todo estaba tranquilo y yo... yo me sentía bien solo por estar ahí con ella. Sin hacer nada. Solo estando juntos. O cuando dormimos juntos y mi corazón casi se salió del pecho. O cuando me abrazó después de enterarse de todo... y yo no quería soltarla.
Red: (Y luego... está la situación de la plaza. Cuando la defendí de esos imbéciles... de esos cinco malnacidos que nos atacaron. No lo pensé, simplemente me moví... Porque la idea de que le hicieran daño a cualquier preciosa escama de Stella, no podía dejar que toquen su hermoso... ¿Que—)
Red: (........¿HUH?....Espera... un momentito... ¡¿Qué MIERDA pensé?!.)
Red: (....¡¿¡Porque pensé eso de Stella!?! ....oh no...)
Mi mente se apagó.
Red: (No, no, no, no, no. Eso no... eso no son palabras normales. Eso no es algo que se dice de una amiga. Eso... e-eso significa...)
Mis pensamientos chocaban unos con otros, mi cabeza iba a explotar. ¡Todo encajaba! ¡Cada maldito momento! ¡Cada mirada! ¡Cada roce!
Red: (¡NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO, NO!)
Kross[R]: "¡AAAAAAAAAAAAAAH!"
El grito salió de mi garganta antes de que pudiera contenerlo. Me tapé la cara con mi único brazo, tratando de ahogar el caos que se había desatado en mi interior, pero era imposible. ¡Mi pecho ardía! ¡Mi cara ardía! ¡MI MALDITA ALMA ARDÍA!
Red: (¡¿QUÉ MIERDA ESTÁ PASANDO!? ¡NO PUEDE SER! ¡NO PUEDE SER! ¡NO PUEDE SER!)
Tía Fang rió suavemente, claramente satisfecha con mi reacción.
Tía Fang: "Ay, Kross... eres adorable."
Red: (No. NO. ¡NO SOY ADORABLE! ¡ESTO NO ES ADORABLE! ¡ESTO ES UNA MALDITA CRISIS!)
Tía Fang no se detuvo ahí. Aunque ya había logrado derribar todas mis defensas, continuó hablándome con ese tono cálido, dándome uno que otro consejo entre risas suaves.
Tía Fang: “Ya que al fin te diste cuenta, solo te diré algo, Kross. No te compliques demasiado. Solo sé honesto contigo mismo y con ella. No hay una guía exacta para esto.”
Red: (.....Estoy enamorado de Stella.)
Su tono era tranquilo, pero no dejaba espacio para discusión.
Tía Fang: “Pero lo más importante es que siempre la hagas sentir segura. Que sepa que puede contar contigo. Eso es lo que realmente importa.”
Apenas asentí con la cabeza, todavía sin atreverme a quitarme el brazo del rostro. Sentía que mi cara seguía en llamas. La verdad cayó sobre mí como una avalancha.
Red: (Estoy completamente enamorado de Stella... y acabo de darme cuenta de la peor manera posible.)
Tía Fang: “Y no temas, Kross. Con todo lo que me has contado, con todo lo que sientes por ella, no hay razón para dudar. Stella te aprecia, te valora. No tengas miedo de confesarle lo que sientes. Ella merece saberlo, y tú mereces ser feliz.”
Red: (¿Feliz...?)
Tía Fang: “Ah, y una cosa más…”
Escuché cómo se acomodaba en su asiento, como si estuviera preparándose para soltar otra bomba.
Tía Fang: “Dentro de unos meses será temporada de celo, así que—”
Red: (¡¿Qué cosa de que...?!)
Kross[R]: “¿Temporada de qué?”
Mi voz salió antes de que pudiera pensar. No tenía idea de a qué se refería, pero el simple término no me daba buena espina.
Antes de que la Tía Fang pudiera responder, Spears soltó un suspiro cansado.
Spears: “Se lo diremos cuando llegue el momento.”
Su tono era el de alguien que ya estaba harto de ese tema y prefería posponerlo lo más posible.
Red: (…No sé si quiero llegar a saberlo.)
La Tía Fang río, pero no insistió más. Aun así, no se quedó tranquila y siguió molestándome con comentarios sobre Stella mientras Spears hacía lo mismo, aunque con un tono más relajado. No sabía cuál de los dos era peor.
Tía Fang: “Ah, pero es lindo ver lo perdido que estás con esto.”
Spears: “Lo preocupante es que sea ahora cuando lo notas.”
Red: (¿Por qué tienen que seguir con esto…?)
Con el paso del tiempo, el cansancio comenzó a ganarme. Mi cuerpo seguía agotado, mi respiración se volvía más pausada y mis párpados cada vez más pesados. Spears y la Tía Fang lo notaron enseguida.
Tía Fang: “Deberíamos dejar que descanse.”
Spears: “Sí, le avisare a la detective lo que paso con tu decisión.”
Se levantaron de sus asientos. Tía Fang se acercó primero, inclinándose un poco hacia mí y envolviéndome en un abrazo suave.
Tía Fang: “Descansa bien, Kross.”
No tenía fuerzas para responder, pero asentí levemente.
Spears fue el siguiente. En lugar de un abrazo, simplemente llevó una mano a mi cabeza y me despeinó con un movimiento ligero.
Spears: “Nos vemos mañana. Y piensa bien en lo que hablamos.”
Apenas se separaron de mí, la Tía Fang no desaprovechó la oportunidad.
Tía Fang: “Seguro que sueñas con Stella.”
Kross[R]: “¡Por favor, váyanse ya!”
Ambos rieron antes de finalmente salir de la habitación. El silencio de la habitación me envolvió por completo. Ahora que estaba solo, mis pensamientos se arremolinaban en mi cabeza, volviéndose cada vez más pesados.
Red: (¿Cómo se supone que actúe ahora...?)
No quería cagarla con Stella. No quería arruinar lo que teníamos. Pero... ¿cómo podía seguir actuando normal ahora que sabía esto? ¿Cómo podía fingir que todo estaba bien cuando mi mente no dejaba de dar vueltas alrededor de lo que Spears y la Tía Fang me dijeron?
Stella iba a visitarme. Lo sabía. Iba a estar cerca, como siempre lo hacía. ¿Podría mirarla a la cara sin que mi mente divagara en todo lo que ahora sabía? ¿Podría hablarle sin que mi voz temblara o sin sentir que mi pecho se apretaba?
Red: (¿Si esto es cierto… entonces… realmente lo merezco?)
Después de todo lo que me pasó.
Después de todo lo que vio de mí.
Después de todo lo que hice.
En la plaza, Stella presenció lo peor de mí. Vio lo que hice, lo que fui capaz de hacer. Aún podía sentir la sangre en mis manos, el peso de cada golpe, el sonido de huesos rompiéndose, los músculos desgarrándose por mis garras... Pero sabía que fue necesario.
Lo hice por ella.
Por mantenerla a salvo.
Red: (No me arrepiento de haberla protegido, esos bastardos se atrevieron a meterla en eso.... No me arrepiento de haber hecho lo que tenía que hacer... pero...)
Y sin embargo... incluso después de todo eso, Stella seguía ahí.
Seguía conmigo.
No se había alejado, no me había dado la espalda. Seguía siendo la misma Stella de siempre, con su voz suave y esa calidez que parecía envolverme cada vez que estaba cerca.
Red: (¡¿Por qué?! ¡¿Por qué sigue aquí?! ¿Por qué no me mira con miedo? ¿Por qué... por qué sonríe cuando me ve?)
No podía ignorar cómo también se sonrojaba a veces, cómo su voz se volvía más suave cuando hablaba conmigo, cómo su presencia siempre irradiaba esa tranquilidad que me hacía sentir que, tal vez, todo iba a estar bien.
Kross: (Si existiera la posibilidad de que lo que dijo la tía Fang... si ella siente lo mismo... si de verdad esto es... recíproco...)
¿Cómo se lo diría?
¿Debería siquiera hacerlo?
¿Y si no es así? ¿Y si me equivoco? ¿Y si... la pierd—?
Red: (No... todo... menos eso.)
¿O era mejor dejarlo así, ocultarlo, guardarlo en algún rincón de mi mente donde no pudiera lastimarnos a ninguno de los dos?
No lo sabía. No tenía respuestas. Solo preguntas que resonaban en mi cabeza como un eco interminable.
Mi cuerpo se hundió un poco más en la cama, como si el peso de mis pensamientos fuera demasiado para soportarlo. El cansancio me arrastraba lentamente, llevándome al borde del sueño. Pero esta vez, la oscuridad no se sintió tan densa. No hubo pesadillas. No hubo sangre. No hubo terror.
Solo ella.
Stella.
Pude verla en mi mente, mirándome con esos ojos celestes, tan claros como el cielo en un día despejado, como si pudieran ver a través de mí, como si supieran todo lo que yo intentaba ocultar.
No dijo nada. No tenía que hacerlo. Y gracias a eso... descansé de verdad en ese momento...
...
...
...
Perspectiva de Cass.
Abe: “Okay, pero en serio… ¿por qué carajos aceptamos esto?”
Su voz cortó el silencio dentro del auto, arrastrando las palabras con su tono usual, pero esta vez, con un matiz de genuina curiosidad. No era raro que Abe preguntara cosas sin filtro, pero esta vez, su tono tenía algo más. Algo que me hizo arquear una ceja mientras giraba el volante.
Apoyé el codo en la ventanilla, sintiendo el aire fresco golpear mi rostro mientras observaba la carretera con una expresión indiferente. La oficina no estaba lejos, pero el viaje se sentía más largo con la tensión flotando en el aire. No era solo Abe. Todos en el auto lo sentían, incluso si no lo decían.
Neo estaba en el asiento trasero, en completo silencio, con la vista fija en la ventana. Su cola se movió apenas, un reflejo involuntario que delataba que estaba atenta. Surge iba a su lado, reclinado en el asiento, mirando por la ventana sin demasiado interés, pero lo conocía lo suficiente como para saber que estaba atento. Y Abe, bueno… él era Abe. Nunca podía quedarse callado por mucho tiempo.
Cass: “Porque nuestro muñeco de pruebas se queja mucho y se tarda en arreglarse.”
Abe parpadeó, como si no esperara esa respuesta. Sus cejas se arquearon, y por un momento, pareció que iba a reírse, pero luego se inclinó hacia adelante, apoyándose en el respaldo de mi asiento.
Abe: “¿Muñeco de pruebas?”
Cass: “Sí, tú. El que siempre se rompe cuando entrenamos y luego anda lloriqueando porque tiene algunos huesos rotos.”
Abe: “Oh, por favor. Eso solo pasó cinco veces este mes.”
Cass: “Fueron ocho.”
Abe: “¿Cómo mierda te acuerdas?”
Cass: “Porque las primeras cinco me reí. Las otras tres me aburrieron.”
Abe soltó un bufido, pero no discutió más. Neo exhaló apenas un suspiro, su cola agitándose una fracción de segundo antes de volver a quedarse quieta. Surge dejó escapar una risa baja, casi imperceptible. Era típico de él reírse de las peleas entre Abe y yo, aunque nunca lo admitiría.
Abe: “Entonces, ¿qué? ¿Solo aceptaste porque supiste que ese chico se puede curar prácticamente de todo?”
Cass: “Obvio.”
Abe: “Cass.”
Rodé los ojos, sintiendo cómo la tensión en el auto aumentaba ligeramente. No era que no quisiera responder, pero a veces, Abe tenía la habilidad de sacarme de quicio con sus preguntas. Aun así, sabía que no iba a dejar el tema hasta que le diera una respuesta decente.
Cass: “Okay, okay. Lo cierto es que el chico tiene algo de razón con lo que pidió.”
La atmósfera en el auto cambió ligeramente. Sentí cómo Neo y Surge se enderezaban en sus asientos, como si mis palabras hubieran captado su atención de una manera que no esperaban.
Cass: “Necesita controlarse o saber usar las cosas que le hicieron esos bastardos. La situación que sucedió ese día no fue buena. De hecho, fue una puta pesadilla. De tan solo pensar que mato a una tipa y desmembró a otros... siendo que apenas llega a la adultez”
Abe soltó un gruñido en señal de acuerdo. No era raro que compartiéramos esa opinión. Lo que había pasado en la plaza no era algo que se pudiera ignorar, y aunque Kross había hecho lo que tenía que hacer, las consecuencias habían sido… complicadas.
Cass: “Y aunque me duela admitirlo…”
Surge: “¿Mmm?”
Cass: “Ripley tiene razón.”
Eso captó su atención. Sentí cómo Surge se inclinaba hacia adelante, y hasta Neo, que rara vez mostraba interés en las conversaciones, alzó ligeramente una ceja.
Surge: “¿En qué sentido?”
Chasqueé la lengua. No era fácil admitirlo, pero Ripley, con toda su arrogancia y su actitud de ‘yo siempre tengo la razón’, había acertado en algo. Y joder, cómo me fastidiaba eso.
Cass: “En que Kross es un peligro. Sus capacidades están al nivel de un AC entre nivel medio y alto, sin mencionar que pudo solo contra un grupo de 5 híbridos, que puedo suponer que eran mínimo AL o AC de nivel bajo.”
El auto se quedó en silencio por un momento. No era un silencio incómodo, pero sí cargado. Todos sabían lo que había pasado según los informes y los testimonios. Y aunque no lo decían, sabían que era algo que no podíamos ignorar.
Cass: “No me malinterpreten. No creo que sea una amenaza por elección propia, pero si pierde el control... no quiero ver qué pasa si en vez de oficiales, es alguien que en verdad le importa el que se cruza en su camino.”
Nadie respondió de inmediato. Ni siquiera Abe, que siempre tenía algo que decir. El peso de mis palabras flotó en el aire por un momento, hasta que finalmente, continué.
Cass: “Además…”
Mis dedos tamborilearon el volante, sintiendo cómo la tensión en mis hombros se aliviaba un poco al soltar lo que llevaba pensando desde que Kross me lo pidió.
Cass: “Lo están cazando. Y no quiero llegar a imaginar que sucedería si cae en las manos de esos bastardos.”
Abe dejó escapar un suspiro pesado, y Neo apartó la vista de la ventana, su cola enroscándose sutilmente, el tema con esos bastardos también la incluye. Era un tema delicado, y todos lo sabían. Kross no era solo un chico con habilidades extrañas. Era un objetivo. Y si no aprendía a controlar lo que podía hacer, no iba a durar mucho.
Cass: “Y si quiere controlar mejor lo que puede hacer para poder enfrentar lo que venga y lo mas importante, reducirnos el trabajo y la molestia de combatir a esas cosas ¿quién soy yo para decirle que no?”
El silencio que siguió fue más cómodo esta vez. No necesitaba decir más. Todos en el auto entendían lo que estaba en juego. Y aunque no lo dijeran en voz alta, sabían que esta era la decisión correcta.
...
El edificio de la agencia de detectives no era gran cosa. De hecho, desde afuera, parecía más un viejo almacén que un lugar donde se resolvían crímenes. Pero era nuestro espacio fuera de CHNO, y con eso bastaba.
Aparqué en el lugar de siempre, apagando el motor con un giro de muñeca.
Surge fue el primero en romper el silencio.
Surge: “Vale… aceptamos ayudarlo, pero dime algo.”
Cass: “Hmm.”
Surge: “¿Quién se va a encargar de supervisarlo cuando se recupere?”
Cass: “Nosotros dos.”
Surge soltó un leve resoplido.
Surge: “Sabes, no me espere que fuéramos directamente nosotros, me esperaba que simplemente lo dejaras con alguien de CHNO, la señorita Pyrrha es una de las más suaves y pacientes instructores que tenemos.”
Cass: “Ah, sí, claro, porque la mejor solución es tratarlo como si fuera de cristal. Gran idea, Surge. Tal vez deberíamos envolverlo en mantas y darle una tacita de té mientras tanto.”
Surge rodó los ojos.
Surge: “No me estoy quejando... Solo que me sorprende que seas tú quien le haga el favor.”
Cass: “¡Ja! Favor, dice.”
Solté una risa seca.
Cass: “Esto es tan por él como por nosotros. El mocoso tiene potencial, pero si no lo controla, va a ser más un dolor de cabeza que otra cosa.”
Surge se quedó en silencio unos segundos antes de asentir.
Surge: “En eso tienes razón en eso.”
Con eso dicho, bajamos del auto y nos dirigimos hacia la entrada del edificio. Apenas pusimos un pie dentro, ya tenía otro asunto que atender.
Cass: “Abe.”
Abe: “¿Qué mierda me vas a encargar ahora? ¡Si te llamaron diciéndote que les debo algo es mentira!”
No respondí de inmediato. En su lugar, fui a sentarme en mi asiento y lo miré con una sonrisa casual.
Cass: “Relájate...dios. Hace unos días te pedí que buscaras algo. ¿Qué tal te fue?”
Abe alzó una ceja, desconfiado.
Abe: “¿Te refieres a lo de rastrear a esos bastardos?”
Cass: “Exacto. ¿Encontraste algo?”
Abe se encogió de hombros, con una expresión que mezclaba frustración y resignación.
Abe: “Encontré lo mismo que me regalaron los reyes magos... ¡Montones de nada! O casi nada en este caso.... No hay muchos rastros de sangre, ni señales claras de por dónde se movieron. Es como si se hubieran esfumado.”
Cass: “¿Nada en absoluto?”
Abe: “Bueno, no del todo. Puedo confirmar que no salieron de la ciudad. Están en Volcadera, eso es seguro. Pero más allá de eso... no tengo ni idea de dónde podrían estar escondidos.”
Cass: “Vale.... ¡Hey!...”
Me giré hacia Neo, que hasta ahora había permanecido en silencio, observando todo con la misma mirada neutral de siempre.
Cass: “Neo, ¿tuviste que intervenir para detenerlo en algún momento?”
Neo negó con la cabeza, su cola moviéndose ligeramente en señal de confirmación.
Abe: “¡Hey! no necesité que me detuvieran. Seguí tus órdenes al pie de la letra. Busqué, no encontré, y no me metí en problemas. ¿Feliz?”
Cass: “Más o menos.”
Crucé los brazos y lo miré fijamente.
Cass: “El hecho de que TU no hayas encontrado nada es preocupante. Si esos malnacidos están todavía en la ciudad y no hemos podido localizarlos, significa que están mejor organizados de lo que pensábamos.”
Abe: “O que simplemente son buenos escondiéndose.”
Cass: “Eso no los hace menos peligrosos.”
Me apoyé en el respaldo de mi asiento, sintiendo el peso de la situación. Cinco días habían pasado desde el ataque en la plaza, y todavía no teníamos una pista clara de dónde estaban esos híbridos. Eso no era normal.
Cass: “Neo, sigue ayudando a Abe en esto. Si en algún momento decide hacer algo estúpido...”
Hice una pausa, dejando que el suspenso flotara un segundo.
Cass: “Tienes mi permiso para golpearlo con todo lo que tienes. Si se resiste, usa tu veneno, y que sea potente, Abe aguanta esas cosas.”
Neo inclinó la cabeza ligeramente, su cola moviéndose con un ritmo sutil antes de asentir con un gesto firme.
Abe la miró con el ceño fruncido.
Abe: “Tsk. Genial.”
Cass: “Exacto.”
Después de eso, pasamos un rato revisando un par de cosas, pero no podía evitar pensar en todo esto. La manera en la que Kross habló, la forma en la que lo dijo… él no quería aprender a pelear. No estaba buscando ser más fuerte. Buscaba control. Manejo. Volver a tener solo una conciencia.
Y no podía culparlo.
Los dos incidentes que dejaron en claro que, cuando lo empujan al límite, es un peligro tanto para sus enemigos como para él mismo. Blue siendo el más lógico, Red se deja llevar… y cuando cualquiera es llevado sobre lo que puede hacer, el resultado en ambos casos es escalofriante.
Cass: (No será fácil.)
Esto no era como entrenar a un novato en combate. No era cuestión de técnica, de reflejos, de estrategia. Se trataba de reprogramar algo mucho más arraigado.
Cass: (Primero, lo primero. Hay que ver cómo funciona su límite antes de trabajar en eso.)
Pero no era el único problema. Todo el maldito asunto con ese sitio.
Cass: (El lugar de donde salió Kross... y Neo.)
Era una mierda. Un completo desastre. Y cada nuevo dato solo lo hacía peor.
Los análisis de la dino que Kross mató revelaron más de lo que esperaba. No era solo una mezcla genética. Era una abominación de toxicidad.
Cass: (Varias especies venenosas. No una ni dos... varias. Algunas eran especies en peligro...)
Lo peor es que no era un caso aislado. Los análisis de los restos de extremidades del grupo parecían estar diseñados con un propósito específico. Cada uno con habilidades y características que los hacían peligrosos en su propio campo. Como si hubieran sido elegidos y modificados para cumplir roles definidos.
Cass: (Grupos específicos para distintas funciones. Como si fueran armas.)
Y si eso era lo que estaban dispuestos a soltar en la ciudad...
Cass: (Mierda. ¿Cuántos más habrán creado?)
Solté un suspiro.
Cass: (Espero que esto se resuelva pronto.)
Pero en el fondo, sabía que eso era solo un deseo vacío. Porque esta ciudad tenía la jodida costumbre de atraer problemas.
…
…
…
En algún sitio del puerto de Volcadera.
El puerto de Volcadera Bluffs bullía de actividad como cualquier otro día. Pescadores descargaban sus capturas del día, trabajadores transportaban cajas de mariscos a los mercados locales, clientes regateaban precios con distribuidores, y el constante ir y venir de embarcaciones mantenía el aire impregnado con el aroma salado del mar y la humedad propia del ambiente. Todo parecía rutinario, común, una escena más de la vida costera de la ciudad.
Pero entre toda esa normalidad, entre los almacenes y edificios industriales que bordeaban la costa, había un lugar que no seguía el mismo ritmo.
Dentro de una de las estructuras más apartadas, donde el sonido del océano quedaba amortiguado por gruesas paredes de hormigón, los pasos de un hombre resonaban con un ritmo calculado. Un sonido acompasado, firme, acompañado por el golpeteo de algo más. Un bastón.
Samuel Richter avanzaba por los pasillos del complejo con su expresión de siempre: fría, severa, como si el mundo entero estuviera por debajo de su estándar. Su andar era pausado pero seguro, como el de alguien que aún conservaba el control a pesar de las circunstancias. Pero cada paso, cada ligero ajuste de su postura, delataba la realidad.
Ya no era el mismo de antes.
La pérdida de su brazo y el estado actual de su cuerpo eran un recordatorio constante de su fracaso. De que, por primera vez en su carrera, algo se le había escapado de las manos.
Pero no importaba.
Su mirada se endureció mientras se acercaba a su destino.
Una gran sala de iluminación tenue lo recibió al cruzar las puertas automáticas. El espacio era amplio, vacío a excepción de una sola cosa en el centro.
Un enorme contenedor cilíndrico de vidrio se alzaba como una cápsula suspendida, lleno de un líquido espeso y de un tono verdoso, burbujeando lentamente bajo el resplandor de las luces superiores. Pero lo más inquietante no era la sustancia, sino lo que flotaba dentro.
O mejor dicho… lo que apenas se podía llamar una forma.
No había una figura definida, ni extremidades claras, ni rasgos reconocibles. Solo algo pequeño, deforme, en constante movimiento, como si aún no hubiera decidido qué debía ser.
El Dr. Richter observaba el contenedor en silencio mientras apoyaba el peso de su cuerpo en el bastón mientras observaba en silencio, su mirada fija en la masa suspendida en el líquido burbujeante. Su rostro se mantenía impasible, pero su mente no descansaba.
El ataque en la plaza había sido un fracaso.
No lograron traer de vuelta a Código Acus. Perdieron a uno de los híbridos del grupo Y. Y, lo peor de todo, el enfrentamiento atrajo más atención de la que deseaban. No podíamos movernos a menos de que estemos seguros de no ser descubiertos.
Sin embargo, no todo estaba perdido.
Gracias a los daños infligidos a Código Acus, lograron recuperar algo valioso. Un mínimo de su sangre. Fragmentos de tejido extraídos de su brazo amputado. Según el híbrido que lideró la misión, él mismo lo cortó.
Dr. Richter: (Eso solo lo debilitará temporalmente…)
No había dudas de que Acus se recuperaría. Su resistencia estaba fuera de los estándares normales. Lo había visto antes. Pero ahora con la información genética obtenida, un nuevo proyecto podía dar inicio.
Sería un proceso lento, de algunos meses, pero con la combinación de los datos antiguos de Acus, los datos más recientes y los métodos de control del Dr. Everett…
Esto podría superar cualquier expectativa.
El sonido de una vibración interrumpió sus pensamientos. Sacó la tableta de su bata y vio el nombre en la pantalla. Era el Dr. Lee.
El Dr. Richter deslizó el dedo por la pantalla de la tableta y aceptó la videollamada. La imagen del Dr. Lee apareció al instante, con su expresión fría e impasible como siempre.
Dr. Richter: “Habla.”
Dr. Lee: “El informe del grupo Y está listo.”
El Dr. Richter no respondió de inmediato. Simplemente ajustó su agarre en el bastón y enderezó la postura, observando con dureza la pantalla.
Dr. Richter: “Dame el resumen.”
El Dr. Lee apenas parpadeó antes de continuar, su voz monótona pero precisa, como si estuviera leyendo un informe prescrito.
Dr. Lee: “Se ha restaurado parcialmente la operatividad de los sujetos Y1, Y3 y Y4. Las pérdidas fueron significativas, pero el Dr. Harlow supervisó la integración de prótesis biomecánicas en los sujetos mutilados. Brazos, piernas y cola, según correspondiera.”
Dr. Richter: “¿Compatibilidad?”
Dr. Lee: “Las interfaces neuronales se integraron sin problemas. La respuesta motora es funcional, aunque sigue en fase de adaptación. Harlow ajustó la biomecánica para compensar la falta de tejido orgánico, pero—”
Dr. Richter: “Resultados. Ahora.”
Su voz fue seca, cortante, como un cuchillo que cortaba cualquier intento de divagar. No le interesaban los tecnicismos, solo los hechos concretos. Solo lo que importaba.
Dr. Lee: “No se comparan a sus extremidades originales. Pero con las mejoras aplicadas, su rendimiento sigue siendo superior.”
El Dr. Richter presionó la pantalla con un dedo, ampliando los datos que el Dr. Lee había enviado. Sus ojos, rápidos y analíticos, recorrieron cada detalle del informe en cuestión de segundos. Cada número, cada gráfico, cada palabra fue absorbida y procesada con una eficiencia casi mecánica.
Dr. Richter: “¿Tiempo estimado para la total recuperación de sus capacidades?”
Dr. Lee: “Con entrenamiento adecuado, menos de un mes.”
El Dr. Richter dejó escapar un leve sonido, apenas perceptible, antes de deslizar la mirada de la pantalla al contenedor frente a él.
Dr. Richter: “¿Qué mejoras implementaron?”
El Dr. Lee no tardó en responder, su voz tan clara y directa como siempre.
Dr. Lee: “Y4 recibió prótesis de alto rendimiento en las extremidades inferiores. Su diseño permite potenciar la velocidad del usuario, pero el uso prolongado sin regulación puede provocar sobrecarga y deterioro estructural.”
El Dr. Richter asintió ligeramente, como si ya hubiera anticipado esa información.
Dr. Lee: “En cuanto a Y3, se implementó un sistema de combate alternativo debido a la pérdida de ambos brazos y la cola. Las prótesis replican parcialmente la función original, pero ahora cuentan con cuchillas integradas en los antebrazos y en la nueva cola. Pueden ser proyectiles retráctiles con un mecanismo de recuperación automática.”
Dr. Richter: “¿Eficiencia?”
Dr. Lee: “Aún en fase de prueba, pero los datos preliminares indican una mejora en combate a media y corta distancia.”
Dr. Richter analizó la información en la pantalla. Ajustes aceptables.
Dr. Richter: “¿Y1?”
Dr. Lee: “Solo recibió una prótesis estándar para el brazo faltante.”
Hubo un breve silencio, un momento de tensión casi imperceptible, antes de que el Dr. Lee agregara:
Dr. Lee: “Pero hay algo más.”
El Dr. Richter entrecerró los ojos, una señal casi imperceptible de que su interés había sido captado.
Dr. Richter: “Habla.”
Dr. Lee: “Y1 y Y2 han solicitado continuar con mejoras genéticas. Creen que deben optimizar su rendimiento para la próxima confrontación con Acus.”
El Dr. Richter no respondió de inmediato. Su agarre en el bastón se mantuvo firme mientras procesaba la información.
Dr. Richter: “¿Solicitaron?”
El Dr. Lee dudó apenas un instante, un ligero titubeo que no pasó desapercibido para el Dr. Richter.
Dr. Lee: “Sí… lo hicieron directamente.”
El silencio que siguió fue aún más pesado, como si las palabras del Dr. Lee hubieran añadido peso a la atmósfera ya cargada. El Dr. Richter entrecerró los ojos, una expresión que combinaba curiosidad y desconfianza.
Dr. Richter: “Interesante.”
El Dr. Lee ajustó sus lentes de nuevo, esta vez con más fuerza, como si el gesto pudiera aliviar la tensión que sentía. Su voz, aunque calmada, tenía un matiz de preocupación.
Dr. Lee: “Doctor, ¿realmente vamos a considerar esto?”
Dr. Richter apoyó más peso en su bastón, desviando la mirada hacia la pantalla de la tableta, donde se mostraban los datos de los sujetos en cuestión.
Dr. Richter: “No son más que herramientas. Creaciones diseñadas para cumplir su propósito y ser descartadas cuando dejen de ser útiles. No tienen derecho a exigir nada.”
Dr. Lee asintió lentamente, esperando que esa fuera la conclusión final. Pero entonces, el Dr. Richter volvió a hablar.
Dr. Richter: “Y sin embargo… es un pensamiento lógico.”
El Dr. Lee parpadeó, claramente sorprendido por la dirección que estaba tomando la conversación.
Dr. Lee: “¿Lógico?”
Dr. Richter: “Quieren ser más fuertes. Quieren asegurarse de que la próxima vez sean ellos quienes traigan resultados de verdad y no otro... objeto.”
Giró ligeramente la cabeza hacia la pantalla, analizando los informes más recientes.
Dr. Richter: “Eso significa que han desarrollado un sentido de automejora. Una mentalidad que los impulsa a buscar más poder sin que nosotros tengamos que forzarlo. Eso, Dr. Lee, puede ser valioso.”
El Dr. Lee se mantuvo en silencio, procesando las palabras del Dr. Richter. No estaba seguro de cómo tomar esa declaración. Era raro que el Dr. Richter viera algo positivo en la iniciativa de los sujetos, especialmente cuando esa iniciativa podía interpretarse como un desafío a su autoridad.
Dr. Richter: “Procedan con las mejoras.”
El Dr. Lee frunció ligeramente el ceño, una expresión de preocupación que no pudo ocultar por completo.
Dr. Lee: “¿Está seguro? Esto nunca ha sido parte del protocolo. Si les damos demasiado margen…”
El Dr. Richter lo interrumpió con un tono firme, cortante como una hoja de afeitar.
Dr. Richter: “No confunda esto con indulgencia. Son piezas funcionales, nada más. Su lealtad se basa en utilidad y dirección. No les estamos concediendo un favor, los estamos optimizando.”
Desvió la mirada hacia el contenedor una vez más, sus ojos fijos en el contenido que solo él podía ver con claridad.
Dr. Richter: “Pero manténgalos bajo vigilancia. Si muestran el más mínimo indicio de insubordinación…”
El peso de su mirada se fijó en el Dr. Lee, una mirada que transmitía una advertencia clara e inquebrantable.
Dr. Richter: “Los descartaremos.”
El Dr. Lee asintió, comprendiendo que la conversación había terminado. No había espacio para más preguntas, ni para dudas. Las órdenes eran claras, y él sabía que no había margen para el error.
Dr. Lee: “Me encargaré de todo.”
Sin más que decir, la llamada terminó. La pantalla de la tableta se apagó, dejando al Dr. Richter en silencio una vez más. Sus ojos permanecieron fijos en el contenedor, como si estuviera evaluando no solo a los sujetos, sino también las implicaciones de lo que acababa de decidir.
El Dr. Richter permaneció en silencio, su mirada fija en el contenedor frente a él. El líquido dentro burbujeaba de manera casi imperceptible, y la masa informe en su interior continuaba su proceso, todavía sin forma definida, como si estuviera en un estado de transición entre lo que era y lo que llegaría a ser.
Los híbridos del grupo Y querían mejoras. No le sorprendía del todo. La voluntad de superación era una característica natural en cualquier organismo diseñado para el combate. Lo inesperado era la manera en que lo habían solicitado. Como si tuvieran derecho a exigir algo.
Dr. Richter: (Tsk. Ilusos.)
No eran seres vivos con deseos o aspiraciones. No eran más que herramientas, armas moldeadas para cumplir un propósito. Y cuando ese propósito llegara a su fin, cuando su utilidad se agotará… serían desechados. Eso era lo que eran. Nada más.
Aun así… su petición podría traer mejores resultados. Desde su creación, nunca se habían mostrado reacios a la optimización, pero esta vez, el deseo de ser más fuertes no venía de órdenes directas. Venía de ellos mismos. Tal vez un pequeño incentivo adicional aceleraría el proceso. Algo que reforzara su instinto de competencia, que los mantuviera enfocados en su objetivo.
Dr. Richter: (Mientras rindan, no importa qué crean que son.)
Se enderezó ligeramente, sintiendo el peso de la decisión aún fresca en su mente. No era una cuestión de indulgencia, sino de eficiencia. Si los híbridos creían que tenían control sobre su destino, que podían mejorar por su propia voluntad, eso solo los haría más inútiles. Al menos, por ahora los dejaremos.
Y luego estaba él.
Código Acus.
El evento en la plaza había sido mejor que el intento anterior, aunque seguía sin ser satisfactorio. Cinco híbridos enviados y, aun así, fracasaron en traerlo de vuelta. Pero esta vez no fue una pérdida completa. No del todo.
Las pequeñas cosas que pudieron rescatar, esa pequeña muestra de sangre y tejidos, era más de lo que habían tenido en todo este tiempo. Y aunque Acus había logrado superar esta situación nuevamente, lo que obtuvieron de él les permitiría avanzar en algo aún más grande. Algo que superaría todas las expectativas.
Dr. Richter: (Este proyecto… será diferente.)
Desvió la mirada hacia la masa en el contenedor. No había una figura aún. No había identidad. Solo un inicio, un comienzo crudo y sin forma.
El principio de algo superior. El potencial de algo que no solo cumpliría con su propósito, sino que lo superaría con creces a su antecesor.
Dr. Richter: (Es solo cuestión de tiempo.)
Tomó aire lentamente, su expresión volviéndose aún más fría, más calculadora. No había lugar para la duda, ni para la compasión. Solo había un objetivo, y todo lo demás era secundario. Luego, sin decir nada más, se giró y comenzó a caminar de vuelta por el pasillo, el sonido de su bastón resonando en la estancia vacía, un eco que parecía marcar el ritmo de sus pensamientos.
Y con eso, la espera comenzó.
Fin del capítulo.
Notes:
Bueno, bueno, bueno. Por fin el pendejo se dio cuenta, no hubo suplex por el estado de Kross, próximamente se lo va a pedir para sacarse lo imbécil. En cuanto también, espero que les haya gustado la narración/pensamientos/diálogos de Kross-Red. No tengo excusa y me dieron un palazo de realidad unos compas, no se porque hice a Red tan neutro siendo que al principio lo coloque mas expresivo y en los próximos capítulos serán mas de Red que de Blue para hacer una "Compensación". En cuanto a los científicos, quedaran de lado de momento, vamos a tener un momento de calma. Y trabajar en otras cosas.
No tengo curiosidades, así que como siempre, mis recomendaciones de otros creadores:
Dardragun707, con "Un vaquero en Volcano High".
SrSenior, con "That is my Parasaur!".
A patata_Yazob, con "Una luz de esperansa en una depresión psicótica".
Xomy90 con "Un felino en Volcano High".
Chicken_Brain con "Birds of a feather".
Y si no la han visto, mi otra historia "Racing Hearts at Volcano High" con un protagonista femenino.Nada mas que decir, gracias por llegar hasta acá, a los que comentan y si quieren decir cualquier cosa, adelante. Nos vemos en el próximo. Bye :]
Chapter 23: Corazón emplumado
Notes:
Se hicieron unos cambios en el capitulo 21, El abrazo y el momento cuando Stella calma a Kross despues de la pesadilla, tienen mas detalles, sin más que añadir. Disfruten
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Kross. Red
Miércoles.
Han pasado varios días desde aquella conversación con Spears y la tía Fang, pero mi cabeza sigue hecha un desastre. No porque me arrepienta de lo que dije o porque crea que tomé la decisión equivocada. No, eso lo tengo claro. Lo que me está matando es otra cosa.
Stella no ha faltado ni un solo día para visitarme. Y eso debería ser algo bueno, ¿cierto? Su presencia siempre ha sido reconfortante, algo que logra mantenerme en calma incluso en los peores momentos. Pero ahora… ahora es un caos. Porque cada vez que entra por esa puerta, cada vez que se sienta a mi lado y me habla con esa voz suave y tranquila, cada vez que toma mi mano sin pensarlo… recuerdo lo que la tía Fang me dijo. Recuerdo lo que significa lo que siento por ella.
Y lo peor es que cada vez estoy más seguro de que ella siente lo mismo.
Red: (¡Pero eso solo lo empeora!)
Porque ahora tengo que decirle algo. No puedo seguir como si nada, como si no me hubiera dado cuenta. Pero, ¿cómo se supone que lo haga? ¡No tengo ni idea de cómo empezar! No tengo experiencia en esto, no sé qué se dice en estas situaciones, ni siquiera sé si hay una forma correcta de hacerlo. Y mientras más lo pienso, más idiota me siento.
Respiro hondo y dejo caer la cabeza contra la almohada. Al menos hay cosas en las que he mejorado en estos días. Mi regeneración ha mejorado, por ende... ya puedo caminar... más o menos. Necesito apoyarme en algo para no terminar en el suelo, pero al menos ya no tengo que arrastrarme como si me hubieran atropellado. Es un progreso.
Mi brazo sigue faltando, pero eso es temporal. Podría empezar a regenerarlo ahora si quisiera, pero no vale la pena hasta que mis piernas estén completamente bien. De lo contrario, me pasaría más de una hora inútil en la cama esperando a que termine el proceso.
Y en cuanto a mi visión... técnicamente puedo ver. Pero es un desastre. Todo está borroso si no está lo suficientemente cerca. No es lo ideal, pero al menos ya no necesito concentrarme tanto para distinguir presencias.
Blue está un poco más activo ahora. No lo suficiente como para tomar el control, pero su presencia es más clara.
Blue: (Todavía no sabemos cómo decirle las cosas.)
Red: (¡No jodas, lo sé!)
Blue: (Y cada día que pasa sin decirle nada, solo hace que sea más difícil.)
Red: (¡También lo sé! ¿Puedes decir cosas que no sean obvias?)
Blue: (Entonces, ¿por qué no piensas en algo útil en lugar de solo estresarte?)
Red: (¿No que el cerebrito eres tú? ¡No sé cómo se supone que funcione esto! ...no sé qué se dice, ¡no sé nada! ¡NADA!)
Blue: (Exactamente, no sabemos nada ni yo. Por eso tenemos que pensar en una forma de hablarlo. No podemos simplemente quedarnos en silencio para siempre.)
Red: (¡Oh, no, claro, vamos a esperar a que de repente se me salga, como si fuera algo fácil! ¡PUES NO LO ES! ¡No tengo ni puta idea de cómo se le dice esto a alguien sin sonar como un maldito imbécil! Sin mencionar que en estas cosas ¡YO SOY EL QUE LAS MANEJA!)
Blue: (... no te alteres.... Entonces solo dilo. No hay una forma perfecta, Red. Solo tenemos que encontrar el momento adecuado y soltarlo.)
Red: (No... espera, espera, espera. No puedes soltar eso, así como si nada. Antes que nada... ¡Dime que al menos entiendes lo que está pasando!)
Blue: (Obviamente lo entiendo.)
Red: (Bien.)
Blue: (...Solo que no creo que sea lo que estás pensando.)
Red: (¡¿QUÉ?!)
Blue: (Es decir, sí, Stella es importante, nos preocupamos por ella, queremos que esté bien, nos sentimos cómodos con ella. Pero eso no significa necesariamente que...)
Red: (¡Oh, por el amor de todo lo que es sagrado, no puedo creerlo! ¡Eres tú la causa de que dudemos, se nota que no estas tan presente, carajo! ¡El puto lógico que analiza todo y no puede reconocer lo obvio! ¡Nosotros! ¡Estamos! ¡ENAMORADOS!)
Blue: (...No creo que sea tan simple.)
Red: (¡Es ASÍ de simple! ....Dios... ¿Te das cuenta de todo lo que hemos pensado, sentido, hecho por ella? ¡¿Lo que pasamos por su culpa?!)
Blue: (¿Por su culpa?)
Red: (¡Si!... ¡NO!, espera... ¡Bueno... por ella! No por su culpa, por ella. ¡Es diferente!)
Blue: (Solo digo que podría ser simplemente una conexión profunda.)
Red: (¿Conexión profunda? ¡Por favor, escúchate! Hablas como un maldito manual de autoayuda. Esto es amor, tío. A-M-O-R. Como lo explico la tía Fang....cierto, no estabas. En cualquier caso... el hecho de que yo lo acepte y tú no lo entiendas, me hace dudar de toda nuestra existencia. O si en verdad somos dos caras de una moneda...)
Blue: (...Aun así, sigue estando el problema principal. No sabemos cómo decirlo.)
Red: (...Necesitamos... tiempo.)
Blue: (No hay mucho tiempo que perder.)
Red: (Al menos hoy tenemos un respiro.)
Blue: (¿Un respiro?)
Red: (Stella dijo que hoy no vendría.)
Eso era cierto. Me lo mencionó ayer antes de irse, como si sintiera la necesidad de avisarme. No tenía que hacerlo. No era como si estuviera obligado a verla todos los días, pero... de alguna forma, su ausencia se sentiría rara.
Blue: (Eso no significa que estaremos solos.)
Red: (… ¿A qué te refieres?)
Blue: (Piensa un poco. Desde el lunes nos dijeron que ya podemos recibir visitas y ella estaba presente.... ¿Realmente crees que Stella no les avisó a las demás?)
Red: (Mierda...)
Si Stella lo mencionó, eso solo significaba una cosa.
Blue: (Nos espera un día interesante.)
Y así fue.
La mañana pasó sin mucho que destacar. El doctor Bartholomew pasó a revisarnos como todos los días, verificando nuestro progreso con su calma habitual. Nos hizo algunas preguntas, comprobó la movilidad de nuestras piernas y se aseguró de que no hubiera problemas con la regeneración. Según él, íbamos mejor de lo esperado.
Nada nuevo.
La tarde fue más de lo mismo. Tranquila, aburrida... demasiado.
Red: (Esto es desesperanteeeee........¡ME ABURRO!)
Blue: (Después de todo lo que ha pasado, un poco de calma no debería molestarnos.)
Red: (No me molesta, ¡Me aburro!)
No había mucho que hacer aparte de pensar demasiado en cosas que no queríamos pensar. Pero como si el universo escuchara nuestra queja, justo en ese momento, alguien tocó la puerta.
¿?: “Oye, idiota. ¿Puedo pasar?”
Reconocimos la voz de inmediato.
Kross[R]: “Sí, pasa nomás.”
Escuché el sonido de la puerta abrirse. El ruido fue leve, pero suficiente para que supiera que Fang ya estaba dentro. No necesitaba verla para notar que algo en ella había cambiado. Podía sentirlo. Su presencia se sentía diferente, no de la forma imponente de siempre, sino más… contenida. Como si estuviera midiendo cada uno de sus movimientos.
Fang: “Así que es verdad lo que me dijo Stella.”
No había burla en su voz, ni tampoco enojo. Solo una afirmación que cargaba más peso del que parecía.
Kross[R]: “No es nada, solo—”
Me detuve antes de terminar la frase. No iba a convencerla con eso.
Kross[R]: “No es tan... malo como lo pinta Stella. Estoy mejor que la vez del estacionamiento...”
Mis ojos la siguieron en cuanto la vi moverse. Borroso, pero reconocible. Se acercó sin apuro, con la misma energía firme de siempre, hasta que se sentó a mi lado. En el proceso, dejó algo a un costado, aunque no podía distinguir qué era.
El silencio se instaló entre nosotros. No incómodo, pero sí denso. No sabía qué decirle, y aparentemente, ella tampoco tenía claro cómo empezar.
Hasta que lo hizo.
Fang: “Kross.”
Su voz sonaba diferente.
Fang: “¿Qué mierda pasó?”
No era una pregunta agresiva, pero tenía ese tono… extraño. Casi como si ella misma no quisiera hacerla.
Fang: “Digo... Stella no entró en detalles cuando nos dijo a mí y a Rosa que estabas mal. Y apenas al inicio de semana solo soltó algo de que ‘Ya podemos visitarte’. Pero... joder, Kross, no me imaginé que fuera... esto.”
No respondí de inmediato. Sabía que quería respuestas, pero no estaba en posición de darle todas.
Kross[R]: “Después de encontrar el sitio, paseamos un rato y… tuvimos mucha mala suerte. Pero en serio estaré bien, puedo asegurarte eso. No es nada grave....”
Red: (.....Ah.... ¿La cague, verdad?)
Fue todo lo que dije. Todo lo que pensaba decir. Pero parece que eso desencadeno algo.
Fang: “¿¡Qué mierda estás diciendo!?”
Blue: (La cagaste.)
Red: (¡Puta madre!)
El aire en la habitación se sintió distinto de inmediato. Fang se puso de pie con brusquedad, y aunque mi visión seguía borrosa, pude distinguir el movimiento de sus alas extendiéndose por completo. También se cayó lo que sea que trajo, pero por su sonido, parece ser una guitarra
Fang: “¡Te falta un puto brazo, Kross! ¡¿Cómo carajos puedes decir que ‘estarás bien’ como si fuera nada?!”
Su voz tenía esa mezcla de enojo y frustración que la hacía más pesada, más difícil de ignorar.
Fang: “¡Joder! ¿Sabes lo que fue para nosotras ver a Stella ese día? ¡Solo con su cara nos dimos cuenta de que algo estaba muy mal! Y cuando nos dijo que estabas en el hospital, que unos cinco tipos los atacaron, que terminaste hecho mierda...”
Hizo una pausa, pero no porque estuviera dudando, sino porque su respiración se estaba volviendo más pesada.
Fang: “Y para colmo, la única que podía verte era ella. ¡Nosotras no podíamos hacer nada! ¡Solo quedarnos de brazos cruzados y esperar como unas malditas espectadoras mientras tú estabas aquí, así!”
Pude notar cómo sus alas bajaban lentamente, perdiendo la tensión que tenían al inicio. Sus palabras seguían saliendo con fuerza, pero cada vez menos firmes.
Fang: “¡Nos imaginamos de todo, Kross! Y nada bueno... Porque con lo poco que Stella nos dijo, con la pinta que tenía cuando nos lo contó... ¡¿qué se supone que debíamos pensar?!”
Para cuando terminó de hablar, ya no estaba de pie. Se había dejado caer nuevamente en la silla, pero esta vez con los brazos cruzados sobre su cuerpo, sujetándose a sí misma.
Como si, de alguna forma, intentara mantenerse en una sola pieza.
Las palabras de Fang resonaron en mi mente como un eco persistente, golpeándome con la fuerza de un recuerdo que preferiría olvidar. Era imposible no pensar en la última vez que había estado en este mismo hospital.
Aquel incidente ya había preocupado a todos por mis decisiones, y ahora, otra vez, las estaba arrastrando a esto. La sensación de culpa se apoderó de mí, pero antes de que pudiera sumergirme en ese pensamiento, sentí algo que no me gusto absolutamente nada.
Un olor metálico, penetrante, invadió mis sentidos. Sangre. No necesitaba ver para saber de dónde venía. Era Fang. El olor era inconfundible, y aunque mi visión estaba borrosa, no hacía falta ver para darme cuenta de lo que estaba pasando. ¡Joder, sus garras se estaban hundiendo en su propia piel!
Kross[R]: "¡Fang!"
No hubo respuesta. Solo un silencio tenso que parecía llenar la habitación. ¡Mierda! Sin perder más tiempo, llevé mi única mano hacia ella y la sujeté del brazo con firmeza, apartando su mano de inmediato. ¡Se estaba haciendo mierda sola! Sentí la tensión en cada uno de sus músculos, la forma en que su cuerpo estaba al borde de romperse por completo.
Kross[R]: "¡Baja un cambio, maldita sea!"
Fang: "¡Suéltame!"
Su voz sonaba desesperada, rota. Intenté mantener la calma, pero Fang no parecía escuchar. Sus movimientos se volvieron bruscos, erráticos, su respiración era un desastre. Se levantó de golpe, intentando alejarse.
Kross[R]: "¡Fang, escúchame! ¡Tienes que calmarte, carajo! Hablamos si quieres, pero no así."
Fang: "¡No quiero... hablar! ¡Déjame... en paz!"
Red: (¡Mierda, esto no va bien! ¡Nada bien!)
Fang seguía forcejeando, como si alejarse de mí fuera la solución. Su voz se volvió un torbellino de insultos y reproches. ¡Joder, así no iba a llegar a ningún lado!
Fang: "¡No necesito que me agarres como si fuera una loca! ¡Suéltame, Kross!"
Kross[R]: "¡Porque te estás comportando como una! ¡Mira lo que te estás haciendo, maldita sea!"
Fang: "¡No me digas qué hacer! ¡Tú no entiendes nada!"
Antes de que pudiera reaccionar, algo cortó el aire con fuerza. Un zarpazo directo a la cara. El ardor fue inmediato. Sentí la calidez de la sangre deslizándose por mi mejilla. No fue suficiente para tirarme hacia atrás, pero no dejó de joder.
Red: (¡Mierda! ¡Eso picó!)
Pero a pesar de eso, no la solté. Ni un carajo.
Fang tampoco se movió.
Pero lo sentí. A través de mi brazo... su temblor.
Fang: "Mierda... no..."
Su voz ya no tenía ese filo de rabia. Se había quebrado. Algo dentro de ella se había jodido por completo.
Fang: "Siempre lo arruino... siempre... siempre es mi culpa..."
Kross[R]: "Fang, escúchame."
Fang: "No... no debería haber... lo siento... lo siento tanto..."
Intentó alejarse otra vez, pero ya no había furia en sus movimientos. Apenas si ponía resistencia, como si quisiera quedarse, pero al mismo tiempo desaparecer.
Kross[R]: "Fang, respira. ¡Por lo que más quieras, respira!"
Fang: "No puedo... no puedo quedarme... siempre lo arruino todo..."
Kross[R]: "¡Fang!"
Mi voz resonó en la habitación, lo suficientemente fuerte como para sacarla de ese torbellino en el que estaba metida.
Kross[R]: "Oye..."
Fang: "No merezco... no merezco que me..."
Kross[R]: "¡EMPLUMADA, RELÁJATE! ¡JODER!"
Finalmente, se detuvo. Su cuerpo se aflojó, dejándose caer de nuevo en la silla. Aflojé el agarre en su brazo y tomé su mano en su lugar, sintiendo cómo la apretaba con fuerza, como si temiera que, si la soltaba, todo se desmoronaría.
Kross[R]: "Necesitamos hablar de esto, pero primero, sígueme la corriente y siéntate bien."
Fang no dijo nada, pero lo hizo. Su mano seguía aferrada a la mía como si fuera lo único estable en ese maldito caos.
El silencio que siguió fue denso, pero al menos ya no estaba temblando. Respiré hondo, tratando de calmarme también. Esto no se había acabado, pero al menos había bajado la intensidad.
Kross[R]: "Dime, ¿tienes algún pañuelo o ves algo parecido en la habitación?"
Fang no respondió enseguida, y aunque mi visión seguía siendo una mierda, podía imaginar su expresión. Seguramente tratando de ordenar su cabeza.
Kross[R]: "No tengo ganas de ensuciar más las sábanas. Por favor."
Eso pareció hacerla reaccionar un poco. La escuché moverse, buscar algo en la habitación.
Fang: "Hay... hay unos en la mesa."
Kross[R]: "Pásamelos..."
Hice una breve pausa antes de continuar, asegurándome de que entendiera lo que iba a decir.
Kross[R]: "...Voy a soltarte, pero si intentas salir corriendo, te juro que me levanto y te persigo, y ninguno quiere verme intentar caminar en este estado."
Por unos segundos, no hubo respuesta. Finalmente, creo que Fang asintió en silencio. La solté y la escuché moverse por la habitación. Su respiración todavía sonaba inestable, pero al menos no se sentía como si estuviera al borde del colapso.
El sonido de algo siendo arrastrado sobre la mesa confirmó que había encontrado lo que buscaba. En cuestión de segundos, volvió a mi lado, dejando los pañuelos a mi alcance antes de sentarse nuevamente.
Tomé un par de pañuelos y, con mi único brazo, los pasé sobre la herida en mi rostro. La sensación del papel absorbiendo la sangre era molesta, pero al menos la regeneración ya estaba activa. No a su nivel normal, pero suficiente como para cerrar el corte en unos quince minutos.
Red: (¡Joder, vaya mierda! Esto se fue al carajo rápido...)
Blue: (No podemos ignorarlo. Esa reacción no fue para nada normal.)
Red: (Lo sé, lo sé... pero tampoco podemos solo soltarle todo de golpe, carajo.)
Blue: (Mira... siempre ha servido que tú hables con ella, y creo que esta ocasión será igual... solo... sé más delicado.)
Red: (¡Ja! ¡Claro! Porque soy la persona más delicada del mundo, ¿verdad?)
Blue: (Red...)
Red: (¡Ya, ya! Trataré de hablar con ella... sobre esto. Lo que sea que esté pasando.)
Blue: (También, no es la primera vez que notamos algo raro. Y ahora, después de esto, ya no podemos hacer como si no existiera. Como esa vez en el castigo o cuando tomamos del termo de Reed.)
Red: (Sí... mierda... y está relacionado con nosotros y Fang. Algo no cuadra... y me está jodiendo.)
No había más que decir entre nosotros. La decisión estaba tomada. Durante todo este tiempo, Fang no dijo ni una palabra. Su silencio no era común, no en ella, y la forma en la que su presencia se sentía ahora era... jodidamente extraña.
Solté un suspiro antes de romper esa quietud.
Kross[R]: "Fang..."
Joder, hasta su nombre se sintió pesado en mi boca. Apenas la llamé, y ya estaba tensa como una cuerda a punto de romperse.
Kross[R]: "Mira... no soy bueno en esto, no tengo ni puta idea de cómo manejarlo, pero... tenemos que hablar."
Nada. Silencio. Pero no me insulto, y eso ya era algo.
Kross[R]: "Sé que te preocupas por mí, lo sé perfectamente. Como Stella, como Rosa.... Pero, joder, Fang, lo que pasó hace un momento fue demasiado. No fue normal."
Un nudo se me atascó en la garganta. Sentía que estaba pisando terreno minado y que cualquier palabra mal puesta iba a hacer explotar todo. Pero ya estaba aquí, así que... que se joda, tenía que seguir.
Kross[R]: "Y no es solo esto. Desde antes... he notado algo. No sé qué mierda es exactamente, pero sé que te tiene jodida, te tiene atrapada en algo que no me estás diciendo."
Sus alas se movieron apenas. Un gesto mínimo, pero lo capté.
Kross[R]: "¿Qué te pasa, Fang?"
Mierda. Su postura cambió en el acto. Sabía que había dado justo en el maldito blanco, porque su cuerpo entero lo gritaba.
Kross[R]: "Tú no eres así. Esta no es la Fang que conozco. La Fang que enfrenta todo con la cabeza en alto, la que no se guarda ni una maldita palabra, la que tiene ese orgullo de acero y una mirada que desafía a quien sea."
Apreté los dientes. Me estaba frustrando, no porque ella no hablara, sino porque me jodía verla así y no saber qué carajos hacer. Sin pensarlo mucho, tomé su mano y la sujeté con firmeza.
Kross[R]: "Soy tu maldito amigo, Fang. Si te pasa algo, si estás lidiando con algo que no puedes sola... ¡Dímelo, joder!"
Por un momento, pensé que seguiría en silencio, que no respondería. Pero entonces, una risa vacía salió de su boca. Me erizó la piel. No tenía ni un puto rastro de alegría.
Fang: "Parece que eres el único que le importa lo que hago."
El cambio en su tono fue inmediato. Y algo en mí se revolvió.
Blue: (Hora de callarse, ¿oíste?)
Red: (...Vale..., sí. Al igual que con Stella... mejor que deje todo antes de decir algo de lo que me arrepienta.)
Fang: “Da igual cuánto me esfuerce, cuánto intente... es como si nadie viera nada positivo en mí.”
Noté cómo su cuerpo se tensaba. Su voz, aunque aún controlada, empezaba a endurecerse, como si le costara sacarlo.
Fang: “Ni siquiera con mi banda. Jamás hemos recibido ni un solo halago, ni siquiera algo tan mínimo como un ‘buen trabajo’ de alguien más.”
Red: (Mierda…)
Fang: “Literalmente he tocado música desde que tengo memoria, pero parece que nadie lo ve. Lo único que tengo es una reputación de mierda, como si ser una paria fuera lo único para lo que sirvo.”
El enojo en su voz creció hasta que, sin previo aviso, explotó.
Fang: “¡¿Cuánto más tengo que esforzarme para que me reconozcan?! ¡Ni siquiera mis propios padres me apoyan! ¡Me ven como una causa perdida, como algo que no merece su atención!”
Blue: (Si alguna vez tenemos la oportunidad, vamos a romperle la cara a Ripley.)
Red: (No hace falta que lo digas, ya es un hecho.)
Fang soltó una risa amarga antes de continuar, pero esta vez su voz cambió. No era su tono normal. Estaba imitando algo.
Fang: “‘Oh, Fang, es solo la niña de las escenas, ¿por qué mejor no nos enfocamos en el otro hijo? Ya sabes, el que no está para nada roto. En el que si es funcional.’”
El impacto de esas palabras cayó como un peso en la habitación. Fue en ese momento cuando lo noté otra vez. El olor a sangre. Pero ahora, no venía de sus brazos.
Fang se estaba lastimando las palmas de las manos, apretándolas con tanta fuerza que sus propias garras habían perforado la piel. Un sonido sutil, gotas golpeando el suelo, confirmó lo que ya sabía.
Pero no se detuvo.
Fang: “¿Por qué…?”
Su tono cambió de nuevo. El enojo se había ido. Lo que quedaba era algo peor. Una melancolía amarga.
Fang: “¿Por qué no puedo ser reconocida? ¿Por qué no puedo ser como él? ¿Por qué no puedo ser como Naser?”
La fuerza en su voz desaparecía con cada palabra.
Fang: “¿Por qué él no tiene que esforzarse por nada? Incluso con un ala rota, incluso con eso, siempre está ahí, en la cima.”
Cada vez sonaba más ahogada.
Fang: “¿Por qué siempre saca notas perfectas? ¿Por qué recibe toda la atención de nuestra familia?”
Se quebró.
Fang: “¿Por qué yo tengo que ser la puta carga?”
Sus últimas palabras quedaron flotando en la habitación como un peso imposible de ignorar. No había rabia en ellas. Solo una verdad que llevaba demasiado tiempo cargando sola.
Red: (¿Debería... decir algo?)
Blue: (Todavía no.... Aún no lo suelta todo.)
No discutí. Blue tenía razón. Fang aún no había terminado de desahogarse, aún guardaba más dentro de sí, y lo único que podíamos hacer era dejar que lo sacara todo, sin interrupciones. Era necesario que vaciara todo lo que llevaba acumulado, por más doloroso que fuera.
Fue entonces cuando lo noté. Su voz. Estaba llorando. No eran lágrimas silenciosas, sino un llanto que se filtraba en cada palabra, en cada temblor de su tono. Era imposible ignorarlo.
Fang: “Ni siquiera él puede odiarme…”
Sus palabras cayeron como un peso en la habitación, cargadas de una mezcla de frustración y desesperación. Continuó hablando, cada frase más quebrada que la anterior, como si cada palabra la estuviera desgarrando por dentro.
Fang: “Puedo insultarlo todo lo que quiera, puedo mandarlo al carajo las veces que me dé la gana, pero siempre vuelve. Siempre vuelve como si no hubiera pasado nada.”
Cada palabra salía con un peso que parecía aplastarla, como si estuviera cargando con una culpa que no podía sacudirse.
Fang: “Y sigue siendo un puto recordatorio de lo que yo no puedo ser.”
Su voz se quebró aún más, y por un momento, pareció que iba a detenerse, pero no lo hizo. Siguió hablando.
Fang: “Ese maldito niño de oro, el mejor hijo. No importa qué haga, siempre estaré en su sombra.”
Red: (Carajo…)
Blue: (Déjala... solo déjala seguir.)
Y la dejamos. No había otra opción. Fang necesitaba esto, necesitaba sacar todo lo que llevaba dentro, aunque fuera doloroso escucharlo.
Fang: “No puedo cambiar mágicamente de un día para otro. No puedo ser alguien diferente, aunque lo intente, aunque lo quiera, aunque él me ayude.”
Se río, pero fue un sonido amargo, vacío de cualquier rastro de verdadera alegría. Era una risa que solo servía para ocultar el dolor que llevaba dentro.
Fang: “Y está claro que quiere ayudarme.”
Su voz se quebró aún más, como si la simple idea de que alguien quisiera ayudarla fuera demasiado para soportar.
Fang: “Y eso es lo peor.”
La tensión en la habitación aumentó, pero no era la misma de antes. No era furia ni frustración. Era otra cosa, algo más profundo, más desgarrador. Era el sonido de alguien que se sentía perdido, atrapado en su propia mente.
Fang: “Porque cada vez que lo intenta... cada vez que se entromete... cada vez que mete su hocico donde no lo necesitan...”
Su respiración se volvió más errática, su tono subió con cada palabra, como si estuviera al borde de un colapso.
Fang: “La caga.”
Su voz se quebró, y por un momento, pareció que iba a detenerse, pero no lo hizo. Siguió hablando, aunque cada palabra sonaba más rota que la anterior.
Fang: “Cada ¡Puta! ¡VEZ!”
El eco de su grito quedó suspendido en la habitación, cargado de una rabia que se sentía más dirigida a sí misma que a cualquier otra persona. No era solo enojo, era autodesprecio, una furia interna que no podía controlar.
Fue entonces cuando la vi moverse. Pasó una mano por su cara, seguramente para limpiarse las lágrimas, pero el resultado fue algo distinto. Ahor tenía una mancha roja y naranja. Probablemente maquillaje y sangre mezclándose sobre su piel.
Fang: “Naser sabe lo que es. Sabe lo que quiere ser...”
Dejó caer la mano, su respiración aún irregular, como si cada palabra la estuviera agotando.
Fang: “Pero yo no tengo ni puta idea de lo que soy.”
El silencio que siguió se sintió demasiado pesado, demasiado largo. No había nada que pudiera decir en ese momento. Solo quedaba esperar a que terminara de vaciar todo lo que llevaba dentro. Era lo único que podíamos hacer.
Fang: “¡¿QUIÉN SOY YO, MALDITA SEA?!”
Su grito resonó en la habitación, cargado de una desesperación que no intentó ocultar. Fang estaba descargando todo el peso que llevaba sobre sus hombros, y no había forma de detenerla.
Fang: “Solo puedo definirme por lo que no soy…”
La fuerza en su voz no se desvaneció, pero el tono cambió. Ya no era solo rabia, ahora había algo más, algo que sonaba a resignación, a dolor acumulado. Fang no estaba hablando solo para nosotros, estaba hablando consigo misma, confrontando todas las inseguridades que la habían perseguido durante tanto tiempo.
Fang: “No soy un buen músico para mi banda. No soy un buen hermane. Ni siquiera soy un buen amigue. No soy una buena persona ¿Qué carajos soy, entonces?”
Cada palabra salía con un peso imposible de ignorar. No eran solo palabras, eran confesiones, admisiones de una lucha interna que la estaba consumiendo.
Fang: “No hay nada bueno en mí. Nada en lo que pueda pensar sin que una parte de mi cabeza me diga que no sirvo para una mierda, que no soy suficiente. La mitad del tiempo… solo me odio.”
Mis puños se apretaron sin que me diera cuenta. No podía evitar sentir la frustración que emanaba de sus palabras.
Fang: “Y la otra mitad…”
Su voz bajó un poco, como si estuviera hablando más para sí misma que para mí. Era un susurro, un intento de racionalizar algo que no tenía sentido.
Fang: “La otra mitad me engaño con ilusiones. Soñando que soy algo especial, que soy alguien, que soy diferente a todos los demás... que puedo ser más que ellos. Que me encuentro en la cima...”
Un respiro, casi tembloroso, escapó de sus labios. Era como si cada palabra la estuviera desgastando.
Fang: “Pero sé que es mentira...”
No necesitaba verla con claridad para saber lo que reflejaban sus ojos en ese momento. Era dolor, puro y crudo. Fang no estaba mintiendo, estaba admitiendo algo que la había estado carcomiendo por dentro.
Fang: “Porque todo es una puta mentira. Todo lo que me digo a mí misma, todo con lo que me engaño, todas esas ideas de que algún día voy a destacar, que voy a hacer algo grande... ¡No va a pasar!”
El peso en su voz creció aún más, pero esta vez no gritó. Era como si ya no tuviera fuerzas para hacerlo. Fang estaba exhausta, no solo físicamente, sino emocionalmente.
Fang: “Lo único que parece ser real es que soy una carga.”
Mis labios se apretaron, pero no dije nada. No había palabras que pudieran aliviar lo que Fang estaba sintiendo. No en ese momento.
Fang: “No solo para mí.”
Sus alas se movieron apenas, un gesto inconsciente, como si estuviera tratando de protegerse de algo que no podía ver.
Fang: “Para los demás también.”
El eco de sus palabras quedó suspendido en el aire, cargado con algo que dolía más que todo lo que había dicho antes. Fang no solo se sentía perdida, se sentía como un lastre, como si su existencia fuera un problema para los demás. Y eso era lo más doloroso de todo.
Fang: “Estoy atrapada en mí misma. Ya no puedo cambiar en algo nuevo, ya no puedo probar cosas nuevas. Ya no tengo tiempo para eso. No importa lo que haga, hay demasiadas probabilidades de cagarla.”
Su tono se volvió más apagado, como si cada palabra le costara el doble decirla.
Fang: “Lo único en lo que soy decente… es en la música....”
Se quedó callada de repente. No podía verla bien, pero la sentía mirándome, como si estuviera buscando algo, cualquier cosa que pudiera darle un poco de esperanza.
Red: (Mierda, Blue, tenemos que decir algo.)
Blue: (¿Y qué se supone que digamos?)
Red: (No podemos dejar esto así.)
Blue: (Lo sé, pero... no se la respuesta para esto...)
Red: (Entonces... ¿qué hacemos?)
Blue no respondió. No había una respuesta fácil, ni siquiera para nosotros. Esto no era sobre números o estrategias, no era algo que pudiéramos resolver de manera técnica, esto era sobre Fang, sobre su dolor, su lucha interna. Y no había forma de calcular cómo ayudarla.
Kross: “...”
Fang: “...”
Y parece que nuestra indecisión hizo tuvo un resultado negativo en ella.
Fang: “¿Por qué no dices nada?”
Su tono cambió de inmediato. No había rastro de esa fragilidad con la que había hablado antes. Ahora sonaba molesta, con un filo en su voz que cortaba más que cualquier golpe.
Fang: “Estoy aquí desahogándome, diciendo todo lo que me he guardado por años, pidiendo un puto mínimo de ayuda, ¡y no has dicho ni una sola palabra!”
Mi mandíbula se tensó, pero no respondí.
Fang: “Siempre es lo mismo.... Siempre pareces tenerlo todo bajo control.... siempre calculando qué hacer, como si nunca tuvieras dudas, ¡como si siempre tuvieras una maldita respuesta para todo!”
El sonido de la silla arrastrándose contra el suelo me advirtió demasiado tarde. Antes de que pudiera reaccionar, Fang ya se había puesto de pie y me sujetó por los hombros con fuerza.
Sentí sus garras clavarse en mi piel. No con la intención de lastimarme, sino porque sus manos temblaban. Pero eso no importaba en este momento.
Fang: “¿Qué es lo que tienes que yo no?”
La fuerza en su agarre aumentó, pero no me moví.
Fang: “¿Qué mierda quieres de mí? ¡¿Qué se supone que quiero yo de ti?!”
Su respiración estaba agitada, sus palabras salían sin filtro, sin freno.
Fang: “Cuando llegaste al instituto, solo eras un rarito. El chico nuevo sin ningún amigo, el que apenas hablaba de nada. Y después de lo del concierto, pensé que eras un idiota violento sin cerebro.”
No entró en detalles. No hacía falta.
Fang: “Pero luego pasa el tiempo y resulta que eres parecido a Naser.”
Su tono se endureció aún más.
Fang: “El mejor en todas las putas clases sin importar la materia. Uno de los mejores en educación física sobrepasando a ese Megalodon amigo de Naser. Y para colmo, ahora resulta que todas las personas que conozco terminan siendo tus amigos.”
Su respiración tembló un poco, pero no se detuvo.
Fang: “¿Cómo carajos tienes ese talento? ¿Cómo mierda sabes tantas cosas sin siquiera esforzarte?”
El agarre en mis hombros no se aflojó, pero su respiración se volvió más errática.
Fang: “Y no es solo eso…”
Su voz seguía cargada de rabia, pero debajo de todo eso había algo más, algo que se estaba desmoronando con cada palabra.
Fang: “No entiendo cómo reaccionas a las cosas. Cómo, sin importar qué pase, nada parece afectarte como debería.”
Sus garras se clavaron un poco más en mi piel, como si necesitara una razón para mantenerse firme.
Fang: “¡Tu condición nunca parece importar! ¡Nada de lo que te pasa te hace dudar de ti mismo, ni un solo segundo! ¡Ni siquiera ahora, cuando te veo ahí, sin un puto brazo, te atreves a dudar!”
Red: (Fang...)
Fang: “Me miras con esa tranquilidad de mierda y me dices que ‘no pasa nada’, como si esto fuera cualquier cosa, ¡como si fuera normal!”
Su respiración se cortó por un instante, pero apenas tomó aire, dejó salir lo último.
Fang: “¿Cómo alguien con un carácter tan raro, alguien como tú... no tiene ni una sola duda... de... quién es?”
La última pregunta no fue gritada. Pero se sintió más fuerte que todo lo que había dicho antes.
.
..
...
Kross[R]: "Y-yo... No... lo sé...."
Fang: “¿Qué?”
El impacto en su voz fue inmediato. No porque estuviera enojada, sino porque no era la respuesta que esperaba.
Kross[R]: “No sé... quién soy, Fang.”
Mi propia voz sonó extraña al decirlo en voz alta, pero no me detuve.
Kross[R]: “No lo sé... desde hace mucho tiempo.”
No sabía si lo que decía tenía sentido, pero tampoco iba a tratar de hacerlo sonar mejor. Dije lo primero que cruzó mi cabeza, ni siquiera intenté hacerlo sonar bien. ¡Qué carajo importaba si sonaba bien o no!
Kross[R]: “Pero últimamente... trato de hacer algo.”
Fang no dijo nada, pero seguía sosteniéndome de los hombros, esperando... algo. Una maldita respuesta. Como si yo tuviera alguna. Como si tuviera sentido que yo se la diera.
Kross[R]: “Trato de ser la mejor versión de mí, o la versión de mí que se perdió hace años.”
Respiré hondo antes de continuar. Pero no sirvió de una mierda.
Kross[R]: "No tengo idea de si lo estoy haciendo bien. ¡No tengo ni la más puta idea de si hay una forma correcta de hacerlo! Pero... al final... solo trato de ser yo."
No hubo reacción inmediata.
Tal vez porque lo que estaba diciendo no era la respuesta que ella buscaba o tal vez porque ni siquiera yo tenía certeza de lo que estaba diciendo.
Kross[R]: "Si quieres un consejo... o, o más bien... un pensamiento..."
Fang seguía en silencio, pero su mirada estaba clavada en mí.
Kross[R]: "No calcules las cosas. No te mates pensándolo tanto..."
La vi tensarse apenas. Como si no esperara esas palabras.
Kross[R]: "Sé que suena estúpido viniendo de mí, pero... es algo que me dijeron. Alguien... alguien que... que aprecio mucho. Y creo que tenía razón."
Mi mandíbula se apretó un poco antes de continuar, no porque dudara de lo que decía, sino porque nunca había hablado de estas cosas en voz alta.
Kross: “No tienes que obligarte a hacer nada que tú no quieras realmente. No tienes que verte como una versión que otros creen de ti o como otra distinta.”
El agarre en mis hombros se aflojó apenas, como si Fang estuviera procesando cada palabra con cuidado.
Kross: “Si lo haces… en algún punto... te vas a romper.”
Las últimas palabras salieron con más peso del que esperaba. No porque estuviera tratando de convencerla. Sino porque sabía lo que se sentía.
Kross: “Es algo que solo tú puedes decidir.... Nadie más.”
Fang tardó en responder, pero cuando lo hizo, su voz ya no sonaba con la misma fuerza de antes.
Fang: “¿Por mi cuenta…?”
El agarre en mis hombros se aflojó apenas.
Fang: “Si es así... no sé si podré hacerlo. ¿Cómo se supone que siquiera lo piense?”
Kross[R]: “No estás sola en esto... Fang.”
Mis palabras fueron firmes, sin dejar espacio a dudas.
Kross[R]: “Tienes a tu banda. Tienes a Rosa. Tienes a Stella… Y me tienes a mí. Te aseguro que te apoyaremos, puedo dar mi vida por eso emplumada”
El silencio que siguió fue distinto a los anteriores. No incómodo, no tenso, sino como si Fang estuviera absorbiendo todo lo que acababa de decirle.
Kross[R]: “No tienes que empezar enseguida. Esto no es algo que pase de la noche a la mañana.”
Tomé aire antes de continuar.
Kross[R]: "Yo mismo... yo mismo todavía no creo estar al final de esa recta. Pero de a poco... se puede lograr."
Fang seguía sin decir nada, pero no me detuve.
Kross[R]: “Teniendo el apoyo de las personas adecuadas… todo es posible.”
No hubo una respuesta inmediata.
Hasta que la escuché soltar un largo suspiro.
Fang: “…Sí. Supongo que tienes razón.”
Por el rabillo del ojo, noté su mano moviéndose de nuevo. Se pasó la palma por la cara otra vez, probablemente para limpiarse las lágrimas, pero considerando lo que había pasado antes, seguro terminó dejándose más desastre en la piel.
Sin pensarlo demasiado, tomé la caja de pañuelos y la acerqué hacia ella.
Kross[R]: “Usa estos. Tal vez así evites empeorar el desastre en tu cara... aunque desde antes que era... un desastre.”
Solté la última parte sin mucho énfasis, intentando sonar sarcástico, pero mi intento fue pésimo. Aun así, al parecer funcionó. Fang dejó escapar una risa ligera antes de tomar los pañuelos de mi mano.
Fang: “Tonto.”
Su tono ya no tenía el mismo peso de antes. Algo en la habitación se sintió un poco menos denso. Por primera vez en todo el rato, el ambiente pareció relajarse. Fue entonces cuando escuché un sonido suave, como si algo hubiera sido recogido del suelo.
Fang ahora sujetaba algo entre sus manos y parecía inspeccionarlo con atención.
Kross[R]: “¿Qué tienes ahí?”
Fang: “¿En serio? Es lo que traje cuando entré aquí. Deberías estar ciego o ser muy tonto si no lo sabes.”
Kross[R]: “Estoy medio ciego. Antes estaba peor, ahora solo veo borroso.”
No lo dije con ninguna emoción en particular, solo como un hecho. Fang se quedó en silencio por un segundo, antes de soltar un susurro.
Fang: “…Mierda, lo siento.”
Kross[R]: “No me ofendí ni nada. No tienes que preocuparte.”
El peso en su respiración pareció disminuir un poco, pero no respondió de inmediato. El silencio volvió a instalarse en la habitación, y joder, el ambiente se sentía denso. Como si todo lo que había pasado antes no fuera suficiente, como si algo más estuviera por salir a la luz.
Decidí romper el maldito silencio.
Kross[R]: "Oye, Fang."
No respondió, pero vi cómo su postura cambió apenas, como si estuviera esperando lo que iba a decir. No era una gran reacción, pero suficiente para saber que me estaba escuchando.
Kross[R]: "¿Qué fue lo que pasó?"
No hubo respuesta inmediata. Sus hombros se tensaron, como si la pregunta la hubiera golpeado de lleno. Pero tras unos segundos, la vi moverse. Dejó la guitarra a un lado, como si soltarla fuera lo mismo que soltar el peso de algo más grande. Luego tomó aire, profundamente, como si estuviera reuniendo el valor para hablar.
Y entonces, comenzó.
No con rabia, no con dolor explícito. Su voz era baja, contenida. Como si no quisiera que se quebrara en medio de la oración. Me explico que verme en la cama del hospital le trajo muchos malos recuerdos. Y desde ahí empezó su historia.
Dijo que tenía once años, que estaban en un paseo familiar en los acantilados de Volcadera. Todo tranquilo. Una tarde normal. Su madre se alejó a buscar la comida, su padre estaba atendiendo una llamada. Nada fuera de lo común, nada que pareciera importante.
Hasta que Naser le preguntó si podían volar.
Red: (...No.)
Era una pregunta de niño, de esas que se dicen sin pensar. Una frase suelta, sin peso. Y Fang, siendo Fang, le siguió la corriente. ‘Claro que podemos.’
Red: (No jodas... No me digas que...)
Solo era una broma. Una maldita broma. Pero Naser no lo tomó como un chiste.
Saltó.
Un escalofrío me recorrió la espalda. Pude sentir a Fang moverse apenas, como si estuviera viendo la escena en su cabeza otra vez. Como si todavía pudiera ver a su hermano dando ese paso al vacío.
Lo vio caer. Vio el cuerpo de Naser golpearse contra las rocas, rebotar contra el acantilado hasta que terminó en el agua.
Red: (Joder...)
Bajó lo más rápido que pudo. Su mente solo repetía que no podía ser real, que no podía estar pasando, que todo iba a estar bien.
Pero la corriente era demasiado fuerte.
No podía hacer nada.
Un socorrista tuvo que meterse. Su padre también.
La habitación se sintió asfixiante de repente. Mi pecho estaba tenso. No necesitaba verla de frente para saber que esto le estaba destrozando.
Cuando lograron sacarlo, su madre ya estaba ahí con los médicos.
Fang: "Pensé que había perdido a mi hermanito."
El sonido de su respiración se volvió errático. Sus manos temblaban. Demasiada sangre tenía Naser. Todo su cuerpo estaba lastimado. Su ala... destrozada.
Red: (Fang... mierda...)
Fang tomó aire, pero cuando volvió a hablar, su voz ya no sonaba igual.
Fang: "Fue culpa mía, Kross. Mi hermano de apenas nueve años saltó de un acantilado... porque su hermana mayor le dijo que podían volar."
Y eso fue lo que la rompió por completo.
No fueron lágrimas contenidas. No fueron sollozos discretos. Fue un llanto desgarrador, crudo, como si finalmente todo el peso que había cargado por años se hiciera demasiado para ella.
No lo dudé.
Salí de la cama del hospital con el mayor cuidado posible. Mi equilibrio seguía siendo una mierda, pero no me importó. Me acerqué hasta donde estaba y, sin decir nada, la abracé con mi único brazo.
Fang no tardó en aferrarse a mí con fuerza, como si necesitara algo, alguien, que la sostuviera en ese momento.
Red: (Joder... no tenía idea.)
Blue: (No es algo que le gustaría compartir fácilmente. Es comprensible que se lo guardara.)
Red: (Años cargando con esto sola... mierda.)
El tiempo pasó sin que ninguno de los dos dijera nada. El llanto de Fang poco a poco se volvió más contenido, hasta convertirse en respiraciones profundas, como si intentara recomponerse. Aún no la soltaba, y ella tampoco me había soltado a mí.
Cuando sintió que podía mantenerse firme, con un movimiento lento, se separó apenas. Su cuerpo ya no temblaba tanto como antes. Parecía agotada, pero también... más estable. Como si algo dentro de ella finalmente hubiera encontrado un punto de descanso.
Blue: (....Aun así... no tiene sentido.)
Red: (¿Ahora con que mamada me saldrás?)
Blue: (La relación que tiene con Naser.... Todo lo que nos dijo y como se comporta él.... apunta a que él no la odia.)
Red: (Ósea... ¿sí?, es un imbécil, es no cambia mucho si lo piensas)
Blue: (Pero no un cabrón. Se mete en su vida, pero no para hacerle daño. Busca ayudar a que Fang triunfe, pero lo hace siempre con el enfoque equivocado... el caso del concierto y las pizzas, en vez de solo buscarle publico, porque no personas que el conozca, será poco pero no se burlarían... esa es la diferencia, Naser es tonto.)
Red: (... eso tiene... sentido...)
Blue: (Exactamente. Si realmente la odiara, no se molestaría en intentar nada. La ignoraría por completo o le respondería con la misma moneda, pero no lo hace.)
Red: (Y Fang no es estúpida. Tiene que haberse dado cuenta, ¿no?)
Blue: (Es lo más probable, pero admitirlo es otra historia... así que te toca...)
Red: (Ya, ya, no me apures.)
Me quedé en silencio por un momento antes de soltar un leve suspiro. Mi única mano se deslizó por mi rostro, sintiendo el cansancio asentarse en cada parte de mi cuerpo. Pero incluso con el agotamiento encima, no podía ignorar lo obvio.
Kross[R]: "Fang..."
Ella me miró, sin decir nada, solo esperando.
Kross[R]: "No tienes que responderme ahora, ni siquiera tienes que hacer algo si no quieres... pero..."
Hice una pausa, asegurándome de que mis palabras no sonaran como una orden, sino como lo que realmente eran: una sugerencia.
Kross[R]: "Tal vez... deberías hablar con él. Con Naser."
Fang se tensó ligeramente, pero no apartó la mirada. No reaccionó de inmediato, lo que me hizo saber que al menos estaba considerando lo que le había dicho.
Kross[R]: "No te estoy diciendo que lo arreglen de la noche a la mañana, ni que de pronto todo sea perfecto, pero... no sé, quizás... hablarlo te ayude... un poco... no lo sé."
El silencio se estiró por unos segundos, hasta que finalmente, Fang dejó escapar un largo suspiro. No dijo nada al principio, pero sus ojos se suavizaron un poco, como si algo dentro de ella hubiera encajado de alguna manera.
Fang: "Gracias..."
Su voz ya no tenía la carga de antes. No estaba tensa, ni rota, ni llena de enojo. Se escuchaba agotada, pero al mismo tiempo, más ligera, como si el peso que había estado cargando durante tanto tiempo finalmente hubiera disminuido un poco.
Fang: "Siempre ha sido así, ¿no?"
Levanté un poco la cabeza, enfocándola lo mejor que pude, aunque su figura seguía siendo un borrón... más o menos.
Kross[R]: “¿De qué hablas?”
Fang: “De esto. De nosotros.”
No tenía la energía de antes, no sonaba con la intensidad con la que había hablado hace un rato. Ahora su voz tenía un tono más suave, más reflexivo, casi resignado.
Fang: “Desde que nos conocimos, desde que realmente empezamos a hablar… siempre ha sido igual. Yo vengo y te suelto todas mis mierdas, te cuento las cosas que me joden la cabeza, y de alguna manera, tú terminas ayudándome.”
Se escuchó una ligera risa, sin rastro de burla.
Fang: “Pero lo curioso es que nunca me obligas a nada. No eres como esas personas que creen tener todas las respuestas y te dicen qué hacer como si supieran más de tu vida que tú mismo. No. Tú simplemente me escuchas y luego sueltas algo que me deja pensando, pero al final, siempre soy yo quien toma la decisión.”
Hizo una pausa.
Fang: “No sé si eso es bueno o malo.”
Kross[R]: “Depende de cómo lo veas.”
Fang: “Lo ves... siempre me das más de una opción... no me cierras para que elija algo...”
El ambiente ya no era tan pesado como antes, pero seguía cargado con algo.
Fang: “Pero hay algo que no me respondiste.”
No lo dijo con reproche, pero su tono me hizo mantenerme alerta.
Fang: “Quiero saber por qué eres así.”
Fruncí el ceño, no porque la pregunta me molestara, sino porque no entendía exactamente a qué se refería.
Kross[R]: “Vas a tener que ser más específica, emplumada.”
Fang: “No me refiero a lo que pasó antes, a lo que te hizo ser como eres. Sé que cuando estés listo me lo dirás, y si no, tampoco voy a presionarte... ya no.”
Su agarre en la guitarra cambió, como si la estuviera acomodando mejor entre sus manos.
Fang: “Pero quiero que me respondas esto.”
No tardó en soltar la pregunta.
Fang: “¿De verdad estarás bien? ¿No es una estupidez tuya para calmarme?”
No insistió, no intentó presionarme, pero la forma en la que lo dijo me dejó claro que no podía simplemente esquivar la pregunta.
Blue: (Busca alguna excusa... usa al doctor.)
Red: (Ok.)
Kross[R]: “Sí… puedo recuperarme.”
Las palabras salieron sin pensarlo demasiado, pero sabía que no eran suficientes.
Kross[R]: “Soy mucho más resistente de lo que crees.”
Fang soltó un suspiro, como si esperara una respuesta más elaborada.
Kross[R]: “Perdón, perdón, sabes que me explico mal.... El doctor dijo que podría recuperar el brazo... lo tiene por ahí... así que volverá...”
Fang no dijo nada más después de eso. El silencio se instaló en la habitación, pero no era incómodo. Aunque de repente, hubo un sonido.
El único sonido era el de la guitarra de Fang, el rasgueo suave de las cuerdas mientras la Ptero probaba distintas notas sin un patrón claro, como si estuviera intentando encontrar algo.
Red: (Al menos la conversación cambió de dirección.)
Blue: (No cantes victoria todavía.)
Fang: “Oye, Kross.”
El tono de su voz hizo que mis sentidos se pusieran en alerta de inmediato.
Fang: “Sobre lo que dijiste antes.”
Mis pensamientos se aceleraron, repasando la conversación.
Fang: “Cuando hablábamos de no calcular las cosas ni pensar demasiado…”
No necesitó decir más.
Fang: “Mencionaste que alguien te lo dijo.”
Su tono no era ni casual ni acusador. Había un matiz oculto en sus palabras.
Fang: “Esa persona a la que aprecias… ¿es Stella?”
El ligero temblor en mi cuerpo fue involuntario.
No respondí enseguida.
Red: (¿Por qué MIERDA de repente todo gira ante ella?)
Blue: (Tranquilízate.)
Red: (¡¿Tú crees que es fácil?!)
Blue: (No lo sé, pero ahora ya se dio cuenta.)
Kross[R]: “¿Por...qué....Porqué quieres saberlo?”
Mi tono salió más defensivo de lo que pretendía.
Fang no respondió de inmediato. Pero tampoco apartó la mirada.
El silencio se alargó. Hasta que finalmente soltó un leve resoplido, como si hubiera confirmado algo que ya sospechaba.
Fang: "...Así que es verdad."
No sonó sorprendida. No sonó burlona. Solo sonó... como si acabara de ver algo que había estado frente a ella desde el inicio.
Fang: "Lo que temía..."
Su voz bajó, pero el peso de esas palabras se quedó en el aire. Otro silencio. Uno que hizo que mi cuerpo se tensara más de lo que me gustaría admitir. Y entonces, finalmente lo dijo.
Fang: "Te gusta... Stella."
Red: (......)
Blue: (Así que...)
Red: (No... no vale la pena ocultarlo... menos... a ella.)
No hubo espacio para negarlo. No había forma de cambiar de tema. Solo quedaba enfrentar la verdad que ella acababa de poner en palabras.
Kross[R]: "Sí... me gusta... la amo.... Lo... lo gracioso... es que lo descubrí hace un par de días, pero vamos, ya no sirve de nada negarlo. No después de darme cuenta de que cada vez que está cerca, todo se siente... diferente..., me pregunto cómo y cuándo decirlo... soy un imbécil por tardarme tanto en verlo..."
Fang soltó una risa baja, seca. Pero su expresión no tenía nada de burla.
Fang: "Je. Eres un puto... imbécil..."
No lo dijo con su usual tono desafiante. Sonaba más cansada que otra cosa. Su postura seguía firme, pero había algo en su mirada que no me terminaba de cuadrar.
Kross[R]: "...¿Por qué me lo preguntaste?"
Fang no respondió al instante. Se mordió el labio, desvió la mirada. No era normal en ella.
Kross[R]: "Tiene que ver con... cómo reaccionaste a veces, ¿no? Como en el auditorio.... cuando bebí del termo de Reed y tú... reaccionaste... demasiado."
Fang frunció el ceño, pero no me corrigió. Sólo soltó un largo suspiro.
Fang: "Sabes... lo que dije antes era verdad.... Al principio, te veía como un idiota. Un engreído violento que solo sabía pelear y hablar mierda para humillar a la gente. Me caías mal. Mucho."
Red: (......)
Fang: "Pero luego... cada vez que te tiré mierda, como cuando discutí contigo en la clase de ciencias por mi No-Binarismo, cuando opinaste en la clase de música sobre el doble bajo... cuando nos pusieron castigos juntos y me ayudaste ver las cosas mejor... o cuando estuvimos detrás de los baños en el parque y me disté la elección a mi sobre que hacer... cada jodida vez..."
Su voz se fue apagando de a poco.
Fang: "Tú... ¡tú solo me decías las cosas como eran! Sin rodeos, sin mierdas. Pero al final... siempre era mi decisión..."
Red: (Espera...)
Fang: "Nunca me obligaste a nada. Nunca me dijiste que tenía que hacer esto o lo otro. Solo... me mostraste las opciones. Y yo decidía.... Siempre fui... yo."
Mis labios se apretaron. No interrumpí. Dejé que hablara.
Fang: "Y entonces me di cuenta de que no sé qué mierda siento por ti, Kross."
Hizo una pausa, respiró hondo, como si intentara ordenar el desastre en su cabeza.
Fang: "¡Es un puto remolino en mi cabeza y no sé cómo manejarlo! A veces creo que es enojo... otras veces pienso que es admiración, pero también... ¡hay veces que simplemente no sé qué le sucede a mi puta cabeza!"
Su ala se movió con nerviosismo, su voz se volvió más errática, más frustrada.
Fang: "¡Y ahora vienes y dices que amas a Stella!, que estás seguro... ¡Joder, ni siquiera sé si debería felicitarte o mandarte a la mierda! ¡Porque no tengo idea de cómo mierdas se supone que me sienta con todo esto!"
Red: (Carajo... Fang...)
Se frotó la cara con ambas manos, soltando un suspiro largo, tembloroso, cargado de frustración y cansancio.
Fang: "No lo sé... ¡No sé qué hacer con esto!, Kross... No sé qué quiero hacer, no sé si quiero olvidarlo o aferrarme a ello, no sé si me molesta o si me duele... ¡Joder, no sé nada!"
El silencio cayó de golpe entre nosotros. Y por primera vez, Fang no parecía tener esa aura desafiante. No parecía tener una respuesta preparada. Solo estaba ahí, atrapada en algo que ni siquiera ella entendía del todo... y de la nada... digo algo con una firmeza que no se comparaba a su tono anterior
Fang: "Pero quiero hacer algo. Para intentar... sacarme esto de la cabeza."
Kross[R]: "Fang, yo..."
Fang: "¡Por favor! ....Kross... Solo.... Por favor.... Necesito esto."
Me callé.
Sin decir nada más, Fang tomó la guitarra, acomodó sus manos en las cuerdas y cerró los ojos por un instante antes de comenzar a tocar.
Su voz, suave pero cargada de algo que no podía definir, comenzó a llenar la habitación....
Fang:
Don't you notice how~
I get quiet when there's no one else around?~
Me and you and awkward silence~
Don't you dare look at me that way~
I don't need reminders of how you don't feel the same~
Red: (Mierda... ese... tono de voz... No está cantando solo por cantar, lo está dando todo. Esto... esto es para mí.)
Cada palabra se sintió pesada, como si arrastrara algo mucho más grande con ella. Fang no estaba mirando la guitarra, ni el suelo, ni nada en particular. Su mirada, aunque fugaz, me buscaba de vez en cuando, como si esperara algo. Como si necesitara algo de mí y yo... yo no tenía ni puta idea de qué hacer.
Fang:
Oh, the burning pain~
Listening to you harp on 'bout some new soulmate~
"She's so perfect," blah, blah, blah~
Oh, how I wish you'll wake up one day~
Run to me, confess your love, at least just let me say~
Red: (No... no, no, no. No puede ser...)
Blue: (Tal vez solo es la letra, tal vez no se—)
Red: (¡¿Puedes callarte?! No... no digas estupideces.... No está cantando cualquier mierda. ¡Esto significa mucho para ella! ¡Así que no seas, pendejo!)
Blue: (Pero...)
Red: (¡CALLATE! .......solo esta vez... ahora comprendo.... estas cosas gracias a la tía Fang... así que... por favor haz silencio...)
Blue: (....Tú eres el experto en este ámbito, ya tocaba ¿No?...)
Cada nota de la guitarra parecía retumbar en mi pecho, cada palabra que salía de su boca se sentía como si me golpeara directo al estómago. Esto no era un simple canto. No era entretenimiento. Era Fang, sacándose algo de adentro, obligándose a ponerlo en palabras cuando ni siquiera ella sabía cómo mierdas hacerlo.
Fang:
That when I talk to you, oh, Cupid walks right through~
And shoots an arrow through my heart~
And I sound like a loon, but don't you feel it too?~
Confess I loved you from the start~
Fang tarareó una parte del estribillo, cerrando los ojos por un momento. Su expresión se veía... distinta. Como si tratara de contener algo, como si cada palabra le costara más de lo que debería. Sus alas se movieron, un reflejo de la tensión que intentaba esconder. La tensión en mi pecho creció. No podía ignorarlo.
Fang:
What's a girl to do?~
Lying on my bed, staring into the blue~
Unrequited, terrifying~
Love is driving me a bit insane~
Have to get this off my chest~
I'm telling you today~
Red: (Joder, Fang... estás... temblando.)
Sus dedos seguían moviéndose con precisión, pero había algo en su postura que se estaba desmoronando. Cada palabra sonaba más frágil, pero no se detenía. No iba a detenerse. Era como si estuviera obligándose a seguir, como si detenerse fuera peor que seguir adelante.
Y yo... yo me sentía como un pedazo de mierda porque ahora lo entendía este tipo de cosas.
Fang:
That when I talk to you, oh, Cupid walks right through~
And shoots an arrow through my heart~
And I sound like a loon, but don't you feel it too?~
Confess I loved you from the start~
Red: (Esto... esto es demasiado....)
Blue: (...)
Mi garganta se sintió pesada, como si algo la apretara desde dentro. ¡Porque lo entendía todo! ¡Porque no era sólo la letra! No era solo la forma en que lo cantaba. Era todo lo que Fang había callado, todo lo que se había guardado hasta ahora, todas las dudas que tenía en su mente. Y lo estaba soltando así. Cantando. De la única manera en la que podía hacerlo sin romperse por completo.
Y yo no podía hacer nada. Nada. Porque ya había elegido a Stella. Porque no podía corresponderle. Porque estaba viendo a mi amiga, alguien importante para mí, dándome todo lo que tenía en forma de una canción...
¡Y yo no podía devolverle nada! .....nada.
Fang:
Confess I loved you~
Just thinking of you~
I know... I've loved you... from the start~
Las últimas líneas salieron más suaves, cada vez más apagadas. Fang apenas las susurró, como si ya no tuviera fuerzas para seguir. Como si cada palabra le arrancara algo de dentro. Hasta que, finalmente, dejó que el último acorde flotara en el aire.
Mi respiración era un desastre. No sabía qué hacer. No sabía qué decir. Y cuando alzó la mirada, sé que sus ojos se encontraron con los míos. Y aunque estaba medianamente ciego, estaba seguro de cómo estaba Fang en estos momentos...
Estaba llorando.
El silencio se instaló entre nosotros. No un silencio cómodo, no uno pacífico. Era un maldito peso sobre nuestros pechos, algo sofocante, algo que ninguno de los dos sabía cómo romper.
Fang seguía con la guitarra entre las manos, sus dedos todavía posados en las cuerdas, aunque ya no las tocaba. Sus ojos, hinchados por las lágrimas, estaban clavados en los míos. No había rabia. No había rencor. Solo... un cansancio profundo.
Red: (...... esto es una completa mierda.)
Quise decir algo. Lo que fuera. Pero las palabras se quedaron atoradas en mi garganta. No podía darle lo que quería. No podía mentirle. No podía arreglar esto.
Porque no había forma de hacerlo.
Fang lo tono y fue la primera en moverse. Cerró los ojos por un momento, dejando escapar un suspiro largo, antes de apartar la guitarra y frotarse la cara con ambas manos. Su voz salió más baja de lo normal, más pesada.
Fang: "Lo sabía... Supongo que solo necesitaba decirlo."
No había dolor en su tono. Pero tampoco había alivio.
Red: (Mierda, Fang...)
Kross[R]: "No tenía... no tenía que ser así..."
Fang: "¿Y cómo entonces? ¿Se supone que me lo guardara para siempre? ¿Seguir como si nada? ...no podía hacer eso..."
Su voz sonaba apagada, no con enojo, sino con resignación.
Kross[R]: "No... pero... tampoco quería que terminara así...."
Fang: "Esto no fue fácil..., Kross. Ni para ti ni para mí. Pero lo necesitaba. Necesitaba por lo menos decir lo que siento..."
Kross[R]: "Lo... sé..."
Fang suspiró, frotándose los ojos con ambas manos, como si intentara borrar cualquier rastro de lo que acababa de pasar.
Fang: "Sabes... no sé si quiero seguir aquí... No porque te odie ni porque esto haya sido un error... sino porque... no sé qué hacer con esto ahora... necesito... pensar..."
Kross[R]: "......No quiero que... esto nos joda, Fang."
Fang dejó escapar una risa corta, vacía.
Fang: "¿Nos joda? Kross, ¿ya te disté cuenta de que esto duele? ¿No? ...Y no estoy diciendo que es tu culpa, pero..., si duele... mucho...."
Kross[R]: "Lo sé...... ¡Mierda, que si lo sé...!, Fang, lo entiendo... y desearía que no fuera así."
Fang: "Yo también."
Nos quedamos en silencio por un momento. Ella bajó la mirada, exhalando lentamente, como si intentara aliviar la presión en su pecho. Pero al final, levantó la cabeza y me miró directo a los ojos.
Fang: "Pero, a pesar de todo... no quiero perderte, Kross."
Mi garganta se cerró por un segundo.
Kross[R]: "Nunca pasara eso, no... me perderás..., Fang. No después de todo. Te dije que te apoyaría... ¿Cierto?"
Ella me estudió por un momento, como si quisiera asegurarse de que lo decía en serio. Y al final, suspiró otra vez, pero esta vez, con un pequeño deje de alivio. No hacía que el dolor desapareciera, pero al menos dejaba en claro que esto no nos iba a romper.
Fang: "Bien... porque sería una mierda perder a mi mejor amigo."
Red: (....Eso pesa más de lo que pensé.)
Fang se levantó lentamente, sacudiéndose un poco la ropa. No estaba del todo firme, pero al menos estaba de pie.
Fang: "Supongo que no hay mucho más que decir, bobo."
Kross[R]: "Fang..."
Fang: "En serio, Kross.... por favor.... no digas nada. Si lo haces, tal vez termine llorando de nuevo.... Y eso sería una completa mierda."
Se giró hacia la puerta, pero justo antes de abrirla, se detuvo. Su ala se movió levemente, su cabeza bajó un poco, y su voz volvió a salir, esta vez con una mezcla de amargura y resignación.
Fang: "Solo... dile a Stella pronto. No la hagas esperar demasiado."
Mi corazón se apretó.
Red: (Joder, eso... eso tuvo que dolerle.)
Pero entonces, antes de salir por completo, se giró hacia mí con una expresión diferente. Aún dolida, aún cansada, pero con algo más. Algo genuino.
Fang: "Hey, Kross..."
Kross[R]: "¿Si...?"
Fang: "A pesar de todo... gracias."
Mis ojos se abrieron un poco. No esperaba eso.
Fang: "Por soportarme, por decirme las cosas como son... y por ser.... por seguir a mi lado.... por seguir siendo mi amigo."
Red: (.....Fang.)
Algo dentro de mí se aflojó un poco. No hizo que la situación dejara de doler, pero... había algo reconfortante en saber que, a pesar de todo, todavía estaba ahí. Que no se iba de mi vida, que esto no terminaba con nosotros alejándonos.
Kross[R]: "Siempre... mi amiga... emplumada."
Ella sonrió, esta vez un poco más real, más Fang. Y sin decir nada más, salió de la habitación. El peso en mi pecho seguía ahí, pero ahora era diferente. Seguía siendo doloroso, seguía siendo complicado, pero...
No había perdido a Fang.
Y eso era suficiente....
...
...
...
Perspectiva de Fang.
Salí de la habitación, sintiendo el peso de cada paso como si estuviera arrastrando algo invisible conmigo. No sabía qué esperaba sentir después de todo eso. ¿Alivio? ¿Culpa? ¿Una mezcla de ambas?
Fang: (Todo esto fue una mierda...)
Mi mandíbula se tensó. ¿Hice lo correcto? ¿Tenía que decirlo? Tal vez debí quedarme callada, dejarlo pasar, seguir adelante sin hacer este maldito desastre. Pero ya era tarde para eso. Las palabras habían salido. Y ahora no podía retroceder.
Apenas había dado unos pasos cuando noté una figura apoyada contra la pared, con los brazos cruzados.
Era Rosa.
Fang: (Oh...no... ¿Desde cuándo está aquí? ¿Habrá escuchado algo? ¿Cuánto escuchó? ¿Qué está pensando?)
Rosa no dijo nada. Solo me miró con una expresión que no supe descifrar del todo, antes de hacerme un gesto con la cabeza para que la siguiera.
No discutí. No tenía energías para hacerlo.
Caminamos en silencio, atravesando los pasillos del hospital hasta salir al estacionamiento. El aire fresco me golpeó de lleno, pero no hizo nada por aliviar el ardor en mi pecho. Sentía la cabeza pesada, como si estuviera a punto de explotar con cada maldito pensamiento dándome vueltas.
Fang: (¿Por qué no dice nada? ¿Está esperando que hable primero? ¿O solo está dándome tiempo...?)
Quise romper el silencio. Necesitaba decir algo, cualquier cosa, para disipar la tensión que flotaba entre nosotras.
Fang: "Escucha, Rosa, yo—"
No terminé la frase.
Antes de que pudiera reaccionar, Rosa me envolvió en un abrazo firme, apretado, sin decir una sola palabra.
Mi respiración se cortó. Sentí cómo mis músculos se tensaban al instante, como si mi cuerpo no supiera cómo reaccionar. Pero entonces, algo dentro de mí simplemente... se quebró.
Fang: (No...)
Mis labios se separaron, pero ninguna palabra salió. Sentí mi garganta cerrarse, el nudo en mi pecho volviéndose insoportable. Mi respiración se volvió errática, y antes de darme cuenta, mis brazos se aferraron a ella con fuerza, como si soltarla significara desmoronarme por completo.
Fang: "No..."
Rosa no se apartó, solo me sostuvo con la misma firmeza. No hubo palabras de consuelo inmediato. No hubo frases vacías.
Fang: "No es justo... ¡N-no es..... ju-justo!"
El temblor en mi voz me irritó. Traté de contenerlo, pero fue inútil. Todo lo que estaba aguantando terminó explotando en ese momento.
Fang: "¡No tenía que terminar así! ...No tenía que doler tanto... Yo... ¡yo no pedí esto, Rosa!"
Apreté los dientes con fuerza. Todo mi cuerpo temblaba. Traté de calmarme, de contenerlo, pero no pude. Mis dedos se aferraron a la tela de su ropa con una desesperación que odié sentir.
Fang: "¡Joder! ¡¿Para qué mierda lo dije si ya sabía cómo iba a terminar?! ¿Por qué tuve que hacerlo real?"
Rosa dejó escapar un leve suspiro, pero no intentó darme una respuesta inmediata. Solo se quedó ahí, soportando el peso de mis palabras, como si supiera que necesitaba sacarlo todo antes de poder escuchar cualquier otra cosa.
Fang: "No era para mí, ¿verdad...? Nunca... lo fue..."
La última palabra salió en un susurro quebrado, y ahí, finalmente, Rosa habló.
Rosa: "Tal vez no. Pero eso no significa que no haya importado."
Solté una risa amarga, sintiendo cómo mis manos temblaban aún más.
Fang: "¿Y de qué me sirve eso ahora? ¡¿Eh?! ¡Dime! No cambia nada, Rosa. ¡Nada! ¡Sigo aquí, sintiéndome como una completa idiota por haber esperado siquiera un poco!"
Rosa: "No..., no cambia nada. Pero admitirlo... duele menos que engañarte a ti misma u ocultarlo."
Solté una risa vacía esta vez. No tenía ni puta gracia, pero igual me reí.
Fang: "¿Doler menos? ¡Esto duele como el carajo! ¡Cada puta parte de esto! Kross... él... ¡él me importa! ¡Y yo le importo! Pero no así... nunca será... así..."
Me mordí el labio con fuerza, sintiendo el ardor en mis ojos volverse insoportable.
Fang: (¡mierda, Mierda, MIERDA!)
Rosa me miró sin apartarse. Su expresión era firme, pero no dura. No había lástima en su mirada, solo... comprensión.
Rosa: "Y eso es lo que más jode, ¿no? Saber que nunca fue una opción. Que no era cuestión de hacer más o menos, sino que simplemente... no era...."
Solté un suspiro entrecortado. Sentía que mi cuerpo pesaba una tonelada.
Fang: "No sé qué hacer con esto, Rosa... No sé cómo... seguir adelante sin que se sienta como si me arrancaran algo de adentro... me mantuve apenas frente a él... no se si podre en verdad..."
Rosa me sostuvo por los hombros, asegurándose de que la mirara.
Rosa: "Escúchame chica... Sigues adelante porque no tienes otra opción. Porque duele ahora, sí, pero un día te despertarás y dolerá un poco menos. Y al día siguiente, un poco menos. Y después... solo será un recuerdo. Uno que no te va a romper cada vez que lo pienses, uno que recordaras con cariño..."
Mis labios se apretaron. Mis hombros se sacudieron con una risa débil, rota.
Fang: "¿Y mientras tanto...? ¿Qué hago con todo esto?"
Rosa dejó escapar otro suspiro, su mano recorriendo mi espalda en un gesto lento, paciente.
Rosa: "Lo sientes. Lo dejas estar. No trates de correr antes de poder caminar ¿Lo entiendes?"
Cerré los ojos por un momento, tratando de grabar sus palabras en mi cabeza. No hacían que el dolor desapareciera, pero al menos... al menos me daban algo a lo que aferrarme.
Fang: "Gracias... Rosa"
Rosa: "Para eso estoy, Fang."
El silencio que siguió no fue incómodo. No fue doloroso. Fue... un respiro. Y aunque sabía que el dolor seguiría ahí por un tiempo, por ahora, con Rosa sosteniéndome, al menos no tenía que cargarlo sola.
El frío ya no me calaba tanto como antes. O tal vez simplemente estaba demasiado agotada como para sentirlo. Dejé que el silencio se asentara un poco más, sintiendo el peso en mi pecho disminuir, aunque solo fuera un poco.
Fue Rosa quien lo rompió.
Rosa: "Te llevo a casa. Vamos, que se hace tarde."
No tenía ganas de discutir. Y la verdad, tampoco quería irme sola. Asentí en silencio y comencé a caminar junto a ella hacia su auto. Cada paso se sentía más ligero, pero mi cabeza aún estaba hecha un lío. Y antes de darme cuenta, las palabras salieron solas.
Fang: "¿Por qué hiciste esto...?"
Rosa no respondió de inmediato. Solo me miró de reojo mientras sacaba las llaves de su bolsillo.
Fang: "O sea... eres como... la mejor amiga de Stella. Esto... esto era algo que tarde o temprano iba a pasar... ¿no? No lo entiendo."
Rosa soltó una risa nasal, como si mi pregunta fuera lo más estúpido que hubiera escuchado en su vida.
Rosa: "No seas pendeja, Fang."
Me giré para mirarla, pero Rosa simplemente subió los hombros con una expresión tranquila, como si lo que decía fuera la cosa más obvia del mundo.
Rosa: "Tú o Stella, me da igual. No es cuestión de quién es quién. Ambas son mis preciadas amigas. No me importa la situación, es irrelevante, te apoyaría igual. Stella haría lo mismo..."
Me quedé en silencio. Mirándola. Procesando sus palabras.
Fang: (Son mis... amigas... Siempre lo fueron.)
En mi cabeza, la voz de Kross resonó con claridad.
Kross[R]: “Tienes a tu banda. Tienes a Rosa. Tienes a Stella… Y me tienes a mí. Te aseguro que te apoyaremos, puedo dar mi vida por eso emplumada”
Me llevé una mano a la cara, soltando un suspiro cansado, pero esta vez... diferente. Kross, como siempre, diciendo lo obvio. Pero... necesitaba escucharlo. Necesitaba que alguien más me lo recordara.
Fang: (Gracias, idiota.)
Rosa destrabó el auto y ambas subimos. El silencio volvió a asentarse entre nosotras, pero esta vez no era incómodo. No era pesado.
Mientras el motor cobraba vida y Rosa salía del estacionamiento, me dejé caer un poco más en el asiento, mirando por la ventana. El peso en mi pecho seguía ahí, pero... ya no era insoportable. Ya no se sentía como algo imposible de cargar.
Fang: (Poco a poco... ya no pesa tanto.)
Me quedé en silencio por un momento, dejando que las palabras de Kross flotaran en mi mente. Tal vez... tal vez tenía razón. Tal vez era momento de dejar de asumir lo que sentía Naser y simplemente...
Fang: (Tal vez... debería intentarlo.)
No tenía claro cómo, ni cuándo, pero la idea de hablar con él ya no me parecía tan imposible. No significaba que todo cambiaría todo mágicamente, pero si Kross tenía razón en algo, era en que la opción de tratar siempre había sido mía. Y esta vez, elegiría enfrentar esto.
El auto se alejó del hospital, y por primera vez en todo el día..., sentí que podía respirar un poco mejor.
Fin del capítulo.
Notes:
bueno, esto se sube el 21, viernes... y justo capitulo de Fang, Nice. Primero que nada, agradecer a dos tipazos, Dardragun707 y SrSenior, debido a que me ayudaron a decidirme de como quedaría el capitulo además de como se comporta "Red" si lo ven mas expresivo es gracias a ellos que me ayudaron con sus palabras, en verdad muchas gracias a esos dos panas.
No tengo mucho que decir del capitulo, quería ya terminar esta cosa entre Kross y Fang, pero tampoco joderla, originalmente el interés iba a ser la Ptero monocromática... pero no se... gano la Stego, nada que hacerle, talvez en alguna otra ocasión u otro fic...
También, esto como dato, ya me jodi mucho la cabeza con la apariencia de este pendejo llamado Kross, sinceramente nunca pensé en una característica mas allá de como es el pelo o la estatura, soy pésimo con esas cosas y en partes anteriores trataba de dar ideas de como se ve el niño pero gracias a un desgraciado que conocí, puedo decir que gracias a él con total seguridad que canonizo (casi) la apariencia de Kross, "Mr_Anyth1ng", un saludo.
-Kross se le puede ver como "Johan Seong" del Manhwa/Weebtoon "Lookism" el unico cambio seria el color del pelo (De cafe, ponganselo negro) para algunas escenas de pelea, pero en general, la apariencia es otra.No tengo mucho mas que decir el siguiente cap se esta cocinando, lo unico que puedo decir es que le estan dando una paliza los CHNO a Kross.
Mis recomendaciones.... aqui tan.
Dardragun707, con "Un vaquero en Volcano High" Saco capitulo nuevo, Se protege con todo a la hermanita del vaquero.
SrSenior, con "That-..." no espera, con "The Volcano Mercenaries: Historias de Volcano" Una putisima historia basada en DnD vayan a verlo con su prota el Walala... ¿o era el Walazar?.... no importa, a leer.
A patata_Yazob, con "Una luz de esperansa en una depresión psicótica". Tal vez saque cap en luna llena o capaz con una historia nueva, a esperar.
Xomy90 con "Un felino en Volcano High".... cuiden al gato, y que no llene de pelo la sala.
Chicken_Brain con "Birds of a feather".... se acerca el final cabros, preparense porque la diabetes esta alta.
Y si no la han visto, mi otra historia "Racing Hearts at Volcano High", Apoyen a Neon que esta pendejaEso es todo, gracias por llegar hasta aca, y gracias tambien a los que dejan un comentario, hasta la proxima :]
Chapter 24: Sombra del pasado
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Kross. Red-Blue
Despertar con total claridad era una sensación que había olvidado.
Mi cuerpo ya no se sentía como una carga pesada, ni mi mente como un rompecabezas a medio armar. Por primera vez en días, mi visión era nítida. La niebla que me había envuelto desde aquel incidente finalmente se había disipado.
Blue: (Todo está en orden... ya puedo tomar el mando sin que haya consecuencias.)
Flexioné los dedos de la mano, asegurándome de que cada movimiento respondiera con precisión. Me incorporé en la cama, sintiendo la energía en mis piernas. No había inestabilidad. No había nada que afectara el rendimiento. Solo el recordatorio constante de que, a pesar de todo, mi cuerpo siempre encontraba la forma de adaptarse.
Blue: (Ya estamos listos para empezar con lo que acordamos con Cass... solo queda esperar.)
Pero había algo más. Algo que había notado en estos días, algo que no podía ignorar.
Blue: (Red... has estado demasiado activo.)
Red: (¿Y eso te molesta?)
Blue: (No. Solo me parece curioso. Antes, solo tomabas el control en ciertas situaciones... pero ahora estás mucho más presente y.... Bueno, expresivo...)
Red se mantuvo en silencio por unos segundos, como si estuviera buscando la mejor forma de explicarlo.
Red: (Antes, solo me necesitaban para muy pocas cosas, prácticamente no era tan necesario... así que te deje la mayoría del tiempo actuar sin preocuparme. Pero ahora... las cosas cambiaron.)
Blue: (¿Por qué dices eso?)
Red: (Porque... ¡porque ya no puedo estar al margen!... Joder, Blue, no puedes decir que no lo notas. Lo que pasó con Stella... lo que sentí, lo que descubrimos... ya no es solo sobrevivir.... ¡No puedo quedarme atrás mientras todo esto pasa!... No quiero.)
Procesé sus palabras con calma. Red siempre había sido el instinto, la mitad más expresiva de los dos.... Pero ahora... había más.
Blue: (Quieres estar presente por ella.... por lo que sentiste... por lo que sentimos.)
Red: (¡Exacto! No puedo quedarme afuera, el que solo aparece cuando se necesita gritar o yo que se. ¡Tengo que ser más que eso... porque ahora sí importa!)
Guardé silencio por un momento. Había algo diferente en Red, algo que nunca antes había notado con tanta claridad. Más decidido.
Blue: (Lo... tratare de entender... y no te detendré.)
Red: (No podrías, aunque quisieras.)
Blue: (Como digas...)
Red podía ser explosivo, impredecible... pero en este momento, su determinación era innegable. Y quizá, por primera vez, estaba completamente de acuerdo con él...
...
Hoy es domingo. Habían pasado varios días desde lo de Fang, y ayer había hablado con Spears para que la detective Cass pasara a recogerme y empezar con toda esta cosa de mejorar.
Red: (Aunque falta un puto detalle.)
Kross[R]: "¿Dónde mierda está mi brazo?"
Blue: (Buena pregunta.)
Red: (¡No jodas!, claro que es una buena pregunta. ¡¿Dónde carajo está?!)
Blue: (Si tengo que hacer una suposición, diría que tiene que ver con el Bartholomew y Cass.)
Red: (¡¿Y para qué mierda lo quieren?! ¿Lo van a poner en una repisa o algo?)
Blue: (Tal vez quieren verlo ellos mismos.... Comprobar que lo que dijimos es cierto.)
Red: (Tch... Como si no fuera suficiente que casi nos matan, ahora también tienen que ver si lo que decimos es verdad.... Jodido mundo.)
Pasaron un par de minutos antes de que la puerta se abriera. La figura que apareció en el umbral era inconfundible....
Cass: "Buenos días, mi chico mutante favorito. ¿Lista para el gran día?"
Kross[R]: "Lo estaría más si me dijeras dónde carajos está mi brazo."
Cass: "Directo al grano, me gusta eso. Pero antes de entrar en detalles, hay algunas cosas que necesito que hagas. Y para eso, tenemos que movernos y salir de acá."
El doctor, que estaba atrás de ella, tomó un sorbo de su termo con total calma antes de hablar con su tono relajado.
Bartholomew: "Básicamente, ya estás bien. Solo intenta no terminar aquí otra vez, sobre todo por culpa de esta mujer."
Cass: "Ey, ey, no lo trates como si fuera un niño. Es un chico grande. Además, si termina aquí por mi culpa, es porque hizo algo demasiado genial."
El doc solo resopló con una media sonrisa, pero no dijo nada más. Cass giró hacia mí y me hizo un gesto con la cabeza.
Cass: "Hora de moverse, mutante."
Kross[R]: "Empiezo a arrepentirme de esto.”
Me puse de pie, asegurándome de que mis piernas respondieran bien, y miré al Doctor una última vez.
Kross[R]: "Nos vemos, Doc."
Bartholomew: "Intenta no morirte."
Con eso, seguí a Cass hasta la salida del hospital, listo para lo que viniera. El aire frío de la mañana golpeó mi rostro en cuanto salimos del hospital.
La detective no perdió tiempo en arrastrarme hasta su auto, obligándome a subir antes de que pudiera siquiera hacer alguna pregunta. Me acomodé en el asiento con un suspiro pesado mientras ella encendía el motor y se incorporaba a la carretera.
Kross[R]: "Bien, ya estamos en marcha... ¡¿Ahora sí me dirás qué mierda pasó con mi brazo?!"
Cass soltó una pequeña risa, sin siquiera apartar la vista del camino.
Cass: "No te me impacientes, mutante. Ya llegaremos a esa parte."
Red: (Oh, claro, porque no es como si fuera algo importante.)
Kross[R]: "¿Lo dices en serio? No es como si estuviera preguntando por un puto accesorio, además deja de decirme ‘Mutante’..."
Cass: "Relájate primero, luego te cuento."
Blue: (Lo mejor es mantener la calma. Si se rehúsa, insistir solo la hará más molesta.)
Red: (Igual no me gusta una mierda esperar...)
Cass me miró de reojo, notando que ya no tenía la mandíbula apretada...
Cass: "Eso está mejor. Ahora que no pareces a punto de lanzarme por la ventana, escúchame bien. Antes de hablar del brazo, hay algo que quiero comprobar."
Kross[R]: "¿Y qué mierda sería eso...?"
Cass: "Tus limitaciones, Kross. Quiero ver hasta dónde puedes llegar, qué tan fuerte eres en realidad. Lo que hiciste con esos tipos, quiero comprobarlo por mí misma y los chicos."
Red: (¿Qué, acaso las palabras no son suficientes?)
Blue: (Tendrá sus razones)
Kross[R]: "¿En serio? ¿No fue suficiente con lo que te conté o lo que viste?"
Cass: "No me malinterpretes. Sé lo que hiciste gracias a ti y a esa chica que estaba contigo, pero quiero verlo de primera mano lo que puedes hacer mientras eres consciente..., la primera vez prácticamente eras como un animal y lo que paso hace unos días según la info que tengo parecías un robot. También quiero saber qué tan peligroso puedes ser si las cosas se salen de control."
Su mirada se endureció apenas por un instante antes de soltar la parte que sabía que no me iba a gustar.
Cass: "Y tu brazo es un seguro. Si con uno solo lograste dejarlos en ese estado a esos tipos, prefiero no descubrir qué pasaría si estuvieras en condiciones óptimas sin una evaluación previa."
Red: (Me molesta que le encuentre razón en esto...)
Blue: (Aunque pareciera que no se toma nada en serio... se nota que sabe lo que dice.)
Kross[B]: "Comprendo tu punto, pero habría preferido saberlo de antemano. Aunque, para ser justos, hacer lo que hice para proteger a Stella me dejaría mínimo sin visión nuevamente... o tener que visitarlo en tiempo récord.... Así que lo de pelear en ese estado... no gracias."
Cass arqueó una ceja.
Cass: "Eso también te quería preguntar ¿Me explicarías mejor tus cosas? Ya sabes lo de ser animal o robot según el caso..."
Blue: (Supongo que es mejor que lo entienda ahora.)
Con calma, le expliqué cómo funcionaban nuestras capacidades dependiendo de quién estuviera al mando. ‘O-Red’ podía llevar el cuerpo más allá de su límite con pura intensidad aumentando su rendimiento, cosas como la fuerza, resistencia y regeneración eran las más afectadas, pero sin un control real...
Cass: “Así que ese es el animal... ¿y el robot?”
Le explique que ‘O-Blue’ podía mantener un control total, pero haciendo uso continuo de nuestras capacidades a máxima potencia sin descanso, lo que eventualmente llevaba al colapso y daños a las áreas más afectadas como la visión y los músculos de las piernas.
En resumen, Red iba más allá del límite del cuerpo, y resultaba en un daño severo en las características explotadas. Si yo lo hacía, simplemente no podríamos seguir el ritmo por mucho tiempo antes de sufrir las consecuencias. En cualquiera de los dos casos, el cuerpo sufre a su manera, aunque la de Red tarda más en regenerarse.
Cass se mantuvo en silencio por un momento, procesando la información.
Cass: "Bueno, ahora tengo una idea mejor de cómo funcionan las cosas... aunque sigue siendo raro.... Y mira nada más, justo a tiempo, porque ya casi llegamos. Relájate mientras puedas, porque después... dudo que puedas hacerlo."
Red: (Eso suena prometedor.)
Blue: (Debemos estar preparados para lo que sea que tenga en mente.)
Red: (O tal vez solo nos vamos a divertir golpeando a Abe...)
Tal como dijo Cass, llegamos a nuestro destino… pero no era lo que esperaba.
Desde afuera, el lugar parecía una simple ferretería. No había nada llamativo, ningún indicio de que escondiera algo más. Incluso al entrar, todo parecía normal. Estanterías con herramientas, un mostrador desgastado y un viejo sentado detrás de él, que ni siquiera levantó la vista cuando entramos.
Cass avanzó sin dudarlo, lanzándole un saludo despreocupado al viejo.
Cass: "¿Cómo va todo, Chuck?"
Él solo asintió sin mucho interés, dejando que Cass siguiera su camino como si fuera algo de rutina. La seguí en silencio, pasando por una puerta lateral que llevaba a una escalera en espiral que llevaba a un pasillo....
Red: (No me gusta esto.)
Blue: (Lo sé.)
Bajar por un camino oculto, sin saber exactamente a dónde nos dirigíamos, me resultaba inquietante. No ayudaba el hecho de que mi primer recuerdo de algo similar no era precisamente agradable... El sitio parecía normal... carajo.
Red: (¿Y si esto es una jodida trampa? ¡¿Si nos están llevando directo al matadero y nosotros como idiotas siguiéndola?!)
Blue: (No es el caso.... Pero entiendo la sensación.)
Cuando llegamos al final del pasillo, nos detuvimos frente a un ascensor. Cass tecleó un código en el panel sin siquiera mirar y entró primero, haciéndome un gesto con la cabeza para que la siguiera.
Por un momento, me quedé quieto. Todo en este lugar me ponía en alerta, la sensación de encierro, la estructura metálica… era demasiado familiar de la peor manera posible.
Cass lo notó.
Cass: "Escucha, sé que no te gusta esto. No soy estúpida ni ciega. Pero no estamos aquí para repetir la mierda que te hicieron, sino para que mejores tu control."
Respiré hondo y asentí.
Blue: (No es lo mismo. No es el mismo sitio. Concéntrate.)
El ascensor descendió y, cuando las puertas se abrieron, me encontré con un espacio amplio que contrastaba con la entrada sencilla. La estructura era una combinación de lo industrial con lo tecnológico. Equipos avanzados, iluminación blanca fría y varias personas moviéndose de un lado a otro con prisa. Todo daba la sensación de eficiencia, pero también de algo fuera de lugar.
Red: (¡Aún no me gusta ni una putisima mierda este sitio!)
Cass: "Bien, vamos directo al área de práctica. Los demás deberían estar esperándonos... y más les vale no estar haciendo ninguna mierda."
Caminamos un rato por los pasillos, pasando junto a más personal que apenas nos dirigía la mirada. Al final, llegamos a una sala más amplia donde nos esperaban tres figuras conocidas.
Abe estaba claramente frustrado, mientras que Surge parecía entretenido viendo lo que fuera que estaban haciendo. Neo, por su parte parecía contenta, tenía una pequeña sonrisa mientras movía la cola.
La razón de la frustración de Abe se hizo evidente en cuanto lo escuché quejarse.
Abe: "¡Esto es una mierda! ¡¿Cómo demonios esperas que gane si ni siquiera puedes hablar?!"
Surge soltó una carcajada, disfrutando de la escena sin intención alguna de intervenir.
Surge: "Eso es lo que hace que sea aún más gracioso, Abe."
Cass no tardó en llamar la atención de los tres.
Cass: "¡Dejen de joder y paren cualquier mierda que estén haciendo! Excepto tú, Neo, tú estás bien. Y prepárense, porque el chico llegó."
Red: (Mira cómo se nota el favoritismo.)
Blue: (No es relevante.)
Abe se cruzó de brazos con una sonrisa burlona, claramente disfrutando del momento.
Abe: "¡Por fin está listo el nuevo saco de boxeo!"
Kross[R]: "Si quieres que te revienten la cara..., solo dilo, no necesitas disfrazarlo."
Abe: "Oh, qué lindo, me amenaza con un solo brazo."
Surge: "Déjalo, Abe. Tal vez hasta nos sorprende."
Cass suspiró con una mezcla de fastidio y resignación, pasándose una mano por la nuca.
Cass: "A ver, a ver, cálmense un poco. O mejor aún… vamos a aprovechar esto. Abe, Surge, al medio del sitio. Vamos a ver qué tanto puede hacer el niño."
El ambiente cambió sutilmente. No me gustaba la idea de que me usaran, aunque no tenía otra opción, no tenía intención de echarme atrás.
Surge la miró con ligera pereza.
Surge: "¿Y yo por qué?"
Cass: "Porque sí. No te quejes mucho y ve."
Sin más, Surge simplemente se encogió de hombros y empezó a caminar. Abe, por otro lado, parecía más animado con la idea, como si llevara tiempo esperando esto.
Abe: "Por fin podré ir con todo, incluso con mis juguetes favoritos. Es mi oportunidad de vengarme por ese café."
Kross[R]: "¿Aún no olvidas esa mierda?"
Abe: "¡JAMAS!"
Chasqueé la lengua. Jodido idiota. Cuando estaba a punto de seguirlos al centro, sentí la mano de Cass en mi hombro, su agarre firme, pero sin agresividad.
Cass: "Ve con todo. Abe y Surge harán lo mismo. Lo único que te pido es que no uses tus… ya sabes, nada cortante. Si es que me entiendes."
Levanté mi única mano y la tensé apenas, dejando que las garras surgieran en una demostración rápida.
Kross[B]: "Lo tendré en cuenta."
Cass asintió, pero su expresión se tornó seria por un instante antes de soltar algo más.
Cass: "Y una cosa más... sí veo que las cosas se salen de control, no dudaré en dispararte."
Kross[R]: "Por mí, haz lo que quieras."
Empecé a caminar hacia el centro, el cuerpo relajado pero la mente enfocada. Justo antes de dar el primer paso dentro del área de combate, me giré hacia Cass.
Kross[B]: "Aunque pensándolo mejor. No me dispares en la cabeza."
Cass alzó una ceja.
Cass: "¿Por qué no?"
Red: (Así que lo pensó.)
Blue: (Si es para tratar pararnos no importaría... pero eso lo empeoraría.)
Kross[B]: "Los científicos lo intentaron una vez, y como ves... Sali vivo de eso. No recuerdo nada de lo que paso mientras perdí el conocimiento, pero después de eso, el personal se redujo. Asumo que fui yo."
Cass parpadeó un par de veces antes de soltar una leve risa.
Cass: "Entiendo. Lo tomaré en cuenta.... Ninguna bala ira a tu cabeza, pero de seguro te reviento una pierna"
Kross[B]: “Mucho... mejor.”
Aunque no me sentía cómodo tratado así.... mejor no concentrarse en esas cosas. Con eso dicho, avancé hasta el centro de la sala, sintiendo la mirada de los demás sobre mí. Abe estaba más que listo, mientras Surge simplemente esperaba sin muchas ganas.
Red: (Dos contra uno... Justo lo que necesitábamos.)
Blue: (Es una oportunidad para medirnos. No desperdiciemos el momento.)
Red: (Sí, sí. ¡Ahora déjame encargarme primero! Abe está pidiendo que le revienten la cara.)
Blue: (Haz lo que quieras. Veamos qué tanto aguantan...)
Di un par de pasos hasta quedar en el centro del área, echando un vistazo rápido a Abe y Surge.
Blue: (Surge tiene una especie de guanteletes en su mano y en la prótesis. Puede que tengan algún tipo de mecanismo incorporado, ten cuidado.)
Dirigí la mirada a Abe. Su equipo era diferente a la primera vez que lo vi. En lugar del bastón y el taser que había usado la primera vez hace bastante tiempo... ahora tenía varios objetos en su cintura, unas botas extrañas y…
Blue: (…¿Es en serio? ¿Una caña de pescar?)
Red: (¿Qué... mierda...?)
Blue: (Ni idea. Pero lo demás parece más razonable. Esas botas deben tener también algo raro mecanismo.)
Red: (No me importa lo que usen. Puedo arreglármelas.)
Blue: (Ten cuidado de cualquier imprevisto.)
Antes de que pudiera seguir analizando, la voz de Cass nos interrumpió.
Cass: "Lo repetiré una última vez. Esto es para medir las capacidades de Kross. No quiero verlos flojeando. Sobre todo, a ti Abe."
Lanzó una mirada a Abe y Surge antes de girarse hacia mí.
Cass: "Y tú, no los mates. Si las cosas se van de control, Neo y yo intervendremos."
Red: (Sí, sí, no tirar a matar. Lo tengo.)
Sin más preámbulos, Cass dio inicio al enfrentamiento con un disparo de una pistola que tenía mientras sacaba una botella con algo para empezar a beber.
Surge activó sus guanteletes, los cuales se expandieron hasta cubrirle parte del antebrazo. Abe, por su parte, sacó dos objetos de su cintura y, al juntarlos, se transformaron en un bastón.
Abe: "Hora de empezar."
Surge: "Trata de no quejarte después."
Red: (Pff, que vengan con todo.)
Kross[R]: "¡Los estoy esperando!"
Surge fue el primero en moverse, impulsándose hacia adelante con un fuerte estallido desde su mano. Abe no se quedó atrás, usando un mecanismo en sus botas para lanzarse a la carga.
El impacto inicial vino de Surge, quien lanzó un puñetazo frontal. Levanté la mano y lo detuve sin problemas, aunque me hizo tensar el brazo, pero antes de poder hacer algo, Abe apareció en mi costado, buscando golpearme con su bastón. Levanté la pierna, bloqueando el golpe justo a tiempo.
Para salirme de esa posición, mantuve mi agarre en Surge y giré en dirección contraria a Abe, usando la inercia para lanzar a Surge contra él. Abe logró esquivarlo sin problemas, mientras que Surge se recuperó de inmediato, haciendo un movimiento con el brazo que hizo que su guantelete disparara contra el suelo, ayudándolo a recomponerse.
Blue: (Las armas que tienen son bastante únicas. Adaptadas para su estilo de combate.)
Red: (Solo son unas mierdas molestias... )
...
...
...
Perspectiva de Cass
Observar la pelea en primera fila tenía sus ventajas. Desde aquí, podía ver con claridad cada movimiento, cada reacción, cada golpe lanzado y evitado. Kross no la tenía fácil, pero no estaba cediendo.
Surge avanzó primero, encadenando una combinación rápida de golpes. Su estilo era agresivo y directo, pero con un ritmo calculado. Kross lograba bloquear o esquivar cada impacto con precisión, aunque con solo un brazo, era evidente que estaba midiendo cada acción con cuidado.
Pero cuando parecía que tenía una oportunidad de contratacar, Abe se metía en su camino, usando su bastón para interceptar su movimiento y forzarlo a retroceder. No le daban descanso.
A mi lado, Neo observaba en silencio, su atención completamente enfocada en los tres. Sus ojos seguían los movimientos con detalle, analizando la pelea a su propio ritmo.
Cass: "Mira con atención enana, Surge no fue en serio cuando lucho contigo. Usó la fuerza justa para retener a un AL... Pero ahora que tiene a Kross en frente y sabe más o menos lo que es capaz de hacer, siendo una categoría superior, parece mucho más agresivo esta vez."
Y no estaba exagerando. Surge no estaba solo lanzando golpes, estaba usando los retrocesos de sus guanteletes para aumentar la velocidad de sus ataques, mucho más constante que en la pelea contra Neo. Cada impacto fallido se convertía en un nuevo impulso que le permitía ajustar su posición en un instante.
Kross, por su parte, no se quedaba atrás. A pesar de la presión de estar contra dos oponentes, se estaba acostumbrando rápido. Sus reflejos eran impecables, esquivaba con la mínima cantidad de movimiento y cada vez que veía una apertura, intentaba explotarla.
Pero Abe no se lo iba a dejar fácil.
Abe: "¡Venga ya, Fenómeno! Dime que no es todo lo que tienes.”
Kross[B]: “Silencio...”
Abe: “¡Empiezo a pensar que el cabrón que nos contaron era puro cuento! ¡¿O acaso te volviste un puto blandito después de perder el brazo?! ¿Qué me dices, fenómeno?”
Kross[R]: “¡Que te calles!”
Abe: “Dime, ¿Qué paso con esa actitud, fenómeno? ¡Porque ya me estas dando pena...!"
Kross[R]: "¡¿QUIERES PUTAS CALLARTE?! ¡Luego no llores cuando te deje en el suelo, IMBECIL!"
La provocación funcionó. Abe sonrió y cambió su enfoque. Su bastón se separó en dos, volviendo a su par de nunchakus. No perdió el tiempo y, aprovechando la distracción que había causado, maniobró con precisión, logrando desarmar a Kross con un movimiento rápido.
No desaprovecharon ese momento. Surge ya estaba en posición y, en un instante, conectó un golpe directo al estómago de Kross con una fuerza impresionante. En el impacto, por un breve momento, el cabello de Surge pareció encenderse, una señal clara de su habilidad, aun sin estar cargada del todo, el daño debió ser considerable.
El golpe mandó a Kross varios metros hacia atrás, arrastrándolo por el suelo. Pero lo sorprendente fue lo que pasó después. Kross se puso de pie casi de inmediato.
No tambaleó, no se quedó jadeando ni mostró signos de dolor evidente. Se levantó como si el golpe no hubiese significado nada.
Lo observé con atención, analizando su rendimiento.
Cass: (Está aguantando mucho mejor de lo que esperaba con un solo brazo. No solo eso, su velocidad de reacción ha sido impecable. Ha respondido a cada ataque sin dudar, y a pesar de haber recibido un golpe directo de Surge, sigue de pie como si nada...)
Esto estaba poniéndose cada vez más interesante.
Pero noté una cosita en Kross, justo después de recibir ese golpe. Fue mínimo, casi imperceptible, pero estaba ahí. Un ligero cambio en su postura, una forma diferente de pararse. Y luego, sus ojos... Ahora era ‘blue’ quien estaba al frente.
La pelea continuó. Surge y Abe siguieron con su sincronización de ataques, pero algo había cambiado. Kross aún bloqueaba y esquivaba, pero sus movimientos eran aún más fluidos.
Sus ojos se movían rápido, analizando cada ataque antes de que llegara. Abe seguía soltando comentarios sarcásticos entre golpes, pero esta vez no obtuvo respuesta. Aun así, no pude evitar notar un ligero tic en el ojo de Kross. Los comentarios tenían efecto, pero se estaba aguantando para no darle el gusto.
Después de unos segundos, Abe y Surge retrocedieron, deteniéndose a pocos metros de él. Kross no dejó de observarlos, tal vez analizando, tal vez calculando una estrategia. Surge aprovechó la pausa para recargar mientras Abe se burlaba.
Abe: "¡Vaya, vaya...! Parece que te acostumbraste un poco a nuestro ritmo inicial."
De repente, su expresión cambió a una sonrisa más amplia, como si se le hubiera ocurrido algo brillante.
Abe: "Pero... tengo una pequeña... y linda... cosita...solo...”
Antes de que pudiera reaccionar.
Abe: “¡PARA TI!”
Abe sacó una pistola de su cintura y disparó.
Vi cómo Kross levantó su única mano instintivamente, esperando bloquear la bala. Y en ese instante supe que había cometido un error grave.
Kross[B]: "...¿Qué clase de—?"
Kross[R]: "¡¿Pero qué... MIER—?!"
Kross[B]: "Ca-rajo...Mald-ito."
Kross[R]: “¡Si...te pongo...LAS PU...TAS MANOS EN.…CIMA—!”
Tan pronto como la bala tocó su piel, el resultado fue inmediato. Abe había modificado su arma para que sus balas tuvieran un efecto electrificante mayor, era incluso peor que cuando usó su taser. La electricidad recorrió el cuerpo de Kross en un instante, su reacción fue rígida y descoordinada por la descarga. Y claro, ellos aprovecharon ese momento.
Surge se movió primero, cerrando la distancia con un gancho directo al abdomen de Kross, seguido de un disparo desde su guantelete que lo empujó ligeramente hacia atrás. Sin darle espacio para reaccionar, lanzó otro golpe ascendente al torso, mientras que Abe giró en el aire, conectando una patada con esas botas modificadas en su costado.
Kross intentó recomponerse, pero la electricidad seguía afectando sus reflejos. Surge lanzó un derechazo con toda su fuerza, su guantelete soltando otra descarga en el impacto, mientras Abe se deslizó a baja altura y barrió sus piernas con otra patada impulsada por su mecanismo. Kross cayó de rodillas apenas un instante antes de recibir un rodillazo en la mandíbula por parte de Abe, seguido de un puñetazo lateral de Surge que lo hizo tambalearse.
Pero no había terminado.
El último golpe fue coordinado. Abe giró sobre su eje y soltó una patada alta directo a su cabeza, mientras que Surge concentró energía en su guantelete y descargó un golpe demoledor en su pecho.
El impacto fue brutal. Esta vez, la combinación de fuerza fue suficiente para mandar a Kross volando directo contra la pared con un estruendo seco.
A mi lado, Neo estaba totalmente impresionada, sus ojos fijos en la escena mientras su cola se movía rápido, casi de forma involuntaria. No veía ese tipo de reacción en ella muy seguido.
Cass: "Oye, tranquila enana. Si te emocionas más, vamos a tener que empezar a apostar."
Sin prisa, abrí mi chaqueta y saqué una petaca de whisky del bolsillo interior. Me tomé un trago sin apartar la vista de la pelea.
Cass: "Aunque... no te culpo. Eso fue una jodida locura... después les diré unas palabritas por la pared..."
Me dolía un poco ver el daño en el recinto. Pero... bah, sigue en pie, así que lo llamaremos un daño aceptable.
Mientras tanto, Abe y Surge estaban ahí, charlando como si no hubieran estampado a Kross contra la pared hace unos segundos. Y hablando de Kross..., salió del impacto con toda la calma del mundo, tronándose los huesos con un chasquido tras otro. Lo vi moverse y, oh, sí, estaba molesto. Su postura lo delataba, y ese ojo rojo suyo volvía a dominar su mirada.
Pero había algo más que me llamó la atención.
Su ropa estaba desgastada, pero su cuerpo… intacto. Ni un puto rasguño. Nada. Lo mínimo que debería tener sería la mandíbula rota o, al menos, un moretón bonito en la cara después del golpe que se comió. Pero no, lo único en lo que podías notar que había sido golpeado era la suciedad pegada en su piel. Como si su cuerpo simplemente decidiera ignorar todo el castigo que le habían dado.
Mierda, ese tipo sí que estaba construido diferente.
Volví la vista a los otros dos, que ya estaban preparándose para seguir. Pero Kross…
Cass: (A ver… ¿estás en serio? ¿Solo vas a caminar hacia ellos como si nada?)
No es que pareciera calmado, pero tampoco estaba lleno de rabia como antes. No. Su forma de avanzar tenía algo más… firme. Como si en su cabeza ya supiera cómo iba a terminar esto y solo estuviera siguiendo un plan.
Surge pareció captar la idea y, como el cabrón que es, decidió seguirle el juego. Dio un par de pasos antes de impulsarse con sus guanteletes, cerrando la distancia en un instante y lanzando un golpe directo al rostro de Kross.
El impacto fue limpio. Fuerte. Lo suficiente para que cualquiera saliera volando aun si lo hubiera bloqueado.
Pero Kross.
Ni. Se. Movió.
El sonido del golpe resonó en la sala, pero él apenas inclinó la cabeza con el impacto. Y entonces, sin una puta pausa, levantó su brazo para devolver el golpe. Solo que justo antes de que pudiera conectar, el golpe se desvió ligeramente, apenas unos centímetros.
Abe. Ese bastardo ya se había colocado en posición y había usado el diseño de la caña de pescar de ese tipo. ¿Cuándo coño la había sacado? Ni idea. Pero ahí estaba, ese mecanismo ridículamente simple y efectivo. Con solo presionar un botón, el gancho en la punta se disparó, conectado por un cable lo bastante resistente como para desviar la fuerza de Kross.
No era algo nuevo para mí, me recordaba al paraguas de Neo cuando peleó contra Surge: más herramienta de apoyo que un arma en sí. Y aquí estaba funcionando de la misma forma.
Surge aprovechó el tirón para disparar hacia adelante, lanzando un golpe rápido a Kross antes de impulsarse de nuevo hacia atrás y aterrizar al lado de Abe.
Abe: "¡Eres un jodido idiota por hacer algo así!"
Surge solo sonrió, encogiéndose de hombros como si nada.
Surge: "Quise ver qué pasaba. Me pareció interesante."
Cass: "¡Les dije que se lo tomaran en serio! ¡Porque jugar con el mutante psicópata es un pasatiempo sano...! Dios..."
....El cambio en Kross fue repentino demasiado repentino.... Hasta ahora, había optado por bloquear y esquivar los ataques, y aunque se notara la diferencia entre quien mierda peleaba... aun así...
Cass: (El último golpe lo recibió de cara...literalmente...)
Sin prácticamente ninguna consecuencia. Ni tambaleó, ni mostró dolor, ni un solo indicio de que le hubiera afectado en lo más mínimo. Y por la forma en que ahora se movía…
Cass: (Oh..., mierda. Ahora sí va en serio.)
...
...
...
Perspectiva de Kross
Red: (¡Otra vez ese cabrón metiéndose antes de que pudiera darle al fosforo! Ya me está colmando la puta paciencia...)
Blue: (No es solo eso. Su coordinación es eficiente, y gracias a Abe... es algo impredecible...)
Red: (Sí, sí, lo que sea.... Dime qué sacaste de todo esto. Porque no me comí ese golpe por nada...)
Blue: (Abe está más enfocado en asegurarse de que no golpeemos a Surge que en atacarnos directamente. Funciona como un apoyo estratégico, pero tampoco se queda corto... Usa diferentes herramientas para distraer o desviar golpes, y aún no sabemos si tiene más trucos guardados...)
Red: (¿Y el otro imbécil?)
Blue: (Surge ataca sin descanso, presionando para que no tengamos tiempo de reaccionar. Y cuando su cabello se enciende ligeramente... esos golpes son considerablemente más peligrosos. Con Abe dándole el pase libre, la combinación es efectiva.)
Red: (Tch, son jodidos.)
Blue: (Sí, pero ya vimos cómo operan cuando llevan el ritmo. Aparte de que viste en primera fila que si no es un golpe potenciado lo podemos parar fácil... y ya me estoy aburriendo Abe...)
Red: (¡No tienes que decírmelo, cerebrito! Me estoy cansando de su actitud de mierda...)
...
Red: (Basta.)
Sin perder el tiempo, avancé directo a ellos. Ya no había paciencia, ya no había espera. Me encargaría de romperle la puta cara a Abe primero y luego vería qué hacía con el otro.
Surge se preparó al instante, en guardia como si con eso fuera a detenerme. Abe, en cambio, sonreía, confiado de más. Su mano fue al bolsillo, mientras la otra descansaba en la cintura, con esa misma jodida actitud que me estaba cansando.
Abe: "¡Impresionante, eh! Recibiste ese golpe como un verdadero saco de boxeo... Deberías... considerar hacerle competencia a los del gimnasio."
Kross[R]: "¡Se acabaron los juegos, imbécil...!"
Kross[B]: “Espero que estés listo, Abe.”
Abe: "Lindo truco con ese doble tono... ¿Qué pasó, fenómeno...? No me digas que ahora sí te pusiste—"
Red: (¡Me harté de es palabra...!)
No lo dejé terminar. Mi cuerpo ya se movía antes de pensarlo. Un instante antes estaba ahí parado y al siguiente estaba lanzándome directo a su cara. Iba a reventarlo de un solo golpe, a hacerlo callar de una puta vez.
Pero entonces..., Surge apareció de la nada.
El puño vino de frente, cargado con energía, y chocó de lleno contra mi torso. El impacto resonó en el aire, sacudiéndome los huesos con la explosión de fuerza. La presión me hizo retroceder varios pasos, pero no me derribó. No esta vez.
Blue: (Aprovechó nuestra velocidad para contrarrestarnos con un golpe potenciado. Sabe que no podemos seguir recibiendo ataques sin respuesta.)
Red: (¡Me importa una mierda! ¡Voy a hacer que se arrepienta!)
No perdí tiempo. Apenas mis pies tocaron suelo, ya estaba cargando de nuevo. Pero otra vez, Surge intentó interponerse. Esta vez, lo intercepté con una patada antes de que pudiera conectar y lo hice tambalear con el impacto.
Blue: (Va sintiendo los golpes. Continua.)
No me detuve. Avancé sin pausa, cerrando la distancia de inmediato. Surge intentó recuperarse con un nuevo ataque, pero lo bloqueé sin esfuerzo. Sentí el impacto en mi cuerpo, pero no retrocedí. Su expresión cambió apenas, como si se diera cuenta de que la diferencia de antes y ahora era demasiado obvia.
Red: (¡Venga, cabron! ¡VAMOS!)
Surge giró, lanzando otro golpe con su otra mano, pero esta vez fui más rápido. Me agaché y solté un contraataque dirigido a su costado. Él apenas logró reaccionar, desviando parte del impacto con un movimiento rápido.
Abe no se quedó quieto. Dejó de lado los comentarios y pasó a la acción de inmediato. Disparó con su pistola, obligándome a moverme, pero justo cuando intenté reposicionarme, sentí un tirón sutil en mi cuerpo.
Blue: (Usó la caña para ajustar nuestra posición. Está apoyando a Surge en tiempo real.)
Red: (¡No deja de meterse el bastardo este...!)
Lo noté en su forma de moverse. Iba alternando entre redirigir ataques con la caña y usarla para apartar a Surge los centímetros suficientes para que no pudiera golpearlo. Mierda, ya no tenía esa actitud relajada de antes. Estaba tenso. Y yo sabía lo que significaba eso.
Sus movimientos eran jodidamente rápidos, pero aun así, vi cuando sacó algo del bolsillo. Algo pequeño.
¿Una esfera?
¿Qué carajo iba a hacer con eso? No tuve tiempo de averiguarlo.
Blue: (¡Cuidado—!)
Giré la cabeza en el último momento, calculando el ángulo para evitar el impacto total. Aun así, sentí el proyectil rozando mi sien. No era una simple canica. Era un proyectil diseñado para ser rápido, preciso. La puntería de Abe era ridícula.
Blue: (Si esa cosa nos daba de lleno en el ojo, podríamos quedar temporalmente cegados. No subestimes su fuerza, incluso objetos pequeños pueden causar un daño considerable con la velocidad adecuada.)
Red: (¡Jodido bastardo!)
Ese cabrón no paraba de moverse. Mientras el fósforo me presionaba con golpes y esos jodidos disparos de su guantelete, Abe seguía con su mierda. Lanzaba proyectiles como si fuera una máquina de tragamonedas descompuesta. Monedas, dados, tornillos... cualquier mierda que pudiera convertir en un arma. Y claro, siempre apuntando a lo jodidamente molesto: ojos, garganta, articulaciones.
Blue: (Su estilo de combate no es solo soporte, también es precisión. Está buscando cualquier mínima apertura para hacer daño sin necesidad de fuerza bruta.)
Red: (¡Me da igual esa mierda! Si cree que va a seguir con sus trucos baratos, ¡le voy a romper la PUTA cara!)
Empujé hacia adelante, sin darle espacio a pensar en otra de sus mierdas. Surge, por primera vez, tuvo que retroceder. Bien. Abe levantó la pistola, listo para seguir con su jueguito. No le di la oportunidad. Me moví antes de que pudiera apretar el gatillo.
Se acabó la joda con esas balas.
Justo cuando creí haber ganado espacio, el fósforo tomó aire y arremetió sin esperar nada. Su jodido cabello empezó a brillar con más fuerza.
Blue: (Está cargando otro ataque.)
Red: (¡Que venga, lo—)
Pero en el último segundo, el cabrón se frenó.
Golpeó el suelo con toda su fuerza, y la explosión del guantelete desató una onda de choque. La presión me elevó del suelo de un solo golpe, jodiéndome el equilibrio en el peor momento.
Blue: (Mal momento para quedar suspendido.)
Red: (¡Carajo!)
No tuve tiempo de corregir mi postura. Abe apareció abajo y me reventó con una patada ascendente usando esas jodidas botas modificadas, mandándome aún más alto. Mierda. Ni siquiera me dejó respirar antes de disparar tres veces seguidas. La electricidad me recorrió el cuerpo de inmediato, y el maldito ardor se me metió hasta los huesos.
Red: (¡AAAAAHHHHHH—........! Puta... madre....)
Blue: (Nuestro cuerpo... aún está resistiendo..., pero esta intensidad de descargas repetidas puede…)
Red: (¡Sí, sí...! ya lo sé. ¡Concéntrate porque pare—!)
Blue: (Cuidado, que viene de nuevo.)
Surge no dejó pasar la oportunidad. Se impulsó con otro disparo de sus guanteletes, ajustando su trayectoria con precisión antes de disparar de nuevo, aumentando su altura hasta quedar justo sobre mí.
Blue: (Si nos agarr—)
Demasiado tarde.
Usó el retroceso de su guantelete para lanzarse en dirección contraria, ganando velocidad en un instante. Antes de que pudiera reaccionar, atrapó mis piernas con un agarre firme y empezó a girar en el aire, aumentando la inercia con cada rotación. Sentí la presión en mi cuerpo, la sensación de vértigo antes de la caída.
Luego, justo antes del impacto, disparó de nuevo con su guantelete, añadiendo aún más potencia al movimiento.
El golpe contra el suelo resonó en todo el recinto.
Red: (Hijo de—)
Blue: (Desde la derecha.)
Rodé sobre el suelo en el último segundo, esquivando la patada descendente de Abe. El aire cortante pasó junto a mí, rozándome apenas. Me reincorporé de inmediato, enfocando mi postura antes de lanzarme hacia él con un contraataque directo.
Pero Abe no se quedó quieto. Su báculo apareció en su mano y, con una precisión casi irritante, desvió mi ataque con un movimiento limpio.
Sin perder fluidez, sus manos trabajaron rápido, separando los extremos del arma hasta convertirla en sus nunchakus. Apenas vi el cambio cuando su muñeca giró con precisión quirúrgica, descargando un golpe directo a mi brazo.
No fue solo el impacto…
El estruendo de la escopeta integrada en el arma amplificó la fuerza del golpe. En un instante, sentí la presión recorrer el hueso hasta que cedió. Un crujido seco. Una fractura limpia.
Red: (¡Bastardo de m—!)
Retrocedí de inmediato, ajustando el peso para recuperar estabilidad, pero no me dieron ni un segundo. Surge ya estaba encima, lanzando otro puñetazo con toda la potencia de esos jodidos guanteletes. Alcé la pierna para bloquearlo con una patada, pero en el último segundo sentí el maldito tirón de la caña de pescar de Abe jalándome lo justo para hacerme perder el equilibrio.... Oh
Red: (...Mierda.)
Blue: (Esto será molest—)
El impacto llegó sin que pudiera corregirme. El golpe me dio de lleno en el torso, la fuerza me lanzó varios metros hacia atrás. Apenas toqué el suelo, rodé sin perder tiempo, evitando quedar expuesto en el suelo.
Red: (Ese maldito...)
Blue: (Ya se está regenerando.)
Lo sentí casi de inmediato. Los huesos reajustándose con la presión familiar, la carne cerrándose sobre sí misma sin que tuviera que hacer nada. En segundos, el brazo estaba otra vez funcional.
No había tiempo para pensar en eso. Abe y Surge ya estaban moviéndose de nuevo, listos para seguir con su mierda.
Surge se lanzó primero, encadenando golpes en una combinación rápida. Un directo al rostro que esquivé por centímetros, seguido de un gancho ascendente que logré bloquear con esfuerzo.
Pero no se detuvo ahí. Cambió el ángulo en el último segundo y disparó su guantelete en medio del ataque, añadiendo un retroceso extra que convirtió su siguiente golpe en un impacto aún más peligroso. Su cabello seguía brillando con cada movimiento, dejando en claro que estaba cargando cada uno de sus golpes.
Blue: (Varía sus golpes para hacerlos... menos predecibles.)
Red: (Maldito... fósforo...)
El cabrón no peleaba solo, y Abe no perdía tiempo. Movía los nunchakus con precisión, siempre apuntando a las zonas más jodidas. Un golpe seco a las costillas, un barrido rápido a la pierna, luego un giro ágil para meterme un golpe en la espalda justo cuando me movía para esquivar a Surge.
Y mierda, no sabía de qué estaban hechos esos nunchakus, pero molestaban como el infierno.
Red: (¡Haz algo para tener un PUTO respiro!)
Blue: (Un... momento...)
Bajé mi centro de gravedad, colocando una mano en el suelo para impulsarme con fuerza en una patada giratoria. El impacto conectó con ambos, sin causarles daño real, pero lo suficiente para hacerlos retroceder unos metros.
Aterricé con estabilidad, reajustando mi postura mientras los observaba recuperar el equilibrio. Sus movimientos seguían siendo fluidos, no mostraban señales de agotamiento crítico, pero su respiración se había vuelto más pesada.
Blue: (Siguen el ritmo sin problema.)
Red: (Sí… pero tampoco están cómodos. Míralos... Sudando, respirando más pesado...)
Blue: (Supongo que es porque Cass no está participando. Se supone que ella estuvo presente cuando nos sometieron en el estacionamiento de la escuela..., pero no ha dejado de observarnos ni un momento.)
Red: (Sí, la he sentido todo este maldito tiempo.)
Desde que la pelea empezó, su mirada no se apartó de nosotros ni un segundo. No importaba cuántos tragos le diera a esa petaca ni qué tan relajada pareciera. Esa cabrona estaba lista. Y yo lo sabía.
Su presencia era una jodida sombra detrás de todo, una amenaza silenciosa que no dejaba de estar ahí, esperando.
Blue: (Bueno... a lo menos es un buen seguro...)
Red: (Pero eso no quita lo moles—.)
Entonces, algo se sintió mal.
Una punzada de molestia en el ojo, rápida y punzante. Era suficiente para que mi cuerpo reaccionara de inmediato. Llevé la mano a mi rostro y sentí algo incrustado en él. Lo saqué sin pensarlo, pero el daño ya estaba hecho.
Mi visión se oscureció en un lado.
Abe: "¡Ja! ¡Vaya, vaya! Parece que alguien se distrajo…"
Levanté la mirada y ahí estaba, con esa maldita sonrisa burlona mientras miraba a Surge con autosuficiencia.
Abe: "¡Eh, Surge! Me debes quince dólares."
Surge chasqueó la lengua con fastidio, cruzándose de brazos.
Surge: "No vale. Apostaste en tu contra, dijiste que no le ibas a dar en el ojo."
Red: (Este... este... ¡ESTE HIJO DE—)
Kross[R]: "¡¡¡Voy a arrancarte esa maldita lengua, PAYASO!!!"
Kross[B]: "¡Abe... más te vale disfrutar este momento! ¡Porque lo vas a pagar!"
Algo dentro de mí se rompió. Algo profundo, enterrado bajo toda la paciencia que ya no tenía. Esta mierda ya no era una pelea. Ya no era un entrenamiento, una prueba o cualquier excusa que quisieran ponerle. No.
Esto era personal.
Red: (¡Estoy harto de su puta voz! ¡Estoy harto de su maldita actitud! ¡Estoy harto de que se crea intocable! ¡Todo el puto tiempo hablando y hablando...! ¡¡Voy a hacer que escupa sangre!! ¡¡Voy a partirle cada diente!! ¡¡¡VOY A ESTAMPAR SU CABEZA CONTRA EL SUELO HASTA QUE NO PUEDA VOLVER A LEVANTARSE!!!)
Blue: (Ha sobrepasado mis límites. No es solo provocación, está jugando con nosotros como si fuéramos una broma. Y no lo es. ¡Esto se acabó!)
Mis músculos se tensaron, cada fibra de mi cuerpo preparándose para moverse. Mi único brazo ardía de la presión contenida, listo para descargar toda la rabia acumulada. Ya no importaba nada más. Solo ver a Abe en el suelo.
Me lancé.... pero...
PUM.
El sonido del disparo quebró el aire. Un eco seco y brutal que resonó en todo el recinto.
El impacto llegó antes de que pudiera entender qué había pasado. Mi cuerpo perdió estabilidad, la fuerza que llevaba se cortó en seco y caí al suelo con violencia. Un segundo después, una sensación extraña recorrió mi cuerpo. Era algo extraño. Era... ¿vacío?
Confusión....
Algo no estaba bien.
Miré hacia abajo.
Red: (Oh...)
Blue: (Eso... explica las cosas...)
Mi pierna… no estaba unida.
La rodilla se había ido. No era solo una herida. No era un corte superficial. El disparo la había separado completamente. Piel, músculo y hueso, arrancados en un instante. La sangre brotó con fuerza, manchando el suelo en cuestión de segundos.
Levanté la vista.
Cass.
Con la pistola aun apuntándome... con esa....... mirada......................
...
...
...
Perspectiva de Cass
No es que estuviera de acuerdo con el comportamiento de Abe. El cabrón sabía exactamente qué botones presionar y no tenía reparo en hacerlo solo por diversión. Pero al final, nos servía. Nos dejaba ver cuánta paciencia tenía Kross antes de explotar, y más importante aún… con quién era mejor hablar si queríamos evitar problemas.
Cass: (‘Red’ no era muy viable... se notaba que no nos tenía nada de confianza, menos con Abe... ‘Blue’ parecía aguantarse esas cosas...)
Guardé la pistola en su sitio y empecé a caminar hacia él sin bajar la guardia.
Cass: "Vamos..., Neo."
Neo me siguió en silencio, pero no tenía que decir nada para notar que estaba alerta. Seguro también había notado el cambio en Kross. Difícil no hacerlo después de lo que acababa de pasar.
Suspiré. Había tenido que dispararle con toda la potencia de una de mis pistolas. No había otra opción. Lo vi tensarse antes de lanzarse, su intención era clara: si llegaba a Abe, lo mataba. No había espacio para dudas... no podía permitirme un error, así como en la pelea de Neo... aunque esa vez salió mejor....
Y ahora, ahí estaba, sentado en el suelo recogiendo la parte de su pierna que perdió por el tiro, acomodándola en su lugar como si estuviera ajustando una pieza fuera de sitio.
Lo que más me jodía era que, en su cabeza, probablemente seguía listo para seguir peleando.
Cuando llegué junto a él, Neo se quedó un paso atrás, observándolo con la misma atención de siempre. Se notaba que estaba analizando cada detalle de la situación. Seguro había sentido la diferencia entre ella y él en la forma en que reaccionó.
Cass: "Oye chico... ¿Ya estás mejor o.… necesitas que te dispare otra vez?"
Lo dije con mi tono de siempre, pero tratando de darle un toque suave... No era difícil entender por qué había reaccionado así. Abe se había pasado con su actitud esta vez.
Kross[B]: "Estoy... bien..."
No tuve que ser un genio para notar la irritación en su voz. Pero era raro... no sonaba a como hablamos en el auto, o como respondía al llegar acá...
Cass: (... tal vez... sea cosa mía...)
Cass: "Lo siento un poco por lo de la pierna..., pero como te dije antes de empezar, si pasaba cualquier cosa, iba a disparar."
Kross[R]: "No importa.... Nunca importa."
Seguía con el mismo tono. No estaba molesto conmigo, pero esas palabras que dijo...estaba lejos de estar tranquilo. Y apostaba que estaba recordando cosas que no le gustaba absolutamente nada.
Al parecer noto como mi mirada estaba puesta en lo que hacía con su pierna o en la condición de su ojo porque soltó un suspiro antes de hablarme...
Kross[B]: "Se curará en unos minutos... talvez menos…"
Y podía verlo. La forma en la que los músculos se unían de nuevo, como si estuvieran buscando su sitio, como cada vez que parpadeaba su ojo parecía volver a como era antes....
Era un proceso extraño, asqueroso y jodidamente fascinante al mismo tiempo. Como si su cuerpo se estuviera cosiendo solo sin que él tuviera que hacer nada más que esperar.
Escuché pasos acercándose, no con prisa, pero sin pausa. Levanté la vista y ahí venían. Surge, con su expresión neutral de siempre, sin mostrar interés real en lo que acababa de pasar. Y Abe… bueno, Abe era Abe.
Lo vi con esa sonrisa suya, ese brillo en los ojos de alguien que no tenía la menor intención de dejar pasar el momento. Como si todo esto no fuera más que una jodida broma para él.
Abe: "Mierda, fenómeno.... Pensé que eras más listo, pero supongo que cuando uno se arrastra recogiendo sus partes, se le van las ideas. ¿Duele? Oh, espera, tú ni sientes, ¿no? Entonces, ¿qué es? ¿Se siente vacío? ¿Te acostumbraste ya a que te arranquen cosas o todavía te cuesta? Porque viendo lo rápido que te vuelves a armar, diría que hasta te gusta."
Escuché un susurro. Bajo, casi ahogado, pero lo escuché.
Kross[B]: "Deja... de llamarme así."
Algo en su tono me puso en alerta. No fue el volumen ni la forma en que lo dijo, sino lo que había detrás de esas palabras. Algo denso, algo contenido. Algo que no era jodida paciencia.
Cass: "Abe, ya basta. Déjalo."
Pero Abe no tenía intención de parar. Sonrió, esa sonrisa suya de cabrón que solo empeoraba las cosas.
Abe: "¿Por qué? Tengo derecho, le gané al fenómeno. Lo partí en pedazos y ahí sigue, pegándose de nuevo como un maldito juguete roto. No me jodas, Cass, esto es fascinante. Míralo, es como un perro que no sabe cuándo quedarse abajo. Te lo juro, es hasta entrañable."
Cass: "Abe—"
Y entonces lo vi.
Kross se tensó.
Y no solo yo lo noté. Surge dejó de moverse. Neo levantó la vista. Incluso Abe, en su jodida estupidez, pareció captar el cambio.
Por un segundo, solo uno, hubo silencio.
Pero claro, Abe no podía dejarlo ahí. En cuanto vio la reacción, en cuanto vio que Kross no respondía como antes, lo aprovechó.
Abe: "Ohhh… ¡¿Pero que es esto?! ¿Por fin te entró? ¡Joder, costó lo suyo!"
Su sonrisa se ensanchó.
Abe: "Vamos, fenómeno. No me digas que ahora sí te afectó… ¿O acaso te estoy haciendo pensar demasiado? ¡Eso sí que sería nuevo! ¿O qué? ¿Por fin entendiste lo que eres? ¡Dime, Kross, qué mierda creías que iba a pasar?! ¡Mírate! ¡Te regeneras como si fueras un jodido pedazo de carne con patas! ¡¿Cómo no esperas que te veamos como algo más que un fenómeno?! ¡¿O acaso esperas que te vea como una persona?!"
Y ahí fue cuando noté lo otro.
Los músculos de Kross se tensaron aún más. No por rabia inmediata, no por frustración. Su cuerpo entero se estaba preparando para algo. Y su pierna… su pierna estaba sanando a una velocidad anormal. Más rápido que antes. Demasiado rápido.
Kross[R]: "Deja. De. ¡Llamarme! ¡FENÓMENO!"
No supe si era Blue o Red. No importaba. Porque en cuanto habló, el aire en la sala se sintió más pesado.
Cass: "Abe…"
Intenté detenerlo. Pero Abe estaba disfrutando demasiado esto.
Abe: "¿Y por qué no? ¡Es lo que eres! Mírate… ¿quieres que te llame de otra forma? ¡Dime! ¿Qué otra palabra queda para alguien como tú? ¿Ser humano? Seria un insulto para mi ¡No me jodas! Regresas de la mierda como si nada, como si fueras una jodida máquina, ¡un puto monstruo! ‘Fenómeno’ suena bastante acertado. ¡¿Qué mierda eres si no un fenómeno?! ¡Un error que sigue respirando por pura insistencia!""
Abe hizo una pausa, como si evaluara la reacción de Kross. Su sonrisa se torció aún más.
Abe: "Oh, vamos, no pongas esa cara. Si lo piensas bien… ¡hasta deberías sentirte agradecido! Eres un jodido milagro de la ciencia. ¿No es lo que hacen los grandes genios? ¡Crear cosas impresionantes! Algo que supere los límites de lo natural. ¡Y tú, amigo mío, eres la definición de eso! ¡Un maldito experimento con patas! ¡Un proyecto vivo! ¡Dime, qué más da si te arrancan algo! ¡Si igual te vuelves a pegar como si nada! ¡Si igual, a fin de cuentas, no eres más que una jodida aberración diseñada en un laboratorio!"
El aire en la sala se volvió más denso.
Abe: "No, espera… ¡ya lo entendí! Lo que te jode no es lo que eres… es que te lo recuerden. Pero dime, ¿qué prefieres? ¿Qué finjamos que eres como nosotros? ¡Porque no lo eres! ¡Y nunca lo serás...! Fenómeno ¿O qué? ¿Todavía te aferras a esa idea estúpida? ¡Mírate! ¡Eres una jodida quimera, un monstruo hecho a retazos! ¡¿Cómo carajos crees que te vamos a ver como otra cosa?!"
Abe soltó una carcajada baja, burlona, cada palabra suya era un cuchillo.
Abe: "¿Sabes qué es lo peor? Que ni siquiera eres original. No eres especial. ¿Cuántos intentos hicieron antes de ti? ¿Cuántos fallaron? ¿Te lo dijeron alguna vez? Porque apuesto lo que quieras a que no fuiste el primero. Solo el único que sobrevivió. Y tal vez… solo tal vez, ni siquiera eras la mejor opción. Solo la menos defectuosa. Una cosa que apenas funcionó lo suficiente para seguir viva."
Kross[R]: "¡CÁLLATE!"
El rugido de su voz me hizo apretar la mandíbula. No era un simple grito, era puro enojo contenido que acababa de explotar. Sentí cómo Neo se tensaba a mi lado, sus ojos fijos en Kross.
Abe seguía con su jodida sonrisa.
Kross se puso de pie.
Mierda.
Ni cinco minutos habían pasado desde que le volé la pierna. ¡Cinco malditos minutos! Y ahí estaba, no tambaleó, no reajustó su peso, no mostró ni un rastro de dolor. Su cuerpo ni siquiera parecía recordar que había perdido algo.
Yo sí. Había visto cómo su pierna se reconstruyó en cuestión de segundos. Músculo, tendón, piel… todo volviendo a su sitio como si nunca hubiera sido arrancado.
Y cuando habló, su voz no dejó dudas. Empezó a sacar todo.
Kross[R]: "¡Estoy HARTO de tu puta actitud, imbécil! ¡Desde que empezó esta mierda, no has hecho más que joder! ¡¿Crees que esto es un puto juego?! ¡¿Que me lancé a esto porque sí?! ¡LES PEDÍ AYUDA, CARAJO! ¡Porque, aunque fuera una maldita vez, pensé que podía confiar en ustedes! ¡Creí que poner esto en sus manos era lo correcto!"
Cass: (....)
Kross[R]: "¡Este enfrentamiento NO era para tu maldito entretenimiento! ¡Era para que entendieran de una PUTA vez lo que puedo hacer! ¡Para que vieran con sus propios ojos hasta dónde llego! ¡Para que me ayudaran a controlarlo! ¡Pero no, Abe! ¡TÚ tuviste que convertirlo en un MALDITO espectáculo de circo!"
Abe abrió la boca para responder, pero Kross no lo dejó.
Kross[R]: "¡Y encima sueltas tu mierda de siempre! ¡¿Por qué sigues con esa palabra?! ¡¿FENÓMENO?! ¡¿Qué coño significa para ti?! ¡¿Te hace sentir mejor, ah?! ¡¿Te hace sentir superior verme como si fuera menos que tú?!"
Su mirada se afiló, su único brazo señalando a Neo con rabia.
Kross[R]: "¡Mírala bien, cabrón! ¡Ahí la tienes! ¡Otro puto experimento de ese sitio! ¡Y sin embargo, la tratas con respeto! ¡Hasta podrías decir que con… cariño! ¡A ella no la ves como un fenómeno, ¿no?!"
Su respiración era pesada, su voz cargada de rabia, de frustración acumulada.
Kross[R]: "¡Entonces dime… qué mierda cambia conmigo?! ¡¿POR QUÉ, ABE?! ¡¿POR QUÉ SOY YO AL QUE SIGUES LLAMANDO ASÍ?! ¡¿POR QUÉ MIERDA?! ¡¿POR QUÉ PARA TI SOY UN PUTO ANIMAL QUE NO MERECE NI UN GRAMO DE SERIEDAD?!"
El ambiente se volvió insoportable.
Abe ya no tenía ese aire de antes. Toda su actitud se desvaneció. Pero Kross no había terminado.
Kross[R]: "¡Yo… YO NO PEDÍ ESTA MIERDA! ¡NO PEDÍ QUE ME CONVIRTIERAN EN ESTO! ¡NO PEDÍ REGENERARME COMO UNA PUTA CUCARACHA! ¡¿MILAGRO DE LA CIENCIA?! ¡¿TE BURLAS DE LO QUE PASÉ DURANTE DIEZ PUTOS AÑOS EN ESE INFIERNO?!"
Tragó saliva, su garganta se cerraba, como si las palabras se negaran a salir, como si admitirlo en voz alta hiciera todo aún más real.
Kross[R]: "¡Gracias a ellos ni siquiera puedo MORIRME, IMBÉCIL! ¡Si me disparan en la MALDITA CABEZA, SEGUIRÉ AQUÍ! ¡PORQUE ASÍ ME HICIERON! ¡Pero eso no te da derecho a tratarme como un JODIDO JUGUETE TUYO!"
Su voz se quebró un instante, pero apretó los dientes, la rabia ahogando cualquier otra emoción.
Kross[R]: "¡A hablar como si lo supieras todo! ¡Como si yo… como si yo no fuera más que algo para satisfacer TUS PUTAS MIERDAS!"
No creía que Kross pudiera soltar tanta mierda de una sola vez, pero ahí estaba. Descargándolo todo contra Abe con una intensidad que pocas veces se veía. Lo dejé. No era mi problema. Hasta que giró la cabeza y su mirada me encontró.
Cass: (Ah..., mierda.)
El peso de su enojo ahora iba dirigido hacia mí. Su respiración era agitada, su cuerpo entero tensándose de una forma que no me gustaba nada. Pero no era solo rabia, no. Había algo más en sus ojos. Algo roto.
Kross[B]: "Tú también eres responsable de esto, Cass."
Cass: (Joder, aquí vamos.)
Kross[B]: "Desde el principio lo supiste, ¿verdad? Todo esto… esta mierda… nunca fue solo una evaluación. Tú ya sabías lo que iba a hacer Abe. Sabías cómo se iba a desenvolver esto. Y decidiste no hacer nada."
No lo interrumpí. Sus palabras salían con la urgencia de alguien que ha estado guardándose demasiado por demasiado tiempo. Pero había algo diferente en cómo me hablaba a mí. Con Abe, había sido pura rabia desbordada, sin filtro, directo al cuello. Pero conmigo…
Esto era distinto.
No había gritos ni insultos lanzados sin pensar. No. Su tono no era explosivo, pero sí cortante. Frío. Cada palabra llegaba con el peso exacto para hundirse en la piel y quedarse ahí. Como un bisturí en lugar de un cuchillo.
Kross[B]: "No querías solo ver lo que podía hacer. No. Querías ver cuánto podía soportar. Hasta dónde podía aguantar antes de romperme. Y ahora lo sabes, ¿no? Ahora tienes tu respuesta. Conoces cada maldita grieta."
Hizo una pausa, solo un segundo, como si estuviera esperando ver si respondía. No lo hice.
Kross[B]: "Dime, Cass... ¿así es como trabajas siempre? ¿Te gusta jugar con la gente hasta dejarlos en el punto exacto donde quieres? ¿Eres de las que disfrutan empujar y empujar hasta que algo se rompe... solo para ver cómo se ve la fractura?"
Todo en él daba indicio que había varios motivos detrás de todo lo que estaba hablando, no fue solo lo que había dicho Abe... era algo más.
Kross[B]: "Y dime, Cass, ¿qué se siente—"
PUM.
El disparo resonó en la sala. Seco, violento. Levanté la vista. Abe. Con la pistola aún levantada. Su expresión, la misma jodida sonrisa torcida de siempre.
Cass: (Por supuesto...)
Cass: "¡Abe, qué mierda hiciste!"
Abe giró la cabeza hacia mí, encogiéndose de hombros como si acabara de patear una piedra y no de meterle una bala en la cabeza a Kross.
Abe: "Bah..., ya me aburría de escucharlo. Tanto drama, tanta queja... Era predecible. Siempre lo mismo, siempre la misma historia. A estas alturas debería asumir que es un fenómeno y ya. ¡Por Dios! A mí también me han secuestrado, no voy por ahí quejándome cada puta vez."
Mi cabeza pulsó con un latido de pura frustración.
Cass: "¡No me jodas, Abe! ¡No es lo mismo y lo sabes!"
Abe soltó una carcajada.
Abe: "¿Ah no? ¡Vamos, Cass! No es como si fuera el único con un pasado de mierda. A todos nos ha pasado algo, pero él sigue actuando como si el mundo entero le debiera algo."
Cass: "¡No entiendes nada, cabrón! ¡Puedes decir lo que quieras de él, pero te pasaste de la maldita raya!"
Abe bufó, bajando por fin el arma. Como si ya no le importara.
Abe: "Tsk. No exageres, Cass. Va a levantarse en un par de minutos como si nada. No es como si pudiera morirse de un disparo a la cabeza. Él mismo lo dijo, ¿no? Que, aunque le volaran la cabeza, seguiría aquí. Solo... ya sabes..., estaba comprobando eso."
Me acerqué, cerrando la distancia entre nosotros.
Cass: "Eso no es el maldito punto, Abe. No se trata de si se levanta o no. Se trata de que lo hiciste solo porque podías. Porque querías callarlo..."
Abe sonrió, pero había algo en sus ojos. Algo que no había visto antes.
Abe: "Tú tampoco eres una santa, Cass. Tú también querías ver qué tanto podía aguantar. No te hagas la jodida heroína ahora. Aparte, que tú le disparaste primero"
Mi mano se cerró en un puño. No respondí de inmediato. Pero me aseguré de que cuando lo hiciera, él supiera que lo decía en serio.
Cass: "Una cosa es querer verlo en acción y le dispare porque ERA necesario.... Otra cosa es tratarlo como si no fuera nada... Como si fuera solo un puto juguete roto al que puedes disparar cuando te da la gana."
Abe abrió la boca para responder, pero antes de que pudiera soltar una sola palabra, un sonido seco cortó el aire.
Un latigazo
Abe soltó un gruñido de dolor, cayendo de rodillas mientras se sujetaba la pantorrilla con una mueca de fastidio.
Cuando levantó la vista, la encontró.
Neo, parada detrás de él, con la cola aún extendida y la mirada encendida de enojo, fulminándolo con los ojos. Claramente, no solo a Kross le habían molestado sus palabras.
Abe nuevamente bufó con fastidio, girando la cabeza como si esta mierda ya le estuviera cansando. Seguro iba a soltar otra estupidez. Pero entonces...
Algo cambió.
Un escalofrío. Rápido, seco, como un puto cuchillo deslizándose por la espalda. No hubo un ruido, no hubo un aviso. Solo pasó. Y si algo había aprendido en este trabajo, era que cuando tu instinto grita, más vale que le prestes atención.
Neo lo hizo.
Sin una puta duda, se movió y estampó a Kross con una patada directa, mandándolo lejos de ella sin pensarlo dos veces. Me tomó por sorpresa.
Cass: (¿Qué carajo—?)
Y entonces lo vi levantarse.
No como una máquina, no como algo roto tratando de encajar sus piezas. No. Lo hizo de forma calculada. Medida. Primero giró la cabeza, como si estuviera verificando el estado de su cuerpo.
Luego, su brazo restante se flexionó, extendiendo los dedos, comprobando que respondieran. Por último, apoyó una rodilla en el suelo y se incorporó, despacio, con una tensión en su postura que hizo que todos apretáramos los dientes sin darnos cuenta.
La sed de sangre en el aire era densa.
Cass: (Mierda...)
Metí la mano en mi chaqueta, saqué el comunicador que tenía en uno de los bolsillos y marqué directo.
Cass: "Aquí Cass. La zona de prácticas entra en alerta. Posible caso de descontrol. Repito, prepararse para un caso de descontrol. Se requieren al personal disponible cuanto antes.... Nivel de peligro, AC de nivel alto."
La confirmación llegó en segundos, pero ya nadie estaba esperando instrucciones.
Surge activó sus guanteletes sin decir nada, su postura pasó de relajada a lista para partirle el cráneo a lo que sea que tuviéramos enfrente. Abe giró sus nunchakus, pero no con su sonrisa de siempre, no. Su mandíbula estaba tensa. Neo estaba en guardia, pero la vi moviendo la cola con rigidez, lista para soltar otro golpe si era necesario.
Y Kross... o lo que sea que quedaba de él, no reaccionó. Pero tampoco se quedaba quieto.
Se movía con calma, como quien estira un músculo después de estar demasiado tiempo dormido. No había duda. Lo que pasara por su cabeza no era para nada bueno
Abe: "¿Y ahora qué mierda hacemos?"
Cass: "¿Qué carajo crees, genio?"
Abe alzó una ceja con fastidio, pero su tono no tenía la misma seguridad de siempre.
Abe: "¿Y qué? ¡¿Ahora resulta que era malo dispararle?!"
Cass: "Dijo que no lo hiciera a la cabeza. ¡Me lo dijo! Pero claro, tú tenías que hacer tu mierda de siempre. Ahora míralo. ¿Parece normal para ti? ¿A qué no, cabrón?"
Abe: "¡¿Y cómo mierda iba a saber que esto pasaría?!"
No le respondí.
Abe, en su infinita inteligencia, actuó primero. Le apuntó y disparó.
El tiro le voló un pedazo del costado. La carne se abrió como debía, el impacto lo sacudió... pero entonces, nada. Ni un quejido, ni una reacción, ni mierda. El agujero se cerró en menos de un segundo. Como si nunca hubiera estado ahí.
Surge: "¿Qué mier—?"
Kross se sacudió el polvo del costado con un gesto molesto, casi fastidiado. No se veía afectado, no físicamente, pero la forma en que apretaba los dientes dejaba claro que la sensación no le había gustado ni un poco.
Kross: "...Siempre es lo mismo."
Alzó la vista, fijándose en Abe y su arma. Su expresión tenía esa mezcla entre resignación y burla.
Kross: "Siempre que pasa algo así, intentan someterme.... Pensando que una puta bala lo va a arreglar. Aunque, tengo que admitirlo..."
Levantó una ceja, señalando el arma con un ligero asentimiento.
Kross: "...la calidad ha mejorado. Esa mierda sí que me hizo sentir ‘̸͇͚̌̈͑̆d̴̢͛̃͒́ò̴̢̙̤̲̜͖̪ļ̷̗͛̊͊̇̈͋̄̂̉o̴͔̫̓͑r̷̗̅̿̎̽’̷̹̻̺̫̯̣̃͗̊͐̀̿͆... por un segundo."
Una pausa. Su mirada se oscureció.
Kross: "...Nah. Ni en mis jodidos sueños me pasaría eso."
El desprecio en su tono era evidente. Luego, casi como si fuera un pensamiento suelto, dejó escapar con desdén:
Kross: "No es que importe... al final siempre me regenero. ¿̸̹͈̦̤̓̋͋̌̄̋ͅN̶̥̲̣͍͚̒͜ͅò̴̥̓̒̿͌͐́̃͝ ̶̼̫͓̜̼̟̖̬̬̎̾͐̉͌͛̂͌͘e̶͍̱͖̜̠̳̬̭͝s̵̡̱̼̹̝̹̗̤͌̋̈̐̓͒̕ͅ ̵̢̣̬̳͇̤͎̊̏̌̎̈́̆ạ̷̪͎̤̙̱̭͇̺̣̾s̵̬̃̂̓͒̓̈́̚í̵̝̻̩̯̅?̴̰͇̞̯̖̺̖͍̝̎̈́̎̂̋͂̾ͅ"
Jodido tono.
Cada palabra venía cargada con algo más pesado, algo que hacía que la tensión en el ambiente siguiera acumulándose. No era solo la forma en que hablaba, era lo que había detrás de su voz. Algo crudo. Algo que se había estado pudriendo por demasiado tiempo.
Y entonces bajó la mirada a su brazo faltante.
Ese cambio en su expresión no me gustó nada.
Kross: "¿Otra vez con esta maldita mierda...? ¿En serio siguen jodiendo con esto...?"
El veneno en su voz era imposible de ignorar. Pero no era un arranque de furia, no. Sonaba como alguien que ya había pasado por esto tantas veces que hasta el enojo se había convertido en rutina.
Kross: "¿Cuántas veces van ya...? ¿Cuántas más piensan intentarlo? Ya saben que es ȋ̵͕̉͛̕n̴̰͓̬͚̋͌͐̐͌ú̴͔̼̫̜̳̞͑͆͒̍̕̕̕͝ț̵̡̘̮͈̦̈̿͘į̷̥̫͔͚̩̆̊̅̎̈́̇l̸̢̛͕͈̲͓͙̑́͆̆̓͗̊͑͘͜.̶̡̲̻̞̗͙̆̂͐̊̉̍͆̂͠.̶̞̩̼̦͚̮̯̀͑̒̾͊͊͠.̴̛̹̪͇͍̦̄̀̈́̋̒̀͛͋̈́ ¿o no?"
Lo siguiente… no hubo forma de anticiparlo.
Vi cómo su único brazo se tensaba, cómo sus garras se alargaban apenas un poco. Y antes de que pudiera reaccionar, antes de que alguien pudiera decir algo, se enterró las garras en el hombro… justo en la zona donde le faltaba el brazo.
La carne se desgarró, la sangre brotó.
Pero apenas pasaron un par de segundos.
En tiempo real, vi cómo los músculos empezaban a formarse, cómo las fibras se entrelazaban con una precisión antinatural. Huesos emergiendo, cubiertos por tejido, piel cerrándose como si nada hubiera pasado. No fue como antes. No una regeneración progresiva. No. Esta mierda fue instantánea.
Cuando el brazo estuvo completamente formado, lo flexionó un par de veces, moviendo los dedos, probando cada articulación. Como si simplemente estuviera comprobando que todo estuviera en orden.
Cass: (Carajo...)
Miré a los demás.
Nadie dijo nada, pero sus expresiones hablaban por sí solas. Sabíamos que podía regenerarse, lo habíamos visto con su costado, con su pierna. Pero esto era diferente. Antes tenía la base, la estructura de su cuerpo a la que volver. Esto lo había creado desde cero.
Kross: "Je... Mucho mejor... todo se siente como debe ser..."
Giró un poco la cabeza, observando alrededor, su expresión aún llena de desdén.
Kross: "Pero qué mierda... No sé si me trasladaron o qué carajo hicieron con este sitio... se siente más espacioso... el material parece distinto... algo cambiaron. Aunque sigue....
....siendo la misma p̶̢͕̟̝̭̗̦̩̠̈́̂̇̓̏͋̅͒͝ứ̵͔̱̯̪͎͎͑̀̀̍̌̀͝͝t̶͈̯̺͖͙͐̆̾̽a̸̡̤͈̤̮̫͖̒̍̉̀̌̆̓ ̶̼͓̣̼͕̤̙̮̑͆̓̈́̇̌͜ͅj̶͕̭̠̝͚̘̤͎̾̀a̸̯̥̥͈͖̪̟̺͓͛͌̃͜͠ų̴̢̥͖̞͇̰̟̈́̾͊̑̀̄͘͝l̸̨͒͘͠ͅa̶̢̺͎̲͔̭̦͋͌͒̈́͑̂̎ ̶̮̟̞̱͎̫͉͍̋̉͛̈́̒̐́̂̈́̇͜d̴̨̛̤̖̟͛̓̈́̅̋̍͠͠e̴̝̅̅̇̌̄̒̓͘̚ ̶̲̼̻̂̅̊͐͘s̴̡̀̆į̶͍̗́̿̅͒̆̉̅͋͜͝ê̶̡̯̺̣̼̟̘̑m̶̡̛͓͉̻̖͜p̸͕̘̹̭̣͍͙͌̓ͅͅr̷̛̦͖̜͓͚̘͑ẽ̸̗̯̼̣̦̞͇̍͋͜ͅ.̷͚̖̊̔̑"
Esa voz.
Cada palabra se sentía como una amenaza apenas contenida. Como si lo que fuera que tenía dentro llevase años acumulándose y ahora estuviera a punto de rebalsar.
Y entonces, se giró a mirarnos.
Sus ojos pasaron rápido por cada uno de nosotros, analizando, evaluando.
Y dijo algo más.
Kross: "Mmm... Supongo que son a los que llamaron para ‘dormirme’, aunque hubiera esperado más gente... no importa... supongo que—"
Y desapareció.
No hubo sonido, no hubo advertencia, nada. Solo un parpadeo y dejó de estar ahí.
Abe: "¿Dónde caraj—?"
Abe no alcanzo a terminar la frase. Ninguno de nosotros se esperó que Kross ya estuviera detrás de él.
La voz sonó justo en su oído. Abe apenas tuvo tiempo de girar la cabeza antes de que el impacto llegara.
El golpe no solo lo alcanzó, lo destrozó. Lo vi alzar los brazos en un intento de bloquear, pero en el momento en que Kross conectó, el sonido de los huesos quebrándose ahogó cualquier otra cosa en la habitación. No fue un crujido, fue un chasquido seco, brutal, como si su estructura entera hubiera cedido bajo la presión.
Abe salió volando.
No tropezando, no tambaleándose. Volando. Su cuerpo cruzó varios metros en el aire antes de estrellarse contra el suelo con un golpe sordo. No se movió de inmediato, y por un segundo, sentí que la sangre en mis venas se volvía hielo.
Pero no había tiempo para pensar.
Mis dedos ya estaban apretando los gatillos.
Ebo e Ivo rugieron en mis manos, cada disparo sacudiéndome los brazos mientras abría fuego contra Kross sin pensarlo dos veces. La energía de los proyectiles iluminó la sala en destellos rápidos, cada tiro directo, cada uno buscando perforarlo antes de que pudiera moverse otra vez.
Surge reaccionó al instante, su postura pasó de tensa a un puto misil en cuestión de segundos. Se impulsó con sus guanteletes, su silueta se difuminó con la velocidad, cerrando la distancia antes de soltar un golpe cargado con todo el peso de su cuerpo.
Neo se lanzó al mismo tiempo. Su cola cortó el aire con un sonido seco antes de lanzarse con una fuerza que pocas veces le había visto usar.
Nadie esperó.
Nadie dudó.
Nos lanzamos sobre él al instante.
Disparé sin dudar. Pero sin importar la cantidad de veces que presionaba el gatillo, parecía que le daba igual.
Las balas impactaban, la carne volaba, pero ni siquiera se inmutaba. Cada herida desaparecía en el mismo instante en que aparecía, como si nunca hubiera estado ahí. Como si esto fuera una jodida broma.
Pero lo de Surge y Neo era otra historia.
El golpe de Surge lo alcanzó de lleno. Pude sentir la fuerza del impacto incluso a esta distancia. Su habilidad hizo el resto, descargando el doble de la energía recibida en un solo golpe.
Neo no se quedó atrás. Apenas vio la oportunidad, se deslizó detrás de Kross, su cuerpo moviéndose con la precisión de alguien que sabía exactamente cuándo atacar. Fue directo a su cuello, sus colmillos brillando con un veneno que no dejaba dudas. No era un intento de inmovilizarlo, era un intento de matarlo.
Pero el bastardo sonrió.
No fue una sonrisa de burla, ni de satisfacción.
Fue emoción.
Un jodido brillo de expectativa en sus ojos.
Surge y Neo no perdieron el tiempo. Mientras yo recargaba, Surge siguió con una lluvia de golpes, sin darle espacio para respirar, mientras Neo ajustaba su agarre, su cola envolviéndose con más fuerza alrededor del cuello de Kross.
Pero el cabrón ni siquiera se inmutó.
Ahí estaba, con Neo literalmente apretándole el cuello en una llave, y, aun así, bloqueaba cada golpe de Surge como si fueran simples ejercicios de calentamiento. Sin esfuerzo, sin molestia, sin necesidad de moverse ni un maldito centímetro.
Kross: "Vaya... sí que se pusieron serios."
Su voz sonaba tranquila. Demasiado tranquila. Como si todo esto le diera igual. Como si estuviera disfrutando la mierda en la que nos metimos.
Kross: "No esperaba que esos bastardos trajeran juguetes nuevos... ¿Así que ahora mandan mascotas a hacer el trabajo sucio?"
Su mirada pasó fugazmente entre Neo y Surge, evaluándolos, como si estuviera decidiendo por cuál empezar.
Kross: "Veneno y fuerza, ¿eh? Muy variado... pero veamos cuánto duran."
Y entonces atacó.
Rápido. Casi demasiado para verlo venir.
Su garra se movió en un arco perfecto, directo a Surge. De milagro, el cabrón logró bloquear con su guantelete, pero el sonido del metal cediendo me dejó claro que la cosa no había salido gratis.
No perdió el ritmo. Kross giró sobre su eje y metió una patada directa al torso de Surge.
Surge salió volando.
Su cuerpo atravesó parte de la estructura antes de caer pesadamente al suelo. No me quedé a ver si se levantaba, porque la mierda no había terminado.
Neo.
Kross tomó su cola, la misma que lo estaba asfixiando segundos antes, y con pura fuerza bruta la jaló como si estuviera sacudiendo una cuerda.
Y luego, sin piedad, la estampó contra el suelo.
El crujido fue claro.
Iba a seguir....
Cass: (Mierda...)
Cass: "¡HEY!"
Le disparé. La bala le arrancó un pedazo del costado de la cara, la carne voló con el impacto… pero ni siquiera parpadeó. Solo giró la cabeza hacia mí, con la misma tranquilidad con la que alguien reacciona a una llamada inesperada. Como si apenas estuviera notando mi presencia.
Cass: "Escúchame…"
Mi voz salió firme, pero algo en mi interior sabía que no bastaría.
Cass: "Tienes que calmarte… No...no estás donde crees que estás. Esto no es…"
Tragué saliva.
Cass: "Esto no es ese lugar."
Silencio.
Lo vi en su rostro. No fue sorpresa. No fue duda.
Fue decepción.
Su cabeza se inclinó apenas, una expresión de curiosidad… y algo más.
Cass: "Tienes que detenerte, Kross—"
Kross: "'̸̱̖̝̺̙̙͕̪̮̜͑̑̀̊̊̀͆͐̆Ķ̷̧̧̺̼͍͇͉̙̓̅r̴̡̮͍̜̝̦̬͎͈͒̈́̒̑͋̎̐͋̚͝ͅơ̸̡̜̱͙̣̻̳̙̹̒s̸̨͍͕͉̱͍̑̾s̴̰̗̺͉̞̬̱̟̤̋͒͗̂̒̏̊͜͝'̵̳̫̦̬͍͉̹͇͒̇̓.̴̳̜̃̈́̊̿̋.̶̹̣̞̺́̽̀.̶̨̧̧̻̲̤̻̘͛̈͌͌̑"
Me cortó en seco.
No lo dijo con enojo. No lo dijo con confusión. Lo dijo como si estuviera probando una idea nueva en su boca.
Kross: "Ese apodo... es nuevo."
El aire se sintió más pesado. Su mirada me atravesó con algo diferente esta vez, como si hubiera encontrado una pieza fuera de lugar en un rompecabezas que creía conocer de memoria.
Su sonrisa se ensanchó.
Kross: "Pero dime primero…"
Su voz bajó, volviéndose más baja, más densa.
Kross: "Si no es ė̵͙̟͒̈́͘̕s̴̱͛̂̾̈́̃̃ȩ̶̫̼̗̪͕͎̈́͗̈͊̈́ ̴̲̤͓͔̫̬̪̳͝l̸̛̤̜͉͐̂̚͠u̶̯̝̱̫̪̭̞̎̔͠g̷̨̨̞̙̰͑̿͂̋a̶͔̭̹̦͎͕͕̋͂ŗ̶̜̹̗̞̩͎̰͐̑̌̓͝.̵̗̘̪̆̈̑͑̈́̇.̷͈͔̜̰̙͕̍.̸̡̮͈̞̮̃̌̀͊́"
Hizo una pausa.
Kross: "¿Por qué suenas... igual a esos hijos de puta?"
No me dio tiempo de responder.
Kross: "¿Por qué sigues con la misma mierda? ¿Por qué sigues intentando ‘razonar’ conmigo?"
El desdén en su tono era evidente. Su sonrisa se amplió apenas.
Kross: "¡¿Qué esperas que pase?! ¡¿Qué te crea?! ¡¿Que de repente haga como si todo esto fuera real...?!"
Su expresión se torció en algo más burlesco.
Kross: "Nah... no importa."
Sus dedos se flexionaron.
Kross: "No va a tomarme mucho tiempo romperlos…"
Sus ojos se oscurecieron.
Kross: "Pedazo…"
La tensión en el aire se hizo insoportable.
Kross: "¡̶̛̛̖̪̖̝̣̗̳̾̽͋̊̓̌Ä̷̢̢̰̪̺̞̗́͋̀ ̶̟͙̞̻̼͎̅͂̓͒̄́̓̆P̴̹͍̰̥͉͆́̆̑̕E̸̜̖͛̌̓͋̇̔͐̈̒̕D̴̛̠̅͑̋Ḁ̵̛̙͓̰̮̪͓̲͉̈́̉̏̽̂̈́̒͘͜͝Z̸̭̎̍͒̏͝O̵̗̬̤̒͆̈̽̕͘͝͠!̵̢̛̲͕̮̩͔̐͊̽"
Y en menos de un segundo, estaba encima de mí.
Disparé. No importaba cuánto. La carne volaba de su cuerpo, pero cada maldito agujero se cerraba antes de que pudiera hacer la diferencia.... No tenía sentido.... ¡No tenía jodido sentido!
Su brazo ya estaba en el aire, la garra bajando directo hacia mí.
Sentí un tirón repentino. De la nada, mi cuerpo fue arrastrado hacia un costado, lejos del ataque.
El caña de Abe se enganchó en mi chaqueta, jalándome con toda la fuerza que tenía. Me estampé contra el suelo, rodando hasta quedar junto a él. Me tomó un segundo reaccionar.
Kross no se movió de inmediato. Solo se quedó mirando donde yo había estado hace un segundo, como si algo no cuadrara en su cabeza.
Cass: "Siempre me sorprenderá... lo resistente que eres..."
Abe soltó un resoplido, acomodando su agarre en el bastón.
Abe: "Después me alagas... ¿Cuál es el maldito plan?"
Cass: "No podemos seguir peleando a lo loco... Aguantar. Esa es la jodida meta ahora."
Abe chasqueó la lengua, pero no discutió.
Abe: "¡¿Y cuánto crees que podamos aguantar contra el fenómeno?!"
Cass: "Los refuerzos no debería tardar... máximo un par de minutos. Además..."
Mis ojos se fijaron en Kross.
Cass: "...según lo que nos contó, su regeneración es un consumo constante de energía. Es solo cuestión de tiempo hasta que colapse por completo."
Abe hizo una mueca, pero sabía que no teníamos otra opción.
Aguantar.
Solo aguantar.
Y esperar que esto no terminara de la peor manera.
Fin del capítulo.
Notes:
Que lindo es terminar el capitulo y pasar días editándolo, excusas? nah, procrastinación y hablar con los panas, tengo que acomodar mis mierdas y tiempos, así que no tengo nada listo, tengo un avance del próximo cap de amalgama y listo.
Espero que me haya salido bien el tema de que las narraciones de Kross se dividen en dos o que se note bien ahora cuando es que Red o Blue hablen, aparte del "Kross" que sale al final, que para describirlo, seria que esa parte de su cabeza quedo encerrada en ese sitio.
Como curiosidad seria eso, el único experimento que nunca quisieron replicar, ver si código ACUS podría sobrevivir daños a críticos, era arriesgado pero lo hicieron. Fue un "éxito" código ACUS se regenero pero el precio por eso fue alto para ellos, redujo casi a la mitad todo el personal. Pero vieron que eso era lo que realmente querían, las capacidades que mostro era lo que buscaban, decidieron no volver a experimentar con eso pero ya tenían un camino para eso.
nada mas que decir o añadir, como siempre mis recomendaciones... aqui van:
A patata_Yazob, con "Una luz de esperansa en una depresión psicótica". Ya estoy viendo si sacrificar algo a un dios mapuche para que saque cap nuevo
Dardragun707, con "Un vaquero en Volcano High" Tendra pedazo de referencia a algo su siguiente cap, sera ORO
SrSenior, con "That is my Parasaur!" Cita de Abe y Naomi LETS GO
Xomy90 con "Un felino en Volcano High".... en algun momento alguien le hara pspspsps, yo lo se
Chicken_Brain con "Birds of a feather".... Me das diabetes cabron.
Y si no la han visto, mi otra historia "Racing Hearts at Volcano High"Y eso seria, muchas gracias a todos los que han llegado a este punto y a cada uno de los que dejan comentarios, nos vemos en la proxima :DD
Chapter 25: Colapso.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Cass.
Abe: "Solo tenemos que aguantar…"
No sabía si intentaba convencernos a los dos o solo a sí mismo.
Kross seguía ahí, inmóvil. Mirando el lugar donde yo había estado segundos antes, con esa jodida expresión de... no sé. Extrañeza. Confusión. Como si algo en su cabeza no terminara de encajar. Pero eso no duraría mucho.
Sentí movimiento a un costado y mis ojos fueron directo a Surge. Se estaba recuperando del golpe, aunque su forma de levantarse dejaba claro que ese impacto no había sido poca cosa.
Crujió el cuello, sacudió los brazos y comenzó a caminar hacia nosotros, como si no acabara de ser lanzado como un maldito muñeco de trapo. Detrás de él, Neo también se movió. No con la misma facilidad, aun así, estaba de pie.
El azote que se llevó debió haber sido suficiente para dejarla fuera de combate un buen rato, pero ahí estaba. Respiración pesada, algo tambaleante al principio, pero poniéndose firme rápido. Mierda, se nota que salió de ese lugar. Tal vez había usado su habilidad para llegar hasta aquí sin que me diera cuenta.
Surge llegó hasta nosotros junto a Neo, moviendo el hombro como si intentara sacudirse el dolor.
Surge: "Mierda… ese tipo golpea fuerte."
Lanzó una exhalación pesada, sus ojos clavados en Kross por un segundo antes de volver a nosotros.
Surge: "Y su regeneración está jodidamente loca."
Abe no dijo nada. Yo tampoco. No había mucho que agregar a eso.
Surge: "Hey, Abe."
Levantó una ceja, mirándolo con algo de urgencia.
Surge: "Tírame una verde."
Abe soltó un resoplido, metiendo una mano en uno de sus bolsillos.
Abe: "¿Seguro? Podría interesarte una amarilla para este caso. O quizá una roja por un precio más elevado."
Surge negó con la cabeza.
Surge: "Los oí hablar. Si solo es aguantar, la verde es la mejor opción..."
Abe no insistió. Simplemente sacó un pequeño contenedor, giró la tapa con un chasquido y sacó una cápsula verde.
Yo las reconocía. No eran medicamentos normales. Eran suplementos que Abe preparaba exclusivamente para CHNO. Había diferentes tipos, diferentes colores, diferentes efectos. La verde era la más... leve.
Si es que se podía llamar así. Alivia y reducía el dolor lo suficiente durante un tiempo como para seguir en movimiento sin que cada golpe se sintiera como una maldita sentencia de muerte.
Abe le pasó la cápsula sin más. Surge la atrapó con la mano y se la llevó a la boca sin dudar. Mientras la tragaba, mis ojos volvieron a Kross. Seguía quieto, pero no por mucho tiempo.
Algo en su mirada cambió, pero no fue solo eso. Kross escupió hacia un lado, una masa negra y viscosa cayendo al suelo con un sonido húmedo. Mi respiración se cortó por un segundo.
Cass: (¿Era el veneno de Neo...?)
No entendía cómo demonios había logrado expulsarlo de esa forma, pero ahí estaba, una prueba más de que no podíamos confiar en que cualquier ataque funcionara por mucho tiempo.
Abe soltó un silbido bajo.
Abe: "¿Y ahora también escupe? Joder, qué asco."
Cass: "Cierra la boca y concéntrate."
No tenía tiempo para escuchar sus comentarios ahora mismo. Todo podía complicarse en cualquier momento, y si queríamos seguir con vida, teníamos que presionar a Kross antes de que él lo hiciera con nosotros.
Cass: "Surge, tú vas por las articulaciones. Si metes suficiente potencia, su regeneración tardará más en arreglar el daño. No dejes que se recupere."
Surge: "Voy a intentarlo..., aunque con la prótesis dañada será un jodido desafío."
Su tono era más serio de lo normal, sin su usual despreocupación. No le gustaba admitirlo, pero Kross le había hecho daño de verdad. Aun así, estaba dispuesto a seguir.
Cass: "Neo, usa tu habilidad para confundirlo cuando te ataque y haz lo posible para que tu veneno lo siga afectando. Si lo forzamos a neutralizarlo otra vez, lo haremos gastar más energía."
Neo asintió sin decir nada, su cola azotando el aire con un chasquido seco, como si con eso dejara claro que estaba lista.
Abe: "¿Y yo?"
Cass: "Tú te quedas conmigo. Voy a ser un blanco fácil mientras disparo, así que necesito que estés atento a cualquier mierda que venga en mi dirección. Y apuesto a que puedes anticipar dónde estará Kross para al menos desviar algún golpe."
Abe ajustó el agarre de sus nunchakus, girándolos una vez con soltura antes de asentir con una media sonrisa.
Abe: "Acepto la apuesta. Aunque yo apuesto a que no podré."
No respondí a eso, ya había aprendido a no perder el tiempo con la maldita suerte de Abe.
Y entonces, sin previo aviso, Kross habló. Su voz rompió el silencio con ese aire descarado y cansado que le caracterizaba, como si todo esto no fuera más que un estorbo para él.
Kross: "¿Ya terminaron de hablar... o quieren planear alguna estrategia antes de que todo acabe...? porque aquí va el monstruo..."
No le respondí. No había necesidad. Simplemente, empezó a moverse de nuevo. Caminó unos pasos con tranquilidad, como si esto no fuera más que un paseo para él... y entonces desapareció.
Segundos después, sentí el impacto a mi lado y un tirón brusco en mi chaqueta. Apenas tuve tiempo de procesarlo antes de que todo mi cuerpo fuera jalado hacia un lado.
Kross había reaparecido justo detrás de mí. Pero tal como lo había dicho, Abe lo anticipó. Sus nunchakus se interpusieron en el camino de Kross en el último segundo, desviando su ataque antes de que llegara a mí. No estaba segura si había sido un puñetazo o una parada, pero no importaba. Me estaba arrastrando y no podía permitirme quedarme quieta.
Apreté los dientes y disparé dos veces en un solo movimiento. Una bala fue directo a su hombro derecho, la otra al torso. Solo la segunda impactó, pero antes de que pudiera reaccionar a algo, Surge llegó desde el costado.
Su cabello ardía con fuerza, una señal clara de que estaba poniendo todo en ese ataque. Su guantelete se estrelló contra la cara de Kross con un golpe que resonó en el aire, enviándolo volando a través del sitio.
La potencia era jodidamente brutal, el golpe que le proporciono antes a Surge le fue devuelto prácticamente con el doble de fuerza.
No hubo descanso. Apenas Kross tocó el suelo, ya estaba recuperándose y poniéndose en posición. Neo y Surge lo persiguieron de inmediato, sin darle espacio para respirar.
Surge se lanzó primero, sin dudarlo. Su cabello ardía con intensidad, reflejando la agresividad en cada uno de sus movimientos. No se trataba solo de fuerza bruta; buscaba precisión, intentaba golpear donde doliera, en las articulaciones, tal como le dije.
Kross apenas se movió al principio, como si le diera el gusto de atacar primero. Pero cuando el primer golpe de Surge estuvo a punto de conectar con su codo, giró sobre su eje con un movimiento imposible de predecir, como si su cuerpo no tuviera ninguna restricción natural. El golpe de Surge erró el objetivo por centímetros.
Cass: “Mierda...”
Murmuré, ajustando la puntería de mis pistolas. Neo no se quedó atrás. Silenciosa como siempre, desapareció en un parpadeo, y en menos de un segundo ya estaba al otro lado, acercándose a Kross con una velocidad que no encajaba con el daño que había recibido antes.
Kross respondió de inmediato. Un zarpazo al aire, un movimiento amplio y destructivo que cortó el espacio donde Neo estaba...o donde creímos que estaba.
Porque en el instante del impacto, su figura estalló en una lluvia de fragmentos translúcidos, que reflejaron la luz como si fueran cristales rotos. Pero Kross no se quedó quieto. Su pierna se disparó en un barrido bajo que obligó a Surge a saltar hacia atrás, evitando el golpe por poco.
El suelo se resquebrajó por la fuerza del impacto, y Kross ya estaba moviéndose de nuevo. Parecía desinteresado, casi aburrido. Un par de segundos más y volvió a desaparecer.
Apreté los dientes, la velocidad que tenía era monstruosa. Sabía que iba a aparecer de nuevo en cualquier segundo y, en efecto, lo hizo justo a la derecha de Surge, con la mano extendida como si nada. Surge intentó esquivar, pero la garra de Kross le alcanzó el brazo mecánico.
Un chasquido metálico se escuchó en el aire y Surge gruñó cuando las garras dejaron otro surco profundo en la superficie de la prótesis.
Cass: “¡Sigue moviéndote!”
Ordené, disparando de nuevo. Kross se inclinó esquivando las balas como si pudiera verlas venir con segundos de anticipación.
Abe intentó apoyarnos, disparando su pistola eléctrica. La descarga azulada surcó el aire, pero Kross apenas inclinó el torso para evitarla e ir directo hacia Surge. Abe chasqueó la lengua y cambió de estrategia. Su caña de pescar silbó en el aire y envolvió la cintura de Surge justo a tiempo para tirarlo hacia atrás, fuera del rango de otra embestida de Kross.
Neo apareció otra vez, esta vez desde su espalda, moviéndose de manera errática, sin seguir un patrón claro. Su cola se disparó en un latigazo rápido, buscando abrirle otra herida donde pudiera inyectarle veneno más fácilmente.
Sin embargo, Kross giró a una velocidad inhumana, su codo se dirigió directo a su rostro y, por un segundo, parecía que la iba a derribar. Hasta que, otra vez, se rompió en pedazos. Otro engaño.
Kross: “Jodida tramposa...”
Escupió Kross, sin dejar de moverse. Neo se materializó un metro más atrás, con la boca abierta, lista para otra mordida. Pero Kross la vio venir esta vez. Su mano se movió como un relámpago y la atrapó por la muñeca en el aire.
Aunque antes de poder hacer algo más, Surge apareció a su lado, aprovechando la fracción de segundo en que Kross estaba ocupado. Su guantelete ardía con más intensidad que antes y, con toda su fuerza, hundió el puño en el costado de Kross. El impacto retumbó en el aire. Fue fuerte. Muy fuerte.
Esta vez, Kross no pudo absorberlo del todo. Su cuerpo se inclinó, fue lanzado hacia atrás con violencia y, antes de que pudiera estabilizarse, Neo se deslizó a su lado, dispuesta a continuar la ofensiva sin darle descanso. Kross se detuvo justo antes de tocar el suelo, flexionando las piernas y clavando una mano en el piso para equilibrarse. Su mirada pasó por todos nosotros.
Seguía sin parecer preocupado.
No. Más bien, ahora parecía entretenido.
No importaba qué tan rápido o fuerte Neo lanzara sus golpes, Kross los esquivaba con una facilidad insultante. Se movía con la misma pereza despreocupada con la que había hablado antes, como si todo esto no fuera más que un juego sin consecuencias.
Cada latigazo de la cola de Neo cortaba el aire con un silbido feroz, cada zarpazo iba dirigido a puntos vitales, pero él simplemente daba un paso a un lado, inclinaba su cuerpo ligeramente o alzaba una mano para desviar el golpe con la parte externa de su antebrazo.
Kross: “He de admitirlo..., esto es un aire fresco. No solo trajeron matones promedio, sino que contrataron gente... especial.”
No miró a Neo directamente cuando dijo eso, pero la intención estaba clara. Su voz mantenía ese matiz de diversión burlesca mientras se deslizaba hacia atrás, justo a tiempo para evitar el barrido de piernas de Neo. Antes de que ella pudiera estabilizarse, él giró en su propio eje para quedar fuera de su alcance, como si la gravedad misma se inclinara a su favor.
Surge entró en la pelea sin perder tiempo, lanzando un golpe ascendente con su brazo dirigido a su mandíbula. Kross lo detuvo con una palma abierta, como si el impacto fuera insignificante.
Kross: “Es curioso... ¿Un... saurio? O como sea que les llamen… Y la enana esa... parece una fusión de cosas. Mmm.”
Lo dijo con una extraña incredulidad, como si realmente no esperara ver a alguien como Surge o Neo ahí. No hizo falta que lo dijera directamente: cuando estaba en ese infierno, no había visto ni un solo saurio.
Neo volvió a la ofensiva sin perder el ritmo, combinando movimientos de su cola con golpes directos, pero Kross la bloqueaba con una mezcla de precisión y desgano. Casi parecía que se estaba conteniendo, dejando que ellos siguieran atacando solo por diversión.
Kross: “Aun así, es bastante divertido jugar con ustedes después de toda la mierda repetitiva que... me... hacen hacer... día tras día... día tras día... trasdía...”
El tono de su voz cambió. Lo que al principio sonaba burlón se convirtió en algo más denso, más pesado. La última repetición de sus palabras fue casi un gruñido, un eco que se arrastraba en su garganta.
Kross: “DíatrasdíatrasḎ̸̢̰̭́̾͑̓Í̴̧̧̺̳͙̮̮͙̟̣͈͋̈̐̍̉̈́̄̔̓̍̎̚A̷̲̎̄̎͝Ţ̷̛̞̝̭̱̦̪̎̓̇̄͐͜R̸͔͔̣̜̳̝̃Ȧ̵̡̢̢̙̳̞͙̖͈̟̦̦̾̐́̓̋̓̓̔̉̚͠͝S̷̢̘̳͔̻͇͕̗͎͚̞̓̈́̿̆̄̓̂͛̀̿Ḍ̴̰͔̟̥̖̱̼̇̊́̒̋̑̈́̉̑͜͝Í̶̢̘̥̞̦͈̗̳̜̩͚̩͈̺̈́͒͊̌̈͌̔̔̅̓̇̅̍͝Â̵̢̢̢̰͖̱̼̮̣̦̮̲͖̍͗̆̂.̵̡̜̟̜̻̳͈͇͍̈́̌̓̀.̵͔͗̄̌̌̿̎̽̏̕̕͝.̷̢̜̻̭̥̥͈̽̈́̾͑͐̈́́̉̊.̸̧̭̻̤͎̬̼̏̿̿̈̈͊̏̽̏̀̔”
Su cuerpo se tensó en un instante. Antes de que Neo pudiera reaccionar, él la tomó de la cola y la estampó contra Surge con una violencia brutal. El impacto los lanzó a ambos varios metros, dejando un surco en el suelo.
Cass: “¡Chico, basta!”
Mi voz apenas lo alcanzó. Kross se quedó quieto por un momento, con la respiración entrecortada. No era cansancio... era otra cosa. Lo vi apretar la mandíbula, los hombros rígidos.
Cass: “Ya no estás ahí. No estás en ese lugar. Estás fuera del alcance de esos bastardos, peleando porque tú sigues atacando.”
Se giró lentamente hacia mí. Su mirada tenía un filo peligroso.
Kross: “¿Acaso piensas que crea eso?”
De repente soltó una carcajada seca, sin humor.
Kross: “Aparte que yo no inicie nada de esto...”
Su respiración se volvió más errática, como si cada palabra encendiera algo más dentro de él.
Kross: “Solo les devolví el favor... Porque el muy imbécil que tienen de lado…”
Señaló a Abe sin siquiera mirarlo.
Kross: “Me disparó.... Y estar en un sitio que parece un campo de pruebas... no me da demasiada confianza.”
Cass: “Escúchame, solo—”
Kross: “¡Para con tus MIERDAS!”
Su voz se cortó un instante, pero la rabia siguió escalando.
Kross: “No me trates de engañar diciendo que todo está bien...”
El temblor en sus palabras era distinto ahora, no de miedo, sino de furia contenida.
Kross: “¡Ustedes me dijeron innumerables de veces que saldría pronto!, ¡Que no harían más pruebas!, ¡Me llenaron la cabeza con promesas vacías!, ¡Que estaría a salvo... a salvo...!”
Cada frase fue más fuerte que la anterior. Sus manos se crisparon.
Kross: “Å̷̹s̵̺͑ä̶̘́l̴͍͌v̸͕̅ȍ̷̺ḁ̸̈́s̷̙̽ã̶̬l̸̺̓v̷̔͜o̸̢͝A̷̹̞͈͔͇̋͂͂͝Ş̸̺̗̀̿̔͊̍̐̍͒̎Ą̶̻̦̀̀̒̄͊͠L̵̛̦̩̘̹͔͂́̕͝ͅV̴̢̛̩̩̥̩́̋̋͆̈̚O̷̞̭̗͐̊̊̚A̷̡̡͓̟̟̱̯͇͇̗̱̮͉͆̀̅̆̍̓͘̚͠͠S̸͍͙̪̐̑̄̏́̊̋͊͆͘͘͝Ä̶͎͕̬̳̟̰̜́̑̑̂̏̑Ļ̸̛̯̝̹̮͕̗̮̝͐̇̉̿̐̑̃̊͜͜͠͝V̴̢̡̖͕͙̮͚͖̮̘̟͔̯̟̽̑͊͝Õ̸̟͓̻̤͍̱̠̹̲̬̦͈̀̀͌̍̈̅̀̕͝͝͝ A̶̵̸̶̴̡̨̨̡̨̧̢̖̙̣̪̲̫̭̣̜̺̤̙̫̬͍͔̤̮̪̟͉͉̮̱̜̻̱̻̬͚̠̲͎̺͕̝͐̏͐͊͑̈́̌͂͌͐͑̅̈́̽̑͌͑̋́̂̃̚͘͜͝͝͠͝͝ͅS̶̴̶̷̶̡̡̨̛̳̺͚̜̰̗͉͎̖̪̯͇͈̟̬̣͍̙̩̤̲̜̜̞͚͖̖̼̮̝̬̦̫̟̘̠̣͇̘͎͍̜̩̖͋͐̿͆̎̉͆̒̇̐̾̔̍̓̒͊͂̓̀͌͆̔͂͂̓́̍̈̈́́̅͘͘̚̕͝͝͝͝ͅͅA̸̶̷̸̴̢̧̡̡̨̢̛̛͓͓̪̤͙̗̫̬͉̙̺͔̲͎̯̭̝̯̻̖͇͕̞̹̲̹͗̈́̒͗̓̓͆̌̈́̄̂̑́̓̑̃̇̋͛̇̆̃̋̿̉̑͘̚L̶̷̵̶̷̨̢̛̛̜̟̘̼̰̱͇̖̲̝̩͔̬̺̘̺̰̗̈́̆̍̄̋̾̌͊̓̔̑̀͆̌͆́̽͑̊̃͐͛͘͝͝ͅV̸̵̸̸̷̧̡̡̡̧̨̥͈̜̘̼̥̣̞͉̙̻͉̬̲̥̤̰̮̳̖͉̗̙̰͙̍̔̋͊̋̒̂̉̾̿̂̎͛͂̑̆̕̚͜͜͜͝͝ͅͅƠ̴̸̶̴̶̧̢̢̧̢̰̩͔̹͇͙͚̝͇̘̙̙̰̩̯͎̜̞͇̲̫̫̹̮͔̥̑̍͊̎̔͆̋͗͐͐̇̆̃͌̃̓̈̋̽̌̐͑̂̏̅͛͂̈́̿́̄́̀́́̍̀̐͑̄̊̓̓̆̈̈́̊̈́͘͘̕͠ͅͅ—̴̵̵̴̵̢̡̧̛̛̫̝̘̯̖̲̲̲̥̜̞̜̩̝̗̤̙̘̙͙̖̦͇͚̳̭̗̈́͒̽̀̿̀̏̿̔̐̋̂͊͗̿͑̊͐́͗̅̽͒̑͒̈̃̈́̈́̈́̚̚̕̕͝͠͠͝ͅͅ”
De repente, golpeó el suelo con su puño, abriendo una grieta bajo él. La onda expansiva retumbó en mis huesos. La pelea ya no era un juego para él.
No nos dio tiempo para procesarlo. En cuanto se incorporó, se lanzó hacia nosotros. Ahora no era el mismo Kross de antes; se movía de forma errática, como una bestia desatada. Sus garras, ambas extendidas, cortaban el aire con una velocidad aterradora. Su postura, su agresividad, todo en él había cambiado. No había táctica aparente, solo violencia pura, instintiva.
Disparé. Varias veces. Los proyectiles le dieron, uno en el hombro, otro en el abdomen y un par en las piernas, pero ni siquiera lo detuvieron. La carne se regeneraba casi al instante, como si mi fuego sólo sirviera para irritarlo.
Abe: "¡Vamos, carajo, no lo dejes acercarse!"
Fácil decirlo cuando él no estaba en la línea de fuego. Aunque claro, no tardó en meterse.
Kross estaba casi sobre mí cuando Abe se interpuso. Retrocedí con él mientras bloqueaba las garras con sus nunchakus, desviándolas con cada golpe. Pero lo veía en su rostro, en su postura: apenas podía seguirle el ritmo. No era un simple intercambio de ataques, era como si estuviera adivinando dónde iban los zarpazos y apenas lograba reaccionar a tiempo.
Surge y Neo irrumpieron en la pelea, dándole un respiro a Abe. Neo era un torbellino de velocidad, deslizándose con movimientos precisos, usando su cola y piernas para atacar con rapidez. Surge, por su parte, intentaba forzar a Kross a retroceder, lanzando golpes amplios con su fuerza bruta.
Aun así, la pelea no se equilibraba. Kross no esquivaba como antes, no se movía con precisión quirúrgica. Ahora, cada ataque parecía aleatorio, sin dirección fija, pero justo por eso era más peligroso. Un tajo desviado podía terminar destrozando a cualquiera.
Cass: "¡No se confíen! ¡No tiene un patrón ahora!"
En medio del caos, entre el vaivén de garras y ataques, Surge encontró una apertura. Su puño impactó con fuerza en el costado de Kross, levantándolo del suelo. No perdió la oportunidad: lo sujetó en el aire y lo castigó con una ráfaga de puñetazos directos al torso. Los disparos de sus guanteletes acompañaban cada golpe, amplificando el daño. Finalmente, con un golpe en arco descendente brutal, lo estampó contra el suelo con una sacudida que hizo crujir la tierra.
Cass: "¡Ahora!"
No necesitaban más indicaciones. Mientras Kross intentaba levantarse, le disparé a las articulaciones de sus rodillas, debilitándolas justo antes de que Abe y Neo se lanzaran. Abe golpeó con los nunchakus con un chasquido seco; Neo, sin dudarlo, usó la fuerza de su cuerpo y su cola. Dos crujidos distintos resonaron en el aire cuando le rompieron ambas piernas.
Aprovechando el momento, Surge lo sujetó de nuevo, lo alzó y lo lanzó con toda su fuerza, enviándolo varios metros lejos.
Cass: "¡Mantengan la presión! No sabemos cuánto tardará en regenerarse."
Apenas di la orden, intenté convencerme de que teníamos una oportunidad, que habíamos hecho suficiente daño para al menos ralentizarlo. Pero el sonido de los huesos ajustándose y la carne cerrándose de nuevo me devolvió a la realidad en cuestión de segundos. Kross apenas había tocado el suelo cuando ya se estaba reincorporando, listo para recibir a Neo y Surge sin un atisbo de cansancio.
Se lanzó de inmediato a la ofensiva, al parecer había recobrado algo el sentido debido a que volvió a atacar como lo hacía poco tiempo atrás pero no por eso era menos peligroso.
Surge intentaba mantenerse firme, lanzando golpes directos al torso y costillas, pero Kross no hacía el más mínimo esfuerzo en esquivarlos. Cada impacto lo recibía con el cuerpo entero, avanzando sin detenerse, como si no le importara el daño, como si solo le interesara seguir atacando.
Cass: (Esto no va a funcionar... ¿Cuánto falta maldita sea...?)
Podía ver cómo Surge comenzaba a ceder, sus movimientos volviéndose apenas más pesados, aunque intentara ocultarlo. La pastilla que Abe le había dado aliviaba el dolor, pero no eliminaba el desgaste. Kross, en cambio, era implacable. Cada golpe que daba tenía un peso real, sus zarpazos rasgaban el aire y cada patada hacía retumbar el suelo.
Lanzó un derechazo que Surge apenas logró bloquear con su antebrazo, retrocediendo por la fuerza del impacto. Siguió con una patada ascendente que se estrelló contra su guardia, haciéndolo tambalear, y luego giró sobre su eje con otra patada baja que lo obligó a ajustar su postura para no caer.
Disparé de inmediato, calculando mis tiros con cada recarga. Mi puntería no falló: le di en el hombro derecho, el muslo izquierdo y justo debajo de las costillas, pero las heridas cerraron en cuestión de segundos.
Abe, por su parte, seguía con su maldita maña de lanzar proyectiles, pero ahora se enfocaba exclusivamente en los ojos de Kross. Cada vez que uno de sus ataques iba en camino, Kross se cubría con el brazo o movía la cabeza en el último segundo para evitar el golpe directo.
Neo, en cambio, esperaba. Estudiaba la pelea con atención, buscando el momento exacto para atacar. Y lo encontró.
Avanzó directamente hacia Kross, sin dudarlo. Él reaccionó de inmediato, su puño descendiendo con brutalidad contra su cuerpo... y entonces Neo se hizo pedazos. Su silueta se fracturó en mil fragmentos, esparciéndose como vidrio quebrado antes de desaparecer.
Neo apareció detrás de Kross, sin hacer un solo ruido, y antes de que pudiera reaccionar, lo mordió en el cuello. No pudo mantenerse mucho tiempo ahí. Kross la agarró con fuerza, clavando sus dedos en su piel, y la azotó contra el suelo con violencia. Pero una vez más, su figura se rompió en pedazos y desapareció.
El intercambio con Surge continuó como si nada.
Neo de la nada apareció a mi lado, apenas respirando con dificultad. Al parecer el uso repetitivo de su habilidad le estaba pasando factura. No era la única. Surge estaba sudando, sus movimientos comenzaban a perder precisión. No quedaba mucho tiempo antes de que el desgaste nos alcanzara por completo.
Y entonces Kross habló.
Kross: "¿Por qué siguen en pie...? ¿Por qué se siguen resistiendo...?"
Su voz seguía teniendo ese tono descarado, pero ahora estaba teñido de rabia.
Kross: "¡Solo acepten las cosas como son! ¡¿Por qué seguir peleando si al final solo recibirán lo que merecen?!"
Su mirada se clavó en Surge, como si esperara una respuesta, pero lo único que obtuvo fue un puño directo al rostro.
Kross: "¿Sigues creyendo que esto es justo?"
No había ni un atisbo de fatiga en él. Solo una rabia creciente, una furia que parecía no poder contener más.
Kross: "Siéntelo... Todo el dolor... Todo lo que tuve que soportar... Ahora. Es. Su.
¡̸̶̴̸̸͍̭̘̞̬͐̄͗̈́̿T̵̷̷̸̸͔̱̝̹͍͐̈́̒͛U̴̷̶̵̵̢̟̦̤͗͑̉̓͒ͅR̸̶̶̶̷̛̠̘̭͔̬̍̈́̕͝N̷̶̸̶̶͓̺̻̙̟̉̀̌̇̄Ơ̸̷̸̴̶͎̘͉̦͕̓̇̋̀!̷̸̸̶̴̪̤̠̟͉̓͌̒̓̈́”
Sin darnos un respiro, se lanzó directo a Surge con una velocidad brutal. Apunté a sus piernas y disparé sin dudarlo, pero ni siquiera titubeó. Sus músculos absorbieron los impactos como si no fueran nada. Neo se lanzó a la ofensiva a pesar del agotamiento, buscando cualquier manera de interponerse, aunque fuera por un instante.
Surge apenas logró moverse hacia atrás, intentando esquivar, mientras Abe trataba de frenarlo con la caña. Pero en un parpadeo, Kross desapareció. No tuve ni un segundo para procesarlo antes de escuchar un quejido ahogado cerca de mí.
Volteé de inmediato. Abe estaba a unos metros, con Kross hundiendo su mano el cuerpo de Abe.
El bastardo nos había engañado. No iba tras Surge.
Iba tras Abe.
La sangre manaba desde donde Kross lo tenía atrapado, oscura y espesa, empapando su ropa, se notaba que lo apuñalo más para que sufra que para acabarlo de inmediato. Abe gruñía de dolor, su mandíbula apretada con tanta fuerza que podía oír sus dientes rechinando.
Aun así, no se quedó quieto. Lo golpeó, una y otra vez, directo a la cabeza, a la mandíbula, con el puño, con el codo, cualquier cosa para soltarse. Pero nada tenía efecto. Kross apenas se movía con cada impacto, como si fueran golpes de un niño.
Neo estaba completamente en shock, su respiración errática, la vista clavada en Abe como si su mente no pudiera procesarlo.
Kross inclinó la cabeza, y sonrió.
Kross: "¿̷̨̫̙̝̙̻͖͕̪̤̂̊̊̂̔̚D̸̲̓͜ự̴͕͉̝̪̓͑͒̇͑̽̃̔͜͝ë̸̮́́ļ̷̻̻̞̗̤́̿͊ẽ̷̞̹̝̩͎̦̍͛̓̐̚̕̕͝.̶̘͙̤͎̟̟͕̈̏͗̒̂̌̇̒̓̾͜.̸͚̘̓̒̄͜.̵̦̏̾̌̃̕?̶͙̂̑͛̃ Eso es lo mínimo que sentí yo."
El tono de su voz era grave, cargado de un veneno que calaba hasta los huesos. Frente a él, Abe forcejeaba, tratando de zafarse, pero los dedos de Kross estaban firmes, enterrados en su carne. La sangre se deslizaba entre sus garras como un recordatorio de lo que estaba sucediendo.
Como una condena.
Kross: "Así se sintió cuando me abrían sin nada de anestesia.... Cuando sentía como desgarraban mis músculos una y otra y otra PUTA vez para ver cuántas veces podían volver a crecer."
El aliento de Abe se entrecortaba. Golpeó el brazo de Kross con una fuerza brutal tratando de dislocarlo o algo..., pero él ni se inmutó. No había expresión en su rostro, solo una frialdad escalofriante, como si no estuviera realmente ahí.
Apreté el gatillo de mis pistolas. Los disparos resonaron en el aire, pero no importó. Kross se movió con una facilidad insultante, esquivándolos sin soltar a Abe. Probé de nuevo, apuntando a donde debería estar el brazo que usaba para apuñalar a Abe, pero... no le importo...
Esta vez, ni siquiera esquivó. Dejó que las balas lo atravesaran como si fueran una molestia menor, como si ni siquiera lo sintiera.
Kross: "Me sumergían en químicos corrosivos SOLO para ver cuánto resistía antes de regenerarme.... Conectaban electrodos a mis nervios para medir cuánto dolor podía soportar antes de que por fin ya no sentía nada y perdiera el conocimiento... y aun así no paraban... ¡NUNCA! ...Me dieron decenas de venenos solo para verificar si puedo desintoxicarme solo..."
Cada palabra suya venía con un goteo de rabia, una mezcla de placer retorcido y odio puro. Su voz temblaba, pero no de debilidad. Era el peso de cada recuerdo hundiéndose en el momento, desbordándose, liberándose como veneno de una herida infectada. Y yo lo sentía. Era demasiada información, demasiada brutalidad.
Kross: "Me fracturaban cada hueso del cuerpo..., cortaban partes de este dejándome sin nada de movilidad..., incluso recuerdo que me dejaron ciego y sordo arrancándome esas partes....... y esperaban a que solo se regeneraran... únicamente para volver a empezar de nuevo..."
Surge no esperó más y se lanzó hacia él. No iba a quedarse viendo cómo hablaba sin hacer nada, pero Kross al darse cuenta... desapareció. Fue solo un parpadeo, pero su silueta se desvaneció, y antes de que pudiéramos seguir su movimiento, ya estaba detrás de Surge.
Le hundió la rodilla en el estómago con una precisión brutal.
El impacto fue suficiente para hacer que Surge se doblara sobre sí mismo, arrodillándose en el acto, jadeando por aire. Pero antes de que pudiera reaccionar, Kross ya no estaba ahí. Se alejó con la misma facilidad con la que había atacado, llevándose a Abe con él como si fuera un escudo de carne.
Kross: "Me hacían correr hasta que mis pulmones colapsaban..., solo para ver si podía seguir moviéndome sin oxígeno.... Me cortaban hasta los tendones para ver si aún podía pelear."
Mi agarre en el arma se tensó. Lo tenía en la mira, pero la sangre de Abe chorreaba por sus garras, y su cuerpo estaba en medio de todo. No podía disparar sin riesgo. La sangre solo manchaba más y más el suelo.
Neo estaba paralizada, sin poder reaccionar. Solo miraba la escena, congelada, como si su cerebro se negara a procesar lo que estaba viendo.
Kross: "Y lo peor... lo peor es que cada vez que mi cuerpo sanaba, solo significaba que podían volver a probar cosas, cada vez peor.... Una y otra vez. Durante días... semanas... años.... Una pesadilla... Sin... final."
Abe gruñó, pero no gritó. Nunca gritaba. Pero su respiración se volvía más errática, y la sangre no dejaba de salir.
Kross: "Cuando termine contigo..."
Su voz sonaba baja, apenas un murmullo lleno de veneno.
Kross: "Iré a por ese saurio de allí. Luego..., por esa cosa que parece una mezcla de partes sueltas. Y al final... iré por esa mujer que parece ser su líder."
Sus ojos brillaban con una furia inhumana.
Kross: "Y cuando haya acabado con ustedes..., buscaré a los bastardos que queden en las instalaciones. Y los matare hasta que no quede... NADIE."
Levantó el brazo que no estaba hundido en el torso de Abe. En ese instante, todo ocurrió de golpe. Como si el tiempo se estirara, vi a Neo y Surge reaccionar al mismo tiempo que yo, todos moviéndonos instintivamente para detenerlo. Pero en mi visión, todo transcurría en cámara lenta. El filo de la garra de Kross brilló al avanzar hacia el pecho de Abe, directo al corazón.
Entonces, algo sonó.
CLANG.
Un sonido metálico, cortante y brutal, como si un arma gigantesca hubiera sido desenvainada en un solo golpe. Y de repente, Kross ya no tenía brazo.
Una silueta negra se había desplazado con una velocidad aterradora, cortando la extremidad con la que mantenía a Abe agarrado como si fuera papel. Abe cayo al piso aun con el brazo de Kross clavado
Casi al mismo tiempo, una segunda sombra, blanca como el hueso, apareció y le propinó una patada ascendente. Antes de que Kross pudiera reaccionar, otra serie de patadas terminando con una lateral, esta vez con un destello celeste brillando en las piernas de la figura, lo lanzó lejos, haciéndolo chocar contra el suelo con un impacto seco.
Aun así, Kross se movió otra vez, su cuerpo ya en proceso de sanación, aún era impresionante la velocidad con la que regenero la parte que le cortaron hace segundos. Entonces, dos pequeñas sombras surgieron a los lados de su cabeza.
Un destello, un chasquido de energía. Luego, electricidad.
Un estallido de luz cegó la escena por un segundo. La energía recorrió el cuerpo de Kross con una intensidad brutal, los voltios suficientes para hacer que cada fibra de su ser ardiera.
Escuché el sonido chisporroteante de la descarga antes de que él cayera de rodillas, su cuerpo convulsionando por la electricidad. Las dos pequeñas sombras se alejaron flotando hacia una tercera figura gris que se unía a las otras dos.
Respiré hondo. Habían llegado.
Cass: "Por fin... Aunque esperaba otra gente..."
Murmuré para mí misma, sintiendo un peso menos en el pecho.
A pesar de su apariencia y la forma en la que actuaban, este grupo era respetado. Su trabajo era impecable, sus habilidades letales cuando se requerían. Eran conocidos como la unidad HouseKeeping de seguridad y ‘jardinería’ de CHNO.
Un título que sonaba ridículo, pero que ocultaba su verdadera naturaleza. Siempre los había visto cerca del alcalde Alphonse, eliminando... ‘problemas’ antes de que crecieran demasiado o protegiendo recados.
Centré mi atención en la primera figura, la que había cortado el brazo de Kross. Su silueta oscura se movía con cansancio mientras sacaba un dulce de uno de sus bolsillos, sosteniendo un par de enormes tijeras brillantes con un filo helado.
Cass: (Ellen Joe... aun me sorprende que sea menor que Abe.)
Ellen era un híbrido entre un humano y Megalodón. Su atuendo de sirvienta acentuaba una imagen engañosa: detestaba el trabajo físico, pero era letal en combate.
Luego, mi mirada se dirigió a la segunda figura, la que había golpeado a Kross con una brutalidad meticulosa. Un hombre alto, de porte distinguido, pero con una presencia igual de intimidante.
Cass: (Von Lycaon.... El líder de su grupo)
Era un híbrido raro, en todo mi trabajo solo pude conocer un par, el más reciente era uno conocido como ‘White algo’ siendo un hibrido con Smidolon, pero el caso de Lycaon, era lo contrario.
Él era hibrido entre un humano y Aenocyon dirus o en palabras simples un lobo terrible. Vestía un traje de mayordomo impecable, con detalles únicos: una máscara cubriendo uno de sus ojos y anillos en sus dedos, todo en él gritaba precisión calculada.
Las patadas que le había dado a Kross no eran simples golpes. Sus prótesis estaban modificadas con un sistema de propulsión y un mecanismo de impacto mejorado.
No solo aumentaban su velocidad y movilidad, sino que le permitían lanzar ataques con una fuerza devastadora. Su estilo de combate era un reflejo de su mente: refinado, letal, sin movimientos desperdiciados.... Y aun así se que no fueron suficientes...
La tercera silueta, la gris, se destacó entre las demás.
Cass: (Alexandrina Sebastiane o Rina, la segunda al mando del grupo)
Se mantenía erguida con un porte impecable, casi regio. Su apariencia lo decía todo: nobleza en cada movimiento, una sonrisa amable que ocultaba un filo peligroso. Híbrida entre humano y Argentavis, Rina era la cabeza de las sirvientas, y junto a ella flotaban las dos sombras que momentos antes habían lanzado la descarga que redujo a Kross.
Anastella, la de color castaño, y Drusilla, la de color amarillo. No eran simples máquinas, su coordinación con Rina era perfecta, como si compartieran un solo pensamiento. Aun me parecía curiosa la forma que tenia de manejar a ambas
Fue Lycaon el primero en hablar, con su tono inmutable y calma característica.
Lycaon: "Lamentamos la demora, Capitana. Estábamos finalizando la revisión de nuestro equipo."
Ellen, por otro lado, sonaba como si ya estuviera harta del día mientras bostezaba.
Ellen: "Sí, estábamos a punto de irnos hasta que escuchamos el llamado. Maldita sea..., qué suerte la nuestra."
Rina sonrió de manera casi maternal, con esa expresión de quien acaba de descubrir algo intrigante.
Rina: "Debo admitir que me sorprendió tener que usar la máxima potencia con este chico..."
Anastella: "Sí, sí, incluso con eso, resistió más de lo normal."
Drusilla: "Definitivamente fuera del estándar."
Lycaon volvió a tomar la palabra, dirigiéndose directamente a mí.
Lycaon: "Capitana, le agradeceríamos un resumen de la situación. Y... Butler, el agente Levi necesita atención médica."
Mis ojos fueron al bangboo que respondió al nombre de Butler. Se parecía a Anastella y Drusilla, pero tenía un aire distinto, más refinado. Su diseño parecía sacado de una gala en lugar de un campo de batalla, con un mini traje y hasta una insignia en el pecho.
Sin perder un segundo, se acercó a Abe y empezó a trabajar con una precisión quirúrgica. Movimientos rápidos, eficientes. En menos de lo que canta un gallo, ya estaba asegurando que la herida no empeorara mientras apartaba el brazo de Kross. Nada definitivo, pero suficiente para que Abe no terminara agregando esto a su currículum de desgracias.
Tomé aire, sintiendo un respiro momentáneo. Pero eso no significaba que pudiéramos relajarnos.
Cass: "Primero, dime Cass, siempre te lo repito. Y segundo, como dije cuando pedí refuerzos, pasó algo con el chico. Digamos que tuvimos un pequeño error de cálculo."
Levanté la vista justo cuando Abe sacaba una jeringa y se metía una pastilla a su boca mientras se levantaba, seguramente una de sus cosas para que la herida no fuera un problema para cuando Kross despierte. Lycaon lo siguió con la mirada, con la expresión de un padre cansado viendo a su hijo tomar malas decisiones.
Abe: "¿Qué? ¿Nunca han visto a un tipo ser apuñalado por otro antes?"
Lycaon solo suspiró negando con la cabeza.
Lycaon: "Ahora tengo una mejor idea de lo que pudo haber sucedido. ¿Cómo debemos proceder, Cass?"
Antes de que pudiera responder, vi a Surge y a Neo acercándose. Neo pasó de largo a todos y se dirigió directo a Abe, revisándolo como si quisiera asegurarse de que todavía estaba entero. Abe solo le revolvió el pelo con su sonrisa de siempre.
Cass: (Menos mal que Neo no tuvo que ver algo que probablemente le dejaría traumas... lo que Surge y yo hemos visto por culpa de Abe... espero que nunca le pase.)
Surge, en cambio, se acercó a Lycaon y a mí con una actitud más tranquila a la de unos momentos atrás, aunque aún tenía un semblante cansado.
Surge: "Ese niño no va a estar fuera por mucho tiempo.... No le debe de quedar mucho antes de desmayarse... eso espero."
Cass: "El chico cree que todavía está atrapado en ese jodido sitio de mala muerte con esos malnacidos... y piensa que nosotros trabajamos para ellos. Por eso está así de agresivo. Así de inestable."
Desvié la mirada hacia donde estaba Kross. Seguía ahí, inconsciente, pero después de lo que había dicho antes de que se desplomara... de lo que dijo mientras apuñalo a Abe..., no era difícil imaginar en qué mierda de lugar estaba metida su cabeza. No estaba peleando contra nosotros. En su mente, seguía luchando por su vida en ese infierno. Una esperanza de escapar de esa pesadilla...
Cass: "Hay que ir con todo. Nada de restricciones. Ya vieron que, aunque le rebanaron el brazo con el que estaba apuñalando a Abe, lo regeneró en un abrir y cerrar de ojos. No va a caer tan fácil.... Y no se distraigan..."
Lycaon asintió, pero lo vi tensarse. No fue solo un gesto, fue todo. La forma en que se ajustó el distintivo, cómo su expresión se endureció un poco más y hasta el leve movimiento de su cola lo delató.
Sin decir nada más, desvió la vista hacia Rina y Ellen.
Lycaon: "Apoyen a Cass y su equipo en lo que necesiten. No se contengan con el chico... es joven, pero sigue siendo un AC. Parece que se despertará pronto, manténganse preparadas."
Ellen: "Genial.... Y yo que pensaba que esto ya había terminado."
Rina: "Hare todo lo que este a mi alcance. Anastella, Drusilla, prepárense."
Las sombras a su lado se movieron rápido en respuesta. Por un momento, hubo silencio. El tipo de silencio espeso que se siente justo antes de una tormenta. Y en medio de eso, lo escuché.
Kross: "Dios...... ¿en serio creyeron que eso iba a ser suficiente? Podrían haber al menos intentado algo más creativo."
No fue un rugido de dolor, ni un gemido de sufrimiento. Fue una queja, como si lo hubieran molestado mientras dormía. Entre chispas que aún recorrían su cuerpo y el vapor que salía de su ropa chamuscada, se levantó. Así, como si nada. Como si no hubiera recibido una descarga que podría haberle frito el alma a cualquiera.
Se sacudió el brazo izquierdo, crujió el cuello, y esbozó una de esas sonrisas que nunca traían nada bueno.
Cass: (Kross... espero que esto no dure demasiado...)
Rina dio un paso hacia atrás con elegancia, extendiendo sutilmente sus brazos para que Anastella y Drusilla flotaran a su alrededor. Ellen se acomodó el moño del uniforme con fastidio antes de girar levemente posicionando su cuerpo como si esperara el momento justo para actuar.
Lycaon, en cambio, solo giró el cuello, tronándolo ligeramente, mientras su pierna metálica se ajustaba con un chasquido suave, su peso inclinándose apenas hacia adelante, como quien mide el punto exacto para saltar.
Los demás también se tensaron. Surge se adelantó apenas medio paso, con esa mirada suya que decía ‘vamos denuevo’. Abe giró el cuerpo como si esperara tener que interceptarme si se me acercaba. Mientras que Neo tenso su cola, lista para interponerse en cualquier momento
Y yo... yo solo pude quedarme ahí, viendo cómo el tipo que habíamos reducido antes, ahora nos miraba como si apenas estuviera empezando a calentarse. Sentí cómo me ardían los pulmones de solo verlo. De cualquier modo, no podía dejar de intentarlo.
Cass: “Chico..., aún podemos parar esto. No tiene por qué seguir. Podemos hablar. Podemos...”
Él se detuvo, solo un segundo, y me miró con una mezcla de desconcierto y fastidio. Como si no entendiera por qué insistía tanto... o como si... sí lo entendiera, pero ya no le importara.
Kross: “¿Otra vez con eso? Curioso... tú, justamente tú, eres la que más insiste. No me lo esperaba... Raro... ¿Por qué?....”
Sus ojos se oscurecieron. Me buscaron por un momento. Y ahí estaba. La misma mirada vacía. Dolida, lo notaba. Pero también había rabia...
Kross: “Aunque da igual.... Al final siempre termina igual, ¿no? Conmigo cayendo en el mismo maldito juego. Palabras bonitas. Promesas. Que no estoy solo... Bla, bla, bla... Y luego lo mismo de siempre... traición.”
Cass: "No tiene que terminar así..."
Kross: "Sí.... Tiene que. Ya perdí demasiado tiempo con ustedes."
No sonó enojado. Sonó como quien ya no espera nada. Como si estuviera resignado. Y esa resignación era peor que cualquier grito o amenaza.
Kross: “Basta de charla. Necesito las cabezas de los que están detrás de todo esto.”
Y con eso, comenzó a avanzar. Sin apuro, sin gritar... solo caminaba, decidido, como si el suelo mismo debiera apartarse. No como una amenaza, sino como una promesa.
Lycaon dio un paso adelante, cruzando su cuerpo entre Kross y nosotros. Su voz sonó firme, con ese tono exacto entre autoridad y juicio que lo hacía parecer un caballero en plena guerra.
Lycaon: “Lamento interrumpir este intercambio emocional… pero parece que la comunicación no será una opción.”
Su voz era tranquila. Como si estuviera dando instrucciones sobre la cena y no a punto de lanzar una ofensiva contra un monstruo furioso.
Lycaon: “Me adelantaré, no podemos permitirle avanzar más... Ellen, necesito que me apoyes. Apunta a sus piernas, inhabilítalo. Rina, mantente alerta. Si se mueve hacia Cass u otra persona, actúa.”
Ellen soltó un suspiro largo, casi como si esto fuera una molestia innecesaria. Se metió un dulce en la boca, y su agarre en las tijeras se endureció.
Ellen: "Perfecto... más trabajo para mí."
Rina, por otro lado, sonrió con esa calma suya que siempre me ponía los pelos de punta. Mientras ellos se organizaban como si fueran a una coreografía de ballet letal, yo me giré hacia los míos.
Cass: “Surge, ve con Lycaon. Retén a Kross como puedas.”
Él frunció el ceño con fuerza.
Surge: “¿En serio tengo que trabajar con el perro? Genial...”
Cass: “Neo. Atenta. No lo enfrentes, ¿De acuerdo? Si se acerca a mí o a Abe... confúndelo. Usa lo que tengas.”
Neo solo asintió. Un movimiento leve de cabeza, la cola relajada, pero firme. Sabía que estaba lista.
Cass: “Abe, tú conmigo. No me discutas.”
Abe: “¿Y por qué carajos siempre tengo que quedarme de niñera mientr—?”
Se detuvo al ver a Neo. Esa mirada le quitó lo que fuera que iba a decir.
Abe: “...Enana..., espero un excelente trabajo cubriéndonos el culo si se pone feo.”
...
Kross seguía avanzando. Sus pasos eran lentos, pero pesados. Como si cada uno retumbara directamente contra nuestros nervios. Y, aun así, ninguno retrocedía. Porque sabíamos lo que estaba en juego. Y porque, por más jodido que fuera todo esto... todavía creía que había una forma de comunicarme con él...
Pero claro. Primero teníamos que sobrevivir.
...
...
...
Perspectiva de Kross
No los había visto antes. Ni una sola vez en todo el maldito tiempo que pasé aquí adentro. ¿Dónde los tenían escondidos? ¿Siempre estuvieron ahí? ¿O los trajeron de afuera...? No... NoNoNoNo. A los de afuera no los dejan entrar tan fácil. No. No... Entonces... ¿de dónde?
Pero estaban vivos. Y completos. Y extraños. Resistían. No se rompían. No tan rápido, al menos. Me costaba... contenerme. Pero solo un poco. Solo un poco.
Era divertido.
Sí... divertido.
Uno de ellos se lanzaba como una chispa mal conectada, eléctrico, molesto. El otro, más directo, casi como si tuviera algo que demostrar. Saltaban, atacaban, esquivaban. Lo intentaban con ganas. Demasiadas ganas para un lugar como este. Como si pensaran que podían detenerme. Como si creyeran que servía de algo.
Pero no me miraban como los otros.
Kross: (Siempre veía esas miradas.)
Esa... esa forma de verme como si no existiera. Como si solo fuera otra cosa para controlar. O desechar. O estudiar. O romper. Siempre lo mismo... Siempre lo mismoSiemprelomismo.
Ellos no.
No los sentía así. No los veía con esa mirada vacía. Era distinta. Rara. Inquietante. No sé qué significa.... ¿Por qué? ¿Por qué no me ven como los demás? ¿Por qué no me odian? ¿Por qué no me ven como algo desechable? ¿Por qué no...? ¿Qué significa eso...? ¿Qué significa eso?
Y la mujer... la mujer... no dejaba de hablar. Su voz... su voz... algo tenía. Decía que no era necesario. Que podía parar. Que ya no estaba encerrado. Que estaba a salvo. A salvo... AsalvoAsalvo.
Mentiras...
Mentiras......
Mentiras.........
Siempre fueron mentiras...SiemprefueronmentirasSiemprefueronmentiras.
Y.... sin embargo...
Este lugar... no es igual. No huele igual. No suena igual. El aire no raspa. La luz no duele. Es... parecido, sí, pero no es igual. ¿Dónde estoy...? ¿Dónde...?
¿De verdad estoy afuera?
¿De verdad?
...
No. No. No puede ser tan fácil. No puede.
Y sin darme cuenta, ya estaba ahí otra vez. Cerca. Muy cerca....
Como si mis pasos fueran guiados por algo más, como si mi cuerpo supiera a dónde ir antes que mi cabeza lo entienda. Ellos volvieron a cargar, y otra vez esa sensación extraña me apretó el pecho.
No estaban buscando destruirme. Solo estaban ganando tiempo. Contenerme. Frenarme. Pero no había odio. No había esa intención oscura. Solo ganas de mantenerme en este lugar... ¿Por qué lo hacen?
La figura azul fue la primera en venir, como antes. Sus movimientos eran intensos, rápidos, llenos de energía. Lo hacía bien, sin duda. Le ponía ganas, como si creyera que podía hacerme retroceder.
A veces me entretenía esquivarlo, ver cómo ajustaba su postura, cómo descargaba energía con esos ademanes tan marcados. Pero seguía sin ser suficiente. Era como golpear una pared esperando que grite. No importaba cuántas veces lo intentara, el resultado era siempre el mismo.
Luego apareció la figura blanca, más metódico, más preciso, con una fuerza contenida que me habría resultado peligrosa si todavía me importara. Sus patadas eran bien dirigidas, su ritmo más frío, más calculado, como si estuviera haciendo cuentas con cada ataque.
Pero incluso con eso..., incluso con todo ese esfuerzo...
No pasaba nada...nada...nadanadanadanadanada...
Apenas si necesitaba moverme para evitarlo. Fingir que me costaba era lo único que realmente exigía algo de mí. Fingir que me cansaba. Que me dolía...
Que me importaba....
Había algo en ellos. En sus trajes, en los dispositivos adheridos al cuerpo. Brazos reforzados, propulsores en las piernas que zumbaban al moverse. Tecnología nueva...
Diferente. Casi interesante. Por un momento me dieron ganas de romper alguno, ver qué tan fácil sería arrancarlo y dejar al tipo tirado, como un muñeco sin batería... ¿Saltaría con una pierna...? ¿Se arrastraría...?
Kross: (Oh... tu.)
La figura negra, que entraba y salía del combate, con esas... cosas filosas... que buscaban sorprender, pero que eran tan fáciles de leer... no parecían peligrosas. No eran más que extensiones frágiles esperando romperse... ¿Aguantaran mis garras? ¿Qué se partirá primero...?
...
Las pequeñas... ¿máquinas...? esas cosas que flotaban cerca también empezaban a molestar... Daban vueltas, giraban a mi alrededor como si esperaran su momento. No quería otra descarga, ya había sentido una. No me gustó. Me moví con más rapidez, evitando esas mierdas con impulsos eléctricos...
Kross: (... así que funciona así....)
Ahí los vi, apenas perceptibles... unos hilos, apenas tangibles, azulados, como trazos de electricidad que salían de los dedos de la figura gris. No entendía cómo funcionaban, pero era molesto. Muy molesto.
Y luego, entre todos ellos, estaba ella.
La mujer.
La que no dejaba de mirarme como si todavía pudiera hablarme.
Estaba acompañada de la cosa que parecía hecha de muchas otras cosas, desordenada, la que le gustaba engañarme rompiéndose en pedazos de vidrio...... ¿Qué pasaría si no alcanzara a eso...? ¿Cómo sería el sonido de sus huesos rompiéndose...?
Y también el tipo que apuñalé. Aún seguía en pie. Lo atravesé, me aseguré. Mi mano entró sin resistencia, sentí los músculos ceder, la sangre corriendo en mis dedos.... Pero ahí estaba. Respirando.... aun molestando con cosas...
¿Cómo?
¿Por qué..........?
No importa.... aunque ella es otra historia...
Ella me sigue mirando.
No como los demás. No con miedo. No con esa mirada de desprecio. No con ese juicio que ya aprendí a identificar incluso antes de que abran la boca. No lo tiene. No lo veo. No la entiendo.
¿Por qué me miras así?
¿Por qué no ves lo mismo que veían ellos?
¿Por qué no me ves como una herramienta?
¿Qué significa esa palabra con la que me llamaste...? Sera que... no... no puede ser......
Antes tus disparos tenían fuerza. Me hacían mover, me empujaban, eran molestos.... Eran precisos. Pero ahora... ahora son débiles. Vacilantes. Como si no quisieras herirme. Como si quisieras... en verdad... hablar... en lugar de disparar... en lugar de seguir
¿Por qué?
¿Qué estás buscando?
¿...Será... verdad...? Estaré a sal—.̴̳̘̖͔̺̈́̎̇͒̊͊̋͊̂͛̈́̚͜.̷̳̙̻̻̥̫̠̲͍̼̰̘̖͑̄͌́̌̊͘.̴̢̛̥̳̰̙̘͙̲͎͇̘̭̭̘̤̼̪̣̘͔͉̈͛̒͊̓̈́̔͂͌̓́̄̊͗̕͘͝ͅ.̸̧̱̫͚͓̖̜̞̳̙͖̜͖̪̯́̾̕.̷̢̧̨̲̖̻͚̪̝̺͍̬̠̝̏̃͑̀̀̎̾̾͗̃̕.̶̢̢̡̛̯̺̳͚̖̼̳̩͓̭͍̉͂̀̀͑̃͋̒́̿͋͌̋̋̍͜͜.̷̣̔̎͊̒͝.̷͙̱̹̮̰̳̥̩͇̦̠̠̭̜̉̓̋͑͊̂̀̂̉̋̿̾̕͜.̸̢̜̖̲̱̟̖͎͚̠̤̲̞̺̺̖̰͕͔̩̖̼̅̅̓̉͋̓̎͒̄̓̐̌̓͘͘̚.̷̬̟͔̥͙̥̖̟̼̜̲̼̙̲̲̙͇̻͑̐̆̃̈́̍̋̔̓̈́̋͋̋̈́̀̃̈͘͠ͅ.̴̢̢̨͍͈̦̭̺͈̥̜̖̼̤͕̪̯͚͉̳̾̏̌̍͗̎̽͑͒͐̊̂̅͊̚͝͝.̸̻̖͚̭̓̓͑̄̋͝.̴̡̛͚̰̊̃̋͌̒̃̀̀̇̈́̄͊̓́͛̈́̒͊͑̀͝ͅ.̴̛̛̰͔͍̻̰̩̤̻̫͍̞̣̭̘̒́̄̿̌̌̀͊͂̄̍̄̚͜͜͠.̶̧̨̛̰̘̝̠̹̟͖̀̈́͂̒͒̐͐.̸̠̤̜͔̹͖͆͒̈̏̑̅̔.̵̨̢̛̖̘̤̣̞̖̪̘̗̹̞͕͉̏̏̔͛̈́̄́͂̒̊̋͊͜͝.̴̡̡̻̼͎͙͕̻͙̭͔̬̏͆.̸̼͓̦̖̪̩̎̿̑́̎̈́́̈̕͝.̵̡̛͕̭͙̪͔̩͕͙͔̫̮̙̲̰̗̅̆̆̈́̾̓̅͝ͅ.̷̢̢̯̲͚͎̰͈̰͖̦̩̍̍͒̆͋̂̐ͅ.̸̟̖̭͓͚̻͔̱̤͍͔̘̫̯̔̔̌̎̄̕.̶̨̮͉̺̳̱͍͖͔̯͉̖̯͔̈́ͅͅ.̴̧̛̛̹̠̙̲̯̣̗͕̩̣̟̂̈́̔͌̓̓̈́̈́̈̇̅̆́̏͗͘̚͜͝͝͝͝.̶̣̺͇̂̅̆́͗̈̀̈́͊̎̿.̸̯̲̫͇̪͎̰̣̺̘͕̻͔̤̈́͑̔͛̓̈́͛͊̊̑̄͝.̵̢̛̣̠͊͒͗̀́͐̿̋̔̽͐̔̽͋̓̋͑͛̚͠.̶̧̡̛̥͖̝̲͎̝̙̼̣̥͙̲̺̲̘̙̩̠͛̓̽̈͒̈̈̇̏̿͒̾̍́́͐̅̈͛̕̚͝.̴̧̛̳͕͖͓̮̖̬̣͍̮̼̠͖̳̱̍͂̑̊͆̐̈́̈́̃͛̊̔̆͆̐͑̚͝ͅ.̴̫̳̲̓̓̄́́̀̀͌̒͐͌̈́̅̈́͂̌̕̕ͅ.̴̝͔̜̈̍̍̄̓̚͠.̶̢̦͓̥̙̦̦̔̋͊̔͋̆͝.̶̡̡̙͔͉̩̞̱͖̱̳̦̥̲̗͉̠̒̀̀̍͗̈́̈́̀̈́̓͆̃̌̌̑̕͘͝͠͝.̶̢̧͙̞̳̜̼̮̞͈̺͕̓͛̃̊̄̓̀́̄͛́̉̓̎̔̏̋͜͝͝͝͝.̶̡̢̢̡̻̭͉̜̗̞̬̖͖̹͕̙̜̜̩͉̻̓.̴̛̗͓͉̯͎̭̒̈́̀̆͂͊͆̃͂͛̋͑̂̇̒́̄̋̕͘͠͠.̸̧̢̱͕̺̹̥̻̱̟̖͎̹͍̈̾̊.̵̧̛͕̺̼̹̘̹̼̜̼̲̍̄̎͗͑̾͋́̎̓̈̉͗͠͝͝.̸̨̹̦͙̪̱͍̯̮̫͍͍̇̑́̂̊̓̒̐͂̐̿́́͐̈̊͑̈́̃͘̚͝.̴̡̛͙̩̱̙̩̗̯͓͕̥̭̦͉̪͕̉̀̾̉̽̌͆͂̀̋̄̾͋̑̕ͅ.̴̢̧̢̱͍̠̬̦͈͉̩̗͈̄͌̆͑̀̀̆͝͝.̸̢̧̩̣̫͖̣͙̝̙͚͕̣̮̭̭̗̝̣̫͈͌̾̑̏͛͜ͅ.̴̢̛̩̹͌̿̆̇̅͆̓̓̍̅͆̂̃̈́̿̄̚͠.̶̧̩̣͍̘̠̲̞̗̊͒ͅ.̶̛̲̳̠̥̺͕͉̥̖̙̭̿̒̋̔͋̂̈́̎́͂̈́̚͝
No........
Jamás fue real... nunca lo fue.....
Ya fue suficiente.
Cada paso, cada golpe, cada intento de mantenerme en esta zona... ya los entendí. Ya vi cómo se mueven.
La forma en que uno carga con el brazo extendido buscando mantenerme estático, cómo el otro gira con sus piernas para crear espacio y luego volver a cerrarlo, o cómo la figura negra trata de encontrar huecos, de colarse como una sombra afilada.
Al principio fue interesante, lo admito. Algo nuevo. Diferente. Pero ahora es solo más de lo mismo. Todo se repite.
Ciclos. Ritmos. Respuestas predecibles.
Ya no es divertido.
Y, sin embargo, no siento esa urgencia por arrancarlos del camino. No hay rabia en mis manos. No hay ese deseo de aplastar. No quiero destruirlos. No lo entiendo. ¿Por qué no...? ¿Qué me frena...? ¿Por qué... porque no tengo las ganas de acabar con todo...? ¿Por qué....? ¿Porqueporqueporqueporqueporque....?
No me gusta. No me gusta no entenderlo.
Pero da igual.
Mejor terminar esto....
Acabar con....................solo....luego...primero debo hacer que no se interpongan.
Y luego buscar a los verdaderos bastardos....
...
...
...
Perspectiva de Cass
Ya había perdido la cuenta de cuántas veces se habían lanzado sobre él. Surge, con sus descargas secuenciales y movimientos explosivos, había conectado varios ataques certeros, directos, y aun así... Kross parecía no importarles o caso mi se molestaba en esquivarlos.
Lo mismo pasaba con Lycaon. Pese a la brutalidad de sus patadas, pese a su precisión quirúrgica, cada golpe quedaba en el aire. Nada lo tocaba.
Incluso Ellen y Rina. Cada vez que encontraba una abertura, buscaba hacerle daño real. Apuntar a una pierna, a un brazo, a algo.... Pero todo fallaba. En el último instante, como si el tiempo se plegara solo para él, se deslizaba fuera del alcance. Junto con las marionetas, cuando estaban a punto de propinarle una descarga, se movía fuera de su alcance para que no le pasara nada...
Y lo peor de todo... no parecía estar esforzándose....
Abe: “¿Qué demonios estás haciendo? ¡Cass, estás fallando tiros que nunca fallas! ¡¿Qué MIERDA te pasa?!”
Su voz me sacudió de golpe. No lo había notado, pero mis disparos no estaban yendo a donde debían. Me faltaba presión, me faltaba decisión. No sabía qué contestarle. Tenía las palabras en la boca, pero no alcanzaban a salir..... y entonces
Lycaon: “¡Surge, mantén el ritmo! ¡No bajes la presión, joder!”
Surge: “¡Estoy en eso perrito, pero este tipo—!”
Antes de que pudiera terminar la frase, Ellen se adelantó por el flanco derecho. Aprovechó la distracción en ese intercambio para intentar una emboscada, un tajo limpio que apuntaba a ambas piernas.
Pero no llegó.
Kross se movió.
Lo vi... no, lo sentí... aprovechar ese pequeño quiebre, esa fracción de segundo donde todo se desajustó. Sujetó a Ellen por la cola con un movimiento seco y brutal, y sin detenerse, la lanzó directamente contra Surge. Los dos chocaron y cayeron mal, apenas logrando incorporarse, pero para Lycaon... ya era tarde.
Un leve zumbido, casi imperceptible, cruzó el aire… y Kross desapareció del suelo. No hubo advertencia, ni tensión previa. Simplemente se desvaneció y apareció justo frente al lobo, como si el espacio mismo se hubiera rendido ante él.
El primer golpe fue seco, directo al estómago, y resonó con tal fuerza que el impacto retumbó por encima de cualquier grito. Antes de que Lycaon pudiera tambalearse, una patada ascendente lo levantó del suelo, su cuerpo sacudido como si fuera una carcasa vacía.
Kross no se detuvo. Se impulsó otra vez antes de que ninguno pudiera hacer algo, rompiendo el concreto bajo sus pies mientras ascendía con una velocidad brutal. Alcanzó el techo y lo usó como plataforma; una zancada más lo catapultó hacia abajo, directo sobre Lycaon, sujetándolo por las prótesis en pleno aire.
Cass: (¿Cómo...?)
Giró con fuerza sobre su eje, acelerando como si el mundo girara con él, y lanzo a Lycaon con una violencia que no parecía normal.
El cuerpo salió disparado y cayó como una piedra, estrellándose contra el suelo con un golpe sordo que hizo eco en toda la zona. El concreto se resquebrajó con el impacto, las grietas extendiéndose como venas por el piso, marcando el lugar donde había caído.
Nadie reaccionó.
Solo podía verlos, a todos paralizados, sin una sola palabra. Incluso yo tardé en procesarlo. En apenas unos segundos, había derribado a Lycaon sin que nadie pudiera hacer nada.
Y lo peor... era que apenas estaba empezando.
En cuanto Kross llego al suelo, sin perder equilibrio, su mirada estaba clavada en nosotros, como si ya supiera el orden exacto en el que íbamos a caer.
Ellen fue la primera en levantarse. Apenas se sacudió el polvo, recuperó su arma y se lanzó directo hacia él, girando en el aire con una precisión letal. Pero Kross la leyó antes de que completara el movimiento.
Se deslizó bajo su ataque y, en un solo gesto, atrapó su brazo con una fuerza que le hizo soltar el arma. El chasquido metálico de la tijera contra el concreto fue lo único que se escuchó antes de que Kross se la arrebatara.
Y la usó.
Un tajo preciso, no letal, apenas lo justo para desestabilizarla. Luego giró con el filo aún en mano, y con el reverso del arma le dio un golpe seco en la nuca. Ellen cayó sin resistencia, los ojos en blanco antes de tocar el suelo.
Rina gritó su nombre. No esperó. Apenas Ellen cayó, las marionetas de Rina se activaron. Se soltaron de su posición, los hilos eléctricos chispeando desde sus manos mientras la descarga estallaba con precisión letal.
Un destello cegador iluminó el campo justo en donde estaba Kross, el chasquido seco rebotando entre las paredes. Pero en cuanto la luz se disipó... el chico ya no estaba ahí.
Había aparecido frente a Rina.
Y sin que las marionetas alcanzaran a volver a ella, le propinó una patada al costado de la cabeza que la lanzó por el suelo. Su cuerpo rodó varios metros antes de detenerse, con las marionetas zumbando de forma errática a su alrededor.
No se volvió a levantar.
Surge sí logró hacer que Kross retrocediera. Lo embistió sin aviso, con esa fuerza suya que parecía arrancada de un trueno. Los golpes llovían como una ráfaga, amplios, agresivos, llenos de rabia contenida. Kross al principio solo bloqueó, cada impacto haciéndolo ceder paso a paso...
Pero no. Era solo una ilusión. Un juego de ritmo que él mismo marcaba.
Kross detuvo uno de los puños con la palma abierta, giró sobre sí mismo, y descargó el codo directo al estómago de Surge. El impacto lo hizo encorvarse, pero no le dio respiro.
Otro golpe, esta vez al rostro, lo desestabilizó, y antes de que pudiera recomponerse, Kross le asestó una secuencia brutal: dos puñetazos al abdomen, uno a la mandíbula, y un rodillazo que lo levantó del suelo.
Y sin dejarlo caer, lo tomó de la prótesis. Lo alzó como si pesara nada y lo lanzó hacia arriba con una fuerza que estremeció el lugar. La presión fue tal que se la arrancó al alzarlo. El cuerpo Surge termino impactando contra el techo y quedando incrustado entre vigas y restos metálicos flotando a su alrededor.
Ni siquiera vi a Kross moverse. Solo sentí que Neo ya no estaba a mi lado.
Miré hacia donde debería estar… y ya no estaba. Kross ya la había atrapado. Sostenía su cola con una sola mano, y la había arrastrado lejos, rompiendo cualquier intento de defensa que tuviéramos.
La levantó con una sola mano. La azotó contra el suelo. Una y otra vez. Cada impacto sonaba como un golpe seco y violento contra el concreto, haciéndome estremecer con cada eco.
Neo apenas logró gemir antes de que él la arrojara contra una de las paredes. El cuerpo impactó con tal fuerza que quebró la superficie de concreto, quedando ahí, inmóvil. Brazos abiertos. Como una marioneta con los hilos cortados.
Kross volvió a levantar la vista.
Y, sin apuro, otra vez empezó a caminar hacia nosotros.
Lo siguiente fue un movimiento sutil, casi absurdo. Abe dio un paso adelante y se puso entre nosotros y comenzó a caminar hacia Kross. No dijo nada, pero entendí de inmediato por qué lo hacía. Era por mí.
No intentaba verse valiente. Su espalda seguía recta, sí, pero le temblaban los nudillos, y su mandíbula parecía trabada de tanto apretar los dientes. Cada paso tenía ese ritmo forzado, como si su cuerpo estuviera en desacuerdo con su boca, pero igual siguió hablando.
Abe: “Oye... ya estuvo bueno, ¿no crees, chico? Ya hiciste mucho.... Digo, no te faltó nada… azotaste al lobo, le quitaste las tijeras a la jardinera, neutralizaste a la tía con marionetas, mi compa quedo sin una manito... y la hormiga atómica estampada en la pared. Muy eficiente, de verdad.”
Su tono era ligero, hasta burlón. Pero no dejaba de moverse. Pequeños gestos nerviosos lo traicionaban: los dedos tamborileando sin ritmo, el cuello girando apenas de un lado a otro, como si chequeara salidas invisibles.
Abe: “Si esto fuera un casting para rompernos la madre, chico... estarías contratado. Todo fue.... ¿cómo se dice? Elegante. Casi quirúrgico. Dos tajos, una patada, una demolición… aunque lo de arrancar la prótesis me pareció de mal gusto, ¿no? Qué poco profesional.”
Soltó una risa baja, seca, que no parecía salir del pecho sino de la garganta, como si necesitara que sonara natural más que sentirla en serio.
Abe: “Y lo de la cola, wow, digno de un documental. ‘Depredadores urbanos en su hábitat natural’. Solo te faltó narrarlo mientras la azotabas, tipo: el chico acecha a su presa, espera el momento preciso y—”
No había terminado la frase cuando Kross ya estaba frente a él.
No caminó. No lo vimos moverse. Solo apareció, como si el aire mismo lo hubiera empujado hasta ahí, su palma abierta cubría casi todo el rostro de Abe.
Kross: “Hablas demasiado.”
Y sin más, lo estampó contra el piso.
El sonido fue seco, como concreto quebrándose bajo una máquina industrial. Abe no alcanzó a soltar ni un quejido. Quedó ahí, incrustado, los brazos extendidos a los lados como si el golpe le hubiese arrancado el alma del cuerpo.
Kross siguió caminando.
Directo hacia mí.
Hasta que un quejido a sus espaldas lo obligó a detenerse.
Abe: “Tch… mínimo déjame terminar la frase, animal…”
Kross se giró, sin apuro, y lo observó en silencio. Abe se estaba levantando otra vez.
No rápido, no entero. Pero ahí estaba, apoyándose con una mano en la rodilla mientras la otra buscaba equilibrio en el aire. El golpe lo había dejado mal, se notaba, pero no lo suficiente como para callarlo.
Abe: “Sinceramente… no entiendo tu problema con la narrativa. ¿Tan difícil es dejar que uno cierre el remate? Es básico, chico. Estructura... Ritmo... Culminación.”
Su tono seguía siendo burlón, pero algo en él estaba fuera de lugar. La voz le temblaba por momentos, y aunque trataba de mantenerse recto, sus piernas no cooperaban del todo. La sangre en la ceja goteaba lento por su mejilla, y aun así… sonreía.
Abe: “Y ni hablar del respeto. Uno está ahí, en el piso, haciéndose el muerto con dignidad… y tú vas..., y plaf. Te parás encima del momento como si nada. ¿En serio tienes alguna idea del mal gusto que me demuestras con eso?”
Intentaba disimular el temblor con movimiento. Un par de pasos lentos, como si estuviera acomodando el cuerpo para no parecer vencido. Pero sus dedos seguían con ese tic contra la pierna, más rápido esta vez, como si el cuerpo supiera lo que venía antes que él mismo.
Abe: “Te juro, así no hay cómo trabajar. Mira que he lidiado con gente complicada, pero lo tuyo ya es personal con los finales.... Es como... como si los coleccionaras a medio camino.”
Lo vi levantar la vista hacia Kross con una sonrisa torcida, la mandíbula apretada. Sabía que estaba prolongando lo inevitable. Lo leía en sus gestos, en cómo el sarcasmo se convertía en escudo, en cómo hablaba más para ganar segundos que por costumbre. Pero lo hacía igual.
Porque ese era Abe.
Abe: “Al menos déjame este..., ¿sí? Solo uno. Uno decente. Un final… como la—”
Kross ya no estaba frente a él.
De un segundo a otro paso a estar detrás suyo, como un susurro que no se alcanza a escuchar.
Una patada precisa y seca fue directo a la parte trasera de sus piernas. Abe se dobló al instante, como si el cuerpo se le hubiera rendido antes que la lengua. Y sin pausa, sin ceremonia, Kross lo sujetó con ambas manos: una al cuello, la otra sobre su cabeza.
Yo apenas tuve tiempo de entender lo que iba a pasar.
CRACK
El sonido fue corto, brutal. Como partir una rama seca. Y el cuerpo de Abe se desplomó, sin vida, sin peso. Kross lo dejó caer sin una palabra. Sin un gesto.
Y volvió a caminar.
Pero incluso así, con ese rostro impasible y esa presencia imperturbable... algo no me calzaba. No era visible, ni evidente, pero ahí estaba. Un leve desequilibrio en la forma en que apoyaba un pie antes del otro.
Un movimiento sutil en sus hombros que no había visto antes. Como si todo ese despliegue de lo que podía hacer... empezara a pasarle factura. No se notaba en su expresión, claro, pero...
Cass: (Parece que ya se está quedando sin energías...)
Un chasquido seco me interrumpió el pensamiento.
Click
Fue apenas un segundo, pero Kross se movió. No sabría decir si fue un paso, un desvío, o un simple cambio de postura. Solo supe que evitó algo. Y cuando miré hacia el origen del sonido, lo vi.
Abe.
Otra vez de pie.
La pistola en alto. Un nunchaku colgando de la otra mano.
Abe: “¡Es la segunda...! ¡La segunda MALDITA vez que me interrumpes!”
Tenía la cara peor que antes. La sangre seca pegada a la piel, los músculos del cuello tensos. Pero seguía en pie, como si el cuerpo insistiera en funcionar a pesar del estado lamentable en que estaba. Ya no era resistencia: era puro impulso.
Abe: “¡Y ya me cansé de esta puta charla en la que no me respondes! ¡Esto era mejor cuando decías algo, cuando te picabas mierda!”
Apretó el gatillo.
Los disparos salieron directos, cargados de esa chispa eléctrica que ya había visto antes. Cada bala zumbaba en el aire como si fuera una advertencia, pero Kross las esquivaba todas.
Ni siquiera necesitaba grandes movimientos. Solo desplazamientos mínimos, exactos, medidos. Cada paso lo acercaba más a Abe.
Abe: “¡¿Qué pasa, ah?! ¿No vas a decir nada? ¡Quédate quieto un segundo, uno solo!”
Otra ráfaga.
Abe: “¡Siempre igual, con esa cara de piedra! ¡Al menos grita, carajo! ¡SOLO DI ALGO!”
Seguía disparando. Desesperado. Frustrado.
Abe: “¡Tienes idea lo difícil que es hablar solo y mantener el ritmo al mismo tiempo?! ¡Esto es ridículo!”
Y entonces el clic seco del cargador vacío.
Abe soltó un gruñido ahogado, miró la pistola con rabia y sin pensarlo la lanzó con fuerza... directo a Kross. Sin ningún efecto
Después sacó el segundo nunchaku.
Y esperó.
Lo dejó acercarse apenas un poco más, hasta que Kross estuvo en el rango justo.
Y ahí comenzó.
Una ráfaga de golpes, fintas, cambios de dirección. Giraba los nunchakus con una precisión violenta, tratando de atrapar a Kross entre sus movimientos, intercalando disparos de corto alcance sin previo aviso. Usaba todo a su alcance para sorprenderlo, para romper su defensa.
Pero no servía de nada.
Kross esquivaba. Bloqueaba. Leía cada movimiento antes de que terminara.
Abe: “¡Así no se puede! ¡Esto no es divertido! ¡Es un monólogo con efectos especiales!”
Seguía girando las armas, ahora con patrones más complejos, como si con eso pudiera abrir una brecha. Pero Kross simplemente se adaptaba. No contestaba, no reaccionaba. Solo lo observaba mientras se acercaba más y más.
Abe: “¡Vamos, di algo! ¡Lo que sea! ¡No me dejes hablando solo maldita sea!”
Giró una vez más, lanzando un golpe cruzado con ambas manos al mismo tiempo. Y fue justo ahí.
Kross se agachó de golpe, bajando el centro de gravedad en un solo movimiento, y le sujetó la pierna con una firmeza brutal.
Abe: “¡No, no, espera, espera, espera—!”
Y voló.
Kross lo lanzó con violencia hacia un costado, haciendo que atravesara una pared de concreto como si fuera cartón mojado. La nube de polvo apenas se había asentado cuando escuché su voz.
Kross: “Ahora sí no va a molestar más.”
Kross volvió a caminar en mi dirección. Sin decir nada, sin mirar atrás. Solo avanzaba. Como si nada de lo que había pasado importara. Como si no quedara nada más que seguir adelante y destruir lo que tuviera enfrente.
Cass: (Y pensar que llegamos tan lejos solo por un error....)
Miré las pistolas en mis manos. El metal aún estaba tibio por los disparos de antes. Las giré un poco, luego las guardé sin apuro. No porque confiara en que no me iba a atacar, sino porque aún quedaba una última cosa que tenía que intentar.
Metí la mano bajo la chaqueta. La botella seguía ahí. Cerrada. Fría. No era para ahora. No era para escapar. La saque para sostenerlas, como si eso bastara para mantenerme firme… para recordarme que todavía estaba acá.
Cass: “Ya fue suficiente... chico.”
No esperaba que dijera algo. Pero igual tenía que intentar algo.
Cass: “Todo esto se salió de control. Para todos… pero más para ti...”
Nada. Ni un gesto. Solo pasos. Siempre al frente, como si nada le afectara... donde estaba la grieta...
Cass: (¿Me estará escuchando siquiera?)
Cass: “¿No fue... suficiente? No lo se... ¿O todavía no terminas?”
No me moví del lugar. Tenía que haber algo que lo desestabilizara.
Cass: “¿Acabar con todos te dejó tranquilo...? ¿O ni siquiera eso te intereso...?”
Cass: (Vamos, reacciona. Haz algo... lo que sea.)
Cass: “¿No piensas decir nada...? ¿Ni siquiera una palabrita... chico?”
Silencio. Ni una pausa.
Cass: (Venga... espera....)
Cass: “¿Esto es lo que realmente quieres... Kross?”
Y fue ahí.
No giró a verme, pero algo en su cuerpo se tensó, y levantó una mano hasta cubrirse el rostro. Como si de pronto le doliera algo que no podía explicar. Como si esa sola palabra hubiera sido suficiente para romper una capa que ni siquiera él sabía que estaba ahí.
Cass: (Reaccionaste... Fue la primera cosa que encontraste interesante... tu nombre...)
Kross: “Esa... esa palabra otra vez... ¿Qué mierda significa eso? ¿Qué se supone que significa ese... apodo...? ¿Qué mierda se inventaron ahora?”
Su voz sonaba arrastrada, temblorosa, con una mezcla extraña entre rabia contenida y confusión. Como si no entendiera por qué le dolía tanto escucharla, pero no pudiera sacársela de la cabeza. Se notaba forzado... pero seguía ahí. Escuchando.
Cass: “Ese es tu nombre, Kross. Tú fuiste quien nos lo dijo hace bastante tiempo...”
Kross: “... ¿Qué...? ¡No! ¡Nonononono! ¡YO no dije...YO NO DIJE NADA DE ESO! ¡Jamás eh escuchado esa maldita palabra salir de mi boca! ¡¿FUI YO?! ¡QUE PUTO CHISTE!”
Gritó con tanta fuerza que la vibración pareció romper el aire entre nosotros. Fue una negación visceral, desesperada, como si gritarlo pudiera cambiar algo, borrar lo que fuera que dolía tanto.
Su cuerpo se encogió un poco, pero no era debilidad... era presión acumulada, como si algo adentro suyo estuviera a punto de explotar.
Cass: “Escucha Kross... Sea lo que sea que pienses. No estás allá. Este lugar no es ese... maldito sitio de mierda. Nosotros no estamos con ellos. A esos bastardos también te puedo decir que los odiamos después... de lo que nos dijiste...”
No sabía si mis palabras lo tocaban o si solo lo irritaban más, pero entonces… me miró. No como antes, no con furia. Me miró como si todavía no supiera si debía destrozarme o seguir escuchando.
Cass: “Tú nos contaste sobre ese lugar. Sobre lo que te ocurrió, el cómo te secuestraron. Y tú... fuiste quien pidió venir aquí.”
Kross soltó una risa áspera, rota, como si le doliera hasta reír.
Kross: “¿Qué mierda estás hablando...? ¿Yo? ¿Yo pedí esto...? Qué estupidez. Qué imbécil sería para pedir algo así. Mira el lugar... ¿Por qué pediría que me traigan al matero...? todo es igual...”
Lo dijo señalando el espacio, como si las paredes invisibles del pasado estuvieran apretándole el pecho otra vez. Pero su risa murió pronto. Sus ojos se clavaron de nuevo en mí.
Cass: “Aunque se parezca... no es el mismo sitio de mierda... y debiste haberlo notado...”
Pero entonces... avanzó.
Kross: “Entonces dime, ¿qué mierda pedí?”
Un paso bastó para que el concreto crujiera bajo su pie.
Kross: “¿Para qué carajo querría venir a un lugar que se siente igu—... que se parece tanto...?”
Otro más y una fina grieta se extendió, serpenteando por el suelo.
Kross: “¿Para qué lo primero que pase sea que me disparen? ¡¿Eso era lo que quería?!”
Se acercaba. No corriendo. Solo caminando, pero cada paso era una amenaza, un reflejo de todo lo que estaba a punto de colapsar. No retrocedí. Me dolía el cuerpo, me temblaban los dedos… pero no retrocedí.
Cass: “Nos pediste ayuda para mejorar. Para poder con todo eso que te hicieron... para usarlo. Para defender las cosas que has ganado desde que escapaste de ahí.”
Todas esas interacciones.... Las miradas del director Spears, siempre con una tensión que se transformaba en algo más cercano al cariño cuando hablaba de él. Su esposa, que lo trataba con una calidez maternal que no parecía forzada... que literal casi me come viva en el hospital....
Y él… él también me lo ha demostrado.
Lo había notado cuando hablábamos en el auto camino aquí. Cuando mencionó a esa persona a la que protegió... su voz no era igual.
Cass: “Lo pediste tú... confiaste en nosotros...No fue culpa tuya que toda esta situación acabara así..., pero sí fue mi error... que todo llegara tan lejos.... Lo siento, Kross.”
Me quedé esperando. Algo. Cualquier cosa. Un rugido, un paso más. Un golpe. Pero nada llegó. Solo escuché un resoplido áspero, tenso... como si hubiera contenido algo que le quemaba por dentro. Era un sonido pesado, como de cansancio, pero no del cuerpo... del alma. Como si su rabia necesitara soltarse, pero algo la apretara desde adentro.
Y entonces, lo oí.
Kross: “En verdad eres rara…”
Su voz… ya no sonaba como antes. Era más baja. Más sombría.
Kross: “La más extraña de todos. La única que intentó… la única que trató. Y aun así…”
Hizo una pausa. El aire se volvió más frío. El silencio se colaba entre nosotros como una amenaza invisible.
Kross: “No puedo caer ante eso. Aunque suene sincero… aunque crea un poco en tus palabras… no puedo dejarme engañar.......”
Vi su figura tensarse. Los músculos marcándose con más fuerza bajo la ropa desgastada, los dedos crispándose, y su respiración… irregular, contenida. Como si el solo hecho de mantenerse en pie le costara más de lo que estaba dispuesto a admitir.
Kross: “No sé... no se por qué… t-tus palabras me h-hacen dudar.”
Su voz se quebró un segundo. No en tono, sino en intención.
Kross: “No entiendo por qué decir esa palabra me molesta tanto… por qué mierda no puedo sentir nada con lo que dices… ¡por qué no siento esa necesidad...!”
Se llevó una mano al pecho, casi como si buscara algo. Como si tratara de comprobar que aún tenía algo ahí dentro.
Kross: “¡No siento lo mismo cuando los veo! ¡No me pasa nada! ¡No… no es igual!”
Quise decir algo. Respiré profundo, intenté formar una frase, pero no llegué.
Kross: “¡¿Por qué mierda es tan distinto?! ¡¿Por qué CARAJO no los quise eliminar cuando tuve la oportunidad?! ¡¿Por qué, aunque podía romperlos... no lo hice...?!”
La rabia lo estrujaba por dentro y cada palabra era un latigazo. Se llevó ambas manos a la cabeza, los ojos abiertos, desenfocados, como si algo se hubiera soltado completamente.
Kross: “¡¿Por qué es tan diferente?! ¡¿Por qué..., porquéporquéporquéporqué?!”
No pude evitar sentir cómo la presión en el pecho crecía. Lo miré... y su mirada me atravesó. Kross me veía de frente ahora. Fijamente. Como si ya no quedara más nada en el mundo que lo importara, más que mis palabras. Pero no de forma cálida, ni siquiera racional. Era una mirada al borde. Agrietada. A punto de romperse.
Kross: “Cállate…”
Su voz era inestable. Apenas un murmullo que se arrastraba con peso propio, como si cada sílaba doliera.
Kross: “No quiero escucharte... cada vez que lo hago, mi mente… no para. No se calla. Va y viene. Una y otra vez... cosas que no sé si son verdad o no. Cosas que me confunden.... Así que… ¡cállate!”
Cass: “Kross...”
Kross: “¡Cierra la MALDITA boca!”
El grito fue seco, cargado de rabia y algo más profundo. Algo que no entendía del todo, pero que dolía con solo escucharlo.
Kross: “¡Ese... ese no es mi nombre! ¡Esa mierda no puede ser mi nombre!”
Temblaba. No de frío. No por miedo. Era otra cosa.
Kross: “¡Yo ya no tengo un nombre! ¡Esa cosa murió dentro de mí hace bastante! ¡Murió y no queda nada! ¡Y mientras siga encerrado… esto no va a cambiar! ¡Nunca! ¡Es imposible!”
Se notaba en todo su cuerpo. No había control. Las pupilas vibraban, su respiración era errática. Los músculos de sus brazos, hombros, cuello, todo estaba tensionado como si su cuerpo no pudiera decidir si colapsar o atacar. Se notaba que estaba a punto de quebrarse…
Kross: “Por.... porque no se callan....silencio....”
Tensó ambas manos con fuerza.
Kross: “... s-sil..... ¡SILENCIO!”
Y una de ellas subió, temblorosa… pero no para sujetarse la cabeza, sino para herirse. Con las garras aún húmedas, Kross empezó a enterrarlas contra su propio cráneo. No era un golpe. Era un apuñalamiento directo.
Cass: (Carajo.)
Cass: “¡Kross...!”
Pero su mano no se detuvo. El movimiento se volvió más errático. Inestable. Como si la desesperación misma se estuviera manifestando en sus dedos, cada vez más frenéticos, cada vez más fuera de control. La sangre empezó a correr, a mancharle el rostro, la mandíbula, el pecho.
Cass: “¡Chico, deten—!”
Pero él no escuchaba.
Kross: “¡SE ACABÓ!”
El grito retumbó como si hubiera estallado algo dentro de él.
Kross: “¡NO QUIERO SEGUIR SINTIENDO ESTO! ¡NO QUIERO ESTAR CONFUNDIDO! ¡NO QUIERO QUE NADIE ME DIGA LO QUE PUEDO O NO HACER!”
Y en un movimiento seco y repentino...
Desapareció.
Mi cuerpo reaccionó antes que yo, girando con brusquedad, por puro instinto. Algo me decía que debía hacerlo. Y al voltear...
Lo vi.
Kross estaba ahí, con un brazo alzado, listo para caer sobre mí. Su rostro estaba tenso, desfigurado por el caos que lo dominaba, pero sus ojos... sus ojos se robaron toda mi atención.
Estaban abiertos, inyectados de sangre, oscuros por dentro. Como si algo estuviera gritando desde lo más profundo de ellos, ahogándose.
Kross: “¡Me cansé de ser una puta marioneta! ¡¡SE TERMINÓ!!”
Y entonces… lo vi venir.
Sus garras, resbalosas por la sangre que aún chorreaba desde su frente, bajaron directo hacia mí. Pude sentir el instante exacto en que el aire pareció dividirse, como si la violencia misma fuera un filo que ya se abría paso hacia mí.
El corte aún no había ocurrido, pero mi cuerpo lo anticipó. El sonido, el movimiento, la sombra cayendo sobre mí… todo gritaba que iba a morir.
Pero no pasó.
Se detuvo.
Apenas a milímetros de mi rostro. Tan cerca que el calor de su sangre me rozó la piel. Tan cerca que el aire, atrapado entre los dos, tembló, tenso, suspendido en algo que nunca terminó de ser.
Y ahí estaban otra vez.
Sus ojos.
No había odio. No había rabia. Ni siquiera dolor.
Solo estaban ahí, abiertos… desenfocados. Vacíos. Como si todo lo que era él hubiera desaparecido. Como si por dentro ya no quedara nadie para sostener ese cuerpo.
Su respiración era tan ligera que apenas se notaba. Un murmullo casi inexistente, solo perceptible gracias al silencio brutal que dejó su colapso. Su brazo cayó primero, como un hilo cortado.
Luego, sus piernas. Se desplomó frente a mí con una lentitud extraña, sin que hubiera resistencia en sus músculos, sin siquiera un intento por sostenerse. Era como si lo hubieran vaciado por dentro en un solo segundo.
La sangre que aún fluía desde su cabeza trazó una línea en el aire antes de golpear el suelo. El sonido fue sordo, crudo. No había gritos. No hubo jadeos. Solo ese golpe final. Y después… nada.
Kross ya no se movía.
Solo estaba ahí, tendido en el suelo
Me quedé mirándolo, sin acercarme, sin atreverme a decir una sola palabra. No sentía miedo, tampoco alivio. Era otra cosa. Algo más denso, más difícil de explicar. Mi pecho se sentía apretado.
Cada parte de mí estaba anudada por dentro, como si todo se hubiese comprimido en ese instante. Porque, aunque seguía respirando, aunque estaba viva... Era difícil procesar todo lo que paso...
Y por un segundo, uno solo, sentí que ya no quedaba nada más por hacer.
Lentamente, levanté la botella que aún llevaba en la mano. El peso era mínimo, pero se sentía inmenso. La miré sin saber por qué, como si esperara una respuesta de un objeto inerte. Dudé. Por primera vez en tanto tiempo… dudé si debía tomar un trago. Si tenía sentido.
Pero mis dedos temblaban. Mi garganta estaba seca. Y el ardor que me recorría el pecho no tenía nombre.
Destapé la botella y, sin pensarlo más, bebí.
Cada trago era un nudo más que se deshacía. Una punzada de dolor que no venía del cuerpo, sino de lo que había tenido que ver. De lo que había tenido que soportar. No paré hasta que la vacié por completo.
El silencio seguía ahí.
Y Kross también.
Y yo solo podía pensar en una cosa.
Después de todo este infierno...
Después de tanto dolor, de tanta lucha, de tanta maldita incertidumbre...
Finalmente, se había terminado....
...
...
...
Fin del capitulo.
Notes:
Me demore...? creo que si, la procrastinación es un problema. Aun así me complico el capitulo, de hecho no tenia pensado subirlo, porque me faltan cosas: que paso después, una charla mas con Kross para saber el futuro entre otras cosas, como los científicos.
Pero eso para el próximo capitulo.
Que hablando del próximo capitulo, tardara en salir, tengo pensado lanzar 2 pilotos de otros fics antes de seguir, para que no se me olviden, esos los avanzare después de Amalgama y Racing Hearts.
No tengo muchas curiosidades, mas que nada decir las referencias, Lycaon y su grupo son del juego "Zenless Zone Zero" junto a los Bangboo, porque los añadí? porque no. Literal la mayoría de armas han sido de RWBY. Y el porque no pudieron hacer nada contra Kross?
CHNO se encarga de otro tipos de cosas, un ejemplo fácil serian de ciertas... criaturas como los wendigos, y en el nivel de autismo de la escala de Dardragun707, con preparación y personal pueden ir en contra de AC nivel bajo-medio. Y digamos que en esta situación no tenían ni lo uno ni lo otro. Que aguantaron harto tiempo, es un merito.No tengo nada mas que añadir, dejen que busque la lista de siempre de las recomendaciones:
A patata_Yazob, con "Una luz de esperansa en una depresión psicótica".
Dardragun707, con "Un vaquero en Volcano High"
SrSenior, con "That is my Parasaur!"
Xomy90 con "Un felino en Volcano High"
Chicken_Brain con "Birds of a feather"Y ahí estaría, como siempre les agradezco por llegar hasta acá y a cada uno que comenta, si tienen cualquier cosa que decir, adelante. Nos vemos en el siguiente, Bye :]
Chapter 26: Claridad
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Cass. Un par de horas después.
Estaba sentada sobre lo que quedaba de una caja metálica, con una botella medio vacía en la mano y los pies cruzados sobre un panel roto que aún chispeaba de vez en cuando.
El lugar apestaba a sangre, a químico y a sudor rancio. El tipo de olor que solo se consigue cuando un experimento demente se descontrola y decide arrastrarnos a todos con él. Ya sabes... un martes cualquiera en CHNO.
La verdad, no creí que seguiríamos vivos.
A mi izquierda, dos técnicos forcejeaban con unos cables, intentando revivir un sistema que claramente ya había tenido suficiente por hoy. Un poco más allá, otros caminaban por los pasillos, limpiando escombros, evaluando daños, asegurándose de que todo volviera a ser lo más funcional posible. Como si fuera tan fácil pegar con cinta adhesiva todo lo que paso aquí....
A todos les estaban dando atención médica. Vendajes, sueros, estimulantes. Parchecitos para que se sintieran menos muertos. Aunque si me preguntas, lo que más necesitaban era terapia... y no de la barata.
Y sí, lo admito: me costaba digerirlo, pero Kross tenía razón en algo que dijo al final de todo. Según su estado, según todo lo que le hicieron, según lo que creía, lo lógico habría sido que reventara a todos de la manera más directa y brutal posible.
Pero no. No mató a nadie. No fue ese tipo de masacre. Solo los incapacitó. Bien, jodidamente bien. Y eso, aunque no lo voy a decir en voz alta, fue más aterrador.
El grupo de Lycaon fue el que salió mejor parado. Rina tenía apenas un par de rasguños, y Ellen... bueno, la vi quejarse más por un examen que tendrá que por el golpe que recibió. Ambas estaban sentadas contra una pared, respirando con normalidad.
Lycaon en cambio... el sí que se comió un buen impacto. Envidiare un poco a los híbridos por esa resistencia tonta que tienen, porque no comprendo como puede seguir tan ‘elegante’ después de eso, pero según los médicos, está estable.
Y después estaban los otros tres: Abe, Neo y Surge.
Abe tenía la cabeza vendada y un par de tiritas que el mismo se colocó y no servían para una mierda, pero ahí estaba, sentado al lado de Neo, que simplemente observaba en silencio. El que no paraba de hablar era él.
Abe: “¡Claro, todo es culpa de Abe! ¡Siempre es Abe el que jode las cosas, ¿no?! ¡Y ese maldito ni siquiera me respondió nada! ¡Qué tipo más aburrido! ¡Me lanzo como si fuera un puto juguete! ¡Y para colmo, nadie más vino a ayudar, ni un alma! ¡Solo el lobito ese y gracias!”
Seguía y seguía, tirando quejas como si fuera su cardio diario. Al menos sus quejas hacían ambiente.
Aunque yo igual me queje sobre eso último, nos explicaron que la mayoría del personal no estaba en el complejo, que volverán en unos días o semanas.
Casualidades del destino bien hijas de puta..., que justo estos tres se aparecieran cuando más se necesitaban igual ayudo en algo. Aunque para ser honestos… solo lograron desgastarlo un poco más al chico....
Neo, en cambio, solo miraba hacia el frente. Sin un solo gesto..., tranquila. Demasiado tranquila, considerando lo que le pasó. Que Kross la azotara como si fuera un saco de entrenamiento no parecía haberla roto ni un poco. Se nota que vienen del mismo sitio... pobre enana.
Surge estaba más callado que de costumbre. Sentado contra la pared, con la mirada clavada en lo que quedaba de su brazo. La prótesis ya no estaba. Solo quedaban cables colgando, y algo de humo seco saliendo del mecanismo roto. Aunque puede renovarla cuando quiera... sigue siendo pesado para él.
No decía mucho. Pero conozco esa expresión: estaba procesándolo todo. A su manera, claro. Relajado por fuera, pero por dentro... seguro estaba juntando cada pieza de este desastre.
Y mientras todo eso pasaba, yo seguía acá, con el culo en una caja destruida, fumándome el post-mortem de la peor mierda que he vivido en años. La botella bajaba de a sorbos lentos. No por necesidad, sino por rutina.
Cass: (Carajo... necesito un maldito respiro.)
Me levanté con torpeza de la caja donde había estado plantada todo este tiempo. Los músculos me dolían, el cuerpo pesaba más de lo normal y sentía el zumbido sordo de todo lo que acababa de pasar.
Caminé en silencio, apartándome de los demás, sin decir una palabra. Ni siquiera sabía hacia dónde iba, solo buscaba un punto lo bastante alejado como para que no me escucharan si... si algo se me escapaba.
Un rincón entre dos pasillos. Bastante aislado. Suficiente.
Saqué el teléfono del bolsillo interior de mi chaqueta. No iba a escribir. No iba a mandar un mensaje. Solo... necesitaba escucharlo.
Marqué el número sin pensar demasiado, como si los dedos supieran más que yo lo que necesitaba. Lo apoyé en mi oído.
Una señal.
Dos.
Y entonces, su voz.
???: “¿Cómo está mi mejor capitana?”
Cass: “…Hola… Román.”
Hubo un silencio. De esos que no incomodan... pero tampoco consuelan. Solo se quedan ahí, cargados de algo que ninguno sabe poner en palabras de inmediato. Un segundo. Dos. Y después, su voz, algo más baja que antes, como tanteando terreno.
Román: “...¿Qué pasó? Suenas... distinta. Tú no hablas así.”
No hubo juicio en su tono. Solo una confusión honesta. Sabía que algo andaba mal, pero no sabía cómo preguntar sin romper el momento.
Cass: “Hubo un... error.”
Otra pausa. Tragué saliva. La garganta me ardía, y no era por el alcohol esta vez.
Cass: “En uno de mis trabajos. Uno de esos jodidos que vienen con nombre en mayúsculas. Me superó. No me lo esperaba. Y.... no sé. Quería escucharte un poco.”
Del otro lado no se oyó nada por unos segundos. Silencio. Pero no de incomodidad. Era ese tipo de pausa en la que sabes que el otro está buscando las palabras correctas, sin querer decir algo que suene vacío o peor: ensayado.
Román: “...bueno... eso explica por qué me llamaste sin insultar primero.”
Solté una pequeña risa por la nariz. Seca. Pero real. Lo suficiente para no colgarle.
Román: “Y también explica por qué no estoy escuchando un ‘me debes una botella’ o un ‘tu hijo es un fastidio con patas’. Algo definitivamente te superó.”
Me apoyé contra la pared. Cerré los ojos un momento.
Cass: “Solo necesitaba escuchar algo familiar. Aunque sea tu sarcasmo de padre arrepentido.”
Román: “Oye, yo solo crie a un genio incomprendido con complejo de payaso. Tú dejaste el molde listo.”
Cass: “Touché.”
Hubo otra pausa. Pero esta vez no pesaba. Estaba ahí, flotando entre nosotros, como lo ha hecho miles de veces antes. Y a pesar de todo... se sentía bien.
Román: “...¿Te lastimaron?”
Cass: “No físicamente.”
Román: “¿Y emocionalmente?”
Cass: “Tampoco. No del todo.”
Román: “...¿Y psicológicamente?”
Cass: “Román...”
Román: “Tenía que intentarlo. Nunca sé cuándo parar. Lo sabes.”
Cass: “Sí. Pero lo estás haciendo bien ahora.”
Se notaba que eso lo descolocó. Lo imaginé frunciendo el ceño, rascándose la cabeza, moviéndose incómodo en donde fuera que estuviera sentado.
Porque Román no sabía qué hacer con un cumplido. No sabía qué hacer con emociones sueltas si no venían envueltas en una broma o un trato firmado.
Román: “...¿qué fue lo que pasó, Cass? ¿Qué fue tan fuerte como para que me llames así?”
Lo pensé. Por un momento, estuve tentada a contárselo todo. De principio a fin. Pero no… no ahora.
Cass: “Como te dije... algo que no esperaba. Alguien que no se quebró de la forma que pensé. Algo... humano. Dolorosamente humano.”
Román: “...y tú estabas en medio, sin poder hacer nada.”
Cass: “Lo intenté. Pero no fue suficiente.”
Román: “Lo fue. Si estás ahí, si estás hablando... lo fue.”
Me quedé en silencio. Esa voz, con sus torpezas y sus vacíos, era justo lo que necesitaba. No quería soluciones. No quería consejos. Solo... eso. Que estuviera. Que me recordara que no todo lo que toco termina jodido.
Cass: “Gracias...”
Román: “...para eso estoy, ¿no? Aunque sea solo para ser una voz fea al otro lado del teléfono.”
Cass: “Eres pésimo dando consuelo.”
Román: “Pero soy persistente. Y guapo.”
Cass: “Ninguna de las dos.”
Román: “Capitana, tengo testigos que dirían lo contrario.”
Rodé los ojos con una pequeña sonrisa cansada. No podía verlo, pero sabía que él también sonreía. Era ese tipo de comentarios que usaba para soltarme un poco, para bajarme del borde sin empujarme.
Cass: “No empieces...”
Román: “Vamos, admítelo. Extrañabas que te dijeran así con respeto.”
Cass: “No es respeto si lo haces con esa sonrisa de idiota que puedo oír a través del teléfono.”
Román: “Tú me dejaste llamarte así primero.”
Cass: “Y tú no has dejado de aprovecharlo desde entonces.”
Por un momento no dije nada. Me dejé caer lentamente contra la pared, deslizando la espalda hasta quedar sentada en el suelo. La botella vacía seguía entre mis dedos, y aunque no quedaba nada, la sostenía igual. Como si soltarla significara ceder a algo más.
Román: “¿Eso significa que sobreviví a esta llamada sin perder una oreja?”
Cass: “No lo arruines.”
Román: “Nunca lo haría, capi.”
Solté una risa leve, más real que la anterior. Casi un suspiro disfrazado de burla.
Cass: “Eres el único que puede decirme así sin que lo mande al diablo.”
Román: “Y aun así lo haces, al menos una vez por semana.”
Cass: “Es parte del trato.”
Román: “Entonces no pienso quejarme.”
Una pausa más. Tranquila. Cómoda. Dejé que el silencio hablara un poco por mí. Por los dos. Porque a veces, ni siquiera hacía falta que dijera nada más. Román ya sabía lo que ese llamado significaba.
Cass: “Gracias por estar.”
Román: “Siempre, capitana.”
Cerré los ojos. Por primera vez en horas… respiré. No profundamente, no con alivio. Pero sí con algo que se le parecía...
Cass: “Ya debería irme. Si dejo a esos idiotas solos por más tiempo, seguro prenden fuego algo sin querer. O por diversión.”
Román: “No te sorprendas si uno de ellos termina aplicando medicina con un destornillador.”
Cass: “Eso ya pasó.”
Román: “Por eso lo dije.”
Sonreí de nuevo, esta vez más cansada que antes, pero con algo tibio en el pecho. Era de esas despedidas que no pesaban, pero que sabías que iban a acompañarte por un rato más.
Román: “Cuídate, capitana.”
Cass: “Tú también, Román.”
Corté la llamada. Guardé el teléfono con más cuidado del que merecía y volví a enderezarme. Ya era hora.
Volví sobre mis pasos, y no tardé mucho en encontrarlos.
Abe gesticulaba con los brazos como si estuviera haciendo una presentación frente a una junta médica. Surge lo observaba con una ceja alzada, apoyado contra la pared como si nada en el mundo pudiera alterar su ritmo.
Y Neo... solo escuchaba, con esa expresión tranquila y la cola moviéndose de lado a lado como si la conversación le resultara divertida.
Abe: “Te digo que casi lo tengo. Si no fuera porque el desgraciado es rápido como un maldito rayo, lo habría atrapado. O al menos hecho tropezar. No estaba preparado. La próxima vez agarro una de esas lanzas raras de la armería y se la clavo desde lejos, tipo trampa tribal.”
Surge: “No le habrías dado ni, aunque se quedara quieto.”
Abe: “Oye...”
Surge: “Y si lo hubieras hecho... que lo dudo bastante, probablemente se habría reído y te la devolvía como una jabalina en llamas.”
Neo soltó una sonrisa muda y movió la cola de forma más marcada, disfrutando el comentario. Abe cruzó los brazos, bufando con el ego herido.
Me acerqué a ellos con pasos tranquilos, sintiendo todavía el eco de la llamada en el pecho. Apenas estuve lo suficientemente cerca, los tres levantaron la mirada. No dijeron nada al principio, pero sus expresiones lo hicieron por ellos.
Abe fue el primero en abrir la boca. Faltaba más.
Abe: “¿Dónde demonios estabas tú, Cass? ¿Nos dejas en medio del desastre, desapareces como si nada, y vuelves caminando como si hubieras ido a comprar cigarrillos? Lycaon y sus chicas ya se fueron. Tenían asuntos que atender... alguna mierda con la alcaldía y el otro tipo que se postula... y aproveché para explicarles más o menos lo que pasó. Hice mi parte.”
No parecía molesto, más bien ofendido. Como si su intento de ser funcional hubiera pasado desapercibido para el universo.
Abe: “No sabíamos si habías muerto, te habías fugado o si simplemente te largaste por café con whisky.”
Cass: “Estaba tomando aire. Y algo más.”
Di un último paso hasta quedar frente a ellos. Mi mirada pasó de Abe a Surge, luego a Neo.
Cass: “Gracias por aguantar... en verdad... mientras tanto… en su estilo. Surge, Neo. Quédense aquí, luego iremos a ver a Kross en su celda. Me voy a llevar a este inútil un momento.”
Abe: “¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué hice ahora? No me vengas con charlas profundas, sabes que mi alma es superficial.”
Me giré hacia él, directo. Nada de pausas. Solo una palabra.
Cass: “Abraham.”
Y como si fuera un interruptor, su queja se congeló. Me siguió con un suspiro dramático.
Surge nos observó mientras nos alejábamos, y justo cuando pasamos de largo, dejó caer su comentario como si fuera un dato irrelevante sobre el clima.
Surge: “Te va a caer un regaño~.”
Abe: “¡No es regaño si no me lo merezco del todo!”
Suspiré por lo bajo, dejando que caminara detrás de mí. Volvimos a por el mismo pasillo donde había estado antes, el que se había convertido en mi rincón de escape temporal.
Abe caminaba a mi lado, cruzado de brazos, con ese andar de quien jura que no ha hecho nada malo, pero igual se siente atacado por el mundo.
Abe: “Ya, lo sé, la cagué. ¿Ok? Pero tú sabes cómo soy. No fue con mala intención. Uno hace lo que puede cuando tiene tu nivel de encanto natural y cero filtro emocional. Ya perdón por ser así... pero también me quieres, ¿no? Poquito, aunque sea.”
Negué con la cabeza, sin mirarlo.
Porque sí... así es Abe. Y por mucho que me saque de quicio, por mucho que me dé ganas de lanzarlo por una ventana a veces... sigue siendo mi desastre.
Nuestro desastre.
Llegamos al pasillo. El mismo donde había logrado respirar hace un rato. Me apoyé contra la pared, dejando que el concreto absorbiera parte del cansancio, aunque no sirviera de mucho. Abe se quedó del otro lado, brazos cruzados, moviéndose de un lado a otro como si el suelo quemara.
Abe: “Ok, mira... ya sé que no fue la mejor forma de actuar. No tenías que arrastrarme hasta acá para hacerme sentir peor, el silencio ya me estaba matando lo suficiente.”
Me limité a mirarlo. No hablé. Solo esperé. Con Abe, a veces, dejarlo hablar es como abrir una válvula: eventualmente se vacía solo.
Abe: “Lo del disparo... sí, sé que estuvo mal. No pensé que causaría todo este huracán. Fue cobarde, lo admito. Pero estaba cansado de oírlo, de cómo me miraba, de todo el puto ambiente. No sabía que iba a romperse así. Juro que no lo sabía.”
Empecé a caminar hacia él. Paso a paso. Tranquila. Y eso bastó para que su torrente verbal empezara a desbordarse.
Abe: “Y mira, yo fui el que le explicó todo al grupo de Lycaon. Les di el resumen, que no había conspiración ni experimento suelto ni nada. Les dije que la cagada fue mía desde el inicio, ¿vale? Lo acepto. Fui yo el que encendió la chispa... pero, Cass, no pensé que eso terminaría así. No a ese nivel.”
Seguía hablando. Igual que siempre. Porque si se quedaba callado, sabía que tendría que enfrentarse a lo que realmente sentía.
Cuando estuve a mitad de camino, levanté la mano. Un gesto simple, directo. Que viniera.
Vaciló. Lo vi dudar. Pero caminó hacia mí igual.
Abe: “Y lo de antes... con Kross... ok, ok, tal vez me pasé con los comentarios. No niego eso. Pero también es cierto que ese chico no tiene mucho aguante. Apenas le pinchas un poco y ya está a punto de arrancarte la cabeza. Tenía que probarlo un poco más, medir la reacción. Estábamos ahí para observarlo, ¿no? ¿Cómo íbamos a saber si no forzábamos un poco los límites?”
Estaba lo suficientemente cerca. Lo miré a los ojos.
Cass: “Agáchate.”
Abe: “¿Qué? No, espera... si me vas a pegar, que sea en otro lado, ¿sí? Esta cara es lo único decente que heredé. Si me la jodes, voy a tener que trabajar con personalidad... y, honestamente, no estoy preparado para eso.”
Sonaba como siempre. Como... Abe. Tirando una estupidez tras otra para rellenar el silencio. Para evitar lo que realmente estaba pasando.
Y antes de que pudiera escupir otra más...
Lo abracé.
No fue un gesto suave. Ni uno tímido. Fue directo, apretado, fuerte. Como si con mis brazos pudiera sostener todo lo que paso antes. Como si el silencio entre nosotros, el que siempre estuvo relleno de sarcasmo y trabajo, necesitara romperse con algo real....
No lo planeé. No pensé en cómo hacerlo. Solo… lo hice.
Y él... se quedó congelado.
Sus brazos quedaron colgando por un segundo. No dijo nada. No se río. No hizo una broma.
Pasaron lo que parecieron ser horas… pero fueron solo minutos.
Abe: “... ¿Qué te pasa?”
Su voz sonó distinta. No había rastro de sarcasmo, ni de burla, ni siquiera incomodidad forzada. Solo una duda sincera. Como si estuviera viendo algo que no terminaba de entender. O que entendía demasiado bien.
Abe: “Tú no haces esto.”
Solté el aire que había estado reteniendo. Lo solté lento. Y sin soltarlo del todo, hablé.
Cass: “Lo sé.”
Me separé solo un poco, apenas lo suficiente para poder verlo a los ojos. Y por un momento... simplemente respiré.
Cass: “Es solo que... lo necesitaba. Necesitaba saber que estabas bien, hijo.”
Esa palabra.
Una sola.
Y él se tensó apenas. No como cuando se molesta o se siente expuesto, sino como alguien que reconoce algo que no esperaba... pero que entiende al instante.
Abe: “Mierda... de verdad te superó.”
Cass: “Sí...”
Aparté la mirada por un segundo y me llevé una mano al rostro.
Cass: “Llamé a tu padre. Tenía que calmarme... aunque sea un poco. Su voz me dio algo de equilibrio, aunque suene estúpido. Me ayudó a mantenerme firme. Pero no fue suficiente.”
Volví a mirarlo, esta vez más seria.
Cass: “Porque también necesitaba... esto. Verte. Asegurarme de que todavía estás... tú. No porque pueda pasarte... algo, eso ya lo sé. La verdad es que nunca me voy a acostumbrar a ver cómo te destrozan y te levantas como si nada. No está bien... No para mí.”
Abe bajó la mirada un momento, incómodo, y bufó.
Abe: “No es como que pueda ponerle pausa a eso, Cass. No soy yo el que decide. Me duele igual... Solo que no tengo la cortesía de morirme del todo. ¿Qué se supone que haga?”
Me crucé de brazos, mirándolo firme.
Cass: “No me refiero a eso. Te estoy diciendo que seas consciente. Porque hoy hiciste... algo que pudo haberse evitado. Y no fue por error o por miedo. Fue porque abriste la boca una vez de más, como siempre.”
Abe: “¡Hey, no siempre! Solo... el 95% del tiempo.”
Cass: “No es gracioso, hijo.”
Abe se calló. Bajó la vista otra vez.
Cass: “No pensaste. Provocaste demás a alguien que ya había dejado claro que no estaba estable. Te burlaste, lo presionaste, y cuando explotó, fuiste tú el que cruzó la línea, aunque también fue mi error por no decirles, eso tampoco te dio el derecho de hacerlo. Lo que pasó después... fue consecuencia de eso.”
Abe: “...No creí que iba a ser tanto.”
Cass: “Pues al final lo fue.”
Volvió a levantar la vista. Esta vez, no tenía la defensa de la risa.
Cass: “No te estoy culpando de todo.... Pero sí quiero que pienses. Porque esto no fue una misión cualquiera, ni un día más en la oficina. Esto fue distinto. ¿Lo entiendes?”
Abe: “Vale...”
Tragó saliva, incómodo. No era común verlo así. Pero esta vez no podía esquivarlo. Esto tenía que pasar.
Cass: “No te estoy pidiendo que cambies quién eres... Solo que no ignores lo que hiciste esta vez...”
Abe: “…Sí, si.... Ya entendí, mamá.”
Se rascó la nuca, bajando un poco la mirada, y luego alzó una ceja.
Abe: “No te voy a mentir. El chico me intriga. Es como patear una bomba esperando que explote de forma ordenada... y que te dé las gracias después. Y no sé si es porque me recuerda a algo, o porque me gustaría entender cómo carajos no ha explotado antes.”
No dije nada.
Porque, por una vez, lo dijo con claridad. Con esa forma suya, torpe, indirecta, pero genuina. No para buscar perdón. No para que lo aplaudiera. Solo porque lo había entendido. A su manera, pero lo había entendido.
El silencio que vino después no fue incómodo. No hubo tensión, ni urgencia por llenarlo. Solo se instaló ahí, como una pausa merecida entre todo el ruido.
Cass: “No te lo voy a repetir. Esto no es algo que se me dé bien. No esperes que pase otra vez.”
Abe: “Tranquila. Me lo imprimo en una camiseta. Letra grande.”
Cass: “En la espalda. Así todos pueden leerlo cuando salgas corriendo.”
Abe: “Por si lo olvido, claro. Servicio a la comunidad.”
Sonreí sin pensarlo demasiado. Una de esas sonrisas que salen cuando el cuerpo empieza a soltar el peso. Lo vi sonreír también, aunque con menos exageración de lo normal. Esta vez no había teatralidad, ni necesidad de llamar la atención. Era más sutil. Más real.
Me incorporé despacio, estirando los hombros y sacudiendo el polvo de la ropa como si eso fuera suficiente para dejar atrás todo lo que acababa de pasar. La voz me salió con un tono más firme, más natural. Volvía a sonar como yo. Como debía sonar.
Cass: “Listo. Ya pasó el momento sentimental. Volvió la jefa.”
Abe: “¿Y eso significa que ya puedo volver a fastidiarte sin que me lances abrazos emocionales no solicitados?”
Cass: “No te emociones. Fue una excepción médica.”
Abe: “Ah, qué bonito. Mi salud mental provocó un evento histórico.”
Cass: “Disfrútalo. No va a repetirse en mucho tiempo.”
Abe: “Lo sospeché desde el primer segundo.”
Lo miré de reojo, y él solo sonrió. No con esa expresión burlona que lanza cuando quiere salirse con la suya, sino con algo un poco más tranquilo. Algo que decía lo entendí sin necesidad de palabras.
Y ahí supe que, al menos por ahora, estábamos bien.
Volvimos a ser nosotros.
Cada uno, a su manera.
...
...
...
Perspectiva de Abe
Volvimos juntos, Cass y yo. No era un regreso glorioso ni nada por el estilo, pero se sentía… raro. Tranquilo, de alguna forma. Y no por la situación. Porque eso seguía siendo un completo desastre. Era más por ella. Por cómo se sentía Cass ahora. Como si después de todo lo que dijimos, se hubiera alineado una mínima parte de ese caos interno que siempre llevamos los dos.
No pensé que fuera a abrazarme, mucho menos que me llamara hijo. Ni en mis predicciones más absurdas había considerado algo así. Pero lo hizo. Y no voy a negarlo… dolió bonito.
Pero bueno, ya estaba de nuevo en el mundo real, donde los abrazos duran poco y los problemas revientan cada cinco minutos.
Cuando llegamos al punto donde estaban Surge y Neo, pude escuchar cómo el tipo le estaba contando una historia a la enana con su tono muerto de siempre, como si estuviera describiendo cómo se fríe un huevo y no uno de mis momentos menos brillantes.
Surge: “...y ahí estaba, completamente puesto con carfe. Dando pasos en la escalera sin subir ni uno solo. Estaba convencido de que avanzaba.”
Neo tenía una sonrisa discreta mientras la cola le golpeaba el suelo. No se río, pero el brillo en sus ojos lo decía todo.
Abe: “¡OYE! Para mí, esas escaleras no tenían fin. ¿Sabes lo que es caminar por veinte minutos sin avanzar? Una metáfora profunda de la vida. Y del carfe. Principalmente del carfe.”
Surge alzó una ceja, como siempre que no sabe si burlarse o ignorarme.
Surge: “¿Y bien? ¿Cómo estuvo el regaño?”
Abe: “Lo de siempre. Me gritaron, lloré, prometí mejorar y después le prendí fuego a algo.”
Obviamente no pasó nada de eso… o bueno, no todo. Pero los detalles personales, esos que se te quedan atravesados en la garganta y no puedes escupir sin sonar como un idiota emocional, mejor los guardaba. Y Cass seguro pensaba igual. Lo vivido se quedaba entre nosotros.
Ella dio un paso al frente, y esta vez no era la Cass de hace un rato. Era la de siempre. Seria. Directa. Con esa energía que hace que hasta el silencio se ponga firme.
Cass: “Nos vamos. A la sala de contención. No tenemos ni idea de cuándo va a despertar Kross o en qué maldito estado. Y yo no pienso quedarme acá sentada esperando a que me sorprenda otra vez.”
Abe: “No creo que pase nada. Después de todo lo que hizo… lo más probable es que esté dormidísimo. Fuera de servicio. En modo—”
BWAAAH— BWAAAH— BWAAAH
...¿En serio?
Abe: (¡Pero que se joda todo ya…!)
Abe: “¡¿VES?! ¡¿VES LO QUE PASA CUANDO HAGO HIPÓTESIS?!”
Surge: “¿Alguna vez pensaste en cerrar la boca antes de tentar al universo?”
Abe: “¡No puedo vivir en represión, Surge! ¡Tengo una voz y merezco usarla!”
Cass: “¡No tenemos tiempo para tus monólogos! ¡Muévanse!”
Y allá vamos otra vez. Detrás de Cass. Como siempre. Persiguiendo alarmas, pisando sobre cristales rotos y rogando que no explote todo antes de llegar.
Y lo peor es que lo hacemos por costumbre.
Porque para nosotros... esto ya es rutina. Tardamos unos minutos, pero eventualmente llegamos al lugar.
Y, sorpresa... un desastre más. Qué original.
El pasillo que llevaba a las celdas de contención parecía haber recibido amor con un mazo. Grietas por todos lados, pedazos de pared desparramados, puertas medio torcidas como si se hubieran arrepentido de existir. Y eso sin contar a los agentes de CHNO corriendo como si no supieran si estaban haciendo algo útil o solo fingiendo que tenían control.
Yo apostaba por lo segundo.
Un tipo con cara de que necesitaba vacaciones desde hace seis años se nos acercó agitado, directo a Cass.
Trabajador: “¡Capitana! ¡Capitana, por acá, por favor!”
Y fue decirle así, con ese título, para que Cass se pusiera en modo operativo mientras fruncia el ceño. Recta, firme, con la cara de “si no me das información en cinco segundos, vas a desear no haber nacido”.
Cass: “Resumen. Ya.”
Seguimos caminando, y el trabajador nos acompañó como pudo, tropezando con los restos del caos como si no estuviera acostumbrado a este tipo de mierda... debe ser del área de gestión.
Trabajador: “El sujeto... ese chico que trajo usted. Fue asignado temporalmente a la celda de contención número 7. Una de las unidades reforzadas. Diseñada para soportar impactos considerables de entidades clasificadas como AC de nivel medio o superior, al menos por un tiempo limitado.”
Abe: (O sea... no es para encerrar a un cachorrito enojado.)
Trabajador: “Le colocamos esposas magnéticas, ancladas en puntos reforzados de la estructura. Brazos y piernas inmovilizados por completo. Por protocolo, el sistema de monitoreo fue constante.”
Abe: (Sí, claro. Nada puede fallar cuando dices “por protocolo”.)
Trabajador: “Todo se mantenía estable hasta que mostró signos de conciencia, pero hace aproximadamente veinte minutos, mostró signos de actividad cerebral irregular. Pensamos que era parte del proceso de recuperación… hasta que simplemente se despertó. Y lo primero que hizo fue... destruir las esposas.”
Abe: ¿Destruirlas? ¿Así, sin cariño ni desayuno antes?
Trabajador: “Las rompió. No hay otra palabra. No fue por código ni fallo del sistema. Las hizo pedazos. Literal. Tenemos el registro visual, si lo necesitan.”
Hizo una pausa. Como si tratara de encontrar las palabras correctas para lo siguiente...
Trabajador: “Sufrió múltiples cortes en las muñecas y tobillos al hacerlo, pero... las heridas desaparecieron segundos después. Como si nada. Se nos informó sobre su factor regenerativo, pero es impresionante verlo... comparándolo con el chico de Arturo... existe una diferencia en eso.”
Cass no dijo nada, pero vi cómo los dedos de su mano se cerraban con más fuerza.
Trabajador: “Después se levantó, caminó hasta la puerta de la celda... y la abrió.”
Abe: ¿Solo... la abrió? ¿Así de simple?
Trabajador: “A la fuerza. La estructura de la celda quedó comprometida. Fue, en términos técnicos... una salida por ruptura. No hubo brecha automática, no se activaron los protocolos de contención... ‘normales’. Solo la destruyó desde adentro.”
Abe: (Claro. Porque si vas a hacer una salida, que sea con estilo.)
Trabajador: “Algunos de nuestros agentes están intentando contenerlo.... No han logrado nada destacable.... Ahora mismo se encuentra en el ala sur, deberías llegar en breves.”
Y ahí fue cuando doblamos el último pasillo.
Ese que llevaba directo hasta él.
Desde la distancia, lo vimos: Kross de pie, en el centro del caos, rodeado por cuatro figuras que se movían como si pudieran hacerle frente… al menos por unos segundos.
Cass le hizo un gesto al trabajador para que se apartara. No tardó ni medio segundo en entenderlo y desaparecer del cuadro.
Nos seguimos acercando, manteniéndonos fuera del alcance. Pero lo suficientemente cerca para entender cómo estaba la situación.
Abe: ( ...Grupo JNPR.)
El primero era Ren. Se desplazaba en arcos cerrados alrededor de Kross, disparando con sus pistolas ráfagas breves mientras cambiaba de posición a cada segundo.
Su ritmo era constante, buscando romper la línea defensiva, abrir alguna brecha entre movimiento y movimiento. Pero Kross ni siquiera parecía interesado en responderle. Lo esquivaba como si fuera viento.
Entonces llegó Nora.
La vi tomar impulso, caminar directo hacia un cable expuesto en la pared, y sin dudarlo, cerró la mano sobre él. Su cuerpo se encendió, la energía recorriéndola de pies a cabeza. El mazo brilló apenas un instante antes de que se lanzara de lleno contra Kross, descargando todo en un solo golpe.
Y él... solo lo detuvo con una sola mano...
Abe: (Que anticlimático)
No retrocedió. No giró el torso. Solo levantó el brazo y frenó el impacto como si el peso no significara nada. Su otra mano ya se levantaba, apuntando a Nora. Iba a devolvérselo.
Pero entonces, el tercer miembro bloqueo el golpe de Kross con un escudo.
No vino con un grito, ni con una entrada dramática. Solo lo vi irrumpir entre ellos y en cuanto hicieron contacto, una energía extraña repelió a Kross, como si el metal mismo se negara a permitir ese golpe.
Ahí fue cuando lo vi bien. Jaune Arc.
No el más fuerte. Ni el más rápido. Pero en este instante, fue el único que detuvo lo inevitable. Y mientras Kross aún estaba en el aire, Jaune dijo algo rápido, señalando a la cuarta integrante del grupo.
Pyrrha Nikos.
No necesitó que se lo repitieran.
Se arrodilló con fuerza y golpeó el suelo con la palma de la mano. El impacto provocó una reacción inmediata: las placas arrancadas de la pared, vigas dobladas, refuerzos de soporte, fragmentos mecánicos y partes metálicas desperdigadas se elevaron de golpe, flotando a su alrededor.
Con un solo gesto, los proyectiles salieron disparados hacia Kross. No para herirlo, sino para atraparlo o empujarlo. El impacto lo arrastró directo contra la pared más cercana, inmovilizándolo entre los restos metálicos que ahora lo contenían por completo.
Ren fue el primero en romper la tensión. Dio un par de pasos rápidos hacia Nora, revisándola de arriba abajo sin siquiera ponerle la mano encima. Le bastaba mirarla para saber si algo estaba mal.
Ren: “¿Todo en orden?”
Nora soltó un quejido breve, más por costumbre que por dolor, mientras se sacudía el hombro como si acabara de tropezarse con una puerta mal cerrada.
Nora: “Sí. Estoy bien, Ren. Solo... no pensé que el tipo fuera a detenerme así. ¡Ni siquiera se movió! Fue como estrellarme contra una pared que me juzga.”
Ren mantuvo la misma expresión tranquila, pero su mirada no mentía. Todavía estaba en guardia.
Y entonces Jaune se acercó. El escudo aún firme en su brazo, aunque lo movía con una leve torpeza. Flexionó la muñeca un par de veces, soltando el aire entre dientes.
Jaune: “Ni que lo digas... repelerlo funcionó, pero... la onda que devolvió me hizo mierda la mano. Duele como si me hubiera lanzado contra una caja fuerte.”
Giró un poco la cabeza, buscando a su compañera.
Jaune: “Gracias por la cobertura, Pyrrha. Si no hubieras actuado cuando di la señal...”
Pyrrha se acercó tranquila, sin prisa, con esa elegancia natural que parecía salirle incluso cuando estaba rodeada de escombros. Sonrió apenas, lo justo.
Pyrrha: “No tienes que agradecerme. Solo hice lo que tocaba. Fue trabajo en equipo.”
Fue justo ahí cuando levantó la mirada. Y nos vio. A los recién llegados.
Pyrrha: “Oh... Señora Cass.”
Los demás giraron la cabeza también, y como si de pronto recordaran que seguíamos ahí, todos se alinearon instintivamente.
Cass, por supuesto, no perdió el ritmo. Solo alzó una ceja y cruzó los brazos con esa calma que usa cuando está evaluando si encender un cigarro o una bomba.
Cass: “Gracias por actuar rápido. Aunque, sinceramente... me sorprende que hayan aguantado tanto. Pensé que tendríamos que recogerlos en partes.”
Abe: “Yo apostaba a treinta segundos. Quizá menos si alguien tropezaba.”
Nora se río por lo bajo, pero fue Pyrrha la que respondió. Bajó un poco la mirada, pensativa.
Pyrrha: “La verdad es que fue algo extraño cuando llegamos... no parecía ser agresivo. No desde el principio. Más bien... tenía miedo o algo parecido. Su mirada no era de alguien que busca atacar sin razón. Era como si no supiera cómo estar ahí. Intenté hablarle, pero... no quiso escuchar. Me cortó antes de poder seguir tratando.”
Cass desvió la vista hacia Kross, aún atrapado entre los restos metálicos. Se notaba que pensaba en mil cosas, pero eligió decir solo una.
Cass: “Probablemente porque todavía está tratando de entender lo que sucede. Y ese es el problema... ni siquiera él lo sabe y no quiere escuchar a nadie.”
Abe: (Mmm.... Ahí estaba otra vez.)
Lo mismo que antes. Distinto intento, mismo resultado.
Cass lo intentó con sinceridad. Pyrrha parece que intento con empatía.... Pero cada vez que alguien se acercaba de frente... se cerraba más. Como si lo obligaran a ver algo que no quiere, o que no puede.
Abe: (Hablarle directo no sirve.... No mientras siga convencido de que lo que siente es un arma en su contra. Pero si pudiera..., hacer que sea él quien cuestione las cosas...)
Los pensamientos se alineaban.
Abe: (Tiene que salir de él. No de nosotros. Tal vez la clave no sea empujarlo, sino ponerle algo delante que no sepa cómo ignorar... supongo que la charla con Cass me influencio... Je...)
Una idea se estaba cocinando.
Y esta vez… no era solo por curiosidad. Era porque, sentía que esa bomba que estábamos intentando contener... podía aprender a dejar de estallar.
De la nada, un ruido seco interrumpió la supuesta calma.
Una de las placas metálicas, parte del improvisado sello que Pyrrha había formado, salió volando como si alguien la hubiera pateado con rabia. Atravesó el espacio entre nosotros con una violencia medida y terminó estrellándose contra el suelo, rebotando un par de veces antes de quedar inerte.
Levanté la vista al igual que los demás.
Kross estaba de pie, agachado entre los restos. Sus manos arrancaban lo que quedaba del metal con movimientos lentos, metódicos. Como si no tuviera apuro. Como si le estuviéramos dando tiempo para decidir si valía la pena arrancarnos la cabeza o no.
Jaune frunció el ceño, levantando el escudo de nuevo mientras se adelantaba apenas un paso. Su tono era de exasperación, no de miedo.
Jaune: “¡¿Es en serio?! ¿No podía quedarse quieto un minuto más?”
Pyrrha respondió sin apartar los ojos de él, su voz suave, pero con ese matiz firme que siempre usaba cuando no estaba para juegos.
Pyrrha: “Después de lo que hizo… lo raro habría sido que no lo intentara.”
Cass dio un paso al frente, y aunque su postura no cambió mucho, bastó con escucharla para saber que el margen de paciencia acababa de desaparecer.
Cass: “Suficiente. Se acabaron las charlas. Ustedes prepárense para dar apoyo. Si vuelve a descontrolarse demasiado, retrocedan inmediatamente. No voy a quedarme mirando cómo alguien termina tirado por esperar la señal perfecta.”
Su tono era afilado. Preciso. El mismo que usaba cuando una situación salía del control previsto, pero aún podía enderezarse si alguien hacía lo correcto.
Antes de que cualquiera pudiera reaccionar, pensar siquiera en moverse o alzar la voz, ya estaba dando pasos hacia adelante. Uno. Otro. Sin prisa, pero con ese ritmo que deja claro que no hay vuelta atrás.
El eco de mis botas mordía el concreto, abriéndose paso entre respiraciones contenidas y esa tensión invisible que solo aparece cuando todos se preguntan si alguien acaba de perder la cabeza.
Abe: (Spoiler: Sí. Yo.)
Cass giró de inmediato. Lo sentí más que lo vi, como un reflejo que compartimos desde hace años. Su voz no tardó en clavarse en mi espalda, más afilada que molesta.
Cass: “¡Abe! ¿Qué carajo crees que estás haciendo?”
No me detuve. Pero tampoco me hice el idiota, como suelo hacer. Giré apenas el rostro, lo justo para que notara que la escuchaba, y hablé sin rodeos. O casi.
Abe: “Lo que siempre hago cuando nadie más tiene una jodida idea: improvisar.”
Cass: “¡No jodas, Abe, no es el momento!”
Y ahí fue cuando lo solté. Sin adornos. Sin sarcasmo.
Abe: “Capitana.”
Una sola palabra. Pero con peso. Como si arrastrara todo lo que no podía decirle directamente: confía en mí, solo esta vez.
Y funcionó. Porque se detuvo. Porque Cass no se detiene por nada, excepto cuando escucho esa palabra salir de mi boca en ese tono. Porque sabe que no la uso nunca. Porque sabe que, cuando lo hago, algo cambió.
Aproveché el segundo de silencio, ese parpadeo en el que no supo qué replicar.
Abe: “Sé cómo se ve esto. Sí, probablemente parece otra de mis gloriosas jugadas que terminan en caos, fuego y un parte médico. Pero esta vez no vine a cagarla. Tengo una idea. Una real. No hay explosivos, solo un poco de mi sarcasmo de por medio. Solo algo que podría calmarlo. Detenerlo. Sin más golpes. Sin más pruebas de resistencia humana.”
Ella abrió la boca. La vi. Ya venía una respuesta... o una amenaza. Pero levanté la mano antes de que hablara, con la palma extendida como quien dice ya está, déjamelo.
Abe: “Solo un segundo. Uno. Esta vez, déjalo en manos del agente inmortal Abe.”
Sí, me di el lujo de sonreír. No esa sonrisa burlona de siempre. Fue leve, medida. Pero lo suficientemente clara para que supiera que hablaba en serio.
Y caminé.
No miré atrás. No tenía que hacerlo. Sabía que, aunque no lo dijera, Cass me estaba dejando pasar. Porque entendió que no era una jodida broma esta vez. Que no venía a lucirme. Que no me movía la curiosidad.
Era otra cosa.
Kross estaba ahí, entre los restos metálicos, desarmando lentamente lo que quedaba de su prisión improvisada. Me miraba. Fijo. Como si esperara... algo. No agresivo. No perdido. Solo expectante.
Y yo... solo caminé. Paso a paso. Porque si esta mierda salía mal, al menos sabría que lo intenté a mi manera.
Cuando estuve lo suficientemente cerca, sentí cómo el ambiente cambiaba. No por la tensión, sino porque él... habló.
Kross: “Vaya... me sorprende que sigas en pie. O siquiera vivo, después de que te hiciera mierda la cabeza, te rompiera el cuello y te lanzara a través de una pared.”
La voz le salía extraña. Era... cruda. Como si no estuviera seguro de qué estaba diciendo, pero igual necesitara sacarlo.
Kross: “Aunque debo admitir que esas cuatro personitas que vinieron ahora... fueron interesantes. Tienen habilidades graciosas. Aunque ya empezaban a aburrirme.”
No respondí de inmediato. Porque, la verdad, no tenía ni idea de cómo empezar esta mierda.
Abe: (A ver, Abe. Tienes en frente a un tipo que probablemente podría arrancarte la cabeza con una servilleta mojada. ¿Cómo carajo empiezo...? ¡AJA!)
Me vino a la mente una idea estúpida. Lo cual, claro, significa que era perfecta para mí. Saqué el celular del bolsillo. Deslicé la pantalla, tecleé rápido, y busqué lo que necesitaba. Algo que combinara con la situación...
Con mi estilo.
Desde donde estaba, noté que Kross fruncía apenas el ceño. Confundido. Claramente no esperaba que me pusiera a googlear a medio metro de distancia.
Kross: “¿Qué... mierda estás haciendo?”
Sonaba más cansado que molesto, pero no por eso menos letal.
Kross: “¿Vas a pedir refuerzos? ¿Vas a llamar a otra ronda de idiotas con poderes de feria? Digo, si quieres que esto se ponga divertido, me parece bien... Pero apúrate, porque ya empiezo a aburrirme otra vez.”
Negué con la cabeza, sin levantar la vista del celular.
Abe: “Nada de eso. Solo... estoy buscando algo... Ya casi... Un segundo... Listo.”
Y entonces lo encontré. Pulsé reproducir.
De mi celular salió un sonido horrible. Una flauta nasal, chillona, casi ofensiva para el oído humano. Como si un niño asmático intentara tocar una música triste con una flauta dulce mordida por un perro.
Abe: (Sí. Exactamente esa.)
Lo mejor era que se oía en todo el pasillo. Un suspiro colectivo se escapó detrás de mí, seguido por quejas evidentes.
Cass: “...No puede ser que le di pase a este imbécil…”
Surge: “Voy a arrancarme los oídos.”
La cola de Neo dejó de moverse en cuanto comenzó la música y el equipo JNPR de seguro no sabía si reír o llorar...
No me importó. Seguí. Avancé un poco más, con el teléfono en alto, como si estuviera presentando una obra de teatro dramática de bajo presupuesto.
Abe: “Chico... Kross... Yo también he pasado por cosas. Yo también he sufrido bastante en la vida. Fui incomprendido... Marginado... Atacado... Pero por sobre todo... señalado por ser demasiado asombroso. Demasiado guapo. Demasiado perfecto. Una bendición, un misterio, una melodía viviente. Soy precioso. Un buen socio. Buena gente. Un regalo para el—”
Me detuve de golpe.
Porque Kross no solo me estaba mirando. Estaba con las garras extendidas, el ceño fruncido, y esa tensión en los hombros que decía claramente un paso más y te entierro en el suelo.
Apagué la música con un toque nervioso en la pantalla. El silencio volvió como una bofetada.
Abe: “…Ok, ok. Me fui un poco al carajo con eso último. Respira, grandote. No vine a provocarte. Bueno, no tanto.”
Abe: (A lo menos... tengo su atención en serio ahora...)
No era mucho, pero comparado con hace cinco minutos, era una jodida mejora. Ahora me estaba mirando con algo más que puro instinto asesino. ¿Curiosidad, tal vez? ¿Desagrado? Eh, lo que fuera. Mientras no me arrancara la cabeza en el proceso, podía trabajar con eso.
Abe: “Mira, Kross. A pesar del chiste... y la música que seguramente ofendió a toda persona con oído funcional, dije una cosa cierta. He sufrido. Bastante, de hecho.”
No respondió al instante. Pero su respiración cambió. El mínimo cambio en su expresión. Y entonces, se río. Seca, amarga, como si la idea le resultara ridícula.
Kross: “¿Sufrido? ¿Tú? ¿Te han dejado sin extremidades solo para lanzarte a un tanque lleno de químicos corrosivos... solo para ver si salías vivo?”
...
Abe: (Si quieres lo hacemos competencia, niño)
Abe: “No, eso no. Pero... una vez caí a una trituradora industrial. De esas grandes. Sentí cada centímetro de mi cuerpo destrozándose como si fuera papel mojado. Mis huesos... mis órganos... todo. Triturado, compactado, hecho mierda.”
Me quedé en silencio un segundo. No por drama, sino porque el recuerdo picaba. Aunque ya no quedara rastro físico, hay cosas que se te quedan pegadas en el alma.
Abe: (A ver que alguien intente caminar tranquilo después de ver sus propias costillas en tercera persona.)
Kross levantó apenas la cabeza. Me miró, por primera vez, sin ese juicio inmediato de “eres otro más que no entiende una mierda”. Y su voz no fue burla. Fue... genuinamente desconcertada.
Kross: “Ahora si tengo mis dudas... ¿Cómo carajo sigues vivo?”
Abe: “Eso no importa ahora. No es la parte interesante de la historia.”
Di un par de pasos más, despacio. Mi tono ya no era tan ligero. Seguía siendo yo, pero con las tonterías en pausa.
Abe: “La verdadera pregunta es... ¿Podemos conversar...? ¿Aunque sea un poco?”
Kross no contestó enseguida. Sus ojos seguían fijos en mí, todavía midiendo cada palabra, cada gesto, cada maldito paso que daba. Hasta que, al fin, habló.
Kross: “Te daré un par de palabras... antes de decidir cómo te voy a destrozar.”
Levanté una ceja, casi satisfecho.
Abe: “Excelente. Me habría dolido que me decepcionaras.”
Abe: (Okay... primera fase lista. Kross no necesita que lo entiendan ni quiere que lo consuelen. Lo que necesita... es creer que todavía tiene el control. Aunque no lo tenga. Así que, si quiero sacarlo de este maldito pozo mental, no puedo empujarlo. Tengo que hacerlo caminar solo... y que crea que fue idea suya.)
Abe: “¿Sabes? Me encantaría decir que todo esto fue parte de mi gran plan maestro... pero sería mentira. Nunca planeo nada que involucre estar frente a un tipo que podría arrancarme la mandíbula sin pestañear.”
Kross seguía ahí, de pie entre los restos del metal retorcido, con esa mirada tensa como esperando a que el aire confirmara que aún estaba atrapado.
Abe: “Y.... aun así, aquí estoy. Frente a un tipo que podría arrancarme la lengua por aburrimiento. Podría estar tomando una siesta o burlándome de Surge. Pero no, me tocó la función VIP contigo.”
Kross: “…Sigue hablando, y vas a necesitar más que una lengua nueva.”
Abe: “¿Ves? Eso me encanta. El entusiasmo. Pero… seamos sinceros: matarme acá sería muy poco digno para alguien como tú.”
Kross no respondió, pero su mandíbula se apretó apenas.
Abe: “Seria... un verdadero un desperdicio. ¿No te parece?”
Kross: “¿Qué carajo estás diciendo?”
Abe: “Mira alrededor, grandote. ¿Esto te parece un buen lugar para una ejecución? Paredes rotas, el suelo lleno de mierda, olor a laboratorio podrido. ¿De verdad vas a perder el tiempo reduciéndome en este basurero?”
Hice un gesto alrededor con la mano, exagerando el asco.
Abe: “Te juro que he visto peleas clandestinas con más clase que esto. Podrías matarme aquí, claro. Pero no tendría gracia. No sería tuyo. Sería como patear una caja rota y decir que la destruiste. Nah... tú no eres de esos.”
Kross: “Lo que me importa es romperte. No el escenario.”
Abe: “No, pero te gusta hacerlo bien. Con estilo. Donde puedas sentir que dominaste el entorno, no que seguiste encerrado en el mismo agujero oxidado. Porque admítelo… esto, huele a encierro. Y tú… tú no encajas con eso.”
Kross gruñó por lo bajo.
Kross: “¿Y propones qué...? ¿Un campo de batalla nuevo? ¿Un circo con luces? ¿Me vas a llevar a un lugar especial para morir con estilo?”
Abe: “No, no. Nada de eso. Lo que propongo es simple... y tú ya lo sabes.”
Lo señalé con el dedo, sin perder la sonrisa.
Abe: “Si me fueras a matar bien... deberías hacerlo donde puedas moverte sin chocarte con el recuerdo de cada cable, cada reja, cada rincón de este lugar. Donde puedas descargar todo sin que el lugar te lo recuerde.”
Kross dio un paso lento. Solo uno.
Kross: “...¿Estás sugiriendo que te lleve a otro sitio... para matarte?”
Abe: “Yo no dije eso. Pero si tú lo dices, entonces... bueno, suena a una excelente idea.”
Le sostuve la mirada, como si no hubiera jugado con pólvora.
Kross se quedó callado. Respiró hondo. Lo bastante como para que se notara que algo en su cabeza hacía clics raros, uno tras otro. Entonces, su voz salió más baja. No dudosa, pero sí cargada.
Kross: “...Entonces camina. Guíame. A un lugar donde sí valga la pena romperte.”
Y ahí estaba.
La trampa mordida.
Y él, creyendo que me está obligando.
No sonreí, aunque por dentro...
Abe: (Ahora sí, chico. Que creas que me llevas... cuando eres tú quien está saliendo.)
No hubo explosiones. Nadie gritó. Nadie se movió siquiera. Solo ese ruido seco de mis botas chocando con el concreto y el leve arrastre de las suyas detrás. Como si estuviéramos paseando por un maldito pasillo de supermercado.
Lo gracioso fue ver sus caras. Todos ahí, clavados como estatuas. Cass, Surge, Neo, el equipo JNPR. Todos miraban como si acabaran de ver a un dragón firmar un contrato de alquiler.
Ni un alma creía lo que pasaba. Pero ahí estábamos. Yo al frente. Kross detrás.
Le lancé una mirada a Cass. Solo una. De esas que no necesitan palabras. Le dije todo sin abrir la boca: No preguntes. No interfieras. Déjame hacer esto solo.
Y ella... se apartó.
Abe: (Eso vale más que un “ten cuidado”, viniendo de ella.)
Seguimos caminando por los pasillos medio destruidos del CHNO. El olor a soldadura y caos seguía colgado en el aire como una nube vieja. Kross venía detrás, no apurado ni arrastrado, solo... ahí. Como un fantasma que decidió que, por hoy, tenía ganas de ver qué mierda hacíamos los vivos.
No hablaba. Y no hacía falta. Así que me puse a intentarlo igual.
Abe: “Dime algo, Kross... ¿alguna otra prueba bizarra de esas que te hacían? ¿Además de lo de los químicos? ¿No sé, te ponían a correr con los ojos vendados entre minas o te hacían recitar poesía en latín con los pulmones llenos de agua?”
Kross: “...¿Siempre hablas así?”
Abe: “Nah. A veces hablo peor.”
Nada. Ni una mueca. Pero siguió caminando.
Abe: “¿Algún hobby? ¿Alguna canción que te haga perder el control como la flauta del niño asmático de antes? ¿No? Vaya. Qué aburrido.”
Kross: “…Eres irritante.”
Abe: “Lo dicen muchos. Es parte de mi encanto.”
Seguíamos avanzando entre pasillos, habían menos trabajadores de lo normal, capaz Cass hizo esto para que no sucediera nada.... El silencio entre cada palabra era más largo que las respuestas.
Hasta que, en uno de esos espacios, Kross habló. Bajo. Sin aviso.
Kross: “…Lo de la trituradora. No mentiste en eso.”
Abe: “Ajá.”
Kross: “¿Cómo...?”
Abe: “Ni puta idea.”
Volteé un poco la cabeza, justo lo suficiente para que notara que no era una evasiva.
Abe: “Un día estás vivo. Al otro te hacen picadillo. Y después... pum. Aparezco en otro lado. Sin sangre, sin huesos rotos. Solo con los pantalones puestos y el orgullo herido.”
Kross no respondió. Pero lo escuchaba. Lo sabía. Esa forma de respirar más pareja, más anclada. Era sutil. Pero estaba ahí.
Abe: “No sé si me reviven, si me reinician o si soy parte de una broma cósmica mal diseñada. Pero siempre vuelvo. Por eso no me preocupo tanto por el ‘cómo’. Me importa más el ‘qué sigue’.”
Kross: “…”
Abe: “Y lo que sigue, Kross, es lo que tú decidas...”
No agregó nada. Y no necesitaba hacerlo. Porque mientras hablábamos, el tiempo pasó sin pedir permiso, como suele pasar cuando uno está caminando al lado del peligro.
Y cuando quise ver, ya estábamos cerca.
El pasillo terminaba frente a nosotros. Y al fondo, esperándonos como si nada, estaba el elevador.
Abe: (Solo un poco más...)
Entré al ascensor como si fuera lo más normal del mundo, dándole la espalda mientras el pitido suave del sistema marcaba que estaba listo para subir. Pero entonces, no sentí pasos. No escuché... Nada.
Solo su voz.
Kross: “Eres un imbécil si crees que voy a meterme contigo en esa maldita caja.”
Su tono era una mezcla entre rabia y precaución. Como si el ascensor fuera otra trampa más, otro “experimento” con nombre en clave.
Abe: (Mierda... no lo puedes hacer fácil... okey.)
Suspiré. Fuerte.
Abe: (No puedo joderla ahora. No después de todo el maldito teatro que hice para traerlo hasta acá.)
Abe: “¿En serio...? ¿Después de todo el camino vas a volverte miedoso por un ascensor? Pensé que lo tuyo eran las jaulas rotas, no las puertas que se abren solas.”
Nada. Seguía ahí, plantado como una estatua con traumas.
Abe: “Mira, si me querías matar, podrías hacerlo más fácil en un espacio cerrado, pero no sería tu estilo. Venga, ya caminamos bastante, falta poco para el lugar en el que todo terminara.”
Eso lo hizo dudar. Lo noté por el silencio. Por la respiración más marcada.
Abe: “Oye, no lo pienses tanto. Subes, me destrozas, te vas a por los malos. Historia corta. Práctica y eficiente.”
Y después de un segundo más... entró. Sin decir palabra. Solo se paró a mi lado, mirando al frente. Como si nada.
Abe: (Gracias puto universo... o lo que sea... gracias.)
El ascensor subió con ese zumbido suave que siempre me pareció innecesariamente tenso. Y al llegar, caminamos en silencio por el pasillo estrecho. Kross seguía detrás, sin urgencia, sin palabras, pero más presente que nunca. Luego, las escaleras.
Paso tras paso. Como si estuviéramos ascendiendo al final de algo que no sabíamos que habíamos empezado. Y entonces... salimos.
La fachada nos recibió como si nada. Todo igual que siempre. El viejo Chuck seguía apoyado en el mesón, medio dormido, medio despierto. Ni se inmutó ante nada.
Abe: “Buenas noches, Chuck”
Kross se detuvo apenas termine de hablar. Su mirada recorrió el lugar, lento. Tenso. Como si intentara encontrarle sentido a algo que simplemente... no encajaba.
Kross: “¿Qué mierda es esto...?”
Abe: “Oh..., falta poco para el lugar especial. Muy especial. De esos que sorprenden, ya sabes. así que tranquilo...”
Kross apretó los puños, y por primera vez en toda la caminata, su voz salió con esa mezcla entre irritación y fastidio puro.
Kross: “Ya me cansas con tu maldita palabrería. Solo te seguí porque pensé que valdría la pena. Pero esto... esto no tiene nada. Empiezas a colmarme la paciencia.”
Caminamos unos pasos más... un poco más...
Y justo antes de que me hablara para marcar mi sentencia camine por la puerta de entrada...
Kross: “¿Sabes qué? Me aburrí. Vamos a acabar esto aquí y a—”
Y justo al cruzar el umbral de la tienda, Kross se frenó en seco. Las palabras se le congelaron en la garganta. Sus ojos estaban abiertos de par en par mirando una única cosa.
Las farolas iluminando la calle con ese tono cálido artificial. El asfalto bajo los pies. El aire frío de la noche. El cielo estrellado, abierto, inmenso. La luna arriba como testigo silencioso.
Abe: (Je... justo a tiempo.)
Kross no dijo nada al principio. Siguió mirando el cielo, el aire, la calle, las luces. Como si su cerebro estuviera peleando con cada imagen para entender si eran reales.
Y entonces habló.
Kross: “¿Dónde… estoy?”
La voz no era la misma. No tenía rabia, ni desconfianza, ni ese filo de animal acorralado. Sonaba... vacía. Cansada. Como si fuera la primera vez que podía decir algo sin tener que defenderse.
Levanté los brazos, señalando todo con exageración, como quien vende tiempo compartido en un mal lugar turístico.
Abe: “Volcadera Bluffs. Ciudad costera famosa por ser un imán de eventos caóticos y gente con mucho ego y poderes ridículos.”
Hice una pausa, bajé las manos y miré al cielo con una mueca.
Abe: “Pero si me preguntas a mí... estás afuera. En el exterior. Donde el aire no apesta a encierro ni los techos son falsas promesas...”
Lo escuché moverse. No pasos, solo el sonido de alguien girando lento. Cuando lo miré de reojo... no podía creer lo que vi.
Porque Kross estaba llorando.
Abe: (¿Qué...?)
Lágrimas reales. Silenciosas. Bajaban sin permiso, marcando un rostro que hasta hace nada solo sabía mostrar furia.
Kross: “¿Esto... no es una broma? ¿Es... real?”
Por una vez, dejé la sonrisa a medio camino. No por miedo. Solo por respeto.
Abe: “No..., Kross. No lo es. Todo lo que te dijimos allá adentro, en medio de esa pelea absurda..., todo lo que te dijo Cass... era verdad.”
No respondió. No hizo ningún gesto. Solo mantuvo la mirada fija en el cielo, inmóvil, como si ese pedazo de cielo nocturno fuera una pantalla esperando reiniciarse. Como si, en cualquier segundo, un ruido metálico o una voz robótica fuera a romper el silencio y devolverlo al encierro.
Pero no pasó nada. Ni un zumbido. Ni un pitido. Solo el crujir del viento entre los postes de luz y el leve murmullo de la ciudad lejana. Y muy de a poco, noté que su postura empezaba a cambiar.
No era una relajación. Era como si se diera cuenta de que llevaba demasiado tiempo tenso, como si la amenaza constante estuviera dando paso al desconcierto.
Kross: “No puedo creerlo...”
Su voz salió baja, casi como un pensamiento que se le escapaba. Sus ojos seguían arriba, fijos en las estrellas.
Kross: “Así que... ¿la idea de cambiar de lugar para destrozarte... era en realidad para esto?”
No había veneno en su voz. Solo cansancio. Y esa maldita claridad que te golpea cuando ya no puedes negar lo que ves.
Kross: “Tuviste suerte de que me pareciera interesante... y que la idea de golpearte fuera tentadora. Fue lo único que me hizo seguirte.”
Ni una pizca de amenaza. Solo... agotamiento. Como si hubiese estado sosteniéndose con rabia durante tanto tiempo que ahora que se había detenido, no supiera con qué quedarse.
Abe: “Lo admito. Aposté con estilo. Pero si me hubieras hecho mierda antes... no habría sido el fin del mundo. Me tomaba un par de minutos volver y listo.”
Esperé algún tipo de reacción. Un comentario, una mirada, algo. Pero no vino nada. Solo el silencio, y esa calma rara que no terminaba de ser paz, pero tampoco era amenaza. Hasta que volvió a hablar. Y esta vez... fue diferente.
Kross: “Sabes... había un par de voces diciéndome cosas... al final no eran mentira.”
La forma en que lo dijo me hizo girar la cabeza un poco. Estaba hablando como quien encuentra un trozo de algo que creía perdido. No se dirigía a mí. Se hablaba a sí mismo. Como si dijera en voz alta lo que necesitaba escuchar para convencerse.
Kross: “Cada vez que lo decían... que ya no estaba encerrado... cada vez que lo escuchaba... algo en mí dudaba, una parte quería creerlo. Pero no podía. No sabía si era una trampa, otro juego. Otra forma de medir cuánto podía resistir antes de quebrarme.”
Vi sus dedos tensarse un segundo, como si estuviera aguantando algo más físico que emocional. Luego subió la mano hasta su cabeza y la apoyó con un gesto pesado. El tipo no se desplomaba. No temblaba. Pero su cuerpo hablaba igual que su voz. Cansado. Tenso. Como si todo le pesara de golpe.
La forma en que respiraba, el leve temblor en su voz, todo hablaba más fuerte que sus palabras.
Kross: “Lo que más me jodía... era ese nombre. ‘Kross’. Cada vez que lo escuchaba se sentía ajeno, como si estuvieran hablándole a alguien que ya no existía. Como si me estuvieran forzando a ponerme una piel que no era mía.”
Hizo una pausa. Como si las palabras que venían después costaran más que las anteriores. Respiraba hondo. No por rabia, no por contención. Era como si por primera vez pudiera llenar los pulmones sin que el miedo se le atravesara en el pecho.
Kross: “Pensé que, si negaba todo lo que me decían, si me aferraba a la idea de que todo esto era otra capa del infierno... entonces no iba a doler. No tendría que enfrentar que todo eso fue real. Que estuve ahí. Que sobreviví. Que... salí...”
Volvió a mirar el cielo. Más tiempo. Como si ahora sí lo estuviera viendo por primera vez. Las luces de las farolas no le robaban protagonismo. Estaba allí arriba.
Kross: “Es...t......af...er...”
Apenas dijo algo que no llegue a escuchar bien... por fin bajó el brazo. No había furia. Pero lo que realmente me lo dijo fue otra cosa. Los ojos. Antes eran grises. Vacíos. Sin vida. Sin dueño.
Ahora no.
Uno se había teñido de azul y el otro de rojo. No dijo nada en los primeros segundos. Solo respiró hondo, como si ese aire fuera el primero en mucho tiempo. Y entonces, me miró y hablo con un tono que demostraba lo cansado que estaba...
Kross: “Parece que... me perdí de muchas cosas... cara de mapache.”
No lo dijo con rabia ni con peso. Lo soltó como quien recupera algo propio, algo que nadie más puede usar. Y con eso... bastó.
Abe: “Bienvenido de vuelta, fenómeno...”
Por fin. Todo se calmó. A mi manera, claro. Aunque faltaba más aplausos y fuegos artificiales, aparte de un discurso dramático que cerrara el acto, pero no.
Solo una noche tranquila, una calle vacía, y Kross… aquí. Completo. Con los ojos puestos en el cielo y la cabeza por fin en su lugar.
Saqué el celular, deslicé rápido el teclado y le mandé un mensaje a Cass.
“Todo está bien. Ya salió. No, no me morí. Sí, me deben al menos una puta cena. Puedes traer al resto.”
Mensaje enviado.
Me lo guardé en el bolsillo mientras veía a Kross empezar a moverse, despacio, como si su cuerpo se estuviera acostumbrando otra vez a sí mismo. Se dejó caer en el asfalto, primero con torpeza, después con más naturalidad, como si sentarse fuera el acto más humano que había hecho en días.
Abe: “¿Qué pasa, te cansaste? ¿O solo estás admirando el piso porque extrañabas el concreto?”
Kross: “No... Pero creo que... probablemente me desmaye dentro de poco.”
Lo dijo con la misma emoción que alguien que anuncia que se va a dormir. Ni rastro del monstruo de hace unas horas. Ni rastro de tensión. Solo fatiga.
Abe: “Ajá… ¿Eso es un anuncio oficial o solo estás buscando excusa para que te cargue como una princesa?”
Kross levanto la mirada lentamente. Como si se preguntara si de verdad había dicho eso en voz alta.
Kross: “Es un aviso... Estoy agotado......”
Lo observé girarse apenas mientras se acomodaba en el suelo, esta vez para poder verme directamente como si fuera más cómodo que seguir torciendo el cuello.
Estaba más cerca de una persona que de una amenaza, pero igual mantenía esa intensidad suya que nunca desaparecía del todo.
Kross: “Quiero saber... qué pasó.”
Abe: “Eso es muy amplio. Necesito contexto. ¿Te refieres a qué parte exactamente? ¿El mundo? ¿La historia de la humanidad? ¿Temporada de celo? ¿Tu adolescencia?”
Kross: “Después de mi... berrinche.”
La palabra le costó un poco. No por orgullo, sino porque no sabía bien cómo llamarle a lo que pasó.
Kross: “No recuerdo nada. Solo cosas confusas. Estaba gritándote, jodidamente enojado por cómo te comportabas... luego hice lo mismo con Cass... y después, no sé. Estoy aquí. Afuera. Y no estoy... molesto. Estoy tranquilo. Demasiado.”
Abe: “Bueno... prepárate porque lo que viene no tiene mucho glamour. Empezamos con un error. Literal. Alguien te disparó en la cabeza.”
Vi cómo apretó los ojos, pero no dijo nada.
Abe: “Sí, fui yo. Antes de que digas algo: no lo sabía. Nadie me avisó. Cass ya me regaño por eso igualmente.... Ni una palabra.”
Rodó apenas los hombros. No se tensó. Ni siquiera suspiró. Solo ese tipo de gesto resignado que uno hace cuando se rompe algo más dentro pero ya ni vale la pena reaccionar.
Abe: “El punto es que después de eso entraste en modo… caos. Estabas totalmente inestable. Creías que seguías allá, con esos hijos de puta que te encerraron. Y que nosotros éramos parte de eso, según tu.”
Lo vi girar apenas el rostro, no con enojo, sino con una especie de atención rara. Una mezcla de sorpresa mal contenida con incomodidad.
Abe: “Tranquilo... No pasó a mayores. Nos heriste, sí. Pero no mataste a nadie. Solo nos incapacitaste... de una manera muy brutal.... Y eso, considerando tu estado, fue todo un logro que no mataras a nadie...”
Me callé lo que no hacía falta decir... por ahora... Como que me mató tres veces. No es momento para eso. Ya tendrá suficiente con su cabeza desordenada... después me quejare con el sobre eso.
Kross aprovechó la pausa para hablar de nuevo, más bajo.
Kross: “¿Cómo están los demás...?”
Abe: “Bien. Aparte de necesitar terapia, seguro. Pero todos vivos como te dije. A la próxima, deberíamos preocuparnos más por esos malnacidos que te hicieron esto y menos por si nos rompes una costilla.”
Vi que apretaba un poco una mano. No para golpearme. No para defenderse. Solo un gesto reflejo. Como si eso ayudara a encajar lo que acababa de escuchar.
Kross: “¿Y cómo terminamos tú y yo afuera... sin un cadáver de por medio?”
Abe: “Ah, bueno, esa es la parte brillante de la historia. Te vendí la idea de que me trajeras a otro lugar para matarme. Y tú, como eras tan receptivo al diálogo en ese estado... me seguiste.”
Kross: “¿Funcionó?”
Abe: “Obviamente. Soy increíble, el mejor de este lugar. Me seguiste convencido de que la idea era tuya, y yo solo te di dirección. El viejo truco de mover el volante sin que el pasajero se dé cuenta.”
Kross ladeó un poco la cabeza, como si no supiera si todo eso era real o si se lo estaba inventando para que sonara menos jodido.
Kross: “Eso suena muy estúpido.”
Abe: “Lo fue. Estúpidamente brillante.”
Y con eso me bastaba.
Me estiré el cuello, lo miré un momento más y, como el silencio se estaba volviendo demasiado íntimo para mi gusto volví la mirada al frente e hice lo que mejor sé hacer: hablar.
Abe: “¿Quieres que te cuente más sobre la pelea? Fue gloriosa. Caos, gritos, gradas rotas, luces parpadeando como si fuera un recital mal armado. En un momento se metió más gente, eran tipos que trabajan con el alcalde, no me preguntes por qué, seguro estaban aburridos.”
Ninguna reacción. Buen inicio.
Abe: “Uno de ellos intentó darme órdenes, sabes. Un perro enorme. Obviamente no funcionó. Lo saqué de circulación con una patada precisa. Elegante. Directo a la dignidad.”
Nada. Seguía en silencio.
Abe: “Y lo mejor es que, en medio de todo ese desastre, ahí estaba yo, de pie, desarmado, sangrando un poco, tal vez muerto un par de veces, pero con estilo. El más jodidamente competente y por sobre todo ‘Guapo’ de CHNO.”
Giré la cabeza, esperando una burla, una risa forzada, un ‘idiota’ susurrado… pero no. No hubo nada. Kross seguía ahí, sentado en el asfalto con la cabeza inclinada y la respiración pareja.
Se quedó dormido... o desmayado.
Abe: (Solo esta vez te perdono quedarte dormido en medio de mi discurso...)
Y justo entonces, la puerta se abrió con ese chirrido oxidado y familiar de la tienda. Cass salió primero, con esa cara que mezcla agotamiento, frustración y “más te vale que esto haya valido la pena”.
Detrás venía Surge, caminando como si todo le diera igual, al parecer ya se colocó otra prótesis, y en cuanto a Neo... bueno, Neo corrió directo hacia mí como si me hubiera pasado lo peor.
No dijo nada, pero el abrazo fue más claro que cualquier otra cosa.
Abe: “¿Ven? Les dije que tenía todoooo bajo control.”
Surge echó un vistazo al costado en donde esta Kross y levantó apenas una ceja.
Surge: “¿Está... dormido?”
Abe: “Desmayado. Pero sí. Básicamente eso. Como les puse en el mensaje, todo terminó... Está bien. Más o menos. Lo que sea.”
Cass nos miró a ambos. A mí, a Kross y luego a la calle. Y suspiró como si acabaran de pasarle por encima dos camiones y una discusión con la burocracia de la ciudad.
Cass: “Bueno... por lo menos eso terminó.”
Se cruzó de brazos, girando la cabeza hacia el cielo un segundo, como si esperara que le cayera otra desgracia desde arriba.
Cass: “Ahora tenemos que pensar qué mierda vamos a hacer.”
Y tenía razón, claro. Pero si lo pensaba bien, en ese momento ya teníamos lo principal resuelto con sus resultados: el mutante estaba desmayado, no nos había matado a ninguno, y todos felices... casi. No es poca cosa si lo mides con la vara correcta.
Abe: “Tengo una idea genial. Pero escuchen primero antes de que alguien—”
Giré un poco para mirar a Neo.
Abe: “—use su cola como un látigo.”
Cass solo levantó una ceja, pero no dijo nada. Supongo que era lo más cercano a un permiso.
Abe: “Escuchen. Kross... estuvo ‘bien’. Ahí, hace unos minutos. En ese estado. Ya sé que suena jodido, considerando que fue justo después del disparo, pero piénsenlo.”
Hice una pausa, porque sí, sabía lo que estaba a punto de decir. Sonaba jodido incluso para mí.
Abe: “Fue el único momento en que controló todo lo que tiene encima. No fue un brote, ni una mezcla rara, ni otro colapso de mierda. Era lo que el quería. Y si eso es lo que lo estabiliza...”
Me giré hacia ellos con las manos alzadas, señalando lo obvio.
Abe: “Entonces ya tenemos algo con qué trabajar.”
Silencio. Esperé alguna burla, una amenaza o un golpe. Pero Cass solo se limitó a resoplar, cruzarse de brazos otra vez y mirar hacia Kross.
Cass: “Eso lo pensaremos mañana. Ahora lo primero es llevar al chico a su casa.”
Ya abría la boca para pedirle algo a Surge.
Abe: “Oye, Surge, si no es demasiado pe—”
Cass: “No te robaras la moto de Surge, vamos todos en la camioneta.”
Me interrumpió sin mirarme, ya caminando hacia el estacionamiento.
Cass: “Necesito explicarle a Spears por qué su niño llegó tan tarde sin que me haga un suplex...”
Se giró hacia nosotros, señalando a Kross con la cabeza.
Cass: “Muévanlo. Yo voy a abrir la camioneta. Neo, ven conmigo.”
Y con eso, se alejó sin esperar respuesta. Neo la siguió de inmediato, aunque antes me lanzó una mirada de esas que dicen "no arruines nada mientras me doy vuelta".
Nos quedamos un segundo en silencio. Surge y yo. Miramos a Kross. Luego nos miramos entre nosotros.
Abe: “Bueno... supongo que no va a caminar solo.”
Lo levantamos entre los dos. Lo llevamos con algo de esfuerzo hasta el estacionamiento. La camioneta ya estaba abierta, las puertas traseras listas. No hubo ceremonia. Lo tiramos sobre la parte de atrás con una mezcla de cuidado y resignación.
No se despertó.
Cass nos regañó desde el asiento del conductor por no ser más delicados, como si hubiera una forma correcta de acomodar a un experimento biológico que casi mata a todos hace una hora.
Nos subimos. Cinturones puestos. Un silencio algo denso, pero no incómodo. Y entonces arrancamos. La camioneta se alejó de ese callejón como si acabáramos de cerrar la tapa de un capítulo largo, pesado, pero necesario.
Y ahí estaba yo. Sentado, con un mutante desmayado, con el cuerpo hecho mierda, pero con todo bajo control.
Como siempre.
Fin del capítulo.
Notes:
Weno... aqui esta, la "segunda parte" del cap anterior. Probablemente el siguiente capitulo sea la vuelta a clases o algo con Spears pero en si, acabamos con los chinos de momento. Ahora, no tengo muhco que añadir.
Mas que nada, el equipo JNPR es sacado de la serie de RWBY y sus habilidades son sacadas de la misma, en temas de que especies son: Jaune es un cromañon, Ren un Liopleurodon, Nora una pyroraptor y Pyrrha una Spinosaurio. Y el porque no fueron antes? El nivel de llamado que hizo Cass fue de AC de nivel alto, a lo mucho el equipo de JNPR llega al AC-medio.
El simple hecho de que no salieron volando fue por la conversacion que tuvo con pyrrha, haciendolo dudar de nuevo, aparte de que le fue interesante las cosas que podian hacer.
nada mas que decir asi que vamos con la lista....aca esta, de las recomendaciones:
A patata_Yazob, con "Una luz de esperansa en una depresión psicótica". Saco cap largo con odio extra a parasaurios
Dardragun707, con "Un vaquero en Volcano High" con un capitulo nuevo que aun no leo.
SrSenior, con "That is my Parasaur!", se que sacaste capitulo del walala, pero sigo esperando las desventuras de abe
Xomy90 con "Un felino en Volcano High", capitulo 2 del furro, que bueno que esta el pinche gato.
Chicken_Brain con "Birds of a feather", ya vamos por el final de esta cosita, vayan a darle amor no homo.Como extra saque un iloto de una tercera historia: "Too many feelings for my hand to hold" vayan a checarlo si quieren.
Aprovechando la mención del extra, repetiré la noticia, no sacare capitulos tan seguidos, pasaron cosas, asi que tengo menos tiempo para escribir, asi que solo me enfocare en amalgama, me tardare pero eso no implica que los dejare botados a los otros, asi que eso, nos veremos en....mas de 1 semana, no se, haber que me dice el destino.
Como siempre, les agradezco por llegar hasta acá, comenten lo que les pareció o no se, ahí ustedes, nos vemos en el próximo, chau :]
Chapter 27: Extra # 1 Final malo 5 – Eco de la perdida.
Notes:
Primeramente, ADVERTENCIA. Repito. ADVERTENCIA. Este capitulo contiene violencia grafica, sangre y todas esas cosas feas, no quiero comentarios de que no les adverti asi que ahi lo tienen, tiene esencia o no se.
Cualquier caso, esto nació porque me di cuenta que era el cumple de Stella, no tenia nada y Dardragun707 y Mr_Anyth1ng se me quejaron de no tener nada, los maldigo amigos míos. Con eso les presento el extra #1 uno de los finales malos, si no lo recuerdan es por la pesadilla de Kross en el capitulo numero 21.
Asi que quedan avizados, no es bonito y me dolio hacerlo. No Abran notas finales por lo mismo.... me voy a una esquina.
Chapter Text
Perspectiva de Kross.
La voz del líder sonaba entretenida, como si estuviera disfrutando de cada segundo de esto.
Líder: “Nuestra compañera tiene genes venenosos en su estructura biológica. Con las modificaciones adecuadas, puede inyectar veneno desde su cola. Y gracias al refuerzo con las jeringas… su toxicidad se ha vuelto más efectiva.”
Mis piernas temblaron, sintiendo cómo la debilidad se apoderaba de mí. Hasta que ya no pude más y caí.
Líder: “No te matará, eso es seguro. Solo te incapacitará.”
Blue: (Mierda… Mierda.)
Pero entonces.
Líder: “Por desgracia… eso solo se aplica a ti.”
Su tono se volvió más frío, más peligroso.
SNAP.
El sonido fue seco, definitivo. No era una orden, ni una amenaza. Era el anuncio del final.
La dino comenzó a avanzar. La cola se alzó con una lentitud cruel, apuntando como una lanza hacia el centro de su pecho. No hizo falta que dijera nada. No hubo instrucciones. Los demás simplemente se apartaron, le dieron el camino libre como si la ejecución ya estuviera decidida.
Y mi cuerpo no respondió.
Blue: (Tiene que haber una manera… tiene que haberla…)
Red: (¡Vamos, levántate, carajo! ¡Nos está llamando!)
Stella seguía en el suelo. Había intentado retroceder, lo vi, lo vi todo. Sus manos buscaron sostén en la tierra, sus piernas se arrastraron hacia atrás como podían, pero no llegó a ninguna parte. Su espalda chocó contra un árbol y la dejó atrapada. Sin vía de escape. Sin defensa.
Blue: (No. No. No.)
La escuché. Un sonido ahogado. Un sollozo silencioso.
Red: (¡Necesitamos hacer algo ahora!)
El aire en mis pulmones se volvió denso. Intenté respirar, pero era como tragar concreto líquido. Cada intento por moverme terminaba en vacío. No había impulso, no había fuerza. Solo un eco inútil en un cuerpo que ya no me pertenecía.
Blue: (Muévete... levántate... vamos...)
Red: (¡¡Haz algo...!! ¡¡Cualquier cosa...!! Stella no...)
Vi su sombra acercarse. La dino seguía avanzando con esa calma repugnante, confiada, como si supiera que no había nadie que pudiera tocarla. Como si ya sintiera la sangre de Stella en la punta de su cola.
Y mientras tanto, Stella…
Temblaba.
Su respiración era agitada, entrecortada, sin ritmo. Intentaba mantenerse cuerda, pero el miedo ya le había invadido los ojos. Lágrimas retenidas, el pecho apretado. Su cuerpo se encogía contra el árbol con cada paso que la otra daba.
Y aun así... la escuche.
Stella: “k-kross…”
Apenas un susurro.
Una súplica cargada de miedo y esperanza a partes iguales. Como si, a pesar de todo, aún creyera que yo podía hacer algo. Como si esperara que apareciera frente a ella y detuviera lo inevitable. Como si no supiera que, en ese momento, yo ya no era nadie.
Blue: (Está suplicando... carajo...)
Red: (¡Nos está llamando! ¡Y no estamos haciendo una mierda! Porque... porque ahora...)
La cola de la dino osciló suavemente en el aire, amenazante, como un péndulo afilado que marcaba los segundos antes de su ejecución. Stella se encogió un poco más, empujada por un instinto básico que no servía de nada.
Hasta que se paro justo delante... de Stella
Red: (¡MUEVETE MIERDA! ¡AHORA, CARAJO!)
Blue: (Muévete... ¡Muévete puto cuerpo—!)
Red: (¡NO LA PUEDEN TOCAR! ¡NO PUEDEN—!)
Y fue ahí.... cuando fue tarde...
Re... Blu...... Kross: (...n....no....)
A unos metros de mi... estaba viendo como la cola de la dino atravesó el abdomen de Stella... cuando retiro su apéndice de...ella... pude ver en la punta un líquido de colores mezclados... repugnante...
Su cuerpo se sacudió por el impacto. Sus manos temblaron al aferrarse a la herida y un sonido ahogado escapó de su garganta. Sus ojos se abrieron con terror mientras que sangre oscura brotaba de su boca, tiñéndole los labios de rojo...
Ella... intentó hablar, cualquier cosa..., pero nada salió de su garganta. Solo más... y más sangre.
El mundo desapareció completamente...
La plaza, el suelo, los árboles… los tipos que nos atacaron.... Todo se desvaneció como si nunca hubiera estado ahí. No hubo ruido. No hubo peso. Solo oscuridad. Un vacío negro, inmenso, eterno.
Solo estaba yo... y Stella.
Ella era lo único que quedaba.
La única figura en ese espacio sin tiempo ni forma.
Kross: (Esto... no estaba pasando.)
No podía estar pasando.
Todo lo que acababa de ver… no era real. No podía serlo. No era posible que eso fuera verdad. Que su sangre estuviera en el aire. Que su cuerpo hubiera temblado así. Que sus ojos… que sus ojos se hubieran abierto tanto. Que su voz… se hubiera quebrado al decir mi nombre.
Ella... no.
No Stella.
Pero entonces, la vi.
Cruzó su mirada conmigo.... Sus... ojos me atravesaron. No con reproche. No con dolor.
Con una... sonrisa.
Una que apenas se formaba en sus labios, una que se aferraba a mí como si lo último que quisiera dejar atrás fuera mi rostro.
Y mientras su sonrisa se desvanecía… la vida de sus ojos también lo hicieron.
La luz... su luz... en ellos se apagó.
Y sus manos... las mismas que intentaban detener la sangre de su abdomen... perdieron fuerza.
Cayeron....
Inertes...
Kross: (No…)
K̸̳̪̮̥͓̈̎r̵̡͎͈̰̝̂̑̄͠ǫ̸̧͚̜̙͙̣̯͕͒̑̅̈́͘̕̚s̷̝̣̊̂̉ś̶̬̝̗͕͉̿̃͐̈͠:̴͚̗̪̱̈́̔̉͐̔̔̔͝ ̴̨͈̱͈̟̳̼̐̽̎͌̋̄̍̒͜“̶͙͙̙͓͑̓͝Ṉ̸̚̕o̴̢̜͉͇̟̞͚͔͙͆̄̈…̴̦̅͆̇”̵͖͉̠͓̱̺͌̉͜
La palabra apenas salió. Fue un susurro ahogado, una negación que no tenía fuerza, ni volumen, ni peso. Pero era todo lo que tenía.
Y entonces…
Todo volvió.
El aire regresó a los pulmones como un latigazo. La plaza apareció de golpe, cruda, sangrienta. El olor metálico, denso, insoportable. Los cinco sujetos seguían ahí. Observando. La sangre seguía fluyendo. La herida… la herida seguía abierta.
Y el mundo perdió cualquier sentido.
Solo... G̷̶̵̴̵̝̘͇͙̭̍̋́̔̓r̶̴̶̷̴̠͓̣̫̓̃͊̈́̐͜i̶̶̶̶̸͓̮̺̩̩̿͒̐̀͋t̷̶̴̵̸͔̬̲̱̀̌̈́̈́͘ͅẹ̴̴̴̷̷̯̭̼̤́̈́̑̇͆͛.
No fue un sonido... humano. Fue un estallido crudo, furioso, desgarrado. Un rugido que sacudió el aire, que se estrelló contra todo a su alrededor. Las farolas cercanas explotaron con el eco, dejando la zona a oscuras salvo por la luz del cielo.
Hasta los tipos que estaban tranquilos quedaron aturdidos por el sonido. Y entonces, todo se volvió rojo. Mi visión, mi piel, mi respiración… todo era rojo. No por el color. Sino por lo que ardía dentro.
Ya no sentía el cuerpo. El veneno, la pesadez, la parálisis. Todo había desaparecido. Lo único que quedaba era rabia.
Fui directo hacia ella.
La dino que la había tocado. La que se atrevió a clavarle esa cola. Ni siquiera alcanzo a defenderse. Ninguno de los otros se movió. Nadie pudo detenerme.
Mi brazo se regenero en un instante y la atrape antes de que su cerebro pudiera registrar lo que ocurría. Le tomé la cara con fuerza y la levanté del suelo como si no pesara nada. La arrastré lejos de los demás, obligando a su cuerpo a volar entre los árboles hasta que el terreno se volvió más duro.
Y ahí, la estampé contra el piso. El crujido fue brutal. Hueso contra concreto. No le di ni un segundo. Ni aire. Ni aliento.
Comencé a golpearla con todo.
Cada impacto era una descarga. Un castigo. Un eco de todo lo que quería gritar. Sentí su cráneo ceder bajo mis nudillos, los músculos de su cuello tensarse por reflejo mientras el suelo temblaba con cada puñetazo. La tierra crujía y se abría, marcando una red de grietas bajo nosotros, como si incluso el entorno quisiera apartarse.
Y seguí....segui...seguiseguiSEGUISEGUI.....
Hasta que ya no hubo rostro. Solo una mezcla de carne, huesos, tierra... y sangre. Esa sangre que todavía goteaba de mis nudillos abiertos, que en nada terminaron cerrándose.
Pero aún no acaba esto.
Mis rodillas aún rozaban la tierra, pero el fuego en las venas ya había quemado cualquier rastro de debilidad. Me incorporé con un temblor que no era miedo, sino electricidad pura.
Los tipos seguían ahí... pero el que más me dije era ese bastardo... el líder con esa sonrisa de hielo como si aún creyera en su fuerza... en que tiene todo bajo control...
Pero sus ojos... Todos. Todos tenían esa misma fisura. Una fracción de segundo donde el miedo les rajó la máscara. El líder abrió la boca. Quizás para burlarse, quizás para ordenar otro ataque. No lo supe. No le di tiempo.
Mis piernas estallaron en movimiento antes de que su primera sílaba naciera. El aire se partió como un látigo. Él ni siquiera parpadeó cuando mi puño se hundió en su estómago, doblándolo como un muñeco de trapo. Lo sentí crujir. Un sonido húmedo, dulce.
Su cuerpo salió disparado, arrancando cortezas y ramas al estrellarse contra los troncos. Uno, dos árboles cayeron con un quejido leñoso, sepultándolo bajo una montaña de astillas.
No me detuve.
El gigante gruñó, levantando sus brazos para tratar de hacer algo...
Demasiado lento.
Agarré su tobillo antes de que sus dedos pudieran cerrarse en mi cuello. La piel de su pierna ardió bajo mi agarre, sentía como sus huesos se rompían..., y con un tirón seco, lo levanté. Él gritó, un ruido gutural que corté al balancearlo como un mazo.
Los otros dos intentaron esquivar.... Patéticas escorias.
El primero recibió el impacto del gigante en el pecho. Lanzándolo varios metros cayendo en él pavimento. El segundo quiso correr, pero el cuerpo de su compañero lo arrastró, aplastándolo contra el suelo.
Después solté al gigante lanzándolo. Su masa voló, un proyectil que trazó un arco perfecto hacia la pila de escombros donde yacía el líder. El choque resonó por la plaza.
La sangre en mis nudillos aún latía, caliente, exigiendo más.
Y ahí es cuando lo vi, el mismo tipo que aplasté segundos antes... estaba boca arriba, su brazo se asomaba tratando... de levantarse... retorciéndose como un gusano herido. Lo observé. Cada gemido suyo, cada intento inútil por liberarse, avivaba ese hueco negro en mi pecho.
Kross: (no....)
Me acerqué. Mis pasos resonaron sobre la tierra húmeda hasta detenerme frente a él. Sus dedos se enterraron en el barro, tratando de arrastrarse. No lo permití. Mi pie se estrelló contra su pecho antes de que lograra levantarse. Un crujido seco vibró bajo la suela.
Kross: "Te gustó aparecer y desaparecer, ¿verdad?"
Mi voz sonó plana, como si saliera de otra boca. Él no respondió. Solo me miró, la pupila dilatada por el pánico que nunca creía poder ver.
Kross: "Golpearme sin que pudiera reaccionar.... ¿Verdad...? ¿Esto también te gustara?"
Tense mi mano a tal punto que pensé que se rompería, mis garras salieron con fuerza esperando a ser usadas contra este bastardo.
La primera embestida no fue un pinchazo, sino un desgarre. Clavé las garras en su muslo y tiré hacia abajo. La carne cedió en surcos profundos, exponiendo músculos fibrilares que se contrajeron al aire libre.
Los tendones saltaron como cuerdas rotas, retorciéndose alrededor de mis dedos en espasmos grotescos. Él gritó, un alarido que se partió en dos cuando hundí las garras de nuevo, esta vez en el costado de la rodilla. Carne, ligamentos, pedazos de cartílago... todo quedó enredado entre mis uñas al retirar la mano.
Kross: (No... aun no es suficiente.)
Repetí el movimiento en la otra pierna. Más lento. Más... metódico. Las garras trazaron círculos, abriendo túneles en la pantorrilla, destrozando los gemelos hasta que el hueso quedó expuesto, blanco y agrietado.
Su cuerpo ya no se arqueaba; solo temblaba, convulsionándose en silencio mientras la sangre formaba un charco viscoso bajo él....
Entonces levanté una de sus piernas y agarré su tobillo...
Un tirón seco... fue todo lo que se necesitó... La piel se rasgó primero, luego el músculo, y finalmente el fémur se partió con un crujido sordo. La pierna se separó, dejando un muñón irregular que escupía coágulos. Él ya no emitía sonidos. Solo respiraba. Rápido. Superficial. Como un animal herido.
Hice lo mismo con la otra...
Ahora yacía allí, aun abajo mío, reducido a un torso mutilado, pero sus ojos seguían abiertos. Vidriosos..., pero con un brillo testarudo. Un hilo de vida que se negaba a romperse.
Kross: (¿Por... que... sigues aquí?)
Mis garras se hundieron en su pecho.
Kross: (¿Porque...)
Primero, un arañazo leve.
Kross: (Porque...)
Las escamas se abrieron en láminas finas, revelando costillas amarillentas. Luego los huesos cedieron bajo mis dedos, astillándose en dagas diminutas que se clavaron en sus propios pulmones.
Kross: “Porque...”
Saqué puñados de tejido esponjoso, venas rotas, pedazos de órganos que aún palpitaban entre mis manos. Cada movimiento era preciso. Frío. Él tosió sangre, pero su pecho aún subía. Su corazón, ahora visible entre las costillas rotas, latía con pulsos irregulares.
Kross: “¡Por qué!”
Los golpes se aceleraron. Una ráfaga de estocadas que convirtieron su torso en pulpa.
Kross: “¡Por qué, Por qué, PorquéPorquéPorquéPORQUEPORQUEPORQUE!”
Costillas, vértebras, vísceras… todo se mezcló en una sopa roja que salpicaba con cada embestida. No paré hasta que sus pupilas se dilataron por completo, hasta que su pecho dejó de moverse, hasta que no quedó nada que pudiera latir.
No quedaba nada. Ni peso. Ni cansancio. Solo esa quietud espesa que se instala cuando todo ya terminó. Me miré las manos. Manchadas hasta los nudillos, con las garras afuera como si no supieran volver atrás.
Esperé un latido en el pecho, un temblor en los dedos, algo que me recordara que seguía siendo... humano. Pero no sentí nada. Ni el calor de la sangre, ni la punzada de los cortes, ni el eco de lo que acababa de hacer.
Solo eso... el vacío... nada... su ausencia.
Kross: (¿Por qué...? ¿Para qué hice todo esto...? ¿Venganza? ¿Rabia? ¿O solo… costumbre? ¿Qué sentido tuvo...? ¿Por qué me dolió tanto que él... siguiera vivo... y ella no—)
Una molestia me atravesó de pronto, como una presión sorda en el abdomen que me obligó a bajar la mirada. Al girar apenas la cabeza lo vi… el mismo tipo que había volado con el cuerpo del grandote.
Su cola estaba clavada en mi espalda, perforándome por completo hasta salir por delante de mí, en todos los filos había partes de carne, musculo y sangre..., moviéndose con lentitud como si esperara una reacción mía......
Pero... no sentí nada....
No había dolor…. Ni ardor... Ni siquiera una mínima molestia...
Solo lo miré....
Fue un ruido seco, áspero, sin intención real. Lo suficiente para que el otro retrocediera levemente, dudando. Su respiración se volvió errática, su mirada tembló. Estaba intentando liberarse, tirando hacia atrás, tratando de recuperar su cola... pero no podía.
La estaba reteniendo con una mano.
K̵̸̶̸̸̠͓̺̳̽̂̀͋͐ͅŕ̷̸̶̴̶̗͚̥̠̝̉͂̈́͠o̷̶̷̴̸̤͉̠̦̖͛͐̔́̅ş̷̵̴̷̸͇̻̤͆̄̾͒̌ͅś̵̸̷̷̸̨̜̮͚͇̂́̈̚....Acus: “¿Ya te vas?”
Mi otra mano se levantó con calma y de un zarpazo seco, preciso, sentí cómo el músculo cedía bajo mis dedos. La carne se separó con un sonido húmedo, y la sangre brotó a borbotones mientras su grito se ahogaba en su garganta.
Acus: “¿Qué te pasa...? ¿No era tu plan? No era tu intención matarme...”
La cola mutilada cayó a un lado con un chasquido sordo e inútil. Sentía la herida en mi abdomen cerrándose fibra por fibra, cada músculo reanudando su forma, el calor interno restaurando todo como si jamás hubiera sido abierto.
Acus: “Por eso me atravesaste, por eso te metiste a escondidas cuando ya había terminado con ellos... Qué considerado.”
La carne se regeneraba a una velocidad enfermiza, la sangre que brotaba se detuvo en segundos. La herida desapareció. Ya no había daño. Ni cicatriz. Ni razón.
Acus: “Y ahora... ya no sirves para nada.”
Se intentó mover. Ni siquiera supe si pensaba atacar o correr. No me importó.
Mi garra derecha se hundió directo en su estómago con un golpe seco, rompiendo carne y músculo al instante. La izquierda se cerró sobre su cuello antes de que pudiera emitir un sonido. Sus ojos se abrieron, primero por el impacto, luego por el dolor.
Luego por el miedo.
Lo levanté. Lo sostuve así, sintiendo cómo mi mano en su abdomen entraba más con cada pequeño tirón, cada espasmo de su cuerpo, cada sacudida involuntaria. Las garras iban perforando órganos como si escarbara en un cadáver abierto. Su aliento se volvió entrecortado, cada exhalación más débil que la anterior. Pero no era suficiente. Aún respiraba. Aún parpadeaba.
Acus: (No...)
Hundí de nuevo la mano, más profundo, más agresivo. Sentí la sangre cubrirme el antebrazo, caliente, densa. Sus piernas patalearon un instante. Luego solo temblaron. Su cuello intentó tensarse bajo mi otra mano, pero lo único que logró fue acelerar lo inevitable.
Acus: “Ya no te queda... nada de nada....”
Y entonces tiré.
Con la mano izquierda jalé hacia arriba con toda la fuerza, sintiendo cómo la carne cedía. La piel se rasgó primero, luego los músculos del cuello crujieron con un sonido sucio. La tráquea estalló, los tendones se tensaron hasta partirse, y por fin... las vértebras colapsaron bajo la presión. La cabeza se separó con un chorro de sangre que me cubrió el pecho.
El cuerpo cayó como un saco vacío. El peso muerto golpeó el suelo sin elegancia, sin ruido. Solo fue eso… una bolsa de huesos rotos y carne sin voluntad.
Sostuve la cabeza unos segundos más. Aún tenía los ojos abiertos. Aún tenía esa expresión congelada de desesperación inútil.
Acus: “Asqueroso...”
La lancé al suelo con asco. El cráneo rebotó una sola vez antes de que lo aplastara con el pie con un crujido seco. No quedó nada reconocible. Solo una mezcla de hueso, carne y sesos estampados contra... el pavimento....
.
..
...
Fue... tan fácil.
Ni siquiera opuso resistencia. No pudo forcejear prácticamente nada.... Solo se deshizo entre mis manos como si su cuerpo ya supiera que no valía la pena seguir.
A̷̡̍c̶̘͝.̷̪͑.̷̤̎.̵͚͐K̶̞̏r̸̥̐.̴͕͑.̸̧͊.̵͍͘A̴̬̅c̸̟̉.̸̲̃.̴̥͂.̶̗̑K̴̟̇r̴͉̓.̵̱̇.̵̜͆.̷͘͜: (......)
Ni satisfacción...
Ni alivio....
Solo esa misma sensación hueca.
Ese eco constante que se repetía con cada respiración, más débil, más distante....
Entonces lo escuché.
Un ruido seco, como un latido con forma de impacto. Antes de girar siquiera, el puño me alcanzó de lleno en el rostro, lanzándome varios metros hacia atrás. Sentí la fuerza del golpe abrirme el labio, tronar algo en la mandíbula, pero no caí. No gruñí. Solo me detuve... con una sonrisa. Lenta. Inevitable.
Los vi.
El gigante, caminando hacia mí con pasos pesados que hacían temblar la tierra. Y a su lado........ el líder. Aún con esa misma mueca arrogante que ahora apenas podía esconder la tensión.
Líder: “Vaya... entonces así es como es el Acus original. El arma perfecta. Nunca creí que llegaría a verte después de lo que hiciste al comienzo.”
Acus: “No finjas sorpresa. Sabías que llegaría este momento. Así que no retrases lo inevitable.”
Mientras hablaba, mi mano subió despacio hasta el brazo contrario. Las garras se hundieron en la carne sin dudarlo, rasgando piel, abriendo surcos largos y profundos. La sangre comenzó a resbalar en línea recta desde el codo hasta los dedos.
Acus: “Termina tus charlas estúpidas... Ahora... Solo son ustedes… y yo.”
El líder chasqueó la lengua, como si le molestara más mi actitud que mis acciones.
Líder: “Es casi adorable lo loco que estás… ¿Te estás destrozando a ti mismo por puro gusto...? Aunque… admito que sería divertido verte romperte un poco más, pero tengo cosas más importantes que hacer en estos momentos.... Esto ya se salió de las manos.”
El gigante se acercaba. Cada paso hacía vibrar el suelo, y yo seguía desgarrándome el brazo, capa por capa, músculo por músculo. El líder respiró hondo, giró apenas el cuerpo... y sus piernas... se tensaron, preparándose para huir.
Acus: (....Je... que tierno.)
Líder: “Ha sido un gust—”
No terminó su frase.
En cuanto noté su intento de escape, tensé la mano con toda la fuerza, hasta sentir cómo el hueso del hombro se rompía desde dentro. Un último tirón brutal, seco, y el brazo se desprendió de mi cuerpo con un chorro salvaje de sangre.
Lo lancé sin pensarlo, con la precisión de una lanza asesina. El proyectil pasó junto al gigante e impacto directo en una de las piernas del líder destrozándola, haciendo que cayera como una marioneta sin cuerda.
Acus: “Inútil.”
Me giré hacia el gigante. El rostro... su expresión no mostraba emoción alguna. Solo fuerza. Una masa de músculos. Violencia contenida.
Kross: “Ninguno de ustedes va a salir de aquí.”
Mi pierna se adelantó con calma. Luego la otra.
Acus: “Ahora…”
Otro paso. El olor a sangre se mezclaba con el del hierro caliente.
Acus: “¡Pagaron putos imbéciles...!”
El gigante se tensó. Pude verlo todo con claridad. Los músculos de su brazo se hincharon como cables de acero, las venas se marcaron bajo la piel gruesa, y cada fibra de su cuerpo apuntó hacia un solo objetivo: aplastarme.
Rugió como un animal salvaje mientras cargaba directo hacia mí, los pasos hacían vibrar el suelo, rompiendo el concreto bajo sus pies. Todo en su cuerpo se preparaba para ese golpe. Toda su fuerza, toda su masa, concentradas en ese instante.
Pero ya era tarde.
Levanté mi brazo amputado, y en el mismo instante en que lo impulsé hacia atrás para el contragolpe, la carne empezó a tomar forma. Músculo, tendones, venas, piel… todo se regeneraba en tiempo real, avanzando por el antebrazo como si la carne buscara desesperadamente completar el movimiento.
Para cuando lancé el puñetazo, la mano ya estaba completa. Justo a tiempo. El impacto fue absoluto. Lo sentí. Cada centímetro. Cada partícula.
Mis nudillos chocaron contra su brazo, y no hubo defensa. Escuché cómo los huesos se rompían en una secuencia brutal, como ramas secas al quebrarse. La masa muscular se colapsó, la piel se desgarró desde el hombro hasta el puño.
La sangre brotó en ráfagas, disparada por las arterias reventadas. Ese brazo, que segundos antes era una montaña de músculo y poder, ahora era solo carne atrofiada, colgando inútilmente a su lado.
No lo dejé respirar.
Mi otra mano se cerró con violencia contra su pecho. Las garras se hundieron como cuchillas calientes, perforando escamas, músculo y hueso sin resistencia. Sentí las costillas partirse bajo mis dedos, y en un solo movimiento, las abrí con fuerza. Como si le rajara el tórax.
El corazón palpitaba, expuesto, encogido por el miedo que ni su cerebro alcanzaba a entender. Lo arranqué. El músculo aún se contraía entre mis dedos, intentando seguir latiendo. No le di oportunidad.
Lo apreté hasta que estalló en mi mano. La sangre corrió por mi brazo como una fuente rota.
Él intentó tambalearse hacia atrás. No lo dejé.
Con un salto impulsado por el instinto puro, me aferré a su cráneo con ambas manos, aún con la sangre del corazón chorreando entre los dedos. Su cuerpo intentó resistirse, un espasmo de reflejo sin sentido. No importó.
Lo impulsé hacia abajo con todo el peso, con toda la rabia, con todo lo que quedaba de mí.
Su cabeza impactó contra el suelo con un sonido grotesco, como un melón podrido aplastado contra piedra. No hubo resistencia. No hubo rebote. Solo fractura, hundimiento, destrucción.
Pero no terminó ahí.
Mi pie descendió con fuerza contra los restos de su rostro. Lo que quedaba del cráneo explotó bajo la suela, fragmentos de hueso y masa encefálica salpicaron a mi alrededor. Solo quedó un hueco deforme, hundido, irreconocible.
Me quedé de pie sobre lo que antes fue un gigante. Levanté la mirada....
Ahí estaba... el último.
El líder.
Me miraba... pero no como antes. No como alguien que cree tener el control. No con esa sonrisa sucia, ni con esa voz firme que lanzaba órdenes sin parpadear.
No.
Lo que había en su rostro ahora era otra cosa. Algo que no esperaba ver. Terror puro, Denso y real. Sus ojos temblaban, sus pupilas se contraían como si intentaran alejarse por su cuenta.
Y entonces se dio vuelta.
Intentó girarse, los dedos escarbando desesperadamente en el suelo mientras arrastraba su cuerpo por la tierra, dejando un rastro de sangre espesa detrás de sí. La pierna herida golpeaba contra las piedras, contra las raíces, y él soltaba gemidos bajos, temblorosos, intentando avanzar sin lograr más que revolcarse como un insecto herido.
Mis piernas avanzaban como si caminara por la calle. Sin prisa. Sin meta. Sin rabia siquiera. Solo caminaba. Cada paso que daba era como un martillo para él. Lo sabía.
Podía verlo..., sentirlo.
Su respiración se rompía más con cada metro que acortaba. La desesperación empezó a devorarlo desde adentro. Intentó mirar hacia atrás mientras arrastraba su cuerpo, pero ya no tenía dirección, ya no tenía plan.
Lo vi girarse de nuevo, esta vez arrastrando su torso hacia atrás con una velocidad patética, dejando surcos en el barro. Sus ojos estaban abiertos de par en par, respiraba por la boca como si le faltara el aire. Ya no hablaba. Ya no gritaba. Solo retrocedía.
Acus: (Mírate. Ahora solo gateas. Como un parásito que perdió el control.)
Tropezó con una raíz y cayó de costado, intentando ponerse de nuevo sobre un brazo. Volvió a chocar contra algo duro.
Un árbol.
Se quedó ahí. Pegado a la corteza, como si el tronco pudiera salvarlo. Como si sirviera de algo. Lo miré desde arriba.
Acus: (Ni siquiera puedes hablar...)
Ni una palabra.
Solo ruidos. Balbuceos. Como si su lengua ya no pudiera formar sílabas. Como si la garganta le temblara demasiado para decir algo coherente. Murmullos sin sentido, empujados por un terror que le cerraba la voz.
Entonces empezó.
Tiró lo que pudo. Puñados de tierra húmeda que me golpearon el pecho sin dejar marca. Piedras pequeñas que rebotaron en mis piernas. Incluso una rama rota que rozó mi costado. Nada. Ningún impacto. Ningún cambio....
Acus: (Qué irónico...)
Ahí estaba. Contra un árbol. Temblando. Con los ojos desorbitados, buscando una salida que no existe. Jadeando, suplicando sin palabras.
A̶̵̸̵̶̧̱͇̣͌͌̐̏̍ͅc̴̴̷̸̴̜̪̼̬̜̔͌̆̏͝K̷̸̴̷̶͙͔̩̰̍̿̅̅͝ͅr̸̴̵̴̵̭͚̥̘͛̅̃̀́ͅ: (Está igual que ella...)
La espalda presionada contra la madera áspera. Las manos desesperadas escarbando tierra inútil. El pecho agitado. El miedo en los ojos. Está igual que Stella... exactamente igual...
Kross: (...igual que Ste—)
Un golpe en la cara me hizo desviar la vista. Nada grave. Solo un poco de tierra que me impactó en la frente. Pero me dio. Me hizo girar.
Volví a mirarlo.
Estaba peor que antes. Aún más tembloroso. La expresión deformada por el terror. Sus pupilas se contraían, vibraban como si intentaran escapar del cráneo. Apenas respiraba. Cada exhalación era un gemido ahogado. Ni fuerza tenía para gritar.
No dije nada.
Solo me agaché y le tomé la pierna que aún le quedaba. Mi mano se cerró alrededor de ella. Mi pie presionó su torso con calma, como si sujetara una rama a punto de romperse. No hubo preparación. No hubo amenaza.
La pierna se separó del cuerpo con un sonido viscoso, una mezcla entre desgarro y fractura. Sangre brotó en todas direcciones, empapando el suelo, mi brazo, su pecho....
Gritó.
Esta vez sí. Un alarido ahogado, rasgado por el miedo y el dolor.
Y eso... solo era el comienzo.
Fui por uno de sus brazos. Esta vez trató de pelear.
Me arañó. Me golpeó con su garra aún funcional. Me apuñaló. Cada corte, cada empuje desesperado, cada sacudida era un acto inútil. Todo sanaba al instante. La piel se cerraba, los músculos se rearmaban bajo sus uñas, como si nada de eso pudiera tocarme.
Hasta que el primer brazo cedió. Lo arranqué con la misma facilidad. Un crujido sordo marcó el final del intento.
El otro… no fue tan ruidoso.
Quedó ahí. Sin piernas. Sin brazos. La sangre empapaba sus ropas, formando charcos bajo su cuerpo. No intentaba moverse. Ni hablar. Solo respiraba rápido, como si aún se aferrara a esa última línea que separa la vida del fin.
Kross: “Esto... es por ella.”
Mis nudillos se tensaron. El puño bajó como un martillo, hundiéndose en su estómago con un golpe seco. El impacto no solo lo hizo crujir por dentro… rompió el suelo bajo él.
Una fractura serpenteó el piso desde su espalda. La sangre brotó con violencia por todos los extremos de sus extremidades amputadas, salpicando el tronco del árbol detrás. La presión interna colapsó lo que quedaba de su sistema. Y entonces...
Toda la masa de órganos destrozados emergió por su boca, cayendo entre arcadas inconscientes hasta formar una masa sangrienta en su pecho.....
Por fin.....
Se había acabado...... todo.
Ya no quedaba nada en pie. Ningún enemigo. Ninguna amenaza. Solo el cuerpo inerte del que una vez dio órdenes como si pudiera controlar el mundo entero... ahora reducido a una carcasa sin alma, hundido en su propia sangre y vísceras....
Solo había un silencio asqueroso que recordaba todo lo que había pasado con anterioridad
Me giré.... Solo una vez.
Solo para alejarme...
Mis pasos comenzaron lentos. No había prisa. No había dirección clara… hasta que sí la hubo.... Hasta que camine en su dirección.
De pronto, mis pies se adelantaron más rápido. Mi cuerpo se impulsó sin pensar. Del paso al trote. Del trote a la carrera.
Corría.
Corría hacia ella.
Cada fibra en mi cuerpo aún palpitaba con rabia. Cada parte regenerada dolía de una forma que ni siquiera podía nombrar, pero nada me importó. Solo había una cosa que podía hacer. Solo una.
Y era llegar a ella. Y entonces la volví a ver.
Stella.
Estaba ahí, en el mismo lugar donde todo comenzó. Su cuerpo aún recostado contra el árbol...
Me detuve frente a ella. A pesar de estar empapado en sangre, cubierto de restos, de todo lo que había hecho... fui lo más cuidadoso que pude. Lo más suave que mis manos pudieron permitirse. La tomé en mis brazos.
Despacio.
Como si con un solo movimiento brusco pudiera romperse aún más.
Los dinos son... de sangre fría. Lo sé. Pero esta vez era... distinto. Sus labios aún estaban manchados con sangre. Seguían entreabiertos, como si en cualquier momento fueran a formar una palabra. Una que nunca llegó. Como si su garganta se hubiera quedado atascada con algo que jamás pudo decir.
Kross: (¿Por qué… por qué tenía que ser así...?)
Por primera vez en toda mi vida.... desde que me secuestraron.... sentí un dolor que no sabía cómo enfrentar. No era físico. No era una herida. No era veneno. No era fractura.
Era peor.
Cada vez que intentaba hablar, mi pecho se cerraba.
El aire entraba a la fuerza.
Mi garganta quemaba como si tuviera brasas.
Cada palabra se rompía antes de salir.
Y.... aun así, una logró escapar. Apenas. Como un eco que ni siquiera era mío.
Kross: “S-Stella…”
Mi voz no tenía fuerza. Ni tono. Ni intención. Era solo eso… un sonido empujado por el dolor que ya no cabía dentro.
Y me quebré.
Ahí. Con ella en mis brazos. Me rompí en pedazos. Mi cuerpo entero empezó a temblar sin control mientras las lágrimas caían como si hubieran estado esperando este momento desde siempre.
Kross: “Lo siento... lo siento... losiento... losiento... losiento...”
Una y otra vez. Como un canto desesperado. Como si repetirlo bastara. Como si sirviera de algo. Como si eso pudiera devolverle el color a sus escamas, que ahora palidecían con una lentitud aterradora.
Como si mis lágrimas pudieran calentarla. Pero no lo hacían. Solo resbalaban por su rostro, se colaban por su cuello, empapaban sus mejillas mientras su cuerpo seguía sin moverse.
Kross: “Lo siento... Stella... lo siento... lo siento...”
No hubo respuesta.
Solo el eco de mis palabras, cada vez más vacías, más rotas, más inútiles.
El final había llegado.
Y ella.... ya no... ya... no... es...estaba..................
.
.
.
.
.
.
.
.
Fin del extra.
Chapter 28: Odiar es Fácil, Entender es Difícil
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Kross. Lunes.
Red: (¡AAAGGHH—!)
Blue: (¡AAAHHH—!)
Volví a tener esa puta pesadilla. Otra vez. Cada vez que pienso en esa maldita plaza, vuelve. No importa cuánto intente ignorarlo, siempre termina arrastrándome de nuevo a esa mierda.
Blue: (Probablemente fue por lo que ocurrió con Cass y los demás. Aún no terminamos de procesarlo.)
Red: (Ojalá no se repita. No otra vez… pero, espera… ¿por qué carajo estamos en nuestro cuarto?)
Blue: (Después de todo lo que pasó allá afuera, lo más lógico es que nos hayamos desmayado. Nos deben haber traído de vuelta.)
No recuerdo nada de lo que pasó después de ese momento en que empecé a gritar. Todo se siente lejano, distorsionado, como si lo hubieran arrancado de mi cabeza a la fuerza. Si en verdad las cosas fueron como dijo Abe… entonces fue mucho más jodido de lo que imaginaba.
Busqué a tientas mi celular, encontrándolo sobre el mueble a mi lado. Tenía algunas grietas más en la pantalla, pero aún era funcional. La hora no era mala, seguíamos dentro de un margen decente para no preocuparnos... demasiado.
Red: (¿Qué crees que nos dirán Spears o la tía Fang...? Seguro fueron ellos quienes nos dejaron en la cama.)
Blue: (Eso es algo que tendremos que enfrentar ahora. A esta hora probablemente estén abajo.)
Red: (No nos queda nada más que bajar...)
Me acomodé rápido, asegurándome de estar más o menos presentable. Acomodé mi ropa, preparé mi mochila y bajé al primer piso.
Apenas llegué al final de la escalera, alcancé a ver la sala. Spears estaba en la cocina lavando algo y la tía Fang estaba sentada mientras tomaba un café.
Me vieron enseguida. No hubo palabras grandes, ni gestos raros. Solo... sonrisas. Sencillas... Reales. De esas que, aunque no digan nada, terminan diciendo todo.
Spears: “Ven, siéntate. Te sirvo algo de comer antes de que tengamos que irnos.”
No alcancé a dar más que un paso antes de que la tía Fang se levantara de su asiento, se acercara a mí y me atrapara en un abrazo rápido, revolviéndome el cabello con esa fuerza que siempre usaba cuando se despedía.
Tía Fang: “Tengo que irme ya. No te metas en líos, ¿ok?”
Asentí apenas, sin decir nada. La vi sonreírme una última vez mientras se giraba para despedirse también de Spears, y luego salir por la puerta principal, dejándola cerrarse suavemente tras ella.
Con eso hecho, finalmente me acerqué a la mesa y me senté. Spears, sin decir una sola palabra, me sirvió el desayuno: algo sencillo, pero caliente. Después, se acomodó frente a mí, abriendo un periódico, o algo similar, y se puso a leer sin ningún apuro.
Toda la situación se sentía... extraña. Había esperado preguntas. Miradas....
Algún comentario incómodo sobre la noche pasada, sobre Cass, sobre por qué había regresado dormido como un muerto.
Pero no.... Nada de eso pasó.
Solo el sonido del periódico moviéndose de vez en cuando, el roce de los cubiertos contra los platos, y ese ambiente tranquilo que parecía envolver todo sin esfuerzo.
Y, en vez de sentirme incómodo por la falta de preguntas, o de dudar de lo que estaba pasando... simplemente me sentí bien...
Cómodo
Después de terminar el desayuno, Spears y yo salimos en su auto rumbo a la escuela. Durante todo el camino no cruzamos una sola palabra. No era necesario. La calma que emanaba de su presencia bastaba para llenar el espacio. No era un silencio tenso ni incómodo. Era ese tipo de silencio que solo existe cuando las cosas están bien, incluso si no lo dices en voz alta.
La compañía que ofrecía no necesitaba adornos. Solo estar ahí era suficiente.
Cuando llegamos al estacionamiento de Volcano High, desabroché el cinturón y me moví para abrir la puerta, como cualquier día normal. Pero antes de que pudiera hacerlo, Spears habló.
Spears: "Kross."
Su tono era sereno, pero cargado de algo que me hizo detenerme. Me giré ligeramente hacia él, esperando.
Spears: "Sé que anoche volviste en una situación... complicada. Y también sé que ni Fang ni yo te preguntamos nada."
Me quedé en silencio. No porque no quisiera hablar, sino porque sabía que todavía no era mi turno.
Spears: "No lo hicimos porque confiamos en ti. No sentimos que necesitáramos interrogarte. Sabemos que tienes tus propias batallas, tus propios caminos que recorrer."
Se detuvo un momento, como si midiera sus palabras, asegurándose de decirlas bien.
Spears: "Después de que llegaste a nuestra casa y de meditarlo mientras estabas inconsciente, no te vimos como un problema, Kross. No como alguien roto o perdido. Te vimos cómo alguien... fuerte. Alguien que solo necesitaba un lugar donde pudieran dejar de pelear un rato."
Sentí un nudo formarse en mi garganta, pero no dije nada. Me limité a escuchar.
Spears: "Quiero que lo tengas claro. Pase lo que pase, no importa lo que hagas o cómo decidas hacerlo... siempre vas a tener un lugar donde volver. Siempre."
Dejó salir un suspiro, como si llevara guardándose esas palabras desde hacía mucho tiempo.
Spears: "No estamos aquí para juzgarte. No estamos aquí para esperar que seas perfecto. Estamos aquí para apoyarte. Para recordarte que, incluso si todo allá afuera se derrumba, aquí vas a tener un hogar."
Me apoyé un poco más contra el asiento, sintiendo el peso de cada palabra.
Spears: "Y si sirve de algo... te puedo decir que a veces, el camino correcto no se siente correcto. A veces duele más que lo que parece fácil. Pero eso no lo hace menos tuyo. Y lo importante no es no equivocarse. Es saber seguir adelante, a pesar de todo."
Sus palabras quedaron flotando en el aire por un instante. Sentí como si cada sílaba se clavara, lenta y firme, en algún rincón de mí que ni siquiera sabía que estaba vacío.
Spears: "Y si alguna vez te das cuenta de que cometiste un error, Kross... no tengas miedo de reconocerlo. No es debilidad. No es perder. Es tener el valor de enmendarlo y seguir adelante, más fuerte que antes."
Sus ojos se encontraron con los míos. No había juicio. No había presión. Solo certeza.
Spears: "Así que no cargues todo sobre tus hombros. No trates de ser algo que no eres. Solo sigue caminando. Caigas o no. Nosotros vamos a estar aquí para ti hijo..."
No pude decir nada. No había palabras suficientes para eso.
Spears: "Recuerda esto, Kross: no importa cuán lejos llegues, o cuántas veces tropieces, siempre vas a tener... siempre vas a tener una familia."
Me quedé sentado ahí, sintiendo como cada palabra se asentaba dentro de mí, como si finalmente algo encajara en su lugar.
Kross: "Gracias p-..., tío Spears.... En serio."
Spears no dijo nada más. Solo me respondió con una sonrisa tranquila antes de girarse para bajarse del auto, dejándome el espacio para hacer lo mismo.
Respiré hondo antes de abrir la puerta. El aire fresco me golpeó en la cara apenas puse un pie fuera. Ajusté la mochila en mi hombro y empecé a caminar hacia la entrada del instituto, dejando que mis pasos se mezclaran con el murmullo habitual de la mañana.
Todo parecía normal a simple vista. Las mismas paredes gastadas, los mismos pasillos llenos de estudiantes apurados. Pero a medida que avanzaba, empecé a notar cómo el ambiente cambiaba a mi alrededor.
Miradas que se desviaban rápido en mi dirección, pero no lo suficiente para pasar desapercibidas. Murmullos contenidos que se deslizaban entre los casilleros y las mochilas.
Estudiante 1: "Oye, ¿no es ese el humano? Al parecer volvió después de desaparecer un buen rato."
Estudiante 2: "¿Recuerdan la noticia de hace unas semanas? Seguro que tiene que ver con eso."
Estudiante 3: "Es curioso... recuerdan que algo parecido pasó cuando terminó el primer mes."
Cada palabra flotaba en el aire como si pesara el doble de lo normal. Cada mirada se sentía cada vez más fría, más inquisitiva. No importaba cuánto intentara ignorarlo, la incomodidad se enroscaba en mi espalda como una soga apretándose poco a poco.
Apreté el paso sin pensarlo, esquivando grupos de estudiantes, esquivando esas miradas que parecían querer atravesarme. No supe cuánto avancé. Solo sabía que necesitaba llegar a algún lugar donde ojos no pudieran alcanzarme.
Y entonces, sentí una mano tocarme el hombro.
¿?: "¿Kross...?"
El sobresalto fue inmediato. Giré la cabeza de golpe, casi esperando enfrentarme a otra mirada de juicio, pero lo que vi me desarmó de inmediato.
Stella.
Estaba ahí, mirándome con una mezcla de preocupación y alivio. No había reproche en su expresión. Solo esa forma tan suya de leerme incluso cuando yo intentaba esconderlo todo.
Stella: "¿Estás bien? Te ves muy tenso... y no me escuchaste cuando te llamaba antes. No me digas que no pasa nada. Ya sabes que te conozco."
Blue: (Tiene razón. Lo último que dijo... es totalmente cierto.)
Red: (Así es ella. Siempre pendiente, siempre sabiendo cuándo estamos mal. Ya no podemos mentirle...)
Solo tenerla ahí, tan cerca, mirándome de esa forma, hizo que toda esa presión invisible empezara a soltarse un poco. Como si el simple hecho de verla bastara para recordarme que no todo estaba mal.
Kross[B]: "Estoy mejor ahora. Aunque...”
Kross[R]: “...Hubiera deseado que no me miraran de esa forma."
La tensión que me apretaba el pecho se aflojó apenas un poco más.
Vi a Stella quedarse en silencio por un momento. Sus ojos bajaron ligeramente, como si estuviera pensando en algo. Y entonces, simplemente sonrió.
Stella: "No te preocupes tanto. Siempre que pasan cosas, la gente las olvida rápido y sigue con lo suyo."
No era una mentira, pero tampoco una verdad completa. Aun así, escucharla decirlo de esa manera lograba hacer que todo pesara un poco menos.
La vi moverse, rodeándome hasta quedar a mi lado izquierdo. Con una naturalidad que le era propia, tomó mi brazo con ambas manos, aferrándose de una forma que parecía ligera, pero que tenía un peso real detrás.
Stella: "Deberíamos ir a la primera clase. Todavía quedan unos minutos antes de que empiece."
Asentí, sin decir nada. Dejé que me guiara, dejando que su paso marcara el mío mientras caminábamos juntos por el pasillo en dirección a las salas.
Pero había algo raro.
Red: (¿Lo estás sintiendo?)
Blue: (Sí. El agarre de Stella... es diferente. Como si tuviera miedo de algo.)
Red: (No me sorprendería. Después de todo..., capaz solo está buscando comprobar que de verdad estamos enteros.)
No era algo que dijera en voz alta, pero era evidente.
A pesar de la sonrisa que llevaba en su rostro, había pequeños gestos que la traicionaban. Cada tanto, su mirada bajaba hacia mi brazo, como asegurándose de que seguía allí. A veces, sus manos apretaban un poco más fuerte, como buscando confirmar que era real, que no iba a desvanecerse si dejaba de mirarlo.
Y aunque no dijera nada, aunque actuara como si todo estuviera bien, podía sentirlo. Ella también seguía lidiando con lo que había pasado. Y aun así seguía caminando a mi lado
Cuando llegamos al salón, nos dirigimos directo a nuestros asientos. Desde hace bastante tiempo habíamos empezado a sentarnos juntos, como si fuera algo natural. Sin pensarlo demasiado.
Al sentarnos, Stella soltó mi brazo, pero no se alejó del todo. En su lugar, enroscó su cola alrededor de él, como si no quisiera dejarme ir todavía. Esa misma mirada preocupada seguía en su rostro, aunque tratara de esconderla.
Kross[R]: "Oye... Stella."
Ella levantó la mirada enseguida, con una chispa de alegría que parecía querer contradecir la tensión en su rostro.
Stella: "¿Sucede algo?"
Kross[B]: "Tenemos que hablar... sobre lo que estás haciendo con tu cola."
Vi cómo su cuerpo se tensaba ligeramente, desviando la mirada hacia un lado, incómoda.
Stella: "Lo siento... si te molesta que haga eso."
Sus palabras fueron casi un susurro, llenas de una culpa que no debería estar ahí. Vi cómo empezaba a desenrollar su cola de mi brazo, con movimientos torpes, como si le costara soltarse.
Antes de que pudiera hacerlo, la detuve con cuidado. Mi mano apenas rozó la suya, un contacto leve, pero que bastó para hacerla sobresaltarse un poco. No la aparté. Solo mantuve el gesto, queriendo que entendiera que no necesitaba retroceder.
Kross[R]: "Perdón... no era eso. No me refería a que me molestara o.… algo así. Yo... creo saber lo que estás pensando."
Mi mirada se encontró con la suya. Por un momento, vi cómo, muy despacio, movía su asiento más cerca del mío, como si temiera romper ese pequeño espacio seguro que habíamos creado. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, se apoyó en mí, dejándose llevar con esa suavidad que siempre la caracterizaba.
Stella: "Yo solo quiero... asegurarme de que en verdad no te perdí. Aunque te vi despertar, aunque fui a verte todas las veces que pude en el hospital... después de ese abrazo... solo quería saber si de verdad estás aquí. Conmigo."
Me dejé caer un poco hacia ella también, sintiendo cómo su cuerpo se relajaba poco a poco, como si con eso ambos pudiéramos sostenernos mejor. Por un momento, el ruido del salón desapareció. Todo lo que existía era esa conexión frágil entre nosotros.
Kross: "Yo... entiendo... un poco lo que sientes."
Me costaba encontrar las palabras correctas, pero esta vez no podía callarme. No cuando sabía lo que esto significaba para ella.
Kross: "Y si esto te hace sentir mejor... no me importa. No me importa absolutamente nada."
Nos quedamos así, apoyados uno contra el otro, compartiendo ese momento silencioso que decía más que cualquier palabra. Cada minuto se estiraba, se volvía pesado y ligero al mismo tiempo, como si el mundo se hubiera olvidado de nosotros por un instante.
Cuando finalmente el profesor entró al aula y tuvimos que separarnos, noté que Stella aún mantenía su cola enredada en mi brazo, como si, a su manera, siguiera diciéndome que no iba a soltarme.
Escuchaba algún que otro murmullo de los estudiantes a nuestro alrededor, pero ahora, con ella tan cerca, todo eso era de momento... aguantable.
...
...
...
Miércoles.
A mitad del día, me encontraba en uno de los pasillos menos transitados del instituto. El bullicio era un eco lejano, dejando que el silencio fuera un respiro entre tanto ruido. Había sido un par de días... interesantes.
Los rumores no solo no se habían apagado, sino que habían escalado a niveles ridículos. Ahora algunos decían que era parte de un grupo terrorista, otros que estaba metido en alguna mafia italiana. Aunque lo más molesto no eran las historias absurdas... eran las miradas. Seguían ahí. Persistentes. Molestas.
Si no fuera por Stella, probablemente ya habría perdido la paciencia. De alguna forma, su sola presencia conseguía calmarme. Si estábamos en clases juntos o si coincidíamos en los recesos, siempre encontraba la manera de estar cerca. Sin necesidad de decir nada, solo... estando ahí.
Rosa también había hecho su parte, a su manera. Tener a alguien como ella, capaz de mantenerme distraído con comentarios sin sentido sobre el jardín o cualquier otra cosa que se le cruzara por la cabeza, ayudaba más de lo que podía admitir.
Sobre todo, porque cuando el peso de las miradas se hacía demasiado, siempre quedaba la opción de escaparnos a los jardines, donde no había tanta gente encima.
Claro que Rosa también había tenido sus momentos.
No tardó mucho en notar que Stella y yo estábamos más cerca de lo normal... o mucho más que antes. Y después de un par de codazos, bromas pesadas y miradas insistentes, terminé contándole la verdad. Sobre lo que sentía por Stella.
Al principio se río. Me felicitó a su manera exagerada, preguntándose cómo podía haber tardado tanto en darme cuenta, cómo podía ser tan denso y otras cosas por el estilo.
Sin embargo, todo cambió cuando le confesé que aún no había dicho nada. Que aún no había encontrado el momento.
No me salvé de varios chanclazos bien dirigidos, acompañados de un repertorio de insultos que solo Rosa podía mezclar tan bien entre regaños y preocupación genuina. Entre golpe y golpe me dejó claro lo imbécil que podía ser para estas cosas.
Después de un buen rato de recibir golpes verbales y físicos, logré explicarle que sí quería hacerlo, que sí quería decírselo a Stella... pero que simplemente no sabía cómo.
Eso bastó para que Rosa se calmara un poco. Se cruzó de brazos y, después de bufar un par de veces más, me dijo que lo importante era encontrar el momento que yo sintiera correcto. Que ella entendía que no era fácil, además... ella sabía lo que me había pasado ese día.
No tuve que preguntarle más acerca de eso, sabia a lo que se refería... La mención indirecta bastó para que Fang cruzara mi mente.
Desde que había vuelto a clases, había tenido uno que otro cruce con ella en los pasillos. Un gesto de cabeza. Un saludo breve. No incómodo, pero tampoco natural. Como si ambos supiéramos que estábamos bien... pero que todavía nos faltaba reconstruir ese pequeño puente que se había roto.
No la había buscado en el auditorio durante los descansos. No porque no quisiera... sino porque, tal vez, ambos necesitábamos un poco más de tiempo para dejar que las cosas se acomodaran solas.
Aunque, ahora que lo pensaba, hoy tenía clase de música.
Quizá podría verla ahí....
Pero, fuera de eso, había algo que no podía ignorar, algo que seguía revoloteando en mi cabeza desde que volví a clases.
Naomi.
No era solo que me evitara. Eso ya era costumbre desde la amenaza... Pero ahora... era diferente. Podía decir con exactitud que me estaba esquivando de manera deliberada, casi desesperada. Cada vez que aparecía en un pasillo, ella encontraba una excusa para desviar su camino, para girar rápidamente o esconderse detrás de cualquier grupo de estudiantes.
Y no era solo eso.
Había un nerviosismo nuevo en ella, como si su propia sombra la persiguiera. Como si estuviera a punto de cometer un error solo por estar en el mismo edificio que yo.
Red: (Esto es raro. Esa zorra siempre fue una molestia... pero ahora en verdad que es raro.)
Blue: (No es normal. Aunque debo admitir que tampoco tengo ningún interés en hablarle al melocotón, estoy de acuerdo que es raro)
Una vez me paso mientras estaba en los pasillos con Stella y no pude evitar preguntarle sobre Naomi. No porque quisiera saber de la sacarina con patas, sino porque el cambio era demasiado hasta para mí.
Ella me había contado que Naomi no estuvo presente durante la primera semana que estuve en el hospital y que le sirvió para no discutir con ella. Aunque, de hecho, apenas volvió y se la notaba distinta, más tensa, como si cualquier ruido la hiciera saltar. Siempre atenta. Siempre mirando por encima del hombro.
Red: (Era muy extraño. Y aunque me da curiosidad, tampoco me interesa hablar con ella. Que se pudra si quiere.)
Blue: (Tampoco tengo deseos de iniciar una conversación. Pero si no resolvemos esto, podría complicarse más adelante. Y no necesitamos más distracciones. Con lo que hacemos con Cass es suficiente...)
Con un suspiro, dejé esos pensamientos de lado por ahora. Ajusté la mochila en mi hombro y empecé a caminar hacia mi siguiente clase, dejando que el murmullo del instituto me envolviera de nuevo.
Pero no llegué muy lejos.
Sentí un movimiento rápido a mis espaldas, un cambio en el aire, un presentimiento que se coló en mi piel como electricidad.
Red: (Algo se viene.)
Giré de golpe, justo a tiempo para ver una figura lanzándose directamente hacia mí. Mis reflejos actuaron solos. Sujeté el cuerpo que se lanzaba, girándolo rápidamente dos veces sobre mi cabeza antes de bajarlo con cuidado de nuevo al suelo, procurando no hacerle daño.
Fue recién cuando la dejé en el piso que me di cuenta de quién era.
Schizo.
Perfecto.
Schizo: "¡Suéltame, sucio infiltrado!"
No tuve tiempo de reaccionar antes de que empezara a lanzarme manotazos con esos títeres suyos, uno en cada mano y otro colgando desde su cola como si fueran armas vivientes.
Cada movimiento era errático, impredecible, pero lleno de intención. Me dediqué a desviar cada golpe con cuidado, intentando que no se hiciera daño a sí misma en el proceso.
Pelear con una fanática paranoica armada con títeres no estaba en mi lista de cosas del día. Desde mi derecha, noté que se acercaban dos figuras rápido. Judee y Heather.
Judee y Heather: "¡Schizo!"
Como si una orden se hubiera activado en su mente, Schizo dejó de agitar los brazos de golpe. Los títeres cayeron con un leve bamboleo y su cuerpo se quedó tenso, inmóvil.
Heather fue la primera en acercarse, el ceño fruncido, pero sin perder su calidez.
Heather: "Esto no era lo que habíamos conversado, Schizo. Dijiste que ibas a hablar con él..."
Schizo: "¡¡Porque ustedes no quieren ver la verdad!! Ya lo dije antes. El gobierno lleva años implantando sujetos como él en escuelas. Mezclas genéticas, control mental... ¡Y más si tenemos en cuenta todas las ridiculeces que hizo ese día! Está claro que es parte de un plan para controlar a la juventud."
Red: (¿Lo dice en serio? Esta tipa necesita un sombrero de aluminio urgente.)
Blue: (Su paranoia la hace peligrosa... para ella misma.)
Judee dio un paso al frente. Su voz fue clara, sin titubeos. Era firme, muy distinta al tono usual que usaba.
Judee: "Me juraste que no ibas a hacer esto. Que no ibas a romper esta promesa. Me lo dijiste a mí, Wendy."
Poco a poco, noté cómo la mirada de Schizo se deslizaba hacia el suelo. Como si no pudiera sostenerle los ojos a Judee. Como si cada palabra la empujara un poco más hacia ese peso inevitable de la culpa.
Finalmente, con un suspiro largo y pesado, giró hacia mí.
Schizo: "Lo... siento."
Me quedé quieto. Esa no era la reacción que esperaba. Cualquier cosa menos una disculpa directa.
Kross[R]: "¿Puedes... repetirme eso?"
Schizo levantó la voz, más clara ahora, como si se obligara a enfrentar lo que venía.
Schizo: "Lo siento... por lo del video. Fui yo quien se lo dio a Naomi. Pero... cuando prometió darle más ingresos al club, fue una oferta demasiado tentadora como para dejarla pasar."
Antes de que pudiera procesar completamente lo que acababa de decir, Schizo volvió a hablar, esta vez con un tono más apagado.
Schizo: "Y.... creo que por mi culpa empezaron todos esos rumores sobre ti."
Kross[R]: "¿Qué mierda quisiste decir con eso ahora?"
El cambio en mi tono fue inmediato, seco y cargado de tensión, lo bastante para que Schizo se quedara congelada en el sitio, como si el aire se hubiera vuelto de repente demasiado denso para moverse.
Judee: "F-fue un a-accidente..."
Gire mi cabeza para ver a la Troodon. Su voz tembló apenas, pero logró sostenerse.
Judee: "Estábamos c-conversando... s-sobre por qué no v-viniste durante esos días... Y.... t-tal vez alguien nos escuchó. N-no fue a p-propósito... j-justo empezaron a e-especular cosas."
Red: (Entonces, gracias a esta maldita loca tenemos una fila de ojos clavados en la espalda desde que llegamos. Genial.)
Blue: (La forma en que lo dijo... y con lo que agregó Judee, parece haber sido un accidente genuino.)
Red: (Pero igual... todo esto podría haberse evitado...)
Mis pensamientos se interrumpieron al sentir un toque suave sobre el brazo. Me giré y vi a Heather.
Heather: "En serio lamentamos todo esto. No pensamos que iba a escalar de esta forma."
Asentí levemente mientras ella se daba la vuelta. Al seguir su mirada, noté a Schizo, que ya no estaba en el mismo lugar. Se había movido detrás de Judee, medio oculta, como si buscara refugio.
Verla así, encogiéndose entre sus marionetas y la figura de su amiga albina..., me hizo darme cuenta de que mi reacción la había afectado más de lo que esperaba... y, a fin de cuentas..., se había disculpado honestamente...
Solté un suspiro y me acerqué a ambas. Apenas me vieron, Schizo dio un paso hacia atrás, refugiándose más en la presencia de Judee.
Kross[R]: "Reaccioné mal. Lo sé. Es solo que... toda esta mierda de los rumores ya me está colmando la paciencia. Pero más que eso... es la forma en la que me ven..."
Vi cómo Schizo se acomodaba al lado de Judee, y esta le tomaba el hombro con cuidado, como dándole un impulso silencioso para mantenerse firme.
Kross[B]: "Si eso que dijiste fue honesto... entonces no pasa nada. Pero por favor, piensa bien las cosas la próxima vez. Tu decisión me metió en un problema serio con Naomi. No quiero verla... y no se cuando voy a poder resolverlo..."
Me enderecé un poco, soltando el aire que me quedaba.
Kross[R]: "Si eso era todo, tengo que ir a la siguiente clase... nos vemos."
Sin agregar más, levanté una mano en señal de despedida y comencé a caminar, dejando el grupo atrás. Antes de doblar por el pasillo, eché una mirada rápida hacia atrás.
Las tres estaban juntas. Las sonrisas en sus rostros hablaban por sí solas. Schizo llevaba una expresión entre la calma y el nerviosismo. Judee y Heather, en cambio, tenían ese tipo de sonrisa que uno solo tiene cuando siente que las cosas salieron mejor de lo esperado.
Red: (Dime que hicimos lo correcto con esa disculpa leve.)
Blue: (No era necesario más. Fue honesta. No tenía intención de hacernos daño.)
Red: (Espero que eso pase también con el melocotón... o algo así.)
Blue: (Yo también lo espero.)
...
El resto del día había pasado sin mucho que decir. Las clases, como de costumbre, eran aburridas. Aunque se me había acumulado algo de trabajo por los días fuera, ya tenía todo listo desde la noche anterior. Nada complicado. Nada interesante. Y ahora... tenía hora libre. Lo mismo que decir: música.
El aula de música estaba tranquila. Algunos estudiantes conversaban en voz baja, otros simplemente sostenían instrumentos en las manos como si no supieran muy bien qué hacer con ellos. En un lateral del aula, la vi. Fang estaba sentada con una guitarra apoyada a un lado, escribiendo algo en una libreta. No parecía notar lo que ocurría a su alrededor. Así que, sin pensarlo mucho, empecé a caminar hacia ella.
Kross[R]: "Que tal... emplumade."
Al decir eso, noté de inmediato cómo su cuerpo se tensó. Cerró la libreta rápidamente, casi con un reflejo de defensa, y volteó a verme. Su voz, cuando salió, sonaba igual que la mía: contenida, como si supiera que decir algo equivocado podría revivir todo lo que había pasado aquel día.
Fang: "Hey Kross... ¿Cómo va todo?"
Kross[B]: "Lo normal... aunque los rumores que andan por ahí son molestos."
Me senté junto a ella con naturalidad, como si eso no debiera sentirse raro.
Fang: "Eso puede ser irritante, pero ya pasará... Siempre sucede eso."
Por un momento, ninguno de los dos dijo nada más. El silencio se asentó entre nosotros, denso, espeso. No era el tipo de silencio cómodo que solíamos compartir antes. Este era distinto.
Como si estuviéramos atrapados en una conversación que nunca terminó, flotando a medias entre todo lo que había sucedido.
Red: (Porque carajo tenemos que tener este silencio... a la mierda.)
Kross[R]: "¿Sabes qué? Esta situación es una puta porquería."
Fang se sobresaltó levemente al escucharlo. Su mirada se enfocó en mí, como si no hubiera esperado que dijera algo tan directo. Y sin embargo... no parecía molesta. Solo sorprendida.
Kross[R]: "Es que en serio... me molesta. 'Esto', entre los dos... Se suponía que habíamos quedado... bien. O eso pensé. Ahora ni siquiera sé. Extraño esas conversaciones estúpidas, las bromas pesadas, los sobrenombres ridículos que me ponías... carajo."
Me llevé una mano al cabello, rascándome sin pensar, como si con eso pudiera soltar la tensión que venía acumulando. Sabía que las cosas no podían volver a ser exactamente iguales. Lo que habíamos dicho ese día... no desaparecía así de fácil. Pero tampoco quería quedarme con este muro entre nosotros.
Red: (Bueno. Ya lo soltamos. Ahora viene lo jodido.)
Blue: (Era necesario. Si queremos que las cosas sanen, alguien tenía que romper el silenc—.)
Red: (Calla... esto es complicado...)
Pasaron unos segundos sin respuesta. Unos que se sintieron más largos de lo que deberían. No sabía si había hecho bien en decirlo... hasta que escuché una risa baja. Casi como un suspiro disfrazado.
La miré.
Fang tenía una expresión que no le había visto en días. Una sonrisa maliciosa, ladeada, como las que solía usar justo antes de soltar alguna estupidez o provocarme por puro gusto.
Fang: "En verdad eres un mutante bien imbécil, Kross."
Había algo distinto en su tono. No era rechazo. No era enojo. Era... familiaridad. Como si esas palabras fueran su manera de decir que también lo había extrañado.
Fang: "A mí también me incomodaba esta estupidez... todo este silencio ridículo. Pero también es cierto que para mí fue un golpe duro. Lo que pasó. Aunque... me sirvió para sacarlo totalmente de mi sistema. Y gracias a eso, pude empezar a ver las cosas de otro modo."
Kross[R]: "¿A qué te refieres con eso último?"
La vi estirarse un poco en su asiento, sacudiendo las alas con un movimiento lento, como si soltara algo que había tenido acumulado en los hombros. Su cuerpo se relajó apenas, pero su tono mantuvo esa chispa que siempre la caracterizaba, incluso cuando hablaba en serio.
Fang: "Cierto 'fenomenoide' tenía razón... sobre tener personas que te apoyan. Así que decidí empezar con algunas cosas pequeñas... para encontrarme a mí misma."
Se acomodó en el asiento, cruzando una pierna sobre la otra mientras giraba un poco hacia mí. Ahora parecía dispuesta a hablar con algo más de calma, de franqueza.
Fang: "He estado pensando en varias decisiones que he tomado. Y.... en cómo algunas ni siquiera me han gustado en lo más mínimo los resultados."
Kross[R]: "¿Qué tipo de cosas?"
No quería parecer invasivo, pero la pregunta salió igual, con ese tono algo torpe que usaba cuando no sabía cómo meterse en asuntos personales.
Fang deslizó la mirada hacia el techo del aula, como si buscara algo entre las lámparas y los paneles, o tal vez solo necesitaba ver algo que no fuera a mí para poder hablar.
Fang: "Estuve pensando si de verdad valía la pena todo el tema del no binarismo... Y sí, aún recuerdo lo que me dijiste ese día..., es verdad que buscaba atención con eso. Que quería ser reconocida por algo y Trish vino con esa idea. No voy a mentirte. Me gusta el look que tengo, pero... lo demás que trajo... no mucho. Así que estoy empezando de nuevo."
Kross[B]: "Por eso ahora, cuando hablas de ti ahora mismo..., lo haces con 'ella'."
Fang: "Ajá. Pero igual, puedes usar el que se te antoje. No me voy a ofender ni nada. Solo... no te compliques."
Se encogió un poco de hombros y luego bajó la mirada por un instante, más seria.
Fang: "Otra cosa que quiero es hablar con mi hermanito... con Naser. Pero no he podido."
La expresión de Fang cambió al mencionar a su hermano. No era difícil notar la tensión en sus palabras, ni en su cuerpo. Recordaba todo lo que me había contado sobre su relación con él, lo paso entre estos dos. No me extrañaba que le costara hablar del tema... pero la forma en la que lo dijo...
Kross[B]: "¿Por qué no has podido hablar con él? Si estamos hablando de Naser... no deberías de tener ningún problema para tener una conversación, ¿no?"
Fang dio un suspiro fuerte antes de empezar a hablar. Era de esos que no solo liberan aire, sino también una parte del peso que uno lleva dentro.
Fang: "He intentado hablar con Naser... pero ha estado demasiado extraño desde ese día en que salimos a buscar el lugar para el concierto. Siempre encuentra alguna excusa para escaparse. Y no sé, se le ve... más estresado. Mucho más de lo normal."
Kross[B]: "¿Ni siquiera en tu casa has podido hablar con él?"
Fang negó con la cabeza, bajando un poco la mirada.
Fang: "No. Ni siquiera les hace mucho caso a mis papás. Parece tener siempre algo en la cabeza. Se encierra en su habitación y solo sale para cenar. Y cuando lo hace... no dice nada durante toda la comida. No quiero presionarlo, sé que no debo obligarlo, pero... igual me extraña. Es raro ver a Naser así... supongo que así es como se sentía él..."
Me acomodé en el asiento, intentando pensar en algo útil. Cualquier cosa que pudiera ayudar.
Red: (Bueno, ¿alguna idea, cerebro? ¿Se te ha ocurrido algún plan con todo esto de los hermanos Ptero?)
Blue: (Nada. Apenas hemos interactuado con él, pero si lo que dice Fang es cierto... lo más probable es que... ha estado distante desde lo del melocotón... o más bien desde lo que paso entre Stella y Naomi.)
Red: (¿Tú crees que ella le contó algo?)
Blue: (Es una posibilidad bastante alta. Tal vez para calmarse... Es molesto, pero no podemos decirle eso a Fang... Solamente nos queda esperar a que ellos puedan arreglar esto por su cuenta... es mejor no meterse.)
Me llevé una mano a la cabeza, rascándome como si pudiera sacar alguna idea concreta de entre el desorden mental que cargaba encima.
Kross[R]: "No te compliques mucho, Fang. Capaz cuando Naser termine con lo que sea que le esté comiendo la cabeza, será a ti a la primera que le hable."
Ella asintió, pero su expresión seguía cargada. Se notaba que el tema le afectaba más de lo que quería admitir. Por eso mismo, decidí tratar de cambiar de tema.
Kross[R]: "Oye... y hablando del concierto, ¿al final hiciste algo o no? Ya sabes, con toda la porquería que pasó y no sabía nada por varios días."
Señalé mi brazo regenerado. El mismo que había perdido aquel día. El gesto, junto con la pregunta, parecieron devolverle algo de energía de una u otra forma.
Fang negó suavemente con la cabeza, soltando una pequeña risa incrédula.
Fang: "Aún no puedo creer que en verdad lo tengas de vuelta, parecía imposible. Pero... hablando del concierto, decidí posponerlo junto con la banda con un par de excusas... No tenía gracia si uno de mis mejores amigos no podía ir a verme. Hablé con el tío Moe y me dijo que mientras le avisara con tiempo, no habría problema."
Kross[R]: "Te lo agradezco... De verdad. Entonces, ¿Cuándo será? Para ir a ayudarte a preparar todo, sabes que puedo cargar con casi cualquier peso."
Fang: "En una o dos semanas tal vez... Aún estoy puliendo un par de canciones nuevas que se me ocurrieron. Solo para tener más repertorio y no usar solo las que escribe Reed."
Una sonrisa pequeña se dibujó en su rostro. Y por un momento, todo se sintió... normal.
La clase de música continuó de forma tranquila. Fang y yo hablamos de cualquier cosa mientras ella se distraía con la guitarra, y entre comentarios sueltos, terminé ayudándola un poco con temas de "inspiración musical". Lo curioso fue que, entre todas esas cosas, hubo una que no me esperaba para nada.
En un momento, Fang se detuvo, bajó un poco la guitarra y me miró directo.
Fang: "¿Ya le dijiste a Stella lo que sientes?"
Me sorprendió que fuera ella quien lo preguntara. No me lo habría esperado, y menos en ese momento. Pero respondí lo mismo que le había dicho a Rosa.
Kross[B]: "Aún no le he dicho nada."
En respuesta, recibí un aletazo directo a la cara y un codazo firme de su parte.
Fang soltó un suspiro largo, como si se resignara a algo inevitable.
Fang: "Es impresionante que haya llegado a sentir algo por un idiota como tú."
Y claro, después de eso, no perdió ni un segundo en aprovechar cada momento que teníamos para burlarse de mí. La mayor parte del resto de la clase se dedicó a lanzar comentarios con doble sentido o inventar canciones ridículas sobre mi incapacidad para decir unas simples palabras.
...
...
...
Jueves
Me dirigía hacia casa después de todo lo que pasó hoy. Por lo menos ya no tenía que preocuparme por los exámenes atrasados. Aunque por haberlos rendido en una fecha posterior, tenían un rango de exigencia más alto, no llegaron a ser ningún problema. Lo más probable es que termine con la máxima calificación en todos como siempre.
Pero eso no fue lo más agotador del día. Las sesiones que tenía con los de CHNO ya estaban empezando a exigir un tipo de cansancio distinto... uno mental. Y aunque no me gustaba la idea de Abe de repetir lo mismo de antes para tratar de controlar el estado cuando estaba ‘despierto’.
Tenía que admitir que estaba viendo mejoras, como el simple hecho de no complicarme hablar, los comentarios independiente de quien estuviera al mando salían solos.... Aunque también era, sin duda, molesto todo esto...
Cuando me explicaban todas las cosas que tendría que hacer después de la escuela, Cass se tomó la molestia de explicarme todo con mayor detalle. Como no recordaba bien lo que había pasado, me hizo un resumen claro y directo... incluso me mostró una grabación sobre lo que paso ese día. Verme en ese estado fue... complicado y a la vez impresionante...
Abe, como era de esperarse, habló de más. Empezó a decir cosas debido a mi amnesia de ese día... cosas como que él había sufrido más, que le habían pasado mil y un cosas, que su vida era una tragedia constante, y como si no bastara, puso una musiquita de fondo que no ayudaba en absoluto. Era muy...MUY desesperante.
Terminé gritándole que se callara dándole un golpe bien dirigido al estómago que lo dejó sin aire, probablemente con un par de huesos rotos y lo hizo volar un par de metros. Cass no se quejó. Solo se disculpó por el hecho de que Abe seguía siendo... Abe.
Al menos eso ya era un avance si lo comparaba con cómo empezamos.... Aunque me sigue sorprendiendo el hecho de que ahora pudieran contenerme mejor. No era perfecto, claro, pero la diferencia era clara.
Esta vez, en ese estado, fui mucho más cooperativo... aunque el problema de fondo seguía: no podía mantener el control real. Seguir siendo consciente todo el tiempo seguía fuera de mi alcance.
Todo comenzó el martes cuando me contactaron. Lo primero fue comprobar el "acceso" a esa cosa. Al final, todo se redujo a dos caminos. El primero, era un daño severo al área mental. La opción más simple era un disparo directo a la cabeza...
En otras palabras, apagarnos al mismo tiempo. Ambas mentalidades fuera. Un apagón total que dejaba al ‘original’ (B: Oh eso teorizo Cass), al que sea que quede cuando ninguno de los dos está, al mando.
Red: (Es una mierda... sentir cómo te desvaneces y después apareces sin saber bien cuánto tiempo pasó.)
Blue: (Estoy de acuerdo contigo, es realmente molesto ese simple hecho.)
El segundo camino era más una suposición. Algo parecido a cuando ambas mentalidades se juntaban. Todavía me costaba mantenerlo, era demasiado inestable, así que, para las prácticas, optamos por lo más directo.
Después de una de las sesiones les termine preguntando porque hubo tanta diferencia, Cass me dijo que lo único que complicaba las cosas era no saber nada de mí.
Pero después de ese evento... pudo preparar mejor las cosas (R: Y en tiempo récord). Estrategias de contención, posibles escenarios, todo. Y aunque sonaba frío, también lo usaban para practicar.
Decía que hacía bastante tiempo que no tenían a alguien tan peligroso desde un tipo que estuvo por Skinrow, un hibrido dando problemas con un grupo. No me interesaba nada para preguntar por más detalles.
La diferencia entre el video del primer día y el de ahora era brutal. Ni comparación. Neo no se unió a esto; la dejaron mirando solamente. Era un tres contra uno, y aun así... no podía creerlo.
Surge siempre tomaba algo antes de cada pelea. Y cada vez que lo hacía, se volvía más rápido. Cada movimiento, cada golpe, simplemente se volvía impredecible. Como si sus reflejos se volvieran elásticos. Fluía como si no tuviera huesos.
Abe, por su parte, no dijo una sola palabra en todo el tiempo. Ya no había bromas ni chistes. Sus nunchakus se movían con una precisión molesta, como si finalmente se tomara en serio algo. Cada golpe tenía intención, y eso hacía la diferencia.
Y Cass... Cass parecía dirigirlos con gestos mínimos. Un movimiento de mano, una inclinación de cabeza, y todo cambiaba. Había algo en la forma en que se movía. Coordinada. Precisa. Sabía qué esperar de mí, sabía cómo cortarlo. Cada intento mío de cambiar el ritmo era respondido antes de que pudiera completarlo. Y lo hacía con esa maldita gracia que no combinaba en nada con su actitud de siempre.
Cada vez que Cass lo consideraba suficiente, sacaba una botella parando todo el caos que se formaba, terminábamos con eso para pasar a otras cosas... más técnicas.
Intentos de salir y entrar de forma ‘manual’, revisiones, y detalles de lo que me hicieron en el recinto. Tener que repetirlo todo era incómodo, pero al menos ver a Abe llevarse un coletazo de Neo cada vez que intentaba decir alguna estupidez ayudaba a que no fuera insoportable.
Llevo pocos días haciendo esto, y aunque sea un desgaste mental constante, no me... arrepiento de dejar esto en sus manos. Ya demostraron que pueden tomarse en serio todo este problema a diferencia del inicio de todo... si es que quiero protegerla adecuadamente si algo pasa, este cansancio no es nada...
...
...
...
Viernes
Caminaba por los pasillos de la escuela rumbo a la cafetería. Stella a mi lado, hablándome con esa energía suya que a veces me parecía tan ajena a todo lo que arrastro.
Aun así, se sentía bien. Todavía corrían los rumores, seguían las miradas, los susurros de pasillo, los cambios de tono cuando alguien creía que no lo escuchaba. Era rutina a estas alturas...
Blue: (Solo... olvídate de ellas.)
Red: (Muy fácil decirlo...)
A veces, Stella caminaba un poco más cerca. Como si el simple hecho de su presencia bastara para empujar esas miradas a un segundo plano. Y sí, lo lograba.
Ahora me estaba hablando de una serie que había estado esperando. De cómo las expectativas estaban por el cielo, pero al final resultó ser una colección de imágenes con voces encima y movimientos que parecían hechos en PowerPoint.
Decía que hasta ella podía animar mejor con su celular. Era tan ridículo que hasta a mí me sacó una leve sonrisa. Justo eso, mantenerme distraído. Como si su voz pudiera opacar el ruido del resto.
Ya estábamos cerca de la cafetería cuando de repente alguien se nos cruzó en el camino. Naser.
Naser: "Hey, Stella... Kross..."
Al decir mi nombre, su tono se notó distinto. No era miedo, pero sí una especie de incomodidad envuelta en cortesía. Algo más nervioso de lo habitual.
Stella, fiel a su estilo, le respondió con la misma energía de siempre que parecía no apagarse nunca.
Stella: "¡Oh! ¡Hola, Naser!"
Yo solo alcé una mano como saludo. No tenía ganas de hablar más de lo necesario.
Naser: "Eh... disculpa, Stella, pero necesito pedirle un favor a Kross. Es del consejo estudiantil. Tenemos que mover un par de cosas que nos pidieron y.... bueno, pensé que él sería la mejor opción para eso."
Se notaba que intentaba sonar convincente, como si se hubiera ensayado la excusa en el camino.
Stella frunció un poco el ceño, claramente confundida por la petición de Naser. No sabía si responderle o esperar que yo lo hiciera.
Así que tomé la palabra mientras me encorvaba un poco para que Stella me notara.
Kross[R]: "Ve adelantándote con Rosa. Dudo que sea algo complicado para mí. No tardare mucho."
Volví a estar erguido mientras que Stella se quedó pensando por un segundo, luego me sonrió con esa mezcla de calidez y leve preocupación que le salía tan natural.
Stella: "Bueno... pero no tardes, ¿sí? Me quedé a medias con lo que te estaba contando."
Naser levantó la voz un poco, como si necesitara reafirmar que agradecía la salida que le dimos.
Naser: "¡Gracias, Stella! No vamos... a tardar, lo prometo."
Con eso, ella siguió su camino hacia la cafetería. La vi alejarse unos pasos antes de girarme para seguir a Naser. Él lideraba el camino con un paso algo más apresurado de lo normal. Ahora que estábamos solos, el ambiente entre los dos se sentía distinto. Más denso por decir algo.
No hacía falta ser un genio para notar que algo le revoloteaba en la cabeza. Lo decían sus gestos, el modo en que sus manos no paraban quietas... y cómo su única ala sana se movía cada tanto, como si intentara disipar su propia tensión.
Cada paso que daba con Naser alejaba más el bullicio estudiantil. Los pasillos se iban vaciando, y el eco de nuestros pasos empezaba a llenar el espacio. Él iba unos pasos por delante, guiando el camino sin decir una palabra.
Pero cada tanto, giraba sutilmente la cabeza, apenas lo suficiente para verme con el rabillo del ojo. No sabía si era para asegurarse de que seguía tras él... o para comprobar que no estaba a punto de hacerle algo.
Red: (¿Crees que todo esto será sobre ‘eso’?)
Blue: (Podría ser. Fang no nos ha mencionado ningún avance con él... y si ahora está tomando valor para ‘encararnos’... bueno.)
(Red: Lo más probable es que esto se vaya a la mierda.)
Blue: (Espero que no. No necesitamos repetir las cosas. Con Naomi no sirvió, y sólo trajo problemas.)
Red: (No menciones al melocotón. Ya esto está resultando en una puta molestia.)
Seguimos caminando por un rato más hasta que Naser, sin avisar, giró hacia una de las salidas traseras del instituto.
Afuera, el lugar era simple: algo de suciedad en el piso, unos contenedores de basura oxidados, y al fondo, la vista abierta hacia la cancha y el gimnasio. Era el tipo de lugar perfecto si querías discutir un asunto en privado o romperle la cara a alguien sin testigos.
Naser se detuvo de golpe y se giró hacia mí. Su rostro ya no era nervioso ni inseguridad. Ahora estaba cargado de algo distinto. Tenía esa mirada que uno pone cuando ya se metió en algo y no sabe cómo diablos continuar. Como si no supiera si seguir hablando o simplemente gritar... Y ya se tornaba molesto
Kross[R]: “Para ya con tu mierda. Suelta lo que tengas que decir y termina con esta porquería de una vez. Porque eso excusa para poder hablar ‘a solas’ no fue ni de cerca sutil.”
Apenas solté eso, su expresión cambió otra vez. Se tensó, frunció el ceño con rabia contenida y su ala buena se extendió con fuerza y la voz que soltó encajaba con todo eso.
Naser: "Estoy harto de no saber qué mierda hacer, ¿ok? Me la paso dándole vueltas, tratando de encontrar una forma de arreglar las cosas, pero nunca llego a nada... y en el centro de toda esa mierda, estás tú."
Al escucharlo, no pude evitar entrecerrar los ojos. Estaba claro que había estado arrastrando esto desde hace días.
Kross[B]: "No veo por qué me estás culpando. Por lo que recuerdo, ni siquiera hemos tenido muchos intercambios. Así que mejor especifícalo."
Naser apretó el pico con fuerza. Era como ver a alguien tratando de mantener una presa rota con las manos.
Naser: "¡No te hagas el imbécil! Gracias a ti, Naomi ha está mal durante días, esta acomplejada como nunca la había visto."
Me quedé en silencio un segundo, no por sorpresa... sino porque era tan patético que me costó no soltar una carcajada. No valía la pena.
Kross[R]: "Ah, claro. Tenía que tratarse de la perra azucarada."
Y allí fue cuando se quebró.
Naser: “¡No le digas así a Naomi!”
Extendiendo el brazo hacia mí, con un dedo tembloroso apuntándome directo al pecho, Naser explotó. No era solo rabia. Era orgullo herido, frustración mal digerida y una necesidad desesperada de encontrar un blanco para toda esa presión.
Kross[R]: "No vengas a hacerte el ciego... Naomi no es ninguna santa, y tú lo sabes. ¡Es una perr—"
Pero no alcancé a terminar.
Naser se me vino encima con una rapidez que ni le conocía. El puñetazo me dio directo en la cara, ladeándome la cabeza por el impacto. Pude ver el gesto de dolor en su rostro al tensar la mano... pero más allá de eso, no se inmutó. Seguía con la misma mirada cargada de rabia.
Naser: "¡¡Te dije que no le digas así Kross!!"
Kross[B]: "No me interesa lo que opines... Ya vi suficiente de ella como para saber lo que es. Una vil... sucia...”
Kross[R]: “...perra, sin más."
Otro golpe. Esta vez con más fuerza, más descontrol. Me reventó en la mejilla y aunque su intención era clara, el impacto seguía siendo insignificante. No importaba cuánto lo intentara, su fuerza no era suficiente para afectarme de verdad.
Cualquier herida que pudiera causarme... desaparecía en segundos, regenerada como si nunca hubiera estado allí.
Naser: "¡Tú no la conoces! ¡No tienes ni puta idea de lo que ha pasado! ¡De lo que ha estado sufriendo! ¡Y sí, si te lo preguntabas, ella me conto lo sucedido... y puedo apostar una cosa con eso... que todo esto... todo es por tu culpa!"
Retrocedí un poco con el tercer golpe para disminuir el impacto en la mano de Naser, sintiendo como tope con la pared del instituto. Cerré los ojos un instante, no por dolor... sino por lo que costaba controlarme para no devolverle el golpe... y era por una simple razón.
Aun recordaba lo que me había dicho Fang. La conversación que habíamos tenido, las cosas que me confesó... y el cómo ha comenzado a mejorar por sí misma gracias a lo que paso.
No podía permitirme arruinar eso. No podía permitir que mi amistad con ella se fuera a la mierda por perder el control y levantarle la mano a su hermano pequeño. No me lo perdonaría jamás.
Y aunque me jodiera, todo esto me recordaba un poco a ese momento cuando Fang perdió el control... pero con Naser era peor. No tenía dónde agarrarme. No conocía su centro, no sabía por dónde empezar a calmar esta tormenta.... Y sinceramente, no tenía ganas.
Kross[R]: "¿No me hagas reír, Naser...? No me importa una mierda cómo se sienta tu querida Naomi. ¡Se lo ganó! ¡Por meterse donde no debía! ¡Por querer jugar conmigo como si fuera una puta marioneta! ¡Si hubiera mantenido su hocico fuera de mi vida... nada de esto le habría pasado!"
Naser: "¡Aun así... nada de eso justifica que la hayas amenazado! Cuando me lo contó, no podía creerlo... pero viendo tu comportamiento, todo cuadra."
Seguía golpeándome. Uno al rostro, otro al cuerpo, y así una y otra vez. No había ritmo ni control, solo el impulso de seguir. Pero lo que dijo... eso solo logró sacarme una risa seca, rota, sin ninguna gracia. Algo que lo desconcertó por completo. Se detuvo por un momento.
Kross[B]: "Tal vez la amenacé... pero nunca lo habría hecho si ella no lo hubiera hecho primero."
Naser: "¿Qué...? ¿¡A qué te refieres!?"
Kross[B]: "No fue inmediato, Naser. Al principio, cuando vi que intentaba meterse en mi vida, solo le dije que no se me acercara, que me dejara en paz. Eso fue todo. Pero después... ella se acercó nuevamente y me amenazó. Dijo que divulgaría algo si no hacía lo que quería. Quiso usar eso para tenerme bajo control."
Vi la forma en que se le tensaron los hombros. Su rostro... era una mezcla entre incredulidad y algo parecido a la negación. Como si lo que acababa de decir no encajara con la versión que él tenía.
Sus movimientos se volvieron torpes. Entendí al instante que Naomi le había ocultado cosas. No sabía si era para no hablar demás... o solo para protegerse a ella misma. No importaba.
Kross[B]: "Y honestamente... me daba igual. Podía hacer lo que quiera, divulgar lo que quiera, arruinar mis días en el instituto, no me interesaba en nada eso. Pero cuando se metió con las personas que de verdad me importan... se pasó de la raya."
Kross[R]: "¡Y adivina qué, imbécil! Una de esas personas que tu ‘adorable’ y ‘maravillosa’ novia involucró... fue. Tu. ¡Querida...! ¡HERMANA!"
El golpe no tardó en llegar. Esta vez, directo a la frente. Sentí la vibración, pero nada más. Lo que captó mi atención fue otra cosa: su puño temblaba. No por el impacto... había hecho todo lo posible por disminuir el efecto de cada golpe, contenerlos para que no se lastimara más de lo necesario. Pero su expresión... su expresión me estaba dando la respuesta.
Seguía con ese odio clavado en la mirada, pero había algo más. Algo que no sabía identificar del todo. Como si por primera vez... no supiera si lo que le decía era una mentira o la verdad de toda esta mierda.
Naser: "Primero que nada... ¡se dice 'hermane'! Y segundo... eso que dijiste... eso es una maldita mentira. Fang no estaría involucrada en algo así, ¡ni de broma! Naomi jamás habría dicho eso... ¡no puede ser verdad!"
Kross[B]: "Como se nota... que no has hablado con Fang en absoluto durante este tiempo... hubieras notado los pequeños... pero muy importantes avances de ella...”
Kross[R]: “...Porque si lo hicieras..., sabrías al menos lo más ¡PUTO básico! Naomi quiso involucrar a todas las personas que eran cercanas conmigo si no le hacía caso. Quiso involucrar a los que viven conmigo. A mis amigos... A Rosa, ¡A Fang!.... Y también... ¡A STELLA! ¡Eso hizo la maldita de tu novia!”
Solo recordarlo hizo que algo dentro de mí se tensara. La rabia se acumuló en el pecho, y antes de que pudiera seguir hablando, giré el puño y golpeé la pared detrás de mí. El impacto resonó con fuerza, lo suficiente para que se sintiera. No fue para romperla. No necesitaba problemas extras por esta tontería.
Mientras trataba de recuperar algo la postura, pude notar que el golpe hizo que Naser diera un paso hacia atrás... aunque su rostro seguía cargando esa misma mezcla confusa de emociones.
Naser: "Co... lo... bes..."
No entendí un carajo. Habló tan bajo que parecía más un murmullo que otra cosa.
Kross[R]: "¿Qué mierda dijiste? No se te entendí absolutamente nada ¡Habla bien, caraj—"
Naser: "¡¿Cómo demonios sabes eso de Fang?! Juro que si también la amen—"
Me moví antes de que pudiera terminar. En un instante, ya lo tenía agarrado por la camisa. Su expresión cambió de inmediato, todo lo que mostraba antes fue reemplazado por una sorpresa por mi reacción después de todo lo ocurrido.
Kross: "¡¡¡Atrévete a terminar esa MALDITA frase!!! Prefiero pasar por otro infierno antes de siquiera pensar en dañar de cualquier forma a alguien... tan preciada para mí como lo es Fang. Así que espero que no digas ninguna estupidez... ¡¿Entendido?!"
Naser, claramente agitado, asintió varias veces. No le costó mucho dejar claro que había comprendido. Lo solté con cuidado, permitiéndole recomponerse. Cuando estuvo listo, retomó la palabra, con un tono mucho más tranquilo. Se nota que eso le sirvió para que dejara de ser imbécil.
Naser: "Pero... en serio... ¿cómo sabes eso de Fang? Es mi herma... na. Quiero saberlo."
Kross[B]: "Hablé con ella hace unos días... sobre algunas cosas. No te puedo decir más. Es personal, es asunto de ella y solo ella."
Naser pareció quedarse pensando un poco, como si lo poco que le dije le encendiera una chispa.
Naser: "Ahora que lo pienso... sí ha estado rara estos días. No me grita tanto como antes. Pero fuera de eso... no sé, quizás estaba demasiado ocupado con todo el tema de Naomi."
Kross[R]: "Para alguien que literalmente vive con ella, deberías haber notado esos cambios. De verdad que eres un idiota."
Y después de eso... silencio. Ni un solo ruido.... No sé cuánto tiempo llevamos aquí, pero claramente fue más del que esperaba. Aproveché el momento para sacar mi celular. Naser seguía ahí, pensando, reflexionando o simplemente sin saber qué hacer.
Al revisarlo, vi un par de mensajes de Stella. Me preguntaba si estaba bien o si me había pasado algo cuando fui con Naser... Eso me calmó un poco, como si me quitara algo del pecho.
Le respondí rápido, disculpándome por no haber podido acompañarlas en el almuerzo. Le pedí que también le dijera a Rosa, además que aún tenía cosas que hacer, que aún tenía trabajo con Naser. Guardé el celular de nuevo.
Cuando volví a mirar a Naser, su expresión era complicada. No lo culpo. En solo unos minutos, descubrió más de lo que probablemente hubiera querido saber.
Red: (Y... ¿Ahora que hacemos?)
Blue: (Me encantaría acabar esto únicamente porque se volvió una pérdida de tiempo... vamos a ver...)
Naser: "Oye..."
Kross[B]: "Oye..."
Justo cuando abrí la boca, Naser también habló. Me sorprendió que lo hiciera justo en ese momento, y por su cara, parece que el sentimiento fue mutuo. Aun así, mejor que sea él quien lo diga. Lo que sea que tenga guardado, que lo suelte.
Kross[B]: "Muy bien, habla tú. No te guardes ningún detalle... eso solo va a empeorar mucho más todo esto..."
Vi cómo se pasó una mano por la cabeza mientras desviaba la mirada. Se quedó así un par de segundos hasta que suspiró y volvió a mirarme.
Naser: "Todo esto... fue una estupidez, ¿no? Una gran, enorme estupidez."
Kross[R]: "¡No me digas! ¿Recién te das cuenta? ¿En serio? Porque no se si lo llegaste a notar..., después de toda la porquería que nos acabamos de gritar."
Se notó que eso lo incomodó. Empezó a sobarse el brazo, como si de verdad no supiera qué hacer. Todo esto fue una pérdida de tiempo, sí, pero tampoco podía tirarle toda la culpa encima. Tengo que admitir que escaló por culpa de los dos. Vaya molestia.
Kross[R]: “Eres imposible...”
Kross[B]: "No te pongas así, no eres el único. Yo también tuve la culpa por... no cuidar lo que salía de mi boca ni el tono de lo que decía. Y tampoco hice nada para calmar las cosas. Me comporté como un idiota... para variar no sé qué cómo proceder..."
Naser: "Bueno... tampoco es que yo haya hecho algo mejor. Y.... sí, puede que esta pelea fuera una completa tontería y ninguno quisiera calmarse... pero al menos ahora sé cosas que antes ni me pasaban por la cabeza. Cosas que... seguro me van a complicar con Naomi cuando hable con ella."
Caminó unos pasos hasta apoyar la espalda contra la pared del edificio. Luego cubrió su rostro con ambas manos, como si el simple gesto pudiera aliviar todo lo que acababa de cargar en tan poco tiempo.
Red: (Increíble... estos dos idiotas actúan igual en estas situaciones.)
Blue: (Estoy de acuerdo... totalmente.)
Me acerqué y me apoyé en la pared junto a él, cruzando los brazos mientras pensaba en lo siguiente. A pesar de todo, tal vez todavía podía intentar arreglar un poco esta situación.
Kross[B]: "No te estreses demasiado con todo esto.... Tal vez Naomi no te dijo ciertas cosas para protegerte... para que no te metieras de lleno en todo esto... Aunque bueno..., al parecer, tuvo el efecto contrario."
Naser: "Supongo que puede ser eso... pero... esto incluía a Fang. Al menos eso debía saberlo. Es mi hermana. Aunque haya sido ella quien la metió... sigue siendo Fang."
Kross[R]: "¿Y por qué carajos piensas que deberías estar metido en todo? O sea, ¿No eres tú el hermano menor? ¿No debería ser al revés? Meterse demasiado también puede ser un problema. Eso creo yo."
Naser empezó a soltar palabras como si tuviera que justificarse. Movía los brazos como si eso le ayudara a encontrar sentido a todo. Decía que no podía simplemente apartarse de Fang, que necesitaba saber si estaba bien, si le pasaba algo, si podía hacer algo por ella....
Y mientras más hablaba, más me quedaba claro a qué se refería Fang con eso de "niño de oro".
Kross[R]: "¡Cállate un puto segundo! En serio... no puedo creer que no veas el maldito problema."
Naser se calló al instante. Bajó las manos de su cara, y aunque su expresión mostraba algo de molestia por la interrupción tan brusca, al menos me dio el espacio para seguir.
Kross[B]: "No lo entiendo, de verdad. Todo esto pasó porque Naomi se entrometió demasiado en mi vida. Y quizá... solo quizá, esa forma de ser tuya, que es bastante parecida... sea parte del por qué Fang actuaba antes, ¿recuerdas el dichoso concierto?"
Naser: "No... no creo que sea... o sea, ella siempre ha sido... bueno..."
Y.... se calló. Poco a poco, sus palabras se fueron apagando hasta que no dijo nada más. Su rostro lo decía todo. Al fin parecía entender toda la mierda que lo rodeaba en relación a Fang. Era sorprendente que recién ahora, con esta discusión, le cayera el veinte...
Red: (Por favor dame paciencia...)
Kross[R]: "¡Ahí vas de nuevo cabron! Deja de culparte por todo como si tuvieras que cargar los problemas del puto mundo ¡Esto se arregla hablando, maldita sea...! Antes era Fang la que complicaba las cosas, y ahora eres tú el que la está evitando. ¡Qué jodidamente complicados son!"
No hubo respuesta inmediata. Solo un silencio que, al menos, ya no era tan tenso. Hasta que lo escuché suspirar fuerte, seguido de un leve quejido.
Naser: "...Oye, ¿de verdad crees que si hablo con Fang se arreglará todo? Porque... siento que me odia. No sé si eso ayudaría."
Kross[R]: "Sinceramente, no tengo ni puta idea. Pero de algo estoy seguro: Fang quiere hablar. Así que... dale una oportunidad, solo para eso. Para hablar. Nada de resolver el universo. Solo hablar."
Naser bajó la mirada, pensó unos segundos, y luego vi cómo algo en su rostro cambiaba. Se sentía diferente. Decidido, como si finalmente hubiera entendido algo. Incluso su tono de voz era otro.
Naser: "Lo haré. Hablaré con Fang. Este fin de semana aprovecharé para hacerlo. Aún no me creo que todo empezó porque quería confrontarte por lo de Naomi... y terminó en esto. Aunque ahora que lo pienso, necesito pedirte algo."
Suspiré mientras giraba el rostro hacia él. Que no sea otra pelea, por favor.
Kross[B]: "Después de todo este asunto con el meloc... con Naomi, te debo una. Así que dime, ¿Qué necesitas?"
Naser: "Como yo voy a hablar con Fang... tú tienes que prometerme algo similar. Prométeme que te vas a disculpar con Naomi. Por lo que sea que haya pasado entre ustedes. Aun con todo lo que me contaste... tienes que hacerlo."
No te creo... no...
Red: (No puedo creer la mierda que acaba de soltar este tipo...)
Blue: (De verdad espero que sea una broma. Por favor, que sea una broma...)
Kross: "...Dime que eso fue un mal chiste. Por favor."
No lo esperaba. No después de todo lo que habíamos dicho. Pensé que pediría que lo acompañara con Fang o alguna otra cosa... pero hablar con Naomi. ¡Eso era lo último que tenía en mente!
Naser: "¿Y ahora qué? Es simple. Yo hablo con Fang, y tú hablas con Naomi para disculparte."
Kross[B]: "Espera, espera... ¿no te parece un poco estúpido todo esto? Es decir, nuestros casos no tienen absolutamente ningún parecido. Lo de Naomi no es exactamente... fácil."
Naser se despegó de la pared, se acomodó la chaqueta y me señaló con el dedo, con una sonrisa creída. Era como si estuviera repitiendo el gesto del inicio... solo que ahora, el ambiente era completamente distinto.
Naser: "Eh, eh, eh. Dijiste que me debías una. No puedes echarte atrás. Y vamos, no es tan complicado. Solo es 'hablar' con ella. ¿No era eso lo que me dijiste hace un rato?"
Kross[R]: "No es la misma mierda, Naser. No jodas. ¡Nuestra situación es horrible! ¡Y ahora quieres que vaya a charlar como si nada con la tipa que amenacé y viceversa! Es una puta estupidez."
Entonces se acercó. Sin decir nada, puso una mano en mi hombro.
Naser: "Mira... sí, lo admito. Con todo lo que acaba de pasar, debería estarte diciendo que no te le acerques ni por asomo. Pero también sé que, si no hablan, Naomi va a seguir así. Atascada. Y tú... puedes ayudarla a salir de eso. Solo te pido que lo intentes."
Kross: "No estoy nada seguro de que sea buena idea... Lo más probable es que lo arruine o haga que todo sea peor. Como siempre."
Naser: "No lo creo. Si lograste aguantar toda esta conversación conmigo sin mandarme al demonio o devolverme un golpe..., entonces puedes hablar con ella. Además... ella también quiere hablar contigo. Solo que tiene miedo. Miedo de que todo empeore. Miedo de ti. Miedo de ella misma."
No esperaba... eso último. Sabía que algo raro había desde el inicio de la semana, pero... ¡esto! Que quisiera hablar... eso cambiaba las cosas. Al menos le daba sentido a esta locura de petición. Aun así...
Kross: "No estoy seguro de nada... pero si lo que dices es cierto... entonces lo intentaré. En serio."
Naser me sonrió y me dio un par de golpecitos en el hombro.
Naser: "Gracias, Kross. Quién sabe, tal vez después de todo esto podamos juntarnos más seguido. Iniciar esta... amistad rara nuestra."
Kross: "...Puede ser. Suena bien."
No me esperaba este final. No con Naser. Y menos haciendo esta clase de promesas. Pero si esto ayuda a que todo sea menos complicado en el futuro, vale la pena intentarlo. Aunque sólo pensar en hablar con Naomi me daba jaqueca. Tal vez ni siquiera se diera. Siempre puedo decir que no pude encontrarla... excusarme...
Aunque, claro, el destino parecía tener otros planes.
La misma puerta por donde habíamos salido se abrió de golpe. Una figura conocida apareció, jadeando, casi sin aliento.
Naomi: "¡¡Naser!!"
Naser: "¿¡Naomi!?"
Red: (Genial. El universo nos acaba de escupir en la cara.)
Blue: (Parece que no vamos a poder aplazar nada.)
Vi a Naomi acercarse rápidamente a Naser. Lo revisaba con desesperación, como asegurándose de que estuviera completamente bien, sin prestarle atención a nada de lo que él intentaba decirle. Recién cuando pareció convencida de que no estaba herido, soltó un suspiro tembloroso.
Pero esa calma le duró poco. En cuanto sus ojos se encontraron con los míos, su cuerpo entero se tensó. Se puso de inmediato entre Naser y yo, como si quisiera ser una barrera. Todo en su postura gritaba que quería desaparecer. Cuando abrió la boca, lo hizo tartamudeando, con tanto nerviosismo que su mensaje perdió toda fuerza.
Naomi: "E-e-esto... esto es c-conmigo. No t-tienes que m-meter a N-Naser. E-esto... ¡todo esto fue m-mi culpa! Si necesitas desquitarte... h-hazlo conmigo, p-pero a él... a él no lo toques..."
Temblaba. Su respiración era errática, el pecho se le subía y bajaba sin ritmo. A pesar de toda la basura que he visto de ella, de esa imagen perfecta que siempre intentó mantener para tratar de controlarme... ahí no había nada de eso. Igual que la vez en que me amenazó... esta era la verdadera Naomi.
Vi a Naser acercarse por detrás. Puso las manos sobre sus hombros con cuidado. Naomi se sobresaltó al instante, pero al girarse y ver su cara, su temblor disminuyó. La expresión de Naser era seria, pero calmada, buscando tranquilizarla.
Naser: "Naomi... tienes que calmarte un poco. Tuve una... 'conversación' con Kross, y entre todo lo que hablamos... salió bien. No necesitas decir esas cosas... Pero tú y yo tenemos que hablar. Y tiene que ser ahora."
Naomi: "¿Q-qué? ¿De qué estás hablando? ¿N-Naser?"
Naser: "Danos un momento, Kross. Por favor... necesito hablar un par de cosas con ella. Con algo más de privacidad."
Le hice un gesto con la cabeza, dejándole claro que no había problema. Naomi aún no parecía entender nada de lo que pasaba, y Naser tampoco se lo estaba explicando. Se alejaron unos pasos para poder tener esa conversación entre ellos.
Yo también me moví un poco en dirección contraria. Podría escucharlos si me esforzara... pero mejor no hacerlo. Si Naser me pidió un momento para hablar con Naomi, el mínimo acto de respeto que le puedo mostrar es darle eso...
Red: (Todo se complicó demasiado...)
Blue: (Sí. Todo se salió de control rápido. Si tan solo hubiéramos reaccionado distinto aquella vez con Naomi... sí tan solo no hubiéramos actuado así... tal vez no estaríamos metidos en esto.)
Red: (Y ahora... ¿qué crees que va a pasar?)
Blue: (Lo más probable es que Naser le diga algunas cosas a Naomi. Que deben hablar más en serio, tal vez en otro momento... y quien sabe, capaz le dará algo de valor para hablar con nosotros.)
Red: (Eso va a ser una mierda completa.)
Blue: (Lo comparto. Pero ya le prometimos a Naser que lo intentaríamos. Y.... con todo lo malo que ha pasado con Naomi, esa reacción que tuvo fue real. Algo más le debió haber pasado.)
Red: (Bah... ¿Por qué piensas eso? ¿No es una reacción normal después de todo lo que ha pasado entre nosotros?)
Blue: (No. Naomi, incluso cuando actuamos de esa manera, a pesar de haberla amenazado de muerte, se aferraba a la idea de que podía controlar las cosas. De que tenía la razón. Esta vez... era otra cosa. Algo más personal. Y no tengo idea de qué puede ser.)
Red: (Si tú no sabes, menos yo.)
Blue: (No deberíamos meternos mucho. Siempre acaba mal. Pero... si ella quiere decir algo, no le cerraremos la puerta...)
Me quedé quieto, esperando. Pasó un rato hasta que Naser y Naomi volvieron a acercarse, así que hice lo mismo. Naser tenía una expresión tranquila, como si se hubiera sacado un gran peso de encima o consiguió un gran paso en algo.
Naomi, por otro lado, se notaba más calmada, pero aún había incomodidad en su rostro. Aun así... parecía estar un poco más decidida. Tal vez, solo tal vez... Naser si había logrado convencerla de que no pasaría nada al hablar conmigo. Lo cual agradecía... de alguna manera...
Vi a Naser acercarse otra vez, esta vez solo para ponerme una mano en el hombro.
Naser: "Gracias por esperar., Kross Te dejare con Naomi. Así podrán hablar con más calma, yo los espero dentro."
Kross[R]: "¡Espera un maldito segundo! ¿En serio confías en dejarme a solas con ella como si nada fuera a pasar?"
Naser: "Tampoco estoy cien por ciento seguro, pero... Naomi fue la que pensó en eso, fue bastante clara que debían ser solo los dos. Dijo que era lo mejor. Y así... no me metía más en todo este asunto."
No me lo esperaba. Que la propia Naomi le pidiera a Naser quedarse sola conmigo... eso fue suficiente para que la mirara directamente. Ella, al notarlo, apartó la vista de inmediato. Si tiene el valor de hacer esto... entonces más vale que lo terminemos de una vez.
Kross[B]: "...Está bien. Cumpliré mi palabra. Voy a hablar seriamente con ella."
Naser: "Vale. Como dije antes, los espero dentro. Pero si a Naomi le pasa algo..."
Kross[B]: "Ya, no tiene sentido que digas eso. Apenas sentí algo con esos golpes. No valdrá la pena, te lo aseguro. Pero te prometo esto en serio: voy a tomar esta conversación con seriedad. Y si no le parece, juro que no la tocaré. ¿Está bien así?"
Naser me quedó mirando un momento. Parecía estar midiendo cada palabra, cada gesto. Finalmente asintió, le dio unas palabras tranquilizadoras a Naomi y se dirigió hacia la puerta. Antes de cerrarla, echó una última mirada atrás.
Y así quedamos. Solos. Con un silencio que no era solo incómodo, sino cada vez más irritante.
Kross[R]: "Habla. Como viste, la única razón por la que estoy parado aquí frente a ti es por Naser. Además, que quiero saber cómo mierda llegaste aquí, porque no pudo ser casualidad..."
Naomi: "Y-yo... estaba preocupada, al principio del día, había acordado almorzar junto con Naser, pero se tardaba mucho, sé que estuviste juntándote más con Rosa y Stella... así que al no verlos juntos me preocupe por Naser... pero en serio... y-yo l-lo s-siento... por todo..."
En cuanto lo dijo, escudriñé cada gesto, cada inflexión de su voz. Buscaba cualquier señal de falsedad, pero no encontré ni una pizca. Parecía que tenía más para decir. Le hice un gesto con la cabeza, indicándole que siguiera. Que dijera lo que tuviera que decir.
Naomi: "D-después de lo que pasó en el parque... sucedieron ‘cosas’ que me hicieron reformularme si lo que intentaba hacer contigo valía todas estas complicaciones. Todo el miedo, el estrés, la amenaza constante... Y la verdad es... que no. No valía nada. Pero... después de darme cuenta de eso... no sé si hay una forma de deshacer todo lo que dije... o lo que hice."
Red: (Lo diré... el melocotón parece honesto de verdad esta vez.)
Blue: (Al parecer si... pero eso que dijo...)
Naomi: "Por eso se lo dije a Naser... La presión era tanta que sentía que me desmayaría en cualquier momento.... P-pero no le conté todo. N-no le dije nada sobre... el video o sobre lo que eres capaz. Solo lo que pasó ese día en la sala del consejo estudiantil. Nada más."
Kross[B]: "Aun así... omitiste detalles importantes. Como que también llegaste a amenazarme. O el simple hecho de usar a Fang como si fuera una moneda de cambio, entre todos los demás.... Quiero saber... por qué..."
La forma en que lo dije hizo que Naomi retrocediera un paso. Instintivamente, su cola se enroló en su pierna. Era difícil mantenerse tranquilo con todo lo que estoy escuchando... pero le prometí a Naser que no haría nada. Así que le hice otro gesto para que me respondiera.
Naomi: "N-necesitaba apoyarme en alguien... Y si le decía todo eso a Naser, seguro se habría alejado... aunque cuando hablamos recién... me dijo que hay cosas que tenemos que conversar. Así que... supongo que le dijiste..."
Kross[R]: "No seas tan putamente pesimista sobre eso. Tuviste suerte de que le dijera que probablemente lo hiciste para que él no se metiera demasiado en esta mierda, cosa que al parecer hizo que se lo tomara mejor."
Naomi abrió los ojos de par en par al escuchar eso.
Naomi: "...Eso... ¿eso es verdad?"
Kross[B]: "Lo es. Pero no te hagas ideas equivocadas. No lo hice por ti. Lo hice porque si Naser seguía sobre pensando todo esto, solo iba a complicar mucho más la situación y no necesitaba eso.... Solo por ese motivo, nada más."
Vi cómo bajaba la mirada, jugando con sus dedos como si intentara calmarse un poco.
Naomi: "A-aun así... gracias. De verdad."
Kross[B]: "Tómalo como quieras... pero antes de seguir, quiero saber una cosa. Dijiste que ciertas... ‘cosas’ pasaron para que ahora estés en este estado. Quiero saber qué fue. Me da igual si es una historia complicada o muy difícil para contarla. Si en serio quieres que esto se arregle, aunque sea un poco... me debes eso melo..., Naomi."
Necesito saber qué carajos le pasó. Porque si ni con dos intentos directos míos conseguí esto... entonces algo realmente la debió haber afectado. Pude notar a Naomi que estaba claramente debatiéndose entre decir algo o no.
Esos pequeños gestos que ya empezaba a reconocer, como si buscara la forma menos dolorosa de soltar lo que fuera que tuviera atorado. Tras unos momentos, habló. Su voz cargaba inseguridad.
Naomi: "Primero... tienes que entender ciertas cosas. Pero para resumirlo, yo era una don nadie. Una nerd del montón. No hacía mucho, pasaba desapercibida. Pero... hubo un cambio. Mi hermana ya no podría heredar el negocio de papá... y toda la responsabilidad cayó en mí. Así que... me enseñaron a aprovechar todo. Cada mínima oportunidad. Para hacer realidad lo que me pidieran... sin importar el costo o el sacrificio."
Blue: (Entonces esa máscara suya... así que de esa manera aprendió a mantenerla puesta antes de que siquiera llegáramos.)
Naomi: "Al principio no me lo tomaba en serio... dudaba mucho. Pero cuando empecé a salir con Naser... quise que funcionara. Empecé a tomármelo todo al pie de la letra. Ser perfecta. Medir cada palabra, cada acción. Todo para seguir con lo que me enseñaban... para que mi padre me viera."
Kross[R]: "Supongo que eso puedo llegar a entenderlo un poco... pero entonces dime, cómo se conecta toda esa historia con este comportamiento tuyo tan... temeroso. La verdad, esperaba un tercer intento de querer manipularme o algo por el estilo."
Naomi comenzó a caminar despacio. No sabía si miraba hacia las instalaciones del instituto o simplemente dejaba que la vista se perdiera en la nada, preparando lo siguiente que iba a decir.
Naomi: "Cuando fuiste a buscar a Stella ese día en el parque... minutos después mi padre me llamó. Me ordenó ir a casa. No dudé en hacerlo aun si debía dejar a Naser...”
Red: (Recuerdo a Fang decir algo sobre eso...)
Naomi: “Y.... allí me enteré de cosas. No me dijo todo lo que pasaba... solo fragmentos, pero bastaron. Fragmentos de cosas donde... tú estabas involucrado. De algún modo, todo estaba vinculado con el negocio de él. Bastó para hacerme dudar por primera vez en mucho tiempo."
La miré de reojo cuando dijo eso. Tenía una expresión agotada. Se estaba esforzando por contarlo, sí... pero también se notaba que era algo que necesitaba sacarse de encima.
Kross[R]: "Entonces esas 'cositas' que te contó tu padre... tienen que ver conmigo..., fabuloso"
Naomi: "Sí... me enteré de lo suficiente como para quedarme sin saber qué hacer. Lo intenté, Kross. Quise soportar todo, tratar de decirme a mí misma que podía con esto... Pero tomé más de lo que podía manejar... y ahora tengo miedo...”
Vi como Naomi levanto su mano al decir eso, temblaba bastante hasta que la dejo reposar en su pecho, como para aliviar un poco lo que estaba el peso de sus palabras
Naomi: “...Miedo de lo que pueda pasar si no sigo con los ideales que me inculcaron. Miedo de lo que venga si muestro debilidad... sí le muestro a mi padre que... fracase... pero aun así debía tratar de hacer las cosas bien."
No dijo nada más después de eso. Pero se veía más tranquila que antes. Tal vez el hecho de que no hubiera reaccionado mal a todo lo que me contó le daba algo de paz... Aun así, esto solo habría más preguntas. Preguntas sobre su padre.
Red: (Dime que va a soltar algo más, porque este silencio ya se está haciendo tedioso.)
Blue: (Lo dudo. Aunque se ve más aliviada por contarlo, hablar de esto podría causarle problemas. Mejor mantenerse atento. Y dar todo en los entrenamientos del CHNO por si sucede un inconveniente.)
Vi cómo se acercó un poco, con movimientos suaves, casi cautelosos. Pero sus gestos... mostraban algo diferente. Parecía sentirse mucho más... reales.
Naomi: "¿C-crees que con eso... es suficiente?"
Kross[B]: "No.... Pero supongo que ya mediste lo que puedes o no puedes decir. No voy a presionar por ahora sobre eso. Pero... por la forma en la que terminaste de hablar, suena como si no quisieras que me entrometa. ¿Estoy en lo correcto?"
Naomi: "S-sí... Tenía miedo de que, si sabías la verdad, actuaras sin dejarme hablar. Lo que pasó fue culpa mía... por mi codicia si puedo decir algo. Yo le contaba a mi padre cómo pensaba que podía... manipularte. Y fue él quien me aconsejo que me enfocara en alguien cercano. La que terminó siendo Stella. L-lo siento... de verdad."
Solo recordar lo poco que vi... me hervía la sangre. Pero incluso con eso, Naomi había sido honesta. No se escudó detrás de su máscara. Ni una vez en toda esta conversación. Solo por eso...
Kross[R]: "A mí no me debes esa disculpa. A quien tienes que decírsela es a Stella. Porque ese día, si no fuera por Fang... ni siquiera habrías tenido la oportunidad de recibir la llamada de tu padre."
Asintió. Varias veces. Eso, al menos, me aseguraba que Stella recibiría una disculpa honesta. Supongo que ahora me toca hablar a mi... aunque no me arrepiento demasiado...
Kross[R]: "Escucha, Naomi. Te repito que esto no lo estaría haciendo si no fuera por la petición de Naser. En serio. No siento el más mínimo interés de disculparme contigo. Ni ahora, ni nunca..."
Kross[B]: "Aunque... puedo admitir que mi reacción fue demasiado excesiv... Podría haber manejado mejor la situación. Sin amenazas. Sin violencia. Pero cuando usaste a las personas cercanas a mí... a las únicas personas que aprecio para intentar controlarme... cruzaste la línea. Sería igual si yo usara a Naser o a cualquiera que te importe."
Naomi apartó la mirada. Colocó ambas manos en su espalda, tensando los hombros.
Naomi: "E-en ese punto solo... trataba de tomar cualquier ventaja que me ayudara. Cualquier cosa por tenerte... en mis manos. Y eso me cegó..."
Otra vez ese silencio. Ninguno de los dos quería decir nada.... Al menos no por un rato. Finalmente, suspiré. Y volví a hablar, lo mejor era finalizar esto.
Kross[B]: "Por el bien de ambos... mejor no volvamos a hablar directamente por un tiempo. A menos que sea necesario. Todavía no puedo hacerlo sin querer insultarte o peor.... Y prefiero evitar eso, así que esta vez hagamos eso... ‘soportémonos’."
Naomi: "Entiendo... y como dije antes también me disculparé con Stella cuando tenga la oportunidad. Y.... gracias. Por escucharme de verdad."
Kross[R]: "Espero que sea en serio. Solo tienes esta oportunidad para siquiera empezar de cero. Vamos, que ya perdí suficiente tiempo en esta tontería."
Con eso dicho, me giré y avancé hacia la puerta del edificio. Naomi siguió mis pasos en silencio. Al cruzar de nuevo al interior del instituto, lo primero que vi fue a Naser, a pocos metros de la entrada, apoyado en una pared mientras revisaba su celular. En cuanto notó nuestra presencia, se enderezó y comenzó a acercarse.
Le hice un simple gesto con la cabeza para que fuera con Naomi. Yo seguí mi camino.
Avanzando por el pasillo, no pude evitar girarme un momento. Detrás de mí, la parejita hablaba en voz baja. Las expresiones de ambos... parecían relajadas. Naomi seguía algo tensa, pero mucho más centrada. Naser la escuchaba con atención. Tal vez ahora podrían hablar sus asuntos de mejor manera... Tal vez eso incluso mejore su relación.
Mientras seguía caminando, saqué el celular. Tenía un par de mensajes de Stella respondiendo a lo que le había dicho antes. Me mandó algunas cosas de series que podríamos ver juntos en los recesos. Hasta me sacó una sonrisa...
Kross: "Porque nada puede ser fácil...”
Red: (No puedo creer que esta semana terminara con esto... Aunque, bueno, resolvimos varias mierdas.)
Blue: (Y también encontramos más problemas. Pero con lo de Naomi... ahora hay que tomarse esto en serio. Nos dio pistas de quién podría haber entregado información a los del recinto. Es probable que gracias a eso supieran en qué parte de la ciudad estaríamos ese día.)
Red: (Y de verdad vamos a soportar que el melocotón vuelva a hablarnos... después de todo esto.)
Blue: (No vi ni una señal de que mintiera. Ni una. Incluso cuando contaba su historia... pudo haber omitido cosas, sí. Pero todo lo que dijo se fue totalmente sincero. Si tan solo hubiera sido así desde el inicio...)
Red: (...Nada de esta porquería habría pasado.)
Suspiré mientras entraba al aula de la siguiente clase. Toda esta conversación con Naser y Naomi había consumido la hora completa del almuerzo. En cuanto pueda, tendré que contarle a Stella que es posible que Naomi se acerque a hablarle... y también decirle parte de lo que pasó.
Ojalá la próxima semana sea más tranquila que esta.
Fin del capítulo.
Notes:
Hello gente bonita... que día es, ni yo lo sé... me estaba recuperando del extra que saque, me queme demasiado con eso eh iba muy lento, pero igual, repetiré lo mismo que dije, en cualquier caso, la velocidad en la que sacare capítulos disminuirá mucho.
No tengo mucho que decir, espero que les haya gustado y por sobre todo espero que las escenas se notaran bien, tanto que Fang, como todo lo de Naser y Naomi, capaz haga cambios, tal vez no... lo único es que espero que disfruten.
No tengo ninguna curiosidad, más allá de decir que los detalles de Naomi como su hermana o padre, que cualquier duda, la respondo... si es que esta dentro de mis parametros para no hacer spoiler, pueden teorizar todo lo que quiran.
como siempre el copiar y pegar de mis queridas recomendaciones:
A patata_Yazob, con "Una luz de esperansa en una depresión psicótica"
Dardragun707, con "Un vaquero en Volcano High"
SrSenior, con "That is my Parasaur!"
Xomy90 con "Un felino en Volcano High"
Chicken_Brain con "Birds of a feather"
Como todas las veces, les agradezco llegar hasta acá, a quienes comentan y dejaron kudos, nos veremos en la próxima, cuídense.
Chapter 29: Entre Luces y Sombras del Mañana
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Puerto de Volcaldera.
Dentro de un edificio en la zona costera, lejos del ruido común de Volcaldera Bluffs y su ambiente urbano, un hombre permanecía quieto frente a un gran tanque iluminado desde dentro por un tenue brillo azulado.
Durante días, el contenido de la cápsula había sido apenas una masa sin ninguna forma establecida, pero ahora comenzaban a verse los primeros indicios de una forma humanoide. Detalles aún borrosos, poco definidos, pero para el Dr. Samuel Richter... era un avance considerable.
Tras unos minutos de observación silenciosa, Richter se giró y comenzó a caminar por los pasillos del complejo. Las instalaciones eran frías, el aire cargado de tensión artificial y cloro.
Su paso era lento pero firme, a pesar de depender de un bastón y de la evidente falta de su brazo. Algunos científicos con tabletas y carpetas pasaban a su lado, guardias del distrito se mantenían vigilantes por si otra ‘plaga’ se filtraba como en la ocasión anterior.
Cada vez que alguien se cruzaba con él, se hacía a un lado y le dedicaba un gesto de respeto. Nadie hablaba. Nadie osaba interrumpir su camino.
Llegó finalmente a su oficina: un cuarto amplio, cerrado, con las paredes cubiertas por documentos, fórmulas, mapas y anotaciones de todo tipo. El escritorio central, colmado de papeles y pantallas, parecía el caos absoluto para cualquiera que no fuera él. Pero Richter sabía exactamente dónde estaba cada hoja, cada plan, cada cifra.
Todo seguía como lo había dejado.
Se sentó, encendió una pantalla secundaria y desbloqueó la tableta. A pesar de conocer las virtudes y defectos de sus colegas, y de que cada uno operaba con independencia en su sector asignado, recibía reportes diarios de sus actividades. Hoy no era la excepción.
El primer archivo que abrió fue el de la Dra. Elena Morales.
Su base operaba desde el centro de la ciudad, encubierta como una compañía de logística terrestre llamada Ventralis Freight, especializada en el manejo de rutas de transporte para empresas de distribución de tecnología. Un edificio amplio, moderno, discreto, rodeado de hangares y plataformas de carga, justo lo suficiente para pasar desapercibido.
El informe era meticuloso. Morales detallaba el estado actual de todos los híbridos bajo su gestión. Se había asegurado de descartar cualquier sujeto con variaciones genéticas no autorizadas.
Aquellos marcados con clasificación de Riesgo Nulo (RN) o Riesgo Leve (RL) habían sido eliminados sin contemplación. El porcentaje de estos sujetos era bajo, pero el protocolo era claro: los elementos inútiles no debían existir.
Luego venía el grueso del informe: los sujetos con clasificación de Riesgo Medio (RM) y Riesgo Alto (RA). Al ser los resultados más comunes eran los que abundaban.
Eran usados tanto para tareas de seguridad sencillas como para operaciones especializadas que tienen un riesgo vital mayor, estos híbridos eran lo suficientemente estables para seguir ciertas órdenes ‘complejas’, y lo bastante reemplazables para ser sacrificados si era necesario.
La eficiencia era lo único que importaba.
Había también una sección en la que se listaba la distribución total realiza de estos sujetos en cada una de las instalaciones. No era un número excesivo, pero sí lo suficiente como para garantizar que, si algo fallaba en alguno de los complejos, no caería sin resistencia.
El siguiente apartado del informe de Morales abordaba a los sujetos con clasificación igual o superior a una Amenaza Latente (AL).
Aunque se encontraban en un punto igual de escasos que los RN o RL, estos eran considerados el pilar real del proyecto: la punta de lanza de las instalaciones. Los primeros en alcanzar esta categoría habían sido los miembros del 'Grupo Y' como lo llamamos.
Pese a las dificultades que tuvo el Dr. Everett para crear un reemplazo que cubriera la posición que se perdió durante el asalto, el hueco ya había sido llenado con éxito con un objeto con habilidades similares.
No solo eso, había otro par de sujetos de clasificación similar distribuidos entre los complejos, listos para ser movilizados si fuera necesario. Estos individuos, al ser al menos tres veces más eficientes que un RA, hacían que su valor no se considerara exagerado.
Pero eso no era todo, con la correcta administración de Resina mediante las inyecciones, incluso podían alcanzar temporalmente el nivel de Amenaza Completa (AC) a lo menos hasta etapa media.
Richter asintió levemente. Aunque Morales solía mantener la misma estructura en todos sus informes y solo variaban las cifras o el orden de los nombres, la claridad con la que ordenaba los datos hacía que pudiera revisar todo en cuestión de minutos sin desperdiciar energía ni tiempo.
Al terminar ese informe envió una respuesta rápida sobre el contenido y cambió de archivo.
El siguiente en la lista era el del Dr. Everett.
Everett operaba en el complejo ubicado al oeste de Volcaldera Bluffs, encubierto como una planta de procesamiento de fertilizantes para uso agrícola y jardinería urbana.
El lugar mantenía actividad constante de camiones cisterna y empleados con trajes protectores, lo que servía como excusa perfecta para los olores, la seguridad elevada y las restricciones de acceso.
Su instalación estaba relativamente cerca del complejo de Morales. La logística de ambas locaciones funcionaba de forma coordinada, dado que los híbridos que completaban su fase de creación debían pasar por los filtros de clasificación antes de ser enviados al complejo correspondiente según su valor.
Mientras leía los primeros párrafos del informe, Richter no pudo evitar recordar sus primeros pasos tras su llegada a Volcaldera. Con recursos limitados y sin acceso al antiguo banco genético, la producción de nuevos híbridos era un obstáculo constante.
Fue el jefe quien les facilitó una salida: el mismo informante que les proporcionó los datos sobre la ubicación de código ACUS para el asalto, comenzó a entregar de forma regular ‘piezas’ para continuar con el trabajo.
Nunca se cuestionaron hasta dónde llegaba la ayuda del subordinado del jefe. Simplemente aceptaban lo que se les ofrecía. A pesar de que el informante era un Parasaurio, las muestras eran de calidad superior y, más importante aún, frescas.
La pureza del ADN y la ausencia de deterioro permitían una extracción mucho más eficiente de los genes con potencial. Aunque al principio hubo quejas al recibir también muestras de Triceratops, Parasaurios y otras especies menos ‘eficientes’, el hecho de que fueran gratuitas acabó por acallar cualquier resistencia.
A medida que repasaba las secciones del informe, llegó al apartado sobre el proyecto de replicación. La criatura en la cápsula. Everett detallaba el desarrollo estable del organismo, que si bien lento, era firme.
Su avance era notable: una base real para una supuesta duplicación de Código ACUS. Pero no se trataba solo de una copia: cuando el sujeto estuviera listo, se especulaba que incluso llegaría a ser más eficiente que el original.
Y sobre todo... estaría bajo su total control. No una herramienta con voluntad. Sino una perfecta extensión de su propósito.
El informe de Everett, como era costumbre, fue el más liviano de todos. A pesar del agotamiento evidente en cada párrafo, el Dr. Everett no dejaba que eso interfiriera con su trabajo. Manejando el proyecto principal de replicación, además de supervisar todas las nuevas creaciones, mantenía una eficiencia incuestionable.
Se notaba el desgaste en su redacción, en ciertos tramos del texto donde las frases se alargaban como si su mente divagara por la fatiga, pero siempre entregaba resultados. Y eso era lo único que Richter necesitaba. Resultados.
Con ese archivo cerrado, abrió el último. El más extenso. Siempre lo era. El informe del Dr. Marcus Lee.
Lee operaba en la instalación más lejana de todas, ubicada en la zona norte de Volcaldera Bluffs, y por lo mismo, su tapadera debía ser impenetrable.
El complejo se presentaba ante el ojo público como BondPharm Engineering, una supuesta instalación de desarrollo tecnológico que aplicaba a la salud.
Era una fachada brillante, perfecta para justificar el movimiento constante de materiales, los estrictos protocolos de acceso y las estructuras blindadas dentro del lugar. El sitio incluso organizaba presentaciones privadas para inversionistas falsos, con demostraciones controladas que distraían cualquier atención indebida.
Dentro, el complejo tenía funciones dobles: por un lado, se desarrollaba maquinaria que ayudaba a la creación y mejora de híbridos; por otro, albergaba a los sujetos más estables mentalmente entre todos los complejos.
Era un hecho que mientras más alta era la clasificación de estos experimentos, mayor era la probabilidad de que presentaran problemas mentales graves, pérdidas de control, psicosis o disociaciones.
Los que lograban mantenerse estables eran destinados a Lee, quien los moldeaba para que fuesen herramientas funcionales.
Esto no era una elección aleatoria salida de la nada. El jefe les había dado una orden concreta: tener preparados a un par de esos sujetos para que lo acompañaran en su día a día. No especificó dónde ni cuándo ni para qué.
Solo que debían estar listos. Y ellos, no estaban para interpretar ni para adivinar intenciones. Estaban para cumplir.
A medida que avanzaba en el documento, Richter llegó a una sección mucho más extensa de lo usual. Lee había volcado un nivel de detalle meticuloso describiendo los avances en la compatibilidad entre los sujetos que habían sido reducidos por Código ACUS y las prótesis que se les habían instalado.
Los procedimientos eran agresivos, y si bien los cuerpos aceptaban el metal y los nuevos sistemas con una tasa de éxito aceptable, las mentes no siempre estaban a la altura. Aun así, los progresos eran notables.
Fue especialmente preciso con los casos de Y4 y Y3. En el caso de Y4, quien había recibido prótesis de alto rendimiento en las extremidades inferiores, se realizaron numerosas pruebas de resistencia, control y estabilidad.
Estas nuevas versiones estaban diseñadas para potenciar la velocidad del usuario, pero al inicio presentaban problemas de sobrecarga y deterioro estructural con el uso prolongado.
Gracias a los ajustes realizados en la regulación de energía y en la sincronización neuronal, ahora podía utilizarlas sin complicaciones, manteniendo el rendimiento mejorado sin poner en riesgo la integridad del cuerpo o la estructura de las prótesis.
Y3, por su parte, representaba un caso distinto. Tras la pérdida de ambos brazos y la cola, se le había implementado un sistema de combate alternativo. Las prótesis colocadas replicaban parcialmente la función original, pero ahora contaban con cuchillas integradas en los antebrazos y en la nueva cola.
Dichas cuchillas podían actuar como proyectiles retráctiles, con un mecanismo de recuperación automática. Se hicieron ejercicios exhaustivos para asegurar que Y3 pudiera controlar cada función sin perder estabilidad ni precisión.
Las pruebas incluyeron escenarios simulados de combate, control térmico de los mecanismos y tiempo de respuesta ante amenazas. El resultado fue satisfactorio: dominio completo del nuevo sistema.
En cuanto a Y2 y Y1, el informe destacaba que ambos habían sido sometidos a mejoras genéticas y su proceso de aceptación. El riesgo de que, ante el menor fallo, descendieran a categorías inferiores como RN o RL estaba presente, pero los resultados superaron las expectativas.
Y2 demostraba una resistencia muy superior a la registrada anteriormente, gracias a un nuevo material integrado al tejido, el cual había sido entregado por el subordinado del jefe. Su durabilidad en pruebas de campo había aumentado en un 38%.
Y1 fue el caso más destacado. No solo aceptó sin rechazos las nuevas muestras genéticas, sino que también demostró una compatibilidad excepcional con ellas y con su prótesis de brazo. Sin embargo, este nuevo dato podía volverse innecesario: contra todo pronóstico, Y1 había desarrollado un tipo de regeneración pasiva.
No era tan potente ni tan eficaz como la de Código ACUS, pero en pocos días se había regenerado desde un muñón en el hombro hasta recuperar la mayor parte del brazo, dejando solo la región de la muñeca incompleta.
Calculaban que, de continuar con ese ritmo, recuperaría completamente la extremidad en cuestión de días. El informe decía que cuando estuviera listo se le realizaran un par de pruebas para ver hasta donde es capaz de llegar.
Richter se quedó unos segundos más sobre ese apartado. A pesar de que el contenido del informe era denso y técnico, el panorama general estaba claro: había avances. Lentamente, pero los había. Y con eso, ese leve cosquilleo en su pecho, esa familiar tensión en la base del cuello... se convertía en una expectativa latente.
...
...
...
Perspectiva de Richter
A pesar de los avances evidentes en los sujetos del grupo Y, no podíamos permitirnos bajar la guardia. Por muy prometedor que fuera su comportamiento actual, incluso con Y1 y Y2 solicitando continuar sus mejoras genéticas por voluntad propia, debíamos mantenernos alerta. La obediencia era volátil, una ilusión fácil de romper.
Dr. Richter: (Luego hablaré con Everett... tal vez podamos implementar la Resina de alguna forma. Si ya con la dosis adecuada aumentaba sus capacidades... una sobrecarga podría saturar el sistema de los sujetos sin matarlos. Y, con suerte, también serviría contra ACUS... Tch.)
Todo lo que habíamos logrado. La forma en la que los complejos estaban organizados, la cantidad de híbridos bajo nuestro control, el duplicado en proceso de nuestra herramienta más preciada, uno que esta vez obedecería sin condiciones... y, aun así, esa sombra seguía presente. Ese error.
Ese maldito error que había cometido.
Dr. Richter: (No debería perder el tiempo con esto... Deberia enfocarme en lo importante. Hoy, lo que importa es la reunión.)
No era un pensamiento de consuelo. Era un hecho. Cada cierto tiempo, el jefe se comunicaba con nosotros. Informes, llamadas, mensajes cifrados... siempre distante, siempre desde la oscuridad.
La única vez que tuve que estar en su presencia fue tras la fuga de ACUS. Y a pesar de no verle el rostro, el simple hecho de que me obligara a recibir el castigo sin quejas, agachar la cabeza y sin poder negarme, aceptar su propuesta para una segunda oportunidad...
Igualmente hace un par de días, recibí una instrucción directa mediante una llamada suya: una reunión ‘presencial’. Me enviarían los detalles, la hora y el punto exacto donde sería recogido. Sería en las afueras de Skinrow, un sitio poco frecuentado. Ahí se daría todo...
Dr. Richter: (No es ansiedad lo que tengo por la reunión... es expectativa. Tal vez tenga información nueva sobre ACUS... o quiere que preparemos algo más, tal vez algo que tenga que ver con los sujetos que le dimos para que haga uso de ellos... ¿Una advertencia?, quizás. Todo son suposiciones... Hasta que llegue el momento.)
...
Durante las últimas horas, avancé en varios informes. Procedimientos, correcciones menores, una posible optimización en el método de distribución entre complejos. También envié la propuesta a Everett sobre la sobredosis de Resina. Le sugerí realizar pruebas con los sujetos Y bajo condiciones controladas.
Ver si podíamos forzar un nivel máximo de operatividad... o encontrar un punto de ruptura, comento que podría hacer que el cuerpo no resista la dosis y se deteriore... Todas las respuestas eran igual de útiles.
Ahora, solo me quedaba esperar.
Estaba sentado en un banco viejo de madera a las afueras de Skinrow, fumando con calma mientras los minutos pasaban. Me había preparado para no destacar, con ropa discreta o normal en el mejor de los casos: un abrigo largo marrón oscuro, camiseta gris, pantalones negros.
Nada llamativo. A ojos de cualquiera, podría ser solo era un oficinista más en su día libre. Nadie que mereciera una segunda mirada.
Apenas revisé la hora en mi reloj de pulsera y, como si el destino operara con exactitud quirúrgica, un auto gris, algo más largo de lo habitual, se detuvo justo frente al banco en el que estaba sentado. A los pocos segundos, la puerta del vehículo se abrió, revelando a un Parasaurio de postura imponente.
Tenía escamas gris oscuro, apenas matizadas por vetas más claras en el contorno de la cresta y el cuello de amarillo pálido. Sus ojos, ocultos parcialmente tras unas gafas delgadas, transmitían una calma inquebrantable.
Vestía con un abrigo negro de corte largo sobre un traje formal color borgoña, perfectamente ajustado. Cada parte de su apariencia gritaba poder contenido. Refinamiento y amenaza en un mismo envase.
Tuve que contener la mueca de desagrado que se insinuaba en mi rostro por tener que estar en el mismo espacio que él.... pero si ese sujeto estaba presente... era por una razón de peso que se relacionaba con el jefe.
Me hizo un ademan con la mano para que subiera. Tire el cigarro al piso y lo aplaste. Tomé mi bastón, me levanté con una calma falsa y subí al vehículo. El interior era más simple de lo que esperaba, salvo por un detalle: un panel oscuro bloqueaba por la vista hacia el asiento del fondo, aunque se lograba ver la figura tras esta.
No necesitaba muchas pistas para saber quién estaba allí.
???: "Ha pasado mucho tiempo desde que hemos estado tan cerca, ¿No lo crees... Richter?"
No fue una afirmación casual. Lo dijo con un tono que escarbaba directamente en la herida abierta de aquella vez en que fallé. Apreté el bastón con más fuerza. Solo esa frase bastaba para dejar clara la dinámica de esta reunión.
Dr. Richter: "En efecto señor... han pasado uno que otro mes. Pero, si me permite decir... ¿qué lo trae aquí para tener que venir en persona?"
Jefe: "No hay apuro, Richter. Tenemos tiempo para hablar... Pero antes de que empecemos con todo: Angelo, dale lo necesario."
El Parasaurio a mi lado, Angelo, me entregó una carpeta un poco gruesa con documentación ordenada. Informes, resúmenes de estado y otros papeles con sellos. Nada fuera de lo habitual, lo recibí sin decir ninguna palabra mientras lo ojeaba un poco.
Jefe: "Angelo es uno de mis enlaces directos. Fue él quien les suministró los recursos, la información... y varias otras cosas. No necesitas saber más por ahora. Así que vamos al grano: los sujetos que me proporcionaste..."
Dr. Richter: "¿Hubo algún inconveniente con ellos, señor? Si hay... inconvenientes, puede devolverlos para que de ese modo nos encarguemos de neutralizarlos y reemplazarlos con otros de mejor rendimiento sin que usted se moleste en nada."
Jefe: "Nada de eso. Al contrario... Quiero felicitarte. No solo siguieron las órdenes al pie de la letra, sino que lo hicieron sin una sola pregunta, sin cuestionar nada. Eficiencia pura. Precisos. Los resultados me han sido... satisfactorios. Por esa razón, quiero que me envíes a un tercero."
Mantuve el 4rostro neutro, pero dentro de mí se encendió una alarma silenciosa. Ese tipo de elogio no era gratuito. Estaba allanando el terreno para algo.
Dr. Richter: "En cuanto concluya esta reunión, prepararé un nuevo sujeto para usted. Sin retrasos."
Jefe: "No esperaba menos..., Pero dejando eso de lado... me enteré de lo que sucedió hace unas semanas. Aunque podría considerarse otro... 'error', por lo que me informaste después de lo sucedido, no fue en vano. Ahora dime, Richter... quiero que me hables de lo que está creciendo en tu laboratorio. El proceso actual que lleva. Todo lo que estimes necesario..."
El ambiente en el auto cambió en cuanto esa palabra salió de su boca. Fría. Precisa... Venenosa. Su tono estaba cargado de una calma antinatural, esa que solo alguien verdaderamente peligroso podía manifestar. La atmósfera misma se volvió densa, como si el aire se cargara de una presión invisible.
Por suerte, habíamos logrado montar la estructura básica del proyecto en tiempo récord, suficiente como para no dejarle vacíos en los informes. Cada palabra que pronunciara a partir de ahora iba a ser clave. Literalmente. Podía costarme mucho más que la vez anterior.
Dr. Richter: "El sujeto en desarrollo ya manifiesta una forma humanoide reconocible considerando a cuando empezamos. Teniendo en cuenta que apenas han pasado dias desde la activación del cultivo inicial, es un avance considerable.”
Me tome un momento para organizar mis palabras, aunque sea para tener un mínimo de confianza en mi voz.
Dr. Richter: “Estimamos que, si continua con la velocidad que nos está mostrando, en poco tiempo, unas cuantas semanas más calculamos..., alcanzará una madurez estructural apta para su entrenamiento y programación conductual."
El jefe soltó una breve risa. Apenas un murmullo, pero suficiente para cortarme la respiración unos segundos. El Parasaurio a mi lado, Angelo, no apartaba la vista de mí. Su mirada era fría. Inquisitiva. Como si evaluara cada movimiento, cada tic involuntario. Como si buscara un motivo para condenarme.
Jefe: "Me alegra escuchar que funcione... lo que sea que estés haciendo con tu equipo.... Pero dime algo, Richter. ¿Cómo puedes estar tan seguro de que esto no terminará en otro desastre como la vez anterior?"
Un escalofrío recorrió mi espalda, helado y cortante. No necesitaba verlo para saber que ahora me estaba mirando directamente. Deslicé los dedos por el bastón, solo para recordar que seguía firme. Que seguía respirando. Que podía responder.
Dr. Richter: "La diferencia clave está en el origen... Este nuevo sujeto está siendo creado desde cero, sin antecedentes ni fragmentos inestables. Su estructura mental es moldeada desde el inicio, y eso nos da el margen necesario para implementar directrices conductuales con mucha mayor eficacia. El resultado es un sistema obediente, sin conflictos internos ni desviaciones emocionales inesperadas."
Jefe: "Hmph... eso será suficiente con lo relacionado con este asunto. De momento.... Aparte que ya ni siquiera sirve advertirte sobre lo que pasará si fallas otra vez. Sólo espero que esta cosa... sea más mucho eficiente que la primera."
Dr. Richter: "Lo será, señor. Aunque cada uno de nosotros tenga tareas específicas en los distintos complejos, todos colaboramos activamente en el crecimiento y la estabilidad del sujeto. Esta vez... no habrá fallos."
Hubo un pequeño momento de silencio. De esos que no duraban demasiado en tiempo real, pero que se sentían como minutos extendidos en una tensión casi irrespirable. Aun si parecía que había superado lo más delicado de esta reunión, el ambiente dentro del auto seguía tan denso como al principio.
El jefe seguía hablando, su voz serena, pausada, escondiendo siempre algún filo entre líneas. Mientras tanto, el Parasaurio a mi lado no había dejado de observarme; sus ojos alternaban entre mi rostro y los documentos que aún sostenía.
El trayecto se me hacía eterno. No sólo por el silencio ni por el aire contenido, sino porque sabía que algunos de los datos que acababa de recibir significaban más trabajo, más ajustes, más posibles errores a considerar.
El jefe no había cambiado ni un solo matiz de su voz.
Jefe: "Parece que se me acaba el tiempo que puedo darte hoy. Tengo ciertos planes que requieren de mi presencia. Pero antes de eso... hay un último tema del que quiero hablarte. Angelo... encárgate."
Sin perder un segundo, el Parasaurio a mi lado me entregó un sobre cerrado. Al abrirlo, encontré un papel con indicaciones claras, coordenadas y un horario.
Angelo: "Lo que tienes en tus manos es información sobre una ubicación y el tiempo en que ese sujeto que llaman 'ACUS' estará presente. Se les dará otra oportunidad para neutralizarlo. Además, en ese informe hay una lista con aquellos que puede considerar importantes. Podrán usarlos como ventaja... rehenes, en palabras simples. Mientras más, mejor."
Eché un vistazo al contenido. El lugar era un restaurante cercano a la zona conocida como "Little Troodon", a partir de las 4 de la tarde. La lista que mencionó incluía detalles sobre esos individuos cercanos a ACUS y era sorpresivamente precisa con su apariencia: una Anquilo de color naranja, una Ptero blanca, un Ptero negro con franjas naranjas... y también... una Stego verde.
Recordé la información que nos proporcionó el líder del grupo Y después del asalto fallido... debe de ser la misma... son solo simples escamosos.
Dr. Richter: "Usaremos al Grupo Y para realizar el asalto en ese sitio. El complejo del norte es el más cercano y el mejor posicionado para esa operación. En cuanto a los potenciales rehenes... me proporcionaron datos suficientes... podrán ser útiles, pero... aun no entiendo porque necesitar más de uno..."
Jefe: "Has lo que te parezca lo más apropiado. Según lo que Angelo me comentó antes de esta reunión, 'ACUS' tiende a volverse... digamos que más tranquilo cuando está rodeado de estos dinos que aparecen en esa lista. Quizá te sirva para mantener bajo control cualquier variable molesta."
Lo dijo con un tono aburrido, como si me hablara de la temperatura o del menú del restaurante. Pero sabía que cada palabra contaba. Como siempre debía evitar el peor escenario posible.
Después de eso no faltó mucho para que el vehículo en donde estaba se detuviera. El Parasaurio a mi lado me hizo un gesto claro: podía bajarme. Pero antes de poder moverme, el jefe me habló una última vez.
Jefe: "Así es como concluye nuestra reunión. Espero que haya quedado claro todo lo que hablamos. Y no esperes algo similar a esto de nuevo. Las próximas semanas tengo la agenda ocupada. Volveremos al método de informes y mensajes anónimos."
Dr. Richter: "No tengo dudas sobre cómo proceder. Informaré a mis colegas lo más pronto posible sobre los puntos más relevantes que hablamos. Esperaré atentamente su siguiente comunicado."
Con eso, abrí la puerta del vehículo y regresé al mismo punto donde había iniciado esta charla: el mismo banco, el mismo suelo, incluso el mismo cigarro pisoteado en la acera. Al cerrar la puerta, el auto se alejó de inmediato, como si nunca hubiese estado allí.
Emprendí el camino de vuelta hacia el complejo principal del puerto. Los pasos que tenía eran los mismos, pero las prioridades habían cambiado. Ahora tenía que responder a las necesidades del jefe, coordinar al equipo, y preparar a los sujetos necesarios. Todo con la precisión de un bisturí en cirugía mayor.
Dr. Richter: (Tendré que notificar a Everett. Su línea de trabajo con la resina será clave en el operativo. Si esto va a funcionar, necesitaremos neutralizar a ACUS con algo más que fuerza bruta, la sobredosis de resina será lo ideal... aunque...)
A medida que avanzaba, las implicancias se ramificaban. Sería un desperdicio absoluto simplemente erradicarlo sin obtener algo a cambio.
Si llegamos a capturarlo, podríamos extraer muestras directas de tejido neural, médula ósea, sangre, tejido regenerativo, incluso tejido activo de las zonas que se consideren de mayor valor. Con esos elementos, podríamos acelerar la maduración de su réplica. Y después, eliminar al original de manera definitiva.
Dr. Richter: (Aún tengo algo de margen, pero cada segundo cuenta si quiero asegurar una tasa de éxito aceptable. Tengo que garantizar que cada movimiento sea exacto.)
Había demasiadas piezas moviéndose al mismo tiempo, prácticamente se estaban amontonando. Pero en este caos, yo encontraba estructura. Sólo necesitaba ajustar cada elemento para que encajara en su lugar.
Y con esta nueva etapa en marcha... la cuenta regresiva había comenzado...
...
...
...
Perspectiva de ¿?
Apenas cerró la puerta ese idiota, el auto comenzó a avanzar de inmediato. Tenía que prepararme para una larga jornada: revisar informes, confirmar tratos y aparentar decencia en esa estúpida campaña que cada vez drenaba más mi paciencia. Ya había empezado a ordenar mis prioridades mentales cuando la voz de mi subordinado me interrumpió.
Angelo: "Disculpe la pregunta señor, pero... ¿de verdad considera correcto darle esta oportunidad al Skinnie nuevamente? No es que dude de su decisión, sólo... me cuesta entender por qué aún no lo hemos eliminado."
Jefe: "Angelo, Angelo... es más simple de lo que parece. A pesar de haber desperdiciado algunos recursos que le entregamos, ese tipo sigue siendo útil. No te voy a mentir, después de lo sucedido hace dias, su destino ya estaba sellado. Pero entonces, envió ese informe... el del duplicado."
Ese maldito informe fue lo que le salvó la vida. Literalmente. No porque lo que presentara fuera alguna clase de maravilla, sino porque demostró que esos diez años no fueron del todo un desperdicio.
Si realmente logra crear una vasija vacía, carente de voluntad, moldeada sólo para obedecer, todo desde cero, entonces tendría en mis manos la herramienta definitiva. La clase de recurso que no pide explicaciones... que simplemente actúa a mi voluntad.
Angelo: "Ahora entiendo mejor su punto..."
Jefe: "Lo que sea que esté cocinando ese imbécil en su tanque es la única razón por la que sigue respirando. Pero, dejando eso... repíteme otra vez lo que me contaste. Sobre lo de la ubicación. Las personas cercanas a esa cosa... ese AC artificial..."
Angelo se quedó en silencio un momento. Claramente trataba de ordenar sus recuerdos para no cometer errores.
Angelo: "Como le mencioné anteriormente... mi heredera asiste a la misma escuela que esa cosa. Fue una coincidencia que me hablara de ese sujeto para poder unir los hilos... Lo investigué yo mismo, pero todas las entradas que encontré eran falsas. Ni una sola dirección verificada era real. Incluso cuando envié gente a rastrearlo para saber donde residía, siempre desaparecía antes de poder seguirle el rastro. Al final, suspendí los intentos."
Jefe: "Cierto... recuerdo mejor la conversación ahora cuando habías comentado eso... igual que el asalto fallido que organizaron esos imbéciles de batas blancas."
Pude ver a través del panel oscuro cómo Angelo asentía, bajando ligeramente la cabeza. No por sumisión. Sino por el peso de la información.
Angelo: "Para ese incidente, tuve que ordenarle a mi heredera que regresara antes de que todo explotara. No podía permitir que se viera envuelta. Pero esta vez... no fue ella quien me dio la supuesta ubicación. Lo que sí pude extraer fueron los nombres y apariencias de quienes ese sujeto considera importantes. Conversaciones viejas... y nuevas. Basta con eso para sacar la información de la institución."
Jefe: "Curioso... Cuando me diste el resumen, no mencionaste cómo obtuviste exactamente esa información, Angelo. A pesar de ser mi mano derecha, espero que no creas que eso te exime de ser preciso. Dime algo... ¿estás seguro de que es 100% verídica?"
El tono que usé fue distinto, uno que rara vez empleaba con él. No era una duda cualquiera, era un juicio velado. Una forma de recordarle que incluso los más cercanos debían mantener sus estándares.
Angelo había estado a mi lado durante mucho tiempo, y pocas veces había omitido detalles. No era como los otros subordinados que solo sabían lamer la suela de mi zapato esperando una migaja de reconocimiento.
Se había ganado mi respeto con trabajo impecable, sin adornos ni excusas. Casi nunca fallaba, y cuando lo hacía, las pérdidas eran tan mínimas que ni siquiera rompían la estadística esperada excepto con un individuo en específico que le complico las cosas...
Además, su influencia en Volcaldera era notoria. Si no fuera por ese condenado T-Rex italiano y su relación con el comisionado de la policía, Angelo ya tendría el bajo mundo de la ciudad bajo su bota.
Angelo: "Fue una situación bastante... inusual, para ser sincero. Estaba llegando a casa cuando vi a mi hija en la sala, junto a su... pareja. De la nada, el chico me pidió permiso para llevarla a un sitio."
Su voz no tenía dudas. Era firme, medida. Siempre hablaba así. No porque no pudiera mostrar emoción, sino porque sabía cuándo cada palabra debía pesar lo justo.
Angelo: "Después de preguntarle al idiota sobre detalles, mencionó que un par de conocidos tocarán. Al profundizar un poco, apareció el nombre que usa ACUS.... Seguramente estará ayudando o algo parecido. Por eso no detallé demasiado; consideré irrelevantes esos datos al principio."
Jefe: "Teniendo en cuenta eso... hiciste bien. Como siempre, sólo lo más importante. Buen trabajo."
Poco después, el auto se detuvo al llegar a destino. Un edificio industrial que ya había visto muchas veces, una estructura agotadora incluso para la vista. Sin decir palabra, descendimos del vehículo y comenzamos a caminar hacia él.
Caminé por el edificio con Angelo siguiéndome a pocos pasos. Todo era tan repetitivo que podría hacerlo con los ojos cerrados: los mismos dinos de siempre cruzándose en los pasillos, oficinistas con tabletas, secretarios con sonrisas falsas. Cada vez que pasaba, tenía que simular una expresión amable. Aun cuando por dentro, solo quería avanzar.
Pasaron varios minutos hasta que llegamos a una puerta vigilada por dos híbridos con trajes. Estos eran de los que nos habían enviado los científicos, sujetos de alta categoría.
Uno de ellos era claramente más grande, su físico imponente, robusto como si hubiese sido diseñado para romper muros con el pecho. El otro era más delgado, pero con un cuerpo afilado, hecho para moverse rápido y cortar como cuchilla.
Ambos se mantuvieron atentos, sin perder detalle de nuestros pasos. Les di la orden de mantenerse alerta, que nadie ajeno entrara por esa puerta. Nada más.
Cuando me vieron acercarme, se inclinaron ligeramente como señal de reconocimiento. Les hice un ademán leve para que retomaran su postura. No quería ceremonias. Cruzamos la puerta entre ellos, y nos adentramos en una oficina que era el contraste perfecto al resto del lugar: ordenada de pies a cabeza.
Fui directo al escritorio central. Comencé a organizar varios documentos, mientras revisaba el horario con todos los eventos y reuniones que tenía pendientes. Angelo, sin que se lo pidiera, ya estaba ayudándome a clasificar los papeles según prioridad.
Entre todo lo que hacía en ese escritorio, uno de los elementos que más tiempo consumía eran los documentos relacionados con mi supuesta campaña a la alcaldía.
Tenía llamadas programadas con representantes de comunidades híbridas, propuestas impresas con sellos oficiales sobre planes de integración educativa, becas para jóvenes de origen mixto, y hasta discursos redactados para la próxima reunión pública en la plaza del centro.
Todo esto envuelto en la narrativa de un futuro inclusivo para Volcaldera. En la superficie, era un candidato progresista, con una visión clara y un equipo entregado a la causa de la diversidad social. Una fachada impecable.
Usé lo más fácil para ganarme a los estúpidos de esta ciudad: me fui directamente por el extremo más vulnerable. Los híbridos. Los cruzados. Los rechazados. Aquellos que el sistema había empujado a los bordes.
Si lograba que esos idiotas creyeran que los comprendía, que estaba de su lado, tendría una base fiel, lista para defender mi nombre sin importar cuán podrido estuviera el interior. La mayoría de las promesas eran falsas. Los discursos, arreglados.
Cada palabra estaba medida, cada silencio planificado. No se trataba de ayudar a nadie. Solo de escalar. Pasaban los minutos mientras Angelo y yo avanzábamos en las tareas. Clasificando documentos, atendiendo detalles logísticos, corrigiendo errores de comunicación.
Todo fluía como debía, hasta que llegamos a los papeles manchados por fracasos. Varios eventos que no se desarrollaron como estaba planeado. Situaciones que escaparon de nuestras manos por culpa de un solo nombre: Alphonse Dubois. El actual alcalde de Volcaldera.
Él no era como los otros postulantes. Cada uno de ellos tenía algo que podía destruir su carrera, y probablemente su vida. Un secreto. Un error. Un desliz. Insectos fáciles de aplastar. Pero Alphonse... Alphonse era distinto. No había nada. O, mejor dicho, no pude encontrar absolutamente nada.
Le pedí a Angelo que se encargara personalmente de buscar sus trapos sucios. Algo que acabara con su carrera. Un escándalo, una conexión indebida, cualquier cosa. Durante un tiempo no hubo noticias al respecto. Hasta que me informó que ninguno de sus hombres logró encontrar algo concreto, y varios de ellos salieron heridos en el proceso.
Otros simplemente desaparecieron.
Fue entonces cuando empezamos a notar un patrón. Siempre que Alphonse salía a un evento o reunión, era acompañado por al menos dos sujetos vestidos como mayordomos. Elegantes, discretos, pero demasiado atentos.
Al cambiar de objetivo y comenzar a investigarlos a ellos, descubrimos que cada vez que se lograba obtener algo, por mínimo que fuera, algo ocurría. Fugas de datos, desaparición de testigos, destrucción de falsa evidencia.
Tras varios intentos fallidos, desistimos. Angelo y yo decidimos que seguiríamos generando retrasos en su agenda, interfiriendo donde fuera posible sin estar conectados... pero fuera de eso, no podíamos hacer nada más. Por ahora.
Los minutos volaron. Apenas me percaté de cómo el reloj se devoraba el tiempo mientras Angelo y yo finalizábamos los últimos detalles. Ya casi todo estaba listo para salir al evento que se llevaría a cabo cerca de la zona.
Aproveché ese momento para revisar unas cuantas cosas pendientes, en especial sobre ciertos subordinados cuya vigilancia nunca estaba de más.
Jefe: "Angelo, ¿tienes los informes sobre los encargados de montar la tapadera para los idiotas de batas blancas? Además de los movimientos recientes de estos."
Por mucho que ese viejo bastardo de Richter pareciera seguir mis órdenes, nunca se es demasiado cuidadoso con esa clase de hombres. Inteligentes, sí, pero también peligrosos si se les da demasiado margen. Angelo, al escucharme, se levantó sin decir nada y fue hacia un mueble cercano. De él extrajo una carpeta amarilla que dejó frente a mí.
Angelo: "Ahí está el informe semanal de los cuatro complejos, y de quienes los dirigen."
Le hice un gesto para que regresara a su puesto, y sin perder tiempo, abrí la carpeta. Cuatro hojas. Cada una con la información precisa, sin decoraciones ni discursos innecesarios. Justo como me gusta.
La primera hoja hablaba del complejo que funcionaba como base principal para los de las batas blancas en el puerto. El rostro al mando era Herman Delvaux.
Un nombre que encajaba demasiado bien con la tapadera del lugar. Delvaux era un hombre de origen costero, curtido por años en operaciones logísticas y de transporte, con una mente analítica que no se distraía con pequeñeces.
Había trabajado antes en gestión de mercancías perecederas, lo que hacía de la fachada del transporte de pescado y productos marinos una elección natural. Sabía cómo mantener todo bajo radar, y eso lo volvió valioso.
Era metódico hasta la medula. Sin embargo, no podía confiar plenamente en él. Había ciertos ámbitos en su vida personal que siempre resultaban... cuestionables. Una fijación excesiva por la "pureza" en algunos aspectos. Comentarios sueltos que denotaban una moralidad... elástica. De esos que no te traicionan con un arma, sino con una idea.
La siguiente hoja era sobre el complejo ubicado en el centro de la ciudad. La compañía de logística terrestre que operaba en la distribución de tecnología.
La encargada de este sitio era Miranda Kehl. Ambiciosa, joven para su posición, pero con una mente estructurada que imponía orden sin necesidad de levantar la voz.
Kehl sabía cómo dirigir. Tenía carisma, una especie de firmeza vestida de diplomacia. Sabía exactamente qué decir para que todos le respondieran sin resistencia. Y eso era justo el problema.
Era demasiado buena en parecer lo que no era. Nunca sabías cuál era su verdadero rostro. Y ese tipo de gente es la que más desconfianza me genera. Los que sonríen y alaban incluso cuando ya tienen el cuchillo bajo la mesa.
La tercera hoja correspondía al complejo del oeste. Aquel que era una planta de procesamiento de fertilizantes para jardinería urbana. Olor pestilente constante, actividad de camiones cisterna y empleados con trajes protectores.
Nadie quería acercarse a un lugar así. Y al frente de esa operación estaba un hombre llamado Ben Harper.
Harper era un sujeto hermético, pragmático de pies a cabeza. Se había ganado su puesto gracias a una eficiencia brutal: los envíos llegaban, se procesaban y desaparecían como si nunca hubiesen existido.
Su organización interna era un reloj. Y, sin embargo, nunca pude confiar del todo en él. No por su rendimiento, sino por cómo miraba a los demás. Condescendiente.
Como si supiera algo que nadie más entendiera. En el pasado, deseaba que su silencio solo significara desapego... pero a estas alturas, sabía que ocultaba mucho más.
A diferencia de las primeras dos hojas, esta contenía un apartado... que me confirmo ciertas cosas. Richter había empezado a utilizar ciertos ADN que antes descartaba sin pensarlo. Material genético que había sido considerado de "bajo valor operativo".
Ahora, de repente, tenía utilidad, debido a que lo suplementaba directamente Angelo. Otro motivo para desconfiar. No era el tipo de cambio que se anunciaba con bombos y platillos.
Era sutil, casi invisible. Pero lo noté. Igual que noté el leve gesto de desagrado que hizo al subir al auto cuando vio a Angelo. Un movimiento casi imperceptible. Pero ahí estaba. Confirmaba su punto de vista. Ese humano de pacotilla aún se creía superior.
Dejando de lado pensamientos innecesarios por el momento, observé la última hoja. El complejo del norte. BondPharm Engineering. Una supuesta instalación de desarrollo tecnológico para la salud. Movimientos constantes, seguridad reforzada, presentaciones privadas para inversionistas falsos... una joya de encubrimiento.
Y al frente de todo eso, el hombre detrás de una máscara: Bondrewd. Un nombre que se había convertido en marca. Lo podría considerar el segundo mejor, justo por debajo de Angelo.
Por fuera, era encantador. Caballeroso. Incluso extravagante, con un carisma que parecía genuino. Llevaba años construyendo una imagen de benefactor, de mente brillante al servicio del progreso. Su historial de avances en beneficio de la sociedad era impecable. Y, sin embargo, yo sabía bien lo que ocultaba.
Bondrewd valoraba la ciencia por encima de todo. No se podía cuestionar su eficiencia, era incuestionable. Pero su obsesión con el conocimiento lo había llevado a realizar pruebas sin una pizca de moral. Experimentaba por pura necesidad de saber. Si la teoría era válida, entonces el sacrificio estaba justificado.
Siempre.
Si lo hubiera puesto al mando del proyecto ACUS, habríamos reducido seguramente el tiempo de desarrollo a la mitad, tal vez más. Pero no podía permitirme eso. No confiaba en los métodos que usaría ni en los cuerpos que desecharía en el camino.
Es alguien impredecible. No es leal. No es traidor. Es... una variable. Si recibe demasiada influencia, la probabilidad de que hasta yo termine en su lista de experimentos es demasiado alta...
Jefe: (Aunque si ese idiota de Richter falla... tal vez haya un cambio de personal...)
El contenido de la hoja era una mezcla del trabajo con la tapadera y agradecimientos disfrazados de informes. Tenía sujetos de prueba hasta el hartazgo, y los usaba para validar el desarrollo de nuevos artefactos.
Uno de ellos era una red de implantes neuronales con capacidad de estimular regiones cerebrales para suprimir emociones en pacientes con trastornos severos. Sonaba benevolente. En realidad, lo había probado para volver completamente sumisos a híbridos que nacieron con un espíritu rebelde.
Otro experimento involucraba un suero regenerativo con aplicaciones médicas. Lo presentaba como una ayuda a los trasplantes tradicionales. Pero los sujetos inyectados con el prototipo morían en un 60% de los casos.
A los sobrevivientes se les inducía dolor crónico solo para estudiar la resistencia del compuesto en condiciones adversas.
Y, a pesar de todo... sus resultados eran impecables.
Luego de repasar los informes de los complejos, no quedaba mucho más por hacer. Terminé los últimos pendientes con una precisión mecánica. Trabajar junto a Angelo aliviaba la carga en la mayoría de los casos; su eficiencia era algo que ni siquiera necesitaba supervisar.
Con todo en orden, salimos de la oficina. Le hice una señal al híbrido delgado, el que tenía ese cuerpo afilado. Le indiqué con un gesto que nos siguiera, dejando al otro cuidando la oficina.
Nos dirigimos sin prisa a la salida.
Jefe: "Angelo..., quiero un informe resumido sobre el estado de tu red. Aprovecharemos el trayecto para eso."
Seguimos caminando hasta abandonar el edificio y subir al mismo vehículo de antes. Angelo y yo tomamos asiento en la parte trasera, preparados para conversar sin interrupciones. El híbrido ocupó su lugar en el asiento del copiloto, junto al conductor. Apenas cerré la puerta, Angelo comenzó a hablar.
Angelo: "La situación actual se mantiene estable, señor. No ha habido interferencias externas en ninguno de los locales. Todo opera dentro de los parámetros esperados. En lo que respecta a la obtención de 'recursos', consideré prudente reubicar el punto de recolección."
Jefe: "Explícate. ¿Hubo algún incidente?"
Angelo: "Nada significativo. Pero la frecuencia de civiles en las inmediaciones estaba aumentando de forma constante. La posibilidad de exposición directa superaba el umbral tolerable. Opté por trasladar la operación a una zona en la que mantengo el mismo nivel de control estructural y territorial, pero siendo menos transitado."
El vehículo continuó su marcha mientras Angelo describía, con su precisión habitual, los ajustes realizados en la logística de su red. Su tono era el de siempre: medido, exacto. Sin adornos innecesarios. Su negocio funcionaba como una maquinaria silenciosa.
Mediante intermediarios cuidadosamente seleccionados, fachadas legales y conexiones que se ramificaban entre negocios, Angelo aseguraba el flujo continuo de material genético fresco para los científicos. ADN puro, viable, libre del deterioro que afectaba los traslados prolongados. No necesitaba ensuciarse directamente, pero conocía cada engranaje del sistema.
Cuando finalmente llegamos a nuestro destino, supe que era momento de iniciar la rutina pública. Angelo fue el primero en descender del vehículo. Rodeó el auto con calma y me abrió la puerta.
Desde mi posición, pude ver la zona dispuesta para el evento: una multitud moderada ya se había congregado frente al escenario improvisado. Banderines, sillas perfectamente ordenadas y un podio con un micrófono adornado con los colores de la campaña aguardaban. El híbrido fue el último en bajar, cerró la puerta con precisión y se posicionó tras de mí, como guardia.
Era hora de interpretar al alcalde que la gente quiere...
Apenas empecé a caminar, mi expresión cambió por completo. Caminaba con paso relajado, esbozando una sonrisa tranquila, saludando a los ilusos que se habían reunido para esta charlita.
Algunos levantaban pancartas improvisadas, otros coreaban mi nombre con entusiasmo hueco. Virotes de tela ondeaban con los colores de mi campaña.
Al llegar al punto designado, ajusté el micrófono colocado en el podio y dejé que mi mirada recorriera a la multitud. La mayoría eran saurios, algunos híbridos, y para mi sorpresa un par de Skinnies dispersos.
Jefe: "Espero que no me haya demorado demasiado... Esta charla, como muchas otras tareas que forman parte de mi compromiso, es una prioridad para mí."
Las primeras palabras con un tono amable y bondadoso..., vacías y sin una gota de vida real detrás, parecieron surtir efecto. Algunas voces se alzaron con ánimos hasta que poco a poco el murmullo general se disipó. Me observaban con atención. Había ojos expectantes, miradas cargadas de sueños, de esperanzas...
Todo eso me resultaba profundamente molesto.
Jefe: "Hoy estamos aquí porque quiero hacer algo más que presentar propuestas. Esta reunión no es solo para hablarles... sino para escucharlos. Porque cada uno de ustedes, como yo, tiene una historia, una voz. Y esa voz merece ser escuchada."
Mentiras envueltas en promesas. Una tras otra. Mientras fingía escuchar las preguntas o comentarios del público, no había nada genuino en mi rostro, solo la fachada de un hombre accesible.
El supuesto alcalde que abriría sus puertas, que recibiría a todos con los brazos abiertos. Todo formaba parte de un plan. Este era apenas el primer escalón. Con el puesto, tendría un control más amplio, podría moverme con libertad, influir donde antes necesitaba intermediarios.
¿?: "¡Disculpe! Ohya Ichiko, reportera ¿Qué planea hacer con las pruebas de clasificación? Muchas de esas pruebas son extremadamente traumáticas para los jóvenes... especialmente para quienes apenas entienden lo que están enfrentando."
Esa pregunta me tomó por sorpresa. Entre tanta basura emocional y gritos mal articulados, alguien había conseguido formular algo coherente. Y lo mejor de todo: era una preocupación válida. Si jugaba bien mis cartas, podía usar eso a mí favor.
Jefe: "¡Esa es una excelente pregunta, señorita! Me alegra que se haya tocado ese tema, porque toma puntos críticos que muchos prefieren ignorar. Verán... yo mismo he vivido, en carne propia, lo que implican esas pruebas...”
Me tome un momento para ver mejor a quien hizo la pregunta, era una Braquiosaurio albina con rastros negros
Jefe: “...Muchos de ustedes tal vez no lo saben..., pero las pruebas de clasificación no solo pueden ser duras para los jóvenes, sino devastadoras para las familias. No todos están preparados para enfrentarlas, y aún menos para entender lo que realmente significan si uno no está informado."
Ohya: "Disculpe, ¿podría explayarse un poco en esa última parte? Lo que dijo sobre no entender realmente lo que significan las pruebas."
Jefe: "¡Por supuesto que sí! Me refiero, sobre todo... a la reacción de quienes no conocen el sistema. La más común... es el miedo. Cuando se revelan los resultados de estas pruebas, no importa si el híbrido es un alma pura, alguien incapaz de hacerle daño a nadie... A sus ojos, ya está marcado. Ya es un parásito. Un fenómeno. Un monstruo... Todo por una condición que jamás eligió."
Ahora sí. Tenía toda la atención. Las miradas estaban fijas en mí, especialmente las de los híbridos presentes. Y si era verdad que esta chica era una reportera, todo esto quedaría registrado como un testimonio poderoso, justo lo que necesitaba para alimentar el ideal que quiero proyectar.
Aumentará mi influencia, sin duda... pero, por precaución, me aseguraré de que la versión final del artículo me favorezca. Le pediré a Angelo que se encargue.
Ohya: "Gracias por sus palabras. Aunque... tengo una pregunta que podría ser algo personal. Si no desea responderla, lo entenderé. Es sobre su propia clasificación. Por lo que dijo, parece haberlo vivido en carne propia."
Jefe: "No tengo ningún problema en hablar de eso. De hecho... creo que es necesario. Nací clasificado como RM... que, en términos simples, es comparable a un dino promedio. Pero las cosas se volvieron... más complicadas con el tiempo. A una edad temprana... gracias a esas pruebas, determinaron que mi clasificación había subido a RA... y apenas tenía trece años cuando me dieron la noticia."
Mientras lo decía, hacía algunos gestos sutiles, bajaba un poco la mirada, como si reviviera el dolor de aquel recuerdo. Pero la verdad... me hacía gracia. Todo lo que contaba podía encontrarse en registros públicos si alguien tenía el tiempo de investigar.
Pero dicho con el tono correcto, sonaba a una historia de superación.
Jefe: "No sé cómo, pero cuando descubrieron mi clasificación... empezaron los problemas. Acoso... sobrenombres... Me convertí en una paria durante el resto de mi estadía en la escuela, sin haber hecho absolutamente nada. Pero gracias al apoyo de ciertas personas... logre seguir adelante. Aprendí lo que tenía que hacer. Di todo de mí para entender... cómo podía cambiar eso. Cómo podía mejorar."
Ohya: "Eso que acaba de decir... suena muy profundo. ¿Podría contarnos más al respecto?"
Su tono. Ahí estaba. Había funcionado. Se tragó cada palabra de esta obra cuidadosamente construida. Lo que comenzó como una simple charla pública, se había convertido en el escenario perfecto.
Jefe: "No quiero que ningún joven... ninguno... pase por lo que yo viví. Esa experiencia... esa marca... no debería definir a nadie. Por eso, esta... esta es mi primera gran acción para lograr ese cometido. Para ayudar a esta comunidad. Para cambiar la forma en que nos ven. Que la sociedad empiece a reconocer... que quienes nacieron de esta manera no son errores. No son aberraciones. Son personas. Personas con un don. ¡Y lo juro... lo juro por mi nombre... Shido Masayoshi... que voy a darlo todo para que ese cambio se haga realidad!"
Los gritos de ovación no tardaron en llenar el lugar. Primero los híbridos, y luego, como una ola, se sumaron los saurios y los Skinnies. La reportera, Ohya, parecía más que satisfecha con el cuento que acababa de recibir.
A partir de ese momento, la charla volvió a caer en la monotonía habitual. Comentarios irrelevantes, propuestas sin sustancia... pero ese pequeño evento era todo lo que necesitaba. Sabía que podría sacarle el máximo provecho.
...
...
...
Perspectiva de Alphonse.
Entre documentos administrativos, reportes de obras urbanas y revisiones presupuestarias, también se acumulaban los asuntos relacionados con la campaña de reelección.
Coordinaciones logísticas, comunicados de prensa y ajustes a la agenda de los próximos eventos llenaban mi escritorio, aquí en la oficina de la alcaldía. Mientras revisaba cada uno metódicamente, Lycaon era el único que permanecía a mi lado, ayudándome con el papeleo.
El resto de su unidad, según me había informado, se encontraba realizando tareas de "jardinería"... oh, mejor dicho, limpiando ciertas hierbas indeseadas que habían crecido por el camino.
Estos incidentes, aunque sutiles, no eran aislados. Algunos se presentaban antes, otros durante los procesos electorales actuales. Gracias al equipo de Lycaon, no había tenido que preocuparme demasiado.
A pesar de lo peculiares que podían parecer, me han respaldado desde hace ya bastante tiempo. Todavía me impresiona su estructura... su forma de operar.
Recuerdo perfectamente nuestro primer encuentro. Fue al inicio de mi segundo año durante el primer mandato de alcalde. Recibí un sobre sin remitente. El contenido era breve y claro: tendría una visita a primera hora de la jornada laboral, aquí mismo, en mi oficina.
Sin saber a qué atenerme, me preparé para cualquier escenario: desde una reunión formal inesperada, hasta una broma elaborada o incluso... un atentado. Estaba decidido a estar listo con dos horas de anticipación. Lo que no anticipé fue que ya estuvieran adentro antes de mi llegada.
Tampoco ellos parecieron esperar que llegara tan temprano, pero aquello facilitó las cosas. Sin perder tiempo, se presentaron como parte de una agrupación conocida como CHNO: Critical Hybrid Neutralization Operatives.
Me explicaron que su protocolo incluía observar a todos los candidatos a la alcaldía durante sus campañas, hasta que uno asumiera el cargo. Durante ese tiempo, se realizaba una investigación exhaustiva para determinar si el individuo ocultaba elementos perjudiciales.
Buscaban reconocer capacidades operativas, mantener una moral aceptable, y asegurarse de que el candidato fuera alguien relativamente honesto, con principios y una visión alineada al bienestar civil.
Cuando el tiempo asignado finalizaba, había dos posibilidades: obligar de una u otra forma al candidato a ‘desistir’ de su posición... o, si era considerado digno, ofrecerle sus servicios. Lo admito: al escuchar esto, mi cuerpo se tensó instintivamente.
Pero fue el propio Lycaon quien intervino, con esa calma imperturbable que lo caracteriza una vez que lo conoces lo suficiente, y me dijo que no debía preocuparme... porque ellos estaban ahí para lo segundo. Jamás imaginé que algo tan grande estuviera tan perfectamente oculto a los ojos de la población civil.
Conocía el sistema de clasificación, comprendía los peligros potenciales que representaban algunos híbridos de rango elevado... pero que existiera una organización dedicada exclusivamente a neutralizarlos si fuera necesario y encubrir sus acciones para no alterar el orden social... eso superaba mis expectativas.
Me costó tiempo asimilarlo. Pero finalmente, lo acepté.
Lycaon: "Alphonse... deberíamos retirarnos. Tu esposa me lo pidió con bastante énfasis, y sinceramente, prefiero no tener que lidiar con su mirada si llegamos a altas horas de la noche otra vez."
La voz de Lycaon me sacó de mi modo de trabajo automático. Ni siquiera me había dado cuenta de cuánto tiempo llevaba revisando papeles sin parar. Mi mente había empezado a divagar, enredándose entre documentos, memorias y preocupaciones silenciadas.
Alphonse: "Tienes razón... gracias. No quiero otra de esas conversaciones sobre "prioridades" en la cocina. Aunque... ya que estaremos en el auto, podríamos ponernos al día. Quiero hablar un poco sobre esas malas hierbas que siguen apareciendo donde menos se las necesita."
Lycaon: "Claro, no hay problema. Aunque, para ser sincero, no ha habido demasiada actividad... la jardinería ha estado más tranquila de lo habitual."
Ordenamos un poco la oficina antes de salir. No había desorden real, pero sabía que Lycaon no se permitiría dejar papeles fuera de lugar. Al salir del edificio, nos dirigimos al coche aparcado justo frente a la entrada.
Yo mismo tomé el volante; nunca me gustó depender de un chofer. Lycaon se sentó en el asiento del copiloto, cruzando las piernas con la misma postura recta de siempre.
Lycaon: "Desde los intentos en tu contra... y en contra de mi unidad, quienes sean los que están detrás de esto, ahora parecen estar buscando algo más... no quieren información nuestra, sino estorbarnos.... Retrasar lo que estamos manejando."
Alphonse: "¿Y de los que han capturado? Vamos, Lycaon... sé que esa nariz tuya rara vez se equivoca. Algo debes haber sacado."
Lycaon: "He seguido el rastro tanto como he podido... pero nada. Todos eran... gente pagada por intermediarios sin rostro. Sin contacto directo con el cerebro del asunto. Y algunos... ni siquiera esperaron el interrogatorio. Se aseguraron de no dejar huellas, ni respuestas."
Mientras conducía, mi mente trataba de trazar una línea entre todos estos eventos. Todo se estaba complicando más de lo esperado. Quienquiera que fuese, sabia como esconder sus rastros. Sabía cómo evitar dejar un solo cabo suelto, incluso ante la precisión casi quirúrgica con la que operaba la unidad de Lycaon.
Alphonse: "Vamos, Lycaon... seguro tienes al menos una corazonada. Una de esas que sueltas mientras bebes té y ordenas tus archivos por colores."
Lycaon: "Bueno... sí me guiara por instinto, diría que esto empezó demasiado bien calculado. Justo antes de las elecciones. Luego vinieron por ti... y después por nosotros. No me sorprendería que algún aspirante al puesto esté jugando con piezas que no debería. Pero sin nombres... solo es eso. Un presentimiento."
Alphonse: "No me suena tan descabellado. En mi primer mandato no tuvimos nada parecido. Esto es nuevo... y desagradablemente refinado."
Con eso, los últimos minutos del trayecto pasaron en silencio. Al llegar, giré por la entrada de nuestro hogar. No era una mansión, pero sin duda reflejaba años de trabajo y estabilidad. Había sido modificada para que el grupo de ‘mayordomos’ de Lycaon estuviera en una sección de esta.
La fachada moderna se alzaba sobre un terreno limpio y bien cuidado, con detalles minimalistas y ventanales amplios que dejaban entrar la luz natural. Al guardar el coche en el garaje, sentí que, al menos por un momento, podía soltar el peso de la ciudad que cargaba sobre los hombros.
Al bajar del auto junto a Lycaon, cruzamos el corto camino hasta la entrada principal. La puerta se abrió con un leve chirrido, y apenas dimos unos pasos dentro del salón principal, quedó claro que no estaríamos solos mucho tiempo.
Las luces ya estaban encendidas... y en medio de la estancia, con los brazos cruzados, se encontraba una figura femenina. Su postura era impecable. Firme.
¿?: "Querido.... y Lycaon, hiciste lo que te pedí, ¿cierto?"
El tono de mi esposa era suave, pero cargado con esa clase de elegancia que siempre enmascara autoridad. No había gritos. No había reproches. Solo esa clase de frase que te hace saber que te olvidaste de algo... y que ella no lo hizo.
Lycaon: "Tal como lo solicitó, señora Dubois. Le recordé a Alphonse con suficiente antelación que debía retirarse de su trabajo."
Esposa de Alphonse: "Lycaon... ya te lo he dicho varias veces. Puedes llamarme solo Céline. Y gracias por cumplir con tu parte. Ahora puedes retirarte. Tengo algunas cosas... que conversar con mi esposo."
Esa última parte la dijo mientras me miraba directamente a los ojos. Sin parpadear. Lycaon, por su parte, hizo una breve reverencia con esa elegancia que nunca pierde.
Pasó junto a mí sin emitir palabra, y justo cuando estaba por cruzar la puerta, hizo un breve gesto con la mano, deseándome suerte... cuidando de que Céline no lo viera.
Sin necesidad de decir nada, ambos nos dirigimos a los sillones del salón. Nos sentamos juntos como tantas veces antes. Conocía bien a Céline. Siempre que quería conversar algo entre nosotros, primero se mostraba autoritaria... creaba una burbuja de privacidad con su sola presencia.
Y cuando sentía que ya nadie nos interrumpiría, se desinflaba un poco. Apoyó sus manos sobre las mías y me miró suavemente a los ojos.
Alphonse: "Mi amor... dime, ¿qué es lo que te preocupa? Hace tiempo que no veo esa faceta tuya... al menos que le hables seriamente a nuestra hija..."
Céline: "Aun no quiero hablar de eso, y si te lo preguntas, ya está en su habitación... Es sobre tu trabajo."
Alphonse: "Céline... sabes que a veces requiere que me quede más tiempo del que quisiera, incluso si Lycaon me ayuda a sobrellevar una buena parte de la carga."
Céline dejó salir un suspiro y se apoyó en mí. Su cola comenzó a enrollarse en mi pierna. Después de tantos años juntos, sabía bien que cuando hacía eso... era para encontrar el valor de decir algo que realmente la complicaba.
Céline: "Lo sé... lo sé. Y entiendo que hay ocasiones donde no puedes dejar las cosas a medias. Pero esto es diferente. Le pedí a Lycaon que me ayudara porque... cada vez que llegas tarde, te noto más tenso. Más cargado. Y no es por papeleo... te conozco demasiado bien como para creer eso."
Ella siempre fue así. Podría engañar a cualquiera sobre cómo me siento... menos a ella. Siempre, de una u otra forma, sabía que algo no cuadraba conmigo. Suspiré, y esta vez fui yo quien se apoyó en ella.
Alphonse: "Céline, corazón... han pasado algunas cosas complicadas. Nada grave, lo prometo. Con Lycaon logramos que todo disminuya, pero siguen... molestando en las sombras."
Lo dije mientras separaba una de mis manos de las suyas y comenzaba a acariciar su cabello. Sentí cómo su cuerpo empezaba a relajarse, y su cola aflojaba su agarre, aunque no me soltó la pierna.
Céline: "Si tú lo dices, lo dejaré pasar... de momento. Pero si veo que estás peor la próxima vez, te va a salir caro. En fin, dejando eso de lado... hay otra cosita de la que quiero hablar contigo."
Alphonse: "Adelante... Sabes que siempre puedes decirme lo que sea."
Céline se separó un poco, quedando más apoyada en el respaldo del sillón, mirándome de frente. Incluso su cola dejó de rodear mi pierna por completo.
Céline: "Esto se trata de nuestra pequeña estrellita."
No esperaba que empezara por eso.
Alphonse: "¿Qué pasó con mi niña? ¿Qué hizo Stella ahora?"
Céline: "Quiero saber quién es el chico por el que nuestra hija se preocupa tanto... Porque por lo que yo sabía... tuvo que visitar a una 'preciada amiga' en el hospital, quedándose hasta muy tarde con 'ella' durante un par de días...”
Céline decía las cosas mientras hacía gestos con las manos para reforzar algunos puntos
Céline: “Y resulta que esa 'amiga' era en realidad un chico... Lo escuché afuera de su habitación, cuando estaba hablando con esa joven con la que se junta los sábados en los jardines de la escuela... estaba preocupada por ‘él’. Así que..."
La postura de Céline cambió por completo. Pasó de estar relajada a inclinarse hacia adelante, juzgante, con la mirada fija en mí. Sabía que venía algo serio.
Céline: "Alphonse... quiero saber cómo es ese chico. Porque te pedí que trajeras a Stella a casa ese día... pero en ningún momento me dijiste que se trataba de un chico. Necesito saber si es bueno... para saber si necesito tener unas palabritas con él."
Espero que guardarle el secreto a mi hija sobre visitar a un chico no me complique más de la cuenta... Lo siento, estrellita... pero no puedo hacer nada en contra de tu madre.
Alphonse: "Me disculpo... pero la razón por la que no te dije nada fue porque me lo pidió nuestra hija. Y sabes bien... que soy débil cuando pone esa mirada suya... esa que usa cuando realmente te pide algo desde el corazón."
Céline: "Sabía que dirías eso... pero aún no has dicho absolutamente nada sobre él."
Alphonse: "Se llama Kross. Y por lo poco que hablé con él en el hospital... creo que es un buen chico. Por la forma en que se comportó..."
Recuerdo claramente cuando entré en aquella habitación del hospital. Stella estaba sentada junto a él, muy cerca... pero en cuanto me vio, se movió con rapidez para ocupar la silla a un lado de la cama.
Un gesto simple, pero cargado de significado. Fue en ese instante que empecé a entender un poco mejor la relación entre los dos. Y como padre... como su protector... todo mi instinto me gritaba que lo alejara.
Que no permitiera que se acercara a mi estrellita. Aún más cuando supe que fue por él que mi hija estuvo en peligro ese día... Pero, al final... no podía hacerlo. Algo en esa situación me lo impidió...
Recordando cuando llegué a la plaza... pensé lo peor. Stella nunca había usado el botón de emergencia que le di. Y, sin embargo, esa vez lo hizo por primera vez...
Pero al llegar, allí estaba... en la plaza, discutiendo con el comisionado, alzando la voz con esa determinación tan suya cuando algo no le parecía correcto. Tan parecida a la de su madre cuando está enojada.
Y lo más importante... no había ni una sola herida visible en su cuerpo. Ni un rasguño en sus escamas. Me enteré de los detalles poco a poco... gracias a la capitana Cass, que me explicó lo poco que sabían sobre ese chico.
Luego, con el testimonio de Stella que la capitana misma me entrego... pude entenderlo mejor. Yo... no hubiera podido preguntar lo ocurrido a mi hija. No con ese estado emocional en el que estaba.
Entonces lo supe: ese chico, ese tal Kross, había hecho todo lo posible, había arriesgado su propio bienestar para que Stella no saliera herida por tener una diana en su espalda.... Y cuando vi cómo mi niña se preocupaba por él incluso después de que todo acabara en esa plaza... supe que tenía que replantearme las cosas.
Esa es la principal razón por la que, al final, cuando estuve frente a él, decidí que tenía que probarlo un poco. Al principio quería observarlo, ver cómo reaccionaría. Le habría bastado una acción equivocada para perder cualquier posibilidad.
Empecé con una presentación autoritaria... no agresiva, pero cargada de intención. Y lo que vi... no fue rebeldía ni arrogancia. Vi duda... incertidumbre. Hasta podría decir que tenía miedo de algo...
No pudo responderme como esperaba, porque fue mi hija quien lo detuvo antes de que pudiera seguir con el juego. Así que simplemente... le dije lo primero que pensaba... Y le agradecí por haber protegido a mi querida estrellita... a pesar de todo.
Y por eso... decidí darle una oportunidad.
Céline: "No puedo creer que digas que parece un buen chico... Alphonse, ¿qué fue exactamente lo que hablaron? Porque si solo fue por 'cómo se comportó', lo siento, pero... lo dudo bastante. Así que dime, ¿qué fue distinto ahora?"
Mi primera respuesta la tomó por sorpresa. Vi el leve alzamiento de sus cejas, la forma en que ladeó un poco la cabeza y frunció los labios, como si no estuviera segura de sí había escuchado bien.
Pero lo entendía... era su forma de proteger a nuestra hija. Cuando se trataba de Stella, siempre quería saber con quién se juntaba, cuáles eran sus intenciones... y si era necesario, los alejaba sin pensarlo.
Alphonse: "Le dije unas palabritas... algo ‘simple’. Que si alguna vez pasaba algo relacionado con nuestra hija... se lo iba hacer pagar. Y el chico... respondió con una honestidad que ni me imaginé."
Lo recuerdo bien. No vi ni un atisbo de duda en su voz. No se escondió, no esquivó la mirada... a pesar que Bartholomew dijo que no podía ver... no aparto su ‘vista’ en mi dirección, no tartamudeó buscando una respuesta correcta. Lo dijo con firmeza. Con claridad. Y sobre todo... con una convicción que no parecía ensayada.
Alphonse: "Me dijo que Stella... nuestra Stella... era demasiado importante para él como para pensar siquiera en que algo malo le pasara. No titubeó ni por un segundo cuando me dijo eso. Y es por eso que pienso que es un buen chico."
Céline se quedó pensativa por unos segundos. Sus ojos se desviaron un momento mientras su expresión cambiaba, evaluando mis palabras. Hasta que finalmente... una pequeña sonrisa se formó en su rostro.
Céline: "Si le tienes esa estima al muchacho... entonces tal vez yo también debería juzgarlo por mí misma. Podría venir a visitarnos un día. Tal vez para cenar... así comprobaré si este muchacho siquiera puede acercarse a Stella de nuevo."
Alphonse: "Podríamos hacerlo. Solo faltaría fijar una fecha en la que ninguno de los dos esté ocupado... Aunque podríamos ir a un restaurante. Así vemos cómo se comporta en un entorno neutral."
Céline: "No es una mala idea... Pero ahora, ya deberíamos ir a nuestra habitación. Se hace tarde."
Con eso, ambos nos levantamos para subir. No sabía exactamente por qué la conversación había tomado ese rumbo... pero no era malo. Al contrario, tal vez era lo mejor. Tal vez así podríamos conocer mejor a Kross. Solo espero que nada se complique antes de que llegue ese momento.
...
...
...
Volcano High - En los jardines de la escuela.
Perspectiva de Fang.
Ya pasó mas de una semana desde que hablé con Kross en la clase de música. Es viernes... A veces siento que el tiempo me juega bromas... otras, que simplemente me arrastra.
Desde lo del hospital me puse a pensar en demasiadas cosas, y aunque los cambios no son de esos que se ven de golpe, por algún lado tenía que empezar, ¿no? En casa ya no se escuchan tantos gritos entre mi padre y yo. Al menos ahora cuando evito decir ciertas cosas no reacciona junto a una amenaza.
Supongo que... eso ya es algo.
Aun así, no estoy segura de si realmente quedé bien con Kross. Volvimos a hablarnos como antes, lanzándonos esas bromas tontas, molestándonos con cosas sin sentido... y por ratos, todo se siente normal.
Pero cuando me quedo sola... me da por pensar en serio. ¿Por qué empecé a sentir algo por él? Kross fue el primero fuera de los de siempre que... me escuchó de verdad. No solo me oyó. Me escuchó.
Me dijo lo que pensaba sin obligarme a nada. Me dejaba decidir por mí misma. Y podría haberlo mandado a volar desde el primer momento, podría haberlo insultado como suelo hacer con los que se meten en mi vida... pero no lo hice.
Y, por si fuera poco, el fin de semana después de eso... Naser vino a mi habitación. Él, el mismo que me había estado ignorando todos estos días como si ni existiera. Golpeó la puerta, entró y se sentó a hablar.
Así, de la nada. Y.... bueno, terminamos arreglando parte del desastre que teníamos entre los dos. Al final los dos estábamos equivocados. No fue una charla perfecta ni nada de eso, pero... fue algo. Y no tengo duda de que Kross tuvo que ver. Naser no habría movido un solo dedo sin una razón.
Ese idiota... siempre mostrándome su apoyo de una manera u otra...
Desde entonces he estado concentrada en el concierto. Retocando partes con Trish y Reed, puliendo acordes, arreglando tiempos...
Me costó, pero al final logre que Trish aceptara que Kross nos apoyara. No para escribir, claro. Ese tipo es tan plano que lo único que puede escribir bien son instrucciones de microondas... aunque me sorprendió que de verdad lo hiciera...
Pero lo teníamos ahí, escuchándonos tocar... a pesar de taparse los oídos en todas las canciones, siempre al final dándonos su opinión con esa cara seria que pone cuando se enfoca demasiado.
Y lo peor... es que tenía razón. "Esa cuerda está perdiendo tensión por presión irregular en la base," "el redoble pierde ritmo al segundo golpe por micro desfase en la transición"... Hablaba como un maldito manual viviente. Cero creatividad, pero una precisión que daba miedo.
Ahora mismo estoy en una banca del jardín, aprovechando el receso de almuerzo. Reed y Trish están conmigo esta vez en lugar de quedarse en el auditorio, hablando sobre lo que aún falta afinar para el concierto.
Tal vez montar un puesto para vender algo de mercancía. Al frente de la banca, está Rosa... y también Kross... junto Stella... claro.
Sé que Kross quiere a Stella. Me lo dejó claro. No podía corresponderme... y está bien. Lo acepté. Y, aun así, algo dentro de mí sigue... latiendo. No sé si es rabia, tristeza o simple orgullo herido. Pero está ahí.
Y sé que lo apoyo en eso... mierda... el mismo miércoles le dije que es un idiota por no decirle lo que siente, por no dar el paso. Pero eso no borra lo otro. Aún siento que hay algo que no he dicho. Algo que no terminé de sacar.
Y justo cuando mis pensamientos empezaban a hundirse otra vez, una voz me sacó de golpe.
Rosa: "Fang, ¿me ayudas un momento? Creo que me dejé algo en el cobertizo."
No me di cuenta en qué momento Rosa se puso a mi lado. Antes de que alguien dijera algo, me levanté con un suspiro y le hice un gesto con la cabeza. Caminamos juntas sin decir mucho, alejándonos de todo el ruido.
Creo que Trish murmuró algo por detrás, pero no presté atención. El trayecto fue corto hasta llegar al cobertizo. Rosa abrió la puerta sin drama y, sin pensarlo mucho, entré.
Fang: "¿Y.... qué carajo se supone que se te olvidó aquí, Ros—?"
Escuché la puerta cerrarse detrás mío y, al girarme, ahí estaba: Rosa parada frente a la entrada, brazos cruzados, con esa cara suya... esa cara de 'ya sé que te estás guardando algo y no te vas a escapar hasta contarlo'. Me sentí atrapada. Diablos, Rosa...
Rosa: "Ay, mija, no creas que puedes hacerte la pendeja conmigo. Se te nota en la cara que algo te está carcomiendo. Anda, dime... ¿qué es lo que te tiene así? ¿Es por... Kross?"
Justo en el blanco...
Fang: "Tch... Tiene que ver, sí... en parte... Mira, para decirlo sin rodeos... aunque estamos como antes, hablando, molestándonos.... Siento que todavía no cerré del todo ese asunto. Hay algo ahí... algo que no me deja en paz, y no tengo idea de que mierda hacer con eso."
No pude seguir mirándola. Aparté la vista, clavándola en un rincón cualquiera. Sabía que podía contar con ella, claro que sí. Rosa fue quien estuvo ahí cuando todo se fue a la mierda en el hospital. Cuando me quise romper, ella me sostuvo. Pero aun así... no me acostumbraba. A tener a alguien que simplemente... estuviera.
Sentí su mano en mi hombro. Firme. Cuando levanté la vista, tenía esa sonrisa suya. No era forzada ni fingida. Era de esas que calman. Que abrazan sin tocar.
Rosa: "Oye, tranquila... podemos ver juntas qué hacer, ¿sí? No estás sola, Fang. Puedes confiar en mí. Estoy aquí para eso, soy tu amiga después de todo."
Solté un suspiro. Largo. Cansado. Todo esto se sentía tan jodidamente distinto... y ella tan firme en medio de eso.
Fang: "Lo sé, Rosa... lo sé. Y gracias, de verdad... Por simplemente estar. Es solo que... entre esto y todo el puto tema del concierto que estamos planeando..., siento que la cabeza me va a explotar. Estoy ocupada hasta el cuello tratando de que sea perfecto, y ni siquiera sé si voy a tener todo listo. Ni si va a salir bien."
Rosa: "A ver, lo primero que tienes que hacer es respirar, ¿sí? Así, con calma. Porque si sigues así, con ese torbellino en la cabeza, no vas a poder ver ni la punta del problema. Puedo llegar a entender lo que significa ese concierto para ti, y de seguro estás pensando que puede salir como el del inicio de año, ¿a que sí?"
Volví a desviar la mirada. Mierda. Dio justo en el clavo. Rosa siempre sabía dónde apuntar, y eso me daba rabia... pero también me aliviaba. Había algo que me frenaba, que me hacía dudar, que me dejaba muda.
Miedo.
Miedo de volver a ser humillada. De tratar de mostrar lo que puedo hacer... lo que amo hacer... y que todo termine en risas, señalamientos, burlas... Lastimada. Otra vez.
Como una maldita idiota...
De repente algo me golpeó en la cabeza.
Solté un quejido por reflejo, fruncí el ceño mientras me sobaba el lugar, y cuando me giré para ver qué mierda había sido... ahí estaba Rosa. Con una chancla en la mano, levantada como si fuera la santa justicia encarnada.
Y esa mirada... esa maldita mirada que ponía cuando quería hacerte entender las cosas a golpes. Literalmente. Por un segundo, juré que estaba viendo a mi madre cuando decía algo estúpido en su cara cuando era pequeña. Perfecto...
Rosa: "Tienes que dejar esos pensamientos, Fang. Y si no lo haces, te los saco a punta de chancletazos. A ver si se te acomoda el cerebro de una vez.”
Lo decía mientras hacia unos movimientos con la chancla en su mano para que la tomara en serio.
Rosa: “Además, deja de ser pendeja con ese asunto. Tal vez yo no te haya visto practicar, pero Kross sí. Y ese cabrón nos ha contado que han mejorado un chingo comparados a principios de año. Y tú sabes que si él lo dice... es porque es verdad. Mi hermanito no mentiría sobre eso, menos si tu estas involucrada."
Iba a abrir la boca para lanzarle cualquier cosa, pero antes de que soltara una palabra, Rosa me tapó el hocico con la mano.
Rosa: "Shhh. No hables. Solo mueve esa cabezota tuya para responder. Así evitamos que sigas diciendo tonterías. Primera pregunta: ¿Te has esforzado para este concierto?"
Solté aire por la nariz y asentí. Jodidamente obvio que sí. Ella me soltó en cuando asentí
Rosa: "Bien. Ahora lo segundo... sí lo piensas tantito, ¿de verdad crees que la gente que te escuche va a ser igual de idiota que los de esta escuela? Porque sinceramente, lo dudo. Es más... deberías estar preocupada por esos tipos si Kross está presente."
Me llevé la mano al hocico, pensativa. Mierda... tenía razón. Si alguien se burla... tengo que preocuparme más por lo que Kross pueda hacer que por cualquier otra cosa.
Ya sin conocernos reventó al peor idiota que se metió... y ahora que nos conocemos... ugh. Mejor ni pensarlo. La miré de reojo y asentí, sintiendo una gota de sudor fría correrme por la espalda.
Rosa: "Y ahora, con eso resuelto... lo último. Dime la neta. ¿De verdad no sabes cómo cerrar ese rollo con Kross... o simplemente no quieres ver lo que puedes hacer? Porque yo te apuesto que, si te sientas, piensas, aunque sea cinco minutos como se debe... ya sabes lo que toca hacer."
Me quedé callada.... No sabía qué carajo decirle.
Todo el puto tema con Kross había sido importante para mí. La conversación en el hospital... esa incomodidad rara que nos tenía caminando sobre cristales. Esa sensación de que algo estábamos dejando de lado. Que al final soltamos en música.
Volvimos a reírnos, a molestarnos como siempre... pero sabía que había algo que no había dicho. Algo que no saqué. Y sí... tal vez Rosa tenía razón.
Tal vez solo estaba haciendo tiempo... esperando que las cosas se resolvieran solas. Como una cobarde.
Fang: (Entonces... ¿qué carajo debería hacer para sacarme esto por completo?)
No puedo simplemente llegar y hablarlo. Sé que Kross aceptaría conversar, claro... pero eso no significa que vaya a lograr sacarme todo de encima. Escribírselo sería una estupidez. ¿Entonces qué? ¿Qué mierda podría ser...? De hecho... ¿alguna vez le dije algo sin reprimirme...?
Recordándolo bien... hubo una vez en la que lo dije todo como debía. Donde no dejé nada rodando por mi cabeza, donde me saqué todo lo que me pesaba. Fue en el hospital...haciendo ‘eso’. Ahí fue donde lo solté sin filtro. Tal vez esa era la respuesta. Y si lo tomo con calma... tengo poco más de una semana para lograrlo hacerlo bien.
Y puedo hacerlo. Lo sé.
Debí haber cambiado mi expresión sin notarlo porque Rosa me estaba sonriendo como si ya supiera todo.
Fang: "Ya sé lo que tengo... lo que quiero hacer. Y me va a alcanzar el tiempo... Gracias, Rosa... y perdón por tener que aguantarme tanto."
Rosa: "Ay, no digas tonterías. Para eso estamos, ¿no? Además, ya es hora de volver, que si no los demás van a pensar que pasó algo."
Fang: "Sí... deberíamos irnos. Pero antes de eso, necesito pedirte... un favor."
Rosa me miró con esa expresión tranquila de siempre y asintió con la cabeza, dándome espacio para soltarlo. No sabía por dónde empezar, pero me lancé. Empecé a contarle lo que tenía en mente, un plan que se me ocurrió al inicio de la semana y que había ido tomando forma con cada día que pasaba.
A medida que hablaba, vi cómo su rostro cambiaba. Esa calma que siempre tenía dio paso a una preocupación muy clara, y no la culpo. Sabía exactamente por qué. El tema principal se relacionaba con lo que acabamos de hablar...
Rosa: "¿Estás segura de que quieres hacer eso?"
Fang: "Sí. Así puedo hacer dos cosas. Una, hacer que el muy estúpido deje de andar dando vueltas esperando un momento perfecto... y dos, cerrar todo lo que siento de una vez por todas. Solo... mantenlo en secreto, ¿sí?"
La vi dudar. Se quedó callada unos segundos, como si pesara cada palabra. Al final soltó un suspiro y me miró directo a los ojos.
Rosa: "Está bien... después vemos los detalles. Si dices que tu tío maneja el restaurante, entonces no deberíamos tener muchos problemas."
Fang: "Gracias... de verdad. Ahora sí, mejor volvamos antes de que pase algo."
Caminamos juntas de regreso hacia donde estaban los demás. Desde lejos se veía claramente como... Trish estaba discutiendo con Kross... Otra vez, sé que no comenzaron con el pie derecho... pero ya ha pasado tiempo suficiente.... Stella miraba la escena con incomodidad evidente, mientras que Reed...
...Reed ni idea. Estaba ahí. Físicamente, al menos.
Kross[B]: "—toy diciendo nada ofensivo. Pero si en serio quieres mejorar un poco con ese bajo en esa canción... deberías bajar la digitación en la transición del puente. Pierdes ritmo cada vez que fuerzas esa subida."
Trish: "¡No me interesa una mierda tus consejos, Skinnie! No quiero escuchar ni una sola palabra que venga de alguien como t—."
Rosa: "¿Y ahora qué pendejada están discutiendo, eh? Los dejamos como cinco minutos y ya se están ladrando entre ustedes."
Apenas nos acercamos, Rosa soltó la frase con una sonrisa que no decía nada bueno, los ojos cerrados, brazos cruzados y.... no tengo idea de en qué momento, pero la chancla ya estaba de nuevo en su mano.
Al verla, sentí un leve escalofrío y me llevé la mano a la cabeza por reflejo. Esa mirada decía claramente: se me callan ahora o los mato con amor.
Stella se encogió de hombros como si ya estuviera resignada. Trish bufó con fuerza, cruzándose de brazos y mirando hacia otro lado como si no valiera la pena. Kross por su parte... seguía con su cara de piedra, pero estaba claro que evitaba el contacto visual con Rosa... este idiota.
Fang: "A ver..., Kross, ¿qué carajo hiciste para que Trish te estuviera gritando... de nuevo?"
Kross[B]: "Literalmente nada. Solo que aproveché el tiempo para remarcarle tanto a ella como a Reed algunos puntos clave que podrían mejorar si quieren mantener un nivel aceptable. Ni siquiera fue ofensivo, solo le mencioné que, considerando su posición en la banda... su bajo suena más como una alarma de refrigerador dañado que como un instrumento acompañando una melod—."
Kross no terminó la frase. Porque en ese momento, una chancla voló directo hacia él, golpeándolo sin piedad. Stella, que estaba justo a su lado, soltó una carcajada que intentó tapar con ambas manos, sin mucho éxito.
Kross[R]: "¡Oye! ¡Rosa, ¿qué carajos te pasa?!"
Rosa: "Hermanito... sí ni siquiera te das cuenta de lo que hiciste mal, neta que eres un pendejo de calidad."
Después de ese lindo intercambio, el ambiente se relajó un poco. Mejor aprovechar ahora que Kross está ocupado hablando con Rosa... para avisarle lo que tengo en mente a Trish, sin decirle demasiado.
Fang: "Oye, Trish."
Trish: "¿Qué sucede, Fang?"
Fang: "No voy a poder practicar con ustedes este fin de semana..."
Los ojos de Trish se abrieron como platos. Empezó a mover los brazos como si quisiera barrer el aire a su alrededor, la voz le salió toda atropellada y nerviosa.
Trish: "¡¿Pero qué?! No tenemos tiempo para andar haciendo otras cosas, Fang. El concierto ya está encima y tenemos que..."
Levanté la mano, rápido. No quería que se embalara y armara un drama mayor.
Fang: "Es por una buena razón. Se me ocurrió una canción para cerrar el concierto. Pero necesito un poco de tiempo para trabajar la letra. No voy a tardar más allá del lunes. Y tranqui, por el tema de las partituras, se las mando el domingo o el mismo lunes a más tardar."
Trish: "No estoy segura de eso, Fang. Ya teníamos todo planeado, las canciones, los tiempos... no sé si otra canción encaje bien con lo que ya vamos a tocar."
Fang: "Trish... esto es algo que necesito hacer. De verdad, siento tener que decir que no voy a poder ir, pero necesito este tiempo. Te agradecería mucho si lo entiendes."
Trish no respondió al instante. Desvió la mirada, como si buscara una excusa en el suelo o entre las ramas de los árboles, en cualquier parte que no fuera mi cara. Y fue justo entonces cuando ese raptor que parecía estar flotando en su mundo decidió intervenir.
Reed: "Pues si no nos podemos juntar, cada quien puede hacer algo diferente... Yo, por ejemplo, puedo aprovechar de retocar unas cosas que dijo Kross para mejorar... además de atender a ciertos clientes, si me entiendes."
Trish lo miró como si acabara de clavarle un cuchillo por la espalda. Se le alzaron las cejas con incredulidad, como si no pudiera creer que Reed prefiriera hacer otra cosa en lugar de apoyarla. Al final solo negó con la cabeza y volvió su atención hacia mí.
Trish: "Ok, está bien. También puedo aprovechar para probar unas cosas con el bajo... pero no te puedes tardar más del lunes, Fang. Aunque tengamos la partitura, sin los tres juntos esto va a ser complicado."
Fang: "Lo sé. Gracias, Trish. No te preocupes, ya tengo la mayor parte pensada. Solo necesito llegar a casa, probar con la guitarra y escribirlo."
Reed levantó ambas manos como si hiciera pistolas, guiñando un ojo con esa sonrisita suya. Con eso ya tenía el tiempo que necesitaba. El fin de semana me bastaba para hacer todo.
Lo único que me iba a complicar era buscar una excusa para no cantar nada durante las prácticas. Tal vez si decía que era una sorpresa funcionaría. Lo bastante ambigua como para que dejaran de preguntar.
Solo me faltaba confirmar una última cosa.
Fang: "Oye, Kross. La semana que viene, ¿vas a seguir ayudándonos en las prácticas después de clases? Y... ¿puedes ir con nosotros el día del concierto para echarnos una mano?"
Kross dejó de hablar con Rosa y Stella apenas escuchó mi voz. Giró la cabeza hacia mí, directo. Es evidente que con nosotras tres habla sin problema. Pero cuando se trata de Reed, Trish o de quien sea... solo lo hace por compromiso. O porque alguien se lo pidió.
Kross[B]: "Igual que estos días, solo me puedo quedar un tiempo. Tengo... otros asuntos en las tardes..."
Kross[R]: "...pero el día del concierto no me lo pierdo por nada, ya te lo dije. Pidan lo que quieran, estaré desde temprano para ayudar."
Fang: "Gracias... de verdad."
Con eso, ya lo tenía claro. Solo me quedaba centrarme en terminar bien la canción... y hablar un poco más con Rosa sobre el asunto de Kross y Stella. Fuera de eso, solo quedaba esperar al domingo de la próxima semana. El día del concierto.
Fin del capítulo.
Notes:
Buenas, la vida es mala, el pc no apoya para el trabajo, pero oigan..., capitulo nuevo. Esto es algo que quería hacer hace VARIOS capítulos atrás, pero siempre que terminaba un capítulo, no me llamaba la atención contar cosas de los científicos, así que acá esta, varias perspectivas para preparar cosas al final además de presentar uno que otro personaje que... tal vez ocupe en un futuro...
Hora de los datos o curiosidades de este capítulo.
1- Todos los sucesos de aquí se encuentran desde el ataque por parte de los híbridos del grupo Y hasta 1 semana después del capítulo pasado. Ósea, hasta el viernes 4 de abril que es la perspectiva de Fang.
2- Bondrewd es referencia al personaje de made in abyss
3- Se hace mención nuevamente al sistema de clasificación de híbridos, ¿quieren saber más? vayan a leer la historia de Dardragun707, I wani Hunt That Gator, él es el creador de todo ese sistema para que esta historia tenga algo de sentido en el sin sentido.
4- La casa de Stella es de cuicos (gente con dinero), sus dos padres tienen buenos empleos bien remunerados, la modificación para agregar habitaciones para los mayordomos fueron 3 [Lycaon (Mayordomo principal) - Rina (Cabeza de las sirvientas)- Corín (aprendiz de sirvienta)], Ellen trabaja por separado y se reúne con ellos cuando Alphonse va a un evento o en CHNO.
5- Los uniformes de Lycaon y su unidad eran diferentes, pero cuando una Stella más joven pregunto porque no se veían como los "mayordomos" que veía en sus animes tuvieron que cambiarse, luego del cambio se veía a Stella con "estrellas" en los ojos
6- La regeneración del líder del grupo Y le hace ser capaz de recuperarse de cortes en varios segundos, y por el tema de la extremidad necesita mucho tiempo para ser capaz de recuperarla, no está al nivel de autismo de la de Kross
7- El reemplazo del miembro faltante del grupo Y tiene las mismas capacidades venenosas, pero ahora también la puede aplicar con su mandíbula, más específicamente su lengua... después se verá el porqué.
Y eso sería por ahora... aunque creo que olvide unas curiosidades, pero meh, las pondré después o me nacerán nuevamente. Déjenme que les coloco... las recomendaciones... aquí esta... y pegar.
A patata_Yazob, con "Una luz de esperansa en una depresión psicótica"
Dardragun707, con "Un vaquero en Volcano High"
SrSenior, con "That is my Parasaur!"
Xomy90 con "Brushes and Clicks: A Shared Canvas"
Chicken_Brain con "Birds of a feather"No tengo mucho mas que decir, espero que les haya gustado el cap, gracias por llegar hasta aquí, comenten que les pareció y eso, nos veremos en el próximo a saber cuando, BYE :]
Chapter 30: Entrenamiento antes del concierto.
Notes:
Para dar un aviso, ocupo esto: " [X] " para que se identifique de quien habla o piensa, es el Kross que recibe un disparo en la cabeza para 'despertar'. Con eso dicho, disfruten.
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Kross. Lunes 7 de abril.
Red: (La semana pasada fue rara...)
Blue: (Ciertamente... fuera de todo, fue extrañamente normal.)
La verdad es que no hubo ningún evento cuestionable en estos días. Todo se sintió... monótono. Exceptuando los entrenamientos con Cass, que seguían su ritmo, no hubo nada fuera de lo común.
Desde aquella conversación con Naomi pensé que pasaría algo más, sinceramente. Pero hasta el día de hoy, el inicio de la semana, no ocurrió nada. Los rumores seguían dando vueltas por el instituto, como siempre. Me juntaba con Stella, con Rosa, con Fang...
Hablando de Fang, lo único realmente nuevo fue lo que me dijo sobre Naser. Parece que cumplió con lo que le pedí aquella vez. Fang dijo que él fue a hablarle, y por lo visto, se entendieron. O al menos... comenzaron a hacerlo.
Naomi tampoco parecía paranoica como antes. La vi un par de veces, sola o con Naser, y se le notaba... tranquila. Hasta relajada. Lo mejor fue que, cuando nos cruzamos por los pasillos, simplemente me hizo un gesto con la cabeza y siguió su camino. Eso... ya era algo.
Blue: (Esperaba que hiciera lo contrario... pero no se le ve planeando nada.)
Red: (Yo tampoco esperaba una respuesta tan positiva. Pero al menos... puedo relajarme sin pensar que la melocotón quiere algo.)
Menos preocupaciones en el instituto. Algo que agradezco. Para lo que viene justamente después... CHNO... Y justo ahora, ya casi llegaba a mi destino. Después de unos minutos caminando por la calle, el viejo local apareció frente a mí. Al entrar, lo primero que vi fue al viejo que estaba sentado detrás del mostrador, leyendo una revista o algo.
Kross[B]: "Buenas tardes, Chuck."
El viejo alzó la mirada un segundo, me hizo un gesto con la cabeza y volvió a su lectura. Avancé por la tienda hasta la puerta lateral. Esta rutina ya se sentía familiar.
Hice todo el recorrido hasta el ascensor y saqué una tarjeta que me había dado Cass. Dijo que le daba pereza ir a buscarme cada día, así que mandó a hacerme una tarjeta con acceso. También sirve como alarma, según ella, para que le llegue una notificación cuando llego.
Además, que había otra cosa diferente con en este sitio... Ya nadie me miraba como la primera vez. Cass me contó que hizo un comunicado explicando el... problemita de mi llegada inicial.
Desde entonces, los trabajadores de CHNO me ven con otros ojos. Ya no hay esas miradas largas, ni esa tensión flotando en el aire... o por lo menos con menor intensidad. Después de unos minutos, ya estaba en la zona de prácticas. Desde donde estaba, podía ver a Cass y su equipo a lo lejos.
Al acercarme, pude escuchar a Cass hablando con los demás. Su voz sonaba clara, pero además de eso pude ver que no estaba con el mismo equipo que solía llevar, de hecho, me llamó la atención debido a que no solía traer algo distinto que no fuera alcohol.
Cass: "—espero no haber perdido la práctica con estas cosas... Y mira tú, el chico llegó temprano. ¿Acaso estamos viendo milagros ahora?"
Abe: "Parece que nuestro mutante favorito decidió regresar a hacernos el día. ¡Qué emoción!”
Ignoré el comentario de Abe y les hice un gesto a todos como saludo, pero mis ojos se detuvieron en lo que Cass llevaba encima.... No eran las pistolas que usualmente cargaba. Tenía un par de armas diferentes, y unos guantes con un diseño bastante raro... ¿Eso es una espada?
Kross[B]: "¿Y esas cosas?"
Cass: “Me alegra que te fijaras. Hoy no haremos lo mismo que la semana pasada... Hoy quiero ver si sigo siendo la desgraciada eficiente que recuerdo ser, a ver si no perdí el toque por la administración. Le pedí al encargado de crear nuestros 'juguetes' por aquí, Nikola, que me revisara un equipo que tenía tiempo sin usar. Así que hoy será un uno contra uno.”
Red: (¿...Que?)
Blue: (¿...Que?)
Kross[B]: "...Perdóname Cass... aunque sepa que ahora ustedes comprenden mucho mejor mis capacidades..., y claramente la diferencia con la primera vez es enorme... no creo que sea correcto que tú me enfrentes en solitario."
Cass: “Niño... aunque no me guste para nada el título porque viene con demasiadas responsabilidades... por algo soy la capitana de este lugar. Además, no será una ‘pelea’. Será más bien un... juego del gato y el ratón. Yo intento incapacitarte, aunque sea por uno o tres segundos, y tú haces lo tuyo: esquivar.”
Recordando un poco toda la semana pasada, cuando me enfrenté a todos, fue evidente cuánto mejoraron una vez supieron cómo funcionaba todo conmigo. Pero que Cass quisiera hacerlo sola, incluso con esas condiciones... no era algo que esperaba.
Cass: "No le des tantas vueltas, Kross. Además, no sirve mucho que te explique todo ahora, si cuando te dispare en la cabeza no vas a recordar prácticamente nada. A menos que ya puedas hacerlo solito..."
Negué con la cabeza... carajo, tenía razón. Cuando entraba en ese estado, lo que recordaba era mínimo. La única mejora presente era que ambos, ambas mentalidades, estábamos más ‘presentes’ pudiendo ‘interferir’ un poco más en las acciones que tomábamos.
Además de eso, ya no necesitaban resumirme tanto como antes, recordaba mejor las cosas después de entrar en ese estado.... Aunque lograr entrar por voluntad propia... seguía siendo un problema sin solución.
Kross[R]: "Está bien, maldición... pero más te vale saber lo que haces."
Cass: "Relájate, chico. Esto me sirve a mí y te sirve a ti. Un ganar-ganar, además, es inicio de semana, quiero hacer algo interesante.”
Cass levantó un arma un poco más grande que sus pistolas habituales y me apuntó con tranquilidad. Mierda... espero que esto no termine mal. Pero después de una semana entrenando con ella, puedo decir que cuando se toma algo en serio... lo hace bien.
Red: (Es mejor que nada.)
Blue: (Si es ella... quizás tenga razón y no deberíamos sobre pensar esto.)
Y entonces—
.
..
...
Sentí la tensión en la cabeza otra vez... que molestia.
Me habían explicado mil veces lo que pasaba, por qué era "necesario" despertarme así, que era parte del proceso, que servía para monitorear el estado de mi conciencia y lo que fuera para mejorar.... Pero seguía sin estar del todo de acuerdo. No era como si tuviera opción, pero al menos podía quejarme.
Kross[X]: "¿Y ahora qué, señora? ¿Un nuevo enfrentamiento? ¿Prueba de químicos con el vagabundo horrendo de allá? ¿Una lección más del brillante fósforo sobre cómo 'desarmar' al enemigo en vez de romperlo? ¿O memorizar otra base de datos de especies distinta? Y que quede claro, no me gusta para nada... Es aburrido repasar lo que tengo y lo que no metido en el puto cuerpo."
Cass: "Nada de eso, chico. Relájate. Es inicio de semana y quiero comenzarla de una forma... distinta. Me conseguí unos juguetes nuevos, ¿sabes? Y pensé, ¿por qué no jugar un poco?”
La señora ████ lo decía con una sonrisa que me resultaba difícil pensar en toda esta mierda de situación.
Cass: “Vamos... tampoco es demasiado complicado de comprender. Yo intento incapacitarte al menos unos segundos... y tú te escapas con todo lo que tengas. Ah, y no puedes hacer otra cosa más que huir. Nada de ataques, nada de trucos que atenten contra mí. Solo correr, saltar, esquivar, desaparecer, lo que tu sepas hacer.... ¿Entendido?"
Me quedé un momento en silencio, preguntándome si realmente no tenía nada mejor que hacer. Preferiría enfrentarme a los tres al mismo tiempo... al menos eso no había sido taaan aburrido.
Sabían moverse lo suficientemente bien, aunque siempre tenía que estar atento al momento de lanzar un golpe para no romperlos por completo.... Ya había aprendido como no hacerlo.
Bxxx: (Solo... acepta... la sugerencia...)
Rxx: (¡No pierdas... el puto... tiempo!)
Solté un suspiro mientras me rascaba la cabeza. Si esas dos voces estaban de acuerdo con lo que decía la señora ████, entonces debía haber alguna razón para seguirles el juego.
Kross[X]: "Está bien, está bien... jugaré a lo que sea que tengas en mente. Acepto las condiciones: esquivar, sin atacar... Pero dudo bastante que esto termine siendo entretenido."
Cass: "Ve al centro de la zona.... Aún me falta preparar un par de cosas, no tardare nada."
Sin decir ni preguntar nada más, me moví hacia donde me indicó. Las armas que llevaba no parecían nada del otro mundo... aunque tampoco lo eran sus pistolas que ocupaba las veces que nos enfrentamos, siempre que daban en el blanco lograban atravesar mi piel. No podía confiarme.
Aparte estaba esa hoja extraña en su cintura... no parecía ser un cuchillo, era demasiado largo para ser algo así, además que tiene una especie de diseño en el mango...
Al llegar al centro, miré una vez más en su dirección. La señora ya venía caminando hacia mí. Los otros tres se habían quedado en los márgenes del área, sentados como si estuvieran viendo un espectáculo.
Rxx: (...Parece que... trae más cosas.)
Bxxx: (...Observa su rostro... y las manos.)
Les hice caso. Primero, sus manos. Además de los guantes, llevaba... ¿anillos...? cuatro en la izquierda, tres en la derecha.... Luego enfoqué su cara.... sus ojos.
El color era distinto, demasiado marcado, casi artificial. Tenía una especie de marca borrosa, color rosa pero diluido, como si hubiera usado lentillas. Nada de lo que estaba viendo parecía ser solamente por estética... esto era extraño.
Pero lo que más destacaba no era su armamento ni su apariencia. Había algo en su andar... era distinto. Muy distinto. No era la señora despreocupada que se la pasaba mascullando maldiciones entre tragos, ni la misma que siempre tenía algún comentario sarcástico preparado para cada maldito segundo.
Esta vez, no. Esta vez... se sentía como una versión contenida, precisa, peligrosa. Su calma no era normal. Era esa clase de tranquilidad que precede a una tormenta... y eso me puso alerta.
No caminaba apresurada. No decía nada innecesario, no tenía ninguna expresión de más.... Cada paso, cada gesto... eran de alguien que ya había hecho esto muchas veces. De alguien que sabía exactamente lo que estaba haciendo... y lo estaba disfrutando.
Sentí cómo una chispa subía por mi columna. Sin pensarlo demasiado flexioné un poco las piernas, poniéndome en posición... y sin darme cuenta sonreí... mi sonrisa era una amplia y tensa.
Esa clase de sonrisa que uno solo muestra cuando siente que algo va a pasar. Porque esto... esto sí parecía algo serio. Algo real. Y maldita sea... si no me emociona más de lo que debería... Al final, quizás este pequeño "juego" sí valga la pena.
Cass: "No te pongas tan tenso…, ¿sí? Al fin y al cabo... es solo un pequeño juego. ¿Y no fuiste tú... quien aceptó?"
Apenas terminó de hablar, cruzó ambos brazos. Los anillos sobre sus guantes brillaron con un tono rosa intenso, casi hipnótico, y en ese instante... lo vi. No eran líneas. No eran simples proyecciones.
Eran... hilos.
Hilos que parecían nacer desde los anillos, fluyendo como si fueran extensiones vivas de ella. Y en cuanto separó los brazos, aquellos hilos se expandieron, surgiendo desde el piso, trepando hasta el techo como si intentaran cerrar la jaula a mi alrededor.
No lo pensé demasiado. Me moví hacia una zona que parecía libre de esos hilos. Pero ni bien cambié de posición, la señora no reaccionó con sorpresa ni apuro.
No... ella ni siquiera me miró. Siguió avanzando con esa calma tan jodidamente controlada, como si supiera exactamente lo que iba a hacer antes de que lo pensara. Bastó con un gesto de su mano, como si estuviera dirigiendo una maldita sinfonía… y otra vez, los hilos surgieron como si el suelo y el techo fueran su escenario.
Y entonces escuché un click.
No lo pensé. Me lancé a un lado por puro instinto. Sentí que algo venía directo hacia mí.
En cuanto toqué el suelo y me deslicé para mantenerme en movimiento, lo vi. La señora, con la misma expresión aburrida mientras seguía con la vista al frente, había levantado una de esas armas nuevas en mi dirección y apretó el gatillo.
Los proyectiles volaban en mi dirección con un brillo azulado. No parecían tan distintos, pero tampoco iba a ser tan estúpido de averiguar si ese brillo era puro adorno. Si su idea era que esquivara disparos en una sala llena de trampas... qué decepción.
Y ahí fue... cuando algo más me obligó a lanzarme hacia el lado contrario, un proyectil venia desde allí.
¿Qué carajos fue eso?
No había nadie más en este juego. Ningún otro objetivo, los otros 3 estaban fuera de esto... solo estábamos ella y yo en esto.... Pero al fijarme, vi la trayectoria. Uno de los disparos de la señora había golpeado uno de los hilos, y el proyectil rebotó directo hacia mí.
No estaba disparando sin ton ni son. Estaba midiendo ángulos. Calculando trayectorias. Usando esos malditos hilos como parte de su juego. Todo estaba estratégicamente planeado.
Seguí esquivando, manteniéndome en movimiento, pero no tenía sentido. No podía ser. Cuando enfrenté al vagabundo, al fósforo y a la señora al mismo tiempo, lo comprobé: si me movía a cierta velocidad, no podían seguirme. Mucho menos predecir mi siguiente posición.
Pero ahora... ¿Era por los ojos? Ese brillo anormal... tal vez era eso. Pero entonces, ¿cómo demonios ella sabía dónde iba a estar?
Bxxx: (Cuidado.... Vista al frente.)
Esa voz me sacó del torrente de pensamiento.
Iba corriendo esquivando otro proyectil que venía rebotado, justo mi brazo rozó uno de los hilos. No fue dolor, fue una tensión. Fue una descarga eléctrica brutal. Cada fibra de mi cuerpo se tensó. No podía permitir que me inmovilizara, sería el fin de este juego, aunque fuera por unos segundos. Sin dudarlo, corté mi propio brazo.
Rxx: (...esa mierda...molestó.)
Mientras regeneraba el brazo, vi el estado en que había quedado el otro. Carbonizado, quemado hasta el punto de empezar a sacar humo. Esa cosa tenía potencia de sobra. No eran simples hilos, eran armas. Cada uno de ellos podía inmovilizarme si no tenía cuidado.
Pero, mierda... cuanta más cosas descubría, más se me aceleraba el pulso. Esto se estaba poniendo interesante.... muy interesante.
Me mantuve en movimiento. Solo un poco más. Solo para confirmar lo que sospechaba. No estaba evadiendo trampas al azar. Me estaban dirigiendo. Me estaban empujando. Cada hilo, cada disparo, formaba parte de un patrón. Siempre dejaban solo un camino libre, una vía abierta que parecía la opción más segura. Pero no lo era.
Nada de lo de que ocurría era al azar. Todo era una jodida trampa elegante.
Y entonces lo vi. Claro como el día.
Los disparos cesaron. Frente a mí, los hilos bloquearon el paso. Atrás, igual. A ambos lados, una salida aparente. Solo una. Como un pasillo... o peor, un callejón.
Fue entonces cuando me gire… y allí estaba.
La señora. A solo unos metros. Sus anillos seguían brillando con esa intensidad inquietante. Y en su rostro... esa sonrisa serena. No había necesidad de decir nada. Todo en su presencia gritaba que esto era lo que había planeado desde el inicio. Que me había tenido justo donde quería desde el primer paso.
Kross[X]: "Bueno, bueno... eso sí que fue un comienzo. Hilos, tiros rebotando, esa sonrisita con esa actitud tan serena... Me vas a decir que todo esto lo tenías guardado desde el principio y ni se te ocurrió usarlo antes. Ni cuando jugaba con el vagabundo, el fósforo y contigo al mismo tiempo... y yo pensando que ya te había visto en serio."
Levanté la vista por un momento. Desde donde estaba, podía ver mejor lo que la señora tenía encima ahora mismo. En una mano, una de sus armas de fuego, aunque lo interesante estaba en la otra... había desenvainado una hoja larga, de un solo filo. Era sencilla, pero no por eso menos peligrosa.
La hoja era de color rosa, igual que varias partes de su equipo. En la guarda, justo donde el filo comenzaba, había unas piedras del mismo color, incrustadas como si fueran parte clave de algún tipo de mecanismo.
Cass: "Desde que me metieron en esta silla con el título de capitana tengo que leer más papeles que rivaliza con la cantidad de botellas que bebo en la semana. Aparte que como no han salido casos que valgan la pena, no tenía usar estas cosas. Pero bueno, ya... dejemos la charla, que sino el juego se nos alarga."
Todo lo dijo con una calma antinatural a todo lo que sucedía. Tranquila, como si en vez de hilos electrificados acabara de hablarle al vagabundo. Y entonces siguió caminando. Paso firme, sin apuro. Sin una sola señal de tensión.
Kross[X]: (Carajo… no tenía mucho espacio actualmente.)
Era literal un pasillo. Los hilos estaban a ambos lados, listos para freírme si me movía mal. En cualquier momento podía volver a disparar… Pero lo que más me jodía era esa hoja. Si ya sus balas podían rebotar con esa precisión y los hilos me dejaban el cuerpo tieso, no saber qué podía hacer su espada era un maldito problema.
No iba a seguir perdiendo el tiempo en lo que no podía predecir. Mejor enfocarme en lo que tenía frente a mí… la señora y….
Y justo detrás de ella, todo estaba libre. Sin hilos, sin trampa visible. Si me movía lo bastante rápido, podía pasar sin que me viera venir. No era perfecto, pero era lo mejor que tenía… podría ser otro de sus trucos, pero no tenía muchas opciones.
La señora se iba acercando, había dado un par de pasos y… estaba moviendo la hoja. Parece que su plan si es que la sobrepase…, no se lo iba a poner fácil ni le iba a dar la felicidad de que su estrategia funcionara.
Ya no había nada que pensar.
Tensé las piernas, y en un solo impulso, salí disparado hacia el frente. El suelo se quebró bajo mis pies. Avancé con fuerza, sin dudar, directo a rebasarla. Apenas logré llegar a la zona atrás de la señora pude ver lo que estaba haciendo.
Las piedras en la guarda brillaron segundos después. Había terminado de trazar un movimiento con la hoja, como si la clavara en el aire, y de inmediato los hilos a los lados se juntaron en la punta. No tenía forma de una barrera. Era más bien una puta telaraña. Perfecta. Letal. Formada justo en el punto donde había pasado.
Kross[X]: "No me digas que en serio pensabas que eso iba a funcionar... La parte de los hilos estuvo interesante, lo admito. Su funcionamiento fue medianamente decente. Pero hasta ahí no más, señora."
La mujer hizo un simple movimiento con la mano. Sus anillos, que hasta ahora seguían brillando con esa tonalidad rosa extraña, simplemente... se apagaron. Como si alguien hubiera cortado la energía de golpe. Un segundo después, todos los hilos desaparecieron. Nada quedó. Ni un solo trazo en el aire. Como si nunca hubieran existido.
Cass: "Es algo que aprendí a usar hace un par de años. Aunque bueno... esperaba que no te movieras tan rápido. Que tu maldita curiosidad te hiciera dudar al menos un poco. Pero ya está, nada que hacerle. Además, ahora tendrán que reparar esa zona que dejaste hecha mierda con el salto."
Kross[X]: "Ya que estamos, me gustaría saber también cómo demonios me seguiste con los hilos. Porque al principio no me la pusiste fácil, eso es claro... Así que ni idea de cómo lo lograste. Lo único que puedo pensar es en esas marcas borrosas que tienes en los ojos."
Sus dedos se movieron apenas, y de inmediato vi cómo se apuntaba con su arma directamente al rostro. Más específicamente... a los ojos.
Cass: "Bingo. Estas lentillas están conectadas a un sistema de lectura predictiva. No es perfecto, pero analiza tus movimientos en tiempo real. Cruza datos con los sensores del entorno y calcula posibles trayectorias. Así puedo desplegar los hilos donde más probabilidades hay de que pases... y si ajusto los disparos a esos mismos caminos, te mantengo justo donde quiero."
Dejó de apuntarse, bajando el arma con naturalidad.
Cass: "Claro que, como ya viste... tampoco es magia. Me disculpo por lo del brazo. Aunque si sirve de algo, Nikola hizo un trabajo impecable con todo esto. Es una joyita cuando se trata de construir juguetes como estos."
Bxxx: (...creador... interesante...)
Rxx: (...o un plomo... sí habla mucho...)
Kross[X]: "El brazo es lo de menos. Ahora me interesa ese tal Nikola. Porque quien sea que sea, debe ser muy impresionante para fabricar cosas así de entretenidas. Eso sí... ya viste que si me muevo aún más rápido de lo que muestro normalmente... no te sirve para nada."
Cass: "Justamente. Si hicieras eso, este jueguito no tendría sentido y habría sido un rato terriblemente aburrido. Mejor cambiamos el objetivo, ¿te parece?"
Dejó sus armas en las fundas con calma. Otra vez, los anillos brillaron. Y con un gesto fluido de ambas manos, varios hilos emergieron rápidamente alrededor nuestro, formando una estructura mucho más cerrada... como una especie de cúpula.
Cass: "Escucha, chico. Si consigues esquivar completamente lo que voy a hacer ahora, te doy la victoria. Pero si te doy con algo... con cualquier cosa, incluso un rasguño, yo gano este juego. ¿Qué te parece?"
Kross[X]: "Si es tan interesante como suena eso que planeas, entonces… ¡lo acepto con muchísimo gusto!"
No necesitábamos decir nada más. La señora desenfundó ambas armas en un solo movimiento, rápido, limpio, casi elegante. Y sin perder el ritmo, apretó los gatillos. Una ráfaga de esas balas azuladas salió disparada directo hacia mí, sin un segundo de respiro.
No pensé.
No analicé.
Simplemente… me moví.
Mis piernas reaccionaron con precisión y potencia, comencé a girar en torno a ella, dentro de esta cápsula improvisada, donde cada espacio mal calculado podía costarme el juego.
No tardó en rotar también. Apuntó sus armas hacia sus costados y empezó a girar con precisión letal. En segundos, el interior de esta trampa se convirtió en una maldita tormenta de balas.
No solo era la cantidad, era la cadencia, la presión constante, la manera en que recargaba sin perder ritmo, como si el vacío en sus cargadores fuera solo un detalle más en su coreografía. Cada rebote de las balas contra los hilos mantenía su amenaza viva, como si cada proyectil se rehusara a morir.
Sonreí.
Esto no se parecía en nada a las pruebas del recinto.
Allá, todo era más clínico, más medido. Incluso cuando querían que corriera o resistiera o que aguantara hasta que me quebrara, siempre había un propósito oculto, una pérdida calculada.
Aquí, en cambio, cada bala sentía que era “real”... Cada giro era con decisión… Esto exigía… Esto me hacía pensar…, me hacía reaccionar… me hacía… disfrutar.
Bxxx: (...estrategia... impecable...)
Rxx: (...pero con estilo... joder, eso me gusta...)
Aceleré.
Empujé mi cuerpo un poco más. Cada movimiento era aún más rápido, me abría nuevas posibilidades, nuevos ángulos para esquivar, nuevas rutas para evadir este infierno de metal.
A pesar de que no había descanso, me enfocaba solo en una cosa: esquivar. Y no por miedo. Sino porque cada bala representaba un reto. Si fueran simples, ya habría ganado. Pero estas... estas hacían que valiera la pena moverse.
La señora, mientras tanto, parecía ajena a todo. Como si no fuera ella quien estaba en el centro de esa locura. Las balas la rodeaban sin tocarla, como si obedecieran una voluntad ajena a la gravedad. Mientras cruzaba entre disparos, noté su mirada…
Había cambiado. Estaba concentrada. Y entonces, habló.
Cass: "Tarde o temprano, este juego se acabará... ¿cómo podría el final, chico...? ¿quieres adivinarlo?"
No me gustaba su tono.... No porque fuera desafiante, sino porque lo decía como quien ya tiene la respuesta.
Aceleré otra vez. Alcancé la misma velocidad que usé cuando logré pasarla hace unos segundos si no es que la superé, dejaba marcas en el piso mientras me movía.
Quería creer que a ese ritmo ella no podría hacer nada. Quería creer que eso sería suficiente para no ser alcanzado. Ya me había confirmado que sus lentillas no eran perfetas… era prácticamente imposible que pudiera predecir mis movimientos, pero…
Pero entonces la vi sonreír.
Cass: "Otra vez con eso de perderme al correr... Veamos, chico... ¿dónde… te escondes ahora?"
Soltó un par de disparos más. Como si no fueran suficientes los que ya había lanzado. Y de pronto, todo se detuvo. Bajó ambas armas ligeramente y mientras realizaba un gesto con una sola mano... los anillos de repente brillaron, apenas por un segundo.
Cass: "Boom."
Y fue literal... En un santiamén, aparecieron un montón de hilos por todas partes. Se extendieron como serpientes ciegas, cruzando el espacio sin aviso. Algunos chocaron con los disparos y los redirigieron, otros simplemente los atravesaron.
Todo este escenario empezó a brillar con un azul más intenso. Y en ese instante... todo explotó. Las balas rebotadas explotaron unas tras otras. Algunas detonaban apenas me acercaba. Otras lo hacían al ser tocadas por un hilo. Una reacción en cadena, un infierno perfectamente planeado….
Kross[X]: (Je…)
Todo el escenario estaba contra mí. No poder hacerle daño me dejaba sin muchas opciones. Y el espacio reducido limitaba aún más mis movimientos. Pero a pesar de todo eso... no había rabia. No había ni una pizca de frustración. Había algo dentro de mí que quería aplaudirle.
Bxxx: (...excelente... ejecución...)
Rxx: (...no me molesta perder... si se ve así...)
Las explosiones me alcanzaron. No dolía absolutamente nada. Apenas notaba los impactos en las secciones afectadas de mi cuerpo.
La regeneración hacia su trabajo…, como siempre. Me cubrí los ojos un segundo mientras las detonaciones me envolvían. No fue nada en varios de mis términos... excepto que sí lo fue. El juego no me pedía sobrevivir, pedía no recibir ni un rasguño.
La ropa que usaba había quedado rota en algunas partes. Aproveche para sentarme un poco en el piso y mirar un poco…
Había zonas chamuscadas alrededor de todo el sitio afectado. Y los hilos que nos rodeaban, formando esa cápsula, se deshicieron lentamente, como si aceptaran que su trabajo había terminado. Dándole un mejor vistazo alrededor al lugar… todo lo que rodeaba a la señora estaba destruido. Suelo quemado, impactos marcados. Pero ella... estaba en el centro. Intacta.
Kross[X]: "Bien jugado... aunque eso de que un rasguño cuente... ahora me suena a trampa, señora."
La vi enfundar ambas armas con esa calma que la define. Luego comenzó a caminar hacia mí. Paso a paso. Sin apuro. Con una sonrisa... que esta vez, era un poco más arrogante.
Cass: "La vida está llena de decepciones... pero en este caso, sólo para ti…, Kross."
Y pese a todo, pese a perder, pese a las palabras de ████, pese a no haber tenido oportunidad real desde que acepté sus reglas...
No podía dejar de sonreír.
Me quedé un rato en el piso. No por dolor, ni por agotamiento... solo por inercia. Mientras tanto, la señora ya se había dado media vuelta y caminaba hacia los otros tres que se habían mantenido al margen durante toda la pelea.
No le presté demasiada atención a lo que hablaban, aunque el vagabundo pareció decirle algo porque ella le gritó de vuelta sin siquiera detenerse. El fósforo se acercó para darle un golpe de puño y ella se lo aceptó con naturalidad. A la enana híbrida la recibió con una caricia en la cabeza.
Este grupo de personas sí que era raro... y su organización aún más. Pensar que nuestro primer encuentro fue un desastre total... y aun así me mantenían cerca. No sé si por utilidad, necesidad o simplemente un capricho, pero... me sentía a gusto con este grupo de imbéciles…
.
..
...
Una semana después.
Kross[x]: "...Repíteme esa idiotez antes de que te rompa la cara y te mande a volar por la pared del edificio otra vez."
De todo lo que recuerdo de los entrenamientos de la semana pasada, ninguno se comparó con el del lunes pasado. Fue, por lejos, otra liga. Lo único nuevo fue que decidieron que la enana híbrida practicara conmigo.
Fue... una experiencia extraña.
Me habían dicho que salió del mismo lugar que yo… Se notaba. Había algo meticuloso en la forma en que se movía, como si cada acción ya estuviera calculada antes de empezar.
A veces parecía que alguien activaba un interruptor dentro de ella, y se volvía... más letal. No era mala, para nada, a pesar de su tamaño o edad. Pero definitivamente no estaba al nivel del trío. Y su "habilidad especial" perdió todo el impacto después de la primera vez que la vi. Si agudizo mis sentidos, sus ilusiones no sirven para nada.
Pensaba que esta semana iba a seguir como siempre... pero apenas me despertaron hoy, tenía al idiota del vagabundo frente a mí. Y lo primero que sale de su boca es la peor estupidez que le escuché hasta ahora. Para colmo, la señora lo miraba con interés.
Abe: "Como te decía, mi fenómeno favorito… quiero hacer lo mismo que Cxxx, pero con mi toque personal, propongo esto: combate dos contra uno. Tú contra nosotros. ¡Vamos, mutante! Será divertido."
Señaló con el pulgar por encima del hombro. Ahí estaba el fósforo, a unos pasos detrás de él, junto a la señora y la pequeña.
Abe: "Claro que habrá condiciones. Obvio que no te podemos ganar, así que, si tu espalda toca el piso, ganamos. Claro que… sin usar esas garras monstruosas tuyas para atacarnos, ni puedes usar tu velocidad supersónica del averno. No hagas trampa, quiero ver que haces al estar limitado."
El fósforo empezó a caminar hasta quedar al lado del vagabundo. Como si ya supiera que esto iba a pasar.
Surge: "No estoy de acuerdo con todo lo que dice este imbécil... pero vale la pena intentarlo. Además, tenemos un par de cosas nuevas que probar."
Y claro... parecía que esto iba en serio.
Esto no se parecía en nada a lo de la señora. Ella, aunque pareciera que le importa una mierda todo, tiene una clase de profesionalismo atrás de cada acción. Calcula, mide, no da un solo paso sin saber lo que hace. Pero estos dos... no transmiten nada de eso. Y los "juguetes" que trajeron hoy... no parecen gran cosa.
Observando al fósforo, sigue igual que siempre. Sin cambios notables. Aunque la enana híbrida tiene algo distinto. Estaba cargando algo, parece una nueva clase de guantelete. Había algo diferente en el modelo del equipo que el fosforo suele usar, pero nada que realmente llame la atención.
En cuanto al maldito vagabundo... era un jodido desastre visual. Tiene unas bolsas pequeñas colgadas a los costados. Y puedo apostar que lleva toda la mierda que ha usado antes.
En la espalda lleva una clase de "arma" que se ve demasiado pesada para alguien como él. Y para rematar, tiene la misma hoja que usó la señora en la mano derecha... pero sin ese brillo rosa que le daba algo de respeto cuando ella la manejaba. En sus manos, parece solo una barra afilada sin gracia.
Bxxx: (...no me interesa...)
Rxx: (...es una basura... de acuerdo contigo...)
Cass: "Kross. Mírame."
La voz de la señora me sacó de mis pensamientos de inmediato.
Cass: "Aunque no lo parezcan... y sí, me irrita que casi todo el tiempo se tomen esto como un chiste... esta vez parece que nuestro jueguito del lunes pasado los motivó a hacer esta estupidez. Así que, por qué no les das una oportunidad..."
No estoy muy seguro de que esto valga la pena...
Cass: "Puedes aprovechar para golpear al imbécil de Axx sin contenerte ni un poco con esto. Digo, no puso una condición al respecto y es parte del juego ¿no?"
Kross[x]: "Bastarda de mierda... me convenciste. Me pondré en posición"
Caminé hacia el centro del sitio para esperarlos. Que empiece esta ridiculez.
Sin mirar hacia atrás, ya escuchaba los pasos apresurados de alguien viniendo directo hacia mí. Solté un suspiro... ni un maldito minuto y ya venía con lo mismo de siempre. Nada de originalidad que valiera la pena de ese idiota.
Me di media vuelta con calma, y tensando apenas un dedo, hice que solo una garra emergiera. Con ella detuve en seco el objeto afilado que venía hacia mí con intención clara de abrirme por la mitad.
Abe: "¡Oye! ¡No llevamos ni un minuto y ya hiciste trampa!"
Kross[x]: "Además de ser poco original, no fuiste claro. Dijiste que no podía atacarte con las garras, pero no dijiste nada de usarlas para defenderme de objetos. Eso es tu culpa."
Apliqué un poco de fuerza, solo lo justo para desestabilizarlo. El vagabundo dio un paso atrás, pero lejos de parecer sorprendido, respondió con una secuencia de movimientos bastante aplicada. Intentó cerrarme el paso con un giro bajo, buscando empujar mi centro de equilibrio.
Luego siguió con un corte diagonal ascendente para forzarme a alzar el brazo, y de inmediato trató de colarse por mi flanco derecho. Cada ataque parecía improvisado, seguía lanzando una combinación de barridos y ataques desde ángulos más bajos, obligándome a mantener la atención.
Sus ataques no eran elegantes, pero estaban bien medidos. Buscaba una brecha, una apertura donde colarse, aunque fuera por un segundo. Solamente una…
Y ahí fue cuando la dejó él mismo. En un movimiento demasiado amplio con el arma, perdió su línea defensiva, y eso me dio justo la ventana que necesitaba. Aproveché el espacio para meter el brazo con el que detuve el golpe inicial, y con un movimiento seco y directo, le quité el arma de las manos.
Con la otra mano, la libre, le solté un golpe directo al pecho. El impacto fue contundente, lo suficiente como para levantarlo del suelo y mandarlo a volar hasta chocar contra la zona donde estaban la señora...
Desde mi posición, eché un vistazo hacia los otros. El fósforo no se había movido ni un centímetro. Seguía exactamente en la misma posición de antes, ahora junto a la señora y la híbrida. Los tres observaban al vagabundo, que se retorcía un poco en el suelo.
Surge: "Eres un puto imbécil."
El idiota solo levantó el dedo del medio como respuesta.
Surge: "Descansa un rato. Y dame lo que sea que hiciste con mi bebida."
El vagabundo se reincorporó con algo de esfuerzo, rebuscó en la bolsa atada a su costado derecho y sacó una pequeña botella. La lanzó con pésima puntería, pero aun así el fósforo la atrapó con facilidad antes de empezar a caminar hacia mí.
Surge: "Siento la idiotez de mi compañero... pero ahora espero que esto sea entretenido."
Vi cómo destapaba la botella y se la bebía de un solo trago. Luego la lanzó hacia adelante sin darle importancia. Por mi parte, solo sonreí un poco mientras levantaba el arma que le había quitado al idiota anterior.
Kross[x]: "Eso espero, fosforito. Que este rato no sea una mierda aburrida."
La emoción que me había invadido por un segundo tras las palabras del fósforo… se esfumaron al punto que bajé el brazo con el que sostenía el arma. Bastó con verlo bien para saber que todo esto era una jodida broma.
Lo había visto antes, varias veces, mientras me enfrentaba a esta bola de idiotas... pero ahora mismo era igual de evidente. Estaba tambaleante, las escamas de su rostro tenían un tono más rojizo de lo normal y movía los brazos con esos guanteletes desactivados de manera errática, sin ninguna dirección…
Estaba borracho.
Después de enfrentarme a él en este estado… lo único que eso le daba era una ligera cuota de impredecibilidad a la hora de golpear... Ninguna mejora real, ningún cambio técnico o sorpresa escondida…. Solo inestabilidad.
Kross[x]: (Esperaba algo más de este sujeto.)
Bxxx: (...decepción... absoluta...)
Rxx: (...patético... ni para calentar sirve...)
Me le quedé mirando. El tipo pareció tropezar con sus propios pies, y cuando pensé que se caería, simplemente terminó de rodilla, clavando su mirada en la mía sin decir palabra.
Surge: "..."
Kross[x]: "..."
Surge: "¡No te me quedes mirando, CARAJO!"
El grito fue seco y directo, como una chispa que encendiera todo. De inmediato se lanzó en carrera hacia mí, los pasos eran erráticos apenas disimulados por el impulso.
Al llegar a una distancia adecuada, saltó con fuerza, girando el cuerpo en el aire mientras extendía la pierna, buscando conectarme una patada giratoria directa a la cabeza.
Me incliné apenas para esquivarla, pero el tipo no se detuvo. Aprovechando el momento del giro, soltó un barrido bajo apuntando a mis piernas. Esta vez tuve que impulsarme con fuerza hacia atrás, saltando alto para evitar cualquier cosa.
Sin perder un segundo, el fósforo se lanzó en mi dirección mientras yo aún estaba en el aire. Me soltó un derechazo que logré bloquear con la mano libre, seguido de un golpe con la izquierda que apenas esquivé moviendo el cuello.
Intenté responder aprovechando la distancia para golpearlo con la espada que tenía, pero el idiota logró moverse hacia un lado justo a tiempo, y contraatacó con dos golpes seguidos: uno con el puño y otro con el codo. Pude bloquear ambos usando la espada como escudo improvisado.
Volví a intentar un corte, esta vez buscando mayor impacto, pero el fósforo levantó ambos brazos, cruzándolos, y usó los guanteletes para bloquear el golpe sin que el filo lo alcanzara.
No terminó ahí, intentó darme una patada directa en el costado, la cual bloqueé con el antebrazo justo antes de tener que esquivar un puñetazo, y apenas tuve oportunidad de tomar aire, debido a que se lanzó con una nueva ráfaga de puñetazos que me obligaron a esquivarlo.
Kross[x]: (Se mueve mucho más rápido que antes...)
Intercepte una de sus patadas con la espada y el fósforo aprovechó eso para girar, lanzando un golpe con el reverso de la mano que apenas logre esquivar. Finalmente, ambos caímos al piso, manteniéndonos de pie a una distancia prudente entre los dos.
Kross[x]: (¿Qué… mierda tenía esa botella? No puede ser un simple alcohol si ahora puede lograr esto...)
Lo vi tambaleándose de nuevo, lanzando uno que otro golpe al aire, como si siguiera peleando con una versión invisible de mí.
Surge: "No está mal... moverme tanto… me hizo sentir un pooooco raro... vayaa..."
Con esa última palabra, se tambaleó hacia atrás, perdiendo el equilibrio sin intención de recuperarlo. Su cuerpo terminó cayendo de espaldas al piso, un golpe seco contra el suelo. Pasaron un par de segundos... y luego se empezaron a escuchar ronquidos saliendo de su dirección.
Kross[x]: (¿Qué… mierda está sucediendo?)
Giré un poco la cabeza para ver al resto del grupo. Todos seguían en la misma zona. El vagabundo seguía tirado en el suelo, y por lo que alcanzaba a notar, parecía que estaba tomando algo... seguramente alguna de sus mierdas para recuperarse del golpe que le metí.
La híbrida enana estaba a su lado, sentada, escuchando con atención la conversación que tenía el vagabundo con la señora. Esto… ¿esto no se suponía que era un dos contra uno...? ¿en serio ninguno está inquieto por el estado del fósforo?
La señora, como si pudiera sentir que la estaba mirando, giró la cabeza en mi dirección. Me lanzó una sonrisa acompañada de un gesto con la mano como si no pasara nada. Solo soltar ese ademán despreocupado me hizo suspirar. Empecé a caminar hacia el borracho dormido.
Kross[x]: (¿De verdad… se quedó totalmente dormido...?)
Siempre que este idiota se emborrachaba, nunca se quedaba dormido. Nunca. Eso era lo raro. Y después de unos pasos, ya estaba justo frente a él… ¿y ahora?
Bxxx: (...un movimiento leve... sin daño...)
Rxx: (...pícale con la espada...)
No era mala idea... al menos la segunda parte. Levanté el brazo y empecé a mover la espada hacia él. No quería causarle daño, solo comprobar si estaba realmente inconsciente o—
Surge: "¡Te lo creíste, ¿nooo?!"
De la nada, el cabrón se levantó inmediatamente. Con una sola mano desvió la hoja de mi espada y en el siguiente instante ya tenía el rostro peligrosamente cerca del mío. No había esperado esa reacción, ni esa velocidad, ni que justo en ese momento comenzara a lanzar golpes.
Logré bloquear el puñetazo que venía de su brazo derecho usando mi izquierda, y apenas esquivé el siguiente que venía con la izquierda. Pero eso no lo detuvo.
Mientras recuperaba el equilibrio, el maldito se agachó y me soltó un golpe bajo que, aunque no fue fuerte, pegó justo donde molestaba. Lo remató con una patada que aproveche para crear espacio entre los dos.
No dolían sus golpes. No de verdad. Pero cada punto que golpeó fue jodidamente preciso para incomodar. ¿Cómo carajos…, en ese estado, podía tener ese nivel de precisión?
Surge: "Parecía que estaba dormidooo... pero nooo... ¡ese es el secreto de mi talento!"
Y sin previo aviso, adoptó una pose que parecía sacada de una película vieja. El cuerpo estirado, los brazos alzados, los dedos marcando alguna señal ridícula... y… no.... ¿Estaba… llorando? ¿Qué carajos...?
Surge: "Maestra Yang... ¡lo hice! ¡Maestra Yang... yo...! yooo..."
Y una vez más, como si fuera una maldita rutina, se desplomó de espaldas contra el suelo. Solo lo miré mientras, segundos después, los ronquidos empezaban a sonar nuevamente.
Una risa fuerte llamó mi atención. Al girar el rostro, vi a la señora partiéndose de la risa con una de sus tantas botellas de alcohol en la mano. El vagabundo seguía tirado en el suelo, recuperándose, y la híbrida seguía sentada a su lado, ambos con la misma expresión que la señora...
No los culpo. No frente a esta situación.
Volví a caminar hacia el fósforo. Ya había tenido suficiente con sus payasadas, y aunque no esperaba que hiciera algo distinto, el imbécil se levantó de nuevo justo cuando estaba a un par de pasos de distancia.
Lo hizo con una flexibilidad absurda, como si no tuviera ni una gota de alcohol en el cuerpo. Apenas logré registrar el movimiento, ya había lanzado un puñetazo en mi dirección, tuve que retroceder rápido para esquivar lo que lanzó apenas se puso en pie.
Surge: "¡Volviste a caer, ¿nooo...?!"
Su tono era jodidamente insoportable, agresivo, cargado de una confianza ridícula y adornado con esas expresiones que parecían sacadas de una mala parodia. No entendía por qué, pero cada gesto de su rostro me provocaba una necesidad real de estrellarle algo en la cara sin contenerme ni un poco.
Surge: "Estás equivocado si crees que soy el tipo de persona que puede dormir como si nada en un sitio así... yo... yo... ¿qué...? ¡¿Qué estoy haciendo aquí...?!"
Pasó de desafiante a completamente perdido en cuestión de segundos. Empezó a tambalearse de un lado a otro, con los pasos más torpes que le había visto hasta ahora, hasta tropezar consigo mismo y caer sentado hacia atrás.
No se detuvo ahí: cruzó los brazos, bajó la mirada, y empezó a soltar preguntas al aire con voz arrastrada, como si estuviera filosofando en su propio caos mental. ¿Cómo?, ¿por qué’, ¿qué...? todas lanzadas sin lógica, hasta que simplemente se dejó caer otra vez, esta vez quedando totalmente de espaldas en el piso.
Toda esa situación rozaba lo surreal. No sabía si reír o patearlo. En vez de eso, bajé la mirada por reflejo, y fue entonces cuando noté la botella que se había tomado, tirada a unos pasos del desastre.
Kross[x]: (Ya qué más daba...)
Fui hacia ella y la recogí. No quedaba absolutamente nada de contenido, pero el olor era lo suficientemente fuerte como para dejar claro que lo que fuera eso, no era algo convencional.
Rxx: (...apesta...)
Bxxx: (...solo noto alcohol...)
No detecté nada fuera de lo común, ningún compuesto extraño ni rastro identificable. Sea lo que sea que el vagabundo le metió a esto, definitivamente tiene un efecto que sobrecarga el sistema del fósforo hasta niveles ridículos.
Dejé la botella a un lado y regresé donde estaba tirado, esta vez sin sorpresas. Sus ronquidos eran más constantes, y por lo menos podía asegurar que, en apariencia, no fingía.
Acerqué la espada hasta el hocico del tipo… no hubo ninguna reacción. Miré en dirección al resto del grupo: todos seguían mirando la escena, conversando como si este maldito no estuviera en peligro de tragarse la lengua dormido.
Me molestaba ver esa despreocupación absoluta por la seguridad de su compañero, era absurda e irritante. Bueno... si nadie más se encargaría, podría aprovechar en desquitarme…. Tal vez un poco de dolor lo sacaba de ese sueño artificial.
Tomé la espada con una postura distinta, giré el mango hasta dejar el filo apuntando hacia abajo, preparado para clavarla. No era la intención cortarlo en serio, solo hacerle un corte superficial, algo que al menos lo hiciera reaccionar.
. . .
Kross[x]: (Bastardo.)
Justo antes de que la hoja hiciera contacto, giró hacia un lado, esquivando el golpe mientras seguía roncando. Fruncí el ceño, retiré la espada del suelo y volví a intentarlo...
Lo repetí de nuevo, y otra vez, y otra más, pero siempre era el mismo maldito resultado... hasta que finalmente, en uno de los intentos, el muy cabrón atrapó la punta de la espada con ambos pies, dejándola completamente inmovilizada.
Sin esperar a que reaccionara, empuje la hoja hacia un costado para sacar el arma de su agarre. El en cambio, giró el cuerpo y como si fuera lo más normal del mundo, se levantó en un solo movimiento, quedando de pie frente a mí. Seguía con esa misma cara de estúpido, enrojecida por el alcohol, como si nada de esto tuviera sentido.
Kross[x]: (...Esto ya se está volviendo una molestia.)
Ya algo cansado de la situación me lancé contra él con un ataque directo, haciendo un barrido lateral con la espada de derecha a izquierda, buscando forzar una reacción. El fósforo se agachó justo a tiempo, y sin darle tregua giré el cuerpo para barrer en sentido contrario. Esta vez dio un salto hacia atrás, esquivando con facilidad.
Intenté otros tres ataques seguidos, cada uno buscando un ángulo distinto, una apertura, una falla... pero ninguno funcionó. Cada vez que el filo se acercaba, lo bloqueaba con los guanteletes, desviaba el golpe con la precisión suficiente para romper el ritmo o directamente golpeaba mi brazo con tal exactitud que el movimiento se arruinaba antes siquiera de completarse.
Me estaba conteniendo poco con estos ataques.... No lo suficiente como para dejarme ganar, pero sí lo justo para evitar que esto terminara demasiado rápido o que rompiera las estúpidas condiciones impuestas por el vagabundo. Y aun así...
Kross[x]: (¿Cómo es posible que no le pueda dar ni un maldito golpe...?)
Surge: "Y yo que dormía tan cómodo... ¡Eres una mosca molesta y ruidosa!"
El idiota no tardó en encontrar su momento. Esperó con calma hasta que creyó ver una mínima apertura en mi postura, y sin dudarlo se lanzó con una sucesión de ataques bien dirigidos.
El primer golpe vino con su puño derecho directo a la parte media del torso, y justo cuando mi cuerpo reaccionaba, ya había lanzado el segundo con su izquierda, apenas unos centímetros más abajo. El tercero, con su derecha nuevamente, impactó justo en el mismo punto del primero, insistiendo como si tratara de perforar una barrera invisible.
Sin dejar que recuperara espacio, giró con un paso lateral para lanzar una patada al mismo sector, y antes de que pudiera retroceder del todo, la segunda patada impactó casi al mismo tiempo.
Todo el combo me hizo retroceder varios metros, pero no tuvo la fuerza para tumbarme. Solo lo justo para hacerme detener y poder observarlo mientras comenzaba a hacer unos movimientos extraños con los brazos y el torso. Como si calentara o preparara algo que no entendía del todo.
Surge: "¡Oyeee…, vamos! ¡Ven aquí… y te mostraré lo que tengooo!"
Kross[x]: (Esos movimientos se ven ridículos.)
Surge: "Si no vas a venir, ¡entonces iré yoOo0!"
Sin más advertencia, lo vi impulsarse hacia adelante en línea recta, un ataque sin ningún tipo de estrategia aparente... hasta que, justo frente a mí, se tropezó de forma tan abrupta que cayó de hocico al suelo, quedando completamente estirado a mis pies.
Desde algún lugar, volvió a escucharse la risa estruendosa de la señora, seguida por un comentario entrecortado del vagabundo que no pude entender bien.
Kross[x]: (...)
Surge: "Duele... ¡Es tu culpa!"
Mientras se quejaba, noté algo diferente. Su cabello comenzó a encenderse con un fulgor celeste, como si las puntas se prendieran fuego, pero sin quemarse. Las flamas bailaban hacia los costados, sabía que eso era una mala señal. Lo que viniera después no sería una simple payasada.
Sin ninguna transición. En un instante, el tipo se levantó con una energía imposible de asociar a su estado anterior, y se abalanzó contra mí con un salto cargado de fuerza.
Abrió la ofensiva con una patada giratoria que logré esquivar con un leve giro de cadera, pero no dio tiempo a nada más porque en el aire, giró con la otra pierna para lanzar una segunda patada que esta vez bloqueé de lleno con la espada.
En cuanto aterrizó, no perdió ni un segundo antes de lanzarse con un barrido bajo que me obligó a saltar ligeramente para esquivarlo. Pero apenas lo hice el tipo me lanzó dos puñetazos, el primero que desvié con la espada y el segundo que detuve con el antebrazo libre.
Mis pies apenas tocaron el piso, no quise perder la iniciativa y contraataqué de inmediato con un barrido horizontal con la espada, pero el cabrón se inclinó hacia atrás con una fluidez antinatural, esquivándolo sin siquiera cambiar la expresión.
Kross[x]: "Tch."
Retrocedí para ganar algo de distancia mientras ambos girábamos en torno al otro, moviéndonos en una danza tensa que alternaba bloqueos y fintas.
Bloqueé dos de sus golpes en medio del intercambio y me vi obligado a retroceder para esquivar una patada lanzada con intención. Intente contraatacar con un puñetazo directo al torso, seguido de un corte ascendente con la espada, pero ninguno dio en el blanco.
El fósforo aprovechó el ángulo de mi golpe con la espada, se inclinó con precisión hacia el ángulo expuesto, apoyó ambas manos en el suelo y, con un impulso limpio, lanzó una potente patada ascendente que me dio de lleno en el antebrazo. El impacto me arrastró varios metros hacia atrás antes de que pudiera recuperar estabilidad.
El tipo se impulsó con una rapidez distinta esta vez. Sus guanteletes se encendieron por un instante, liberando una descarga hacia atrás que usó como propulsión, aumentando aún más su velocidad en dirección a mí.
Apenas tuve tiempo de afirmarme, crucé la espada con ambas manos justo a tiempo para recibir el puñetazo directo que venía con toda esa fuerza acumulada. El impacto fue brutal, pero el refuerzo con ambas manos logró absorber buena parte del retroceso, y además permitió que el rebote hiciera retroceder al idiota unos cuantos pasos.
Sin embargo, no se detuvo. El idiota cargó de nuevo sin perder tiempo, con la misma energía descontrolada que ha mostrado desde que empezó esto.
Surge: "Yo... ¡yo...! ¡¡¡Disfruto de mi JUVENTUD!!!"
Su siguiente ofensiva fue una secuencia más refinada, aunque igual de absurda. Inició con un puñetazo derecho que bloqueé con mi brazo izquierdo, seguido por otro con la izquierda que detuve usando la espada.
Luego giró sobre su eje y lanzó un codazo con el mismo brazo derecho, que detuve con el antebrazo izquierdo, y sin perder la rotación, mientras me daba la espalda, soltó una patada trasera con la pierna izquierda que atajé con el antebrazo contrario.
Como remate, giró sobre su propio eje y lanzó un golpe con el dorso de su mano izquierda, el cual bloqueé levantando la espada a la altura adecuada. Aproveché ese instante para contraatacar con un barrido horizontal, pero el fósforo logró estabilizar su cuerpo al final del giro y, doblándose hacia atrás, evitó el filo por apenas unos milímetros.
Recuperó la postura sin perder ritmo y se colocó en guardia nuevamente. Sus movimientos eran cada vez más erráticos, pero peligrosamente calculados. Lanzó un puñetazo que esquivé inclinando apenas la cabeza, y respondí con un corte ascendente que interceptó deteniendo mi brazo a medio camino.
Aprovechando ese agarre, se giró para soltar un codazo con el mismo brazo que había bloqueado, que me obligó a retroceder.
Volví a avanzar, girando con un corte en diagonal, pero el tipo dio un paso lateral, levantó el pie y me pateó el hombro para desequilibrarme. Aun así, logré mantenerme firme y respondí con un golpe directo al torso que apenas logró desviar con su codo.
Kross[x]: (Este cabrón es todo menos ortodoxo... y encima, desde que le salió ese fuego raro en la cabeza, se ha vuelto más rápido y sus golpes tienen más fuerza.)
Intentó golpearme en la sien izquierda con un puñetazo que logré bloquearlo a tiempo, desviando su brazo lo justo para dejar un espacio abierto. Aproveché ese instante para intentar un sablazo horizontal directo a su torso, pero el muy cabrón se inclinó hacia atrás con una flexibilidad que ya empezaba a hartarme.
Evitó el filo por un pelo, y en el mismo movimiento, extendió el brazo para golpearme con precisión en la muñeca. La sacudida fue lo suficientemente fuerte para que soltara la espada por un instante, sin embargo, logre recuperarla al instante con un giro de la misma mano, reafirmando el agarre.
Surge: "¡Apenas me encuentro… en la FLOR de mi juventud!"
Como si ese grito fuera la declaración oficial de una estupidez aún mayor, el fósforo se lanzó de cabeza hacia el suelo, apoyándose con ambas manos hasta quedar completamente invertido.
Desde esa posición, comenzó a lanzarme una serie de patadas precisas y cargadas de fuerza, que tuve que bloquear una tras otra con la espada. Cada impacto se sentía más fuerte que el anterior, haciéndome retroceder por la presión constante.
A pesar de estar cabeza abajo, el maldito caminaba con las manos como si fuera lo más natural del mundo, manteniendo el ritmo sin perder el balance.
Con cada metro que avanzaba, aumentaba la velocidad y la potencia de los ataques, y para cuando quise darme cuenta, ya estaba comenzando a derrapar por el suelo mientras seguía bloqueando con la espada.
Tuve que juntar toda la fuerza posible en una pierna para afirmarme con firmeza, clavándola contra el suelo, mientras levantaba la otra ligeramente como contrapeso para estabilizarme sin perder el ritmo.
Con la pierna que había levantado intenté aprovechar la postura para lanzarle una patada lateral justo al mismo tiempo que atacaba con la espada, buscando doble presión en su defensa.
Pero el cabrón reaccionó impulsándose con las manos hacia arriba, realizando un giro acrobático que lo dejó de pie justo fuera de mi alcance, como si el intento no hubiese sido nada para él.
Kross[x]: "¡Quédate quieto, idiota!"
Empecé a atacar sin tregua. Movía la espada con rapidez, lanzando una serie de estocadas dirigidas al torso, los brazos, incluso las piernas, cualquier punto que pudiera tomarlo por sorpresa.
Aunque no podía usar la espada con todo su potencial por no tener el equipo adecuado de la señora, no me estaba conteniendo en la velocidad de mis movimientos, solo lo suficiente.
Aun así, el fósforo lograba esquivar cada intento, siempre al límite, inclinándose o girando en el último instante antes de que la hoja pudiera rozarlo.
En uno de esos ataques, el tipo se inclinó demasiado hacia la izquierda. Vi la abertura. Sin dudarlo, hice un barrido con la espada buscando su costado. Pero justo entonces, el bastardo frenó en seco, y mi ataque pasó por debajo de su cabeza sin tocarlo.
Aprovechó esa apertura y tomó la espada desde la base y la punta, girándola con fuerza para desestabilizarme. La maniobra abrió mi postura apenas por un segundo, suficiente para que intentara golpearme con el dorso de su mano derecha, pero alcé la pierna y bloqueé el golpe con la pantorrilla derecha.
No se detuvo. Con el pie izquierdo trató de golpearme por la parte baja, pero lo intercepté respondiendo con un cruce de pies, golpeando con el derecho. Antes de que pudiera reacomodarme, ya venía con el otro pie, pero esta vez no me arriesgué a recibirlo y retrocedí usando un impulso hacia atrás.
El tipo no perdió el ritmo y se lanzó de nuevo con una rotación, mezclando ataques con el dorso de la mano y los pies, obligándome a repetir el retroceso varias veces.
Mientras retrocedía, debía seguir golpeando con las piernas para repeler sus patadas, manteniendo el equilibrio como podía. Pero no contaba con que, en medio de toda esa sucesión de ataques, el cabrón encontrara la oportunidad perfecta para atrapar mi pierna con un giro inesperado. El equilibrio se rompió de inmediato.
Kross[x]: (No me jodas... si mi espalda toca el piso ahora, pierdo por una estupidez como esta.)
No hubo tiempo para pensar en otra opción. Mientras caía de espaldas, vi cómo el fósforo me soltaba la pierna solo para cargar contra mí con el fuego en su cabeza ardiendo aún más.
El bastardo soltó un golpe directo usando el guantelete, activado para potenciar al máximo el impacto. El golpe me dio de lleno y me arrancó la espada de la mano debido a la fuerza que traía.
Esta vez la molestia fue mucho más notoria, un zumbido directo al pecho. Pero gracias a ese mismo golpe, y aprovechando la fuerza del impacto, impulsé el brazo libre contra el suelo y logré evitar la caída completa, girando el cuerpo para aterrizar de pie con fuerza.
Cuando levanté la vista, el fuego en su cabeza había desaparecido. Pero lo más irritante no era eso... era la posición que había adoptado y la expresión completamente idiota que tenía en la cara.
Surge: "Hic... ¡HACHOO WOOUU!"
Todo esto ya se había extendido mucho más de lo tolerable. Lo que al inicio fue una sorpresa ahora se había transformado en una molestia constante.
Su ritmo errático, sus movimientos impredecibles, su absurda resistencia... era como pelear contra una carcasa vacía que simplemente seguía adelante por inercia. Necesitaba terminar con esto, pero hacerlo de cualquier forma solo alargaría más el enfrentamiento. Tenía que pensar en algo preciso. Rápido…
Durante todo el combate no había mostrado reacciones reales. No se defendía por instinto ni por decisión: todo lo hacía como si su cuerpo actuara solo, fuera de su conciencia.
Incluso sus quejas o sus gritos, parecían vacíos. El fuego en su cabeza y los patrones de movimiento indicaban que seguía una lógica interna, pero desconectada del entorno. Si quería hacer que volviera a la realidad, tenía que romper ese ciclo.
Algo directo…. Algo que lo forzara a parar.
Kross[x]: (Esquiva, gira, golpea, se queja, y vuelve a empezar... Todo sigue el mismo hilo sin cambio alguno. Si repite... es porque no registra. Si no registra... entonces tengo que hacerle sentir algo que no pueda ignorar.)
Bxxx: (...reacción fisiológica... algo que sobrepase el impulso...)
Rxx: (...que lo saque a la fuerza... que le duela....)
Kross[x]: (Lo tengo.)
Si todo salía bien…. Solo debía acercarme y hacerlo rápido, sin dudar. Avancé con paso firme, directo hacia él.
Kross[x]: "Voy a acabar con esta estupidez y te pondré sobrio en este instante, fosforo."
Surge: "¡nO Est0Y para NADA B0RraCHo!"
Y con solo esa frase, el idiota se lanzó contra mí con una energía renovada. Sus movimientos seguían siendo un completo desorden, pero ahora parecían tener aún más impulso.
Tuve que girar el cuerpo hacia un lado para esquivar el primer puñetazo, bajar la cabeza para que una patada no me alcanzara la quijada, y dar un paso hacia atrás justo cuando soltaba un codazo que casi me roza el estómago. Cada vez el espacio entre sus golpes era más reducido. Se estaba encerrando en su propia locura.
Kross[x]: "Deberías descansar un rato... hasta que se te pase un poco el alcohol."
Surge: "No puedes decirme... que puedo0o hacer. ¡Ya estoy mayoor... ¡Y PUEDO TOMAR LO QUE QUIER-, AHG!"
Seguía golpeando sin pausa, quejándose mientras lo hacía, dejándose llevar por la torpeza que le generaba el alcohol.
Era el momento.
Aproveché el vacío en su defensa mientras soltaba otro insulto. Mordí el interior de mi mejilla con fuerza hasta hacerla sangrar, y justo cuando vi que su atención estaba en la siguiente ofensiva, le escupí la sangre directo a los ojos.
El efecto fue inmediato y lo aproveché, cerré el puño con fuerza y le solté un derechazo directo al hocico, seco y sin freno. El impacto lo levantó del suelo y lo mandó volando unos cuantos metros hacia atrás, estrellándose contra el piso sin ningún tipo de gracia.
Surge: "Aaagh... mi hocico... mi cabezaaaa..."
Parecía que al fin había salido de su estupor alcohólico, aunque ahora solo quedaba la resaca. Ya era hora de que ese estado absurdo terminara.
BANG.
Kross[x]: (No otra vez...)
Inclino la cabeza hacia la izquierda y el proyectil pasa rozando, silbando junto a mi oreja. Al mirar en dirección al disparo, me encuentro con el vagabundo, sosteniendo esa arma descomunal que antes llevaba colgada a la espalda.
A primera vista parecía un espadón, pero desde el mango sobresalía un mecanismo complejo. De ahí debió salir el disparo. En su otra mano cargaba el guantelete que antes traía la híbrida enana, y ahora caminaba hacia el fósforo con una tranquilidad que irritaba.
Abe: "¡Jajaja! Te dieron con todo, Suxxx. Mira esa cara, te dejaron como fruta golpeada."
Kross[x]: "¡Oye! ¿Qué se supone que estás haciendo? Ya los derribé a ambos, tu estúpido juego se terminó."
Abe: "Mi querido fenómeno andante, dijiste algo cierto, nunca dije algunos detalles.... Para que tú ganes, no basta con derribarnos... tienes que noquearnos a ambos. Y si uno despierta antes... bueno, seguimos. Y por lo que veo, esa condición aún no se ha cumplido."
Ese bastardo... No podía quejarme. Era verdad que nunca había especificado exactamente cómo se suponía que ellos perdían. El muy cabrón siempre dejaba un hueco donde escabullirse.
Ya estaba cerca del fósforo. Le lanzó el guantelete, que cayó directo en el estómago del tipo, sacándole una queja gutural. Sin perder tiempo, Axx sacó una jeringa de una de sus bolsas, y sin esperar permiso, se la inyectó directamente.
Surge: "¡Aaagh! ¡Carajo, avisa!"
Abe: "No seas llorón, yo también me voy a poner una."
Surge: "Igual nunca me voy a acostumbrar a tus malditas porquerías..."
El vagabundo sacó otra jeringa y se la inyectó sin pensarlo. A pesar de las quejas, el fósforo se levantó como si nada hubiera pasado, como si la escena ridícula de hace minutos fuera solo una ilusión. Se quitó el guantelete anterior de su brazo bueno y se colocó el nuevo, que era claramente más grande y con un diseño mucho más llamativo.
Abe: "Y bien, fenómeno... ¿Listo para el verdadero combate?"
Kross[x]: "Apúrate de una vez... así te rompo la cara antes de que te haga desmayar a golpes."
Abe: "Público difícil, pero no creas que te lo pondremos fácil ¡¿Listo para demostrarle al imbécil de lo que somos capaces hermano?!"
Surge: “Siempre bro…, a partirle su madre a este crio.”
Con un gesto, el vagabundo pulsó algo en el mango de su arma. Se escuchó el clic seco de un mecanismo activándose y un zumbido breve de engranajes. El espadón comenzó a transformarse, doblándose y estirándose hasta convertirse en una guadaña. Al mismo tiempo, el fósforo comenzó a emitir ese fuego azul nuevamente, y el nuevo guantelete soltaba flamas por distintas ranuras de su diseño.
Bxxx: (...mantente atento... ahora sí va en serio...)
Rxx: (...eso es... al fin algo interesante...)
En cuestión de segundos ambos se lanzaron hacia mí. El fosforo usó el impulso de sus guanteletes para moverse con mayor velocidad, mientras que el vagabundo disparó desde el mango de su guadaña para ganar terreno rápido.
Los dos llegaron casi al mismo tiempo. La guadaña de Axx se deslizó hacia mí desde la derecha, y apenas tensé los dedos, dejando que mis garras emergieran con fuerza. Intercepté el filo con un cruce rápido de manos y desvié el arma con un gesto preciso. El metal chilló al impactar, y justo al redirigir el golpe retraje las garras para mantenerme dentro de las condiciones.
Un segundo después, Suxxx me lanzó un puñetazo con su guantelete encendido. Giré sobre mi eje, dejando que el golpe pasara a unos centímetros, y usé el impulso de mi pierna izquierda para retroceder con fluidez, buscando un nuevo ángulo para moverme.
Axx no perdió tiempo. Atacó con un corte ascendente, y nuevamente tensé las manos, sacando las garras justo a tiempo para bloquear el golpe. El retroceso me dio la oportunidad de girar el cuerpo y evitar que insistiera.
Al instante, Suxxx regresó al intercambio con una patada alta que logre interceptar con el antebrazo, aunque el impacto me obligó a deslizarme unos pasos hacia atrás.
No podía seguir recibiendo golpes en línea recta. Bajé el centro de gravedad, esperé medio segundo y, en un movimiento rápido, giré hacia la izquierda mientras me impulsaba hacia adelante.
Golpeé a Axx con el hombro, sacándolo de balance, y luego usé ese impulso para girar hacia la derecha y soltar una patada en el torso de Suxxx, enviándolo varios metros lejos para finalizar agarrando al vagabundo lanzándolo hacia donde estaba su compañero. A pesar de eso, ambos se reincorporaron a su manera sin complicaciones.
En este momento, ambos habían retrocedido lo suficiente. Pude tomar una posición defensiva, listo para la siguiente ronda.
Vinieron una vez más, pero esta vez no era un simple intento desesperado por conectar un golpe. Axx abrió la ofensiva girando su guadaña en un amplio barrido descendente, no buscando herirme, sino obligarme a bajar la guardia o perder el equilibrio.
El sonido del metal cortando el aire fue seguido de inmediato por Suxxx saltando hacia adelante, usando el mango extendido del arma de su compañero para impulsarse con fuerza hacia mí.
Me deslicé hacia un lado, esquivando el barrido de la guadaña y ladeando el torso para evitar el guantelete encendido que Suxxx arrojó en un puñetazo descendente. Bloqueé el impacto con ambos antebrazos, pero incluso así la presión fue suficiente para forzarme a retroceder dos pasos.
Apenas me estabilicé, Axx ya había transformado su guadaña en espadón en pleno giro y lanzaba una estocada horizontal que logré desviar al tensar las garras por un instante y redirigir el arma. Me moví hacia el costado opuesto, pero allí ya estaba Suxxx, girando su cuerpo para barrerme las piernas con una patada baja.
Salté por encima del barrido, y al caer, giré con un golpe descendente que forzó a Suxxx a retroceder. No obstante, fue solo un paso: Axx extendió la guadaña hacia el una de las manos de su compañero y el fosforo la tomó en el aire para girar sobre ella como punto de tracción, lanzándose de nuevo en mi dirección con una patada giratoria.
Me agaché justo a tiempo, sintiendo la fuerza que traía el golpe al rozar la parte superior de mi cabeza.
La presión no cedía. Axx giró con la guadaña, convirtiéndola en espadón otra vez, para clavarla como si buscara atrapar mis pies, mientras Suxxx arremetía desde arriba con otro puñetazo. Rodé hacia un lado, usé el impulso para levantarme en cuclillas, y desde esa posición soltar una patada hacia Axx que desestabilizó su posición.
Pero antes de que pudiera seguir con un contraataque, el guantelete de Suxxx estuvo a punto de darme en el rostro, y tuve que retroceder, chocando los antebrazos para frenar el impacto.
Los dos se alejaron un instante, giraron en una maniobra que habían repetido antes. Suxxx corrió por un costado, Axx giró la guadaña sobre su espalda como si ya supieran exactamente cuándo y dónde lanzar el siguiente golpe. No hablaban, no se señalaban nada, pero el nivel de sincronía era tan natural que cada movimiento parecía premeditado.
Estaban jugando a derribarme como si fueran uno solo.
Fue entonces cuando vi algo que me sacó momentáneamente de la secuencia. El vagabundo al parecer saco algo de uno de los bolsos atados a su cinturón y lanzarlo al aire en un arco perfecto, justo por encima de nuestra posición. Me bastó un instante para saber que era peligroso, pero lo que no esperé fue que el maldito le disparara.
El impacto del proyectil hizo que el objeto explotara en el aire, generando una nube densa de humo, lo suficiente como para perder la visión del entorno por un par de segundos. Me arrojé hacia un lado por instinto, y justo entonces lo vi: de entre el humo emergió Suxxx, y el nuevo guantelete que llevaba ahora resplandecía con fuerza, llamas danzando por sus costados.
Golpeó el suelo con fuerza, y el impacto generó una explosión centrada que me lanzó por los aires. Mientras el cuerpo se alzaba por la onda expansiva, Axx ya se había movido por el flanco derecho. Me interceptó en pleno aire con la guadaña en mano, buscando atraparme en la trayectoria descendente.
Pero usé el mismo golpe como punto de apoyo. Tensé los músculos, extendí los brazos y giré sobre el eje del contacto. Alcancé a tomar el mango con una mano, me impulsé hacia él, y desde ese impulso, redirigí el peso del ataque para usarlo como empuje. El giro me permitió aterrizar con fuerza, clavando los pies en el suelo, ligeramente derrapando por la inercia.
Cada vez que intentaban alcanzarme, era más claro lo que estaban haciendo. No atacaban al azar, y tampoco era una simple lluvia de golpes sin sentido. Cada paso, cada impulso que compartían tenía un orden que empezaba a descifrarse si lo miraba con la calma suficiente.
Necesitaba mantenerme en movimiento, así que mientras esquivaba un ataque descendente de Axx y evitaba un rodillazo directo de Suxxx girando por debajo de él, comencé a atar los hilos.
Axx atacaba en abanico, con movimientos amplios que lo mantenían girando. Dejaba espacio para que Suxxx se deslizara por dentro de sus trayectorias, a veces usando la guadaña como soporte para impulsarse y cambiar de dirección.
El vagabundo giró su cuerpo, lanzando un tajo en diagonal, mientras el fosforo se agachaba y buscaba mi torso con un barrido bajo. Salté, pasé por encima, y al caer, me vi forzado a esquivar otro giro de la guadaña.
No dejaban espacio muerto.
Y justo cuando logré recuperar distancia, el vagabundo, desde un ángulo cómodo, lanzó dos cosas como esferas que brillaron apenas tocaron el aire. Eran la misma mierda de antes pero el diseño de uno era distinto.
Hasta ahora solo había visto la pequeña explosión que podía causar sus cachivaches y no saber que más trucos tenía era peligroso.
La confirmación llegó segundos después. Apenas estaban a una distancia mia, le disparó sin perder tiempo, creando la misma explosión. Me moví para esquivarla, pero el segundo objeto fue alcanzado en medio de la onda.
Empezaron a surgir chispas eléctricas en el aire, que se acumularon en una fracción de segundo y detonaron con aún más fuerza. La onda de choque fue tan intensa que tuve que cubrirme por reflejo, y justo entonces, el fosforo emergió con los guanteletes encendidos desde un flanco.
En menos de un segundo ya estaba en posición. Cambió su postura, y sin gritar, sin alardear como antes, se movió. Hizo un juego de pies tan limpio que por un segundo casi olvidé que era el mismo imbécil de antes.
Un paso lateral, una finta de derecha, y luego un directo al pecho. Lo bloqueé con el antebrazo, pero ya estaba bajando su centro de gravedad para buscar un golpe al abdomen. Retrocedí, giré y traté de cortarle el ritmo, pero ahora cada movimiento parecía salido de un manual distinto.
Sus desplazamientos tenían la fluidez de una disciplina de combate marcada. Golpes rectos, controlados, seguidos de un intento de derribo que recordaba a un estilo de proyección.
Lo esquivé haciendo fuerza con una pierna hacia atrás y manteniéndome firme. Lo volvió a intentar, pero cada vez que buscaba llevarme al piso, encontraba resistencia o una rotación que lo frustraba. Cada paso que daba era más preciso, más técnico.
Y entonces se sumó el vagabundo.
Axx reapareció por el flanco derecho justo cuando Suxxx me obligaba a retroceder con una ráfaga de puñetazos. Apenas detuve el último, la guadaña volvió a cruzar el aire. Cualquier intento mal calculado de una contraofensiva sería aprovechado por uno de estos cabrones para derribarme y dar por terminado este juego.
Mi única opción era moverme, esquivar o redirigir. El filo pasó por mi costado, seguido de otro impulso del fosforo, esta vez con una patada que bloqueé con el antebrazo.
Se había abierto una apertura, pero antes de que pudiera hacer algo, el vagabundo giró la empuñadura y usó el mango como apoyo para impulsarse, cayendo con un tajo descendente que me obligó a agacharme.
Los dos alternaban. Uno presionaba, el otro castigaba el espacio que dejaba. Me mantuve firme, respondiendo con lo mínimo para no perder el equilibrio. Sabía que, si caía, todo esto se acababa.
Ya no había necesidad de seguir confirmando nada. Entendí cómo se movían, cómo atacaban, cómo pensaban. Ahora, lo que faltaba era algo sencillo en teoría y endemoniadamente complicado en la práctica: ganar. Solo necesitaba una ventana. Un error. Un hueco donde pudiera forzarlos a una derrota limpia.
Descarté el enfrentamiento directo. No porque no pudiera, sino porque ambos parecían haberse adaptado demasiado bien. Cualquier golpe que conectara podía ser absorbido, desviado o incluso devuelto con mayor fuerza. Intentar hacerlos caer con una secuencia de ataques era jugar a su ritmo. Eso no iba a servir.
Seguí retrocediendo, maniobrando entre las ofensivas de ambos, cada una más sincronizada que la anterior. El fósforo seguía lanzando combinaciones con los guanteletes encendidos, cada golpe llegaba con un destello de fuego azul que me obligaba a mantener la vista en su trayectoria.
Por el otro lado, el vagabundo parecía tener más cosas guardadas en esos bolsos, entre cuchillas de mano, explosivos de corto alcance, una cadena eléctrica improvisada y varios dispositivos más. Dos de sus objetos estaban claramente diseñados para romperse en uso, pero tenía más guardados. Al menos cinco, tal vez seis.
En uno de los intercambios pude notar otra cosa. El vagabundo sacó una jeringa y se la aplicó a su compañero. El fosforo apenas reaccionó, pero su respiración se estabilizaba, sus movimientos se hacían más nítidos. No era solo un refuerzo... ese maldito había preparado esto para durar.
Bxxx: (...descarta lo rápido... usa lo inevitable...)
Seguía esquivando cada golpe de Suxxx, bloqueando con los antebrazos, redirigiendo la guadaña de Axx cada vez que intentaba meterla en mi defensa.
La presión era constante, incluso molesta. Si no podía usar mi velocidad completa ni mis garras para atacar, debía encontrar algo que no dependiera de eso…
Bxxx: (...piensa... las opciones... enfrente...)
Kross[x]: (Esto se está complicando demasiado... no puedo usar mis garras para atacar, ni moverme al máximo... pero aún puedo hacer algo. Algo simple.)
Rxx: (…dale con todo!!!)
Retrocedí, pero no por debilidad. Un retroceso amplio, realista, con intención. Como si buscara distancia para reorganizarme. Ellos lo interpretaron como una retirada, justo lo que necesitaba.
Kross[x]: "Ya pasó demasiado tiempo con esta estupidez. Ahora mismo se les agoto la suerte."
Abe: "¡No importa lo que hagas, mutante! No vas a ser sorprenden—"
En cuanto ambos adelantaron su posición, convencidos de que iba a seguir cediendo terreno, flexioné las piernas con fuerza y tensé el brazo derecho. El impulso fue seco, directo, sin titubeos, y en el siguiente segundo, giré el cuerpo y descargué todo el peso y potencia de mi cuerpo contra el suelo del recinto.
El estruendo que provocó el impacto fue profundo, reverberando como un trueno atrapado bajo tierra. El suelo cedió con violencia, el polvo se levantó en una nube espesa, mezclado con trozos de concreto y piedra que salieron disparados por la fuerza de choque.
Una onda de choque se expandió por toda la sala, sacudiendo muros, estructuras y desestabilizando todo lo que no estuviera firmemente fijado. La vibración fue brutal, suficiente como para que pequeñas grietas se extendieran por las paredes más cercanas.
La piel de mi mano se había desgarrado por completo, dejando al descubierto una mancha roja brutal sobre el suelo resquebrajado. Pero no importó. La regeneración comenzó de inmediato, restaurando la carne rota mientras me encaminaba en mi siguiente paso.
Aunque el polvo aún cubría gran parte del recinto y reducía la visibilidad, bastó con enfocar mis sentidos para escucharlos con claridad. Dos respiraciones marcadas, entrecortadas por el esfuerzo reciente pero aún activas, firmes. Estaban cerca el uno del otro, como si esperaran la siguiente jugada.
Era evidente que habían intentado preparar una contramedida al golpe anterior, algún tipo de defensa conjunta o improvisación, pero en este punto ya no tenía sentido retroceder ni para ellos... ni para mí.
Avancé sin detenerme, cada paso cargado con la intención de acabar esto rápido. No planeaba contenerme. Mi objetivo era simple: noquear a uno de ellos para enfocarme en el otro a como de lugar.
Fue justo cuando acorté la distancia que ambos respondieron al unísono, sus cuerpos se tensaron adoptando una postura defensiva enfocada directamente en mi dirección. Tal vez sintieron el desplazamiento del aire o escucharon el crujido de los escombros bajo mis pies, daba lo mismo, no pensaba frenar ni variar el plan.
Ya dentro del rango, sus figuras se delinearon entre los restos de polvo suspendido. Ambos seguían de pie, expectantes. Alcé el brazo, cargando todo el peso de mi cuerpo en un solo puñetazo que pretendía cerrarlo todo.
El vagabundo fue el primero en moverse, cargando con fuerza su guadaña para lanzar un corte ascendente buscando interceptar mi ataque. Mientras tanto, el fósforo se deslizaba hacia mi flanco derecho, probablemente cerrando una posible vía de escape.
Supusieron que me detendría, o que al menos intentaría desviar el tajo. Lo vi en su rostro. Ese imbécil abrió los ojos como si estuviera presenciando una locura cuando entendió que no iba a frenar.
Solo me incliné en el último segundo, dejando que su filo destrozara el brazo que iba lanzado directo a su cara. La herida fue limpia, pero no duró. La regeneración reconstruyendo cada tendón y fibra con precisión milimétrica sin demora, dejando listo el puño como si nada hubiera pasado.
Kross[x]: "Jódete."
Abe: "¡Hijo de—!"
El impacto fue seco y contundente. Sentí el retumbar de su cráneo al recibir el golpe de lleno. El sonido fue denso, sordo, y el retroceso trepó por mi brazo hasta el hombro.
Su cuerpo salió volando, impulsado con fuerza hasta chocar contra el extremo opuesto del recinto. No necesité verlo para saberlo. El estruendo que siguió al segundo fue suficiente: el idiota había atravesado la pared.
Mi atención se enfocó de inmediato en el fósforo. Ya no atacaba como antes. Su postura se había cerrado, más medida, enfocada solo en resistir.
Cada movimiento que hacía era para desviar, bloquear o absorber impactos con el mínimo esfuerzo posible. Se desplazaba hacia los costados, manteniendo la distancia con precisión, cuidando cada paso, cada gesto.
Cambié el ritmo con un avance directo, lanzando un golpe al rostro con la intención clara de que lo bloqueara. Y cayó en la finta. Levantó los brazos con rapidez, cubriéndose con los guanteletes, confiado en detenerme por el frente. Era justo lo que necesitaba.
En el mismo instante giré a su izquierda, cerrando el ángulo. Mientras su guardia aún estaba alzada, rodeé su cuerpo por completo. Mi brazo se cerró bajo su cuello mientras el otro sujetaba su cintura con firmeza. Sin darle tiempo a reaccionar, impulsé mi cuerpo hacia atrás con toda la fuerza que tenía, levantándolo del suelo y girando con brutalidad.
El impacto fue directo, seco y violento. Su espalda se dobló al colisionar con el suelo, el aire fue expulsado de sus pulmones con un jadeo seco y sus extremidades se tensaron brevemente por el choque.
Mi agarre permaneció firme por unos segundos más, asegurando que no tuviera posibilidad de reincorporarse tras el golpe.
Podía sentirlo... ese último golpe había hecho exactamente lo que debía. El fósforo ya no respondía. Su cuerpo quedó inerte, sin tensión, y su respiración apenas se sostenía. El circo se había terminado... por fin…
Aunque, había que reconocerlo, a diferencia de la primera vez se notaba una mejora considerable. Puede que siga estando limitado... pero dejando todo eso de lado... si estos tres imbéciles se organizan de verdad, si se preparan bien... podrían contenerme.
...
Cass: "¿¡A ti quién mierda te dio permiso para hacer semejante estupidez!? ¡¿Me puedes explicar en qué parte de tu cabeza te pareció una buena idea!?"
No recordaba con claridad cómo terminé así... pero cuando volví a enfocarme, estaba arrodillado, las manos detrás de la cabeza, justo frente a Cass. A su lado, Neo copiaba la misma postura exacta, como si fuera un reflejo de ella, e incluso imitaba sus movimientos con una sincronización tan absurda como precisa.
Kross[B]: "Razon—"
Cass: "Cállate."
Kross[R]: "Pero—"
Cass: "En serio, no digas una puta palabra. Al principio era gracioso... ver las estupideces de mi hijo... o a Surge haciendo el idiota mientras está borracho... pero esto ya pasó cualquier maldito límite."
Cass bebió al seco otra de sus botellas de alcohol... con esta ya iban más de siete en menos de cinco minutos.
Cass: "Ahora voy a tener que llenar informes por días... papeleo por todos lados... y encima dar explicaciones sobre por qué el sistema detectó una falsa alarma de ataque masivo por culpa de tu estúpida rabieta. ¿Sabías que casi nos entierras vivos?"
Ocho. Ahora eran ocho botellas vacías.
Cass: "Y lo peor... lo peor es que me sorprende. Este lugar debería soportar cualquier cosa... y tú le hiciste grietas a paredes que ni siquiera tocaste... Abe ahora parece una momia y Surge todavía está inconsciente en enfermería..."
Durante los siguientes minutos, Cass no dejó de regañarme, descargando todo lo que tenía acumulado mientras yo seguía en la misma posición. Fue un buen rato hasta que finalmente se detuvo... y dejó algo claro: como estábamos ahora, no iba a poder venir.
Por un momento pensé que lo decía para darle tiempo a ese dúo de recuperarse, pero no... para mi sorpresa, su razón era otra. Quería enfocarse de lleno en la búsqueda de los malditos científicos. Así que, por el resto de la semana, no tenía que presentarme. Sin agregar nada más, simplemente me dejó retirarme.
Antes de irme, le pedí disculpas por lo sucedido... pero solo levantó una mano, quitándole importancia. Y ahora mismo, mis pasos resonaban en la salida del lugar, caminando de vuelta hacia casa. Aunque mi cuerpo se movía en automático... mi cabeza seguía en otra parte.
Red: (¿Crees que... nosotros... hemos mejorado?)
Blue: (Si lo comparamos con cómo llegamos... hay muchas variables. Pero una destaca más que las otras: pudimos salir de ese estado sin quedar hechos pedazos. Y eso, considerando que ninguno de los dos puede controlar lo que pasa cuando estamos ahí... dice bastante.)
Red: (¿Eso es un sí...?)
Blue: (En pocas palabras... lo es.)
Con esta pausa obligatoria, tendría más tiempo durante la semana. No debería ser un problema... podría aprovechar para relajarme un poco, porque estaba claro que estaba tenso... y lo más importante... Stella también lo notaba. Stella...
Blue: (¿Cuándo se lo diremos?)
Red: (Cállate... aún no lo sé.)
Blue: (Lo hemos postergado demasiado. Fang y Rosa ya lo dijeron,no están de acuerdo con que sigamos ocultándolo. Especialmente Fang... ella—)
Red: (¡Lo sé! ¡Ya sé que tengo que hacerlo! Pero es... mucho...)
Blue: (Tarde o temprano tendremos que hacerlo...)
Debería decirle a Stella lo que siento... debería ser honesto. ¿Pero podré mantenerme firme? ¿Podré decirlo sin que malinterprete mis palabras...? Mejor no pensarlo demasiado ahora. Tal vez... pueda enfocarme en otra cosa.
Fang me pidió ayuda el viernes pasado con unos detalles de su banda... sí, tal vez eso sea lo mejor. Puedo usar eso como excusa para prepararme... tal vez así logre decirle a Stella lo que siento por ella... aunque ni yo mismo lo sé con certeza como lo lograr0065...
...
...
...
Miércoles 16 de abril
Kross[B]: "Si prolongas el sustain en el segundo verso y retrasas medio compás la entrada del bajo de Trish, lograrás una transición más limpia entre la progresión principal y el puente. Ayuda a mantener el tono emocional sin que se sienta abrupto."
Fang: "Mmh... podría servirme. Aunque no creo que lo lleve tan al extremo como tú."
Ahora mismo estaba en el auditorio de la escuela, en la primera fila de asientos junto a Fang. Le daba algunos consejos mientras ella repasaba su material. En el escenario, Reed y Trish conversaban entre ellos, probablemente sobre el siguiente bloque del ensayo.
Fang: "Gracias por la ayuda. Y por quedarte más rato... así me das una mano para ordenar después de la práctica."
Kross[R]: "No es problema, emplumada. Ya te dije ayer que me desocupé de un par de cosas esta semana, así que puedo apoyarte con todo."
Fang: "Eres un tonto..."
Fang sonreía mientras decía eso. Pasar tiempo así con una amiga como ella era... relajante. No tenía que pensar demasiado, y al mismo tiempo no resultaba aburrido. Podría disfrutar mucho más de esto si no fuera por cierta Triceratops que de vez en cuando lanzaba miradas en nuestra dirección.
Red: (¿Qué mierda le pasa?)
Blue: (Tal vez aún no acepta las indicaciones que le damos para mejorar su forma de tocar.)
Red: (Tampoco es que le demos pocos motivos para mirarnos así...)
En este último ensayo, Trish fue quien recibió más observaciones de mi parte. Más incluso que Reed, lo cual ya era raro. Algunos eran consejos técnicos, sí, pero también había momentos en los que simplemente no parecía estar totalmente concentrada. O fallaba en ciertas notas que normalmente no tendría problema en ejecutar.
Fang: "¡Fenómenoide!"
La voz de la Ptero me saco de mi trance, me estaba dando codazos o pinchando el brazo con una de sus garras, uno tras otro. Sinceramente, no sentí ninguno.
Kross[B]: "¿Sucede algo, Fang? ¿Necesitas ajustar algún otro aspecto de las canciones nuevas? Aunque sinceramente, eres lo suficientemente buena como para que el concierto sea un éxito."
Fang: "No es eso... quería preguntarte por Stella. ¿Ya dejaste de ser un cagón y le dijiste algo?"
Kross: "...No."
Tuve que voltear la cabeza para no cruzarme con su mirada. Ya se volvió costumbre que, cada vez que Stella no está cerca, Fang me pregunté si ya le hablé. Como aún no lo hago, siempre termina molestándome con esa sonrisa suya, llena de malicia.
Pero esta vez fue distinto.
En lugar de la burla habitual... lo que escuché fue un suspiro largo y pesado.
Fang: "¿Cómo es que te cuesta tanto esto? Parece que te fue más fácil pelear solo contra esa cosa del estacionamiento que hablar con Stella."
Kross[R]: "Eso es distinto... no puedo encontrar las palabras ni el momento adecuado. Los rumores sobre mí siguen rondando incluso después de todos estos días... no quiero arruinarlo con alguna de mis estupideces por estar tenso... ya te conté sobre lo que me paso con el club de marionetas."
Siempre hay algún comentario flotando en el aire. Ya no son tan pesados ni tan evidentes como antes... pero siguen ahí, y me tienen alerta sobre cualquier cosa. Y aunque finja que no lo noto, sé que Naomi ha estado haciendo algo para que disminuyan. Con eso me deja claro que quiere arreglar las cosas.
Fang: "¿Y si… lo intentas el día del concierto?"
Kross[B]: "¿Podrías repetir lo que acabas de decir?"
Fang rodó los ojos con una exageración tan marcada que parecía una caricatura, para luego darme un golpe directo en el hombro.
Fang: "Piensa, cabeza hueca. Estarán en un lugar tranquilo, sin rumores ni interrupciones... y puedo arreglármelas para que tú y Stella estén solos en algún almacén o algo así antes de que todo empiece. Tendrán privacidad. Para que le digas las cosas con calma."
Kross[R]: "¿Y aunque tenga ese momento a solas, no crees que—"
Fang: "¡Deja de ser un bebé y ten las putas bolas para decirle lo que sientes!"
El golpe que vino después fue directo a la cara. Bastante claro para remarcar su punto.
Blue: (Deberíamos aprovechar esto.)
Red: (Aunque diga que sí... no hay nada que asegure que salga bien.)
Blue: (No. Pero entre todas las variables y posibilidades que se han presentado... esta es la mejor. Y más aún, porque alguien como ella es quien te está dando la oportunidad.)
Red: (Está bien... lo aceptaré. Aunque no esté del todo seguro.)
Dejé de ver a la nada y giré la cabeza. Fang me estaba picando otra vez con el dedo, repetidamente, hasta que notó que por fin la estaba mirando.
Fang: "¿Entonces?"
Kross[R]: "Acepto. Y.... gracias."
Fang: "No es nada. También lo hago por ella. Ya es deprimente ver cómo ninguno de los dos da un paso. Pero dejando eso de lado, creo que ya es hora de ensayar otra canción."
Fang se puso de pie y subió al escenario. Habló con Reed y Trish unos segundos para prepararse antes de arrancar con la siguiente pieza. Por mi parte, permanecí atento para poder darles cualquier consejo técnico o sugerencia que ayudara a que la canción sonara mejor.
Red: (Han mejorado bastante.)
Blue: (Estoy de acuerdo... aunque todavía me resulta extraño que me preguntaran por las instrucciones de cómo usar correctamente un microondas.)
Red: (Concéntrate en la canción ahora, cerebrito. Tú eres el que da los detallitos.)
Mientras escuchaba atentamente a los tres integrantes, analizando qué se podía ajustar o afinar, mi mente volvía a la propuesta de Fang. Solo esperaba que nada saliera mal. Porque ese día... será importante para dos de las personas más cercanas que tengo. El concierto de Fang... y mi confesión a Stella.
Solo queda esperar a ese día.
Fin del capítulo.
Notes:
Que día......uy, creo que es momento de revivir esto de nuevo, espero que se encuentren bien, entre muchas cosas que hacen que me tarde, una de ellas es por culpa de Toby fox, puta que cine los capítulos 3 y 4 de deltarune, asi que por eso y otras cosas personales es que tarde tanto... y si, aun no es el concierto, lo se, perenme que necesito preparar terreno. Aparte de que quería descargar un poco de autismo y quitarme una escena de la cabeza...
en las curiosidades o datos extras
1- Algo que se me olvido decir en el cap pasado, el hibrido político, el malito maloso, es de un Parasaurio y un Ptero.
2- Si quieren saber las armas o mas o menos como fue la parte de Cass, fue por Kafka de Honkai star rail
3- La guadaña/espadon de Abe es la misma arma de Qrow de Rwby
4- La parte de Surge borracho fue sacada de la pelea de rock lee vs kimimaro
5- los que leyeron el fic ed Dardragun707 y vieron el cameo de mi niño, pues aqui tambien existe el vaquero, en el proximo capitulo tendra un mini cameo
6- Cass, Abe y Surge podrian contener a Kross o mas que nada darle pelea, eso lo mostre en el extra 0, aparte que necesitaba mostrar que estan a un nivel considerable... menos Neo, aun le falta crecer a la enana.
No creo que tenga mas datos extras, tardare en sacar el cap del concierto pero espero que sea de su agrado, tengo pensado incluir 2 canciones, ademas de dar diabetes... pero hasta ahi. dejenme encontrar mis recomendaciones...aca estan:
SrSenior con "That is My Parasauur"
Patata_Yazov con "Una luz de esperanza en una depresion psicotica"
Dardragun707 con "Un vaquero en Volcano High"
Xomy90 "Un felino en Volcano High"
Chicken Brain con "Birds of a Feather" Termino esta cosa, vayan a leer el finale de esta preciosura
Elcoral con "Mono de Agua"
1ectorDeCosas con "¡I WANI BE YOURS!"Espero que disfrutaran el capitulo, y tambien les agradesco a quienes le dan kudos o a los que comentan que les parecio o cualquier cosa..., que tengan un buen dia, tarde o noche. Nos vemos :]
Chapter 31: El Peso de las Palabras Pendientes
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Kross. Sábado 19 de abril.
Red: (Mierda… Mierda… Mierda... ¡Mierda!)
Blue: (Respira. No es para tanto...)
Red: (¡Sí lo es! ¡¿Cómo que no es para tanto?!)
No sabía cuántas veces ya había girado en círculos por la habitación. Mis pasos eran cada vez más marcados, la alfombra ya debía tener la forma exacta del recorrido. Pero no importaba. No importaba el tiempo, ni el ruido, ni lo patético que me veía en este momento.
Hoy era el día.
Hoy Fang tocaría con su banda en la pizzería, y eso significaba que tenía que decirle a Stella lo que sentía.
No después.
No mañana.
Hoy.
Y no tenía la más mínima idea de cómo se suponía que debía hacerlo.
Blue: (Podemos usar uno de los enfoques que preparé. Hay por lo menos cinco métodos estructurados, y—)
Red: (¡¿Métodos estructurados?! Algunos de esos incluían explicar estadísticas de relaciones interespecie. ¡De verdad pensabas abrir con eso!?)
Blue: (...Era un enfoque directo y basado en evidencia.)
Red: (¡Es una locura! Jesús Raptor, sería una suerte que no nos abandona—)
Toc toc.
El sonido en la puerta fue claro, cortando mis pensamientos como un cuchillo. La manilla se movió sin esperar respuesta, y una figura familiar apareció en la entrada.
Tía Fang: "Kross, cielo... ¿todo bien aquí?"
Kross[R]: "No es nada, tía."
Tía Fang: "¿Nada? Por favor. Desde abajo puedo escuchar tus pasos como si estuvieras marchando. Vas a abrir un hoyo si sigues así. ¿Por qué no me cuentas qué pasa antes de que termines perforando el piso?"
Entró con una bolsa colgando de una mano, moviéndose con esa calma que solo ella tenía. Me miró con ternura y me señaló la cama con un gesto sutil. No discutí. Me senté sin decir una palabra.
Ella se acomodó a mi lado, dejando la bolsa en el suelo con suavidad, mientras su mirada me decía más que cualquier regaño. Esa mirada cálida que usaba cuando ya sabía que estaba enredado, atrapado en mi cabeza, complicándolo todo como siempre.
No dijo nada más, pero su sola presencia bastaba para saber que no pensaba irse hasta que le contara lo que me estaba comiendo por dentro.
Kross[R]: "No es nada, en serio. Solo que... estoy analizando demasiado algunas cosas. Sobre... ¡sobre el lunes! Sí, eso. Estaba dándole muchas vueltas a lo que hice ese día, lo que paso con la dete… detective Cass, para no volver a repetirlo y—"
Tía Fang: "Es por esa chica. Stella. ¿No es así?"
Kross: “…”
Las palabras se me quedaron atoradas. Me quedé con la boca entreabierta, congelado en el sitio. Mis ojos la miraban fijos, pero no había nada que pudiera responderle. La frase había sido tan directa, tan precisa, que parecía haber entrado en mi mente y arrancado la verdad sin pedir permiso.
Tía Fang: "Ay, Kross... Cuando te vi así por primera vez fue en ese hospital. ¿Recuerdas? Y ahora... mírate. Caminando en círculos, sin saber qué hacer con eso que tienes aquí..."
Se detuvo un momento para hacer un gesto con su mano señalando a su pecho
Tía Fang: “...así que dime, ¿Qué te tiene tan atrapado? ¿Qué pasa dentro de esa cabeza tuya?”
No pude mantenerle la mirada. Bajé los ojos, los hombros, todo. Como si el peso de la vergüenza me empujara hacia abajo. Apoyé los antebrazos en las piernas y solté un suspiro largo, dejando que el aire saliera con algo de la presión que se acumulaba en mí.
No sabía cómo explicarlo. Porque, aunque tuviera claro lo que sentía por Stella... todo lo demás era un enredo. Una maraña de miedo, dudas, y un deseo constante de que no todo termine mal.
Kross[R]: "Hoy... iré a ayudar a unos amigos con los preparativos de un concierto. Fang, la misma Ptero a quien ayude hace semanas... ella... me dijo que me va a ayudar… me dará un momento…. a solas con Stella. Para que pueda decirle lo que siento..."
Hice una pausa. Tragué saliva. Y aún con la vista fija en el suelo, dejé que las palabras salieran, con un tono más apagado, más nervioso.
Kross[R]: "Pero no sé qué decir. Ni cómo hacerlo. No tengo ni la menor idea de qué va a pasar. ¿Y si sale mal? ¿Y si la incomodo? ¿Y si piensa que estoy presionándola o que... que no soy suficiente?"
Tía Fang: "Kross… Respira."
Su mano se posó en mi hombro. Fue un gesto suave, pero suficiente para sacarme de la espiral en el que me había metido. Ahí recién noté que mi respiración estaba descontrolada. Eran cortas y precipitadas.
Mi pecho subía y bajaba como si hubiera corrido sin ponerme un límite durante horas, y mi pulso se sentía fuerte, incluso hasta incómodo.
Kross[B]: "Disculpe, tía... por mi actuar."
Tía Fang: "No tienes que disculparte, cielo. Está claro que te importa mucho esa niña. Tanto... que hasta estás al borde de un ataque de pánico."
Con una ternura que solo ella sabía manejar, me revolvió el pelo como cuando intentaba bajarme la ansiedad con bromas suaves. Luego, bajó la mano con cuidado, y con una delicadeza inquebrantable, sostuvo mi mentón para que la mirara de nuevo.
No me dejó apartar los ojos. Y en los suyos... no había juicio. Solo calidez… Comprensión. Y esa calma que me hacía pensar que, por más torpe que fuera todo esto... no estaba solo.
Kross: "¿Qué puedo hacer para calmarme...? ¿O para no ponerme así...? No quiero que esto salga mal m... tía."
Tía Fang: "Primero, deja de pelear contigo mismo. Estás tan preocupado por hacerlo perfecto que no te permites sentir lo que necesitas sentir."
Sus ojos no tenían dureza, solo esa calidez suya que parecía envolverlo todo. Sus labios formaban una pequeña sonrisa, serena, mientras sus dedos aún rozaban mi mentón con suavidad. No me apretaban, no me forzaban, solo estaban ahí... como un ancla que no permitía que volviera a esconderme en mi cabeza.
Tía Fang: "No necesitas controlar cada detalle. Ni anticiparte a cada reacción. No estás ante una operación, niño tonto... estás frente a una persona que te importa. Y eso, Kross, no se resuelve con un plan sofisticado."
Kross[R]: "Pero no… no entiendo eso..."
Tía Fang: "No lo tienes que entender todavía. A veces el corazón actúa antes que la cabeza. Y está bien."
Apartó lentamente la mano de mi rostro y se acomodó en el borde de la cama, como si estuviera dándome espacio, pero sin alejarse por completo. Sus manos descansaban ahora sobre su regazo, entrelazadas con suavidad, y me miraba con ese gesto que conocía tan bien, lista para esperar lo que necesitara.
Tía Fang: "Cuando uno quiere a alguien de verdad... cuando siente ese cariño profundo, esa conexión que no sabes de dónde salió, ni por qué se mantiene, ni cómo creció... el miedo también viene con eso. Porque ya no es solo lo que sientes tú, es lo que podría pasar. Es lo que podrías perder. Y claro que eso asusta."
Kross: "A veces siento que… no sé si merezco decirle algo."
Tía Fang: "¿Y por qué no habrías de merecerlo? Eres alguien que ha luchado contra todo para llegar a dónde estás. Has aprendido a confiar, a abrirte, a ser parte de algo. Lo que sientes por ella es parte de eso. No lo niegues como si fuera un error."
Sentí un leve tirón en el pecho. Como si algo que llevaba apretado demasiado tiempo quisiera salir por su cuenta. La garganta me ardía sin estar enfermo. Era extraño… algo molesto. Pero también... familiar.
Blue: (No estoy seguro de haber comprender todo...)
Red: (Yo… creo que sí... pero no sabría cómo ponerlo en palabras.)
Kross[R]: "No quiero que piense que todo esto es forzado... solo quiero que... sepa que la aprecio. Que... que la amo."
Tía Fang: "Entonces empieza por eso. No necesitas más adornos. Solo tu voz... y esa verdad."
Me quedé en silencio. La ansiedad no desapareció por completo, pero ya no me estaba ahogando. Sentía el peso ahí, en el pecho, pero algo lo sostenía desde abajo... como si sus palabras hubieran reforzado el suelo bajo mis pies.
Guardé silencio un momento. Mi cuerpo aún estaba tenso, como si cualquier movimiento en falso pudiera echarlo todo a perder. Pero ya no me sentía tan perdido. Seguía con miedo, sí... pero al menos ahora ese miedo tenía un nombre.
Tía Fang: "¿Sabes qué es lo más importante, Kross? Que ella vea que eres sincero. Que entienda que no estás actuando, que lo que digas viene desde dentro. No necesitas convencerla de nada. Solo mostrarle lo que ya siente contigo…."
Me pasé una mano por la nuca, aún sin atreverme a mirarla directamente. Todo esto era más difícil de lo que pensaba. No por la confesión en sí, sino por lo que implicaba. El salto. El cambio.
Tía Fang: "….Que pueda ver, aunque sea un poco, del mundo que construiste con ella adentro."
Kross: "¿Y si me quedo sin palabras en el momento...? ¿Y si la miro y me bloqueo...?"
Tía Fang: "Entonces solo respira. Cierra los ojos si es necesario. Y dile lo que salga. Porque cuando hablas desde el corazón, incluso un silencio puede significar más que mil discursos."
Sus palabras no eran mágicas. No hacían desaparecer la ansiedad... pero la hacían más llevadera. Y, de alguna forma, me recordaban que no estaba solo. Que siempre había alguien que me tendería la mano si sentía que no podía avanzar.
Me quedé en silencio. La ansiedad no desapareció por completo, pero ya no me estaba ahogando. Sentía el peso ahí, en el pecho, pero algo lo sostenía desde abajo... como si sus palabras hubieran reforzado el suelo bajo mis pies.
Kross[R]: "Gracias... tía. De verdad. Aunque... tengo una duda."
Tía Fang: "Puedes preguntarme lo que quieras, cielo. Aunque... creo que todavía faltan un par de meses para hablar sobre la temporada de cel—"
Kross: "¡NO ES ESO!"
La interrumpí casi sin pensarlo. La primera vez que me hablaron sobre eso fue en el hospital, y desde entonces me puse a investigar todo lo que pude. Por cómo lo mencionaban, parecía tener implicancias importantes para la salud, así que tenía que estar preparado en cualquier caso que Stella necesitara de mi ayuda. Fue... mucha información que digerir.... Tal vez demasiada.
Ella soltó una pequeña risa al ver mi reacción tan impulsiva, como si le resultara inevitable disfrutar ese momento.
Tía Fang: "Ya, ya... entonces si no es ese temita, ¿Cuál es tu pregunta, ah?"
Kross[R]: "Es que... parece entender mucho sobre esto. Así que… quería saber cómo fue que usted y... mi tío... empezaron a estar juntos. Son a los únicos a quienes puedo preguntar."
Blue: (Pero si esta Na—)
Red: (Repite la mierda que acabas de decir hasta que te la creas.)
Blue: (Mi error.)
Por la cara que puso, parecía que esperaba cualquier cosa menos eso. Pero vi cómo poco a poco su expresión se suavizaba. Su mirada se fue hacia la ventana. No había nada específico allá afuera, pero parecía que buscaba algo. Tal vez solo estaba recordando.
Tía Fang: "Lo recuerdo como si hubiera sido ayer."
El tono de su voz... era distinto. Había algo dulce, nostálgico. No muchas veces la había escuchado hablar así. A veces con el tío Spears. Otras…, conmigo. Pero en este caso, parecía que lo que sentía salía desde un lugar muy profundo.
Tía Fang: "Éramos amigos desde la escuela. Estudiábamos en la misma clase. Ninguno de los dos destacaba demasiado... Éramos más del montón. Ni brillantes ni desastrosos. Solo... normales."
Hizo una breve pausa. Su mirada seguía perdida más allá del cristal.
Tía Fang: "Y… aun así, recuerdo el momento exacto en que comencé a amarlo."
Me mantuve en silencio, atento a cada palabra que salía de su boca. Pero noté cómo, por un segundo, su rostro se endureció.
Tía Fang: "Un día estaba con mis amigas, en el patio. Unos idiotas comenzaron a burlarse de mí... del color de mi pelo. Era un trío de T-rex rojos que siempre solían dar problemas. Decían cosas como que parecía una bruja... o una vieja por tener el cabello blanco."
Bajó ligeramente la mirada antes de continuar.
Tía Fang: "Los ignoré, claro. Pero parece que eso solo los motivó a seguir. Estuvieron un buen rato con sus estupideces... y justo dio la casualidad que John pasaba por ahí cuando las cosas se calentaron."
Hizo una pausa. Su expresión no era amarga. Al contrario, parecía que el recuerdo le causaba cierta gracia.
Kross: "¿Y… qué pasó entonces?"
Tía Fang: "En cuanto escuchó un par de palabras de esos idiotas, fue directo a enfrentarlos él solo."
Lo dijo con una sonrisa orgullosa. Podía verla claramente.
Tía Fang: "Y aunque eran tres, les dio una paliza. Tal cual. Recuerdo que quise meterme a ayudarlo, pero me gritó que ni lo pensara. Que se encargaba él."
Kross[R]: "No sabía que el tío Spears podía hacer eso en esos tiempos..."
Tía Fang: "Oh, claro que sí. En ese entonces John, aunque no destacaba, era porque no quería. Al final, él y ese trío de idiotas terminaron en la enfermería. Aunque, claro... John no estaba demasiado lastimado."
Mi tío ya demostraba tener bastante fuerza, eso era evidente. Pero pensar que años atrás, cuando solo era un estudiante más, pudo enfrentarse a tres dinos al mismo tiempo… había algo en esa imagen que me resultaba imposible de ignorar.
No solo por lo increíble que sonaba, sino porque, por alguna razón, me sacaba una sonrisa…. Aunque…
Kross[R]: "Tía… con todo lo que me contó... aun no entiendo cómo terminaron juntos."
Vi cómo Tía Fang soltaba una risa breve ante mi comentario. Lo que contó a continuación llevaba ese mismo tono ligero, casi divertido, como si la escena siguiera viva en su memoria.
Tía Fang: "Esa parte siempre me da risa, porque ni yo esperaba que las cosas terminaran así. Sobre todo, después de cómo le grité cuando estábamos en la enfermería."
Kross[R]: "Espere un momentito…, ¿empezó a gritarle al tío Spears?"
Tía Fang: "¡Por supuesto que sí! Estaba molesta. Lo que hizo fue una locura. Fue estúpido, imprudente, temerario ¿En qué cabeza cabía pensar que pelearse con tres tipos él solo era una buena idea?... pero..."
Otra vez su mirada cambió. Ese brillo nostálgico volvió, y por un momento su voz bajó un poco, como si con solo cerrar los ojos pudiera revivir cada segundo de aquel instante.
Tía Fang: "Fue ahí cuando me dijo las palabras que hicieron que mi corazón le perteneciera desde entonces…"
Kross: "¿Qué fue… lo que le dijo...?"
Tía Fang: "Recuerdo cada palabra como si acabara de escucharlas. Me miró directo, con esa expresión terca suya y me dijo:
John: 'Sé que fue una estupidez. Pero hay cosas que no puedo dejar pasar. Cuando vi lo que hacían… cómo se burlaban de ti… algo en mí se encendió. No porque piense que no puedas defenderte sola. Sé que eres capaz. Pero nadie..., nadie que tenga un mínimo de respeto, debería quedarse quieto mientras alguien como tú es tratada así.... Y si eso significa que tengo que caerme a golpes, entonces que así sea. Porque prefiero terminar en el suelo sabiendo que hice lo correcto, que quedarme de pie arrepintiéndome de no haber hecho nada.'"
Tía Fang: "Fue en ese momento que lo supe. Ese idiota ya me tenía."
Me quedé en silencio. No supe qué responder. No era una frase perfecta ni salida de una novela. No llevaba adornos ni buscaba impresionar. Y justo por eso... se sentía tan real.
Tan profundamente sincera que no necesitaba explicaciones ni grandes gestos. Bastaba con imaginarlo decirlo para entender por qué esas palabras bastaron.
Y por cómo ella lo recordaba… de la manera en cómo me lo contaba... ya no había dudas. No era solo amor. Era respeto. Desde ese día había nacido su vínculo. Y eso... eso era lo que lo hacía tan fuerte…
Kross[R]: "Gracias por… contarme todo eso..."
Tía Fang: "No hay ningún problema, mi niño. Y ahora que te veo mucho más tranquilo, creo que es hora de que te prepares para salir en este día tan especial para ti."
Asentí con la cabeza. Tenía razón. Esta charla me había tranquilizado más de lo que creí posible. Y aunque aún no sabía con certeza cómo saldría todo... solo esperaba que, si sucedía, fuera tan real como lo fue para ella y el tío Spears.
Me incliné ligeramente para levantarme y comenzar a prepararme, pero sentí una mano suave en mi hombro. Al girar la cabeza, vi a Tía Fang haciéndome un gesto con los ojos para que me quedara sentado. Luego se puso de pie, se agachó y tomó la bolsa que había dejado en el suelo, acercándola hacia mí.
Tía Fang: "Tenía planeado darte esto, y esta es la excusa perfecta para hacerlo. Así que anda... ábrela."
Sin entender del todo qué estaba planeando, tomé la bolsa con ambas manos. Con cuidado, hice un poco de fuerza para separar los corchetes que mantenían sellada la parte superior. Al abrirla, la tela que vi dentro me dejó un momento en silencio.
Kross: "¿Eh...?"
Dentro había ropa. No cualquier tipo de ropa... eran prendas que, a simple vista, se notaban de marca. Cara. Al tocarla, la textura era suave, firme, con un acabado que no se sentía para nada simple.
Y lo más curioso era que... era justo el tipo de ropa que me gusta usar. Holgada, cómoda, con un diseño sobrio, pero con detalles muy bien pensados. Puedo decir con seguridad que este conjunto superaba cualquier prenda que me hayan regalado hasta ahora.
Kross[R]: "¿Por qué... por qué me está dando esto...? Parece la elección perfecta para lo que tengo planeado con Stella... pero si recién hace unos minutos se lo conté. ¿Cómo...?"
Mientras me hacía esa pregunta, la vi dirigirse a la puerta de la habitación. Giró un poco la cabeza y me regaló una de esas sonrisas cálidas suyas, las que no buscaban apaciguar nada, solo hacer sentir que todo iba a estar bien.
Tía Fang: "Eso se llama instinto de madre."
Kross: "¿Qué—?"
Ella soltó una pequeña risita y salió de la habitación sin decir nada más, dejándome solo con mis pensamientos.
Blue: (Al menos el aspecto estético está completamente cubierto. El problema principal ahora es definir los próximos pasos. Recomiendo que analicemos las posibilidades con calma.)
Red: (Solo... solo empecemos por vestirnos.)
Blue: (Es un primer paso.)
Tomé la ropa con cuidado y me dirigí al baño de la casa. Me duché con agua fría, intentando no dejar que los pensamientos me envolvieran demasiado. Solo necesitaba claridad... y mantenerme firme.
Una vez seco, me vestí con el conjunto que me había dado la tía. Frente al espejo, pude ver el resultado con claridad. La parte inferior era un pantalón cargo negro de tela gruesa, de corte ancho, con bolsillos laterales y costuras dobles que daban un aire utilitario sin ser tosco.
Arriba, una polera gris oscura de algodón liviano, ligeramente holgada, con mangas amplias que caían sobre los brazos con naturalidad. Encima de eso, un polerón sin gorro de tono grafito, con cierres metálicos discretos en los costados y un bordado casi invisible en el pecho izquierdo.
Todo encajaba conmigo. No solo era cómodo... era mi estilo. Me sentía bien dentro de esa ropa... como si pudiera dar el siguiente paso sin temblar tanto…
Kross: (O eso espero…)
…
…
…
Dino Moe’s
Había llegado a buena hora. Tal vez demasiado temprano, porque ninguno de mis amigos estaba ahí todavía. Solo estaban algunos empleados del local y el dueño, ocupados en sus cosas. Para no quedarme parado pensando, pregunté si podía ayudar en algo mientras llegaban los demás.
Para mi suerte, el jefe del local me pidió que le echara una mano con varias tareas. No sé si Fang le comentó algo sobre lo que haré con Stella, pero le agradezco cada una de las cosas que me asignó.
Me puso a limpiar el lugar, mover algunos objetos para despejar el pequeño escenario improvisado donde tocaría la banda, acarrear cajas llenas de ingredientes para la cocina... y, por alguna razón, mover sacos de cemento.
Red: (¿Para qué mierda necesita cemento?)
Blue: (Es posible que sea para alguna reparación interna... o quizás un proyecto de expansión en el local.)
Dejando eso de lado, el tiempo pasó más rápido de lo que esperaba. Cuando terminé con todo, salí afuera a tomar aire y esperar que llegaran los demás. No pasó mucho hasta que apareció una furgoneta. Era la de Reed. Desde ahí bajaron Fang, Trish y el propio Raptor.
Al abrirse las puertas, una nube de humo se escapó del vehículo. Fang y Trish salieron tosiendo como si se hubieran tragado el escape de un tren, mientras Reed parecía completamente acostumbrado a lo que sea que ocurrió dentro.
Me acerqué al grupo que, por lo visto, ya se había recuperado un poco del ambiente en la cabina.
Trish: "¿Qué… mierda prendiste, Reed...? Ugh... Oh, genial. ¿Y por qué el Skinnie está aquí?"
Kross[B]: "Habíamos acordado que les brindaría apoyo hoy. Así que no debería sorprenderte que esté presente."
Fang, aun tosiendo un poco, se puso en medio de ambos. Primero miró a Trish, luego me miró a mí y me apuntó con un dedo.
Fang: "¨Por favor que ninguno de ustedes comience con sus discusiones. Apenas y acabamos de llegar. Además, tenemos mucho trabajo que hacer, tenemos que preparar todo para el concierto... por eso deberán ir y preguntarle al tío Moe donde comenzar a ordenar."
Kross[B]: "Eso no del todo necesario."
Fang me miró confundida, con una mezcla de sorpresa y duda. Incluso movió un poco sus alas antes de hablar, pero Trish se le adelantó.
Trish: "¿Qué carajo se supone que hiciste ahora? ¿A qué te refieres con eso, Skinnie?"
Kross[B]: "Como llegué antes, ayudé al dueño del local. Una de las tareas fue adelantar la preparación del escenario. Así que solo faltaría colocar los instrumentos y configurar todo lo que sea necesario para que no haya ningún fallo durante la presentación."
Dije todo con un tono medido, evitando cualquier palabra que pudiera sonar como… una provocación. Fang me lo dejó en claro durante las practicas que tuvieron, que eso era ‘clave’ si quería evitar que la enana púrpura me lanzara otra ronda de insultos.
Esta vez, mi respuesta dejó a Trish en silencio. No tenía con qué atacarme. Reed, por su parte, me dio su gesto clásico de pistolas con ambas manos, mientras Fang soltaba un suspiro.
Fang: "Bueno... al menos eso nos ahorra tiempo. Gracias, Kross. Nosotros iremos a saludar a mi tío primero. Tú, mientras tanto Kross, toma un par de parlantes y llévalos al escenario que armaste."
Asentí con la cabeza sin decir nada más, mientras el trío se dirigía hacia la entrada de la pizzería. Yo, por mi parte, me encargué de los parlantes como me pidió Fang, enfocándome solo en la tarea sin perderme en pensamientos innecesarios.
. . .
Con el pasar de los minutos y la llegada del resto, entre todos ya habíamos dejado casi todo listo. La batería y el bajo descansaban en el pequeño escenario del local y hasta habían montado un puesto improvisado para vender mercancía.
Sinceramente, la mayoría de las cosas ahí no me parecían muy atractivas... salvo por algunas camisetas que llevaban solo el logo de la banda sin nada más encima.
Trish estaba junto a Reed conectando y revisando cables, aunque para ser sincero, parecía que el raptor no necesitaba ayuda alguna. A pesar de su personalidad y su… hobbie, sabía manejarse con precisión en eso. Mientras tanto, yo estaba con Fang afinando su guitarra.
Kross[B]: "Si aumentamos un poco el nivel en la ecualización de medios desde esta caja, el tono se va a sentir más lleno. Especialmente en las partes en que rasguees con más fuerza."
Fang: "Puede ser buena idea hacer eso... Aún no me creo que de verdad voy a tocar en un lugar fuera de la escuela. Es un paso pequeño, pero... tal vez uno que me acerque a ser reconocida por algo."
La forma en que lo decía me hizo recordar cosas que me había contado antes. Aunque en su momento no tuvimos mucho espacio para profundizar en ello y después no quise preguntar sobre eso... mentiría si dijera que no tengo curiosidad. Tal vez ahora pueda aprovechar.
Kross[R]: "Oye, emplumada. Una preguntita."
Fang: "¿Qué pasa? Qué raro que seas tú quien pregunte algo."
Kross[R]: "Ya sé que eres buena en música y todo eso... pero ¿cómo nació la idea de crear una banda? Digo, ¿por qué hacerlo?"
Fang se quedó en silencio por unos segundos. Su mirada pasó de mí a un punto al frente, mientras una de sus manos subía a su hocico. Parecía pensando en cómo responder. Hasta que al final habló.
Fang: "Bueno... entre tantas cosas... supongo que te puedo contar una de ellas. Mira, de nuestra escuela salió una banda que ahora se podría decir que es bastante conocida. De ahí vino mi inspiración para armar la mía. Se llaman Swamp Babies. Mira, te los muestro."
Dejó la guitarra a un lado y sacó su celular con rapidez. En segundos, ya tenía la pantalla frente a mí. Pude ver a los integrantes a los que se refería. Tres en total. Uno era un Chasmosaurus con bastante pelo. Otro, un Atrociraptor con tatuajes de flores amarillas y rojas por todo el cuello y los brazos. Y la última, la que parecía ser la líder, una Baryonyx celeste cubierta de tatuajes negros por el cuerpo.
Kross[B]: "La forma en que los describes parece que realmente influyeron en ti para seguir lo que te apasiona. Aunque... admito que el nombre no me convence mucho, considerando el aspecto de los integrantes."
Fang: "¿Perdón?"
Kross[B]: "Solo digo que... para empezar, ninguna de sus especies tiene relación directa con zonas pantanosas. Tal vez la Baryonyx, pero lo dudo. Y lo de 'Babies'... sinceramente no sé cómo tomarlo, me hace dudar si de verdad son buen—."
No pude seguir debido a que fui interrumpido por un codazo y un aletazo directo al costado de mi amiga alada.
Fang: "Bueno, a pesar del nombre, son muy buenos. Dame un... minuto... acá, mira esto."
Empezó a mostrarme más fotos y videos. No podía negarlo. A pesar del nombre, estos tipos sí que sabían lo que hacían. No noté errores en su ejecución, y la pasión que demostraban era clara en cada movimiento, cada nota. Ahora entendía mejor por qué Fang hablaba así de e... ellos... espera...
Kross[R]: "Oye... ¿esta banda toca música country?"
Fang: "¿Qué? No. O al menos que yo sepa, no han sacado ni un solo disco con algo de ese estilo. ¿Por qué?"
Kross[R]: "Me haces el favor de retroceder un poco."
Fang me hizo caso sin decir nada, deslizando su dedo hacia atrás sobre la pantalla. Después de unos segundos, se detuvo cuando le indique: un video con luces cálidas, música fuerte de fondo y un ambiente festivo. Reconocí de inmediato a los tres miembros de la banda, pero la que más destacaba era la Baryonyx celeste.
Estaba sentada sobre los hombros de un humano... que, a su vez, estaba montado sobre un caballo. Había muchas más personas, pero ese par era el que más destacaba. Todo parecía sacado de una película con temática western.
Fang: "¡Oh, cierto! Eso fue hace un par de meses... estaban celebrando algo importante. El tipo que la lleva sobre los hombros es su pareja. Anunciaron que se tomarían un descanso, porque ella va a tener su primer hijo... hablando de parejas..."
Guardó su celular con calma antes de mirarme directo a los ojos, con una sonrisa… esa maldita sonrisa que conocía demasiado bien. Era suave, confiada, como si supiera exactamente lo que estaba a punto de pasar. Y yo también lo sabía... carajo...
Las distracciones me habían ayudado a mantenerme estable, pero apenas vi esa expresión, la tensión regresó como un golpe seco al pecho. Lo notó de inmediato, claro.
Fang: "Vamos, respira. No se va a acabar el mundo, ¿sabes? No es como si un meteorito fuera a caernos encima justo ahora."
Kross[R]: "Puede ser... pero eso no lo hace fácil. Intento mantener la calma, de verdad que sí, solo que—"
Fang: "Shhh. Ya, cállate."
Sin previo aviso, sentí su mano contra mi boca. No fue brusca, solo firme, suficiente para cortarme el hilo de lo que fuera a decir. Sus ojos estaban entrecerrados, con esa mezcla de determinación y paciencia que decía más que mil palabras. Que decía: basta.
Fang: "No empieces con tus vueltas, ¿sí? Ya te dije que vas a tener tu momento. Es simple: cuando llegue Stella, les doy unos minutos y los llevo al almacén. Estarán solos. Solo tú y ella. Y ahí... hablas. No más excusas."
Kross: "¿Tú llamas a eso simple...?"
Fang: "Lo es. Tan simple como dejar de actuar como un idiota."
Lo dijo mientras me tomaba por el hombro y me empujaba suavemente hacia ella, lo justo para acercarme sin dejarme escapar. Con la otra mano comenzó a pincharme la cara, sin delicadeza, con esa insistencia suya que a veces desespera y a veces reconforta. Esta vez... era lo segundo.
No sabía si era por las palabras o el gesto, pero no podía evitar sentirlo: ella estaba ahí. A pesar de todo lo que pasó... seguía ahí.
Kross: "Oye... Fang."
Fang: "¿Qué? ¿Otra excusa? ¿Un nuevo drama mental? ¿O al fin vas a dejar de correr?"
Kross: "Solo quería decir... gracias. En serio. Por todo."
Lo dije en voz baja, pero con un tono que incluso yo sabía que era distinto. No había sarcasmo. Fue uno de los tonos de los más sinceros que podía hacer. Porque era genuino.
Porque lo sentía. Porque a pesar de todo lo que ocurrió entre nosotros… después de ese día... del caos… del silencio, ella siguió ahí. No se alejó. No me dio la espalda. No dejamos de ser cercanos. No dejó de ser esa amiga valiosa que tengo… que siempre está cuando más la necesito.
Ella me soltó, y por un instante nuestras miradas se mantuvieron conectadas. Su sonrisa no se fue, pero ahora… cambió ligeramente. Ya no era solo burla o complicidad. Era... otra cosa. Era más cálida... más serena. Me estaba mostrando algo… algo más… profundo.
Fang: "No tienes que agradecerme, tonto. Para eso estamos, ¿no? Para levantarnos cuando uno de los dos lo necesita. Así ha sido desde que somos amigos… un pilar para el otro…. Así somos tú y yo."
Kross[B]: "Es efectivamente como dices..."
Kross[R]: "...y puedes apostar que mantendré mi palabra. No lo dudes nunca, Fang."
Nuestros puños se chocaron con firmeza, un gesto simple pero lleno de significado. Era una promesa, una reafirmación de ese vínculo que habíamos elegido preservar por encima de cualquier cosa. Una muestra de que, pase lo que pase, estaríamos ahí el uno para el otro.
Y justo cuando pensé que podría respirar un poco más... ese sonido me sacó por completo del momento. El tintinear agudo de la campanita en la puerta del restaurante….
Blue: (…)
Red: (…)
.
..
…
Perspectiva de Stella. Tiempo atrás.
Stella: "¿De verdad es necesario todo esto? Digo, ¿no sería más fácil escoger algo de mi armario y ya?"
Ya había pasado un buen rato desde que Rosa llegó a mi casa. En teoría, venía para que conversáramos un par de cosas antes de ir juntas a ayudar a Fang con sus preparativos.
Pero esa teoría se había ido al carajo tan pronto como me vio con lo que iba a salir vestida. Desde ese momento, no ha hecho otra cosa que revolver mis cajones y rechazar casi todo lo que tengo.
Rosa: "No estés chingando. ¿Cómo se te ocurre salir con esa polera? Además, esa palabra en el pecho... debería significar algo, ¿no? Mínimo vístete como alguien que sabe lo que va a hacer."
Stella: "¿Qué importa cómo vaya vestida...? Al final, a Kross igual le gustaría cómo me veo sin que tenga que— auch."
Sin previo aviso, sentí el impacto seco de una chancla directo en mi cabeza. Aún después de tanto tiempo como amigas, sigo sin entender cómo demonios lo hace tan rápido… y por qué siempre la tenía a mano.
Rosa: "Te dije que no chingues. Mira, aquella vez que fueron al mall puede que no tuviera tanto impacto, pero esta vez sí. Te aseguro que, si te arreglas, aunque sea un poquito, vas a dejar a mi hermanito con la boca abierta. Lo firmo y lo sello."
Stella: "He notado eso... Desde que tú te me acercaste con ese... plan. Sé que Kross reacciona distinto ahora, por eso."
Aún puedo recordar con claridad ese momento, semanas atrás.
Rosa se me acercó con una cautela inusual, casi como si hablara de un secreto que no podía romperse. Poco a poco me fue revelando lo que ella y Fang estaban tramando: darle a Kross un momento a solas conmigo... uno en el que pudiera, si encontraba el valor, confesar lo que sentía.
Pero yo... yo ya lo sabía. No necesitaba que me lo dijeran directamente. No era tan ciega como para no notarlo.
La forma en que me miraba con ambos ojos iluminados… cosa que sabía que era importante por lo que me dijo ese día, cómo me trataba... aun si tanto a Rosa como a Fang les hablaba con un tono más amigable… conmigo siempre era aún más cariñoso y preocupado…
Cómo se quedaba callado a veces cuando estábamos demasiado cerca…, el cómo cuando enrollaba mi cola en él podía sentir como se tranquilizaba si es que algo se le pasaba por la cabeza… Pero aun sabiendo eso… aun siendo testigo de todas esas cosas…, no podía ser yo quien diera el primer paso.
Cuando Rosa me preguntó por qué no terminaba con esto siendo yo quien se lo confesara, tuve que explicarle con cuidado. No le revelé nada de lo que Kross me había confiado, por supuesto.
Pero sí le dije algo que había estado sintiendo desde hace tiempo: si yo era quien le decía lo que sentía… si le confesaba mis sentimientos a Kross, él simplemente lo aceptaría… no sería capaz de rechazar eso.
No porque lo sintiera igual en ese momento… no porque me amara, sino porque venía de mí. Porque su forma de ser lo obligaría a aceptarlo… a corresponderme... sin habérselo permitido sentir primero.
Y eso era lo que me asustaba. Me asustaba que aceptara por compromiso. Que construyéramos algo sobre una base vacía, solo porque no quiso hacerme daño. Solo porque sintió que "debía" hacerlo.
Esa duda se quedó dándome vueltas día tras día. Hasta que una noche, decidí usar mis cartas del tarot. No buscaba una respuesta definitiva, solo una pequeña ayuda... Hice una tirada de tres cartas, la pregunta era obvia: ¿Cuál hubiera sido mi destino si yo me confesara a Kross...? y lo que revelaron me dejó helada.
En orden aparecieron: La emperatriz invertida, El Hierofante invertido y el La Rueda de la Fortuna invertida. Todas las arcanas en posiciones invertidas… eso no podía ser nada bueno… y la combinación de estas podía significar muchas cosas.
Aunque si las comprendía bien… podían significar una dependencia emocional que se disfraza de afecto, un amor que nace por obligación y no por libertad… no por deseo. Un ciclo vicioso, un vínculo que aprieta como cadenas sin que uno lo note… un destino torcido por mi impaciencia…
El mensaje era claro. Si yo me adelantaba... sí me confesaba primero... no construiríamos una relación. Crearíamos una dependencia. Un apego enfermizo que él confundiría con amor. Sería frágil, tóxico incluso.
Una especie de vínculo que no podría sostenerse sin dolor. Yo sería el pilar, y él... simplemente se apoyaría sin tener claro por qué…, pero que en realidad sería una forma más de aferrarse a algo por miedo a perderlo.
Y yo no quería eso. No por él. No por mí.
Volví a mezclar las cartas. Respiré hondo. Esta vez pregunté: ¿Qué ocurriría si era él quien se confesaba? ¿Si el deseo nacía desde su interior y no desde mis palabras…?
Y…
La respuesta fue inmediatamente otra.
Apareció El Mago… radiante, y supe que hablaba de iniciativa, símbolo de una acción nacida de su voluntad, no de la influencia de nadie. Luego vino La Estrella, brillante incluso en el dibujo, trayendo con ella la idea de esperanza, de una ilusión limpia construida con confianza.
Y por último… algo que nunca me imaginé que me pasaría, siendo que era la primera vez que me sucedía, al sacar la tercera carta… venia con otra pegada en esta…
Primero apareció El Sol... tan brillante que casi sonreí: alegría pura, verdad sin sombras. Una sinceridad que no se ocultaba ni temía a nada…
Y… finalmente… la carta extra… Los enamorados, con esa imagen de dos almas eligiéndose libremente, sin cadenas…
Un amor genuino…
Ahí entendí lo que tenía que hacer. Si de verdad quería que algo naciera entre nosotros, tenía que dejarlo en sus manos. No por falta de valor, sino porque entendí que no podía ser yo quien lo guiara... debía ser él quien abriera esa puerta. Que él quisiera construir esto desde su deseo, desde su decisión.
Y aquí estoy ahora. De pie frente a Rosa, viendo cómo escoge y descarta ropa como si de eso dependiera el destino del mundo. Y quizás... quizás sí depende. Porque, aunque no vaya a dar el primer paso, hoy sería cuando en el que seguramente Kross me diga el cómo quiere estar conmigo…
…
Rosa: "¿Cómo es posible que no tengas algo que sea siquiera un poco más... pasable? Las que parecen más normales tienen manchas, y las otras... mejor ni hablar del chaleco ese con las caras impresas. Eso ya es terrorismo visual."
Stella: "Solo lo compré porque estaba en oferta... además, me sirve para el invierno."
Rosa: "Espero que no salgas a la calle con eso puesto, por Jesús Raptor."
Rosa ya empezaba a rendirse. Parecía resignada ante la idea de encontrar algo en mi closet para sorprender a Kross. No era mi intención sabotearme, pero tenía mala suerte... justo anoche, mientras veía una de mis series favoritas, me puse a comer un ramen instantáneo.
Y por supuesto, como buena tragedia personal, la ropa limpia estaba demasiado cerca. Y termino con manchas de salsa en casi todo lo decente que tenía.
¿?: "D-d-disculpe, s-señorita Dubois..."
Escuché una voz conocida al otro lado de la puerta. Mientras Rosa acomodaba un par de prendas, me acerqué a abrir. Al hacerlo, me encontré con una Microraptor de escamas verdes similares a las mías, aunque más apagadas. Era más baja que yo.
Stella: "Corin, sabes que puedes llamarme solo por mi nombre."
Corin: "L-lo siento, señorita Dub—... l-lo siento, señorita St-Stella."
Conozco a Corin desde hace un par de años, cuando el grupo de mayordomos que contrató mi padre se mudó con nosotros. A pesar de ser una de las más diligentes del personal, siempre ha tenido una timidez marcada, casi crónica, que la hace disculparse por todo. Incluso después de tanto tiempo, aún siento que no ha reunido la confianza para tratarnos con normalidad…
Stella: "Y tampoco te disculpes. No hiciste nada malo. Además... puedes decirme solo Stella… por favor."
Corin: "E-e-entendido, S-Stella."
Sonrió un poco en ese momento. Apenas un gesto, tímido y contenido, pero sincero. Le hice una señal para que pasara.
Traía una bolsa en una mano, y en su espalda, colgaba su mochila en forma de oso junto la herramienta que usa para... digamos que para jardinería... aún no sé exactamente de dónde la consiguió, solo sé que fue un regalo especial del jefe de mayordomos. Un objeto que claramente valora mucho... y que, considerando su tamaño, impone más de lo que uno esperaría.
Rosa: "Chamaca, ¿Cómo estás? Espero que Stella no te esté dando problemas."
Corin: "B-b-buenas, s-señorita R-Rosa... e-es un p-placer v-verla otra vez..."
Corin se acercó con pasos suaves y dejó la bolsa que traía sobre mi cama con un cuidado casi exagerado, como si el más mínimo movimiento brusco pudiera romper algo.
Luego, sin decir una palabra, comenzó a rebuscar en su mochila. Sus dedos se movían con cierta torpeza entre los compartimentos hasta que finalmente extrajo un sobre sellado con cera rojiza. La forma en que lo sostuvo, con ambas manos, revelaba lo importante que le parecía.
Corin: "S-su madre... M-Madam Dubois... m-me indicó q-que a esta hora d-debía entregarle e-esta b-bolsa... y u-una c-carta c-con u-un m-mensaje."
Me acerqué con algo de curiosidad contenida y tomé el sobre con ambas manos. El sello era inequívocamente el de mi madre. Elegante, preciso, con el relieve familiar de la insignia Dubois.
Era raro recibir cartas así, casi anacrónicas. Pero no del todo inesperado. La última vez que había recibido algo con este mismo sello fue en mi cumpleaños anterior...
Stella: (Espera... ¿acaso no será...?)
Abrí la carta con cuidado, despegando la cera con la uña hasta liberar el interior. Dos caligrafías. La primera, meticulosa y estilizada, sin duda era de mi madre. La segunda, más firme... la de mi padre.
Pero antes de que pudiera empezar a leer, sentí una presión suave sobre el hombro. Era Rosa. Se había acercado sin que me diera cuenta.
Rosa: "¿Y bien? ¿Qué es lo que te escribió tu mamá esta vez? ¿Una invitación a un té con duques y dinosaurios con títulos ridículos?"
Stella: "Voy, voy. Ahora lo leo... Pero si tengo que adivinar, debe ser algo relacionado con mi cumpleaños. Es la próxima semana, después de todo."
Respiré profundo. Siempre había una mezcla de anticipación y nervios al leer cosas de mis padres. Era como si cada palabra viniera cargada de más peso del que debía. Y comencé a leer.
Céline: "Mi querida estrellita: aunque pronto sumarás un año más a tu vida, para mí siempre serás esa pequeña que daba vueltas con vestidos más grandes que ella. Debido a la fecha, celebraremos tu cumpleaños el próximo fin de semana. Será una velada especial, así que asegúrate de invitar a tus amigos. Me encantaría verlos."
Rosa: "Siempre me parece tan... particular la forma en la que te lo dicen. Como si te escribieran desde una novela."
Stella: "Ellos son así. Tienen un talento natural para hacer que todo suene más importante de lo que es."
La gente puede llegar a pensar que mis padres son distantes, fríos incluso. Pero no era tan simple. Puede que no los vea todos los días, ni hable con ellos constantemente... pero cuando algo es realmente importante, siempre están. De una forma u otra, siempre aparecen.
Rosa: "No te me pongas nostálgica ahora. Ya sabes que los conozco. Son formales, sí, pero te adoran. Ándale, sigue leyendo."
No pude evitar sonreír. Su tono me sacó de la melancolía antes de que pudiera hundirme en ella. Asentí ligeramente y volví a fijar la vista en la carta. La segunda mitad me esperaba. Era el turno de mi padre.
Alphonse: "Mi querida estrellita, aunque cumplas un año más, para mí siempre serás la niña que se subía a mi escritorio con una corona de papel. Aprovechando la celebración que tendrás con tus conocidos, quería avisarte que el día siguiente iremos a cenar a un restaurante como familia. Sería bueno que aproveches de llevar a tu 'amigo' tu madre tiene muchas ganas de conocerlo..."
Stella: "...Oh."
Rosa: "Parece que tus papás quieren conocer a mi hermanito."
Stella: "Y-yo... esperaba que por lo menos mi madre no se enterara tan pronto. Quiero decir, quería decirle yo misma. ¿Cómo podría saberlo...? Dudo que papá se lo haya contado..."
Mientras decía eso, me acercaba a Rosa con los brazos cruzados, sintiendo cómo esa mezcla de nervios y resignación se instalaba en el centro de mi pecho. Mis padres siempre han sido amorosos, sí, pero también sobreprotectores.
Y aunque confío en que mi papá sabrá como tratar con Kross porque ya lo conoció..., no puedo decir lo mismo de mamá. De pronto, sentí un leve tirón en la ropa. Al girar, vi a Corin, que apenas me miró a los ojos antes de desviar la mirada.
Corin: "D-d-disculpe... p-pero... v-varias veces m-mientras l-limpiaba la casa... se e-escuchaba sus c-conversaciones con la señorita Rosa... a través de la p-puerta… R-recuerdo que en más de una ocasión hablaba sobre un... u-un chico."
Rosa: "No esperaba que fuera culpa de nadie más... ¡Si es que eres bien pendeja!"
Me cubrí el rostro con ambas manos, exhalando con frustración. Por supuesto que sería culpa mía. Ahora tendría que pensar bien qué decirle a mamá... y cómo explicarle que aquella "amiga" a la que supuestamente iba a ver en esas ocasiones, en realidad tenía nombre, y me hacía latir el corazón más rápido de lo que me gustaría admitir.
Rosa: "No te preocupes tanto. Mira, si le dices a Kross que se comporte, seguro lo hará. Además, si de verdad se preocupa por ti, obvio que va a tratar bien a tus viejos."
Stella: "S-sí... luego hablaré con él. ¿Hmm...? Parece que hay algo más escrito."
Bajo el párrafo anterior, reconocí otra caligrafía. Esta vez más suelta, relajada, como escrita con una sonrisa disimulada detrás.
Alphonse: "Oh, y estrellita... como sé que vas a querer ir bien a esta 'salida con tu amiga', te dejé un regalo. Y por favor, empieza a pensar en otras excusas. Tu madre ya no se las cree, y a mí se me está haciendo difícil seguirte el juego."
Sentí mis mejillas calentarse al leer esa línea. Rosa estalló en carcajadas a mi lado.
Stella: "No es gracioso..."
Rosa: "Por supuesto que lo es, mija."
Cuando giré hacia Corin, la vi sonriendo también, disimulando una risita tímida. Me hizo sentir un poco más ligera, incluso con el bochorno del momento. Caminé hacia la cama, donde la bolsa que había traído Corin seguía intacta. La abrí con cuidado.
Dentro había tres piezas de ropa. Primero, una blusa blanca, suave al tacto, con un corte sencillo pero lleno de pequeños detalles como fruncidos sutiles en el pecho y un cuello redondeado con una abertura en V.
Después, un pantalón negro tipo capri que terminaba justo debajo de la rodilla, ajustado pero cómodo, como si supiera exactamente mi medida. Por último, un par de zapatos negros con un pequeño tacón y una correa en el empeine, elegantes sin ser demasiado llamativos.
No era algo que yo hubiera elegido por mi cuenta. Pero al verlas juntas, pensé... que quizás por eso mismo, eran perfectas.
Rosa: "Parece que te regalaron justo lo que necesitabas... aunque me hubiera encantado saberlo antes de vaciar medio clóset y hurgar en todos tus cajones."
En ese momento, Corin se movió con discreción, tomando la bolsa en la que había traído el regalo de mis padres. Simuló toser suavemente antes de hablar.
Corin: "Me i-indicaron q-que si p-por a-algún motivo s-salían d-de la c-casa antes de l-la hora a-acordada... n-no d-debía e-e-entregarle n-nada. Madam y Monsieur Dubois l-lo h-harían e-en p-persona."
Stella: "Gracias por decírmelo, Corin."
Corin: "S-solo h-hago m-mi t-trabajo."
Tras decir eso, hizo una leve reverencia y salió de la habitación con paso cuidadoso, dejándonos a Rosa y a mí solas otra vez.
Rosa: "Bueno, ya que nos resolvieron el dilema de la ropa, podemos empezar a prepararnos. Aunque falta para el concierto, ya nos retrasamos bastante con todo esto."
Stella: "Tienes razón... con esto debería estar más que lista. Aunque... ¿me ayudas con mi peinado?"
Rosa: "No te preocupes. Ya me acostumbré hace tiempo a armarte esos pompones en la cabeza."
Luego de eso, comenzamos a arreglarnos. La ropa que me dejaron mis padres me quedaba sorprendentemente bien, como si me la hubieran mandado a hacer. Ligera, cómoda, pero con un aire especial... diferente.
Rosa también se había cambiado, y aunque seguía fiel a su estilo floral, esta vez se había esmerado aún más. Se veía radiante, como siempre.
Todo estaba listo. Y… aun así, yo... no podía dejar de pensar en él. En cómo me vería. En si diría algo, o si solo se quedaría callado. ¿Se… pondrá nervioso? Quiero creer que sí. Quiero creer que mi lectura del tarot fue la señal correcta... que este es el momento.
Corin nos despidió desde la entrada. Su sonrisa tímida y su pequeño gesto de despedida fueron silenciosos, pero cálidos. Nos deseó que la pasáramos bien y que todo salga bien...
Durante el viaje en el auto de Rosa, repasamos lo que iba a suceder. O al menos, yo lo hacía mentalmente una y otra vez. La idea era clara: ayudar con los preparativos, compartir un rato con todos... y llegado el momento, Fang haría su parte. Nos daría ese espacio, esa oportunidad para estar a solas.
Solo él y yo.
Solo pensarlo me hacía apretar las manos sobre mi ropa. Imaginármelo diciéndolo... escucharlo decirlo... esas palabras que nunca me atreví a forzar. Mi corazón ya latía con más fuerza de la que podía manejar.
Después de esto, definitivamente le debo un agradecimiento a Fang. A pesar de todo lo que ocurrió entre ella y Kross, está haciendo esto por nosotros.
Al llegar al restaurante, lo primero que notamos fue un cartel pegado junto a la entrada. Decía que no se podrían tomar pedidos hasta después de cierta hora por un evento en vivo. Un concierto. Rosa y yo cruzamos la puerta sin decir palabra, anunciadas por el suave tintinear de una campanita.
El lugar tenía ese aire familiar que te hace sentir acogida apenas entras. Pero apenas miré alrededor... lo vi.
Estaba junto a Fang. No parecía muy distinto a como era normalmente, pero sí había algo. Un esfuerzo. Una intención. Se notaba que se había arreglado. La ropa era nueva, eso era evidente, aunque respetaba su estilo.
Y… aun así, lo que más me llamó la atención fue su expresión... reflejaba justo lo que sentía yo. Como si el torbellino de emociones también lo estuviera arrastrando.
Nos acercamos. Con cada paso, mi pecho se encogía un poco más. Las dudas se acumulaban, como ecos insistentes dentro de mí ¿Me veré bien? ¿Es demasiado? ¿Le gustará cómo estoy vestida? ¿Pensará que es raro verme así...? Todo eso me atravesaba mientras caminaba.
Y sin darme cuenta... ya estaba frente a él.
Creo que Rosa saludó primero, pero ni siquiera logré escucharla. Todo mi mundo se redujo a ese instante. A él. A su presencia frente a la mía.
Sentí una mano cálida sobre mi hombro. Parpadeé, y al girarme, vi a Fang. No sé en qué momento, pero ella se había puesto de pie. No dijo nada, solo me sonrió, esa sonrisa suya que dice más de lo que parece, y se fue junto a Rosa, unas cuantas mesas más allá.
Dejándonos… solos…
Stella: (Tu… puedes Stella…)
Stella: "...Hola."
Fin del capítulo.
Notes:
Sip... me demore, y eso que tuve que partir el capitulo porque AUN no lo termino, no tengo mucho que decir... ni siquiera tengo muchas curiosidades pensadas, sigo trabajando en que la confesión sea bien bonita y hermosa y diabetica.... no dire cuando sacare el cap siempre mufo, asi que, solo espero que les guste esto.
en cuanto curiosidades... esto servira para el proximo capitulo:
1- Red entiende completamente el sentimiento de amor, pero al ser tanto para el, no puede hablar sin creer que la caga
2- Blue por su parte, al no comprender el sentimiento, el trata de buscarle lógica, perdiendo el sentido principal de todo.
3- Tanto Kross como Stella no dicen la verdad en cuanto a esto o a lo menos tratan de no dar muchos detalles de su vida.
4- Kross tiene el conocimiento de lo que es la "temporada de celo" y por sobre todo lo que le pasaría a Stella en esas fechas, solo digamos que eso se vera en un extra.
mis recomendaciones de los panitas como siempre.... donde esta el copy/paste... aca:
SrSenior con "That is My Parasauur"
Patata_Yazov con "Una luz de esperanza en una depresion psicotica"
Dardragun707 con "Un vaquero en Volcano High" por fin son pareja los de aca, denle amor
Xomy90 "Un felino en Volcano High"
Chicken Brain con "Birds of a Feather" saco epilogo, vayan a verlo, grande.
Elcoral con "Mono de Agua"
1ectorDeCosas con "¡I WANI BE YOURS!"Eso seria, en resumen, sigo vivo y sigo escribiendo lo que puedo, espero que con esto, la espera no sea tanta, el próximo si o si será la amada confesion, y puedo decir que es diabetica, pendeja y por sobre todo bonita. Nos vemos, no se cuando, pero nos vemos, muchas gracias poir llegar hasta aca, a los que comentan y a todos en general, bye :
Chapter 32: Latidos Compartidos
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Kross
Kross: "Hola..."
.
..
…
Al verla entrar, sentí como si el resto del mundo simplemente se desvaneciera. Todo el ruido, las luces, incluso la presencia de Fang a mi lado... todo se desdibujó por un momento como si nada importara... Solo estábamos ella y yo.
No sé en qué momento saludé a Rosa, seguramente con un simple gesto de cabeza, pero mi atención estaba completamente fijada en Stella.
Nunca me había detenido realmente a pensar en la ropa que usaba o si se arreglaba para salir, pero lo que llevaba puesto... simplemente me dejó sin palabras. La ropa que llevaba le sentaba tan bien, tan natural, que me costaba apartar la vista.
Se veía… hermosa.
Simplemente cuando quedamos solos, se acercó un poco para sentarse en un asiento junto al mío. Intentando calmar el torbellino que se me formaba en el pecho, comencé a hablar con ella, cualquier tema que me permitiera mantenerme centrado. Curiosamente, parecía que a ella le ocurría lo mismo.
Nuestras palabras eran simples, triviales incluso, pero el ambiente entre nosotros tenía algo distinto. Seguía siendo cómodo, sí, como siempre... pero ahora había una tensión suave… un algo que le daba un nuevo peso a cada palabra, que aceleraba el ritmo de mi corazón sin que pudiera evitarlo…
Kross[B]: "¿Podrías… repetir lo último que dijiste...?"
Antes de responder, se acercó más a mí con esa tranquilidad que sólo ella tiene. Su cola se enroscó en mi pierna, un gesto que ya se ha vuelto casi costumbre entre nosotros, casi instintivo suyo... cálido y cercano.
Después apoyó la cabeza en mi hombro, dejando escapar un suspiro suave, uno que sonó a alivio puro, como si en ese pequeño contacto hiciera que el peso del momento comenzara a desvanecerse.
Stella: "Como te decía... que la próxima semana es mi cumpleaños. Por eso quería preguntarte si... vas a estar libre esos días."
Kross[R]: "¿Libre? Claro que sí. No me perdería algo tan importante para ti... Aunque, tengo que preguntar... ¿no se supone que las fiestas duran solo un día? ¿Por qué me estás pidiendo el fin de semana entero…? O por lo menos solo el sábado y domingo"
La vi bajar la mirada mientras comenzaba a jugar con sus dedos, frotando las yemas de los índices como si buscara algo que decir sin encontrar la forma. Con el tiempo, y especialmente después de tantos recesos en el instituto viendo juntos sus series favoritas, había aprendido a leer esos gestos.
Lo hacía cuando algo le daba pena o más bien vergüenza... Cuando no sabía cómo decir lo que quería decir.
Stella: "Es que... bueno... ya sabes... no es solo la fiesta... no es nada malo, solo que..."
La veía insegura, atrapada en sus propias dudas. Así que, con cuidado, tomé una de sus manos para detener ese juego nervioso con sus dedos. Luego pasé la otra por encima, comencé a acariciar el dorso de su mano con suavidad...
Sentí cómo poco a poco se relajaba entre mis dedos, como si ese simple gesto le devolviera un poco de seguridad.
Kross: "No... necesitas decirme exactamente por qué quieres que esté contigo todo el fin de semana. Lo único que importa… que me importa es que esos días son especiales para ti. Y eso ya es razón suficiente para mí para que yo esté allí."
Sin responder de inmediato, ella colocó su otra mano sobre las mías… cubriéndolas, y permanecimos así por unos segundos. Después levantó la vista, sus hermosos ojos celestes fijos en los míos.
Stella: "Gracias por eso... de verdad. A veces creo que estoy pensando demasiado en todo esto, pero te conozco bien. Sé que estarías para mí… aun así... siento que ahora deberías saber por qué."
Se separó un poco, solo lo suficiente para mirarme directamente a los ojos, buscando mi mirada con una mezcla de determinación y nervios. Si no fuera porque me esforzaba por escucharla, probablemente me perdería en sus ojos... pero su voz me mantuvo presente.
Stella: "Mis padres... bueno, más bien mi mamá... quiere conocerte. Así que además de la fiesta de cumpleaños, el día siguiente quieren organizar una cena en un restaurante... Y tú estás invitado."
Red: (Así que solo era eso…)
Blue: (Interesante…)
Ya había conocido a su padre. Fueron pocos los momentos que si quiera cruzamos palabras, y fueron… en el hospital... pero sentí que logré ganarme algo paso cuando le respondí… o eso quiero creer.
El caso de su madre era diferente. Nunca la había visto, y no sabía qué esperar. Pero por lo poco que Stella me contó, podía intuir que era alguien que se preocupaba profundamente por ella.
Y que probablemente su madre sería mucho más exigente.
Blue: (Aunque si es por ella…)
Red: (…No se sería nada.)
Kross[B]: "No tengo ningún inconveniente con eso."
En cuanto lo dije, Stella se alejó ligeramente solo para tomarme de los hombros de forma repentina. Sus ojos brillaban con una intensidad distinta. Había algo más en ellos. Algo parecido a pequeñas estrellas centelleando en medio de la emoción contenida.
Kross: (Linda...)
Stella: "¡¿¡¿En serio?!?! ¿De verdad no te molesta ni nada que mis papás quieran conocerte?"
Kross[B]: "Para nada, no le veo la problemática a eso... Bueno, salvo que tal vez debería aprender un poco de etiqueta... aunque eso no debe ser tan complica—"
No alcancé a terminar. Stella se abalanzó sobre mí con un abrazo tan repentino como cálido, enterrando su rostro en mi pecho. Me quedé quieto por un instante antes de mi mente volviera en sí, únicamente para corresponder con un brazo alrededor de su espalda sintiendo como ella se acomodaba.
Stella: "De verdad me estaba preocupando por nada... Pero prométeme que vas a comportarte frente a ellos. Por favor."
Me lo dijo con una expresión seria, mirando hacia arriba con esa falsa autoridad que no podía más que parecerme adorable. El gesto era absolutamente tierno, y el efecto... era igualmente efectivo.
Kross[R]: "Por supuesto que lo haré, Stella."
Después de ese momento con Stella, nos quedamos conversando un rato más, dejando que el ambiente bajara a un ritmo más tranquilo antes de volver con los demás.
El calor del momento aún flotaba en el aire, pero era más llevadero así, con ella a mi lado. En líneas generales, todo lo relacionado con los preparativos ya estaba casi finalizado.
Reed y Trish habían terminado con el cableado de los instrumentos, y aunque visualmente todo parecía un desastre con cables por todos lados y cajas abiertas, según la enana púrpura estaba "perfecto".
Y si Trish lo decía con esa convicción suya, no tenía intención de meterme a discutir sobre eso.
Ahora estábamos todos reunidos alrededor de una mesa larga, improvisada para que cupiéramos, mientras discutíamos cómo organizar el puesto de mercancías. La banda estaba al frente, aun ajustando detalles.
Después de un rato de idas y vueltas, terminamos acordando que Trish, Stella y Rosa serían quienes se encargarían del stand. Curiosa mezcla... pero extrañamente funcional.
Fang: "Con eso, ya no queda nada más. Nos preparamos lo suficiente para esto."
Trish: "No te emociones tanto... Aunque sí espero que no salga todo mal."
Reed: "Fluyan, bro... no se enreden. Ustedes lo tienen."
Los observaba mientras se hablaban entre ellos. Reed, como siempre, flotando en su propia órbita, completamente relajado. Trish, aunque mantenía su tono habitual, dejaba escapar una pequeña tensión en su forma de hablar.
Y Fang... sonreía, sí, pero había algo detrás de esos ojos. Algo que no encajaba con la emoción que uno esperaría. Una sombra de duda que no correspondía a alguien que estaba a punto de cumplir algo por lo que trabajó tanto... Quizás un pequeño empujón no vendría mal. Y si iba a hacerlo, debía ser para los tres.
Kross[R]: "Oigan, emplumada y compañía."
Solo con eso los tuve a todos atentos. Sus miradas se alzaron al unísono, tres pares de ojos que se dirigían hacia mí, cada uno reaccionando distinto, como esperaba.
Trish: "¿Y ahora qué quieres, Skinnie? ¿No ves que estamos hablando?"
Kross[R]: "Solo quería soltarles unas palabras. No se preocupen, van a ser bien básicas. Lo suficiente para que sus cabezas huecas las entiendan sin mucho esfuerzo."
Sentí cómo se clavaban varias miradas pesadas hacia mi desde los costados. Algunas de Rosa, otras de Stella... y claro, la de Fang directo desde el frente. Bien, puede que no haya sido la mejor forma de empezar. Pero sentía que si lo decía de este modo se entendería mejor…
Kross[R]: "Solo estoy diciendo… han estado trabajando como locos todos estos días. Y justo… ¿justo ahora les nacen las dudas? Carajo... ¿en serio que son idiotas? ¿No van a darlo todo después de todo lo que vi y escuché de ustedes? Decepcionante, chicos… muy decepcionante."
Trish: "¿Qué dijiste, pedazo de...? Oye, espera... ¿qué quisiste decir con eso último?"
La tricera me fulminó con la mirada, entre molesta y desconcertada. Incluso Stella y Rosa, que estaban junto a mí, parpadearon con algo de sorpresa. Y no las culpo. Hasta para mí sonó raro ese tono casual que use.
Kross[R]: "No pasé horas perdiendo el tiempo solo para verlos derrumbarse por un maldito arranque de inseguridad. Tampoco digo que sean la mejor banda del planeta... pero son decentes… nah. Son realmente buenos."
Kross[B]: "He visto un progreso real y consistente desde que empecé a apoyarlos en todo esto. Se apropiaron de los consejos que les di, los adaptaron y los integraron sin perder esa esencia que los define como grupo… Eso no se finge. Si mantienen eso, no hay espacio ni probabilidad para errores en su formación actual."
Trish: "..."
El silencio que siguió fue denso. El trio en frente de mi permaneció quieto. Pero no parecían incomodos, más bien estaban pensando en lo que dije… hasta que en un momento, algo cambio en sus expresiones… Era algo parecido a una determinación renovada.
Algo en la mirada de Fang y Trish cambió. Se volvieron más firme, más decididas. Como si lo que dije, por tonto que sonara en voz alta, hubiera hecho algo dentro de ellas.
Sin embargo... por un segundo… justo antes de que Trish bajara un poco la vista, juraría haber notado otra cosa. Algo más allá de la emoción por el concierto.... un sentimiento no pude identificar qué era… tal vez—
Reed: "Oye, Kross… Mi bro."
La voz del raptor me sacó de inmediato de mis pensamientos.
Kross[R]: "¿Qué pasó ahora, Reed?"
Reed: "Mi termo, bro... creo que lo dejé tirado por ahí cuando andaba revisando los cables. No me acuerdo dónde. ¿Puedes ir a buscarlo? Capaz tú tienes más suerte."
No entendía bien a qué venía eso. Reed tenía una lógica que solo él comprendía. Pero desde el eventito que me involucró con el contenido de su termo... mejor asegurarse de que no quedara por ahí suelto.
Kross[B]: "Está bien. Iré enseguida. No queremos que se repita lo de la última vez."
Reed: "Eres mi salvavidas, por eso eres el bro de bros."
Me guiñó un ojo con esa típica sonrisa despreocupada suya. Me puse de pie soltando un suspiro y rodé los ojos con resignación. Caminé hacia el almacén del restaurante, repasando mentalmente los posibles lugares donde pudo haber dejado su dichoso termo.
Y conociéndolo... podía estar en cualquier parte.
Lo primero que hice al entrar fue escanear todo el sitio. Mis ojos recorrieron cada rincón, cada sombra proyectada por los estantes apilados y las cajas mal cerradas. Me bastó un par de segundos para decidir dónde buscar primero.
Apliqué un barrido rápido, de izquierda a derecha, bajando la mirada a las zonas más propensas a esconder algo como un termo olvidado por Reed. Apenas empecé a moverme hacia el fondo, sentí ese cambio sutil, ese silencio que se impone cuando algo no cuadra.
Red: (¿Estás de acuerdo con esto, Blue?)
Blue: (No veo otra posibilidad diferente.)
Después de revisar por varios minutos, entre huecos, bolsas mal cerradas y cajas viejas, llegué a la conclusión de que el idiota del raptor se había equivocado. No había ni una sola pista de ese termo.
Nada que me indicara que alguna vez estuvo aquí. Todo apuntaba a que simplemente desapareció, o nunca estuvo. Ya estaba por darme la vuelta, listo para volver con los demás... pero algo me detuvo. No fue el sonido de la puerta del almacén abriéndose de golpe.
Fue quien entró.
Stella: "Hey... ¿cómo te ha ido con la búsqueda del termo?"
Mi cuerpo tardó en reaccionar, no porque me hubiera sorprendido verla, sino porque caí en cuanta de lo que sucedía… Me quedé quieto, sintiendo cómo el aire en el almacén se volvía más espeso, como si todo lo demás dejara de importar, como si mi mente se replegara sobre sí misma.
Tuve que sacudir la cabeza con cierto esfuerzo, no por despejar una simple distracción, sino por obligarme a recuperar el control y fingir que podía manejar esta situación.
Red: (¿T-te encargas un momento, Blue...? Yo... necesito tranquilizarme.)
Blue: (Entendido... aunque tampoco estoy seguro de que pueda sobrellevar esto.)
Kross\[B]: "No... Aún no logro encontrar el termo de Reed. Lo más probable es que lo haya dejado en otro lado."
Stella: "Entonces fue bueno que viniera... tal vez te falto algo… capaz lo encontramos más rápido."
Comenzamos a buscar juntos, o al menos eso quería tratar de aparentar. Porque me era imposible concentrarme en otra cosa que no fuera ella, en la cercanía de sus pasos, en la posibilidad de que cualquier palabra suya pudiera desatar lo que había intentado mantener contenido desde hacía tanto…
Y yo... apenas podía mantenerme firme. Mi cuerpo se movía de un rincón a otro con la mirada, pero mi mente estaba en otra parte, arrastrada por el peso de todo lo que estaba a punto de suceder, por el miedo de no estar preparado para enfrentar lo que podría cambiarlo todo.
Había tenido conversaciones sobre esto con personas que valen más de lo que soy capaz de expresar, había repasado una y otra vez todo lo que debía hacer o evitar, me repetí hasta el cansancio que solo debía dejarme llevar, que debía confiar en lo que sentía, en lo que sabía, en que todo saldría bien...
Pero nada de eso servía ahora mismo, con Stella a pocos pasos, nada de eso parecía funcionar. El aire me costaba, la garganta ardía como si algo quisiera salir y no pudiera. Sentía que cualquier palabra podía quebrarme por completo. No importaba quién estuviera al mando, ninguno de los dos podía con esto.
Red: (Deja de estar así, maldita sea. Se supone que ya hablamos de esto...)
Cuando Blue tomaba el control, todo se volvía... insufriblemente correcto. Las respuestas eran tan calculadas que dolía escucharlas. Como si él mismo no creyera en lo que estaba haciendo y solo ejecutara porque era lo que se suponía que debía hacerse.
Era como ver una obra barata donde el actor intenta convencerse de que su libreto aún sirve. Planeamos esto, claro que sí, pero verlo intentar llevarlo a cabo... me daba rabia. Todo se sentía tan vacío… ella merecía más que una sombra rígida.
Blue: (Relájate un poco... A pesar de la situación, debemos mantener la compostura.)
Pero si Red se hacía cargo... el resultado era igual de trágico, solo que desordenado. Lo observaba actuar con torpeza, dejándose llevar por impulsos que no llevaban a ningún lado. Decía cosas sin pensar, se quedaba callado en los peores momentos, y lo peor era que ni siquiera tenía un rumbo claro.
Solo reaccionaba. Solo intentaba contener lo que no entendía. Y yo sabía lo que eso implicaba. Sabía las consecuencias de moverse sin una línea, sin control. Sabía a dónde nos llevaría esa ansiedad disfrazada de sinceridad…
Red: (Siento… que me va a explotar la cabeza.)
Blue: (En cualquier momento… colapsamos...)
Estuve atrapado en ese bucle por un rato que se sintió eterno. Compartiendo espacio con ella, atrapado en este almacén que ahora se sentía como una caja sellada. Sin saber qué decir, sin saber si seguir fingiendo que buscábamos algo o simplemente rendirme.
Cada pensamiento era arrastrado por esa lucha interna constante que lo único que hacía era desgastarme aún más.
Y quizás...
Kross: (Solo… debo dejar que las cosas sigan su curso… quizás es lo mejor.)
Me quedé frente a una estantería cualquiera, con la mirada perdida sobre una caja que ya no lograba distinguir, sin saber si realmente la estaba viendo o si simplemente era una excusa para no girarme hacia ella, para no enfrentar lo que sentía ni lo que se esperaba de mí.
El ambiente se diluía lentamente, como si las formas perdieran su lugar y el espacio se volviera más ajeno, como si cada segundo me apartara de todo lo que estaba presente.
Ya no había nada concreto a mi alrededor, solo esa presencia constante del vacío en el pecho, esa sensación que se instalaba sin pedir permiso y que no sabía cómo sacar de ahí, como si me hubiera convencido de que este era mi límite, de que no había más que pudiera hacer.
Kross: (No todo está mal... las cosas han cambiado para bien. Ya no estoy donde solía estar, ya no… soy lo que ellos querían o eso creo... tengo a personas cercanas en quienes confió, tengo... a Stella.)
Sin pensar, bajé ligeramente la cabeza y dejé que una de mis manos buscara la otra. Apreté el dorso con firmeza, sintiendo cómo mis dedos se cerraban con una tensión que no sabía de dónde venía ni por qué no podía soltarla, como si aferrarme a algo mínimo fuera lo único que podía evitar que todo a mi alrededor siguiera disolviéndose.
Era un gesto pequeño, automático, casi ausente, pero en ese instante se sentía como el último hilo que aún me mantenía ahí.
Kross: (Sí... eso es lo mejor que pued—)
Stella: "¡Kross!"
Kross: "Huh..."
Todo regresó de golpe. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero de pronto volví a estar de pie frente a la estantería de antes, con el mismo polvo, la misma caja sin etiqueta, el mismo olor a madera seca.
Lo único distinto era ese toque leve, casi imperceptible, sobre mi brazo izquierdo. Al mirar hacia el lado, la vi. Stella me observaba con una expresión que mezclaba molestia con una preocupación que no se molestaba en esconder.
Kross[R]: "¿Qué pasa...? ¿Ocurrió algo?"
Ella parecía a punto de responder, como si hubiera algo que necesitara decirme, pero se detuvo antes de hacerlo. Su mirada se deslizaba desde mis ojos hacia abajo, sentí una tensión que solo podía intuir, y aunque no dijo nada ni yo le pregunté, su siguiente acción habló por ella.
Soltó un suspiro fuerte, negó con la cabeza con ese gesto entre frustración y cansancio, y luego me tomó del brazo con firmeza para empezar a jalarme mientras ella caminaba.
No hice el menor intento por detenerla y simplemente me dejé llevar por sus pasos, permitiendo que tirara de mí como si eso fuera lo único que podía hacer. Fue en ese instante, mientras la seguía, que note lo que probablemente era la razón de porque Stella actuaba así…
El dorso de mi mano, justo del brazo que había tomado, estaba completamente destrozado. Piel desgarrada, marcas rojas profundas y que parecían haber estado ahí por un buen rato.
En cuanto me percaté de lo que paso, deje que mi regeneración actúe para reparar el daño como si nada hubiera pasado… bueno, casi… aunque al volver la vista hacia el sitio donde había estado hace unos minutos, era evidente que había dejado un pequeño desastre tras de mí.
Stella se detuvo junto a una estantería cargada con servilletas, alcohol etílico, paños desechables y otros suministros similares. Me lanzó una mirada que ya no disimulaba nada; cargada de una firmeza que, aunque no era agresiva, dejaba en claro que no aceptaría ninguna excusa. Con solo eso entendí que quería que me quedara quieto, y sin discutirlo, lo hice.
Me soltó la mano, solo para empezar a tomar varias servilletas, empaparlas con alcohol y volver hacia mí con ese mismo silencio contenido, dispuesta a limpiar el desastre que había
Kross[R]: "Yo..."
Stella: "…”
Kross[B] “…p-puedo”
Stella: "…”
Kross[]: “…”
Kross: "Perdón.”
Ella continuó por un momento sin mirarme, centrada en retirar la sangre con movimientos rápidos y algo bruscos.... hasta que dejó escapar un suspiro que ya no llevaba la tensión anterior, esta vez era uno más suave, y con él, sus gestos se volvieron más lentos, más gentiles y delicados, como si ya no solo estuviera limpiando una herida, sino tratando de calmar algo mucho más profundo.
Stella: "Eres… un tonto, Kross... Ba~ka~"
Kross: "Lo… siento."
Esa última palabra por algún motivo el modo y el tono que uso al decirla me hizo que me tranquilizara un poco…
Cuando ella terminó, noté que mi mano ya no tenía rastros de sangre. La piel estaba limpia… ni siquiera quedaban restos en los bordes. Stella dejó las servilletas usadas sobre un espacio vacío a un lado, probablemente para desecharlos después…
Luego de eso, se cruzó de brazos con firmeza y me clavo su mirada directamente a la mía. Reaccioné como si fuera algo automático, aparte la vista en cuanto pude... solo… justo a tiempo para escuchar otro suspiro… obligándome a volver a mirarla.
La mayoría del tiempo podía deducir sin mucha dificultad lo que una expresión quería decirme. Gestos, movimientos sutiles, miradas que decían más que las palabras. Podía reconocer la molestia, la tristeza, el cansancio... incluso la frustración...
Pero al mirar a Stella en ese instante, me sentí perdido. Como si todo lo que conocía de ella dejara de tener sentido. Sus ojos estaban cargados de algo que no podía nombrar, una mezcla entre algo que dolía y algo que temblaba por salir, y por primera vez... no supe qué era lo que pasaba por su cabeza.
Stella: "Kross... tenemos que hablar de un par de cosas... pero antes necesito preguntarte algo. ¿Estás bien con todo esto que organizaron Fang y Rosa...?"
Kross[R]: "¿Eh...? Espera… entonces... ¡tú sabía—! No, aún más que eso... O sea... ¡¿Como que Rosa está metida en esto...?!"
Stella: "... Ups... bueno... Eso se lo puedes preguntar a ella después... pero antes quiero que me respondas a mí. Porque está bastante claro que esto te está incomodando muchísimo."
Segundos después de decir eso, noté un pequeño gesto en su cuerpo. Su cola se había enroscado discretamente sobre su pierna, y sus manos, antes sueltas, ahora descansaban juntas a la altura del abdomen… Espera... ¿incomodando?
Red: (¿¿¿¿Huh????)
Kross[R]: "¡NO…! ¡Para nada! O sea... sí, un poco. ¡Pero no de la forma en que crees…! o sea, no en ese sentido. Es solo que... agh... jesús raptor, esto es un maldito desastre."
Stella: "Si no es eso, entonces dime..., ¿qué es? Porque desde que entre al almacén, te has alejado de mí como si no quisieras que te toque...ademas que esta lo que hiciste con tu mano... espero que crean que eso fue un paquete de salsa que se reventó..."
Kross[R]: "No es lo que piensas... Es que yo... hay cosas que... me pasan... cuando... cuando estoy— no ahora... no, puta madre... asi no..., o cuando... esto no funciona... agh, no puedo...CARA-"
Kross[B]: "Ejem... Es un poco más complicado de lo que parece. Pero si pudiera reducirlo, diría que es una reacción de nerviosismo extremo, bilateral, causada por la tensión emocional de ambos implicados dando como resultado un enfoque exagerado en nuestra manera de expresarnos. Es por eso que, en medio de esta situación, ninguno logra articular una salida coherente que—"
No llegué a terminar. Stella se acercó sin decir nada, y con un movimiento suave, pero firme, colocó su mano sobre mi boca. La dejó ahí por unos segundos, observándome con una expresión que no supe descifrar, hasta que finalmente la retiró, solo cuando se aseguró de que había dejado de intentar explicarme.
Stella: "Entonces... para entenderlo mejor... estás... demasiado nervioso con todo... todo lo que pasa entre nosotros... y lo que… sigue… ¿c-cierto?"
Kross: "..................Sí."
En ese momento la vi apartar la mirada casi de inmediato. Fue apenas un instante, pero suficiente para notar que las escamas verdes de su rostro se habían tornado de un tono rojizo evidente.
Y fue justo por eso que supe que algo similar estaba pasándome a mí. Sentía cómo la piel de mi cara ardía con una intensidad imposible de ignorar, y podía apostar que estaba incluso mucho más rojo que ella.
Stella comenzó a respirar más despacio, como si cada inhalación le ayudara a desenredar un nudo invisible en su pecho. Cerró los ojos y llevó una mano a su corazón, sosteniéndola allí con suavidad mientras contenía el temblor en sus hombros.
Permaneció así unos segundos, inmóvil, hasta que al fin volvió a abrir los ojos. Se notaba que había logrado calmarse un poco, aunque el rubor rojizo en sus escamas seguía marcando su rostro. Pero más allá de eso, había algo diferente en su mirada, como si ahora estuviera lista para hablar de verdad.
Stella: "Yo… me siento igual que tú. Lo que estás sintiendo ahora... también lo llevo por dentro."
Kross[R]: "¿Cómo...?"
Stella: "Incluso sabiendo lo que las chicas estaban planeando, incluso sabiendo que nos iban a dejar este espacio... no podía evitar sentirme nerviosa… muy nerviosa de hecho. Solo entrar al restaurante y verte ahí, esperándome... todo se me vino encima. Como si el corazón no supiera si latir más fuerte o rendirse por completo."
Volvió a mirarme. Esta vez sin ninguna barrera, sin desviar la vista, sin disfrazar nada. Su expresión era distinta, era suave... Sus ojos se quedaron fijos en los míos, y por un segundo, todo el ruido mental se desvaneció.
Solo quedaba ella.
Y lo que más me golpeó no fue su voz, ni sus palabras, ni siquiera su presencia. Fue su sonrisa… Una sonrisa leve, pequeña... pero tan sincera que me hizo sentir un nudo en el pecho. Era la clase de sonrisa que uno quiere proteger con todo lo que tiene, aunque no sepa cómo. Algo tan frágil que sabía que, si la perdía, me rompería.
Red: (...........................)
Blue: (Red... ¿me escuchas? Me hare cargo de esto… por ahora.)
Stella: "Deja de pensarlo mucho... No te tortures preguntándote qué está pasando o qué va a pasar después. Te conozco, Kross... y sé que, si te encierras en esa cabeza tuya, no vas a salir."
Kross[B]: "Bueno… no estoy seguro de que sea una buena idea, Stella. Ya observé que en este estado ninguno de los dos parece en condiciones de actuar con claridad, y si—"
Stella: "Kross..."
Fue solo mi nombre, pero la forma en que lo dijo bastó para que me callara. Lo hizo con tanta delicadeza que parecía temer romper algo.
Luego extendió la mano y tomó la mía, sus dedos se deslizaron hasta el dorso de esta... justo la misma que había destrozado sin pensarlo antes. Comenzó a mover sus dedos sobre mi piel con calma, como si cada caricia tuviera un significado que no necesitaba palabras.
Stella: "Inténtalo... No tienes que entenderlo todo desde el principio. Solo da… el primer paso. Quitarte esas dudas empieza con eso. Y sí, tu cabeza dura lo necesita."
Kross[B]: "Podría… darle una oportunidad… aunque no sé si seré capaz de hacerlo bien."
Stella: "Eso es lo de menos. A veces... estas cosas simplemente… pasan."
Me quedé en silencio. Pensando en lo que había dicho, en su voz, en sus dedos que seguían recorriendo mi mano como si eso pudiera mantenerme de una pieza. En el calor de sus escamas. Todo eso seguía ahí, sutil pero presente. Y tal vez... solo… tal vez después de todo esto... realmente sí había encontrado el valor para empezar.
Kross[B]: "Está bien... Para empezar, quería decir que todavía no entiendo del todo cómo funcionan estas cosas. Las relaciones, los sentimientos... Aunque supongo que es normal, debido a no tener ninguna referencia. Además, según estudios recientes, en esta parte del mundo al menos un 17% de la población comenzó a experimentar vínculos interespe—"
Red: (¡¡¡QUÉ MIERDA TE DIJE SOBRE DATOS Y ESTADÍSTICAS, EH!?! COMO... COMO ERES TAN JODIDAMENTE TONTO. TE LO DIJE. TE LO REPETÍ. ¡Y AÚN ASÍ LO SUELTAS COMO SI NADA! TE JURO... TE JURO QUE TE HUNDO, ¡TE HUNDO EN TU PROPIO MONÓLOGO DE GRÁFICAS, IMBÉCIL!)
Blue: (No entiendo por qué te quejas... como tú no reaccionabas, tenía que hacer algo... Espera un momento... acabas de—)
Red: (¡¡¡NO, NO... NO PUEDE SER QUE HAYAS DICHO ESA ESTUPIDEZ PARA EMPEZAR ESTO!!! ¡¡¡EN SERIO!? ¡¡Estadísticas!!? ¡Eso fue lo primero que se te ocurrió...!? No puedo creerlo... no hay forma... esto no podía ser más patético...)
Blue: (Podemos discutir eso más tarde. Lo importante ahora es arreglar el desastre que acabas de provocar frente a Stella.)
Red: (¡¡¿¿QUÉ??!! ¡¿Cómo que YO?! ¡El que se lanzó con esa idiotez de estadísticas fuiste tú, maldito cerebrito...! Tú soltaste toda esa... basura... tú... por la mierda.)
Fue en ese momento cuando me cayó la realidad encima. Me detuve como si algo me jalara desde dentro del pecho. El aire se me atascó en la garganta y, de pronto, una ligera molestia en la mejilla me devolvió por completo a la realidad… carajo.
No había sido solo un golpe mental… fue real… me había abofeteado de verdad. Un impulso estúpido que hice sin pensar… y fue frente a ella… fue frente a Stella.
Y ahora la tenía ahí, justo delante entre todo el caos que se acumulaba en mi cabeza, con una expresión que… no lograba leer. ¿Estaba confundida? ¿Decepcionada? ¿Preocupada...? No lo sé. No podía procesar nada. No tenia tiempo para pensar en eso, ahora mismo debía hacer algo para tratar de resolver esto ahora.
Stella: "Kross... qué pas—"
Kross[R]: "¡Nada! No... no es nada, ¿okey? Solo... una tontería, una estupidez, eso es todo. Lo que dije… por favor, solo olvídalo, fue absurdo. No tenía sentido, fue... ridículo."
Stella: "Pero—"
Kross[R]: "¡Fue una idiotez! ¡Una grandísima idiotez! ¡Tremenda! Estadísticas, porcentajes, por Dios... ¿¡Quién carajos mete eso en una situación como esta!? ¿Cierto? De verdad... lo siento, Stella. De verdad me pase con esa tontería..."
Me sentía cada vez más pequeño. No podía mantenerla la vista en estos momentos. Me ardía la cara, pero no por el golpe que me di... sino que era la vergüenza, la impotencia de lo que acaba de hacer en el peor momento. Todo se enredaba en mi garganta, y cualquier intentaba algo por sonar coherente moría antes de nacer.
Stella: “Pero yo no—“
Kross[R]: "Mira... es mejor que no lo pienses, ¿sí? Fue culpa del cerebrito, esa parte mía que cree que puede explicar lo que siento usando fórmulas y cosas... y claramente no tiene ni idea de cómo funcionan estas cosas..."
Stella: "Kros..."
Kross[B]: "Igualmente, aunque se supone que yo no deberia servir para tener las respuestas ante todo esto poniéndole un poco de lógica... mi contraparte, que es el que debería comprenderlo desde lo emocional... no parece avanzar ni ha logrado expresar absolutamente nada coherente desde que esto empezó."
Stella: "¡Kr.......!"
Sentí que todo se desvanecía a mi alrededor. Las paredes, el suelo, su voz... todo se hacía difuso. Como si mi cabeza se hubiera cerrado con llave desde adentro. Y ni siquiera estaba seguro de si Stella seguía tratando de hablarme o si yo ya me había perdido del todo.
Red: (¡Esto no estaría pasando si me hubieras hecho caso desde el principio! ¡Te dije que dejaras esa estúpida idea de hablar con numeritos... pero no! ¡Tenías que intentar sonar perfecto!)
Blue: (Eso no es verdad… Esto… Todas estas complicaciones no habrían llegado tan lejos si tú no hubieras sido tan terco. Si hubieras aceptado que necesitas ayuda en esto… mi ayuda. Mientras tú perdías tiempo sin hacer nada y complicándote solo, yo estaba tratando de pensar en algo que no nos hiciera quedar como idiotas...)
Stella: "..."
Red: (¡Puede que no sepa qué decir exactamente, ¿sí?! ¡Puede que me trabe, que la lengua se me enrede cada vez que quiero hablar de esto! ¡Pero a pesar de eso, sé perfectamente que Stella es lo más importante que tenemos! Mucho más que cualquier métrica pueda medir, más que cualquier dato de mierda. ¡Y por eso... por eso no puedo encontrar las malditas palabras! ¡¡Porque ninguna está a la altura de lo que siento!!)
Blue: (Eso lo sé, idiota. Comprendí las partes esenciales hace un buen tiempo. Viendo las opciones que teníamos, después de pensar en las variables y analizarlo todo una y otra vez... Y después de todo eso llegue a una única conclusión: entendí que no hay número que sirva. No hay lógica que alcance. Por eso... por intente crear algo para poder decirlo…)
Stella: "¡¡¡.......s.....!!!"
Red: (¡¡¡ENTONCES SI SABÍAS TODO ESO, ¿¡POR QUÉ MIERDA NO PUEDES HABLAR COMO ALGUIEN NORMAL, CEREBRITO!? ¿¡POR QUÉ!?! ¿¡POR QUÉ SIEMPRE TIENES QUE DECIRLO TODO COMO SI FUERA UNA TESIS!?!)
Blue: (Puede que siempre piense de forma milimétrica todo lo que hacemos... pero al menos no me lanzo con estupideces que nos hacen ver como el mayor chiste emocional del planeta. Cerebro de musculo.)
Stella: "¡¡¡KROSS!!!"
No entendí qué fue lo que ocurrió al inicio… pero lo sentí. Como si algo me estuviera sosteniendo en medio del abismo. No era una presión invasiva ni una fuerza que me inmovilizaba...
Una sensación tan real como necesaria, cálida en su firmeza, imposible de ignorar. Fue entonces, cuando mi visión comenzó a aclararse, que me di cuenta de lo que estaba ocurriendo: Stella estaba frente a mí.
Me había tomado la cara con ambas manos, cada una apoyada firmemente en mis mejillas. El contacto de sus escamas contra mi piel era inconfundible. Una textura familiar que no solo me hizo reconocerla… sino también calmarme, aunque fuera solo un poco.
Kross[?]: "¿Stella...?"
Stella: "Cállate un segundo… por favor. Solo quiero que te calmes. Mira mis ojos, quédate conmigo… y respira… solo eso. Solo por un momento."
Kross[?]: "¿Qué quieres decir con es—"
Stella: "Kross… hazlo. Respira como yo… solo sígueme. Por favor."
Sus manos seguían en mi rostro, firmes, pero sin apretar, y aunque no podía apartar la mirada… ni quería hacerlo, sentía que me anclaban con una fuerza suave, sin exigir nada, solo con la certeza de que estaba ahí para mí.
No me obligaba a nada, pero al mismo tiempo hacía imposible que escapara de ese momento, y eso era justo lo que necesitaba. Como si, por fin, alguien supiera exactamente cómo detener todo lo que me rompía por dentro… y sin darme cuenta… empecé a respirar con ella.
Ella inhaló lenta y profundamente, y sin pensarlo demasiado…, la seguí. Fue casi automático, como si su respiración tuviera un eco dentro de mí. Una guía que mi cuerpo reconocía por instinto, aferrándose a ella con desesperación.
Cada vez que inhalaba y exhalaba… una y otra vez… yo hacía lo mismo. Con cada ciclo, algo dentro de mí se aflojaba. Como si el nudo en el pecho empezara a deshacerse con el ritmo que ella marcaba.
Su respiración se convirtió en un compás que no dolía, un movimiento simple, casi frágil, pero que tenía la fuerza de reconstruirme. Me ofrecía un ritmo nuevo que no necesitaba entender ni controlar. Solo seguir… no… solo... acompañarlo.
Y en ese simple acto, en esa repetición callada, el caos dentro de mi… retrocedía. No por completo ni de golpe… pero… sí lo suficiente para poder volver a sostenerme solo… aunque si debo mencionar algo.
Nunca me cansare de verlos… sus ojos… a pesar de que me lo dijo… a pesar de que me está sosteniendo para que sea lo único que vea… era lo que más me encantaba de ella.
Tan… cerca, tan llenos de una calma que no entendía… pero sabía que necesitaba. Eran como ese cielo que… mira uno sin saber por qué se siente en paz, como si todo lo que dolía… no pudiera alcanzarme mientras estuviera ahí… no solo eran la cosa más hermosa que eh visto… se sentía como si…
Como si estuviera donde deberia estar… en casa.
Y aunque sigo sin poder ponerlo en palabras, nunca creí saber qué cosas me tocaban de verdad, algo en mí… solo se rindió ante ellos. Porque mientras ella me hacía mantener la mirada o simplemente acompañar su respiración…, yo simplemente… obedecí.
No porque pudiera… o debiera, sino… porque quería.
De a poco… todo comenzó a calmarse, mi pecho dejo de temblar y mi cabeza… mi mente, tan acostumbrada a girar sin parar, comenzó a encontrar pausas. Después de lo que pareció una eternidad, ese acto se volvió natural, sin esfuerzo, como si siempre hubiera sabido hacerlo… pero hubiera olvidado cómo hasta que ella me lo recordó.
Fue en ese entonces cuando, sin romper ese lazo entre nosotros, Stella soltó con cuidado una de sus manos de mi rostro, no para alejarse. Ella bajo la vista por un momento, a lo cual yo hice lo mismo… y ahí comprobé lo que estaba haciendo… estaba buscando mi mano.
Me la tomo no de forma torpe ni timada, sino con delicadeza. Entrelazó sus dedos con los míos como si siempre hubieran estado destinados a hacerlo, con una calidez que se coló entre las grietas y me sostuvo desde dentro.
Y fue ahí, en esa unión simple y brutalmente honesta, donde entendí algo que deshizo lo poco que quedaba de mi nerviosismo y dudas: yo no quería seguir huyendo. No quería seguir ahogándome en esa incógnita que me consumía los días.
Quería quedarme… Quedarme junto a ella… Respirar junto a ella. Vivir… si eso era posible… a su lado… al menos un poco…. Y justo en ese instante… volvió a mirarme… con una sonrisa.
Y en ese gesto… tan pero tan simple…, sentí una respuesta que no necesitaba palabras. Una afirmación silenciosa que me decía que a pesar de todo lo que acababa de pasar, a pesar de lo que había visto… ella no se iba a ir.
Stella: "Kross... quiero que me escuches."
Solo escuchar su voz… bastó. Bastó para romper la inercia que me tenía atrapado. No hubo un razonamiento detrás, ni una orden interna que obedecer. Simplemente… asentí. Porque cuando es ella quien habla… no necesito pensarlo demasiado. Algo en mí solo reacciona. Algo que va más allá de cualquier lógica o impulso.
Stella: "De verdad... estás complicándote solo. Si lo piensas bien... hace unos momentos… prácticamente me dijiste lo que sentías."
Sus palabras me golpearon más de lo que esperaba. Mis ojos se abrieron con un atisbo de desconcierto. ¿Qué...? ¿Decírselo? ¿Ya le dije esas cosas? Pero si hace unos instantes mi cabeza era un campo de batalla. Estaba atrapado, discutiendo conmigo mismo… perdido entre el caos que nunca me deja... ¿cómo...?
Kross[?]: "¿Cómo… que te lo dije...? No entiendo a qué te refieres, si hace menos de cinco minutos parecía cualquier cosa menos eso."
Stella: "Tú... susurraste cosas. Se notaba que estabas discutiendo, que algo te estaba superando… pero entre todo eso... salieron algunas de esas palabras, que no puedes decir en voz alta... y aunque no lo creas, las escuche… pero..."
En ese momento… su mirada cambió. No fue algo brusco ni exagerado… fue sutil. Pero tan claro que lo sentí en el pecho. Ya no eran solo esos ojos que me cuidaban desde la distancia. Ahora tenían peso, decisión, firmeza. La dulzura seguía ahí, pero acompañada de algo más fuerte… algo que no dudaba.
Como si en ese preciso momento, Stella se hubiera quitado cualquier temor que la retenía… y lo único que quedara fuera esa versión de ella que sabía perfectamente lo que sentía… y que ya no iba a seguir callando.
Stella: " Podría decirte lo que siento… podría ser yo la que empiece, la que rompa el silencio, la que diga las palabras que ambos sabemos que están ahí…. Podría hacerlo… pero no quiero que sea así. No quiero que esto nazca solo porque yo lo pedí…”
Kross[?]: “…”
Stella: “Quiero que lo que hay entre nosotros nazca de ti. Que tú lo digas…. No por presión… no porque yo lo pedí. Quiero que suceda... porque… porque lo sientes. Porque lo eliges. Porque lo necesitas tanto como yo."
Kross[?]: "Stella..."
Stella: "Quiero… quiero escucharlo… escuchar esas palabras salir de tu boca… Quiero escucharlas de ti… No de la parte más lógica de tu cabeza… ni de la parte que no sabe las palabras de este sentimiento…. Quiero escuchar tus palabras, Kross. Las tuyas. Las que vienen desde donde nadie más puede hablar por ti."
Y de nuevo… me sonrió. No como antes. Esta vez fue una sonrisa más pequeña, más delicada… pero llena de significado. Como si, con solo ese gesto, quisiera sostenerme un poco más.
Apretó con suavidad la mano que aún manteníamos entrelazada, y esa presión… me atravesó. Me sostuvo. Me sacudió. Y como si no bastara, su otra mano, la que seguía en mi mejilla, comenzó a acariciarla con una ternura que no sabía que necesitaba… y que al sentirla… casi me hizo cerrar los ojos. No por debilidad, sino por lo abrumador que era dejarme cuidar de verdad...
Tenía razón… en todo. Cuando empezó la discusión en mi cabeza, cuando el eco de tantas cosas sin resolver me arrastraba hacia abajo… en que las palabras salieron solas. No era un plan meticuloso ni una reacción emocionalmente explosiva. Era yo… diciéndolo como realmente lo sentía en ambas partes. Porque Stella… Stella vale demasiado para mí.
Más de lo que a veces me permito admitir. Porque es de las pocas cosas que, sin buscarlo, me devuelven algo que no sabía que aún tenía: ganas de quedarme.
Y ahora ella me lo está pidiendo… a mí. No a Blue quien es la parte lógica. No a Red quien es la parte emocional. No a los restos fragmentados que cargo dentro. A mí.
Y gracias a sus palabras… sé que tiene que nacer desde mí. Que esto no funcionaría si viniera forzado, si viniera desde otro lugar. Tiene que ser ahora. Tiene que ser sincero. Tiene que ser mío.
Y no hay parte de mí que no lo quiera.
Kross: "Stella..."
El tono de mi voz sonó distinto… más profundo. No era forzado ni tembloroso, pero sí cargado de una emoción que no supe contener. Algo en mi interior se abrió paso, rompiendo la rigidez que siempre me ata.
Y no fue solo eso… el aire entre nosotros parecía haberse vuelto más denso, como si la atmósfera misma supiera lo que estaba por pasar… algo mucho más íntimo, más frágil. Como si hasta el aire entendiera lo que estaba a punto de pasar. Cuando dije su nombre, vi cómo se detenía. No físicamente, pero lo sentí. Una pausa que nació desde el alma. Se quedó ahí… escuchándome.
Kross: "Aún hay tantas cosas que no sé manejar… cosas que me paralizan, y que me superan sin previo aviso... pero tú… Stella… tú conoces mi historia, tú estuviste ahí incluso cuando no sabía cómo pedir ayuda. Conoces más de mí que nadie, incluso más que... más que mis propios padres."
Esa última palabra… "padres"… pesó más de lo que debería. Me encantaría poder decirla algún día mientras ellos están cerca. Sin tener que tragarla con culpa o evitarla como una herida abierta. Pero por ahora… no puedo.
Todavía no.
Kross: "Y justo por eso… ese es el punto al que quiero llegar… por todo eso, quiero que me escuches. Cuando llegué a esta ciudad, arrastrando todo lo que aún me persigue… pensé… pensé que solo sería un pobre intento de sobrevivir. Pero...”
Stella: "..."
Kross: “Conocí personas... Gente que, poco a poco, me fue devolviendo partes de mí que pensé perdidas para siempre. Personas que, sin obligación alguna, decidieron quedarse a mi lado y apoyarme a pesar de todos los problemas. Me dieron razones para quedarme. Para intentarlo. Para sanar. Pero entre todos ellos… tú fuiste quien más me marcó… tú… Stella."
Ahora mismo… sentía que algo dentro de mí se aligeraba. Como si el peso constante que había llevado por años empezara, finalmente, a soltarme.
La miraba a los ojos, sin desviar la vista… sin miedo. Y lo más curioso de todo… es que estaba sonriendo. No me había dado cuenta. No lo estaba forzando. No era una mueca ni un acto reflejo. Solo… estaba sonriendo. Como si algo en mí supiera que este era el momento correcto… que esto era lo que quería.
Kross: "Me has mostrado tantas cosas… cosas que jamás pensé volver a sentir. Pero va mucho más allá de eso. Gracias a ti, tengo ganas de avanzar. Quiero dejar de correr del pasado. Quiero ser alguien que no se define por lo que le hicieron. Ya no quiero vivir comparándome con la sombra de quien fui. Ya no quiero vivir huyendo de mí."
Poco a poco, ella… Stella comenzó a acercarse. Despacio, sin prisas… pero con intención. Podía sentir su respiración más cerca, su mirada era una promesa silenciosa… y su cola, con ese movimiento casi inconsciente, comenzaba a rodear mi cadera.
Y lo más sincero de todo… es que yo también me estaba acercando… sin darme cuenta hacia ella. Como si nuestros cuerpos supieran lo que nuestras voces aún no terminaban de decir.
Kross: "Y me di cuenta… que lo que siento por ti… no cabe en ninguna de las formas que conozco. No obedece a razones ni a miedos. Y sí, fui un desastre intentando no arruinar esto. Pero ahora… no quiero frenarlo más. No quiero esconderlo. Las palabras ya no me pesan, simplemente… salen. Stella…”
Con mi mano libre… hice lo mismo que ella había hecho antes. Llevé mi palma a su mejilla y la acaricié con delicadeza, suavidad, No para copiar un gesto, sino para marcar el mío... Necesitaba hacerlo así. Para dejar claro que estas palabras no venían de ninguna parte rota… sino desde lo más sincero de mí. Que eran simples… pero mías. Por fin mías.
Stella: "Kross..."
Estábamos tan cerca… pero no había incomodidad. Era reconfortante... Solo la certeza de que este momento nos pertenecía. No había nada en mí que sintiera la urgencia de alejarse.
Todo lo contrario. Nuestros rostros apenas estaban separados por unos centímetros. Y lo único que podía ver… era a ella. Ese rostro que se había vuelto mi refugio. Su cola ya me rodeaba, dejándome claro que esto no era un sueño. Que esto… era real.
Kross: "No sé qué pasará después… no tengo todas las respuestas y tal vez eso está bien. Pero ahora… ahora solo quiero decirte lo que siento. Stella… gracias a ti, siento que por fin vuelvo a ser yo mismo, que puedo mirar hacia adelante sin estar huyendo…”
Stella: “Kross~”
Kross: “Gracias a ti, sé lo que es disfrutar algo de verdad. Gracias a ti, aprendí lo que es desear las cosas por mi propia voluntad. Lo que es necesitar algo sin avergonzarme de eso.... Lo que es… amar de verdad… con todo mi corazón... Stella… te amo. Y más que eso… deseo que, si es posible… podamos estar jun—“
Kross: (!!!)
Ba-dump
No…
Ba-dump, Ba-dump
Pude ni…
Ba-dump, Ba-dump, Ba-dump
Ter…minar…
.
. .
. . .
Porque sin decir nada… sin previo aviso.... Sus labios se unieron con los míos.
Stella estaba con los ojos cerrados, y en este beso, no hubo dudas... Solo verdad. Solo ella. Su cercanía, el calor de su cuerpo… el temblor suave de su respiración… Me invadió una sensación tan inmensa… tan envolvente, que por un instante sentí que estaba flotando. Como si el tiempo hubiera decidido detenerse solo para nosotros… y al mismo tiempo tan delicado, que mi mente solo… se rindió.
Mi cabeza lo dio todo para entender, pero no pudo. No hubo espacio para preguntas, ni para el miedo, ni para las inseguridades. Porque nada en mí quería escapar. Nada en mí quería eso…
Solo podía concentrarme en sentir lo que ocurría. Solo estábamos nosotros. Y lo único que había dentro de mí en estos momentos… era felicidad. No la efímera ni la prestada. Era de esa felicidad que se siente limpia, que nace del alma.
Porque con este beso… Stella me estaba respondiendo todo. Me estaba diciendo todo lo que mi corazón necesitaba saber…. Me decía que no estaba solo. Que ella me veía. Me escuchaba. Me elegía. Que todo lo que sentía… era correspondido.
Y eso… lo cambió todo.
Así que me rendí a eso. Cerré los ojos, dejé que mi corazón tomara el control… y simplemente… me dejé llevar por el momento entre nosotros dos… Je…
Por ella…
Por nosotros.
Por ese instante donde todo lo que alguna vez soñé… por fin se volvía real.
.
..
…
Perspectiva de Stella.
Stella: (Por fin...)
No sabía que se podía sentir tanta felicidad contenida en un solo instante. Una emoción tan intensa que casi me dolía el pecho. Porque no solo había escuchado esas palabras… no. Las escuché de su voz. Salieron de él.
De verdad.
No de esa parte lógica que intenta mantener el control ni de la otra que se deja arrastrar por los impulsos. Fue él. Ese chico que me roba el aliento con solo mirarme… ese que me hace sentir que todo puede estar bien si está a mi lado.
Mi chico…
Tuve que controlarme antes... Cuando murmuró esas cosas en voz baja, cuando peleaba consigo mismo como si el mundo se le estuviera cayendo a pedazos… tuve que aguantar las ganas de lanzarme sobre él en ese mismo segundo.
Porque incluso en su caos… incluso en medio de esa tormenta… lo que decía era tan honesto, tan crudo y vulnerable, que solo me dieron más ganas de abrazarlo con todo lo que soy. Y después… cuando al fin lo dijo todo…
Ba-dump
Cada palabra… cada maldito fragmento de lo que soltó, tenía tanto peso que sentí como si lo llevara grabado en la piel. Y lo mejor de todo… fue cómo me miró mientras lo decía. No eran solo palabras vacías o frases bonitas…. No. Me miraba como si yo fuera lo único que importaba en ese momento. Como si lo que sentía fuera tan fuerte que no podía guardárselo más.
Esos ojos… su ojo rojo, cálido como un rubí encendido… y el azul, profundo y sereno como un zafiro bajo el agua. Ambos brillaban con algo tan real, tan profundo, que por un momento pensé que iba a llorar. Estaban puestos en mí…
Solo en mí.
Ba-dump Ba-dump
Y ahora… ahora esto. Estar así. Tan cerca... Tan… conectados. Me encantaba esta sensación. Me hacía sentir completa. Tenerlo así, sintiendo su respiración, su cuerpo cálido, su presencia. Me encantaba cómo, incluso sin darme cuenta, mi cola había ido a posarse rodeando completamente su cadera… como si mi propio cuerpo supiera que quería aferrarme a él con cada parte de mí.
Y besarlo… besarlo era como haber esperado toda la vida para hacer esto. Y finalmente tener el valor de hacerlo sin miedo
Ba-dump Ba-dump Ba-dump
Y aun así… no era suficiente… lo anhelaba más. Lo quería más cerca. Más pegado. Más de él. Quería que ese beso durara más. Que este momento no terminara nunca. Porque después de todo… por fin podía quererlo sin reservarme nada.
Por fin podía amar a Kross sin sentir que algo me detenía. Sin tener que esconderlo. Ahora era libre de hacerlo. Libre de amarlo tanto como quisiera…
Y si eso significaba acercarme todavía más a él… aunque fuera un poquito más…
Quizás…
. . .
Stella: (¡¡¡...!!!)
Fush…Pum
Uy...
A veces se me olvida lo alto que es Kross. Me pasa por varios centímetros, y en momentos como este, donde la cercanía lo es todo, simplemente se me borra de la cabeza.
Supongo que estaba tan absorta en el beso... en su calor... en él, que ni siquiera presté atención a cómo exactamente estábamos colocados. Así que cuando intenté... ejem... acercarme un poco más, mis pies se enredaron y, sin darme cuenta, tropecé.
Sentí el tirón, el cambio de equilibrio, y mi corazón dio un vuelco. Todo pasó tan rápido que ni tuve tiempo de pensar en lo que hacía... solo reaccioné con un pequeño grito ahogado. Pero no llegué a tocar el suelo.
Porque Kross me sujetó. Con esa firmeza instintiva suya, con una atención silenciosa que me hizo sentir segura incluso en medio del tropiezo. Hasta en ese pequeño desastre... él estaba ahí.
Ahora mismo, estamos los dos en el piso. Oh, mejor dicho, él está debajo de mí. Y yo... bueno, encima suyo. Mis mejillas estaban ardiendo. El calor subía sin frenos por mi cuello y me inundaba la cara como una llamarada.
Apenas podía mirarlo sin que mi corazón se disparara. Solo podía pensar: ‘Muy bien, Stella... lo arruinaste por no poder controlarte…’ ni siquiera es mi temporada ahora… Jesús Raptor. Solo esperaba que mis ganas no hubieran roto el momento... ni el corazón que tenía entre mis manos.
Kross[B]: "Stella… ¿Cómo te encuentras...?"
Stella: "Es… estoy bien..."
Kross[R]: "Bien..."
Noté el cambio enseguida. Otra vez esas transiciones sutiles entre Blue y Red, como si alternaran dependiendo del ritmo de sus pensamientos o de la situación. Me costó acostumbrarme a eso al principio... pero ahora se que ambas partes son de él.
Y aunque solo por breves momentos puedo escuchar su voz completa… su verdadera voz... sin esa división entre sus lados... me gusta pensar que yo soy una de las pocas personas a las que les permite ver esa versión. Se que también se muestra así con el director... su padre... pero quiero creer que conmigo es diferente.
Kross[B]: "Mmm… ¿Stella? Necesito pedirte un pequeño favor."
Stella: "Dime, ¿Qué necesitas?"
Kross[R]: "¿Podrías... moverte un poco para que pueda ponerme de pie…?"
Su voz sonaba firme…, pero no era todo. Vi una pequeña sonrisa temblorosa que le bailaba en los labios, y noté el leve titubeo cuando habló. Como si incluso su seguridad estuviera temblando un poco. Y fue tan... adorable. Lo miré por un instante, mordiéndome el labio para no reír. No por burla, sino por ternura.
Stella: "Enseguida."
Con cuidado, me hice a un lado para que pudiera incorporarse... aunque al parecer, no lo consiguió.
Kross: "Eh..."
Lo observé mejor. Cada vez que hacía el intento de levantarse, sus piernas simplemente... no respondían. Como si se hubieran rendido. Como si todo ese valor que había reunido para abrirse... para decirme lo que sentía... se hubiera drenado por completo. Volvió a intentarlo. Una vez. Dos veces. Y al final, soltó un suspiro largo y se dejó caer sentado contra una de las estanterías, rendido.
Me acerqué a él con una sonrisa pequeña, sintiendo que el pecho me latía más fuerte solo de verlo así… vulnerable. Supongo que... la emoción fue demasiada para él también.
Stella: "Kross... ¿Tienes algún problema?"
Me acerqué con pasos lentos, cada uno marcado por el latido suave que sentía florecer en mi pecho. No podía ocultar la sonrisa que me invadía el rostro. Era casi imposible.
No todos los días tenía la oportunidad de ver a Kross así, tan desarmado, tan... dulce. Y lo peor es que apenas estuve cerca, él se sonrojó. Apenas un rubor leve en sus mejillas, por algo tan simple como una avalancha de emociones... me derretía…
Esta es una de las cosas que más me encantan de él… Y no podía evitar pensar que este lado suyo... este tan torpe, tierno y frágil... era una de las cosas que más amaba de él. No era una debilidad. Era su humanidad. Era él, sin filtros.
Mi Kross.
Además… quizá esta situación sea perfecta para hacer lo que antes no me atreví.
Kross[R]: "Mis piernas… decidieron simplemente... no servir."
Stella: "Sí, puedo ver eso... Aunque si no puedes levantarte... tal vez podamos pensar en otra cosa."
Kross: "¿Qué quieres decir co—?"
No necesitaba decirlo. Yo ya había decidido. Con la dulzura de quien está a punto de abrazar un recuerdo querido, me arrodillé frente a él, y me acomodé en el suelo como si el mundo entero hubiera desaparecido. Me acerqué con todo el cuidado del universo... porque quería sentirlo. Porque necesitaba estar más cerca de él.
Me senté en su regazo con suavidad, encajando entre sus piernas como si ese lugar hubiese sido creado sólo para mí. Mi cola se enroscó con ternura alrededor de uno de sus tobillos, no como un gesto casual, sino como un lazo de promesa silenciosa. Era mi manera de decirle que no iba a soltarlo... que ahora estaba con él.
Acomodé mi cabeza sobre su pecho, y al hacerlo, todo lo demás se apagó. Y lo que escuché me hizo cerrar los ojos con una sonrisa suave: los latidos de su corazón. Eran tan rítmicos… tan cálidos. Una melodía sencilla que tenía el poder de tranquilizarme como pocas cosas, como una caricia que me recorría entera, como si su alma tocara la mía en silencio.
Al principio, noté cómo su cuerpo se tensaba… una rigidez breve, como si no supiera qué hacer con tanto. Pero entonces... sin previo aviso…
Sus brazos me rodearon.
Fue un abrazo que no buscaba encerrarme, sino protegerme. Uno de esos que hablan sin palabras, que se sienten más que se entienden. Uno de esos que dicen: "estoy aquí".
Una de sus manos se apoyó suavemente en mi cabeza. Sus dedos comenzaron a acariciar mi cabello… con movimientos lentos, delicados, como si tuviera miedo de romper algo precioso. Casi se me escapó un suspiro. Era tan reconfortante... tan él.
Y luego, como si no quisiera dejar espacio entre nosotros, su otro brazo me sostenía con firmeza, y yo podía jurar que me acercaba un poco más, que me apretaba contra él... Y finalmente, sentí cómo apoyaba su cabeza sobre la mía.
Mi corazón se encogió dulcemente. No hacía falta nada más. Solo este instante, este respiro compartido. Era la definición exacta de la ternura. Éramos dos piezas encontrando encaje, dos almas cansadas que por fin se permitían un momento de paz.
Y yo solo quería quedarme así... acurrucada contra él... sintiendo que por fin... este era mi lugar.
Lo escuché suspirar. Fue un sonido bajo, casi imperceptible, pero cargado de algo que no supe identificar al instante. Levanté la mirada desde su pecho con un poco de curiosidad, solo para encontrarme con algo que me dejó sin palabras. Su rostro, su expresión... estaba en paz.
Era una calma tan extraña en él que casi no lo reconocía. Como si por fin hubiera soltado algo que llevaba demasiado tiempo apretando dentro.
Kross[R]: "Gracias..."
Stella: (¿Huh...?)
Me tomaron por sorpresa esas palabras… más que nada por el momento en que la dijo... fueron tan… simples. En este momento, donde todo parecía tan silencioso y perfecto, escucharle decir eso fue como un pequeño golpe dulce al corazón.
Stella: "¿Gracias… por qué...?"
Kross[R]: "Solamente es... por todo… ¿sabes?"
Kross[B]: "Gracias por aceptarme... a pesar de... bueno, todo esto que soy. Porque podría darte una lista de razones para alejarte... y… aun así, elegiste quedarte."
No me estaba mirando cuando dijo eso. Sus ojos estaban fijos en algún punto delante de él, en ninguna parte y en todas a la vez. Como si buscara algo que no pudiera poner en palabras. Pero sabía... sabía que tenía mucho más que decir. Y no hizo falta esperar demasiado.
Kross[R]: "No pensé... no pensé que esto terminaría así. Jodidamente no. Y mucho menos ese día, en los jardines... cuando te solté todo lo que había dentro de mí. Creí que te alejarías, que te daría asco. Que verías todo lo roto que estoy y te largarías sin mirar atrás. Pero no lo hiciste... carajo, nunca imaginé que... también llegaría a sentir algo como esto por ti."
Kross[B]: "Analíticamente hablando, considerando el perfil de amenazas que tengo encima, el riesgo constante que supone simplemente... estar a mi lado... debería haber anticipado un rechazo. Tu cercanía no tiene ningún sentido... sin embargo, aquí estás. Incluso después de haber sido arrastrada al peligro más de una vez por mi culpa."
Kross: "Y por eso... por eso te doy las gracias, Stella. Por aceptarme con todos mis errores, con este caos que cargo en la cabeza, con todos los fantasmas que me siguen. Por no salir corriendo. Por quedarte. Por simplemente... estar aquí. Por apoyarme... sin pedir nada a cambio. Gracias... Stella."
Stella: "Kross..."
Kross: "Y también... te prometo algo. Que nunca dejaré que te pase nada. Que todo lo que soy, todo lo que tengo, va a estar entre tú y cualquier cosa que quiera hacerte daño. No voy a dejar que nadie... ni uno solo... toque tus hermosas escamas. Es una promesa... Esa es mi palabra."
Stella: (Ay, este tonto...)
Kross: "Así que Ste— ¿Stella? ¡¡¡¡!!!!"
Cómo no voy a amarlo... cómo no voy a derretirme por completo ante este idiota si se le ocurre decir cosas como esas... en este momento, con esa sinceridad temblorosa, con esa voz que, a pesar de todo, sigue buscando protegerme.
Es él. Es por su culpa que ahora apenas puedo controlarme, que cada parte de mí está temblando por tocarlo, por sentirlo, por quedarme a su lado sin importar nada más…
Y no pude aguantarme.
Me acerqué sin dudarlo, impulsada por esa decisión que me ardía en el pecho y me empujaba sin permiso. Lo besé. Pero este beso... este no era como el primero que compartimos hace unos minutos.
No era dulce.
No era torpe.
Este beso nació con fuego, con hambre, con una urgencia que hacía vibrar hasta el aire entre nosotros. Cada segundo desentonaba con la tranquilidad que había antes, pero no me importaba. Todo esto era su culpa. Por ser tan condenadamente perfecto.
La emoción me invadía como una corriente imposible de detener. Amaba ver esa expresión de sorpresa en su cara, el modo en que se quedaba inmóvil, completamente perdido mientras yo tomaba el control.
Y cuando mi lengua comenzó a explorar su boca, decidida y por sobre todo juguetona, su desconcierto solo me encendía más. Mi cola se movió por puro instinto, enroscándose con lentitud por toda su pierna, apretando, marcando mi territorio… reclamándolo como mío.
Stella: (Ahora no te escapas.)
Podía sentir su cuerpo tenso bajo el mío. No me estaba rechazando, pero tampoco sabía cómo reaccionar... y eso solo encendía más mis ganas de quererlo. Mis manos se deslizaron con cuidado, acariciando su pecho, recorriendo sus costados, reconociendo cada línea que había memorizado tantas veces solo con la vista.
Kross había pasado por un infierno... pero por Jesús Raptor, está tan jodidamente bien definido. Aún recuerdo ese día en el embellecimiento del campus, cuando ayudaba mientras el sol le marcaba cada músculo... o aquella vez en el hospital, cuando no tenía nada que cubriera su torso... Era hipnótico.
Después de unos largos segundos, me separé apenas. Mi lengua se deslizó hacia afuera con la misma calma con la que había entrado, y ambos quedamos jadeando, respirando pesadamente. Un hilo de saliva aún nos unía, temblando entre nuestras bocas.
Sentía mis mejillas ardiendo, mis dedos vibraban, y el corazón me golpeaba desde adentro como si quisiera salir. Podía apostar que Kross estaba igual... Y pensar que esto... esto solo era el inicio. Todas esas veces en que me imaginé algo como esto... ahora por fin podía sentirlo.
Podía tenerlo.
Podía hacerlo real.
Y justo ahora... justo en este momento donde todo era perfecto... iba por un tercer beso. Nada podría arruinar esto—
PAF
Stella: "Auch..."
Un golpe seco me cayó en la cabeza. No fue fuerte, apenas un coscorrón... pero el escalofrío que vino después fue lo verdaderamente fuerte. Era… ese sentimiento... ese que ya conocía... ese que se había repetido tantas veces antes desde que la conocí...
Oh no.
No puede ser otra vez...
Me giré con lentitud, sintiendo cada segundo como una eternidad. No quería mirar. Pero lo hice…. Ahí estaba. Una Anquilosaurio naranja, con una chancla empuñada y una expresión de desaprobación tan severa, tan juzgona, podía ver como se le marcaba una vena en la cabeza y podía jurar que por un instante creí estar viendo a mi madre en carne y hueso. Misma aura. Misma autoridad. Mismo miedo.
Stella: "H-hola... Rosa... je... jeje..."
Rosa: "..."
Stella: "¡E-esto no es lo que parece! De verdad. Yo... me tropecé, s-sabes que soy muy torpe y claro, Kross me atrapó, por supuesto que lo hizo porque es muy rápido y él siempre reacciona así y lo de ahora fue solo que—"
Rosa: "Stella."
Su voz fue tan fría, tan plana, que por un instante sentí que todas mis escamas se helaban al mismo tiempo. Bastó con esa sola palabra para que me quedara sin argumentos, sin defensa alguna.
No necesitó gritar, ni mostrar enojo... ese tono fue suficiente. Se me acabaron las excusas. Sin mirar a Kross, me levanté con cuidado, con esa lentitud pesada de quien sabe que metió la pata hasta el fondo.
Me deslicé fuera de él, dejando atrás su calor... todo eso que había provocado que perdiera el sentido. Me puse de pie frente a Rosa, como si estuviera a punto de recibir la sentencia final.
Rosa: "Por Jesús Raptor, niña..."
Se llevó una mano al puente del hocico y frunció el rostro como si acabara de ver exactamente lo que había estado temiendo todo este tiempo. Supongo que, en el fondo, ya lo sabía.
Que algo dentro de ella le decía que esto iba a pasar, que yo iba a dejarme llevar por completo. Pero aun así... parecía realmente decepcionada. Como si hubiera querido creer que, por una vez, me controlaría. Aunque, para ser justas... tampoco pensaba que me había ido demasiado al extremo—
Fang: "Sip. Está completamente hecho mierda."
La voz de Fang me hizo saltar. No solo por lo que dijo, sino porque... ¿Cuándo entraron? ¿Desde cuándo estaban aquí? ¿Cómo no los escuché? Mi corazón se encogió. En serio estaba tan perdida en lo que hacía con Kross que no había notado absolutamente nada a mi alrededor. Y lo peor... ¿a qué se refería con que Kross estaba—?
Me giré para mirar. Fang estaba justo al lado de Kross, chasqueando los dedos frente a su cara, incluso empujándole una mejilla con un dedo como si intentara resetearlo.
Y él... él seguía completamente fuera de sí. Sus ojos se movían sin dirección clara, como si su cabeza no supiera a qué parte del universo regresar. Lo dejé así. Yo lo dejé así. ¡Dios, lo dejé así!
Ahora sí... ahora toda la vergüenza me cayó como una maldita avalancha. Me azotó sin piedad. ¿Qué demonios estaba haciendo? ¿De verdad pensaba llegar más lejos? ¡Aquí! ¡En este lugar! Dios santo... ¿cuán desesperada estaba para haberme lanzado de esa forma?
Sentía la cara en llamas, las mejillas ardiendo como si pudiera freír huevos ahí mismo. Seguro parecía un tomate gigante con cola. Todo el calor que antes sentía por estar con Kross ahora era reemplazado por el ardor sofocante de la humillación. ¿Cómo voy a mirar a Rosa a la cara? ¿Cómo voy a disculparme con Fang? Y peor aún...
Miré a Kross.
. . .
Dios. ¿Cómo voy a mirarlo a él?
.
. .
. . .
Perspectiva de Kross.
Habían pasado ya varios minutos desde todo lo que ocurrió en el almacén. Aún me costaba procesarlo. Nunca me lo hubiera esperado... o sea, claro, le confesé lo que sentía. Se lo dije con todo lo que tenía.
Y de alguna manera maravillosa... Stella correspondió. Lo hizo de una forma tan única que sentí como si todo lo que había vivido hasta ahora hubiera valido la pena solo por ese instante. Ese beso... nuestro primer beso... fue mucho mejor de lo que jamás pude haber imaginado. Aunque bueno... luego vino todo lo demás...
Blue: (Vamos a tener que pensar en el futuro... buscar formas de manejar a Stella cuando entra en ese estado. Y ni hablar de cuando llegue la temporada de—)
Red: (No toques ese tema. Ya lo veremos más adelante... Aún estoy tratando de recomponerme... pero... wow.)
Blue: (El sentimiento es mutuo. En simples palabras... fue una experiencia... fenomenal.)
Lo que hizo Stella después de que le prometiera que no dejaría que nada la dañara, a pesar de todo el desastre que soy... fue algo que me tomó completamente desprevenido. Ni siquiera tuve tiempo de pensar.
Ese segundo beso... ese que vino sin previo aviso... fue muy distinto al primero. Había algo urgente, más decidido, cargado de deseo. Y Stella no fue precisamente sutil... sus manos recorriendo mi torso, su lengua tomando el control... y su cola, literalmente, enroscada por completo a mi pierna, como si me reclamara como suyo.
Lo más curioso... es que no me molestó. Todo lo contrario. Pero definitivamente voy a tener que entrenar la mente para mantenerme firme si algo parecido vuelve a ocurrir. No puedo permitirme quedar mirando a la nada otra vez.
Me despertaron arrojándome un paño húmedo a la cara. Una forma bastante efectiva, aunque extraña. Fang se estaba partiendo de la risa mientras Rosa me regalaba uno de esos regaños rexicanos llenos de palabras bonitas que solo ella sabe pronunciar con tanto carisma y amenaza al mismo tiempo.
Y Stella... me miraba con ese rubor tan encendido que parecía brillar sobre sus escamas. Se le notaba excesivamente nerviosa, como si hubiera cometido una atrocidad. Tuve que hablar con ella, dejarle claro que todo estaba bien… y que no le molestaría repetirlo, pero en un sitio mucho mas privado…
Pero, si soy sincero, lo que más me extrañó no fue eso. Fue la actitud de Fang. Ella estaba... ¿bien? Quiero decir, sí, ya habíamos arreglado las cosas entre nosotros, pero aun así me pareció raro que no reaccionara en lo absoluto ante lo que hizo Stella.
Ni una ceja levantada, ni un comentario venenoso, ni una burla afilada. Nada. Aunque bueno... tal vez no sea momento para preocuparme por eso.
Ahora mismo estoy con Stella y Rosa en el puesto improvisado de mercancía que montamos, esperando a que empiece el concierto. Si bien algunas decisiones de diseño son... cuestionables, se podría decir que se dividen en las que tienen su encanto y las que no.
Algunas cosas tienen un logo simple hecho por Fang, pero se notaba bien hecho, estaba en varios artilugios y en CD’s con las canciones de Fang. Y en el otro lado... bueno, las otras cosas llevaban ese diseño tan "llamativo" de Trish. Claro, esos CD’s venían con las canciones escritas por Reed. Ya puedo apostar cuál de los dos se venderá más.
Rosa: "En serio no creía que fueras a llegar tan lejos. ¿No tienes decencia mija?"
Stella: "Ya me disculpé por eso, Rosa... de verdad no sé qué se me pasó por la cabeza."
Intenté decir algo, una palabra en defensa, una frase que suavizara el ambiente... pero bastó una sola mirada de Rosa para que reconsiderara todo lo que estaba a punto de salir de mi boca.
Kross[B]: "Tal vez lo mejor sea hablar sobre lo que sucedió… después... Stella se disculpó de verdad... por favor…"
Kross[R]: “¿Hermana…?”
Rosa se tomó unos segundos. Se quedó en silencio, como debatiendo internamente si valía la pena seguir con esto ahora. Finalmente, soltó un suspiro.
Rosa: "Está bien... pero hablaremos tú y yo de esto, chamaca. Sin falta..."
Stella asintió de inmediato, como si con eso quisiera demostrar que entendía perfectamente. Luego, justo después se acomodó más cerca de mí. A pesar de la mirada intensa de Rosa, no dijo nada. Supongo que eso lo dejó pasar.
Agradecí en silencio que por ahora no hubiera más conversaciones incómodas... lo último que quería era que alguien del restaurante se interesara demasiado en mi vida personal…
Y hablando del restaurante...
Eché un vistazo general al lugar. Estaba más lleno de lo que esperaba. Las mesas estaban ocupadas por distintos grupos de dinos charlando o comiendo algo mientras esperaban, además del sitio en medio para el mosh pit, había unos cuantos parados.
Habían Raptors, Troodons, Alosaurios... sí me esforzaba un poco con un conteo visual rápido... 10... 30... 80... un total de 115 dinos reunidos en total aquí. No estábamos frente a una pequeña reunión precisamente. Vaya…
Stella: "Miren, parece que están por comenzar."
Volteé al escenario justo a tiempo para ver que todo estaba listo. Reed hacía girar las baquetas entre los dedos con una destreza envidiable… sip… sigue con la misma mirada, Trish se posicionaba a un costado con su bajo, ajustando la correa, y Fang… ella estaba al centro, guitarra al hombro, justo al lado del micrófono. La energía que irradiaba era distinta.
Fang: "¡Buenas tardes, Little Troo! ¡Gracias por venir a escucharnos! Nosotros somos VVurm Drama y vamos a empezar con una canción llamada 'Raise Up Your Bat'"
Apenas terminó de hablar, le hizo una seña a Reed. Y él, como si el momento lo hubiera querido de esta manera…, comenzó a marcar el ritmo…
Kross: (Suerte emplumada…)
. . .
Fang:
When the demon heart is crying~
And the blood is gushing bright~
Raise up your bat for the burning fight~
When your hope is slowly dying~
And your future's lost its rights~
Raise up your bat and face the fright~
Let's knock 'em dead into the night!!!~
Apenas comenzaron a tocar, el restaurante entero se sumergió en un silencio curioso, casi expectante. Todos los presentes giraron la mirada hacia el escenario, atentos a cada sonido del trío, como si cada uno de los presentes esperara algo grande. Y vaya que lo estaban logrando.
Parece que realmente tomaron en cuenta el consejo que les di... abrir con una canción escrita por Fang. Y por lo que puedo ver, fue una buena elección. Bastaba con mirar a mi alrededor... cabezas siguiendo el ritmo, colas marcando el compás contra el suelo... lo están haciendo muy bien. Estaban conectando con todos.
Fang:
Come follow me into the dark~
With your heart as the ark~
Which shall shine you the way~
Because I'm with you in the dark~
With your hеart as my mark~
Which shall guide you the way~
Come follow me into the dark~
With your heart as the ark~
Which shall shine you the way~
Because I'm with you in the dark~
With your heart as my mark~
Which shall guide you the way~
through the waves~
through the waves~
Reed dominaba la batería como si fuera una extensión de su cuerpo golpeando cada compás con seguridad. Sus movimientos eran naturales, casi automáticos, como si no tuviera que pensarlo. Trish, por su parte, estaba completamente concentrada en su bajo, aunque de vez en cuando se le escapaba una sonrisa de tanto en tanto.
Y Fang... Fang era la que más brillaba. Se notaba a kilómetros que este era su mundo, su elemento natural. Movía el cuerpo al ritmo de cada acorde, cantaba con fuerza y disfrutaba cada segundo que estaba arriba del escenario. Cada segundo que pasaba sobre el escenario era como si estuviera donde siempre debió estar.
Fang:
When the demon heart is crying~
And the blood is gushing bright~
Raise up your bat for the burning fight~
When your hope is slowly dying~
And your future's lost its rights~
Raise up your bat and face the fright~
Let's knock 'em dead into the night!!!~
Come follow me into the dark~
With your heart as the ark~
Which shall shine you the way~
Because I'm with you in the dark~
With your hеart as my mark~
Which shall guide you the way~
Come follow me into the dark~
With your heart as the ark~
Which shall shine you the way~
Because I'm with you in the dark~
With your heart as my mark~
Which shall guide you the way…~
Cuando el último acorde cayó, el silencio regresó por un instante. Nadie dijo nada. Un segundo suspendido en el que nadie parecía atreverse a reaccionar. Y entonces, como una ola que recorre todo a su paso, los aplausos comenzaron.
Silbidos, gritos, dinos levantando las manos y pidiendo más. Todo el restaurante estalló de energía. Stella a mi lado aplaudía con fuerza, con los ojos brillantes, y Rosa, aunque un poco más contenida, también se había dejado llevar por el momento. No podía negar que se lo habían ganado. Lo hicieron excelente. De verdad lo lograron.
Miré hacia el escenario y vi al trío compartiendo miradas, sonriendo entre ellos como si no pudieran creer lo que acababa de pasar. Una complicidad cálida se había formado entre ellos, como si con esa primera canción hubieran sellado algo importante.
Era ese tipo de sonrisa que sólo aparece cuando algo importante se logra de verdad, cuando el esfuerzo vale la pena.
Fang: "Parece que les gustó esa canción. ¡Y espero que tengan energía para más, porque esto apenas comienza! Seguimos con una llamada 'The'"
.
..
…
El tiempo pasó volando. Sin que me diera cuenta, ya era bastante tarde. La banda estaba terminando la canción actual, el cansancio comenzaba a notarse en sus movimientos. Aun así, lo único que no desaparecía eran las sonrisas en sus rostros. Cada uno de ellos sabía que lo habían dado todo. Y se notaba. Esto había sido un éxito.
Y fue todo un espectáculo. Aunque... admito que en cierto momento tuve que intervenir. Durante una de las canciones más enérgicas, varios dinos armaron un mosh en el centro del lugar.
Al principio la energía estaba bien, pero algunos comenzaron a pasarse. No quería que eso arruinara la noche. Stella, por supuesto, quería meterse también en alguno que otro, con esa chispa en los ojos que ya conozco bien, pero logre convencerla de que era mejor quedarse fuera… con ayuda de Rosa por supuesto.
Aunque… no sin que antes me lanzara esa mirada insistente de que quería una compensación por eso… tuve que cargarla un rato sobre mis hombros. Y bueno... no es que me quejara.
Red: (Añádelo a la lista de sensaciones.)
Blue: (Ya está apuntado...)
Fuera de eso, parecía que el show llegaba a su fin. Por la forma en que se movían, por la mirada de Fang buscando algo fuera del escenario, podía intuir que eso había sido lo último de la noche… espera… ¿porque está mirando hacia aquí…?
Fang: "¡Muy bien, Little Troodon! ¡Quiero saber algo! ¡¿Están disfrutando esto o qué?!"
En cuanto lo dijo, una ola de gritos, silbidos y aullidos de entusiasmo recorrió el restaurante. Estaban completamente metidos en el ambiente, y era imposible no contagiarse de esa euforia que flotaba en el aire.
Fang: " Me alegra... mucho escuchar eso. Porque esta noche ha significado mucho para mí. Aunque solo queda una canción más... esta es especial. Y aunque, en teoría, tal vez no encajé del todo con lo que han escuchado hasta ahora, quise dejarla para el final. Para cerrar esto de una manera distinta... con algo más sincero. Así que... prepárense..."
De alguna forma... Fang nunca apartó la vista en mi dirección mientras decía eso. Y no sé por qué, pero sentí que esas últimas palabras no eran simplemente para el público... No tenía nada que ver con el cierre del concierto. No del todo. ¿Qué está tramando ahora?
Fang: "Esta canción se llama... 'Color... Rosa'. Espero que puedan sentir lo que quise poner en ella. Disfrútenla.”
Fang:
Adiós, mi amo-or~
Debajo de este cielo rosa y yo~
Fui a la derecha~
Y tú fuiste a la izquierda~
Te amo y yo~
Nunca me voy a olvidar de ti~
Antes de expresarte mi amor~
Mi corazón no puede decirlo~
Una lluvia de peta-los de rosa nos frena~
Son como… una suave melodía…~
Deberás todo ocultar~
Con un profundo y claro~
Color rosa~
Te amo~
Te amo~
El primer acorde sonó, y en ese instante todo el ambiente cambió. Era un cambio de letra evidente. Pero más allá de lo que pasaba entre los oyentes, esta... esta era la canción que Fang practicaba sin usar letra. No hacía falta ser un genio para unir las piezas. Lo que estaba haciendo ahora no era parte de un show... era algo personal.
Y no era el único sorprendido. Apenas se escucharon las primeras líneas, vi que Trish no se lo esperaba en absoluto. Se le escapó un gesto de sorpresa tan sincero que por poco falla una de las notas. Reed, por su parte, mantenía la expresión de siempre, pero podía notarse que estaba tocando con más intensidad, como si quisiera empujar la canción hacia adelante con todo lo que tenía.
Fang:
Adiós, me despido~
Recuerdo en cada paso que ya doy~
Lo sucedido~
Dejó en mí un graaan dolor~
Todo está muy bien… no hay que temer~
Hoy me equivoqué… ¿qué puedo hacer?~
No logro entender…~
Jamás habrá un tú y yo juntos~
Nunca~
Esas lágrimas caerán~
Como lluvia sin final~
Llegarán~
Lentamente a tus mejillas…~
Y tu mano tomaré~
Y de pronto escucharé~
Ya no puedo~
Lo siento~
Lo siento~
Por reflejo, me giré para mirar a mis amigas. Rosa… tenía una expresión tranquila, casi como si ya supiera que esto iba a ocurrir. Claro… ella había hablado con Fang sobre lo del almacén… tal vez también hablaron sobre esto de alguna forma...
Y Stella... Stella estaba en silencio, con la mirada fija en el escenario, escuchando con atención, como si quisiera darle espacio a Fang para que dijera lo que necesitaba decir.
Blue: (Así que esta era la razón por la que se veía de esa manera... incluso después de lo del almacén. Aceptó las cosas. Lo expresó a su modo.)
Red: (Tienes razón, pero... se siente diferente. No transmite lo mismo que cuando estaba en el hospital. No es algo... triste o negativo. No sé. Me cuesta ponerlo en palabras.)
Blue: (Como me dijiste esa vez... sólo escuchemos.)
Fang:
Amé tu forma de reír~
Cuando yo te conocí~
Y tú manera de llorar~
Cuando algo iba mal…~
También amé tu sonreír~
Cuando eras muy feliz~
Y tú manera de ocultar~
Las gaaanas hoy de llorar~
Sé que nada ya diré~
Es muy fácil de entender~
Mi manera de pensar~
No me deja razonar…~
Si… pudiera algo hacer~
Haría algo por tu bien~
Sólo te deseo abrazar~
Jamás te podré olvidar~
No puedo aceptar~
Que no estarás junto a mi lado…~
Mi corazón dejó de palpitar~
Se rompió…~
Mi amoooooor…~
Se fue…~
Una lluvia de peta-~
Los de rosa nos dejan~
Huellas que-~
Ponen fin a nuestra historia…~
Mi camino he de seguir…~
¡Aunque al tuyo quiera ir~!
Digo al tiempo~
¡Detente~!
¡Detente~!
Pero sé que es la verdad~
Eso nunca pasarááááá…~
Esa luz anunciará~
Un amor que acabará~
Color rosa~
Te amo~
Te amo~
Y por siempre~
Te amo~
Te amooo…~
Cuando la última nota se desvaneció en el aire, el restaurante no rugió como antes... explotó de una forma distinta. Esta vez no fueron los gritos ni los silbidos los que llenaron el ambiente, sino los aplausos. Eran largos, constantes, cargados de emoción verdadera.
Se sentía en el aire, en las miradas, en esa pausa casi reverente después del silencio. No era solo la música... esa última canción había tocado algo más profundo. Lo vi en sus expresiones, en la manera en que respondían, como si les hubieran hablado directamente al corazón.
Allí, en el centro del escenario, estaban los tres. Reed, Trish y Fang, recibiendo la ovación con una mezcla de sorpresa y satisfacción. Pero la que realmente se llevó toda la atención fue Fang. Su presencia brillaba de una manera distinta.
Ya no parecía cargando nada, como si al fin hubiera soltado lo último que le pesaba. Se mostraba sin filtros, sin reservas. Como si por fin estuviera en paz consigo misma.
Fang: "¡Y con eso cerramos nuestro show esta noche! ¡Gracias por estar aquí, de verdad! ¡Gracias por escuchar, por sentir, por compartir este rato con nosotros! ¡Little Troo... fueron increíbles! ¡Nosotros somos VVurm Drama! ¡Buenas noches!"
. . .
Ya habían pasado varios minutos desde que terminó el concierto. Y, siendo sincero, todo había salido mejor de lo que cualquiera podría haber esperado. Justo cuando los chicos terminaron, alcancé a ver como una Alosaurio con chaqueta de cuero negro se estaba acercando a la banda.
Por la forma de las expresiones en los rostros del trio… estaba claro que no era cualquier dino... parecía alguien importante. Seguro alguien con influencia... ya me enteraré luego.
En el puesto de mercancías termine por ayudar un poco con el conteo de dinero. Solo… por si acaso. Y tengo que decirlo, si bien la recaudación no fue gigantesca, fue una suma bastante decente.
Aunque hubo algo que no pude dejar pasar: prácticamente todos los productos con el logo de Fang se vendieron. Era como si la gente hubiera conectado con ella a un nivel muy personal. Como si ese último tema les hubiese dicho algo que necesitaban oír.
Ahora estoy en el almacén, revisando un par de cosas después de a ver ayudado a ordenar todo el sitio, mientras los chicos conversan entre ellos relajados en una de las mesas del restaurante. Hay un aire distinto flotando en el ambiente... no sé si fue la canción, el concierto, o simplemente ese desahogo... pero sí sé que algo cambió en ellos. Especialmente en ella.
Blue: (¿Deberíamos hablar de lo que cantó Fang?)
Red: (¿Para qué? Ya escuchamos completamente su… canción. No hay ninguna duda, está bien. Ahora sí.)
Blue: (¿Así de simple...?)
Red: (Sí. Así de jodidamente simple. Soltó todo lo que tenía clavado... y lo hizo de la única forma en que sabe que lo hará bien. Con una guitarra... con su voz. Así de simple, cerebrito...)
Durante esa canción... lo entendí. Fang está avanzando. Siguiendo adelante con su vida, con sus decisiones. Y aunque nuestros caminos ya no se cruzaran de esa manera, ambos seguimos moviéndonos.... ninguno de los dos tiene pensado detenerse.
Antes de que pudiera siquiera pensar con claridad, sentí algo abalanzarse contra mi espalda sin previo aviso. Normalmente eso habría activado todas mis alertas por no estar atento a mis alrededores, pero en esta ocasión... el grito que vino acompañado de un fuerte abrazo hizo que cualquier instinto se esfumara por completo.
Fang: "¡¡¡KROOOOOSS, LO LOGRAMOS!!! ¡¡¡FUE UN ÉXITO Y NOS AMARON, VVURM DRAMA LA ROMPIÓ!!!"
Kross[R]: "Eso es putamente obvio, emplumada. ¡Se los comieron vivos con cada canción!"
Fang: "Tampoco es para tanto... sé que si tú te hubieras subido a tocar igual sonaría excelente."
Sentí cómo apretó un poco más el abrazo antes de soltarme y rodear mi costado con energía, dándome un golpe en el brazo mientras me guiñaba un ojo con esa sonrisa suya que siempre lleva fuego detrás.
Kross[B]: "Estás equivocada parcialmente. Yo podría hacer sonar bien cualquier instrumento con muy poca practica..., pero solo tú sabes cómo realmente ‘usarlos’."
Kross[R]: "Tú sabes cómo hacer que la música transmita algo. Así es como eres tú, ¿no? Sabes cómo llegarle a la gente, cómo dejar huella... y me alegra saber que… sigues avanzando... Fang."
Le ofrecí el puño. No hizo falta decir nada. Ella entendió perfectamente lo que eso significaba. El gesto fue simple, pero al ver cómo su sonrisa se volvía aún más radiante al corresponderme, supe que ese choque de puños sellaba algo entre nosotros. Algo que no necesitaba más palabras.
Fang: "Como me dijiste hace tiempo... de a poco se empieza a cambiar. Y espero que tú también lo hagas. Y oye... cuida a Stella, ¿sí? Porque si no lo haces, te voy a patear las bolas, fenómenoide."
El tono de su voz cambió, y su expresión también. Mucho más aguda y directa. Como si quisiera que entendiera que, a su manera, eso era una forma de cariño. Para remarcarlo aún más, me apuntó con un dedo justo en la nariz.
Je. Así que así lo demuestras, huh.
Kross[R]: "Está bien, demonios... no hace falta que llegues a esos extremos, Fang... aunque—"
Kross[B]: "—te costaría bastante el simple hecho de alcanzarme solo para esa patada."
Fang: "¡Cállate ya y ven! ¡El tío Moe preparó unas pizzas para celebrar! ¡Venga, Kross!"
No esperó a que respondiera. Simplemente me arrastró directo hacia donde estaban los demás, como si fuera lo más natural del mundo. Y no era mentira lo que dijo. La mesa estaba repleta de pizzas y ya varias habían sido reclamadas por los chicos. En serio... se nota que el dueño de este lugar es su tío. Bueno... no me voy a quejar.
Terminé sentándome junto a Stella y Rosa, mientras que Fang tomó su lugar con Reed y Trish. Las conversaciones iban y venían entre mordiscos de pizza, risas y la emoción que aún colgaba en el aire después del concierto.
En una de esas, escuché a Trish y Fang hablando con entusiasmo sobre alguien conocida como ‘LJ’. Al parecer, les propuso que tocaran alguna de sus canciones en un lugar llamado Lava Java. Probablemente sea la Alosaurio que se acercó al final del show. Quizás me dé una vuelta por allí, solo para asegurarme de que todo esté en orden...
Ahora mismo estaba hablando con Stella mientras ella se acomodaba un poco más a mi costado, apoyándose sin miedo. El calor de su cercanía, la manera en que su cola se enredaba en mi pierna... se sentía bien. Tan simple como eso. Estar así, se sentía jodidamente bien.
Trish: "Oye. Skinnie."
Y… ahí se fue todo al carajo.
Kross[B]: "¿Qué necesitas, Trish?"
Trish: "Solo espero que no hayas escondido nada del dinero que ganamos con el concierto... o que no hayas hecho alguna jugada rara."
El tono. Ese tono despectivo de siempre que nunca le faltaba… con esa misma hostilidad de siempre.... Todos en la mesa reaccionaron como si les hubieran tirado agua helada encima. Y siendo sincero... me dan unas ganas de mandarla a la mierda. Pero… no, no vale la pena. Por lo menos hoy. No después de lo de Stella.
Kross[B]: "Para aclarar las cosas: primero, no necesito dinero; segundo, jamás caería tan bajo como para hacerle eso a mis amigos; tercero y último, considerando que soy el más capacitado para un conteo rápido y preciso... era una medida para que nada se saliera de control, ¿no crees?"
Trish: "No me interesan tus credenciales. Solo quiero saber si el dinero está completo."
Kross[B]: "¿Quieres que te lo repita…? Entre las poleras, pósters, CDs, stickers e insignias se recaudaron exactamente 300 dólares. Con la comisión del 8% del dueño del local, nos quedaron un total de 276. Hubiera esperado una comisión mayor por parte del dueño pe—"
Trish: "¡Por favor, para de hablar como si fueras una maldita grabadora! Solo quiero confirmar que no estás rob—"
PAM.
El golpe seco de una mano contra la mesa cortó el aire como una cuchilla. Todos nos giramos de inmediato hacia Rosa, quien tenía la palma aún sobre la madera, su expresión congelada, sus ojos fijos en Trish.
...Mejor me callo.
Rosa: "A ver, enana. Yo también estuve atenta al dinero que ganaron mientras estaba en el puesto, y adivina que, es el mismo que dice Kross. ¿O es que también estás sospechando que yo pude haber robado algo, eh?"
No fue necesario decir nada más. Ambas se mantuvieron la mirada durante unos segundos, en completo silencio, como si se leyeran mutuamente. Trish fue la primera en desviar los ojos, bufando por lo bajo mientras se cruzaba de brazos, molesta.
Rosa, por su parte, tenía una sonrisa orgullosa, como si acabara de ganarle una apuesta interna. Bueno… al menos eso ya quedó atrás, y lo más importante, Trish no volvió a sacar ningún otro tema parecido.
Pasaron algunos minutos y la pizza había desaparecido por completo, dejando solo las cajas vacías y los vasos medio llenos sobre la mesa. La conversación se había tornado más relajada, pero era claro que ya era hora de levantarse, estirarse un poco y que cada uno comenzara a regresar a su casa… a lo que lleva…
Kross[B]: "Te lo estoy diciendo, Rosa. Las voy a acompañar a ambas, y una vez haya verificado que llegaron sin problemas y haber entrado a sus hogares, me iré caminando."
Rosa: "No. Cuando vaya a dejar a Stella, la siguiente parada será tu casa, chamaco."
Kross[R]: "Me acomoda más saber que ustedes llegaron bien, además… no sería ningún problema…. Venga, hermana, no me hagas rogar."
Rosa se quedó mirándome un instante con los ojos entrecerrados. Luego soltó un suspiro largo y resignado, antes de mirarme de nuevo con más seriedad.
Rosa: "Está bien, hermanito… pero quiero que me llames cuando llegues a tu casa. Y más te vale hacerlo."
Kross[R]: "Gracias, Rosa."
Rosa: "La próxima vez no será así, cabrón."
Con eso ya resuelto, al menos no tendría que preocuparme tanto por si llegaban a salvo. Aunque… ahora que lo pienso, también debería confirmar lo mismo con Fang.
Kross[R]: "Emplumada… ¿Cómo carajos vas a irte a tu casa a esta hora?"
Fang dejó de hablar con Reed y Trish y me miró directamente para responder.
Fang: "Nos vamos en la camioneta de Reed. Primero vamos a dejar a Trish, que le queda más cerca."
Kross[B]: "Huh… había supuesto que Reed llevaría a Trish y a ti te vendría a buscar Naser o que tú lo llamarías para eso."
Fang rodó los ojos con fuerza antes de recostarse contra el respaldo de su asiento.
Fang: "Nah. De hecho, lo invité, pero dijo que tenía planes con la perra de Naomi. Además, su papá no los dejó venir acá."
Nada fuera de lo común, siendo Naser… pero el simple hecho de que Fang lo haya invitado ya me dice que su relación con él ha mejorado bastante. Aunque… espera un momento.
Red: (Dime por favor que entendí mal la mierda que dijo...)
Blue: (No lo entendiste mal. Y si es cierto… esto será un desastre.)
Kross: "Espera, espera… ¿Cómo que Naser no vino por culpa del papá de Naomi?"
Apenas si logré controlar el tono. Salió más brusco de lo que debía, lo suficiente para que todos en la mesa se giraran hacia mí, extrañados. Pero Fang… Fang fue la que más se me quedó mirando, como si intentara entender qué me pasaba.
Fang: "¿Por qué lo preguntas...? Pero si te interesa tanto saber… no fue gran cosa. Lo invité, me dijo que esperara a que confirmara, y luego me salió con que quiso invitar a Naomi también, pero su papá no la dejó venir. ¿Quién se cree que es ese tipo? Pero en serio, ¿Qué pasa contigo?"
Kross: "Por la mierda… Naser."
Fang: "¿Pero que bicho te picó—"
CRACK
Kross: (Naser, en cuanto te vuelva a ver, TE AHORCO.)
Ya estaba harto de estas mierdas de situaciones. Algunas cosas atravesaron las ventanas del local, rompiendo el ambiente en un segundo. Un tipo de gas empezó a expandirse con rapidez por todo el restaurante.
Alcancé a tomar a Stella y Rosa, empujándolas conmigo mientras pateaba la mesa más cercana para que fuera usada como barricada improvisada. Detrás de esa cobertura, Fang y el resto buscaron refugio. La visibilidad ya era un problema, pero los gritos no ayudaban... carajo.
Fang: “¡Que carajos pasa!”
Rosa: “¡¿Se encuentran bien?!”
Red: (Necesitamos pensar en algo, ¡pero ya!)
Blue: (Estoy en eso... ¡Cuidado! Desde la ventana.)
Sentí algo acercándose. Algo pequeño, rápido. Una de esas mierdas de seguro era un proyectil. Bastardos hijos de... No era solo uno… venían varios. Y no todos iban hacia mí…
Varias de esas cosas estaban apuntando a Stella.
Kross: “¡STELLA, AGÁCHATE!”
Stella: “¡AHHH!”
Con toda la fuerza y precisión que pude reunir, la cubrí con mi cuerpo, asegurándome de no golpearla con el impulso. En ese instante, sentí cómo varias de esas cosas se clavaban en mi espalda, perforando mi piel sin esfuerzo.
Como si fueran cuchillas delgadas, se hundieron en mí una tras otra. No parecía haber más proyectiles. Por instinto, alcancé a sacar uno... eran agujas, o espinas. No sabía qué mierda eran, pero al menos ninguna le llegó a Stella.
Kross: “¿Estás bien...?”
Stella: “¡Sí…! ¡No… no me pasó nada!”
Su voz... esa mezcla entre nerviosismo… y desesperación me perforó más que esas agujas… porque ahora… me estoy… sintiendo…
Kross: “Descuida... yo me las arreglaré para que... ¡Agh—!”
Stella: “¡KROSS!”
Caí al suelo, justo al lado de ella. Un golpe sordo contra el suelo. Sentí cómo el corazón me latía con una violencia absurda, cada bombeo retumbando en mis oídos como si el pecho fuera a estallar.
¿Qué carajo era esto? Un cosquilleo punzante me recorría desde el cuello hasta las extremidades, una presión que no cedía y que parecía exprimir mis entrañas...
Era como si todo mi sistema nervioso estuviera colapsando, como si algo dentro de mí se hubiera desajustado por completo, se estaba sobrecargándose sin piedad... Cada fibra de mi cuerpo temblaba... mierda...
Sentía un calor que crecía en oleadas, como si la sangre se volviera fuego, y al mismo tiempo… desde lo más profundo del pecho hasta la base del cráneo. Me costaba enfocar la vista, respirar era más difícil con cada intento. Las extremidades empezaban a fallar una a una, como si mis músculos se desconectaran de golpe. Primero los pies, luego las piernas, después las manos… y finalmente los brazos.
¿Fueron esas agujas...? Tal vez tenían algo dentro, algo que recorría mi sangre… ¿veneno…? No era nada parecido, no podía redirigirlo... No podía sostenerme. Cada segundo mi cuerpo se volvía más pesado, como si me hundiera en el suelo.
Las voces a mi alrededor se estiraban, retumbaban, eran ecos sin forma que no podía entender, como… como si vinieran desde el fondo de un túnel... Intenté girar la cabeza, pero ya no respondía. Todo era confuso, una masa gris que se deshacía frente a mis ojos…
Kross: (Debo... mantenerme... despierto. Creo… que Stella... me habla... Descuida... cumpliré... mi... palabra...)
. . .
Fin del capítulo.
Notes:
Hola gentesilla, no paso mucho tiempo como antes, aunque bueno, aquí tienen el resto del capitulo anterior, es mas largo por una razón... como mierda este fic llego a superar los 3000 hits xd, ahora esta sobre los 3400, nunca pensé en eso, así que aqui un cap mas extenso que de costumbre, muchas gracias por eso. Aparte de que es un capitulo especial, por fin la pareja es oficial y justo le pasa esa mierda, quien mierda diseña el guion de esta cosa.
https://youtu.be/9LpWZHlMUaI?si=txlBYVf7X64HGLfW
Ah bueno... nada que hacerle, tambien... antes de las curiosidades, agradecimientos a Dardragun707 por ayudarme a aprobar ciertos fragmentos del cap, gracias mi pana, la primera curiosidad tambien esta ligada a ti:
1- El vaquero que sale en el teléfono de Fang al mostrarle a Kross, es de la historia d Dardra, vayan a leer su fic del vaquero que esta buenísimo.
2- Kross ya probo usar varios instrumentos, tanto en clases como cuando Fang se lo pedía, suenan bien pero se sienten vacías de alguna manera, así que serviría de cierta manera como algo de fondo pero nada principal
3- Cuando Reed mando a Kross a buscarle el termo, tanto Fang como Rosa le preguntaron si sabia algo, a lo que el pecho frio, les tiro una pistolas con las manos y les guiño el ojo.
4- Durante la confesión hubieron un par de gritos ¿no? obvio los escucharon, el primero fue mas que anda pensar que Kross hizo una pendejada, el segundo fue que ya paso algo mas pero cuando escucharon un golpe y después algunos sonidos raros, ahí ya fueron a ver que hacian... pobre mi cabro.
5- Esto es mas un mensaje para algunos individuos del server en el que estoy... ¿En serio? Creen que soy tan bastardo para interrumpir la confesion... ¿Really? se joden ahora con la canción color Rosa https://youtu.be/6T05HCjwRjs?si=tTPG5xrFZTtEwQXl
Nada mas que añadir, el próximo cap, será esencial, casi como el segundo extra... mas o menos, ahí veré como lo manejo, pero hasta entonces, pasara un buen tiempo, como siempre el copy-paste de recomendaciones:
SrSenior con "That is My Parasauur"
Patata_Yazov con "Una luz de esperanza en una depresion psicotica"
Dardragun707 con "Un vaquero en Volcano High"
Xomy90 "Un felino en Volcano High"
Chicken Brain con "Birds of a Feather"
Elcoral con "Mono de Agua"
1ectorDeCosas con "¡I WANI BE YOURS!"Eso es todo, gracias por llegar hasta acá, gracias a los que dejan kudo, un comentario de que les pareció esta cosa que hice, y hasta la próxima, que tengan un buen día, tarde u noche.
;]
Chapter 33: Apuesta Arriesgada
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Stella
Stella: "K-Kross... Kross, por favor... cof... despierta... cof cof..."
Rosa: "Stella, cálmate un poco... cof... por Jesús Raptor... hermanito..."
¿Por qué...? ¿Por qué siempre que tengo un momento bonito con Kross, uno de esos que puedo atesorar, tiene que arruinarse de algún modo...? Nunca pasa cuando no importa... nunca es algo que se pueda ignorar. Al mirar a un lado, los demás estaban reunidos cerca de una de las mesas volcadas.
Trish: "¡Sabía que era una mala idea tener al Skinnie con nosotros! cof cof..."
Fang: "¡Por un demonio, ¿puedes callarte?! cof No es momento, Tris—"
Trish: "¡¿Cómo no voy a decir nada?! cof cof ¿Cómo no puedes estar de mi lado? Si ese imbécil no hubiera estado con nosotros, ¡nada de esto habría pasado!"
Aun en estos momentos me incomoda tener que escucharla hablar así de Kross. Ya antes con el tema del dinero ganado sacó a relucir lo peor de sí, pero si no fuera por él nos habríamos demorado mucho más... sin contar que ella no fue precisamente de ayuda.
En serio, ¿Qué pasa por su cabeza? ¿Cree que Kross disfruta esto? ¿Qué le gusta tener que estar en medio de momentos de puro estrés? ¿De tener una diana en su espalda?
No puede ser más estúpida enfocándose solo en eso... aun así, con lo repentino que fue todo, lo primero que hizo Kross fue tratar de asegurarse de que todos estuviéramos bien, por eso estas detrás de una barricada improvisada.
Trish: "¡Lo sabía! ¡Él es una puta amenaza! cof cof ¡Lo supe desde que lo vi! ¡Debimos alejarnos de él cuando--"
Stella: "¡Cállate la puta boca de una vez, putain de merde, trigga!"
Trish: "¡¿¡HUH!?! ¡¿Cómo te atreves a llamarme, perra?! Cof… ¿¡Quién te crees que eres!?"
Una de las manos de Rosa me agarró del brazo con fuerza, como si eso pudiera detener el temblor que sentía por dentro. Vi a Reed sujetar a Trish antes de que soltara otra palabra, pero la discusión no se detuvo por eso.
Fue el gas. Ese maldito gas que seguía llenando cada rincón del restaurante, cada respiro que tomaba quemaba un poco más. El aire se volvió denso, pesado. Me costaba respirar, y por más que parpadeaba, y mis ojos comenzaban a cerrarse por más que intentaba mantenerlos abiertos.
Tengo que moverme... tengo que buscar mi bolso. Si lograba alcanzarlo, podría usar el dispositivo de rastreo. Así mi padre vería la señal, así vendría… la ayuda…. Pero… todo empezaba a volverse borroso. El ardor en mi garganta, ese zumbido en los oídos.
¿Cuándo… fue que Reed se desplomó? No estoy segura. No vi cuándo, solo noté el golpe. Fang cayó justo después... Trish también. Todo pasó tan rápido que mi mente no pudo seguirlo.
Y luego... Rosa. Su cuerpo simplemente colapsó junto al mío. Sentí el golpe leve cuando cayó. Esto situación era mala. Muy, muy mala.
Cada segundo me costaba más mantenerme despierta y la cabeza me pesaba como si llevara horas sin dormir, como si mi cuerpo entero estuviera siendo arrastrado hacia un abismo. En serio... ¿por qué esto tiene que pasar justo ahora...?
. . .
Un par de horas después.
Me sentía extraña… como si el mundo estuviera girando sin que yo pudiera seguirle el ritmo. El estómago me dolía un poco, como si hubiese dormido mal... pero… no recordaba haberme quedado dormida en mi cama... esto no es mi casa… está demasiado frio para ser mi casa…
Algo más no estaba bien... No podía moverme como yo quería. Esto era incomodo… Intenté mover los brazos... pero nada. Lo mismo con mis piernas, no estaban respondiendo bien... todo se sentía como si estuviera atrapada.
Una presión constante me apretaba las muñecas y los tobillos, y mi cola parecía estar pegada a mi espalda. Intenté respirar más profundo, calmarme... poco a poco, la niebla mental fue disipándose. Empecé a oír voces. Voces que nunca antes había escuchado.
Fueron segundos eternos hasta que pude abrir los ojos con esfuerzo. Lo primero que vi fue el techo… blanco, aséptico y con luces tenues. Un techo que me recordaba al de un hospital, aunque más gris…. Estaba en el piso, mi mejilla aún apoyada contra las baldosas y el frío del piso se me colaba por Las escamas…
Giré la cabeza lo justo para seguir las voces... y lo siguiente que vi fue un enorme ventanal... Detrás de ese vidrio estaba una gran sala, habían varios… dinos y un humano en bata, pero desde aquí no distinguía sus rostros, estaban hablando entre ellos…
Quise moverme, aunque fuera un poco, pero el cuerpo apenas me respondía. Fue ahí cuando lo sentí. Estaba esposada. Ambas manos tras mi espalda junto con mi cola estaban inmovilizadas, al igual que mis tobillos. ¿Qué carajos es este lugar...? Con esfuerzo y algo de suerte, logré incorporarme para sentarme, y recién ahí vi que no estaba sola.
Rosa: "Qué bueno... por Jesús Raptor, despertaste."
Fang: "Parece que tienes el sueño más pesado que yo."
Stella: "Chicas..."
Rosa estaba sentada a mi lado, en la misma posición. Creo que tiene el mismo tipo de esposas que yo. A pesar de la situación, su expresión estaba clara, trataba de mantenerse serena y firme… como siempre.
Fang, en cambio, estaba más al fondo recostada contra una de las paredes del cuarto. A diferencia de nosotras, ella tenía una especie de grillete extra, uno que le sujetaba ambas alas contra su espalda, haciéndola ver mucho más inmovilizada que nosotras. Se veía agotada, pero también molesta. Realmente molesta…
Stella: "¿Cuánto tiempo...?"
Rosa: "No tenemos idea... pero seguro ya pasaron un par de horas."
Fang: "Estos bastardos ni siquiera se dignan a mirarnos o respondernos. Ya les grité varias cosas, pero solo me ignoraron."
Busqué con la vista algún otro punto de escape o referencia, pero esta habitación no tenía ventanas. Todo estaba sellado, asfixiantemente cerrado. Lo único que destacaba era ese enorme panel de vidrio frente a nosotras.
Al observarlo mejor, noté que en realidad no era solo un ventanal... parecía una puerta. Creo que tiene un mecanismo extraño incrustado en uno de sus bordes, algo que desde nuestro lado no podía ver del todo, pero estaba claro que servía para abrirla desde el otro lado.
Arriba, casi perdido entre las sombras del techo, había un ducto de ventilación angosto, delgado como una rendija. A lo menos gracias a eso el aire seguía entrando, aunque no era precisamente fresco.
Stella: "¿Saben si los demás están aquí también? Reed y Trish... ¿alguna sabe algo?"
Fang: "No lo creo. Como te dije, esos tipos no nos responden nada, pero hablan entre ellos. En un momento escuché que dijeron algo como que 'ya tenían a todos los que necesitaban'... así que supongo que no los trajeron."
Stella: "¿Entonces... qué hay de Kross...?"
Apenas pronuncié su nombre, vi cómo la expresión de Fang se quebraba. Se quedó inmóvil, con la mirada clavada en la nada, como si el aire mismo se hubiese vuelto pesado en su pecho.
Su mirada se volvió dura, oscura... ni siquiera parecía la misma de hace un segundo. Y aunque sus escamas ya son grises por naturaleza, ahora tenían un tono más pálido, más enfermizo. Su cuerpo entero se tensó, como si estuviera conteniendo algo que no quería dejar salir. No... no. Eso no era una buena señal.
Rosa: "Stella, nosotras no sabemos nada de Kro—"
Stella: "¿Dónde está?"
No fue una pregunta dicha con miedo. Fue exigencia. Una súplica contenida en furia. El tono de voz de Rosa lo dijo todo. No hacía falta que dijera nada más. Estaba intentando mantener la calma, contener algo que evidentemente la estaba carcomiendo por dentro, lo sabía…
Ella no respondió de inmediato. Se quedó callada, mirándome con una mezcla entre angustia, impotencia y algo que no pude identificar. Algo que me hirió más que cualquier otra cosa. Sus labios temblaron levemente, y por un instante pareció que su fortaleza habitual se rompía.
Tardó unos segundos antes de suspirar y fruncir el ceño, Rosa simplemente desvió la mirada hacia la puerta de vidrio, levantando la barbilla para señalar discretamente algo del otro lado.
Seguí la dirección de su gesto. Al otro lado del vidrio, justo donde estaba el humano con bata blanca… Tenía una especie de tableta en la mano… y justo… a su lado...
Jesús Raptor...
Me costaba apartar la vista. Justo junto a ese tipo, sobre una camilla de metal... estaba Kross, tenía las ropas rasgadas manchadas con un color rojo que me revolvía el estómago.
Había unas cuantas pantallas a un lado mostrando algo, además de que varias partes de su cuerpo estaban atravesadas por tubos de metal que se incrustaban directamente en sus articulaciones. Eran gruesos, torcidos como clavos antiguos incrustados en carne viva.
Los codos, las rodillas, los hombros... incluso el cuello parecía tener uno saliendo cerca de la base. Además de eso, estaba completamente inmovilizado con gruesas cadenas que lo sujetaban al colchón metálico que lo mantenían firme incluso a pesar de las ataduras. Parecía más una exhibición grotesca que una medida de contención.
Y lo peor...
Había tubos conectados a sus brazos. Finos pero firmes, como venas artificiales. Al menos tres bolsas pendían sobre su cabeza, goteando lentamente líquidos de distintos colores que se mezclaban en su cuerpo.
No podía dejar de mirar. Cada detalle era una puñalada directa al pecho. Las luces frías del lugar no ayudaban. La bata del humano que estaba junto a él brillaba con un blanco que parecía burlarse de todo lo que estaba ocurriendo.
Jesús Raptor... Kross...
¿?: "Vaya, vaya... parece que al fin todas despertaron."
Reconocí esa voz al instante. Mi cuerpo se tensó sin que pudiera evitarlo, y un escalofrío recorrió mi espalda como si alguien hubiera vertido hielo sobre mi piel, pero no era por miedo… sino por desprecio ante este tipo.
Ese tono... esa arrogancia disfrazada… El incidente en esa plaza. Giré lentamente la cabeza, sabiendo ya lo que vería.
Stella: "Tú..."
Rosa: "Stella... acaso lo—"
Líder ¿?: "Es un placer volver a verla."
Había algo tan desagradablemente frío en sus palabras, acompañadas de esa sonrisa torcida que se extendía por su rostro como una mueca ensayada. Me erizaba la piel. Sin embargo... algo en él era distinto. No sabía si era su postura, su presencia, pero se veía... diferente. Más alto… espera un momento... ¿Cómo es que…?
Líder ¿?: "Oh, ¿esto?"
Hizo un gesto con uno de sus brazos, justo el que no deberia de estar ahí después de lo que hizo Kross…, estaba ahora mismo moviendo la muñeca de forma deliberada, como si mostrara una joya.
Líder ¿?: "Desde nuestro encuentro con código Acus, se me dio la maravillosa oportunidad y la fortuna de mejorar considerablemente... incluso obtuve la habilidad de recuperarme del pequeño 'regalito' que me dejaron."
Sentí como Rosa y Fang se acercaban más a mí, como buscando rodearme o tal vez asegurarse de que no haría alguna locura.
Fang: "Stella, ¿Quién mierda es este imbécil… y por qué todos repiten tanto ese nombre?"
Rosa: "Lo hemos escuchado desde que despertamos... ¿Quién es Acus?"
Líder ¿?: "Ah, modales... los míos, claro. No creo que haya problemas en revelarles esa información… En cuanto a mi… no poseo un nombre, no uno real. Lo que sí deben saber es que soy el líder del ‘escuadrón hibrido Y’. Y por pura lógica numérica... pueden llamarme Y-one."
Hizo una ligera reverencia, un ademán exagerado que casi podría pasar por elegante si no fuera por la clara burla en su mirada. Todo en él gritaba que disfrutaba de cada segundo de esta situación. Luego, dio un paso hacia un lado con total intención, mostrando deliberadamente la dirección en donde se encontraba Kross.
Y-one: "El sujeto de ahí es código Acus, y ahora están—"
Stella: "Su nombre. Es Kross."
Por un instante fugaz, lo noté. Ese cambio apenas perceptible en la expresión del tipo. Como si algo dentro suyo se crispara ante mi interrupción. Claro que no era algo que pudiera mantener por mucho. Se recompuso rápido. Pero yo ya había visto suficiente. No pensaba dejar que siguiera tratándolo así, como si fuera una simple cosa. No le daría esa satisfacción.
Y-one: "Como sea... El acrónimo significa Amenaza Completa, Unidad S. Una herramienta con la finalidad obedecer y cumplir órdenes. Algo que—"
Stella: "Dije que su nombre… Es Kross… y no es un ‘algo’... Bête."
Rosa: "S-Stella... cállate, chingadera..."
Ahora sí que lo vi con claridad. El gesto en su rostro se torció, esa sonrisa maliciosa se tensó por la rabia contenida. Rosa y Fang se tensaron al instante. Lo sentí en el aire, la presión que caía sobre nosotras. Pero a mí ya no me importaba. Estoy harta. Harta de que lo traten como si no valiera nada.
¿?: "Y1, deja de perder el tiempo con las rehenes. No vale la pena hablar con esas cosas."
Y-one: "¿En serio, Lee...? No tiene gracia si ni siquiera nos divertimos un poco."
La nueva voz provenía del humano con bata. El tipo que había estado junto a Kross todo este tiempo. Sostenía una tableta que, tras decir lo suyo, guardó en uno de los bolsillos de su bata mientras comenzaba a acercarse.
Al hacerlo, vi cómo Y-one lo miraba con clara molestia, casi como si esa interrupción le hubiera arruinado el juego.
Lee: "Te he repetido que no me llames así. Ya te lo dejé en claro más de una vez. Como sea... ya tenemos lo que queríamos. El código Acus está en el estado esperado. No pasará mucho antes de que comencemos el traslado."
Stella: "¿Qué se supone que quiere decir con eso de 'esperado'?"
Y-one: "Ahora como mucho, solo funciona al 100% su audición. Gracias a los diferentes venenos que se le están inyectando, código Acus está en un estado… inactivo, es más seguro que—"
Lee: "¡Y1!"
La reacción del humano fue inmediata. Frunció el ceño con fuerza, sus labios se tensaron en una línea y sus dedos se cerraron con tal firmeza sobre la tela de su bata. Frustración, furia contenida... y, quizás, un rastro de temor.
No quería que supiéramos nada más. Eso era claro como el agua. Pero Y-one no parecía compartir esa urgencia. Apenas el otro terminó de gritarle, Y-one rodó los ojos con desgano, como si todo lo que acababa de oír le importara un carajo. Como si lo que dijera ese tipo le entrara por un oído y le saliera por el otro…
Stella: (No le interesa su autoridad…)
Tal vez... solo tal vez, esto me ayude. Este idiota me dejó en claro que es un hibrido y que su clasificación es mínima de un AC con lo que me conto…. Eso, sumado a su comportamiento…, me confirma lo que necesito, hay ciertas actitudes que no le gustan... Le molesta más de lo normal cuando lo contradicen o cuando alguien desafía su control.
Y si lo que dijo sobre Kross es cierto... si de verdad puede escucharnos a pesar de todo lo que le están inyectando... entonces probablemente este idiota le está dejando saber que nos tiene, que estamos aquí. Quizás para forzarlo a mantenerse quieto. A que no haga nada que pueda ponernos en riesgo... y obviamente funcionara si es Kross… a menos que… oh Jesús Raptor…
Es una locura. Una apuesta demasiado arriesgada. Es como echarle gasolina al fuego... pero por alguna razón, confío en que todo saldrá bien. Kross... la última vez que todo se fue al carajo, aun cuando apenas se podía mover, aun cuando le faltaba un brazo... me protegió. Me salvó. Y sé que, incluso ahora, volverá a hacerlo…
Stella: "Vaya, sí que es una sorpresa... No pensé que el tipo que intentó matarme terminaría siendo un perro faldero."
Y-one: "¿Qué dijiste, niña?"
Vale… ya empecé con esta estupidez... espero que todo el tiempo que pasé en foros de anime con un falso coraje valga de algo ahora.
Stella: "¿Qué? ¿No escuchaste? Te dije… que es curioso ver al líder de una unidad que casi me mata la última vez... actuando como si fuera un sumiso. Aunque tal vez eso no pasa solo aquí, ¿verdad?"
Rosa: "¡Stella!"
Fang: "Wow, Stella, no te creía capaz de soltar algo así..."
La tensión bajó apenas un poco para ellas. Rosa claramente quería regañarme con la mirada, mientras Fang parecía disfrutarlo como si fuera un mal chiste. Si salimos de esta, voy a tener que rogarles que nunca hablen de mi... actitud.
Y-one: "Será mejor que te calles, mocosa, porque si no lo haces enton—"
Stella: "¿Qué pasará? Supongo que para que todo funcione necesitan a Kross calmado, ¿no? Así que no pueden tocarnos… entonces, ¿qué me podrías hacer tú, exactamente?"
No podía evitar mirarlo con atención. El muy idiota tenía un tic en el ojo. Una reacción apenas perceptible, pero ahí estaba. Esa crispación en su rostro era todo lo que necesitaba para confirmar que, de momento, mis palabras surtían efecto.
La amenaza velada que acababa de lanzar no podía cumplirla sin arriesgarlo todo. Y lo sabía. Aunque, claro, eso no significaba que el otro tipo, el humano en bata, compartiera esa preocupación.
Lee: "Te lo repito, Y1. Ignora a las rehenes. No vale la pena responder a sus provocaciones de estos escamosos. Basados en los datos que recibimos, Código Acus no se moverá. La posibilidad de que ocurra algo es prácticamente nula."
Y-one: "Sí... esto solo es una forma desesperada de esta mocosa para disimular el miedo que le causa la situación. Eso es lo que—"
Stella: Te puedo asegurar que lo que siente esta ‘escamosa’ no es miedo, sangre mixta... Claro que estoy nerviosa, no lo voy a negar, ¿pero por ti? Pff... Por favor. Qué chiste."
Ahora sí que podía verlo claramente: su mandíbula estaba apretada, los colmillos apenas asomaban entre sus labios y juraría que lo oí gruñir por detrás del cristal. Su mirada ardía de rabia contenida, como si el simple hecho de que yo hablara fuera una ofensa personal. No pude evitar preguntarme si alguna vez alguien le había hecho perder tanto el control… o si esta era la primera vez que alguien le respondía sin miedo.
Lee: "Deja de perder el tiempo, Y1. Colócate en posición para iniciar el proceso de—"
Stella: "Sí, sí… será mejor que obedezcas. Anda, ve con tu papito antes de meter la pata y hacer algo mal."
No sabía cuánto más podría tensar la cuerda antes de que se rompiera, pero si ese imbécil quería jugar a ser el alfa del lugar, tenía que hacer algo para usar ese ego a mi favor. Tenía que hacerle perder el control, que cometiera un error… algo que le hiciera olvidar sus órdenes por un segundo.
Mmm… ¿Qué más podía soltarle...? La mayoría de mis discusiones más intensas habían sido en foros de internet, y generalmente por algún debate sobre una serie en específico… si fuera por eso, ya lo habría dejado llorando por sus gustos mediocres.
Pero acá no podía soltar referencias porque probablemente ni siquiera entendería el contexto. Maldita sea, necesito algo más... pero a medida que las ideas se me cruzaban, noté algo que no me gustó.
Rosa… había dejado de mirarme. No como antes, cuando me lanzaba su mirada inquisitiva que casi podía sentir en la nuca. Ahora... ya ni siquiera la sentía. Y Fang... Fang ya no soltaba ni una de sus típicas risitas por lo bajo. El silencio de ambas me caló hondo…
Y fue entonces cuando mis pensamientos se interrumpieron bruscamente. Una sacudida violenta me recorrió el cuerpo y por puro instinto retrocedí, apartando la mirada, cerrando con fuerza los ojos. Escuché algo estrellarse y quebrarse con un estruendo seco. Tardé unos segundos en volver a abrirlos… y entonces lo vi.
El puño del hibrido acababa de atravesar el panel de vidrio. Su brazo sobresalía con restos de cristales todavía cayendo al suelo. El impacto había sido brutal, tan repentino que ni siquiera me dio tiempo a gritar. Solo podía observar, paralizada, cómo los fragmentos se deslizaban por el piso mientras la tensión en el ambiente se disparaba como una corriente eléctrica.
Stella: (Mierda... funcionó.)
Lee: "¡¿Pero qué mierda crees que haces, Y1?! Eso—"
Y-one: "Cierra tu patética boca."
El híbrido lo dijo con desdén, apuntándolo sin dudar con una de sus garras como si su sola existencia le irritara. Después, giró el cuerpo con brusquedad y caminó directo hacia aquel mecanismo extraño que estaba a un lado del marco de la puerta.
Su paso era firme, cada movimiento cargado de una violencia apenas contenida. Sin detenerse un segundo, destrozó por completo el mecanismo con un manotazo brutal, llevándose consigo lo poco que quedaba del vidrio estrellado y la estructura metálica de la puerta.
Y-one: "Paso exactamente lo mismo cuando esa pajarraca no cerraba su maldito hocico y me detuviste sin poder contestarle. ¿Y ahora me preguntas que hago? ¡Deja de joder!"
Lee: "Eso no importa ahora. ¡Debes obedecer las órdenes! A menos que quieras que te desech—"
Y-one: "¡Inténtalo! Vamos, intenta botar a la basura a uno de tus mejores sujetos. ¿No soy acaso una joya de sus experimentos? El que soporta las dosis más elevadas de resina potenciada, aquel que probaron lo que le pasaría a Acus con una sobredosis. Adelante, doc, bótame si tienes las bolas."
Todo se estaba saliendo de control. Más de lo que jamás hubiera esperado. Intenté mantener la mente fría, pero mi respiración se estaba agitando sin que pudiera evitarlo. Esto estaba escalando demasiado rápido, y para cuando logré recuperar el enfoque, ya podía ver más del lugar gracias a la apertura de la puerta. Pero aún con esa nueva perspectiva... me era imposible concentrarme.
El híbrido se estaba acercando, cada vez más. Sus pisadas resonaban con fuerza sobre el suelo, y por algún motivo... había empezado a escuchar un pitido. Uno agudo... No sabía si venía del sitio o de mi propia cabeza.
Y-one: "¿Qué pasa...? ¿Apenas te estás dando cuenta de tu situación, mocosa…?"
Carajo…
Stella: (Todo estará bien... tengo que seguir. No puedo ceder ahora...)
Stella: "Y-Ya lo sabía. No soy idiota. Pero... pero lo que no esperaba es que de verdad tuvieras las pelotas para hacer algo."
Intenté soltar una risa para mantener el ritmo de la provocación, para mantener el tono sarcástico que había estado usando, pero fue un esfuerzo inútil. Todo mi cuerpo se tensó en cuanto el híbrido levantó una de sus piernas y golpeó el suelo con tal violencia que todo el cuarto tembló. El eco del impacto retumbó por las paredes, y por un segundo... me costó incluso respirar.
Y-one: "Sabes, mocosa... los datos que nos entregaron eran muy específicos. Nos dijeron quiénes eran los mejores rehenes, los prioritarios, y que capturáramos la mayor cantidad posible. Ahora veo por qué... querían tener opciones... en caso de que ocurriera un 'incidente'."
Mientras hablaba, lo vi. Su mirada se desvió hacia su brazo, o más bien a las garras de su mano, observándolas con una sonrisa torcida que heló mi sangre. Parecía estar disfrutando de lo que se avecinaba. Disfrutando de cada segundo.
Stella: "Si... sí crees que eso te va a servir de algo... estás muy equivoca—"
PUM
Ugh...!
Rosa/Fang: "¡STELLA!"
No tuve ni un segundo para reaccionar. Antes siquiera de terminar la frase, sentí cómo una fuerza brutal me levantó del suelo y me lanzó con violencia contra la pared del cuarto.
El impacto me arrancó el aire de los pulmones y todo el lado derecho de mi cuerpo ardía de dolor. Apenas podía mantener los ojos abiertos. Aun sentía un pitido constante pero cada vez más fuerte, entre el ruido y el dolor… Todo se sentía en cámara lenta ahora... lo veía acercarse, esa figura monstruosa con la mano en alto.
Espero... espero no haberme equivocado.
Dejé de sentir todo a mi alrededor en cuanto ese híbrido bajo el brazo. No hubo resistencia en mi cuerpo. Nada que pudiera hacer. Solo cerré los ojos, esperando el impacto que seguramente me asesinaría.
Pero entonces... justo en ese instante... como si el tiempo hubiera decidido pausarse por un momento... el pitido que había estado taladrándome los oídos simplemente… se detuvo.
CRASH...
.
..
...
...plop...
Stella: (¿Hmm?)
...plop...plop...
Stella: (Ese sonido...)
...plop...plop...plop...
Stella: (...Es igual... es el mismo...)
Abrí los ojos lentamente, y lo que vi me inundó con una oleada de calma que no había sentido desde que me desperté en este sitio... Ahí estaba él...
Kross.
A pesar de su aspecto... con la ropa desgarrada y varias zonas ensangrentadas por los metales que seguían clavados en su cuerpo..., incluso así... estaba ahí. De pie. Deteniendo el brazo de ese monstruo justo a mitad de camino. Como si la fuerza del golpe no hubiera significado absolutamente nada para él.
Pero... había algo. Algo que me incomodó al instante, sin saber por qué. Una sensación pesada en el pecho. Y fue cuando vi su rostro que lo entendí.
Stella: (...¿Por qué...? ¿Por qué tus dos ojos son... grises?)
Lo había visto con un ojo rojo o con uno azul, incluso con ambos al mismo tiempo. Aunque esa vez en la plaza fue el único momento cuando vi que ambos eran azules. Pero nunca... nunca los había visto completamente grises. Nunca al mismo tiempo. Kross tampoco me había dicho nada sobre que le podía pasar eso...
Stella: Kross... tu—
Y-one: "Acus... ¿Cómo—?"
La voz del híbrido interrumpió el ambiente. Pero la reacción de Kross fue inmediata. En cuanto esa palabra salió al aire, su cuerpo pareció tensarse de otra forma, como si algo en su interior hubiese hecho clic. Giró la cabeza hacia el sujeto, y en cuanto lo hizo, su expresión ya no era la misma de hace un segundo.
Kross[x]: "Wow... hace muchooo tiempo que no escuchaba esa porquería de nombre. Aunque eso no importa. Las voces me siguen diciendo que te golpee... pero sin matarte. Debes pagar."
Y-one: "¿Qué estás habl—"
PUM
No tengo idea de qué pasó. Fue tan rápido que no logre ni procesarlo en el momento. Solo vi cómo el cuerpo del hibrido, ese mismo tipo que se mostraba imponente y confiado, fue lanzado como un muñeco de trapo al otro extremo de la sala. Como si no pesara nada. Como si toda su fuerza no valiera un carajo frente a Kross.
Voló. Literalmente voló.
Volteé apenas un poco, lo suficiente para ver a Fang y Rosa. Sus rostros estaban más tranquilos que antes, pero cargados con una expresión difícil de descifrar. Era algo entre asombro y tensión... una mezcla amarga que encajaba con todo lo que acabábamos de ver.
Aunque no podía culparlas. Solo yo he visto a Kross actuar de una forma parecida antes... y eso hace que sea un poco más fácil de comprender.
Kross[x]: "De verdad que son molestas..."
Giré de nuevo hacia él en cuanto lo escuché. Se estaba sujetando la cabeza con una mano, como si el mismo sonido de su respiración fuera demasiado, mientras con la otra comenzaba a sacar una a una las piezas de metal incrustadas en su cuerpo.
El metal chorreaba sangre al salir, cada trozo salpicaba con un chasquido húmedo antes de caer al suelo. Él ni siquiera se inmutaba. Las arrojaba a un lado como si fueran simples astillas, como si no tuviera nervios, como si arrancarse eso no doliera en lo absoluto.
Cuando terminó con las últimas piezas incrustadas, bajó la mano que sostenía su cabeza y dejó escapar un suspiro áspero, cargado de incomodidad. Luego su atención recayó en su propia ropa.
Lo vi observar cada rasgadura, cada pliegue manchado de sangre, con una expresión que parecía más irritada que cuando tenía el metal clavado en la piel. Su ceño se frunció, murmuró algo entre dientes que no logré entender... y entonces, sin pensarlo mucho... escuché cómo chasqueaba la lengua… antes de... de rasgarse... la ropa... oh dios...
Stella: (Debo estar realmente muy MAL de la cabeza si puedo quedarme mirando a Kross sin nada que le tape el torso en una situación como esta...)
Kross tiró la ropa con desgano, como si el simple acto le doliera… un poco... sí que está marcado... dios papit—... Ejem... no tenía ni una sola herida visible. A pesar de todo lo que acababa de arrancarse de encima, su piel estaba completamente intacta.
No había nada. Ni una cicatriz, ni un rasguño, ni un solo indicio de que le pasara algo... Jesús Raptor, esos músculos son reales... ¿por qué siento que de repente hace más calor en este lugar...?
Fang: "A este punto, ya empiezo a creer que tiene un fetiche con eso de andar semidesnudo."
Rosa: "Stella... entiendo que te gusta este cabrón... pero modérate, ¿sí? Después de lo que pasó hace unos segundos... ¿en serio, mija...?"
Stella: (Mierda...)
Stella: "¡No lo hago a propósito...! Sabes que si es Kross—"
Kross… hay dios… Kross se inclinó hacia mí sin previo aviso, su rostro deteniéndose... no, estaba demasiado cerca del mío. Podía sentir su respiración, cálida y acompasada, y el leve calor que desprendía su piel se mezclaba entre mis escamas.
Tenía una mano en la barbilla, como si estuviera analizando algo con detenimiento. Su mirada me recorría con una mezcla de duda y atención casi quirúrgica. Carajo… ¿Por qué… porque mierda tienes que ponerte tan cerca justo ahora, Kross...? Le puedo... le puedo ver mejor los abdom—
Kross[x]: "Mmm... ¿Por qué será que las voces me dicen que tú eres la más importante...? Aunque, es difícil describir… igual es bonit— Agh... eso dolió... ¿Huh? ¿Cómo que dolió?"
Stella: "No te... huf... me pongas tan cerca... huf... Estúpido y guapo... BAKA."
No supe cómo reaccionar, más allá de lo que mi cuerpo decidió por mí. Sin pensar demasiado, con la cara ardiendo y el corazón golpeando dentro del pecho como loco, le solté un cabezazo directo.
Esperaba que fuera como golpear una muralla... pero, sorprendentemente, apenas sentí el impacto. Kross se llevó una mano a la frente, sobándosela con una mueca de confusión genuina, como si no entendiera qué acababa de pasar.
Kross[x]: "Bueno…, no esperaba sentir dolor. Y mucho menos que una Stegosaurio común me lo provocara, así que... vamos por partes, ¿Bueno? Primero que nada ¿Quién eres? ¿Dónde carajos estoy…?”
Kross hizo una pequeña pausa para mirar a un lado hacia donde estaban Rosa y Fang antes de volver a mirarme.
Kross[x]: “¿Por qué una Pterodáctilo y una Anquilosaurio también están esposadas? ¿Dónde carajos estoy? Y más importante... ¿por qué conoces ese nombre? Lo murmuraste antes también. Solamente la señora con problemas de alcohol y su grupo usan ese nombre conmigo."
¿Huh…? Una… señora con problemas de bebida... ¿Se estará refiriendo a la detective...? No me suena a nadie más en estos momentos... Tiene que ser ella... Pero... espera un segundo...
Stella: "Espera… espera un momentito... Kross, ¿no sabes quiénes somos...? ¿No nos recuerdas...? ¿No me recuerdas… a mí...?"
Kross[x]: "No me respondiste nada y claro que no te recue—"
Su voz se quebró a mitad de palabra. Ya no hacía falta que lo dijera: lo veía claramente en sus ojos. Dolor. Dolía incluso el simple hecho de escucharme hablarle así o el que me respondiera de una manera tan indiferente... con eso mi temor de que me hubiera olvidado por completo se desvaneció.
Esta vez llevó ambas manos a su cabeza, apretándola como si intentara silenciar una tormenta interna. Mencionó antes que unas ‘voces’ le habían dicho cosas... deben ser Red y Blue. Eso explicaría algunas cosas... especialmente el porqué de sus ojos… y su comportamiento extraño.
Kross[x]: "Como sea… olvida lo que dije antes... Las voces ya me dejaron en claro que ustedes tres son importantes. Tengo que sacarlas de aquí sin que les pase nada. Así que...mmm como le podría…talvez… descuida, Star."
Stella: (. . . . . . . . . ¿¡¡¡QUEEEE!!!?)
Stella: "¡¿Qué dijiste?! ¿Cómo me acabas de llamar?!"
Kross[x]: "No sé tu nombre... y dudo poder usarlo. Y entre el ruido de las voces regañándome, lo primero que se me vino a la cabeza cuando te veo es eso. Star… será por sus ojos… como sea, ¿Algún problema?"
Sentí cómo el calor se me subía al rostro en cuestión de segundos. Mis escamas, que normalmente son de un verde claro, ahora debían estar ardiendo en un tono rojo intenso.
¿Cómo puede ser tan idiota…? Aún en este estado... dice ese tipo de cosas sin pensar, con esa naturalidad que me saca de quicio. ¿Por qué se le ocurrió ese apodo...? Eso será lo primero que le pregunte cuando salgamos de esta…
Stella: “No puedes simplemente llegar y soltar ese tipo de cosas, así como así, Kross...”
Kross[x]: “Bueno, eso va a ser un problema... aunque sinceramente no entiendo porque le das tantas vueltas… será por eso que las voces en mi cabeza siguen diciéndome tantas cosas y detalles sobre ti… por sobre todo el cómo—”
Stella: “¡Cállate! Por favor, solo... cierra la boca antes de que me muera de la vergüenza.”
Si no tuviera estas estúpidas esposas sujetándome, le habría tapado la boca hace rato para que dejara de decir ese tipo de cosas... o quizás de un beso… NO, Stella, basta...
Por lo menos la expresión en su cara era de todo menos… clara, se notaba como si ni él supiera qué estaba haciendo o diciendo. Pero eso también me aliviaba. Porque por más pareciera otra persona... sigue siendo mi tonto.
Kross[x]: “Estamos perdiendo tiempo... y no sé si el cien—”
Stella: “¡Ah, no! Primero resolvemos esto. Porque te conozco, y sé que vas a volver a llamarme así.”
Antes de responderme cualquier cosa, Kross me miro colocando una de sus manos en su nariz para después, negar con la cabeza
Kross[x]: “De verdad... me cuesta procesar lo que está pasando. Me desperté en un lugar que no conozco, con extraños y un bastardo conocido, capturado, y por alguna razón absurda las voces SIGUEN jodiéndome... especialmente por ustedes tres. Pero por sobre todo... Tú, Sta… Stego.”
Soltó una risa nerviosa, leve, apenas audible. Una que no sabía si nacía de su incomodidad... o de resignación… mmm, nope.
Stella: “Tampoco me gusta que me digas ‘Stego’.”
Kross[x]: “¿Huh…? Entonces... ¿cómo caraj... cómo quieres que te diga...? ¿Sky… Starlight?”
Stella: “Oh no... Esos sí que no… Absolutamente no.”
Kross[x]: “¡Es imposible debatir contigo!”
Desvié la mirada, inflando los cachetes con un puchero tan exagerado que ni siquiera yo entendía si estaba molesta o simplemente haciendo tiempo para no admitir que esos apodos... no sonaban nada mal.
Stella: “El que es imposible eres tú, ~bak—”
Rosa: “¡Cállense los dos YA CHINGADA MADRE!”
El grito me hizo saltar en el sitio.
Rosa: “Jesús Raptor que estás en los cielos, dame paciencia... porque si me das fuerza, LOS MATO.”
Fang: “De verdad que esto ya no es chistoso... ¿escucharlos pelear como pareja recién casada en medio de esta situación...? Bleh... En fin, ¿pueden ver a lo menos una forma de quitarnos estas malditas esposas...? Me está picando el ala...”
El golpe seco de realidad vino de la forma más extraña. Pero no fue lo que Rosa o Fang hicieron o dijeron lo que me sacó de ese estado… sino lo que ocurrió justo después, algo tan rápido que apenas tuve tiempo de procesarlo.
Fush
Kross[x]: "Por eso no quería perder el tiempo..."
No supe en qué momento exacto sucedió, pero parpadeé... y de pronto ya no estaba donde creía. Un leve mareo me recorrió al darme cuenta de que ahora me encontraba en el centro de la celda, junto a Rosa y Fang. Giré la cabeza, buscando el lugar que había ocupado segundos atrás, y entonces lo vi: había un par de cuchillas metálicas, afiladas y brillantes bajo la luz fría del lugar.
Antes de que pudiera comprenderlo del todo, esas cuchillas se alzaron y, como si una fuerza invisible las arrastrara, salieron disparadas hacia el extremo opuesto de la habitación. Las seguí con la mirada y entonces lo noté a más figuras que antes no estaban… y si estaban con ese desgraciado deben ser más… híbridos.
Lee: "Tsk... esperaba que estuviera desprevenido."
El científico se mantenía en la parte más alejada, agazapado tras un pequeño grupo de subordinados. Cuatro de ellos me resultaban inquietantemente familiares; sus rostros se grabaron en mi memoria desde la última vez que los vi.
Y-one: "No será tan fácil. Deberíamos haber usado las agujas otra vez."
Lee: "Ustedes solo deben obedecer mis órdenes. Ahora que la oportunidad se perdió, manténganse alerta sin hacer nada. Necesito revisar unas últimas cosas antes de continuar, ustedes dos, acompáñenme."
Vi cómo el humano se desplazaba junto a dos híbridos que desconozco hacia una computadora situada al lado de la camilla donde, hasta hace poco, Kross había estado.
Al frente, formando una especie de barrera estaba Y-one… y reconocí a los mismos sujetos que nos habían emboscado en la plaza... eran obvias las modificaciones después de lo que les hizo Kross. Las cuchillas que había visto volar pertenecían a la cola y brazos de uno de ellos, y el otro parecía portar prótesis en sus piernas.
Pero el que más destacaba era el que estaba justo al lado de Y-one. No solo era mucho más grande y robusto que antes, sino que su apariencia había cambiado: ahora tenía un par de cuernos que antes no estaban allí, dándole un aspecto mucho más intimidante...
Kross[x]: "Hey, ustedes..."
Estaba a punto de responderle, pero la expresión que vi en su rostro… algo en sus ojos hizo que las palabras se quedaran atrapadas en mi garganta. Era diferente a la de antes, mucho más seria. Nos miró a todas, pero su mirada volvió a centrarse en mí.
Kross[x]: "Manténganse quietas, sin importar nada. Si se mueven, solo complicarán mis movimientos."
Desvié la vista hacia Rosa y Fang; no hizo falta más para entender que las tres recibimos el mensaje. Asentimos casi al mismo tiempo. En cuanto lo hicimos, las esposas que nos retenían se rompieron como si fueran de papel...
Todo pasó tan rápido que apenas pude asimilarlo, y aun así sigo sin acostumbrarme a la velocidad de Kross… y me pregunto si incluso en esos momentos está usando toda su fuerza o todavía guarda algo más.
Y-one: "No esperaba que fueras tan... civilizado... sin contar con ese golpe de antes."
Kross[x]: "Te equivocas en un detalle que es pequeño, pequeñito, una cosita bien minúscula pero que es muy muy importantito…"
Fush
Sentí un viento repentino y, en un parpadeo, Kross ya no estaba frente a mí. Ahora se encontraba a escasos centímetros del híbrido, como si hubiera cruzado la distancia en un solo latido.
Kross[x]: "Si no fuera por esas dinos, ya te habría desmembrado pieza por pieza a ti y a todos los de esta sala. Como te dije antes... las voces quieren que sufras. Solo que no quieren que lo muestre a ellas."
Y-one: "No seas engreído. Te repito, lo de antes fue suerte, ahor—"
Fush.
Kross[x]: "No me importa, ni me interesa... Uy, sí que estamos bien arriba. Hasta puedo ver un gran estacionamiento desde aquí."
Cada vez que Kross hacía uno de esos movimientos imposibles, la sala se llenaba con una ráfaga de viento que me rozaba, como si arrastrara el aire consigo al desplazarse. Esta vez estaba junto a una ventana, y si decía la verdad, eso significaba que no estábamos en un sótano… sino a una altura considerable.
Y-one: "Debería importarte. Desde nuestro último encuentro, nosotros—"
Kross[X]: "Sí, sí, sí, no me acuerdo de nada de eso, idiota. Por cierto—"
Fush.
Kross[x]: "—el que debería estar bastante nervioso eres tú..."
En otro instante, Kross se encontraba junto al humano. Su expresión, combinada con las miradas tensas de sus acompañantes, hablaba por sí sola, su seguridad se derrumbó en segundos.
Lee: "T-tú, Acus—"
Fush.
Kross[x]: "Tienes suerte... porque cada segundo que te veo respirar me dan ganas de matarte de las peores maneras posibles… pero meh, me conformaré con esto... tal vez el vagabundo sabrá que hacer."
Lee: "¿Eh? ¿Qué? ¿Cómo lo… porque es—"
Fush.
Kross[x]: "Por favor, guárdame esto un momento, Star. La señora podría darle buen uso."
Aun me cuesta reaccionar a su… forma de comportarse ahora. Había estado junto al humano y, sin que nadie pudiera reaccionar, se movió a su otro lado con una tableta en mano, la misma que el científico llevaba guardada en su bata… y ahora nuevamente estaba junto a mí. Sin pensarlo, solo la acepte y la guarde bajo mi ropa. Según creo que lo que dijo es correcto…, esto le serviría a la detective.
Snap.
Apenas escuché ese chasquido, lo siguió un sonido mecánico acompañado de un golpe seco. Al mirar al frente, vi a Kross bloqueando un ataque que provenía del híbrido con las prótesis en las piernas, su postura era firme y el choque metálico resonó por la celda.
De repente, sentí un escalofrío que me recorrió la espalda al sentir algo detrás de mí. Instintivamente quise dar un salto, pero las palabras de Kross se impusieron sobre mi impulso haciendo que me quede quieta.
Segundos después, creo que alcance ver como tomaba al tipo y usarlo como ariete contra lo que sea que estaba detrás de mí, enviándolos a ambos hacia el otro extremo de la sala.
Antes de que pudiera reaccionar, Kross se movió de nuevo, atrapando en el aire algunas cosas que iban directo hacia Rosa y Fang. Cuando los dejó caer, vi que eran las mismas agujas que nos habían atacado aquella vez en el restaurante.
Lee: "¡Y1! ¡¿Qué se supone que estás haciendo?!"
Y-one: "Haciendo lo que debimos hacer minut—"
Lee: "¡Ese no es tu trabajo! No pienses en qué hacer, ¡Actúa solo cuando Yo te lo ordene!"
El híbrido mostró una mueca de disgusto ante las palabras del humano. Aunque ahora podía ver bien lo que había pasado, los tipos que habían sido lanzados eran el que Kross había agarrado y aquel con cuchillas en brazos y cola. Cerca de Y-one, otro sujeto acomodaba su cola... una que estaba cubierta de esas mismas agujas.
Rosa: Jesús... raptor.
Fang: "¿Qué mierda... acaba de pasar?"
Kross[x]: "Gracias por no moverse... aunque igual me molesta tener que estar tan atento a varios detalles."
Kross miraba a Y-one, o más bien parecía debatirse internamente sobre qué hacer mientras sus ojos recorrían la sala. Desde donde estaba, podía notar ligeros movimientos en su boca. Supongo que murmuraba algo, pero no podía distinguirlo, hasta que pareció obtener lo que quería.
Kross[x]: "Ok... escuchen. Cuando haga algo estúpido, sujétense fuerte entre ustedes y no se preocupen... yo me encargo."
Stella: "¿Qué—?"
Kross comenzó a caminar hacia los sujetos. No podía verle la cara desde mi ángulo, pero sentía una especie de confianza… o arrogancia de su parte. Y claro... me quedaba la duda de qué demonios sería esa ‘cosa estúpida’ de la que habló.
Kross[x]: "Oye, bastardo… te ofrezco un trato, una oferta de tiempo limitado... algo que no vas a poder rechazar."
Y-one: "¿Qué mierda quieres—?"
Kross[x]: "Se nota que quieres liberar estrés de una forma violenta. Yo también estaría así, si tuviera que soportar que un idiota como ese me estuviera regañando todo el tiempo... Así que, ¿qué te parece si lo resolvemos de esa manera?"
El híbrido ladeo la cabeza, y tras unos segundos sonrió como si le hubieran entregado un premio demasiado bueno para dejar pasar.
Y-one: "¿Qué propones, Acus?"
Lee: "¡Nada de eso! ¡Ya me cansé de tu actitud el día de hoy! Juro que si no te detienes esta vez—"
Pum.
Y-one: "Mucho mejor."
El sonido seco resonó por la sala cuando vi al humano intentar acercarse al híbrido, solo para recibir un golpe contundente que lo lanzó hacia atrás, estrellándolo contra la computadora en la que trabajaba antes. El impacto hizo vibrar la estructura metálica y una lluvia de chispas cayó desde el panel.
Kross[x]: "Es lindo ver a ese bastardo recibiendo un poco de lo que merece... pero volviendo al tema, hay un estacionamiento cerca. Primero voy a dejar a las dinos cautivas lejos de aquí para que no molesten, y tú me puedes esperar ahí—"
Y-one: "Espera un segundo… entonces lo que dices es que... vas a irte... ¿y luego volver...? ¿Aquí...? Sabes que eso es literalmente decir que escaparás ¿Verdad...?"
Kross[x]: "Sí…, pero si solo huyera perdería todo el sentido de lo que quiero hacer. Así que puedes esperarme solo o con cuantos quieras… el resultado será el mismo. Solo prepárate para no morir tan fácil, ¿ok?"
Escuché a Rosa y Fang suspirar casi al mismo tiempo. No las culpaba... en serio, lo que estaba diciendo ahora no tenía ni pies ni cabeza.
Y-one: "Me tienta... me tienta... pero hay un detalle. Si es verdad lo que dices... es simplemente una estupidez. Aparte, eso implicaría que tienes que llevarte a tres pesos muertos intactos y sin heridas…, y considerando el espacio del sitio... es complicado, Acus..."
Kross[x]: "Ah, eso… no te preocupes por algo tan pequeño. Eso ya lo tengo resuelto."
Y-one: "¿A qué te refieres con eso…?"
Kross no respondió de inmediato. Simplemente levantó el brazo, y… desde donde estaba pude ver cómo se le marcaban los músculos de… la espalda… y el bíceps... mmm… ¿huh? Se está tensando… mucho…demasiado. Espera... ¿acaso piensa...? Oh no.
Kross[x]: "A esto."
En cuanto dijo esas palabras, me lancé hacia Rosa y Fang, abrazándolas con toda la fuerza que pude. Aunque fue inesperado, creo que entendieron, porque ambas devolvieron el gesto igual de fuerte.
Un instante después, el estruendo llenó la sala… sí, el muy idiota había destrozado todo el piso del edificio, y sentí cómo poco a poco el suelo bajo mis pies desaparecía, convirtiéndose en un vacío amenazante.
Rosa: "¡Por tu santa madre, sí que eres pendejo, hermanito!"
Fang: "¡De verdad eres un puto imbécil, Kross!"
Stella: "¡Kross!"
En cuanto su nombre salió de mis labios, esa mezcla asfixiante de miedo y tensión que me había estado consumiendo simplemente se desvaneció. Lo vi llegar hasta nuestro lado con una calma inquietante y, como si levantarnos a las tres al mismo tiempo fuera algo rutinario, nos tomó y nos puso encima de su hombro sin el más mínimo esfuerzo.
Kross[x]: "Todo va según lo planeado."
Fang: "¿Y qué sigue entonces, imbécil?"
Kross[x]: "Solo preocúpense por seguir juntas. Si no lo hacen, el impulso les va a hacer daño."
Stella: (¿Huh...? ¿Impulso de—?)
Sin decir nada más, Kross se giró y caminó hacia una pared que, con un crujido y un estruendo, cedió ante su fuerza, revelando una vista directa de Volcaldera. Aunque no podía saber la hora exacta, bastaba con ver el cielo para adivinar que estábamos aun en plena madrugada.
Espera un momento… podía ver demasiados edificios, esto es mucho más alto de lo que creía… Kross nos advirtió sobre algún tipo de "impulso"… oh, no.
Stella: "No te atrevas—"
Kross[x]: "Muy tarde."
Stella: "¡Kyaaaaaa!"
No escuché el grito de Rosa ni el de Fang; en realidad, lo único que pude oír fue el mío. Kross saltó con una fuerza brutal y, en el instante en que quedamos suspendidas en el aire, una ráfaga de viento helado nos golpeó el rostro. A pesar de que veníamos de una situación aterradora, por un instante sentí que iba a llorar… pero no de miedo, sino por la emoción de haber escapado.
Claro… la sensación duró poco. Muy poco. Porque, a medida que el descenso se hacía más notorio, comprendí que estábamos perdiendo altura rápidamente.
Stella: "¡Kross, estamos cayendo!"
Kross[x]: "¡Ya pensé en el mejor método para aterrizar y absorber todo el impacto sin que les pasé nada…! lo más probable."
Stella: "¡¿Cómo que 'probable'?! ¿¡No estás seguro?!"
Kross[x]: "¡Solo confía en mí!"
Confiar en él… siempre lo había hecho. Pero, aun así, esta sensación me sobrepasaba. Entre la fuerza del viento y la velocidad, sentía que el corazón iba a salirse de mi pecho. Podía escuchar a Rosa susurrar algo parecido a una oración, mientras Fang mascullaba una cadena de maldiciones… Vamos, Kross… por favor.
El suelo se acercaba más y más… apenas unos metros nos separaban del impacto.
Kross[x]: "¡Primero vienen los talones!"
cracK.
Fang: "Ugh..."
Kross[x]: "¡Ahora las pantorrillas!"
craCk.
Rosa: "Agh…"
Kross[x]: "¡Luego el trasero!"
crAck.
En ese momento, sentí cómo Kross nos lanzaba hacia arriba con un movimiento brusco antes de continuar… Dios, esos sonidos… cada crujido resonaba como si lo sintiera en mis propios huesos.
Kross[x]: "¡Espalda...!"
CRACK.
Rosa/Fang/Stella: "¡QUE ASCO!"
Kross[x]: "¡No se quejen!"
Una vez más, Kross nos atrapó al vuelo y siguió desplazándose con una agilidad imposible para lo que escuchamos hasta llegar a lo que parecía la entrada de un callejón. Ahí nos dejó en el suelo con suavidad.
Mis piernas se rindieron de inmediato, obligándome a sentarme donde caí, mientras Fang corrió hasta apoyarse contra una pared y soltaba arcadas de vez en cuando. Rosa, en cambio, comenzó a golpear a Kross en la cabeza mientras lo regañaba mientras este se quedaba quieto.
Fang: "Dios mi estomago…uggghhhh… bleh."
Rosa: "¡¿Cómo puedes ser tan pendejo?! ¡¿Cómo puedes ser tan cabeza dura para comportarte así… cómo pudiste… cómo es que…?!"
Poco a poco, el brazo de Rosa empezó a temblar y las palabras se le rompían más y más, hasta que terminó apoyándose en Kross. Fue entonces que la escuché llorar… pocas veces he visto a Rosa así. Pero ahora que la situación se había calmado, el golpe de realidad finalmente nos alcanzó a las tres.
En algún momento, sentí que el llanto no solo venía de Rosa… también lo escuché de Fang. Y aunque, de alguna manera, yo también debería… las lágrimas simplemente no salían. Tal vez porque esta vez no fue tan gráfico como la última, o tal vez porque ni yo misma lo sé. Solo me quedé ahí, en el suelo, temblando… sin saber si era por el frío o si así estaba reaccionando después de todo.
De pronto, escuché una respiración agitada que venía de Rosa. Al verla, entendí el porqué. Kross, que hasta ese momento se había mantenido inmóvil y, puedo apostar, con una expresión neutra… la estaba abrazando. Pero lo que escuché a continuación me relajó un poco.
Kross[R]: "Perdón, hermana… perdón por haberlas involucrado… en mis cosas..."
Rosa: "Niño tonto..."
Rosa le devolvió el gesto, y así permanecieron hasta que ella pareció estar un poco mejor. Entonces se separaron, y Kross miró primero a Fang y luego a mí… aunque lo reconocí por el tono de su voz, fue ver cómo uno de sus ojos tenía ese bonito color rojo lo que me hizo dejar de temblar, al menos por un momento.
Stella: "Kross… tu..."
Kross asintió antes de que pudiera encontrar las siguientes palabras.
Kross[R]: "Solo de momento… aún debo cumplir mi parte del trato, así que debo separarme de ustedes… pero les prometo que cuando termine esto les contaré tod—"
Pum.
Fang lo interrumpió golpeándolo en la cara. Todo en ella decía que era pura molestia, aunque su expresión y el hecho de que sus alas estaban tensadas era algo que resaltar, pero la intensidad en sus ojos y su respiración pesada dejaban claro que no era ese tipo de enojo.
Kross[B]: "Es comprensible… y me lo merezco."
Fang: "Eres un… puto imbécil."
Con cuidado, Kross movió el puño de Fang para poder mirarla.
Kross[B]: "Lo siento… gracias a mí, una noche que era tan importante como la tuya se arruin—"
Fang: "Si crees que estoy molesta por eso, de verdad eres imbécil… No te… no te vas a escapar de esa charla…, ¿oíste?"
Kross[B]: "Fuerte y claro…"
Fang le dio otro golpe antes de que Kross se moviera hacia donde estaba yo. Con una delicadeza que solo sentía cuando él hacía algo por mí, me levantó y me hizo apoyarme en su cuerpo… esta teniendo especial cuidado con mi lado derecho… así que lo sabes…
Kross: "Lo siento… de verdad lo siento por haberte arrastrado otra vez a todo esto… y más aún después de la promesa que te hice."
Stella: "Descuida… pero… no puedo evitar preguntarme si realmente deberías ir."
Por un instante, la expresión de Kross se quebró, apenas lo suficiente para que pudiera notarlo. Era como si dudara sobre qué decirme, dividido entre lo que quiere hacer y lo que cree que es mejor. Y aunque mi instinto grita que no vaya…
Kross: "Stella… yo..."
Stella: "Solo asegúrate de volver."
Pude ver en su expresión que Kross no esperaba que aceptara esto. Y aunque no me guste la idea de que se exponga a más peligro, no quiero que mi miedo se interponga en la decisión que ya tomó.
Chu~.
De repente sentí un leve roce en mi frente que me tomó desprevenida. No hizo falta preguntarle; al verlo con un sonrojo casi imperceptible, supe exactamente lo que había hecho.
Kross: "Gracias… Star~. Una última cosa… si siguen por esta calle, es probable que se encuentren con una patrulla. Escucho varias alrededor y esa es la más cercana… hasta entonces…, cuídense, por favor..."
Dijo eso mientras se separaba de mí, alejándose poco a poco de nosotras antes de que su expresión cambiara… volvió a tener ambos ojos grises. Entonces dio un salto hasta el techo de un edificio, repitiendo el proceso varias veces hasta que lo perdí de vista… Y pensar que ese primer salto fue aún más potente que esos…
Fang: "Entonces... Stella…"
Mire a Fang, sus brazos estaban cruzados y su mirada me lo decían todo… era claro que quería preguntarme sobre eso… pero… suspire antes de poder responderle bien.
Stella: "Lo siento… pero puedo decírtelo, Fang. Kross me confió eso hace bastante tiempo… así que es él quien debe contarlo."
Fang: "Bueno… tenía que intentarlo. A lo menos ahora sí parece decidido a contarlo todo."
Rosa: "Solo espero que mi hermanito no se lastime mucho… aunque después de lo que vi… de lo que vimos… será mejor que empecemos a movernos si queremos toparnos con esa patrulla y me serviría caminar para organizarme un poco."
Fang: “Pienso igual… vamos…”
Las tres nos miramos entre nosotras antes de empezar a caminar juntas. Al pasar por la primera esquina, saqué la tableta que Kross me había entregado antes solo para guardarla de nuevo. No reconocía el modelo… pero espero que, de alguna manera, esto sirva para ayudarlo.
Rosa: "Aún me cuesta creer que todo esto sea real."
Fang: "Te entiendo… estoy igual. Lo que pasó allá dentro… la forma en que tenían a Kross… no es una imagen que quieras llevar contigo. Se te queda grabada."
Stella: "Ahora entiendo… mucho mejor a como tratan a Kross."
Seguimos avanzando bajo el parpadeo intermitente de las luces de la calle. El aire frío se colaba entre las escamas y el silencio que nos envolvía pesaba como si lleváramos algo invisible a la espalda.
Rosa: "Yo sabía que Kross era fuerte… todos los trabajos de los jardines, o cuando esa cosa atacó la escuela… a mí me lanzó como si nada y él… pudo hacerle frente."
Fang: "Sin contar lo difícil siquiera lo que era reaccionar a todo… o las heridas que tenía parecían no existir… y la manera en que se movía… era imposible seguirlo con la vista y… perdón por seguir y ser insistente, pero, Stella…"
Fang se giró hacia mí. Su mirada mezclaba preocupación y una curiosidad que no iba a dejar pasar.
Fang: "¿Cómo… cómo es posible que parezcas tan tranquila con todo esto?"
Stella: "¿Huh…?"
Fang: "Es que… literal, en medio de todo eso te pusiste a discutir con Kross como si fueran una pareja vieja… carajo, y encima esta ese tipo que te lanzó contra una pared. Aun así, parecías la más serena de las tres. Y eso, considerando que está Rosa, eso es mucho para decir."
Rosa se acercó hasta quedar a mi otro lado, como si quisiera reforzar sus palabras.
Rosa: "Aunque sabemos lo que pasó contigo y Kross aquella vez, cuando dijiste que él estaba en el hospital… no creo que solo por eso te hayas acostumbrado..."
Stella: "No es eso… nunca me acostumbraré al hecho de saber o ver esas cosas… y desearía que Kross no tuviera que pasar por esto."
Fang: "Entonces… ¿tienes al menos una manera de explicarlo? Porque es rarísimo, y lo sabes."
Inspiré hondo antes de contestar, intentando ordenar mis pensamientos. La respuesta era simple, pero no por eso menos cierta.
Stella: "No te mentiré… estaba asustada, molesta y por sobre todo nerviosa todo el tiempo… Es solo que... es porque estaba Kross que actuaba así..."
Fang: "Pero incluso así… me sorprendió la manera en que le hablaste a ese tipo… incluso antes de que Kross estuviera… ya sabes... consciente."
Stella: "Cuando supe que Kross estaba escuchando… sabía que haría lo que fuera por ayudarnos, que haría lo necesario para protegernos. Puede que sea una estupidez poner tanta fe en algo que rozaba lo imposible… pero confiaba en que él... estaría ahí."
Al menos por ahora, mi respuesta pareció aliviar un poco la tensión en ambas. Seguimos caminando sin hablar, dejando que el eco de nuestros pasos llenara el silencio.
Fue entonces cuando, a lo lejos, comenzó a escucharse el sonido intermitente de una sirena. Cada vez estaba más cerca, es impresionante que Kross la haya escuchado desde tan lejos.
Fang: "Bueno… parece que encontramos la patrulla que Kross mencionó."
Rosa: "Y si es así… tal vez podamos descansar un poco después de todo."
A medida que avanzábamos, el resplandor de luces rojas y azules empezó a pintar las fachadas de los edificios. Cuando creímos que era el momento indicado, las tres levantamos los brazos y agitamos las manos para llamar la atención del auto de policía. Sin embargo, la manera en que reaccionó quien lo conducía no fue precisamente… profesional.
Al acercarse, la patrulla derrapó con tanta fuerza que dejó una larga marca negra en el asfalto, y estoy casi segura de que el vehículo golpeó un poste antes de detenerse.
Fang: "Parece que nos tocó la lotería… un tipo loco de rema—"
Lo que fuera que iba a decir se le quedó atascado en la garganta. El ruido seco de una puerta siendo pateada la interrumpió. Del vehículo emergió una figura robusta que avanzaba hacia nosotras con un paso rápido y una expresión que me costaba definir ahora…
Fang: "Oh, por Jesús Raptor… ¿por qué justo él...?"
El hombre que se acercaba no era otro que el padre de Fang.
Fang: "¡Papá, si me dejas exp—!"
Ripley: "¡¡¡¡LUCY!!!!"
El rugido fue tan intenso que hasta Rosa y yo nos pusimos firmes por reflejo, imitando sin querer la postura rígida de Fang, que mantenía la vista fija en su padre. Era la primera vez que notaba un matiz tan marcado de preocupación en su rostro.
Fang: "Papá… de verdad… si me dejas… yo... yo puedo contarte qué pasó… vinieron… unos… no sé, unos tipos que… agh..................…"
Sus palabras se desmoronaban mientras intentaba explicarse o calmar a su padre, pero no llegó más lejos. El comisionado la estrechó contra sí, levantándola del suelo en un abrazo que parecía contener tanto preocupación como alivio.
Verlo así, tan distinto a la imagen severa que proyecta, me resultaba extraño después de lo ocurrido en la plaza… pero sería hipócrita de mi parte juzgarlo. Mi padre haría lo mismo… y probablemente lo hará en cuanto me vea.
El padre de Fang cambió su expresión a una más seria, bajó a su hija y la dejó en el piso para luego inspeccionarla de pies a cabeza, probablemente buscando alguna herida.
Después, hizo lo mismo con Rosa y conmigo, aunque sin tocarnos, solo recorriendo con la mirada. Parecía que, una vez terminada esa revisión silenciosa, empezó a buscar algo más con los ojos.
Ripley: "¿Y el chico...?"
Stella: "¿Se refiere a Kross...?"
Ripley: "Necesito saber si saben algo del muchacho… pero primero es mejor que suban al auto. Tengo que dejarlas en un lugar seguro y avisar a sus familiares que están bien."
Stella: (Ya esto se siente raro.)
La manera en que habló me descolocó… se estaba refiriendo a Kross como ‘muchacho’, cuando la última vez lo llamó ‘monstruo’. ¿Qué habrá pasado para que ahora hable así? Sin mucho más que decir, empezamos a caminar hacia la patrulla.
Rosa: "Si sirve de algo… Kross nos sacó de donde estábamos… y luego se dirigió de nuevo hacia allí."
Ripley: "Hmm… no me agrada eso, pero… ¿saben dónde?"
Fang: "No tenemos ni idea, solo que fue en esa dirección."
Ripley miró hacia donde Fang señalaba, y pude escuchar un gruñido bajo, aunque no sabría decir si era de frustración o de preocupación. Al llegar al auto, nos hizo entrar en la parte trasera.
Antes de avanzar, el comisionado tomó la radio y se comunicó con alguien llamado Tanimura, pidiéndole que estableciera un perímetro en cierta zona. Supongo que lo que hizo Kross no pasó precisamente desapercibido.
Ripley: "Okay… las llevaré a la comisaría más cercana y desde ahí podré coordinar para que las recojan y les pido que guarden silencio, además de hacer unas cuantas llamadas… si el muchacho está donde creo…"
Stella: "¿Llamará… a la detective?"
Ripley encendió el auto y avanzó unos metros antes de darme una respuesta, como si meditara un poco el cómo responder.
Ripley: "Sí… si el muchacho está metido en algo, es mejor que les avise. Ellos podrán encargarse si las cosas se salen de nuestro límite."
Esto ya me incomodaba más de lo que quería admitir. Primero estaba tratando a Kross con un tono que rozaba lo… paternal creo, y ahora parecía dispuesto a aceptar la ayuda de la detective sin reparos…
Stella: "Disculpe la pregunta, pero… ¿por qué habla así sobre Kross ahora? Si prácticamente la última vez que lo mencionó, lo llamó… monstruo."
Lo observé por el retrovisor. Su expresión rígida decía que no quería entrar en el tema, pero parecía que yo no era la única con esa curiosidad.
Fang: "Papá…"
En ese momento, Ripley detuvo el auto frente a un semáforo en rojo y soltó un suspiro pesado, como si estuviera debatiendo internamente si hablar o no. Finalmente, su mirada se endureció, y supe que había tomado una decisión.
Ripley: "Pasaron varias cosas en las horas que… ocurrieron los eventos. Bueno… puedo aprovechar el viaje a la estación para contarles lo que pueda."
.
..
…
Perspectiva de Ripley. Horas atrás.
Fin del capítulo.
Notes:
Vaya vaya... que raro que actualice, pero meh, aqui esta el nuevo capitulo, la continuación del secuestro... si se preguntan la forma medio rara de contar las cosas o que tal vez faltan algunos detallitos, culpen a Stella, no a mi :3
Como sea, el próximo capitulo será comenzando con Ripley porque necesito explicar unas cositas, tal vez haya un avance de la esencia, aun no lo se... y tampoco es como que tuviera muchas curiosidades... pero aquí van:
1- Durante todo el momento en el que despertó Kross, es decir, cuando tiene la [x], tanto Red como Blue, están haciendo lo posible para dar información, regañar o dar consejos y entre las memorias que tiene, se le salió el apodo, que si leen el fic de dardragun707 (el del vaquero Dean), es el mismo por una razón especial, pequeño spoiler desde ahí xd
2- Y-one podía "ver" más o menos como se movía Kross, pero aun no estaba completamente preparado ni arriba de la resina... se vienen cosas
3- Tanto Fang y Rosa aun están asimilando las cosas, en el siguiente capitulo pondré como están, pero es fácil adivinar que pasa cuando todo el estrés/emoción/adrenalina se va
Y esas serian de las que me acuerdo, no tengo mucho que añadir, solo lo de siempre, vida real que no me deja escribir, tengo que pensar en las cosas que quiero (La parte de Ripley salió de la nada, cada vez se alarga mas esta cosa) pero eso, aquí el copy/paste de los panas:
SrSenior con "That is My Parasauur"
Patata_Yazov con "Una luz de esperanza en una depresion psicotica"
Dardragun707 con "Un vaquero en Volcano High"
Xomy90 "Un felino en Volcano High"
Chicken Brain con "Birds of a Feather"
Elcoral con "Mono de Agua"
1ectorDeCosas con "¡I WANI BE YOURS!"Algunos tienen cositas nuevas (capítulos nuevos/historias nuevas) vayan a echarle un ojo.
Y con eso estaríamos, como siempre pueden comentar las cosas que piensan o preguntar cositas de la historia, siempre estoy abierto a responder dudas en lo que cabe para no spoilear y si, este es un mensaje para una personita en especifico del servidor en donde estoy :3. Como sea, gracias por llegar hasta aquí, a los que comentan, que tengan un hermoso día/tarde/noche, nos vemos en el próximo cap :]
Chapter 34: En la Mira del Depredador
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Perspectiva de Ripley. Horas atrás.
Samantha: "Te lo estoy diciendo, querido… Lucy estará bien."
Ripley: "Igualmente… ya es bastante tarde."
Me encontraba hundido en mi silla de siempre, la misma en la que suelo pasar las noches que no me toca guardia, mientras Sam se movía con calma en la cocina, preparando un té de manzanilla. El aroma cálido llenaba la sala, pero no lograba borrar la inquietud que me recorría.
Eran pasadas las ocho y nuestra hija seguía afuera. Moe me había estado enviando mensajes cada cierto tiempo para tranquilizarme, pero el último, asegurándome que todo había ido excelente en el concierto, había llegado hace varios minutos… y el silencio posterior no ayudaba a mi paz mental.
Ripley: "No me gusta la idea de que ese raptor sea quien la traiga. Vaya uno a saber en qué estado conduce… debería haberle dicho a Naser que—"
Samantha: "Querido…"
Sam se acercó con paso suave, llevando una bandeja que dejó sobre la mesa de centro. Con un gesto delicado, se sirvió una taza humeante, como si nada en el mundo pudiera perturbarla.
Samantha: "Te preocupas demasiado. Y aunque no te agrade ese chico… no creo que sea necesario molestar a nuestro hijo, que ya tenía planes con su novia."
Ripley: "Mmm…"
Me serví también una taza. No era especialmente amante del té, pero Sam siempre lograba darle un toque que me agradaba. Si tan solo Naser no hubiera anunciado que pasaría la noche en casa de su novia…
Samantha: "¿Qué es lo que te molesta tanto? No es la primera vez que nuestra hija decide quedarse afuera hasta tarde… y pocas veces te sirves tú mismo..."
Ripley: "Es que… siento que de nuevo Lucy está cambiando de nuevo..."
Samantha: "Rip... nuestra hijita siempre ha sido así. Inquieta, un poco rebelde… ya la conoces."
Ripley: "No… siento que esta vez es diferente. No es como cuando tuvo su etapa de princesa pirata cuando era una pequeña o como cuando la ridícula de su amiga la convenció de cambiar de una forma que todavía no entiendo."
Recordaba con claridad aquellas discusiones interminables que siempre teníamos, solo porque esa enana le metía ideas en su cabeza. Yo intentaba razonar, pero siempre terminábamos levantando la voz.
Y, hasta el día de hoy, sigo sin comprender por qué era tan importante todo ese asunto de los pronombres. Para mí, era un capricho más… pero Lucy lo defendía como si le fuera la vida en ello.
Ripley: "Esta vez la veo más decidida… además, ya no discutimos tan seguido."
Samantha: "Quizás solo necesita tiempo para organizar las cosas en su cabeza... Tal vez podría tratar de invitarla otra vez a salir de compras… y tú también podrías pasar un poco más de tiempo con ella."
Ripley: "Tal vez… quizás la pueda llevar al polígono de tiro."
Era una idea que no sonaba mal. Podría funcionar, incluso podría ir con Naser una vez sea un poco más grande… quizás hasta a Lucy le termine gustando y me pida repetir la ocasión… quizás hacerlo una vez cada mes podría ser una buena costumbre. La idea me dio una ligera sensación de calma, como si hubiera encontrado un puente para volver a acercarme a ella, aunque sabía que no sería tan sencillo.
Me quedé un momento en silencio, observando cómo Samantha revolvía despacio la taza de té. Esa calma hogareña contrastaba demasiado con lo que hervía en mi cabeza… pero había ese algo que me seguía molestando.
Brrr-brrr.
El celular vibró en mi bolsillo acompañado de un tono breve. Al sacarlo, vi en la pantalla el nombre de Moe. Supuse que era para avisarme que Lucy ya se había ido en la camioneta de ese raptor. Sin pensarlo mucho, contesté.
Ripley: "¿Moe—?"
Moe: "Tienes que venir. In questo momento. Es muy urgente."
Moe me cortó sin darme oportunidad de responder. El tono con el que me lo dijo no me gustó nada. Muy pocas veces lo había escuchado hablar con esa seriedad, y la última ocasión había sido durante el caso del híbrido causando problemas en la zona de Skinrow… Mierda. Esto no podía significar nada bueno.
Me quedé unos segundos con el celular aún en la mano, como si necesitara procesar lo que acababa de pasar. Sentí la mirada de Samantha sobre mí, esperando que dijera algo.
En vez de eso, me levanté de la silla con brusquedad, sorprendiendo a mi esposa, y subí las escaleras rumbo a nuestra habitación. Tomé un abrigo y las llaves del auto, mi mente iba más rápido que mis pasos.
Al bajar, la encontré de pie, todavía con la taza de té en las manos, mirándome con esa mezcla de duda y preocupación.
Samantha: "¿Está… todo bien?"
Ripley: "Eso espero… te llamaré en cuanto sepa algo."
Samantha: "Está bien… pero ve con cuidado."
Me detuve un instante frente a ella, dándole una breve caricia en el brazo antes de asentar con firmeza. No me gustaba dejar a Sam con esa expresión de preocupación en el rostro, pero no podía mentirle: yo también la sentía.
Crucé la puerta y me dirigí al auto, cada paso cargado de esa tensión que me decía que la noche apenas comenzaba. El aire frío de la calle me dio en la cara, pero no alivió en nada la presión que sentía en la nuca.
Encendí el motor y, antes de partir rumbo al restaurante de Moe, activé las sirenas. El rugido de ellas rompió el silencio del vecindario, y yo solo podía esperar que no estuviera por enfrentarme a lo peor.
. . .
Ripley: "Carajo…"
Cuando llegué al restaurante, ya había un par de patrullas desplegadas revisando la zona. El parpadeo de las luces rojas y azules se reflejaba en los ventanales y pintaba el asfalto de colores enfermizos. No había necesidad de que nadie me explicara lo ocurrido: bastaba con mirar para entender que aquello había sido un atentado en toda regla.
Mis ojos recorrieron el perímetro en silencio, evaluando la distribución de los agentes, la cobertura de las patrullas entre otras cosas. Era un reflejo más que una acción consciente, la costumbre de quien sabe que cada detalle puede marcar una diferencia.
Varios vidrios yacían esparcidos en el piso a las afueras del local, y desde la calle ya se alcanzaba a ver que el interior no estaba en buenas condiciones. El sitio que tantas veces había estado lleno de voces estaba ahora invadido por un silencio incómodo, roto apenas por el murmullo de los oficiales mientras trabajaban.
Avancé entre ellos con un ademán breve; no necesitaba preguntar nada, todos sabían qué buscaba yo realmente. Al cruzar el umbral, el aire cambió de inmediato: una mezcla áspera de polvo y químicos, un olor que me recordó a demasiados escenarios que preferiría olvidar.
Donde antes había una gran ventana, solo quedaban los bordes quebrados, y la mesa más cercana mostraba señales claras de haber recibido un golpe. Al costado contrario, el suelo y la pared estaban marcados por agujas clavadas con tanta fuerza que parecían proyectiles.
Seguí avanzando hacia la parte trasera, la cocina, y allí encontré a dos figuras que destacaban entre todo el sitio. Un T-rex con una expresión grave y cansada, y un Simian que revisaba con calma una libreta, anotando con precisión cada detalle. Apenas notaron mi presencia, ambos caminaron hacia mí.
Moe: "Rip…"
¿?: "Saludos, Ripley."
Ripley: "Koichi… Moe."
Moe: "Ya le expliqué lo que sé al tuo agente. Necesito hacer unas… chiamate ai miei dipendenti..."
Moe se retiró sin decir más, y en su rostro se podía leer claramente la culpa, perdiéndose hacia el despacho del restaurante. Mientras tanto, Koichi pasó una página de su libreta con un gesto medido, buscando lo esencial. Siempre había tenido cierto aire melodramático, pero detrás de ese estilo estaba un hombre meticuloso y firme en su trabajo.
Koichi: "Iré al grano, Ripley. Según lo que hemos podido establecer, lo ocurrido aquí fue un asalto con secuestro múltiple, se estipula que fue entre las 19:38 y las 20:03 horas. El dueño no estaba presente en ese momento, según su testimonio. Las víctimas identificadas hasta ahora son al parecer un humano y tres saurias que—"
Ripley: "Especifica. Quiero los nombres de las saurias."
Mi garganta se tensó al decirlo. Una parte de mí rogaba que ella no estuviera incluida en esa lista, que se hubiera marchado antes, que la encontrara en algún rincón del local a salvo. Pero la mirada de Koichi no me auguraba nada bueno.
Koichi: "Según los testimonios… los cuales fueron complicados de obtener por la actitud de los dos jóvenes que presenciaron parte de lo ocurrido, sabemos que al menos dos de ellas son de renombre. La primera es Rosa Hernández, una Anquilosaurio. La segunda, Stella Dubois, una Stegosaurio e hija del alcalde, y…"
Koichi se detuvo, bajando la mirada hacia la libreta, como si las palabras le pesaran demasiado. En ese instante sentí cómo el calor subía por mi brazo hasta cerrarse en mi puño con tal fuerza que estuve seguro de que mi palma podía empezar a sangrar.
Ripley: "No sigas. No hace falta que digas la tercera. Puedo suponer, gracias a Moe, que es… mi hija. Y, desgraciadamente, también puedo suponer quién es ese humano que fue secuestrado."
Koichi: "Lamento profundamente que esto haya sucedido, Rip."
Ripley: "Lamentarlo no cambia lo ocurrido. Lo único que significa es que voy a tomar este caso con más seriedad de la que ya tenía. ¿Hay algo más que deba saber?"
Koichi se acomodó la chaqueta, cerrando la libreta antes de guardarla con cuidado. En su lugar sacó un paquete de cigarrillos, y el suspiro que dejó escapar al hacerlo me dijo más que cualquier palabra.
Koichi comenzó a desglosar con más calma lo sucedido. Según lo que me transmitió, Moe no estaba en el restaurante cuando ocurrió el ataque porque había salido a revisar un problema en un sector cercano: al parecer un par de individuos habían estado fastidiando el sistema de seguridad y monitoreo.
Además de eso, me comentó que ya mandó a un par de agentes a revisar el material disponible, con la esperanza de encontrar alguna pista que nos empujara en la dirección correcta.
Salimos de la cocina y regresamos hacia la zona más dañada del local. Koichi señaló los proyectiles incrustados en la cercanía, y me explicó que ya había enviado algunos para análisis.
Lo que realmente le preocupaba, confesó, era que los resultados pudieran relacionarse con un expediente concluido hace años. Habló de una sustancia que habían visto en las puntas de las agujas… y lo único que pensé fue en esa droga que trataban de circular.... Mierda, si llegaba a ser eso, todo se complicaría mucho más de lo que ya estaba.
Le pregunté si había logrado sacarle algo más a los testigos presentes, pero negó sin rodeos. Afirmó que tuvo suerte con arrancar siquiera los nombres de los involucrados, dadas la actitud y el estado en que se encontraba cada uno de ellos. Cuando fue al detalle, mis sospechas se cerraron de golpe: Redmond Brown y Patricia Jones.
Las mismas malas influencias que nunca dejaron de arrastrar a mi hija a problemas. Conociéndolos, no me extrañó que a Koichi le costara la vida arrancarles un testimonio medianamente útil y no fuera una pérdida de tiempo.
Abandonamos el local y caminamos hacia mi patrulla. Había que dirigirse a la estación para comenzar el protocolo, avisar a los familiares de las víctimas y movilizar lo antes posible la información. El silencio que se instaló entre ambos solo era interrumpido por nuestros pasos.
Mientras conducía junto a Koichi, no podía dejar de pensar en el cuarto secuestrado. Le di vueltas y más vueltas al asunto, y la conclusión a la que llegué no me gustaba en lo absoluto. Ya sé que ese chico no tiene ningún tipo de registro en el sistema, así que resultaba inútil intentar rastrear a alguien que pueda responder por el... excepto por…
Ripley: (Ugh…)
La única persona que conozco que sabe realmente algo de ese muchacho es esa 'detective' alcohólica. Y por más que buscara una alternativa, lo cierto es que, si él estaba realmente involucrado en esto, ellos eran mi mejor… y tal vez única opción…
Demonios.
Al llegar a la estación ninguno de los dos perdió el tiempo. Koichi y yo nos organizamos de inmediato con el personal para asegurarnos de que nada esencial se pasara por alto. Aun así, le pedí un detalle en particular: que no notificara al alcalde ni a mi esposa... Eso corría por mi cuenta, y prefería manejarlo personalmente.
El protocolo me absorbió por completo. Revisé los informes preliminares, autoricé las órdenes de seguimiento y pedí que se activaran los equipos de búsqueda en los puntos más cercanos al incidente.
Coordiné que se levantara un perímetro con rondas cada treinta minutos y que se mantuviera a los testigos bajo resguardo hasta nuevo aviso. Todo debía quedar documentado: desde las evidencias recogidas hasta los reportes de cada agente desplegado. Si algo fallaba en ese proceso, perderíamos tiempo que no podíamos permitirnos.
Desde que salí de casa ya habían pasado un par de horas. A pesar de trabajar lo mejor posible, esa impotencia seguía atenazándome. La mantenía bajo control a la fuerza, porque sabía que si la dejaba ganar terreno terminaría tomando una decisión equivocada, y no podía darme ese lujo.
Lo que más me costó fueron las llamadas… la de mi esposa… tener que mantener la compostura cuando su voz se quebraba se escuchaba tras la línea… mejor pienso en la otra… La del alcalde… Traté de resumir la situación con la mayor seriedad posible, asegurándole al Stegosaurio que estábamos haciendo todo lo que estaba en nuestras manos.
Y siendo sincero, en una parte de la conversación me sorprendí yo mismo cuando mencioné la posibilidad de hablar con Cass para apoyarnos en el caso…, el tono del alcalde cambio por unos momentos. Pareció tranquilizarse, como si esa sola idea le devolviera algo de calma.
Ripley: (Parece que no tengo más opciones...)
Había retrasado deliberadamente esa llamada, buscando excusas para enfocarme en otros pendientes, pero después de hablar con el alcalde ya no había marcha atrás. Me dirigí a las afueras de la estación y subí a mi auto.
Una vez dentro, con algo de privacidad, marqué el número de la detective. Incluso mientras sonaba la línea, un mal presentimiento se me aferraba al estómago. Esto no iba a ser nada agradable. Después de unos tonos, contestó.
Cass: "¿Qué mierda quieres, Ripley? Es casi madrugada."
Ripley: "Necesito hablar con ustedes. Es urgente."
Desde el otro lado de la llamada se escuchó un quejido fuerte y otras voces mezcladas. Tenía que ser su hijo. Siempre me había impresionado lo poco profesional que era el hecho de que trabajaran en el mismo espacio.
Cass: "Rip, nosotros también estamos ocupados. Y seguro cualquier mierda tuya no es relevante para nosotros, así que mejor no jodas a estas horas—"
Ripley: "Su fenómeno está involucrado. Y no solo él: otras tres saurias también lo están. Entre ellas mi hija… y la hija del alcalde. Así que, como buenos funcionarios, entiendan que esto sí es relevante."
Volví a escuchar otra voz a través del teléfono, pero esta vez quedó sofocada por un grito tan fuerte de Cass que tuve que apartar el teléfono de mi oído para no quedarme sordo.
Cass: “¿Dónde estás ahora mismo?”
Ripley: “Me encuentro en la estación de policía princip—”
Cass: “Diez minutos. Abe, tú mantente atento a nuevas instrucciones junto a Neo… ¡Surge—”
Y… me colgó. Me quedé mirando la pantalla del celular en silencio, todavía procesando lo que acababa de pasar. Lo que más me sorprendía era cómo, al mencionar al chico, la actitud de esa mujer cambió de golpe…
Había pasado de la indiferencia hostil a la urgencia en cuestión de segundos. La charla que se aproximaba quizás no sería molesta, pero sí incómoda, de eso no me cabía duda.
Me obligué a no pensar demasiado en todo lo que estaba ocurriendo mientras bajaba del auto. Por costumbre, saqué un paquete viejo de cigarros que cargaba en el bolsillo, lo observé un instante y lo devolví a su lugar.
Lo único que podía repetirme era la esperanza de que mi hija estuviera bien. Quizás, con algo de suerte, esta reunión también me sirviera para arrancarle algo de información a esa alcohólica sobre ese chico…
No tardó tanto como prometió. Tal vez ocho minutos, incluso menos. El rugido de un motor potente se fue acercando por la calle hasta que pude verlo: una moto que conocía demasiado bien.
No me costó imaginarme cuántas leyes había roto en el trayecto para llegar antes de lo previsto. Con un derrape que levantó polvo, Cass y su compañero bajaron sin modales, con esa prepotencia habitual que siempre me resultaba insoportable.
Cass: “Más te vale darme explicaciones claras sobre lo que dijiste en la llamada.”
Ripley: “Antes que nada quiero dejar algo en claro. Quiero respuestas sobre ese fenómeno, porque—”
Cass: “UGHHHH…. Vamos, Ripley, ¿en serio te vas a poner con lo mismo? Te lo dije la última vez: todo lo que tenga que ver con ese chico está bajo mi responsabilidad. Así que no empieces otra vez con tus inseguridades—”
Golpeé el capó de la patrulla con tal fuerza que sentí cómo se abollaba bajo mi mano. El sonido metálico retumbó en el aire y, aunque deseaba gritarle todo lo que tenía contenido, me contuve. No podía darme ese lujo ahora, no cuando cada segundo perdido podía marcar la diferencia. Todo por mi niña.
Ripley: "Escúchame bien, Cass. Esta vez sí tengo derecho a esa información. No es un capricho ni por una estúpida obsesión personal. Estamos frente a un caso prioritario, con menores involucrados, y no se puede tratar a la ligera como si fuera un asunto cualquiera."
Cass: "Ripley, de verdad—"
Ripley: "No… déjame terminar."
Sentí cómo mi voz se volvía más grave, más áspera, cargada de un peso que me quemaba en el pecho. No quería sonar así, pero no podía contenerlo.
Ripley: "Como te decía… ya no se trata de simples sospechas ni de mi desconfianza hacia ese muchacho. Mi hija quedó atrapada en medio de todo esto. Se suponía que ya tendría que estar en casa, segura… no enfrentando una situación como esta. No puedo aceptar quedarme con los brazos cruzados mientras la arrastran a este infierno."
Apreté el puño contra el capó de la patrulla, el metal crujió con un ruido seco. No sabía si necesitaba ese contacto físico o simplemente lo hacía para no dejar que la rabia y la impotencia me vencieran en ese momento.
Ripley: "Creo que lo mínimo que merezco es saber más del chico que siempre parece estar en el centro de los problemas. Fue secuestrado junto a mi hija y a otras dos niñas. Y no te lo estoy pidiendo como comisionado, Cassidy... Te lo estoy pidiendo como un padre que quiere saber quién es realmente la persona que camina al lado de sus hijos."
Cass me sostuvo la mirada en silencio. Pude ver cómo cada palabra que había dicho se quedaba flotando en ella, obligándola a debatirse entre mantenerme al margen como siempre… o finalmente ceder. Después de unos segundos que parecieron eternos, se giró hacia su compañero… a lo menos lo intent—
Cass: "Surge, anda a prepararte. Reúnete con Abe junto al personal y estén listos para ofrecer todo el apoyo que se necesite, me quedare con Rip a solas."
Ripley: (¿Eh…?)
Surge: "La próxima vez me vas a pagar por hacer de chofer… Suerte, comisionado."
Lo vi alejarse con la misma informalidad con la que había llegado, sin un atisbo de respeto ni de cuidado. Cass, en cambio, caminó hacia mí con paso firme, la decisión ya tomada marcada en cada movimiento.
Cass: "Será mejor que subamos a la patrulla. Tú conduces. Mientras manejas, te contaré… algunos detalles. No puedo revelártelo todo, pero sí lo suficiente para que tengas un panorama claro."
Ripley: "Entendido—"
Cass: "No tan rápido, tengo que decirte algo para que te quede claro…”
Ahora fue ella quien me cortó de inmediato, clavando la mirada de una forma poco común a su actuar de siempre.
Cass: “Lo que vas a escuchar dentro de este auto no puede salir de aquí... Ni a tus compañeros de trabajo, ni a tus amigos, ni a tus contactos, ni siquiera a tu preciada familia. Es un asunto demasiado delicado y no me corresponde a mí andarlo divulgando… El único con ese derecho es… Kross. ¿Está claro? Ahora, ponte en marcha.”
Asentí sin más en silencio. Subimos a la patrulla y encendí el motor. Conduje despacio, a un ritmo calculado, lo bastante lento para permitirnos hablar sin distracciones. El tono seco y cortante de Cass dejaba claro que lo que estaba a punto de escuchar no iba a ser nada fácil de digerir.
Comencé a escuchar con atención lo que Cass me relataba, y no era una historia fácil de digerir. Decía que todo esto se lo había contado el muchacho después del incidente en la plaza, y que estaba segura de que cada palabra que salió de su boca era verdad.
Cass: “…No había titubeo en su tono, ni el más mínimo atisbo de duda…”
Siendo sincero conmigo mismo, lo que más me golpeaba era pensar que estaba escuchando algo sobre alguien que era de la edad de mis propios hijos… incluso era menor que Naser cuando paso… lo del acantilado.
Me costaba imaginar que un crío hubiera tenido que cargar con algo tan pesado.
Mientras más avanzaba por las calles, más me adentraba en su relato y más entendía por qué ese chico se comportaba de manera tan extraña, como alguien que jamás había conocido una vida normal.
Jesús raptor… cada vez que Cass mencionaba un nuevo detalle, podía sentir cómo mis manos apretaban con más fuerza el volante del auto. El cuero crujía bajo la presión de mis dedos. La rabia me hervía en la sangre, y solo con imaginar todo lo que le habían hecho a un simple niño, ya quería destrozar algo, lo que fuera.
Cass contó que era huérfano, que nunca supo nada de sus padres. Había crecido en un sitio que ni siquiera merecía llamarse hogar, un lugar olvidado por cualquier dios, una ruina donde lo único que le esperaba era el abandono. Y un día…, simplemente vinieron unos tipos y lo secuestraron.
Desde entonces…, diez PUTOS años de su vida se redujeron a ser un objeto de experimentos. Diez M-A-L-D-I-T-O-S años de ser tratado como basura…. Eso no era vida… era una tortura.
Después de un tiempo mientras manejaba, Cass permaneció en silencio. Se nota que me está dando un espacio, seguramente a propósito, para que pudiera procesar todo lo que acababa de escuchar.
Y sí, tenía razón en hacerlo, porque yo no sabía cómo reaccionar. Mi mente repasaba una y otra vez lo que había oído, tratando de ponerlo en orden. Podía notar una cosa más, ella aún tenía más por contar, pero lo que me dio ya era suficiente para cambiar la forma en la que veía a ese chico… mierda…
Ripley: (Malditos bastardos.)
No podía dejar de repetirlo en mi cabeza. Bastardos. Cómo alguien puede hacerle eso a un niño… un simple niño…
Me costaba aceptarlo. Era imposible de creer, y… sin embargo, ahí estaba yo, escuchando esa historia de primera mano. Lo que más me revolvía las entrañas era pensar en que había logrado sobrevivir. Diez años siendo tratado como cualquier cosa… y todavía seguía de pie.
Ripley: (Con razón el reacciono de esa manera…)
Los recuerdos me golpearon de repente. Aquella vez en el hospital, cuando trate de intimidarlo. Pensaba que era un chico más, un vándalo que fingía tener confianza para que no lo intimidaran… otro de esos humanos podridos en esa parte de la ciudad…, alguien al que podía presionar hasta quebrarlo como a cualquier otro.
Pero estaba equivocado. Creí que se doblegaría, incluso llegué a tratar de usar a alguien que parecía ser importante para él. Ahí fue cuando lo vi reaccionar, cuando esa mirada me atravesó con un odio tan real que me heló la sangre. No era miedo lo que lo hacía resistir, era alguien que ya había soportado demasiado y que aun así intentaba mantenerse en pie… carajo.
Me sentí un completo imbécil. Había estado mirando todo desde la perspectiva equivocada. Ese muchacho no era una ‘amenaza’ como tal ni un problema más en mis registros… era un sobreviviente. Y lo que había enfrentado no era algo que ningún niño, ni siquiera un adulto, debería soportar jamás.
Mientras más avanzaba el auto, esa rabia fría dentro de mí se mezclaba con un sentimiento extraño, incómodo… una especie de respeto involuntario, casi doloroso. No podía cambiar lo que había hecho ni lo que había pensado antes sobre él, pero lo que sí sabía era que no volvería a mirarlo de la misma manera. No después de saber lo que había vivido.
Cass: "Espero que con eso te baste, Ripley. Los demás detalles de lo que tuvo que pasar… eso ya no me corresponde decirlos."
Ripley: "Descuida. Con lo que acabas de contarme es suficiente. Ya tengo un panorama mejor del chico."
Cass: "Como sea… ahora enfoquémonos en lo que está pasando. Kross fue secuestrado junto a tres dinos, y entre ellas está la hija del alcalde, la misma que estuvo en el incidente de la plaza. No es casualidad. Puedo imaginar el porqué de un secuestro tan amplio."
Cass cambió nuevamente su tono. A diferencia de cuando hablaba del chico, ahora sonaba una calma distante, como si se refiriera a un simple expediente y no a vidas en peligro. Mientras hablaba, sacó de su saco una botella de licor y le dio un trago largo, como si se tratara de agua.
Cass: "Lo más probable es que detrás de esto estén los mismos responsables de los casos anteriores. Y, como ya habrás deducido con lo que te conté, son los mismos que se llevaron a Kross cuando todavía era apenas un niño."
Ripley: "Entonces, si tanto interés tienen en él, ¿por qué arrastrar a más personas? ¿Qué sentido tiene llevarse a un total de 4? Contando al muchacho"
Cass: "Porque aprendieron de su último encuentro. Según el testimonio de la hija del alcalde, Kross la protegió sin pensarlo, poniéndola antes que a sí mismo. Seguramente pensaron que, si amplían la cantidad de rehenes, podrán mantenerlo controlado."
Hice una mueca amarga mientras conducía de regreso hacia la estación. La idea se me clavaba en la cabeza, cada pieza encajaba con la información que Cass me soltaba a cuentagotas.
Mi hija estaba metida en esto solo como un medio para acorralar a ese muchacho, para usarla como ancla y doblegarlo. El volante crujió bajo mi agarre hasta que sentí una mano apoyarse sobre mi hombro.
Cass: "Oye. Tranquilízate un poco. Tenemos que considerar la actitud del chico."
Ripley: "¿A qué te refieres con eso?"
Cass: "Si Kross está consciente… y espero que lo esté… mientras ninguna de las involucradas haga alguna estupidez, lo más probable es que salgan con vida. Ese chico hará lo que sea necesario para mantenerlas a salvo."
No podía decir que eso me diera calma... en absoluto. Pero si tomaba en cuenta que el chico fue capaz de desarmar a un pelotón entero de policías incluso estando en un estado deplorable… okey, tal vez sí podía bajarle una raya a la presión que me martillaba en la cabeza. No era mucho, pero servía para no perder del todo el control.
Cass: "Seré honesta, Rip. Si quieres facilitarte, aunque sea un poco todo este problema, vas a tener que darme libertad para moverme entre tus fuerzas. Y no solo eso… también vas a tener que aceptar que yo dé órdenes."
Ripley: "Antes hubiera rechazado eso sin dudarlo… pero ahora mis opciones están cortadas. En cuanto lleguemos a la estación, daré el aviso."
Cass: "Perfecto. Gracias por no ser un cascarrabias esta vez. Además, voy a necesitar un resumen de lo que sí tienen y de lo que no... Así que, empieza."
Solté un suspiro largo, pesado, como si me hubieran puesto una carga extra encima de los hombros. A pesar de su tono algo arrogante, me obligué a enumerar los puntos clave que teníamos hasta ese momento.
Le conté que no había rastro alguno debido a lo sucedido con las cámaras de la ciudad, ni siquiera en las que rodeaban el restaurante. Varias habían fallado de forma simultánea y lo peor era que no seguían ningún patrón claro, lo que hacía imposible sacar algo útil de ellas. Era como perseguir sombras.
También le expliqué el procedimiento de búsqueda que estábamos aplicando hasta entonces: rutas cubiertas, cuadrantes revisados, relevos y tiempos... Fue justo cuando alcanzamos las afueras de la estación, giré hacia el acceso y aparqué. Entramos con paso firme, sin perder un segundo…
. . .
El cambio administrativo… se sintió extraño y, al mismo tiempo, con una naturalidad inesperada. Con la poca información que le proporcioné y la que ella misma iba recibiendo, Cass se acopló sin frenar el ritmo.
No solo complementaba lo que yo había dispuesto, sino que lo afinó lo que hacía falta y propuso ajustes donde el plan aún cojeaba, dándole al conjunto una agilidad que yo solo no había conseguido. Como si se hubiera metido al engranaje y este hubiera seguido girando sin trabarse.
Las horas siguientes lo reafirmaron: la eficiencia en la búsqueda subió de manera evidente. Ampliamos los perímetros hacia las zonas donde coincidían los fallos de seguridad reportados en la ciudad y levantamos puntos móviles de control en accesos, puentes y pasos rápidos.
Reasignamos patrullas en binomios mixtos para cubrir más calle con menos desgaste, y rotamos los relevos antes de que el cansancio hiciera estragos. Pedimos a las unidades que cruzaran reportes de movimientos inusuales con avisos vecinales y llamadas por ruidos, cortes breves de luz o furgones detenidos en horarios que no correspondían.
Todo se registraba en tiempo real y se retroalimentaba en la estación central, que funcionaba ahora como un centro de mando mucho más vivo y ordenado. No era perfecto, pero al menos estábamos empujando hacia adelante.
Más tarde, volví a salir a la calle, me encontraba nuevamente conduciendo en ronda por Volcaldera. La madrugada ya nos había caído encima y la hora, a estas alturas, era un detalle sin importancia...
Agradecía las mejoras que Cass había metido en el protocolo…, sí, pero cada minuto seguía siendo un martillo en el pecho. No podía dejar de pensar en Samantha, en la llamada que tuve que hacerle para contarle lo sucedido.
La escuché contener la respiración al otro lado de la línea, y aun así le juré que todo estaría bien. Ojalá esas palabras no se sintieran ahora como una promesa imposible de cumplir. Ojalá pueda cumplirlas…
Rummmmmm...
Sentí una agitación extraña que me recorrió el pecho y la nuca al mismo tiempo. Podría haberla atribuido al cansancio o a un mal presentimiento, pero seguía al volante y no podía darme el lujo de perseguir fantasmas. Entonces la radio escupió un aviso urgente, y la intuición dejó de ser teoría para volverse trabajo.
El comunicado fue claro: en la zona norte de la ciudad se había percibido un temblor, algo localizado, reciente. Podría sonar absurdo, pero me descubrí aliviado de escuchar eso. O era una pista mínima que por fin nos abría una rendija… o solo otra pérdida de tiempo. No dudé. Respondí al llamado, di mi posición y giré el volante rumbo al norte.
Mientras conducía, mi cabeza corría en dos carriles. En uno, el padre que repasaba la última vez que vio a su hija salir por la puerta; en el otro, el comisionado que dividía la ciudad en cuadrantes, rutas de acceso y posibles zonas de cobertura.
Apreté el acelerador cuando la calle se abrió frente a mí y entonces, entre luces bajas y sombras largas, aparecieron unas siluetas caminando por la calzada. Abrí la boca para maldecir a un par de idiotas que merodeaban a esas horas… hasta que el estómago se me encogió. No puede ser… son… es…
.
..
...
Perspectiva de Stella. Actualidad.
Stella: "¿Eso no se ve mal por su parte? Me refiero a… cambiar la forma en que trata a Kross solo porque le contaron su pasado. ¿No cree que… suena conveniente?"
Ripley: "Sí. Suena mal. Y, si soy honesto, no me enorgullece. Pero mi trabajo me obliga a tratar cierto tipo de casos con frialdad, sobre todo cuando no hay información sólida. Ese ha sido siempre el estándar. Aun así, cuando vea al chico, le pediré disculpas como corresponde."
Stella: "…"
No me gustó nada que la detective hablara del pasado de Kross, aun con partes en silencio. Pero entendí por qué lo hizo: la situación lo exigía, aunque me dejara un sabor amargo. Al menos ahora entendía el cambio de actitud del comisionado.
La ciudad corría en luces y reflejos afuera, y parecía que faltaba poco para llegar a la comisaría. Ripley tomó la radio y habló con voz breve, como quien confirma una ruta y solicita apoyo… o eso creo… no distinguí ninguna de sus palabras.
En algún punto, dejé de escuchar con atención, como si una especie de modo automático se hubiera encendido en mí. Aun así, podía ver a Rosa y a Fang a mis lados. Se las notaba tensas: Rosa con los dedos entrelazados, la mirada firme en la ventana; Fang con los hombros rígidos, como si quisiera estar en otro lugar…
Ni siquiera recuerdo en qué momento el auto se detuvo, ni cómo abrí la puerta y puse un pie fuera. Era como si mis pasos no me pertenecieran, como si me moviera por inercia detrás de Rosa y Fang, con la mente hundida en un vacío extraño donde nada parecía importar.
No había ruido, ni peso, ni siquiera el eco de mis propios pensamientos. Todo era una bruma hasta que una voz insistente y una silueta frente a mí rompieron esa niebla.
Cass: "Hola… ¿tierra llamando a la Stegosaurio verde? Vamos, no te me quedes flotando, ¿me escuchas?"
Stella: "¿S-si…?"
Cass ladeó la cabeza, medio sonrisa cansada en el rostro, y sin apartar los ojos de mí habló hacia atrás.
Cass: "Sip… hey, Rip. Será como dijiste. Lo mejor será darle prioridad a ella, que la revisen y nos aseguremos de que esté bien."
Cuando volví a darme cuenta de lo que pasaba, estaba parada en medio de un cuarto, seguramente dentro de la estación. El ambiente era frío y estéril, demasiado distinto al caos de hace apenas unas horas.
La detective se había apartado un poco para colocarse al lado del padre de Fang, mientras que mis amigas me miraban con preocupación desde un costado. Espera… ¿a qué se…?
Stella: "Disculpe… pero… ¿a qué se refiere con eso? ¿Pasó algo?"
Cass cruzó los brazos y me sostuvo la mirada, sin brusquedad, pero con ese tono directo que no daba espacio a excusas.
Cass: "Pasaron un par de minutos desde que ustedes entraron y nos movimos a esta sala. Les pregunté algunas cosas sobre… bueno, el ‘eventito’ que tuvieron. Tus amigas respondieron como pudieron, pero tú… tú te quedaste mirando la nada. Ni una palabra salió de ti."
Stella: "Oh…"
La sorpresa me recorrió entera. ¿De verdad habían pasado minutos? No lo sentí, ni siquiera fui consciente de nada. Y si ya habían relatado un poco de lo que ocurrió, aunque fuese lo básico, prefería a lo menos también hablar un poco sobre eso.
Stella: "Lo siento por no prestar atención… si quiere puedo responderle sus preguntas ahora mismo con lo que recuerdo. Lo de antes fue solo un despiste mío, de verd— ¡Auch!"
Rosa: " Lo siento, de verdad, pero después de lo que pasó necesitas atención médica sí o sí. Solo te toqué y ya reaccionaste así."
Fang: " Aún me pregunto cómo lograste aguantar ese golpe de ese tipo..."
Me estaba sobando el brazo derecho con cuidado, apretando los dientes en silencio. La verdad es que hasta ahora no había querido pensarlo demasiado, como si negarlo lo hiciera menos real. Pero ese dolor agudo me recordaba cada segundo lo que había pasado. Quizás no podría seguir aplazando más esa revisión… me gustara o no.
Ripley: " En este caso creo que lo mejor sería llevarla a un hospital para que le hagan un chequeo completo, asegurarnos de —"
Cass: " Mmm… igualmente no es tan necesario. Vi en el expediente que una de tus agentes de aquí, la agente Hanson, tiene conocimientos médicos más que decentes. Podemos pedirle que la revise aquí mismo. Además… no podemos darnos el lujo de perder tiempo trasladándola. En breve saldré hacia donde las niñas dijeron que puede estar Kross, y cada minuto cuenta."
Agradecí en silencio que no tuviéramos que movernos de aquí todavía. El solo pensar en ir a otro lado con el cuerpo cansado y el brazo doliendo me pesaba, aunque trataba de disimularlo.
Stella: (Espero que de verdad no sea nada serio… espera.)
Si la detective se marchaba ahora, tal vez pasara demasiado tiempo antes de poder cumplir con lo que Kross me había pedido. No podía dejarlo pasar. Saqué la tableta que seguía guardando con cuidado y me acerqué hasta ella, un poco nerviosa, pero determinada.
Stella: "Disculpe, pero antes de que se vaya… necesito pasarle esto."
Cass: "Y… ¿Qué es esta cosa?"
Stella: "Es una tableta que Kross le quitó a uno de esos tipos antes de escapar con nosotras… me pidió que la guardara y que se la entregara. Es de… 'ellos'."
La expresión de la detective cambió de inmediato. El aire ligero que tenía segundos atrás desapareció y se endureció en un gesto serio. Tomó la tableta con firmeza, encendiéndola un instante para revisar la pantalla antes de apagarla de nuevo.
La guardó en el interior de su saco con un movimiento rápido y, acto seguido, sacó de ahí una pequeña botella de licor. Pero en vez de beber de ella, simplemente la sostuvo un rato mientras se llevaba la otra mano a la cabeza, revolviendo su propio cabello con un gesto cansado, dejando salir un largo suspiro que pareció vaciarla por dentro.
Cass: "Okey… cambio de planes, Ripley. Necesito que vayas tú al sitio donde está el muchacho. Tenía pensado recogerlo yo misma y traerlo hasta aquí, mientras Abe y Surge se encargaban de arreglar lo que fuera que haya pasado. Pero ahora debo ir a otro lugar antes."
Ripley: "No estoy seguro de que sea buena idea. Quiero quedarme cuando lleguen los padres de las niñas. Después de comunicarles que pueden recogerlas necesito dejar claras las cosas, además—"
Cass lo interrumpió sin rodeos, alzando la voz lo justo para cortar su frase.
Cass: "Eso se lo puedes dejar a cualquier otro agente, Rip. Esto es necesario. Si mi hijo empieza con sus tonterías le puedes pegar, o si no dile a Surge que lo haga, da lo mismo. Lo que importa es que vayas, veas la situación y traigas al chico. Mientras tanto mis chicos se encargan de cerrar los cabos sueltos… Mmm… espera. Toma."
La detective se dirigió a un escritorio en la sala, tomó un pequeño papel y anotó algo antes de entregárselo al padre de Fang.
Cass: "Cuando llegues aquí con el chico, llama a este número. Vendrán por él. Después, si quieres, le preguntas al propio Kross si prefiere que yo te explique más cosas, pero hasta entonces mantén esto en discreción, hasta entonces comisionado."
Ripley: "Espera un momento, Cass. ¿De verdad no puedes—?"
No terminó la frase. La detective solo se marchó sin importarle nada más con paso decidido, dejando el eco de sus palabras en la sala. Ripley suspiró, rascándose el cuello con incomodidad.
Ripley: "…Okey. Primero las llevaré con la agente Hanson, todas necesitan por lo menos una revisión básica. Síganme."
Comenzamos las tres a seguir a Ripley en silencio. Sentía un ligero alivio después de haberle pasado aquello a la detective; si Kross me lo confió, debía ser por algo importante, y al menos esa carga ya no pesaba en mí… espero que le ayude.
Sin embargo, la inquietud no desaparecía. Kross… lo único que podía repetirme mientras caminaba era si estaría bien… rogando en silencio que regresara de una pieza. Por favor… que vuelva bien…
.
..
...
Perspectiva de Kross. Varios minutos atrás.
Avanzaba por los techos de esta ciudad, cada aterrizaje calculado para no dejar marcas… o por lo menos lo intentaba. Se que no era momento de descuidos, pero estaba demasiado tenso para pensar en esa basura…
A estas alturas, las dinos ya debieron haber comenzado a caminar hacia la patrulla que les indiqué, y eso me daba un margen para seguir moviéndome. Pero las voces… las malditas voces no callaban. Seguían repitiendo lo mismo, un eco constante dentro de mi cabeza.
Rxd: (Es…ás importante…cuidarlas.)
Blxe: (Enfocarse…eben pagar…que hicieron.)
Era todo un bucle. Esas dos direcciones: protegerlas ante todo y hacer pagar a los malnacidos. Esas dos ideas se mezclaban en mi cabeza como un eco perpetuo, y solo por eso me contuve antes, el único hilo que me mantenía de atacarlos sin represalia.
Porque… cuando escuché ese nombre… cuando mencionaron ese maldito nombre… o cuando vi el rostro de aquel infeliz… todo lo que quería era arrancarle hasta el último aliento que tuviera. Pero ahora… ahora no había nadie que pudiera detenerme.
Ya podía ver a lo lejos el sitio donde me esperaban. El concreto gris del estacionamiento se levantaba como una sombra pesada, y con cada salto la sensación se intensificaba.
Mis músculos se tensaron de anticipación. Deseaba que ofrecieran resistencia, que tuvieran la decencia de que no solo fueran unos cobardes escondidos tras sombras. Sería demasiado aburrido y patético si no gritaban antes de sufrir.
Me detuve en lo alto de un edificio cercano, cerrando los ojos por un instante para concentrarme, dejando que los sonidos me guiaran…. El eco de las respiraciones me alcanzó con claridad: cinco respiraciones distintas en el nivel más bajo del estacionamiento.
Charlaban sobre algo irrelevante, palabras banales que no me importaban… salvo que entre ellas una voz sobresalía… La suya… Esa voz… esa falsa arrogancia que me enfermaba, ese ego. La reconocí al instante, la del maldito desgraciado que llevaba en mi memoria desde que desperté… el Puto…
I̸ͬ͂̆̀M̸̢̻̏̕_̧̮͇ͩ͟B͕̊E̶̶͉̓ͮC̨̱̈́̀I͒ͧ̇L…
…que se atrevió… a tocarla………………………ja, que idiotez…
La sonrisa me nació sola, retorcida, alimentada por esa necesidad de quebrarlo. Esa urgencia por romperle el rostro de la forma más dolorosa posible. Que por favor… que no se rinda fácil… que dé pelea…. Sin esperar un segundo más, me lancé directo hacia el sitio.
Mi idea era simple… atravesar este maldito sitio desde lo más alto hasta encontrarme directamente con los imbéciles. El aterrizaje fue… horrible, tosco y hasta gracioso… lo admito, pero nada se rompió…
Salvo un poco el suelo del edificio, que quedó marcado con una grieta poco profunda que parece que resonó en todo el lugar. Un golpe seco, directo, una entrada imperfecta que arruina todo a su paso… justo lo que quiero.
Seguramente… con ese estruendo, ya deben saber que estoy aquí… así que, qué más da. Me arrodillé, dejando que mis dedos tocaran el suelo agrietado, sintiendo la textura áspera.
Un sentimiento extraño me recorrió los brazos, un presentimiento raro… se parecía al material del lugar de la señora alcohólica, pero este era… menos reforzado… pero a lo menos con esto confirmo que es algo resistente. Eso, lejos de molestarme… me saco una pequeña sonrisa fugaz. Qué divertido... Significa que todo esto no se caerá tan fácil cuando empiece a jugar.
Levanté la mirada en busca de un camino y no tardé en encontrarlo. Ya no había prisa ni necesidad de algo demasiado vistoso, bastaba con avanzar. Bajé por un par de escaleras, uno que otro pasillo, un par de puertas, nada relevante. Después de unos minutos bajé hasta el mismo nivel donde había detectado las respiraciones.
Al empujar una puerta, el espacio se abrió ante mí: un estacionamiento amplio, sostenido por columnas que cargaban el peso del edificio. Había un par de autos estacionados, perfectos juguetes para lanzar. Y, como plato de bienvenida, los cinco idiotas parados a una distancia que parecía casi estratégica de la entrada… ternuritas.
Avancé con calma, cada paso retumbando en el eco del lugar. La sonrisa arrogante del líder me recibió desde lejos, como si realmente creyera que tenía el control. Oh… qué maravilla… que delicia será borrar esa expresión, verla torcerse, desmoronarse, quebrarse… patético intento de dignidad.
Y-one: "Miren nada más, código Acus sí cumplió su promesa. Aunque en este caso… sería más bien una sentencia, ¿no?"
Un tic me recorrió el ojo apenas escuché ese nombre. Bastó con eso para que la rabia se agitara en mi interior, aunque hubo algo que me quito al instante ese sentimiento… tuve que contener la carcajada que casi se me escapaba por culpa de este idiota.
¿De verdad…? ¿Eso fue un intento de provocación? Pobrecito… ni para eso sirve. Será divertido… destrozarlo incluso..., precisamente por lo patético de su esfuerzo.
Kross[x]: "Ssssentencia… sentencia… sssentencia… qué palabra taaaan… curiosa. Pero… ‘muerte’, ‘ruina’ o ‘epitafio’… oh sí, esa vibra, esa sí que me gusta… y es un ejemplo mucho más adecuado de lo que te espera a ti, mi gran descerebrada víctima… y a todos los horripilantes cómplices que tienes arrastrados detrás de ti."
Y-one: "De verdad eres alguien demasiado arrogante, en ninguno de los registros de—"
Kross[x]: "¡JA! Te hundes solo, idiota. Dijiste que es arrogancia… pero no… no… no… lo de ahora es algo muuucho más grande. Esto se llama confianza... Confianza en que soy capaz en poder arrasar… triturar… desarmar… con cada uno de los imbéciles que eligieron pararse en el lado equivocado… y ya veo 5 ejemplares."
La sonrisa del tipo empezó a quebrarse. Se tambaleaba, un reflejo involuntario que lo delató. Los otros… vacíos, aburridos, inexpresivos, como estatuas que apenas respiran.
Mi sonrisa, en cambio, crecía más y más, llenándome la cara, la piel, el pecho. Imaginaba romperlo, sentir cómo cada hueso cede, como cada ligamento se rompe, como cada fibra se desgarraba... Pero… porque… porque de la nada algo en esa escena se volvió gris… algo opaco.
No había resistencia real, no tenían esa ‘chispa’. Si solo se quedaban ahí, callados… sería tan, tan aburrido. No habría satisfacción. Romper algo que no es capaz de defenderse carece de sabor… Solo solté un suspiro, dejando que la impaciencia se mezclara con la rabia, atento a cualquier mínimo movimiento… pero ellos seguían ahí, clavados como idiotas.
Un bostezo largo se me escapó, arrastrado, perezoso… como si lo que estaba frente a mí no valiera ni un segundo de atención. Pero fue justo en ese instante que lo sentí, ese pequeño temblor, un movimiento mínimo, casi disimulado.
Los cinco idiotas movieron una mano, sincronizados, buscando algo. Y sin embargo… se detuvieron de golpe, como si hubieran recordado que yo estaba mirándolos. El líder, ese pobre desgraciado, me sostuvo la mirada… más tenso que antes… oh, delicioso.
Kross[x]: "No se detengan… continúen… lo que sea que estén tramando… háganlo… háganlo ahora."
El imbécil vaciló unos segundos, como si esperara que yo parpadeara. Pero terminó rindiéndose. Hizo un gesto corto, apenas perceptible, y entonces sus acompañantes sacaron algo. Inyecciones. El aire mismo se apretó en mi pecho cuando las voces empezaron a golpearme, a repetirse, a estrellarse contra mis pensamientos. Como recuerdos fugaces que se encienden y se apagan demasiado rápido.
Kross[x]: (Una plaza… un encuentro… interesante… demasiado interesante…)
El momento en que esas agujas perforaron la piel de sus cuellos, pude ver cómo la sustancia actuaba casi de inmediato. No era grotesco, no era una mutación torpe que desgarrara lo que ya tenían; era un cambio diseñado con precisión.
Los músculos se expandieron, tensándose con un vigor antinatural, pero sin perder la elasticidad necesaria para moverse con agilidad. Como si el refuerzo estuviera calculado para aumentar la fuerza sin sacrificar la velocidad.
Lo más curioso era que la transformación parecía aceptar sin problema la chatarra incrustada en algunas. Ni un gesto de incomodidad, ni una señal de que aquellas prótesis forzadas les pesaran más de lo debido. La simbiosis era fluida, casi como si hubieran nacido con esas piezas.
El único rasgo uniforme en todos ellos, eran los ojos. Un rojo encendido, profundo, que les ardía en la mirada. Esperaba un resultado más monstruoso, algo que gritara desesperación o deformidad… pero no. Lo que obtuve fue una simpleza aburrida. Mediocridad pintada de rojo.
Y-one: "La última vez no fui capaz de usar esto, pero ahora… ahora es distinto. Se nota que es una versión mejorada. Se siente como si—"
Kross[x]: "Blah, blah, blah… ¿ya terminaste con tu misa barata de idiota desfigurado? Cállate… cállate y mueve el culo. Eres tan lento que hasta el silencio se aburre. Tengo sueño y esto se me hace eterno."
Le levanté el dedo del medio, el gesto más vulgar y simple, junto a un leve movimiento incitando a que se acercara, prácticamente estaba cargado con toda la intención de provocarlo. ¿Serviría? El sonido gutural que escapó de su garganta me dio la respuesta…hmm. La próxima vez que entrene con el vagabundo… le daré unos golpes con más cuidado.
Y-one: "Como quieras… terminemos con esto."
SNAP
El chasquido fue la señal. El eco metálico se desató en segundos. Un zumbido áspero, agudo, salió del idiota con chatarra en las piernas, como el rugido de un motor potente encendido de golpe, vibrando con un bramido irregular que llenaba el aire.
Del otro emergió un chillido afilado, seco, como el roce frenético de acero contra acero, un rechinar constante que atravesaba los oídos y se pegaba en la piel. Apenas unos segundos bastaron para que el lugar se inundara con esos ruidos.
Mi visión se cubrió en un instante. Una lluvia de cuchillas desgarró el aire, lanzadas en mi dirección, un vendaval metálico que quería arrancarme la piel. Entre ellas, ocultas, casi invisibles, agujas tan finas que parecían humo, con las puntas impregnadas en un brillo extraño, un color turbio que se deslizaba como veneno esperando entrar en carne. Cada filo era un disfraz, una cortina que escondía un truco detrás.
Y entonces lo sentí. Tres de ellos se movieron al mismo tiempo: uno a la derecha, otro a la izquierda, y un tercero cerrándome el paso por detrás. Una presión creciente que adornaba el espectáculo como si se hubieran puesto de acuerdo. Un ataque conjunto, la pequeña muestra de coordinación de cinco idiotas que por fin intentaban algo más que posar de estatuas.
Mmm… buena iniciativa… lo admito. Es algo. Pero aun así… insuficiente.
Un movimiento amplio de mi brazo izquierdo se agitó en un abanico tosco, nada elegante, apenas lo suficiente para que el aire se partiera en una ráfaga corta. No buscaba belleza, solo eficacia: agujas desviadas, cuchillas trastabillando en pleno vuelo, como si la gravedad hubiera recordado que aún existía.
Con ese mismo impulso aproveche de usarlo para dar un giro, el peso de mi cuerpo me llevó directo a interceptar el puño del que parecía ser mastodonte a mi derecha. El choque fue un estruendo seco, carne y metal retumbando juntos, una sacudida que viajó por los huesos hasta las paredes. Ese animal sonreía, y yo también.
Pero no use solo la inercia para eso, el giro me llevó directo hacia el idiota del flanco izquierdo. Una patada surgió como latigazo hacia el idiota con la chatarra en las piernas. El golpe resonó con un timbre áspero, mi carne contra su metal barato, y por un instante me sorprendí al sentirlo resistir. No se quebró, no se hundió como esperaba. Aguantó. Oh… qué detalle tan sabroso.
El líder se lanzó, creyéndose la gran cosa. Alcancé su puño con la mano libre, cerrando mis dedos con fuerza. No hubo pensamiento, antes de que las cuchillas rezagadas se hundieran en mí, lo usé como ofrenda, como carne de sacrificio. Lo giré sin compasión, su cuerpo chocando contra el vendaval metálico, desviando los filos mientras yo respiraba entre la tormenta.
Un movimiento amplio, brusco, dándome un margen contra los tipos contras los que choque, terminando arrastrándolo hasta lanzarlo para que se estrellase hacia sus compañeros que no habían dado un paso. El ‘proyectil’ los obligó a despertar, a reaccionar, mientras yo retrocedía unos metros, dejando que el eco del choque llenara el estacionamiento. Espacio ganado, campo abierto, más juego.
Mi mente hervía, hilando cada detalle a velocidad absurda. ¿Coordinación?, sí… estos idiotas sabían repartirse. Dos de los bastardos estaban destinados a controlar la distancia media, manteniendo una presión cubriendo mi campo con filos y agujas.
Tres apretando de cerca, buscando el contacto directo, como perros de caza. Y todos, carne y metal, resistentes como rocas que se niegan a romperse a pesar de contenerme. Eso me arrancaba una carcajada interna. Lo intentaban, con uñas y dientes, lo intentaban de verdad. Aunque su final, oh… su final miserable ya estaba escrito.
El quinteto se encontraba levantándose para una segunda ronda. Esa urgencia en sus movimientos, ese deseo de lanzarse de nuevo, golpeó directo contra mi pecho, acelerando mi corazón. Los quería encima, los quería alrededor, los quería todos al mismo tiempo. Saborear cada golpe, cada intento desesperado… prolongar esta danza antes de arrancarles lo poco que tienen.
Kross[x]: "¡SÍ…! Así se hace… vengan, vengan con todo… quiero que me arranquen la piel si pueden… quiero que me muerdan los huesos… ¡no se atrevan a decepcionarme, bastardos! JAJAJAJAJAJA."
.
..
...
Perspectiva de Y-one.
Y-one: (No… no puede ser posible.)
Lo anticipaba desde el principio que no iba a ser fácil. Cinco contra uno, y aun así lo tenía claro: este monstruo no caería tan simple.
Pero lo que estaba ocurriendo… ya era ridículo. Habían pasado apenas unos minutos desde que la resina corrió por nuestras venas, esa maldita droga que debía estar diseñada para darnos ventaja absoluta.
Se suponía que esta pelea se convertiría en una humillación absoluta a este idiota, teníamos que romperlo y restregárselo en la cara. Entonces… ¿Cómo mierda es capaz de superarnos sin esfuerzo, de marcar el ritmo como si fuera él quien dirige esta pelea? Nos hace bailar como si todo esto fuera una función privada y él, el director.
Intentamos distintas estrategias, mezclamos patrones, cada ataque variaba para crear aperturas. Ninguno de nosotros se está conteniendo: cada ataque es con toda la fuerza que tenemos.
Sin embargo, no importaba qué hiciéramos. Lo esquiva por un margen mínimo, desvía como si hubiera ensayado cada golpe antes de que ocurra o bloqueaba como si nada pesara. Y lo peor es la forma en que lo hace… siempre sonriendo, esa sonrisa enferma y esos ojos vacíos, tan vacíos que parecían burlarse de nuestra existencia…
Esos ojos… eran distintos a los que vi en la plaza. Allí, al menos, llegamos a dañarlo. Allí había frialdad, pero era soportable. Ahora no. Ahora son pozos muertos, un vacío que se carcajea en mi cara mientras nos aplasta.
Kross[x]: "Venga… uno… dos… ¡REPITE! JAJAJA."
Y lo peor… nunca se calla, siempre encuentra un segundo para soltar un comentario podrido, sarcástico, burlón. Y lo extraño… es que no parecen suyos. Como si estuviera arrancando esas frases de otro lugar, copiando el tono de alguien más. ¿Quién carajo habla así? ¿A quién está imitando?
Y-one: (Carajo…)
Sus movimientos… no tienen nada que ver con lo que vimos antes. Antes eran calculados, casi robóticos. Ahora es algo más. Es como si cada acción respondiera a un esquema, a un patrón que cambia según el momento.
Un arquetipo que se acomoda a lo que hacemos y nos devuelve el doble. Esa precisión… esa calma escondida debajo de la locura… es sofocante. Es como pelear contra un laberinto que no se acaba. Mierda…
Un simple chasquido, eso bastaba para lanzar mil órdenes distintas. La intensidad dictaba la acción. Esta vez el sonido fue para un ataque en conjunto: cinco piezas moviéndose a la vez con un propósito. Un ataque sorpresa y el protagonista era Y5 quien comenzó a deslizarse por el techo desde una distancia segura.
Y5 era el más pequeño y ligero de todos, además quien era el remplazo con genes venenosos, esa toxina era la clave. Necesitábamos una sola herida y bastarían un par de segundos para acabarlo, el resto de nosotros solo debía distraerlo para que abrir ese camino.
Todo comenzó con Y2, el más grande y corpulento de nosotros, con las mejoras genéticas nuevas era una masa gigante imparable… o eso se suponía que dictaban los idiotas de las batas. Él inicio una carga, una embestida brutal con todo el peso de su cuerpo, buscando ganar terreno.
Pero fue recibido de inmediato una patada devastadora que lo mandó varios metros atrás, como si no pesara nada. Y el muy cabrón de Acus aprovechó para moverse junto a Y2 gracias a ese retroceso. En ese mismo momento, Y4 se abalanzo en un salto, poniendo todo el impulso y fuerza en su prótesis, lista para romperle el cráneo.
Pero algo salió mal.
Ese desgraciado pareció escuchar el mecanismo antes del impacto, y usando el mismo cuerpo de Y2 como apoyo, esquivó con precisión quirúrgica y, en un abrir y cerrar de ojos, su mano cerró la cola de Y4. El sonido que vino después fue brutal: lo azotó contra el piso con una fuerza tan atroz que hasta el concreto reforzado se resquebrajó.
El asalto no se detenía, ni un segundo de respiro. Aunque parecía imposible, ese maldito movió la cabeza en el último instante, dejando que la cuchilla de Y3 pasara rozando, casi arrancándole un mechón de cabello. Lo hizo con una precisión tan antinatural que me revolvió el estómago.
Luego empezó a moverse con una precisión enfermiza, desviando unas, esquivando otras, leyendo cada trayectoria como si ya supiera dónde iban a caer. Ni siquiera el control de recuperación de Y3 servía de nada; no había forma de sorprenderlo.
Acus eligió la columna más cercana como trampolín. Hundió una mano y una pierna en el concreto, abriéndolo, creando una grieta enorme, y con ese impulso salió disparado. Y3 no tuvo ni tiempo de reaccionar, lo recibió de lleno con un impacto brutal que lo lanzó al suelo sin aire en los pulmones.
En medio de esa muestra de fuerza bruta, otro proyectil sorpresa apareció: un auto lanzado como si fuera un juguete, directo contra Acus. El bastardo lo detuvo con un solo golpe, y de inmediato el vehículo explotó, llenando todo el estacionamiento con humo y cenizas.
Fue Y2 quien nos abrió la ventana, y yo junto con Y4, que apenas se había reincorporado del azote anterior, al instante nos lanzamos en medio de la nube. Aprovechamos la cortina para atacarlo al unísono.
Pero allí estaba él, esperándonos quieto, como si todo hubiera sido planeado por él. Nuestros ataques chocaron contra sus manos desnudas, interceptados con la facilidad de alguien que ni siquiera se esfuerza. El choque dispersó parte del humo, y entre la nube apareció su silueta nítida junto a una maldita sonrisa.
Kross[x]: “Me gusto esta combinación… ¡sí, esto me gusta!”
Y-one: (Cállate…)
Kross[x]: “Hasta diría que me están impresionando un poco… ¡ajá, jajajaja!”
Nos sacudió a los dos con un desprecio absoluto, arrojándonos como si fuéramos peso muerto. Sentí a Y2 lanzarse de nuevo en una carga directa, cada paso rugiendo con todo su cuerpo convertido en un arma contundente.
Y4 reacciono también, descargando una serie de patadas violentas contra las articulaciones inferiores, buscando desestabilizarlo. Yo me lancé a la parte superior, apuntando a los brazos, queriendo desgarrarlo, aunque fuera un poco.
Todo siendo completamente inútil. Lo único que recibimos fue un puñetazo seco hundido en el abdomen o con el desprecio de sujetarnos para arrojarnos como si no valiéramos nada.
Kross[x]: “Pero es una gran pena… ¡sí, sí, una gran decepción!”
Y-one: (Silencio…)
Lo vi entonces como giraba, impulsándose directo hacia Y2, que ya bajaba su brazo cargado de toda la fuerza bruta combinada con su carrera. Un puñetazo que debía ser definitivo.
Kross[x]: “Incluso con todo eso… intentar dañarme en su estado actual será un poquitito… difícil, ¿no creen?”
Y-one: (Cierra el hocico…)
Acus levantó el brazo, no para recibir ni para medir el golpe, sino para humillarlo. El puño de Y2 pasó a milímetros de él. Podía ver en cámara lenta como el antebrazo Acus rozaba el golpe y el contorno del brazo de Y2.
Y entonces, el verdadero impacto llegó, su antebrazo se incrustó en el cuello de Y2 con una violencia grotesca. Lo empujó hacia abajo, contra el concreto, con tanta fuerza que todo el estacionamiento retumbó como si se quebrara desde los cimientos.
Kross[x]: “Vamos… esfuércense, aunque sea un poco, ¿no—?”
Y-one: “¡Cierra de una maldita vez tu puta boca!”
Caer en su juego mental había sido completamente mi error. Pero este maldito no se callaba nunca, era de lo más irritante, mucho más que las sesiones con los científicos fingiendo ignorancia. Simplemente me harté, así que me lancé directo a su espalda mientras le gritaba, esperando si quiera un simple roce con algo bruto y sin sutilezas.
Él, sin embargo, ni siquiera titubeo lo más mínimo ante mi ataque. Lo esquivó… como si mi intento no valiera la mínima pizca de seriedad, con una calma de quien ya sabía que iba a pasar y, en un latido, estábamos embutidos en un intercambio corto, un forcejeo donde casi estábamos nariz con nariz.
Por un segundo me ilusioné creyendo que eso bastaría. Cuerpo a cuerpo, golpe contra golpe… pensé que ya habría gastado demasiada energía, que su cuerpo comenzaba a pasarle factura y solo fingía fortaleza. Pero era un engaño. La realidad me golpeó más fuerte que sus ataques.
Me estaba leyendo como un puto libro abierto. Cada movimiento que hacía era respondido con precisión quirúrgica, como si tuviera el mapa de mis intenciones en la palma de la mano.
Si traba de lanzar un golpe, lo detenía a medio camino y aquellos que no eran bloqueados, solo se apartaba con un gesto mínimo…. Y siempre lo hacia con esa mirada fija, esos ojos vacíos acompañados de una sonrisa podrida, alimentándose de mi frustración.
Tal vez fue esa rabia la que me desconcentró el tiempo suficiente para abrir un hueco en la guardia. Al tratar de darle un puñetazo por la parte derecha de su cabeza, termine abriendo demasiado el ángulo del golpe, un error que él devoró sin dudar.
Su mano atrapó mi muñeca y, en un giro perfecto, su codo vino por el costado de mi cabeza con la precisión de un martillo. El impacto me sacudió y antes de poder recomponer el aliento, logré ver como ya había completado otro giro hacia el lado opuesto y una patada en el centro del pecho me partió el aire. Salí despedido, rebotando en el suelo con un estruendo seco.
Pero al bastardo no le bastó con eso. Incluso antes de que terminara de caer, me alcanzó en el aire. Sus piernas se cerraron alrededor de mi cabeza, sujetándome en una llave invertida. Ahora mismo lo único que veía era el concreto del estacionamiento acercándose a toda velocidad. Hijo de p—
PUM
.
..
..!
Y-one: (¡Carajo…!)
Volví en un sacudón, la conciencia devolviéndome a la fuerza, como si me hubieran arrancado de un pozo oscuro. No supe si fueron segundos o minutos, todo era un borrón. Tal vez no fue mucho… pero en una pelea así, incluso un parpadeo de más podía costarnos todo.
Solo me quedaba aferrarme a la idea de que, con todo ese espectáculo, Y5 hubiera aprovechado ese momento para ejecutar su ataque y que, de una vez por todas, el resto hubiera terminado con este maldito.
Pero todo lo que tenía delante me gritaba lo contrario. Varias secciones del estacionamiento estaban destrozadas, columnas enteras resquebrajadas como si fueran de arcilla. El maldito humano había asegurado que este lugar resistiría el asalto… y cada grieta era la prueba de que solo había sido otra mentira.
Bastó un vistazo rápido a mis aliados para entender la situación. Y3 e Y4 estaban juntos, hundidos en el concreto de una pared, con las prótesis destrozadas en varios puntos, aunque tal vez aún podían exprimirles algo de utilidad.
Y2, quien se suponía el más resistente de nosotros, había quedado incrustado entre dos autos. Aunque sus escamas eran duras, ni siquiera su coraza natural había aguantado: varias heridas rojas se abrían en sus escamas. Maldición… ¿y dónde carajo estaba Y5?
Kross[x]: “Oh… mira tú… por fin despertaste. Estos tipos no son nada sin ti… ¿eh?”
No quise voltear. No esta vez. Su voz no sonaba burlona ni condescendiente… era hueca. Un vacío que helaba más que cualquier mofa.
Y-one: “Tch…”
Cuando al fin me obligué a encarar esa dirección, encontré la respuesta que no quería ver. Encontré al miembro que faltaba… pero en un estado deplorable. Acus lo sujetaba del cuello, las garras hundidas tan profundo que la sangre resbalaba por su brazo. Y5 jadeaba, cada respiración era un espasmo más débil que el anterior.
En la otra mano… sostenía su cola cercenada, arrancada de raíz y desnuda, sin una sola de las espinas que la hacían letal… el maldito las había arrancado una por una.
Kross[x]: “No me lamento por la pérdida… pero las voces me dan demasiados malos… ¿Recuerdos…? Es con alguien con capacidades similares. Meh, seguro a nadie le importa… ¿cierto?”
Y-one: “¿Cuánto… cuánto tiempo ha pasado desde que me noqueaste?”
Kross[x]: “Eres frío, de verdad… Bueno, no es mi asunto. Te concedo un par de palabras antes de aniquilarte junto al resto de tu equipo… tengo que volver pronto… Ah, hable de más… veamos… unos… 4 minutos y 37 segundos. Me demoré un poco con este imbécil. Ya es inservible, así que…”
En ese instante la mano de Acus se cerró con un crujido seco alrededor del cuello de Y5. El cuerpo se arqueó con violencia, las patas se agitaron buscando un suelo que ya no existía, un último instinto de supervivencia que se extinguía en el aire.
La garganta emitió un jadeo rasgado antes de que todo se apagara, los músculos vibraron en una serie de espasmos descontrolados y luego la carne se fue quedando inerte, pesada, rendida a la muerte. La mandíbula se entreabrió en un último reflejo, dejando escapar un hilo de sangre que goteó al concreto. Los brazos cayeron flácidos, la mirada vidriosa perdida en la nada.
Acus sostuvo el cuerpo todavía un segundo más, como asegurándose de que ya no quedaba ni un soplo. Entonces lo levantó con desprecio y lo arrojó lejos. El cuerpo rebotó contra el piso con un golpe seco, y la cola cercenada lo acompañó, chocando y rodando unos metros hasta quedar tendida a un costado, grotescamente ajena al cuerpo al que alguna vez perteneció.
Y-one: “No… esto no puede estar pasando de verdad.”
Kross[x]: “¿No? Oh… claro que sí puede… aunque no es una sorpresa para mí. Era algo que tarde o temprano ocurriría. Después de todo… no eres más que un peón descartable de esos imbéciles. ¿O acaso de verdad te crees superior a ellos? Qué chiste tan patético… pero por sobre todo… hay una sola cosa.”
Y-one: “¿Y qué es esa cos—”
Algo me heló la garganta antes de poder terminar. Fue un instante apenas, pero suficiente para arrancarme el aire. Sus ojos… ambos cambiaron de color. Un destello fugaz, un color distinto que encendió una sed de sangre tan abrumadora que retrocedí sin que yo lo notara.
Y cuando habló otra vez, su voz se desdobló en dos tonos diferentes. Como si dos bestias hablaran a la vez desde la misma boca. Era extraño, imposible, pero al mismo tiempo… como un eco monstruoso.
Kross[x]: “Te lo dije al principio… cuando abrí los ojos en esa mierda de lugar. Te dije que debías pagar. Y seré más explícito ahora. Pagarás por lastimarla. Y mientras más te resistas… mucho mejor.”
. . .
Y-one: (¿Huh…?)
No podía creerlo, mi mente simplemente se negó a entenderlo... ¿Todo esto… todo esto solo por eso? ¿De verdad todo esto era simplemente por esa dino estúpida?
Quería pensar que actuaba con ese odio… con esa arrogancia porque se creía por encima de nosotros o porque odiaba lo que éramos… ugh, por el rencor de ser ‘creaciones’ de esos bastardos que le dieron sus monstruosas habilidades. Pero no… era más bajo, más enfermizo. Todo esto solo porque la había herido, porque me había colmado la paciencia…. Bastardo…
Y-one: (No… respira…)
Estaba dejándome arrastrar de nuevo en su juego, dejándome llevar por esa rabia. Necesitaba pensar en una salida, en una grieta que pudiera aprovechar…. Quizá podía usar ese sentimiento contra él, manipularlo, engañarlo… aunque detestaba la idea. No quería recurrir a ese prototipo de mejora.
Recordar aquellas primeras veces aún me dolía: la agonía pura, la sensación de que mi cuerpo iba a reventar desde dentro. Pero ahora no tenía elección. Si podía devolverle los golpes, si podía humillarlo en su propio terreno, valdría la pena soportar las secuelas.
Kross[x]: “¿Qué pasa? ¿Ya aceptaste tu muerte? Porque si es así… quizás debería comenzar por tus garras. O mejor aún… como hice con tu amiguito, puedo comenzar por tu cola.”
Y-one: “Tengo una mejor idea. Algo que hará esta redada mucho más… interesante.”
Kross[x]: “Si esto es tu intento patético de levantar expectativa… estoy decepcionado.”
Busqué en mis ropas, con los dedos ardiendo de ansiedad, hasta encontrar una pequeña caja. Temía que se hubiera destrozado con ese último golpe, pero para mí fortuna, el metal apenas tenía unos rasguños. La abrí bajo la luz artificial y parpadeante del estacionamiento, y ahí estaba: una cápsula de un dorado intenso, brillando como si concentrara todo el peligro en un punto.
Y-one: “Sé que odias los monólogos, así que lo diré rápido. Esto es un prototipo. Un estimulante capaz de ponerme a tu altura… o incluso superarte.”
Kross[x]: “¿En serio? Si ni esa inyección ridícula que usaron antes les sirvió para nada… ¿Y tú crees que una simple pastilla te salvará ahora? Haz la prueba si quieres… total, ya me hiciste perder demasiado tiempo.”
Sonreí por dentro Eso era lo único que necesitaba: una oportunidad. Sin pensarlo más, me tragué la cápsula y el efecto me estalló de inmediato. Un fuego líquido recorrió mis venas, expandiéndose como un veneno que, en vez de matarme, me estaba reconstruyendo.
Sentí cómo los músculos se hinchaban y se tensaban. Los huesos se ajustaban, algunos rompiéndose y curándose al instante, ensanchándose como si se rehicieran de cero. Las heridas se cerraban con una velocidad monstruosa.
Era doloroso, sí, pero al mismo tiempo… era estúpidamente placentero. Era como si todo mi cuerpo renaciera. Esta sensación… se sentía… demasiado bien.
Kross[x]: “Wow… eso sí que es una transformación repugnante. Creo que matarte rápido será un puto favor, con lo horrendo que te ves ahora. Sabes de lo que hablo verd—”
PUM
No le dejé terminar. Mis piernas me impulsaron con furia y mi puño se incrustó en su rostro con una fuerza devastadora. El impacto lo mandó volando por el estacionamiento, arrastrando polvo y fragmentos de concreto a su paso. La vibración del golpe aún recorría mis huesos y era gloriosa. Al fin… por fin tenía lo que quería. Por fin podía hundirlo, destrozarlo, aniquilarlo… de una vez por todas.
Y-one: “¡Vamos, Acus! ¡Que esta masacre… RECIÉN EMPIEZA!”
Fin del capítulo.
Notes:
Nuevo capitulo, nuevo autismo. Hola gente hermosa, una vez mas aqui. Por fin se agarraron a putazos, hubiera sido antes pero necesita hacer la escena de ripley para que el cambio tuviera un minimo de sentido dentro de esta historia. Y pues eso, digamos que ahora el patriarca sabe un poco de porque kross es como es, un poquito de stella que, "no esta bien" y un buen resto autista y esencial. No tengo muchas curiosidades pero aqui tienen:
1- el secuestro duro aproximadamente 8-10 horas, desde que Ripley recibió la llamada de Moe hasta que Ripley las encontro.
2- Stella como tal, siente el shock de la situacion de manera distinta, esto mas que curiosidad es para recalcar un poco su actuar extraño.
3- el Simian que aparece en el restaurante lo base en koichi adachi, un personaje de yakuza like a dragon, que buena saga de videojuegos.
4- para los despistados y no notaron unos detallitos, en esa parte donde kross esta """"jugando"""" esta imitando inconscientemente a Abe y a Surge
5- hay otras dos referencias, una es a DBZ y otra a una frase de una animacion de stickman, esas si estan algo mas camufladas.
y eso de momento, como siempre, no se cuando sacare el siguiente cap, ta complicado pensar y el trabajo junto al vicio de monster hunter no ayuda, que cuando saque este cap, me ire a jugar. pero antes... el copy paste:
SrSenior con "That is My Parasauur"
Patata_Yazov con "Una luz de esperanza en una depresion psicotica"
Dardragun707 con "Un vaquero en Volcano High"
Xomy90 "Un felino en Volcano High"
Chicken Brain con "A Bird in Hand" nueva historia
Elcoral con "Mono de Agua"
1ectorDeCosas con "¡I WANI BE YOURS!"Hasta que nos encontremos de nuevo, gracias a los que llegan hasta aqui, a quienes dejan un kudo y por sobre todo a quienes comentan, denle con ganas nomas ahi, que tengan un buen dia, tarde o noche dependiendo de cuando lean esto. hasta la proxima :]
Pages Navigation
Dardragun707 on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 02:49PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 04:11PM UTC
Comment Actions
Dardragun707 on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 05:59PM UTC
Comment Actions
Patata (Guest) on Chapter 1 Fri 10 Jan 2025 12:19AM UTC
Comment Actions
Dardragun707 on Chapter 1 Fri 10 Jan 2025 12:41AM UTC
Comment Actions
SrErizo on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 03:51PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 04:17PM UTC
Comment Actions
SrErizo on Chapter 1 Fri 10 Jan 2025 06:43AM UTC
Comment Actions
Guisseppe on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 04:13PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 04:28PM UTC
Comment Actions
Guisseppe on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 05:31PM UTC
Comment Actions
SrSenior on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 07:20PM UTC
Last Edited Thu 09 Jan 2025 07:23PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 07:56PM UTC
Comment Actions
SrSenior on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 08:12PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 08:36PM UTC
Comment Actions
Coral (Guest) on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 08:46PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 09:10PM UTC
Comment Actions
Coral (Guest) on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 08:45PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 09:07PM UTC
Comment Actions
Coral (Guest) on Chapter 1 Thu 09 Jan 2025 09:21PM UTC
Comment Actions
Patata (Guest) on Chapter 1 Fri 10 Jan 2025 12:12AM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 1 Fri 10 Jan 2025 12:53AM UTC
Comment Actions
Xomy90 on Chapter 1 Fri 10 Jan 2025 09:47PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 1 Fri 10 Jan 2025 11:59PM UTC
Comment Actions
Patata_Yazov on Chapter 1 Sat 11 Jan 2025 01:43AM UTC
Comment Actions
Monzic on Chapter 1 Sat 14 Jun 2025 07:12PM UTC
Comment Actions
SrSenior on Chapter 2 Sat 11 Jan 2025 08:38AM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 2 Sat 11 Jan 2025 01:55PM UTC
Comment Actions
SrSenior on Chapter 2 Sat 11 Jan 2025 04:30PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 2 Sat 11 Jan 2025 05:41PM UTC
Comment Actions
SrSenior on Chapter 2 Sat 11 Jan 2025 06:32PM UTC
Comment Actions
Coral (Guest) on Chapter 2 Sat 11 Jan 2025 01:02PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 2 Sat 11 Jan 2025 05:54PM UTC
Comment Actions
Patata (Guest) on Chapter 2 Sat 11 Jan 2025 02:03PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 2 Sat 11 Jan 2025 02:32PM UTC
Last Edited Sat 11 Jan 2025 02:36PM UTC
Comment Actions
Dardragun707 on Chapter 2 Sat 11 Jan 2025 03:51PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 2 Sat 11 Jan 2025 05:21PM UTC
Comment Actions
SrErizo on Chapter 2 Sun 12 Jan 2025 06:02AM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 2 Sun 12 Jan 2025 06:35AM UTC
Comment Actions
Coral (Guest) on Chapter 3 Mon 13 Jan 2025 05:58AM UTC
Comment Actions
SrErizo on Chapter 3 Mon 13 Jan 2025 06:21AM UTC
Comment Actions
SrSenior on Chapter 3 Mon 13 Jan 2025 06:38AM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 3 Mon 13 Jan 2025 08:12AM UTC
Comment Actions
SrSenior on Chapter 3 Mon 13 Jan 2025 07:05PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 3 Mon 13 Jan 2025 07:32PM UTC
Comment Actions
Dardragun707 on Chapter 3 Mon 13 Jan 2025 12:52PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 3 Mon 13 Jan 2025 03:09PM UTC
Comment Actions
Dardragun707 on Chapter 3 Mon 13 Jan 2025 05:11PM UTC
Comment Actions
Patata (Guest) on Chapter 3 Mon 13 Jan 2025 05:00PM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 3 Mon 13 Jan 2025 07:41PM UTC
Comment Actions
Dardragun707 on Chapter 4 Wed 15 Jan 2025 04:46AM UTC
Comment Actions
Kaizer115 on Chapter 4 Wed 15 Jan 2025 01:51PM UTC
Comment Actions
Dardragun707 on Chapter 4 Wed 15 Jan 2025 03:55PM UTC
Comment Actions
Patata (Guest) on Chapter 4 Wed 15 Jan 2025 05:24PM UTC
Comment Actions
Dardragun707 on Chapter 4 Wed 15 Jan 2025 05:58PM UTC
Comment Actions
Pages Navigation