Chapter 1: Por obligación
Notes:
Hace un tiempo estuve buscando un fanfic con esta temática porque me pareció muy interesante, pero como no conseguí ninguno decidí escribir el mío. Espero que lo disfruten tanto como yo disfruté escribirlo.
Las Italic son para recuerdos, quizá al principio no se entienda de donde salen, pero con el pasar de los capítulos tendrá más sentido, pinkie promise.
Chapter Text
Hoy era el ‘gran día’, el gran día dónde perderá su libertad por 3 jodidos años en contra de su voluntad.
Era una casa de campo mucho más cara de lo que con su antiguo salario podría pagar una renta por más de 1 día. El salón de eventos era al aire libre, las campanillas del jardín del lugar hacían juego con las rosas blancas en los floreros decorativos que reposaban en las mesas adornadas con manteles color vino y decorativos blancos.
Desde la ventana de una de las alcobas del segundo piso, el oji-jade miraba con frustración como gente que no enfocaba gracias a la ansiedad llegaba alegremente al evento; se sentía asfixiado en su traje blanco, a pesar de rogar e insistir en usar un traje de chalequillo y no portar corbata, no tenía voz ni voto en absolutamente nada de su presunta boda.
Ahí fuera estaban ellos, los causantes de su martirio. El cabrón de Jules (su padre) saludaba a todos con una sonrisa y una copa de agua con gas en la mano fingiendo que era vino espumoso blanco.
Gruñó al verlo, le cabreaba su mera existencia desde el día que lo condenó a esto.
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—Tenía casi 6 años sin ver a mi familia, me fui de casa en busca de la libertad que me negaban en esa mansión silenciosa. Muchos decían que solo era capricho de otro niño rico; me crié un hogar enormemente conservador, paredes gigantes que me hacían sentir atrapado y sin salida, supongo que de ahí nació mi claustrofobia también, eh. — Se rio sin gracia, se aclaró la garganta antes de continuar.
—Un día le dije a mi madre que creía sentirme atraído a alguien… de otra raza; a la media hora recibí a mi padre tumbando la puerta de mi único lugar ‘seguro’ en esa casa. — Bajó ligeramente su cabeza mientras se rascaba la nuca incómodo de hablar del tema.
—«¡Imbécil!» exclamó mi amoroso padre antes de decirme que me sometería a terapia de conversión. No sentía que algo estuviese mal conmigo, no me sentí mal por decirle en su cara que me gustaba un alguien que no encajaba con sus estándares, y mucho menos me sentí mal a la hora de salir de esa casa con una mochila con poca ropa y dinero en efectivo suficiente yéndome al otro lado del país. — Sacó su cartera y mostró fotos plastificadas de distintos lugares.
Sonrió nuevamente pero ahora algo irónico. —El mundo actual era permisivo, claro, prejuicioso, pero te otorgaba la libertad de ser quién eres. — Alzó sus hombros con obviedad.
—Huí, hice mi vida enfocado en eso, sentirme libre. Hasta que me encontró otra vez…
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Justo al lado de Jules estaba el hijo de perra de Doom (dinastía Black, padre de Shadow), podría reconocerlo a miles de yardas.
El azul estaba tan desesperado que había empezado a rezar, jamás fue un creyente devoto. —Hey… viejo, te juro que, si me sacas de esta, dejaré de burlarme de los calvos…— Dijo mirando al techo, bufó al darse cuenta de lo estúpido que debía escucharse. Se dirigió al espejo de ese claustrofóbico cuarto y miró sus púas puestas hacia atrás metódicamente con gel, frunció el ceño.
Pasó su mano para quitarse la dureza y devolverles su apariencia habitual, y ahí iba parte del dinero de la boda gastado en nada. —Igual no es mi dinero, por mí se pueden ir a la quiebra esos hijos de puta. — Miró con fastidio su reflejo, hace mucho que no se veía a si mismo con un traje caro, hecho a la medida por un diseñador importante.
Estuvo en esas 4 paredes blancas por lo que pareció una eternidad.
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—Compórtate Sonic, ¡no te quisiste casar con Lady Rose por qué tenías tus… malditos gustos peculiares!— Estrelló una copa sobre la mesa de madera, estaba ebrio.
Sonic gruñó intentando mantener la compostura inútilmente. —¡Estaba bien sin ti en mi vida!, ¿Qué te costaba dejarme en paz?
Un fuerte estruendo sonó y dejó la sala en silencio, su mejilla quedó roja gracias al impacto, y por primera vez en mucho tiempo, volvió a sentir ese sentimiento de miedo que le impulsó a correr hace tantos años.
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En la habitación de al lado, estaba el moreno con su pulcro traje negro con acabados dorados, su corbata vino que resaltaba sus ojos carmín.
Miró por la ventana impaciente, quería que acabará rápido, mientras más rápido acabará esta falsa ceremonia más rápido podría hablar con su ‘prometido’ y acordar qué harían en este tiempo.
Lo conocía, lo conocía de sobra, el único hijo de Jules que se fugó a los 18 años de casa por añoranzas de libertad, y luego estaba él, Shadow, su supuesto padre, un abogado con gran poder que le había puesto contra la espada y la pared para casarse con el que sería el heredero de toda su basura.
Este matrimonio no era más que una cortina de humo para que esos dos avariciosos detestables lavaran dinero. Shadow fue el más consciente de este arreglo, pudo tomar algunas minúsculas decisiones gracias al drástico cambio de planes.
La avaricia consumía a Jules y a su padre, no les importó que Shadow ya estuviera en proceso de comprometerse por amor real. Planeaba casarse con una joven llamada María, no necesariamente la veía como una gran pareja más bien como alguien muy cercano al que le tenía un cariño inigualable, nunca había experimentado el amor en carne propia así que le era difícil saberlo.
Al contrario de Sonic, Shadow si se beneficiaría de este matrimonio, al menos como efecto colateral. Ya que la razón por la que no se pudo comprometer, es que María tenía una enfermedad terminal bastante compleja y ningún tratamiento respondía con eficiencia.
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—¿Pagarás el tratamiento experimental de María? —Le preguntó sin mucha emoción a Doom, el cuál lo observaba detenidamente.
—Es una cantidad absurda por una moribunda, pero es mi parte del trato y planeo cumplirla. —Dijo mirando el bolígrafo en su mano con la marca de la empresa de su nuevo socio. —Después podríamos hacer un acuerdo más extenso que te permita hacer más cosas.
—¿Por qué yo?
—Ya Jules te lo dijo, y además, porque lo digo yo. —Dijo fríamente, sus ojos rojos penetrantes en los de su hijo.
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La decoración, los colores y todo fue escogida minuciosamente por Shadow, el cuál dijo que, si se casaría, lo quería a su modo. Por esas grandes puertas doradas seguía entrando gente, la ceremonia comenzaría dentro de unos 30 minutos así que asumió que solo llegarían 3,100 personas de las 3,200 que intuyó.
Los futuros esposos a duras penas habían tratado en parte de su adolescencia. Y en general, nunca se llevaron muy bien.
Desde que Sonic se fue, no había vuelto a saber de él ni siquiera por escrito, sus recuerdos le nublaban el juicio, realmente no quería este compromiso, pero un buen trato para la salud de María estaba en medio y ella era todo para él.
Volviendo a la habitación del azul, Sonic estaba a punto de volverse loco, sí, era un tipo muy extrovertido y le encantaba ser el centro de atención, pero joder, había demasiadas personas y no era un ambiente que le gustara, se había esforzado tanto en llevar una vida sencilla con la que se sentía pleno para volver a la gente pomposa y oxigenada de la que huyó, incluyendo su padre.
Después del llamado al público a sentarse, una de las encargadas del evento se equivocó y abrió su puerta en vez de la de Shadow. El plan original era que fuera el moreno quien esperaba en el altar, la mujer no pensó que fuera a cambiar mucho, eran dos machos, podían acomodarlos como quisieran que no alteraría la ceremonia.
Trató de fingir una sonrisa y mantener la calma con las miradas inquietas de la multitud, quiso correr, salir de allí porque, a fin de cuentas, no estaba haciendo esto por gusto, o por algo similar. Luego recordó la amenaza de su padre y se obligó a sí mismo a respirar profundo y esperar.
Vio a Shadow caminar hacia él con su típica posición imponente y escuchó como la multitud empezaba a susurrar al respecto. Lo recordaba así, con esa mirada fría y gestos indiferentes, no supo por qué lo ponía nervioso.
Al momento del intercambio de los votos, Shadow se lució haciendo un poema romántico del cuál Sonic de no conocer la situación, estaría fascinado. Cautivó a la audiencia con sus palabras, mientras Sonic solo repitió los votos convencionales, no preparó nada, y su hubiera podido tampoco lo hubiera hecho.
La multitud estalló en aplausos en el momento que se pusieron los anillos— Yo los declaro esposos, ya pueden besarse. — Esas palabras tensaron el cuerpo del azul de una manera impresionante, se erizó parcialmente ante el pánico.
—¿Beso? — le preguntó rozando el pánico en un susurro a Shadow. El moreno le asintió tampoco muy emocionado tomó sus manos en un gesto que al público tuvo que parecerle cariñoso por el “Aw…” que soltaron, sus manos estaban frías lo cual alertó un poco al azul.
La realización lo golpeó como una patada en el estómago, ninguno de los dos quería esto, lo sabía, su relación de Shadow como amigos-rivales de infancia no era necesariamente bonita de recordar. El ónix tomó su mejilla en un toque que a la lejanía de las sillas de los invitados se veía delicado y amoroso.
Sonic genuinamente no pudo con la presión y le dio un beso rápido en la mejilla, en un ángulo que milagrosamente pareció convencer al público.
Los invitados estallaron en aplausos y felicitaciones, Sonic más incómodo que nunca, soltó poco a poco la mano de Shadow y se fue a la habitación señalado. Los invitados que al parecer solo vinieron a la boda por morbo de ver casar a dos hombres y reforzar su estatus no parecieron notar que ni el moreno ni el cobalto estaban ya en la ceremonia.
—La ceremonia fue un éxito. — Dijo el moreno más alto (Doom) con una sonrisa victoriosa, le dio una pequeña palmada de aceptación en la espalda a Shadow. Sonic solo se sentó sin más.
—Maurice. — Llamó tratando de captar la atención del de pelaje azul eléctrico.
—Sonic, solo Sonic. — interrumpió a Doom, su expresión firme a pesar de su tono vacilante.
—Maurice. — Dijo con una sonrisa más grande, ahora diciéndolo a propósito con el fin de molestar al más pequeño. —Te leeremos los términos y condiciones establecidos por tu padre y por mí, por fin tendrás oportunidad de cuestionar y modificar cosas mínimas.
No dijo nada, trató de mantenerse sereno a pesar de los múltiples intentos de Black Doom de cabrearlo, nunca logró soportar a este amigo de su padre, y no empezaría a hacerlo ahora.
Luego de una larga lectura, Jules y Doom sonrían satisfechos, Sonic por su parte se quedó pasmado, incluso el mismo Shadow alzó una ceja ante la cantidad de cosas que eran prohibidas para el azul.
—El matrimonio no puede durar menos de 3 años eso es inmodificable, en los eventos sociales debes comportarte como lo que eres, un Hedgehog. — Dijo Jules con un tono duro, mirando fijamente al azul que trataba de mantener la calma, no entendía como su vida había dado esa vuelta.
—No entiendo… — Dijo mirando sus manos enguantadas. —¿Al menos me puedes dar mis cosas?
—¿Cuáles cosas?, ¿Hablas de esa casucha? — La mirada de Jules cambio drásticamente de indiferente a molestia. —Te estoy ofreciendo todo de nuevo, ¿Planeas fugarte otra vez?, ¿Evadir tu responsabilidad? Ya no puedes seguir corriendo Maurice, no te lo voy a permitir. — El bastardo de Doom sonreía mientras miraba como las orejas del cobalto bajaban ligeramente.
—Voy a venderla, no te preocupes por domicilio, Black y yo les daremos hospedaje en algunas de nuestras propiedades como regalo de bodas, y si te comportas, quizá te dejemos opinar.
El propio Shadow sintió esto como una crueldad, se obligó a no sentir lástima, sin embrago, la forma encorvada y la expresión destruida de su contraparte hizo mella en él. Podía ver que quería preguntar algo más, pero de alguna forma le generaba conflicto saber la respuesta.
—Dentro del acuerdo, cómo pudiste escuchar, puedes seguir estudiando. — Las orejitas azules parecieron animarse al escucharlo. —Pero despídete de esa universidad pública de poca monta y de cualquier cosa de tu vida pasada. — Aclaró el de ojos tóxicos.
No dijo más nada el resto de la reunión, la mayoría eran exigencias de parte de ellos. —No puedes salir del estado sin ninguno de nosotros, tu pasaporte y todos tus papeles están en nuestras manos. — Dijo su padre con desdén, creyendo que le daba un castigo acorde a talla de su rebelde hijo.
Solo asintió levemente, todo por lo que luchó se le veía arrancado, se maldijo a sí mismo por no haber huido del país cuando pudo, seguramente estaría tomándose fotos con la estatua de la libertad. Luego de recalcar le todo lo que no podía hacer y no dejarlo siquiera opinar, dieron la reunión por terminada dejándolo solo con sus pensamientos.
Desde la puerta se escuchaba un murmuro ininteligible para el azul quién tenía el espíritu por los suelos.
—Aquí tienes las llaves, hijo. — Jules le dio una palmada en el hombro a Shadow con una sonrisa hogareña, al moreno se le revolvió el estómago casi automáticamente al recordar como hace menos de 10 minutos había tratado a su propia sangre como un esclavo.
Las tomó con un asentimiento, su expresión era indiferente de lo que en su mente pensaba, cuando los dos hombres orquestadores de esta farsa se fueron a seguir disfrutando de la fiesta, entró nuevamente al salón asegurándose de cerrar la puerta, era su turno de hacer acuerdos con Sonic.
Chapter 2: Hogar, dulce hogar
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—Erizo — Lo llamó con tono firme, a pesar de los años, seguía viéndolo como un niño que debía cuidar, se sentía en conflicto consigo mismo, de joven, antes de que el azul desapareciera, lo que más quería era que se callara, que no lo molestara más, que alguien le diera su merecido. Ahora que lo veía así de silencioso y pensativo, no sabía si se sentía incómodo o jodidamente mal por ser parte de su sufrimiento.
Cabe aclarar qué esta era su primera vez frente a frente, su primer encuentro después de su desaparición y no veía por ningún lado a ese chico alegre que tanto le sacó dolores de cabeza.
Se veía…
Maduro.
La oreja del azul se movió en su dirección lo cual le hizo saber que le escuchaba.
—Necesitamos hablar de las condiciones entre nosotros.
El azul soltó un suspiro que terminó en gruñido antes de pasarse la mano con frustración por la cara, su ceño fruncido le hizo levantar la ceja, Shadow no recordaba otro gesto de Sonic que no fuera ese entusiasmo absurdo y esa energía alegre que daban ganas de que tuviera un interruptor y apagarlo. Sonic solo hizo un movimiento con su mano para que siguiera hablando, se esperaba otra serie de reglas, sus expectativas de Shadow también se basada en el pasado, en su actitud mandona y controladora.
Se aclaró la garganta antes de hablar, ligeramente incómodo de no escuchar al que recordaba con el chico más hablador cuestionar nada. —Como sabrás, estás básicamente a mi mando. — Dijo sentándose con clase en las sillas con cojín de color vino que estaban en aquella sala, puso sus brazos sobre la mesa y cruzó sus dedos, observando como aún esas esmeraldas no le devolvían la mirada.
—Sin embargo, quiero escuchar qué pides para la convivencia de ambos, van a ser tres largos años si no lo llevamos, y para tu y mí desgracia, debemos ser las caras de la nueva olla de delincuencia de tu padre. — Dijo con tono firme mientras veía las llaves en sus manos, esperando que el otro dijera algo.
Pero eso no pasó, volvió a mirarlo lamiendo su colmillo algo frustrado.
—Erizo, es necesario. — No iba a darle explicaciones, no lo hacía por él, lo hacía por el bienestar de su matrimonio arreglado (más bien obligado), ya que, si esto fracasaba, el tratamiento experimental de María también.
Sonic suspiró y alzó la mirada, no hacia él, más bien hacia un punto imaginario en la pared. —¿Dónde vamos a vivir? — Fue su pregunta, su voz ronca y algo rota.
—En una de las propiedades de tu padre. — No dio detalles, aunque estaba bastante seguro que el azul estaría muy incómodo en esa vivienda.
—¿Podrías decirme qué tanto se puede reducir el personal?— Dijo masajeando su cien. Esta petición le resultó extraña —¿Puedo saber por qué?
—Jules dijo que no puedo trabajar, necesito hacer algo para no perder la cabeza y estar en cualquiera de sus casas de mierda sin hacer nada me va a hacer cometer un homicidio.
—Puedes estudiar. — No pensó que le gustaría hacer labor doméstica, de igual forma estaba dispuesto a negociar la cantidad de empleadas que podría tener, pero no accedería a dejarle todo el trabajo a él, no por benevolencia, más bien porque lo creía incapaz.
—No es suficiente. — Replicó casi de inmediato.
—Bien, se supone que para esa casa contamos con 18 empleados, entre seguridad, limpieza y cocina; puedo reducir esos diez a la mitad cuando finalice, no más.
Suspiró ligeramente frustrado, pero asintió en comprensión. —Bien.
—¿Nada más eso?, ¿No me vas a pedir volver a tu vieja casa, tus papeles? — Estaba bastante impaciente de no ver ningún rastro de ese espíritu libre que era Sonic.
—… — Asintió cansado. —Solo llévame a donde sea que vamos a vivir, estoy muy cansado para discutir nada sobre esto.
Ese fue un factor que Shadow no pensó, la cantidad de viajes que seguramente tuvo qué hacer, recordaba vagamente su conversación con Jules.
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—Lo encontraron, cerca de la frontera iba con una zorra de camino a Escocia.
Estaba notable ebrio, a pesar de todo, de alguna manera extrañaba a su hijo a los ojos de Shadow.
—Tengo algunos hombres en la frontera, ya sabes como es este negocio… — Dio un trago a su copa de vino. —Ya que tanto quiere ser tratado como basura, lo traeré como basura… — Vio borroso el punto en su tableta con el rastreador del vehículo donde venía.
—Todo es tu culpa por no saber educarlo. — Dijo su mujer entrando a la oficina acabando su cigarrillo y sacando uno nuevo de la caja, vaya, parece que delatar a su hijo pesaba a Aleena.
—Señor Jules, sigue sin decirme para qué me llamó. Declaró impaciente, no podía seguir respirando el ambiente tóxico que producía esa casa.
—Eres el único que ha podido controlar a ese revoltoso que tengo por hijo— Su anillo de oro golpeaba con intensidad la mesa de madera con acabados. —No soy partidario a estas cosas, pero la familia Rose me negó la solicitud de la mano de la señorita Amy, tú y esa joven son los únicos erizos de estatus.
Le intrigaba ligeramente a dónde quería llegar. —Hablé con tu padre sobre la posibilidad de que tú, un joven con carácter fuerte, exitoso, y sobre todo un erizo, desposaras a Maurice. — Soltó finalmente. —Él aceptó, pero yo quiero saber tus condiciones para ello.
No se sorprendió, su padre tendía a tomar decisiones importantes por él sin comentarle nada, maravilloso. —Además de que traería más prestigio a ambas familias, tú me quitas el peso de encima de no saber con qué gente se junta ese niño. — A pesar de lo que le pedía, pudo ver ese toque de vulnerabilidad y paternidad en sus ojos.
—¿Puedes creer que estaba estudiando en universidad pública?, ¿Trabajando en una patética tienda de conveniencia? — Exclamó notablemente afectado, su clasismo le revolvió el estómago.
Ahí fue cuando decidió detenerlo. —Señor Jules, lamento decirle que ya estoy comprometido. — Dijo firmemente, la mujer que estaba dando una profunda calada, el habanero se le resbaló de los dedos, a Jules se le cayó la copa de la mano despedazándose contra el piso.
—No lo sé joven Shadow, ya yo hice negocios con tu padre. — Sentenció con un tono serio que oscureció la habitación.
Chistoso, tampoco tenía elección.
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Al ver las calles cambiadas de su ciudad nativa, pero reconocer la ruta un punzante dolor de cabeza le dio, fue la casa que su padre siempre le prometió, aquella que estaba fuera de la ciudad y tenía un gran jardín y campo para deportes, tragó saliva observando cómo no había cambiado nada, se sentía como si se hubiera detenido en el tiempo. El personal apenas se estaba posicionando, pasó su dedo por la pintura de las columnas principales y se manchó de ese color hueso. Lo supuso, recién pintado.
—Esta casa estuvo inhabitada por varios años. — Dijo Shadow al aire al observar como un jardinero de relleno cortaba el césped con desespero al ver que sus ‘jefes’ habían llegado.
Cuando entraron, solo quiso revisar una sola habitación, la suya. Subió las escaleras y se le formó un nudo en la garganta al verla igual, con los mismos posters, su vieja computadora, su almohada de embarazada que su padre le regaló como broma, había un sobre en el escritorio, ese color ámbar resaltaba entre los colores opacos y oscuros de su habitación.
«Papeles de cambio de propiedad»
«Sonic Maurice The Hedgehog»
No quiso seguir leyendo, luego de ver su nombre escrito sus manos temblaban violentamente y tiró el sobre a cualquier lugar que cayera, su equilibrio falló y tuvo que recostarse en el marco de la puerta, apoyándose para salir con dificultad. Ya fuera, cerró de un portazo y corrió hacia el baño, pero el baño que recordaba ya no estaba allí,se encontró con una pared que lo desubicó aún más; se sintió mareado, tenía el mismo ambientador fresco de estilo tropical.
Shadow se quedó en el primer piso, también conocía la casa, es más, él fue el que propuso las remodelaciones que tenía, examinando su todas se habían llevado acabo, al menos las del primer piso.
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—Esto está deplorable Jules. — Pasó su dedo por un mueble de madera para quitar el polvo y este se vino abajo en pedazos por la vejez del mismo, dejando una delgada capa de polvo en la vestimenta de ambos hombres.
—Si esta se va a convertir en mi casa, quiero renovarla. — Dijo el de ojos carmín.
—Me gustaría solo darle una mano, pero quiero que se mantenga igual. — Su voz titubeó un poco con nostalgia al ver las fotos por toda la casa de cuando eran una familia feliz. Luego su expresión se endureció y dejó la foto bruscamente en su lugar.
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Sus ojos llorosos le impedían ubicarse bien, la boca le sabía a bilis, vomitaría si tuviera algo en el estómago, se negó a comer el desayuno que le ofrecieron en el hotel y no comió nada durante ni después de la ceremonia. Bajó las escaleras con dificultad sintiéndose perdido se estrelló con Shadow pero solo caminó torpemente hacia el que recordaba que era el baño, las fotos que adornaban la sala solo le traían más dolor de cabeza.
Los recuerdos que creyó enterrar simplemente resurgían.
Shadow se alarmó al verlo desplomarse en el suelo, estaba helado y con los ojos vidriosos, no entendía el porqué de esta reacción tan explosiva, pero no podía permitir quedarse viudo a las primeras horas de casado.
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—Todo esto va a ser tuyo cuando crezcas ¿Qué te parece, eh? — Dijo con una sonrisa mientras miraba por la ventana del coche la propiedad mientras llegaban.
El azul en el asiento del copiloto le sonrió y suspiró mirando con añoranza la casa, era su ‘lugar de chicos’, a dónde venían cuando querían desestresarse. —Bag, vamos, sabes qué es mentira, me la prestarás quizá, pero nunca me dejarás tenerla, ¡Ni siquiera me dejas venir solo!
—No seas mimado Maurice, compartir es vivir. — Una risa compartida más un ambiente animado y fraternal se instaló en el auto.
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—¡Hey!, ¡Erizo, reacciona!
No pudo hacer mucho antes que se desmayara. Sus conocimientos básicos en medicina lo orillaron a hacer lo prudente, agradecía haber pasado por algún momento similar con María y no perder la calma en estas circunstancias.
Un rato luego en la supuesta habitación matrimonial, había despojado al azul de su saco y su corbata manteniendo un botiquín de cerca; por su propia comodidad puso la cabeza del azul en su muslo para poder maniobrarlo, asumió que era un desmayo.
Vio un par foros médicos para saber qué hacer.
«Algodón y alcohol cerca de las fosas nasales.»
Completó el procedimiento exitosamente y en cuestión de segundos Sonic despertó de forma agitada, se llevó una mano al pecho tratando de regular su respiración.
Shadow en su interior sonrió satisfecho de haber logrado su cometido, pronto vio a una de la empleada pasar y la llamó con la mano.
—Madamme, ¿podría hacerme un favor? — Dijo con su tono controlado y sofisticado, Sonic intentaba ubicarse mientras, sin reconocer el espacio.
—¿Dónde estamos...? —Interrumpió la discusión, Shadow ignoró momentáneamente su pregunta. —¿Qué quieres comer?—
—No tengo hambre... — Dijo tratando de incorporarse, solo obtuvo un mareo que lo hizo volver a usar el muslo de Shadow como almohada.
—No soy imbécil erizo, no has comido nada en todo el día.
Sus orejas se bajaron, ¿Qué coño le pasaba?, ¿Desde cuándo era tan sensible? Chasqueó la lengua y rodó los ojos ante la aparente debilidad del otro, trató de entender la situación y se obligó a no ser tan duro con él.
—Va a demorar, de aquí a que te sientas mejor puedes comer, solo es para adelantarselo a las cocineras. — Reprimió su instinto de mover la pierna por el estrés.
Lo miró pausadamente, por primera vez desde que estuvieron en el altar, verde pasto con rojo carmín cruzaron.
—¿Lo que sea?— Shadow alzó los hombros con indiferencia. —Supongo.
—Entonces, ¿Un chilidog?
—¿Un qué?
La empleada que había estado presente soltó una pequeña risa ante el pedido, no sabía si era un capricho de un niño mimado o si genuinamente los disfrutaba, sin embargo, no pudo evitar contener su gracia de escuchar a lo que sería considerado la burguesía actual pedir una comida callejera cualquiera de un barrio común.
El moreno no ocultó su desconcierto alzando la ceja. —¿Qué es? — Le preguntó a la mujer.
—Es un hotdog con chile por encima, suele ser una comida muy popular entre los occidentales. — Explicó mientras como podía se tragaba su risa y organizaba su uniforme para disimularlo.
El de ojos carmín miró a ambos casi en estado de shock. Se aclaró la garganta y miró a Sonic.
—Un consomé estaría bien. — Dijo a la empleada, el ambiente anterior fue intercambiado por uno completamente pesado.
—Este es el Shadow controlador que conozco... —Dijo tapándose la cara por su antebrazo, aun con su cabeza reposando en el moreno.
—Pienso en tu seguridad, erizo, no has comido nada en al menos 21 horas, ¿Y pides algo así de pesado?, mañana podrás pedirlo de desayuno si quieres, pero hoy no deberías exceder.
El cobalto suspiró y miró a Shadow, quién a pesar de todo se veía estresado, su ceño más fruncido que lo usual y sentía sus dedos de la otra mano marcar un patrón en su rodilla. Creyó que era por incomodidad de él estar encima así que fue a levantar su cabeza.
—Aun no. — Puso su mano enguantada en su hombro y se sorprendió al sentirlo notablemente tenso, pasó su mano por sus púas, un toque que comenzó siendo incómodo por su propia distancia y recuerdos chocantes. —Necesitamos hablar en serio erizo...
Amelia~Joseph (Guest) on Chapter 1 Thu 04 Sep 2025 03:51AM UTC
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