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Llamado

Summary:

Atsushi y Akutagawa están en medio de una misión lejos de Yokohama cuando el celo de Atsushi se les hace presente. Al estar tan lejos de su hogar y tan asustado de lo que significaría su primer celo en años solo, Atsushi decide pedirle ayuda a Akutagawa.

¿Qué pasará cuando estos dos se den cuenta de que no hay vuelta atrás? Una vez hayan tomado un bocado del otro, revelarán un fuerte deseo por el otro.

Notes:

Me vi BSD hace un rato ya así que hay cositas de la línea de tiempo que podrían estar mal.
En mi omegaverse los omegas en su mayoría tienen el tradicional aparato reproductor femenino ya sean hombres o mujeres, si esto es un problema para ti, no creo que te guste tanto este fanfic :p

Nos situamos en un momento de la historia donde pudieron vencer a Fyodor y Fukuchi y todo está bien, así de simple jiji yyy haré como que nadie de la ADA murió porque puedo uwu

Corrección: haré como que nadie murió ( ๑˘ω˘ )

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: Visita al doctor

Chapter Text

Después de la batalla final contra la nueva deidad que poseía el cuerpo de Fukuchi y la pelea contra Fyodor en la que trabajó en equipo con Akutagawa, Atsushi podía decir que las cosas se habían relajado un poco, su vida seguía como siempre, exceptuando la alianza entre la ADA y la Port Mafia que había terminado beneficiando bastante a ambas organizaciones. El único problema era que a Dazai se le había metido en la cabeza que Atsushi y Akutagawa hacían buen equipo por lo que solía mandarlos juntos a misiones que requirieran de sus habilidades, lo cual era un fastidio. 

 

Akutagawa era molesto, terco y egoísta, todo el tiempo priorizando la misión antes que ser un apoyo para Atsushi, era casi como si se le hubiera olvidado cómo trabajar en equipo ,lo cual al final solo terminaba causando problemas y entorpeciendo el trabajo. Para más siempre mantenía su distancia y si le hablaba era solo sobre temas relacionados al trabajo, cualquier tipo de cortesía había sido lanzada por la borda. Todo este tipo de cosas no eran nada nuevo, pero Atsushi pensó que después de que trabajaron juntos para derrotar a Fyodor podría haber algún tipo de camaradería entre ellos. La verdad es que quería llevarse bien con el otro, tenían casi la misma edad, trabajos algo similares y pasaban bastante tiempo juntos, por lo que sería agradable poder hablar de algo en vez de soportar estos fastidiosos silencios. No entendía porque pero quería que se llevaran bien, quería acercarse más al otro, mas no sabía cómo romper el hielo. 

 

Era mejor que se concentrara en terminar su papeleo en vez de pensar en cosas inútiles, no quería que Kunikida lo regañara cuando ya casi era la hora de salida. Después de otra media hora de teclear en su laptop pudo terminar los papeles que le habían asignado. Probablemente iba a esperar a Kyouka para caminar juntos a casa, por lo que aún tenía un poco de tiempo libre, sería un buen momento para aprovechar de hacerle una visita a Yosano para recibir sus prescripciones. Es así como dejó su escritorio ordenado para luego levantarse y caminar hacia la enfermería, tocando la puerta y esperando que le permitieran entrar.

 

“Pase” dijo Yosano desde el otro lado de la puerta por lo que Atsushi se movió para entrar. 

 

“Hola Yosano, me preguntaba si podrías darme mis prescripciones de este mes, ya casi se me terminan mis supresores y mis parches” 

 

“Hmm, justo de eso quería hablarte, Atsushi” Y pudo haber esperado esto, ya ha estado esquivando el tema por unos meses. 

 

“¿Sí?” 

 

“Pues sí, tengamos una charla, ven siéntate” dijo apuntando a un sillón y Atsushi solo quiso escapar; no estaba listo para esto. 

 

“Eh, la verdad es que Kyouka probablemente quiera irse y no quiero que me espere…” cualquier excusa debería servir.

 

“Estoy segura de que te puede esperar un rato” 

 

“Debería ir a avisarle entonces…” puede irse y no volver.

 

“Atsushi” dijo fríamente y al chico se le heló la sangre. 

 

“S-sí” dijo sentándose y bajando la mirada. 

 

“Ya es hora de que me dejes hacerte exámenes Atsushi, me dijiste que usas supresores desde que te presentaste como omega y que no has tomado pausas para permitirle un descanso a tu sistema, esto me preocupa” 

 

“No puedo hacer eso, no quisiera molestar a nadie con mi esencia…” En el orfanato le habían hecho mandatorio tomar supresores ya que al parecer el olor que desprendía su piel era desagradable. 

 

“No vas a molestar a nadie” 

 

“Pero como omega debería…” Sus profesores le habían advertido que los omegas que dejaban su esencia salir estaban buscando ser atacados por alfas y que merecían cualquier maltrato que pudieran recibir producto de esto, que eran unas sucias criaturas que debían esconder lo que eran. Atsushi sabía que eso no era justo, que era un pensamiento tonto, pero las palabras resonaban en su cabeza cada vez que pensaba sobre el tema. 

 

“¿Que acaso Kyouka debería usar supresores permanentemente?” 

 

“Pues no, ella es tan solo una niña y podría ser malo para su cuerpo” 

 

“¿Entonces por qué tú sí tienes que hacerte esto?” dijo Yosano y Atsushi podía sentir la tristeza en su mirada. 

 

“Es diferente, Kyouka es una niña, es normal, nadie se molesta por una omega libre de supresores” Pero Atsushi era un hombre omega, una aberración, sus profesores nunca habían dejado pasar una oportunidad para recordarle que era un error, que su existencia era un gran chiste “Pero un hombre omega… la gente hablaría” 

 

“Los tiempos han cambiado, sé que te han metido ideas arcaicas en la cabeza Atsushi, pero te prometo que las cosas ya no son así, todos saben que los hombres omega no son menos que ninguna otra persona, aún existen personas tontas e ignorantes pero te aseguro que no es como era antiguamente” Yosano le regaló una cálida sonrisa. 

 

“Pero…” Podía imaginarlo ya, las miradas de asco de las personas, viéndolo como si estuvieran viendo una sucia rata del desagüe, tapándose la nariz y burlándose de él por ser un fenómeno. Le había bastado con pasar por eso en el orfanato, no quería experimentarlo de nuevo.

 

“Por favor, Atsushi, me preocupas, a todos aquí nos preocupas, no queremos verte destrozar tu cuerpo así, por favor déjame ayudarte” Sonaba como si Yosano le estuviera rogando y Atsushi no sabía como decir que no. 

 

“Está bien, ¿qué es lo que debo hacer?” Tenía que escuchar a su doctora, además, Yosano era de las personas más inteligentes que conocía, así que si ella decía que debería dejar sus supresores, suponía que eso era lo correcto para hacer. 

 

“Primero que nada, debes dejar tus supresores, te daré una dosis más baja y lo que haremos será ir bajando tu consumo hasta eliminarlo. Segundo, quiero que no dependas tanto de tus parches de esencia. solo usalos fuera de casa, cuando estés en tu hogar quiero que te los quites. Y por último, quiero hacerte algunos exámenes de ser posible, sangre y orina deberían ser suficiente para construir un análisis adecuado de ti” Empezó a escribir en su libreta “No has subido o bajado de peso en el último tiempo, ¿verdad?” Atsushi solo negó con la  cabeza. 

 

Yosano sacó unas hojas y marcó unas casillas en estas, para luego entregarselas “estas son unas órdenes para exámenes de laboratorio. He anotado también la información de una clínica con la que tenemos un convenio, no debería costarte tanto. Quiero que tomes estos exámenes en ayuna, osea, que no hayas comido ni bebido nada en al menos ocho horas previas a la toma de muestras, tampoco debes tomar ninguna pastilla de ningún tipo en ese intervalo de tiempo” Eso era mucha más información de la que esperaba poder recordar. 

 

“Ahora solo necesito hacerte un chequeo físico y deberíamos estar listos con eso” 

 

 

 

Después del chequeo, que le dieran sus nuevas recetas y de que Yosano insistiera en que tomara los exámenes lo antes posible se le permitió irse, topándose con Kyouka quien lo esperaba cerca de su escritorio. Después de intercambiar algunas palabras y asegurarle a la menor que todo se encontraba bien dejaron la oficina para dirigirse a casa. 

 

“Kyouka, ¿estaría bien si a veces te pido uno que otro consejo?”

 

“¿Sobre qué?” 

 

“Ya sabes, sobre cosas de la vida…” 

 

“Estás un poco raro, ¿está esto relacionado con que estuviste en la enfermería?” sonaba algo preocupada. 

 

“Pues sí” suspiró, bueno, era vergonzoso pedirle consejos de este tipo a alguien menor  ”Verás, Yosano me ha dicho que no puedo seguir tomando supresores por lo que debería empezar a dejarlos, pero no sé cómo se supone que viva sin ellos ¿Cómo lo haces tu?” Frente a esta pregunta Kyouka inclinó la cabeza en duda, como si no le hiciera mucho sentido la pregunta. 

 

“No hago nada en especial, en la Port mafia se recomendaba no usar supresores afuera de misiones de espionaje, por lo que nunca tuve que tomarlos por un periodo prolongado de tiempo” 

 

“¿Y no ha sido difícil?” 

 

“Pues no ¿por?” Se veía extrañada ante la pregunta.

 

“¿No te han dicho cosas horribles o visto feo?”

 

“Hmm, supongo que me han llegado a decir cosas, pero sé que son personas que no saben nada. No me conocen, solo me están juzgando basados en una imagen que tienen de mí, así que sus palabras no valen nada” dijo muy segura de sí misma “Mi madre era una omega, y ella era una gran persona, no veo cómo ser una omega podría ser algo malo” 

 

Claro que no era algo malo, ¿cómo podría serlo? Atsushi lo sabía, sabía que no significaba nada,  y que no tenía de qué avergonzarse, mas, aun así los comentarios de la gente eran algo que le pesaba en el alma.

 

“¿Crees que vaya a estar bien? Sin mis supresores digo” Necesitaba algo de afirmación y esperaba poder obtener lo necesario para sentirse más seguro de sí mismo. 

 

“Claro que sí” lo miró fijamente, casi como si sus ojos estuvieran intentando transmitirle la seguridad que tanto añoraba. “Vas a estar bien, y si alguien se atreve a insultarte” movió su mano para dejar a la vista el cuchillo que siempre llevaba bajo su ropa “Se las verán conmigo y todos los otros miembros de la ADA” Atsushi solo pudo soltar una risa nerviosa.

 

“Gracias, supongo que estaré bien, es un poco aterrador, pero, si los tengo a ustedes, creo que no tengo tanto miedo” por primera vez desde que Yosano lo llamó para hablar del tema, sonrió un poco. 

 

“Así se habla” 

 

Iba a estar bien, seguro que sí, ya no estaba solo, ya no tenía que enfrentar todas estás cosas solo.