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Control

Summary:

El amor es compañía, el amor es interés y el amor es control.
Sephiroth lo ama, tanto como ama controlarlo. Seguro de que nada lo hará más feliz.

Semi-AU!
Pairing: SefiKura [Sephiroth Crescent x Cloud Strife]
Advertencias: Underage, Toxic relationships, manipulation, Mind-break, lenguaje obsceno, Smut, Non-Con

Notes:

Chapter 1: Caos que comienza

Chapter Text

Aware, aware, you stalk your prey
With criminal mentality
You sink your teeth into people you depend on

Infecting everyone, you're quite the problem
Fee-fi-fo-fum, better run and hide
I smell the blood of a petty little coward

 

Control

Respira profundo. Ahogado, asustado, desesperado. Mira alrededor y luego hacia arriba, dónde el enorme Monte Nibel se irgue con magnificencia. Al levantarse, el pie le duele y por revisarlo, se percata también del abundante líquido a sus pies. Su color verde fuerte y el ardor que causa en su piel lo obliga a a buscar un lugar lejos de la humedad, pero solo cae de regreso por resbalar.

Tose y solloza angustiado, quiere que el dolor deje de atormentarlo.

— ¿Ese no es…?

— ¡CLOUD!

El niño casi es derribado por el abrazo de su madre. Fuerte y desesperado, interrumpido por un instante para revisar que esté bien. El rostro del niño está pálido, sus labios resecos y morados, cabello desordenado con rastros de tierra. Unos cuantos rasguños y los ojos abiertos con un ligero destello verde. La gente del pueblo se comulgan con curiosidad de verlo. Lo creyeron muerto, pues tardo más de cuatro días en volver del Monte Nibel; siendo apenas de seis años, la asunción es justificada. Muchos se cuestionan como es que pudo volver, la afluencia de monstruos ha aumentado bastante con la guerra que sucede en el exterior.

Claudia Strife usa toda su fuerza para cargar al niño y llevarlo casa, sin querer que sigan viéndolo y juzgándolo como a un animal extraño. Lo desvistió, lo bañó y lo curó, sin separarse de él en todo el día y en respuesta de él, sin dejar de abrazarla

Es un comportamiento anómalo y por eso, Claudia sabe que a su hijo le pasó algo malo. Cloud es muy tímido, también lejano. La última vez que estuvieron así de juntos y abrazados, fue cuando el tenía dos años, a partir de sus tres años, se hizo bastante independiente y arisco al contacto físico.

Por la noche tuvo fiebre y no despertó en todo un día por lo mismo. Todos en Nibelheim hablan y murmuran con respecto al misterioso incidente del niño Strife. Preguntándose si alguna fuerza o persona desconocida lo trajo a salvo al pueblo o fue una total suerte que logrará volver. Sea como sea, no se sabe y brinda otro tema de conversación aparte de la guerra mundial que sucede a lo lejos.

┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈

—Mamá ¿Puedo salir al monte Nibel?

—No.

Cloud exhala con aburrimiento, viendo desde la ventana. Hay una nevada suave hoy. En el Monte Nibel es mucho más fuerte y se puede jugar con la nieve. Aquí no se acumula y por lo tanto no hay nada que hacer. Además, se aburre muchísimo de estar tanto tiempo adentro. Se levanta del sofá junto a la ventana y va por las escaleras hacia su habitación. Claudia suspira con cansancio.

Han pasado algunos meses desde que Cloud se perdió y regreso del Monte Nibel. A diferencia de antes, no lo deja salir demasiado. Ni siquiera a la escuela. Sabe perfectamente que allí se retan a ir a la montaña, Cloud es demasiado cabeza dura, además de seguir siendo un niño. Podría perderse de nuevo, matarse en el proceso. No lo piensa permitir.

Claudia también es profesora, por lo que es fácil darle educación en casa y dejarlo salir solo cuando lo está vigilando de cerca. Sin permitir que otros niños se le acerquen. Se limpia la mejilla y se pregunta por qué tiene que ser su hijo el que siempre tenga las desgracias sucediéndole.

Los demás tienen a sus padres.

Los demás son amigos confiables entre sí.

Los demás se cuidan mutuamente.

Y los demás se ponen de acuerdo en molestar a Cloud.

Pide perdón a la diosa casi cada día, pero anhela que alguno de ellos se rompa una pierna, se enferme de gravedad o ¡Lo que sea! Y paguen por la mala vida que le tan a Cloud todos los días. Es un pensamiento cruel, pero ¿Por qué no tenerlo? Cuando hasta el momento, la información que recolectaron sobre Cloud en el Monte Nibel, fue una mala broma de los demás niños que lo forzaron a ir allá. Una "pequeña e infantil" broma que casi le cuesta la vida.

Si no fuese por la guerra, Claudia tomaría sus cosas y se iría con Cloud a cualquier otro sitio. Nibelheim se volvió un nido de víboras al que no quiere pertenecer.

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— ¿Aún no puedes salir Strife? ¿Tu mami no te deja?

—Deberías apurarte, tu novia monstruo te espera en el barranco.

— ¡¿Vas a llorar Strife?!

Se limpia la sangre de la nariz y aprieta los puños. La camisa blanca con un par de gotas de sangre. Los niños se ríen y mofan de él. Lo usual. Todos a la entrada de Monte Nibel y aprovechando la distracción de los adultos por la comida comunal que se prepara. Cloud siente su cuerpo tembloroso y que la sangre le hierve, pero al mismo tiempo, sufre un espasmo que lo obliga a cubrirse la boca con las manos.

Los niños gritan y corren asustados de ser culpados por eso. Claudia que ya estaba llegando se detiene a un par de pasos. Cloud se gira hacia ella, con la sangre cayendo líquida y suelta por sus manos y brazos, ensuciando más su ropa. Los ojos abiertos de par en par on el pánico pincelado en las irises azules.

—Mamá… me duele mucho. —musita en un hilo de voz lastimero.

Claudia sale del ensimismamiento y corre a auxiliarlo. Lo ayuda a limpiarse con su delantal, diciéndole que no pasa nada malo y que pueden volver a la casa. Ambos levantan la cabeza hacia el cielo nuboso, siendo que por primera vez, ven aviones y helicópteros pasando por encima de ellos. Claudia cierra las manos en Cloud, con fuerza y nerviosismo.

La primera vez que Cloud vio aviones de guerra, tenía la cara y camisa llena de sangre y cuando escuchó la primera explosión, disparos y gritos, estaba durmiendo en su habitación. De un minuto a otro, Nibelheim dejó de estar fuera de la guerra.

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Numerosos helicópteros, camiones y aviones se detienen en las afueras del poblado. Militares de la empresa Multinacional ShinRa S.A se instala en la zona. No piden permiso ni dan un aviso antes de comenzar la instalación de equipos pesados, carpas para descansar y demás. Al mismo tiempo, las personas de Nibelheim exigen nada al respecto. Demasiado asustados de que haya un ataque y ninguno cuente con la opción de defenderse.

Cerca del medio día, finalmente llega un helicóptero más grande y con el logo de la compañía en mejor estado. Bajando de este se encuentra un hombre alto, cabellera extensa hasta debajo de su cadera en color plateado, su rostro bien definido y excepcional que da impresión de no ser humano sino una especie superior a la misma. Una especie de dios manifestado a la perfección.

Un dios frío y cruel si toca juzgar por la mirada verdosa y penetrante que posee. Sus pupilas rasgadas analizan con several aburrimiento el panorama que se le presenta. Un pueblito apenas existente, con poca gente en contraste a otros lugares. Vino aquí solo por nostalgia, tratándose del pueblo en el que nació. De otro modo, se habría mantenido en Midgar a manejar por distancia los múltiples encuentra que suceden entre los SOLDIER y las naciones enemigas indispuesta a dejarse gobernar por ShinRa.

El ambiente le fastidia y tener que hablar con todos los habitantes lo irrita incluso más. Hay muchos niños curioseando, algunas madres que cuchichean entre sí y los hombres son los más preocupados. Sephiroth pasa la mano por su cabello para desenredarlo y echar atrás todo exceptuando sus dos largos flecos. La gente se comulgan orden de un SOLDIER 3rd Class.

Un pequeño impacto en su pierna lo distrae.

—L-lo siento, señor.

Sephiroth abre ligeramente los ojos, observando al pequeño niño justo a su lado. Es de baja estatura y con un brillante cabello rubio, en una divertida forma pues parecen las plumas de un chocobo despeinado. Sin embargo, lo que más lo ataca además de su rostro infantil, son sus ojos azules. Enormes y llenos de brillo esperanzado. Una pincelada de vergüenza en su rostro por el choque se manifiesta en un sonrojo.

— ¡Cloud! ¡Te pedí que no te alejaras!

Sephiroth guarda silencio, un observador mudo a como la mujer lo logra cargar y llevárselo con ella. El deje nervioso y casi paranoico de la señora le genera curiosidad. Hace un pequeño gesto con la mano al niño y se dirige hasta el centro del pueblo, donde todos se encuentran a la espera de la mas mínima información.

—Atencion a todos los habitantes de Nibelheim—anuncia Sephiroth. Su voz como un potente tronido capaz de callarlos a todos. Entre la muchedumbre logra señalar a los dos rubios del pueblo. Son los únicos. El niño aún en brazos de su sobreprotectora madre—. Cómo bien saben, se está desarrollando una guerra actualmente. Es imposible decir si está cerca de terminar o no. Sin embargo, las filas enemigas han iniciado su camino hasta acá, por lo que nos vemos en la necesidad de usar su ubicación como nueva base. De forma que ustedes sean protegidos y podamos finiquitar este asunto.

Los murmullos entre ellos son fuertes. Sephiroth mantiene una expresión impasible y aburrida. Por esto aborrece tener que estar presente. Usualmente solo va en momentos específicos donde cabe la posibilidad de que el puesto caiga o las tropas sean exterminadas. Llegar desde el inicio pronostica tener que aguantar muchas tonterías. Alguien levanta la mano.

— ¿Tenemos que hacer algo? ¿Qué sucede si atacan?

—Serán llevados a un búnker que está siendo construido justo ahora—responde girando el torso hacia la derecha, haciendo así que todos vean en esa dirección. Las máquinas cavando en el suelo y dejando una enorme montaña de tierra—. Deberán seguir las órdenes de los SOLDIER y evitar estorbar a la hora de una situación. Pueden continuar con sus actividades.

Se retira simplemente. Alguien más se encargara en caso de tener preguntas que responder. Sephiroth da un vistazo curioso en dirección sur, encontrando así al niño rubio yendo de mano de su madre. Continúa su rumbo, harán una enorme instalación, incluyendo una carpa del tamaño de su habitación para que pueda dormir. Espera que sea eso lo primero que terminen de construir.

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Cloud balancea las piernas, apoyado en la ventana, viendo a los SOLDIER de ShinRa y como en las afueras del pueblo, inician la instalación de todo. Nunca pensó que llegarían a ser un punto de conflicto en una guerra, mucho menos que vería al gran General Sephiroth; muchos decían que el no existe. Sale muy poco y suele ser quien acaba todos los problemas. Resulta impresionante tenerlo aquí.

Se pregunta si puede acercarse a él. A pesar de ese deseo, Cloud es muy consciente de que no sabría que hacer. Se congelaría y estaría en silencio frente a ese hombre tan alto y amenazante. Logra visualizarlo en la distancia, hablando con algunos soldados que atienden a sus órdenes. El General busca con la mirada a quien lo observa, dándose cuenta de Cloud en la ventana. El rubio enrojece y se aparta, marchándose corriendo para ir a su habitación.

Sephiroth suelta una pequeña risa divertida, lloviendo a lo suyo.

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— Afortunadamente se encargan de los monstruos que hacen desastres en el pueblo—comenta Claudia tras tragar. Corta la carne en su plato. Cloud tiene las mejillas llenas de comida—. Aunque me preguntó que tan cierto es lo que dicen sobre los enemigos. —Cloud traga con fuerza. Demasiada comida en la boca.

— ¿Por qué no lo sería? Están haciendo mucho trabajo ahí. No creo que sea para fastidiar. —dice Cloud balanceando las piernas. Claudia encoge de hombros.

—No creo que haya nada en Nibelheim que justifique atacar. No somos un lugar central, no tenemos minas, riquezas o sembradíos—suelta los cubiertos y se frota los ojos—. Lo único que hay es esa vieja mansión y el reactor que nunca nadie visita.

—Pensé que en las guerras solo se destruía todo. —admite Cloud sorprendido ¿Deberían tener algo de valor? Claudia se ríe, asistiendo con la cabeza.

—Sí, debe ser eso. Me pone un poco nerviosa, lo siento—comenta con gesto gentil y cariñoso—. ¿Te has sentido bien estos días? ¿Necesitas ir al médico?

—Estoy bien.

Claudia asiente y continúa con su comida.

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—Mamá ¿Puedo salir?

—No.

Cloud da un bufido de aburrimiento y se queda recostado en el sofá. Claudia se muerde los labios, nerviosa. Sabe que Cloud no tiene mucho que hacer dentro de la casa, pero tampoco tiene mucho que hacer afuera. Con la posibilidad de un ataque y que se escape al Monte Nibel de nuevo, es imposible para ella dejarlo salir. También es consciente que los niños que lo molestan siempre podrían hacerlo de nuevo hayan militares o no. Se rasca la frente y sonríe. Tensa.

—Pensándolo mejor… Ve un rato. No te acerques a la entrada del Monte Nibel. — aclara y Cloud levanta de un salto, corre a la puerta y se marcha a toda velocidad. Claudia va a la ventana para verlo irse. Tiene algo más interesante que hacer que ir a Monte Nibel, es una suerte. No obstante, va a mantenerse al pendiente.

Al igual que todos los niños de Nibelheim, querer ver el campamento de ShinRa es la principal atracción estos días. En un parpadeo hay alguna cosa nueva. Algunos han podido entrar al búnker, decir que cama usarían, ver a los SOLDIER entrenar, a los científicos revisar el rendimiento y Sephiroth que anda alrededor para asegurarse de que todo vaya bien en el campamento. Cloud mantiene una distancia prudencial del resto de niños y del campamento. Cuenta a las personas, las armas que usan, la ropa que usan. Sube a un árbol y se queda ahí un rato.

Saluda a su mamá que lo estuvo buscando con nerviosismo. Tal vez es lo mismo a estar dentro de casa, pero al menos tiene un poco de brisa y puede ver desde un mejor sitio. Cloud queja en voz alta por un golpe repentino y mira en dirección a donde vino la piedra que le tiraron. Lo hace de regreso, atinando a la boca abierta del niño. Se ríe divertido y empieza a bajar del árbol para volver a casa

Sin pensar que le aventaran otra piedra, una que está vez atino a su frente y lo hace caer al piso.

— ¿¡A dónde crees que vas Strife!?

— ¡Ya suéltame! ¡Imbécil!

La pelea entre ellos es lo usual. Niños varones. Harrison, Jack, Welt, Jobs; las niñas están a raya, cuchicheando y diciendo quien ganará o perderá en esto.

Sephiroth arruga el entrecejo, sin comprender a qué viene el escándalo de los niños del pueblo. Va en esa dirección con la intención de mandarlos a sus casas. Todos tiemblan y casi se orinan cada vez que se les acerca. Son patéticos. Al llegar las niñas contienen el aliento y se hacen a un lado, asustadas y los pocos varones que se dan cuenta, hacen lo mismo

— ¿Qué está sucediendo aquí?

Hay un chillido y algunos se van corriendo, otros balbucean para explicarse. Uno de ellos rompe a llorar del miedo que le provoca la mirada de Sephiroth. Tan fría y penetrante que lo hace encogerse, sentir que está siendo escrudiñado para hallar la manera de asesinarlo dolorosamente. Cloud por su parte se sienta en el suelo y tose, limpiándose el mentón con sangre. Sephiroth abre los ojos con ligera sorpresa de que el rubio, sabiendo que está ahí de pie, golpee a uno de los niños.

— ¡Busca algo mejor que hacer que molestarme! ¡IDIOTA!

El muchacho se dirige a otra dirección. Sephiroth le sigue con la mirada, asegurándose de que no sea muy lejos y saber a dónde se fue. Regresa a los niños.

— Regresen a casa—ordena y ellos asienten con la cabeza. Espalda recta, pecho inflado, vista desviada—. Que no vea que esto sucede de nuevo. No perdono buscapleitos y ShinRa tampoco.

—E-esta-

— No los escucho.

—Esta-

— ¿Alguien les dio permiso de tutearme?

—N-no señor.

Sephiroth bufa y los niños huyen. El peliplata marca su lento caminar en busca de Cloud. El rubio se sacude la ropa y se trata de limpiar la sangre. Si llega muy mal a casa, Claudia no lo dejara salir de nuevo. Moquea y se da cuenta de su propio llanto. No estaba haciendo nada y aun así lo buscaron para golpearlo. Está demasiado harto de que los niños sean tan idiotas.

El estrés lo lleva a dar un quejido quebrado. Odia a todos en Nibelheim. Quisiera irse de aquí o que todos ellos desaparezcan dejándolo en paz. Lo sobresalta sentir a alguien a su espalda. Se da la vuelta, pasa con fuerza las manos por su rostro para limpiar los rastros de lágrimas y moco. Corre la sangre en su piel por lo mismo. Su postura se vuelve más tímida. Sephiroth de pie delante suya le genera conflicto. Entre emoción por tener al gran General de SOLDIER y miedo por ser llamado la atención. Es un militar. Todos ellos son horribles.

— ¿Te encuentras bien? —Cloud asiente con la cabeza—. Supongo que no sientes la mayor parte del cuerpo. No luces muy bien. —Cloud pasa la mano por su rostro por el chorro de sangre que le cae de la frente. La roca le abrió la carne.

—Estoy bien, Señor.

Sephiroth lo analiza cuidadosamente. Tiene el cabello largo, piel delgada que se pone morada ante la presión leve. Es muy delgado y pequeño. A pesar de la debilidad y la timidez, Sephiroth puede notar fácilmente una cosa: el brillo fiero en sus ojos. Es un rasgo encantador que usualmente no está en niños. Después de todo, ellos carecen de motivaciones para pelear o tener rencores de verdad.

Este niño es diferente. Es distinto a los otros niños de Nibelheim.

Se acuclilla frente a él con una materia en la mano. Cloud la observa fijamente y la toma cuando el General se la ofrece. La acerca a su rostro. Nunca había visto una materia, mucho menos sostenido una. Es impresionante. Es capaz de percibir la magia que emana y con un ligero destello, algunas de sus heridas se curan. Da un salto y mira hacia Sephiroth. Cloud sufre escalofríos.

La sonrisa y la mirada que recibe son terroríficas. Una especie de fijación directa y satisfacción. Ofrece la materia de regreso y Sephiroth la coge, usándola de forma apropiada.

—No muchos niños son capaces de usar una materia a la primera vez que tienen una en sus manos—cuenta Sephiroth. Cloud de muerde los labios—. Espero que seas listo y no te metas en más problemas con esos niños.

—Ellos buscan los problemas siempre. —refunfuña malhumorado de que le pidan eso ¡Él no tuvo la culpa! ¡No hizo nada! Sephiroth da toques a sus labios pidiéndole silencio.

—Los enemigos, monstruos y alimañas llegarán por si solos hasta ti; no lo puedes evitar. Solo puedes ser listo y descubrir como ganar.

Asiente tímido. Sephiroth se levanta y se marcha a paso lento. Aún recordando la voz e imagen tan preciosa que hizo Cloud una vez sábado. La mente del peliplata empieza a trabajar a su máxima capacidad, fantaseando con ropas distintas y más lindas en un niño tan encantador, que ese brillo en sus ojos se vuelva más intenso por desviarse en otra dirección; la voz infantil, pero fácilmente distinguible… Lastima que aún no sabe su nombre.

Podría ver qué hay al respecto.

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Claudia no se enteró del altercado, por lo que dejó a Cloud salir el día siguiente. ShinRa vigila la entrada al Monte Nibel, con eso ella puede restar sobradamente tranquila. Cloud por su parte va a seguir viendo el campamento de ShinRa. Es más grande que el pueblo en sí mismo y es gracioso para él. Cloud se da cuenta de que más equipos llegan. Robots enormes, computadores, cargamentos de mako. Es impresionante.

— ¡Strife! ¡Ven aquí!

Cloud retrocede un par de pasos, intimidado por la presencia de Brant. Con el va su pandilla habitual, incluyendo a Tifa que observa en silencio.

— ¡Por tu culpa el General nos regañó! —recrimina el infante dos años mayor que Cloud—. ¡Vas a preferir el monte Nibel IDIOTA!

Cloud no demora en echar a correr. Tal como Sephiroth recomendó, se toma su tiempo para pensar mientras corre. La persecución causa un estado nervioso, dónde su intelecto va a lo extremo y librarse así de la situación lo conduce a una sola conclusión. Echa a correr como nunca, perseguido por ellos que no se dan cuenta de que ingresaron al campamento y mucho menos que entran a la carpa más grande.

Cloud se pone tras una enorme barrera negra que resulta ser el General. Sephiroth muestra ligera sorpresa de tener al rubio delante y al girar el torso, ve a esa muchedumbre de niños con caras rojas, sudor rancio y expresiones asustadas a penas notan en dónde están. Sephiroth palmea la cabeza de Cloud. Definitivamente no iba a poder con todos estos niños. Quien sabe que consecuencia habría.

—Si no recuerdo mal, a algunos de ustedes les informe que ShinRa no persona buscapleitos—enuncia con lentitud y firmeza—. ¡SOLDADO! —llama y cuatro de ellos aparecen—. Conduzcan a cada uno de ellos a casa e informen a sus padres que la próxima infracción que suceda, será penada.

—Si general. —dicen a la vez.

— ¿También lo llevamos a él? Señor. —pregunta uno de ellos señalando a Cloud. Sephiroth niega con la cabeza.

—Yo me encargo de él. Retírense.

—Sí señor.

Los niños son escoltados a sus casas. Cloud por su parte agradece a Sephiroth su ayuda y se muestra lleno de vergüenza. No pensó que el General se tomaría tan bien su llegada repentina. Estaba en otro asunto muy claramente.

— ¿Te hicieron daño de nuevo? —increpa Sephiroth. Cloud sacude la cabeza.

—No. Vine aquí apenas me empezaron a molestar. Los niños son muy estúpidos aquí. Cómo no soy tonto igual que ellos, me odian. —justifica fácilmente. Sephiroth da una débil risa, agachándose y posándose en una rodilla.

— Tienes razón, ellos son muy tontos—concede y los ojos de Cloud brillan de emoción. Su mamá siempre dice que no puede llamar tontos a los demás por no coincidir. Sephiroth lo apoya y eso lo hace feliz—. Y eres claramente distinto. Eres especial.

—Solo no soy tonto.

Sephiroth da una risa tenue. Cloud es el niño más encantador que haya visto nunca. Le da palmadas en los hombros y se fuerza a sí mismo a no tocar más allá de eso. Se levanta y le ofrece la mano. Cloud la toma sin pensar, andando junto a él camino al pueblo. El General deja al niño en la entrada de la vivienda. Cloud se despide sacudiendo la mano y entra a su casa—. ¡Ya llegué mamá! ¡Paso algo genial! —exclama corriendo hacia donde su mamá trabaja cosiendo ropa.

Sephiroth se retira poco a poco, sin cuestionarse como su ser adaptó tan fácil como encantador a un niño tan pequeño y seguido, ansiar tocarlo. No obstante, la descarga de hormonas (serotonina y dopamina) que se descarga en su cuerpo lo impide insistir en el tema. Ese niño lo hace sobrepasar su capacidad de sentir comodidad y alegría con otra persona ¿Será su aspecto? ¿O la forma en que huele? Sea como sea, el asco y rectitud en el murieron tan pronto como surgieron. Seguirá viendo a sin importar su edad.

Por el contrario, eso hará todo más fácil.

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La ropa del infante rubio cae lentamente al piso. La camisa, la camiseta, el pantalón, las calcetas y con timidez nerviosa, el bóxer. Cloud pone las manos tras su espalda, su rostro enrojecido y con expresión fruncida solo suman a su vergüenza. Sephiroth tiende la mano y él la toma, deslizando la suya tan pequeña. Sephiroth toma El cuerpo expuesto frente a él, sus manos posadas sobre las costillas frágiles.

Desliza su lengua por el pecho cálido, el escondite de ese asustado corazón que late sin control. Jadea, olisquea con gusto la esencia del niño y se dedica a seguir consumiendo su pecho, acariciar sus costados y espalda. Succiona los pezones rosados y provoca gemidos débiles del rubio, que se cubre la boca con el dorso de la mano. Sephiroth se detiene un breve instante, admirándolo con ojos intensos y chispeantes. Cloud tiembla debido a este gesto, con una erección formando se en su entrepierna y su cuerpo quedando caliente por las atenciones lujuriosas.

El abre los brazos y abraza al general que lo sube a su regazo. Es un niño tan pequeño entre sus brazos que podría absorberlo y nadie se daría cuenta. Lo besa en el hombro, lo besa en cuello y sus manos enguantadas se cierran en torno a la existencia frágil.

Sephiroth despierta de ese sueño, con escalofríos recorriendo toda la su columna y la sensación de que más que un simple sueño, podría transformarlo en una realidad.

Chapter 2: Cercanía de acecho

Chapter Text

— Hace tiempo no sacabas esas revistas. —menciona Claudia con picardía. Cloud no le hace caso, pasando las páginas.

Se trata de una revista de ShinRa en las que hablan de Sephiroth. Cómo en casi todas, en realidad. También hay fotos de otros SOLDIER. Génesis Rhapsodos, Angeal Hewley; Zack Fair, el cachorro recién nombrado SOLDIER. Cuando su madre la compró la leyó toda en un santiamén y la ha releído bastantes veces. En esta ocasión particular, para señalar cosas que puede o no desmentir gracias a su acercamiento a Sephiroth. O bien, el que él lo haya ayudado más de una vez es suficiente para decir que tienen una "relación" y lo conoce. Mejor que muchos en el pueblo debe decir.

Su pensamiento se ve interrumpido por el sonido de una explosión no muy lejana y luego, uno de los muros de casa es destruido— ¡CLOUD! —. Exclama Claudia corriendo por él. Cloud se paralizó del miedo por ver a un monstruo a pocos centímetros suyo. Huye con Cloud en brazos, el niño ve al monstruo que los persigue.

Segundos después es acribillado por los SOLDIER de ShinRa. Uno de ellos ayuda a Claudia con Cloud, apurándolos para llegar al refugio. Son de los últimos en entrar. El lugar está hecho de metal y cuenta con mecanismos sofisticados. Apenas están todos dentro el lugar queda sellado. Algunos SOLDIER se quedan adentro para ayudar a los heridos y en caso de que por milagro desafortunado, el enemigo pueda traspasar la defensa.

También hay pantallas que permiten ver qué sucede en el exterior. Pocos son los que no ven qué sucede. Los adultos murmuran al respecto, aliviados de lo manejado que se tiene la situación por el General y sus soldados. Los niños están adelante, sus ojos reflejando las pantallas brillantes y la admiración creciendo cada vez más dentro de ellos.

El despliegue de capacidad de Sephiroth es simplemente alucinante. Es capaz de acabar con cualquier cosa con una elegancia innegable e increíble. Cloud abraza sus piernas, mirando fijamente y apretando las manos en sus piernas. El General Sephiroth es muy, muy impresionante y quisiera decírselo.

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—Habrá que iniciar la reconstrucción. La mayoría de quedará dentro del refugio hasta que sus hogares estén bien construidos de nuevo ¿Hubo bajas?

—No hemos contado ninguna, señor, pero varios de nuestros hombres fueron severamente heridos. —anuncia el SOLDIER 2nd Class que va junto a él para informarlo.

— Estabilícenlos y envíenlos a casa apenas tengan capacidad de viaje; haré llamar más tropas. Claramente consideran este lugar un punto de interés. No habrían enviado semejante fuerza de ataque por una locación inútil. —dice Sephiroth pensativo. El SOLDIER se retira y Sephiroth va a su carpa.

La reunión con sus superiores es larga y como imaginó, ninguno dijo por qué Nibelheim tiene la más mínima importancia para cualquiera. Ni siquiera en guerra este lugar tiene algo especial. Está rodeado de mucho bosque, los monstruos tienen una afluencia enorme y hace complicado salir solo; el reactor puede explotar, nunca deja de ser una probabilidad; el pueblo es bastante pequeño y no son interesantes, solo gente común y corriente con la mala suerte de haber nacido a mitad de la nada.

Lugar gris, soso, insípido; perfecto para esconderse en caso de una persecución. Diría que lo único que vale la pena tomar aqui aparte de su montaña de pesadilla, es a la familia Strife. Viéndolos durante el inicio del ataque, Sephiroth se cuestiona como Claudia es capaz de llevar a Cloud por doquier y que ella tenga ese mismo brillo de decisión en los ojos. Es abrumador que su hijo sea incluso más abrazador que ella. También sobresalen por ser unos marginales de su gente.

Claudia socializa con otros, pero no es incluida. Está aparte y en su hijo se demuestra también. Todo ll bueno y lo malo fue heredado por ese niño que invade los sueños de Sephiroth y crea fantasías que escalan de nivel poco a poco.

No presto atención a lo último que le dijeron en la junta, de todos modos se lo enviaran por escrito como resumen, práctica hecha por la mala señal que suele haber en zonas como estás. Apaga el computador y se frota el rostro con ambas manos. Está sudado como un animal, pero darse un baño va a estar complicado. No sabe el estado de la posada.

— ¿Ummm?

En la entrada de la carpa está Cloud asomado. Quien sabe cuánto tiempo esos ojos azules han estado clavados en Sephiroth.

— ¿Necesitas algo? Cloud. —pregunta Sephiroth haciendo un gesto para que pase. El niño se adentra con pasos nerviosos y lentos.

—Solo quería decirle que estuvo genial hoy.

Sephiroth deja caer la cabeza a un lado. Es adorable. Se nota que es un niño bastante inocente aún. Le pide acercarse más. Cloud queda a menos de un metro de Sephiroth, quien toma su tiempo para visualizar sus fantasías en el. Imaginar que si le pide que se desnude, lo hará lenta y tímidamente como en su sueño. Sin embargo, sabe que no lo hará. Lo más probable es que salga corriendo. Apoya el codo en su rodilla y Cloud se muerde el labio inferior, intimidado de recibir una mirada tan intensa de parte de general.

—Muchas gracias. Había olvidado que se instalaron cámaras para mantenerlos enterados a ustedes y a los SOLDIER que custodiaban dentro—acerca su mano, el guante limpio solo por ser la mano con la que usa Masamune. Sus dedos entran en contacto con la mejilla del niño, un inicio tan superficial que apenas la diminuta porción de piel de Cloud cosquilleo—. Debió ser aterrado vivir está experiencia—coloca tras la oreja un par de mechones rubios. Corrientes eléctricas y escalofríos recorren la espalda de Cloud—. ¿Te encuentras bien? ¿O aún estás asustado? —El General se inclina más hacia él y Cloud baja la  mirada.

Asustado de esos ojos verdes tan hipnotizantes, pero agresivos y misteriosos.

—Yo… Yo tuve un poco, pe-pero… mamá me ayudó y me llevo a salvo—patea el suelo, apretando las manos tras su espalda—. Y mi casa está destruida, tengo que quedarme allá.

—Estará reparada antes de que te des cuenta—promete Sephiroth en un susurro—. Incluso mejor que antes.

—Me gusta mi casa, aunque es aburrida porque mamá no me deja salir y tampoco podemos comprar muchas cosas—cuenta Cloud. Nunca ha tenido a nadie con quien hablar, aparte de su mamá. Sería tonto quejarse con ella. También lo avergüenza ser exigente con su madre—, también tendré que estar con niños estúpidos. —escupe con mala cara.

—Puedes quedarte aquí conmigo durante el día, hasta que tu casa este en reparada. De esa forma, no van a molestarte. —asegura Sephiroth. Cloud levanta la mirada con sorpresa y emoción. Sephiroth sonríe ladino, con sus ojos entrecerrados ocultando la satisfacción.

— ¡¿De verdad?! Sí quiero.

—Solo no te cortes los dedos con Masamune ¿Vale?

Cloud asiente animado y sale corriendo. Sephiroth cierra la mano apretándola con fuerza. Es un niños. Los niños son fáciles de ganar. Incluso los más ariscos. A Cloud no lo va a ganar con elogios básicos. Necesita más esfuerzo, más cuidado y exposición. Cosa que a Sephiroth se le da muy bien.

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Una de las cosas más encantadora de Cloud, es su capacidad de permanecer tranquilo y en silencio. Han pasado cuarenta minutos desde que llegó y se ha mantenido obedientemente en la computadora revisando cosas. Videos de SOLDIER, historietas; incluso cuando se para a vagar por la carpa a tocar alguna cosa que le llama la atención, cuida no ser escuchado ni ser evidente. Para Sephiroth es divertido de ver. Una especie de cachorro familiarizándose con su entorno.

Cuando tiene alguna reunión, se pone atrás de la cámara y se cubre los oídos para no ser chismoso. Justo cuando Sephiroth pensaba que no podría ser más adorable. Los niños no lo molestan cuando ha pasado tiempo con él y se nota que buscan la oportunidad para hacerlo. Sephiroth no tiene mucha experiencia con la infancia, siendo que la vivió en un laboratorio, pero escapa de su entendimiento la razón detrás para ser tan insistentes. Los niños son crueles a veces, está parece ser una de esas ocasiones.

— Quería ser amigo de ellos, pero todo lo que hacían era muy tonto—refunfuña Cloud armando las piezas de una caja musical. Es curioso lo hábil que es a la hora de armar maquinaria. Hace un par de días y con solo haber visto un vídeo al respecto, arregló el celular de Sephiroth que se apagaba de repente—. Les dije que eran tontos, se molestaron conmigo y me odian.

—A la gente no le gusta que le digan la realidad. Por no mencionar que un poco de tacto ayuda a qué sea menos complicado. —informa Sephiroth y Cloud arruga la cara.

—No voy a fingir que son menos tontos. Lo son. Mucho. Tienen notas horribles y se pelean para jugar. Son idiotas. —califica despectivo. Sephiroth se ríe por la nariz. Ah, es adorable.

—A veces los niños de pueblo sin así. —dice Sephiroth ladeando la cabeza y Cloud rueda los ojos con desdén.

—Yo no soy como ellos.

—Se nota.

— ¿Tú fuiste niño de pueblo? En las revistas nunca dicen dónde naciste. —refunfuña Cloud y Sephiroth cruza la pierna, el cabello colgando en el espaldar del asiento.

—Nací aquí. En la mansión—Cloud gira abruptamente hacia Sephiroth. Sus ojos brillantes de sorpresa e ilusión—. No sé lo digas a nadie. —Da toques a sus labios con el dedo índice y Cloud asiente efusivamente.

Al final reparó la máquina musical sin problemas. Le gusta armar cosas mecánicas. Es divertido y con la computadora de Sephiroth puede ver cómo hacerlo.

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—La casa es más bonita ahora.

—Sí. Quien iba a decir que enviarían materiales tan buenos para ayudar.

Claudia se declara asombrada. Su casa está lista antes que la del resto, por lo que ya no tiene que dormir en el refugio. Aparte de ello, se siente más firme de lo que ha Sido nunca. Mejores paredes, mejor suelo, mejores muebles. Lo que genera sospecha es que no ha visto tanto empeño en otras viviendas y no usan los mismos materiales. Se queda callada al respecto, tomándolo como una pequeña equivocación y suerte para ella.

Se sienta en el sofá admirando todo y recibe a Cloud que se sienta en sus piernas. Su hijo podrá tener un cuerpo pequeño, pero no comprende a qué viene su ligereza. Es como tener aire a alguien de tres años y no de siete casi ocho. Le acomoda el cabello y le acaricia con cariño. Estos días no ha tenido problemas ni peleas con nadie. Principalmente por estar metido en la carpa de general. Claudia se convence de que el General lo está ayudando. Vio como hizo regañar a los demás niños y Cloud está muy emocionado de pasar tiempo con él.

— ¿Cómo es el General? ¿Es amable contigo?

—Puedo usar su computadora—dice Cloud balanceando los pies—. Y verlo entrenar, también ver cómo entrenan los demás- Mamá ¿Puedo subir al helicóptero?

—Sí. Claro. Si el General está contigo—Cloud asiente con una sonrisa emocionada—. Si sucede algo con él... Cualquier cosa que te incomode… Dímelo ¿Si? No importa lo que sea, si te hace sentir mal, me lo dices.

—Sí mamá. — responde Cloud con deje regañado. Claudia asiente y sigue peinándolo.

Con suerte no es nada.

Con suerte, es solo alguien que le agrado su hijo.

Con suerte, no tiene que preocuparse.

Sin suerte… Teme mucho que suceda lo que pasa por su mente.

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—El departamento científico crea y evalúa diferentes creaciones. Algunas de ellas son monstruos. Tengo el acceso a las cámaras, si quieres verlo.

Cloud toma el celular y Sephiroth se lo sube al regazo para que haga eso. Ve por encima de su hombro y detalla la expresión relajada. Cloud pasa de cámara a cámara con diferentes especímenes, cada uno más feo que el anterior. Sephiroth se inclina y lo rodea con los brazos, sosteniendo el celular por encima de las manos de Cloud.

—Este de aquí es un Midgar Zolom. Lo capturé siendo una cría para poderlo examinar. Mide hasta diez metros de largo. Ahora mismo solo Llega a dos—narra Sephiroth—. Este es…

Se explaya en explicar cada monstruo que Cloud mira, una mera excusa para mantener su atención en él y conservar el contacto entre sus cuerpos.

—General, señor—Sephiroth dirige su mirada verdosa hacia el SOLDIER que finge no ver la forma en la que están—. El puesto de avistamiento notó un equipo de avanzada. Están siendo retenidos a seis kilómetros del pueblo.

—Iré enseguida. Preparen los autos.

El SOLDIER asiente h se retira. Sephiroth sujeta a Cloud para impedir que se levanté. Le habla directo al oído.

—Voy a volver pronto. Puedes seguir viendo en el celular hasta que vuelva.

— ¿De verdad?

—Cuídalo bien

Cloud asiente emocionado. Se levanta de un salto y Sephiroth lo toma del rostro. Le sonríe de manera amable y tranquila. Cloud por igual y se despide en voz baja. El General lo admira un instante y se marcha. Solo en la carpa, Cloud se acuesta en el sofá y sigue viendo los distintos monstruos del departamento científico, balanceando las piernas de atrás hacia adelante y sin notar que la computadora no muy lejos, lo está grabando.

Cuando Sephiroth llega encuentra a Cloud dormido en una pequeña bolita. Guarda el celular en su bolsillo y pone las manos en su cintura. El cabello rubio desparramado en el sofá y la camisa dejando ver su abdomen dan un aspecto más encantador aparte de su rostro relajado. Sin esfuerzo lo carga en brazos y sale de la carpa para ir a dejarlo en su casa. Claudia le abre la puerta y se muestra aliviada de ver al General con su hijo.

—Se quedó dormido esperándome.

—Tiene el sueño muy desarreglado últimamente. Lo siento—excusa torpe y divertida—. Gracias por traerlo. Yo-

—Lo llevaré a su cama.

Claudia asiente y Sephiroth nota la ligera sospecha que despierta en la mujer gracias a su insistencia mínima. Sabe que ella es sobre protectora con Cloud. Con lo pequeño y frágil que es no lo extraña. Al mismo tiempo, duda que sea la única razón para andar como leona cautelosa con todo el mundo. Lo deja en la cama y le extraña ver una cubeta y toallas a un lado. También nota que en algunos cuadernos hay sangre.

— ¿Los atacaron aquí? —cuestiona sorprendido y preocupado ¿Han venido hasta acá a hacer algo? Claudia niega con la cabeza y su gesto agotado solo anuncia peores cosas.

—Hace unos meses Cloud tuvo y accidente y de vez en cuando la nariz le sangra, tose sangre y se siente mucho más débil.

— ¿Qué clase de accidente?

Nada de esos síntomas son normales. Jamás había visto que eso le sucediera a alguien. Exceptuando un tipo de herida bastante específico. Claudia se cruza de brazos con la mirada agachada.

—No tengo a ciencia cierta que sucedió, pero tenemos la sospecha de que se intoxicó con Mako.

—Es algo que suele pasar en una dosis grande y sin preparación—afirma Sephiroth volviendo la atención a Cloud—. Sin embargo, parece estar bastante bien de salud.

—Lo está. Tan solo se despista por momentos, le duele el cuerpo; ha dejado de sangrar. Supongo que el efecto disminuye con el tiempo.

Sephiroth medita que eso explica los repentinos tic nerviosos y momentos de esconderse en si mismo. Los mako causa reacciones raras en el sistema y aunque los niños se adaptan de formas peculiares y son "más resistentes" gracias al crecimiento, pues el cuerpo lo absorbe como un nutriente en lugar de percibirlo como veneno; los resultados de la exposición suelen variar. Mejorar los sentidos, dar más fuerza, entorpecerlos, disminuirlos, mutaciones imperceptibles. Se asegurará de que lo examinen para verificar si hay algún problema en él.

Se retira de la vivienda con el tema en la cabeza.

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—Detecto un pequeño problema interno. Hay una reacomodo en los órganos internos, su piel cuenta con una delgadez impropia; su cuerpo general hormonas a un nivel errático y contrario a lo usual, hay una equivalencia alta entre estrógeno y testosterona.

Sephiroth escucha atentamente lo que el médico relata. Le sugirió a la madre de Cloud que un doctor de ShinRa lo examinará. Perder tanta sangre podría causar problemas a largo plazo, por no mencionar que podría matarlo si está solo y se ahoga. Sin embargo, Sephiroth habló antes con el médico. Asegurándose de obtener toda la información y mantener en privado datos que no convengan ser revelados.

—Considero especialmente peligroso este aspecto. El cerebro se regula en base a las hormonas y esto podría ocasionar variaciones de comportamiento, de pensamiento. Es muy probable que haya inestabilidad psicológica—advierte con severidad—. En las muestras de sangre también hallé mucho Mako mezclado. Parece haberse dado un baño.

—Pensé que eso no permitía intoxicación. —comenta Sephiroth, sorprendido.

— Depende del individuo—aclara—. Hay quienes tienen mejor absorción en la piel. Los poros abiertos y esa clase de cosas— Sephiroth entorna la mirada hacia Cloud—. Cabe la posibilidad de que surja un retraso mental… O adaptación a nuevos ambientes y estímulos.

Sephiroth Entrecierra los ojos con una leve sonrisa.

— ¿Surgirá corporalmente?

—Es posible. El mako estimula las células del cuerpo. Con una exposición tan grande, lo más probable es que si le urge tener colmillos, los tendrá.

Esconden casi la mitad de la información a Claudia, que queda angustiada a la posibilidad de problemas de identidad o retraso mental. Cloud obtiene la versión exageradamente resumida: van a haber algunos cambios, pueden ser buenos, como pueden ser malos, pero tendrás toda la ayuda necesaria. No sé siente preocupado o en peligro, sabe que tiene a su mamá y bien, Sephiroth está siendo muy amable. Puede contar con él también.

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—Esta lluvia parece que no terminará nunca.

Sephiroth se frota el entrecejo. Quería hacer muchísimas cosas hoy y el clima se lo impidió. Primero muy neblinoso y ahora con una tormenta. Tuvo que encargarse de un nido de monstruos que empezaban a ser una amenaza, por lo que llegó empapado de pies a cabeza. Lo único bueno es que Cloud ya estaba aquí jugando en la computadora. Lo hizo feliz verlo.

A falta de posibilidad de ir a darse un baño, pasa un trapo húmedo por su cuerpo para limpiar el sudor del día. Cloud desvía la atención de la computadora hacia Sephiroth. El peliplata se sabe observando y en su constante fantasía, imagina que, en lugar de la mirada curiosa e infantil, hay lujuria en esos ojos azules.

— ¿No tienes cicatrices? Todos los SOLDIER tienen cicatrices. —Cloud balancea los pies en su sitio y Sephiroth da una pequeña risa pretenciosa.

—Nunca he also herido y por lo tanto, nunca he sido derrotado—afirma Sephiroth con profundo orgullo al respecto—. Por eso mi cabello es tan largo.

Cloud levanta de un salto y llega hasta Sephiroth. La diferencia de altura es tan abismal que Cloud debe inclinar hasta su espada para poderlo ver a la cara. Las ansias, la curiosidad y el asombro en los ojos azules de Cloud son un elogio para Sephiroth, un placer que le encanta tener. El niño acerca la mano y acaricia parte del abdomen ajeno; sus dedos pequeños rondando la piel cálida y tersa del SOLDIER. Suelta suspiros calientes y hambrientos con su camino yendo más abajo.

Sephiroth se agacha, acuclillado a su altura y tomándolo del rostro. Sus manos aún enguantadas le acaricia con suavidad antes de acercarlo y juntar los labios. Cloud abre los ojos de par en par y cuando se separan, Sephiroth admira el brillo emocionado en los ojos azules.

—No se lo digas a nadie. Es un secreto entre los dos ¿Vale? —junta el dedo a sus labios y asiente con una sonrisa. Nerviosa, pero feliz que Sephiroth no deja de mirar. Convencido de que el mismo encanto que él siente por Cloud, el rubio lo tiene hacia él.

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Espera sentado en la cama, viendo por el enorme ventana del departamento. Usando solo un pantalón y con el cabello desparramado a medias en el colchón de sábanas oscuras. La puerta se abre y la pequeña y tímida figura entra. Sephiroth siente escalofríos de gusto, viéndolo acercarse hasta quedar en frente suyo. Cloud mantiene la vista agachada, su rostro rojo y cabello rubio con rizos colgando de su nuca y sobre su hombro.

Viste lencería femenina, pegada a su pecho por la carencia de senos, las medias apretadas por sus muslos grandes y el bulto en su ropa interior gracias al pene que está ahí guardado. Sephiroth mantiene un gesto confiado y una sonrisa de emoción.

—Usar esto es vergonzoso. Soy un niño. —replica el rubio con un puchero.

—pero lo estás usando para mí. Es todo lo que importa. —afirma Sephiroth en voz baja. Cloud frunce las cejas y le da un vistazo de reproche. Infantil y tierno.

El niño se acerca más, sus manos se posan en la entrepierna adulta, masajeando por encima de la tela del pantalón. El bulto se hace más y más grande, haya el punto de hacer apretada la tela del pantalón. Cloud abre la cremallera y baja la ropa, exponiendo así la enorme virilidad erecta. Sephiroth jadea aire caliente, ansioso y con mayor dolor en su pene por mirada hambrienta que Cloud le dirige a su falo.

Es un SOLDIER particular. Igual que todos los demás, su cuerpo se hizo más grande y fuerte por el proceso que los hace súper soldados. Sin embargo, Sephiroth no es para nada como el resto. Ellos apenas se hicieron más gruesos o más largo por uno o dos puntos en diferencia a antes.

El General es auténticamente un animal. Su pene es largo y llega fácilmente a ser de veintisiete sino es que más cuando la excitación es desbordante. Cómo ahora. Las manos pálidas de Cloud se deslizan a lo largo de su pene, frotando la piel caliente y llena de venas que se brotan más y más. El glande que se humedece y deja caer líquido preseminal. Acerca el rostro y pasa la lengua por la punta, limpiando así lo que se derrama sin dejar de masturbarlo.

Cloud se arrodilla y apoyado en los muslos de Sephiroth, lame el miembro con gusto, desde la base hasta la punta, succionando por momentos y acariciando los testículos hinchados como los de un caballo. Sephiroth aprieta las manos en la cama, resistiéndose de tomarlo de la cabeza y meterlo todo en la boca infantil que lo provoca y estimula. Cloud respira profundo antes de empezar a engullirlo. Centímetro a centímetro pasando a su y llegando a la base, estando en su garganta. Su cuerpo entero tiembla y sus ojos nublados de dirigen a Sephiroth, quien le acaricia la cabeza—. Que niño tan capaz eres.

Lo ayuda, moviendo la cabeza y dando empujones con la pelvis. Los gemidos húmedos, nasales y gangosos solo lo excitan mas. Ver cómo la pequeña boca de su niño se estira y es capaz de consumirlo tan bien. Cloud lloriquea, con un pinchazo de dolor. Se está haciendo mas gordo en su boca y los golpes a su rostro son más intensos. Un chillido agudo escapa, aprieta los ojos y parte del semen queda en su garganta, en su boca y finalmente el chorro denso se dispara manchando al muchacho. Parte de su rostro y pecho con el semen caliente del General.

Cloud jadea, saboreándose poco después y empezando a masturbar de nuevo el miembro del SOLDIER—. Sephiroth. —lloriquea el rubio, sus ojos libidinosos acompañados de la boca abierta que se dedica a lamer la punta del miembro nuevamente solo lo invitan a querer fornicarlo tan fuerte que lo deje al borde de la muerte.

Al abrir los ojos encuentra a Cloud frente a él. Cloud se endereza, sus manos sus debido a los nervios.

—Sephiroth—llama él en tono infantil y asustadizo. Ajeno a la invitación que Sephiroth escucha. Trastornando la realidad dentro de su mente—. Está lloviendo muy fuerte y no me puedo mojar ¿Puedo quedarme a dormiré?

Una corriente fría pasa por su abdomen, pasa a su espalda y sube hasta su nuca, con los vellos plateados erizándose. Desde antes había una lluvia terrible, ahora solo empeoró. Estaba tan cansado que solo se durmió indiferente a Cloud en la carpa —. Por supuesto que puedes. Asumo que ya le has avisado a tu madre.

Cloud asiente y Sephiroth le abre espacio en la cama. El rubio se queda en el borde para no molestar. Es un espacio grande. Sephiroth por otro lado no se lo permite. Atrayéndolo con discreción para tener un poco de contacto. La excusa de que está medio dormido funciona perfectamente a su favor, incluyendo que Cloud no va a negarse. Intimidado de estirar su confianza con el General y no lo quiera ver nunca más.

Pasado el rato, Sephiroth siente que Cloud se junta a él. Que el niño lo abraza y busca sus labios, provocándolo cruelmente. El General no se resiste, besándolo y acariciándolo sutilmente; leves risas traviesas que salen de Cloud confirman a Sephiroth que es un juego cruel de parte del rubio.

Dura poco, Cloud se duerme y queda recostado del brazo del General, quien también cae en un dulce sueño complaciente.

Chapter 3: Un escalón más

Chapter Text

—El General insistió en que permanezcan en este refugio. Dado que el otro se encuentran llenos.

Claudia no sabe qué pensar de eso. Un ataque nuevo está sucediendo, esta vez en una proporción muchísimo más grande. En un intento por no tener que reconstruir todo el pueblo de nuevo, se pelea en las afueras y cerca del Monte Nibel. Con los SOLDIER empujando a qué sea en ese territorio. Repentinamente los separaron a ella y Cloud del resto para introducirlos en un lugar más pequeño, pero fortificado y con muchas comodidades. Desde muebles hasta comida.

Si no tiene mal sabido, está hecho para científicos o personas importantes de la empresa en caso de acercarse a la zona y necesitar protección. Que Claudia y Cloud estén dentro es por mucho lo más anómalo que ha pasado. La mujer se convence de que es Sephiroth ayudando por la intoxicación de Cloud. Tal como el otro refugio, hay pantallas que permiten ver lo que sucede. Claudia cuida que Cloud no quiera pegar el rostro para ver de cerca lo que sucede. Sus ojos acabarían quemándose y siendo azules, están destinados a una perdida de vista pronta.

—El General Sephiroth es super genial. —suspira Cloud con admiración, con la boca entreabierta. Claudia ríe de ternura, acariciándole la cabeza. No va a negar que hay una parte de ella que se alegra de que Cloud no fuese decepcionado. Sephiroth es su héroe, ahora más que nunca. Verlo en acción y ser ayudado por él es lo más perfecto que nunca pudo pasar.

—Y vas a agradecerle por ayudarlos cuando termine ¿Cierto?

—Sí mamá.

Lo besa en la cabeza y vuelve a echarlo un poco atrás. Va a quedarse sin ojos a este paso.

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Su cuerpo entero vibra de todo el esfuerzo que hizo durante horas y horas. Se pregunta si en otros lugares como Modeoheim, dónde está Angeal o Junon dónde está Génesis, fastidian tanto y a este nivel. Deberían. Sobre todo Junon. Aún así, Génesis está tan tranquilo mandando mensajes todo del tiempo que lo duda enormemente. Engancha Masamune en las correas de su espalda mientras camina hacia el campamento, desenredando su cabello plateado.

Largo como de costumbre, tan solo algo sucio. Para haber causado tanto disturbio, esas personas no eran precisamente fuertes ni un reto. A menos que cuente ser un reto a su paciencia.

Acaba con su cabello una vez pone un pie en el campamento. Entre la multitud de SOLDIER logra vislumbrar la cabellera rubia. Esa pequeña persona que se abre paso entre la muchedumbre. No muy lejos su madre tratando de alcanzarlo. Una sonrisa ligeramente tonta surca los labios de Sephiroth y cuando Cloud llega hasta él, se detiene apenas a medio metro de distancia. Sus ojos brillantes de admiración y alucinación.

—Veo que estás bien. —dice Sephiroth sin resistir la oportunidad. Sacar a colación que ahora tiene un refugio mucho mejor.

— ¡Estuvo genial! —exclama Cloud. Claudia llega jadeando con una mano en el pecho—. ¡Podíamos ver todo lo que pasaba y no había niños molestándome! ¡Muchas gracias por ayudarnos!

—No hay problema. Dije que te ayudaría y protegería ¿No es cierto? —Cloud asiente entusiasmado

Sephiroth le sonríe amplio y amable. Claudia se muerde los labios un instante, pensando que aparte de todo su esfuerzo, hizo esto especialmente por ellos.

—Entiendo que está muy cansado, pero tal vez ¿Quisiera cenar con nosotros? Tener una buena comida ayudará a un mejor rendimiento. También tomar una ducha en un lugar que no se va a desmantelar. —ofrece Claudia con cortesía. Se da cuenta del ligero cambio en Sephiroth.

Sus ojos son menos amables, pero bastante corteses por ser ella; un poco más recto, la sonrisa ligeramente menos amplia y su propia vibra disminuye en su simpatía. Asiente lentamente, considerando que eso ayudará a estar más tiempo con Cloud en el mismo espacio. Por no mencionar que tener una comida buena y casera puede venir bien. Algo que no sean las conservas que ShinRa se atreve a enviar como supuestas provisiones.

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—Así que usted nació aquí.

—Sí. En la mansión.

—Vaya, pensé que era un rumor falso.

Sephiroth está gratamente sorprendido de la comida que Claudia cocinó. Sabe fenomenal y algo avergonzado ha pedido llenar su plato más de una vez. Mantienen una charla amena, ambos revisan de vez en cuando a Cloud. El niño se distrae viendo fijamente su comida en lugar de comerla. Según Claudia, es algo que ha estado repitiendo muchísimo estos días.

—La verdad no sé mucho del tema. Aunque nací aquí, me extrajeron tan pronto como dejé de necesitar una incubadora—informa Sephiroth saboreándose discretamente. El estofado de lobo es un platillo subestimado. Eso por seguro—. Sin embargo, comprendo que este es mi pueblo natal. Por eso vine a protegerlo.

—Eso es encantador—Sonrie Claudia—. ¿Escuchaste Cloud? Tienes el mismo pueblo natal que el General.

El niño no responde, moviendo la cuchara en el plato, siguiendo un mismo y especificó patrón. Sephiroth ladea la cabeza con ligereza.

— ¿Siempre es así?

—Usualmente es tímido y no le gusta hablar cuando comemos, pero parece extenderse ahora. —admite Claudia, preocupada. Sephiroth chasquea los dedos y Cloud levanta la mirada.

—Lo siento. —balbucea Cloud, apenado al tiempo que deja la cuchara.

—Está bien—promete Claudia con una sonrisa, acariciándole el cabello—. Mejor ve a dormir ¿Si? Estás cansado.

— ¿Qué hay de su padre? —pregunta Sephiroth una vez Cloud corre a su habitación—. ¿Él no…?

— ¡Adiós General! ¡Nos vemos después! Estoy ansioso de estar juntos de nuevo.

Cloud le coquetea antes de irse y Sephiroth echa la cabeza a un lado. Que indiscreto. Claudia espera a que él no esté antes de responder lo que Sephiroth preguntó.

—Nunca le importó—avisa Claudia con una sonrisa tensa y amarga—. Estaba feliz de que yo me quedara aquí y no delatara la relación que tuvimos. Un día dijo que iba a divorciarse y al otro aclaró que quería convencerme de estar juntos. Aún debo tener los papeles de divorcio falsos que me dió. —relata en una nota más divertida e incrédula.

—Con eso puedo suponer que no sabe del problema. —puntualiza Sephiroth cruzando los brazos.

—No he hablado con él en años. Fue al acuerdo que llegamos.

— ¿Y si estuviera en riesgo de muerte?

— ¿Lo está?

Sephiroth niega con la cabeza. Esa respuesta y su expresión alterada de un instante otro dicen todo: si necesitara ayuda, la pediría. Claudia da un suspiro de alivio, con una mano en el pecho y el cuerpo flojo.

—Puedo ubicarlo. Así tendrá que enviar compensaciones por todos estos años. Incluso ir a Midgar. Tendría un mejor tratamiento allá. —Sephiroth da inicio con su plan a futuro: llevar a Cloud a Midgar. Tenerlo con él. Mover los hilos lo suficiente para no tener que separarse.

—No. Eso no—rie divertida y ligera—. Me querría matar apenas ponga un pie allá. Si es que me deja salir de aquí. Es bastante… controlador. —define Claudia.

— ¿Es alguien importante? —La sorpresa queda en las facciones delicadas de Sephiroth. Claudia balancea la cabeza.

—Bueno… Tiene una mansión aquí.

Sephiroth frunce las cejas ¿El presidente? No es mucho de atender a chismes de pasillo, pero sabe que algunos tienen la sospecha de que el fue infiel a su esposa en su momento. Nadie supo con quién o cuándo exactamente, solo que cuando se supo, él se instaló en Midgar y por algún motivo se olvidó de su casa en Nibelheim. Es una situación sin mucha lógica, pero si considera a Claudia, que es una mujer bastante seria y hasta terca que no quiere saber de él, no le extraña que se quedara en Midgar sin más.

Barajea sus opciones. Nadie sabe del tema. Cloud sigue siendo un simple niño de un pueblo a mitad de la nada que a nadie le importa. Incluso siendo un bastardo no tiene nada. Es una situación peculiar, puede mantenerlo como trampa en caso de necesitarlo.

—Gracias por la comida.

—A usted por ayudarnos. —Claudia le sonríe y Sephiroth tamborilea los dedos.

Claudia es una buena mujer…

Una a la que quiere quitarle su hijo.

Tenerle compasión no será tan malo de su parte.

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—Nunca he comido eso. Aquí no se puede hacer.

—Tal vez si vas a Midgar, puedas comer helado.

Cloud recuesta en la cabeza de Sephiroth, sentado en sus hombros mientras caminan por el campamento militar que se pone en orden. Llegó un nuevo cargamento de Midgar. Cloud es puesto en el suelo y Sephiroth toma la caja pequeña que un SOLDIER entrega. Al abrirla consigue pendientes con rastreador y un constante informe del nivel de mako en la sangre.

— ¿Que es eso?

—Son para ti. Para mantener supervisado tu estado. —Se agacha y nuestra el contenido. Cloud arruga un poco la cara. No quiere tener zarcillos, eso es de niñas—. Los hombres también los usan. Tengo dos amigos que tienen pendientes.

— ¿De verdad? ¿Y son de SOLDIER? —pregunta Cloud inquieto. Sephiroth asiente—, pero son de niña.

—En Midgar no.

Saca los labios y da un pequeño resoplido. Sephiroth le revuelve el cabello con deje bromista.

— ¿A ti te gustan?

—Me gusta verlos en otras personas. Hacen que se vean bonitos muchas veces.

—Si me los pongo ¿Creerás que soy bonito?

—Ya lo eres.

Cloud le sonríe con las mejillas enrojecidas y las manos tras la espalda. Balanceándose sobre sus pies con deje ansioso y expectante. El General junta la frente con el niño y le sujeta de los brazos con suavidad y ternura. No hay manera en la que Cloud pueda verse más bonito de lo que lo hace ahora.

—Las lecturas son muy claras. Será cuestión de mantener un ojo en este monitor para vigilar su estado. —anuncia el doctor entregando el aparato al General.

— ¿Cuán detallado es?

— Dependiendo de la configuración, es posible ver más o menos de la lectura. Lo fundamental es que la madre vea los niveles de mako y si el niño necesita ayuda, lo cual no influye en que tenga presente todos los datos que usted necesita. —Sephiroth asiente complacido de lo que tiene en manos.

El escáner en Cloud funciona a la perfección. Su intoxicación con Mako es enorme y está haciendo constantes cambios en él. Algunos débiles, otros más simples. El aumento de hormonas insistente, la química cerebral que lo llevará a ciertas reacciones; Sephiroth está convencido de que gracias a eso, Cloud es tan coqueto con él. Es muy usual que el mako haga más instintivo y animal a quien lo tenga en su sistema. Si su estrógeno aumenta, lo hace más femenino y es una urgencia buscar atención del sexo opuesto tras haber fijado un buen candidato.

Mejor que él, siendo el mejor Súper SOLDIER del mundo, no hay.

—Debo advertirle que hay ciertos cambios adversos imposibles de cualificar. Investigando del tema, han habido casos dónde la persona afectada desarrolla bipolaridad, demencia o estrés post traumático—aclara el hombre y Sephiroth entrecierra los ojos—. Debería tenerlo en cuenta y en cualquier caso, asegurarse de ser quien lo noté y esté ahí.

Él sabe de sus intenciones, es obvio. Sin embargo, como cualquiera dentro de ShinRa, mantener buenos vínculos con gente de las altas esferas es bueno ¿Moralmente cuestionable? Por supuesto que sí, pero no le interesa. Nunca se sabe cuál suerte puede causar esto. Sephiroth entra a dónde Cloud se mira los pendientes en el espejo.

—No dolió ¿Verdad?

—No.

—El doctor comentó lo bien que lo hiciste. Otros se quejan demasiado. —comenga Sephiroth y Cloud rueda los ojos con aburrimiento.

—La gente es muy estúpida.

—En efecto. —coincide Sephiroth con una risa, revolviéndole el cabello.

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—La fiebre está bajando. Uff, que suerte—dice Claudia con una sonrisa aliviada. Cloud refunfuña en la cama, se sigue sintiendo mal. No hay diferencia—. ¿Seguro que no quieres nada más?

—No. Estoy bien.

—Vale. Si te sientes mal de nuevo, ve a decirme. No importa que este dormida.

Cierra un ojo y se despide en voz baja de su mamá. Incluso si se sintiera mal, no quisiera despertarla. Ha estado todo el día supervisandolo por la fiebre repentina y fuerte que vino en la madrugada. Su cuerpo entero hirviendo ha sido insoportable de incluso desespero hasta las lágrimas a Claudia, pues Cloud agonizaba y gritaba de dolor. Para peor de males, se dió cuenta de que vecinos la espiaban y murmuraban al respecto. Mofándose de que Cloud tiene poco tiempo de vida.

Claudia está estresada y ahogada.

Cloud no quiere que su mamá enferme de tanto estrés.

Su único problema actual, excluyendo la preocupación en su mamá, es que se muere de aburrimiento. No tiene sueño, tampoco nada qué hacer. Es un poco desesperante. Toques en la ventana lo hacen sentarse y en ella ve a Sephiroth. Emocionado abre el cristal y el hombre mira discretamente alrededor.

—Parece que alguien ha estado enfermo. —comenta Sephiroth. Cloud está tan rojo como una cereza y lo siente caliente.

—Es molesto. Mamá no me dejaba salir—refunfuñacln un puchero—. Está muy asustada porque cree que me voy a morir si no me mira.

—Nunca se sabe qué cambios hay en la vida. Un día puedes estar, al otro no—Cloud continúa con su gesto infantil y renuente—. ¿Puedo pasar?

—Sí.

Sephiroth analiza la habitación. Incluso con la reconstrucción, este espacio es pequeño. Juguetes tirados a un lado, el closet y el gavetero al otro; considera un milagro en sí que no duerma compartiendo habitación con su madre. Cloud le observa con curiosidad, jamás imaginaria que Sephiroth estaría metido en su cuarto. El SOLDIER levanta una silla como si está fuese menos pesada que una pluma y la poca junto a la cama, sentandose al instante.

—Esta habitación es pequeña. Mi carpa es enorme en comparación.

—Papá no me quería, así que mamá está sola y solo puede tener está casa pequeña.

— ¿Sabes de tu papá?

—Solo que arruiné su relación con mamá por haber nacido.

Sephiroth le revuelve el cabello, causando una mueca de desagrado y vergüenza en el infante. El peliplata se ríe levemente.

—Eso no es un error. Eres una bendición. Jamás pienses lo contrario. —exige el General y Cloud continúa con su postura terca.

—Si vienes todas las noches a verme, lo creeré.

Sin que Cloud entienda porqué, Sephiroth viene cada noche a pasar un rato con él. Hayan pasado tiempo en el día o no. Es extraño y de vez en cuando, invasivo con lo mucho que se inclina hacia él.

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Durante todo el día, Cloud estuvo profundamente dormido. No hubo razón más allá de que la fatiga lo consume. De un momento a otro su cuerpo generó tantas hormonas y tanta actividad, que lo agotó. Claudia tuvo que forzarlo a despertar para que comiera algo en el día y aun así, el niño estaba más dormido que despierto. Sephiroth sabe de esto gracias al arete de rastreo.

Sin embargo y de repente, en la madrugada se despertó lleno de energia. Una sobrecarga que lo hizo dejar la cama y salir de casa ¿A hacer qué? No tiene idea, pero tiene urgencia de salir y andar hasta estar cansado de nuevo.

Durante su paseo, por puro accidente, se da cuenta de personas extrañas. Las sigue sin que sea una buena idea, parte de él le dice que debería ir a informar que vio algo sospechoso. No obstante, está en un episodio mánico que lo exige ir hacia allá. Decirle a Sephiroth lo que descubrió y sorprender al General con su hallazgo. Los persigue hasta su destino, cerca de una entrada a Mont Nibel, escondidos y discretos, hay un pelotón de personas que no conocen. Se trepa a un árbol y estando en una rama alta, logra visualizar mejor. Da una exclamación de asombro ¡Son el pueblo con el que están en guerra! Los reconoce por haber visto a Sephiroth pelear con ellos.

Vigila cuidadosamente todo lo que hacen. Desde montar cosas en camiones hasta repentinamente exponer que son los niños de Nibelheim. Cloud frunce las cejas y da un resoplido ¿Por qué se los quieren llevar? A este paso, será en único infante en Nibelheim.

Habiendo concluido su investigación y reconocimiento, procede a bajar del árbol. El pequeño problema es que siempre ha sido bueno para treparlos, no para bajar de ellos. Su descenso es torpe y llama la atención, por lo que sale corriendo para ir hacia el campamento de ShinRa.

— ¡No dejen que se vaya!

Entra al Mont Nibel para perderlos. Nadie sabe ubicarse aquí. Solo él. E incluso así, es capaz de perderse. En la carrera por la colina de entorno grisáceo y neblina intensa, se tropieza y rueda una pequeña pendiente. Cae bruscamente en uno de los tantos pozos de Mako que circulan el sitio. Prácticamente bullendo hacia afuera. Cloud empieza a toser y sacude las manos, sintiendo que le arde por haber caído directamente. No hondo, tampoco muy grande. Solo lo suficiente para mojar parte de sus piernas y arriba de las muñecas.

— ¡Ahí está!

— ¡No! ¡Suéltame! —reclama Cloud a quien lo carga por el abdomen.

—Este es el niño que buscábamos—dice otro del grupo que lo persiguió—. Rubio, ojos azules, cabello como plumas de chocobo.

—Empezaba a temer que no llegaríamos con la misión completa.

Cloud se remueve y se sacude, sin rendirse a la posibilidad de escapar y llegar con el General. Recorren todo el camino de regreso— ¡¿Es que no siquiera eres bueno para correr Strife?! —. Reclama uno de los niños en el camión. Cloud es puesto en el suelo para examinarlo superficialmente a la luz.

— ¿Lo ponemos con el resto?

— ¡¿Ahora como nos sacarán de aquí?! Nadie vendrá a salvarnos porque eres un inútil. —recrimina una chica con ojos llorosos.

—No. No creo que sea buena idea-

— ¡Espero que tu mamá este muerta para que no sea lo inservible que eres!

El hombre lo suelta debido a la mordida de Cloud. Tan fuerte que le saca sangre e incluso le jala la carne y la debe tirar al piso. Teniendo el mentón sucio de sangre ajena y los ojos centellando en verde tóxico. Ahora no piensa en ir con Sephiroth. Quiere ir con Claudia ¿Ella está bien? Estás personas parece que lo buscaban ¿Y si fueron a casa y le hicieron algo a mamá? Es interceptado y sujeto de buena forma, inyectándole un calmante en la nuca frente a los abrumados niños secuestrados.

El efecto es rápido debido a su fuerza y también por el estado sensible de Cloud. Atontado, no es capaz de hacer mucho. Los secuestradores por otro lado, siguen sorprendidos por la reacción del niño, por no mencionar como sus ojos expusieron una intoxicación enorme de mako en su sistema.

— ¿Están seguros de que es este?

—Sí. Es lo que los espías dijeron. Entra y sale de la carpa del General todo el tiempo.

Cloud jala sus brazos para soltarse, peleando para salir huyendo a diferencia del resto de niños ahí, decididos a culparlo en lugar de trata de hacer algo ellos mismos. Le dan un golpe en el estómago, sin aire y adolorido cae temblando al piso, con su consciencia cada vez más diluida que los soldados enemigos lo cargan a un lugar distinto. Es lo que necesitan para poner en mala posición al General Sephiroth. Es lo único en lo que le han visto tomar el más mínimo interés. Una debilidad. Finalmente algo de lo cual aferrarse. Subido al auto arrancan en la penumbra y silencio de la noche.

—Voy a hacer una revisión rápida.

—Cuida de no hacerle nada más. Seguro habrá problemas por ese golpe.

Cloud no consigue patalear, con el hombre revisandolo. Primero se asegura de que es varón, luego de su hay algún hueso roto, una breve lectura del funcionamiento corporal y acaba en revisar sus ojos. Cloud suda de forma copiosa y acompañado a eso, el mako en su sangre se alborota de forma que sus ojos se ponen verdes poco a poco bajo la atenta revisión del otro.

—Este niño tiene tanto mako en el sistema que cambia sus ojos de color—comenta apagando la linterna—. No creo que viva mucho tiempo. Tal vez por eso el General lo quiere.

—Lindo y al borde de la muerte. No pensé que fuese así. —burla.

Su mente se vuelve incluso más confusa y brumosa. Ah, quiere ir a su casa a descansar, invadiendo la cama de su mamá.

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Sephiroth se espanta apenas nota la habitación. Histérico y casi perdiendo toda compostura pone el cuarto patas arriba, sin localizar al niño rubio con el que pensaba pasar la noche. Se marcha por dónde vino, apurado y exigiendo las grabaciones de seguridad. Se da cuenta de que los que vigilaban estaban bastante despistados, casi parecen confundidos y al revisar se da cuenta de que fue el caso. Va a reclamar que envíen cintas en cargamentos inagotables para evitar que los afecten con materias como esa.

—Parece que se llevaron a la mayor parte de los niños el pueblo—comenta un SOLDIER 3rd Class revisando a detalle cada filmación, ampliándola con el fin de verificar el número de pérdidas y la posible ruta—. Aunque parecen tener problema con este.

— ¿Cuánto alcance de grabación tenemos? —pregunta Sephiroth al instante.

—Bastante. Deje reviso en que dirección se marcharon.

El auto en el cual va Cloud se mantiene hacia el norte, mientras el otro se dirige hacia el oeste. Sephiroth conecta al computador el rastreador que tiene el pendiente de Cloud. El mapa en la computadora muestra el punto rojo moviéndose a una velocidad considerable.

—Un escuadrón irá tras el camión, yo me encargaré del auto hacia norte. —anuncia el General y los SOLDIER presentes dan un asentimiento.

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—Debemos enviarlo a Wutai.

— ¿Allá? No somos bienvenidos allá. Sabes por qué. Deberíamos preguntar qué hacer. No actuar a solas.

—Solo nos queda actuar a solas porque no hay comunicación.

Cloud cabecea, aún atontado por el sedante y el mako dentro suyo. No escucha lo que dicen respecto a que hacer con él. Es una discusión bastante larga y tendida.

— ¡Lo más sensato es quitarnos está bomba de tiempo de encima! —rectifica el hombre con clara paranoia—. Si el General llega a darse cuenta, estamos jodidos. Hay que tirarlo a la base más lejana que tengamos.

—Dile eso a los superiores cuando ellos vengan. El mensaje llegó y nos ordenaron quedarnos.

—Que mierda.

Tras quince minutos de espera, un helicóptero aterriza a unos cuantos metros. Cloud despierta ligeramente por el ruido y tose la tierra que se levantó por las hélices. Del vehículo salen un par de hombres. Trajeados y con armas. Uno de ellos va directo hacia Cloud, sacando su celular para comparar las fotos tomadas de incógnito, con el niño ahí presente.

—En efecto, es el mismo—asegura guardando el celular y agachándose—. ¿Dio inconvenientes?

—Algunos. Salió huyendo por la montaña. Tuvimos que golpearlo para que se quedara tranquilo, pero fue en el abdomen—reporta el soldado—. Los exámenes que hicimos demuestran niveles muy altos de mako. Una intoxicación severa.

—Bien—concluye simple y tomando a Cloud de la cara—. Es un niño inusualmente lindo. Es obvio que el General tiene gusto para estás cosas—comenta examinándolo brevemente—. Súbanlo al helicóptero. Lo llevaremos a la base. A partir de ahí le daremos utilidad.

—Sí señor.

Cloud tiene hambre.

Es extraña la hambre que tiene.

Aunque no ha comido en todo el día. No sólido o que llenara su estómago.

Tan solo tiene… mucha hambre.

Cuando quien lo atrapó para empezar va hacia él para cargarlo, lo que menos se esperó es que empezará a gritar y la sorpresa surgió de que sin venir a cuento, Cloud está jalando la carne de su cuello. Arranca su yugular, la mastica y la traga. Se relame los labios y tiembla, con frío en todo el cuerpo. Pasa la mano por su mentón, pero no llega a ver la sangre en sus manos o en su ropa, el sonido repentino lo hace girar hacia la derecha.

La moto estaciona y Sephiroth baja del vehículo con la katana en la mano. Cloud mastica lentamente, sin tener nada en la boca e incapaz de escuchar los quejidos y exclamaciones finales de estás personas que son asesinadas. Todos los cuerpos caen a su alrededor. Cortados por la Masamune. Sephiroth se para delante de Cloud, notando sus vibrantes ojos verdes refulgiendo entre la penumbra profunda. El infante levanta los brazos, queriendo que el más alto lo cargue y lo saqué de aquí. Que vuelvan a casa a pasar su noche como siempre…

—Ma… má…

Sephiroth se ríe al mismo tiempo que carga a Cloud en sus brazos. Su mano en el muslo de Cloud y este sentado en su antebrazo. Ver su rostro lleno de sangre al igual que sus manos es como admirar a una pequeña bestiecilla fuera de control y que puede dominar sin dificultad. Una que busca su cariño a pesar de la mugre que porta. Le da un pequeño beso en la sien.

—Iremos a casa. Vamos. —anima dando la vuelta para ir al auto que apenas de estaciona. Por evitar precisamente lo que iba a suceder: un traslado, Sephiroth decidió ir en moto con dos auto siguiéndolo de cerca.

Sube a uno de ellos, donde todos salen para examinar la escena e intentar rescatar qué pensaba hacerse. Coloca a Cloud en el asiento de atrás, acostado y dejándolo dormir un poco y en paz de que van de regreso a Nibelheim.

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—Bien, debo quitarte la ropa sucia. No puedes ir a dormir así.

Cloud levanta los brazos, dejándose desnudar mansamente. Las manos de Sephiroth tiemblan, incapaces de mantener el pulso por estar tocando a Cloud. Sentir su piel infantil contra sí mismo. El niño queda en ropa interior y el General permanece largos minutos admirándolo. Cloud cabecea, con su consciencia bailando en un limbo—Tengo… Hambre. —murmura sin aire. Sephiroth despierta del encanto y apura a buscarle de comer.

Se lo da en la boca, Cloud no es capaz de comer por si solo.

Cloud cabecea y bosteza, recostándose de él. Tiene sueño después de haber comido. Sephiroth deja los platos a un lado y lo carga para llevarlo a la cama con él. Apaga las luces y se acuestan juntos en la cama. Cloud permanece acurrucado en él, frotando su poco su mejilla contra el pecho descubierto. Sephiroth desliza poco a poco las manos, toca sus glúteos, toca sus muslos; produce suaves suspiros en el niño por sus caricias. Sephiroth presiona ligeramente sus dedos en la piel esponjosa y pálida, una erección se forma en sus pantalones a medida que se duerme. Acalorado y ansioso.

Sus sueños son directos y bastante explícitos. Donde no se durmió y por el contrario, tendió a Cloud en la cama, levantó sus muslos juntos y metió el pene entre ellos, viendo su falo del largo de su abdomen frotándose insistentemente.

Cloud fingiendo y apretando la sábana de la cama; pidiendo insistentemente por el y cuando el orgasmo llega, el semen mancha el pecho y mentón del niño. Suelta sus piernas y se aleja apenas lo suficiente. Cloud abre sus extremidades y al mismo tiempo, con las manos expone su culo palpitante; una pequeña erección y una coqueta abertura extra: una vagina también abierta y esperando por Sephiroth.

La cantidad de cosas que le hace en su sueño no tienen parón ni nombre. Al mismo tiempo, Cloud balbucea dormido—: Mamá… Ma…

Chapter 4: Terrores y falsa protección

Chapter Text

Nibelheim se llenó de gritos de agonía y dolor, descubriendo que casi todos los niños fueron secuestrados durante la noche. ShinRa se está haciendo cargo del tema. No ayuda a aliviar la angustia. No se sabe bajo qué motivos se los llevaron, lo único cierto es que en el tiempo que pueda demorar su recuperación, muy probablemente ya haya sucedido algo espantoso.

Claudia, como no es sorpresa, es la más angustiada con el tema. Su hijo está en mal estado de salud ¿Y si tiene una recaída? ¿Y si necesita un médico? ¿Y si le hacen algo con mako? La mujer no ha dejado de llorar y de insistir pidiendo que lo encuentren pronto porque su vida puede depender de ello. Sephiroth le asegura que está haciendo cuánto puede para conseguir traerlo de regreso. Una mera excusa para poder mantenerlo con él en su carpa. A Cloud le dio una vaga y simple excusa.

"Podría ser peligroso que te vean, porque te querrían llevar de nuevo y hacerle daño a tu mamá."

También lo engañó asegurando que le diría a Claudia que está ahí, para no preocuparla. Sephiroth es feliz teniendo a Cloud para sí mismo, más allá de toda la atención ¡Su presencia lo hace feliz! Lo hace sentir pleno y aliviado. Abrazarlo y tocarlo superficialmente, sacando pequeñas risas y suspiros de gusto de parte del rubio que cada día es un poco más suyo.

— ¿Ya puedo ir con mamá?

—No. Aún no.

Cloud cierra un ojo, el hombre le revuelve el cabello y avanza para quitarse su uniforme. Cloud se muerde los labios. Sephiroth ha estado muy extraño estos días. La forma en que lo mira es rara y le da escalofríos, incluso un poco de miedo. Es un comportamiento extraño e incomprensible de un adulto. Intensiones de adulto que no comprende. También los toques que le da. Es incómodo sentir sus manos en sus piernas, abdomen o incluso entre pierna.

Tiembla cuando sucede.

Una especie de señal a que está mal.

A pesar de no saber qué está mal en eso.

—Quiero ir con mi mamá—insiste Cloud a espalda de Sephiroth, quien ya se deshizo de la mitad del uniforme—. Ella está sola. No quiero que esté sola. Se pone triste cuando eso pasa.

—Ella tiene a la gente del pueblo. —desmerita Sephiroth.

—Ellos son estúpidos y no la quieren. —replica Cloud con los puños apretados. Sephiroth se gira y pone el cabello en su hombro.

—Eso es cierto—concede—, pero como te dije antes: ella puede correr riesgo si no esperamos lo suficiente. Una vez los demás niños estén de regreso, podrás ir con ella.

— ¿Y vas a seguir cuidando de mi? No quiero que me dejes solo incluso si me voy.

—Claro que voy a cuidarte—Sephiroth se acuclilla delante de Cloud, acariciándole la mejilla—. Y vas a estar bien. —Le da un beso en la frente; Cloud le sonríe tímido y tembloroso. Sephiroth se endereza y va a quitarse las botas

Cloud arruga el entrecejo. A veces Sephiroth es tan extraño. Es como si escucha algo totalmente diferente a lo que le dice. No sabe porqué hace eso. Tan solo que da hasta más miedo del usual.

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Cloud no ha parado de insistir con querer volver con su madre. Incluso si Sephiroth asegura que ella sabe que está aquí, no quiere que ella esté sola ¿Y si más personas vienen a atacarlos? ¡Podrían hacerle mucho daño! Lo angustia, pero no es capaz de mantener el estado anímico por mucho tiempo. Su cabeza se revuelve de manera insoportable. Por momentos solo quiere dormir, en otras, comer hasta sentir que va a vomitar. La fiebre de nuevo lo ha invadido y en parte es feliz de que Sephiroth esté ahí.

Es como tener al papá que jamás apareció y por el cual su mamá se quedó sola.

—Estás más enfermo que nunca—comenta Sephiroth revisándolo. Cloud gime adolorido cuando hunde las manos en su abdomen—. ¿Te duele aquí?

—Me duele ahí hace mucho. Creo que comí mucho y voy a explotar. —balbucea el niño con la cara exageradamente roja y los ojos aguados. Tiene cuarenta y dos grados de fiebre y aunque sabe que no va a morir, es bastante frustrante no poder hacer nada. Se nota que está sufriendo mucho.

—Usaré una materia para que puedas dormir—anuncia Sephiroth y Cloud asiente—. De esa forma, no vas a sentir tanto dolor y molestia. Te despertaré por la mañana para desayunar.

—Está bien.

Sephiroth toma la materia y al usarla, Cloud cae como peso muerto. Tiene dificultades para respirar, por lo que él peliplata le coloca una mascarilla de oxígeno como el médico le recomendó. Aprovechando el estado, revisa un poco mejor la zona inferior de su cuerpo, palpando que tiene el área del abdomen sospechosamente hinchada. No es gordura y se siente firme. Es como un pequeño colchón ahí que hace una curvatura. Decide, con manos temblorosas, inspeccionar más abajo.

Quita el pantalón, deslizando por las delicadas piernas infantiles con algún que otro raspón. A pesar de todo, Cloud es un niño inquieto y torpe. Sin embargo, Sephiroth se distrae enormemente viendo su entrepierna. El pequeño pene y los testículos. Con su mano enguantada lo acaricia, lo mueve un poco. No hay reacción, pero él estuvo casi dispuesto a lograr que hubiera una.

Se distrae por notar que, levantando los testículos, hay una abertura. Pequeña, pero que expone una característica curiosa: tiene labios exteriores y está humectada. Sephiroth inclina la cabeza y todo su cabello plateado desliza por sus hombro. Parece una vagina y si lo que le explicó el médico es cierto, el bulto en el abdomen de Cloud es esa curvatura que tienen la mayoría de mujeres. La bolsa protectora del vientre en sí mismo.

Una sonrisa torcida brota en la cara de Sephiroth, pensando que tal vez estas fiebres son el sistema de Cloud trabajando de más para convertirlo en hermafrodita. Una idea un tanto sádica cruza su mente. Pensando que entre el despiste y su salud indefinible nadie, ni siquiera él mismo, se dará cuenta de lo siguiente a suceder

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Tuvo un sueño muy extraño. Estaba en un quirófano y sentía mucho dolor en la parte inferior de su cuerpo. Sin embargo, no sabe por qué. No sé podía mover. Estaba paralizado y medio dormido a pesar de lo mucho que dolía. Un hombre con un cubrebocas clínico se inclinó hacia él, tanteo sus pupilas y le hizo una inyección con una aguja enorme. El dolor pasó muchísimo, tanto que solo percibe que lo están tocando abajo.

Es un sueño.

Los doctores le dan miedo. Los que lucen como en los programas de televisión

Desde su accidente, no es la primera vez que Cloud tiene pesadillas con estar siendo operado.

Esto es solo una pesadilla más…

Una que se siente muy real.

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Ha seguido enfermo estos días. Muy enfermo. Apenas entiende de sí mismo que va a al baño, ve televisión, juega con algún aparato que Sephiroth le deje o come. Usualmente alimentado por él. Es una situación agobiante, pero indiferente. Pasa la mayor parte del tiempo dormido como Sephiroth le indica para que la situación le fastidie menos.

Sin embargo, se siente inusualmente mejor hoy, un poco extraño, pero nada que lo impida ir a hacer la misma pregunta:

— ¿Cuándo podré ir con mi mamá?

Sephiroth disimula su molestia a la pregunta. Tenía la esperanza de que gracias a lo sedado que tuvo que estar, no se acordara de Claudia siquiera. Fuerza una sonrisa y se pone a la altura del niño. Le acaricia el cabello y junta la cara con él, dándole un pequeño beso en los labios. Tan normal que a Cloud ya no le causa extrañeza o repelencia.

—Ya hemos logrado traer a la mayoría de los niños. Dame un par de horas y te llevaré con Claudia. —responde Sephiroth y la sonrisa que Cloud da en ese momento es impresionante.

Tan brillante, tan entusiasta y viva. Sephiroth le acaricia el cabello de nuevo, como si le costara alejar las manos de él. Cloud lo ve salir. Sentado en el sofá, aún tiene la sensación extraña, pero no sabe qué es.

Claudia recibe a Cloud con un abrazo, cargándolo y llorando a todo lo que es posible. Le da besos en la mejilla y en la cabeza, sin poder dejar de aferrarlo. Sephiroth ladea la cabeza, sintiendo ligera curiosidad de lo que será tener madre. La suya es bastante especial por no decir que tiene dos. Cloud abraza a Claudia tiempo después, con su usual timidez e incapacidad de mantener mucho contacto físico.

—Muchas gracias por traerlo—solloza Claudia—. Pensé que… Pensé que no podría verlo Y- Y que no regresaría.

—No hay problema. Sería incapaz de permitir que un mal terrible le sucediera.

Por la emoción y el alivio, Claudia no sospecha que Sephiroth tuvo a Cloud todo el tiempo. Entra a la casa y se queda con el niño encima. Cloud dormita, feliz de estar con su mamá de regreso, tal como Sephiroth le prometió que sería. Solo quiere quedarse sin sentirse mal ni tener sueño.

Claudia prepara la comida y Cloud acaba de bañarse. Por primera vez en un tiempo, lo hace por si mismo y es un poco extraño. Cuando acaba con su cabello, sigue con su cuerpo y se da cuenta de algo extraño. Pasa la mano por toda su entrepierna y no encuentra sus testículos. Frunce los labios y mira alrededor ¿Por qué no están? No entiende. La confusión y la vergüenza lo hacen dejar de tocar ahí ¿Sería algo malo? No se da cuenta de la abertura que hay debajo.

Acaba de bañarse y finge que no pasa nada. Su mamá le preparó su comida favorita, quizá Sephiroth sepa que pasa si le pregunta después.

—Pasó algo raro.

— ¿Uh?

— No tengo esa cosita abajo. Antes la tenía, pero ya no está ahí. — Sephiroth sabe a qué se refiere, pero con esa explicación, no hay quien se entere. Sephiroth se arrodilla delante suyo y Cloud continúa con un puchero, confundido.

— ¿Puedo ver qué es lo que dices?

Cloud baja su pantalón y se levanta la camisa, enrollada en su pecho. Sephiroth revisa que el procedimiento siga bien. No hay rastros de infección y la herida está completamente cerrada, ni siquiera pareciera haber una cicatriz. Se lleva una mano a la barbilla queriendo llegar un poquito más lejos, pero… Claudia se daría cuenta. No quiere un escándalo, tampoco matarla. Cloud espera que Sephiroth le de alguna respuesta, en lugar de solo acariciar su pene y ponerlo nervioso. Se agarra de su hombro, dando un chillido de confusión y su expresión compungida en una de pánico.

—Se-seph… Ummmgro…

Aprieta los ojos y se cubre la boca con la mano, respirando acelerado por la nariz. Sephiroth suspira a gusto, succionando la pequeña virilidad que se endurece en su lengua y la que presiona en su paladar. Cloud da un quejido que se comprime en su garganta.

—Perdon, yo… perdón.

Cloud siente ganas de llorar y su rostro enrojece de la vergüenza. Él cree que se acaba de orinar en la boca de Sephiroth. El general traga el fluido y se ríe, la cara de Cloud le causa mucha ternura. Lo besa en la frente y le acaricia el cabello, el niño moquea y se encorva; el bochorno no se esfuma ni por accidente.

—No hiciste nada malo. Ven.

Cloud tiembla, sin entender el comportamiento de Sephiroth. El General suspira de gusto, con el niño tembloroso y acurrucado en su pecho. Sin pensar en la fuerza que aplica y que por eso Cloud se ve obligado a estar en esta posición específica.

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Aún no le dice a su mamá que tiene algo que falta. Le da mucha vergüenza. Sin embargo, esconderle que está incómodo también es muy complicado. Ella se da cuenta de que hay algo mal, lo sabe. La complicación es que no puede exigirle que le cuente sin causar un problema. Su hijo siempre ha sido bastante privado e invadirlo solo causa que se ponga de mal humor. Incluso que se aísle en su cuarto.

Ha logrado cercanía tanto corporal como de habla estos meses. No quiere perder eso. Lo que también es extraño para este momento, es que Cloud no trate de salir e ir con Sephiroth. Considerando que solía ser lo único que pedía. Efectos del secuestro ¿Tal vez? Se dice a sí misma para convencerse.

— ¿No quieres salir a jugar en el jardín? Hace buen sol hoy. —menciona Claudia y Cloud niega con la cabeza.

—No.

— ¿Quieres ver la televisión?

—Sí.

—Y tal vez helado.

Cloud sonríe y balancea las piernas de atrás hacia adelante. Sí, eso también le gustaría.

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Salió sin permiso de su mamá. Vio a gente sospechosa caminando por el pueblo y si son gente mala, irá a avisarle a Sephiroth de ellos. Así no van a hacer daño a nadie de nuevo. Escaparse de casa no fue precisamente fácil, pero lo consiguió y eludiendo efectivamente los perros, es capaz de seguir con su pequeña misión de espionaje.

Sabe a dónde ir a pesar de la penumbra salvaje y lo poco que parece estar pasando. El sonido que se hace es muy particular. Suena como un quejido de dolor o algo así. No está seguro. Se sigue deslizando con sigilo hasta llegar al callejón donde sucede el problema. Creyó que encontraría gente mala haciendo algún plan u organizándose para atacar su pequeño pueblo, pero al asomar la cabeza al callejón que hay entre dos casas, lo que haya causa sorpresa. Sus ojos azules abriéndose de par en par. Abrumado y sorprendido por lo que está viendo.

Está Tifa y también hay varios SOLDIER ahí. La niña está llorando con desesperación, con su cuerpo atrapado entre dos de los SOLDIER. Uno atrás y otro adelante. En un principio Cloud no comprende que es lo que están haciendo realmente. No es claro. Hasta que el que estaba detrás se aparta y ve a otro meter el pene en ella. Jalan sus senos pequeños en desarrollo, la fuerzan a quedarse quieta y seguir violándola entre todos.

Cloud retrocede. No sabe qué hacen a ciencia cierta, pero es malo. Es obviamente malo y su cuerpo tan solo está forzado a ir por ayuda para ella. No obstante, en el proceso choca con un cuerpo más alto y fuerte que el suyo. Tirita, asustado por el aspecto sombrío de Sephiroth. El General se asoma un instante, desinteresado y aburrido de lo que ve antes de regresar hacia Cloud, quien aprieta las manos en sus pantalones.

Las palabras se atoran en su boca, quiere pedirle que los detenga y ayude a Tifa. Sephiroth se inclina ligeramente hacia adelante. Una larga y escabrosa sonrisa surge en sus labios, la mirada verde y tóxica exponiendo sadismo y ansia por el pequeño rubio delante suyo.

—No tienes por qué asustarte—asegura Sephiroth en un susurro a punto de hacer llorar a Cloud. Quiere irse corriendo, pero el agarre de Sephiroth a su muñeca y rostro se lo impiden—. No permitiré que eso te suceda a ti. Estás a salvo. Conmigo. —promete el peliplata. Le da un beso a Cloud en la frente antes de levantarlo del suelo y cargarlo.

Su aversión a Sephiroth crece poco a poco, confundido entre lo que hace sentir por momentos. Ahora mismo, lo aterra tanto que quiere esconderse y que nunca lo encuentre, escapar para nunca volverlo a ver. Sephiroth espera algo suyo y Cloud no sabe que es, por el contrario, lo asusta descubrirlo. Sephiroth lo mantiene sentado en su regazo cuando llegan a la carpa y Cloud permanece sumisamente quieto, paralizado por la presencia abrumadora y cargante ejercida sobre él.

En algún momento Sephiroth le da un beso en la sien y él escucha el suspiro de Cloud. Uno lleno de felicidad y alivio. Sephiroth lo abraza y continúa dándole besos en la cabeza. Estaba tan oscuro que Sephiroth está seguro de que Cloud no entendió que pasaba. Es un niño pequeño aún. Debe tener el conocimiento básico de no aceptar tacto de extraños, pero ¡Cloud se lo permite! No es un extraño, todo lo contrario, es alguien que lo cuida y con pleno permiso de seguir en contacto, aumentarlo a lo que debe ser.

Sephiroth está seguro de que Cloud desea esto también. Por eso se queda tan tranquilo y lo deja hacer todo. Temblando de ansia a la idea de que finalmente lo tome.

Cloud está tan asustado que deja todo pasar, sin esconder su pánico, expresión de miedo y cuerpo temblando de terror.

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La gente se comulga en la plaza central, murmurando y exclamando de sorpresa por lo que está sucediendo ahí frente al molino. Sephiroth mantiene una sonrisa amplia y salvaje, con su manos agarrando los cabello rubios de Cloud, moviéndolo a seguir el oral a mitad de todos y en vista de todos.

Al apartarlo, Cloud queda con la boca abierta y el falo enorme frente a él. Lo lame un par de veces más, ganando murmullos y quejas de parte de los pueblerinos. Se pone de pie y se quita el pantalón para seguido, tenderse en el suelo con las piernas abiertas. Cloud ahoga el gemido ese ser penetrado y acto seguido, embestido con tanta fuerza por el general.

Sephiroth clava las manos a cada lado de Cloud, las cortas piernas en torno a su cadera medio descubierta y su pene entrando y saliendo por completo del cuerpo menudo; el abdomen de Cloud se infla a cada ocasión que el falo se introduce de todo, llenando su interior hasta un punto terrible. Los gemidos infantiles son largos, insistentes y escandalosos. Sollozando por El General para que se mueva más rápido o más fuerte.

Sephiroth aprieta los dientes y entierra del todo su virilidad. Cloud grita en silencio, arqueado y con su vientre hinchándose gracias a la enorme cantidad de semen que el General suelta. Una sonrisa boba y lujuriosa se instala en sus labios, levantándose en sus codos para ver a Sephiroth que masturba su erección aún dura y larga; los testículos hinchados en espera de liberar mas y más en el niño sinvergüenza que gime como una puta cualquiera; que se gira y levanta el culo como una puta cualquiera.

Una a la que puede tener cuánto guste incluso delante de todos en su pueblo. Nadie dice nada, todos observan atentamente y sin más.

Sephiroth abre los ojos y da un bufido de molestia. Con ganas de hacer que eso sea real. En su cama no hay nadie aparte de él, está seguro de que Cloud durmió aquí ¿En qué momento se fue?

Chapter 5: Monstruos alejando monstruos

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—Mamá… ¡Mamá! ¡Despierta! ¡Mamá!

Claudia despierta de mal humor culpa de lo brusco y e insistente de su hijo por hacerla levantarse. Se sienta en la cama, se frota el rostro y trata de ubicarse en tiempo en espacio. Aparte de querer reclamar a su hijo por hacer esto. Cloud luce sobresaltado y asustado. Lo suficiente para que Claudia considere que hay un problema.

— ¿Qué sucede? ¿Viste algo raro? —pregunta Claudia quitando la sábana. Cloud asiente repetitivo y acelerado.

—Y-yo… ellos… a Tifa… le estaban haciendo algo… a Tifa.

Claudia ladea la cabeza, confundida ¿Tifa?

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El enorme alboroto en Nibelheim viene de una simple razón: haber encontrado brutalmente abusada a la hija del jefe, tirada en un callejón y a poco de morir. Inconsciente y en tratamiento mientras todos discuten lo que pasó. Incluso señalando cómo extraño que Cloud lo supiera, pero no dijera nada hasta ahora, en lugar de delatar el delito en el momento en que sucedía.

—Solo es un niño. Se asustó. No sabía que hacer—Defiende Claudia. Incrédula de cómo logran voltear cualquier situación para hacer que Cloud sea culpable —. Además, lo dijo justo a tiempo ¡Tifa sigue aquí! ¡Es lo que realmente importa!

— ¡Mi hija está aquí porque Gaia tuvo piedad de ella! ¡Tú hijo está moribundo, pero no exento de tener una verga que seguramente usó para abusar de mi hija!

Cloud se esconde atrás de Claudia. Él no haría algo tan feo. Ni siquiera entiende que estaban haciendo.

— ¡Es un niño!

— ¡Que si no hizo nada malo debió informarlo al instante!

La aparición de los SOLDIER detiene el alboroto que parece un gallinero más que una reunión del pueblo. Sephiroth en medio como la enorme y obvia autoridad entre la infantería, 2nd Class, 3rd Class e incluso por encima del alcalde de Nibelheim. Llega hasta el frente, juzgando a todos con la mirada. Esta clase de caos es problemático durante un conflicto bélico. Podría ser usado de distracción. Los necesita dentro de sus casas la mayor cantidad de tiempo posible. Se fija en Cloud un instante, dónde está escondido y el obvio temor y confusión que tiene.

Le parece absurdo que lo quieran culpar a él. Se aclara la garganta con las manos tras la espalda. No puede creer que tenga que arreglar esta situación, todo porque doce malditos soldados no supieron mantener la verga dentro del pantalón y acosaban a una niña con apenas senos.

—Como comprenderán, dada nuestra presencia y autoridad aquí, me veo con el deber de realizar una investigación de este incidente—Introduce Sephiroth con firmeza, pero cierta suavidad hipnótica propia de su voz—. Con lo que puedo asegurarles, es que este niño poco o nada tiene que ver con el altercado—anuncia el peliplata, sus fríos y afilados ojos verdes clavados en el padre de Tifa—. No hace falta ir más lejos de una sola evidencia: alguien con su masa y fuerza, es incapaz de reducir a una niña de tal manera.

—Él-

—Es un desafortunado involucrado. Cabe recalcar que sigue siendo un niño, uno que viene de una experiencia traumática de secuestro. Naturalmente trata de ponerse a salvó antes que causar un alboroto—justifica el General y Claudia respira aliviada de no estar sola contra toda Nibelheim. Lo cual es lo usual—. Habiendo quitado esa tontería del camino, tras revisar grabaciones y otras evidencias tanto en la como en la escena del crimen, puedo asegurarles que se trató de un ataque enemigo—Las exclamaciones de sorpresa e incredulidad hacen eco en el espacio montañoso—. Hemos podido controlarlo y erradicar a los causantes de esta barbaridad. Debo insistir en que todos deben permanecer en casa. De otra manera, más sucesos cómo este seguirán ocurriendo.

Claudia carga a Cloud para llevarlo a casa. Mantenerlo bajo llave si hace falta. Hacer todo lo posible para evitar que le hagan más daño a su pequeño y confundido hijo. Sephiroth la observa fijamente mientras se marcha. Cloud esconde el rostro y se aferra a la ropa de su madre. No quiere ver a Sephiroth. Él dejó que esas personas malas le hicieran mucho daño a Tifa. No puede perdonarlo por no hacer su trabajo de SOLDIER Número Uno. Es absurdo que no lo hiciera estando ahí.

Por la orden de Sephiroth, son muy pocas las personas que son vistas fuera de sus casas. No hay necesidad de ello, no con el cable y televisiones de alta tecnología traídas aquí. Ninguna tan buena como la que ocupa la sala Strife, traída e instalada por Sephiroth. Es uno de esos raros momentos en los que no tiene el uniforme puesto. Para Claudia es casi anormal verlo así. Cómo si algo no acaba de encajar con su aspecto. El comentario lo mantiene religiosamente guardado por precaución.

Almorzaron y ahora, siendo más de tarde, la idea es probar la nueva televisión. Claudia se da cuenta de lo mucho que Cloud vigila a Sephiroth. Mantiene una pequeña distancia y farfulla de vez en cuando como si fuese un viejo cascarrabias. Quiere convencerse de que es un juego, pues Sephiroth le dirige cuantiosas miradas. Cada una más juguetona que la otra. Es como un chiste externo o algo así. Cloud se marcha a su habitación a prisa y sin motivo.

—Está un poco raro estos días.

—Lo he notado. Quizá es el miedo y el agobio —repone Sephiroth en voz calmada—. Los niños a su edad tienden a tomar muy mal estas situaciones si no son lo suficientemente fuertes. Además de no tener nada más en que pensar.

—Ummm… nunca hay mucho que hacer aquí—dice Claudia en voz baja—, pero tampoco hay mucho sucediendo… no hay… sucesos así.

Claudia sigue agobiada por lo que ocurrió con Tifa. Lo que parece haber pasado con los demás niños del pueblo. Tiene miedo de que hombres se acerquen y abusen a su hijo. Tal como han hecho con los demás. Al mismo tiempo, no es capaz de tragar como pensaron que su bebé haría algo tan ruin. Sabe que vive entre víboras desde que empezaron a burlarse del mal estado de Cloud.

—Estaba pensando en que quizá me mudaré lejos de aquí —menciona Claudia—. Tal vez en Gongaga. Hay un buen clima allá.

—Está a mitad de la nada.

—Igual que aquí.

—Mejor Rocket town

—No podría vivir cerca de un cohete. Que miedo. —menciona la mujer. Sephiroth se ríe tenue y mira hacia la habitación de Cloud.

—Es natural que hayan desastres como estos en las guerras—Cruza de brazos y Claudia lo analiza vagamente. La confianza, el narcisismo y la discreción—. Afortunadamente, eso no le sucederá a el.

—Sí. No sucederá. —afirma con una sonrisa. Si es positiva, quizá se cumpla. Sephiroth le dirige un gesto que le causa los peores escalofríos que ha tenido jamás.

Sonríe débil, una simple curvatura de labios, la cabeza literalmente ladeada con el cabello plateado cayendo por su derecha. Finalmente está la mirada, ese verde tóxico y brillante. La ligera inclinación de verla desde arriba. Claudia tiene el peor presentimiento de esto. De lo que sea que Sephiroth este ocultando y tenga que ver con Cloud.

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—M… ma… mamá.

Claudia despierta por el llamado de Cloud. Enciende la luz y exclama sorprendida y aterrada de ver sangre en sus manos. Sin embargo, el gesto de pánico de Cloud no se trata de una herida. Para la mujer es una enorme confusión ver qué la sangre viene bajando de entre las piernas de Cloud. El niño solloza, con su mano ensangrentada y un dolor insoportable en el abdomen. No sabe explicarlo. Cree que está siendo triturado por dentro, con un monstruo retorciendo sus órganos.

Obviamente Claudia tuvo que revisar y al encontrarse la retahíla de cambios, simplemente se sigue preguntando qué hizo mal para que le esté pasando todo esto a su hijo. Ella lo parió y era un niño normal. No tenía estas variantes en él. Sabe que debe ser culpa del accidente que tuvo y eso solo la asusta de qué más podría sucederle.

Tratando el tema de forma práctica, le dio la charla que no pensó que tendría que dar. No a su hijo varón. La incomodidad en ambos es muy palpable. Cloud se queda con la teoría de que un monstruo lo está matando por dentro, no que tiene un periodo fértil y está menstruando (la palabra es rara para él). También tiene lo mismo en mente:

Es un niño y los niños no se embarazan, las niñas sí. Cuando crecen.

Por otro lado, los cólicos son todo un problema. Es imposible que puedan ser peores. La única fortuna es que se consiguen aliviar con compresas calientes en el vientre y medicamento casero. Tendido en la cama y sintiéndose con un pañal para no ensuciarse, dura cuatro días en la misma situación. Temiendo que suceda de nuevo.

—Tendríamos que ver a un doctor—comenta Claudia para sí misma—. Saber si seguirá sucediendo… tal vez puedan sacarte el útero… aunque quizás no, aún eres muy pequeño para saber si eso es lo que quieres y quizá si lo quieras y yo te lo quité- Qué se supone que haga. —su crisis es grande.

Incluso si su hijo es gay o decidiera hacer el cambio de género en algún momento de su vida… no cree que esto en este momento le haga bien. Está demasiado ansioso con lo que sucede, con sus propios problemas culpa de Mako, incluso lo que vio en Tifa. Un comentario simple lo deja entre ver:

—Si tengo cosas de niña ¿Me van a hacer lo mismo que a Tifa?

—Nono, claro que no—Apresura a responder Claudia—. Nadie tiene que saberlo y nadie va a tocarte. Si eso sucede, debes gritar muy, muy fuerte para que llegue a ayudarte; pero tienes que quedarte en casa… hasta que todo se arregle.

Cloud asiente y mira al techo. Claudia exhala cubriéndose el rostro con la mano. Debe encontrar una solución a esto al costo que sea.

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Claudia está dormida. En realidad, se desplomó del cansancio.

Cloud está cansado de sangrar y cree que la solución es tan fácil como cerrar esa abertura. Conoce al doctor de ShinRa y cree que él puede cerrar eso. Su mamá también está muy preocupada, debe auxiliarla de cualquier manera. Sale a escondidas de la casa. Con mucho cuidado y se adentra en el campamento militar.

No se da cuenta de que alguien lo vio y mucho menos que es perseguido. Se asoma a varas carpas. Todas son iguales excepto la de Sephiroth, distinguir la del médico es difícil.

—A dónde quieres ir.

Se gira y encuentra a un SOLDIER 2nd Class. Con las manos juntas y la incomodidad creciendo por sangre acumulada en su toalla, responde débil y ansioso. El SOLDIER se ofrece a llevarlo y Cloud lo sigue. Algunos SOLDIER los ven, nota que uno que otro se ríe o murmura, pero desconoce la razón. Entran en una carpa y casi al instante tiene la boca cubierta y al hombre atrás suyo, sujetándolo.

—Vas a quedarte quieto y si gritas, vas a arrepentirte. —Advierte y Cloud se remueve furiosamente tratando de liberarse.

El movimiento es tosco, más y más atrás en la carpa a oscuras; el SOLDIER logra someterlo, bajando el pantalón del niño y llevando la mano hasta ahí. Cloud abre los ojos de par en par, aterrado por los dedos frotando—¿Y esto…? ¡Salí con suerte! —. Cloud solloza desesperado, tratando de soltarse. Los dedos introducidos bruscamente en su vagina se sienten horrible sumado del dolor. Se trata de soltar y por un instante lo logra, gritando escandaloso.

Lo sujetan de la cabeza, pegado al suelo y los dedos volviendo a su interior. Cloud solloza y aunque se remueve, no puede soltarse. Tan solo quedarse quieto y pedir porque lo suelte. El SOLDIER baja su pantalón y antes de poder penetrarlo para seguir con lo que pretende, ya no tiene cabeza.

Cloud apenas puede respirar, viendo el cráneo en el suelo al lado suyo. Se levanta un poco y respira por la boca, con quejidos agudos y sin aire.

—Afortunadamente, llegué a tiempo.

Hasta ahora no lo había notado porque no lo conocía, pero Cloud está seguro que Sephiroth lo mira de la misma forma en que ese soldado lo miró.

Incluso peor.

Más fuerte.

Más indiferente.

Más lunático.

Sephiroth lo carga y se lo lleva consigo. El cadáver desaparecería eventualmente. Le da igual.

Cloud abre las piernas para permitirlo mirar. Sephiroth sujeta con cuidado, abriendo un poco los labios vaginales llenos de sangre. No creyó que fuese a tener periodo, es relativamente obvio, pero ¿Qué decir? Nada en Cloud es normal. Lo único que sí lo es, es la sumisión con la que se deja observar y tocar por él. Abierto voluntariamente y esperando algo de su parte.

—Debería parar dentro de poco… no veo ningún daño notable. Solo fue un susto. —Concluye Sephiroth.

El peliplata acerca el rostro y huele la vagina expuesta. El olor fuerte y provocativo que desprende. Sujeta las piernas de Cloud y con jadeos de su parte, procede a lamer la abertura que palpita. Limpia la sangre e incluso bebe la que sale, con el niño gimiendo de gusto y poniendo las manos en la cabeza de cabello plateado. Introduce la lengua en la cavidad que aprieta y se cierra, se aparta con un hilo de saliva oscuro aún uniéndolo. Cloud jadea y tiembla, con escalofríos constantes.

—Me dio mucho miedo que alguien que no era Sephiroth me tocará. —solloza el niño y Sephiroth se levanta para abrazarlo.

—Nadie te hará daño. Te he prometido que no lo permitiré.

Tiene al niño llorando. Con su cara de terror y urgencia de huir de aquí, de Sephiroth, antes de que haga eso que vio y que tanto miedo le da. Con la respuesta de Sephiroth que nada tiene que ver al pedido de Cloud:

"Tengo miedo, deja de hacer eso."

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Sephiroth camina hasta el centro de la tarima, observando a todos los SOLDIER que confundidos tratan de encontrar una explicación a su estado actual. Amarrados del cuello en un solo sitio y peor aún, con las manos a la altura del cuello. Son cientos y cientos de ellos. Con el General hasta el frente con expresión de gusto ante la confusión y caos.

—El desenvolvimiento y ética ha sido excepcionalmente pobre estos días —anuncia Sephiroth con las manos en la espalda—. Me veo en la necesidad de educarlos para que no vuelva a suceder algo así.

Las quejas van y vienen, nada que le interese. En la tarima hay apenas una silla y un par de cubos grandes que también pueden usarse de asiento. El silencio llega repentinamente, como si todos fueron malditos a estar así. Observan la pequeña y delgada figura que sube en andar tranquilo hasta quedar más adelante.

El pequeño niño desnudo expuesto delante de todos los SOLDIER. Sephiroth nota como son incapaces de sostener sus impulsos por más odiosos que sean. Todos desean a Cloud, con el deseo aumentando a medida que el niño se expone. Abre sus piernas, mostrando sus genitales. El pene atrofiado, la vagina húmeda y que deja caer líquido vaginal y finalmente su culo cerrado.

De un salto se levanta de su sitio y camina hacia Sephiroth, abriendo su pantalón y dejando afuera el pene extenso. Lo masaje en sus dos manos, respirando acelerado y sonriéndole tentador al General lo deja continuar con sus acciones, empezando a lamer el glande y parte del falo. La lengua pequeña y esponjosa humedece miembro que se endurece más y más. Cuando está duro y levantado, Cloud lo desliza dentro de su boca, moviéndose de atrás hacia adelante por la extensión caliente y que pasa más allá de su garganta. Sus ojos azules aún en Sephiroth y su rostro empezando a enrojecer.

El General lo coge de la cabeza, apurando así el ritmo; el rubio succiona y presiona el pene con sj lengua, causando así mayor placer en el General de SOLDIER. Las grandes pantallas del lugar no hacen sino exponer cuánto hace Cloud. Sus movimientos lascivos y expertos en provocar al más alto. Blanquea los ojos, sus labios presionados contra la ingle de Sephiroth y el semen llenando su garganta. Un sonido ahogado acompañado de sus gemidos reprimidos; es posible notar sus piernas temblando y el líquido que no deja de bajar de ellas.

Al apartarse, aún hay semen saliendo; Cloud mantiene la boca abierta y deja que así el líquido caiga en su lengua; salpica en su nariz, frente, ojos y cabello. A pesar de haber acabado el orgasmo, Sephiroth sigue igual de duro. Cloud le da la espalda y se recuesta en el suelo, culo levantado y manos abriendo sus nalgas para exponerse.

—Continúe. —pide con una sonrisa y ojos nublados en placer. Sephiroth sonríe largo y cínico, simplemente pervertido. Satisfecho en el ruego del niño tan pequeño.

Satisfecho en cómo los demás ven cuán suyo es; la forma en que se excitan, que algunos tienen semen en sus pantalones y erecciones palpitantes que no tendrán atención. Babean y jadean cómo animales salvajes; ninguno tendrá a Cloud. Ninguno tendrá el placer que el puede generar en cualquier hombre.

Se arrodilla atrás de él, sujetando sus nalgas y causando un grito largo y rasgado de su parte; Cloud saca la lengua y sonríe, un enorme charco de baba abajo de su rostro y su vagina roja del falo introducido de golpe. Sephiroth suspira profundo y placentero, metiendo y sacando su pene sin dejar los glúteos redondos, dándole palmadas ocasionales. Sus testículos gordos y grandes no dejan de chocar con los muslos de Cloud. Los orgasmos infantiles vienen uno tras otro. Para Sephiroth es claro que Cloud encuentra placer en darle placer y es indiferente al daño interno que le hace.

Sus gemidos se aceleran, cada vez más agudos y torpes; el General lo sujeta de la nuca y embiste sin apenas tiempo de sacar todo su pene. Cloud queda sin aire y su vientre empieza a inflarse del semen que entra. Tiembla como un animal asustado y Sephiroth lo levanta del suelo, abriendo sus piernas para exponerlo a los demás que ven; algunos que una y otra vez se corren, hasta que sus pantalones caen y sus virilidades patéticas quedan al aire libre; otros sufriendo por no conseguir ninguna salvación o cerca de esa pequeña cosita capaz de todo y más.

Sephiroth abre las piernas pequeñas, exponiendo la vagina que suelta sangre y semen al suelo, el miembro que no deja de liberar ese mismo líquido blanquecino. Sentado en una silla, penetra a Cloud de nuevo, haciendo que todos vean mejor como lo posee. Cómo su vagina se estira para abrir paso a un pene tan grueso y largo.

— ¡SE-SEPHIRO-TH! ¡AH! ¡AAAH! ¡MÁS DURO! ¡AAH! ¡UIMMMHH! ¡MAS DURO!

Sus gemidos escandalosos acompañan el sonido húmedo de su vagina. Sephiroth pasa los brazos por debajo de las rodillas con raspones y entrelaza los dedos detrás de la cabeza de Cloud— ¡Sí! ¡SE SIENTE GENIAL! ¡AAAH! ¡AAAHGGJ! UHGM- SE-SEPHIRO-TH- AH-

Lo clava totalmente en su pene para dejar más semilla dentro suyo. Toda la que pueda haber dentro y más. La enorme y turbia sonrisa en el rostro de Cloud acompañada de su propio orgasmo que le moja el abdomen. Temblando sin cesar y su rostro empezando a enrojecer. Se da cuenta de que hay más personas aparte de su público. Ellos se acercan y Cloud jadea como un perro.

—Más… Sephiroths… quiero-

El niño abre la boca, recibiendo el pene en la boca y sus. Ojos totalmente virados por la penetración en el culo. Al mismo tiempo, dos miembros en su vagina ya llena; du abdomen estirado y cuerpo roto recibiendo a los cuatro hombres indiferentes a lo mucho que debe contorsionarlo. Todos con los mismos ojos verdes y sonrisas de satisfacción. El que está atrás es quien mueve su cabeza, con el sonido gangoso insistente. Las manos de Cloud quedan ocupadas con un pene a cada lado. Al soltar el que tiene en la boca, va a por el que está a su derecha y aunque no es mucho, al separarse, mantiene la lengua afuera y una sonrisa excitada en el rostro.

— M-mas SephirothAAAHSHs ¡E-ES- GENIAL SEPHIROTH! ¡M-ME CORRO! ¡NO PUEDO! ¡QUIERO MAS SEPHIROTH!

No es consciente de cuál es cuál, quien viene o quien va, solo que su cuerpo es el recipiente de esa semilla blanca y espesa que cae de su vagina, su culo, su boca, su rostro, su pecho. Tendido en el suelo con sus orificios llenos, uno de los miembros frotándose entre sus pequeños senos y su boca llena de tanto en tanto.

Sephiroth da una risita, viéndolo tendido en el suelo con las piernas abiertas y más esperma de la que puede contener. Cloud ve que aquellos que vinieron, se van, pero la sonrisa surge en su rostro de nuevo—. Aun no ha acabado Cloud. —anuncia el que acaba de llegar y el niño tan solo respira profundo y emocionado.

—Quiero hacerlo con todos los Sephiroths… y… que sigan rompiendo mi coño.

Los ve masturbarse, sombras de ojos verdes que van a devorar y seguir destruyendo al niño delante de todos quienes quieren hacer lo mismo.

Al abrir los ojos y encontrar a Cloud dormido delante suyo, se da cuenta de que hay cosas que realmente no le gustarían. El morbo de sus fantasias es grande, pero ese estado tan terrible se le hace desagradable. Quiere proteger a su niño de las morbosidades de los demás. Él es mucho mejor que ellos. No solo porque tendrá a Cloud; es mejor porque podrá hacerlo sonreír de placer como ellos no lo harían. Estando solos, en privado; sus sueños son la parte salvaje y horrible de sí mismo que a veces odia, pero que puede ser una idea interesante de vez en cuando.

Se acerca y besa a Cloud en la frente, revuelve el cabello rubio y vuelve a dormir. Cloud abre los ojos al instante y aunque trata de escaparse, el agarre tan fuerte en su brazo se lo impide. No tiene más opción que dormir aquí hasta que Sephiroth despierte y lo libere.

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— ¡Cloud!

—Está bien. Hubo un incidente, pero no pasó a mayores. Lastimosamente, es difícil distinguir a las plagas antes de que actúen.

Claudia abraza al niño que se aferra con demasiada fuerza a ella. Lo siente asustado. Lo carga y aunque agradece a Sephiroth, es capaz de notar de nuevo ese gesto tan espeluznante y sospechoso. Cloud permanece escondido en el hombro de su madre, creyendo que si ve a Sephiroth, algo malo podría ocurrir. Le da miedo que algo malo ocurra. Claudia se retira a prisa a su hogar y Sephiroth da una risita, con Cloud despidiéndose con la mano y moviendo los labios.

"Nos vemos en la noche."

Chapter 6: Lo que se ansía

Chapter Text

—Cariño.

Cloud se mantiene encerrado en su cuarto esto días. A pesar de que Claudia aún tiene permiso de entrar ahí para ver cómo está, hay algo que lo incomoda para este punto. De otra forma, no estaría en búsqueda de hacer una barrera entre él y el mundo. La mujer crea un escenario peor que el otro en mente y empieza a ser agobiante. Cloud no es arbitrario, no toma decisiones así por capricho.

Ojalá alguien le hubiera advertido que es tan difícil sacarle información a su hijo de ocho años.

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Otro ataque, otra vez todos en sus refugios. Claudia y Cloud apartados del resto y causando rumores por el favoritismo. A ella le da igual que hablen cuanto quieran. Tiene otras preocupaciones en mente. Todas más importantes. Observar todo el desastre que se lleva a cabo en Nibelheim la permite elaborar que debe irse de aquí. En Rocket Town podrá encontrar algo.

De nuevo, no le interesa hasta qué extremo tenga que llegar con la única razón de proteger a Cloud. Algo aquí no está bien.

—Mamá, me siento mal. —murmura Cloud con la cara roja. Tiene fiebre. Claudia lo abraza contra ella.

—Cuando vayamos a casa haremos algo con eso ¿Vale?

Cloud asiente, dormitado y pocos minutos después, dormido sobre su mamá. El ataque termina y como de costumbre, lo que hay es un enorme caos dentro de Nibelheim. Lo distinto en esta ocasión, es que hay robots trabajando en las reparaciones. Haciendo las casas hasta más fuertes y grandes de lo que eran antes, añadiendo actualizaciones y demás que ellos jamás soñaron en tener. Sephiroth aparece con apenas tierra en sus botas y parte de la túnica que usa

—Debido a los últimos problemas, hice instalar algunas protecciones en su casa. En caso de que suceda otro altercado como el de hace dos meses. —avisa a Claudia. Nota que hay algunos metales extra en su casa.

—Gracias. —responde cordial, sintiendo sospecha al respecto.

Cloud le dirige una mirada tímida y se esconde en el hombro de su madre. Sephiroth da una simple risita antes de seguir a su carpa. Quiere darse un baño.

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Está muy frustrado: ¡Está enfermo de nuevo! Es una molestia. Finge a su mamá que no está tan mal cuando en realidad siente que se quiere morir. La fiebre y el dolor en los huesos es peor que nunca. Afortunadamente, ahora tiene mucho más que quedarse encerrado en su cuarto. Tiene televisión, también una tablet y muchos juguetes con los cuales jugar. Claramente son cosa de Sephiroth y él no va a negarlos. Se pregunta si Sephiroth es malo o no.

Es muy extraño.

Con el paso de los días, las molestias corporales se acentúan, entre ellas, que la fiebre no es realmente eso. Por pudor no le cuenta a su mamá de lo que pasa, pero su ropa interior se moja muchísimo. Llena de líquido transparente que sale de ese hueco que odia y lo molesta tanto.

Es un día lindo en Nibelheim y salir a jugar un rato no viene mal. Claudia le dio una hora límite para estar afuera, pidiendo que no se alejara demasiado de casa o de donde haya gente. Cloud juega con un par de perros que hay, sin prestar atención a los niños que hablan a espalda suya. Su gesto de molestia viene de la calentura corporal y que de nuevo, se siente viscoso entre sus piernas.

— ¿Qué con esa cara?

Levanta la cabeza, encontrando a Sephiroth inclinado hacia él. Cloud hace puchero frunciendo las cejas.

—Me siento raro.

— ¿Sí?

—Ujum. Mucho calor

—Debes estar enfermo. Hace un frío terrible. —menciona con labios curvados en una sonrisa. Cloud refunfuña y sujeta el perro hacia sí mismo para seguirlo acariciando.

—Ya lo sé. Tan solo… es feo. Es molesto. También se pone todo feo abajo. —Sephiroth ladea la cabeza.

— ¿Quieres que te ayude a arreglarlo? Sé una forma.

— ¿De verdad?

—Claro. A las mujeres les sucede. Es natural. Puedo ayudarte. Si eso quieres.

Cloud se levanta, dejando al perro y luego, sacude su ropa. Toma la mano de Sephiroth bajo las atentas miradas de todos quienes hablan Nibelheim. Tan sencillo para ellos fingir que no han visto nada de lo que sucedió ¿Por qué?

La pregunta se responde con otra: ¿Por qué ponerle un parón al gran General Sephiroth? Quien los defiende y trae tecnología, recursos, materiales. Todo y más de lo que Nibelheim pudo haber soñado. Si el precio de esto es permitir que lleve de la mano al niño rubio ¿Qué los obliga a pararlo? Nada les fuerza a detener esa sospechosa interacción con un claro por venir.

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—Lo primero es quitarte la ropa. De esa forma el calor empezará a bajar y no seguirás mojando tu ropa.

Cloud con cierta reticencia, pero forzado a través de insistencia por Sephiroth, acaba desvestido. Totalmente desnudo y apenado sobre la cama de Sephiroth. El peliplata tiembla de pura antelación. Observa con reverencia y alegría lo que sucede. Como tan fácilmente el niño sigue a sus indicaciones y acaba en una sonrisa pícara de su parte. El niño lo seduce y se hace el inocente cuando Sephiroth sabe perfectamente que ese no es el caso.

Poco a poco, Sephiroth se deshace de su ropa. Teniendo la sangre de su cuerpo ardiendo en la expectativa de lo que está por venir.

Cloud jamás había visto a alguien desnudo que no fuese él mismo. Sephiroth delante suyo solo le produce escalofríos y miedo. El general sin ropa luce hasta más grande de lo que suele verse. Su pecho amplio y hombros anchos, los pectorales trabajados y abultados, el abdomen bien marcado con cintura delgada; cadera cuadrada y piernas largas perfectamente ejercitadas. Cloud echa poco a poco hacia atrás, abrazando las piernas contra sí mismo.

El pene de Sephiroth es muy gordo. Diría que es la única parte "fea" de su cuerpo. La piel algo rosada, poco vello casi transparente y los testículos complementando la virilidad algo endurecida. Sephiroth gatea hasta Cloud, tomando su rostro y juntando los labios con él. Siendo correspondido en su contacto de forma tímida y asustadiza. Mete la lengua en su boca y a más profundiza aquel contacto, más caliente se vuelve el ambiente.

Cloud respira por la boca, apenas capaz de contener el aliento. Sephiroth lo hace explayarse. Que exponga su cuerpo a él. Siendo hecho de buena gana. El niño tendido en su cama, con rostro rojo y cuerpo dispuesto a tenerlo. Sephiroth besa cada pequeña parte a su alcance: el pecho tibio dónde el corazón late desaforado, deteniéndose en los pequeños pezones marrón claro y succionando uno de ellos mientras jala del otro, soñando con el momento en que se vuelvan pequeños senos con los cuales jugar.

Baja por su abdomen, desliza los dientes en la carne tan esponjosa y de olor lujurioso. Considerando que Cloud nació para ser un prostituto. Todo su cuerpo oliendo tan bien y siendo tan bello que sería criminal no hacerlo estar desnudo y que satisfaga a quienes tengan el suficiente dinero para lograr tocarlo. La puta más cara que pueda haber en todo el planeta.

Llega a sus piernas, masajea los muslos infantiles con mimo, delgados al igual que todo en Cloud. Se toma su tiempo en gozar cada tramo de piel y carne que Cloud tenga para ofrecer, incluso masajea un poco sus pies y le hace cosquillas con ello.

Parsimoniosamente va a su entrepierna y lleva a su boca la virilidad levantada del niño, succionándola. Cloud lo toma del cabello y gime ansioso, confundido por las sensaciones tan placenteras a las que es sometido. Sephiroth introduce un dedo en la pequeña vagina, carne que se cierra en su dedo y lo llena de fluido húmedo. Lo mete y lo saca sin dejar de subir y bajar su cabeza en el pequeño pene; introduce un segundo dedo.

—Sephiroth. —suspira Cloud, jala un poco más fuerte al hombre que sonríe satisfecho, abriendo y cerrando los dedos en la cavidad cerrada.

Su tercer dedo se desliza y la presión que hay es inmensa. Tiene una vagina tan pequeña que sus dedos ya la llenaron. Los abre y cierra, lame los labios externos y hace todo hasta que el extasiado aullido de Cloud llena la habitación. Sephiroth se levanta, con el espeso y transparente líquido vaginal llena su mentón y parte de su pecho. Cloud con las manos hacia su pecho y el enrojecido rostro en un gesto de éxtasis.

— ¿Ahora lo entiendes? Soy el único que puede tenerte porque solo yo podré darte este placer—Sephiroth frota la abertura húmeda y Cloud se cubre la boca, avergonzado—. SOLDIERS inútiles no serían capaz de amarte bien. De hacerte bien.

Arrodillado delante de él, empieza a masturbar su pene, hacer que la longitud y dureza este en su punto álgido. Cloud se retuerce y suspira en su sitio, con sus piernas flexionadas y bien abiertas. Sephiroth masajes el pecho plano y apenas abultado, jalando el pezón de vez en cuando.

Cuando se siente listo, atrae a Cloud por las piernas, su pene venoso y enrojecido fricciona entre los delgados labios rosados y húmedos. Lo hace para provocarlo, querer que esté tan excitado como él lo está. Antes de que Cloud llegué al orgasmo tan obvio, lo sujeta de la cadera y da un empujón total para estar dentro de el.

Una sonrisa deforme surge en el rostro de Cloud, jadeando aire caliente y su cuerpo tenso en torno a la Lanza que rasgo del todo su carne para abrirse paso. Sephiroth jadea y sonríe amplio. Cloud aprieta demasiado. Su verga está tan apretada, que ni siquiera puede moverla. Presiona su mano derecha en el abdomen de Cloud, inflado por la virilidad que lo invade.

—M-me rompí…ste… —tirita Cloud.

M-Me duel-e… me DUELE- Ya-a no quiero. Sep-

Extrae poco a poco su falo, con sangre manchándolo. Esta vez no se trata de periodo, se trata de la carne rasgada y resentida. Una vez está casi todo fuera y dando un ligero bufido, lo vuelve a meter, sacándole un gemido fuerte a Cloud.

Repite la acción una y otra vez, cobrando velocidad. No hay momento en el que la vagina de Cloud se sienta más floja, tan solo aprieta más y más. Sephiroth lo ve como ganas de Cloud por jugar. Las manos del niño en su pecho, haciendo rasguños accidentales y su rostro de éxtasis infinito, pidiendo por más, diciendo lo raro que se siente y lo bien que se siente. Ve todo su cuerpo lucir como suave masa, rebotando a cada embate y dejando sonidos indecentes de cada parte posible. Su coño, su boca, sus nalgas; una sinfonía erótica que Sephiroth dirige orgullosa y largamente. Cloud abre los ojos y se arquea violentamente. Los testículos gordos de Sephiroth presionados contra sus nalgas y la virilidad descargando toda a semilla caliente que tanto está rogando el útero que invadió en estás horas de unión.

Sephiroth nota su cabello húmedo de tanto sudor; los ojos dilatados y fijos en el niño rubio que lleva meses deseando y ahora es suyo finalmente. Con la primera vez incluso más explosiva y alucinante de lo que fue en sus sueños. Retira su verga y al hacerlo, ve los borbotones de leche caliente bajando de la sedienta cavidad

El aire caliente escapa de su boca y no puede contener nada dentro suyo. Que su virilidad sigue dura como un fierro y su cuerpo ansioso por llenar el contrario de tanta semilla que sea imposible no dejarlo en cinta. Cloud se pone de espaldas, Sephiroth lo abraza y sin parsimonia ninguna, vuelve a invadir el cerrado orificio, llenando sus adentros y dejándose envolver por la carne que lo recibe con ansias.

Aplastar a Cloud en la cama ahoga los lloriqueos de placer que deja ir, sentido y en la luna gracias a los orgasmos continuos que tiene, expuesto en líquido y en semen apenas denso. Sephiroth no lo deja respirar ni un momento, besando tras su oreja, nuca, hombros y cuello, masajeando el pecho para que en su crecimiento, se hagan senos, gemir ronco y desvergonzado.

—Tomas tan bien mi verga. Te gusta mucho ¿Cierto? —dice Sephiroth lamiendo tras la oreja de Cloud—. Te gusta tenerme dentro tuyo Cloud—gime Sephiroth—. Dime cuánto te gusta.

—Sep-psehiroth-

—Vamos, dime cuánto te gusta que rompa tu vagina y te llene de semen—Desliza su mano hasta acariciar el abdomen hinchado que sigue dejando ver cuándo el miembro entra y sale—. Dime cuánto te gusta que vaya a embarazarte.

— ¡M-Me encanta-AH! ¡SEphiiiroth- ahhmmn, uiuhnmm…! ¡ah! ¡Ah! ¡AAH! ¡SEPHIIIROTH-SEP- ME ENCANTA! ¡RO-ROMPEME MÁS! —Cloud gime más fuerte hasta los gritos y Sephiroth sonríe satisfecho de escucharlo, embistiendolo más fuerte para que la vergüenza se vaya y pueda seguir hablando—. ¡EM-EMBAR-ZAME! ¡DÁMELO…! AH-

Por horas eternas y largas solo es hacer eso. Con Sephiroth cambiando la forma en que va a seguir amando a su pequeño amante de cabello rubio. Tenerlo saltando en su verga fue especialmente bueno de ver, ayudarlo a que pudiera moverse porque solo no podía lograrlo.

Ahora, con el niño lleno de fértil semilla blanca que está tan apretada, que ni siquiera sale de su cuerpo. Sin embargo, digno del General de SOLDIER y de ser el humano más fuerte en este planeta, aún es capaz de continuar. El miembro levantado y listo para seguir copulando. Abre las nalgas de Cloud y lame el orificio aún virgen y sin profanar. Cosa que no puede ser así.

Todo en Cloud debe ser suyo.

Sujetando su pene y la cadera de Cloud, se introduce en el culo del niño que se prensa y agarra de la sábana, aullando en una mezcla de dolor y placer. Sephiroth sufre escalofríos de genuino y amplio éxtasis.

—Ahora todo tu cuerpo es mio—anuncia al apenas consciente. Cloud balbucea de acuerdo con él—. Mantente despierto Cloud. Vamos. Aún tienes que recibirlo todo aquí.

—Re-recibirl… todo e-en mi culo- Aaah, ahhh—Saca la lengua, su cara tan roja como húmeda de sudor. Los ojos algo virados arriba—. Sep-Ohh. Ah, ah, aaahgbn…

Lo besa en la boca y lo atrae hacia sí mismo. No puede parar ahora y mucho menos dejarlo ir.

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Busca a Cloud en todo lado, sin encontrarlo. Empieza a entrar en pánico ¿A dónde se fue? Incluso fue a Mont Nibel para tratar de hallarlo. La última vez estuvo ahí perdido. De regreso en Nibelheim, se da cuenta de que algunas personas la miran y murmuran, huyen de su cercanía antes de que pueda intentar preguntar por su hijo. Empieza a anochecer y su pánico se vuelve muchísimo peor, pensando que tal vez le pudo haber pasado una desgracia.

A mitad de camino a crisis total, se da cuenta de que Sephiroth lo tiene cargado y parece ir a dejarlo en casa. Claudia interrumpe su camino, ansiosa y queriendo tomar al niño.

— ¿Dónde estaba? L-lo busqué en todos-

Pensó que Cloud estaba dormido, después de todo, ahora tiene la mala manía de tener sueño cuando lo cargan. Además, está tan quieto que parece el caso. No obstante, está muy despierto y apenas escucha a Claudia, se contorsiona para ir con ella, aferrándose con demasiada fuerza. Claudia siente el pequeño cuerpo caliente y antes de cualquier inquietud o confusión, se fija en el pecho de Sephiroth: lleno de rasguños delgados y recientes; algunos moretones extraños que su piel empieza a sanar por efecto del Mako y finalmente, el labio roto con sangre que aún sale.

A pesar de usar parte del uniforme, lleva un pantalón más holgado, sin hombreras, sin las correas en el pecho; mucho de él falta, así como también sobra. El corazón de Claudia late más fuerte y más dolorosamente, apretando al niño en sus brazos y temblar de forma notoria, sus ojos abiertos de par en par y un vacío terrible en el estómago.

— ¿Qué le hizo? —pregunta Claudia en un hilo de voz. Sephiroth niega con la cabeza.

—Nada que deba asustar-

Quienes ven por las ventanas o están aún fuera de sus casas, son testigos del bofetón que Claudia le propicia a Sephiroth. Tan fuerte que le voltea la cara. Aunque la piel en la palma de Claudia se enrojece de forma instantánea, la piel de Sephiroth también lo hace. Mueve la mandíbula y vuelve hacia ella, que identifica esa mirada de nuevo.

Tan solo cinismo y burla hacia ella.

— ¿Por qué tanta angustia? Si solo estoy ayudando a su hijo.

Claudia siente que se ahoga. Da media vuelta y se marcha a prisa, encerrándose en casa. Cierra cada ventana, cada puerta, cada posible paso y en su cuarto, abraza con fuerza a Cloud, llorando desesperada.

Preguntándose: por qué debe ser mi hijo a quien lastimen más.

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—Mamá ¿Nos vamos a mudar?

Claudia no le responde, armando las maletas y decidiendo en lo que debe llevar o es inútil. Cloud la jala de la falda, forzada a detenerse para prestarle atención.

— ¿Es culpa mía que llores mucho? Tienes canas. —comenta entre tímido e inquieto.

—No tienes la culpa de nada Cloud—afirma Claudia con velocidad—. Nada de lo que haya sucedido es tu culpa—enfatiza con fuerza. Lo toma de los hombros, arrodillada delante de él—. Si alguien te hace daño, no es tu culpa, es la de esa persona por ser cruel e inhumana… Prométeme que nunca te sentirás culpable por algo que alguien te haya hecho. Prométemelo.

—Te lo prometo, mamá.

Claudia lo abraza y suspira. Tendrá que dar casi la mitad de todo su dinero, pero hay un taxi que viene por esta ruta tan peligrosa y lleva a Rocket Town. Pasará dentro de un par de días y Claudia planea usarlo para largarse de aquí. Indiferente al dinero que deba dar para compensarlo. Sacar a Cloud de aquí y alejarlo de Sephiroth, es su primordial misión ahora.

—Mamá está muy triste ahora.

—Es natural. Estás enfermo. Ella quiere que estés sano.

Cloud frunce las cejas, con Sephiroth metido en tu cuarto. Entró por la ventana. Entre las mejoras a la casa, está los muros insonorizados. Con la puerta cerrada, es imposible que alguien escuche que hay dentro. También cabe destacar que solo puede abrirse por dentro. Solo Sephiroth tiene la llave y la ventana se abre de forma magnética

Al final, adecuó este sitio para hacerlo útil a sus intenciones.

—Veo que aún tienes el problema. —menciona Sephiroth. Cloud sacude la cabeza.

—No. Ya estoy bien.

—Mentiroso. —burla cínico.

— ¡Ya estoy bien! ¡No quiero que me ayudes!

— ¿Por qué no?

—Mi mamá se puso muy triste por eso. No quiero que esté así de nuevo.

—No se va a dar cuenta.

Sephiroth lo sienta en su regazo, juntando los labios con él. Cloud mantiene las manos en el pecho de Sephiroth. Todo avanza mucho más rápido y brutal que la vez anterior. Sephiroth disfruta de lo que hace, expuesto en su sonrisa y cómo gime. Observando fijamente al niño abierto de piernas y abdomen inflado por recibir su verga

Ver el rostro compungido en un gesto de placer.

N-no quiero de nuevo-

La forma en que contorsiona todo su cuerpo para recibirlo, para que sea más fácil seguir copulando.

Nono, no, me duele, mE DUELE-

Los gemidos altos y que piden por más diciendo su nombre una y otra vez

M-memme duele. N-no quiero-

El pequeño ser entre sus manos es perfecto en ese lugar y no quiere soltarlo. No piensa soltarlo. Si ambos lo disfrutan tanto ¿Por qué habría de hacerlo?

Chapter 7: Impotencia

Chapter Text

Se supone que Sephiroth lo ayuda, pero ahora se siente tan mal. Su entrepierna palpita y arde, también sangra sin razón a veces. Quiere que deje de dolerle tanto y que al dormir, dejen de aparecer sus ojos verdes en la penumbra. Ha entendido que para eludirlo, debe ir a dormir con su mamá. Cosa que ha funcionado todas las noches. Claudia no va a repeler ningún intento de su hijo por buscar contacto.

Ella cree alucinar que en la puerta de su habitación, cuando la penumbra es absoluta y apenas sé escucha algún que otro animal fuera de la casa, hay unos ojos Verdes y brillantes observándolos fijamente.

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Lleva a Cloud con complicaciones, el niño más dormido que despierto y que a duras penas logra seguir el paso de su apurada madre. Claudia pudo hacer que sus maletas y mochilas se encogieran. Al menos la mayoría. Usar materias nunca ha sido su fuerte y va a chillar de desesperación si no consigue regresarlas a su tamaño original después. Más temprano que cualquiera, incluyendo al sol, se dirige a la salida de Nibelheim, eludiendo el campamento ShinRa y a cualquiera que pueda verla.

Dentro de poco vendrá el transporte en el que deben irse a Rocket Town. Si se lo pierden, habría que esperar otros ¿Dos meses? O más. Ir a pie es suicidio con tantas acumulaciones de monstruos estos días. Es la única forma de llegar a cualquier lado. Para su propia sorpresa, es detenida por un grupo de SOLDIERS que custodian más lejos de lo que nadie sabe que lo hacen. Pensaron que habría un perímetro más cerrado en torno a Nibelheim.

—Emmm ¿Disculpen? Necesito pasar.

—No puede salir del pueblo señora —anuncia el soldado con casco enorme. Cloud se recuesta de ella, durmiéndose de pie—.

Por favor regrese a su casa y no salga a estás horas.

—Debo viajar a Rocket Town. Tengo una oferta de trabajo allá—La mentira no es obvia. Más bien es la única razón por la que se querría ir ahí. Además de la prisa ¿Quién trata de mudarse en plena guerra? ¿Por qué huir de un área protegida por la mejor defensa de ShinRa puede dar? —. Y me harán perder mi transporte.

—Lo sentimos mucho, pero no podemos dejarla pasar. Por favor, regrese.

Claudia carga a Cloud que está profundamente dormido, la discusión continúa dando vueltas hasta que llega el dato tan relevante y que da sentido a tanta reticencia—: El General ordenó que todos los civiles de Nibelheim se quedarán en Nibelheim. Los secuestros los hacen blancos fáciles durante traslados de cualquier tipo. Debe permanecer aquí hasta el General diga lo contrario.

Es Sephiroth

Todo es capricho de Sephiroth.

—Poco me importan sus órdenes, quítense de en medio. —ordena irritada y con actitud repelente. Le detienen el paso, aunque Claudia empuja un poco como puede.

—Señora por favor-

—El General dijo que-

—No me interesa que dijera el General. No es mi superior ni mi padre ¡Quítense del camino! —exige Claudia y sigue el va y ven. Cloud no sabe qué hacer aparte de mantener un gesto nervioso. Jamás había visto a su mamá de esta forma y es un poco confuso.

La discusión continúa por breves instantes.

— ¿Qué está sucediendo aquí?

—General Sephiroth, señor. —saludan militarmente el par de SOLDIER. Claudia da un bufido, carga a Cloud y pasa de ellos que trastabillan tratando de perseguirla.

No le interesa decirle ni una palabra más a Sephiroth. Nada de lo que diga va convencerla de quedarse. El camino es nuevamente interrumpido por el alto General que le mira desde arriba. Intensa y burlísticamente. La rubia intenta hallar un espacio donde pasar, pero con Cloud cargado es imposible.

—Creo que fueron muy claros con mi orden, señora Strife. —menciona Sephiroth con las manos tras la espalda y la barbilla levantada.

—Y tal como les dije; usted no es mi superior ni mi padre, por lo tanto, no le debo ninguna obediencia. Con permiso. —Sephiroth la impide pasar y la empuja con la suficiente suavidad para no causar algún problema o daño.

—Se equivoca. Durante tiempos de guerra, soy indirectamente su jefe y debe obediencia. Por no mencionar que estás órdenes son por su bien y el de su hijo. Con fines de sobrevivir, evidentemente. —dice con risa galante y elocuente.

—Prefiero morir en guerra. Apártese. —insiste exasperada y Sephiroth niega con la cabeza.

—No sucederá, señora Strife. Debe quedarse en Nibelheim hasta que la guerra termine —anuncia Sephiroth con falso pesar—. La escoltare a casa.

—No necesito escolta ni nada de usted.

—Parece que sí. Va en lado inverso.

—Debo tomar un transporte a Rocket City. Tengo un trabajo allá.

—Cualquier trabajo será fácilmente compensado por la compañía a la larga. Tan solo tendría que contarme al respecto. —informa Sephiroth y Claudia aprieta los dientes.

No solo quiere fingir que no pasa nada, también quiere controlarla cómo si ella forma parte de su macabro y cínico plan de manipulación. Ella viene en combo con su hijo. Más inaudito y exasperante no tiene como ser. Sephiroth coge a Claudia del brazo antes de que pueda pasar junto a el.

—Tratemos de ser razonables ¿Vale? —El susurro de Sephiroth es simple, pero Claudia aprieta sus manos en Cloud. Cómo si algo en su cerebro tan solo se congela—. No hay por qué causarnos tantas molestias… no querrá poner así de nervioso a su hijo ¿O si?

Claudia baja ligeramente la cabeza y Cloud da un sollozo. La situación es horrible y empieza a tener fiebre. Las subidas hormonales y el dolor general es exasperante. Tanto que escuchar tanta discusión lo acaba por hacer llorar. Sephiroth da una última y suave risa antes de llevarla con él para que esté de regreso en su casa. No pasaron muchas horas para saber una noticia asombrosa.

El conocido transporte entre ciudades y continentes, fue destruido repentinamente en la zona aledaña a Nibelheim. Se estima que fuesen los enemigos que tanto daño están haciendo ¿Cómo no podrían ser ellos? Lo que solo Claudia conoce al respecto, es como el gran General de ShinRa es el culpable de las vidas inocentes que ahí perecieron. No fue un accidente. Fue un ataque premeditado para forzarla a estar aquí así como a Cloud.

—Mamá, tengo mucho calor

—Ay cariño, de verdad estás descompuesto. —bromea Claudia, forzándose a sí misma a hacerlo.

Así como tendrá que forzarse a si misma a ir a través del Monte Nibel, así sea muriendo en el intento, pero alejando a Cloud de Sephiroth a como dé lugar.

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—Está dormida. No va a darse cuenta.

—pero yo-

Cloud se congela en dónde está. Observando los fríos ojos verdes en la penumbra casi total de la habitación. Despertó con un casi infarto, teniendo a Sephiroth sentado en la cama viéndolo. Los vibrantes ojos verdes abiertos de par en par y la leve sonrisa cínica del general extendida en su rostro de criatura perfecta. El hombre se puso de pie solo para ofrecerle ayudarlo, viéndolo rojo y siendo que ya mojó la sábana, con simple fluido. Está en un momento muy específico, uno donde sus hormonas se disparan y necesitan un alivio.

Sephiroth quiere darle eso.

Cloud no sabe si ir.

Mejor dicho, tiene miedo de ir.

Pero al mismo tiempo ¿Cómo le dice que no?

Él lo toma de la cama para llevarlo cargado, tratándolo como un pequeño juguete o animal al que puede manipular. Claudia tendida en la cama sin moverse ni un ápice. Cómo si su sueño fuese de plomo y por ello no despertó a pesar de todo el movimiento y conversación que se llevó a cabo justo delante de ella

Antes de darse cuenta y de nuevo, está en la carpa de Sephiroth. El hombre lo desnuda y luego a sí mismo, presiona el dedo pulgar en los labios de Cloud, consiguiendo que quede dentro de la boca del rubio.

—No olvides que te estoy ayudando ¿Por qué deberías tener miedo?

Cloud cierra con fuerza las piernas. Es una ayuda, pero ¿Por qué duele tanto? ¿Por qué da tanto miedo? No lo entiende. Es muy confuso y su sangre arde, haciendo imposible poder pensar.

La incomodidad que siente es imposible de que sea descrita de cualquier forma. Su cuerpo no se mueve, pesado como plomo y con incapacidades motoras. Claudia demora más de dos horas en lograr ponerse de pie y empujar su cuerpo fuera de cama. Cloud no está y ya han pasado tres horas de que se acostaron a dormir ¿Por qué estaría fuera de la cama? ¿Por qué no lo sintió irse? Hay demasiadas preguntas y solo piensa en una cosa que podría ser una tontería, así como la solución a sus incertidumbres.

Arrastra su cuerpo a través de la noche brumosa, dirigiéndose al campamento de ShinRa y adentrándose en el. Los soldados no dicen nada, acostumbrados a que ella y su hijo tienen permitido entrar y salir del área. Simple favoritismo de parte del General. A la mujer rubia no le cuesta tomar un cuchillo de combate de una mesa que está llena de armas. No necesita ninguna más que está. Mecánicamente avanzando hasta entrar en la oscura carpa enorme. Sus pies arrastrándose por el suelo haciendo un sonido desagradable, pero bajo.

Lo que haya le produce escalofríos desagradables, así como mayor enajenamiento. Cloud tendido en la cama, pero a su lado y con un brazo encima de él, Sephiroth plácidamente dormido. El peliplata se mueve y respira profundo, indiferente al niño ahí tendido, con el rostro hinchado y rojo, sin mencionar los sonidos adolorida que brotan entre sueños.

Avanza lenta y cuidadosamente hasta llegar a la cama. El cuchillo en su mano es enorme. También refinado. Es para combatir. Es para matar. Observa por apenas unos segundos a Sephiroth dormido en la cama y como a su lado, está Cloud con su cuerpo lleno de moretones, marcas y demás evidencia suficiente para saber que Sephiroth le hizo más daño. Que no le fue suficiente con lastimarlo una vez.

Claudia levanta el arma blanca. Sin tener nada más en mente que exterminar a quien no deja de arruinar la vida de su hijo ¿Podría traerle problemas? Sí. Muchísimos, pero no le importa. Son poca cosa cuando piensa en todo lo que Sephiroth ha hecho. Deja caer el brazo con fuerza, dispuesta a clavar el arma en el cuello grueso y relajado del hombre con cabello plateado. Acabar con su vida silenciosamente.

Sin embargo, él abre los ojos y detiene a Claudia, tomándola de la muñeca en un movimiento veloz. Sorprendida, tan solo se fuerza para tratar de lastimarlo. En vano. No logra moverse ni un ápice y por el contrario, se ve obligada a soltar el cuchillo, culpa de la presión de Sephiroth y como le tuerce el brazo. Contiene los quejidos de dolor. Entre la penumbra, los vibrantes ojos verdes con su pupila rasgada, clavados en ella.

—Eres una mujer muy fuerte para haber estado con el presidente—opina Sephiroth en voz baja. Toma a Claudia del otro brazo, pues ella quiso empujarlo o al menos rasguñarlo. Hacer algo en su contra por más mínimo que fuese—. Aunque al mismo tiempo, tiene sentido que quisiera buscar algo contigo…—musita sentándose, inminentemente desnudo—. Le diste la misma fuerza a él ¿O me equivoco?

— ¡SUELTA…!

Claudia queda sin aire, como si toda su fuerza y valentía se evapora teniendo a Sephiroth tan cerca de su rostro, tan encima suyo; el enorme rango de altura y tamaño la hace sentir pequeña y frágil frente a algo tan imponente y amenazante. Sephiroth hace más presión en ella, manteniendo su rostro y cuerpo cerca. Percibir sus temblores y saborear el miedo en su mirada.

— Perdonaré está ocasión… y nada más—Advierte en un susurro, con su rostro serio y frío —. Porque eres su madre, pero intenta atacarme de nuevo, esté dormido o despierto y a sabiendas de tu poca integridad física, me harás castigarte a costa de él… no quisieras eso ¿O si? —Los labios de Claudia tiemblan—. Que lo trate como a una puta cualquiera.

—N-no…

Es apenas un hilo de voz. Tan débil y tan mínimo, que suena como una niña pequeña y no una mujer adulta. Sephiroth cambia a un gesto más suave, cínico y divertido, con una ligera sonrisa que se curva en los labios delgados y enrojecidos.

—Perfecto. Me alegra que nos podamos entender. No es tan complicado—asegura en un susurro y Claudia siente que los ojos le arden, a punto de llorar. Sea miedo, impotencia o rabia lo que la lleva a tener el pecho apretado y temblor en toda su existencia—. Y no se angustie tanto… Yo trato muy bien a su hijo.

—Es un niño—reclama Claudia con voz temblorosa—. Apenas… apenas tiene ocho años. Él- él no-

—Si es así ahora, al crecer será algo digno de ver.

Claudia acaba al borde del desmayo con un comentario tan simple y lleno mala intención. Cómo a Sephiroth le da igual la edad de Cloud y peor aún, pretendiendo que continúe de esa forma lo que ya inició. En ese momento, las mujer entiende que el militar no lo va a dejar en paz. El va a proseguir con sus malignas intenciones hasta cansarse. Una forma simple y hasta más amable de decir que pretende seguir violando a su hijo.

Claudia quiere que la guerra termine y Sephiroth regrese a su agujero de pestilencia de dónde salió. Con la esperanza de que quizá en ese momento, sea lo suficientemente fuerte para sujetar a Cloud, así él no va a llevárselo.

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Cierra poco a poco la puerta y se aleja de casa, andando hacia el monte Nibel sin pensarlo. Mamá no ha dejado de llorar todos estos días y Cloud sabe que es su culpa. No quiere que ella se siga sintiendo mal, así que pretende encontrar una ruta hacia Rocket Town para que puedan irse allá. Eso es lo que ella quiere y él debe conseguirlo. Quizá así compensará un poco todo su llanto. Nervioso y algo inquieto, va marcando una ruta por enorme e impredecible escenario que se le presenta. Cloud elude exitosamente varias zonas peligrosas por ser trampas o entrada a nidos de varios monstruos muy bien reconocidos.

Muchos dicen que hay un reactor de Mako cerca de la salida de Mont Nibel y que sí lo pasa, será su clara señal de que habrá hallado el camino esperado. Trata de no tropezar dónde lo hizo la última vez, no queriendo que el Mako lo empape de nuevo y empeore su situación de por sí mala.

— ¿A dónde vas?

Cloud se congela en su lugar y gira la cabeza, hallando a Sephiroth acuclillado atrás suyo. Tirita y se pregunta: ¿Cómo llego hasta aquí? Pasa a un cuestionamiento más acertado: ¿Desde cuándo me sigue? Sephiroth se ríe y Cloud consigue poner a funcionar su cuerpo y correr lejos de él. Seguirle el paso a un niño no es complicado en lo absoluto. Aunque Sephiroth está ligeramente molesto con él.

Se nota que tiene mucho tiempo con su madre. Lo manipula para que trate de huir. Quien sabe que otras estupideces le haya metido en la cabeza. Entre tanta carrera en un terreno tan irregular, no tarda en suceder lo usual: Cloud se resbala y cae de forma dolorosa en un pozo de Mako. El ardor que produce es familiar a este punto y cuando Sephiroth lo encuentra, el rubio trata con desespero de quitarse el mako de encima.

— ¡Déjame! ¡No! —Se remueve en su agarre y Sephiroth lo afianza más —. ¡Nono! ¡DÉJAME!

Claudia le metió demasiado en la cabeza. Sephiroth concluye que tiene que ganarse su confianza de nuevo. Es una pena. Le gustaba como estaba. Sin embargo, sabe que una forma rápida de convencerlo será hacer lo que tanto pedía y lo que tanto han disfrutado hacer estas semanas. Los lloriqueos desesperados y asustados por perder la parte inferior de su ropa se vuelven agudos, casi insoportables para cualquiera cerca. No hay nadie.

Nunca hay nadie cuando esto pasa.

Su instinto es huir, tendido en el Mako que lo empapa y hace arder todo en él. Abre los ojos y su expresión es una de confusión inicialmente, sin saber procesar lo que siente. Cómo le duele la el interior de su carne por el miembro que tan solo se empujó en su interior. Tose y da lloriqueos confundidos. No sabe cómo expresar lo mucho que le duele la sola penetración forzada. Sephiroth sonríe satisfecho de que los quejidos se detuvieron y los gemidos empezaron. Sujeta la cadera de Cloud, metiendo y sacando su pene lubricado en sangre y mako.

Jadea y gime echando la cabeza atrás por momentos, disfrutando la rara mezcla de sensaciones; que Cloud cómo siempre gima su nombre y sea tan servicial al apretar su vagina para más fricción.

Me duele mucho, por favor no. Me duele, me dueeele.

Se inclina sobre el, metiendo dedos en su boca y mordiendo la piel expuesta para él. Cloud blanquea los ojos, con el semen llenando su interior y su cuerpo aflojándose de forma gradual. Sephiroth se sienta en el suelo, tomando al niño y volviendo a moverse con el encima. El cuerpo menudo saltando sobre su verga. Es posible ver el semen que burbujea fuera de la cavidad estirada y sangrante; la piel rebotando y chocando con los muslos enormes del General.

—Vamos a que conozcas a alguien—dice Sephiroth con voz entrecortada—. Seguro estará feliz de verte.

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Cloud no tiene mucha capacidad pensante para este momento. Por lo que estar delante de una mujer en un enorme tanque, es algo que resbala de su capacidad de comprensión o cuestionamientos. Sephiroth lo tiene sujeto de la mano y un par de pasos adelante para que esté frente a ese ¿Cadáver? Con cuerpo y medio. De la cintura para abajo parece un montón de órganos flotantes.

—Ella es mi madre. Contrario a lo que parece, sigue viva. No nací de ella, pero mi ADN es suyo—explica Sephiroth con sencillez—. Ella es Jenova. Viajante de las estrellas.

Le duele mucho entre las piernas. No puede pensar en más que le duele demasiado.

—Eventualmente, sabe que nuestra especie debe proliferar en este planeta. Ser quien lo gobierne… siendo su único hijo, es un deber que tengo muy presente —Es levantado del suelo y abierto de piernas sin razón. Su reflejo vulgar y sucio en el cristal, también haciendo parecer que Jenova lo ve —. Y tú vas a ayudarme ¿Cierto Cloud?

Semen resbala entre sus entrañas y cae al piso metálico. Sephiroth se ríe de ello, desnudando del todo al crío para exponer su cuerpo rosado. Aprieta su pecho, haciendo que líquido blanquecino salga de él.

— Parece que será más pronto de lo que pensaría cualquiera.

Deja caer la cabeza a un lado y delante de Jenova, es violado de nuevo, esta vez demasiado afiebrado y ajeno para darse cuenta.

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La frustración más grande que la vida le ha dado, es saber que no importa que se mantenga con Cloud, no tiene la fuerza para protegerlo del mal que lo acecha. Uno descarado que lo trajo aquí después de lastimarlo. Claudia ni siquiera lo miro, cerrando la puerta en la cara del hombre, yendo al baño para limpiar a su hijo que apesta a tantas cosas distintas. Incluyendo el sudor de hombre adulto.

Es desagradable.

No sabe si es cosa de haberlo ignorado por mala suerte o francamente, Sephiroth decidió dejar a Cloud en paz unos días. El niño atolondrado por la exposición al Mako en su cuerpo. Claudia no pregunta ni dice nada por la leche que sale de los pezones de su hijo. Mantiene doloroso silencio e inacabable llanto. No obstante, un día llega una noticia que después de tanto tiempo, le permite sonreír ampliamente:

La Guerra terminó.

Chapter 8: Egoísmo

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Sephiroth siente alivio de que Wutai finalmente se rendiera. Se sentía una masacre sin propósito. Le habría dado igual tener que seguir con esto, pero es una perdida de tiempo que puede gastarse en otras cosas menos inútiles. El anuncio llega a todo el mundo y rápidamente, las tropas ya están empacando sus artículos y equipo.

Medita en las posibilidades de llevarse a Cloud. Es tan fácil como subirlo al helicóptero después de dormir a Claudia. No va a negar que quizá moleste un poco el drama que querrá hacer la mujer. Podrán decirle de todo, pero no es mala madre. Más bien es una con muy mala suerte y cuyas dificultades para cumplir su rol, siguen sin hacerla huir de la premisa básica: cuidar a su hijo. Fallando solo por lo bestial e inhumano que es su hijo.

Ella obviamente tratara de hacer cualquier cosa con el fin de conseguirlo de regreso. Sería molesto si llega a Midgar a incordiar. Quien sabe que suceda a nivel burocrático dentro de la empresa. Dramas que no le interesan y le quitarían a Cloud. Quiere tenerlo consigo. Que sea esa pequeña figura humana y suave que lo haga feliz en sus tiempos libres de responsabilidades. Quizás entrar finalmente en esa etapa de hombre comprometido y de familia. Jenova pretende una conquista lenta a través de tomar todo a medida que se reproducen. Forma que convence a Sephiroth.

Un asesinato masivo o destrucción total del planeta es absurdo en lo enorme y complejo que sería.

Por lo que, reproducción no solo es más sencillo, también lo permite tener una vida normal. Eventualmente hablar de Cloud (cuando cumpla dieciocho años) y dar a saber que es con quien pretende compartir su vida ¿Esperara hasta sus cuarenta y dos años? Siendo que Cloud en pocos meses cumple nueve... Sí. Sí lo hará. No va a a envejecer mucho gracias a sus células y tratamiento de mako, no va a verse como esos hombres ridículos con niñas por novias.

Cloud crecerá, Sephiroth no tanto y cuando todo esté bien a ojos de los demás, seguirá teniendo una edad corporal razonable. Más allá de eso, no ha pensado mucho. Es cosa de la marcha. Una que debe iniciar con buen pie y el más básico: llevarse a Cloud a Midgar. Lo sorprende la repentina presencia del alcalde de Nibelheim en su carpa

—Muchas gracias por su arduo trabajo, General Sephiroth—dice cortés y respetuoso. Sephiroth no responde—. Teniendo a sus tropas fuera y la existencia de ShinRa lejos, todo volverá a la normalidad.

—En efecto. —responde Sephiroth.

—Lo cual traduce, a no tener más el apoyo incondicional de la empresa—Sephiroth detiene lo que hace, quiere ver por dónde irá esta conversación—. Uno que nos ha ayudado a renovar todo este lugar. Quizá ahora incluso haya turismo, más familias. Nibelheim podría crecer a ser más que un pueblo a mitad de la nada.

Sephiroth se irgue y el hombre ahí parado, es tan simple y soso como cualquiera en este pueblo. Lo curioso es el pequeño brillo de ambición en sus ojos. Una especie de picardía.

— Quiero ser directo con usted—anuncia—. Nada me gustaría más que continuar con este apoyo y recursos de parte de ShinRa. Soy consciente de que venían gracias a su palabra—Sephiroth lo deja continuar, interesado en qué tontería o buena treta pueda decir—. Por lo que estoy dispuesto a negociar porqué sea de esa forma.

— ¿Negociar? —repite cínico y burlista. El hombre asiente con la cabeza—. Dudo que haya algo en este pueblo que me interese y pueda servir a cambio. —señala tragándose un comentario mal sonante que quiso escapar de su garganta:

No me interesa la piltrafa usada que es su hija.

Después de todo, es lo único de valor o utilidad que este hombre puede ofrecer a cambio de cualquier cosa.

—En realidad, General, estamos consciente de nuestras carencias, así como estamos conscientes de que sí hay algo que le es de muchísimo interés. —anuncia con las manos tras la espalda. Sephiroth levanta la ceja.

— ¿Oh?

—En consenso, estamos dispuestos a entregarle al niño Strife a cambio de su patrocinio. Comprendemos que es… alguien querido para usted—menciona rodeando. Sephiroth sonríe ligeramente, el interés en la mirada y la malicia en la sonrisa —. Usted será libre de hacer lo que guste con él.

—Ese consenso me hace pensar en que quizá, la madre del niño no está incluida en votación—No hay respuesta a eso. Efectivamente, Claudia no tiene ni idea de esa o esta conversación—. ¿Cree que puede convencerme con algo tan simple?

—Será un gran esfuerzo y sacrificio para nosotros. Mantendremos a la madre tranquila y segura de que su hijo está bien con usted.

Sephiroth da una risa, negando con la cabeza. Vaya, repentinamente su único problema acaba de desaparecer.

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— ¿Voy a tener un bebé?

—No tesoro, no va a pasar. Vamos a hacernos cargo del tema ¿Vale?

Cloud asiente, pero no tiene ni idea de a qué se refiere su madre. Claudia le da de beber una infusión que servirá para hacerlo abortar en caso de qué si haya un bebé en él. Reza que no. Gaia no puede ser tan cruel como para hacerle algo así a su bebé. No es tan injusta. Cloud se acomoda a dormir y Claudia se dirige a la cocina. Deja todo, revisa las ventanas por toques en la puerta, abre solo bajo la confirmación de que son personas de Nibelheim y no Sephiroth. Quien debería irse para el atardecer si no mienten los rumores y lo rápidos que son en empacar para largarse.

— Hola ¿Sucede algo? — pregunta confundida. Casi todo el pueblo está aquí en su puerta.

—Sí. Es muy importante espero que lo entiendas, Claudia—La rubia inclina la cabeza—. A veces hay que tomar decisiones complicadas. Esta es una de ellas, no queríamos hacerte daño haciéndote elegir, pero debe saber que esto es lo mejor.

— ¿De que hablas? No entiendo de- ¡Hey! ¡Que les pasa! ¡Suéltenme! —exclama debido al agarre dónde es apresada. Dos hombres la sostienen de los brazos y la fuerzan a sentarse para poder controlar que no salga corriendo. Instantes de confusión se acaban en un momento simple. Claudia deja caer la mandíbula y su ojos no puede no abrirse más: se llevan a Cloud. Sus vecinos están secuestrando a Cloud—. ¿¡Qué creen que hacen!? ¡Dejen a mi hijo en paz! ¡Está enfermo de nuevo! ¡DÉJENLO!

La gritería aumenta por ver qué también llevan una mochila llena, de ella cae un objeto: una foto de Claudia y Cloud en el cumpleaños siete del niño. Se llevan sus cosas, se lo llevan a él y Claudia une un cabo que a pesar de su carácter impresionante, la deja incrédula. Incapaz de creerlo

—E-esto-

—Debes entender que Nibelheim puede ser un lugar mejor con el apoyo necesario—Se apura a excusar el alcalde—. Y tú hijo será la fuente para ello. Será pesado, será complicado, pero debes soportarlo, debes-

— ¡CÁLLATE Y DEJENME IR! ¡CLOUD! ¡CORRE! NO- ¡SUÉLTENME! ES MI HIJO. NO SE LO OUEDEN DAR A ÉL. NO PUEDEN QUITÁRMELO ¡CLOUD!

Sephiroth toma al niño afiebrado en brazos, manteniendo una complacida y emocionada sonrisa en el rostro; sube al helicóptero sin siquiera mirar a Claudia una última vez. Las pertenencias de Cloud son puestas en el helicóptero y se prepara para el despegue. Teniendo la certeza de que ya no se puede hacer nada, sueltan a Claudia que sale corriendo hacia donde escucha los vehículos de partida. Gritando histérica por su hijo que tan descaradamente vendieron a alguien más. Los SOLDIER aún presentes son los principales testigos de su derrumbe y llanto quebrado, descontrolado y desconsolado de la mujer, que ni siquiera estuvo cerca de ver al niño por última vez o trata de pelear

Se lo quitaron.

Todos aquí… se lo quitaron.

—Claudia-

— ¡NO TE ME ACERQUES! —Repele a quien trata de consolarla— TODOS USTEDES SIEMPRE HAN SIDO UNOS INFELICES—grita entre el llanto—. ¡Y ESPERO QUE SI LLEGA ALGO AQUÍ SEA UNA DESGRACIA QUE LOS MATE TODOS!

No se los va a perdonar jamás. Ellos no tenían derecho a decidir. A siquiera intervenir. Con tanto odio como tristeza dentro de su pecho, Claudia quedó confinada dentro de su casa, llorando casi cada día y durmiendo en la habitación infantil cada noche, pidiendo por el hijo que la vida le dio solo para torturarla al quitárselo.

Y sin falta, cada minuto, orando por ver a todos en este lugar sufriendo las peores muertes que justifiquen lo que le hiciero. Tanto a ella como a Cloud.

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— ¿Por qué mi mamá no pudo venir?

—Ella es feliz en Nibelheim—asegura el peliplata—. No te preocupes, cuando estés bien instalado y sea el momento, podrás llamarla. —promete y Cloud asiente, luciendo diminuto en el enorme asiento de helicóptero.

Estuvo dormido y mareado la mayor parte del viaje. No obstante, ahora que están a punto de llegar a Midgar, es posible para él ver alrededor. Desde el cielo azul que se va ensuciando y oscureciendo por la cercanía a esa ciudad, como las luces que la hacen lucir diferente a cualquier cosa que haya podido ver.

Aterrizan en la torre ShinRa y Sephiroth desata el cinturón de Cloud. Lo carga en brazos y baja del vehículo. El rubio está nervioso ¿Por qué tenía que venir aquí? ¿Hay alguna enfermedad que le puedan curar aquí? La única certeza con la que cuenta, es el miedo que le provoca lo desconocido, sumado a la presencia de Sephiroth ¿Y si hace eso que duele de nuevo? Una vez le dijo que la única forma de curarlo, era 'haciéndole el amor'. No cree que eso sea hacer amor.

Duele tanto que no puede ser amor. El amor es lindo, eso le dijo Claudia. Una etapa encantadora y feliz ¿Por qué le haría daño si es amor? No entiende. A pesar de la improbabilidad tan grande, Sephiroth consigue irse del edificio sin que nadie pregunte por qué lleva un niño empijamado en brazos, hablando de su gran trabajo en Nibelheim, etc, etc.

Aunque no lo usa mucho, pues es más rápido quedarse en el edificio ShinRa, tiene un departamento en Sector Uno. Es bastante bueno y grande, se lo regalaron por lo que no tiene que pagar alquiler. Cuando llegan ahí, Cloud no se atreve a revisar o intentar ver todo el lugar. Quedándose cerca de la entrada y apretando su ropa. Quiere ir a su casa. no le agrada la idea de estar aquí a solas con Sephiroth sin más.

—No puedo estar mucho tiempo aquí, pero haré lo posible por venir cuando no tenga misión—asegura dejando la mochila con las pertenencias de Cloud—. Usualmente duran una semana las más largas, por lo que no estaría mucho tiempo ausente a menos que se trate de una situación extraordinaria—Gira hacia Cloud. El general desprende poco a poco las hombreras de su uniforme—. ¿Alguna pregunta?

—Yo… Y-yo quiero a casa. Quiero ir con mi mamá.

—Esta es tu casa ahora.

—pero mamá-

—Ella está bien en Nibelheim. Cómo te dije, cuando todo esté bajo control, la podrás llamar. —asegura Sephiroth de nuevo. Cloud frunce los labios. Esto no le gusta. Incluso si puede ir mal con ella, quiere estar con ella.

No le gusta tener que quedarse aquí encerrado y solo. Sobresalta por el agarre en el hombro. No es fuerte, ni siquiera restrictivo o amenazante. Tan solo es la mano de Sephiroth puesta allí. Cloud se congela y siente su corazón ir más lento. El rostro ensombrecido de Sephiroth expone una simple sonrisa.

—No tienes por qué ser tímido. Ya nos conocemos y te dije que te protegería ¿No es cierto? —Cloud tirita, su rostro enrojeciendo y ojos ardiendo por las ganas de llorar—. Aquí estás a salvo y estás cómodo. Todo cuánto necesites, está aquí. Conmigo.

Le da un beso en la frente y el rubio retrocede y se sienta junto a la puerta. Sephiroth lo deja ser ¿Por qué molestarlo? Debe dejar que se acomode. Una criatura de campo también puede sentirse agobiada por el cambio de ambiente.

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Tiene mucha ropa nueva y Sephiroth le ha dado largos recorridos por el sector para que lo conozca. Es divertido de ver. Es cómo imaginó que sería. También tiene muchos juguetes nuevos. Tanto normales como digitales. En el departamento, Sephiroth aclimató una habitación para que sea suya, aunque no tiene cama. Deben dormir juntos y hasta ahora, todo ha ido bastante bien. Cloud se considera contrariado. No comprende si Sephiroth quiere hacerle daño de nuevo o no.

Tal vez no

Tal vez esa faceta rara se quedó en Nibelheim.

Muchos creen que es una especie de protegido, aprendiz o pariente muy muy lejano, es un secreto y un misterio lo que pueda ser que hace Sephiroth con un niño. Lo más descartado es que sea su hijo. De vez en cuando se comportan de esa manera, Sephiroth cargándolo porque le duelen los pies o se siente enfermo.

El General siempre ha destacado por su particular forma de ser. Tan solo es raro por naturaleza y aunque quisieran saber más del tema, no tienen como saberlo. Nadie en ShinRa sabe de esto. Los que trabajan ahí, tan solo exponen su confusión y a los que se le preguntan, creen que los otros están dementes ¿Cómo Sephiroth tendría a un niño con él? Es absurdo.

—Pesas mucho

—Porque tengo sueño.

Sephiroth se gira y abraza a Cloud con un brazo. El peliplata ocupa los muslos infantiles para dormir. Todo el cuerpo de Cloud es tan suave y su aroma en sí mismo es tan bueno. Le da tranquilidad dormir encima de él. Cloud no have mucho, se ha vuelto incluso más taciturno de lo que es por naturaleza. No tienen mucho de que hablar y tampoco cuenta con las ganas de eso.

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— ¿Siquiera me escuchaste?

— ¿Uh?

Angeal exhala agotado y ciertamente fastidiado por lo disperso que está Sephiroth. Anda con la cabeza en las nubes estos días.

—Tenemos que irnos mañana a una misión. Deberías quedarte en el edificio.

—Que raro que ahora quieras usar ese departamento. —menciona Génesis con deje curioso y esperando que tal vez, Sephiroth quiera hablar del tema. El peliplata encoge de hombros.

—Tanto tiempo en Nibelheim me acostumbro a un ambiente que aquí, no puedo tener. Es todo. —justifica con sencillez. No es del todo falso. Está acostumbrado a un aire más tranquilo y hogareño. Lo consigue en el departamento por su decoración.

Su habitación aquí es la típica sofisticación citadina que lo aburre.

—Tal vez tienes un amante ahora. —dice Génesis con picardía

—Piensa lo que quieras

—En Gongaga no pasó casi nada—Sephiroth mantiene los ojos cerrados y los brazos cruzados—. Aunque cuando sucedió, fue horrible. Pensé que todo se iba a quemar y que no iba a quedar nada. Por suerte estuve ahí.

—Algo me dice que de todos modos, se quemaron las casas, Zack.

— ¡En Nibelheim también paso!

—Con un ataque de al menos quinientos contrincantes que evidentemente, estuvieron más concentrados en atacarme solo a mi y causar el destrozó a través de ataques más enormes que efectivos.

El otro SOLDIER cae al piso torpemente y Sephiroth da una risa. Es 2nd Class, pero será ascendido pronto. Sabe que tiene el potencial, más nunca será menos divertido molestarlo. Tiene cierta curiosidad por como será su desenvolvimiento en esta misión. Es la primera vez que irán juntos. Una experiencia nueva y curiosa. Sin embargo, lo que más le importa no es otra cosa que el regreso.

Ser recibido por Cloud en su particular y seca forma de ser.

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Vacía el estómago en el inodoro, aferrándose casi con desespero al borde. Hoy no ha dejado de vomitar y se siente muy mal. Todo el cuerpo le arde. Sé siente como quemarse, pero muchísimo peor y más insoportable. Vomita de nueva cuenta y se recuesta atrás, agobiado y sediento.

Cloud trata de ponerse de pie, pero sus piernas no le responden. Da un quejido de angustia, llamando por ayuda, pero sin recibirla en lo absoluto. No tiene a nadie aquí. Solo a Sephiroth. Y él se puede ir hasta por dos semanas, dejándolo totalmente solo en este enorme departamento.

Harto del olor y de estar en este diminuto espacio, se arrastra afuera. Indiferente a lo mucho que se odia por eso. Sé acurruca en el piso, abrazándose a si mismo en la entrada a la habitación. El tema es que Cloud no sabe que hay cámaras instaladas por toda la vivienda, vigilando cada movimiento y así tener la certeza de qué es lo que hace, qué dice y que piensa si se atreve a hacer algo.

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—Nunca lo había visto tan ensimismado en su celular. —dice Angeal en voz baja, limpiando los restos de sangre de su espada. Génesis cruza los brazos y Entrecierra los ojos.

—Sí. Es muy extraño—musita y luego sonríe ladino—. Tal vez habla con la novia que conoció en Nibelheim.

Angeal le mira mal ¿Sephiroth logrando una conexión emocional o mínima con otro ser humano? Eso es demasiado pedir para cualquiera que trate de estirar su pensamiento en esa dirección. Sephiroth no siente nada por nadie. Lo han visto y comprobado en carne propia. Desde que eran muy jóvenes, metidos en el programa y trabajando como SOLDIER desde hace tanto; Angeal y Génesis saben que Sephiroth no tiene compasión, tampoco empatía. Es como si no fue programado dentro de su cerebro cuando lo crearon. Que tal vez, esa parte quedó fuera de la ecuación porque lo haría blando. Haría que tenga debilidades.

En lo que a ellos y a ShinRa respecta, Sephiroth no tiene nada que le importe de verdad, apenas su orgullo y nada más. Por lo que, si de verdad ve a una persona o le envía mensajes, lamentan mucho la suerte de esa criatura. Porque indudablemente tendrá una "relación" insensible o de plano, se enamorará del peor candidato en el planeta.

Sephiroth por su parte revisa las cámaras de la casa. No es difícil comprender que Cloud pasa por otra crisis culpa del Mako en su cuerpo. Es una pena. Le hace morbosa gracia verlo temblando en el suelo. Así como lo hace feliz que Cloud urja de su compañía para sentirse bien.

Piensa comprarle un celular. Tiene que asegurarse más y más de la dependencia de Cloud. No sirve de nada que piense mucho en Nibelheim, que se atreva a tener pensamientos más allá de su persona. Debe ser su Dios en la tierra, lo único en su mente, lo único que importa. Que hayan tenido una conexión tan especial no cambia que hace falta cuidado.

Y contrario a lo que Angeal y Génesis piensan de el, Sephiroth si es capaz de tener emociones, tener sentimientos profundos y hasta bienintencionados. El problema real es que nunca ha tenido hacia quien dirigirlos. Tampoco sabe cuál es bueno o cuál es malo. Por lo que Cloud tan solo recibe cómo un impacto de bala cada una de las intenciones del General. Buenas, malas, horribles y encantadoras.

Pues objetivamente hablando ¿Por qué darle tantos regalos? ¿Por qué mostrarle todo Midgar? ¿Por qué asegurarse de comprarle comida que le gusta? Sí, está entre mezclado con sus ganas de volverlo dependiente, pero ¿Qué no es mejor que sea todo lo que Sephiroth quiera? Su nivel de esfuerzo en complacer a Cloud es insano.

Quiere demostrarle cuánto lo quiere, esperando que Cloud le demuestre lo mismo de regreso.

— ¡Heeeey! ¡Sephiroth! ¡Ya vámonos!

—Tan impaciente. —burla el peliplata guardando el celular. Espera no tardar mucho en regresar. No quisiera que Cloud empeore su condición. Zack por su parte sigue sacudiendo los brazos mientras el Helicóptero aterriza atrás suya.

Primero sube Angeal, luego Génesis, Zack y por último Sephiroth. Quien guarda silencio durante todo el vuelo, enlistando en su mente qué debe llevar a casa.

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— ¿Te dolió mucho?

—Sí.

Cloud está ronco y la ropa se le llenó de sangre. Por algún motivo, la sudó. Sephiroth tomó algunas muestras. Se asegurará de dárselas a su contacto en el laboratorio. Cloud, aturdido y cansado como está, tan solo permite que el General lo bañe. No sabe cuánto tiempo tardó en venir. Ni siquiera recuerda cuánto tiempo tiene aquí.

—Te compré un celular —informa Sephiroth masajeando el cabello rubio—. Para que puedas hablar conmigo o con tu madre, jugar otros juegos… —murmura y Cloud se recuesta de la tina, adormilado—. Así podrás avisarme cuando te sientas mal.

—Está bien.

Sephiroth da una risita. Está actitud sumisa y tranquila es la que aspira.

Chapter 9: Empezando a ceder

Chapter Text

Hablar con su mamá lo hace sentir mal. Ella llora muchísimo y también dice que trata de llevarlo de regreso a Nibelheim. En parte, Cloud no quiere regresar. No tras vivir por seis meses aquí. No solo el clima y las condiciones son mejores, aquí no están las personas que causaron tantas molestias para empezar.

No están los niños.

No están los pueblerinos.

No está el alcalde que lo vendió.

Esas personas que hicieron todo este problema, no están aquí y le gustaría que fuese su madre quien viniera. Así estarían los dos juntos en una situación mejor. También le dolería menos el cuerpo, sería todo muchísimo menos complicado. Aún así, la gran dificultad que se enfrenta aquí, es que Sephiroth está presente. No sabe cómo lidiar con él. Es muy incómodo cuando está aquí. Es raro el momento en que el General no tiene las manos encima del cuerpo infantil, tocándolo y usándolo a placer.

No obstante, hay momentos variados. Son muchos y más productivos a ser abusado por el General. Por ejemplo, Sephiroth le dio revistas y a Cloud le entusiasmaron mucho las que hablan de motos, al punto en que Sephiroth buscó modelos a escala, juguetes a control de remoto, la posibilidad de que arme una tamaño real. En fin, todo lo que hay en su mano para desarrollar ese específico gusto de su pequeño amante en formación.

Lo siguiente es que a Cloud le gustan mucho las espadas de estilo pesado. Parecidas a Buster Sword. Fue un poco decepcionante para Sephiroth, pues la idea de que Cloud quisiera una espada como la suya y la admirara, era mucho más llamativa. Sin embargo, de nuevo, llevó a cabo todo lo posible para ayudar en ese gusto.

Ropa.

Animales.

Maquillaje.

Comida.

Cualquier pequeña curiosidad en la que Cloud ponga su atención, es útil para Sephiroth, quien poco a poco puede hacerse una zona segura. Como una especie de momento y lugar donde Cloud esté tranquilo, sin retraerse o ponerse demasiado tímido. Puede considerase como haber conseguido al menos una parte de su confianza y por ahí, puede continuar su avance.

—Armé una moto pequeña hoy—Cloud balancea de adelante atrás las piernas. Sephiroth en el sofá, viendo la televisión y esperando porque la comida que ordenó, llegué. Usa un suéter cuello de tortuga, pantalón de simple y en su casa o habitación en ShinRa, no suele usar zapatos. Va descalzo o con medias—. Es bonita. Voy a enviarte una foto cuando termine la llamada.

Te gustan mucho las motos ¿No cariño?

—Son muy geniales—dice Cloud con un tono apenas animado. El suficiente para expresar su gusto. Apenas entendible para su madre, que le conoce la voz y cómo se expresa—. También son muy bonitas—Sephiroth entorna la mirada hacia él. Todo lo que ve, es la espalda encorvada del niño—. Cuando tenga una moto iré a Nibelheim—anuncia con entusiasmo. Sephiroth se levanta de su lugar—. Así vamos a pasear. Vamos a Rocket City ¡Vamos a la playa! ¡Y le echamos tierra en la cara a…! ¿Eh?

Levanta la mirada y lo que se encuentra, es el rostro ensombrecido de Sephiroth. Tiene una delicada sonrisa en los labios, una ligera curvatura que combina con sus ojos. Es una expresión amable, pero falsa. Una sutil amenaza que lo deja helado en su sitio.

— ¿Ir a Nibelheim? Cloud.

—Dijiste que podía ir a ver a mi mamá cuando me cure y si me curo tendré una moto. Iré a Nibelheim—Sephiroth da una risa suave, negando con la cabeza—, y podré estar mi mamá.

—No deberías volver a Nibelheim… podrías morir, Cloud—Sephiroth lo toma del rostro, forzar que lo encare en lugar de quedarse viendo a otro lado. Acariciar la piel suave con la yema de los dedos—. Tu cuerpo necesita cuidado todo el tiempo ¿Quieres vomitar sangre otra vez? —Cloud balbucea un débil "no"—. Bien, por eso, nada de ir a Nibelheim. —concluye Sephiroth.

Cloud le mira con vergüenza al mismo tiempo que confusión. Es una mezcla de emociones muy cómicas por accidente. Sephiroth da una risita, inclinándose para llegar a su rostro y darle un beso en la frente, quedando a la altura de Cloud, fijo en los ojos azules y su contaminación por Mako.

—Tu madre está bien allá. No tienes porque pensar lo contrario. Las personas pertenecen a un lugar. Ella en Nibelheim, tú aquí… ¿Lo entiendes? —Cloud no responde, pero Sephiroth sabe que sí lo hizo—. Ven, veamos televisión.

Cloud se abraza a los hombros de Sephiroth por inercia, con su expresión constipado sin más.

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— ¿En un laboratorio?

—Sí, era bastante aburrido —responde jugando inconscientemente con el cabello de Cloud. Quien está medio dormido. Tiene fiebre y le faltan ganas de moverse—. Solo podía ver las paredes blancas todo el día. No me dejaban jugar porque, a la larga, lo único que necesitaba era la consciencia de un luchador. Por lo tanto, otra clase de sensibilidades eran inútiles—Sephiroth deja el celular a un lado y se acomoda con el rubio echado encima suya—. Nunca tuve algo que hacer más allá de pelear.

—Suena triste.

—Puede decirse que lo fue. También muy solitario.

Cloud se duerme y Sephiroth ríe, aún acariciándole el cabello.

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—Ummm, eres muy desastroso ¿Eh?

Cloud aprieta los ojos, Sephiroth le presiona demasiado en la cabeza. Insistió en que podía bañarse solo, pero Sephiroth le dijo que no. El peliplata enjuaga todo el champú, dejando a Cloud con el cabello aplastado. Luce gracioso. Procede a limpiar lo demás, viendo de vez en cuando la expresión de Cloud, quien lo invita a que lo toque más. Llega a su entrepierna, pasando los dedos largos por los labios que se sienten viscosos por fluido.

—Veo que no has limpiado aquí. —Sephiroth silabea la frase. Con cuidado. Al mismo ritmo en que sus se deslizan por la pequeña vagina dilatada.

—Quería que la limpiaras tú.

Sephiroth da una risita.

Cloud no entiende por qué.

Le gustaría entender que ve o entiende, cuando claramente le dijo que no le gusta tocar eso y tampoco que él lo haga. A veces, piensa que Sephiroth es tonto o sordo. Aprieta los labios y las manos en el brazo de Sephiroth, con uno de sus largos dedos, entrando en su vagina. Le arde y se siente desagradable.

Me está viendo de esa forma…

Sabe cuándo Sephiroth hará o no ciertas cosas cuando lo mira de determinadas maneras. Le gusta cuando está tranquilo, cuando hablan, ven televisión y hasta juegan videojuegos. Sin embargo en momentos como este, es como si hay algo maligno apoderándose de él. Algo que le dice que está bien no escucharlo y tan solo seguir con esto.

Da un quejido adolorido y Sephiroth jadea, metiendo y sacando a prisa sus dígitos en el coño ansioso. Siente que lo succiona y lo aprieta ¿Tan ansioso está? Aparta su mano y Cloud se apoya en la tina, dando leves gimoteos de pánico. Trata de levantarse, pero las piernas le fallan y todo dentro suyo parece estar ardiendo. Sephiroth se quita la ropa y entra a la tina, agarrando al infante que apoya las manos en el pecho enorme y perfectamente delineado.

Sephiroth sonríe largo y divertido, con su pene endurecido rozando con la vagina que se contrae sin parar. Cloud con sus ojos llorosos y la respiración entre cortado, dando un aullido de dolor cuando el general lo hace bajar del todo, penetrando su cuerpo sin más y causándole un dolor enorme. Torpe y sin consciencia de que hacer precisamente, lleva una mano a su abdomen abultado. Gimotea, empezando a llorar y volviéndose peor por el movimiento que Sephiroth fuerza.

Teniéndolo sujeto de la cintura, que suba y baje, escuchando sus gemidos de placer y viendo el rostro enrojecido, labios entreabiertos y provocativos. Junta los labios con Cloud y el rubio siente que se asfixia.

— ¿Tienes mucho sueño?

Sephiroth mantiene a Cloud cargado, moviéndose por el departamento. El rubio respira lento y pesado, más dormido que despierto. Una vez termina, Sephiroth deja a Cloud en la cama y se acuesta con él. El rubio se arrima a otro extremo, abrazando una almohada. Sephiroth lo atrae, abrazándolo y recubriéndolo como si necesitará protegerlo de algo. Irónicamente, esa protección es que la Cloud necesita, pero de quién la recibe.

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La puerta estaba abierta. Sephiroth tuvo que irse temprano y Cloud tan solo fingía dormir cuando lo hizo. Usualmente, hace esto para poder hablar con su mamá en Nibelheim. Dejar la llamada sonando y tener su compañía la mayor cantidad de tiempo posible. La extraña mucho, pero en el fondo, Sephiroth ha logrado algo: le da mucho miedo volver a Nibelheim. No sé quiere morir y tampoco quiere sentir su cuerpo ardiendo por el Mako.

Quiere que su mamá venga.

Y piensa que tal vez puede hacerla venir.

Sephiroth tiene mucho dinero. Cloud sabe donde lo guarda. Su plan es simple: tomar el dinero, comprar boletos para que su mamá pueda venir y ¡Listo! Los adultos saben cómo conseguir casa y esas cosas. Cuando ella esté aquí, podrá irse con ella y no tendrá que vivir con Sephiroth. Bastante simple. Aún no le ha dicho a su mamá, pero tampoco cree que ella le diga que no.

¿Por qué lo haría? Ella quiere estar con él. Es lo que dice todo el tiempo.

Se viste y sale del departamento. Reconoce un poco del lugar. Haber estado por meses metido en el departamento no quita que Sephiroth le mostró los alrededores y han paseado un sinnúmero de veces. Camina sin un rumbo fijo, tratando de encontrar un lugar donde pedir alguna indicación. Quizá alguien que pueda guiarlo a dónde comprar los boletos y a un sistema de mensajería.

No contaba con perderse.

Midgar es enorme y solo la gente que la transita día a día, sabe cómo manejarse en ella. Por obvias razones, Cloud no es una de esas personas. Se detiene delante de un edificio lleno de luces, un pequeño centro comercial del que la gente sale y entra. Se balancea en sus pies, ve alrededor intranquilo y trata de pensar en que hacer ahora.

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— ¿Por qué tengo que patrullar?

—Porque si quieres tu paga, no vas a estar sentado sin hacer nada.

Zack refunfuña. No lo molesta salir del edificio, lo que si le molesta, es que no puede seguir practicando. Usar una buster sword es más complicado que golpear todo con fuerza. Además de que tiene técnicas nuevas. Patrullar sectores es cosa de policías o Soldados de infantería ¡No de un 1st class! La cosa es que tiene padres en un pueblo a mitad de la nada, novia y ego que mantener. Sin dinero, no puede.

A pesar de su desdén a patrullar, espera no encontrar ningún problema. Prefiere aburrirse como almeja antes que ver vidas en riesgo. Angeal se despide de él, divertido de como va con los hombros caídos y resignado a cumplir con la orden. En esa parte, es un buen SOLDIER. Uno tonto también.

Odia las misiones de matar gente por ser "terrorista" (en realidad no), pero no cuando tiene que caminar sin rumbo. Claramente Zack es demasiado inocente para estar en SOLDIER.

En medio de su camino por el sector dos, encuentra a un niño solo. Es difícil no notarlo con lo llamativa que es la forma de su cabello. Rubio, en picos levantados. Zack diría que es un Chocobo humanizado. Incluyendo el color de los ojos. Le extraña que está solo. La gente pasa de largo y él, mira alrededor con cara de no saber dónde está parado. Zack no evita verse a sí mismo en el. Cuando llego a Midgar, estaba así de desorientado. Probablemente sea un niño de pueblo.

Ya que está haciendo el papel de policía, decide acercarse. Se agacha y el niño en cuestión demora algunos segundos en darse cuenta.

—Hola—Saluda Zack con una sonrisa—. ¿Te perdiste?

—Sí…

— ¿Vienes de afuera de Midgar? —De nuevo una afirmativa—. Si, bueno, la ciudad es un lío horrible—Acepta Zack con desgano—. Puedo ayudarte a ubicarte o ir a dónde te estés quedando. Soy Zack Fair, SOLDIER 1st Class. —se presenta extendiendo la mano. Cloud la toma lenta y dudosamente.

—Cloud Strife.

—Muy bien, Cloud ¿A dónde vas?

—Necesito comprar boletos para que mi mamá venga aquí—Zack se levanta y Cloud aprieta las manos en su propia ropa—. Ella está muy lejos y quiero que venga.

—Eso es… difícil—dice Zack rascándose la cabeza—, pero creo que hay un lugar donde hacen eso. Ven, vamos.

Cloud camina a la par con dificultad. Zack es muy alto y tiene piernas largas. Naturalmente puede caminar muy rápido. El SOLDIER silba a medida que camina, con los brazos cruzados tras la cabeza.

— ¿En dónde vive tu mamá? Si es en otro continente, va a costar muchísimo dinero—comenta Zack pensativo —. Y no creo que tengas mucho… ¿Qué edad tienes?

—Cumplí nueve hace una semana—Zack sorbe aire. Es muy pequeño ¿Cómo llego aquí para empezar? —, pero tengo dinero. No es mío, pero lo tengo y lo puedo usar. Mira.

—E-eso es casi la mitad de mi sueldo —balbucea impresionado de que lo tenga tanto como que no lo hayan robado. Cloud vuelve a guardar los billetes en su bolsillo y dobla el cuello para tratar de ver a Zack a la cara —. ¿De dónde dijiste que eras?

—Nibelheim.

—Oh~ que raro, pensé que on todas las reconstrucciones allá, nadie querría salir, pero supongo que la ciudad siempre es mejor. Nibelheim sigue siendo un pueblito sin nada alrededor. —Cloud frunce las cejas.

— ¿No eres de aquí?

—No.

— ¿De dónde eres?

—Gongaga—responde sonriente y feliz de decirlo. Cloud chista y se cruza de brazos—. ¿¡Qué con esa reacción!?

— ¡Ese pueblo es más pequeño y no tiene nada alrededor!

Zack se acaba riendo, revolviéndole el cabello. Cloud trata de aplastar los mechones que se desordenaron y esponjaron.

Tal como Zack dijo, hay un lugar con todo un plan de viajes. Los precios son altos, pero definitivamente a Cloud le alcanza. Ambos se quedan esperando en una banca para que los llamen, habiendo cogido número. Cloud balancea las piernas de atrás hacia adelante y Zack responde un par d mensajes.

— ¿Cómo llegaste a Midgar? —pregunta Zack al guardar el celular. Se percata de que Cloud tiene la cara algo roja. Se quita un guante—. Con nueve años, debió ser complicado… tienes fiebre. —murmura en voz baja y Cloud suelta aire caliente, la cabeza le palpita.

— Sephiroth me trajo.

— ¿Sephiroth? —repite Zack con una ceja levantada —. ¿Por qué te trajo? ¿En qué momento…?

—No lo sé. En Nibelheim me vendieron para que él les diera cosas y ahora vivo con él—Zack sigue sin entender y empieza a creer que Cloud lo está engañando—. Y quiero que mi mamá venga para vivir con ella. Aquí no me voy a morir. En Nibelheim sí.

Zack se acerca a su cara y nota el halo verde en torno a la pupila en los ojos de Cloud. La intoxicación por Mako no es cosa nueva ni rara, puede entender que quizá necesita estar en Midgar para que lo traten, pero ¿Sephiroth qué tiene que ver en todo esto? Cloud tirita de frío y Zack entra en pánico.

En un minuto está enfermo. De la nada. La piel se le enrojece y luce francamente mal.

—Sephiroth se va a molestar porque salí y me enferme.

— ¿En dónde vives?

—Con Sephiroth.

—En un… departamento frente a una fuente ¿Ahí? —Cloud asiente y Zack chasquea la lengua. Se levanta y carga a Cloud, que tiembla como si estuviera en el polo norte. Basta con ir y si la llave que tiene no funciona, es que lo imagino.

Zack quiere pensar que Cloud miente.

Pero no lo hace.

Puede entrar al departamento sin problema ninguno. Lo deja en la cama, enorme y así como hay un cuarto con juguetes, también nota las pertenencias de Sephiroth por doquier. Es su departamento y ¿Tiene un niño aquí? No sé explica que pasa, solo que Cloud lo toma del brazo al momento en que Zack trata de seguir revisando el lugar.

—N-no te vayas. Sales en las revistas. Eres un héroe ¿No? S-si estás aquí Sephiroth no va a hacer cosas… raras. —Zack se sienta en la cama

—A que te refieres con eso.

—Es que él me toca y duele mucho- no es Sephiroth bueno, es como otro Sephiroth—No sabe cómo explicarse y es mas frustrante para él. Zack está aquí. Es la misma persona que todos dicen que ayuda a quien sea que lo necesite. Que es más "abnegado" (sea lo que sea eso) que Sephiroth. Por regla de tres, Cloud piensa que él puede ayudarlo—. No quiero estar con él. Quiero irme con mi mamá.

—Te refieres a que… te toca… abajo—Zack no sabe cómo hablar de esto con un niño. Cloud asiente, inquieto y tenso, casi a punto de llorar porque la cabeza le duele mucho—, pero- espera un momento: has estado aquí desde que acabo la guerra ¿Cierto? —Cloud moquea y balbucea algo apenas.

—Sephiroth me trajo aquí. Dijo que así no me voy a morir pero no quiero estar con él. Quiero a mi mamá. Trae a mi mamá. —Le da un tirón tan fuerte que Zack exclama.

¿Y esa fuerza de dónde salió?

Por otra parte, Cloud suena aterrado, repitiendo una y otra vez que no quiere estar con Sephiroth, que quiere ir con su madre, lo mucho que la extraña y el miedo que le da ese Sephiroth que es "malo". Cómo si fuesen dos personas distintas. Zack no está seguro de que hacer con esto, menos de cuán cierto sea. A pesar del riesgo, cuando Cloud finalmente se duerme culpa de la fiebre, va a la sala donde vio un computador. Revisa superficialmente. Hay algunas carpetas sobre el estado de salud de Cloud, muy serio y peligroso, al borde de la muerte si no se le hace un tratamiento específico.

También documentos de enviar equipo y materiales a Nibelheim.

Curioso, entra a una carpeta de video de vigilancia y le produce escalofríos: Sephiroth tiene cámaras por toda la casa, pero más enfáticamente en el baño y en el cuarto. Distintos ángulos hacia la tina, hacia la cama y para su mala suerte, así fueran dos segundos, ve la grabación de hace tres días: dónde Sephiroth tiene a Cloud en el baño. La espalda de Sephiroth lo cubre, pero no es complicado ver las piernas cortas a cada lado. Así como la imagen, escucha los sollozos desesperados por el dolor y el pánico.

Se levanta a prisa, apaga todo y corre al cuarto de nuevo. Lo tiene que sacar de aquí. Al mismo tiempo que lo carga para hacerlo, contesta una llamada.

—Angeal ahora no-

—Déjalo donde está.

Zack contiene el aire, rígido en su sitio. Mira a la derecha, recordando el angulo y asumiendo que en algún lugar, están esas discretas camaras que Shinra pone en los lugares "privados" de la compañía. En ese breve instante de silencio, solo escucha los respiros pesados y adorloridos de Cloud, que compunge la expresión sin parar, demasiado afiebrado.

No estoy en Midgar ahora, no me hagas apurarme ¿Quieres? Déjalo, en, la, cama.

Zack sigue sin moverse, ahora viendo a Cloud.

Es mejor que no te entrometas en lo que no es tu problema, Zack—musita Sephiroth en voz tan suave que le produce escalofríos—. No te preocupes por él. Está bien. Está en su casa.

—N-no… no es- lo trajiste aquí a la fuerza-

Para salvarle la vida. — Sephiroth habla con tanta ligereza que lo irrita y le produce mal sabor en la boca.

—Se la estás destruyendo. Lo llevaré al edificio para poder regresarlo a su casa. Es lo que necesita—justifica Zack agarrándolo mejor—. Hablamos después.

Sephiroth da una risita.

Si lo llevas allá, solo lo llevaré de regreso a casa. No me fuerces a amenazarte… sabes que puedo ser muy cruel—Zack aprieta la mandíbula—. No quisieras que algo malo pase ¿O si? Déjalo ahí.

Mil ideas corren salvajes por su cabeza. Desde sus padres, Aerith, Gongaga, incluso Angeal. Aún a costa de sentir el vacío en el estómago y que la cabeza le puede explotar de la rabia, deja a Cloud en la cama y se aleja lento. Cuelga la llamada, sin querer escuchar la suaves risitas de Sephiroth; sale del departamento dando un portazo y Cloud se acurruca en la cama, dando leves quejidos agonizantes por la fiebre y la sangre que le arde por el Mako.

—No seas ridículo, Sephiroth no haría algo así.

— ¡CLARO QUE SÍ!

Zack no puede con la frustración de que tanto Génesis como Angeal no quieran escucharlo, así como llevarse las manos a la cabeza de la preocupación, pidiendo porque Sephiroth no le haga algo a Cloud por lo que paso. Tiene que sacar a ese niño de ahí.

Y más importante aún, alejarlo de Sephiroth.

Chapter 10: Control de daños

Chapter Text

Lo que encuentra al abrir los ojos, es la habitación a oscuras. No solo la cortina cerrada, las luces apagadas y ambiente nocturno de afuera permiten saber que ha pasado bastante tiempo desde que se durmió. Cloud da una vuelta en la cama y se frota la cara con una mano, lo que enfoca segundos después, lo deja paralizado en su sitio. Sube la sábana lento, cubriéndose del todo muy lentamente, como si eso va a protegerlo

En la esquina de la cama, hay una enorme silueta. Oscura, apenas distinguible en su inclinación hacia él. Lo más llamativo, son los ojos verdes y brillantes que sobresaltan ligeramente entre la gran penumbra. El rostro que dibuja con su mente, es uno confuso. No logra entenderlo del todo.

Luciendo más como un monstruo de lo que jamás había sido. Cloud tiembla de pies a cabeza cuando Sephiroth, sin sonido ninguno, luciendo como si flotara o de moviera de sitio como si la habitación se recorta es suficiente para hacerlo llorar. Es un fantasma. Es un monstruo.

El mismo que lo toca y hace que le duela.

La voz suave, un débil y confundido murmullo es lo que acompaña el intermitente silencio:

— ¿Por qué huiste de casa? —interroga Sephiroth ladeando ligeramente la cabeza a la derecha. Su cabellera que pende suave y de forma perfecta por gravedad—. ¿Por qué trataste de alejarte de mi?

No hay respuesta. Cloud se cubre con la sábana, pero como con todo, un suave movimiento la retira. Poco a poco. Delicadamente queda expuesto de nuevo, esta vez, con ese rostro y esos ojos verdes más cerca.

— ¿No pensaste en qué podía pasar? — interroga en tenues hilos de voz. Cloud aprieta la sábana, los dientes, sus ojos abiertos ante el pánico de que desaparezca o se mueva más. Necesitando tenerlo ubicado—. Que alguien podía tomarte… podía… secuestrarte… ¿No pensaste en que podía pasar? ¿Eh? Cloud.

Sephiroth observa que empieza a sudar, que se le dificulta respirar. Golpea tan leve la lengua en el paladar, que ni siquiera se escucha bien el sonido.

—Y como habría podido salvarte… si huyes… para morir.

—Qui-quiero a mi mamá. —gimotea a modo de excusa, pero solo consigue en un parpadeo, el rostro de Sephiroth este más cerca del suyo. Los ojos verdes de pupila rasgada en los azules aguados, enrojecidos e irritados.

— ¿Por qué huiste? ¿Por qué te alejaste? De mi que te cuida… y te ha ayudado siempre—Cloud desvía la mirada por momentos, abochornado y asustado en partes iguales—. Así me pagas salvar tu vida… salvar a tu madre—Se inclina más hacia Cloud—. Arreglar tu casa… traerte a la ciudad… darte todos esos regalos, este departamento, esas comidas y ropa—Cloud suelta un quejido, sollozando—. Todo… lo pagas… despreciándome. Corriendo de mi y escondiéndote… ¿Por qué querías dejarme? Cloud.

Da un chillido, asustado y pensando que Sephiroth va a golpearlo.

No sucede.

Él tan solo pone la mano en su cabeza, acariciándole el cabello como lo hace siempre. Cloud siente que podría vomitar de la angustia y un sentimiento de culpa se instala. Una extraña urgencia por explicarse y que Sephiroth no crea que iba a irse ¡Solo porque sí!

—Q-queria… traer a mi mamá. Y-yo solo quiero a mi mamá

— Oh… es porque ¿No soy suficiente para ti? ¿Nada de lo que te he dado es suficiente? —Interroga por encima de los gimoteos de Cloud—. Que he estado aquí tanto tiempo, todo para que no te sientas solo… para que pasemos tiempo juntos de todas las formas posibles… ¿No te gusta vivir conmigo?

—E-es que… Sephiroth a veces… hace cosas malas y me-e da miedo. —explica Cloud, sin aire y Sephiroth tuerce un poco la expresión.

— ¿Yo he hecho algo malo? ¿Te he pegado? —Cloud niega—. He dejado de darte de comer… —tienta acariciando el cabello rubio—. Te he mantenido encerrado en una habitación… amarrado… sin ir al baño… para que dures dias y dias encima de tu propia mugre ¿He hecho eso?

—No.

—Entonces ¿Cuál es el daño que te he hecho…? Si tan solo te he cuidado… te he querido… y hemos jugado juntos. —repone Sephiroth con deje herido y Cloud solloza más fuerte.

Sephiroth dijo que, eso que hacen, es un juego. Que es una muestra de su cariño, aún si eso a Cloud le duele. En lo que a Sephiroth respecta ¡No ha hecho nada malo! Cloud lo provoca, Cloud le pide que tengan sexo aún si le duele un poco. Por eso, no tiene sentido que diga que hay "una versión mala de él". Siempre ha hecho lo que Cloud ha pedido y la recompensa no es otra que los encuentros sexuales que tienen.

Más animados, más emocionantes, más largos; es la parte que lo tiene molesto de que Zack haya llegado hasta acá y visto la computadora. Zack no debería saber cómo llevan él y Cloud la intimidad. Es suya. Odia que lo haya podido escuchar y ver así sea un atisbo de Cloud en ese momento.

Su tiempo de ser tranquilo.

Su tiempo de ser complaciente.

Su tiempo de decir lo mucho que lo quiere.

—Tu madre está bien en Nibelheim. Es su hogar… quizá ahora es más feliz. Ella no sabía cuidarte, yo sí—justifica y Cloud gira en la cama, sin saber que le pasa por la cabeza. El sentimiento de tristeza y de culpa creciendo a más habla Sephiroth—. Ahora es libre… y tú, estás mejor… todo esto… todos estos cambios… son por tu bien. Todo se hace por tu bien.

Alcanza a darle un beso en la cabeza y Cloud se acurruca más en sí mismo, llorando con fuerza y tratando de controlar el caos dentro de su cabeza, las emociones incomprendidas. Sephiroth lo sujeta, lo abraza y lo fuerza a que se esconda en él. Cloud en su ropa blanca luciendo como un pequeño ser que la oscuridad de Sephiroth en su ropa, semblante sonriente y presencia, consume sin compasión.

—Tranquilo, tranquilo. Sé que no lo volverás a hacer—musita Sephiroth con los dedos entre las hembras doradas que caen por la pequeña espalda encorvada—. Eres un niño bueno ¿Cierto Cloud?

Se ríe leve, divertido de su llanto y lo frustrado que está.

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— ¿Por qué tan nervioso? Vas a espantar a las flores con tu mala vibra.

Zack no tiene especial paciencia hoy. No pudo dormir en toda la noche. Aún tiene el tema de Cloud metido en la cabeza. Peor que un clavo martillado en su frente. Cuando Aerith se levanta, extrañada por la falta de respuesta, se da cuenta del gesto angustioso de Zack. Así como las ojeras que carga. Se acerca, con deje menos bromista.

— ¿Paso algo malo? ¿Una misión que no quieres? —cuestiona Aerith. Suave y conociendo el modo de pensar de Zack.

Que si no ha dejado de estar en SOLDIER, es porque ahí puede hacer mucho más que siendo cazador por la compañía por desertar. Ver la parte brillante y funcional de ShinRa así sea pequeña.

—Ayer me topé con algo y no he podido dejar de pensarlo—Zack se rasca la cabeza y da un bufido de frustración—. No sé que debería hacer.

— ¿Es información secreta de ShinRa?

—No exactamente.

Aerith inclina hacia él, curiosa. Zack la hace sentarse en la banca y trata de ser lo menos catastrófico a la hora de contar. Que sea algo justo. Lo que de verdad está sucediendo y no meter cosas que no están ahí. Contar con exactitud el día de ayer. Sabe que no estuvo pensando de forma equivocada a más se desforma la expresión de Aerith. Concluyendo en una de total desagrado y molestia, así como preocupación en sus ojos verdes.

— ¿Un niño de nueve…? ¿Estás seguro de que eso es lo que pasa?

— ¡Si! ¡Lo vi grabado! ¡Es tan enfermo que mantiene grabaciones de eso! — Queja Zack, deseando no haber visto nada para empezar. Aerith mueve un poco la mandíbula, pensando—. Y no me lo dijo… textualmente, pero sí dijo que él le hace daño. No tenía ningún golpe. Sephiroth le da un golpe a cualquier persona y ya no existiría. Quisiera creer que lo tiene secuestrado por… ¿Gusto? Pero se que eso no es así. Que hay mucho más pasando ahí. Sephiroth no se robaría a un niño para tenerlo de mascota en casa o criarlo él mismo. —habla acelerado, casi frenético y desesperado por dar todos sus pensamientos y darles lógica. Aerith niega.

—No… por supuesto que no—coincide la florista—. ¿Qué hay de ShinRa? ¿Ellos no pueden hacer nada? Denuncias a militares y cosas así.

—Sí existen, pero Sephiroth es el General de SOLDIER. Es uno de los accionistas de la empresa también.

—Podemos empezar por intentarlo y ver qué pasa. —propone Aerith con una sonrisa suave y Zack asiente.

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Cloud deja el plato vacío y Sephiroth lo lleva por él. De regreso, toma al rubio por los hombros, que mira a un punto muerto. No solo afiebrado, sino la sensación de que Sephiroth está enojado con él y le sigue reclamando por haber salido sin permiso. La fuerza impresa en los hombros infantiles no es dolorosa. Apenas es perceptible.

—Voy a volver por la noche—anuncia Sephiroth. Habla en tono normal. Tan tranquilo y amable como siempre. Sin tener ese tono se reclamo discreto. Cloud mantiene las manos y la cabeza abajo—. Y si algo me hizo notar tu travesura de ayer… es que te dejo demasiado tiempo aquí —Masajea con suavidad los hombros de Cloud—. Salgamos un rato a pasear ¿Te parece?

—Sí.

—Muy bien—festeja el peliplata—. Arréglate para las seis. A esa hora, debo estar llegando.

Le da un beso en la sien y se marcha del departamento. Cloud escucha que no pasa la llave y él solo suspira, bajando de la silla y yendo al sofá, echándose ahí para ver televisión y que quizá así, ese sentimiento extraño en su cabeza se desaparezca finalmente.

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—Sephiroth—El General se detiene y espera a que su compañero llegue hasta él. Angeal luce desconfiado, un poco reservado. Sephiroth inclina la cabeza con una sonrisa falsa. La que suele llevar desde que llegó de Nibelheim—. Necesito hablar contigo. Es importante.

Sephiroth asiente sin más y Angeal quisiera concentrarse en lo tranquilo y feliz que ha estado desde su regreso. Pensar que esa modorra y desprecio por el tema de su nacimiento, se esfumó de la noche a la mañana. La posibilidad de un amante de Nibelheim era buena. Por más consciente que Angeal sepa que Sephiroth no sabe cómo querer, lo prefería.

Estaba bien

Estaba tranquilo.

Estaba fluyendo bien.

Y ahora por culpa de Zack, no pudo descansar ante la posibilidad de que Sephiroth y su "paz mental" vienen de un niño pequeño. Lo duda muchísima. Sephiroth es cruel, pero tampoco a ese extremo tan salvaje. Lo conoce desde siempre y sabe que podría llegar a algo así. Ambos se sientan en la oficina. Sephiroth tras su escritorio, tomando provecho del tiempo para ordenar algunos papeles y Angeal en uno de los sofás en la oficina.

—Zack ayer nos dijo a Génesis y a mi algo extraño—dice Angeal, Sephiroth da una leve risita—. Algo sobre que tienes a un niño secuestrado en tu departamento. —Angeal es muy directo y considera que el tema lo amerita. Darle vueltas es darle a Sephiroth la oportunidad de que se excuse o pase de la conversación.

—En efecto. Hay un niño en mi departamento. Nueve años, intoxicación severa por Mako… pero no está secuestrado, en lo absoluto—Encoge ligeramente de hombros—. Su pueblo lo entregó y es lo mejor que han podido decidir.

— ¿Pueblo? ¿No tiene padres?

—Tiene mamá

—Ella estuvo de acuerdo con que lo trajeras ¿Así nada más? —tienta Angeal, notando un patrón extraño y turbio. Sephiroth parece querer esconderlo al mismo tiempo que deja todo implícito.

—No es mi trabajo meterme en los procesos políticos de cada poblado. Tan solo les hice un favor. —Sephiroth apoya el codo en la mesa, con la mejilla recostada en su palma y una larga sonrisa en el rostro.

Angeal se levanta de su lugar y camina al escritorio.

—Zack nos dijo que estás violando a ese niño.

—Zack es bastante tonto si cree que eso estoy haciendo. —Su respuesta es igual que su ademán: muy tranquilo. En lo que a él respecta, está diciendo la verdad. No está abusando de Cloud. Todo lo ha hecho con su disposición.

Que el niño sea muy precoz no es problema suyo. Más bien una ventaja.

—Entonces no lo estás usando como una especie de esclavo sexual.

Sephiroth se ríe, negando con la cabeza.

—Por supuesto que no. Tan solo lo estoy cuidando. A veces hacemos cosas—Angeal frunce las expresión ¿¡Lo está admitiendo!? —, pero no es nada que Cloud no quiera. Desde el principio, ha sido él quién me busca a mi.

—Sephiroth-

—Así que no te angusties. Nada malo está-

— ¡Es un niño de nueve años! —Angeal golpea la mesa, luciendo furioso y Sephiroth no varía en lo absoluto su gesto tranquilo y despreocupado—. Tienes que devolverlo Nibelheim, a su madre- ¡HACER LO MÁS MÍNIMO PARA COMPENSAR LA MIERDA QUE HICISTE!

—No te pongas histérico, Angeal. Cómo te dije antes: ha sido él quién me busca—Asegura levantándose de su asiento—. Quien inició todo esto: fue él.

A Angeal no le cabe en la cabeza el cinismo con el que Sephiroth excusa una situación tan retorcida y despreciable. Es como si genuinamente no lo percibe como algo malo a pesar de que todos alrededor le dicen lo contrario. Incluso peor: él sabe que está mal. De otra manera, no habría advertido a Zack que se fuera dejando a Cloud en El departamento. Sephiroth palmea el hombro de Angeal.

—Mejor ve a entrenar. Estás un poco tenso. —recomienda con una sonrisa y Angeal se marcha de mala gana.

Sephiroth regresa a su escritorio. Piensa no ir a almorzar hoy, terminar a las cinco y así estar a las seis como le prometió a Cloud.

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—Todo porque Zack te dijo que eso estaba pasando… Zack es crónicamente estúpido, entrometido y con complejo de héroe—Genesis sacude la mano con desinterés y cinismo en su expresión—. Están sobredimensionado este tema. Tiene un niño en casa, uno que se está muriendo ¿A nosotros que nos importa? Además, Sephiroth es Sephiroth, entre lo asexual y ajeno que es ¿Para qué angustiarnos?

—Que no haya tenido pareja estable o amantes estables no quita que está haciendo algo malo ¿¡Vas a dejar que siga violando a un niño!? —recrimina Angeal, Génesis se frota la sien, irritado de la insistencia de Angeal con el tema. Todo por culpa de Zack. Ojalá Angeal se diera cuenta de su propio comportamiento de mamá gallina con el más joven—. Pensé que querías ser un héroe, que querías ser admirado.

—De qué mierda sirve si Sephiroth es-

—Entonces gánale el puesto está vez.

Génesis refunfuña. En parte, le da vagancia todo el tema. No le encanta entrometerse y menos hacer servicio comunitario. Nada peor que trabajar sin paga y eso, es lo que Angeal le pide. Da un resoplido, resignado.

—Primero veamos si es tan malo como crees—Angeal lo ve mal de inmediato—. Sephiroth tiene un sentido del humor asqueroso. Podría estarte molestando y tú, que eres tan denso, pensando lo que no es. Veamos si realmente hay que sacar a un esclavo sexual de ese departamento o solo es un crío al que Sephiroth adoptó por…—Ambos quedan en blanco. Ninguna ironía les viene a la mente—. Por… —Angeal se cruza de brazos negando con la cabeza—. Porque finalmente se dio cuenta de que hay gente muriendo ¿Tal vez? Yo qué sé.

Angeal rueda los ojos, al menos coinciden en una cosa: todo este caso es lo más extraño que Sephiroth ha hecho en su vida.

— ¿Eh? ¿A dónde van? ¿¡Tenemos misión!? —chilla Zack, asustado a la posibilidad. No tiene tiempo hoy. Angeal niega.

—Vamos a investigar cuan complicado es el problema con Sephiroth y ese niño que tiene secuestrado—Zack sonríe, feliz de que no lo ignoraran al final —. Hablé con él y fue un poco… críptico.

—Yo sé lo que vi. Era una grabación de ellos dos juntos en el baño. —Repite Zack ansioso.

— ¿Le viste el culo a Sephiroth? —burla Genesis con una ceja levantada.

—N-no sé que vi. —admite avergonzado.

Ni siquiera recuerda bien que vio. Lo que más lo perturbó fue escuchar esos aullidos de dolor. La imagen en si es borrosa en su mente. Lo prefiere de esa manera.

— ¿Qué hacías aquí? —pregunta Angeal. No hay nada que a Zack le pueda interesar aquí.

En la administración, más específicamente el departamento que se encarga de recoger quejas sobre el comportamiento de otros dentro del proyecto. Zack sacude la cabeza, sonriendo y cruzando los brazos tras su cabeza.

—Nada de nada. Solo caminaba por aquí ¿Los puedo acompañar? —cuestiona juntando las manos y agachándose. Angeal frunce los labios.

Los ojos de perro.

Los malditos ojos de perro.

—Haz lo que quieras.

Zack celebra andando a saltos hasta guindarse de ambos, abrazándolos por el cuello y andando. Prefiere mantener en secreto que dejó una denuncia a Sephiroth. Siempre que se trata de puestos altos y principalmente SOLDIER 1st Class, son llevadas directamente a Heidegger. No suelen haber de estas, por no mencionar lo extraño que es que sea a Sephiroth.

Confía en que llamara la atención de jefe encargado de. SOLDIER y podrán hacer algo por Cloud.

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—Me alegra ver que estás listo.

Cloud le aparta la mano, sin querer que Sephiroth le revuelva tanto el cabello. El peliplata se ríe leve. Es gracioso lo insistente que es la forma de ser odiosa de Cloud o mejor dicho, su incomodidad. No sabe como mostrarse, así que finge ser amargado. La verdad es que la timidez lo va a matar.

Sephiroth deja su uniforme, se viste con una camisa vino tinto que mantiene abierta más arriba de medio pecho, pantalón y zapatos de vestir, acabando en guantes. Le ofrece la mano a Cloud, que sube el labio inferior, tomándolo con sospecha y aprensión. También cabe destacar que Cloud no se siente concordante con el peliplata.

Se puso botas, lo usual; pantalón corto, camisa de color neutral (en este caso gris) y el cabello en una coleta.

Afuera del departamento, los comentarios son los habituales: ser confundido como el hijo perdido o el aprendiz de Sephiroth. Odia ambas interpretaciones, deseando estar en casa. Al menos así, no hay tanta gente juzgando y molestando. Sephiroth camina lento, pues Cloud no podría seguirle el paso ni siquiera intentándolo. El rubio anda dando patadas, dando vistazos de soslayo.

— ¿Por qué me Trajiste de Nibelheim? —pregunta Cloud, Sephiroth entorna su atención a él.

—Porque sabía que estarías mejor aquí… lo cual es muy obvio, considerando que no has vuelto a sudar sangre—Cloud hace puchero con la cara arrugada—. ¿Por qué la pregunta?

—No tiene sentido yo este aquí. Tampoco que tú me cuides—reclama Cloud ofuscado—. Eres muy extraño.

—Me hace feliz tu compañía—Hay un brillo particular en sus ojos. Maravillados, emocionado, excitado. Cualquiera de esas opciones, es la correcta. Cloud lo nota apenas, pero no comprende que Sephiroth le dirija esa clase de gesto. Principalmente porque es demasiado bueno en comparación a lo que hace—. Después de todo, solo tú consideras que soy una persona normal ¿No es cierto?

Sephiroth puede ser una persona normal.

Cuando está siendo el Sephiroth bueno.

Ahora mismo es el Sephiroth bueno.

—Sí.

—Es tan simple como eso.

Frunce los labios y la expresión. No entiende nada. Tan solo que la sensación de que esa culpa de ayer está mermando. Sephiroth le compra algunas cosas para comer en el camino, también lo carga sin siquiera cansarse. Cloud en realidad disfruta está salida. Es lo mejor que ha pasado en mucho tiempo y contrasta muchisimo con la noche anterior, así como la mañana de hoy.

Simplemente todo va bien. Cómo los primeros días en Nibelheim.

Cae en cuenta de que quizá, podría hacer que suceda más seguido si logra hacer feliz a Sephiroth. Que se mantenga en este buen humor y lo observe con los mismos ojos brillantes y amables.

Lo abraza por el cuello y Sephiroth da una risita—. ¿Te está dando fiebre?

—No.

—Usualmente es la única forma de que me abraces.

—Porque siempre te pones en modo abrazo—justifica Cloud y Sephiroth vuelve a reír. Al separse un poco, Sephiroth inclina la cabeza y le da un pico suave. Nada extraordinario—. ¿Te gusta darme besos?

—Sí. Lastimosamente no puede hacerse mucho de eso aquí.

Cloud hace puchero y lo abraza, eludiendo así el contacto de nueva cuenta. Aunque… es suave. Es bueno. Viene del Sephiroth bueno. Por lo tanto, es algo que prefiere muchísimo y quizá, pueda salvarse del Sephiroth malo si le da besos al Sephiroth bueno. Su pequeña mentecita haciendo un esquema tras otro.

Todos simples.

Todos básicos.

Y Sephiroth es el principal protagonista de ellos.

Tal como al peliplata le encanta que sea.

—No me puedo creer que en serio estés haciendo esto.

Sephiroth gira a la derecha, dónde Angeal se acerca con Génesis y Zack próximos. Palmea a Cloud en la espalda, el niño algo cansado de tanto caminar. Mucho esfuerzo físico por primera vez en casi un año que tiene en Midgar. Angeal es quien luce más molesto, Genesis sorprendido y Zack, está pendiente de Cloud nada más, como si busca una manera de quitárselo a Sephiroth de las manos.

El General permanece tranquilo. Cómo si no sucediera nada malo.

—Cualquiera pensaría que aquí pasa una tragedia. Cambien esas caras. No está muriendo nadie—dice Sephiroth y Angeal aprieta los dientes, odiando su cinismo—. Cloud, despierta un momento. Vamos.

Zack se eriza, preocupado de la forma tan simple en que lo trata. Besándolo en el cuello y maniobrándolo como un muñeco. El niño queda de frente a ellos, cara roja y ojos verdes.

—Ellos quieren conocerte.

Chapter 11: (Inefectivos) ataques directos

Chapter Text

Se muerde los dedos. Con la cabeza en otra parte. El Mako a veces se condensa en su cabeza y lo impide funcionar de forma apropiada. Sephiroth reconoce cuando pasa. Este es uno de esos momentos. Lo poco que han podido descifrar al respecto, es que tiene hambre para compensar los mucho que el Mako quema calorías.

Sea como sea, va a buscar qué comer, que entre cualquier cosa a su sistema. Lo siguiente es que busca a Sephiroth ¿Cómo no lo haría? Si percibe en la posibilidad de conseguir alimento. Retrocediendo en la capacidad mental, guiado por el instinto y poco mas. No es el momento más oportuno para esto, pero no tiene como remediarlo, así que será como salga.

—Cloud, ellos son mis compañeros en SOLDIER. Los que has visto en la televisión y en las revistas—expone con simpleza—. Además, se que a Zack ya lo conoces. Vamos, saluda.

—Hola… —dice lento, con la cabeza punzando. Se queda recostado de Sephiroth—. Me siento… raro.

—Lo sé. Habrá algo de comer por aquí.

—No intentes distraernos con esta parafernalia—acusa Angeal, severo y casi histérico, acercándose rápidamente hacia ellos—. Esto no va a-

Se contiene el quejido de dolor. En la fracción de segundo de este suceso, se preguntó ¿Por qué Sephiroth no tuvo problemas en soltarlo? Fue sospechosamente fácil. La respuesta vino de sujetar al niño y ahora, tenerlo arrancándole un trozo de carne del brazo. Lo deja de forma algo brusca en el piso, sisea de dolor y se cubre la herida con la mano. Génesis y Zak pasmados por igual, sin comprender que acaba de pasar justo delante de ellos.

Sephiroth se ríe y Cloud mastica lento, la sangre le cae por el mentón y ensucia la ropa. Se gira hacia Sephiroth, brazos estirados y ansiedad en aumento.

—No se trata de una distracción—asegura Sephiroth, recogiendo a la pequeña criatura que busca refugio—. Se trata de una condición médica muy complicada. Podemos hablar todo lo que quieran, pero hay que darle de comer por el bien de todos.

—Iré a comprarle ropa. —anuncia Génesis.

No quería estar aquí antes, no quiere estar aquí ahora que sabe la mini bestia con la que tendría que lidiar. Que Zack y Angeal se queden ya que tantas ganas de ayudar tienen.

Después de ponerle ropa nueva, limpiarle la sangre y hacer convencerlo de que quiere la comida, pues inicialmente no acepta que no sea carne de un ser vivo estando vivo.

Es bastante gracioso verlo comer lentamente todas esas piezas de pollo frito. Zack duda que pueda con un balde entero él solo, pero no es el problema que los trae a estar reunidos. Incluso lo dejaron en una mesa aparte para que pueda comer tranquilo. La discusión no solo irá para largo, Zack al igual que Angeal consideran que Cloud ya tiene suficiente estrés encima. Incluirlo en esto es muy cruel.

—Entonces—Sephiroth apoya el cabello en su hombro—. La explicación es sencilla: la intoxicación es tan grande, que naturalmente pierde peso, se desorienta, le da fiebre y mareos. Buena parte de su estructura física se ha modificado en consecuencia—relata con sencillez y sumamente despreocupado. En esos puntos, no tiene nada de malo o de raro haberlo traído. Después de todo, claramente necesita que lo traten y ¿Qué mejor lugar que Midgar? Aún así, una duda queda en el aire—. El mismo doctor que lo atendió en Nibelheim le hace revisiones recurrentes. Está perfectamente estable.

—Ahora a la parte donde esto—Angeal señala a Cloud—. Ya no tiene sentido.

— ¿Por qué no tiene sentido? No veo razones por las cuales sea extraño que esté conmigo. —Sephiroth ladea la cabeza y sonríe cínico, casi cruel y burlista. Zack se pasa a la mesa donde Cloud está, antes de que deje caer la cabeza en el plato. Ya ha comido once piezas de veinte. Es más de lo que imagino inicialmente.

—Es un maldito niño al que estabas besando en la boca. —recrimina Angeal y Sephiroth permanece con el mismo gesto.

—Tiene nueve años. Es lindo, pero por favor. —apoya Génesis en un bufido de molestia.

—Perdí el momento en el que es de incumbencia de cualquiera de los dos, lo que haga o no haga con mi vida privada—Su despreocupación se vuelve irritante—. Por no mencionar que invalidan lo que el que él quiere. Además de lo que necesita.

— ¿Necesita cabalgar tu pene para estar bien? Lo dudo mucho.

—Tiene, nueve, años ¿Qué clase de consentimiento puede dar? —discute Angeal y Sephiroth se ríe leve.

—Hasta dónde yo recuerdo, Zack tenía once cuando empezaste a entrenarlo para matar. —señala Sephiroth con una mano en la barbilla. Angeal se sobresalta.

— Cómo puedes comparar algo así con violación.

—Es igual de malo. La diferencia es que yo no he violado a nadie.

—Sephiroth-

—Estamos unidos, tenemos relaciones de vez en cuando y es todo —Genesis se recuesta en el asiento, frunciendo el entrecejo y quedando ensimismado por el resto de la conversación—. No espero que ustedes entiendan algo así… considerando que todo lo que aman, muere.

Angeal, irritado y tan histérico como está, pudo haber saltado a atacarlo. Incrédulo de que Sephiroth usara en su contra lo que paso en Banora durante la guerra: siendo totalmente destruida, ni un solo sobreviviente. La familia de Angeal y Génesis reducida a nada. También amigos y otros seres queridos.

—Cloud necesita mucha atención y cuidado. Estoy comprometido a dárselo y surgieron estos sucesos—Justifica despreocupado—. No sé preocupen… ya está ligado. Se que es muy pequeño para un bebé el mismo.

— ¿¡Ahora de que mierda estás…!?

Génesis detiene a Angeal de ir tras Sephiroth. El peliplata va en dirección a Cloud, que ya terminó todas las piezas y no deja de bostezar. Si está limpio, es porque Zack se tomó el tiempo se limpiarle las manos y la cara. A punto de cargarlo y quizá salir corriendo a máxima velocidad de aquí. Mientras Sephiroth y Angeal discutían, pudo hablar un poco con el rubio:

—Oye, sé que estás muy agobiado, pero tienes que saber que voy a ayudarte como pueda ¿Vale? —Cloud asiente apenas. No puede dilucidar del todo donde está, pero es más de lo que realmente ha podido en otras oportunidades—. Buscaré la manera de que vuelvas a estar con tu mamá ¿Si?

—Ma… má… quiero… a mi mamá. —Zack sonríe, tomando una servilleta para limpiarlo. Lo asombra que pudiera comerse todo lo que había. Para ser tan pequeño, su estómago no tiene fondo.

Apenas ve a Sephiroth extiende los brazos, el peliplata lo carga, sin apenas ver a Zack, quien le dirige una mirada de desdén y molestia. El rubio se recuesta y duerme de inmediato. Se levanta de la mesa, viéndolos irse y una vez con Angeal y Génesis, lo que hay es una discusión—: ¿¡Por qué de repente tan permisivo!?

—No… ¿No lo viste? ¿No lo entendiste? —cuestiona Genesis, pálido. Zack se cruza de brazos, en espera de ese supuesto descubrimiento—. Es obvio que pasa aquí realmente.

—No. No es obvio. Ilumíname. —exige Angeal y Génesis suelta una risa tensa, casi nerviosa

— Sephiroth está enamorado… de verdad enamorado.

— ¿Eso es estar enamorado? —Zack levanta una ceja, incrédulo de que a eso se le pueda llamar enamoramiento o amor de cualquier manera.

—Excusa de cualquier forma posible lo que hace. Lo justifica con que Cloud también quiere… distorsiona la realidad a la que a él le hace feliz: Cloud corresponde sus sentimientos y deseos—explaya el pelirrojo—. Lo extraño sería que respetara que es un mocoso y que esto no puede ser. —concluye rascándose la ceja.

—Enamorado o no. No puede seguir. Es todo. —Dice Angeal y Zack sonríe animado. Al menos tendrá el apoyo de ambos con esto.

┈ ⋞ 〈 ✷ 〉 ⋟ ┈

— ¿Podemos pasear hoy otra vez?

Sephiroth levanta una ceja, curioso del pedido. Cloud tiene la mejilla llena de comida. Luce tímido, cohibido. Ayer a duras penas estuvo consciente poco antes de dormir, ambos viendo una película animada para pasar el rato. Ahora luce avergonzado de pedir algo tan simple. Cae en cuenta de que aparte de pedir por su mamá, Cloud no ha pedido por nada. Ni siquiera cuando lo necesita.

—Claro que podemos pasear de nuevo—Cloud se encoge en su sitio, presionando los pies juntos y llenándose de comida la mejilla—. ¿Quisieras algo en especial?

—Solo… pasear.

— ¿Y comer?

—Es que eso se hace cuando se pasea ¿No? —Sephiroth se ríe suave.

—Eso es cierto—Coincide el peliplata—. Bien, vamos a pasear hoy también. Llegaré a la misma hora más o menos. Así que está listo para ese momento ¿Si?

Cloud asiente con la cabeza y sigue con su desayuno. Sephiroth lo observa comer, complacido de la forma en que su actitud se torna.

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—Te llame porque llegó algo extraño a mi oficina está mañana—Sephiroth se mantiene de brazos cruzados en el asiento, metido en la oficina de Heidegger y teniendo que escucharlo. Nada que le traiga particular placer—. Y no espero más que una explicación coherente.

Sephiroth toma el documento. Lee el contenido y se ríe. Zack es demasiado tonto. El peliplata rompe el papel y lo deja en una pequeña pila en el escritorio del Jefe del programa SOLDIER. En esencia, su igual en términos de rango.

—Un malentendido estúpido. Eso es todo. —responde Sephiroth en voz tranquila. Sin perturbación ninguna. Heidegger lo analiza.

—Si lo que dice es cierto, lo mejor es que me lo digas de una vez. Así puedo tirar el correo basura—Una carcajada escapa de Sephiroth. Que ilusos sus compañeros. Pensando que tienen a Heidegger de su lado—. Solo puedo pedir que evites estos rumores. No queremos un recorte de presupuesto.

—Con todo respeto ¿Cuándo ha importado? Si este programa está lleno de violadores—Heidegger no lo discute, pero es gracioso para él—. El presidente no se atrevera a hacer nada. No me preocuparía tanto por el presupuesto. —Levanta del asiento para marcharse.

Heidegger no puede sino burlarse de la hipocresía de Sephiroth. Es el primero en despedir o matar a SOLDIER por las denuncias de acoso, violación, abuso, etc. Simplemente aborrece a ese tipo de gente claramente piensa seguir siendo así.

Permitiéndose ser el único que salte su propia regla.

—Si el resto de la planta ejecutiva se entera-

—No entres en dónde no tienes lugar Heidegger. Sé cómo manejar mis problemas. —asegura Sephiroth, cerrando la puerta de un suave portazo.

Heidegger carcajea. Ah, la joya de SOLDIER es la mayor amenaza del mundo no por saber cómo destruirlo, además de tener el poder para hacerlo; sino por poder manipularlo a su antojo. Como una especie de dios mortal que no va a permitir que nadie lo haga menos.

Lo hicieron en el pasado.

Ya perdieron la cadena que lo sujetaba.

Y ahora, es el quien los tiene a ellos.

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—Señor General ¿Podemos hablar un momento?

Sephiroth permite al científico entrar en su oficina, firmando papeles con velocidad. Quiere llegar temprano a casa hoy. Volver a pasear con Cloud. El hombre por fortuna es muy directo —: las pruebas que me pidió están listas. Los resultados no solo son espectaculares, también son como usted los planteó desde el inicio.

Sephiroth toma la tableta, leyendo superficialmente la información. Su sonrisas se torna amplia, emocionada sin más. Un escalofrío le recorre la espalda y el triunfo llena su pecho.

— ¿Qué tan pronto puede iniciarse ese procedimiento?

—Recomiendo esperar a que la intoxicación de Mako disminuya. Consciente o inconscientemente, causan sanación en su cuerpo—explica tomando su táblet—. Por lo que podrían intentar erradicar el nuevo ADN introducido

—Bien, mantendré un seguimiento. En qué nivel debe estar el Mako.

—Alrededor de nivel tres. Aunque con el nivel cuatro podemos iniciar. —Sephiroth asiente con la cabeza. Cloud tiene un nivel usual de dieciocho. Disminuye a menos actividad tenga.

Supone que sedarlo unos cuantos días podría ayudar.

— ¿Hojou sabe algo sobre esto? —Interroga Sephiroth levantando la mirada y el hombre niega.

—He hecho todo en un servidor aparte y trabajado en mi departamento para evitar el espionaje. No sabe nada—asegura el científico con certeza—. No obstante, estoy seguro de que trata de descubrirlo.

—Tendré que asegurarme de que no suceda. —concluye de mala gana.

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—Que raro verte por aquí por voluntad propia.

—Tengo que irme en unos días y debo estar seguro de que nada pase en ese tiempo. — Sephiroth toma asiento delante de Hojou. Cómo suceso extraño, está en su escritorio revisando informes y demás papeleo que lo impide estar atormentando a los otros científicos en el departamento.

No le agrada estar aquí. Lo eludiría como sea, pero no quiere que por accidente, Hojou se entere de Cloud. Sabe que puede encontrar diferentes excusas para tomarlo como sujeto de pruebas. No cuando esté aquí, claro, que es el único que pelear contra él en rango y persuadir al presidente ShinRa de que se haga lo que quiere.

El problema es cuando sale de misión. Esos momentos son vulnerables. Para muestra, que Cloud salió y se topó con Zack. Era una misión de dos días y pasó todo eso y lo que tiene encima actualmente.

— ¿Y bien? ¿Qué será eso de lo que quieres hablarme? —cuestiona Hojou divertido.

—Que daría una pena enorme revelar que, esos monstruos hechos en Wutai, fueron cosa tuya

Hojou se pone a la defensiva de inmediato. Sephiroth cruza los brazos y la pierna, con una prepotente sonrisa en los labios.

—Reconozco tu firma en cualquier parte del planeta. No resistes ponerle esto—Se da toques en el pómulo, haciendo referencia a sus ojos de pupila rasgada—, a todo lo que inventes. Es útil, no lo voy a negar, pero incluso en el enemigo… pensé que eras más listo.

—Lo mismo creí de ti ¿Crees que esto es relevante para la empresa? —discute Hojou con las manos enlazadas sobre el escritorio.

—Por supuesto que lo es—Hojou permanece tranquilo, al menos eso expone. Sintiéndose arrinconado, pero sin revelarlo por su propio bien—. Al fin y al cabo, has gozado de muchísima libertad para trabajar. Una inaudita. Con la que metes la verga a cualquier experimento, científico o asistente en este lugar y no te echan—Hojou mueve la mandíbula—. ¿Qué pasaría si lo digo…? Cabe la posibilidad de que tú libertad se acabe, tus fondos se recorten, tu vida de recorte, debas atender al mando de otros científicos y tú trabajo quede bajo su nombre y no el tuyo—Sephiroth cabecea, riendo leve—. Día y noche con SOLDIER siguiendo tus pasos y tu, con la verga en la mano sin poder hacer nada.

—Di tu punto, Sephiroth.

—Quiero que dejes de intentar husmear en mis asuntos.

— ¿Es por ese niño del que tus compañeros hablan? —Hojou sonríe burlista—. Si es algo que quieres lograr en él, no hace falta un científico mediocre haciéndolo. Puedo-

—No.

Sephiroth niega con la cabeza y da una risa larga y burlista.

—No quiero que lo toques. Que te acerques y te sacaría los ojos para que ni siquiera lo miraras. —Sephiroth piensa en llevarlo a cabo eventualmente.

No soportaría la mirada libidinosa de Hojou en Cloud. Su niño no merece tener algo tan asqueroso encima.

—Que curioso… jamás te habías interesado en nadie. Cómo quisiera investigar al respecto.

—Dicen que la curiosidad mata al gato. En tu caso… lo hace perder la cabeza, con su nombre borrado con sus descubrimientos a nombre de otros.

Si bien Hojou es un hombre que trabaja por descubrir los límites de la capacidad humana y de la creación misma, es muy orgulloso. Nada lo tiene más arriba que haber podido crear a Sephiroth. Es lo que todos saben. De lo que todos hablan. Así como fue el creador de SOLDIER.

Que eso cambie, que digan que fue un error y el descubrimiento pertenece a otro, junto a las restricciones que tendría los "últimos días de su vida", pues Sephiroth se asegurará de arrinconarlo, la certeza aquí es que estaría desaparecido. Todo por lo que ha trabajado iría a otro nombre. Su legado moriría…

Y con eso, Sephiroth tiene controlada a la posible Wild card que podría joder su vida.

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—Aquí no se puede ver el cielo.

—Tristemente, en eso gana Nibelheim.

Cloud hace un ligero puchero. Quisiera ver las estrellas en el cielo, pero es imposible. El cielo aquí es gris, como si fuese de plomo. Se mantiene tomado de la mano de Sephiroth, ambos paseando tal como fue prometido. Ya han comido algunas cosas, también ha comprado ropa y otros juguetes que Cloud quería. Todos enviados al departamento por mensajería y no tener más cajas y bolsas encima.

Cloud se fija en una mujer con vestido rosado, lleva una cesta en el brazo. Camina hacia ella, curioso por ver flores. La mujer se agacha, mostrándole una de las flores amarillas.

— ¿Quieres una? —ofrece con una sonrisa. Cloud asiente.

—A mi mamá le gustan las flores. Siempre tenía varias en casa.

—Oh, me agrada tu mamá—dice simpática —. Tal vez puedas darle esta—Ofrece tendiéndola. Cloud estuvo a punto de tomarla, Sephiroth, que se despistó apenas un segundo por una llamada, se acerca y asusta al niño por accidente—. Mier…

Se contiene la grosería, Sephiroth ladea la cabeza y Cloud, tímido, niega con la cabeza.

—No estoy con mi mamá. no sé la podría dar.

—Si te gusta, puedes tomarla de todos modos. —ofrece Sephiroth y Cloud la coge y se mantiene mirándola. Sephiroth entrega lo que supone que cuesta. Extrañado de la forma en que ella lo mira.

Aerith a veces se pregunta cómo consigue toparse con cualquier persona por accidente.

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— ¿¡Los viste!?

—Por accidente… ese niño está intimidado. Me dio mucha tener que verlos irse. —Aerith corta con cuidado las flores que va a colocar en su casa. Zack se rasca la cabeza y posa las manos en su cadera.

—Es complicado—Su novia está triste, lo cual es raro en sí mismo—, Angeal y Génesis también están metidos en esto. Así que… pronto podríamos ayudarlo.

Aerith asiente suave, esperando que se logre. Cloud desprende una presencia… muy triste. Demasiado triste para un niño y le recuerda a sí misma. Sintiéndose abandonada y perdida en el mundo a tan corta edad.

Pasan algunas semanas y la confusión crece entre el pequeño grupo. No se explican como es posible que nada suceda. Angeal, Génesis y Zack no han dejado de poner denuncias contra Sephiroth, pero parecen ni siquiera existir. Cómo si las alucinan en conjunto.

Tampoco hay más mínimo rumor, a pesar de que Sephiroth sale a todos lados con Cloud cada vez que está en Midgar. Zack optó por una nueva técnica: proceso legal hecho directamente a Sephiroth, más allá de la jurisdicción de SOLDIER ¿Cómo conseguir algo así? Muy sencillo.

Zack llamo a Claudia Strife.

—Déjeme… ver si entiendo—Zack se rasca el entrecejo, en busca de energía y paciencia—. Ellos entraron a su casa. Que es de usted nada más. Tomaron a su hijo y se lo dieron.

Eso fue lo que pasó. No sé si él lo exigió, pero creo que no fue así… creo que lo ofrecieron a cambio de mejoras en Nibelheim—Aerith anota a toda marcha lo que dice, con la misma expresión de incredulidad. Zack trata de mantener la calma—. Ahora tenemos… equipos actuales, todas las casas con los mejores materiales- este lugar no parece Nibelheim. Parece otro sitio muy diferente. —afirma Claudia.

— ¿Está segura de que es por esto?

Sí. Fue su justificación. Dijeron directamente: debemos hacer esto por el bien del pueblo—Zack respira profundo—. Cloud… mi bebé ni siquiera estaba consciente. Estaba durmiendo por la fiebre—Zack se levanta del asiento y camina con las manos en la cintura—. Y yo sé qué pasó. Yo sé que ese tipo lo tocó desde antes. Le hizo algo extraño.

— ¿Algo más? —Zack ríe irónico—. No creo que haya más.

Cloud tiene… vagina. De repente no tenía testículos y- en ese momento no lo sospeche, pero el doctor me decía muchísimas cosas que yo no entiendo. Me dijo que era normal que se hiciera hermafrodita, pero ¡Yo sé que lo hizo para satisfacer algún gusto enfermo! —reclama Claudia al otro lado de la línea—. No odio a Cloud de ninguna forma, solo digo… él no es así. Él no está cómodo con ese cuerpo. Yo lo sé.

—Bueno… mañana debe llegar el papeleo que necesito para hacer la demanda en su representación. Haré todo cuánto pueda por ayudarlo. Cuente con eso. —asegura Zack en una mejor nota.

¿Cloud está bien? Está… saliendo, viendo cosas… m-me habla mucho, pero me asusta que quizá no sea sincero.

—Sephiroth lo saca a salir seguido—confiesa a regaña dientes—. Pasean, juegan… si no fuese porque lo secuestró y lo abusa, tendrían una conexión bastante especial. No quiero defender a Sephiroth, pero nunca lo había visto tan unido y feliz. —relata y Claudia da un quejido de genuina desesperación.

Podia ser su amigo, podía… podía verlo, jugar ¡¿Eso en que explica que me lo quite?! ¡¿Que lo destruya de esta forma?! Él… él es un monstruo.

Zack quisiera estar allá para darle un abrazo al menos. Después de todo, esa mujer se está consumiendo a sí misma de la depresión tan severa que tiene. Diría que la incapacita de no ser que tienen a Cloud, varios SOLDIER más y Sephiroth mismo como testigos de que no miente y no exagera.

Sephiroth es lo suficientemente descarado para aceptar todo lo que ha hecho, la única nota a resaltar, es que lo diría con palabras bonitas para eludir el problema.

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— ¿Rechazado?

—No tienen suficiente evidencia. Con testimonios no bastan.

A Zack le suena a excusa.

Y lo es.

La secretaria le devuelve todo el papeleo para instaurar la demanda penal; su jefe, metido en su oficina, tan solo sigue la carta de instrucciones tan sencilla de cumplir. Enviada por Sephiroth Crescent en persona.

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—No me puedo creer que no haya ni una persona decente con esto ¡No queremos quitarle la cabeza! ¡Solo que devuelva al niño!

Ya barajaron el tema. Remover a Sephiroth es imposible, pero lo más mínimo que exigen, es que Cloud pueda volver a Nibelheim con su madre. Por no mencionar que eso es lo único que ella quiere. Además de que Sephiroth esté tan lejos como es humanamente posible. A poder ser, a la luna o más lejos.

Y aún así, nada de nada.

—Hay una persona buena—comenta Zack con el dedo levantado—. El problema es que no tenemos evidencia suficiente para convencerlo.

— ¿De quién hablas? — pregunta Angeal sorprendido.

—Rufus ShinRa—Génesis da una risa amarga, negando con la cabeza y viendo hacia Zack con burlonería—. Solo necesitamos evidencia.

—En qué mundo Rufus va a interesarse por todo este asunto. En lo que a él respecta: un niño solo es carne que aún no tiene que pagar impuestos. —dice Genesis. Zack da chasquidos, negando con la cabeza.

—Créeme, tiene sentido—dice Zack, tremendamente relajado—. Preocúpate por una cosa: evidencia. Necesitamos-evidencia.

—A menos que tengas una idea espectacular para tomar los archivos de las cámaras de seguridad de Sephiroth, dudo mucho que haya forma de conseguirla.

El comentario jocoso y fastidiado de Génesis le da una idea. Horrible y hasta suicida si se la analiza detenidamente.

Pero… opción es opción.

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Celebra silenciosamente poder abrir la puerta y entrar al departamento a oscuras. No es usual que hayan problemas de energía en Midgar, por lo que esto es una anomalía. Una causada a propósito. Aerith se mueve discretamente a través del lugar y salta en su sitio cuando se topa a Cloud, que abraza una almohada y tiene cara de haber dormido hasta hace muy poco.

— ¿Quién eres? —pregunta antes de bostezar. Aerith se agacha, apoyando los brazos en sus rodillas

—Me llamo Aerith. Vine para ayudarte volver a casa. —Anuncia con una sonrisa y Cloud la mira con sospecha—. ¿Recuerdas a Zack? Él es mi novio. Por eso se que necesitas ayuda. —Su gesto es amable. A tal punto que la recuerda a su mamá.

—pero…

—Hablamos con tu mamá hace poco. Ella nos dió la misión de llevarte a casa. —Asegura Aerith con un guiño y el dedo levantado. Cloud asiente, no entiende el sistema aquí, pero ella no se siente como una mala persona.

Aerith le acaricia la cabeza y luego se dirige a la computadora de Sephiroth. Conecta el dispositivo que Zack le dió, un duplicador de información. Haya energía o no por la onda magnética que se disparó, la información puede ser copiada de alguna forma. Esa parte no la entendió y está segura de que Zack tampoco. Ambos dan un salto, escuchando pasos afuera. Aerith quiso pensar que era cualquier persona. Hay más departamentos en este edificio.

Cloud por su parte, reconoce los pasos, lo percibe cerca. Coge a Aerith del brazo, ella alcanza a tomar el clonador que ya había dado la luz verde. Corren al interior del departamento y Aerith se esconde en el closet del cuarto principal. Cloud no quiere que Sephiroth se enoje con él otra vez. El sentimiento de culpa que le provoca es muy feo. Además, no tienen como explicarse.

Aerith envía un mensaje rápido, avisando que Sephiroth llegó y Zack escribe en mayúsculas como si eso soluciona algo. Asegura que va a hacerlo salir de algún modo, pero que se mantenga escondida.

— ¿Me extrañaste? —Aerith se entromete más en la ropa, con el corazón latiendole tan rápido que lastima.

—No.

—Tan amargado como siempre.

Cloud cierra un ojo, con la cara arrugada por la mano en su cabeza. Sephiroth va directo a la habitación para quitarse la armadura. Nunca dura mucho con ella en casa. Prefiere tener ropa más cómoda y normal. De esa forma, puede estar en mejores condiciones con Cloud.

El rubio ve al clóset ocasionalmente. En ese no hay ropa de Sephiroth, por lo que no va a abrirlo. Él toma ropa del cajón y se queda con un suéter largo y pantalón holgado. Cloud se balancea en sus pies un rato.

— ¿Por qué no hay luz?

—A pesar de que la ciudad siempre tiene electricidad, hay problemas con circuitos y fuentes de poder. Deben estar arreglandolo… ven aquí.

Cloud sube a la cama y se sienta entre las piernas de Sephiroth. El hombre le toma de las manos, sosteniendolas con cariño. Aerith se asoma, extrañada del silencio que hay.

—Estás más tranquilo hoy. No tienes fiebre, pero no has comido nada ¿Cierto? Dentro de poco… —Cloud frunce los labios, preocupado. Sephiroth mantiene las manos debajo de las suyas. Gigantescas en comparación—. Vas a sentirte mal… a moverte como un animal buscando comida.

—No hay nada que comer.

—Puedes pedir comida.

—pero no quieres que nadie venga.

Sephiroth se ríe y sube una de las manos, dándole un beso.

—Que considerado eres con lo que quiero, Cloud—Sephiroth da un jadeo—. Aunque realmente siempre lo eres.

— ¿Por qué tonteas tanto? Si quieres que lo hagamos, hagámoslo. —presiona con irritación y un puchero.

—Tan pequeño, pero tan amargado.

Aerith entreabre los labios, pasmada de lo que empieza a suceder a tan solo dos metros de ella. Sephiroth lo desnuda, lo besa, lo toca, lo aprieta con semejante deseo que abruma. Aerith se atreve a sacar su celular, cubriendo la pantalla con un trozo de tela para que no se detecte el brillo y grabar.

Utilizar una de las pequeñas rendijas de la puerta y por la cual se puede admirar perfectamente.

Mantiene los ojos cerrados, los labios apretados y trata de que la mano no le tiemble.

—E-estoy muy lleno. —gimotea Cloud, sentado encima de Sephiroth. Su abdomen abultado por la virilidad dentro suyo.

Sephiroth lo toma del rostro, besándolo y moviendo la pelvis, haciéndolo dar tumbos encima suyo. El sonido insistente de las pieles chocando y lo viscoso que es. Eventualmente pone a Cloud en la cama, tomando sus piernas para abrirlas más y mover la cadera sin miramientos. Cloud con los brazos en la cara, gimiendo sin control y arqueándose de gusto, Sephiroth admirando la forma en que ese cuerpo se enrojece y llena de su semilla por cada distante orgasmo. Coloca a Cloud contra la cama, tomándolo del cabello y forzando un poco a que levante la cadera para poder hacer fácil el acceso de su verga por el coño que derrama semen a cada movimiento de salida.

Golpea con fuerza sus glúteos por accidente, habiendo sacado demasiado su pene y acabando en venirse fuera de Cloud. Su virilidad que no deja de soltar semen, haciendo contacto con el vientre abultado. Sephiroth jadea, con una satisfecha y emocionada sonrisa. Se recuesta sobre Cloud, besa su cuello y recoge el aroma a sudor que desprende.

—Algun día, tendremos a otros… serán como yo, pero está vez, estarán a salvo… seran felices. Tal como tú y yo lo somos. —promete en susurros y Cloud responde con apenas voz.

—No quiero esperar tanto. Que sea ahora —Toma uno de los mechones de cabello de Sephiroth, jalandolo leve—. Vamos… vamos a hacerlo más. Quiero un bebé.

Sephiroth se ríe, lamiendo la mejilla de Cloud antes de besarlo y tomar sus senos diminutos entre sus manos.

Aerith guarda lentamente el celular, tiritando. Sin querer creer lo que escuchó:

Qui-quiero ir… con mi mamá… t-tengo miedo… no quiero hacer eso. No quiero un bebé.

Chapter 12: A favor y en contra

Chapter Text

Apenas Sephiroth se marcha al baño, Aerith encuentra su oportunidad de escapar. Sale del closet a prisa y las piernas le tiemblan. En la cama, Cloud tendido boca abajo, inconsciente, desnudo y con moretones en todo el cuerpo. Hay partes de su cadera y de sus muslos que presentan hinchazón. Ojos entreabiertos, rostro hinchado y rojo; lo peor es su su parte inferior, su entrepierna. No sabe porqué tiene ambos genitales, pero Sephiroth no fue suave con él.

Lo que hay ahí, son partes abusadas que sangran de manera profunda y los vestigios siguen presentes. Tanto el semen como la sangre. Tanto en la vagina como en el ano. Las nalgas con marcas de dedos enfatizan la saña de Sephiroth con él.

Aerith contiene la ganas de llorar, sacando su celular y tomando una foto a pesar de lo mucho que quiere vomitar—. Vamos a salvarte. Vas a estar bien. —musita Aerith débil y con ternura hacia el crío inconsciente.

Se marcha a prisa del departamento. Con incluso más vacío en el estómago por no poder dejarle una nota a Cloud. Una señal de que hará algo. Quizá confortarlo. Para cuándo Sephiroth sale del baño, Aerith ya abandonó el edificio y corre lo más rápido que puede, huyendo hacia debajo de la placa para encontrarse con Zack. Acordaron verse ahí. Ya le avisó que está bien, por lo que está más calmado. Atiende la llamada que surge

—No se cuantas llamadas hice- ¡Está ignorando el teléfono! ¡Señales de humo! ¡Todo!

—Lo sé. Yo…

Aerith se detiene a mitad de camino, agachándose y dando un sollozo— ¿Aerith? ¿Qué tienes? ¿Paso algo? —. Aerith toma una bocanada de aire y siente que el cuerpo entero le falla, demasiado constipada y con el sentimiento de culpa retorciendo todos sus órganos dentro de su cuerpo. Se siente muy mal…

No hizo nada mientras todo eso pasaba.

Solo lo vio y se fue.

No es capaz de contestarle nada a Zack. No tiene energía ni fuerzas para hacerlo.

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—No tengo mucho tiempo, así que espero que su molesta intromisión sea corta y que valga la pena.

Zack asiente, colocando el computador delante de Rufus ShinRa. Es un hombre rubio y de ojos azules, tan fríos como él. Es difícil describirlo. No es precisamente lo que se reconoce como un niño mimado, pero si es alguien muy creído. Nadie va a buscar su ayuda. Es muy déspota y juzga cualquier problema. Por obvias razones Angeal no ve útil pedirle ayuda.

Zack considera que es más que necesario. Rufus es alguien sobradamente raro, pues a pesar de su desinterés, tiene un fuerte sentido de cuidado a las personas. Reconoce el valor humano y también espera que todos hagan lo mismo. Las denuncias en la empresa en general suelen llegar a él, quien sentencia como mejor cree dependiendo del delito.

Hasta ahora, lo peor que ha sucedido una violación a un joven de veinte años en plena oficina, fue penado con ser puestos como dianas para los monstruo que el departamento científico ha creado. Es muy severo y por eso se intenta esconder lo mejor posible el crimen, más que eliminarlo por completo del pensamiento.

Sabe que ya logró su objetivo apenas Rufus frunce la expresión. No solo ofendido, sino asqueado y que empeora a medida que el contenido se reproduce. Zack hizo un recorte de las cámaras de seguridad y se aseguró de dejar las escenas de manipulación, así como la obvia relación de Abuso sostenido. Rufus queda incrédulo.

—No es posible que sea Sephiroth. Ni siquiera el es tan indiferente a un problema como lo es la edad. —opina Rufus de inmediato y es lo más gracioso con referencia a Sephiroth: todos tienen una versión de él.

ShinRa ve al soldado estrella.

Angeal y Génesis ven al indiferente y severo General.

El pueblo ve a un gran y querido héroe.

Los empleados en ShinRa y todos en lo profundo de su ser, ven a un monstruo.

Un abanico de diferentes versiones que se unen en el medio, convergiendo en un hombre distante y misterioso que nunca se conoce realmente. Sin embargo, Rufus es uno de los pocos que va a contar con el privilegio de conocerlo o tener una faceta más cercana a lo que realmente es. Asombrado de lo mal que puede hacerse.

Hay un suceso extraño, anómalo: siente pena y hasta dolor por ese niño que tanto grita de dolor.

"N-no quiero… me duele. Me duele mucho."

"Mamá me duele MAMÁ AYÚDAME ME DUELE ME DUELE."

"No puedo respirar."

"M-me das mucho miedo. Déjame. No quiero. Me da mucho miedo Sephiroth."

“No soy una niña. Yo no soy niña. No quiero eso.”

A pesar de la penumbra, posiblemente el peor momento es esa grabación secreta. A pesar de lo oscuro que está, es facil de ver qué sucede. Tan posible distinguir la fuerza que Sephiroth imprime en alguien tan pequeño. Sus palabras no quedan audibles, pues está muy lejos, pero lo que Cloud dice si se entiende.

"No quiero un bebé. N-no quiero… un bebé… quiero… quiero a mi mamá."

—Debo suponer que hay algo sustancial en mostrarme que el General es otro depravado en esta empresa. —dice Rufus entre dientes. Zack asiente con la cabeza.

—No importa cuántas denuncias pongamos, Heidegger las desecha y finge que no pasa nada—Rufus entre cierra los ojos. Eso no le gusta para nada—. Y el problema se hace más grande porque este niño, Cloud Strife, fue secuestrado en Nibelheim. Se lo quitó a su madre de las manos.

Rufus revisa el informe de desaparición y demanda penal instaurada. No se trata de que ShinRa como empresa no pueda lidiar con esto. Por supuesto que puede. El asunto es que daría una imagen terrible. El control de daños sería un total fastidio del que tendría que encargarse, pero del que no tiene ganas de hacerlo.

Porque Sephiroth sí merece la imagen de pederasta y secuestrador. Le llama la atención que a pesar del proceso, lo único que se pide como forma de cancelar el proceso, es que el niño sea devuelto a su madre—. ¿Ella no quiere nada más?

—No. Quiere a su hijo. Tiene intoxicación de Mako severa y por lo que descubrimos, han habido algunas mutaciones en su cuerpo—explica Zack sin querer pensarlo demasiado—. Puede que no viva mucho. Ella lo quiere de regreso. No es una demanda complicada.

—No. Francamente… no—Cierra el folder y mira a Zack—. ¿Por qué viniste a mostrarme esto? Fair.

—Necesitamos su ayuda. No hay ninguna otra figura de poder que pueda ayudarnos. Su padre no va a escuchar, Heidegger cumple los caprichos de Sephiroth y la única persona que nos ayudaría sin problema, sería Reeve, pero…

Deja en el aire el problema y Rufus sabe a qué se refiere: Reeve es alguien muy pasivo, muy tranquilo. Sus intenciones siempre son las mejores, pero no es capaz de pelear por ellas cuando hace falta. Scarlet es otra pieza fuera de discusión: a ella no le importa en lo absoluto. A no ser que por tener tanto Mako dentro, el niño produzca materias con solo respirar.

Hojou se explica solo porque no funcionaría.

Al final, solo queda Rufus. Entrelaza las manos, pensativo.

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— ¿Qué vamos a hacer?

—Es una forma de que no te sientas tan mal.

Cloud no entiende a qué se refiere, tan solo metiéndose dónde le indica. El doctor lo inyecta con algo que le arde en el brazo y luego, en todo el cuerpo. Sephiroth se aparta un par de pasos del tanque, viendo que se llena de Mako condensado. Por esto necesitaba que sus niveles estuvieran muy bajos: de esa forma, pueden intoxicarlo de nuevo. Todo con el fin de que las muestras genéticas se acoplen a su organismo.

Afortunadamente, Cloud de duerme rápido. No agonizando por el Mako.

—Estará aquí un par de días. Puede venir a revisar cuando quiera. —anuncia el científico entregándole las llaves del laboratorio. Sephiroth las toma y sonríe ladino.

—No hará falta.

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「Él no te da miedo ¿Por qué lo haría?」

—Él es malo… hace cosas que me duelen mucho. No quiero estar con él.

「No es malo… lo sabes. Solo estás confundido. Piensa en todo lo que te ha dado, todo lo que han hecho ¿De verdad es malo?」

Cloud no sabe si está soñando o es una realidad. Hay una mujer delante suyo. Increíblemente hermosa. Cabello plateado que la cubre y llega al suelo de lo extenso que es. Como una fluida cascada de agua. Sus rasgos son familiares. Afilados y perfectos. Desde los ojos hasta la sonrisa maternal. Le recuerda a su mamá, pero más lejana, más fría. Ella no es Claudia.

Su voz por otra parte, es fuerte, pero suave; hipnótica en la mejor manera. Ella ofrece su mano y Cloud la coge, intimidado de quedarse en este lugar tan oscuro. Dónde solo ella es luz. Empiezan a caminar juntos.

「Te ha dado ropa, te ha dado comida, te ha dado juguetes… todo cuánto has pedido, te lo ha dado ¿Por qué sería un hombre malo?」

—Yo no quiero que haga eso que hace—discute Cloud. Sabe todo eso. Ya se sintió asquerosamente culpable por haber salido solo del departamento y no quiere caer de nuevo en lo mismo—, ¡Me duele! ¡Se siente feo!

¿Lo hace? ¿O solo no lo intentas disfrutar

—No quiero hacer eso. —lloriquea Cloud desesperado. No hay forma en el mundo que eso se sienta bien. Es desagradable en los breves puntos donde no duele. Su estómago, cabeza y entrepierna arden cada vez que pasa.

Por supuesto que sí. Tú provocas que pase. Todo lo que sucede, es porque tú lo causaste

Cloud inclina la cabeza, confundido ¿Qué hizo? No hizo nada. Quiere ser amigo del Sephiroth bueno, no ve por qué eso quiere decir que debe querer al Sephiroth malo. Llegan hasta un punto con varios cristales que sobresalen del suelo. Cómo materia, pero rústica. Hay un pequeño estanque ahí. Ella se agacha a la altura de Cloud.

Mi hijo no es malo… él te ama más que a nada. Tampoco te está haciendo daño… tú te haces daño al no aceptar lo mucho que te ama ¿O lo olvidas? Que te caíste en esa montaña por no aceptar el amor de tu mamá

Cloud baja la mirada, avergonzado. Empieza a sentirse mal. Sentirse culpable y a considerar ¿Es mi culpa? ¿Está pasando por lo culpa? Tener relaciones con Sephiroth es doloroso ¿Por su culpa y no que Sephiroth es malo? Es confuso. Se hace confuso. Lo peor es la comparación con su propia mamá. Corrió de casa como siempre. Quiso estar solo como siempre en lugar de quedarse, quiso ser valiente y capaz, acabando en caerse.

Nunca le sonríe a su mamá. Tampoco le habla mucho.

Miles de pensamientos de culpabilidad lo inundan, sin darse cuenta de que del agua, surge una figura pequeña, apenas más alto que él. Cloud entorna la mirada una vez está ahí de pie. Aprieta la mano de la mujer, temeroso.

Sephiroth quiere estar contigo… incluso si tú, no lo aprecias aún

El peliplata inclina la cabeza, teniendo una amable sonrisa en el rostro. Su rostro juvenil y redondo con ojos grandes de pupila rasgada. Cabello extenso que cae hasta el piso e incluso cubre parte de su cara por accidente.

—Quiero… quiero ir con mi mamá. —dice Cloud, sin aire, con la sensación de que algo malo sucede. La mujer le toma del rostro con su mano libre. Viéndole directamente a los ojos. Cloud se percata de el tono azulado en la piel femenina. Cómo si no fuese humana.

A partir de ahora, también soy tu madre

Su sonrisa se corrompe, volviéndose cruel, retorcida.

Estás en casa

Cloud siente un vacío en el estómago y da un grito. Ahogado. Asfixiado. Sephiroth se ríe, abrazándolo y sacando su ala de plumaje negro, cubriéndolo cariñosamente. Jenova los observa con fijeza,

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— ¡Sí va a ayudar!

Aerith da un respiro de profundo alivio. Por un momento, fue paranoica, pensando que Rufus no querría entrometerse. Zack le frota la espalda con cariño. Sabe que Aerith sigue bastante mal por lo que tuvo que ver y oír. No la culpa en lo absoluto. Agradece no haber sido él, pero odia que haya sido ella.

—Conseguiremos que vaya a Nibelheim. —asegura Zack y Aerith sonríe ladina, suave.

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— ¡No es justo que corras tan rápido!

Sephiroth se ríe, esperando a que Cloud llegue. El rubio malhumorado por haber perdido de nuevo. El peliplata en su aspecto infantil tan solo se balancea en si mismo.

—No es mi culpa que seas tan lento.

— ¡Solo no tengo las piernas de una jirafa! —reclama Cloud y Sephiroth se ríe encogiéndose de hombros.

—Son excusas. Son excusas. —canturrea bromista.

Ambos vuelven a correr, compitiendo por ver quién llega antes o después a la meta impuesta. Jenova los observa. Sin hacerse presente. Tan solo admira al segundo niño que tiene. El que su único hijo le fuerza a tener. No obstante, lo acepta de buena gana. Quiere a su hijo feliz. Que de buena gana sea capaz de cumplir con su función: conquistar este mundo.

Arrebatarlo a los humanos ¿Qué mejor manera que ser igual a un parásito? Esparciéndose poco a poco… y que al disminuir del todo, Sephiroth pueda repoblar con quién más quiera

Siendo este niño tan testarudo y peculiar. No entiende su fijación, pero la apoya y la promueve. Todo por su misión y ver la sonrisa de su hijo. Que ambas necesidades vayan tomadas de la mano lo hace tan sencillo y feliz para ella.

Cloud no comprende qué sucede. Es una mezcla entre realidad y fantasía. La realidad es que el Sephiroth bueno, es este: un niño de su edad o un poco mayor con el que puede divertirse. A quien no le molesta que le robe picos y puede durar horas y horas hablando sin parar. Sephiroth es quien más habla. Cómo si su naturaleza tímida no existe en estas situaciones.

A Cloud le gusta su brillo, su presencia, su sonrisa. Este es el Sephiroth que quiere tener siempre. Sin embargo, sus manos se desvanecen. Poco a poco su cuerpo también hasta finalmente, abrir los ojos, encontrándose en mundo real. Respira dificultoso, desesperado y fijándose en la persona delante suyo.

En Sephiroth.

Tiene esa mirada bonita. La que manifiesta al niño. Cloud lo abraza, tenso y friolento. Sephiroth lo carga, abrazándolo contra si mismo y palmeando delicadamente su espalda. Lo puede percibir fácilmente.

Cloud es igual que él.

Apenas un poco menos puro de sangre

Pero ahora, ambos son hijos de Jenova. Ambos, merecen este mundo. Lo besa en la cabeza y suspira feliz, a gusto en la presión de Cloud. Él también lo siente: este es el Sephiroth con el que jugó. El bueno y que no da miedo. A este, sí puede aferrarse sin temor a que se vuelva un monstruo.

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—Sephiroth ¿Por qué te escucho en mi cabeza?

—Ahora estamos conectados. Por eso podemos escuchar lo que piensa el otro.

La respuesta no le satisface. Escucha a Sephiroth, también a Jenova y todo lo que dicen, es las mismas cosas: impedirlo de querer volver a Nibelheim, asegurarle que no necesita ir con su mamá, que esto es normal, que su vida aquí es muy buena. Es agobiante, pues hablan mucho dentro de su cabeza. No lo dejan escuchar sus propios pensamientos.

Quisiera que…

Se callara.

— ¿Podemos salir? —toma la mano de Sephiroth, que inclina la cabeza y le mira con ligera sorpresa—. Quiero que salgamos. No hemos salido desde que llegaste y me metiste en ese lugar feo. —reclama Cloud sacudiendo el brazo del peliplata.

— ¿Quisieras ir a un lugar en especial? —cuestiona Sephiroth con una ligera curvatura en los labios. Cloud frunce los labios.

—Solo quiero salir. —exige Cloud, dándole una sacudida en el brazo.

No quiere estar metido en este lugar.

No quiere sentirse encerrado y está…

Sintiéndose muy mal.

Un sentimiento que es suyo a la vez que no.

『Odio estos muros…』

『Quiero salir… quiero salir…』

『Déjenme salir. Quiero salir』

—Yo también quiero salir. —murmura Cloud para sí mismo, mordiéndose los dedos. Sephiroth se ríe en la habitación, percibiendo la inquietud del rubio.

—Que ternura, Cloud.

Una vez afuera, Cloud se siente mucho mejor. Hay menos incomodidad y puede respirar con mayor calma a diferencia de Sephiroth que está pendiente de su celular por un aviso que acaba de llegar, Cloud se fija en absolutamente todo alrededor. Queriendo distraerse de las voces en su cabeza. Suelta la mano de Sephiroth para ir hacia una fuente, subirse al borde de esta y caminar haciendo balance. Salta al bajar y corre aun más lejos, dándose cuenta de que está en el lugar que visitó con Zack.

Aquí puede comprar boletos de viaje para su mamá

『No la necesitas ¡Me tienes a mi! ¡No necesitamos a nadie más!』

『Mamá puede ser tú mamá también. Así no te sientes solo』

『¿De verdad quieres volver allá? Ella no hizo nada por ti. No impidió que te dieran a un extraño. Tampoco te cuidó de intoxicarte con Mako』

Manos delgadas se sostiene a sus hombros, Cloud temblando de consternación a más habla la voz en su cabeza.

「He hecho todo porque estés bien ¿O no? ¿No soy mejor que tú mamá?」

「Ella te dejó solo… te dejó sufrir… ¿De verdad quieres estar solo?」

Cloud empieza a hiperventilar, asusta a algunas personas que pasan y ni siquiera de molestan en intentar pregunta si está bien o quiere ir a un hospital.

『Yo no te dejare solo… nada importa más en el mundo. Eres lo único en mi mundo. Deja de pensar en ella. Deja de pensar en irte. Solo…』

— ¿Cloud? ¿Por qué corriste tan lejos?

Toma la mano de Sephiroth, temblando y en lugar de responderle, lo abraza, escondiéndose en él. Sephiroth lo carga y se ríe, palmeando su espalda. Lo percibe confundido, constipado. No sabe que hacer. Su mente ya liosa, tan solo se ha vuelto más complicada. Lo besa en la sien y continúa su camino. Lo mejor es ir por algo de comer.

— ¿Por qué tan callado?

—Me duele la cabeza. —murmura Cloud. Ya terminaron de comer. Es un restaurante bastante discreto, con diferentes cubículos para que nadie moleste. Sephiroth lo toma de la cara y le da un beso en los labios.

— Trata de no pensar entonces. Así deja de doler. —promete Sephiroth con un guiño y Cloud se recuesta de el con mala cara.

—No puedo no pensar.

—Claro que sí. No hay mucho de todos modos.

— ¡Hey! —Cloud lo golpea en la pierna—. ¡No digas eso! ¡No soy estúpido! —reclama disgustado y Sephiroth carcajea.

—Solo digo que eres un poco… vacío. Solo pensando en motos.

— ¡Tú solo piensas en monstruos y palabras inútiles! —Cloud va a sostener que no es tonto.

Sephiroth sabe que no lo es. Por el contrario, es muy bueno con la mecánica incluso a su edad. Es un logro bastante grande. También es capaz de entender matemáticas con solo explicarle un poco. Sin embargo, es divertido fastidiarlo, así que seguirá diciéndole que es tonto.

Por no mencionar que es mejor así.

Mientras menos capaz se sienta, menos probable es que trate de escapar de nuevo; también trata de ponerlo en contra de Claudia. Lo suficiente para que deje de extrañarla. La discusión se alarga un poco más hasta que Sephiroth lo calla dándole besos en la boca.

—Si sigues insistiendo. No voy a dejar de hacerlo. —advierte el peliplata.

De alguna forma, se vuelve un juego entre ambos. Un juego de niños. Porque este es el Sephiroth que a Cloud le gusta y con él, todo es un juego divertido.

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『Extrañas mucho que estemos juntos ¿Cierto?』

—Estamos juntos ahora. —opina Cloud a medida que se baña.

『No es lo mismo… sin mi contigo, no es tan divertido bañarte. Te gusta que te sea yo quien te ayude a limpiarte』

— ¡Claro que no! — Cloud no reprime el reclamo.

Sephiroth se ríe. El Sephiroth de su mente, porque a final de cuentas: no hay nadie en el baño con él. Solo Cloud y su mente invadida con otra incapaz de dejarlo en paz.

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Zack sabe que la reunión ejecutiva con respecto a Sephiroth es en un tiempo. El presidente no está en la ciudad, algunos otros miembros también están ocupados. En fin, es un proceso lento, pero que sabe soportar. Así como soporta a Sephiroth tan tranquilo a lo largo de ShinRa. Cómo si de verdad no está haciendo nada malo.

Lo estresa el tiempo.

Lo estresa que no se solucione.

Lo estresa que Sephiroth sea tan descarado.

Aerith lo llama cada día para saber y en cada ocasión, le da la misma deprimente información. Cómo quisiera tener buenas noticias a su novia.

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Es más divertido cuando jugamos ambos juntos」

—Me gusta jugar así. —dice Cloud con el control de la consola en la mano. Fijo en la televisión y no en la imagen de Sephiroth a un lado suyo.

¿De verdad? No lo creo… siendo lo solo que te hace esto… porque te recuerda a Nibelheim」

Cloud deja de jugar, el personaje parado en medio de la pantalla sin hacer nada. Sephiroth se acerca al oído de Cloud, le susurra:

『Allá dónde nadie quería jugar contigo… dónde solo estabas esperando por una oportunidad… tratando de encajar entre niños tontos. Así es como te ves ahora; un marginado sin nadie que lo quiera』

Sephiroth suelta una risita, satisfecho de la inquietud y nervios que logro sembrar en él. A partir de ese momento, Cloud juega con la sensación de que algo falta y eventualmente, llorando por fallar. Con la idea de que si no tiene a nadie y lo arruina, tan solo justifica por ser nadie quiere jugar o divertirse con el

Excepto…

—Juguemos.

Sephiroth inclina la cabeza. Deleitado en la fuerza y entusiasmo de Cloud en que hagan algo. Lo carga y aunque no es lo que Cloud quería decir, lo satisface una cosa nada más, Sephiroth está aquí con él. Así que no está solo.

『Jamas te dejaría solo Cloud』

Tiembla, lloriquear, solloza.

『Asi no tengas miedo… nunca te sentirás mal por estar solo y nadie te atacará. Déjamelo todo a mi』

Los dedos enguantados se meten violentamente en la vagina que sangre de más rasgaduras.

『Que voy a estar incluso más allá de nuestro último día』

Sephiroth succiona el pecho de Cloud, cada día un poquito más grande.

『Te lo prometo』

Da un grito, arqueándose y con miles de escalofríos corriendo por su cuerpo, la verga caliente ocupando su coño y lastimando con la entrada forzosa. Las pequeñas piernas abiertas a cada lado del cuerpo que se mueve sin delicadeza. Gimiendo a gusto a diferencia de los gritos de dolor incapaces de ser reprimidos.

Y al final, es irónico: Cloud a solas en la cama, abierto de piernas con semen y sangre saliendo grotescamente de su vientre lleno de lo mismo. El cuerpo sufriendo espasmos con los ojos entreabiertos así como la boca, balbuceando y babeando.

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『No te gusta estar solo』

— ¡PERO TAMPOCO QUIERO QUE ME ACOMPAÑES! ¡DUELE! ¡SAL DE MI CABEZA! —Cloud se da golpes en la cabeza, sin dejar de ver a ese despreocupado y amable Sephiroth adolescente delante suyo. Que tan solo lo chuchea y acaricia en la cabeza—. DÉJAME ¡DÉJAME! —Se golpea más fuerte y más constante.

『¿De verdad quieres que te deje? ¿Estás dispuesto a vivir sin mi?』

Habla con pena, con supuesto dolor y lastima. Cloud llora, dando gritos de desesperación ¿Por qué no se calla? ¿Por qué no se calla?

『¿Quieres que me vaya para siempre?』

— ¡SI! ¡DESAPARECE! SOLO DÉJAME-

— ¿En paz?

Cloud cree que podría vomitar. Volteando atrás, encuentra la alta figura. Los ojos de Sephiroth fijos en los suyos, brillando con luz propia gracias a la gran sombra que hay en su rostro. Tan alto, tan grande, puesto a contra luz luego como un espectro tras el rubio que no deja de hipar, aterrado. Da un chillido de miedo, pensando que Sephiroth lo golpearía, pero por el contrario, le acaricia la mejilla.

— ¿Realmente podrías vivir sin mi? ¿Soy tan fácil de reemplazar?

No sabe que lo mantiene callado. Su cuerpo no responde. Tampoco su mente. Todo está paralizado, pero no para quienes ocupan su cabeza.

「Sabes que no lo es. Nada puede superarlo」

Dice Jenova

「Dile que nada puede cambiarlo」

—Na-nada puede cambiarte… —obedece, como si su boca fuese controlada por Jenova y no por él.

「Dile que no podrías vivir sin él. Sé muy cariñoso con mi tierno hijo, enamorado de ti」

—Yo… yo no… — Sephiroth ladea la cabeza. Lento, ansioso, expectante. Cloud cree que su voz se marchó, así como algo que quizá, hace mucho tiempo está perdido—, puedo v-vivir sin… sin Sephiroth.

— ¿De verdad?

「Dile que si」

—Sí.

Sephiroth sonríe, colocándose el cabello sobre el hombro y colocándose de forma que la luz da a su cara. Pálida, brillante, feliz. Sephiroth lo abraza y Cloud tirita torpe en su lugar, sin poder respirar y viendo a ese Sephiroth irreal saltando de alegría, celebrando lo que Cloud dijo. Atrás de él, Jenova que mueve los labios

「Buen chico」

Esconde la cara en el hombro de Sephiroth. Quiere que se callen. Quiere que todos ellos se callen y lo dejen en paz. Paren con sus comentarios e insistencia en que esto está bien. Que Sephiroth es lo mejor que puede pasarle en la vida haga lo que haga. Cloud sabe que no es así, pero…

『Asi como no puedes vivir sin mi, no puedo vivir sin ti. Te amo Cloud. Estemos juntos por siempre ¿Si?』

Empieza a creer que cierto y no quiere que sea cierto.

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Entra a la sala de juntas y todos los ojos quedan en él. Toma lugar, junta las manos sobre la mesa y da una leve risita, siendo que Angeal y Génesis están aquí también. Puede imaginar perfectamente que es lo que pasa aquí para que ellos estén presentes con tanta premura.

Heidegger, Hojou y Palmer están aún ausentes. Con lo grande del edificio, no extraña que cualquiera demore a una citación. Sephiroth se percata de las miradas de repugnancia que Rufus le dirige. Como quien ve un insecto o algo naturalmente inferior y asqueroso. sonríe leve, cerrando los ojos y mejor recostado en el espaldar del asiento y espera pacientemente.

O mejor dicho, permite a su mente ir a otra parte.

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『¿Disculpa?』

—Siempre dices de que me siento muy solo—Cloud balancea los pies y mira al techo de luces incandescentes—. Y tú mamá quiere que te acompañe—El adolescente de cabello plateado aprieta los labios, trata de disimular lo molesto que lo pone esta conversación—. Entonces pensé que tal vez te sientes muy solo y por eso no me dejas en paz.

『Hay un grave error en tu lógica: tú estás realmente solo ¿O tienes a alguien?』

—Mi mamá-

Sephiroth se ríe entre dientes, un mal intencionado siseo.

『¿Qué ha hecho ella por ti? ¿Cómo sabes que ella te ama? Si todo lo que te ha dado, es su total abandono』

— ¡Eso no es cierto! —discute de inmediato, irritado y con terquedad. Cloud no quiere escucharlo más hablando mal de su mamá—. ¡Ella me quiere! ¡No digas de nuevo que no! —Da un golpe al asiento a un lado y él mismo no se da cuenta de la forma en que dañó el metal y cojín.

『¿Por qué no está aquí?』

—Ella-

『No ha hecho el más mínimo esfuerzo por venir por ti. Solo llora y llora en esa casa que yo arregle, que yo equipé, que todos le dejaron tener. No te llama, espera a que tú lo hagas; no ahorra dinero para enviarlo o para venir por ti… si de verdad le importaras ¿No querría venir?』

— ¡Ella quiere venir! ¡Ella quiere ayudarme! —Cloud empieza a caer en la histeria, iracundo hacia Sephiroth que mantiene su creída sonrisa—. ¡Solo no puede porque…!

『Mi mamá está muerta, pero ¿No la viste? Siempre está conmigo』

Cloud tirita ¿Es por eso que Jenova está en su cabeza? Pero si es así ¿Qué fue el cuerpo que vieron en Nibelheim?

『Su cuerpo es inútil, pero se mantiene conmigo. Ella decidió renunciar a su vida por mantenerse conmigo ¿Qué ha hecho Claudia? Llorar y llorar… sin haber estirado su mano para intentar recuperarte o siquiera intentar ayudarte. Es como todos los demás: no le importas』

Cloud da un desesperado sollozo con las manos en la cabeza, cubriéndose los oídos.

『Así que… no. No tienes nadie. Eres diferente… somos diferentes. Por eso no puedes estar sin mi』

La justificación de Sephiroth viene acompañada de una emocionada sonrisa; inclinado hacia Cloud, quien lo percibe, pero no quiere verlo.

『Somos diferentes a los demás, pero somos iguales entre nosotros. No tenemos porque sufrir de la soledad o el abandono de este mundo si estamos uno para el otro… me tienes a mi. Siempre me tendrás a mi y sé que puedo contar contigo』

Cloud manotea y da un grito desesperado, tiritando incontrolable y sin dejar de sollozar. Lo peor del caso es pensar que no ve sus propios ojos: verdes y con la pupila rasgada, pálido y ojeroso, por no mencionar lo peor de todo.

Que le está gritando a la nada.

Totalmente solo.

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Rufus siente apenas curiosidad por Hojou, quien llega anormalmente sonriente. Siempre está así, pero también ausente. Con la mente en otra cosa. Sus experimentos y usuales complicaciones. Heidegger y Palmer llegan con él y con eso, se da por iniciada la reunión. Sephiroth abre los ojos, volviendo en sí. No varía mucho de postura. Relajado y desinteresado.

—Hay una demanda amenazando con golpear a nuestra puerta—informa Reeve, inquieto—. Y se trata de que se acusa al General Sephiroth de secuestro, violación y retención de un menor de edad. Un niño llamado Cloud Strife, originario de Nibelheim. —concluye bajando la voz poco a poco.

Hay un silencio incómodo en la habitación. Claramente, a nadie le causa precisa alegría hablar del tema. Sephiroth da un suspiro tranquilo.

—No hace falta los rodeos. Lo que quieren decir, son libres de decirlo. —afirma el General. Angeal chasquea la lengua.

—Deja de ser tan cínico y descarado—acusa el Comandante —. Sabías perfectamente que esto iba a suceder.

—La única razón por la que es importante, es porque tú perro quiere hacerse el héroe como siempre—Angeal tiene ganas de golpearlo—. Pensé que lo humanitario a hacer, es no matar gente que es naturalmente un estorbo.

—Sephiroth. —chista Génesis.

—Francamente, no entiendo por qué estamos aquí. No es como que los abogados de ShinRa no puedan hacerse cargo. —suspira con una débil y burlista sonrisa.

—Este no es un problema de ShinRa. Es un problema que tú causaste. —recrimina Angeal.

—Es extraño que se haga tanto problema por un niño—opina Scarlet con desagrado—. Tampoco me imaginé que, de tantas personas en el mundo y tantas opciones buenas, el gran General decidiera quedarse con un mocoso que apenas sabe comer solo. —ironiza, sacudiendo la mano de forma despectiva.

—La situación no tiene porque salirse de las manos. Basta con que regrese al niño y este problema nunca existió. —propone Reeve sin querer entrar en esta discusión.

—Sephiroth—llama el presidente ShinRa—. ¿Cuál es el tema con este niño? No puede valer todo este problema.

—Está mejor conmigo—responde Sephiroth con gran sencillez—. No veo porque deberíamos darle relevancia a algo que no va a llegar a nada. No con los juzgados bajo el control de ShinRa.

—Nuestra credibilidad puede caer en picada con esto—dice Rufus frotando los dedos—. Lastimosamente para ti, no se trata de ignorarlo. No con una mujer dispuesta a seguir peleando por él.

— ¿Cuán grave puede ser?

—Mucho. Es más grave que la misma masacre hecha en Wutai y durante toda la guerra—apunta Rufus—. La gente tiene enorme desprecio por la naturaleza de este caso, por no mencionar la simpatía que se genera hacia una mujer cuyo hijo fue robado. La cantidad de personas que nos odian aprovecharan esta oportunidad.

—Curioso que esta vez, no hay excusas para librarnos del problema. —señala Sephiroth, divertido.

—Sephiroth: devuelve el niño a su madre.

—No.

El ambiente es tenso. Rufus le mira con molestia y desprecio, después de todo, él no tiene poder suficiente para rechazar sus ordenes ¡Es el vicepresidente! Inminentemente superior a un General militar. Sephiroth se endereza en su sitio.

—Cloud necesita tratamiento constante. Uno que solo yo puedo costear. Además de ello, él quiso venir. Solo le cumplí el capricho a un niño.

—Entonces no debería haber problema si traigo a la madre y él se marcha a vivir por él—Sephiroth no dice nada a la propuesta de Rufus—. No vamos a lidiar con tus problemas. Después de todo, a nosotros no nos incumbe que seas incapaz de resistir el impulso de violar a un niño. —Ironiza con una sonrisa condescendiente.

Sephiroth da una risa ácida, negando con la cabeza.

—Si quieren hacerme desertar, lo hacen muy bien.

—Tan solo no hay disposición a cumplir tu capricho.

—No considero que sea importante. Se un hombre grande, si necesita algo diferente para sentir que está complacido, que se lo quede. —opina Heidegger.

—Y yo queriendo pensar bien de ti y tantos SOLDIERs jóvenes entrando a tu oficina. —bromea Scarlet.

—Nada de esto debe aceptarse. —queja Angeal.

—Deberíamos devolverlo y fingir que nada pasó. —insiste Génesis.

Sephiroth da un suspiro y se levanta—. Tratemos de dejar algo muy claro, ya que veo tanto problema.

Recuesta del cristal que da al vacío. Lo mejor de todo, es que no tienen más alternativa que girar hacia él. Volviéndose el absoluto centro de atención. No el presidente de la empresa, no el vicepresidente, ni siquiera Heidegger que es casi su jefe. Él es todo. Algo que Sephiroth sabe muy bien.

—Cloud no se va. Llore cuanto llore Claudia Strife, es indiferente para mí. En el caso de ustedes, puedo desaparecer… así como puedo irme a otra empresa… hablar de todo el sistema de seguridad, creación de SOLDIER—Cruza una pierna y sabe que los empieza a impacientar y enojar. Que los hace sudar frío—. Y me lo llevaría conmigo de nuevo—Sephiroth sonríe ladino. Hay un deje burlista, pero es mayor la emoción. Una especie de travesura divertida para él—. En esta ocasión, no lo dejaría hablar con ella… sería un buen castigo para que no haga tanto escándalo.

—No vas a conseguirlo si te retenemos aquí. —reta Heidegger, considerando exagerada la amenaza de Sephiroth. Después de todo ¡Está de su parte! No le importa que se quede con ese niño.

Que haga lo que quiere con él.

Es Sephiroth, la extravagancia y las rarezas por más cuestionables que sean, se dejan pasar.

— ¿Retenerme? —Sephiroth se ríe incrédulo, echando la cabeza ligeramente atrás y moviendo los hombros. Angeal solo lo ha visto hacer eso un par de veces, en ambas, es porque algún idiota decía que lo iba a matar en el campo de batalla. Ambas personas están muertas y desvanecidas a día de hoy—. ¿Bajo que razón crees que puedes hacer eso?

—No solo tienes que bajar todo el edificio, SOLDIER, departamento de armamento y departamento científico son una barrera más que sólida para impedirlo. —expone Scarlet con una sonrisa creída. Sephiroth sigue riendo, niega con la cabeza y suelta aire.

—Puedo acabar con todo eso… todos sus juguetes… cada vida aquí ¿Creen que me importa? —Sephiroth se lleva una mano al pecho y se sigue riendo. Rufus siente puntadas en la cabeza y sudor frío. Nunca lo había visto o escuchado así y es…

Más que inquietante.

—Ustedes me hicieron para ser imparable para cualquier fuerza humana o creada por el humano—Señala lo que hace a Rufus apretar los dientes—. No hay fuerza en este planeta que detenga lo que yo desee y si les sigo el juego, es porque hacer un mundo por mi mismo es muy laborioso—Jenova a propuesto el tema, Sephiroth no tiene interés. Prefiere el plan que tienen ahora: contaminar poco a poco la humanidad hasta quedarse con el planeta—. Así que… si piensan insistir, saben que va a suceder.

Si bien suena a simple parloteo, amenazas exageradas y un poco vagas en su falta de presión, lo que hace a todos estar tensos es saber que es cierto: Sephiroth puede pasar por encima de lo que quería. Por eso ninguna sala de entrenamiento soporta que él la use. Se averían o son incapaces de sostener los impactos de sus golpes.

Y saben que es su culpa.

Estaban tan desesperados por hacer algo especial, un arma perfecta e invencible, que no le dieron el cuidado necesario para estas situaciones. Lo peor es que lo hicieron humano. Capaz de pensar por sí mismo e incluso lo más peligroso: capaz de sentir. Una criatura emocional, es decir, capaz de sentir rencor, ira y soberbia. Lo que menos debería tener un arma en sí.

Una sin aparente freno o seguro.

—Por lo tanto: hagan lo que sea que tengan que hacer para suprimir este problema—concluye indiferente y aún sonriente—. Y no se inmiscuyan en algo que no les importa… ah, considerando el momento.

La puerta se abre un par de segundos después.

— ¡Hola! ¿¡Que haces aquí!? ¿Teniendo un tour?

Zack se sienta junto a Cloud, el rubio niega con la cabeza y moquea. Zack le da un par de palmadas en la espalda, extrañado de su presencia en el edificio o que parezca haber estado llorando. Incluso hay un asiento roto. No pensó que pudiera haber algo así en ShinRa. No sé imagina quien lo pudo hacer.

— ¿Por qué llorabas? ¿Paso algo malo? —Zack habla más bajo de lo normal, sin su característica hiperactividad.

—Sephiroth… dice cosas horribles. Dice que mi mamá no me quiere. —acusa Cloud con deje exasperado y Zack frunce las cejas. Que extraño suena. Sephiroth ya está muy adulto para esa clase de comentarios a un niño.

Aunque con lo raro que es estos días, no sabe ni de qué se sorprende.

—Ignóralo—Zack sacude la mano con desinterés —. Oye, ya que estás aquí ¿Qué te parece si te muestro el lugar? Hay lugares geniales—propone el SOLDIER con una sonrisa —. O tal vez salir… Aerith-

—No quiero verla.

— ¿Por qué no?

—No sé, solo… no.

『Dile que se vaya』

Cloud apenas puede entenderlos. Sephiroth habla al mismo tiempo que Zack y ¡No es capaz de pensar! Le duele la cabeza de tal forma que quiere llorar de nuevo. Zack parlotea, Sephiroth le lleva la contraria. Se lleva las manos a la cabeza, cubriéndose los oídos y Zack se asusta—. ¿Qué pasa? ¿Qué tienes? ¿N-necesitas ir al médico? ¿Es el Mako?

『Dile que se vaya. Él no tiene nada que hacer aquí ¡Dile que se vaya! ¡No hables más con el! ¡No puedes hablar con él!』

— Cloud háblame, que tienes, que necesitas. Si es algo malo debes decírmelo. Sabes que puedo ayudarte.

『¡No necesitas su ayuda! ¡Él no puede ayudarte! ¡ÉL NO ES NADIE! QUE SE VAYA QUE SE VAYA QUE SE VAYA!』

—CALLATE. SAL DE MI CABEZA. SAL DE MI CABEZA-

Zack lo sujeta antes de que vuelva a golpearse la frente contra la pared. No solo hundió parte de la pared ¡Tiene un enorme golpe en las frente! Que sangra y se hincha. Tirita viendo a Zack, notando esa misma mirada que tenía su mamá y aún no comprende. Es preocupación, angustia y hasta desesperanza. Zack se encuentra no solo el golpe, sino los ojos verdes exactamente iguales a los de Sephiroth—. Qué… qué fue lo que te hizo.

Su pregunta es un débil hilo de voz, temblando de impotencia. Cloud no alcanza a responder.

『No le importas. Todo lo que le pasa, es que ya sabes que somos iguales. Envidia que eres más importante y serás más poderoso que él』

Cloud moquea ¿Zack no es alguien que pueda ayudarlo? ¿Ser un amigo? ¿Por qué Sephiroth dice eso? Que entiende Sephiroth que él no entiende. Cloud se trata de limpiar la cara con las manos, pero solo funciona para frotar la sangre en su mejilla y pómulo. Zack se agacha y con una venda de su bolsillo le limpia la cara.

—Tranquilo. Vas a estar bien… algo se me ocurrirá—Promete Zack con una sonrisa quebrada. La herida se cierra rápido. Teniendo ADN de Sephiroth dentro, no le extraña que pase—. Vamos con Aerith ¿Vale? Ella… ella sabe cómo quitarte eso.

Cloud ladea la cabeza ¿Ella puede evitar que los escuche? No pensó al momento de tomar la mano de Zack y está determinado a seguirlo, pero ve a un lado:

『¿Por qué quieres dejarme? ¿Por qué quieres abandonarme?』

Cloud es incapaz de comprender cómo Sephiroth puede hacer semejante expresión: como si el mundo entero se le desploma. Sephiroth no llora, pero parece a poco a de hacerlo. Con el sentimiento de traición y angustia en todo su semblante. Peor aún, Cloud lo percibe.

El hecho de que está aterrado de que lo deje.

— ¿Cloud?

『No me dejes. Si te vas con él me vas a dejar… no te vayas… él no piensa dar la vida- el mundo entero por ti. Yo te doy todo lo que quieras… todo. Solo quédate. No me dejes』

—Oooye.

— ¿Por qué Sephiroth está solo? —pregunta Cloud hacia Zack. El SOLDIER se rasca la cabeza.

— Personalmente, es por lo que te hace, pero antes no era alguien malo. A mí me hubiera gustado ser su amigo. —responde Zack con honestidad.

『Él también cree que soy un monstruo. Lo va a pensar de ti. No quiere ser nuestro amigo』

Aprieta los labios, sin saber a quien escuchar o a quien darle importancia. Siente una especie de tirón y es raro, porque este Sephiroth de aspecto adolescente usualmente no puede tocarlo. Se suelta de Zack, incómodo por esa sensación— ¡No entres ahí…! —. Cloud abre la puerta y camina directo hacia lo que lo jala.

Se abraza a la pierna de Sephiroth, dando un vistazo alrededor. No sabe quiénes son estás personas. Sephiroth lo carga y le limpia un pequeño rastro de sangre que le quedó en el mentón.

—Les presento a Cloud Strife… hermano menor de Rufus.

Rufus se levanta de golpe, incrédulo y viendo a su padre con incredulidad infinita. El señor tan solo contiene el aire. Quiso pensar que era casualidad el nombre en los papeles. No que efectivamente es hijo de Claudia ¿Cómo no notarlo? Si la forma de su cara y cabello es la misma— ¿¡Hermano de quién!? —. Zack se lleva las manos a la cabeza y Sephiroth se rie de la total incredulidad de todos en la sala.

Incluso Hojou está sorprendido; Scarlet tartamudea, Heidegger se golpea en el pecho por ahogarse; Palmer y Reeve inquietos en sus asientos; Angeal y Génesis pálidos.

Por su parte, Sephiroth le da un beso a Cloud, que le da una palmada en el hombro con gesto malhumorado.

—Quiero ir a casa.

—Más tarde iremos… ahora, quedate en lo que resta de reunión. —Lo pone en el suelo y Cloud se sienta en el piso.

Incómodo por tener la mirada de todos encima.

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