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Language:
Español
Series:
Part 4 of El Omega y el Emperador Series
Stats:
Published:
2021-12-29
Updated:
2023-12-20
Words:
415,000
Chapters:
39/?
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El Omega y el Emperador: Segunda Parte

Chapter 15: CAPÍTULO 9 PARTE 1: ENFRENTAMIENTO

Notes:

ADVERTENCIA: DESCRIPCIONES GRÁFICAS DE VIOLENCIA, CONTENIDO SANGRIENTO EXPLÍCITO.

POR FAVOR, PROCEDA CON PRECAUCIÓN.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Enlace del capítulo en otras plataformas:

Wattpad: https://www.wattpad.com/1263756625-el-omega-y-el-emperador-segunda-parte-fanfic

POR FAVOR, PROCEDE CON PRECAUCIÓN

 

REINO DE GUSU LAN

6 años atrás

 

 

Lan Wangji había tenido un día bastante tranquilo.

Había tenido clases como normalmente se esperaría, hizo sus tareas y ahora llevaba varios de los trabajos de los omegas de su clase a su tío para que los revisara junto a los exámenes. Aunque hubo un percance porque Nie Huaisang se durmió en clases y Lan Wangji se había tenido que hacer cargo del castigo, ahora podía continuar con sus labores como siempre.

Cuando llegó a los edificios de las oficinas de los maestros lo primero que escuchó fueron los reclamos de su tío.

―¡Ese príncipe desvergonzado, ¿Cómo se atreve a preguntar tantas tonterías?!

Lan Wangji no pudo evitar sorprenderse, era raro escuchar a su tío quejarse abiertamente de alguien. Hablar de otros a sus espaldas es contra las reglas.

―Tío, solo es un muchacho lleno de curiosidad. Tal vez solo quería entender mejor las cosas.

―No, si fuera la primera vez lo intentaría creer, pero esta no es la primera vez que esa Alteza tiene el descaro de preguntar tonterías o faltarles el respeto a mis clases. Simplemente intolerable. Esta vez no le daré el beneficio de la duda. Si quiere estar castigado todo un mes lo estará. Y confiaré en ti para que vigiles que cumpla su castigo.

―Está bien, tío.

La imagen de Lan Qiren y Lan Xichen fue presente ante el menor, quien tan pronto fue visto por los adultos ofreció una reverencia como saludo.

―Wangji.

―Pasa, Wangji.

A pesar de que ambos continuaron halando el tema del Tercer Príncipe Jiang quedo cerrado y Lan Wangji no quiso preguntar al respecto.

Lo que si sabia era que los omegas también hablaban de un tal Tercer Príncipe Jiang.

―Es una decepción que Gusu Lan tenga muros entre castas. Si las cosas fueran como en las antiguas generaciones no solo no habría muros. También podríamos estudiar cerca de alfas tan guapos.

Desde su lugar en el comedor Lan Wangji no pudo evitar pensar que eso era muy desvergonzado.

Los alfas solían ser algo completamente diferente a ellos. Los muros eran una protección contra o inmoral e incorrecto. Era mejor así.

―Pero más importante, si no hubiera muros y todos estuviéramos juntos podríamos estudiar junto al Tercer Príncipe Jiang.

Y Lan Wangji no pudo evitar asustarse un poco ante los chillidos de los omegas que hablaban tras él.

Gritar esta prohibido en Gusu Lan, estas personas necesitaban copiar muchas reglas.

―¿Realmente es tan guapo como dicen?

―Créeme que es mucho más que guapo. ¡Él es tan atractivo y ardiente!

Los omegas se rieron mientras Lan Wangji frunció el ceño en confusión.

¿Qué querían decir con ardiente?

¿El Tercer Príncipe Jiang era alguien compatible con la energía del fuego?

No importaba cuanto tiempo había pasado desde que había gente del exterior en Gusu Lan. Lan Wangji aun no podía acostumbrarse a sus extraños modismos.

―¿Es más guapo que el Primer Príncipe Jiang?

―Naturalmente, mientras el heredero siempre es tan gruñón Su Alteza es tan sonriente y amable. Como el verdadero príncipe de un cuento de hadas.

―¿Es más guapo que su Majestad la Araña Violeta?

La Araña Violeta.

Lan Wangji si conocía quien era la Araña Violeta. El Rey Nie que era amigo de su hermano solía hablar bastante de ella y cuanto la admiraba en realidad.

Su hermano le había explicado que el Rey Nie había admirado a la Reina Alfa Yu Ziyuan desde que era un niño. Tiempo en el que ya se hablaba de sus grandes hazañas en cacerías nocturnas y enfrentamientos amistosos con figuras tan grandes como el antiguo Chifeng-Zun o la Peonia Desvergonzada.

Aunque Lan Wangji no sabía mucho al respeto y su conocimiento sobre ella era mínimo, había escuchado por los rumores que aunque Yu Ziyuan era de otra generación, aún hacia que los corazones de omegas tanto jóvenes como mayores aun latieran atrapados por su belleza antinatural. Tal como pasaba en su juventud.

Que compararan a esas dos personas daba mucho de que hablar respecto a que tan agradable parecía ser ese Tercer Príncipe Jiang.

Al parecer el hijo adoptado de la Araña Violeta y el Loto Sonriente de Yunmeng Jiang se estaba volviendo bastante popular.

Pero ese no era asunto de Lan Wangji.

―Claro que no, al menos aun no. La Araña Violeta aun sostiene su primer lugar como la alfa más atractiva del YuZhong. Pero si Su Alteza ya es así de hermoso en esta edad, solo imagina como se vera cuando tenga su Presentación Instintiva. 

―Sin duda será el Yu Ziyuan de su generación.

―No hay duda de ello.

Durante mucho tiempo Lan Wangji no volvió a escuchar nada sobre el tema y el mismo no quiso investigar algo que no era su asunto. Lo poco que se escuchó fue de parte del Rey Nie Mingjue, quien solía conversar bastante con su hermano sobre muchas personas incluyendo a la Reina Alfa Yu y el futuro debido a su propia posición.

Las personas que dirigirían el imperio tendrían mucho de qué hablar sobre los otros reyes y príncipes.

La vida continuaba, el día en que Nie Mingjue y él tuvieron que hablar de un compromiso que ambos no deseaban llegó.

―¿Esto es algo que tú quieres?

Una sola negativa fue suficiente para que este hablara con su familia.

La idea del compromiso estaba desechada.

Y el día de la Conferencia de Discusión Imperial llegó junto al carruaje de Lan Wangji.

Cuando las puertas se abrieron lo primero que vio fue a Nie Mingjue extendiendo una mano hacia él. Fue algo incómodo aceptarla. Pero las cosas se sintieron menos tensas cuando Nie Mingjue decidió conversar con su hermano sobre muchas cosas más manteniendo la distancia de él.

Lan Wangji no quiso prestar atención, tan solo decidió concentrarse en su propia emoción por lograr salir de Gusu Lan. Por fin podía ver el mundo más allá de las murallas que le criaron y las palabras que le educaron.

El mundo exterior era hermoso y radiante. El clima era algo cálido, las flores eran hermosas y los aromas nuevos eran tan agradables. Aunque se sentía un poco cansado desde hacía unos días no dejaría que eso le arruinara esta salida que le permitía libertad.

Como un omega casadero de Gusu Lan el velo cubría su rostro permitiendo que la parte delgada sobre sus ojos le permitiera ver la imagen clara de los líderes de clanes y algunos reyes abriéndose paso ante las presentaciones.

Hasta que Lan Wangji pudo escucharlo.

―¡Su Majestad, la Reina Alfa de Yunmeng Jiang. Zi Zizhu, Yu Ziyuan. Y los guardianes el Inmortal Polilla de Oro y el Inmortal Tormenta de Plata Sangrienta.

La imagen de tres personas vestidas de purpura abriéndose paso entre la gente fue visible.

Entonces Lan Wangji la vio.

En medio de dos guardianes una mujer de apariencia hermosa y misteriosa caminó hasta estar frente a las escaleras que llevaban al trono del emperador. Las túnicas púrpuras decoradas con los ornamentos y bordados que delataban la influencia del clan Yu en su Loto Violeta de Meishan Yu se hicieron presentes.

Yu Ziyuan era bastante imponente. Las voces emocionadas y llenas de admiración se hicieron presentes entre alfas, omegas y betas. La alfa que un día fue la rival del emperador en su juventud extendió sus túnicas y ofreció una reverencia al igual que sus guardianes ante el emperador, sin perder un solo toque de la imagen orgullosa que proyectaba.

Era impresionante, Lan Wangji por fin entendió la extrema admiración del Rey Nie por la Reina Alfa Yu.

Yu Ziyuan.

Su Majestad Yu y Su Señoría Polilla de Oro en verdad eran bastante altos e intimidantes. Lan Wangji por fin entendió porque algunos parecían tenerles miedo. Incluso aunque el guardián Tormenta de Plata Sangrienta parecía más pequeño era el único con una altura adecuada para un alfa.

Así que los rumores eran ciertos, la gente de Meishan Yu era bastante alta en realidad.

Entonces escuchó voces.

―Su Alteza Zi Zizhu sigue siendo tan atractiva.

―Es tan alta, que miedo. Aunque no me importaría tanto en realidad. Si tan solo aceptara concubinas participaría de inmediato en los exámenes.

Que desvergonzado.

Si Lan Wangji creía que los rumores se callarían, Lan Wangji no conocía a la gente del sur.

―Tal como pasó con Yu Ziyuan un cierto porcentaje volvió a chillar y hablar emocionados cuando apareció esa persona que llamaron Jiang Wanyin. Quien al parecer era el heredero de Yunmeng Jiang.

Pero las cosas empeoraron cuando él apareció.

―Su Alteza Real, el Tercer Príncipe Jiang, Wei Wuxian.

Y los gritos se multiplicaron al grado desvergonzado que incluso los betas y alfas hablaron de esa persona.

―Por los dioses, ese Wei Wuxian si que es bastante atractivo para su edad.

―Su Alteza es tan hermoso. Ojalá me escoja a mi como su omega.

―No, él me escogerá a mí.

―¡No, a mí!

―Los omegas si que tienen suerte. Ese tipo es tan guapo.

―No me importaría ser un omega si eso me llevara a la cama de Wei Wuxian.

Y alfas se rieron ante un escandalizado Lan Wangji que comenzaba a cuestionarse porque tenía que estar entre tanta gente desvergonzada. ¿Por qué no podían respetar el momento en que los príncipes y reyes saludaban a su Majestad Imperial?

Que desvergonzados.

Pero Lan Wangji no pudo evitar preguntarse.

¿Por qué Wei Wuxian?

¿Por qué Wei en vez de Jiang si había sido adoptado por los Jiang?

Aunque también podría ser adoptado bajo el apellido Yu.

Jiang Wuxian.

Yu Wuxian.

Yu Wuxian sonaba bastante bien.

Pero Lan Wangji quitó el pensamiento de su cabeza al darse cuenta de lo que hacía.

Opinar sobre la vida de otros es contra las reglas.

Lo que Lan Wangji no sabía era que en un futuro nuevamente haría la misma pregunta ante el guardián de quien ahora era su marido.

―¿Wei Ying dijo algo raro?―la manzana que el Señor Suibian sabía estado comiendo hacia un momento fue dejada de lado. El hombre le miró curioso.

―Hmn, una vez que Wei Ying fue a pescar pensé que era mi imaginación, pero... volví a escucharlo decir muchas palabras en esa lengua inusual.

―Ya veo... posiblemente era lengua MaoLang o LongLian.

―¿MaoLang o LongLian?

―Hmn, veras su A-Niang fue educada bajo ciertos elementos culturales de los Mao, entre ellos estaba su lengua. Wei Ying aprendió la lengua Mao cuando era muy pequeño como su segunda lengua, mientras la lengua LongLian de los Yu la aprendió a través de Yu Ziyuan. Ella le enseñó eso porque él tenia mucha curiosidad y ella nunca le negó el conocimiento sobre la cultura Yu.

Lan Wangji no pudo evitar prestar atención a eso. Le gustaba aprender muchas cosas de Wei Ying.

― La caligrafía LongLian suele ser bastante ornamentada y curvilínea al igual que los bordados de sus túnicas. Mientras la caligrafía MaoLang es más sencilla y cuadrada. Wei Ying aprendió tanto a escribir ambas como un recuerdo de su mamá y respeto a su tía Yu. Es por eso que los caracteres de Wei Ying suelen presentar trazos algo excéntricos.

Oh, eso explicaba muchas cosas.

Aunque Lan Wangji se preguntaba a veces porque algunos de sus trazos eran mas trabajados de lo que solían ser en mandarín, siempre creyó que su caligrafía era la más hermosa que había visto en su vida.

―¿Es difícil aprender esas lenguas?

―Depende en realidad, ¿te gustaría aprenderlas? Los Mao no tienen mucho en contra de que la gente aprenda su lengua, pero los Yu son más estrictos. Solo tienen permitido enseñárselo a sus parejas e hijos, pero tú eres pareja de Wei Ying y él fue adoptado por Ziyuan. Si quieres aprenderlas solo tienes que preguntarle.

Entonces algo vino a la cabeza de Lan Wangji.

Algo que se preguntó hace mucho tiempo.

―Señor Suibian.

―Sí, pequeño Lan.

―... ¿Por qué Wei Ying se apellida aun Wei y no Jiang... o Yu?

El señor Suibian bajó la manzana cuando escuchó su pregunta olvidando la idea de dar otra mordida.

Ahí en medio del bosque mientras la campaña descansaba un momento y Wei Wuxian había ido a pescar para Lan Wangji, la emperatriz no pudo evitar preguntarse muchas cosas que no se atrevía a preguntarle directamente a Wei Wuxian.

El Señor Suibian pareció pensar antes de contestar.

―Bueno, cuando adoptaron a Wei Ying hubo muchas cosas que se atravesaron y otras que hicieron que Jiang Fengmian y Yu Ziyuan tomaran la decisión de dejarle dicho apellido. ¿Por qué la pregunta tan de repente?

Lan Wangji pensó un poco antes de volver a hablar.

―Yo... hay muchas cosas que me gustaría saber de Wei Ying, pero... me he dado cuenta que a él le cuesta mucho hablar sobre los reyes Jiang. Solo es curiosidad.

―Ya veo. Ciertamente le cuesta hablar.

―Además... me gustaría saber más sobre... nosotros.

Lan Wangji no se atrevió a decir nada más. Pero al parecer el Señor Suibian comprendió sus palabras.

―Lan Wangji... hay muchas cosas que él no puede decirte, pero hay otras que si puede y te las dirá. Un día sabrás toda la verdad, pero sin importar la versión que oigas debes recordar una cosa... Wei Wuxian te ama y todo lo que ha hecho es por proteger a las personas que ama. Tú eres parte de ello y siempre será así.

―Señor Suibian.

―Prométeme que sin importar lo que escuches no te quedaras con una sola versión. Si lo haces te prometo que aquello que él no pueda contarte te lo contaré yo.

―Lo prometo.

Fue una promesa.

Lan Wangji no se dejaría llevar nuevamente por los rumores de otros.

Pero sus preguntas continuaron.

Incluso ahora.

 

 

CAPITAL DEL IMPERIO-YILING WEI

Tiempo actual

 

 

Había algo extraño en la persona frente a Lan Wangji.

La forma en la que lo miraba con respeto, aquella pregunta rara como sus palabras sobre ayudarlo.

―Dígame, Su Alteza Imperial, ¿desea saber aquello que el emperador no puede contarle? ¿le gustaría entender porque no puede recordar nada aun si implica saber la verdad?

―¿Por qué debería de creerte?

Wu Meihua suspiró asintiendo.

―Efectivamente no tiene motivos para creerle a este rostro. He de imaginar que soy la persona que menos quería ver en este momento. Pero aunque no lo crea todo tiene una razón de ser, incluso mi actuar.

―¿Incluso este atroz ataque?

―Así es. Todo tiene un por qué. Mientras los ojos del cielo nos miren la obra sigue en pie, Su Alteza Imperial.

¿Los ojos del cielo?

¿Qué quería decir con aquellas palabras?

―No tiene por qué escucharme, pero si quiere hacerlo se lo diré todo con un único objetivo.

―¿Perturbarme?

―No, más bien ayudarle a usted y al emperador a conseguir algo que los ha llevado mucho tiempo conseguir... liberar la voz verdadera de su omega.

Lan Wangji frunció el ceño.

No debía escuchar.

En verdad no debía hacerlo, pero...

Escucha, hazlo, por favor.

Pero su omega quería escuchar.

―Si tienes algo que decir, hazlo ahora.

―Como lo ordene, Su Alteza Imperial.

Wu Meihua soltó un suspiro, antes de elevar su espada a Lan Wangji en una pose adecuada para un enfrentamiento amistoso. Lan Wangji hizo lo mismo.

―Debido a mi actual situación, Alteza, tengo que fingir que quiero un combate a muerte contra usted mientras los ojos del cielo miran. Se que no tiene sentido para usted y suena como un desvarío, pero le prometo que algún día lo comprenderá.

Lan Wangji no entendía nada, pero no bajo la guardia. Sus feromonas se prepararon para pelear.

―¿Está listo, Su Alteza Imperial?

―Lo estoy.

―De antemano me disculpo si tengo que ser algo rudo, terriblemente esta es la única manera de que esto funcione... ya lo verá.

Por alguna extraña razón Lan Wangji notó verdadero pesar en los ojos de Wu Meihua. Era como si en realidad fuera otra persona. Como si todo lo que decía lo sintiera de corazón.

Wu Meihua tomó un respiro profundo, se aferró a la empuñadura de la espada, y entonces sus ojos brillaron en rojo con determinación.

―Entonces aquí voy.

Cuando aquella persona se lanzó a Lan Wangji y sus espadas comenzaron a chocar Lan Wangji no vio lo mismo que notó cuando se enfrentó a Wu Meihua en el Festival de las Siete Flores.

Esta persona ahora era demasiado fuerte y capaz, más que antes. Lan Wangji se sintió sorprendido del talento y la experiencia de Wu Meihua, al igual que su curiosa y perturbadora tranquilidad tan fuera del Wu Meihua que conoció.

Entonces la historia comenzó.

―Esta es la trágica historia de amor de un omega de radiante belleza que podía ser comparado con un dios, y un emperador con una sonrisa tan brillante que podría usurpar al mismísimo sol.

Las espadas chocaron, un golpe tras otro, esta vez ninguno estaba listo para dudar de sí mismo. Para permitir que este encuentro terminara antes de que la historia concluyera.

―El omega era demasiado hermoso ante los ojos de los mortales, pero su inusual carácter era juzgado por cada persona que le viera al considerarlo aterrador. Por eso el omega siempre estaba solo, ahí, escondido en los recesos de las nubes en donde su único amigo era su hermano y su guardián tomo el rol paterno en su vida en una familia que estuvo rota desde el comienzo.

Con pasos audaces, a diferencia de su primer encuentro Wu Meihua pudo llevarle el ritmo. La energía resentida en su interior fluyó como velos en una danza mortal entre el fuego, la sangre y el atardecer. Sus espadas chocaron golpeando con agilidad, ninguno planeaba bajar la guardia.

―Sin embargo, el omega vivía con esperanza, una que no recordaba en que punto de su vida comenzó, pero que sabía que era tan fuerte como su terquedad, como el filo de su espada. Como el cuerpo que entrenó con disciplina aun en contra de la molestia de su tío abuelo por sus acciones.

El estruendo de la batalla era tenaz y aterrador en un paraíso convertido en un campo de batalla. Los gritos de su gente llena de valentía ante el enfrentamiento iracundo de la muerte. La sensación de desconcierto ante el conocimiento que esta persona tenía de él.

La sensación de familiaridad.

―Pero en medio de esa esperanza había una memoria que perdió, la memoria de algo muy importante, algo que prometió no olvidar o soltar, jamás abandonar. Tal vez una promesa, un trato, un suceso en particular. No era su culpa en realidad, tal vez era cosa del destino. Un trauma vivido en un tiempo reciente, un desafortunado suceso que le hizo olvidar, o tal vez una maldición. Una cruel maldición que le negaba el recordar.

La cabeza de Lan Wangji volvió a doler, imágenes difusas en su mente intentaban importunar su ritmo en la batalla, Lan Wangji no podía permitir algo así.

―Pero más allá de la prisión del omega. En los territorios del sur vivía un alfa sobre tierras que eran enmarcadas por ríos y un muelle de lotos que el alfa amaba más que cualquier cosa. Un paraíso de verdad, algo que se sentía inusualmente familiar pero demasiado cálido para ser cuestionado. Después de todo, olía a lotos, lotos que se parecían a los suyos y se parecían a un hogar. Un refugio.

Solo una persona podía venir a su mente, Lan Wangji no podía dejarse llevar por la pequeña y punzante sensación sobre su corazón.

¿Realmente era bueno escuchar a esta persona?

¿O escapar de ello era la solución?

No, Lan Wangji no consideraría esto la verdad, pero si quería entender porque sentía que había algo raro en esta persona debía sacarle hasta la última palabra que delatara su verdadero ser.

No escaparía. No más.

Había escapado mucho tiempo de todo lo relacionado con Wei Wuxian.

Era hora de que enfrentara la verdad.

Incluso si tenía que escuchar todas las versiones de esta historia en realidad.

El cultivo demoniaco en el interior de esta persona era antinatural.

Demasiado fuerte para solo días, demasiado antinatural para que su núcleo resistiera.

Demasiado familiar.

―El alfa era hermoso, como un brillante sol que era difícil no dejarse llevar por el como si se tratara de la marea. Tenía dos hermanos, una hermana y un hermano. Tenía dos padres adoptivos, un padre omega que lo adoptó en su nido y una madre alfa con más secretos de los que él podía comprender o saber.

Espera.

Esta persona...

―Y ese alfa en especial guardaba un secreto, escondido a lado de su corazón y rebosante entre las memorias de un niño que había conocido al amor. Aunque lentamente fueron varios los que notaron su enamoramiento, eran pocos los que sabían quién era la persona que había robado su corazón. Porque aunque el alfa era de verdad desvergonzado no quería que nadie se atreviera a divulgar algún rumor sobre ese omega.

―Sobre su omega.

¿Por qué demonios sentía que algo dentro de él lo comprendía todo?

¿Qué era esto?

¿Qué significaba todo esto?

―Ellos habían hecho una promesa, una promesa que el omega no recordaba, pero que el alfa abrazaba como su verdad más importante. Su mundo entero giraba en torno a esa promesa que buscó cumplir en la conferencia de discusión, con un rollo rojo y esperanza intento acercarse a la familia del omega.

Las espadas chocaron, las figuras giraron y Lan Wangji y Wu Meihua continuaron su combate sin temor, sin dudar.

―El tío que guardaba secretos dolorosos en su corazón miró en aquel muchacho la imagen de alguien que hirió su corazón. El tío rechazó la idea de que siquiera se propusiera, pero lo que en verdad lastimó el corazón de aquel alfa fue que su amado omega, su adorado ser no lo reconociera.

Las manos de Lan Wangji temblaron.

¿Qué estaba diciendo?

¿Wei Ying?

―Y aun así el alfa recogió su corazón. El alfa tuvo esperanza y decidió mandar su rollo más tarde, pero él no sabía que no era el único que había mirado a su amada orquídea. Él no era el único que la había deseado. Porque entre esa audiencia en especial había tres alfas, dos hijos y una bestia. Un hijo que quería un omega, un hijo estúpido que solo quería cumplir un capricho y un emperador que tenía un plan oscuro entre manos.

Un extraño dolor se apoderó de su pecho, una sensación familiar se apoderó de Lan Wangji. El dolor de cabeza seguía ahí, no era insoportable pero si era punzante. Como si un aguja se hubiera incrustado en su cráneo y una serie de imágenes difusas apareció en su mente junto a palabras difíciles de entender.

¿Qué era esto?

¿Por qué dolía tanto?

¿Por qué sentía que esto era en realidad...

Familiar.

―Su Alteza, ¿desea que me detenga? Tal vez no es momen-

―Continua. No te atrevas a detenerte.

Con sorpresa Wu Meihua suspiró, aceptando continuar con aquella que era su misión.

―El clan del omega se aterró, los rumores se esparcieron sobre el mundo. Aun cuando el alfa había sido curiosamente mandado a una misteriosa misión sospechosa para matar a una bestia, el alfa logró sobrevivir y los rumores llegaron a él solo inundando su pecho de furia absoluta.

Dolía.

Dolía.

Dolía.

Pero no quería que se detuviera.

Tenía que escuchar. Su omega quería escuchar.

Aun si era mentira no quería que esto se detuviera.

Tenía que saber toda la verdad.

―No podía permitir aquello, no lo haría y así el alfa partió a Gusu Lan con un único objetivo. Sobre su caballo negro montó rumbo a Gusu Lan, sus soldados lo siguieron sin querer regresar a Yunmeng, su guardián lo acompañaba. Un rollo rojo cargaba consigo, la esperanza estaba sobre su corazón. Pero jamás pensó que se encontraría con la imagen de un infierno en sangre y rojo y la escena de su amado siendo humillado por el bastardo caprichoso con aroma a sol.

La mano izquierda de Lan Wangji se aferró a su cráneo, el dolor se extendió sobre su cabeza como si una bestia hubiera rasgado con sus garras su cuero cabelludo.

―¡Continua!

Wu Meihua así lo hizo, acatando la orden del Fénix de Jade a pesar de su ceño fruncido en preocupación.

―El alfa enfurecido atacó al príncipe. Una campana de plata cayó descuidadamente entre los golpes. El llanto del omega que había entrado en celo le hizo reaccionar. Y sin dudar tomo al omega entre brazos, lo subió a su caballo negro consigo y mientras escapaban de los soldados entretenidos con los alfas Jiang, el alfa le daba palabras de aliento diciéndole que todo estaría bien. Que él estaría bien.

Y las voces al fin se estaban volviendo claras.

 

―Tranquilo, Lan Zhan, tranquilo. No tengas miedo, no te preocupes, no te hare daño. Estarás bien. Te prometo que estarás bien, confía en mí. Te protegeré, te prometo que todo estará bien.

 

―El alfa le entregó a su familia, el muchacho le rogó al tío y al guardián que nunca dijeran nada. Ni su nombre, ni su acción. No reclamó ningún agradecimiento, simplemente intentó tomar otro camino, intentando salvar al padre del omega.

A-Die.

 

―Wangji, mi pequeña y linda nube, tienes los hermosos ojos de tu madre.

 

A-Die.

 

―Wangji, eres tan hermoso como las flores y tan gentil como las nubes. Este padre está muy orgulloso del cultivador en el que te estas volviendo.

 

A-Die.

 

―Wangji, tu corazón es tan puro como una nube, nunca dejes que los prejuicios, el miedo y lo que pasó aquí se apoderen de ti. Promete que tu si buscarás tu felicidad.

 

―Pero lamentablemente no pudo hacerlo, cuando llegó ya era demasiado tarde. Ese bastardo con aroma a sol ya había acabado con su vida. La culpa en el corazón del alfa fue atroz, en su corazón le prometió al padre del omega que se encargaría de mantener a salvo a su familia, pero cuando llegó el momento de escapar algo pasó. La campana de claridad del príncipe había caído.

Entonces Lan Wangji escuchó algo.

El tintineo de una campana.

Wei Ying.

¿Ese sonido no fue un sueño en realidad?

¿Había una posibilidad de que esta persona estuviera diciendo la verdad?

―La campana de claridad Jiang ya lo había delatado. Algo obligó al guardián a tener que hacer un viaje largo, le llevaría varios días. El guardián tenía muchos secretos, varios de ellos necesitaban romper el lazo con sus protegidos temporalmente.

¿Guardián?

¿El señor Suibian?

―Fue lo peor que pudo hacer aun cuando no fue intencional.

Lan Wangji se forzó a si mismo a enderezarse, sus ojos miraron seriamente a Wu Meihua, el ceño fruncido se mantuvo firme y sus ojos miraron amenazantes manteniendo la espada Bi-Chen en su mano como si estuviera aferrándose a su vida.

Resiste, resiste.

Tu querías escuchar.

Tu omega necesita saber esto.

Debes mantenerte firme aun si no es la verdad.

―Alteza.

―No te atrevas a detenerte. Continúa hasta el final.

Wu Meihua suspiró.

Realmente esta persona no había cambiado.

―Había algo en especial que el alfa no sabía, un secreto suyo que estaba vinculado con la alfa que lo crio y con el alfa que gobernaba sobre todos los demás. Un secreto que también estaba vinculado al joven alfa. Y cuando ese joven alfa salvó a su omega, esa bestia uso eso como excusa y se cobró el resentimiento que llevaba consigo desde hacía años atrás... y destruyó el hogar del niño.

El corazón de Lan Wangji solo pudo doler ante esas palabras, la picazón de las lágrimas que no lloraba molestaban su vista, esa persona ante él siguió hablando tal y como él ordenó.

―No fue culpa del omega, no fue culpa del alfa, pero había cosas más allá de ellos mismos. Había una bestia que se apoderó de un hombre, un monstruo que destruyó a ese emperador y uso sus sentimientos en su contra y en contra del mundo.

―Ese monstruo tomó todo lo que quedaba del hombre y con su piel se enfrentó al alfa. Había cosas más allá del alfa, cosas que no comprendía, pero eran cosas que los conectaban a algo que iba más allá de ellos mismos.

Lan Wangji le miró seriamente. Cada gesto, cada movimiento, cada mirada.

Era familiar.

―Y esa conexión llevó a la bestia a tirar a ese alfa al infierno. Tal vez fue un instinto de supervivencia, tal vez un trazo del destino sobre ellos o tal vez fue algo que debía pasar justo como pasó. Un plan que deseaba darle a ese niño algo más que solo lagrimas por descubrir la verdad o una sensación de vacío. Una alternativa.

―Sin embargo, hay un precio a pagar por el poder y más uno que se está tomando en un lugar y un cuerpo que no está preparado para ello. Un cuerpo que tiene que romperse para formar otro. Para sobrevivir.

Resiste.

―La bestia no lo sabía, pero le llevó al inicio de todo. Al lugar donde se reencontraría consigo mismo, con la verdad, con aquello que hoy en día niega. Aquello que bloqueo por temor a aceptar lo que es en realidad. Y lo llevó al lugar donde se encontraría con una bestia aún más terrorífica que él y una que también tenía sus propios secretos, su propio pasado, sus propios motivos para vengarse.

Levántate.

―Y una que tenía el mismo objetivo que el yin y el yang. Y juntos apuntaron a una bestia que se creyó el sol mismo. Cuando el verdadero sol ya había sido eclipsado por algo tan cruel como la verdad, el destino inevitable dio marcha cuando el clan de las bestias juró venganza por la muerte de Yu Ziyuan.

Tienes que escuchar hasta el final.

―Y juntos tomaron ese poder, el muchacho que se convirtió en un hombre en ese infierno, salió del mismo con dos armas letales. La vida ahora era la muerte y la muerte era la destrucción. Para poder crear necesitas destruir, para poder destruir necesitas tu corazón y él lo hizo sin importar el precio, solo con un único objetivo. Matar a la bestia que fingía ser un hombre.

Esta persona...

¿Cómo esta persona sabía eso en realidad?

Mas bien, ¿Qué era verdad de todo lo que esa persona le contaba?

¿Qué eran esas extrañas metáforas que tanto mencionaba?

¿Por qué sentía que una parte de él las comprendía a la perfección?

¿Por qué sentía que debía creerle?

¿Por qué sentía que había roto una promesa?

Las lágrimas salieron de sus ojos. Lan Wangji quería soltar la espada, tomar su cabeza con sus manos y gritar por este insoportable dolor.

―Pero aun cuando la bestia murió, los fantasmas de las acciones de aquella bestia marcaban tanto al alfa como al omega.

Pero no podía.

Tenía que resistir.

Tenía que mantenerse de pie.

Igual que siempre.

Igual que en ese momento.

Igual que cada día de su vida.

Tenía que escuchar hasta el final.

―Mientras uno vivía con el crimen carmesí entre sus manos y la verdad que aun negaba, el omega vivía con sus propios sentimientos, con la culpa, con la impotencia. Y el alfa sabía eso, lo sabía mejor que nadie. Y por eso ese alfa que sabia como funcionaban las reglas de este mundo, ese alfa que aun tenia a mucha gente que cuidar, a un niño que le regresó la vida, lo entendió.

―Para proteger a sus seres amados, debía tomar una decisión. Y ese alfa se volvió en el emperador.

La mano de Lan Wangji se sujetó a la espada entre sus dedos, sus nudillos se volvieron blancos.

―Porque esta es la historia de un omega y un emperador, un omega que ha olvidado una promesa y un emperador que a pesar de todo le sigue amando aun cuando pensó que era imposible para el ser amado. La historia de un omega que al parecer ha sido maldecido y un emperador que aun lucha con su propia maldición.

Respira, Wangji, respira.

―Porque aun cuando tu espada estaba destinada a acabar con él en cada oportunidad, hoy en día tu espada apunta contra sus enemigos. Tu corazón fue dejando atrás el odio irracional que aun te preguntas de donde apareció y tu alma, tan terca como siempre no quiere romper su lazo sin importar cuantas veces la maldición se active.

¿Maldición?

¿De qué estaba hablando?

―Nada fue culpa del omega. Nada fue culpa del alfa. Sin embargo, esa bestia no dudo en hacer que sus vidas se volvieran en esto. No dudo en arruinar otras vidas y no dudo en destruir todo a su paso como el ser atroz que era. Y al parecer estas intentando romperla, ¿no es así? Quieres romper tu propia maldición de una vez por todas.

La espada de Lan Wangji apuntó a la persona frente a él, sus ojos brillaron en dorado destellando aun en molestia. Sus colmillos se mostraron y los gruñidos que había tragado durante años por fin salieron llenos de sentimientos que Lan Wangji no podía procesar.

―Esa maldición que recibiste sin darte cuenta y la que te ha acompañado por siempre... pequeño niño Tang.

¿Tang?

¿Qué quería decir con eso?

En este mundo ya no había ningún miembro del viejo clan Tang.

¿Verdad?

La mente de Lan Wangji era un desastre, un palacio de cristal que estaba a punto de quebrarse entre memorias difusas, palabras inentendibles y la clara voz de su omega dudando entre la realidad y lo que esa persona estaba diciendo.

Pero Lan Wangji no bajaría la guardia, no otra vez.

Y por ello se dejó llevar por su instinto dejando que su aroma atacara a esa persona sin dudar.

Sin embargo, aun cuando el bosque de sándalo esparció sus raíces aferrando a esta persona al suelo. A pesar de que las enredaderas de orquídeas y jazmines apuntaron con fuerza y los ojos de Lan Wangji brillaron en amenaza, esa persona no se inmutó.

Como si en realidad...

―¿Quién eres?―preguntó Lan Wangji seriamente, consiguiendo una sonrisa de la persona ante él.

Tal vez su encuentro con Wu Meihua solo había constado de días, pero Lan Wangji podría recordar su aroma como el aroma de cualquier persona que había conocido y tratado.

Y ese sutil aroma a camelias que decoraba los árboles de cerezo, rocío y rosas de Wu Meihua no era algo que Lan Wangji podría considerar normal.

Porque los aromas están relacionados con las almas, las experiencias y la naturaleza de las personas.

Porque era demasiado sospechoso que esta persona manejara el cultivo demoniaco como si supiera lo que estaba haciendo cuando en realidad Wu Meihua era un cultivador de un clan honesto que no tenía ni una sola gota de energía Yin, ni siquiera en el último día en el que se vieron.

Y en último lugar, tanto su comportamiento como lo que le contó y sobre todo su reacción ante el aroma de Lan Wangji solo le hicieron confirmar su suposición.

Esta persona no era Wu Meihua.

El alma de Wu Meihua seguía ahí, podía sentir que era consciente de lo que estaba pasando, sin embargo, esta persona en particular ante él, la persona con la que estaba tratando en realidad no era Wu Meihua.

Había alguien más.

Dos almas en un solo cuerpo.

Eso solo le llevaba a hacerse tres preguntas en particular.

¿Por qué había escogido a Wu Meihua?

¿Qué era lo que esta persona y Lycoris Radiata estaban tramando en realidad?

Y...

¿Qué hechizo era este y porque sentía que Wu Meihua había aceptado que alguien le hiciera esto?

Con aquello frente a la mesa lastimarlo no era una opción, primero debía descubrir quién era este impostor como la manera de extraer su alma del cuerpo de Wu Meihua y después descubrir que tanto tenía que ver ese niño en esto.

Y si no era así, debía encontrar una manera de salvarlo de este ser.

Sus sentimientos personales sobre Wu Meihua no importaban, la verdadera prioridad era detener a estas personas.

―Pregunté... ¿Quién eres?

La persona frente a él no dijo nada en absoluto, solo le dio una suave sonrisa. Sus ojos se veían cansados y sin que Lan Wangji pudiera darse cuenta en qué momento pasó, aquella persona le abrazó gentilmente aferrándose a su cintura.

Aquella persona le susurró unas palabras. Lan Wangji no supo cómo procesarlas, ni siquiera supo cómo actuar cuando aquella persona se alejó seis pasos de él sin dejar de mirarlo.

Hasta que el carmín se dispersó de sus ojos y el avellana volvió, así como una mirada algo confundida.

Y Lan Wangji lo intentó.

―Joven maestro Wu.

Sin embargo, cuando Wu Meihua pareció reconocerlo solo obtuvo una mirada, antes de desmayarse siendo sorpresivamente sujetado por alguien que le colocó boca arriba en el suelo antes de pasar su mirada a Lan Wangji; quien hizo todo de si para soportar la molestia en su cabeza mientras la fina hoja de la espada Bi-Chen apuntaba contra él.

Esta persona se veía algo diferente de la primera vez que le vio cuando escapó con Xiao Xingchen, sus ropas estaban manchadas de rojo, mientras una serie de cortes distribuidos por su cuerpo de forma irregular golpeando lugares precisos habían arruinado las túnicas sencillas de ese hombre.

Su cara bonita ahora estaba decorada con golpes y fracturas. El tabique de su nariz había sido fracturado y desviado, tenía dos cortes sobre la mejilla derecha y una cortada justo al lado del ojo derecho en donde había un golpe que en algún momento se inflamaría.

La mejilla izquierda presentaba un gran desgarre sobre la piel e hinchazón, al parecer el hueso fue quebrado. Su barbilla presentaba cortes y desgarres. Hinchazón y sangre. La herida mas sencilla parecía ser el corte sobre su labio inferior manchado de sangre.

Esto era claramente obra del séquito Feng, y por la manera en la que había llegado se sentía como si en realidad estuviera escapando de ellos. Sin embargo, Lan Wangji no podía confiarse.

El hecho de que este alfa estuviera aquí a pesar de lo mal que se veía dejaba en claro que su resistencia era atroz.

Debía darle tiempo a Wei Ying.

―Xue Yang.

Lo único que obtuvo fue una sonrisa.

―Hanguang-Jun.

El alfa movió con gracia su espada, como un niño divertido de esta hazaña suya. Lan Wangji no dudo en apuntarlo con Bi-Chen mientras el guqin volvía a sus manos listo para pelear. Sin importar lo que pasara debía atrapar a esta persona y hacerla pagar.

―¿Así que me conoces?

―Ese corte de cabello.

Xue Yang acarició su ensangrentado flequillo por el corte en su frente. Era tan similar al de Wei Wuxian, excepto por la ausencia de ese pequeño mechón que desconocía la gravedad.

―¿Te gusta? Aunque no soy tan alto como él y mi cuerpo no se ve tan robusto, las túnicas y la corona ayudan mucho a la interpretación.

―Todo este tiempo Lycoris Radiata fuiste tú.

―Claro, solo un pequeño pasatiempo, una puesta en escena muy divertida de hecho. Aunque no era mi plan hacer buenos actos cuando ese tipo me reclutó para matar a tipos alfas no pude evitar disfrutar la idea de ser parte de ello.

―¿El caso de los Jin?

―Fui yo, aunque Wei Wuxian jamás fue parte de ese plan las circunstancias le culparon por esto. Aunque se lo merece por atreverse a quitarme a mi omega.

―¿Por qué mataste a los Jin?

―Porque esa maldita escoria se lo merecía. Se lo merecía, ¡se lo merecía más que nadie en este mundo! Las escorias como esos tipos merecen eso y mucho más.

―Esa bestia, ¿Es tu líder?

―Claro que no. La única razón por la que estoy trabajando como su socio es porque me prometió que me ayudaría a conseguir a Xingchen en menos tiempo del que me costaría hacerlo solo.

―¿Por qué confiarías en él?

―Porque ese tipo entiende que soy un alfa y que tengo derecho a ser tratado como uno.

Lan Wangji frunció el ceño.

―¿Qué significaba eso?

Xue Yang solo rio.

Los ojos de Lan Wangji pasaron a Wu Meihua inconsciente en el suelo, su voz salió neutral como siempre.

―¿Quién es?

―¿Hmn?

―El alma que ha invadido el cuerpo de Wu Meihua, ¿Quién es?

Y Xue Yang se rio.

―Eso es algo que deberás investigar por ti mismo.

―¿Mi séquito?

―Ese grupo de idiotas es difícil, realmente me entretuvieron mucho, pero no estoy aquí para perder el tiempo con ellos. Mi verdadero objetivo está aquí, justo frente a mí.

―Si te atreviste a matarlos...

―Jajaja, Hanguang-Jun, creo que tienes una versión algo retorcida de mí, pero no te culpo. Después de todo, me he divertido mucho en este tiempo. Pero ellos están vivos, no valen mi tiempo ni mi esfuerzo. En cambio, pelear contra Hanguang-Jun, eso sí que es interesante.

La espada de Xue Yang apareció ante Lan Wangji.

Era una espada de doble filo, una aura negra la envolvía como una evidencia del resentimiento sobre su hoja. El metal brillante del mango era oscuro y sombrío como la misma hoja y los brillantes ojos rojos de Xue Yang destellaron cuando miraron a Lan Wangji.

Cualquiera podría confundir a esta persona como un lindo chiquillo omega que solo quería jugar. Pero Lan Wangji lo sabía mejor que nadie, este hombre en especial, sin importar su casta o apariencia era en realidad el asesino de Lycoris Radiata.

Aunque no entendía.

¿Por qué?

¿Por qué un tipo que decia odiar a Wei Wuxian haría lo que estaba haciendo?

¿Quién era Xue Yang en realidad?

¿Quién era ese demonio?

―¿Sabes? He escuchado mucho de ti, Hanguang-Jun, más en especial de Su She. Él decía que eras una perra frígida que solo necesitaba ser follada para entender su lugar. Pero por el miedo que parecía tenerte quedaba claro que eras más interesante de lo que parecía, viendo lo que le hiciste a nuestros hombres y lo que le hiciste a mi mano.

Mostró la mano que tenía una prótesis para el dedo que según los informes había perdido, en la muñeca donde Lan Wangji lo había golpeado ya había una ligera inflamación, pero el aspecto alegre de Xue Yang era aún más perturbador.

―Me queda claro que ese tipo solo hablaba por hablar, así que recordé algo en especial. Siempre he querido pelear con el interesante Hanguang-Jun y por esa cara molesta, parece que tú también quieres eso. Pero me pregunto, ¿realmente podrás pelear en ese estado tan lamentable?

Solo cuando Xue Yang lo mencionó Lan Wangji se dio cuenta de su verdadero estado.

Su mano derecha temblaba sobre las siete cuerdas del guqin Wangji, su corazón tambaleante palpitaba con terror. Un torbellino de sentimientos apresaban su pecho entre las palabras que aquella persona le dijo, frases que no entendía porque parecían memorias y la sensación de que tal vez tenía razón.

No, no estaba en condiciones. Pero cuando los Wen atacaron a su padre, encerraron a su gente en el Salón del Trono y ese grupo atacó a Lan Wangji, él tampoco estaba en condiciones de pelear.

Pero lo hizo.

Y al igual que en ese día tomó una respiración profunda, frunció el ceño y su agarre se volvió firme como el acero.

Él era Hanguang.-Jun, más que bonitas palabras que buscaban darle esperanza al pueblo. Más que una bonita pieza de jade que fue vista como decoración por años por varios alfas.

Y aun si él nunca peleó directamente en el campo de batalla contra el sol, él también era un guerrero.

Y uno que estaba listo para castigar a este ser mezquino.

Con una mirada fría en oro sus dedos tocaron las cuerdas mandando un ataque directo a Xue Yang, el mismo que buscó esquivarlas hasta que la espada Bi-Chen chocó contra la suya y con una brillante sonrisa exclamó con satisfacción.

―¡Pero al parecer aun puedes hacerlo! ¡Entonces pelearemos! ¡Pero lo haremos con esto!

De sus túnicas Xue Yang saco ese objeto en particular y los ojos de Lan Wangji no pudieron evitar abrirse con sorpresa y terror.

Ese era...

¡¿El Sello del Tigre Estigio?!

No.

¡Eso era una copia exacta del Sello del Tigre Estigio!

Era imposible que Lan Wangji no lo reconociera cuando había visto la imagen de este en los documentos de investigación que había hecho con Bichen. Esos mismos documentos que Lan Wangji había repasado lo suficiente para memorizar cada forma, cada línea y el color de ese objeto en particular.

Era por eso que Xue Yang y los rebeldes habían logrado pasar por la barrera. Posiblemente Xue Yang había encontrado la manera de formar un señuelo a través de este para que el resentimiento no lo atacara y al contrario, pensara que la persona que estaba entrando por las cloacas, junto a un ejército de criminales y cadáveres feroces no era otro más que Wei Wuxian.

Ese canalla desvergonzado.

En el centro del mismo brillaba una piedra tan roja como la sangre y tan brillante como el mal presentimiento de Lan Wangji sobre aquel objeto.

Y lo que más temía había pasado frente a los ojos de Lan Wangji.

Los cadáveres feroces y los cadáveres de los rebeldes esparcidos en la plaza se levantaron. Ninguno de estos nuevos cadáveres eran ellos mismos ahora, y con horror Lan Wangji vio que ese hombre no solo había interferido con el ciclo de reencarnación de estas personas, sino que también lanzó a ese ejercito contra Lan Wangji.

Y el omega lo supo.

Lan Wangji tenía que enfrentarlos si quería sobrevivir.

―¡He esperado este momento por mucho tiempo, Hanguang-Jun!

―¡Xue Yang!

El dolor de cabeza de Lan Wangji era terrible, no sabía cuánto tiempo iba a poder resistir, pero debía de hacerlo, al menos hasta que su Señor volviera a casa.

Debía proteger su hogar, debía proteger a su hijo.

Debía sobrevivir.

La espada Bichen se abrió paso entre el ejército de cadáveres feroces atravesando y cortando sin detenerse al igual que las cuerdas de Wang-Ji. Buscando como un depredador a su presa la espada cruzó entre aquellos seres, dejando que su brillo tan frio como la nieve llegara directamente a su objetivo con un choque de metales.

Y la espada golpeo con furia contra la espada de Xue Yang, moviéndose con precisión contra aquella cruel arma que aun brillaba en sangre. Mientras el atardecer caía los dedos de Lan Wangji se posaron sobre las cuerdas del guqin y con determinación los dedos de Lan Wangji tocaron una serie de notas.

Los pies de los cadáveres feroces se detuvieron justo en el punto en el que sus pies habían dado aquellos pasos, las vibraciones golpearon la tierra y sobre cada cadáver feroz una onda los mantuvo en su lugar, hundiéndose como una esfera contra el suelo quebrando la piedra del mismo mientras las notas del guqin resonaban sobre la plaza.

Y las notas comenzaron a contrarrestar al resentimiento buscando anular el control sobre los cadáveres.

Lan Wangji sabía que no resistirían por mucho tiempo, no era lo mismo un cadáver feroz natural que uno controlado por ese instrumento, pero debía ser el tiempo suficiente para canalizar energía dorada suficiente para nutrir más cuerdas de asesinato.

En algún momento los cadáveres feroces liderados por la copia lograron librarse poco a poco, caminando más lento hacia Lan Wangji y el omega solo pudo intensificar el ritmo de la melodía, atacándolos con una onda uno por uno, buscando evitar que se acercaran a él.

Las cuerdas de asesinato se lanzaron contra varios de ellos, incluso, algunas se movieron por el suelo como serpientes en busca de la fuente principal de ataque con velocidad, como enredaderas con el deseo de atarlo. Sin embargo, tal como Wei Wuxian lo hizo alguna vez, Xue Yang logró cortar cada uno de ellos y mantener el ritmo contra la espada Bi-Chen.

Algunos cadáveres feroces lograron ser atrapados, cayendo contra el suelo como peso muerto, pero los que seguían de pie seguían lanzándose contra Lan Wangji, quien tuvo que seguir tocando.

Lan Wangji tocó con fuerza, sus dedos se movieron sobre las cuerdas finamente tensas en el instrumento. La espada Bi-Chen se lanzó directamente al brazo de Xue Yang. Con un solo golpe el brazo que sostenía el Sello del Tigre Estigio falso fue cortado.

El grito estruendoso de Xue Yang llenó la plaza, los cadáveres cayeron al suelo de un solo golpe y Lan Wangji se lanzó directamente a Xue Yang.

Tenía que hacerlo, por los inocentes que murieron bajo sus manos, por la gente del Palacio que este hombre había atacado.

Por Xiao Xingchen.

Por Wei Ying.

Aun cuando sus dedos dolieron y las cuerdas comenzaron a mancharse de sangre, incluso si el dolor penetró desde las puntas de sus dedos y el cansancio mental le seguía llevando a las mismas preguntas que generaban terror en su corazón, Lan Wangji debía resistir cada uno de ellos.

Hasta que en medio del fuego, la sangre y los cadáveres feroces Xue Yang colocó un talismán sobre su herida y se abrió paso hacia Lan Wangji. Como si fuera una bestia hambrienta que había logrado sacar una fuerza descomunal encerrada, lanzó la espada Bichen contra el suelo al punto de clavarla en este y se lanzó contra Lan Wangji como si estuviera poseído.

Las pupilas de Xue Yang se rasgaron como las pupilas de un gato, los brillantes iris rojos de Xue Yang crecieron y crecieron hasta rellenar cada espacio, escondiendo por completo el espacio perteneciente a las escleróticas de sus glóbulos oculares.

La locura brillaba en su mirada cuando logró pasar la barrera compuesta por las notas del guqin una mano, que parecía más una garra por las largas y afiladas uñas sangrantes, que al parecer habían crecido de esa manera por una extraña razón, se lanzó hacia Lan Wangji como si este solo fuera un diminuto conejo a un solo momento de ser cazado por una bestia atroz.

Y entonces el sonido de los cuervos se escuchó sobre los cielos como una advertencia del cambio del fuego negro y verde que encendió las linternas del palacio.

Como un violento ataque, la energía resentida se abrió paso por la barrera de energía dorada. Como miles de serpientes atacando a los enemigos, tal como los cuervos que se lanzaron contra sus cuerpos, picoteando ferozmente como si hubieran sido poseídos.

El sonido de un violento dizi sonó desde lo alto, desde un punto que Lan Wangji no pudo descifrar, pero nadie mejor que él sabía lo que esto significaba.

Solo había un nigromante con el poder de controlar todo el resentimiento dentro de aquel palacio.

Entonces todos lo supieron.

El emperador había regresado.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Sobre la cima de aquel palacio una figura destacó en el cielo.

Sus túnicas de un tono granate con bordados circulares le hicieron fundirse como una llama viviente en medio del atardecer. El cabello borgoña atado en una coleta comenzó a oscurecerse desde las raíces hasta las puntas, tomando un tono castaño que brillo ante la luz del sol como un metal precioso.

Los ojos verdes de Luo Suibian brillaron como esmeraldas que fueron devoradas por el rojo, su mano derecha sostenía la espada Jingai desde la empuñadura. Los dedos índice y corazón del príncipe demonio pasaron por el filo hasta hacerlos sangrar. Y sin esperar más, desde la unión de la empuñadura hasta la punta los dedos sangrantes pasaron por la hoja.

Y la espada Jingai se oscureció por completo dejando atrás la simple apariencia de una espada de Cang Qiong, para convertirse en la terrorífica espada del Demonio Rompe Cráneos.

La espada fue soltada solo para que flotara ante Suibian. Los dedos índice y corazón de la mano derecha apuntaron hacia el cielo y el hombre dio una orden directa.

―Rompe.

Con esa simple orden de la espada Jingai salieron hilos de energía demoniaca, como brillantes rubíes y de esos rubíes salieron cientos de espadas que se volvieron miles.

Y todas se lanzaron contra los enemigos sin piedad alguna atravesando sus pechos y corazones sin piedad.

Los gritos de los enemigos aumentaron como si fuera una pesadilla.

Si no eran esas miles de espadas que los atacaban sin piedad, varias flechas golpeaban directamente contra ellos sin que pudieran saber de dónde venían ni detectarlas hasta que esas flechas ya habían hecho su trabajo.

Aun cuando las flechas no tomaron el rol de eliminación como las copias de la espada Jingai, la fuerza con la que eran lanzadas lograban atravesar con furia a los enemigos.

Desde la cima volando por su espada, Wen Qionglin mantuvo el ritmo. Una a una las flechas que salían de su arco cumplían su cometido, sin ser escuchadas o descubiertas hasta que fuera demasiado tarde. Siendo tan precisas que era aterrador.

Esa era la verdadera razón por la que era llamado el General Fantasma.

Pero el corazón de Wen Qionglin estaba atrapado por la angustia. Con sus agudos ojos sobre los cielos buscó a sus seres amados desde los cielos, gritar no ayudaría. Eso solo podía poner en peligro a sus amigos, sobre todo a su hermana y la señorita Qin.

Pero cuando una figura familiar llenó su vista, Wen Qionglin bajo gran velocidad a ese lugar con un solo objetivo.

―¡Señorita Qin!

En medio de una de las plazas del Palacio Rojo un gran domo de energía resentida encerraba a los omegas del séquito Feng. Las manos de los omegas estaban rojas por intentar romperlo. Las armas habían sido inútiles y la frustración aumentó ante cada segundo.

Entonces Qin Su escuchó una voz familiar.

Cuando sus ojos se elevaron al cielo sus mejillas se dotaron de color y sus ojos se llenaron de esperanza.

―¡Joven Maestro Wen!

Rápidamente la atención de los omegas pasó hacia el cielo, sus labios fueron decorados con una brillante sonrisa.

―¡Joven Maestro Wen!

―¡General Fantasma!

―¡Maestro Wen!

Tan pronto Wen Qionglin bajó de su espada sus ojos analizaron a lo que se enfrentaba.

Inmediatamente Song Qing explicó:―¡Xue Yang nos encerró aquí! ¡Dijo que no podríamos romperla y desaparecería cuando su líder se fuera! ¡No quisimos creerle e intentamos romperla, pero aun así no funcionó!

Wen Qionglin intentó romper aquella barrera con su espada solo fallando en el intento.

Sin poder evitarlo sus ojos pasaron a Qin Su.

―Joven Maestro Wen.―Las manos de Qin Su se posaron sobre la barrera, sus ojos miraron a Wen Qionglin con angustia.

Sin poder evitarlo, Wen Qionglin colocó sus propias manos sobre la barrera, justo a la altura de las manos de la omega.

―No se preocupe, señorita Qin. Encontraremos una manera.

―Joven Maestro Wen, Xue Yang fue a buscar a su Alteza Imperial. Por favor, protéjalo.

―¡Pero no puedo dejarle aquí! ¡No voy a dejarte sola! ¡Voy a protegerte de todo sin importar que!

Los ojos de Wen Qionglin brillaron con determinación. Confiaba plenamente en que su emperador ya lo tenía todo bajo control. El mismo lo había visto venir aquí con el único objetivo de ir a proteger a su amado.

Wen Qionglin haría lo mismo.

―Joven Maestro Wen.

Los ojos de Qin Su brillaron con la vista del apuesto joven ante ella, sus mejillas se sonrojaron al igual que las del alfa y no pudo evitar bajar la mirada avergonzada con una sonrisa antes de mirarlo nuevamente. Haciendo al alfa tragar duro al darse cuenta de sus palabras.

Los omegas del séquito Feng apartaron la mirada avergonzados. Esto era algo que no habían esperado, pero no planeaban interferir.

Aunque se sintieron brutalmente excluidos y sin posibilidades de escapar.

Que incómodo.

―Yo-yo... ¡lo que quiero decir-yo-yo-yo!

―Entonces cuento con usted, Joven Maestro Wen.

Si el sonrojo de Wen Qionglin había aumentado nadie dijo nada.

 

 

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La espada de Song Lan se había unido tan rápido como logró alcanzar el paso de sus compañeros. Feroz y directo Song Lan se concentró más en derribar a los enemigos y acabar con los cadáveres feroces que en los sucio que era tener que soportar tener contacto físico con esas personas de aromas asquerosos.

Tenía que encontrar a Xingchen y A-Qing.

¡Tenía que proteger a su familia!

¡Ese era el verdadero sentimiento que compartía Yiling Wei!

Ellos no eran simples trabajadores, cultivadores, civiles o soldados. Ellos eran compañeros, amigos, un clan.

Familia.

Entre los alfas una enorme figura apareció, el resentimiento le cubría como si fuera neblina vistiendo su figura.

Hasta que aquella sombra se dispersó.

Frente a la enorme serpiente que aun peleaba contra Fuxue la enorme figura de un oso negro que superaba los seis metros llenó la plaza.

El oso era tan grande como la serpiente, brillante pelaje negro cubría su cuerpo fuerte y robusto. Furiosos ojos rojos miraron a aquella serpiente y sin esperar más la atacó con furia.

Sus garras brillaron como filosas cuchillas y con una serie de golpes contra el cuerpo de la serpiente que intentó enroscarse en el oso, el animal logró someterla. Desgarrando las escamas y arrancando la cabeza de un solo golpe. El oso dejó caer inerte el cuerpo de aquella bestia, tan solo para desollar con sus garras el cuerpo que comenzó a devorar por completo.

Entonces un estruendoso rugido se escuchó haciendo temblar la tierra.

Fue tan poderoso como el que podría provenir de una bestia, un golpe de ondas sonoras que detuvieron los movimientos de cada persona dentro de ese palacio.

Y una sola palabra dominó los territorios del Palacio Rojo, llegando a los oídos de cada ser humano en ese lugar.

―¡ABAJOOOOOOOOOOOGGGGRRRRRRRH!

Sin poder evitarlo las piernas de Xue Yang, como de cada enemigo en el interior del palacio fallaron por completo. El temor sobre sus corazones los llevó a cubrir sus oídos con fuerza. Creciendo como enredaderas atándose a cada hueso y cada músculo de los enemigos, acelerándose como el flujo de su sangre haciéndoles caer de rodillas sobre el suelo.

Del suelo miles de raíces salieron abriéndose paso a través de los ojos aterrados, un brillante líquido transparente comenzó a inundar el palacio como si estuvieran ante la mayor inundación.

La misma que devoró entre aromas y raíces los territorios del Palacio Rojo, permitiendo que miles de flores de loto de rojas y negras florecieran sobre la cima de las aguas triunfantes formando un inmenso lago de loto en el palacio.

Ante los impresionados ojos de Lan Wangji cientos de árboles de agar salieron del suelo elevándose al cielo de forma intimidante. Cientos de peonias rosadas envolvieron a Lan Wangji con cuidado, al igual que a cada miembro leal del Palacio Rojo en un hermoso baño rosado de suaves y dulces flores junto a los lotos.

Manteniéndolos a salvo de las crueles especies que atravesaron el cielo como cientos de flechas y se clavaron en los pechos de los invasores.

Picando cruelmente contra sus ojos y narices, haciéndolos llorar entre la mostaza, canela, ajo y clavo. Entre el ají y las sensaciones nauseabundas que los sometieron contra el suelo. Al igual que aquellas raíces gruesas que salieron de las aguas y sujetaron sus cuellos, obligándolos a arrodillarse en una posición de súplica ante los cielos.

Y en medio de ese bosque y lago un inmenso árbol se abrió paso, creciendo hasta los cielos a la altura de la barrera, engrosando su tronco más allá de cualquier árbol conocido en la tierra y cubriendo con su inmenso follaje los territorios del Palacio Rojo.

Y Lan Wangji lo comprendió, mientras los gritos resonaban en sus oídos y su figura aun paralizada no podía mover uno solo de sus dedos sangrantes.

Solo una persona en este mundo tenía ese poder. Solo alguien era capaz de manifestar la naturaleza de sus feromonas a este nivel tan bestial para llevarlo al plano visible y controlar a los demás a través de ello.

Este era el temible poder de un alfa dominante.

El verdadero poder de Wei Wuxian.

Y el mismo dominante que había aparecido entre Lan Wangji y Xue Yang. Sin esconderse, sin agacharse. Sin intentar parecer más pequeño, menos intimidante como todos los días, como cada que estaba junto a Lan Wangji.

Este Wei Wuxian era mucho más alto, mucho más intimidante.

Sus brillantes ojos rojos como la sangre tenían un par de pupilas rasgadas como las de una bestia atroz. Mientras sus brillantes colmillos tan blancos como la cerámica se veían mucho más largos y filosos de lo que Lan Wangji recordaba.

Incluso esa mano que apresaba la muñeca de Xue Yang parecía mucho más grande. Lo suficiente para hacer que la muñeca de Xue Yang se viera tan diminuta entre sus dedos. Tan frágil que cuando Wei Wuxian apretó con ira sacó un doloroso grito del alfa.

Los ojos fríos de Wei Wuxian lo miraron y su voz profunda llego a Xue Yang.

―Xue Yang, miserable humano cruel... ¿Quién te cree que eres para entrar en mi territorio y meterte con mi gente?

Esa voz no se parecía en nada a la que usaba con sus amigos, a la que usaba con sus cultivadores, con A-Yuan o con Lan Wangji.

Esa voz era más gruesa, más profunda.

Mas aterradora.

Y entonces Lan Wangji entendió perfectamente ante quién estaba.

Ese no era Wei Ying, no su dulce y adorable Wei Ying.

Esa era...

El Patriarca Yiling.

 

Si te preguntas que tipo de efecto tiene "la voz" de Wei Wuxian con estas personas la comparación más entendible para nosotrxs seria como los silbatos para entrenamiento de perros

Notes:

Si te preguntas que tipo de efecto tiene "la voz" de Wei Wuxian con estas personas la comparación más entendible para nosotrxs seria como los silbatos para entrenamiento de perros.

Un silbato para perros (también conocido como silbato silencioso o silbato de Galton) es un tipo de silbato que emite un sonido en el rango ultrasónico que las personas no pueden oír pero algunos animales sí, incluidos los perros y gatos domésticos y se utiliza para su entrenamiento.

Fue inventado en 1876 por Francis Galton y se menciona en su libro Inquiries in Human Faculty and its Development,1 en el que describe experimentos para probar el rango de frecuencias que pueden ser escuchadas por diversos animales, como el gato doméstico.

Para los oídos humanos de nuestro mundo, el silbato de un perro solo produce un silbido silencioso, si estuviéramos en esta situación con nuestra genética solo escucharíamos un gran grito. Pero para estas personas capaces de escuchar en una frecuencia diferente es un sonido bastante doloroso y difícil de ignorar. Siendo que incluso sus bestias internas pueden sentir el poder de la voz incluso a grandes kilómetros de distancia.

¡Por fin apareció el emperador!

Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

A través de las preguntas y relatos Lan Wangji se pregunta lo que pasó en realidad mientras la lucha se mantiene las sospechas sobre lo que pasa con Wu Meihua incrementan.

Wu Meihua.

¿Qué habrá querido decir entre tantas palabras?

¿Qué creen que haya pasado con este individuo en realidad?

¿Realmente habrá alguien más dentro de su cuerpo?

Y si esa así, ¿Quién será?

Xue Yang.

¿Por qué Xue Yang estará aquí?

¿Por qué es parte del plan?

Ahora que el emperador ha regresado y su mayor poder ha sido revelado, ¿Qué creen que pasara?

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el apoyo y amor que le ha dado a este proyecto, me despido.

¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer!