Chapter 1: Prólogo
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Harry Potter siempre se sintió diferente a las demás personas, como el bicho raro que su familia siempre pensó que era, de alguna forma extraña, como si buscara algo, como si anhelara vincularse con algo y jamás soltarlo, pensó que lo había encontrado cuando Hagrid llegó por él a esa pequeña casucha en el risco y que era la magia a la que buscaba.
Resultó ser que no, la magia lo maravillaba pero no era suficiente, no era lo que buscaba y definitivamente todavía se sentía vacío. Extraño como se sentía se dejó llevar por su fama y por lo que los demás querían de él rogando quedar en Gryffindor y así pasó. A pesar que un instinto le decía que estaba equivocado y debía ir a Slytherin no flaqueó en su decisión.
Fue cuando en su primer año tras tomar la piedra filosofal y ser atacado por su maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras que se sintió vivo, cuando lo tocó intentando matarlo, el peligro, la adrenalina y el placer fluyó por su cuerpo. Oh, qué delicia, ésta llegó a la cúspide de la satisfacción cuando la sombra de Voldemort lo atravesó por el pecho dejándolo sin aliento, la cara sonrosada y sobre todo: satisfecho. Pero solo duró un momento hasta que se desplomó.
Después de despertar, la sensación se fue de nuevo pero ahora sabía que era lo que buscaba: el peligro, la adrenalina y el riesgo total dejando todo de lado por su propia satisfacción sin comprometerse por los daños colaterales, ¡ellos que importaban cuando se sentía tan bien!
Grandes fueron sus esperanzas cuando el elfo le dijo que el peligro le esperaba en Hogwarts. ¿No podía ser mejor esa escuela? Tres Weasley salvadores más tarde, estaba de camino al colegio de magia y oh sorpresa, tendrían que volar un auto que no sabían manejar. ¡El año mejoraba más y más!
¡Y lo del sauce boxeador fue exquisito, la fragilidad de la vida era tan emocionante!
Tendrían que buscar la cámara de los secretos y ayudar a los que no eran sangre pura, un fastidio total, lo único bueno de todo fue que escuchaba una voz tan cautivadora que quería su cuello, estrujarlo y desgarrarlo, ¿podría haber algo más maravilloso que eso? Él solo quería un poco de peligro y dice la biblia Muggle: Pedid y se os dará. En un partido de Quidditch todo valía menos hechizos que no fueran para amortiguar una caída o disminuir tu velocidad de la misma, entre lo que valía era una Bludger que lo perseguía constantemente, ¡faltó poco, oh dios, casi moría!
En medio del duelo hubo algo emocionante, Malfoy invocó una serpiente, era tan linda que Harry no dudó en ponerse de rodillas y extender su mano. El Profesor Snape le advirtió pero el chico ya la tenía alrededor de su pequeño brazo delicado.
— Tranquila, pequeña. No te haremos daño, ¿bien? —Harry acarició la cabeza del reptil y le dio un pequeño besito donde estaba su nariz—. Veré si Snape puede enviarte a casa, ¿si? —Ella asintió—. Profesor Snape, ¿podría regresarla? —La conmoción estaba en sus rostros como si estuvieran viendo la peor película de horror, el azabache se quedó serio—. ¿Qué?
Resulta que era extraño que él hablara con las serpientes, otro don que no había pedido, fabuloso —véase el sarcasmo—, refunfuñó en medio de una detención con Malfoy por haber usado hechizos de ataque y no desarme, ¡demonios!
Al tocar el libro que le lanzaron a Myrtle sintió ese éxtasis como cuando Quirrell lo tocó, como si… como si estuviera en grave peligro, sus ojos se desorbitaron momentáneamente y sonrió en un suspiro tembloroso, ¡Oh, qué agonía tan deliciosa! Harry habló con un niño llamado Tom Riddle por medio del libro, posiblemente un recuerdo, fue absorbido por él y joder, ¡era tan atractivo! Después de que sabía todo lo que necesitaba sobre la cámara de los secretos se paró abruptamente antes de salir del libro murmurando.
—Eres peligroso, Tom Riddle. —Una sonrisita surcó por sus labios — .
—¿Por qué dirías eso? —Frunció el ceño pareciendo casi inocente —.
—Puedo sentirte en mi núcleo. —Jadeo con emoción—. Me gustas.
Y sin más, salió.
La persecución y cacería de sangre sucias y mestizos del heredero de Slytherin lo tenía ansioso siempre, expectante, anhelante, su mente decía: ¡Vamos, ven por mí bastardo, ven por mí y tómame! Pero desgraciadamente, no fue él sino su amiga allegada, Hermione Granger. Frustrado pero preocupado buscó por primera vez la forma de ayudar a un amigo cercano y no por su propio placer de peligro.
Pero si en el camino se lo ofrecían, ¿por qué no? Al entrar a la guarida de Aragog y el estar rodeados por todas esas arañas fue… ¡no sabría describir esa sensación! Salieron vivos por el auto que casi los mataba al inicio del año, un momento más y habrían sido picadillo de araña, ¿cómo se habrá sentido aquello?
¡Bueno, Lockhart era un idiota sin utilidad! El imbécil se oblivió a si mismo e hizo que Harry fuera solo a su propia muerte… Oh, Demonios, si. El chico con ojos brillantes fue hasta una puerta con diferentes reptiles rastreras y murmuró abriéndola, un poco más y llegará, pronto estuvo frente grandes estatuas de serpientes y al final del corredor estaba Ginny Weasley sino muerta estaba desmayada en el piso. ¿En serio tenía que salvar a la acosadora? ¡Que agradezca que su mejor amigo era su hermano!
Verificó su piel y estaba helada como paleta, gruñó y sin darse cuenta dejó caer su varita, revisó el pulso de la niña hasta que unos pasos le llamaron la atención: Tom Riddle, majestuoso como en su diario estaba frente a él con su varita.
—¡Hey, es mía! —Gruñó Harry—. Dámela.
—No la necesitarás. —Murmuró con la mirada fija y una sonrisa traviesa—.
—Oh por el amor de Dios, coqueteamos luego. —Gimió al chico de ojos marrones—. Debo salvarla.
—Olvídalo, Harry. Ginny es quien me alimenta, mientras ella se debilita yo me hago más fuerte. —Sonrió de lado mirando de arriba hacia abajo—. Como si me fijara en un mestizo como tú.
Harry hizo algo parecido a un puchero—. ¿Es por que soy mestizo que escogiste a Ginny? —Frunció el ceño pero luego sonrió y tronó los dedos como si una idea llegara recién—. ¡Haremos un trato, tómame y deja a Ginny! Puedes sentirlo, Tom. Soy mucho más poderoso que ese chiste de bruja. —Tom pareció contemplarlo unos momentos, miraba a Harry a los ojos y extendió una mano hacia el pecho del chico—. ¡Se pregunta!
—Está bien, eres mucho más decente que la traidora de sangre. —Susurró agarrando su diario y dándoselo a Harry—. Tómalo, absorberá tu poder mágico.
Harry jadeó maravillado al verlo —la maldita acosadora se lo había robado de su cuarto y había estado tan desilucionado—, Tom alzó una ceja pensando que ese chico hubiera tenido algún fetiche realmente extraño de mayor, lástima que no viviría para averiguarlo, agitó su cabeza y dejó que el ojiverde tomara el diario, el niño le sonrió y lo puso sobre su pecho. Luego se sentó en el piso mojado mirando a Tom.
—¿Y bien? —Murmuró divertido Harry—. ¿No me ibas a comer o algo? —Guiñó un ojo—.
—Se supone que debe- ¿Qué estás haciendo? —Alarmado el mayor frunció el ceño—. ¡Suéltalo!
—¡No, si aceptas ya no hay devoluciones! —Harry sacó la lengua—.
—No seas un mocoso y suel-
El recuerdo de Tom Riddle desapareció tan abruptamente que Harry ladeó la cabeza confundido hasta que se sintió mareado de la nada, sintió el sentimiento del año pasado de nuevo pero mucho más intenso, tragó saliva mirando como el libro se volvía una mezcla rara en sus manos y de ahí salió una sombra —como la que salió de Quirrell el año pasado— atravesando su pecho, Harry gimió hasta que hizo eco en toda la recámara de los secretos y se desplomó.
Otro año, otro galeón. Después de haber despertado en enfermería, el director le dio otra charla manipuladora que pudo confundirse con motivacional, luego de toparse con Lucius Malfoy y lograr la liberación de un elfo doméstico Harry volvió a Privet Drive.
En su tercer año escolar o más bien, antes, Harry hizo flotar a su obesa tía, huyó de casa y acarició un gran perro negro que parecía enfermo y desaliñado, incluso cuando ese cosquilleo corporal le dijo que no fuera tras él, lo hizo. Después siguió al perro que intentaba jalarlo con el hocico mordiendo sus ropas, este lo estaba guiando hacia el caldero chorreante, frunció sus labios confundido sobre lo extraño que era el acontecimiento pero entró sin pensarlo mucho dejando al perro solo afuera.
El ministro y su, no te vamos a encerrar en Azkaban por inflar a tu tía, Harry, no le daban ni una jodida pizca de confianza, solo era otro viejo manipulador como Dumbledore, pero en fin. Pasó una noche en el caldero chorreante y al día siguiente conoció a un agradable sujeto que le contó la verdad sobre el asesino en serie. Oh, estaba tras él y quiere matarlo . Hubo un cosquilleo en su espalda baja.
—Harry, prométeme que no irás tras Black por venganza o algo así, prométeme que no irás tras él. —Arthur Weasley lo tomó "delicadamente" de los brazos—. ¡Prométemelo!
—Señor Weasley. —Se rio un poco e hizo una mirada confundida claramente falsa—. ¿Por qué iría tras alguien que quiere matarme ? Honestamente.
Eso zanjó el tema.
No tuvo que esperar a seguir a Black. Oh, ¡cómo amaba ser él! En medio de su viaje en tren a Hogwarts el cubículo comenzó a enfriarse terriblemente, con el cosquilleo habitual supo que algo malo venía —¿o bueno? Ya no lo tenía claro—, la puerta de su compartimiento se abrió y una silueta con una gran túnica negra entró para ir por él, su cuerpo se volvió de gelatina, sin responderle, su mente comenzó a nublarse y recuerdos sobre la noche en el que 'venció' a Voldemort volvieron a sus ojos. Fácilmente pudo alejarse de ellos y concentrarse en la sensación de ser succionado por el ser, ¿así se siente ser asesinado? Su cuerpo se convulsionó levemente ante la anticipación pero no llegó nada y se despertó sin saber que se había desmayado, agitado volteó mirando a un hombre con bigote.
El hombre le dio chocolate, resultó ser un maestro nuevo y que los dementores eran quienes lo habían atacado, bueno, ahora conocía sus nombres. Y de nuevo no tuvo que buscarlos, custodiarán la escuela, solo debía acercarse a la puerta y esa sensación volverá de nuevo. Se juró a sí mismo que era solamente por sí nada emocionante pasaba y necesitaba un poquito de adrenalina en sí.
Tan rápido como llegó, dejó adivinación por aritmancia, ¡no quería saber cuándo morirá, el quiere vivirlo, muchas gracias!
Poco tiempo después los dementores volvieron a atacar en medio de su partido de Quidditch, Harry los esquivó y subió, zigzagueó hasta que en lo más alto se dejó atrapar por uno, ¿morirá ahora? ¿Cómo se sentirá? ¿Será rápido? ¿Doloroso o no lo sentirá? Tan pronto como el dementor quiso robar su alma él se desmayó cayendo por cuarenta metros de altura. ¡Morirá de forma dolorosa, qué majestuosa muerte!
Dumbledore lo salvó, maldito viejo entrometido.
Gracias al ataque —donde parecía que Harry intentaba escapar— se vio forzado a aprender el hechizo para repelerlos, al final, lo logró, es decir, nunca lo dudó pero no pensó que pudiera en menos de dos semanas, eso requería mucha magia y habilidad, al parecer la materia se le daba bien y Lupin junto a sus demás profesores —a excepción de Snape— lo felicitaron.
Resumiendo los hechos, nunca estuvo en peligro , el asesino era su padrino inocente, la rata escapó, Lupin tuvo que irse pero al menos salvaron a Sirius y Buckbeak de una muerte fatal. Con respecto a su hambre por el peligro: no sintió nada, nada de nada, ¿qué demonios? Incluso cuando los dementores casi lo matan o cuando Lupin los quiso devorar ¡nada! ¿Qué se suponía que ahora tendría que hacer? Se sentía igual de vacío o peor que en un inicio y no sabía qué hacer, Harry estaba frustrado.
Poco tiempo después se puso a reflexionar a fondo sobre eso, ese hambre de peligro era alimentado por situaciones en las cuales eran sorpresivas en su mayoría, estaba totalmente indefenso y no sabía que habrían probabilidades de sobrevivir o evitar aquello. Por ejemplo: el ataque de dementores los repelió con el Patronus que ahora podía hacer para defenderse —así que ahí indefenso no estaba— o Lupin que los atacó en su forma hombre lobo pero tanto Snape como Sirius saltaron a su defensa, Snape protegiendo y Sirius atacando a Lupin.
Que…inconveniente.
Harry despertó el día de su cumpleaños mirando al techo, hizo una mueca al sentirse extraño como siempre pero ésta vez aún más extraño, había tenido un sueño la otra noche, una rara sobre Voldemort y la rata rastrera sintiendo un dolor leve, como un piquete y luego despertó, se volvió a dormir después de eso pero ahora debía levantarse, hacer el desayuno y empacar para que los Weasley vinieran por él para la copa mundial de Quidditch.
Gracias a Harry había una dieta en la casa que contenía carne y cosas que parecía que los estuviera alimentando con mucha caloría, esto ayudó pero no disminuyó el mal humor de su tío, el chico seguía comiendo en una barra apartada mientras por un instante sintió el cosquilleo de nuevo, parpadeó con sorpresa mirando a su alrededor y se encontró con algo muy inquietante, Vernon lo miraba… extraño.
Harry se aseguró de comerse todo, esperó a que ellos terminaran su comida y empezó a juntar el comedor para ir a lavar la vajilla y algunos sartenes que ensució. El cosquilleo volvió para luego sentir una mano en su hombro, volteó y miró los ojos de su tío de la misma forma que antes, esto lo confundió un poco hasta que percibió lo que era: lujuria.
—¿Qué edad tienes, Harry?
¿Harry? ¿Desde cuando el bastardo lo llamaba Harry? El cosquilleo subió por su columna vertebral provocando un estremecimiento, el joven mago agitó su cabeza un poco evitando soltar un jadeo, hace tiempo que no sentía su sexto sentido y lo tomó por sorpresa, el emocionante peligro casi lo hizo suspirar de añoranza.
—Hoy cumplí catorce, señor. —Contestó e intentó verse como siempre—.
—Bien, el próximo verano, haré que pagues cada pequeño gasto que hice en ti con tu cuerpo, muchacho. —Murmuró en su oído a lo que quería parecer sexy, supuso Harry, pero lo único que lo seducía era el peligro, la sensación de lo incorrecto y que sabía que si su tía se enteraba de su cercanía ella sospecharía—. Y si quieres cualquier cosa, también lo pagarás de esa forma, sino… puedes morirte de hambre.
—¿E-Es una amenaza, señor? —Preguntó tragando saliva expectante con su respiración algo entrecortada—.
—Es una advertencia.
Sonrió mezquino, se separó y antes de irse Harry sintió como su mano pasó por su cintura hasta su trasero, lo apretaron y así lo dejaron ahí: confundido, conmocionado y horrorizadamente emocionado con el futuro.
Holy Moly.
Chapter 2: I. Alpha, Beta y Omega.
Summary:
Harry descubre la realidad de los segundos géneros y la perspectiva del mundo mágico tiene de cada uno dependiendo de él.
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Harry estaba desconcertado, ¿acaso su tío acababa de decirle que se preparara a tener sexo por comida? Incluso después de que los Weasley vinieran por él seguía tan pálido como lo había dejado su tío por todo lo que repercutirá volver a ese lugar de nuevo. Es decir, además del hecho que era jodidamente virgen, ¡él era un chico! Según sus tiempos en escuelas Muggle no era del todo normal tener sexo entre el mismo género, se suponía que se debía hacer entre chico y chica. ¿Era posible tener relaciones sexuales entre chicos o chicas?
Harry agitó su cabeza ahuyentando todos esos pensamientos sobre su tío político hasta el fondo de su consciencia, por ahora, debía concentrarse en el presente.
Ignorando el hecho de lo que pasó en el mundial de Quidditch, todo resultó bien aunque Harry había sentido como si todo fuera demasiado sencillo . Todo en estos últimos tres años habían resultado en su muerte parcial o al menos en la línea entre la vida y la muerte, entonces lo del mundial había sido un juego de niños para él si era totalmente honesto, casi parecía fácil. Ese sentimiento continuó aumentando con el torneo de los tres magos y la restricción de edad.
Potter suspiró frustrado, quería peligro, venía a Hogwarts después de tanto vacío que esperaba ser llenado de los dos meses de necesidad que pasó en Privet Drive y justo cuando aquella chispa había sido encendida por Vernon tuvo que irse, así que Harry maldijo a su tío por ser tan indeciso.
¿Qué acababa de pensar? Joder, era asqueroso pensar en eso, es decir, era una morsa e incluso sin toda esa grasa seguía siendo un jodido bastardo con él.
¿Por qué le gustaría que su tío lo interceptara de esa forma? El chico frunció sus labios con desagrado curioso de sí mismo porque sabía su respuesta, Vernon siempre significó peligro cuando Harry hacía o no algo malo. Incluso su cuerpo lo mostró como peligroso hacia su virtud. Absurdamente cierto.
—También debo informarles a los alumnos de cuarto año que deben quedarse para la presentación con la señora Pomfrey. —Harry regresó sus pensamientos a la diatriba del director que estaba dando los anuncios de inicio escolar—. Es imperativo separarlos por géneros secundarios y no primarios.
—¿A qué se refiere? —Murmuró a la chica de pelo espeso—.
—Bueno, no sé, no he visto algo así en los libros de Hogwarts. —La chica frunció el ceño pensando que tal vez era de la sección restringida—. ¿Por qué sería tan importante?
—Es cierto, ustedes no saben. —Ron dijo con la comida en la boca, teniendo la atención de sus amigos tragó avergonzado—. Nuestro mundo no solo se rige entre hombres y mujeres sino que hay hombres que pueden concebir llamados Omegas, Betas que son como Muggles simples a excepción que localizan los olores que ellos no y Alphas que básicamente son los de ‘arriba’. —Hermione frunció el ceño—. La parte 'patriarcal' del asunto pues.
Harry tragó saliva, esperó por todos lo cielos ser Beta, no estaba seguro que esa versión resumida le ofreciera todo lo que en sí significaban los géneros desconocidos, ya que Ron por lo regular se saltaba la parte más importante de los temas y él no quería tentar su suerte, Hermione ladeó la cabeza tan insegura como Harry.
>>No se preocupen chicos, seguro lo explican mejor que yo. —Sonrió apenado—. Solo sean agradecidos que aquí no hay sexismos como en el mundo Muggle y los Omegas son muy respetados. Así que ya no afecta mucho el género que te toque como en la antigüedad. —El chico se metió un pedazo de pollo frito a la boca—. Los Alphas y Betas deben preguntar antes de poder tan siquiera tocar su mano o abrazarlos, es lo mismo al revés pero la mayoría de Alphas no lo hacen mientras a los Betas les da igual.
—Bueno, espero ser Beta. —Murmuró Hermione revolviendo el puré de verduras de su plato—. Así evito problemas innecesarios.
—Yo igual. —Harry siguió la tonalidad de la Gryffindor tomando un poco de pasta con su tenedor—. No me puedo imaginar de otra forma.
—Son absurdos. —Ron rodó los ojos tragando—. Cada género tiene sus beneficios, y luego yo soy denso e imbécil.
Ambos chicos ignoraron las acusaciones del pelirrojo ya que sabían que tenía razón.
Al final, Harry terminó comiendo más ligero de lo que acostumbraba, por lo regular comía dos terceras partes de la porción pero esta vez comió la mitad, lo más probable era que se debía a sus nervios, Ron de vez en cuando rodaba los ojos ante el par demasiado nervioso para su gusto.
Llegando la hora, Dumbledore despidió a los otros grados dejando un grupo mediano de cada casa de Hogwarts. Algunos nacidos de Muggle estaban igual o peor que ellos, Harry no estaba seguro.
La división de mesas por casa desapareció dejando una gran mesa en los pies de los escalones del gran comedor, dieron indicaciones de guardar silencio y sentarse en ella. Con ellos estaban los jefes de casa, la señora Pomfrey y Dumbledore quien sonrió lo más neutral posible.
—No se pongan tan nerviosos, mis muchachos. —Habló con una voz calmada, sus ojos brillantes y la sonrisa que nunca se fue—. Hoy se decidirá su segundo género no la sentencia de su muerte. En el diagnóstico también saldrá la posible herencia de criatura en su sangre.
Harry frunció los labios, por mucho que el viejo manipulador intentara tranquilizarlos, él en verdad no lograba calmarse, ¿y si resultaba malo ser Omega o Alpha? No sabían que afectaba en dichos géneros gracias a que su amigo no era bueno explicando y que Harry había nacido con sus tíos Muggle.
Hermione tomó su mano debajo de la mesa con la mano temblorosa y sudorosa, ellos habían sido cada vez más unidos al pasar de los años y esto lo demostraba, suspiró temblorosamente escuchando con atención, ya que lo siguiente básicamente marcaría su vida por siempre.
>>Todo eso será explicado por la señora Pomfrey. —Dumbledore hizo un movimiento de mano dando a la enfermera la palabra—. Adelante, por favor.
—Veamos, pequeños cachorros. —La mujer movió su varita, cada quien recibió un pergamino en forma de folleto donde había un gran titular que decía Géneros secundarios y lo que debes saber sobre ellos —. Todo de lo que hablaremos está en ese papel para que me sigan, ¿entienden?
Sí, señora. Se escuchó el eco unísono en el gran comedor.
Según el entendimiento de Harry Potter. Había tres géneros secundarios que poblaban el mundo mágico: Alpha, Beta u Omega. Los Alpha eran los dominantes y activos, en el pasado fueron reconocidos por tener altos cargos pero que hoy en la actualidad desde el anterior mandato del ministerio la casta ya no era una razón de estereotipo porque podrían haber Alpha tan sensibles como Omega o Omega tan duros e imponentes que Alpha emocionalmente.
Los Omega eran sumisos y pasivos, en el pasado eran reconocidos por sus excelentes habilidades de defensa para protegerse a ellos y a sus cachorros, ellos tenían el don de procrear vida, eran adorados por eso pero a su vez discriminados sin dejarlos salir fuera de la seguridad de su hogar. Como en el caso de los Alpha, ya no había razón de estereotipo y ahora podrían pedir un alto mando solo si tenían el nivel intelectual y de habilidad para el trabajo.
El único problema realmente eran los olores de los Alpha que suprimían a los Omega que ahora con práctica podían evitar ser controlados por ellos, además que era extremadamente ilegal querer hacerlo con alguien que no era tu pareja —quién lo podría encontrar delicioso— fuera de tu celo ya que era entendible por razones de instinto, por lo mismo los Omega deberían practicar para evitarlo: la orientación y sus clases de control estarían disponibles y gratuitas.
Tanto Alpha como Omega tenían un comando de voz, la voz Alpha tenía el comando de obediencia que los Omega sin práctica caerían a sus pies, idéntico como imperius , la maldición prohibida, mientras que en el caso de la voz Omega era un comando de tranquilidad donde el Alpha se volvía terriblemente manso si le afectaba. En ambos casos era ilegal usarlo a menos que la situación lo ameritara, como por ejemplo, que un Omega o Alpha intentara suicidarse o hiciera algo para dañar a los demás.
Los Omega tenían un chillido —inaudible para los Beta— que era un pedido de ayuda angustioso al que los Alpha reaccionaban en forma de protección, solo pensaban en ahuyentar el peligro del Omega. Eso era muy útil como alarma cuando algo malo pasaba para que un Alpha ayudara al necesitado o la situación que el Omega intentaba intervenir.
Los celos, rutinas, calores o ciclos de apareamiento eran algo que tanto Alpha como Omega pasaban, los Omega tenían un celo cada tres meses aunque la duración del celo dependía de cada Omega donde sufrían calambres, cólicos y dolores abdominales, además de una lubricación extrema en la vagina —en el caso de mujeres o hombres que alteraban su cuerpo hasta la intersexualidad, se le conoce como un sistema de autodefensa para evitar ser Gamma— y en el ano a los varones sin alteración. Durante su celo ellos creaban un nido, así era su forma de protegerse de sus enemigos, tanto a él como a sus cachorros simbólicos, como una barrera que los protegía si pasaban de su Alpha quien debía estar protegiéndolo o cuidando de él.
Los Alpha tenían un celo cada seis meses, que al igual que los Omega, la duración dependía de cada Alpha donde eran mucho más vulnerables a la seducción de los Omega, tenían un dolor insoportable en la base de su miembro hasta que ellos lograran anudar adecuadamente, además de un descontrol de su propia fuerza. Las Alpha hembras desarrollaban un miembro extensible desde el clítoris ó puede haber casos en que el miembro salga de su cavidad vaginal a voluntad —su cuerpo se moldeaba a sí mismo de esta forma para evitar ser Delta—.
En la temporada de apareamiento —diferenciando del sexo común—, el Omega expondrá su glándula de acoplamiento indefensa al Alpha y solo si el antes mencionado estuviera anudando. Luego, cuando los Alpha reconocían al Omega suficientemente digno dejaban salir los colmillos llenos de saliva que tenía propiedades analgésicas y cicatriciales para marcar al Omega con éxito en el apareamiento. La marca de acoplamiento era como las parejas de hombres lobo o Veelas, para toda la vida, ésta te permitía compartir pensamientos y sentimientos con tu pareja, ésta no era removible o reemplazable, a menos que uno de los dos muriera y el otro tuviera la oportunidad de re-vincularse.
Por lo regular, un Omega o Alpha viudo nunca se volvería a enlazar —aunque podría ocurrir— ya que la mayoría se enlazaba por medio del click, que es mejor conocido como destinados, eran almas para encontrarse y nunca dejarse ir hasta que la muerte los separara. En ocasiones para reconocerse, los ojos de ambos brillaban en un intenso azul zafiro, esto solamente pasaba en una unión de parejas destinadas con mucho poder, si ambos miembros habían pasado la edad de presentación y ya hubieran experimentado su primer celo.
Los jóvenes son presentados como Alpha, Omega o Beta entre sus catorce y quince años, apareciendo junto a su posible herencia de criatura y qué tipo de Alpha u Omega eran —Omega intersexual o Alpha mujer con su miembro interno—, por lo regular la prueba era hecha por la escuela y cuando volvían a casa se reforzaban los temas a aclarar dependiendo de la familia.
Existían medicamentos para quienes eran tímidos con su casta, ya sean Alpha u Omega entre ellos estaban: supresores, servían para suprimir los ciclos de apareamiento hasta 24 horas y ocultar el olor lo más que se pudiera, inhibidores, era una poción que suprimiría tu celo hasta el próximo ciclo evitando así que el olor se escapara ya que sin celo no habría olor, solo era utilizable hasta dos veces antes de que falle, ya que tu cuerpo necesitaba pasar al menos dos celos al año, y anticonceptivos , su utilidad se basaba en evitar el embarazo, tanto Omega o Alpha podrían usarlo para evitar descendencia no requerida, usada más entre los sangre pura.
>>¿Alguna pregunta? —La mujer miró alrededor con una sonrisa a los nerviosos estudiantes—. Muy bien, ahora los haremos llamar por su apellido y luego nombre.
Abbott, Hanna. Beta.
Alixan, Astrix. Omega.
Snowyowl, Andrew. Beta.
Bell, Katie. Alpha.
Bones, Susan. Beta.
Boot, Terry. Omega.
Brown, Lavander. Omega. Banshee.
Bulstrode, Millicent. Beta.
Carrow, Flora. Omega. Veela.
Carrow, Hestia. Alpha. Veela.
Chang, Cho. Alpha.
Corner, Michael. Beta. Vampiro.
Finnigan, Seamus. Omega.
Goyle, Gregory. Beta.
Granger, Hermione. Beta. —Para su satisfacción—.
Greengrass, Daphne. Beta. Valkiria.
Longbottom, Neville. Alpha. Elfo del bosque.
Lovegood, Luna. Omega. Profetian.
Malfoy, Draco. Alpha. Drakonian.
Nott, Theodore, Omega.
Parkinson, Pansy. Beta.
Patil, Padma. Alpha.
Patil, Parvati. Beta.
— Potter, James, Harry.
La voz dulce y comprensiva de la enfermera revolvía su estómago, el Omega siempre odio cuando ella le hablaba de esa forma, con casi lástima y como si supiera todo lo que Harry vivió en su niñez, le enfermaba. El Gryffindor tuvo un mareo fantasmal por un momento pero al escuchar la voz de la enfermera insistiendo reaccionó.
>>Pasa, querido.
Harry respiró profundamente, se puso de pie soltando la mano de Hermione por segunda vez desde que comenzó todo esto, el azabache caminó rodeando la sala hasta la camilla que la mujer había transfigurado al costado de la gran mesa. Estaba acolchado y era suave al contacto de sus manos aunque caliente de alguna forma asfixiante que Harry no reconoció.
>>Tranquilo. —La mujer pasó la varita sobre su abdomen con diversos patrones—. Genus Revelo.
Harry cerró sus ojos esperando a que el veredicto fuera Beta, por todos los cielos deseaba que lo fuera pero sabía que no tendría suerte, de hecho, algo dentro de él sabía que saldría Omega y que lo disfrutaría, como una parte retorcida dentro de él, el contrario al sexto sentido que había tenido los últimos años.
>>Felicidades, cariño. Eres Omega. —Harry soltó un quejido lamentable, odiaba tener razón—. Ahora, necesito algo de sangre tuya.
El chico abrió los ojos y se sentó en la camilla mirando a la mesa donde todos lo observaban con sorpresa, sí bueno, no esperabas que el niño que vivió fuera Omega, ¿Cierto? Harry extendió su mano hacia la enfermera, ella le dio un ligero corte en el dedo el cual luego de dejar caer dos gotas sobre el pergamino de detección fue curado sin cicatriz.
Pasando un par de minutos el pergamino soltó una chispa en el aire, donde estaba su casta y que tipo de Omega era además de su herencia de criatura.
—Parece que serás un Omega Intersexual para el final del año. —Murmuró mirando el papel y Harry miró al techo pidiendo clemencia—.
—¿Al menos me crecerán los pechos? Digo si seré una chica mejor no parecer anormal en el mundo Muggle. —Se quejó, haciendo que varios nacidos Muggle lo miraran con comprensión porque sabían a qué se refería el azabache—.
—Naturalmente, no, pero… —La mujer frunció su ceño de inconformidad pero luego sonrió— Bueno, eres un Metacambiare al 50 por ciento, tendrás los poderes de un Metamorfomago a mucha más voluntad que uno nacido. Así que si quieres un par de pechos no serán problema.
Harry enrojeció, no es que él los quisiera , sabría que sería mejor si en el mundo Muggle lo vieran como una chica que tardó en desarrollarse a una aberración, además que le salvaría de los abusos de sus tíos y su primo. Bueno, si fuera tan bello como se le describe a un Omega podría seducir a Vernon y Dudley como simple diversión, supervivencia y conseguir algo de ellos —como huir de palizas por ejemplo—.
—¿E-Es todo? —Murmuró avergonzado—.
—Si, señor Potter.
El chico prácticamente saltó y corrió a su asiento tomando la mano de ayuda de su amiga, ahora tendría que tener un supresor en la mano siempre sino quería que pasara un accidente, en silencio la chica lo abrazó y él se acurrucó escuchando a los demás siendo presentados.
Robbins, Demelza. Alpha.
Smith, Zacarías. Beta.
Thomas, Dean. Alpha.
Crabbe, Vincent. Beta.
Weasley, Ron. Omega. Unicornian.
Zabini, Blaise. Alpha.
Harry se puso a pensar un momento, ¿Qué carajo era un Unicornian?
Chapter 3: II. Deporte y Hogsmade.
Summary:
Harry es expulsado de Quidditch y él decide tomar su propia autovenganza.
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Harry entró a la oficina de McGonagall, ahí estaban todos los miembros del equipo de Quidditch con una mirada temerosa y sobre todo de perdición. El chico alzó la ceja algo intrigado y se sentó en la silla que se le ofreció, miró de reojo el aspecto bastante molesto de sus hermanos de otra madre, parecían tan inconformes y no sabía qué esperar.
—Harry, no sé cómo decirte esto. —La mujer que representaba a su casa lucía muy apenada—. Debido a tu... casta, no podemos dejar que sigas en el equipo de Quidditch.
Por fin todos dejaron salir el suspiro, lleno de indignación en algunos y otros de alivio que se habían guardado ya que esperaron que como Harry ya era parte del equipo no lo echaran, era un joven bastante talentoso en el deporte pero seguía siendo Omega, Harry apretó los labios mirando a los ojos verdes pálidos de su profesora.
—Vamos profesora, debemos poder hacer algo contra eso. —George intervino—. Harry ya es parte del equipo.
—Eso es simplemente discriminación contra el género. —Contraatacó Fred—. Harry tiene talento y merece estar tanto como cualquiera.
—No se trata sobre discriminación, chicos. —Angelina intervino—.
Su rostro estaba en una mueca de aspecto rudo pues Harry era una carta que ya no podrían usar y nadie le llegaría a los zapatos, pero ella fue educada de una forma, si eras Omega, no habrían ciertas cosas para ti, cosas que te pondrían en peligro y ella no pondría en peligro al joven Gryffindor, a un Omega.
>>Es nuestra tradición, ningún Omega o Beta entra al Quidditch, es un deporte hecho por y para Alphas. —Ella gruñó—.
Iban a protestar pero Harry alzó la mano hacia ellos con una sonrisa de lo más dulce —falsa— que hizo que todos en el equipo se les rompiera el corazón, el chico no merecía tal... exclusión. Incluso si eran educados de esa forma, Harry se había ganado su lugar, les dolía dejar un compañero atrás pero ellos sentían que era lo correcto.
—Bueno, Angelina, ya que no puedo hacer nada me iré, pero cuando te estén pateando el trasero no vengas a rogarme a que vuelva. —Con dureza trató a la chica—. Si quieres perder allá tú, sabes que en cada juego soy yo quien les da la victoria, ahí me avisan como les fue.
Harry se puso de pie caminando hacia la puerta en un giro ligero pero molesto, preparado para irse fue detenido por la voz de su jefe de casa, él volteó a mirarla con ojos suavizados, la mujer había sido tan buena pero ahora estaba siendo terriblemente injusta con él.
—Por favor, no te molestes con ellos, fue mi culpa por meterte al equipo en primer lugar. —Suplicó la mujer—. Por favor.
—Lo sé, profesora. —Sonrió—. Pero eso no los excusa de que es un deporte de Alpha, cómo ve usted, no quepo aquí.
Harry comía en paz el lote de macarrones con queso, desde su presentación tenía cada vez más y más hambre, Poppy lo descartó como el desarrollo y el almacenamiento de nutrientes que su cuerpo tomaba para el día de su celo
Harry comía en paz el lote de macarrones con queso, desde su presentación tenía cada vez más y más hambre, Poppy lo descartó como el desarrollo y el almacenamiento de nutrientes que su cuerpo tomaba para el día de su celo. Ron —como él— había estado triste por la expulsión del equipo, sus hermanos de nuevo intercedieron muy molestos por eso, Harry los amaba, eran como familia para él a pesar de que posiblemente no entenderían su situación del todo, pero querían ayudar y para Harry eso significaba mucho.
—Vamos, chicos. —Hermione apenada acarició sus espaldas con calma—. Podrán encontrar algo más en qué entretenerse, ¿Escuchaste sobre el club de ajedrez mágico, Ron? ¿Qué tal el club de duelo con el profesor Flitwick, Harry?
Ron hizo una mueca muy fea—. Todos son una basura en el ajedrez, en un santiamén estaría como el líder, ya vencí a cada uno de sus integrantes. —Con un bollo en mano, jugó con su puré de papa—.
—Posiblemente tengo suficiente de lastimar a otros con mi magia, Mione. —Harry excusándose suspiró—. El Quidditch era lo único que me alejaba de toda la mierda del salvador, lo único que me daba crédito por algo que realmente hacía.
Hermione iba a seguir pero Dumbledore empezó a hablar, Harry no puso mucha atención, solo se revolcaba en su maldita miseria intentando pensar qué hacer para que los malditos Alpha del equipo de Quidditch se arrepintieran de su jodido error, él era rencoroso, oh si, siempre buscaba tener su pequeña pizca de venganza, como cuando asustó a Dudley esa vez con su magia o hizo que a Ginny la castigaran durante un año por todo lo que había hecho con la cámara de los secretos, cuando en realidad lo que le molestó fue que le robara el diario.
Ahora que lo pensaba, podrá jugar un poco con Vernon Dursley, al menos si el pervertido decidiera 'abusar' por fin de él posiblemente no le dolería y como antes había pensado, podría seducirlo y conseguir muchas cosas, gruñó pensando en cómo lograría eso.
Harry no era estúpido, sabía que Petunia no quería a Vernon, sólo si había casado con él por interés, incluso Vernon lo sabía, ella nunca mostraba su "amor" en privado, siempre era al ojo público y en lo demás, sólo se encargaba de atenderlo. Pero hasta ella tenía un límite, por lo regular no le gustaba acostarse con él y él vengándose de ella, fue tras su sobrino para ponerle el cuerno, ya que le iba a doler más que escogiera a una persona mágica en vez de cualquier ramera.
Harry podría aprovechar eso.
—Cedric Diggory. —Al menos un Omega participaría en algo para variar, pensó vagamente tragando. Viendo por el rabillo del ojo como otro papel volaba Harry alzó su mirada—. ...inesperado. —El hombre atrapó y leyó el papel—. Harry Potter.
—Con un demonio, lo que me faltaba. —Gimió Harry dejando caer su cabeza contra la mesa—.
No se esperaba esto, eran circunstancias inesperadas, aunque no tanto, Harry sabía que algo vendría tarde o temprano pero que fuera algo tan divertido como el torneo le alegraba, ya que podría distraerse un poco de sus planes para divertirse con ese extraño sentimiento que tanto le agradaba. Obviamente eso no lo tendría que mostrar a la gente, pensarían que metió su papel al cáliz y él necesitaba dar aún ese aire inocente.
Varios nacidos de Muggles rieron, entendiendo muy bien la referencia, al menos el vivir en una época avanzada como los años 2000 sacaba lo mejor de ambas poblaciones, con un suspiro se puso de pie, estaba de muy mal humor con lo de Quidditch y posiblemente lo sacarían del torneo también ésta vez por su edad. Extrañaba cuando los días eran más sencillos.
Caminó hasta donde Dumbledore le orilló, odiaba al hombre y aquí olía a gato encerrado, Harry arrugó su nariz y su sexto sentido se activó, más relajado que antes por la anticipación de lo que pase se adentró al salón de maestros lleno de trofeos con los directores y jefes de casa tras sus talones.
—¡Eso es trampa, una maquinación tuya para ganar! —Señaló Karkaroff hacia Dumbledore—. Exijo que descalifiquen al muchacho.
La directora de Beauxbatons coreaba detrás del hombre con inconformidad, Harry rodó los ojos siendo captado por los agudos del jefe de Slytherin, fabuloso, ahora tendría al mamón tras él, desde el primer día el hombre había tenido algo contra Harry y honestamente no había hecho nada para merecerlo.
—Harry, ¿Tú pusiste tu nombre en el cáliz? —El Omega entrecerró los ojos—. ¿Pediste a algún alumno mayor para que lo hiciera?
—No. —Murmuró con firmeza Harry—. Y no.
—Solo intenta llamag la atención, Dumbledoge. —Con gracia la rubia campeona empezó a decir despectivamente—. Clago, buscando más fama de la que ya tiene.
—Por supuesto. —Harry sonrió con sarcasmo, resopló burlándose de ella—. Haré que pongan mi nombre en un torneo nivel adulto solo porque me gusta llamar la atención y me muero por ella. —Pestañeó hacia la rubia con sus manos juntas en un puño para luego dejarlas caer con una mueca fastidiada—. Literalmente muriendo por ella porque eso voy a hacer ahí si participo.
El cosquilleo volvió una vez más, Harry tuvo que morder su labio luciendo un poco tímido para evitar gemir, era una sensación adictiva que Harry esperaba sentir más.
La chica lució claramente indignada, ella se había sentido muy pero muy desplazada cuando la mayoría de los fans que ella solía tener iban ahora con Harry, obviamente el chico los mandaba a freír espárragos, porque bueno, él sólo era un niño que aún no pasaba por la alteración, ¿qué buscaban exactamente de él? Claro, le halagó la atención pero no era su tiempo aún, además sospechaba que ni siquiera eran de su tipo, ninguno.
—Es un contrato vinculante, señor Potter. —El representante del ministerio inquirió—. Lo lamento pero perdería su magia y eso pondría en peligro el desarrollo de su cuerpo.
Por supuesto que no decía que se iba a largar del campeonato, es decir, era algo en lo cual entretenerse de los bastardos del equipo de Quidditch que lo habían hecho a un lado, el director sabía que él no había metido el nombre en el cáliz pero tampoco podía decir quién fue por lo cuál Harry tendría que participar.
—Tranquilo, señor. —Sonrió dulce con ese tinte coqueto que hizo ruborizar a beta—. Sé lo que es, solo digo que no fui yo, me haré responsable de lo que se me acusa. —Luego socarrón resopló—. Es decir, ¿Cuándo no lo hago? Honestamente. El segundo año pasó lo mismo, cuentan conmigo, moriré pero mi nombre no será manchado.
Dejando este comportamiento Gryffindor al aire, asegurándose de verse lo más León posible Harry miró solemnemente a todos alrededor. El hombre del ministerio asintió, los gritos de indignación de las otras escuelas lo aturdieron, el profesor Snape no lo había dejado de ver como si estuviera buscando alguna mentira en las palabras del chico, Harry miró directamente al hombre con los hombros relajados y le sonrió malicioso. El pocionista se incomodó un poco al ser atrapado y vio a Dumbledore que estaba discutiendo todo lo que se tenía que alterar con un cuarto campeón en progreso. Harry suspiró sentándose en la banca compartida con Cedric quién sonrió amablemente.
Gracias a Merlín, a Sirius se le ocurrió firmar para que él fuera a Hogsmeade antes de tener que huir para salvar su pellejo, bendito sea
Gracias a Merlín, a Sirius se le ocurrió firmar para que él fuera a Hogsmeade antes de tener que huir para salvar su pellejo, bendito sea.
Ron fue un poco imbécil pero gracias a lo de Quidditch y que estaba más indignado con el equipo que con Harry fue que escuchó razones mientras Hermione por primera vez no intercedió y al final se resolvió todo en el trio dorado.
—Últimamente no me siento cómodo con lo que uso, como si me sintiera feo. —Se quejó el niño de ojos verdes—. ¿Qué opinan?
Ron y él habían sido trasladados en el ala de las niñas a un cuarto junto a Hermione y Seamus —quien no estaba ahora mismo—, Hermione levantó su vista de los libros alzando una ceja sin entender nada y Ron lo observó con la mirada brillante.
—¡Oh por Merlín! Pensé que estaba loco. —Gimió el pelirrojo—. He estado con la misma sensación desde que nos sacaron del equipo.
Hermione de repente se puso de pie caminando directamente a su baúl revisando los libros que agarró prestados de la biblioteca hasta sacar uno, lo abrió, buscó cierta página específica dejando al par de Omegas escuchando el sonido del paso de hojas y el murmullo de la castaña que luego de un par de segundos sonrió victoriosa.
—Los Omega por lo regular tienen un amor por las cosas coloridas, adorables o brillantes. —Hermione se paseó por la habitación—. Aunque no todos son así de estereotipados es algo que no ha cambiado al pasar los años.
>>Los Omega varones tienden a sufrir el cambio con más dificultad pero al final de todo a ellos les gusta verse bien para los Alpha, está en su sangre, como un instinto.
La chica miró a los ojos a Ron que había contorsionado la cara, bloqueó muy indignado el pensamiento de complacer a los bastardos que lo habían hecho menos bufando y Harry solo se burló de lo último en un resoplido.
—Obviamente eso es mierda publicada por el gobierno, un Beta inconsciente o un 'macho' Alpha. —Ron se burló con él y Hermione alzó sus hombros—.
El azabache sentía cierta aura alrededor de su piel que pedía verse adorable pero sabía que era por sí mismo y no para complacer a ningún Alpha todavía, tal vez cuando conozca a su destinado pero no se miraba haciendo esto para llamar la atención.
Una ave atravesó la ventana interrumpiendo sus pensamientos y cayó sobre el regazo del ojiverde extendiendo una pata.
—Oh, Hola dulzura. —Harry sonrió acariciando la cabeza de Hedwig— ¿Tienes buenas noticias para mí? —Ella ululó con felicidad—. Bien, descansa, en un momento voy a darte comida.
Harry tomó en sus manos la carta que el animal le había dado, luego de ver el sello con la pata de un perro el chico sonrió, la abrió con delicadeza mirando una tarjeta cómo de crédito y una carta doblada dentro. Harry sacó la carta diciendo en voz alta el contenido.
Cachorro.
¡Estoy tan feliz por ti! Dumbledore me contó sobre tu presentación, felicidades por ser todo un hombre ahora, espero poder verte al final del verano como planeamos.
Tema serio, hoy en la actualidad ya no necesitas ser Alpha para ser un Lord pero hay familias que murieron antes del cambio de la ley como en el caso de la Potter así que se manejan de esa forma hasta que cumplas mayoría de edad para refutar tus derechos por lo cual, básicamente estás en quiebra ahora.
¡Pero tranquilo! ¿Para qué serviría yo entonces? La tarjeta que tienes ahí te proporcionará dinero, cualquier cosa que quieras, el mundo Muggle la acepta igual así que no te preocupes, imagino que pronto tendrás un nuevo guardarropa, ya que la que tienes te incomodará, espero que uses la tarjeta señorito. ¡Cómprale algo bonito a tus amigos también!
Mándame una carta con Hedwig si necesitas algo más, hasta hace poco pude recuperar el control de las cuentas Black pero tranquilo todo fue en territorio Duende, el ministerio tiene prohibida la entrada ahí.
Cualquier cosa escríbeme.
Con amor.
Hocicos.
Harry sonrió brillantemente, que linda coincidencia que Sirius haya intervenido por él de esa forma justo cuando empezaba a picarle las feas túnicas de niño común, sacó la tarjeta de crédito del paquete enseñandoselas a sus amigos con una sonrisa, de algo tenía que servir tener dinero.
—¿Quieren ir de compras? —Hermione chilló con alegría y Ron enrojeció apenado, no estaba seguro si aceptar—. Y nada de libros, Mione.
La chica hizo un puchero lindo, claro que ella estaba pensando en libros, era típico de ella, Harry suspiró mirando las túnicas que traía puestas con un odio aberracional, bueno... posiblemente no fuera una chica pero se acercaba a su propio concepto de una así que no se apenaba, no serviría de nada hacerlo, solo lo mortificaría si lo hiciera. Aún no sabía cómo controlar su don de Metacambiare pero pensó en alargarse el cabello para al menos amarrarlo.
Se equipó con su varita y su nueva tarjeta guardadas en un estuche que tenía en la muñeca, con una mueca pensó en ir a una consulta por su vista con Poppy, así poder saber dónde comprar sus lentes con su graduación específica. Observó como Ron se ponía la túnica y se miró al espejo con tristeza, Harry sonrió colocándose detrás con las manos sobre sus hombros.
—Tranquilo, Ronnie. —Murmuró con cariño a la primera persona que quiso ser su amigo—. Al final del día al menos tendrás unas túnicas decentes de Omega que te harán sentir bien.
El chico asintió apenado, Hermione vio suspirando su falda y túnicas con satisfacción de que todo estuviera en su lugar; Una vez los tres estuvieron listos el trío dorado salió hacia el gran comedor, la mayoría de los Omega —al menos de su generación— seguían en sus túnicas genéricas y eso tranquilizaba más al par, porque significaba que la escuela no tendría mucho de qué hablar sobre ellos al menos por ahora.
Cuando el desayuno acabó, Harry hizo una parada en la enfermería para el examen de la vista, Pomfrey le dio la graduación de sus ojos y dónde podría conseguir los lentes de contacto en vez de un tedioso armazón.
El trío dorado fue hacia donde todos estaban haciendo fila para salir y cuando McGonagall les abrió la puerta fue recogiendo sus permisos, siguieron a los profesores de guardia por un par de minutos hasta vislumbrar la ciudad alegre. Harry sonrió oliendo la frescura del verano, agarró a sus amigos de los brazos y caminó feliz hacia el grupo que rodeaba a los profesores.
—Bien, chicos, quiero verlos aquí a las siete de la tarde, sin falta. —La profesora de Estudios Muggle inflexible miró a cada estudiante—. No porque sea de nacida Muggle voy a perderlos de vista monstruillos, detención a quien no aparezca, ahora, fuera de mi vista.
Harry sonrió a la agria profesora, jaló a los chicos hacia el lado bello del pueblo, donde estaban las cosas que le interesaban a Harry, una fila de muchas Boutiques de diferentes ropas, Hermione miró con horror la cantidad de tiendas, Ron se aferró a Harry con emoción, los jaló al inicio del callejón donde estaba el oftalmólogo, ¿o el oculista mágico? El Omega no sabía cómo nombrarlo así que solo entró, pidió cinco pares para no venir en un rato y el Mago le dijo que duraría tres meses cada uno.
Extendió la tarjeta de crédito al cajero y el hombre alzó las cejas—. ¿Ocurre algo?
—No es nada, solo que me sorprende que dejen a un Omega con una tarjeta de crédito. —Con un sonrojo dijo, el Beta había dicho algo sexista antes de que pudiera pensarlo, se trabó intentando excusarse o disculparse—. N-no, y-yo...lo siento, me refiero porque Gringotts cierra las cuentas y eso, no digo porque estuviera siendo sexista ni nada.
Harry se rió de él, era obvio tan solo mirando como el chico se ponía, así que decidió solo molestarlo un poco, ya que sabía por el olor de su presentación que los Alpha y Beta comenzarían a detectarlo. El chico fingió observar al Beta de cabo a rabo como si estuviera interesado.
—Tranquilo lindura, no muerdo. —El chico se volvió del color de cabello de Ron mientras sus amigos reían—. ¿Me cobras o son gratis?
Agitó la caja de los cinco pares, Harry abrió el quinto para ponerselo en el espejo que estaba justo enfrente de la caja registradora, se quitó el horrible armazón y se colocó el par de lentillas transparentes con algo de dificultad parpadeando, se puso un poco de gotas para facilitar la transición y —merlín— veía tan claro en este momento.
—Claro. —El hombre tomó la tarjeta del mostrador y la pasó sobre la runa mágica al lado de la caja registradora, luego la devolvió con un pergamino delgado del cobro—. Aquí tienes.
—¿Me veo bonito, Henry? —Harry preguntó con un guiño de ojo agarrando la tarjeta—.
El rostro del pobre hombre no podía estar más avergonzado que en ese momento y Harry rió reduciendo las cajas, donando el armazón a la caja de reciclaje y la tarjeta la volvió a poner en su estuche.
El joven adulto intentaba no humillarse más dentro del falso coqueteo del azabache porque Harry era menor de edad, por mucho que quisiera ligar al bello muchacho de catorce que le daba la oportunidad, su moral no se lo permitía, no era como un Alpha que se volviera loco frente a un precioso Omega que además no había pasado su transición aún.
El trío dorado pasó por Madame Malkin donde la mujer estaba entusiasmada de no solo uno sino dos guardarropas nuevos para Ron —quien moría de vergüenza— y para él, además de una bufanda a petición de Hermione.
—Me preguntaba... —Harry comenzó a hablar con los brazos extendidos—. Si digamos, podríamos mandar a hacer uniformes de un deporte con usted, tengo una idea fantástica pero no sé dónde podrían mandarse los uniformes por encargo.
La mujer suavizó sus ojos sabiendo sobre lo de Quidditch, a ella le pareció terriblemente injusto como excluían a un jovencito con tanto talento por sus venas, la señora Malkin hizo un sonido de involucración y para cuando tuvo ambas medidas en su lista volteó a mirar a Harry.
—Bueno, yo no me especializo en el área. —Mencionó la mujer agendando las túnicas a pedido para ser enviadas la próxima semana— Pero si me dices a qué te refieres igual puedo hacer el intento.
—En el Mundo Muggle, en los partidos de los deportes como el Fútbol que es parecido al Quidditch... —Pensativamente bajó del banco donde estaba—. Hay a quienes llaman animadoras, suelen ambientar el juego y apoyar al equipo. Tenía la idea de mencionarlo a Dumbledore.
La mujer encantada aplaudió, ella era una Sangre Pura que encontraba interesante la interacción Muggle y cómo funcionaba todo, así que ella sabía a qué se refería el chico.
—¡Por supuesto! Solo necesitaría bocetos de los trajes y cuántos para decirte más tarde a cuánto les saldría. —Hermione miraba todo desde atrás, gimió sabiendo el significado de lo que Harry quería hacer—. ¿Van a querer una túnica base Omega para que se deshagan de las fachas?
El rostro de Ron del dulce rojo manzana se contorsionó a más vergüenza, sabía que sus padres ni en un millón de años iban a poder gastar en algo tan caro como un guardarropa entero así que eso le apenaba muchísimo pero sabía que Harry solo quería hacerlo sentir cómodo así que lo dejó, ya que si no lo hacía iba a sufrir los próximos meses de quejas.
El par había salido de la tienda con un par de túnicas que acentúan sus caderas y figura, la tela era de un suave satín y ambos recibieron más atención que cuando se presentaron. Eso hizo sentir bien al pelirrojo mientras que Harry rodó sus ojos desinteresado, como si estuviera interesado en gente tan... simple. Hermione estaba a su costado con una bufanda en los colores de Gryffindor. El trío lucía tan brillante como el dichoso dorado como le ponían de sobrenombre y eso se notaba a kilómetros de ellos.
Luego la diversión fue a las Boutiques, Hermione sufría cada vez que Harry buscaba una falda y vestido lindo para ella metiéndola a un cubículo. Ron tímidamente aceptaba las sugerencias de Harry y decía las suyas hacia el muchacho, muchos dirían que el par era el estereotipo de Omega pero siendo sinceros eso no tenía nada de malo, como hay Omega que son muy rudos y van en contra de todo lo que les quieren imponer también existen Omega como ellos que les gustaba sentirse bonitos con ropa afelpada y de colores suaves.
Harry compró el triple de ropa que Ron porque el pelirrojo no había dejado que Harry pagara más de diez conjuntos —Harry ya había escogido otros diez pero Ron se tuvo que negar pensando en lo que sus padres tendrían que decir de eso—, Harry llevó un poco más de treinta conjuntos con mucha ropa interior linda. La boutique que más le gustó y dónde más ropa compró fue en una nueva sucursal de ropa mágica con estilo Muggle.
Hermione era menos reacia que Ron y terminó con veinte conjuntos, todos serían enviados directamente a Hogwarts por medio de Búho, Harry vislumbró de reojo una tienda interesante: Lo mejor para esos días de rutina.
Ron se negó con vehemencia yendo hacia el lugar más poblado de Hogsmeade, directo a la heladería, Hermione lo acompañó y Harry entró a la tienda. Al final consiguió lo recomendable para su primer celo: un nudo encantado para no afectar a la virginidad, una goma con colmillos que simulan los Alpha y un vibrador de bola. Encogió sus cosas y las guardó en su bolsillo, salió con un buen humor.
Cómo última parada compró pergaminos, tintas de colores y diversas plumas, también una vuela pluma para dictar lo que quisiera. Tendría que establecer desde inicio a fin sobre su proyecto para que el viejo no dudara de él.
Chapter 4: III. Clases de control y primera prueba.
Summary:
Harry arrasa con las pruebas.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Llegando a su habitación vieron a Seamus en su cama haciendo algo sobre una tarea de pociones, Harry hizo una nota mental de hacerla con Ron más tarde, saludaron al chico quien respondió sin voltear arriba, Harry guardó sus cosas privadas hasta el fondo de su baúl sacando lo que había comprado en la papelería transfigurando un mueble cercano a una mesa y agarró las sillas de los escritorios que Hogwarts proporcionaba.
—Chicos, reunión. —Señaló la mesa, Ron confundido se sentó en una silla y Hermione con claro sufrimiento hizo caso—. Bien, cómo claramente los Alpha y el régimen escolar excluyen a los Omega y Beta de ciertos clubs, pensé en hacer lo mismo.
Harry desparramó los pergaminos dando una pluma a cada integrante del trío dorado, puso la tinta en rueda con los diferentes colores, los que más destacaban eran los representativos de las casas en Hogwarts. Dejó la vuela pluma en el pergamino del centro y se sentó.
—La idea general como lo mencioné en Madame Malkin era traer la idea de las animadoras a Hogwarts. —Ron pareció honestamente confundido—. En el mundo Muggle existe como Quidditch en tierra, ellos son los jugadores del deporte mientras las chicas son animadoras, animan al equipo, claro que en el mundo Muggle se admiten varones en las porristas para que las carguen pero como tenemos magia no será un problema.
—Me parece una terrible idea para fomentar la igualdad de género, Harry. —Si tan solo Harry buscara eso, honestamente se podrían pudrir los Alpha, esto era venganza, no igualdad—. Esto solo hace que los hombres sean misóginos en las escuelas, esto lo hará peor.
Harry se rió de ella, ¿Necesitaban esto para serlo? Obviamente no, ellos serían como ellos decidieron ser sin importar que hicieran los Omega.
—Creo que suena una excelente idea, por fin podríamos demostrar que nuestra magia es igual o incluso mejor que la de ellos. —Ron se entusiasmó—. Además si es un deporte, habrán trofeos que lo reconozcan.
—¡Exactamente, Ronnie! ¿Te diste cuenta que a pesar de la igualdad de género que se estipuló en el mundo mágico, en Hogwarts siguen excluyendo a Beta y Omega?
Hermione frunció el ceño sin poder negarlo, era obvio, incluso como Ron mencionó, solo Alpha habían sido nombrados con trofeos en la vitrina del pasillo de transformaciones, lo único que le había dado renombre a otra casta aparte de la Alpha había sido el torneo de los tres magos, donde Cedric un Omega había sido escogido como campeón a parte del mismo Harry.
Eso solamente pasó porque el cáliz escogió, un cáliz editado mágicamente para que no importara la casta, ya que cómo las otras escuelas, Beauxbetons y Durmstrang, eran muy progresistas, en sus propios países no había tal exclusión. En un principio hubo mucha renuencia por el estereotipo en Hogwarts pero Dumbledore dio frente a los Alpha, él como Beta no haría exclusión de género —mucho menos con el consejo detrás de su cuello— y permitió a Omega y Beta participar.
—Pero Harry, ¿En serio, porristas? —Inquirió con disgusto—. Las sexualizan con sus pequeños trajes y, y sus bailes donde se les mira todo.
—Mione, tenemos algo que los Muggles no tienen, decencia, los Sangre Pura ni locos se atreverían a acosarnos o intentar humillarnos por... —Harry frunció el ceño enojado y con una pausa la vuela-pluma por un momento dejó de escribir—. Ropa, Hermione. La ley mágica nos ha protegido el último mandato pero es momento de dar un empujón a Hogwarts desde el interior. Quién mejor que Harry Potter como imagen.
Seamus estaba en la cama pero ahora volteó muy interesado de lo que estaban hablando, Omega y Deporte entró entre sus divagaciones concentradas y se distrajo hacia la cabellera azabache.
>>El plan es generalmente porristas pero no nos llamaremos así, buscaremos un nombre que quede con el tema. —El chico se puso de pie y acercó su propia silla al círculo, los otros lo notaron pero no dijeron nada—. La estructura del uniforme será básicamente el mismo y antes de que me digas algo Mione, si, es necesario para la movilidad.
Seamus levantó su mano y Harry sonrió asintiendo—. Bueno, es una idea genial, pero deberemos tener reuniones para organizarnos, hay que ser honestos, Slytherin y Gryffindor traerán muchos problemas si no los controlamos.
—Si, hay que hacer reglas internas como... —Ron tronó sus dedos—. Cómo no pelearse entre las casas de Hogwarts como la mayoría hace, probando la unión.
La vuela-pluma estaba en movimiento, furiosamente sobre la hoja de pergamino mientras discutían sobre los detalles, Hermione hacía un comentario aquí y allá como la idea de que se usara un nombre original con más impacto que el mundo Muggle ya que a las animadoras las llaman porristas.
Al final, con detalles bastante vagos empezaron a hacer los diseños providenciales para el uniforme de cada casa de Hogwarts. El club tendrá un nombre original específico mientras las diferentes casas serán representadas por su propio apodo cada una. Etcétera, etcétera.
Ron y Harry iban caminando uno al lado del otro hacia las clase de Regulación de instinto Omega. Era la clase tediosa sobre cómo controlarse ante la voz de un Alpha o de su olor en medio de su ciclo de apareamiento. El par de amigos llegaron hasta al frente del aula y se sentaron en el mesa-banco doble.
—¿A quién crees que nos asignaron? —Ron le preguntó a Harry—.
—Un representante del ministerio, tal vez. —Harry cruzó sus piernas y su falda escolar se levantó solo un poco—. Pomfrey quizás.
La puerta se azotó con tanta fuerza que la mayoría de ahí dió un salto del susto, Harry casi palideció cuando el profesor Snape estaba entrando pero se calmó luego de que detrás de él entrara Pomfrey. La mayoría tomó un aire temeroso al ver al Alpha terrorífico entrar al salón de clases.
—Buenas tardes, chicos. —Pomfrey movió su varita y todos miraron las especificaciones de la clase—. Cómo ven, el profesor Snape fue tan amable de venir a ser el portavoz para hacer los ejercicios necesarios.
Hubo un silencio gutural, algunos olores parecidos al horror volaron rápidamente en el aire, algunos Omega ya habían presentado haciendo los olores más fuertes y en ocasiones, desagradables, dependiendo de su estado de ánimo.
Harry arrugó su nariz, era un Omega pero hasta a él le incomodaba el olor. ¿Por qué le tenían tanto miedo estúpido al hombre? Es decir, es solo un maestro que le gustaba beber las lágrimas de sus estudiantes, puede que haya sido Mortífago —como algunos rumores dicen— pero también algunos funcionarios del ministerio adorados como Malfoy aunque diga que fue maldecido con imperius.
—Como bien saben chicos la voz o feromonas Alpha son como... —Con el gis escribió en el pizarrón—. Imperius. Por eso es ilegal que se realice, porque es como la maldición prohibida, sancionada por el ministerio.
El chillido de angustia por el miedo llenó la sala haciendo que Snape apretara la quijada, si la angustia de un Omega ponía a los Alpha locos Harry no imaginaba como Severus pudo mantenerse cuerdo ante un salón lleno de ellos provocando el ruido.
>>Seduce y controla su mente, el propósito de las feromonas es gobernarlos y hacerlos suyos completamente. —Severamente explicó—.
El olor de las feromonas afectaba alarmantemente el sistema nervioso —de ahí el testimonio 'Sentí como mis piernas eran de gelatina' de muchos Omega que habían sido abusados en el pasado— haciendo sus movimientos mucho más lentos y debilitando todos los músculos. Mientras que la voz afectaba la membrana izquierda del cerebro parte que se define como el filtro de toma de decisiones —de ahí el testimonio 'era como estar hipnotizado, viendo lo que estaba pasando pero sin poder hacer nada al respecto' de muchos Beta y Omega que sufrieron ante el comando de voz Alpha— paralizándolos completamente al ser activada y después obedeciendo cada orden e indicación del Alpha que los capturó.
—¿Dudas? —Lentamente la mano de un Omega de Ravenclaw subió— ¿Si, señor Rupel?
—¿Y si solamente no podemos evadir el comando? —Débilmente preguntó el niño tal vez un año mayor que Harry—. ¿Qué nos tocaría?
El profesor Snape levantó una mano hacia enfrente de la enfermera que lo más probable endulzaría la situación, posiblemente era la razón por la que Snape vino, reventar la burbuja de sueños falsos Omega y que se concentren para su propia sobrevivencia.
—En ese instante, Señor Rupel. —Los ojos agudos y la voz terroríficamente baja—. Usted sería un saco de carne más en el vertedero Omega.
El vertedero Omega era el depósito dónde en la antigüedad lanzaban a los Omega unidos y abandonados. Eran tirados cuando los Alpha solo querían diversión y usaban por un rato a los Omega, para luego tirarlos a dónde solo abusarían más de sus cuerpos hasta perecer y ser incinerados.
>>Le recomiendo esforzarse por su propio bien. —Terminó con lo que se podría figurar a unos ojos suavizados—. ¿Más dudas?
Hubo un silencio cómodo, más calmado que el anterior donde de alguna forma el hombre consiguió la lealtad de la mayoría de ahí, ya que el Alpha más dominante de Hogwarts —que Harry conocía— estaba poniendo el ejemplo de cómo debería ser un Alpha caballeroso. Bueno, la lealtad de quienes no miraban el trasfondo como Harry, él sabía que había oscuridad en el hombre, no sabía cómo pero podía percibirlo muy profundamente dentro de su núcleo, podía olisquearlo a través de su nariz y si lo tocaba posiblemente podría sentirlo.
—Muy bien chicos. —Cortó la enfermera—. ¿Quién quiere empezar?
Harry percibió la sonrisa maliciosa del Alpha—. ¿Qué tal, Potter?
Todo el salón se le quedó mirando, Harry quiso gemir de la mala suerte que tenía, por supuesto que el bastardo lo iba a probar frente a todos para demostrar que no era la gran cosa como todos pensaban, era lo que hacía Snape, todo el tiempo.
Harry se puso de pie acomodándose la falda y caminó hasta el frente del salón donde el Alpha estaba más que preparado para humillarlo públicamente, el Omega apretó sus dientes y se paró derecho.
—Bien, empecemos. —Dulcemente la mujer indicó—. No seas tan rudo con él, Severus.
Tan rápido como la bruja terminó de hablar el olor de Ylang Ylang reinó el lugar donde Harry estaba, dicho y hecho, sus piernas se sintieron débiles como todo su cuerpo, sus ojos comenzaron a humedecerse y su respiración a agitarse. Harry cerró sus ojos, buscó su centro mágico, su voluntad, su necesidad de buscar algo que tal vez jamás encuentre y mientras se concentraba el olor se volvió menos abrumador, seguía ahí pero ya no le afectaba.
Abrió sus ojos, miró directamente a los Ónix que confundidos intentaron con más fuerza, lanzando más feromonas pero no le movieron ni un músculo.
—Gira, salta y arrodíllate. —Snape activó su comando—. Ahora.
Se sintió como estar hipnotizado, como ser un espectador de su propia película y Harry se sintió cómodo en el lugar pero hubo algo que lo hizo sentir incorrecto y pensar: ¿Por qué debo hacerlo? ¿Por qué molestarme?
—No. —Gruñó Harry—. Tu no tienes ley en mi.
Hubo un jadeo colectivo, el profesor de pociones pareció sorprendido solo por un segundo luego de volver a su postura imperturbable y asintió hacia el Omega que pronto supo que pudo negarse ante el Alpha, el pudo negarse a Snape.
—Creo que no será necesaria su presencia la próxima clase, señor Potter. —Con orgullo la enfermera puso una mano sobre el pequeño hombro Omega—. Felicitaciones, pasó el curso.
Harry miró aún en shock a Ron quien sonreía brillantemente.
Lo logró, Harry pasó a Snape.
Lo logró.
Cuando Harry entró a la carpa a dónde Mcgonagall lo había llevado miró alrededor encontrándose con los otros tres campeones tan —tal vez más— nerviosos que él.
Fleur Delacour estaba demasiado pálida, tan pálida que el maquillaje que había usado —el cual Harry no necesitaba por cierto— ya no le ayudaba sino afectaba a su tez, estaba sudorosa y se mecía de un lado al otro patéticamente. Viktor Krum con apariencia por lo regular calmado y estoico ahora lucía muy hosco e irritado, su ceño estaba marcado y sus nudillos estaban tan blancos como sus labios por la presión de estar apretados y si Harry era sincero, el Alpha parecía candente en esa actitud. Cedric Diggory como un pequeño cachorro nervioso se movía de un lado al otro, pensando en qué carajo se había metido, que le hubiera hecho caso a su madre, el Omega era muy niño de mamá para el gusto de Harry, le agradaba pero a veces eso era muy desagradable.
Con un paso calmado pero estable se sentó en un banco cercano al Alpha de Durmstrang que gruñó ante la presencia cercana, Harry quiso reír pero inteligentemente no lo hizo. Cruzó sus piernas y extendió sus manos sobre sus muslos.
Harry portaba un pantalón, zapatos, chaleco y capa de piel de dragón súper-resistente a altas temperaturas de calor, por debajo del chaleco lucía una camisa de botones de manga larga hecha con partículas de huevo de dragón recién nacido. Todo con un costo alto que cargaba la familia Black, en nombre de su padrino que buscaba proteger lo mejor a su ahijado.
Tan pronto como Harry se había acomodado en su silla, el funcionario del ministerio entró haciendo alboroto con el-niño que-vivió y se puso frente al par de campeones de diferentes castas con esa sonrisa irritante.
—Acerquense, por favor. —Fleur y Cedric de pie se acercaron a los otros tres—. El público ha comenzado a llegar y el director me ha pedido que les indique de qué trata su prueba.
El hombre sacó una bola de tela que Harry supone que era de seda, Bagman agitó su varita con un engorgio y ésta se agrandó hasta que al menos pareciera una bolsa de mano si tuviera la forma. Resumiendo, Harry sabía de qué trataba la prueba —gracias a Ron que informó que Charlie estaba ahí custodiando un par de las criaturas— así que él tenía una teoría y un plan arriesgado.
>>Su prueba son dragones. —Cedric chilló de angustia y Krum gruñó al hombre por el peligro al Omega, la palidez se volvió verde en el rostro de la francesa—. Tranquilícense, no se enojen con el mensajero.
En broma comentó, apenado Cedric mandó una mirada de disculpa al húngaro, el solo asintió mirando al payaso frente a ellos.
>>Ahora, hay cuatro tipos de dragón, serán sorteadas en el bolso. Ustedes deberán agarrar uno cada uno. —Harry sintió su estómago revolverse tanto que temió que su desayuno no se quedará en su estómago—. Su misión es conseguir el huevo de oro falso en los huevos reales del dragón hembra que cuida a sus crías. ¿Dudas?
—¿C-Cómo iga el ogden? —Fleur con voz baja preguntó—.
—Los dragones tienen un nivel de dificultad más alto que el anterior, los acomodaremos desde el más fácil al más difícil. Depende de la suerte.
Maldita sea, con su suerte probablemente estará al final del día en la enfermería, no era como si él se estuviera quejando ni nada de eso pero felizmente sabía que eso pasaría.
Por extraño que sonara, su sexto sentido no se había activado en todo el día a pesar que Harry sentía que vaciará el contenido de su estómago en cualquier momento y que tendría un desmayo ahí mismo.
>>Damas primero. —Extendió la bolsa de seda a la rubia—.
La rubia sacó un mini galés verde de la bolsa de seda con un escudo con los colores de Beauxbetons en el pecho donde el número 2 estaba inscrito, el rostro horrorizado de la Veela le dió una cierta satisfacción culposa, la chica había sido una perra con él desde que fue presentado como Omega. Eso sin contar el apoyo que tenía con Slytherin de manchar su reputación con Harry Potter apesta. Todos en Hogwarts apoyaban a Cedric —lo cual no le molestaba— e intentaban aplastar su espíritu de tal forma de que no ganara de ninguna forma, no contaban con sus amigos.
Viktor Krum extendió su mano con prisa, queriendo acabar con todo eso antes de morir, de la tela color vino sacó un mini bola de fuego chino, éste tenía un escudo de los colores de Durmstrang con el número tres inscrito en él. El dragón inhaló y sacó una cariñosa bocanada de humo hacia el rostro preocupado del campeón. Eso fue dulce a los ojos esmeralda.
Bagman le mostró la bolsa al Hufflepuff que con muchas feromonas temerosas metió su mano al agujero del saco, luego para sacarla con un mini hocicorto sueco de color azul levando un escudo del color de la casa de Hufflepuff en el pecho con el número uno inscrito en él. Si el chico estaba atemorizado ahora lo estaba más al ser el primero en participar, Harry convocó un bote y vio como Cedric dejó caer su desayuno ahí. Eww.
A Harry solo le tocó sacar de la bolsa un mini colacuerno húngaro, éste extendió sus alas y las agitó agradablemente, Harry sonrió y acarició su cabeza con su nudillo, volteó hacia arriba. Bagman ya se había ido al parecer y los campeones lo miraban raro.
—¿Qué? Es muy dulce. —Harry hizo un puchero y los demás negaron hacia el loco Gryffindor—. ¿Verdad que eres un amor, eh?
Harry hizo cosquillas en el estómago del dragón que se volteó ronroneando, el muchacho soltó una risita cuando por emoción el mini colacuerno húngaro soltó una bocanada de fuego hacia su brazo pero no quemó por sus protecciones.
Luego de un rato de acariciar a su pequeño amigo el chico escuchó cómo llamaban a Cedric al estadio.
—Suerte. —Le sonrió al castaño y éste intentó sonreír pero salió una mueca—. Tú puedes.
Al momento que salió los vítores de la audiencia resonó, el rugido del dragón vino después, Harry tarareo esperando que su teoría fuera correcta sino estaría muerto en menos de una hora. Cedric tardó quince minutos aproximadamente en lograr su prueba, entró a la carpa con la cara tan verde como se fue pero con un sonrojo por el esfuerzo, luego de que Viktor saliera el chico se echó a llorar en un rincón con algo parecido a 'oh, Merlín, casi muero ahí, ¿por qué me metí a esto?'
Harry con la poca práctica que ha tenido con sus feromonas intentó mandar unas de tranquilidad al pobre chico que tendría un ataque de nervios en cualquier momento y al parecer funcionaba ya que el tejón respiraba constantemente de nuevo. Viktor tardó tal vez diez minutos en pasar la prueba entrando con su propio huevo de oro y con una mezcla rara en su traje, Harry lanzó un hechizo de limpieza sobre el húngaro.
—Gracias. —Gruñó el Alpha—.
Harry sonrió, asintió siguiendo su labor de acariciar a su pequeño amiguito en su regazo, la siguiente en salir fue la francesa que con paso tambaleante fue a través de la entrada de la carpa. Ella duró exactamente doce minutos en pasar su prueba, para cuando ella entró de nuevo Harry había dejado a su dragón en un cojín transfigurado, estaba nervioso pero ese contacto con el mini dragón lo había calmado y tenía una teoría que probar.
Se puso los guantes a prueba de fuego, con varita en mano salió a lo que parecía ser un coliseo de esos de la antigua Roma, una dragón sostenida por varias cadenas estaba descansando alrededor de su nido protegiendo a los huevos. El chico alzó su varita en alto y murmuró.
—Accio Saeta de Fuego.
Se había asegurado de dejar el regalo de su padrino en un lugar lo suficientemente cercano como para que llegara hasta él en poco tiempo. Se escondió detrás de una roca sin perturbar a la dragón que dormitaba, y cuando vislumbró la pequeña escoba de madera saltó sosteniéndose de una mano a ella. Columpió su cuerpo y subió con la habilidad de un jugador de Quidditch profesional.
>>Sonorus. —Harry se elevó tranquilamente hasta veinte metros de la tierra para tener una seguridad limitada—. Oh, gobernante de los aires, te suplico que me escuches.
El estadio quedó en completo silencio, todos pensarían que Harry se aventaría como un Gryffindor que debería ser pero lástima por ellos, él no tenía la intención de lastimar a una criatura mágica mucho menos uno con tanto poder mágico, no perderían más sangre mágica solo por esta mierda de campeonato.
—Orador. —Siseó de regreso la dragón—. Mantente lejos de mis crías y tal vez salgas vivo.
La Colacuerno Húngaro se puso de pie mirando hacia el pequeño Omega en esa pequeña escoba, Harry devolvió el favor, en sentido de respeto y adoración, habían pasado siglos desde que los dragones eran venerados de esa forma.
—Oh reina de las nubes, te han engañado. —Harry inclinó su cabeza— Un huevo de ahí no te pertenece, me pertenece, tienes a una cría mía en tu nido, yo soy Omega que teme por sus crías y te entiendo.
La dragón desplegó sus alas y voló tranquilamente hacia el Omega, ésta dió un par de olisqueos y soltó humo por sus fosas nasales, olía a fertilidad y maternidad para ella, el suspenso caía de un hilo a sus alrededores, el dragón bajó lentamente y con cuidado hacia sus huevos, olisqueó y pudo percibir un olor extraño a ella y su dragón macho.
—Bien, Orador. —El dragón se recostó al lado—. Puedes tomar tu huevo, solo el tuyo y solo el que te pertenece. Si tomas otro te despedazaré.
Harry sonrió victorioso, con ligereza se deslizó hacia un lado de la dragón hembra, miró los huevos con cuidado hasta ver el huevo brillante, extendió sus manos y lo tomó en ellas, se paró justo frente al dragón y acarició su cabeza con la suya.
—Te agradezco. —La dragón cerró sus ojos—.
—No hay nada que agradecer, Orador.
Una vez que Harry se separó de la dragón y miró hacia los jueces sonrió con picardía a los hombres con la boca abierta, caminó hacia ellos con el huevo en una mano y la escoba en la otra.
Cinco minutos y medio.
Oh, qué encantador.
Notes:
Por favor, comenten qué les pareció.
Chapter 5: IV. Pechos y baile de Yule.
Summary:
Harry descubre controlar sus poderes de metamorfomago.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Era un fin de semana soleado y muy agradable, Harry estaba en una banca del campo de Quidditch donde miraba a los Slytherins entrenar, entre ellos se movía Draco Malfoy como buscador, el chico siempre había sido bueno en Quidditch pero se llenaba de toda esa mierda arrogante, se desconcentraba y perdía. Esperaba que ahora que Harry se había ido del equipo él se centrara más, suspiró cuando una pluma de fénix apareció frente a él con una nota amarrada.
Señor Potter.
Me he tomado la libertad de llamar a la Auror Tonks para que pueda desarrollar su don con alguien de su nivel. Hoy tiene una reunión con ella en el aula de encantamientos después de la comida, coma bien que necesitará energías.
Dumbledore.
Harry suspiró estresado, el viejo pudo haberle dicho desde antes, ahora había arruinado su momento al aire libre, gruñó con odio hacia el cielo, se puso de pie acomodando su falda escolar debajo de su levita y sostuvo su blusa dónde debía.
Faltaba un par de minutos para la hora de la comida, sabía que hoy necesitaría mucha energía así que mientras más temprano llegue más comerá, su apetito no había disminuido ni un poco sino aumentado así que solo siguió el consejo de Poppy y lo dejó fluir. Al llegar al comedor vio a Ron y Hermione discutiendo algo, suponía Harry que algo sobre el torneo ya que últimamente era lo que más causaba peleas entre ambos.
—Ron, es que no entiendo porque te gusta tanto Fleur. —Esto es nuevo—. Es decir, ella es una Veela Omega, no está en sus naturalezas.
—¡Es que es tan bonita, a mi me gusta lo lindo y ella lo es, fin! —gruñó molesto—. Solo te enojas porque nadie te ha invitado al baile.
—¡Ron! —Reprendió Harry sentándose entre ambos—. Eso fue grosero.
—Para tu información, Ronald. —La chica apretó sus labios—. Ya fui invitada por un Alpha decente, al menos mi emparejamiento es más normal.
La chica juntó sus cosas enojada, las guardó en su bolso y se puso de pie yendo a la puerta, ahora no comería por el idiota frente él. El pelirrojo solo frunció la nariz, odiaba cuando Hermione hacía eso, solo dejarlo ahí con la palabra en la boca.
—Idiota. —Harry murmuró—. Ella lo decía por tu bien, Fleur es una Omega quisquillosa que solo acepta Alpha y te humillaría frente a todos.
El pelirrojo iba a decir algo pero las chicas de Beauxbetons llegaron en fila rodeando a su campeona a la casa Ravenclaw, Ron suspiró con la cara en su mano, Harry rodó sus ojos mirando la comida que comenzaba a aparecer al igual que los alumnos. Al final se comió tres porciones enteras, Harry se preocupó al principio un poco sobre el subir de peso pero al ver que no aumentaba dejó de luchar y a comer más.
—Tengo una clase extra con un Auror, sobre mi don metacambiare. —Harry se puso de pie con la mochila sobre su hombro—. Te veo en la noche e intenta no matarla cuando la veas.
Refiriéndose a Hermione se fue camino al ala oeste en el tercer piso, miró a diversos estudiantes que murmuraban con emoción sobre su actuación en la primera prueba cuando él pasaba, eso le daba a su ego lo que necesitaba y lo hacía sentir muy bien. Saludó a uno que otro primer año que le saludaba en los pasillos, la mayoría eran de los que habían seguido la campaña Harry Potter apesta pero no le importaba mucho. Eran niños idiotas.
Cuando llegó, tocó ligeramente la puerta que se abrió rápido, la chica de pelo color chicle y mirada morada lo observaba encantada, se hizo a un lado y él entró con cautela.
—Mucho gusto, Harry. —Ella extendió su mano, Harry no mencionó la confianza descarada de la mujer con su nombre de pila —. Auror Tonks para servirte.
—El gusto es mío, le agradezco por su tiempo. —Harry sonrió falsamente amable estrechando su mano, aunque Tonks no se dio cuenta—. Lamento que haya sido con tan poco tiempo, Auror Tonks.
La muchacha lució claramente confundida, así que lo más probable era que Dumbledore le había dicho desde su presentación y el viejo no le había dicho nada hasta ese momento, por dentro el muchacho gruñó, pero la sonrisa hacia la Beta no flaqueó sentándose en su silla, cruzó sus piernas y se puso recto.
—No es nada, Harry. Es un placer pasar mis conocimientos a jóvenes metamorfomagos. —Ella meneó su mano despectivamente como rebajando su propio trabajo, menuda Gryffindor—. Ahora. Quiero que me digas que piensas de tu don.
—Perdón, no soy un metamorfomago, soy un Metacambiare. —Harry ladeó su cabeza, realmente el director se pasaba en ocasiones, ni siquiera le dijo qué era Harry—. Además del hecho que me hará lucir más normal en el mundo Muggle, nada en específico, puedo usarlo para vanidad en su mayoría pero podría ser de utilidad en la competencia como mi lengua Pársel.
La mujer hizo un sonido ahogado ante el nombramiento de la lengua, caminó hacia un baúl que Harry sospechaba que era su propio estudio sobre sus poderes y que conllevaban, el cabello de la chica cambió a un azul turquesa de pronto, con un libro en sus manos ojeó la información caminando hacia Harry pensativamente, el chico vislumbró el cambio a el verde esmeralda en sus ojos. Copiona, pensó Potter con un puchero mental.
—Bueno, los Metacambiare no son muy diferentes a los metamorfomagos, Harry. —La chica sonrió—. En realidad son de la misma familia solamente que diferentes castas, tu lado es el lado Omega, el nuestro por lo regular provienen de Alpha y Beta. Por ejemplo, yo soy Beta.
La chica le tendió el libro y convocó el pizarrón hacia ella con un Accio, tomó su gis y fue escribiendo los pasos importantes, la cursiva blanca manchó el fondo negro con facilidad, Harry leyó el capítulo que la mujer le tendió suponiendo que tenía que leerlo.
Un metamorfomago , eran un mago o bruja —de castas Alpha o Beta— que tiene la capacidad innata de cambiar su apariencia física según su voluntad —si dicho mago y bruja lo practicaban—, ellos son extremadamente raros y en todos los casos de ellos que han aparecido se debe a que han nacido con esta capacidad, no siendo posible que un mago o bruja que no ha nacido metamorfomago llegue a convertirse en uno por métodos mágicos.
Un Metacambiare , eran un mago y bruja —de castas Omega— que tiene la capacidad proveniente de criatura de cambiar su apariencia física según su voluntad sin ningún esfuerzo más que mentalizar su cambio, la herencia deberá presentarse entre los catorce y diecisiete años, ellos siendo aún más raros que los metamorfomagos y más hábiles que algunos de ellos.
En ambos casos ellos no tendrían la necesidad de una poción Multijugos ni de un hechizo como el resto de la población mágica. En ambos casos pueden emular exactamente la consistencia y funcionamientos de ciertos animales y sus aparatos nerviosos, respiratorios y digestivos por separado como los peces emulando sus branquias para respirar en el mar o como los Dragones emulando sus alas para volar. Aunque uno con más facilidad que el otro.
—Empecemos. —Harry levantó su vista y miró un diagrama muy bonito frente a él—. Necesito que te pongas de pie, cariño e intenta seguir el diagrama.
Harry odiaba cuando le decían apodos con ese tono tan indulgente, al igual que Dumbledore o Pomfrey.
Él hizo caso poniéndose de pie, observó los pasos tres veces antes de respirar y cerrar sus ojos. Paso uno: despeja tu mente de cualquier pensamiento que te distraiga. Evacuó todo lo que tenía que ver con los porristas mágicos, el Quidditch, Dumbledore, Hogwarts y Voldemort.
Paso dos: recuerda específicamente como es la sensación de lo que deseas emular y donde, luego imagina figuras dentro de lo que deseas emular para crear músculos para que sea más compatible con tu cuerpo. Harry recordó cómo eran los pechos suaves de la señora Weasley cuando lo asfixiaba en su abrazo, firmes a pesar de su edad y redondos que casi lo dejaban sin respirar. También recordó los pechos de varias chicas de Beauxbatons que habían hablado con él cuando los demás en Gryffindor y el resto de Hogwarts lo habían dejado de lado.
Paso tres: Mira a través de tu núcleo la forma y anatomía de tu cuerpo. Harry respiró profundamente siguiendo su magia hacia dentro, el pequeño cubo azul de un color brillante le susurró, él lo siguió y éste le mostró la zona donde le importaba, la parte superior de su torso que cada vez se hacía más y más suave y delicado, como los vellos que habían querido salir retrocedian y como sus pezones se hacían llenos y robustos como los de un Omega deberían ser.
Paso final: Deja fluir tu idea sobre el lugar elegido y déjalo cambiar. El chico centró su idea y de a poco la fue soltando hasta que sintió su piel estirarse y sus pezones ser más puntiagudos, sintió a su espalda resentir un poco el peso pero se estabilizó con facilidad. Abrió sus ojos, miró un espejo que Tonks había convocado en algún punto de la sesión.
—Oh, Dios. —El rostro de la mujer se sonrojó—. Eso no me lo esperaba. Eso es un increíble cambio para tu primera vez. Cuando quieras cambiar a tu forma anterior solo haz lo mismo pero ahora mentalizas como eras antes para que los pechos disminuyan.
—Mmm, no, creo que no, soy muy bonito así. —Bromeó el azabache haciendo avergonzar a la mujer—. A esto me refería a que me ayudaría a verme mejor en el mundo Muggle y evitar parecer un chico extraño allá.
—Debes aprender a quitartelos, es parte de la clase. —Ella rio, el chico hizo un puchero—.
—No eres divertida.
El chico sacó la lengua y ella se carcajeo.
Harry salió fastidiado de la clase de McGonagall, ¡un baile! No podría bastar con casi sacrificar su jodido cuello ahora también su dignidad, ¿por qué un baile? ¿Por qué no una feria? Todos amaban las ferias, ¡a nadie le gustaba bailar al compás de un vals! Harry había pisado a la mujer más de lo que podían contar, no sabía porque no desistían con él y se conformaban de que Cedric —quien bailaba excelente— bailara solamente. No solo era eso sino que debía esperar a ver a quien coño se le hacía oportuno invitarlo al baile. Por que is ini tridiciin qii lis Imigis ispirin i qii lis Ilphi lis invitin —es una tradición que los Omega esperen a que los Alpha los inviten—, por su orgullo dejaba que eso no pasara.
Si él iba al jodido baile él invitaría al Alpha de su elección. Ron venía pisando sus talones, era obvio lo inconforme que estaba Harry con todo el asunto pero no mencionó nada, solo lo siguió esperando que no le tocara la mala suerte de estar en medio de su diatriba de odio hacia el Director y sus tradiciones basura. Los chicos fueron directamente a su comida, el tema del baile había sido un tema sensible para el ojiverde, ya que según las reglas de etiqueta Harry debía aceptar al primer Alpha que lo invitara.
Jodanse. Harry pensó con fuerza.
Al principio había sonado interesante, incluso había sido muy emocionante, a pesar de haber tenido que soportar los lloriqueos de Ron al ser rechazado por Fleur despectivamente frente a todas las compañeras francesas y a pesar de la pelea que tuvieron 'Mione y Ron, ella humilló a la francesa diciendo que solo está siendo presumida y que quería llamar la atención que Harry le había arrebatado.
Hermione aún no les decía quien era el Alpha misterioso pero estaban bien con eso, después de todo el día del baile lo sabrían, Harry se estaba hartando de todos los Alpha que arrogantemente le decían solo: Potter ve conmigo. Potter ponte algo bonito en el baile que quiero lucirte. Potter espero que estés preparado para no coquetear en la noche del baile. Harry estuvo a un milisegundo de arrancar sus pequeñas y descerebradas cabezas de sus cuerpos corpulentos Gryffindor, Ravenclaw y en ocasiones Hufflepuff. Por curioso que sonara no había ningún Slytherin que se hubiera acercado de esa forma tan impropia, y Harry supo y tuvo la esperanza de que existiera decencia en el mundo mágico.
Harry atravesó las puertas del gran comedor con un aura que despedía peligro para el próximo Alpha que se dignara en querer humillarlo de la misma forma, había soportado suficiente las últimas tres semanas de la misma mierda y no lo haría más.
El Omega se sentó entre Neville y Hermione, un muchacho Alpha era el único Gryffindor con decencia que se había puesto como misión controlar o al menos filtrar a los Alpha que lo acosaban, el chico era un joven dulce que había sido su amigo desde el primer año y ahora lo protege como hermano menor.
Y aunque Harry no lo necesitara, lo agradecía.
—¿De nuevo pisaste a McGonagall? —Preguntó Mione mirando como su amigo llenaba su plato con comida—. Deberías aceptar a algún Alpha antes de que todos tengan pareja, Harry.
—No aceptaré a esos hijos de puta. —Harry tomó un vaso de cerveza de mantequilla que apareció por ahí—. Lo más probable es que quieran manosear mi trasero a la mitad del baile de apertura.
Hubo una risita por parte de Ron ya que la chica tuvo la decencia de lucir avergonzada, Harry comenzó a cortar su carne, había estado más hambriento que antes por el estrés que tomaba casi toda su energía, así que terminaba comiendo casi cinco porciones, era demasiado para su pequeño cuerpo en opinión de Mione pues Harry era el más bajito de los tres. Ron media 1.70, Mione media 1.68 pero Harry media 1.59, era casi del tamaño de un elfo doméstico y eso curiosamente le ayudaba con su apariencia inocente e indefensa.
>>Pero si estás contenta, ya escogí a quien le preguntaré. —Casi podía sentir la contestación de su mejor amiga—. Ya sé que opinas sobre la tradición pero no Omega, no opines.
—¿A quién? —El pelirrojo se interesó—. Nadie me ha invitado hasta ahora, supongo que no soy muy bonito para sus estándares.
Aunque se escuchaba el sarcasmo y el odio en sus palabras, el otro par restante del trío dorado sabían que Ron estaba desanimado por eso, era al único Omega a quién no le habían propuesto o exigido salir con él al baile y eso había afectado en la obvia falta de autoestima del varón menor Weasley.
—Es sorpresa. —Harry sonrió ante el rodar de los ojos castaños—. ¿Qué? Si tú puedes, ¿Por qué yo no?
—¡Eres infantil! —Contestó ella— Solo por qué yo...
Un carraspeo se escuchó detrás de los Gryffindor haciendo que se voltearan, estaba Blaise Zabini frente a ellos con mejillas oscurecidas, era elegantemente encantador.
—Hola. —Saludó—. Me preguntaba si quisieras ir al baile conmigo.
El chico de piel de color miró a Ron con esperanza, el rostro del Weasley se prendió igual que un foco de navidad, Ron tenía suerte, un Alpha fue lo suficientemente cortés como para preguntar y no exigir como la mayoría.
—Eh... mmm, c-claro. —El Slytherin sonrió hacia los ojos azules—. Me gustaría.
—Perfecto, te veo el día del baile entonces. —El chico iba a darse la vuelta y luego recordó—. Oh, y avísame del color que llevarás, para ir a juego.
Ron asintió bobamente, cuando Blaise se fue, él miraba su plato de comida aún en shock, Harry le puso su mano sobre la suya sonriéndole.
—Eres lo suficientemente precioso, Ron. —El pelirrojo sonrió levemente y muy contento—. Ahora, este fin en Hogsmeade iremos a buscar los trajes de gala y no aceptaré un no por respuesta, Ronnie.
Hubo un gemido colectivo ya que Neville necesitaba ir con ellos a comprarse algo también, había invitado a Looney Lovegood y debía verse lo mejor posible para la Omega.
Harry miró al chico en la biblioteca sentado con una gran cantidad de libros apilados en la mesa, las chicas a su alrededor querían lucir lo suficientemente sutiles como para que el húngaro las notara sin parecer acosadoras, pero era obvio que lo acosaban, el Omega movió sus pies hacia el Alpha y se sentó en una de las sillas libres ahí.
—Hola. —El hombre de ojos negros lo volteó a ver—.
—Harry Potter, ¿Cierto? —Se enderezó y cruzó sus brazos—. ¿Qué hace por aquí el niño que vivió?
Era obvio el sarcasmo y burla a su título, no era como si a Harry le importara, lo odiaba en realidad y esa burla le agradó al ojiverde, Harry amortiguó una risa con su mano.
—Si, Viktor. —Harry relamió sus labios—. Venía a ver si querías ir al baile conmigo.
El húngaro parpadeó, esto era nuevo, un Omega que tomaba iniciativa, esperaba que el chico se viniera con rodeos o lo acosara como las chicas que rondaban desde que el baile fue conocimiento público, jamás había hablado con un Omega tan audaz. Viktor sonrió con pena.
—Lo lamento, ya invité a alguien. —Harry hizo un puchero—.
—Lastima, no lo sabía. —Se desplomó en su silla—. Te veías tan interesante.
—Me sorprende que no lo sepas, es tu amiga Hermione a quien invité. —Harry se puso casi pálido para boquear como pez—. Por tu expresión me doy cuenta que no sabías.
Potter gimió y se recargó en sus brazos que estaban sobre la mesa, no sabía, si lo hubiera sabido jamás hubiera pedido tal cosa al húngaro, incluso sin saberlo se sentía un poco como una mierda.
—Me alegro que hayas invitado a Mione. —Sonrió suavemente—. Se merece una noche especial. —Harry movió su cabeza un poco para mirarlo— Más te vale que la trates bonito.
—Honor de caballero. —Con una mano en el pecho alzó otra al aire haciendo reír al azabache—. Ella es especial.
—Si, lo es. —Hubo un silencio hasta que Harry decidió irse—. Bueno, debo irme y pensar en quién invitar, de nuevo, un gusto.
—Un gusto.
Harry salió de la biblioteca antes de que Hermione se enterara de que ya sabía quién era su cita o peor aún, arruinar la sorpresa para Ron, sus labios estarán sellados, sí que sí.
Tuvo una caminata por todo el castillo hasta que llegó afuera justo en las bancas como hace un mes, en medio del entrenamiento de Quidditch de Slytherin y Draco Malfoy sudoroso estaba volando de aquí a allá, dando todo de sí, había una cierta fascinación por el rubio que nacía de Harry, no era atracción romántica o física por sí misma pero si había algo. Harry convocó una toalla y un termo con agua fría, bajó las escaleras hasta donde estaba el capitán de Slytherin mirándolo con sospecha.
Harry sabía que el entrenamiento acabaría en menos de cinco minutos, así que no podría decirle nada si sólo Harry esperaba que desocuparan el campo para volar un poco como estaba en su derecho como estudiante, cuando todos habían aterrizado y Flentmont —sino mal recuerda—, el capitán del equipo, los reunió en un círculo marcando sus errores Harry se despegó de la pared donde estaba recargado y caminó hacia el equipo.
El círculo se dispersó y Harry vislumbró a su presa, el chico rubio tenía el cabello mojado y pegado ahora en su frente, se notaba su esfuerzo en algo por primera vez en su vida y eso le gustó a Harry.
—Hola, Malfoy. —Le extendió la toalla y un poco desconfiado la aceptó limpiando su cara—. Buen entrenamiento, te he estado viendo desde las bancas, me gustó tu giro al final.
Los ojos grises le parpadearon, confundidos y reacios a bajar la guardia, Harry sonrió brillante dándole la botella.
>>¿Agua?
—Eh... ¿Gracias? —Malfoy miró la botella como si fuera el veneno más poderoso de la tierra—. ¿Qué quieres, Potter?
—¿Irás con alguien al baile? —Preguntó sin más y Draco tomó su botella—. ¿Tienes pareja?
El Alpha frunció sus cejas verdaderamente confundido por la pregunta y tomó agua, miró alrededor y vio que el chico venía completamente solo, sin compañeros Gryffindor molestos esta vez.
—No, no he encontrado a quién invitar que sea interesante. —Era obvio que el chico ni se esperaba lo siguiente—.
—¿Te interesaría ir conmigo? —El rubio se ahogó con el agua y varios Slytherin voltearon a ver alarmados—. Cuidado.
El chico tosió sobre la toalla, su rostro se volvió de un tono rosado en sus pómulos, más por la razón de la conversación que por el agua atascada en su garganta.
—D-Disculpa, ¿Qué? — Harry sonrió falsamente dulce mostrando inocencia—.
—Pregunté si querías ir al baile conmigo, Malfoy. —Harry agitó sus pestañas y el heredero de Malfoy se sintió muy raro—. ¿No estás interesado?
—¿Por qué yo? Has estado rechazando Alpha de diestra a siniestra. —Draco caminó a la banca a guardar sus cosas en el bolso deportivo—.
—Sé que tu madre te educó para al menos no manosearme en medio del baile de apertura. —Bromeo Harry—. Honestamente, ¿Crees que iría con cualquiera? Que solo me tratarían como objeto. Por favor, Malfoy. Me conoces a mí y a mi orgullo.
Draco lo miró con esos ojos fríos y penetrantes de color gris como si buscara mentiras y algún plan oscuro para humillarlo pero al no encontrarlo solo exhaló despeinando la parte del cabello que estaba en su nuca.
—Está bien, Potter. —Aceptó sonriendo con ambición—. Solo porque eres un campeón del torneo y no perderé la oportunidad de abrir el baile. —Harry le devolvió la sonrisa que parecía menos inocente que la anterior—. ¿De qué color irás?
—Verde esmeralda y plata. —Malfoy asombrado jadeó—. ¿Qué? Son bonitos colores, bueno, te veo el día del baile, espero que vayas por mi a la torre Gryffindor, Alpha.
Harry se dio media vuelta y entró por el patio trasero del castillo dejando a un perplejo joven Malfoy ante la mención respetuosa de su casta, el Omega tenía lo que quería, y si quería a un Alpha decente en su primer baile lo tendría, no importa en qué lado de la guerra esté.
Draco estaba fuera del retrato de la dama gorda y cuando Ron iba a protestar Harry tomó su hombro y le sonrió, el chico se calló al instante, se perdió entre las escaleras para encontrar a su cita donde habían planeado verse. El rubio portaba una túnica con clase de bordados plateados con fondo verde mientras Harry llevaba una túnica que acentuaba las pocas caderas que habían crecido en el tiempo que había pasado del progreso de la transición. Se había amarrado el cabello en una coleta y no llevaba más que un ligero brillo en sus labios, algo lindo y natural para un Omega sin madurar.
—Potter.
—Malfoy. —Harry posó una mano en su hombro y bajó por su pecho en una sonrisa provocando un sonrojó en Draco, olisqueo alrededor cerrando los ojos—. Lo siento, es que hueles muy bien.
—G-Gracias. —Draco no sabía cómo reaccionar ante esto— Vamos.
El Alpha le extendió el brazo y Harry lo tomó, en silencio bajaron por las escaleras yendo directamente al gran comedor donde sería el baile de Yule, Harry había aprendido a bailar gracias a que Neville le dio clases particulares después de semanas de fracaso con McGonagall, así que los pies de Malfoy ahora estarían seguros bajo su baile.
Cuando llegaron a la puerta la profesora de transfiguración los encontró y los detuvo en la entrada.
—Campeones por aquí. —La mayoría ya estaba dentro así que fue fácil evitar a los chismosos—. Esperemos a los demás, señor Potter.
No duró mucho para que Cedric Diggory bajara con Cho Chang, la Alpha del equipo Ravenclaw de Quidditch, la mujer sonreía dulcemente al Omega ruborizado que caminaba hacia ellos, saludó a Harry y él le devolvió el saludo. Luego Fleur Delacour acompañada por un Alpha de séptimo de Ravenclaw, con cara estúpidamente embobada por el encanto Veela de la muchacha Omega, se dirigía hacia ellos sonriendo arrogante. Pero no duró mucho cuando la chica más hermosa jamás vista bajó por las escaleras del brazo del campeón húngaro, era Hermione Granger con un vestido rosado pastel hasta el piso, su cabellos ahora liso en un elegante chongo y un maquillaje delicadamente bello, nada parecida a la rata de biblioteca que era su mejor amiga.
>>Ya que estamos todos, quisiera recordarles de que ustedes abrirán el baile justo al entrar. —Todos asintieron, la mujer los miró rápidamente—. Entrarán de menor a mayor según la edad de los campeones. Potter primero, luego el joven Diggory para seguirle la señorita Delacour finalizando con el caballero Krum. ¿Entendido?
—Si, profesora. —Murmuró Harry con una sonrisa—. Lo entendemos.
—Bien, enorgullezcan a sus escuelas.
Y así empezó el baile Yule, con Harry Potter y Draco jodido Malfoy como su acompañante. Harry sabía cómo crear alboroto.
Notes:
Por favor, comenten que les pareció.
Chapter 6: V. Sirenas y Athleta Anima
Summary:
Segunda prueba del torneo.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Harry inhalaba y exhalaba, estaban acomodados en fila — casi desnudo para lo que iba a hacer— hacia el lago estando él primero, le daban la delantera por su lugar en el marcador y eso de alguna forma lo aterraba pero no lo suficiente como para activar su sexto sentido al parecer. Bagman usó sonorus para presentarlos.
—Los campeones están listos, siéntense en sus lugares y disfruten de la vista. —Dijo consciente del estado semi desnudo de Harry Potter. Hubo vítores en su mayoría aún a Cedric y algunos Gryffindor valientes hacia Harry—. ¡Que empiece la prueba!
Harry caminó a la orilla del muelle y se sentó en la misma, respiró cerrando sus ojos, se concentró en la imagen de cierto cuento de hadas que había visto una vez en la televisión de sus tíos, un tritón, quien desde la cintura para abajo tenía una gran aleta, además de pensar en las Branquias de un pez, mirando formas fue construyendo músculos, conexiones dentro de la aleta que quería emular. Una vez eso buscó a través de su núcleo concentrándose en sus piernas y el tronco de su cuello hasta sus pulmones donde irían las branquias para dejar fluir todo y sentir como sus piernas se unían y crecían en una aleta y como el aire le comenzó a faltar.
Saltó al agua fría, nadó un poco hasta salir del agua haciendo una pirueta en el aire y cayó dentro del lago de nuevo.
Cuando abrió sus ojos todo se escuchaba lejano, debía concentrarse, según sus estudios debía seguir la voz del canto de las sirenas pero para eso tendría que haber música que seguir.
Harry aún con su varita en mano nadó con facilidad y rapidez gracias a su aleta, siguió hacia las profundidades, se aseguró no ir directo al nido de Grindylows a través de las algas, sino por encima a unos metros evitando alertarlos pero miró como una cabellera rubia se adentraba a dichas plantas marinas, no tardó mucho para que las chispas rojas tardaran en salir pidiendo rescate.
Nadó sin dirección real hasta que por pura suerte escuchó el ligero cántico de las sirenas. Aliviado, el muchacho nadó —tan rápido como un pez lo habría hecho— persiguiendo las voces que se hacían más y más fuertes y Harry se sentía con seguridad. En poco tiempo miró como guardianas con lanzas rodeaban a cuatro personas atadas por cadenas y tenían una burbuja de aire en sus cabezas.
Donde nuestras voces suenan, ven a buscarnos,
que sobre la tierra no se escuchan nuestros cantos.
Y estas palabras medita mientras tanto,
pues son importantes, ¡no sabes cuánto!:
Nos hemos llevado lo que más valoras,
y para encontrarlo tienes una hora.
Pasado este tiempo ¡negras perspectivas!
demasiado tarde, ya no habrá salida.
Ya ha pasado media hora, así que mas vale que te apresures
porque lo que se queda aquí siempre se pudre.
Al ver que las criaturas no le harían daño se dirigió hacia su mejor amiga cuando una guardiana lo alejó, el chico miró confundido hacia donde le señaló la sirena y Harry miró a Draco Malfoy rodando sus ojos, claro que el viejo no sabría quien era su ser más querido y secuestraría a quién parecía ser algo como su novio, pues por Harry el anciano podría pudrirse.
Cuando la parte de su mente malditamente moralista —que casi nunca salía— empezó a pensar en el cántico, si cualquiera de los campeones no pudiera salvar a su persona más preciada esa moriría, se quedaría en el mar para siempre como un trofeo para las Sirenas.
Soltó un gruñido de frustración, con un hechizo de corte separó las cadenas de las rocas que sostenían a Malfoy para dejarlo flotar con un hechizo de ligereza de pluma. Sabía que lo observaban pero con un movimiento de varita hizo que el agua se volviera caliente ahuyentando a las criaturas marinas.
Liberó a la chica que solo podía ser la hermana menor de Fleur con su misma belleza y cabello rubio. La tomó de la mano y nadó con rapidez hacia arriba topándose con el joven Malfoy y tomándolo con el otro brazo aleteando su cola, en menos de cinco minutos estaba sacando a los rubios del agua hacia el muelle con fuerza y sin nada de delicadeza —solo un poco con mini Fleur—. Sin mucho esfuerzo Harry volvió a convertir la aleta en sus piernas y acomodar sus sistema respiratorio, salió del agua para darse cuenta que era el primero en llegar llenando de incredulidad a todos. Fleur lloriqueo al ver a su hermana.
Toma esa mierda Hogwarts.
Dumbledore se puso de pie a la mitad de la cena de esa noche, habían hablado con el hombre sobre su club de deporte y él, inesperadamente había aceptado muy rápido e hizo lo mismo con la propuesta de ropa normal en fines de semana de Harry.
—Es un placer informarles a los Omega y Beta de nuestra institución que abriremos un programa deportivo para ustedes. —El comedor se elevó en sonido de los murmullos entre ellos Alpha que hacían gestos desagradables—. Harry Potter es fundador del nuevo club Athleta Anima. Para más información estará en el tabloide el lunes a primera hora.
Se escucharon los sonidos emocionados de más de un Omega y Beta, habían algunos que aún no creían que después de tanto tiempo que Hogwarts por fin les brindara algo así a esas castas en específico.
>>También habrá un cambio en fines de semana con el uniforme escolar. —El director miró alrededor del salón—. Habrá libre etiqueta de vestimenta los días viernes después de clase, sábado y domingo, ya que no serán horarios escolares y no hay razón de no sentirse cómodo en sus días libres.
Algunos profesores miraron interrogantes al mago anciano ante esto, no les habían notificado y eso podría repecutir en la disciplina escolar, entre los más inconformes estaba el profesor de pociones que fruncía el ceño hacia el viejo que se volvió a sentar.
Punto para Harry.
Harry se había levantado temprano ese lunes junto a Ron y Hermione que habían ayudado a hacer el panfleto con magia para que éste tuviera un hechizo 'notame' para que a nadie se le pasara el hecho de que el club existía.
Los chicos con un par de bancos pegaron sobre todo el lado de deportes del tabloide de anuncios el panfleto que habían preparado con entusiasmo.
Athleta Anima de Hogwarts.
¡Deporte solo Omega y Beta!
No importa tu casa de Hogwarts solo es una introducción donde se escogerá un capitán por Casa.
Solo cuarto año en adelante.
Campo de Quidditch. Martes 5:00 PM
Atentamente.
Harry Potter. Presidente.
Ron Weasley. Vicepresidente.
Hermione Granger. Tesorera.
Cuando estuvieron satisfechos de su trabajo ellos fueron al gran comedor a desayunar.
***
Harry había apartado el campo de Quidditch con antelación para su reunión ganándose el odio de los jugadores del deporte, antes habían tenido todas las horas para practicar pero de ahora en adelante ese horario se les dividió a la mitad ya que el mismo Dumbledore había aprobado dicho nuevo deporte.
Harry recordaba las dulces palabras de Angelina Johnson, la capitana del equipo de Quidditch quien lo había sacado por su casta sobre lo difícil que había sido desde que tuvo que sacarlo y que era muy egoísta de parte de Harry y Ron el quitarle más al equipo. Claro que hubieron excepciones como el equipo Slytherin y los hermanos de Ron, incluida Ginevra Weasley.
Harry había disfrutado ver cómo la rabia de impotencia llenaba los ojos de cada uno de los Alpha que lo habían despreciado por su casta, cruzó sus brazos en su pecho con una sonrisa satisfecha. Recuerda haberse ido de dónde lo habían acorralado con indiferencia hacia el campo.
Había una silla de capitán que había sacado de las pertenencias de los jóvenes deportistas de Quidditch, tenían tanto derecho a ellas como los Alpha así que ignorando a la indignación llena de testosterona la tomó. No tenían patrocinadores así que tenían poco material de trabajo hasta final de año dónde tendrían que convencer a los del consejo en mantener el club que solo estaba en fase de prueba.
Harry estaba sentado en aquella silla roja con estructura de madera, sus piernas cruzadas con el uniforme escolar sin sus túnicas exteriores, hacía calor de nuevo y él no se ahogaría en aquellas capas de encantamientos de calor. Un codo sobre el reposabrazos y su rostro encima del torso de su mano; esperaba a que todos llegaran, faltaban veinte minutos para la hora en la que los había citado, Harry había acomodado una gran colcha sobre el piso, almohadas y bocadillos para la introducción. Ron se sentaba en una silla parecida a su costado como vicepresidente del club y Hermione del otro como tesorera y administradora ya que —según sus creencias— jamás se pondría ese tipo de vestuario. Pensamientos mojigatos de Muggle. Supone mentalmente Harry.
—Umm... ¿Es aquí sobre Athleta Anima? —Preguntó un chico Beta de cuarto año de Ravenclaw—.
—Claro, pasa y ponte cómodo en lo que los demás llegan. —Harry le sonrió y señaló el tendido en el piso—.
—¿Dónde se sentará mi casa? —El chico dudoso miró solo una manta—.
—Donde te quieras sentar está bien. —Ron respondió—. No los separaremos.
Cuando el chico se sentó cómodo en medio de todo donde agarró un pastelillo de chocolate esperando muchos empezaron a llegar, de casas diversas, más Beta que Omega al principio pero luego se fue nivelando la diversidad. El área que habían preparado pronto se llenó así que Ron y él invocaron más almohadas y otra manta acomodando todo. Faltando cinco para las cinco de la tarde, parecía que todos habían llegado cuando Harry divisó a Looney Lovegood y Cedric Diggory caminando hacia ellos charlando, ellos se sentaron hasta el frente y Harry soltó una sonrisita, era hora de unir a los eslabones más débiles y hacer una cadena fuerte e impenetrable.
Cómo Harry planeó, la mayoría de las casas se mezclaron a diferencia de Slytherin que logró unirse alrededor de su propia coraza, Harry hizo un sonorus leve a su voz para que todos le escucharan lo suficiente.
—Buenas tardes, chicos. —Harry se puso de pie—. Me presento, soy el presidente del club de Athleta Anima. Ron Weasley será el vicepresidente y Hermione Granger será la tesorera.
Harry movió su varita y un gran pizarrón separado por tres columnas apareció junto a cuatro siluetas escondidas debajo de una manta cada una.
>>Les doy la bienvenida a la introducción, cómo verán quise intentar no dividirlos por casa. —Harry agrandó una columna del pizarrón—. Nosotros somos un club, estaremos mezclados y juntos, si bien habrá un equipo por casa y tendrá su respectivo capitán, la prioridad es Athleta Anima.
>>Nuestro propósito será animar a nuestro equipo de casa, en los partidos estaremos en el campo animando y a su vez compitiendo entre nosotros en el torneo. Lo explicaré más adelante.
>>Empecemos con el nombre, el nombre oficial es Robora Athleta Ludio. —Harry señaló el nombre escrito con gis blanco en el negro fondo—. Pero por razones de fluidez en el nombre el apodo será Athleta Anima. Quiero que queden claras las reglas antes de emocionarlos con el deporte.
>> No pelear entre casas. Si hay alguna disputa se les bajará puntos como advertencia la primera vez y si sigue así serán sacados del equipo. —Los Slytherin lo miraban rencorosos, era obvio para ellos que habría una preferencia para Gryffindor en el deporte—. Esto incluye insultos como serpiente rastrera y viscosa, los he escuchado Gryffindor, el acoso nunca está bien.
>>Tener buen promedio, al menos de Aceptable. —Algunos gimieron entre ellos estaba Ron quien apenas podía salvarse el cuello—. No tener detenciones aunque siendo sinceros Snape no cuenta, te da detención hasta por respirar, claro que tendrá que haber un testigo que nos demuestre que no merece la detención, no debemos bajar de autoridad al profesor.
>>Cualquier cosa que se hable dentro de las reuniones se queda dentro. —Miró con agudeza a todos en general, odiaba a los soplones más que a cualquier cosa—. Nada se le dice a los Alpha, no tienen ley ni voto dentro de Athleta Anima.
>>No acoso sexual de Betas a Omega o viceversa. Cualquier acoso a su persona notifíquese, hablaré con el jefe de casa específico y sacaré al bastardo del equipo. ¿Se entendió? —Hubo susurros pero no una respuesta lógica—. ¡No los escuché!
—¡Si, señor! —Corearon—.
La mayoría de los Omega asintieron, algunos Beta suspiraron aliviados, Harry había notado lo mucho que algunos Omega se les insinuaban y ellos incómodamente los quieren rechazar, pero por las nuevas reglas de protección Omega que les daban mucha ventaja para ahora ellos acosar, dudaban en hacerlo.
>>Seguir un régimen tanto alimentario como físico para evitar lesiones. —Ron gimió de nuevo robando una sonrisa de Harry—. Tener una carta de la señora Pomfrey cada mes para asegurarse que tienen las facultades físicas para entrar.
>>Si tienes sobrepeso posiblemente te pongamos como base. —Harry notificó y alcanzó a escuchar sonidos desalentados—. Sólo hasta que con el régimen bajes un poco y podamos usar un Hechizo de peso de pluma con menor cantidad de magia, ¡Pero todo se puede! —El resoplido de Slytherin por su entusiasmo era claro pero Harry sabía que así eran ellos—. Y si necesitas más cantidad de comida por tu metabolismo como yo, acude a Pomfrey. Ella nos dará nuestro régimen alimentario y hablé con la profesora Hooch para que ella nos entrene físicamente mientras aprendemos nuestras coreografías.
>>Pero sobre todas las reglas está... —Harry creó suspenso—. 'Alpha, por nada del mundo se les aceptará entrar.'
Hubo vítores, era hora que alguien le importara lo que les pasaba a los Omega dentro de Hogwarts y había sido una suerte para ellos que una celebridad como Harry Potter fuera uno, una vez más hubo silencio mientras Harry bebió de una botella de agua y continuó.
>>Quien no pueda seguir las reglas le pediré que se retire en este momento. —Harry señaló el patio trasero—. No toleraré infracciones continuas e igual terminarán afuera con una mancha en su expediente. Evitense el problema.
Algunos se salieron, Harry detectó a muchos con —por lo regular— mal promedio, también algunos con pareja Alpha, sabiendo que no podrían evitar abrir su boca. Casi una tercera parte se había ido y los demás se recorrieron al centro para mirar mejor.
>>Genial chicos, ahora repasemos lo más emocionante, cada casa tendrá un nombre por equipo para separar por el torneo interno. —Harry redujo la primera columna y agrandó la segunda dejando ver diversos nombres posibles para las diversas casas— Yo empezaré como capitán de Gryffindor y escogeré el nombre que teníamos previsto para nosotros.
Harry subrayó con el gis Love Lions. No había duda en Gryffindor con su ruido emocionado que había escogido el correcto. Luego hizo que cada casa votara por el nombre que le gustaba más o si habría un nombre que les gustaría ofrecer, al final Slytherin quedó con Black Serpents, Ravenclaw con The Raven Show y Hufflepuff con The Puffs.
>>Bien. —Harry volvió a reducir el pizarrón y agrandó el último—. El torneo, el torneo se dividirá en dos puntajes extras de la competencia final: el que iremos recolectando en los partidos y la votación del alumnado.
>> La recolección de puntos consta de cuando tu equipo de Quidditch gana el partido que estás animando se te otorgan veinte puntos. —Harry señaló el diagrama que Hermione había hecho comprensible a comparación de las ideas revueltas del azabache—. Mientras la votación será tanto alumnado como profesores. Cada voto es un punto.
>>El torneo final será evaluado con un puntaje máximo de 60 puntos, seremos calificados por tres jueces ya sean el director, un profesor que no sea jefe de casa o representantes del ministerio.
Hubo unas dudas generales sobre lo que conllevaría eso este año dejando a Harry explicando solo que este año habría una presentación antes de que la tercera prueba empezara para que los del consejo aprobaran el presupuesto para el club.
>>El club ahora mismo corre por mi cuenta. —Harry sonrió por la clara sorpresa de la mayoría—. Si gustan apoyar pueden quedarse al final, no es obligatorio y no tienen por qué hacerlo solo si gustan hacer donaciones está abierta la posibilidad.
Harry hizo un movimiento de varita desapareciendo el gran pizarrón que fue guía en toda la explicación para colocar las siluetas justo en frente de los impacientes chicos.
—Ahora, lo más interesante. —Con ayuda de Ron, quitaron la sábana de arriba de los maniquíes—. Los uniformes.
Cada uniforme estaba detalladamente cocido y hecho por Madame Malkin, quien había apoyado al cien por ciento a Harry dando un descuento del cincuenta por ciento al azabache a pesar de que el chico se quería negar, los colores principales de cada casa adornaban estos, como logo estaban la mascota de cada casa con las siglas del nombre de la misma.
Gryffindor tenía los colores rojo —para el fondo— y dorado —para las orillas— con una G en el centro del top rodeada por una melena con diferentes tonos de dorado. Slytherin tenía los colores verde —para el fondo— y plateado —para las orillas— con una S en el centro del top siendo cruzada diagonalmente por una varita rodeada por una serpiente. Ravenclaw tenía los colores azul —para el fondo— y bronce —para las orillas— con una R en el centro del top con un cuervo negro de fondo. Por último, Hufflepuff tenía los colores amarillo —para el fondo— y negro —para las orillas— con una H en el centro del top con un tejón negro de fondo.
Los uniformes constaban de un top corto de tirantes, su altura estaba hasta la segunda costilla de arriba para abajo, una falda que se sujetaba de las caderas en la altura del ombligo y que llegaba hasta la mitad del muslo, unos tenis y calcetas de los colores de cada casa.
—En el nombre de Salazar. —Chillaron varios Slytherin y una chica de quinto continuo—. ¿Se supone que eso nos hace combatir el sexismo de los Alpha?
Harry parpadeó y sonrió a la pequeña criatura—. ¿En qué momento me di a entender eso? Yo solo quiero un espacio seguro para Omega y Beta, no combatir Alpha.
—Creo que quiso decir, ¿esos trajes no nos harán lucir estereotipados? —Harry suspiró e hizo un puchero—.
—¿Qué tiene de malo sentirnos lindos? —Gimoteo al aire—. Sinceramente no entiendo en qué momento pasamos de querer tener los mismos derechos Alpha a querer parecer Alpha.
Harry se volvió a sentar en la silla esperando más preguntas pero la mayoría cesaron al momento de que se dieron cuenta de que el capitán podría tener razón, los Hufflepuff amaron sus trajes en cuanto los vieron pero como siempre habían decidido cerrar la boca por miedo a ser rechazados.
>>Quiero que me escuchen con atención. —Más tranquilo Harry miró a varios a los ojos—. Este lugar es seguro, nadie debe estar temeroso de ser burlados, por eso no se incluirán Alpha, para los varones Beta, solo se usará unos pantalones y una camisa más larga al igual que las bases pero mis Atletas principales deben usar el uniforme principal. Así que Hufflepuff, si te gustan los malditos trajes solo diganlo, no serán juzgados.
Hanna se puso de pie caminando al traje—. ¿A quiénes creen que engañan? ¡Son muy lindos!
Luego de ella, varios corearon la afirmación, entre ellos estaban Slytherins claramente encantados con los uniformes, ¿qué tan mierda era la sociedad para que incluso cuando los denigran por intentar ser menos femeninos, los humillan más intentando serlo? Harry no lo entendió, le gustaba sentirse lindo y eso no cambiaría, no necesitaba usar ropas como Alpha para demostrar que era mejor que ellos
Notes:
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Chapter 7: VI. Primer calor.
Summary:
Harry pasa su primer calor solo.
Notes:
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Chapter Text
Los entrenamientos con la profesora Hooch habían ido de maravilla, constantemente habían cambios en las dietas de Pomfrey por la quema de carbohidratos que los Omega empezaron a tener rivalizando con el apetito Alpha, dándose cuenta que antes no habían necesitado tantas reservas porque no las quemaban adecuadamente.
Harry había seguido con su apetito de muerte, definitivamente era por la llegada próxima de su celo además de su quema de grasa constante en los entrenamientos de Quidditch que le había regalado esa hambre y había seguido con su nuevo deporte.
Los músculos abdominales se fueron pero la "V" permaneció intacta, a pesar de la pérdida visible la fortaleza de los músculos no lo abandonaron dando buena imagen como capitán.
Su cuerpo había cambiado en los últimos meses terriblemente, para empezar su cuerpo había aprovechado la baja estatura de Harry en su beneficio logrando verse pequeño y delicado, con el paso de la transición había ganado caderas y perdido cintura dando un aspecto curvilíneo, sus facciones se acentuaron aún más combinando a Potter con Evans dando a la bienvenida al original y propio Harry que ahora se parecía más a su madre que su padre.
El Omega sabía que su celo se acercaba peligrosamente pero no tuvo miedo, que pasara lo que tenía que pasar y siendo sinceros, lo esperaba, esperaba que pasara dentro de las paredes de Hogwarts y no con los Dursley, Harry solo pasaría dos meses con ellos y si ocurría un poco antes de acabar el año podría evitar una catástrofe con su tío, el pederasta.
—¡Muevanse! No veo que estén sudando, ¡no escucho su canto! —Gruñó Harry a través del Sonorus—. ¡Me importa un comino que sus mierdas supremacistas de sangre les impidan cantar canciones Muggle!
Se había decidido entre los capitanes —Cedric, Luna, Theo y Harry— que las canciones Muggle tenían una melodía grandiosa y animada que las mágicas no, no había tal género como el pop o alternativo dentro de los gustos aristocráticos del ministerio que ponían música clásica antigua, las brujas de Macbeth en sí tenía buena música pero era demasiado oscura para el contexto de Athleta anima.
También usaron como excusa la inclusión Muggle para obtener permiso de meter la música en reproductores limitados y autorizados, según los rumores, el ministerio y el consejo estaban encantados con la idea de un nuevo deporte que impulse la aceptación de la 'minoría' dentro de los estudiantes como Muggle y Omega a la vez así que no se dudó mucho sobre el asunto.
La canción que se había escogido era una movida, llenaba el ambiente tan rápido que no le sorprendía a Harry que en el momento en la que se estrenó por los años 2000, ésta fuera famosa, había sido un día caluroso en especial, podía ver a sus atletas sudar como un día común de verano calaría pero siendo honesto encontraba el día más caliente de lo habitual.
—¿Te encuentras bien? —Hermione preguntó a su lado—. Estás rojo y se supone que no has entrenado.
Harry no pudo negar porque un mareo casi lo tiraba al suelo—. Yo-
La vista de a poco le había ido fallando con las horas. El calor —que le provocaba una rasqueta terrible—, la aparente falta de aire y los mareos habían sido parte de toda su mañana poniendo al Omega de un terrible humor que pronto se escuchaban las quejas de varios sobre lo malévolo que había sido el capitán principal hoy.
>>Estoy bien, Herms. —Dijo una vez que el mareo se fue volviendo a enfocar su mirada en Jefferson que había fallado su hechizo de levitación por quinta vez—. ¡Jefferson cambiarás a base con Abbot, Hanna serás porrista principal, no podemos permitir errores la próxima semana chicos. Todo depende de dar una buena impresión a los del consejo!
Hubo un murmullo entre los Slytherin que rápidamente fue callado por Theodore dando la razón a Harry, Jefferson no estaba listo para ser principal, si se ponía nervioso ahora mismo no se imaginaban en medio de la presentación. Harry suspiró mirando como los secundarios se elevaban al aire y daban un mortal seguidos de los principales con el mortal inverso para que secundarios y principales cayeran en los brazos de cada base preparada a excepción de Jefferson que estaba volteando al aire. Hermione actuó rápidamente e invocó una almohada preparada previamente justo donde la chica cayó.
Ron lleno de sudor se acercó formando el trío dorado, olisqueo extrañado al aire siguiendo hasta toparse con el cuello de Harry.
—Harry, hueles raro. —Potter lo miró con cara de pocos amigos—. Me refiero a que hueles diferente.
—Me siento raro. —Murmuró rascándose los brazos, sentía como la picazón que estaba en todo el cuerpo aumentaba—. He tenido un calor de los cojones todo el día.
Hermione atenta volteó de inmediato—. Harry, deberías ir a la enfermería, creo que te estás presentando para la reproducción.
Todo se conectó en la cabeza de Harry y se golpeó mentalmente, por supuesto que estaba presentando, que maldito idiota había sido.
—¡Theo, Luna, Cedric los quiero aquí! —Tan rápido como se pudo los capitanes de diferentes casas llegaron—. Bien chicos, llegó la hora de su capitán de presentar así que Ron será mi suplente, Theo te pido que manejes a Jefferson porque si no mejora saldrá del programa de fin de año, Cedric cuida que Hanna aprenda correctamente el giro que se atrasó en la duda y Luna creo que Astrix está incómoda con el traje de base, posiblemente algún material le está causando alergia o rasquera, pregunta por favor. ¿Dudas antes de que me encierre máximo una semana?
—No, Harry. —Dijeron al unísono los cuatro mencionados—.
—Me marcho.
El llegar a la enfermería no fue difícil, no cuando se topó con el Profesor Flitwick de paso y lo acompañó amablemente hasta la puerta. Madame Pomfrey fue bastante clínica sobre el asunto, explicó que pasaba dentro de las salas de contención de la enfermería, como esta vez como era la primera no podría pedir un Alpha de apoyo pero en su próximo calor podría hacerlo.
Tenía la opción de ser sedado o solamente contenido y dejado con los juguetes que él hubiera comprado previamente para cuidar de sí mismo. La mayoría de los Omega sabían que no tendrían Alpha de apoyo así que solían comprar objetos, ya que el primer celo es algo bello y tradicional que un Omega debe vivir, Harry no sabía sobre esa tradición en absoluto y solo quería experimentar lo que es ser un Omega en su instinto más bajo.
Y así, fue dosificado solamente con morfina para evitar el dolor las primeras horas mientras los Elfos domésticos le traían las mantas, ropa y baúl que le pertenecían a Harry.
A partir de ahí, su Omega interno es quien debía saber cómo formar su nido apropiadamente, una nueva aventura para un pequeño Omega.
Harry se limitó a usar sus mantas como base dejando la más felpuda y esponjosa para taparse, dejó caer diversas almohadas mullidas que había tenido en su alcoba y otras más 'aptas' para el nido que los elfos le proporcionaron. Olisqueo molesto sin saber que le hacía falta.
Hubo un instinto que lo llevó al fondo de su baúl donde aún guardaba las túnicas escolares de primero y segundo año, con felicidad inhaló el extraño olor que le hacía sentir mareado, algo que sus actuales ropas no habían tenido: la presencia de aquellos acontecimientos peligrosos contra Voldemort.
Las dejó caer encima de las almohadas que habían hecho la forma de un cuenco o más específicamente, un nido. Puso la almohada más cómoda encima de las túnicas y echó sobre todo la cobija restante que relucía un color verde esmeralda tan parecido como el de sus ojos. Sacó por último sus juguetes del baúl dejándolos esparcidos alrededor del nido listos para ser usados.
Se veía... perfecto.
Con felicidad se deshizo de su ropa de porrista dejándola en el cesto de descontaminación que Pomfrey le había indicado, entró al baño para ducharse rápidamente antes que el celo lo golpeara totalmente.
Una ducha más tarde Harry estaba secándose con la toalla a pesar de lo sudado que comenzaba a estar, gimió por otro calambre que llegó repentino, olvidándose de secarse tradicionalmente solo se echó un hechizo de secado que por lo regular secaba su piel pero ahora poco le importó.
Se lanzó sobre el nido, sin querer usar la cobija aún miró al techo mientras sentía el líquido desbordarse entre sus piernas. Hasta ese momento, Harry no había visto ni una sola vez más allá de su miembro, solo había sentido cuando se lavaba pero siendo honesto le aterraba lidiar con aquello, siempre había pensado que era fácil lidiar con un Pene, jamás imaginó tener además de su polla un coño jugoso, le hacía sentirse incómodo y preguntarse por qué le sucedía esto a él.
Cerró sus ojos respirando, con una mano alcanzó el empaque de la mordedura falsa, básicamente el aparatejo tendría la utilidad de aplicar la mordida cuando el Omega tuviera el nudo falso en su coño y cuando él se corriera. Con nerviosismo abrió el plástico y sacó una goma plegable azul marino que debía ir alrededor de su glándula aromática, con cuidado se la puso y a pesar del sudor ésta se pegó.
Abrió sus piernas y se dispuso a investigar con sus manos, parpadeó un par de veces antes de que su mano llegara hasta debajo de los testículos donde estaba extremadamente mojado, se percató con miedo paralizante que su coño no era el único lubricado si no que su trasero también estaba maleable y necesitado, jadeó por el hecho, él había investigado mucho sobre el tema Omega pero jamás leyó sobre uno Intersexual que lubricara doble.
Merlín, ayúdame.
Harry alcanzó el paquete de plástico donde venían no uno sino dos nudos falsos, ¿habría una clase de oferta que no miró? No lo sabía pero lo agradecia, al menos no sufrirá con la necesidad como temió, agarró ambos dildos que estaban mágicamente adaptados para moverse con un encantamiento simple especificado ahí, incluso si tenían hechizos de protección a su virtud, ¿No dolería?
Harry sacó uno que era de color rojo, uso su lubricación natural para mancharlo y facilitar aún más la intrusión a su interior, se recargó en sus almohadas e inhaló las túnicas debajo de él con un sollozo, un calambre lo había tumbado y sus agujeros respingaron al mismo tiempo que el juguete en su cuello hizo como una especie de lenguetazo, así que tenía usos múltiples, con menos miedo que con su coño introdujo el consolador lentamente por su ano.
—Joder, eso... Oh. —Harry tembló al sentirlo abrirlo—. Mmhh.
A pesar de que la extraña punzada de incomodidad lo hacía sentir aliviado en un sentido que había sido desconocido. Sacó el otro que era de color azul intenso parecido al zafiro y con incertidumbre lo llenó de saliva primero y luego su propio jugo, hizo ligeros jugueteos alrededor de sus labios vaginales temerosamente. Apretó sus labios y tenso introdujo el juguete.
El sentimiento era en su mayoría, abrumador, tan abrumador que no sabía bien qué más sentía, como si estuviera lleno y sin salida, como cuando comes demasiado y sientes la terrible presión hasta no poder respirar o se te dificultó hacerlo, era demasiado para su sensibilidad Omega pero era casi perfecto, como si él no tuviera que pensar en nada más que en esas pollas aunque no lo fueran realmente, era desconcertante que algo así fuera tan perfecto y a la vez imperfecto, tan suficiente e insuficiente al mismo tiempo.
Rápidamente sacó el otro paquete de plástico donde había un pequeño vibrador en forma de huevo con una liga para sostenerlo a su polla Omega correctamente, haciendo exactamente para lo que fue hecho Harry lo colocó pero sin prenderlo. Harry se estiró y logró recuperar del cesto su varita moviéndola según las instrucciones.
—Ad Movere. —Al instante sostiene con más fuerza el pedazo de madera—. Maldición, eso, oh mierda.
Harry arqueó su espalda y abrió más las piernas, en su interior la pequeña pared de piel era frotada por ambas partes y el dildo de su coño aplicaba cierto punto en su interior que lo hacía retorcerse con avidez, era como si pudiera tocar su núcleo mismo, no sabía exactamente cómo pero le encantaba a tal punto de retorcerse y quedar en posición de boca abajo y sus caderas al aire, presentando a un Alpha inexistente.
—Velox. —Como pudo, Harry hizo el encantamiento—.
El chapoteo aumentó, en la pequeña sala de contención solo se podía escuchar los gemidos de Harry junto a sus jugos salpicar afuera de su cuerpo estremeciéndose, se aferró a las túnicas debajo de él aspirando el olor, el residuo a lo que sea que le atraiga.
En su mente estaba cierto castaño de ojos exquisitamente marrones, perfectamente avellanos y con una ligera línea rojiza alrededor de ellos mostrando los primer avistamientos de locura que le parecían tan calientes a su yo joven de doce años que ahora estaba terriblemente celoso, quería acercarse a él, inhalar su aroma y saborear el tacto del joven Riddle.
—Oh, Tom, más, oh, Alpha. —La imagen burlesca y magnífica del Alpha que lo tomó de la cintura y besuqueó su nuca llenó la imaginación del Omega. Harry inclinó el cuello en sumisión—. Sí. Márcame, Alpha. Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor. Criame.
Harry le recorrió un escalofrío, aquellos objetos lo penetraban con la rudeza que posiblemente el joven de sus fantasías habría recreado. Se sintió abrumado por el repentino sentimiento de plenitud de su cuerpo al eyacular, sus dedos de los pies se curvaron y antes de abrazar la almohada en un grito orgásmico encendió el vibrador olvidado al mismo tiempo que los nudos crecieron —apretando firmemente en ambas entradas que sino fuera porque ambos eran agujeros Omega hubiera sido desgarrado— y el mordisco se presentó en su cuello dándole la plenitud del sentimiento de pertenencia.
"Tranquilo, Omega. Ahora serás mío y cuido de mis cosas muy bien." Sería una clase de respuesta cruel del británico arrogante pero eso no le disgustaba al azabache.
—Si, Alpha. —Contestó en la mezcla de la realidad y la fantasía apagando el vibrador—. Tuyo...
Quedó inconsciente después de que el tercer chorro de semen falso entrara en su sistema soñando con los profundos avellanos.
Notes:
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Chapter 8: VII. Tercera prueba y Voldemort.
Summary:
La resurección de Voldemort.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Harry se sentía fresco como lechuga, Pomfrey había dejado que descansara veinticuatro horas después de su celo, en el cual había fantaseado con más pensamientos eróticos de Tom Riddle, para poder dejarlo salir a sus actividades exhaustivas como campeón de Hogwarts y Capitán del equipo de Athleta Anima.
Se sentía renovado, había sido una experiencia muy gratificante y le hacía ver que no tenía nada que temer sobre el sexo, después de todo se sintió bien con los consoladores, ¿No sería mejor con un miembro de carne y músculos? En fin, no pasaría mucho para que eso sucediera, teniendo que vivir con los Dursley sin ninguna opción Vernon se aprovecharía de eso.
Harry realmente no se sentía incómodo ni cómodo, el hombre le daba igual ahora, ¿Eso era algo malo? No lo sabía pero tampoco le importaba mucho. Curioso.
—¡Capitán! —Harry giró y su falda se levantó levemente—. ¿Se siente mejor?
—Si, Jefferson. Gracias por preguntar. —Harry le sonrió y el dudoso intentó hablar—.
—Pomfrey me dijo que posiblemente tuvieron un mal diagnóstico con mi casta después de todo. —Dijo por fin—. Di mi renuncia, voto inquebrantable al Vicepresidente pero quería notificarte que salí próximo a Alpha. Lamento los inconvenientes del otro día, no sabía que me distraía tanto ese día y resultó puro instinto Alpha a un Omega en apareamiento.
Harry alzó una ceja, el chiquillo tenía pelotas para decirle eso sabiendo lo que el grupo Athleta Anima significaba, Harry no podía culparlo, todo fue un error de diagnóstico pero aún así se sentía ultrajado que un Alpha pudiera colarse en sus filas.
>>¡Pero no quiero incomodarte ni nada! Yo pensaba que era Beta, con sinceridad les deseo lo mejor, capitán.
—Adiós. —Potter dijo mirando como se iba el rubio oscuro—.
Con un suspiro se dispuso a ir al gran comedor donde seguro se encontraban todos, estaba hambriento después de seis días de cubitos de queso y carne sin nada más.
En contra de su voluntad fue probado por los demás capitanes a unas pruebas de resistencia luego de su repentina presentación, aunque había asegurado que iba estar bien ellos insistieron en la perfección y él se las había dado.
Ahora estaba sudado y cansado que era lo que quería evitar terriblemente, ¿No sabían lo que le hacía a su cabello? Maldijo internamente caminando hacia el ala de Gryffindor dispuesto a ducharse cuando se topó con Draco Malfoy de camino, Harry cayó al suelo al mismo tiempo que el joven Alpha.
Potter se levantó primero y ayudó al rubio a levantarse, con una sonrisa titubeante el rubio la aceptó pero cuando el Omega se quiso ir Malfoy reaccionó al ambiente amigable.
—Oye, ¿Puedo serte franco? —Harry miró por encima de su hombro antes de voltear de nuevo—.
—¿Sucede algo, Malfoy? —Con curiosidad el azabache preguntó y el rubio se encogió—.
—Es solo que la vez del baile, ya sabes, me sentí bien contigo y todo. —Las mejillas altivas se pusieron rosadas—. Te he observado durante el año y realmente me gustas.
Harry algo sorprendido abrió más los ojos y la boca formaba una figura circular, si bien el Alpha era atractivo, educado y agradable no era exactamente lo que Harry buscaba.
>>Y sabes, tu olor me volvió loco todo el desayuno. Solo quería saber si te interesaba un noviazgo.
—No. —La respuesta salió tan rápido que temió no poder explicarse—. Es decir, yo realmente no me siento atraído por ti de esa forma, Draco. Lamento que te haya dado esperanzas pero siendo honesto no busco Alpha. —Apenado Harry tomó sus manos en las suyas—. Eres increíble, tienes talento en cosas que te apasionan, eres inteligente, sangre pura, con un futuro brillante por delante pero eres tan... chico decente para mi tipo de Alpha, lo lamento. Lo máximo que te puedo dar es una amistad si la quieres.
La cara del Alpha se contorsionó a la de dolor, era obvio que Harry es el primer Omega en quién se fijó pero apenas era lo que el rubio deseaba, el rubio se hizo a la idea de un Harry Potter que todos miraban en su exterior: el niño de oro, el prodigio que los sacaría del dolor y sufrimiento del señor Oscuro. Harry es todo menos al niño perfecto que pintaban, el tenía cierta atracción por el lado incorrecto, Harry siempre había perseguido el peligro y todo lo que conllevaba el buscarlo, quiso fusionarse con el lado oscuro de las cosas, de las cosas aterradoras como un dragón, un diario maldito y un profesor que fingía ser tartamudo.
Las grandes manos fueron retiradas con rapidez de sus pequeñas, Harry intentó no hacer un cambio en su rostro de entendimiento.
—Solo olvídalo, Potter. —Gruñó el Alpha—. ¿Por qué pensaría que llegaría a tus estándares? Oh, salvador.
El rubio tomó todo lo que quedaba de su corazón que sufrió un amor no correspondido, un colapso amoroso y la pérdida de la primera persona a la cuál se obsesionó de niño. Se giró y se fue en un suspiro abatido.
Pero había tenido razón en algo, Harry tenía estándares muy altos, incluso si el mismo Potter no lo sabia, tenía una impresión de los Alpha que los hacía imperfectos de una forma aborrecible y solo el de sus sueños estaba bien.
Los vítores del público eran ensordecedores, habían sido un jodido éxito en Hogwarts a pesar de la renuencia de los Alpha, ahora no podrían decir nada sobre el asunto ya que demostraron usar su físico e intelecto para hacer una coreografía llena de fuegos artificiales invocados mágicamente y hechizos de peso de pluma en sí mismos.
—¡Eso fue Athleta Anima! —Bagman de nuevo como presentador estaba extasiado con lo que vio—. Eso es talento local de nuestros preciosos Omega y apuestos Beta. Espero ver más en los años venideros.
Las ovaciones estaban claras, Harry miró de reojo la silueta de los del consejo murmurar y asentir aprobatoriamente con una sonrisa complacida. ¡Si! Los atletas se dispersaron entre el público del torneo siendo halagados por todos como se hace en un partido de Quidditch a los jugadores, Harry estaba contento con la idea, ser reconocidos un poco dentro del colegio. Mientras ellos se acomodaban en sus lugares Harry y Cedric se dirigieron hacia Viktor y Fleur.
—¡Hola chicos! —Harry saludó animado—. ¿No están emocionados? Ya quiero saber que nos espera allá adentro.
Sentía sus venas palpitar por lo rápido que la sangre corría por ellas, esta sensación adictiva estaba teniendo factura en su personalidad de nuevo como en sus primeros años, ese tipo de emoción que había estado luchando por ocultar, su lado más desquiciado estaba saliendo a flote ahora mismo.
Fleur lo miró algo temerosa—. Eh, más bien aterrada, pero creo que con toda esa adrenalina del show no podrías estarlo, fantástico por cierto.
—¡Gracias! Cedric fue un genial capitán de Hufflepuff y si no fuera por él y los demás capitanes hubiera sido una catástrofe. —Cedric enrojeció un poco pero sonrió, Harry miró a Viktor quién miraba extrañamente a los dos campeones restantes—. ¡Estoy emocionado! Honestamente ya quiero que acabe.
Añadió rápidamente intentando lograr no verse tan raro, hubo un coreo grupal de acuerdo, Viktor jamás coreaba a nada, era un lobo solitario contra manada, eso hizo que Harry hiciera un recordatorio mental de no toparse con el húngaro dentro.
Hagrid, los profesores Moody, McGonagall y Flitwick llegaron hasta ellos junto a Bagman, los profesores tenían estrellas rojas en sus sombreros puntiagudos a excepción de Hagrid que lo tenía en un extraño chaleco café. Ellos iban a hacer guardia a los alrededores de los grandes setos para asegurarse de que si alguno quisiera huir, con un montón de chispas rojas ellos los rescatarán.
—Debo recordarles que el primer lugar entrará primero, sucesivamente el segundo y luego el tercero con diferencia de cinco minutos. —Los cuatro competidores asintieron—. Acompañen cada uno a un profesor que los acompañará a su extremo correspondiente. Sonorus.
Usó de nuevo el hechizo amplificador de sonido mientras Harry es acompañado por McGonagall, Cedric por Hagrid, Fleur por Flitwick y Viktor por Moody. Al llegar a la entrada de los setos su estómago se revolvió y la mujer puso una mano sobre su hombro.
—No sea imprudente y si lo necesita lance las chispas. —Ella dijo con preocupación maternal y él le sonrió—.
—Por supuesto, Profesora McGonagall. —El dijo—.
Su colorida falda se movía por el aire que estaba haciendo en ese día de verano de junio, la naturaleza llamaba desde las profundidades del laberinto de plantas y cosas inciertas, dichoso él que después de un año entero sin la mísera indicación de que el sentimiento de adrenalina y peligro volvería le pegó fuerte desde el momento que bajó del último mortal doble.
El sonido chirriante de un silbato sonó, haciendo que Harry entrara corriendo. Lumos. Invocó él, la oscuridad se había hecho tan densa que él tropezaría sino observaba a dónde iba, caminó hacia la derecha y luego a la izquierda, había algo dentro de él, un instinto, uno nuevo que le decía hacia dónde ir para encontrar el destino más factible y poder proceder a la inevitable victoria.
Izquierda, Harry. Derecha, Harry. Sigue directo, Harry. Retrocede, Harry.
Eran indicaciones específicas, como una pequeña voz que le decía que hacer y estaba aterradoramente en lo correcto. Hubo una explosión detrás de él después de los quejidos de Cedric pero no se regresó a verificar ni un segundo lo que estaba pasando y solo siguió haciéndole caso a su voz interior. Un par de giros más y se topó con que el aire se hizo frío, denso y apenas respirable, se sentía como su cuerpo temblaba y se sentía indefenso.
No tengas miedo. Abrázalo. No te hará daño sino le temes.
Harry observó como un dementor se elevó al aire sobre él pero no dudó, le había tenido miedo hace mucho tiempo, había tenido miedo hace tanto, no recordaba la sensación en lo absoluto y se dio cuenta que el único temor que realmente tenía era el no encontrar eso que tanto le faltaba pero incluso eso no le daba el suficiente temor como para que el Boggart que ahora yacía entre sus brazos supiera en qué convertirse.
—No te temo, sé mi amigo. —Harry dijo en voz suave—. No te lastimare, no te haré hacer el ridículo.
El gemido de un animal salvaje lo hizo separarse sonriendo, le acarició donde supone que debería ir su cabeza y siguió avanzando cuando un grito femenino llenó el pasillo haciéndolo correr hacia el sonido, Fleur yacía en el piso y Viktor la apuntaba con la varita.
—¡Avad-! —Harry intervino de inmediato—.
Soltó feromonas de tranquilidad al húngaro al mismo tiempo que un expelliarmus salió de sus labios, esta era una situación de la cuál él podía acudir a someter a un Alpha iracundo, se acercó a Fleur observando que estaba teniendo las secuelas de un Crucio pero no estaba herida de gravedad.
Se puso de pie y caminó hacia el húngaro que llevaba los ojos blancos, se abrazó al campeón frotando su olor sobre el Alpha, calmandolo y así logrando que esos ojos blancos volvieran al negro habitual. El Alpha tembló y lo abrazó.
—Gracias. —Viktor dijo—. Moody, él uso la maldición en mi, ¡Cedric, oh gracias a Merlín que escapó de mí!
Harry se separó del húngaro y con una mirada a Fleur que los miraba del piso le hizo señas para que se acercara pero dudosa lo hizo.
—Moody lo imperió, lo había visto desde el inicio pero no estaba seguro. —Harry le dijo a la rubia—. No podrás seguir con esos temblores y creo que Viktor está desgastado mágicamente por pelear con la maldición. Echen chispas y expliquen lo que pasó. Yo debo buscar a Cedric y ver que no esté herido.
Ellos asintieron temblando, no se podía creer que el Auror hubiera hecho eso, era cazador de mortifagos después de todo y él lanzaba una maldición imperdonable a un estudiante. ¿Por qué a Harry le olía a gato encerrado?
Agitó su cabeza despejando sus pensamientos para concentrarse de nuevo en la pequeña voz que había ignorado un poco y así siguió a través del gran laberinto. Habían sido tantas vueltas que ya comenzaba a marearse. Fue cuando observó a la esfinge que hacía guardia a un pasadizo, había investigado sobre criaturas con Hermione y la esfinge era la de los acertijos si recordaba bien.
—Este camino es el más rápido. —Dijo por fin con la voz más profunda que Harry hubiera escuchado—. Si quieres pasar mi acertijo deberás lograr.
—¿Qué pasa si no me la sé? —Preguntó—.
—Si aciertas pasas, si no te atacaré y si callas no pasará nada. —Ella caminó alrededor de Harry olisqueando, cierto, ellos tenían gran adoración a los Omega—. Aunque creo que podría hacer la excepción a ti, me agradas.
Acepta su desafío, no te hará daño.
—Es un honor, esfinge, para mí escuchar su adivinanza. —Harry vio como la esfinge hizo un tipo de sonrisa—.
Si te lo hiciera, te desgarraría con mis zarpas,
pero eso sólo ocurrirá si no lo captas.
Y no es fácil la respuesta de esta adivinanza,
porque está lejana, en tierras de bonanza,
donde empieza la región de las montañas de arena
y acaba la de los toros, la sangre, el mar y la verbena.
Y ahora contesta, tú, que has venido a jugar:
¿a qué animal no te gustaría besar?
Harry parpadeó, en su mente al único animal que no le gustaría besar fueron las arañas con sus zarpas y bocas babeantes, incluso si hubiera considerado el qué se sentiría ser papilla de araña recordaba bien el fétido olor.
Eso es.
—¿Araña? —La esfinge sonrió haciéndose a un lado—.
—Adelante pequeño, no te olvides de visitarme en el bosque. —Dijo cuando Harry pasó felizmente a través del umbral—. Tu olor me tranquiliza.
Harry se ruborizó, eran muy pocos los que hacían eso en las criaturas y si Harry lo hizo fue una especie de habilidad como lo había sido el pelear contra la voz Alpha, tranquilizar a Viktor, hablar con dragones y ponerse branquias.
Siguiendo su nuevo instinto giró a la derecha una vez más y la vio, la majestuosa copa del torneo de los tres magos, era como un imán para él, una atracción terrible venía de ella. Corrió y corrió hasta que pudo divisar del otro lado al castaño correr con la misma intensidad que él y si no se apresuraba él iba a llegar primero que Harry.
—¡Agh! Impedimenta. —Escuchó a lo lejos pero no se detuvo—. Maldición.
Harry estaba a unos pocos metros de la victoria, tan solo un par de respiraciones más y él sería el campeón, gloria hacia Gryffindor y su casta. Ganará por si mismo, ganará por su honor y ganará por, en su mente llegó la imagen de Tom Riddle sonriendo mezquinamente, ganará por él y lo que pudieron ser si hubieran nacido en épocas parecidas.
Sus dedos tomaron el mango de un extremo del intenso color plata que brillaba por el núcleo azul brillante de la copa y sintió el jalón en su ombligo hacia adentro provocando el repentino mareo y todo se volvió aún más oscuro.
Ya no estaba en el laberinto, atrás había quedado el bullicio de los insectos y la humedad de la vegetación. Ahora se encontraba en un lugar que parecía una vieja propiedad, como de esas antiguas fincas donde las familias de alta sociedad enterraban a sus familiares en un jardín trasero de sus extravagantes mansiones.
Harry miró a su alrededor buscando alguna indicación de dónde se encontraba, miró una estatua de un ángel y varias lápidas, un gran caldero estaba en el centro del lugar y parecía en fuego alto esperando su uso. Harry lo rodeó y divisó una lápida que lo dejó plasmado: Thomas Matheus Riddle. Ahora todo aquello que esperó se asentó en su estómago.
Había estado fantaseando con un muerto nacido de Muggles desde el inicio después de todo, con un rostro de dolor desempolvó aquella lápida, juntó sus manos y se inclinó un poco para dar sus respetos. Un sonido al fondo del cementerio lo alertó, había una silueta a las penumbras que caminaba hacia él con algo cargando en sus brazos.
Harry rápidamente escondió su varita en el escondite dentro de la falda de animador, corrió de nuevo a donde cayó para dar una perspectiva de no saber dónde se encontraba y que estaba perdido. Suspiró y se dejó caer al piso para no acercarse demasiado a lo que terriblemente se quería acercar, quería tocar aquella cosa que cargaba la rata rastrera que le sonreía con arrogancia.
—Levicorpus. —El hombre lo alzó hasta ponerlo en el ángel con el hechizo para murmurar otro después—. Incarcerous.
Las cuerdas de un material con apariencia irrompible rodeó al Omega de sus muñecas y tobillos, no entendía qué estaba pasando realmente pero el agua ya estaba en punto de ebullición y suponía que la rata debía moverse rápido ya que dejó el bulto que había tenido en sus brazos en el piso muy cerca de un Harry atado.
Potter no quería nada más que zafarse y tocar al pequeño bulto, revelar qué era lo que lo llamaba tan insistentemente y qué hacía que su cuerpo se estremeciera desde los dedos de sus pies hasta la punta de sus cabellos salvajes. Cuando comenzó a mentalizar cómo quería sus manos algo lo detuvo.
Aún no, Harry. Su instinto le dijo. Debes dar tu sangre a voluntad.
Harry se sentía confundido sobre esta nueva voz porque estaba seguro que escuchar voces incluso en el mundo mágico, no era algo muy normal pero a pesar de sus dudas decidió confiar en ella, ¿Será su Omega interior quién habla o algo más?
—Colagusano. —Chilló el bulto en el piso cuando una serpiente lo rodeó como una cría para protegerlo—.
—"Hueso de padre, otorgado sin saberlo, renovarás a tu hijo." —Los huesos salieron de la tumba de Matheus como si fueran invocados y cayeron en el agua—. "Ca-Carne del va-vasallo... voluntariamente ofrecida, revivirás a tu señor."
Harry casi suelta un sonido ahogado de su garganta por la impresión, la rata se había cortado desde su hombro el brazo con un hechizo cortante, ¿Incluso el hombre merecía dar su cuerpo en sacrificio? El Omega no pensaba que el sacrificio viniendo de palabras falsas de las que acostumbraba Pettigrew valiera realmente la pena.
El grito ensordecedor de los labios del seguidor del señor Oscuro atravesó a Harry con una inesperada satisfacción, sonrió con la ligera victoria en mente de que al menos su padrino tendría una especie de venganza. Basura desechable. Harry miró la forma encorvada caminando a él con mucho trabajo, sollozando cobardemente y arrastrándose por el piso como una rata que era.
>>"Sa... Sangre del enemigo. Tomada por la fuerza... resucitarás al que odias".
Sangre de destinado. Dada por la voluntad del anhelo. Resucitarás a tu amante.
A su vez decía la voz en su cabeza, Harry no sabía muy bien si tenía que preocuparse porque aquella voz le ordenara o le dijera cosas tan claramente, era terriblemente escalofriante y si era honesto no le gustaba mucho pero era tranquilizador a su forma, saber que aquel ente no se había equivocado desde que había hablado por primera vez.
Había dicho destinado. ¿Siquiera es posible que entre un millón de personas y diferentes naciones su alma gemela fuera lo que sea que resucitara esa noche? Hiperventiló, se sintió tan ansioso, tal vez, ¿su instinto le decía que buscara peligro para morir y así unirse a su compañero? Que eso que le faltó siempre fue su destinado fallecido y ahora lo tendría de vuelta.
—¡Al menos un lugar que no se vea! —Gritó Harry escandalizado sintiendo cómo le cortaban el abdomen—. ¡Uy, pero cuando te ponga las manos encima rata de alcantarilla!
Chilló indignado por la osadía, no le dolió peor de lo que dolía ser arrojado a grandes alturas por dementores, era técnicamente solo para proporcionar la sangre suficiente, Harry agradecía a los cielos que su nuevo traje tuviera un encantamiento contra la contaminación de tanto líquidos como sólidos.
Colagusano como pudo con el otro brazo tomó al pequeño cuerpo humanoide del piso que lo rodeó con sus brazos mientras llevaba el vial en su mano. Caminó con las piernas temblorosas hacia el caldero y soltó un quejido.
Al tirar la sangre en el caldero, el agua que había sido rojiza por el brazo del merodeador ahora era de un tono celeste y dejó a la pequeña figura sentada en el borde mirándolo fijamente. Harry sintió su cuerpo volverse gelatina, ¿Por qué esos ojos rojos lo hacían sentirse tan raro? Respiró profundamente y miró fijo como el ser caía al agua celeste que rápidamente se volvió blanca.
El seguidor cayó al lado retorciéndose por el dolor del brazo después de una misión exitosa y Harry quería cada vez más zafarse para ir al caldero, tomar a la pequeña figura en sus brazos y absorberla como lo había hecho con los demás... ¿Qué eran en sí?
De un momento a otro un cuerpo masculino y humanoide se puso de pie en el caldero, por su altura y complexión era un Alpha si es que después de la poción tuviera alguna mierda Omegaverse. Harry sonrió hacia la figura como si no hubiera peligro al estar parado ante su peor enemigo proclamado socialmente o estuviera en la posición de lucir tan relajado.
Luego de que el ser calvo de ojos rojos se puso la bata para cubrir su desnudez se acercó lentamente a Harry como si buscara asustarlo pero era lo contrario, era como si aquellos contactos anteriores con el diario o Quirrell fueran pequeños bocados en comparación de todo el pastel entero.
Voldemort volteó hacia la cosa que se retorcía de dolor y tomó su brazo izquierdo para tocar la marca tenebrosa provocando otro movimiento y grito de dolor del mortifago, Voldemort lo soltó de inmediato con una mueca de asco.
.
—Estamos en la casa de mi padre, Harry. —Dijo poniendo su atención de nuevo en él—. Un estúpido Muggle que me dió su nombre y me abandonó, a excepción de Matheus claro, mi madre prefirió Marvolo.
La serpiente que estaba enroscada subía por la tumba y Harry sintió de ella emanar la misma aura que el hombre frente a él, no entendía del todo pero estaba seguro de que si la serpiente lo tocaba ella estaría muerta y achicharrada.
Aliviado de que el ser de la tumba no fuera su Tom, soltó un suspiro tembloroso conforme la tensión en su estómago se enroscaba y Harry lo reconoció como excitación.
—Leí tu diario una vez, Tom. —Harry dijo después de que el ser se le quedara mirando prolongadamente—. Sexy, por cierto.
El ser olfateo indignado, estrechó sus ojos peligrosamente y lo tomó del mentón con dureza apretando sus mejillas haciendo sobresalir sus labios rosados, Harry sintió la magia entrelazarlos y ver los ojos rojos convertirse en un zafiro atrapante preguntándose si en sus ojos aparecía del mismo color y si el Alpha notaría que son así o el proceso de la poción lo había desorientado.
La conexión directa de los dedos viscosos por el resto de la poción en ellos, los huesos a través de la piel escamosa le calaban deliciosamente en la piel y el olor del Alpha —que en sí no era el olor natural de Riddle pero Harry podía olfatear ligeras notas de mentolado y chocolate amargo— le provocaron arquearse y gemir al aire mirando directamente a los ojos del cruel ser.
Su espalda hizo un arco, su cuerpo se retorció con las restricciones lastimando muñecas y tobillos, su cuerpo se estremeció constantemente por el contacto directo y Harry se sentía abrumado por las sensaciones tan parecidas a su celo ya que su cuerpo estaba tan caliente con la necesidad de mostrar su cuello y rendirse al Alpha que...
Aún no es tiempo.
Maldijo a la voz interna.
—¿Eres un jodido Omega? —¿Era normal que le prendiera el hecho que Voldemort fuera un bastardo con él? El nombrado zarandeó su rostro con fuerza—. Contéstame.
Usando la voz Alpha Harry sintió las caricias del sensual imperius vocal del mago oscuro, consideró realmente el hacerle caso a Voldemort que lo tenía atado, seducido y próximamente lubricado para usarlo si así lo quería. Pero desistió.
—Lo siento, Alpha. —Dijo con una sonrisa a través de la opresión en su rostro—. Tus truquitos especiales no funcionan conmigo pero buen intento, Snape no pudo hacerlo y creo que tú tampoco, ¿Qué puedo decir? Soy especial.
—Pequeña mierda arrogante. —El señor Oscuro lo soltó y abofeteó con el dorso de su mano—. No te creas la gran cosa.
Harry gimió al golpe pero no dejó de sonreír. Dirigió su mirada de nuevo al Alpha, el mago estaba tan cabreado que ni siquiera notó la erección en la falda de Harry ni el olor profundo a Omega en el aire.
—¿Aquí es donde digo 'Más fuerte, mi señor'? Cómo tus lamebotas, digo. —Se burló, el brazo del Alpha se levantó de nuevo pero el sonido de las múltiples apariciones llegaron—. Salvado por la campana, ya puedes ir a decirle las formas en las que me vas a destripar, te escucho desde aquí.
El gruñido Alpha hizo que su pequeña polla Omega se sobresaltara y sus agujeros se contrajeran. Cómo odiaba ser tan sensato a veces.
El señor Oscuro se acercó a sus seguidores que uno a uno se fueron postrando ante él, observó a cada uno de ellos con ojos agudos hasta llegar uno en especial.
—Quítate la máscara. —Dijo con voz irritada— Malfoy.
Harry empezó a mentalizar cómo quería sus manos en lo que el mago se encargaba de sus súbditos, poco a poco fue formando los músculos mentales. Se perdió tanto en sus pensamientos que cuando volvió a la conversación Voldemort ya había castigado a Lucius que temblaba encorvado.
—... Asaltaremos Azkaban recuperando a los fieles y conseguiremos a las criaturas renegadas, los dementores volverán a estar en el epítome del terror... —Fue cuando Harry se zafó de las restricciones y rápidamente volvió sus manos a como estaban cayendo al césped sin ser notado por Voldemort—. Verán que un mocoso Omega es tan débil como se pensaba y solo fue una laguna mágica lo que lo salvó.
—¡Mi señor! —Interrumpió un seguidor enmascarado—.
—¿Osas interrumpirme? —Siseó furioso—.
Harry sacó su varita de su escondite—. ¡P-Potter escapa!
—¡Accio copa! —Gritó Harry atrapando la mencionada en sus manos al mismo tiempo que un furioso Voldemort volteó, Harry sonrió guiñando un ojo—. Adiós, guapo.
Desapareció del cementerio para encontrarse fuera del laberinto justo enfrente de las tribunas, se puso de pie y alzó victorioso la copa al aire como si nada hubiera pasado, sonrió hacia todos a pesar del claro vacío de quince minutos que nadie podría llenar más que Harry, Voldemort y los seguidores del Señor Oscuro.
Como si Voldemort no hubiera renacido.
Como si aquello que buscó toda su vida por fin hubiera vuelto a él.
Como si su destinado no hubiera vuelto.
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Chapter 9: VIII. Charla y 4 de Privet Drive, Surrey.
Summary:
Harry seduce a Vernon.
Notes:
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Chapter Text
Harry Potter bajó del expreso Hogwarts con su baúl y con la jaula de Hedwig —quien llegaría después a con los Dursley— reducidos en su bolsillos, era maravilloso poder hacer magia fuera de Hogwarts pero era algo que se había ganado al ser obligado a participar en un torneo hasta la muerte.
Justo antes de salir de Hogwarts Harry había pasado por la enfermería y Pomfrey le había dado dos pociones para que las tomara, una poción inhibidora —para cuando presente síntomas de ciclo— y una poción anticonceptiva de duración de tres meses. Harry se aseguró de protegerse lo suficiente y que no saliera nada fuera de sus planes.
Caminó por el pedazo de concreto y salió al mundo Muggle con facilidad, Harry buscó con la mirada sorprendido de que vinieran ambos tíos y no solo Vernon —quien había bajado mucho de peso, unos 60 kilos luciendo menos obeso—, Harry miró hacia alrededor y los Weasley se acercaban a él, habían accedido a ayudar a Harry a explicar a sus tíos sobre el cambio Omega del niño y eso tranquilizó un poco al chico.
Con los guardianes a sus espaldas Harry caminó hacia los Dursley, ellos miraban hacia alrededor buscando a un niño cuando la apariencia etérea de un Omega apareció frente a ellos.
—Hola. —La voz de Harry era básicamente la misma que antes—. Me gustaría hablar con ustedes tranquilamente en un café.
La cara de Petunia se contorsionó a algo parecido al desagrado al ver a los Weasley detrás de él para luego mirar a Harry de arriba hacia abajo, obviamente no sería tan fácil el lidiar con ella. Vernon solo se puso colorado de posiblemente el coraje de ser arrinconado con dos magos experimentados.
—Más vale que no sea una de tus monstruosidades. —Replicó la mujer y Vernon extrañamente se calló—. Hay un café a la vuelta.
Ella giró con algo parecido a la elegancia, los Weasley no se habían entrometido en la bienvenida de sus tíos, Harry sabía que sería algo difícil con el que lidiar y por eso había deseado ser un Beta.
Harry había aumentado sus pechos a una copa C, además de alargar su cabello agarrado por una coleta alta, vestía una camisa de rayas rojas y negras de tirantes, un short de licra ajustado que llegaba dos dedos arriba de la mitad de su muslo de color negro y unos tenis rojos con agujetas negras. Era un conjunto ligero y bonito, algo con lo que saldrías a la tienda de la esquina o salir a correr, que Harry ya acostumbraba.
No tardaron mucho en llegar al café que no lucía tan abarrotado como siempre era, Harry había pasado un par de veces en el auto de los Dursley y el café siempre era muy transitado, tenían suerte. Arthur abrió la puerta a su esposa, Harry y Petunia, Vernon entró detrás del pelirrojo y el de ojos verdes fue directamente a la caja registradora.
—Me gustaría algo de privacidad, ¿Hay alguna forma de arreglarnos?
Harry sacó 500 libras del fajo de billetes, mil libras eran equivalentes a un Knut así que era una miseria parte de lo que realmente Harry tenía.
—Claro. —La mujer que los atendía sonrió tomando el billete y guardándolo en su bolsillo—. Síganme por las escaleras.
Vernon y Petunia miraron el dinero interesados, obviamente no sabían de dónde el chico sacó el dinero y cómo lo había conseguido. La mujer Muggle los llevó hacia las escaleras para dejarlos en un cuarto que tenía una especie de terraza amplia.
—Muchas gracias, traiga la recomendación de la casa para todos. —Harry se sentó en un lado de una mesa redonda grande—. Uno con leche deslactosada, por favor.
La mujer asintió tomando apuntes, el par de Weasley se sentaron a los costados de Harry, mientras sus tíos se sentaron en las dos sillas restantes, la mujer salió por la puerta y hubo un silencio en suspenso.
—Es un placer conocerlos al fin. —Habló Molly intentando romper el hielo—. Harry nos ha hablado mucho de ustedes.
—¿Así? —Los ojos peligrosos de Petunia salieron a relucir—. Espero que cosas buenas.
—Por supuesto, ¿Por qué habría algo malo? —Inquirió Arthur—. Es un buen chico, después de todo.
Hubo una conexión de ojos de los Weasley mientras Harry miraba intensamente a sus tíos como calculando lo siguiente que debía decir y cómo debía decirlo.
—Bueno, al tema. —Harry suspiró cruzando sus piernas—. Soy algo llamado Omega en el mundo mágico, básicamente una mujer en términos Muggle.
—Pero si eras un niño el verano pasado. —Vernon replicó—. No puedes simplemente ser una mujer.
—Sigo siendo un niño. —Harry exhaló—. Tía Petunia, la comunidad que apoyas mucho. ¿Cómo se llamaba?
—¿LGBT? —Con cuidado preguntó—. ¿Qué tiene que ver eso con...?
—Soy un intersexual. —La mujer frunció el ceño—. Sé que no nací con una vagina tía. —Los pómulos altivos se sonrojaron—. Pero mi cuerpo cambió genéticamente por mi magia el último año.
La palabra prohibida resonó en los labios ahora rosados y gruesos haciendo estremecer al matrimonio Muggle. Weasley senior iba a hablar pero la chica que los atendió abrió la puerta con dos bandejas, dejó los frappes de Moca de un lado y del otro, cinco pasteles de chocolate.
—¿Deslactosada? —Preguntó la chica—
—Para ella. —Señaló a su tía—. Gracias, nos gustaría que no nos interrumpieran, al finalizar bajaremos a pagar.
—Por supuesto.
La mujer salió de la sala y todos tomaron sus Frappé, Harry observó como Vernon dudó en comerlo pero Petunia asintió, después de todo no estaba Dudley ahí mismo y no había problema. Harry tomó su tenedor y comió un pedazo ahogando un gemido de satisfacción.
—Harry puede concebir como cualquier mujer Muggle. —Molly dijo emocionada—. Él es bastante abierto con eso, ¿Verdad cariño?
—Basta, Molly, los confundes. —Regañó su esposo—. Nada en sí cambia con Harry, solo es su cuerpo, cómo ven puede pasar como una mujer común así que no habría problemas con las apariencias.
Vernon había bebido la mitad de su Frappé, era la ansiedad la que lo estaba reinando ahora, su miedo aumentó terriblemente al recordar la ligera amenaza del verano pasado. Una cosa era querer asustar y dominar al pequeño cabrón el verano pasado pero otra muy diferente acosar a un jovencita al parecer. Petunia comía ligeramente de su pastel.
—Más que intersexual parecerás transexual al público ya que eras un niño para ellos. —Harry asintió ante el razonamiento de la mujer—. Bien, espero que consigas tu ropa porque ni locos gastaremos en un guardarropa nuevo.
Harry sonrió, con su varita en alto sacó un pequeño paquete en forma de borrador y lo agrandó, Vernon tragó saliva y Petunia desconcertada miró como su sobrino hacía magia cuando se suponía que no podía al ser menor de edad.
—¡T-Tú no puedes hacer magia fuera de tu escuela! —Gruñó Vernon y Harry sonrió—.
—Me emancipé este año, si se preguntan, ya puedo hacer magia cuando quiera, pero aún necesito vivir con un adulto al parecer.
El borrador resultó ser un maletín, Harry lo abrió y se los enseñó a sus tíos, quienes abrieron más los ojos por la sorpresa de ver aproximadamente 100,000 libras ahí.
>>¿Recuerdan a mi padrino?
—El prófugo. —Chilló Petunia haciendo sonreír al par Weasley—.
—Si, él no quiere que me esfuerce en cosas tan banales como limpieza del hogar cuando debería estudiar. —Harry parpadeó sus pestañas inocentemente—. Así que les mandó éste dinero, 12,000 libras por semana que viviré con ustedes. ¿Parece razonable?
Claro que pareció razonable para el diente avaro de su tía. No tardaron mucho en aceptar el dinero, Harry se encargó de pagar la cuenta y despedir a los Weasley. Tan rápido como ellos se fueron Harry caminó detrás de sus tíos hacia el auto, hubieron varios ojos indiscretos directos a su cuerpo y belleza, hombres generalmente pero una que otra chica también, ¿que podría decir? Harry sabía que era precioso.
Subieron al auto, Vernon arrancó y fueron a Privet Drive, Surrey.
Al llegar Harry bajó del auto, siguió a sus tíos dentro de la casa y miró algunas cosas que cambiaron como el nuevo tapizado y el cambio de sillones a unos más modernos. Harry notó también la nueva televisión de 48 pulgadas. Bendito siglo XXI.
—Tío Vernon, ¿Me ayudas a colocar la jaula al techo? Soy algo débil desde mi transición. —Harry suspiró, Petunia vio curiosa el hecho de que Vernon no dijo nada y solo subió las escaleras—. Pronto lo tendré libre.
Harry hablaba con tanta confianza y familiaridad que parecía como si nunca lo hubieran maltratado de niño, la mujer no notó el extraño comportamiento del muchacho y Harry sonrió malicioso subiendo las escaleras, caminó hasta el fondo donde estaba su habitación con diferentes cerraduras.
Entró y cerró la puerta detrás de él, se recargó en ella mirando a su tío muy incómodo en la silla del escritorio. Sacó el baúl y la jaula de Hedwig agrandando estos objetos.
>>¿Me ayudas entonces?
Vernon se puso de pie, agarró la jaula de metal y usando la cama como escalera colgó la jaula donde Harry ya había dejado un tornillo desde el primer año, se bajó de la cama mirando nervioso al chico.
—Bien, no seré un idiota sobre el asunto. —Harry cruzó sus brazos por debajo de sus pechos—. Quieres follar porque tía Petunia no quiere hacerlo, lo entiendo y acepto que me intriga.
La boca regordeta se abrió en una ligera expresión de sorpresa, no esperaba que Harry luciera tan tranquilo ante eso. Harry necesitaba experiencia, después de todo no podría seducir a un señor Oscuro siendo un virginal.
>>Pero necesito respeto, soy una dama para ti y me tratarás como tal. —Harry sonrió travieso— o al menos las primeras veces. Espero que Dudley detenga su Hunter Harry's y tendré cero tolerancia al maltrato ahora, el dinero de mi padrino pagará los gastos de mi estancia aquí. ¿Trato?.
Era obvio que había una jodida desconfianza en los ojos pequeños del hombre con sobrepeso —ya no tan obeso—, no había explicación en su cabeza de cómo Harry siendo una joven tan hermosa estuviera dispuesta. ¿O era dispuesto? Todo era una mierda complicada.
—¿Quieres decir que tendrás sexo voluntariamente conmigo? —Se burló básicamente de si mismo—. ¿Qué tramas, niño?
Harry sonrió y alzó sus hombros, caminó a su tío moviendo sus caderas levemente, no mucho para verse estúpido pero tampoco poco para verse insípido.
—Llámalo hormonas adolescentes o hambre sobre lo prohibido, no me importa. —Harry rodeó el cuello grueso del hombre—. Sólo te pediré una cosa a cambio.
—¿Qué? —Tragó saliva—.
—Correte tanto como puedas dentro de mi. —ronroneo en un beso a su mejilla—.
Tan rápido como Harry terminó de decir las palabras Vernon le dió la vuelta para que estuviera mirando a la pared, tomó su pequeña cintura con fuerza haciendo gemir al chico levemente.
Recargó su polla por encima del trasero del niño restregandola entre los grandes globos, Harry se sonrojo y se inclinó un poco dando mejor acceso poniendo una mano sobre la pared gris de su cuarto y la otra dirigió la polla de su tío más abajo para que el miembro jugará con su parte sensible como había aprendido en su primer celo.
Dursley mejoró la acción restregando su pene desde el inicio de su coño hasta el final de su trasero haciendo gimotear apreciativamente al chico que intentaba callar sus sonidos sin éxito, los pequeños shorts ajustados de esa tela en particular hacía suave la fricción a pesar de que su tío tuviera un áspero pantalón de mezclilla y a Harry le gustaba cómo se sentía.
Los tirantes de su blusa comenzaron a caer por sus hombros por el empuje dejando a la vista los hombros bronceados, una de las manos del hombre mayor se coló por su abdomen suave y plano hasta una de sus tetas sobre el brasier, Vernon gimió de lo esponjosas y grandes que eran, empujó con dureza contra el coño de Harry que se mojó rápidamente empapando sus bragas hasta mojar levemente sus shorts negros. El rosado de sus mejillas aumentaron al sentir la extraña sensación de lubricar.
—Te has puesto tan mojado, Harry. —El hombre con sobrepeso se inclinó sobre el ojiverde—. ¿Te excita tanto el tener a tu tío tocándote así?
Hubo un gemido ahogado de los dulces labios del niño y con la mano libre el Omega se sostuvo de su antebrazo, sus caderas se movieron hacia Vernon en movimientos torpes y pausados, éste se rió encantado de lo receptivo que era el niño.
—Así es como mi género debe ser. —Contestó jadeando. El hombre pasó su mano por debajo del brasier del chico acariciando su suavidad—. Oh, Dios. Dispuesto a su polla, señor.
Dursley lamió el cuello del chico tarareando y siguió besando hasta llegar a la glándula de olor provocando un gemido más fuerte pero sin llegar a ser alarmante para su tía que estaba abajo en la cocina.
El hombre estaba demasiado excitado ante la situación de su sobrino abriéndose a él de esa forma y sabía que no duraría tanto pero no se preocupaba, el niño era virgen, se notaba por los tímidos y experimentales movimientos así que sólo tenía que estimular sus lugares más sensibles y pronto habría una mancha blanca en la pared gris.
Harry suspiró con el rostro ardiendo, la habitación estaba cada vez más caliente, la sensación de que en cualquier momento Petunia subiría por esas escaleras y los atraparía hacía palpitar su mojado coño. El chico gimió cuando Vernon puso entre sus dedos su pezón y lo apretó. Potter no sabía que las sensaciones de su cuello y pecho siendo tocados así le gustaría tanto, casi se sentía adicto al sentimiento.
Vernon pasó su otra mano por el abdomen delgado yendo al sur, sus dedos quitaron el botón estorboso y metió su mano dentro tocando la rígida polla que estaba apresada, el alivio que se escuchó de Potter fue delicioso e hizo que el hombre mordiera la glándula aromática. Harry lloriqueo bellamente ante la sensación abrumadora.
—Oh, oh, se siente bien. —El niño sentía como su cuerpo temblaba y sus manos estaban ambas en la pared agarrando estabilidad—. Por favor, ah, no pares.
Dursley succiono jugando con sus manos, la mano izquierda estaba agarrando el pecho mientras sus dedos tiraban del pezón sensible y la mano derecha había rodeado la polla sacándola del short y masturbando como solo un hombre sabía hacerlo: con rudeza y precisión.
Harry movió las caderas al compás de sus pequeños y dulces gemidos, los empujes de Vernon solo iban directo a la vulva de Harry haciendo que el jugo oliendo levemente a chicle le empapara también la punta del pantalón de Vernon.
—Oh, qué buen chico eres. —Gimió sobre la pequeña oreja sonrosada del Omega—. Tan bonito siendo receptivo Harry, mancharé esos pequeños shorts tuyos para marcarte, así nadie querrá tocarte más que yo por estar tan manchado de semen.
Vernon no sabía que esas palabras calaría en los puros instintos del chico acercando su orgasmo aún más, el sollozo necesitado sorprendió al hombre pero aún más la avalancha de líquido sobre la mayoría del frente de su pantalón lubricando sus movimientos, el hombre rápidamente sacó su polla con la mano que estaba en el pene del chico y tan rápido como la liberó hizo que el chico cerrara las piernas metiendo entre ellas su falo necesitado de fricción.
El hombre regresó su mano al pene pequeño Omega y embistió entre las piernas viscosas del chico pasando su polla entre las bolas aprisionadas por la tela haciendo de la mente del chico una pantalla en blanco. Harry se arqueo y se mordió el labio inferior, movió su cabeza sumisamente hacia un lado ronroneando.
—No duraré mucho. —Gimió Vernon—. Pero sé que tú tampoco.
Los lloriqueos no aumentaron por miedo a ser escuchado pero los golpes de el grande cuerpo contra el pequeño propio hacían temblar mucho a Harry, no pasó mucho después de que toda aquella estimulación asentara una sensación en su vientre y ésta explotara por todo su cuerpo estremeciendo y poniendo sus pelos de punta, se mordió el labio con más fuerza soltando un chillido algo alto.
—Oh...Mmm. —Articuló el Omega en medio del orgasmo—.
Vernon recibió toda la corrida en su mano, siguió bombeando sacando toda gota del chico al vaivén de sus embestidas y de repente su polla estaba palpitando, se separó y apuntó la primera línea de corrida en el coño del niño, la segunda en el trasero y la tercera y más gruesa en la espalda baja por debajo de la camisa.
Harry tembló ante la cálida viscosidad en su espalda, se sentía tan sucio e incorrecto que nublaba el sentido del chico. El sentimiento latía debajo de su piel haciendo eso más satisfactorio, jadeó levemente al perder la fuerza en las piernas.
Con cuidado cayeron al piso, el chico más desparramado que el adulto, era su primer orgasmo provocado por alguien más después de todo, se relamió los labios guardando la sensación en su mente mientras el hombre se puso de pie guardando su pene en sus pantalones mojados, sacudió la cabellera del chico y fue hacia la puerta.
—Yo iré a distraer a Petunia, cámbiate y arréglate antes de que Dudley llegue para cenar.
— Si, señor.
Y salió dejando a Harry jadeante.
Harry salió de la ducha con una toalla alrededor de sus pechos, caminó hasta su cuarto para abrir su baúl preguntándose qué usar para la cena. Acomodó grandes cantidades de ropa sobre su cama para escoger un conjunto lindo y simple, después de todo solo cenaría con su "familia".
Una gargantilla negra adornaba su cuello, así escondía las marcas que Vernon le había dejado. Tenía una blusa de manga larga con los hombros al descubierto, los tirantes estaban sujetos en la hendidura entre su hombro y su cuello dando una apariencia adorable, era negra con rayas horizontales rosa fucsia, ésta le llegaba un poco por debajo de las caderas. Harry también se había puesto una falda a cuadros de los colores de la blusa y le llegaba cuatro dedos arriba de la mitad de su muslo. Usaba unas medias del mismo diseño de la blusa hasta la mitad del muslo y unas botas negras hasta la mitad de las pantorrillas.
Con un pasador para detener su cabello y no cayera sobre su cara salió del cuarto, las ondas del color azabache llegaban hasta sus glúteos luciendo brillante y bello. Bajó las escaleras, llegando al comedor se topó con el cuerpo grueso pero ya nada robusto de su primo, había secuelas de tanto tiempo con malos hábitos alimenticios así que el cuerpo era ancho pero con músculos formados.
—Hola, Dudley. —Harry le sonrió caminando hacia el asiento que recién le dieron—. Te sienta bien el boxeo, por cierto.
Harry miró el rubor en las mejillas grandes de su primo antes de sentarse cruzando sus piernas, Petunia servía algo que claramente no se nivelaba con su cocina provocando una satisfacción dentro de su estómago.
—Duddy, cariño. ¿Cómo estuvo tu día? —La mujer le ofreció un plato de carne, verduras y una porción de puré—. ¿Te divertiste?
—M-Mucho. —Dice el chico aún mirando al azabache, luego se sentó a su lado tomando el tenedor—. Lo mismo de siempre.
La mujer sirvió a su esposo más verduras que a su hijo, con carne a un lado y sin puré, el hombre no mencionó ese hecho pues aún estaba muy relajado de lo pasado una hora atrás, a Harry le sirvieron tanto como a Dudley.
—Gracias, umm, yo sigo una dieta diferente, mi metabolismo es tan rápido que casi como el quíntuple de esto. —Harry comentó—. Cosas Omega que comentaron en la enfermería escolar. Por lo mismo mi padrino envió suficiente dinero para que hubiera comida más que suficiente.
La mujer apretó sus labios en una línea severa y Harry casi podría escuchar una diatriba fantasma sobre lo malagradecido que era y que debía ponerse en lugar de Dudley que estaba en un régimen pero con la mención de su padrino ella se calló.
—¿Omega? —Preguntó su primo—.
—Razón por la cual parezco modelo de revista, Gran D. —Harry guiñó un ojo haciendo ruborizar de nuevo al niño—.
Lo demás en la cena fueron comentarios cotidianos cómo cuándo Harry acostumbraba a comer desde la barra, no hubo mucho en realidad, solo pequeños reojos de su tío y las miradas directas de Dudley algo apantallado por Harry.
—Mañana Audrey me invitó de compras toda la tarde así que tendrás que conseguir algo de comer de afuera.
La mujer dijo en una voz que retaba a que el hombre hiciera un espectáculo por eso pero solo soltó un leve murmullo.
—Claro, querida. —dijo tras comer un brócoli—.
—Piers y Gordon están planeando ir a las albercas de la ciudad. —Mencionó el joven Muggle—. Me invitaron hoy, así que tampoco me esperen hasta tarde.
Tras eso Harry miró a Vernon y Vernon a Harry, el sentimiento que compartían era la complicidad, sabiendo que al día siguiente habría mucha diversión.
Harry salió del baño con una blusa de tirantes y un shorts corto de seda color rosa, sus pies tenían un par de pantunflas de conejo —que había encontrado en la tienda de ropa tipo Muggle— de un color tan blanco como la nieve.
Caminó un poco para llegar a su habitación dejando la puerta entreabierta como una especie de invitación a su tío que estaba 75% seguro que iría esa noche, apagó la luz caminando a su cama.
El muchacho dejó la caja de sus lentes de contacto a un lado y él se acostó debajo de sus cobijas, una adición de Vernon mientras él se duchaba, bueno, esto no estaba tan mal, Harry no sabía porque lo había asustado al inicio pues lo que había pasado horas atrás antes de la cena fue muy bueno, incluso con un Muggle.
Suspiró cerrando los ojos, sabía que no dormiría, al menos no en ese momento pero dormitar se escuchaba igual de bueno, se giró quedando boca abajo con una mano metida debajo de la almohada, el movimiento de Hedwig en su jaula lo sobresaltó pero siguió con los ojos cerrados.
La puerta fue abierta lentamente y cerrada igual, supuso que el hombre le puso candado y escuchó los pesados pies del hombre, hoy perdería su virginidad y estaba ansioso, respiró hondo girándose boca arriba abriendo los ojos, el hombre de bigote lo vio y Harry levantó las cobijas invitándolo.
Si el hombre era honesto consigo mismo estaba muy nervioso, no sabía por qué el niño cambió su comportamiento asustado del verano pasado a esto y le excitaba que el mago estuviera tan dispuesto con él. Vernon se metió debajo de las cobijas sobre Harry quien abrió sus piernas dejando al hombre entre ellas.
Harry sintió como el grande cuerpo lo aprisionaba contra la cama, desde la dieta el hombre bajo unos sesenta kilos pero aún estaba algo gordo, el hombre estaba más gordo que Dudley y a comparación del pequeño Harry de no más de 1.59 del 1.70 del hombre mayor, eran como un ratón y un gato.
Su tío se inclinó frotando su polla dura contra el miembro de Harry también duro y le sacó un gemido agudo muy avergonzado, miró hacia la puerta con un rubor adorable en sus mejillas.
—E-Espera, ¿Y si nos escuchan? —Harry preguntó por fin— Podemos esperar a mañana que estaremos solos.
Harry volvió sus ojos al mayor, extendió una mano por el cuello del Muggle y la otra la colocó contra su pecho, con deseo alzó sus caderas contradiciendo sus propias palabras, era obvio que Harry no quería detenerse y Vernon tampoco, el hombre no había follado con su esposa desde hace más de dos años y Harry estaba ansioso por aprender para entretener a su futuro esposo.
—Petunia se droga con pastillas para dormir. —Susurró sobre el rostro dulce del niño sonrojado besando su mejilla—. Dudley se pone audífonos para dormir, no escucharán pero los vecinos lo harían si gritas muy fuerte.
—Entiendo. —Harry aceleró los movimientos de sus caderas inclinando su cabeza dejando ver su cuello y Vernon regresó los empujes—. Oh... sólo, recuerda que soy nuevo en esto.
El hombre asintió acercándose a la boca de Harry que abrió sus labios expectante, besó al chico más rudo de lo que el niño esperaba pero no se podía quejar, sabía cómo su tío era: apresurado e impaciente y eso no cambiaría.
Cuando sus lenguas se entrelazaron con dureza Harry arqueó su espalda, con las manos rodeó el cuello grueso y Vernon folló contra el pene de Harry robando gemidos pausados.
El hombre separó sus labios pero no dejó de besar a Harry pasando al cuello del niño, una de las grandes manos de Vernon fueron a su cadera subiendo por su suave y firme abdomen acariciando hasta uno de sus pechos donde apretó con firmeza mientras los dedos jugaban con el pequeño pezón puntiagudo.
Harry tomó la cabeza Muggle hacia su glándula aromática, ahí Vernon maltrató con sus dientes dejando un par de marcas moradas y Harry lubricó de nuevo entre sus estremecimientos.
—Si, si. Más. —La mano del pecho lo soltó para subir la blusa hasta debajo de las axilas de Harry, dejando ver las tetas de un color caramelo y pezones rosados—. Oh, mmm.
—Son tan bonitos. —Vernon cambió sus labios a la punta de un pezón lamiendo aquel botón erecto—. Mucho mejor que Petunia, eres tan suave y dispuesto, joder.
Sus labios absorbieron el botón rodeando hasta la piel acaramelada y dentro su lengua se movió alrededor de la areola de color, con la mano que subió la blusa se sostuvo en la cama al costado de las costillas de Harry para no caer sobre él y con su otra mano viajó hasta la pelvis del niño yendo por debajo de la tela ignorando el pene duramente necesitado para ir al coño que no había tocado directamente antes, acarició suavemente por encima de la entrada con tres dedos que solo la rosaban esparciendo el líquido sobre los labios externos durante un rato hasta que el líquido fue cayendo hasta irse por en medio de sus mejillas uniéndose al líquido de su ano.
Lento fue metiendo un dedo que no batalló al entrar y el chico tan receptivo soltó un maullido tan adorable como el primero.
—S-Se siente raro. —Jadeó el ojiverde y Vernon comenzó a mover el dígito—. Pero raro bien.
El hombre río en la succión dejando entrar un segundo dedo a la entrada que estaba lubricando tanto como en la tarde, Harry sostuvo con fuerza el cabello corto del hombre moviendo sus caderas encontrándose con el nudillo final de ambos dedos gruesos en gemidos necesitados, los dedos de Vernon se abrieron en tijeras y torcieron en un punto que lo hizo sollozar.
—Oh por Mer-... —Vernon maltrató esa parte con sus dedos—. ¡Si, ah, oh!
El hombre se separó del chico abruptamente dejándolo jadeante y necesitado, el pijama de Harry estaba hecho un desastre con sus jugos, sus labios regordetes estaban hinchados al igual que sus pezones, su rostro estaba sonrojado y los ojos verdes vidriosos. Harry estaba abriendo las piernas de forma lasciva sabiendo que seguía.
Bajó los pantalones cortos de Harry hasta eliminarlos al piso, deslizó su misma pijama hacia abajo con facilidad dejando ver su polla de unos buenos dieciocho centímetros, grande para un Muggle como él, era de siete centímetros de diámetro y estaba llena de venas en diferentes direcciones, la cabeza de su polla estaba morada y en la punta había una gota pequeña de lubricante propio.
Harry ansioso abrió sus piernas fuertes dejando ver su polla de un color algo más intenso que rosa suave y con el prepucio arriba demostrando aún más lo virgen que era, las pequeñas bolas de decoración que lucían el mismo color que su mástil y por último un coño mojado, hinchado, maltratado y muy dispuesto.
Vernon extendió sus manos, abrió los labios externos del chico y dejó salir un hilo generoso de lubricación, se relamió los labios mirando lo fértil y receptivo que se miraba, tan pronto como el pensamiento llegó recordó la falta de condones en la casa.
—No tengo condones. —Murmuró y Harry casi se reía de lo decepcionado que el hombre sonaba—.
—¿Y? —Vernon parpadeo hacia él— No esperaba que los usaras, te lo dije. —Harry acarició las caderas del hombre con un pie, y avergonzado terminó por decir—. Quiero que te corras tanto como puedas dentro de mi.
—¿No quedarías embarazado? —el hombre tragó saliva ansioso y frotó su polla contra el mojado agujero—. ¿qué tal si te contagio una enfermedad por aquí?
—Un Muggle no me puede embarazar, aunque tomé mis anticonceptivos. —Harry gimió por el contacto piel a piel del miembro con su coño—. Los magos no contraemos enfermedades de transmisión sexual.
Vernon hizo un sonido comprometido y se deslizó dentro sin avisar, Harry soltó un gemido tan agudo como para despertar a cualquiera dentro de la casa, sintió como su himen se estiraba con rapidez hasta romperse, hubo claro dolor provocando lágrimas cayendo por sus mejillas, Vernon acarició su polla y un pezón para distraerlo, era un intento dulce de que Harry tomara su tiempo pero era obvio que el hombre había sido un bruto al entrar así.
—Estás tan apretada, princesa. —Vernon puso las piernas del niño por sus hombros y lo alzó con las manos en la cintura penetrando con suavidad—. Apretándome tan bien en tu coño, tan perfecta.
Harry decidió que si le hablaban como una niña no le molestaba, lo halagaba y le gustaba, el chico se relamió los labios gimiendo ante las embestidas lentas pues tenían que tomárselo con calma, y sí Vernon quería volver a follar este coño tendría que darle una razón por volver a su polla. Pronto el coño de Harry volvió a palpitar ya que la punta redonda había estado dando en un punto de placer y eso había hecho que el cuerpo pequeño volviera a excitarse.
—Oh Dios, tío Vernon, más. —el gemido suplicado del niño hizo sus movimientos más rápidos pero sin rudeza, Harry arqueó su espalda y su interior palpitó agradecido—. Se siente tan bien.
Harry se sostuvo de las cobijas y movió como pudo contra las deliciosas embestidas que el hombre que odió desde pequeño le daba, era retorcido y estaba jodidamente mal pero aún así Harry amaba la sensación. Cerró los ojos inclinando su cabeza hacia atrás y soltando gemido tras gemido.
—¿Quieres ser llenada de leche, princesa? —Harry gimoteo asintiendo—. Tan sucia y necesitada de semen, mi niña.
Las contracciones estaban teniendo factura en el Muggle pues sabía desde que al hombre se le salió llamarlo como fémina hace unos momentos que a Harry no le disgustaba en absoluto sino que eso encendió aún más el ambiente. Vernon continuó empujando con más dureza que antes, Harry recibió todo lo que le ofreció con la mente en otro lugar que no era con los pies en la tierra.
—Si, si, quiero. —Los ojos rodaron a su cabeza y sintió la electricidad por su cuerpo—. Joder, creo que voy ¡a-ah!
Vernon aumentó sus embestidas —que resonaron por la habitación— y con una mano masturbó el miembro abandonado del chico. El chillido extasiado del orgasmo resonó posiblemente hasta afuera de su casa y las líneas blancas de semen cayeron por el abdomen y pechos del chico, Vernon no tardó mucho ya que las paredes atraparon su polla y la encerraron con alevosía y hambre de su semilla.
—Y-ya voy a... joder, Harry. —Vernon se enterró en lo más profundo y se dejó caer un poco sosteniéndose de sus antebrazos besando al chico lánguido sobre la cama—. Mierda, te sientes tan bien, niño.
Harry solo soltó un par de gemidos para quedar inconsciente, Vernon sonrió autosuficiente de ese dato y salió del chico solo mirando como su corrida salía de la abertura combinado con gotas de sangre, era normal al perder la virginidad así que no se preocupó mucho, le puso los shorts y le colocó la blusa como debía, lo tapó y besó su cabeza saliendo de la habitación.
Notes:
Por favor, comenten que les pareció.
Chapter 10: IX. Grave Error.
Summary:
Vernon se pasa de la raya.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Después de la primera vez, Harry y Vernon tuvieron sexo muy seguido, aunque el tío de Harry trabajara y casi estuviera agotado siempre había un acostón antes de dormir o simplemente en un lugar en la casa cuando era fin de semana.
Un día entre esos días cuando tía Petunia no estaba en casa, Harry decidió cocinar algo para Vernon y él ya que sabía que Dudley no volvería hasta la madrugada, Harry sacó las verduras del refrigerador y la carne del congelador, dejó la carne derretirse en agua caliente mientras picaba y preparaba las verduras. Dejó cosiendo dos pares de papás en una olla también, haciendo la casa terriblemente caliente así que decidió prender el aire acondicionado.
Aunque no saliera en absoluto a Harry siempre le gustó el vestirse lindo, ya fuera para estar estudiando, afuera bajo el sol o simplemente viendo el televisor. Harry siempre vestía adorablemente. Esa vez Harry llevaba una blusa blanca de tirantes y un volante* en la parte debajo de los hombros cruzando por su pecho de lado a lado, estaba fajada debajo de una falda rosada con un moño en la parte del cinturón como decoración que le llegaba cuatro dedos arriba de la mitad de su muslo y un par de medias que llegaban dos dedos debajo de la mitad de su muslo. Por último unos lindos zapatos de piso blancos con una lirio arriba del empeine.
Harry se sentía lindo y confortado por su forma de vestir, suspiró a gusto terminando de picar las verduras, observando cómo estaban hirviendo las papas las apagó y las pasó a agua fría, a la carne le cambio su agua a otra vez caliente. Bajo el agua fría Harry comenzó a pelar las papas alegremente, había algo que siempre había disfrutado hacer y eso era cocinar, sin presiones claro.
Después de un rato las papas estaban peladas y fueron trituradas por la máquina para hacer bebidas de su tía. Cuando la carne estuvo descongelada la picó en cuadritos y la comenzó a cocinar en el sartén; con otro sartén también cocinó la papa hecha puré y le echó leche, pimienta, sal, sal de ajo y nueces dejando que hierva en fuego bajo.
Se escuchó la puerta de la casa, Harry estaba tarareando una canción que estaban reproduciendo en la radio, movió la carne echando sal dejándola al vapor un momento mientras veía el puré de papa que ya estaba en su punto así que lo apagó, volvió a la carne y echó las verduras encima cuando sintió las manos del adulto sobre su diminuta cintura y todo su cuerpo sobre el suyo.
—Hola, cariño. —Murmuró en el oído de Harry haciendo que su columna vertebral se retorciera—. ¿Haciéndome de comer, eh?
Una de las cosas que Vernon acostumbraba después del primer acostón fue decirle muchos apodos cariñosos como ese aunque Harry sabía que no lo eran en absoluto, incluso si lo fueran al azabache no le importaba ya que él pertenecía al señor Oscuro y solo a él, Harry suspiró ante la idea de solo correr hacia su base y entregar su cuerpo pero no, debía prepararse y ser listo para sobrevivir a su próximo amante.
—Hey. —Harry volteó y le dió un beso en los labios—. Y no, me cocinaba pero supe que Petunia no sabe cocinar y me apiadé de ti.
—¿Así que es eso? —Las manos vagaron hacia las suaves piernas acariciando la piel desnuda para subir hasta su entrepierna—. Veo que alguien quiere ser travieso hoy.
Harry sabía a qué se refería, él no había usado ropa interior, lo hizo no por seducirlo, las últimas veces Vernon no se los quitaba y los hacía un lado estirándolos, lo cual desagradaba a Harry.
—Si, tío. —Harry mintió con sus mejillas sonrosadas—. Era sorpresa para cuando comiera en tu regazo.
Hubo un sonido ahogado de la garganta del hombre, desde que habían tenido sexo Harry fue aprendiendo más y más de como tocar puntos débiles del hombre, aunque aún era vergonzoso en su mayoría ya que era inexperto de cierto modo, ya no lo era tanto como antes y podía fingir lucir tímido pues eso le gustaba mucho a Vernon. Harry se reiría de él si pensaba que el mago era así.
Vernon guío sus dedos de una mano a la boca de Harry, el muchacho entendió abriéndolos dejando a los dedos jugar con su boca. La otra mano del hombre fue al pecho sin brasier y sus labios directo a la nuca del chico, hubieron gimoteos de Harry, no era inmune a las caricias del hombre, lo sabía muy bien pero no es que le importara mucho ya que de eso se trataba todo el asunto con Vernon: dejarse llevar y aprender.
Vernon sacó los dedos de la boca de Harry y con la saliva lubricó por fuera de los labios externos y metió un dedo apresurado, ya habían tenido este tipo de sexo y por lo regular era bueno pero no tanto como si estuviera húmedo del todo, aunque la falta de lubricación le da un toque áspero que a Harry le gustaba.
Harry arqueó su espalda revisando la comida que hervía y batió gimiendo al sentir la cabeza dura de la polla de su tío sobre su coño, volvió a tapar y lo dejó en fuego bajo moviéndose hacia la barra abriendo sus piernas y extendiendo su trasero hacia arriba. El hombre embistió rápido pero suave, una de las cosas que Harry descubrió de Vernon es que él disfrutaba del sexo suave y no de la rudeza como podría ser la mayoría de hombres.
—Dios. —Exhaló el hombre—. Tan apretada, cielo. Estaba tan estresado por el trabajo y tú vienes a darme tu hermosa sorpresa, eres tan perfecta.
Harry gimoteo sintiendo como el hombre se movía suavemente primero y luego la rapidez fue aumentando poco a poco, como de costumbre, Vernon mordisqueo el lugar donde a Harry le gustaba más: su glándula de olor.
—Entonces... —Harry gimió—. Descarga todo tu estrés en mi.
Vernon relamió sus labios sobre el cuello de Harry y desfajó la blusa metiendo una mano en la suave cintura y la otra sobre su pecho erizado con un dedo sobre el pezón acariciando. Las embestidas dieron a puntos agradables dentro de Harry volviendo sus piernas cada vez más débiles.
Vernon se movió un poco hacia su ombligo encontrando el punto de gloria del chico quién movió sus caderas para encontrarse con el hombre. Dursley soltó el pecho y cuello dejando a Harry inclinarse sobre la barra, el Omega tenía los ojos tan húmedos como sus labios, sus manos enroscadas en fuertes puños y sus pies de puntitas recibiendo las embestidas del mayor.
Sus paredes abrazaron con hambre la polla de su tío como un dulce de Honeydukes, Harry sentía apretarse involuntariamente por placer y eso le gustaba ya que eso le daba un plus a ambos.
Las manos del Muggle bajaron hasta los globos del chico acariciandolos con reverencia moviéndose. Era sorprendentemente amable siempre que lo follaba y se preguntó si hubiera sido así si él siguiera siendo completamente hombre.
—Oh, princesa. —Las embestidas fueron levemente duras ahora y eran muy erráticas—. Dejaré salir todo el estrés para tu lindo coño.
Harry gimoteo terriblemente, su cuerpo se electrificó así que supo que él también se acercaba, el hombre se inclinó sobre su cuerpo embistiendo, volteó el rostro bronceado del niño y lo besó hundiendose más y más hasta terminar dentro del chico quién estuvo cerca pero no se corrió, sentía como el hombre lo rellenaba y Vernon lo volteó para sentarlo sobre la barra y empujó de nuevo, está vez capturando entre sus labios el rosado pezón.
—Oh... —Vernon nunca daba una segunda ronda, era algo nuevo, tal vez su día si había sido una mierda—. Si, ahí. Me gusta ahí.
A pesar de disfrutarlo, Harry jamás rogó, le dió indicaciones de que le gustaba y que no pero suplicar a un Muggle jamás estuvo en su vocabulario, le daban igual pero no los veía igual a él ya que Harry sabía dentro de su núcleo que él era mejor.
Los dientes del hombre rasparon ligeramente el pezón para luego lamer alrededor del mismo moviendo sus caderas, Harry envolvió al hombre con sus piernas y brazos sintiendo como se hundía más, echó su cabeza hacia atrás sintiendo su cuerpo vibrar de nuevo, los chillidos de Harry se hicieron más y más agudos, sus ojos rodaron hacia atrás y sus mejillas estaban rojas
>>¡Si, ah! —sollozó el muchacho—. ¡Voy a...!
El líquido caliente atravesó por sus abdómenes manchando sus ropas, ésta vez su gemido fue silencioso, Vernon se separó dejando al chico recostado sobre la pared de la cocina y se masturbó hacia él.
—Agachate y abre la boca. —Ordenó y Harry lo hizo—.
El muchacho sintió los largos chorros calientes sobre su cara y relamió sus labios probando el semen por primera vez, decidió que no sabía terrible. Sonriendo hacia el hombre se bajó de la encimera con las piernas fallando al principio.
—Si no te importa, Vernon. Iré a ducharme. —Harry apagó el fuego—. Y estás invitado.
Otro día de esos fue cuando Petunia estaba en casa y Dudley había ido a su entrenamiento de box, ella estaba en la cocina haciendo la cena cuando Harry miró a su tío muy cómodo en el sillón.
El muy bastardo se había atrevido a decirle que Harry no podía provocarlo cuando Petunia estaba frente a él o dentro de la casa sin sus medicamentos, claro que el azabache solo lo miraba con los brazos cruzados. Eso había sido ayer.
Al día siguiente, es decir, hoy, Harry vestía un erótico top —ya que no llevaba brasier— negro de cuero que llegaba hasta su primera costilla, estaba sostenido por su cuello pero con los hombros descubiertos, una falda de la misma altura que las demás de color guinda y las medias negras que acostumbra usar sin zapatos.
También, antes de bajar las escaleras —y asegurarse que Dudley estuviera en su entrenamiento como había previsto— Harry había estado un par de momentos en su cuarto tocándose, pensando en el Alpha Tom Riddle del diario en diversas situaciones y en otras con su versión más sádica de Voldemort, dónde sin querer pero nada inesperado terminó sobre sus mantas.
Ahora mientras Harry lo observaba con malicia se había sentado sobre su regazo, el hombre parpadeó con irritación y sorpresa al muchacho que le miró inocentemente.
—¿Qué haces? Te dije que no, Petunia está en casa. —Reprendió—.
Se inclinó sobre su oreja y susurró—. Tengo muchas ganas, tío. ¿Te puedo montar aquí?
—Niño, en serio. —El chico sonrió apoyando sus claros pechos sueltos sobre su pecho amplio—. Joder.
Vernon miró de reojo atrás viendo a su esposa que seguía en la cocina intentando hacer funcionar su horno, Harry no estaba pidiendo permiso realmente, solo lo estaba provocando para lograr la erección del mayor, aunque con esa ropa —que a propósito llevó todo el día— ya era más que suficiente.
Bajó la pijama del hombre con una mirada significativa a sus ojos oscuros, se levantó un poco frotando el miembro contra su húmedo agujero previamente dilatado por pensamientos de su amado y con una sonrisa traviesa se dejó caer abriendo su boca dispuesto a soltar sonidos por la intromisión.
Vernon fue rápido tapando la boca del niño que soltó un gemido complacido a través de la piel pálida del hombre, sus ojos se achinaron en su sonrisa mientras el hombre soltó un suspiró con su cabeza recargada en el sillón, abrió más sus piernas abriendo las de Harry. El Omega sintió como la cabeza del Muggle le llegaba profundamente, no lo habían hecho en esa posición y ciertamente se sentía magnífico.
Se levantó y dejó caer provocando un gruñido resignado del hombre ya que no lo podía quitar de encima sin hacer un espectáculo ni moverse mucho porque eso alertaría a su mujer, Harry lamió la mano sudorosa de su tío que apenas podía controlarse y claramente imaginando cómo matarlo después de haberlo puesto en aquella situación. Harry casi quiso reír.
Las caderas de Harry hicieron cortitos dejando sus manos sobre los hombros anchos y abultados, la flexión en su abdomen se notaba gracias por sus movimientos y era apreciado por Vernon quien pronto se movió también elevando cada vez más a Harry en sus empujes, adoró el atrevimiento del chico, era esa adrenalina que le hacía sentir vivo y joven lo que el hombre buscaba del muchacho que de apoco estaba tomando más y más de él y si no se cuidaba se enamoraría del chico mago, no, seguramente ya lo estaba.
Soltó la boca de Harry para tomar su cintura y embestir, el Omega se mordió el labio inferior soltando quejidos leves, su interior se retorció cuando los dientes de Vernon capturaron su pezón izquierdo sobre la tela de cuero y evitó que un sonido lastimero saliera subiendo hasta que la punta estuviera solo dentro de su cavidad vaginal y devolviendo a todo el miembro a casa de nuevo.
—Joder, Harry. —Gimió ahora recostando su cabeza sobre sus pechos—. Si, cariño. Muévete así.
Vernon rodeó a Harry con sus brazos, lo alzaba y bajaba con cuidado de no hacer el ruido suficiente para alertar a la tía de Harry. El muchacho sintió ambas manos de su tío sobre su trasero sujetándolo con fuerza, toda la falta de control de Vernon estaba saliendo a relucir y follaba su coño con cuidado pero pasionalmente abrumador.
—¿Qué crees que diga tía Petunia si te ve follandome? —Harry murmuró en gemidos—. ¿Qué pensaría de que prefieres a un mágico Omega a una Squib sin magia como ella?
El agarre se hizo más fuerte queriendo que Harry cerrara la boca, ya que el miembro de Vernon se retorcía en la idea cruelmente erótica de la situación dónde su esposa los encontrara y se diera cuenta que si, él prefería ahora el coño firme, caliente y mojado de su sobrino a su agujero áspero, suelto y tibio.
>>¿Qué crees que piense cuando sepa que no ha sido solo una vez? —Harry saltó ahora sobre la polla con emoción, su cuerpo se sentía electrificado desde que lo había montado—. ¿Que dirá si supiera que tú tomaste mi virginidad? Oh por Merlín, puedo imaginarla celosa de mis pechos tan solo.
Harry se burló de su mujer y Vernon no pudo objetar nada porque aunque ella fuera la mujer con la que se casó sabía que el chico que disfrutaba de su polla tenía mucha razón, sintió un escalofrío en la espina dorsal de la señal de la aproximación de su orgasmo.
—Ugh, Harry, te rellenaré tanto. —Hizo una especie de broma a un gruñido animal y embistió sin importarle su esposa—. Oh Dios, Te amo, niño.
Eso subió mucho la satisfacción y autoestima de Harry, lamentablemente el chico no podía —ni quería— corresponderle en absoluto, era solo sexo y siempre lo había sido. Harry gimió sintiendo las últimas embestidas y la mano de Vernon alrededor de su pequeña polla Omega. Se hundió en el pelo desordenado del hombre y gimió derramando su corrida en la grande mano justo poco antes de sentir un goteo en su interior.
Tras eso, Vernon dejó caer su cuerpo de nuevo contra el sillón y Harry sobre el cuerpo del Muggle, la mano callosa acarició la cabellera azabache tranquilizando al chico. Harry se puso recto de nuevo, ésta vez con el cabello hecho un desastre y sus mejillas sonrosadas por el esfuerzo.
—Quiero que quede claro, Vernon. —Harry señaló su dedo contra el gordo pecho—. Te tendré cuando quiera y dónde quiera. No me importa si tú esposa o hijo se enteran, si te quiero te tengo.
El hombre tragó saliva asintiendo y Harry se bajó del regazo caminando hacia las escaleras.
>>Dime cuándo la cena esté lista. —Subió para estudiar más sobre los temas de defensa de su próximo año—.
Vernon no mencionó de nuevo sobre la confesión y Harry no lo haría.
Trabajando en su ensayo de pociones Harry notó que la mayoría del tiempo era ignorado en la casa, siempre había paz para estudiar o simplemente salir si se le apetecía.
Vernon trabajaba bastante así que el chico tenía mucho tiempo libre para repasar sus viejos libros, leer los nuevos e intentar hacer su tarea de verano.
Dudley había sido invitado a una pelea en Los Angeles y solo podía llevar un invitado extra, el matrimonio Dursley había decidido que sería Petunia quien fuera.
Harry sospechaba que Vernon influyó mucho en esa decisión para quedar solos todo un fin de semana, el hombre había salido temprano a trabajar y Harry se encargó de entretenerse mientras tanto.
Petunia y Dudley ya habían arribado su vuelo unas horas antes, así que decidió vestir provocativo para su tío, Harry buscaría aprender mucho más ese fin de semana.
Después de terminar con la conclusión se dió una ducha refrescante, caminó hacia la habitación de sus tíos buscando en el armario del Muggle una de sus camisas, una vez que encontró una blanca de botones que Vernon solía usar mucho se la puso. Se acostó en la cama del lado hundido dónde el hombre obviamente dormía.
Harry se dormiría unas horas antes de que el mayor llegara, podría ser joven y estar en su etapa más hormonal pero el sexo seguía siendo cansado. Se puso debajo de las cobijas y se acostó entre las almohadas de sus tíos disfrutando la suavidad de las sábanas. Después de unos minutos Harry terminó durmiéndose.
Para cuando Vernon había llegado Harry estaba muy dormido, el hombre había mencionado al chico un par de veces sin recibir respuesta, buscó en cada cuarto de la casa incluyendo el patio trasero pero no lo encontraba. Rendido decidió buscar ropa para darse una ducha y fue cuando entró a la habitación que lo miró hecho bolita en la cama con solamente su camisa.
La piel bronceada intercalaba con el blanco perfectamente, pues Harry había quedado boca arriba y la camisa mostraba su hombro, clavículas y parte de su pecho, tan descuidado y relajado. Sabía que su tío no se enojaría por eso ya que —estaba obsesionado con Harry— y los demás no estaban.
El hombre fue a darse una ducha antes de querer hacerle algo al niño quien posiblemente esté soñando con su compañero destinado como la mayoría del verano. Cuando salió solo se puso un boxer y su bata para dormir, consiguió pedir comida italiana a domicilio y tomó unas rosas que sabía que Petunia no notaría que se fueron, agarró el vino escocés que había comprado a espaldas de su esposa y fue directamente a la habitación donde encontró aún dormido al chico.
Repartió los pétalos por la cama y el piso, dejó las dos copas y el vino en la mesa de noche. Se recostó al lado de Harry, éste inconsciente se movió mirando al lado contrario del mayor, Vernon rodeó a su amante de su pequeña cintura con su mano, besando con suavidad el cuello de Harry y acariciando las caderas con sus yemas de los dedos subiendo hasta las costillas.
El chico se removió un poco, era obvio que su sueño había alcanzado una suavidad y el hombre pasó por alto el nombre que Harry soltó de sus labios mientras fruncía las cejas porque si le tomaba importancia le afectaría. El pobre idiota.
—Tom. —Susurró Harry—.
—Vamos, princesa. Debes despertar. —Mordisqueó el cuello ajeno—. Vuelve al planeta de los vivos.
Harry fue cada vez más consciente de la presencia del contrario se quejó pero no se apartó, había estado soñando con su señor Oscuro y que él le llevaba a un lindo lugar una vez que el hombre fuera el ministro. El chico suspiró en su ensueño pero consciente del hombre detrás de él movió sus caderas.
—Hola. —Dijo con voz ronca—. Creo que me quedé dormido en algún momento.
—Lo ví. —Vernon besó su oreja y lamió en los canales de la misma haciendo estremecer al chico—. ¿Tienes hambre? Ordené italiano y aquí tengo un buen vino para nuestro divertido fin de semana.
Harry casi podría reírse del hombre, no había planeado en absoluto esto, Vernon Dursley, el cabrón que odiaba la magia o cualquier cosa fuera de lo normal, enamorado de un mago Omega que podía procrear y se vestía como mujer, era hilarante que si Harry quisiera podría destruir a la familia y plantar mentiras con unos pocos 'te amo, tío Vernon', incluso era satisfactorio pero no lo haría, Harry aún debía volver cada verano y debía ser con Petunia no Vernon. Así que esos planes no estaban dentro del entretenimiento.
Con lo que si podía divertirse un poco es con los sentimientos de este pobre Muggle y aprovecharse de sus atenciones, Harry se dió la vuelta sonriendo dulcemente al mayor, agitó sus pestañas y mordió su labio inferior, extendió una mano a la mejilla regordeta y le dió un beso sencillo a su tío.
—En realidad si, no pensé en que tardarías tanto. —Harry apenado miró hacia abajo con sus mejillas rosadas—. Ni que me encontrarías vistiendo así.
Mentira. Lo había planeado. Pero Vernon no lo sabía, incluso su corazón había palpitado fuerte por esa revelación, sonrió brillante y honesto, el pobre diablillo. Harry se sentó de repente, mirando alrededor con ojos centelleantes, las amadas rosas de Petunia recorrían el cuarto, despedazadas para complacer al amante de su esposo totalmente atontado por un cuerpo más joven y frente a esa escena, la satisfacción reinó en el estómago pequeño. Tomó un pétalo y lo olió.
—Esto es tan... Agradable. —Harry se puso sobre el Muggle—. Eres muy gentil conmigo.
El orgullo se reflejó en los ojos maduros, la ilusión e ingenuidad también se podían ver, el primer amor tal vez, Harry debería odiar jugar con él pero no lo hacía y se dió cuenta de que era porque para él, un Muggle no significaba mucho. Oh Merlín, sonaba como Voldemort y le encantaba.
Con su labio entre sus dientes sonrió aún más ante la idea de que se pareciera a su amor, suspiró y besó al hombre frente a él.
—Lo mejor para mi princesa. —Harry escuchó el timbre—. Creo que llegó la comida, ya vuelvo.
Harry rodó hasta estar sobre su espalda liberando al hombre, no habían mencionado nada sobre la confesión pero el cambio era tremendo, el hombre de solo estar interesado en las necesidades del azabache pasó a la adoración y consentimiento total. Se hundió de nuevo en las mantas y cerró sus ojos escuchando como el hombre maniobraba con algo parecido a una bandeja para usar en cama.
El chico se volvió a sentar esta vez recargado sobre las almohadas, y comenzaron a comer. Vernon le daba de comer en la boca la pasta y Harry succionaba o lamía los dedos del hombre a ratos, provocando que el hombre exhalara. La comida pronto se acabó y Vernon sirvió dos copas de vino, Harry decidió que el sabor no era tan malo, así que se tomó con rapidez la copa rechazando la segunda.
No se pondría ebrio frente al hombre y Merlín no lo quiera autosabotearse, Vernon movió las cosas al piso con cuidado de no romper nada y volteó a mirar a Harry que se había acostado boca arriba ya con una mirada sugerente, el hombre nunca se negaba a esos ojos hambrientos de sexo y esa no era la excepción.
—Creo que esa copa me puso más caliente de lo habitual. —Sugestivo abrió sus piernas—. ¿A ti no?
—Date la vuelta. —Harry obedeció—. Y estoy más caliente que los mil infiernos.
Harry sintió como el hombre levantó sus caderas dejando su espalda arqueada, sus rodillas a la altura de sus caderas y el culo al aire, el Omega abrazó las almohadas que olían a Petunia, soltó una risita burlona ya que pronto olería a él porque planeaba correrse sobre las sábanas.
La humedad de unos dedos rozaron su entrada acariciando por fuera dilatando primero así antes de meter un dedo en dirección del ombligo. Harry se sacudió y gimió, el dedo grueso acarició en círculos cierta área que había descubierto en sus encuentros anteriores, el maullido de Harry aumentó por la rapidez del dedo.
Luego del primero vino el segundo y luego el tercero donde Harry estaba siendo una bola de gemidos, los sonidos lascivos de los jugos de Harry siempre encendían al mayor hasta el punto donde sacaba su polla y se inscrustraba dentro del coño Omega.
>>¿Por qué sigues tan apretada después de tanto que te follo? Joder. —Ese era el punto exacto donde ya no aguantó más—. No importa, solo asegúrate de recibirme bien, niña.
Harry separó más sus piernas, dejó caer su cabeza sobre las almohadas y sus brazos estaban a los costados de su cabeza, preparado para la penetración, Vernon se quitó sus bóxer y bombeó su polla un par de veces alineándola en dirección del agujero dilatado.
Empujó firme y rápido, algo inusual en él, Harry no lo pasó desapercibido pero no dijo nada, sus paredes lo recibieron igual. Vernon se inclinó sobre el muchacho pequeño y posó sus manos sobre las de Harry empujando rápido y profundamente.
—Si, oh, se siente bien. —Vernon se recargó aún más enviando un escalofrío placentero a Harry—. Mierda.
Esa posición era nueva, casi siempre follaban en la posición del misionero o Harry lo montaba, a excepción de la vez de la cocina no habían muchos cambios. Esto era tanto sorpresivo como desconcertante, igual de delicioso pero desconcertante.
—Eres mío. —Ah, ahora sabía el cambio—. Mío y sólo mío.
Las embestidas sino fueron duras si fueron certeras, Potter se retorcía como una cosa necesitada, sus puntos Omega le estaban haciendo una mala jugada y no le agradaba mucho. Vernon agachó aún más su cabeza mordisqueando la nuca de Harry.
—Espera, ah. —Soltó un sollozo—. Estás siendo raro.
Fue ignorado y mordido con más dureza, su cuerpo se estremeció y con lágrimas sintió como su cuerpo tenía un reseteo general provocando un orgasmo abrupto, sin dar señales previas.
Las paredes abrazaron al miembro del Muggle, robando un sonido ronco y dos embestidas duras contra el interior antes de eyacular dentro del coño Omega. Bombeó hasta que no hubo nada más que salir.
—Demonios, perfectamente apretada. —El hombre no se derrumbó sobre él sino salió del chico y se acostó a su lado—. ¿Cariño?
Harry se había sentado con el ceño fruncido, era obvio que algo le molestaba, es más, el chico estaba obviamente furioso, Vernon parpadeó con confusión. ¿Ahora qué hizo?
—Nada de 'cariño'. —Espetó el chico quitándose la camisa de encima y saliendo de la cama—. No te pertenezco, pensé que estaba más que claro que odio que me falten al respeto y no soy un objeto al cuál pertenecer.
—Y-Yo no... —El pánico en los ojos de Vernon se vio claramente—. No era mi intención, princesa.
—Púdrete, Dursley. —Harry salió azotando la puerta—. Ese asqueroso Muggle se atrevió a hacerme esto.
Repugnado susurró caminando al baño a lavarse, no dormiría con el culo lleno de esperma ésta vez, había una regla —no dicha— que no iba dejar que la rompiera, Harry no era suyo, Harry era de su compañero y de nadie más.
Al ver el espejo soltó un suspiro aliviado, no había marcas en su cuello de las que preocuparse, llenó la tina con agua caliente esperando a relajarse y quitarse ésta asquerosa sensación.
Mientras Vernon estaba constipado en su habitación pensando en qué había hecho o dicho mal.
Notes:
Por favor, comenten que les pareció.
Chapter 11: X. Celos y Dudley.
Summary:
Harry domina a Dudley.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Harry ya no necesitaba limpiar, ni hacer quehaceres del hogar así que su tiempo lo usaba para leer los libros escolares del año siguiente, estudiandolos, Vernon lo había llevado al caldero chorreante un día después de convencerlo tras caricias y besos —antes de su pelea— siempre y cuando él se quedara afuera esperando.
Era divertida aquella dinámica, ya que Harry fue lo suficientemente listo como para usar su encanto y cuerpo para conseguir lo que quisiera, ya sea Vernon o Dudley —aunque con él no necesitara acostarse si le coqueteaba de vez en cuando—, la ventaja de estar en una familia sin valores.
Petunia cada día sospechaba más y más que Vernon y Harry se acostaban pero sinceramente no le importaba, ya que ella no lo quería de esa forma y si Vernon se liberaba de su terrible apetito sexual abusando del mocoso pues que lo hiciera. Bueno, ella pensaba que era más un abuso que un ganar ganar, eso le parecía divertido a Harry.
Harry disfrutaba mucho del sexo, ¿Por qué no lo haría? Estaba en su punto en la pubertad cuando más pensaba en esa clase de cosas, aunque estaba seguro que el haber rechazado a tanto Alpha el año pasado había sido certero ya que el azabache sospecha que será muy selectivo con quién se acostaba.
Desde la pelea, Harry no había dirigido más que monosílabos al jefe de familia, realmente odió al hombre por eso y no creía que se le pasaría hasta el verano que seguía.
En ese momento estaban cenando, Dudley había vuelto victorioso con la medalla de primer lugar en el boxeo, había un talento que por fin el chico había desarrollado y que tendría futuro en ello. Vernon a pesar de siempre haber sido alarde de las habilidades de su hijo ahora no le prestó ni una pizca de atención, la pelea había robado la energía e interés en lo demás.
—Felicidades, Duddykins. —Harry posó una mano sobre la de su primo y sonrió—. Eso es un gran triunfo, ¿era nivel senior?
—¿Eh? —El chico se sonrojó—. Oh, sí.
Harry asintió aprobatoriamente siguiendo con su comida y soltó la mano del adolescente, la plática continuó un par de minutos hasta que el teléfono sonó, Petunia fue a contestar pero era a Vernon a quien llamaban.
Harry siguió molestando un poco a su primo, soltó una risita a una estupidez nada graciosa que soltó y sintió la mirada de Vernon en su nuca. 'Toma esto, bastardo.'
Se escuchó un suspiro y el hombre volvió a su visión—. Este fin tengo que ir por negocios a Francia. —Cansado se sentó y restregó sus manos contra su cara—. Me dieron el contrato y tendré un aumento.
—¿Eso es malo? —Confundida preguntó—. Es un aumento, cariño.
—No, no es malo. —Gruñó—. Solo estoy cansado estos días.
Petunia hizo un sonido sin comprometerse mirando de reojo a Harry que había terminado de comer y dejó su plato en el zinc. Suspiró subiendo las escaleras y gritó.
—Tomaré un largo baño, aviso. —Fue por su toalla y se metió al baño—. Al fin tendré un respiro de él.
Los últimos días, en cada minuto que había oportunidad el hombre intentaba disculparse por algo que Harry sabía que Vernon no tenía consciencia y eso lo irritaba más, aunque siempre quedó claro que solo era sexo, eso sí lo dijo.
Después de que el agua llenara la tina, Harry se desvistió y se hundió en el agua perfumada, soltó un suspiro satisfecho y placentero, había sido tedioso y estresante estar cerca del hombre, esperaba que pronto los Weasley vinieran por él, ya no lo aguantaba, era insoportable.
Se enjabonó el cuerpo, hoy había sido un día caluroso y se la había pasado en el parque cercano para no tratar con Vernon y había sido relajante pero no lo suficiente para haber sido arribado al prácticamente entrar, incluso pudo ver lágrimas, lágrimas en los ojos del hombre, recuerda exactamente fruncir su nariz de disgusto y decir.
"Lamento que tú incompetencia te haya hecho pensar que yo sería tuyo, Vernon. Estás casado con mi tía, es decir, eww, no gracias. Además yo estoy comprometido, así que no funciona por el lado sentimental para nosotros, nunca ha sido sobre sentimientos. Te lo dije, llámalo hormonas adolescentes solamente."
Después de eso el hombre había lucido más abatido que la vez anterior y realmente a Harry no le importaba, era su culpa no la del Omega.
Se enjuagó con el agua de la tina, se quedó mirando al techo, disfrutaba estos momentos tranquilos de la ducha donde desde su regreso de ese verano se lo habían permitido, con un suspiro sacudió sus pechos, habían sido muy útiles esas vacaciones al salir, ya que todos pensaban que había ido al extranjero para hacer su cambio y nadie de los vecinos se le acercaba como de costumbre.
Había visto a Dudley con sus amigos a lo lejos cuando iba al parque cercano pero jamás se acercaba a ellos, ellos no lo acosaron nunca, supuso que sus tíos intervinieron para que Dudley parara con su violencia hacia él o Dudley simplemente dejó de molestarlo porque lo veía como mujer.
Era divertido en ambas situaciones, Harry había pasado el verano más entretenido de su vida y todo por su casta, bendita sea Lady Magia. Cruzó las piernas sobre la orilla de la bañera y recargó su cabeza contra el respaldo, también soltó un suspiro abatido.
Extrañaba a su destinado. El final del torneo había sido muy significativo para Harry, había sentido por un momento minúsculo el roce frío y caliente al mismo tiempo de los dedos perfectamente huesudos de su futuro amante, sus ojos penetrantemente rojos se convirtieron a una ira intensa de color zafiro robándole el más pesado de sus jadeos. Tan solo tenerlo por unos pocos segundos fue suficiente para tenerlo obsesionado y adicto a su esencia oscura.
Sus ojos picaban, tan solo quería hundirse en esa caricia que aunque fue hecha para hacerle daño le dio el mejor de los sentimientos de su vida: pertenencia. Suspiró de nuevo, no debía desesperarse, a su tiempo podrá estar con él, por el momento debía concentrarse en buscar una forma de que ningún pelo —se rió por dentro— de Voldemort fuera dañado, él lo protegería dentro de la orden.
Con esa desición en el aire escuchó el sonido de la puerta abriéndose, gimió desesperado que no fuera su tío por que él gritaría, ya lo había hartado. Pero no fue él, Harry de reojo miró los ojos azules brillantes de su primo y no los azules oscuros de su tío. Harry rió un poco, el chico era tan adolescente como él, ¿No?
Harry se puso de pie pisando el tapete para no mojar el piso, dejó que Dudley mirara todo su cuerpo, incluyendo su polla, tomó su toalla y secó sus piernas inclinándose dejando ver tanto su vulva como su ano, fue subiendo hasta secar su abdomen y pechos —agitandolos ligeramente—, secó sus hombros y cuello para enredar la toalla en su cabello. Fue cuando agarró la otra toalla que escuchó el bramido del varón Dursley mayor.
—¡Por el amor de Dios, Dudley. Es tu primo! —Harry se rió del hipócrita—.
Enredó la toalla alrededor de su busto cubriendo su cuerpo hasta solo un par de dedos debajo de los glúteos, agarró su ropa sucia del suelo y salió del baño encontrándose con un Vernon rojo del coraje y un Dudley desconcertado pero avergonzado.
—¿Qué pasó? —Fingió demencia—.
—Este pervertido que veía a través de la puerta, eso pasó. —Gruñó—. ¿Y tú qué haces con esa toalla nada más?
—¿Disculpa? Llevo todo el verano saliendo del baño así, no me habían dicho que tuvieran problemas con eso. —Lo fulminó con la mirada ahora cabreado, sonrió cruel hacia el hombre—.
El color de Vernon se volvió más rojo, ésta vez de vergüenza, había actuado como un colegial celoso y Harry se había dado cuenta. Sabía que Dudley había hecho mal en espiar pero el mayor no debió haber hecho tal escena, por milagro su hijo no era muy listo, Harry caminó hacia su alcoba no muy lejos del baño y se quedó quieto volteando sobre su hombro.
—Además, Dudley está en esa edad, es normal que quiera espiar, aunque no lo hagas. —Miró a los ojos al chico que le miraba el escote y se encogió desviando su mirada—. A las chicas les parece repulsivo.
Se metió al cuarto a ponerse su pijama, ahí que la testosterona se encargara del resto del asunto, el sólo dormiría preguntándose si Dudley era virgen.
El viernes por la mañana cuando Vernon tenía que irse habló con Petunia por sus preocupaciones de que Dudley había espiado a Harry mientras se duchaba y no debía dejarlos solos por nada del mundo, temía lo que pasara.
Petunia vagamente le contestó asegurándole falsamente que ella los supervisaría, ella no iba a interceder para que su amante no le fuera infiel, a su hijo le gustaba el mocoso, ¿Y qué? El chico tenía la culpa por vestir como zorra según su opinión, ya que una 'señorita' debía vestirse apropiadamente, mierdas sexistas arraigadas.
Sin nada más que hacer Vernon se fue con una amenaza hacia su hijo y una mirada en disculpa a Harry ignorada por el mismo. Dudley se había ido a su cuarto tan pronto como Vernon se fue a su viaje y Harry hizo lo mismo yendo directamente a sus libros.
Poco tiempo después Petunia tocó su puerta y entró, lo miró condescendiente, Harry alzó una ceja levantando su postura a una recta, sus piernas estaban cruzadas y su mirada aguda a cualquiera señal de ataque físico.
—Sé que te acuestas con mi esposo. —Ella dijo al fin petulante—. Eww, por cierto.
Harry sonrió de lado, bastante orgulloso de que fuera consciente de su amorío.
—Hey, tú te casaste con él. Yo no. —Se burló—. Sólo me entretuve con él un rato, ya estoy comprometido, después de todo.
—En realidad, no me importa. —Rodó sus ojos—. Tampoco me importa que hagas con Diddykins, honestamente mi bebé necesita que le quiten la virginidad ya.
Harry se rió de eso, por supuesto que la mujer le valdría un comino que Potter sedujera a su hijo, la perra no tenía brújula de moral ni valores en absoluto.
>>Cómo sea, me iré el fin de semana con mis amigas. —Es decir, su amante—. Estás avisado, si le dañas un solo cabello, arrancaré esa sonrisa arrogante de tu cara.
—Petunia, por favor. —Harry relamió sus labios—. Lo menos que quiero es lastimarlo.
La mujer arrugó su cara— Iugh. Adiós.
La mujer azotó la puerta haciendo carcajear al chico, Harry había sospechado que Petunia sabía sobre Vernon y él, más no estaba del todo seguro. Tarareó escuchando la puerta de la casa, se puso de pie yendo a la ventana mirando como una mujer rubia y alta ayudaba a su amiga a subir sus maletas, ambas chillaron de la emoción por algo y se fueron.
Harry bajó las escaleras con el teléfono móvil que se había comprado los días después de llegar aquí hace un mes, se había hecho una cuenta de instagram donde ya contaba con algunos seguidores fieles.
Harry se sentó en un banco alto de la barra cruzando sus piernas, usaba una blusa abierta blanca con líneas cafés, estaba en forma de "V" en la parte superior deslizada hacia un costado solo dejando verse la parte del escote y una clavícula junto a su hombro, un shorts corto color café muy claro que llegaba hasta la cintura en un gran moño enfrente y unos botines cafés oscuro.
Con su móvil tomó la foto de un ángulo desde arriba, dejando ver su cuerpo curvilíneo a la cámara, sonrió con una mano sobre su regazo. Se escucharon las escaleras, Duddley jugaba algo en su celular, bastante entretenido para darse cuenta de que Harry estaba ahí. Fue a la cocina por algo de beber y con una sonrisa maliciosa Harry habló.
—¿Qué juegas? —El chico saltó girándose—.
—¡Dios, Potter! —Se agarró el pecho—. No asustes así.
Harry rió—. Es Harry para ti, Big D.
El muchacho volvió a enrojecer, el celular de Dudley hizo un sonido de que había perdido su partida, soltó un suspiro sirviéndose un vaso de agua. Luciendo muy avergonzado tomó el agua y bajó la cabeza.
—Harry, lamento haber sido desagradable y espiarte. —Murmuró el chico—. Es sólo que no sé qué me pasó.
—No fue desagradable, fue adorable. —Harry vio como su primo parpadeó—. Y se llaman hormonas adolescentes.
El chico se acercó a la barra del otro lado quedando frente a su primo, Harry se mordió el labio inferior inclinándose un poco sobre la barra.
—Pero dijiste... —El niño seguía siendo tímido—. Que era repulsivo.
—Oh. —Harry rió de nuevo—. Bueno, no soy una chica, ¿O si? Lo viste, ¿No? Soy un Omega, Dudley, en el mundo mágico no es sólo hombre y mujer, es más complicado que eso.
Hubo un silencio interrogante, Dudley no sabía exactamente a qué se refería pero su primo era estúpidamente precioso, sus labios rosados y piel bronceada acompañado de esos ojos angelicalmente verdes.
>>Además, creo que he dejado claro que... —Harry tomó la mano de Dudley en una de él—. Que me pareces un chico impresionante.
El joven Dursley tragó saliva, el muchacho frente a él era jodidamente sensual. Sus pestañeos, los ligeros movimientos y las miradas indiscretas, todo aquello le estaba volviendo loco y cada vez le provocaba una erección. El anochecer se reflejaba por la ventana de la cocina.
—¿E-Eso qué significa? —Espetó irritado y caliente—.
—Dime pequeño Diddy. —Harry se burló y el chico enrojeció una tonalidad más—. ¿Eres virgen?
Su respiración se acortó y Harry descruzó sus piernas, llevó su mano a la mejilla de su primo y se estiró a quedar frente a su rostro con mirada claramente sugerente.
—Y-Yo... —Apartó su mirada y Harry sonrió—.
—No hay nada de que avergonzarse, apuesto que no has tenido la oportunidad. —El boxeador negó—. Oh, Diddy bebé, ¿Quieres tenerla?
—¿Qué quieres decir?
Harry no dijo nada, simplemente acortó su distancia y lo besó, el chico contrario inhaló el olor vago a chicle de su primo y Harry introdujo su lengua dentro de la boca de Dudley que se quedó paralizado y estupefacto.
Harry se inclinó más, abrió sus labios como invitación que rápidamente Dudley acudió con ferocidad, tomó el rostro de Harry y se lo bebió. El gemido de Harry resonó por la cocina, sus respiraciones se agitaron y pronto los pantalones de Dudley apretaban. Harry hábilmente se apartó, se sentó para luego pararse caminando a las escaleras.
—Vamos al cuarto. ¿Quieres? —Dudley bobamente lo siguió tomando su mano—. Hoy te haré un hombre, Diddykins.
Harry Potter no era experto, realmente esos comentarios siempre habían sido como burlas más que coqueteo, con Vernon todo había sido fácil en cierto punto y siendo sinceros una cosa llegó a la otra al mismo tiempo que ahorita, solo tenía un sentido de la moda bastante agudo por su constante convivencia con chicos y chicas Omega todo el año. Posiblemente a los Muggle les atraían más los Omega que a los magos. Cómo los Succubus e Inccubus.
Subieron las escaleras con lentitud, Harry los guío a la habitación del boxeador que estaba lleno de videojuegos y ropa por todas partes, también logró ver pañuelos y crema por ahí, no lo mencionó, sólo guío al Muggle sobre la cama y se sentó sobre su regazo. Besó sus labios en un rápido sonido para sonreír.
—¿Has llegado a tercera base alguna vez? —Preguntó el azabache—.
—S-Solo he besado a una chica. —Con raro temor contestó—. Ella no dejó que la tocara más.
Harry hizo un puchero—. Ella se lo pierde. Se siente muy bien, en realidad. Puedes tocarme cuánto quieras, solo tengo dos reglas.
—¿Si? —Dudley lo miró a los ojos y Harry alzó un dedo—.
—Es sólo sexo, nada de sentimientos. —Levantó el segundo dedo—. No digas 'eres mío', me incomoda al máximo. No soy un objeto.
—Entiendo. —Murmuró asintiendo—. Eh, no tengo condones.
Sus mejillas se sonrojaron de nuevo, sus manos se habían pasado sobre su cintura acariciándola, Harry movió un poco sus caderas frotando la obvia erección en el lugar donde estaba su vagina.
—Tranquilo, Diddy Sissy. —Dijo tomando los hombros contrarios en sus manos—. Puedes correrte tanto como quieras, estoy tomando mis anticonceptivos.
El chico parecía cómico, sus ojos se agrandaron—. ¿M-Me dejarás? ¿Dentro?
Harry se puso de pie de nuevo, agarró su blusa del borde y se la quitó sobre la cabeza, dejó el brasier para el muchacho desamarrando el moño de su shorts y bajándolo al piso se quitó las botas quedando de pie frente al muchacho virgen.
—Por supuesto, ¿Cómo llamarías una primera vez buena si ni siquiera puedes venirte como quieres? —Harry se agarró de su cintura y se inclinó mostrando lo grande de sus pechos—. Yo veo aún mucha ropa sobre ti, cariño.
Saltando como un saltamontes salió de la cama quitándose la ropa apresuradamente, primero la camisa salió volando hacia el escritorio y los calcetines del chico se fueron junto a su pantalón. Dudley dudó un poco pero luego se bajó también el boxer, era de un tamaño más grueso que el de su padre, también un par de centímetros más largo, lucía un rojo mojado y la demás piel estaba blanca y sin vello.
—Es que me molesta al caminar. —Susurró avergonzado—.
Harry le sonrió de una forma dulce—Todo un semental. —Ronroneó acercándose hasta que la punta de su nariz concordó con la de Dudley y luego lo de empujó a la cama—. Queriendo follarme desde que me viste, ¿Cierto?
—Joder, si. —Gimió el Muggle—.
Harry con habilidad distrajo al contrario para que no se percatara de que sacó su varita de las bragas, hizo un movimiento ágil y lo sostuvo de la cama de las muñecas.
—Incarcerous. —Se relamió los labios y divertido se montó sobre su pelvis—.
—¿Qué coño? ¡Suéltame! —Gruñó el muchacho y Harry hizo un falso puchero—.
—Pensé que querías follarme. —Movió sus caderas frotando su coño contra la polla de Dudley—. Veo que eres más grande que Papi.
Dudley sin entender sus palabras gimió por la fricción y sus muñecas fueron apretadas más por las cuerdas mágicamente invocadas.
—Si quiero p-pero... —Harry se arqueó posando sus manos sobre el pecho velludo del Muggle—. Oh, Dios.
—¿Pero? —Se inclinó a besar un pezón oscuro del virgen—.
—Solo quiero poder tocarte. —Gimoteo—. Por favor, solo quiero.
Harry se rió de él, la satisfacción de tenerlo a su merced estaba haciendo estragos en su excitación, se preguntaba si podría convertir al rubio en un manojo de nervios si jugara con su entrada trasera, supuso que tal vez lo descubriría luego.
Se levantó un poco, tomó el miembro de Dudley y sin avisar se penetró con él, era ligeramente más grueso que Vernon y una pulgada más de altura. Hubo un gemido nada varonil de Dudley ante la cálida bienvenida de Harry a su polla.
—Listo, eres todo un hombre ahora, Gran D. —Se burló el azabache—.
Los dedos de Harry estaban rozando los duros pezones del hombre debajo de él mientras movió sus caderas hacia adelante y atrás.
—E-Espera, ¡Estás siendo muy rudo! —Otro gemido y otro, junto a la súplica—. Para, por favor, voy a-
—Está bien Diddykins, puedes hacerlo. —Se impulsó de arriba hacia abajo gimiendo, Dudley gimoteo moviendo sus caderas hacia arriba encontrándose con los brincos de su primo—. Vamos, tú puedes.
Un grito ahogado salió de la garganta del Muggle que fácilmente se vino dentro de Harry, el Omega solo sintió las pulsaciones y algo cálido asentarse dentro de él con regocijo. Potter se inclinó a besar al medianamente consciente Dudley metiendo su lengua robando más suspiros y gimoteos por el movimiento de caderas del Omega.
Potter se bajó del miembro de Dudley, se posicionó entre las musculosas piernas, las separó y con su varita volvió a murmurar el hechizo manteniéndolas en el aire. El muchacho que estaba en la pequeña nube del post-orgasmo no se había dado cuenta aún lo que el Omega tenía en mente cuando Harry murmuró un par de hechizos que aprendió gracias a las clases de orientación sexual de Hogwarts.
Dudley había tenido un enema sin siquiera darse cuenta y fue hasta que la sensación húmeda corría entre sus nalgas que volvió en sí y Harry debía distraerlo.
Masajeó la polla con una de sus manos pequeñas, mirando sobre ella con una sonrisa, Dudley se relajó y Harry sin saber muy bien qué hacía lamió los restos del sabor de semen y su mismo sabor a... ¿Cerveza de mantequilla con chicle? Raro.
—Oh joder, Harry. —Gimió agudo el chico—. Si.
Harry lamió la punta para capturarla en sus labios y bajar de a poco, mientras sus dedos iban al agujero goteante debajo de los testículos de Dudley dejando entrar su dedo índice mientras se hundía un poco más usando su lengua.
—Se siente bien. —Harry sonrió en la succión metiendo su dedo hasta el fondo intentando encontrar...—. ¡Oh, Dios! Si, haz eso.
Harry sacudió su cabeza de arriba hacia abajo al mismo tiempo de la estimulación prostática. Dudley estaba siendo maleable en ese sentido y se preguntó si su primo se consideraba bisexual o algo parecido. Después del segundo dedo vino el tercero provocando el segundo orgasmo de Dudley en la noche.
Retiró los dedos y se puso de pie, pensaba usar su habilidad de metacambiare para lograr su cometido. Recordando el tamaño y forma de la polla de Vernon convirtió su pequeño pene en uno del tamaño normal. Se colocó entre las piernas blancas y ahora un poco musculosas para orientar su miembro a la entrada.
—¿Qué? —Murmuró Dudley en la ensoñación y Harry sonrió de nuevo metiéndose de una—. Ow, ¿qué tú, qué carajo?
—Oh, se siente tan bien. —Harry tomó la gruesa cintura en sus manos y embistió—. Ahora nada de ti es virgen, Big D. ¿No estás contento?
Harry penetró hasta lo profundo de Dudley, buscando la inclinación perfecta para poder golpear el lugar y así hacer al joven Muggle adicto a la sensación.
—Duele, sácalo, duele en serio. —Chilló pero Harry sabía que no estaba siendo honesto, la polla de Dudley aún estaba dura y su interior se retorcía como loco—. Por favor, me siento raro, salte.
Los gemidos de Dudley se hacían más y más agudos, el Omega podía decir que el Dursley joven sentía cada movimiento de él, ya había pasado por ello y sabía lo bien y abrumador que era, incluso el placer de ser activo no se comparaba con la otra clase de placer.
—Se siente bien, ¿no? —El chico negó lagrimeando, Harry paró sus embestidas y Dudley lo miró con la respiración entrecortada—. Me detendré entonces. Finite incantatem. Eres libre de apartarme entonces.
Dudley apretó sus labios mirando hacia abajo donde el pequeño cuerpo de Harry está inclinado sobre él, las cuerdas ya no lo lastimaban ni restringían su cuerpo pero ardía dónde lo había agarrado. Se sentó dudoso y extendió su mano para tocar los pechos de Harry.
Potter alzó una ceja divertido haciendo avergonzarse al niño malcriado, movió sus caderas con una sonrisa triunfante mientras Dudley se sostenía con sus brazos por detrás de la espalda. Las piernas que habían caído estuvieron arriba ya que Harry las tomó por detrás de las rodillas.
—H-Harry, Harry me estoy sintiendo raro. —Gimoteo el chico y el Omega sonrió guiñando un ojo—.
—Hay que sentirnos raros juntos, Big D. —Las embestidas aumentaron y Dudley rodó sus ojos dejando caer su cabeza hacia atrás—.
—Oh, Mierda. —El boxeador arqueó su espalda—.
Sin saber qué hacer en específico, Dursley enredó sus piernas alrededor de las caderas de Harry y movió sus caderas, el mago se inclinó hacia el pecho de su primo, mordió y chupó en una parte específicamente pálida robando lamentos de los labios caprichosos.
Las terminaciones nerviosas de Harry se agitaron, una bola de nervios gigantesca se asentó en su estómago y soltó un gemido complacido al sentir las paredes del antiguo virgen frente a él apretarse, fue tan rápido que no se esperó la corriente de placer recorrer por su cuerpo y se corrió dentro de Dudley.
—Mierda, oh. —Pronunció Harry con sus labios entreabiertos y sus ojos cerrados con fuerza—.
Harry alzó la vista topandose con las mejillas regordetas y los labios delgados de un color rojo intenso, el chico estaba todo sudado y claramente estaba en su nube post-orgásmica de nuevo, así que Harry se salió y giró su cuerpo quedando al lado del rubio mirando al techo intentando recuperar el aliento. Había sido...revelador el estar en la parte activa del sexo pero si era honesto prefería estar abajo mil veces por muy bueno que fuera.
Sabía que a Dudley le había gustado dijera lo que dijera, para cuándo Harry volviera el próximo verano lo más probable es que ya se hubiera follado la mitad de su club de boxeo o bueno, ellos a él ya que por la cara de estúpido que estaba haciendo había preferido el otro lado del placer masculino.
Un par de movimientos de varita después ambos estaban limpios y cambiados mágicamente, Harry se puso de pie y antes de que Dudley le dijera algo Harry salió de la habitación para ir a dormir un rato antes de volver a sus estudios.
Al día siguiente por la noche Moody con un montón de los conocidos y otros no tan conocidos de Harry estaban en su Living con una actitud de "rescate" mientras él estaba en la sala con un libro sobre pociones en sus piernas cruzadas.
Dudley bajó corriendo para detenerse en las escaleras temblando como un niño asustadizo perdiendo el color de su rostro, Harry suspiró fastidiado, cerró el libro, se puso de pie y caminó a las escaleras.
—Solo iré a empacar. —Harry dijo cuando Moody quiso seguirlo—. Son cosas de Omega que no puedes ver, profesor.
—Nunca fui tu profesor. —El ex-auror gruñó—.
Harry subiendo los escalones tomó del codo a Dudley y subió con él a paso lento.
—Cierto, cierto. Fuiste la mascota de un mortifago durante un año, lo olvidé. —Harry disfrutó del silencio que ganó su comentario—.
Solo había algo que afectaba a Alastor Moody, su reputación con los mortifagos y su arrogancia con tenerlos sobre la palma de su mano. El haber sido capturado por uno que apenas era como un cadete fue un dolor en su orgullo, Harry metió a Dudley a su cuarto sacando su varita.
—Bien, Big D. —Dijo guardando todo con un hechizo de organización al baúl—. Lo que pasó entre tú y yo no debe salir de tu linda boquita porque sino tu padre te asesina cariño, el está algo enamorado de mi desde que comencé a acostarme con él al inicio de verano.
—¿¡Que tú qué!? —Hizo una mueca algo rara en su rostro—. Oh Dios Mío.
—Oh, si, él no entendio era sólo sexo. —Se burló Harry cerrando su baúl y a Hedwig dentro de la jaula—. Como decía, serías hombre muerto si se entera porque yo solo diré que me obligaste y Bam, adiós Diddykins.
El chico apretó sus labios—. No es como si fuera a decirle de todas formas.
—Bien. —Salió con su baúl y la jaula levitando, luego volvió a entrar a la habitación con una sonrisa—. Oh, y la polla que te follo era la forma de tu papá. Bay, besos.
Harry ahora salió y bajó las escaleras con bastante rapidez, el escuadrón de rescate también se movió rápido ya que no aguantaban estar en un lugar tan Muggle.
Con pociones multijugos, transportes y habilidad lo llevaron a la base general de lo que llamaban la Orden del Fénix.
Notes:
Por favor, comenta que te pareció.
Chapter 12: XI. 12 Grimmauld Place y un mortífago desconocido.
Summary:
Harry está estresado.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Había llegado por primera vez a la antigua y honorable casa Black poco antes de su cumpleaños, los quejidos de una mujer furiosa de cierto cuadro era desagradable para la mayoría de los habitantes pero Harry llegó se paró justo enfrente leyendo el título del marco.
Lady Walburga Black.
El chico se había inclinado ante la mujer en una reverencia respetuosa haciendo que la mayoría retuviera aire, en ese instante la mujer del lienzo guardó silencio para observar con escepticismo.
—Es honor conocerla, Lady Black. —El chico alzó el rostro sonriendo—. Me presento, soy el futuro Lord Potter, lamento el inconveniente de tenernos en su hogar a crear disturbios. —La mujer por primera vez en todo este tiempo sonrió—. Me temo que soy torpe con las palabras y no tengo la etiqueta necesaria para un Lord, espero que mi residencia no sea muy extensa y pueda volver a su paz habitual.
—Oh, pero qué joven tan encantador. —Walburga exclamó, asintió aprobando—. Puedo ver que no fuiste instruido pero también que tienes el mínimo respeto que el resto de la gentuza no tiene. Incluyendo a mi primogénito, me temo. —Sirius dijo algo entre murmullos—. Si gustas puedo darte unas clases y decirte que libros de la biblioteca no están hechizados. No te preocupes por tu estadía, tú eres más que bienvenido.
Harry sonrió ampliamente—. Muchas gracias, Lady Black. Sería un placer aprender de usted.
Harry estaba aburrido, si bien era entretenido tener las clases de etiqueta con una black difunta y convivir con hocicos, Lupin y sus amigos, necesitaba respirar, había compartido el cuarto con Ron las últimas dos semanas y Hermione había sido un dolor de cabeza constante cuando se enteró de las clases particulares que tendría con la madre de su padrino.
Además estaba el hecho de que Sirius aprovechaba cada oportunidad para remarcar lo mucho que se parecía a James a pesar de que había cambiado ese año a una silueta más femenina de lo que era el Alpha, gruñó cuando los gemelos hicieron explotar algo en el piso de arriba y decidido, se cambió de ropa.
Para cuando salió a desayunar y así tener una cuartada, algunos de la Orden del Fénix lo miraron con interés. Potter vestía una camisa con estampado azul celeste, una falda negra con tirantes que llegaba hasta sus hombros y unas medias de la altura que acostumbraba del color de la camisa, con unas botas negras hasta la mitad de la pantorrilla.
—Buenos días. —Saludó Harry sonriendo—.
Sus pechos habían desaparecido y el cabello le llegaba hasta la barbilla dejando una apariencia de hongo, se acercó a la mesa y tomó una fresa para comerla y esperar a los demás.
Como era de esperarse, el desayuno fue ruidoso y muy molesto, esto hizo que Harry comiera apresurado como ya había sido costumbre. Sirius parloteaba muchas experiencias de los merodeadores que no le importaba mucho, es más, los gemelos estaban mucho más interesados en conocer cada secreto del prófugo, Ron y Hermione peleaban de nuevo con él de por medio, la señora Weasley conversaba con su hija menor sobre su próxima presentación y el único tranquilo en ese comedor parecía ser Lupin quien acababa de pasar la luna llena.
Llegó un punto de quiebre en el cual Harry no lo soportó más, se excusó alegando que necesitaba ir al baño y mirando que aún todos estaban comiendo, Harry salió hacia el pasillo principal, luego de eso lo único que vio fue el vecindario de Grimmauld Place.
Cambió su apariencia, dejando su cabello crecer un poco, volviéndolo rubio, sus ojos ahora eran azul cielo y su estatura aumentó un par de centímetros, no quería que ningún seguidor de su destinado lo reconociera por ahora.
Caminó por unas cuadras, alegre de poder respirar algo más que una casa vieja y polvorosa, saludó a extraños Muggle que no eran tan educados como para regresar el favor y después de un par de minutos se topó con una parada de autobús.
Le echó un ojo a las rutas de los camiones, observando cuáles iban directo al centro de la ciudad y cuáles no, era un viaje algo largo pero Harry decidió que valía la pena ir a las tiendas a comprarse algo que le gustara.
Previamente, el Omega se había preparado para salir tomando el dinero Muggle que le sobró después de vivir una parte del verano con los Dursley. Llevaba una cartera adorable de color rosado y estampa de un gato negro donde estaban tanto la tarjeta de crédito como dinero en efectivo junto a una identificación falsa escolar.
Decidiendo qué autobús iba a tomar esperó, se sentó en la banca de metal cruzando sus piernas, tras él habían llegado varias personas a hacerle compañía, al parecer mucha gente Muggle prefería este tipo de transporte, Harry hizo nota mental de leer algunos libros de aparición de la biblioteca en Hogwarts, eso pudiera serle útil en el futuro.
Percató a varios hombres observarlo con cierta lujuria en sus ojos, Harry se burló internamente, si en cierto modo le gustaba tener un poco de atención a veces la que recibía era estúpidamente grande, se preguntó si este tipo de atracción existiría de Voldemort hacia él, probablemente no, debía mostrar su valor interior y no exterior con ese Alpha, lo sabía.
Un poco desanimado subió al autobús cuando llegó, estaba bastante abarrotado, pero en cuanto entró muchos hicieron espacio para él. Harry le pagó al chofer el precio a pagar y se encaminó hasta el fondo del transporte donde curiosamente solo habían hombres, alzó sus hombros sin importarle y se agarró del tubo.
Intentó poner la mejor atención al camino para ver cuándo le tocaba bajar, tarareando la canción de la radio Harry se sostuvo firmemente de los jalones del bus, pasaron un par de paradas cuando la nariz de Harry, ahora más aguda debido a su presentación, ubicó a un Alpha dentro del camión.
Inmediatamente se puso alerta, el olor a Whisky de Fuego y sal, era fuerte pero no lo suficiente como para afectar, las feromonas se hicieron cada vez más potentes intentando reducirlo a un Omega necesitado, aún así, Harry sabe que este Alpha no tenía lo necesario para dominarlo.
—Hola, dulzura. —El brazo izquierdo del Alpha estuvo sobre su cabeza justo para dejarlo ver la marca tenebrosa ahí—. ¿Qué hace un Omega tan hermoso solo en una ciudad tan grande como Londres?
Harry se burló—. ¿De compras?
El Alpha pegó su cuerpo al suyo restregando su erección contra la parte trasera de su falda, la otra mano lo agarró de su nuca donde estaba el hechizo protector de su glándula aromática, apretó su agarre y Harry gimoteo, estuvo a punto de negarse y deshacerse del bastardo pero lo pensó mejor. Igual un poco de sexo se desharía de su estrés.
Además, dentro del Alpha había cierta parte del suyo, de Voldemort, estaba latente, esperando a que Harry le prestara atención, el Omega canturreó mentalmente decidiendo que era buena idea, pero si quería que el hombre lo hiciera tenía que lucir como si no quisiera, porque hay gente mierda como él que prefiere que su presa forcejee. Tal vez entrar en el papel de indefenso Omega debería entrar en juego.
—Ahora, esa no es forma de hablarle a un Alpha. —Gruñó, el extraño lamió la concha de su oreja robando un gemido pequeño de Harry—. Te follaré bien contra este tubo, pequeña zorra. —Luego añadió como si quisiera convencerlo tal como un niño—. Te aseguro que te gustará.
Harry se zarandeó y negó, el Alpha se rió de aquella resistencia, menudo enfermo, el Omega solo fingía pero le daba curiosidad pensar cómo este sujeto tenía sexo, ¿Obligaba a todos sus compañeros?
—N-No, por favor, estoy comprometido. —Chilló Harry con horror falso—. Yo no he hecho nada de esto, por favor no lo hagas.
El Alpha mordió su oreja con fuerza—. Cállate. —Dijo en su comando de voz—. ¿Estás diciéndome que eres virgen? Oh, niño, no sabes lo que te espera.
—Tengo 14 años, soy menor de edad. —Habló Harry entrando en el papel rápidamente, después de todo era una serpiente de corazón—. ¡Te atraparán!
El hombre puso su marca frente a su rostro—. ¿Crees que me importa? Sólo eres una mierda Omega más, serás abusado toda tu vida, acostúmbrate.
Harry fingió llorar, eso hizo sonreír al bastardo, el Omega miró de reojo al rostro del hombre memorizando este y así, cuando fuera el consorte de Voldemort decirle exactamente a quién iba a querer torturar además de un par que ya tenía en mente.
—E-Entonces hazlo por atrás, el otro lugar debe ser especial, por favor. —En realidad Harry guarda la parte trasera para Voldemort, así que intentaba que la psicología inversa funcionara con él—. Haz lo que quieras, pero eso no.
—Sostente del tubo y no te muevas, tampoco hables. —Usando la voz Alpha, el extraño acarició el par de glúteos a través de su ropa y frotó su polla contra estos—. Follaré tu vagina, odio coger por detrás así que, supéralo.
Harry no pensaba hablar después de conseguir lo que quería, hizo un hechizo amortiguador de sonido sin varita y se recargó en el tubo. El Alpha levantó su falda dejando ver sus bragas de color rosa pastel con estampados de helados, el hombre ronroneo de gusto dando un golpe experimental sobresaltando a Harry, adentró su mano en la parte interior de la entrepierna de Harry acariciando bruscamente los labios vaginales del muchacho.
Rozando la entrada por ahora, besó la glándula de olor jugando con ella a pesar de que no sabía que estaba protegida, Harry gimió en un lamento sintiendo su entrada contraerse y mojarse, por muy cabrón que fuera, al parecer sabía lo que hacía.
Las yemas de los dedos del Alpha jugaban con sus testículos mientras el tronco de estos rozaban y abrían la vulva, las feromonas del Alpha lo golpeaban en ráfagas de olor pero no afectaban del todo a Harry, solo aumentaban ligeramente su excitación.
>>Abre tus piernas y levanta el culo. —Volvió a usar ese comando que no lo afectaba—. Vamos a sentir ese coño virgen.
Harry lo hizo, se recargó aún más, abrió sus piernas y alzó su trasero, dejando ver su agujero rosado, mojado e hinchado; el Alpha había bajado sus bragas a sus tobillos, con los dedos abrió los labios de la vulva dejando su conducto pequeño semi-abierto.
El Omega no se había percatado que el Alpha había sacado su polla de sus pantalones hasta que la piel caliente acarició su parte íntima, de un momento a otro estaba siendo llenado aunque había esperado algo más, se sintió como del tamaño de Dudley siendo sinceros, tal vez añadiendo la parte del nudo, no era muy diferente a parte de eso, fue satisfactorio para quitar sus ganas pero decepcionante después de escuchar tanto rumor sobre que todos los Alpha tenían pollas extremadamente grandes.
—Joder, apretado, felicidades. —Murmuró en jadeos el Alpha—. Ya no tienes el valor de un Omega casto, solo serás una zorra hambrienta de polla más.
Harry rodó los ojos, era el típico Alpha macho que pensaba que esto era lo mejor que el Omega pudo conseguir, como si la virginidad significara algo como 'valor' hoy en día, aún así, la polla fue suficiente para abrirlo y relajarlo después de semanas de estrés.
—Pff, ¿en serio creíste que era virgen? —Se burló—. No sabrías reconocer a uno entonces, me sorprende que un Alpha tuviera la polla del tamaño de un Muggle.
El Alpha apretó su agarre en la cintura del Omega y penetró con una dureza furiosa, gruñó de molestia y podía sentir que quería dejarlo sangrando, lastimarlo por tal ofensa y el Omega disfrutó de tal maltrato.
—Debería marcarte para que cierres la boca. —Dijo y Harry volvió a reír—. Pequeña zorra.
—No creo que a tu señor le guste que te enlaces a un mestizo, cariño. —Gimió sintiendo como la punta tocaba cierto punto satisfactorio—. Si, eso se siente bien. Puedes anudar, para lo que me importa, existen anticonceptivos por si no sabías.
El Alpha mordió el hombro de Harry, sus uñas se encajaron en las caderas y cintura del muchacho posiblemente cortando y su polla arremetió de una forma que posiblemente estaba destinada a desprestigiar en vez de dar placer.
>>Tenías razón sobre algo. —Harey sonrió malicioso mientras apretaba su interior—. Que me iba a gustar.
Después de ahí, las embestidas no pararon, el obvio resentimiento del Alpha estaba en cada movimiento pero su orgullo como criador estaba de por medio así que nunca paró, Harry gimió hermosamente, le dijo que se sentía bien, para disgusto del Alpha que posiblemente buscaba forzar a alguien, si, definitivamente iba a lidiar con el cabrón cuando Voldemort fuera su esposo y lo conozcan como el consorte Oscuro.
—Joder, te voy a anudar tan bien. —Dijo en el maremoto de gruñidos—.
—Si. —Sudando el Omega abrió más las piernas, pudo observar a los hombres a su alrededor observar el acto sexual sin interceder—. Vamos cachorro, se que puedes hacer un buen nudo para mí.
Pero no lo hizo, el idiota falló al momento de anudar y el semen Alpha cayó por el piso de autobús, Harry solo suspiró decepcionado, hizo un movimiento con su varita para limpiar el piso y a si mismo, había sido un medio de relajación pero no total, acomodó su ropa y se giró a ver al Alpha que apenas se iba recuperando.
—Eres una vergüenza para tu casta. —Harry dijo, miró el centro comercial y se bajó de inmediato—.
Intentará buscar algo lindo, comería en algún lugar de comida rápida y tal vez, solo tal vez consiga a alguien para ahora un buen polvo, no como el fallo del autobús. Había sido tan bueno con sus dedos y lo había llenado de expectativas para que al final resultara en esa bazofia.
Al final Harry consiguió unos vestidos veraniegos Louis Vuitton, un par de abrigos de Chanel y unos lentes de sol Prada. También algunas cosas diversas que encontró lindas pero en su mayoría era eso, se sentó a comer en un establecimiento de comida japonesa y algunos chicos se le acercaron preguntando por su número telefónico. El mencionó sobre su internado y que tendría poco tiempo para poder verse, aunque no los vería realmente.
Hubo cierto chico adorable que le pareció malditamente tierno, a tal punto que casi terminaba por ofrecerle ir a un lugar más privado pero la madre del niño le había hablado.
Harry volvió a 12 Grimmauld Place alrededor de las ocho de la noche, entró y cómo era de esperarse todos se le abalanzaron, Molly viendo por su seguridad, Moody y Snape mencionando lo estúpido que fue al salir de esa forma y Sirius con una mirada de comprensión preocupada.
Snape parecía principalmente furioso, repitiendo lo parecido que era de su padre y que no respetaba el sacrificio que los demás hacían por él para protegerlo de su compañero.
Harry extrañamente encontró ese rencor y furia cegada malditamente caliente, tragó saliva y pensó distraídamente si el pelirrojo sería su color este año.
Tal vez, solo quería seducir a su maestro de pociones.
Harry no lo pensó mucho en ese instante pero para el final del verano su cabello era tan largo que le llegaba a los glúteos —de nuevo— y su cabello era de un rojo carmesí.
Quería ver si todos los Alpha serían tan malos como ese del autobús.
Sabía que no.
Notes:
Por favor, comenta que te pareció.
Chapter 13: XII. El relicario y conociendo a Luna Lovegood.
Summary:
Walburga le da una revelación a Harry.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
La señora Black había estado constantemente ayudándolo a mejorar sus modales, dentro o fuera de la mesa, cuando se relacionara con gente de clase alta, media y baja o con los Alpha —sin parecer débil o sumiso—, le enseñó todo lo que debía saber sobre su próximo señorío y consejos sobre negocios que solo se pasaban de generación en generación.
La mujer había aprendido a apreciar al azabache de una forma protectora, esperaba que dándole la mayor información posible ayudara al pequeño cachorro a desarrollarse como individuo.
Sirius comenzaba a preocuparse, pensando que su madre estaba poniendo ideas sobre magia oscura en la cabeza de Harry cuando en realidad él fue quien preguntó sobre ese tipo de libros, la biblioteca oculta de Walburga Black se abrió solo para él y su elfo doméstico quien lo atendía como un invitado de honor tal como su señora le pidió.
En los momentos en los que Harry estaba leyendo sobre rituales de sangre y esclavitud, justo cuando Kreacher venía a entregarle bocadillos, comida o un juego de té, el Omega percibió que el elfo doméstico tenía algo con él, una parte de su destinado, era tanta la insistencia de ese sentimiento que no pudo evitar contarle a Lady Black sobre las sospechas de que Kreacher tenía en sus pertenencias algo que le pertenecía a Lord Voldemort.
—No lo encuentro extraño, era el elfo personal de mi hijo menor Regulus, él era un seguidor hasta que murió en servicio. —Hubo unos tintes en su voz que reconocían el dolor de una madre de perder a su hijo—. Te conocen como el Salvador del mundo mágico, Señor Potter, yo no lo creo así, puedo sentir oscuridad en tí, una muy profunda que aceptas.
Harry estaba dudoso si decirle pero ambos estaban en la biblioteca privada, nadie escucharía y la señora Black jamás ayudaría a la orden, odiaba a la sociedad secreta.
—¿Crees que Kreacher me quiera dar aquello? —Harry dejó caer la súplica disimulada a la mujer—. Debo mantenerlo a salvo, es algo importante.
—¿Por qué te importaría proteger algo importante del señor Oscuro? —Esto le dio indicaciones a Harry de que ella también seguía a su Alpha, nadie que no siguiera a Voldemort lo llamaba de esa forma—.
—Él es mi destinado. —Dijo por primera vez en voz alta, nunca lo había admitido en palabras—. Debo proteger esto porque siento que es parte de él, que si lo destruyen lo estarían matando. No quiero que ocurra de nuevo.
Los rasgos estoicos se volvieron asombrados—. Por Salazar, realmente no fue el deseo de tu madre lo que te protegió.
—¿De qué hablas? —Harry cruzó sus brazos confundido—. En el primer año rostice a Quirrell, ¿Qué más puede hacer eso?
—Un compañero no puede matar al otro, puede lastimarlo pero no matarlo, Fate te castiga si lo haces. —Ella explicó fácilmente—. Quirrell posiblemente estaba unido a él cuando te atacó.
—¿¡Unido!? —Farfulló cuando los celos burbujearon en su estómago—. ¿Cómo que unidos?
—No de esa forma, niño bobo. —Siseó en reprimenda—. Sino que lo usó como un medio de transporte.
—Bien, ahora quiero matarlo de nuevo. —Harry maldijo por lo bajo y frunció el ceño—. Nadie tendrá a Voldemort, de eso me encargo yo.
—Por Merlín, Harry. —Exasperada rió— Obviamente son tal para cual.
—Eso me gusta pensar. —Una sonrisa suave salió de sus labios gruesos—.
—¡Kreacher! —Invocó el lienzo—.
El pop sonó, el elfo decrépito se materializó en la biblioteca oculta, miraba con la curiosidad hostil regular antes de cualquier orden.
>>Dale lo que te pide. —Ella ordenó—. Quiero que le des la pertenencia del señor Oscuro.
El rostro verde se volvió pálido—. ¡El maestro Regulus pidió que Kreacher lo cuidara hasta que lo destruyera! ¡Fue su último deseo!
—Yo lo cumpliré, cumpliré su deseo por mi lealtad a la familia Black. —Mintió Harry—. Te lo prometo, pero debes dármelo, yo lo puedo destruir.
La señora Black no se interpuso, ella sabía de la ciega lealtad que tenía su elfo doméstico con su hijo menor, lo había casi adoptado como un hijo, él lo cuidó de bebé cuando ella estuvo ocupada con el señorío Black junto a Orion.
—¿Harry Potter promete destruirlo? —Esperanzado preguntó—. ¿Puede destruir la reliquia?
—Puedo, ¿Por qué crees que he estado aquí todo el tiempo? Investigando. —El Elfo lo miró escéptico pero poco podía hacer contra una orden directa de su ama—.
Con sus manos tomó el relicario de la cadena, lo tenía alrededor de su cuello, se lo quitó y se lo tendió al Omega que le sonreía de forma dulce, en el momento de que el relicario cayó en su mano Harry giró su varita estratégicamente sobre él pronunciando algo en parsel para que sonara como un encantamiento.
>>Ven a mí, amor mío. —El relicario sacó chispas y Harry lo dejó caer al suelo—. Vamos, únete a mí con el resto de tí.
Una sombra oscura salió del relicario y entró por la boca de Harry, este colapsó en un gemido placentero, como extrañaba a su compañero, esperaba que pronto fuera el momento indicado para que ambos estuvieran juntos por siempre.
—¿Lo destruiste? —Kreacher asombrado preguntó y Harry asintió. Sus grandes ojos se llenaron de lágrimas de alivio—. ¡Kreacher agradece al Maestro Harry Potter, le traerá comida y té en un momento!
El elfo doméstico tronó los dedos, el sofá se convirtió en una cama y Harry fue acostado en ella, luego desapareció.
—Creo que ganaste una lealtad. —Dijo divertida Lady Black—. ¿Exactamente qué hiciste?
—Nada, solo giré la varita arriba de él, cada una de las partes de Voldemort se une a mí tan solo las toco. —Cansado murmuró y bostezó—. Aunque me deja exhausto.
—Descansa, cuando despiertes debes comer. —Ella indicó con una sonrisa maternal—. Yo te aviso si cualquiera de los otros te busca.
Él asintió y cayó en un sueño profundo.
Bajó las escaleras, todos ya estaban desayunando cuando él entró y ellos guardaron silencio en el momento que se sentó entre Hermione y Ron.
—¿Qué pasa? —Harry tomó una tostada, le puso mermelada y comió—. ¿Todos están bien?
Nadie habló, todos se miraron unos a otros, particularmente esto a Harry lo exasperaba demasiado, esperó tranquilamente comiendo de a poco su tostada y tomó café de la mesa a pesar de la mirada de reprimenda de la señora Weasley.
—De todas formas lo sabrá, es mejor que sepa ahora. —Moody habló—. No sirve de nada ocultarlo.
—¿Ocultarme qué?
Ron le pasó el diario El Profeta, Harry soltó su tostada y tomó en sus manos el papel.
¿El niño que mintió?
—Han atacado a Dumbledore también. —Agregó Remus—.
Fudge, todo en orden.
—Fudge está usando toda su influencia para desacreditar a cualquiera que diga que el señor tenebroso regresó. —Sirius habló con cuidado, Harry frunció el ceño molesto—.
—Yo jamás dije que él volvió. —Respondí con rudeza—. Yo dije que aparecí en un cementerio y luego en Hogwarts.
—Fudge piensa que Dumbledore quiere su puesto ya que ha estado diciendo que tú dijiste eso. —Añadió Sirius a pesar de que Kingsley había hecho un ruido de advertencia—. Debe saberlo.
—¿Dumbledore qué? —Grité indignado—. ¿Qué le hace creer al director que él volvió?
—Snape. —Comentó George—. Se supone que es espía de la Orden.
—Fue convocado poco después que llegaste a Hogwarts. —Continuó Fred—. Pero te usó como una cortina de humo.
Harry intentó respirar y tranquilizarse, su magia se desbordó un poco hasta que había hecho explotar un vaso pero pronto la pudo mantener a raya, por el momento.
—Incluso una persona con poco sentido común... —Mis fosas nasales aletearon—. Sabría que el director no quiere ser ministro.
—Fudge no lo tiene, teme que pase lo que pasó cuando Voldemort estaba con vida. —Remus exclamó para seguir suavemente—. El temor hace cosas terribles. Hace cualquier cosa para evitar la realidad.
—Como sea, yo no estoy dispuesto a ser un chivo expiatorio... —Potter golpeó la mesa con su puño—. y tener a todos sobre mi cuello por lo que Dumbledore dice de mí.
—Harry... —Intentó Sirius—. Sé razonable.
—No, de nada servirá manchar mi imagen de esta forma, están buscando gente para la orden y esto hace que se vean cómo un chiste. —Se estaba perdiendo de nuevo en su magia—. Debo irme antes de que pierda el control.
Corrí escaleras arriba y fui hacia la biblioteca oculta que ni siquiera Sirius conocía, ahí, Walburga me aconsejó tranquilizarme y luego tener una charla con el director.
Los carruajes eran impulsados por una especie de caballos negros alados, a la vista de cualquiera podría parecer horripilante que los huesos se notaran de esa forma pero a Harry no le importaba.
Cuando los dejaron afuera de las puertas de la escuela él acarició uno de ellos por su rostro, detrás de él vino Loony Lovegood, ella acarició la espalda huesuda del caballo al otro lado.
—Amigo, ¿Qué haces? —Ron preguntó mirándolo de forma extraña—.
—Acarició al caballo. ¿Qué más? —Harry respondió como si fuera lo más obvio—. ¿No los miras?
—No estás loco. —Dijo la chica que tarareaba—. Yo también puedo verlos.
—Oh, Harry. —Hermione hizo un puchero lastimoso—. Son Thestrals, son criaturas que solo las miran quienes han visto la muerte frente a sus ojos.
—Lo siento mucho. —Dijo Harry a Luna con empatía, pasó un mechón de cabello rojo detrás de su oreja—.
—Tranquilo, mamá se fue hace mucho tiempo. —Ella le sonrió dulcemente—. Está mejor ahora.
—Soy Harry. —Él extendió su mano—.
—Soy Luna. —Ella bobamente la tomó—. Es un placer conocer al consorte Oscuro.
Harry frunció el ceño pero ella ya estaba caminando hacia las puertas de roble.
Notes:
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Chapter 14: XIII. Manipulación y Umbitch.
Summary:
Harry acorrala a Dumbledore.
Notes:
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Chapter Text
Harry apretó los libros contra su pecho, caminaba en medio de Hermione y Ron, ayer había sido el banquete de bienvenida, todos a su alrededor lo habían mirado de forma extraña y hostil, odiaba esto, todo era culpa de ese anciano senil, lo evitaron como si fuera un leproso, no era algo que le agradara después de las miradas anhelantes que estuvo llevando el año anterior cuando presentó como Omega.
Harry como capitán debía llevar el uniforme del equipo de animadoras debajo de su túnica escolar, era quien los representaba y no se avergonzaría de ello, aún si la mayoría ya no usaba el uniforme por los periódicos. Ayer había tenido una discusión con Seamus o al menos él había querido empezar una pelea pero la había detenido ignorándolo simplemente y al parecer eso había empeorado las cosas.
Dejó caer sus libros frente a Hermione y Ron, Neville se había unido a él poco después, al menos tenía a Neville como un hermano mayor cuidando de él, no tendría que lidiar con Malfoy más de lo que deseaba, el chico había comenzado con el acoso de nuevo, Harry lo evitaría lo más que pudiera, había hablado en serio sobre las detenciones y él no iba a ser la excepción. Exasperado con todo a su alrededor miró hacia la mesa de maestros, Dumbledore le observaba inquisitivo, él entrecerró los ojos.
Guardó los libros en su bolsa, un encantamiento sin fondo que Hermione le había compartido junto a un encantamiento de peso de pluma facilitaba su hambre sobre conocimiento que había empezado poco después del final del torneo, quería ser lo suficientemente inteligente para su Alpha, Potter sabía que él tendría altas expectativas para su consorte y Harry estaba dispuesto de cumplirlas todas. Se puso de pie a pesar del llamado de sus amigos, caminó hasta los pies de las escaleras que subían a la mesa.
—Profesor Dumbledore, Profesora McGonagall, solicito una reunión sobre un problema que me afecta. —Harry se aseguró de usar palabras que se apegaran lo más posible al lenguaje de etiqueta—. ¿Cuándo podría ser oportuno?
Snape lo observó intensamente desde su lugar a tres asientos del director, mi jefa de casa me miró inquisitivamente y Dumbledore no estaba feliz con él por pedirlo justo en frente de toda la escuela de esta forma, Harry sabía que el anciano no podría negarse ahora, no cuando la presión de todos los maestro estaban sobre él y aún más porque llamó a McGonagall.
—Después del desayuno sería perfecto. —Empujó la profesora—. A menos que tengas algo más que hacer, Albus.
—No, no, es perfecto. —El brillo de los ojos azules común se perdió—.
—Se los agradezco.
Harry regresó con sus amigos a seguir desayunando, no mencionó nada, ellos no tuvieron que escucharlo, ya sabían qué iba a hablar con el director, al menos dos de los tres presentes, almorzó como de costumbre, con paciencia y una taza de té para calmarse, sabía que Albus iba a intentar manipularlo de alguna forma, no le importaba, no creía que tuviera las pelotas con McGonagall ahí, además, Harry siempre le podía devolver la bola.
Cuando todos comenzaron a irse Harry caminó hacia la mesa principal de nuevo, había visto como el director y la subdirectora se habían puesto de pie, Minerva le hizo una seña, él la siguió con calma, subieron varios pisos hasta que la gárgola estuvo frente a ellos, el Beta murmuró Regaliz y esta se movió dejándolos entrar.
Dumbledore se sentó en su silla, él y su profesora de transfiguración estaban en otras dos que eran para visitas, un juego de té apareció en el escritorio, el Beta le ofreció dulces de limón y él los rechazó.
—Recomiendo que ponga hechizos de privacidad, director. —Harry agarró la taza que se le fue ofrecida cruzando las piernas, Minerva miró a Albus y viceversa, ambos pusieron sus propias protecciones—. Tengo entendido que la profesora McGonagall es parte de la orden.
—¿Cómo sabes eso? —Albus frunció el ceño, Harry sonrió sacando una foto vieja de su bolso—. Sirius.
—Si, quería mostrarme quienes lucharon valientemente junto a mis padres. —Minerva se tensó ante el sarcasmo en la voz del adolescente—. No me limitaré entonces, quiero que te retractes ante El Profeta, yo jamás dije que Voldemort regresó y ahora mismo están acosandome por eso, no permitiré que Athleta Anima se vaya al precipicio por esto.
—¿Estás dispuesto a dejar que el mundo mágico se pierda por un club escolar? —La voz alegre se había tornado oscura—.
—No, pasé la mayoría de mi vida con acoso escolar e intrafamiliar como para seguir aquí en el mundo mágico. —Respondí—.
—¿Acoso intrafamiliar? —McGonagall jadeó sorprendida—. ¡Albus!
—No me pareció que este verano hubiera acoso en absoluto, me pareció que incluso lo disfrutaste Harry. —La amenaza estaba implícita ahí mismo—. Estoy seguro que Rita cambiaría una historia por otra.
Harry luchó por no verse victorioso, utilizó todo lo aprendido con los años y Walburga para llenar sus ojos con lágrimas, dejó caer la taza al piso, se abrazó a sí mismo y miró a los ojos a Minerva que entró en pánico a verlo de esa forma tan 'rota'.
—¿Cómo puede decir que yo desee o pedí que abusaran sexualmente de mí? —No grité, lo dije en apenas un susurro para que ambos entendieran claramente la agonía en mi voz—.
—Vamos, mi muchacho, y-yo no dije eso. —Esto se había vuelto en su contra, a pesar de los hechizos de privacidad, los retratos aún podían escuchar y lo miraban como si fuera una vil cucaracha—.
—No puedo creerlo, eres solo un anciano con pensamientos arcaicos. —Escupí poniéndome de pie y caminando hacia su escritorio, puse mis manos sobre el escritorio—. ¡Además déjeme recordarle que usted me dejó ahí cuando le dije que no me trataban bien y me ignoraste! —Luego añadí con dolor en mi voz—. No me sentía seguro y no te importó.
—Era para asegurarnos que estuvieras bien, Harry. —Minerva lo miró asesina y Harry bufó—. Además, es tu destino ayudarnos a acabar con él.
—¡Albus, es solo un niño. ¿Qué demonios te pasa?! —Ella se acercó a abrazar a Harry acariciando su espalda—.
—Si quieres mi ayuda espero que me digas el panorama entero, Dumbledore. —Harry se encargó de dar tintes de odio—. Créeme, sabré si me mientes.
—¡Harry, lo importante es que debes ver a la señora Pomfrey! —La jefa de casa preocupada le indicó que se sentara—. No es tu obligación.
—Por supuesto que lo es. —Con resignación le dijo y luego miró al director sentándose en la silla—. Pero eso no significa que debas manchar mi imagen de esa forma, no nos ayuda, nos hace ver como locos. ¿Sabes que todos en Gryffindor comenzaron a odiarme? Casi todos tuvieron que convencer a sus padres de dejarlos venir por tu difamación.
El hombre suspiró, no le quedaba de otra más que hablar, no solo había testigos en retrato sino una testigo aquí mismo, se puso de pie abriendo un armario, sacó una caja pesada, la puso sobre el escritorio, limpio el desastre del piso y después fue depositando memoria tras memoria en él.
—No puedo decirle a ambos, Harry debe ser quien mire todo. —Los ojos cansados del anciano miraron a Harry y este se encargó de desenfocar la mirada, evitaba que le leyeran la mente sin palabras—. Adelante.
Harry se inclinó en el pensadero, los recuerdos llegaron uno tras otro, imágenes de Tom riddle cuando era un niño —Harry pensó que su Alpha había sido un niño adorable—, como este crecía, como Dumbledore miraba que este se iba por un camino totalmente diferente al que había pensado cuando lo acogió.
Hubo un salto de tiempo de cuando fue entregado a los Dursley, otro salto donde Harry había hecho cenizas a Quirrell, como el libro había sido deshecho pero el director supo de inmediato que había sido y por qué Harry tenía la cicatriz en su frente y la conexión con Voldemort, parecía que el anciano desconocía que era una conexión mucho más profunda que esa. Cómo Harry debía morir para destruir el horrocrux.
Harry salió del pensadero sudando, llorando y agradeció estar sentado, así que este había sido el plan, entrenarlo, hacerlo 'feliz' en la escuela, ciego ante su final para ser sacrificado. Bueno, Dumbledore y el mundo mágico van a tener que irse a la mierda porque Harry estaba seguro de que no quería hacer nada de lo que 'su destino' dicho por una loca le imponía.
—Quiero ser entrenado en Oclumancia. —Exigió entre sollozos—. Snape debe ser quien lo haga.
—¿Cómo sabes que él sabe? —El director preguntó nervioso—.
—No creo que sea tan estúpido como para espiar sino supiera. —Contestó como si fuera lo obvio—.
—Hablaré con él.
Antes de salir de la oficina con la McGonagall, posiblemente con un viaje a la enfermería de camino, me paré en seco aún con lágrimas rodando en mis mejillas.
—Y director...
—¿Sí?
—Espero que lo de El Profeta esté arreglado para mañana.
Salimos dejando a un asombrado Dumbledore, pensó que había podido evadir el tema principal, pobre idiota, Harry no iba a olvidarlo tan fácil, nadie iba a difamarlo y salir intacto, en un futuro se encargaría de Skeeter pero por ahora Albus estaba en un futuro mucho más cercano
Todo tuvo más sentido ahora. Su deseo de unión con algo siempre había sido Voldemort, sus pedazos de alma se fueron uniendo al que estaba dentro de él y él los aceptó con gusto. Quería oclumancia, la oclumancia haría que el viejo no se enterara de sus planes y, si Harry había leído bien a Snape, si bien no era un mal hombre, era un slytherin hasta la médula y si le ofrecía protección a cambio de su silencio.
Al paso de la mañana y la tarde, las mentiras fueron limpiadas y El Profeta se había disculpado de Harry públicamente, habían estado viendo desde el torneo que Harry ya no se iría por las ramas, que era mejor estar de su lado bueno que sufrir las consecuencias en un futuro previsible.
Harry no llevaba su túnica por ahora, estaba guardada en su bolso, era un día caluroso y no estaba dispuesto a llevarla cuando no la necesitarían, ayer había solo Encantamientos, Herbología, y clase doble de Criaturas Mágicas. Hoy tendrían tres clases dobles: DCAO, Transfiguración y Pociones. Hablando de Pociones y Snape, Harry se aseguró de ir a biblioteca antes de la cena del día anterior para recoger algunos libros sobre Oclumancia y Legeremancia.
Había encontrado tres tomos de cada arte, los leyó hasta que se tuvo que dormir y continuó poco antes, durante y después del desayuno cuando estaba de camino a defensa. Llegando al salón que era ruidoso como siempre Hermione y Ron se sentaron juntos mientras Neville estaba al lado de Harry, el ahora pelirrojo miró hacia arriba, una ave de papel estaba sobre el aire hasta que la profesora llegó y la incendió.
—Buenos días, niños. —Dolores agitó su varita al pizarrón—. Títulos Indispensables de la Magia Ordinaria, es decir, TIMOS. —Se paró frente a todos—. Estudien y serán recompensados, fracasen y las consecuencias podrían ser severas.
Repartió los libros que ella tenía sobre su propio escritorio, Harry recibió la copia y miró el libro con curiosidad, ojeó dicho libro observando claramente que no había nada para defenderse a sí mismos que era el objetivo de la clase, pero no dijo nada, aprendió que abrir la boca nunca era bueno para él.
—Aquí no hay hechizos de defensa. —Hermione dijo cuando se le dio la palabra, suspiré, a veces para ser lista era muy tonta—.
—Eso no será necesarios en mi clase, Señorita Granger. —En contra de mi voluntad abrí el hocico—.
—¿No haremos magia? —La sonrisa cruel de la mujer se dirigió a Harry, fantástico Potter, vas y abriste la boca—.
—Lo aprenderán de una forma segura y sin riesgos. —Esa voz dulce hacía que su estómago quisiera devolver su desayuno—. Levanten la mano para hablar en mi clase.
Levanté la mano, ella concedió la palabra—. ¿No harán exámenes prácticos en nuestros TIMOS?
—Según el ministerio, las aptitudes teóricas serán suficientes para pasar sus exámenes, para eso es la escuela. —Harry no añadió nada más—. Lean el primer capítulo, hagan su resumen y cuando lo entreguen serán libres.
Fue lo último que dijo y lo único que se escuchó el resto de la clase fue el paso de las hojas junto es rasgueo de las plumas sobre el pergamino.
Notes:
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Chapter 15: XIV. Oclumancia y Snape.
Summary:
Harry seduce a Snape.
Notes:
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Chapter Text
Severus Snape había estado observando más al pequeño mocoso de lo que era sano, nunca admitiría su clara obsesión enfermiza con el muchacho desde que había puesto un pie sobre Hogwarts y el acoso constante que era específico hacia Harry ya que según Snape era totalmente como su padre y necesitaba que le pusieran los pies sobre la tierra.
Aunque, últimamente podía ver que tal vez había estado equivocado —no es que lo admitiera, por supuesto—, el chico Potter se había probado así mismo desde su presentación, empezando por los cambios de confianza, de apariencia, aclimatandose mucho mejor a su piel de lo que muchos harían en el primer año de su género Omega recién descubierto.
Tanto su alimentación como su actividad física había mejorado en todo el año anterior, su éxito de unificar las casas de Hogwarts fue lo que realmente lo impresionó, jamás lo dirá en voz alta pero siempre había deseado que le dieran una lección a los idiotas de Quidditch, en su tiempo fue por falta de músculo y ahora había sido por las castas, aunque se debería de suponer que antes los Omega no hubieran soñado con un deporte especialmente para ellos, había sido algo en lo que los Muggles habían progresado.
Eso sin mencionar lo bien que lo había hecho en el torneo de los tres magos llevando la victoria a Hogwarts, lo único que le molestaba de él era su forma de comportarse, claro que podría tomarlo por la mejora de una autoestima pero el chico siempre hacía lo que se esperaba de él, había estado como una oveja del rebaño siguiendo a su pastor —Dumbledore— durante los últimos tres casi cuatro años. Además, había una astilla adicional que le había estado inquietando, ¿por qué el mocoso infernal había tardado quince minutos en volver?
Incluso había estado investigando por medio de sus contactos dentro del círculo interno de su señor pero no, al parecer ese día no había habido nada a esa hora en particular, aunque lo dudaba, Lucius había apretado su quijada como cuando mentía así que había algo que no sabía pero esperaba estar equivocado porque eso significaría que el chico dorado había empezado a mostrar signos de traición a su gente. Severus se estremeció, Merlín no lo quiera.
Pero existía algo que había hecho que su mirada lo siguiera a todas partes, incluso que perdiera un poco la concentración, había algo peligroso en ponerle tanta atención a un Omega que era su alumno, sin mencionar menor de edad y el claro favorito de todos, era peligroso en su posición de espía acostarse con el enemigo declarado del señor oscuro.
Si bien no había norma alguna dentro del reglamento oficial de Hogwarts y la ley no lo sancionaba cuando era una relación Alpha-Omega, moralmente no iba ser bien visto que un ex-mortífago follara con el niño-que-vivió, pero aún así no podía ver el chongo trenzado en la parte superior de la cabeza de Potter, como el pelirrojo contrastaba con su piel bronceada y esos ojos impresionantemente verdes.
Era un juego peligroso, Potter ya había alzado la mirada un par de veces para topar con la suya, con una pregunta en sus ojos diciendo: "¿Por qué me miras tanto?" Era peligroso porque sabía que el chico no lo miraría para nada más que rencor o esa clase de mirada inocente inquisitiva. Maldecía sus rasgos provenientes de la rama Prince y a su personalidad de mierda.
Tampoco servía el hecho de que Harry había mostrado inteligencia para variar, al entrar el año había respondido la bomba de su examen sorpresa anual porque solamente atacaba a Potter y este, para su sorpresa había contestado cada una de ellas, algo había pasado con el chico para que hubiera un total cambio, ¿tal vez el torneo lo impulsó? ¡Odiaba que el crío fuera tan hermoso e inteligente con cada fibra de su ser!
Esto iba a terminar muy mal, sino acababa con su reputación, sería su conciencia.
Hermione una vez más había accedido a ser su compañera de laboratorio, le había contado como en el último año había encontrado una clase de respeto, admiración y tal vez algo más por el oscuro profesor de pociones, una total mentira, que planeaba seducirlo con su cabellera rojiza porque según informantes —Fred y George— se corría el rumor que le venían las personas pelirrojas, ella solo se rió de él diciendo que ya me había tardado en admitirlo y comentó que mientras no le dijera a Ron todo estaría bien, también lo ayudó a hacerse diferentes tipos de peinados al pasar el mes hasta que él pudo manejar hacer un chongo decente.
—Señor Potter, una palabra. —Harry se sobresaltó en su silla, estaban en el gran comedor almorzando antes de una clase doble de pociones—.
—Si, señor. —Se encargó de hacer enrojecer sus mejillas para que Hermione lo viera y ella riera—.
Tomando su bolso escolar se puso de pie siguiendo al profesor hacia las mazmorras, debía ser algo importante para que no lo dijera al público, inquisitivamente Harry miró a Snape de reojo, como siempre no mostraba emoción alguna, su rostro pálido estaba tan blanco como siempre, decidió que no importaba, al menos ya no tendría que preocuparse de tener tiempo a solas con el hombre.
Cuando la puerta de su oficina se abrió, se hizo a un lado para que Harry entrara primero, él vio como a los costados y la parte de atrás de la habitación había estantes con diferentes tipos de ingredientes de pociones conservados, el chico de cabellos rojizos había estado en esta habitación más veces de los que podía contar, cuando el hombre mayor le indicó que se sentara en la silla para visitas o malhechores, decidió que ahora encajaba más en la primera opción.
—El profesor Dumbledore cree que es oportuno que te enseñe oclumancia aún cuando sé que sería infructuoso y desperdiciaría mi tiempo. —La acidez dentro de su voz hace que me erice, golpeó mi orgullo y él lo sabía, nunca me había gustado que me subestimaran aunque en ocasiones había sido conveniente, Snape suspiró pesadamente—. Ya que sabemos que tienes una conexión con el señor Oscuro, debemos bloquearla lo más pronto posible, tendrás sesiones los viernes después de pociones.
Cuando Harry estuvo seguro que no hablaría más, añadió—. Señor, el director se lo pidió porque yo lo solicité. —Harry miró sus manos y fingió moverse nerviosamente—. Sé que es de vital importancia, por eso espero aprender mucho de usted, señor.
Añádale al sazón tímido e iniciativo un poco de caricias a su ego y casi lo tenía, lo miró a los ojos batiendo sus pestañas, mostró la determinación de aprender aunque su razón estaba bien escondido en los muros que había creado según lo aprendido en los libros que había estado en constante estudio en sus horas libres fuera de los entrenamientos de Athleta Anima y sus TIMOs. Hablando de entrenamiento, tendría que dejarle la batuta a los co-capitanes y su vicepresidente los viernes.
—Bien, imagino que si usted lo solicitó debió haber investigado por su cuenta, ¿cierto? —Snape casi deseaba que el mocoso no hubiera hecho eso—. Dígame al menos que ha meditado algo.
—Por supuesto, señor. —Harry abrió su bolso y con su varita apuntó—. Accio libros sobre Oclumancia.
Diez libros salieron volando hacia el escritorio de Snape en una elegante pila, los ojos del pocionista se abrieron momentáneamente en sorpresa, agarró uno a uno cada libro, Oclumancia: ¿es un arte o una ciencia?; Pre-Oclumancia: Una mente previamente preparada es sinónimo de una gran fortaleza; Control de las emociones de índole intensivo para el estudio profundo en Oclumancia; Oclumancia y tipos de barreras mentales: ¿eres un castillo o una burbuja?
Uno tras otro fueron siendo apilados nuevamente, Snape estaba profundamente impresionado, sabía que ocho de los que Potter tenía no eran de la biblioteca, incluso los otros dos estaban en la área restringida, cinco del resto no estaban a la venta y habían sido prohibidos por su inclinación hacia la oscuridad.
—¿De dónde conseguiste estos? —Señaló los antes mencionados—. Son libros oscuros.
—Lady Black me los proporcionó en una visita corta que le hice a mi padrino en el último fin de semana en Hogsmeade, no había encontrado mucho y supuse que al ser un arte antiguo, también sería prohibido por el ministerio. —Aclaró el chico llevando un mechón de cabello suelto detrás de su oreja, lo miró temeroso—. ¿No quería que encontrara estos libros? No sabía que le incomodaran las artes oscuras, señor.
—Eso depende, ¿Qué tanto leíste de los libros? —Harry ladeó la cara con una sonrisa—.
—Ya los terminé, profesor. Aplique sobre todo meditación que especificaba ahí pero también escogí algunas Muggle. —El pelirrojo sabía que Snape estaba mentalizando qué hacer y si quería decirle al director que Harry estaba aprendiendo dichos temas—. Además que creo que imaginar una brincolina como mis paredes mentales me funcionan bien, así el Legeremante rebotaría a otro recuerdo, no venía en el libro pero suena bien, ¿no?
—Eso es... —Snape alzó la vista y frunció el ceño—. Interesante.
—Gracias, señor. —Harry fingió enrojecer—. Solo intento cumplir mi parte.
Snape no dijo nada más que un Tempus, eran la una y media de la tarde, a las dos tendrían pociones, el hombre oscuro se puso de pie entregando al chico sus libros, este los guardó en su bolsa nuevamente y también se paró.
—Sigue practicando tu meditación, si puedes come más verduras y frutas, perderás mucha energía los viernes. —Recomendó—.
—Si, señor. Gracias.
El pocionista abrió la puerta, Harry salió yendo directamente al salón de pociones donde se topó con Hermione, le contó todo antes de que Ron llegara junto a Neville que se había quedado hablando con Luna.
Eran mediados de noviembre, habían pasado dos meses de clases de Oclumancia, la analogía de la brincolina había funcionado para la sorpresa del Oclumante mayor, tenía demasiados detalles para ser perfecto pero funcionaba para esconder su gran amor y delirio hacia Lord Voldemort y ocultar a Snape su verdadera y única lealtad. No podía bloquearlo del todo, a veces cuando estaba muy cansado por el entrenamiento, los TIMOS y alguna que otra detención que llevaba con Umbridge —quien era una perra, por cierto— el hombre podía traspasar.
Hoy era viernes de clase doble de pociones, si había leído bien al hombre oscuro, había una llamarada de lujuria cada vez que sus miradas se encontraban después de una sesión larga de Oclumancia o cuando Harry demostraba ser más que una cara bonita. Sabía que el hombre no se enamoraría de él, había pasado mucho tiempo solo como para interesarse por una persona que podría causarle tantos problemas y bueno, Snape no pensaba vivir después del final de la guerra.
La poción burbujeó, su color era de un azul profundo, estaban haciendo una poción curativa general, la chica de cabello espeso batía con una varilla agitadora de cristal, Harry picaba en cubos el trozo de concentrado de cardamomo, los pesó en una balanza y después los puso en un pequeño traste de piedra.
Harry sabía que era riesgoso para él hacer esto pero era parte de su estratagema, si bien Snape le deseaba, dudaba que el hombre aceptara follar con él así como así, debía ser en medio de instintos, Harry oliendo y mirándose de una forma lasciva. La campana advertencia de quince minutos sonó, Hermione apagó la flama una vez añadió el cardamomo y batió por otros cinco minutos, esto lo enfrió, ella pudo vertirlo en su vial y etiquetarlo con sus nombres.
Su respiración se agitó, cayó entre sus brazos sobre la mesa, esta ya estaba limpia aunque aún olía a diversos ingredientes, ya no podía concentrarse, su cuerpo estaba tan caliente, su piel picaba, Hermione se rindió de intentar que fuera con él sin notar que estaba entrando en celo y todos se fueron al entrenamiento, después de todo, ellos sabían que Harry tenía clases de tutoría con el Profesor Snape.
—¿Señor Potter? —Al parecer Snape le había intentado hablar un par de veces, el hombre le tocó el hombro—. ¿Se encuentra bien?
—Mm-mm. —Se quejó el chico—. Alpha.
—¿Estás entrando en celo? —Snape se tapó la nariz pero había sido tarde, el olor de un Omega en apareamiento lo había golpeado—. Vamos a la enfermería.
Harry se sostuvo de la mano que tenía en el hombro y también del antebrazo de la mano que protegía a Snape de su olor, por "accidente" lo jaló, así provocó que el alpha tomara otra bocanada de sus feromonas, las pupilas del pocionista se dilataron y todo el deseo que había tenido por el bello chico subió hasta desbordarse, agotando la voluntad de Severus Snape.
—A-Alpha, por favor, no me siento bien. —Harry cayó sobre su pecho, frotando su mejilla sobre la caja torácica del Alpha agitado—. Te necesito.
El Alpha usó su brazo para tirar todo lo que estaba en la mesa de trabajo de Harry, internamente lamentando el rebote del caldero de peltre y el cristal de la varilla quebrarse, agarró la nuca del cachorro quien gimió como una puta bajo su mando. Había algo sospechoso en que el niño pudiera resistir sus feromonas y voz Alpha mientras que ahora era tan complaciente como el Omega más sumiso, debió ser una alerta para él pero no hizo caso a ella.
Con su otra mano arrancó la túnica del cuerpo juvenil, las llamativas ropas de dorado y rojo apantallaron a Severus, era glorioso de una forma que jamás confesaría, lamió su mejilla sudorosa bajando a dar besos en su cuello con suaves mordiscos, sintió el hechizo de protección glandular, no se contuvo más con las mordidas y Harry se retorcía hermosamente entre dulces gemidos.
Quince años y gime como si fuera una puta de algunos galeones.
Con el agarre que tenía impuesto en el chico, lo puso contra la mesa de trabajo, la mejilla de Harry estaba sobre la madera húmeda por la limpieza anteriormente realizada, jadeó ante el golpe sordo y se quedó, no quieto, pero si lo más que pudo. Severus soltó su cuello recorriendo con sus dedos la pequeña espalda hasta el par de glúteos redondos, levantó la falda del animador dejando ver las doradas bragas empapadas a celo, acarició por encima y se llevó los dedos a la boca degustando su dulce sabor.
Las apartó hacia un lado, solo le tomó un par de movimientos quitarse la túnica exterior, bajó el cierre, sacó su grande y gruesa polla con el nudo ya semi inflamado, respiró profundo apretando su base para no correrse, estuvo cerca con tal vista frente a él, mirando al chico se preguntó si lo rompería de lo pequeño que era pero su lobo interior decidió que honestamente no le importaba.
—A-Alpha, Alpha por favor, follame. —La voz sumisa de lo que había sido un adolescente conteston llamó—. Por favor.
Harry se inclinó más en el escritorio, con sus manos separó sus glúteos y se puso de puntillas presentando, el Alpha satisfecho gruñó, preguntándose si el chico era virgen deslizó su polla entre las paredes de calor que pronto lo acogieron con gusto haciendo gimotear al niño. La polla del pocionista era muy grande, nada que ver con la polla de su tío, primo o de aquel chiste de mortífago, era la polla de un Alpha.
—Pequeña puta Omega, ¿Quién más te ha follado? —Se sentía apretado como los mil demonios pero sabía que el chico no era virgen, no había esa lucha de su interior—. ¿A quien le fuiste a pedir polla, mmh?
Se deslizó hacia afuera y ahora seguro de que no era virgen embistió duro y conciso en el fondo, tomó la cola de caballo del niño, lo jaló hacia atrás con el ritmo de sus caderas, la otra mano la tenía fuertemente presionada contra el gordo glúteo.
—Oh, mmm, m-mi tío. —Sollozó el chico—. Y un mago que encontré en londres cuando me escapé de g-grimma- demonios.
Maldijo placenteramente, al Alpha se le retorció el estómago, ¿Habrá abusado del niño? El incesto no era mal visto en realidad pero el abuso a menores era otra cosa muy diferente, sus empujes no pararon, el Omega al menos necesita un nudo antes de ir con la señora Pomfrey.
>>Pensé que se había sentido bien pero... —El Alpha soltó al Omega dejándolo caer de nuevo contra la madera dura y pasó sus manos al pecho plano para jugar con sus pezones hinchados—. ¡Oh! Es mucho mejor con un Alpha.
Severus sonrió de lado, una de las cosas que podrías hacer para tratar con el bastardo grasiento era subirle el ego y así, el hombre te daba lo que querías aunque no debías ser tan obvio. Harry sentía como la polla golpeaba profundo, su punta topaba con el final de su vagina, no se había sentido tan abierto en su vida. Snape era lo suficientemente grande como para dejarlo sin aire a través de las furiosas embestidas.
Severus apreció el cabello profundamente pelirrojo en aquella piel bronceada, se veía exótico, sexy como el demonio y no pudo evitar sentirse complacido que dicho chico quisiera sus atenciones, había escuchado de los niños Alpha que habían deseado follarse al chico pero que esté siempre los mandaba a la mierda. Una posesividad burbujeaba en su pecho, no del tipo que quería reclamarlo, era un mocoso estresante después de todo, sino una que se regocijaba egoístamente de ser el primer Alpha que anudaría en este coño.
Se enderezó, azotó los glúteos con sus dos manos, apretó la grasa de estos dejando bordes entre sus dedos, su abdomen y caderas rodaron para estimular y estimularse aún más, sintió el nudo hincharse aún más, sabía que estaba demasiado cerca, anudaría el coño de uno de sus estudiantes, si esto salía fuera de ésta habitación estaría en serios problemas. Su cabeza cayó hacia atrás, sus ojos se cerraron y su boca se abrió temblorosa cuando después de una embestida particularmente fuerte el nudo se estancó y no se salió.
Harry gritó, la punta de la polla de Snape había traspasado ligeramente aquella pared del fondo, sus uñas rasgaron la madera, las lágrimas corrían por sus mejillas, era abrumador, embriagante, las feromonas del Alpha lo atontaban y joder, había extrañado follar. Todo su cuerpo temblaba cuando las rafagas de líquido viscoso manchó el piso del laboratorio, su respiración estaba agitada y por todo lo que es santo, ¿esto se acercaba a la experiencia de ser criado? Porque no podía evitar estar ansioso cuando su Alpha por fin lo preñara, se retorció.
—¡Mierda! —Gimió el Alpha dejando entrar copiosas cantidades de su semen fértil dentro del Omega, el Alpha esperaba que al menos el chico se estuviera cuidando, lo cual Harry hacía, sino habrían problemas—.
Harry estaba perdido, sus ojos se estaban cerrando por sí solos, Snape aún estaba disfrutando la bruma del orgasmo chorreando más y más del interior de Harry con su semen que no había descargado en un tiempo, el Alpha se tambaleó un poco hacia enfrente sosteniéndose de los bordes de la mesa en vez de Harry y el nudo de movió dentro del espacio que lo retenía.
—Uff. —Se quejó el Omega antes de que sus ojos se cerraran—.
Snape esperó hasta que el nudo se desinflamara lo suficiente para salirse, el chico siguió sobre la madera, estaba dormido, Severus suspiró profundamente, acomodó su ropa y la del chico, incluyendo la bata que había terminado en el piso. Se la puso antes de levitarlo hacia la enfermería.
Los días de San Valentín se acercaron para obvio disgusto de Harry, quien se lamentaba de no poder tener algo especial con su Alpha, suspiró tan fuerte que tanto Ron como Hermione le voltearon a ver, odiaba estas fechas, los cupidos volando de aquí allá entregando notas, las decoraciones sosas del gran comedor y sobre todo la bola de aduladores de mierda que no lo dejaban en paz, no quería salir con ninguno de ellos, no quería a nadie más que se dulce Señor Oscuro.
—Harry, seguro que puede mandarle un regalo. —Susurró Hermione alentadora, es dulce de su parte, ella seguía pensando que él estaba enamorado de Snape, se reía de su inocencia—. No creo que se ofenda por algo así.
—Soy Harry Potter, Hermione, se ofenderá. —Bufé, Ron después de un tiempo se rindió con saber quien era el que "me gustaba" así que no comentó nada—. Además, si le gustara un ápice hubiera hecho algo con tantas veces que lo tengo para mí solo.
—Eres un estudiante, Harry, eso es obvio. —Suavemente añadió—.
—¿Te gusta un profesor? —Ron jadeó y luego miró a Hermione—. ¿Y no lo reprendes? ¿Quién eres y qué hiciste con nuestra mione?
Ella bufó de lo estúpido que estaba siendo, Harry miró hacia la mesa principal, pestañeó al notar que el Alpha lo miraba intensamente, él sonrió con falsa dulzura y su rostro se sonrojó por si solo al recordar el grandioso sexo, la excitación subió por su columna vertebral, no había hablado sobre el tema para evitarle incomodidad al hombre ya que amaneció en la enfermería después de su celo particularmente fuerte. El hombre apartó la mirada hacia la mesa Slytherin con rapidez, Harry reprimió una risa por la actitud tan infantil del profesor al ser atrapado mirándolo.
—¿Cuándo hemos podido sacarle algo de la cabeza? —Inquirió la chica—. Además así lo mantengo bajo control.
Me reí internamente de ella, yo ya había follado con Snape, ¿qué más podría mantenerme en control? Solo rodé mis ojos para seguir almorzando.
Snape lo empujó contra una pared, el chico gimió sonoramente a través del eco de los pasillos abandonados, sus labios fueron besados por otro par más delgado, abrió su boca dando bienvenida a la intrusión del ladrón de jadeos. Sus manos fueron apresadas contra la fría piedra y su polla siendo golpeada por la erección de Snape, Harry podía sentir que si seguía se correría vergonzosamente pero el Alpha era fuerte y sentía mojarse a través de sus bragas.
—Ahora, pequeño cabrón, has estado jugando al coqueto por semanas, burlándote de este Alpha, ¿no? —Severus gruñó imponiendo con más fuerza su dura y gran polla contra el abdomen del chico—. Los juegos se acabaron.
Fue girado con la misma brusquedad que la vez del laboratorio y su rostro sintió el frío de la piedra, la mano derecha tenía la cabeza rojiza contra la pared mientras que la izquierda bajaba los shorts cortos de dormir del muchacho, sintió a Snape acariciando su esfínter, él se movió y negó.
—No, ahí no. —Con fuerza replicó mirando por encima del hombro la mirada aburrida que Snape le dirigía, desmentida por el oscuro de sus ojos y lo rosado de sus mejillas—.
Los dedos bajaron hacia el par de labios vaginales, sintió como ellos le atravesaron con facilidad, fueron retirados con la misma facilidad, metió tres y luego cuatro, una cosa era estar en el celo donde el cuerpo se preparaba y una muy diferente recibirlo al seco, era doloroso incluso para el más promiscuo. Snape retiró sus dedos, se aventuró entre sus ropas para liberar su miembro e introducirlo al agujero previamente estirado.
—Eso, perra, gime así, parece que te gustó ser follado por tu profesor más odiado, ¿Qué eres, masoquista? —Se burló cuando Harry había gemido sorprendido al recibirlo hasta su útero nuevamente, salió y lo golpeó con la misma fuerza—. Parece que sí.
La mano que lo sostenía contra la pared agarró los mechones rojos desde la raíz y los jaló hacia atrás dejando expuesto el cuello, mordisqueó sobre la glándula protegida provocando espasmos alrededor de las paredes de Harry. Su otra mano lo sostenía de su pelvis, sus embestidas eran duras, la posición perfeccionaba el golpe contra el punto G y rozaba el P de Harry.
—M-Más fuerte. —Los ojos esmeralda giraron hacia atrás y su boca se abrió—. Demonios, solo más.
Snape se movió con más dureza, había decidido dejar a sus instintos fluir, esa pequeña parte sádica que asustaba a los Omega pero parecía encender el fuego en el pequeño descarado frente a él para empalar una y otra vez el cuerpo pequeño dispuesto, Harry se vino fácilmente, pues sus paredes se apretaron y Snape pudo mirar la pared manchada de blanco.
Tras un gemido peligrosamente alto, empezó a usar el cuerpo de Harry a su antojo, era liviano y fácil de cargar así que solo lo utilizó como el juguete que en su mente era, si Dumbledore se divertía preparar al chico como un arma para derrotar a un maniático, ¿por qué él no podía divertirse llenando al muchacho de semen? Lo hizo, anudó una vez más en él robando un segundo orgasmo a Harry.
—Eso es, córrete como una dulce puta, Potter, eso siempre te ganará un poco de semen del que amas. —Gruñó en su oído, Harry estaba temblando colapsando sobre la caja torácica de Snape—. Demonios, espero que estés tomando anticonceptivos, niño.
—¿Quién sabe? —Harry sonrió juguetón—. Igual y estoy en cinta ahora mismo, señor, no lo sabremos.
Snape sabía que le estaba tomando el pelo, rodó los ojos girándose contra la pared y sentándose en el piso atrayendo a Harry con él, debían esperar que el nudo baje, eso no pasaría pronto.
Notes:
Por favor, comenta que te pareció.
Chapter 16: XV. El ministerio.
Summary:
Harry coquetea con Voldemort.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Severus rebotó pensamiento sobre pensamiento, ya no podía ni siquiera ir a los pensamientos secundarios del chico, sino que era redirigido a un pensamiento inventado por el chico, donde Harry crecía con Lily y James Potter, algo dolió en su pecho, sabía que el único deseo que jamás se le podrá cumplir era conocer a sus padres, resignado y cansado después de intentar entrar durante veinte minutos salió para recostarse en una silla del salón de clases.
—Felicidades, señor Potter, está extraoficialmente graduado de mi curso de Oclumancia. —Harry respiraba superficialmente mientras Severus jadeaba, era notorio el nivel de poder de cada uno—. Ahora, fuera de mi vista, tengo derecho a un merecido descanso.
Harry hizo un puchero para después dar una sonrisa descarada—. ¿Ya tan rápido se quiere deshacer de mí? Y yo pensé que teníamos algo especial.
Severus bufó burlón—. Lo único especial que salió de todo esto es que por fin tienes habilidad en algo.
—Ah, ahora sí me lastimó, Profesor. —Harry se tomó el pecho como si le hubieran disparado y su mirada esmeralda se cargó de lujuria sobre Severus—. Soy bueno para otras cosas y lo sabe.
Severus le dió una larga mirada impaciente, Harry alzó las manos en rendición y con una sonrisita suave.
>>Me voy, me voy. —Harry se acomodó la capa encima, agarró el morral de sus libros y se dirigió a la salida—. Aunque hubiera sido divertido tener algo para "despedirnos".
—Fuera. —Gruñó el Alpha—.
Harry carcajeó—. Ash, que eres aguafiestas, adiós Snape. —Salió en un click de la puerta—.
Caminó por los largos pasillo hacia las escaleras, eran pasadas del toque de queda, probablemente si Filch lo atrapaba se llevaría una larga detención, aunque siempre podría respaldarse de las "clases de pociones de recuperación" y escapar pero no quería tentar su suerte así que se apresuró.
Una comodidad estaba asentada en su pecho, por fin estaría más tranquilo, sus lealtades estaban escondidas como se debía, ya no tendría que preocuparse porque Dumbledore le descubriera, tarareando regresó con ligeros brincoteos a la torre de Gryffindor.
Sirius estaba siendo sostenido por una horda de mortífagos en una silla en el centro del departamento de misterios, sus muñecas apresadas por un incarcerous y su cara mostraba esa ira desafiante en sus facciones algo desquiciadas después de Azkaban.
—¡Él no vendrá, Voldermort, está seguro en la escuela! —Gruñó como un perro rabioso—. ¡No lo tendrás!
—¿Eso crees, Black? —La respuesta estaba cargada de una frialdad, se escuchaba que provenía de él pero no era su voz—. ¡Diffindo!
La garganta de Sirius se abrió en dos horizontalmente dejando el líquido carmesí caer por su piel caramelo y su camisa blanca manchándola, sus ojos perdieron el brillo de la vida y se dejó de mover.
Harry se despertó, no estaba agitado, no sudaba, solo abrió sus ojos parpadeando, el sueño no había sido del todo claro, tenía sus vacíos que las otras visiones no por lo que lo descartó como algo que estuviera pasando en este momento, Sirius estaba en la seguridad de Grimmauld Place y Harry no tenía por qué asustarse.
Una sonrisa maquiavélica se formó en su rostro, no tenía porqué ir pero, si él quería iría, es decir, no había visto a su Alpha desde el año anterior cuando descubrió el gozo de completarse con lo que tanto anheló encontrar.
El extrañar a Tom fue lo que lo decidió.
Empezó a cambiar su respiración, había aprendido a manejar sus sentimientos con los libros, práctica de oclumancia y uno que otro consejo de Lady Black, así que pronto sus ojos se llenaron de lágrimas, los cerró moviéndose sobre la cama, eran tales los movimientos que su cuerpo sudó y sudó, cuando estuvo listo empezó a gritar sabiendo que los chicos del cuarto le escucharían.
—¡No, no, por favor, Sirius, no! —Gimió de un lado al otro, Harry escuchó el ruido de sus amigos levantándose—. ¡Déjalo ir, por favor, no, a él no!
—¡Harry! —Gritó la castaña moviendo al chico de arriba abajo—. ¡Harry es un sueño!
Sus ojos se abrieron y brincó golpeando con la cabeza a la niña. Ah, maldición, eso dolió.
—¡Ay! —Harry sostuvo su cabeza con ambas manos—. Sirius... Sirius está en el departamento de misterios, él, él está en peligro, es como lo que sucedió con tu papá Ron, por favor, ayúdenme.
Después de que un par de cabezas se movieron de acuerdo el chico continuó.
>>Hermione, llama al Ejército de Dumbledore. Nadie nos escuchará, debemos ser rápidos y sigilosos.
Ella salió corriendo mientras Ron le daba un vaso con agua a Harry, hizo que sus manos temblaran junto a su cuerpo y bebió el agua.
—Debemos ir. Ahora. —Harry se levantó, fue a ponerse algo diferente, algo lindo si podía—. Solo debemos cambiarnos.
Harry se puso una camisa de botones de un muy pálido color rosa, una falda escocesa negra, unas medias blancas y unas botas de dragón, primero muerto que su Alpha lo mirara en esas fachas, no, señor. Se puso una capa encima esperando a que Hermione volviera y se vistiera también. Discretamente peino su cabello en un chongo elevado y nadie se dio cuenta cuando usó una capa ligera de brillo en los labios.
Al final fueron atrapados por Umbitch y el profesor Snape, ella casi lo hacía beber veritaserum, lo bueno que el bastardo había mentido, la semana pasada Harry lo miró embotellar varios viales de la poción antes de su clase, iban ser llevados cuando Ron abrió la boca diciendo lo de Voldermort y su padrino, brillante Ron, ahora tendremos a la orden detrás nuestro, pensó Harry.
Hermione logró engañar al sapo rosa de acompañarlos al bosque prohibido y así fue hecha puré para centauro.
Tras la estupenda idea de Luna de tomar a los Threstrals e ir volando, una horda de estudiantes llegó al ministerio para colarse entre los pasillos vacíos, fue cubrido por Ginny, Luna y Neville en la parte trasera y Ron y Hermione a sus costados.
Al llegar al sitio que se esperaba, no había nadie, Harry soltó un sonido de confusión, Neville habló en un suave murmullo.
—Eh... Harry, este dice tu nombre.
Cuando Harry lo miró, comprendió todo, Voldermort quería su profecía, era entrañable como quería manipularlo para hacer algo que ya estaba dispuesto a hacer si tan solo hubiera escuchado el año anterior, Harry tomó el orbe resplandeciente en su mano para escuchar la profecía completa.
<<El único con poder para derrotar al Señor Tenebroso se acerca..., Nacido de los que lo han desafiado tres veces, vendrá al mundo al concluir el séptimo mes... Y él será el igual del Señor Tenebroso, él tendrá un vínculo que el Señor Tenebroso no conoce... Tendrá el poder de destruir el mal o sucumbir a él, pues ninguno de los dos podrá estar completo sin el otro... El único con poder para derrotar o impulsar al Señor Tenebroso nacerá al concluir el séptimo mes...>>
Los pasos de suspenso llegaron a su espalda, Harry se puso justo enfrente para ver el melodrama de Malfoy, el divo total. Harry quiso rodar los ojos, de tal palo tal astilla.
—¿Me harás esperar por siempre o seguirás a paso de tortuga, Malfoy? —El cuerpo del mago se tensó, llevaba una máscara, ¿Cómo demonios el chico Potter lo supo?—. ¿Dónde tienen a mi padrino?
Eso le dio un incentivo de burla, quitándose la máscara—. ¿Cómo pretendes derrotar a mi señor cuando no sabes que es real o no en tus sueños? Eres patético, mi señor se aseguró de que vinieras.
Si tan solo supiera.
—¿Qué pasa, el lindo Voldy no está con nosotros? —Harry tarareo—. Oh, es tan predecible, ¿Sabes? No tiene las bolas para venir por mí así que no temo de un montón de mortífagos de cuarta. —La presencia del grupo 'enemigo' los rodeó, Harry arqueó sus labios hacia arriba, burlón—. Esclavos solamente. No son más que elfos domésticos.
—¿¡Cómo te atreves Sangre sucia?! —Bellatrix salió de las profundidades—.
Neville hizo acto de hacer frente pero Harry negó poniendo una mano en su hombro.
—Respira Nev, sabemos qué es lo que quieren, si nos tocan un pelo se quedan sin profecía. —La amenaza tácita en sus palabras, era un Slytherin de corazón, era hora de que esta basura lo sepa—. Y eso no le gustará a baby Voldy, ¿O sí?
El grupo de mortífagos se fue acercando poco a poco, no era como si fueran muy sutiles al respecto, aunque Harry sabía que los demás se dieron cuenta tarde.
—Calma, Potter. —Gruñó el rubio—. Si no te conociera bien, pensaría que estás ansioso porque el señor Oscuro viniera a darte un poco de tu merecido.
—He esperado eso por quince años, Cariño, eso no va a pasar. —Dijo con una dulzura falsa—. Menos con un equipo entrenado personalmente por mí.
Pisó dos veces el piso como señal y todos gritaron a su vez Desmaius. Ahí fue cuando empezó la persecución, las bombillas llenas de profecías reventaban una tras otra luego de los ataques, incluso pudieron detener a algunos de los seguidores oscuros, la puerta de la salida brilló y pasaron a través cayendo a un vacío.
Había un arco, una roca con una inscripción en latín antiguo, apenas podía traducir un poco de él como las palabras "nigromancia" y "portal al inframundo". Era el velo, había leído sobre él en un libro que hablaba del ministerio y sus grandes descubrimientos, nadie debía acercarse a él
—¡Todos aléjense de aquí! —Gritó el de cabello pelirrojo profundo—.
Las sombras vinieron, una tras otra en un torbellino de humo, rodeando a sus compañeros, Harry mantuvo su mano bien apretada, sin dejar la profecía hasta que mirara a su amado, no se iría sin haberle visto, no había venido hasta aquí por nada.
Pero habían sido rodeados, todos tenían a un integrante del ejército de Dumbledore, Harry maldijo, esto no había resultado como quería, ideó en su mente alargar lo inevitable.
—Damela y los dejaremos ir, Potter. —Harry hizo una fea mueca—. No es nada, solo un orbe.
—Así que si lo dejo caer no importa, ¿cierto? —Picó un poco los nervios del hombre—. Es solo un orbe.
Los ojos plateados se llenaron de miedo cuando los de Harry dejaron toda emoción falsa, sacó su verdadero brillo, un brillo espeluznante y siniestro que solo había visto en una persona, Voldermort, Harry sonrió ligeramente y le dió el orbe en la mano.
>>Si no me queda opción. —Murmuró en un tono tan sarcástico que hizo que Lucius se estremeciera—.
Sirius apareció detrás del rubio, maravilloso, ahora no podemos salir ilesos, Harry observó como Lucius cayó tras el puñetazo dejando la profecía romperse.
—Ay pero que estúpido. —Harry se rió, corriendo a esconderse de la batalla de varitas que había entre la orden y el círculo interno de Voldermort—. ¡Lucy Posie está en problemas!
Harry retrocedió cuando el rubio se levantó listo para arremeter contra él pero Sirius lo atacó con más rapidez, mandandolo a volar lejos, el sonido risueño de Bellatrix alertó a Harry.
—¡Expulso! —Sirius fue aventado hacia la dirección de Malfoy cuando el Avada fue directo a través del velo y señaló a la loca con su varita—. ¡Diffindo!
Después de eso, Harry persiguió a la mujer que esquivó su ataque, la muy perra se le había escapado, corrió y corrió hasta encontrarse en el gran pasillo donde miles de chimeneas estaban dispuestas para usar, en un arrebato de ira dio un crucio frío a la bruja, sosteniéndolo durante veinte segundos y soltarla.
—Eso Harry, tienes que desearlo. Eres tan patético que no puedes mantener un crucio. —La voz siseante del señor Oscuro resonó en su cabeza y Harry gimió audiblemente—. Tenías que ser tan terco, ¿No? Solo tenías que darle la profecía.
—¿Ningún "Hey, Harry esa falda acentúa tu culo perfectamente"? —El Omega hizo un puchero disconforme—.
—¿Qu-? —Bellatrix indignada se levantó—.
—Para tu información, se la dí al estúpido de Malfoy, él decidió caerse y romperla por sí mismo. —Potter se cruzó de brazos claramente indignado—. ¡Y un cumplido sería lindo! Yo que te había extrañado.
—¿Pero de qué demonios estás hablando, niño? —Siseó el Alpha—. ¡Déjate de juegos!
Harry iba a decir que sus sentimientos no eran un juego cuando el viejo hizo su aparición, el chico bufó fastidiado, ¿No podían darle quince minutos para seguir indignandose con su Alpha? ¡El descaro!
La lucha entre el Beta y el Alpha fue magistral, aunque haber sido lanzado no le gustó, admiró su increíble fuerza mágica, Tom era impresionante, y todos esos vidrios, el control que se necesita para hacer eso era demasiado, Harry lo sabía y por eso, ésta cantidad de poder nato hizo que el cosquilleo en su vientre resurgiera porque ¡Demonios! Su Alpha era sexy cuando se ponía como loco.
Voldermort cayó después de que el agua lo dejara en paz, desapareció en el reflejo de la nada y de repente el placer del año anterior se retomó. Su amado estaba dentro de él. Su cuerpo se prendió en fuego cuando cada terminación nerviosa se alteró con gusto, había extrañado esta sensación, ser tocado por el Alpha de esta forma.
Su cuerpo palpitó, cayó al piso, tendría una vergonzosa mancha en su ropa si el Alpha no se detenía, maldición, Harry erigió todos sus muros de Oclumancia dejando rebotar al señor Oscuro de un recuerdo a otro, este estaba furioso, desesperado por la necesidad de encontrar un punto débil que no encontraría porque el punto débil de Harry era el Voldemort mismo.
Tom, frustrado salió del cuerpo del chico, sus ojos brillando de enojo y desprecio.
—¡Eres terco, una vez llegue el momento, te quitaré todo!
—Nunca podrás quitarme todo, siempre tendré lo que más anhelo conmigo. —La mirada del chico cruzó con la rojiza—. Incluso si tú no lo quieres así, está destinado a ser así, siempre me pertenecerá.
Harry sintió la furia vibrando a través del hombre sin cabello, sus ojos se ponían más y más pesados con cada segundo que pasaba, él quería seguir despierto pero las experiencias con su destinado siempre terminaban por agotarlo de esa forma y ésta vez no iba a ser diferente.
Mientras el mago desaparecía en un espiral de sombra, Harry cerró los ojos quedando inconsciente.
Lucius estaba sobre sus cuatro miembros, jadeando, su cuerpo sudaba y el dolor recorría todo su ser, el crucio cayó de nuevo sobre su espalda y él sucumbió al dolor cayendo al piso como res, el grito salió desde lo profundo de su estómago, su cabeza le zumbaba, ya no podía ver a través de la bruma y las lágrimas de desesperación se formaban sobre sus ojos.
Voldemort estaba furioso.
No solo se había enterado que el niño ni siquiera había chistado, solamente le dió el orbe y Lucius lo quebró, sino que el bastardo descubrió su rostro y no tendría el poder en el ministerio del que antes gozaban, todo por su orgullo e impertinencia.
—¡Te di una tarea! —Gruñó—. ¿Cuál fue?
El crucio se levantó un par de segundos para dejar respirar al rubio, tosió y farfulló como pudo.
—T-Toma el o-orbe y sal sin ser descubierto. —Gimió y gritó cuando el hechizo se reanudó—. ¡Por favor, mi señor, tenga piedad!
—¿Piedad? —Se burló el de ojos carmesí—. Te daré piedad. Tu hijo será marcado este verano, tomará una misión a cambio de tu fallo y si el vuelve a fallar, que Lady Magic te ayude.
El rostro de Lucius se volvió de un pálido fantasmal, su hijo, no, su niño no, él no tenía por qué sufrir por él, sus ojos se conectaron con los de Narcissa y solo encontró odio en los que una vez lo amaron. Ese fue el peor castigo de todos.
—Mi señor, dudo de las lealtades de Potter. —Informó sin permiso de palabra, las cosas no podrían estar peor—. Él entregó el orbe con burla, fue una burla fría, estaba feliz de entregarlo, era como si observara un frío abismal. Yo no puedo explicarlo.
Voldemort pareció considerarlo un momento, la duda estuvo reflejado en los rasgos serpentinos pero se fue tan rápido como apareció.
—Eso es imposible, él nació para destruirme, no para unirse a mí. —El rostro del hombre se torció en una mueca—. Tal vez un tiempo en Azkaban te de la lección de no hablar sin que te den permiso.
Sí, pudo ser peor. Lucius fue cargado con otro crucio, sabía que esto solo era el inicio de su castigo, oh, su pobre Draconis.
Notes:
Por favor, comenten que les pareció.
Chapter 17: XVI. La diadema de Ravenclaw.
Summary:
Harry mira al bebé Voldemort en recuerdos de Dumbledore.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Harry Potter no se acostaba con cualquiera, a los ojos de los demás en Hogwarts y, por ende, el mundo mágico británico —con ligeras excepciones—, Harry era un virgen muy dulce y suave, sin perversión en su alma o en su cuerpo. Su salvador no pensaba en cosas tan banales como el sexo. Él era puro, casto, intocable y digno de su respeto. Esto no detenía el acoso, al contrario, lo incrementaba.
Aunque esto era muy machista si Harry lo miraba desde un punto de vista misógino, muchos le habían ofrecido un acostón casual pero este siempre fingía un sonrojo potente y denegaba. Era mejor así, se decía, para cuando él por fin terminara con su destinado, todo fuera sorpresivo y se viera totalmente como un acto de "Un inocente Omega actuando ciegamente por su Alpha".
No rechazaba a los Alpha aleatorios porque fuera un mojigato sino porque él se sentiría infiel hacia su compañero si follaba con alguien que era traidor de sangre o que estaba en contra de los ideales de su Alpha. Así que solo tenía sexo con personas con la marca tenebrosa, como el Alpha del metro, Snape y, en un futuro, Draco.
A excepción de su familia porque bueno, solo eran juguetes, bolsas de carne que expiraran cuando su amor los destruyera, ¿Qué más da si se masturbaba con objetos como esos?
Lo más tedioso con lo que había tenido que lidiar Harry en todos estos años fue aguantar el toque de una mano que no quería que lo tocara. Con repulsión le había dado una larga mirada amenazante a Horace Slughorn quien, al ver a Dumbledore desaparecer tras la puerta del baño —con esa misma intención, supuso Harry— llevó una mano a su rodilla para subir hacia arriba por debajo de su falda.
Algo en esa dura y penetrante mirada hizo que Horace se estremeciera de arriba hacia abajo, deslizó la mano fuera de Harry una vez más y soltó un muy falso: "Se me resbaló la mano, mis disculpas". Potter bufó sarcásticamente y rodó los ojos ante el poco valor que tenía el jodido Alpha.
Acababa de pasar el acoso más desagradable que había vivido en toda su adolescencia, si, más desagradable que Vernon, su juguete personal, cuando Ginevra lo rodeó con un intenso abrazo asfixiante, bueno, mierda, hasta él podía sentir los pensamientos en ese abrazo para nada fraternales de: "no te preocupes, Harry, cuando presente Alpha te haré tan feliz".
Harry por la buena salud mental de los que restaban en la familia y la suya propia solo la apartó suavemente, negó vagamente a la sonrisa de disculpa de Ron, él no tenía la culpa de que su hermana estuviera obsesionada con él.
—Yo también te extrañé, hermanita. —Harry sonrió afectuosamente y Ginny se puso verde—. Extrañé a mi familia real.
—Oh, Harry. —Había dicho Molly y fue recibido por un montón de brazos pero esta vez Ginny se mantuvo fuera—. Te queremos, hijo.
Harry podía decirse con sinceridad que se estaba comenzando a hartar de los Alpha 'dominantes' que le rodeaban, Harry había rechazado fácilmente a la mitad de Hogwarts y de esa mitad, la mitad había necesitado violencia física y mágica. Muchos habían terminado en la enfermería por estar vomitando gusanos constantemente o con tener todo el cuerpo lleno de forúnculos.
De nuevo fue arrastrado por las especulaciones de Hermione y Ron sobre los mortífagos, terminaron en la azotea del costado de un edificio lúgubre en callejón Knockturn, Harry observó a Greyback mirar directamente a través de se capa de invisibilidad con los ojos entrecerrados, el Omega le sacó la lengua, burlón, sabía que no podía verlo.
Era obvio que a Draco se le había encomendado alguna clase de misión y, según, la última vez que entro a ese lugar en su primer año ese armario tenía un gemelo. ¿Tal vez era una clase de portal? Habiendo obtenido la información necesaria, se bajó de la azotea del pequeño edificio en un brinco.
Tuvo la tentación de espiar al rubio oxigenado pero, ¿cuál sería el punto? Ya sabía que el niñito de papi ya había sido marcado, era absurdamente obvio, esa arrogancia apenas velada a pesar de la rabia directa a Harry por haber "mandado" a su padre a Azkaban pero el Omega sabía que sería un corto tiempo, su amor necesitaba a Lucius para chantajear a Draco, además de su amada madre, por supuesto.
No quería cursar pociones, no era algo que le animara después del acoso sexual del profesor Slughorn pero no podía ir en contra de una 'orden' directa de McGonagall sin una explicación lo suficientemente razonable para la animaga, lo bueno era que tendría el respaldo de Hermione y Ron para escapar de las garras del Alpha, aunque no lo necesitara.
La citación del profesor Dumbledore no ayudó con su humor y lo tomó por sorpresa, desde el año anterior que no había intentado llamar la atención de Harry, por esta ocasión decidió pedirle a Snape que lo acompañara a la reunión, aunque no era su jefe de casa podría servir de intermediario como docente ya que McGonagall estaba ocupada con los primeros años que tuvieron un altercado, posiblemente por eso Dumbledore había escogido ese momento. Asintiendo para sí mismo fue a las mazmorras.
Una vez que un reacio Severus Snape subió con él hacia la oficina del director, el hombre dijo la contraseña a la gárgola y ambos subieron, la puerta se abrió sola cuando estaban a punto de tocar, el director pareció sinceramente sorprendido de que Snape estuviera presente pero si estaba molestó no lo dejó ver.
—Severus. —El hombre le devolvió el saludo en un asentimiento rígido—. No te esperaba.
—Creo que el reglamento decía que no puedo estar con un Alpha o Beta varón del personal a solas al ser yo un Omega, director, así que me tomé la libertad de pedirle al profesor Snape su presencia. —La sonrisa dulce de Harry no engañó a nadie—. Para evitar rumores, ya sabe.
—Por supuesto, mi muchacho.
Después de ahí, el profesor Dumbledore le enseñó lo que era un pensador, así como varios recuerdos sobre Tom Marvolo Riddle en sus años dulces, uno tras otro volviendo cada vez más difícil para Harry no suspirar o sonreír con ternura al ver las muecas o señales de disgusto del bebé Voldemort como había decidido llamarlo. Era hermoso desde que había sido un niño y para el Omega, todos habían estado celosos de su Alpha por tanto talento y belleza en un hombre.
Incluido Albus Dumbledore.
Las pruebas de los puestos de las porristas llegaron tan rápido como los primeros indicios de los exámenes parciales, serían diez de cada casa: cuatro de base, tres porristas secundarios, dos porristas principales y la porrista reina o el porrista rey. Fue difícil escogerlos ya que todos se habían esforzado el año pasado y el actual, solo quedó nombrar a los reemplazos y los demás tuvieron que irse por la paz.
Todo había ido relativamente bien desde el inicio del año si exceptuaba a los Alpha que se volvían cada vez más intensos, había sorprendido a Hermione escribiéndose con Krum en diferentes ocasiones, esto siempre venía con un montón de burlas de parte de Ron y él pero ella solo negaba con un par de mejillas sonrojadas.
Ron había salido un par de veces con Zabini, quien había tenido su primer calor hacía dos semanas, la falta del celo propio de Ron era una constante inseguridad para el pelirrojo de no ser lo suficiente bueno para un Alpha. Harry siempre lo distraía para que esta no creara raíces dentro del sensible corazón de su mejor amigo.
Por parte de Harry, estaba cada vez más curioso con lo que Malfoy hacía, si bien al principio fue descartado como una misión pequeña como reclutar Slytherins para su destinado, su pensamiento regresó cuando miró a Katie recrear la escena del exorcista en medio del camino de regreso de Hogsmeade y fisgoneo más de cerca al rubio.
Malfoy se miraba cada vez más sospechoso, temeroso y preocupado, tanto se había adentrado en su propia mente que no se había percatado de que Harry le seguía debajo de la capa de invisibilidad. Potter se detuvo fuera de la sala de los menesteres, decidió no seguirlo a dentro para después espiar él mismo en privado.
Esperó hasta que el rubio salió aún más enfermo de como entró, se lamentó del pobre diablo, tal vez las acciones de su padre habían repercutido en algo peor de lo que había imaginado, se notaba que Malfoy estaba escondiendo algo y no fue difícil pedirle a la sala que le abriera el paso hacia un lugar para ocultar cosas.
La sala le enseñó una habitación más grande que el Gran Comedor, estaba llena de objetos preciosos, desde collares de alta estima como cosas peligrosas o que el reglamento de la escuela no permitía, era curioso como este lugar parecía ser el escape tanto de Slytherins como de cualquier otra casa.
De pronto, un oscuro armario llamó la atención de los ojos resplandecientes de Harry, se pasó el cabello oscuro recortado detrás de su oreja, Malfoy no podía ser tan tonto como para traer el armario a Hogwarts, ¿cierto? Harry bufó, por supuesto que era tan estúpido como para hacerlo. Antes de que pudiera acercarse al gran mueble negro, sintió el cosquilleo en su cicatriz.
Los ojos verdes vagaron por la habitación buscando qué era lo que inquietaba al alma de Voldemort dentro de él, aunque inquietar no era la palabra correcta, estaba más bien ansioso por encontrar aquello, Potter caminó por varios pasillos de cosas hasta que su mirada se conectó con una hermosa diadema azul zafiro, esta prometía dolor y sufrimiento, sin embargo, Harry la tomó entre sus manos y la dejó sobre su cabeza.
El Omega se sostuvo del primer mueble que miró, como adicto a una droga, las vibraciones del Horrocrux intentando entrar y unirse a la mayoría del alma de Voldemort dentro de Harry lo hizo húmedo. Su cuerpo tembló como una gelatina al ser meneada de un lado al otro, las pupilas oscuras dejaron apenas un minúsculo iris verde y sus mejillas estaban llenas de un hermoso rubor.
Mierda. Harry necesitaba una paja ahora mismo.
Notes:
Por favor, comenten que les pareció.
Chapter 18: Un Alpha perfectamente imperfecto.
Summary:
Harry hace un trato con Malfoy.
Notes:
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Chapter Text
Harry esperaba fuera de la sala de los menesteres mirando de vez en cuando su hechizo tempus, no faltaba mucho para que el rubio saliera de la habitación, siempre estaba tres horas para pasar desapercibido al ojo común mientras que Harry lo notó fácilmente, probablemente le mintió a sus compañeros de casa para estar libre y sin ninguna pregunta de dónde se encontraba.
La puerta sonó, el Alpha saldría lo más que pudo, como siempre, con la diferencia de que Harry estaba esperándolo, jaló al chico del brazo y lo estampó contra la pared.
—No tan rápido, dulce. —Harry en su uniforme de porrista arrinconó a Draco, con un pompón en la pared y un muslo entre las piernas contrarias, se acercó a susurrar al oído del rubio—. Seamos francos, ¿quieres? No podrías matar ni a una mosca, Voldy matará a tu papi querido y a mami adorada sino puedes hacer algo por tu señor.
—¿Qué te hace pensar que debo hacerlo? —Incómodo espetó, todo su cuerpo estaba tenso de tanto estrés causado las últimas semanas—. ¿Qué te hace pensar que incluso que sigo al señor Oscuro?
—Porque lo llamas señor Oscuro y no Voldemort, además no creo que hayas progresado en meter a tus amiguitos a Hogwarts así que no te hagas el idiota. —Harry le dio un beso pequeño en la mejilla—. Te daré algo que Voldemort querrá más que la muerte de Dumbledore... a mí.
Draco parpadeó confundido, miró alrededor esperando que alguna serpiente llegara pronto y lo sacara de la situación, porque no podía solo empujar a un omega y salvarse de llamar la atención, el Alpha gruñó, odiaba sentirse tan acorralado.
—¿Por qué? —Preguntó—. ¿Por qué te sacrificarías por mi familia?
—Oh, no me malinterpretes, Alpha. —Harry lo miró a los ojos, complacido ante el ligero extendimiento de las pupilas grises—. No lo hago por tu familia o por ti, quiero un transporte y llegar hasta Voldemort por negocios, puedo decir que fingí que me atrapaste pero no te diste cuenta, quien sabe, tal vez si logro lo que quiero haga que papi vuelva al círculo interno. —La otra mano de Harry viajó hasta el pecho de Draco bajando por el abdomen hasta llegar a la entrepierna del Alpha y dos dedos subieron desde el tronco de la polla hasta la punta—. Como recompensa adicional podría replantearme tu solicitud de hace unos años, hasta podrías alardear y no lo negaré. Tenemos la sala de los menesteres, y tendrías mi coño para ti solo, al menos hasta que me entregues. ¿Qué perderías?
—Sabes muy bien que no solo quería tu cuerpo. —El dolor reflejado en Draco casi conmovió a Harry, casi—. Te ofrecí un noviazgo, Harry, no me digas eso como si solo quisiera follarte.
—Tengo a alguien en la mira, era incorrecto darte alas. ¿Lo tomas o lo dejas? —La frialdad en la voz de Harry hizo estremecer a Draco—. No me hago joven esperando, Malfoy.
—Lo tomo. —Se quejó—.
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Draco besó profundamente al Omega, las caricias de sus dedos fueron tan dulces que enfermaron al Omega, sabía que el Alpha tenía un enamoramiento con él pero no sabía que era tan profundo. Lentamente sus yemas acariciaron sus mejillas, se distrajeron con su cuello y vagaron hasta su nuca para finalizar subiendo y masajeando el cuero cabelludo del oscuro cabello. Draco se deshizo de su túnica dejándolo con una camisa blanca y sus pantalones.
Lo empujó suavemente sobre la cama, sus labios bajaron hacia su cuello lamiendo sobre el hechizo protector, gimió ante el olor intenso de Harry y meneó sus caderas presionando su polla sobre el hueso de su pelvis. Harry rodeó al Alpha con sus brazos, se sostuvo de sus fuertes hombros, lentamente abrió sus piernas dejando a Draco entre estas.
La lengua del Alpha lo acariciaba con reverencia, si hubiera sido cualquier otro Omega lo hubiera derretido, el no era un Omega cualquiera, una de las manos acariciaron el abdomen descubierto de Harry, sus dedos traviesos se escabulleron por debajo de la prenda del top dorado con rojo. Draco alzó su mirada y lo observó deteniendo sus movimientos.
—¿Estás seguro? —Preguntó el honorable Slytherin—. ¿Estás bien con esto?
Oh, Draco sería un Alpha perfecto para otro tipo de Omega, y un pecoso se le vino a la mente a Harry—. Si me preguntas si he hecho esto antes, si, así que, estoy bien con esto.
Eso no había sido lo que Draco había preguntado pero tampoco renegó, subió la tela dejando expuestos el par de pezones rosados, el Alpha jadeó por la belleza de estos, los acarició lentamente con una mano mientras la otra lo hacía con el muslo de Harry, era amable, atento y caballeroso en un nivel asombroso.
La falda revelaron unas bragas doradas, Draco no pudo contenerse de retirarlas con la misma suavidad y ternura como había tratado a Harry en todo el rato, dejando ver la húmeda entrada del Omega, gimió para sí mismo y mentalizando el hecho: Harry no iba a negarse a nada por su trato; tomó sus piernas por detrás de las rodillas para flexionarlas a sus hombros.
Sopló, Harry se meneó en su lugar en un ruido extraño, ¿qué pensaba hacer Draco? Su respuesta fue contestada con la lamida de todo su coño, bueno, mierda, Harry no pudo evitar sollozar, era algo nuevo, lo besó, succionó y penetró con su boca y lengua, si no fuera por la fuerza del Alpha en sus piernas ya habría pateado a Draco de lo tanto que se retorcía.
—N-No, espera, voy a correrme si sigues así. —Harry balbuceo—.
—¿Y? —Esta vez Draco fue a por su polla, lamiendo desde la base hasta la punta con una sonrisa suave—. ¿Eso no es bueno?
—No es eso, s-solo... —La boca engulló el miembro por completo, no era muy grande así que no hubo dificultad a pesar de lo inexperto que era Draco—. ¡M-Malfoy!
La polla de Harry palpitó varias veces, Draco succionó tomando su sabor en su boca, dejó una pierna al costado del Omega para bajar sus dedos al coño que ahora desbordaba jugos, pronto las yemas estaban húmedas y Malfoy pudo meter un dedo con suavidad, dentro y fuera, preparando al Omega, a pesar de que Harry le dijo que no lo necesitaba.
Harry estaba deshuesado sobre la cama invocada por la habitación, dulce merlín, estaba en lo alto cuando fue bajado de golpe por la hipersensibilidad, quiso retroceder pero la mano firme no lo dejó mientras dos dedos de abrían como tijeras dentro de su agujero, el Omega se arqueó una vez más.
—Sabes tan bien, Omega. —Murmuró el alpha con reverencia—. Tan dulce como siempre soñé, ojala fueras mío.
Harry no contestó para no tensar las cosas, Draco sabía perfectamente que el Omega estaba interesado en otro Alpha, solo hacía esto porque era un medio para un fin, ojala Draco le diera sus sentimientos a alguien que los atesorara porque él no podría hacerlo, él amaba a su destinado, fuera como fuere su adorable psicópata asesino, Harry lo amaba.
El Omega apenas se dio cuenta cuando había llegado el tercero y solo se enteró del cuarto porque se sintió cuando Draco sacó los dedos. Harry se sentó momentáneamente, desató la corbata verde Slytherin para lanzarla al piso, desabrochó los botones de la costosa camisa de seda hasta que los músculos del Alpha relucieron, Malfoy lució dudoso por un momento antes de quitársela y mostrar la marca tenebrosa sobre su brazo izquierdo.
—Es hermosa. —Murmuró Harry emocionado, acarició sobre el tatuaje mágico de la calavera—. ¿Duele?
—Solo cuando llaman. —Susurró Draco y Harry hizo un sonido comprometido—. ¿Realmente crees que es hermosa?
—Siempre me gustaron las serpientes.
Harry continuó desnudando al Alpha hasta que la polla erecta estuvo a la vista, Draco se alineó a la entrada de Harry dejando sus piernas sobre las propias, tomó su varita haciendo un hechizo anticonceptivo y lubricante sobre sí mismo antes de hundirse en esa cavidad celestial, Malfoy jamás había sentido algo como esto.
Para el orgullo de Draco significaba mucho admitir que había sido virgen hasta ese momento aunque su padre le dio 'la plática', no se había interesado en ningún Omega de sus compañeros a excepción del irritante Potter que lo había rechazado a la primera, eso había sido un golpe duro a su ego sin embargo agradeció que Harry fuera honesto.
—Mierda, uff, estás muy apretado. —Draco jamás admitirá que sollozó—.
Harry pensó que se correría rápido, Malfoy gritaba 'virgen' en grandes ondas a su alrededor, aún más en su reacción al entrar en él pero no lo hizo, respiró como todo un hombre y aguantó, esperó incluso hasta que Harry le dijo exasperado que se moviera, al parecer estaba esperando a que el Omega le diera permiso.
El vaivén fue suave, contundente y demonios, el Alpha había hecho que Harry se replanteara el sexo lento porque se sentía de maravilla, aún más cuando Harry rozaba sua dedos con la marca tenebrosa y Draco se inclinaba a besarlo, porque Harry podía cerrar los ojos y pensar que quien estaba arriba era su Alpha.
El pensamiento llegó tan repentino que no pudo evitar correrse, mierda, si así reaccionaba a la idea, no podía imaginarse cómo sería cuando Voldemort lo pusiera de rodillas y le obligara a rogar por su polla, Malfoy penetró con más fuerza esta vez, buscando su propio placer ahora. Potter podía sentir el borde de su nudo salir y entrar de su coño, jadeó ante la idea de ser anudado después de medio año sin sexo.
—¿Puedo anudarte? —Preguntó sin aliento—. ¿Puedo correrme dentro?
—Si. —Harry se abrazó del cuello de Draco y decidió darle el gusto—. Lléname, Alpha.
Las manos de Draco lo apretaron—. Oh, Omega. —En dos rápidas y concisas embestidas el nudo se asentó y explotó dentro en ráfagas de semen—.
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Los rumores sobre que Draco Malfoy estaba cortejando a Harry Potter se extendieron por todo Hogwarts, Harry no lo negó pero tampoco lo afirmó, Ron y Hermione fueron los únicos que supieron que solamente estaban acercándose más pero no eran necesariamente Alpha-Omega, Harry saludaba de beso en la mejilla al heredero Malfoy o Malfoy lo abrazaba cuando quería.
También follaban, aunque menos de lo que Harry esperó, Draco aprovechaba mejor para tenerlo acurrucado en los sillones de la biblioteca, con su barbilla sobre la cabeza de Harry o besándolo dulcemente entre clases, Draco se miraba tan entusiasmado que Potter no tuvo el corazón de romperle la ilusión, al menos no hasta que su trato terminara.
Dumbledore le citó en varias ocasiones en las cuales necesitó de varios profesores diferentes para no quedarse solo con el vejete, evitando maldiciones tanto verbales como sin varita, aprendiendo cada vez más y más sobre su destinado, era intoxicante saber cada detalle aunque torcido del director sobre su Alpha.
Hasta que hablaron sobre el anillo de los Gaunt, la maldición de este y como Harry no pudo evitar tocarlo a pesar de las advertencias lejanas del director, en esa ocasión, perdió el conocimiento tras la experiencia, se había despertado en la enfermería con Ron y Hermione acostados a ambos lados.
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Notes:
Por favor, comenta que te pareció.
Chapter 19: XVIII. Lo merezco como jamás lo harás.
Summary:
Harry pone en su lugar a un par de ratas sin valor.
Notes:
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Faltaba poco para que la señora Pomfrey le diera el alta y para que Draco lo llevara con su destinado, Ron y Hermione estaban dormidos en un pequeño sillón transfigurado por su jefa de casa.
Era de madrugada y Harry no podía dormir. Sabía que este era el momento de hablar con ellos, corría menos riesgo de ser escuchado y, era libre de aplicar un par de Obliviate si la situación lo requería.
—Chicos. —Potter susurró— Ron, Mione, necesito hablar con ustedes.
Hermione fue la primera en despertar por las quejas del pelinegro, la chica al espabilarse meneó a Ron con fuerza y este saltó del susto.
Ron frunció el ceño, si algo había que le molestara hasta el carajo era que no lo dejaran comer o lo despertaran antes de que amaneciera. Sin embargo, ahogó cualquier réplica al ver a Harry despierto.
—¡Harry! —Ron susurró un grito contenido—. ¿Qué haces despierto? Pomfrey te despellejará sino duermes.
—Ron tiene razón, cualquier cosa puede ser dicha a la hora del desayuno. —Mione bostezó con su pelo sobre su cara—. ¿Por qué no duermes un poco?
—Ron, Mione, lo que estoy por decirles puede cambiar totalmente la guerra y el significado de la profecía. —La tensión de la batalla se materializó sobre los hombros de sus amigos—. Debe estar expreso su permiso de Obliviate si se requiere.
—Dios, Harry. ¿Qué ocurre ahora? —La morena se preocupó—.
—Prometan el permiso. Sin resistencia. —La voz fría de Harry los conmocionó a ambos pero sabían que su amigo lo necesitaba—. Ahora.
—Prometo autorizar si necesito un Obliviate si la información es demasiado para mí. —Mione fue la primera en hablar y Ron repitió sus palabras—.
La magia de ambos se elevó sobre sus cuerpos, los rodeó y fue sellada a través de un enlace mágico hacia Harry. El paciente cerró los ojos respirando en una profunda aspiración para calmarse, ellos eran sus amigos, a quienes podría considerar sus hermanos, sabía que lo entenderían.
—El año pasado, cuando Voldemort estaba dentro de mi cuerpo, no sentí dolor sino una paz extraña, no lo entendí, no lo entendí hasta que repasé mis ejercicios de oclumancia para cerrar recuerdos detrás de las barreras. —El arte de mentir estaba en decir una verdad a medias—. En cuarto año, Voldemort me tocó directamente, él no me lastimó, no causó nada pero sus ojos cambiaron de carmesí a azul zafiro.
—Oh, Harry... —Hermione se tapó la boca con una mano, estaba conmocionada—. ¿Estás bien con eso?
—¿Con qué? ¿Qué ocurre? —Ron estaba muy preocupado—. ¿Te hizo daño de alguna forma que no vimos?
—Voldemort es mi alma gemela, Ron. —El dulce susurro temeroso golpeó al pelirrojo dejando a este temporalmente en shock—. Investigué un poco, requerí de la guía de Lady Black, ella me dijo que por eso Tom falló, las almas gemelas no pueden dañarse entre ellas.
—P-Pero... ¡Tu cicatriz, te lastima! ¡Los horrocruxes! —Ron intentó hallar una alternativa, no algo que significara la victoria del ser serpentino— ¡Los destruiste, es su alma, por lo tanto no puede ser!
—Lady Black me dijo que puede haber la posibilidad de que su alma resida en mí, desde el ataque de cuando era bebé llevé un poco de él en mí, esto hizo que los horrocruxes se unieran a sí mismos y evitar castigarme. —Les relató a sus compañeros de dormitorio, ellos parpadeaban como búhos—. Eso explica porqué no ha podido deshacerse de mí a pesar de que él es mucho más experimentado y habilidoso que yo. Dumbledore dijo que mi fortaleza es el amor, lo es pero no para lo que él desea.
—¿Qué? ¿E-Estás considerando dejar el lado de la luz? —Ron se puso de un tono verdoso—. Eso es horrible, Harry. ¿Te das cuenta de lo que haría con personas como Hermione?
—Ron, no tiene alternativa. —Granger le miró como si estuviera loco—. ¿Acaso sacrificarías a tu destinado por millones de personas que no conoces? Yo no. Incluso si son Muggles, hasta yo sé reconocer mi propio egoísmo.
—¡Están locos! —Ron hiperventiló—. ¿Qué pasaría con nosotros? ¿Con tu familia? ¿Con la familia de Hermione?
—No me rendiré con los que me importan. —Harry frotó sus manos contra la cobija—. Eso incluye a tu familia y la de Hermione. Pediré una absolución completa para ustedes.
—¿Crees que te lo dará? ¡No seas estúpido! —Ron tragó estremeciéndose, su pánico estaba reflejado en todo su lenguaje corporal—. Yo no...Obliviame.
—¿Estás seguro, Ron? —Hermione acarició el brazo de Ron y este asintió—. Correcto.
Hermione dudó por un breve momento antes de Obliviar a Ron por los últimos cinco minutos, luego lo durmió suavemente con otro hechizo dejando caer al pelirrojo sobre el sillón transfigurado. Su mirada volvió a Harry.
>>¿Cuál es el plan?
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—Y... ya quedó. —Hermione terminó de amarrar las dos trenzas, miró el reloj en su muñeca y asintió—. Justo a tiempo para ir con Malfoy.
—Aún no entiendo como terminaste enamorado del idiota. —Ron masculló acostado boca arriba, miraba una revista sobre Quidditch como de costumbre—. Es tan insoportable.
Harry rodó los ojos, Ron a veces podía ser un idiota, aunque eso lo había ayudado esta vez, se había tragado la historia de que su relación con Draco se había profundizado y que estaba terriblemente enamorado del chico pomposo. Absolutamente no, demasiado azucarado para el azabache.
Se puso de pie, llevaba unos botines café rojizo, un overol de falda del mismo color con una camisa blanca de fondo, el chico agarró el suéter color negro dos tallas más grande que la suya, daba una sensación esponjosa que le hacía ver tierno y adorable.
Los Alpha estarían rendidos a los pies de Harry si él lo quisiera así, lamentablemente para ellos, los ojos esmeralda estaban fijos en su chico malo, su dulce criminal meloganomo.
Hermione le había hecho un par de trenzas con los mechones delanteros de su cabello y las puso atrás con un moño de lirio. Harry tomó un gloss ligero y lo pasó por encima de sus labios rojizos.
—No tienes que entenderlo, Ronnie, solo apoyame. —Ron rodó los ojos ante el apodo—. Además, es todo un caballero, el Alpha que todo Omega desea.
Esto no era mentira, Draco era caballeroso, amable y atento cuando le gustas a diferencia de muchos quienes solo están detrás de una sola cosa: meter su polla entre las piernas de un inocente e ingenuo Omega.
—Harry, ya es hora. —Recordó la castaña—. Se te hará tarde.
Potter se acercó a besar a Hermione en la mejilla, la abrazó con fuerza, esta sería la última vez que la vería en un tiempo, también se despidió de su mejor amigo como se debía a pesar de las quejas y el sonrojo de Ron por la demostración de afecto.
Harry bajó de la torre Gryffindor hacia las mazmorras en menos de cinco minutos, el chico no recordaba haber bajado tan rápido jamás, se topó con algunos compañeros de paso, un par de chiflidos por aquí y un par de saludos por allá.
Draco lo esperaba fuera de la sala común de Slytherin para dejarlo pasar debajo de la capa de invisibilidad, el rubio no había especificado como iban a llegar a la mansión Malfoy pero Harry no temió seguirlo hacia su habitación de Head Boy.
Una vez dentro, Harry se quitó la capa, miró alrededor notando la pulcra habitación impregnada del olor del Alpha, arrugó la nariz ante la mirada llena de dolor del chico Malfoy. Oh no, por favor, dime que no va a llorar.
No lloró, solo tomó el rostro de Harry, se inclinó y lo besó suavemente en los labios, fue tan dulce y lleno de emoción que Potter se permitió sentir culpa solo por unos segundos, sabía que Malfoy encontraría lo que buscaba en otra persona.
—¿Estás seguro de que quieres esto? —Los ojos plateados estaban sufriendo—. Puedes morir.
—Si, lo deseo más que a nada en el mundo.
—Bien, entonces, acuéstate sobre la cama. —El rubio se le acercó con la varita en alto—.
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Draco Malfoy apareció a las afueras de su propiedad. Se enteró por su padre que hoy habría una reunión a las siete de la noche, no es que él estuviera cerca del círculo interno, se enteró hasta casi al final, a excepción de su padrino, Severus Snape quien sería notificado casi al instante del encuentro.
Llevaba levitando a un Harry amordazado, amarrado con incarcerous por todo el cuerpo, el chico había elegido ciertos nudos e hizo sudar al rubio por lo específico que fue, el azabache solo mencionó algo llamado Shibari.
Draco entró vestido con una túnica negra y una máscara blanca, se acomodó al costado de su padre, quien se sobresaltó, arrugó sus ojos hacia él, las pesadas ojeras destacaban lo mal que había dormido todos estos meses y, a pesar de que su corazón dolía, esta había sido la decisión correcta.
La reunión empezó como de costumbre, incluso su padrino se había acomodado tres lugares al costado de Voldemort, donde se ubicaba su círculo interno. El ser hizo las llamadas habituales, las actualizaciones sobre las misiones pre-establecidas, las noticias que no llegaron y por lo tanto, el reparto de los castigos, Draco tembló mirando el cruciatus pasar por el cuerpo de un novato.
—Mi querido Draco, que placer que te unas a nosotros. —El ser abrió los brazos—. Ven aquí, muchacho, cuéntame, ¿Cómo va la misión que te encomendé?
Su voz advertía peligro si las noticias eran negativas, Draco tragó saliva, con su varita levitó al chico Omega del piso aún con la capa de invisibilidad arriba, Voldemort no vio amenaza alguna en el mimado, después de todo tenía a mínimo cincuenta mortífagos capacitados para proporcionarle dolor del horrible.
—Mi señor. —El rubio se arrodilló frente al trono del hombre serpiente—. Me temo que no he tenido éxito con mi misión.
—¿Cómo te atreves a venir aquí con las manos vacías? ¡Crucio! —La varita proporcionó al joven cinco segundos de castigo—. Dime una razón para que no te mate aquí y ahora.
—Porque... —Tosió y débilmente se arrastró para quitar la capa que estaba sobre el chico—. Le entrego a Potter.
Severus se encargó de no mover ni un solo rasgo, ¿En qué se había metido el mocoso ahora? Harry estaba cómodamente dormido y atado de una extraña forma, no era algo que se le ocurriera a Draco.
—Pero que inesperada y agradable sorpresa, joven Malfoy. —El ser sonrió con todos sus dientes—. Sabía que algo del honor de Abraxas debió mantenerse en la línea de sangre. —Movió su mano derecha hacia el azabache—. Enervate.
Harry sintió como se iba despertando pero no abrió los ojos de inmediato, en su lugar bostezó y sonrió cual minino, abrió los ojos despabilándose y sonrió.
—Supongo que llegamos. —Harry se enderezó aún amarrado—. Sabes es de mala educación amarrar a las personas, Draconis.
Harry miró directamente a los ojos vivos en rojo sin flaquear y a pesar de que quería gemir de la satisfacción por la conexión que sentía con el maldito bastardo no lo hizo, tendría que negociar si quería sobrevivir al hombre, sonrió inclinando su cuello presentando al Alpha.
—Potter. —Gruñó el ser viperino—. ¿Por qué hablas como si tuvieras escapatoria? ¡Estás atado! ¡Tu arrogancia te precede!
Harry inconsciente —y como pudo— removió sus muslos de la anticipación, Voldemort era un bastardo caliente con sus aires de grandeza y toda esa mierda egocéntrica y manipuladora, tan egocéntrico como el mismo Harry.
Potter ensanchó su sonrisa mirando alrededor, debía ser una reunión general de mortífagos porque en el círculo interno del señor Oscuro estaba Snape mirándolo como si estuviera loco.
—Tengo la protección suficiente, mi señor. —Ronroneó con casi burla en el título y las restricciones desaparecieron—. Tengo un trato para tí. —Harry lo señaló con la palma de la mano hacia arriba y poniendo la otra mano en su cintura, los mortífagos se tensaron con una mano en sus varitas—. Nada que afecte realmente tus planes, por lo regular no me importan los Muggles... —Encogió los hombros y se puso de pie— mátalos, torturalos, violalos, no me importa para ser sincero. —Voldemort alzó una ceja mientras Harry se sacudía la ropa—. Así que si aceptas no intentaré matarte como el mundo mágico me exige.
La conmoción llegó a la sala, Harry miraba sus uñas como si fueran lo más interesante para él, ese manicure que Hermione le hizo fue fantástico, sin contar lo arreglado que estaba para presentarse frente a su futuro esposo, relamió sus labios mirando con diversión como los ojos de Voldemort llegaban a ser despectivos frente a él.
—¿Y por qué no debería matarte aquí y ahora evitando tu estúpido trato? —La arrogancia a veces es un problema para Voldy, es por eso que con Harry a su lado todo iría mucho mejor. La ligera amenaza hizo reír encantadoramente a Harry—.
—¡Porque no tendrías las bolas de deshacerte de seis de tus Horrocruxes, por supuesto!
Aplaudió como niño pequeño y una voz dulcemente agobiante, como si quisiera descubrir su secreto, Voldemort inhaló aire, bien, ahora estaba nervioso, ¿Cómo en el nombre de Salazar el niño obtuvo sus horrocruxes? Más importante aún, ¿Cómo carajo obtuvo seis de ocho?
>>Además, el trato no es malo si tan solo me escuchas.
—¿Cómo? —Enojado exigió—.
—Bueno, yo ya era uno para cuando me di cuenta, Quirrell era otro que, aunque fue temporal, igual era uno. —Harry pasó su brazo derecho frente a él para dejar el codo del brazo contrario encima del dorso de la mano derecha—. Después que el diario llegó a Hogwarts, Ginny fue absorbida e intercambié valores, ¡yo soy mejor que ella! Sinceramente no sé qué pensaba ese recuerdo. El caso es que mi pedazo absorbió el del diario, no preguntes como, no sé. —Se tocó el labio con su índice izquierdo—. Luego este año Dumbledore consiguió el anillo pero se maldijo él solo y yo lo tomé, pasó lo mismo, Regulus Black había conseguido esconder uno y lo encontré, oh, y cuando Draco estaba en la sala de los menesteres encontré la diadema.
Voldemort tragó saliva, si con esa facilidad encontraban sus horrocruxes debía hacer algo sobre esto, contra todo lo que creía dejó un gruñido exasperado antes de volver a ver al Omega sonriente, realmente odiaba al pequeño bastardo y su manipulación, ¡él era quien debía estar sobre él!
—¿Qué quieres? —Frustrado dijo, Harry parpadeó y luego sonrió maliciosamente—.
—Ser tu consorte, ¡claro! —La inhalación grupal hizo que Voldemort también hiciera lo mismo—. Con algunas pautas pero básicamente es eso, Alpha.
—¿Disculpa? —Incrédulo el ser sin nariz preguntó—. ¿Por qué querrías hacer eso?
—Tengo cierto hambre de poder. —Su poder y con albur—. No busco mucho, solo que tomes en cuenta mi opinión y no me dejes de lado, me respetes y perdón total a máximo treinta personas de mi elección, si una muere la vacante se vacía para llenarla de nuevo, pero ni tú ni tus mortífagos pueden tocarlos. Llámalos mis mascotas si lo prefieres. No me meteré en cosas políticas ni en la guerra a excepción de opiniones, solo viviré para servirte como esposo y mis deberes maritales, pero seré tu igual, irónicamente.
—¡Eso está fuera de discusión, ¿cómo se te ocurre que me uniré a una basura mestiza como tú?! —La ira pura estaba dentro del siseo—.
—Porque tu y yo sabemos que tu eres mestizo, Tom. —Dijo Harry en Pársel—. Pero no quieres que diga eso a tus seguidores sangre pura. No importa qué tan poderoso seas, para ellos la sangre lo es todo.
—Serías una molestia, no podrías matar ni torturar como el resto, eres demasiado Gryffindor para eso. —Voldemort tuvo una idea de repente—. ¿Por qué no encerrarte? Así ni me atacas y no tengo que casarme contigo.
—Me suicidaré. —Harry aclaró con frialdad—. Aunque me quites todo, encontraré la forma, lo haré de una u otra manera.
Tom miró a Severus, el hombre asintió sin quererlo, tal vez así le daba tiempo al chico estúpido y los dientes del señor tenebroso chirriaron—. Sigues sin poder asesinar o torturar, no podrías hacerlo.
Potter tomó su mentón con la mano izquierda pensando mientras recargaba una cadera hacia un lado y todo su peso caía en la pierna derecha, parpadeó un rato y luego sonrió brillantemente, dio un par de rebotes en sus pies, se tomó de las manos por detrás inclinándose un poco.
—¿Es por que crees que no puedo torturar, asesinar o en general ser cruel entonces? —Habló mirando alrededor con una sonrisa que hiela la sangre de la mayoría de los mortífagos presentes, incluyendo a Severus—. Bien, Alpha. Puedo demostrarlo, solo necesito a uno de tus amiguitos.
—¿Quién? —Riddle miró de arriba hacia abajo al niño que se veía tan confiado en ese momento—.
—Peter Pettigrew. —El señor Oscuro asintió aún sin creer que Harry le haría daño a alguien, sonriendo seguro de sí mismo—Vamos pequeño cobarde rastrero ileal. —Harry sacó su varita del centro de su overol, blandiendola de un lado al otro—. Ven para que tu sobrino Harry te de un pequeño besito.
La sala guardó silencio total, Bellatrix tenía una mueca de inconformidad —era obvio que estaba súper enamorada de su señor, lastima que fuera tan poca cosa en comparación de Harry—.
Tanto Crabbe sr. y Goyle sr. estaban intentando seguir la conversión con coherencia, de tal palo tal astilla, Lucius Malfoy seguía mirando despectivamente —incluso más desde que rechazó a Malfoy en su presentación— pero Malfoy, Malfoy parecía destrozado, era como si esta fuera la peor traición. Harry se relamió los labios evitando la culpa y el chillido de una rata intentando escapar sonó.
—Imperius —Dio a la pequeña rata que estaba entre los hermanos Carrow, ella se detuvo abruptamente—. Ven y cambia a tu forma humana, colagusano. —Escupió el sobrenombre con asco—. No te mereces ese sobrenombre, jamás lo has hecho.
La rata estaba rápidamente convirtiéndose frente a él, el beta inclinado como rata estaba mirándolo con miedo a través de la maldición. Harry caminó a su alrededor tarareando, mirando cada movimiento corporal del deshonroso Gryffindor.
>>Peter, Peter, veamos, no solo traicionaste a tus amigos. —La voz dulce y sedosa hacía eco en el salón de la mansión Malfoy—. Sino que, dejaste a tu señor volando durante más de diez años y solo cuando Remus y Sirius te descubrieron es que mágicamente recordaste tu lealtad.
Harry convocó unos guantes en sus manos y tomó con claro asco la melena del hombre dejando ir la maldición haciendo consciente a Colagusano de la gravedad del asunto, jaló el cuerpo de nuevo canalizando su magia en su mano y con fuerza lo estampó contra el piso, se acercó al oído del hombre pero habló lo suficientemente fuerte para ser escuchado por al menos el círculo interno de Voldemort y el mismo señor Oscuro.
>>Pero mira que nuestro señor es piadoso, ¿no lo crees? —Harry alzó el cabello, el sollozo de la rata sonó y Harry dejó ver a los mortífagos la sangre que corre por la nariz, boca y frente del hombre— ¡Contesta! —Gruñó y lo zarandeó—.
—¡Si, lo es, lo es!
Harry sonrió de nuevo ante las lágrimas que comenzaron a derramarse, lo volvió a golpear contra el piso, convocó una silla y se sentó frente al hombre en el piso cruzando las piernas. Miró a los ojos claramente maravillados del señor Oscuro.
—Crucio. —Señaló al cuerpo que se retorció en un grito arqueando la espalda—. Lamentablemente para ti, Pettigrew, soy un Gryffindor, los Gryffindors no perdonamos cuando la traición nos pega tan fuerte como tu lo hiciste, pero lo sabes, ¿no? Es por eso que huiste hacia el Lord Slytherin, porque era más seguro recibir su perdón en comparación de Dumbledore, Sirius y Remus. Crucio. ¡Admítelo y tal vez sea misericordioso!
—Si, ¡sabía que si lo traía de vuelta me perdonaría! —El grito indignado de todos a su alrededor era claro a excepción de Voldemort que ya lo sabía—. ¡Para por favor!
—Crucio máxima. —El hechizo amplificador hizo que se escuchara como los huesos se rompían y volvían a ensamblarse una y otra vez, el sonido era tan satisfactorio que Harry suspiró soñador—. Dije tal vez, no que lo haría.
—¡Por favor!
—No usaré Avada en ti. —Murmuró Harry frunciendo el ceño en asco—.
—¡Sabía que no podrías! —Chilló la prima de Sirius—. Sigues siendo un Gryffindor.
—¿Quieres estar en su lugar, cariño? Te guardo rencor por casi matar a mi padrino, Bella. —La mirada fulminante llegó hasta los ojos marrones de la señora Black—. ¡Qué terribles modales, Walburga estaría decepcionadisima!
Harry reprendió con su voz apenas sobre el grito de dolor de Pettigrew haciendo de su aura más imponente y perturbadora, el rostro de la loca psicópata se volvió de un color rosado de apariencia encantadora si la mayoría no supiera que estaba loca a excepción de su marido a quién le pareció adorable.
>>Como decía. —Agitó su cabello mirando al cuerpo que se retorcía de dolor y dejó el hechizo caer—. No usaré un Avada en ti, no lo mereces, no esa piedad, tu muerte debe prolongarse y ser dolorosa.
—Por favor, no.
Pettigrew miró hacia arriba en una posición de gatas, el ser intentó llegar hasta sus pies para besarlos pero Harry pateó su cara enviándolo hacia atrás e hizo que cayera de espaldas gimiendo y temblando.
—Esa falta de lealtad es la que te metió en problemas. ¿Crees que intentando adorarme me convencerás? No soy el consorte aún, esa muestra de traición es la viva prueba de mi punto. —Se rió del ser poniéndose de pie caminando hacia él y con su zapato pisó la entrepierna del hombre aplicando fuerza—. No, no lo mereces. Me pregunto si Fenrir querría un juguete nuevo, oh, pero no que te mate, solo que te torture, te cure y vuelva a torturarte, una y otra vez, ¿no suena maravilloso, Greyback?
El lobo sonrió con sus caninos asomándose—. Por supuesto, si mi señor está de acuerdo.
—Claro, solo serían un par de meses, Pete, luego, ¿adivina quién irá al ministerio a desmentir el hecho de que mi padrino te asesinó? Y justo cuando estés en Azkaban los dementores te acosaran por otros meses hasta que consuman tu podrida alma. —Cuando se quitó de encima, el hombre quiso volver a huir a pesar de su dolor—. Lindo, Crucio máxima.
Los gritos de Pettigrew volvieron a la sala, Harry puso un hechizo silenciador sobre el hombre, desterró la silla y sus guantes guardando la varita en el mismo lugar de su overol volteando a ver a Riddle con una dulce sonrisa. Como si no hubiera un hombre siendo torturado a unos cuantos metros de sus pies.
>>Ahora, ¿en qué estábamos, Alpha? —Caminó lentamente hasta que solo le separaban dos metros de distancia—. ¿Soy digno entonces?
El interés era claro en los ojos de Voldemort, solo faltaba que dijera la última palabra y ellos podrían vivir felices para siempre.
—Lo eres, Omega. —Harry sintió sus piernas temblar y sus ojos se dilataron—. Digno de una forma que nunca creí.
—Decidido entonces, Alpha. Pero... —Harry miró a su alrededor—. Un voto inquebrantable me aseguraría que cumplieras y que yo lo haga, ¿no lo crees?
—¿Tienes a alguien en mente? —El Omega sonrió malicioso—.
—Bellatrix, ¿Por qué no asistes al juramento? —La mujer temblaba de ira en su lugar mientras su esposo la miraba de forma cautelosa—. Ya que tanto te gusta andar hablando.
—¡No! —Ella chilló como una niña pequeña, su ira había alcanzado el punto máximo—. ¡Eres un mestizo que no es digno de las atenciones de mi señor!
—¿No? —Harry rio oscuramente—. Dulce pero lunática Bella, lo soy, ¿O es acaso que dudas del criterio de Lord Voldemort? —Ella palideció pero no retrocedió—. Y dime, ¿Quién más sería lo suficientemente digno, según tú?
—¡Alguien puro, con buenas raíces familiares y mágicas, que entienda sus metas y no solo ignorarlas! —Ella escupió con vehemencia cada palabra mientras los demás se encogían en sus lugares—. Alguien como yo, no un traidor de sangre.
—Ah, ya veo, me tienes celos porque soy mejor que tú, lo comprendo querida, soy fácil de envidiar. —Harry restó importancia a sus palabras mientras la mujer estaba lívida de ira—. Sin embargo, mi señor me dio pase para escoger y te escojo a ti, es tu obligación complacerlo.
—¡No, no lo haré! —Voldemort estrechó sus ojos—. No lo mereces.
—Bellatrix, tienes menos de un minuto para hacer el voto inquebrantable. —Harry tomó su mano y el Alpha miró hacia arriba—.
—Encontrarás, que soy muy digno. —Los ojos de Harry se volvieron azul zafiro al mismo tiempo que los de Voldemort—. Somos hechos el uno para el otro en todos los sentidos, ¿No lo entiendes? ¡Fui destinado a estar a su lado como su igual y tú a estar por debajo de mi!
Todos en la sala se quedaron callados cuando Harry se inclinó a besarlo, el Alpha tomó al chico posesivamente, lo sentó en su regazo de lado, Harry abrazó el cuello de Voldemort mientras él manoseaba sin pudor sus glúteos y Bellatrix rompía a sollozos. Cuando se separaron Harry terminó con una sonrisa de suficiencia en sus labios.
—Yo protegí su vida toda la mía mientras desperdiciabas la tuya en Azkaban porque él siempre fue mi prioridad. Lo merezco como jamás lo harás. —El chico se sonrojó cuando se le salió un leve gemido por un apretón en su trasero—. Ahora, haz el juramento y cierra la boca.
La mujer, quien parecía destrozada caminó hacia ellos con su varita en alto, el señor oscuro y Harry tomaron sus manos al mismo tiempo que ella los ataba por un lazo mágico dorado.
—¿Juran lealtad, honestidad y fidelidad total uno al otro? —Ella comenzó—.
—Lo juro. —Dijeron al unísono—.
—¿Juran respeto y apoyo mutuo? —Bellatrix cerró los ojos de dolor—.
—Lo juro.
—Lord Voldemort, ¿Juras no herir, torturar o asesinar a Harry Potter mientras estén vinculados?
—Lo juro.
—Harry Potter, ¿Juras respetar y seguir los caminos de tu futuro Alpha mientras estén vinculados?
—Lo juro.
—Lord Voldemort, ¿Juras que ni tu, ni nadie bajo tus órdenes va a herir, torturar o asesinar a las treinta personas elegidas por Harry Potter bajo su protección?
—Lo juro.
—Harry Potter, ¿Juras no interferir con la guerra una vez tengas el lugar de consorte y siempre y cuando Lord Voldemort no falle al juramento?
—Lo juro.
La mujer cerró el vínculo de la hebra dorada y el juramento fue dicho tal y como si se hubieran casado, Harry sonrió cuando Alpha lo besó casi comiéndoselo. El Omega abrió la boca y casi lloró de lo bien que se sentía estar con su Alpha por fin.
—Siento que tienes temas importantes que tratar aquí, Alpha, después nos veremos para consumar nuestro... Juramento. —Había dicho en un susurro en su oído, el cual fue recompensado con un gruñido—.
—No te irás de la mansión, ¿Oíste? —El Alpha advirtió en una orden—. No te separarás de más lo necesario.
—Entiendo, no pensaba irme. —El chico le guiñó un ojo, lanzó un Stupefy a Snape y se puso de pie—. Él estará bajo mi protección. ¿Harías los honores?
Voldemort sabía de qué se trataba, la marca tenebrosa hería a sus seguidores al llamarlos y cuando decían su nombre, por lo tanto estaría faltando al juramento.
—Tráeme su brazo. —Harry extendió el brazo de Snape y Voldemort lo tomó para sisear en Pársel—. Et nunc absolvo vos mundi ab hoc juramento.
—Eso es fantástico, Alpha. —Harry se sonrojó de felicidad y le dio un último beso en los labios—. ¿Te gustaría mi lista para que notifiques a los demás?
—Díselos tú mismo. —El Alpha extendió sus manos hacia su público—. Consorte Oscuro.
—Las personas intocables son Lucius, Narcissa y Draco Malfoy, la familia Weasley, Remus Lupin, Sirius Black, Hermione Granger y sus padres, Alice, Frank y Neville Longbottom, Luna y Xenophilius Lovegood, Fleur Delacour y Severus Snape. —Harry dijo cada nombre con la claridad de un vocero—. Son en total 24 lugares de mi lista de 30, tóquenlos y lo que le pasó a Pettigrew será cosa de niños.
—Muy bien, Omega. —Voldemort estaba particularmente molesto por la reducción de sus seguidores pero no tuvo opción—. Lucius lleva a Harry a descansar.
—Si, mi señor. —Él se inclinó frente a ellos—.
—¿No te olvidas de algo, cariño? —Harry sonrió con dulzura—.
—Por supuesto.
Así fue como Harry consiguió lo que quería desde que tenía memoria y salvó a quienes le importaba y lo ayudaron a lograrlo y, aunque Draco parecía personalmente deprimido el Omega no le tomó importancia.
Él era feliz con lo que tenía y no dejaría que ningún anciano con tendencias de héroe se lo arrebatara.
Él tenía a su Alpha.
Notes:
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Chapter 20: XIX. Dumbledore lenguas largas.
Summary:
Harry cuenta los secretos de la orden.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Harry caminaba alegre dando ligeros brincoteos, tarareando alguna canción Muggle que escuchó por ahí mientras Lestrange lo escoltaba con su destinado, el esposo de la loca arrastrada sino mal recuerda y es que, el Omega se compadecía del hombre, que tu esposa coquetee frente a ti con otro hombre no debería ser agradable.
Sin embargo, aquí estaba el hombre, mirando a Harry como si fuera el culpable de que Bellatrix estuviera en las mazmorras por su insolencia en la reunión pasada, Voldemort quería que ella fuera un ejemplo para quienes no entendían el lugar de Potter aquí: su consorte oscuro, como tal, se merecía respeto. Harry no podía negar que le gustaba y más si era ella quien recibía el castigo.
Harry lo miró alzando la ceja burlón. El ojo del Alpha se contrajo, había querido estrangular a la pequeña mierda desde la noche anterior, hizo llorar a su hermosa Bella, ¡Se atrevió a romper su frágil corazón! Si no le esperara un destino peor que el de su esposa por tocar algún cabello del Omega, lo haría sufrir.
—Oh vamos, Lestrange. —Harry se rió de la cara antagónica del hombre—. No le fue tan mal, ¿Sabes? Pudo ser peor, no sé, terminar muerta por su insolencia tal vez. ¡Contradecir órdenes directas, ¿Qué pensaba?!
—Sabías de sus sentimientos profundos por el señor Oscuro y los usaste. —Replicó el hombre con ojos achicados—. Disfrutaste rompiendo a mi mujer.
—¿Romperla? Difícilmente. —Harry se burló en una intersección—. Está loca, lo olvidará en un par de meses y se llama venganza, pensé que estarías familiarizado.
Harry dijo justo cuando llegaron a las puertas de la oficina de Voldemort, sabía que estaba tocando nervios peligrosos pero también cómo mover su varita, no necesitaba la protección de Voldemort más allá de su influencia, si alguno se descarrilaba, bueno, lastima por el activo de guerra.
Lestrange inhaló por la insolencia del chico, se giró dejándolo justo dónde le ordenaron, Harry se rio cruelmente del hombre provocandole más humillación, los seguidores de su Alpha eran tan volubles como los adolescentes.
Entró sin siquiera tocar, cerrando la puerta detrás de él, el Alpha estaba discutiendo algo con lo que parecían ser mortífagos de bajo rango, quienes se tensaron mirando con miedo hacia atrás esperando que Voldemort explotara por su interrupción.
—Pensé que si me llamabas era porque no tenías trabajo. —Replicó Harry con brazos cruzados—. Hasta me puse el vestido lindo para ti, Alpha.
Era cierto, llevaba un vestido amarillo de flores de colores de un escote Halter dejando solamente sus hombros descubiertos y con mangas que llegaban hasta la mitad de su antebrazo, completando su vestuario, tenía unos botines café.
Su cabello estaba recogido en un moño alto, Harry era adornado por un par de aretes de diamante junto un ligero maquillaje, la gentuza frente a él se inclinó hasta el piso para recibirlo pero no hizo caso de ovación, en su lugar, pestañeó hacia el Alpha.
—Hablaremos de los detalles después, váyanse. —La voz del Alpha estaba ronca, claramente impactado por la apariencia de su Horrocrux, a quien le dijo—: No estoy ocupado.
—Eso pensé. —Harry se sentó en la silla de visitas con satisfacción mientras los mortífagos se iban de la habitación y se cruzó de piernas—. ¿Necesitabas algo de mi, Alpha?
—Información. —Declaró—. Eres, sin lugar a dudas, el activo más importante de Dumbledore y, por lo tanto, debió soltar de más su vieja lengua contigo.
—Te daré el resumen de mi vida, si quieres, tal vez tengan detalles importantes. —Pensativo, Harry inclinó la cabeza hacia un lado, Dumbledore ciertamente abría la boca de más en su presencia—. Empecemos con mi infancia.
Así, Potter contó cada cosa que le pasó en su vida, desde la muerte de Riddle —quien en realidad fue castigado por Fate— hasta que Harry escapó para proteger los Horrocrux y así mismo de un final trágico.
Los planes de Dumbledore, sus incursiones con los Dursley, el mortífago en el camión, Snape y Draco, su evolución de locura y tendencias psicópatas hasta en volverse una pequeña copia de su destinado.
Harry pudo identificar el momento exacto en el cual la mandíbula blanquecina del ser viperino se tensó por la molestia, justo dónde mencionó lo de Dursley.
—¿Por qué entregaste tu cuerpo a alguien más? —Fue la posesividad que llenó la pregunta lo que hizo que Harry sonriera extasiado—. ¿Crees que me encantaría saber que alguien más profanó lo que me pertenece?
Harry se estremeció, se mordió el labio y frotó un poco sus muslos por el tono en su voz—. Si venía virgen a tí, sería muy aburrido, no sabría cómo complacerte, me nutri de experiencia para servirte mejor como esposo, mi señor. —El rostro del Omega se llenó en un bonito tono rosado a pesar de la burla inscrita en sus labios gruesos—. Además, no siento que contara, los Dursley son solo sacos de carne sin valor, son objetos para mí, como si utilizara dildos, Snape, Draco y el mortífago tenían algo en común, una conexión directa a tu núcleo mágico, no quiero que pienses que soy un fácil, mi señor, por lo contrario, solo usé un medio para un fin, complacerte, eso es lo que mi corazón desea más.
—Por eso los tomaste como protegidos, no quieres que los castigue como se debe. —Voldemort estaba enojado, como cuando le quitaban el juguete preferido a un niño—. Eso no me complace, querido.
Harry casi podía mirar el puchero en su rostro, se rió encantado del nivel de celos que Tom ejercía sobre él, el brillo carmesí se intensificó, su quijada se apretó e incluso un gruñido involuntario sonó de su pecho.
—Tom, como tú, yo cumplo mis promesas y soy agradecido a los que me sirven bien. Snape me salvó más veces de las que tu intentaste matarme y Draco me trajo aquí a cambio de protección. —Se puso de pie rodeando el escritorio y se sentó en las piernas contrarias a pesar de las replicas del señor oscuro. Se inclinó a susurrar en el oído puntiagudo del hombre serpiente— Pero no te preocupes, reservé un lugar solo para ti.
Harry tomó la mano de Voldemort y la llevó hacia atrás de si mismo, justo en la división de su trasero.
>>Este agujero es solo tuyo, nadie más ha entrado ahí, mi señor, puedes poseerlo como desees, ahora seré todo tuyo y lo sabes, haré lo que me pidas cuando lo pidas, ese es el nivel de amor, devoción y lealtad que siento por tí.
Voldemort no aguantó más de sus pequeñas burlas, sostuvo al chico de las caderas y lo impactó contra el escritorio, haciendo un desastre sobre los papeles, plumas y tinta, arruinando información importante para la guerra pero poco le importó teniendo a un bello sumiso debajo de él.
Los ojos de Harry brillaron, parpadeó por debajo de sus pestañas, mirada tímida hacia el Alpha, nunca se sintió tan cohibido antes, nunca había importado pero ahora sí, su Alpha lo miraba con lujuria y posesividad, quería reclamarlo para que supiera de quién pertenecía.
—Debiste mentir sobre tu virginidad, Omega, ahora el castigo recaerá en tí, lo sabes, ¿no? —Gruñó sobre sus labios, estaban a centímetros, Voldemort miró su cuello expuesto con hambre—. Te convertirás en mi pequeña funda para pollas, de ahora en adelante estarás repleto de mi semilla hasta tenerte en cinta.
—¿T-Tu quieres cachorros? —Las mariposas en su estómago flotaron y se movieron tan rápido como avispas pero pronto se sintió abatido, a tal punto de querer llorar—. Estoy bajo pociones, Alpha. Lo lamento.
—No debes tener más preocupaciones que atenderme, ya nos encargaremos de eso más adelante.
Voldemort reclamó sus labios al mismo tiempo que levantó su vestido dejando ver un par de bragas color negro, estas eran de un encaje sexy, recomendadas por Narcissa, quien, agradecida con él le dió par de tips para volver locos a los Alpha, lloriquear y rogar era algo general pero que Voldemort siendo Voldemort le excitaría más.
La mano callosa del Alpha recorrió sus muslos suaves y tersos hasta el camino hacia su polla, pero la ignoró deliberadamente encontrando el coño y culo ya mojados por su simple presencia, gruñó de tan solo pensarlo robando un gemido pequeño y tímido de Harry.
Se separó abruptamente dejando insatisfecho al Omega que quería más mimos, pero fue callado, Voldemort rompió las lindas bragas, se liberó de sus propios pantalones y tomando los muslos de Harry doblandolo hasta la mitad introdujo sus pollas erectas en los agujeros disponibles.
—¿Pero que dem- ¡ah!?
El empujón fuerte y firme rompió cualquier pensamiento coherente, en especial sobre la polla doble de su Alpha, por todo lo que era santo, se sentía dividido en dos, la presión de su propio cuerpo contra su pecho le robó el aliento y los quejidos se hicieron presentes.
—Por Salazar. —Gruñó Tom con piernas temblorosas—. Tan apretado, Omega.
No se quedó quieto por mucho tiempo, tan pronto como sus pelotas llegaron a los glúteos del chico se volvió a retirar antes de penetrar de nuevo con más dureza, los ojos de su consorte rodaron hacia atrás, definitivamente lo haría adicto a sus pollas.
—Alpha, oh, Alpha. —Harry podía sentir el orgasmo formarse en su vientre con vergüenza, nunca se corría tan rápido—. Más, por favor, mi señor.
—¿A quién le sirves? —Siseó en Parsél, una mano colocada en el frágil cuello de Harry soltando una de sus piernas pero no decepcionó dejándolas arriba—. ¿De quién eres?
Las pupilas dilatadas del chico se ensancharon aún más dejando apenas una línea de verde, sus labios estaban maltratados e hinchados, su rostro rojo de la intensidad y su cuerpo tenía una capa perlada de sudor.
—A ti, Alpha. —Murmuró sintiendo todo su coño y culo revolotear, sus bolas se alzaron—. ¡Te pertenezco, te amo!
Largas cuerdas blancas rociaron el abdomen, pelvis y vestido del joven, se retorció con labios apretados, sollozos inarticulados y su pierna libre rodeando las caderas del Alpha cuando él percibió el río de fluidos dentro de su Omega.
—Merlín. —Voldemort apretó más la carótida del niño, arqueó su cuello, penetró duro y conciso, ojos cerrados y labios temblorosamente abiertos—. Joder, si.
El sentimiento de poder, de dominación sobre la dulce criatura subió su ego aún más, que aquel que supuestamente lo vencería y sería mejor que él, su destrucción, se sometió a él, se rindió con piernas abiertas, gemidos ahogados y su cuerpo post-orgásmico desfalleciendo de placer.
—A-Alp-
Harry comenzaba a perder el aire, el hombre estaba presionando demasiado, no era que se preocupara por si mismo sino que Fate, no sería indulgente esta vez, sus manos que antes estaban sobre su cabeza ahora golpeaban el pecho insistentemente al hombre.
—A-Al- Alph- —Todo a su alrededor se volvió oscuro rápidamente—.
Voldemort comenzó a sentir sus nudos crecer junto a la sensación familiar antes de correrse, oh su dulce Omega, se ve tan precioso asustado, sus agujeros se apretaban con cada segundo que pasaba sin aire, los ojos del chico sobresalieron de su órbita y las lágrimas de súplica corrían por sus bonitas mejillas.
Potter tosió agarrando todo el aire posible, su vista se desenfocó brevemente antes de apreciar el rostro en éxtasis del Alpha, sentir el nudo en la base de ambas pollas entrando y saliendo sin fin, follando su cuerpo con el fin de criarlo y sino fuera por las pociones anticonceptivas lo lograría.
—Eres mío. —Tom gruñó, su mano tomó la mandíbula del chico para obligarlo a mirar a su librero y morder justo en la glándula aromática libre de hechizos de protección—. Mío.
Lo siguiente que Harry supo fue que estaba siendo llenado por tiradas y tiradas de esperma, sintió su vínculo asentarse más profundo que nunca, y a pesar del dolor de su cuello, por fin se sintió en paz, sintió paz después de tantos años de soledad.
Merlín. No iba a llorar, no iba a llorar.
Ya estaba llorando, sosteniéndose de la espalda del Alpha sollozó, esto era todo lo que había deseado, todo lo que siempre buscó, si gente moría por su felicidad, no podría sentirse culpable jamás, estaba donde pertenecía.
Voldemort, por su parte, nunca se sintió tan completo, tal vez tenía que ver con el hecho que estaba atado literalmente por medio de Harry a sus Horrocrux, o era la estupidez de almas gemelas que siempre contaban en las leyendas pero no podría estar decepcionado de esto ni aunque lo intentará.
¿Y de dónde había venido toda esa mierda de tener hijos? Él odiaba a los niños, eran molestos, solo servían para llorar, cagar y exigir cosas, no tendría la paciencia, sin embargo, mirando el puchero de llanto de su Omega pudo decir que lo ansiaba.
Maldito sea el niño que vivió, este precioso ser que rápidamente se convirtió en su debilidad en más de un sentido.
Descendió lento hasta besarlo suavemente en sus magullados labios, Harry prácticamente ronroneó debajo de él y otra carga de semilla fue su recompensa.
Te amo también. Quiso decir el señor oscuro, sin embargo, aún no estaba preparado.
Notes:
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Chapter 21: XX. La verdadera lealtad.
Summary:
Harry le pone collares a sus mascotas.
Notes:
(See the end of the chapter for notes.)
Chapter Text
Harry pudo negociar con el Señor Oscuro para que le dejara tener la casa de campo de los Malfoy bajo su nombre, no era como si no tuviera más propiedades pero quería mantener esa mini mansión para todas las personas que más le importaban, pudo haberles dicho mascotas frente a los mortífagos pero tanto Voldemort como Harry sabían que solo fue un engaño dentro de su discurso.
Por eso mismo, se encargó de crear un collar vinculante, dicho collar no dejaría que ninguno de sus protegidos pudieran traicionar de ninguna forma a su esposo o a Harry, también incluía muchos hechizos protectores que evitaba cualquier maldición a excepción del Avada Kedavra y solo porque el azabache aún no lo descubría pero eso serviría por ahora.
Además, la mayoría de los cadetes, generales y parte círculo interno del señor Oscuro le temía a Harry, no fue realmente la tortura lo que les sorprendió, sino su mirada psicópata, vacía de sentimientos más allá de la adoración que Potter parecía tener a Voldemort, la magia absurdamente mayor a la de su señor y la facilidad con la que podía distinguir la traición en sus filas.
Aún temblaban con recordar a Jacobo Mackmillan, el hombre era una basura violadora que abusaba a castos Omega de preferencia menores de edad, cosa que Harry “vivió”, ese hombre terminó desollado y descuartizado por un cuchillo Muggle por Harry e hizo una bonita sudadera con la piel del hombre, fue enfermizo y muchos vomitaron al saber que la sudadera se llamaba Jacie, idea de Harry.
Al final, a Voldemort le dio asco el olor que despedía de la cosa y ordenó al azabache de cremarlo o algo, entre pucheros y reclamos Harry accedió dando una reunión donde usaba de ejemplo la sudadera, quienes lo lastimaban a él o a uno de los suyos, sería su próximo juguete y sudadera.
El séquito estaba aterrado del niño.
Pero Voldemort, oh, Voldemort estaba más que complacido de su Omega, tanto así que todo el tiempo tenía a Harry sobre la superficie de cada mueble ostentoso de los Malfoy, ya habían roto varios jarrones, cuadros y objetos invaluables en el momento que Voldemort inclinaba al chico y Harry gritaba “Alpha”.
Los Malfoy y Snape no habían salido de la mansión desde que Harry reveló sus lealtades reales, el azabache les indicó al grupo que se arrodillaran para así ponerles el collar, Narcisa y Draco fueron los más dóciles, Narcisa preocupada por su hijo y su hijo destrozado desde dentro por Harry; sin embargo, Lucius se reveló rápidamente, no parecía ser muy inteligente de su parte y el Omega simplemente lo paralizó con un hechizo, así le pudo poner el collar.
Snape era más ágil que Lucius, era habilidoso con los hechizos y sabía técnicas que solo un espía sabría, Harry le ganaba en poder y ambición pero no fue por eso que Potter logró derribarlo sino la promesa que hacía tiempo que le hizo a Lily, sin importar la razón o promesa que le hiciera a Dumbledore, protegería a Harry con su vida, incluso si solo veía vestigios de James Potter en cada cosa que el mocoso hacía.
—Sabía que eras igual que tu padre, tan egoísta que no piensas en las miles de vidas que confían en tí. —El hombre se movió contra las restricciones, iracundo se le encaró al niño—. En todas las personas que dieron su vida para protegerte.
Harry tomó los cabellos tintados con fuerza levantando su cabeza aún más, sus fríos orbes esmeralda lo mantuvieron en su lugar—. Mírame bien, Snape, no me compares con ese ser tan patético, si alguien debería ser comparado con él serías tú. —El cálido aliento de Harry se topó con la punta de la nariz del adulto y sonrió—. Yo nunca acosé a nadie para sentirme poderoso, yo ya lo era.
>> No necesité la aprobación de nadie más que de mí mismo con excepción de mi ahora marido y nunca he lastimado a los que más amo. —Su voz se elevaba cada vez más en la sala—. Yo no soy el reemplazo de esa excusa de hombre, algo que ni tu ni Sirius entienden, no soy James Potter para que mires mi cabello, para que mires mi cuerpo, para que mires mi rostro.
La malicia brilló en todo el rostro del anteriormente proclamado ángel de la luz, Draco parecía horrorizado por lo equivocado que estaba con el chico, la imagen que tenía de Harry se rompió por completo, ¿Quién era aquel monstruo que estaba frente a él? Malfoy se sentía como un estúpido por haber confiado en él, mucho peor, haberlo amado tan perdidamente.
>> Sobre todo no soy Lilian para que mires mis ojos. —El dolor se reflejó en la mirada obsidiana por un momento—. Abre esa boca tan talentosa que tienes para decirme algo parecido y verás lo cruel que puedo ser. —Así, le colocó el collar y lo aventó contra el piso con una mirada complacida— Yo soy la Reyna, ellos fueron solo cuerpos sin rostro que cayeron por su propia estupidez.
>> Yo no los mandé a confiar en mí. —El rostro angelical chocaba con aquellas palabras tan crueles, a pesar de haberlo escupido durante años, Snape nunca creyó que Harry fuera alguien que disfrutara del dolor ajeno—. Ustedes cayeron en la trampa de mis encantos y agradece que no soy parecido a James porque sino estarías muerto por traición. Tienen suerte de que los considere parte de mi círculo cercano porque sino… bueno, mi Alpha no es amable, ¿o sí?
Después de eso, los cuatro parecían claramente sumisos a su alrededor, sabía que los encantamientos de sus collares estaban haciendo efecto, las compulsiones de obediencia en ellos y el miedo a ser descartados a las garras de su Alpha les impedía desobedecerlo.
—Ahora, pónganse de pie, nuestro señor los quiere en la mansión Malfoy para una reunión de estrategia. —El rostro de Harry se suavizó, una sonrisa esperanzada, se giró murmurando—. Pronto toda esta disputa estúpida acabará, por fin reinaremos y comenzaremos un nuevo mundo.
Harry preparó una simple bata de noche para cubrirse, amarrada para esconder el regalo que era su cuerpo, uno que solo su señor podría abrir, el Omega se tocó el vientre con reverencia.
Ya casi se cumplía el mes de estar bajo el cuidado de su Alpha y, si su señor todavía estaba de acuerdo, este mes no tomaría la poción anticonceptiva, el solo pensamiento hizo que su estómago hormigueara de la emoción.
—Lucius, si eres tan amable de aparecernos. —Harry extendió su mano, el hombre la tomó mientras su hijo, esposa y Snape se unían en fila—.
Al ser el señor de la casa, era de los pocos con el privilegio de aparecerse dentro de la mansión a excepción de Voldemort, quien, por ser básicamente el dueño de la vida de Lucius, tenía el derecho de entrar y salir.
En un parpadeo se encontraban en la recepción, Voldemort ya los esperaba en las puertas, bueno, esperaba a Harry quien tomó la mano que le ofreció, se acercó a su marido y se acurrucó en el cuello del ser viperino mientras saltaba y este lo agarraba de los glúteos.
—Entren. —Voldemort ordenó con voz fría, las cuatro mascotas de Harry temblaron y siguieron a Voldemort—. La reunión será en el gran salón.
Harry estaba aferrado al Alpha con sus brazos y piernas, ronroneó y besó suavemente el cuello del Alpha, el señor oscuro tenía la piel fría y siempre era refrescante para él, se imagina a sí mismo soportando el calor de su celo y el Alpha refrescando su piel.
Harry suspiró con una sonrisa tonta.
Llegaron al gran salón donde había una gran mesa, los mortífagos del círculo cercano estaba más cerca de la silla de Voldemort mientras que conforme van perdiendo importancia, van llegando al otro extremo de la mesa.
Habían cuatro lugares libres a la cabeza para las mascotas de Harry, mientras Harry se sienta a horcajadas en el regazo de su Alpha, en cuánto se sentó, Harry desató su bata revelando su desnudez al Alpha que se distrajo con una sonrisa hambrienta.
Los altos mandos hablaron sobre estrategias, Voldemort asentía o negaba dependiendo si estaba de acuerdo, su vista enfocada en la pequeña polla de Harry, con su garra picaba suavemente su glande, lo que hacía gemir ruidosamente al Omega.
—Dumbledore ha dado por perdido a nuestra reina, ahora están usando a Neville Longbottom como su reemplazo. —Eso avivó la curiosidad de Voldemort lo suficiente como para no mirar a Harry quien lloriqueo molesto, en respuesta, el Alpha agarró con toda su mano la polla y la masturbó—. Según el espía, entraron a la casa segura de Black, dijeron que habían encontrado muerto a la reina, el Lupin y Black están devastados, al igual que los Weasley, Granger parecía la menos afectada.
Harry jadeó y se retorció encima del regazo de Voldemort, sus manos se aferraron a sus hombros y mordisqueó la mandíbula para intentar besar a su esposo.
—Interesante, pero Longbottom no es el niño elegido, no concuerda con la profecía, cualquiera puede matarlo. —Voldemort dijo antes de alzar a Harry y ponerlo sobre la mesa, cualquiera que respetara su vida, volteó hacia otro lado—.
—Alpha… —Harry gimió y miró a Voldemort a los ojos mientras cayó sobre la mesa con la bata y el cabello desparramado alrededor de él—. ¿Es posible traer la cordura de los padres de Neville? Por cualquier medio.
Voldemort se detuvo a pensarlo un poco, luego pareció encontrar la respuesta porque bajó a besuquear el cuello de Harry y acariciar todo su cuerpo.
—Lo es, Omega, ¿Por qué? —Gruñó y lo lamió desde la base de su cuello hasta la punta de su oreja, Voldemort abre su propia toga dejando a la vista sus dos gordas pollas—.
Harry se retorció y gimió, miró a su Alpha con estrellas en sus ojos verdes, sonrió ampliamente.
—Ah, Neville es parte de mi lista así que ninguno lo matará, yo me encargo de convencerlo, solo…necesito los detalles del ritual. —Harry mueve sus caderas mientras siente las puntas de las pollas colocarse en sus agujeros, jadeando—. Pero luego, ahora follame, Alpha, por favor, te necesito.
Gimió sumisamente, Voldemort gruñó y entró de golpe, Harry gritó, rasguñó la espalda de Voldemort y sus ojos rodaron hacia atrás mientras la conversación de la guerra seguía incómodamente mientras sus líderes estaban follando frente a ellos.
—¡Hmmm, hmmm, oh, Alpha, ah más, por favor, ah, más profundo, anúdame! —El Omega se aferró al Alpha como loco, intentando que su Alpha enterrara toda su polla dentro de sus pequeños agujeros—
Voldemort gruñía, penetraba duro y fuerte moviendo un poco la gigante mesa, se inclinó a morder su glándula ya reclamada y reabrió la herida haciendo que frente a los ojos de Harry salieran chispas de placer.
—Los planes en el ministerio han sido un éxito, los traidores de sangre y sangre sucia han sido excluidos de todos los movimientos importantes. —Dice una voz—.
—Voy a llenar tu pequeño coño de puta con mi nudo, ¿Entiendes? —Voldemort gruñe en voz alta, la mesa se sacudió cada vez más—. Te rellenaré tanto que te crecerá el estómago.
—Las fronteras con otros países han sido aseguradas por si Dumbledore pide alguna ayuda a la Confederación Internacional de Magos. —Dice otra voz—.
—¡Si, Alpha, lléname, llena mi coño, mi estómago, hazme tuyo, por favor! —Harry chilla y grita mientras las bolas del hombre golpeaban y golpeaban sus nalgas—. ¡Críame, pon cachorros en mi!
—Los aurores que son problemáticos han sido detenidos y encarcelados en las propiedades de las casas seguras. —Dice otra voz—.
—Eres mío, eres mi perra. —Se escuchó el fuerte golpe del impacto de la mano contra la mejilla del Omega que gimió de placer—. Eres mío para romper, destrozar, lastimar y follar.
—¡Si, Alpha, Si, Alpha, más, más, lastimame más! —Los gritos de Harry resonaron en toda la habitación—.
Los chapoteos de líquidos corporales y los golpes de piel con piel llegaron a un punto máximo antes de detenerse para luego escuchar un gruñido y un chillido, alguien puede ver una gota de semen que cae tres cabezas por encima de la de Harry.
—Entonces tenemos todo en orden. —Voldemort dijo con voz monótona y barítona—. Bien, entonces todo está listo, para finales de junio estaremos tomando Hogwarts.
Voldemort se sentó llevándose a Harry a su regazo y tapándolo con la bata que traía puesta.
—Si, mi señor. —Cantó el grupo—.
Harry ronroneaba adormilado, se acurrucó en el pecho de su Alpha y dejó que siguiera hablando con el resto de subordinados mientras sentía que su estómago de hinchaba levemente por la cantidad de semen que el Alpha le estaba dando.
Que buena vida.
Notes:
Por favor, comenten que les pareció.
Chapter 22: Epilogo.
Summary:
Harry atrae a sus allegados.
Notes:
Si pueden, escuchen la rolita mientras leen c:
https://www.youtube.com/watch?time_continue=1&v=3TaULvGC8Y0&embeds_referring_euri=https%3A%2F%2Fwww.wattpad.com%2F
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
Desde que Harry tiene memoria, hay pocas cosas a las cuales les guarde real afecto, debió ser porque al crecer cualquier cosa a la que se aferrara como consuelo, sus tíos se lo arrebataban pensando que de repente eso los haría desafiarlos de alguna forma o tal vez porque a pesar de sus intentos por tener amigos de niño antes de Hogwarts, Dudley hacía dudar a cualquier niño de acercarse a él.
Recuerda vívidamente caer en la desesperación, pensar que su sola existencia no valía la pena de amor, un sentimiento tan banal, tan tonto, tan estúpido, tan inútil, cuando lo sentías hacia las personas equivocadas, Harry no es la persona más cuerda como para afirmar lo que era correcto o incorrecto, lo que si sabía es que sentía amor.
Ese amor que lo salvó, cuando su corazón estaba a punto de irse y perder toda esperanza de aceptación, ese amor le susurró "ven a mí", tal vez no era aquella persona que lo complementaría en sí, sino aquel pedazo que residía dentro de sí mismo intentando unirse de nuevo a aquellas partes que le fueron arrebatadas, pero era una parte de él, al fin y al cabo.
Así fue como Harry conoció a gente maravillosa, gente que lo apoyó a pesar de que la mayoría no creía en él por haber nacido con una designación que no era común en gente guerrera, todo por estúpidos estigmas, no estaba interesado en una sociedad que no lo aceptaba y mucho menos la salvaría sacrificando lo único que le había vuelto la chispa de la vida a su ser, lo único que le permitió sentir de nuevo. Para él, solo una pequeña parte de ellos merecía ser salvo.
Hermione, quien era su confidente más acérrima, y que no dudó en ayudarlo a cubrir su desaparición lo suficiente como para no ser atrapado camino al amor de su vida.
Ron, siendo el hermano de otra madre, que sabiendo sus dudas internas y cómo la existencia de su vínculo con su pareja chocaba con sus creencias que le pidió que borrara parte de sus recuerdos, para no traicionarlo.
Molly, quien abrió su casa, sus brazos y su amor para un huérfano con el cual no tenía ninguna obligación.
Arthur, ese hombre, quien a pesar de sus mejores deseos y buenos consejos paternales, no podía evitar que Harry fuera un poco suicida.
Los gemelos Weasley, Fred y George, esos que avivaron parte de su niño interior y lo animaron a ser aventurero, quienes no lo miraban diferente por ser de una designación aparentemente débil conociendo la fuerza de Harry.
Percy, por muy tarado e idiota que fuera en este momento, rechazando a su familia, Harry sabía que estaba confundido y solo era joven y manipulable, que Percy amaba a toda su familia y Percy, a pesar de su reciente desagrado hacia Harry, ve en él un hermano pequeño.
Bill y Charlie, por poco que los tratara, sabía que eran otros Weasley más, en el buen sentido de la palabra, con un sentido del deber familiar intocable y profundo, sin miedo de volver y proteger a su familia del mal encarnado, o eso piensan ellos.
Ginny, la tonta de Ginevra, tonta y enamorada del hombre equivocado, desde el momento en que la salvó sabía que sería un problema, siguiéndolo a todos lados como una pequeña cachorrita, sin embargo, sabía lo buena chica que era y como amaba a su familia, a pesar de ser egoísta como Percy y querer acaparar la atención, Harry suponía que era parte de ser la hermana menor.
Remus, el único que se digno en hablar con él sobre sus padres, sobre Sirius y por qué lo perseguía la ley, quien le contó que a pesar de todas las noticias, los muertos y testigos, jamás pudo creer que Sirius Black fuera ese que traicionó a sus hermanos de armas aquella noche del fatídico treinta y uno de octubre.
Sirius, ¿Qué podía decir de Sirius? Era lo más cercano que jamás tuvo de un padre consentidor, despilfarrando dinero por él, dándole consejos, celebrando sus victorias y lamentando con él sus derrotas, consolandolo cuando se sentía mal y sobre todo, lo defendía de Dumbledore a pesar de su posición precaria, queriendo sacarlo del techo de los Durlsey, incluso si eso provocaba la ira del viejo y lo regresara a Azkaban.
El ingenuo Neville y la dulce Luna, una pareja increíble que aún no ha tenido la oportunidad de culminar, no por nada Luna parece pendiente del Alpha, sabiendo que tarde o temprano, la volteará a ver como el destino así lo predispuso.
Todas esas personas especiales que se ganaron su corazón y que por ellas llevó a proteger a unos cuántos más, Harry era bueno ocultando sus emociones, siendo desdeñoso y hasta cruel, llamarlos mascotas frente al resto de mortífagos para no tentarlos lo suficiente como para dañarlos, aunque había quienes temían su ira había quienes eran lo suficientemente estúpidos como para desafiarlo.
Bellatrix como un ejemplo obvio, sin embargo, ni siquiera Voldemort podría proteger a sus seguidores si osaban romper una de sus únicas reglas, el voto inquebrantable era absoluto y por eso, es que Harry había estado confiando en Voldemort, no era estúpido, sin ese voto inquebrantable, lo más probable es que Harry fuera un trapo sucio que el Alpha desecharía en cualquier momento que Harry se vuelva impresindible.
Pero Harry no se sentía inseguro ahora, no era tiempo para tonterías de baja autoestima que no tenían nada que ver con la forma de ser del azabache, no cuando estaba en los brazos del señor Oscuro, con besos en su cuello prodigando lo hermoso, malvado, cruel e impresionante que era el Omega, Voldemort nunca desestimó elogios para sus ojos avada o la forma fría en la que miraba al resto como simples parásitos debajo de sus pies.
—Mi señor. —Harry extiende su mano hacia el techo de la cama de doseles, mirando el brillante anillo de esmeralda, la luz de la luna reflejaba la belleza de la joya—.
Harry estaba entre las piernas del señor oscuro, con espalda a su pecho, completamente desnudo, sintiendo la frialdad de la piel del ser viperino, ambos sentados recargados contra la cabecera de la cama, la lengua de serpiente lamía su glándula reclamada ya hacía tres meses, estaban a mediados de junio y estaban a punto de levantar varitas contra Dumbledore en Hogwarts.
Las manos de Voldemort rodeaban la cintura de Harry sus garras afiladas rascaban suavemente la piel de su abdomen, olía el olor tentador y profundo de Rosas y Frambuesa, saboreaba su sabor pasando su lengua por encima de la glándula de olor del chico, sus pollas duras frotaban la espalda baja del Omega.
Últimamente, no podía alejarse de su lado, insistía que Harry no volviera a la propiedad que se le había sido otorgada y se quedara a su lado, gruñía y amenazaba con encadenarlo a su cama si se alejaba de su periferia, Harry se sentía querido, amado y deseado como nunca antes, le gustaba que el Alpha fuera tan posesivo, agresivo y podría decir que hasta malcriado con él, siempre soltaba una risita y aceptaba con el cuello expuesto y agujeros dispuestos.
—Hmm... —Voldemort gruñó en respuesta, escuchando las palabras del Omega que hacía tiempo había dicho que asesinaría pero que atesoraba como una de sus más preciadas propiedades—.
Harry giró cerró los ojos suspirando, sintiendo los labios fríos y suaves besuquear sus hombros, cuello, oreja y mejilla de forma casi cariñosa, su corazón se agitó, sabía que era algo que ambos querían pero aún así tenía miedo, entrelazó su mano con el anillo con la mano de Voldemort que estaba en su vientre, Voldemort parecía sentir su nerviosismo y ansiedad.
>>¿Qué pasa? —Voldemort gruñó, lo giró y agarró por los hombros, de forma salvaje y sin clase olisqueó a Harry en busca de heridas, sin embargo, no encontró nada dañino, Harry abrió sus ojos llenos de lágrimas con sus manos sobre su vientre, protegiéndolo—. ¿Omega?
—Felicidades, Alpha. —Harry agarró una de sus manos y la colocó sobre su vientre, sintiendo su frialdad, olisquea emocional, sonríe con labios apretados—. Nuestro cachorro viene en camino.
—¿Cachorro? —Frunció el ceño confundido, luego parpadeó y miró el vientre de Harry con ojos perplejos de sorpresa, sin saber porqué le sorprendía tanto, considerando que no le había pedido al Omega que siguiera cuidándose y se habían apareado como animales durante los últimos meses—. ¿C-Cuánto tiempo?
Su voz sonaba reverencial, sus garras de la mano que sostenía el vientre suavemente hinchado de Harry, el cual había descartado como un sobrepeso leve, las yemas de sus dedos eran ásperas pero cuidadosas al tocarlo, transmitiendo al Omega tranquilidad, el Alpha no quería que se deshiciera de su bebé, los hombros de Harry se relajaron de alivio, sollozó un poco con una risita.
—Esta semana cumplo dos meses. —Harry susurra con felicidad, arrodillado sobre la cama y entre las piernas del Alpha, tímidamente lo mira a través de sus pestañas—. ¿T-Te complace, mi señor?
Voldemort mira pensativo su vientre, sus dedos acariciando suavemente y con reverencia, comprendiendo entonces por qué se había sentido así los últimos meses, su Omega estaba embarazado y sus instintos gritaban protección por todos lados.
Potter había sido una incógnita resuelta en su vida, como a pesar de ser un mago tan grandioso, poderoso y un líder nato, jamás encontró su otra mitad, siempre fue una duda dentro de sí mismo, si el hecho de que naciera a través de aquella poción de amor, hizo que perdiera su capacidad de amor y por lo tanto, no fuera merecedor más que destrucción y estaría condenado a una vida sin amor.
Ahora lo entendía, sabía que haber nacido de una forma tan horrible no tenía nada que ver con él, ahora entendía que podía amar a alguien a pesar de lo que se le dijo toda su vida, sus manos frías apretaron un poco el estómago bombacho de Harry, y que, no tenía que vivir una vida tan larga para vivirlo, para sentirlo, no debió...
—Si, Harry. —Gruñó, se dió cuenta que su voz sonaba rara, sintió una mano en su mejilla y un dedo pasar por ella, como si...—. Me complace y te estoy eternamente agradecido.
Por enseñarme que a pesar de ser un monstruo tengo salvación.
Sus ojos se encontraron, ambos brillaban azul zafiro, cada vez más intensamente, se acercaron y se dieron un beso, cerrando sus ojos, una luz cegadora resplandeció en la habitación, sin que el par lo supiera, Harry se subió al regazo de Voldemort y Voldemort lo rodeó con todo su cuerpo, girando sus posiciones, acostando al Omega boca arriba.
Sus lenguas se entrelazaron, sus manos se entrelazaron, Voldemort sentía que vibraba, sentía la magia de Harry sobre la de él y la de él sobre la de Harry, estaba loco, era cierto, era un monstruo genocida, era cierto, era un despreciable ser humano, era cierto, era la peor calaña que pudo haber existido, era cierto, y su existencia no debía haber sido, era totalmente cierto.
Pero...
Sus ojos se abrieron, miraron a Harry, la locura del Omega lo miraba profundamente, sus ojos color Avada lo miraban con un amor y adoración a la que se le ve a un Dios, él amaba a este fiel y devoto creyente, Harry lo miró con devoción pero con confusión, examinando sus rasgos como si fuera la primera vez que lo veía.
—¿Tom? —Harry acarició las mejillas de Voldemort de nuevo, limpiando las lágrimas que seguían corriendo por encima de ellas—. ¿Alpha?
—Omega. —Su voz sonaba rica y barítona, diferente a la siseante de serpiente de antes, había reverencia e impresión en su voz—. Me perteneces.
—Si, Alpha. —Harry contestó con ojos llenos de felicidad—. Te pertenezco. Te amo.
Los ojos de Voldemort buscan alguna mentira en las palabras del Omega pero no lo encuentra, así que sonríe, acariciando su mejilla con sus dedos, su tono de piel blanco, sus uñas perfiladas, sus dedos delgados, como si... se agarra la cara, sintiendo el puente de su nariz, pero lo ignora, en favor del inmenso sentimiento que siente en su pecho.
—Te amo más, mi Reina.
La risa desquisiada sale de los labios de Harry, vestía un traje estilo victoriano de color carmesí y negro, los colores de su marido, mirando en el frente de la batalla como Neville blandía su espada contra el grupo principal de mortífagos, Voldemort estaba a su lado, agarrando su cintura, con su apariencia joven y atractiva de vuelta.
—Neville, ¿en serio te crees el niño de la profecía? —Harry lo señala con su dedo índice de la mano con el anillo en mano—. No me hagas reír, de seguro te han hecho pensar que eso te convierte en alguien especial cuando solo eres un medio para un fin. —Harry se lleva la mano a la boca, soltando risas burlonas, degradando al joven, su voz se endureció y su rostro se llenó de odio—. Para Dumbledore no eres especial.
Ginny llegó blandiendo su varita contra algún mortífago que solo bloqueaba sus hechizos dañinos, y repartía hechizos para neutralizarla según las instrucciones de Voldemort y Harry.
—No lo escuches, Neville. —Ginny lo miró con odio y desdén—. ¡Te está mintiendo!
—¡No es ninguna mentira, Ginny, y lo sabes! —Harry le gritó con rabia, un mortífago logró darle con un hechizo para desmayarla, Dean Thomas la agarró en brazos, protegiéndola—. ¡A mi me dejó a merced de familiares Muggle que me odiaron por ser quien era, un mago! —Harry blandió su varita, intentando bajar pero Voldemort lo agarró por la cintura—. ¡A Snape lo dejó en una casa abusiva y permitió que un montón de bullies lo atormentaran! —Malfoy padre se puso a su lado y luchó contra Dean Thomas hasta que soltó a Ginny mientras Neville temblaba como hoja con un arma que no le pertenecía—. ¡A Tom lo hizo volver una y otra vez a un orfanato donde lo trataban como escoria y permitió que matara a una inocente por los traumas a consecuencia de eso! —Malfoy agarra a Ginny y la llevó a lado de Harry, quién le puso uno de sus collares de lealtad—.
—¡Señor Potter deje de mentir así, cállese antes de que ocurra un desastre! —Minerva Mcgonagall lo miró con rostro pálido, había puesto su lealtad en Dumbledore y él había hecho tanta atrocidad que ella no podía creerlo—.
—Y a ti... —Harry susurró temblando, lágrimas llenaron sus ojos ante la rabia que había contenido en su corazón hacia Dumbledore, tanto daño había hecho ese viejo al amor y dueño de su vida—. A ti te hizo creer que lo de tus padres no tenía cura porque no quería usar la magia que consideraba incorrecta.
Neville jadeó, sus ojos amplios de la sorpresa, el agarre en su espada flaqueó, la mayoría de mortífagos estaba reduciendo a la orden del Fénix a cenizas, dándole preferencia a los jóvenes, noqueandolos en favor de aniquilarlos como a los adultos tontos y necios que se negaban a flaquear.
—Así es, Nev. —Harry sonríe, la locura y resentimiento liberándose, sus ojos llenándose de comprensión ante el otro casi huérfano—. Pudiste crecer con unos padres amorosos y no una abuela que limitara cada ambición que tuvieras, que te usara como un reemplazo de tu padre. —Movió su brazo de un lado al otro para darle énfasis a su discurso—. ¡Ni siquiera tienes varita propia!
Los mortífagos estaban rodeando fácilmente a la orden, traían a Harry a las personas de su grupo de protegidos, a quienes uno a uno les colocaba el collar de protección, los pocos que no estaban noqueados, eran quienes no estaban luchando y se acercaban atrás de Neville, eran el resto que faltaba para que todo culminara a su favor.
—Te lanzó a las serpientes venenosas sin el entrenamiento necesario y mucho menos el poder que se necesita. —Neville va retrocediendo poco a poco, mirando de un lado al otro, dándose cuenta por fin, que lo estaban acorralando—. Yo soy el chico de la profecía pero como no estuve dispuesto a entregar mi vida y la de mi destinado, escogieron el segundo posible.
—¡No soy el segundo! —Neville gritó desesperado, moviendo la espada de forma inexperta, intentando alejar a los mortífagos que se van acercando con expresiones serias y varitas arriba—. ¡Mientes, mientes!
—No miento, y no necesitas ser el segundo Neville, solo terminarás por estar muerto. —Harry se fue acercando poco a poco, Voldemort siguiéndolo poco a poco, mirando a cualquiera que intentara lastimar a Harry y a su bebé, Harry abre sus brazos—. A mi lado puedes vivir, ni tu ni ellos tienen oportunidad contra nuestro poder unido, Neville, ni siquiera Dumbledore podría si estuviera vivo.
Una de las misiones que había tenido que hacer Severus, debido al juramento inquebrantable que había hecho con Dumbledore y se había enterado por el collar que les había hecho, fue matar a Dumbledore, y bajo órdenes de Harry y sobre todo, Voldemort, fue enviado a asesinar a Dumbledore antes de que ellos entraran al territorio de Hogsmeade.
—Y-Yo... —Los ojos de Neville se abrieron asustados ante la implicación de las palabras de Harry, parecía que iba a llorar, Neville siempre había sido débil—. Yo...
—¡Neville, no lo escuches! —Reclamó Dean Thomas desde el piso y escupió con odio apenas contenido—. ¿En serio crees que te estaría convenciendo si no pensaran que eres una amenaza?
Antes de que Neville tomara coraje, Harry se rió ruidosamente, agarrando su vientre embarazado, la sangre vibrando de victoria a la cual puede saborear en el aire.
—Ahí te equivocas, Thomas. —Los ojos de Harry se arrugaron en satisfacción, sus labios formaron una curva de desafío y sus ojos se llenaron de fría crueldad—. Luna y Neville son pareja predestinada, ella es parte de mi séquito privado, lo hago por ella, Neville no tiene valor para mi, de no ser por ella...
Ron y Hermione caminaron directamente al bando contrario, Harry los abrazó con amor. Luna extiende una mano hacia Neville, baja el arma, sus ojos zafiros miraron a los de Neville.
—Ven, Neville. Ven y tendrás lo que más deseas en la vida: libertad y una familia. —Harry dice como última arma para debilitar al chico—.
La espada Gryffindor cayó al piso y el chico caminó hasta Harry llorando junto a Luna, Harry lo recibió con gusto, colocando los collares personalizados que tenía para sus amigos, Voldemort tenía una mano en su cuello, mirando que todos sus enemigos habían caído.
Y como última advertencia a lo último que quedaba de la resistencia, el cuerpo de Dumbledore cayó con fuerza desde el piso en el que debería estar las habitaciones del director, Severus se asomaba por la ventana, mirando el caos que se había convertido el final de la guerra.
Habían perdido.
—¡Ofrezcan su lealtad al Ministro Slytherin! —Harry gritó con gloria—.
—¡Larga vida al Ministro Slytherin! —Contestaron a su vez, algunos con derrota, otros con alivio y algunos con ciega Victoria—.
Entonces, Voldemort se inclinó y besó a Harry frente a todos, reclamando el premio por su victoria.
Notes:
Por favor, comenten lo que les pareció.
CABOS SUELTOS: La pareja predestinada de Draco, era Ron, por si no quedaba claro, Hermione y Krum no son predestinados porque son Beta pero se aman mucho y Snape, bueno, Snape ve por su propia cabeza, así que, se acostumbrará al mundo donde el caos y reglas supremacista de sangre reine. Preguntas, aquí por favor, consideren que no habrá segunda parte.
LadyIshtar on Chapter 3 Fri 16 May 2025 06:47PM UTC
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DesahogoWriten on Chapter 3 Sun 18 May 2025 09:47PM UTC
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LadyIshtar on Chapter 3 Mon 19 May 2025 12:51AM UTC
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Denissita (Trafalgar_D_Sora) on Chapter 22 Tue 01 Jul 2025 02:22AM UTC
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