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Español
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Published:
2025-02-25
Updated:
2025-02-25
Words:
6,781
Chapters:
4/?
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2
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6
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119

Redes de amor

Summary:

Lo que más odiaba eran las mentiras y los engaños y eso fue su perdición al haberse enamorado.
Huyó de todo lo que lo lastimó, pero el destino es una perra a la que le vale madres tu opinión y te regresa a dónde iniciaste el error.
Amor, traición y mucho drama.

Notes:

Historia MadaObi, aquí no encontrarás shipps normales de Naruto, advertido estás

Chapter Text

El auto corría a una velocidad increíble, la lluvia torrencial caía sobre el pavimento mojando por completo la carretera, los neumáticos chillaban a causa de las bruscas maniobras que daba con cada curva, sabía que era peligroso pero en su estado eufórico poco le importó.

 

-¡Maldito hipócrita! Cómo pudiste hacerme esto, soy un idiota, todas la veces que decías amarme yo te creí- lágrimas de ira escurrían por sus mejillas- en cambio tú te revolcabas con mi hermana, malditos los dos...ahhh te odio Madara!!!- un grito lleno de rencor e ira retumbó dentro del automóvil sin embargo todo quedó atrás cuando la lluvia comenzó a caer más fuerte y un relámpago cayó frente a él, asustado trató de mantener el control al pasar por una curva pero el agua sobre el pavimento lo sacó de balance y entonces todo sucedió.

 

Su mente quedó en blanco... a lo lejos escuchó un ruido ensordecedor, como a metal siendo aplastado un intenso dolor se extendió sobre su cuerpo y entonces todo se oscureció...

 

.

.

.

 

Kyoto, 2020

 

Despertó sudando, de nuevo soñó con el accidente, ese terrible accidente del cual fue un milagro que sobreviviera, pequeños temblores surcaban su cuerpo a causa de revivir esa experiencia tan terrible en uno de sus sueños, llevó sus manos a su rostro "¿por qué? hace mucho tiempo que no tenía éstas pesadillas".

 

Cuando su cuerpo dejó de temblar volteó a ver el reloj que marcaba las 7 am "todavía tengo tiempo" pensó mientras se levantaba de la cama y caminaba a la habitación contigua.

 

Abrió la puerta y entró para encontrar a su pequeño hijo durmiendo, se veía tan lindo cuando dormía abrazando un peluche que su tío Izuna le había regalado cuando tenía apenas dos años, siguió observando a su hijo, se veía muy gracioso como entre sueños movía la nariz graciosamente "tal como Madara lo hacía cuando dormía" su subconsciente lo traicionó con ese pensamiento pero el sonido del timbre lo obligó a detener el tren de pensamientos, salió de la habitación.

 

Abrió la puerta encontrando una caja de donas frente a él.

 

- ¡¡Buenos días!!- saludó Izuna entrando al departamento.

 

- Dios mío Obito ¿que te pasó? ¿tuviste una mala noche? traje tus donas favoritas, acabo de regresar de Estados Unidos y quise pasar a visitarte y también a mí lindo sobrino- Izuna era su mejor amigo y confidente más cercano, era el hermano menor de Madara, lo conoció cuando él y Madara eran pareja, si bien en un principio sabían que no podían coexistir en el mismo planeta con el tiempo todo eso cambió, después de descubrir el engaño de Madara, el accidente y su embarazo, Izuna se quedó a su lado como un verdadero hermano, lo apoyo como nunca, fue su apoyo incondicional tanto para él como para su hijo.

 

-Gracias Izuna, estoy muy feliz de verte pero... ¿no debías ir primero con tu familia?- preguntó mientras dejaba la caja en la mesa del comedor.

 

-Tu también eres mi familia, eres la adorable madre de mi sobrino- decía graciosamente Izuna mientras se sentaba en el sillón de la sala

 

- Además todavía no saben que regresé, solo tú... y ahora dime ¿cómo va todo? Solo nos comunicamos a distancia así que cuéntame- dijo lo último acomodandose en el sofá para escuchar a su amigo y cuñado, cuando se enteró que su estúpido hermano mayor engañó a Obito hizo todo lo que estuvo a su alcance para ayudarlo.

 

-Pues nada relevante, trabajo en una empresa que permite estar el tiempo necesario con mi hijo, Bakakashi me ayuda mucho con eso pero es exasperante cuando entra en modo doctor- un puchero se asoma en el rostro de Obito, Izuna sabe de lo que está hablando, Kakashi es un doctor que él y Obito conocieron en el tiempo en que el segundo estuvo en el hospital recuperándose del accidente y también cuando Ryoken nació, poco a poco se conocieron y se dio cuenta que el hombre era la persona más apática y floja que había visto sin embargo también era amable y poco a poco empezó a surgir una gran amistad entre los tres, hasta que él tuvo que ir a Estados Unidos dejando de niñera oficial a Kakashi.

 

-Hoy tengo una cita, debo llevar a Ryo al médico... - calló cuando escuchó a su pequeño bebé entrar a la sala arrastrando el peluche y bostezando tiernamente.

 

-Mami tuve un sueño feo- dijo el niño apunto de llorar cuando se dio cuenta de la presencia de la otra persona en la sala- ¡¡Tío Izuna!!- se lanzó a abrazar al pelinegro con una gran sonrisa.

 

(N/A: La razón del porque Ryo le dice "mami" a Obito fue porque simplemente Izuna y Kakashi se encargaron de que el niño lo llamara así)

 

-Bien, tal parece que te vio y se olvidó de mi- dramatizo Obito al darse cuenta que Ryoken primero estaba a punto de soltar en llanto y de un momento a otro tenía una gran sonrisa en su rostro.

 

-Ryo bebé pero mírate ya estás tan grande, eres tan apuesto mi niño- dijo Izuna mientras le colocaba un mechón de su largo cabello detrás de la oreja.

 

Después de hablar por un largo rato y ponerse al día se dieron cuenta que Ryo se había quedado dormido junto a Izuna -Es tan lindo, dime Obito... ¿ya le dijiste algo sobre su padre?- la pregunta que soltó congeló al otro, sabía que en cualquier momento Ryoken querría saber sobre su padre, pero ¿qué le diría? Aún se sentía dolido por la traición de Madara, recordarlo era doloroso.

 

-Izuna ¡No!- soltó rápidamente.

 

-Obito, sé que es difícil pero el algún momento Ryoken querrá saber sobre su papá, ¿qué le vas a decir?- preguntó Izuna

 

-No lo sé, mientras no pregunte, creo que no hay necesidad de decirle nada- dijo con pesadez.

 

-Bueno esa es tu decisión...- no dijo nada más pues Obito se dio cuenta de lo tarde que era, pidió a Izuna ayudarle a vestir a Ryoken e ir los tres a la cita.

 

Al llegar al hospital Kakashi revisó a Ryo, este se había convertido en el médico exclusivo de ellos (aparte de ser la niñera de Ryo de vez en cuando) y quedaron en una reunión para la noche, para ponerse al corriente.

 

Pasaron parte de la mañana fuera, haciendo compras para la noche, se divirtieron como nunca y todo "parecía" ir perfecto.

 

.

.

.

 

El timbre sonó y sabiendo de quién se trataba, fue a abrir la puerta.

 

-Buenas noches- dijo el hombre parado frente a él.

 

-¡Kakashi! Pasa- se hizo a un lado.

 

-¡Hola! Traje pizza- ingreso al departamento encontrando a Izuna con Ryoken sentados en el sofá de la sala viendo películas animadas.

 

- Siéntate, traeré bebidas- dijo para volteara a la cocina-

 

-Izuna- saludó al chico- Hola Ryo-

 

-Kakashi-nii- saludó efusivamente el niño que saltó de su cómodo asiento para abrazar al hombre, el niño le tenía mucho cariño, veía al hombre como su hermano mayor.

 

-Kakashi, veo que no has cambiado ¿Cómo te va? Escuché que te ascendieron de puesto- preguntó Izuna.

 

-Si, fue la semana pasada, al menos podría decir que ahora tendré más tiempo para hacer otras cosas- suspiró mientras cargaba a Ryo en sus piernas, urgencias no era un área muy pacífica que digamos, así que su nuevo puesto prometía más tiempo de descanso.

 

-¡Si! Como leer tus pervertidos libros, no sé cómo no te dicen nada- bromeó Obito ingresando a la sala con una bandeja con bebidas -Bueno, ya que estamos los tres reunidos, brindemos por tu ascenso- terminó de repartir para alzar su bebida.

 

-¡¡¡Salud!!! Dijeron a coro los tres, mientras Ryoken estaba ajeno a la plática de los mayores, este veía más interesante la película que se pasaba en la TV.

 

Se la pasaron contando anécdotas de trabajo, bromeando entre si, Izuna contó todo lo que le había sucedido en Estados Unidos, Obito con lo estable que estaba en su trabajo y la travesía de cuidar a su hijo, Kakashi contaba las situaciones hilarantes que se presentaban en su rama de trabajo, todo iba bien hasta que sonó el timbre.

 

Era demasiado extraño, quien podría estar tocando la puerta a las casi 10 de la noche pensó Obito levantándose de su cómodo asiento para ir a abrir la puerta.

 

Al abrir se encontró con un joven -¿Es usted el señor Obito Uchiha?- preguntó aquel joven.

 

-Soy yo- respondió rápidamente

 

-Firme aquí de recibido- firmó para finalmente recibir lo que parecía una carta. Despidió al joven y cerró la puerta, se le hacía extraño recibir cartas, la abrió para saber quién la enviaba, leyó rápidamente para soltar varias lágrimas. Al ver que no regresaba a la sala Izuna y Kakashi se acercaron a Obito quien lucía más pálido de lo normal.

 

-¿Qué pasa Obito? Quién envía la carta?- preguntó rápidamente Izuna, Kakashi solo asintió.

 

-Ha fallecido...- Musitó, los otros se quedaron en silencio para que prosiguiera.

 

-Mi abuela falleció- soltó. Los otros dos solo jadearon ante la noticia -El abogado de la familia requiere mi presencia en Tokio para la lectura de testamento-

 

¿Así que ha llegado el momento de volver abuela? Pensó, no se sentía preparado para regresar y enfrentarse todo aquello que dejó atrás y más ahora que su querida abuela se había ido.

 

-¿Qué harás?- preguntó está vez Kakashi.

 

-¿Acaso no es obvio? Iré...- su voz sonaba determinada pero había un deje de miedo y preocupación en sus ojos e Izuna sabía porqué.

 

-Si, pero es probable que tú hermana se encuentre ahí- lo sabía, realmente no sabría cómo iba a reaccionar cuando estuviera frente a ella pero pensarlo ahora no tenía caso, tarde o temprano tenía que suceder ahora lo más importante era ir a despedirse de su abuela.

 

Hubo un momento de silencio hasta que Kakashi habló -No te preocupes Obito, todo irá bien, sabes que puedes contar conmigo y con Izuna- finalizó con una sonrisa, entonces Obito lo supo llegó la hora de hacerle frente al pasado.

 



Chapter 2: II

Summary:

Acontecimientos antes de la tragedia.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Tokio, Mansión Uchiha
4 años antes

 

-Si, lo sé Izuna, estoy tan feliz, al parecer tengo un mes- contestó Obito por el altavoz emocionado por la noticia, condujo unos cuantos metros más cerca de la mansión perteneciente a la familia Uchiha para estacionar el auto y poder hablar con tranquilidad.

-Estoy tan feliz por ti y mi hermano, estoy seguro que le va a fascinar la noticia- contestó Izuna del otro lado.

-¿De verdad? ¿No crees que se enoje?- había duda y un poco de temor en su voz, si bien fue una sorpresa el que estuviera embarazado eso no impedía que estuviera inmensamente feliz de tener dentro de él, el fruto del amor que tenía con Madara.

-¡Bromeas! Estoy seguro que estará feliz- dijo con muchos ánimos- entonces ¿dónde estás?- preguntó del otro lado

-Estoy en la mansión, le dije a Madara que me iba a quedar en una reunión con unos amigos de la facultad y que yo llegaba por mi cuenta, pero afortunadamente se canceló y cómo quería confirmar los síntomas que tenía…bueno, si era lo que yo pensaba... quería que fuera sorpresa, así que aproveché y fuí al hospital, de hecho terminé mucho más temprano de lo que planeé - miró el reloj y efectivamente llegó una hora antes de lo que había planeado pero no importaba, estaba emocionado por la reacción de su novio al saber de la noticia.

 

-Muy bien, yo aún estoy atorado con algunos trámites de la Facultad, espero llegar mañana en la mañana, cuando llegue quiero lujo de detalles de la cara de mi hermano- Obito podría jurar que del otro lado Izuna tenía una cara con muecas de burla pero lo dejó pasar.

 

-De acuerdo, te veo mañana Izuna, Bye- colgó el teléfono, salió del auto lo más rápido posible, pues el clima decía que en cualquier momento la lluvia se iba a soltar.

 

Entró a la casa, estaba vacía "qué extraño" caminó por el pasillo cruzando por la sala, mientras pasaba por el estudio le resultó curioso que la puerta entre abierta dejara ver siluetas, se acercó un poco más, parecían haber dos personas peleando por los gritos que se oían, se acercó para abrir la puerta cuando la voz de su novio se escuchó muy fuerte.

 

Se quedó quieto

 

-¡Ya te dije que no!- ésta era la voz de Madara, tenía curiosidad de con quién estaba discutiendo, sabía que su novio era un tanto temperamental pero por su voz parecía realmente cabreado, su tren de pensamientos se detuvo cuando escuchó la voz de su media hermana.

 

-¡Por favor Maddy! ¿Crees que mi estúpido hermano va a sospechar algo?  Al pobrecito ni siquiera se le ha cruzado por la mente que su querido novio sea el mejor de mis amantes, sinceramente no sé si lo que tiene es ingenuidad o estupidez- soltó Konan con un deje de burla.

 

-No hables así de Obito- gruñó Madara cuando Konan se acercó para abrazarlo del cuello.

 

-Ahh no seas tan melodramático Madara- dijo la mujer con desgano para alejarse del hombre y sentarse en el sofá que había en una esquina del estudio junto a la chimenea.

 

Obito solo observaba todo el espectáculo que montaba el hombre que amaba y la mujer que se hacía llamar su hermana, tenía un nudo en la garganta y las ganas de llorar eran inmensas, entonces miles de preguntas surcaron su cabeza, desde cuándo Madara y Konan se conocían, según él Konan solo pudo haber conocido a su novio cuando lo presentó formalmente, entonces porque ella dijo que eran amantes, ¿por qué Madara no le dijo nada?

 

Eran incógnitas sin respuesta lo que pasaban por su mente mientras se escondía detrás de la puerta y veía todo lo que sucedía dentro de la habitación.

-¡Ya tontito! Te juro que tus planes con mi lindo hermanito no se verán afectados por mi- Konan se levantó para jalar a Madara del brazo y sentarlo en el sillón donde ella se encontraba minutos atrás, se sentó a horcajadas del hombre abrazando el cuello masculino con sus brazos

- ¿Sabes? Envidio un poco a mi hermano, siendo un completo idiota y simplón logró quitarme al mejor amante que haya tenido- musitó esto cerca de los labios contrarios.  -Pero bueno, estás siendo demasiado generoso al estar un un tonto como él- el rostro de Madara se veía estoico, no hacía ningún movimiento pero el ceño fruncido se marcaba notoriamente en su frente.

-¡Que humor!- Amonestó con un tono juguetón- Que te parece si aprovechamos el tiempo y jugamos un poco- dijo excitada para luego comenzar a besar el cuello del hombre y a mover sus caderas en un movimiento ascendente y descendente sobre la entrepierna del hombre.

Obito veía todo está escena con asco y la frase "el mejor amante que haya tenido" se repetía en su mente, las náuseas le impidieron seguir siendo el espectador número uno de esa horrible pesadilla, con cuidado cerró la puerta y salió silenciosamente de la casa.

Afuera la lluvia caía estruendorosamente, corrió hacia su auto, el shock seguía, cuando reaccionó golpeó el volante de frustración, Madara y Konan eran amantes, todo el tiempo le estuvieron viendo la cara de idiota, todo el tiempo se rieron de él a sus espaldas, quería morir por ser tal estampa de la estúpidez.

Encendió el auto y condujo lo más rápido, estaba colérico, quería alejarse lo más rápido de ellos, le daban tanta repulsión que no iba a quedarse para ver cómo aquellos se acostaban frente a sus narices.

-¡¡¡Como pudiste hacerme esto, cuántas veces me juraste amor para luego ir a revolcarte con ella!!! ¡¡¡Te odio!!! ¡¡Los odio!!- siguió acelerando, la lluvia caía estrepitosamente sobre el pavimento, los neumáticos chillaban por las altas velocidades y  la fricción de éstos con el agua.

 

No le importaba nada, se encontraba en un estado eufórico, solo quería olvidar. Siguió conduciendo, iba a una velocidad que daba miedo, hasta que entró en una zona de curvas, el auto se sacudía debido a las maniobras que hacía en un intento de controlar el auto pero el agua sobre la carretera lo hacía imposible.

De repente el agua comenzó a caer más y más fuerte y un relámpago cayó frente a él sacándolo de balance, trató de detenerse pero los frenos no contestaban, el auto patinó un poco sobre la carretera pero lo inevitable pasó…

 

Su mente quedó en blanco poco a poco mientras el auto rodaba sobre el pavimento, el dolor en su cuerpo era infernal sin embargo dejó de importar cuando todo se oscureció.

 

.

.

.

 

Despertó con dolor en una habitación bastante pulcra y con olor a antisépticos, había un sin fin de tubos e intravenosas conectadas a él, no se debía ser un genio para saber qué se trataba de un hospital, su visión aún era borrosa y su cabeza le dolía como el infierno, de repente recordó todo, el engaño de Madara, su hermana, el accidente, su bebé… ¡¡¡SU BEBÉ!!!

 

Estaba a nada de hiperventilar por el pánico de haber perdido a su bebé cuándo la puerta se  abrió dejando ver  a un hombre alto, de cabello platinado, vestía una bata blanca y cubría su rostro con un cubreboca.

 

-¡Por favor! No se mueva aunque aplicamos sedantes aún se encuentra bastante mal y puede lastimarse- punto para el doctor, le dolía bastante el cuerpo y prefirió dejar de moverse sin embargo quería confirmar.

 

-¿Dónde estoy? ¿Quién es usted?-

 

-En el hospital central de Tokio señor Obito, soy Kakashi Hatake y se podría decir que soy su doctor- respondió el hombre- ha dormido por casi un día completo, sufrió un accidente automovilístico el cual fracturó varios huesos de su brazo y pierna  derecha, tiene varias costillas rotas pero afortunadamente no hay perforación de algún órgano o un daño mayor- terminó de explicar.

 

-¿Y mi bebé?- tenía que saber que no le había pasado nada a su hijo no nato.

 

-No se preocupe señor, su hijo está bien, fue un milagro que sobreviviera, pero debo decir que debe tener extremo cuidado de ahora en adelante con su embarazo- era todo lo que quería escuchar para respirar tranquilamente.

 

-Digame si tiene algún familiar al que podamos contactar- lo pensó un poco, no tenía familia a excepción de su media hermana la cuál no era una opción, estaba su abuela pero ella estaba resolviendo negocios en Inglaterra, entonces pensó en Izuna.

 

Le dio los datos de su mejor amigo al doctor y esperó que llamarán a este.

 

Al cabo de una hora Izuna llegó preguntando por la habitación de su amigo, al entrar le dio un vuelco en el corazón.

 

-Obito- susurró

 

-Izuna, yo… él me engañó… ella me engañó… se conocían desde antes, eran amantes- lloraba mientras su amigo se sentaba cuidadosamente a su lado abrazándolo y brindándole un poco de confort.

 

Lloró hasta que se quedó dormido, al cabo de una horas despertó encontrándose con Izuna hablando con el doctor, Obito le contó todo lo que había pasado después de hablar con él por teléfono, y sobretodo le hizo prometer no decirle nada a Madara, ni de su accidente o el embarazo, se sentía traicionado y dolido.

 

Pasó el tiempo, cuando salió del hospital buscó un apartamento en Kyoto, Izuna estuvo a su lado todo el tiempo y le prohibió hacerle saber a Madara sobre su paradero, Kakashi se volvió una persona importante pues le apoyó en su rehabilitación y con su embarazo. Poco después de que Ryoken naciera, Izuna tuvo que viajar estando en contacto tanto con Obito como con Kakashi. 

Notes:

Modifique un poco las personalidad de los personajes para adaptarlos al fic pero sin perder su esencia, poco a poco lo notarán a medida que avance la historia y sí aquí Konan y Óbito son hermanos.

Chapter 3: III

Summary:

Mucho drama, toneladas de drama

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Suspiró por milésima vez, estaba harto de esperar, ya tenían al menos media hora esperando a quien sabe quién para que el abogado diera lectura al testamento de su socia, quien acababa de fallecer. En realidad de lo que estaba harto era de escuchar a su "novia" y a la madre de ésta despotricar al viejo hombre que se encontraba sentado tranquilamente tras el escritorio de aquel estudio.

Suspiró nuevamente, esperaba que todo acabará ya, miro al frente para ver cómo Konan caminaba de un lado a otro como lobo enjaulado, entendía la situación, estaban esperando a que se diera lectura del testamento de su socia y abuela de Konan pero desde que llegaron aquel anciano solo se sentó y dio indicaciones que debían esperar a alguien más.

 

Pensó que probablemente aquella persona por la cual estaban esperando pudiera ser Obito, después de todo él también era familiar cercano, era lo más lógico que debiera estar presente, decir que estaba ansioso era poco, su impresión de él era de un chico lindo, cariñoso y amable, lástima que todo eso fue una fachada, le dolía seguir amándolo y más aún saber que se enamoró de una farsa, Obito solo se burló de él, solo desapareció, ni siquiera tuvo la decencia de explicarle nada, solo un imbecil que supuso era "el otro" le llamó para restregarle que nunca fue importante y que solo habian jugado con él.

 

Lo recordaba claramente, era un día cómo cualquier otro, se había quedado en casa pues Obito le había dicho que pasaría más tiempo en la biblioteca de la Facultad por ciertas cuestiones, le insistió en ir a recogerlo pero este se negó, al final cedió diciéndole que lo esperaría en la mansión Uchiha, el día pasó y Obito no llegaba, afuera estaba lloviendo, cuando sonó el timbre salió disparado pensando que su novio había llegado, pero lo que encontró fue nada... miró a los alrededores pero no había absolutamente nadie, creyó que alguien estaba jugando una broma.

 

Cuando entró de nuevo su teléfono sonó y un hombre al otro lado le habló. Poco a poco su semblante iba cambiando a uno furioso, aquel hombre le decía que Obito ya no aguantaba la situación y se fugaba.

 

Al principio pensó que era una broma pero al tratar de contactar a Obito este nunca respondió, entonces lo supo, Obito nunca lo amó, solo se burló de él y se fugó con uno de sus amantes, le dolió bastante ese hecho y sobretodo estaba furioso consigo mismo por ser un imbécil y enamorarse de quién no debía, de quien solo jugó con sus sentimientos, pero de algo estaba seguro, nadie podía jugar con Madara Uchiha y salir ileso.

Todo pensamiento y recuerdo se esfumó cuando escuchó unos golpes provenientes de la puerta.

 

-Parece que estamos a punto de comenzar-dijo el anciano para dar la indicación de abrir la puerta.

 

-¡Ya era hora!- gritó Konan con desesperación.

 

Siempre supo que probablemente Obito sería la persona que se haría presente y se mentalizó de ello, pero nunca estuvo realmente preparado para lo que vería a continuación.

Las puertas del estudio se abrieron para dejar entrar a un joven que conocía perfectamente, lucía de al menos 25 años, cabello negro un poco más largo de lo que recordaba, había ganado unos centímetros más de altura y que se diga de su delgada figura, que aún siendo así se notaba claramente cuan esbelto era su cuerpo, aquel conjunto de camisa con un suéter negro un tanto holgado y una gabardina color crema le quedaba perfectamente, el pantalón entallado solo hacía que sus piernas se vieran más largas y estilizadas, debía admitir que se veía demasiado bien.

Observó atentamente como Obito inspeccionaba la habitación y los gestos que esté hacía, se mostraba altivo, frío y distante, de un momento a otro volteó hacia donde estaba él y sus miradas se encontraron, su corazón latió rápidamente y notó que había sorpresa reflejado en su rostro pero rápidamente cambió nuevamente a un semblante frío, le resultó curioso ver cómo es que aquella mirada que antes reflejaba alegría y calidez ahora solo mostraba amargura y se preguntó el motivo, si éste precisamente huyó de su lado para ser "feliz" con aquel bastardo al cuál ni siquiera conocía, entonces recordó que ahora lo único que debía sentir por Obito debía ser odio y rencor.

Sus pensamientos fueron cortados por Konan quien comenzó a gritar al anciano.

-¿¡DE QUÉ RIDÍCULA BROMA SE TRATA ESTO!? ¿¡QUÉ HACE ÉSTE AQUÍ!? No tiene derecho a presentarse como si nada cuando ni siquiera estuvo presente en el funeral de la abuela... pero claro ahora te apareces cuándo más te conviene ¿no? - Konan estaba roja de la ira, parecía que en cualquier momento le saltaría a alguien en la yugular.

-Mi hija tiene razón, Obito ni siquiera hizo acto de presencia en los últimos momentos de la señora Naori- apoyó Yura, la madre de Konan.

-También me da gusto volverte a ver querida hermana y para tú información creo que tengo más derecho que tú a estar aquí, ¿no lo crees?- respondió Obito con suficiencia a las rabietas y reclamos de su hermana y madrastra.

-Señorita Konan, señora Yura, el joven Obito como nieto de la señora Naori tiene todo el derecho de estar presente, así que hagan el favor de calmarse y tomar asiento- dijo cómo ultimátum el anciano, está solo resoplo mirando a su madre momentáneamente y fue a sentarse a lado de Madara.

 



 

Estaba nervioso, era la primera vez en cuatro años que volvería a pisar la casa de su abuela, en la que algún tiempo atras vivió, quería regresar por dónde vino pero eso era imposible, debía hacer frente a los problemas, sin embargo eso no calmaba el temblor de su cuerpo, estaba tan sumido en sus pensamientos hasta que una mano acogió la suya con un fuerte apretón en señal de apoyo, giró el rostro mirando a su mejor amigo.

Kakashi lo miraba sin decirle nada, pero aquella mirada le brindaba apoyo, el hombre había decidido acompañarlo, ya que Izuna debía hacer varias cosas antes, por lo que los alcanzaría después en la casa de la familia de Obito.

 

Al llegar a la casa que más bien era una mansión, Obito fue recibido con mucho afecto por el personal y conducido al estudio mientras que Kakashi y Ryoken fueron llevados a la sala para pasar el tiempo mientras terminaba la reunión, algunas de las sirvientas parecían adolescentes alborotadas al ver a semejante monumento de hombre y también morían de ternura por quién parecía ser hijo del joven Obito.

 

Mientras tanto Obito era conducido al estudio, estaba temblando pero cuando llegó a la puerta se obligó a respirar profundamente y mostrarse frío y sereno, entonces la puerta se abrió.
Cruzó el umbral de la habitación observando detenidamente a los presentes, estaba el abogado de la familia, Konan, su odiosa hermana y Yura, la madre de esta, mientras iba entrando se percató de la presencia de alguien más, entonces su rostro denotó sorpresa; "que hace él aquí... idiota seguramente está aquí por Konan" pensó esto último y su semblante regresó a ser un porte frío.

 

-¿¡DE QUÉ RIDÍCULA BROMA SE TRATA ESTO!? ¿¡QUÉ HACE ESTE AQUÍ!? No tiene derecho a presentarse como si nada cuando ni siquiera estuvo presente en el funeral de la abuela... pero claro, te apareces cuándo más te conviene ¿no?- lo sabía, sabía que nada más con verlo su hermana se volvería loca, pero no iba a discutir.

 

-Mi hija tiene razón, Obito ni siquiera hizo acto de presencia en los últimos momentos de la señora Naori- y ahí estaba Yura, su madrastra, esa mujer nunca lo quiso ni hizo el intento de aparentarlo, en un principio cuándo eran niños, Konan y él eran inseparables pero cuándo murió su padre, Yura se encargó de destruir esa hermandad y desde ese momento empezó a ganarse el odio de Konan y aún no sabía porqué.

 

-También me da gusto volverte a ver querida hermana, y para tú información creo que tengo más derecho que tú a estar aquí ¿no lo crees?- le respondió con suficiencia, si bien extrañaba a la Konan del pasado, eso no justificaba que se dejaría manipular o hacer de menos, y más cuando su propia hermana le hizo tanto daño.

 

Después de esto el abogado pudo orden y se dispuso a dar lectura del testamento de su abuela.

 

Lo que estipulaba el testamento era que él tomaría posesión de la empresa principal de Tokio y de las acciones que tenía su abuela, en otras palabras era casi el heredero universal, a Konan le dejó una cantidad considerable de dinero y algunas propiedades en Inglaterra, a Yura no le dejó absolutamente nada, su abuela intuía que ella no era una santa pues al morir su padre, Yura hubieron escándalos sobre su indecorosa reputación.

 

Al recibir la noticia Konan hizo rabietas alegando que todo aquello era un show premeditado, pero al no conseguir nada salió furiosa del estudio seguida de su madre, eso sí que lo esperaba.

 

Lo que no esperaba y fue una verdadera sorpresa enterarse, es que la empresa de su abuela estaba a punto de fusionarse con Uchiha Enterprise. Un proceso que debía cumplir por deseo de su abuela, y para colmo trabajaría mano a mano con el actual presidente de dicha empresa, es decir que estaría cerca de Madara.

 

¡Excelente! El destino lo odia

 

-¿Fusión? La abuela nunca me comentó nada- preguntó dirigiéndose al abogado.

 

-Fue hace algunos meses, tu abuela me sugirió la idea y acepté, estábamos a punto de realizar la fusión cuando tú abuela falleció, creí que con su muerte ya no se realizaría- habló Madara por primera vez, con voz grave pero tranquila.

 

-Madara-sama la fusión debe llevarse a cabo según las especificaciones que la señora Naori estipuló, de lo contrario no se le devolverán los documentos de las acciones que dió como garantía a los préstamos que recibió.

 

-¿Préstamos? ¿Por qué mi abuela se fusionaria con una empresa que tiene problemas financieros?- esa era la incógnita, Uchiha Enterprise era una de las empresas tecnologicas más poderosas de Japón y que estuviera en problemas ahora mismo tanto como para pedir préstamos significaba que las cosas no iban bien... entonces ¿Para que la fusión?

Sonrió levemente con superioridad.

 

-Que haya solicitado un préstamo no significa que mi empresa vaya en picada como lo crees, en todo caso el beneficio es para ti- soltó con burla Madara.

-Por favor sigamos...- el ambiente era tenso, por lo que el abogado prosiguió a dar los detalles y fecha para la firma de la fusión de empresas.

 

Le era incómodo estar tan cerca de Madara porque podía oler la fragancia natural del hombre, por dios aquella fragancia que lo volvió loco años atrás, se sentía muy incómodo pero se obligó a permanecer quieto, cuándo acabó todo el abogado se levantó para retirarse, vio como Madara se levantaba de su lugar para despedir al hombre, mientras tanto se levantó para perderse en el cuadro de su abuela que estaba en el estudio, su mente se divago en recuerdos de su abuela, momentos con Konan cuando eran pequeños y en Madara.

 

Sin embargo todo eso se vio interrumpido cuando sintió una mirada a sus espaldas, giró lentamente para encontrarse con Madara, quien clavaba su mirada en él, se veía tan atractivo e imponente, desvío su mirada rápidamente, recordando que ese hombre era un lobo disfrazado de oveja, un vil mentiroso.

 

Se disponía a salir del estudio cuando al pasar por el umbral de la puerta fue detenido, Madara lo tenía sujeto del brazo, intentó soltarse pero no pudo.

 

-¡Sueltame!- gritó para que lo soltara, no quería estar un momento más a solas con Madara.

-¿Dónde estuviste todo éste tiempo?- soltó el hombre con el seño fruncido mientras ejercía presión sobre el brazo de Obito, no supo porqué le preguntó eso, su idea era irse lo más rápido posible sin embargo la furia lo embargó cuando recordó esa estúpida llamada, necesitaba respuestas.

 

-Eso no te incumbe y sueltame- forcejeo con más fuerza

 

-No lo haré- respondió, vio como Obito forcejeaba para soltarse de su agarre pero no lo iba a dejar ir sin al menos una respuesta, estaba empezando a cabrearse cuando escuchó la voz de Konan y su madre acercarse por lo que tuvo que soltarlo.

 

-¡¡Maddy!! Cariño van a servir el almuerzo en el comedor principal- Konan se acercó a ellos, con una sonrisa fingida para luego abrazarse melosamente a Madara. Yura estaba junto a ellos con una sonrisa de satisfacción.

 

-Oh hermanito no te vi ¿Qué tal todo?- preguntó Konan.

 

-Todo está perfecto- respondió con una sonrisa muy forzada.

 

-Dime Obito, ¿te quedas al almuerzo?- hipocresía era lo que veía en la cara de su hermana y su madrastra, hace un rato lo maldecían por la herencia y ahora parecían derramar azúcar, estaba a punto de responder que no cuando escuchó un grito.

 

-¡¡Mami!!- Ryoken venía corriendo por el pasillo, atrás de él venía Kakashi e Izuna, al parecer su amigo sí había llegado. Ryo corrió a todo lo que dieron sus pequeñas piernas para lanzarse sobre su mamá, Obito lo atrapó para alzarlo. Cuándo giró su rostro para ver a su hermana está lo veía sorprendida, al igual que Yura y Madara.

 

-¿Mami? Preguntaron al unísono.

Notes:

Nota: Ryoken le dice mami porque Izuna y Kakashi se encargaron de que lo llamará así, fue un juego que al final el niño se lo tomó muy en serio ^^

Chapter 4: IV

Summary:

La bendición hace acto de presencia

Chapter Text

-¿¡Mami!?- preguntaron al unísono.

 

Hubo un momento de silencio bastante incómodo.

 

-¡Oh! Vaya, vaya... parece que tengo un lindo sobrino- exclamó sarcásticamente Konan al ver al niño, mientras más lo miraba más se le hacía familiar, el infante parecía no tener más de tres años, cabello largo hasta un poco debajo de los hombros y negro con algunas puntas levantadas,  volteó su mirada hacía Madara y regresó al niño que su hermano cargaba, por favor tenían un gran parecido, parecía una pequeña copia del hombre pero se guardó sus pensamientos - Dime cariño ¿cómo te llamas?- le preguntó al niño con una sonrisa demasiado fingida, éste la miró por unos segundos y luego volteó a ver a su mamá para esconder su rostro en el cuello del mayor.

 

-Se llama Ryoken- respondió Obito, generalmente Ryo no era tímido, es más era un niño muy social y se ganaba el cariño inmediato de quién lo conociera pero tal parecía que a su hijo no le agradaba Konan. Bueno, no lo culpaba, su hermana no sabía disimular sus malas intenciones.

 

Madara solo analizaba la situación y muchas preguntas llegaron a su mente, "¿así que por eso te fuiste? Tuviste un hijo con el bastardo con el que te fugaste"  quería gritar de ira pero se contuvo, no podía armar un escándalo y menos con Konan ahí presente.

 

-Ryoken... ¡hola! Yo soy tu tía Konan, soy la hermana de tu "mamá"- hizo énfasis en la última palabra, acercándose al niño, después volteó a ver a dos personas que estaban detrás de Obito, a uno lo conocía.

 

-Hola Izuna- saludó despectiva, pero este solo la había ignorado y pasado de lado para saludar a su hermano,  apretó los labios con molestía. Lo odiaba y estaba segura que el sentimiento era mutuo, Izuna nunca estuvo de acuerdo que ella al final se haya quedado con Madara ¡claro que no! Él siempre apoyó a Obito, pero eso ahora no importaba, lo que importaba era destruir a su hermano para quedarse con la herencia de su abuela, con Madara y  la fortuna de los Uchiha.

 

Luego volteó a ver a un hombre peliplata, a ese no lo conocía. No hizo falta preguntar, su madre se había adelantado.

 

-¿No nos presentas Obito?- la pregunta de Yura lo hizo reaccionar.

 

"Sólo espero no arrepentirme" pensó el pelinegro para rápidamente señalar a Kakashi- Él es Kakashi Hatake, la persona más importante de mi vida - se colocó junto a Kakashi y le rodeó ligeramente el brazo. El otro correspondió el gesto, Izuna solo veía orgulloso a su amigo.

 

Konan y Yura sonreían muy fingido y Madara se notaba tenso, parecía querer saltarle a la yugular al peliplata en cualquier momento.

 

-Kakashi, ella es mi media hermana Konan- señaló a la mujer -Ella es su madre Yura- señaló a la mujer que estaba junto a su hermana y por último… -Y él es Madara Uchiha, es…- no supo cómo presentarlo hasta que su hermana habló.

 

-Mi prometido… ¡Oh! Vaya, el amor se siente en el aire ¿No es así cariño?- dijo Konan mientras se abrazaba a Madara, este solo se quedó callado mientras examinaba a Obito. -Entonces hermanito ¿Te quedarás al almuerzo?-

 

Obito solo le lanzó una mirada de súplica a Kakashi, no quería estar ahí más tiempo, sabía que su hermana solo estaba tratando de molestarlo y sinceramente no tenía cabeza para lidiar con Konan, su odiosa madre y con Madara.  Kakashi por arte de magia, telepatía o lo que sea entendió el mensaje de súplica y con una sonrisa de lado sujetó a Obito de la cintura mientras este cargaba a Ryo.

 

-¡Oh! Lo siento mucho pero ya teníamos planes- habló Kakashi para salvar a su amigo - Así que si no les molesta… nosotros nos retiramos ¿Verdad cariño?- dijo sugerente.

 

-Por supuesto- respondió Obito melosamente. La verdad era que el juego que le estaba siguiendo a Kakashi era divertido, tanto como las expresiones que estaban haciendo su hermana y madrastra. Estaba seguro que no era lo que esperaban. Observaba divertido a su hermana y las caras de frustración que hacía, hasta que su mirada se desvío a Madara, el hombre se veía bastante molesto.

 

De un momento a otro sus ojos se cruzaron y se perdió en esa mirada ónix, tiempo atrás le encantaba perderse en esa mirada para después recibir un beso y ser abrazado de manera protectora, pero ahora todo era diferente, aquel hombre que un día le juró amor solo lo había utilizado de la manera más ruin, le había hecho creer que lo amaba y él como tonto había caído. Recordando todo eso desvío la mirada dolido.

 

-Que lástima, pero bueno… no podemos entrometernos entre los enamorados ¿verdad cielo?- dijo Konan sarcásticamente mientras sujetaba el brazo de Madara, este solo bufó.

 

-Bien… entonces no les quitamos más su tiempo- dijo Obito nerviosamente, si fuera por él ya hubiera corrido lejos pero mínimo debía aparentar- Kakashi vámonos- jaló al hombre bajando a su hijo, el peliplata asintió y se despidieron de los presentes.

 

-Adios tío Izuna- se despidió Ryo con efusividad abrazándolo.

 

-Adios Ryo bebé, tío Izuna irá a visitarte después y te llevará dulces ¿Qué te parece?- preguntó al niño.

 

-¡Si!- gritó el niño y después calló cuando recordó que a su mamá no le gustaba que comiera muchos dulces, volteó a verlo y solo pudo reír nerviosamente por la mirada acusadora que les daba a su tío y a él.

 

Izuna solo le susurró que los comerían juntos cuando Obito no los viera y asintió cómplice.

 

Después miró al hombre que estaba al lado de su tío quien los había estado observando, no sabía porque pero de alguna manera le agradaba, lo miró por unos minutos y sonrió, murmuró un tímido adiós y corrió hacia Kakashi para que lo cargara de nuevo.

 

Obito le dedicó una sonrisa a Izuna y se fue rápidamente con Kakashi y Ryoken, su amigo le había dicho que más tarde iría a visitarlos.

 

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Observó impotente como Obito desaparecía del pasillo de aquella casa con su hijo y con el bastardo ese. Debía admitir que le sorprendió en gran manera que Obito tuviera un hijo pero lo que más lo molestaba, no, lo que lo ponía furioso es que nunca tuvo el valor de decirle en la cara que estaba con otro y que estaba esperando un hijo. Sin embargo la dichosa furia no duró mucho cuando miró al infante, no sabía porque pero aquel niño le inspiraba ternura y un sentimiento de protección.

 

Cuando lo vio entrar corriendo al pasillo y saltar hacía Obito, el pensamiento fugaz de que ese niño pudo haber  sido su hijo asaltó su mente, pero inmediatamente desechó aquello, eso era imposible, porque Obito nunca lo amó.

 

Por otro lado surgió la duda de cómo era que Izuna  conocía al niño, acaso Izuna siempre supo del paradero de Obito ¿por qué no se lo dijo? Preguntas sin respuestas era lo único que surcaban su mente, estaba a punto de preguntarle a Izuna cuando Konan empezó a hablar sobre ir al comedor para comer.

 

-Cuñado…  ¿no te quedas al almuerzo?- preguntó Konan a Izuna más por obligación que por gusto.

 

Pero este solo la ignoró olímpicamente - discúlpame hermano, pero debo retirarme, te veré en la noche… Adiós- se despidió con una sonrisa antes de que Madara lo asaltara con preguntas, sabía que su hermano empezaría a reclamar muchas cosas, primero dejaría que se le bajarán los humos y después hablarían, además tampoco le hacía gracia quedarse con la odiosa de Konan, sabía que era la hermana de su mejor amigo pero definitivamente Konan era desagradable.

 

Madara por otro lado, no le quedó de otra más que quedarse a con Konan y su madre, el desayunó en silencio pensando muchas cosas, esperaba que el tiempo pasará rápido, necesitaba urgentemente hablar con Izuna sobre Obito.