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Language:
Español
Series:
Part 4 of El Omega y el Emperador Series
Stats:
Published:
2021-12-29
Updated:
2023-12-20
Words:
415,000
Chapters:
39/?
Comments:
82
Kudos:
295
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30
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13,705

El Omega y el Emperador: Segunda Parte

Summary:

Hanguang-Jun era el omega más hermoso en el Reino Humano de quien se pudiera conocer.

No había persona que no hablara de su belleza magistral y el misterio que guardaba su mirada. Siempre elegante, siempre serio y tan constante, como una hermosa grulla que se había transformado en el Fénix de Jade, que ahora vivía sobre la cima del Palacio Rojo como el omega del emperador.

No había alma viviente que dudara de ello, y Wei Wuxian era el mayor testigo de que su esposo era eso y mucho más.

Sin embargo, los verdaderos problemas de Wei Wuxian no radicaban en el aspecto del ser que robo su corazón. Si no que estos se encontraban bajo la tierra, entre las raíces que Wei Wuxian quería ignorar.

Y todo estaba conectado con el Patriarca Yiling.

Pero Wei Wuxian prefería mantenerse ignorante de ello y continuar con su vida. Después de todo, entre vivir o morir, Wei Wuxian había tenido que abrirse camino hasta una cima solitaria por un único fin que Wei Wuxian no quería recordar.

Porque él podría escapar para siempre de su destino... ¿verdad?

Wei Wuxian jamás estuvo preparado para esto.

Pero el Patriarca Yiling siempre estuvo esperando este momento.

Chapter 1: ACLARACIONES

Chapter Text

¡Hola de nuevo!

Aquí nuevamente en este proyecto llamado El Omega y el Emperador, siendo esta la segunda parte de la historia principal.

El Omega y el Emperador: Primera Parte nos presentó el universo en donde esta historia se está desarrollando, siendo que se centra principalmente en Lan Wangji, quien poco a poco nos va contando cómo llegó al Palacio Rojo, el pasado que llevaba consigo y su viaje conociendo quien era en verdad su marido.

De la misma manera hemos conocido a los personajes que también son parte de este libro, sus pensamientos, temores y perspectivas de este mundo a través de sus experiencias.

Después de todo, de eso se trata El Omega y el Emperador, la verdad y la mentira se vuelven confusas ante las distintas perspectivas.

Y dentro de esto obviamente esta Wei Wuxian.

Es así como ahora El Omega y el Emperador: Segunda Parte se centrará en nuestro querido emperador, en el pasado que ya puede salir libremente ante algunas verdades reveladas y en aquello que está relacionado con todo lo que es Wei Wuxian.

Incluyendo todo aquello que él busca negar.

Es por eso, que antes de continuar con esto, quiero que recordemos algunas cosas para no perdernos.

 

MAPA GENERAL DE YUZHONG

El país en donde se están desarrollando los hechos de esta historia en general se llama YuZhong(虞中), Yu( )viene de "preocuparse" y Zhong(中)de "central" o "medio"

El país en donde se están desarrollando los hechos de esta historia en general se llama YuZhong(虞中), Yu( )viene de "preocuparse" y Zhong(中)de "central" o "medio". El País de YuZhong ha atravesado grandes cambios que le llevaron a la formación oficial como un país en donde los cultivadores se volvieron los líderes de la manada, forma en la que se le llama a toda la población de YuZhong.

Un ejemplo básico es la composición de varios imperios durante los años de Jun Wu en su juventud y Xie Lian, dejándonos hoy en día con el recuerdo del gobierno del clan Wen por doscientos años y el actual gobierno de Wei Wuxian.

Como podemos ver hay varios elementos importantes en el mapa, no obstante en la primera temporada debemos centrarnos únicamente en el Mundo del Cultivo, territorio que se encuentra en el centro del país. Pero ahora si puedo mostrar el mapa completo de todo lo que es YuZhong.

Si por alguna razón no se ve bien el mapa, de todos modos lo subiré en Twitter y el grupo de Facebook.

 

ESTRUCTURA DEMOGRAFICA

El mundo del cultivo como recordamos está dividido en cinco reinos principales, no sectas

El mundo del cultivo como recordamos está dividido en cinco reinos principales, no sectas.

· Yiling Wei como la cabeza del imperio.

· Gusu Lan, el nuevo aliado del emperador por matrimonio.

· Yunmeng Jiang, el antiguo reino al que pertenecía Wei Wuxian.

· Lanling Jin, aliado por matrimonio del rey Jiang.

· Qinghe Nie, actualmente gobernado por el primo de los hermanos Nie, Nie Dingbang (OC creado para esta historia).

De la misma manera, varios clanes importantes mantienen su gobierno sobre el territorio, formando alianzas para el emperador y los clanes enemigos/opositores de la actual dinastía. Siendo Meishan Yu a cargo de Yu Huitou(la Mayor Yu, madre de Yu Ziyuan), quienes están ayudando a la reunificación de YuZhong por tratados con varios canes para el emperador.

En este mundo también existe algo llamado La Montaña que Toca el Cielo, como pueden notar se encuentra ubicaba en el territorio que en nuestro mundo conoceríamos como Mongolia.

 

ESTRUCTURA SOCIAL

Como recordamos, la estructura social maneja una jerarquía de niveles determinados por el contexto y la historia de YuZhong.

· Alfas dominantes

· Alfas recesivos

· Betas

· Omegas casaderos(omegas que no han sido "deshonrados" y aún conservan su "virginidad"―En esta sección entran tanto omegas dominantes como recesivos)

· Omegas usados(en esta sección entran los omegas que por violaciones, abuso sexual, cohesión sexual y consentimiento mutuo perdieron su "castidad" sin haber sido marcados oficialmente o haberse casado con esa persona alfa o beta.

· Omegas de prostíbulos.

· Omegas esclavos.

· Flores de cría(omegas usados para la producción de esclavos fuertes, ya sea de trabajo duro, producción de crías o mascotas)

· Flores mascotas.

Nuevamente recordemos que muchos de estos aspectos sociales han sido inspirados de algunos mundos omegaverse, la historia de China y la historia de la mujer en la sociedad. Ningún omega es dueño de su vida, tiene voz o puede actuar sin permiso.

La visión de la sociedad de este mundo respecto a los omegas es una muestra de la manipulación social a través de la imposición, conveniencia y el abuso de poder.

Así mismo, la forma de pensar de muchos personajes en esta historia ha sido manipulada, haciendo que un omega pueda no sentirse digno o que un alfa asuma la felicidad de una casta bajo la mirada de sus privilegios.

Después de todo, uno de los temas centrales de esta historia son las distintas percepciones.

 

Ahora, hablemos de algo importante que se ha contado a través de la historia pero aún hay ciertas dudas.

 

ENERGÍA DORADA

Se le conoce como energía dorada a la energía espiritual conectada con la Gran Montaña que Toca el Cielo.

La energía dorada tiene la capacidad de tomar la forma con el elemento qué está conectado el guardián. Así mismo la energía dorada escapadas de crear elementos o armas con el fin de poder proteger tanto a los receptores, guardianes y el reino que ha logrado la asociación con la energía dorada y la Gran Montaña que Toca el Cielo.

El fin principal de la energía dorada es la protección de la vida en general, conectada con cada elemento, cada ser vivo y aquello que está relacionado con la divinidad y la inmortalidad.

Debido a que la energía dorada está conectada con el abandono y desapego a los bienes materiales, instintos y todo aquello relacionado con el instinto animal y el daño a la vida por medio de las capacidades y deseos de los seres humanos, todo aquel que haya logrado soportar las tribulaciones de la gran Montaña que Toca el Cielo, deberá abandonar a su lobo interno para proteger el equilibrio de la vida, así cómo debe dejar atrás su vida mortal y aquella entrelazada con los deseos de reproducción.

La energía dorada está entrelazada con el ciclo de la vida, siendo lo más cercano a los orígenes de este mundo, así como la conexión más directa con los antepasados que formaron YuZhong.

 

GUARDIANES DORADOS

Los guardianes dorados fueron doce discípulos de Cang Qiong que aceptaron convertirse en portadores de la energía dorada por si mismos, siendo los siguientes doce los que lograron enfrentarse a las treinta y tres tribulaciones de las faldas de la Montaña que Toca el Cielo, y sobrevivieron para contarlo.

Luo Suibian―Polilla de Oro.

Tang Bichen―La Belleza Fría.

Zhen Zidian― Tormenta de Plata Sangrienta.

Zhen Sandu―Serpiente de Mil Venenos.

Fuxue―Hoja de Nieve Brillante.

Shuanghua―Nieve Bañada en Flores.

Jue Shuoyue―Halcón Sonriente.

Xiao Liebing―Lechuza de Acónito, también conocida como La Flor Invernal.

Xiang Wang-Ji―Búho Durmiente.

Li Suihua―León Hormiguero del Tiempo.

Huo Baxia―Bestia de Fuerza Contundente.

Yuan Hensheng―Serpiente Suave.

 

Cosas que ha hecho la energía dorada

Cambiar los verdaderos colores de ojos o cabello en los guardianes.

Debido a su existencia varios de ellos han obtenido colores relacionados con los elementos con los que son compatibles, siendo el color de sus iris los que se han visto mayormente alterados.

Es así como vemos a estos teniendo diversos colores antinaturales, como plata(Sandu), destellos azules o dorados(Shuoyue y Suihua), Suibian con su Jade Limitante (el collar que esconde su naturaleza), ojos de distintos tonos como azul, violeta, dorado, plata, celeste, dorado y demás.

 

¿Por qué los Inmortales dorados no intentaron levantarse contra Wen Mao y el imperio Wen?

Claro que lo intentaron, sin embargo, esto fue imposible por un factor muy importante.

La energía dorada fue creada para proteger al emperador y su descendencia, el intentarlo solo limitaba sus poderes espirituales e incluso se anulaban temporalmente, como una especie de castigo por ir contra del emperador.

Esta es una de las razones por las que en la misma guerra no pudieron involucrarse en la pelea contra Wen Ruohan y sus hijos. Y otra razón por la que sus sospechas sobre la naturaleza cruel de Wen Mao y la posibilidad de que él no fuera el Hijo del Cielo se quedaron solo como sospechas.

 

Ahora, aunque personalmente los órganos sexuales de los personajes no son algo importante, para evitar conflictos pasados y advertir que en este mundo las cosas no son como en los clásicos omegaverse aclararé como funcionan los aspectos biológicos de este universo.

En este mundo la sociedad se divide en tres géneros: alfa, beta y omega.

Las personas alfas y omegas componen al 90% de la población siendo las personas betas solo el 10% de esta, el segundo genero es conocido a 10 días del nacimiento de un cachorro debido a los aromas que lo acompañan.

Alfas y omegas

Los niños alfas huelen a leche y miel mientras los cachorros omegas huelen a miel y avena.

Tan pronto un cachorro nazca debe ser perfumado por sus padres constantemente, la perfumación es algo muy importante para una cría, tanto para protegerlo de alfas u omegas ajenos al nido familiar que podrían hacerles daño, como para formar un vinculo entre padres e hijos.

Los cachorros deben ser perfumados sin interrupciones hasta los diez años, cuando los cachorros tienen la primera presentación. Los omegas y alfas viven dos tipos de presentaciones, la presentación olfativa y la presentación instintiva.

Presentación aromática

La presentación aromática es aquella que se da a la edad de diez años, cuando el verdadero aroma del cachorro se presenta al igual que su cuerpo se prepara lentamente para la procreación. A esta edad los cachorros ya son capaces de demostrar a través de sus feromonas sus emociones.

Esta presentación no se da obligatoriamente a los diez años pues puede retrasarse o juntarse la presentación instintiva.

De la misma manera esta presentación no se da de inmediato, sino que pasa por un periodo de algunos meses para que el aroma fermente adecuadamente y se presente completamente en el momento en que se de la presentación aromática oficialmente cuando todos los componentes del aroma ya pueden detectarse.

Los componentes de los aromas constan de tres elementos.

En el caso de omegas los aromas naturales suelen ser florales. En el caso de alfas, son mas elementos relacionados con la madera.

Presentación instintiva

La presentación instintiva es cuando el omega o alfa interior despierta dándoles el primer celo o calor, esta suele darse entre los 14 a los 16 años, en casos extraños cuando se junta con la presentación aromática el calor es bastante fuerte y pesado sin importar si es alfa u omega, en esta presentación también puede darse los casos tan extraños de alfas dominantes.

Betas

El caso de los betas son curiosos y extraños pero no tanto como los alfas dominantes, los betas son aquellos que no se presentan ni con sus feromonas a los diez años ni sexualmente, por lo tanto son en la mayoría estériles, aunque hay niños tanto betas como omegas que tienen problemas para presentar su aroma a los diez años los betas jamás se presentan, ni tienen feromonas, no sufren calores ni mucho menos pueden oler feromonas, son casos raros donde un beta masculino pueda embarazar a un omega pero es algo muy difícil.

 

ALFAS

Se le llama alfa a todo individuo que tenga órganos sexuales especializados en la fecundación.

La posición social de la casta alfa depende del universo en el que se desarrolle, así como del contexto histórico planteado en la historia.

De la misma manera puede variar algunas funciones físicas y reproductivas dependiendo del universo en donde se este desarrollando.

Los alfas se dividen en dos grupos, recesivos y curiosamente dominantes.

Recesivos

Son los alfas normales, cumplen con las clásicas características.

Dominantes

Son más fuertes, más altos y sus figuras suelen ser mas robustas. Los alfas dominantes son los únicos capaces de someter a un alfa recesivo, de la misma manera, son capaces de ejercer un control o liderazgo ante las otras castas. Incluidos los betas.

El nacimiento de un alfa dominante es bastante raro, los motivos y el origen tras estos varia dependiendo del universo en el que se encuentren. Generalmente la escases de estos se debe a buscar establecer un orden y evitar conflictos entre estos mismos por el poder y el control de las sociedades o manadas como a veces se les llama.

En algunos mundos, el nacimiento de un alfa dominante es visto casi como un milagro o una maldición, todo dependerá del origen o la historia.

En universos de cultivo, estos alfas cuentan con la capacidad de poder mezclar sus feromonas con el cultivo, tanto demoníaco como ortodoxo. Siendo mucho más eficiente en un deseo de dominio territorial, volviéndolos capaces de expandir sus feromonas y lograr sus objetivos sometiendo la voluntad tanto de su propia especie.

Si el universo cuenta con una sociedad matriarcal o Omega centrista, estas habilidades podrían serles otorgadas a los omegas dominantes.

Hombres alfas

Los hombres alfas son los individuos que se identifican como varones, su sexo biológico primario y secundario son masculinos.

Mujeres alfas

Las mujeres son los individuos que se identifican como mujeres, su sexo biológico primario es masculino y su sexo biológico secundario es femenino.

Como cualquier omega se les identifica como flores del jardín, debido a los aromas florales que portan en su mayoría mezclado con algún elemento que define su sexo biológico primario.

Estas personas son identificadas como Yin.

A diferencia de las personas omegas, que presentan una cavidad vaginal(también llamada cavidad uterina), las mujeres alfas no cuentan con esta.

En su lugar, las mujeres alfas presentan la caverna clítoral, lugar donde se guarda el miembro clítoral o también llamado clítoris.

Al estar flácido, el miembro clítoral permanece en el interior en una forma cónica siendo solo la punta la parte visible, siendo la punta la única parte visible. Sin embargo, cuando este es estimulado emerge, alargándose ante la excitación e incrementando el grosor de la punta, tomando un tamaño más apto para la cúpula.

A diferencia de los alfas masculinos, este órgano solo cuenta con dos funciones, para dar placer y para fecundar. Siendo así, que como es con las personas con vulva en este mundo, las mujeres alfa cuentan con una uretra que se encuentra justo debajo del clítoris.

De la misma manera, al no necesitarlo, las mujeres alfas no cuentan con un útero, sin embargo, cuentan con ovarios que solo se encargan en la producción de hormonas encontrándose en el interior como los testículos.

Celo/calor o  estro

Los alfas de este universo no se enfrentan a los clásicos síntomas de un omegaverse. Siendo que sus malestares podrían compararse más a los que podrían sentirse tras un refriado o infección respiratoria/estomacal.

Suelen sentir dolores de cabeza muy fuertes, considerando mayores las posibilidades de jaquecas o migraña, dolores estomacales o intestinales, en conjunto con una gran hambre, un insaciable deseo por gruñir y una sensación de posesividad sobre su territorio mas grande de lo normal.

Suelen buscar refugios en lugares cerrados, apartados y carecientes de luz, buscando con esto calmar el dolor que la luz puede producir sobre sus glóbulos oculares por los dolores de cabeza. Pueden hacer un nido previamente a su celo como una forma de refugio, no obstante, la libertad o comodidad de hacer esto, dependerá tanto de factores psicológicos, como la visión de la sociedad sobre alfas haciendo nidos.

Aunque tanto alfas como omegas sienten la necesidad de formar nidos, siempre dependerá de la visión o educación que la sociedad les de, la sensación de libertad por hacer uno.

Los alfas, sin importar si son recesivos o dominantes suelen ser sobreprotectores con sus seres queridos, por ello, cuando su celo llega, si por alguna razón su pareja o pariente omega entro en celo en el mismo periodo que él, buscaran invitarlo o ser invitado al nido con el fin de poder protegerlo.

Si el alfa tiene crías y entra en celo, hará junto a su pareja un nido lo suficientemente fuerte para proteger a su familia dentro.

No es recomendable meterse con el nido de un alfa. A diferencia del omega, el alfa se volverá agresivo, mostrará sus colmillos e incluso podría rasguñar al agresor por meterse con algo que considera el mayor tributo que puede ofrecer a sus seres queridos.

No obstante, durante el celo, el alfa que puede disfrutar e ese momento con su familia sin intrusos a la vista, suele ser mucho mas cariñoso y dócil.

Al igual que los omegas tienen una gran necesidad afectiva, pero les gusta mas ser los que ofrecen cariño a sus seres queridos durante este tiempo.

Si el alfa es un cambia formas, es probable que este tome la forma original de su especie, envuelva a su familia en su propio cuerpo y juegue con los mas pequeños teniendo cuidado de no lastimarlos.

Durante este tiempo también es probable que el lobo interno del alfa tome el control del cuerpo y la conciencia humana se tome un descanso. O que la conciencia del lobo interno sea mucho más presente que en el día a día.

Dependiendo del universo, entre mas cercano se este en especie con su lobo interno, mayores probabilidades hay de que se llegue a un acuerdo para compartir el cuerpo durante el celo, compartiendo igualmente la compañía de sus seres queridos con el lobo interno.

Nudo

Glándula bulbosa que se expande en la base del pene del alfa, que se puede hinchar en periodos de 30 a 45 minutos después de una eyaculación. Se utiliza para unir a una pareja sexual después del acto sexual.

No todos los alfas anudan después de una eyaculación, sin embargo, los alfas dominantes son quienes mayores posibilidades tienen de formar un nudo en la mayoría de sus encuentros.

No obstante, por este hecho el nudo de los dominantes es más pequeño y maleable, buscando adaptarse a su pareja sexual sin lastimarla.

El tiempo en que dura la hinchazón del nudo dependerá del universo en donde este omegaverse sea manejado.

OMEGAS

Se le llama omega a todo individuo que cuente con un útero, cavidad vaginal o uterina y una vulva.

La posición social de la casta omega depende del universo en el que se desarrolle, así como del contexto histórico planteado en la historia.

De la misma manera puede variar algunas funciones físicas y reproductivas dependiendo del universo en donde se este desarrollando.

Mujeres omegas

Las mujeres omegas son los individuos que se identifican como mujeres, su sexo biológico primario y secundario son femeninos.

Como cualquier omega se les identifica como flores del jardín, debido a los aromas florales que portan en su mayoría mezclado con algún elemento que define su sexo biológico primario.

Estas personas son identificadas como Yin.

Hombres omegas

Los hombres omegas son los individuos que se identifican como varones, su sexo biológico primario es masculino y su sexo biológico secundario es femenino.

A estos individuos se les identifica como flores del jardín debido a los aromas florales que portan en su mayoría mezclado con algún elemento que define su sexo biológico primario. También son llamados una perfecta unión entre Yin y Yang.

En el pasado, estas personas eran conocidas junto a las mujeres alfas como personas orquídeas, debido a las características intersexuales de sus cuerpos, incluso se distinguían porque el aroma a orquídeas era un aroma natural entre ambos individuos, clara evidencia se su alto índice de fertilidad.

Los omegas que cuentan con este aroma suelen ser muy talentosos en todas las artes, su belleza es algo sobre humano y son amados por su gran fertilidad. Se dice que un omega con aroma a orquídeas es capaz de ofrecer herederos fuertes y capaces que lleven prosperidad a un clan. Incluso son conocidos por ser los que tienen mayores probabilidades de tener embarazos múltiples como sobrevivir a ellos.

Órganos sexuales, características y reproducción

El sistema reproductor de los hombres omega se caracteriza por dos partes.

Los órganos sexuales frontales(miembro viril y testículos) y los órganos sexuales internos(vulva, vagina y útero).

Tal como ocurre con las omegas femeninas, la vulva tiene la función de mantener protegidos los labios internos por dos pliegues de piel suave llamados labios externos, que solo permiten la filtración de la lubricación diaria que el cuerpo necesita extraer por cuestiones de higiene.

Sin embargo, cuando el omega se encuentra en una situación que le hace sentirse estimulado sexualmente(ya sea por un factor externo sin o con consentimiento, el contacto sexual, apareamiento aromático, sentimientos o el reconocimiento y aceptación de su pareja destinada), estos pliegues lentamente se abrirán, permitiendo el paso de los labios internos que se extenderán, dando acceso a la entrada vaginal.

Este último proceso ha sido conocido en este mundo como la apertura de la orquídea o la flor de loto, debido a la forma en la que los labios se extienden como los pétalos de una flor.

Aunque los varones omegas cuentan con un sistema reproductor masculino, sus espermatozoides son bastantes débiles, siendo que el poder embarazar a uno de su casta sería casi imposible, aunque se han dado casos los individuos que son producto de esto son contados.

Celo/calor o  estro

Tal como pasa con los alfas, los omegas de este universo no se enfrentan a los clásicos síntomas de un omegaverse, siendo que sus malestares podrían compararse más a lo que las personas con útero, vagina y vulva de este mundo enfrentan durante el periodo menstrual.

En omegas su duración consta de cinco días cada tres meses.

Los omegas se enfrentan a una constante necesidad afectiva, este periodo se pasa generalmente con la familia, el omega se necesita sentir querido y apreciado, sus familiares le ayudan a alimentarse, asearse y sentir ese aprecio que necesitan en esos momentos.

La mejor forma de atender a un omega en celo de este omegaverse es tener listas varias prendas de ropa con el aroma del individuo, misma prenda que se volverá parte del nido del omega cuando su instinto le diga que ha llegado el momento de anidar.

Cuando el momento llegue el omega hará su nido con sábanas, edredones, almohadas, cojines y algunos peluches(si al omega le gustan). Cuando el omega entra al nido, nadie tiene derecho de invadir este territorio a menos de que el omega invite a esa persona a formar parte de este.

Incluso si son familia se debe esperar este permiso. Un nido es muy importante para un omega, es su espacio más intimo y uno al que se apegan emocionalmente por lo vinculado que esta con el recuerdo de sus primeros días de infancia como el periodo gestante.

Los omegas también sufren jaquecas más fuertes que los alfas y cólicos abdominales constantes que tienen que ser aliviados entre medicina baño de agua caliente.

Aroma a tartas de huevo

Las tartas de huevo o tartaletas de crema de huevo son variedades de la tarta portuguesa popular en muchos lugares del mundo y especialmente en las cocinas de China y Europa occidental. Consiste en un exterior de pasta relleno con crema de huevo y horneado.

El aroma descrito como tartas de huevo es bastante dulce y meloso, agradable al olfato y corazón, algo que se presenta en cuatro ocasiones.

--Cuando un omega se encuentra en su semana de preparación(días de ovulación).

--Cuando un omega se encuentra en celo/calor.

--Cuando un omega se siente estimulado/excitado.

--Cuando un Omega está en cinta.

Una de las características de este aroma es que es bastante fuerte en dos ocasiones.

--Cuando un omega sin enlace esta en su semana de preparación.

--Cuando esta embarazado.

Una de las características de este aroma(cuando el aroma se encuentra en alguna de las dos situaciones anteriormente planteadas), es que funciona como una llamada de alerta, haciendo que los lobos de los alfas cerca de este activen una necesidad de protección inmediata, buscando ayudar en lo que sea necesario y mantenerlo a salvo.

Este ultimo punto depende mucho de la persona, como de sus intenciones hacia el omega.

Cuando se trata de un embarazo, el aroma a tartas de huevo solo comenzara a desprenderse cuando el cigoto se haya adherido a las paredes del útero y haya comprobado que no se trata de una amenaza, siendo este aroma una advertencia al omega y las personas a su alrededor de su estado.

Solo en este momento comienza la cuenta sobre el embarazo, marcando los días en que ese aroma comenzó a desprenderse como la verdadera semana uno del embarazo.

Aunque puede haber anomalías y complicaciones en el transcurso del embarazo, desde ese momento el organismo hará todo por proteger aquello que se esta formando en su interior.

 

PAREJAS DESTINADAS, LAZOS, APAREAMIENTO AROMÁTICO Y EMBARAZOS

El término parejas destinadas se le da a dos personas que son perfectamente compatibles, tanto espiritualmente como físicamente.

Las parejas destinadas son aquellos individuos que por naturaleza se complementan lo suficientemente bien que sus lobos pueden llegar a reconocer al otro como su pareja si la química se mantiene, siendo así que los lobos de dichos individuos pueden enlazarse a través del aroma, este lazo invisible puede ser o no perceptible para una o ambas partes, haciendo que las partes que lo reconocen se vuelven muy territoriales con las personas que se acercan a su pareja.

Los enlaces de dan cuando ambos individuos ya presentan sentimientos románticos y sexual hacia su pareja, dando pase al siguiente punto.

Las parejas enlazadas pueden perfumarse abiertamente, a través del contacto directo o no con la piel, llegando a un punto que supera la perfumación normal llamado apareamiento aromático.

El apareamiento aromático se trata de una perfumación íntima que es llevaba a cabo por medio de contacto y fricción, como una danza íntima, la pareja enlazada deja salir sus feromonas son limitación permitiéndoles mezclarse y amarse entre el contacto de ambas personas y el apareamiento de sus lobos.

En este punto de la relación las parejas comienzan a usar las marcas temporales, que son aquellas que pueden darse en muñecas, brazos, hombros y lugares cercanos a las glándulas aromáticas del cuello.

Este tipo de apareamiento puede llevar al apareamiento clásico (como se le conoce a la cúpula) todo depende de los deseos de ambos individuos, si se da el apareamiento y el alfa monta al omega es en ese momento que la mordida de apareamiento (que es la mordida oficial en la nuca) suele darse.

Algunas aldeas o tribus suelen hacer que la mordida de apareamiento se de en la ceremonia de bodas antes del apareamiento, haciendo que los padres y parientes sean testigos del evento.

Cuando una pareja destinada espera una cría los síntomas son compartidos, como una forma de apoyo a su pareja de forma instintiva, siendo en la mayoría de los casos la persona alfa quien siente las náuseas, mareos, vomito y en algunos casos cambios de humor.

Esto último solo es algo que se presenta en parejas destinadas.

Parejas conformadas entre individuos de la misma casta

Aunque son inusuales estos son casos que se han dado, siendo los dos dioses alfas de la leyenda del origen del alfa dominante el mayor ejemplo posible.

Estás parejas aún son tratadas con prejuicios, debido al hecho de que es poco probable o nulo tener descendencia, uno de los puntos más importantes en este mundo y época, sin embargo existen y Wei Wuxian desea trabajar en los derechos de las mismas.

Un ejemplo en la actualidad de este tipo de parejas sería la doctora Wen Qing de Yiling Wei y su esposa, Luo Qingyang, también conocida como MianMian.

 

De cualquier manera puedo decir que a lo largo de esta parte conoceremos más datos con respecto a asuntos biológicos, la función de las castas, identidad de género y demás,, pero por el momento nos centraremos en esta parte para no perdernos tanto.

Recuerden, este mundo es más complejo de lo que parece y aunque al igual que nuestro mundo hay muchas cosas que en estos temas se sienten confusos y por prejuicios sociales son estigmatizados, son parte de esta sociedad, por lo tanto, por más que se desee para algunas personas, no pueden ser negados.

Así que puedo decir que al igual que El Omega y el Emperador: Primera Parte y El Omega y el Emperador: El Gran Omega Inmortal, este libro no busca fetichizar ni estigmatizar a las personas intersexuales, homosexuales, lesbianas y ninguna identidad, orientación o demás perteneciente a la comunidad LGBTQIA+. Tan solo es un fanfic que critica algunos aspectos del omegaverse, aspectos sociales, el GL, BL y demás.

Sin nada más que decir y agradeciendo infinitamente su paciencia, apoyo y cariño que le han dado a este universo, bienvenidxs a El Omega y el Emperador: Segunda Parte.

 

Con estos datos y lo que ya hemos visto en el comienzo de esta segunda parte

 

Chapter 2: DISEÑOS OFICIALES PARA EL OMEGA Y EL EMPERADOR

Chapter Text

En esta sección se irán colocando los diseños de los personajes para el fanfic que he hecho durante este tiempo, aunque no puedo dar una fecha fija de cuando saldrán los diseños del resto y sobre todo, de nuestras parejas principales para esta temporada, les prometo que me esforzaré en terminarlos lo más pronto posible.

Los guardianes que actualmente tienen un diseño oficial terminado son los siguientes:

 

LAS AVES RAPACES DE GUSU LAN

LAS AVES RAPACES DE GUSU LAN

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Jue Shuoyue―Halcón Sonriente

Antiguo discípulo del pico Qing Jing, su poder es Ojo de Halcón

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Antiguo discípulo del pico Qing Jing, su poder es Ojo de Halcón. Capaz de mirar más allá de las montañas. Un estratega que trabaja para Gusu Lan como el guardián dorado del rey, mientras encuentra algo interesante para no aburrirse.

Algunos datos que les podrían interesar:

· Ama las novelas de intriga, dormir para soñar y molestar a sus Shidis.

· Su uniforme como Sacerdote Principal le hace ver más robusto de lo que es en verdad.

· Le gusta mirar las reacciones de las personas ante diferentes situaciones, considerándose un espectador interesado en el inusual comportamiento de algunos humanos interesantes.

· Aunque le gusta ver a Bichen ser feliz con Suibian, cree firmemente que la amistad de Suibian con Zidian es algo "inusual".

· Él le dijo a Suibian que Zidian estaba enamorado de su Bába solo para ver su reacción.

· Cree que Zidian está enamorado de Suibian.

· En realidad es muy flojo, pero un estratega aterrador cuando se toma enserio si trabajo.

· Un asexual que nunca conoció un closet.

· Aunque parece amable puede ser muy rencoroso.

 

Xiao Liebing―Lechuza de Acónito, también conocida como La Flor Invernal

Xiao Liebing―Lechuza de Acónito, también conocida como La Flor Invernal

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Antigua discípula del pico Xian Shu, su poder Aliento de Acónito. Su lengua de un inusual tono violeta con el patrón de una flor de acónito tatuado sobre el musculo. Cuando ella activa su energía dorada y sopla, su lengua suelta partículas en polvo violeta brillante venenosas que pueden ser letales si Liebing lo permite.

Algunos datos que les podrían interesar:

· Es capaz de modificar el peligro de su veneno a través de su Qi.

· En su lengua tiene el patrón de una flor de acónito, símbolo de su poder que quedo tatuado cuando recibió este.

· Le gustan los pasteles dulces y es amante de la jardinería.

· Aunque no sigue los juegos de Shuoyue, si le gusta escuchar que pasa después de que su Shixiong hace algo.

· Cree que Shuoyue es muy flojo, por eso presta atención cuando hace algo más allá de su labor.

· Aunque no dice nada por las acciones de su Shixiong su mente guarda muchos pensamientos que pueden ser aterradores o traviesos.

· Le gusta el maquillaje y coleccionar abanicos.

· Su primer abanico se lo dio su Shizun.

· Usa abanicos para esparcir su veneno o casualmente como una promesa personal a Shen Qingqiu.

· Es la voz de la razón en las Aves Rapaces de Gusu Lan.

· Cree que Zidian si está enamorado de Suibian.

· Cree que Baxia es genial.

 

Xiang Wang-Ji―Búho Durmiente

Antiguo discípulo de Qiong Ding, su poder es Cuerdas de Corazón

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Antiguo discípulo de Qiong Ding, su poder es Cuerdas de Corazón. Puede leer los sentimientos y manipularlos a través de las cuerdas de su guqin. Su guqin puede conectarse con el corazón de una persona, obligarla a actuar como desea y utilizar esto como un detector de mentiras.

De la misma manera puede matar a alguien a través de esta conexión y la influencia de su energía dorada sobre el corazón de una persona.

Algunos datos que les podrían interesar:

· Ama la música, coleccionar mascotas para té(ceremonia de té) y admirar, cuidar y alimentar animales pequeños.

· Es por su culpa que hay muchos conejos en Gusu Lan.

· Él fue quien le enseñó conejos a Lan Wangji por primera vez.

· Está cuidando de los conejos de Gusu en nombre de Wangji.

· Adoraba a Yue Xiyue(Mamá de los Lan) como una hija.

· El guqin que usa fue un regalo de Yue Xiyue.

· Es el más tranquilo de las Aves Rapaces de Gusu Lan, pero Shuoyue siempre lo arrastra a sus planes cuando por fin hace algo.

· Sabe más de lo que calla.

· Quiere ayudar a Chenqing por una cuestión personal.

· Ve en Chenqing a un niño que conoció en su infancia.

 

LOS GUARDIANES GEMELOS DE YUNMENG JIANG

LOS GUARDIANES GEMELOS DE YUNMENG JIANG

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Zhen Zidian― Tormenta de Plata Sangrienta

Zhen Zidian― Tormenta de Plata Sangrienta

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Antiguo discípulo de Bai Zhan. Su poder es Tormenta Directa. Es capaz de acumular la electricidad natural a través de sus meridianos y sistema nervioso, usando así los rayos como una forma de ataque a puño limpio o por medio de su espada.

Debido a la agresividad de su poder creo el látigo Zi-Dian, que generalmente se mantiene en su forma de anillo. Buscando así evitar lastimar a su receptor.

Algunos datos que les podrían interesar:

· Dice no tener una buena relación con Luo Suibian y pelea constantemente con él, aunque en realidad lo aprecia bastante.

· Suibian fue su primer amigo aparte de su hermano. Lo ama fraternalmente y haría muchas cosas por él.

· Ama mucho a Sandu.

· Aunque confía en las habilidades de Suibian está preocupado por el constante peligro en el que podría estar si la resistencia logra derrotar a Wei Wuxian.

· Le gusta el licor, es un fanático de las espadas y pasa su tiempo en burdeles de Yunmeng Jiang, los omegas lo aman por su trato gentil.

· Algunos piensan que su carácter explosivo se debe a su energía dorada. Suibian dice que siempre fue así.

· Su primer amor en infancia fue Shen Qingqiu. Nadie sabe si alguna vez superó eso. Suibian es el que menos lo cree.

· La nula relación entre Bichen y él se debe a las sospechas de Bichen respecto a los sentimientos de Zidian sobre Suibian. A Zidian no le importa en realidad.

· No tiene buenos recuerdos de sus padres biológicos.

· Para él, Liu Qingge fue su verdadero padre.

· Se culpa constantemente por su muerte.

· Una de las razones que generaron su alcoholismo se deriva de dicho trauma.

 

Zhen Sandu―Serpiente de Mil Venenos

Antiguo discípulo de Bai Zhan, su poder es Serpiente de Mil Venenos

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Antiguo discípulo de Bai Zhan, su poder es Serpiente de Mil Venenos. A diferencia de Liebing las partículas venenosas se encuentran en su sangre, suele cortar su palma para liberar el veneno y así eliminar al enemigo, su veneno al igual que Liebing funciona con los cadáveres feroces y demonios de bajo nivel.

Algunos datos que les podrían interesar:

· A diferencia de su hermano es más serio y tranquilo.

· No le gustan los conflictos pero si alguien lastima a su hermano puede convertirse en alguien muy aterrador.

· Le gusta burlarse un poco de su hermano.

· Su pasatiempo es recolectar pieles de serpientes.

· A diferencia de su hermano, su tono de voz suena más apagado.

· En su espalda tiene el tatuaje de tres serpientes, mismo que se postró en su piel cuando recibió su poder.

· Es conocido por ser un maestro más amable y paciente que su hermano.

· Guarda muchos secretos.

· Al igual que su hermano amó mucho a Liu Qingge, el único padre que tuvo ante sus ojos.

· Se culpa por su muerte, pero intenta aferrarse a la esperanza de reencontrarse con el alma de Liu Qingge.

· Sufre de claustrofobia, trauma dejado por la convivencia con sus padres biológicos.

· Una de las razones por las que no deseó tener hijos fue el miedo de ser un padre igual a su padres biológicos.

· Considera que la amistad de su hermano con Suibian es algo muy importante que debe proteger.

· Aunque Suibian y él no tienen la misma relación que Suibian tiene con su hermano, lo aprecia como familia.

· A veces se pregunta si lo que su hermano siente por Luo Suibian realmente es amistad o no, pero al final regresa al pensamiento de que es la verdad.

· Es una persona algo floja para buscar meterse en pensamientos complejos.

 

 

 

Chapter 3: PRÓLOGO

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Fuego

Fuego.

Lo primero que pudo ver fue el fuego.

Como el inicio de un universo que fue superior a él, absorbiendo la luz en su camino y dándole vida y forma a todo lo existente.

Fuego.

Lo primero que vio al salir del Palacio Púrpura, consumiendo todo a su paso como si no hubiera otro camino, como un demonio destruyendo lo más puro de su mundo, los recuerdos de su infancia consumidos hasta convertirse en cenizas, tal como los cuerpos de las personas que había amado, aquellos que le dieron un lugar.

Sangre.

Lo primero que vio entre sueños fue sangre.

Aquella que circulaba en sus venas y arterias, bombeándose en su corazón para sobrevivir, la misma sangre que bañaba su figura, vestida en un color opuesto a lo que debía, manchando la estatua de aquel dragón que vio entre sueños, la misma estatua que vio alguna vez en Meishan Yu que un día abuela Yu le mostró.

Sangre.

La misma sangre que ahora bañaba sus manos, aquella que había desangrado del cuerpo de sus enemigos por el único fin de la venganza. Como una bestia que buscaba sobrevivir en un campo de batalla entre mil demonios, podía sentir entre sus manos la sangre fluir gota a gota entre cada línea de sus palmas, sobre las cicatriz creadas por las heridas dejadas por aquella corona de oro.

La corona de una arpía, un cruel demonio disfrazado de humano.

La bestia que mató a sus padres.

La bestia que lo había perseguido por mucho tiempo.

Sangre.

Roja y espesa, a veces más oscura de lo normal, a veces más clara, en otras ocasiones la pigmentación era diferente, pero siempre era lo mismo.

Sangre.

Sangre.

Sangre.

¿Cuántas veces sus manos se habían manchado de sangre?

¿Cuántas veces pudo sentirla sobre las fibras de su ropa, sobre su rostro y sus palmas, sobre su cabello negro y sobre la carne viva de su pecho?

Aquella carne, aquella piel que en el momento en que un sol falso se posó sobre ella y quemó la carne de una presa lista para ser devorada por una bestia, le recordó al pasado.

Carne.

Como la carne de sus enemigos, fresca y tibia como un corazón recién extraído del pecho, aun conectado con las arterias bombeando la sangre acelerado ante el terror formados por el peso de la experiencia y la memoria, como la suave sensación entre sus mandíbulas y dientes, los colmillos desgarrando, la carne fresca deleitando las papilas gustativas y la sangre escurriendo entre sus fauces.

Carne.

Como la carne de sus enemigos cociéndose en sus propios jugos, mientras aquella parte oscura de sí mismo disfrutaba cada momento. El fuego ardiendo en el fogón, la madera siendo consumida y el calor devorando poco a poco lo más fresco de la carne, hasta que llegó al punto exacto, al sabor exquisito de la muerte, decorado con el aderezo de los pecados y la sangre sobre sus manos.

Carne.

Sangre.

Fuego.

¿Qué hacía a un hombre un hombre?

¿Qué hacía a una bestia una bestia?

¿Qué diferenciaba a una bestia de un hombre?

Una bestia.

 

 

Lo primero que vio cuando sus ojos se abrieron fue Buyetian.

Un trozo de metal pasando de mano en mano, como una pieza valiosa que cambiaría el orden del mundo. Ojos codiciosos que la tomaban como si fuera la mayor fortuna. Cultivadores capaces de convertirse en bestias por el poder absoluto. Hombre o mujer no importaba, tan solo la codicia de sus corazones.

La ambición por un poder destructivo.

Una voz dentro de él, la parte más oscura de su alma le preguntó:― ¿Qué hay de bueno en esta especie? ¿Por qué aun tienes esperanzas?

Esa era la cuestión.

Ya no tenía esperanzas, pero ya no se aferraba a un ideal creado por su propia ingenuidad. No había perfección en la humanidad, no todo era blanco, no todo era negro, no existía más que un gris intenso de distintas tonalidades en un mundo tan colorido. Este mundo era un lugar que podía ser tan aterrador, pero eso no hacía que la belleza en cada uno de sus rincones fuera menor por ello.

La humanidad era igual.

Lo primero que vio fue el cielo nocturno en Gusu Lan.

En su siniestra un par de jarras de Sonrisa del Emperador del tamaño de frutas del dragón, en su diestra su espada desenfundada, la hermosa hoja de la espada Sui-Bian brillaba con la luz de la luna, el dragón tallado en oro y plata de la misma era visible sin vergüenza alguna.

Tal como un día fue.

Tal como nunca más seria.

Y ante él había una belleza.

Aun cuando sus ojos no distinguían las facciones de su rostro sabia claramente que esa persona vestida de blanco era una belleza. La persona más hermosa sobre esta tierra que jamás sería superada por ningún mortal ni en esta, ni en mil vidas.

Lo primero que vio fue el cielo y el mar unidos como uno solo.

Y olfateo el agua salada, la madera mojada, peces sobre la cubierta de un barco. En su cintura colgaba un cinturón que sostenía su sable, fuerte y poderoso, vida y muerte entrazadas en un único objeto, en el otro lado colgaba su dizi, vida y muerte que cubrían como un escudo, vida y muerte conectadas con el pasado y su historia. Con el poder de controlar los mares ante los ojos del cielo.

Con el poder de invocar al mayor monstruo sobre la tierra.

Lo primero que vio al salir de las aguas fue el sol.

Brillante y deslumbrante como la mirada de Dios, gobernando ante los ojos de los mortales que le miraban, asustados como si fuera un monstruo, a pesar de que ellos mismos arruinaron sus sueños. Vanidosos y arrogantes sintiéndose dueños del mundo, criaturas insignificantes, interesantes y curiosas, crueles y mortíferas. Dueñas de todo y dueñas de nada.

Aterradoras y autodestructivas.

Lo primero que vio cuando sus ojos se abrieron fue a una hermosa criatura.

Atrapada en una prisión hecha de un extraño material atrapada entre el tiempo y la tierra, como un ave al que se le cortaron las plumas para impedirle volar, como si fuera para su captor una preciosa joya, un inusual objeto que creía de su pertenencia. Precioso ser tan opuesto a él, tan hermoso y elegante, algo inhumano y aun así lo más humano sobre la tierra.

Lo primero que vio fue a una hermosa criatura.

Sentada frente a una inmensa torre, yacía de espaldas mirando el paisaje desde la ventana, su hermoso cabello blanco era tan largo como el cuerpo de un dragón, tan brillante como una pieza de jade y tan poderoso, como el toque de una deidad con la capacidad de dar luz a los ciegos, curar a los enfermos y devolver la vida a los que se han ido.

Y él estaba ahí, cuidándolo, manteniéndolo seguro. Liberándolo y enseñándole que el mundo tal vez era aterrador de mil maneras diferentes, pero también podía ser muy hermoso.

Lo primero que vio fue a una mujer.

Cabello blanco como la espuma del mar, piel clara como la porcelana, un rostro tan hermoso como el jade, hermosos labios jugosos y rosados como trozos de durazno y una mirada fría y dorada como las astas de un dragón.

El látigo que sostenía en su diestra cayó, su corazón brincó acelerado, las flores de loto florecieron junto a la vainilla y las peonias, su mano se estiró a esa persona, su corazón le fue entregado como en cada ocasión y aun así lentamente cayó ante la verdad cruel de un mundo que aborrecía su amor. Como si fuera algo cruel y malvado, libertino y asqueroso.

¿Qué hay de malo que dos personas se amen verdaderamente?

Lo primero que vio fue una figura aferrada a él mientras le pedía volver al hogar de esa belleza.

Una belleza que lo rechazó mil veces, atravesando su corazón con la espada de su desprecio como si fuera un ser asqueroso y despreciable, indigno de su presencia, demostrando su amor a través de comportamientos absurdos.

Y solo buscando hacerlo de la forma correcta cuando él mismo se había corrompido lo suficiente para entender al fin cuan indigno era de él.

Una frase absurda que se repitió mil veces.

Unas palabras que llegaron demasiado tarde.

Lo primero que vio fue el palacio imperial de Buyetian.

Parecía diferente pero el escenario era el mismo. La sangre corría mientras la guerra se suscitaba, las personas se volvían bestias peleando por un trozo de metal, mientras él sentía que sus ojos picaban, las lágrimas escurrían por su rostro y sus motivos para sobrevivir habían terminado.

No había más, no tenía nada.

Solo ganas de desaparecer de ese mundo.

Cuando su cuerpo cayó de aquel risco sintió como alguien sostuvo su brazo. La caída fue frenada bruscamente, sus ojos se levantaron solo para encontrarse con la apariencia de una belleza herida, aun así en sus ojos brillaban el oro, como fuego que no estaba dispuesto a rendirse, a soltarlo.

A dejarlo ir.

¿Cuántas veces había hecho eso?

¿Cuántas veces sería tan terco?

¿Por qué a pesar de todo aún se aferraba a su mano?

¿Cuántas vidas haría eso?

 

 

Agua.

Podía olerla a su alrededor, podía sentirla debajo de sus pies desnudos, mientras las prendas que le vestían se sentían tan frescas como la brisa. Podía sentir como la silla en la que estaba sentado lo mantenía con la espalda recta, su olfato le dijo que era de madera.

Cuando sus ojos se abrieron pudo ver un extenso mar sin un solo trozo de tierra, solo mar y más mar, conectándose con el cielo de extraña apariencia gris.

Y Wei Wuxian estaba en medio de este.

Una mesa de madera, un tablero de Xiangqi ante él.

Sus ojos se cerraron, el viento movió su cabello, el agua salada era fresca.

Y él lo sabía.

No estaba solo.

Las piezas estaban esperando, esos ojos lo estaban mirando, su corazón palpitó aterrado.

Cuando sus ojos volvieron a abrirse se encontró con sábanas manchadas de sangre, huesos humanos rotos y manchados con sangre en una de las esquinas de la cama, era un brutal desastre con el dosel roto y las astillas y trozos filosos del mismo clavándose contra el colchón, que ya había dejado caer el relleno sobre el piso.

Wei Wuxian sabia de quien eran esos huesos, conocía esos restos y aquella escena, aun cuando su mala memoria solía jugarle bromas pesadas, él sabía perfectamente de quien eran esos huesos, porque el mismo fue testigo de aquel hecho atroz. Porque él fue quien lo permitió.

Esos eran los huesos de Wang Tanlan.

Sus ojos se cerraron, el olor a sangre era palpable, su boca se sentía amarga.

Y él lo sabía.

No estaba solo.

La habitación principal de Passiflora Resplandeciente se mantenía en una incómoda calma, ni un solo jarrón, pétalo y seda cayó al suelo o se movió, ni una sola persona se presentó en ese lugar con el fin de alterar esa calma que sostenía las cuerdas del corazón de Wei Wuxian, impidiendo que su corazón pudiera latir nuevamente.

Wei Wuxian sintió como la humedad en sus manos era antinatural, pero cuando estas se elevaron ante sus ojos solo pudo ver una cosa.

Rojo.

Un horrible e intenso rojo.

Este era el rojo de la sangre de sus enemigos, de la carne y el fuego que le perseguían, la desgracia que extendió sobre los suyos ante la simple razón de existir. Un peso más grande de lo que podía soportar, mayor de lo que podía negar y uno que estaba entrelazado con una verdad a la que temía mucho más de lo que nunca temió a la muerte.

Y entonces pudo sentirlo.

La energía resentida creció entre el suelo como raíces, como la niebla espesa entre sus pies y la marea que lentamente se extendía como el pasar de las flores de loto, la madera y las crueles especias que perseguían su vida desde ese día.

El día en que todo cambio.

Cuando Wei Wuxian conoció a esa bestia.

Entonces lo escuchó.

Las puertas de la entrada principal fueron abiertas con la fuerza de un monstruo, una sombra se abrió paso como el fuego, la carne y la sangre que lo enredaba en una cadena doble de algo que Wei Wuxian había deseado escapar desde ese día.

Sus pies no podían moverse, se mantenía quieto, de pie en medio de aquella habitación, justo en un punto donde las tejas de la habitación habían desaparecido y la luz de la luna entraba. Era como si el escenario hubiera levantado el telón de esta obra, que parecía una absurda parodia de su vida y Wei Wuxian era nuevamente el protagonista.

El sonido de las tablas de madera que formaban los escalones que llevaban a la habitación principal le alertó sobre su obvia intención, subiendo cada escalón como si buscara jugar con sus sentimientos.

Lento y paciente, permitiendo que la seda y algodón de sus túnicas se arrastrara entre la madera.

Perezoso y malvado, listo para recordarle su existencia.

Las puertas de la habitación se abrieron con calma, a diferencia de la puerta principal, Wei Wuxian quería escapar, deseaba moverse, tenía que salir de ese lugar.

¡Tenía que escapar de ESO!

Cada paso de aquel ser hacía que el corazón de Wei Wuxian temblara ante su presencia, era una tortura vivida en carne propia que repetía el escenario que el mismo fabricó contra Wang Tanlan.

Y cuando los pasos se detuvieron, Wei Wuxian pudo sentir que estaba justo detrás de él, su tamaño era lo suficiente aterrador para que Wei Wuxian pudiera notar que a lo mucho podía llegar a la altura del hombro de ese ser.

Y cuando sintió su respiración junto a su oído, Wei Wuxian dejo de respirar, como un pequeño conejo temeroso del gran depredador que estaba a punto de comérselo sin más.

¿Qué hacía a un hombre un hombre?

¿Qué hacía a una bestia una bestia?

¿Qué diferenciaba a una bestia de un hombre?

Una bestia.

Hasta que ESO habló.

―Aún estoy esperando, mentiroso.

 

 

CAPITAL DEL IMPERIO-YILING WEI

SALÓN DE INVESTIGACIÓN Y EXPERIMENTACIÓN LONG

13 horas antes de la ceremonia nupcial del emperador

 

Y Wei Wuxian despertó.

Sentándose con brusquedad, Wei Wuxian se levantó del sillón que Suibian había mandado a instalar en su laboratorio, la mezcla de sus propias especies le provocó nauseas, pero Wei Wuxian contuvo sus emociones logrando evitar hacer un desastre.

El lugar olía a tinta, papel y los diferentes materiales que usaba para sus propios experimentos, cientos de papeles colgados por varios hilos, pegados o sostenidos momentáneamente sobre las paredes y el techo. En su mayoría, talismanes especializados en medicina, agricultura y cultivo demoniaco.

Así mismo diferentes estantes contenían variados libros y rollos especializado en varias áreas, algunos artilugios que había tallado yacían sobre las mesas, estantes y demás, la velas que se encontraban colocadas en lugares estratégicos para evitar arruinar su trabajo ya habían sido consumidas por el fuego.

Y el mismo Wei Wuxian había sido devorado por el cansancio hasta el punto de que alguien lo llevo a dormir, e inclusive lo cubrió para que descansara después de trabajar nuevamente en los talismanes para la destrucción del Sello del Tigre Estigio.

Posiblemente fue Suibian. Nadie más aparte de él y Wen Qing podían entrar aquí.

Wei Wuxian no era quisquilloso con muchas cosas y de hecho era bastante desordenado, pero este lugar en especial, su área de trabajo que no tenía que ver con ser un aburrido emperador era algo que no quería que nadie tocara.

Ni el mismo A-Yuan podía entrar aquí.

Con el corazón más calmado, Wei Wuxian pasó una mano por su cabello suelto, despeinado las hebras negras de cuervo, las sábanas fueron dejadas a un lado y se levantó, tenía unas túnicas extras en el cuerpo que ahora tapaban su pecho que normalmente estaba algo descubierto por comodidad.

Se sentía cansado, parecía ser de madrugada, probablemente la una de la mañana.

Entonces alguien tocó la puerta.

―Wei Ying, ¿puedo pasar?

Suibian.

Tomando asiento nuevamente, Wei Wuxian habló: ―Adelante.

La puerta se abrió con calma, dándole paso a la figura conocida

Sus pasos fueron cuidadosos, evitando pisar los artículos importantes, abriéndose paso hasta llegar a Wei Wuxian, en sus manos había una charola. Una tetera y una taza fueron visibles y Wei Wuxian no pudo evitar la culpa.

El silencio y los secretos no eran tan fáciles de olvidar.

La culpa que lo unía al pasado de esta persona que amaba tanto tampoco.

―Sé que desearías quedarte a dormir aquí, pero A-Yuan también se despertó y está preocupado.

―¿Por qué té?

―Porque necesitas calentarte y descansar. Dentro de unas horas tienes que hacer algo muy importante.

―¿Algo importante? ¿Qué... Oh.

Cierto, ese día iba a casarse con Lan Wangji.

La decepción dentro del corazón de Wei Wuxian creció como la culpa, estaba seguro de que había lastimado con esto a Lan Wangji de maneras injustificables. Esto no se parecía en nada a lo que un día le prometió.

Estaba seguro que esto no era algo que deseara aquella belleza que posiblemente no recordaba ni su nombre de nacimiento.

Lan Wangji, quien ya había pasado por momentos desagradables, contextos despreciables en esta sociedad, seguramente ya había afilado la hoja de su espada, listo para ejecutarlo como el animal más miserable sobre la tierra.

Otra vez.

Pasará otra vez.

Deberás comprenderlo una vez más.

Está bien, podía con esto, debía hacerlo.

Esto no era culpa de Lan Zhan, esto nunca había sido su culpa y él estaba dispuesto a aceptar todo lo que viniera.

Este era el castigo por su acción precipitada que había puesto a Lan Zhan en esta difícil situación, debía aceptarlo.

―Wei Ying.

―Sí, vámonos.

Regresar a la Cueva del Demonio se sintió como la paz, abrazar a su hijo que lo recibió como si fuera la mejor persona del mundo se sintió como un refugio, y descansar entre sus brazos ser sintió como estar en el cielo.

Pero cuando llegó la hora, Wei Wuxian ya no pudo escapar.

La tina fue preparada, su cuerpo se libró de cada prenda, bañado por agua de rosas. Su cabello peinado por los betas a su servicio, las túnicas rojas salieron, los bordados de dragones decorando la prenda, el pequeño tocado de oro sobre su cabello peinado adecuadamente.

Y cuando Wei Wuxian se miró al espejo lo supo.

El momento había llegado.

Esta era la historia de un omega y un emperador.

Dos almas a fines que se encontraron de forma inesperada en momentos inesperados de sus vidas. Hicieron una promesa juntos, pero uno de ellos la olvido. A pesar de eso, Wei Wuxian no olvido, fuera una maldición o una bendición, no lo sabía, pero Wei Wuxian se aferró a esa promesa como si fuera la vida misma.

Como siempre.

Como cada vez que sintió que las esperanzas se perdían.

Aun cuando Wei Wuxian renunció a la idea de que había posibilidades de que Lan Wangji pudiera no solo recordarlo, sino también amarlo, cuando la noticia de aquel absurdo compromiso llegó a sus ojos y oídos, Wei Wuxian se aferró tercamente a encontrar una solución, aun si eso significaba que la persona que tanto amaba lo odiara toda su vida.

Tal vez por eso cuando las puertas de la plaza sur se abrieron, el sequito Lan se abrió paso y ese palanquín apareció, Wei Wuxian quiso huir ante la realidad, como un niño tonto escapando de las consecuencias tras su acciones. Caminando hacia el palanquín extendió su mano hacia Lan Wangji, como si tuviera una esperanza de no ser rechazado.

Como si tuviera esperanza de que no volviera a pasar.

Como si las cosas pudieran ser diferentes.

Pero Lan Wangji no solo lo rechazo, bajo por sus propios medios y caminó a su lado, dejando que el amargo aroma de las orquídeas y jazmines podridos, como el espeso aceite del sándalo rancio le dejara ver que no estaba feliz con esto.

Y mucha más razón que cualquier deseo ingenuo de Wei Wuxian.

Lo había arruinado.

Lo había hecho mal.

No era como el omega lo soñó, no fue como el emperador prometió, aquel sueño de infancia se volvió un método desesperado para proteger a su ser amado. Pero el emperador no vio en esto una oportunidad.

No había razón para mostrar su verdadero ser cuando él sabía que era imposible que ese omega que ya lo odiaba pudiera darle una oportunidad.

Porque... ¿Quién podría amar a una bestia como Wei Wuxian?

Entre copas y verdad el emperador no tenía esperanza y tomando un absurdo papel se preparó para la peor actuación de su vida.

Pero la bestia si tenía esperanza, aun si era minúscula la tenía. Esperanza de ser reconocido, esperanza de ser recordado.

De ser amado.

Wei Wuxian jamás estuvo preparado para lo que encontró en aquella habitación, lo que desencadenó y lo que su corazón aun anhelaba. Lo que inicio con el deseo de mirar un rostro, que un par de trozos de oro miraran su rostro y tal vez, solo tal vez la suerte tocara a su puerta y aquella belleza que había amado por mucho tiempo lo reconocería.

Pero no fue así y lo que le espero en esa habitación fue algo que lo llevó a un camino desconocido e inesperado, en donde comprendió que dar las cosas por sentado fue su mayor error.

Porque esta historia comenzó con el omega y el emperador.

Con un sueño, una promesa y un hilo rojo que unió sus almas como destino.

Wei Wuxian nunca estuvo preparado para aceptar lo que era en realidad.

Pero el Patriarca Yiling siempre estuvo esperando.

Y ya no podía escapar de aquella verdad.

Y ya no podía escapar de aquella verdad

 

 

Chapter 4: CAPÍTULO 1: EMPERADOR

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REINO DE YUNMENG JIANG

LAS RUINAS DEL PALACIO OLVIDADO-YILING

4 años atrás

 

Sobre la cima de una montaña en Yiling había un viejo palacio en ruinas abandonado por la humanidad.

Se decía que hacía doscientos años atrás, la secta de Cang Qiong había ayudado exhaustivamente con la restauración de lo que un día sería el hogar del Hijo del Cielo. Justo en los mismos terrenos que un día pertenecieron al palacio de un antiguo reino conocido como XianLe.

En el pasado se decía que ese supuesto Hijo del Cielo era verdaderamente un hijo de sangre del Gobernante de los cielos. El Emperador de Jade, Xie Lian, que había logrado darle a luz y llevarlo al Reino Humano como su representante en la tierra.

No obstante, debido a que nunca apareció nadie podía creer en la existencia de ese tal Hijo del Cielo.

Mucho menos, después de tantos años en los que jamás apareció.

Pero para sorpresa de muchos, ese palacio abandonado, que ahora debía ser más ruinas que un verdadero palacio, estaba siendo habitado no solo por un gran grupo de alfas, betas y omegas traidores, que se habían atrevido a ir contra las normas del mundo y lo justo uniéndose a un bando ruin.

También estaba habitado por nada más y nadie menos que el ahora el ex Tercer Príncipe Jiang, su antigua alteza Real, Wei Wuxian.

El Patriarca Yiling.

Y el mismo que ahora estaba también siendo protegido por el pueblo de Yiling.

Menuda desvergüenza.

La gente de Yiling, como podría esperarse de gente de Hubei, eran incluso en su modestia personas que podían ser consideradas bárbaras, incluso salvajes en cierto sentido. Al punto que los señores cultivadores, que ahora se abrían paso por la montaña para llegar a aquel palacio, habían tenido que esconder sus identidades y entrar por otro lado, para evitar un conflicto innecesario con la gente de Yunmeng Jiang solo por ese canalla.

Vestidos con largas capas negras montando a caballo, los lideres y simples cultivadores se abrieron paso, algunos eran de clanes que estaban vinculados con personas que ahora vivían en la cima de aquella montaña, otros solo ofrecían su apoyo y algunos más tenían curiosidad por lo que encontrarían en la cima de la montaña.

―Líder del clan Luo, ¿está seguro que esto no es un suicidio? Ese Wei Wuxian puede ser muy cruel en realidad.

El señor Luo, de cabellos grises decorados con canas que brillaban con la luz de la luna, era uno de los miembros mayores del grupo. Desde que su hija había abandonado el clan, el líder del clan Luo había buscado de varias maneras analizar las cosas, dejar de lado su orgullo y buscar una manera en la que su hija volviera.

Sin embargo, Luo Qingyang no había querido volver y ahora el Líder del Clan Luo estaba aquí dispuesto a todo para salvar a su hija de las garras del desvergonzado Patriarca Yiling.

―¿Escucharon que en realidad la razón por la que la emperatriz se volvió loca fue porque Wei Wuxian cocinó a sus hijos en un gran caldero y la hizo comérselos junto a su corona, hasta que no quedo nada?

Entre ellos un hombre de túnicas blancas, plateadas y violetas destacó, su cabello perfectamente atado en un moño de media cola, en donde una corona de plata descansaba. No destacaba en realidad, su rostro simple tampoco, pero su voz fue lo suficiente llamativa para llamar la atención de todos.

Uno de los hombres le dio la razón.

―Yo también escuche eso, al parecer los huesos de Wen Xu tenían evidencia de haber sido cocinados antes de morir. Ese monstruo no solo lo cocinó, sino que limpió los huesos y les dio las sobras a sus cuervos para deshacerse por completo de él.

―Líder del Clan Moling Su, ¿eso es cierto?

―Claro que lo es. Tan real como que ese tipo mató al antiguo rey Jin y el primo de su Alteza Real, Lianfang-Zun.

―Es una vergüenza que Lianfang-Zun no haya querido venir con nosotros a hacer justicia. Es cierto que venimos por nuestros hijos, esposos y concubinas, pero esto también es para hacer justicia. Debemos matar a esa bestia, en nombre del mundo de la cultivación.

―¡Muy cierto! ¡Muy cierto! ¡Esto es por el mundo de la cultivación!

Los ánimos se levantaron como las antorchas y las sonrisas. Pero al igual que el fuego se apagaron cuando llegaron a la cumbre de la montaña.

El palacio olvidado de la montaña era mucho más grande de lo que recordaban, ya era imposible intentar entrar por arriba, una enorme barrera de resentimiento cubría el palacio por completo, así como de una extraña manera una parte de esa barrera parecía perderse entre la cima, como si en realidad cubriera más de lo que parecía.

Pero por alguna extraña razón, cuando llegaron a la puerta exterior esta se abrió para ellos, como si estuviera hechizada.

Y ellos lo comprendieron.

El Patriarca Yiling no solo los había descubierto.

Sino que también los esperaba dentro.

Tragando sus miedos y armándose de valor caminaron un largo sendero que no parecía tener fin hasta llegar a la Puerta Sur, que para su desgracia les hizo tener que seguir caminando hacia el norte por tres puertas más, cada una bastante lejos de la otra.

Sorprendentemente los muros ya no estaban descuidados como antes, parecía que Wei Wuxian ya había mandado reparar aquello, aunque aún no había color sobre los muros, el tono frio de la piedra ante sus ojos era mucho más amenazante con los cuervos que los miraban sobre estos, con ojos tan rojos como la sangre.

Y entonces por fin llegaron a la plaza sur.

Y la terrorífica vista de un gran edificio aun en reconstrucción les dio la bienvenida, mientras cientos de cuervos volaban sobre este, dándole un aspecto aún más aterrador.

A lado de ese edificio había otras dos construcciones, una a la derecha y otra a la izquierda y detrás de estas ya había un muro en construcción, mismo que estaba siendo protegido por una gran muralla de resentimiento que evitaba el paso al interior.

Posiblemente sus omegas estaban ahí.

Mientras caminaban por la plaza que parecía haber sido librada por fin de la maleza que sobresalía entre las líneas, uno de ellos preguntó con sorpresa.

―¿Por qué hay dragones tallados de cinco garras sobre las paredes?

Todo el mundo sabía que por tradición, los dragones de cinco garras únicamente le pertenecían al hogar del emperador. Que un hombre que no era un emperador se atreviera a tallar algo como esto en su casa era una verdadera ofensa contra los cielos.

―Ese tipo debe estar loco, ni siquiera respeta a los cielos.

―O tal vez esté intentando darnos una declaración de guerra.

―¿Estás pensando que tal vez... ?

―Es lo único que puede ser.

Y cuando llegaron a aquel edificio y vieron que en el centro de aquellas escaleras que llevaban a la cima, también había un dragón tallado en piedra caliza, sus temores tan solo aumentaron.

Al llegar a la cima se dieron cuenta que había un letrero sobre las puertas, era una simple tabla de madera, que parecía más un recordatorio de lo que iba a ser ese lugar que el letrero oficial, pero aquellas palabras, finamente trazadas por una hermosa caligrafía los hicieron sentir ofendidos.

Salón de la Suprema Armonía.

¿Qué clase de nombre absurdo era ese y quien se creía Wei Wuxian para usar un nombre como esos para este lugar?

Entonces las puertas se abrieron.

Tal como la primera vez, los señores no pudieron evitar asustarse cuando las puertas de madera simple se abrieron como si en realidad fueran movidas por una fuerza sobrenatural. Era como si les hubiera invitado de forma aterradora a entrar.

El miedo era grande, pero la curiosidad era mayor.

A pesar de su miedo entraron notando que las puertas se mantuvieron abiertas, dándoles la oportunidad de escapar, como una burla a su verdadero valor.

Sin embargo, cada uno de ellos desenfundó su espada y avanzó sin temor.

En el fondo de ese vacío lugar había una serie de escaleras que llevaban a un extraño sillón, sobre este un imponente hombre de cabello negro vestido en túnicas grises estaba sentado, sus ojos rojos los miraban fríamente, mientras les ofrecía una descarada sonrisa.

A su derecha, el traidor Polilla de Oro se mantenía de pie, vistiendo ahora túnicas rojas que no se parecían en nada a las honorables túnicas del líder de los guardianes de Yunmeng Jiang.

¡Ese hombre desvergonzado estaba imitando un trono! ¡Y estaba convirtiendo estas ruinas en el palacio de un emperador!

¡Que más podría ser que la declaración de lo que planeaba hacer!

Sobre aquel trono el brazo de Wei Wuxian descansaba y sus nudillos soportaban en peso de su apuesto rostro, en donde dos líneas oscuras destacaban aquellas joyas carmesí. Era como si fuera un gran dragón mirando a sus simples súbditos desde la cima, como si no fueran más que hormigas ante los ojos de un dios.

Y en su mano derecha aquel demoniaco dizi conectado con el mal en persona era girado como si de un indefenso juguete se tratara.

Entonces el Patriarca Yiling habló.

―No sé si son muy valientes o muy estúpidos para venir a mis territorios sin una invitación.

―¡Wei Wuxian! ¡¿Qué demonios crees que estás haciendo en este lugar?! ¡¿Qué son esos dragones sobre las paredes y las escaleras?!

Wei Wuxian miró a aquel señor con aburrimiento, y comentó como si no fuera nada: ―No lo sé en realidad, hace un mes cuando desperté ya se encontraban ahí.

―¡¿Quién demonios creería eso?! ¡Tú, Demonio Cuervo! ¡No eres más que un desvergonzado!

Wei Wuxian se río secamente antes de continuar.

―Ustedes preguntaron y yo conteste. Si me creen no es mi asunto. Pero puedo decir que me gusta cómo se ven en mi casa, los dragones siempre me han gustado y es un gran trabajo. Creo que los dejare.

―¡Wei Wuxian! ¡Esto es una declaración de guerra!

―¡No solo asesinaste a Su Alteza Real, el difunto rey Jin Guangshan y su sobrino, incluso a los pobres soldados que cuidaban a los remanentes Wen! ¡Ahora quieres hacerte de todo el poder! ¡¿Cómo te atreves a ser tan desvergonzado, tu hijo de un sirviente?!

La sonrisa de Wei Wuxian fue borrada, mientras los fríos ojos rojos los miraban en molestia.

―Que tan hipócritas tienen que ser para defender a ese tipo. Mis manos no acabaron con él, pero me hubiera gustado hacerlo en nombre de las personas a las que trató como animales.

―¿Qué tonterías estas diciendo? El rey Jin tenía gustos... peculiares, pero fue un gran soberano.

Y la risa de Wei Wuxian llenó el salón vacío.

―¿Gustos peculiares? ¿un gran soberano? Un gran depravado querrás decir. No solo tuvo el descaro de matar a los niños Wen que se salvaron de la guerra, sin importar si eran hijos o no de Wen Ruohan.

El dizi se detuvo entre sus manos, sus ojos apuntaron con odio ante los alfas frente a él.

―Sino que ese enfermo raptó a los omegas jóvenes que le gustaron y los que no los dejo a su suerte en las manos de sus alfas miserables. ¿Han visto lo que esos enfermos hacen en la guerra con los omegas? Tal vez lo han hecho, pero como muchos de ellos eran Wen les restan importancia a esos crímenes.

Wei Wuxian tomó un suspiro.

―Dicen que mate a "pobres" soldados Jin. Es cierto, mate a esos hombres, pero los mate por el mismo crimen por el que todos los niños y omegas que salieron a salvo de los palacios fragantes del harem de Wen Ruohan hoy en día no están en este mundo.

El hombre se levantó de su trono improvisado, la ira brillaba en su mirada y su voz hervía como un volcán en erupción por la furia.

―¡Los mate por las atrocidades que les hicieron a muchos omegas que no pude salvar! ¡Y también los mate por todos esos niños que nacieron de aquellos actos y que ellos mismos asesinaron!

La mano izquierda de Wei Wuxian se levantó, sus dedos trazaron los mechones de su copete peinándolos hacia atrás y cuando la mano bajo, los mechones tinta cayeron con gracia a un lado de su rostro, dándole una apariencia más salvaje de lo que ya era.

―Así que díganme, ¿Quién es el verdadero monstruo? Esos soldados Jin y ese supuesto buen rey o yo? Pero para que les pregunto a ustedes, si es obvio que desde sus privilegios, hipócritas como ustedes no verán el crimen aun si este estuviera frente a sus ojos.

―¡Wei Wuxian! ¡Jamás serás emperador! ¡No lo permitiremos!―Su Minshan exclamó, levantando su espada con ira buscando ser aún más aterrador ante el joven que era claramente más alto y robusto que él.

Los ojos de Wei Wuxian le miraron con indiferencia, el carmín destelló fríamente haciendo que cada hueso en su cuerpo temblara con terror y entonces Wei Wuxian por fin habló.

―¿Tú quién eres?

De verdad Wei Wuxian no sabía quién era ese hombre, si era sincero no sabía quién era la mayoría de las personas en el salón, pero ese en especial, que hablaba como si fuera un gran señor era el que tenía el rostro más olvidable que Wei Wuxian había conocido.

―¡Soy el líder del clan Moling Su, Su Minshan! ¡¿Cómo te atreves a decir que no me conoces si alguna vez peleamos juntos?!

Wei Wuxian le restó importancia y continuó.

―Como sea. Si eso es lo único que han venido a hacer a mi casa, les pediré que se marchen ahora. Ya vieron lo que querían ver, no tienen por qué estar aquí.

―¡No nos iremos!

―¡No lo haremos! ¡Hemos venido por ti!

―¡Tienes que pagar por tus crímenes!

―¡Entrégate obedientemente y devuélvenos a nuestros omegas! ¡ Si haces eso perdonaremos a esos Wen a tu cargo!

―¡Si, entrégate de inmediato!

Wei Wuxian los miró con aburrimiento hasta que estalló en risas, de forma arrogante y burlona, como si le hubieran contado el mejor chiste de la vida.

Wei Wuxian rio hasta cansarse, tomando asiento nuevamente en aquel trono, su diestra cubrió su mirada y se acomodó vagamente, haciendo que los señores cultivadores no pudieran evitar enfurecer con mayor fuerza.

Con sus espadas en alto, los señores de la cultivación se lanzaron contra Wei Wuxian.

Los dedos blancos como la nieve se extendieron, permitiendo la vista del ojo rojo que deslumbró entre la oscuridad y entonces pasó.

El rugido de una pantera llena de furia llegó a sus oídos, siendo solo conscientes de su presencia cuando la enorme bestia frente a ellos se lanzó con furia haciéndolos retroceder varios pasos, hasta que algunos de ellos cayeron sobre sus retaguardias, mirando con terror el animal frente a ellos.

Esa pantera era en realidad Chenqing.

Su cuerpo era tres veces más grande que el de un hombre común. Sus afiladas garras eran tan letales que lograban hacer que sus simples espadas parecieran nada, su cuerpo vestido de un hermoso pelaje negro dejaba solo ver las rosetas sobre esta cuando la luz tocaba las hebras. Mientras en su cuello, aquella extraña gargantilla que solía usar destacaba por aquellos hilos rojos como esa piedra carmín en el centro.

Y sus brillantes ojos eran tan rojos como gemas que delataban sus intenciones asesinas.

―¡Chenqing!

―¡Debimos suponerlo! ¡Esta bestia aun te sirve!

―¡¿Qué trucos mezquinos has utilizado para que te sirva fielmente?! ¡Eres un verdadero desvergonzado Wei Wuxian!

Sin importarle en realidad lo que aquellos hombres decían, Wei Wuxian guardó el dizi en su cinturón y llamó gentilmente.

―Chenqing.

La pantera miró entre Wei Wuxian y aquellos alfas, antes de gruñir nuevamente hacia ellos y caminar hacia el dominante, colocando su cabeza contra la pierna de Wei Wuxian sin recargar todo su peso, y sentarse en ese lugar, manteniéndose alerta.

Con una sonrisa divertida, Wei Wuxian habló, dejando que sus afilados colmillos destacaran con amenaza en su sonrisa abierta.

―No sabía que de todas las criaturas existentes le temieran a un pequeño gatito.

―¡Wei Wuxian, ¿Qué demonios?!

La mano de Wei Wuxian acarició dulcemente la cabeza de la pantera, sus dedos trazaron entre el pelaje con gentileza, sus ojos rojos brillaban al igual que aquella criatura, antes de continuar.

―Ya, ya, no te molestes. Estas personas se irán ya.

―Wei Wuxian, ningún de nosotros se ir-

―Como ya escucharon la visita terminó. No hay nada más que hablar.

―Wei Wuxian, tú...

―Dinos la verdad, ¿realmente estas planeando convertirte en emperador?

―Si es así, devuélvenos a nuestros hijos, nuestros esposos y concubinas. Ten algo de decencia y no los involucres más en tus asuntos.

Wei Wuxian escuchó aburrido, mientras su dedos seguían acariciando la cabeza de la pantera que ahora ronroneaba, permitiendo que el relajante ruido llegara a sus oídos.

Sin quitar sus ojos de la calamidad, Wei Wuxian habló: ―Esa es una buena pregunta en realidad. Después de que mate a Wen Ruohan y comprendí lo que estaba entre mis manos he pensado mucho en esa pregunta, incluso la última vez que hable con Jin Guangshan en ese banquete, cuando di esa declaración.

"―Incluso alguien como yo podría ser un mejor emperador de lo que usted jamás podría ser ni en mil años"

―Pero si quieren una respuesta, ¿Por qué no van a Buyetian dentro de un mes? En ese lugar les daré mi verdadera respuesta a esa pregunta. Ahora... ¡Largo de mi casa!

Como si se tratara de una burla a sus suposiciones el resentimiento se concentró como una nube oscura sobre Wei Wuxian y de esa nube, como si fuera un portal, la forma titánica de un gran dragón de escamas tan negras como la noche pero brillantes como el oro apareció frente a ellos.

Su melena era dorada como los cuernos que decoraban su cabeza, sus ojos rojos brillaron como una cueva llena de rubies y sus colmillos eran tan aterradores como podría esperarse de las fauces de una bestia de aquella inmensidad.

La misma que se lanzó contra ellos sin tregua alguna. Haciendo que cada uno de ellos buscara el camino de regreso a la salida. Como simples ratas que escapaban de las cloacas con el miedo ardiente en sus corazones ante la posibilidad de ser devorados, se tratara.

Cuando aquellos hombres desaparecieron del palacio, en la oscuridad de aquel salón aun en construcción, la pantera se levantó de su lugar, girando lentamente entre sus patas hasta quedar frente a frente del hombre que ahora miraba en un apagado gris al demonio.

El resentimiento cubrió el cuerpo de Chenqing, antes de tomar la forma de un niño únicamente vestido por una capa de seda negra decorada en Lycoris Radiata más grande que su cuerpo, al igual que la oscuridad que cubría su intimidad.

Su cabello estaba peinado en una cola de cabello alta, dejando que la preciosa gargantilla que cubría su cuello fuera aún más visible, su frente estaba cubierta por un fleco recto, mientras sus ojos rojos, que miraban con un calidez que solo le pertenecía a Wei Wuxian, brillaron dulcemente al hombre.

Antes de que el muchacho buscara sentarse en su regazo, pasando sus brazos por su cuello.

Como un pequeño hermano que le daba al mayor la bienvenida por volver a casa.

―Lo harás, ¿no es así?

―No están dejándome otra opción. Si no tomo el trono ellos buscarán mi muerte, si lo hago también lo harán, pero al menos, si tienes razón y el poder de la voz realmente me permite convertirme en emperador, entonces tendré una manera de proteger a todos.

―No tienes por qué dudar de mi palabra. Tan solo tienes que usar la voz y tan pronto como esta llegue al cielo, el mismo se abrirá para ti. Incluso puedo asumir que el Emperador de Jade vendrá en persona para coronarte como el verdadero y único emperador de YuZhong.

―¿El mundo del cultivo?

―Sera completamente tuyo.

―¿El Reino Humano?

―Se reunificará solo para ti. Como siempre debió ser.

―¿Qué hay de la gente de oriente?

―¿Quieres conquistar los demás territorios? No tienes por qué preocuparte, te lo daré todo. ¿Quieres formar un país más grande? Te ayudare a formar el país más grande y poderoso sobre la tierra. No habrá hombre que se atreva a negar que eres el emperador, aquel que planea unificar al YuZhong en uno solo.

Pero a Wei Wuxian no le emocionaba eso. Tan solo le interesaba lo que en verdad podía hacer por los más indefensos con aquel inmenso poder.

El poder de un dios sobre la tierra mortal.

Y eso obviamente incluía a su familia y sobre todo a...

"―¿Lo prometes? ¿de verdad vendrás por A-Zhan? ¿realmente quieres casarte con A-Zhan?"

―Pero sobre todo, sin importar lo que pase de ahora en adelante, si tomas esa corona podrás asegurar la felicidad de Lan Wangji. Y nadie tendrá derecho a oponerse a ello.

Los ojos de Wei Wuxian brillaron con esperanza, con el miedo de saber lo que significaba tomar el peso de esa corona.

Lo que en verdad significaba convertirse en emperador.

Sin embargo, Chenqing lo sabía.

Wei Wuxian ya lo había considerado.

Lo había pensado por mucho tiempo en realidad.

Mucho antes de llegar a esa montaña, antes de la muerte de los Jin, su corazón había dejado fluir los pensamientos que se apoderaron de su mente, como una cadena de la que no podía librarse aun cuando deseaba ser despreocupado sobre el asunto.

Pero también había temido a lo que significaba en realidad tomar el poder absoluto que había sido reservado para el Hijo del Cielo desde hace doscientos años. Temía utilizar la voz de forma tramposa y tomar algo que no le pertenecía solo por motivos egoístas que podrían llevar a ese mundo a la destrucción.

Porque esa decisión no era algo que solo lo afectaría a él.

También afectaría a los demás, al imperio.

A las tierras de YuZhong.

Sin embargo, Chenqing lo sabía.

No había marcha atrás.

No cuando el día de la batalla en Buyetian llegó.

Cuando en medio del choque de las espadas, los gritos y la sangre pudo ver la desesperación en los ojos brillantes de Wei Wuxian.

Menos cuando pudo sentir su miedo, su desesperación. Aquella que broto de la realización, del comprender que si no lo hacía, estos estúpidos humanos terminarían matándose los unos a los otros por un poder que era demasiado grande para seres tan simples como ellos.

Igual que siempre.

Igual que esa ocasión.

―!CÁÁÁÁÁLLEEEEENSEEEEEEEGGGGGRRRRH!

Pero cuando escuchó su grito, aquel grito desesperado que solo buscaba silencio supo que era tarde.

Pero aquel grito se convirtió en un rugido que solo podía esperarse de una bestia que Chenqing conocía mejor que nadie. Su corazón, que el mismo pensaba que ya no servía, se rompió en pedazos cuando entendió lo doloroso que eso fue para Wei Wuxian.

Porque mientras la tierra temblaba, las gotas de sangre bañaron el suelo, el cielo se iluminó por un aro dorado, las campanas sonaron como un anuncio y la imagen de aquel dios por fin apareció, los hilos se movieron nuevamente y el destino de Wei Wuxian se selló.

Sin embargo, ya no había marcha atrás.

No cuando aquel dios trajo consigo aquella corona y nombró a Wei Ying el único y verdadero emperador.

El verdadero Hijo del Cielo.

Aquel que era el hijo de la Princesa de la Montaña Divina y un Loto Violeta de Meishan Yu.

Y único hijo de sangre real con derecho a ser el heredero del Trono del Dragón.

 

NORTE DE YILING WEI

LUANZANG GANG

Tiempo actual

 

Chenqing miró al guardián frente a él con indiferencia.

Los puños de Bichen se apretaron con fuerza, su espada yacía abandonada en el suelo, su rostro se encontraba oscurecido y su voz sonó tan pesada como la carga de una culpa de doscientos años.

―... No puede ser cierto.

Los ojos rojos del demonio le miraron fríamente, sin importarle más, continuó.

―Es la verdad, no me importa si no te agrada.

―Tienes que estar mintiendo.

―Bichen.

―¡¿Si es así porque nació hasta ahora?! ¡¿Por qué nadie nos avisó de su nacimiento?! ¡¿Qué fue lo que pasó hace doscientos años para que ese tipo se hiciera pasar por un alfa dominante?!

Por un momento el demonio vio con aburrimiento al inmortal, tomó un trozo de carne masticó con tranquilidad y solo cuando terminó, continuó. ―Número 1, no lo sé, número dos, tampoco lo sé y número tres, tu deberías saber eso mejor que yo.

―Estas mintiendo, claro que lo sabes, además hay cosas sin sentido, ¿Por qué la historia de Cangse Sanren y Yu Ziyuan tuvo que ser así? Los dioses no permitirían algo así.

―Tú sabes mejor que yo que los dioses no pueden controlarlo todo, si ese lugar funciona es únicamente porque ese dios decidió de la nada aceptar el puesto que rechazó durante mucho tiempo y por fin limpió la corrupción de ese sistema tanto como se podía. ¿Por qué lo hizo? Yo qué sé.

Mentiroso.

―Tal vez si mentí en una cosa, en el amor de Jiang Fengmian por Wei Changze y el amor de Wei Changze por Cangse Sanren.

Los ojos azules miraron al demonio, quien no dudo en continuar.

―Jiang Fengmian algún día lo amo, en ese tiempo solo era un niño aferrándose a las mangas de su pequeño guardaespaldas, sin embargo, ese amor no duro mucho, después de todo, aquello que jamás es cuidado puede perderse con el tiempo. Wei Changze no buscó mantenerlo y Jiang Fengmian se cansó de amar sin ser amado. No todo es para siempre después de todo.

El demonio consiguió otro pedazo de carne, masticó un poco y después de terminar su bocado continuó.

―En el caso del supuesto amor de Wei Changze por Cangse Sanren, bueno, solo fue una cortina de humo. Su supuesta huida debía tener un fundamento y ese supuesto amor fue lo que sostuvo la mentira. Sin embargo, algo que si puedo decirte es que Wei Changze jamás perfumó ni marcó a Wei Wuxian como su cachorro.

Tenía sentido, después de todo, si no había sentimientos de por medio entre Wei Changze y Cangse Sanren, era natural que el lobo interno de ella sería territorial respecto a su cachorro, sin desear que alguien ajeno intentara ocupar el lugar que le pertenecía en realidad a Yu Ziyuan.

―¿Qué estas ocultando?

Los ojos rojos se encontraron con el frio azul, el escarlata no mostró emoción alguna, aun cuando las palabras salieron de la boca del demonio. ―¿De que estas hablando?

―Me contaste la historia del supuesto origen de los Yu y como esto también tenía que ver con los lotos violeta de Meishan Yu... pero tú y yo sabemos que Taizi Dianxia jamás usaría a una persona para traer al mundo a otro individuo.

Un brillo escarlata fue visible para Bichen, no supo distinguir de que se trataba. Si era ira, sorpresa o curiosidad, pero si sabía algo.

¡Este demonio lo estaba probando!

Había algo ahí, algo por lo que el mocoso que podía decir las cosas de una forma tan directa estaba dando tantas vueltas al tema que ambos ya conocían. Sin embargo, si quería saber la verdad debía seguir presionando.

Como si no hubiera entendido sus palabras, Chenqing preguntó: ―¿Es así?, ¿eso no es posible?

―Deja de fingir, tú y yo sabemos que a partir de cierta edad los dioses no puede tener hijos, tal como los mortales, el límite de los omegas es a los cincuenta años, mientras el límite para los alfas es a partir de los setenta, muchos de ellos a lo mucho tienen desde doscientos cincuenta a tres mil años. Y el único que podría haber creado un clan así dejo de ser fértil hace mil doscientos años.

―Estas muy bien informado sobre los cielos aun cuando la mitad de lo que supuestamente se conoce de ello son leyendas falsas.

Claro que lo sabía, el haber formado parte de la familia Luo había sido suficiente para estar enterado de muchas cosas que pasaban en los otros dos reinos, cuando al final el señor Luo y Shizun tenían una cierta alianza con los dos señores más poderosos de ambos sectores.

Era natural que como el dios a cargo de todos los dioses, Taizi Dianxia conocía a cada uno de ellos como las conexiones de los mismos que podían ser importantes entre el Reino Mortal y el Reino Celestial.

Y en el caso del Reino Fantasma no había mucho que esperar cuando de quien más se esperó un heredero no lo intentó jamás.

No lo hizo... ¿verdad?

―Por ello no tiene sentido, ¿Por qué hacer que alguien naciera con un útero útil para traer a otra persona, cuando sabía que debería esperar un largo periodo hasta que eso pasara? Con todo lo que él ha vivido jamás hará algo como usar a otra persona para esto. No sería mejor simplemente aprovechar las propiedades de la Semilla de una Peonia de Primavera y crear un útero artificial.

Bichen no pudo evitar pensarlo.

―Eso tendría más sentido, no solo evitaría una larga espera, sino que también implicaría el poder evitar todo lo que Wen Ruohan hizo después, sería un poco difícil porque aún faltaría la semilla alfa, pero...

Chenqing se quedó en su lugar, mirándolo deducir ese tema como si fuera divertido en cierto aspecto.

―Aun si no era una concepción, para crear el cuerpo artificial necesitaría un tipo de sangre, uno que fuera igual de poderoso que la sangre Yu. Un sustituto adecuado que pudiera ayudar a que esa persona fuera un dominante.

No podía ser lo que estaba pensando... ¿o sí?

―Si los Yu de verdad son los descendientes directos de un dios y los Lotos Violetas de Meishan Yu son los herederos directos de las habilidades de este... eso significaba que la única sangre que podría tener la esperanza de suplir la sangre Yu es...

―La sangre de un dios.

El corazón de Bichen se detuvo ante aquellas palabras, los ojos azules se encontraron con la imagen de aquel demonio de fría mirada. El carmín brillaba como joyas posadas sobre el sol, sus labios yacían decorados del color oscuro de la sangre y su mano aun sostenía cerca de su rostro aquel trozo de carne que estaba por engullir.

―Sí, la sangre de un dios que haya vivido hace mucho tiempo atrás, más que Meishan Yu. Pero podría haber riesgos o tal vez nadie más querría hacer algo así, así que solo quedaría una opción, una alteza que podría hacer eso... él mismo que quería traer al mundo ese dominante.

Eso tenía más sentido.

Mucho más que la idea de crear a Cangse Sanren, el encuentro de dos destinadas, el problema del compromiso de Yu Ziyuan, la idea de Jiang Fengmian sobre romper el compromiso o darle a Cangse Sanren el título de la Máxima Consorte Real y el fallo de estos tras la muerte de rey Jiang.

Incluso la misma existencia de Wen Ruohan pudo evitarse.

Si, ese plan tenía más sentido que crear a Cangse Sanren y esperar que Wei Wuxian naciera.

A menos que...

Los dedos de Chenqing se detuvieron antes de tomar otro trozo de carne, su rostro oscurecido por la noche solo permitió que dos brillantes ojos rojos fueran visibles.

Al igual que la sonrisa que hizo a Bichen temblar.

―... A menos... a menos que eso... eso fue lo que en realidad Taizi Dianxia quería hacer en realidad... a menos que de verdad... ¡él planeo hacer eso desde el comienzo!

―Ves que no necesitas que te lo diga todo.

Así que era eso.

Ese fue el verdadero plan.

Pero entonces...

―¿Por qué no lo hizo?

―¿Quién dice que no lo hizo?

Lo que Bichen vio en esos ojos fue tan perturbador como la verdad que se asomaba entre sus palabras.

―... ¿Estás diciendo que...

―Obviamente ese era el plan... sin embargo, falló.

¿Falló?

―Tu famoso Taizi Dianxia sabía que la única persona dispuesta en convertirse en el padre de esa alma era el mismo. El intentar traerle al mundo en su cuerpo no funcionaria, porque obviamente entre un Rey Fantasma y un Dios Marcial terminaría creándose algo diferente de lo que buscaba en realidad.

Chenqing dio un mordisco, masticó y continuó su relato.

―Después de todo, aunque los ríos corran con emoción de nada sirven ríos en los cuales no hay peces vivos. Para crear vida naturalmente necesitas vida y para ello obviamente la semilla de un fantasma no es útil, incluso si es un Rey Fantasma, naturalmente. No cuando quería traer al mundo a un hombre vivo, un verdadero alfa dominante.

―Fue por ello que supo que solo había un camino, formar un útero artificial y conseguir los materiales adecuados para crear un cuerpo adecuado para un alfa dominante. Un cuerpo digno de un emperador, pero para hacer eso tuvo que recurrir a alguien que ya había usado algo similar alguna vez... y fue así como buscó la ayuda del Gran Omega inmortal.

¡¿Shizun?!

―¿Shizun de verdad sabia sobre esto?

¿Shizun conocía lo que había debajo de la existencia de Wei Wuxian?

―No solo sabe, él fue quien les ayudó a conseguir la Semilla de Flor del Rocío del Sol y la Luna para que pudiera haber una base para el cuerpo, mismo que sería construido dentro de la flor y el útero que nacería por la Semilla de Primavera.

―De la misma manera, Baoshan Sanren, quien ya sabía sobre esos planes ayudó con el Gen Dominante que jamás despertó en ella. Y fue así como la flor se formó y en su interior un cuerpo comenzó a formarse. Sin embargo, cuando llegó el momento de su "nacimiento" lo que el dios encontró no fue un alfa dominante, sino una mujer omega. El plan fallo.

―Canse Sanren.

―Así es. Fue el alma de Cangse Sanren la que entró en ese cuerpo en vez del alma correcta. Ninguno entendió que fue lo que pasó, pero ese nacimiento hizo que sus planes cambiaran por completo. Más cuando Taizi Dianxia comprendió que la sangre Yu es irremplazable.

―... Yu Ziyuan.

―Yu Ziyuan ya había nacido, los ocho días del nacimiento ya habían pasado y ya se había revelado que era un Loto Violeta de Meishan Yu, obviamente Yu Huitou hizo eso con el deseo de que llegara a Yunmeng Jiang. Así que Lluvia Carmesí ofreció una idea... robar a la bebé Yu y criar a las dos niñas juntas en la Montaña Divina.

―Pero no lo hicieron.

―No, no lo hicieron y el tiempo para pensar en ello pasó cuando tu amado Suibian conoció en persona a Yu Ziyuan, y supo que la única manera de protegerla era eligiéndole como el futuro Rey Consorte de Yunmeng Jiang. Cuando eso pasó decidieron criar a Cangse Sanren en la montaña mientras encontraban otra Flor de Primavera. Pero entonces ocurrió lo que ya te dije.

―... Cangse Sanren quiso cumplir su destino y Baoshan Sanren no pudo evitarlo.

―Así es.

―¿Qué hay de esos dos? Al menos Taizi Dianxia era su padre.

―Ambos lo eran, tal vez no tenía sangre de Hua Cheng porque obviamente está muerto, pero él la quería como una hija y la crio como tal, incluso le dio su apellido, el nombre de Cangse Sanren solo era un nombre falso, por si algo pasaba y Cangse Sanren quería viajar a tierra y no podían evitarlo. Irónicamente aquello pasó.

―... Esa carta que mencionaste... Suibian fue quien la recibió, ¿no es así?

―Lo hizo, al igual que una carta de parte del Dios Complacido. No podían interferir si no era algo que perjudicaba al mundo e iba más allá del poder mortal, es por eso que pidieron la protección de Suibian para Cangse Sanren. Era la única manera de proteger a su hija, pero irónicamente esa manera también le llevó a su destino.

―A su amada persona destinada.

"―¡Señor Bichen!"

Sanren, esa pobre niña.

―... ¿Cuál era su nombre?

―... ¿Hmn?

―¿Cuál era el verdadero nombre de Cangse Sanren?

Había algo inusual en los ojos de Chenqing, como si aquella cortina de frialdad desapareciera, como si miles de agujas se clavaran en su pecho y el dolor se reflejará en su mirada.

Como si esa información fuera un dolor personal.

―... Su verdadero nombre era Fengxing... Hua Fengxing.

Hua Fengxing.

Feng de fénix y Xing de estrella, un ave que nació para volver al cielo. Era un nombre irónico y se volvía cruel si se recordaba cómo fue su final, pero seguramente cuando Taizi Dianxia nombró a su hija no lo pensó así.

―Aun cuando su existencia fue accidental esos dos la amaron demasiado. Tú lo viste, ¿no es así? Ella usaba adornos de mariposas en su ropa, para cualquiera puede pasar desapercibido por las túnicas blancas, pero esas mariposas siempre fueron un regalo de él.

La hija del Dios Complacido y Lluvia Carmesí.

La hija del señor Xie y el señor Hua.

En algún momento Bichen pensó que era posible que Wei Wuxian fuera hijo de aquellos dos, había demasiadas pistas y actitudes sospechosas que le hacían pensar en el pasado, en una promesa.

En un omega y un emperador.

Pero nunca espero que la segunda teoría en su cabeza fuera real.

Y ahora esa verdad dolía demasiado.

Porque sabía lo importante que fue Cangse Sanren para Suibian y el hecho de que supiera todo posiblemente hizo que la perdida fuera mucho peor.

Suibian, su amado Suibian, ¿Qué más sabía Suibian que estaba atormentándolo de esa manera?

―Por eso cuando todo pasó y Hua Fengxing resultó embarazada, Xie Lian bajó y le ofreció su apoyo al saber del miedo en el corazón de su hija. No estaba obligada a tener al niño si no quería, él le ayudaría, de la misma manera ese apoyo se mantendría si... Fengxing quería tenerlo.

―Pero quiso tenerlo.

―Así es, era lo único que le quedaba de Yu Ziyuan y ya lo amaba aun cuando todavía no lo conocía, por eso cuando Wei Changze ofreció su apellido y protección, ella lo pensó muy bien hasta que aceptó solo por su cría. Sin embargo, antes de llegar a la frontera norte ella ya tenía nueve meses y fue inevitable, Wei Ying nació en un templo del dios en Qufu.

Qufu.

Alguna vez Bichen se encontró con Cangse Sanren en Qufu, eso fue tiempo después del castigo de Qiren y el suyo y la incorporación del omega al templo de Gusu Lan.

―Durante cuatro años Fengxing y su hijo vivieron felices a su manera, Wei Changze los protegía sin interferir más allá de lo que debía. Hasta que esa mujer los encontró y tuvieron que esconder a Wei Ying en un templo. Pero cuando fueron capturados y sus padres quisieron salvarla, dos factores interfirieron en ello.

Cangse.

―"Solo protéjanlo a él. Yo estaré bien, lo único importante aquí es A-Ying"... y aunque el dios no estaba de acuerdo, escuchó la última voluntad de Hua Fengxing y ambos protegieron a Wei Wuxian hasta que Yu Ziyuan llegó.

Cangse, siempre lo supiste y aun así...

―Y el segundo... aquella interferencia que no pudo evitar la Masacre de Cang Qiong hace doscientos años atrás.

El terror en Bichen aumentó, sin poder evitarlo el azul miró con sorpresa al demonio, el mismo que con una fría sonrisa continuó.

―¿Nunca te los has preguntado? ¿Nunca has querido saber porque el Dios Complacido no pudo enviar a Lluvia Carmesí para que pudieran evitar aquello? No fue solo cosa del aura del Hijo del Cielo que cubría a Wen Mao. Hay algo, Bichen, hay algo en este mundo que está interfiriendo no solo con los planes del dios, sino también con el plan que ha sido formado desde hace años. El Hijo del Cielo.

―¿Qué es en realidad?

―Eso es lo que ni el dios comprende, al menos lo poco que sé es que aún no lo descubren, pero sí que eso ha estado interfiriendo desde hace mucho, mucho tiempo atrás. Mucho antes de los cinco reinos, antes de Wen Mao, de Shen Qingqiu o Luo Binghe, antes Cang Qiong, del Dios Complacido o Lluvia Carmesí.

Bichen no podía pensar, no podía imaginar que era lo que podía ser.

Si se trataba de algo mucho más antiguo que ellos, el nivel de poder podía ser superior incluso que Lluvia Carmesí, Sin embargo...

Los ojos azules de Bichen pasaron al espectro, el mismo que hablaba como si supera todo y solo se estaba burlando sobre su ignorancia sobre el tema. Como si fuera un dios mirando desde la cima del cielo, feliz y arrogante al saber que él era el único con el verdadero conocimiento de ello.

Si es que en verdad Chenqing no le estaba mintiendo.

Solo había dos posibilidades.

O Chenqing estaba mintiendo descaradamente aprovechándose de su ignorancia.

O estaba tergiversando la verdad porque en realidad él también estaba dentro de esto.

―Entonces no hay más que hablar ¿o sí?, ambos sabemos porque existen los Yu y porque era importante que un loto violeta de Meishan Yu trajera al mundo a un niño con el Gen Dominante, de la misma manera su origen está relacionado con su compatibilidad con la energía resentida.

No era suficiente.

―¿Por qué lo haces?

―¿Hmn?

―¿Por qué le entregaste tu poder a Wei Wuxian?

―¿Qué tonterías estas diciendo?, acaso no te he dicho ya que-

―Ese dizi en especial no es un dizi común, el interior está hecho de bambú como debe ser, no obstante, el metal que lo cubre esta maldito y la espada en lo que se convirtió eso no es humano, ¿Dónde obtuviste eso?

Porque todo el mundo lo sabía, el dizi que todos llamaban Chenqing era la misma arma que un día Wei Wuxian convirtió en una espada sin filo y la misma con la que desmembró a Wen Ruohan después de cortarle la cabeza.

Y que esta persona la tuviera no era problema, sino el origen de la misma y su verdadera identidad.

¿Quién era Chenqing?

¿Qué era lo que Chenqing quería del mundo?

¿Por qué de todos los que algún día buscaron y rogaron por hacer un contrato con él, solo Wei Wuxian lo había conseguido?

―¿Tú crees que Wei Wuxian solo es un muchacho con buena o mala fortuna al que le di según tu mi poder por un fin oscuro que algún día pienso cobrar?

El inmortal no dijo nada, pero sus pensamientos fueron muy obvios sobre su mirada y el demonio no pudo evitar más la risa que solo consiguió molestar a Bichen.

―El poder de Wei Wuxian es algo que ha trabajado por sí mismo tal como yo trabaje por sobrevivir aquí, cada uno tiene habilidades distintas, así mismo mis únicas intenciones a diferencia de las asquerosidades que el imperio, tu estúpido alfa y tú están pensando, es proteger a Wei Wuxian.

―¿Por qué? ¿Por qué harías algo así por alguien que conociste hace unos años?

Wei Wuxian, el mocoso Wei Wuxian no era un tipo común y este demonio que le miraba como una clara amenaza tras su conversación no podía más que ser bastante sospechoso.

Pero el demonio que dejo de sonreír mirándole con el brillo carmín no parecía querer hablar.

Lleno de molestia Chenqing se levantó y con un frio toque que helo cada uno de sus huesos, el demonio le miró desde las alturas dejando que las palabras salieran como veneno puro.

―¿Y eso a ti en que te afecta?

―Chenqing.

―Wei Wuxian es Wei Wuxian, yo soy yo, nuestro único lazo es una alianza, yo soy su herramienta y Wei Wuxian el único que pudo controlar el resentimiento, sin él no tengo alimento, no hay otra razón, al igual que ustedes con sus receptores yo también tengo una relación simbiótica con Wei Wuxian.

―Chenqing, dijiste que podíamos hablar, necesito saber eso.

―Querías confirmar el origen de Wei Wuxian ya te dije la verdad, el resto depende de ustedes... lárgate de mi casa.

―Eso no es suficiente, ¿Cómo podremos protegerlo si no confías en nosotros? ¿A que le tienes miedo? No es suficiente.

―Bichen, soy un demonio del resentimiento, la forma en persona del odio y deseos negativos de millones abandonados y dejados en este asqueroso lugar, pero Bichen, no soy un traidor, si quieres descubrir el resto hazlo tú mismo, no esperes que yo te lo de todo, ahora vete.

Rojo y azul se encontraron entre la oscuridad, el terror por lo desconocido se aprovechó del corazón de Bichen y solo una pregunta pudo salir de sus labios.

―¿Quién eres tú?

La mano de Chenqing se detuvo ante la idea de tomar otro trozo de carne, su rostro se mantenía sereno, pero el brillo en sus ojos por fin prestaba verdadera atención a Bichen, sin mostrar rastro alguno de aburrimiento.

―¿Qué quieres decir?

―Es cierto que la existencia del Demonio del Resentimiento y la Venganza tiene doscientos años de existencia, así como el hecho de que esa calamidad ha sido conocida como Chenqing desde que Wei Wuxian te saco de aquí.

Ahora que lo pensaba.

¿Cómo esta criatura se volvió en una calamidad?

¿Se puede crear una calamidad solo con los residuos que salían de la tierra conectada con el Abismo Sin Fin?

Además, no tenía sentido que alguien que dejaba en claro que odiaba todo lo relacionado con la humanidad, solo porque se encontró con un niño, su corazón haya sentido piedad por él y de la nada le haya otorgado su completa lealtad.

¡Esto no era un maldito cuento de hadas! ¡Es el mundo real!

Y en el mundo real las cosas no funcionan de esa manera, no era maldita historia romántica en donde un ser malvado encontrara su redención al conocer a un mocoso y de la nada olvidaría doscientos años de resentimiento solo por él.

No, aquí había más, mucho más.

Porque si Bichen tendría que comparar a este ser con alguien para comprender su comportamiento seria con Hua Chengzhu.

Los humanos le daban igual, no soportaba a casi nadie y a quien llegaba a tolerar solo era porque era parte de una alianza, un plan o porque estaba relacionado con Taizi Dianxia. Eso fue lo que paso con los amigos de Su Alteza y con el mismo Luo Binghe y Shizun.

Solo soportaba la existencia de otros porque eran importantes para su amado.

Eso era.

Su persona amada.

Alguien importante.

Lo suficiente para tolerar lo odiado, para no buscar hacer algo que...

No sería tan difícil en realidad.

―¿Quién eres en realidad?

―¿Qué tonterías dice-

―Si todo lo que estás diciendo es cierto, entonces, ¿Quién era realmente el alma de Cangse Sanren? ¿Por qué Yu Ziyuan también estaba relacionada a ella y el destino entrelazó sus caminos? Eso es porque eran destinadas ya lo entendí, pero eso también debe ser por algo, ¿Por qué ambas debían ser las madres de Wei Wuxian?

¿Por qué Taizi Dianxia quiso que el alma de Wei Wuxian en especial viniera a este mundo?

―¿Quiénes son los Yu en realidad? ¿Quién es Wei Wuxian?

¿Por qué de todas las almas lo eligió a él en especial? Mas allá de la moral de Wei Wuxian o su corazón... ¿había algo más?

¿Había algo que solo ellos sabían en realidad?

―¿Quién eres tú?

La espada de Bichen fue desenfundada, la hoja apuntó a Chenqing y Bichen no dudo en preguntar.

―¡¿Quién eres en realidad y que tienes que ver en todo esto?!

Una carga de niebla espesa y negra se lanzó hacia él, con solo un par de movimientos canalizó una fuerte carga de energía dorada fluyo sobre sus manos, formando filosas garras de hielo listo para atacar.

Sin embargo, un extraño brillo dorado apareció en medio de ese resentimiento y Bichen, como una poderosa estrella que había bajado del firmamento y de la luz una llama dorada se extendió, dándole paso a aquella polilla que Suibian le había regalado al omega, quien solo podía ver impresionado como aquella polilla se convirtió en un enorme lobo.

Sus patas golpearon el suelo con firmeza, sus dientes se mostraron con un gruñido y su mirada ardió en oro puro, conectándose directamente con Suibian.

Sin dejarse intimidar una nube negra rodeo a Chenqing, las túnicas negras cayeron al suelo, sobre ellas los calcetines blancos.

Y ante el brillo de la luna un lobo negro de ojos rojos se reveló frente aquella proyección, en su cuello un collar con una gema roja destacó entre el pelaje.

Sus gruñidos no se hicieron esperar.

Ahí estaba, la verdadera razón por la que el imperio le temía a Chenqing.

El fantasma con la habilidad de transformar su cuerpo en diferentes tipos de bestias.

Su descaro al solo vestir una larga capa negra y cubrir la parte inferior de su cuerpo con la oscuridad del resentimiento, solo era una herramienta que facilitaba su cambio, sin que las ropas fueran rotas en su transformación desperdiciando material.

Bichen no podía apartar su mirada con impresión, a través de aquella proyección, Suibian se comunicó con Chenqing.

―No lo toques.

El demonio hizo lo mismo, aun en su forma de demonio, solo su voz podía escucharse a pesar de que sus labios no se movieron en un solo segundo.

―Dile que se vaya entonces.

―Bichen, regresa a casa.

―Suibian, yo...

―Cuando vuelva sabrás toda la verdad.

Bichen miró por un momento a aquel lobo, el mismo que se giró para que sus miradas se encontraran, aunque ese lobo solo era una proyección Bichen podía reconocer el mismo patrón, las mismas líneas, la misma construcción ósea.

Esta era la proyección de lobo interno de Suibian.

―Bichen... por favor.

Bichen no sabía en quien creer.

En el demonio que no había querido decirle nada y ahora le prometía la verdad, o en el demonio que le había contado una serie de información que aún le hacía sospechar.

Sin embargo, el conocía a Suibian, sabia como brillaban sus ojos cuando decía la verdad y se había prometido que a pesar de su silencio, confiaría en su amante.

Y aunque Bichen no estaba seguro de hacer lo que Suibian le pedía, asintió, tomó su espada y le dio un asentimiento dispuesto a marcharse como le pidió.

El lobo volvió a la forma de aquella polilla y cuando el insecto se posó en el hombro de Bichen, el omega tomó impulso en un pie y salió de ahí dejando que el lobo negro en el lugar solo se quedara con la imagen del cultivador dejando aquel lugar.

Los ojos de Chenqing siguieron su figura hasta que esta desapareció camino a Yiling, la neblina nuevamente cubrió su figura, los calcetines volvieron a cubrir sus pies, su cuerpo fue vestido con la gran túnica negra y los rubíes miraron el cielo en ese punto especifico.

Aun cuando escuchó las campanas de plata y sintió la presencia de alguien más en aquel lugar.

―Te dejaste llevar.

Esa persona.

Chenqing no dijo nada, solo siguió mirando el cielo sabiendo que Wei Wuxian llegaría pronto.

―No subestimes a Suibian solo porque está fingiendo ser un humano, si colmas su paciencia él podría darte una paliza.

―Lo entiendo.

― Solo recuerda, no permitas que te toque o todos sabrán la verdad.

Cuando aquel ser desapareció, Chenqing solo pudo soltar un suspiro cansado.

Si no fuera por Wei Ying, Chenqing no necesitaría ser amable con ese estúpido mocoso arrogante.

Pero tenía razón.

Se había dejado llevar.

Y esto podría traer problemas con ese estúpido Príncipe Heredero del Reino Demoniaco.

Debía controlarse o todo explotaría.

El tiempo se estaba acabando. La campaña estaba por llegar y Chenqing lo sabía.

Era hora de trabajar.

 

Chapter 5: CÁPITULO 2 : PREJUICIOS Y TEMORES

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

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Fuego.

Lo primero que pudo ver fue fuego.

Fuego, sangre y muerte.

El rojo tiñendo el suelo de piedra tan solo detallaba los patrones de dragones, llamas y el sol ardiente que estaba a punto de ser derribado por el enemigo, decorado con los cuerpos de los cultivadores vestidos en blanco con llamas rojas, que solo caían para levantarse y pelear contra su propia manada.

Lan Wangji pudo escuchar los gritos, el odio y la sed de sangre, el miedo marcado en las palabras de aquellos alfas que solo señalaban a un enemigo.

―¡Maten a ese demonio!

―¡Acaben con esa bestia!

Las palabras se perdían, el odio se mantenía, creciendo como una montaña que solo alimentaba el resentimiento en la plaza, donde miles de alfas corrían con espada en mano y el terror apoderándose de sus corazones, como su intento de supervivencia, arrastrando a Lan Wangji al punto central que conectaba con el inicio de las escaleras.

―¡Acaben con ese monstruo! ¡Ese demonio jamás debió haber nacido!

Y entonces Lan Wangji pudo escuchar un llanto.

El llanto de un hombre.

La voz era gruesa y poderosa, cargada con el dolor de tres mil años sobre sus cuerdas y la soledad de un alma atormentada por el cruel destino. Sin embargo, el dolor presente en ella lastimaba el corazón de Lan Wangji, como si miles de espadas se incrustaran en él.

Lan Wangji no pudo evitar las lágrimas que cayeron sobre su rostro, el dolor punzante le guio, como si se tratara de un hilo que le llevaba al origen de aquel llanto, sus pasos subieron aquellas escaleras que llevaban al objetivo visto como un enemigo.

Y sin poder evitarlo más sus ojos miraron a la cima de aquel palacio.

Encontrando sobre la cumbre a un magnífico lobo negro.

La bestia de gran tamaño que superaba la altura de Lan Wangji tenía un pelaje hermoso, solo opacado por la sangre y las heridas que marcaban su piel sin compasión.

No obstante, la bestia se mantenía en sus cuatro patas sobre el suelo, dejando que la luz de la luna dotara de brillo sus enormes garras desafiantes contra el mundo, buscando verse amenazante con ese par de escarlatas que miraban furiosas a sus enemigos.

Pero cuando el lobo vio a Lan Wangji un par de lágrimas decoraron su rostro, haciendo que el dolor en el pecho de Lan Wangji solo pudiera aumentar.

El omega caminó hacia él, guiado por algo que superaba sus propios instintos, sin embargo, a cada paso que daba parecía estar más lejos de aquel ser que seguía derramando lagrimas sin poder evitarlo, llenando el corazón de Lan Wangji de angustia.

Y ante los ojos de Lan Wangji, como un intento de supervivencia el lobo rugió como una bestia atroz, destruyendo los fuertes y expulsando a Lan Wangji de aquel sueño.

 

REINO DE GUSU LAN

4 años atrás

 

Y Lan Wangji despertó.

Lan Wangji se levantó de la cama con el furioso latido de su corazón aun alterando su pecho y exhalaciones rápidas, el cabello negro tinta se extendió entre las sábanas blancas de su verdadera cama en el Jingshi. Y los mechones cortos enmarcaron su rostro como un mal recuerdo de algo insuperable aún.

Otra vez había tenido ese extraño sueño.

El impacto no era el mismo que la primera vez, el dolor se disipo más rápido y ser consciente de la realidad fue mucho más fácil.

Volver a dormir en el Jingshi aún se sentía extraño, como si todos esos meses viviendo en los refugios de la montaña trasera solo hubieran sido un mal sueño, donde la angustia no lo había dejado ni un solo momento, uno que terminó cuando aquellas palabras marcaron el final de la guerra.

"―¡El Patriarca Yiling mató al emperador! ¡Wei Wuxian decapitó a Wen Ruohan!"

En ese tiempo, Lan Wangji había sentido alivio por dichas palabras, pensando de forma egoísta que sus problemas se habían terminado, sin pensar bien lo que eso en realidad podía significar para el imperio.

Un dominante solo pudo ser asesinado por un dominante y como una crónica anunciada, ese joven príncipe Jiang conocido como el temible Patriarca Yiling, Wei Wuxian usó la voz convirtiéndose así en el alfa de la manada.

Preparándose para un nuevo día, Lan Wangji tomó un baño y se vistió con las túnicas que le correspondían.

El blanco decoró su figura, con hermosos bordados simples, peinó sus cabellos decorándolo con el tocado del segundo príncipe omega Lan, y tomó aquel velo de castidad que debía cubrir su rostro como un omega casto de Gusu Lan.

A diferencia del velo de repuesto que había utilizado durante los años de guerra, este velo si cubría desde su cinta de regulación hasta su pecho, permitiendo la transparencia sobre sus ojos que le permitían mirar el exterior, sin embargo, no se sentía agradable.

No era el mismo, este no era su velo original y eso se sentía mal.

Sin embargo, la vida seguía y Lan Wangji tenía muchas cosas que hacer.

Ante la oscuridad de la madrugada Lan Wangji consiguió zanahorias, dejándolas en un lugar adecuado para los conejos silvestres de la montaña, que al fin comenzaban a salir después del impacto que significó la guerra, sintiéndose libres de andar por ella sin miedo de la presencia de los humanos.

Con su primer tarea completa al ver como comenzaban a comer a la distancia, Lan Wangji caminó al templo del palacio, encendió un poco de incienso para sus padres, agradeció a los cielos porque su hermano había regresado a casa con bien y se despidió.

El segundo viaje fue a la cocina, consiguió la ración adecuada para un desayuno balanceado y caminó hacia la casa de su tío.

Tocó un par de veces, recibió el permiso y entró, escuchando desde una de las esquinas el ruido del agua de bañera, Lan Wangji decidió dejar el desayuno sobre la mesa, busco a su tío y le ayudó lavando su cabello.

Cuando Lan Qiren salió de la tina, Lan Wangji le ayudó a arreglarse. Secó su cabello con un talismán y lo peinó con una horquilla de jade sencilla.

Últimamente su tío se veía muy mal, desde que la guerra terminó algo en Lan Qiren se apagó, cuando fue presa de una desviación de Qi que casi le costó la vida, algo que era desconocido para muchos y algo que Lan Wangji, sin querer se había preguntado si tenía que ver con la muerte de aquel hombre.

Como si las verdaderas heridas con las que Lan Qiren estaba peleando, desde antes de que comenzará la guerra, eran heridas que habían perforado su alma sin atreverse a detenerse, aun cuando el fuego sesó y aquel hombre murió.

Había tantas cosas que Lan Wangji había deseado preguntarle, pero Lan Wangji no tenía derecho a meterse en algo que no le correspondía.

Solo podía cuidar al terco omega que seguía diciendo que en realidad no tenía que preocuparse, que estaba bien y que no necesitaba que le llevaran la comida hasta su cuarto para recordar que tenía que cuidar de su salud.

Aun cuando Lan Wangji sabía que eso no era cierto, el joven no dijo nada, solo asintió, se aseguró de que cada plato fuera vaciado adecuadamente y cuando su tío se concentró en leer un libro, descansando en cama como debía tras su enfermedad, fue cuando se marchó.

Con aquella tarea completada, Lan Wangji regresó a la cocina, los sirvientes tomaron la charola y le pidieron que al fin fuera al comedor a desayunar.

Y así, Lan Wangji reviso su apariencia, acomodó sus mangas y tomando su camino hacia el salón del trono, donde el desayuno comenzó a servirse cuando todos estuvieron juntos, Lan Wangji por fin se unió al desayuno de la familia real.

Lan Wangji se sentía muy incómodo.

Tomando un poco de té, Lan Wangji no necesito mirar el ambiente en el desayuno familiar, para saber cuan tensas se habían vuelto las cosas.

Sus ojos pasaron a Bichen, quien tras él se encontraba perfectamente de pie con un rostro estoico y una apariencia serena; los inmortales Wang-Ji, Liebing y Shuoyue se veían de la misma manera, sin embargo, el rostro del tío abuelo, sentado a un lado de su hermano en la cabecera, con una expresión oscura y un aroma incómodo, era el centro de la tensión.

El mundo entero lo sabía.

El Dios Complacido había nombrado en esa batalla a Wei Wuxian como el líder de la manada y, en diez días se celebraría la ceremonia oficial de coronación, donde sería nombrado ante todos como el emperador del Reino Humano, el gran señor del mundo de la cultivación.

Sin embargo, Lan Wangji sabía que lo que tenía tan triste a su hermano no era la pérdida del trono, sino más bien la muerte de Chifeng-Zun, Nie Mingjue.

Habían pasado tantas cosas en un periodo tan corto, la manera brutal en la que Wei Wuxian ganó la guerra, el asesinato de Wen Ruohan en sus manos, Chifeng-Zun siendo envenenado por aquel demonio, muriendo lentamente sin que los médicos lograran hacer algo.

Y el asesinato a los Jin de lo que culpaban al Patriarca Yiling.

Lan Wangji no conocía a Wei Wuxian, no sabía cómo era, no conocía ni su aspecto o lo que pensaba de sus propias acciones, mucho menos sabía que tanto de lo que se decía era cierto. Sin embargo, a pesar de que en un tiempo le agradeció por acabar con un demonio, aunque Wei Wuxian claramente no lo había hecho por él, en este momento tenía cierto miedo.

¿Quién era realmente Wei Wuxian?

¿Qué le deparaba a Gusu Lan bajo su dominio?

Lan Wangji no lo sabía, y eso era lo que más le preocupaba.

Fue el tío abuelo, Lan Zhijue, quien llenó el tenso silencio por primera vez.

—Dentro de diez días las cosas cambiarán, desde el momento en que Wei Wuxian se ponga esa corona el futuro del mundo estará entre sus manos, al igual que nosotros.

—¿Aun no ha decretado quien será la emperatriz? —preguntó uno de los ancianos.

Por alguna extraña razón el tío abuelo posó sus ojos sobre él, por un simple instante Lan Wangji sintió como si el tuviera algo que ver en este tema, sin embargo, el mayor apartó su mirada, tomó un poco de té y continuó.

—No, Wei Wuxian no ha dicho nada, pero posiblemente ese hermoso omega Xiao Xingchen, la joven doncella Qin o incluso esa extraña mujer, Wen Qing son los candidatos para ser la emperatriz.

—Tiene sentido, muchos omegas se han unido a él, aun no comprendo como esos jóvenes se han dejado llevar por ese desvergonzado muchacho.

—Ya sabes lo que dicen, Wei Wuxian no roba omegas, son ellos los que van a él, esa doctora Wen, la pobre doncella Qin, la dama Luo, inclusive ese demonio, cada uno de ellos se entregó a él voluntariamente. Tal vez ni siquiera quiera una emperatriz, ya tiene un harem después de todo, su poder es aterrador.

—Ahora como están las cosas, nadie sabe que hay en la mente de Wei Wuxian.

—No puede ser algo bueno, no cuando se atrevió a usar ese poder, solo los dioses saben porque cometieron el delito de convertirlo en el líder de la manada.

—¿Que haremos si quiere hacer de Gusu Lan lo que le plazca?

—No es como si pudiéramos hacer mucho, solo esperar.

Soltando un suspiro cansado, Shuoyue habló. —¿No nos estamos adelantando mucho? Apenas hacía unos días Wei Wuxian reclamó su derecho como dominante, ¿y ahora nos estamos dejando llevar por la paranoia?

—Veo que no has escuchado lo que dicen.

—¿De qué se trata?

—Al parecer Wei Wuxian está planeando convertir a Nie Huaisang en... un rey omega.

Los ojos de Lan Wangji se levantaron de su tazón mirando directamente al inmortal.

¿El emperador Wei quería convertir al joven príncipe Nie en un rey siendo omega?

―¿Un rey omega? ¿Dónde se ha visto eso? Está alterando el sistema.

—Es inusual, incluso puedo llamarlo un poco adelantado a su época, pero no veo nada malo en ello.

—Es un omega, si hace eso el concejo hará pedazos al joven príncipe, es como si eso es lo que buscara, debilitarlo lo suficiente para que se arrojara a sus brazos y se uniera a su harem.

Lan Wangji negó en su mente.

Hablar de otros era contra las reglas.

Lan Wangji lo sabía muy bien, había aprendido cada regla, cada clasificación y aclaración, sin embargo, Lan Wangji sabía que en ese momento, la furia de los ancianos era mucho más grande que el recordatorio de las mismas sobre su conciencia.

Cuando el desayuno terminó, Lan Wangji salió del lugar en silencio, despidiéndose educadamente y pensando en volver a sus clases matutinas. Aún tenía mucho por hacer, viajar a Caiyi y ayudar en los cultivos, visitar los hospitales y varios sectores, por lo tanto, caminó con calma hacia los salones para iniciar su día.

—A-Ji.

Incluso aunque la voz sonaba lo suficiente lejos para saber que no estaba a su lado, Lan Wangji no pudo evitar paralizarse al no haberse percatado que estaba siendo seguido.

Lan Wangji respiró profundamente buscando calmar su pánico, y con el corazón más tranquilo giró, encontrándose con el inmortal Shuoyue quien le ofreció una gentil sonrisa.

Recordando sus modales, Lan Wangji ofreció un saludo con una suave reverencia.

―Maestro Shuoyue.

―Pequeño A-Ji, espero no haberte asustado.

Lan Wangji negó.

Tenía que acostumbrarse y recordar su entrenamiento, era un cultivador después de todo... lo que pasó... Lan Wangji no debía pensar en eso.

―He escuchado que al fin bajarás a Caiyi pronto.

A Lan Wangji le gustaba la paz de Gusu, pero no podía negar que en el pasado le llamaba la atención bajar a la ciudad.

Desde que pasó aquel evento, salir de Gusu se volvió un miedo constante.

Sin embargo, cuando la guerra terminó y su tío se enfermó, entender que alguien debía hacerse cargo de algunos asuntos sin su hermano, su padre o su tío consciente, Lan Wangji tuvo que aceptar la verdad.

El pueblo era más importante que su corazón y Lan Wangji tuvo que tomar en serio su cargo.

―Hmn, debo verificar el estado de los hospitales... y orfanatos.

―Ya veo, la guerra ha dejado a tantas familias separadas. Para ellos, a pesar de que no puedan recuperar a sus familiares, el poder ver al gentil príncipe Hanguang-Jun debe ser como un brillo de esperanza en esta nueva era. Pero no te presiones si es difícil, ¿está bien?

―Hmn.

Lan Wangji solo quería ayudar a su gente, tanto como pudiera, así que si su presencia en los lugares donde realmente era necesario podía significar esperanza, Lan Wangji se esforzaría por ofrecer tanta como fuera necesaria.

Más ahora que el Patriarca Yiling sería el emperador.

―¿Maestro Shuoyue?

―¿Si, A-Ji?

Lan Wangji no sabía cómo preguntar eso, no deseaba juzgar a alguien que no conocía, aun cuando el miedo en su corazón sobre el futuro de su clan, su reino ahora le pertenecía al emperador. Sin embargo, el maestro Shuoyue pareció entender que era lo que había en su mente y preguntó.

―A-Ji, ¿Qué piensas de Wei Wuxian?

―¿Hmn?

―He de imaginar que el pequeño A-Ji ya ha escuchado muchas cosas sobre el Patriarca Yiling, su cultivo, métodos y como llegó a convertirse en el emperador.

Lo había hecho.

Desde el momento en que el título de ese hombre se había vuelto tan popular, más entre las conversaciones de los omegas protegidos en Gusu, Lan Wangji pudo deducir varias cosas.

La primera era lo popular que parecía ser con los omegas.

Algunos habían dicho que en realidad era un romántico en su juventud, otros que era un casanova desvergonzado desde antes de la caída de Yunmeng Jiang y otros... los más desvergonzados decían que Wei Wuxian en realidad...

¡Desvergonzado!

¡Eso era demasiado desvergonzado para recordar!

Lo segundo que escuchó... fue sobre su cultivo.

Sobre el poder del resentimiento entre sus manos, sobre el demonio Chenqing que era capaz de adaptar la forma de una bestia devora hombres en el campo de batalla.

Sus feromonas contra los demás, el cómo sometió a tres mil cultivadores dispuestos a matarlo solo con el poder de su aroma y su voz.

Sin poder evitarlo aquella imagen volvió a su cabeza.

Aquella bestia de sus sueños con miles de heridas marcando su cuerpo, decorando de sangre su pelaje negro cuervo, sus ojos rojos llorosos y el rugido que siempre le hacía volver en sí.

¿Qué pensaba de Wei Wuxian?

―... Creo que si los rumores son ciertos, su majestad es aterrador.

Por alguna extraña razón Shuoyue soltó una suave risa, cubriendo sus labios con el libro entre sus manos.

Con el curioso brillo en su mirada el inmortal hablo: ―Supongo que tienes razón, después de todo, el odio por Wei Wuxian no es algo que emergió solo de los rumores, sino también de los hechos reales. ¿Estas preocupado por Gusu, A-Ji?

―... Hmn.

No sabía si Wei Wuxian se metería en la política de Gusu o si le interesaba siquiera su reino... pero Wen Ruohan le enseñó a esperar lo inesperado de un alfa con poder.

Y Wei Wuxian tenía el poder absoluto.

―¿Sabes, A-Ji? Alguna vez conocí al joven Wei Wuxian, ¿quieres saber cómo era?

Lan Wangji lo pensó un poco, pero después negó.

No debía meterse en asuntos ajenos.

El inmortal Shuoyue soltó una risa divertida. No era una burla, tantos años conociendo a esta persona le enseñaron la diferencia, pero parecía una risa con algo como...

¿Lástima?

¿Sentía lástima porque no quiso escuchar la vida de Wei Wuxian?

Tal vez tenía que escuchar.

―¿Cómo era?

―Oh, ¿si quieres escuchar?

"Siempre escucha a tus mayores, no importa si no te llama la atención el tema en cuestión. La experiencia siempre debe ser escuchada"

―... Hmn.

El mayor dio una sonrisa extraña, inusual, como si fuera un acto significativo que Lan Wangji no comprendió. Los ojos plateados miraron al horizonte, sus ojos miraron el sol por un segundo y entonces habló.

―Aunque no es una metáfora que pueda ser agradable para muchos, Wei Wuxian era como un radiante sol que iluminaba a todos con su luz.

El dorado y el plateado se encontraron por un momento lleno de silencio, algo vino a la mente de Lan Wangji.

Eso no se parecía en nada a lo que había escuchado de Wei Wuxian.

―Era un muchacho muy noble y justo, aunque era inquieto y hacia enojar de vez en cuando a sus profesores, siempre respetó a todos por lo que eran sin importar si eran alfas o no.

Lan Wangji escuchó en silencio, la suave brisa de los cielos de mayo seguía sintiéndose un poco helada, las ramas se movieron bailando junto a las hojas, y los suaves mechones que enmarcaban el rostro cubierto por el velo de Lan Wangji danzaron acompañando aquel extraño ambiente.

Eso era muy extraño, como si el maestro Shuoyue estuviera... defendiendo al nigromante Wei Wuxian.

―La única vez que le he visto levantarse contra un enemigo ha sido durante la guerra, y eso solo fue porque esas personas tan solo cavaron su tumba al meterse con...

Por un momento los ojos de Shuoyue le miraron de una forma extraña que Lan Wangji no supo cómo interpretar, el hombre continuó.

―Sin embargo, nadie le dio importancia a eso en el tiempo que la ira de Wei Wuxian tenía un uso en particular, ahora que las cosas se volvieron así todo mundo ve un enemigo, aun cuando ellos estuvieron dispuestos a matarse entre sí por el trono del dragón que ahora es de Wei Wuxian.

Los ojos plateados miraron a la distancia un punto perdido entre las montañas y los árboles, Lan Wangji quiso saber lo que había en su cabeza, pero solo el inmortal conocía aquello.

―Se que estas preocupado, pero recuerda, no debes juzgar a una persona solo por lo que escuchas de los demás.

―¿Cómo era en la guerra?

―¿Hmn?

―Juzgar no es bueno, pero vivir en ignorancia tampoco lo es.

No importaba cuanto preguntaba, nadie quería decirle lo que pasó en la guerra, nadie quería explicarle porque tenían tanto miedo del proceder de Wei Wuxian.

Lan Wangji sabía lo que era el cultivo demoniaco, lo atroz que era y su historia relacionada con los demonios celestiales. Sin embargo, Lan Wangji también lo había notado.

Había algo entre líneas que nadie quería decirle, algo atroz que hacía que su hermano divagara cuando le pregunto por ello, algo que hacía que los guardianes dudaran y los ancianos temieran.

Y Lan Wangji tenía miedo de ello.

―A-Ji, ¿Por qué quieres saber eso?

Lan Wangji no contestó.

Con un suspiro cansado Shuoyue continuó.

―Era como ver una bestia herida.

El corazón de Lan Wangji se detuvo, el dorado miró atentamente al hombre que no dudo en seguir a pesar de la leve tristeza en su corazón.

―Sus ojos eran rojos como su demonio, su ira desbordaba entre la sangre con ese maldito sonido mortal enloquecido que su flauta tocaba, cuando no estaba tocando sus colmillos eran una perfecta amenaza y en medio de todos, Wei Wuxian destacaba por su tamaño que presentaba orgulloso. Y cuando lo veías en batalla era como ver a una bestia luchando por sobrevivir.

Por un momento la imagen de la bestia de sus sueños vino a su cabeza.

La sangre, las lágrimas y el rugido.

El dolor.

―¿Sabes, A-Ji? La primera vez que le vimos en medio de la guerra siendo ya un cultivador demoniaco... lo confundimos con un demonio celestial o una calamidad.

Sus ojos se conectaron de inmediato, una sensación extraña se apoderó de Lan Wangji sin entender porque y el inmortal terminó.

―Y no me refiero al demonio Chenqing.

Y como si de una pieza de cristal se tratara el rostro de Shuoyue y su cuerpo se quebró en pedazos, el viento se detuvo, las hojas de los árboles también se quebraron junto a los troncos cayendo al suelo.

Y la imagen a su alrededor se destruyó por completo llevándolo nuevamente al rojo de la guerra.

Como una pesadilla los gritos y alaridos volvieron con el fuego iluminando las ruinas de una plaza destruida, en donde los cultivadores avanzaban solo por ser lanzados por el peso de una energía diferente, algo que Lan Wangji comprendió que se trataba de energía resentida.

Y cuando sus ojos se levantaron le vio.

Vio a un hombre de gran tamaño vestido de negro sobre una estatua en medio de la plaza derrotando los enemigos, vio el cabello negro y una cinta de cabello roja, así como escuchó aquella música terrorífica que era tocada por una flauta maligna.

Y también pudo verlo.

Una bestia.

Una pantera negra de tamaño considerable corriendo entre los alfas Wen, que aterrados buscaban huir hasta que la bestia los atrapaba, mordía su yugular y la sangre teñía el piso ante aquellos que no tenían forma de escapar.

Entonces la bestia fue cubierta por el resentimiento, la neblina invocó el silencio, ojos rojos le miraron entre la oscuridad y aquel niño de mirada carmesí estuvo ante él.

Ese niño que tenía esos ojos que se le hacían tan familiares le miraron con sospecha, como si supiera porque estaba ahí.

El cabello negro peinado en una coleta alta no era tan llamativo, como ver que únicamente portaba una gran túnica negra, decorada con lycoris radiatas bordadas y una especie de pequeño pantalón cubriendo su intimidad.

Sus ojos se miraron por un momento, Lan Wangji tenía sentimientos desconocidos ante ese ser, que dejando ver con mayor claridad la gargantilla negra que cubría su cuello alzo la mirada hacia el horizonte, sus ojos brillaron y Lan Wangji buscó el punto que veía, hasta que el dorado se encontró con aquel hombre.

Como si un mal presagio se apoderara de Lan Wangji sus ojos miraron con temor aquella figura.

Una de las manos del hombre se levantó y se acercó a su cabeza, tirando de una venda negra deshaciendo el nudo, con lentitud el hombre se giró hacia ellos.

Lan Wangji pudo escuchar tantas voces y ruidos, la guerra, la ira, el miedo, el pasado que lo aterraba acompañados con el llanto de un niño pequeño.

Y Lan Wangji pudo verlo.

El rostro de aquel que llamaban el temible Patriarca Yiling.

Y sus ojos tan brillantes como la sangre.

 

CAPITAL DEL IMPERIO-YILING WEI

LA CUEVA DEL DEMONIO

Tiempo actual

 

Cuando los ojos claros de Lan Wangji se abrieron la oscuridad aún se apoderaba de la habitación.

Sin moverse de la cama, Lan Wangji pudo notar que yacía acostado sobre su costado derecho con su espalda recargada contra uno de los edredones y con A-Yuan entre sus brazos junto a sus dos señores conejos, el sonido del eco de la lluvia en plena madrugada llenaba la habitación envuelta en la oscuridad.

Aun cuando el nido que había construido en la cama lo envolvían a él y A-Yuan con el aroma protector de Wei Wuxian, la cama se sentía más grande de lo normal sin la presencia del emperador en ella.

Abrazando con cariño a su cachorro, Lan Wangji se aferró a la realidad buscando escapar de ese extraño sueño.

El Patriarca Yiling.

¿Realmente quien fue el Patriarca Yiling?

Lan Wangji amaba a Wei Wuxian por la persona que era, sin embargo, eso no significaba que no tuviera miedo de lo que ese cultivo podría hacerle en realidad.

Había un precio a pagar por cultivar el camino demoniaco, era malo para el cuerpo y la mente. Y cuando se hablaba de humanos que lo intentaron nunca hubo excepción.

Y el miedo de que ese precio algún día llegara hacía que Lan Wangji solo pudiera temer por el futuro.

Lan Wangji negó de inmediato.

Debía creer en Wei Wuxian, debía tener fe en que todo saldría bien, que Wei Ying volvería a casa, el caso de Lycoris Radiata como el asesinato de los Jin seria resuelto, y el mundo al fin comprendería al verdadero Wei Wuxian.

Todo estaría bien y Wei Wuxian regresaría.

Sabiendo que no podría dormir otra vez, de forma cuidadora Lan Wangji dejo envuelto a A-Yuan entre las sábanas, edredones, almohadas y peluches.

Cerró las cortinas de la cama, se vistió con la capa de emperatriz roja, tomo la vela que se encontraba en el buró y con su luz se abrió camino por la habitación.

La habitación de Wei Wuxian era hermosa, decorada con estantes llenos de libros, rollos y uno que otro juguete de A-Yuan, Lan Wangji miró sin querer el armario de Wei Wuxian, cerrado adecuadamente. Sin embargo, a diferencia de las primeras ocasiones que había entrado a su habitación, el aroma no era tan fuerte como la primera vez.

Posiblemente Wei Wuxian había intentado ventilar la habitación hasta poder desprenderla de la mayoría de su aroma.

Apartándose de un lugar al que no debía acercarse todavía, Lan Wangji siguió su camino, hasta llegar al pequeño espacio que funcionaba como el despacho de Wei Wuxian cuando trabajaba ahí.

El pequeño estudio de Wei Wuxian era hermoso, los muebles de madera de agar contenían los archivos necesarios para que el emperador trabajara, y en la mesa sus instrumentos se encontraban perfectamente organizados.

Entonces pudo ver entre la tinta y los pinceles un libro.

Un libro con un separador extraño.

Colocando la vela en el escritorio, Lan Wangji tomó el mismo y leyó el título.

"Lluvia Carmesí que Busca una Flor"

"―¿Sabes, A-Ji? La primera vez que le vimos en medio de la guerra siendo ya un cultivador demoniaco... lo confundimos con un demonio celestial o una calamidad"

Lan Wangji había descubierto en su viaje a Huangling que Wei Wuxian era un gran admirador de Lluvia Carmesí.

Su leyenda, sus habilidades y el terror como respeto que infundía con la simple presencia de algo de apariencia tan frágil y hermoso como mariposas plateadas, era algo que sorprendía mucho a Wei Wuxian.

Lan Wangji solo podía respetarle como respetaba a su esposo, el único gobernante del cielo al que no le gustaba ser llamado emperador.

Sin poder evitarlo su conversación con el maestro Shuoyue volvió a su cabeza.

―¿Es cierto que el Dios Complacido bajo de los cielos en persona para coronarlo?

―Así es, y no solo eso, antes de que bajara del cielo cayó lluvia de sangre literalmente sobre el campo de batalla.

―¿Lluvia de sangre?

―Todos estuvieron aterrados cuando ocurrió el temblor, se escucharon campanas y además esa lluvia cayó, pensé que era exagerado hasta que alguien dijo una simple frase... realmente debe estar muy molesto.

Wei Wuxian.

Con todo lo que había investigado y comprendido de su marido, Lan Wangji ya no tuvo dudas.

Wei Wuxian era...

Entonces un golpeteo contra la puerta lo sacó de sus pensamientos.

Dejando el libro sobre la mesa como lo encontró, Lan Wangji tomó de nuevo la vela y caminó hacia la entrada.

―Esta pide permiso a su Alteza Imperial para entrar.

Lan Wangji se sintió extrañado ante el hecho de la ausencia de la entrada monótona de Bichen a darle los buenos días. Sin embargo, recuperando su compostura, el omega habló con el mismo tono neutral de siempre.

―Concedido.

El camino a su habitación había sido silencioso, la energía dorada de Bichen en su cuerpo le protegió de la lluvia, mientras los cultivadores del séquito Feng cuidaron su camino ante la luz de las linternas que iluminaban los pasillos del palacio.

A-Yuan había quedado a cuidado de su nodriza y los guardias que protegían del pequeño príncipe desde que Wei Wuxian era emperador, por lo tanto, Lan Wangji no tuvo dudas en su camino, ni cuando tomó el baño o el momento de vestirlo llegó.

Cuando Lan Wangji ya se había colocado las túnicas interiores alguien tocó la puerta.

―Estos piden permiso a su Alteza Imperial para entrar.

―Concedido.

Llevando con ellos dos cajas, una más pequeña que la otra, los sirvientes del palacio se abrieron paso, los niños les siguieron colocándose al frente y ofrecieron como los otros cuatro una reverencia.

Entonces A-Qing habló. ―Estos le dan los buenos días a su Alteza Imperial, informándole que traemos algunas cosas que el emperador pidió que se le entregaran el día de hoy al igual que esta carta.

Sin dudar, A-Qing ofreció la misma a Lan Wangji, quien la tomó y abrió leyendo el contenido.

Buenos días, Lan Zhan:

Primero que nada quiero disculparme por partir tan repentinamente dejándolos solos tanto tiempo, deseaba que esto pudiera hacerse con mayor tiempo, pero como hablamos debo terminar con ello de inmediato, te prometo que este marido se encargara de recompensarlos tan pronto regrese a casa.

En estas cajas que seguro ya estás viendo hay algunos regalos que quería darte personalmente, pero no pude hacerlo, son algo que puede ser más agradable de usar que la pesada corona del Fénix, espero que te guste.

Siempre tuyo, Wei Wuxian.

Adorable.

―Cuando el emperador mandó una carta a los ancianos sobre su orden de pedir el oro divino para la corona del Fénix para su Alteza Imperial, también pidió esto.

Las cajas se abrieron mostrando el contenido que sorprendió a Lan Wangji.

En la primera se encontraba un hanfu negro con capas índigo y celestes con bordados blancos y plateados, que representaban su posición en ese palacio, haciendo juego con la corona oficial mientras algunas piedras de jade decoraban la tela con elegancia.

En la segunda se encontraba una corona similar a la corona que Wei Wuxian usaba para asuntos oficiales, sin embargo, esta había sido trabajada con un mayor cuidado y precisión en detalles exquisitos, que incluso superaban los de la primera.

De color negro con índigo sobre esta se encontraban algunos bordados que decoraban el forro, siendo estos cubiertos por la hermosa escultura de un fénix que sostenía una piedra de jade celeste como la corona oficial.

De la parte superior de la corona que también tenía bordados con los patrones de la cola del fénix, preciosas piedras blancas y azules caían como cristales formados en cuentas redondas hexagonales, sostenidas por piezas de oro blanco.

A su lado una corona con la misma construcción, pero había sido hecha con los colores del traje oficial negro, rojo, dorado y azul, con cuentas a juego con la corona de Wei Wuxian, terminando en punta, donde una serie de piedras colgaba un jade en forma de gota.

La sonrisa fue inevitable.

No fue por el oro, la seda y los detalles en los regalos, era por la clara intención postrados en ellos, así como por la nota posada sobre el cojín que sostenía ambas coronas.

"Vayamos a juego, Lan Zhan"

―A-Qing.

―Sí, su Alteza imperial.

―Usare este conjunto y la corona sencilla.

―­Claro que si su Alteza Imperial, de inmediato prepararemos todo.

Capa por capa vistió a Lan Wangji con las honorables túnicas que Wei Wuxian había mandado a hacer para él, siguiendo el patrón que Lan Wangji había pedido, su cabello fue peinado en media cola, posicionando un moño en la parte superior de su cabeza que la base de la corona cubrió y las Horquillas BingQiu sostuvieron la corona sobre su cabeza.

Mirando su reflejo en el espejo Lan Wangji deseo que Wei Wuxian estuviera aquí, y mirara esto, posiblemente le gustaría.

Pero no era el momento de pensar sobre su aspecto.

Era hora de trabajar.

Cuando salió de su habitación el no ver a Bichen junto a los omegas mayores del séquito Feng lo extrañó.

―Buenos días, su Alteza Imperial.

―Hmn, buenos días.

Caminando entre los pasillos las dudas de Lan Wangji volvieron a su cabeza y sin poder deseó llamar al cultivador de ropas blancas que caminaba detrás de él.

Sin embargo, las palabras del señor Suibian volvieron a su cabeza.

"―... el primer paso para encontrar tu camino es la independencia, todos en algún momento necesitamos de la ayuda de otros, es parte de la naturaleza en general. Sin embargo, hay un límite entre ser ayudado y volverse dependiente y tú, pequeño Lan, has cruzado esa línea por mucho tiempo sin darte cuenta"

El señor Suibian tenía razón.

Si quería aprender a crecer por sí mismo debía dejar de estar tan adherido a Bichen como si fuera un niño.

Si Bichen no había venido tal vez era porque tuvo algo que hacer y Lan Wangji debía continuar su día, Bichen aparecería cuando se desocupara y todo estaría bien.

El camino hacia el salón del trono fue diferente a la primera vez que Lan Wangji se dirigió ahí.

El peso de la corona posada sobre su cabeza, el subir los escalones de aquel edificio se sentía como un peso sobre sus hombros que Lan Wangji no pudo ignorar ,y enfrentarse a los dos guardianes que le ayudarían ese día tan solo fue una distracción.

―Estos saludan a su Alteza Imperial.

Lan Wangji dio un asentimiento, Shuanghua y Fuxue levantaron la cabeza y hablaron.

―Estos esperan poder servir adecuadamente a su Alteza Imperial.

―Este Fénix confía en los guardianes del emperador.

Entonces Wen Qing y Bichen llegaron.

―Estos le dan sus saludos a Su Alteza Imperial.

―Hmn, buenos días.

El salón del trono de Yiling Wei destacaba por la belleza de sus detalles, una inexplicable mezcla entre lo oscuro y lo divino, la belleza plasmada en el oro que decoraba sus columnas y el carmín que se encontraba debajo de los adornos y paredes.

El andar de Lan Wangji vino como los recuerdos de esas curiosas historias sobre lugares que existían en planos que Lan Wangji no podía ver como mortal, la Mansión Paraíso del Rey Fantasma Lluvia Carmesí, el Palacio del Señor del Reino Demoniaco Luo Binghe y el Palacio del Dios complacido.

Había tantas similitudes con los gustos de Wei Ying y aquellas leyendas, incluso las cortinas de gemas y seda que decoraban hoy la entrada al centro del salón y la cumbre del trono del dragón, le daban un aspecto imponente, haciendo que el camino por la alfombra decorada con el emblema de Yiling Wei se sintiera como el camino a un destino que superaba en creces a Lan Wangji.

La primera vez que Lan Wangji llegó aquí había deseado acabar con el hombre que era llamado el Dragón Escarlata, quien fue coronado por el Dios Complacido y vivía cada día ante la atenta mirada de Lluvia Carmesí.

El Lan Wangji que estaba de pie ante ese trono solo tenía un único objetivo.

Proteger con su vida a Wei Wuxian y a Yiling Wei.

Y sin dudarlo, Lan Wangji tomó asiento en el trono del dragón.

―¡A su Alteza Imperial, cien años, mil años, diez mil años a su Alteza Imperial!

Lan Wangji tenía mucho que trabajar.

 

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REINO DE GUSU LAN

9 horas atrás

 

La noche sobre Gusu Lan llegó como un manto nocturno de tranquilidad.

Las linternas iluminaban como luciérnagas los grandes terrenos del palacio y en medio de sus pasillos, el esposo del rey de Gusu Lan se abrió camino hacia su única meta durante ese momento.

Las hermosas túnicas blancas vestían su figura entre tonos azules y vainilla, su cabello ahora mantenía un peinado bajo recogido una flor de magnolia hecha con plata y jade decoraba el centro de su peinado, las horquillas BingQiu que le regaló su amado se mantenían en su lugar como siempre.

Y entre sus brazos la durmiente figura de su hijo descansaba pacíficamente mientras continuaba su camino.

Sus pasos eran tan firmes como su presencia, y aun así eran tan elegantes como una grulla, una dulce sonrisa y la imagen que Jin Guangyao trabajo tanto para agradar a los ancianos de Gusu Lan deslumbró corazones.

No era un sacrificio ni una molestia, Jin Guangyao estaba feliz con su vida, con lo mucho que había aprendido a que su presencia en ese palacio fuera tan respetada como lo era hoy en día, las personas le valoraban y aunque no tenía derecho a opinar y mandar, había logrado impedir que los ancianos de Gusu Lan llevaran una concubina para su marido.

Él era el amor del rey, la preciosa pareja de Lan Xichen y el único dueño de su cinta de regulación. No había nada de malo en trabajar constantemente por proteger su matrimonio, ningún omega merecía ser olvidado y tener que compartir a su amado en ningún aspecto.

Jin Guangyao era la verdadera y única reina de Gusu Lan, tenía todo el derecho a ese poder.

Pero el día de hoy las verdaderas preocupaciones de Jin Guangyao orbitaban sobre algo más simple que mostrar una apariencia perfecta y disfrutar de su paz.

Lan Xichen por fin estaba recuperando su poder y el guardián Shuoyue reveló ese famoso decreto.

En su tiempo como el estudiante del guardián Shuoyue para convertirse en la Reina Lan perfecta, Jin Guangyao había aprendido que ese hombre tenia muchos secretos, entre mas tiempo pasó con él y logró ganar una pizca de la confianza de ese hombre, que no parecía confiar ni en el viento mismo, Jin Guangyao conocía algunos secretos que almacenaba la mente de Shuoyue.

Y varios de ellos solo le fueron revelados para que pudiera cumplir su labor como espía a la perfección.

Como la reina de Gusu Lan tenía bastante trabajo, más tras el matrimonio de Lan Wangji.

Hacerse cargo de los asuntos domésticos y administrativos del palacio y el reino, los tratos comerciales con los diferentes clanes que abastecían a Gusu Lan de vivieres. La administración y revisión de los centros educativos del reino como el cuidado en los orfanatos, la protección de los niños que eran recuperados por los cultivadores del clan o Yiling de burdeles, que eran cerrados por el mando del emperador.

Siendo además, el cuidado de su hijo y su marido el más importante de todos.

Sin embargo, el trabajo de espionaje en el mismo reino sobre las acciones de los ancianos y antecedentes era el más difícil de todos, cuando tenía un niño de dos años que requería su tiempo por completo.

Meng Yao no se quejaría en absoluto, esto había sido parte del trato que aceptó para que el inmortal Shuoyue le ayudara con su matrimonio con Xichen y conseguir la aprobación de los ancianos.

No se podía tener algo sin dar algo a cambio y aunque su trabajo no era como lo que le gustaría―algo como haber ayudado a Xichen a recuperar ese poder desde el momento en que se casaron―, no podía quejarse en realidad.

Discreción y paciencia, Meng Yao, discreción y paciencia. Esas eran las palabras que Shuoyue solía decirle.

Posiblemente para un inmortal el tiempo era nada que para ellos, pero tenía razón.

Si la teoría del señor Shuoyue era tan cierta como sus mayores sospechas, debían ser pacientes.

Solo de esa manera Meng Yao lograría ser algo mas que una pieza en un enorme ajedrez cuando esto terminará.

Jin Guangyao ya había enviado una carta a Wangji con el informe sobre lo que había pasado en ese interrogatorio sobre aquel impostor. Si esa persona estaba intentando inculpar al guardián del emperador o llamar su atención, debían de estar listos para cualquier cosa, pero sobre todo para lo peor aun si no lo deseaban.

Que difícil era esto.

Pero valdría la pena, el hombre se lo dijo, esto valdría la pena. Además esto le aseguraría sobre cualquier cosa que nadie humillaría a su hijo por no llevar la sangre Lan entre sus venas.

Su hijo estaría bien, su bebé lo haría.

Nadie se lo quitaría.

No como pasó con Rusong.

―Bába.

La voz de A-Yi detuvo sus pensamientos, notando en ese momento que las peonias se habían marchitado y un olor rancio había llenado su figura, posiblemente ese aroma había despertado entre sueños a A-Yi y lo había asustado, porque sus ojos le miraban preocupado.

―Bába, A-Yi lo siente, no quería gastar la tinta de A-Die.

―Oh no. Lo siento, A-Yi, Bába no está enojado, menos contigo, solo estoy algo cansado.

—¿A-Yi puede ayudar a Bába con su trabajo?

Oh, su dulce hijo.

—A-Yi ya nos ayuda bastante haciendo tanto como puede en sus estudios, no tienes que preocuparte.

—Bába, ¿Podemos ir a ver al tío abuelo antes de ir a dormir?

—Quieres mucho a tu tío abuelo, ¿verdad?

—Sí, el tío abuelo es genial, aunque a veces es muy gruñón, pero lo quiero mucho. Y me da dulces sorpresa.

El Mayor Lan era bastante agradable con su pequeño A-Yi. Aún si este no tenía sangre Lan, Lan Qiren no lo trataba como alguien fuera de la familia e incluso lo mimaba de vez en cuando.

—Está bien, iremos con el tío abuelo. Aún es temprano, posiblemente esté despierto.

El camino hacia el Hanshi fue olvidado, dirigiéndose a la Casa de Gardenias, Jin Guangyao maniobró aún con A-Yi en brazos hasta sacar el permiso que Lan Xichen le había dado, y el inmortal Shuoyue había activado para permitirle la entrada a ese lugar.

La barrera en la entrada de abrió, dándole pasó al omega, quien por seguridad del mayor la cerró y con aquello listo, Meng Yao tocó la puerta.

—Mayor Lan, soy Meng Yao, A-Yi viene a visitarlo.

Por un momento se escuchó silencio, hasta que la puerta fue abierta y la vista de Lan Qiren fue presente ante Jin Guangyao.

—Yao.

—Hmn.

—¡Tío abuelo!

El pequeño A-Yi estiró los brazos con una sonrisa al omega mayor, la inocencia brillaba en su mirada. Lan Qiren no pudo evitar recibirlo entre sus brazos, su ceño fruncido y el perfil orgulloso se mantenía como siempre, pero Lan Qiren parecía bastante feliz por las frescas que olían las verduras.

A-Yi le mostró felizmente el dibujo que le había hecho en la oficina de su padre y habló sin parar sobre lo que había aprendido ese día, hasta que el niño no pudo más, durmiéndose sobre los brazos de Lan Qiren.

Cuando ambos omegas notaron que era imposible que Lan Jingyi volviera a despertar hasta mañana, supieron que había llegado la hora de hablar temas más serios.

—Mayor Lan, ¿las ventanas?

—Todo está cerrado, me he encargado de revisar incluso los espacios entre las ventanas y puertas.

—Muy bien.

Meng Yao sacó el talismán que llevaba entre sus túnicas, caminó hacia la puerta y lo colocó, activando la matriz anti sonido.

Solo así, Meng Yao volvió a sentarse frente a la mesa, esculcó entre sus mangas hasta sacar una serie de papeles que le ofreció a Lan Qiren.

Cuando el mayor leyó la mayoría la molestia en su mirada era clara.

—¿Qué tan seguros estamos de que esté impostor es un demonio celestial?

—Actualmente el porcentaje de probabilidades es del 50%. Debido a sus habilidades y esta apariencia que ha tomado imitando el rostro de Polilla de Oro, el señor Shuoyue, el señor Wang-Ji y la señora Liebing han llegado a la conclusión de este ser se filtró del Reino Demoníaco cuando fue sellado hace doscientos años. Y posiblemente todo este tiempo había esperado el momento para escapar.

—Polilla de Oro puede ser muchas cosas, pero es claro que no es está persona, sin embargo, si alguien se entera de esto afuera podría ser un gran inconveniente.

—Hmn, es por eso que los señores aliados de Yiling Wei y los clanes que son parte de la alianza serán los únicos que se enteraran de esto en la reunión que se oficiará en Qinghe Nie.

—¿Cuándo pasó esto en realidad?

—Según los informes solo fue hace unos días. Se dio a conocer antes del final del Festival de las Siete Flores que este ser había desaparecido de improviso. Dicha información se le dio a conocer a Polilla de Oro, quien había comenzado a sospechar sobre la verdadera sangre de este ser. Pero ahora que se ha descubierto esto hay algo que se ha vuelto una mayor preocupación no solo para el Mundo del Cultivo, sino también para todo YuZhong.

—El Sello del Tigre Estigio.

—Así es. Hay muchas especulaciones sobre el Sello del Tigre Estigio desde que este apareció bajo el poder de Wei Wuxian, algunos piensan que es un arma creada por el mismo Demonio del Resentimiento y la Venganza. Otros dicen que fue creado por Wei Wuxian con una espada maldita de dudosa procedencia. Sin embargo, todas las versiones sobre aquel objeto llevan a pensar en solo una cosa.

Los ojos almendra se encontraron con la oscuridad en la mirada de Lan Qiren.

—El Sello del Tigre Estigio podría ser la llave que abra las puertas del Reino Demoníaco.

Lan Qiren pensó en las palabras de Bichen, los sentimientos de Wei Wuxian, lo poco que sabía sobre lo que había detrás de su origen.

Los padres de Cangse Sanren temían que Yu Ziyuan y ella se enamoraran y el destino fuera inevitable, Lan Qiren supo desde el comienzo que había algo raro ahí y el hecho de que Jiang Fengmian incitara a aquellas dos a no negar sus sentimientos siempre le pareció algo inusual.

Wei Wuxian, Wei Wuxian, ¿Qué demonios eres en realidad?

Lan Qiren sabía solo que Hua Fengxing tenía el Gen Dominante debido a un error en su nacimiento que trajo su alma en vez del alma de alguien más. Dando así paso a algo que era muy peligroso, pero siempre se preguntó...

¿Quién era ese alfa dominante para que el mismo Dios Complacido buscara su nacimiento?

Ahora que lo pensaba, esa espada con la que mató a Ruohan, ¿Qué era esa espada en realidad? ¿Dónde la consiguió?

Lan Qiren conocía la famosa espada Sui-Bian de Wei Wuxian, nombrada así en honor a su guardián y por una promesa personal que parecía algo infantil para un mundo como este.

Lan Qiren conocía la forma, el color, la apariencia de la funda y la empuñadura, no había manera de que el pudiera olvidar la espada del hijo de su mejor amiga.

Porque fuera casualidad, el destino o una broma cruel del mismo, esa era la espada de un emperador.

Incluso que la figura que se pavoneaba entre la empuñadura y la funda, enredándose como una serpiente, era un mensaje claro de lo que un día Wei Wuxian sería.

Ya fuera algo hecho intencionalmente o no, Lan Qiren la recordaba. Incluso podía recordar aquella piedra roja que decoraba entre la empuñadura y la hoja.

Por eso sabía que la espada de metal frío y tosco, oxidada con el tiempo que alguna vez mató a Wen Ruohan no era la misma Sui-Bian.

—¿Wangji ya sabe sobre esto?

—Posiblemente se enteré dentro de unas horas, hemos mandado dos copias de la grabación por cualquier cosa, pero sin Polilla de Oro aún no podemos descifrar si ese impostor dijo algo más o no.

"Que el juego comience, Cang Qiong" Esa era una frase que sonaba bastante personal.

—Yao.

—Sí, Mayor Lan.

—Tu sabías sobre los planes de los guardianes de quitarle el poder al concejo y el encierro domiciliario, ¿no es así?

Jin Guangyao se paralizó en su lugar, los ojos almendra se cerraron y el omega suspiró.

—¿Desde cuándo trabajas para Shuoyue?

—Técnicamente desde el comienzo.

—¿Qué es lo que están buscando hacer en realidad, Meng Yao?

—Aunque no lo crea, justicia. El inmortal Shuoyue solo quiere lo mejor para Gusu Lan y aunque no lo parezca, yo también.

—¿Por qué harías esto por este clan?

—Porque este es el sueño de A-Huan. Proteger Gusu Lan, hacer todo por el futuro del reino, usted lo sabe, ese siempre fue el deseo de A-Huan. Pero después del decreto de Wen Ruohan y las consecuencias de las acciones de Wen Chao, A-Huan ni siquiera tuvo tiempo para afrontar su duelo ante la muerte de su padre, menos cuando supo... la manera en la que murió.

Lan Qiren apretó su puño bajo la mesa, la impotencia en su corazón se sintió como una espada clavándose en su pecho sin tregua alguna.

Había muchas cosas detrás de la historia del hombre que un día pasó de ser el alegre y risueño Lan Gudan, al frío y solitario Qinghen-Jun.

La mayoría de ellas era un secreto para el mundo y sobre todo para sus hijos.

El cambio fue algo brutal, intenso, como cuando una tormenta de arena te atrapa en medio del desierto sin alguna posibilidad de escapar.

Mucho de ello ocurrió mientras Lan Qiren estaba encerrado, siendo lo primero que escuchó después de tres meses fuera, viviendo en esa casa.

La noticia sobre el asesinato del maestro de su hermano, hizo que el siempre silencioso Gusu Lan se volviera en un mar tempestuoso, muchos más cuando se escuchó que Yue Xiyue había sido descubierta como la asesina del mismo.

Sin embargo, para molestia de los ancianos y sorpresa de Lan Qiren, su hermano sacó a Yue Xiyue de los calabozos, compró un par de trajes rojos y la llevó al templo, pidió a los guardianes su bendición y Shuoyue dirigió la ceremonia en donde Yue Xiyue se volvió la esposa de su hermano.

La noticia hizo que su padre enloqueciera. Ambos pelearon rudamente, Lan Gudan le echó en cara lo que había pasado con Lan Qiren y el hijo que había perdido. Y el anciano por fin dijo la verdad.

"―¡Tú no entiendes nada! ¡Era aquel castigo o la vida de Qiren, la vida de Gusu Lan! ¡Esa mujer, Wang Tanlan no me dejó opción! ¡Jamás pensé que aquella mujer hubiera mandado a ese tipo a lastimar a Qiren, a hacerlo abortar! ¡Cuando los médicos descubrieron que alguien se había infiltrado en su habitación y le hicieron beber ese brebaje, ya era tarde! ¡Aún si intentamos salvar al niño ya era muy tarde!"

Sin embargo, la furia de su padre le hizo volver al tema, reclamándole por haberse casado con Yue Xiyue tras lo acontecido, Lan Gudan reclamó por el hecho de que ni siquiera deseaban escuchar a Shuoyue sobre el caso y con el último aliento de su vida, Lan Mingyin le dijo que con ese acto había desencadenado nuevamente la maldición de los Lan sobre ellos.

Tres días después, Lan Gudan se volvió Qingheng-Jun.

Sin embargo, su hermano vivió con la culpa por la muerte de su padre toda la vida, con la impotencia de saber que solo de esa manera pudo salvar a Yue Xiyue y sobre todo, con el sentimiento de culpa por nunca poder esclarecer la verdad al saber que solo era un títere más del sistema.

Por ello, cuando Wen Ruohan declaró que Wangji se volvería en su consorte, Lan Gudan salió de la prisión en la que el mismo se puso por matar a su padre, puso en las manos de Xichen el futuro del clan y lo mando a Qinghe Nie dónde estaría seguro, mientras preparaba el plan perfecto para no solo sacar a Wangji de Gusu Lan, sino del mismo YuZhong por mar, siendo el destino de aquel viaje Dongying.

Sin embargo, ese plan necesitaba más tiempo, para poder hacer todo adecuadamente y el Emperador nunca se enterará de aquello, hasta que ya fuera muy tarde y Wangji estuviera completamente a salvó en la capital de aquella nación.

No obstante, Wen Chao le quitó ese tiempo atacando Gusu Lan.

Su hermano solo salió tres veces de su propia prisión en tres ocasiones.

La primera, cuando Yue Xiyue murió y sus hijos se sentían desolados.

La segunda, cuando dejó el futuro del clan en manos de Xichen.

Y la tercera, cuando Qingheng-Jun tomó nuevamente su espada y se enfrentó a los soldados Wen que atacaron su hogar.

Lo que nunca esperó fue que Wen Chao, quien estuvo escondido entre la maleza todo el tiempo, lo atacara por la espalda como solo podría hacer un cretino.

La herida fue letal, las que le siguieron también. Y Lan Gudan, quien un día deseó poder convertirse en un buen rey fue llevado a sus habitaciones y encerrado en estas, mientras lentamente moría en un mar de sangre que cubrió su cuerpo por completo.

Muriendo irónicamente como su nombre de cortesía lo dijo, en soledad.

—Xichen no tiene la culpa de esto, tampoco Wangji ni mucho menos en Mayor Lan, pero aunque él no dice nada desde que estuvo en Qinghe Nie, cuando DaGe lo mantuvo a salvo en el palacio sin permitirle volver, A-Huan se ha sentido muy culpable por todo. Tanto por la muerte de su padre como por lo que le pasó a Gusu y sobre todo... lo que le pasó a Wangji.

Ese niño, todo este tiempo.

—Pero los ancianos Lan tan pronto como volvió a Gusu no dejaron de molestarlo, de hacerlo sentir más culpable, inútil, tan solo por el deseo de hacer lo mismo que siempre han hecho, controlarlo todo. Incluyendo al rey.

Gusu Lan.

¿Qué era realmente Gusu Lan hoy en día?

¿Qué opinaría Lan An si viera esto?

Xichen, su pequeño Xichen...

"―Tío"

¿Por qué Lan Qiren no pudo ver el peso que ese niño que había criado llevaba sobre sus hombros también?

Era fácil juzgar a otros sin saber lo que habían vivido, lo que sentían, lo que callaban. Para muchos era fácil, para Lan Qiren también lo fue e incluso había muchas cosas que se cuestionaba a sí mismo.

Sobre el presente, sobre el pasado.

Sobre Ruohan.

"―A-Lan"

―Desde el momento en que A-Huan se volvió rey, el señor Shuoyue ha deseado poder encontrar una manera de hacer que A-Huan pueda encontrar el valor para enfrentar esto, ambos deseábamos ayudar, pero de nada serviría que intentáramos un movimiento si él no lograba encontrar el valor que esos hombres le quitaron. Pero ahora que ha tomado su decisión le ayudaremos en todo para que Gusu Lan pueda al fin avanzar hacia el futuro.

―Meng Yao.

―Hace doscientos años los dioses declararon que habría un emperador que cambiaría el orden del mundo, y llevaría a YuZhong a una época dorada. Tal vez para nosotros eso solo es un cuento del pasado, pero para los guardianes dorados... para ellos esa leyenda aun es su esperanza.

―¿Por qué lo haces? ¿Por qué confías en Wei Wuxian?

―Es un salto de fe, Lan Qiren, es mi último salto de fe.

―Y creo que el señor Shuoyue piensa que el Hijo del Cielo es el Emperador Wei.

Wei Wuxian.

El hijo de Hua Fengxing y Yu Ziyuan.

"―Qiren, yo... jajajaja... voy a tener un bebé"

Si eso era cierto... ¿Qué destino le depararía a Wangji en esa situación?

"―Qiren... yo dejaré Gusu Lan... y quisiera que lo hiciéramos juntos, ven conmigo a Yiling Wei"

―Si las sospechas del señor Shuoyue son ciertas, es posible que los guardianes dorados buscarán cumplir con la misión que se les encomendó hace doscientos años. Sea cual sea el futuro, Gusu Lan es un niño que debe de aprender en el menor tiempo posible a caminar por el solo, sin volver a caer bajo la misma oscuridad de los objetivos de otros, pero para hacer eso solo hay un camino.

―¿Qué camino es ese?

En medio de la noche una figura se abrió paso.

Las túnicas sagradas que le identificaban como el sacerdote principal de Gusu Lan se ondeaban con la brisa de la noche mientras sus pies subían aquellas escaleras.

El hombre parecía contento, su cabello negro brillaba con la luz de la luna como mar profundo, sus rasgos limpios y atractivos se mantenían tal como debían, sin imperfección o arruga que los distorsionara.

Las comisuras de sus labios se elevaban en una sonrisa mientras la mirada plateada brillaba como la de un espectador ante el inicio del clímax de la historia. En sus manos había una charola con té caliente, algunos postres escondidos tras la charola. La capa celeste se diferenciaba de las que solía portar, dejando ver su figura delgada como una sombra entre la noche.

Y una suave melodía era tarareada por el hombre, como si se tratara de una sonata ante el momento que había esperado por mucho tiempo.

Al llegar a la cima un edificio le dio la bienvenida, los guardias le cedieron el paso sin necesidad de orden alguna, la barrera que había puesto sobre aquella casa se abrió como una cortina para él.

La diestra abrió las puertas de aquella casa, y una figura fue visible frente a la mesa que yacía en el centro de aquella habitación.

―Shuoyue, miserable traidor.

Los ojos del anciano brillaron con ira mal disimulada, su puño presionado contra la mesa parecía estar a punto de destrozarla. Sin embargo, la dulce sonrisa de Shuoyue se mantuvo como si no comprendiera lo que estaba pasando ante él.

Lo que sabía que algún día por fin pasaría.

―Buenas noches también para ti, Lan Zhijue.

Era hora de terminar con los asuntos pendientes antes de cumplir su verdadero deber.

Y Shuoyue estaba muy emocionado.

 

 

Notes:

Nombre del anciano mayor también conocido como tío abuelo

Zhíjué(直觉): Intuición

Meatbun me ha enseñado que los mini teatros alivian un poco la trama, así que comenzare a subir algunos que he pensado mientras escribía. Espero que les guste.

 

Un día normal en la vida de Shuoyue

Shuoyue: Hoy intente contarle al pequeño A-Ji sobre Wei Wuxian.

Wang-Ji: Hmn.

S: ¿Y sabes que fue lo que hizo cuando le pregunte si quería saber de él? Dijo que no jajajajajaja. Eso es tan cruel, ¿Qué pensara el alfa más atractivo del mundo si se enterara que su amor de infancia no quería saber sobre él? Ah, el pequeño A-Ji realmente es tan ajeno.

W: Es normal, n recuerda nada.

S: Tienes razón, no recuerda nada. Pero si esto sigue así solo quedara un único camino.

W: ... ¿Qué único camino?

S: Ya lo sabrás cuando llegue el momento :D

Lan Wangji es comprometido con Su She

S: Wangji, ha llegado el momento de tomar carta en el asunto y tú me ayudaras >:D

W: ... (Oh no, esto saldrá mal)

Al parecer, Shuoyue es XianWang shipper.

 

 

¡Hola de nuevo!

Entre sueños, pesadillas, memorias y misterios nuestros personajes se enfrentan a la difícil tarea del cambio mientras tienen que proteger a los suyos, la vida los ha llevado a este camino sin que pudieran evitarlo, pero entre decisiones y determinación esta vez están listos para avanzar sin dudar.

El sueño dentro de un sueño de Lan Wangji.

Hay mucho que Lan Wangji sigue guardando en su corazón, así como mucho que aun hace que nuestro fénix dude de muchas cosas, pero entre el presente y sus propios problemas, Lan Wangji esta intentando salir adelante por sí mismo.

¿Será ese sueño suyo algo importante?

¿Qué significara aquella bestia de sus sueños?

¿Por qué los guardianes confundieron a Wei Wuxian con un demonio o una calamidad?

¿Qué creen que le espera a Lan Wangji es esta junta?

Los objetivos de Lan Xichen y Meng Yao.

Hay muchas cosas que Shuoyue y Meng Yao conocen como acciones que no podían tomarse hasta que Lan Xichen tomara su decisión, ahora el camino hacia el futuro es dirigido por la determinación de un rey que carga tanto a pesar de sus sonrisas.

Sabemos que Lan Xichen ha sido educado por un sistema que ha atado sus alas y le ha impedido avanzar por medio de la culpa los prejuicios, después de todo Lan Xichen en este fic es una representación de lo que la presión familiar y el contexto puede formar de una persona.

¿Cuál creen que sea el siguiente paso de Lan Xichen?

¿Cómo creen que actúe esta vez?

El inmortal de la sonrisa inquietante.

Shuoyue ha movido lentamente las piezas de este inusual juego que ha atrapado su atención por el mero hecho de ser algo divertido para él, no obstante, el pasado aun pesa como la culpa y las acciones lentamente le llevan a un momento que ha esperado pacientemente.

¿Cuáles creen que serán sus asuntos con Lan Zhijue?

¿Qué habrá hecho esta persona para llamar tanto la atención de Shuoyue.

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y el amor y apoyo que le han dado a este proyecto, me despido.

Entrar al grupo de Facebook aún es posible, pero recuerden, deben de contestar TODAS las preguntas que se encuentran en este para poder ingresar, si no lo hacen no podre darles pase. Recuerden que el grupo contiene varios spoilers de cada libro sobre este universo. Es por ello que solo las personitas que ya están al tanto son las únicas que pueden entrar.

Sin más por decir, nos vemos dentro de dos semanas.

¡Hasta luego!

¡Gracias por leer!

Chapter 6: CAPÍTULO 3: HERMANO

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Hace mucho tiempo atrás sobre una montaña divina vivía un Dios.

Él era un dios gentil y amable con todo lo existente, su corazón lleno de curiosidad vivía con el incansable deseo de poder descubrir cada maravilla sobre la tierra. Amaba el conocimiento de verdad.

Solía encerrarse en su estudio a trabajar y trabajar en sus inventos, solo con un único fin.

Ayudar a la humanidad.

El Dios trabajaba día y noche con extraños descansos. Había alcanzado la inmortalidad, así que el tiempo no era nada para él, pero cada día un sueño cruzaba por su mente.

Quería visitar la tierra mortal.

Sin embargo, había reglas que debía cumplir, reglas que cualquiera de su plano tenía que acatar aun si no lo deseaban. La inmortalidad tiene un precio y eso es algo que él entendió cuando la alcanzó, pero aun así ese sueño seguía posado en su corazón.

Pero un día pensó, ¿y si logro que los humanos puedan venir a mí en vez de intentar ir a ellos?

El Dios lo preparó todo, listo para recibir a los visitantes curiosos que descubrieran su mensaje, en aquel templo que esos gentiles humanos habían hecho para él.

Y el Dios esperó.

Y esperó.

Y esperó.

Pero ningún humano llegó.

Y el Dios triste se sintió.

―Tal vez tienen un poco de miedo de lo que podría haber aquí, mi señor.―Comentó uno de sus sirvientes buscando consolar al Dios.

El Dios pensó y pensó y consideró que su sirviente tenía razón.

Después de todo, el Reino Humano era muy diferente al Reino Celestial, cualquier humano podría temer de lo que había en ese lugar. Y la reacción normal de los humanos ante lo desconocido es el miedo.

Pero no todos los humanos son iguales, el Dios pensó.

Así que había esperanza de que alguna vez un humano perdiera el miedo ante lo desconocido, y deseara entrar al hogar del Dios, que estaba dispuesto a recibirlos como si fuera suyo.

Así que el Dios esperó.

Y esperó.

Y esperó.

Y cuando estuvo a punto de perder la esperanza un mensaje llegó.

Un humano quería verlo.

El Dios se levantó de su letargo, se preparó, miró desde las sombras a su curioso visitante y sonrió.

Se sentía nervioso, avergonzado, pero muy emocionado. Era la primera vez que era visitado por un humano. Así que ordenó a sus sirvientes atenderlo como al mejor de los invitados. Después de todo, el humano había viajado desde muy lejos, posiblemente estaba cansado.

Cuando el momento de atenderlo llegó, el humano habló.

Su amado tío había enfermado y ninguna medicina mortal podía curarlo.

El único que podía ayudarlo era el Dios.

Así que entre las sombras el Dios llevó al humano a un lugar muy especial. Su jardín sagrado.

Y ahí, en medio de miles de flores el Dios presentó una ante el humano.

Una flor de loto tan violeta como los ojos del Dios.

―Debes preparar un té con esta flor. Trece pétalos para trece dosis y la salud de tu tío mejorará. ―El Dios explicó.

El humano se sintió bendecido y cuando llegó el momento del pago, se sintió avergonzado, porque ninguna joya preciosa que traía consigo parecía ser capaz de pagar su bondad incluso aun si fueran tres mil.

Pero para sorpresa del humano el Dios solo pidió un pago.

―Quiero que me hables sobre la humanidad.

Al inicio el humano no comprendió, sin embargo, aceptó aquel trato.

Esa fue la primera vez que el Dios pudo conocer a un humano.

 

 

 

El pequeño Wei Ying miró la hermosa ilustración del pequeño libro entre sus manos curioso.

Era la primera vez que podía leer algo escrito en la lengua Yu sin trabarse en algún momento. Aquel pequeño libro había sido de hecho un regalo de la abuela Yu en su cumpleaños número cinco.

Y Wei Wuxian no había dejado de practicar desde ese momento.

Wei Ying no podía dejar de maravillarse de las ilustraciones que el libro contenía, pero había algo en especial que esa página, en donde se retrataba el momento en que el Dios le daba a ese humano esa brillante flor violeta de trece pétalos, que llamaba mucho su atención.

¿Por qué el Dios permanecía oculto entre las sombras en vez de presentarse al humano?

No importaba cuanto revisara las páginas, al inicio de la historia el Dios se mantendría escondido entre las columnas de su palacio, los troncos de los arboles y las piedras sagradas con flores de loto grabadas en ellas.

Pero si intentaba revisar más allá de lo que había leído, las páginas del libro estarían tan blancas como la primera vez que lo abrió.

Es un libro mágico, había dicho la Abuela Yu, el libro no le permitiría ver las otras ilustraciones hasta que pudiera leer el resto de las paginas que contaban aquella misteriosa historia.

El pequeño Wei Ying infló las mejillas.

No haría trampa, solo tenía curiosidad.

Entonces su estómago hizo un ruido.

Tenía hambre.

Wei Ying cerró el libro, los caracteres escritos en lengua Yu brillaron ante la luz del medio día. El niño de seis años olfateó desde su lugar, los conejos entre sus piernas se movieron curiosos cuando guardó el libro en la pequeña bolsa que llevaba consigo, dejándolo entre el tesoro de A-Niang, el conejo tallado que le regaló A-Die y la campana plateada que le regaló Tía Yu.

El pequeño Wei Ying tomó un conejo entre sus brazos y lo acarició antes de levantarlo a la altura de sus ojos y preguntarle. ―¿Sabes si hay algún rio cerca?

El conejo inclinó la cabeza y Wei Ying hizo lo mismo, sus ojos bajaron y preguntó a los demás.

―¿Alguno de ustedes sabe si hay peces cerca?

Wei Ying tenia hambre y necesitaba pescados. Aunque Suibian-gege le había enseñado como encender una fogata, no sabía si era correcto hacer eso en Gusu Lan mientras el Tío Jiang había con su amigo.

Así que solo podía buscar un rio, atrapar peces y comerlos crudos.

A Wei Ying le gustaba el pescado crudo, así que no había problema alguno.

Sin obtener respuesta alguna, Wei Ying se separó antes de despedirse de cada conejo, una sonrisa brilló en sus pequeños caninos y decidió emprender su viaje.

A Wei Ying le llamaba mucho la atención Gusu Lan.

Había una burbujeante sensación inquietante que le hacía sentir que debía buscar algo ahí, pero Wei Ying lo relacionó con el hambre.

Gusu Lan era un lugar muy bonito, con muchos campos verdes y montañas.

A Wei Ying le gustaban las montañas, los lugares altos eran geniales y la espesa niebla que lo cubría le recordaban a las nubes.

Y las nubes le recordaban a los dragones.

Era muy divertido.

Hasta que el pequeño Wei Ying sintió que alguien lo miraba.

Sus oídos se agudizaron al igual que su vista, su cabeza giró con rapidez y los ojos grises se encontraron...

Con un conejo.

―Hola.―El pequeño Wei Ying saludó con una brillante sonrisa, se agachó a una altura adecuada para hablar con el animal, poso sus manos sobre el suelo y comenzó a andar hacia el conejo.

Hasta que vio que ese conejo tenia unos inusuales ojos dorados.

Y Wei Ying se detuvo.

La sonrisa en sus labios desapareció, su nariz se movió, olfateó y olfateó, mirando con curiosidad a ese ser que le miraba seriamente, como si lo conociera.

Entonces el pequeño Wei Ying preguntó.

―¿Eres un Huli Jing? ¿Quieres jugar con A-Ying?

Mamá le había contado sobre los Huli Jing, espíritus zorros que a veces podían tomar inusuales figuras, algunos lo hacían para jugar, otros para bromear y otros para cosas malas.

Dentro de su mente tenia la memoria de alguien diciéndole que no debía acercarse a un Huli Jing, Wei Ying no sabía quién se lo dijo, pero si sabía que esa persona se parecía a alguien que él conocía.

Aun así, el pequeño Wei Ying no sintió ninguna sensación de peligro.

Todo lo contrario, tenía mucha curiosidad.

Así que hizo lo que siempre hacía cuando sentía eso.

Fue directamente hacia el "conejo" sin dudar.

Y el "conejo" hizo lo que podría esperarse de su especie.

Intentar escapar.

 

 

 

Nieve.

Lo primero que sus pies tocaban al correr tras aquel conejo era nieve.

Blanca y espesa como la espuma del mar, como las nubes sobre los cielos o como...

―¡Ven aquí!

Aun cuando todavía era temprano, Wei Ying corrió por aquel extraño bosque persiguiendo a aquel conejo que llamó su atención. Tenía hambre, quería comer pescado, o tanghulu, como los que le preparaba Tía Yu junto a los bollos dulces que Tío Jiang le hacía y la sopa especial de Shijie.

Pero tenía hambre y había algo extraño en ese conejo que hizo que A-Ying terminara persiguiéndolo sin poder evitarlo, olvidándose de la comida, algo que hizo que sus colmillos picaran, sus uñas cosquillearan y Wei Ying no pudiera hacer otra cosa más que perseguir al conejo blanco como un lobo a su presa.

Hasta que llegaron a un espacio cerrado por una cerca y el conejo se metió entre las tablas.

Y sin pensarlo, Wei Ying se lanzó hacia ese agujero, logrando entrar sin problema alguno.

Y cuando estuvo dentro pudo verlo.

Nieve, una casa de apariencia próspera pero solitaria, algunas extrañas flores de genciana floreciendo a salvó de las zonas nevadas...

Y una figura.

Aquella figura parecía pequeña igual que él, portaba un conjunto de túnicas tan blancas que se perdían entre la nieve, se veían demasiado delgadas para el clima, su cabello era negro como alas de cuervo, como la tinta que Tía Yu usaba para el trabajo y la misma que le dejaba usar para hacer dibujos.

Aquella figura parecía la estatua de un dios, si no fuera porque su olfato detectó leche y avena pensaría que si lo era.

Aquel conejo que perseguía hacía unos momentos se acercó a esa persona, su cuerpo tocó las piernas del niño, por su aroma parecía que se asustó, el conejo subió entre sus piernas y se escondió del otro lado, como si viera a ese niño como su protector y entonces el niño omega giró.

Y Wei Ying pensó que estaba ante un dios.

El niño en cuestión era la cosita más bonita que Wei Ying había visto en su vida, como algo celestial. Su piel era blanca como la cerámica, clara como el arroz y de un aspecto tan suave como un peluche o los pétalos de una flor, sus cejas eran hermosas y gruesas, pero de un tono tan claro que parecía casi perderse entre esa bonita cara suya.

Su nariz era como un tierno botón y sus labios parecían dos bonitos duraznos de la mejor temporada.

Y sus ojos eran el oro más hermoso que Wei Ying había visto en su corta vida.

El palpitar del corazón de Wei Ying incrementó sin que pudiera hacer nada, como miles de caballos siendo liberados en un campo libre y verde. Su pecho se calentó como cuando comía la sopa de Shijie o un postre delicioso.

Sus mejillas se ardieron como cuando Shijie y el Tío Jiang repartían besos sobre ellas sin parar.

Y su alma se sintió hipnotizada, segura, como cuando entraba al nido familiar Jiang.

Entonces el suelo se abrió bajo sus pies y Wei Ying cayó sin poder hacer otra cosa. Solo sentir como el agua salada entraba por su boca y sensibilizaba su lengua.

―3,333, recuerda, 3,333.

El joven Wei Ying de quince años sentía como su cuerpo lentamente se hundía, la luz del sol iluminaba el agua, en la superficie no había nada más que una inmensa luz que lentamente su cuerpo dejaba atrás, las túnicas blancas del uniforme de Gusu Lan se ondeaban ante lo inevitable, su mente se llenaba de voces otra vez.

―3,333, recuerda, 3,333.

―Estoy cansado, muy cansado.

―3,333, recuerda, 3,333.

―A-Zhan, mi amado A-Zhan.

―3,333, recuerda, 3,333.

―Los ------- son maravillosos.

―¡Una bestia! ¡Una maldita bestia! ¡No te acerques, maldito monstruo!

―Hay un precio a pagar por ello, ¿estás dispuesto a pagarlo?

―¡Maten a ese demonio! ¡Mátenlo antes de que nos mate a nosotros!

―Yo creo que en realidad son maravillosos.

―¡Este es el castigo por nuestros pecados! ¡Lo sabemos mejor que nadie! ¡Hemos traicionado a ---- y pagaremos por ello!

―A-Ying, este es el fundador de nuestro clan, su forma ha sido inmortalizada de esta manera por su gran valor.

―¡Eres un maldito monstruo, Wei Wuxian!

―Y yo, sea lo que sea que tenga que hacer... mandaré al diablo las reglas de esta sociedad y voy a quebrar este maldito sistema. Incluso si tengo que destruir la biología de este mundo.

―3,333, recuerda, 3,333.

―¿Por qué nacieron dos alfas dominantes con solo dos décadas de diferencia?

―¡-- ------- es un maldito demonio! ¡Tenemos que matarlo! ¡Maten al Demonio Cuervo! ¡Muerte al Demonio del Resentimiento y la Venganza!

―Si nuestra teoría es cierta, entonces la única manera de romperla es haciendo esto.

―¿Por qué estoy solo? ¿Por qué nadie me cree? ¿Por qué nunca nadie me creyó?

―Los monstruos como tú y yo nacimos para destruir lo que amamos.

―Yo no quiero hacer esto, no quiero hacer daño a nadie, ¿Por qué no puedo evitar esto? ¡¿Por qué no puedo moverme como yo quiero?!

―Tendrás que perdonarme, esto no es algo que deseo hacer, pero la única manera de ayudarte es esta.

―Los alfas y los omegas pueden ser iguales, tan solo debemos trabajar por ello.

―Solo prométeme que volverás a casa pronto.

―¿Por qué desearías ir a la Ciudad Fantasma?

―Aun si quisiera no puedo llevarte conmigo a ese lugar. Aun tienes mucho que vivir.

―Mi señor, debería tener cuidado con... ese ser, no es confiable.

―ShengYang y SiYin, esos son sus nombres.

―Si obtenemos el corazón de ---- podremos lograrlo todo.

―Hay un mundo maravilloso allá afuera, no tiene sentido no querer conocerlo.

―¿Quién eres en realidad, Wei Wuxian?

―A-Ying.

 

 

 

Y entonces algo se enroscó en su pierna y tiró de ella.

Burbujas de aire salieron de sus pulmones llevándose todo su oxígeno, su grito se volvió insonoro en medio de la oscuridad. Pataleó y pataleó hasta que logró salir del agua.

Respirar se volvió más difícil en cada momento, como si cargara con el peso de mil años sobre su espalda. La culpa, la ira y el resentimiento encarnados en uno solo.

Y entonces lo escuchó.

―Bixia.

La gravedad se volvió contra su cuerpo, el agua desapareció al igual que el paisaje marino y la luz. Como si fuera absorbido por el abismo, Wei Wuxian se vio a si mismo tragado sin más a una inmensa oscuridad.

Sin embargo, no hubo caída.

Podía sentir como sus pies tocaban el suelo con las plantas desnudas, el frio de la tierra le era familiar al igual que la textura terrosa y el clima cuando sintió que el resto de su cuerpo, como si cada pieza de ropa que portaba hubiera sido desgarrada por completo, ahora estuviera desnudo.

Igual a aquella vez.

Lo primero que vio cuando sus ojos se abrieron fue oscuridad.

No había figura que pudiera distinguir, forma alguna que sus manos pudieran tocar, solo podía escuchar su respiración.

Y también, la respiración de... eso.

El temor se apoderó de Wei Wuxian como si se tratara de un niño pequeño una vez más. El sonido del dizi en su cabeza dolió como si se tratara de una nota alta tocada justo a la altura de sus oídos.

¡Demasiado agudo! ¡Duele! ¡Cállate!

Podía escuchar las cadenas arrastrando mientras aquella bestia se movía, el sonido de las garras rasguñando el suelo, sus exhalaciones, el óxido de las cadenas al rozar entre ellas. La comezón en su cuerpo se volvió inevitable, rascando y rascando con frustración.

Como si esta piel no fuera suya.

Como si fuera un objeto ajeno que le impedía sentir su verdadera piel.

Ser libre.

Incluso si la sangre manchó sus dedos y sus uñas rasgaron la piel con brutalidad, no le importó.

Quería ser libre.

¡Quería ser el mismo!

―Bixia.

Aquella voz, ¿de dónde venía aquella voz?

―A-Ying.

Esa voz.

―A-Ying, estoy asustado, por favor.

¡Esa voz!

―Vuelve a casa.

¡Debía ir hacia esa voz y cumplir su promesa!

―A-Ying.

¡DEBÍA VOLVER A CASA AHORA MISMO!

 

 

 

―¡A-ZHAN!

Y Wei Wuxian despertó.

El temor dentro de su corazón era mayor de lo esperado, su respiración acelerada no podía calmarse. Y el dolor en su pecho era igual que cada vez que tenía un sueño como esos.

Una vez más.

Una vez más había pasado.

¡Una vez más había tenido ese sueño!

¿De dónde venían aquellas palabras? ¿Por qué soñaba con cosas que no conocía?

Mentiroso.

―Wei Ying.

Cuando los ojos de Wei Wuxian por fin miraron el ambiente adecuadamente, se dio cuenta que se encontraban en la pequeña cabaña antes de llegar a los Túmulos Funerarios. La cama de madera sencilla había recibido su cuerpo, algunas sábanas y un edredón yacían sobre él, su cuerpo había sudado como si estuviera en su celo y Suibian estaba frente a él.

Estaba preocupado.

―¿Estas bien? ¿Fue un sueño extraño otra vez?

― ... Hmn.

Cuando era niño, más en especial en sus primeros tres años en Yunmeng Jiang, tuvo bastantes sueños extraños similares a ese, aunque no entendía porque Wei Wuxian solía relacionarlo con los tres meses que vivió en la calle, desde que sus padres desaparecieron, mismo tiempo que por alguna razón no recordaba muy bien.

Wei Wuxian lo atribuía a su mala memoria.

Pero...

―Yo... ¿en qué momento me quedé dormido? ¿Por qué no me despertasté?

―Te dormiste en medio del viaje. No has estado durmiendo bien, es por eso que no intente despertarte.

―¿Cuánto tiempo llevo durmiendo?

―No muchas horas, no tienes que preocuparte, debes descansar.

―Pero el Sello del Tigre Estigio.

―Ya estamos cerca, tendrás otros tres días para destruirlo, no tienes por qué preocuparte, duerme, cuando amanezca te llamare si quieres. Debes descansar bien para lo que quieres hacer.

Wei Wuxian no se sentía cómodo con la idea, algo dentro de él quería volver a casa, sentía que debía cumplir la promesa que le hizo a Lan Zhan de inmediato, volver a casa y olvidarse de todo.

Pero no podía hacer eso, menos cuando se hablaba de algo tan importante, como destruir el único objeto que podría servir como una llave para el Reino Demoniaco. No cuando no sabían el verdadero objetivo de aquel demonio.

―Pero...

―Wei Ying, estas durmiéndote otra vez. Solo descansa, confía en mí, todo estará bien.

Wei Wuxian bostezó sin poder evitarlo, los grandes colmillos de brillante porcelana se iluminaron con la luz de la luna que entraba por la ventana, la mandíbula de Wei Wuxian tronó formando un sonido ante el choque de los huesos, su paladar expuesto de brillante rozado fue visible, al igual que la larga lengua de finas papilas y rosados bordes puntiagudos.

Y después de pensarlo, Wei Wuxian aceptó aquella oferta, hundiéndose nuevamente en la cama. Como cuando era un niño y tenía una pesadilla o un sueño extraño. Y al igual que en aquellas ocasiones Suibian estaba aquí, velando de su descanso, envolviéndolo adecuadamente en la cama, sentado a su lado.

Tal como hizo en el pasado.

Tal como lo hacía Tía Yu.

"―Wei Ying, no tienes por qué temer. No permitiré que ningún monstruo te haga daño porque no te dejare solo"

Y con aquel recuerdo de la imagen de Yu Ziyuan, como aquellos brillantes ojos violetas como si estuviera a su lado otra vez, Wei Wuxian se durmió.

Suibian le miró entre sueños, era como volver a estar ante ese cachorro indefenso que encontraron entre la nieve, vestido con un abrigo rojo y el aroma de una cría preocupada.

Suibian pudo sentir algo, pudo notar la presencia de una luz pero no dijo nada, menos cuando aquella luz proyectó una sombra sobre la pared de madera y pudo notar aquello. Sin embargo, aunque sabía que era esto, eso no significaba que no pudiera asustarle un poco aquel ser.

Aquella cosa yacía posada sobre su hombro, como si fuera algo indefenso, antes de volar nuevamente, dejando que el brillo que le cubría desprendiera suaves partículas como si fueran estrellas, antes de posarse sobre el corazón de Wei Wuxian.

Y con esa acción Wei Wuxian sonrió, como si esa simple mariposa pudiera aliviar su corazón.

―Aun no es tiempo. Hablaré con él primero, por favor, sea paciente.

No importaba que aparecieran otras dos mariposas, posándose sobre Wei Wuxian, haciéndole cosquillas en la nariz hasta que el hombre giró sobre su hombro derecho y tomó una posición fetal, abrazándose al edredón, solo para que las mariposas volvieran a posarse sobre él.

Aun no era tiempo.

 

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QINGHE NIE-CAMINO A BUJING SHI

6 horas atrás

 

Qinghe Nie era conocido por ser el único clan que cultivaba con el sable.

Por generaciones el Clan Nie había sido reconocido por ser un clan firme y cabal, guiado por sus principios y disciplina bajo la enseñanza de la guardiana, la Belleza Contundente, Baxia. Qinghe Nie creció con la fuerza aprendida del pico Bai Zhan y la ira que aumentó con los años contra el Clan Wen.

No era un misterio para nadie la forma en la que Chifeng-Zun veía al asesino de su padre, así como tampoco era un misterio que la ofensa que Wen Ruohan cometió contra el antiguo rey llevó a la guerra, y el veneno del demonio Jiangzai había llevado a la tumba a Chifeng-Zun.

El rencor contra el clan Wen y el guardián que no hizo nada para detener a aquel demonio en piel de hombre, fue demasiado grande para Qinghe Nie.

Y como la guardiana del clan, aquella que había ayudado a fundar Bujing Shi entre las llamas, la humillación y el rencor del pasado, Baxia era la única que podría vengar a aquellos reyes que ella misma había educado como su maestra.

Si los guardianes dorados eran los únicos que conocían los antiguos sentimientos de su compañera, hacia el omega que había tenido que degollar con su propia espada, eso era algo que nadie más tenía que saber.

Pero ahora, en el carruaje que los estaba llevando al Palacio de Hierro, Zidian sabía que las cosas no podrían estar más tensas.

Mas cuando el rostro de Jiang Wanyin se había mantenido en esa oscura expresión desde el comienzo del viaje.

Y era entendible.

Lycoris Radiata había atacado nuevamente y algo raro había pasado.

Ni Shuoyue o Baxia habían querido informar más de lo necesario, quedaba muy claro que nadie diría nada hasta que estuvieran en ese lugar, y aunque Jiang Cheng podría ser paciente, cuando se trataba de Wei Wuxian, las cosas podrían ser demasiado difíciles para un hombre que no era bueno expresando los sentimientos dentro de su corazón, tal como le pasó a Yu Ziyuan.

Jiang Wanyin estaba molesto.

No era algo novedoso cuando el caso de Lycoris Radiata no había sido resuelto y el nombre de Wei Wuxian seguía siendo manchado.

El emperador asesinando inocentes.

¡Que estupidez más audaz!

Wei Wuxian podría ser muchas cosas, un arrogante, un estúpido, un desvergonzado y varias cosas que tenían que ver con cierta persona y que aún le molestaban. Pero Wei Wuxian, ese estúpido hermano mayor suyo jamás asesinaría a gente inocente.

Una cosa era que alguien le informara que encontraron a Wei Wuxian durmiendo en un burdel. Y otra muy diferente era que alguien dijera que estaba masacrando a todas las personas de los burdeles y aldeas que se le cruzaran en el camino.

Era absurdo.

Jiang Wanyin conocía el estilo de Wei Wuxian en cuanto a la guerra se trataba.

Wei Wuxian podría ser un mocoso mimado con A-Jie, pero Wei Wuxian no era un mocoso caprichoso que buscaba ser visto mientras pasaba por el campo de batalla.

Wei Wuxian era un cazador silencioso, no pasivo, pero si cuidadoso y paciente, llevaría poco a poco a su presa a la locura, a un punto en que nadie creyera en esa persona y solo cuando lo sintiera adecuado aparecería, lo torturaría y después lo mataría para dárselo de comer a ese demonio a su lado.

En cambio, Lycoris Radiata era demasiado obvio.

Como un niño estúpido.

Y eso era suficiente para que Jiang Wanyin se molestara con aquel asesino.

Jiang Wanyin aún podría estar molesto con Wei Wuxian por muchas cosas, una de esas era ese estúpido orgullo suyo sobre cargar con todo el solo, ese estúpido plan de fingir su enemistad para desvincular a Yunmeng Jiang de Yiling Wei, y ese matrimonio suyo con ese mocoso Lan que tenía potencial de asesino.

Pero aunque aún no podía evitar estar furioso con Wei Wuxian por seguir con esa estúpida obsesión suya con Lan Wangji, lastimando en el proceso su corazón, Jiang Wanyin no podía quedarse con los brazos cruzados.

Ese tipo era su hermano y él nunca permitiría que lastimaran a su familia.

Cuando las puertas del carruaje se abrieron una voz provinó de afuera.

―Sandu Shengshou, hemos llegado.

El Palacio de Hierro era una construcción subterránea que servía como centro de reuniones que requerían una alta discreción.

Cuando Qinghe Nie había iniciado como un refugio para los discípulos sobrevivientes de Cang Qiong, el entonces joven líder Nie, un discípulo de la secta proveniente de una familia de carniceros, había decidido construir este lugar en especial por si en algún momento el joven maestro Shen aparecía y había una manera de salvar a Hensheng del emperador.

Sin embargo, el lugar terminó siendo utilizado para momentos como este en especial.

Caminando por los pasillos que llevaban al interior, Jiang Wanyin se abrió paso hasta que la puerta principal estuvo ante él, bajo la capucha de la capa que traía y reveló ante los guardias su rostro.

Teniendo que pasar por la guardia que revisaba la energía que fluía en su cuerpo como la de sus guardianes, Jiang Wanyin por fin entró a la sala y uno de los guardias lo anunció.

―Su Alteza Real, Sandu Shengshou de Yunmeng Jiang, el rey Jiang Wanyin.

En aquella reunión varios aliados de Wei Wuxian se encontraban conversando entre ellos divididos en varios grupos, que se repartían por el gran salón de aquel palacio subterráneo.

Jiang Wanyin conocía a varios de ellos, aliados de Wei Wuxian que un día fueron sus aliados pero ahora, entre la apariencia y los ideales de cada señor habían decidido elegir a su hermano en vez de a él.

A Jiang Wanyin no le importaba, si estas personas realmente estaban del lado de Wei Wuxian y ayudaban a protegerlo, eso era más importante que aquella hipocresía, no obstante, no pudo evitar reconocer entre un grupo a uno de los hijos de uno de esos señores.

Ese era ¿Wu ChangLi?

Quien parecía conversar con alguno de los aliados de Wei Wuxian con un rostro preocupado.

Jiang Wanyin había escuchado muchos rumores del último festival, varios de ellos más ridículos que otros, pero muchos mencionaban al hermano de ese hombre, Wu Meihua, como un chiquillo grosero que se había atrevido a hacer frente a Lan Wangji y persistir con su acoso a Wei Wuxian, hasta que este se cansó y lo envió a trabajar en los campos de cultivo de Luzhou Wu por tres años seguidos.

Aunque Jiang Wanyin pensaba que era un castigo demasiado bueno para un maldito acosador hormonal, como lo era ese omega superficial, ¿Qué podía decir él cuando resultaba que los otros dos años cargados sobre Wu Meihua, eran en realidad cosa de Lan Wangji?

La pregunta era ¿Qué castigo había pensado en realidad Wei Wuxian para ser cambiado por aquella ridícula idea?

Después de todo, Wei Wuxian odiaba a las personas como ese niño, y lo que había pasado con la perra Wang Tanlan y Wen Chao era la mayor muestra de ello.

Como sea.

Pasando sus ojos a donde se encontraba Jin Zixuan, el rey Jiang prefirió acercarse al pavo real que a los demás.

El inmortal Shuoyue, que conversaba con el inmortal Suihua mientras parecía sostener un curioso libro, miró casualmente hacia el punto en donde estaba Jiang Wanyin, hubo una curiosa expresión de sorpresa en su rostro y advirtió de su presencia a sus compañeros, que de inmediato miraron hacia él.

Siendo seguido por sus guardianes, Jiang Wanyin llegó a ellos y saludo con seriedad.

―Lianfang-Zun, Zewu-Jun, Halcón Sonriente, León Hormiguero del Tiempo.

―Sandu Shengshou, Serpiente de mil venenos, Tormenta de Plata Sangrienta.

Los cuatro saludaron al hombre y sus guardianes con elegancia, considerando que esto iba a ser una conversación entre reyes, Shuoyue dio un vistazo a los hermanos Zhen quienes entendieron el mensaje, se despidieron dejando a los tres solos y encontrando un lugar en una de las esquinas de la sala se detuvieron, sus ojos se enfrentaron y Shuoyue saludó felizmente.

―Pero que tenemos aquí, el siempre serio Zhen Sandu y... el segundo esposo de Suibian, Zhen Zidian.

Sin poder evitarlo, Zidian explotó.

―¡¿Qué carajos dijiste?!

―Oh, silencio, recuerden, no necesitamos que alguien entienda de lo que hablamos aquí.

Guardando cualquier evidencia de diversión de sus labios, Sandu habló.

―Shixiong, no te burles de él, recuerda cómo puede ponerse si haces eso.

―Gege, ¿de qué lado estas?

―Del tuyo.

Los hermanos Zhen eran una copia exacta del otro.

Cada rasgo, cada línea y gesto era como ver el reflejo del otro, con la clara diferencia de que el cabello de Zidian era completamente negro, mientras el cabello de Sandu era tan plateado como la hoja de una espada. De la misma manera los ojos del hermano mayor eran plateados, contrastando con el violeta de los ojos de Zidian.

Si se hablara del carácter, Suibian tendría una perfecta descripción para distinguirlos.

El tipo con cara de muerto pero alma maliciosa que gustaba burlarse de su hermano era Sandu, mientras el tipo con el carácter de un volcán en erupción constante era Zidian.

Sin embargo, Suibian no estaba aquí y los que alguna vez fueron los discípulos de Cang Qiong, solo podían mantener este asunto para ellos únicamente.

Shuoyue decidió dejar de jugar y dijo sin más. ―Ah, su chico sí que es algo espinoso, no ha dejado de mirarnos con sospecha desde que nos unimos a este equipo.

Recuperando su semblante, Zidian le respondió. ―Es natural que sospeche de ustedes, después de cuatro años casualmente Gusu Lan está intentando ayudar a Wei Wuxian, demasiado raro para no sospechar.

―Más si tomamos en cuenta que curiosamente el fénix de Wei Wuxian es Lan Wangji. ―Comentó Sandu. ―Es natural pensar que la única razón por la que lo hace es su hermano.

―Ah, que crueles son. Aunque no lo creas me alegra que por fin Xichen quiera actuar por sí mismo, esto de estar en conflicto con la familia jamás es bueno, más cuando hablamos del futuro.

―¿Por qué estás aquí, Shuoyue?

―Por la misma razón por la que ustedes están aquí. Esa pregunta no solo se aplica a mí, Shidi, después de todo, la invitación fue hacia nuestros reyes, nosotros teníamos opción de no venir si no queríamos. Y... oh, estamos todos aquí por el mismo motivo. Saber la verdad.

―Eres un tipo muy raro, recuerdo que cuando éramos niños eras un obsesionado de los libros y leyendas, tenías saturada tu habitación de ello. Pero ahora eres un obsesivo que no puede olvidar que alguien se burló de su habilidad y estas aquí, que ridícula casualidad.

―Oh, realmente estas muy molesto, eres tan cruel, debe ser porque no has visto a tu querido Suibian, no dejes que Bichen sepa esto o en verdad se molestara contigo. Oh... ¿es porque el imposible amor de tu vida no está aquí y lo único que te quedo de él es Suibian?

―¡Tú!

―Dejando de lado eso me impresiona bastante lo fuerte que se ha vuelto esta alianza, incluso el clan Wu está aquí, eso significa que Wei Wuxian realmente tiene aliados fieles. Muy interesante, me emociona tanto poder estar aquí, es una magnífica reunión.

Este tipo.

―Suihua, ¿tú también estas aquí por lo mismo?

El hombre que no había hablado en todo ese momento abrió sus ojos para encontrarse con la mirada de Zidian, simplemente se encogió de hombros y aclaró.

―Como alguien que sabe lo desagradable que es tener una mancha como Jin Guangshan en mi historial, sé lo difícil que debe ser para Suibian que traten a Wei Wuxian como si fuera una copia de él, incluso he escuchado rumores de algunas personas diciendo que Wei Wuxian podría en realidad ser su hijo. Eso no puede seguir.

Dentro de su corazones, ambos hermanos Zhen entendieron dichas palabras, pero no pudieron evitar sentir la tensión, al saber que así como varios habían especulado sobre el posible origen de Wei Wuxian, algunos dijeron en algún momento que posiblemente podría ser hijo de Yu Ziyuan, antes de que ellos mismos callaran aquellos rumores por órdenes de los reyes Jiang, antes de que siquiera llegaran a los oídos de sus hijos.

Quien diría que más tarde, la misma Wang Lingjiao seria quien revelaría aquella verdad momentos antes de que los Wen atacaran a Lianhua Wu.

Esa maldita perra.

―Hablando de Suibian, ¿Por qué no está él aquí?

―Él nunca ha asistido a una reunión, sin embargo, Suibian siempre tiene sus maneras de saber que pasó.

Sandu y Zidian habían recibido un mensaje de Suibian horas atrás, donde el hombre les había dicho que Wei Wuxian planeaba ir a los Túmulos Funerarios antes de viajar a Yunmeng Jiang, como había confirmado con Jiang Wanyin entre cartas en su viaje de regreso al Palacio Rojo.

Y esa era la verdadera preocupación de los hermanos Zhen.

Aunque Jiang Wanyin sabía que su hermano estaba intentando hacer algo que el rey Jiang llamaría estúpido, antes de por fin dar la cara ante él, ellos no sabían que tan bueno era decir algo al respecto a su rey.

Conociendo la posible razón por la que ahora Wei Wuxian estaba en los Túmulos Funerarios, lo mejor era no decir nada por seguridad del mismo Wei Wuxian.

―Ese Suibian, sí que tiene sus maneras y hechizos. Me pregunto, ¿Qué pensara Lluvia Carmesí de esas lindas polillas doradas que Suibian creo? ¿Se sentiría halagado u ofendido?

―No tiene nada que ver una cosa con la otra.

Era cierto que las polillas de Suibian podían espiar a sus enemigos o incluso sus aliados. Sin embargo, no era lo mismo una inofensiva polilla de Suibian creada para la protección, el espionaje o reservas de energía, que esas atroces y horripilantes armas de Lluvia Carmesí.

Solo a un tipo raro como Suibian o aun suicida como a Wei Wuxian podrían gustarle esas mariposas.

Que terror.

Entonces la voz del anunciante los sacó de sus pensamientos.

―Su Excelencia, la Mayor Yu de Meishan Yu, Yu Huitou.

Ante los ojos de los lideres la figura imponente de Yu Huitou no se hizo esperar, las túnicas negras que portaba la mujer escondían los colores de su clan, pero aquel rostro fácilmente reconocible para los guardianes del clan Yunmeng Jiang y Jiang Wanyin se encontraba ahí.

Una hermosa cara tallada en jade se iluminó con la luz de las linternas, las cejas desafiantes se mantenían en alto, mientras los ojos tan claros como el cristal de la mujer brillaban con determinación.

Y fue en ese momento en que su mirada se encontró con Jiang Wanyin.

Los guardianes lo supieron de inmediato.

Este era el peor momento para una reunión familiar.

Dejando de lado la conversación que tenían, Jin Zixuan y Lan Xichen dejaron ir a Jiang Wanyin, quien se acercó a la mujer que tenía un rostro con características similares a las suyas.

―Jiang Cheng.

Ofreciendo una leve reverencia Jiang Wanyin la saludó. ―Abuela.

Para nadie era un secreto que Yu Huitou fue una de las primeras lideres en aliarse a Wei Wuxian, pero para todos era un secreto que esta mujer era en realidad la abuela del emperador.

Excepto para Jiang Wanyin y sus guardianes.

La relación entre Yu Huitou con Yu Ziyuan era muy diferente a la que tuvo con sus nietos.

Mientras Yu Huitou se ganó el resentimiento de Suibian al presionar a su hija, hasta el punto en que no pudo simplemente terminar su matrimonio con Jiang Fengmian para escapar con Cangse Sanren, aun cuando el mismo Jiang Fengmian estaba más que dispuesto a ayudarles a lograrlo.

Pero entonces Jiang Yanli nació, le siguió Jiang Cheng y Wei Wuxian llegó a Yunmeng Jiang.

Entonces Yu Huitou aprendió una cosa.

Había lazos que no podían recuperarse por más que se intentara, como había disculpas que nunca más podrían ser escuchadas por más que se gritaran hacia los cielos.

Por ello, aun cuando su carácter seguía siendo el mismo, proteger a los hijos de su hija era su prioridad.

Y por ello se esforzó duramente por formar una mejor relación con sus nietos de la que tuvo con su hija. Como una disculpa, como esperanza y una manera de proteger a los niños que Yu Ziyuan llamaba sus orgullos.

Pero entonces Yunmeng Jiang cayó y los regalos en forma de juguetes, libros, espadas, arte y demás se convirtieron en apoyo político y el apoyo político se volvió en un ejercito que ayudo a que los hermanos Yu cumplieran su venganza.

Los Yu podían ser aterradores y lo que podían hacer por amor y dolor también.

―No pensé que algún día te encontraría en una de estas reuniones.

―Solo estoy aquí porque ese tipo se atrevió a atacar Yunmeng Jiang, esto no puede continuar.

Yu Huitou no pudo más que negar

Digno hijo de Yu Ziyuan.

―¿No me lo preguntarás?

―¿Qué cosa?

―Como están aquellos dos o como le fue a Wei Wuxian en su festival.

―Lo primero no me corresponde preguntar, lo segundo es algo fácil de suponer. Le fue bien, excepto por esa pequeña arpía que apareció en el festival.

―Es cierto, pero Wei Wuxian encontró la manera más... piadosa de castigarlo por sus acciones.

―... ¿Es cierto?

―¿Qué cosa?

―¿El supuesto embarazo de Lan Wangji?

―Claro que no, Wei Wuxian es muy respetuoso con ese muchacho, desde el momento en que llegó al palacio lo ha respetado y no duermen en la misma habitación. Jiang Cheng, ¿No estarás aun pensando que Nie Huaisang...

Entonces algo detuvo sus palabras.

El sonido de un gong.

Cuando los ojos de los señores pasaron al punto central de aquel edificio pudieron ver un espejo de gran tamaño, siendo movido por cuatro fuertes cultivadores hasta ser colocado en el centro.

Detrás de este una alfa de piel tostada, gallarda figura y mirada intimidante caminó con firmeza portando el uniforme de Qinghe Nie. Su cabello oscuro brillante como el ocre yacía peinado en una cola alta, su mirada cobre era tan fría como el metal y sus labios vino formaban una línea recta.

La sonrisa de Shuoyue desapareció por completo, decorando su rostro con la penumbra del pasado y cada guardián ahí sabía a que se debía.

En el pasado Baxia, Shuoyue y Hensheng habían sido salvados por Shen Qingqiu de un traficante de esclavos.

A pesar de que cada niño fue tomado por otro pico, debido a que Yue Qingyuan había sentido que era una carga muy grande, tomando en cuenta que Shen Qingqiu ya tenía que cuidar al entonces pequeño Luo Suibian de tres años de edad, esos tres siempre se buscaron sin importar la distancia.

Eran uno en realidad.

Para el joven Jue Shuoyue aquellos dos eran sus mejores amigos, su familia.

Sin importar los diferentes orígenes de cada uno, ellos habían logrado convertirse en un apoyo para el otro en aquellos tiempos miserables, donde comer era una bendición extraña que solo se conseguía a través del hurto.

Ellos eran uno solo, hasta que Cang Qiong fue atacado y Hensheng se entregó como tributo, ocupando el lugar de Shen Qingqiu en la cama que Wen Mao había preparado para el Gran Omega Inmortal en realidad.

Desde ese día la relación entre Shuoyue y Baxia se fracturó poco a poco, hasta quebrarse el día en que Baxia cortó el cuello de Hensheng.

Los ojos plata se encontraron con el cobre brevemente, no había sonrisas ni alegrías por el encuentro inesperado, no había más que sentimientos de culpa, rencores pasados y las memorias que dos alfas cargaban sobre sus espaldas.

Aquellos que cargaban con el peso de la culpa por la vida que Hensheng había vivido.

La vida que se arruinó cuando uno no luchó por llevarlo de regreso y otra cortó su cuello, vengando al clan que había cuidado como sus propios hijos.

Baxia apartó la mirada con molestia, sus túnicas se extendieron ante sus pasos y el agarre sobre la espada, que un día había cortado el cuello de Hensheng, se volvió más fuerte.

Ellos eran la razón por la que el nombre de Hensheng era un tabú.

Cuando la inmortal se ubicó a lado del espejo, un alfa fuerte y llamativo entró y los ojos de todos prestaron atención a aquella figura.

Sobre su cabeza la corona de plata del rey Nie brillaba con nobleza, su piel clara como el jade era el lienzo para un rostro apuesto y elegante. Las cejas negras se encontraban en una línea recta, ojos negros como la noche miraron a los señores cultivadores y una expresión sería decoró el rostro, de quien un día fue un divertido muchacho.

Jin Zixuan y Jiang Wanyin miraron con reconocimiento al primo lejano de los Nie, Shuoyue prestó atención a cada momento de aquel suceso y Lan Xichen no tuvo duda alguna.

Este era el antiguo joven maestro que había bromeado, jugado y conversado con Wei Wuxian en sus tiempos de Gusu Lan, el mismo muchacho que había preguntado por el omega que robó el corazón del entonces Tercer Príncipe Jiang.

Y aquel que hizo aquella pregunta que llevó a Lan Xichen a conocer los verdaderos sentimientos del ahora emperador por su hermano.

―Su Alteza Real, el rey de Qinghe Nie, Nie Dingbang.

―Este agradece a todos por venir a este encuentro tan importante.

―Estos saludan al rey Nie.

Nie Dingbang era el primo lejano de los Nie.

Hijo de una concubina y un tío de los hermanos Nie, quien había muerto un año antes que su padre, cuando el muchacho se quedó solo, el recién coronado Nie Mingjue mando a un séquito por él, le cuidó junto a Nie Huaisang y le dio una educación digna de alguien de su sangre.

Sin embargo, Nie Dingbang siempre fue alguien sencillo, criado en un hogar modesto por su madre durante sus primeros tres años y el resto de la vida de un padre, que a pesar de haber perdido su núcleo en un enfrentamiento, seguía siendo un buen hombre que había entrenado a su hijo para ser un buen cultivador en algún día.

Pero Nie Dingbang jamás esperó que terminaría pasando del sencillo campo a un palacio y mucho menos que en algún momento, por el bien de Qinghe Nie y sobre todo de Nie Huaisang tendría que aceptar convertirse en la figura que el reino necesitaba.

―Como sabrán, estamos aquí para hablar de un tema en particular que ha afectado al imperio por cuatro años... Lycoris Radiata.

La sonrisa de Shuoyue se perdió, dejando un ceño fruncido en un apuesto rostro serio como la mayoría de personas que se encontraban en ese lugar.

Ya no había tiempo para bromear, era hora de trabajar.

Las sillas y las mesas fueron colocadas apropiadamente, dándole paso a cada señor ahí para que tomara asiento, Jiang Wanyin se sentó a lado de Yu Huitou, con sus dos guardianes a sus espaldas y Lan Xichen a su izquierda.

Cuando sus ojos se encontraron, la incomodidad fue obvia en los ojos de ambos reyes.

Jiang Wanyin y Lan Xichen no eran amigos, el termino amigo para dos personas que simplemente estaban trabajando juntos por sus propios propósitos, sería audaz.

Las cosas eran simples, Lan Xichen ya no quería más guerra, era obvio que eso se debía a Lan Wangji. Y Jiang Wanyin quería atrapar y castigar al hijo de puta que metió en ese problema a Wei Wuxian.

Por ello era natural que sospechara de las verdaderas intenciones de Lan Xichen, o más bien.

Las verdaderas intenciones del concejo de Gusu Lan.

Evitar el final del Reino Humano o pelear por los asuntos personales, sí que se había vuelto una vez más algo normal en este escenario.

Sentado a un lado del gran espejo que ocupaba el lugar del trono, Nie Dingbang explicó.

―Como todo el mundo aquí sabrá, desde hace una semanas Zewu-Jun y su majestad imperial han llegado a un acuerdo, donde Zewu-Jun ha firmado la paz con Yiling Wei y se ha vuelto un aliado del imperio, ayudando con la investigación del caso de Lycoris Radiata.

―Así mismo, durante la investigación se ha logrado por fin encontrar a un testigo gracias a la ayuda de Gusu Lan.

Sin poder evitarlo, los ojos de los señores cultivadores viajaron de inmediato a Lan Xichen y los guardianes de Gusu Lan.

El Búho Durmiente seguía tomando su té como si nada malo pasara, la Lechuza de Acónito seguía ondeando su abanico frente a su rostro sin preocuparse por más y el Halcón Sonriente, para sorpresa de todos no tenía ni un solo rastro de su característica sonrisa.

Había muchas razones para temerle a los guardianes de Gusu Lan.

El hombre que podía ver a través de las montañas y los mares.

La mujer que podía matarte con solo un instrumento de viento y su propio aliento, tan venenoso como aquellas plantas que brillaban sobre su título.

Y el hombre que podía leer los corazones como manipularlos a su propio querer.

Después de todo, esas personas eran los guardianes de YunShen Buzhichu.

Las Aves Rapaces de Gusu Lan.

―Señor Shuoyue, ¿podría tomar la palabra?

Dejando su té de lado, el líder de los guardianes de Gusu Lan se levantó de su asiento, las túnicas blancas que portaba ese día se extendieron sobre el suelo ante su andar, revelando los bordados de las montañas de Gusu Lan en índigo y su figura alta como el bambú se abrió camino hacia el espejo de cobre que estaba listo para su presentación.

Cada señor cultivador prestó atención al estratega de Gusu Lan, quien pasó a lado de Baxia.

Ninguno de los dos miró al otro, el inmortal camino hacia el otro lado y con un rostro serio miró al frente.

Como un espectador odiaba ser el centro de la atención, pero este no era el momento para ser caprichoso.

El guardián que lideraba a los inmortales de Gusu invocó energía dorada, que se convirtió en pequeñas luciérnagas que chocaron en el espejo. Iluminando el espejo en donde el rostro de Wei Wuxian apareció gracias a las memorias del guardián, así como los datos sobre el caso que comenzaron a exponerse frente a todos.

―Como todos saben, Wei Ying, nombre de cortesía Wuxian es un alfa dominante que actualmente es el rey de Yiling Wei y el emperador del Reino Humano. Antiguamente permaneció viviendo como un alfa común en el clan Jiang desde los 4 años hasta los 18 años.

―Sin embargo, al igual que los otros dos Orgullos de Yunmeng Jiang fue una víctima de la masacre de Lianhua Wu.

En silencio Zidian tomó su té, el sabor era amargo como la culpa, no le gustaba el rumbo que esta conversación estaba teniendo.

―De la misma manera buscaron acabar con los orgullos de Yunmeng Jiang, siendo Wei Wuxian quien terminó siendo atrapado y lanzado a los Túmulos Funerarios, como tributo para el Demonio del Resentimiento y la Venganza que se negaba a hacer un trato con el entonces emperador, Wen Ruohan. No obstante, Wei Wuxian logró sobrevivir, hizo un trato con el demonio y despertó como un alfa dominante.

Zidian conocía esa historia, así como sabía que solo conocía la mitad de lo que Suibian comenzó a sospechar desde que ese niño apareció, descubrieron que era hijo de Yu y Suibian empezó a sospechar sobre la verdadera subcasta de Wei Wuxian.

Odiaba tener que hablar de ello, otra vez.

Maldita sea, debió quedarse en Yunmeng Jiang.

―Lo más interesante de su despertar fue que no lo hizo solo, sino que un niño venía a su lado, el Demonio Chenqing, como su Majestad Imperial, Wei Wuxian le suele llamar.

"―Wei Ying... ese demonio, dime porque está contigo"

No de nuevo.

No quería recordar ese día.

"―Wei Ying, déjame limpiar el resentimiento en tu corazón"

Qué bueno que Suibian no estaba aquí.

―Lo poco que sabemos del demonio Chenqing, un espécimen sin nombre ni datos de su antigua especie, es que al parecer ha estado consumiendo el resentimiento de ese lugar por 200 años. Desde el momento en que Wen Mao se enteró de él no dudo en aparecer en la montaña, hacer que sus demonios lo detuvieran y sellarlo con una espada oxidada.

―Misma que Wei Wuxian logró sacar, hizo un trato con él y juntos acabaron con el ejército Wen y la familia principal.

Zidian escuchó cada palabra en silencio, fingiendo ignorancia ante la historia que conocía mejor que cualquiera en aquella habitación.

―Tiempo después desertó del clan Jiang, abandonó su título como el Tercer Príncipe Jiang, se infiltró en los campos Jin, llevándose a los remanentes Wen con él y en el camino se instaló en las ruinas del antiguo Palacio de XianLe, hoy llamado el Palacio Rojo.

Baxia miró aburrida hacia la pantalla, Suihua no pudo más que tomar un poco de té y Liebing mantuvo su abanico contra su rostro ante la explicación.

―Durante ese tiempo varios grupos, en su mayoría omegas de familias nobles, pobres, de dudoso origen, prostitutos, asesinos y cultivadores errantes, decidieron unirse a Wei Wuxian quien decidió hacer del Palacio Imperial de XianLe en ruinas su hogar, para que tres meses después usara el poder de la voz y reclamara el trono del dragón.

Ah, la voz.

El terrible poder de la voz.

Aun podía recordar la imagen del Supremo Lluvia Carmesí mirándolos desde la cumbre del palacio, como si solo fueran un grupo de crías inútiles y estúpidas.

Con desdén, burla e incluso desprecio.

Aunque si Zidian lo pensaba bien.

¿Esa persona alguna vez miraba de otra forma a alguien que no fuera su amado esposo, o al Señor del Reino Demoniaco y su familia?

Zidian negó.

Claro que no, para esa persona posiblemente todos solo eran diminutas hormigas que podría matar si se le diera la gana, o si Taizi Dianxia no valorara tanto la existencia humana.

Gracias, Taizi Dianxia.

―Sin embargo, a diferencia de los antiguos dominantes que jamás consiguieron más que la sumisión de la manada, Wei Wuxian consiguió lo que ellos tanto desearon, la aprobación de los cielos, siendo el mismo Dios Complacido, el Líder de los Cielos quien lo nombró como el verdadero emperador frente a todo el mundo.

Y eso era lo que al parecer hacía que Shuoyue se sintiera confundido, tal como cada guardián en ese salón que no pudieron evitar recordar las palabras de Luo Suibian.

"―Realmente debe estar muy molesto"

Pero... ¿Quién estaba molesto?

¿La Calamidad que los miró como si solo fueran un grupo de incompetentes, o el Dios que solo miró a Wei Wuxian?

―A partir del momento en que Wei Wuxian se convirtió en el emperador del Reino Humano, estos asesinatos comenzaron a ocurrir con frecuencia, siendo las victimas principales prostitutas y aldeanos de lugares apartados.

―Debido a la gravedad del caso y la forma en como se demostró que acabó con las víctimas, el caso fue conocido como Lycoris Radiata.

Sobre el espejo aparecieron las grotescas escenas de los cuartos, pasillos, casas y callejones manchados de la sangre de los cuerpos desmembrados, de los cuales solo quedaban algunos de los huesos de las víctimas, como si una bestia los hubiera limpiado hasta la médula.

El abanico de Liebing se cerró, los ojos de Wang-Ji se apartaron, el ceño fruncido de Baxia aumentó, decorando su rostro con una mirada de completo asco.

Y Zidian buscó entre sus túnicas consiguiendo una bolsa qiankun de la que sacó una botella llena de licor.

Esto sería largo.

―Una de las características que se conocen del asesino, es que viste túnicas que replican el patrón de los trajes que el emperador Wei comenzó a usar desde el comienzo de su mandato, así como una corona de cuentas y una espada que asemeja a la suya, mientras se escucha el sonido de la flauta que lleva entre sus dedos en su andar.

Tal como explicó se presentó en el espejo una serie de dibujos e imágenes de lo poco que se tenía del hombre.

―No se tiene como tal la altura de la persona, pero si se sabe que tiene una complexión delgada y fuerte, así mismo lleva el cabello suelto y se le describe de color negro. Sin embargo, algo que también le acompaña es una bestia, en la mayoría de las ocasiones descrita como un lobo de gran tamaño.

Zidian sabía porque el mundo solía decir que ese demonio era Chenqing.

Una de las habilidades del Demonio del Resentimiento y la Venganza, era el hecho de que podía tomar la forma que facilitara aún más sus acciones durante la guerra.

Así como podía transformarse en un pequeño dragón que viajaba enredado en el cuello de Wei Wuxian, también podía transformarse en una pantera de gran tamaño, dispuesto a devorar a cada Wen en el campo de batalla, solo para convertirse al final del día en un pequeño gato negro deseoso de ser mimado por Wei Wuxian. Incluso podría ser un pequeño conejo negro.

Claro que sabía lo que Chenqing era capaz de hacer.

Pero a diferencia del imperio, Zidian sabía que Chenqing dejo de transformarse en caninos, cuando Wei Wuxian al fin quiso reconocer su miedo a los perros y lo difícil que era estar tocando con la ansiedad de pensar en que animal se había convertido.

Sin embargo, para bien o para mal, los únicos que sabían del gran miedo de Wei Wuxian hacia los perros, solo eran las personas que algún día fueron cercanas a él.

―Por mucho tiempo se ha pensado que este individuo es el Demonio Chenqing, sin embargo... no hace menos de tres días descubrimos que no es así.

Entonces Zidian volvió a poner atención.

―Para que comprendan lo que quiero decir, les mostraré lo que encontramos en las memorias de un testigo.

Sin decir más sobre el tema Shuoyue presentó las memorias de aquel hombre guardadas en una cámara de memoria.

Las cámaras de memoria eran pequeños cubos fabricados con la misma energía dorada que era comprimida en dicha forma, estas que eran utilizadas únicamente en casos particulares como evidencia sobre un caso de máxima importancia.

Las cámaras de memoria eran objetos difíciles de producir, dado que la gran energía dorada que debe acumularse en el Interior del guardián para forjarla, debe mantenerse en su estado más puro costando una gran cantidad de la misma para su creación.

Por medio de energía dorada se podía extraer una memoria en sí, al tomar dicha memoria está es extraída de la mente del guardián y guardada en la caja, aquella que tiene en uno de sus lados un "botón" que permite reproducir la memoria por medio de pequeñas partículas que le dan forma a la imagen.

Pero la parte más importante de todo sobre las cámaras de memoria era que, uno de los guardianes que formó este invento fue Luo Suibian, siendo él quien descubrió que esto era posible.

Y entonces todo volvió a reproducirse.

La imagen de un omega acomodándose sus túnicas después de trabajar fue un poco más precisa.

Varios señores tosieron avergonzados, Jiang Wanyin apartó la mirada por un momento sintiéndose incómodo, pero la imagen siguió reproduciéndose y en algún momento tuvieron que volver a mirar.

El omega parecía estar hablando, algunos pudieron entender que le preguntó cuando volvería gracias a que sabían leer los labios. El omega parecía feliz.

Hasta que algo pasó y el omega giró su vista hacia la puerta de la habitación, a través del papel podían verse sombras difusas, personas corriendo hacia el piso inferior, el omega giró hacia el hombre, sus labios se movieron muy rápido, solo pudieron entender que le dijo que se escondiera, antes de salir de la habitación.

El hombre así lo hizo, se escondió en una puerta bajo el piso que le llevó a un pequeño cuarto, escondió su aroma, bloqueó su presencia a través de una matriz y se quedó ahí sin moverse, solo con la vista de unos cuantos centímetros del suelo a la vista.

Al parecer ya estaban preparados para esa situación.

Mucho tiempo pasó, el silencio de la escena no ayudaba, solo podían ver el suelo por un largo rato.

Hasta que alguien entró a la habitación.

Solo podían verse ambos pies, botas negras, al parecer buscaban algo, por alguna extraña razón aquellos pies se movieron por doquier, había un extraño sentimiento en el ambiente.

Inquietud, desesperación, ira.

Entonces una mano apareció en la puerta y abrió.

Un par de sombras fueron visibles, el hombre intentó desesperadamente escapar, los hombres que vestían túnicas negras no se lo permitieron, el más pequeño parecía portar túnicas caras, bordados de dragones y cuentas rojas con negro fueron visibles.

Una corona y un rostro cubierto por una matriz solo permitieron la vista de la siniestra sonrisa sobre sus labios, ojos rojos tan brillantes como un par de rubíes miraron al hombre con burla.

Su compañero parecía ser muy diferente, más alto, un cuerpo más fuerte, su apariencia era más difícil de describir, no podía ver más que una silueta en negro, donde solo un par de ojos rojos como la sangre brillaban con claras intensiones asesinas.

Como podía esperarse ambos no se lo dejaron fácil, hasta que el hombre fue sacado de ahí, la imagen se distorsionó un poco, al parecer recibió un golpe en la cabeza al caer.

Entonces la mano del hombre más grande golpeó contra su vientre, un brillo dorado relució entre la palma del atacante y el hombre que parecía aterrado.

Y sin esperar más, el atacante introdujo su mano al vientre del hombre, sorprendentemente sin causar daño alguno.

Y el núcleo dorado salió ante los ojos de los sorprendidos señores que no podían dejar de mirar, tal como Jiang Wanyin, quien incluso había roto su propia taza.

Varios señores se miraron entre si confundidos por lo que estaban viendo, el mismo Wu ChangLi no entendía nada en absoluto, se suponía que nadie más podía hacer algo como eso, más que el demonio Zhuliu, quien ya había sido asesinado por Polilla de Oro.

Zidian no entendía que demonios estaba pasando en esa memoria.

Eso no tenía sentido.

Los únicos que podían hacer eso eran...

El demonio Zhuliu, Jiangzai y el único que seguía con vida...

Y entonces el rostro del hombre que conocía de toda su vida apareció como una maldición ante sus pensamientos.

―... ¿Suibian?

Cabello borgoña atado en una cola de caballo alta, un rostro detallado finamente como una pieza de jade, hermosa, etérea, clara y sin una sola imperfección, ojos dorados brillantes y burlones, cejas pobladas y arrogantes como la sonrisa que dejaba ver sus colmillos orgullosa.

Una vista demasiado hermosa e inconfundible.

Los señores cultivadores no pudieron evitar mostrar sorpresa, miedo y consternación, los murmullos llenaron el salón, mientras los ojos grises de Jiang Wanyin no pudieron evitar mirar con odio a la imagen de la persona que era proyectada en aquel espejo.

El anillo Zidian brilló entre una descarga eléctrica que azotó el suelo, haciendo que cada señor a su alrededor se callara.

Una sola mirada de Sandu Shengshou fue suficiente para que nadie más se atreviera a hablar.

Y Zidian no pudo más.

―Ese tipo no es Polilla de Oro.

Quería gritar, explotar, demostrar la inocencia del maldito tipo que debería estar aquí para hablar por sí mismo, pero Zidian no podía hacer eso, sería ofender a su señor. Así que lo mejor era mantener la calma tanto como podía aunque su interior era un tornado de emociones.

¡¿Quién carajos era ese tipo?! ¡¿Quién se cree para replicar la apariencia de Suibian?! ¡Ese cobarde hijo de puta no tenía derecho de usar el rostro de Luo Suibian!

―Como alguien que lo conoce desde antes de nuestra inmortalidad puedo asegurar que Polilla de Oro jamás ingresaría en un burdel, a menos que haya ahí algo que investigar, mucho menos lastimaría a personas inocentes.

―Ese tipo no puede ser Suibian, él jamás haría algo como eso. ―Suihua estuvo de acuerdo.

―Solo un miserable cobarde como él se atrevería a usar el rostro de Polilla de Oro para manchar su nombre. tal como están haciendo con su majestad imperial. ―Baxia no dudo en decir mientras la voz de Zidian volvía a escucharse en conjunto con su ira.

Así es, es la única verdad, Zidian jamás se atrevería a dudar de su buen juicio.

Ese tipo podría ser un desvergonzado, arrogante y odioso, pero él jamás se atrevería a entrar a un burdel por gusto propio ni mucho menos hacer lo que este tipo hacía.

Proteger a los inocentes era la prioridad de Luo Suibian. Fueran humanos o demonios, eso no importaba, en la mente de Luo Suibian solo importaba hacer las cosas correctamente por el bien de todos.

Jiang Wanyin habló de igual manera.

―Polilla de Oro fue guardián de Yunmeng Jiang durante 146 años, con ese tiempo puedo asegurar que tanto mis guardianes como mi clan saben el tipo de persona que es Polilla de Oro, definitivamente ese hombre jamás haría algo como eso.

Sandu les dio la razón.

―Polilla de Oro no es un alfa interesado en los burdeles en primer lugar, las únicas razones por las que a veces ha tenido que acudir a uno han sido por alguna investigación, sobre posesiones ilegales o demás y siempre nos dejaba el trabajo a nosotros mientras mantenía vigilada el área.

Zidian volvió a hablar.

―Además, ese hombre, no sé si mis señores lo han notado, pero este tipo es zurdo.

Los ojos de cada señor pasaron nuevamente a la pantalla y la voz de Zidian volvió a sonar.

―Halcón Sonriente, reprodúcelo de nuevo.

Shuoyue no sabía si reír o llorar, que su propio Shidi le ordenara como si su experiencia y edad no fueran nada ante Zhen Zidian era algo triste, pero no era momento de sentimentalismos. Así que sin más, lo reprodujo del principio.

Entre cada movimiento Zidian explicó.

―Si prestan atención, cada uno de sus movimientos se dan en el flanco izquierdo, guiado más por un instinto difícil de ocultar, pero al verse al revés es difícil distinguir cual es la derecha o la izquierda. Hasta que notamos ese pequeño detalle que puede ayudar es ese punto al fondo en la esquina inferior derecha.

Zidian señaló.

―Si miran bien ahí hay una hoja y en esa hoja algo está escrito, pero esta al revés.

Shuoyue hizo un aumentó a la imagen y tal como Zidian había dicho se podía ver que los caracteres de fuego y sangre escritos en rojo, algo peculiar en realidad, estaban al revés.

―Al inicio parecer ser algo difícil de notar y algo que nos haga pensar porque se ve así, pero si recordamos algunas veces las cámaras de memoria no pueden mostrar la imagen adecuadamente por un problema de salud, generalmente algo visual. Pero si volvemos a mirarlo como ese hombre lo miró.

Sus ojos miraron a Shuoyue, quien tomó la caja, configuró la matriz y logró girar la imagen tal como Zidian había mencionado.

―Podemos darnos cuenta que en realidad es un individuo zurdo, incluso sacó el núcleo con la mano izquierda y ahí está su más grande error, Polilla de Oro es diestro.

Había un pequeño defecto de nacimiento en Luo Suibian que solo pocas personas conocían.

Tang Bichen, Zhen Zidian y por obviedad el matrimonio LuoShen.

Era un pequeño problema con uno de los tendones como con las almohadillas de su mano izquierda, que no le permitían apoyarse cómodamente en aquella mano o usarla en algunos momentos sin ciertas fallas al intentarlo.

Y era en el cultivo cuando esto podría ser más visible.

Cuando estaba en su forma de lobo era más fácil de esconder ya que solo afectaba a su forma humana, pero eso no lo hacía menos doloroso después de horas en el campo de batalla, sosteniendo su propio peso sobre sus cuatro patas.

Y esa era la razón por la que peleaban juntos, Zidian era quien protegía su flanco izquierdo para evitar que cualquiera notara lo que Suibian ya luchaba por esconder.

Pero no podía decirlo del todo.

―Para sacar un núcleo de una manera perfecta se necesita una máxima concentración, se recomienda utilizar la mano más hábil para evitar errores. ―Así como una mano útil que no fallara en el proceso. ―Ese hombre está utilizando la mano izquierda por instinto, olvidando que el tipo al que imita en realidad es diestro y jamás haría algo como eso con la mano izquierda.

Exclamaciones de compresión llenaron la sala, los ojos de la mayor Yu miraron con desprecio al hombre que imitaba la imagen de quien un día fue el guardián de su hija.

Si Yu Ziyuan mirara esto estaría muy molesta con aquellas personas.

―Además, hay otro elemento, cuando Polilla de Oro hace ese gesto levanta la ceja izquierda, este tipo parece que esta intentando imitar a un reflejo en vez del individuo en sí.

El disfraz era bueno, pero no perfecto.

El cabello mantenía el mismo peinado, pero aun con la pésima vista del hombre que había vivido aquellos eventos, Zidian podía darse cuenta que ese cabello se veía extraño, el lacio tenía una forma antinatural, dándole la apariencia de un cabello maltratado.

Y ahí venían los grandes errores de ese tipo.

Suibian era muy disciplinado con su persona, más allá de egolatría como muchos podrían pensar, era por amor propio.

A Suibian no le gustaba tener una apariencia desalineada y descuidada, así que cuidar de su cabello, evitar cicatrices que perjudicaran la apariencia de su rostro, cuidar que su uniforme se encontrara perfectamente aseado, planchado y acomodado adecuadamente sobre su figura era una ley.

Suibian era algo obsesivo con el orden, la higiene y hacer las cosas lo mejor que podía.

Como si buscara la perfección aun cuando esta no existía.

Zidian siempre había sentido que esa obsesión de Suibian por hacer las cosas casi tan perfectas, a un punto algo enfermizo, era algo muy malo en su persona, pero ese tic suyo era lo que le permitía saber que esa persona no era el hombre que conocía desde la infancia.

O su cabello estaba muy maltratado y no había podido esconder ese hecho...

O esa apariencia de cabello lacio no era natural.

―A pesar de que eso es algo que podemos tomar en cuenta como evidencia, no es suficiente y ese es nuestro problema ahora, ¿Cómo demostraremos que esas personas ahí no son su Excelencia, el inmortal Suibian y su Majestad Imperial, el Emperador Wei?

―Eso es algo que debemos de demostrar cuanto antes, este ataque nos deja con menos tiempo que antes.

―Como ya deben suponer nada de esto debe salir de este lugar, debemos mantenerlo para nosotros hasta que llegue el momento en que podamos atrapar a los culpables.

Cuando los señores se unieron para planificar el reforzamiento de las tropas en la búsqueda de los impostores, los inmortales se encontraron en un cuarto escondido de aquel lugar para hablar de lo que había pasado.

Zidian fue el primero en quejarse.

―¿Por qué demonios enseñaste ese video ante todos antes de mostrárnoslo a nosotros?

―Entre más tiempo ocultemos esto más sospechoso será, si queremos que los aliados confíen debemos estar al tanto de lo que está pasando, mucho más ahora que las cosas se han vuelto así.

Baxia por fin preguntó lo que todos estaban pensando. ―"g" ¿Qué carajos significa eso?

Shuoyue no supo que decir, pero todos se habían puesto a pensar.

―Así que hay tres posibilidades, es un bastardo que no conocemos o no recordamos conocer, puede ser un demonio o un tipo que por alguna razón ha sobrevivido durante doscientos años.

Podía ser una opción, pero... ¿Quién demonios podría ser? ¿Algún demonio celestial que participó en el golpe de estado contra el señor Luo? ¿Un discípulo de las otras sectas que masacraron a su gente en el supuesto nombre de la justicia?

―También existe la posibilidad de que sea en realidad un tipo de este tiempo, que por alguna razón usó esa frase para confundirnos.

También tenía sentido, pero...

―O una tercera opción... una calamidad.

¡Pero eso no tenía sentido!

―Si eso fuera así lo hubiéramos sabido, el Monte TongLu no está oculto ante nosotros, no puede pasar desapercibido-

―Y el Monte TongLu ha estado actuando extraño desde hace casi veintidós años.

Y Zidian calló.

―Tú lo sabes, todos lo sabemos... Lluvia Carmesí también lo sabe.

Los ojos plateados miraron el brillante púrpura.

―Desde ese día, esa tormenta eléctrica del 31 de Octubre de hace seis años atrás... esa que se parece tanto a aquella de hace años... desde ese día algo cambió. Y ya no tenemos que fingir que esa conversación que tuvimos hace cuatro años no pasó.

Los ojos púrpura bajaron al suelo, el pasado volvió a su memoria.

Veintidós años.

Él lo sabía, todo cambió hace veintidós años atrás.

―Para muchos el hecho de que investiguemos todo lo relacionado a estos hechos, al pasado de Wei Wuxian podría ser imprudente y de mala educación. Para ellos doscientos años no son más que una leyenda pasada, algo tan lejano para ser real... pero para nosotros, doscientos años pesan demasiado.

El pasado sobre sus hombros dolía al igual que la culpa y las trágicas memorias de ese tiempo.

―Fue un 31 de Octubre que todo pasó. Perdimos a nuestros Shixiongs, nuestros Shidis, nuestra familia y todo por culpa de ese hombre.

Hubo un momento de silencio, ningún guardián pudo mirar al otro.

―Pero aún hay una esperanza de que las cosas cambien. Ese chico... Wei Wuxian puede ser lo que hemos esperado por muchos años.

―Shuoyue.

―Zidian, nadie aquí está viéndolo como una herramienta, es posible que Suibian también piense eso y por eso no nos dijo nada, pero nadie hace eso. Solo deseamos hacer lo que nos corresponde.

Baxia replicó. ―Pero no podremos si ese idiota está planeando hacer un desastre como el de hace doscientos años.

Eso era cierto, si este tipo seguía actuando aun no podían arriesgarse.

Zidian preguntó. ―Shuoyue, ¿Dónde está ese tipo?

Los ojos plateados de Ojo de Halcón brillaron hasta tornarse dorados, buscando y buscando entre los palacios, montañas, veredas y ríos, pero su ceño fruncido demostró que no encontró resultados.

―No puedo verlo, no puedo encontrarlo en ningún lado.

―Suihua, ¿cuál fue el último lugar en donde pudo estar?

La energía dorada en forma de polvo dorado se movió alrededor de Suihua, los ojos temporalmente dorados brillaron y brillaron, pero al final...

―No puedo encontrarlo, no tiene sentido alguno, es como si...

―Como si simplemente hubiera desaparecido de este mundo. ―Terminó Shuoyue.

Eso no podía ser bueno en ningún sentido.

Les quedaba más que claro que ese ser que estaba detrás de esto no era humano, el hecho de que pudiera engañar a cada guardián tan fácilmente era imposible para un simple mortal, ridículo sería también una palabra adecuada.

A pesar de que cada uno podía tener ciertos sentimientos o simpatía por algunos mortales con los que convivían, sin importar que, si uno de estos hacia algo lo expondrían ante todos y hubieran terminado el problema, mucho antes de que comenzara a crecer de esta manera.

No obstante, no era un humano, el tipo que lo seguía si, había muchas cosas humanas en ese tipo que fingía ser Wei Wuxian, pero no el tipo que fingía ser Suibian.

―Un tipo que puede desaparecer de la vista de Ojo de Halcón, del Oído de Polilla de Oro y el reloj de arena del León Hormiguero del Tiempo. No es normal, no es humano.

―Pero no tiene sentido que sea una calamidad y no se nos haya informado. ―Aclaró Baxia.

Liebing estuvo de acuerdo.

―Si lo fuera, incluso si esconder la existencia de Wei Wuxian era necesario, la realidad sobre esta entidad no podía ser oculta de nosotros, no por el bien de YuZhong.

―A menos... a menos que esté relacionado con Wei Wuxian.

Wei Wuxian.

¿Quién demonios había sido Wei Wuxian desde el comienzo?

¿Quién demonios era ese tipo y que tenia que ver con el niño de Suibian?

¿Qué tenía que ver con Suibian?

"―Seremos amigos por siempre"

―Al parecer el objetivo de esta persona no solo es que Wei Wuxian sea culpado y asesinado... sino que Suibian sea ejecutado.

Y Zidian explotó.

―¡Acaso ese tipo es un imbécil?! Si alguien intenta poner un solo dedo sobre Luo Suibian, el Señor del Reino Demoniaco, su Excelencia Luo Binghe abrirá el Abismo sin Fin y matará a todos los que lo permitieron y los que lo hicieron. ¡Acabara con el Reino Humano en un solo día!

―Y eso parece ser que es lo que quiere.

El violeta en los ojos de Zidian se llenó de terror, las memorias en su cabeza lo atacaron como una tormenta que estaba por venir.

Y la imagen del hombre que conoció toda su vida caminando frente a él, dispuesto a tomar como su receptor a ese pequeño niño a pesar de sus negativas anteriores brilló como aquel atardecer.

―¿Qué es lo que estás sospechando?

―Que Wei Wuxian no es el verdadero objetivo de todo este maldito juego, sino Luo Suibian y por consiguiente, este mundo también.

Suibian.

―Y es como si esa persona hubiera descubierto que su debilidad es Wei Wuxian.

Y Zidian solo pudo temer lo peor.

 

 

Pequeño Teatro del Dragón.

Acto 1 : Una charla común entre los guardianes dorados antes de la Masacre de Cang Qiong.

Suibian: Descubrí que un mocoso nuevo en el pico está enamorado de mi Bába, que niño más descarado, ¿Cómo se atreve?

*Guardianes fingiendo demencia*

Shuoyue: Oh que sorpresa.

Suibian: ¿Por qué el tono de sarcasmo, Jue-Shixiong?

Shuoyue: Oh nada, solo que eso no es nuevo, después de todo, ¿Quién no ha perdido su corazón por Shizun?

Suibian: Jue Shuoyue.

Shuoyue: Le mostraré un ejemplo, joven maestro Shen *se aclara la garganta* De las personas que estamos en esta mesa, ¿Quién ha sentido cariño fraternal por Shen Qingqiu?

*Shuoyue, Bichen, Baxia, Sandu y Hensheng levantan la mano*

Shuoyue: Ahora, ¿Quién ha sentido un flechazo, una ligera atracción, un amor platónico o algo más por Shen Qingqiu de forma romántica?

*Suihua, Liebing, Shuanghua, Wang-Ji, Fuxue levantan la mano ante un asustado Suibian*

Liebing/Shuanghua/Fuxue: Solo fue un flechazo de infancia temporal.

Wang-Ji/Suihua: Fue platónico.

Shuoyue: Zhen Zidian, ¿Por qué no levantas la mano tú también si todos sabemos de tu prohibido pero sincero primer amor por Shizun?😊

Suibian: ¡¿TÚ?!

Zidian: ¡E-está mintiendo, no le hagas caso!

Sandu: Pero es cierto.

Suibian: ¡ZHEN ZIDIAN!

Zidian: ¡GEGE!

Sandu: Espero reencontrarme en otra vida contigo, Didi.

Zidian: ¡DEJAME EN PAZ, LUO SUIBIAN! ¡NO ME SIGAS, NO ME HAGAS DAÑO!

Bichen: No conozco a ese tipo.

Porque Zidian sigue vivo después de eso es algo que ni los guardianes saben.

 

 

 

Acto 2: Suibian ha obtenido un nuevo trabajo.

 

Z: No pensé que aceptaras el trabajo de cuidar a Wei Ying. Después de todo, se parece a Cangse Sanren.

S: … Digamos que vi talento en el chico, eso es todo. Solo espero que me paguen bien.

Z: ¿Ah? ¿Y porque te quejas de eso mirando al cielo?

S: No estoy quejándome, solo desearía que me pagaran bien, después de todo Wei Ying es como un rayo, o una tormenta, ¿has visto como es el fuego? El niño es lindo, pero tiene la energía de un conejo.

Z: ¿Y tú para que quieres dinero? Eres rico.

S: Yo no soy rico, mis padres son ricos. Además, necesito dinero para mi pensión, ¿de qué viviría cuando me jubile? ¿Cómo hare una escuela? Cincuenta años como salvaje son suficientes para mí.

Z: Exagerado… Si te quejas por el dinero te puedo ayudar con eso.

S: ¿Ah? No, no me atrevería a pedirte prestado para eso. No te preocupes.

Z: Nunca dije que era un prestado… además, creí que esa escuela la haríamos juntos.

S: … Zidian… Bueno, es cierto que prometimos eso, pero pensé que lo olvidaste.

Z: Mi memoria no es mala.

S: … Bueno, podemos hacerlo juntos. Pero aunque estoy divorciado, lo siento. lindura. No me gustan los alfas.

Z: ¡¿QUIÉN CARAJOS ESTA HABLANDO EN ESE SENTIDO, ESTUPIDO?!

*se va*

S: Zidian, no te vayas, era una broma XD

 

 

Fin del teatro

Shuoyue en una esquina con palomitas: Interesante 👀

 

 

En fin, este par es muy extraño.

 

 

 

Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

Entre las memorias del pasado plasmadas en sueños confusos, el encuentro entre personas que buscan evitar una guerra y los sentimientos de un hombre que teme por el futuro, el misterio sobre las acciones de un imitador llenan de miedo los corazones.

Wei Wuxian.

Los sueños como el reflejo del inconsciente contienen memorias y deseos, no obstante los sueños de Wei Wuxian se tornan confusos y misteriosos. Mientras el emperador escucha voces ajenas el miedo lo persigue, así como el misterioso llamado de alguien que le lleva a su esposo.

¿Qué creen que signifiquen los sueños de Wei Wuxian?

¿Qué significaran aquellas voces en su cabeza?

¿Quién lo estará llamando?

Suibian.

El guardián que sabe más de lo que calla cuida el sueño de niño que ama, pero los secretos lo persiguen y tiempo se le acaba. Ser el guardián del emperador no es fácil, menos cuando hay una misión tan importante como acabar con el Sello del Tigre Estigio.

¿Creen que Wei Wuxian podrá destruir aquella arma mortal?

¿Qué oculta Suibian en realidad?

¿Qué significaran aquellas mariposas?

Jiang Wanyin.

Los secretos de los hermanos Jiang son más profundos de lo que el mundo piensa, pero entre la indecisión y el pasado, Jiang Wanyin ha decidido su camino, aun si eso significa confiar en el hombre que una vez fue parte del frente enemigo que peleó contra su hermano.

¿Creen que Jiang Wanyin y Wei Wuxian podrán hablar de sus asuntos?

Zidian.

El guardián que teme perder a un amigo también teme de la verdad, pero lo inevitable comienza a presentar y el tiempo para escapar ha terminado.

¿Qué tanto sabrá de Wei Wuxian?

¿Qué es lo que pasó hace veintidós años que alteró el Monte TongLu?

Nuestro impostor.

Entre un disfraz y acciones misteriosas, este individuo se abre pasó, formando miedo en el corazón de los guardianes y logrando el engaño perfecto.

¿Quién será este individuo en realidad?

¿Cómo será que logra esconderse de los guardianes?

 ¿Por qué Xie Lian y Hua Cheng no se han comunicado con ellos?

¿Qué estará pasando en realidad?

Sin mas que decir, agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el amor y apoyo que le han dado a esta historia, me despido.

¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer!

 

 

Chapter 7: CAPÍTULO 4-PRIMERA PARTE: CORAZÓN Y SOSPECHAS

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La primera vez que Zidian vio a Wei Wuxian fue en los brazos de Yu Ziyuan.

Era pequeño, frágil y tímido ante un nuevo entorno.

Para Zidian eso fue natural, después de todo Wei Wuxian solo era un pequeño cachorro de cuatro años llegando a un lugar extraño, mientras la nieve rodeaba el Palacio Púrpura como cada año desde que Yu Ziyuan llegó a Yunmeng Jiang.

De pie a lado de Jiang Fengmian que sostenía al pequeño A-Cheng, Zidian sostuvo la pequeña mano de A-Li, mirando como Yu Ziyuan llegaba con ese extraño niño que habían ido a buscar a Yiling con la esperanza de encontrarlo.

Zidian no sabía cómo sentirse con eso.

Cuando vio a Yu Ziyuan sosteniendo ese cuervo muerto entre sus manos la angustia posada sobre su mirada como nunca antes, Zidian solo pudo ver como Suibian hizo todo por calmar el dolor en su corazón ante la muerte de la única omega que amó en su vida.

Hasta que ella lo dijo.

"―Cangse tuvo un hijo"

Zidian entendió el dolor en su corazón, así como entendió que tenía sentido.

La mujer amada de Yu había seguido con su vida, se había casado al final con ese hombre al que Yu le confió su seguridad cuando Cangse Sanren decidió irse para siempre, dejando a Yu con el corazón roto y los arrepentimientos por saber que no podía ser egoísta y dejar solo a Fengmian cuando los ancianos del clan solo serían bestias listas para destrozarlo si se divorciaban.

Sin embargo, esa chica, Cangse Sanren había sido asesinada por aquel demonio y su ramera, dejando en las calles de Yiling a un pequeño cachorro que llevaba esperando más tiempo de lo que parecía por la carta.

A Yu Ziyuan no le importó si el niño era de Wei Changze, con lágrimas aceptó que era natural, pero eso no hizo que el dolor por haber perdido a su persona destinada se volviera menor, ni mucho menos el sentimiento de duelo en su corazón que rompió aún más su alma.

Cangse Sanren no dio muchos datos, su nombre de nacimiento, información de que le dejó en un templo y su petición de que por favor le ayudara a ponerlo a salvo.

"―Él puede estar en peligro, tengo que ir de inmediato"

Yu Ziyuan y Jiang Fengmian hablaron, él no quiso detalles, solo se encargó de apresurarla para que fuera por el pequeño A-Ying y le pidió que lo trajera al palacio tan pronto como lo encontrara.

Y ahora el niño estaba aquí.

En los brazos de la alfa que estaba buscando aterrizar en la plaza.

―¡Muqin!

Gritó el pequeño A-Cheng, pidiendo a su padre que lo bajara, A-Cheng corrió queriendo ir hacia su madre, pero cuando vio a ese niño en los brazos de Yu Ziyuan, su rostro se llenó de confusión deteniendo sus pasos.

Zidian sintió que algo andaba mal aquí.

El rostro serio de Suibian no le ayudó aun cuando intentó fingir que todo estaba bien.

―¡A-Cheng! ¡A-Li! ¿Por qué no vienen aquí?

Ante la voz del guardián los niños fueron a saludar a su madre, seguidos por Jiang Fengmian quien también sospechó que algo andaba mal, hasta que estuvieron cerca de Yu Ziyuan y pudieron olfatearlo.

Flores de lotos violetas de Meishan Yu.

Flores que no venían de Yu Ziyuan, sino de...

―... Bienvenida de vuelta, A-Yuan.

―... Hmn.

Wei Ying.

Mierda, mierda, mierda.

No había otra cosa que Zidian pudiera pensar sobre la verdad plasmada ante sus ojos.

Para sorpresa de Zidian, el niño en los brazos de Yu Ziyuan se veía más limpio de lo que esperó, incluso sus mejillas redondas como el cuerpo envuelto en túnicas, que dejaban ver que no tenía un peso tan bajo como esperó, hacían que el aspecto del cachorro no solo fuera lindo, sino también adorable.

Con una linda sonrisa Jiang Fengmian se acercó al niño, sus ojos brillaron con tristeza cuando notó el parecido y habló: ―Hola, tu debes ser A-Ying, me alegra mucho conocerte, yo soy Jiang Fengmian, bienvenido a Yunmeng Jiang.

El niño se escondió un poco entre el pecho de Yu, tímido ante las palabras de Jiang Fengmian, sus mejillas se dotaron de rojo y su voz fue tan dulce como el canto de un ave.

―Ho-hola.

Los reyes Jiang se miraron por un momento, el arrepentimiento brilló en los ojos de Yu Ziyuan, pero Jiang Fengmian puso una mano sobre la suya y negó suavemente.

Ese no era el momento de hablar.

―¿Muqin?

Prestando atención a los niños, Yu Ziyuan se agachó y con voz neutral como siempre hacía, habló: ―A-Cheng, A-Li, quiero presentarles a alguien, él es A-Ying.

―Hola.

Y entonces la dulce voz de Jiang Fengmian se escuchó: ―Y el vivirá con nosotros a partir de hoy.

Los ojos de A-Li y A-Cheng brillaron emocionados ante la curiosidad, A-Cheng olfateó descaradamente al niño a pesar de la indicación de su madre de no hacer eso, pero la risa de A-Ying fue inevitablemente dulce y su sonrisa fue tan brillante, como el sol que al fin iluminó el cielo entre las nubes que lo liberaron.

―Hueles muy bien, me gusta. ―Dijo A-Cheng como si sus propios instintos le dijeran ante quien estaba.

―Hola, A-Ying, yo soy A-Li, bienvenido a Lianhua Wu. ―No hubo diferencia con Jiang Yanli, Zidian no sabía que decir.

Entonces Suibian se agachó ante los niños y habló. ―Hey, ¿Qué les parece si llevamos a A-Ying a conocer Yunmeng Jiang?

―¡Sí!

―Zidian, ¿aun sabes hacer estrellas con tu energía dorada?

―Ah, sí.

―Entonces vamos, buscaremos a Sandu y le mostraremos Yunmeng Jiang al pequeño A-Ying.

La pequeña A-Li sonrió aceptando la idea, A-Cheng se aferró al niño diciendo que ahora eran amigos y ambos adultos se alejaron con las crías, dejando a Yu Ziyuan y Jiang Fengmian solos.

Había mucho de qué hablar.

Lo primero que Zidian comprendió sobre la situación de A-Ying era que nada fue intencional.

Por lo que Suibian le dijo, Cangse Sanren pensó mucho en la situación antes de considerar tener su cría, siendo esa la razón por la que decidió que lo mejor sería irse del imperio, partir al extranjero y criar al niño ahí, lejos de todos y de todo.

Lo segundo que entendió fue que el niño había esperado tres meses en ese lugar hasta que Yu llegó.

No habían podido sacarle al niño como era que había sobrevivido o si alguien lo cuidó en ese tiempo, lo que si sabía era que Suibian fue claro.

―Aunque sea el hijo de Yu no quisiera ser su guardián.

―¿Por qué no?

―Porque no tengo que hacerlo, veo talento en él, uno interesante, pero he pensado que el hecho de que no fui compatible con A-Cheng tal vez es una señal, un descanso no estaría mal.

―¿Por qué no quieres hacerlo?

Suibian se mantuvo en silencio un momento, su rostro se oscureció con el sentimiento de la culpa, tal vez si su aroma estuviera ahí, sus sentimientos serían mucho más obvios. Sin embargo...

―Porque se parece demasiado a Cangse Sanren.

Y ahí estaba.

Cuando Cangse Sanren vivió en Yunmeng Jiang, Suibian y ella se volvieron amigos.

Sus personalidades eran muy compatibles y Zidian podía decir que era la primera vez en años que Suibian realmente se veía como ese tipo desinteresado, aquel que alguna vez fue en el brillante Pico Qing Jing antes que Wen Mao tiñera de rojo Cang Qiong.

Aunque Suibian no lo decía se consideraba la persona que encadenó a Yu Ziyuan a esa vida, y una de las personas que no pudo salvar a Cangse Sanren de las garras de aquella bestia con aroma a sol.

Irónicamente cuando A-Ying no estaba con Fengmian, sus hermanos o con Yu, siempre buscaba a Suibian para jugar y aprender algo nuevo con sus miles de preguntas que fueron tomando confianza de salir con el paso de un mes.

Y Suibian no podía escapar de la realidad.

A Suibian le agradaba el niño, entre la sensación de culpa por el pasado y lo que le deparaba al pequeño A-Ying en el futuro, a Suibian le agradaba A-Ying.

Tal vez era porque A-Ying tenía un aroma muy dulce y confortable.

Tal vez era porque cuando el niño buscaba los brazos de la persona más cercana, esta podía sentir una inmensa comodidad y agrado al tener a la cría como una gran decepción cuando había que soltarla, más cuando al pequeño A-Ying le gustaban los abrazos de Suibian aun cuando Yu dio su decreto de no más perros en Lianhua Wu.

A Suibian le gustaban los niños después de todo, Zidian lo sabía.

Suibian tenía un talento especial de lograr que los niños se acercaran a él a pesar de su intimidante aspecto y se encariñaran con el hombre que se volvía un niño más al jugar con cada cría.

O tal vez era porque A-Ying era especial.

Zidian nunca lo entendió, solo supo que un día Yu le pidió que se volviera en el guardián espiritual del niño, Suibian pareció pensarlo todo el día. Y bañados por la luz del atardecer le dio a conocer palabras que fueron completamente diferentes a la primera vez.

―Aceptaré convertirme en el guardián espiritual de A-Ying.

―Espera, ¿no dijiste que no aceptarías?

―He cambiado de opinión.

―¿Como de la nada harías eso? ¿Qué pasó? ¿Por qué aceptarás?

―No hay necesidad de un por qué, solo lo haré y ya.

Ante la luz del atardecer, la figura de Suibian caminando lejos por los pasillos de Palacio Púrpura se vio como algo ajeno al querido hijo del Señor del Reino Demoniaco y sus palabras solo lo dejaron con más dudas.

―Sea lo que sea que tenga que hacer, esta vez lo hare bien.

La imagen bañada por el dorado del sol de Suibian fue algo que Zidian debió comprender como el inicio de algo inevitable.

Tanto para un guardián como para un emperador.

 

YUNMENG JIANG-LIANHUA WU

PALACIO DE PÚRPURA

Tiempo actual

 

El Palacio Púrpura había cambiado demasiado.

Era inevitable cuando se hablaba de que este era un palacio restaurado de las cenizas, levantado ante los ojos de un mundo que ya había visto la guerra mil veces.

Pero lo que más había cambiado en aquel palacio era Jiang Wanyin.

Cuando Jiang Wanyin era niño amaba mucho pasar tiempo con su familia.

Aun cuando Jiang Wanyin creció y fue comprendiendo que sus padres no se amaban de esa manera, se sintió bendecido al saber que sus padres lo amaban a pesar de lo que los llevó a tener que convertirse en el matrimonio Jiang.

Como el hijo más pequeño de Yu Ziyuan, Jiang Cheng creció entre una mezcla de sentimientos que el mismo Jiang Cheng no comprendía.

Amaba a sus hermanos con todo su ser.

Aun si en el pasado no sabía que Jiang Yanli y él compartían con Wei Wuxian la misma sangre de Yu Ziyuan, Jiang Cheng en verdad amaba a sus hermanos.

Y aunque su carácter no le permitía expresar sus sentimientos con la plenitud que su corazón anhelaba, Jiang Cheng hacía todo de sí por proteger a ambos aun cuando él era el más pequeño de los tres.

Amaba a sus padres como cualquier hijo amado podría hacer, ante sus ojos sus padres eran sus héroes. Su Bába era su luz, cálida, gentil y dulce, aquel padre que lo mimaba sin más. Su Muqin era la imagen del tipo de persona y alfa que deseaba convertirse.

Una alfa fuerte, honesta, inteligente, justa y una gobernante honorable.

Cuando Jiang Wanyin y Wei Wuxian se enteraron de la verdad, la mente de Jiang Cheng se llenó de tantas preguntas que ahora no podían ser resueltas por la madre que tanto amaba.

―Zidian. ―Llamó. ―¿Cómo esta Wei Wuxian?

El inmortal no pudo evitar sorprenderse un poco, era la primera vez que Jiang Wanyin era tan directo preguntando sobre su hermano.

―¿Mi señor no habló con él en esa carta de confirmación sobre la visita del emperador?

―Ese tipo jamás me diría la verdad si yo le preguntara como está.

Eso... era cierto.

―Él... está...

―Está cansado, ¿verdad? . ―Zidian calló. ―Sus caracteres se veían un poco más temblorosos que la última vez que leí una de sus cartas.

Zidian no dijo nada, tan solo escuchó a Jiang Wanyin, quien estaba sentado en el marco de la puerta tomando Sonrisa del Emperador.

Si Wei Wuxian estuviera aquí se burlaría de él por ello.

―Su celo será pronto, ¿verdad?, debería comer mejor y prepararse. ¿Recuerdas lo dolorosos que son sus calores? Ese tipo es un llorón, pero cuando recuerdo que su primer celo le costó seis días de dolor entiendo porque es así.

Era raro que Jiang Cheng estuviera siendo tan sincero. Posiblemente era el alcohol.

―Zidian, pide que alguien prepare una habitación en el palacio antes de que Wei Wuxian llegue.

―¿Una habitación?

―Wei Wuxian está haciendo algo, no me dijo que, pero sé que es algo que le tomara demasiado tiempo, no tendrá tiempo de volver al Palacio Rojo antes de que este comience, necesitará un lugar para descansar cuando su calor llegue.

―Comprendo, prepararé todo.

Eso no era muy raro en realidad.

Después de todo, Jiang Cheng, por muy orgulloso que fuera, no había hecho otra cosa más que preocuparse por Wei Wuxian desde que se enteró de esos extraños viajes a los Túmulos Funerarios.

Había dos lugares que Jiang Cheng odiaba con toda su alma.

El primero, Qishan Wen. En especial Buyetian.

El segundo, los Túmulos Funerarios.

Por ello, que su hermano comenzara a hacer esos sospechosos viajes desde que Yiling Wei se estableció oficialmente como un reino, fue algo que Jiang Cheng no pasó desapercibido.

No obstante aun había algo más ahí.

Algo en la mente de Jiang Wanyin que no le dejaba en paz.

La verdadera relación de Wei Wuxian y Nie Huaisang hoy en día.

Jiang Wanyin ya no creía lo mismo que creyó durante trece años, ya no quería creerlo en realidad, pero aquello que pensó una verdad como la verdadera relación de Wei Wuxian y su madre era difícil aun de procesar.

No importaba si en verdad estaban o estuvieron en una relación o no, Jiang Cheng estaba seguro de que aun si no era así, Nie Huaisang siempre había tenido cierta química especial con Wei Wuxian, que era incluso superior al espejismo de lo que creyó alguna vez que podría haber entre el omega y él.

Por ello, entre dejarse llevar por sus instintos que clamaban por caer ante la tentación y ceder, tanto por el bien de su amistad con el omega como su relación extraña con el hermano que compartía su misma sangre, Jiang Cheng aún se aferraba a un solo camino.

Por el bien de Wei Wuxian, por Nie Huaisang, por el mismo.

Por la guerra fría que estaba pasando frente a sus narices.

Jiang Wanyin no estaba en la misma situación en la que estuvo su madre. No era lo mismo que un matrimonio político, pero si tenía un contexto de un amor prohibido que el mismo Jiang Wanyin no sabía si era digno de abrazar, cuando era más probable que fuera unilateral.

Jiang Wanyin podía ser muchas cosas, pero jamás sería un animal que no considerara los sentimientos de un omega, menos cuando hablaba del omega que amaba más de lo que nunca podría amar a otro omega.

Nie Huaisang, Nie Huaisang, tan hermoso como los lotos y tan peligroso como el filo de un sable apuntando contra su cuello, deleitando su oído con esa bonita y adorable voz que podía derrocar al mismo imperio.

Él sabía quién era Nie Huaisang, sabía lo adorable que era jugando con un gato, alimentando sus aves, pintando un hermoso cuadro que se volvería en un regalo para su hermano, Wei Wuxian, Meng Yao, su primo y si tenía la fortuna más grata de la vida, podría ser para él.

Nie Huaisang era una oda a la belleza reencarnado en cuerpo y carne, una deidad que había sido trazada con los mejores pinceles que solo los dioses podrían poseer.

Nie Huaisang podía ser tan lindo como una magnolia, podía ser tan travieso como un lindo gorrión volando por la pradera, pero también podía ser tan peligroso como un astuto Huli Jing que había atrapado su corazón, seduciéndolo en un proceso que el mismo Jiang Wanyin no podía explicar.

No era culpa de Nie Huaisang, obviamente no lo era.

Nie Huaisang jamás le miraría de esa manera, jamás buscaría sus brazos ni mucho menos llamaría su nombre mientras estaba en un pesado celo porque en verdad quisiera seducir a Jiang Wanyin y atraparlo, como una estúpida presa que no dudo en caer en la trampa.

Nie Huaisang jamás hizo nada, mucho menos a propósito.

Fue Jiang Wanyin quien malentendió todo.

Fue Jiang Wanyin quien se enamoró de un omega que siempre parecía amar a otro.

Y fue el mismo Jiang Wanyin quien se sentía una miserable escoria por desear al omega que parecía amar a su hermano.

Por mirar a Nie Huaisang como su omega cuando no era digno de ello.

Jiang Wanyin siempre había mirado a Nie Huaisang, lo miró en el tiempo en el que era joven, tonto e ingenuo y no sabía lo que era el amor, como lo miró en el tiempo en que las llamas, el fuego y la sangre de la guerra le quitaron al hermoso omega a su hermano.

Y aun lo miraba a la distancia, aun cuando las circunstancias le dictaban que era mucho más importante mantener esta estúpida fachada de enemigo del emperador, que declarar sus sentimientos egoístas.

No era lo mejor, no ahora.

Aun si Nie Huaisang no amaba a Wei Wuxian, aun si los motivos de su alianza habían sido meramente políticos y fraternales.

Debía esperar, debía ayudar a arreglar todo y esperar que el plan de la abuela pudiera permitir que Wei Wuxian y él pudieran arreglar las cosas y ser hermanos otra vez.

Después de todo, si se adelantaban y el mundo no solo descubría que esta disputa entre Wei Wuxian y él era una mentira, sino tambien que la sangre que corría en las venas de Wei Wuxian era Yu antes de que la abuela lograra arreglar todo para ese plan, muchas cosas saldrían mal.

Y si actuaba precipitadamente y por alguna extraña razón de la vida era correspondido, cuando todo explotara incluso la reputación de Nie Huaisang podría salir perjudicada.

No solo porque se revelaría que estaba vivo, sino también porque su cambio de residencia sería una presa fácil para aquellos alfas estúpidos y sus rumores sexistas.

Era lo mejor, aun si no era correspondido, aun si sus sospechas de cuando era joven eran ciertas.

Debía ser paciente, debía hacer lo que un buen Yu debía hacer.

Pero a pesar de todo, Jiang Wanyin lo extrañaba.

Él sabía quién era Nie Huaisang, el sabía lo hermoso como peligroso que podía ser. Porque atreverse a burlarse de ese omega era como jugar con fino hilo que podía llevarte a la muerte.

Porque Nie Huaisang era como los cuervos de Wei Wuxian.

No olvidaba, no perdonaba, no soltaba a su presa.

Como depredador que amaba jugar con su comida, pasándola de una pata a otra, mirando como lentamente caía en su trampa con desesperación, con terror, con sorpresa. Hasta que ya era muy tarde para escapar cuando las fauces de esa hermosa bestia devoraban su presa con fervor.

Jiang Wanyin lo descubrió por primera vez cuando eran niños, con esos mocosos que se habían atrevido a romper los pinceles de Nie Huaisang y liberar su ave para que fuera devorada por aquel perro.

Lo disfrutó cuando aquel tipo quiso burlarse de él cuando eran adolescentes, con la cruel venganza de Nie Huaisang como la hermosa sonrisa posada sobre sus labios brillantes, como fresas frescas en un día caluroso de verano.

Y lo peor para Jiang Wanyin era que sin importar que lado mirara de Nie Huaisang, el dulce y adorable príncipe, el nervioso y asustadizo amigo de infancia inteligente, pero holgazán o el peligroso y seductor omega que podía destruir al imperio y al mundo entero únicamente con un astuto plan creado por esa hermosa y aterradora mente.

Cualquiera que fuera el papel que Nie Huaisang tomara, el corazón, el deseo y el anhelo de Jiang Wanyin le pertenecía a cada uno de ellos.

―Zidian.

―¿Sí?

―El calor de Nie Huaisang fue hace unas semanas, ¿no es así? Fue antes de ese viaje a Huangling, ¿Él estuvo bien? ... ¿Wei Wuxian lo acompañó?

Zidian pensó cuidadosamente en su respuesta.

Jiang Cheng estaba alcoholizado, pero no era como si olvidara lo que había escuchado, visto o vivido durante esos momentos.

Jiang Wanyin nunca había preguntado por el celo de Nie Huaisang, ya fuera vergüenza o pudor, su rey jamás se atrevió.

Asumir los sentimientos de Nie Huaisang no era una buena idea, pero...

Al diablo con esto.

―No lo hizo porque Nie Huaisang nunca lo ha invitado a su nido... pero él si pidió algunas túnicas de una persona.

―¿Quién es? ¿Lo conozco?

―Tú.

Por un momento todo fue silencio, solo la luna, la madrugada y Jiang Wanyin mirando hacia el cielo, hacia Yiling Wei.

Todo era silencio en aquella habitación.

Pero no para Jiang Wanyin.

No cuando podía oír el latido acelerado de su corazón.

Todo en aquella habitación era tranquilo, sin una sola alma que se atreviera a moverse o interferir con aquella quietud.

Pero no para Jiang Wanyin.

No cuando podía sentir el ardiente fulgor de la sangre sobre sus mejillas incrementando de una manera infernal y vergonzosa el calor posado sobre su apuesto rostro.

y entonces la copa entre sus manos se rompió en pedazos.

Alarmado, Zidian se acercó. ―Mi señor, ¿está bien?

―¡No te acerques!

Zidian se paralizó en su lugar, sin saber si debía obedecer o no, al final decidió obedecer.

Jiang Cheng tal vez estaba muy avergonzado, era mejor darle algo de cara a su señor.

―Wanyin.

―Yo... no estoy lastimado, solo... ¿puedes traerme otra copa?

― ... Hmn.

Cuando Zidian volvió con una copa nueva Jiang Cheng seguía en el mismo lugar de siempre. Los ojos grises miraban con seriedad el anillo Zi-Dian en su mano, completamente perdido en sus pensamientos, mismos que Zidian no se atrevería a cuestionar.

En silencio sirvió una nueva copa de vino y la ofreció a Jiang Cheng, quien la tomó entre sus manos, bebió de un solo golpe y habló: ―La primera vez que tome esto fue cuando Wei Wuxian me arrastró entre varios puestos de Caiyi hasta que encontramos este vino.

Zidian lo recordaba, pero sabía que Jiang Cheng no estaba hablando de esto porque quisiera refrescar su memoria.

―En ese tiempo ese mocoso era mucho más brillante que ahora. Wei Wuxian era como un sol. No... él era como un dragón, un brillante dragón que en algún momento podría regresar al cielo si quisiera, pero en vez de aferrarse a las nubes del cielo, Wei Wuxian se enamoró de una nube que vivía en la tierra.

Oh.

Esto no era algo que esperara.

―Wei Wuxian ha rotó muchas reglas por muchas personas, ¿verdad?

―Lo ha hecho.

―Solo lo hizo por ayudar, ¿no?

―Sí.

―Aunque muchas personas se aprovecharon y otras veces fue bastante arrogante, él solo quería ayudar.

―Hmn.

―¿Zidian?

―¿Hmn?

―Si Huaisang amara a Wei Wuxian y ese mocoso lo supiera, ¿él no se atrevería a dejarlo vivir con él?

―... Tal vez le ayudaría, pero si preguntas por lo que creo que es, jamás jugaría con los sentimientos de esa persona ni intentaría algo que pudiera lastimarle.

El silencio se instauró nuevamente en la habitación, Zidian se quedo a su lado, hasta que Jiang Wanyin volvió a hablar.

―Wei Wuxian ha rotó tantas reglas, demasiadas en realidad. Pero las más peligrosas que ha rotó siempre han tenido que ver con Lan Wangji.

― ... ¿Lo odias?

― ... No lo sé. Una parte de mi odia que cada vez que Wei Wuxian ha hecho algo tan estúpido a un nivel imperial siempre ha sido por Lan Wangji. Sé que no es culpa de ese omega, nada de lo que esos infelices, los Wen o incluso ese estúpido de Su Se hicieron... nada de eso es culpa de Lan Wangji.

―¿Pero?

―Pero odio que todo lo que Wei Wuxian hizo por Lan Wangji lo llevó a convertirse en algo que jamás quiso, y además eso le hizo tener demasiados enemigos.

― ... Esa posición tal vez no sea la granja sencilla que Wei Wuxian quería, pero en ese inmenso palacio logró hacer un pequeño huerto, logró sembrar tantas papas como ha querido y sigue vistiendo de negro sin preocuparse por ensuciar ropas que no le gustan por lo excéntricas que son.

Jiang Cheng le miró seriamente, sus palabras continuaron.

―Esos enemigos no podrán hacer nada cuando todo se compruebe. Los clanes no podrán hacer nada, tal vez como en cualquier dinastía será normal que uno que otro quiera levantarse por poder, pero si los planes de la Mayor Yu logran efectuarse exitosamente, el futuro de la dinastía Wei será... esperanzador.

―Dinastía Wei, Wei Wuxian... suena mejor Yu Wuxian, Dinastía Yu, el Emperador Yu.

―Hmn, suena mejor.

―Ese niño ahora se llama Wei Yuan, ¿no? Yu Yuan sonara mejor.

―Hmn.

―Lan Wangji, Yu Wangji. Si los ancianos Lan repudian a Lan Wangji y le quitan el apellido por seguir con Wei Wuxian, él podría recibir el apellido real de Wei Wuxian como un refugio, pero... ¿Qué hará Lan Wangji cuando se entere que Wei Wuxian es un Yu? ¿Ese omega aceptara a Wei Wuxian a pesar de ese apellido falso?

Zidian no lo sabía.

No conocía a Lan Wangji en realidad, pero si era cierto que si Suibian tenia razón y Wei Wuxian y Lan Wangji eran destinados...

Tal vez él ya lo sabía.

O lo sospechaba, después de todo, solo las parejas destinadas eran capaces de detectar el verdadero aroma de su pareja, incluso si había un hechizo que alteraba la percepción del aroma hecho por el guardián Suibian.

―No creo que para Lan Wangji, la sangre que corre en las venas de Wei Wuxian sea un problema en realidad, menos si los planes de la Mayor Yu buscan ayudar a su marido y a los futuros hijos que tendrán.

Jiang Cheng no pudo evitar bufar.

Hijos.

Wei Wuxian siempre quiso tener hijos solo con esa persona. Juntos hicieron planes, aun si Lan Wangji no lo recordaba, aun si había hecho cosas tontas esa madrugada de bodas de ese plan absurdo para salvar a Lan Wangji de una escoria.

―¿Nie Huaisang?

―Nie Huaisang sigue ahí, como un amigo y colega, ayuda a Yiling Wei porque sabe que eso también puede ayudar a Qinghe Nie. Supervisa el trabajo de Nie Dingbang hasta que esté se sienta listo para ser el único rey de Qinghe Nie.

―¿Y después?

―No lo sé, todo dependerá de él.

―Hmn.

Zidian no pudo evitar ser más directo: ―Tu también podrías tener hijos.

Jiang Wanyin se atragantó con su propia copa.

Zidian miró aquello con aburrimiento.

¿Qué tenían los Yu con ahogarse con cualquier cosa?

―Tu tiempo es largo y el suyo también, los hijos no deben llegar de inmediato, pero si no tomas valor de enfrentar la verdad y sigues esperando por el momento adecuado, cuando intentes hacerlo podría ser demasiado tarde.

Y la única persona que querría tener hijos contigo te abandonará, quería decir, pero era demasiado cruel.

Jiang Wanyin se quedó en silencio durante un momento, sus ojos miraron su copa y preguntó con seriedad: ―Estoy siendo un completo estúpido, ¿no es así?

Zidian pensó su respuesta, solo para concluir: ―No tengo permitido ofender a mi rey.

Jiang Cheng apretó su puño, antes de simplemente soltar un suspiro y aceptar la verdad.

Estaba perdiendo demasiado tiempo.

―¿Crees que él podría sentir algo por mí?

―No soy la persona a quien debes preguntarle eso.

Era cierto, pero si era así...

―Nie Huaisang me va a matar.

―Tal vez, pero sobrevivirás.

Zidian se quedo un rato más con su rey, solo mirando la luna y pensando.

Wei Wuxian, ese mocoso Wei Wuxian.

Era cierto que mientras los grandes señores del cultivo veían a Wei Wuxian como una bestia atroz que podría destruir a miles, los omegas le veían como un ideal desvergonzado que deseaban como se puede querer algo prohibido.

Ya fuera el Wei Wuxian de los rumores o el verdadero Wei Wuxian, para esos omegas cualquiera de los dos era el ser más deseable de la tierra en comparación con los estúpidos, incompetentes y miserables prospectos, prometidos o maridos que tenían que aceptar en su vida rutinaria.

Pero la verdad, aunque Wei Wuxian podía en verdad ser un ser cruel y calculador en el campo de batalla, lo suficientemente paciente para hacer que sus presas enloquecieran antes de torturarlas físicamente, y lo suficientemente creativo para crear un arma tan atroz como lo era ese Sello del Tigre Estigio, Wei Wuxian seguía siendo un simple ser humano.

Un tonto y arrogante muchacho.

Y uno que estaba verdaderamente enamorado de su esposo.

Lo suficiente para mover el cielo, el mar y la tierra solo por Lan Wangji, un enamorado tan desvergonzado para atreverse a ir a Gusu Lan y pelear con el hijo de un emperador por proteger a su amado, tan estúpido para mandar al demonio a Su Minshan y robarle el prometido, convirtiendo a Lan Wangji en su Fénix de Jade, aun cuando Wei Wuxian había dejado en claro que nunca tendría una emperatriz.

Y curiosamente ambos hermanos eran iguales en algún punto.

Aunque las acciones de Jiang Wanyin por Nie Huaisang habían sido más discretas que el actuar de Wei Wuxian por Lan Wangji, todo lo que hizo por protegerlo había estado ahí, incluso si Nie Huaisang no lo sabía.

Porque al igual que Wei Wuxian, Jiang Wanyin había hecho muchas cosas por el bien de Nie Huaisang que jamás quiso que llegaran a los oídos del omega.

Cuando eran niños y unos cachorros se atrevieron a lanzar a Nie Huaisang en un rio, Jiang Wanyin había peleado con aquellos mocosos mientras el miedo atrapaba su corazón al saber que Nie Huaisang tenía una fiebre terrible.

Cuando aquel tipo intentó hacerle una broma pesada diciéndolo que lo amaba y quería cortejarlo, Nie Huaisang lo había rechazado inteligentemente, pero aquel cañada había intentado amenazarlo con exponer algo vergonzoso de Nie Huaisang como lo era su gusto por la pornografía.

Jiang Cheng lo había golpeado dejándole en claro que Nie Huaisang no estaba solo y que Jiang Wanyin jamás permitía que usara sus gustos contra él. Solo para que una semana después Nie Huaisang se vengara como en el pasado poniendo a aquel tipo en ridículo.

Y cuando aquellos ancianos se atrevieron a hacer que Nie Huaisang llegara al límite para escapar con Wei Wuxian. El mismo Jiang Wanyin tomo su látigo, se aprovechó del miedo que esa gente le tenía y los reprendió obligándolos a trabajar a una máxima velocidad para acabar con aquellos rumores que esos ancianos habían esparcido sobre el omega.

Incluso el mismo Jiang Wanyin había hecho de todo para callarlos.

Sin embargo, al igual que Wei Wuxian no había intentado nada cuando no fue llamado.

Cuando Lan Wangji no reconoció a Wei Wuxian en la Conferencia de Discusión Imperial, Wei Wuxian regresó a Yunmeng Jiang con su rollo rojo de cortejo y un corazón roto.

Cuando Jiang Wanyin llegó a Qinghe Nie buscando a Nie Huaisang con la esperanza de llevarlo con él y protegerlo en Yunmeng Jiang, solo para descubrir que Nie Huaisang había preferido contarle a Wei Wuxian lo que pasaba antes que a él y había pedido la ayuda de Wei Wuxian en vez de la suya, Jiang Cheng había regresado a Yunmeng Jiang con un corazón roto y una pregunta.

¿Por qué él me llamaría a mi después de todo?

Jiang Wanyin se había sentido el mayor estúpido de todos ese día.

Y el sentimiento solo empeoró una mañana con resaca cuando se dio cuenta que la carta que había escrito en un momento de ebriedad ya había sido enviada a Yiling Wei, y la paloma ya no traía nada más.

Jiang Wanyin había pensado en mil maneras de presentarse ante Nie Huaisang y decirle que fue un error, que no había querido mandar esa carta y lamentaba haberlo incomodado de esa manera.

Sin embargo, cuando las inseguridades volvieron a Jiang Wanyin y el pensar que eso solo haría las cosas más incómodas entre ellos dos, Jiang Wanyin perdió todo el valor posible y se había resguardado en su palacio como un tonto cachorro asustado.

Y ahora Jiang Wanyin vivía en la miseria que el mismo se había inducido por su falta de confianza.

A veces Zidian se preguntaba porque las personas que lo rodeaban eran tan masoquistas o estúpidos para sufrir por amor en vez de enfrentar la situación.

Zidian sabía que Jiang Cheng no odiaba en realidad a Wei Wuxian.

Su complejo de inferioridad en realidad había nacido por la diferencia de dos alfas que jamás podrían ser iguales por más que Jiang Wanyin se esforzara, porque en realidad la subcasta de Wei Wuxian tenía que ver con algo ajeno, incluso a las propias habilidades de los dos.

Pero esa supuesta pelea que terminó con un Wei Wuxian con el estómago abierto y un Jiang Cheng con el brazo roto y dislocado, no había sido nada más que una estúpida farsa.

Y Zidian solo podía preguntarse una cosa...

¡¿Qué carajos tenían los Yu con las medidas extremas?!

Mascotas extremas, soluciones extremas, teatros extremos. Era ridículo.

En fin, eso era cosa de la sangre Yu, Zidian no tenía nada que ver.

Los hermanos Yu eran los alfas más fuertes del Reino Humano.

Jiang Wanyin era el alfa recesivo más fuerte de todos, mientras Wei Wuxian era el alfa dominante más fuerte que había logrado derribar a su oponente, tal como una bestia podría derrocar a otra bestia de su misma subcasta.

No había punto de comparación, solo había una diferencia que ni siquiera tenía que ser remarcada porque eran dos cosas completamente diferentes.

Sin embargo, debido a lo rápido que se había dado todo, Jiang Wanyin aún estaba procesando algo que Zidian sabía que ni el mismo Wei Wuxian lograba comprender aún.

Y eso era algo que molestaba a Zidian.

¿Por qué Wei Wuxian era un dominante?

No lo sabía.

Pero... ¿Y Suibian?

¿Qué tanto sabía en realidad ese tipo sobre la existencia de Wei Wuxian?

¿Qué tan peligroso sería descubrir la verdad?

Zidian no sabía ni una mierda de ello, pero si era consciente de lo peligroso que sería que Suibian se enterara que el núcleo que había ayudado a cultivar desde que Wei Wuxian lo formó, había sido entregado voluntariamente por su propietario a Jiang Cheng.

Suibian no era un tipo violento que actuaría en su contra como un estúpido animal contra un rival, pero si podía sentirse traicionado por Zidian y Sandu.

Para un hombre que había dejado de confiar fácilmente en las personas como lo era Suibian, que él, que de todas las personas, Zidian le esté ocultando algo tan serio como esto sería el peor golpe que podría recibir.

Y eso era lo que más frustraba a Zidian, es era la razón por la que temía que esos dos hermanos se reencontraran, que hablaran.

Por eso temía que Suibian estuviera cerca de Jiang Cheng, lo suficientemente cerca para saber que ese núcleo que estaba dentro de Jiang Cheng originalmente no fue de Jiang Wanyin.

Y así como Suibian podía sentirse traicionado, Jiang Cheng no era la diferencia.

Los Guardianes Gemelos de Yunmeng Jiang eran los guardianes de los reyes Jiang.

Cada muchacho a su cuidado que estaba destinado a volverse el rey era su mayor responsabilidad, su prioridad.

Y aunque ahora no tenían a Polilla de Oro a su lado gracias al trato entre Jiang Cheng y Suibian, como a los sentimientos del mayor por no quererse despegar de Wei Wuxian a pesar de todo, para ellos, para los Guardianes Gemelos de Yunmeng Jiang, su rey como su confianza era su mayor honor.

Ellos eran los guardianes de Jiang Wanyin, sus protectores, maestros, compañeros y consejeros.

Y ahora eran los mismos guardianes que le ocultaban a su señor algo que sabían que cuando explotara, aquella persona en particular realmente se molestaría.

Desde el pabellón en el muelle de lotos, con el aroma de las flores de Yunmeng Jiang rozando contra su nariz en medio de la madrugada, Zidian no pudo más que mirar aquella luna desesperado, preguntándose como resolvería aquel problema.

―Zidian.

Los ojos plateados de su hermano fueron lo primero que vio, el cabello del mismo tono fue decorado por perlas cristalinas en medio de la luz de la luna y la larga trenza plateada se movió con la brisa.

Zhen Sandu era la viva imagen de Zidian, los mismos rasgos, las mismas líneas y aspecto, la misma sangre y el mismo pasado los entrelazaba como la misma perdida del maestro que fue más un padre que los mismos bastardos que les trajeron al mundo.

Algún día Zidian y Sandu no eran más que dos pequeños ladrones, mismos que se esforzaban para conseguir la tarifa adecuada todos los días, con el objetivo de conseguir al menos un bollo sucio y frio y evitar recibir una paliza por no conseguir lo que sus padres querían.

Sin embargo, cuando su maestro Liu Qingge llegó las cosas cambiaron de la mejor manera para ellos, ofreciéndoles una nueva oportunidad.

Y Luo Suibian, ese mocoso también era parte de ello.

―¿Jiang Cheng?

―Durmiendo en su cama como debe ser, me costó quitarle la botella pero al fin está descansando, ¿aun conservas el té para la resaca?

―Hmn, no te preocupes, yo lo llevaré mañana.

―Zidian, ¿en qué estás pensando?

―El tiempo se está terminando, cuando llegue el momento Suibian se molestará demasiado.

Sin necesidad de una mayor explicación, Sandu comprendió los sentimientos de su hermano, sus manos se entrelazaron y sus palabras fueron serias.

―No importa lo que pase, yo te prometí que los protegería y guardaríamos tanto ese secreto como el otro. Si el primero se revela te prometo que no dejaré que él se entere del segundo.

Zidian no puedo evitar temblar ante la mención de aquello, el miedo en su corazón aun era presente, sus manos se aferraron a la de su hermano.

No podía.

Suibian no podía saber aquello.

¡Nadie en este maldito mundo debía de saberlo!

Zidian aclaró con determinación. ―Él nunca sabrá eso, no debe saberlo. Pero aun si se entera de lo del núcleo voy a proteger a Jiang Cheng, aun si quiere matarme cuando sepa la verdad yo no faltaré a ese principio.

Sandu negó con cansancio, su voz fue tan seria como siempre, pero la culpa sobre ella pesó tanto como una montaña. ―A quien debe matar es a mí, después de todo, quien estuvo de acuerdo con ello fui yo y tú en ese momento estabas siendo-

―Eso es algo que él no debe saber, lo único importante aquí es que ese descuido mío nos llevó a este punto. Sin importar si él lo sabe o no, sin importar si me odia para toda la vida, yo lo protegeré al igual que a Jiang Cheng.

―¿Incluso si Suibian y tú...

―¡No importa!

―Si le dices la verdad él no te juzgará.

―No. Aun si Suibian no quiere volver a verme en su vida, él no puede saberlo y no lo hará. Pero sobre todo, si ese demonio quiere acabar con Suibian, entonces yo acabaré con él, incluso si me cuesta la vida.

―Nos cuesta la vida.

Púrpura y gris se encontraron, colores a los que se habían acostumbrado durante 200 años. No había nada que discutir, esto era algo que harían juntos.

Igual que al comienzo de su vida.

Igual que siempre.

― ... Hmn.

Si tenían que pelear contra un demonio para proteger a su primo marcial y buscar la redención de esta manera, lo harían.

Aun si tenían que dar su vida en ello.

 

 

 

Zidian: La gente que sufre por amor es muy estúpida.

Chapter 8: CAPÍTULO 4-PARTE II: SOSPECHAS

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

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CAPITAL DEL IMPERIO-YILING WEI

tiempo actual

 

―¡A su Alteza Imperial, cien años, mil años, diez mil años a su Alteza Imperial!

Con un gesto, Lan Wangji les permitió levantarse, sus palabras fueron directas.

―Este fénix quiere saber cómo van las cosas con la investigación de Lycoris Radiata.

Desde su lugar, Fuxue se levantó:― Este pide permiso a su Alteza Imperial para hablar.

―Concedido.

Tomando el rollo que había preparado para aquella junta, el inmortal Fuxue se abrió paso entre los cultivadores que ya se encontraban sentados, sus túnicas se extendieron entre la alfombra roja, hasta que llegó frente a Lan Wangji, ofreció una reverencia y explicó.

―A través de la última investigación sobre el caso de Lycoris Radiata se ha descubierto tres puntos muy importantes. El primero es que hay dos personas involucradas directamente con los asesinatos tanto en burdeles como en aldeas.

Bichen fue por el rollo, lo tomó, subió las escaleras y se lo dio a Lan Wangji, antes de volver a su lugar.

El omega lo revisó de inmediato, encontrando aquello que Fuxue explicaba.

―Lo segundo que descubrimos es que al parecer la persona que trabaja junto a Xue Yang, el impostor del emperador... es un demonio celestial.

Las exclamaciones en el salón no se hicieron esperar, las personas en aquel lugar no podrán evitar soltar su angustia a través de sus feromonas, los ojos claros de Lan Wangji miraron al guardián quien explicó con seriedad.

―Aunque se supone que los demonios celestiales en la tierra fueron enviados de regreso su lugar de origen por la orden del Señor del Reino Demoniaco, el emperador Luo Binghe, la investigación que hemos hecho ha revelado su verdadera naturaleza. Sin embargo, hace unos días nos llegó algo de Gusu Lan, una copia de la memoria del primer testigo vivo de uno de sus ataques.

Lan Wangji habló:―Adelante.

―Hmm.

Fuxue saco de sus túnicas una cámara de memoria de color índigo, clara evidencia de ser una copia directa de la cámara de memoria original, una mesa fue colocada a un lado del guardián, que colocó sobre esta la pequeña caja, un gran espejo de cofre fue colocado en medio del salón.

Con un poco de energía dorada, Fuxue activó la memoria, reproduciendo segundo a segundo aquella escena, hasta el momento en que aquel individuo arrancó el núcleo dorado del testigo y los ojos de las personas que estaban presentes se llenaron de sorpresa.

Bichen no pudo evitar mirar con cierto deje de terror aquella escena, sabiendo que ese mundo, después de los demonios Zhuliu y Jiangzai solo había alguien con la capacidad de hacer algo como eso de la manera en que aquella persona lo hizo.

Y cuando ese ser removió el hechizo que ocultaba su rostro Bichen se paralizó.

El abanico de Nie Huaisang cayó al suelo, Wen Qing frunció el ceño con consternación así como Luo Qingyang y Qin Su, los niños no pudieron creer en absoluto lo que vieron y Lan Wangji no pudo apartar sus ojos de aquella escena.

―Y al parecer, el alfa que trabaja con esta persona se está haciendo pasar por el general Suibian.

Bichen se mantuvo en su lugar, paralizado ante la imagen del hombre que movió los labios y dijo aquella frase en particular.

"Es hora de que el juego comience, Cang Qiong"

¿Qué demonios significaba eso?

¿Quién se atrevería a hacer algo como esto?

Lan Wangji no dude en preguntar.

―¿Qué información tenemos sobre esta persona?

―Se sabe que es un hombre alto y robusto, se presume que es un alfa que logra superar el 1,90 de altura y su figura se adapta bastante bien a la construcción física del inmortal Suibian. Al parecer le gusta tomar la forma de diferentes bestias, la que más le gusta es la forma de un lobo negro, tiene una longitud media de cinco metros, así como una altura media de 2 metros.

Lan Wangji no pudo evitar sentir que eso no tenía sentido.

Wei Ying les tenía miedo a los perros, no importaba el tamaño, había dicho Wei Wuxian, si es un canino no querría verlo ni mucho menos estar tan cerca de uno.

Pero debido a que ese era el gran secreto de Wei Wuxian, era natural pensar que quien estaba haciendo esto no tenía la menor idea de ello.

Sin embargo...

―De la misma manera se sabe que es bastante selectiva con los omegas que elige como alimento y los omegas que no, no se tienen muchos datos sobre que hace con los omegas que se lleva consigo, pero por lo que el testigo de Gusu Lan dijo ... se sospecha que se lleva a esos omegas para consumir su energía vital... de esa manera.

Varios ancianos del concejo no pueden evitar la vergüenza ante dichas palabras, con mejillas coloradas ante la mención de un acto que cada persona en ese lugar sabía que un hombre como el guardián Suibian no haría en realidad.

Y quien estaba mas que seguro de ello era Bichen.

¡¿Como se atrevía ese tipo a manchar la reputación de su marido?!

Tal vez estaban divorciados y esa última parte de su pregunta estuvo de más, pero que ese cretino se atrevió a manchar el nombre de Luo Suibian era lo suficientemente grave para hacerlo enojar. No tenía derecho alguno de hacer algo como ello.

No importaba si alguna vez, por alguna razón muy extraña y en una dimensión opuesta Suibian llegara a considerar alguna vez la idea de acostarse con otro omega. Jamás en toda su vida Luo Suibian lastimaría a un omega inocente y se atrevería a devorarlo.

¡Como podía atreverse!

Los ancianos no dudaron en opinar.

―El señor Suibian jamás haría eso.

―Eso no tiene sentido, el señor Suibian jamás haría algo tan desvergonzado y atroz como eso.

―El señor Suibian es demasiado correcto para algo como eso. Incluso si fuera un demonio.

―Podrá ser algo burlón con los jóvenes, pero jamás lastimaría a nadie.

Eso era muy cierto, ninguna persona dentro de aquel salón podía imaginar al honorable señor Suibian, considerada una persona respetable, ingresar a un burdel ni menos a un barrio de placer por algo que no fuera de trabajo.

―Sin embargo, el último ataque en Yunmeng Jiang ha hecho que nuestra investigación este en peligro.

―¿Qué quiere decir?

En vez de solo respondedor, Fuxue sacó de sus túnicas un extraño costal que contenía al parecer un objeto rectangular, sus pasos fueron lentos ante los ojos de Lan Wangji, aquel objeto pasó de mano en mano hasta llegar a Lan Wangji.

Y cuando este estuvo entre sus manos y el omega sacó lo que parecía ser una carpeta negra de cuero, algo dentro de Lan Wangji se sintió mal.

Los caracteres de fuego y sangre yacían escritos sobre aquella carpeta, la silueta de un lobo en llamas estaba plasmado sobre la piel pintada con el rojo de la tinta, como si hubiera sido grabado por un sello caliente y pintado posteriormente.

―Desde hace mucho como habrá descubierto en las anotaciones de su Majestad Imperial, encontrar pruebas de las acciones de estas personas ha sido muy difícil, ya que algo que hacen al final de sus crímenes es quemar los establecimientos de burdeles y aldeas que atacan, pero entre esto, su Majestad Imperial hizo un descubrimiento.

Los ojos de Fuxue se encontraron con el dorado de Lan Wangji, sus palabras fueron directas.

―"Es un rompecabezas, un rompecabezas muy complicado"... esas fueron las palabras de su Majestad Imperial.

Lan Wangji había leído eso en los informes de su marido tan pronto como el palacio quedo a su mando. Wei Wuxian era muy inteligente, había descubierto que en cada evidencia sustraída en los lugares que había pasado todo, había siempre algo que podía ayudar, pero también había algo en especial que se encontró junto a esas pruebas que formaban piezas de ese rompecabezas.

Cuando Lan Wangji abrió aquella carpeta la encontró.

Una carta.

Y el remitente de la carta era el mismo de siempre.

"Para mi amado Dongxing"

Y ese era el verdadero problema para Wei Wuxian.

A través de su investigación sobre el pasado y Cang Qiong en la biblioteca de Wei Wuxian, Lan Wangji había descubierto ciertas cosas, muchas de ellas tenían que ver con el mundo, con YuZhong, otras con la Ciudad Fantasma, con el Reino Demoniaco.

Y una de ellas tenía que ver con el Joven Maestro Shen.

El Joven Maestro Shen era el hijo del Gran Omega Inmortal y el Emperador del Reino Demoniaco, siendo por consiguiente el Príncipe Heredero de este reino como de las enseñanzas del Gran Omega Inmortal, de Cang Qiong y sobre todo, de su propia especie.

Y ahí estaba la clave de porque no había retratos de este Joven Maestro Shen.

Cuando este príncipe se enfrentó a la guerra y Wen Mao, el Joven Maestro Shen peleó ferozmente en el ataque a Cang Qiong, hasta que descubrió que Wen Mao había raptado a su padre, el Gran Omega Inmortal, Shen Qingqiu.

Enfurecido, el Joven Maestro Shen pensó y pensó, Wen Mao había logrado que mientras la Masacre de Cang Qiong se efectuaba, varios demonios que trabajaron para él se levantaron contra el Emperador Luo y así, formaron un golpe de estado que impidió que este Joven Maestro Shen pudiera saber incluso si su padre alfa siguiera vivo.

Y aun así, destrozado y traumatizado, junto a los guardianes dorados, el Joven Maestro Shen hizo con sus propias manos el plan que les ayudaría a rescatar a Shen Qingqiu del Palacio Huan Hua que estaba en Qishan, lugar que Wen Mao había tomado como su base.

Para ellos fue muy difícil llegar hasta ahí, una batalla en sangre se llevó a cabo esa noche.

Hasta que algo paso.

Un lugar lejano en Yiling explotó en un baño de sangre, gritos y furia.

El Emperador Luo había logrado sobrevivir.

En su forma animal Luo Binghe destrozó a cuanto cultivador se puso en su camino, los traicioneros de palacio Huan Hua, los simples cultivadores de otras sectas, los delincuentes que se habían unido a Wen Mao, cada uno de ellos murió bajo las garras de un demonio que no estaba dispuesto a perdonar a los monstruos que destruyeron el amado hogar de su amado Shen Qingqiu.

Con ira Luo Binghe avanzó en su camino, hasta llegar al palacio Huan Hua en donde se encontró con su hijo.

El tiempo del reencuentro fue breve, el verdadero objetivo de ambos fue claro y juntos buscaron al omega que Wen Mao había mandado a arreglar para su absurda ceremonia de bodas.

Pero entonces algo pasó.

Nadie sabía que fue, un instinto, un demonio traicionando a Wen Mao o tal vez algo más.

Pero aquello desconocido atado al corazón del Joven Maestro Shen lo llevó a una habitación.

Y ahí, sin un rastro de rojo o herida alguna sobre su ser, vestido con túnicas nuevas de un hermoso verde, yacía dormido sobre la cama Shen Qingqiu.

El Joven Maestro Shen y su padre tuvieron que apresurarse, una emboscada los encontraron y entonces el inmortal Hensheng tuvo un plan.

Nadie quería aceptar, el tiempo se acababa, no hubo otra opción.

Wen Mao no les dejó otra opción.

Los soldados de Wen Mao se encontraron con una persona vestida de verde en el camino. Inmediatamente fue llevado de nuevo al cuarto, nadie vio problema alguno, nadie lo notó.

Y mientras las preparaciones para la ceremonia se hicieron y Wen Mao se casaba con quien pensaba era su maestro, en los Túmulos Funerarios alguien se estaba despidiendo de un padre que no daba por hecho las palabras de su hijo.

El Emperador Luo enfureció al escuchar el plan suicida de su hijo, no quería que se quedara en ese lugar, pero el Joven Maestro Shen tuvo un plan.

No podía dejar las cosas así, no cuando a esas alturas probablemente Wen Mao se habría dado cuenta que la persona con la que se encontró era el inmortal Hensheng y no su padre que dormía en los brazos de su marido.

Debían recuperar a Hensheng, acabar con Wen Mao, luchar por la justicia.

Buscar venganza.

Y el Joven Maestro Shen se quedo en el Reino Humano mientras ese lugar en Yiling, bañado en cuerpos de traidores se cerraba para no permitir el paso de nadie más.

Los guardianes discutieron nuevamente, el plan fue realizado, pero esta vez, el Joven Maestro Shen no estaba dispuesto a llevar a nadie.

Hubo una pelea, los guardianes se separaron.

Y el Joven Maestro Shen fue al recién nombrado Qishan Wen con un solo propósito.

Una bestia se levantó contra el recién formado clan del Sol, pelaje castaño que parecía negro entre la madrugada, colmillos feroces brillaron con la luz de la luna y el Joven Maestro Shen en su forma de lobo peleó arduamente contra el ejército de Wen Mao.

3,333 vidas se perdieron cuando el sol brilló sobre el cielo en el amanecer, el brazo derecho de Wen Mao fue devorado por la bestia, pero el Joven Maestro Shen no pudo hacer más. Los demonios de Wen Mao estaban ahí, listos para pelear de forma tramposa contra el Joven Maestro Shen.

Se decía que de alguna manera él lo sabía, algo por lo que no podía matarlo, aquello que algunos llamaban el Aura del Hijo del Cielo, algo que no debía estar ahí, no en Wen Mao.

Así que el Joven Maestro Shen dio un poderoso salto, voló unos tantos metros, dio otro, el cielo estuvo más cerca.

Y al tercero no volvió a bajar a tierra mortal.

Solo tomó su forma humana y miró aquel palacio, aquel que algún día se debió a su padre, donde posiblemente corrió por sus pasillos, jugó y se divirtió mientras crecía, se decía que lloró una última vez.

Antes de entrelazar sus manos y formar un patrón.

El patrón de un hechizo prohibido de su raza.

Uno que nadie sabía cual era su función y solo lo entendieron cuando aquel hechizo brilló y se endureció por todo YuZhong.

Ese dia...

Ese día se borró cada recuerdo del Joven Maestro Shen relacionado con su apariencia.

Cada retrato en los letreros de búsqueda desapareció, los cuadros en el Palacio Huan Hua que aun decoraban las paredes quedaron en blanco, los libros con su nombre, el que se supuso que era su nombre real fueron cambiados.

Y el Joven Maestro Shen desapareció.

Muchos decían que aquel hechizo le constó la vida, otros que las heridas recibidas en su ultimo enfrentamiento lo acabaron, nadie lo sabía.

Y solo quedo algo de todo ello, dos caracteres de los que aun no se entendía su verdadera existencia.

Dong y Xing.

Dongxing.

Con el paso del tiempo muchos se preguntaron si ese era el verdadero nombre del Joven Maestro Shen, algunos pensaron que sí, otros sintieron recordar que era otro, preguntar a los guardianes no era una opción porque nadie lo recordaba, pero jamás se pudo saber cuál era la verdad.

Y al final solo hubo una manera de referirse a esa persona.

El Joven Maestro Shen o el Joven Maestro Luo, la mayoría usaba el primero, incluso los documentos históricos del Palacio Rojo.

Luo Dongxing.

Dongxing significaba "Estrella del este", era un buen nombre para un príncipe heredero.

Pero... ¿Por qué el remitente de dichas cartas era esa persona?

Wei Wuxian tampoco lo sabía, solía mantener esto en secreto solo con sus personas de confianza, sin decir nada los guardianes debido a que Wei Wuxian sospechaba algo.

El Emperador Wei tenía tres teorías.

La primera era que los guardianes no habían olvidado quién era el famoso Joven Maestro Shen y que entre ellos había un traidor.

Existía la posibilidad de que este traidor utilizara el nombre del fallecido Joven Maestro Shen como una manera de comunicarse con esa persona, y el hechizo que esas cartas tenia, que impedía que pudieran ser abiertas, posiblemente era por una contraseña que solo ese traidor sabía.

La otra teoría era que el Joven Maestro Shen no hubiera muerto.

Y era ahí donde entraban lo que parecían ser los sentimientos encontrados que Wei Wuxian tenia con el señor Suibian.

Porque Wei Wuxian había llegado a la teoría de que el Joven Maestro Shen... era el inmortal Suibian.

"Ellos no olvidaron al Joven Maestro Shen"

Aunque no se grababa el numero verdadero de cuantos guardianes fueron al comienzo, para Wei Wuxian era bastante sospechoso el origen de su propio guardián. Su educación y conocimientos ante los ojos de Wei Wuxian no parecían algo que un simple huérfano recogido en Cang Qiong pudiera aprender porque sus maestros resultaron muy buenos con él.

Había cosas muy raras con el inmortal, Wei Wuxian lo había señalado algunas veces en ese diario sobre su investigación que le había dejado a Lan Wangji junto a otros materiales para el caso.

Y la otra teoria era...

Que existía la posibilidad de que estas personas estuvieran detrás de algo más grande, de algo que no buscaba su derrocamiento, sino algo que Wei Wuxian demostró que estaba entrelazado con los hechos de hace doscientos años atrás.

Y con Wen Mao.

Lan Wangji tragó duro ante esa teoría.

Mientras sus manos revisaban los documentos, el inmortal Fuxue continuó con su informe.

―Al inicio su Majestad Imperial comenzó a pensar que estas pruebas que encontrábamos eran normales, después de todo en un caso como estos es natural encontrar los libros administrativos de los burdeles o demás.

Era cierto, después de todo las oficinas contenían mucha información del negocio a pesar de la rama a la que se dedicaba en realidad.

―Hasta que un día de esos su Majestad Imperial encontró una de esas carpetas en una aldea, en la casa quemada de un aldeano común. Eso no tenia sentido.

Claro que no.

Aunque Wei Wuxian estaba trabajando arduamente para ese proyecto suyo que buscaba darle educación a toda la población de YuZhong, el gobierno de los Wen nunca había intentado ayudar a la población no cultivadora, por lo tanto, muchas de estas personas eran analfabetas.

El problema de esa inofensiva evidencia que Wei Wuxian encontró en ese pueblo, era que una serie de documentos con estadísticas, cuentas y demás, escritos en una extraña lengua desconocida en YuZhong no era tan inofensiva en realidad.

Y fue así que Wei Wuxian se dio cuenta que esto no era normal.

Poco a poco más carpetas y pruebas extrañas aparecieron, hojas desgarradas, trozos, anotaciones sinsentido.

Y poco a poco Wei Wuxian descubrió que esto parecía ser un rompecabezas.

Lan Wangji aun no entendía como era que Wei Wuxian podía distinguir entre esta serie de papeles quemados, rotos y demás escritos en otra lengua, cual podía ser una pieza correcta para el rompecabezas y cual no, pero si sabía que algo que frustraba a Wei Wuxian era no conocer el idioma en que estaban escritos.

Pero esa última teoría...

 

 

Si existe la posibilidad de que estos asesinatos tengan un objetivo diferente, el disfraz de emperador falso podría explicarse como una forma de llamar mi atención, pero si es así, el verdadero objetivo de está organización puede ser algo que vaya más allá de solo un golpe de estado

 

 

Los ojos de Lan Wangji revisaron y revisaron, hasta que sus ojos se abrieron con sorpresa.

Había encontrado algo.

Documentos escritos en mandarín.

―Esto es...

―Así es. Son al parecer los expedientes de una banda criminal, su Alteza Imperial.

Lan Wangji revisó cada uno, nombre por nombre, persona por persona, ocupación, todo estaba aquí, pero también algo que Lan Wangji no esperó.

No podia ser.

No tenia sentido.

Esto cambió la dirección de las cosas por completo.

Las teorías de Lan Wangji, lo que había sospechado que era esto en realidad.

―Estas personas, los aldeanos asesinados, los... las personas de los burdeles... ¿todo esto ha sido confirmado?

―... Lo ha sido, su Alteza Imperial. Ya hemos investigado incluso más de tres veces... y esos expedientes están en lo correcto.

Vendedores de esclavos, explotadores infantiles, asesinos de niños omegas, alfas y betas inocentes... abusadores... violadores.

Todos estaban ahí.

Incluso se había descubierto los cadáveres de muchas crías en el fondo de la estructura de aquellos edificios, entre las paredes, las piedras y demás.

Y según las evidencias, esos niños, esos cachorros...

Todos habían sido asesinados por la gente de esos lugares.

No eran víctimas, todo lo contrario.

Siempre habian sido criminales.

―Y al parecer esta banda criminal pertenece a algo que explicaría el verdadero significado de ese emblema, de lo que hemos encontrado a lo largo de estos años... esta banda criminal ha operado en varios sectores escondiéndose entre la población no cultivadora como personas comunes , han fingido trabajar en trabajos comunes para algo que desconocemos.

―Un culto religioso.

―Así es, el Culto a un supuesto Dios del Fuego... y el mismo culto que Lycoris Radiata está eliminando integrante por integrante. Ellos están establecidos criminales en realidad.

Las pupilas de Bichen se contrajeron.

¿Dios del Fuego?

Eso no tenía, no había ningún tipo que fuera el Dios del Fuego, y los únicos sentidos que se tenían sobre algo así fueron escritos...

Hace más de doscientos años.

¡Y todos fueron escritos por Shizun!

No, no podía ser, pero...

Niños alfas secuestrados, niños asesinados en burdeles. Delincuentes asociados, aldeas misteriosas, templos que no pueden ser ubicados.

Ahora que lo esperaba, esos crímenes nunca fueron resueltos.

Incluso aunque se declaró en los documentos que el verdadero líder de aquella organización era el Viejo del Palacio Huan Hua y se prolongaría que con su muerte a manos de Shizun por sus crímenes y lo que les hizo a los padres del señor Luo, todo quedaría cerrado ...

Nada de eso fue cerrado en realidad.

No podia ser...

¡No podía ser la misma organización de hace más de doscientos años atrás!

Y si lo era... ¿Qué demonios buscaban en realidad?

Pero Bichen no podía hablar de esto, no sin discutir esto con Fuxue y Shuanghua primero. Porque si eran los mismos...

¿Qué demonios harían si fueran los mismos?

Lan Wangji no entendió nada.

Esto...

Esto no tenia sentido en realidad.

Se suponía que Lycoris Radiata simplemente actuaba por capricho, pero...

 

 

Si existe la posibilidad de que estos asesinatos tengan un objetivo diferente, el disfraz de emperador falso podría explicarse como una forma de llamar mi atención, pero si es así, el verdadero objetivo de está organización puede ser algo que vaya más allá de solo un golpe de estado

Puede ser algo relacionado a la guerra de hace doscientos años y todo esto podría estar relacionado con Wen Mao.

 

 

Si Wei Ying tenia razon...

Si habia un objetivo diferente para esta organizacion ante la idea de eliminar a estas personas...

¿Cuál era su objetivo en realidad?

―¿Qué más se sabe de ese supuesto testigo en Gusu Lan?

―Según lo que esta persona sabe, el hombre que usurpa al inmortal Suibian se hace pasar por un cliente educado y caballeroso. Conversa, bebe y escucha educadamente las melodías. Debido a su acento sabemos que es alguien criado en el centro de YuZhong, su dialecto incluye una mezcla de Qishan, Hubei y Meishan, parece ser un demonio de casta noble. Y a veces se refiere a sí mismo como "Este venerable", "Este Príncipe" o "Esta Alteza"

Alguien de Qishan, Hubei o Meishan.

Podía ser un sobreviviente de Qishan si fuera humano, pero siendo un demonio...

¿Cómo había podido esconderse en esos territorios?

―Así mismo, esta persona dijo que cuando todo el mundo ha bajado la guardia, este demonio tiene un método peculiar para actuar. A veces mantiene cautivas a estas personas, las dividen en grupos, no sabemos cómo es que los clasifican, pero su Majestad Imperial sospecha que lo hace por los crímenes que han perpetrado.

Encargarse de uno por uno o ejecutarlos todos juntos mientras expandía el miedo en los demás, eso podría tener sentido, pero...

¿Por qué hacían eso en realidad?

―También se sabe que algunos omegas, solo unos cuantos son seleccionados por esta persona a quienes llevan consigo después de... ejecutar a la mayoría de los grupos.

―¿Qué teoría hay sobre eso?

―Al inicio pensábamos que existía la posibilidad que... solo eran omegas que raptaba porque le gustaban, cuando se supo que era un demonio celestial se pensó que tal como hacían muchos demonios en el pasado, podría ser como una forma de obtener energía vital a través de... el aspecto.

Podria ser posible, era una opcion para varios demonios en el pasado, una fuente de energia vital para varios.

―Pero su Majestad Imperial llegó a otra conclusión... podrían ser omegas que estas personas por alguna extraña razón... están salvando. Omegas que están liberando de ese culto.

¿Podría ser posible que esas personas hicieran algo así?

Pero tenía sentido.

Wei Wuxian sabía lo que era que le culparan por actos que realmente no había hecho. Por lo tanto, intentó tener un punto de vista más amplio de la situación.

Lan Wangji ya no podía ver en blanco y negro, debía ver las otras posibilidades, tener un punto neutral.

Y pensar que podia existir varias posibilidades detras de las acciones de este demonio eran una de ellas.

No era una esperanza vacía, solo una posibilidad.

Una en la que hubiera más detrás de esto.

―También su Majestad Imperial llegó a la conclusión de que el polvo extraño que encontramos en la ciudad Yi, solo es un veneno especial para impedir que alguno de esos criminales logre sobrevivir después de sus ataques para evitar testigos. No sabemos porque aun no quiere que sepa esto, pero es posible que haya algo más ahí.

―¿Qué hay de los núcleos dorados? ¿Se encontraron rastros de ellos?

―No, su Alteza Imperial. Es posible que al igual que hizo con el testigo, cada uno de ellos haya sido eliminado, guardado o... absorbido por ese demonio.

Lan Wangji mantuvo presente cada elemento sobre su cabeza.

El polvo de la ciudad Yi, el impostor vestido de emperador, el secuaz que fingía ser el señor Suibian, un demonio inmortal consumiendo demasiada energía para un propósito desconocido y el último descubrimiento sobre lo que había detrás de esas burdeles y aldeas.

Sus ojos volvieron a los documentos y Lan Wangji leyó aquellos caracteres.

Fuego y Sangre.

¿Qué significaba eso en realidad?

Sin poder evitarlo, Lan Wangji miró a su guardián. Pero cuando hizo eso vio algo muy extraño en el siempre serio rostro de Bichen, como si hubiera escuchado algo conocido.

Algo que sabia que era en realidad.

Debían hablar en privado, Lan Wangji debía esperar, si Bichen no había dicho nada en ese momento tal vez era algo de lo que aún no estaba seguro.

Las cosas se habían vuelto más difíciles para Lan Wangji.

Tenían que acelerar todo.

Tanto la captura de los involucrados en el caso como el juicio.

Sin poder evitarlo a su cabeza vino el asunto del Sello de Tigre Estigio.

Wei Ying había dicho que tenía que destruirlo de inmediato o este podría funcionar como una especie de llave que abriría el Abismo sin Fin, aquel que le había costado tanto cerrar al legendario Joven Maestro Shen.

¿Wei Ying podría tener razón?

¿Estos eventos en conjunto podrían estar relacionados con lo que pasó hace 200 años atrás?

Demonios celestiales.

Los demonios celestiales estaban relacionados con bestias antiguas que algún día gobernaron sobre los cielos antes de que los humanos cultivaran, muchos decían que estos seres se habían dejado llevar por la codicia, corrompiéndose en el camino y convirtiéndose en lo que hoy en día se conocía como demonio celestial.

Pero sin poder evitarlo, Lan Wangji se preguntó.

¿Por qué si esas cartas eran como un o una evidencia para el caso, como una especie de cortesía o burla de parte de Lycoris Radiata, no podrían ser juegos abiertos aun?

¿Por qué ese nombre estaba escrito en cada una de ellas?

¿Cuál era la contraseña para abrirlas?

Entonces Lan Wangji pensó en algo.

Y si... ¿Y si el Joven Maestro Shen era la verdadera llave?

¿Y si solo él pudo ver el verdadero contenido de esas cartas?

El Joven Maestro Shen.

El inmortal Suibian.

¿Y si Wei Ying tenia razón y eran la misma persona?

El acento del señor Suibian era igual, a veces usaba términos de las tres regiones más poderosas y en algunas raras ocasiones decía algo como "Este venerable", como si fuera algo accidental.

El señor Suibian tenía muchas costumbres que pertenecían a las de un miembro de sangre noble que no serían cosas que se aprendieran desde los tiempos más cercanos a la cuna en una familia humilde.

Lan Wangji ya lo había considerado, el señor Suibian no venía de un hogar humilde. Al menos no monetariamente ni en cuestión de educación.

Además, el señor Suibian era una persona muy inteligente, había hecho varios inventos que servían hoy en día para el imperio y además, el señor Suibian era una persona que guardaba muchos secretos con respecto a su origen.

Si los objetivos de estas personas no era que fuera ejecutado como pasó con el inmortal Hensheng... ¿Qué era lo que querían en realidad con esos disfraces?

¿Por qué exponerse a la posibilidad de llevar al límite la paciencia del Señor del Reino Celestial y el Señor del Reino Demoniaco?

Si el señor Suibian era el hijo del Gran Omega Inmortal y el Emperador Luo, tomando en cuenta que aun Lan Wangji tenía sospechas sobre los verdaderos motivos por los que Wei Ying fue elegido como el emperador del Reino Humano, existía la posibilidad de que los gobernantes de ambos reinos no tolerarían esto por mucho tiempo.

Y enfrentarse a una guerra con el Reino Demoniaco no era una buena opción para ningún ser viviente.

En todo lo que aprendió Lan Wangji sobre el Reino Demoniaco, entre los demonios celestiales solo había un grupo selecto de demonios que pertenecían a un linaje puro, las bestias de sangre pura eran los que gobernaban sobre esas tierras.

En los libros se habló sobre muchos de ellos.

Tianlang-Jun, el demonio que fue atacado de forma traicionera por el Viejo Maestro del Palacio Huan Hua.

Ese mismo humano despreciable que deseó a su persona destinada, obligándola a tomar un veneno especial cuando descubrió que ya llevaba la cría de Tianlang-Jun. Ese ser que solo fue descubierto gracias a la ayuda del Gran Omega Inmortal, quien vengó a la familia de su marido y el mismo que liberó a Tianlang-Jun, uno de los demonios más poderosos de su generación.

Mobei-Jun, la mano derecha del emperador. Un leopardo de las nieves de las tierras del norte en el Reino Demoniaco, quien perdió a su amado esposo beta, el maestro del Pico An Ding, Shang Qinghua, en la Masacre de Cang Qiong.

Aquel demonio que dejo sus territorios en manos del emperador mientras buscaba maneras de recuperar a su esposo, era un ser aterrador también.

Pero al final, había alguien mucho más aterrador que ellos.

El más poderoso que había reunificado el Reino Demoniaco en un solo imperio, el mismo demonio que hizo todo eso para formar una tregua entre ambas razas solo por su amor a su único y amado consorte, el inmortal Shen Qingqiu. El dueño de la espada Xin Mo, el único que pudo controlar su ira.

El emperador del Reino Demoniaco, el demonio Luo Binghe.

Y el mismo que mando aquella amenaza que dictaba que en el simple momento en que un humano tocara las tierras de Cang Qiong, comenzaría la guerra entre el Reino Demoniaco y el Reino Humano.

Los demonios celestiales eran conocidos por ser seres, que incluso si eran dados a luz por un omega humano, su sangre Yin en algún momento de su vida consumía toda la energía Yang y se volvería en un Yin con un corazón YinYang.

Si el señor Suibian fuera hijo del Emperador Luo, la humanidad en general no tendrá oportunidad alguna.

Wei Ying tenia razón, no tenia sentido que el plan de esas personas fuera ese.

Debía haber algo más ahí, algo más en realidad, pero...

¿Qué podría ser en realidad?

La voz de uno de los ancianos llamó la atención de Lan Wangji.

―Este anciano pide permiso para hablar con su Alteza Imperial.

―Hmn, concedido.

El anciano se puso de pie, camino hacia el centro del salón y deteniéndose a una altura adecuada ofreció una reverencia y explico.

―Su Alteza Imperial, este anciano sugiere que es hora de liberar al ejército de Yiling Wei y revisar incluso a los aliados de los mismos reinos aliados.

Lan Wangji lo escuchó en silencio, sin interrumpir las palabras del mayor.

―Aunque el emperador tiene un buen juicio y nadie tiene derecho a cuestionarlo, los socios de los aliados de nuestro señor no deben ser subestimados, menos cuando las cosas se han convertido en esto. Tras todo lo que ha pasado y los rumores que estos mismos se han encargado de evitar que lleguen a los oídos enemigos, los clanes de la resistencia pueden seguir guardando rencor y eso es algo que no debe ser ignorado.

―¿Cuál es su sospecha?

―Este mayor se atreve a mencionar a alguien que su Alteza Imperial conoce mejor que varios de nosotros... Su Minshan de Moling Su.

Los ojos de los ancianos miraron con sorpresa a Wen Xi, el anciano que no había dudado en exponer sus verdaderas sospechas sobre un hombre del que se suponía que no se debía de hablar en el palacio.

Sin embargo, Lan Wangji lo miró con atención, pensando cuidadosamente aquellas palabras, su voz sonó tan tranquila como siempre, el nombre de su antiguo prometido no significaba nada para él, pero necesitaba saber si lo que el mayor Wen estaba pensando el camino que había aparecido en la mente de Lan Wangji.

―Sea más claro, por favor.

―Cuando su Majestad Imperial anunció ante todos que se casaría con su Alteza Imperial, de todas las personas presentes en aquella conferencia, Su Minshan fue quien más se molestó con el decreto del emperador, ni siquiera disimuló su berrinche, entrando de inmediato a los fuertes contra el emperador.

―El día de su boda incluso quiso molestar, esa fue la razón por la que fue sacado mucho antes de la ceremonia oficial, durante todo este tiempo ha estado molestando, dejando en claro su odio hacia el emperador.

―Aun cuando el emperador solo buscaba protegerlo de aquella persona desagradable que molestó por mucho tiempo a su Alteza Imperial, el señor Su siguió hablando de sí mismo como un novio al que se le había robado a su prometido como si no fuera un simple acosador.

―Como están las cosas ahora, aun si es un simple humano, este anciano ha pensado que si estas personas realmente planean quitarle el poder a nuestro emperador o hacer algo más allá, existe la posibilidad de que todo ese alboroto de pelear en los frente de Qishan puede ser en realidad una cortina de humo para darle la oportunidad a esas personas para moverse.

Una cortina de humo.

Era seguramente sospechoso el actuar de Su Minshan, después de todo, nadie mejor que Lan Wangji sabía que ese hombre no lo amaba, a lo mucho... solo quería aparecer con él para poder tener mayor poder siendo un aliado por matrimonio con el clan lan. Sin embargo, que siguiera peleando por bastante tiempo en los frentes de Qishan por el supuesto amor que le tenía era aún más raro.

Aunque Lan Wangji no había salido del palacio, él sabía que la supuesta noticia de que Lan Wangji y su marido eran un matrimonio de verdad ya había llegado hasta Gusu Lan, porque el mismo Lan Wangji accedió a presentarse oficialmente ante los aliados como el esposo de Wei Wuxian.

Esa pirotecnia sobre los cielos no fue ningun elemento decorativo o romantico, fue un mensaje para el mundo entero.

Para Gusu Lan.

Para Su Minshan.

Y uno que Lan Wangji estuvo de acuerdo de exponer cuando Wei Wuxian y él hablaron antes de llegar al palacio de Huangling.

Al igual que esos rumores sobre su relación real con Wei Wuxian y su supuesto embarazo, que el mismo se encargó que llegaran a Gusu Lan y Moling Su con un único fin.

Una declaración para su familia.

No iba a volver, no planeaba volver.

Pero sobre todo fue una prueba.

Lan Wangji quería saber cuál sería la reacción y las acciones posteriores del concejo de ancianos Lan y Su Minshan al saber eso.

Y la reacción actual de Su Minshan al querer seguir en los frentes era algo muy sospechoso.

En el pasado, guiado por sus sentimientos y traumas encontrados, había pensado que Wei Wuxian lo había desposado por motivos oscuros, pero ahora entendía que había sido lo mejor para proteger su honor.

Sin embargo, la gente también decía cosas desagradables de su marido y su matrimonio.

Muchos pensaban que su marido le hacía cosas desagradables desde la noche de bodas, como un desgraciado que pudiera ser comparado como alguien tan cruel como Wen Ruohan.

Por lo tanto, tomando en cuenta las palabras de Wen Xi, las acciones de Su Minshan tras su prueba y lo que decían los informes sobre los frentes en Qishan, nadie consideraría sospechosa la actitud del alfa que supuestamente amaba al omega que el emperador le robó .

Sin embargo...

¿Aquella humillación podría llevar a Su Minshan a aliarse con estas personas si buscaban derrocar a Wei Wuxian?

Y si no planeaban eso... ¿había la posibilidad de que estos lo engañaran haciéndole creer eso para que fuera uno más de sus títeres?

El no saber nada estaba frustrando un poco a Lan Wangji, pero debía calmarse.

Necesitaba hacer las cosas diferentes que en el pasado, no podia dejarse llevar por prejuicios o suposiciones.

Las teorías solo son opciones, estaban ahí para ayudarte a encontrar el camino, pero si aún no tenía nada más que esto, no debía adelantarse.

La teoría del Mayor Wen podría sonar algo descabellada, pero... podría tener cierto sentido.

Debería considerarla como una opción, ir directamente a investigar a Gusu Lan y no involucrar a los demás clanes para evitarle problemas a Wei Ying con sus aliados, pero...

―Es por eso que este anciano ha tenido la osadía de poner el tema sobre la mesa y pedirle a su Alteza Imperial que reconsidere la posibilidad de investigar no solo al señor de Moling Su, sino también a todos los señores aliados bajo el mando de nuestros socios por el bien de Yiling Wei y sobre todo, del emperador.

Un señor habló.

―Dudar de los aliados del emperador es dudar de su buen juicio, pero todos sabemos que a pesar de que los reyes de los cuatro reinos al fin están trabajando juntos, estos mismos reyes como nuestros demás aliados tienen ciertas asociaciones que podemos considerar sospechosas.

―Tan solo es necesario ver los rumores que dicen de su Majestad Imperial, Yiling Wei y los omegas que trabajan arduamente en este palacio de forma honrada. Incluso se atreven a hablar de su Alteza Imperial, no podemos considerar como buenas intenciones palabras venenosas por más que aún se sigan manteniendo esos pensamientos solo por tradición.

―No podemos hacer lo mismo que ellos y dejarnos llevar por los rumores. Estas alianzas han sido nuestro mayor fuerte desde el comienzo del mandato de su Majestad Imperial. Además, muchas de ellas fueron gracias a la Mayor Yu, no podemos dudar de ella.

―Es cierto, pero el emperador lo dijo. Las cosas van a cambiar y tiempos nuevos ameritan ideas nuevas, no podemos seguir aferrándonos al pasado, tenemos que acabar con esos pensamientos, lo mismo va para los rumores. Y para hacerlo es necesario mano dura.

―Eso es cierto, no se trata de hacer lo mismo que el otro sistema, sino más bien buscar que la gente aprenda que debe dejar de esparcir esa clase de rumores por muy aburridos que están, solo están dañando la reputación de sus majestades imperiales y perjudicando nuestra investigación, eso no puede seguir así.

―Hmn, hmn, tenemos que detener los rumores, investigar quiénes están esparciéndolos y castigar a los culpables, incluido entre ellos podrían aparecer aliados de esos asesinos. Recuerden lo que dijo su Majestad Imperial, esto no es algo solo de una persona. Incluso puede haber un grupo trabajando en esto, tras lo que hemos descubierto los verdaderos objetivos de estas personas se han vuelto misteriosos.

―Es cierto, aunque sus acciones no han ayudado en un buen tiempo a la reputación de su Majestad Imperial, el descubrir que ahora debemos localizar las bases de este culto e investigar sus acciones se ha vuelto un poco confuso.

―Podría ser una trampa también, pruebas falsas colocadas para confundirnos, pero que los expedientes encontrados en Yunmeng sean reales hacen las cosas más difíciles.

―Pero al final las cosas regresaron al mismo punto, entre esas personas que esparcen esos rumores podría haber un traidor. Eso explicaría porque esas personas saben cuándo atacar y cómo hacerlo.

―¿Y qué hay de Yiling Wei?

Los ojos dorados se levantaron, encontrándose con el anciano que había dicho eso.

―¿Qué haremos si el traidor se encuentra en Yiling Wei?

Y entonces todos los ojos miraron a Lan Wangji.

―Por favor, su Alteza Imperial, permítanos investigar a cada uno de los aliados de cada clan y meter mano dura para terminar los rumores sobre el emperador de raíz.

―¡Por favor, su Alteza Imperial! ¡Permítanos liberar el ejército y meter mano dura en esta investigación!

―Ustedes de verdad no valoran su vida. Si el emperador se entera que le están pidiendo a su Alteza Imperial algo relacionado con ese hombre realmente los castigará. Peor, nos castigará a todos por mencionar el nombre de esa persona frente a su Alteza Imperial.

―¡Esto es algo urgente! No podemos dejar atrás estas sospechas cuando las cosas se han vuelto así.

―Eso es cierto, la gente aún no sabe lo del impostor del señor Suibian, pero si saben que esos supuestos impostores y lo del culto pondrán en sobre aviso a ese culto, no podemos dejar que escapen.

―Eso es cierto, si esto sigue así esta guerra fría se volverá en un golpe de estado.

Lan Wangji escuchó en silencio, sus dedos frotaron su anular derecho con fuerza en molestia mientras las orquídeas se extendían como sus raíces, apoderándose del suelo.

El sándalo abrió paso en un bosque profundo que callo cada voz dentro del salón del trono, mientras que el jazmín se volvió corrosivo y poderoso, inundándolos en un frio bosque que no aceptó otra palabra más en ese lugar.

Los ancianos guardaron silencio, comprendiendo que su señor tenia muchas cosas que pensar.

Entonces las puertas del Salón del Trono fueron abiertas con fuerza y un mensajero entro con una expresión de terror sobre su rostro.

―¡Malas noticias! ¡Malas noticias!

Cualquiera sabía que interrumpir una junta imperial era la mayor de las ofensas que podía ser castigada en diferentes niveles, incluso con la muerte, pero por la expresión en el rostro de aquel hombre, Lan Wangji seguramente a los guardias estabilizar en su lugar y le ayudó llegar a el.

El mensajero se detuvo a una altura frente adecuada a Lan Wangji, e incluso ofreció una reverencia que le llevó hasta el suelo, pidiendo perdón a su Fénix por aquel atrevimiento y cuando Lan Wangji le permitió levantarse, explicó.

―¡Malas noticias! ¡Malas noticias! ¡El carruaje que llevaba al Cerezo Sonriente, Wu Meihua, a los campos de arroz de Luzhou Wu fue atacado! ¡Wu Meihua ha sido secuestrado!

Y la conmoción se apoderó del Salón del Trono junto al sonido de un rayo.

La tormenta tan solo había comenzado.

 

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Wu Meihua estaba muy asustado.

Jamás en su vida había pasado por alguna molestia que superara el terror que tenía desde el momento en que esas personas atacaron el carruaje, sellaron su cultivo y le secuestraron.

Con los ojos vendados, sus labios sellados por una seda que incluso había entrado a su boca y su cuerpo inmovilizado con un Cable Vinculante Inmortal, Wu Meihua no podía más que rezar a los cielos que alguien lo salvara.

"¡Wuxian, por favor ven por mí, Wuxian! ¡Tengo miedo!"

Y Wu Meihua detuvo sus pensamientos.

No, Wu-el emperador, su Majestad Imperial no vendría por él.

"―No hay algo de lo que más me arrepienta en mi vida que haberte conocido."

Él nunca vendría por Wu Meihua, incluso si Wu Meihua estaba seguro de que Wei Wuxian no celebraría su rapto, tampoco se preocuparía por venir por él.

Su única esperanza era su familia, sus posibilidades de sobrevivir a los que estas personas planeaban hacerle eran pocas.

Las únicas pistas de Wu Meihua era que se encontró en una extraña carretada arrojada sobre la madera fría, podía sentir el frio de la noche apoderarse de su cuerpo, posiblemente estaba en una montaña, no podía olfatear bien, esos miserables sellaron incluso su olfato.

Cuando la carreta se detuvo Wu Meihua contuvo el aliento, sin atreverse a mover un solo musculo, como si en realidad aun estuviera inconsciente, atento a cualquier sonido y movimiento proveniente del exterior.

Alguien levantó la cortina, pudo saberlo por la tenue luz que pudo ver entre la tela que cubría sus ojos, aquella persona tiró de su tobillo, jalándolo al exterior como un simple objeto sin importarle el golpe que se dio en la cabeza cuando bajo de la tabla mal clavada en la que estaba.

Aquella persona lo cargó sobre su hombro como si fuera una especie de costal de cosecha. Y aquel miserable desgraciado lo llevó por un sendero en donde varias ramas golpean su trasero.

Wu Meihua intentó hacer lo que podía para lograr que aquella persona lo soltara, solo para recibir una palmada en el trasero y una fuerza, que posiblemente había sido un hechizo colocado en su persona ante ese golpe, lo paralizó por completo sin permitirle mover un solo músculo

Estaba perdido.

Pudo escuchar que una puerta fue abierta, murmullos y extraños movimientos de la persona que le cargaba, hasta que al parecer entraron a un edificio, por el camino liso en el que fue llevado, hasta que esa persona se detuvo y lo arrojó al suelo como peso muerto.

Y entonces una voz se escuchó.

―Este ha cumplido la misión que se le fue encargado, traigo ante mi señor a la belleza conocida como el Cerezo Sonriente, el tercer hijo de Wu WangLi, Wu Meihua. Espero que esta belleza pueda satisfacer a mi señor.

Un hombre, el tipo que lo había llevado todo este camino era verdaderamente un hombre, pero no podía distinguir su voz.

¿Había sido raptado para ser entregado como tributo a un alfa?

¿Realmente su vida terminaría así?

Entonces una puerta se abrió, pudo escuchar una serie de pasos y las voces y risas suaves, aromas florales llegaron al olfato de Wu Meihua, quien solo pudo quedarse quieto en el suelo, con su mejilla presionando el frio suelo y el dolor sobre sus caderas al ser lanzado bruscamente.

Entonces pudo escuchar pasos para acercarse a su persona y el hombre que lo había llevado a ese lugar fue lanzado contra el suelo con un único golpe.

―¡¿Quién te dijo que podía maltratar a nuestros invitados?!

Era una voz grave y poderosa, un intimidante aroma a canela llenó su olfato, junto al aroma a tinta negra y arce.

Y también podía oler algo en especial.

Un fuerte y dominante aroma a almizcle que lo hizo temblar entre sentimientos encontrados.

Esta persona era un alfa y un muy fuerte.

Wu Meihua no pudo evitar temer de esa persona, menos cuando ese tipo que lo llevó sollozó con terror.

―¡M-mi señor! ¡Este miserable se disculpa con su Alteza Imperial por sus errores! ¡Este miserable debe ser más cuidadoso con la propiedad de mi señor!

―En verdad eres un estúpido, más tarde me encargaré de tu castigo.

Cuando el aroma fue aún más cercano, Wu Meihua no pudo evitar encoger su cuerpo en una posición fetal, como el ovillo de una mariposa, temeroso de las acciones de aquella persona.

Sin embargo, para sorpresa de Wu Meihua, las finas varas de canela se esparcieron a su alrededor, la tinta negra se diluyó sobre el agua, intentando ser menos pesada para su persona, las raíces del arce le abrazaron con gentileza y las hojas rozaron su nariz con dulzura.

La misma que tuvo aquella persona para levantarlo del suelo, permitiéndolo estar de pie mientras las manos de aquella persona liberaban sus labios.

―Me disculpo por el maltrato que este inepto súbdito mío te ha dado, una belleza como tú no debería ser tratado de esa manera.

Una extraña carga de energía que Wu Meihua pudo interpretar como demoniaca rompió las cuerdas que ataban su figura, liberándolo por completo de aquel Cable Vinculante Inmortal que cayó al suelo sin más.

Y con la misma gentileza que aquella persona usó, lo liberó de la venda que cubría sus ojos.

Y Wu Meihua se encontró con algo que superó sus expectativas.

La persona ante él era mucho más alta por naturaleza, su cabello era negro como la tinta, espeso como el pelaje de una bestia, ondulado como las aguas de los mares y un poco rizado en las puntas, añadiendo un toque encantador.

Su piel era tan hermosa ante la vista, de aspecto suave como la seda, clara como el más puro jade sobre la tierra, contrastando con los hermosos ojos rojos que estaban marcados por un hermoso y frondoso grupo de pestañas, tan hermosas como esas cejas pobladas y desafiando que ahora permanecían en calma, mientras aquellos rubíes le miraban con gentileza.

Aquella persona vestía túnicas negras con bordados plateados, era alto y de aspecto poderoso, las túnicas ligeramente abiertas revelaban un cuerpo fuerte y trabajado, sobre su pecho parecía haber una serie de cicatrices, pero su Qi se sentía tan agradable.

Sin embargo, Wu Meihua no podía dejar de mirar ese rostro, ese apuesto y hermoso rostro que se parecía tanto a alguien que él conocía. Aun con aquella marca escarlata sobre su rostro.

Este hombre, el rostro de este hombre...

―Oh, querido, no tienes por qué asustarte, no soy la persona que estás pensando, este rostro puede ser cambiado, si así lo deseas.

-No yo...

―Eres más hermoso de lo que esperé. Ahora estoy seguro de que si quería tener el honor de poder estar frente a ti, debí ir yo mismo e invitarte a mi casa sin este mal recuerdo sobre tu corazón.

Las manos de aquella persona tomaron con delicadeza las suyas, elevándolas hacia sus labios.

Besó cada dedo con ternura mientras el bosque de aquel alfa rodeaba a Wu Meihua de algo que jamás había esperado recibir en su vida de alguien que tuviera aquella apariencia.

El sonrojo sobre sus mejillas fue inevitable.

―Ah... yo

―Joven maestro Wu, ¿le permitiría a este venerable cuidar de sus heridas como merece?

El aroma de aquel alfa se sintió tan dulce como un suave vino bajando por su garganta, lo suficiente para que las pupilas de Wu Meihua se dilataran y negarse a ello fuera imposible.

―... Puede hacerlo.

Con gentileza el hombre le tomó en brazos, como si fuera el objeto más frágil del mundo, los omegas a su alrededor le miraron con curiosidad, sonriendo, como lindos espíritus del bosque atentos sin atreverse a interponerse en el camino de su señor.

El hombre le llevó a las grandes puertas que fueron abiertas y la hermosa imagen de un pasillo finamente decorado entre rojo y oro llamó la atención del omega, quien no pudo hacer otra cosa más que olfatear el gentil aroma del hombre que lo llevaba en brazos.

Sin saber que entre las sombras que aparecían en cada lugar oscuro una brillante sonrisa fría decoraba esos labios.

Como un par de ojos carmesí llenos de frialdad.

Y el primer paso para su plan había sido dado.

 

 

 

 

Notes:

Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

El enfrentarse al caso de Lycoris Radiata y la verdad que lentamente se presenta ante Lan Wangji es algo que el Fénix de Jade no pudo esperar, pero el camino a buscar las pistas sobre los verdaderos objetivos de "Lycoris Radiata" es inevitable.

Lycoris Radiata.

Con la verdad puesta en la mesa muchas preguntas salen sin poder evitarlo, lentamente las piezas del rompecabezas van tomando forma ante los ojos de aquellos que solo pueden ser espectadores. No obstante, la verdad no se parece a lo que esperaban.

¿Creen que lo que encontraron es cierto?

¿Lycoris Radiata esta eliminado criminales?

Y si lo están haciendo, ¿por qué?

La identidad de Luo Suibian.

Entre las sospechas y el misterio, el emperador lentamente ha encontrado el camino a la verdad, pero, ¿Cómo esa verdad podría vincularse con Lycoris Radiata?

¿La verdadera identidad de Suibian será descubierta?

¿Por qué Lycoris Radiata lo "eligió" como su remitente?

¿Qué habrá en esas cartas?

Wu Meihua.

Las acciones en este mundo tienen consecuencias y las mismas han llevado a Wu Meihua a lo desconocido. El peligro ante Wu Meihua se avecina y su futro es incierto.

¿Cuáles serán las intenciones de este misterioso individuo con Wu Meihua?

¿Wu Meihua estará en peligro?

Si es así, ¿podrán salvarlo?

Sinn mas que decir y agradeciendo su paciencia, votos, comentarios y el apoyo que le han dado a este proyecto, me despido.

¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer!

Chapter 9: CAPÍTULO 5: SUEÑOS

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

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Cálido.

Lan Wangji podía sentir que su cuerpo se sentía cálido.

Sus ojos se abrieron lentamente, encontrándose en un hermoso paraíso de aguas termales.

Sus ojos se movieron alrededor. Parecía estar en una tina exquisita; posiblemente era mármol. El agua era cálida, su cuerpo estaba completamente desnudo. Sin embargo, el vapor evitaba cualquier vista cubriendo por completo la superficie.

Alrededor había una hermosa vegetación. Hermosas flores de apariencia fantástica cubrían el lugar, la luz del sol era agradable y el ruido del ambiente era muy relajante.

Tan bueno como el gentil masaje que le proporcionaba.

El ronroneo era inevitable. Se sentía en la confianza suficiente para simplemente dejarse hacer. Las manos de aquella persona eran grandes y algo frías, pero los movimientos de sus dedos y a suave fricción de sus yemas sobre la piel de sus hombros era magistral.

―¿Y?

Esa voz.

Era Wei Ying.

―¿Se siente bien,  Er-gege ?

Sin embargo, de sus labios salió algo inesperado.

Bixia .

―Tan desvergonzado, aun es muy temprano para que me llames así. Mi lindo A-Zhan es tan desvergonzado, pero aún no respondes mi pregunta, ¿se siente bien?

Hmn .

―Entonces este señor seguirá cuidando de ti, cariño.

Los pulgares siguiendo masajeando sus hombros. Suaves círculos trazados sobre su piel desde el exterior hasta la unión entre su cuello y hombros; podía sentir como las piernas de Wei Wuxian le mantenían quieto a pesar de las suaves cosquillas.

Mucho más cuando un suspiro salió de sus labios en el momento en que aquellas yemas, tan ásperas como podría esperarse de un hombre de guerra acariciando sus glándulas aromáticas.

―Ah.

―Tranquilo, quédate quieto. Te prometo que no pasaremos el límite hoy. Mi amado baobei esta tan cansado y ha sido tan dulce con este  Huangdi , así que este  Huangdi  te  consentirá .

Las manos subieron por su nuca cuidadosamente. Acariciando de abajo hacia arriba, subiendo cariñosamente entre suaves masajes hasta la cima de su cráneo en donde sintió algo raro.

El emperador acariciaba sus orejas.

Intento quejarse hasta que los dedos de su marido frotaron las puntas y una sensación de adormecimiento atrapo su cuerpo, haciendo que sus párpados se cerraran y su cuerpo se sintiera como si flotara.

Era maravilloso.

El ronroneo se intensifico ante cada movimiento. Era lento y constante; firme. Podía sentir como cada movimiento eran tan cuidadoso, perfectamente realizado. Como si Wei Wuxian conociera cual era la presión adecuada para cada centímetro de su piel.

Después de un rato de masaje un bostezo salió de sus labios. Sus colmillos brillaron con la luz del día y Wei Wuxian  rio  con ternura ante el aumento de su ronroneo.

―Es hora de descansar, ¿estas listo para ir a la cama, querido?

―...  Hmn .

Pudo ver un destello blanco. Su cuerpo fue levantado, como si se tratara de una pluma y una tela blanca cubrió su intimidad mientras el hombre al que se aferró le llevaba en brazos con plena seguridad de sus acciones.

Lan Wangji se sentía tan pequeño ahí, más de lo que recordaba. Como si en realidad el alfa fuera mucho más alto de lo que recordaba, pero no era desagradable.

Le gustaba esa diferencia. Era fascinante, se sentía muy cómodo.

A salvo.

Su mano derecha tocó el pecho de su marido. Firme, fuerte y musculoso. Una extensión amplia y atractiva le recibió como un campo fértil alegre ante la cosecha. Sus mejillas brillaron decoradas de un hermoso tono rosado, sus ojos se sentían tan pesados; decidió cerrarlos. Dejándose llevar únicamente por el tacto.

Y Lan Wangji se dio cuenta de algo.

El torso de Wei Wuxian estaba desnudo.

Para su sorpresa la piel era más suave de lo que había imaginado.

Curioso tocó cada centímetro  maravillándose  con el cuerpo fuerte de su marido. Sintiendo la suave piel que, aunque tenía una que otra cicatriz decorando aquella extensión de seda fina, no  desmeritaba  la belleza de aquel perfecto cuerpo. Como si en realidad se tratara de la escultura más hermosa jamás creada.

Una verdadera obra de arte.

Hasta que sus dedos llegaron a aquella cicatriz.

Era prominente y larga, pasando sobre el pectoral izquierdo con crueldad. Sin embargo, seguía siendo parte de una obra de arte tan maravillosa como podía serlo el maravilloso pecho de su marido.

―¿Ya te  divertiste  tocando mi cuerpo,  Er-gege ?

―Aun no.

Y Wei Wuxian  rio  de una manera maravillosa.

―Eres tan travieso,  Er-gege .

Su marido caminó hasta un habitación que los recibió como el ambiente cálido del lugar. El aroma de Wei Wuxian como el suyo  impregnaba  por completo el lugar, había algo curioso en el aroma de su compañero. No había ni una sola gota de especies picantes y por alguna razón eso hizo sentir feliz a Lan Wangji.

Si no había especias picantes no había dolor.

Si no hay dolor entonces no había porque llorar ni preocuparse.

El fuego, la sangre. El dolor y la desesperación tan solo habían sido el espejismo de una pesadilla que terminó cuando despertó en casa. En los brazos de su señor.

Su  Zhiji .

Con gentileza su marido le colocó sobre la cama. Las pieles que la decoraban se sintieron tan suaves y familiares a tacto. Aun cuando su cuerpo fue girado sobre la cama boca abajo, no sintió la necesidad de abrir los ojos o temer por encontrarse expuesto frente a su marido.

Se sentía tan cómodo, a salvo.

En casa.

Pudo escuchar que Wei Wuxian movió algunas cosas. El sonido de objetos, posiblemente frascos abriéndose llegó a sus oídos, así como el sonido de algo líquido; un increíble y delicioso aroma a orquídeas y hierbas medicinales llenaron su olfato de forma agradable.

Hasta que pudo sentir las manos de Wei Wuxian posarse sobre su cuello.

A pesar de lo inesperado que fue Lan Wangji no se asustó para su propia sorpresa. Por el contrario, se quedó quieto y tranquilo en su lugar; permitiendo que su marido tomara su cabello y lo atara gentilmente. Sin que un solo mechón fuera tirado ni mucho menos exiliado del moño alto en su cabeza.

Con la espalda de Lan Wangji completamente libre, se escucharon algunos sonidos más líquidos que otros. Parecía que Wei Wuxian estaba consiguiendo un poco de aceite. Lan Wangji se quedó quieto, paciente y ronroneando; hasta que las manos de Wei Wuxian volvieron a colocarse sobre su cuello y el mejor masaje que había tenido en su vida comenzó.

Como si Wei Wuxian fuera un erudito en el tema trabajó con cada musculo de su cuerpo, como si las manos de Wei Wuxian conocieran cada centímetro de su ser. La presión adecuada que debía poner en cada línea, cada curva y lo frágil que parecía ser cuando los pulgares de Wei Wuxian frotaban la larga extensión de su columna vertebral. Mandando descargas eléctricas de abajo hacia arriba que lo hicieron temblar; dejando que sus labios  expresaran  la sensaciones que estaba experimentando.

Mnnh .

―Eso es, eres un buen chico para  Huangdi . Tranquilo, este marido tuyo te hará sentir muy bien.

Tal como sus palabras dijeron las manos de Wei Wuxian se movieron como todo un experto, trabajando de forma exquisita sobre la piel de un tembloroso Lan Wangji. Quien solo podía reprimir los ruidos que los extraños cosquilleos producidos por las yemas de su marido, provocaron ante cada toque.

Cada sensación era tan maravillosa  hormigueando  sobre su piel, abriendo cada poro y erizando cada vello de su piel de una forma tan gratificante que parecía prohibida.

Simplemente maravilloso.

―Tu piel es tan hermosa A-Zhan, tan suave bajo mis manos. No importa cuantas veces la he tocado sigue siendo tan fascinante como mi dulce esposo. Al igual que los lindos ruidos que produces. Vamos,  Er-gege , no te  contengas  ante tu amado  Bixia .

―Ah,  Bixia .

―Ese soy yo.

Como una preciosa tortura las manos de Wei Wuxian no se apartaron de Lan Wangji, trabajando de abajo hacia arriba con excelencia. Pasando por sus costados y produciendo cosquillas en su cintura cuando tocaron tentativamente por debajo.

Lan Wangji solo pudo temblar entre sus manos. Inexperto a cada sensación que era tan nueva y tentadora, sintiéndose tan asustado como emocionado por este acto que parecía inofensivo. Tan prohibido y desvergonzado.

Y sentir la respiración de Wei Wuxian a un lado de su cuello cada que se acercaba a esa zona, era aún más extraño y tentador que era imposible callar ante ese cruel juego; que obviamente era su marido burlándose de su sensibilidad.

Cuando el masaje terminó Lan Wangji solo pudo suspirar aliviado y un poco decepcionando. Su corazón latía como si de una estampida se tratara, su respiración estaba acelerada. El hormigueo sobre su cuerpo era magistral y sus ronroneos siguieron resonando; llenando de satisfacción al hombre que se posó sobre él y le dio suave beso sobre su cabeza.

―Tan bueno para mí,  Er-gege . Has sido un buen chico, ahora  gege  te vestirá.

Wei Wuxian pareció apartarse solo por un momento para volver, lo ayudó a hincarse en la cama y lo vistió con una capa grande que cubría por completo su intimidad.

Su cuerpo fue colocado nuevamente sobre la cama boca arriba esta vez. Sintió algo extraño debajo de su cadera, pero Lan Wangji le restó importancia cuando Wei Wuxian colocó un cojín bajo su espalda; permitiendo que esa pose fuera mucho más cómoda.

Con aquello arreglado su señor tomó sus tobillos  levantándolos  con cuidado y habló:― Mantenlos  arriba para mí, cariño. Este marido te colocara los pantalones.

Entonces sus labios se movieron y aquellas palabras salieron sin que Lan Wangji pudiera hacer nada para detenerlas.

―No es necesario si tendrán que salir otra vez,  Bixia .

Wei Wuxian se  rio  gustoso por aquellas palabras, Lan Wangji solo pudo sentirse avergonzado.

¿Qué habían sido esas palabras y porque las dijo?

Demasiado desvergonzado.

―Cariño, se supone que el desvergonzado de los dos soy yo, ¿Qué fue eso?

El emperador le colocó los pantalones y fue hacia él. Lan Wangji sintió el roce de los cabello negros sobre su cuello, al igual que el peso de algo más que estaba entrelazado con los cabellos de su marido. Sus manos se levantaron, buscando a tientas hasta que estas fueron sostenidas por un par de manos más grandes que las suyas; mismas que lo guiaron hacia aquello que quería tocar.

Sus ojos se abrieron solo para sentir que estaban atrapados por la bruma de algo que no le permitía ver adecuadamente a su marido. Sus dedos se encontraron con las hebras negras, que al parecer estaban decoradas por pequeñas trenzas que se encontraban en cada camino que sus dedos tomaban.

Hermoso. Sedoso. Espeso. Le gustaba el cabello de su marido.

Incluso aquellos mechones rojos y dorados, que brillaban como llamas vivas eran lo más hermoso que había visto en su vida.

Y sus labios volvieron a abrirse para decir algo más.

Bixia  lo prometió.

―¿Lo prometí? ¿Qué fue lo que prometí?

Su ceño se frunció y Wei Wuxian volvió a reír.

Bixia  me prometió un bebé.

Lan Wangji no pudo evitar sentirse atrapado por aquellas palabras. Entre la vergüenza y la familiaridad sus mejillas fueron dotadas de color y los labios de su marido depositaron un suave beso sobre su nariz, haciendo sentir aún más avergonzado.

¿Un... bebé?

―Así es. Este  Bixia  te prometió que haríamos un bebé, pero estas cansado. ¿Qué clase de marido seria si me atrevo a interrumpir el sueño de mi amado?

Como si buscara que aceptara su cansancio las flores de lotos abrazaron a Lan Wangji, enredándose entre su cuerpo. Lan Wangji dio un largo bostezo, sus colmillos brillaron ante su marido que solo pudo reír enternecido ante su terquedad y el poder de las feromonas de su marido lo hicieron rendirse ante la realidad.

Y entonces sus ojos se encontraron. La vista era borrosa pero podía mirarlo, los hermosos ojos violetas de su marido.

Y esos círculos dorados que los  enmarcaban .


 

CAPITAL DEL  IMPERIO-YILING   WEI

Tres días después

 

 

Y Lan Wangji despertó.

El ruido del rayo golpeando la tierra resonó sobre el cielo iluminando la habitación. El vacío entre sus brazos se sintió extraño. Sus manos se posaron instintivamente sobre su vientre.

Lan Wangji se mantuvo quieto por un momento, son poder moverse, preso de un tornado de emociones que lo superaban.

Su corazón latía con violencia, mientras su omega llenaba su mente de voces indescifrables que Lan Wangji temía miedo de comprender. El aroma de Wei Wuxian en la habitación llenaba por completo el olfato. Sin embargo, a diferencia del sueño las especias picantes se combinaban con las dulces, siendo tan fáciles de percibir que era imposible negarlas.

Y eso dolió.

Dolió sin que Lan Wangji pudiera entender el porqué. Su diestra se posó sobre su pecho, buscando calmar los latidos incontrolables que se parecían a una estampida interminable.

Debía calmarse, solo fue un sueño. Todo era un sueño y Lan Wangji solo se estaba dejando llevar por sentimientos inentendibles; y Lan Wangji se calmó.

Sin percatarse que su rostro estaba lleno de lágrimas.

Lan Wangji respiró profundo, sintiendo que había algo extraño en su ser. Ese sueño era extraño, al igual que las sensaciones que había sentido dentro de este. Todo era tan vivido sobre su piel y corazón. Era como si no se tratara solamente de una fantasía, sino más bien...

De un recuerdo real.

Los oídos de Lan Wangji se sonrojaron.

Eso no tenía sentido.

Mucho menos...

―Eres tan travieso,  Er-gege .

¡Desvergonzado!

¡Wei Ying desvergonzado!

Un emperador estornudó en los Túmulos Funerarios.

El ceño de Lan Wangji se frunció con vergüenza, solo para su frente suavizara sus líneas nuevamente. Sus ojos se abrieron, las pupilas doradas yacían dilatadas. Cuando su mirada se posó sobre la almohada de Wei Ying.

Y sin poder evitarlo la tomó entre sus brazos. Abrazándole en el proceso.

Su nariz se hundió sobre la seda negra olfateando el perfume, un dragón bordado en dorado la decoraba, la garra de este atrapando su perla termino siendo cubierta por las yemas de Lan Wangji cuando regresó a la cama y se hundió en su nido junto a ella.

Vuelve pronto, Wei Ying.

Con ese pensamiento en la cabeza, Lan Wangji volvió a dormir.


 

ESTUDIO DEL EMPERADOR

Tres horas después

 

 

Los días lluviosos en el Palacio Rojo no habían terminado, tan solo habían empeorado.

Tras la noticia del secuestro de Wu Meihua, Lan Wangji había decidido mandar una carta a Wu ChangLi para discutir el asunto de su hermano y ayudar en la búsqueda del omega.

Desde que la noticia llego a la familia Wu, el devastado señor Wu WangLi había caído en cama. Así que Wu ChangLi y su hermano Wu ChengQiu estaban cuidando de Luzhou Wu; trabajando arduamente por buscar alguna pista del paradero de su hermano, atentos a cualquier carta de parte de sus captores.

Esto no era algo que Lan Wangji hubiera querido.

Tal vez odiaba a Wu Meihua, lo despreciaba y le tenía el suficiente asco para no querer volver a verlo en su vida. Pero no se atrevería a desearle un destino tan aterrador como estar en las manos de una persona que tal vez no tenía buenas intenciones.

Si Wei Wuxian se enterara de esto en verdad se enojaría.

El punto clave de que el carruaje fuera modesto, pero no demasiado había sido un asunto de precaución. Para así evitar que alguien supiera que Wu Meihua se encontraba en él y sobre todo mantenerle a salvo en camino de su castigo.

Se suponía que solo debía ser llevado con seguridad a los campos de arroz donde debería comenzar a aprender como trabajar en los campos. Que curiosamente alguien hubiera sabido que la persona dentro de aquel carruaje era alguien de casta noble, y peor, que hayan sabido en qué momento preciso atacar solo podía significar una cosa.

Alguien había filtrado información.

La pregunta era, ¿Quién fue?

La carta de Wu ChangLi no había tardado en llegar. Al parecer solo hubo un testigo del acontecimiento. Un pobre aldeano que iba pasando, escuchó los gritos y pudo divisar que una persona estaba llevándose a un inconsciente Wu Meihua en otro carruaje.

El alfa en cuestión intentó escapar, pero alguien apareció en su camino.

Según el testimonio del hombre se trataba de un alfa grande con complexión fuerte y aterradora. Usaba un hechizo que escondía su rostro, pero en algún momento aquel ser le dio una tétrica sonrisa, sus ojos brillaron en rojo y desapareció sin más.

Pero Wu ChangLi y Lan Wangji coincidieron en algo.

Ese tipo había dejado vivo al campesino al propósito.

Y ahora Lan Wangji solo poda pensar una cosa.

Esa persona tenía que ver con el Suibian impostor o era el mismo hombre.

¿Por qué tenía que meter a Wu Meihua en esto?

Preparando las cartas que tenía para Lianfang-Zun, Nie Dingbang y su hermano, Lan Wangji miró el sello del Fénix que ahora decoraba la mesa a lado del sello del dragón. Sin embargo, prefirió tomar el sello de Yiling Wei y selló las tres, cerrándolas cuando la tinta se secó.

Aunque Lan Wangji había considerado que la idea del mayor Wen de investigar a cada uno de los aliados de los reyes, en especial a Su Minshan, lo creyó arriesgado.

Si no había crimen alguno no había porque temer. Sin embargo, eso no significaba que Lan Wangji haría eso ante los ojos de todos.

Si había un traidor entre los aliados lo que menos necesitaba era que este se enterara de su investigación.

Entre los documentos que el concejo, el inmortal Fuxue y Shuanghua le habían entregado. Alfas como el líder del clan Yao y el líder del clan Baling Ouyang aparecían como los principales culpables de los rumores exagerados sobre su marido. Siendo el rumor del supuesto harem de tres mil bellezas el más famoso.

Lan Wangji frunció el ceño.

Al parecer todo comenzó cuando Wei Wuxian tuvo aquella pelea con los lideres que lo acusaron de asesinar a Jin Guangshan. El alfa se llevó a los Wen con él, se asentaron en las ruinas del palacio abandonado en la cima de Yiling y varios omegas comenzaron a buscar al emperador.

Para muchos fue extraño ver a tantas bellezas llegar de la nada a Yiling, como salmones cruzando el mar para llegar a un río tan solitario; buscando algo que muchos llamaban un depredador.

La gente de Yiling quienes conocían al Tercer Príncipe Jiang que abandonó su corona, sabían mejor que nadie a quien ahora ellos llamaban orgullosamente su Patriarca no era una mala persona, por el contrario.

El amable joven que ahora cuidaba Yiling era agradable, sociable, respetuoso con todos sin importar la casta y parecía tener una curiosa afición por la agricultura; en especial el cultivo de papas. Así que cuando vieron omegas asustados que preguntaban por él con urgencia y pasaron sus pruebas de no ser enemigos, no dudaron en dar su dirección.

Después de todo, el joven maestro Wei siempre estaba dispuesto a ayudar, ya fuera cargar con un costal para ayudar a una anciana del pueblo o evitar que las bestias se atrevieran a entrar al territorio de Yiling. Su Patriarca no dudaba en usar sus habilidades para proteger a la gente indefensa.

Así que pensaron que no tendría problemas en ofrecerle su ayuda a omegas que parecían haber escapado de casa. Si se trata de víveres ellos estaban dispuestos a ayudar hasta que las cosas mejoraran.

Y lo hizo, Wei Wuxian les dio asilo. Y los rumores de que el Patriarca Yiling le ofrecía un techo a los omegas que necesitaban escapar de una vida cruel no hizo más que crecer.

Así como el número de omegas que llegaban en Yiling buscando refugio.

Había muchas historias que podían contarse. Omegas que escapaban de un horrible trato de matrimonio con un alfa o beta despreciable. Omegas casados o viudos que estaban abandonando familias crueles que los despreciaron por no dar crías.

Había otro tipo de historias también. Como los omegas que habían sido deshonrados por un alfa cruel y eran despreciados por sus familias. O los omegas que estaban cansados de trabajar en los burdeles donde los maltrataban.

Incluso había omegas de reputaciones dudosas que al parecer habían tenido que recorrer el camino del asesinato para sobrevivir de sus depredadores.

Muchos omegas preguntaron si había un precio por pedir asilo al Patriarca Yiling. Las personas de Yiling los calmaron y les dijeron que el único precio era ayudar a levantar la casa del Patriarca con trabajo duro y honestidad.

Por obviedades el trabajo duro era ayudar en los campos de cultivo y ayudar a construir más casas para los refugiados.

Lan Wangji no pudo evitar sonreír cuando llegaron a esa parte de la historia.

Eso era muy Wei Ying.

Sin embargo, contrario a las verdaderas acciones de Wei Wuxian o lo que Yiling sabia mejor que nadie, los clanes remotos miraron aquello con otros ojos.

Entonces los rumores de que el Patriarca Yiling estaba reclutando un harem no se hicieron esperar.

Y el líder del clan Baling Ouyang, que era débil ante los rumores no pudo evitar escuchar atentamente todo. Menos compartirlo casual y descuidadamente con el líder Yao en un banquete de Lanling Jin.

Lan Wangji no pudo más que negar con el ceño fruncido.

Un harem de tres mil bellezas dispuestas a actuar como dóciles criaturas ante su señor, así como dispuestas a sacar las garras como fieras hambrientas capaces de asesinar a todo aquel que se atreviera a intentar invadir el territorio de su señor.

Esas personas habían sido tan desagradables en crear todos esos rumores. Incluso metieron a Wei Ying en un problema cuando se atrevieron a enviarle tributos que incluso tenían solo doce años, como una forma de ganarse el favor del Patriarca y evitar ser destruidos por su aterrador poder.

Desagradable.

Pero como podría esperarse de Wei Wuxian, el alfa los convirtió en los primero discípulos de Yiling Wei en vez de lo que los señores habían deseado.

Y ahora varios de esos niños estudiaban y trabajaban en el palacio buscando ayudar tanto como podían. Siendo los niños que trabajaban en el séquito Feng la muestra de ello.

Tomando en cuenta todos estos rumores, las personas sospechosas por su creación y el asunto de la terquedad de Su Minshan por intentar... lo que sea que estuviera intentando con sus campañas mediocres contra Wei Wuxian, Lan Wangji tenía mucho trabajo.

―A-Qing, A-Lian, A-Yun, A-Xiao.

―Si, su Alteza Imperial.

―Quiero que preparen cuatro cuervos más, cada uno debe llevar una carta a cada reino. Aparten a esos cuervos para el intercambio con los tres reinos y Luzhou Wu.

―Comprendido.

Sellando la carta que había preparado para Wei Ying con la última información obtenida sobre ambas situaciones, Lan Wangji levantó la vista, tomó la bolsa qiankun que había preparado para esto y lo guardó cuidadosamente buscando con su energía que no fuera tan pensando.

Entonces llamó.

―Anhelo.

El cuervo bajo de su palo hacia el escritorio, Lan Wangji colgó cuidadosamente la bolsa en la espalda del cuervo con un hechizo protector y una barrera para que la lluvia no detuviera su camino. Lan Wangji le dio el permiso para salir volando por la ventana con la vista del cielo nublado presente.

Regresando la mirada al frente, Lan Wangji se dirigió hacia los miembros des séquito Feng y Long; quienes ya se encontraban en sus asientos.

―¿Qué información tenemos sobre el caso del impostor del señor Suibian?

Xiao Xingchen fue el primero en hablar.

―Al parecer esta persona tiene la misma complexión que el señor Suibian. Hay algunos aspectos extraños mencionados en el informe del rey Nie, según. El testimonio del inmortal Zidian dice que esta persona no está interpretando al cien al señor Suibian; ya que hay varios elementos que no concuerdan con la imagen.

Xiao Xingchen se levantó de su lugar y le paso un rollo en donde todo se explicaba.

―El primer elemento detectado fue que la imagen de la memoria fue misteriosamente manipulada para mostrarse invertida, como si se tratara de un hechizo espejo. Debido a este hechizo no se podía notar que el individuo en cuestión es zurdo. El señor Suibian es diestro, su Alteza Imperial.

Tal como Xiao Xingchen había dicho, el retrato que se obtuvo de aquella memoria estaba colocado de forma correcta.

―Según el señor Zidian, para hacer algo como extraer un núcleo es necesario tener un absoluto control del miembro con el que se está haciendo. Por obviedad debió haber usado la mano derecha. Pero uso la izquierda.

―El segundo elemento a considerar se encuentra en sus gestos, cada uno de ellos esta invertido. Cuando el señor Suibian hace esa expresión en especial parece tener una manía en especial. Frunce la ceja derecha mientras levanta la izquierda. Sin embargo, el impostor hizo lo contrario.

Luo Qingyang no pudo evitar comentar.

―Es como si hubiera aprendido a imitarlo a través de un espejo.

Lan Wangji también lo pensaba.

―Joven príncipe Nie, ¿Qué es lo que ha investigado?

Nie Huaisang tomó la palabra.

―Como alguien que conoce al señor Suibian desde hace mucho, puedo asegurar que jamás ha ido a un burdel buscando los servicios básicos de los mismos. Pero decidí investigar cada uno de los motivos por lo que alguna vez fue, así como las misiones que lo obligaron a acudir a alguno.

Poniéndose de pie pasó a Lan Wangji una hoja simple en donde estaba escrita la información.

―El señor Suibian solo ha acudido diez veces en ciento cincuenta años bajo el servicio de Yunmeng Jiang a los burdeles de Yunmeng Jiang. Tres han sido por casos de fantasmas de agua, dos por rumores sobre Huli Jings consumiendo la energía de los clientes y cinco... para ir por el señor Zidian en situaciones de emergencia.

―¿Qué hay de este número once en la parte trasera?

―Esa fue bajo el servicio de Yiling Wei. Ocurrió días antes de la partida hacia Huangling. Ese dato lo obtuve por el señor Zidian, la persona con la que se encontró. El motivo de su reunión fue para hablar sobre la situación entre... los orgullos de Yu Ziyuan.

Lan Wangji analizó aquellas palabras con cuidado.

"―Lan Zhan, hay muchas cosas de mi pasado que hice mal, muchas cosas que aunque en el momento me sentí orgulloso hoy en día desearía jamás haber hecho. Otras son cosas que no he querido enfrentar por miedo a la realidad y unas más por miedo a mí mismo; pero ya no puedo escapar de ello y menos seguir así"

Los orgullos de Yu Ziyuan.

"―Cada una de ellas son cosas que quiero contarte, que planeo hacer. Sin embargo, para poder hacerlo tranquilamente tengo que deshacerme de la mayor fuente de mis problemas..."

Lan Wangji negó en el interior de su mente. Este no era el momento para pensar en eso.

Las palabras de Nie Huaisang continuaron.

―Fuera de estos momentos, el señor Suibian no ha buscado ese tipo de servicio ni se ha acercado a los barrios de placer.

Luo Qingyang tomó la palabra.

―Hemos revisado todo lo que se sabe de Polilla de Oro y fuera de su actitud arrogante o burlona hacia los jóvenes, el señor Suibian tiene un historial complemente limpio.

Qin Su no pudo evitar comentar.

―¿Cuáles serán las verdaderas intenciones de ese hombre para usar el rostro del señor Suibian, si Lycoris Radiata en realidad está matando criminales?

Wen Qing tomó la palabra.

―Lo importante ahora es que evitemos que esto salga de los grupos aliados. Sin embargo, existe el riesgo de que esa persona lo revele ante el mundo si sus intenciones son malas.

Lan Wangji suspiró cansado, su voz fue concisa.

―Necesito que preparen todas las pruebas que puedan obtener del caso. Quiero que un nuevo grupo se prepare para partir en busca de esta persona en especial. Sin embargo, señor Fuxue, señor Shuanghua, quiero que se queden el palacio; por nada debe quedar desprotegido.

―Como ordene, Su Alteza Imperial.

Y así los omegas del sequito Feng partieron, dejándolo solo con Wen Qing y Bichen.

―Se está presionando mucho.

Los ojos claros del Fénix de Jade miraron a la doctora en silencio.

Lan Wangji ya no tenía secretos para su séquito, menos para su doctora de cabecera. Cuando se trataba del caso de Wei Wuxian todos en este lugar buscaban lo mismo; ayudar. Que incluso alguien como Nie Huaisang estuviera dispuesto a dar su vida por el emperador era la muestra de la firmeza de la lealtad de Yiling Wei para Wei Wuxian.

No obstante, Lan Wangji se seguía sintiendo preocupado por el asunto de Wu Meihua y más por notar que la barrera de resentimiento que protegía el palacio últimamente se veía algo delgada.

Necesitaba que Wei Wuxian volviera a casa, pero sobre todo, necesitaba resolver esto en cuanto antes para que Wei Wuxian ya no tuviera que seguir con ese cultivo.

―Han pasado tres días desde que él no está aquí. El silencio se siente muy extraño en el palacio y parece que a usted también le está afectando.

―... Hmn.

Cuando Wei Ying estaba aquí las cosas eran diferentes.

Se podía escuchar su voz por doquier. El ambiente era muy cálido, feliz por ver la sonrisa de Wei Wuxian como poder ver su sonrisa entre los pasillos.

Sin embargo, desde que Wei Wuxian se fue y el asunto del impostor apareció, el ambiente se sentía tan tenso como las cuerdas de un guqin; que con la menor presión posible podrían romperse catastróficamente.

La gente del palacio estaba preocupada por su señor y Lan Wangji también.

―Se que mis palabras pueden no ser suficiente, pero debe confiar en que el emperador lo hará bien. El emperador es el cultivador más fuerte que conozco, él volverá a casa como debe ser.

―Hmn.

―¿Alteza? ¿Hay algo más que le preocupa?

―Yo... creo que necesitare los supresores que la doctora Wen me recomendó.

Wen Qing le miró sorprendida ante su decisión. Solo había sido una pequeña sugerencia, considerando el cambio de ambiente entre Gusu y Yiling. Sin embargo, el Fénix de Jade la había considerado y había aceptado la idea de permitir que Wen Qing le preparara supresores para su celo.

Eso era un buen avance.

―¿Su Alteza Imperial ha considerado también la idea de dejar de usar la faja de omega?

―Hmn, este día pedí que omitieran la faja. Se siente un poco extraño, pero no es desagradable.

―Es una gran decisión, vera que se sentirá más cómodo. Los dolores abdominales que siente durante su celo también son por la faja para omegas; si permite que su cuerpo se acostumbre a estar sin ella solo tendrá que preocuparse por mantener su vientre caliente.

―Hmn, gracias doctora Wen.

―Hmn, comenzare a prepararlos, cuando los tenga listos se los traeré.

Y así, la doctora partido hacia el consultorio médico. Dejando solos a Bichen y Lan Wangji.

Cuando Bichen sintió que era seguro hablar, llamó.

―Wangji.

―¿Hmn?

―Yo... quisiera hablar de algo importante.

Los ojos dorados buscaron su figura de inmediato, mirándole con curiosidad. Como un lindo conejo de orejas bajas en medio de la pradera. Y Bichen supo que ya no había manera de escapar cuando Lan Wangji extendió su mano, pidiéndole que tomara asiento frente a él.

Dejando su lugar a lado del trono, Bichen caminó rodeando el escritorio; tomó un de las sillas y se sentó frente a Lan Wangji. Sus manos se entrelazaron entre sus túnicas.

Había pensado por tres días como hablar esto con Lan Wangji y tras lo que había pasado con Chenqing y las miles de preguntas que esto le había generado; como su conversación con Shuanghua y Fuxue. Bichen sabía que ya no podía extender esto por más tiempo.

Era hora de cumplir con el deber que su corazón le pedía.

Así como cumplir con el deber que prometió ejercer hace doscientos años atrás.

―Wangji... voy a dejar Gusu Lan de forma definitiva.

La sorpresa apareció de forma inevitable en los ojos de Lan Wangji. El omega ya había intuido que algo estaba pasando sobre la mente y el corazón de Bichen, pero no sabía que entre ello eso en especial era algo que realmente querría hacer.

―Yo... hay algo que no te he dicho porque temía contarlo y temía tu reacción. Mas porque ese fue el motivo principal por el que estuve intentando presionarte para que nos fuéramos de Yiling. Yo... me disculpo por eso. Pero ahora que las cosas se volvieron así también he tenido tiempo para pensar y enfrentar mi problema; así como resolver mi propia situación.

Lan Wangji no habló. Permitió que el guardián continuara bajo su propio ritmo; escuchando pacientemente todo lo que tenía por decir.

―Hace mucho tiempo, cuando eras niño me preguntaste cual fue la razón por la que me uní a Gusu. Te conté que quería proteger a mi ser amado, mi pareja destinada; pero jamás te conté mi historia. No fue porque no quisiera hacerlo, sino que en ese tiempo era muy difícil para mí recordar sin que doliera. Pero ahora todo es diferente.

Entre sus túnicas Bichen encontró algo en especial, algo que había logrado evitar que los sacerdotes se llevaran de sus cosas gracias a la ayuda de Shuoyue. Y algo que ya no tenía por qué ocultar por más tiempo.

―Hace mucho tiempo atrás, cuando era solo un discípulo conocí a esa persona, él era el hijo de una persona importante, un joven maestro inocente, pero demasiado entusiasta. A veces demasiado inquieto; me caía mal. Pero con el tiempo ambos fuimos conociendo al otro y me enamore de él.

Lan Wangji no pudo evitar prestar atención a cada detalle, era la primera vez que Bichen le contaba algo de sí mismo.

―En nuestra secta no había prejuicios sobre aspectos como la virginidad y esas cosas; así que cuando cumplimos diecisiete años... ―El rojo tiñó sus mejillas―. Formalizamos nuestra relación. Era un buen alfa; por eso confíe en él. Ninguno de los dos quería hijos, así que nos cuidamos y seguimos juntos por mucho tiempo; tampoco era como si pudiera escapar o lo intentara.

El recordar cómo después de eso Suibian se volvió más pegajoso y cariñoso después de eso fue algo divertido, Suibian siempre fue como un cachorro demasiado grande, demasiado lindo para que no amara cada fase suya.

―Ambos decidimos contarles a sus padres, ellos eran muy amables conmigo. Yo... nunca tuve una buena relación con mi familia biológica, así que ellos se volvieron mi familia. Vivimos de esa manera por algún tiempo hasta que logramos preparar todo para la boda. Y cuando cumplimos veinte nos casamos. Vivimos felices por mucho tiempo; trece felices años. Sin embargo...

La sonrisa de Bichen se apagó en ese momento, Lan Wangji solo pudo escuchar.

―El día de la Masacre de Cang Qiong llegó y los días felices terminaron. Él siempre ha sido muy terco; quiso venganza. Pero quería protegerme, así que el tonto inicio una pelea. No pensé bien las cosas; solo la continúe y nos separamos. Y entonces él... se unió al grupo del Joven Maestro Shen y fue a la guerra.

A esas alturas, ya tenía entre sus manos una caja; la misma con la que jugaba entre sus manos.

―Sin embargo, él hizo algo que lo puso en peligro ante los ojos del mundo. Yo tenía miedo de que algo le pasara. Le había perdido la pista, pero sabía que cuando apareciera habría problemas. Así que hice lo único que podía hacer... me uní a Gusu Lan y al hacerlo rompí nuestros votos matrimoniales.

Lan Wangji ahora comprendía mejor. Bichen continuó.

―Por mucho tiempo no nos vimos realmente, hasta que tu boda llego y lo encontré aquí. Las cosas eran diferentes, ahora dos vidas dependían de nosotros; temíamos por ustedes y el futuro. Sin embargo, las cosas cambiaron entre Wei Wuxian... y de la misma manera cambiaron entre él y yo.

―Bichen.

―Wangji... mi pareja destinada; el alfa con el que me case y del que me divorcie hace doscientos años... es Suibian.

Entonces la mayoría de las piezas que Lan Wangji había analizado por fin se unieron.

Bichen, el omega que había cambiado su libertad por la protección de su destinado, era nada más y nada menos que ese omega del que se hablaba que el Joven Maestro Shen se había enamorado.

Y el señor Suibian no era otro más que Luo Dongxing.

Pero Lan Wangji no lo comprendió.

¿Por qué alguien de gran prestigio y honor que había peleado hasta el final por su familia y era digno de volverse en una brillante estrella para ser recordada, de todos los nombre existentes para remplazar el suyo en un disfraz había elegido un nombre tan singular como Suibian?

El admirable maestro Luo Dongxing era el príncipe heredero del Reino Demoniaco, además era el heredero del legado del Gran Omega Inmortal. Incluso era el verdadero dueño del palacio abandonado de Qishan Wen. Después de todo, ese era el antiguo palacio Huan Hua que Wen Mao había robado a los Luo.

Wei Ying no quería ese palacio para sí mismo. Había considerado la idea de hacerlo una escuela, pero tambien había pensado que si ese proyecto fallaba era mejor simplemente restaurarlo a como era cuando aún se llamaba el Palacio Huan Hua.

Y esperar a que el señor Suibian por fin estuviera listo para revelar su verdadera identidad; tomándolo como su palacio como debía ser.

Después de todo, aunque parecía que Wei Ying tenía sentimientos encontrados sobre algunas cosas que no contó en su diario, él admiraba mucho al Joven Maestro Shen. Era su ideal. La fuerza con la que Wei Ying había peleado por su familia la había obtenido de pensar en lo que siempre quiso ser.

Un héroe como Luo Dongxing.

Sí, el admirable maestro Luo Dongxing era alguien que incluso hoy en día era admirado no solo por Wei Ying, había muchas personas en YuZhong que aún le admiraban y deseaban que un día baja del cielo, en donde las leyendas más ocurrentes explicaban que se escondía como una estrella.

Como la estrella del oeste.

La estrella más cercana a la tierra que siempre estaba al pendiente de ella.

Por eso, Lan Wangji no entendía porque el señor Luo había elegido un nombre como Suibian para sí mismo.

Suibian significaba "Lo que sea". Para muchos podría sonar como algo vago o tonto. Para otros sería una comedia estúpida, un mal chiste que produciría burla si esa persona no diera tanto miedo. Pero para Lan Wangji...

Suibian... era un nombre muy cruel.

Como si todo lo que esa persona vivió le levara a reflejar como se sentía sobre sí mismo con ese nombre.

Sus ojos volvieron a Bichen. No sabía si le había contado esto como una manera de proteger a su Alteza Imperial, el Príncipe imperial Luo Dongxing. Como una manera de mostrarle que no había manera de que él fuera un traidor, que podía confiar en Su Alteza Imperial Luo.

Lan Wangji negó.

Detente.

Estas pensando de más otra vez.

Debía escuchar a Bichen primero y luego pensar en ello sin desviarse del tema.

Así que por fin Lan Wangji comentó. ―Hmn, lo sé.

―¿Lo sabias?

―Lo deduje.

Y el rostro de Bichen se tornó tan rojo como las rosas de primavera.

―Al inicio creí que me estaba confundiendo... pero te ves muy feliz a su lado para negarlo.

¡Estúpido Suibian! ¡Esto era su culpa!

En los Túmulos Funerarios un guardián estornudó.

―Yo... lo que quiero decir es que Suibian y yo hablamos de... nuestra situación y decidimos que queremos estar juntos. Suibian y yo... ah... hemos considerado que tal vez podríamos casarnos otra vez. Pero primero cerraré formalmente mis lazos con Gusu Lan. Sin embargo, yo... no quisiera romper mis lazos contigo.

Oh.

Lan Wangji sintió que sus oídos lentamente se calentaron, su corazón palpitó alegremente ante aquellas palabras y el ver en los ojos de Bichen ese cariño especial solo para él, lo hizo sentir que en realidad su corazón nunca estuvo navegando contra corriente.

―Sin embargo, yo... desearía también ofrecer mis servicios a Yiling Wei y ayudar al clan, si Wei Wuxian nos lo permite.

Oh, así que era eso.

Lan Wangji se reprochó mentalmente por solo pensar en una opción y no en algo diferente.

―Hmn, Wei Ying estará de acuerdo.

―¿Lo crees de verdad?

―­He hablado con él sobre ello. Después de todo, según nuestro contrato cuando me casara... debías volver a Gusu, pero nuestra conexión me dijo que no deseabas romper el lazo; y yo tampoco.

―Wangji.

―Bichen no tiene que preocuparse, Wei Ying te aceptara aquí sin importar que.

Bichen le dio una cálida sonrisa, pero la sonrisa se apagó cuando también recordó el otro aspecto más importante a tratar.

―Wangji... yo... quería pedirte un favor.

―Hmn.

―Wangji, ¿podrías hablar con Wei Wuxian sobre la posibilidad de darle asilo en el Palacio Rojo a tu tío?

¿Su tío?

―¿Qué pasó?

―Él no me dijo nada pero sé que con lo que está pasando los ancianos desquitaron su furia con Qiren restregándole el pasado. Se que temes por la opinión de Qiren sobre tu matrimonio con Wei Wuxian y la adopción de A-Yuan... pero puedo asegurarte que él no los juzgara.

Lan Wangji tenía sus propias sospechas sobre el pasado de su tío y la identidad de la persona que había amado. Pero Lan Wangji no quiso pensar en eso, solo recordó una cosa.

"―¿También quieres que el Mayor Lan venga a vivir aquí? Ah, él me matará, pero si quieres también puede venir. Todos los  Lans  que quieras"

El recuerdo le hizo sonreír.

―Bichen no tiene que preocuparse. Wei Ying me dijo que tengo la misma autoridad que él en el palacio. También me dijo que podía traer a quien quisiera a vivir aquí. Él tío puede venir y quedarse aquí todo el tiempo que quiera; incluso si es para siempre.

Como podía esperar de Wangji. Este niño amaba mucho al omega que podían considerar su segundo padre omega.

―Tu tío te extraña mucho, aunque no lo creas le alegrara mucho ver lo feliz que eres aquí.

Lan Wangji no pudo evitar sentir la diversión en su corazón.

Wei Ying de verdad lloraría mucho por esto, pero sabía que Wei Wuxian estaría de acuerdo cuando supiera el contexto.

Tal vez debía contarle a Wei Ying sobre el sueño de su tío de tener una barba.

Su amado era muy listo. Si podía considerar hacer un talismán para hacer crecer su cabello, crear un talismán o hechizo para hacer que un omega tuviera barba también podría ser algo posible para él. Más si lo persuadía diciéndole que eso haría que su tío confiara más en él; en un futuro en donde tener hijos era un plan mutuo.

Sin embargo, algo vino a su cabeza.

"Bixia me prometió un bebé"

Y sus oídos enrojecieron ante esas memorias.

Notando su inusual aspecto avergonzado, como el dulce aroma que provino de las florecientes orquídeas y jazmines en su jardín bañado en timidez; Bichen no pudo evitar preguntar:―Wangji ¿está todo bien?

Y solo así, Lan Wangji pudo aceptar.

―... No.

Oh.

Así que por eso se veía algo perdido en sus pensamientos.

Bichen había aprendido con el tiempo que nunca debía presionar a que Lan Wangji dijera algo que había en su cabeza, a menos de que la situación lo necesitara. Así que se quedó quieto en su lugar, jugando con la caja de madera que guardaba su anillo de matrimonio entre sus mangas. Y permitió que Lan Wangji se tomara su tiempo para hablar.

Lan Wangji se mantuvo en silencio por un momento.

Antes de llegar a casa y saber lo del sello, Lan Wangji había tenido un pequeña charla con una muy sorprendida Wen Qing; quien le explicó que el libro que había conseguido con respecto a los alfas en realidad era muy bueno.

Así mismo el primer día de vuelta al palacio le había proporcionado otros libros con respecto a la sexualidad, como le había proporcionado una clase sobre varios aspectos relacionados al tema.

Ella había explicado que era necesario que comenzara a comprender las funciones de su cuerpo y mente como algo natural, alejándose del prejuicio que Gusu Lan le había enseñado.

Por mucho tiempo Lan Wangji había escapado de intentar comprender su propia intimidad por temor a romper las reglas. Mucho más cuando se trataba de la parte más privada de su cuerpo. Pero ahora que estaba en Yiling y había decidido que quería darse un espacio para procesar y superar el trauma que había vivido ese día, Lan Wangji ya no quería escapar.

Poco a poco, había dicho Wen Qing. Por el bien de su mente y cuerpo debía ir poco a poco. Y Lan Wangji lo entendió.

Wen Qing le había aconsejado leer primero la teoría. Comprender la función de cada parte poco a poco. El siguiente paso sería descubrir la apariencia, intentar entender como era su cuerpo. Aceptarlo como algo natural y apreciarlo.

Lan Wangji no tenía problemas de disforia de género, ni se sentía mal siendo un omega. Estaba bien consigo mismo, así que era más fácil aceptar que había cosas en sí mismo que no podía controlar.

Por ella tal vez no se sintió tan asustado cuando descubrió que a su omega le gustaba mucho Wei Wuxian. Se sentía seguro con él y además, la idea de pensar aparearse con él no era desagradable o aterradora.

Después de todo, Wei Ying era muy gentil y amable. Le había demostrado en muchas ocasiones que estaba a salvo a su lado, que no había presión por el apareamiento y que todo estaría bien.

Por ello que su omega anhelar más abrazos y besos no le pareció raro. Menos cuando se dio cuenta que le gustaba cuando Wei Ying lo olfateaba y deseaba que olfateara su cuello. Aun cuando era vergonzoso no parecía malo.

Menos la curiosidad sobre qué eran los besos profundos y que sentía.

Aquellos libros, tal como le dijo Wen Qing le ayudaron como una manera de evitar que enfrentarse a las nuevas reacciones que su cuerpo estaba teniendo con el aroma de Wei Wuxian de forma negativa. Después de todo, al parecer también su omega estaba anhelando algo así.

Poco a poco, había dicho Wen Qing y Wei Ying y Lan Wangji estaba de acuerdo con eso.

No había prisa.

Sin embargo, ese sueño en especial no se parecía en nada a algo relacionado a sus sentimientos o el anhelo que su omega tenía por el alfa de su marido.

―...Yo... tuve un sueño extraño otra vez.

―¿Extraño?

Lan Wangji se sentía un poco avergonzando, no sabía si eso podría considerarse un sueño húmedo o no. Wen Qing le había explicado que era uno, en que consistían y cuales podrían ser las reacciones normales de su cuerpo ante ello.

Sin embargo...

―Yo... no fue precisamente un sueño común. No era una pesadilla, más bien... parecía un recuerdo.

Mucho más si tomaba cierto momento sal final de ese sueño.

Lan Wangji no recordaba eso, pero algo dentro de sí le decía que era importante.

―¿Un recuerdo?

―Hmn.

Últimamente esos sueños no dejaban de molestarlo.

Lan Wangji no había vuelto a tener ninguna pesadilla que le hacía despertar en crisis, le agradaba eso. Pero la familiaridad de aquellos lugares en los despertaba, la sensación de haber vivido eso como la comodidad intima que tenía con Wei Wuxian en esos sueños; era algo que le llamaba la atención.

Lo más extraño era que en ellos no podía mirar bien a Wei Ying.

O siempre estaba de espaldas a su marido o su vista era muy borrosa; impidiéndole verlo.

Eso era muy extraño.

Omitiendo algunos aspectos... innecesarios, Lan Wangji le contó a Bichen un poco sobre el sueño. Lo más rescatable era el aspecto de que Wei Wuxian y él eran pareja como en la mayoría de los sueños.

―Eso es muy extraño.

―Hmn.

―Tal vez es una manera en la que tu omega te dice que es lo que desea que se vuelva el siguiente paso entre Wei Wuxian y tú.

Entonces varios escenarios vinieron a su cabeza.

Masajes, aguas termales; una cómoda cama llena de pieles. Besos húmedos y un ambiente demasiado intimo para ignorar.

Pero sobre todo el firme y fuerte torso desnudo de su marido tan cerca de sus manos. Pectorales grandes tan suaves entre sus dedos que hacían inevitable el tocarlos. Permitiendo que sus yemas pudieran pasar por cada musculo, por cada línea y cicatriz sin un solo obstáculo en su camino.

"―Eres tan travieso,  Er-gege "

Los oídos de Lan Wangji fueron rozados con el color de la vergüenza.

―Yo... creo que solo me estoy sugestionando.

―¿Dices que comenzaron desde la primera noche del viaje de regreso de Huangling?

―Hmn.

―Que extraño.

Entonces la puerta se abrió, dándole paso al pequeño A-Yuan.

―¡Bába!

Dejando de lado aquella conversación, Lan Wangji se concentró en recibir entre sus brazos al pequeño A-Yuan; que camino alegremente hacia su padre. Extendió sus brazos hacia él y se abrazó a Lan Wangji cuando el omega le tomó en brazos.

Hmn, se estaba sugestionando.

Después de todo, en solo tres meses había descubierto que los sueños que había enterrado con la resignación por fin podrían cumplirse tal como había deseado. Había descubierto que se había casado con el alfa más dulce jamás conocido y ahora incluso tenía un hijo que adoraba.

Sí, demasiadas emociones en tan poco tiempo. Solo era sugestión.

Todo estaría bien.


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Lan Wangji había descubierto algo interesante.

El caballo de su marido de verdad era bastante especial.

A diferencia del precioso Yanwu, tan dócil, amable y amante de los mimos que Lan Wangji adoraba proporcionarle. Baojun, tan arrogante como su nombre era un espécimen tan hermoso como difícil de alimentar.

―Este es tu tercer día sin comer.

El caballo movió la cabeza, como si asintiera.

Desvergonzado.

La única razón por la que Baojun no se había deshidratado era porque su bebedero había sido llenado hasta el tope por Wei Wuxian; así como había limpiado perfectamente el lugar. Lo había bañado, cepillado y arreglado un día antes de la conversación que tuvieron en la biblioteca interior.

Aun así, eso no era una razón menor para que Lan Wangji no se sintiera preocupado por el animal.

―Tu amo estará triste si sabe que no comiste.

A-Yuan jugaba con Yanwu; quien permitía que el cachorro acariciara su cabeza y lo alimentara con los ojos de Bichen atentos por cualquier cosa. Así que Lan Wangji tuvo la confianza de tomar aquella cubeta de madera con hierba fresca, como le gustaba al frisón y caminó hacia Baojun con seguridad de sus acciones.

Hoy debía comer.

Aun si no quería.

―Wangji, ten cuidado.

―Hmn.

Lan Wangji no sabía que pensar de ese caballo.

Era muy inteligente, burlón con su amo y arrogante hasta el punto de sentir que nadie podía tocarlo más que su amo; a pesar de lo contradictorio que eso sonaba. Lan Wangji había leído un par de rollos sobre frisones. Su alimentación, su gentil carácter y su amor por sus amos. Sin embargo, entre más veía a este caballo, Lan Wangji creía con mayor firmeza que este caballo en especial era bastante singular.

No parecía un frisón, incluso era aún más grande de lo que se suponía que debía ser un frisón.

―En el extranjero hay un tipo de caballos muy altos, creo que el nombre de la raza es algo como Shire. No recuerdo muy bien. Suibian sabe mejor de eso.

Era como si hubiera crecido intencionalmente para que nadie creyera que podía darle al emperador un caballo más fuerte y más grande que él.

―¿Al señor Suibian le gustan los caballos?

―No en realidad, pero en Cang Qiong teníamos bastantes y además... Yu Ziyuan los amaba. De hecho tenía varios de ellos y eran cuidados en realidad como mascotas bastante exóticas. Tal vez por eso este caballo es así. Demasiado mimado.

Sí, Bichen tenía razón. Este caballo parecía más una mascota que un medio de transporte, pero Wei Ying lo amaba así.

―Come.

Lan Wangji presentó la cubeta ante el caballo. Los ojos negros le miraron en reconocimiento, como si en realidad se tratara de una persona y no de un animal. Aun así se mantuvo quieto y orgulloso en su lugar; sin atreverse a acercarse a la puerta y comer como era correcto.

Lan Wangji no pudo evitar sentir que esto era muy familiar.

Ese caballo era demasiado familiar.

Se sentía como si en verdad lo conociera de hace mucho tiempo atrás.

Tan extraño.

―Si no quiere comer no deberías insistir, Wangji. Recuerda lo que dijo Su Majestad. Ese caballo es muy quisquilloso, no escuchara a nadie que no sea su amo; aun si parece que le encanta burlarse de él. Su Majestad Imperial no debió mimarlo tanto, si no lo hubiera hecho sería mucho más fácil que otras personas pudieran cuidarlo cuando él no está aquí.

Tal vez era así, pero Lan Wangji sabía que aunque Wei Wuxian y su caballo tenían una relación extraña ambos se amaban mucho.

Y ahí estaba.

Sus ojos se encontraron con la profundidad del mirar de Baojun. Las pestañas espesas se batieron con pesadez, como si no hubiera dormido bien y Lan Wangji pudo entenderlo.

Baojun también estaba preocupado por Wei Wuxian.

Posiblemente estaba molesto o incluso se sentía ofendido porque Wei Wuxian había llevado a ese burro llamado Manzanita en vez de él.

A pesar de que siempre peleaban y el caballo parecía gustar burlarse de su amo. Lan Wangji había notado el cariño que ambos se tenían, así como ahora podía ver que ese caballo, escondido en este refugio como si no quisiera que nadie más se atreviera a acercarse a él; esperaba con paciencia y esperanza que Wei Wuxian volviera a casa a salvo.

Los caballos eran sensibles después de todo.

Dejando la cubeta sobre el suelo, Lan Wangji soltó un suspiro comprensivo, se acercó aún más al lugar del caballo. Su voz buscó llegar a él con gentileza.

―También estoy preocupado por él.

El caballo le escuchó con atención sin moverse de su lugar.

―Tu conoces ese lugar mejor que yo, sabes muy bien porque estas preocupado. Pero si enfermas Wei Ying se preocupara mucho más de lo que ya debe estar por tener que alejarse de casa.

Después de todo, Lan Wangji lo había olido.

Aunque intentó tranquilizarlo diciéndole que todo estaría bien y que volvería pronto a casa, Lan Wangji había olido la preocupación en los lotos de Wei Wuxian que había dudado tanto en separarse de él.

Esto era algo difícil para Wei Ying; posiblemente era una carga muy pesada. Y aun así, Wei Ying estaba dando todo de si para poder destruir aquel objeto y proteger a todos como el emperador que era.

―Pero si no nos cuidamos mutuamente él se preocupará más. Wei Ying te ama así como lo amas a él. Si comes te mantendrás saludable y eso hará muy feliz a Wei Ying.

Como si el caballo hubiera comprendido sus sentimientos se acercó lentamente hacia Lan Wangji. Sus hermosas pestañas se batieron en reconocimiento. Y ante un sorprendido Bichen, que se quedó con el nombre del omega en sus labios, el guardián pudo ver como aquel semental permitió que Lan Wangji lo acariciara como si fuera lo más normal del mundo.

Sin poder evitarlo, los ojos de Lan Wangji brillaron con admiración ante la bella criatura que había dejado a lado su orgullo para escuchar sus palabras.

Y con seguridad, Lan Wangji lo acarició, se agachó y ofreció la cubeta al frisón.

Baojun la vio aun indeciso, como si hubiera recordado a su amo hizo un ruido que pareció un suspiro y por fin metió la cabeza a la cubeta; comiendo tranquilamente ante los atónicos ojos de Bichen y A-Yuan.

―Bába es genial, logró que Baojun comiera.

Bichen no tenía duda de ello.

Cuando el caballo terminó todo, Lan Wangji se dedicó únicamente a acariciarlo. La sensación era tan familiar. Demasiado en realidad.

―Debes estar cansado de estar aquí, ¿quieres salir a correr?

Como si hubiera recibido buenas noticias el caballo movió la cabeza como si asintiera. Su pezuña derecha golpeó el suelo con firmeza y Lan Wangji consideró que un caballo tan inteligente como este realmente merecía ser el caballo del emperador.

―Wangji, ¿estás seguro que Wei Wuxian estará bien con esto?

―Hmn.

Baojun necesitaba estirar las piernas. Después de todo, la única persona que le sacaba era Wei Wuxian cuando estaba aquí. Pero sin Wei Wuxian aquí Baojun habita tenido que mantenerse en este lugar.

Eso no era bueno para un caballo tan hermoso y acostumbrado a la libertad como Baojun.

―Bichen, preparemos a Yanwu.

―Como desees, Wangji.

Ensillando a Yanwu, quien se dejó hacer tan dócilmente como siempre, Lan Wangji ato una soga larga que iniciaba en el cuello de Baojun y terminaba en el cuello de Yanwu. Lo suficiente fuerte para que no se soltara fácilmente, pero dejando un espacio agradable para que ninguno de los dos caballos se lastimara.

Su instrucción fue simple:―No corras muy rápido y sé un buen chico. Si obedeces también te sacare mañana.

Para sorpresa de todos el caballo obedeció.

Esperó pacientemente que Lan Wangji subiera a Yanwu y a que A-Yuan fuera colocado adecuadamente el regazo de Lan Wangji, quien una vez arriba inició con un trote tranquilo; seguido por el semental que se colocó a la par de Yanwu. Yanwu relincho alegre al ver que Baojun quiso unirse a ellos, frotando su cabeza contra el frisón que se paralizó por un momento para simplemente regresar el gesto.

Y ante los ojos sorprendidos de los súbditos del palacio Lan Wangji cabalgó con caballo del emperador. Quien por una vez estaba siendo curiosamente obediente ante una persona que fuera Wei Wuxian.

Por seguridad de A-Yuan el ritmo no es demasiado rápido. Lan Wangji logró ajustarse adecuadamente, dándoles la oportunidad de trotar a través de las grandes plazas del palacio. Deteniendo la carrera a un trote lento en los puentes y permitiéndoles extender su camino; aun cuando Baojun tomó la delantera guiándolos a la plaza sur que llevaba a los templos del palacio.

Lan Wangji prestó atención al aroma del ambiente en general, sus ojos miraron el cielo y pudo ver las profundas nubes sombreadas por el agua.

Entonces una gota de lluvia cayó sobre su mejilla.

―Baojun.

El caballo no necesitó que dijera más. Galopo con velocidad, guiando a Yanwu hacia el templo más grande de la plaza.

El hermoso edificio ante Lan Wangji era maravilloso. Las pagodas que se cernían a cada lado de la entrada eran tan hermosas como dos torres vigilantes ante los ojos humanos.

El hermoso arco que daba la bienvenida rebosaba en rojo. Mientras el enorme templo de tonos rojos era el único edificio del palacio que portaba tejas aguamarina. Contrastando con las tejas rojas que caracterizaban a los edificios del Palacio Rojo.

Cuando llegaron frente a la puerta Baojun golpeó el suelo con sus pezuñas, resonando con fuerza al igual que su relinchido. Haciendo notable su impresionante presencia ante los sacerdotes que barrían los escalones. Los ancianos que caminaban casualmente por la zona y las personas que bajaban después de rezar miraron al caballo de su emperador.

Era una vista espectacular.

Sin embargo, los ojos de Baojun que miraban profundamente a un punto hicieron que Lan Wangji buscara aquello que llamaba su atención; buscando lo que llamaba la atención del caballo en el fondo del templo.

Las grandes puertas se encontraban completamente abiertas como siempre, haciendo que la vista del interior fuera muy fácil. Y ahí, en el fondo, la enorme estatua de piedra blanca resplandecía en medio de la luz de las linternas que decoraban el templo.

Era como si Baojun hubiera aceptado salir únicamente para venir aquí.

Fue un pensamiento casual e inevitable, aun cuando sonaba algo ilógico y casi ridículo si lo pensaba bien.

Pero había algo extraño en la manera en la que Baojun miraba hacia aquella estatua.

Algo familiar que hacía que Lan Wangji solo pudiera pensar en lo raro que era en realidad.

Familiar.

Demasiado familiar.

En un solo instante la lluvia comenzó inundando el Palacio Rojo en gotas cristalinas y frías como el día.

De pie en la puerta frente al exterior con A-Yuan en brazos, Lan Wangji miró la flor blanca que su hijo había traído con tanta insistencia antes de dejar a Baojun y Yanwu debajo de una de las pagodas del templo.

Había una linda y brillante sonrisa en los labios de A-Yuan. Sus mejillas yacían rosadas cuando su voz fue dirigida a Lan Wangji.

―¿Bába?

Escondiendo la emoción en su corazón por el llamado repentino, el omega respondió. ―Hmn.

―¿Puedo saludar al Dios Sonriente?

La pregunta lo tomó por sorpresa, sus ojos pasaron sin poder evitarlo a la estatua de piedra blanca, hermosa e imponente como siempre. Posiblemente le gustaba a A-Yuan.

―Hmn. Se cuidadoso y no corras.

―Sí.

Así que sin dudarlo dejo al niño en el suelo. Miró como A-Yuan caminó de forma respetuosa hacia la estatua, dejo la flor en el florero de la mesa baja y se sentó adecuadamente en el cojín frente al dios.

Entonces dijo algo curioso.

―A-Yuan no está hincado, A-Yuan se ha sentado como debe para saludar al Dios Sonriente.

Era algo curioso. Ahora que lo recordaba, Wei Wuxian se había sentado de esa manera el día que fue la Ceremonia de Presentación Espiritual de A-Yuan.

Cuando lo vio al inicio pensó que estaba hincado, generándole cierta confusión cuando recordó una de las normas principales del Dios. Pero cuando lo vio bien. Cuando notó su pose se dio cuenta que esa era la manera formal adecuada de cómo alguien debía sentarse frente a alguien importante.

¿Acaso Wei Wuxian decía algo así cuando venía en las noches al templo?

―Realmente es adorable.

Xiao Xingchen dijo a su lado. Una dulce sonrisa yacía posada sobre sus labios.

―¿El emperador le enseñó a hacer eso?

―Hmn. De todos los fieles que él tiene solo al emperador le ha permitido hacer algo así desde hace mucho tiempo. ¿No es así, Huaisang?

―¿Hmn?

―Sí, cuando el emperador era más pequeño casi siempre era castigado en el Salón Ancestral de la familia real Jiang. Tenía que hincarse frente a los ancestros bastante tiempo para pensar sobre sus errores. Pero el emperador siempre terminaba pasando ese tiempo contándole a la estatua del dios sobre su día.

Lan Wangji no pudo evitar preguntarse cómo pudo haber sido eso.

Su mente trabajo antes de lo que hubiera imaginado.

Un salón ancestral, tablillas familiares y decoraciones de lotos. Un lindo atardecer decorando de dorado el salón con aroma a lotos.

Y un pequeño niño tan dulce como finos capullos de flores de lotos, con una sonrisa tan radiante como el sol buscando hablar con el dios.

Era demasiado adorable para no intentar imaginarlo.

―¿Era así?

―Sí, siempre he pensado que tal vez por eso el dios lo nombró emperador. A pesar de que Su Majestad Imperial estuvo molestándolo tanto tiempo es como si el dios hubiera entendido los sentimientos de Wei Ying por el mundo. Su confusión por las reglas del mundo y su deseo porque esto cambiara.

Así que siempre fue así.

Siempre teniendo ideas tan inusuales para este mundo, para una sociedad tan acostumbrada a que alfa guíe y el omega obedezca.

Aun en el tiempo en el que Lan Wangji todavía no reconocía sus propios sentimientos, el mismo se había dado cuenta de que había algo inusualmente fascinante en Wei Wuxian. En sus ideas, en sus modales, en la forma curiosa en la que trataba a todos por igual y parecía que en realidad los géneros tanto primarios como secundarios no parecían ser nada ante sus ojos.

El imaginar a ese pequeño Wei Ying era demasiado para su corazón.

¿Cómo se habrá llamado a si mismo Wei Wuxian cuando era niño?

Wei Ying le había dicho que le gustaba mucho su nombre de cortesía y Lan Wangji creía que el nombre "Wuxian" había sido hecho a la perfección para su amado marido.

Sin envidia. Eso sonada demasiado Wei Ying.

Lan Wangji no había podido evitar preguntarse cuál de sus padres había sido quien había elegido ese nombre tan dulce para Wei Ying. Después de todo, Wei Ying había dicho que Cangse Sanren fue quien le llamó Ying. Sería interesante saber si ella también le dio ese nombre.

Pero entonces, algo detuvo los pensamientos de su mente.

Ying.

"―¿Sabes, Lan Zhan?, mi mamá me decía A-Ying"

...

A-Ying.

...

Que extraño.

Era como si... ya hubiera escuchado eso antes.

Hace mucho, mucho tiempo atrás.

Lan Wangji negó.

Últimamente está teniendo pensamientos muy extraños, se estaba dejando llevar por sus emociones y contexto actual.

Poniendo sus ojos sobre su hijo Lan Wangji caminó hacia él, mirando con ternura la pequeña figura sentada en aquel cojín. Era tan adorable y tal vez Wei Ying tenía razón al decir que A-Yuan se veía algo redondito.

Como un pequeño y adorable bollo.

Su hijo era adorable, se parecía tanto a su padre. Lan Wangji no podía evitar amar ese aspecto, era como tener a dos crías en vez de una. Aun cuando su marido era un fuerte e imponente señor que podría asustar a cada ser vivo del mundo, era adorable. Como un niño grande que Lan Wangji solo quería mimar y mimar.

Y aun así era menos de lo que Su Señor merecía.

Sin poder evitarlo sus ojos se elevaron de su hijo, quien aún contaba entre susurros su día. El dorado se encontró con el rostro de aquella estatua, sus ojos miraron con atención cada línea, cada forma; su gesto en particular. Aquella hermosa sonrisa suave y dulce, la forma de los ojos debajo de aquella mascara.

Los ojos de Lan Wangji se entrecerraron, las orquídeas se movieron como si fueran tocadas por una brisa llena de dudas. Haciendo que los arbustos donde descansaban los jazmines y los árboles de sándalo se escondieran en una profunda neblina, acompañados por el persistente y penetrante aroma de lotos, especias y madera que lo acompañaba a donde fuera.

Aun cuando el olfato de Bichen no era muy bueno pudo detectar aquella penumbra sospechosa que lo llevó a acercarse al omega. Notó como los ojos de Lan Wangji miraban con demasiada atención la estatua de Taizi Dianxia.

―¿Ocurre algo, Wangji?

―Bichen... ¿esta estatua realmente se parece a Taizi Dianxia?

Bichen se sintió un poco extrañado por aquella pregunta. Sin embargo, contestó.

―Hmn, aunque solo lo he visto a lo mucho tres veces puedo confirmar que esta es una de sus estatuas más realistas. La primera de todas está en el templo Puqi.

Lan Wangji no dijo nada, solo miró una vez más a A-Yuan un momento. Sus ojos se mantuvieron ahí hasta que su vista regresó hacia la estatua del dios; mirándolo nuevamente con mucha atención.

Esto era muy extraño.

¿Por qué Wangji querría saber eso?

Los ojos claros miraban con atención, pero no había nada extraño en ellos. Era como si buscara algo más allá del entendimiento de Bichen, pero era algo agradable.

Un suspiro cansado salió de los labios de Lan Wangji. Los brillantes trozos de oro miraron la estatua dándose cuenta que una vez más estaba dejando su mente volar. Si quería saber algo como eso simplemente debía dejar que la verdad se mostrara ante sus ojos. Tan natural y real como había sido desde que llego aquí; mirarla atentamente sin dejarse llevar por ningún prejuicio y aceptarla tal y como era.

Sin ideologías de su clan interrumpiendo o sus propios miedos, Lan Wangji volvió a hablar.

―Bichen.

―¿Sí, Wangji?

―¿Cuál es la manera correcta de rezarle al Dios Complacido?

Eso era... inusual.

Lan Wangji había sido criado bajo otras... ideologías. Era inevitable cuando esta era la primera vez que Wangji realmente estaba intentando tener contacto con esta persona. Pero Bichen no se materia en algo que Lan Wangji deseaba hacer por sí mismo después de años de solo hacer lo que sus mayores le mandaron.

Debía aprender a soltarlo hacia su independencia.

―Solo tienes que dejar que tu corazón sea sincero. No te arrodilles y no te refieras a él como Bixia, eso es todo.

―¿Crees que él quiera escucharme?

―Aun si fuiste criado con otras creencias sé que él te escuchara.

―Hmn.

Tomando un respiro profundo, Lan Wangji caminó hacia la estatua. Mirando el cajón de palitos de incienso que se encontraba en el altar junto a la comida, las velas y las flores. También había algunas cosas que la gente ofrecía como ofrenda.

Recordando como había alguna vez visto a las personas de Caiyi rezarle Lan Wangji tomó tres palitos. Los encendió con las velas que se encontraban en el altar colocándolos adecuadamente, se alejó un poco sin darle la espalda a la estatua y sus ojos se encontraron con aquel rostro.

Lan Wangji había crecido en un hogar con otras creencias, entre los pasillos del frío Palacio de Jade de Gusu Lan resignado a su futuro, a lo que un omega de este mundo podía esperar para su vida.

Sin embargo, estaba aquí. En Yiling, en su hogar. Casado con el mejor de los alfas y era el padre del niño más dulce, amable y educado que jamás espero tener.

Por eso, aunque Lan Wangji no sabía si verdaderamente este dios lo escuchara o le prestaría atención a su oración, Lan Wangji quiso creer. Creer en las palabras de Bichen, en la bondad de este dios que había coronado a su marido y que había confiado en su inocencia.

Ofreció una suave reverencia, casi imperceptible. Una muestra de respeto, pero sin exagerar; temiendo incomodar o molestar al Dios Complacido. Sus palmas se unieron listas para rezar y por un momento Lan Wangji respiró sintiendo que esto era algo familiar.

Y en su mente solo cruzó una frase.

"Por favor, protéjalo"

Lan Wangji deseaba que su marido estuviera a salvo, que pudiera regresar a casa y que todo estuviera bien.

El ruido de la lluvia en el exterior siguió siendo constante.

Por si se lo preguntan, esa mañana A-Yuan durmió con su Ning-gege porque era el día de dormir con Ning-gege

Notes:

Por si se lo preguntan, esa mañana A-Yuan durmió con su Ning-gege porque era el día de dormir con Ning-gege. 

 

Pequeño teatro del dragón

 

Luo Suibian después de aceptar ser el guardián espiritual de A-Ying: 

XL: Felicidades por convertirte en el guardián espiritual de A-Ying.

LS: Gracias. Hablando de esto y sobre todo, tomando en cuenta que este niño si es el Hijo del Cielo. Sobre mi sueldo, ¿de cuánto estamos hablando?

XL: …

LS: …

XL/HC: …

LS: Porque si me van a pagar, ¿verdad?

XL/HC: …

LS: ¿Me van a pagar?

XL/HC: … (sonríen)

LS: ¡¿Si me van a pagar, verdad?!

 

Pobre Suibian.

 

 

Datos inútiles de Luo Suibian

 

• Él fue el que les dio aquellos extraños títulos a los guardianes dorados. Fue cuando estaban borrachos celebrando su regreso de la Montaña que Toca el Cielo. Suibian les dio los títulos como un chiste Shuoyue los espació porque le gusta el chisme.

• Le gustan los pasteles de luna. De hecho Shen Qingqiu notó su embarazo por culpa de los constantes antojos de esos postres.

• Al igual que sus padres comparte un gusto especial por la astronomía. Pero se desarrolla mejor en el campo de la medicina.

• Le gustaba burlarse de Yu Ziyuan porque le parecía muy tierna cuando se enojaba.

• La razón por la que no le gustaba Lan Wangji para Wuxian era porque le recuerda un poco a Yu Ziyuan por su seriedad.

 

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

Me disculpo de antemano por la tardanza del capítulo. Tuve que encargarme de algunas cosas de la vida adulta, pero aquí estamos nuevamente con una actualización.

Agradeciendo infinitamente sus visitas, votos, comentarios y todo el apoyo que le han dado a este proyecto me despido.

¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer!

Chapter 10: ANUNCIO IMPORTANTE

Chapter Text

Hola, aquí Dayana Matsuyama.

Me disculpo por todo este tiempo de silencio en donde no he subido noticias referentes a los fics que aun leen o porque simplemente ya no se subieron más capítulos estos meses.

Debido a algunos asuntos personales y demás tuve que pausar los proyectos en los que estaba trabajando, tomando así ese tiempo para trabajar en los siguientes capítulos mientras algunas cosas se acomodaban y podía reanudar las actualizaciones de los fics que pertenecen a la saga de El Omega y el Emperador.

No obstante, como en algunas ocasiones he dicho, no paneo ni quiero abandonar el proyecto, por lo que seguir trabajando en ello y puedo decir felizmente que dentro de 32 días la actualización de El Omega y el Emperador: Segunda Parte se reanudara.

El plan principal es que las actualizaciones sean semanales, siguiendo su secuencia dominguera como fue en un inicio.

De la misma manera me gustaría anunciar que para las personas que les gustan los guardianes dorados, ya estoy comenzando a trabajar en un proyecto en donde se contara el pasado de cada guardián como sus días felices en Cang Qiong.

Es así que sin más estamos a 32 días para el regreso de El Omega y el Emperador: Segunda parte.

Gracias por leer.

 

Chapter 11: CAPÍTULO 6.1: DIOS

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Hace mucho tiempo atrás sobre una montaña divina vivía un Dios.

Él era un dios gentil y amable con todo lo existente, su corazón lleno de curiosidad vivía con el incansable deseo de poder descubrir cada maravilla sobre la tierra. Amaba el conocimiento de la verdad.

Solía encerrarse en su estudio a trabajar y trabajar en sus inventos, solo con un único fin.

Ayudar a la humanidad.

El Dios trabajó día y noche con extraños descansos. Había alcanzado la inmortalidad así que el tiempo no era nada para él, pero cada día un sueño cruzaba por su mente.

Queria visitar la tierra mortal.

Sin embargo, había reglas que debían cumplir, reglas que cualquiera de su plano tenía que acatar aun si no lo deseaban. La inmortalidad tiene un precio y eso es algo que él entendió cuando la logró, pero aun así ese sueño seguía posado en su corazón.

Pero un día pensado, ¿y si logro que los humanos puedan venir a mí en vez de intentar ir a ellos?

El Dios lo preparó todo, listo para recibir a los visitantes curiosos que descubrieron su mensaje, en aquel templo que esos gentiles humanos habían hecho para él.

Y el Dios esperó.

Y esperó.

Y esperó.

Pero ningún humano llegó.

Y el Dios triste se sintió.

―Tal vez tienen un poco de miedo de lo que podría haber aquí, mi señor.―Comentó uno de sus sirvientes buscando consolar a Dios.

El Dios pensó y pensó y pensó que su sirviente tenía razón.

Después de todo, el Reino Humano era muy diferente al Reino Celestial, cualquier humano podría temer de lo que había en ese lugar. Y la reacción normal de los humanos ante lo desconocido es el miedo.

Pero no todos los humanos son iguales, el Dios pensó.

Así que había esperanza de que alguna vez un humano perdiera el miedo ante lo desconocido y deseara entrar al hogar del Dios, que estaba dispuesto a recibirlos como si fuera suyo.

Así que el Dios esperó.

Y esperó.

Y esperó.

Y cuando estuvo a punto de perder la esperanza un mensaje llego.

Un humano quería verlo.

El Dios se levantó de su letargo, se preparó, miró desde las sombras a su curioso visitante y sonrió.

Se sintió nervioso, avergonzado, pero muy emocionado. Era la primera vez que era visitado por un humano. Así que posiblemente a sus sirvientes atenderlo como al mejor de los invitados. Después de todo, el humano había viajado desde muy lejos, posiblemente estaba cansado.

Cuando el momento de atenderlo llego, el humano hablo.

Su amado tío había enfermado y ninguna medicina mortal podía curarlo.

El único que pudo ayudar era el Dios.

Así que entre las sombras el Dios llevó al humano a un lugar muy especial. Su jardín sagrado.

Y ahí, en medio de miles de flores el Dios presentó ante el humano una flor de loto tan violeta como los ojos del Dios.

―Debes preparar un té con esta flor. Trece pétalos para trece dosis y la salud de tu tío mejorará. ―El Dios explicó.

El humano se sintió bendecido y cuando llegó el momento del pago, se sintió avergonzado, porque ninguna joya preciosa que traía consigo parecía ser capaz de pagar su bondad, incluso aun si encontrara tres mil.

Pero para sorpresa del humano el Dios solo pidió un pago.

―Quiero que me hables sobre la humanidad.

Al inicio el humano no comprendió, sin embargo, siguió aquel trato.

Esa fue la primera vez que el Dios pudo conocer a un humano.

Naturalmente el humano obedeció las instrucciones del Dios.

Siendo ayudado por los sirvientes del Dios, llegó de inmediato a casa y preparó aquel medicamento como le fue pedido. Desde el primer día que su tío tomó el medicamento las mejoras fueron presentes. En ninguno de esos días el Dios molestó al humano, confiando en que podría haber dos caminos.

Que el humano cumpliera su palabra o que simplemente nunca más se presentara ante él.

El Dios no tenía prisas, él no deseaba forzar al humano a hacer algo que él no quisiera. Pero incluso para su sorpresa al treceavo día el humano fue a su templo y se comunicó con él. Él solo era un tejedor y recolector. No era un experto en la humanidad y las palabras no eran lo suyo, pero...

―Pero a pesar de eso... sin importar que... yo recolectaré todo lo que mi gente sabe del mundo, iré a la montaña y sin duda le hablaré de la humanidad.

Para el Dios esas palabras lo fueron todo. La primera promesa deshonesta que un humano le había dado. En los ojos del humano vio honestidad y su corazón lo supo. Ese humano era especial.

Y tal como aquella orquídea lo había prometido, trece días después de aquella promesa él volvió a aparecer ante el Dios.

 

 

―¡¿Y qué pasó después?! ¡¿Que Paso?!

Los ojos de Yu Ziyuan abandonaron un segundo el libro encontrado para con los ojos de tres cachorros expectantes que le miraron con ojos brillantes.

Aquel que había preguntado emocionado era Wei Ying, quien con una hermosa sonrisa no dejaba de prestar atención a aquella historia.

Y con una sonrisa Yu Ziyuan continuó su historia.

 

 

Tal y como prometió el omega fue a visitar a Dios trece días después. Naturalmente su familia fue informada que solo estaría tres meses en la montaña, antes de volver a casa.

Durante ese tiempo el humano le habló al Dios de su mundo y el Dios le mostró el suyo.

Compartieron juntos su gusto por el conocimiento y eso llevó a que sus corazones descubrieran la verdad.

Ellos dos eran una pareja destinada. Entrelazada por el hilo rojo del destino.

El mismo que se tornó dorado cuando sus sentimientos maduraron en amor verdadero.

Y cuando eso pasó, ante el lago de flores de loto violetas del Jardín Sagrado del Dios, ambos unieron sus vidas y corazones en uno solo.

 

El rostro de Jiang Yanli se tiñó de rojo, cubriéndolo con sus manitas la niña dejo que una tenue sonrisa brillara en su rostro. Jiang Cheng frunció el ceño mientras sus mejillas se teñían del color de la vergüenza y Wei Ying solo podía ver emocionado el libro atrapado por la historia.

Con un suspiro Yu Ziyuan cerró el libro, Sus palabras fueron suaves.

―Y eso es todo por hoy.

Wei Ying no pudo evitar quejarse.

―¡Pero Tía Yu, llegamos a la mejor parte!

―Pero Muqin. ―Jiang Yanli también se quejó un poco.

―Wei Wuxian tiene razón. Yo quiero saber si el dios derrotó al tipo malo.―Jiang Cheng solo quería saber eso, el romance no le importaba.

Pero Yu Ziyuan negó.―Aun cuando les he leído este cuento muchas veces quieren volver a escucharlo.

-¡Si!

―La historia del Dios Yu es muy interesante.

―Su amor con el humano es muy romántico y dulce.

―A mí me gusta como derrotar al villano. Se lo merece por malo. Las personas malas deben ser derrotadas.

Yu Ziyuan suspiró.―Aunque es cierto que el Dios de la Destrucción actuó mal debemos recordar que el mundo no se divide entre bien y mal. La oscuridad en algunas personas es mas grande que en otras. Pero deben recordar que la naturaleza en realidad es gris.

―¿Y él también lo era?―Preguntó Wei Ying.―¿El Dios de la Destrucción también era gris?

Yu Ziyuan mantuvo silencio durante un momento, antes de contestar.

―Alguna vez su alma fue más que oscuridad. Él también era gris en algún momento de su vida. Cuando su admiración por el Dios Yu era más grande, el gris en su interior era neutral. Pero su envidia y rencor hicieron que el gris fuera oscureciéndose hasta que su resentimiento lo consumió.

―¿Eso significa que el corazón de las personas puede cambiar?

Los ojos de Yu Ziyuan, Jiang Cheng y Jiang Yanli sobrevivieron a Wei Ying, el niño no apartó sus ojos de Yu Ziyuan quien al final respondió.

―Puede hacerlo, dependiendo de las experiencias de la persona el corazón puede cambiar en algunos. Sin embargo, volver al camino inicial o no es una decisión que solo esa misma persona puede elegir.

―¿Incluso el Dios Yu?

―¿Hmm?

―¿También el Dios Yu era gris? ¿Su corazón también era gris?

―Lo fue.

―Entonces, cuando el villano atacó su montaña y se peleó contra el Dios de la Destrucción, ¿su corazón también se oscureció un poco? ¿lo que dijo que Dios era cierto? ¿el sol también puede eclipsarse aunque ame la luz?

Los ojos violetas le miraron de una manera que Wei Ying no supo interpretar. Había cierto dolor en sus ojos, tanto por el dolor de cabeza que la golpeó como las preguntas que Wei Ying había hecho.

Algo dentro de él se sintió enfermo por haber lastimado a Tía Yu, la incertidumbre se apoderó de su corazón como la completa confusión.

¿Qué era bueno y qué era malo? ¿Qué era luz y que era oscuridad?

¿Por qué ese dios había atacado a Dios Yu si él era muy bueno?

Entonces algo pasó.

Fue una sensación extraña que le hizo pensar que algo no estaba bien en el ambiente. Wei Ying olfató una y otra vez sonoramente hasta que lo entendió.

"Algo" estaba aquí.

―Wei Ying.

―Wei Wuxian, ¿Qué te pasa? Tu aroma huele raro.

―A-Xian, ¿estás bien?

Wei Ying se aferró al brazo de Yu Ziyuan, su voz estaba atrapada por la prisa.―¡Tía Yu, hay algo allá afuera! ¡Hay algo muy peligroso afuera!

Pero Tía Yu no se movió, tan solo le miró con confusión.

―Wei Ying, ¿Qué es lo que pasa?

El pequeño Wei Ying no pudo evitar prestar atención a los pasos que se acercaban, su corazón se aceleraba mientras la perpetua calma sobre los rostros de las personas que amaba incrementaba su desesperación.

Como si ante él no hubiera personas, sino simples estatuas. Inertes ante el miedo de Wei Wuxian por aquello que se abría paso por los pasillos del Palacio Violeta hasta la habitación de la Reina Yu.

Completamente aterrado Wei Wuxian se metió entre el nido buscando escapar. Como si las sábanas y edredones pudieran cubrirlo del destino cada vez más cerca de él.

Los pasos se acercaban, el corazón de Wei Wuxian quería salir de su pecho.

―3,333, recuerda, 3,333.

Las memorias se bloquean, el emperador teme de ellas.

―3,333, recuerda, 3,333.

La habitación comienza a congelarse, las paredes y las telas se quiebran como las estatuas.

El niño está solo.

―3,333, recuerda, 3,333.

―Wei Ying, conviértete en un hombre poderoso que también puede ser justo.

―A-Ying tu nombre de cortesía es algo muy valioso, un gran tesoro que debes proteger.

―Wei Wuxian, deja de actuar de esa forma tan arrogante, deja de actuar como si pudieras con todo... Déjame protegerte por una maldita vez.

―A-Xian. Tú, A-Cheng y yo debemos estar juntos siempre. Incluido ahora Chenqing.

―A-Xian, tienes la hermosa sonrisa de tu A-Niang. Nunca dejes de sonreír como solo tu sabes hacerlo.

―Este guardián siempre cuidará de ti, A-Ying. Nunca lo tíos.

―Te amo, Wei Ying. Nunca lo tíos. Incluso si el mundo entero se pusiera en tu contra yo nunca te traicionaré. Prefiero el peor de los destinos antes de traicionarte.

―A-Zhan se esforzará por convertirse en el mejor esposo para A-Ying. Me esforzaré por nunca aburrirte. Gracias por elegirme, A-Ying.

A-Zhan.

Debería salir de aquí y buscar a A-Zhan.

¡Tenía que proteger a su A-Zhan de esta cosa!

Y entonces se abrió la puerta.

El corazón de Wei Wuxian se detuvo al igual que su respiración. Un instinto natural, el de esconderse de aquello que conocía mejor deseo que nadie.

Y aquella puerta crujió ante el movimiento, creando un sonido tan aterrador que Wei Wuxian no sabía cómo ignorar.

Y esa voz llego a el.

Te estoy esperando, mentiroso.

 

 

Y Wei Wuxian despertó.

Con la respiracion acelerada y el peso de la culpa sobre su pecho.

Sus ojos pasaron a la persona a su lado. Chenqing se encontró en una forma más pequeña pareciéndose más a un niño de diez años. Aunque no era su adorable forma de seis años o la de tres años, la forma en la que la gran túnica que portaba cubría todo su cuerpo llenó de calidez el corazón de Wei Wuxian.

Chenqing era adorable sin duda.

Haciendo todo por levantarse sin despertarlo, Wei Wuxian lo cubrió con las sábanas y edredones del nido, antes de salir de la habitación como de aquella casa como un fantasma.

La luz de la luna era tan brillante como aquel día.

Wei Wuxian aun podía recordarlo a pesar de que ya habían pasado cerca de seis años.

Las túnicas negras se ondearon con el viento mientras sus ojos dragón no pudieron apartar su mirada de la luna, tan hermosa como la perla de un esperando a su amo.

El viento de la noche fría por alguna razón no se sintió molesto hoy, la comezón sobre su piel ya no era tan palpable, pero si era sincero intentar dormir nuevamente no era una opción tentadora para Wei Wuxian.

El emperador caminó por aquel lugar, las túnicas cortas se extendieron como velos danzantes por el viento ante su andar. Los cadáveres feroces le miraron y reverenciaron como a un rey. El rey de los muertos, un rey de reyes que fingía no entender tantas cosas.

Un vil mentiroso que lentamente sintió como era acorralado por la verdad.

En el fondo de sus memorias Wei Wuxian pudo ver el frágil destello de una persona llamándolo Jaghan.

Rey de reyes, ese ser le habia dicho que eso significaba.

Que él era el Rey de Reyes.

Sus ojos miraron sobre el cielo, los cadáveres feroces le siguieron fielmente. Tan dóciles como cachorros que no habían dudado un solo momento en seguir su llamado cuando los hicieron salir de la tierra y acabar con los lobos.

Un rey

Un emperador.

Un Dios de la Muerte.

¿Qué era Wei Wuxian en realidad?

A veces Wei Wuxian se preguntaba si alguna vez fue un hombre.

La mayoría de esas veces gritaba millas de veces que él era un ser humano hasta que la duda era inundada por esas palabras.

Wei Wuxian.

¿Quién era él en realidad?

Ya sabes la respuesta. Tan solo buscas escapar porque temes enfrentarte a ella.

Pudo oler un aroma demasiado familiar que llegó con el suave toque de aquellos brazos que se enredaron en su cintura.

―¿Por qué estás aquí en vez de dormir, gege?

Wei Wuxian posó sus manos sobre aquellos delgados brazos. El reclamo con voz suave le hizo sonreir. Estaba seguro que ahora mismo ese mocoso tenia las mejillas infladas en un puchero.

Dándose la vuelta se encontró con Chenqing. Sus brillantes ojos rojos le miraron dulcemente como siempre lo hacía. Y Wei Wuxian no pudo evitar abrazarlo cuando el demonio se levantó a su altura pasando sus brazos por su cuello.

Chenqing siempre era tan gentil con él.

―Lo lamento, ¿mi ausencia te despertó? ¿Por qué no vuelves a dormir?

―Si tu no duermes no quiero dormir. Me preocupa que no descanses bien, ¿qué fue lo que pasó, Wei Ying? Cuéntale a este didi porque estás aquí en vez de la cama.

Wei Wuxian apartó la mirada de Chenqing, una sonrisa triste brilló en sus ojos al igual que un crudo invierno.

―Soñé con mi... con Yu Ziyuan.

Y Chenqing lo entendió todo.

Yu Ziyuan.

La alfa que Wei Ying más admiraba. La que más amaba.

La persona que le entregó sus raíces desde lo más profundo de su corazón sin dejar una sola pizca fuera de ello.

Chenqing se alejó un poco solo para tomar su rostro con delicadeza y frotar su nariz contra la de Wei Wuxian. Eran momentos como esos en los que odiaba estar muerto.

Si aun tuviera feromonas podría perfumarlo demostrándole que no estaba solo. Que estaba aquí y siempre lo acompañaría.

Pero esto ya no era posible y Chenqing debía mostrarlo de otra manera.

Con gentileza le ofrecieron su mano y Wei Wuxian la ofrecieron dócilmente.

A Chenqing le gustó saber que él era de las pocas personas que podía conseguir esto de Wei Wuxian.

Cuando la casa volvió a recibirlos Chenqing lo llevó nuevamente a la cama, en donde se encontró el nido que Wei Wuxian había armado de forma improvisada. Las almohadas y cojines recibieron a Wei Wuxian cálidamente.

Su piel se presenta tan fría como el invierno y Chenqing lo abrazó deseando podrá calentarse nuevamente.

Una de las cosas que Chenqing odiaba más de sí mismo era que su cuerpo era tan frío como podría esperarse de un muerto, haciendo más difícil la tarea de mantener cálido a Wei Wuxian por más que lo abrazara. Por lo que Chenqing solo podía recurrir al resentimiento.

Con gentileza el demonio abrazó a Wei Wuxian pasando sus brazos por el cuello del emperador. Wei Wuxian apoyó su cabeza sobre el frágil hombro de Chenqing. La larga capa que el emperador le había regalado hace años envolvió al joven, quien solo cerró los ojos.

Dentro del nido Wei Wuxian intentó tranquilizar su mente, a pesar del pecado fin de imágenes que se apoderaban de su cabeza como una tormenta en medio del mar.

Wei Wuxian respiró profundamente hasta que en medio de la muerte pudo encontrar el aroma de nacimiento de Chenqing. Aquel dulce aroma que era tan familiar para Wei Wuxian que observó calmarlo y recordar los momentos felices.

En donde su mente por fin encontré la calma en medio de la espuma del mar.

Cuando el mundo se volvio tan silencioso que Wei Wuxian no tenia que pensar en nada mas.

Entonces la voz de Chenqing llegó gentilmente a él, haciendo que sus ojos se abrieran de forma perezosa.

―¿Qué fue lo que soñaste?

―Soñé con ella contándome un cuento de los Yu. El cuento de su origen.

Chenqing escuchó atentamente.

―A ella no le gustó hablar mucho de ello. Hay un precio por esos ojos violeta y aquella casi perfección que hizo a los Lotos Violetas de Meishan Yu una preciosa anomalía. Las memorias de su padre creador inundaron lentamente su cabeza al igual que sus sentimientos. Pero al final ella me contó la historia completa.

Chenqing acarició su cabello pasando sus uñas por las hebras negras. La voz de Wei Wuxian fue constante.

—Cuando eres pequeño no comprendes muchas cosas, menos cuando un adulto no las explica. Ella nunca me dijo eso. Jamás me explicó el precio de esos ojos porque no quería lastimarme. Solo lo supe cuando ella ya no estaba y entendí muchas cosas.

Porque parecía triste cuando miraba el templo de aquel dios. Porque sufría de dolores de cabeza.

Porque a veces lloraba en las noches.

—Todo el mundo decía muchas cosas de ella, ¿Sabes? Que si era muy fria o era aterradora como una bestia cuando se enojaba. Que si era muy cruel con los omegas por rechazarlos o era extraña por no amar a ninguno.

Pero él sabía que Yu Ziyuan era diferente.

Sabía que en realidad era muy gentil y protector con su gente. Yu Ziyuan era una belleza más allá de solo un látigo y una mirada severa.

Yu Ziyuan admiraba la valentía y la libertad. Amaba la naturaleza y cultivar.

Le gustaba cuidar de sus caballos como de los animales del bosque. Amaba la poesía como la música y componer hermosas piezas que hacían que el corazón de Wei Wuxian se sintiera cálido.

Yu Ziyuan era justa y sabia. Una cultivadora fuerte que peleó hasta el último día de su vida por proteger a la gente de Yunmeng Jiang y el futuro de dicho clan.

―Cuando era niño y tenía una pesadilla ella solía cantarme, ¿sabes? Ella tenia una hermosa voz al igual que la lengua Yu. Después de todo, ella era la persona más hermosa que él conocía, como una deidad en esta tierra mortal. Una con una voz tan hermosa que incluso podria domar a las bestias con ella.

Chenqing le dio una cálida sonrisa, su voz fue suave como la miel.―Tu voz también es hermosa cuando cantas. La mas hermosa de todas.

Wei Wuxian no pudo evitar sonreír, sus ojos miraron gentilmente a Chenqing.―¿De verdad crees eso?

―Claro que lo hago. A ti no te mentiría. A ti solo puedo decirte la verdad.

Las manos de Chenqing tomaron su rostro, sus ojos le miraron dulcemente con una sonrisa adueñándose de las comisuras. Y Wei Wuxian soltó un resoplido con una sonrisa antes de hablar.

―Entonces, si yo te pidiera que me contaras la verdad absoluta sobre mi origen y lo que soy en realidad, ¿tú me lo contarías todo o me esconderías cosas como hiciste con el Señor Bichen?

El rostro de Chenqing perdió su sonrisa por un instante.

Antes que una suave risa se adueñara de su voz.

―¿Lo sabías?

―Claro que sí. Sé cómo eres y sé que si sientes que hay cosas que no deben saberse porque es algo que no sientes que te corresponde decir, buscaras maneras de ocultarlas. Pero sé que no lo haces por un motivo oscuro. Nadie mejor que yo te conoce. Sé lo que hay en tu corazón.

La diestra de Wei Wuxian acarició sus cabellos antes de tomar las mejillas de Chenqing con ambas manos.

―Porque incluso si todo el mundo llegara a traicionarme. Tú nunca lo harás.

―Tampoco Jiang Cheng y Jiang Yanli.

-Perder.

―Ni Nie Huaisang, los Song o los Wen.

-Perder.

―Lan Wangji tampoco lo haría.

-Perder.

― tampoco Y Suibian y tu abuela lo harán. Sin importar que.

La sonrisa de Wei Wuxian se esfumó de sus labios sin saber que pensar.

Suibian y su abuela.

La Mayor Yu.

―Wei Ying.

―Ella un día dijo que si quería culpar a alguien por cómo se dieron las cosas entre A-Niang y... y la tía Yu podía culparla a ella. Pero yo... si soy sincero aun pienso en las palabras que esa mujer... que Wang Lingjiao dijo ese día.

Chenqing calló por un momento. Sabía que a él no le correspondía decir algunas cosas, pero ese rostro de incertidumbre de Wei Ying cada que pensaba en el tema era demasiado doloroso para soportarlo más.

―¿Y no has pensado en la posibilidad de que tal vez las cosas fueran diferentes?

―¿De qué manera?

―¿Has pensado en la posibilidad de que en realidad la relación de Yu Ziyuan y tu A-Niang era en realidad algo más de lo que piensas? ¿Y si en realidad... fue una relación aprobada por Jiang Fengmian?

Wei Wuxian frunció el ceño confuso.

―¿Y si en realidad existe la posibilidad... de que tu madre y Yu Ziyuan si se casaron con el consentimiento de Jiang Fengmian?

Era verdad que el Tío Jiang y la Tía Yu no se amaban, pero...

―Wei Ying, los seres humanos son muy prejuiciosos porque han creado visiones tan estúpidas de un mundo que no nació para ser un conjunto de reglas hipócritas, en vez del hogar de seres que tienen derecho de disfrutar la vida o la muerte sin juicios. Yo ya sé cómo son los humanos, por eso me decepcionan incluso si no tengo esperanzas en ellos. Pero tú no hagas eso.

Los ojos de Chenqing le miraron en una súplica.

A Wei Ying no le gustó ver esa mirada en Chenqing.

-Por favor. No tengas prejuicios por algo tan hermoso como la razón de tu existencia, Wei Ying. Por favor, no formes ideas despreciables antes de al menos darte la oportunidad de saber la verdad. Tú mejor que yo sabes que en ese tiempo Yunmeng Jiang no tenía prohibido el concubinato. Incluso el título de la Máxima Consorte Real era una posición honorable que respetaba al omega que lo portaba.

―Lo sé, pero-

―Pero tienes miedo, lo sé. Sin embargo, aunque no he podido ver nada de ese tiempo ni tengo evidencia de ello, tú mismo lo has dicho. Tu Tío Jiang adoraba a tu madre y... la Reina Yu jamás deshonraría a un omega solo teniendo un romance fugaz. Si Jiang Fengmian estaba a favor, las posibilidades de que tu madre se haya vuelto en la Máxima Consorte Real con la aprobación y verdadera aceptación de tu tío Jiang no puede ser tan descabellado.

Los ojos de Wei Wuxian se encontraron con la mirada de Chenqing.

―Tal vez no puedo ver nada, pero sabiendo lo que sabes, ¿Por qué no intentas verlo desde otro punto? ¿Cómo puedes saber que eso no pasó? ¿Cómo puedes estar tan seguro que no eres un hijo legítimo engendrado por amor?

Wei Wuxian suspiró con cansancio.

Sinceramente no sabia que pensar al respecto y no sabia si podria ser posible algo asi. El tío Jiang jamás odió a A-Niang, por el contrario, la quería mucho. Wei Wuxian había podido ver el cariño fraternal en sus ojos cada que hablaba de A-Niang. Una figura que jamás buscó silenciar ni ignorar.

No, A-Niang era muy querida por el tío Jiang y hasta por el señor Qiren.

Si eso era así, ¿era porque el Tío Jiang estaba a favor de... lo que sea que haya pasado entre su madre y la tía Yu?

―Wei Ying, sé que es difícil intentar procesarlo porque algo así sería inusual en un mundo como este, más tomando en cuenta como funcionan las cosas entre los omegas y reinas de la casa y las concubinas. Pero tu sabes mejor que nadie que en Yunmeng Jiang las concubinas eran esposas legitimas y el rey alfa jamás tomaría una concubina, a menos que la reina omega aceptara a esa persona como parte de su casa.

Era cierto.

En Yunmeng Jiang el concubinato era manejado diferente en aquella época. Precisamente porque se sabía que muchos de los matrimonios entre los reyes eran políticos, existía la posibilidad de la posición del Máximo Consorte Real y la Máxima Consorte Real, posiciones que personas que accidentalmente las personas amadas por los reyes de verdad tomarían si se daba la ocasión .

Dichas posiciones no eran como el concubinato exterior, en la visión de la poligamia que en verdad despreciaba Wei Wuxian. Ese que se basaba en los caprichos y deseos de un alfa que miraba a los omegas como simples pedazos de carne a su servicio y disposición.

No, a diferencia de esa gente el concubinato en Yunmeng Jiang solo era permitido por los mismos reyes, si se daba el caso en que el rey o la reina conocían a su pareja destinada y había un lazo sincero de verdad, los reyes podrían hablar de ello con el concejo.

Y si las cosas funcionaban bien y los sentimientos de esa persona eran sinceros también, y eran aprobados por el concejo. El poder y la responsabilidad de cuidar a Yunmeng Jiang pasaría a tres o cuatro personas dependiendo del caso.

Precisamente porque era algo visto como sagrado e importante para el clan Jiang, solo eran contados los casos de reyes que se unieron a personas que mejoraron en sus consortes. El último caso registrado fue el rey anterior tres generaciones antes de Tía Yu.

Sin embargo, aunque su madre era conocida como la Princesa de la Montaña Divina, ella solo había sido una de las discípulas de Baoshan Sanren. Una humilde cultivadora huérfana sin nada más que ofrecer más que su talento.

Para esos ancianos obsesionados con la sangre noble y demás, pensar que la aceptaran como la Máxima Consorte Real no sonaba muy coherente.

―Por favor, Wei Ying. Por favor, solo inténtalo un poco. No diría algo como esto si no hubiera posibilidades de que eso pasara. Por favor, tan solo inténtalo un poco.

Odiaba la idea de que sus seres amados tuvieran que rogar por algo. Dolía en su corazón de formas insuperables.

Aun si Chenqing y Suibian no se llevaron bien por su propia culpa, y los secretos que escondía haciendo que Suibian sospechara aún más, Chenqing y él estaban de acuerdo en algo.

Odiaba que las personas pisotearan el corazón de Wei Ying como si no fuera nada.

Pero odiaba más que Wei Ying lo hiciera.

Por eso incluso el mismo Chenqing no estuvo en desacuerdo con Suibian aquella vez que el guardián se enfrentó a Lan Wangji.

Él lo sabía. Aun si Luo Dongxing podría actuar como un zorro disfrazado de lobo en múltiples ocasiones. El guardián jamás había tratado de manipular el corazón de Lan Wangji para que se viera forzado a aceptar a Wei Wuxian como marido, porque Luo Dongxing era de las personas que más odiaban que dos personas estuvieran juntas por presión.

Pero Luo Dongxing si había actuado por una razón.

Por el corazón de Wei Ying.

Porque Luo Dongxing lo sabía. Todo el mundo pediría que pensaran en los sentimientos de otros siempre.

En los sentimientos de Lan Xichen, en los sentimientos de Jin Zixuan. En el joven Lan Wangji. Como si cada uno de ellos solo resultara en pequeños cachorros que resultaran tan frágiles como los pétalos de una flor. Capas de romperse ante el menor toque de realidad.

¿Pero quién piensa en Wei Ying?

¿Quién esperaba realmente en los sentimientos de Wei Wuxian?

En su corazón.

Y Luo Dongxing había tenido razón.

Si Lan Wangji no hubiera amado a Wei Wuxian no sería justo que se quedara en Yiling Wei. Para ninguna de las dos partes, pero menos para Wei Ying.

Ya habían roto su corazón muchas veces de formas muy crueles, no era justo que la persona que amaba románticamente se quedara a nada de él recordándole constantemente su rechazo.

Pero Lan Wangji si lo amaba y por fin había esclarecido no solo sus sentimientos. Sino también lo que quería hacer con su vida más allá de Wei Wuxian.

Luo Dongxing no odiaba a Lan Wangji. En realidad estaba más bien molesto con Gusu Lan por haberlo encerrado tanto del mundo al grado de volverlo co-dependiente de otras personas. Tan molesto por aquellas reglas que lo habían hecho pensar que no era dueño de nada, ni de su propia vida.

Pero Luo Dongxing no lo odiaba.

En realidad parecía que ese hombre que ya no podía confiar tan fácilmente en otro como cuando era joven... ya había abierto su corazón a Lan Wangji.

La voz de Wei Wuxian lo volvió a la realidad.

―No lo haré, ya no quiero hacerlo. Si soy sincero estoy cansado de esto. Yo... quiero saber la verdad, pero el miedo también sigue ahí.

-Perder.

―También hay cosas que quiero hablar con Suibian. La verdad de todo lo que necesito para estar en paz conmigo mismo.

-Perder.

―Y yo... cuando entienda mejor que pasó... voy a decir la verdad a Lan Zhan. Aun si es posible que por nuestro lazo él ya sepa sobre la verdadera sangre que corre por mis venas. Yo quiero decir todo sobre mi... y también... todo sobre el Yiling Laozu.

Chenqing no pudo evitar paralizarse.

El Yiling Laozu.

―Si lo hago... si le cuento todo de mi a Lan Zhan... si también le cuento sobre el Yiling Laozu, ¿crees que el seguirá amándome aun sabiendo con quién se casará?

Y Chenqing lo abrazó.

―Lo hará. Él te amara sin importar que. Así como tu familia y yo te amamos.

Así como deseaba que Wei Ying pudiera amarse a sí mismo.

Con sus errores y aciertos. Con lo malo y lo bueno. Wei Ying aún seguía siendo tan hermoso con todo lo que era en realidad.

―Realmente debes amarme mucho para decir eso.

―Lo hago. Te amo mucho. Solo a ti ya nadie más.

Y Wei Wuxian sonrió con cariño.―Mentiroso. No solo me amas a mí. Amas mucho más de lo que dices, lo sé bien.

Sus manos tomaron gentilmente su rostro, sus ojos no se apartaron de Chenqing.

―Amas a A-Yuan aunque juegue con el dizi descuidadamente. Amas a Jiang Cheng aunque te gusta molestarlo y llamarlo espinoso. Amas a Shijie ya su sopa como a sus mimos.

El emperador frotó dulcemente la nariz de Chenqing con su pulgar.

―Amas al pavo real aun cuando te gusta ver como Desvergonzado lo hace correr de un lado a otro cuando le envío una carta... y amas a A-Ling lo suficiente para escabullirte de vez en cuando a su recamara y jugar con él.

Chenqing apartó la mirada con melancolía. Wei Wuxian estaba seguro de que si aún estuviera vivo su rostro se hubiera sonrojado tan lindo como una cereza.

Y Wei Wuxian no pudo evitar abrazarlo atrapado por la ternura.

Chenqing en realidad era tan dulce.

Porque ese ser que podía ser tan violento y sangriento con sus enemigos también era muy dulce con las personas que amaba.

Chenqing podía ser como un niño jugando con A-Yuan o un hermano mayor ayudándole a eructar después de tomar su leche. Podía ser tan dócil con Jiang Cheng en medio de la guerra permitiendo que este lo peinara, luciendo orgulloso la cola de caballo alta que este le hacía junto a esas bonitas trenzas que se unían al conjunto.

Podía ser adorable comiendo la sopa de Shijie educadamente, aceptando las palmaditas que esta le daba en la cabeza como los abrazos. Y podía ser como un cachorro mimado indispuesto a compartir el cariño de Shijie con ese pavo real, ese tipo que intentaba una y otra vez cortarla desvergonzadamente después de la guerra.

Sí, no importaba lo que el mundo dijera de Chenqing, la forma grosera que lo juzgaban por su nulo gusto por vestirse o su forma natural de ser cariñoso con él u otros sin ninguna pizca de malicia. Wei Wuxian lo sabía.

Chenqing solo era un niño. Un cachorro que había pasado por cosas muy duras, hasta que su mente y ser se volvió en lo que era hoy en día.

Calamidad o no, fuera lo que fuera Wei Wuxian no dejaría de verlo de esa manera.

Y por eso lo protegería siempre.

Él sabía mejor que nadie que era lo que había en el corazón de Chenqing porque ambos eran iguales en ese sentido.

No importaba cuanto amor habia en sus corazones por las personas que adoraban. Una parte de ellos se sintieron indignados de ello.

Y así como Wei Wuxian se sintió indigno de llamarse hijo de Yu Ziyuan, Chenqing se sintió indigno de ser amado por otros.

Y eso dolía.

Le dolía que Chenqing pensara así.

El señor Bichen tenía razón.

Debía trabajar en su amor propio si quería estar bien.

Y eso también implicaba ayudar a Chenqing a ver cuan amado podía ser por otros.

―Wei Ying, vamos a dormir.

Aquellas palabras fueron suficientes para que Wei Wuxian cediera.

Cuando capas y capas de tela cubrieron su cuerpo y las almohadas le hicieron anidar, Wei Wuxian se abrazó de la pequeña figura de Chenqing como si fuera un tesoro que deseaba resguardar del mundo. El ronroneo fue inevitable como la familiaridad desde que este ser había aparecido en su vida.

Aquel amor fraternal en su corazón floreció como desde el comienzo, el deseo de proteger a su pequeño hermano de la humanidad fue más fuerte que su auto desprecio. Y con aquel dulce aroma que conocía mejor que nadie, Wei Wuxian sintió como lentamente el mundo de los sueños buscaba atraparlo.

Escenas familiares que llegaron a su cabeza.

El nido familiar Jiang con el aroma Yu devorando cada fibra de su corazón. Yu Ziyuan peinando gentilmente su cabello con aquellas trenzas que simbolizaban la sangre en su interior. Los bordados de osos, panteras y tigres sobre sus túnicas y sábanas.

Los osos representaban la fortaleza, la fuerza y la valentía. Pero para los Yu los osos también representaban su mayor conexión con su ancestro. La fragilidad de la vida como el paso del tiempo. Lazos que nacieron para quedarse como aquellos que desaparecerán con el tiempo.

A la mente de Wei Wuxian concluyó muchas cosas.

Un sinfín de memorias del pasado.

Pero también el espejismo de la imagen de una persona en particular.

Túnicas verdes y blancas. Piel blanca como un durazno fresco. Y una mirada llena de determinación en un par de pupilas decoradas con el brillo esmeralda de sus iris.

Y un pensamiento cruzó su mente.

"Maestro Inmortal Shen, creo que el tiempo de este cascarón se está terminando"

Wei Wuxian no prestó atención a ese pensamiento.

 

 

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La muerte sonaba en la noche.

No había persona que no lo supiera dentro de esa burdel, atrapados entre las paredes de aquel establecimiento como en el horror de saber que esta noche sería la última de sus vidas.

Las filas en el salón principal de aquel burdel eran separadas por el largo camino que llevaba a la oficina del dueño del burdel. Y frente a esto ahora se encontró un trono improvisado, que los hombres que los habían capturado en ese lugar habían sido colocados para la persona que ellos llamaban su Alteza Imperial.

Los mismos que ahora funcionaban como guardias, vigilantes ante cualquier movimiento extraño.

Entonces las puertas de la entrada al salón se abrieron y todos ofrecieron una reverencia.

―¡Estos saludan a su Alteza Imperial! ¡Cien años, mil años, diez mil años a nuestro querido señor!

Por aquellas puertas una alta figura vestida de negro se abrió paso. Una bata de dormir negra decorada con bordados de plata y rojo se ondeó ante sus pasos tranquilos, entre lobos y flores de Lycoris Radiata sobre fina seda de la más alta costura que habló de su linaje puro.

De sus brazos dos omegas se aferraban gustosos y sonrientes, sus risas eran agradables y dulces como el rocío del verano. Sus figuras yacían vestidas de forma sugerente, mostrando sus llamativas curvas mientras sus pasos eran marcados por las campanillas metales y que había entre sus joyas, brazaletes y diversos adornos.

Sus manos acariciaban los fuertes músculos de los brazos bajo las telas, así como el pecho desnudo que mostraba una piel tan blanca como la luna, pectorales fuertes capaces de destruir mil montañas sin una sola herida. Demostrando así una de las tantas cualidades de su sangre.

Su cabello negro y ondulado terminaba en hermosos rizos, que eran acariciados y peinados por dos omegas tras de él, que caminaron junto a otros omegas que les siguieron en fila juntando un total de treces omegas. Sonrientes, vivaces y alegres que seguían a ese hombre sin nada que atara sus voluntades a algo que en realidad hacían felices y dispuestos.

Y sobre el rostro de aquel hombre habia una mascara de dragon brillante como el oro.

Uno de los alfas ahi no pudo evitar gritar a los omegas.

―¡RAMERAS TRAICIONERAS! ¡¿CÓMO SE ATREVEN A VENDERNOS COMO TROZOS DE CARNE A ESTE DEMONIO?!

El hombre detuvo sus pasos, sus fríos ojos negros destellaron en rojo. Los omegas que se aferraban a él no podrán evitar mirar con asco a ese hombre. Y con un solo chasquido de dedos de aquel demonio, el alfa fue golpeado duramente en el estomago por uno de los alfas que le siguieron.

Su voz sonó como un vino fino de la mejor calidad. Profunda, elegante y fría como el hielo.

―¿Quién te dijo que tenías derecho de ser tan grosero con estas personas?

―Mi señor, ese tipo asqueroso es el que me obligó a darle una mamada, cuando le deje en claro que yo no hacia eso a menos que el cliente me gustara.

Otro omega se quejó:―Es cierto, ese hijo de perra es quien violó al hijo de mi amiga antes de matar a ambos y pagarle al dueño para que no dijera nada. Es una mierda, mi señor. Merece ser castrado tal como usted dijo.

Aquel hombre miró con terror al demonio, sus palabras fueron miserables.― ¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR NO ME HAGA ESO!¡LO SIENTO! ¡LO SIENTO!

Con dulzura las manos de aquel hombre se posaron sobre los hombros de los omegas, sus ojos se encontraron con las miradas de aquellos omegas y sus manos, que portaban filosas uñas negras peinaron sus cabellos con la mayor delicadeza que podría tener. Como si acariciara las alas de una mariposa con el temor de lastimarlas.

―Calma, calma. No tienen que preocuparse, este venerable tratara con él en su momento. Después de todo, creo que ya sabe lo que le hare por ser un humano tan despreciable.

Aquella persona se detuvo llegando a la puerta de la oficina del dueño del burdel, giró con elegancia y se sentó en aquel trono mientras los omegan seguían a su lado, sonrientes y satisfechos, mirando a esas personas con un sentimiento de victoria sobre sus corazones.

Los ojos de sus sirvientes se encontraron con los ojos del demonio, quien le dio un simple sentimiento y con ese simple orden todos los alfas que le servían abandonaron la sala, dejando a esas personas solas con aquel ser demoniaco.

Y entonces el demonio habló a todos.

―Estimados míos, o debería decir miserables. Seres náuseasbundos, traidores de su propia especie. Sucias criaturas que esconden tras sus propios nombres, rostros y figuras pasados asquerosos que piensan que se quedarán ahí, están ahora ante el final de sus vidas.

Las figuras temblaron sin poder evitarlo, ojos temerosos miraron a la figura ante él. El hombre que habló con inusual y alegre tono, pronunciando con velocidad palabras que parecían un dulce discurso que escondía en realidad sus verdaderas intenciones.

―He de imaginar que se preguntan quién soy, cual es el nombre de la bestia que ahora tiene entre sus manos sus vidas. El nombre no es algo necesario para lo que ahora está frente a sus ojos y lo que ahora mismo van a enfrentar.

―¡¿Qué quieres de nosotros?! ¡¿Por qué haces esto?!

―¿Por qué están ensuciando el nombre del emperador?

-¡Is true! ¡El honorable emperador Wei nunca haría algo como esto!

―¿Por qué defiendes a ese hombre? ¡Ni siquiera salvará nuestras vidas! ¡Este tipo demente nos matará a todos!

Con un par de palmadas las bocas de cada uno de los individuos postrados ante ese demonio fue sellada, sus dedos se chasquearon y los ojos de todos pasaron a la figura del hombre que volvió a hablar.

―¿Por qué hago esto? ¿Por qué ensucio el nombre del honorable Emperador Wei? ¿Por qué los tengo aquí? Es bastante arrogante, prejuicioso y estúpido pensar que lo que hago busca dañar a su estimada majestad imperial.

Su voz mantuvo el tono elegante, agraciado de una persona de noble linaje. Su profunda voz les habló como un elegante vendedor o negociante ofreciendo su mejor oferta.

―No obstante, no recuerdo que yo haya planificado que esos supuestos rumores alguna vez existieran. No, ustedes los esparcieron sin importar lo que podría pasar, guiados por su asqueroso miedo irracional a una entidad superior a ustedes mismos.

Su mano izquierda se levantó con gracia y sus dedos y uñas filosas apuntaron a un grupo de alfas.

―Y si, hablo de ustedes. Alfas estúpidos, arrogantes, prejuiciosos, mentirosos, transgresores y metiches. Ustedes que van a cualquier sitio y esparcen los rumores gustan deformar la verdad en asquerosas aberraciones de la realidad. Aun cuando todos sabemos que ese chico vestido en túnicas de emperador no es precisamente su estimada majestad, el honorable Emperador Wei.

A diferencia de cuando hablaba de ellos, había un tono respetoso bañado en admiración cada que hablaba de Wei Wuxian, como si en verdad sintiera aquellos sentimientos expresados a través de finas palabras que no se atrevían a dirigirse al emperador con burla o sorna mal disimulada.

Era muy extraño.

Uno de los alfas preguntó: ―Entonces, ¿por qué son las túnicas?

―Por fin una pregunta inteligente. Por una causa, una causa que busca ser escuchada no puede simplemente ejecutarse de forma pacífica; sumisa No vivimos en una utopía, vivimos en un mundo cruel que no escucha razones incluso si estás buscando algo mejor de lo que parece.

Los omegas lo soltaron cuando el alfa comenzo a caminar en circulos ante ellos, su andar parecia refinado, como el de un principe.

―La violencia es la única manera en que una causa sea escuchada en un mundo de violencia. Aun si falta clase en ello, solo hay una manera y por eso estamos aquí. Si solo con violencia podemos ser escuchados, la usaremos para levantar nuestra voz hasta que llegue a nuestro objetivo principal de manera inmediata.

Las túnicas barrieron el piso cuando giró sobre sus pies, una de sus manos se pasó a su espalda que se probablemente recta. La mano izquierda comenzó a jugar con uno de los mechones de su cabello mientras hablaba.

―Aunque nuestra causa no busca perjudicar al emperador si busca su honorable atención. Pero para poder obtener su atención no podemos actuar como simples, vulgares, tontos y absurdos asesinos que actúan por simple maldad sin una pizca de creatividad.

Los labios se movieron con mayor velocidad, los mentes de varios en el salón dieron vueltas ante su forma de hablar.

―Para que nuestra causa destaque necesita parecer un asunto personal que logre llegar directamente al hombre que necesitamos que nos escuche. Pero eso no es el motivo por el que estamos reunidos aquí. Nosotros estamos aquí por algo muy simple y conveniente para ustedes. Una negociación.

¿Negociación?

―¿Qué quiere decir con negociación?

―Es un asunto muy fácil. Ustedes sucias criaturas han cometido crímenes que van más allá de la moral humana que ha decidido entre lo bueno, lo malo, lo tolerable e imperdonable. Por eso están aquí para enfrentarse a su última oportunidad en este mundo.

―¿Qué trato quieres hacer con nosotros? ¿Cuáles son tus verdaderas intenciones?

Sus pasos se detuvieron en un punto en donde la luz de la luna que se filtró por el viejo techo iluminó su figura. El falso entusiasmo se calmó, sus ojos se levantaron hasta encontrar la luna.

Antes de volver a su fachada, mirando a las personas frente a él y declaró: ―Eso es algo que no están en derecho a conocer. Su vida está en mis manos y solo tienen, por la bondad y buen humor de este venerable una gran oferta; una gran opción.

De sus mangas sacaron una bolsa qiankun y de aquellas tres espadas salieron ante los ojos aterrados de esas criaturas. Aquellos objetos ligeramente escondidos por un hechizo de camuflaje que hacia lo unico visible fuera de su sombra.

―Vida, muerte o revolución, esas son sus tres opciones. Elegir como van a morir, pero también tienen una tercera opción, sería un juego sucio esconderles cual es la espada que acabará con sus miserables vidas, pero no hay emoción si no hay un poco de misterio.

―¿Qué quieres decir con eso? ¡¿Qué significan esas palabras?!

―Es muy sencillo. Ustedes miserables transgresores de la ley han hecho cosas atroces. Vender a sus hijos a los mejores postores. Pedófilos, enfermos, asquerosos. Aves rapaces que han devorado la inocencia de almas frágiles traicionadas por sus propios progenitores.

Los ojos de varios pasaron al rostro del demonio. En su faz solo había odio sin intento de ser reprimido.

―Prostitución forzada, venta de personas, violaciones. Manipulación, maltrato infantil, cohesión sexual, infanticidio y homicidio. Esos solo son algunos de los crímenes que seres asquerosos como ustedes han hecho.

Los prisioneros bajaron sus miradas sin comprender como sabía eso.

―Un ciclo vicioso entre la víctima y el victimario que ha llegado a los seres de su propia sangre. Ustedes miserables escorias han usado su primigenia inteligencia para lastimar a uno de los grupos más vulnerables en este mundo.

―¡Eso no es cierto! ¡Solo dice cosas sin sentido!

―Parece mentira cuando una simple persona lo dice. Pero este venerable podrá ser muchas cosas, pero un mentiroso no es y ustedes los saben.

El dueño del burdel trago duro.

―Bajo estos edificios yacen los cadáveres de los niños que no resistieron ofrecer su servicio a los clientes. En estos lugares yacen los pequeños niños que han sido violados por primera vez por este tipo asqueroso que se llama su líder.

Los ojos de varios pasaron al dueño.

―Los mismos niños que han tenido que soportar el asqueroso trato de los que debían defenderlos, o simplemente abortarlos antes de que pudieran ser considerados humanos. Antes de que nacieran en este mundo y se volvieran la mercancía que su miserable líder manipuló.

―¡¿De qué demonios estás hablando?!

―¡¿Han vendido niños aquí?! ¡¿Hay niños enterrados aquí?!

―¡No le crean! ¡Está loco! ¡No hemos hecho nada así!

―¡Hablo del crimen, de lo atroz! Lo asqueroso que personas como ustedes han hecho en estos locales. Es ridículo que las víctimas de este mundo se hayan vuelto en victimarios cómplices silenciosos que solo miran lo atroz en este medio.

La tensión en el ambiente disminuyó como las miradas sospechosas y oscuras que fueron dirigidas al demonio que no se sintió intimidado. Continuando con elegancia su discurso.

―El problema no es la prostitución, irónicamente, oficio tan viejo como el tiempo y estigmatizado por la sociedad hipócrita que se cree correcta. Aferrada a la tradicionalidad, el prejuicio y la opresión a seres tan humanos como los que no ofrecen dichos servicios.

Los ojos rojos miraron lentamente a cada uno.

―Ni siquiera el aborto. Como seres conscientes de sus cuerpos son suyos y acabar con algo que arriesga su salud o simplemente no desean no debería ser un crimen.

El hombre se sentó en el trono frente a esas personas, su discurso no se detuvo.

―El problema no es no amar a la semilla germinante de la vida que termina en sus cuerpos. El problema es traer a esa criatura por el único beneficio, sucio y asqueroso de convertirlo en un sacrificio... para su amado Dios del Fuego.―Terminó mientras sus ojos brillaron en rojo. Una sonrisa cruel decoró sus labios.

Y entonces el terror de ser descubierto atrapó sus figuras.

―Tú... ¿Cómo sabe-

―Un sacrificio a dios, llámalos. Un justo sacrificio para ayudar a volver a este mundo usando niños como viles recipientes. Ese dios ustedes que llaman el verdadero salvador que termino con un supuesto dictador. No hay mayor mentira en la historia que aquella que pone a las escorias cómo pobres víctimas de quienes lo fueron en realidad.

Y el hombre soltó una risa falsa.

―Pero que hipócrita de su parte fingir que les importa más unos que otros, cuando al final a todos solo los usaron como herramientas. Ya sea un cuerpo para su dios o mantener la coartada. Ustedes sucias escorias, no conocen la moral o los limites.

Los prisioneros no pueden evitar temblar aterrados.

¿Cómo lo sabía?

¡¿Cómo este tipo lo sabía?!

Sus colmillos brillaron en esa sádica sonrisa, la molestia fue más palpable en su voz.

―Malnacidos hijos de perra, miembros de un culto enfermizo que ha logrado esconder sus acciones incluso del emperador. Este es el momento decisivo en sus vidas cuando se enfrentan a solo dos opciones. Y todo se centra en como moriran.

Las lágrimas fueron inevitables como el sentimiento de impotencia, el ser atrapado entre la espada y la pared era el máximo límite.

Lo sabía.

¡Esta persona lo sabía todo!

El demonio soltó un suspiro profundo, antes de hablar más animadamente. Su alegre sonrisa era aterradora.

―Por eso les ofrezco una salida.

―¿Y la muerte es la salida?

―¡Así es! La muerte. La gentil, bondadosa y misericordiosa muerte que asquerosas escorias como ustedes podrían recibir, después de sus crímenes contra vidas inocentes que no tenían por qué ser parte de estos rituales absurdos, de estos negocios infames que han llevado a esos niños suyos o los niños que han atrapado en la calle en convertirse en simple materia con un precio simple.

Las espadas que se presentarán flotando ante ellos comenzaron a girar.

―Por eso les ofrezco la muerte por una causa que busca terminar con un ciclo, con un camino que de generación en generación han escuchado de sus ancestros. Pero como toda historia es posible que hayan escuchado la versión supuestamente triunfadora de quien llama su verdadero Tianzi Huangdi Bixia.

Los ojos de los lideres pasaron al demonio.

―Pero seré gentil con ustedes, les ofreceré tres opciones. Vida.―señalo una espada ante cada nombre.―Muerte y Revolución. Cualquiera de las tres que elijan será su destino. Si eligen vida a través del camino de la muerte vivirán la concentración del dolor y maltrato que producirán en las vidas con las que acabaron.

―Si eligen Muerte en su lugar, vivirán las últimas experiencias de las personas que asesinaron, vendieron o abandonaron en las manos de esos viejos alfas que compraron su "mercancía".

Los corazones de varios se paralizaron.

―No hay castigo que sea más gentil, después de todo desde el momento en que asquerosas escorias como ustedes abandonaron su humanidad y lastimaron al grupo más indefenso, su derecho de ser llamados humanos se ha perdido.

Y el demonio por fin dijo la última espada.

―Y luego tenemos la última espada. Revolución.

Las personas dentro de ese lugar no entendieron sus palabras.

―Para crear una revolución, obviamente, necesitas un ejército y esto es lo que ofrece la última opción. Convertirse en títeres que pierden su voluntad y control, simples espectadores de lo que este venerable hará con sus cuerpos, para una causa que busca la libertad. Y la libertad tiene un precio que sus almas pagarán. Si quieren evitar cualquiera de las dos opciones anteriores. Esta es su opción.

—¿Se supone que eso es una especie de libertad?

―Libertad, la libertad que ustedes quieren, la que muchos desean requiere un sacrificio. Y ese sacrificio tan solo puede ser guiado por la voluntad de ustedes, simples basuras asquerosas de la sociedad. Mismas que pasarán al final de esta noche como frágiles criaturas inocentes asesinadas por este venerable.

―No pueden quejarse, esto es lo mejor que puedo complacer, la muerte por alguna de estas tres espadas y volverse parte del ciclo que nació por culpa de su amado señor que nos metió a todos en este problema.

―Así que piensan, ¿con que espada desean ser ejecutadas? No tienen por qué decírmelo, solo piénsenlo; manténgalo en su cabeza y yo lo sabré. Tienen tres minutos para hacer esta elección.

La tensión en el ambiente era tangible como una cuerda de guqin a punto de romperse, cada persona dentro de ese gran salón temblaba bajo la vista del demonio que solo se quedó ahí. quieto.

Expectante de su desesperación.

Sentado en su trono sin importarle nada más.

Los rostros de los omegas a su lado mantuvieron esos dulces y brillantes sonrisas, perturbadoras ante el espectáculo que estaba por suscitarse en aquel lugar.

Las espadas giraron frente al hombre, de forma tranquila como si no se encontraran las armas mordaces con las que aquel verdugo planeaba terminar con sus vidas hasta que el tiempo se acabó.

El demonio cerró los ojos, su mano izquierda se elevó, dejando que el brillo de la luna entrando por ese lugar dotara de luz lunar sus uñas negras como el abismo.

Antes de cortar sobre su palma derecha y permitir que la sangre escarlata cayera, misma que se levantó como una serpiente que salió furiosamente, lanzándose contra las personas dentro de aquella sala y entrar por los orificios visibles de sus cuerpos.

Entre gritos, gemidos, movimientos bruscos y terror la sangre de aquel demonio entró en sus cueros, abriéndose paso por su sistema mientras la herida en la palma de aquella persona se cerró como si nunca hubiera pasado nada.

Y cuando sus ojos se abrieron en rojo escarlata las espadas abandonaron de moverse, quedándose quietas antes de levantar sus puntas que apuntaron a aquellos individuos y cumplieron los deseos de los mismos.

Lanzándose furiosamente mientras se repartían entre ellas la tarea de matarlos según la espada que habían elegido, siendo una de ellas la que se llevaba la mayor tarea.

Las espadas atraviesan sus cuerpos sin cortarlos de verdad. Consumiendo el resentimiento de sus espíritus y entrelazando sus cuerpos a las cuerdas invisibles que se unieron en uno solo, cada tira como una serie de títeres que estaban listos para servir.

Y cuando los ojos de esa persona se abrieron, no hubo ni una sola alma que no fuera absorbida por aquellas espadas que fueron directamente ante él, volviendo a la pose vertical inicial.

Y cuando eso paso los cuerpos tirados se levantan del suelo mecánicamente. Cómo estatuas de terracota que protegían la tumba de un gran señor.

Las marionetas estaban listas para su más grande misión.

Con aquello terminado, el hombre se puso de pie, su mano se levantó y con un par de palmadas, el hombre se giró hacia los omegas. Una dulce sonrisa decoró sus labios.

―Y con eso la función terminó. Gracias por su colaboración.

Cuando aquellas palabras fueron dichos los omegas dejaron atrás sus papeles de cortesanas.

―Ah, eso fue tan aterrador. Pensé que en cualquier momento ese maldito enfermo se lanzaría hacia nosotros.

El demonio le dio una sonrisa dulce.―Aun si lo hubiera hecho yo no le hubiera permitido hacerte daño.

―Muchas gracias por lo que está haciendo, Su Alteza Imperial. Estos miserables deben caer.

―No hay nada que agradecer. Mi trabajo es ayudars tal y como su estimada Majestad Imperial anhela. Aunque aun no puedo presentarme formalmente ante mi señor, se que podre contar con ustedes cuando llegué el momento del juicio.

―¡Claro que sí!

―Usted nos ha salvado, sin duda ayudaremos a la causa.

Tras algunas palabras más la conversación terminó y varios de los demonios que le sirvieron escoltaron a los omegas siguiendo las órdenes del demonio, dejándolo solo en ese lugar.

Con un suspiro cansado el demonio sacó un pañuelo y tomó entre sus manos la primera espada.

De forma meticulosa limpió las dos primeras, hasta que no hubo ni una sola gota de sangre en ninguna, las guardó en una bolsa qiankun y miró a la última espada con frialdad.

La máscara cayó, revelando un hermoso rostro de elegantes facciones.

Sus ojos negros eran piedras de brillantes obsidianas; feroces y melancólicas. Enmarcados por un par de hileras de preciosas pestañas risadas. Sus cejas negras eran desafiantes y sus labios rosados eran ligeramente carnosos, ofreciendo una vista agradable para quien lo viera.

Sus ojos miraron aquella espada, antes de tomarla entre sus manos y proceder a hacer lo mismo que hizo con las anteriores. Hasta que la espada estuvo limpia y el trapo paso por cierto elemento decorando la flor de loto que yacía entre la empuñadura y la hoja.

Revelando un hermoso rubí tan rojo como la sangre y una larga franja que se daña por la hoja negra, hasta que el hechizo de camuflaje se había desvanecido.

Esa espada era Xin Mo.

―Realmente eres insaciable, si estas personas no merecieran morir sería bastante difícil alimentarte. Cuanta necesidad de sentirte amado, odio cuanto que necesita ser saciado. Aun cuando estas en su plano sigues tan sediento de volver a su lado.

Un golpeteo sobre la puerta lo hizo guardar de inmediato la espada, sus túnicas se extendieron rápidamente y el hombre miró hacia la puerta, de donde provino aquella voz: ―Su Alteza, este pide permiso a mi señor de pasar.

―Concedido.

Las puertas del lugar se abrieron por completo, permitiendo que la luz de aquel camino iluminara el perturbador paisaje que fue visible ante la persona que se abrió paso por ese sendero.

A pesar de los cuerpos de pie cómo estatuas con miradas perdidas y la sangre sobre el suelo, el hombre no se inmutó, abriéndose paso a su señor con naturalidad hasta llegar al demonio que ahora estaba sentado en el trono improvisado.

Con gran respeto, el hombre ofreció una reverencia y resistente con embajadores manos ante el demonio un rollo: ―Este sirviente ha logrado completar el informe sobre los tesoros, propiedades e información que hemos logrado completar del burdel.

Con elegancia el alfa tomó aquel informe, lo revisó minuciosamente carácter por carácter y cuando terminaron sus ojos pasaron a su sirviente.

Con una mirada cálida y una gentil sonrisa feliz.―Un trabajo esplendido como siempre, Jun Tai.

El hombre sonrió alegremente ofreciendo mil reverencias a su señor: ―Muchas gracias, mi señor. Este sirviente ya ha preparado todo como lo pidió. Todos los tesoros han sido puestos bajo nuestra protección, no dejaremos que nadie robe el tributo para Tianzi Bixia.

―¿Qué hay de los cadáveres de los omegas e infantes?

―... Ya hemos preparado todo para los rituales funerarios tal como nuestro señor lo pidió.

―Perfecto, las personas inocentes deben de tener un ritual funerario decente. Tuvimos suerte de que ninguno pudo convertirse en un espectro. Recuerda, Jun Tai, deben quemar apropiadamente los cuerpos sin que quede nada para que las almas descansen en paz.

―Sí, mi señor.

―¿Algo más?

―Oh si, uno de los omegas que salvamos esta encinta, mi señor. Dijo que quería abortar. Al parecer el hijo del dueño es el padre, el tipo lo violó así que quiere destruir a la cría. Pero como esos medicamentos solo están en posesión de mi señor...

―Lo entiendo, ¿Cuánto tiene?

―Tres semanas, mi señor.

—¿Ha revisado su pulso? ¿Presenta complicaciones del corazón o alguna enfermedad?

—No, mi Señor. El omega presenta una perfecta salud.

―Perfecto.

Buscando entre sus túnicas, el demonio sacó una bolsa que entregó al hombre, las instrucciones fueron claras.

―Prepara este brebaje, ya está medido, lo tomará como un té. El medicamento hara el trabajo. No tienen que preocuparse. Solo prepare una cama, no coloque sábanas blancas, es muy difícil limpiar el producto. Sera mejor que el omega se acueste en una colchoneta desechable, tendremos que quemarla cuando todo termine.

―De inmediato, mi señor.

―Recuerda que tienen que preparar todo para después, querrán limpiarse y necesitar un espacio para un nido, la habitación debe tener todo lo adecuado.

―Sí, mi señor.

―Antes de que te vayas, Jun Tai. ¿Qué pasó con la carta?

El sirviente sonrió gentilmente:―Ya se encuentra en Yiling Wei, mi señor. Nos encargamos de vigilar que la carta fuera encontrada por uno de los cultivadores de confianza de su Majestad Imperial.

Una sonrisa solitaria se apropió de los labios de aquel demonio antes de simplemente asentir.

―Buen trabajo, Jun Tai. Puedes retirarte y descansar.

―Muchas gracias, mi señor. Este se retira ahora.

Cuando el demonio se quedó a solas en aquella habitación un suspiro cansado se apoderó de su ser.

Tomando la espada Xin Mo abrió un portal a un nuevo lugar. Cómo una rasgadura en medio de la pintura el portal se abrió para el demonio sin mayor problema.

Y aquel hombre entró dejando en ese lugar el grupo de títeres humanos de pie sin permitirles dejar aquella posición como un castigo.

Caminando entre los pasillos el demonio se abrió paso por aquel escondite suyo. La piedra tallada con la forma de hojas de arce y arboles fueron iluminados por la linterna que sujetaba con la mano izquierda.

Sus rizos se ondearon con la frágil brisa que se colaba por el pasillo. Haciendo que el demonio sintiera como el frío abrazaba su figura mientras avanzaba hacia su objetivo.

Con gentileza abrió la puerta de aquel viejo palacio. Dos grandes estatuas de leones ancestrales protegían la entrada, con una pose intimidante ante los intrusos.

Cuando las puertas se abrieron el interior se mostraba tan limpio como el mismo demonio lo había dejado.

Con un simple chasquido de dedos el fuego salió de sus dedos encendiendo las antorchas del templo mejorando bastante luz.

El demonio caminó tranquilo por el lugar. Sabiendo que los ojos que le miraban en ese templo no lo hacían con odio ni sospechas. Sino con un agradable reconocimiento.

Y cuando sus ojos se encontraron con aquella estatua cubierta por varias telas alejando la estatua del polvo, el demonio sonrió.

Con una brillante sonrisa el demonio ofreció una reverencia ante la estatua.

Al levantarse el demonio prendió tres varitas de incienso y las sacudidas sobre la base de madera y arena que se encontraron en la mesa. Antes de caminar nuevamente a un lado de esa gran mesa hasta llegar al lugar contrario a la cabecera que pertenecía al dios.

Tomando asiento en aquel cojín rojo que yacía en aquella gran mesa decorada con la mejor cerámica para un gran festín frente a Dios, como a aquel señor le agradaba de sus visitantes. El demonio unió sus palmas y con una sonrisa comenzó su oración.

—Mi Gran Señor, te pido que escuches mi oración.

Entre sueños una persona se movió.

—Estoy a punto de cumplir la misión que se me ha obtenido hace mucho tiempo atrás. He buscado las piezas necesarias para esta misión y le he mandado a mi amada estrella todas las características necesarias, desde el comienzo de este trabajo hasta el día de hoy para que entienda porque hago esto.

El demonio miró con melancolía la estatua.

—Pero aunque todos hemos trabajado arduamente para ayudarte tengo miedo que él no haya leído ninguna carta. Tengo miedo de que sus niños no sepan lo que pasará y que esto sea un gran y horrible malentendido.

Las orejas del lobo bajaron con miedo. Su cola se escondió entre sus piernas.

—Si tan solo pudiera explicarle a él sin tener que hacer esto... pero tú lo sabes mejor que yo. Mientras la Bestia mire sobre el cielo no podemos actuar como deseamos.

Las lágrimas comenzaron a acumularse entre sus ojos. El demonio se forzó a ser fuerte. No podía romperse ante su Dios.

—Es por eso que te pido que aunque estés sea la única manera en la que puedo ayudar, por favor, Tianzi Huangdi Bixia. Por favor, ayúdame a terminar esto sin que nadie salga herido. Ayúdame a hacer de esta actuación algo creíble hasta que el telón pueda ser cerrado.

—Bixia, por favor. Cuídate mucho. Este Chengxing te lo pide. Por favor, protege tu corazón cuando tenga que cumplir mi misión.

Entre sueños una persona se quitó hasta que sus ojos se abrieron. Un ligero toque de violeta brilló sobre ellos antes de volver al gris natural. Cómo si solo se hubiera tratado de un espejismo.

Aquella persona miró el techo confundido sin entender que había sido ese sueño tan extraño.

La persona a su lado se removió hasta despertar y acariciar su cabello, su voz perezosa lo hizo salir de sus pensamientos.

—Wei Ying, ¿Qué fue lo que pasó?

—Yo... no lo sé. Tuve un sueño muy raro.

—¿Un sueño raro?

—Soñé con un Suibian muy extraño... rezándole a un Dios.

Pero eso no tenia sentido.

Suibian no les rezaba a los dioses.

Wei Wuxian simplemente encogió los hombros.

Tal vez había sido producto de los sueños más extraños que había tenido esos días.

—Wei Ying, vuelve a dormir.

Y sin pelear solo hizo caso a Chenqing y se hundió entre las sábanas.

Chengxing.

Estrella de la mañana.

lucero del alba.

Qué nombre más extraño.

 

 

Buenas noticias, El Omega y el Emperador ha vuelto!

Y ahora sí, les daré un buen contexto que debí meter desde hace un rato, pero ya no metí en los capítulos anteriores. Una disculpa por la tardanza.

Los títulos que han estado saliendo desde hace un rato.

Huangdi (皇帝):  Emperador.

Dado el hecho que el emperador tenía la posición política más alta del Estado, todos sus súbditos deberían mostrar el máximo respeto posible en su presencia, tanto en conversaciones como en otros aspectos.

Se esperaría un delito que una persona se comparara con el emperador durante una conversación con él.

Era tabú que una persona se refiriera al emperador usando su nombre; esto llegó a su propia madre, quien debía de usar las palabras Huangdi (emperador), o Er (hijo). Nunca se le podía hablar de forma personal y él mismo, frente a sus súbditos, utilizaba para referirse a su persona el título Zhen (朕, zhèn, "nos").

Cualquier persona que hable con el emperador debería llamarlo Bixia (陛下, Bìxià, "Su Majestad Imperial"), Huang Shang (皇上, Huáng shàng, "Emperador de Arriba" o "Emperador Majestad"), Wan Sui (萬歲, 万岁, Wànsuì , "Larga Vida", literalmente "Diez mil años") o Sheng Shang (聖上, 圣上, "Ser Divino de Arriba" o "Su Santa Majestad").

Los súbditos del emperador normalmente se referían a él cómo Wan Sui Ye (萬歲爺, 万岁爷, "Abuelo de los diez mil años").

A diferencia de la forma en que los occidentales se refirien a sus monarcas, usando el nombre de su reinado (por ejemplo Felipe II) o el nombre más el título (Reina Isabel), al emperador sus súbditos le llamaban con el título Huangdi Bixia (皇帝陛下, "Su majestad el Emperador") o Dangjin Huangshang (当今皇上, "Su Majestad Imperial Actual") cuando se referían a él en tercera persona.

El emperador reinaba con un nombre de era (年号, 年號, nián hào). Hasta la época Ming pudo cambiar este título varias veces durante su reinado.

Durante las dinastías Ming y Qing los emperadores adoptaron un solo título para todo su reinado. En las primeras mutaciones se les asignaba un nombre de templo (庙号, 廟號, miào hào) después de morir.

A todos los emperadores se les otorgaba un nombre póstumo (谥号, 謚號, shì hào) que a veces se combinaba con el nombre de templo, como por ejemplo Emperador Shengzu Ren (圣祖仁皇帝), que es como se conoció al emperador Kangxi tras su muerte.

El título de Daxing Huangdi (大行皇帝, dà xíng huángdì) se usaba para los emperadores que acababan de fallar. El fallecimiento del emperador se denominaba Jiabeng (驾崩, 駕崩, jià bēng), que significa literalmente "colapsar".

De ahí viene el famoso "Bixia" que ya hemos estado viendo en varias partes y que eventualmente continuará su uso.

 

Tianzi ( 天子): Hijo del Cielo.

Título monárquico sagrado del soberano chino. Se originó con la dinastía Zhou y se basó en la doctrina política y espiritual del Mandato del Cielo. Desde la dinastía Qin, el título imperial secular del Hijo del Cielo era "Huangdi".

El título, "Hijo del Cielo", fue adoptado posteriormente por otros monarcas sinosféricos para justificar su gobierno.

El Hijo del Cielo era el monarca universal supremo, que gobernaba tianxia (significa "todo bajo el cielo"). Su estado se traduce en inglés como "gobernante de todo el mundo". El título, "Hijo del cielo", se interpretó literalmente solo en China y Japón, cuyos monarcas se denominaban semidioses, deidades o "dioses vivientes", elegidos por los dioses y diosas del cielo.

Chengxing (晨星): Lucero del Alba/Estrella de la mañana.

Nombre: Mañana

Nombre: Estrella

 

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

Después de mucho tiempo de pausa puedo informar con este capítulo que por fin volvimos.

Entre los sentimientos del pasado y las acciones de la actualidad, nuestros personajes nos dejan ver un poco detrás de si mismos y lo que pasa en sus corazones. El temor yace presente en aquellos que buscan su propio camino y las sospechas crecen lentamente ante lo inevitable.

Wei Wuxian.

Entre sueños y leyendas el pasado persigue a Wei Wuxian como los sentimientos encontrados que tiene respecto a su origen.

¿Ustedes que piensan sobre su sueño?

¿A qué le tendrá miedo Wei Wuxian?

Chenqing.

A pesar de su naturaleza, Chenqing se mantiene al lado de Wei Wuxian. Buscando consolarlo en medio de su temor por el pasado. Darle mayores opciones y esperanzas sobre un pasado del que busca escapar.

¿Qué piensas de lo que dijo Chenqing?

¿Habrá más en esa historia de lo que le contó a Bichen?

Si ese demonio.

Las acciones que pasan entre las sombras y las verdaderas intenciones que aun son un misterio para Wei Wuxian. El demonio que negocia con sonrisas y pide con angustia por que lo que planea sigue los pasos que ha trazado.

¿Qué piensas sobre este curioso demonio y sus acciones?

¿Qué crees que planee?

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios, el apoyo y la infinita paciencia que han tenido en esperar que este proyecto será retomado, me despido informando que si todo sale bien las actualizaciones serán semanales ahora.

¡Hasta pronto!

¡Gracias por leer!

Chapter 12: CAPÍTULO 6.2: MIEDO

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

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Enlaces del capítulo en otras plataformas(por favor, no comentar en este párrafo para evitar entorpecer su función)

 

A-Ying amaba a su mamá.

Aun cuando ella siempre se burlaba de él.

―A-Ying, A-Niang lamenta haber metido un pez en tu ropa.

Escondido entre las túnicas de su padre, A-Ying solo podía escuchar las voces de sus padres hablando.

―No debiste hacerle eso.

―Solo era un diminuto pez y era un pequeño juego, ¿Cuál es el problema? A-Ying, ven con A-Niang.

―No.

―A-Ying, A-Niang lo siente, ven.

―No.

―A-Ying, si vienes conmigo, A-Niang y A-Ying jugarán con el tesoro de A-Niang.

Desde su lugar, A-Ying se sujetó a las túnicas de A-Die, mirando curioso a la linda persona que le ofrecía una linda sonrisa.

―¿De verdad?

―Así es. Te gusta mucho cuando la vez, ¿no es así? Si vienes, A-Niang y A-Ying jugarán con la campana especial de A-Niang.

Tentado por aquellas palabras, A-Ying salió de su escondite buscando a su madre, quien lo tomó en brazos celebrando su victoria ante un Wei Changze que solo podía negar.

Sentado en el regazo de su madre, con frondosos arboles tras ellos y la hermosa vista de un campo libre y limpio, A-Ying miraba como aquella bolsa que su madre siempre llevaba era revisada con cuidado, mientras la comida estaba lista.

A-Ying disfrutó de la cálida sensación de las peonias abrazándolo cálidamente, junto a las camelias y los lirios. Mucho más cuando aquel objeto en especial salió.

Una bonita piedra violeta atrapó el gris de los iris de A-Ying, que se oscurecieron con emoción ante aquello que conocía desde que nació.

―Aquí esta.

―¡Piedra bonita! ¡Piedra bonita!

Una hermosa piedra preciosa violeta apareció ante los ojos del pequeño A-Ying, la luz la hizo brillar como si miles de estrellas la decoraran. La piedra se encontraba sobre una bonita campana de plata, flores de lotos la decoraban, debajo de la campana había una mariposa de plata y bajo esta, siendo parte de todo una borla roja.

―Mariposa.

―Así es, A-Ying. Una bonita mariposa, ¿te gustan las mariposas?

―Sí, las mariposas son bonitas.

―A-Niang también ama las mariposas, ¿A-Ying sabe que hay bonitas mariposas plateadas que brillan?

―¿De verdad?

―Así es, son mariposas tan bonitas como estas, pero creo que a A-Ying le gusta más esta piedra.

Las manos de A-Ying sostuvieron la campana, prestando atención a la piedra que le llamaba tanto la atención.

A-Niang había dicho que esta campana era especial, los protegía en su camino por el mundo. A-Ying no sabía que significaba del todo proteger, pero sin importar cuantas veces la mirara realmente le gustaba.

―Piedra bonita.

―Así es, A-Ying, es una piedra bonita. ¿Sabes, A-Ying? A-Niang conoció a una persona que tenía ojos como esta piedra, es la persona más hermosa del mundo. Sus ojos son tan bonitos como esta piedra y huele tan bien como las flores de loto que vimos en ese muelle. A veces es algo gruñona, pero tiene un gran corazón.

Había algo raro en el aroma de A-Niang, era como si las peonias, camelias y los lirios se cerraran con un sentimiento que se parecía a la tristeza.

―La gente suele pensar que es fría y cruel. Pero en realidad, aunque es algo torpe para expresar sus sentimientos, es una persona muy noble y justa que siempre busca pelear por lo correcto, pero cuando se enoja es muy tierna en realidad. Por eso A-Niang a veces te molesta, porque cuando tienes esa carita molesta me recuerdas mucho a ella. Tienes sus ojos, A-Ying.

―Pero los ojos de A-Ying son grises.

A-Niang se rio dulcemente, risueña como si le hubiera contado un buen chiste y simplemente dijo: ―Es cierto, los ojos de mi A-Ying son grises, pero su mirada es tan hermosa como la de esa persona.

Pero antes de que A-Ying pudiera mirar a su madre, A-Niang lo abrazó fuertemente, haciendo que las flores se enredaran en el cabello del avergonzado A-Ying y habló.

―A-Ying, prométele a A-Niang que cuando crezcas serás un alfa tan bueno y justo que proteja a los inocentes.

―A-Ying lo promete.

Sin embargo, los días felices terminaron aun cuando el mismo A-Ying no lo sabía.

Lo único que sabia era que A-Niang le había dado su tesoro más preciado.

―A-Niang.

―A-Ying debe ser un buen niño y quedarse cerca del templo del Dios Sonriente, ¿está bien?

―A-Niang, ¿Por qué A-Niang le está dando su tesoro a A-Ying?

―Porque A-Niang y A-Die tienen que ir a hacer algo muy importante y la campana protegerá a A-Ying.

―A-Ying quiere ir.

―No, baobei, no puedes ir con nosotros. Es necesario que te quedes aquí, es por tu propio bien. ¿No dijiste que te gusta el Dios Sonriente? Míralo, él está sonriendo y A-Ying tiene que prometer que pondrá una linda flor blanca en su mano todos los días, si haces eso el dios podrá protegerte, además, si prestas atención podrías ver a una linda mariposa plateada por el templo.

―¿De verdad?

―Así es, las mariposas plateadas siempre protegen los templos del dios sonriente, si das todo de ti y eres paciente podrás mirar una o tal vez más.

―¿Puedo jugar con ellas?

―Si la mariposa lo permite, sí. Pero debes ser un buen niño y prometer que te quedaras aquí, ¿está bien? Debes cuidar que el dios siempre tenga una flor y sobre todo cuidar esta campana, es importante, ¿puedes hacerlo, osito?

―¿A-Niang volverá pronto?

Los ojos de su madre se llenaron de lágrimas mientras lo abrazaba con gentileza. Era la primera vez que veía a su madre llorar, por lo que A-Ying no dijo nada. Solo la abrazó con cariño dando suaves palmadas como A-Niang lo hacía con él cuando lloraba.

―Yo... no lo sé, A-Niang no lo sabe, pero sí sé algo, ¿recuerdas a la bonita persona de la que te hablé? ¿recuerdas a la persona de lindos ojos violeta como esta piedra?

Su madre tomó la campana de claridad y le mostró aquella piedra que A-Ying adoraba mirar.

―A-Ying lo recuerda.

―Muy bien, escucha muy bien. Esa linda persona se llama Yu Ziyuan, recuérdalo muy bien, Yu Ziyuan. Sus ojos son del mismo color que esta linda piedra y huele como a flores de loto, es algo muy especial porque son flores únicas. Cuando lo huelas lo entenderás, después de todo, la nariz de A-Ying es muy especial también.

―A-Niang.

―Así que si A-Niang y A-Die se tardan más de tres días en volver y Yingying no aparece, escucha bien A-Ying. Debes esconderte de los adultos y esperar cerca del templo. Sin importar quien venga solo si esta linda persona viene y quiere llevarte contigo, debes ir con ella. A-Ying es un niño tan bueno y dulce, por eso A-Niang sabe que A-Ying escuchará y obedecerá a esa persona.

―A-Niang, ¿Por qué A-Niang habla así? ¿A-Niang está abandonando a A-Ying?

Su A-Niang hizo todo de si para reír, dolía demasiado.

―No, osito, jamás pienses eso. A-Niang solo tiene que hacer algo importante, ya sabes, cacería nocturna, ¿lo recuerdas? A-Niang y A-Die son fuertes cultivadores y necesitan cazar para conseguir dinero y darle ricos dulces y pescado a A-Ying. Por eso A-Niang no puede llevar a A-Ying, menos cuando es algo que llevara más tiempo, ¿lo entiendes, baobei?

―A-Ying entiende.

―Oh vamos, dale una sonrisa a A-Niang, ¿sí?

El niño sonrió dulcemente a su madre, quien a diferencia de la mayoría de las veces, no apretó sus mejillas como solía hacer, solo admiró el rostro de su hijo con una sonrisa melancólica.

―A-Ying, tu sonrisa es la más bonita de todas, mi pequeño A-Ying. Prométele a A-Niang que sin importar que, nunca dejarás de sonreír.

―A-Ying lo promete.

―Eso es. Mi lindo A-Ying, no te preocupes, esto será rápido y cuando te des cuenta estarás comiendo mucho, mucho tanghulu, pescado crudo y A-Niang por fin te dejará comer picante. Así que, ¿serás un buen niño y te quedaras aquí, cachorrito?

―¡Sí!

La omega volvió a abrazar a su hijo, su voz llegó al niño como un susurro.

―Por favor, A-Ying, prométeme que no confiaras en nadie más que ella, prométeselo a A-Niang.

―Lo prometo.

―Mi lindo osito, te amo tanto, soy la omega más afortunada por tener a un lindo hijo como tú.

Los recuerdos sobre el tiempo después de eso eran imágenes confusas y difíciles de discernir entre la verdad y la ilusión.

El tiempo pasó sin que A-Ying pudiera distinguir cuanto había pasado desde que A-Niang y A-Die se habían ido.

Como un buen niño recordaba su promesa, colocando una flor blanca en la mano de la estatua del dios tal como su madre le dijo. Y cuando el sacerdote del templo le dio ese bollo caliente de la ofrenda, A-Ying salió alegremente, comiendo su bollo en la entrada del templo.

A-Ying no sabía porque la gente del templo era tan buena con él, pero A-Ying no sería grosero y agradecería humildemente aquella bondad.

Abrazando su figura vestida con el abrigo rojo que alguien le regaló. A-Ying caminó entre los callejones buscando, aún era muy temprano y si encontraba...

Los pasos del pequeño A-Ying se detuvieron sin comprender que era lo que buscaba, pero sabía que algo lo había llevado a ese lugar.

Tenía que... ¿recolectar basura?

Era eso... ¿no?

Oh no, olvidó su costal, ¿dónde lo dejó?

Mirando las cajas en aquel lugar, A-Ying se hizo miles de preguntas, hasta que escucho que algo corría hacia el callejón.

Por instinto el niño se escondió. Su bestia interna le había dicho que debía cuidarse de los alfas adultos. No sabía porque debía temer de ellos, pero algo dentro de él le decía que podrían ser igual de peligrosos que los perros.

Mas aquellos que olían a sol.

Lo mejor era esconderse.

Agachado entre las cajas del lugar, el pequeño A-Ying detectó un dulce aroma, era algo... familiar y muy agradable, la figura que caminaba entre el callejón vestía hermosas túnicas de un tono purpura, en su aroma había preocupación y solo en ese momento A-Ying descifró su aroma.

Lotos.

Eran flores de lotos, tal como A-Niang había dicho.

Entonces escuchó una voz.

―A-Ying... ¿estás ahí?

A-Ying, ¡él era A-Ying!

Algo temeroso, A-Ying salió de su escondite solo para encontrarse con una persona muy hermosa de ojos violeta como aquella bonita piedra. Aquella persona le miró curiosa, su nariz se movió con premura y sus ojos se abrieron con una sorpresa que A-Ying no entendió.

―¿Tu eres A-Ying?

―¿Usted es la persona de ojos bonitos que conoce a A-Niang? ¿Cuál es su nombre?

El rostro de Yu Ziyuan se llenó de sorpresa, los lotos se cerraron en tristeza y simplemente asintió.

―... Hmn, Me llamo Yu Ziyuan, ¿Cuál es tu nombre completo?

¿Su nombre?

Recordando los modales que su A-Niang le había enseñado, A-Ying tomó sus manos, levantó los brazos y ofreció una gentil reverencia, solo para levantar la vista y contestar con una hermosa sonrisa.

―Soy Wei Ying, nombre de cortesía Wuxian.

Los ojos de Yu Ziyuan brillaron con algo que parecía herido, se acercó a él y se agachó por completo, llevando sus manos temerosas a las mejillas de A-Ying las tomó con delicadeza, quien guiado por la sensación de seguridad que esa persona proyectaba se dejó hacer, sintiendo el contraste de temperatura de sus frías palmas acariciar sus mejillas, revisando su cabello y tocaron la linda cinta roja que A-Niang le regalo antes de irse.

Cuando aquella mujer lo abrazó, A-Ying cedió sin dificultad, olfateando gustoso el curioso aroma a lotos que se le hacía tan agradable y cálido.

Olía a casa.

Podía ver un muelle a su alrededor, las bonitas flores que tenían el mismo color que los ojos de la señora Yu Ziyuan se acercaron a él, temerosas y tímidas lo abrazaron hasta que el calor del abrazo hizo que las flores lo perfumaran gustoso en reconocimiento, haciéndolo ronronear sin problema alguno.

Le gustaba esta persona, le gustaba su aroma y le gustaban sus abrazos.

Sin embargo, sus ronroneos se terminaron cuando pudo sentirlo.

Humedad, había algo mojando su abrigo.

La alfa que lo abrazaba como si temiera perderlo estaba temblando, era algo sorprendente al recordar la figura imponente que proyectaba, pero A-Ying entendió lo que pasaba.

Yu Ziyuan estaba llorando.

Aun cuando su joven mente no entendía el porqué de sus lágrimas, el recuerdo de la última vez que vio a su madre le hizo levantar los brazos por el cuello de la alfa, tal como en ese momento y la abrazó tanto como sus pequeños brazos podían hacerlo. Dando suaves palmadas sobre la espalda de la alfa, quien solo pudo aferrarse a él con mayor fervor.

Cuando la nieve fue tocada por el sol, los lotos violetas de Yu Ziyuan abrazaron a A-Ying con algo que le hizo sentir en casa.

Amor.

Cuando Yu Ziyuan le sacó de aquel callejón, A-Ying ya le había enseñado la campana de claridad que su madre le había dado a guardar. Yu Ziyuan no era una persona muy habladora, parecía fría en realidad.

Pero detrás de una serie de emociones que A-Ying no supo distinguir, podía oler calidez en medio de los lotos, madera de cedro y rosas tan violetas como las flores de loto.

Aquella calidez que le hizo sentir seguro cuando le presentó a ese hombre tan alto y aterrador.

―Hey, ¿Qué tenemos aquí? ¿Así que tú eres el pequeño A-Ying?

―Ho-hola.

―Hola, realmente eres muy lindo, me llamo Suibian. No tienes que tener miedo, ahora estas a salvo.

La Tía Yu le hizo muchas varitas de frutas caramelizadas tanghulu, Suibian-gege le cocinó un rico plato de fideos, pudo comer mucho pescado crudo y obtuvo un nuevo cambio de ropa.

A pesar de que la cinta de mamá era muy grande, Tía Yu la ató cuidadosamente sobre su cabello con gentileza en un lindo moño alto. Y lo llevo por los cielos en una espada tan impresionante como la espada de A-Niang.

Por ello, cuando Tía Yu le presentó a A-Cheng, A-Li, el Tío Jiang, Zidian-gege y Sandu-gege, A-Ying sintió que por fin estaba a salvo.

Tenía un hogar.

Pero seguía extrañando a A-Niang y A-Die.

Tal vez A-Die era algo distante. Nunca lo perfumó, pero siempre fue gentil con él.

Cuando tía Yu le mostró la estatua del dios sonriente que había en el Palacio Purpura, A-Ying no pudo evitar preguntar.

―Tía Yu... ¿Por qué los papás de A-Ying no volvieron?

El dolor que apareció en los ojos de Yu Ziyuan era el mismo que el día en que se conocieron. No hubo lagrimas esta vez, pero el dolor seguía plasmado ahí. Lo suficiente para que A-Ying sintiera que había dicho algo malo.

―Lo siento.

Dejando atrás toda apariencia de fortaleza, Yu Ziyuan se agachó a la altura del niño. Su mano tomó su pequeño rostro y habló con un tono paciente.

―A-Ying, quiero que recuerdes esto. Tus padres nunca te abandonaron, ellos jamás quisieron dejarte. Te amaban con todo su corazón y eso es algo que jamás debes dudar.

―Tía Yu... A-Niang ya no va a volver, ¿verdad?

―... No, pero ella siempre estará contigo, aquí.―señalo su corazón.―Ella te amó con todo su ser y sin importar donde este ella siempre lo hará.

―¿De verdad?

―Lo hará, siempre estará contigo. Sin importar que, recuerda eso, W-We-

El sonido se distorsionó frente a él como la imagen que se quebró al igual que el templo, el muelle y lo demás. Una extraña sensación se apoderó de su cuerpo, hasta que aquella horrible escena estuvo ante sus ojos.

Las manos de Yu Ziyuan tomando el rostro de Jiang Cheng y el suyo, el arrepentimiento apoderándose de sus ojos y aquellas palabras que aún le dolían en carne viva.

―Jamás quise que se enteraran de esta forma, ni desee que las cosas se volvieran así. Pero quiero que sepan que a pesar de que mis acciones fueron incorrectas, siempre los amé a los dos por igual y siempre será así. Mis amados orgullos.

Miles de voces llenaron su cabeza, las escenas se mezclaron clavándose sobre su cerebro de forma dolorosa.

―3,333, recuerda, 3,333.

―A-Ying, mi lindo A-Ying.

―3,333, recuerda, 3,333.

―Wei Ying, conviértete en un hombre poderoso que también sea justo.

―3,333, recuerda, 3,333.

―Los destinados no son personas con las que estamos obligados a enlazarnos. Tan solo son oportunidades que se presentan en la vida. Si los corazones logran comprenderse al punto de enamorarse cada vez que se encuentran, ¿acaso la felicidad es algo que deban negarse tan solo por el temor que ese hilo rojo puede generar?

―¡A-Ying, ven aquí! ¡Muqin y A-Niang hicieron el almuerzo para ti!

―A-Ying.

―¿Alguien me escucha? ¿Alguien realmente puede escucharme? Por favor, ayúdenme, por favor, que alguien me ayude. ¡Ayúdenme a morir! ¡QUE ALGUIEN ME MATE, POR FAVOR!

―Wei Ying, esto no es un juego, el camino a la cima es solitario y la confianza en otros se vuelve limitada. No es como lo que te enseñé, no se parece a nada de lo que conoces. Aunque sé que eres inteligente, no quiero que ellos te destruyan. No desearía que te sacrifiques por otros aun cuando parece la única salida.

―Este trato tiene un precio, ¿lo entiendes? Deberás pagar con algo especial para ello.

―¡Ser un emperador! ¡¿Realmente quieres ser un emperador?! ¡Deberías entender primero que esto no es un maldito juego, Wei Wuxian! ¡Dime qué crees que es esto, Wei Wuxian! ¡Dímelo!

―3,333, recuerda, 3,333.

―Tian-- ----- debería ser más cuidadoso, ese ser es algo peligroso. Por favor, no se fie tan fácilmente de él.

―¿Cuántos años, -- -------? ¡¿Cuántos años te ha tomado llegar hasta aquí?!

―¡¿Por qué no lo entiendes?! ¿Por qué no entiendes que esos tipos te harán pedazos si haces eso? ¿Por qué siempre eres así?... ¿Por qué no me dejas protegerte?

―¿Cuál es el pago que desea mi señor?

―¡Porque los monstruos como nosotros no nacimos para ser felices!

―¡Quédate conmigo! ¡quédate conmigo! ¡No te vayas! ¡Por favor, no te vayas! ¡Seré más cuidadoso que nunca en mi vida pero no te vayas!

―Que seas el mayor no significa que no quiera protegerte de ellos, ¿Por qué no simplemente dejas tu orgullo y me dejas protegerte? Se lo prometimos a Muqin... lo prometiste.

―¿De verdad aun sigues viendo a ese -------? Deberías dejarlo ya, las ------- como nosotros no debemos de interactuar con los ----------.

―¡Crees que puedes sostener este imperio entre tus manos sin que esos miserables arruinen tu sueño! ¡Debes de entenderlo ya! ¡No puedes salvarlos a todos!

―Nunca más, te prometo que nunca más te dejaré. Nunca más dejaré que alguien te lastime, Todo lo que soy, todo lo que he guardado, todo este poder siempre fue tuyo y ahora te lo entrego únicamente a ti.

―Deseo que gege y todas las personas del mundo puedan ser iguales.

―Por favor, por favor acaba con esto, por favor ayúdame a terminar con esto. Esto no es una vida, es una maldita tortura, por favor. Wei Wuxian, cumple mi deseo.

―Y yo, sea lo que sea que tenga que hacer... mandaré al diablo las reglas de esta sociedad y voy a quebrar este maldito sistema. Incluso si tengo que destruir la biología de este mundo.

―Solo prométeme que volverás a casa pronto.

―3,333, recuerda, 3,333.

―Los ------- son difíciles de comprender, son criaturas interesantes pero peligrosas, prométeme que te mantendrás lejos de ellos.

―3,333, recuerda, 3,333.

―Quiero que me hables sobre la ---------.

―3,333, recuerda, 3,333.

―Bixia.

 

Y Wei Wuxian despertó con la respiración entrecortada.

Lo primero que encontró fue la imagen del techo de la cabaña escondida entre una de las cuevas de los túmulos funerarios.

Wei Wuxian se levantó, dejando que las sábanas que cubrían su cuerpo cayeran ante la gravedad, la lesión en su mano derecha que había obtenido ayer ahora estaba vendada y el dolor que había tenido en el pecho ya había cedido hasta desaparecer.

Las ojeras de Wei Wuxian habían aumentado, nuevamente había tenido sueños extraños que le llenaban de sentimientos encontrados. Pero al menos el Sello de Tigre Estigio no parecía ser tan quisquilloso en esta ocasión. Si tenía suerte podría destruirlo pronto, volvería a Yunmeng Jiang, hablaría con su hermano y volvería a tiempo para recluirse en su habitación para su celo.

El problema era Lan Zhan.

Wei Wuxian sabía que su celo y el de Lan Zhan coincidían precisamente por el aspecto de que eran destinados, pero era el hecho de saber cómo funcionaba su calor el que hacía que Wei Wuxian no le gustara ese aspecto.

La idea de que Lan Wangji le viera en ese estado no era agradable.

Su respiración se fue calmando poco a poco cuando el ruido de ronroneos llegó a su oído, solo cuando estuvo tranquilo revisó a la persona que se encontraba acostada a su lado.

O más bien, el bonito gato negro que descansaba a su lado.

Su hermoso pelaje negro cubría por completo su cuerpo, brillando ante los toques de luz que entraban a la cabaña de una forma tan adorable. En su cuello aquella gargantilla que Wei Wuxian le había comprado parecía un lindo collar y cuando sus ojos se abrieron lo hicieron en rojo.

Chenqing.

No era la primera vez que Wei Wuxian veía alguna de las formas animales que Chenqing podía adoptar, Chenqing era muy talentoso en ese aspecto y le había dicho en varias ocasiones que se sentía más cómodo en esas formas.

El demonio se levantó de su lugar moviendo con elegancia sus patas, dejando que las traseras dieran sus pasos en el mismo punto en donde las delanteras hasta llegar a Wei Wuxian. Subió a su regazo y frotó su cabeza contra su pecho.

Sin poder evitarlo, Wei Wuxian levantó al gato, lo abrazó gentilmente y dijo de forma consoladora:―Estoy bien, gracias.

Una de las razones por las que Wei Wuxian odiaba el Sello del Tigre Estigio eran aquellos extraños sueños que tenía cada que intentaba hacer algo contra aquel objeto.

Como si fuera el sello el que estuviera intentando destruirlo en vez de que fuera al revés.

¿Qué demonios había sido eso?

Últimamente estaba teniendo sueños muy extraños.

El ruido de la puerta abriéndose o puso alerta, canalizó energía resentida en su mano izquierda y miró en rojo a la puerta.

Hasta que esta se abrió por completo y se encontró con la imagen de Suibian llevando el desayuno.

Cuando los ojos de Luo Suibian miraron al gato negro entre los brazos de Wei Wuxian, sus pupilas se contrajeron, mirando agudamente al demonio sin decir nada más. Decidiendo concentrarse en acomodar el desayuno en la mesa.

Wei Wuxian estaba acostumbrado a que esos dos no se llevaran bien, pero había algo diferente ese día.

Algo había pasado.

Sospechoso.

Sobre la mesa fue colocada una charola con varios platillos. Un gran plato con cubitos de atún fresco y crudo colocado exquisitamente sobre una cama de arroz. En un plato diferente había una serie de cortes de salmón colocados ordenadamente en el largo plato. Un plato con fruta picada bañada con el dorado toque de miel escurriéndose melosamente a través de los finos cubos rebosantes en frescura.

Cuando Suibian destapo la canasta de bambú tres bollos dulces grandes y vaporosos saludaron a Wei Wuxian.

―Será mejor que comas todo lo que está ahí; tu medicamento está en la comida. No te preocupes por el baño, ya preparé tu tina y también tengo listos los talismanes de protección.

―Hmn.

―¿Estar tanto tiempo con el pequeño Lan ya te contagio sus modismos? Ah, por favor, tú no.

―¿Qué tienes en contra de los modismos de Lan Zhan? Esa es su forma de ser y es muy linda.

―No tengo nada en contra de ello, es solo que no soy un traductor de "Hmn", si solo dices eso ¿Cómo voy a entender que significa eso?

Wei Wuxian lo miró en silencio.

Últimamente estaban teniendo buenos momentos sin pelear, mencionar lo de Chenqing no ayudaría, menos cuando a pesar de ver al demonio sobre su regazo mientras Wei Wuxian se disponía a desayunar.

A pesar de que no tenía hambre comió todo lo que Suibian había preparado y tomo el té medicinal sin rechistar, estaba demasiado cansado para eso.

Cuando ya no había nada en la mesa, Suibian habló.

―Muy bien, has mejorado. Como has sido un buen chico y terminaste tu desayuno tendrás un premio por ello.

De sus túnicas sacó una bolsa qiankun grande que abrió. Su mano buscó con ojos serios hasta que encontró algo que lo hizo sonreír y sacando aquella caja de madera la presentó ante Wei Wuxian.

―Como has sido un buen chico te daré un dulce. Adelante, toma el que quieras.

Frente a los ojos de Wei Wuxian una linda caja para postres fue presentada, en su interior había una serie de lindos... ¿pasteles de luna dulces en forma de conejitos redondos?

Eran los pasteles de luna más bonitos que había visto. Incluso tenían varios colores con tonos pastel.

Sin poder evitarlo sus ojos pasaron a Suibian.

Nadie mejor que Wei Wuxian sabía que su guardián tenía un gusto especial―cierta obsesión―con aquellos postres, pero no esperaba eso.

Tomando uno Wei Wuxian no pudo evitar agradecer confundido:―... Gracias.

Luo Suibian miró curioso como Wei Wuxian se maravillaba con aquel postre.

No había duda, fue un gran trueque.

Días anteriores, cuando la caravana imperial viajaba de regreso al Palacio Rojo, el pequeño Lan había tomado el valor suficiente y lo enfrentó.

―Señor Suibian, quisiera pedirle de favor que comparta la receta de sopa de lotos y cerdo de la reina Jin conmigo.

Eso sí que fue nuevo e inesperado.

―Está bien, viendo que realmente tomaste el valor de pedírmelo tú mismo haremos un trueque.

―¿Trueque?

―Así es, tú quieres conocer la receta de Yanli y yo quiero algo que es difícil de conseguir, si logras hacerlo bien te daré la receta.

―¿De qué se trata?

Cuando le contó a Lan Wangji sobre su petición el omega le miró confundido, pero era muy fácil de explicar porque precisamente pasteles de luna.

Luo Suibian amaba los pasteles de luna, en especial los dulces.

Desde el momento más tierno de su vida Luo Suibian había amado los pasteles de luna y su A-Die era quien preparaba los mejores del mundo.

Durante muchos años Luo Suibian comió aquellos postres hechos por su padre con el mayor gusto posible, pero cuando... tras varias cosas que pasaron, obviamente esos dulces años con pasteles de luna quedaron atrás y Luo Suibian no había vuelto a comer uno de esos en mucho tiempo.

Obviamente omitió esa parte de la historia, modificándola a algo más Polilla de Oro del que no se sabía nada más que simplemente:

―Me gustan demasiado esos postres pero no he encontrado a nadie que los haga tan bien para hacerme llorar. Si logras hacer unos deliciosos pasteles de luna mejores que los de los cocineros del palacio, te daré la receta. Si no sabes cómo hacerlos te puedo pasar la receta o también puedes preguntarle a tu guardián. Él sabe hacerlos.

Y como podía esperarse de un mocoso tan cabal, Lan Wangji de verdad los hizo.

Si Suibian era sincero, todo aquello del trueque era una broma. En realidad había planeado darle la receta un día después de llegar.

Pero había olvidado que ese niño se tomaba muy en serio las cosas.

Suibian se había prometido a si mismo ya no ser tan cruel con él. Después de todo, era el compañero de su Wei Ying, su discípulo, ¿Qué clase de maestro estaba siendo si seguía burlándose de esa manera del pequeño Lan?

Por eso no dijo que en realidad era una broma y siguió con eso del trueque. Tomó la caja y abrió la tapa.

Y vio lo más adorable posible en este mundo.

―Yo... no encontré los moldes, así que decidí darles una forma presentable que pudiera ser agradable a la vista. ¿Le gustan?

¡Por todos los dioses! ¡Eran conejos redondos con ojos de semillas y orejas adorables!

¡Eran tan lindos como los gatitos que su padre le hacía cuando era niño!

¡Luo Suibian quería llorar!

¡Incluso Lan Wangji se veía adorable cuando le preguntó eso!

Como si se tratara de una obra de arte Luo Suibian tomó uno de los dulces, tratándolo cuidadosamente. Buscando evitar que en cualquier momento se rompiera por una mala presión o llegara a caer.

Y cuando los comió... realmente quiso llorar.

Bichen... realmente le enseño muy bien, pero eso no significaba que dejara que ese niño viera sus verdaderos sentimientos sobre ellos, o podría malinterpretarlo de la peor forma.

Así que se tragó sus lágrimas, fingió que todo estaba bien y le dio la receta dándole algunas sugerencias de cómo hacer que los sabores se mantuvieran en el punto exacto.

―¿Y porque tenías tanta urgencia de conocerla?

―Quiero que Wei Ying se sienta feliz a pesar de que no pueda ver por ahora a la reina Jin como desea.

Quién lo diría, ese niño realmente era como Bichen.

―¿Y?

―Esta delicioso. ¡Demasiado en realidad! ¿tú lo preparaste?

―En realidad-

Antes de que pudiera decir algo un golpe en la puerta llamó su atención.

―Su majestad, estos piden su permiso para ingresar.

―Concedido.

La puerta volvió a abrirse dándole paso a Song Lan, su rostro demacrado no era una buena señal y Wei Wuxian supo que algo malo estaba pasando.

―Malas noticias, mi señor. Es sobre el caso de Lycoris Radiata.

―¿Qué pasa?

Song Lan extendió un rollo que Wei Wuxian revisó de inmediato, entre más leía sus ojos se abrían con mayor sorpresa, hasta que su ceño se frunció comprendiendo lo que eso significaba.

Chenqing, quien aún estaba en su regazo se levantó, sus ojos miraron con aburrimiento aquel rollo hasta que vio algo ahi.

Suibian no pudo evitar preguntar.

―Wei Ying, ¿Qué pasa?

Sin decir palabra alguna paso el rollo a Suibian, con solo un vistazo el guardián lo entendió.

―¿Había una copia de la cámara con este rollo?

El cultivador buscó en la bolsa que el cuervo llevaba consigo y pasó aquella pequeña caja. Suibian canalizó energía dorada, dotando el objeto de brillo y colocándolo sobre la mesa amplificó la energía dorada logrando formar la imagen con el sonido que faltaba en realidad.

Segundo a segundo la imagen se repitió, el omega y el hombre hablando, hasta que se escuchó un grito sonoro viniendo del exterior de la habitación. Los omegas gritaron, corrieron y uno de ello grito algo en especial.

―¡Demonio! ¡Es un demonio!

―¡Que alguien nos ayude! ¡El demonio de Lycoris Radiata está aquí!

El omega giro hacia el hombre y pidió.

―Por favor, escóndete debajo del suelo, debes volver a casa, debes sobrevivir.

El omega salió del lugar, Suibian no entendía porque había salvado a aquel hombre. Sin embargo, aquellas personas ingresaron y uno de ellos explicó.

―Creo que realmente exageras, A-Yan. Has olvidado que la mayor arma de todas es la diplomacia, incluso cuando tratas con escorias malvivientes como estas.

Las personas presentes en la sala no pudieron evitar mirar a Suibian, quien no daba crédito a lo que escuchaba.

Esa voz.

Esa voz sonaba similar a la suya.

―¿Y que se suponía que debía hacer? ¡Ese maldito Wei Wuxian se robó a mi omega!

―Omega que te atreviste a torturar con mi "suero especial", que no se te olvide que yo te dije que no tocaras lo que no comprendías. Y mira lo que hiciste, ¿Qué te costaba hacer las cosas tal como te enseñé que debías hacerlas?

Wei Wuxian y Suibian se miraron.

Ese "suero especial" del que hablaban obviamente era lo que había dañado el calor de Xiao Xingchen. La pregunta era, ¿Qué demonios era ese "suero especial"?

Entonces el hombre con esa voz similar a la de Suibian le hizo callar.

―Espera, hay alguien aquí.

El pobre hombre que se encontraba escondido no hizo más que temblar, aquellas personas se acercaron y encontraron su escondite, y aquel hombre mayor comenzó a hablar.

―Pero mira nada más que encontró este venerable. No me gusta cuando los infames como tú se esconden de enfrentar las consecuencias de sus actos, pero... no, ya lo tengo.

―¿Qué estas planeando?

―Oh, A-Yang, A-Yang, este señor ha tenido una magnifica idea en realidad. Ya lo veras, será muy divertido.

―¡¿Qué van a hacerme?! ¡¿Qué me harán?!

Y entonces aquel hombre canalizó energía demoniaca en la mano izquierda e hizo lo que solo una persona dentro de esa habitación podía hacer.

Extrajo el núcleo dorado de ese hombre.

Suibian solo podía mirar con asombro sin saber cómo reaccionar.

Cuando el núcleo fue extraído aquel hombre volvió a hablar.

―Este mundo ha cambiado mucho, ¿no lo cree... Tianzi Huangdi Bixia?

Wei Wuxian supo que esta persona estaba haciendo eso a propósito; un mensaje obviamente. Pero no pudo evitar sentir que aquella manera de llamar a la persona que mandaba el mensaje era bastante extraña.

Se sintió... familiar.

Varios de sus súbditos le llamaban Huangdi que era emperador o Bixia que era su majestad imperial a lo mucho, pero esa forma en conjunto, ese tono en especial...

¿Quién era Tianzi Huangdi Bixia?

Sin poder evitarlo sus ojos pasaron a Suibian, quien se veía sumamente tenso.

―No se parece en nada a lo que le hubiera gustado, no es lo que usted deseaba para el mundo. Es tan diferente de lo que en verdad quería hacer, realmente este mundo es tan desagradecido, ¿no lo cree, mi estimada Majestad Imperial?

No entendía nada de lo que decía, que demonios significaba eso.

―Y lo peor de todo es que sus tontos ministros realmente no sirven para nada, esos nueve estúpidos realmente no son muy útiles. Sus intenciones no son malas pero su mala organización y comunicación tan solo retrasan lo inevitable.

¿De que hablaba? ¿ministros? ¿nueve estúpidos?

¿Estaba hablando de los guardianes dorados?

Eso no tenía sentido, los nueve―era curioso que haya omitido a tres―guardianes habían sido seleccionados para ser, efectivamente, los doce ministros del Hijo del Cielo, pero el Hijo del Cielo...

¿Ese no había sido Wen Mao?

¿Quién era el Hijo del Cielo?

―Pero tal vez las cosas serian diferentes si dejara de mentirse a sí mismo, ¿no lo cree, Tianzi Huangdi Bixia?

¿Qué... significaban... aquellas palabras?

¿Qué... quería decir con... mentirse a sí mismo?

¿A quién le hablaba en realidad?

Wei Wuxian estaba mintiendo con varias cosas, la mayoría eran más secretos que mentiras. Pero al final, jamás había mentido con la manera en la que había llegado a esa posición.

Tal vez no entendía porque aquellas personas lo habían reconocido como el emperador o cómo fue que en realidad había terminado siendo un alfa dominante, pero no estaba mintiendo.

¿Verdad?

Entonces pudo sentirlo.

Aquella presencia familiar, el sonido de las túnicas negras y rojas al andar. El cabello negro ondeándose con sus pasos. Dos grandes manos posándose sobre sus hombros, un par de labios rozando su oído.

Y aquella voz en su cabeza se burló de él.

Mentiroso.

Y Wei Wuxian no pudo más que paralizarse.

Cuando sus ojos se elevaron fue cuando el disfraz de aquel hombre poco a poco se fue quitando, como si fuera neblina desvaneciéndose con el viento.

―Y esos tontos ministros suyos también deberían prepararse. Los errores cometidos deberán pagarse, las historias escondidas deberán ver la luz y los culpables deberán por fin recibir el castigo por lo imperdonable, ¿No lo cree, Tianzi Huangdi Bixia?

¿Por qué repetía ese título?

¿Por qué se sentía familiar?

¿Qué era esa angustia en su corazón?

Aquel hechizo se removió por completo, esa apariencia que Wei Wuxian reconocería en cada rincón y océano del mundo apareció ante sus ojos como una maldición.

Esos ojos inteligentes y brillantes como el oro, casi fríos aun cuando no eran en realidad así. Ese apuesto rostro, ese gesto entre sus cejas y su sonrisa. Cabello borgoña como un lago de sangre espeso y pesado peinado en una cola alta. Aquellos mechones largos y lisos que enmarcaban su rostro eran casi perfectos.

¡Demasiado familiar para ignorar!

Y entonces aquel hombre habló.

―Es hora de que el juego comience, Cang Qiong.

Y la imagen quedo ahí.

Nadie dentro de la habitación se atrevió a moverse; presas de sus propios sentimientos. Los perfumes dentro del ambiente eran densos, demasiado pesados para no ahogar a alguien.

Entonces Wei Wuxian elevó su flauta en un solo movimiento y apuntó a Suibian, quien no supo que hacer.

Solo supo que su corazón se detuvo ante la fría mirada de Wen Wuxian.

Pero para su sorpresa, Wei Wuxian elevó uno de los mechones de su cabello y habló con la mayor calma posible del mundo.

―¿Quién es ese tipo y porque no sabe cómo caracterizarte adecuadamente?

Suibian se quedó callado, sorprendido de su reacción.

―Realmente es un pésimo actor. Solo míralo. Obviamente es zurdo, sus gestos están al revés, habla cosas sin sentido y sobre todo... ¡Mira ese horrible cabello maltratado! Tú jamás permitirías que tu cabello se viera así.

Los ojos de Song Lan pasaron entre Suibian, Wei Wuxian y Chenqing, notando la calma con la que el demonio y su emperador actuaban con el guardián que perdió su expresión confundida para volver a su rostro siempre serio, casi frio como siempre.

―Gracias, pensé que fui el único que notó ese horrible cabello. No parece tan maltratado si no eres un experto, pero jamás permitiría que mi cabello se vea así.

El gato negro comenzó a estirarse. Regresando a la cama se acurruco y decidió tomar una siesta. Esto se llevaría más tiempo de lo que pensó.

Que aburrido.

Suibian no pudo evitar comentar.

―Me sorprende que realmente hayas entendido que es un impostor.

―Te conozco demasiado bien para saber cómo eres en realidad. Me has mentido en varias cosas, pero eres lo suficientemente terco para querer seguir a mi lado que no harías algo que arruinara tus planes.

A pesar de lo que ambos sabían que significaban aquellas palabras, Suibian agradeció que a pesar de todo Wei Wuxian supiera que esa persona en esa memoria no era él.

Aun a pesar de todo Wei Ying le creía.

―Esto complica más las cosas. Jamás esperé que el rompecabezas mostrara que estos tipos en realidad están acabando con los miembros de ese culto religioso, pero la verdadera pregunta es, ¿Por qué lo hacen y que quieren evitar?

―¿Cuáles son tus sospechas?

―Aún no estoy seguro, pero hay algo que si tengo claro. Hay algo en este mundo que hemos pasado desapercibido por mucho tiempo y solo saldrá a la luz si descubrimos las verdad tras las intenciones de este hombre y sus aliados. Pero si mi teoría es cierta... él sabe que fue del Joven Maestro Shen, Luo Dongxing.

Los ojos de Wei Wuxian viajaron de inmediato al hombre que estaba a su lado, sus pupilas no dejaron escapar ningún detalle de la reacción de Suibian ante sus palabras. La tensión que atrapó su cuerpo, como su cabello cubrió su mirada, los puños apretados y las mentiras desfilando.

¿Cuánto tiempo vas a mentir?

¿Cuánto más me mentirás?

Wei Wuxian estaba cansado de las mentiras.

Wei Wuxian no podía alejarse de ellas.

Wei Wuxian era un gran mentiroso. Lo sabía, su vida misma era una mentira, pero...

¿Cuánto tiempo este tipo fingiría que se llamaba Suibian?

Suibian se mantuvo en silencio sin saber que hacer, sintiendo la presión de los recuerdos sobre la ca y el filo de la mirada de Wei Wuxian contra su garganta.

Dongxing.

Ese nombre que apareció en los libros de historia tras su hechizo porque en realidad....

¿Cómo Wei Ying llegó a esa conclusión?

A menos que...

¡¿Cómo demonios este tipo sabía la verdad?!

―Ahora que las cosas se han vuelto de esta manera y este culto ha salido a la luz tendremos que encontrar una manera de dar con todos sus miembros antes de que estos tipos acaben con todos sin que logremos saber la verdad.

―Oh tal vez no.

―¿Wei Ying?

―Tal vez esta es una oportunidad que no deberíamos desaprovechar. Dejemos que Lycoris Radiata nos lleve a la verdad, si esos tipos están haciendo el trabajo pesado, ¿Por qué no intentar apostar al movimiento más radical para terminar con esto de una vez?

―Wei Ying, ¿Qué estás diciendo?

―Si ellos están matando a esos criminales, ¿Por qué deberíamos juzgar solo a Lycoris Radiata y perdonar a los asesinos de esos niños?

Algo destelló en los ojos de Wei Ying, un brillante rojo cargado de ira.

Luo Suibian sabía de donde venia esa ira y esa verdad era la que más le asustaba en este mundo.

―¿Entonces eso es lo que haremos?

―No tenemos muchas opciones, si hacemos algún movimiento estúpido estas personas podrían tomarlo como advertencia. Analizando sus movimientos es obvio que ellos aún no saben que nosotros ya sabemos de su existencia.

Una sonrisa decoró los labios del emperador.

―Debemos aprovechar eso y buscar una manera de contactarnos con Lycoris Radiata y descubrir sus verdaderas intenciones, si es un aliado no podemos ponerlo en nuestra contra.

―¿Qué hay del disfraz, Su Majestad? Ese disfraz, ¿es posible que este hombre de donde se tomó la captura no haya sido el único en verlo? Eso podría perjudicar al señor Suibian.

Wei Wuxian suspiró antes de hablar. ―Ese disfraz no parece ser algo que use para incriminar a Suibian, si así fuera ese rostro ya hubiera sido visto antes. Pero no es así.

―¿Cómo lo sabes?

―Por cómo trabaja. Lycoris Radiata siempre se encarga de evitar que algún testigo los vea directamente, a lo mucho se tienen ideas de cómo se viste Xue Yang y personas que le vieron de lejos. Pero ahora se encargó no solo de que este testigo lo viera directamente, sino que tambien lo dejó con vida y además le mostró ese rostro.

Wei Wuxian tomó un sorbo de té antes de terminar:―En conclusión, esto del testigo, sus palabras y que este tipo llegara a Gusu Lan fue algo planeado.

Tenía sentido.

Dejar testigos no era algo de Lycoris Radiata.

―Ahora, los demonios celestiales no son capaces de alterar sus rostros, son capaces de cambiar sus pieles entre su bestia interna y la apariencia "humana" que heredaron. No obstante, no son capaces de imitar a la perfección un rostro. Por lo tanto tenemos dos teorías.

Wei Wuxian tomó asiento, Chenqing en su forma animal buscó refugio en sus brazos y continuó.

―O este tipo solo uso esa máscara o talismán para este mensaje. O hay una razón mayor por la cual permite que los criminales que asesina vean el rostro de Suibian.

―¿Cuál podría ser esa razón?―preguntó Suibian.

Tal vez...

"Él tambien cree que es hora de que reveles tu verdadera identidad"

Pensó Wei Wuxian, pero ninguna de esas palabras salió de sus labios.

―No lo sé y eso es algo que debemos descubrir.

¿Y si Lan Zhan tenía razón y había llegado el momento de intentar ese plan de entregarle las cartas de Lycoris Radiata a Suibian como había deseado hacer en un principio?

Hacerlo podría revelar que Wei Wuxian ya sabía cuál era su verdadera identidad, pero no hacerlo solo retrasaría las cosas si no sabían cuál era el contenido real de esas cartas.

Porque existía la posibilidad de que todo lo que buscaban estaba precisamente ahí.

Tal vez el momento ya había llegado.

Era hora de que Suibian le dijera toda la verdad.

Incluyendo la verdad sobre su propia existencia.

Aquella voz en su cabeza no pudo evitar reír antes de decir aquellas palabras.

Realmente disfrutas mintiéndote a ti mismo, ¿eh?

―Un demonio celestial con un plan desconocido que está ejecutando criminales y además utiliza el rostro del señor Suibian. Esto podría ser mejor de lo que parece, pero no explica aun porque está tomando núcleos de otras personas.

Eso era cierto.

No había duda de ello, si podía hacer algo como eso era por obvias razones, solo los demonios celestiales y un guardián dorado en particular podía extraer un núcleo dorado de la forma en la que ese hombre lo hizo.

―Esto solo demuestra algo, ese tipo es quien en verdad extirpó los núcleos dorados de Jin Guangshan y... ¿Cómo se llamaba el otro tipo?―Wei Wuxian ni podía recordar su rostro.

―Jin Zixun.

―Hmn, ese. Pero si ese demonio celestial mató a ese par sería muy sencillo, entonces, ¿Por qué sacó sus núcleos dorados? ¿Para que los quiere?

―¿Cree que no los destruyó?

―No, incluso en ese punto―.Señaló la gran imagen.―Si prestan atención no lo rompió, por el contrario, miren a donde se dirige su mano izquierda.

―¿Una bolsa?

―Una bolsa qiankun.

Justo como Wei Wuxian lo había dicho, aquel hombre había llevado el núcleo del testigo hacia aquella bolsa, iluminando un punto en especial que hizo que todos lo comprendieran.

―Una bolsa atrapa espíritus dentro de una bolsa qiankun. Esta persona, ¿Qué demonios quiere hacer con esos núcleos?

―No tiene sentido, ¿para que querría tantos núcleos? ¿No son esos núcleos algo débiles?

Entonces Suibian pensó en algo.

―Tal vez de forma individual lo son, pero es igual que las hormigas, una sola no parece significar nada, pero si juntas a miles de ellas el peligro es mayor de lo esperado.

Eso explicaba muchas cosas.

Si estas personas que fingían ser comunes tenían núcleos fuertes y débiles en individual no serían nada, pero en conjunto...

Todo esto había sido un patrón claro y no lo habían notado hasta ahora.

―Este tipo esta coleccionando núcleos dorados.

Entonces Wei Wuxian preguntó:―¿Hay una manera... de que se pueda unificar esos núcleos en uno solo?

Los tres lo miraron de inmediato.

Song Lan dijo:―Nunca he escuchado una manera de hacer eso, ni siquiera lo había pensado, pero...

Entonces los alfas miraron a Suibian, quien con un rostro oscurecido aclaró:―Hay una manera.

Wei Wuxian pidió:―Explica, por favor.

―Es una técnica prohibida del Clan Demoniaco. Algo que fue el mismo emperador, Luo Binghe quien la consideró lo suficientemente peligrosa para prohibirla. Su nombre es Recolección de Luciérnagas en un Mar de Sangre. Consiste en conseguir el núcleo de una Bestia Ancestral y a través de una matriz fusionarlo con una serie de núcleos que se deben de conseguir en su mejor estado.

―Para esta técnica es necesario tener un gran cultivo y concentración o podría fallar, al final el núcleo que se obtiene puede introducirse en un individuo y este se volverá muy poderoso.

Una de las razones por las que se teorizaba que inició la guerra entre el Reino Demoniaco y el Reino Humano fue que los humanos descubrieron dicha técnica. Fascinados por el poder que podían obtener con el simple núcleo dorado de una Bestia Ancestral comenzaron a cazarlas.

Naturalmente las bestias ancestrales no tomaron eso bien y aquella cacería extrema terminó en una sangrienta guerra que llevó a algo conocido como el Nacimiento del Abismo Sin Fin.

―Como es de esperarse para conseguir esto solo hay dos caminos. Extraer los núcleos cuidadosamente o por medio de la violencia. No hay un límite real sobre cuantos núcleos podría absorber el núcleo dorado de un demonio celestial o una bestia, pero como comprenderán esa capacidad ilimitada es su mayor peligro.

Por un momento se quedaron en silencio, hasta que Wei Wuxian preguntó:―Entre todas las personas que hemos encontrado, ¿En cuantos encontramos la evidencia de que tenían núcleos dorados y estos fueron extraídos?

―En los restos que pudieron ser reconocidos... hasta ahora hemos contado tres mil.

Y entonces el terror se instauró en Song Lan.

Tres mil núcleos dorados.

Esa cantidad era demasiado aterradora si Wei Wuxian tenía razón.

―Entonces si nuestra teoría es cierta posiblemente ese tipo utilizó todos con un solo propósito... crear un núcleo dorado que sea tan fuerte o más que el de un demonio celestial.

Chenqing pensó seriamente, Song Lan padeció y Suibian solo pudo fruncir el ceño.

Pero para Wei Wuxian eso no era suficiente.

Un núcleo dorado.

El núcleo de una bestia.

El verdadero motivo tras las acciones de Lycoris Radiata al exterminar ese culto aún era un misterio.

Era obvio que ese demonio buscaba poder, no importaba si los núcleos eran objetos que podrían no ser del todo compatibles con un demonio, extraer su energía era algo muy fácil para su especie, al final solo quedaría una esfera vacía e inservible.

Sin embargo, aquí había algo extraño.

Si el plan era formar un núcleo poderoso solo quedaba una pregunta.

¿Ese núcleo dorado iba a ser para ese demonio o para alguien más?

―Song Lan, ¿te mandaron algún informe de este tipo?

―Si, Señoría.

El informe fue colocado sobre la mesa, los tres leyeron cuidadosamente cada carácter comprendiendo lo que este tipo hacía.

―Descartando los criminales asesinados aún no sabemos qué hace con esos omegas. Aunque existe la posibilidad de que esto sea una ajuste de cuentas a nivel personal y que este liberando a esos omegas, también existe la posibilidad de que esos omegas pasen de un grupo peligroso a otro.

―Pero si por alguna razón esto es una trampa debemos ser cuidadosos. No podemos creer del todo sus palabras.

Entonces Wei Wuxian pensó en algo, levantándose de un salto, haciendo que Chenqing tuviera que saltar de su regazo al suelo:―¿Y si es un aviso?

―¿Un aviso?

―¿Y si está intentando avisarnos que ese culto planea hacer algo contra nosotros?

¿Qué?

Y los tres solo pudieron pensar en una cosa.

¡El Palacio Rojo!

Suibian habló.

―¡Wei Ying, déjame destruir el Sello del Tigre Estigio contigo!

―Claro que no, no permitiré que te acerques a ese artefacto. Si tan solo lo tocas te hará daño, los guardianes dorados no deben tener contacto con eso.

Además, si hacia algo así su verdadera identidad podía quedar expuesta.

―No tienes que preocuparte por eso, yo estaré bien. Solo es un pequeño trozo, no me lastimara ahora que soy el guardián espiritual de A-Yuan, pero si eso sigue existiendo y tu sigues más tiempo en este lugar, no sabemos lo que esos tipos estén tramando hacer.

Era cierto, tenían que volver rápido a casa.

Aunque su dulce A-Zhan era muy fuerte, ahora en su estado y con su lindo A-Yuan aun siendo tan pequeño, las cosas serían más difíciles para un humano sin un núcleo dorado. Y aunque creía en su guarida y su manada, tenía que apresurarse, cazar a esa bestia y volver a casa.

...

Espera

...

¿Qué fue eso de hace un momento?

¿Estado?

¿Un humano sin núcleo?

¿Cazar una bestia?

Lan Zhan era un cultivador muy fuerte y poderoso, no había ningún estado delicado que no le permitiera pelear y sobre todo no tenía que pelear. Estaba en el Palacio Rojo; a salvo.

Además...

¿Cómo que cazar una bestia?

El no dormir bien sí que le estaba haciendo daño, ya estaba delirando.

Mentiroso.

―Suibian.

―Confía en mí, una vez más, por favor, confía en mí. No callaré nunca más, no te ocultaré nada más, todo lo contrario. Te contaré todo, la verdad sobre tu origen, sobre Cangse Sanren, sobre Yu Ziyuan, te lo diré absolutamente todo. Pero sobre todo, te diré toda la verdad acerca de esto.

Del cuello de sus túnicas sacó aquel jade en especial, ese jade que Wei Wuxian siempre quiso tocar desde que era niño, pero Suibian jamás le permitió hacerlo.

―Yo te diré quien soy en realidad.

Los ojos de Wei Wuxian se abrieron llenos de sorpresa sin poder evitarlo. Desde su lugar en la cama el gato negro miró a Suibian, la intriga atrapaba los ojos rubís expectante ante lo que eso significaba de verdad.

―¿Todo?

―Absolutamente todo.

―¿Todo de ti?

―Y todo de ti, te diré por fin quién eres en realidad.

Los ojos de Chenqing miraron al demonio con sospecha.

Y cuando Wei Wuxian afirmó el demonio regresó a su forma humana, su cuerpo fue vestido nuevamente con aquella túnica que Wei Wuxian le había dado y mirando fríamente a Suibian habló.

―¿Nos vamos, Wei Ying?

―Vamos, terminemos con esto de una vez por todas.

En el momento que la puerta de la cabaña se abrió la última gota de la lluvia cayó sobre una flor blanca que crecía en el alfeizar, el fino roció sobre el terreno infértil desapareció siendo absorbido por la tierra.

Y solo en ese momento, un destello que se encontraba bajo una de las tejas del techo salió de su escondite y despegó, elevándose a los cielos lejos de aquella cabaña.

Cuando las nubes se apartaron, la mariposa plateada desapareció en los cielos.

 

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Cuando la lluvia terminó el séquito Feng siguió a Lan Wangji y los caballos del matrimonio imperial en sus propias espadas como la primera vez.

A diferencia del comienzo los trotes de Baojun eran más alegres, como si le gustara jugar con los charcos por los que pasaban, saltando como un niño pequeño divirtiéndose con algo tan simple y Lan Wangji no pudo evitar preguntarse si Wei Wuxian y ese caballo hacían lo mismo cuando Wei Wuxian era más joven.

"―¿Sabes, Lan Zhan? Lo mejor de la lluvia es saltar sobre los charcos que deja, es muy divertido"

Tenía que ir a la cocina, necesitaba practicar nuevamente la sopa de la reina Jin, a pesar de que Bichen le había dicho que el sabor era muy bueno, Lan Wangji no tenía suficiente con eso.

Necesitaba que fuera perfecta.

"―Quiero que cuando él llegue, un plato de su platillo favorito le espere en la mesa cálidamente"

Lan Wangji dejó los caballos de nuevo en las caballerías, le dio una zanahoria a Baojun por ser un buen chico y llevó a A-Yuan con su nodriza Mei Ling, prometiéndole que cuando terminara con los archivos oficiales le prepararía sopa dulce y partió al Salón del Trono para verificar la nueva información.

A veces Lan Wangji se preguntaba como su marido, siendo el espíritu libre que era, podía soportar estar encerrado tantas horas revisando tantos documentos que podrían cubrir el suelo del Salón del Trono sin problema.

Ente papeles, sellos, correspondencia y las nulas noticias sobre el caso de Wu Meihua, Lan Wangji termino partiendo hacia el Salón Ancestral, rechazando cortésmente el palanquín que el mayor Wen ofreció preparar para él.

En primera, porque era algo vergonzoso hacer que otros le llevaran de una manera tan extravagante como si no pudiera caminar con sus propias piernas o volar en su espada. Y en segunda, sentía las piernas entumecidas, necesitaba caminar.

―Wangji, no deberías exigirte tanto, recuerda que tu... recuerda que tu calor será en unos días.

―Hmn.

Lo sabía, pero si dejaba que el trabajo se acumulara solo haría que las cosas fueran más complicadas para el regreso de Wei Ying.

Después de todo... sus calores iban a coincidir.

Lan Wangji no pudo evitar el sonrojo sobre sus orejas cuando pensó en eso. Negó para sus adentros evitando que su mente volviera a volar a un punto equivocado.

Debía terminar con esto para que cuando Wei Ying volviera ningún asunto externo lo obligara a trabajar durante su calor.

Después de todo, sería demasiado pesado y doloroso para que todavía tuviera que pensar en otras cosas.

―Estaré bien, la doctora Wen ya está preparando mis supresores.

Bichen le miró atentamente. Lan Wangji parecía ofrecerle un gentil gesto confiable, no era una sonrisa, pero sus ojos eran cálidos y eso era suficiente para que Bichen solo pudiera suspirar derrotado.

Su Wangji, siempre tan trabajador.

Lan Wangji no podía negar que era algo incómodo volverse el centro de atención frente a varias personas y en varios momentos del día. Aun se sentía bastante extraño que su voz tuviera tanto peso y que sus opiniones fueran algo que en verdad le importaba a un grupo de alfas a quienes tenía que mirar desde arriba.

Toda su vida Wangji se acostumbró a bajar la cabeza ante los alfas, el no tener que hacerlo ahora era extraño, pero en realidad era agradable.

Le gustaba ser algo más que solo una pieza de jade.

Entonces el sonido de las campanas llamó su atención.

Los pasos de Lan Wangji se detuvieron, la plaza aun brillaba por los charcos que la decoraban en medio del atardecer. El dorado de los ojos claros de Lan Wangji se elevó hacia los cielos, buscando la fuente de aquel sonido. Encontrando aquella enorme campana de cobre que yacía suspendida en el piso más alto de la misma, siendo tocada dos veces más.

Y Lan Wangji no dudo en preguntar.

―¿Qué fue eso?

Xiao Xingchen se situó a su lado, contestando con casualidad.

―Son las campanas de alerta sobre ataque, Su Alteza.

Lan Wangji le miró seriamente y Xiao Xingchen aclaró.

―No se preocupe, tomando en cuenta la dirección proviene de los frentes de Qishan, al parecer esos clanes todavía están intentando atacar.

A-Qing no pudo evitar quejarse.

―Esos tontos deberían de aprender a que nunca ganarán sin importar lo que hagan. Nuestro emperador y nuestro ejército es invencible.

―A-Qing―reprendió Xiao Xingchen.

―Es la verdad.

―Aunque A-Qing tiene razón, no tiene sentido seguir peleando cuando la barrera esta activa; el emperador jamás permite que falle. Esas personas solo están perdiendo valiosos recursos en una guerra que ya tienen más que perdida.

Lan Wangji también lo pensaba.

No tenía mucho sentido que pelearan absurdamente con el deseo de derrocar a Wei Ying, cuando era claro quien tenía la ventaja en esta situación. Pero algo en esto no le gustaba, quería confirmar que todo estaba bien.

―¿Podemos subir?

Al inicio su pregunta llamó la atención del sequito Feng. Sin embargo, ninguno vio algo mal en esto y Xiao Xingchen contestó.―Si su Alteza quiere subir, podemos subir. Usted es el Fénix de Jade, puede hacer lo que desee.

―Hmn. Subiremos.

―Sí, su alteza.

―Joven príncipe Nie, ¿trae su sable consigo?

Nie Huaisang dejo atrás su abanico nerviosamente. Sus ojos miraron a Lan Wangji mientras las avellanas y azucenas temblaban ante aquellas palabras y las cerezas se escondían ante la mención de su arma.

―Ah... mi sable bueno... ah... no lo traje conmigo. Lo siento, su Alteza.

―Hmn, no importa, ¿podría quedarse con los niños?

―Claro, Alteza.

Canalizando energía espiritual en sus espadas, los omegas del séquito Feng se elevaron por los cielos siguiendo de cerca a Lan Wangji.

Los ojos dorados no se apartaron de la gran torre, que les dio la bienvenida con las puertas abiertas y una reverencia que fue ofrecida al Fénix de Jade con sorpresa.

―¡Estos saludan al Fénix de Jade!

―Hmn, a gusto.

―Gracias, su Alteza Imperial.

―¿Quiénes son los atacantes?

―Es un grupo extraño conformado por varios clanes pequeños, Su Alteza Imperial. Son bastante extraños, llegaron de la nada y comenzaron a pelear con nuestros cultivadores. Aunque supongo que es un buen entretenimiento para ellos, han estado sin hacer mucho más que vigilar por días. Es un toque más fresco.

Tal vez la doctora Wen tenía razón y el efecto Wei Wuxian realmente era algo contagioso.

―¿Hay una manera de poder ver el punto de ataque?

―Claro, su Alteza Imperial. Desde el pabellón norte de la barrera, cada punto cardenal cuenta con un espejo conectado con los puntos de vigilancia externos, así como un cuerno especial que permite el audio. Su Señoría, el General Suibian fue quien los hizo.

Con solo un vistazo a su séquito, los omegas del séquito Feng siguieron a Lan Wangji, las espadas se desplazaron por los aires a toda velocidad.

A diferencia de aquella torre, el pabellón del punto norte se encontraba más lejos. Llevando a Lan Wangji a pasar sobre los edificio de los salones, la plaza en donde entrenaban los discípulos del clan, la Orquídea Radiante y por último la Cueva del Demonio.

Cuando pasaron por los jardines y la última torre de revisión, el pabellón del norte les recibió.

―¡Estos saludan al Fénix de Jade! ¡Cien años, mil años, diez mil años a su Alteza Imperial!

―¿Quiénes son los atacantes?

―Al parecer son clanes del norte de Hubei, incluso entre ellos el clan Luo está peleando arduamente.

Luo Qingyang apartó la mirada.

Una mueca que parecía una sonrisa decoro su rostro en incomodidad, mientras los guardias guiaban a Lan Wangji al lugar en donde un gran espejo se encontraba en medio del piso de la torre. Otros guardias se pusieron de pie dejando a lado sus aperitivos para saludar a Lan Wangji.

A lado del gran espejo de cobre que proyectaba la imagen de lo que se suscitaba, debajo de la gran muralla se mostró a un pequeño grupo de hombres que intentaban pelear arduamente por conseguir subir la misma. Siendo detenidos tanto por los cultivadores como la barrera de resentimiento, que le regresaba a la tierra evitando que se lastimaran o mataran por la caída.

Y ahí estaban, varios miembros del clan Luo podían verse peleando frenéticamente. Levantando sus espadas contra la gran muralla y gritando con ira.

A través del gran cuerno dotado de energía dorada podían escucharse el conjunto de voces de los alfas, que encolerizados pedían que les regresaran a sus hijos y que Wei Wuxian se presentara en persona si era tan valiente, y entre ellos un miembro del clan Luo gritó.

―¡Patriarca Yiling! ¡Tú reverendo desvergonzado y vulgar, devuélvenos a Luo Qingyang ahora mismo!

Luo Qingyang no pudo evitar golpear su frente llena de vergüenza ajena.

―¿Hay alguna manera en que podamos detenerlos?―preguntó Lan Wangji.

Sinceramente esto era una tontería, era mejor lograr que esas personas regresaran a sus casas y no desperdiciaran sus recursos en algo tan absurdo como esto. Realmente era algo muy lamentable para ver.

―La hay, pero tenemos órdenes del emperador de no matar a nadie ni lastimarlos. Así que no podemos proceder―explicó desilusionado el guardia.

Los ojos de un escandalizado Bichen miraron al guardia.

¿Cómo que asesinar? Wangji había preguntado si podían detenerlos no asesinarlos, ¿Qué demonios con ese hombre?

―No se preocupe, su Alteza Imperial. Todas las veces que hacen eso solo pueden aguantar unos días y después se marchan cansados. Esto es lo mismo, no es algo peligroso en realidad.

Entonces algo sonó del gran cuerno dorado.

―¡Patriarca Yiling! ¡Sal de tu maldito escondite de una buena vez y pelea con nosotros! ¡Si realmente no eres un cobarde ven y enfréntanos!

―¡No solo le robaste su omega al rey Jiang, también te atreviste a robarle su omega a Su Minshan y convertirlo en tu emperatriz! ¡Quien sabe que tantas cosas atroces no les habrás hecho a los dos!

Entonces eso fue suficiente para hacer que las raíces de las orquídeas y los jazmines apuntaran hacia el espejo, las hojas de sándalo se afilaran. Mientras la cima de los ojos dorados estaba siendo decorada con un ceño fruncido.

¿Qué había dicho?

¿Cómo se atrevía a insinuar que su marido le había hecho algo atroz?

Desagradable.

Entonces un ruido provino de abajo y uno de los guardias entro con una expresión alarmada, ofreció una reverencia y explico.

―¡Su Alteza Imperial! ¡Alteza, tenemos un problema!

―¿Qué es?

―Se trata del caballo del emperador, Su Alteza. ¡El caballo enloqueció! ¡Rompió la puerta de su espacio en las caballerías y salió corriendo por todos lados como un demente! ¡No podemos detenerlo, alteza!

¿Baojun?

Pero si Lan Wangji lo había dejado tranquilo en las caballerías, no tenía sentido.

―Llévame a él.

Volando en su espada Lan Wangji logró llegar al lugar en donde Baojun corría enloquecido, golpeando sus pezuñas con fuerza contra el suelo. Agitando su cabeza de arriba hacia abajo con violencia, galopando en círculos justo frente a la plaza ancestral ante al templo del Dios Complacido.

El caballo no se veía como el orgulloso, pero tranquilo semental que Lan Wangji había llevado a correr por el Palacio Rojo hacia unas horas. Se veía por completo diferente, como si hubiera visto al terror más grande del mundo. Completamente asustado.

Varios súbditos ya habían abierto el camino para ofrecerle un espacio abierto, algunos lo miraban asustados desde las escaleras de los templos, el puente y los pasillos, aunque el frisón del emperador era arrogante jamás se había comportado de esa manera.

Lan Wangji bajó de su espada para llegar a él. Las orquídeas se esparcieron por el lugar, rodeando a Baojun en un bosque de sándalo. Buscando que sus raíces le permitieran enfocar su atención únicamente en Lan Wangji, quien buscó comunicarse con él.

―Baojun, debes detenerte.

―¡Wangji, ten cuidado!

―¡Su Alteza, por favor tenga cuidado, en ese estado es peligroso!

―¡Debemos hacer algo! ¡Debemos detenerlo!

Lan Wangji no soportó más, una serie de rayos azules se apoderaron de los labios de los súbditos y Bichen supo lo que había hecho.

El hechizo silenciador.

―Solo están alterándolo más.

Usando su perfume, Lan Wangji caminó hacia el caballo, intentando tranquilizarlo las ramas y raíces se enredaron en el cuello del caballo, obligándolo a bajar la cabeza deteniendo sus saltos. Los ojos claros se encontraron con el negro.

―Debes calmarte, todo estará bien.

El caballo aun lo miró dudoso, sus pezuñas anduvieron en círculos aun asustado. Los súbditos lo rodearon buscando evitarle el paso a otro lugar, solo podía ver un punto y ese era Lan Wangji. Como si estuviera cansado el caballo detuvo sus pasos, sus ojos aun veían al omega que logró llegar a él.

Desde su lugar Bichen estaba atento a cualquier movimiento.

Obviamente no lastimaría al animal, pero le aterraba que el caballo golpeara a Wangji.

―Tranquilo, todo está bien.

Calmando su respiración, Baojun permitió que Lan Wangji tomara su cabeza, acariciando gentilmente, buscando que sus ojos solo lo miraran a él, moviendo sus dedos en círculos, sus uñas rascando suavemente sobre el pelaje que se sentía tan suave entre sus dedos.

Tan familiar.

Y entonces algo vino a la mente de Lan Wangji.

Como un destello entre fuego y humo, varias voces gritando tras sus espaldas, el galopar de un caballo, los cálidos brazos de alguien familiar, palabras que Lan Wangji no pudo evitar sentir tan similares a algo pasado.

"―Tranquilo, Lan Zhan. No te preocupes, no te hare daño. Estarás a salvo, te prometo que sin importar que, estarás a salvo"

Algo se rompió en su mente, como si miles de campanas golpearan contra su cráneo. Un espejismo entre humo, fuego, sangre y rojo se apoderó de su cabeza. Así como un dolor incontrolable que le hizo apartarse del caballo y sujetarla como si no pudiera soportarlo.

Como si su cabeza estuviera a punto de estallar.

―¡Wangji!

Bichen corrió hacia él, sujetando sus hombros temeroso de su estado, Lan Wangji estaba temblando de forma incontrolable.

Igual a aquella vez.

Como ese día.

―¡Alteza!

―¡Que está pasando!

Entre los pasillos de una torre una persona vestida de blanco avanzó lentamente subiendo las escaleras, hebras negras y onduladas danzaron ante sus pasos.

Su diestra estaba vacía, pero su mano izquierda apretó un objeto largo y delgado escondido entre las sombras.

―¡Traigan a la doctora Wen, algo le está pasando a su Alteza imperial!

Un hombre apareció entre los campos, su rostro estaba lleno de angustia.

―¡Alguien ayúdeme! ¡Alteza, los cuervos del emperador se volvieron locos, escaparon de su espacio y están volando asustados por todas partes!

El hombre llegó a la cima de la torre, el hechizo de camuflaje no permitió que nadie lo viera mientras subía las escaleras que llevaban a la figura de dragón sobre la cima.

―¡Esto es malo! ¡¿Por qué los animales están enloqueciendo?!

―¡Wangji! ¡Wangji ¿Qué está pasando?! Regresa conmigo, Wangji.

Duele.

Duele.

"―¡A-Zhan! ¡A-Zhan estoy aquí! ¡Quédate conmigo! ¡Quédate conmigo, por favor!

¡Esto duele mucho!

―Este trato tiene un precio, ¿lo entiendes? Deberás pagar con algo especial para ello.

¿Trato?

¿Precio?

―¿Cuál es el pago que desea mi señor?

¿Por qué sentía que esto era algo que pertenecía a sus memorias?

―Quiero que me hables sobre la humanidad.

Y sus labios no pudieron evitar decir aquellas palabras.

―Bixia.

Y el dolor se detuvo.

Sus ojos se abrieron, su respiración acelerada y los temblores se mantuvieron. Su mirada se encontró con los ojos azules preocupados de Bichen, quien solo pudo sostener sus antebrazos temeroso de su estado.

―Wangji.

―Bichen... yo-

Y entonces escuchó algo.

Comenzó como un disparo, le siguió la imagen de una véngala elevándose al cielo y terminó con el gran estallido de un fuego artificial que tomó la imagen de algo que Lan Wangji conocía sobre cualquier cosa.

Ese era...

El emblema del Hijo del Cielo.

La inscripción de unos caracteres desconocidos brillaba mientras un gran dragón dorado la rodeaba al igual que una larga cadena de pétalos de flores de loto formando un sol.

El símbolo que Wen Mao corrompió, el más sagrado en los corazones del mundo ahora brillaba sobre los cielos de YuZhong ante un mundo de cultivo que se vio paralizado por ello.

Los ojos de Shuoyue se abrieron con terror cuando ese símbolo apareció en el cielo. Las cuerdas del guqin de Wang-Ji se rompieron. El abanico de Liebing cayó al suelo al igual que el abatidor de cerda de caballo de Suihua.

El corazón de Baxia se detuvo al igual que su entrenamiento. Las palabras de Zidian murieron en sus labios mientras que la taza de té de Sandu cayó en el prismático suelo de palacio de Lanling Jin. Los rollos que Shuanghua y Fuxue sostenían entre sus brazos cayeron.

Y Bichen solo podía mirar aquel emblema paralizado en su lugar.

¿Por qué?

¿Por qué ese fuego artificial tenía ese emblema?

¿Quién?

¿Quién había hecho esto?

Lan Wangji no lo sabía, pero algo dentro de él le llevó a buscar por todos lados el origen de aquel disparo. El verdadero lugar donde había sido lanzado.

La persona que lo hizo.

Y entonces pudo verlo.

Sobre la cima de una de las torres de vigilancia vio algo.

En la punta de la torre que sostenía la estatua de un dragón había una persona vestida con túnicas blancas, los bordes yacían tocados con dorado. Piezas de plata y oro las decoraban.

Orejas negras de lobo sobre su cabeza, un velo blanco con bordes dorados cubriendo su rostro. Cabello negro y ondulado tan largo para llegar por debajo de los muslos.

Y aquel símbolo decorando sus túnicas.

Tianzi Huangdi Bixia.

Tianzi Huangdi Bixia.

Tianzi Huangdi Bixia.

El hombre miró seriamente hacía los Túmulos Funerarios, su voz profunda pronunció aquellas palabras:―El tiempo de ese cascaron que te ha dado mas dolor y sufrimiento que libertad ha terminado, Bixia. Es hora de que este Chengxing por fin te ayude a ser tú mismo.

En la cabaña de los Túmulos Funerarios un talismán se quemó en llamas ante los ojos de Wei Wuxian, un demonio y un emperador se miraron. A Wei Wuxian poco le importaron las heridas en su torso y estómago, saliendo de inmediato de la casa.

Y tan pronto como estuvo afuera y se dio la vuelta aquella señal presente ante sus ojos.

―¡Wei Ying!

El guardián lo había seguido tan veloz como pudo, pero cuando sus ojos se encontraron con aquella señal su corazón se paralizó.

Wei Wuxian había olvidado como respirar.

Imágenes vinieron a su cabeza.

Una ceremonia, un templo, una fiesta por una coronación.

Una persona gentil pidiendo porque sus sueños se hicieran realidad.

Una persona buscándolo en su casa, pidiéndole que le ayudara a curar a un familiar enfermo.

Una idea que podría ayudar.

―¿Cuál es el pago que desea mi Señor?

Una flor violeta de trece pétalos, un trato.

La promesa de esa persona de volver a la montaña aun cuando las palabras no eran lo suyo.

Una belleza sin igual.

Y de sus labios salieron solo esas palabras.

―A-Zhan.

Los ojos dorados de Lan Wangji no podían dejar de mirar aquella señal. Pero cuando buscó nuevamente a aquella persona no encontró absolutamente nada.

Por impulso Bichen lo abrazó, las personas cerca de edificios buscaron llegar a la plaza tan rápido como podían y varios gritos llamaron la atención de las personas en la plaza.

Y una voz se escuchó:― ¡TENEMOS UN INFILTRADO! ¡LA VENGALA DE ALARMA VINO DE LA BASE DE LA TORRE DE TEMPORAL ESTE! ¡SALGAN DE INNMEDIATO DE ESTA ZONA! ¡TODOS LOS CULTIVADORES SAQUEN A LOS CIVILES DE ESTE LUGAR!

Las torres temporales eran los edificios menos concurridos de Yiling, aunque fusionaban como zona de vigilancia su mayor labor era marcar la hora y el clima, por lo tanto era extraño que la gente se acercara si no era para algo como reparaciones y limpieza.

Y ahora la torre que marcaba las seis estaba siendo testigo de cómo varios cultivadores se abrían paso tanto por las escaleras que llevaban a la cima como las escaleras del subterráneo.

Varias explosiones de fuegos artificiales le siguieron a esa última, tan poderosas para lograr que Lan Wangji tuviera que tapar sus oídos.

Uno.

Dos.

Tres.

Los cultivadores no encontraron a nadie en la parte superior de la torre.

Cuatro.

Cinco.

Seis.

Los guardias encontraron un raro aroma que hizo que sus vistas se volvieran borrosas al punto de la inconciencia. Sus cuerpos cayeron siendo sujetados por varios cadáveres feroces dejándoles cuidadosamente acostados en el suelo.

Siete.

Ocho

Nueve.

Las voces alarmantes de más infiltrados se regaron por el palacio. Los habitantes del palacio sacaron sus armas de sus escondites. Siempre listos sabiendo que un día de estos algo así podría pasar.

Diez.

Once.

Doce.

Los maestros llevaron con urgencia a varios de sus estudiantes a los refugios subterráneos, los niños cerraron sus ojos tal y como los maestros le indicaron. Las hojas de las espadas de aquellos cultivadores brillaron listas ante cualquier situación.

Wei Wuxian corrió por los Túmulos Funerarios, seguido por Suibian y Chenqing. Su llamado fue directo:―¡Chenqing, necesito tu forma más veloz!

El demonio no se hizo esperar, su cuerpo creció rápidamente como las nubes de resentimiento. Un largo cuerpo serpenteante salió de las nubes. Astas grandes, colmillos feroces como garras brillantes en tornasol fueron visibles ante el emperador y un guardián paralizado.

No había duda alguna, ese era un dragón negro.

Y sin dudar, Wei Wuxian se subió sobre la gran bestia, antes de ordenar.

―¡Suibian, Song Lan! ¡Dejen a los animales aquí! ¡Estarán a salvo en la cabaña! ¡Llamen a Wen Ning, posiblemente está subiendo la montaña otra vez! ¡Necesito que vuelvan de inmediato!

―¡Sí, Su Majestad Imperial!

Y sin más Chenqing se abrió camino por los cielos haciendo todo por volar tan rápido como podía.

El número de señales en el cielo aumentaban.

Los temores del emperador crecieron.

¡DEBÍA VOLVER A CASA DE INMEDIATO!

Trece.

El cielo antiguamente limpio se llenó de un humo tan rojo como la sangre.

―¡BUSQUEN A LOS INFILTRADOS DE INMEDIATO! ¡PROTEGAN A LOS CIVILES!

Entonces de las bases de las torres de vigilancia comenzaron a arrojar bombas de humo color rojo. El sonido de aquellas era igual que un explosivo sin serlo.

Los gritos de las personas asustadas llenaron la plaza, aquellos que lograban escapar como los cuervos se dirigieron al lugar más lejano de los lugares que sentían peligrosos.

Los cultivadores sacaron sus espadas, la energía espiritual fue usada para proteger a los civiles de los criminales que comenzaron a salir de las torres de vigilancia.

―¡RÁPIDO! ¡BUSQUEN A LOS INFILTRADOS! ¡PONGAN A LOS CIVILES A SALVO!

El constante sonido de las campanas llegó a los oídos de Lan Wangji, como una pesadilla que había aparecido de forma inesperada, de forma familiar.

¡Demasiado familiar!

Y las palabras que conocía de la peor manera y que tanto temió escuchar desde que decidió proteger Yiling llegaron a Lan Wangji como una pesadilla.

―¡ALGUIEN ESTÁ ATACANDO EL PALACIO ROJO! ¡ALGUIEN LOGRÓ INFILTRARSE! ¡ESTAMOS BAJO ATAQUE! ¡REPITO! ¡ESTAMOS BAJO ATAQUE! ¡PREPÁRENSE PARA CONTRAATACAR!

Él lo sabía.

De las torres de vigilancia, los canales y los lugares cercanos a las cloacas se escucharon los gritos de varios sirvientes y cultivadores. Cada uno intentando escapar, uno de esos gritos llego a la plaza.

―¡SON CADAVERES FEROCES! ¡¿CÓMO DEMONIOS ENTRARON AL PALACIO?!

Él siempre lo supo.

―¡MIREN LA BARRERA! ¡LA BARRERA ESTA FALLANDO! ¡LA BARRERA DE RESENTIMIENTO ESTA FALLANDO!

¡Lo sabía mejor que nadie!

La paz eterna nunca había sido una opción para Yiling Wei si la verdad no salía a la luz a la mínima brevedad.

Tal como esa persona había dicho, la gran barrera de resentimiento que cubría al Palacio Rojo estaba fallando, parecía debilitarse y Lan Wangji solo pudo pensar en una cosa.

Wei Ying.

Ante los ojos de Lan Wangji estaba pasando lo que más temía en este mundo, aquello que deseo evitar desde el comienzo, desde siempre.

Aquello que le hizo temer aceptar sus sentimientos por Wei Wuxian, por lo fácil que fue aferrarse al alfa, a su hogar, su familia.

La razón por la que Lan Wangji había dejado que su miedo lo consumiera, como un animal aterrado, como el mismo Baojun hacia un momento, tomara el control absoluto de su mente y le llevara a pensar en dos soluciones tan estúpidas como el encierro o el asesinato.

Pero Lan Wangji jamás quiso que esto pasara, de verdad nunca lo quiso, jama lo deseo.

Esto era una pesadilla, una horrible pesadilla que se había vuelto realidad.

Las espadas de los omegas del séquito Feng ya se encontraban fuera, los niños y Nie Huaisang ya habían llegado, todos rodearon a Lan Wangji y Xiao Xingchen ordenó.

―¡PROTEJAN AL FÉNIX DE JADE! ¡SIN IMPORTAR QUE, NO ROMPAN LA FORMACIÓN!

Y Nie Huaisang ordenó.

―¡INICIEN EL PLAN DE EMERGENCIA! ¡TODO LO QUE ENTRE POR LA FUERZA JAMÁS DEBE SOBREVIVIR!

Lan Wangji aún estaba perdido, temblando como una frágil hoja de arce aferrándose a la rama contra el viento y sus palabras llamaron la atención de Bichen.

―A-Yuan.

―¿Wangji?

―Debo ir por A-Yuan.

¡Su hijo!

¡Tenía que poner a salvo a su hijo!

 

 

 

Pequeño Teatro del Dragón

 

Lan Wangji investigando como hacer pasteles de luna.

LWJ: He conseguido todos los materiales para hacer los postres, pero no he podido encontrar los moldes para los postres.*baja la cabeza triste*

B: Tranquilo, Wangji. Hay formas de hacerlos sin necesidad de un molde. Por ejemplo, ¿Por qué no intentas darle una forma con tus manos. Eres muy bueno moldeando.

LWJ. ¿Crees que el Señor Suibian no lo sentirá como un mal trueque si no tienen la forma tradicional?

B: Claro que no. Al contrario créeme que... le gustaran mucho más si le das una bonita forma como solo tú sabes.

LWJ: ¿Qué forma crees que le guste más?... ¿Le gustan los animales?

B: Hmn... a él le gustan mucho los gatos.

LWJ: Hmn. Entonces lo intentaré.

*Después de mil intentos de gatos fallidos*

LWJ:*frunce el ceño en frustración*

B: ¿Qué tal si intentas hacer conejitos?

LWJ: ¿Conejitos?

B: Hmn, aunque a él le gustan mucho los gatos... a él también le gustan más animales. Si le das conejitos en vez de gatos, de igual forma le gustaran.

*LWJ se emociona un poco y pone manos a la obra*

Al día siguiente.

LWJ: Yo... no encontré los moldes, así que decidí darles una forma presentable que pudiera ser agradable a la vista. ¿Le gustan?

Pensamientos de LWJ: Si no le gustan solo me quedara la opción de tener que ir a Lanling Jin por mi mismo.

Pensamientos de Suibian: ¡Son tan hermosos que quisiera llorar de la emoción, pero si lloró puedo asustarlo! ¡Banzai! ¡Banzai por los bonitos pastelitos de luna en forma de conejitos esponjosos de Lan Wangji! ¡Bienvenido a la familia, hijo mío!

Lo pensamientos de Suibian son un enigma para Lan Wangji, pero ya lo aprecia lo suficiente para desear hacerlo feliz con sus postres favoritos. Y preocuparse por si no son de su agrado.

 

Notes:

¡Hola de nuevo!

A través de los sueños y las memorias la cabeza de Wei Wuxian vive entre enfrentarse al pasado y a sus problemas actuales, siendo así que lo que ya hemos descubierto de cierto individuo llegué a él como ciertas palabras curiosas.

¿Qué habrá querido decir este demonio con todo aquello?

¿Para quien  era aquel curioso mensaje?

¿Qué estará molestando a Wei Wuxian en su cabeza?

¿Suibian realmente le contará toda la verdad?

La última parte del capítulo.

¿Qué creen que pasará?

¿El Emperador Wei logrará llegar a tiempo? 

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y el apoyo y amor que le han dado a este proyecto, me despido.

¡Hasta la próxima semana!

¡Gracias por leer!

Chapter 13: CAPÍTULO 7: PERSONAS DE YILING WEI

Notes:

¡ADVERTENCIA!

EL SIGUIENTE CAPÍTULO CONTIENE ELEMENTOS DE DESCRIPCIONES GRAFICAS DE VIOLENCIA, ASESINATOS, LENGUAJE EXPLICITO, ACOSO SEXUAL Y GORE.

POR FAVOR, PROCEDA CON PRECAUCIÓN.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

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POR FAVOR, PROCEDA CON PRECAUCIÓN

 

CIUDAD DE YILING-YUNMENG JIANG

Cuatro años atrás

 

 

Qin Su estaba muy nerviosa.

Podía sentir las miradas curiosas de las personas que le veían pasar.

Después de todo eran un grupo grande de treinta personas vestidas en tonos vainilla, rosado y bermellón caminando juntos. Demasiado llamativo para pasar desapercibido.

Aun así era vergonzoso.

Acomodando de forma nerviosa su weimao buscando que su identidad se mantuviera anónima, Qin Su se aferró a la espada que su padre le heredó. La horquilla de su madre estaba cuidadosamente guardada en la bolsa que llevaba frente a ella. A-Die había muerto, A-Niang se suicidó cuando lo que ese asqueroso monstruo le hizo y el origen con el que ahora tenía que cargar fue revelado.

Ahora estos tesoros eran lo único que tenia de sus padres, pero también tenía personas a su cargo que tenía que proteger.

No podía ser débil, no más. Tenía que hacer todo lo que pudiera hacer para proteger a su clan, aun si la única solución era ofrecer sus servicios a él.

―Joven maestra, debe descansar. No ha dormido en tres días.

―Gracias, Mayor Qin, pero estoy bien. Ya hemos llegado a Yiling, solo necesitamos encontrar al Joven Maestro Wei y descansaré.

―¿La Joven Maestra de verdad cree que él nos ayudará?

―Lo creo, El Tercer Príncipe Jiang es una buena persona.

Qin Su había conocido a Wei Wuxian en la Conferencia de Discusión Imperial cuando tenían solo dieciséis años.

Solo fueron algunos días y conversaciones animadas y amistosas, pero eso fue suficiente para darse cuenta la clase de persona que era.

En ese tiempo Qin Su se vio rodeada entre tantas personas curiosas que solían rodearlo como si fueran pequeños planetas atraídos por el magnetismo de un astro tan agradable y divertido como Wei Wuxian.

Qin Su sería una mentirosa si dijera, que no había comprendido en ese tiempo que era lo que atraía a los omegas cuando se trataba de Wei Wuxian.

Apuesto, elocuente y galante, un alfa sin lugar a dudas encantador.

Y la tonta Qin Su de quince años se sintió prendada por él.

Sin embargo, con el tiempo y la guerra Qin Su comprendió algo muy importante.

Wei Wuxian era más que una cara bonita, un hombre intachable, amable y correcto. Un alfa que no temía decir lo que pensaba y no tenía miedo de mostrar su desacuerdo ante las reglas viejas del mundo.

Tan admirable e impresionante como era, Wei Wuxian se volvió un ejemplo a seguir para Qin Su.

Ella solo era una niña rica en ese entonces, acostumbrada a las comodidades que su padre le ofrecía y que sus caprichos fueran cumplidos.

Una omega que debía vivir para ser bonita.

Un simple adorno más.

Y uno que ya no quiso serlo.

Cuando el muchacho que el mundo tachaba de desvergonzado le protegió, cuando los muchos crímenes de Jin Guangshan salieron tras su muerte y el nombre de sus padres como el suyo se vieron contaminados por la sangre y el acto de un desgraciado, Qin Su comprendió que Wei Wuxian era más que un alfa desvergonzado y coqueto.

Wei Wuxian fue el único que realmente le trató como un igual, el único que le respetó cuando la vergüenza atrapó a su clan, y la muerte de su padre, tras el suicidio de su madre por la vergüenza de la deshonra, destruyó la reputación de su pequeño clan.

Muchos le abandonaron, unos por miedo, otros por vergüenza y la mayoría porque no deseaban ser liderados por una omega, los pocos que se quedaron eran las personas que le vieron crecer en esa casa, sirvientes, guardias. Maestros y personas que apreciaban a sus padres. Cultivadores y gente común dispuestas a quedarse a su lado a pesar de toda la vergüenza que implicaba ser un Qin.

Qin Su no tenía tiempo para llorar. Pero curiosamente en ese mundo hipócrita, donde no podía hacer nada más por su género, Qin Su tomó la decisión que cambio su vida por completo cuando el mundo quería ir en contra del supuesto asesino de Jin Guangshan.

Con el orgullo roto, las únicas riquezas que había salvado y que podría ofrecer como tributo por un refugio, Qin Su buscó al único alfa que consideraba correcto, lista para aceptar lo que fuera.

Qin Su estaba harta de este mundo, fastidiada de la hipocresía de los clanes. Como de la gente que solo podía mirar desde la cercanía y no buscaba hacer nada más por los que necesitaban protección.

Qin Su había perdido su posición de noble, su gente había caído en desgracia tras la guerra y Jin Guangshan le había arrancado a su gente, a su padre, su madre no solo una vida pacífica con un trato de alianza que solo los arruinó a todos. Sino que le dejó como herencia la deshonrosa absoluta del conocimiento de cual era la sangre que de verdad corría por sus venas.

Jin.

Era una Jin.

Una Jin nacida de una asquerosa violación.

No, Qin Su no era una Jin. Ella era una Qin y siempre seria así.

Así que ignorando las buenas intenciones del Rey Jin de aceptarla en su casa como parte de su familia, Qin Su decidió buscar una esperanza para su gente lo más lejos de Lanling Jin.

Ya no había nada que perder, ya no le interesaba quedarse entre vergüenza y deshonra como una niña tonta e inútil.

Wei Wuxian lo había dicho, un omega es más que una cara bonita o portador del don de la vida. Y Qin Su, cansada y fastidiada, tomó la espada de su padre como propia y se dirigió a Yiling con la última esperanza sosteniendo su roto y herido corazón.

Se uniría a Wei Wuxian.

Asesino o no de ese miserable, Wei Wuxian era su única esperanza.

Como una concubina, una sirvienta, lo que fuera. Pero pelearía a su lado tal como Wei Wuxian un día peleó por su nombre.

Tal vez Qin Su no era muy lista, era algo ingenua, su cultivo era un poco débil y sus manos estaban más acostumbradas al bordado que las labores domésticas. Pero aunque su actual capital era bajo en comparación de lo que un día tuvo, Qin Su aún tenía algo que ofrecer.

Había escuchado que Wei Wuxian se había instalado en las ruinas del palacio abandonado que estaba en Yiling, necesitaría algunas manos que le ayudaran a trabajar la tierra. Necesitaría ayuda para construir casas. Reconstruir edificios, paredes y puertas.

Los alfas que no la habían abandonado y la habían seguido habían afirmado estar dispuestos a trabajar en todas las tareas pesadas que el Patriarca Yiling necesitara completar.

Pero Wei Wuxian también necesitaría personas que le ayudaran a remendar la ropa, limpiar los pisos, ayudar en la cocina. Incluso necesitaría personas que le ayudaran a cuidar los niños que Wei Wuxian había llevado consigo.

Qin Su había escuchado que la mayoría de los Wen que habían sido salvados por Wei Wuxian eran personas mayores y niños. Los niños necesitarían cuidados, leche, calor y personas jóvenes que pudieran ayudar con todo lo que tenían. Mientras los adultos necesitaban descansar después de las atrocidades que la gente de Jin Guangshan les había hecho a todos en esos campos más parecidos a un sucio negocio de esclavitud.

Varios de los omegas que venían con Qin Su habían perdidos a sus cachorros durante la guerra atroz. Aun tenían leche en sus pechos y habían aceptado la idea de Qin Su de ofrecerles sus servicios como nodrizas para los pequeños Wen a su cuidado.

La leche estaba fresca, los omegas Qin estaban sanos y todos estaban dispuestos a ayudar.

Y si Wei Wuxian tenía dudas ella también ofrecería sus servicios.

Qin Su había sido educada para volverse en un futuro en una adecuada esposa que conocía cada una de las labores adecuadas que un omega debía saber para su marido.

Cocinar, lavar y remendar. Cuidar niños, cultivar, incluso había sido educada en las seis artes con fin de jamás aburrir a su marido.

Aunque Qin Su no quería creer en los rumores que decían que el pago que un omega tenía que dar por obtener asilo en las tierras del Patriarca Yiling era ofrecer sus servicios de cama, si estos eran ciertos, si para proteger a su clan Qin Su tenía que... hacer eso... lo haría.

Lo importante ahora no era su honor, sino proteger a su gente.

Cuando llegaron a la base de la montaña Qin Su le pidió a su gente que descansara un poco. Había considerado llevarlos consigo pero el temor de que fueran rechazados y tuvieran que bajar nuevamente la montaña fue algo que la hizo pensar.

Después de todo, Wei Wuxian ya tenía a su cuidado a los remanentes Wen, Qin Su no sabía si admitiría más personas en su situación, pero aún tenía esperanza.

Volando sobre su espada con una mano sosteniendo la bolsa rosada que su madre le regaló y su weimao, Qin Su llegó por fin al palacio abandonado que descansaba sobre la cima.

El palacio olvidado en la montaña a tres montañas de los terribles Túmulos Funerarios alguna vez fue un hermoso palacio legendario que perteneció a lo que un día fue conocido como el Reino de XianLe, siendo este el lugar en donde nació y creció Su Alteza Real, el Dios Complacido.

Sinn embargo, cuando la tragedia llegó a XianLe el palacio sufrió las consecuencias de la guerra. Solo para que mil años después Cang Qiong ayudara en su reconstrucción cuando el Dios Complacido dio el decreto de que este palacio sería el hogar del Hijo del Cielo.

Sin embargo, cundo el palacio al fin estuvo listo la tragedia apareció con Wen Mao, Cang Qiong fue destruida y cuando Wen Mao determinó que tomaría como su hogar el Palacio Huan Hua que pronto tomó el nombre de la Ciudad sin Noche, mando desmantelar este lugar llevándose consigo cada joya, estatua y oro con el fin de hacer de su palacio algo digno de ser llamado el hogar del emperador.

Ahora, doscientos años después. Aunque no todo estaba destrozado el descuido de varios años, la delincuencia y el paso de los años había hecho que varios de los edificios no tuvieran techo y el tener que reconstruir otros desde cero fuera algo verdaderamente necesario.

Bajando a la puerta que al parecer alguna vez fue roja, Qin Su respiró profundo. Buscando organizar adecuadamente sus ideas como el discurso que había preparado exclusivamente para el Patriarca Yiling.

Sin embargo, en la puerta se encontró con una omega.

La omega vestida en túnicas sencillas rosadas tenía una espada que sostenía contra su hombro con una mano, la otra sostenía un bollo que comía felizmente mientras esperaba en la puerta.

Los ojos de Qin Su miraron sin poder evitar el bollo, su estómago rugió sintiéndose vacío.

Avergonzada apartó la mirada.

―Oh, hola.

Pero la chica ya la había visto.

―Ho-hola.

Como si aquella chica hubiera notado su hambre, buscó en su bolso y algo apareció ante los ojos de la asombrada Qin Su.

―Hueles como una omega del norte, venir desde ahí debió ser cansado. Toma, debes estar hambrienta. Soy Luo Qingyang del clan Luo. Bueno, era de ahí, pero ya no.

Algo avergonzada, Qin Su tomó el bollo y le dio una cálida sonrisa.

―Gracias. Soy Qin Su de Laoling Qin.

―Si estás aquí para buscar al Joven Tercer Príncipe Jiang no te preocupes, ya toqué la puerta y me dijeron que en unos minutos vendrá la persona que trata con los omegas que vienen a buscarlo.

Tal como la chica dijo las puertas se abrieron solo dos minutos después, dándole paso a un hombre muy alto y demasiado apuesto para ser real de cabello inusualmente borgoña, piel clara como la cerámica e intimidantes ojos dorados.

Esta persona no podía ser otra más que Polilla de Oro, el inmortal Suibian.

Era mucho más atractivo de lo que Qin Su había notado a la distancia en esa Conferencia de Discusión.

Qin Su bajó la mirada avergonzada de sí misma.

¡¿Qué clase de pensamiento fue ese, Qin Su?!

No estaba aquí para notar alfas atractivos, estaba aquí para buscar una audiencia con el Tercer Príncipe Jiang.

Los ojos de Suibian miraron entre las dos omegas. El dorado miraba con sospecha, pero no dijo nada más que una cosa.

―Así que dos, muy bien. Comprenderán que tengo que revisarlas antes de dejarlas entrar, ¿verdad?

Ambas se sintieron un poco avergonzadas, pero aceptaron. Después de todo era normal con todos los problemas que había entre el mundo del cultivo y Wei Wuxian tras el asesinato de Jin Guangshan y Jin Zixun.

Sin embargo, a diferencia de lo que esperaron. El inmortal levantó su mano, canalizó energía y de esta salieron llamas doradas que formaron dos hermosas polillas del tamaño de una palma. Estas volaron hacia ellas, volando a su alrededor, cada una desprendía un curioso polvillo dorado que se desvanecía tras salir de ellas.

Y cuando estas volvieron a la mano del señor Suibian, el inmortal golpeó la puerta tres veces, ordenó que abrieran y le dio paso al palacio olvidado de Yiling.

Justo como Qin Su ya había visto desde la cima, varias personas caminaban entre los edificios abandonados. Limpiando, cortando madera, discutiendo sobre algunas cosas, armando casas y formando campamentos en los edificios más grandes. Por lo que Qin Su pudo ver eran más que solo Wen, también había otras personas y en su mayoría eran omegas.

―Como podrán ver no es un lujo, pero es mucho mejor de lo que muchos dicen. Hay tres reglas importantes que deben recordar. Si tienen algún prejuicio contra los Wen o las clases sociales será mejor que los olviden, aquí todos valen lo mismo y nadie es superior ni inferior al otro.

Caminaron entre la gente que estaba cocinando gachas de arroz, por los campos de cultivo y escucharon uno que otro bebé llorando mientras eran cargados por los omegas mayores que al parecer eran Wen.

―La única tarea dividida únicamente para omegas es el cuidado de los pequeños cachorros Wen que tenemos aquí. Los cachorros aun no reaccionan bien ante las hormonas alfas, por lo cual buscamos evitar que se asusten poniéndolos con los omegas mientras se acostumbran a que están a salvo. En cuanto a lo demás cualquier tarea disponible en la que puedan ayudar será una ayuda bien recibida.

Varios grupos de omegas trabajando en el campo fueron visibles.

―Si saben hacerlo adelante, si quieren aprender les enseñaremos. No sé si saben de construcción o agricultura, pero si lo saben o no es algo que ya verán con Wei Ying.

Espera.

¿Ya habían sido aceptadas aun sin hablar con Wei Wuxian?

―Otra cosa, cuando hablen con Wei Wuxian diríjanse a él como Joven Maestro Wei. Ese antiguo título le trae recuerdos que no quiere recordar ahora. Así que recuerden, aquí no debe haber prejuicios, nadie cuestionara el origen de otra persona. Todos trabajamos juntos sin distinción de clase o género secundario o primario.

Dándose la vuelta, el inmortal terminó.

―Y les diría que si están aquí con la intención de "atrapar al criminal" Wei Wuxian o hacerle una trampa la olvidaran, pero viendo quienes son no creo que sea necesario. Así que bienvenidas a Yiling Wei.

Entonces el guardián notó algo.

―Oh, miren, ahí está. ¡Wei Ying, traigo a dos omegas más listas para trabajar!

Caminando hacia un hombre vestido con túnicas negras Qin Su notó el familiar aroma a flores de loto, madera y especias proveniente de Wei Wuxian.

Tal como recordaba Wei Wuxian era un alfa muy apuesto. Su hermoso rostro que parecía tallado por el mismo Emperador de Jade se iluminó con una hermosa sonrisa que le hizo pensar en el pasado cuando lo conoció.

Sus ojos inteligentes y depredadores que podían someter a alguien con una sola mirada, se suavizaron un poco cuando se encontró con ambas omegas. Y Qing Su tuvo que reprenderse nuevamente mentalmente por el sonrojo inevitable en su rostro y el furioso latido de su corazón.

¡Oh por los dioses, ¿Qué era ese furioso latido en su corazón?!

¡Concéntrate, Qin Su!

―¡Oh, Joven Doncella Qin, MianMian, que grata sorpresa.

Para sorpresa de Qin Su, el gallardo torso de Wei Wuxian estaba siendo cubierto en su mayoría por un pequeño cuerpo. El aroma a leche, miel y sol confundió a Qin Su.

¿Un bebé?

Para sorpresa de ambas, Wei Wuxian les contó una larga historia de cómo planeaba sembrar varias cosas, restaurar el templo y lograr ganar dinero a través de la venta de vegetales y el turismo hacia el templo del Dios Complacido.

Después les había presentado a dos personas muy amables, la doctora Wen y un joven muy gentil y apuesto llamado Wen Qionglin.

Entonces con una guía rápida, el permiso de Wei Wuxian de traer su gente y lograr establecerse oficialmente en Yiling, llegó el momento más importante.

El entrenamiento con el señor Suibian.

En una de las plazas del palacio, con el ruido de las aves pasando y la gran barrera de resentimiento que Wei Wuxian había establecido por precaución. Varios omegas se encontraban de pie en la gran plaza con el señor Suibian revisando cada nombre.

Entre los nuevos omegas que habían llegado al palacio había varios niños que no superaban los doce años.

Qin Su había escuchado que algunos se habían escapado de sus casas, otros eran esclavos y algunos más habían sido ladrones, incluso había un par de gemelos de mirada penetrante y aterradora que parecían haber escapado de las manos del dueño de un burdel que los había comprado.

Los mismos gemelos que seguían aferrándose a esas aterradoras cuchillas gemelas que siempre llevaban con ellos.

Entonces Wei Wuxian llegó.

A su lado Mei Ling, la omega que se había vuelto la nodriza de A-Yuan, el bebé que Wei Wuxian había adoptado. Los hermanos Wen estaban a su lado y Wei Wuxian caminó seguro quedándose quieto en la cima de las escaleras, listo para hablarle a los omegas que estaban bastante curiosos sobre lo que les iba a decir.

El inmortal Suibian terminó su revisión y subió junto a Song Lan, cada uno colocándose a un lado de Wei Wuxian.

―Como ya quedo claro que todos ustedes se quedaran en este lugar, hay un par de cosas que deben entender.

Wei Wuxian tomó un momento para hacer una pausa, sus palabras continuaron.

―Aunque ahora todo parece pacífico no significa que siempre será así. Actualmente el asesinato de los Jin es algo por lo que todavía me culpan. Y aunque el actual rey Jin nos está apoyando desde las sombras, los clanes que ya me ven como una amenaza por el simple hecho de ser un dominante no me dejaran tranquilo hasta deshacerse de lo que consideran ya una bestia. Por lo que comprenderán a lo que quiero llegar.

Qin Su se aferró a su espada, la señorita Luo a su lado frunció el ceño. Todos entendían esto.

―Si quieren estar en este lugar tendrán que aprender a defenderse, a pelear de verdad. Aunque las personas de Yiling no son una amenaza, el mundo del cultivo se está volviendo nuestro enemigo y eso significa que algún día estas puertas serán abiertas por ellos. Esos tipos buscarán matarme, pero sobre todo, buscarán matarlos a ustedes o intentarán hacerles algo más atroz por unirse a mí.

Cada uno de ellos lo sabía, pero eso no importaba. Estaban aquí por su propia voluntad aunque sabían el costo de esta libertad.

―Sin embargo, eso no significa que yo permitiré eso, y ustedes tampoco.

Los ojos de Qin Su miraron a Wei Wuxian, en sus ojos había determinación.

―Tal vez muchos de ustedes no están familiarizados con el cultivo ni las armas. Sus clanes, sus familias y esta sociedad les enseñaron que los omegas solo sirven para trabajar en la casa, cuidar niños y ser esposos. Pero eso no es así.

―Los niños aún pueden formar núcleos, los omegas que ya los tienen podrán trabajar más duro. No importa si hay un núcleo o no, no importa para que los educaron, nos encargaremos de prepararlos para lo que venga con todo lo que podamos hacer. Si no hay núcleos hay armas especiales, si hay núcleos hay formas de encontrar una especialidad y usarla a su favor.

―Tendrán que aprender a pelear, tendrán que ejercitarse. Olviden esas tonterías de que un omega no debería tener un músculo mayor de lo supuestamente correcto. Deberán volverse guerreros, prepararse para lo inminente, si las cosas se vuelven difíciles tendrán que herir a otros y si no tienen otra opción tendrán que matar al enemigo, ¿entienden lo que digo?

Lo sabían, cada persona, cada omega, beta y alfa en este lugar lo sabía.

Si el mundo se preparaba algún día atacarían este lugar.

Y para sobrevivir tendrían que pelear.

―Por ello nosotros los entrenaremos. Si no tienen una espada les haremos una, si no pueden cultivar haremos armas especiales que les ayudaran a protegerse. Debemos estar listos para cualquier cosa. Pero sobre todo, quiero que entiendan desde este momento que ninguno de ustedes me pertenece. Ustedes son sus únicos dueños y deben estar orgullosos de si mismos.

Las palabras llamaron la atención de los omegas, quienes no pudieron evitar mirar sorprendidos al hombre frente a ellos.

―Desde este momento no importa lo que el mundo les diga, su casta no es algo de lo que deban avergonzarse. Su casta no es algo que debe determinar lo que pueden o no hacer, los únicos que pueden decidir lo que pueden o no hacer son ustedes mismos. Nadie más que ustedes puede decidir su destino nunca más. Nunca vuelvan a bajar la cabeza ante este maldito sistema. Alfa, beta u omega. Cada uno de ustedes tiene derecho a una vida digna en este mundo.

Esas palabras, esos sentimientos, esa mirada.

Era la primera vez que Qin Su escuchaba algo como eso.

―Nunca más deben permitir que este estúpido mundo les diga lo que deben o no ser. Ustedes nacieron en este mundo y nadie tiene derecho a decirles que su vida solo tiene valor porque tan obedientes y sumisos sean.

El fuego brillaba en la mirada de Wei Wuxian, los omegas miraban con impresión al hombre que decia palabras que nunca pensaron ser dignos de merecer.

La sinceridad de esas palabras hicieron que las lagrimas picaran en los ojos de Qin Su.

―Aun si mi única opción para protegerlos es tomar esa corona quiero que lo entiendan desde ahora. Ustedes no son los omegas del emperador, no son las delicadas flores del Palacio Rojo. ¡Ustedes son personas de Yiling Wei y siempre será así! ¡Y yo jamás permitiré que les quiten eso! ¡Ni ahora ni nunca!

La primera vez que Qin Su vio a Wei Wuxian pensó que era una cara bonita algo arrogante, pero un ser encantador.

Cuando Qin Su conoció al verdadero Wei Wuxian comprendió que haber venido a Yiling había sido la mejor elección que pudo haber hecho en su vida.

Tal como Wei Wuxian lo dijo, los omegas sin espadas obtuvieron una. Los niños comenzaron a cultivar bajo el mando del señor Suibian, los omegas que ya tenían un cultivo entrenaron con mayor disciplina y los omegas sin núcleo habían obtenido la oportunidad de encontrar un especialidad mientras entrenaban combate básico.

Hacía dos años atrás, Qin Su había considerado que su cultivo no era necesario. Si podía ser bonita y encontrar un alfa que le considerara encantadora, no importaría si no era muy lista o era algo ingenua. Se esforzaría por ser una buena omega.

Ahora, Qin Su por fin sentía la verdadera libertad de ser dueña de su vida, de comprender las maravillas del mundo entre la vida simple y el trabajo duro. Entre la convivencia y el aprendizaje de algo que jamás había imaginado posible, Qin Su aprendió que realmente para un omega si existía un tercer camino.

Entre rojo y honor Qin Su, peleó a lado de los miles de cultivadores que como ella prefirieron tomar el lado de Wei Wuxian, que del mundo hipócrita que ahora deseaba tomar la cabeza del hombre que los había salvado de la atrocidad llamada Wen Ruohan.

Wei Wuxian no quería la guerra, Wei Wuxian no deseaba más sangre y aun así el Patriarca Yiling fue llevado al último punto que determinaría el futuro del mundo.

Wei Wuxian uso el poder maldito de un alfa, el más temido y el más real.

Wei Wuxian uso la voz.

―¡CÁLLLENSEEEEEEEEEEEHHHHGGGGGRRRRRRRRR!

Y su grito poderoso invoco a los dioses para el ritual de coronación.

Entonces la tierra tembló tiñéndose del rojo de una lluvia carmesí. Una matriz divina se posó sobre el palacio de Buyetian como una respuesta al rugido de Wei Wuxian. Y el sonido de las campanas hizo que los ojos de todos miraran impresionados la llegada de aquel dios cuando los cielos se abrieron ante su llamado.

Y como si de un aviso del final del mundo se tratara, el Dios Complacido en persona eligió a Wei Wuxian. Y la bendición del oficial del cielo le fue otorgada a Wei Wuxian proclamándolo ante todos, ante el cielo, la tierra y los mortales, como el nuevo y el único emperador del mundo de la cultivación.

Nadie podría revocarlo ni destruir dicho mandato.

Porque si el propio Dios Complacido había bendecido la coronación de Wei Wuxian, no había mortal miserable, ni inmortal desvergonzado que tuviera derecho de reclamar contra la verdad determinada por los cielos.

La leyenda del temible Patriarca de Yiling tomó partido, y los dos inmortales que le reconocieron como su emperador, se unieron a la gente de Wei Wuxian que fue conocida como Yiling Wei.

El clan Yiling Wei había sido creado.

El clan demoníaco muchos le llamaron. La presencia de Wei Wuxian representaba miedo como poder, terror como impotencia y su palabra se volvió la ley absoluta del mundo.

Sin embargo, para Yiling Wei el nombre de su señor, de su emperador significaba esperanza.

Significaba un tercer camino.

Y por él, por su gente, por su clan.

Por Yiling Wei.

Qin Su pelearía para proteger su hogar.

Porque sin importar lo que pasara, ellos iban a sobrevivir.

 

 

CAPITAL DEL IMPERIO-YILING WEI

Tiempo actual

 

 

Qin Su estaba muy molesta.

¿En qué momento habían ingresado intrusos?

La omega no lo sabía, pero si sabía que las fallas que había tenido la barrera de resentimiento sobre el palacio era algo malo. Solo esperaba que Wei Wuxian estuviera bien y pudiera volver a tiempo al palacio.

De todas las cosas que pudieron haber imaginado, que hayan sido atacados de esta manera tan inesperada solo podía ser algo bastante sospechoso.

Tenían que hacer lo que pudieran para proteger a Lan Wangji. Pero sobre todo, para encontrar al pequeño A-Yuan y poner a todos a salvo.

La barrera de energía dorada de los inmortales Fuxue y Shuanghua ahora envolvían al Palacio Rojo. Dejando que la barrera de resentimiento que aun titubeaba se mantuviera resguardada en el interior, haciendo que la barrera impenetrable se volviera tres veces más gruesa.

La espada de Qin Su abrió otro cadáver feroz. El séquito Feng se abría paso entre el campo de batalla donde los demás omegas, alfas y betas del palacio peleaban con aquel inesperado ejército.

En el centro iba Lan Wangji, el dolor de cabeza ya había pasado pero aun parecía bastante aturdido.

Bichen le ayudaba a mantener el paso, bastante preocupado por su estado. Baojun cabalgaba tras ellos. Los cadáveres que llegaban acercarse al caballo eran golpeados por las fuertes pezuñas del animal que no permitían que ni un cadáver lo tocara.

Xiao Xingchen exigió a uno de los cultivadores que corría a su lado.

―¡¿Cuál es el reporte de la situación?!

―¡Vinieron de abajo! ¡Los cadáveres feroces salieron de debajo de las explosiones! ¡Al parecer entraron por las cloacas, los canales de agua y las torres de vigilancia. Pero parece que tambien encontraron un modo de entrar sin que lo notáramos para poder lanzar los fuegos artificiales antes!

Luo Qingyang y Qin Su no pudieron evitar los gestos llenos de consternación, Qin Su exclamó:― ¡Pero eso no tiene sentido! ¡La energía resentida protege cada entrada posible al palacio!

Y Nie Huaisang tuvo una idea:―¡Hay una manera! ¡Combatir energía resentida con energía resentida!

Y Bichen no pudo evitar pensarlo:―¡Esas personas! ¡El demonio celestial que se hizo pasar por Suibian!

―¡Y Xue Yang!

El miedo se apoderó de Xiao Xingchen.

Entre cortar los cadáveres, correr y mantener la formación Xiao Xingchen respiró profundo intentando calmar su corazón. Los omegas del séquito Feng no pudieron evitar comprender sus sentimientos.

A-Qing se situó a su lado, su voz intentó consolarlo.

―Bába.

―¡Estoy bien! ¡Estaré bien! ¡Lo único importante ahora es que encontremos al pequeño príncipe!

Con el andar apresurado de los omegas del séquito Feng y la ayuda de los cultivadores y la gente del palacio de Yiling Wei. El camino hacia el área de juegos en donde habían dejado a A-Yuan fue despejado.

Antes este lugar estaba decorado con flores por doquier, árboles que sostenían columpios para los niños y algunos juegos que habían hecho para los cachorros del palacio. Era un lugar tranquilo y hermoso.

Ahora el ambiente tranquilo de este lugar era algo extraño.

En vez de encontrar árboles que ardían en llamas solo había polvo y uno que otro arbusto cortado. El lugar era una clara evidencia de que alguien había peleado aquí. Pero lo que los aterró fue la imagen de personas tiradas en el suelo en una escena que intensificó la preocupación del séquito Feng.

Con velocidad los niños y Lan Wangji revisaron el pulso, para su sorpresa aunque había heridas no estaban muertos, solo inconscientes.

El corazón de Lan Wangji se sintió bastante aliviado con aquella información.

Varios cultivadores del palacio se acercaron a Lan Wangji, otros se acercaron a las personas . Quien no dudo en preguntar.

―¿Dónde están los cachorros que jugaban aquí?

―Lograron salir antes de que aparecieran los atacantes.

―Sus órdenes, Su Alteza Imperial.

―Lleven a todas estas personas a zonas seguras, asegúrense de revisar en el camino si hay más personas en el mismo estado.

―¡Sí, señor!

―Séquito Feng, busquemos a A-Yuan.

―¡Sí, señor!

Lan Wangji no pudo evitar la angustia en su corazón al no ver en ningún lugar a los niños, ni a su cachorro.

Su hijo, su A-Yuan.

¿Dónde estaba su A-Yuan?

Abriéndose paso entre la gente, los omegas buscaron con su mirada. No podían llamarlo como lo que era, solo quedaba ese nombre que siempre fue el plan por si algo así pasaba.

―¡A-Yuan!

―¡A-Yuan, ¿Dónde estas?!

―¡A-Yuan, venimos por ti! ¡Por favor contesta!

Lan Wangji no pudo más.

De su bolsa Qiankun salió como un rayo de luz blanca la espada Bi-Chen que corto a cada cadáver feroz que se encontraba en su camino. Los ojos buscaron por doquier. Entre cada cadáver, cada sirviente.

Entre el fuego y la sangre que brotaba de los cadáveres como ríos de vida que abandonaban su esencia.

Su voz jamás había sonado tan preocupada.

―¡A-Yuan! ¡¿Dónde estás?!

¡Tenía que encontrarlo!

¡Tenía que encontrar a su hijo!

¡Esta vez sí lo salvaría!

―¡Bába!

Como si se tratara de una señal fácil de detectar Lan Wangji corrió hacia ese punto. Cada cadáver feroz que se atravesó en su camino fue cortado de inmediato. Lan Wangji ya no tenía tiempo para disculpas, no tenía tiempo para tener miedo. Su hijo era mucho más importante que cualquier cosa en este momento.

―¡A-Yuan!

―¡Bába!

Cuando Lan Wangji por fin llegó la impresión se apodero de su mirada cuando vio el panorama.

Sobre uno de los árboles Mei Ling, la nodriza de A-Yuan, se mantenía recargada contra una puerta de madera que descansaba contra el tronco.

Mei Ling había sido recargada contra el árbol como si alguien la hubiera colocado ahí, los dedos de Mei Ling se habían lastimado entre cortes y astillas. Había manchas de sangre sobre sus ropas y Lan Wangji sintió angustia.

Temiendo hacer algo más revisó el pulso de Mei Ling, solo para encontrarse con la fortuna de que aún había palpitaciones. Estaba inconsciente, pero estaba viva.

Con cuidado, Lan Wangji tomó a Mei Ling, buscando ponerla a salvo. Temía hacer un mal movimiento. Necesitaba sacar a A-Yuan de donde estaba.

―¡Wangji!

Cuando Bichen llegó a él, Lan Wangji se sintió mejor.

―Bichen.

―Mei Ling... ella...

Lan Wangji negó aliviando el corazón de Bichen.

―Bichen, por favor, llévala contigo. Debo buscar a A-Yuan.

―Claro.

Con mayor valor Lan Wangji le pasó a la omega a Bichen, quien rápidamente la acomodo en su espalda. Lan Wangji notó que había algo en ese lugar que Mei Ling estaba protegiendo y cuando quitó la tabla de madera del tronco lo encontró ahí.

Y Lan Wangji recordó porque ese árbol se veía tan familiar.

El árbol era el tronco hueco favorito de A-Yuan.

Lo que el llamaba su escondite predilecto para sus mayores tesoros.

Nadie sabía porque aún crecían ramas con hojas y flores. Pero ahora, este tronco hueco se había vuelto el mayor protector de A-Yuan.

―¡Bába!

Tomando al cachorro entre sus brazos Lan Wangji lo abrazó, sintiendo el alivio y el calor volver a su ser.

Su hijo estaba bien, estaba a salvo y eso era lo más importante.

―Bába, ¿Qué está pasando? A-Yuan tiene miedo.

Lo sabía, Lan Wangji también tenía miedo, pero tenía que sacarlo de aquí en cuanto antes.

―Todo estará bien, A-Yuan.

―¿Xian-gege?

―Xian-gege volverá pronto. Ya lo veras. Nos encontraremos con él pronto.

Lan Wangji colocó al niño de pie en el suelo, se quitó dos capas de ropa. Dobló, ató y tomó su cinta de regulación. A-Yuan pregunto temeroso.

―Bába, ¿Por qué el señor Bichen carga Mei-jiejie? ¿Mei-jiejie está bien? Mei-jiejie le dijo a A-Yuan que se quedara en el tronco y que no saliera por nada, ¿Por qué esta dormida?

Lan Wangji posó sus manos sobre los hombros de A-Yuan, buscando su atención.

―A-Yuan, tu Mei-jiejie está bien, pero tenemos que salir de aquí.

―¿Bába?

―A-Yuan, necesito que me escuches. Pase lo que pase, escuches lo que escuches no vas a quitarte esto.―le mostro la cinta de regulación y aclaro.―No debes de temer, Bába te llevara a un lugar seguro y todo estará bien.

Sin atreverse a discutir aquellas palabras, A-Yuan permitió que Lan Wangji le colocara la cinta de regulación sobre los ojos, hizo un par de amarres para evitar que la cinta quedara colgando pero no demasiado fuerte para evitar lastimar los ojos del cachorro.

Por cualquier cosa, Lan Wangji colocó un talismán de protección sobre su hijo.

Cuando los ojos de A-Yuan fueron cubiertos, Lan Wangji tomó lo que había hecho con sus capas de ropa. Hizo algunos nudos y logró que el cachorro quedara firmemente sujeto a su pecho por la capa. Evitando que algún punto vulnerable quedara expuesto.

Y con su hijo perfectamente sujetado a su pecho, Lan Wangji regresó con el séquito Feng y ordenó.

―Quiero que junten a todos los niños, los civiles y las personas mayores. Los llevaremos a todos a la biblioteca subterránea.

―Alteza.

―La biblioteca subterránea está conectada con los túneles de emergencia. Aunque hay varias salidas en varias direcciones los llevaremos a todos a Lanling Jin. Si aún no se han enterado de lo que está pasando lo harán en pocas horas. Sin importar lo que pase debemos poner a salvo a todos.

―¡Como ordene su alteza imperial!

Escuchando las ordenes de Lan Wangji el séquito Feng paso la voz entre su gente. Palabras en clave fueron dichas y pronto un gran grupo llegó junto a una persona a caballo. Cuando los ojos de Luo Qingyang viajaron hacia ella supo de inmediato quien era.

―¡Qingqing!

―¡Qingyang!

Corriendo entre la gente, Wen Qing se abrió paso hasta poder llegar junto a Luo Qingyang y sin dudarlo abrazó a su esposa aliviada de encontrarla bien.

Detrás del grupo aparecieron los dos guardianes. Shuanghua y Fuxue se unieron al grupo. Wen Qing paso sus ojos a Lan Wangji y sus palabras fueron más serias ahora que estaba tranquila.

―Su alteza, sus órdenes llegaron a nosotros.

―Hmn. Los civiles al frente, inmortal Shuanghua dirija el camino protegiendo a Baojun. Luo Qingyang protegerá el flanco derecho, Qin Su el flanco izquierdo. Bichen, protege la retaguardia. Nie Huaisang, vaya al centro de la formación junto a los civiles.

―Pero Wangji, ¿Qué hay de ti?

―Xiao Xingchen, el señor Fuxue y los niños irán conmigo. Ustedes avancen sin mirar atrás. Doctora Wen, su seguridad es importante, los heridos la necesitarán al final. Por favor, vaya al comienzo del grupo.

―¿Qué pasará si alguien lo ataca? No puedo permitir algo así.

―Estaré bien, el señor Fuxue y Xiao Xingchen me protegerán.

Wen Qing frunció el ceño pero comprendió sus palabras, sus ojos pasaron al cachorro.

―A-Yuan.

―Yo lo protegeré, pero necesito que me haga un favor.

―¿Qué es?

―Es hora de la siesta de A-Yuan.

Y la doctora lo comprendió.

Con prisa buscó entre sus agujas, consiguiendo una en particular y sin más con un pequeño golpe la clavó en la nuca de A-Yuan.

El cachorro en los brazos de Lan Wangji dio un pequeño brinco y después el omega sintió como el peso de A-Yuan se dejó caer sobre la tela que lo ataba, dejando que su respiración funcionara como lo haría en un sueño.

―La aguja lo mantendrá dormido, no importa el ruido no podrá despertar hasta que quite la aguja. Sea cuidadoso, por favor. Deben estar a salvo.

―Hmn. Gracias. Apresurémonos entonces.

Tal como Lan Wangji ordenó todos se abrieron paso rumbo a la biblioteca. A diferencia del comienzo el número de cadáveres disminuyo considerablemente, las trampas y hechizos seguían activándose. Baojun lideró el camino siendo seguido por el caballo de Wen Qing.

Los cultivadores seguían peleando con fuerza, pero lograron abrir un camino para el grupo, permitiendo que avanzaran primero como lo había ordenado Lan Wangji.

Sin embargo, algo se interpuso entre el camino de Lan Wangji y el grupo de civiles.

Un destello celeste brilló desde los cielos. Como un tornado poderoso proveniente de un punto en específico a treinta metros sobre el cielo, en donde una matriz que llamo la atención de Lan Wangji se formó sin que alguien pudiera evitarlo.

Eso era...

¡Un talismán de tele transportación!

―¡Wangji!

―¡Alteza!

―¡Su Alteza Imperial!

Lan Wangji ordenó.

―¡Sigan avanzando, no se detengan!―ordenó Lan Wangji.

Los ojos de Bichen miraron aquello sintiéndose completamente impotente. Pero tenía que escuchar a Lan Wangji, debían poner a los civiles y a Nie Huaisang a salvo.

―¡Continúen! ¡No se detengan!―ordenó Bichen y el grupo no tuvo otra opción más que avanzar.

Lan Wangji ordenó con firmeza.

―Prepárense para tomar otra ruta. Tendremos que rodear.

―¡Como su Alteza Imperial ordene!

Xiao Xingchen y los niños del séquito Feng escoltaron. De la espada de Fuxue salió en un brillante resplandor plateado que viajó justo frente al talismán de tele transportación.

Aquel brillo era una hoja de metal de una extraña consistencia líquida. La hoja llego y se incrusto contra el suelo de la plaza. De la hoja una enorme ola de un líquido metálico parecido al mercurio apareció, rodeando aquel talismán con una poderosa tormenta de nieve y metal, buscando retener un buen rato el avanzar de lo que sea que saliera de ahí.

Ese era el famoso poder de la Hoja de Nieve Brillante, metal y tormenta de nieve se formaría ante sus ataques, una brecha de defensa entre el enemigo y los inocentes. Aunque el poder podía ser más letal, la prioridad actual era proteger a sus Altezas Imperiales.

Con aquello resuelto, una barrera cristalina de brillo metálico decorada con copos de nieve fue colocada entre los omegas, que mantuvieron su paso sin atreverse a mirar atrás.

―Alteza.―Llamo Xiao Xingchen.

―El Salón de Estrategias.

Con esa orden fue suficiente para que cada uno de ellos tomara rumbo hacia ese lugar.

Era más lejano que la biblioteca, pero si Lan Wangji recordaba el mapa que Wei Wuxian le había dejado sobre los túneles secretos del palacio, este lugar sería su única opción.

No importaba lo que pasara, Lan Wangji debía poner a salvo a su hijo.

El guardián Fuxue canalizó energía dorada en su mano, el líquido metálico tomó forma de un espejo y a través de este vio como aquel talismán de tele transportación desapareció.

―¡El talismán ha desaparecido, Alteza! ¡Pero no hay que confiarnos! ¡Si encontraron la forma de entrar y usaron a los atacantes del exterior como señuelo, no podemos esperar a que se rindan fácilmente!

Justo como Fuxue había dicho, ante los ojos de los omegas y el guardián varios hombres vestidos de negro con máscaras de demonio aparecieron. El grupo parecía ser mayor a treinta personas y por los aromas que podían distinguir todos eran alfas.

Las espadas de los hombres brillaban con malicia a igual que sus miradas. Los cadáveres feroces ahora descansaban en el suelo sin forma de levantarse. Y lo que ahora estaba ante ellos no eran más que seres humanos traicioneros que se atrevían a corromper las tierras de su señor.

Y lo peor de ello vino con un temblor, con el sonido del suelo siendo quebrado, una sombra gigante que los rodeo y aquel aterrador sonido que les hizo girar sobre sus pies.

Y los ojos de Lan Wangji se abrieron con sorpresa sin poder evitarlo.

Ante sus ojos, del gran hueco que ahora había en el suelo salió una enorme serpiente. Su cuerpo estaba completamente decorado con poderosas escamas verdes que brillaban tornasol ante la luz del atardecer, parecían impenetrables para un simple humano.

La temible serpiente se enrosco tres veces y aun así pudo erguirse a tres metros, levantándose ante los omegas y el guardián. A quienes miró con sus furiosos ojos que parecían dos furiosas llamas listas para consumirlos por completo.

Y la serpiente atacó lanzándose contra ellos.

Fuxue se puso en medio de los omegas, la energía dorada del guardián formó una gran lanza que se atascó entre las mandíbulas de la bestia. Sin embargo su fuerza hizo que Fuxue tuviera que mantener el flujo de la energía dorada constante, sosteniendo su peso mientras su espada intentaba atacar la coraza de la bestia buscando terminar con ella.

Dándose cuenta que ya no podría avanzar con ellos, sus ojos buscaron a Lan Wangji y pidió.

―¡Salgan de aquí, su Alteza Imperial!

―Señor Fuxue.

―¡Yo lo detendré, ustedes continúen!

Haciendo caso a sus palabras, Lan Wangji, Xiao Xingchen y los chicos miraron sus opciones. El camino más cercano era justo el punto de donde venían aquellas personas, no tenían otra opción más que atravesar.

Lan Wangji no podía estar más enfurecido que nunca.

Y lo peor de todo fue cuando aquellos hombres apuntaron hacia ellos, lanzándose directamente contra Lan Wangji. Con obvias intenciones de matarlos.

Lan Wangji tomó su espada con fuerza, no podría sacar su guqin Wangji con A-Yuan en brazos, aunque su hijo era pequeño ya era un niño bastante grande para ocupar el lugar de su pecho, impidiendo que pudiera trabajar con el guqin, solo le quedaban dos opciones.

Y de la manga derecha de Lan Wangji emergieron un par de hilos y en sus dedos la energía espiritual fluyo lista para la batalla.

―A-Qing, A-Lian, A-Yun, A-Xiao, quédense detrás de nosotros.

Y el líder de aquel grupo que se dirigía a ellos ordeno.

―¡Atrapen a ese maldito omega! ¡Ahora!

La espada de Lan Wangji se unió a la espada de Xiao Xingchen, listo para atacar al enemigo. Pero cuando estaban a nada de ellos, Lan Wangji pudo sentir la ráfaga del viento cuando una cuchilla flexible apareció entre uno de los atacantes y Lan Wangji.

―¡Formación, preparen sus armas! ¡Inicia el plan Alas de Fénix! ¡No dejen a ninguno con vida!

La chica levantó su espada, el mango que fingía ser un simple palo de bambú fue sostenido con orgullo. Sobre el bambú de la empuñadura de su espada algunos tallados decoraban la madera, y entre flores y fruta la forma de un zorro de metal se enroscaba entre el mango y la hoja.

Las túnicas que usaba diariamente fueron abiertas ante la situación revelando un uniforme más práctico. La cinta verde que decoraba sus bollos peinados por su Bába se ondeó con el viento.

Y los ojos de Song Qing miraron con determinación al frente. Su orden fue tan precisa como su espada.

Los niños del séquito Feng de apariencias inofensivas se lanzaron contra aquellos hombres con expresiones tan atemorizantes que parecían las de otras personas.

Las túnicas superiores de A-Lian y A-Yun volaron sobre el viento, distrayendo al grupo enemigo.

En los antebrazos y espinillas de los mellizos había brazaletes de cuero y de los brazaletes salieron una sección de cuchillas; similares a las que ahora decoraban los nudillos de los niños. Como si fueran las garras de una bestia.

Mismas cuchillas que no dudaron en cortar y desgarrar ante cada golpe derecho de los sangrantes alfas.

Al final de la formación se encontraba A-Xiao, varias cuchillas fueron lanzadas de sus manos dando directo en los cuellos del enemigo.

Uno de los hombres intentó atacarlo por la espalda. Solo para que la ira brillara en los ojos del chico que giro sobre sus pies hacia su flanco izquierdo, de sus mangas salió una cuchilla que fue clavada en el vientre del hombre desgarrando de su vientre hasta su garganta.

Solo para terminar tomando esa misma cuchilla lanzándose contra el hombre detrás del cadáver y atacar su cuello. Cortando la yugular antes de que el hombre lograra apuntar su espada contra su pecho.

Ante los ojos de Lan Wangji las máscaras de los niños del séquito Feng cayeron al suelo, revelando la verdadera naturaleza de los omegas.

Saliendo de su impresión Lan Wangji se unió a los niños junto a Xiao Xingchen, el resplandor claro de la espada Bi-Chen cruzó entre los rebeldes, cortando y desgarrando la piel del enemigo sin piedad alguna.

Lan Wangji comprendió que la única forma de sobrevivir era confiar en la ferocidad de los niños y utilizar sus propias armas para inmovilizar, dejar inconsciente a los enemigos y en el peor de los casos...

Tenía que asesinar a estos intrusos con sus propias manos.

Entonces la voz de A-Lian llego a él, posicionándose a su lado después de tirar un cuerpo al suelo.

―¡No se preocupe, Alteza! ¡Usted siga haciendo lo que hace! ¡Nuestro trabajo es limpiar el desorden y desechar la basura! ¡Y eso incluye extinguir a las plagas desde la raíz!

Los ojos de Lan Wangji viajaron entre A-Lian, A-Yun y A-Xiao, cada niño le dio un asentimiento mostrando que estaban bien con ese acuerdo.

―¡Estos sirvientes piden permiso a su Alteza Imperial para tomar el rol de exterminadores! ¡¿Nos permitirá abrir el camino para usted con estos métodos?!

Estos niños.

Estos niños que habían tenido que sobrevivir en este mundo con esos métodos y ahora buscaban protegerlos con ellos. Estos eran los chicos a los que Wei Wuxian les confió su seguridad entre tantos discípulos del clan.

Aun si Lan Wangji sentía tristeza al pensar en todo lo que estos chicos habían tenido que hacer en el pasado y lo que hacían ahora para proteger su hogar. Lan Wangji por fin entendió muchas cosas que consideró sospechosas.

Y Lan Wangji solo pudo decir.

―¡Concedido!

Entre el filo de las cuchillas y las espadas. Entre la sangre y los gritos aterrados de aquellos que estaban cayendo bajo las manos de los discípulos de Yiling Wei, el grupo de Lan Wangji se abrió paso. Los cadáveres decoraron el piso, la sangre ahora pintaba la plaza, pero los omegas del séquito Feng no permitirían que nadie se atreviera a lastimar a la familia de su emperador.

Este era el trabajo del séquito Feng, esta era la razón por la que los "niños" del séquito Feng se habían escondido entre las vulnerables y lindas apariencias de un grupo de cuatro sirvientes gentiles y amables al servicio de Lan Wangji.

Proteger entre las sombras, esperar el momento adecuado, como una bestia que vigilaba a la manada y que solo atacaría cuando la ocasión lo ameritaba.

Entonces las palabras del señor Suibian vinieron a Lan Wangji.

 

―No te dejes llevar por su linda apariencia, Lan Wangji. Ellos ciertamente son lindos, tanto los adultos como los niños pueden ser considerados como seres adorables. Pero eso no significa que eso es lo único que pueden ser.

 

Y Lan Wangji por fin lo comprendió.

Este era el temible ejército del Patriarca Yiling.

El ejército del que tanto temían en el exterior, el que era considerado el más salvaje y bárbaro de todos.

Aquellos quienes eran considerados el terrorífico harem de tres mil flores de Wei Wuxian. Dulces en apariencia, amables de corazón, pero brutales cuando te atrevías a meterte al lugar que era su hogar.

Los omegas que habían sido recibidos en este palacio se caracterizaban por venir de cada parte posible del YuZhong. De todos los orígenes pensables, de todas las prisiones tanto hermosas como temibles para un omega en este mundo.

Estas personas habían dado todo de sí para sobrevivir en esta cruel sociedad para todo aquel que sea llamado omega. Ellos habían sido recibidos en este palacio sin ser juzgados por su pasado, sin ser cuestionados por su casta, siendo ante Wei Wuxian su fidelidad y honestidad lo único importante.

Y ellos, los omegas de Yiling Wei. No, las personas de Yiling Wei estaban dispuestas a pelear con todo para proteger su hogar y castigar a aquellos que pensaban que tenían el mínimo derecho a atacar su pequeño y hermoso paraíso.

Aun cuando habían sido tomados por sorpresa, aun cuando el ataque había sido tan inesperado. El clan Yiling Wei tomó las brechas del tiempo entre cada ataque como una ventajas.

Tomaron sus armas, sin importar la naturaleza de estas y se lanzaron contra el enemigo, peleando con ferocidad y revelaron el verdadero rostro de una manada que no se encontraba nada contenta de que estas personas se hubieran metido en su territorio.

Y las palabras de Nie Huaisang lo explicaron todo.

"―... ¡TODO LO QUE ENTRE POR LA FUERZA JAMÁS DEBE SOBREVIVIR!"

―¡¿QUÉ CARAJOS PASA CON ESTOS OMEGAS?! ¡ESTOS TIPOS ESTAN LOCOS!

―¡¿POR QUÉ LOS OMEGAS SON MÁS ATERRADORES QUE LOS ALFAS?! ¡ESTO NO TIENE SENTIDO! ¡¿POR QUÉ NO PODEMOS MATARLOS?!

No había duda alguna.

Era natural que estos alfas rebeldes tendrían miedo, mucho miedo en realidad.

Porque estos omegas que se presentaban todos los días como lindas y amables personas que trabajaban honestamente entre sonrisas, risas y dulzura, eran los mismos que con expresiones frías degollaban a su enemigo sin darles tiempo ni para respirar.

Lan Wangji por fin lo entendía todo, la barrera de energía resentida no protegía al Palacio Rojo del mundo exterior. Más bien, la barrera de energía resentida protegía al mundo de las hermosas y letales criaturas que vivían en el interior y podían matarte tan fácilmente si te atrevías a invadir su hogar.

Aun cuando Lan Wangji no había ido a la guerra, el Fénix de Jade no se quedó atrás. A pesar de mantener su promesa de no matar a nadie, sus afiladas cuerdas de asesinato lograron cortar puntos vitales y varios miembros. La imagen de los rufianes que caían heridos al suelo por su espada era tan aterradora como los cuerpos inertes que dejaban los tres niños del séquito Feng dedicados al papel de exterminio.

Pero cuando la espada de Lan Wangji chocó contra la espada de ese hombre, el omega notó algo en especial en esa persona.

La persona frente a él era un alfa, podía sentirlo en cada hueso y cada músculo. Su cuerpo estaba completamente cubierto por túnicas accesibles y negras. Su cabello estaba peinado en una alta coleta y su rostro era cubierto por la máscara de un demonio color cobre.

Su aroma en particular no era un misterio. Era terroso y húmedo como el suelo, podía sentir la sensación salada sobre su olfato. Las piedras del rio eran en realidad desagradables como el agua era oscura, sucia. Destilando humedad desagradable, tal como un pantano.

Y la sensación de reconocimiento se apoderó de Lan Wangji.

Esos ojos, ese aroma tan desagradable. Ese cabello casi grasoso, esa repudiable mirada.

―Su Minshan.

Los ojos de la persona mostraron sorpresa. Sin embargo sus cejas se fruncieron en molestia y el hombre atacó con mayor fuerza contra la espada Bi-Chen.

―Lan Wangji, así que no eres tan estúpido para descubrir la verdad.

Tampoco era como si Su Minshan fuera una persona más lista para saber lo obvio que era su asqueroso aroma.

A Lan Wangji no le gustaba el aroma a la tierra. Su Minshan siempre olio a tierra. Era demasiado fácil reconocer a la persona que lo estuvo acosando por un año entero para fingir demencia.

―¿Cómo te ha ido ahora que eres la perra de Wei Wuxian? Posiblemente muy bien para que hayas elegido quedarte en esta maldita pocilga antes de volver a Gusu, a mi lado.

Este tipo tan desagradable, Lan Wangji tenía náuseas.

―¿Qué es esa cosa que llevas ahí? No me digas, la buena perra Hanguang-Jun sigue siendo tan bueno para rescatar a una maldita cría Wen. Oh... espera.

Su Minshan apretó su agarre sobre el mango de su espada, sus ojos fueron decorados con el tono de la burla, las aguas del pantano se volvieron más espesas y se burló con sorna.

―¡¿Esa pequeña mierda es de Wei Wuxian?! O... Jajajaja ¡¿Es tuya?! ¡Así que los rumores sin son ciertos! ¡Le abriste las piernas a Wen Chao!

La ira se apoderó de Lan Wangji.

¡¿Cómo se atrevía a decir que su bebé era hijo de aquella escoria?!

Entre cada golpe las hojas brillaron rugiendo por el toque contra la otra espada, Bi-Chen golpeó ferozmente, sin darle tregua a la espada de Su She, quien siguió molestando.

―Dime, ¿Cómo lo conociste? ¿realmente lo conociste en tus tiempos como estudiante de quince años? Eso explica porque aquel bastardo estaba tan idiotizado por un omega cuando fue a estudiar a Gusu Lan.

Su Minshan no pudo evitar reír.

―Todo el mundo hablaba de cómo Wei Wuxian se había enamorado de un omega por esos tiempos, pero pocos hablaban de la verdad. ¡Pocos decían que el omega del que se enamoró era de Gusu! ¡Que eras tú!

...

¿Qué?

―Dime, ¿Cómo lo sedujiste? ¿Es cierto eso que se veían por una abertura en la muralla entre alfas y omegas? ¿Le diste cartas subidas de tono?

...

¿De qué estaba hablando?

―No, tal vez lo sedujiste con algo más para que un tipo tan desvergonzado como ese cayera a tus pies. Después de todo, con esa maldita expresión muerta y ese carácter de mierda que tienes posiblemente encontraste una manera de que el pasara por el límite y te follara.

Lan Wangji no sabía cómo procesar sus palabras.

Entre aquellas frases desagradables miles de preguntas se formaron en la mente de Lan Wangji.

¿Conocerse en los tiempos de juventud cuando tenían quince años? ¿Enviarse cartas a través del muro que dividía a alfas de omegas? ¿Wei Wuxian estaba enamorado de él desde ese entonces?

"―... no sé si lo sepas, Lan Wangji, pero este gege estudió en Gusu Lan"

―Seguramente fue así como lo atrapaste, ¿Qué podría ser más interesante de ti que follarte?

"―... eh, Lan Zhan, si tu hogar no dividiera a los tres géneros, ¿Qué hubieras hecho si tú me hubieras encontrado? Imaginemos, una noche después del toque de queda y dos jarras de Sonrisa del Emperador"

¿Desde cuándo?

¿Desde cuándo lo amaba Wei Wuxian?

Lan Wangji siempre se preguntó eso, pero...

―Así que es cierto, la maldita perra Lan nunca se casó virgen, pero tu virginidad si fue tomada por el alfa que tuvo las agallas de montar una mierda tan rígida como tu antes que cualquiera.

Wei Ying.

Wei Ying.

―Realmente debió valer la pena para que Wei Wuxian siguiera tan obsesionado contigo para aceptarte con el hijo de tu lujuria con Wen Chao y aun así fingiera venganza y matara a los alfas que sedujiste. A menos que... ¡A menos que en realidad esa mierda tuya ahí huela a sol porque en realidad Wei Wuxian es un hijo bastardo de Wen Ruohan!

...

¿Cómo se atrevía a decir algo como eso?

Wei Ying jamás sería hijo de Wen Ruohan.

Wei Ying era en realidad hijo de...

―¡Así que es así! ¡No solo sedujiste a los hijos legítimos de esa mierda! ¡También te metiste con el hijo ilegitimo de ese viejo! ¡Eres una verdadera ramera, Lan Wangji! ¡Tan ramera como Wang Tanlan para abrirle las piernas a grandes dominantes, pero tan quisquilloso para abrirme las piernas a mí!

La diestra de Su Minshan se aferró a la muñeca de Lan Wangji, apretando con fuerza.

Los niños no podían venir. Este tipo había mandado la suficiente gente para entretenerlos y Xiao Xingchen se había perdido del campo de visión de Lan Wangji. Solo quedaban ellos dos y ese hombre declaró.

―¡Pero nunca más me rechazarás! ¡Vendrás conmigo y aprenderás quien es el que manda! ¡Aun si tengo que follarte hasta que aprendas!

Y Lan Wangji tuvo suficiente de las estupideces de aquel hombre.

El brillo de los hilos que Lan Wangji había cuidadosamente enredado en el brazo de Su Minshan mientras peleaban se apretó con fuerza.

Un simple destello de las cuerdas fue lo que Su Minshan pudo ver antes de que el grito desgarrador saliera de sus labios cuando la energía dorada pasó a las cuerdas y cortaron el brazo de Su Minshan desde su hombro. Llenando el piso de sangre y haciendo que Su Minshan cayera de rodillas al suelo.

Los ojos de Lan Wangji miraron fríamente al hombre, una gota de sangre había caído en su mejilla. Y sus palabras fueron tan crudas como la fuerza con la que pisó la mano del hombre antes de decir aquellas palabras.

―No estas calificado para hablarme.

Antes de enredarlo en cuerdas de asesinato contra una de las estatuas que protegían el edificio frente a ellos. Lo suficientemente fuerte para evitar que escapara, pero no demasiado para que llegara a cortarlo en pedazos.

Una barrera envolvió la estatua y a Su Minshan. Lan Wangji mando energía dorada que cristalizó como hielo en el hombro para evitar que se desangrara y con ello selló la barrera para que nadie intentara liberarlo.

Con aquello resuelto, Lan Wangji tomó su espada y devolvió su mirada al campo de batalla, por fin encontrando a Xiao Xingchen, quien peleaba contra un grupo de tres personas. Lan Wangji corrió hacia aquella escena. Cortando y luchando contra aquellos que se interponían en su camino.

Si iba a escapar, lo harían todos juntos.

La espada de Xiao Xingchen se batía a duelo contra los tres rebeldes, logrando un equilibrio perfecto de sus movimientos. La hoja golpeaba las espadas enemigas sin dudar, cansado de aquella situación había considerado que si no tenía otra opción tendría que matar a estas personas.

Los dedos de Xiao Xingchen temblaron ante aquella resolución, él no era como los tres niños del séquito Feng, el jamás se había entrenado en un hostil camino para ser un asesino. Realmente no quería matar a alguien, pero no le estaban dejando ninguna salida.

Entonces aquellas personas fueron eliminadas ante sus ojos sin que Xiao Xingchen pudiera ver de quien se trataba, hasta que alguien tiró de su muñeca desde atrás, haciéndole girar.

Y el verdadero terror se apoderó de Xiao Xingchen.

Esta persona era un alfa.

Sus ojos eran rojos como la sangre, su cara de finos rasgos estaba distorsionada por gestos toscos y desagradables en la cumbre de la locura. Era pequeño en comparación de otros alfas, su cabello era largo y negro como el ébano, con un extraño fleco que se asemejaba con el de Wei Wuxian.

Pero ese aroma a metal, peonias y rocío, esa asquerosa sonrisa tan familiar como el aroma a muerte y esa mano izquierda con una prótesis que cubría el vacío por aquel dedo faltante.

Esta desagradable persona.

¡Esta asquerosa y familiar persona!

―Te dije que vendría por ti algún día, Daozhang.

No era otro más que Xue Yang.

 

 

Lección del capítulo: No hagas enojar a la gente de Yiling Wei.

 

PEQUEÑO TEATRO DEL DRAGÓN

 

Suibian viendo lo que Lan Wangji está haciendo en este capítulo.

S: ¿Le cortaste el brazo?

LWJ: Hmn.

S: ¿A esas personas también?

LWJ: Hmn.

S: ¿Y la mayoría de lo que cortaste fueron brazos?

B: Eso es exagerado. También hay una que otra pierna y pie.

S: Dios, pero que demonios... ¡Eres muy bueno en esto, Pequeño Lan! Aunque creo que tienes una fijación con los brazos, los cortes fueron muy buenos. ¡Una perfecta calificación! Tenias que ser estudiante de Bichen*le da palmaditas en la cabeza*

LWJ: *Emocionado, pero tímido por los mimos* Hmn.

B: Te dije que Wangji era muy bueno.

 

 

Bienvenidos a YilingWei Corp

*Aparece un sonriente Suibian vestido con un traje corte sastre dando la bienvenida*

Bienvenidos a YilingWei Corp, donde hacemos un poco de todo.

En este lugar no nos importa tu casta, origen o status social. Mientras seas sincero y proactivo el trabajo es todo tuyo. Crezcamos juntos como una buena familia.

Recuerda, aunque la competencia puede no ser muy cordial en las afueras de nuestra agradable empresa, evita meterte en problemas. Se amable y un buen ejemplo que pueda dar una buena imagen para YilingWei Corp y las cosas funcionaran muy bien.

Sin embargo, si alguien descortés entra a nuestras instalaciones sin ser invitado recuerda siempre enseñarle educadamente el reglamento a través del medio que sea necesario usar dependiendo la situación.

Cada uno de nuestros pisos tiene una pequeña bodega cuidadosamente surtida desde el quitamanchas más simple, hasta los instrumentos químicos necesarios para quitar grandes manchas de sangre o rastros de carne.

Recuerda, en YilingWei Corp somos personas civilizadas y organizadas. Si tienes que cortar carne procura hacer cortes limpios y precisos. El asesinato brutal a los intrusos está permitido. Pero no la carnicería que implique más trabajo que limpiar. Recuerda, un área de trabajo limpia y ordenada es un espacio armónico para todos.

En esta nueva gran familia puedes encontrar desde omegas que fueron criados para cuidar casas, hasta asesinos especializados en el área que llamados amigablemente "Exterminio de pestes". Cada uno de ellos ya ha sido entrenado para ser gentil y amigable con su familia.

Pero si alguien malvado se mete con su hogar tienen permitido el exterminio de las pestes hasta que no quede ni una sola con vida.

Por favor, se educado con ellos. Están haciendo un gran trabajo ayudando a YilingWei Corp en otras áreas como todos los demás.

YilingWei Corp se preocupa porque en cada área se tengan todas las armas necesarias para terminar con los intrusos. Desde armas blancas hasta armas de fuego letales. Cada piso de nuestras instalaciones tiene una cafetería perfectamente armada que abrirá sus puertas en alarma roja para iniciar el proceso de exterminio.

Nuestros maestros también están capacitados para resguardar a los cachorros del área de guardiera en caso de un atentado. Así que no te preocupes, si las escorias intentan entrar a esta área los maestros estarán listos para matar a cada una de estas ratas.

El deseo principal de YilingWei Corp es ayudar y proteger a los demás, buscando hacer de YuZhong un país mejor que pueda ver hacia el futuro :D

*Su rostro se oscurece, su sonrisa desaparece. Una mirada cruel decora sus ojos dorados*

Pero si te atreves a entrar a nuestro territorio sin permiso no esperes con vida... o entero.

*sonrisa amigable vuelve a aparecer*

En fin, eso es todo. Sean bienvenidos a nuestro nuevo hogar :D

 

 

 

Si la gente de Yiling Wei fuera un meme serian como ese cheems al que le dan un "BONK", mientras Wei Wuxian sería el perrito que les da el "BONK" cada que dan ideas sobre qué hacer con alguien suelta rumores sobre su emperador, intentan atacar el palacio o intentan casar a su amado Lan Wangji con un acosador llamado Su She.

Gente del Palacio Rojo ya bien hartas de los rumores: Nosotros golpearíamos y mataríamos a esas malas personas por usted, emperador. Por favor, ordénanos que castiguemos a Su She por ti. Si te preocupa el cuerpo sabemos donde esconderlo, pero déjanos actuar, Bixia.

Si Xue Yang no hubiera hecho ciertas cosas que ya sabemos y hubiera tomado otro camino. Tal vez le hubiera ido muy bien en Yiling Wei.

Pero bueno... *suspiro*

Notes:

Hola de nuevo!

¿Qué les pareció este capítulo?

Creo que no hay mucho que decir. Fuera de los mini teatros y demás en la gente del Palacio Rojo encontramos no solo la muestra de la moral gris de estas personas, sino también lo que son capaces de hacer por proteger el hogar que les recibió sin juzgar su pasado u origen.

Incluso si necesitan usar los viejos métodos que no han podido abandonar del todo sabiendo su situación.

Debo dar de una vez la advertencia que el siguiente capitulo será bastante fuerte en comparación con lo que ya hemos visto. Siendo que se sabrá que fue lo que pasó hace años atrás con Xiao Xingchen y el tiempo que pasó bajo las garras de Xue Yang.

Debido a los temas presentados puede que sea el primero de la temporada que presente censura, siendo la versión de Ao3 la que se libre de esto.

Sin mas que decir, agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el apoyo y amor que le han dado a este proyecto, así como su paciente este, me despido.

¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer!

Chapter 14: CAPÍTULO 8: OBSESIÓN

Notes:

¡ADVERTENCIA!

EL SIGUIENTE CAPÍTULO CONTIENE ELEMENTOS DE SECUESTRO, TORTURA, INTENTO DE SUICIDIO, ACOSO SEXUAL, ABUSO SEXUAL, USO DE DROGAS Y AFRODISIACOS SIN CONSENTIMIENTO, Y OTROS ASPECTOS DELICADOS.

POR FAVOR, PROCEDA CON PRECAUCIÓN.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Enlaces del capítulo en otras plataformas: 

Wattpad: https://www.wattpad.com/1261491647-el-omega-y-el-emperador-segunda-parte-fanfic

POR FAVOR, PROCEDA CON PRECAUCIÓN

 

Xiao Xingchen recordaba ese maldito día como si fuera ayer.

Todo había iniciado con ese caso de asesinatos que Song Lan y él habían ido a investigar.

La ciudad Yang había sido atacada. Al parecer no se trataba de algo sobrenatural, sino más bien un criminal alfa que había atacado por razones desconocidas.

Era demasiado sospechoso para dejarlo pasar. Así que ambos habían trabajado duro para poder encontrar la verdad tras aquello, algo que había iniciado desde el asesinato de Chang Cian, así como el asesinato de todo el clan. Había sido tan despiadado que había matado incluso a los niños y las personas mayores.

Entonces aquel individuo apareció y luchó contra ellos.

Xiao Xingchen ya tenía experiencia con lo tramposa que a veces era la gente que tenía pocos escrúpulos como esta persona. Sin embargo, no previo que la pañoleta que ese alfa portaba cayera y le mirara de esa extraña manera.

Sus ojos eran de un rojo brillante como la sangre, posiblemente se debía al cultivo demoniaco. Su cara tenía rasgos bastante finos para tratarse de un alfa, su estatura tampoco era como se suponía que debía ser.

Pero su aroma dejaba en claro que esta persona era un alfa.

El mismo que tomó su muñeca buscando evitar que se apartara y le miraba de esa manera que le hizo sentir asfixiado.

―Eres muy lindo, Daozhang. Demasiado para un asqueroso mundo como este.

Gracias a Song Lan quien se interpuso entre ellos, Xiao Xingchen pudo recuperar su muñeca y capturar a ese hombre.

Pero la desagradable sensación de su toque aun aterraba su corazón.

Eso había sido lo más desagradable que había sentido en toda su vida.

 Llevar a Xue Yang ante el Rey Jin Guangshan no fue difícil, simplemente explicaron la situación, expusieron las pruebas y tuvieron esperanza de que el Rey Jin hiciera justicia por las personas inocentes que habían caído bajo la cruel mano de Xue Yang.

Sin embargo…

―Estos saludan a su Alteza Real.

Debido a sus antiguas experiencias en ese tipo de situación, Xiao Xingchen sabía que Song Lan tendría que ser la persona que hablaría con el rey Jin. Xiao Xingchen le dio muchos ánimos, diciéndole que irían a comer su comida favorita cuando esto terminara.

Y haciendo lo que se suponía que debían hacer, ambos ofrecieron una reverencia ante Jin Guangshan mientras Song Lan los presentaba y hablaba sobre el caso.

―Este es Xue Chengmei, la persona que masacró al clan Chang Ciao y a varias aldeas, confiamos en que su Alteza Real hará lo correcto por las personas que Xue Yang privó de la vida.

Xiao Xingchen se sentía muy incómodo en ese lugar.

Podía sentir las miradas de los alfas curiosos e incluso indignados por la presencia de un omega en el área de alfas. Incluso podía sentir la molestia en el aroma de Song Lan cuando fue clara la forma extraña en que Jin Guangshan repasaba su figura desde la cima de su trono una y otra vez.

Pero cuando Jin Guangshan trajo a un testigo y este rectificó su testimonio diciendo que Xue Yang no había hecho nada malo, las palabras de Jin Guangshan sorprendieron a Xiao Xingchen.

―Viendo que no hay pruebas suficientes y el testigo aclaró que todo fue un malentendido, supongo que no hay razones para incriminar a Xue Yang ni castigarlo por algo que no hizo. Por lo que el clan Jin le ofrecerá otra oportunidad.

Eso fue suficiente para Xiao Xingchen.

―Disculpe, Su Alteza Real­.

Xiao Xingchen inició, llamando la atención de los alfas que le miraron aún más indignados y el rey que le miró como si hubiera hecho algo malo. Xiao Xingchen no se dejó intimidar, continuando con sus palabras.

―Xue Yang ha cometido crímenes atroces en contra de personas inocentes arrebatándoles la vida sin piedad alguna. Sin embargo, ¿Por qué su Alteza Real está protegiéndolo?

Varios de los alfas en la sala reclamaron.

―Omega, ¿Quién te crees para cuestionar a nuestro rey?

―Sí, no tienes derecho ni siquiera de verlo a la cara, ¿Cómo te atreves a hablar sin permiso?

Una sola mirada de Song Lan fue suficiente para que esos alfas se callaran. Sin embargo, la molestia de Jin Guangshan era presente en sus viejas peonias.

Aun así, Xiao Xingchen prosiguió.

―¿Acaso los rumores sobre su Alteza Real son ciertos? ¿Su Alteza Real está interesado en el extraño cultivo de esta persona porque se parece al cultivo de los demonios celestiales? ¿Su Alteza Real está interesado en el cultivo demoniaco de Xue Yang porque podría ayudarle al emperador a hacer un trato con el Demonio del Resentimiento y la Venganza?

―Esas no son más que absurdas calumnias que han intentado ensuciar el buen nombre de este rey y sobre todo el nombre de su honorable Majestad Imperial, el emperador.

―Su Alteza.

―Y tú, deberías comprender mejor las reglas de este mundo si estás dispuesto a vivir en él.

Song Lan se puso frente a Xiao Xingchen, su voz sonó tan seria como siempre, pero el peso de sus sentimientos era claro.

―Su Alteza Real, Xingchen solo quiere que se haga justicia. Si Xue Yang es liberado será un peligro para el mundo, más si se le permite mayor poder entrando a Lanling Jin. Por favor, considere lo que eso significa.

―¿Te atreves a cuestionarme?

―No, le pido que por favor reconsidere lo que significa liberarlo. No solo por el mundo, sino también por el bien de Lanling Jin. Estamos en tiempos de guerra, permitir que haya más caos no sería bueno.

―Sea cual sea mi decisión es algo que ustedes no tienen permitido cuestionar, me da igual como está el mundo ahora. Eso es algo que a simples y pequeños cultivadores como ustedes no les importa.

¿Cómo podía decir eso?

Claro que les importaba. Y había especulaciones de que algo muy peligroso estaba pasando en los campos de batalla como en los Túmulos Funerarios. Incluso había especulaciones de que el Demonio del Resentimiento y la Venganza había logrado librarse de sus cadenas y había salido al mundo mortal.

Algo tan peligroso como Xue Yang libre en el mundo sería peor.

Sin embargo, Jin Guangshan continuó.

―Tú.―señaló a Xiao Xingchen―.Por si no lo recuerdas, este rey te lo recordara. Un omega no tiene derecho a hablar sin permiso, tampoco puedes levantar la mirada ante un alfa ni mucho menos creer que tienes derecho a cuestionar su juicio. Por esta vez lo dejare pasar, pero si llegamos a encontrarnos nuevamente, más te vale recordar tu lugar.

―¡Su Alteza!―inició Song Lan.

―Y tú.―señaló a su compañero.― Un alfa jamás, nunca debe permitir que su omega actúe de manera arrogante. Para ser un alfa estas olvidando tu posición. ¡Tú eres superior, él es inferior! ¡No permitas que tu omega se libre de la correa o el perro serás tú!

Song Lan quiso refutar aquellas palabras, pero Xiao Xingchen tiró de su manga y cuando sus ojos se encontraron, negó.

Eso fue suficiente para que Xiao Xingchen comprendiera la verdad.

En este mundo un omega era menos que un perro.

Incluso un perro tendría mayores derechos que un omega, como si los omegas no pudieran ser considerados personas.

Como si no fueran más que flores en un jardín que cualquiera tenía derecho a reclamar por el simple hecho de ser un alfa.

Y cuando ese criminal fue llevado por los guardias y se detuvo a su lado, Xiao Xingchen no pudo evitar temer de aquellas palabras.

―Daozhang, no te atrevas a olvidarme. Estamos destinados a encontrarnos nuevamente.

Y aquellas palabras fueron como una maldición, una que Xiao Xingchen subestimó demasiado.

Cuando el tiempo pasó y encontraron a A-Qing las cosas parecieron mejorar. Rápidamente se encariñaron con la niña y se adaptaron como una pequeña familia. Y Xiao Xingchen no pudo estar más feliz cuando Song Lan propuso la idea de visitar el templo en donde se había criado.

Xiao Xingchen se descuidó demasiado.

Más de lo que debía, más de lo que era correcto.

Aun cuando fue intencional, había sido una mala idea.

Xiao Xingchen solo había hablado con A-Qing, solo le había dado la noticia de lo que quería hacer.

―A-Qing, yo… estoy enamorado de tu Daozhang Song Lan.

―¡Lo sabía! ¡Yo tenía razón! ¡Amas demasiado a Song-Daozhang!

Xiao Xingchen no pudo evitar la vergüenza apoderándose de su rostro por aquellas palabras.

―¿Re-realmente es muy obvio?

―¡Claro que sí!

―Bueno, yo… he decidido confesarle mis sentimientos y he pensado que si él siente lo mismo que yo y… y nos vinculamos… A-Qing, ¿nos dejarías adoptarte?

―¡¿De verdad?!

―Hmn.

―¡Sí! ¡Si me gustaría ser su hija!

 Solo se trataba de eso.

De un omega nervioso que había mandado una carta a su amado, de un omega que deseaba compartir sus sentimientos con su persona amada. Una persona que deseaba casarse con su querido Zichen en el mismo templo en que Song Lan creció y que deseaba compartir con el cada sentimiento, cada anhelo.

Y sobre todo, cada deseo que había en su corazón por Zichen.

Sin embargo, el no previo lo que pasó después de eso.

Comenzó con una explosión.

El humo se apoderó del lugar, los gritos golpearon contra sus oídos. Y por más que quiso buscar a su hija y pelear la oscuridad lo atrapó por completo, cayendo en los brazos de alguien que por su aroma, para su desgracia no era Zichen.

Xiao Xingchen despertó en un extraño lugar.

Era sucio, olía a humedad y era muy desagradable.

Sus manos habían sido llevadas a su espalda atadas firmemente, al igual que sus piernas y pies que no podían moverse, presas de una gruesa cuerda roja que lo mantenía quieto en su lugar.

Xiao Xingchen intentó canalizar algo de energía espiritual o usar su misma fuerza para romperla, pero por alguna razón la soga que ataban sus extremidades era irrompible. Tenía mucho frio, se sentía mareado y su vista era borrosa.

Intentó llamar a alguien, pero su voz parecía demasiado débil para emerger de sus labios.

Estaba inmovilizado y atrapado en un lugar aterradoramente oscuro que era tan silencioso. Sin poder evitarlo Xiao Xingchen volvió a tener esa sensación que tuvo con ese delincuente cuando le dijo aquellas palabras.

Miedo.

Entonces lo escuchó.

―Daozhang, te dije que un día volveríamos a encontrarnos, ¿te han dicho que te ves muy lindo atado de esa manera?

El hombre se acercó a Xiao Xingchen, podía escuchar en cada segundo su voz siendo aún más maliciosa.

―Ni siquiera intentes escapar, esa soga que te ata se llama Cable de Vinculación Inmortal.  Es irrompible y bloquea tu energía espiritual. Ahora no eres más que un simple humano más, un omega a mi merced.

No.

No.

¡Necesitaba salir de aquí!

¡Necesitaba escapar!

Xue Yang se acercó a él,  sus manos acariciaron desde su pantorrilla hasta su cuello, apretando con fuerza ese lugar haciendo que Xiao Xingchen bajara aún más la cabeza.

Todos los sabían.

Ese lugar era especial, una de las herencias del pasado de su especie, herencia digna de los mamíferos.

Tal como pasaba con los depredadores mamíferos, los cachorros humanos habían heredado el reflejo natural de quedarse quietos cuando sus padres colocaban su mano sobre el cuello de sus hijos.

Era algo natural que hacía que los niños no solo se quedaran quietos, si este gesto provenía de un familiar o una persona de confianza, los niños reaccionarían naturalmente, permitiéndose cargar por ellos.

Sin embargo, tal como pasaba con sus ancestros felinos, este reflejo se perdía en la adolescencia. Volviéndose algo muy estresante y angustiante a menos que la persona que colocara su mano sobre su cuello fuera alguien de confianza.

Ya fueran motivos como lo era de proteger el cuello de un omega de la vista de otros alfas, intimidando a los alfas que le miraban. Una manera de calmar a la persona en cuestión o un simple gesto cariñoso en el día a día o en la intimidad de una pareja.

Y que un adulto desconocido o no, con malas intenciones y desagradable para la persona de abajo, se atreviera a sujetar a otro de esa manera, frotando sus glándulas aromáticas superiores de esa manera…

Solo podría considerarse como acoso sexual.

―Xue Yang.―siseó Xiao Xingchen completamente asqueado por su toque, haciendo todo de sí para esconder el terror que esta persona le provocaba.

―Daozhang, fuiste muy cruel conmigo en ese momento, culpándome frente a ese maldito y asqueroso bastardo Jin y despreciándome como si fuera una rata sucia.

Su mano bajo lentamente otra vez, acariciando su columna vertebral lentamente como el paso de una serpiente, solo consiguiendo que la repulsión dentro de Xiao Xingchen aumentara más de lo que nunca había sentido en su vida.

Cuando la mano de Xue Yang llegó a su cadera, Xiao Xingchen no pudo evitar paralizarse.

Zichen, ¿Dónde estaba Zichen?

Zichen, sálvame por favor.

―¡Suéltame! ¡¿Qué demonios crees que haces?!

La mano de Xue Yang se quedó ahí, acariciando lentamente los dos montículos de carne sobre la tela del pantalón ignorando los gritos encolerizados del omega en cuestión. Tomándose su tiempo para descubrir la forma de las curvas del trasero de Xiao Xingchen en movimientos circulares. Como si buscara crear una sensación agradable al omega que solo podía despreciar cada toque.

Cuando sus dedos se colocaron sobre el final de su columna vertebral delinearon la división entre ambas montañas, deleitándose con la forma en que lentamente bajaban. Hasta llegar al final del camino, deteniéndose antes de que sus dedos pudieran llegar al lugar en donde se escondía su intimidad.

No obstante, el terror ya había hecho que los ojos de Xiao Xingchen fueran decorados con el brillo de las lágrimas no derramadas.

¡Nadie le había tocado así en su vida!

Estaba demasiado aterrado.

Estaba en las manos de un loco.

―Realmente cruzaste la línea, Daozhang. Olvidaste que los omegas como tú no tienen derecho alguno de ser tan crueles con su destinado.

―¿Qué… estas diciendo?

Como si fuera un niño herido, Xue Yang continuó.

―Ves que eres muy cruel, ni siquiera puedes aceptar la realidad, lo que tú y yo sentimos en ese momento, que nuestros dedos están conectados por el hilo rojo del destino. Tú también lo sentiste, ¿no es así, Daozhang?, el golpeteo constante de tu corazón diciéndote la verdad. Pero es normal que no lo aceptes, debes sentirte demasiado tímido para aceptarlo.

―¡¿Qué tonterías estas diciendo?! ¡Tú y yo no estamos destinados! ¡Déjame ir en este momento!

Ya no había necesidad de ser amable, esta persona ya había cruzado el límite de su paciencia.

―Daozhang, realmente eres un mentiroso. Pero no tienes que preocuparte, yo sé que tú y yo estamos conectados, ambos sentimos lo mismo. Y sé que tú también lo sientes.

―¿Dónde está Song Zichen? ¿Qué le hiciste a Song Lan? ¡¿Qué le hiciste al templo Baixue?!

―¿Hmn? ¿Por qué estás hablando de este tipo, Daozhang? Sera mejor que te olvides de él, estamos muy ocupados en lo nuestro. Dime Daozhang, ¿te gusta mi aroma? ¿es irresistible? ¿es un aroma digno de un alfa?

―¡¿Dónde está Zichen?! ¿Qué fue lo que le hiciste?

―Sabes, mi alfa jamás se había interesado en un omega hasta que te conocí, fue algo interesante sentir placer por otra cosa que no sea eliminar a mis enemigos. ¿Quién pensaría que el simple hecho de pensar en ti era tan satisfactorio que podía superar eso?

¡¿Qué tonterías estaba diciendo?!

Tenía que salir de aquí.

―¡¿Dónde está Zichen?! ¡Responde ahora!

Y Xue Yang enfureció.

―¡¿No sabes decir otra cosa que no sea eso?! ¡Zichen! ¡Zichen ¡Zichen! ¡¿Qué tiene ese tipo para que solo digas su nombre y no el mío?!

―¡Que él no me está reteniendo a su voluntad como tu lo estas haciendo! ¡Suéltame! 

Xue Yang soltó un suspiro profundo, buscando calmarse y habló solo.

―Tranquilo ,tranquilo. Tu omega solo esta hechizado, solo debes romper el hechizo y se olvidará de ese tipo. Sí, cuando lo haga entenderá que tú eres su alfa y podrás marcarlo.

Xiao Xingchen no podía más que temer por Song Lan y A-Qing.

¿Qué les habrá hecho ese canalla?

―No tienes que preocuparte más por ese tipo, Daozhang. Ahora estás conmigo, tal como debe ser, tal como es. Yo soy tu alfa y tú eres mi omega. Uno que fue hechizado por ese tipo, pero no te preocupes, yo te ayudaré a volver a tu verdadero yo y tú me ayudaras a ser mi verdadero yo.

Eso solo fue el comienzo de la desgracia de Xiao Xingchen.

Cada mañana Xue Yang lo despertaba para hacerlo beber un líquido asqueroso que solo podía hacerle devolver el estómago.

Con el paso de solo tres días, Xue Yang había aprendido a llevar consigo otro cuenco y obligarlo a beber cuando estaba muy cansado para intentarlo de nuevo. Solía fingir ser un dulce y adorable muchacho. Sin embargo, Xiao Xingchen aprendió que si lo hacía enojar Xue Yang aumentaría las dosis de la droga que le hacía imposible moverse.

Todos los días, Xue Yang le llevaba comida que Xiao Xingchen se veía obligado a comer en ese extraño y retorcido juego de Xue Yang. Como si en realidad fueran un par de amantes coqueteando en una linda vida doméstica.

Aunque las primeras veces, Xiao Xingchen había intentado refutar la idea de seguirle el juego, cuando comprendió que la mente de esa persona era bastante retorcida, Xiao Xingchen decidió ser obediente para poder sobrevivir.

Debía encontrar una forma de poder descubrir el verdadero paradero de Zichen y A-Qing, el de su espada y encontrar una manera de escapar de esta persona.

Dormir era casi imposible.

Xiao Xingchen se sentía tan cansado, pero tan aterrado para lograr siquiera dormir sabiendo que ese tipo siempre se abrazaba a él todas las noches. Atando una especie de cuerda demoniaca que descendía de la muñeca de Xue Yang hasta a uno de sus tobillos.

Sin embargo, Xiao Xingchen fingía dormir para que ese tipo no interrumpiera sus pensamientos molestándolo con sus acosos.

Quería descubrir algo en particular, algo que le había llamado la atención.

Y justo como los sospechó, Xiao Xingchen descubrió que en realidad la droga que lo mantenía débil y la que Xue Yang le daba en los cuencos era diferente.

Cuando Xiao Xingchen “dormía” Xue Yang se quedaba a su lado.

A veces acariciaba su cabello, como si fuera algo preciado, en otras ocasiones sus dedos trazaban el contorno de su rostro, bajando por su cuello. Deteniéndose en sus clavículas para solo volver a avanzar hasta llegar a su corazón.

―¿Por qué te resistes tanto? ¿Por qué la droga no funciona? Los cuencos que te he dado han sido administrados en las dosis correctas. Aprendí a hacerlo correctamente; soy bueno en eso. Entonces, ¿Por qué no simplemente dejas de pensar en ese tipo y me miras a mí?

Cuando se cansó de mirar su rostro, los dedos de Xue Yang volvieron a moverse, en ningún momento Xiao Xingchen olfateo almizcle. Pero Xiao Xingchen no era tonto, él sabía mejor que nadie que era lo que este hombre quería hacerle.

Y entonces sus dedos se detuvieron sobre la piel de su vientre, justo a la altura de su útero.

¡No!

¡Aleja tu mano de ese lugar!

¡No me toques!

―Pero un día lo olvidarás y serás completamente mío. No tienes que preocuparte, no te forzaré. Serás tú mismo quien se entregará a mí y cuando lo hagas te marcaré como lo que eres. Mi omega.

La mano se apartó de la piel de Xiao Xingchen. El corazón del omega latió acelerado lleno de terror por aquellas acciones.

Sin embargo, los lirios de Xiao Xingchen se mantuvieron cerrados tal como había aprendido. No permitiría que esta persona descubriera que estaba despierto.

No expondría su corazón cuando podía haber una manera de escapar.

Entonces sintió un piquete.

Fue como el toque de un insecto. Tan impredecible que sorprendió a Xiao Xingchen cuando la aguja se clavó en su brazo derecho. La sensación del metal frio ingresando a su cuerpo no se comparó con la extraña sensación del líquido que entro en su vena mezclándose con la sangre.

El dolor corrosivo le hizo entender que estaba siendo inyectado y que ese liquido era una droga por la extraña sensación de adormecimiento en su brazo. El curioso aroma a hierbas y algo parecido a la sangre en el ambiente le preocupó.

Y Xue Yang volvió a hablar.

―Sin embargo, no puedo permitir que puedas levantarte y escapar. Esto mantendrá tu cuerpo relajado como siempre, pero supongo que tendré que aumentar la dosis de los cuencos. Me queda poco tiempo, pero voy a conseguir mi objetivo.

Y fue ahí cuando Xiao Xingchen lo comprendió.

Lo que ese hombre le inyectaba era un sedante, mientras lo que tomaba era el verdadero problema que estaba haciendo que últimamente su cuerpo se sintiera algo adolorido; sensible.

Como si en realidad…

Xiao Xingchen temió la sola idea de pensarlo.

Sin embargo, Xue Yang no estaba de acuerdo con la idea de que lo olvidara.

No cuando las dosis aumentaron, nuevas inyecciones de un líquido extraño color rojo aparecieron sin importar si estaba despierto y Xiao Xingchen vio con terror que su celo se estaba acercando.

Estaba cansado, muy cansado. Pero sobre todo, se sentía muy caliente.

Su vientre dolía demasiado, como si una serie de contracciones y cólicos lo atacaran en una batalla que Xiao Xingchen no estaba destinado a ganar.

Su piel se comenzó a erizar con facilidad, como si dedos de invierno tocaran su piel en medio otoño. Rozando tentativamente contra sus glándulas aromáticas y jugueteando con cada línea de su cuerpo.

Sin embargo, después de que aquel frio pasara, el rastro de su andar dejaba líneas de fuego ardiente sobre su piel, abriendo sus poros y haciendo que Xiao Xingchen se sintiera aún más sofocado de lo que alguna vez se sintió en su vida.

Dolía, dolía.

Dolía demasiado.

El dolor en su vientre solo aumentaba como las dosis de los medicamentos, la razón lentamente se esfumaba de la cabeza de Xiao Xingchen. Como si creciera irracionalmente al punto de estar a nada de explotar como si fuera un volcán.

¡Dolía!

¡Dolía!

¡Dolía!

Cuando la razón desapareció, Xiao Xingchen hacia todo de sí para rechazar los cuencos de medicamento. Tirándolos entre lágrimas y gritos que solo hacían enojar a Xue Yang cuando tiraba el segundo cuenco.

Y fue ahí cuando descubrió como era Xue Yang cuando se enojaba.

Inició con un corte, con otro, con uno más.

La navaja que Xue Yang siempre traía consigo pasó su filo suavemente sobre la tersa piel del omega, como si buscara acariciar cruelmente mientras atravesaba, desgarrando cada capa de la piel, pero sin profundizar.

Como una serpiente que simplemente se paseaba sobre la carne juguetonamente trazando líneas largas.

Cortando con una navaja su piel que jamás había sido herida por nada, Xiao Xingchen no podía hacer otra cosa más que gritar desesperado.

―¡ZICHEN! ¡A-QING! ¡ZICHEN! ¡SÁLVENME! ¡AYÚDAME!

―¡DEJA DE LLAMARLO! ¡CÁLLATE! ¡ÉL NO VENDRÁ POR TI! ¡ESE TIPO YA ESTÁ MUERTO! ¡YO LO MATÉ! ¡AL IGUAL QUE ESA MALDITA NIÑA QUE CUIDABAS! ¡TODOS ESTÁN MUERTOS, XIAO XINGCHEN! ¡TODOS HAN MUERTO Y ESO ES TU CULPA! ¡¿CÓMO ESPERAS SALVAR AL MUNDO SI NO PUEDES SALVARTE NI A TI MISMO! ¡TODO ES TU CULPA! ¡NADIE TE SALVARA, XIAO XINGCHENG! ¡NADIE!

―¡NO ES CIERTO! ¡NO ES CIERTO! ¡ESTÁS MINTIENDO!

No era cierto.

No podía ser cierto.

Zichen estaba vivo.

Zichen lo salvaría.

¡ZICHEN VENDRÍA!

¡APRESÚRATE! ¡POR FAVOR, APRESÚRATE!

¡SÁLVAME!

Pero Xue Yang no se detuvo.

Por el contrario, cuando la piel sobre sus muslos se vio completamente llena de cortes estos se extendieron al resto de la piel. Cortando sobre las espinillas, los muslos internos.

Subiendo por los brazos, cortando una y otra vez sobre la fina piel que lentamente se lleno del rojo de heridas que eran obligadas a cicatrizar feamente sin posibilidad alguna de desaparecer.

Cuando las heridas decoraron su pecho Xue Yang lentamente fue bajando hasta que un día tras hacer una herida sobre su vientre, a nada de su miembro Xue Yang pregunto con una aterradora sonrisa.

―Daozhang,  ¿Qué pasa si hago un corte más abajo? Si no soy cuidadoso terminare cortando tu pene, ¿eso te gustaría?

―¡No lo hagas! ¡Déjame en paz! ¡Deja ese lugar en paz!

―Eres un omega, los omegas no necesitan penes, Daozhang! Debo cortarlo. ¿O no debo hacerlo? Lo omegas o necesitan penes, los omegas son mascotas al servicio de los alfas. Tu eres mi omega, naciste para que te monte, para que te crie. ¿Por qué dejarte eso?

La navaja bajo lentamente hasta estar a nada de la base de su pene, la parte sin filo acaricio suavemente el miembro mientras la sonrisa de Xue Yang brillaba. La locura desfilaba en su mirada, perdido en sus propios pensamientos mientras los gritos de Xiao Xingchen fueron inevitables.

―Porque las zorras no merecen sentirse igual que los alfas.

―¡Por favor, te lo imploro! ¡Déjame en paz! ¡No me quites eso!

Y entonces una risa alegre se escuchó mientras el cuchillo se alejaba de Xiao Xingchen.

―¡Jajajaja tu cara! Es una broma, Daozhang, no te asustes. Eres un buen chico. No veo porque quitarte esto, seguramente dolería demasiado. Mas que cualquier cosa en el mundo… ¡Así que relájate, tu pequeño amigo nos acompañara por siempre justo en el lugar donde floreció.  

Xiao Xingchen no creyó en absoluto sus palabras aun si nunca más apunto su navaja a ese lugar.

Cuando Xue Yang se había aburrido de los cortes, la piel de Xiao Xingchen ya era un mapa de imperfecciones indescriptibles que Xiao Xingchen no deseaba ni mirar.

El alfa no permitió que ninguna herida se infectara, actuando aterradoramente preocupado como si en verdad lamentara sus acciones. Pero Xiao Xingchen podía ver la mentira brillando en sus ojos.

Podía ver la diversión.

Podía ver el placer.

Cuando Xue Yang tuvo una nueva idea aquel hombre encontró su placer en torturarlo.                        

La primera vez que Xue Yang lo sentó en aquella silla completamente desnudo, Xiao Xingchen tuvo miedo.

Era la primera vez que ese hombre lo desnudaba por completo. Sin embargo, el miedo tomó un rumbo más oscuro cuando ese hombre lo ató a la silla, calentó la hoja de su espada y golpeó su pierna derecha con la hoja ardiendo brillante como la lava.

―¡AAAAAAAAAAH!

El dolor fue tan insoportable para sacar lágrimas de los ojos de Xiao Xingchen, la hoja se mantuvo en aquel lugar marcando su piel, el olor a quemado lo llenó de náuseas y el miedo aumentó en su corazón cuando pudo olfatearlo.

Almizcle.

Los ojos de Xiao Xingchen se levantaron con terror hacia el rostro de Xue Yang cuando detectó el aroma de la advertencia del deseo de un alfa, solo para encontrar el rojo del placer brillando en los ojos de Xue Yang.

―Ese fue un grito maravilloso, Daozhang.

Xiao Xingchen solo pudo temer cuando aquel hombre calentó la hoja de la espada nuevamente. Siendo esta vez su pierna izquierda la que recibió el golpe.

―¡AAAAAAAAAAH!

―Ah, tu voz es tan buena, mejor que la de cualquiera. ¿Quién lo diría? Eres una belleza tan impresionante que lograste que en verdad esto fuera mucho más excitante que la idea de follarte de una vez. Creo que tú y yo nos divertiremos mucho con esto.

Como si se tratara de un juego, Xue Yang continuó con aquello.

Cuando se aburrió de marcar y golpear su piel con la hoja de su espada prosiguió a conseguir más cosas de metal que pudiera quemar.

A veces colocaba todo metal encontrado en una olla de cobre y lo calentaba hasta que este se fundía en un brillante liquido anaranjado y colocaba la olla sobre sus piernas desnudas.

―¡AAAAAAAAH!

Los gritos eran inevitables mientras sentía como el metal fundido cocía la carne de sus piernas hasta que Xue Yang creía que era suficiente y con la energía resentida a su cargo retiraba todo para proceder a hacer nuevamente lo mismo en otra zona.

En otras ocasiones solo colocaba la olla caliente sobre sus piernas por unos segundos como si escucharlo gritar por el dolor fuera placentero.

Y al igual que hizo con las heridas de cortadas, Xue Yang comenzó a darle medicamentos especiales que ayudaron a cicatrizar a una velocidad que lo asustó de sobre manera.

Cuando el valor y la dignidad de Xiao Xingchen se quebraron, ya no hubo necesidad de castigarlo para Xue Yang y ahora solo dejaba la cuerda algo floja que ataba su tobillo. En esa cama de paja que solo tenía una sábana sucia para mantenerlo caliente por la noches.

Y las únicas razones por las que Xue Yang lo molestaba era para darle de comer o hacerle beber aquellos cuencos de asqueroso sabor.

Xiao Xingchen ya no peleaba, sus ojos opacos parecían ser objetos carentes de vida, sus manos atadas por las cadenas ya no intentaban pelear. Sus pies ya no intentaban levantarse con la esperanza de correr y escapar.

Xiao Xingchen ya no intentaba nada.

Ni siquiera cuando Xue Yang lo liberó de aquellas cuerdas y cadenas.

Los medicamentos ya lo habían llevado al límite de su propio cuerpo, Xiao Xingchen ya no sabía distinguir los días ni las semanas, las noches y los días se veían tan similares. Aunque el aroma de Xue Yang le seguía dando tanto asco como siempre, las náuseas desaparecieron.

Entonces su celo llegó.

Y fue como haber caído en el mismísimo infierno.

El calor era tan aterrador que Xiao Xingchen sentía que estaba siendo cocinado vivo. Ardiente como un incendio, doloroso como las torturas de Xue Yang sobre su cuerpo.

Cociendo, cortando, carcomiendo.

Destruyendo cada instinto de mantener al menos un poco de orgullo.

Hasta que Xiao Xingchen ya no pudo más.

―Ayuda… ayúdame.

Xiao Xingchen estaba tirado sobre el futón de paja, sus ojos perdidos sin brillo parecían los de un muerto, su piel se veía mucho más blanca de lo que eran en realidad. Aunque no había perdido peso su cuerpo se veía tan frágil, como una delicada hoja de arce que estaba a nada de caer del árbol del que ya no podía sostenerse.

Era una imagen lamentable, el lugar descuidado con el aroma de la suciedad, los deshechos en la bacinica que Xue Yang le obligaba a usar sin permitirle ni siquiera algo de privacidad para ello. Y su cabello negro estaba tan enredado y descuidado que si alguien lo viera jamás pensaría que ese omega era un cultivador y no un vagabundo moribundo.

Era una imagen lamentable.

Pero jamás para Xue Yang.

Xue Yang miró con curiosidad al omega, como si se tratara de un lindo chico inocente y gentil. Su voz fue asquerosamente suave como un caramelo.

―Daozhang, ¿Qué ocurre?

―Ayuda… ayúdame… por favor… ayúdame

―¿Cómo quieres que te ayude Daozhang? Yo realmente no te entiendo.

Xiao Xingchen tampoco lo entendía.

No sabía que era lo que quería.

O tal vez lo sabía, solo que le aterrorizaba la sola idea de pensarlo.

―Ayúdame… a morir.

Y la sonrisa de Xue Yang se apagó.

―… ¿Qué dijiste?

―Ayúdame… a morir.

―Cállate.

―Déjame morir.

―¡Cállate!

―Mátame… por favor.

―¡CÁLLATE!

Dolía, dolía mucho.

Si realmente Song Lan y A-Qing habían muerto Xiao Xingchen quería ir con ellos.

Quería ir con su familia.

―Por favor.

―¡SOLO CÁLLATE!

―Mi cuerpo… ya no sirve como debería… Duele mucho… duele demasiado… Quiero morir… ayúdame a morir.

―¡NO HARÉ ESO! ¡NO TE MATARÉ! ¡NO MORIRÁS!

A través de la furia Xue Yang arrojó aquella navaja que siempre llevaba consigo y la misma con la que estaba cortando manzana, la navaja chocó contra la piedra de la chimenea, quedándose en el marco de esta.

Las lágrimas cayeron del rostro de Xiao Xingchen, bajando como solitarias gotas sobre fino jade que ya había sido roto en su interior.

Xue Yang se puso de pie y caminó a la puerta listo para salir. No sin antes girar su vista hacia él.

―Mas te vale quedarte donde estás, no es como si pudieras salir.

Y Xue Yang se fue con el golpe de la puerta.

Pasaron unos minutos, el silencio se apoderó de la casa y Xiao Xingchen siguió en su lugar como siempre.

Aun en medio de su resignación, algo brilló en Xiao Xingchen. Una idea aterradora que el Xiao Xingchen del pasado hubiera despreciado aterrado como si de la peste se tratara.

Pero ahora, con la mente perdida, su dignidad pisoteada en los suelos y el corazón roto, Xiao Xingchen vio algo frente a él.

Una hermosa luz tan cálida como el sol, dulce y gentil como en los más hermosos paraísos. Y tan reconfortante que hizo que Xiao Xingchen incluso pudiera tener algo de fuerzas en sus muñecas y lograra levantarse ante la linda imagen frente a él.

Era un hermoso campo verde y rebosante, el campo estaba decorado con miles de flores, las nubes eran tan blancas sobre el cielo azul.

Y ahí, en el fondo había un árbol y a lado del árbol estaba un mantel. Sobre el mantel descansaba una canasta y a lado de la canasta estaban ellos.

Eran Song Lan y A-Qing.

Eran su Zichen y su tierno bambú.

―Xingchen.

―¡Bába! ¡Ven! ¡A-Die preparó los dulces que te gustan!

Bába, sonaba muy bien ser llamado Bába, se sentía muy bien. Pero las tibias lágrimas que cayeron sobre su rostro eran tan dolorosas como recordar que tal vez esto era la evidencia de que Xue Yang no le había mentido.

Su Zichen, su A-Qing.

Su familia estaba muerta y Xiao Xingchen tenía la culpa de ello.

Todo era su culpa.

¡Su culpa!

―Xingchen, ven con nosotros.

¿Ir con ellos?

Si, tal vez la hora había llegado.

Con toda la fuerza que Xiao Xingchen pudo reunir gateo sobre el catre, arrastrando sus piernas como si una fuerza que no sabía que tenía apareciera. Llegando al punto en que el catre terminaba encontrándose con la vista del suelo, sus palmas se presionaron contra la superficie. Avanzando entre la suciedad y el frio suelo.

Los ojos de Xiao Xingchen miraron un lugar en especial, la mesa en donde Xue Yang había estado cortando conejos de manzana que ahora estaban abandonadas sobre un plato.

Pero ese no era el objetivo de Xiao Xingchen, sino más bien aquel objeto brillante que Xue Yang furioso había arrojado contra el fuego y milagrosamente no había caído exactamente en las llamas.

Metiendo las manos en la chimenea Xiao Xingchen lo buscó en los escombros. El calor del fuego ya no dolía como antes lo hubiera hecho, su cuerpo ya tenía una alta resistencia al dolor, por lo que haría más fácil lo que estaba a punto de hacer.

Con el cuchillo aun algo caliente entre sus dedos una leve sonrisa decoró los labios de Xiao Xingchen.

Su diestra intentó probar su fuerza, necesitaba hacer un esfuerzo para conseguir su objetivo. Cortes horizontales, se dijo a si mismo en su mente. Contar directamente sobre las venas. Desgarrar la vena de su pulso. Olvídate de los tendones o no podrás dar el golpe final.

Xiao Xingchen tenia miedo, mucho miedo. Pero Xiao Xingchen había tomado su decisión.

Estaba a un solo paso para volver con su familia. Tenía una única oportunidad para terminar con aquella pesadilla y ser libre de estas cadenas.

Xiao Xingchen respiró, una y otra vez aumentando la velocidad de su respiración hasta que su pulso se aceleró y su mano tomó firmemente el arma.

Entonces Xiao Xingchen hizo el primer corte.

Xiao Xingchen mordió sus labios, las lagrimas salieron sin querer. Se sentía arrepentido de lo que había hecho, pero sabía que era la única manera de escapar.

Con mayor valentía Xiao Xingchen hizo otro corte. Una y otra vez buscando no lastimar los tendones.

Dolía, dolía demasiado pero no planeaba detenerse.

En algún momento pasó el cuchillo a la otra mano. Con mayor valentía hizo varios cortes hasta tocar la vena latiente de su pulso. Xiao Xingchen no sabía si había logrado cortarlo.

No había tiempo. Tenía que acabar con todo.

Sin desear esperar más, temeroso de que Xue Yang volviera en cualquier momento, Xiao Xingchen tomó aquel cuchillo con ambas manos. Necesitaría fuerza suficiente para un corte profundo, sus temblorosas manos se aferraron a aquel objeto hasta que los temblores se detuvieron y el objetivo estaba listo para ser atacado.

Y Xiao Xingchen llevó ese cuchillo directamente contra su yugular.

La hoja logró hacer un corte directo, la sangre cayó descuidadamente manchando las túnicas interiores de Xiao Xingchen. Sin embargo, no fue tan fuerte como había deseado.

Porque alguien ya había detenido sus intenciones.

―¡¿QUÉ CREES QUE ESTAS HACIENDO?!

Era Xue Yang.

El hombre le quitó la navaja y uso el vendaje que traía siempre en uno de sus antebrazos para envolver su cuello y muñecas. Tomó de algún lugar una sábana desgarrando varios trozos que uso como vendas presionando fuertemente para detener el sangrado. Rápidamente envolvió el cuello y colocó algo desconocido sobre su cuello.

Xiao Xingchen pensó que tal vez era un talismán por la forma rápida en que la herida fue presionada evitando que sangrara más.

Xue Yang tiró de su cabello y lo echo nuevamente sobre el catre, mientras buscaba con urgencia aquella bolsa de qiankun que guardaba los medicamentos que usaba con él.

Sus palabras estaban llenas de pánico.

― ¡¿QUIÉN TE DIJO QUE PUEDES MORIR! ¡NO TIENES DERECHO A MORIR! ¡JAMÁS LO TENDRÁS! ¡ERES MÍO, RECUÉRDALO MUY BIEN! ¡NO ME DEJARÁS! ¡TÚ NO! ¡NO TE IRÁS Y YO JAMÁS PERMITIRÉ QUE EL ABANDONARME SEA UNA OPCIÓN PARA TI!

Xiao Xingchen solo pudo cerrar los ojos, llenos de lágrimas por su fracaso. Llorando lamentablemente entre gritos y gemidos sintiéndose el ser más miserable del mundo.

¿Dónde estaba el cultivador que salió de la Montaña Divina con el deseo de salvar al mundo?

Se suponía que él era un cultivador fuerte y capaz, entonces, ¿Por qué no podía escapar?

¿Por qué nadie venía a salvarlo?

¡¿Por qué era tan inútil que no podía ni acabar con su miserable vida?!

¡Quería morir!

¡Necesitaba morir!

¡POR FAVOR!

¡POR FAVOR!

¡ALGUIEN MÁTEME POR FAVOR!

Cuando Xiao Xingchen despertó una venda blanca obstruyo su visión.

Xiao Xingchen estaba acostado boca arriba, su cuello seguía vendado, nuevamente no podía moverse. Estaba completamente inmovilizado por una serie de talismanes que no estaban dispuestos a dejarlo mover ni un solo dedo.

La idea de intentarlo de nuevo era imposible esta vez.

Y Xiao Xingchen no pudo evitar llorar al entender lo que eso significaba.

Entonces una voz se escuchó.

―Tu realmente me asustaste demasiado, ¡¿entiendes que por poco mueres?! ¿Qué te hace pensar que permitiría que me dejaras? Quise ser bueno contigo, intenté tratarte bien. ¡Creí que al fin nos habíamos comprendido! Pero veo que me engañaste, ¡tú también me engañaste! Ya no puedo ser bueno contigo, no otra vez. No lo mereces.

Las dosis de la droga solo aumentaron al punto de atragantarse, no había manera de escapar de Xue Yang. Xiao Xingchen había desperdiciado tontamente su única oportunidad cuando la tuvo.

Si no hubiera sido tan débil, si sus brazos hubieran sido más fuertes y hubiera sido más rápido ahora estaría con su familia.

Sin embargo, estaba aquí. A merced de un loco y sintiéndose cada día peor por esos malditos medicamentos.

Entonces ese día fatídico llegó.

―Has sido muy malo conmigo, Daozhang. Yo quise ser bueno contigo pero no me has dejado otra opción. Ya que el suero y las pequeñas dosis de afrodisiacos no están funcionando tendremos que hacer esto por la fuerza.

Nuevamente Xiao Xingchen sintió un pinchazo, el líquido entró por su sistema y Xiao Xingchen solo pudo quedarse quieto gracias los talismanes, mientras Xue Yang continuaba.

―Lo que ahora está entrando en tu cuerpo es algo diferente que lo que has tomado, te sentirás muy caliente y necesitarás que un alfa te tome, pero has sido malo. Así que tendrás que soportar esto tu solo hasta que tenga ánimos de montarte.

Espera.

No.

¡No me hagas esto!

¡No me humilles más!

El calor insoportable volvió nuevamente a su cuerpo. El dolor sobre su vientre se sentía como enredaderas que perforaban la piel. Saliendo como una mala hierba que se extendía por las extremidades de su cuerpo, marcado por las sensaciones desagradables de una infinita necesidad.

Cada poro se abrió, cada vello se erizó y Xiao Xingchen no podía más que llorar lleno de impotencia.

Quería que esto terminara.

Quería que ese hombre lo dejara en paz de una buena vez.

Necesitaba acabar con esto.

Necesitaba morir.

El calor de infierno atrapó el cuerpo de Xiao Xingchen por lo que parecía ser una eternidad. El dolor que se extendió por cada forma y cada línea llegó a su vientre. Y la carpa entre los pantalones de Xiao Xingchen no podía más que aumentar ante la presión de la sangre que se concentraba en ese punto.

Y como hiedra venenosa, aquella sensación bajó lentamente, tanteando entre sus ingles sus glándulas aromáticas inferiores y abriéndose paso a su coño.

Xiao Xingchen intentó cerrar las piernas, temeroso de aquellas sensaciones. Había una pizca entre reacciones naturales y placer en medio de la humillación. Un placer que no deseaba y una gran necesidad porque alguien le ayudara con esto.

Alfa.

Su mente se nublaba entre su desesperación y el miedo por esto.

Alfa.

Necesitaba un alfa.

La hiedras de la necesidad se abrieron paso a la línea que se formaba entre los dos pliegues que protegían su coño. Tentando, rozando divertidos por su sufrimiento, forzándolo a mojarse ante la infinita sensación de desespero.

Hasta que las raíces lograron penetrar abriéndose paso por sus labios internos, estimulándoles de forma nauseabunda. Hasta conseguir que la flor de loto abriera sus pétalos brillantes ante el lubricante natural que desprendió un puro y ferviente aroma a tartas de huevo.

Zichen.

Zichen.

Necesitaba a Zichen.

Necesitaba a su alfa.

Alguna vez Xiao Xingchen había deseado experimentar algo como esto con Song Lan.

Entre sus sueños más desvergonzados había deseado besarlo profundamente, deleitarse con el sabor de sus labios, con el roce de sus manos por la sedas hasta que nada evitara su pase hacia la piel y el fuerte cuerpo del hombre que amaba.

Deseaba que las manos de su amado se pasearan por su cuerpo hasta conocer cada rincón y paraíso especial que hiciera que Xiao Xingchen no pudiera hacer otra cosa más que entregarse al deseo furtivo de la lujuria.

Y alguna vez deseó que las partes más íntimas de sus cuerpos se conocieran.

Deseó que las manos de Song Lan tomaran sus miembros sin dudar. Acariciando y frotando hasta que la cima de la culminación absoluta hiciera que Xiao Xingchen tocara las puertas del paraíso. Deseo que sus dedos se pasearan entre sus piernas, frotando sus glándulas aromáticas entre besos y susurros apasionados, hasta llegar a ese lugar.

Y cuando sus dedos abrieran las puertas al rincón más profundo de su ser que había sido hecho con el único objetivo de ser llenado con la semilla de la vida, Xiao Xingchen resguardaría a su ser amado en su interior.

Entre una danza cargada por el deseo de ambos permitiría que Song Lan inundara sus paredes con la vida misma, con su caliente semilla. Mientras los colmillos de brillante blanco como la luna se clavarían en su cuello, Xiao Xingchen haría lo mismo y los amantes frotarían sus glándulas aromáticas entre rojo y aceite, hasta que sus aromas se volvieran uno solo.

Las pupilas del omega se dilataron, la humedad entre sus pantalones incrementó entre la fantasía y la realidad. Sus piernas buscaron frotarse con la intensión de estimular su intimidad. Sus manos atadas en vendajes que formaban puños blancos buscaron entre las telas, hasta que pudo sentir la presión sobre su erecto miembro.

Frotándose contra ellas Xiao Xingchen comenzó a moverse presa del deseo desenfrenado dentro de su corazón, la idea de que las manos de Song Zichen tomaban el glande entre sus largos y hermosos dedos alentó a Xiao Xingchen a continuar.

La ilusión de la presión de otra persona contra su espalda le hizo acelerar el vaivén con el deseo de frotarse contra el duro miembro de Song Zichen apretado entre sus muslos.

Xiao Xingchen se movió audazmente olvidando todo rastro de razón. Como una bestia hambrienta presa por el deseo interminable de ser montado. La insaciable dicha del libido consumiendo su espíritu lo hizo levantar sus caderas jorobando las vendas de sus puños.

Su coño se lubricó entre sus propios jugos bañados por tartas de huevo frescas en deseo animosamente, como si deseara demostrarle a Song Zichen que estaba listo para ser jodido hasta ser preñado. Que deseaba ser usado de forma animal hasta que su alfa se sintiera completamente saciado de su cuerpo.

El líquido preseminal comenzó a manchar sus pantalones. Xiao Xingchen no se detuvo, buscando forzar la estimulación hasta que la carne fuera presionada y algo de eso lograra tocar algo dentro de él que lo enloqueciera. Pero el omega gruñó en frustración cuando su objetivo se vio frustrado por la falta de sus dedos.

Necesitaba frotar su próstata frontal. Necesitaba liberarse.

Necesitaba ser preñado.

Sin embargo, Xiao Xingchen salió de su fantasía cuando un nuevo dolor vino desde su interior, quebrando sus sueños en verdad absoluta que dolía tanto como el filo de una hoja cortando su cuello.

Xiao Xingchen no supo cómo lo hizo, solo sabía que se había acostado de lado, sus piernas se levantaron. Y sus puños vendados se posaron sobre su vientre. Presionando buscando calmar el insoportable dolor.

Era como si algo estuviera devorándolo por dentro, paseándose por cada pared y cada curva. Lastimándolo, como finas púas que destrozaban su interior. Xiao Xingchen no pudo evitar gritar.

El dolor era demasiado.

Aquello dentro de su interior se paseó hasta llegar a un punto especifico. Rasgando todo a su paso, cortando la carne dejando que un pequeño rastro de sangre lentamente encontrara su camino. Hasta llegar a sus labios internos y externos, que se sentían tan húmedos como si en realidad estuviera sumergido en un rio que no dejaba de fluir.

La tela del pantalón gris que usaba lentamente se tiñó de rojo, ensuciándose con los líquidos que emergían del interior de su cuerpo, esparciéndose en una gran mancha roja que sería imposible ignorar.

Pero Xiao Xingchen no podía detectar aquello.

Solo pudo concentrarse en el dolor, en el cansancio, en la desesperación.

En la sensación de que algo dentro de él se quebró.

Xiao Xingchen no sabía que se había quebrado, no entendía que había pasado, pero si sabía una cosa.

Dolía, dolía mucho.

Médico.

Necesitaba un médico.

Tal vez aun podía curarse.

Tal vez aun había una manera de evitar que eso se dañara.

Tal vez aun podía sobrevivir.

Zichen.

Zichen, ayúdame.

¡Zichen!

¡Zichen, duele mucho!

¡Duele demasiado!

¡No podía ser eso!

¡No podía ser lo que imaginaba!

¡Todo menos eso!

Entonces el temor de Xiao Xingchen regresó cuando escuchó que alguien venía.

¡No, no, no, no!

No podía ser él.

No quería que fuera Xue Yang.

Sin embargo, el cielo nunca estuvo a favor de Xiao Xingchen.

―Daozhang, realmente hueles muy bien. Y pensar que solo te deje a solas unos días pero ya inundaste la casa con el aroma de tu necesidad.

Cállate.

―Durante estos días he tenido mucho tiempo para pensar, Daozhang y llegue a una conclusión. ¿Por qué estoy esperándote en realidad? Si realmente no quieres ver que ese tipo te hizo una especie de embrujo y el suero especial que he hecho no funciona… ¿Por qué no solo tomar lo que es mío?

¡Cállate!

―Después de todo, soy un alfa. Los alfas toman lo que les pertenece sin pedir opinión alguna a otros, menos al omega que tanto quieren. Soy un alfa, solo debo tomar lo que es mío y ya. Solo debo de demostrarte quien es el que manda aquí. ¡Quien es tu alfa en realidad!

¡CÁLLATE!

El ruido de armas cayendo y un cinturón siendo desatado solo pudo hacer que el terror en Xiao Xingchen aumentara, pero no había manera de escapar. Menos cuando aquel hombre se acercó a él, tirando de su tobillo solo para exclamar.

―¿Qué hiciste con tus pantalones, Daozhang? Es asqueroso, es como si te hubieras orinado encima pero solo es tu lubricante natural y la mancha del retroceso de tu cuerpo, pero… huele inusual.

Xue Yang lo obligó a colocarse de rodillas, su cabeza descansó sobre su mejilla derecha. Y Xiao Xingchen solo pudo sentir la humillación apoderarse de su ser cuando los dedos de Xue Yang tomaron los dobladillos de los pantalones, bajándolos junto a su ropa interior.

―Pero que…

―¡Aaah!

Un grito emergió de sus labios cuando los fríos dedos de Xue Yang tocaron los pliegues extendidos, paseándose por los labios internos y externos blandos por algo desconocido brillantes entre rojo y lubricante. Y rozando tentativamente sobre la entrada de su coño haciéndolo apretar los dientes mientras las lágrimas emergían de sus ojos.

―Ah, Daozhang, eres tan asqueroso. Te manchaste por completo. Pero no te preocupes, te ayudaré a limpiarlo.

―¡No me toques!

¡Deja de tocarme!

¡Déjame en paz!

Xiao Xingchen pudo sentir el roce de una tela limpiando su entrepierna. No era suave, más bien la llamaría algo tosca ante la sensible piel.

Podía sentir cada hilo tocando cada centímetro de cada pliegue en una maldita calma que solo hacía que Xiao Xingchen no pudiera evitar maldecir a ese animal que se atrevía a hacerle eso.

Xiao Xingchen solo quería que esto terminara.

¡Que este maldito infierno terminara de una buena vez por todas!

Ante cada roce, el coño de Xiao Xingchen seguía mojándose, necesitado de un toque que él no quería, obligado por las drogas que habían estado torturando su cuerpo por varios días al parecer. El lubricante caro y trasparente salía de la entrada de su vagina. Que había sido forzada por los medicamentos a dilatarse.

A diferencia del pasado Xue Yang no estaba molesto. Por el contrario, parecía disfrutar de aquello. Tomándose su tiempo para limpiar cuidadosamente cada pliegue y forma hasta que ya no hubo ni un solo toque de rojo sobre la sensible piel del coño ante sus ojos. Lo único que lo decoraba era el lubricante natural de la vulva que estaba lista para ser penetrada.

―Me pregunto, si Daozhang se está mojando solo con eso, ¿Cómo reaccionaras cuando este dentro de ti?

Y el corazón de Xiao Xingchen se detuvo.

―Supongo que solo lo descubriré cuando lo haga, ¿no es así, Daozhang?

¡No!

¡No!

¡No!

―¡Déjame! ¡Déjame en paz! ¡Suéltame!

―No lo hare, Daozhang, ya que no me dejaste opción, tendré que marcarte aquí mismo.

Las manos de Xue Yang se apartaron de su cuerpo, pero el ruido de ropa cayendo fue suficiente para que Xiao Xingchen no pudiera hacer otra cosa más que temblar. Los talismanes que mantenían su cuerpo sumiso ante Xue Yang e impidieron intentar hacer otra cosa más que llorar temiendo lo inminente.

Cuando la mano de Xue Yang volvió a su cuerpo solo fue para sujetarlo a una altura adecuada, el frio sobre su piel fue interrumpido por la sensación nauseabunda del cuerpo de ese hombre acercándose.

Y cuando pudo sentir el fantasma de algo rozando la entrada de su vagina, el fuerte golpe de la puerta abriéndose corto las acciones de Xue Yang.

El alfa se apartó, cubrió su cuerpo con la sábana. Golpeó su espalda con un talismán y todo frente a él se volvieron imágenes borrosas y sonidos difíciles comprender.

Xiao Xingchen no entendía absolutamente nada, solo podía ver sombras y escuchar sonidos extraños, como si se encontrara en el fondo del mar y los sonidos del exterior solo fueran vibraciones sobre el agua.

Y entonces algo rompió el techo haciendo que la luz de la luna brillara sobre Xiao Xingchen.

Se escucharon un conjunto de explosiones y choques de espadas chocando, también escuchó los lamentos de cadáveres feroces y los gritos de Xue Yang quien parecía bastante molesto.

Solo cuando todo pareció calmarse alguien se acercó a Xiao Xingchen.

El terror del omega era mayor para siquiera poder descifrar el verdadero aroma de esa persona, confundiéndolo con el metal corrosivo y cortante. Con el fuego que gustaba de hundirlo en su propia locura y con las peonias podridas que adoraban burlarse de su persona como si no fuera más que un títere entre sus manos.

Pero cuando aquella persona intento tocarlo, Xiao Xingchen solo pudo gritar.

―¡AAAAH! ¡NO ME TOQUES! ¡NO ME TOQUES! ¡DEJAME EN PAZ! ¡DÉJAME MORIR! ¡DÉJAME MORIR!

La persona se apartó, solo para que otra se acercara.

Era un omega, el aroma a lavanda y cítricos se lo dijeron. Su voz intentando tranquilizarlo se lo confirmaron.

Una chica omega, estaba a salvo.

Pero Xiao Xingchen solo podía hundirse en sus brazos llorando con desesperación.

―No me toquen, no me toquen, no me toquen.

El infierno de Xiao Xingchen había terminado, pero las cicatrices que dejaron aquella pesadilla no estaban dispuestas a dejarle ir tan fácilmente.

Diferenciar la realidad de las pesadillas se volvió algo tan confuso. Era como si estuviera encerrado en un cuarto oscuro en donde todo lo que vivió se repetía una y otra vez. La mente de Xiao Xingchen se había quebrado a un punto en el que no podía volver a si mismo fácilmente.

No le gustaba que lo tocaran, que alguien se acercara. Solo quería estar en ese cuarto en donde se encontraba sin que nadie lo mirara. Sin que nadie pudiera ver lo que ese hombre había hecho de él.

El fantasma de los dedos de Xue Yang sobre su piel lo molestaba cada día y cada noche.

Aunque algo dentro de Xiao Xingchen, tal vez una pizca de razonamiento, sabía que estas personas que ahora estaban con él no tenían malas intenciones. Xiao Xingchen no podía evitar confundirlos con él. Buscando por todos los medios escapar de cualquiera, aun si sus únicas armas eran sus propias uñas.

Xiao Xingchen solo quería morir, quería ir con su familia, quería descansar en paz.

Hasta que un día pudo escucharla.

―Bába.

Esa voz.

―Bába, soy yo, ¿puedes salir de ahí? No te haremos daño, nadie lo hará. Estas a salvo.

¡Esa voz!

¿Acaso era otra fantasía como las demás?

¿Realmente había llegado al punto de la locura en el que ya no podía distinguir la realidad de la fantasía?

―Daozhang, soy yo. Soy A-Qing. Estoy aquí, estoy contigo.

Temeroso de que fuera una trampa, Xiao Xingchen removió algunos de los cojines y almohadas del gran nido que había hecho con las cosas que esos extraños le habían traído. Xiao Xingchen aun dudaba de ellos, pero gracias a los cielos ningún objeto olía a alfa y eso era suficiente para Xiao Xingchen.

Los ojos negros del omega se encontraron con la linda imagen de su pequeña frente a él. Los ojos claros de A-Qing le miraban preocupada, sus bonitas cejas estaban arqueadas en angustia y había algunas lágrimas cayendo por sus bonitas y redondas mejillas.

Y ese aroma llego a él.

Bambú, petunias y algodón.

―A… A-Qing.

―Sí, Bába, soy yo. Soy A-Qing.

Con manos temblorosas los dedos de Xiao Xingchen se encontraron con el rostro de la niña y fue como si la vida volviera a Xiao Xingchen.

Era A-Qing.

De verdad era su pequeña A-Qing.

Su A-Qing estaba aquí, su niña estaba viva.

Xue Yang mintió, gracias al cielo todo había sido una mentira.

La presencia de A-Qing hizo más fácil las cosas.

Aunque aún tenía mucho miedo de todo A-Qing se quedaba con él en el nido. Le ayudaba a bañarse, cambiar sus túnicas diariamente y peinar su cabello.

Aunque Xiao Xingchen aún se sentía perdido, A-Qing le dio la seguridad de que nada de lo que comía estaba drogado.

Sin embargo, su cuerpo estaba en su contra.

―Lo necesito.

―No, Bába, no lo necesitas, tu cuerpo necesita limpiarse, ya verás que cuando todo salga de tu sistema estarás bien.

―Lo necesito.

Llorar en los brazos de A-Qing era doloroso, tanto como ver el rostro lleno de tristeza de su hija. Pero no podía evitarlo, su cuerpo que ya se había adaptado a las drogas. Las pedía como si fueran el agua que debía beber o la comida que necesitaba comer.

Poco a poco, con la ayuda de A-Qing y la doctora Wen, Xiao Xingchen pudo salir lentamente del encierro de su mente, desprendiéndose de los tornados que atrapaban su corazón en un lugar en lo profundo de su ser en donde se había resguardado del mundo.

Y solo cuando entendió que todo realmente había acabado, Xiao Xingchen tuvo el valor de preguntar sin temer que Xue Yang apareciera y destruyera esta realidad.

―Donde… ¿Dónde está Zichen?

La doctora Wen le miró sorprendida. Sin embargo, explicó.

―No tienes que preocuparte, Song Zichen está aquí con nosotros, está ayudando a proteger este lugar. ¿Quieres…

―No.

Xiao Xingchen no estaba listo para mirarlo a los ojos.

No estaba listo para que Zichen descubriera el monstruo en el que ese hombre lo había convertido.

Sin embargo…

―¿Cómo esta él? ¿Fue herido? ¿Ese hombre le hizo algo?

Al inicio le costó que Wen Qing quisiera contarle toda la verdad, pero cuando lo hizo el rencor que yacía en su corazón por Xue Yang solo aumentó como el terror.

La mente de ese hombre estaba tan retorcida para hacer todo eso solo por intentar tenerlo.

―No tiene por qué preocuparse, él está bien ahora, ese hombre lo atacó y sus ojos salieron lastimados en el proceso. Pero ahora sus ojos se han recuperado. Él sabe que usted necesita tiempo, sabe que esta asustado ante los alfas, pero no debe preocuparse, él lo entiende. De hecho me mando esto para usted.

En la mano de Xiao Xingchen una flor de papel fue colocada, era un hermoso lirio blanco. En el tallo había una trozo de papel enredado que destacaba por una marca bermellón.

Y cuando lo extendió encontró una frase.

“Estoy contigo aún si no podemos estar cerca”

Eso fue suficiente para hacerlo llorar.

Con la compresión de que todo había sido una mentira y sus seres queridos estaban aquí, Xiao Xingchen sintió que el suave toque de la esperanza lo abrazaba, así como el arrepentimiento por haber pensado en la aterradora idea de suicidarse.

Cuando Xiao Xingchen sintió por fin la confianza de hablar con Wen Qing sobre lo que pasó, la doctora Wen le dijo que no debía de culparse ni castigar los pensamientos que había tenido en un momento tan vulnerable.

Esto no era su culpa, él no había provocado nada y Xue Yang debía pagar por lo que le hizo.

Sin embargo, había días en los que Xiao Xingchen se preguntaba si eso era así.

Se preguntaba si en verdad él no había provocado que esto pasara. Si no era su culpa.

Si las palabras de Wen Qing no eran una mentira y Xue Yang había tenido en realidad la razón.

Y Xiao Xingchen se odiaba mucho por pensar eso.

En el paso de los días, las semanas y los meses, Xiao Xingchen escuchó en el interior de esa habitación que muchas cosas habían cambiado.

Descubrió que Wei Wuxian, su sobrino marcial, Wei Ying estaba vivo.

Al parecer él era el famoso Patriarca Yiling que era capaz de levantar a los muertos. El ser que tanto temían porque era capaz de tener el control sobre el resentimiento y la fidelidad de los espectros que se relacionaban a este.

Wei Wuxian.

El joven y brillante Wei Wuxian.

Xiao Xingchen no pudo evitar lamentarse ante ello.

Había escuchado muchas cosas sobre Wei Wuxian, muchas de ellas le llevaron a saber que su hermana marcial había deseado de corazón que su cachorro siempre pudiera seguir el camino que considerara correcto, sin que el resentimiento tuviera algo que ver con él.

Si su hermana marcial se enterara de esto seguramente estaría muy triste. Pero Xiao Xingchen no era nadie para juzgar algo de lo que desconocía su verdadera razón.

Entonces un día la doctora Wen vino a entregarle un talismán.

―¿Qué es lo que pasa?

―No te mentiré. Habrá un conflicto. No sabemos que pasará, pero las posibilidades de que Wei Wuxian utilice la voz son demasiadas. Sin importar las circunstancias no podemos permitir que esta llegue a perturbarte.

Xiao Xingchen miró el talismán antes de devolver su vista a la doctora Wen.

―El Señor Suibian está haciendo estos talismanes para todos como un modo de prevenir que nosotros sus aliados seamos afectados. Este es especial. Podrás escucharlo. Pero no impactara en ti. No lo sueltes sin importar lo que pase.

Tal como la doctora Wen le advirtió el sentimiento de escuchar algo le despertó en medio de la madrugada con el ruido de la lluvia de fondo. El sonido del rugido de una bestia le hizo aferrarse a ese talismán sobre su pecho. Su omega interno se lo dijo en ese momento.

Había un nuevo líder de la manada.

Y ese era Wei Wuxian.

El talismán te protegerá, ellos habían dicho.

Wei Ying está preocupado por ti, él te cuidara como a todos nosotros.

Somos una familia.

Aunque al inicio, Xiao Xingchen había temido de ello se permitió creer un poco en Wei Wuxian.

Más cuando Wei Wuxian comenzó a mandarle cartas expresándole sus sentimientos. Diciéndole que todo estaría bien y que no permitiría que esa persona, como Wei Wuxian se había referido a Xue Yang, le hiciera daño nunca más. Jamás permitiría que volviera a llevárselo.

Tener esperanza le dio fuerza, la fuerza le permitió levantarse y el levantarse le dio el valor de por fin enfrentarlo. De por fin mirar a Zichen a los ojos sin miedo a pensar que esto era en realidad solo un sueño más.

―Zichen… hola.

―Xingchen.

―Yo… ah… yo.

La mano de Song Lan dudo un poco, deseando tomar su mejilla. Xiao Xingchen tuvo un poco de miedo, pero cuando su pulgar llegó a su rostro se dio cuenta de algo.

Estaba llorando.

―Yo… ah.

―Xingchen, estoy aquí.

Y eso fue suficiente para ya no poder callar.

Llorando como un niño en los brazos del alfa que le sostuvo firmemente dejándolo arrojar todo lo que llevaba consigo.

El peso de una pesadilla que había terminado.

Una que había dejado heridas que aun tardarían en volverse cicatrices. Y cicatrices que sería difícil aceptar como parte de él sabiendo que nunca se borrarían. Tan solo serian una huella más de esa pesadilla en un cuerpo que había sido roto injustamente.

Sin embargo, el llorar fue liberador. El darse cuenta que estaba a salvo fue algo difícil de asimilar, acostumbrarse a esta gente, entender que tenían buenas intenciones, que podía confiar y que nadie más le haría daño fue como despertar de un sueño con el terror de descubrir que solo un espejismo.

Sin embargo, lo logró.

Logró salir adelante.

No obstante el miedo de que un día ese hombre viniera por él fue algo que persistía en un corazón que deseaba esconder su pasado en una sonrisa.

Xiao Xingchen solo deseaba aferrarse a la realidad.

Pero olvidó que a veces los demonios pueden regresar cuando menos se espera.

 

 

CAPITAL DEL IMPERIO-YILING

4 años después

 

 

Xiao Xingchen estaba paralizado.

Respirar era tan difícil como apartar la aterrorizada mirada de aquel hombre que le había hecho tanto daño. Preso por su agarre como enredaderas que le hacían volver al pasado, a esos tres meses en los que este hombre lo había humillado y torturado.

Roto.

Los lirios blancos se pudrieron con el miedo apoderándose de ellos, sus pupilas se encogieron ante el horror de su toque y Xiao Xingchen solo podía temblar ante aquella desagradable sonrisa.

¡Muévete!

¡Muévete ahora mismo!

No podía moverse, no importaba cuanto intentaba tomar valor para intentar escapar, no podía.

Y la mente de Xiao Xingchen solo pudo pensar.

Ayuda.

Ayúdenme.

¡POR FAVOR QUE ALGUIEN ME AYUDE!

Entonces alguien golpeó la muñeca de Xue Yang haciéndolo gritar.

Xiao Xingchen solo supo que otra persona había tirado de su muñeca, de una manera más gentil que Xue Yang y fue llevado lejos de aquel hombre. Envolviéndolo entre las orquídeas, sándalo y jazmines buscando protegerlo en una barrera que deseaba calmar su corazón.

Entonces esa persona giró sin detener su paso y los labios de Xiao Xingchen se movieron inconscientemente.

―Alteza.

Lan Wangji le dio un asentimiento, manteniendo su paso buscando que pudieran alejarse lo más rápido posible. Sus cuerdas de asesinato ya habían sido lanzadas contra Xue Yang, su cuerpo completamente atado cayó al piso.

Pero Lan Wangji lo sabía, eso no duraría para siempre.

Y tal como alguna vez Wei Wuxian quemó sus cuerdas de asesinato, Xue Yang encontró la forma de romperlas.

El ceño de Lan Wangji se frunció.

Demasiado pronto.

―¡Xiao Xingchen! ¡Vuelve aquí de inmediato!

Sin embargo, antes de que Xue Yang pudiera moverse una serie de dagas chocaron contra el suelo deteniendo los pasos de Xue Yang. Quien levantó la vista solo para ver caer frente a él un omega de túnicas grises que manejaba dos abanicos.

Los mismos que se movieron, lanzando más dagas que golpearon a Xue Yang con la violencia de energía espiritual tan brillante como el acero.

Los abanicos se extendían como si se tratara de una danza, el cabello castaño del omega se ondeó entre giros y pasos letales.

Y Lan Wangji no pudo evitar la sorpresa al mirar de quien se trataba.

―Nie Huaisang.

―¡¿Quién te crees que eres para poner tus manos sobre Shixiong?!

Los hermosos abanicos de Nie Huaisang, de hermosos patrones y puntas tan afiladas como podría esperarse de un arma creada por el señor Suibian, se movieron con elegancia.

Los soportes que sostenían la pintura del abanico en si resguardaban en su interior pequeñas cuchillas en una serie de filas como los dientes de un tiburón.

Las hojas que se mantenían en el final de abanico podrían salir golpeando con la fuerza y velocidad que el cultivo de Nie Huaisang podría requerir con el simple toque al botón que conectaba el mecanismo, fingiendo ser el soporte que permitía que se abriera.

Sin embargo, en una situación como esa, Nie Huaisang no necesitaría apretar el botón, por el contrario solo debía mantener las hojas en su lugar y usarlas como filosas armas que estaban dispuestas a pelear con un ser tan malvado como el que tenía frente a él.

Lan Wangji gritó, sin poder evitar la preocupación en su corazón.

―¡Nie Huaisang!

―¡No se preocupe, Su Alteza! ¡Esta vez sí traje mi sable!

Y tal como sus palabras dijeron un hermoso sable de brillantes detalles tallados alguna vez por la inmortal Baxia aparecieron, como una furiosa arma que recordaba al alguna vez rey de Qinghe Nie y que mostraba con orgullo el linaje viviente de Nie Mingjue.

No importaba si el sable era más pequeño que el de Nie Mingjue, eso no lo hacía menos letal.

Y Lan Wangji deseó creer.

Deseo creer en Nie Huaisang.

En su fuerza y sobre todo en su inteligencia.

Porque más allá de la ferocidad en la sangre Nie, Lan Wangji sabía que Nie Huaisang era la persona más inteligente que había conocido en sus tiempos de juventud. Y Lan Wangji, a diferencia de Qinghe Nie, jamás se atrevería a dudar en el talento floreciente que brillaba en el que alguna vez fue su compañero de clase.

―¡Ten cuidado!

Y así, Lan Wangji llamó a su espada, tiró suavemente de los hombros de Xiao Xingchen subiéndolo a Bi-Chen, y sosteniendo firmemente al omega Lan Wangji se abrió camino hacia el salón de las estrategias.

Con esa imagen perdiéndose a lo lejos, Xue Yang no hizo más que reír molesto sosteniendo su muñeca lastimada.

¿Qué demonios con las fuerzas de Hanguang-Jun? Era un milagro que no le haya destrozado la muñeca.

―¿Así que piensas que tú puedes vencerme?

Nie Huaisang negó, la imagen del débil omega distraído del séquito Feng se esfumó mostrando la verdadera cara del consejero y con una sonrisa fría aceptó.

―No estoy aquí para vencerte, es más, es lógico pensar que ninguno de nosotros podría hacerlo.

Dos espadas llegaron de los cielos, sobre estas espadas dos personas estaban de pie, bajando al suelo para enfrentar a Xue Yang.

Qing Su tomó su espada y el abanico que siempre llevaba, una línea roja ahora decoraba su mejilla, sangre manchando su hermoso rostro perjudicando su impecable maquillaje.

Ya no había tiempo para sonrisas, el abanico se cerró y se reveló una daga que Qin Su manejó con experiencia, tomándola de una manera en que el filo estaba listo para dar contra Xue Yang junto a su espada.

A su lado estaba Luo Qingyang, la hoja de su espada brillaba con la ira que se proyectaba en sus ojos, las flores que decoraban su cabello normalmente ya habían caído, pero el valor de Luo Qingyang era tan radiante como el sol.

Con los niños uniéndose al grupo, Nie Huaisang continuó.

―Sin embargo, el trabajo de los cultivadores de Yiling Wei es darle una cálida bienvenida a los invitados del emperador, incluso si estos no fueron realmente invitados.

Apuntando su sable contra Xue Yang que sujetaba en la diestra mientras la izquierda aun sostenía un abanico, Nie Huaisang le miró con ojos asesinos y una dulce sonrisa.

―Y ya que tu pareces de verdad querer tener el honor de ver a su majestad en persona, estos se tomarán el tiempo de entretenerte.

Y sin dudar cada uno de ellos se lanzó contra Xue Yang.

Dejando que el rencor que tenían por el tipo que se hacía pasar por su emperador y había tenido el descaro de ensuciar su nombre, brillara más como el filo de cien espadas sin permitir que se marchitara como una frágil flor durante el invierno.

Porque ellos eran personas de Yiling Wei y jamás perdonarían a aquellos que se atrevieron a lastimar a los suyos.

La batalla había comenzado.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Cuando el salón de las estrategias le dio el paso a Lan Wangji, el omega se apresuró al trono recordando los pasos que Wei Wuxian le había comentado en aquel mapa.

Había dos pasajes ocultos en el Salón de Estrategias.

Uno estaba conectado con la gran maqueta del imperio que llevaba directamente a la Cámara Cuervo, y otro era un pasaje secreto que llevaría a un largo camino que llevaría directamente al punto central de todo.

La biblioteca subterránea.

Con un poco de fuerza y energía espiritual, Lan Wangji empujó hacia atrás la estatua derecha del dragón del trono. Con cuidado tomó la cabeza del mismo y la giró hacia la izquierda hasta lograr topar con el mecanismo.

Y entonces Lan Wangji bajó del trono cuando escuchó aquel ruido proveniente de abajo.

El trono del salón de estrategias estaba colocado sobre una plataforma que fingía ser parte del alfombrado.

Cuando Lan Wangji hizo eso consiguió que la plataforma que soportaba el trono y las estatuas se movieran lentamente hacia la derecha, abriéndose para él. Como si fuera una puerta el vacío que dejaba la plataforma reveló una serie de escaleras que llevaban hacia abajo y Lan Wangji supo que había llegado la hora.

Tomando asiento en el trono, Lan Wangji deshizo el nudo que aun ataba a A-Yuan en su regazo. El niño seguía dormido por aquella aguja que Wen Qing había colocado en su nuca, por lo tanto no sabía lo que Lan Wangji estaba a punto de hacer.

―Alteza, ¿Qué está pensando?

Tomando al niño entre sus brazos caminó hacia Xiao Xingchen, colocó a su hijo entre los brazos del omega que estaba aún perdido entre lo que había pasado y lo que ahora estaba ocurriendo, tomó una antorcha y se la dio, llevándolo a las escaleras y asegurándose que estaba dentro Lan Wangji pidió.

―Por favor, ve con cuidado. No quites la aguja hasta que estén a salvo en la biblioteca y la doctora Wen lo permita.

―Alteza, ¿Qué está haciendo? Usted tiene que venir con nosotros. No puedo dejarlo solo, yo…

―Ellos aún están peleando con… él, es demasiado fuerte, no puedo dejarlos solos.

―No, Alteza, usted tiene que venir… Yo no puedo dejarlo aquí. ¡Yo aún puedo pelear!

―No, no así.

Y Xiao Xingchen no pudo evitar el temor en su corazón.

―¿Usted lo sabe?

―No lo sabía, pero en ese momento pude reconocerlo en tu mirada.

Porque él sabía que ese miedo solo podía tener una naturaleza. Porque él también estuvo a merced de las bestias y sabía lo que se sentía para entender que Xiao Xingchen no podía pelear en ese estado.

―Alteza… yo.

―No tienes que preocuparte, no permitiré que llegue a ti. Estaré bien y sobre todo… le hare pagar todo lo que te hizo.

Los ojos de Lan Wangji miraron al sorprendido Xiao Xingchen con determinación, aun cuando su rostro era tan serio como siempre Xiao Xingchen pudo descubrir la comprensión y el apoyo que brillaba en los ojos de Lan Wangji.

―Confía en mí, mi cinta los mantendrá seguros. Ve.

Y Xiao Xingchen no pudo hacer otra cosa más que aceptar.

Cuando Lan Wangji estaba seguro que Xiao Xingchen y A-Yuan ya estaban rumbo a la biblioteca, cerró el pasaje, dejando el trono nuevamente en su lugar.

Y con ello asegurado los ojos dorados de Lan Wangji miraron al exterior cuando abriolas puertas, completamente decidido.

Ante los ojos de Yiling Wei, de la bolsa qiankun que Lan Wangji llevaba consigo emergió un hermoso guqin de madera negra. Los patrones de nubes lo decoraban y las siete cuerdas que tenía brillaron ante los últimos destellos del atardecer, solo para que el instrumento se colocara sobre el brazo de Lan Wangji.

Lan Wangji suspiró, su voz llamó.

―Wang-Ji.

Y con el simple brillo de su mirada, la energía espiritual se canalizó sobre el instrumento inmovilizando a los cadáveres con un solo toque sobre sus cuerdas.

Y Lan Wangji regresó al campo de batalla.

El furioso brillo de la espada Bi-Chen abrió el camino del omega, feroz y cruel corto puntos cruciales de sus enemigos sin piedad alguna. La espada se paseó por el campo de batalla mientras su dueño, con guqin en mano luchó contra los cadáveres feroces que aun desfilaban en el camino.

Como un inmortal paseándose entre simples mortales, Lan Wangji se abrió camino hacia un único punto, deseando poder llegar a tiempo. Aunque el mismo Lan Wangji sabía que sería difícil pelear contra Xue Yang.

Ya no debía tener piedad, ya no podía evitar mancharse las manos de la sangre de sus enemigos. El cultivador que un día se prometió a si mismo pelear por proteger las vidas de otros sin necesitad del asesinato, ahora destrozaba con el sonido de sus cuerdas aquella promesa de juventud.

Tenía que pelear por Yiling.

Él era el esposo de Wei Wuxian, el compañero del Patriarca Yiling.

El Fénix de Jade.

Y el mismo que no podría perdonar que se haya perturbado la paz de su hogar, de su gente.

De su Yiling Wei.

Debía apresurarse, tenía que llegar al séquito Feng.

¡No podía dejar que sus amigos estuvieran a su merced!

Y la mente de Lan Wangji se detuvo.

¿Amigos?

¿Realmente podía considerarse amigo de las personas que formaban parte de su séquito?

Lan Wangji negó.

No lo sabía, tal vez solo él sentía eso. Después de todo, Lan Wangji no tenía experiencia en temas relacionados con la amistad, pero mientras la espada Bi-Chen cortaba el brazo y el cuello de un tipo que intento acercarse a él, Lan Wangji llegó a una resolución.

Si quería saber si había una posibilidad de que Lan Wangji ingresara al grupo de amigos de los omegas del séquito Feng no solo tenía que sobrevivir, también tenía que ayudarles a pelear contra Xue Yang.

Tenía que salvarlos.

Tenía que protegerlos.

Mas allá de títulos o supuestas clases sociales en las que Lan Wangji no quería creer.

Ellos eran su gente, eran Yiling Wei.

Y Lan Wangji se había prometido que los protegería a todos.

Sus pasos aumentaron de velocidad, sosteniendo con fuerza su Wangji guqin en una mano y manteniendo el ataque de Bi-Chen con la concentración de su Qi. No podía tardar más tiempo.

Brincando de un punto a otro Hanguang-Jun peleó contra los invasores sin que un solo cabello se desarreglara o una arruga tocara sus túnicas. Siempre prismático, siempre elegante. Lan Wangji peleó contra el enemigo como si el campo de batalla fuera algo que él ya conociera del pasado.

Ante los ojos de los cultivadores de Yiling Wei el Fénix de Jade se abrió paso como una belleza fría que no estaba dispuesta a ceder ante aquellas bestias.

Se sentía cansado, su cabeza dolía. Pero Lan Wangji no se detendría.

Sin embargo, alguien cayó del cielo frente a él y Lan Wangji se vio obligado a detenerse.

Los ojos dorados de Lan Wangji no pudieron evitar sentirse sorprendidos al descubrir quién era esta persona.

Aquella persona no era más alta que él, su cuerpo estaba vestido en túnicas negras ajustadas para la batalla. Había pequeños bordados plateados y rojos que parecían flamas y flores de Lycoris Radiata entre las telas.

Su cabello castaño estaba peinado en un par de trenzas presionadas sobre su cabeza y el fleco que portaba enmarcaba los ojos que ahora brillaban en rojo carmesí. Mientras sus parpados superiores estaban delineados en negro y los inferiores en rojo haciendo sus ojos más llamativos.

Sus uñas negras estaban afiladas como garras y sobre estas, piezas metálicas las protegían con el fin de volver estas armas.

En su mano había una espada, algunos detalles florales llamaron la atención de Lan Wangji, demasiado familiares para que Lan Wangji no pudiera reconocerlos de inmediato aun si esta persona no estuviera usando una pañoleta que solo dejaba ver sus ojos.

―Ha pasado un tiempo, ¿no es así, Su Alteza Imperial?

Esta persona era Wu Meihua.

Este era Wu Meihua, sin duda Wu Meihua. Sin embargo, había algo en él que era completamente diferente a lo que Lan Wangji recordaba.

Era Wu Meihua, pero algo dentro de Lan Wangji le decía que la persona ante él no era Wu Meihua.

Algo en su aroma… se sentía…

Familiar.

Inquietantemente familiar.

―¿Qué haces aquí?

―Aunque no lo crea estoy aquí para disculparme.

Los ojos claros le miraron sin poder creer ninguna palabra, Wu Meihua continuó.

―No tiene por qué molestarse, su Alteza Imperial. Su Majestad Imperial me dio una despedida lo suficiente fría para romperme el corazón y hacerme reflexionar sobre mis acciones. Mis muy incorrectas acciones.

Wu Meihua miró su espada con melancolía. No había punto para regresar, no ahora.

Debía concentrarse.

―Es por eso que hoy puedo decirle que al fin comprendí que mis sentimientos por su estimado marido no eran más que un capricho infantil. Y uno que me hizo hacer e intentar hacer muchas tonterías y atrocidades por las que hoy en día me disculpo.

―Te uniste a los rebeldes.

―Sí, tal vez sí, pero aunque no lo crea esto es para un bien común. Incluso esto le beneficiara a usted.

―Que maten a mi marido no es ningún beneficio.

Wu Meihua negó seriamente. Había algo muy extraño en esa persona.

―Ah, su Estimada Alteza Imperial en verdad no lo recuerda.

―¿Qué quieres decir?

―No se preocupe, esa es la razón por la que estoy aquí, la razón por la que todos estamos aquí. Por la que esto debía pasar solo de esta manera. Porque terriblemente esta es la única manera en la que puedo ayudarle.

―Wu Meihua. Esto es traición al emperador, tus acciones pueden llevarte a la muerte. Aun estas a tiempo de arrepentirte.

―Que gentil, a pesar de todo lo que le he hecho, su Alteza Imperial está dispuesto a darle una oportunidad a un hombre como yo.

―Eres joven, los jóvenes se equivocan… pero esto está cruzando la línea.

―No se preocupe por mí, Su Alteza Imperial, tampoco se preocupe por su cría. Este humilde ya no está interesado en lastimar la vida que hay en su interior, todo lo contrario. Estoy aquí para darle todas las respuestas a las preguntas que hay en su cabeza.

―¿Qué quieres decir?

―Le contaré una historia que le ayudara a que su omega interno y usted renueven sus votos.

―Wu Meihua.

―Le contaré la historia de un joven príncipe de las montañas de Gusu Lan y un joven príncipe de los muelles de lotos de Yunmeng Jiang.

¿Qué?

―La historia del Segundo Príncipe Omega de Gusu Lan que vivía entre las montañas y los prejuicios por su naturaleza callada. Y el Joven Tercer Príncipe Jiang que se enamoró perdidamente de él en un tiempo demasiado puro para siquiera poder ser conocido por este mundo lleno de rumores.

¿Qué estaba…

―La historia del joven omega que cautivo corazones y el alfa que sacrificó todo de sí mismo solo por la libertad de su ser amado. La historia de un omega que vivía escondido en las montañas temeroso del mundo, mientras un alfa tomaba el trono del dragón solo para poder protegerlo de las reglas del mundo.

¿Qué estaba…

―¡Y el mismo alfa que se volvió en un dios de la muerte solo para poder vengarse de los hombres que lastimaron a su amada orquídea! ¡Vengarse de la mujer que se atrevió a poner el destino de ese omega sobre las manos de su bastardo! ¡Del bastardo que intento violar a su amado!

¿Qué estaba…

―Y sobre todo vengarse de un emperador, del emperador que no solo masacró a su gente, sino que se atrevió a condenar la vida del omega que amaba con las cicatrices que iniciaron con ese decreto suyo, ¡ese decreto que lo reclamaba como su omega! ¡como una propiedad!

¿Qué estaba diciendo?

―Le contaré la historia de un omega que vive con las cicatrices de su pasado y un emperador que vive engañándose a sí mismo, escapando de su verdadero yo por creerse una bestia con piel humana.

Lan Wangji apuntó su espada esa persona, completamente preso de la duda y la confusión. Su siniestra se aferró a Wang-Ji sin deseo de soltarlo. Pero esa persona no se detuvo, tomando una posición apropiada para un combate respetuoso. Se veía tan diferente a aquella vez.

―Después de todo, esta es la historia que ha estado buscando entender desde hace mucho y la misma que se le ha negado por tantos motivos. Dígame, su Alteza Imperial, ¿está listo para conocerla? ¿está listo para volver a escuchar la voz de tu omega interno de verdad?

Porque al final está siempre fue la historia de un omega y un emperador.

Y Lan Wangji ya no podía escapar más de esa realidad.

 

POR FAVOR, PROCEDA CON PRECAUCIÓN

 

Notes:

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el apoyo, amor y paciencia que le han dado a este proyecto, me despido. Recuerden, les avisaré cuando suba la versión sin censura a Ao3.

¡Hasta la próxima!

Chapter 15: CAPÍTULO 9 PARTE 1: ENFRENTAMIENTO

Notes:

ADVERTENCIA: DESCRIPCIONES GRÁFICAS DE VIOLENCIA, CONTENIDO SANGRIENTO EXPLÍCITO.

POR FAVOR, PROCEDA CON PRECAUCIÓN.

(See the end of the chapter for more notes.)

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POR FAVOR, PROCEDE CON PRECAUCIÓN

 

REINO DE GUSU LAN

6 años atrás

 

 

Lan Wangji había tenido un día bastante tranquilo.

Había tenido clases como normalmente se esperaría, hizo sus tareas y ahora llevaba varios de los trabajos de los omegas de su clase a su tío para que los revisara junto a los exámenes. Aunque hubo un percance porque Nie Huaisang se durmió en clases y Lan Wangji se había tenido que hacer cargo del castigo, ahora podía continuar con sus labores como siempre.

Cuando llegó a los edificios de las oficinas de los maestros lo primero que escuchó fueron los reclamos de su tío.

―¡Ese príncipe desvergonzado, ¿Cómo se atreve a preguntar tantas tonterías?!

Lan Wangji no pudo evitar sorprenderse, era raro escuchar a su tío quejarse abiertamente de alguien. Hablar de otros a sus espaldas es contra las reglas.

―Tío, solo es un muchacho lleno de curiosidad. Tal vez solo quería entender mejor las cosas.

―No, si fuera la primera vez lo intentaría creer, pero esta no es la primera vez que esa Alteza tiene el descaro de preguntar tonterías o faltarles el respeto a mis clases. Simplemente intolerable. Esta vez no le daré el beneficio de la duda. Si quiere estar castigado todo un mes lo estará. Y confiaré en ti para que vigiles que cumpla su castigo.

―Está bien, tío.

La imagen de Lan Qiren y Lan Xichen fue presente ante el menor, quien tan pronto fue visto por los adultos ofreció una reverencia como saludo.

―Wangji.

―Pasa, Wangji.

A pesar de que ambos continuaron halando el tema del Tercer Príncipe Jiang quedo cerrado y Lan Wangji no quiso preguntar al respecto.

Lo que si sabia era que los omegas también hablaban de un tal Tercer Príncipe Jiang.

―Es una decepción que Gusu Lan tenga muros entre castas. Si las cosas fueran como en las antiguas generaciones no solo no habría muros. También podríamos estudiar cerca de alfas tan guapos.

Desde su lugar en el comedor Lan Wangji no pudo evitar pensar que eso era muy desvergonzado.

Los alfas solían ser algo completamente diferente a ellos. Los muros eran una protección contra o inmoral e incorrecto. Era mejor así.

―Pero más importante, si no hubiera muros y todos estuviéramos juntos podríamos estudiar junto al Tercer Príncipe Jiang.

Y Lan Wangji no pudo evitar asustarse un poco ante los chillidos de los omegas que hablaban tras él.

Gritar esta prohibido en Gusu Lan, estas personas necesitaban copiar muchas reglas.

―¿Realmente es tan guapo como dicen?

―Créeme que es mucho más que guapo. ¡Él es tan atractivo y ardiente!

Los omegas se rieron mientras Lan Wangji frunció el ceño en confusión.

¿Qué querían decir con ardiente?

¿El Tercer Príncipe Jiang era alguien compatible con la energía del fuego?

No importaba cuanto tiempo había pasado desde que había gente del exterior en Gusu Lan. Lan Wangji aun no podía acostumbrarse a sus extraños modismos.

―¿Es más guapo que el Primer Príncipe Jiang?

―Naturalmente, mientras el heredero siempre es tan gruñón Su Alteza es tan sonriente y amable. Como el verdadero príncipe de un cuento de hadas.

―¿Es más guapo que su Majestad la Araña Violeta?

La Araña Violeta.

Lan Wangji si conocía quien era la Araña Violeta. El Rey Nie que era amigo de su hermano solía hablar bastante de ella y cuanto la admiraba en realidad.

Su hermano le había explicado que el Rey Nie había admirado a la Reina Alfa Yu Ziyuan desde que era un niño. Tiempo en el que ya se hablaba de sus grandes hazañas en cacerías nocturnas y enfrentamientos amistosos con figuras tan grandes como el antiguo Chifeng-Zun o la Peonia Desvergonzada.

Aunque Lan Wangji no sabía mucho al respeto y su conocimiento sobre ella era mínimo, había escuchado por los rumores que aunque Yu Ziyuan era de otra generación, aún hacia que los corazones de omegas tanto jóvenes como mayores aun latieran atrapados por su belleza antinatural. Tal como pasaba en su juventud.

Que compararan a esas dos personas daba mucho de que hablar respecto a que tan agradable parecía ser ese Tercer Príncipe Jiang.

Al parecer el hijo adoptado de la Araña Violeta y el Loto Sonriente de Yunmeng Jiang se estaba volviendo bastante popular.

Pero ese no era asunto de Lan Wangji.

―Claro que no, al menos aun no. La Araña Violeta aun sostiene su primer lugar como la alfa más atractiva del YuZhong. Pero si Su Alteza ya es así de hermoso en esta edad, solo imagina como se vera cuando tenga su Presentación Instintiva. 

―Sin duda será el Yu Ziyuan de su generación.

―No hay duda de ello.

Durante mucho tiempo Lan Wangji no volvió a escuchar nada sobre el tema y el mismo no quiso investigar algo que no era su asunto. Lo poco que se escuchó fue de parte del Rey Nie Mingjue, quien solía conversar bastante con su hermano sobre muchas personas incluyendo a la Reina Alfa Yu y el futuro debido a su propia posición.

Las personas que dirigirían el imperio tendrían mucho de qué hablar sobre los otros reyes y príncipes.

La vida continuaba, el día en que Nie Mingjue y él tuvieron que hablar de un compromiso que ambos no deseaban llegó.

―¿Esto es algo que tú quieres?

Una sola negativa fue suficiente para que este hablara con su familia.

La idea del compromiso estaba desechada.

Y el día de la Conferencia de Discusión Imperial llegó junto al carruaje de Lan Wangji.

Cuando las puertas se abrieron lo primero que vio fue a Nie Mingjue extendiendo una mano hacia él. Fue algo incómodo aceptarla. Pero las cosas se sintieron menos tensas cuando Nie Mingjue decidió conversar con su hermano sobre muchas cosas más manteniendo la distancia de él.

Lan Wangji no quiso prestar atención, tan solo decidió concentrarse en su propia emoción por lograr salir de Gusu Lan. Por fin podía ver el mundo más allá de las murallas que le criaron y las palabras que le educaron.

El mundo exterior era hermoso y radiante. El clima era algo cálido, las flores eran hermosas y los aromas nuevos eran tan agradables. Aunque se sentía un poco cansado desde hacía unos días no dejaría que eso le arruinara esta salida que le permitía libertad.

Como un omega casadero de Gusu Lan el velo cubría su rostro permitiendo que la parte delgada sobre sus ojos le permitiera ver la imagen clara de los líderes de clanes y algunos reyes abriéndose paso ante las presentaciones.

Hasta que Lan Wangji pudo escucharlo.

―¡Su Majestad, la Reina Alfa de Yunmeng Jiang. Zi Zizhu, Yu Ziyuan. Y los guardianes el Inmortal Polilla de Oro y el Inmortal Tormenta de Plata Sangrienta.

La imagen de tres personas vestidas de purpura abriéndose paso entre la gente fue visible.

Entonces Lan Wangji la vio.

En medio de dos guardianes una mujer de apariencia hermosa y misteriosa caminó hasta estar frente a las escaleras que llevaban al trono del emperador. Las túnicas púrpuras decoradas con los ornamentos y bordados que delataban la influencia del clan Yu en su Loto Violeta de Meishan Yu se hicieron presentes.

Yu Ziyuan era bastante imponente. Las voces emocionadas y llenas de admiración se hicieron presentes entre alfas, omegas y betas. La alfa que un día fue la rival del emperador en su juventud extendió sus túnicas y ofreció una reverencia al igual que sus guardianes ante el emperador, sin perder un solo toque de la imagen orgullosa que proyectaba.

Era impresionante, Lan Wangji por fin entendió la extrema admiración del Rey Nie por la Reina Alfa Yu.

Yu Ziyuan.

Su Majestad Yu y Su Señoría Polilla de Oro en verdad eran bastante altos e intimidantes. Lan Wangji por fin entendió porque algunos parecían tenerles miedo. Incluso aunque el guardián Tormenta de Plata Sangrienta parecía más pequeño era el único con una altura adecuada para un alfa.

Así que los rumores eran ciertos, la gente de Meishan Yu era bastante alta en realidad.

Entonces escuchó voces.

―Su Alteza Zi Zizhu sigue siendo tan atractiva.

―Es tan alta, que miedo. Aunque no me importaría tanto en realidad. Si tan solo aceptara concubinas participaría de inmediato en los exámenes.

Que desvergonzado.

Si Lan Wangji creía que los rumores se callarían, Lan Wangji no conocía a la gente del sur.

―Tal como pasó con Yu Ziyuan un cierto porcentaje volvió a chillar y hablar emocionados cuando apareció esa persona que llamaron Jiang Wanyin. Quien al parecer era el heredero de Yunmeng Jiang.

Pero las cosas empeoraron cuando él apareció.

―Su Alteza Real, el Tercer Príncipe Jiang, Wei Wuxian.

Y los gritos se multiplicaron al grado desvergonzado que incluso los betas y alfas hablaron de esa persona.

―Por los dioses, ese Wei Wuxian si que es bastante atractivo para su edad.

―Su Alteza es tan hermoso. Ojalá me escoja a mi como su omega.

―No, él me escogerá a mí.

―¡No, a mí!

―Los omegas si que tienen suerte. Ese tipo es tan guapo.

―No me importaría ser un omega si eso me llevara a la cama de Wei Wuxian.

Y alfas se rieron ante un escandalizado Lan Wangji que comenzaba a cuestionarse porque tenía que estar entre tanta gente desvergonzada. ¿Por qué no podían respetar el momento en que los príncipes y reyes saludaban a su Majestad Imperial?

Que desvergonzados.

Pero Lan Wangji no pudo evitar preguntarse.

¿Por qué Wei Wuxian?

¿Por qué Wei en vez de Jiang si había sido adoptado por los Jiang?

Aunque también podría ser adoptado bajo el apellido Yu.

Jiang Wuxian.

Yu Wuxian.

Yu Wuxian sonaba bastante bien.

Pero Lan Wangji quitó el pensamiento de su cabeza al darse cuenta de lo que hacía.

Opinar sobre la vida de otros es contra las reglas.

Lo que Lan Wangji no sabía era que en un futuro nuevamente haría la misma pregunta ante el guardián de quien ahora era su marido.

―¿Wei Ying dijo algo raro?―la manzana que el Señor Suibian sabía estado comiendo hacia un momento fue dejada de lado. El hombre le miró curioso.

―Hmn, una vez que Wei Ying fue a pescar pensé que era mi imaginación, pero... volví a escucharlo decir muchas palabras en esa lengua inusual.

―Ya veo... posiblemente era lengua MaoLang o LongLian.

―¿MaoLang o LongLian?

―Hmn, veras su A-Niang fue educada bajo ciertos elementos culturales de los Mao, entre ellos estaba su lengua. Wei Ying aprendió la lengua Mao cuando era muy pequeño como su segunda lengua, mientras la lengua LongLian de los Yu la aprendió a través de Yu Ziyuan. Ella le enseñó eso porque él tenia mucha curiosidad y ella nunca le negó el conocimiento sobre la cultura Yu.

Lan Wangji no pudo evitar prestar atención a eso. Le gustaba aprender muchas cosas de Wei Ying.

― La caligrafía LongLian suele ser bastante ornamentada y curvilínea al igual que los bordados de sus túnicas. Mientras la caligrafía MaoLang es más sencilla y cuadrada. Wei Ying aprendió tanto a escribir ambas como un recuerdo de su mamá y respeto a su tía Yu. Es por eso que los caracteres de Wei Ying suelen presentar trazos algo excéntricos.

Oh, eso explicaba muchas cosas.

Aunque Lan Wangji se preguntaba a veces porque algunos de sus trazos eran mas trabajados de lo que solían ser en mandarín, siempre creyó que su caligrafía era la más hermosa que había visto en su vida.

―¿Es difícil aprender esas lenguas?

―Depende en realidad, ¿te gustaría aprenderlas? Los Mao no tienen mucho en contra de que la gente aprenda su lengua, pero los Yu son más estrictos. Solo tienen permitido enseñárselo a sus parejas e hijos, pero tú eres pareja de Wei Ying y él fue adoptado por Ziyuan. Si quieres aprenderlas solo tienes que preguntarle.

Entonces algo vino a la cabeza de Lan Wangji.

Algo que se preguntó hace mucho tiempo.

―Señor Suibian.

―Sí, pequeño Lan.

―... ¿Por qué Wei Ying se apellida aun Wei y no Jiang... o Yu?

El señor Suibian bajó la manzana cuando escuchó su pregunta olvidando la idea de dar otra mordida.

Ahí en medio del bosque mientras la campaña descansaba un momento y Wei Wuxian había ido a pescar para Lan Wangji, la emperatriz no pudo evitar preguntarse muchas cosas que no se atrevía a preguntarle directamente a Wei Wuxian.

El Señor Suibian pareció pensar antes de contestar.

―Bueno, cuando adoptaron a Wei Ying hubo muchas cosas que se atravesaron y otras que hicieron que Jiang Fengmian y Yu Ziyuan tomaran la decisión de dejarle dicho apellido. ¿Por qué la pregunta tan de repente?

Lan Wangji pensó un poco antes de volver a hablar.

―Yo... hay muchas cosas que me gustaría saber de Wei Ying, pero... me he dado cuenta que a él le cuesta mucho hablar sobre los reyes Jiang. Solo es curiosidad.

―Ya veo. Ciertamente le cuesta hablar.

―Además... me gustaría saber más sobre... nosotros.

Lan Wangji no se atrevió a decir nada más. Pero al parecer el Señor Suibian comprendió sus palabras.

―Lan Wangji... hay muchas cosas que él no puede decirte, pero hay otras que si puede y te las dirá. Un día sabrás toda la verdad, pero sin importar la versión que oigas debes recordar una cosa... Wei Wuxian te ama y todo lo que ha hecho es por proteger a las personas que ama. Tú eres parte de ello y siempre será así.

―Señor Suibian.

―Prométeme que sin importar lo que escuches no te quedaras con una sola versión. Si lo haces te prometo que aquello que él no pueda contarte te lo contaré yo.

―Lo prometo.

Fue una promesa.

Lan Wangji no se dejaría llevar nuevamente por los rumores de otros.

Pero sus preguntas continuaron.

Incluso ahora.

 

 

CAPITAL DEL IMPERIO-YILING WEI

Tiempo actual

 

 

Había algo extraño en la persona frente a Lan Wangji.

La forma en la que lo miraba con respeto, aquella pregunta rara como sus palabras sobre ayudarlo.

―Dígame, Su Alteza Imperial, ¿desea saber aquello que el emperador no puede contarle? ¿le gustaría entender porque no puede recordar nada aun si implica saber la verdad?

―¿Por qué debería de creerte?

Wu Meihua suspiró asintiendo.

―Efectivamente no tiene motivos para creerle a este rostro. He de imaginar que soy la persona que menos quería ver en este momento. Pero aunque no lo crea todo tiene una razón de ser, incluso mi actuar.

―¿Incluso este atroz ataque?

―Así es. Todo tiene un por qué. Mientras los ojos del cielo nos miren la obra sigue en pie, Su Alteza Imperial.

¿Los ojos del cielo?

¿Qué quería decir con aquellas palabras?

―No tiene por qué escucharme, pero si quiere hacerlo se lo diré todo con un único objetivo.

―¿Perturbarme?

―No, más bien ayudarle a usted y al emperador a conseguir algo que los ha llevado mucho tiempo conseguir... liberar la voz verdadera de su omega.

Lan Wangji frunció el ceño.

No debía escuchar.

En verdad no debía hacerlo, pero...

Escucha, hazlo, por favor.

Pero su omega quería escuchar.

―Si tienes algo que decir, hazlo ahora.

―Como lo ordene, Su Alteza Imperial.

Wu Meihua soltó un suspiro, antes de elevar su espada a Lan Wangji en una pose adecuada para un enfrentamiento amistoso. Lan Wangji hizo lo mismo.

―Debido a mi actual situación, Alteza, tengo que fingir que quiero un combate a muerte contra usted mientras los ojos del cielo miran. Se que no tiene sentido para usted y suena como un desvarío, pero le prometo que algún día lo comprenderá.

Lan Wangji no entendía nada, pero no bajo la guardia. Sus feromonas se prepararon para pelear.

―¿Está listo, Su Alteza Imperial?

―Lo estoy.

―De antemano me disculpo si tengo que ser algo rudo, terriblemente esta es la única manera de que esto funcione... ya lo verá.

Por alguna extraña razón Lan Wangji notó verdadero pesar en los ojos de Wu Meihua. Era como si en realidad fuera otra persona. Como si todo lo que decía lo sintiera de corazón.

Wu Meihua tomó un respiro profundo, se aferró a la empuñadura de la espada, y entonces sus ojos brillaron en rojo con determinación.

―Entonces aquí voy.

Cuando aquella persona se lanzó a Lan Wangji y sus espadas comenzaron a chocar Lan Wangji no vio lo mismo que notó cuando se enfrentó a Wu Meihua en el Festival de las Siete Flores.

Esta persona ahora era demasiado fuerte y capaz, más que antes. Lan Wangji se sintió sorprendido del talento y la experiencia de Wu Meihua, al igual que su curiosa y perturbadora tranquilidad tan fuera del Wu Meihua que conoció.

Entonces la historia comenzó.

―Esta es la trágica historia de amor de un omega de radiante belleza que podía ser comparado con un dios, y un emperador con una sonrisa tan brillante que podría usurpar al mismísimo sol.

Las espadas chocaron, un golpe tras otro, esta vez ninguno estaba listo para dudar de sí mismo. Para permitir que este encuentro terminara antes de que la historia concluyera.

―El omega era demasiado hermoso ante los ojos de los mortales, pero su inusual carácter era juzgado por cada persona que le viera al considerarlo aterrador. Por eso el omega siempre estaba solo, ahí, escondido en los recesos de las nubes en donde su único amigo era su hermano y su guardián tomo el rol paterno en su vida en una familia que estuvo rota desde el comienzo.

Con pasos audaces, a diferencia de su primer encuentro Wu Meihua pudo llevarle el ritmo. La energía resentida en su interior fluyó como velos en una danza mortal entre el fuego, la sangre y el atardecer. Sus espadas chocaron golpeando con agilidad, ninguno planeaba bajar la guardia.

―Sin embargo, el omega vivía con esperanza, una que no recordaba en que punto de su vida comenzó, pero que sabía que era tan fuerte como su terquedad, como el filo de su espada. Como el cuerpo que entrenó con disciplina aun en contra de la molestia de su tío abuelo por sus acciones.

El estruendo de la batalla era tenaz y aterrador en un paraíso convertido en un campo de batalla. Los gritos de su gente llena de valentía ante el enfrentamiento iracundo de la muerte. La sensación de desconcierto ante el conocimiento que esta persona tenía de él.

La sensación de familiaridad.

―Pero en medio de esa esperanza había una memoria que perdió, la memoria de algo muy importante, algo que prometió no olvidar o soltar, jamás abandonar. Tal vez una promesa, un trato, un suceso en particular. No era su culpa en realidad, tal vez era cosa del destino. Un trauma vivido en un tiempo reciente, un desafortunado suceso que le hizo olvidar, o tal vez una maldición. Una cruel maldición que le negaba el recordar.

La cabeza de Lan Wangji volvió a doler, imágenes difusas en su mente intentaban importunar su ritmo en la batalla, Lan Wangji no podía permitir algo así.

―Pero más allá de la prisión del omega. En los territorios del sur vivía un alfa sobre tierras que eran enmarcadas por ríos y un muelle de lotos que el alfa amaba más que cualquier cosa. Un paraíso de verdad, algo que se sentía inusualmente familiar pero demasiado cálido para ser cuestionado. Después de todo, olía a lotos, lotos que se parecían a los suyos y se parecían a un hogar. Un refugio.

Solo una persona podía venir a su mente, Lan Wangji no podía dejarse llevar por la pequeña y punzante sensación sobre su corazón.

¿Realmente era bueno escuchar a esta persona?

¿O escapar de ello era la solución?

No, Lan Wangji no consideraría esto la verdad, pero si quería entender porque sentía que había algo raro en esta persona debía sacarle hasta la última palabra que delatara su verdadero ser.

No escaparía. No más.

Había escapado mucho tiempo de todo lo relacionado con Wei Wuxian.

Era hora de que enfrentara la verdad.

Incluso si tenía que escuchar todas las versiones de esta historia en realidad.

El cultivo demoniaco en el interior de esta persona era antinatural.

Demasiado fuerte para solo días, demasiado antinatural para que su núcleo resistiera.

Demasiado familiar.

―El alfa era hermoso, como un brillante sol que era difícil no dejarse llevar por el como si se tratara de la marea. Tenía dos hermanos, una hermana y un hermano. Tenía dos padres adoptivos, un padre omega que lo adoptó en su nido y una madre alfa con más secretos de los que él podía comprender o saber.

Espera.

Esta persona...

―Y ese alfa en especial guardaba un secreto, escondido a lado de su corazón y rebosante entre las memorias de un niño que había conocido al amor. Aunque lentamente fueron varios los que notaron su enamoramiento, eran pocos los que sabían quién era la persona que había robado su corazón. Porque aunque el alfa era de verdad desvergonzado no quería que nadie se atreviera a divulgar algún rumor sobre ese omega.

―Sobre su omega.

¿Por qué demonios sentía que algo dentro de él lo comprendía todo?

¿Qué era esto?

¿Qué significaba todo esto?

―Ellos habían hecho una promesa, una promesa que el omega no recordaba, pero que el alfa abrazaba como su verdad más importante. Su mundo entero giraba en torno a esa promesa que buscó cumplir en la conferencia de discusión, con un rollo rojo y esperanza intento acercarse a la familia del omega.

Las espadas chocaron, las figuras giraron y Lan Wangji y Wu Meihua continuaron su combate sin temor, sin dudar.

―El tío que guardaba secretos dolorosos en su corazón miró en aquel muchacho la imagen de alguien que hirió su corazón. El tío rechazó la idea de que siquiera se propusiera, pero lo que en verdad lastimó el corazón de aquel alfa fue que su amado omega, su adorado ser no lo reconociera.

Las manos de Lan Wangji temblaron.

¿Qué estaba diciendo?

¿Wei Ying?

―Y aun así el alfa recogió su corazón. El alfa tuvo esperanza y decidió mandar su rollo más tarde, pero él no sabía que no era el único que había mirado a su amada orquídea. Él no era el único que la había deseado. Porque entre esa audiencia en especial había tres alfas, dos hijos y una bestia. Un hijo que quería un omega, un hijo estúpido que solo quería cumplir un capricho y un emperador que tenía un plan oscuro entre manos.

Un extraño dolor se apoderó de su pecho, una sensación familiar se apoderó de Lan Wangji. El dolor de cabeza seguía ahí, no era insoportable pero si era punzante. Como si un aguja se hubiera incrustado en su cráneo y una serie de imágenes difusas apareció en su mente junto a palabras difíciles de entender.

¿Qué era esto?

¿Por qué dolía tanto?

¿Por qué sentía que esto era en realidad...

Familiar.

―Su Alteza, ¿desea que me detenga? Tal vez no es momen-

―Continua. No te atrevas a detenerte.

Con sorpresa Wu Meihua suspiró, aceptando continuar con aquella que era su misión.

―El clan del omega se aterró, los rumores se esparcieron sobre el mundo. Aun cuando el alfa había sido curiosamente mandado a una misteriosa misión sospechosa para matar a una bestia, el alfa logró sobrevivir y los rumores llegaron a él solo inundando su pecho de furia absoluta.

Dolía.

Dolía.

Dolía.

Pero no quería que se detuviera.

Tenía que escuchar. Su omega quería escuchar.

Aun si era mentira no quería que esto se detuviera.

Tenía que saber toda la verdad.

―No podía permitir aquello, no lo haría y así el alfa partió a Gusu Lan con un único objetivo. Sobre su caballo negro montó rumbo a Gusu Lan, sus soldados lo siguieron sin querer regresar a Yunmeng, su guardián lo acompañaba. Un rollo rojo cargaba consigo, la esperanza estaba sobre su corazón. Pero jamás pensó que se encontraría con la imagen de un infierno en sangre y rojo y la escena de su amado siendo humillado por el bastardo caprichoso con aroma a sol.

La mano izquierda de Lan Wangji se aferró a su cráneo, el dolor se extendió sobre su cabeza como si una bestia hubiera rasgado con sus garras su cuero cabelludo.

―¡Continua!

Wu Meihua así lo hizo, acatando la orden del Fénix de Jade a pesar de su ceño fruncido en preocupación.

―El alfa enfurecido atacó al príncipe. Una campana de plata cayó descuidadamente entre los golpes. El llanto del omega que había entrado en celo le hizo reaccionar. Y sin dudar tomo al omega entre brazos, lo subió a su caballo negro consigo y mientras escapaban de los soldados entretenidos con los alfas Jiang, el alfa le daba palabras de aliento diciéndole que todo estaría bien. Que él estaría bien.

Y las voces al fin se estaban volviendo claras.

 

―Tranquilo, Lan Zhan, tranquilo. No tengas miedo, no te preocupes, no te hare daño. Estarás bien. Te prometo que estarás bien, confía en mí. Te protegeré, te prometo que todo estará bien.

 

―El alfa le entregó a su familia, el muchacho le rogó al tío y al guardián que nunca dijeran nada. Ni su nombre, ni su acción. No reclamó ningún agradecimiento, simplemente intentó tomar otro camino, intentando salvar al padre del omega.

A-Die.

 

―Wangji, mi pequeña y linda nube, tienes los hermosos ojos de tu madre.

 

A-Die.

 

―Wangji, eres tan hermoso como las flores y tan gentil como las nubes. Este padre está muy orgulloso del cultivador en el que te estas volviendo.

 

A-Die.

 

―Wangji, tu corazón es tan puro como una nube, nunca dejes que los prejuicios, el miedo y lo que pasó aquí se apoderen de ti. Promete que tu si buscarás tu felicidad.

 

―Pero lamentablemente no pudo hacerlo, cuando llegó ya era demasiado tarde. Ese bastardo con aroma a sol ya había acabado con su vida. La culpa en el corazón del alfa fue atroz, en su corazón le prometió al padre del omega que se encargaría de mantener a salvo a su familia, pero cuando llegó el momento de escapar algo pasó. La campana de claridad del príncipe había caído.

Entonces Lan Wangji escuchó algo.

El tintineo de una campana.

Wei Ying.

¿Ese sonido no fue un sueño en realidad?

¿Había una posibilidad de que esta persona estuviera diciendo la verdad?

―La campana de claridad Jiang ya lo había delatado. Algo obligó al guardián a tener que hacer un viaje largo, le llevaría varios días. El guardián tenía muchos secretos, varios de ellos necesitaban romper el lazo con sus protegidos temporalmente.

¿Guardián?

¿El señor Suibian?

―Fue lo peor que pudo hacer aun cuando no fue intencional.

Lan Wangji se forzó a si mismo a enderezarse, sus ojos miraron seriamente a Wu Meihua, el ceño fruncido se mantuvo firme y sus ojos miraron amenazantes manteniendo la espada Bi-Chen en su mano como si estuviera aferrándose a su vida.

Resiste, resiste.

Tu querías escuchar.

Tu omega necesita saber esto.

Debes mantenerte firme aun si no es la verdad.

―Alteza.

―No te atrevas a detenerte. Continúa hasta el final.

Wu Meihua suspiró.

Realmente esta persona no había cambiado.

―Había algo en especial que el alfa no sabía, un secreto suyo que estaba vinculado con la alfa que lo crio y con el alfa que gobernaba sobre todos los demás. Un secreto que también estaba vinculado al joven alfa. Y cuando ese joven alfa salvó a su omega, esa bestia uso eso como excusa y se cobró el resentimiento que llevaba consigo desde hacía años atrás... y destruyó el hogar del niño.

El corazón de Lan Wangji solo pudo doler ante esas palabras, la picazón de las lágrimas que no lloraba molestaban su vista, esa persona ante él siguió hablando tal y como él ordenó.

―No fue culpa del omega, no fue culpa del alfa, pero había cosas más allá de ellos mismos. Había una bestia que se apoderó de un hombre, un monstruo que destruyó a ese emperador y uso sus sentimientos en su contra y en contra del mundo.

―Ese monstruo tomó todo lo que quedaba del hombre y con su piel se enfrentó al alfa. Había cosas más allá del alfa, cosas que no comprendía, pero eran cosas que los conectaban a algo que iba más allá de ellos mismos.

Lan Wangji le miró seriamente. Cada gesto, cada movimiento, cada mirada.

Era familiar.

―Y esa conexión llevó a la bestia a tirar a ese alfa al infierno. Tal vez fue un instinto de supervivencia, tal vez un trazo del destino sobre ellos o tal vez fue algo que debía pasar justo como pasó. Un plan que deseaba darle a ese niño algo más que solo lagrimas por descubrir la verdad o una sensación de vacío. Una alternativa.

―Sin embargo, hay un precio a pagar por el poder y más uno que se está tomando en un lugar y un cuerpo que no está preparado para ello. Un cuerpo que tiene que romperse para formar otro. Para sobrevivir.

Resiste.

―La bestia no lo sabía, pero le llevó al inicio de todo. Al lugar donde se reencontraría consigo mismo, con la verdad, con aquello que hoy en día niega. Aquello que bloqueo por temor a aceptar lo que es en realidad. Y lo llevó al lugar donde se encontraría con una bestia aún más terrorífica que él y una que también tenía sus propios secretos, su propio pasado, sus propios motivos para vengarse.

Levántate.

―Y una que tenía el mismo objetivo que el yin y el yang. Y juntos apuntaron a una bestia que se creyó el sol mismo. Cuando el verdadero sol ya había sido eclipsado por algo tan cruel como la verdad, el destino inevitable dio marcha cuando el clan de las bestias juró venganza por la muerte de Yu Ziyuan.

Tienes que escuchar hasta el final.

―Y juntos tomaron ese poder, el muchacho que se convirtió en un hombre en ese infierno, salió del mismo con dos armas letales. La vida ahora era la muerte y la muerte era la destrucción. Para poder crear necesitas destruir, para poder destruir necesitas tu corazón y él lo hizo sin importar el precio, solo con un único objetivo. Matar a la bestia que fingía ser un hombre.

Esta persona...

¿Cómo esta persona sabía eso en realidad?

Mas bien, ¿Qué era verdad de todo lo que esa persona le contaba?

¿Qué eran esas extrañas metáforas que tanto mencionaba?

¿Por qué sentía que una parte de él las comprendía a la perfección?

¿Por qué sentía que debía creerle?

¿Por qué sentía que había roto una promesa?

Las lágrimas salieron de sus ojos. Lan Wangji quería soltar la espada, tomar su cabeza con sus manos y gritar por este insoportable dolor.

―Pero aun cuando la bestia murió, los fantasmas de las acciones de aquella bestia marcaban tanto al alfa como al omega.

Pero no podía.

Tenía que resistir.

Tenía que mantenerse de pie.

Igual que siempre.

Igual que en ese momento.

Igual que cada día de su vida.

Tenía que escuchar hasta el final.

―Mientras uno vivía con el crimen carmesí entre sus manos y la verdad que aun negaba, el omega vivía con sus propios sentimientos, con la culpa, con la impotencia. Y el alfa sabía eso, lo sabía mejor que nadie. Y por eso ese alfa que sabia como funcionaban las reglas de este mundo, ese alfa que aun tenia a mucha gente que cuidar, a un niño que le regresó la vida, lo entendió.

―Para proteger a sus seres amados, debía tomar una decisión. Y ese alfa se volvió en el emperador.

La mano de Lan Wangji se sujetó a la espada entre sus dedos, sus nudillos se volvieron blancos.

―Porque esta es la historia de un omega y un emperador, un omega que ha olvidado una promesa y un emperador que a pesar de todo le sigue amando aun cuando pensó que era imposible para el ser amado. La historia de un omega que al parecer ha sido maldecido y un emperador que aun lucha con su propia maldición.

Respira, Wangji, respira.

―Porque aun cuando tu espada estaba destinada a acabar con él en cada oportunidad, hoy en día tu espada apunta contra sus enemigos. Tu corazón fue dejando atrás el odio irracional que aun te preguntas de donde apareció y tu alma, tan terca como siempre no quiere romper su lazo sin importar cuantas veces la maldición se active.

¿Maldición?

¿De qué estaba hablando?

―Nada fue culpa del omega. Nada fue culpa del alfa. Sin embargo, esa bestia no dudo en hacer que sus vidas se volvieran en esto. No dudo en arruinar otras vidas y no dudo en destruir todo a su paso como el ser atroz que era. Y al parecer estas intentando romperla, ¿no es así? Quieres romper tu propia maldición de una vez por todas.

La espada de Lan Wangji apuntó a la persona frente a él, sus ojos brillaron en dorado destellando aun en molestia. Sus colmillos se mostraron y los gruñidos que había tragado durante años por fin salieron llenos de sentimientos que Lan Wangji no podía procesar.

―Esa maldición que recibiste sin darte cuenta y la que te ha acompañado por siempre... pequeño niño Tang.

¿Tang?

¿Qué quería decir con eso?

En este mundo ya no había ningún miembro del viejo clan Tang.

¿Verdad?

La mente de Lan Wangji era un desastre, un palacio de cristal que estaba a punto de quebrarse entre memorias difusas, palabras inentendibles y la clara voz de su omega dudando entre la realidad y lo que esa persona estaba diciendo.

Pero Lan Wangji no bajaría la guardia, no otra vez.

Y por ello se dejó llevar por su instinto dejando que su aroma atacara a esa persona sin dudar.

Sin embargo, aun cuando el bosque de sándalo esparció sus raíces aferrando a esta persona al suelo. A pesar de que las enredaderas de orquídeas y jazmines apuntaron con fuerza y los ojos de Lan Wangji brillaron en amenaza, esa persona no se inmutó.

Como si en realidad...

―¿Quién eres?―preguntó Lan Wangji seriamente, consiguiendo una sonrisa de la persona ante él.

Tal vez su encuentro con Wu Meihua solo había constado de días, pero Lan Wangji podría recordar su aroma como el aroma de cualquier persona que había conocido y tratado.

Y ese sutil aroma a camelias que decoraba los árboles de cerezo, rocío y rosas de Wu Meihua no era algo que Lan Wangji podría considerar normal.

Porque los aromas están relacionados con las almas, las experiencias y la naturaleza de las personas.

Porque era demasiado sospechoso que esta persona manejara el cultivo demoniaco como si supiera lo que estaba haciendo cuando en realidad Wu Meihua era un cultivador de un clan honesto que no tenía ni una sola gota de energía Yin, ni siquiera en el último día en el que se vieron.

Y en último lugar, tanto su comportamiento como lo que le contó y sobre todo su reacción ante el aroma de Lan Wangji solo le hicieron confirmar su suposición.

Esta persona no era Wu Meihua.

El alma de Wu Meihua seguía ahí, podía sentir que era consciente de lo que estaba pasando, sin embargo, esta persona en particular ante él, la persona con la que estaba tratando en realidad no era Wu Meihua.

Había alguien más.

Dos almas en un solo cuerpo.

Eso solo le llevaba a hacerse tres preguntas en particular.

¿Por qué había escogido a Wu Meihua?

¿Qué era lo que esta persona y Lycoris Radiata estaban tramando en realidad?

Y...

¿Qué hechizo era este y porque sentía que Wu Meihua había aceptado que alguien le hiciera esto?

Con aquello frente a la mesa lastimarlo no era una opción, primero debía descubrir quién era este impostor como la manera de extraer su alma del cuerpo de Wu Meihua y después descubrir que tanto tenía que ver ese niño en esto.

Y si no era así, debía encontrar una manera de salvarlo de este ser.

Sus sentimientos personales sobre Wu Meihua no importaban, la verdadera prioridad era detener a estas personas.

―Pregunté... ¿Quién eres?

La persona frente a él no dijo nada en absoluto, solo le dio una suave sonrisa. Sus ojos se veían cansados y sin que Lan Wangji pudiera darse cuenta en qué momento pasó, aquella persona le abrazó gentilmente aferrándose a su cintura.

Aquella persona le susurró unas palabras. Lan Wangji no supo cómo procesarlas, ni siquiera supo cómo actuar cuando aquella persona se alejó seis pasos de él sin dejar de mirarlo.

Hasta que el carmín se dispersó de sus ojos y el avellana volvió, así como una mirada algo confundida.

Y Lan Wangji lo intentó.

―Joven maestro Wu.

Sin embargo, cuando Wu Meihua pareció reconocerlo solo obtuvo una mirada, antes de desmayarse siendo sorpresivamente sujetado por alguien que le colocó boca arriba en el suelo antes de pasar su mirada a Lan Wangji; quien hizo todo de si para soportar la molestia en su cabeza mientras la fina hoja de la espada Bi-Chen apuntaba contra él.

Esta persona se veía algo diferente de la primera vez que le vio cuando escapó con Xiao Xingchen, sus ropas estaban manchadas de rojo, mientras una serie de cortes distribuidos por su cuerpo de forma irregular golpeando lugares precisos habían arruinado las túnicas sencillas de ese hombre.

Su cara bonita ahora estaba decorada con golpes y fracturas. El tabique de su nariz había sido fracturado y desviado, tenía dos cortes sobre la mejilla derecha y una cortada justo al lado del ojo derecho en donde había un golpe que en algún momento se inflamaría.

La mejilla izquierda presentaba un gran desgarre sobre la piel e hinchazón, al parecer el hueso fue quebrado. Su barbilla presentaba cortes y desgarres. Hinchazón y sangre. La herida mas sencilla parecía ser el corte sobre su labio inferior manchado de sangre.

Esto era claramente obra del séquito Feng, y por la manera en la que había llegado se sentía como si en realidad estuviera escapando de ellos. Sin embargo, Lan Wangji no podía confiarse.

El hecho de que este alfa estuviera aquí a pesar de lo mal que se veía dejaba en claro que su resistencia era atroz.

Debía darle tiempo a Wei Ying.

―Xue Yang.

Lo único que obtuvo fue una sonrisa.

―Hanguang-Jun.

El alfa movió con gracia su espada, como un niño divertido de esta hazaña suya. Lan Wangji no dudo en apuntarlo con Bi-Chen mientras el guqin volvía a sus manos listo para pelear. Sin importar lo que pasara debía atrapar a esta persona y hacerla pagar.

―¿Así que me conoces?

―Ese corte de cabello.

Xue Yang acarició su ensangrentado flequillo por el corte en su frente. Era tan similar al de Wei Wuxian, excepto por la ausencia de ese pequeño mechón que desconocía la gravedad.

―¿Te gusta? Aunque no soy tan alto como él y mi cuerpo no se ve tan robusto, las túnicas y la corona ayudan mucho a la interpretación.

―Todo este tiempo Lycoris Radiata fuiste tú.

―Claro, solo un pequeño pasatiempo, una puesta en escena muy divertida de hecho. Aunque no era mi plan hacer buenos actos cuando ese tipo me reclutó para matar a tipos alfas no pude evitar disfrutar la idea de ser parte de ello.

―¿El caso de los Jin?

―Fui yo, aunque Wei Wuxian jamás fue parte de ese plan las circunstancias le culparon por esto. Aunque se lo merece por atreverse a quitarme a mi omega.

―¿Por qué mataste a los Jin?

―Porque esa maldita escoria se lo merecía. Se lo merecía, ¡se lo merecía más que nadie en este mundo! Las escorias como esos tipos merecen eso y mucho más.

―Esa bestia, ¿Es tu líder?

―Claro que no. La única razón por la que estoy trabajando como su socio es porque me prometió que me ayudaría a conseguir a Xingchen en menos tiempo del que me costaría hacerlo solo.

―¿Por qué confiarías en él?

―Porque ese tipo entiende que soy un alfa y que tengo derecho a ser tratado como uno.

Lan Wangji frunció el ceño.

―¿Qué significaba eso?

Xue Yang solo rio.

Los ojos de Lan Wangji pasaron a Wu Meihua inconsciente en el suelo, su voz salió neutral como siempre.

―¿Quién es?

―¿Hmn?

―El alma que ha invadido el cuerpo de Wu Meihua, ¿Quién es?

Y Xue Yang se rio.

―Eso es algo que deberás investigar por ti mismo.

―¿Mi séquito?

―Ese grupo de idiotas es difícil, realmente me entretuvieron mucho, pero no estoy aquí para perder el tiempo con ellos. Mi verdadero objetivo está aquí, justo frente a mí.

―Si te atreviste a matarlos...

―Jajaja, Hanguang-Jun, creo que tienes una versión algo retorcida de mí, pero no te culpo. Después de todo, me he divertido mucho en este tiempo. Pero ellos están vivos, no valen mi tiempo ni mi esfuerzo. En cambio, pelear contra Hanguang-Jun, eso sí que es interesante.

La espada de Xue Yang apareció ante Lan Wangji.

Era una espada de doble filo, una aura negra la envolvía como una evidencia del resentimiento sobre su hoja. El metal brillante del mango era oscuro y sombrío como la misma hoja y los brillantes ojos rojos de Xue Yang destellaron cuando miraron a Lan Wangji.

Cualquiera podría confundir a esta persona como un lindo chiquillo omega que solo quería jugar. Pero Lan Wangji lo sabía mejor que nadie, este hombre en especial, sin importar su casta o apariencia era en realidad el asesino de Lycoris Radiata.

Aunque no entendía.

¿Por qué?

¿Por qué un tipo que decia odiar a Wei Wuxian haría lo que estaba haciendo?

¿Quién era Xue Yang en realidad?

¿Quién era ese demonio?

―¿Sabes? He escuchado mucho de ti, Hanguang-Jun, más en especial de Su She. Él decía que eras una perra frígida que solo necesitaba ser follada para entender su lugar. Pero por el miedo que parecía tenerte quedaba claro que eras más interesante de lo que parecía, viendo lo que le hiciste a nuestros hombres y lo que le hiciste a mi mano.

Mostró la mano que tenía una prótesis para el dedo que según los informes había perdido, en la muñeca donde Lan Wangji lo había golpeado ya había una ligera inflamación, pero el aspecto alegre de Xue Yang era aún más perturbador.

―Me queda claro que ese tipo solo hablaba por hablar, así que recordé algo en especial. Siempre he querido pelear con el interesante Hanguang-Jun y por esa cara molesta, parece que tú también quieres eso. Pero me pregunto, ¿realmente podrás pelear en ese estado tan lamentable?

Solo cuando Xue Yang lo mencionó Lan Wangji se dio cuenta de su verdadero estado.

Su mano derecha temblaba sobre las siete cuerdas del guqin Wangji, su corazón tambaleante palpitaba con terror. Un torbellino de sentimientos apresaban su pecho entre las palabras que aquella persona le dijo, frases que no entendía porque parecían memorias y la sensación de que tal vez tenía razón.

No, no estaba en condiciones. Pero cuando los Wen atacaron a su padre, encerraron a su gente en el Salón del Trono y ese grupo atacó a Lan Wangji, él tampoco estaba en condiciones de pelear.

Pero lo hizo.

Y al igual que en ese día tomó una respiración profunda, frunció el ceño y su agarre se volvió firme como el acero.

Él era Hanguang.-Jun, más que bonitas palabras que buscaban darle esperanza al pueblo. Más que una bonita pieza de jade que fue vista como decoración por años por varios alfas.

Y aun si él nunca peleó directamente en el campo de batalla contra el sol, él también era un guerrero.

Y uno que estaba listo para castigar a este ser mezquino.

Con una mirada fría en oro sus dedos tocaron las cuerdas mandando un ataque directo a Xue Yang, el mismo que buscó esquivarlas hasta que la espada Bi-Chen chocó contra la suya y con una brillante sonrisa exclamó con satisfacción.

―¡Pero al parecer aun puedes hacerlo! ¡Entonces pelearemos! ¡Pero lo haremos con esto!

De sus túnicas Xue Yang saco ese objeto en particular y los ojos de Lan Wangji no pudieron evitar abrirse con sorpresa y terror.

Ese era...

¡¿El Sello del Tigre Estigio?!

No.

¡Eso era una copia exacta del Sello del Tigre Estigio!

Era imposible que Lan Wangji no lo reconociera cuando había visto la imagen de este en los documentos de investigación que había hecho con Bichen. Esos mismos documentos que Lan Wangji había repasado lo suficiente para memorizar cada forma, cada línea y el color de ese objeto en particular.

Era por eso que Xue Yang y los rebeldes habían logrado pasar por la barrera. Posiblemente Xue Yang había encontrado la manera de formar un señuelo a través de este para que el resentimiento no lo atacara y al contrario, pensara que la persona que estaba entrando por las cloacas, junto a un ejército de criminales y cadáveres feroces no era otro más que Wei Wuxian.

Ese canalla desvergonzado.

En el centro del mismo brillaba una piedra tan roja como la sangre y tan brillante como el mal presentimiento de Lan Wangji sobre aquel objeto.

Y lo que más temía había pasado frente a los ojos de Lan Wangji.

Los cadáveres feroces y los cadáveres de los rebeldes esparcidos en la plaza se levantaron. Ninguno de estos nuevos cadáveres eran ellos mismos ahora, y con horror Lan Wangji vio que ese hombre no solo había interferido con el ciclo de reencarnación de estas personas, sino que también lanzó a ese ejercito contra Lan Wangji.

Y el omega lo supo.

Lan Wangji tenía que enfrentarlos si quería sobrevivir.

―¡He esperado este momento por mucho tiempo, Hanguang-Jun!

―¡Xue Yang!

El dolor de cabeza de Lan Wangji era terrible, no sabía cuánto tiempo iba a poder resistir, pero debía de hacerlo, al menos hasta que su Señor volviera a casa.

Debía proteger su hogar, debía proteger a su hijo.

Debía sobrevivir.

La espada Bichen se abrió paso entre el ejército de cadáveres feroces atravesando y cortando sin detenerse al igual que las cuerdas de Wang-Ji. Buscando como un depredador a su presa la espada cruzó entre aquellos seres, dejando que su brillo tan frio como la nieve llegara directamente a su objetivo con un choque de metales.

Y la espada golpeo con furia contra la espada de Xue Yang, moviéndose con precisión contra aquella cruel arma que aun brillaba en sangre. Mientras el atardecer caía los dedos de Lan Wangji se posaron sobre las cuerdas del guqin y con determinación los dedos de Lan Wangji tocaron una serie de notas.

Los pies de los cadáveres feroces se detuvieron justo en el punto en el que sus pies habían dado aquellos pasos, las vibraciones golpearon la tierra y sobre cada cadáver feroz una onda los mantuvo en su lugar, hundiéndose como una esfera contra el suelo quebrando la piedra del mismo mientras las notas del guqin resonaban sobre la plaza.

Y las notas comenzaron a contrarrestar al resentimiento buscando anular el control sobre los cadáveres.

Lan Wangji sabía que no resistirían por mucho tiempo, no era lo mismo un cadáver feroz natural que uno controlado por ese instrumento, pero debía ser el tiempo suficiente para canalizar energía dorada suficiente para nutrir más cuerdas de asesinato.

En algún momento los cadáveres feroces liderados por la copia lograron librarse poco a poco, caminando más lento hacia Lan Wangji y el omega solo pudo intensificar el ritmo de la melodía, atacándolos con una onda uno por uno, buscando evitar que se acercaran a él.

Las cuerdas de asesinato se lanzaron contra varios de ellos, incluso, algunas se movieron por el suelo como serpientes en busca de la fuente principal de ataque con velocidad, como enredaderas con el deseo de atarlo. Sin embargo, tal como Wei Wuxian lo hizo alguna vez, Xue Yang logró cortar cada uno de ellos y mantener el ritmo contra la espada Bi-Chen.

Algunos cadáveres feroces lograron ser atrapados, cayendo contra el suelo como peso muerto, pero los que seguían de pie seguían lanzándose contra Lan Wangji, quien tuvo que seguir tocando.

Lan Wangji tocó con fuerza, sus dedos se movieron sobre las cuerdas finamente tensas en el instrumento. La espada Bi-Chen se lanzó directamente al brazo de Xue Yang. Con un solo golpe el brazo que sostenía el Sello del Tigre Estigio falso fue cortado.

El grito estruendoso de Xue Yang llenó la plaza, los cadáveres cayeron al suelo de un solo golpe y Lan Wangji se lanzó directamente a Xue Yang.

Tenía que hacerlo, por los inocentes que murieron bajo sus manos, por la gente del Palacio que este hombre había atacado.

Por Xiao Xingchen.

Por Wei Ying.

Aun cuando sus dedos dolieron y las cuerdas comenzaron a mancharse de sangre, incluso si el dolor penetró desde las puntas de sus dedos y el cansancio mental le seguía llevando a las mismas preguntas que generaban terror en su corazón, Lan Wangji debía resistir cada uno de ellos.

Hasta que en medio del fuego, la sangre y los cadáveres feroces Xue Yang colocó un talismán sobre su herida y se abrió paso hacia Lan Wangji. Como si fuera una bestia hambrienta que había logrado sacar una fuerza descomunal encerrada, lanzó la espada Bichen contra el suelo al punto de clavarla en este y se lanzó contra Lan Wangji como si estuviera poseído.

Las pupilas de Xue Yang se rasgaron como las pupilas de un gato, los brillantes iris rojos de Xue Yang crecieron y crecieron hasta rellenar cada espacio, escondiendo por completo el espacio perteneciente a las escleróticas de sus glóbulos oculares.

La locura brillaba en su mirada cuando logró pasar la barrera compuesta por las notas del guqin una mano, que parecía más una garra por las largas y afiladas uñas sangrantes, que al parecer habían crecido de esa manera por una extraña razón, se lanzó hacia Lan Wangji como si este solo fuera un diminuto conejo a un solo momento de ser cazado por una bestia atroz.

Y entonces el sonido de los cuervos se escuchó sobre los cielos como una advertencia del cambio del fuego negro y verde que encendió las linternas del palacio.

Como un violento ataque, la energía resentida se abrió paso por la barrera de energía dorada. Como miles de serpientes atacando a los enemigos, tal como los cuervos que se lanzaron contra sus cuerpos, picoteando ferozmente como si hubieran sido poseídos.

El sonido de un violento dizi sonó desde lo alto, desde un punto que Lan Wangji no pudo descifrar, pero nadie mejor que él sabía lo que esto significaba.

Solo había un nigromante con el poder de controlar todo el resentimiento dentro de aquel palacio.

Entonces todos lo supieron.

El emperador había regresado.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Sobre la cima de aquel palacio una figura destacó en el cielo.

Sus túnicas de un tono granate con bordados circulares le hicieron fundirse como una llama viviente en medio del atardecer. El cabello borgoña atado en una coleta comenzó a oscurecerse desde las raíces hasta las puntas, tomando un tono castaño que brillo ante la luz del sol como un metal precioso.

Los ojos verdes de Luo Suibian brillaron como esmeraldas que fueron devoradas por el rojo, su mano derecha sostenía la espada Jingai desde la empuñadura. Los dedos índice y corazón del príncipe demonio pasaron por el filo hasta hacerlos sangrar. Y sin esperar más, desde la unión de la empuñadura hasta la punta los dedos sangrantes pasaron por la hoja.

Y la espada Jingai se oscureció por completo dejando atrás la simple apariencia de una espada de Cang Qiong, para convertirse en la terrorífica espada del Demonio Rompe Cráneos.

La espada fue soltada solo para que flotara ante Suibian. Los dedos índice y corazón de la mano derecha apuntaron hacia el cielo y el hombre dio una orden directa.

―Rompe.

Con esa simple orden de la espada Jingai salieron hilos de energía demoniaca, como brillantes rubíes y de esos rubíes salieron cientos de espadas que se volvieron miles.

Y todas se lanzaron contra los enemigos sin piedad alguna atravesando sus pechos y corazones sin piedad.

Los gritos de los enemigos aumentaron como si fuera una pesadilla.

Si no eran esas miles de espadas que los atacaban sin piedad, varias flechas golpeaban directamente contra ellos sin que pudieran saber de dónde venían ni detectarlas hasta que esas flechas ya habían hecho su trabajo.

Aun cuando las flechas no tomaron el rol de eliminación como las copias de la espada Jingai, la fuerza con la que eran lanzadas lograban atravesar con furia a los enemigos.

Desde la cima volando por su espada, Wen Qionglin mantuvo el ritmo. Una a una las flechas que salían de su arco cumplían su cometido, sin ser escuchadas o descubiertas hasta que fuera demasiado tarde. Siendo tan precisas que era aterrador.

Esa era la verdadera razón por la que era llamado el General Fantasma.

Pero el corazón de Wen Qionglin estaba atrapado por la angustia. Con sus agudos ojos sobre los cielos buscó a sus seres amados desde los cielos, gritar no ayudaría. Eso solo podía poner en peligro a sus amigos, sobre todo a su hermana y la señorita Qin.

Pero cuando una figura familiar llenó su vista, Wen Qionglin bajo gran velocidad a ese lugar con un solo objetivo.

―¡Señorita Qin!

En medio de una de las plazas del Palacio Rojo un gran domo de energía resentida encerraba a los omegas del séquito Feng. Las manos de los omegas estaban rojas por intentar romperlo. Las armas habían sido inútiles y la frustración aumentó ante cada segundo.

Entonces Qin Su escuchó una voz familiar.

Cuando sus ojos se elevaron al cielo sus mejillas se dotaron de color y sus ojos se llenaron de esperanza.

―¡Joven Maestro Wen!

Rápidamente la atención de los omegas pasó hacia el cielo, sus labios fueron decorados con una brillante sonrisa.

―¡Joven Maestro Wen!

―¡General Fantasma!

―¡Maestro Wen!

Tan pronto Wen Qionglin bajó de su espada sus ojos analizaron a lo que se enfrentaba.

Inmediatamente Song Qing explicó:―¡Xue Yang nos encerró aquí! ¡Dijo que no podríamos romperla y desaparecería cuando su líder se fuera! ¡No quisimos creerle e intentamos romperla, pero aun así no funcionó!

Wen Qionglin intentó romper aquella barrera con su espada solo fallando en el intento.

Sin poder evitarlo sus ojos pasaron a Qin Su.

―Joven Maestro Wen.―Las manos de Qin Su se posaron sobre la barrera, sus ojos miraron a Wen Qionglin con angustia.

Sin poder evitarlo, Wen Qionglin colocó sus propias manos sobre la barrera, justo a la altura de las manos de la omega.

―No se preocupe, señorita Qin. Encontraremos una manera.

―Joven Maestro Wen, Xue Yang fue a buscar a su Alteza Imperial. Por favor, protéjalo.

―¡Pero no puedo dejarle aquí! ¡No voy a dejarte sola! ¡Voy a protegerte de todo sin importar que!

Los ojos de Wen Qionglin brillaron con determinación. Confiaba plenamente en que su emperador ya lo tenía todo bajo control. El mismo lo había visto venir aquí con el único objetivo de ir a proteger a su amado.

Wen Qionglin haría lo mismo.

―Joven Maestro Wen.

Los ojos de Qin Su brillaron con la vista del apuesto joven ante ella, sus mejillas se sonrojaron al igual que las del alfa y no pudo evitar bajar la mirada avergonzada con una sonrisa antes de mirarlo nuevamente. Haciendo al alfa tragar duro al darse cuenta de sus palabras.

Los omegas del séquito Feng apartaron la mirada avergonzados. Esto era algo que no habían esperado, pero no planeaban interferir.

Aunque se sintieron brutalmente excluidos y sin posibilidades de escapar.

Que incómodo.

―Yo-yo... ¡lo que quiero decir-yo-yo-yo!

―Entonces cuento con usted, Joven Maestro Wen.

Si el sonrojo de Wen Qionglin había aumentado nadie dijo nada.

 

 

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La espada de Song Lan se había unido tan rápido como logró alcanzar el paso de sus compañeros. Feroz y directo Song Lan se concentró más en derribar a los enemigos y acabar con los cadáveres feroces que en los sucio que era tener que soportar tener contacto físico con esas personas de aromas asquerosos.

Tenía que encontrar a Xingchen y A-Qing.

¡Tenía que proteger a su familia!

¡Ese era el verdadero sentimiento que compartía Yiling Wei!

Ellos no eran simples trabajadores, cultivadores, civiles o soldados. Ellos eran compañeros, amigos, un clan.

Familia.

Entre los alfas una enorme figura apareció, el resentimiento le cubría como si fuera neblina vistiendo su figura.

Hasta que aquella sombra se dispersó.

Frente a la enorme serpiente que aun peleaba contra Fuxue la enorme figura de un oso negro que superaba los seis metros llenó la plaza.

El oso era tan grande como la serpiente, brillante pelaje negro cubría su cuerpo fuerte y robusto. Furiosos ojos rojos miraron a aquella serpiente y sin esperar más la atacó con furia.

Sus garras brillaron como filosas cuchillas y con una serie de golpes contra el cuerpo de la serpiente que intentó enroscarse en el oso, el animal logró someterla. Desgarrando las escamas y arrancando la cabeza de un solo golpe. El oso dejó caer inerte el cuerpo de aquella bestia, tan solo para desollar con sus garras el cuerpo que comenzó a devorar por completo.

Entonces un estruendoso rugido se escuchó haciendo temblar la tierra.

Fue tan poderoso como el que podría provenir de una bestia, un golpe de ondas sonoras que detuvieron los movimientos de cada persona dentro de ese palacio.

Y una sola palabra dominó los territorios del Palacio Rojo, llegando a los oídos de cada ser humano en ese lugar.

―¡ABAJOOOOOOOOOOOGGGGRRRRRRRH!

Sin poder evitarlo las piernas de Xue Yang, como de cada enemigo en el interior del palacio fallaron por completo. El temor sobre sus corazones los llevó a cubrir sus oídos con fuerza. Creciendo como enredaderas atándose a cada hueso y cada músculo de los enemigos, acelerándose como el flujo de su sangre haciéndoles caer de rodillas sobre el suelo.

Del suelo miles de raíces salieron abriéndose paso a través de los ojos aterrados, un brillante líquido transparente comenzó a inundar el palacio como si estuvieran ante la mayor inundación.

La misma que devoró entre aromas y raíces los territorios del Palacio Rojo, permitiendo que miles de flores de loto de rojas y negras florecieran sobre la cima de las aguas triunfantes formando un inmenso lago de loto en el palacio.

Ante los impresionados ojos de Lan Wangji cientos de árboles de agar salieron del suelo elevándose al cielo de forma intimidante. Cientos de peonias rosadas envolvieron a Lan Wangji con cuidado, al igual que a cada miembro leal del Palacio Rojo en un hermoso baño rosado de suaves y dulces flores junto a los lotos.

Manteniéndolos a salvo de las crueles especies que atravesaron el cielo como cientos de flechas y se clavaron en los pechos de los invasores.

Picando cruelmente contra sus ojos y narices, haciéndolos llorar entre la mostaza, canela, ajo y clavo. Entre el ají y las sensaciones nauseabundas que los sometieron contra el suelo. Al igual que aquellas raíces gruesas que salieron de las aguas y sujetaron sus cuellos, obligándolos a arrodillarse en una posición de súplica ante los cielos.

Y en medio de ese bosque y lago un inmenso árbol se abrió paso, creciendo hasta los cielos a la altura de la barrera, engrosando su tronco más allá de cualquier árbol conocido en la tierra y cubriendo con su inmenso follaje los territorios del Palacio Rojo.

Y Lan Wangji lo comprendió, mientras los gritos resonaban en sus oídos y su figura aun paralizada no podía mover uno solo de sus dedos sangrantes.

Solo una persona en este mundo tenía ese poder. Solo alguien era capaz de manifestar la naturaleza de sus feromonas a este nivel tan bestial para llevarlo al plano visible y controlar a los demás a través de ello.

Este era el temible poder de un alfa dominante.

El verdadero poder de Wei Wuxian.

Y el mismo dominante que había aparecido entre Lan Wangji y Xue Yang. Sin esconderse, sin agacharse. Sin intentar parecer más pequeño, menos intimidante como todos los días, como cada que estaba junto a Lan Wangji.

Este Wei Wuxian era mucho más alto, mucho más intimidante.

Sus brillantes ojos rojos como la sangre tenían un par de pupilas rasgadas como las de una bestia atroz. Mientras sus brillantes colmillos tan blancos como la cerámica se veían mucho más largos y filosos de lo que Lan Wangji recordaba.

Incluso esa mano que apresaba la muñeca de Xue Yang parecía mucho más grande. Lo suficiente para hacer que la muñeca de Xue Yang se viera tan diminuta entre sus dedos. Tan frágil que cuando Wei Wuxian apretó con ira sacó un doloroso grito del alfa.

Los ojos fríos de Wei Wuxian lo miraron y su voz profunda llego a Xue Yang.

―Xue Yang, miserable humano cruel... ¿Quién te cree que eres para entrar en mi territorio y meterte con mi gente?

Esa voz no se parecía en nada a la que usaba con sus amigos, a la que usaba con sus cultivadores, con A-Yuan o con Lan Wangji.

Esa voz era más gruesa, más profunda.

Mas aterradora.

Y entonces Lan Wangji entendió perfectamente ante quién estaba.

Ese no era Wei Ying, no su dulce y adorable Wei Ying.

Esa era...

El Patriarca Yiling.

 

Si te preguntas que tipo de efecto tiene "la voz" de Wei Wuxian con estas personas la comparación más entendible para nosotrxs seria como los silbatos para entrenamiento de perros

Notes:

Si te preguntas que tipo de efecto tiene "la voz" de Wei Wuxian con estas personas la comparación más entendible para nosotrxs seria como los silbatos para entrenamiento de perros.

Un silbato para perros (también conocido como silbato silencioso o silbato de Galton) es un tipo de silbato que emite un sonido en el rango ultrasónico que las personas no pueden oír pero algunos animales sí, incluidos los perros y gatos domésticos y se utiliza para su entrenamiento.

Fue inventado en 1876 por Francis Galton y se menciona en su libro Inquiries in Human Faculty and its Development,1 en el que describe experimentos para probar el rango de frecuencias que pueden ser escuchadas por diversos animales, como el gato doméstico.

Para los oídos humanos de nuestro mundo, el silbato de un perro solo produce un silbido silencioso, si estuviéramos en esta situación con nuestra genética solo escucharíamos un gran grito. Pero para estas personas capaces de escuchar en una frecuencia diferente es un sonido bastante doloroso y difícil de ignorar. Siendo que incluso sus bestias internas pueden sentir el poder de la voz incluso a grandes kilómetros de distancia.

¡Por fin apareció el emperador!

Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

A través de las preguntas y relatos Lan Wangji se pregunta lo que pasó en realidad mientras la lucha se mantiene las sospechas sobre lo que pasa con Wu Meihua incrementan.

Wu Meihua.

¿Qué habrá querido decir entre tantas palabras?

¿Qué creen que haya pasado con este individuo en realidad?

¿Realmente habrá alguien más dentro de su cuerpo?

Y si esa así, ¿Quién será?

Xue Yang.

¿Por qué Xue Yang estará aquí?

¿Por qué es parte del plan?

Ahora que el emperador ha regresado y su mayor poder ha sido revelado, ¿Qué creen que pasara?

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el apoyo y amor que le ha dado a este proyecto, me despido.

¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer!

Chapter 16: CAPÍTULO 9 PARTE DOS: CORAZÓN

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El emperador había regresado.

No había ni una sola línea o estatua dentro del Gran Palacio Rojo que no fuera consumido completamente por las feromonas del alfa dominante. El mismo que había marcado su territorio ante los vulgares invasores que ahora yacían sometidos por su poder.

Ahí, en medio de la plaza la alta figura del alfa dominante se cernía de forma intimidante, sus túnicas negras y rojas olían a sangre y resentimiento ondeándose con el viento. De pie entre las aguas de ese lago de loto que había forma con sus propias feromonas, el Emperador se veía como un dragón dispuesto a castigar a la Infame criatura que tenía sostenida con una sola mano.

Era Wei Wuxian.

Wei Ying había regresado a casa como Lan Wangji había deseado que lo hiciera, como había anhelado por su regreso.

Pero había algo raro en Wei Wuxian.

Ese Wei Wuxian era más alto, más serio, más intimidante.

Al igual que su voz.

―Xue Yang, miserable humano cruel…  ¿Quién te crees que eres para entrar en mi territorio y meterte con mi gente?

Lan Wangji no pudo evitar estremecerse ante el timbre de voz de su marido.

Nunca lo había escuchado hablar de esa manera, no con ese tono. Desconocía que Wei Ying pudiera sonar tan… intimidante.

Pero había algo raro aquí.

Lan Wangji olfateó a través del muelle de loto, encontrando que el aroma de flores de loto de Wei Ying se había fermentado como la marea. Las hermosas flores que brillaban ante Lan Wangji parecían haber sido tocadas por miles de colores.

Pero era más como… la piel de una serpiente dotada con los colores del arcoíris.

Lan Wangji levantó la mirada lentamente, mirando cuidadosamente las túnicas que portaba su marido. La forma en la que sus manos se veían más pálidas, el aroma a muerte sobre su figura hasta que pudo ver su rostro.

Wei Wuxian era el alfa más apuesto que había visto en toda su vida, siempre fue consciente de la apariencia de su marido. Un rostro que incluso con aquellas ojeras bajo sus párpados se veía bastante bien.

Pero ahora en vez de las ojeras había algo extraño.

Sus párpados altos estaban decorados con un par de líneas negras que iban desde los lagrimales subiendo un poco más allá del final de sus pestañas. En sus párpados bajos había un par de largas y gruesas líneas rojas que decoraban la piel y se unían con las líneas negras en su camino a la cima.

A simple vista podría confundirse con un delineado, pero esa expresión…

Esa sonrisa que mostraba su dentadura blanca y brillante junto a esos filosos colmillos, esas uñas largas, negras y filosas como las garras de una bestia.

Esos ojos duros y ese ceño fruncido tan salvaje y feroz.

Y Lan Wangji lo entendió.

Esos fríos ojos tan bestiales…

Eran la herencia más pura que Wei Ying había recibido de esa persona.

Esos eran los ojos de Yu Ziyuan.

Pero había algo extraño en esas marcas.

―Debes ser un humano demasiado estúpido para meterte en mis tierras. Pero debo agradecerte, me has ahorrado el trabajo de buscarte por cada rincón de esta tierra.

Ese no era Wei Ying, no su dulce y adorable Wei Ying.

Ese era…

El Yiling Laozu.

―¡Sabía que vendrías! ¡Sabía que aparecerías de verdad!

―Tu cultivo es bueno, pero olvidaste que cuando se habla de cultivo demoniaco este Señor es el gran maestro.

―Claro que lo eres, no por nada eres el mayor enemigo de todos. El Dios de la Muerte que lideró a un ejército de bestias mortales y e inmortales, demonios y cadáveres. El mismo que acabó con tres mil soldados Wen en una sola noche. ¡La misma noche que mataste al Emperador! El Señor de las Bestias, el Gran Maestro del Cultivo Demoniaco.

Por un momento la expresión del Patriarca se suavizó, solo para permitirle soltar una risa burlona antes de hablar.

―Tú, una criatura tan insignificante que abandonó su humanidad al dañar a otros de su propia especie … ¿acaso sabes ante quien estás?

―No me subestimes, no soy alguien débil. ¡Yo soy un alfa!

―Alfa, beta, omega. Conceptos tontos para los humanos creados por los mismos humanos con el único fin de marcar una jerarquía estúpida para oprimir a los supuestamente más débiles. Ni siquiera saben diferenciar al sexo del género y además. Priorizan demasiado la reproducción.

El hombre hizo una mueca parecida a una risa.

―No, no me importa que demonios eres, me importa a cuantos has lastimado. Y ahora mismo mírate, entraste a la cueva del demonio y tienes el descaro de animarte por ello. No sé si eres un masoquista o un completo imbécil.

―¡Wei Wuxian!

Un nuevo grito provino de Xue Yang, el sonido de los huesos quebrándose llegaron a Lan Wangji. Rápidamente la mano del Yiling Laozu que tomaba su muñeca lo soltó solo para atrapar el cuello de Xue Yang.

Apretó con fuerza, una sonrisa decoró sus labios al verlo toser.

―Su Majestad Yiling Laozu para ti, escoria humana.

―¡Tú!

―No te oigo. Dilo.

Xue Yang se quejó entre el agarre, la diestra del Yiling Laozu apretó con más fuerza haciendo enrojecer el rostro del hombre que le miró con la lengua afuera y los ojos llorosos.

―No te escucho.

Y sin poder resistir más Xue Yang obedeció.

―S-su Majest-tad… Yi-yiling… Laozu.

Un brillo de crueldad se apoderó de los rubíes que miraron con una brillante y arrogante sonrisa a Xue Yang. Soltando poco a poco su agarre permitió que el hombre respirara erráticamente, su voz fue profunda como el abismo.

―Buen chico.

Lan Wangji no sabía cómo procesar los hechos que se desarrollaban ante sus ojos. La imagen oscura de esta cara de su marido era algo que no imaginó que vería alguna vez en su vida. Simples rumores escritos a través de la exageración, la envidia y el odio de clanes envidiosos de su poder.

Pero ahora que lo veía con sus propios ojos…

Se dio cuenta que no todos eran simples rumores.

El Yiling Laozu era real y Lan Wangji no sabía como interpretar los sentimientos dentro de su corazón ante él.

―Así que, ¿Qué haces en mi territorio?

―He venido por Xiao Xingchen. ¡Por mi omega! ¡Él mismo que tú me robaste!

Y el Yiling Laozu solo soltó un bufido parecido al de una risa burlona.

―¿Tu omega? Si que eres un tonto. Deja que este Huangdi adivine, ¿ese tipo te dijo que te ayudaría a recuperar a Xiao Xingchen si cooperabas con su estúpida actuación?

Xue Yang frunció el ceño, había descontento en su mirada.

―Ja, lo suponía. Si hubiera sabido que eres más fácil de manipular hubiera jugado un poco, es una lástima. Un talento como tu desperdiciando su vida de una forma tan estúpida. Ah, decepcionante.

―Yiling Laozu.

―Si tan solo… pudiera matarte ahora mismo.

Cuando la sonrisa del Yiling Laozu brilló al igual que sus colmillos, Lan Wangji supo que era demasiado.

―Wei Ying, debes detenerte. No puedes matarlo. No debes hacerlo.

Y entonces los ojos rojos lo miraron.

Lan Wangji podía sentir el temor apoderándose de su corazón. Pero no temía ante el ser que estaba frente a él, más bien temía que lo que Wei Wuxian estaba haciendo le lastimara mas de lo que ya lo hacia todos los días.

Los ojos rojos le miraron con seriedad, deteniéndose en sus dedos, heridos por las cuerdas de guqin, sangrantes, lo suficiente para hacer que Wei Wuxian regresara la mirada completamente molesto hacia Xue Yang.

Las llamas negras se extendieron entre rojo y sangre, el resentimiento cubrió la diestra de Wei Wuxian.

―¿Quién te dijo que tenías derecho de lastimar a mi pareja? ¡¿Quién te crees para herirlo de esta manera?!

Y la muñeca de Xue Yang fue quebrada como si se tratara de un simple cristal cayendo contra el suelo.

―¡AAAAAAAAAAH!

Como peso muerto, Wei Wuxian lo arrojo contra el suelo, Xue Yang cayo de espaldas gritando por el dolor sin poder evitarlo.

El brillo rojo proveniente de algún punto de la plaza llamó la atención de Wei Wuxian, quien con solo extender la mano consiguió que la energía demoniaca se lanzara como pequeñas serpientes envueltas en llamas, tan negras y rojas como sus cuerpos y tomaran aquel objeto llevándolo directamente a las manos del Yiling Laozu.

―Una réplica barata. Es una lástima, si esto no fuera un problema podría usarlo en evidencia en tu contra, pero no me dejas otra opción.

Y sin dudarlo, levantó aquel objeto sobre el aire, el resentimiento lo olfateó como si fueran rastreadores y el Yiling Laozu ordenó con solo una mirada, logrando que miles de ellas se lanzaran contra el sello falso, concentrándose en éste hasta quebrarlo como si solo se tratara de una simple e inofensiva roca.

Y con la piedra roja entre sus manos, Wei Wuxian presionó su puño, un sonido de ruptura provino de este y cuando su palma se extendió aquella piedra ya había sido reducida a simple polvo carmesí sin poder alguno.

―¡Wei Wuxian! ¡Me costó años hacer eso! ¡¿Cómo te atreves a romperlo?!

Los ojos rojos le miraron, en ellos parecía destellar el infierno en persona.

El resentimiento levanto a Xue Yang sin problema alguno, las serpientes se enredaron entre las extremidades de Xue Yang, quien aterrado miro a Wei Wuxian sin comprender lo que planeaba hacer.

Rápidamente los tentáculos de resentimiento lo envolvieron en sus anillos hasta que Xue encontró imposible moverse.

―¡Wei Wuxian, ¿Qué cara-

Pero cuando intentó quejarse un gran tentáculo entro a su boca sellándola en el acto.

Y aburrido el Yiling Laozu habló.

―Cállate, tu voz me molesta.

Y sin más lo lanzó contra una de las estatuas de leones ancestrales, donde los tentáculos se ataron con fuerza impidiéndole mover un solo dedo.

―Sé un buen chico y quédate ahí.

Con aquello terminado el Yiling Laozu susurró.

―Tan solo hago esto porque tu quieres que lo haga, pero si fuera por mi lo destrozaría miembro a miembro, tanto en cuerpo material como espiritual una y otra vez hasta que esa escoria no pueda más.

Por un momento todo fue silencio, hasta que Lan Wangji lo volvió a escuchar hablar. Lan Wangji seguía paralizado, confundido ante tantas cosas frente a él.

―Ya te dije lo que yo haría, deja de molestarme con tu estúpida moral.

Y entonces una ola de dolor golpeó la cabeza del dominante.

El dizi cayó al suelo mientras las manos del alfa sostenían su cabeza, Lan Wangji reaccionó, llamando con firmeza.

―¡Wei Ying!

―¡No vengas!

Lan Wangji no pudo evitar quedarse quieto en su lugar, sus pies sujetos por las raíces del agar y los lotos. Las flores de loto atrapando su figura estorbando en su paso, mientras una muralla de tablas de agar creció tabla sobre tabla entre Lan Wangji y Wei Wuxian.

Y solo ahí Lan Wangji lo comprendió.

Wei Wuxian le había dado una orden.

Wei Wuxian había usado la voz de mando contra él y el talismán que el señor Suibian le había dado para evitar que está tuviera efecto sobre él ahora descansaba sobre el suelo, manchándose con sangre.

Las raíces no sujetaban su cuello, no sometían su nuca, pero Lan Wangji podía sentirlo.

Había sido sin querer, Lan Wangji lo sabía. Wei Wuxian no estaba en el mejor momento, no podía culparlo ni molestarse con él por eso. Por el contrario, tenía que buscar la manera de soltarse y buscar que calmara su corazón o esto lo mataría.

―¡Wei Ying!

Wei Wuxian sostuvo su cabeza, sintiendo que el dolor insoportable se clavaba en su cráneo como miles de agujas intentando destrozarlo por completo, las heridas sobre su abdomen y brazos volvieron a abrirse. La sangre se abrió paso entre los vendajes y las túnicas grises se vieron manchadas por el carmesí.

―¡Wei Ying!

Lan Wangji intentó por todos los medios zafarse de las ataduras, intentando mover sus pies, caminar hacia él.

¡Tenía que ayudarlo!

¡Tenía que salvarlo!

Pero cada que intentaba moverse las enredaderas se volvieron más fuertes, hasta un punto en que se volvió doloroso, incluso en su nuca a pesar de que ninguna de ellas tocaba ese lugar.

―¡Wei Ying!

Entonces en medio del dolor una voz apareció en la cabeza de Wei Wuxian.

―¡Wei Wuxian, retira la orden ahora mismo!

―¿Suibian?

― ¡Retira la orden que le diste a Lan Wangji!  ¡Estás lastimando a tu omega!

Y los ojos de Wei Wuxian se abrieron con terror.

Como si se tratara de un hechizo, las raíces, las flores y las enredaderas desaparecieron de Lan Wangji, diluyéndose como vino hacia el suelo entre sus túnicas.

Y solo en ese momento Lan Wangji se lanzó hacia Wei Wuxian, quien estaba completamente rodeado por las llamas negras que ahora tenían en sus centros llamas rojas como los brillantes ojos expectantes de una bestia.

Y sin dudarlo, Lan Wangji lo abrazó en desespero.

Mas allá de un gesto afectuoso o por extrañarlo, Lan Wangji uso su propio cuerpo como una distracción. Y usando todas sus fuerzas buscó el rostro de Wei Wuxian, tomando gentilmente sus mejillas.

Los ojos de Wei Wuxian miraron llenos de desesperación a Lan Wangji, confundidos y aterrorizados de él mismo.

―Lan Zhan.

Y con gentileza Lan Wangji acercó su rostro, mirándolo suplicante. Como si le pidiera permiso a algo que ambos comprendieron a la perfección. Wei Wuxian asintió, sus pupilas cambiantes entre rasgarse como los ojos de una bestia y un humano miraron a Lan Wangji, quien tomó su hermoso rostro con gentileza, sus ojos se cerraron y actuó.

Sus labios se conectaron en un beso.

Wei Wuxian solo pudo abrir los ojos impresionado mientras sus brazos tomaron la figura de Lan Wangji, levantándolo por reflejo lo sujetó firmemente contra su pecho. Lan Wangji pasó sus brazos por el cuello de Wei Wuxian, aferrándose a él.

Y entonces Lan Wangji canalizó toda la energía dorada que había en su cuerpo directamente a Wei Wuxian a través de sus labios.

La lengua de Wei Wuxian se encontró tímidamente con la lengua del omega, pero se volvió entusiasta cuando la lengua de Lan Wangji los llevo a tener una batalla mientras la energía dorada pasaba de Lan Wangji a Wei Wuxian.

Hasta que los ojos de Lan Wangji se abrieron desorbitados cuando la lengua de Wei Wuxian invadió su boca, siendo mucho más larga de lo que hubiera imaginado, pero nada desagradable. Experta en un movimiento que se volvió familiar rápidamente para el omega, quien no pudo evitar el gemido atrapado entre su garganta y aquel largo músculo asombroso.

Del cuerpo de Lan Wangji emergieron llamas doradas, tan brillantes como el sol, enredándose entre las llamas negras como Yin y Yang. Lan Wangji pasó su energía dorada a Wei Wuxian gota a gota a través de la conexión de sus bocas, hasta que no quedo absolutamente nada más que simple energía espiritual.

Sin embargo, sus bocas no se separaron.

Por el contrario sus labios se encontraron como en una danza de cortejo entre un fénix y un dragón. Como serpientes sus lenguas se enredaron, jugaron y deleitaron en el sabor del otro. Entre la canela, chocolate y almendras de Wei Wuxian. Entre los exquisitos duraznos, fresas y arándanos de Lan Wangji.

Cuando las llamas negras se apaciguaron como el dolor en la cabeza de Wei Wuxian, la necesidad de oxígeno se volvió superior a ellos, sus labios se separaron generando un sonido húmedo. La lengua de Wei Wuxian dejó la boca del omega, regresando al interior de su propia madriguera.

Lan Wangji respiró erráticamente como Wei Wuxian, el sonrojo sobre sus oídos había llegado hasta sus pómulos, esparciéndose por sus mejillas, labios y nariz deliciosamente.

Sus ojos entrecerrados mostraban un par de pupilas dilatadas, mismos que miraron con atención el rostro del sonrojado hombre frente a él, mientras sus alientos calientes chocaban contra el otro.

Los ojos de Wei Wuxian ya no estaban rojos, aunque sus pupilas estaban tan dilatadas como las de Lan Wangji, la plata oscurecida por los sentimientos que se apoderaban de su corazón eran una mejor imagen que el carmesí.

Sin embargo, el no sentir el núcleo de Wei Ying absorbiendo la energía dorada en su interior le llamó la atención. En vez de eso la energía fluía en el cuerpo del alfa, como llamas decorando su figura haciendo que su imagen fuera tan brillante como el sol.

Wei Wuxian por su parte solo podía volver poco a poco a sí mismo, sintiéndose avergonzado de lo que había pasado, aun confundido por todo.

Sin embargo, las orquídeas y jazmines que florecían a su alrededor junto a las hojas de sándalo sobre él, como una capa que lo abrazaba gentilmente en amor, comprensión y cariño le ayudaron a calmarse.

El alfa abrazó a su esposo gentilmente, como si temiera lastimarlo, aun asustado de sí mismo y Lan Wangji solo dejó que lo hiciera, correspondiendo el abrazo.

Lo hizo.

Su Señor llegó.

Y nadie podía estar más feliz en el mundo que él.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Bichen estaba cansado.

Luchando con la espalda libre después de dejar a Mei Ling a salvo con la doctora Wen y los demás, Bichen se abrió paso entre los cadáveres y los rebeldes, su espada cortó cadáveres sin piedad, saltando entre las plazas mirando el horror.

Debía llegar a Wangji, tenía que apresurarse.

Por alguna razón su energía espiritual estaba fallando y por más que quería hacerlo no podía despegar en su espada ni flotar por sí mismo. Hasta que la misma se estancó en sus meridianos y Bichen sintió que una pesadilla se repetía frente a sus ojos.

No, esto no pida ser.

Era justo como pasó en…

La Masacre de Cang Qiong.

Wangji.

¡Wangji!

¡Debía llegar a Wangji!

Entonces algo pasó.

Sobre la cima de los cielos una brillante llama roja brilló. De ella una serie de patrones se formaron rápidamente como pétalos floreciendo de una flor. Aquello comenzó a crecer y crecer sin detenerse convirtiéndose en una gran matriz que cubrió por completo los territorios de YuZhong.

Miles de patrones se unieron a aquel extraño símbolo que recordaba al sol. Las caras de cientos de lobos aparecieron en medio de varios círculos y formaciones curvilíneas. Los ojos dorados de esos lobos parecían mirar la tierra como si solo fuera una simple maqueta para jugar con el destino de los demás.

Aquella formación era la misma que un día había aparecido sobre el cielo cuando Wen Mao inició la Masacre de Cang Qiong.

Y la energía dorada y espiritual de los guardianes dorados comenzó a fallar.

Los guardianes de Gusu Lan que iban hacia Yiling sintieron como sus meridianos se bloqueaban, obligándolos a tomar una sola decisión.

―¡Aterricen de inmediato!―ordenó Shuoyue con premura, los guardianes no tuvieron otra opción.

En Meishan Yu los ojos de los cultivadores y ciudadanos no pudieron evitar mirar al cielo con consternación, la Mayor Yu apretó las mangas de sus túnicas entre sus manos hasta que estas se bañaron de sangre.

La energía espiritual comenzó a fallar, hasta que ningún cultivador con la orden de partir a Yiling Wei pudo levantar su espada ni un solo centímetro.

―¡No nos quedaremos aquí! ¡Busquen alguna alternativa!―ordenó la Mayor Yu.

―¡Sí, su Señoría!

Y la Mayor Yu solo pudo pensar en una cosa.

“Wei Ying”

La impotencia entre los cielos se sintió como una tormenta a punto de estallar. Con un simple movimiento entre aquella configuración, como si se tratara de engranajes de una compleja construcción de un solo golpe todo lo viviente y no viviente conectado a la energía dorada y espiritual, al resentimiento y el mundo espiritual fue limitado.

En la tierra mortal, los cultivadores, aldeanos, alfas, betas y omegas miraron con horror una luz que se lanzó hacia el Palacio Rojo, chocando contra la barrera y envolviéndola por completo en sangre.

Norte, Sur, este y oeste. No hubo mirada que no se posara sobre aquel palacio, no hubo personas que no temieron por ellos, cultivadores que se miraron entre sí, sin comprender aquello.

Las campanas de advertencia resonaron, los rumores comenzaron a esparcirse y en la Capital Celestial tres dioses y una calamidad miraron con sospecha aquel domo carmín que los encerraba sin una sola posibilidad de escapar.

Un nuevo golpe se asentó contra aquel domo, la sangre en los nudillos del Emperador Celestial fue derramada sobre la pared. Las mariposas plateadas chocaron con fuerza una a otra en una ola de miles sin un solo resultado positivo, y los dioses golpearon con sus armas espirituales fallando por igual.

Habían sido encerrados.

Nuevamente habían sido atrapados en esta maldita matriz.

Igual que el día en que Cang Qiong cayó por las manos de Wen Mao.

Igual que hace dieciocho años.

El puño de Xie Lian golpeó contra aquel domo nuevamente.

No podían.

No podían hacer nada otra vez.

Igual que en la caída de Cang Qiong, igual que cuando perdieron a su hija.

Igual que el día en que el Hijo del Cielo…

―Gege.

Esto no era bueno.

Los ojos del cielo se habían activado nuevamente.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Bichen siguió su paso tan rápido como podía. Corriendo por sus propios pies sin importarle los obstáculos en medio de su camino o que su energía había sido bloqueada. Con su espada enfundada en su espalda Bichen se esforzó más allá de sus propias habilidades para lograr llegar a Lan Wangji.

Hasta que su pie tocó una piedra que se había zafado del piso de la plaza logrando que su tobillo se torciera, entonces sintió como alguien le sujetó rápidamente, haciéndolo girar para evitar la caída antes de que Bichen siquiera pudiera reaccionar.

El corazón de Bichen se paralizó y sus orbes se abrieron aterrados de lo que estaba ante él.

Esa persona era tan alta para considerar que medía posiblemente más de 1.90, su cabello era negro como el ébano y espeso como las olas del mar, sus ojos eran un par de obsidianas finamente colocadas en aquel apuesto rostro de jade, su cejas eran desafiantes y su sonrisa encantadora armonizando con aquel hermoso rostro.

Su cuerpo parecía fuerte, robusto, como solo un alfa dominante o un demonio celestial podría ser, pero era ese rostro lo que atrapó la atención de Bichen.

Ese rostro.

Ese era el rostro de Suibian.

El verdadero rostro, no aquella fina alteración que Suibian había hecho para esconder su verdadera sangre. Aquella que intentaba ser más simple, de pestañas cortas, una nariz ligeramente torcida y ojos afilados y pequeños.

Este era el verdadero rostro de Suibian.

Nariz respingada, ojos de zorro y pestañas espesas.

Una persona simplemente más hermosa que nadie sobre la tierra.

Pero esta persona no era Suibian.

Aun si olía a canela no era su Dongxing.

―… Tú.

Era aterrador.

El maldito parecido era muy aterrador.

Pero lo más perturbador era…

Esa mirada suave que se parecía tanto a la de Shizun.

Una mirada que además tenía tristeza posada sobre sus pupilas.

―La Belleza Fría es aun más impresionante de lo que había imaginado. Lamentablemente esta no era la manera en la que deseaba conocer a Su Estimada Alteza Imperial, pero esta es la única manera en la que puedo cumplir con mi misión.

Esas palabras fueron suficientes para paralizarlo.

No había ningún deseo oculto en su mirada, solo una simple y extraña admiración. No era la admiración que un alfa tendría por un omega que deseara tener o que sintiera que fuera agradable para él, sino más bien…

La admiración que se tendría por un superior.

―¿Quién eres? ¡¿Qué demonios quieres aquí?!

―Aunque no puedo decirle quien soy aun, quiero que sepa que sin importar que pase o tenga que hacer, todo lo que hago es por una razón y eso es ayudar al emperador.

―¿Por qué debería creer en tus palabras? Incluso te atreves a copiar el rostro de Polilla de Oro. Que maldito descarado.

El hombre suspiró antes de hablar.

―Algún día lo entenderá todo. Ahora es mejor que no interfiera, Su Alteza Imperial. Es por su propia seguridad y por la tranquilidad del Príncipe Heredero Luo. Me encargaré de terminar con esto pronto.

El hombre le dio una suave reverencia y desapareció en un parpadeo.

―¡Espera!

Pero ya era tarde.

Y cuando Bichen reaccionó solo pudo correr a mayor velocidad deseando llegar a su objetivo.

Bichen no conocía lo que esa persona deseaba hacer, pero si sabía algo.

¡Wangji estaba en peligro!

 

 

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Lan Wangji no había soltado a Wei Wuxian.

―Lan Zhan, ¿estás bien?

―Hmn, estoy bien.

―Lo siento, lo siento, debí llegar más rápido. Debí haber sabido que algo pasaría.

―Wei Ying no tiene la culpa, estas aquí. Eso es lo único que importa.

―¿A-Yuan? ¿Dónde está A-Yuan, baobei?

―Él está a salvo, los civiles han sido llevados a la biblioteca subterránea junto a A-Yuan, su nodriza, Xiao Xingchen y la doctora Wen.

Wei Wuxian solo pudo abrazar con mayor fuerza a Lan Wangji sintiendo el alivio en su corazón. Suaves besos fueron repartidos sobre la cabeza y la frente de Lan Wangji. El omega solo se dejó hacer aferrándose al alfa, aun temiendo perderlo.

Todo acabó, había terminado.

Sin embargo, el ceño de Wei Wuxian se frunció con sospecha cuando vio algo raro en el ambiente.

Como si se tratara de una pintura, el filo de una espada apareció desgarrando el panorama ante él sin que Wei Wuxian lo comprendiera. Y como si él tiempo se volviera tan lento que la caída de una gota sobre una hoja sería tan fácil de ver a detalle, todo pasó frente a sus ojos sin que Wei Wuxian pudiera detenerlo.

Ante el matrimonio imperial apareció un hombre tan alto como Wei Wuxian. Su cabello era negro como la tinta de la mejor calidad tan fresca como el agua, como aquella que podía olfatear entre el arce y la canela, sus ojos eran tan rojos como la sangre, como aquella marca que parecía fuego sobre su frente.

Era como ver a Suibian en persona.

Un Suibian que le miró sorprendido al notar la presencia de Lan Wangji, antes de fruncir el ceño en una extraña preocupación y aferrarse a esa espada tan oscura como la noche en la mano izquierda que se sintió demasiado familiar para Wei Wuxian.

Entonces Wei Wuxian escuchó una voz en su cabeza.

―¿Qué es eso? ¿Por qué él tiene esa espada? ¿Por qué hay otra Xin Mo en este mundo?

Ese Suibian apunto aquella negra espada a Wei Wuxian y se lanzó hacia él con un único objetivo.

Por reflejo, Wei Wuxian giró a Lan Wangji entre sus brazos, empujando su figura con la mayor delicadeza que pudo haciendo que las raíces de las flores de loto se aferraran a Lan Wangji. Junto a los lotos las raíces lo alejaron cuidadosamente tres metros de él depositándole en el suelo.

Lan Wangji ni tuvo tiempo para quejarse cuando ya se encontraba de rodillas en el suelo, sostenido firmemente por las raíces sin que estas se atrevieran a lastimarlo o liberarlo. Tan solo pudo mirar con horror lo que estaba pasando, mientras aquella espada negra como la noche apuntó directo al corazón de Wei Wuxian.

Pero nadie esperó que en medio de ambos una gran nube de resentimiento apareciera, tomando la forma de una pequeña y joven figura vestida únicamente con una capa decorada con bordados rojos de flores Lycoris Radiata.

Delicadas piernas blancas como la cerámica, brazos cubiertos por una capa negra con bordes rojos como la sangre. Cabello negro como la noche, una gargantilla de cuero que Wei Wuxian le había regalado. Ojos rojos que se abrieron con sorpresa y cejas negras que se fruncieron.

Y cuando la figura de Chenqing apareció completamente entre ellos, la espada negra atravesó su pecho mientras los ojos de aquel hombre se abrían con irremediable sorpresa y horror al igual que Wei Wuxian.

Esto no era parte de los planes, así no debía ser, pero…

Pero él lo sabía.

Debía continuar con aquella actuación mientras los ojos del cielo le miraban.

El demonio frunció el ceño, presionó con más fuerza y siguió adelante aun con el demonio atravesado por la espada.

Chenqing sujetó la hoja, sangre broto de la herida como vino cayendo ante el suelo de la plaza. El filo de la hoja cortó poco a poco sobre sus palmas mientras la sangre negra caía al suelo como lluvia de resentimiento. Las heridas manos que no pudieron evitar el paso ante un aterrado Chenqing que miró aquella marca comprendiendo la única y terrible verdad frente a sus ojos.

No podía detenerlo.

No podía hacer nada.

No como en el pasado.  No cuando aún era invencible.

Cuando era el mismo.

Porque ese demonio celestial frente a él era mucho más fuerte que él.

Y Chenqing solo pudo hacer uso de todo su resentimiento para intentar proteger a Wei Wuxian en una barrera.

Pero no pudo hacer nada, porque la espada logró golpear contra el pecho de Wei Wuxian, clavándose con fuerza y atravesando la piel capa por capa.

Los músculos abrieron paso a la hoja negra que avanzó como si estuviera buscando el centro de la tierra, los huesos se quebraron y Wei Wuxian sintió que algo se repetía en su cabeza. Una secuencia de eventos que le llevaban a imágenes difusas e inentendibles.

Un palacio.

Una ceremonia.

Un rollo de oro.

Un ser legendario.

Una advertencia.

Una coronación.

Un nombre.

Túnicas blancas tornándose doradas como el sol.

Un regalo de cumpleaños.

Una persona, un deseo.

Soñar con la misma persona.

Soñar mil veces con la misma persona.

Reino onírico, treinta y tres rayos sobre el cielo, un nacimiento.

Su propio nacimiento.

Los gritos de su madre, un templo, agua.

Yu Ziyuan, su madre grita por Yu Ziyuan.

La estatua del templo de Meishan Yu.

La estatua está llorando, el dragón esta dormido.

El Dios está llorando por ser traicionado.

3,333, recuerda, 3,333.

Sangre de Dios, el Árbol de la Vida Eterna, alfas dominantes.

Familia, padres, hermanos.

Chenqing es un regalo para A-Xiong.

A-Xiong está llorando, esto es tu culpa.

A-Zhan no lo recuerda, no puedes culparlo.

Recibe la espada en tu pecho, solo así podrás encontrar tu corazón.

Espadas, recupera las espadas que nacieron cuando moriste.

A-Yuan, debemos encontrar a A-Yuan.

Este es el momento que por milenios has esperado.

Encuentra tu corazón, solo así podrás romper la maldición.

Si olvidas el número 3,333 será tu perdición.

3,333, aun si no puedes recordar que significa ese número debes recordarlo si quieres romper la maldición.

¡DEBES ROMPER LA MALDICIÓN!

Una bocanada de sangre salió de sus labios, el impacto hizo que el aire saliera de golpe de sus pulmones. Su vista se volvió borrosa; pero pudo verlo.

La soledad en los ojos de ese hombre, el arrepentimiento en su mirada se le hacía familiar.

Demasiado familiar.

El tiempo lentamente se detuvo, entre los movimientos de un corazón palpitante que era atravesado por aquella espada inusualmente familiar, y algo que Wei Wuxian sintió que no era la primera vez que lo vivía.

Entonces sintió algo.

Aquel hombre atravesó algo en su vientre, la sensación fue cálida y clara como el avanzar del Rio Amarillo. No hubo dolor alguno, como si Wei Wuxian no fuera más que la alucinación del demonio ante sus ojos. El mundo se había paralizado como las gotas de sangre, detenido como el movimiento de las hebras de Chenqing o el aleteó de dos mariposas sobre la cabeza de Wei Wuxian.

 

 

Y entonces pudo ver como esa misma mano se elevó hacia su rostro, un par de ojos negros le miraron con arrepentimiento.

Y con un solo toque gentil de la yema de aquel pulgar algo comenzó.

Uno.

El corazón palpita.

Un lago, podía recordar el lago.

La sonrisa de su hijo, los hermosos ojos dorados de su esposo.

Dos.

Traidor.

Había un traidor mirándolo entre las sombras.

Se lo habían advertido, se lo habían dicho pero no quiso escuchar.

Confió demasiado.

Tres.

La espada negra atravesó su pecho, su corazón había sido tocado por ella. El demonio le miraba con seriedad, había arrepentimiento en su mirada. Él lo sabía.

Esta persona no quería hacer esto, no deseaba cumplir con este papel.

Pero era el único que podía hacerlo. Él único que pudo encontrar la verdad en un mundo destruido por un tirano desde el comienzo.

El jade rojo fue tocado por sus yemas, la piedra fue frotada.

El tiempo se detuvo.

Llegó el momento.

―Ge…ge.

―Perdóname, Bixia. Esto dolerá un poco, pero era la única manera.

―Es hora, mentiroso. Es hora… de despertar.

―Ah… ah… ¡AAAAAAAAAAAAAAAHHHH!

El grito del emperador llegó a todos los planos. Las campanas sobre los cielos fueron tocadas con fuerza. Dioses, demonios, calamidades, mortales e inmortales tuvieron que cubrir sus oídos.

Suibian tuvo que detenerse, caer sobre la tierra. Sus manos cubrieron sus oídos.

Era demasiado.

Este no era el rugido de un ser normal, era el rugido de…

Sus ojos se abrieron con terror ante esas palabras.

Él sabía lo que era.

Y la tierra crujió como si se hubiera despertado una bestia.

Un temblor de 3.3 golpeó la tierra sin piedad, perforando sobre sus cimientos y dimensiones, tomando entre sus manos a la Capital Celestial, la Ciudad Fantasma y el Reino Demoniaco en conjunto con el Reino Humano.

El pecho de Suibian se sintió muy extraño, lo sujetó con fuerza y temor.

Sentía algo extraño, algo que se había apoderado de su corazón, la sensación de un evento inexplicable que no esperó volver a sentir después de cinco largos años se adueñó de Suibian y el terror le hizo saber la verdad.

La conexión espiritual…

Su conexión espiritual con…

―Wei Ying.

¡Debía buscar a Wei Ying de inmediato!

Sobre la tierra conocida a lo lejos en los territorios del noroeste, entre los viejos territorios de lo que un día fue el Reino de Wuyong un volcán de aspecto aterrador tembló junto a la tierra. Ese era el Monte TongLu, conocido como el horno que daba nacimiento a las Calamidades.

Y el mismo que se cerró inesperadamente terminando con el temblor.

En la Ciudad Celestial una calamidad cayó al suelo, sus manos sujetaron firmemente su cabeza mientras su cabello se erizaba, sus colmillos brillaban y los gruñidos emergían de sus garganta. Tres mariposas plateadas volaron erráticamente ante el hombre, una de ellas se movía con mayor desesperación.

―¡Sang Lan!

Dolía, dolía demasiado.

El dios se arrodilló a su lado, abrazando al fantasma. El iris de Hua Cheng se tiñó de rojo, su pupila se rasgó y sus garras crecieron sin poder evitarlo.

―¡Su Alteza Real, tenemos problemas! ¡El Monte TongLu se ha cerrado sin explicación!

Lo sabía.

Xie Lian sabía que esto pasaría, pero no pensó que sería de esta manera.

―Sang Lan.

En el Reino Demoniaco una figura cayó al suelo, el Emperador Demoniaco sostuvo a su consorte entre sus brazos, quien no podía hacer nada con el intenso dolor en su cabeza.

―¡SHEN YUAN!

Shen Qingqiu quería concentrarse, recuperar sus sentidos. Pero solo podía escuchar aquellos mensajes con voz robótica.

―¡Alerta! ¡Alerta! ¡Código 3.333! ¡Violación en el sistema! ¡Violación en el sistema! ¡Código 3.333! ¡Código 3.333! ¡Violación en el Sistema!

Cállate.

―¡Alerta! ¡Alerta! ¡Código 3.333! ¡Violación en el sistema! ¡Violación en el sistema! ¡Código 3.333! ¡Código 3.333! ¡Violación en el Sistema!

¡Cállate!

―¡Alerta! ¡Alerta! ¡Código 3.333! ¡Violación en el sistema! ¡Violación en el sistema! ¡Código 3.333! ¡Código 3.333! ¡Violación en el Sistema!

¡CÁLLATE!

La pantalla del Sistema comenzó a fallar, como si se tratara de un virus que había entrado en los rincones más profundos y lentamente estaba terminando con cada uno de sus códigos. Voces y palabras indescifrables comenzaron a aparecer ante Shen Qingqiu, quien solo podía mirar como la pantalla lentamente comenzó a desintegrarse.

―¡A-Alerta! ¡Alerta! ¡El sistema ha sido contaminado! ¡El sistema ha sido contaminado! ¡La base central del sistema ha sido afectada!

¿La base central?

Eso significaba que…

―Shen Yuan, ¿Qué ocurre?

―¡El sistema ha sido contaminado! ¡La base central ha sido dañada irremediablemente! ¡El sistema está a punto de colapsar! ¡Un virus ha activado la función de autodestrucción! ¡UN MALDITO INVASOR HA ROTO LAS REGLAS! ¡UN MALDITO TRAIDOR HA ROTO EL ACUERDO ENTRE NOSOTROS!

¿Qué?

―¡Alerta! ¡Alerta! ¡3.333! ¡Violación en el sistema! ¡Violación en el sistema! ¡3.333! ¡3.333! ¡Violación en el Sistema!

Eso… eso significaba…

―¡Alerta! ¡Alerta! ¡3.333! ¡Violación en el sistema! ¡Violación en el sistema! ¡3.333! ¡3.333! ¡Violación en el Sistema!

No podía ser… no podía ser.

Wei Wuxian.

Las nubes sobre la Montaña que Toca el Cielo comenzaron a incrementar y oscurecer de una forma bastante anormal, dotándose del sonido de los rayos ante una inminente tormenta que amenazaba con caer sobre la montaña.

Los ojos de Wei Wuxian se tornaron rojos, sus iris se apoderaron por completo de las escleróticas.  Las pupilas se rasgaron, sus colmillos brillaron como si hubieran crecido volviéndose más afilados. Un extraño delineado negro se apoderó de sus parpados altos al igual que un par de delineados rojos decoraron los parpados bajos.

Su ceño se frunció, sus uñas parecieron crecer haciendo que el demonio que sostenía aquella espada clavada en el corazón del emperador frunciera el ceño con preocupación

Entonces Wei Wuxian volvió a usar la voz.

El rugido de una bestia se apoderó de los oídos de cada ser sobre las tierras de YuZhong sin importar el plano, la oscuridad en aquellas nubes empeoró. Las nubes crecieron de forma irracional sobrepasando los límites de la montaña hasta que el país completo se vio tragado por un inmenso mar de nubes de extraña apariencia.

La carga eléctrica sobre las nubes hizo presencia, alterando al imperio sobre aquel cielo aterrador. Desde su lugar en medio del bosque en donde corría hacia el palacio Rojo y sin poder usar energía dorada o espiritual, Zidian miró aterrado como la electricidad se concentraba en el punto central de aquellas nubes, justo por encima de aquella extraña matriz roja como la sangre.

Y en un solo segundo de las nubes emergió un rayo que golpeó justo contra el centro de aquella misteriosa matriz, quebrándose como si de un cristal se tratara.

El rayo esparció miles de rayos sobre la matriz como si se tratara de una enredadera. Destruyendo pedazo a pedazo de la misma hasta que de esta no quedo nada.

Y en la cabeza de Shen Yuan se escucharon aquellas palabras.

―¡Alerta! ¡Alerta! ¡3.333! ¡Violación en el sistema! ¡Violación en el sistema! ¡3.333! ¡3.333! ¡Violación en el Sistema! ¡El Sistema ha sido destruido! ¡La conexión del Sistema ha sido destrui-

Tal como aquella voz avisó, la pantalla lentamente se desintegró, hasta que al final no quedo nada de lo que conoció por años como Sistema.

Y por primera vez en más de 200 años, todo se volvió silencio.

Mortales, inmortales, fantasmas y demonios miraron como aquella matriz había desaparecido por el misterioso rayo emergido de aquellas nubes.

Los ojos de los inmortales no pudieron evitar pasar su mirada hacia la Montaña que Toca el Cielo.

Algo andaba mal.

Algo andaba muy mal.

En el Palacio Rojo un emperador y un demonio celestial se miraron.

Wei Wuxian lo sabía, había sentido el fulgor de la tierra bajo sus pies, pero por alguna razón inexplicable sintió que solo en ese lugar, en ese espacio que incluía tambien a Lan Wangji, habían sido completamente asilado del terremoto.

Y aquel demonio le dijo algo.

Algo que hizo que su corazón se detuviera…

―Lo siento mucho, Jaghan. Terriblemente esta era la única manera que tenía para ayudarte en mi propia situación. Pero ahora no tienes que preocuparte… cuando el sol vuelva a brillar el dolor que ese caparazón te provoca terminará.

Porque esa lengua no era mandarín.

Sino… MaoLang.

Las túnicas negras se ondearon ante los ojos de Wei Wuxian. Una alta figura apareció detrás de aquel demonio que sostenía la espada. Dos iris carmesí lo miraron fríamente. Y aquella sonrisa fue aterradora.

―­¡Wei Ying!

El demonio sacó la espada cuidadosamente, como si buscara evitar lastimarlos. Chenqing y Wei Wuxian fueron liberados de la espada, pero para sorpresa de Lan Wangji, el demonio los sostuvo entre sus brazos cuidadosamente ayudándolos a bajar hasta el suelo donde los depositó antes de levantarse.

El demonio celestial los miró con arrepentimiento, notando como Lan Wangji se lanzó hacia el emperador y el demonio, quien negó cuando Lan Wangji intentó tocarlo.

―N-no te fijes en mi… yo estaré bien…ah… lo único importante ahora es Wei Ying.

Lan Wangji obedeció, sujetando a Wei Wuxian en su hombro. Con horror vio la sangre fluir del estómago de su marido y la herida en su pecho. Lan Wangji rasgó su manga y busco detener el sangrado.

Un bocado de sangre negra salió de Chenqing, quien canalizó tanto resentimiento como pudo entre sus manos. A pesar de que estaba herido podía con ello.

Debía defenderlos.

Sin embargo, el demonio no los atacó, por el contrario miró a Chenqing con arrepentimiento antes de hablar en una vieja lengua que solo Chenqing comprendió.

En medio del cansancio y la frustración Chenqing frunció el ceño. Sus ojos no pudieron evitar mirar con sorpresa al demonio. Por lo que no pudo evitar preguntar en esa lengua.

―¿Quién eres?

El demonio dio una sonrisa triste, desilusionada, antes de contestar.

―Pronto todos lo recordarán.

Sin más limpió la hoja que guardó sin problemas en la funda que colgaba de su cinturón.

Entonces una voz llegó a él.

―Llegaste… ayúdame… no puedo moverme.

Los ojos rojos se movieron hasta encontrar la imagen de Xue Yang atado en la base de la estatua del león ancestral. Su boca había sido liberada, pero su figura seguía aferrada a la piedra.

Xue Yang le dio una sonrisa, como un niño que miraba a su padre que por fin llegaba a salvarlo de los matones.

―Quítame estas cosas, no puedo moverme. Rápido.

Sin embargo, el demonio le miró seriamente y dijo:―No.

Xue Yang consternado preguntó:― ¿Qué?

―No lo haré, no voy a salvarte del destino que tú mismo buscaste. Es hora de que afrontes las consecuencias de tus actos.

―¡No puedes hacerme eso! ¡Tú me trajiste aquí con la promesa de que recuperaría a Xiao Xingchen y mataríamos a Wei Wuxian juntos!

―Naturalmente te traje con esas mentiras porque no tuve opción. Si fuera por mi jamás te hubiera traído. No era parte de mis planes que le trajeras horripilantes recuerdos a ese pobre muchacho. Pero terriblemente para que toda esta actuación fuera creíble tuve que seguir esas reglas absurdas de aquel miserable.

―¡¿Por qué?! ¡¿Por qué me estás haciendo esto?! ¡Tu estabas bien conmigo a pesar de todo! ¡¿Por qué me trataste de esa manera entonces?! ¡¿Todo esto fue una maldita mentira?!

―Porque mi corazón débil vio en ti a mi…

Sus palabras se detuvieron muriendo en sus labios.

El demonio frunció el ceño ante la furia en los ojos de Xue Yang. Su siniestra se aferró a su espada y sus ojos bajaron antes de elevarse, respirar profundamente y hablar.

―No importa ahora, ya que me vi obligado a traerte aquí dejaré que sean sus majestades imperiales y Xiao Xingchen quienes decidan el castigo que te corresponde.

Xue Yang frunció el ceño, gritando con fuerza. Su odio por aquella traición fue palpable.

―¡Tú me prometiste que me ayudarías a recuperar a mi omega! ¡Tú me prometiste que me ayudarías a poder ser yo mismo como siempre debió ser!

―¡Esa no es la manera que yo te enseñé! ¡Nada que has hecho en esto lo es! ¡Incluso si te apoye con lo de Jin Guangshan no significa que no este furioso por lo que hiciste con mi suero! ¡Un suero que hice en realidad para ayudarte, para ayudar a otros! ¡No para lastimar a ese niño!

El silencio se hizo entre ambos, el demonio buscó tranquilizarse. Inhalando y exhalando hasta que por fin logró volver a su temperamento serio y neutral.

―Tú lo dijiste. Tú dijiste que me ayudarías a recuperar a mi omega… Tú prometiste que me ayudarías a corregir lo que la naturaleza hizo mal. Lo que ese miserable me hizo.

―Lo sé, pero también te dije que no puedes tomar cosas ni personas a la fuerza. Hay cosas que no tienen perdón, Xue Yang. Lo que hiciste es una de ellas. Que importa si aprendiste que los alfas hacen las cosas yendo incluso contra la voluntad de otros… Yo no te enseñe eso. Debiste obedecerme.

―… ¿Por qué? ¿Por qué haces esto?

El demonio bajo la vista, no pudo mirarlo más.

―… Porque esto es lo mejor que puedo hacer por ti después de lo que hiciste.

―¡No puedes hacerme eso! ¡No puedes abandonarme! ¡No puedes traicionarme!… No tú.

―He roto mii promesa tal y como tú rompiste la tuya de no dañar a los inocentes. Estamos a mano.

El demonio se dio la vuelta hasta estar frente a Lan Wangji. El omega frunció el ceño, no podía canalizar su espada así. Tenia las manos ocupadas con Wei Wuxian, pero encontraría la forma de protegerlo con las cuerdas de asesinato.

Sin embargo a diferencia de lo que esperaba el demonio, se agachó a la altura de Lan Wangji y colocó una bolsa justo al lado de las rodillas del omega. Rojo y dorado se encontraron.

―En esta bolsa hay tres medicamentos que podrían ser útiles. Este humilde se ha encargado que el número de heridos solo pertenezca a nuestro bando, pero si es necesario el medicamento verde ayudara a curar cualquier golpe o herida de su honorable ejército sin dejar cicatrices, sus Majestades.

¿Qué?

La visión borrosa de Wei Wuxian ya no podía enfocar el rostro de ese hombre, pero claramente había escuchado sus palabras.

―El violeta y el azul son para Xiao Xingchen. El violeta es el antídoto para el retroceso estral que Xue Yang le provocó. El azul se encargará de borrar todas las cicatrices. Será lento, pero efectivo. Su celo volverá a ser como era, después de todo tiene todos los componentes que hacen a la Purificación Instintiva tan efectiva. Me disculpo por haber tardado tanto en terminarlo.

Lan Wangji no pudo evitar la sorpresa.

¡¿Purificación Instintiva?!

¡¿En esa bolsa estaba una muestra del legendario suero Purificación Instintiva?!

Los ojos rojos se encontraron con Lan Wangji, había algo muy raro en su mirada para el omega.

Eso era… ¿arrepentimiento?

―No dejen que nadie más que Su Señoría el guardián espiritual Polilla de Oro sea quien lo revise. Él sabrá que hacer tanto en la administración como el cuidado que Xiao Xingchen necesitará en estos nueve meses. Es incluso mejor que yo en esto. Mil veces mejor que cualquiera.

Y entonces el demonio buscó entre sus ropas hasta sacar ante Lan Wangji un frasco de cerámica blanco con un letrero. Hermosos caracteres en mandarín fueron visibles, el demonio lo acomodó de manera que Lan Wangji pudo leerlo.

“Suero de Dios”

Lan Wangji no pudo evitar fruncir el ceño ante ese nombre tan peculiar.

―Y este es para su Majestad Imperial, el Emperador Wuxian. Una vez que quede inconsciente no despertará ni siquiera si llega su celo. Cuando este comience deben administrarle este suero por vía intravenosa.

Mirando a ambos el demonio aseguró con una sonrisa suave.

―Le prometo que le ayudará mucho cuando llegué la hora de su Despertar, mi Estimada Majestad Imperial.

¿Despertar?

Sus ojos miraron a Wei Wuxian completamente confundido, las líneas sobre sus ojos seguían ahí.

―¿Quién eres en realidad? ¿Por qué estás haciendo todo esto?

―Pronto lo recordarán, Sus Estimadas Majestades Imperiales. Ya lo verán.

Tomando el frasco del letrero dorado lo metió en la bolsa antes de cerrarla nuevamente.

―Lo guardaré aquí para que se mantenga seguro, de todos modos en esta bolsa encontrarán información muy importante que explica lo que estoy haciendo y como usar cada uno para ayudar. Si le dan esta bolsa a Su Señoría Polilla de Oro él sabrá como hacerlo de forma indolora para su Majestad.

Cuando el demonio intentó levantarse, Lan Wangji se aferró a sus túnicas deteniendo sus movimientos.

―No te irás.

―Lo lamento, Mi Estimada Alteza Imperial, pero terriblemente mi misión aun no ha terminado. Ahora que la matriz conocida como Los Ojos del Cielo o el Sol Falso ha sido destruida alguien muy peligroso estará muy molesto. Las cosas se volverán bastante tensas para el imperio, debemos prepararnos.

―¿Qué era esa matriz?

―Eran los ojos del enemigo, mi Señor. Él mismo que la activó cuando el Hijo del Cielo debía aparecer hacia doscientos años atrás. Tal como el día en que masacraron Cang Qiong… Y la misma que fue activada el día que Su Alteza Imperial, la Princesa de la Montaña Divina, la madre del Emperador y el honorable señor Wei Changze fueron atrapados y asesinados por Wang Tanlan y el Emperador Falso.

¿Emperador falso?

¿Hablaba de Wen Ruohan?

Los ojos de Lan Wangji miraron a Wei Wuxian, aun a pesar de su estado Wei Wuxian miró seriamente al demonio.

―Necesitamos prepararnos, todos. Aunque sé que merezco un castigo, este humilde se atreve a pedirle que me permita continuar con mi misión hasta el final.

―¿Cuál es tu misión?

―Proteger a YuZhong y la familia de su Majestad, el Emperador Wuxian.

Lan Wangji frunció el ceño, no sabía si confiar en sus palabras. Menos con lo que le había hecho a Wei Wuxian. Sinceramente se sentía molesto y confundido ante todo lo que había pasado.

Pero cuando sintió un tirón sobre sus túnicas y sus ojos se encontraron con la mirada de Wei Wuxian, la respuesta de este lo sorprendió.

―Hazlo, Lan Zhan, déjalo ir.

Lan Wangji frunció el ceño, incrédulo ante sus palabras.

―Pero Wei Ying…

―Tal vez… parezca una locura, pero… siento que eso es lo correcto… Algo dentro de mi me dice que este demonio ante nosotros… es confiable.

Lan Wangji pensó y sinceramente…

Él tampoco sentía el llamado de la advertencia de su bestia interna que generalmente resonaba dentro de sí cuando yacía ante un enemigo.

Aunque no estaba de acuerdo y tenía muchas preguntas, aceptó.

―¿Me permitiría ayudar, Estimada Alteza Imperial?

―… Hmn.

Y Lan Wangji lo soltó ante la desvanecida imagen de Chenqing.

Con ello terminado el demonio celestial se levantó, caminó por el campo hasta que encontró el cuerpo de Wu Meihua y lo cargó en su hombro con cuidado.

Y entonces uso aquella espada, nuevamente como llegó ahí hizo un corte y un espacio negro se abrió ante los ojos de los cuatro.

Sin embargo, un zumbido llegó al lugar y de un momento a otro la espada negra había chocado contra la espada de ese demonio.

Y un grito llegó a ellos.

―¡¿QUIÉN DEMONIOS ERES Y QUE LE HICISTE A WEI WUXIAN?!

Y entonces el corazón del demonio se paralizó.

Cuando sus ojos se encontraron con aquella figura corriendo hacia él la picazón sobre sus ojos fue inevitable.

Ante los ojos del demonio un hombre de gran altura corrió como una bestia sedienta de sangre, en sus ojos rojos pudo ver la furia como la desesperación que atrapaba su corazón. El cabello castaño se ondeó en el viento ante la velocidad de sus pasos.

La espada negra chocó una y otra vez con Xin Mo, siendo una difícil contrincante. Sobre la hoja de la espada el demonio pudo leer la inscripción de Jingai en mandarín.

Amor y respeto.

Que hermoso nombre para una espada tan hermosa.

Y aquella voz que había llegado a las cabezas de los presentes era obviamente la voz de su dueño. El inmortal Suibian.

El mismo que no pudo evitar mirar con asombro a ese hombre que por un segundo confundió con su padre alfa.

Por alguna razón extraña el rostro de ese hombre que se veía idéntico al rostro del señor Suibian se decoró con una hermosa sonrisa, como si hubiera recibido la mejor noticia de su vida. Sus ojos brillaron por las lágrimas no derramadas con una mirada suave que hizo que Suibian no pudiera evitar compararla con la de su padre omega.

Sin embargo, cuando Suibian vio frente a quien estaba no pudo evitar paralizarse mientras Jingai caía al suelo irremediablemente, en un viaje que hizo parecer que el tiempo lentamente se detuvo.

Bosque.

Sintió como su corazón fue apresado por la angustia, una extraña sensación se apodero de su ser, como si fuera algo que fuera mucho más viejo que el tiempo y más pesado que cualquier culpa dentro de su corazón.

Bambú.

El mirar a esa persona ahí, esa sonrisa, escuchar los latidos emocionados que provenían del corazón de ese hombre hicieron que el mismo Suibian colocara una mano sobre su pecho sin comprender sus propios sentimientos.

Casa.

Y lagrimas desconocidas salieron de sus ojos bañando sus mejillas.

Padres.

Frente a él había un hombre tan idéntico a si mismo que era aterrador sin importar el contexto.

Corazón.

Aquel hombre tenía a diferencia suya el cabello negro. Aun a pesar de la distancia Suibian pudo ver que las puntas terminaban en pequeños rizos como el cabello de su padre alfa. Su perturbador rostro tenía una hermosa sonrisa y sus ojos brillaron con una inexplicable melancolía mezclada con alegría.

Antes de soltar varias lágrimas como si comprendiera sus sentimientos.

Latido.

Pero lo que aterró a Suibian no fue eso.

Ni siquiera notar que había una Xin Mo en su siniestra fue lo perturbador.

Lo verdaderamente aterrador…

Era aquella voz en su corazón.

¡Lo encontramos! ¡Por fin lo encontramos! ¡Después de tantos años hemos encontrado a quien siempre buscamos!

La voz de su lobo interno.

Juego de las escondidas.

Y en ese momento dos corazones latieron al mismo ritmo, atrapados por huracanes de emociones.

Entonces aquel sonriente hombre habló como si fuera un susurro.

Un secreto que solo ellos dos podían saber.

―No sabes cómo he estado esperando este encuentro… Años… tantos años que he perdido un poco la cordura intentando aferrarme a la esperanza… He esperado esto más que cualquier cosa en mi vida, pero aun es muy pronto para que tú y yo podamos estar juntos.

Cuando Suibian entendió que quería decir, Jingai se levantó del suelo. Brillando en negro, tan diferente a la manera en que era su hoja cuando era la energía espiritual de Suibian la que lo cubría. Y la espada volvió a atacar al hombre buscando detenerlo…

―¡Detente ahora mismo!

Buscando entretenerlo hasta lograr alcanzarlo.

Sin embargo, una barrera impidió que la espada lograra tocarlo sin importar cuanto golpeara.

―¡No te atrevas a irte!

Suibian corrió hacia él, siendo preso de miles de sentimientos inexplicables.

Sin entender porque su mano izquierda se levantó apuntando a esa persona, deseando poder ser más rápido, más fuerte, Suibian quiso atraparlo.

―¡No te vayas!

Mucho más cuando la energía demoniaca que manejaba ese hombre sostuvo el cuerpo sobre su hombro y aquel demonio estiró su mano derecha hacia Suibian con una sonrisa inexplicablemente triste en su rostro. Mientras sus ojos rojos lo miraban con algo que se sintió demasiado familiar.

Tenía que llegar, tenía que atraparlo.

―¡NO TE VAYAS!

No podía dejarlo ir.

―¡NO TE ATREVAS A IRTE!

No podía hacerlo.

―¡NO DES UN PASO MÁS!

Sin embargo, aquel hombre guardó a Xin Mo en su funda, le dio un último vistazo antes de que su mano derecha bajara intentando sostener algo por última vez solo para volver a sostener con esta el cuerpo sobre su hombro. Y con una última sonrisa caminó hacia aquel portal dándole aquellas extrañas palabras mientras las lágrimas fluían.

―Por favor, perdóname. Era la única manera… te prometo que la próxima vez vas a atraparme.

Y sin más… se fue.

Cuando Suibian llegó era demasiado tarde.

Sus rodillas chocaron contra el suelo, su mano izquierda aún se estiraba hacia el punto en donde aquel hombre desapareció. Y la sensación de una espada incrustándose en su pecho con un dolor inexplicable aún era parte de él.

Lo suficiente para que Suibian no pudiera evitar el grito desgarrador en su garganta. Sin poder más sujetó su pecho con angustia, buscando hacer que el dolor disminuyera mientras su espalda se curveaba hasta que su frente tocó el frio suelo.

Sin poder evitarlo, Suibian chocó su puño izquierdo contra la piedra. La sangre brotó del mismo. La impotencia, la ira y el dolor aun seguían ahí.

No lo logró.

No pudo atraparlo.

No pudo evitarlo.

Sin embargo, había algo más importante para el guardián en ese momento y con todo lo que tenía, a pesar de las heridas que cubrían su cuerpo, limpió las lágrimas traicioneras, se puso de pie y corrió hacia ese lugar.

 

 

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Wei Wuxian se sentía muy cansado.

En algún momento Lan Wangji lo había acostado sobre el suelo, tenía mucho frio, pero sus labios no podían moverse para decirlo que sentía en realidad.

Era como si una extraña sensación se apoderara de su cuerpo. Un adormecimiento inexplicablemente familiar.

Como si lentamente la marea mojara sus túnicas empapándolas. Su cuerpo era bañado con las aguas doradas de un rio o tal vez era la energía dorada de Lan Zhan, no lo sabía. Solo sabía que sus ojos solo podían ver un cielo demasiado familiar.

Un cielo que lo había acompañado durante tanto tiempo.

3,333, recuerda, 3,333.

Un cielo que podía brillar en mil colores y adornarse con mil estrellas.

Dragones danzando entre las estrellas y las luces. Ah, podía verlos.

―Wei Ying, quédate conmigo, no cierres los ojos. Voy a bloquear las heridas con mi energía, tu núcleo podrá ayudar a curarte más rápido.

―Lan… Zhan.

Lan Zhan.

Lan Zhan.

A-Zhan.

―A-Zhan… lo logré… volví a casa.

Después de tanto, después de todo ese largo y doloroso camino volvió a casa.

Lo logró, en verdad logró volver a casa.

Ah, casa.

Pero cuando sus ojos se encontraron con la mirada llena de preocupación de A-Zhan, la sonrisa del emperador desapareció.

―A-Zhan, ¿Qué pasa?

El cabello de A-Zhan se había desatado, cayendo a los lados de forma descuidada mientras la preocupación en sus ojos aumentaba.

―Quédate conmigo, por favor, quédate conmigo.

―A-Zhan.

Wei Wuxian no podía entender mucho de lo que pasaba, su vista se volvía más borrosa. El agua debajo de él aumentaba como los árboles de sándalo que lloraban pétalos de orquídeas y jazmines. Olía a dolor y tristeza, su A-Zhan lloraba como él alguna vez lloró por A-Zhan.

Los papeles se invirtieron.

No, eso no era justo.

No quería que su adorado Sol llorara por nada más que felicidad.

La diestra de Wei Wuxian se posó en su mejilla, el arrepentimiento brilló en los ojos grises que parecían más claros en cada segundo, una sonrisa sin ganas se posó sobre sus labios y Wei Wuxian habló.

―Perdóname… esto es mi culpa… No llores, por favor.

Las manos de Lan Wangji tomaron la suya con gentileza, eran tan lindas y pequeñas.

Adorables.

Y aun así podía sentir la aspereza de las yemas de un recolector de frutos salvajes que trabajaba duro entre su tribu. La delicadeza de un tejedor que cultivaba con aprecio sus gusanos de seda y cuidaba gentilmente los conejos del campo.

Este era su A-Zhan, su dulce y adorable A-Zhan.

El pequeño y asombroso humano que se robó su corazón.

―Quédate conmigo, no te duermas.

Ah, se sentía cansado. Su cuerpo se sentía pesado al igual que su cabeza.

Y entonces vio a una persona.

Cabello negro ondeándose contra el viento, piel blanca como la porcelana iluminada por una hermosa luz dorada. Ojos violeta como las flores que amaba y aquellas hermosas túnicas púrpura que vistieron su figura como una muestra del matrimonio con el clan Jiang. Ornamentadas sutilmente con los bordados, joyas y colores de Meishan Yu que nunca soltó.

Era tan hermosa como recordaba.

Tan imponente y admirable como un dragón,

―Wei Ying.

Tía Yu.

A su lado una persona vestida con túnicas rojas y blancas le miraba con gentileza. Un rostro tan hermoso, ojos negros brillantes y una sonrisa tan dulce como la del Dios Complacido le fue ofrecida. Era muy hermosa.

―A-Ying, mi dulce A-Ying.

A… A-Niang.

Ella era A-Niang.

¿Cómo había podido olvidar el rostro de su madre?

Otras dos personas estaban ahí.

Un alfa de mirada suave y rostro serio vestido con túnicas grises y púrpuras. Un hermoso omega de sonrisa gentil. Sus manos estaban entrelazadas.

―Wei Ying.

―A-Xian.

Oh, ahora lo entendía todo.

Tío Jiang, A-Die. Ese hilo rojo que entrelazaba sus almas era la verdadera respuesta a muchas cosas. Al igual que los hilos rojos que entrelazaban los dedos de su A-Niang y Tía Yu.

Amigos del pasado que alguna vez entrenaron a su lado tambien aparecieron,  rostros tan familiares que dolía.

Y todos ellos rodeados por ese brillante hilo rojo que conectaba su índice con el de A-Zhan.

El mismo hilo que siempre había visto desde la primera vez que lo conoció ese día.

Entonces una persona apareció frente a él.

Cabello negro cuervo, piel blanca como la porcelana. Túnicas negras y rojas con dragones, osos, cuervos y flores de loto de oro y plata. Una larga capa negra unida a aquellas pieles de las cuales dos colas de zorros colgaban a cada lado de su pecho expuesto en donde podía ver una larga cicatriz sobre el pectoral izquierdo.

Ojos rojos como la sangre y una gélida mirada.

¿Qué tontería estás haciendo?

¿Qué estaba haciendo?

¿Seguirás acostado como un tonto en vez de recordar que deseabas hacer?

¿Lo que deseaba hacer?

Proteger a A-Zhan y arrancar la maldición de su corazón.

La maldición.

No por ti, no por mí. Todo lo que estamos haciendo solo ha sido para proteger a A-Zhan, ¿acaso lo olvidaste?

A-Zhan.

Debía… la maldición.

Pero, ¿Cómo podría hacerlo?

La voz de tía Yu llegó a sus oídos:―Debes recordar.

Recordar.

¿Qué debía recordar?

La voz de su madre llegó a él.

―A-Ying, tu memoria sí que se ha vuelto un desastre después de tanto tiempo. Debes recordar que las maldiciones del corazón no siempre se presentan en el corazón.

Las maldiciones del corazón no siempre se presentan en el corazón.

Corazón.

―Wei Ying, debes recordar cómo podrían presentarse.

¿Cómo podrían presentarse?

¿Cómo podría?

―A través de las emociones, Wei Ying.

La voz de su A-Niang fue seria.

―Las emociones son el núcleo del alma de las criaturas vivientes y no vivientes. Solo ahí se encuentra la parte más vulnerable de una alma. Ese es el lugar donde las personas malvadas atan aquellas serpientes que perturban los corazones e incitan el odio irracional y el olvido a eventos importantes para esa persona.

El núcleo del alma.

Emociones.

Si era una maldición al corazón entonces eso significaba que estaba entrelazada con las emociones más fuertes que A-Zhan había vivido. Las que fueran más oscuras y dolorosas.

Más traumáticas.

Entonces algo vino a su cabeza.

“―No me gusta que tiren de mi cabello”

Cabello.

Cabello.

¡Eso es!

La diestra de Wei Wuxian se levantó lentamente. Jamás había sido tan pesada, como si estuviera cargando al mundo entero con ese brazo. Pero Wei Wuxian no se rindió, llevó su mano hasta la cima.

Hasta que alcanzo el cuello de A-Zhan.

El omega no pudo evitar estremecerse ante el toque de los helados dedos de Wei Wuxian, el alfa no se detuvo, pasando sus uñas entre los cabellos, haciendo que el omega girara un poco su cabeza.

Hasta que pudo ver algo entre hebras.

Una brillante hebra dorada.

―La encontraste.

Era larga como la vida misma, del mismo largo que el cabello de A-Zhan. Entre los dedos brillaba como si fuera una luz profundamente pura, hasta que los ojos de Wei Wuxian brillaron en rojo mostrando su verdadero tono carmín.

―We-Wei Ying.

Tan cuidadoso como pudo Wei Wuxian separó aquella hebra de las demás, buscando que solo ese objeto sospechoso quedara enredado entre sus dedos. Giro su índice. Una y otra vez hasta que esa hebra quedo perfectamente sujeta y pudo encontrar la base de la misma.

Y entonces habló.

―A-Zhan… sé que… prometí que jamás en mi vida haría esto… y puede que me odies cuando lo haga… pero esto es por tu bien.

Y con todas las fuerzas que tenía, Wei Wuxian tiró del omega hacia su pecho mientras su diestra tiraba hacia arriba aquella hebra.

Y la hebra carmesí salió y salió desprendiéndose del cuero cabelludo, de la piel. El sistema nervioso y el alma de Lan Wangji sacando un grito sordo del omega.

―¡Ngh!

Y aquello que salió tomó la forma de una larga serpiente roja que mostró sus colmillos al alfa, quien de inmediato la quemó en fuego negro de resentimiento. Hasta que de aquella criatura no quedaba absolutamente nada.

Los ojos de Lan Wangji no podían procesar lo que había visto.

Pero no tuvo tiempo de hacerlo cuando algo más cambió.

Siendo más específicos, escuchó el grito de una voz en su cabeza.

ALFA.

¿Qué fue eso?

ALFA.

Esa voz…

ÉL ES MI ALFA.

¡Era la voz de su omega interno!

NUESTRO ALFA.

¡TENEMOS QUE SALVAR A NUESTRO ALFA!

El espejismo de un brillante hilo rojo fue visible ante Lan Wangji. Aquel hilo era largo y extenso, esparcido por el suelo entre la sangre y bajo los mechones negros del cabello de Wei Wuxian. Uno de sus extremos yacía atado firmemente al dedo de Lan Wangji, quien no pudo evitar mirarlo con sorpresa.

De la misma forma aquel hilo reveló una atadura en el dedo anular de Wei Wuxian, firme e inquebrantable.

Y cuando aquel nudo fue presente desde ese anillo formado por el destino, un poderoso y brillante tono dorado comenzó a teñir aquella extensión carmesí de una verdad que congeló el corazón de Lan Wangji.

Porque cuando vio ese color tan puro y hermoso que solo se presentaba en una única ocasión lo comprendió todo.

Era él.

Wei Wuxian era su destinado.

Él era la persona que había esperado por dieciséis años frente a esa puerta.

Era la razón por la que había deseado desesperadamente ir a esa Conferencia de Discusión Imperial. Y el no poder encontrarlo era la razón de su decepción cuando volvió a Gusu Lan sin él.

Él era el joven que lo salvó ese día de las garras de Wen Chao, quien luchó contra ese hombre. Y quien lo subió a ese caballo negro diciéndole que todo estaría bien, que confiara en él, que lo protegería.

Wei Wuxian era su destinado, Wei Ying era su ser amado, su complemento, su pareja destinada.

Su alma gemela.

La razón por la que había regresado en cada oportunidad a este mundo.

Y el mismo que ahora estaba frente a sus ojos, pidiéndole que no llorara.

Tal vez no recordaba el primer encuentro, pero si sabía que había roto su promesa.

Olvidó.

De verdad se atrevió a olvidar.

¿Cómo pudo hacer algo tan ruin como romper su mayor promesa a esta persona?

¿Cómo pudo olvidar a Wei Wuxian?

Algo cayó de la ropa de Wei Wuxian y cuando Lan Wangji miró se encontró con una pequeña caja, misma que tomó con su mano izquierda como si fuera un tesoro.

El más valioso de este mundo.

Las lágrimas seguían cayendo de sus ojos y Wei Wuxian limpió su mejilla con ojos heridos.

―A-Zhan… por favor… no llores… no me gusta verte llorar por mi culpa.

―Quédate conmigo, por favor. No me dejes, A-Ying.

La sorpresa atrapó a Wei Wuxian sin poder evitarlo, algo dentro de su corazón se sintió cálido.

Por fin.

Por fin logró encontrar la maldición de A-Zhan.

Su A-Zhan por fin era libre.

Pero se sentía cansado. La marea había subido aún más. A nada de devorar el cuerpo de Wei Wuxian.

Por fin lo hiciste. Después de tanto por fin cumpliste esa promesa.

Ah, en verdad lo hizo.

Pero…

―No te vayas, no me dejes, A-Ying. No puedes dejarnos, por favor… por favor.

Podía sentir el calor de la energía espiritual fluir en sus meridianos. Sin duda era energía de A-Zhan. 

Pero nada de eso serviría.

Lo sabía mejor que nadie.

Porque su brillante núcleo dorado ahora brillaba en el vientre de su hermano.

Ah, tenía sueño, mucho sueño.

Y al parecer A-Zhan también.

Podía sentir como el cuerpo de A-Zhan dejaba caer aún más su peso sobre él. Era normal, había extraído la maldición. Debió ser duro para A-Zhan.

Ah, tenía sueño.

Mucho sueño.

Sin poder evitarlo su diestra se puso sobre la cintura de A-Zhan. Era tan pequeña. Su mano guio gentilmente la cabeza de A-Zhan hacia su pecho, permitiéndole descansar sobre su pectoral limpio de heridas.

El resentimiento cubrió a ambos. Era lo último que podía hacer para proteger a su A-Zhan.

Estaba anocheciendo, tanto en el cielo como en su mirada.

Se acabó, su cuento de hadas terminó.

Pero lo logró.

Después de tantos años y tantas vidas por fin pudo proteger a A-Zhan.

Y eso era el mejor sentimiento antes de morir.

Lo último que sus ojos vieron fue la imagen de ese frio Dios de la Muerte.

El mismo que habló.

¿Quién demonios te dijo que esto se acabó?

 

 

Enlace del capítulo en otras plataformas(por favor, no comentar en este párrafo para evitar entorpecer su función)

 

 

No le hagan caso al emperador, gente. Esto aun no ha terminado y les prometí que habría un final feliz. Eso sigue adelante. Animo.

 

 

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal el capítulo?

Este capítulo resultó más largo de lo que había planeado, pero afortunadamente hemos cubierto todo lo necesario para la versión final.

¿Esperaban algo de lo que pasó en este capítulo?

¿Qué creen que en el siguiente capítulo?

¿Lo que dijo aquel demonio sobre los ojos del cielo será cierto?

¿Por qué Wei Wuxian habrá confiado en él?

¿Estarán haciendo bien?

¿Por qué Suibian y ese demonio harán reaccionado así?

¿A pesar de lo que hizo este misterioso demonio creen que merezca el beneficio de la duda?

¿A quien esta mirando Wei Wuxian y porque le dijo que esto no ha acabado?

Chapter 17: CAPÍTULO 10: EL INICIO DE LA TORMENTA

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Enlace del capítulo en Wattpad: https://www.wattpad.com/1270895617-el-omega-y-el-emperador-segunda-parte-fanfic

 

Enlace del capítulo en Ao3:

 

                     

CAPITAL DEL IMPERIO-YILING WEI

TEMPLO DE TAIZI DIANXIA-SALÓN ANCESTRAL DE YILING WEI

Tiempo actual

 

 

La batalla en el Palacio Rojo había terminado al igual que el día.

Yiling Wei había logrado vencer a los rebeldes y capturar a los sobrevivientes.

Pero al final no hubo victoria alguna.

Aunque aún no había una muestra de cuál era el número de muertos, Luo Suibian no pudo evitar sentirse una basura por haber llegado tarde y no haber podido hacer más de lo que hizo en realidad.

Con un nudo en la garganta y el peso de esas palabras sobre su corazón, Luo Suibian ofreció una gran reverencia a las tablillas de los familiares de las personas que vivían en ese palacio y estaban bajo su cuidado.

El cabello borgoña cayó pesadamente de su hombro dejándose llevar por la gravedad, sus puños se apretaron con fuerza, sus uñas se clavaron sobre la piel y la sangre brotó sin más.

Y en silencio solo pudo pensar una cosa.

Llegó tarde.

Una vez más llegó tarde.

Había fallado.

Nuevamente había fallado en su trabajo.

Yiling Wei había peleado y vencieron a los rebeldes, pero este ataque y el estado actual de Lan Wangji y Wei Wuxian habían sido un peso demasiado alto para que Suibian se atreviera a ignorarlo.

Había perdido.

Una vez más Luo Suibian perdió contra sus dos más grandes enemigos.

El tiempo y la muerte.

Sin poder evitarlo, Hua Fengxing y Yu Ziyuan aparecieron en sus recuerdos.

Una noche en medio de la lluvia. Túnicas rojas, decoraciones de oro y plata. Cuentas rojas. Un templo, una ceremonia.

Su hijo.

No había podido proteger como debía a su adorado hijo.

Otra vez no pudo hacerlo.

Con la imagen de aquellas dos sobre sus memorias, Luo Suibian habló.

―Les prometo que haré justicia y que haré todo de mi porque sus familiares puedan sobrevivir. Esta guerra, sea lo que sea que tenga que hacer, la terminaré.

En este momento él ya no era el inmortal Suibian, esa maldita máscara que forjó con el tiempo como una nueva piel entre arrogancia y estupidez como una armadura, una que ya no era necesaria en ese momento.

Él era solo Luo Suibian, el antiguo Joven Maestro Shen, el antiguo guardián de Yunmeng Jiang y el hombre que ahora nuevamente no había podido proteger a los suyos como debía.

El estúpido e impotente Luo Dongxing.

Una lágrima solitaria salió de su ojo derecho, Suibian solo pudo notarla hasta que la vio caer y chocar contra el suelo. Su pecho dolía, la culpa era demasiado grande y la sensación de impotencia en su corazón era tan hiriente como un rosal clavando sus espinas contra su corazón.

Cálmate.

Resiste.

Calla.

Debía ser fuerte, debía mantenerse firme y ayudar a estos niños a levantarse a pesar de lo que pasó. Más ahora que…

Cálmate.

Resiste.

Calla.

Poniéndose de pie Luo Suibian dio una última mirada, sus dedos tocaron el mango de su espada. Hasta que un dolor agudo golpeó su mano izquierda llevando a su diestra a sostener su muñeca con fuerza, presionando los tendones.

Destruir el último pedazo del Sello del Tigre Estigio con ambas manos había sido una mala idea, más si contaba lo inútil que siempre había sido esa mano para controlar adecuadamente su Qi cuando se trataba de algo tan serio como absorber resentimiento y pasar energía dorada y espiritual a la vez.

Estúpida mano inútil.

Pero sin poder evitarlo ese dolor le hizo mirar nuevamente esa bolsa arrojada sobre la mesa que había encontrado a lado de Wei Wuxian y Lan Wangji cuando llegó.

La bolsa qiankun parecía inofensiva a primera vista, pero el ligero aroma a canela que provenía de esta se sentía tan familiar que lo asustaba más allá de lo racional.

―Su Señoría.

Cuando aquel cultivador le llamó, Suibian tomó un talismán, lo colocó sobre la bolsa y la hizo más pequeña. Escondiéndola entre el dobladillo de las túnicas y la parte superior de su cinturón, antes de voltear y hacer un gesto como si solo estuviera haciendo ejercicios.

Si le dolía la mano y la muñeca era su asunto, no de otras personas.

―¿Están listos?

―Sí, mi señor. Ya revisamos todo y tenemos un resultado.

―… Bien. Dime, ¿Cuál es el número de fallecidos?

El hombre miró alrededor sin saber que decir, ni siquiera sabía cuál sería la reacción de su general cuando se enterara de eso, pero debía hablar.

―Señor, aunque tenemos a uno que otro herido… no hay ningún muerto, no de nuestro lado.

Suibian frunció el ceño antes de girar y mirar de forma confundida al hombre que se sintió un poco asustado por ello.

Sin embargo, Suibian guardó la calma y volvió a preguntar:―Dime la verdad, no me molestaré contigo, ¿Cuál es el número de decesos?

―Es que… esa es la verdad, mi señor. No hay fallecidos. Ninguno de los habitantes del palacio falleció.

Por muy cruel que sonara, Suibian no podía comprender.

―¿No hay muertos?

―Así es, mi señor. Aunque tenemos varios que recibieron golpes leves, todas las personas que encontramos tiradas en las plazas y callejones estaban inconscientes. Como si en realidad alguien las hubiera puesto cuidadosamente en esas zonas para evitar que fueran lastimadas por los infiltrados.

Aunque esas palabras eran buenas, había algo muy sospechoso en esto. Algo que Suibian no sabía cómo tomar.

Acaso, ¿ese ataque solo había sido una cortina de humo para llevar a Wei Wuxian al palacio y herirlo?

Era la única explicación que Suibian podía hallar y a la vez era la que más le perturbaba.

Pero lo que aún no entendía era porque habían hecho algo como solo dejar inconscientes a sus cultivadores sin buscar lastimarlos.

Incluso había pasado lo mismo con Mei Ling, la nodriza de A-Yuan.

―­¿Estás seguro? ¿Ni un solo muerto? ¿Están bien? ¿Nuestra gente está viva?

El hombre no pudo contener más las lágrimas, su sonrisa fue brillante como el alivio en su corazón, sus pensamientos rebosaban en esperanza.

―¡Sí, mi señor! ¡Están vivos! ¡Todos están vivos! ¡Logramos sobrevivir el ataque sin bajas! ¡Lo logramos!

Suibian soltó un suspiro que no sabía que había contenido hasta ese momento, el peso sobre su pecho se alivió un poco.

Pero aún no podía confiarse.

No podía confiar.

Estaban vivos, todos estaban vivos, pero él no conocer la verdadera razón tras ello le preocupaba mucho.

Seguido por aquel cultivador Suibian salió por fin, la lluvia en el exterior era demasiado fuerte, pero no tan aterradora como la tormenta eléctrica sobre los cielos.

El preguntarse porque el cielo se veía así sería bastante tonto.

―Él está muy enojado.

―¿Su Señoría?

―¿Qué han descubierto de los invasores?

―Cada uno de ellos parecen ser en realidad delincuentes que han sido buscados por el imperio durante la campaña de captura de traficantes de esclavos que organizó el emperador.

―¿Qué estás diciendo?

―El inmenso grupo de vivos son delincuentes de amplio peligro que han asechado al imperio durante cuatro años escapando de los ojos de Su Majestad Imperial.

―Secuestradores, violadores, traficantes de esclavos, drogas, y de pequeños omegas que han sido llevados a burdeles. Incluso hemos descubierto que al parecer han sido controlados por una especie de talismán y entre sus ropas encontramos evidencias de sus crímenes, mi señor.

¿Qué demonios?

―¿Qué hay de los cadáveres feroces?

―Es el mismo caso, son criminales. Por el estado de los cuerpos parecen llevar algunas semanas o meses muertos. Pero al igual que los vivos en sus ropas encontramos una carpeta en cada uno en donde una serie de papeles daban su identidad, sus crímenes, víctimas y especificaciones que podrían ayudar a cerrar cada uno de los casos.

―¿Dónde los tienen?

―Hemos llevado a todos al Salón de Justicia Marcial, mi señor. Los vivos ya han sido llevados a los calabozos y los muertos junto a los cadáveres feroces han sido colocados en el suelo del salón principal.

―La información sobre los vivos se ha colocado en las placas de cada celda y la información de los muertos se dejó sobre sus cuerpos en tablillas de madera. Nadie puede moverlos.

Suibian pensó un momento antes de ordenar:―Llévame ahí de inmediato.

―Si, mi general.

Había muchas cosas que Suibian había pensado desde el momento en el que se encontró con esa persona.

Miles de esos pensamientos no tenían un sentido en realidad, pero entre el dolor de su muñeca y los recuerdos que traían ante su mente la imagen de ese hombre tan parecido a él, su sonrisa, su mirada melancólica y sus lágrimas. La mente de Suibian era un desastre.

Los pasos de Suibian le llevaron entre la lluvia y los truenos hasta el área en donde se encontraban las salas médicas.

Tal como el cultivador informó, los cuerpos yacían acomodados en filas y columnas boca arriba, mientras sobre sus pechos se encontraban tablas de madera con la información de cada uno.

Sin detenerse en ningún momento, Suibian comenzó a revisar apresuradamente los informes, identificando de inmediato a cada uno como los casos que habían investigado durante los últimos cuatro años con Wei Wuxian como emperador.

Sin embargo, ahora no solo eran documentos y evidencias que coincidían con su investigación, sino que los tipos que habían buscado durante años estaban aquí. Incluyendo aquellos que habían logrado escapar y esconderse por mucho tiempo de los cuervos de Wei Wuxian.

Sin poder evitarlo, el miedo de Suibian aumentó y sus pasos le llevaron a las escaleras que llevaban al calabozo, donde tal como le informaron cada preso yacía en su propia celda como su información.

Ignorando los gemidos dolorosos de aquellos que aun yacían heridos, Suibian revisó cada tabla y cada reporte, todo se encontraba perfectamente redactado sin omitir un solo hecho. La caligrafía era limpia, adecuada y legible, sus trazos eran impresionantes y sin poder evitarlo Suibian notó lo hermosa que era.

Al final, cuando llegó a la celda de máxima seguridad que ya era resguardada Suibian llegó a una horrible conclusión.

Este tipo, quien quiera que sea, les había hecho todo el trabajo que no lograron en mucho tiempo.

Suibian no pudo ante el impacto de encontrar las coincidencias.

Tomando uno de los talismanes que yacía en la última tabla que había investigado, Suibian pudo darse cuenta que ese era un talismán de control, no muy diferente al control de marionetas que Wei Wuxian había desarrollado durante la guerra de hace cuatro años.

El talismán había sido plasmado en papel tradicional, pero los trazos habían sido hechos con sangre con el único objetivo de controlar a las personas que ahora yacían asustadas, molestas y aterradas ante el destino que les esperaría por ser atrapados por el emperador.

No tenía sentido.

¡Nada de esto tenía sentido!

¡¿Qué demonios era esto?!

¡¿Por qué esa persona en particular había hecho todo esto?!

Este tipo había atrapado a todos estos criminales, los había colocado bajo su control y los había llevado a la muerte con un único objetivo.

La pregunta real de esto era… ¿Cuál?

Suibian no era estúpido para no haber notado que había algo muy extraño en la herida que ese hombre hizo en Wei Wuxian, así como el hecho de que esa herida había sido hecha con Xin Mo.

Xin Mo tenía una historia detrás de su existencia, una que años después de que su padre por fin pudiera dominarla salió a la luz. Y la misma por la que Suibian entendió que la razón por la que habían llegado tarde tenía que ver con la presencia de esa Xin Mo en un mundo donde ya había una.

Y eso mismo estaba relacionado con aquella matriz que se abrió en el cielo hace doscientos años.

Un mal presagio inundo el corazón de Suibian, algo relacionado al pasado.

Su decisión suicida de enfrentar a Wen Mao, su enfrentamiento contra aquel traidor. Su descubrimiento de esos demonios que estaban a su cargo.

El hechizo en particular que Suibian utilizó para borrar de las memorias de esas personas su relación con Shen Qingqiu y Luo Binghe.

El hechizo de Amnesia Generacional tenía un precio y Suibian lo había pagado para proteger a sus seres queridos.

Pero incluso hoy en día Suibian seguía pagando ese precio.

Y esta persona al parecer también lo sabía.

No había manera alguna que alguien hiciera algo como esto sin buscar algo a cambio. No había manera de que Suibian, después de lo que había vivido y lo que había tenido que hacer pudiera confiar en esta persona.

Mucho menos en sus intenciones.

Sin poder evitarlo recordó la bolsa qiankun guardada en sus ropas.

―¿General?

―¿Qué hay de Xue Yang y Su She?

―Tal como el general lo ordeno, ambos han sido encerrados en la celda de máxima seguridad, el señor Fuxue y el señor Shuanghua se están haciendo cargo de ellos. Pero al igual que estas personas, ellos también tenían en sus ropas información sobre sus crímenes.

Caminando hacia la celda de máxima seguridad, Suibian busco aquellas tablillas hasta encontrarlas, sus manos tomaron la primera que encontró y tal como había imaginado todo estaba ahí.

Al igual que la misma esencia que había percibido en todas las hojas.

Canela.

Esto era familiar, esto se sentía aterradoramente familiar.

Porque la canela era un aroma que solo pertenecía a la manada Mao.

“―¡No sabes cómo he estado esperando este encuentro! Mas que cualquier cosa en mi vida, pero aun es muy pronto para nuestro verdadero enfrentamiento”

¿Quién demonios era ese tipo y porque hizo esto?

Luo Suibian no tenía respuestas pero si temor por encontrarlas.

Temor por algo que iba más allá de sí mismo.

Porque la verdad saliera a la luz.

Y esta vez sería imposible escapar de esta.

 

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El paisaje ante Suibian era más alentador de lo que había imaginado.

Varias personas caminaban por las plazas con instrumentos de limpieza. Algunos se encargaban de limpiar la sangre perfectamente hasta que no quedara ni una mancha. Otros limpiaban los escombros de la batalla. Algunos más preparaban comida en la gran plaza de entrenamiento.

Y solo un grupo reducido usaba vendajes entre sus manos o cintas entre sus dedos.

Suibian sabia como se vía la guerra, había visto suficientes para conocerlas, pero esto no se veía como las pesadillas de su pasado.

Todos estaban bien.

Todos estaban bien.

Al igual que alguna vez el Joven Maestro Shen tuvo que hacer, Suibian ayudo a limpiar y revisar a las personas heridas. Tan solo tuvo que poner algunas vendas y cintas. Revisar los meridianos de varios cultivadores y prestar atención al comportamiento de cada uno por cualquier cosa.

A estas alturas Suibian ya no podía confiarse de nadie.

Incluso de su propia gente.

A pesar de que su mano y muñeca seguían doliendo, Suibian siguió dando todo de si para ayudar.

Cuando los heridos por fin habían sido tratados, Suibian decidió dar una vuelta por las áreas donde ahora descansaban los cultivadores con heridas menores.

Todos estaban demasiado cansados para reír como en la mañana y demasiado cansados mental y emocionalmente para no entender el ambiente en el palacio.

Estaban vivos, pero había sido agotador

Pasando entre los pasillos, los cansados ojos de Suibian pudieron ver entre todos a los omegas del séquito Feng.

Las túnicas sucias ya habían abandonado sus cuerpos, ahora vestidos adecuadamente con túnicas limpias revisaban las heridas que se habían apoderado de sus manos por buscar romper aquel domo.

Habían llegado con prisas al palacio cuando el talismán de emergencia de Wei Wuxian se quemó.

Cuando la alerta llegó tanto Suibian como el emperador habían destruido el Sello de Tigre Estigio minutos atrás. Heridos y sangrantes supieron que tenían que volver, pero Wei Wuxian había sido atacado de gravedad por el Sello antes de ser destruido.

Suibian había tenido que usar tanta fuerza como pudo para al menos suturar la herida y vendarla, Wei Wuxian no lo esperó más. Montó la bestia en la que se convirtió Chenqing y partió al palacio tomando la delantera en el viaje.

Sin embargo, Suibian aun no podía olvidar la verdadera forma de la bestia que tomo Chenqing y lo que eso significaba en realidad.

Con cuidado, Suibian reviso cada herida, Suibian agradeció que no fuera algo grave. Para fortuna y sorpresa de Suibian, Xue Yang había tenido una pelea limpia sin lastimar a ninguno en el proceso y las heridas en sus manos solo eran superficiales.

Envolviendo el último dedo de A-Xiao el guardián informó:―Un par de días con las cintas y sus manos estarán como nuevas. Tengo un ungüento que ayudará que no haya cicatrices. Pero por favor, sean más cuidadosos la siguiente vez. El resentimiento podría lastimar sus núcleos si intentan romper una barrera.

―Lo sentimos, Shizun.―Dijeron al unisonó.

―No hay nada porque disculparse, me alegra mucho que estén bien.

Para Suibian, encontrar a los omegas del séquito Feng encerrados en una barrera de energía resentida había sido algo aterrador, había pensado muchas cosas, muchas posibilidades aterradoras. Pero Wen Qionglin le ayudó a entender que había pasado.

Sin embargo, por alguna razón extraña, Xue Yang los había dejado en ese lugar y ni siquiera se atrevió a lastimarlos, antes de partir en busca de Lan Wangji.

Ahora cada uno ya había sido tratado, A-Qing ahora estaba con sus padres. Song Lan y la niña estaban cuidando del pequeño A-Yuan y Xiao Xingchen, quienes seguían escondidos en la biblioteca por su propio bien. Suibian debería ir a verlo pronto.

Los ojos del guardián pasaron entre los tres niños de pie frente a él. Sus rostros cansados, sus dedos vendados.

Estos niños antes de venir al palacio habían tenido que hacer cosas despreciables para sobrevivir, cosas que un niño no debía de hacer o soportar, cosas que la gente prefería ignorar en ver de destruir.

Sin embargo, al final, aunque las manos de estos niños habían tomado muchas vidas, seguían siendo niños.

Y los mismos que aunque no lo querían aceptar, aun temblaban por el miedo que habían tenido ante la idea de morir a manos de Xue Yang.

Con gentileza, Suibian pasó sus manos por los hombros de los niños, acercándolos a él suavemente les ofreció una sonrisa confortante y les dio las palabras que solo un maestro que estaba muy orgulloso de sus discípulos podía hacer.

―Todos ustedes lo hicieron muy bien, han sido muy valientes.

Pudo sentirlos temblar entre sus brazos, Suibian continuó.

―Eso es, no tienen por qué contenerse, adelante, pueden llorar. Se que tenían miedo, este maestro se disculpa con ustedes por llegar tarde, pero estoy muy orgulloso de ustedes.

Los niños se permitieron llorar, dejando salir el miedo que habían tragado frente al alfa. Ya no había necesidad de fingir que no habían temido a lo que podría para en ese enfrentamiento.

Luo Qingyang y Qin Su solo pudieron ver aquello con alivio de que todo hubiera acabado, Nie Huaisang soltó un suspiro aliviado con lágrimas en los ojos.

Todo había terminado, pero las consecuencias de lo que había pasado tan solo estaban por venir.

Cuando todos se calmaron, Qin Su preguntó.

―¿Cómo está su Alteza Imperial?

Suibian soltó un suspiro, su voz fue seria pero cansada.

―Aún no despierta. Bichen lo está cuidando en su habitación. Sin embargo, aunque Bichen ya canalizó su energía dorada logrando nutrir su núcleo sigue sin despertar. Utilizó demasiada energía espiritual a un punto bastante peligroso, la razón por la que no despierta aun es desconocida.

Luo Qingyang no pudo evitar preguntar.

―¿Aun no saben que fue lo que le dijo Wu Meihua?

―No, algo pasó en ese momento, ese tipo hizo algo. Interfirió con la mente de Lan Wangji y la conexión con Bichen.

Nie Huaisang comentó:― Eso es demasiado extraño.

―Lo es.

Después de hablar un rato más con los omegas el guardián se despidió para continuar con su trabajo.

Con el sonido de la lluvia y los relámpagos cayendo sobre la tierra con furia, Suibian se abrió paso hacia la Orquídea Radiante, una barrera cubría su cuerpo de la lluvia. Nadie mejor que él sabía lo que esta tormenta significaba, lo que en realidad estaba por venir.

Estaba molesto.

Mas que molesto.

Estaba furioso.

Cuando llegó a la Orquídea Radiante los guardias le abrieron paso, golpeó la puerta tres veces y esperó hasta que la imagen de Bichen fue presente.

―Suibian.

Cuando las puertas se cerraron tras ellos, Suibian lo abrazó. Olfateando su cuello aun si no había aroma. Bichen correspondió su abrazo, comprendiendo el peso sobre el corazón del guardián.

El odio, la impotencia, la ira.

El dolor.

Este Suibian no se parecía en nada al impostor que se puso en su camino cuando partió en busca de Wangji. Ese impostor no solo se aprovechó de su parecido, paralizando a Bichen cuando miró el rostro de ese hombre y le dijo esas palabras.

Esa cara, esa aura.

Ese aroma que era tan similar a lo que un día fue el aroma de Suibian llegó a su nariz.

Aun recordaba el miedo que tuvo de esa persona, la ira en su corazón por lo que esta persona estaba haciendo, así como una extraña sensación de familiaridad.

Acariciando la espalda de Suibian, Bichen solo podía agradecer que ese hombre no le hubiera hecho nada.

Al mismo hombre que ahora temía perder al niño que tanto amaba.

―¿Cómo está?―preguntó el demonio.

―Está bien, lo deje durmiendo en el nido, ¿aún no han dicho nada?

Suibian solo negó con la cabeza.

―No, desde que entraron a la Sala Médica Central no hemos tenido noticias.

Tan pronto como Suibian había llegado a Wei Wuxian hizo lo que pudo para llevar a los dos con Wen Qing, quien con terror se forzó a pensar rápido y llevaron al emperador de inmediato a la Sala Médica Central, junto a Wen Ning y un grupo de médicos, que ahora estaban trabajando junto a la doctora Wen.

Pero desde que entraron nadie había salido.

―Suibian, dame tu mano.

Cuando Suibian volvió a la realidad, Bichen ya le miraba seriamente extendiendo una mano. Los ojos acusadores miraron la mano izquierda de Suibian y el guardián ya no pudo escapar. Ofreciendo dócilmente la mano que Bichen se encargó de revisar.

―Lo suponía. Haz estado exigiéndole demasiado, sabes bien que tu mano izquierda tiene ciertos problemas para canalizar demasiado Qi, más si te atreviste a usar cultivo demoniaco para destruir el sello como para usar la otra función de Jingai.

Jingai era una espada especial que tenía la función de canalizar tanto energía espiritual como demoniaca.

La hoja blanca tenía la apariencia de una espada normal de Cang Qiong. Sin embargo, cuando la espada tomaba el color negro, tanto el mango como la funda demostraban el poder aterrador que podía haber en una espada tan hermosa y de buen nombre como Jingai.

Suibian amaba a su espada, era el mayor tesoro que sus padres le habían dado, esa era la razón por la que Suibian le había dado aquel nombre tan especial.

Amor y respeto.

Respeto por los mayores y sus enseñanzas, amor por la vida que le habían dado. Esas palabras eran sagradas para Suibian en todos los sentidos, así como los sentimientos que llevaron a volverse en la clase de persona que era hoy en día.

Y de la misma manera Suibian respetaba tanto su espada.

Sin embargo, esa espada era la misma que Suibian utilizó en la Masacre de Cang Qiong para acabar con sus enemigos, tal como solo el Demonio Rompe Cráneos podría hacer.

Y de la misma manera, Suibian la había vuelto a utiliza para acabar con vidas humanas como en el ayer.

Por eso sabía que Suibian se sentía mal con Jingai.

Una vez más la había usado para algo que Suibian no había querido hacer, pero era la única manera de poder ayudar a las personas de este palacio.

Sabía que Suibian no quería hablar de lo difícil que fue limpiar los restos de aquellos cretinos de la espada, sabía que no quería hablar de cuantos cuerpos había tenido que quitar de encima de los omegas que salvó. Suibian no quería hablar de cuantas cabezas tuvo que destrozar.

Así que calló, revisando su mano, los tendones y la palma, era extraño que le doliera lo suficiente para que temblara cuando Bichen tocó ese punto en especial. Aun así Bichen no preguntó, prefirió concentrarse en pasar suficiente energía para calmar el dolor, para que no temblara más.

Con gentileza tomó la mano de Suibian entre las suyas, elevó la palma lo suficiente para besarla gentilmente, y sus labios pasaron una serie de ráfagas heladas que ayudaron a desinflamar.

Generalmente en un momento como ese, Suibian haría una tonta y coqueta broma. Sin embargo, Suibian no dijo nada. Los ojos de Bichen buscaron su mirada, encontrándola tan perdida en sus propios pensamientos. En algo que Bichen no podía descifrar y solo podía esperar el momento en que su amante estuviera listo para soltar.

Sacando una venda que había guardado para ello, Bichen pasó cada centímetro de la venda desde los nudillos, pasando por las palmas y el dorso de la mano hasta llegar a la muñeca de Suibian, su hermosa muñeca terminó siendo cubierta hasta llegar al inicio del antebrazo.

Solo cuando estuvo seguro de su trabajo, Bichen habló suavemente, temeroso de asustarlo al sacarlo de sus pensamientos.

―Ya está, procura no moverla demasiado, necesita descansar.

―Hmn.

Sin soltar su mano Bichen vio como la mano derecha de Suibian concentro energía dorada hasta formar un talismán, Bichen quiso reprenderlo, hasta que los caracteres formados en este le dijeron de que se trataba. La matriz anti sonido cubrió por completo el interior de la Orquídea Radiante, impidiendo así que cualquiera del exterior pudiera escuchar su conversación.

Y Suibian habló:― Ya lo sabes, ¿no es así?

Por un momento ambos se quedaron en silencio, los dedos de Bichen aferrados a la mano de Suibian, los ojos dorados mirando al menor frente a él.

Y Suibian por fin lo dijo.

―Ya sabes que Wei Wuxian es hijo de Yu Ziyuan, ¿no es así?

El silencio se apodero de la habitación, ambas figuras de pie en medio de la sala se quedaron en su lugar, como estatuas quietas en donde habían sido esculpidas.

Detrás del velo entre almohadas, peluches y cojines, cubierto por un edredón con bordados de conejos como el que se encontraba entre sus brazos, aquella figura permanecía tranquila, durmiente.

―Lo supuse desde cierto momento, había muchas razones para hacerlo y pocas para no pensar que era verdad.

―Pero lo buscaste para comprobar que tus sospechas eran reales.

―Chenqing lo dijo, si quería saber la verdad debía de buscarlo.

―Te expusiste demasiado, te dije que no lo buscaras, no importa cuánto querías saber no conocemos sus verdaderos deseos. No podemos confiarnos.

―No querías decirme nada, cuando te pregunté sobre ello evadiste el tema. Pero ahora lo comprobé.

―¿Por qué querías saberlo? ¿Por qué deseabas tanto saber el verdadero origen de Wei Ying?

―Porque… tengo mis propias sospechas.

―¿Qué sospechas?

―Que el Hijo del Cielo que debía llegar a Cang Qiong hace doscientos años atrás… era Wei Wuxian.

Suibian se paralizó en su lugar, incapaz de decir algo.

―Y de la misma forma siento que lo que pasó ahora tiene que ver con lo que pasó hace doscientos años… y tengo miedo de que otra vez no pueda hacer nada para proteger a los que amo. Para proteger al legitimo emperador… para proteger a Wangji.

Los ojos dorados del inmortal miraron con sorpresa a Bichen antes de apartarse dándole la espalda, miles de recuerdos vinieron a su cabeza, así como palabras que le hicieron temer lo peor.

―Sé que has cargado con mucho sin decir nada a nadie. Guardando todo eso para ti por temor a perder a Wei Ying. Lo sé y lo entiendo… No te pido que me cuentes nada, solo te pido que confíes en mí.

Las lágrimas brotaron de los hermosos ojos azules, aferrándose a Suibian como si fuera la única salvación que tenia de aquel inmenso mar de dolorosas memorias.

―No quiero perder a nadie otra vez, no quiero perder a Qiren, no quiero perder a Xichen, ni a Wangji, pero sobre todo… no te quiero perder a ti.

Por un momento todo fue silencio una vez más, solo dos almas afines que se habían amado durante más de doscientos años. Almas que callaban y sobrevivían tras la pérdida y las mentiras.

Las manos de Suibian subieron hasta poder tomar gentilmente su rostro entre ellas, sus pulgares pasaron por las mejillas de Bichen, limpiando de forma amorosa aquellas gotas salinas. Si había algo que Suibian odiaba en ese mundo era ver a Bichen llorar por algo que no fuera felicidad o placer.

Sin dudarlo más abrazó a su pareja, Bichen hundió su rostro en el hombro de Suibian, disfrutando de la calidez y seguridad que su amante le ofrecía.

Suibian tambien tenía miedo, demasiado en realidad.

Durante muchos años había cargado con ese miedo, el miedo de perder todo lo que amaba.  El miedo de aferrarse nuevamente, de amar. Había alejado a sus seres queridos para protegerlos de todo lo que implicaba el futuro, había negado aferrarse a los niños que crio porque la vida mortal era tan efímera.

Y aun así estaba aquí, nuevamente con la persona a la que entregó su corazón, apreciando al niño de su amado Bichen a pesar de su miedo por la relación que ese chico tenía ahora con Wei Ying.

Y amaba a Wei Wuxian.

Aun cuando buscó escapar de esos sentimientos había dejado que ese dulce niño se robara su corazón como un embustero, como un zorro tramposo que disfrutaba de ello.

Como un Dios que estaba destinado a ser amado y odiado.

Como un dragón que a pesar de todo estaba destinado a volver al cielo, dejando atrás a todos los que lo amaron y odiaron.

Dejando atrás la mortalidad.

Que cruel era la vida.

Que cruel era el destino.

Que difícil era ser el guardián de…

―Bichen… yo-

Y alguien tocó la puerta.

La matriz anti sonido fue retirada, ambos salieron de la habitación dejándola en completo silencio y por un rato fue así, hasta que Bichen volvió a entrar, caminó hacia el nido y se encontró con la figura de Lan Wangji aun perdido entre sus sueños.

Podía saberlo por el ritmo cardiaco del omega que podía sentir a través de su conexión, Lan Wangji estaba sufriendo entre sueños. Su ceño fruncido, la fuerza con la que abrazaba aquella almohada y las lágrimas que salían de sus ojos fuertemente cerrados.

Igual que cuando Bichen pudo llegar a él tomó una de sus manos, lentamente se agachó, dejando que el cabello blanco se escurriera como espuma de mar sobre las sábanas escondiéndose entre estas y sus labios besaron con gentileza los nudillos de Lan Wangji.

Concentrando su energía dorada sobre su palma derecha, Bichen se separó, esperando el momento en que la energía se mostró como copos de nieve flotando sobre su palma hasta formar un gran copo brillante en azul que llevó hasta el vientre de Lan Wangji, justo en el punto Dao y cuidadosamente lo colocó sobre este. Permitiendo que el núcleo dorado de Lan Wangji lo absorbiera como si lo derritiera.

Hasta que no quedo absolutamente nada y el ceño fruncido de Lan Wangji disminuyó.

Bichen aun no entendía porque Lan Wangji no despertaba, ni porque las pesadillas seguían molestando por más que intentara calmarlas, solo sabía que Wangji estaba pasando por algo que no le gustaba y eso era frustrante.

Si tan solo pudiera hacer algo más.

Bichen solo podía cuidarlo en silencio y esperar pacientemente a que despertara.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Caminando entre los pasillos del palacio, Suibian se abrió paso hasta llegar a la Puerta Sur. Dio un salto para llegar al edificio sobre la cima, en donde se encontró con trece personas de pie en el centro del salón principal.

De un lado estaban las Aves Rapaces de Gusu Lan, Liebing y Wang-Ji estaban de pie a lado de Shuoyue, quien por extraña razón se veía muy serio y del otro lado Baxia estaba recargada a lado del balcón, su ceño fruncido decoraba su hermoso rostro.

Y en medio estaba Zewu-Jun y Lan Qiren. A unos metros estaban los hermanos Jiang, quienes se mantenían juntos, mientras Jiang Cheng abrazaba gentilmente a su hermana.

Los ojos de los Guardianes Gemelos de Yunmeng Jiang se mantenían al tanto de cualquier cosa, siendo ellos los primeros que le vieron. Aquellas gemas de tonos plateados como violetas que brillaron cuando miraron a Suibian se mantuvieron serias, contrario de los ojos violetas de Zidian que brillaron en reconocimiento ante su presencia.

Importándole poco la presencia de los demás el guardián Zidian caminó hacia Suibian con premura.

―Suibian.

―Zidian.

Tan pronto los ojos de Zidian miraron el vendaje en su mano no dudo en tomarla para revisarla.

―Maldición, ¿estas herido? ¿Quién demonios te lastimó? ¡Voy a romperle-

―Tranquilo, estoy bien. Solo es lo mismo de siempre con la energía, Bichen ya me ayudó a vendarla y estará bien.

Soltando un suspiró Zidian pudo sentir el alivio al verificar que no estaba rota. Suibian parecía estar bien, pero eso no lo limitó a pasar energía espiritual buscando ayudar.

―Zidian, tú-

―Cállate y quédate quieto. No soy tan bueno como Bichen, pero esto ayudara.

―… Gracias.

Sin poder evitarlo sus ojos miraron el ceño fruncido de Zidian con melancolía.

Este mocoso nunca iba a cambiar.

Caminando junto a Zidian sus ojos pasaron a los hermanos Jiang.

Jiang Cheng y la preocupada Jiang Yanli.

Yanli era una belleza tan dulce como su padre cuando era joven. De hermosos rasgos nobles y brillantes ojos almendras, como dulces gemas que miraban a sus seres amados como una deidad sobre los cielos.

Jiang Yanli ahora vestía túnicas vainilla que casi podían considerarse pálidas, siguiendo el protocolo sobre los colores que asemejaran un tono que recordara a las prendas que le correspondían al emperador, un lindo tocado de oro y plata decoraba sus cabellos entre horquillas BingQiu y peonias metálicas.

Pero cuando los ojos de Jiang Yanli miraron a Suibian, el mayor no pudo evitar sentir un nudo en la garganta ante su llamado.

―¡Suibian!

―A-Li… Jiang Cheng.

La reina Jin se lanzó a los brazos del guardián quien le recibió como cuando aun era la niña que buscaba ser llevada en hombros para ver fuegos artificiales.

Su pequeña A-Li, la niña de su A-Yuan.

Cuanto había crecido en esos cuatro años.

―… ¿A-Xian?

Suibian apartó la mirada en silencio, eso fue suficiente para que Jiang Yanli comprendiera la situación así como Jiang Cheng quien solo pudo apretar los puños temeroso de lo que significaba aquel silencio.

La pequeña A-Li había crecido, al igual que el pequeño A-Cheng y el lindo A-Ying. Pero el mundo en el que habían crecido era cruel y hostil y sus caminos se habían separado por diferentes factores que se volvieron inevitables.

Que Yanli haya logrado que su hermano ya no pusiera más excusas y le permitiera venir con él a donde A-Ying no era tan doloroso como recordar la verdadera razón por la que ahora todos estaban aquí.

―Zewu-Jun, Mayor Lan… guardianes de Gusu.

―Su Señoría.

―Estos saludan al Guardián Espiritual del Dragón.

―… Hmn.

―Suibian, ¿Dónde está A-Xian?

Suibian dudo un poco debido a la presencia de los Lan, pero no podía negarle la verdad a Jiang Yanli.

―Está en la Sala Médica Central.

Pero nunca espero que Jiang Cheng tomara la iniciativa y preguntara: ―… ¿Qué fue lo que pasó?

Los puños de Jiang Cheng estaban apretados con fuerza, su ceño fruncido arruinando la vista de su buen rostro. Al no recibir respuesta por su primer pregunta pensó que posiblemente no se había explicado adecuadamente, así que volvió a preguntar.

―… ¿Qué fue lo que pasó? ¿Quién logró ser tan fuerte para lograr hacerle daño?

Suibian se sintió sorprendido ante aquellas palabras, que Jiang Cheng estuviera aquí ya era una sorpresa, pero que preguntara de esa manera por la salud de Wei Wuxian de una manera u otra le dio esperanza a Suibian.

Así que a pesar de su tonto malentendido ese niño seguía amando a su hermano.

―Fue apuñalado―. El corazón de Jiang Yanli se detuvo en terror, mismo que solo empeoró cuando Suibian aclaró. ―Y quien lo hizo fue… él demonio celestial que se disfrazó de mí.

No había necesidad de explicar a que se refería, todos en ese lugar comprendieron con miedo la situación. Los guardianes gemelos Jiang fruncieron el ceño con molestia. Lan Xichen no pudo evitar preocuparse por su hermano y Lan Qiren sintió el arrepentimiento postrarse en su corazón.

Lan Qiren preguntó:―¿No han dicho nada de su estado?

Suibian calló por un momento antes de explicar.

―…No. Desde que la doctora Wen y su equipo entraron con él no ha salido nadie. Solo nos queda esperar.

Los guardianes podían mirar en su cortesía el dolor que guardaba para sí mismo, pero mirar al mismo hombre de mil máscaras actuar de una forma tan seria que no era ese aspecto oscuro cuando estaba molesto, esto era mucho más difícil que cualquier cosa en el mundo.

―¿Dónde estaba Wangji en ese momento?

―… Él lo presencio todo.

El temor se presentó en el corazón de los Lan sin poder evitarlo.

Lan Xichen ofreció apoyo a su tío quien no podía dar crédito a lo que había escuchado desde hacía una hora.

En solo una hora aquellos bandidos se habían atrevido a atacar Yiling y su mayor miedo estuvo presente cuando entendió, que tal como no deseó, Wangji estuvo en peligro por el simple hecho de quedarse con Wei Wuxian.

Pero ahora, en su corazón que había analizado con el paso de los días las cosas, Lan Qiren comprendió que el hijo de su amiga no tenia en realidad la culpa de lo que estaba pasando.

Aun cuando algo extraño e irracional seguía presionando como una aguja contra su pecho, aquellos sentimientos negativos como ese odio sin fundamento, Lan Qiren ya no volvería a escuchar esa parte dentro de si nunca más.

Por el bien de Wangji, por el bien de Xichen, de Gusu y el imperio.

Pero sobre todo, por la memoria de Hua Fengxing y Yu Ziyuan.

Porque el niño que era el fruto del amor prohibido de dos personas que no pudieron estar juntas, no tenía la culpa de lo que estaba en realidad sucediendo en este mundo atroz.

Menos de la locura de Wen Ruohan que lo llevó a la destrucción.

―¿Cómo está Wangji?

―Ahora está durmiendo, perdió casi toda su energía espiritual intentando ayudar a Wei Wuxian, fue demasiado rápido, ahora está descansando.

Lan Xichen y Lan Qiren solo pudieron sentir el peso sobre su corazón ante aquellas palabras. Lan Qiren pidió: ―Polilla de Oro, ¿podríamos pasar a verlo?

Suibian lo pensó un poco, antes de responder:― Zewu-Jun y el Mayor Lan pueden pasar, pero me temo que sin el permiso del emperador, los guardianes de Gusu Lan tendrán que esperar aquí. Me temo que eso también aplica para los guardianes gemelos de Yunmeng Jiang.

Los Lan miraron a las Aves Rapaces de Gusu Lan, quienes les dieron un asentimiento, aceptando aquella condición.

Lan Xichen fue quien contestó:―Esta bien.

Con aquello aclarado, Suibian prosiguió: ―Zewu-Jun, Mayor Lan, permítanme llevarlos con su Alteza Imperial. Su guardián les contara todos los detalles de su situación. A-Li, Jiang Cheng, vengan con nosotros, los llevare a la sala de espera.

Tal como prometió Suibian llevó a los Lan a la Orquídea Radiante, Lan Qiren y Lan Xichen viajaban en sus propias espadas, así como Jiang Yanli y Jiang Cheng, siguiendo a Suibian quien dirigió el camino sobre Jingai.

Cuando llegaron a la Orquídea Radiante, Suibian les pidió a los Jiang que le esperaran, mientras hablaba con los guardias que vigilaban el edificio y les daba paso a los Lan a la puerta principal, donde Bichen los recibió a ambos.

Con ello listo, cumplió con su deber de llevar a Jiang Yanli y Jiang Cheng a la sala de espera, que se encontraba en el mismo edificio que pertenecía a la Gran Sala Médica.

Tal como hizo con los Lan, en ningún momento Suibian permitió que la barrera de energía dejara entrar una sola gota que pudiera mojar a los hermanos Jiang.

El rostro preocupado de Jiang Yanli ya amenazaba con dejar salir algunas lágrimas, Jiang Cheng tenía una expresión llena de arrepentimiento como temor, ira combinada con frustración.

Y Suibian no pudo evitar sorprenderse al descubrir que los mayores miedos de Jiang Cheng involucraban perder a Wei Wuxian.

Como si fuera algo que calló todo ese tiempo solo por temor a sentir que era incorrecto, el alfa por fin preguntó: ―¿Dónde está Nie Huaisang?

―… Él está descansando en las áreas médicas. No sufrió grandes lesiones, pero necesita descansar.

―¿Qué hay de los demás? ¿Cómo está la familia de Wei Ying? ¿Dónde está A-Yuan?―preguntó Jiang Yanli.

Jiang Cheng preguntó también.

―¿Qué hay de ese niño? ¿Dónde está?

―A-Yuan aún está en la biblioteca interior, debido a que ninguno de sus… padres puede estar con él ahora es que no le dejamos salir.

Jiang Yanli y Jiang Cheng se miraron sin poder evitarlo, lo único que pudieron hacer fue seguir el camino hasta la Gran Sala Médica fue visible para ellos y llegó el momento de aterrizar.

La Gran Sala Médica era un gran edificio que se encontraba en el interior del corazón del Palacio Rojo.

Siendo uno de los edificios más grandes, después de la Cueva del Demonio y la Orquídea Radiante, lugar en donde la doctora Wen y su equipo trabajaban arduamente en los casos más delicados. El edificio tenía una apariencia sencilla, concentrando más el dinero para el mantenimiento del edificio como los instrumentos y medicamentos necesarios.

De la misma manera frente al edificio había una gran plaza y en la misma plaza había pabellones y caminos resguardados por la lluvia que ahora la cubría.

Y ahí, en uno de los techos sobre los caminos de la plaza, estaba Baojun.

El frisón negro se mantenía bajo el techo más cercano, su pelaje brillaba por la lluvia dándole una apariencia majestuosa, tal como su hermosa melena que ahora estaba suelta, dejando que los mechones largos y rizados se ondearan por su andar de un lado a otro.

Cuando el caballo se cansaba, sus pezuñas le llevaban al frente, su cabeza se mantenía levantada, orgulloso. Pero sus ojos negros miraban directamente a la puerta principal como si esperara que esa puerta se abriera.

Como si deseara que su amo por fin saliera bien de ese lugar.

Aquella imagen fue suficiente para Jiang Yanli.

Sin poder evitarlo, la reina Jin caminó hacia el caballo y llamó: ―Baojun.

Las orejas de Baojun se giraron hacia aquella voz al igual que su cabeza, las pezuñas anduvieron hasta que giró por completo y estuvo frente a la omega, quien gentilmente, como solo los miembros de la familia Jiang habían podido tocarlo, levantó sus manos y acarició gentilmente la cabeza del caballo, sintiendo el cansancio de Baojun como el estrés por la situación.

―Oh, Baojun.

A su lado, Jiang Cheng se mantuvo quieto por un momento, mirando a su hermana y al caballo arrogante de su hermano. Sin embargo, en algún momento no pudo evitar posar una mano sobre el cuello del frisón, acariciando suavemente.

Baojun era el caballo arrogante y mimado de Wei Wuxian.

El caballo había llegado a solo días de nacido a Yunmeng Jiang cuando Suibian lo llevó consigo. A veces era burlón y juguetón con Wei Wuxian, como un niño mimado que jamás había sido tratado como un simple animal, sino más bien como una mascota. Un amigo, un compañero.

Uno que había vivido desde los momentos más dulces como los amargos en la vida con Wei Wuxian.

Cuando Baojun y Wei Wuxian se encontraron fue el mismo caballo quien lo eligió como su amo, así como Wei Wuxian supo que ningún potro podía ser su caballo si no se trataba de este ejemplar.

Tanto Yu Ziyuan como los cuidadores de los caballos de su madre habían pensado que fue amor a primera vista. Incluso cuando Baojun comenzó a burlarse de Wei Wuxian ante cada oportunidad.

Muqin había dicho que tal vez ese frisón era tan singular como Wei Wuxian, Wei Ying había pensado que más bien ese caballo era un tramposo, Suibian solo miró en silencio mientras su Bába reía.

Jiang Cheng pensó que tal vez solo eran dos tornados que se habían encontrado para ser amigos.

Y eso siguió en el corazón de la omega cuando vio lo mucho que a este caballo le importaba Wei Wuxian.

Ofreciéndole apoyo cuando A-Xian entendió que su A-Niang no iba a volver más, cuando Wei Wuxian y Suibian se volvieron guardián y receptor. Cuando su entrenamiento como príncipe comenzó y cuando estuvieron listos para correr por los patios del Palacio Púrpura, como los espíritus libres que siempre habían sido.

Baojun siempre había sido un caballo fuerte y valiente, jamás abandonó a Wei Wuxian, lo espero paciente cuando los Wen se llevaron a Jiang Cheng y Wei Wuxian al supuesto campamento de adiestramiento que los llevó a la cueva de Xuanwu.

Escapo con él hacia Gusu Lan cuando Wei Wuxian escuchó los rumores del decreto de Wen Ruohan sobre Lan Wangji convirtiéndose en su consorte. Lo ayudó a escapar de los soldados y de la misma manera les ayudó a los hermanos Jiang a escapar cuando Lianhua Wu fue atacado.

Este caballo que espero a Wei Wuxian hasta que apareció como el Patriarca Yiling y cabalgó valientemente entre los campos de batalla, mientras Wei Wuxian tocaba aquellas aterradoras melodías y acababa con el ejército Wen.

Y el mismo que ahora solo deseaba ver a su amo salir de ese lugar sano y salvo.

La voz de Jiang Cheng estaba llena de melancolía:―Sigue siendo tan terco como siempre.

―No puede evitarlo, es A-Xian quien está ahí.

Siempre había sido así, ese caballo siempre había querido tanto a A-Xian.

Suibian habló.

―Hemos intentado que se vaya otra vez a los establos, pero es muy terco, cuando vio que lo trajimos aquí nos siguió y se ha mantenido ahí desde ese momento hasta ahora.

Jiang Yanli rasco suavemente bajo su garganta, el caballo a diferencia del pasado cuando hacia eso no se sentía tan animado para regodearse por el gesto y eso fue suficiente para que Jiang Yanli se sintiera aun más triste por él.

―¿Puedo quedarme un momento contigo, Baojun?―. El caballo movió la cabeza, como si estuviera asintiendo. ―Entonces esperemos juntos.

Con un suspiro, Suibian entendió que Yanli no quería moverse de ahí, deseando esperar junto a Baojun noticias sobre el estado de Wei Wuxian.

Jiang Cheng hizo lo mismo, así que solo les dejo instrucciones, indicándoles en donde se encontraba el área de espera para que se calentaran un poco.

Y sin más, Suibian partió de regreso a la Puerta Sur.

Cuando Suibian llegó al lugar las cosas no se parecían en nada a lo que encontró la primera vez.

Cuatro figuras se encontraban en el medio, siendo el foco de atención de todos.

Shuoyue estaba en el centro, a su lado estaba Baxia, tan firme e intimidante como siempre, apuntando su sable contra el hombre que miraba seriamente a la alfa, mientras tenía un rostro sombrío, muy diferente de su clásica sonrisa.

A lado de Shuoyue estaba Wang-Ji, quien había colocado una mano sobre el hombro de Shuoyue,  y junto a Baxia estaba Liebing sujetando el brazo de Baxia. Y en medio de ambos, intentando que Baxia bajara su arma que ya irradiaba en el brillo del cobre y el metal, lista para atacar se encontraba Suihua.

Parecía que habían discutido un poco antes de su llegada y tanto Liebing como Wang-Ji y Suihua habían intentado calmar las cosas.

En su lugar, los hermanos Zidian y Sandu solo miraban, sus ojos demostraban que no estaban del lado de ninguno, pero tampoco interferirían en un asunto de esos dos.

Suibian solo pudo entender de que hablaban cuando sus ojos se encontraron con y aquellas gemas de violetas que conocía muy bien se encontraron con sus ojos.

―¿Qué demonios está pasando aquí?

Los ojos de ambos pasaron entonces a Suibian, las pupilas del demonio ya irradiaban en molestia, en el centro podía verse un brillo de rojo, así como los dos aros carmín que enmarcaron sus iris.

La voz de Baxia fue tan gélida como un glaciar.

―Suibian.

―¿Por qué demonios discuten ahora?

Shuoyue dijo secamente:― ¿Qué más podría ser?

Zidian fue quien contestó:―Pelearon otra vez por el asunto de Hensheng.

Y el silencio se apoderó del lugar.

Hensheng era un tabú entre los guardianes así como sus antiguas identidades.

Porque Hensheng fue quien se entregó como sacrificio para ocupar el lugar en la cama de Wen Mao que aquella escoria había preparado exclusivamente para Shen Qingqiu.

Hensheng, el pequeño niño huérfano que conoció a Shuoyue y Baxia en las calles, los mismos niños que en ese entonces prometieron cuidarse entre todos. Los que no pudieron escapar cuando aquel traficante de esclavos los atrapó hasta que Shen Qingqiu los liberó llevándolos al pico en donde se volvieron discípulos de Cang Qiong.

Y los mismos que ahora, sin el omega que era parte del grupo se miraban el uno a la otra como enemigos.

La voz de Shuoyue no tenía ni una pizca de alegría.

―Jamás me perdonarás que lo dejara ir, ¿no es así?

La alfa no dijo nada, aun se aferraba a la empuñadura de su sable. Shuoyue continuó.

―Pues supongo que es lo justo. Porque yo tampoco te perdonaré que hayas sido tan cobarde por años y en vez de confesar tus sentimientos, lo hayas dejado esperar por años una confesión que nunca llegó.

―¡Tú!― el sable se lanzó contra Shuoyue, dispuesto a cortar lo que se atravesara en su camino.

―¡Baxia, detente!―Liebing se aferró a ella, buscando que se calmara.

―¡¿Qué demonios haces tu aquí?! ¡No se necesita ser un genio para saber que te da igual lo que pase en este mundo! ¡Tan solo te importa estudiar todo como si fuéramos títeres actuando para tu diversión!

―¿Quién te crees para afirmar eso? Al igual que tu estoy aquí porque he vivido con la misma maldita pregunta que cualquiera que nosotros. Yo también quiero saber qué fue lo que pasó hace doscientos años… yo también considero que ese tipo que está fingiendo ser Suibian no es alguien de ahora… sino un tipo que es igual de viejo que nosotros.

―La única razón por la que estas aquí es porque quieres saber si ese demonio celestial fue el que te engañó o es alguien más. Tan solo te importa tu estúpido ego, idiota con complejo de Dios que todo lo ve.

Liebing intentó otra vez:― Baxia, por favor. Debes detenerte.

Pero Baxia no escuchó.

―No te importa que alguien maté a Wei Wuxian, no importa que la vida de Suibian pueda estar en peligro. Solo te importa tu orgullo herido. ¡Solo te importa aclarar las cosas para demostrar que no estas equivocado!

―¿Crees que no me importa solo porque soy diferente a ustedes? ¿Crees que solo se trata de eso? ¡Quiero hacer justicia! ¡Esa será mi verdadera paz! No importa lo que otros me digan, no me interesa pensar que eso quedo en el pasado, hace doscientos años atrás. Solo me interesa que lo que pasó no tiene ni pies ni cabeza y no descansare hasta mostrar la verdad absoluta.

―¡¿Y porque hasta ahora?! ¿Por qué casualmente ahora que el hermano de tu adorado niño vive en este palacio es que deseas ayudar? No eres diferente, solo eres egoísta, solo te gusta no meterte en algo hasta que lo sientes personal.

―Es cierto que es personal, pero no solo porque Wangji es el Fénix de Jade, sino también porque la vida de Gusu, del imperio está en peligro. ¡Porque la última familia que me queda está en peligro! No importa lo que pasó, Shizun jamás querría que esto llegara al último limite solo por la estupidez y la ignorancia de la humanidad.

Porque Shizun nunca quiso que esto llegara a ese punto, él no ayudó al mundo para que la especie se extinguiera, él no ayudo a Taizi Dianxia a reconstruir un palacio y buscar hasta el fin del mundo al Hijo del Cielo, solo para que estas personas destruyeran todo solo por miedo y odio irracional.

―Y aun así al menos no es algo tan personal como aquello que te llevo a matar a Hensheng en persona.

Y la ira de Baxia explotó en las brillantes llamas cobre que emergieron de su cuerpo, como salvajes demonios listos para atacar.

―¡TÚ!

―¡Baxia!

―¡Baxia, por favor cálmate!

―¡¿Tu qué demonios puedes saber, Shuoyue?! ¡Tu fuiste quien le permitió que fuera a ese infierno!

―¡Y tu fuiste quien nunca fue por él! ¡Ni siquiera lo intentaste cuando esa mierda murió!

―¡Shuoyue!

―¡Podre ser la mierda que tú quieras pero nunca en mi vida apuntaría mi espada contra Suibian! ¡Aun si estos estúpidos mortales me lo exigieran como mi derecho por estar en el Reino Humano! ¡Preferiría mil veces ir a morir al Reino Demoniaco que apuntar mi espada contra el hijo de mi maestro!

Shuoyue soltó un suspiro pesado, tanto como una montaña y terminó.

―Pero tu… tu no solo no fuiste por él, sino que también tan pronto te ordenaron ejecutar a Hensheng, tomaste ese sable y ese resentimiento tuyo por la muerte de tus amados reyes y mataste a Hensheng sin dudar siquiera. ¡Lo hiciste, Baxia! Así que dime quien es peor de los dos, Baxia ¡Dímelo!

―¡Shuoyue!

―¡Baxia!

Ambas espadas se levantaron contra el otro, la energía dorada fluyó entre las hojas, entre plata y cobre ambos estaban dispuestos a lanzarse contra el otro.

Y eso fue suficiente para hacer enojar a Suibian.

Con frialdad Suibian canalizó energía dorada, como el violento andar del Rio Amarillo polvillo dorado se lanzó contra aquellas personas, formando una división entre aquellos dos y alejando a Suihua de aquella situación, quien solo pudo aferrarse a su abatidor de cola de caballo pasando su mirada de aquellos dos a Suibian.

Los guardianes se separaron, cada uno en su lugar, Wang-Ji se quedó a lado de Shuoyue, así como Liebing aferró su agarre a Baxia, pasando su mano por su espalda con energía espiritual, intentando tranquilizarla.

―Si solo van a pelear como un par de animales salvajes la casa de Wei Ying no es el lugar.

―Suibian.

―Lo que pasó con Hensheng no solo fue culpa de Shuoyue o de Baxia, también fue mi culpa por no lograr sacarlo de ese lugar cuando fui a pelear contra Wen Mao. También fue culpa de esos malditos demonios que traicionaron a mi padre, pero sobre todo fue culpa de Wen Mao. Nunca olviden que todo es culpa de Wen Mao y nadie más, ¿eso es suficiente para que dejen de pelear?

Nadie más se atrevió a decir algo. Aun así Suibian continuó.

―Ahora que aclaramos eso… o guardan sus espadas y se comportan como personas civilizadas o me veré en la obligación de expulsarlos del Palacio Rojo. No acepto excusas.

Baxia y Shuoyue miraron sus propias espadas por un momento, ninguno se atrevió a decir más. Las espadas fueron guardadas en sus fundas nuevamente.

―Bien. Ahora quiero que me digan, ¿Qué demonios hacen aquí? De Zidian y Sandu puedo entenderlo,  ellos fueron parte de la vida de Wei Ying, pero ustedes. Baxia, Suihua, Liebing, Wang-JI… Shuoyue, ¿Qué hacen ustedes aquí?

―Suibian―. Llamó Baxia.

―¿Acaso piensan que este es el momento para pelear? ¿Piensan que con todo lo que pasó en solo una maldita hora en este palacio estamos de humor para que vengan a nuestra casa sin invitación, se peleen sobre la Puerta Sur como un par de niños y nosotros tenemos que tolerar eso? Si solo van a hacer eso les pido de la manera más amable que puedo en este momento que se vayan ahora.

―Suibian.

―Este no es ni el lugar ni el momento para que traigan aquí ese tema. ¡Ni mucho menos para que piensen que tienen derecho de venir aquí, en la casa de mi emperador y pelearse cuando ahora mismo su vida está en peligro! ¡Ustedes son familia! ¡No importa que Cang Qiong o nuestros maestros y compañeros ya no estén aquí! ¡Somos familia! ¡Dejen de lastimarse más de lo que la guerra ya nos lastimó!

El silencio se hizo en la Puerta Sur, ningún guardián pudo atreverse a levantar la cabeza o hablar, sus figuras quietas se mantuvieron en su lugar sin poder hacer más que escuchar la lluvia que los acompañaba aquella noche, así como la intimidante figura molesta de Suibian, quien miró en dorado y rojo a los que fueron sus compañeros de secta.

No iba a permitir que siguieran con eso.

No permitiría que usaran la casa de Wei Ying para discutir sus asuntos.

Y tampoco permitiría que esos asuntos hicieran que ese par volviera a seguir peleando de forma innecesaria, lastimándose como un par de animales tontos que no podían ver que a pesar de todo aun eran familia.

―Suibian―. Llamó Zidian, quien ahora se encontraba de pie frente a él.

―Solo cállense.

Suibian estaba muy cansado para esto.

Demasiado cansado.

Necesitaba dormir.

Pero tenía miedo.

―Solo díganme porque están aquí en realidad.

―Queremos ayudar―. Contestó Zidian.

―¿Ayudar en qué?

―Suibian, no-

―No me malentiendan. Estoy preguntando sinceramente, no entiendo sus verdaderos motivos para estar aquí cuando las cosas se han vuelto así.

Los gemelos Zhen se miraron entre sí, así como las Aves Rapaces de Gusu Lan, Baxia y Suihua. Fue Sandu quien habló.

―Hace cinco años, cuando Wei Wuxian apareció como el Patriarca Yiling nosotros nos reunimos en secreto para hablar sobre ello. En ese tiempo algo dentro de nosotros tuvo esperanza, pero tras lo de Wen Mao no queríamos adelantarnos, así que decidimos esperar mientras la guerra seguía en auge.

Sandu continuó.

―Sin embargo, cuando Wei Wuxian uso la voz y Taizi Dianxia apareció nombrándolo como emperador… entendimos que eso no fue una coincidencia.

Suibian se quedó quieto en su lugar, su rostro sombrío solo estaba iluminado por la luz de las linternas y la energía dorada en sus pupilas. El guardián no dijo nada, Baxia continuó.

―No quisimos preguntar porque sabíamos que había algo por lo que no dijiste nada. Pero lo sabes y en ese momento lo comprendimos. Por eso hicimos un acuerdo. Con la guerra terminada cada uno de nosotros seguiría trabajando con sus respectivos reinos hasta que estuviéramos seguros de que habían recuperado su estabilidad para poder funcionar sin nosotros.

Los ojos de Suibian pasaron de inmediato a los guardianes, la consternación en su rostro era demasiado visible.

―Y cuando eso pasara… nosotros vendríamos al Palacio Rojo a ofrecer nuestros servicios a su Majestad Imperial como sus guardianes.

Suibian no daba crédito a lo que escuchaba: ―… ¿Qué?

Shuoyue habló.

―Sin embargo, aún había muchas cosas en el camino, el asesinato de los Jin, los problemas internos en nuestros reinos y la aparición de Lycoris Radiata. Por ello deseamos adelantar todo para poder venir aquí, pero las cosas se volvieron así.

―Sinceramente no entiendo que es lo que quieren hacer.

―Lo que sería correcto. Darle nuestra energía espiritual a Su Majestad Imperial, el verdadero Hijo del Cielo.

Suibian se quedó en silencio en su lugar. Sandu y Zidian compartieron miradas, sabiendo que lo que sus compañeros deseaban hacer era imposible en varios sentidos, pero ninguno se atrevería a decir nada si Suibian no lo hacía.

Suibian frunció el ceño.

Muy bien, esto se estaba saliendo de control.

―Ahora más que nunca como están las cosas es necesario que ustedes vuelvan a sus reinos y los protejan. Más ahora que esa sospechosa matriz ha sido destruida y desconocemos la verdadera razón tras este ataque y lo que está por venir.

―Suibian, por favor.

―Baxia, si estas preocupada por Nie Huaisang puedo decirte que está bien, recibió algunos rasguños, pero está a salvo… Si él está de acuerdo, puedes llevarlo de regreso a Qishan, después de todo, Nie Huaisang aún es miembro de la familia real de Qinghe Nie.

―Suibian.

―Shuoyue, Liebing, Wang-Ji. Si quieren que Lan Wangji regrese a Gusu Lan, lamento informarles que él no querrá eso. Él decidió quedarse con Wei Wuxian y ahora hay un motivo demasiado fuerte para que no quiera irse de este lugar. Ese niño es terco, ustedes mejor que yo lo saben.

―Suibian.

―Suihua, no tienes que preocuparte por la reina Jin. Yo… no, todos la mantendremos a salvo, Jiang Cheng está aquí después de todo.

―¡Suibian!

―No nos iremos.

―¡Menos cuando esa extraña matriz nos detuvo en el camino por una hora entera!

Los ojos dorados buscaron la figura de Zidian, quien realmente parecía molesto ante ello y Suibian lo comprendió mejor que nadie.

Porque esa extraña matriz sobre el cielo de YuZhong era la misma que había alentado su camino como el de Wei Wuxian durante el regreso al Palacio. Y la misma que hizo más difícil que Suibian pudiera llegar a tiempo para evitar que ese tipo lastimara a Wei Wuxian.

Si Suibian pudiera describirla, se sentía como una fuerza invisible que tiro de su cuerpo como hilos impidiéndole correr más rápido, cortar más fuerte, luchar ferozmente.

Y era curiosamente una fuerza que le hacía pensar en ese hombre.

Ese tipo que era tan idéntico a el mismo.

Aquel que era su impostor.

―Sé de lo que hablas. Pero deben irse precisamente por ello. Aunque parece haber sido destruida por aquella extraña descarga eléctrica no sabemos si realmente fue así. Debemos prepararnos para lo que sea que se presente.

―Suibian.

―¿Qué no entienden lo que está pasando? ¿No vieron el cielo? ¡¿No entienden lo que esta maldita tormenta significa?! Se acabó, terminó, este es el fin de todo. Ese tipo hirió a Wei Ying y obviamente él está muy enojado.

Enojado tan solo era algo diminutivo.

Estaba furioso.

―¿Realmente crees que Taizi Dianxia será justo cuando intentaron matar a Wei Wuxian? ¡¿En verdad crees que Dios será justo contigo?! ¿Creen que será justo con nosotros? El cielo caerá sobre nosotros y esto es precisamente por culpa nuestra. ¡Por mi culpa!

El brillo del relámpago tocando la tierra iluminó sus figuras como el estruendo del trueno llegó a sus oídos con pesar, el ruido de la lluvia se había intensificado sin que pudieran notarlo hasta que el silencio se apoderó de ellos y solo en ese momento comprendieron el verdadero estado de Suibian.

Estaba molesto, frustrado, cansado y temeroso.

Temeroso por el actual estado de Wei Wuxian, por lo que esto podría significar para los cielos y porque ahora el Emperador de Jade no perdonaría de ninguna manera un acto como este y castigaría al Reino Mortal por ello.

Después de todo, si el dios coronó a Wei Wuxian era natural esperar que aun si él no podía bajar e interferir en asuntos humanos, Lluvia Carmesí sí que podría hacerlo.

Y si Suibian estaba vivo aun, eso no quería decir que esto no hubiera llegado al Señor del Reino Demoniaco y no considerara la idea de venir por fin por su hijo.

Suibian tenía razón, pero aun debían tener algo de esperanza.

Si hubiera llegado a tiempo.

Si tan solo lo hubiera atrapado.

Pero no lo hizo.

¡Como el inútil que siempre había sido no lo logró!

―¡Aún hay tiempo, Suibian!

―­Suibian, ¿Qué es lo que está pasando aquí?

Cuando aquella voz llegó a los oídos de los hermanos Zhen y Suibian, las cosas se volvieron aún más tensas, tan tensas como las cuerdas del guqin. Lo suficiente que cuando giraron hacia aquella figura pensaron que podrían quebrarse por ello.

Ante los guardianes que habían estado hablando hace un momento una mujer se levantó orgullosa, su figura alta y firme revelaba el gran trabajo que había hecho durante años de crudo entrenamiento como podría esperarse de su clan.

Su rostro níveo tan fino y hermoso como el jade estaba decorado con un ceño fruncido. Sus ojos eran fríos y salvajes como el metal duro de una espada. Sus túnicas lilas con aguamarina se movían con la brisa, denotando por el agua un poco más su figura.

Esa persona era Yu Huitou.

Suibian fue quien la enfrento:―¿Qué hace aquí. Mayor Yu?

Frente a frente Yu Huitou y Suibian se miraron con frialdad.

El peso de sus acciones en el pasado seguía siendo tan grande como el día en que Yu Ziyuan fue asesinada. Cada uno cargaba con su propia culpa, con sus propios remordimientos enterrados y escondidos del mundo como la verdad misma.

Y ahora, ambos estaban preocupados por la salud del mismo niño.

Como si de un simple susurro se tratara, temiendo que los demás escucharan, Yu Huitou contestó:―Es obvio, vengo a ver a mi nieto, ¿Dónde está Wei Ying?

―Él-

―¡General Suibian! ¡General Suibian!

Haciendo todo para calmar su molestia, Suibian giró encontrándose con el cultivador que había llegado a ellos. Aun de pie sobre su espada, el cultivador voló hasta Suibian, su rostro mostraba urgencia y su voz también.

―¡General Suibian!

―¿Qué ocurre? ¡Vamos, habla!

―¡General Suibian, las puertas de la Gran Sala Médica al fin se abrieron! ¡La doctora Wen por fin salió!

Y Suibian solo pudo dejar que sus pasos le llevaran ahí sin importarle si los demás lo estaban siguiendo.

¡Wei Ying!

Tenía que llegar a Wei Ying.

Tenia que ayudar al niño de su A-Yuan.

 

 

Enlace del capítulo en Ao3:

 

Notes:

Después de una pesada semana de "desarrollo de personaje" que no pedí, por fin el capítulo llegó aquí.

 

 

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal este capítulo?

El final del ataque llegó, pero ante los ojos de un guardián un panorama diferente de lo esperado le ha recibido al igual que una serie de sospechas y pensamientos que no quieren abandonarlo.

Los guardianes han llegado al palacio y la preocupación por la verdad tras un núcleo dorado preocupa a tres guardianes ante el deseo de sus compañeros por su deseo de cumplir su verdadera labor.

¿La verdad tras el núcleo dorado y lo que pasó será revelada incluso para Suibian?

¿Cuál será el estado de Wei Wuxian?

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el amor, apoyo y paciencia que le han dado a este proyecto, me despido.

¡Hasta la próxima!

Chapter 18: CAPÍTULO 10.1: EL LOTO VIOLETA Y LOS GUARDIANES DE YUNMENG JIANG

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

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YUNMENG JIANG-LIANHUA WU

PALACIO PÚRPURA

40 años atrás

 

 

Suibian no era un fanático de su trabajo.

Pero no lo odiaba.

Lo que si odiaba era el horrible púrpura de su uniforme diario, y el hecho de que lo hubieran sacado de la cocina, donde había estado preparando un delicioso platillo, tan solo para escoger a un mocoso.

Caminando a lado de Zidian, Suibian se quejó.

—¿Por qué tengo que escogerlo yo? Tú eres el que tiene más tiempo aquí que yo, deberías ser tu él que lo escogiera.

—Porque los ancianos te consideran el más adecuado. Además, escoger al Futuro Rey Consorte de Yunmeng Jiang es un trabajo que depende del guardián superior de Yunmeng. Puesto que si no recuerdas obtuviste hace bastante tiempo.

Ah, que trabajo tan aburrido.

Una de las tradiciones de Yunmeng Jiang era el examen para consortes.

Cuando en la familia imperial solo nacía un omega y no había posibilidades para la concepción de un hijo alfa, porque el rey no tenía un harem o no quería conseguir un consorte o concubina, Yunmeng Jiang iniciaba su labor entre sus aliados o clanes aun no vinculados, en la búsqueda del futuro rey alfa de Yunmeng Jiang.

Para esto se abría una pequeña convocatoria, en donde los clanes podrían presentar a sus mejores candidatos, quienes aun con cuatro años de edad debían demostrar tanto sus habilidades, conocimientos y percepción sobre la labor.

Cuando este examen terminaba era el líder de los guardianes, general de las grandes tropas de Yunmeng Jiang, quien anunciaría al merecedor del trono de lotos formalizando así el compromiso entre ambos clanes con la ceremonia de presentación espiritual, entre este y el niño que se volvería su receptor.

Aunque Suibian había sido quien propuso ese sistema para facilitar las cosas, era quien menos quería tener la responsabilidad de elegir al rey consorte.

Llegando al salón principal, donde los señores de clanes, los ancianos del clan, los reyes Jiang y el pequeño y adorable príncipe Fengmian los esperaba, Suibian se abrió paso hasta estar ante los reyes Jiang y ofreció sus saludos con respeto y seriedad.

—Suibian se presenta ante los reyes Jiang, este está listo para comenzar con el procedimiento.

—Adelante, Suibian.

Canalizando su energía dorada, Suibian dio la vuelta haciendo frente ante los señores aliados, sus ojos dorados miraron con seriedad a cada uno. Sin más invocó su espada permitiendo que la bella estructura de Jingai fuera visible ante ellos.

Y golpeando el suelo con la base de su funda, Suibian habló.

—Hacer lo imposible es el lema de Yunmeng Jiang, esa frase significa muchas cosas. Cumplir con el lema o no depende mucho de cada rey; no es una obligación. Pero si son palabras que debe recordar como la cabeza de Yunmeng Jiang. Cada uno de ustedes ha traído a sus hijos ante nuestros reyes conociendo esto.

Sus ojos brillaron, el peso de la responsabilidad sobre sus hombros era molesto.

―Cada niño debe de demostrar que está listo, pero solo aquel que dé una respuesta que pueda ser considerada como correcta o cercana a lo adecuado, será elegido por mí. No pueden ayudarlos en su misión. Responder el examen de selección y las preguntas de los guardianes dorados es el deber de los niños.

―Sean respetuosos, pacientes y que sus niños tengan mucha suerte.

Y así, el examen para el consorte Jiang comenzó.

El examen consistía en revisar su salud, fuerza, inteligencia, capacidades, sus ideas sobre el mundo y una pregunta en especial que Suibian les realizaba a todos los candidatos desde la primera vez que tuvo que hacer eso.

Había muchos niños en ese lugar, varios de ellos no entendían lo que hacían o porque tenían que hacerlo. Tímidos y asustadizos escapaban de Suibian, buscando a sus madres o padres alfas, pidiendo ser llevados con sus padres omegas.

Esa era la razón por la que a Suibian no le gustaba esto.

No solo por el tener que elegir el futuro de Yunmeng Jiang, sino también porque creía que estos niños aun eran muy pequeños para poder comprender que significaba realmente convertirse en un rey.

No obstante, estaba aquí, realizando un sinfín de exámenes en conjunto con el equipo elegido para este trabajo.

Hasta que llegó el momento en que se encontró con esa pequeña niña.

Era más pequeña que muchos niños en ese lugar, pero su piel lechosa y cabello negro la distinguían entre todos al igual que esas túnicas violetas, aguamarina, amarillas y verdes jade bordadas con ornamentados patrones familiares.

Meishan Yu.

No fue necesario que Suibian pensara demasiado para saber que esta niña era de Meishan Yu, incluso esas joyas de oro, plata y cuentas con los colores del clan al igual que aquella banda bordada decorada con aquellas joyas tan hermosas.

En el pasado, antes de que Wen Mao gobernara el mundo y el mismo naciera existieron Tres Grandes Clanes en el Reino Humano.

El Clan Mao, el Clan Tang y el Clan Yu.

El Clan Mao era reconocido por características típicas como ser el clan de los lobos de cabellos y ojos negros, pieles lechosas. Personas con aroma a arce vestidas de rojo y brillantes como las joyas de plata que decoraban sus figuras.

Siendo uno de los clanes más extensos que habían repartido su semilla por varias partes de YuZhong, Siendo la provincia de Yunnan la más poblada con gente Mao de sangre pura. Siendo sus mestizos los que formaban parte de la mayoría de la población de YuZhong.

Pero algo que tambien los hacia populares era que la mayoría de sus integrantes eran congéneres de Lluvia Carmesí,  quien fue el hijo de una omega Mao. El mismo que no solo heredó su lengua, sino también sus tradiciones al punto de que cada vez que pensabas en Mao era inevitable recordar a Hua Chengzhu.

Luego estaba el Clan Tang.

El Clan Tang era la cuna de la sericultura y la fabricación textil de YuZhong.

La sericultura consistía en la cría del gusano de seda Bombyx mori con un conjunto de técnicas para producir capullos y, con ellos, la seda misma como producto textil final.

Desde los comienzos del tiempo cuando el Clan Tang no era más que una tribu, esta gente había comenzado su ardua labor en la agricultura y recolección de frutos silvestres como cualquier otra tribu.

No obstante, un día un omega de inmensurable belleza que estaba recolectando frutos descubrió que varios capullos habían caído en el agua caliente que iba a usar para hacer su té.

Cuando el omega intentó quitarlos estos comenzaron a desenredarse en finos hilos que llamaron la atención del omega. Cuidadosamente los hilo en un palo y a través de un mecanismo funcional para la agricultura, con unas pequeñas modificaciones el omega terminó haciendo un telar y tras un arduo trabajo nació la primera prenda hecha con seda.

Rápidamente el omega se volvió muy popular entre su gente y las tribus del lugar, quienes le pidieron prendas hermosas y la enseñanza sobre aquel maravilloso invento a cambio de maravillosos tesoros que hicieron dichosa a su familia.

Pero también recibió múltiples propuestas de jóvenes alfas, que hechizados por el talento y la belleza del omega quedaron enamorados. El omega rechazó a cada uno, incapaz de devolver sentimientos que no podía sentir. No importaba cuan maravillosos eran dichos jóvenes, el omega simplemente sentía que faltaba algo.

Entonces un día un joven Señor que dirigía a un gran grupo de tribus y clanes apareció ante el omega, su alma cálida y sincera cortesía maravilló a cada persona de la tribu. Cuando el Señor estuvo ante el omega le preguntó si podía fabricar para él el traje más hermoso que el mundo hubiera visto para una ceremonia a la que tenía que asistir.

Al inicio el omega se sintió incapaz de hacerlo, rechazando la oferta. No era alguien digno de tejer el traje de un Gran Señor. Pero cuando sus ojos se encontraron el Señor le dijo aquellas palabras que le dieron confianza.

Solo tú puedes hacerlo, sé que sin importar que formas y colores elijas el traje será el más hermoso de todos.

Y el omega aceptó.

Cuando la luna llena llegó nuevamente el traje estaba listo, las hermosas túnicas amarillas y brillantes como el sol fueron las más hermosas en aquella floreciente primavera.

Pero eso no fue lo único que floreció.

Porque tras varias lunas el Señor y el tejedor se casaron.

Aquel invento no solo convirtió al omega en el padre de la sericultura, sino también en el consorte de ese Señor.

Mentira o verdad el Clan Tang fue un acaudalado clan de sericultores y tejedores conocidos por la belleza de sus bordados que llevaron la seda al YuZhong. Así mismo lideraron su propio imperio en su tiempo cuando el YuZhong estaba siendo gobernado por varios emperadores.

Actualmente de ese clan el único sangre pura Tang era Tang Bichen, reconocido con el título de la Belleza Fría. Algo que era digno para alguien tan hermoso y letal como solo él podría ser. La elegancia de los leopardos de las nieves bordados que decoraron las túnicas de los Tang yacía reflejada en la letalidad de Bichen.

Como solo un heredero directo del padre de la sericultura podría ser.

 Ugh ugh, volviendo al tema.

Y luego estaba el clan de Meishan Yu.

Las mujeres alfas de Meishan Yu eran reconocidas como un fuerte clan militar talentoso en todas las artes, pero también eran consideradas la cuna de las mujeres alfas. Siendo así que casi el 30% de la población alfa que eran mujeres se encontraba concentrada en Meishan Yu.

Aunque el nombre en realidad hacía alusión a la capital del territorio de los Yu, mismo que abarcaba y amurallaba la mayoría del territorio de la provincia de Sichuan en la Gran Muralla de Meishan Yu.

Fuertes y temerarias, cultivadoras capaces con los mejores estrategas y el territorio más imponente al punto de ser considerado como tierra impenetrable, esa fortaleza que yacía amurallada era el hogar de las alfas Yu.

Y la misma cuna de los famosos Lotos Violetas de Meishan Yu.

Este clan era sorprendente debido a que había varios aspectos sobre ellas que parecían inhumanos.

Su salud era impresionante, era raro para ellas enfermarse. Los más propensos y en pocas ocasiones eran los varones.

De la misma manera, sus sentidos eran muy agudos. Teniendo una vista que podía ser comparada con la de un halcón, su puntería en el tiro con arco era perfecta, sus habilidades de esgrima, el arte y la guerra eran aterradoras.

Pero había algo que caracterizaba a todos.

Sus rasgos y sorprendente altura.

Piel lechosa de extrema suavidad que no podía ser dañada por el sol y su pigmentación tampoco cambiaría aún al estar expuestos a su luz. Cabello negro cuervo sin ningún tipo de variaciones. Iris grises claro o ligeramente oscuro con un ligero tono azulado en algunos varones.

Ojos afilados, figuras imponentes, aptitudes de liderazgo. Cuerpos carentes de vello facial y corporal más allá de las pestañas y cejas, fuertes y tonificados por el trabajo duro. Una esperanza de vida que podía superar los cien años, un metabolismo asombroso que raramente variaba y solo para su beneficio propio.

Y sobre todo, cada cierto tiempo en su clan nacían estos famosos Lotos Violetas de Meishan Yu. Individuos que se caracterizaban por tener ojos de un tono violeta tan impresionante que podrían ser más brillantes y coloridas que las amatistas y más elegantes que las charoitas.

Siendo este tono aquel que le daba a esa alfa, las únicas que podían heredar aquellos iris el verdadero título de Loto Violeta de Meishan Yu.

Personas con genes que podrían considerarse… perfectos.

Pero lo que hacía más popular a las personas talentosas en todas las artes e interesadas en la investigación de varios campos, era que eran la cuna de la medicina actual.

Los rumores―y muchos alfas estúpidos―los veían como salvajes que adoraban criar bestias salvajes o seres violentos, aquellas que atacaban a alfas supuestamente sin razón cuando se atrevían a intentar dañar a un omega cerca de las tierras que protegían, aun si no eran suyas.

Súper humanos. Más allá de lo normal, más allá de la lógica.

El origen de los Yu era algo que se sabía muy poco, tan solo se conocía que supuestamente su gran ancestro fue el patriarca que les enseñó la cultura que por generaciones gobernó a su gente. A través del amor y respeto por la tierra, el ciclo de la vida, la muerte y el amor por las bestias los Yu se guiaban por una visión en donde los cosmos y la tierra estaban conectadas.

Según los Yu este tal Yu Laoying era un Dios de la Tierra que estaba conectado con esta. Vivía sobre una montaña divina y pasaba la mayor parte de su tiempo fabricando herramientas, medicinas y demás inventos con la única finalidad de poder ayudar a la humanidad.

este tipo pasó mucho tiempo estudiando y aprendiendo tantas artes y ciencias que era difícil encontrar algo en lo que no era bueno. Por lo que para Yu Laoying utilizar este conocimiento para su sueño era algo fácil de alguna manera.

Sin embargo, Yu Laoying no solo quería ayudar a los humanos. Tambien quería ser parte de ellos, convivir con los humanos y volverse su amigo. Sin embargo, debido a ciertos elementos de su apariencia―que Suibian desconocía, honestamente hablando―, Yu Laoying sabía que si se acercaba a ellos los asustaría, por lo que pensó que ese sueño tal vez no se cumpliría.

Hasta que un humano se presentó en persona buscando su ayuda.

El tío de este humano había enfermado y ningún medicamento humano podía curarlo. Naturalmente Yu Laoying y este hicieron un trato para curar al tío y por tres meses aquella persona se quedó en la Montaña Divina.

¿Y que nos enseñaron los diferentes cuentos de la Bella y la Bestia cuando una belleza radiante se queda en el hogar de una criatura que tal vez no era muy humana que digamos?

Que obviamente esos dos se casaron.

Naturalmente Yu Laoying no era como el psicópata que algunas versiones del cuento retrataron de la Bestia, Suibian lo calificaría más como alguien inocente y educado. Por lo que olvídate del síndrome de Estocolmo. Al parecer fue una relación muy sana en realidad.

Volviendo al tema.

Había muy poca información fuera de la Muralla Yu sobre lo que pasó después y como funcionó el asunto de la traición a Yu Laoying de parte de un miembro de su corte. Pero era bien sabido que para los Yu sus dioses eran muy importantes, algo sagrado para ellos al punto de que esperaban pacientemente el regreso de su Señor y muchas cosas más.

Cuando su Bába aún estaba trabajando y experimentando para lograr dar con la receta de Purificación Instintiva, Liu-Shishu le ayudó a conocer directamente a la Líder del Clan Yu que le ayudó no solo financiando su proyecto, también investigó a su lado ayudándole a encontrar los ingredientes adecuados para Purificación Instintiva.

Pero el mayor logro de aquella honorable alfa conocida como el Loto Violeta de Meishan Yu,  fue llevar directamente a su padre con los líderes y médicos del clan Tang y Mao, acelerando la producción y expansión de las campañas de vacunación por todo YuZhong.

Y fue así como se formó la alianza de los Tres Grandes Clanes por el bien de YuZhong.

Meishan Yu fue un clan muy respetable para Cang Qiong, un aliado nato que trabajó en conjunto con las sectas y clanes cuando el caso del falso Dios del Fuego fue descubierto.

Si la popularidad de Meishan Yu ya era grande en ese tiempo como el misterio de lo que en realidad podría haber detrás de esas murallas, esta solo aumentó cuando el mundo tuvo que enfrentarse al culto del Dios del Fuego y los traidores que se habían unido a ellos sin medir el peligro de la situación.

La batalla en el Palacio Huang Hua no solo unió a los Tres Grandes Clanes, sino que mostró lo que podría pasarle a un traidor cuando te atrevías a meterte con uno de los suyos.

Si eras bueno con ellos podrían ser los mayores aliados que podrías encontrar, los mismos que seguirán protegiendo a tu descendencia aun tras siglos. Pero si te metías con ellos había una la frase tan popular entre ellos explicaba mejor lo que pasaba.

“Aquel que tenga piedad con la vida merecerá piedad en la muerte, pero aquel que ofenda a la tierra y las estrellas y cause terror en la vida no tiene derecho de pedir perdón en la muerte”

En pocas palabras, ellos aplicaban la ley de ojo por ojo, diente por diente.

Ese día el Clan de Meishan Yu no solo pelearon por el bienestar de la gente y los pobres niños usados por ese asqueroso culto liderado por la mayor escoria que Luo Suibian había oído. Sino que cuando se metieron con uno de los suyos y su Bába “murió” después de acabar con la escoria que arruinó la vida de sus abuelos y su padre, el Clan Yu enfureció y buscó una sangrienta venganza.

Esa noche el Clan de Meishan Yu asesinó a cientos de humanos y demonios pertenecientes al famoso culto del Dios del Fuego. No importó el clan, secta o procedencia real del individuo. Las bestias de Meishan Yu y su padre no dudaron en matarlos a todos hasta que no quedo ni uno solo.

Solo unos cuantos miembros del Palacio Huan Hua y sus sectas aliadas resultaron inocentes, siendo eso la razón por la que las alfas les perdonaron la vida y la Líder Alfa Yu convenció a su padre de no derramar sangre inocente.

Cuando su Bába volvió a la vida en el cuerpo formado por la Flor de Rocío de Sol y Luna, el Palacio de Huan Hua que encontró no solo había sido reconstruido a través de las cenizas de ese día, sino que había sido reformado a través del trabajo duro de un Emperador Demonio.

El mismo que a pesar de las heridas y el dolor por haber perdido a su alma gemela y verlo morir, se había esforzado no solo por buscar su alma en cada mundo existente, sino también por mantener el sueño de su padre omega y hacer que la leyenda del Trébol Inalcanzable, la espada Xiu Ya creador del suero que cambió la vida del mundo del cultivo fuera conocida como debía.

La leyenda de un omega que a pesar de las reglas, las burlas y los insultos de los que lo atacaron cuando se descubrió su casta, no dudo un solo día en seguir luchando porque su suero llegara a más personas.

Aun cuando ciertas cosas cambiaron para Meishan Yu y para su Bába, aquella alianza que había firmado con Yu WeiXi se mantuvo como el juramento que ella le hizo ese día. Meishan Yu nunca lo abandonó, trabajando junto a él cada día hasta que su padre pudo ver la primera parte de su sueño cumplido.

Un YuZhong curado de que él llamó Patógeno ABO.

Mucho menos lo dejo solo cuando Wen Mao atacó Cang Qiong y robó a su Bába de su lado.

Entre sangre y muerte Meishan Yu les ayudó a salvar a gran parte de los discípulos de la secta cuando el Sol Falso se activó por primera vez ante sus ojos. Aun cuando la Matriz del Sol Falso se activó y la energía espiritual y dorada fue bloqueada, la fuerza bruta física de los Yu y sus bestias les ayudó a ganar la ventaja y sobrevivir.

De la misma manera la parte restante ayudó a formar el plan para sacar a su padre del palacio de Wen Mao. Y cuando su A-Die se llevó inconsciente a su padre las Yu les ayudaron a escapar al Reino Demoniaco, peleando y masacrando a varios yaos, espíritus y humanos que se aliaron a Wen Mao.

Aunque quitarle la corona a los Wen en ese momento era imposible, de los sobrevivientes salieron varios jóvenes prometedores que con la ayuda de Meishan Yu formaron sus propios clanes. Y de aquellos clanes cuatro destacaron creciendo y floreciendo hasta convertirse en cuatro reinos.

Yunmeng Jiang.

Qinghe Nie.

Gusu Lan.

Lanling Jing.

Si esos reinos hoy en día eran prósperos, si existían era por la ayuda de las alfas Yu.

Meishan Yu era el reino que no se llamaba reino, pero protegía a YuZhong entre las sombras mientras en silencio el mundo avanzaba. Los cuatro grandes reinos admiraban de sobremanera a Meishan Yu como uno de sus padres.

Y con justa razón.

Las enseñanzas en los cuatro reinos en el aspecto taoísta involucraba los conocimientos básicos que todos ellos aprendieron desde muy jóvenes en una de las grandes cuatro sectas, su hogar la Secta Cang Qiong.

Mientras muchos aspectos sociales y políticos fueron algo que su propio padre, el Gran Omega Inmortal trajo al mundo exterior tras aprender las costumbres de Meishan Yu y enamorarse de aquellas tierras, cultura y leyendas que conmovieron su corazón y lo hicieron sentir que era lo mejor que se le podía enseñar a las nuevas generaciones.

Sí, el mundo del cultivo admiraba mucho a Meishan Yu. su sentido del deber los llevaba a sentirse en deuda con dicho clan al punto que el hecho de que muchas veces varios clanes de renombre intentaron ofrecer una alianza a Meishan Yu a través del matrimonio.

Todo el mundo lo sabía, Meishan Yu era el clan más capacitado para convertirse en la verdadera capital del imperio.

Después de todo, sin un alfa dominante vivo en la sangre Wen, si un día a la Líder Alfa en turno se le ocurría la maravillosa idea de hacer un golpe de estado y hacerse de la corona y el Trono del Dragón, los clanes que lograran hacerse con alianzas con los Yu serian bastante beneficiados.

Sin embargo, tal y como Meishan Yu actuaba cuando el mundo estaba tranquilo cada una de esas propuestas fueron rechazadas.

Meishan Yu no buscó el Trono del Dragón, no aceptó alianzas políticas, no aceptó propuestas matrimoniales y encerrados en sus murallas siguieron casándose con los clanes pequeños que vivían dentro o fuera de las murallas que ellos ya conocían y consideraban adecuados para continuar su legado.  

Ahora bien, volviendo a la realidad y con todos esos puntos que explicaban mejor la situación expuestos, Suibian no pudo evitar preguntarse…

¿Qué hacia Meishan Yu aquí buscando una alianza matrimonial?

Hacia cierto tiempo que lo poco que sabía de Meishan Yu era por lo que se contaba en conferencias de discusión o en banquetes de Yunmeng Jiang. Debido a su actual papel como solo Suibian, Luo Dongxing no podía ir y revelar su verdadera identidad.

No era como si pudiera ir a ver la estatua de su padre ahí como un “Solo quiero hacer turismo”.

No, debía ser cuidadoso.

Volviendo al tema.

Sinceramente era un poco extraño ver en el registro a una niña Yu después de años de no saber de ellos.

Yu Ziyuan, eso era lo que decia su ficha de registro. Su resultado en los exámenes había sido perfecto, de los mejores de la larga lista que tenía de revisión.

Muy bien, veamos.

Yu Ziyuan de Meishan Yu, tercer hija de la Líder del Clan Yu, Yu Huitou y el omega conocido como la Rosa de Jade, Wu Juhua.

Oh, era hija de la Líder Yu.

Esto comenzaba a volverse más tenso.

 La niña al parecer era muy talentosa como podía esperarse de un Loto Violeta de Meishan Yu. Era bastante buena en todas las materias expuestas en un examen que había sido diseñado para niños de seis años. Sabía hablar y escribir muy bien en mandarín y había expresado que estaba aprendiendo MaoLang.

Suibian sabía que había ciertos prodigios repartidos por la tierra, pero no pudo evitar preocuparse un poco por pensar como esa niña sabía tanto.

Los ojos de Suibian pasaron entre la niña de cabeza gacha y su madre. Era bastante linda en realidad como podría esperarse de una cría Yu. Vestida y peinada adecuadamente como una hermosa pintura de u ser legendario.

Sus ojos pasaron a la alfa adulta, la mujer estaba vestida con las túnicas tradicionales de su clan mostrando con orgullo su origen.

Yu Huitou.

Suibian había oído algunas cosas de una tal Yu Huitou.

Bastante estricta y concentrada en el entrenamiento militar de su clan, como si se estuviera preparando para una batalla. La muerte de su esposo a días del nacimiento de su tercer hija la había amargado bastante.

Algunos decían que su cambio drástico se debía a que había perdido la mitad de su alma cuando la Rosa de Jade falleció.

Suibian no conocía a esa mujer, pero por alguna razón sospechó un poco de sus intenciones.

¿Qué estaba buscando con esto después de años de silencio de parte de su clan?

Pero ver frente a frente esos ojos violetas que dejaban claro la verdadera naturaleza de esa niña, fue impresionante.

Jamás había visto a un Loto Violeta por sí mismo, tan solo conocía las historias de su Bába.

Conocer a un Loto Violeta de Meishan Yu no se parecía en nada a las historias. Era bastante impresionante. Mucho mayor de lo que pensó.

Entonces escuchó la voz clara y fría de la niña cuando se presentó a sí misma.

―Esta se presenta ante Su Señoría, Polilla de Oro, Yu Ziyuan de Meishan Yu. Es un placer conocerle.

De todos los niños que participaron como candidatos, esta era la primera que se presentaba a sí misma sin temor ni titubeos, sus ojos eran tan feroces y aun así mantenía una mirada seria y educada, su reverencia también lo fue y la manera en la que contestó cada una de sus preguntas fue impresionante.

Pero el hecho de que era solo una niña de cuatro años, una pequeña cachorra, era algo aterrador.

Tanto como las pupilas opacas de esa niña.

Tan aterrador como el verdadero significado detrás del color de esos ojos.

¿Qué carajos le había hecho Yu Huitou para volverla de esa manera?

Suibian sabía lo que había detrás de esos ojos violetas, sabía que no era raro en los Yu. Después de todo, cada tanto tiempo una hija Yu nacía con esos ojos violetas en particular siendo un talento único en el mundo.

Pero solo era una niña.

―El placer es mío. Ahora voy a hacerte una pregunta, al igual que todos, quiero que me respondas con sinceridad, ¿está bien?

―Hmn.

―¿De qué depende la verdadera felicidad de un rey?

La niña lo pensó por un momento seriamente, sus ojos violeta se quedaron mirando a un punto especifico del suelo, hasta levantarse y mirar directamente a Suibian y contestar.

―La felicidad de un rey no debe depender de satisfacer sus sentimientos personales, sino de priorizar el bienestar de su pueblo.

Y esa respuesta fue suficiente para poner a pensar a Suibian.

Esto no estaba bien.

Esa niña no actuaba como una cría, sino como un adulto.

¿Qué estaba intentando hacer Yu Huitou?

Durante toda la noche, Suibian pensó sobre el asunto.

La respuesta de la niña no había sido del todo mala en la segunda parte, pero la primera parte dejaba muy en claro las enseñanzas de Yu Huitou sobre el corazón de la pequeña. Por más que Suibian quisiera negarlo, era obvio lo que estaba pasando.

Aunque no creía que Yu Huitou fuera como Wen Mao, quien mató a sus propios hijos que consideró inservibles solo dejando a los más útiles que formaron su clan, era obvio que Yu Huitou con sus palabras y actitud estaba colocando sobre los pequeños hombros de Yu Ziyuan todas sus expectativas.

Si Suibian la aceptaba la estaba condenando a un matrimonio que ni sabían si funcionaría, pero si la niña no le era útil…

¿Qué haría esta persona entonces?

Suibian desconocía si quería saber la respuesta.

Los matrimonios en el imperio eran en realidad negociaciones entre las familias, eso del amor y cariño entre las parejas eran para los cuentos de hadas. Y los pocos matrimonios que se realizaban por amor no eran precisamente en familias influyentes como lo era el clan Jiang.

Aunque en Yunmeng Jiang existía la posibilidad de que una de las partes pudiera casarse con su persona destinada, convirtiéndola en la Máxima o el Máximo Consorte Real. Era obvio que primero debían casarse ambas partes para que esto fuera posible.

Pero Meishan Yu, un clan que creía en la libertad y el amor solo buscaría algo así en una situación que la creyera una máxima urgencia por un bien mayor.

Suibian ya sabía eso, pero la verdadera razón por la que no le gustaba elegir la pareja del futuro rey omega, era precisamente porque estaba eligiendo sobre la vida y la unión de otras personas.

Esto era nauseabundo.

―¿Y? ¿Ya has tomado tu elección sobre que niño será el Rey Jiang?

La voz de Zidian lo sacó de sus pensamientos.

―Aun no.

―Que extraño. ¿Por qué estas tan pensativo?

―Hay una pequeña alfa Yu en la lista.

―¡¿Pero qué demonios?! ¿Por qué hay una cría Yu en la lista? Ellos nunca han intentado asociarse con otros clanes aparte de sus aliados.

―Pues esto es la prueba de que ya han comenzado a moverse.

―La verdadera pregunta es, ¿Por qué ahora?―. La voz de Sandu a su lado se escuchó. Ninguno dejo su posición en la torre de vigilancia.

―¿Qué estarán planeando?

No lo sabía.

Los Yu que conocieron en el pasado eran confiables, pero ¿la Líder Alfa Yu actual era confiable?

―¿Cuáles son tus ordenes, Suibian?

―Quiero que investiguen todo sobre los Yu y sobre todo de Yu Huitou. No quiero ningún un solo hueco en esa información.

―Como ordene, su Señoría.

―Menuda molestia. Vámonos.

La información llegó más rápido de lo que Suibian había esperado, los niños seguían en Yunmeng Jiang como sus pruebas en otras áreas. Todos ellos mostraban los datos que había esperado de dicho clan.

Eran confiables, no habían cambiado.

Pero… ¿Por qué?

¿Por qué estaban actuando ahora?

Bába.

Si Bába estuviera aquí tal vez podría preguntarle qué decisión sería más correcta. Su habilidad para leer a las personas era mucho mejor que la suya.

Lo necesitaba.

Lo extrañaba.

Pero era hora de trabajar.

Sin poder dormir en realidad, Suibian salió de su habitación y terminó en el muelle de lotos más cercano.

La noche era tan tranquila como siempre en Yunmeng Jiang, las flores de lotos yacían florecientes como podría esperarse del mes, así como las estrellas se proyectaban sobre el agua como la luna, la linda y pequeña imagen de una pequeña persona parada en medio del muelle llamó su atención.

La cría estaba vestida por una capa grande y pesada formada por una sábana blanca, aun cuando Suibian solo podía ver su espalda, logró olfatear la soledad en su corazón, así como escuchar el llanto que no lloraba.

―Hey, ¿Cómo lograste llegar hasta aquí? Enfermaras si te quedas aquí.

La pequeña Yu Ziyuan era muy linda en realidad, de mejillas redondas y ojos tan grandes y lindos, pero a Suibian no le gustaba ver lo opacos que se veían.

Si tan solo pudieran brillar como debían.

―Yo… solo quería ver el muelle. Lo siento.

―No te disculpes está bien, toma.―le ofreció su propia capa―.Podemos quedarnos a ver, pero no puedes enfermar―.Declaró cubriéndola cuidadosamente, sintiendo la ternura en su corazón al ver lo linda que la niña se veía.

A Suibian le gustaban mucho los niños, aunque no estaba ni estuvo en sus planes convertirse en padre, le gustaba mucho sus reacciones naturales ante la vida y jugar con ellos.

―Eso es, A-Yuan, ¿en Meishan Yu no hay muelles?

 

―Soy Yu Ziyuan. Y si hay, pero Muqin no me permite abandonar mis estudios.

Ah, esa Yu Huitou, ¿Qué no sabía que los niños necesitan divertirse?

―¿Por qué no te gusta que te llame A-Yuan, A-Yuan?

―Es raro.

Suibian solo pudo guardar silencio con una divertida sonrisa.

Que linda era A-Yuan.

Era natural que esa niña no estuviera acostumbrada a ser llamada A-Yuan con una madre como Yu Huitou. Después de todo, el padre omega de Yu Ziyuan murió en el parto, aun cuando Yu Ziyuan parecía ser perfumada, por el leve aroma parecía que solo era de vez en cuando para protección.

Si Yu Huitou la amaba o no era algo que Suibian no cuestionaría, pero sí que podía recriminarle no darle más cariño ante la ausencia de una figura tan importante como lo era un Bába.

Acariciando su cabeza mientras miraban las flores de loto del lago juntos, Suibian escuchó la dulce voz llamarle.

―Señor Suibian.

Por los dioses, era tan adorable. Los Yu eran tan agraciados que incluso sus voces eran hermosas.

―¿Sí?

―¿El muelle de Lianhua Wu siempre ha sido tan lindo?

―Lo es. Todos los muelles se ven así.

―¿Algún día nieva?

―¿Te gusta la nieve?

―… No lo sé. Pero A-Bei dice que en Lanling Jin la nieve es muy linda.

Ah, Wu Meibei era la pequeña mejor amiga de Yu Ziyuan, eso decía el informe de Zidian. Se habían conocido desde antes de tener uso de razón porque el padre omega de Yu Ziyuan y la madre omega de la niña eran amigos.

Por lo que siguiendo la tradición Wu Meibei y Yu Ziyuan se juntaban de vez en cuando para jugar cuando su madre le dejaba hacerlo tras mucho estudio.

Pero no pudo evitar arquear la ceja.

Porque esa niña también era la pequeña prometida que habían elegido para ese niño Jin Guangshan.

A pesar de todo le alegraba que al menos tuviera una amiga.

Entonces Suibian habló.

―¿Te gustaría ver la nieve alguna vez?

―… Hmn, pero no creo que Dribrian…  mi Muqin me deje. Debo seguir estudiando.

La mirada de la niña se apartó, regresando sus ojos a las flores, pero Suibian ya había tomado una decisión.

―No tienes que preocuparte por eso. Después de todo, a partir de ahora vivirás aquí como el Futuro Rey Consorte de Yunmeng Jiang. Este se encargará de que un día puedas verla, incluso muchos más.

Los ojos violeta le miraron con sorpresa, mientras los dedos largos pasaban por las hermosas hebras negras y su sonrisa fue dirigida a la niña, al igual que una dulce mirada dorada que estaba llena de determinación.

A Suibian le gustaban los niños, sus sonrisas, su imaginación y sus adorables corazones llenos de la inocencia que muchos adultos perdían. Pero Suibian odiaba a las personas que no los dejaban vivir su infancia tal como debían, así como a los que se atrevían a maltratarlos.

Si quieres formar a un adulto adecuado, nunca le quites la infancia a un niño. Los limites son necesarios como en cualquier caso, pero limitar el amor es un verdadero tabú.

Tal vez estaba cometiendo el mayor error de su vida, o tal vez solo era el destino el que lo había guiado a tomar esa decisión, pero algo dentro de él sabía que no quería dejarla sola.

Esta niña merecía vivir su infancia y él tenía todo el tiempo del mundo que podría tener un inmortal solitario.

¿Por qué no darle cada uno de esos años a una niña que solo necesitaba amor?

Si Yu Huitou amaba a su hija o no, Suibian no permitiría que siguiera educándola en un mundo tan frio como ese. Suibian limpiaría sus alas, le ayudaría a que plumas florecieran, le enseñaría a volar y la convertiría en una adulta que pudiera al menos recordar el pasado con alegría en vez de tristeza o envidia.

Y si lograba encontrar un tercer camino que pudiera darle por completo la libertad que esa niña merecía. Suibian daría todo de si por ayudarle a lograr conseguirla.

―No, no. Dije que no.

Las palabras de Zidian fueron contundentes. El cabello suelto tras su espada brilló con la luz de la luna, su ceño fruncido era tan cotidiano para Suibian que no lo asustó en ningún sentido.

―Vamos, Zidian. Te prometo que todo saldrá bien.

―No, no. Tú y yo acordamos que no escogeríamos a una cría Yu. Esa niña es hija de ese clan, peor es un Loto Violeta de Meishan Yu. ¿Entiendes lo que estas sugiriendo? No importa lo honorable que sea el clan Meishan Yu y cuanto le debemos tras lo mucho que nos ayudaron, tú mismo dijiste que no confiabas del todo en lo que planea esa mujer.

―Lo sé y lo entiendo, pero…

―¿Pero?

―Pero esa mujer no le está dejando vivir su infancia.

Y el rostro de Zidian se suavizó.

―Sé que temes lo que significa y que el primer hijo alfa que tengan ambos será el heredero del trono de Meishan Yu, pero no quiero que pienses en eso. Piensa en que solo es una pequeña niña que tiene derecho a ser feliz y nosotros podríamos hacerla feliz.

Zidian bufó decorando sus labios con una sonrisa burlona.

―¿Y qué? ¿Acaso planeas que nos volvamos una bonita y cursi familia feliz con esa mocosa? Que sea un talento Yu compatible con el rayo, el fuego y el agua no deja de hacerla un Yu. Miembro de un clan que no conocemos que busca en realidad.

―¿Y por qué no?

―¿Qué?

Con una arrogante sonrisa respondió.

―¿Por qué no volvernos en una bonita y cursi familia?

El rostro de Zidian enrojeció de la cólera.―¿Pero qué demonios?!

―Después de todo, se nos enseñó que si un cachorro necesita ayuda y podemos protegerlo es nuestro deber con la sociedad ofrecerle algo más brillante para su futuro. Y esa niña más allá de su talento es una pobre niña que merece vivir una infancia feliz.

Zidian frunció el ceño y bajó la mirada.

Entendía lo que Suibian quería decir, pero criar a un niño Yu no era como un cachorro de otros lugares. Los Yu tenían una cultura y religión diferente, tradiciones y rituales que aún no comprendía del todo. Además de su gusto por adoptar animales no domésticos como si solo fueran perros o gatos domésticos y no bestias salvajes de las montañas, selvas y bosques.

Pero cuando sus ojos se encontraron con la mirada suplicante de Suibian todo altivo de dureza en su propio ser no pudo mantenerse por más tiempo.

Con un suspiro cansando Zidian se dio cuenta que no importaba que le pidiera ese hombre, desde la infancia y hasta el día de hoy…

―Por favor, Zidian, ¿te gustaría criar a esta niña conmigo?

―¡¿Pero qué demonios?! ¡Deja de decir las cosas de esa forma tan rara!

―Zidian.

Zidian jamás podría decirle que no.

Con un suspiro cansado Zidian le dio lo que quería.―¡Bien! Haz lo que quieras, pero todo lo que sea difícil te tocará a ti. Esas preguntas sobre el apareamiento, cosas sin explicación y cosas culturales. Todo eso es tu asunto.

―Está bien.

―Tu te harás cargo de cuidarla cuando enferme, si llora o hace algún berrinche.

―Lo haré, no te preocupes.

―Y si se le ocurre querer meter un oso a Yunmeng Jiang-

―¡Yo lo evitaré, te prometo que no tendrá mascotas aterradoras.

Zidian frunció el ceño y lo miró con sospecha, pero al final aceptó.

―Ah, maldita sea. Hagamos esto.

―Muchas gracias por tu cooperación, papá Zidian.

―¡Ni siquiera te atrevas a llamarme Papá Zidian!

Y Suibian solo pudo reír.

Cuando los dos fueron a avisarle a los reyes Jiang cual había sido la elección que habían tomado, la alegría se apoderó del corazón de sus majestades. El acuerdo con Meishan Yu fue sellado declarando que el primer hijo alfa de Yu Ziyuan se convertiría en el heredero de la corona de Meishan Yu y el Señor del Clan de las Bestias.

Aun cuando pudo ver la alegría en los reyes Jiang y Yu Huitou, Suibian no dejó de pensar en todo el asunto.

Desconocía los verdaderos motivos de Yu Huitou detrás de esta inesperada alianza y la búsqueda de un heredero de aquella manera, pero deseó solo concentrarse en la idea de que ahora Yu Ziyuan estaría bien bajo el cuidado de Zidian y él.

Eso era mejor que dejarle la crianza de la niña a esa mujer que al parecer era muy fría con sus hijos.

Esta niña no era suya, nadie mejor que Suibian lo sabía. Estaba bien con eso, pero él daría lo mejor para que ella fuera feliz.

Naturalmente como debía ser Suibian presentó a Yu Ziyuan ante Zidian y Sandu.

―Y aquí esta, A-Yuan, este es el guardián Zidian y él es su hermano Sandu. Zidian y yo nos haremos cargo de tu educación y cuidarte.

Los ojos de Yu Ziyuan miraron con cierto destello de brillo a Zidian, quien levantó una ceja antes de saludar.

―Es un placer, su Alteza. Este Zidian promete que se esforzará en aprender de su cultura y costumbres por su comodidad.

―Es un placer, Alteza. Bienvenida a Yunmeng Jiang.

Yu Ziyuan no pudo evitar sorprenderse de la diferencia de altura de esas dos personas en comparación con el guardián Polilla de Oro. Sus rostros eran idénticos entre ellos. Posiblemente gemelos.

Su aroma era noble y sincero como el guardián Polilla de Oro, por lo que algo dentro de ella supo que era confiable. El cielo y las nubes le favorecían con el elemento del rayo, y el viento le habló sobre una persona de buen corazón a pesar de sus gestos supuestamente fríos.

Le agradaba esa persona.

Y tal y como hizo con el guardián Polilla de Oro, Yu Ziyuan se presentó ante los inmortales.

―Yu Ziyuan de Meishan Yu se presenta ante su Señoría el Inmortal Tormenta de Plata Sangrienta y su Señoría el inmortal Serpiente de Mil Venenos. Ziyuan dará todo de sí por ser una buena estudiante y convertirse en el rey más apropiado para Yunmeng Jiang a través de su honorable enseñanza.

Los ojos de Zidian pararon a Suibian, solo eso basto para que comprendiera la urgencia de Suibian por aceptar a esta niña. El mismo guardián que gentilmente habló a la cría.

―Estamos seguros que será así.

La primera cosa importante que tuvo que hacerse fue preparar la habitación que pertenecería a Yu Ziyuan. Siguiendo las tradiciones de los Yu para comodidad de la niña. La misma que fue a visitar el Salón Ancestral de Meishan.

Suibian había investigado como funcionaban las cosas para la gente de Meishan Yu, su conexión con las estrellas y su visión sobre sus ancestros convirtiéndose en estrellas con el único fin de protegerlos.

Aunque Suibian no era un creyente las palabras de la niña quedaron grabadas en su mente.

“―Yo… quiero contarle a mi Baibriam… a mi Bába sobre mi nueva situación”

Cuando Yu Ziyuan y Jiang Fengmian se conocieron, el pequeño MianMian se sintió muy feliz de tener una nueva amiga. Yu Ziyuan parecía bastante tímida y fría, pero se acostumbró poco a poco cuando Suibian le informó que podía invitar a su amiga a Yunmeng Jiang tantas veces como quisiera.

Entonces llegó el momento de que Suibian y Zidian tuvieron que ir a Meishan Yu para la Ceremonia de Presentación Espiritual de Yu Ziyuan, la misma que se efectuaría en su lugar de nacimiento como fue acordado en el contrato prenupcial.

Para Zidian, alguien que jamás había visitado Meishan Yu ver un lugar llenó de bestias salvajes caminando, volando y nadando tranquilamente entre las calles y canales del hermoso Meishan Yu fue un espectáculo bastante bizarro.

Pero Suibian ya estaba algo acostumbrado.

Meishan Yu era un clan que amaba adoptar y cuidar criaturas salvajes. Era normal ver una gran variedad de osos, panteras y tigres caminando por las calles y jugando con sus amos. Alces, caballos, ciervos pastando y corriendo por los campos o las zonas desérticas. Divertidos sin ataduras.

Incluso era normal ver pandas rojos, reptiles y conejos siendo abrazados y mimados.

La vida y la muerte eran sagradas en Meishan Yu, y cada ser en este mundo era tratada con la misma dignidad que se buscaba en la humanidad. Siguiendo el camino forjado a través del ciclo de la vida los Yu también vivían así.

Aunque los Yu no eran vegetarianos―porque ellos no creían que fuera saludable para criaturas omnívoras como toda la población de YuZhong―, seguían sus propios procesos y rituales buscando que las criaturas que tuvieran que comer, desde el más pequeño pez hasta el alce más grande muriera dignamente sin dolor. Buscando que su alma dejara su cuerpo mucho antes de que sus órganos dejaran de trabajar.

El ciclo de la vida era sagrado, y así como ese sabio león de ese cuento que le contó su Bába decía: “Todo lo que ves coexiste en un delicado equilibrio. Al morir nuestros cuerpos alimentan el pasto, el antílope come pasto y así todos estamos conectados en el gran ciclo de la vida” los Yu seguían casi los mismos principios.

Ah, por fin todas esas lecciones extrañas que aprendió de esa historia le servirían de mucho.

Así que todo este paisaje llenó de dóciles animales salvajes con collares de plata que delataban que eran considerados también miembros del clan en realidad era muy normal.

Aun cuando la imagen de ese templo era algo nuevo.

El Templo Profundo de Meishan Yu se encontraba en lo profundo del bosque de agar de sus tierras. El punto más profundo era el centro de ese bosque, siendo justo el lugar en donde se encontraba el Templo Profundo de Meishan Yu.

El Templo Profundo era una curiosa construcción formada por un gran techo sostenido por gruesos pilares decorados con la forma de dragones. Sin pared alguna la construcción daba una vista más adecuada de las dos grandes estatuas que yacían en el interior.

Un dragón y un fénix danzando entre las nubes mientras una enorme y gran perla se encontraba en el centro, posada sobre una montaña. Como si esperara pacientemente a que su dueño la tomara.

Pero lo que hacía más sorprendente aquel lugar era el curioso estante circular que rodeaba los terrenos del templo. Fresco y celeste como el cielo a pesar del clima.

Y lleno de hermosas y brillantes flores de loto violetas de Meishan Yu con ese aroma que las distinguía de todas las demás, al igual que el inusual color que parecía brillar como las linternas.

Los Yu no rezaban a los dioses del exterior. No importaba de cual se tratara, sus dioses eran los padres de su cultura. El Dios Yu Laoying y su amado consorte. Eran los padres y hermanos de Yu Laoying.

Eran las estrellas mismas.

Y todo ello se concentraba en el Dios que les dio esas creencias y tradiciones.

Yu Laoying.

El mirar aquella estatua en forma de dragón presente en varios lugares de Meishan Yu no era una novedad para algo que Suibian aprendió a través de su Bába.

Pero el mirar la estatua de su padre sosteniendo aquello que representaba al ingrediente de la Purificación Instintiva lo fue todo para él.

Luo Dongxing esperaría.

Seguiría esperando a través de las estaciones y los años hasta que el Hijo del Cielo apareciera para cumplir su verdadera labor.

Y tal como Yu Ziyuan fue a visitar al templo la tablilla ceremonial de su Bába en ese templo con un techo decorado con la pintura de miles estrellas, Suibian hizo una promesa ante la estatua del Gran Omega Inmortal.

Él esperaría.

Sin importar cuantos niños más tuviera que cuidar y cuantas generaciones tenía que ver nacer y crecer. Luo Dongxing esperaría lo que tuviera que esperar para por fin convertirse en el guardián del verdadero y único emperador digno del YuZhong.

Ante la estatua de un fénix y un dragón Suibian ofreció una reverencia para su nueva receptora. Las túnicas blancas de Yu Ziyuan se tornaron azules y verdes, según la tradición Yu estos colores representaban armonía, esperanza, tierra y agua.

Y a partir de ese momento Yu Ziyuan se volvió en la futura heredera del Trono de Loto.

Suibian y Zidian tuvieron que adaptarse a la cultura de los Yu.

Sin importar los gritos y reclamos de un empapado Zidian o las veces que fallaron, Suibian logró aprender a usar la técnica que los Yu le enseñaron para con un solo toque sobre el pez conseguir que su alma dejara su cuerpo, matándolo sin dolor alguno.

Acostumbrarse a rezar por el bien de las almas de los peces fue algo que tuvieron que hacer, conseguir que Zidian se acostumbrara a hacer lo mismo para mostrar respeto por la cultura de los Yu fue un poco más difícil, pero lograron adaptarse.

Acostumbrarse a que la niña no solo atraía misteriosamente a los espíritus zorros por su peculiar aroma. O que extrañas voces como respuesta llegaran a los oídos de Suibian cuando la veía hablando con los ríos que tanto amaba como cualquier cuerpo de agua. Preguntando casualmente como si en realidad no estuviera ante un rio, sino una persona.

Como la lluvia que amaba que cubriera su cuerpo a pesar del miedo de Zidian de que se enfermara aun cuando sabía que no lo haría.

Suibian lo sabía, los Lotos Violetas de Meishan Yu eran capaces de percibir cosas que los mortales simples no podían. Mirar espíritus, escuchar las voces de los ríos, las montañas, los árboles y la tierra. Ser capaz de ver el alma de los muertos y la esencia y aura de las personas.

Percibir la maldad en lo que fingía ser bueno, ver la bondad en lo que parecía inflexible y soñar con cosas que iban más allá de la comprensión del ser humano.

Suibian lo sabía, había un precio por aquellos ojos violetas.

Así que cuando A-Yuan lo buscaba en su puerta en medio de la noche tras tener una pesadilla que llamaba sueños raros, Suibian simplemente la tomaba entre sus brazos y hacia un nido para ella. Incluso si ella quería arrastrarlo hasta la habitación de Zidian.

―Hehe, ¿podemos dormir aquí?

Zidian los miró seriamente, pasando sus ojos entre la niña que se aferraba a las túnicas de Suibian, manteniendo una posición correcta de pie ante el mayor. Y el adulto que le miraba con una sonrisa nerviosa.

―A ella si la acepto en mi habitación, pero ¿a ti por qué debería recibirte?

Bueno, tampoco era como si quisiera estar ahí, pero…

Aferrándose a la capa de dormir de Zidian la niña pidió.

―Por favor, Shizun-Zidian. Afuera hace mucho frio y Shizun-Suibian podría enfermar. Los lobos necesitan dormir en lugares cálidos.

Zidian sintió como si le hubieran dado un golpe en el estómago ante la ternura de esa niña.

Era adorable. La cosita más bonita que había visto en su vida.

Incluso a pesar de que seguía hablando de esa forma rara identificándolos como animales.

Al menos ante los ojos de Yu Ziyuan era una pantera. Era mejor ser un gato que un estúpido perro como Suibian.

Tomando entre sus brazos a la pequeña Yu Ziyuan, Zidian entró a la habitación, el largo cabello suelto se ondeó con el viento como sus túnicas cuando se dio la vuelta.

Y mirando seriamente a Suibian habló.

―¿Qué haces ahí? Entra, hace frio y Yu podría enfermar.

―Oh sí, claro.

Haciendo caso a las palabras del guardián, Suibian entró cerrando la puerta tras de sí y siguió al guardián que llevó a la niña a la cama. No había necesidad de muchas explicaciones, tan solo tres personas formando un nido juntos en un agradable silencio mientras la luz de la linterna llenaba la habitación.

Con Yu Ziyuan acostada en brazos, el inmortal pasó sus ojos violeta a Suibian. El cabello borgoña se movía ante el andar del demonio que aún se mantenía de pie caminando entre la habitación, como si buscara algo.

―¿Qué haces ahí?

―Ah yo… estaba pensando en ir al sillón y-

Sin embargo, Suibian no esperó que el inmortal extendiera su mano hacia él, mirándolo seriamente al igual que la pequeña niña en sus brazos.

―¿Qué tonterías estas diciendo? Deja eso y ven a la cama. Es hora de que Ziyuan duerma.

Suibian se quedo paralizado en su lugar por un momento, sus ojos se encontraron con Zidian. Esto era muy raro.

La última vez que compartieron una cama fue…

La última vez que Suibian había cuidado de Zidian cuando este estaba en celo.

De forma callada Suibian entró a la cama con aquellos dos. La vista de Zidian cuidando de un cachorro era extraña. Verlo mirar atentamente mientras le contaba una historia para dormir a A-Yuan era inusual.

Y cuando la niña se durmió verlo acariciar el cabello de A-Yuan, esa mirada en sus ojos mirando a la cría fue inesperada.

Cuando Zidian levantó la vista y sus ojos se encontraron, el ceño fruncido perdió seriedad ante el sonrojo que atrapó sus mejillas.

―¿Qué me ves?

―Solo me sorprende que seas tan cálido con un cachorro. Antes solo eras un maestro estricto, pero ahora…

―Fengmian duerme con sus padres todos los días que quiera, solo tiene que tocar la puerta y cualquiera de ellos abrirá sus puertas para él. Ziyuan es nueva aquí, no hay padres que la cuiden, solo nosotros como sus guardianes.

―Zidian.

―Ni siquiera te atrevas a suponer que quiero ocupar el papel de su padre.

―No lo pensé, solo estaba pensando que… no creí que te gustaran los niños.

―¿Cuándo dije eso? A mi…―Las mejillas del alfa se sonrojaron, su ceño se frunció y su boca se torció en un puchero.―A mi si me gustan los niños.―Aclaró su garganta.―Pero tú ya sabes porque no quise tener hijos en realidad.

Era cierto, él lo sabía, pero…

―Nunca quise preguntarte esto porque era un tema delicado, pero… Zidian… si las cosas hubieran sido diferentes en este mundo… ¿te hubiera gustado tener hijos?

Zidian se mantuvo en silencio un momento antes de hablar.

―Suibian.

―Piénsalo, ¿si hubiera una posibilidad en que hubieras podido tener un cachorro sin necesidad de casarte o juntarte con alguien… ¿te hubiera gustado?

Zidian se quedó en silencio un momento, como si pensara seriamente en aquellas palabras. Hasta que contestó.

―Si no hubiera sido necesario más que… todo lo que se necesita para hacer un niño… Tal vez, no lo sé. Sinceramente nunca lo he pensado porque era algo que parecía tan lejano e imposible de conseguir como deseaba. Pero…

Sus ojos se encontraron, dorado con violeta. Suibian no entendió la mirada que esa persona le dio, pero cuando pensó que lo entendió Zidian cortó el contacto.

―En realidad eso ya no importa. Ahora tengo otros sueños y prioridades y cuidar de esta mocosa es el más importante.

Después de aquello Suibian no preguntó más, pero mirando la figura durmiente de Zidian aferrada a Yu Ziyuan se preguntó si esta era una manera en que el destino le regaló a Zidian la oportunidad de cumplir ese sueño.

Suibian nunca supo la respuesta.

Con el paso de los días los padres de Wu Meibei aceptaron que su hija fuera a visitar a Yu Ziyuan a Yunmeng Jiang.

La imagen de una pequeña figura rosada apareció ante los ojos de ambos guardianes y la pequeña Yu Ziyuan.

―¡Ziyuan!

Como era correcto Yu Ziyuan le presentó a Jiang Fengmian, quien estaba muy emocionado por presentarle a su mejor amigo y guardia personal en entrenamiento, Wei Changze.

Wei Changze era de sus mejores discípulos, Suibian estaba muy orgulloso de él como de la forma caballerosa con la que se presentó ante la alegre omega.

Un buen niño, justo como podría esperarse del cachorro que no tenia problemas en jugar a ser el príncipe que rescataba al omega o ponerse túnicas omegas y flores para los juegos de MianMian.

Rápidamente MianMian y Meibei se volvieron amigos, compartían muchos gustos y uno de ellos era hacer que A-Chang y A-Yuan tuvieran que “rescatarlos” de temibles villanos, interpretados por Suibian o arrogantes y refinados señores alfas interpretados por el muy alegre pero demasiado orgulloso par admitirlo, Zidian.

Entonces Yu Ziyuan tuvo que enfrentarse a su primera misión en pareja.

―Necesito que atrapen a un faisán.

Suibian y Zidian habían aprendido que la dieta carnívora de los Yu consistía en la carne de varias especies de pescado y aves pequeñas. Solo en algunas ocasiones comían carne de animales grandes.

Así que recargado contra una rama no dudo en dar su misión.

Zidian le miró seriamente recargado en un árbol junto a su hermano. El guardián enarcó una ceja.

 Los niños le miraron confundidos, el pequeño MianMian inclinó la cabeza sin saber cómo hacerlo, Yu Ziyuan fue quien se quejó.

―¿Por qué deberíamos atrapar un faisán? ¿Qué tiene de educativo eso? 

―Respuesta 1; porque tengo hambre. Respuesta dos; ya lo sabrás cuando lo logres.

Cuando ambos fallaron, Suibian decidió explicarles.

―La razón por la que deben atraparlo juntos es porque deben aprender a trabajar en equipo. Tienen que aprender a confiar en el otro como en sus habilidades sin subestimarse. Si no pueden atrapar a un simple faisán, ¿Cómo creen que lograrán ser buenos reyes?

Le enseñaron el trabajo en equipo mientras Yu Ziyuan les enseñó sobre las voces de la tierra, los ríos y las montañas.

Les enseñaron sobre aspecto simples de la vida mientras ella les enseñó los lugares más hermosos de Meishan Yu, sus lugares favoritos, la manera en la que se comunicaba con su Bába. Sus pasiones por la música, la poesía y la pintura de animales del bosque.

Aprender más del lugar donde provenían los conocimientos y enseñanzas básicas de la sociedad y varias técnicas espirituales, era magistral. Estar en el lugar que le enseñó a su Bába que la música podía servir como arma, tal como su padre se lo enseñó a Cang Qiong y este le pasó dicho conocimiento a Gusu Lan, era impresionante.

Pero sobre todo, más allá de las enseñanzas en conjunto y la forma en la que los tres lentamente aprendieron a comprenderse y comunicarse, el ver que A-Yuan lentamente se prestaba más a jugar y ser tan libre y feliz como una cría debía ser llenó su corazón de alegría.

Cuando el festival de medio otoño llegó los pasteles de luna que tanto amaba se hicieron presentes, así como los adornos, los fuegos artificiales y sobre todo el cumpleaños de Yu Ziyuan.

Y Suibian le regaló aquello que ella tanto había deseado tener.

―¡Feliz cumpleaños, A-Yuan!

Con ojos brillantes la niña miró sorprendida al pequeño potro frente a ella, lindo y dócil como podía esperarse de un frisón, de pelaje tan oscuro y brillante como la noche y tan dulce cuando A-Yuan lo acarició.

―¿Este caballo de verdad es mío?

―Así es, solo tuyo. Te enseñaré a cuidarlo adecuadamente y cuando sea más grande podrás cabalgar con él por Lianhua Wu.

Los ojos de Yu Ziyuan brillaron encantados por la idea, en medio de la timidez las mejillas de la niña enrojecieron y con el ceño fruncido pero un dulce aroma alegre, agradeció.

―Muchas gracias, Shizun-Suibian.

Y sin más lo abrazó tímidamente.

Zidian y él hablaron sobre el cuidado del caballo, Suibian se encargó de convencerlo diciéndole que él se haría cargo de limpiarlo y enseñar a Yu Ziyuan a tomar la responsabilidad de su mascota.

Y como una buena señal Zidian le dijo que hiciera lo que quisiera.

No sería fácil, Suibian lo sabía, pero eso no significaba que alguien tan terco como él se rendiría ante esta misión.

Y entonces llego ese día.

Con una sonrisa en los labios, Suibian se abrió paso hasta llegar a la habitación de Yu Ziyuan, en silencio entró dejando que la emoción corriera en su corazón, en sus manos había una gran caja con lo que necesitaría, y divertido buscó despertarla de la forma más gentil posible en la tierra.

―A-Yuan, buenos días.

―Hmn.

―Baobei, el sol ha salido. Es hora de despertar.

Con entusiasmo la ayudó a vestirse rápidamente, cubriéndola con ropa adecuada para el invierno, llamando la atención de la niña cuando las capas afelpadas la cubrieron.

―¿Por qué tanta ropa?

―Ya lo verás, ya lo verás.

Caminando entre los pasillos cubrió los ojos de la niña hasta que llegaron a la plaza y solo en ese momento le permitió mirar.

Lo que vio en los ojos de Yu Ziyuan al ver el Palacio Purpura decorado con nieve no tuvo precio.

―¿Qué te parece? Un día dijiste que deseabas ver la nieve por ti misma y que te gustaría ir al norte para poder verla. Pues ahora no tienes que ir al norte. ¡Esta nieve solo es para ti y será así cada año desde hoy!

Y esa fue la primera vez que vio la sonrisa resplandeciente de Yu Ziyuan.

Cuando la dejo sobre el suelo Yu Ziyuan no pudo evitar maravillarse con la sensación de sus pies hundiéndose en la nieve, sus pequeñas manos tocaron la nieve sorprendiéndose con lo fría que era y lo suave que se sentía.

Era mucho mejor que en sus sueños.

Con una brillante sonrisa Suibian la invitó.

―Vamos, ¿quieres jugar un poco en ella? No te contengas.

Los ojos de Yu Ziyuan brillaron de una forma tan adorable que llenó de luz el corazón de Suibian, pero nunca esperó que la niña tirara de las túnicas de Suibian y Zidian.

Y con una tierna y adorable sonrisa pidió.

―¡Ha-hagamos un muñeco de nieve juntos!

Los ojos de ambos guardianes se abrieron con sorpresa, la determinación e ilusión en los ojos de la cría los hicieron mirarse mutuamente.

No era su hija, Suibian y Zidian lo sabían, jamás los sería.

Pero hacerla feliz no costaba nada en realidad.

Tomándola entre brazos Suibian aceptó la idea con una radiante sonrisa.

―¡Vamos, Zidian, hagamos el muñeco de nieve más grande del mundo!

―¡Oye, no corras! ¡Si tiras a Yu no te perdonaré!

Trabajando juntos los tres hicieron un gran muñeco de nieve, cuando MianMian se sintió mejor se unió a los juegos haciendo un muñeco de nieve junto a Meibei y A-Chang.

Con la imagen de aquellos cachorros jugando mientras tomaba una copa con Zidian, la voz de su compañero llegó a sus oídos.

―Eres un buen padre.

Dorado y violeta se encontraron, la piel de Zidian estaba sonrojada por el frio del clima. Su sonrisa era sincera.

―Hiciste algo como esto solo para hacerla sonreír. Realmente la quieres tanto para regalarle tantas cosas y hacer algo como caer nieve en Lianhua Wu por ella.

―Tu también la quieres mucho, te vi prepararte comprando el abrigo de invierno más bonito para ella y una capa para su caballo.

―Tan solo me encontré esa oferta.

Suibian solo pudo reír.

Tras un momento de silencio Zidian habló.

―La quiero, más de lo que esperé. Creo que me he apegado demasiado a ella en estos tres años.

―Yo también.

―La protegeremos.

―Lo haremos. Juntos hagamos muy feliz a esta niña.

Ambos sonrieron mirando a la niña que lentamente se había ganado su corazón.

No era suya, jamás lo sería.

Pero querían hacerla tan feliz como si esa regla no existiera.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

 

Los días y las semanas se convirtieron en meses y los meses se convirtieron en años.

Años que Suibian disfrutó jugando con esos dos niños que ahora podían jugar entre la nieve sin tener que envidiar el clima del norte, los mismos que escuchaban sus historias con curiosidad y que Suibian, Zidian y Sandu decidieron criar en un ambiente lleno de la calidez que la infancia debía tener.

Tal vez Bichen no estaba ahí, pero Suibian aprendió que al igual que siempre, que desde la cuna, su vida y felicidad no debía centrarse únicamente en su persona destinada para que fuera real.

Él tenía personas amadas, tenía una familia. Un universo lleno de estrellas que iluminaba su vida a través de experiencias y cariño.

Y sobre todo, tenía a Yu Ziyuan.

Su A-Yuan.

Su pequeño loto.

El mismo que creció y floreció con el paso de los años. Tan seria y como siempre, pero más sonriente y alegre cuando estaban juntos, cabalgando por las tierras de Lianhua Wu, cuidando a sus caballos y cazando faisanes, pescando en el rio y volando cometas.

Su Yu Ziyuan creció muy bien.

A pesar de que Yu Ziyuan podía tener lo que quisiera y Suibian y Zidian jamás le negarían nada, Yu Ziyuan creció sin ser caprichosa, era una chica inteligente, valiente y capaz.

Siempre al pendiente de su futura labor, entrenando duramente, aprendiendo del reino como de sus necesidades, siempre al pendiente de los más débiles y volviéndose cada día la esperanza floreciente de Yunmeng Jiang.

Aunque la relación de Yu Ziyuan y Jiang Fengmian era más la de una hermana sobreprotectora que adoraba cuidar del pequeño y tímido Jiang Fengmian, el hecho de que se llevaran así ya era algo bueno, mejor que cualquier compromiso actual.

Lo único que le preocupaba era Wu Meibei y Wei Changze.

Era obvio que a ambos les gustaban los futuros reyes de Yunmeng Jiang. En los ojos brillantes y las mejillas sonrojadas de Wu Meibei mirando a Yu Ziyuan. En la forma en la que el aroma de Wei Changze se iluminaba ante la presencia resplandeciente de Jiang Fengmian.

Aunque lo más preocupante era que a pesar de la regla del Máximo Consorte Real existía, el origen humilde de Wei Changze era un gran problema para ellos dos.

En cuanto a Wu Meibei, era clara su situación al ser la futura Reina Jin.

El mundo era crudo. La realidad era más obvia y el tiempo siguió pasando.

Pero cuando se trataba de A-Yuan, todo era diferente.

Las únicas pasiones de Yu Ziyuan eran las artes.

Aunque Yu Ziyuan no tenía amigos alfas más que Wei Changze y sus amigos omegas eran Wu Meibei y Jiang Fengmian, ella parecía estar bien con eso. Su mayor gusto era poder hablar con el rio y navegar en el lago de loto. Escuchar la voz del viento y los cielos. Viajando junto a ellos por los bosques con el único fin de escribir poesía, componer canciones mientras practicaba con su dizi y pintar animales en el bosque.

A-Yuan amaba jugar y alimentarlos cuando se acercaban como respetar su espacio cuando solo le dejaban pintarlos. No importaba como fuera, su amor por la naturaleza era mayor a cada año.

De la misma manera Yu Ziyuan amaba entrenar y cuidar de sus caballos. Aquellos que eran más mascotas que animales de carga o algo similar. Pobre del que intentara sugerir usar los caballos de Yu Ziyuan para eso. Seria reprendido hasta el amanecer por ello.

En cuanto omegas, a Yu Ziyuan realmente no parecía interesarle ninguno, en ese sentido ni su prometido o amiga serian visto con esos ojos. Tampoco parecía interesada en los alfas o los betas. Y aunque los reyes Jiang parecían preocupados por eso, Suibian supo que eso solo podía ser algo que su padre le enseñó.

Asexualidad.

Y si no era eso, tal vez eso llamado demisexualidad, Suibian aun no estaba seguro, pero si sabía que era muy probable que fuera lo primero.

Sin embargo, no diría nada, los humanos de este mundo no entenderían fácilmente conceptos de otro mundo y no valía la pena pelear por algo que solo le correspondía saber a Yu Ziyuan.

Y el momento de ir a estudiar a Gusu Lan llegó.

―¡A-Yuan!

―Suibian-Shifu.

―Este será tu primer viaje sin nosotros, ¿no estas nerviosa?

―No, estoy bien. Te prometo que me esforzaré en sacar buenas notas y aprender las mejores lecciones para ser un buen rey.

―Tambien debes prometer hacer más amigos―Yu Ziyuan se tensó.―Esta es la etapa más emocionante de tu vida, debes de disfrutarla al máximo y mandarme una botella de Sonrisa del Emperador, quiero saber si realmente es tan bueno como dicen.

―¿De verdad no vendrás?

―No, Gusu Lan es muy aburrido, no duraré sin quejarme. Pero no estarás sola, te enviaré a Zidian cuando hayamos acabado con el informe de este mes.

―Pero Zidian-Shifu odia los lugares sin alcohol.

―Y por eso lo enviaré a Gusu. Necesita despejarse y un poco de disciplina. Las reglas de Gusu le caerán bien.

Yu Ziyuan exhaló divertida, negando sin poder evitarlo.

―Iré a visitarte de vez en cuando, pero será en Caiyi. Sirve que hacemos turismo juntos, ¿está bien?

―Hmn.

Frotando narices como hacían desde que era niña se despidieron.

―Se una buena chica, A-Yuan.

―Hmn. Me voy.

―Que te vaya muy bien. ¡Escribe pronto!

Si hubiera sabido lo que ese viaje traería, tal vez Suibian hubiera ido con ella para evitar aquel incidente.

Pero no lo hizo.

Tal vez debió hacerlo.

Pero el destino no quiso que lo hiciera.

 

 

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Yu Ziyuan estaba muy emocionada.

Era la primera vez que sus guardianes le dejaban ir sola en un viaje. Aunque solo debía viajar a Gusu Lan y podría bien ir en su espada, Yu Ziyuan decidió viajar con Tormenta a través de los bosques y aldeas con un fin educativo.

Si deseaba convertirse en un buen rey del que estuvieran orgullosos sus guardianes, debía aprender más de cómo vivían las personas de cada clase tanto en Hubei como fuera de los territorios. Aprender de sus costumbres por sus propios ojos y por qué no, aprovechar los descansos de su viaje admirando la naturaleza.

Tenía tiempo, no había porque preocuparse y había muchas criaturas que podía pintar.

Por lo que Yu Ziyuan disfrutó su viaje ayudando de vez en cuando a quienes le buscaban por ayuda.

Un día mientras descansaba en el bosque sobre un tronco tirado en el suelo y corregía algunas notas de la nueva canción que estaba escribiendo con ayuda de su dizi, dos alfas aparecieron ante ella.

―¡Señorita cultivadora, por favor ayúdenos!

Levantando la mirada de su partitura se encontró con la imagen de dos alfas bastante cansados. Posiblemente rondaban entre los treinta y cuarenta años.

Cuando Yu Ziyuan se puso de pie los alfas no pudieron evitar sorprenderse con su altura. Aunque Yu Ziyuan solo tenía quince años ya superaba la altura promedio de alguien de su edad. Como una alfa de Meishan Yu y además el Loto Violeta del clan, Yu Ziyuan era consciente por qué estas personas parecían algo asustadas.

Pero su altura no era el tema a tratar aquí.

―¿De qué se trata?

―A-ah, bueno…

Al parecer estos alfas habían sido asaltados por una omega que no solo se había llevado su dinero y pertenencias, sino que también se había robado su burro.

Era extraño sinceramente, no porque Yu Ziyuan no tuviera claro que había omegas muy fuertes, sino más bien por el gran miedo que esos alfas mostraban por aquella persona.

Al parecer era alguien de temer. Posiblemente una cultivadora rebelde o una criminal desvergonzada. Suibian le había enseñado que había mucho de ese tipo de personas escondidas en los bosques y debía ser cuidadosa. Uno nunca sabe lo que podría salir de un humano.

Sosteniendo las riendas de Tormenta, Yu Ziyuan siguió el camino que aquellos alfas le señalaron, frunciendo el ceño olfateó una y otra vez, buscando a través de los aromas que rodeaban el bosque la evidencia del aroma de aquellos hombres en sus pertenencias.

El viento parecía tranquilo, la corteza de los árboles no le hablaban de peligro y las ardillas sobre las copas de estos parecían tranquilas. Yu Ziyuan bajó de la silla y siguió buscando sin soltar a su caballo. Buscando cuidadosamente hacer el menor ruido posible para no advertirle sobre algún peligro en el bosque.

Las luciérnagas brillaron ante los ojos violetas hasta que cerca de un gran árbol encontró a un burro que comía pasto. Sobre su lomo parecía haber dos maletas negras con bordados rojos de hojas de arce y mariposas.

Yu Ziyuan frunció el ceño, arqueó una ceja y ladeó la cabeza.

Nuevamente olfateó.

Flores. Eran camelias, lirios y peonias. El clavo, canela y madera era muy suave, pero estaba ahí. Pero si había una serie de aromas extraños, esencias que Yu Ziyuan supo de inmediato que no eran humanas.

Acercándose lentamente al burro, Yu Ziyuan revisó el estado del animal. Tal como le dijeron el burro era de pelaje gris, campanillas de plata y riendas rojas lo decoraban, sobre su lomo había una capa tejida decorada con hojas de arce que lo cubrían al igual que una manta, posiblemente para el frio.

 el burro pareció sospechar un poco de ella. Yu Ziyuan buscó entre su bolsa hasta que logró sacar una manzana. Tan pronto el burro la miró sus ojos se iluminaron al igual que su imperceptible aroma.

Cuidadosamente Yu Ziyuan llevó la manzana al burro como un tributo, una manera de ganarse la confianza del animal presentando su aroma sin esconder nada para mostrarle que estaba a salvo, que ella no planeaba hacerle daño y podía confiar.

El burro le miró de forma arrogante, pero al final aceptó su tributo permitiéndole acariciar su cabeza gustoso por los mimos y el alimento.

―Buen chico.

Yu Ziyuan no podía ver en ningún lugar a la persona que se había robado al burro, por lo que decidió que tal vez era hora de irse pacíficamente sin necesidad de pelear. A Yu Ziyuan le gustaban los combates amistosos que le permitían aprender nuevas estrategias, pero no le gustaban las peleas sin sentido.

Tomando entre sus manos las riendas del burro, Yu Ziyuan miró algo extraño colgando sobre este. Frunciendo el ceño tomó aquella bolsa pequeña con caracteres bordados.

Eso era…

¿MaoLang?

Un ruido llegó a sus oídos y en un simple cruce de plumas negras revoloteando a su lado y ese ser quitándole la bolsa de las manos Yu Ziyuan no supo en qué momento ese cuervo había aparecido.

Mucho menos supo en qué momento el filo de una espada apareció tan cerca de su cuello.

―Que curiosa joven maestra, aun vestida con la belleza de un jade tienes el descaro de querer robarte mi burro. Aiya, pero que persona más audaz.

Yu Ziyuan se quedó paralizada, aquel timbre de voz era suave y dulce como la miel, podía escuchar la sonrisa sobre aquellos labios, como la mirada asesina de la dueña de aquellas flores que apuntaban sus tallos como flechas contra su corazón.

De un solo salto Yu Ziyuan logró ponerse a varios metros de distancia, desenfundó uno de sus sables para enfrentarse a esa persona, lista para cualquier situación…

Pero cuando sus ojos miraron a esa persona el corazón de Yu Ziyuan se detuvo.

Túnicas rojas y blancas como la sangre y la marea. Botas negras adornadas con campañillas como las que yacían atadas a su cinturón de cuero. Figuras de mariposas. Un hermoso rostro de jade que parecía tallado por el dios que gobernaba los cielos y ojos negros bañados con miles de estrellas. La sonrisa más hermosa que había visto en toda su vida.

Pero lo que más llamó su atención…

Fenghuang.

Fue ese hilo rojo que flotaba a su alrededor como cientos de mariposas plateadas.

¡Es un fénix!

El mismo hilo que parecía conectar sus dedos.

¡Hemos encontrado al fénix más hermoso en este universo!

―Así que joven maestra, dime, ¿Por qué estabas intentando llevarte mi burro?

Nuestra Fenghuang.

Yu Ziyuan trago duro.

 

 

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Nombre del padre omega de Yu Ziyuan:

Juhua/ júhuā (菊花): Crisantemo

 

 

 

 

Sí, Shen Qingqiu le contó la historia del Rey León a Suibian y este mismo se la contó a Yu Ziyuan.

Zidian no entendió en absoluto porque la historia de un león parlante podía ser tan triste.

Cuando A-Yuan era pequeña Suibian le tarareaba canciones de cuna que Shen Qingqiu cantó para él cuando era pequeño. Zidian jamás le ha permitido cantar. Dice que su voz no es para nada afinada.

La favorita de A-Yuan terminó siendo sin querer la de Dango Daikazoku. Ni Suibian ni Yu Ziyuan saben el verdadero contexto tras esta, por lo que solo les parece tierna.

No les digan de donde viene.

Si no a conoces te deje el enlace aquí a lado: https://www.youtube.com/watch?v=owKDLW-FvTE&ab_channel=KuregaBara

Luo Suibian y Zhen Zidian han formado un catálogo mental de imágenes de los ceños fruncidos de Yu Ziyuan para saber que hay en su cabeza sin que Suibian tenga que escuchar sus pensamientos. El numero actual de ceños fruncidos registrados ha llegado a treinta.

El meme de Suibian pidiéndole al ancestro Yu Laoying que le enviara a un amigo a Yu Ziyuan, un dulce y gentil amigo. Mientras la traviesa, desvergonzada, amante de los dulces y combates contra bestias aterradoras Hua Fengxing llegando al Reino Humano es canon.

 

 

 

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

El pasado comienza a abrir sus puertas para nosotrxs mientras los sentimientos y experiencias nos cuentan de los que ya no están y los que se quedaron. El comienzo de una familia surge a través de una decisión y una promesa.

La historia de las madres de nuestro emperador por fin es contada a través de un guardián.

¿Qué les pareció el primer encuentro de Suibian y la pequeña Yu Ziyuan?

¿Qué creen que estaba pasando en la cabeza de Yu Huitou ante la idea de hacer esta alianza?

¿Qué le esperara a Yu Ziyuan en el siguiente capítulo?

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios, el amor y la paciencia que le han dado a este proyecto, me despido. Me encargaré de subir el siguiente capitulo pronto.

¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer!

Chapter 19: CAPÍTULO 10.2: EL LOTO Y LA PEONIA

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

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Hua Fengxing era la hija del Emperador del Cielo.

Naturalmente como alguien a quien no se le mintió sobre su verdadero origen y el Gen Dominante que descansaba en su ser, sabía porque no era una buena idea ir al mundo mortal.

Durante años Hua Fengxing estuvo bien con eso, creciendo entre el Reino Fantasma, el Reino Celestial y el Templo Puqi en completa paz. Pero algo dentro de ella siempre lo supo.

No era suficiente.

Hua Fengxing quería conocer más del mundo mortal, más de la vida en tierra. De aquello que los humanos llamaban festivales, de la comida en los puestos callejeros humanos y las cacerías nocturnas.

Quería hacer amigos, convivir con más jóvenes de su edad.

 No tenía nada en contra de convivir con sus tíos, sus padres, su familia completa. Pero sinceramente el ambiente se sentía… algo solitario.

Por ello, tras años de estudiar con su Shizun Baoshan Sanren, la inmortal de la Montaña Divina, cuando su cumpleaños llegó Hua Fengxing tuvo un único deseo.

Aunque le costó mucho convencer a sus padres y su Shizun para que le dejaran ir al Reino Humano, su invitación para estudiar en Gusu Lan fue un hecho y con la mayor emoción del mundo Hua Fengxing bajó al mundo mortal maravillándose con la belleza de sus bosques, la comida en los puestos y los juegos de los niños tan divertidos.

Aunque era consciente que muchos de los tenderos le atendían eran en realidad sus tíos, Hua Fengxing no dijo nada. Solo decidió divertirse y aprender más de las personas que la rodeaban.

Lo que no esperaba era encontrarse con un par de alfas que intentaron robarle su burro y sus cosas.

Naturalmente Hua Fengxing había logrado asustarlos fácilmente con las técnicas y talismanes que sus padres le habían enseñado a usar.  Y una que otra mariposa plateada había venido de inmediato a ayudar.

Hua Fengxing había logrado evitar que su A-Die hiciera una masacre, pero esos alfas escaparon con gritos y maldiciones como si sus palabras pudieran hacerle algo a Hua Fengxing.

Vaya, los mortales también podían ser muy raros.

En fin.

Hua Fengxing había pensado que todo se acabó, pero al parecer no era así.

Sobre la rama de uno de los árboles que le servían de descanso esa noche, Hua Fengxing miró con curiosidad a la extraña persona que había aparecido. Sus túnicas eran tan hermosas como los bordados que la decoraban, era obvio que no era una persona del pueblo.

―¿Puedes ver eso, Yingying?―le preguntó al cuervo que estaba a su lado. El mismo que asintió sabiendo que no debía hacer ruido.

Hua Fengxing continuó mirando, las mariposas plateadas se movieron a su lado con sospecha por el individuo extraño. Pero Hua Fengxing se quedó en su lugar, olfateando una y otra vez curiosa.

Flores de lotos violetas y hermosas resplandecían sobre aquella persona. Madera, no podía detectar que tipo y las flores de loto escondían el tercer aroma. Había algo inusual en esa persona que le parecía muy agradable.

Hasta que aquella persona se dio la vuelta y pudo verlo gracias a la luz de la luna.

Era… una alfa muy hermosa.

Ojos fríos y salvajes con la forma de ojos de zorro, cejas desafiantes arqueadas por un ceño fruncido, gruesas. Un hermoso rostro de piel de jade que parecía tallado por los dioses.

Hua Fengxing trago duro sintiendo como sus mejillas se calentaron ante aquella imagen.

Buscando aclarar sus pensamientos siguió mirando como aquella mujer buscaba por doquier con su mirada antes de volver con su burro y revisar sus cosas.

La sonrisa de Hua Fengxing desapareció.

¿Por qué esa hermosa persona revisaba sus cosas?

―Yingying, ¿crees que sea una ladrona casual? No parece tener experiencia y revisa la maleta más como si…

Como si estuviera revisando que todo estuviera en su lugar.

Entonces algo vino a la cabeza de Hua Fengxing.

Los alfas tontos que se encontró en el pueblo.

Una sonrisa maliciosa se apoderó del hermoso rostro de la omega.

¿Acaso esos tipos habían ido a llorar con esta cultivadora para que robara por ellos?

Por cómo se veía la cultivadora era bastante joven a pesar de su gran altura, posiblemente alguien de… su edad.

―Yingying, ¿crees que sea una discípula importante por sus túnicas?

El cuervo movió su cabeza en un asentimiento, Hua Fengxing siguió mirando intrigada las acciones de la alfa, posiblemente había sido engañada por esos dos. Pero aun si lo había sido…

Que persona tan ingenua.

Entonces esa persona tomó una bolsita que colgaba en las riendas de su burro alertando a la omega de inmediato.

¡Oh no, nadie le robaba sus dulces a Hua Fengxing!

Podrían intentar robar sus maletas, sus espadas, pero nunca sus dulces ni el burro que con tanto cariño le había regalado su Shizun.

En un solo parpadeo y con un chasquido de dedos, Yingying, su cuervo fiel recuperó sus dulces y ahora miraba atentamente a esta persona lista para pelear.

―Así que joven maestra, dime, ¿Por qué estabas intentando llevarte mi burro?

Aquella hermosa mujer le miró con dudas por un momento, su sable apuntaba a Hua Fengxing.

Ese sable, ¿era un sable Yu?

Mirando con mayor atención se dio cuenta que en la cintura de aquella alfa colgaba otro sable. Los ornamentados adornos que decoraban el mango de aquel que le apuntaban Hua Fengxing sintió la familiaridad de aquellos patrones dentro de su corazón y mente. Líneas y curvas que había visto…

En sueños de mucho tiempo atrás.

Yu.

Esta alfa es una Yu.

Sus ojos miraron seriamente los de la alfa. Iris violetas se encontraron con su mirada haciendo que su corazón se detuviera.

Una mirada penetrante, ojos amables que fingen ser fríos. Ese aroma extremadamente familiar.

Hua Fengxing parpadeo rápidamente, su ceño se frunció. Su cabeza dolió.

Ella… conoció a esta persona.

Hua Fengxing era la hija del Emperador del Cielo, una que fue adoptada con el apellido Hua.

Pero Hua Fengxing también era una anomalía en este mundo.

Ella sabía que sus padres no la veían así, sabía porque ellos no querían que bajara a tierra mortal.

Pero también sabía que sus sueños desde el comienzo de su vida le habían enseñado que ella no era normal en ninguna forma.

Y también sabía que esta persona…

No era alguien común.

Yu.

En la Capital Celestial varios de sus tíos le habían dicho que los Yu eran salvajes que podrían ser muy peligrosos, criaturas de origen desconocido capaces de incluso bloquear al mismo cielo de lo que pasaba dentro de su muralla.

Le habían dicho que no se acercara a ellos.

Pero ante una verdadera Yu, Hua Fengxing no pudo evitar sentirse fascinada.

Porque ella era la criatura más hermosa que había visto en toda su vida.

Dios, ¿Por qué demonios era tan atractiva? Atrapar a una hermosa criminal no estaba en su lista de cosas por hacer esta noche, pero si tenía que castigarla por husmear lo que no debía no tendría otra opción.

Yu Ziyuan frunció el ceño con sospecha.

Túnicas rojas y blancas, joyas de plata y una que otra figura de mariposas colgando de esas túnicas con campanillas. Piel clara como el jade, ojos y cabello negro como la tinta.

Esta persona tenía algunas características físicas de los Mao así como su joyería y túnicas, pero en su aroma no podía encontrar ni un solo rastro de hojas de arce.

El aroma de arce era el aroma característico de los Mao humanos. El aroma a canela era el aroma de la manada Mao de demonios celestiales.

Aunque ambas manadas habían nacido del mismo origen, los Mao humanos eran los únicos que podían andar por el mundo sin ser juzgados. Por lo que ellos portaban orgullosos aquellas características que los diferenciaban del resto.

Meishan Yu estaba cerca de Kunming Mao. Por lo que era inevitable que Yu Ziyuan estuviera al tanto de cómo se veía un Mao y como olía.

Y esta persona olía a muchas cosas…

Menos a un Mao.

Las voces de la naturaleza llenaron su cabeza.

¿Por qué viste como un Mao?

¿Qué es esta criatura?

¿Por qué no podemos identificar un aroma a arce si tiene las características físicas de un Mao?

No, mírala bien. Es bastante baja de altura para ser una criatura Mao. Y además huele a camelias. Los Mao no huelen a camelias.

Era cierto. El viento tenía razón.

Había muchas posibilidades de que un Mao oliera a flores, pero las camelias no eran parte de ello.

Camelias, lirios y peonias. Camelias, lirios y peonias.

Ese no era un aroma a Mao, era un aroma a…

Xie.

Este era el aroma de una autentica persona Xie.

Entonces…

¿Por qué se vestirá como Mao?

¿Habrá sido adoptada en el nido de un Mao?

¿Pero eso no explica porque su piel intenta parecer la de una criatura Mao?

Entonces pudo escuchar a su bestia interna hablar.

Tal vez ella es una Singularidad igual que nosotros.

Una Singularidad.

Oh.

Las Singularidades eran personas que contaban con características y habilidades especiales que no podían encontrarse en el resto de la población. Aquellas personas contaban con características que podrían distinguirlos fácilmente.

Los ojos dorados en los Tang, los ojos verdes en los Shen, los ojos violetas de los Lotos Violetas de Meishan Yu.

Los alfas dominantes.

Sin embargo, aunque ciertamente el aroma a camelias, lirios y peonias de las anomalías Xie se componía de peonias…

Eran peonias blancas, no rosadas como las de esta persona.

Estas peonias en particular. Esas flores.

No era normales.

Esta persona ante ella no era alguien común.

Lo más extraño eran las mariposas plateadas que la rodeaban y ese curioso destello rojo, que tan rápido notó simplemente desapareció como si fuera devorado por aquellas mariposas.

Que extraño.

Tan extraño como esa cimitarra de plata con una piedra roja en la empuñadura.

La misma que se lanzó contra Yu Ziyuan como una serpiente en medio del desierto.

Las espadas chocaron rápidamente, Yu Ziyuan no pudo evitar sorprenderse ante la fuerza que esa pequeña chica tenía. Rápidamente logró mantener el equilibrio respondiendo al ataque. Sus movimientos eran elegantes y feroces como un depredador que buscaba atrapar a su presa.

Sin duda eran movimientos del estilo Xie.

Impresionante.

Hermoso y letal.

Ahora comprendía porque esos alfas le tenían tanto miedo.

―No sabía que esculcar las cosas de otros era una costumbre de Meishan Yu. Que desvergonzada eres, bonito loto.

Las espadas chocaron, Yu Ziyuan gruñó. Sus colmillos brillaron ante el tonto apodo.

―No me llames así.

Sus figuras danzaron ante la luz de la luna con la furia de dos espadas que no planeaban ceder, la sonrisa de Hua Fengxing no se borró.

―¿Por qué no? Eres demasiado bonita, pero también eres tan malvada. Aiya, no pensé que mi primera misión al bajar de la montaña sería arrestar a una atractiva ladrona que apareció en mi camino.

―!No soy una ladrona, pero tu sí!

Hua Fengxing enarcó una ceja, no duda en preguntar. Su espada no dudo en seguir atacando, como una serpiente que no pensaba darle tregua a aquella criatura salvaje que salió del bosque para atacarla.

―¿De dónde has sacado esa idea?

Yu Ziyuan frunció el ceño y gruñó con colmillos brillantes. Para ser tan pequeña esta persona era demasiado fuerte.

Yu Ziyuan estaba perdiendo la ventaja ante una contrincante tan fuerte.

―El burro, se lo robaste a un par de comerciantes, debes devolverlo.

―¿Quién dice que lo robé? Este burro es mío y siempre lo ha sido.

―Eso no es lo que dicen ellos.

―¿Ah? ¿Y que se supone que te dijeron, joven cultivadora?

―Ellos dijeron que les robaste su burro, varias joyas, seda y prendas preciosas haciendo uso de tu cultivo para ganar la ventaja. El cultivo no debe ser usado para aprovecharse de los demás.

―Oh, es así. Lo siento, señorita cultivadora, pero este burro y cada joya, seda y prendas preciosas dentro de esas maletas son de mi pertenencia. No es mi culpa que la joven maestra crea las palabras de dos embusteros, que al verse derrotados por mi tuvieron el descaro de ir corriendo a pedirte ayuda.

Yu Ziyuan frunció el ceño ante sus palabras y sonrisa bonita. Su espada feroz hizo que Hua Fengxing tuviera que saltar a un árbol.

―¿Qué estas tratando de decir?

―¿Qué más será? Ellos te han engañado y tú has caído ingenuamente ante las palabras de un par de desconocidos.

Tan solo para lanzarse contra ella un segundo después como un zorro a su presa. Yu Ziyuan a penas y tuvo tiempo de defenderse.

―¡Tú también eres una desconocida!

―Pero yo no tengo razones para mentir. Aquí mismo puedo decirte que ese par de tipos intentaron robarme. Naturalmente busqué defenderme como cualquier persona podría hacer, pero como los cobardes que son han decidido simplemente escapar de las consecuencias de sus acciones y han ido por alguien más fuerte y más grande que haga el trabajo por ellos.

―¡¿Por qué ellos harían algo así?!

Hua Fengxing levantó los hombros. Continuó peleando.

―Honestamente aunque no tengo mucha experiencia con estas personas y sociedad creo que es muy obvio por qué. Porque son malas personas y querían aprovecharse de la situación. Y por lo visto también querían aprovecharse de tu ingenuidad.

―¡No soy ingenua!

Hua Fengxing no pudo evitar reír, solo haciendo enojar aún más a Yu Ziyuan.

―Yo creo que sí, señorita cultivadora. Tan solo mírame bien, estoy sola con mi burro y mi cuervo. Estoy viajando tranquilamente. Si realmente fuera una ladrona con esas increíbles habilidades de las que se me acusa, ¿no sería más racional que intentara asaltar a bellezas tan acaudaladas como tú que simples comerciantes supuestamente honestos?

Yu Ziyuan frunció el ceño encontrando más sentido en sus palabras. Pero no pudo evitar avergonzarse de ser llamada así.

Que persona tan desvergonzada.

―Aún no se si creerte.

―¿Ah?―Hua Fengxing frunció el ceño antes de poner una cara sorprendida bastante dramática para Yu Ziyuan.―¿Acaso crees que esta frágil y delicada omega podría ser una cruel ladrona que se aprovecha de su encanto? Aiya, me lastimas, señorita cultivadora.

 ―¡Alfa, beta, omega! ¡Ninguno de esas son las razones por las que estoy peleando contigo! ¡Esos solo son conceptos estúpidos nacidos para aprovecharse y oprimir a otros! ¡Jamás dudaría de alguien por su propio género o sexo biológico!

Hua Fengxing no había esperado aquellas palabras, por lo que no pudo evitar preguntar con curiosidad.

―¿Entonces por qué sigues peleando?

―¡Porque estoy muy confundida y enojada!

Y Hua Fengxing solo pudo reír haciendo enfurecer a Yu Ziyuan. Quien como una bestia hambrienta de sangre se lanzó contra ella.

Dios, los Yu sí que daban miedo. No solo eran bestias muy grandes y robustas, sino que también parecían ser fáciles de provocar.

Una gran sonrisa emocionada decoró los labios de Hua Fengxing.

¡Esto era muy emocionante!

―Bueno, si tanto quieres seguir peleando, entonces no me culpes por esto.

De un momento a otro la dulce y linda mirada de Hua Fengxing se volvió aguda y amenazante. Sus labios fueron devorados por una sonrisa oscura y sus movimientos se volvieron más audaces, haciendo que Yu Ziyuan tuviera que retroceder varios pasos intentando no tropezar.

Sin embargo, esa distracción marcó el final de Yu Ziyuan en aquel combate.

Con una sola patada aquella omega la lanzó contra el pasto de ese paraje, Yu Ziyuan gruñó ante el dolor cuando su cuerpo golpeó la tierra. Pero perdió el aliento cuando aquella omega clavó su espada contra el suelo a nada de su rostro.

Y si aquello no fue suficiente, aquella persona tuvo el descaro de posarse sobre ella mirándola con una sonrisa descarada.

―Parece que he ganado, bonita señorita.

Las mariposas aletearon a su alrededor. Su sonrisa era tan hermosa como su rostro bañado por la luz de la luna. Las flores de esa persona florecieron ante Yu Ziyuan como si hubiera llegado la primavera.

Y el rostro de Yu Ziyuan floreció en el rojo de la vergüenza mientras su ceño se fruncía.

Pero por primera vez en su vida no pudo decir nada ante semejante panorama. Muda ante las flores y la belleza pintada a través de la inocencia, contrastando con el descaro y alegría de aquella niña.

Poco le importó la derrota ante los extraños sentimientos que la atraparon.

Jamás en su vida Yu Ziyuan se sintió tan extraña.

Era aterrador.

Con el ceño fruncido y los labios torcidos en una línea recta Yu Ziyuan habló.

―¿Ya terminaste?

―¿Eh?

―¿Podrías quitarte de encima, por favor?

Entonces Hua Fengxing se percató de la pose desvergonzada.

Con una risa tímida se puso de pie alejándose de Yu Ziyuan, permitiéndole levantarse.

―Lo siento, ¿estás bien?

Poniéndose de pie Yu Ziyuan sacudió sus ropas. Odiaba que sus túnicas se arrugaran o mancharan con la mínima imperfección existente. Ahora sus túnicas estaban sucias. Necesitaría cambiarlas.

Una mirada fría pasó a la omega que no pudo evitar estremecerse.

Vaya, esta mujer era demasiado atractiva para ser real.

―Si estas enojada por el estado de tus ropas eso no es mi culpa, es tuya en realidad.

Yu Ziyuan gruñó, habló con voz neutral:―Si el burro es realmente tuyo, ¿Cómo se llama?

―¿Eh?―la sonrisa confundida solo hizo que Yu Ziyuan tuviera un mal presentimiento.

―¿Cuál es el nombre que le diste al burro?

―¿Ah?… ¿Nombre?… Eh, bueno… ¡Su nombre es Burro!

Yu Ziyuan le miró ofendida como si le hubiera dicho la mayor grosería existente en la tierra.

―¿Realmente le llamaste así?

―Ah… no, sinceramente no le puse un nombre. Pero no importa, solo es un burro.

Después de todo, su Shizun se lo había regalado cuando le dijo que había conseguido el permiso de sus padres para poder ir al Reino Humano. Era un burro arrogante y muy difícil de tratar, pero Hua Fengxing no había imaginado que era necesario darle un nombre.

―No es solo un burro. Es un animal social adaptado a la sociedad humana, tiene derecho a recibir un nombre como cualquier animal que vive como una mascota, ¿acaso a ti te gustaría vivir sin un nombre al cual responder?

Bueno, viéndolo por ese lado.

―No creo.

―Entonces si el burro es realmente tuyo debes pensar en un nombre adecuado para él.

Caminando hacia su caballo Yu Ziyuan tomó las riendas y se dirigió hacia el burro, su mirada se mantuvo en el animal.

Antes de tomar las riendas del burro en sus manos.

―Espera, ¿Qué estás haciendo?

―Si el burro es tuyo entonces debemos llevar a los animales a un lugar donde estén seguros mientras nos hacemos cargo de castigar a los verdaderos ladrones.

―¿Nos hacemos cargo? ¿nosotras?

―Claro que sí. Ellos han intentado ensuciar tu buen nombre levantando calumnias, debes declarar ante las autoridades para que no los suelten. Si realmente eres inocente no tienes por qué temer.

―Oh. ¿planeas atraparlos entonces?

―Hmn.

―¿Y quieres que los castiguemos juntas?

―Hmn.

―¡¿Y podemos burlarnos un poco de ellos?!

―…

Yu Ziyuan comenzó a preguntarse con qué clase de criatura había cruzado camino.

―¿Cuál es tu nombre?

―¿Eh?―oh, cierto debía decirle su nombre.

Pero no podía decir Hua Fengxing.

Sus padres le explicaron que debía dar un nombre en específico como contar la historia que habían ensayado durante un mes.

―Mi nombre es Cangse Sanren.

Yu Ziyuan le miró seriamente levantando una ceja.

―¿Cangse Sanren?

―Sí, Cangse Sanren, fui criada en un templo por mi Shizun. Ese es el nombre que me dio. ¿Cuál es tu nombre?

Esta vez fue el turno de Yu Ziyuan de pensar en un nombre adecuado.

No podía decirle quien era, según el protocolo era mejor guardar las apariencias, evitar decir su nombre a cualquier extraño que encontrara en el camino sin importar si no sentía ningún peligro proveniente de esa persona.

Sin embargo, cuando sus ojos se encontraron Yu Ziyuan sintió que era muy incorrecto mentirle a esta persona.

Aun si no volvía a verla y no era necesario darle su verdadero nombre…

Yu Ziyuan quería decirle la verdad.

―A-Yuan.―y su propia boca la traicionó.

No, ese no era su nombre correcto. Tenia la cabeza en otro lado.

―MI nombre es Yu Ziyuan.

Los ojos de Hua Fengxing brillaron ante ese nombre.

Yu Ziyuan, que tierno nombre.

―Oh, es un lindo nombre, A-Yuan.―una dulce sonrisa decoró sus labios.

Yu Ziyuan tragó duro ante esas palabras, su ceño se frunció y apartó su vista con las mejillas sonrojadas.

Ser llamada así por esta persona… se sintió extraño.

Para sorpresa de Yu Ziyuan ambas lograron enfrentar la situación muy bien.

Su capacidad e inteligencia les permitió adaptarse en una estrategia que les ayudó atraparlos. Y el lado directo y descarado de la chica llamada Cangse Sanren ayudó a enfrentar a los ladrones y obligarlos a confesar ante las autoridades sus crímenes.

Curiosamente las autoridades ya llevaban tiempo buscándolos, pero no habían tenido una Cangse Sanren de su lado para atraparlos.

Al final, cuando llegó el momento de despedirse Cangse Sanren le miró con una linda sonrisa.

―Bueno, creo que es hora de que cada quien tome su camino.

―… Hmn.

―Bueno, tengo que irme por ese lado.―Señaló hacia Hubei. Había escuchado de uno de sus tíos que había mucha comida rica en Yiling.

―Yo iré hacia el norte.

―Bueno, fue un placer conocerte, A-Yuan.

Yu Ziyuan frunció el ceño mientras sus mejillas se sonrojaban, pero también se despidió. ―Igualmente.

Subiendo sobre su burro y encaminándose a su destino, su mano se levantó en lo alto.

―¡Si volvemos a encontrarnos pronto te regalaré más dulces!

Yu Ziyuan grabó aquella sonrisa sobre su memoria, como si pintara sobre un lienzo la fina figura de un travieso y curioso zorro que había aparecido en su camino. Como si algo dentro de ella no deseara borrar la belleza de esa sonrisa de su corazón.

Extendiendo la mano libre que no sujetaba una bolsita con dulces, Yu Ziyuan se despidió de aquella chica. Su voz fue el poema más dulce que había escuchado.

―¡Mientras el mar se lave en la arena y las estrellas estén por encima de ti, nos volveremos a encontrar!

Después de esa extraña aventura, Yu Ziyuan continuó su camino pensativa.

No sabía porque se sentía así, solo sabía que no podía dejar de pensar en esa persona llamada Cangse Sanren.

Cuando llegó a Caiyi lo primero que encontró fue la imagen preocupada de Zidian.

―¡Yu!

Incluso cuando se encontró con su maestro y se encaminó al arco de la entrada de Gusu Lan su mente seguía perdida recordando a aquella curiosa chica.

―¡A-Yuan!

Hasta que sus ojos se encontraron con Jiang Fengmian y cayó nuevamente en la que era y siempre seria su realidad.

Estaba pensando tonterías.

Sea lo que sea no era como si nuevamente se encontraría alguna vez con aquella omega. Incluso si le había agradado y pensó en la posibilidad de tener una amiga era mejor olvidarse de esa persona.

Después de todo, no era como si nuevamente se encontraría con Cangse Sanren.

De pie en la ceremonia de presentación dirigida por el príncipe heredero Lan Gudan y el Rey Lan, Yu Ziyuan decidió continuar con sus propios asuntos.

―Es así como este rey les da la bienvenida a Gusu Lan.

―¡Estos agradecen al rey Lan por recibirnos en Gusu Lan!

Todo era tranquilo entre alfas amistosos entre ellos, Yu Ziyuan se quedó de pie en su lugar tranquila. Sus dedos tocaron la funda de su dizi en su cinturón. Una vez que las clases terminaran aprovecharía el receso para tocar un poco y terminar de corregir su pieza actual.

Su mente estaba en eso hasta que un ruido estruendoso la sacó de sus pensamientos.

―¡Ven aquí!

En un solo destello una figura vestida de túnicas rojas, blancas y grises apareció a un lado de Yu Ziyuan. Como si el tiempo se detuviera el tintineo de las campanillas de plata y el perfil de un rostro que había visto hacia semanas apareció antes de lanzarse al frente como si persiguiera algo.

―¿Cangse… Sanren?

Antes que lo entendiera el tiempo retomó su curso, la figura saltarina de un conejo fue atrapada por aquella alocada chica, antes de que terminara chocando con los escalones de la plataforma. Siendo la chica quien chocó contra este.

Rápidamente la plaza se llenó de voces, Yu Ziyuan no pudo evitar avanzar hasta ese lugar, encontrando la imagen de Cangse Sanren levantándose del suelo como si nada hubiera pasado mientras acariciaba la cabeza del conejito, buscando tranquilizarlo.

La misma que estaba siendo rodeada por varios alfas.

―Ya, ya. Estas bien. Te dije que no corrieras tanto, solo quería ayudarte.

―Señorita cultivadora, ¿estas bien?―inmediatamente se acercó un preocupado Lan Gudan, preguntándole una y otra vez si estaba herida. Cangse Sanren negó con una alegre sonrisa. Las preguntas no se detuvieron mientras Yu Ziyuan se esforzaba por abrirse camino hacia esa persona.

―Doncella, ¿te encuentras bien? ¿Estás perdida? Puedo ayudarte a ir a tu destino.

Yu Ziyuan enarcó una ceja con molestia.

Esa era la voz de Jin Guangshan.

Ese tipo descarado.

Que Jin Guangshan se acercara a un omega no era una buena señal en ningún sentido. Con mayor valor Yu Ziyuan llegó hasta Cangse Sanren. Pudo detectar el aroma a sangre.

Su preocupación aumentó aún más.

―No es necesario. Solo entre aquí por este pequeño, puedo ir por mí misma a mi destino. Gracias.

―Pero que una pequeña omega ande sola por ahí, yo-

La imagen de túnicas púrpuras hicieron que Hua Fengxing tuviera que levantar la mirada encontrándose con el rostro de una atractiva alfa. Ojos fénix violetas le miraron de forma penetrante, un pañuelo le fue ofrecido junto a una botella de medicamento, sus ojos eran lo más hermoso que Hua Fengxing había visto en su vida.

El sonrojo fue inevitable.

―Parece que el conejo y usted están heridos, permítame ofrecerle esto.

Jin Guangshan quería quejarse de la mujer que se interpuso en su camino, pero solo bastó un vistazo de esos ojos violetas tan fríos como el invierno mismo para hacerlo temblar y desistir.

Yu Ziyuan estaba muy molesta con ese tipo y todos los disgustos que le causaba a Wu Meibei por su naturaleza inmoral y depravada. No permitiría que también intentara ir tras Cangse Sanren, alguien que solo había bajado de su montaña con esperanza y buenos deseos por su perversión.

Si Jin Guangshan escuchó el gruñido de una bestia a lado de su oído solo ambos alfas se dieron cuenta de ello.

Pero cuando los ojos de Yu Ziyuan se reencontraron con Cangse Sanren vio una hermosa sonrisa posada sobre sus rosados labios.

―¡A-Yuan, también viniste a estudiar a Gusu!

―Hmn, no sabía que tú también vendrías.

Entonces la voz del príncipe Nie llamó la atención de Yu Ziyuan:―Su Alteza Real Yu, ¿conoces a esta persona?

Nie Huigai era un alfa de cabello negro y piel tostada. Era el único que lograba estar a la par de la altura de Yu Ziyuan. A sus dieciocho años no era un secreto para nadie que ya se había casado y tenia un cachorro de un año llamado Nie Mingjue.

Nie Huigai era de los pocos jóvenes maestros y príncipes que Yu Ziyuan toleraba, por lo que no tuvo problemas en contestar.

―Hmn. La conocí hace poco.

Pero la mente de Hua Fengxing solo pudo concentrarse en ese detalle.

¿Alteza?

Así que los Yu seguían sin llamar a su Reino como el Reino de Meishan Yu, pero si eran identificados como nobles.

Pero antes de que pudiera preguntar algo escuchó murmullos y a una persona aclarando su garganta. la misma que se abrió paso entre la gente y se presentó ante dos personas vestidas de blanco.

Era muy extraño para Hua Fengxing que esa persona estuviera usando un raro velo que solo le permitía que sus ojos penetrantes y al parecer muy molestas pupilas le miraran a través de él. Tenía una cinta sobre la frente, se parecía un poco al tocado de piedras que portaba Yu Ziyuan.

A la gente del mundo mortal de verdad le gustaban las piedras bonitas.

Cuando se dio cuenta su muñeca estaba siendo tirada suavemente mientras era sacada de ese lugar.

―¡Espera, estaba hablando con ellos!

―No lo harás.―La voz del omega fue firme.

―¿Por qué no? ¿Quién eres en primer lugar?

―En Gusu Lan esta prohibido que un omega casadero se relacione con alfas.

―¡¿Ah?!

Sin que pudiera entender nada, Hua Fengxing fue llevada hasta las oficinas de los guardianes, en donde se encontró con la imagen de tres guardianes que le miraron con curiosidad.

―Maestro Shuoyue, traigo a Cangse Sanren tal y como me pidieron.―el omega que aun sostenía su brazo le soltó y ofreció una reverencia.

Shuoyue, así que este era el Halcón Sonriente del que le habló el Maestro Inmortal Shen.

―Gracias por tu arduo trabajo, Qiren. Puedes regresar a la ceremonia de bienvenida omega.

―Como el maestro ordene.

Y sin más aquel niño se fue, dejándole a solas con los guardianes dorados.

―Mi nombre es Shuoyue. Ellos son mis compañeros Wang-Ji y Liebing.

―Es un placer, Su Alteza.

Hua Fengxing se preocupó un poco sobre la verdadera historia que estas personas conocían. Bába había dicho que no era una buena idea contarle la razón real tras su existencia.

Sin embargo, las palabras del guardián continuaron.

―Tu maestra nos avisó que tendríamos el honor de tenerte aquí como un curso extracurricular. Bienvenida a Gusu Lan.

Rápidamente los ojos de Hua Fengxing brillaron ante sus palabras.

Debía confiar en Shizun, ella siempre sabía qué hacer en este tipo de situaciones.

—Como verá Gusu Lan es un lugar un poco… estricto.

—Ni que lo diga, ese niño bonito me alejó de la plaza como si hubiera cometido el mayor pecado por simplemente estar ahí.

—Es natural, los omegas están prohibidos en las plazas para betas y alfas. Digamos que según los ancianos es… innecesario llevar tentaciones a áreas sagradas.

—Con todo respeto, ¿A qué se refiere con tentaciones? Comprenderá que soy algo nueva en estos conceptos.

—Ah, honestamente no comparto la idea, pero según los ancianos actuales por toda esta cuestión de los cambios naturales de los adolescentes, es mejor mantenerlos lejos de los omegas para evitar que estos se sientan… interesados en lo que no deben en dichas áreas. Después de todo, citando sus palabras “los omegas representan una tentación innecesaria para el sagrado estudio de un señor”.

Hua Fengxing frunció el ceño ante esas palabras.

—Personalmente no soy creyente en esas palabras, se me hace bastante… sexista. Pero el tiempo de cambio en vez de traer cosas buenas está trayendo tonterías como esas. Y si su maestra le contó algunas cosas sabrá que no puedo actuar. Hay cosas que aún no pueden hacerse.

—Sí, mi maestra me habló un poco sobre… el decreto de Lan An.

—Hmn, he recibido de tu maestra la carta que especifica que quiere que aprendas de cómo funciona el Reino Humano a través de Gusu Lan.

—Nuestro deber es hacer la estancia de la discípula de Baoshan Sanren algo agradable. Por lo que Liebing le explicará algunas reglas. Ella también le dará tu uniforme.

La elegante inmortal que portaba un abanico habló.

—Me presento ante su Alteza Real. Mi deber es ayudarle a aprender rápidamente las reglas de Gusu Lan, las reglas sociales y la forma en la que funciona la jerarquía de castas.

—Gracias.

La voz del inmortal Halcón Sonriente volvió a escucharse.

—De la misma manera el inmortal Wang-Ji será su maestro de guqin. Si un alfa la molesta no dude en decirle. No importa lo que el mundo diga, el acoso sexual está prohibido.

—Comprendo. Agradezco mucho la ayuda de los guardianes.

—No se preocupe, tenemos órdenes de Shizun de no permitir que ningún alfa que presente otras intenciones se acerque a su Alteza. Su seguridad y educación es nuestra prioridad.

Siendo llevada por Liebing a través de los pasillos Hua Fengxing comenzó a ver un patrón.

Ah, que sobreprotectores eran sus padres. Cómo si fuera a enamorarse de cualquier alfa que le apareciera en el camino.

La inmortal Liebing le dio un uniforme. Y gracias al cielo lograron llegar a tiempo para las presentaciones de grupo.

El maestro Shuoyue la había puesto en un grupo seguro con alfas respetuosos. Al menos eso le habían dicho.

Sinceramente no entendía de dónde salía tanta insistencia sobre alejarme de todos los alfas. Pero lo mejor que podía hacer si no quería que A-Die viniera y se la robara en una dramática nube de mariposas de nuevo al Reino Celestial era mejor simplemente obedecer.

Pero algo que la hizo sonreír fue darse cuenta que A-Yuan también estaba ahí.

¡Por fin, alguien conocido con quién podría conversar durante los recesos!

Tan pronto los ojos de varios se encontraron con la imagen de la pérdida Hua Fengxing, quien miraba emocionada todo, no pudieron evitar interesarse por la bonita chica.

Su cabello ligeramente ondulado era algo exótico en comparación al tradicional lacio, sus ojos negros eran adorables. Algunos omegas miraron con molestia como los alfas prestaron atención en ella. Pero Hua Fengxing no se dio cuenta.

Yu Ziyuan estaba en sus propios asuntos, hasta que la voz de Jiang Fengmian llegó a sus oídos.

—A-Yuan, mira. Es una omega muy bonita.

Sin mucha emoción hizo caso a Jiang Fengmian, tan solo para sorprenderse al encontrar la imagen prismática de Cangse Sanren vestida adecuadamente con el uniforme de Gusu Lan. Las túnicas blancas tenían el bordado del símbolo del Yin y el Yang en sus hombros

Su lindo cabello cuervo mantenía sus ondas naturales, haciendo que el peinado adecuado fuera encantador, contrastando con esa cinta roja en su cabello.

Tan pronto como sus ojos se encontraron la niña que la saludó alegremente agitando su mano. Su voz fue suave buscando evitar interrumpir.

―Yu Ziyuan.

Yu Ziyuan apartó la vista, frunció el ceño y negó internamente.

Se sentía bastante extraña, no le agradó.

Hua Fengxing por su parte creía que esa timidez suya era muy tierna.

—Maestro Lan, traigo a una más de sus estudiantes.

—Hmn. Intégrate a la clase.

Liebing le habló suavemente. —Adelante, toma asiento ahí. A lado de los chicos con flores de loto púrpuras en sus ropas.

Hua Fengxing así lo hizo, tomando asiento a lado de un lindo omega sonriente y Yu Ziyuan.

Cuando los príncipes y los reyes llegaron los jóvenes herederos ofrecieron una reverencia ante la familia real y sus futuros maestros. Bastante perdida Hua Fengxing imitó sus movimientos buscando evitar cometer algún error.

Y para su horror alguien comenzó a recitar las mil trecientas reglas de Gusu Lan.

Consternada solo pudo mirar la curiosa mariposa plateada que se movía a través del gran salón y se posó en su hombro, aburrida de escuchar un sinfín de reglas tal como Hua Fengxing.

Su A-Die había tenido razón, comenzaba a considerar que no fue una buena idea venir a estudiar a Gusu Lan.

Según las reglas Hua Fengxing tendría que guardar los bonitos accesorios que A-Die le había regalado cuando cumplió trece años. Sin poder evitarlo sus ojos pasaron a Yu Ziyuan. De las joyas y accesorios que le había visto usar cuando se conocieron solo quedaba la corona de cuentas que usaba sobre su cabeza y frente.

Hua Fengxing infló las mejillas mirando entre esas extrañas bandas en las frentes de los Lan y la corona de tela y cuentas de Yu Ziyuan.

¿Esa cosa era igual que las bandas Lan?

Susurrando tan bajo como pudo, llamó.

―A-Yuan.

La ceja de Yu Ziyuan tembló un poco.

―YuanYuan.

Frunciendo el ceño decidió contestar.―¿Qué?

―Yu Ziyuan, ¿Por qué usas esa cosa en tu frente? ¿Los Lan no te reprenderán?

Yu Ziyuan no contestó.

―Yu Ziyuan.

Tras ver que la chica no contestó infló las mejillas con el ceño fruncido. Hasta que escuchó una voz bastante linda.

―Es algo sagrado de su clan.

Cuando giró la cabeza se encontró con el lindo omega de sonrisa dulce.

―¿De verdad? ¿Igual que los Lan?

―Algo así, tiene un significado profundo, pero no tiene tantas prohibiciones como al parecer las cintas de regulación Lan si tienen. Digamos que es una conexión con sus ancestros, es parte de su religión, por eso Gusu Lan no la puede reprender por usar su corona llamada Conexión Espiritual.

―Oooh.

―Por cierto, soy Jiang Fengmian, es un gusto.

―Cangse Sanren.

El rostro de Jiang Fengmian se llenó de asombro.

―¿Eres Cangse Sanren? ¿La Cangse Sanren que derrotó a A-Yuan en un duelo por un burro?

Yu Ziyuan no pudo evitar mirar cuando escuchó como la omega trago la risa ante las preguntas de Jiang Fengmian.

―¿Ella te contó eso?―así que Yu Ziyuan si tenía amigos. Eso era maravilloso.

―Sí, fue impresionante. Eres muy fuerte, aunque ella no lo diga encontrar una rival tan fuerte y capaz fue muy emocionante.

Sus palabras murieron cuando escucharon un carraspeo y sus ojos les llevaron a notar la pesada mirada del príncipe omega Lan. Por lo que ambos se callaron.

Tras lo que pareció una horrible eternidad, aquella persona terminó de recitar las reglas y llegó el momento en que los jóvenes tuvieron que presentar sus respetos al clan.

Varios jóvenes maestros se presentaron, algunos con más ánimo que otros. Varios alfas quisieron presumir ante los omegas. Los omegas hablaron dulcemente de una forma confusa para Hua Fengxing.

Entonces llegó el turno de Yu Ziyuan.

―El honorable Clan Meishan Yu, presentándose.

Siendo seguida por una persona bastante alta que tenía una caja entre sus manos, Yu Ziyuan se abrió paso hasta llegar ante el príncipe heredero Lan Gudan y se presentó.

―Yu Ziyuan de Meishan Yu se presenta ante la honorable familia real y los maestros de Gusu Lan.

Hua Fengxing no pudo evitar pensar que eso fue excesivamente formal. Esa chica sí que era buena siguiendo protocolos.

Extendiendo sus túnicas Yu Ziyuan ofreció una reverencia, con la espalda recta habló con voz serena ante los ojos de omegas curiosos que no pudieron evitar mirarla con atención.

―Esta humilde conoce el aprecio inmensurable que Gusu Lan valora con fervor incrementar su conocimiento. Es así que Meishan Yu trae como regalo su más fino papel fabricado especialmente con nuestros mejores materiales, deseando que esta unidad que se ha mantenido durante los últimos doscientos años perdure por mucho tiempo más.

Ante la familia la caja fue abierta. Lan Qiren y Lan Gudan se maravillaron ante los modales de Yu Ziyuan.

Wu Meibei no pudo evitar sonreír orgullosa al igual que Jiang Fengmian, Hua Fengxing escuchó atentamente intentando pensar que tanto de esa aburrida formalidad podría ayudarle a presentarse.

Y un príncipe solo pudo ver emocionado aquello.

―El honorable Clan Yunmeng Jiang, presentándose.

Al igual que Yu Ziyuan el chico llamado Jiang Fengmian pasó a presentarse, sus regalos parecían ser incienso y tinta. Algo elegante para Jiang.

Aunque Hua Fengxing solo conocía algunas cosas de los cinco grandes reinos y el acaudalado Clan Meishan Yu que era tan admirado por YuZhong, era mucho más agradable aprender sobre ellos de forma presencial.

Cuando llegó su turno, respiró profundo y llevó consigo el presente que su padre había preparado especialmente para el rey.

―La Montaña Divina de Baoshan Sanren, presentándose.

Recordando los modales que le enseñaron sus padres llegó hasta el frente, ofreció una reverencia y habló.

―Cangse Sanren de la Montaña Divina de Baoshan Sanren se presenta ante los maestros de Gusu Lan y su honorable familia real.

En el fondo los susurros no se hicieron esperar.

―¿Ella es la famosa estudiante de Baoshan Sanren? Es bastante bonita.

―Impresionante, pensé que Baoshan Sanren solo era una leyenda.

Ignorando los comentarios de aquellas personas, Hua Fengxing continuó con su presentación.

―Es un placer para mi traer ante ustedes el humilde presente elegido especialmente por mi maestra. La espada Yang forjada ante los materiales más puros al igual que el jade en el que se talló su empuñadura.

Hua Fengxing quitó las telas que envolvían el paquete. La caja negra fue destapada mostrando una hermosa espada con una funda y empuñadura de jade blanco.

―Uno de los antiguos tesoros que sobrevivieron a la Masacre de Cang Qiong, como un recuerdo de sobrevivencia y unión. Una muestra de que es necesario recordar el pasado como una enseñanza, sin aferrarse tercamente para poder avanzar hacia el futuro creciendo juntos como el honorable Gran Omega Inmortal desea aún.

Las miradas de varias personas se concentraron en la omega que habló sin temor ni vergüenza, mencionando no solo el gran tesoro que ofrecía a Gusu Lan, sino también un recordatorio de una labor que aun yacía pendiente no solo en el corazón de su Shizun Baoshan, sino tambien de Shen Shizun.

No llames la atención.

No digas más de lo que debes.

Lo sabía, sus padres hablaron con ella.

Pero Hua Fengxing no estaba hablando más de lo que era correcto.

Los ojos violetas de Yu Ziyuan no apartaron su mirada de ella. Ni siquiera cuando llegó el turno del heredero del Trono del Dragón.

Túnicas rojas y blancas se extendieron, el símbolo del sol brilló ante todos llamando la atención de Hua Fengxing, un brillante y sonriente joven se presentó ante los reyes y príncipes. Y Hua Fengxing entendió quién era cuando ese chico no ofreció una reverencia completa como todos ante los Lan.

No era una descortesía su pequeña reverencia, era algo que formaba parte del protocolo. La excepción que solo se le permitía a cierto grupo.

“―Pero sobre todo debes recordar… procura evitar a las personas que huelen a sol”

Él único que no tenía que inclinarse.

―El honorable clan Qishan Wen, se presenta.

Las túnicas blancas se extendieron, los bordados de sol brillaron ante la luz. Yu Ziyuan frunció el ceño en reconocimiento.

―Wen Ruohan de Qishan Wen se presenta ante los honorables miembros de Gusu Lan. Es un verdadero honor para mí poder ser uno de los afortunados en recibir la educación de los maestros Lan.

Los ojos negros de Wen Ruohan miraron alegres a los reyes antes de que su mirada se desviara al lindo príncipe omega con ese curioso velo en el rostro, que tan pronto sus ojos se encontraron desvió la mirada con el ceño fruncido.

Que lindo.

Cuando Wen Ruohan caminó de regreso a su lugar sus ojos no pudieron evitar encontrarse con la penetrante mirada de Yu Ziyuan.

Impresionante, esa chica seguía siendo tan aterradora.

Y estudiarían juntos en esta ocasión.

Al tomar asiento detrás de Yu Ziyuan no pudo evitar pensar que eso sería muy emocionante.

Muchas personas más se presentaron, pero Hua Fengxing no perdió de vista el llamativo aroma emocionado de sol que provenía de aquella persona en especial.

Wen Ruohan.

Debía mantenerse lejos de esa persona por su propio bien.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

El inicio de clases fue bastante agradable si se omitían asuntos como las aburridas reglas de Gusu Lan, que parecían hacer bastante aburrida la experiencia o notar que su A-Die seguía espiando su andar como si no fuera bastante obvio.

Lo más destacable de aquel evento fue poder conocer a Jiang Fengmian.

Jiang Fengmian era un chico bastante agradable y cálido, alguien quien al parecer Yu Ziyuan le tenía demasiada confianza y paciencia para no molestarse porque le contara sobre cómo se enteró de la forma en la que Yu Ziyuan y ella se conocieron.

―Jajaja, nunca había escuchado que alguien lograra vencer a A-Yuan. Menos de esa forma. Eres impresionante.

―Yu Ziyuan, tú en verdad le contaste sobre como fuiste tan ingenua para creer esa historia.

Yu Ziyuan frunció el ceño, ignorando la pregunta.

La chica vestida con túnicas rosas que le habían presentado como Wu Meibei comentó:―Es la primera vez que escucho que se mete en un problema como ese. Ziyuan siempre es muy precavida.―Con una sonrisa maliciosa Wu Meibei preguntó:―¿Acaso la brillante y capaz Yu Ziyuan se habrá distraído con algo en especial?

Almendra y gris miraron interesados a Yu Ziyuan, quien solo les miró confundida.

Hua Fengxing no entendió absolutamente nada, pero fue divertido como el ceño fruncido de Yu Ziyuan se intensificó y los lotos y las rosas violetas se escondieron detrás de la madera. Como si su orgullo estuviera en peligro.

―Claro que no.

―Es así.

―Lo es. Solo fue un momento de torpeza, nada más.

Wu Meibei no le creyó nada.

Y picando su mejilla izquierda le habló con ternura:―No has cambiado nada. Sigues siendo igual que cuando tenías cuatro años.

El ceño de Yu Ziyuan se endureció. La alfa prefirió cerrar los ojos buscando ignorarla.

Hua Fengxing no pudo evitar interesarse en ello.―¿Todos se conocen desde que son niños?

Wu Meibei y Jiang Fengmian le miraron con una sonrisa sobre su rostro.

―Oh, sí. Meibei la conoció cuando eran prácticamente unas crías recién nacidas. En cambio yo la conocí cuando teníamos cuatro años.

―Oh, ¿un evento familiar?

Y Yu Ziyuan contestó siendo directa.―Nos conocimos el día que se decretó nuestro compromiso.

―¿Eh? ¿Compromiso?―Hua Fengxing inclinó la cabeza sin entender.

Entonces Jiang Fengmian se preguntó si era buena idea decirle, después de todo Yu Ziyuan parecía haber conocido a su…

Pero Yu Ziyuan se adelantó.

―Sí, nuestros padres nos comprometieron cuando teníamos cuatro años. Jiang Fengmian y yo… nos casaremos cuando llegue el momento de que me tenga que convertir en el Rey Alfa de Yunmeng Jiang.

Durante un momento todo fue silencio. Wu Meibei y Jiang Fengmian se miraron entre ellos. 

Hasta que Hua Fengxing rompió ese silencio.

―¡¿Qué?! ¿Comprometidos a los cuatro años?

―Hmn.

Hua Fengxing no pudo evitar el impacto.

―¿De verdad? ¿se comprometieron a esa edad? ¡¿tan pequeños?!

―Hmn.

Jiang Fengmian sintió la necesidad de aclarar.

―… Sí, digamos que fue un trato entre nuestra familia y así. Generalmente las alianzas matrimoniales funcionan como asociaciones entre familias en donde se vuelven aliados o logran obtener cierto poder político de uno u otro clan. En nuestro caso mi clan busca ganar una alianza con los Yu y los Yu buscaban lo mismo. Así que aquí estamos.

Hua Fengxing frunció el ceño.

Era obvio pensar que Yu Ziyuan, con lo muy hermosa que era ya estaba más que ocupada, pero eso fue bastante inusual.

Jamás esperó conocer a la pareja de Yu Ziyuan aquí, menos descubrir que estaban ya comprometidos.

Comprometidos, oh, comprometidos.

La gente del Reino Humano sí que era… bastante rápida.

Entre clases y almuerzos Hua Fengxing se dio cuenta de una cosa bastante extraña.

Yu Ziyuan no quería hablar con ella a solas.

Y cuando había gente eran raras las ocasiones en las que hablaba.

Entre más intentaba charlas e invitarla a jugar en recesos, más escapaba de ella como si estuviera muy ocupada o tuviera miedo de ella. No era grosera, en realidad era muy cortés a pesar de que parecía no ser muy buena socializando. Pero Hua Fengxing no entendía su comportamiento.

Hua Fengxing no sabía mucho sobre tratar a gente de su edad, pero si era consciente de algo que el maestro Shen le explicó.

“―Si sientes que hay un problema con un amigo debes intentar hablar con esa persona para resolverlo. La comunicación es muy importante en cualquier relación”

Hua Fengxing frunció el ceño, infló las mejillas y golpeó su palma con su puño con determinación.

Así es, ellas eran amigas. Si había algún problema que Yu Ziyuan estaba enfrentando en silencio y no quería decirle para no molestarla debían de hablar. Después de todo, ambas eran chicas de la misma edad, es normal hablar entre amigas, ¿no?

Plenamente segura de sus palabras buscó a Yu Ziyuan por doquier, llamándole animadamente ante cada oportunidad. Pero la chica escapaba cada vez que la veía.

Hasta que Hua Fengxing se molestó, infló las mejillas y la acorraló en un pasillo solitario. Golpeando la madera de la pared con las palmas pudo escuchar el pequeño crujido de este bajo sus manos, haciendo que Yu Ziyuan abriera los ojos de forma desorbitada.

¡¿Qué demonios había sido eso?!

Algo preocupada soltó la madera.

Oh, debía ser cuidadosa. La fuerza Xie solo debía usarse en situaciones que lo requerían. No necesitaba que nadie la descubriera.

Colocando sus brazos como barreras sin apretar otra vez miró con una sonrisa triunfante a Yu Ziyuan.

No le importaba lo cómica que podía verse la escena por la amplia diferencia en estaturas entre la enorme Yu Ziyuan y ella, no la dejaría escapar esta vez.

―¡Yu Ziyuan!

Yu Ziyuan frunció el ceño, mirando a cualquier lugar buscando una oportunidad, solo endureciéndolo cuando notó que no había forma de escapar de esa mocosa.

―Ahora no puedes escapar, hehe.

―¿Qué es lo que parece tan importante para hacer esto?

―Quiero que hablemos.

―¿De qué?

Hua Fengxing fue directo al punto:―¿Por qué siempre escapas cuando estamos solas?

―¿Qué quieres decir?

―Siempre que quiero que conversemos o quiero invitarte a jugar escapas de mi como si te fuera a hacer algo malo. Sinceramente no entiendo porque escapas. ¿Es una especie de comportamiento normal entre amigos del Reino Humano? ¿estamos jugando a las atrapadas? ¿eres muy tímida para querer jugar a solas? Si quieres invitamos a MianMian y BeiBei. ¿Será mucho más divertido para ti?

Yu Ziyuan no supo que decir.

¿MianMian? ¿BeiBei? ¿Desde cuándo las llamaba así?

Que persona más desvergonzada.

Con un suspiro cansado Yu Ziyuan habló.

―Es porque en el Reino Humano que un omega y un alfa no apareados estén a solas es incorrecto según las reglas de moralidad social.

―¿Por qué?

―Porque es moralmente incorrecto que un omega sin marca conviva con alfas. Además, estoy comprometida. No es bien visto que este a solas con otros omegas que no sean mi prometido.

―¿Por qué?

Yu Ziyuan frunció el ceño en consternación.

―¿Por qué la gente puede hablar y malinterpretar eso?

―¿Por qué?

Suficiente.

―¿Qué tanto… sabes sobre el Reino Humano?

―¡Se bastante sobre su historia, leyendas y técnicas de cultivo!… Pero sobre su sociedad y cosas de alfas y omegas… no mucho en realidad jajajaja.

―¿Qué tanto?

Hua Fengxing tomó su propio mentón con sus dedos pensativa.

―Técnicamente conozco algunas de sus tradiciones, cultivo, un poco de algunos de los clanes que existen, pero no hay muchas cosas que entienda o sepa de cómo funcionan las cosas entre omega o alfas socialmente como tal. Es por eso que me mandaron a Gusu Lan, para que aprendiera aquí, y si no me gustaba debía regresar con… unos amigos de mi Shizun.

Prácticamente el trato fue que si no le gustaba el Reino Humano debía volver de inmediato al Reino Celestial o Reino Fantasma con sus padres, pero no podía decirle eso.

―Aunque me explicaron muchas cosas sobre… ya sabes. Cosas de romance y eso no me quisieron explicar cómo funcionaban las amistades con alfas, de hecho me dijeron que no debía acercarme a ningún alfa, menos a los que olían a almizcle.―las últimas palabras las recitó como si las hubiera aprendido de memoria.

Una sonrisa arrogante decoró los labios de Yu Ziyuan, preguntó sarcásticamente:―¿Y porque te acercas a mí? ¿Eso no rompe tus reglas?

Pero no esperó aquella respuesta directa y honesta.

―¡Porque somos amigas y confió en ti!

Yu Ziyuan no supo que decir.

¿Por qué la consideraba su amiga cuando solo se habían conocido por ese malentendido?

¿Alguien tan alegre como ella intentando ser su amiga?

Yu Ziyuan no tenía una mala autopercepción, pero era consciente que las personas raramente tenían valor a acercarse a ella debido a su ceño fruncido natural.

Que persona más extraña.

―¿Acaso no me tienes miedo?

Y Hua Fengxing no pudo evitar reír.

―¿Por qué debería tenerte miedo? Es cierto que eres bastante alta y pareces fría. Siempre tienes el ceño fruncido, pero en realidad eres muy agradable.

Yu Ziyuan le miró con sorpresa.

―Eres muy gentil con mis animales también. La gente siempre se queja de lo ruidoso que es Yingying, pero tú lo trataste con gentileza e incluso le diste fruta al igual que a Manzanita. Además, eres la única alfa que me trata normal. Los alfas de aquí son amables, pero a veces siento que me tratan como si fuera una frágil figura de cristal, no me gusta. Pero tú no lo haces, eso me agrada.

Yu Ziyuan no supo que decir.

―Además, no es como si fueras a hacerme algo malo. Tienes un aroma muy cálido y gentil, eso quiere decir que eres una gran persona. ¿Qué podrías hacerme mal? ¿Acaso me morderías, Yu Ziyuan?

Hua Fengxing solo bromeaba. Su mente inocente no pensó en nada más que esos juegos de las mordidas que jugaban los niños del Reino Humano. El mismo que había aprendido de los espíritus y demonios pequeños que jugaban con ella en la Ciudad Fantasma cuando era una cría.

La sonrisa de Hua Fengxing fue radiante, sus ojos la miraron traviesos como un zorro.

A Yu Ziyuan le gustaban los zorros.

Yu Ziyuan apartó la mirada y trago duro sintiendo una pequeña taquicardia.

Espera, ¿Qué fue eso?

―Lo ves, no pasa nada. Solo somos dos amigas hablando normalmente como debe ser.

Yu Ziyuan suspiró entendiendo derrotada que no podría escapar más de esta persona.

―Ah, tú en verdad eres muy extraña.

―Jajajaja, lo sé. Entonces, ¿me podrías ayudar a entender mejor esas reglas sobre alfas y omegas sin escapar esta vez?

Con un suspiro cansado Yu Ziyuan terminó accediendo.

―Solo si me dejas salir primero.

―¿Eh?

―Tus brazos, por favor.

Entonces Hua Fengxing se dio cuenta de la extraña posición en la que estaban. Ella encerrando a esa enorme alfa en un pasillo solitario con sus propios brazos, dejándola atrapada entre Hua Fengxing y la pared.

Con las mejillas rojas y una risa nerviosa se apartó varios pasos dejando un espacio de un metro entre ellas.

Yu Ziyuan agradeció y comenzó a caminar, siendo seguida por la omega.

―¿A dónde vamos?

―Con Fengmian.

―Oh.

―Si quieres que te explique estas cosas debes entender que no podemos estar a solas, a menos que él lo acepte o estemos cerca de personas que funcionen como un séquito para ti.

―¡Oh! No escaparás otra vez, ¿verdad?

―… No, no escaparé.

Aun si no entendía porque se sentía extraña e intranquila a su lado, esta vez Yu Ziyuan o escaparía.

Ayudar era uno de los principios que Suibian le enseñó. Y si esa chica desconocía muchas reglas que podrían ayudarle a entender esta absurda sociedad del exterior, Yu Ziyuan se encargaría de enseñarle todo lo que podía.

Si había cosas que naturalmente no serían correctos que ella le enseñara le pediría a Suibian que le ayudara con ello. Después de todo, Shifu era un gran maestro que podía explicar el tema sin prejuicios ni tabúes.

El cómo se sentía era un asunto aparte.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Suibian estaba algo preocupado. No, sinceramente muy preocupado.

Cuando había recibido el aviso de Zidian de que había algo raro en Yu Ziyuan, no pudo evitar teletransportarse a Caiyi y buscar entre los puestos a la figura violeta de su compañero.

Cuando lo encontró en el puesto de Sonrisa del Emperador Suibian tomó asiento frente a él.

―Zidian, ¿Qué es lo que está pasando para que me llames con tanta urgencia?

―Creo que Ziyuan se peleó con alguien camino a Gusu Lan.

―¿Piensas que esa es la razón por la que sentimos una interferencia ese día?

―Hmn, sinceramente no me preocupa el resultado de aquel enfrentamiento. He revisado su estado y se encuentra bien, no hay ni una sola herida física o demás. Pero lo que me preocupa más bien es su estado mental.

―¿Por qué?

―Ha estado muy distraída. Es como si su mente estuviera en otro lugar. He intentado hablar con ella pero no logro sacarle nada.

―Entiendo, ¿Dónde está ahora?

―Es el receso, debe estar en el bosque de la montaña trasera tocando su dizi. Está terminando una canción.

―Bien, en un momento regreso.

Eso era suficiente para llevarle a tragarse sus miedos y orgullo y subir la montaña por la zona boscosa buscando evitar los escalones.

Sabía que por ser el maestro de Yu Ziyuan no le impedirían la entrada, pero esto era algo que quería revisar discretamente sin que nadie más se enterara. Si así había sido tenía que evitar que esto saliera de ellos para mantener la reputación de A-Yuan intacta.

Haciendo todo por mantener en su rango identificada la presencia de Bichen a varios metros de distancia, lo suficientemente lejos para que no lo notara, se abrió camino por el bosque intentando encontrar a Yu Ziyuan.

Lo que no esperó fue que se encontrara en medio del bosque a una niña vestida con túnicas blancas. Campanillas de plata sonando a través de la brisa que movió su cabello negro. Dos grandes ojos negros bañados en estrellas le miraron atentos con sorpresa.

Y aquella niña sonrió alegremente.

―¡Inmortal Suibian, justo lo estaba buscando!

Suibian detuvo su camino prestando atención en su aspecto. Cabello negro como sus ojos, no olía a humano Mao, pero curiosamente tenía algunas características Mao en sus ropas. Era bastante pequeña en altura, pero no parecía una cultivadora débil.

Pero lo que más le llamó la atención fue esa cara en especial.

Más aquella sonrisa.

Suibian tenía una memoria excelente, por lo que rápidamente se dio cuenta que…

Esa persona se parecía a alguien a quien él conocía. Pero no conocía a esta chica en especial.

―…Hola, ¿podría preguntar quién eres?

Con una alegre sonrisa la niña se acercó a él, de su cabello sacó algo y se lo enseñó a Suibian.

La sorpresa fue inminente.

En las manos de la niña había una curiosa y bonita mariposa plateada que aleteaba alegremente ante los ojos de Suibian.

―Maestro Dongxing, hay muchas cosas importantes que tengo que hablar con usted.

El silencio se apoderó de ambos. En medio del bosque solo había dos personas mientras sus cabellos se movían por el suave toque de la brisa.

Ante Hua Fengxing el guardián Polilla de Oro se veía como la intimidante figura de un demonio capaz de destrozar ese bosque de un solo suspiro. Alguien imperturbable de mirada fría que ciertamente se veía bastante parecido al Gran Omega Inmortal.

Las mismas facciones, los mismos gestos.

Impresionante.

Pero por dentro, la mente de Suibian era un torbellino.

¡¿Qué demonios hacia esa mocosa con una mariposa plateada y porque parecía tan tranquila sosteniéndola en su dedo?!

¡Suelta esa cosa y corre por tu propia vida, maldita sea!

―Maestro Dongxing, ¿puede ver lo que hay en mi dedo?

¡¿Cómo demonios no la voy a ver?! ¡Mi visión es perfecta, mocosa! ¡Soy tan capaz de verla a ella como de notar lo suicida que pareces ser!

Fingiendo que no estaba algo preocupado, preguntó:―¿Podría preguntar ante quien estoy? ¿Y porque me llama con ese nombre?

Olía a humano, pero a la vez olía a algo que no era humano…

Olía a una flor en especial.

Pero no quería sacar conclusiones apresuradas sobre la verdadera naturaleza de esta criatura.

La chica sonrió alegremente y buscó entre su bolsa qiankun mientras la mariposa volaba alrededor de ellos. Hasta que sacó de estas tres cartas.

―Mi nombre es Fengxing, pero estas cartas le explicaran mucho mejor quien soy. Por favor, léalas.

Y las ofreció al guardián.

Tan pronto notó un aroma particular a bambú Suibian tomó las cartas.

Solo fue necesario leer esa caligrafía que conocía tan bien para saber a quién pertenecía esa carta.

 

A-Dong, mi querido Suibian.

 

Inglés.

Solo había una persona en este mundo que conocía el inglés. La misma que se lo había enseñado a él y su A-Die cuando era niño para que pudieran comunicarse sobre asuntos de los otros mundos sin que nadie lo entendiera.

Era obvio que esta era la caligrafía de su Bába.

 

Lamento mucho no haber podido mandar una carta antes, tu A-Die y yo hemos tenido que trabajar arduamente en mantener las barreras contra los otros mundos y las otras Xin Mo, así como trabajar arduamente en lograr conseguir que el proyecto del Hijo del Cielo por fin logre dar resultados positivos.

Y esa es la razón que me lleva a mandarte esta carta.

Durante los últimos cincuenta años hemos trabajado en el proyecto, como sabes Taizi Dianxia se ofreció como el padre biológico del Hijo del Cielo, por lo que por años hemos buscado una manera de crear un cuerpo para el Hijo del Cielo.

El útero de Xie Lian no fue compatible con el proceso, por lo que decidimos alterar un poco su biología y conseguimos que su esperma pudiera no solo producir nuevamente espermatozoides, sino células sexuales lo suficientemente fuertes para ser capaces de hacer una fertilización exitosa.

Naturalmente tuve que buscar formar un útero compatible con la energía del Hijo del Cielo y Taizi Dianxia, aunque “esa persona” se ofreció para ser la madre biológica del Hijo del Cielo y su energía Yin era bastante compatible, decidimos intentar primero con el útero artificial.

La semilla de Taizi Dianxia fue lo suficientemente fuerte para permitirme extraer tantas muestras posibles para las pruebas. Él no quería pensar en la idea de usar a “esa persona” o alguien más como incubadora de su hijo. Por lo que intentamos con el útero artificial formado por la Semilla de Rocío de Sol y Luna y Peonias de Primavera.

Para nuestra fortuna lo logramos. Después de años de intentos y trabajo duro fuimos capaces de fecundar el útero artificial. Por lo que trabajamos arduamente en el hechizo atrapa espíritus para invocar el alma del Hijo del Cielo e introducirla al cigoto en proceso de convertirse en un feto.

Desafortunadamente para nuestra mala suerte el proceso falló sin que pudiéramos darnos cuenta a tiempo.

En algún momento el útero artificial logró atrapar un alma, que en ese momento pensamos que era el alma del Hijo del Cielo por las coincidencias en su esencia. Durante nueve meses el cuerpo fue formándose lentamente y dada su naturaleza artificial el abrir la flor era impensable, por lo que esperamos pacientemente hasta que el momento de su nacimiento se dio.

Sin embargo, cuando la criatura nació nos dimos cuenta que había atrapado al alma equivocada.

No entendemos que pasó, la configuración sobre el alma específica que debía atrapar fue hecha a la perfección, sin embargo, el alma que atrapó fue la de una persona omega y el Gen Dominante quedo atrapado en su útero.

Y tal como debes entender a este punto, la niña que te ha dado la carta es el resultado de ese percance.

 

 

Sin poder evitarlo sus ojos pasaron a la mocosa ante él. La misma que le miraba con una sonrisa tierna.

 

A pesar de que no fue lo que se esperaba Xie Lian decidió hacerse cargo de la niña, buscando el mejor camino para esto intentamos encontrar una solución. Por lo que buscamos el alma destinada de esta alma y verificar si había una posibilidad de que estuvieran juntas.

Después de todo, si había buscado de esa forma incansable un cuerpo para nacer en ese momento, significaba que había nacido para encontrarse con esa persona.

Cuando la encontramos descubrimos que aunque su pareja destinada había perdido a su padre omega, aun contaba con su madre alfa. Pensé que no era adecuado juntarlas, después de todo, era muy arriesgado dejar a la niña con el Gen Dominante en el Reino Humano.

Era mejor que la pequeña niña que Xie Lian llamó Fengxing se quedara en el Reino Celestial y Reino Fantasma. Por lo que Hua Chengzhu sugirió… robar a la niña alfa de su madre.

 

Suibian suspiró.

¿Por qué no le sorprendía?

Eso era tan Hua Chengzhu.

 

Evidentemente no era una opción para Xie Lian, por lo que aunque el destino quería que esa niña fuera la madre omega del Hijo del Cielo, decidieron que la criarían como su propia hija en ambos reinos pacíficamente. Su plan era evitar que se involucrara con algún alfa, permitiéndole vivir sin que ese Gen Dominante marcara su destino alguna vez.

Una vez que ella falleciera recuperaríamos el Gen Dominante y volveríamos a intentar encontrar esta vez el alma correcta.

Es así que Hua Chengzhu le dio su apellido y ambos la criaron entre sus reinos. Xie Lian le enseñó todo lo que ella sabe, pero en cuanto a su educación sobre alfas y omegas le dejaron en claro que no debía de acercarse a los alfas. Menos a los Wen.

Entre más lejos se encontrara de la idea de ir a tierra mortal sería mejor.

Ese era el plan, el deseo de sus padres.

Sin embargo, detener la curiosidad de Hua Fengxing nunca ha sido una opción.

Hua Fengxing es una niña muy inteligente llena de curiosidad por el mundo, sus costumbres y lo que hace a la humanidad tan misteriosa ante los ojos de alguien que rara vez ha podido mirarlos. Al ser alguien que creció rodeada de adultos, Hua Fengxing se ha sentido algo aburrida y solitaria. Por lo que su deseo por bajar a tierra mortal fue algo predecible para mí desde antes de que lo revelara a sus padres.

Para Hua Fengxing fue muy difícil lograr que Xie Lian y Hua Cheng aceptaran esto, conseguir una recomendación para Gusu Lan fue algo viable al recordar las limitaciones que hay en la convivencia entre alfas y omegas. Siendo el único clan en el que pudieron confiar para mantener a su hija a salvo mientras aprende de los humanos.

Personalmente no creo que sea algo bueno restringirle el conocimiento sobre algo tan natural como la existencia de un género que siempre estará ahí. Es por eso que te mando esta carta con la petición de que cuides de Hua Fengxing y le enseñes todo lo que te hemos enseñado sobre el mundo, alfas y omegas.

Aunque solo soy el médico que le trajo al mundo y no debería involucrarme, creo que es indispensable que ella entienda cómo funciona la sociedad actual de YuZhong.

Aunque el límite impuesto por sus padres es de cinco años, estoy muy seguro que Hua Cheng deseará que en solo este año ella se desanime del mundo humano y quiera volver de inmediato a casa. Es por eso que te pido que mantengas a la chica a salvo todo el tiempo que ella quiera estar en tierra.

No tienes que preocuparte por los gastos, correrán por parte de Hua Chengzhu. Ese hombre mima mucho a esa mocosa así que todo estará bien en ese sentido.

Por favor, Suibian, mantenla a salvo, no dejes que los Wen y nadie se enteren de quien es en realidad. Y sé un buen maestro.

Sé que lo harás bien.

Con amor, Bába.

 

Suibian no supo que decir.

¡¿Cómo que Hua Cheng quería a alguien más que no era Xie Lian?!

 ¡Eso era completamente anticlimático y OOC!

Sus ojos pasaron nuevamente a la niña sentada en una roca, la mariposa se movía a su alrededor. La mocosa se reía alegremente como si esa cosa no fuera un arma mortal capaz de cortar en pedazos a un ser.

Con un rostro aburrido Suibian lo entendió todo.

Ah, el Tío Xie era una fotocopiadora. Una verdadera fotocopiadora.

Nunca había usado ese aparato, pero sabía que era y sin duda Xie Lian cumplió la misma función de una.

Y esa niña era una copia exacta del Tío Xie.

Eso era la única explicación de por qué el Tío Hua, que no quería a los niños ni nada o nadie más que al Tío Xie, podría querer a esa niña al grado de darle ese apellido.

Suibian no pudo evitar sentirse algo herido.

Ese tipo que parecía un tipo de esos que su Bába llamaba mafia al estilo “El Padrino”, era el mismo tipo que a lo mucho le regalaba regalos costosos y extravagantes o le daba dinero para que no lo molestara.

Rara vez quiso jugar con él. Era como si ese día algo hubiera poseído al fantasma para que quisiera hacer algo tan básico como convivir sin actuar como si fueran indignos de su presencia.

¿De verdad ese mismo Hua Cheng de sus memorias quiso adoptar a una niña?

No quería ser prejuicioso, pero sonaba extraño.

Ah, como sea. Ese no era su asunto.

Siguiente carta.

Tal como la carta de su Bába la carta de Baoshan no fue muy diferente.

Explicó que ayudó dando su Gen Dominante, el mismo que ahora estaba en el útero de Hua Fengxing, y se convirtió en su maestra bajo la aprobación del Tío Xie.

No importaba cuantas veces leía sobre ese sobreprotector y amoroso padre Hua Cheng, su rostro seguía deformándose en la clara consternación y terror ante algo imposible de imaginar.

Al final quedó la carta con una mariposa en medio.

Inicialmente tuvo mucho miedo como cada vez que recibía una carta de ese tipo, la falta de aroma no le permitía saber quién de esos dos la había escrito.

Pero el cielo lo bendijo cuando leyó los preciosos caracteres legibles del Señor de la Ciudad Celestial.

Fue el Tío Xie, gracias al universo era del Tío Xie.

Soltando un suspiro de alivio la leyó. Su petición era simple.

Cuidar a su niña, ser su maestro en el mundo mortal y su petición de mantenerla lejos de malos alfas.

Bien, como sea.

―Así que te llamas… Cangse Sanren.

El llamado fue suficiente para hacer sonreír a la chica que inmediatamente fue hacia Suibian.

―Sí, soy Cangse Sanren, es un placer.

―Muy bien, ¿Qué tanto sabes de lo que está en estas cartas?

―Prácticamente conozco todo desde que era muy pequeña, mis padres y el maestro Shen me explicaron muchas cosas. Por lo que puedo decir que seguramente en una de esas cartas le han dicho que desean que vuelva a casa, entre al templo o algo similar como “no hay nadie digno para mi Xiao Hua”

―¿Quién te ha dicho lo último?

―A-Die constantemente lo dice. El piensa que nací en la época incorrecta, no hay nadie digno de mí y quiere que nunca me case. “Tal vez en otra vida, Xiao Hua” ¡Vaya descarado! Y pensar que ese hombre se burlaba tanto del Tío Mu y el Tío Feng y ahora es igual. Estoy segura que si por error llegara enamorarme realmente se pondría a llorar.

Suibian no pudo evitar reírse dentro de su cabeza.

No puede ser, el Tío Hua se volvió aquello de lo que tanto se burlaba.

En fin, que gran hipocresía.

―Entonces, ¿sabes que tienes su sangre?

―Sí, soy 100% porciento Xie, no tengo ni una gota de sangre Mao de parte de A-Die. Aunque A-Die en realidad fue amable adoptándome y mi impresionante carisma logró conquistarlo. Pero para mí mala fortuna tanto fue el poder de ese hechizo de amor que ahora lo tengo revisando mi camino todo el tiempo. Es como si fuera nuevamente una niña y temiera que ante cada paso estuviera frente a la muerte.

Impresionante.

―Es curioso porque herede la fuerza letal de Bába y podría destrozar la cabeza de cualquier descarado que quisiera meterse conmigo, pero él siempre ha sido así desde que soy pequeña. Una vez cuando era niña y estaba jugando con unos fantasmas de la Ciudad Fantasma se preocupó tanto que me siguió todo el camino. Aiya, tan exagerado. ¿Me pregunto que estará haciendo ahora mismo? ¿estará escuchando nuestra conversación?

Esta niña hablaba mucho.

―Sinceramente si creo que lo está haciendo. Desde que salí de la montaña sus mariposas me han seguido. Aunque también mis tíos me han seguido todo el camino. Es impresionante el tiempo que tienen los dioses para hacer cosas como estas. Pero usted cree que se atreven a quejarse del papeleo. Tan mentirosos, aunque aún los quiero.

―¿Tíos?

―Sí, el Tío Mu, el Tío Feng, el Tío Shi. También está el Tío Pei.

―¿Qué Pei?

―Pei Xiu.

Suibian suspiró. Dios, por un momento se asustó.

 ―Aunque tambien el Tío Pei Ming es algo divertido, pero a A-Die no le gusta que hable con él. Dice que es una pésima influencia para mí.

Tío Hua, tú tampoco eres el mejor ejemplo para la crianza de un cachorro.

―También está el Tío He, pero se suele evitar que el Tío Shi y el Tío He se encuentren, por nada del mundo es una opción. Después de todo… es una situación irreparable.

Naturalmente, ¿Quién querría convivir con esa persona después de lo que pasó si estuviera en el lugar de ese pobre Shi Qingxuan?

Pobre señor del viento.

―Aunque el Tío He ha sido bueno conmigo, pero A-Die suele pedirle demasiados trabajos, a veces siento que lo explota demasiado. ¿no cree que debería ser menos rigoroso con el Tío He? Él no es culpable de tener hambre, aunque esa deuda lleva años sin terminarse, me pregunto si alguna vez podrá terminar de pagarla. Pobre Tío He, tan glotón, tan endeudado.

En verdad, esa niña hablaba demasiado, era impresionante.

¿Era cosa del alma o en verdad los Xie podrían ser tan habladores?

No recordaba que el Tío Xie hablara tanto como ella.

―Por cierto, he conocido a su estudiante estrella Yu Ziyuan.

Y los ojos de Suibian pasaron a esa niña.

La niña le contó una extraña y bizarra historia sobre un burro, dos ladrones y Yu Ziyuan creyéndoles lo que le habían contado. Suibian no pudo evitar suspirar.

Su mocosa aún era algo ingenua a pesar de lo brillante que era. Pero Suibian no podía hacer mucho al respecto. Había notado que a pesar de que los Yu eran genios vivientes la inocencia era parte de su ser así como un poco la ingenuidad.

Era como si esas criaturas prefirieran las murallas porque estaban en contra de la malicia humana.

Cuando se volviera una adulta posiblemente eso cambiaría.

La niña siguió hablando sin parar, Suibian aún se encontraba sorprendido sobre su origen.

Era impresionante ver como aquella flor que una vez ayudó a su padre a volver a este mundo, ahora había formado un perfecto cuerpo saludable capaz de tener un crecimiento apropiado, sin alterar ni una sola gota de la naturaleza humana deseada.

―Así que cuando resolvimos todo cada quien tomó su lado, pero si hubiera sabido que también venía a Gusu Lan le hubiera dicho que viniéramos juntas. Es más divertido viajar con un amigo que en solitario. A pesar de todo me divertí mucho comiendo varios dulces y viendo uno que otro festival. La primavera aquí sí que es sorprendente.

Lo único raro era ese extraño mechón rizado sobre su cabeza que no parecía conocer la gravedad.

―¿Qué es eso en tu cabeza? ¿Ese mechón extraño flotante?―hizo señas imitando la forma, buscando no ser grosero o atrevido.

No toques a las personas sin su consentimiento, decía Bába y el no rompería esa promesa.

Los ojos de Hua Fengxing brillaron junto a su sonrisa, con gran ánimo explicó señalando el rizo.

―Oh, esto es al parecer un resultado del proceso de mi nacimiento. Siempre lo he tenido desde que nací y nunca hemos encontrado una forma de hacerlo crecer o bajarlo, así que lo dejamos libre. Me gusta bromear pensando que es una pequeña hoja sobre mi cabeza.

Los ojos de Suibian brillaron con fascinación.

Que sorprendente resultado.

―Oh…¿puedo tocarlo?

―¡Claro! Es muy divertido jugar con él. Adelante, Maestro Dongxing.

Lleno de curiosidad Suibian tocó aquel mechón y lo empujó un poco hacia abajo. Solo maravillándose por la forma en la que rebotó cuando lo soltó.

Con ojos brillantes volvió a rebotarlo una y otra vez, descubriendo una nueva maravilla de entretenimiento mientras Hua Fengxing seguía hablando de lo que había encontrado en el camino.

Hasta que volvió a llamarlo.

―Por cierto, Shen-Shizun me dijo que hace unos días fue su cumpleaños. Así que.―buscó entre sus cosas dentro de su bolso hasta sacar un libro.―¡Esto es para usted!

Ante Suibian un libro fue extendido.

―¡Es una recopilación de las mejores leyendas y cuentos de terror de YuZhong! El maestro Shen me dijo que a usted le gustan mucho esas cosas. Y también―de su bolsa sacó una caja que abrió, mostrando una serie de pasteles de luna bonitos y coloridos en forma de gatitos.

―¡Feliz cumpleaños atrasado! Es mi primera vez haciendo pasteles de luna, pero puedo asegurar que saben muy bien. Están hechos con los mejores ingredientes de Yiling, espero que le gusten.

¡Bendecida fuera la Princesa del Reino Celestial! ¡Que viva la criatura más dulce y pura de esta tierra llamada Hua Fengxing!

Luo Dongxing había recibido la mejor de las suertes en este día. La mismísima bendición de la hija del Emperador de Jade.

Oh, que niña tan dulce, tan amable para acordarse de él. Tan adorable para hacerle sus postres favoritos por su cumpleaños.

¡Y con sus formas favoritas!

Suibian tomó aquella caja con una suave sonrisa.

―Muchas gracias, su Alteza.

―¡Adelante, pruébelos!

Haciendo caso probó uno y sus ojos se iluminaron como si la primavera hubiera florecido dentro de su corazón.

Oh, que linda chica.

¡Bienvenida a la familia, pequeña peonia! ¡Bienvenida!

Dándole palmaditas en la cabeza Suibian agradeció:―Muchas gracias, pequeña Hua. Son deliciosos.

Suibian jugó un poco más con aquel rizo curioso mientras Hua Fengxing le seguía haciendo preguntas sobre el mundo.

Hasta que un aroma familiar llegó al olfato de Suibian.

Para su sorpresa Yu Ziyuan no fue a él para frotar narices como siempre lo hacía, posiblemente timidez ante una persona más aquí.

Pero lo que en verdad sorprendió a Suibian fue la fría mirada de Yu Ziyuan cuando lo vio jugando con ese extraño rizo sobre la cabeza de Hua Fengxing.

Los ojos de Suibian pasaron entre Yu Ziyuan la niña que aún estaba hablando sobre brochetas de carne siguió moviendo sus pies, saltando en ese mismo lugar girando lentamente, hasta que la niña quedo frente a la alfa y su voz le hizo darse cuenta de la verdad cuando los ojos de Yu Ziyuan cambiaron al mirarla.

―¡Oh, Yu Ziyuan! ¡Tenías razón! ¡El señor Suibian de verdad vino!

Los ojos de Yu Ziyuan bajaron avergonzados apuntando el violeta hacia la hierba y todo fue claro cuando en medio de los lotos de Meishan Yu pudo olerlo.

Dulce.

Pero no era un dulce cualquiera.

Ese aroma dulce en especial entre la madera, los lotos y las rosas violetas de Yu Ziyuan y el esponjoso campo de peonias rosadas, camelias y lirios emocionados de Hua Fengxing era el aroma de una…

¿Pareja destinada?

Cuando los ojos de Yu Ziyuan volvieron a mirar a Suibian, el mayor apartó su mano de la cabeza de la joven Hua Fengxing como si se tratara de lava ardiente.

Oh no.

Eso no.

Mierda.

¡Mierda, mierda, mierda!

¡Luo Dongxing necesitaba una maldita explicación!

 

 

Nombre del Rey Nie:

Huigai/ Huǐgǎi(悔改): Arrepentimiento.

Nombre de la Reina Jin:

Mei/ mĕi (美): Hermosa.

Bei/ bĕi (北): Norte.

 

El padrino: El padrino (título original en inglés: The Godfather) es una película estadounidense de 1972 dirigida por Francis Ford Coppola. La película fue producida por Albert S. Ruddy, de la compañía Paramount Pictures. Está basada en la novela homónima (que a su vez está basada en la familia real de los Mortillaro de Sicilia, Italia), de Mario Puzo, quien adaptó el guion junto a Coppola y Robert Towne, este último sin ser acreditado.

Protagonizada por Marlon Brando y Al Pacino como los líderes de una poderosa familia criminal ficticia de Nueva York, la historia, ambientada desde 1945 a 1955, cuenta las crónicas de la familia Corleone liderada por Vito Corleone (Brando), enfocándose en el personaje de Michael Corleone (Pacino), y su transformación de un reacio joven ajeno a los asuntos familiares a un implacable jefe de la mafia ítalo-estadounidense.

 

Aunque aun no salen los encuentros oficiales de Luo Binghe y Hua Cheng en El Omega y el Emperador. El Gran Omega Inmortal, Shen Qingqiu en el futuro suele asociar la relación de esos dos como un par de jefes de la mafia que se han asociado por los beneficios que esto implica.

 

Si no han visto El Padrino al igual que yo que la vi hace unos meses(irónico porque tengo una novela que se ambienta entre el ambiente de la mafia), se las recomiendo. Es bastante interesante si te llaman la atención el cine o ese tipo de películas.

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

Algo que puedo destacar de estos capítulos en vez de dar un breve resumen de los mismos, es que técnicamente algo que caracteriza esta parte/temporada de la saga El Omega y el Emperador es que literalmente el contexto que se busca comprender desde el inicio, está en el pasado.

No podemos buscar las verdades sin entender que acontecimientos nos llevaron a los problemas de hoy en día. Las verdades que envuelven la existencia de Wei Wuxian y acontecimientos y sueños que no solo lo han perseguido a él, sino también a otras personas vinculadas al mismo.

Lo sé, parece largo y a otras personas les puede parece fastidioso, pero créeme que valdrá la pena.

¿Wei Wuxian está vivo? Claro que sí. Esta en modo suspensión, pero sobrevivirá.

¿Lan Wangji está bien? Tambien, modo suspensión. No te preocupes.

A lo que quiero llegar es que no te impacientes, todo tiene un por qué y la inclusión de estos capítulos en esta parte de la trama en específico también.

En fin.

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios, y todo el amor y paciencia que le han tenido a este proyecto, me despido.

¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer!

Chapter 20: CAPÍTULO 10.3: EL LOBO Y EL DRAGÓN

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

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Lo primero que vio fue el cielo claro decorado con algunas nubes.

El aroma de la hierba fresca del pasto llegó a su olfato, las ramas y las hojas se movieron, meciéndose con gentileza por el viento.

Yu Ziyuan se sentó en la hierba, notando los velos y seda blanca que la vestían. Tan blancas como las nubes que se mezclaban con la hierba y las flores de lo que parecía ser una gran montaña. Sus pasos le llevaron a través de las nubes y el bosque por un sendero de flores. Mientras aquellas frases que la habían acompañado desde que tenía memoria florecían en sus oídos.

―3,333, recuerda, 3,333.

Las mismas palabras de siempre que ya no eran una sorpresa para Yu Ziyuan.

―3,333, recuerda, 3,333.

La alfa levantó la vista, pudo ver en el aire varios caminos de luciérnagas guiándola nuevamente a lo profundo del bosque. Aquella montaña tan familiar que descansaba su cima sobre las nubes no era tan extraña o aterradora como cuando era una cría.

―3,333, recuerda, 3,333.

Y la voz de ese niño sonó una vez más antes de que desapareciera, las luciérnagas brillaran y las imágenes del espejismo de un largo pasillo blanco decorado con ornamentos de su clan le diera la bienvenida.

Y con aquellas voces las sombras de siluetas pasaron a su lado sin que Yu Ziyuan pudiera identificar quienes eran en realidad.

―A veces me preocupa lo inocente que puede ser Taizi Dianxia. Mi Señor, tal vez sería bueno que hablara con él.

―¡Este es el castigo por nuestros pecados! ¡Lo sabemos mejor que nadie! ¡Hemos traicionado a Dios y pagaremos por ello!

―No debemos acercarnos demasiado a los humanos. Que esa persona haya decidido salvarlos no significa que entre el gris de esas almas no haya una que otra guiada más a la oscuridad.

―¡No suelten, no olviden, no perdonen! ¡No importa lo que pase, nunca olviden esas palabras!

―Para nosotros en este mundo existen dos nombres. El nombre con el que serás conocido a la posteridad y el nombre que te ha acompañado desde tu primera vida.

―Y yo, sea lo que sea que tenga que hacer… mandaré al diablo las reglas de esta sociedad y voy a quebrar este maldito sistema. Incluso si tengo que destruir la biología de este mundo.

―Los alfas y los omegas pueden ser iguales, tan solo debemos trabajar por ello.

―Mi señor,  debería tener cuidado con… ese ser, no es confiable.

―ShengYang y SiYin, esos son sus nombres.

En algún momento la figura de una persona apareció ante Yu Ziyuan.

A diferencia de las demás que le habían dejado atrás esta persona era una vista nítida para sus ojos. La larga capa negra con los bordados de osos, flores de loto, cuervos y dragones en oro brillaban ante la luz que entraba entre los altos pilares con dragones que se enredaban en ellos. Mirando fríamente a Yu Ziyuan.

Aquella persona era mucho más alta que Yu Ziyuan, la larga capa cubría su cuerpo completo. Haciendo imposible entender que era lo que yacía sobre su cabeza haciendo que su altura fuera incluso mayor.

Sobre los hombros de aquella persona se encontraba la piel de un oso. El negro pelaje brilló sedoso ante la alfa. Yu Ziyuan podía sentirlo. Ese ser no había acabado con la vida de aquella criatura, pero si había preservado su piel como un recuerdo de algo sagrado para él.

Tal como hacían los Yu con sus mascotas cuando el ciclo de reencarnación llamaba sus almas.

Las voces abundaron en su cabeza. Haciendo que su ceño fruncido apareciera nuevamente.

―Los humanos son maravillosos.

―Hay un mundo maravilloso allá afuera, no tiene sentido no querer conocerlo.

―No entiendo por qué no podemos convivir con ellos. Si hay luz en sus corazones, ¿Por qué pensar que todos serán oscuridad?

Pudo notar la sombra de una persona de su edad pasar a su lado.

Túnicas blancas lo vestían. Una corona de oro sosteniendo los velos y seda que cubrían sus cabellos. Un velo cubriendo su rostro.

No podía verle, pero pudo sentirlo.

Pudo sentir que esa persona le era familiar.

―¿Tú crees que yo… podré cumplir mi sueño de ayudar a la humanidad?

Mirando seriamente a la persona que seguía de espaldas a ella, Yu Ziyuan habló.

―¿Quién eres?

Pero aquella persona no le respondió.

Tan solo caminó derecho, pasos grandes si eran comparados a los de un mortal fueron perseguidos por Yu Ziyuan. Era como si cada paso de ese ser fueran metros de distancia demasiado lejanos para obligarla a correr.

Yu Ziyuan se forzó a seguirle el paso, mirando como avanzaba hasta llegar al gran arco de jade de aquel pasillo que los llevaba nuevamente al exterior.

La vista de un hermoso jardín la recibió, miles de flores peonias de rosados pétalos le guiaron en un bonito camino. Camelias y lirios blancos decoraban el pasto fresco. Aquel ser siguió caminando sin detenerse hasta que Yu Ziyuan pudo escuchar los susurros de las aguas de un lago.

El ser se apartó permitiéndole la vista de un hermoso lago de lotos violetas, brillantes como sus ojos.

Y ahí en el centro había un palanquín nupcial flotando entre las aguas.

Aquel ser extendió su diestra ofreciéndole el paso a Yu Ziyuan, quien no supo por qué, pero se abrió camino hacia el lago.

Importándole poco que sus pies y túnicas se mojaran se adentró en las aguas. Se sentía tan pura y cristalina que Yu Ziyuan le restó importancia y siguió su camino hacia ese punto en especial. Un suave aroma llegó a ella, como si la primavera hubiera tocado la puerta.

Cuando llegó ante el palanquín las luciérnagas que la habían seguido abrieron las cortinas, revelando en el interior la imagen de una persona vestida con túnicas nupciales Yu sentada pacíficamente. Sobre su cabeza había una corona que decoraba con cuentas violetas, celestes y rojas la frente de esa persona.

Su rostro era el más hermoso que había visto en su vida, como si los mismos dragones que se ocultaban en las montañas y los ríos lo hubieran tallado. Sus ojos negros de botón de cerezo habían sido maquillados según la tradición Yu. Sus carnosos labios pintados en rojo le ofrecieron una sonrisa traviesa a través del delicado velo rojo que cubría su rostro.

Cuando Yu Ziyuan bajó la mirada apreciando la vista en el más puro de los sentidos, pudo notar que aquella persona tenía tres flores de loto blancas entre sus manos, sosteniéndolas a la altura de su vientre.

Y con la voz más dulce que Yu Ziyuan había oído, aquella persona le habló.

―Lamento haber tardado tanto en llegar, fue difícil cruzar el rio de la vida, pero un lindo dragón me ayudó a volver a ti.

¿Qué?

Una ráfaga de viento destrozó el palanquín, el fénix extendió sus alas brillantes entre rojo, dorado, verde y azul. Las túnicas rojas se empaparon del agua clara. Las tres flores flotaron en el lago cuando aquella criatura aferró sus brazos al cuello de Yu Ziyuan, quien se paralizó cuando aquel aliento caliente chocó contra sus labios.

Fue un destello tan frágil como el aleteó de una mariposa, una sensación familiar cuando envolvió sus manos en la pequeña y firme cintura. Un destello de timidez cuando aquellos labios rojos sonrieron sobre los suyos y un palpitar de anhelo cuando sus labios besaron los de aquella criatura mientras el agua fresca empapaba sus túnicas.

Cuando sus labios se separaron aquella persona habló otra vez.

―He vuelto a casa, he vuelto a ti, mi amado Jaghan.

 

Y Yu Ziyuan despertó.

Cuando proceso aquel sueño tan extraño su rostro se volvió tan rojo como el infierno mismo mientras su ceño se fruncía furiosamente.

Ese… esa cara… esa persona de sus sueños… ¡era Cangse Sanren!

El anillo Zidian brilló con la vergüenza de su alma.

Cuando Zidian llegó a la cascada a afueras de YunShen Buzhichu donde sentía la presencia de Yu Ziyuan, se encontró con la imagen de su discípula entrenando ferozmente entre el agua. Empuñando sus sables con furia como si peleara contra una gran bestia.

Zidian lo pensó un poco, comunicándose con Suibian a través de esa polilla dorada que solía usar para hablar con él a la distancia.

Al final decidió que lo mejor era no interferir.

Solo sabía que nunca en su tiempo cuidándola había sentido a Yu Ziyuan tan molesta.

El ver que el tiempo que Yu Ziyuan usaba para entrenar su cuerpo físico había aumentado fue una sorpresa para Suibian y Zidian, pero no se meterían. Nadie mejor que ellos sabía que entre más tiempo intentaran presionar a Yu Ziyuan a hablar, más se cerraría en sí misma y más entrenaría con molestia.

No era algo hormonal. Suibian no sentía que el libido inexistente de Yu Ziyuan mágicamente apareciera, pero Zidian no dejo de estar preocupado al sentir que algo estaba pasando que hacía que Yu Ziyuan se sintiera culpable.

Y eso… parecía está relacionado a Cangse Sanren. 

Y lo que más le molestaba era la sensación de pensar que Suibian le estaba ocultando algo.

Pero en la mente de Suibian había tantos problemas que no sabía siquiera como ordenarlos antes de ponerlos a la mesa para hablar con Zidian.

Sabía que ese mocoso podía notar que algo malo estaba pasando con A-Yuan, los constantes pensamientos de Yu Ziyuan pensando que era la peor de las escorias no lo ayudaba a aclarar su mente.

En momentos como esos se preguntaba qué tan bueno o que tan malo era que no pudiera ver los sueños de Yu Ziyuan, porque todo parecía estar relacionado a esos sueños que la habían perseguido desde niña.

Pero lo que empeoraba las cosas era ese maldito aroma que podía detectar cada que Hua Fengxing se acercaba cantarinamente a la avergonzada y molesta consigo misma Yu Ziyuan.

¡¿Por qué pensó que esto nunca iba a pasar?!

¡¿Por qué nunca pensó que la pareja destinada de Yu Ziyuan aparecería?!

Tan pronto pudo deshacerse de ambas aquel día que conoció a Hua Fengxing, Suibian buscó llamar a Hua Chengzhu. Cuando el hombre apareció y hablaron entendió muchas cosas, pero eso no calmó la preocupación dentro de su corazón.

Un Loto Violeta de Meishan Yu y la hija del Emperador del Cielo siendo almas destinadas, personas que podrían traer al mundo al Hijo del Cielo.

¡Pero que linda noticia! Que adorable.

¡Adorable, mi culo!

Suibian no recordaba que era un abogado, pero sentía que de verdad lo iba a necesitar cuando pudo notar la amenaza en los ojos de Hua Chengzhu cuando mencionó esa frase.

“―No permitas que esa mocosa Yu se acerque un solo centímetro a Fengxing o tendrá que conocerme en persona”

Por los dioses, estábamos hablando de Yu Ziyuan, su pequeña, ingenua y muy asexual Yu Ziyuan.

¿Qué podría hacerle Yu Ziyuan a esa niña?

¿Tener un amorío ilícito con ella y embarazarla del Hijo del Cielo?

Ja! Como si eso fuera a pasar.

Si Yu Ziyuan había recibido educación sexual era porque los Yu en realidad no tenían prejuicios sobre el tema.

¡Literalmente esos tipos comenzaban a enseñarle a sus crías sobre sus cuerpos desde el primer año de edad!

Obviamente enseñarles el resto poco a poco entre año y años sería pan comido para un clan tan liberal como los Yu.

Cuan vergonzoso había sido cuando Suibian le quiso hablar del tema a Yu Ziyuan y la pequeña A-Yuan de siete años le había dicho que ya conocía la mayoría de esas cosas.

A-Yuan era algo ingenua, pero no era tonta. Y sobre todo tenía claros sus principios desde la cuna.

Yu Ziyuan, su honorable Yu Ziyuan nunca deshonraría a un omega teniendo una aventura de una noche o un mes con un omega.

La única razón por la que estaría interesada en tener relaciones sexuales con un omega seria obviamente para cumplir su deber dando un heredero al clan Jiang, o porque raramente se enamoraría y casaría con un o una omega que obviamente buscaría darle el título del Máximo o la Máxima Consorte Real antes de siquiera tocarlo.

Pero Yu Ziyuan nunca buscaría efectuar un acto como tal fuera del matrimonio.

Porque aunque para los Yu las palabras de honor y los sentimientos tenían mucho más peso que un papel, Yu Ziyuan sabía que para la gente del exterior de la Gran Muralla Yu eso era muy importante. Y ella nunca iría en contra de algo que podría asegurar mantener el honor de un omega.

Porque no importaba cuan salvajes algunos tontos del exterior vieran a los Yu. Esos tipos tenían mucho mayor decencia de la que ellos nunca conocerían.

Así que no, Yu Ziyuan no era un peligro para Hua Fengxing, incluso en el caso de que llegara a enamorarse de ella, Yu Ziyuan preferiría cortarse un brazo y castrarse antes de tocar uno solo de los cabellos de Hua Fengxing contra su voluntad.

Pero esos pensamientos no lo hicieron sentirse más tranquilo.

El Hijo del Cielo.

¿Realmente había llegado el momento de por fin cuidar al Hijo del Cielo?

¿Su A-Yuan podría traer al Hijo del Cielo junto a esa niña al mundo?

No lo sabía, pero por el bienestar de Yu Ziyuan y su… intimidad era mejor no arriesgarse a comprobarlo.

Ah, perfecto, ahora tenía que cuidar a A-Yuan de un padre sobreprotector de dudosa moralidad.

Lo estafaría.

Le cobraría el triple al Tío Hua por cuidar de su pequeña Peonia por estas molestias.

Desde ese momento las cosas se volvieron mucho más tensas para Suibian.

Entre la presión de saber que Hua Chengzhu estaba vigilando seriamente a su mocosa, como si fuera la mayor criminal de la tierra solo por ser amiga de Hua Fengxing, y ver como los sentimientos de Yu Ziyuan solo crecían y crecían como la marea, Suibian ya no sabía qué hacer.

Lo más raro de todo era notar que Jiang Fengmian parecía muy emocionado y feliz con la situación.

Hablándole tan bien de A-Yuan a Hua Fengxing. Sobre sus talentos, sus hazañas, sus momentos divertidos cuando era niña y hasta una que otra cosa vergonzosa divertida. Le habló sobre sus gustos, disgustos, los dulces que amaba y sus pasatiempos sobre pintura, poesía o la música.

Incluso le dijo cuál era el lugar secreto del bosque en donde Yu Ziyuan iba a tocar su dizi fuera de Gusu.

¡¿Por qué demonios parecía que estaba ofreciéndole a su prometida como si fuera una especie de subasta?!

Bueno, a Jiang Fengmian nunca le había gustado A-Yuan de esa manera. Ambos se querían como hermanos por lo que era entendible que fuera de su relación como amigos, a Jiang Fengmian, un eterno enamorado del amor,―y de Wei Changze, quien le seguía por doquier―, no podía evitar mirarlas a la distancia como si la interacción de esas dos fuera lo mejor que hubiera visto en su vida.

Suibian cada día entendía menos a estas generaciones.

¿Qué se suponía que estaba pasando aquí?

Suibian no lo entendía.

Solo sabía que los ancianos ya comenzaban a presionar sobre ese matrimonio y su idea de adelantar la boda por los problemas de salud de los reyes Jiang.

―Si ya es un hecho que sus Altezas se casaran, ¿Por qué esperar más?

Suibian odiaba eso.

La angustia en el corazón de Suibian creció cuando vio a Yu Ziyuan suspirar pensativa.

Una y otra vez.

Entonces Suibian hizo lo que más se arrepintió de hacer después.

Espiar los encuentros y conversaciones de Hua Fengxing y Yu Ziyuan.

¡En verdad no debió hacer nada de eso!

¡Se estaba convirtiendo en un Hua Cheng! ¡Todo menos eso!

Hua Fengxing era una niña adorable y gentil con todos sus amigos y A-Yuan, risueña y burlona para sorpresa de Suibian, quien pensó que solo había sido imaginación suya y tal vez la niña se comportaba más como Xie Lian.

Ja! Si como no.

―Se supone que eres un gran alfa, pero en realidad eres un malhablado y mal educado. Y así llamas a los Yu salvajes. Ja, que desagradable descarado.

¡Al diablo con el comportamiento de Xie Lian, la maldita mocosa aprendió demasiado a Hua Cheng!

―No es que sepa demasiado, no es mi culpa que para ser un “alfa” tú sepas tan poco en realidad.

¡No debió criarse con Hua Cheng! ¡De todas las influencias posibles ese tipo era la peor de todas!

―No estoy hablando a sus espaldas, si quieres puedo decírselos a la cara, ¿quieres que les diga en su cara que son unos animales tontos, A-Ren?

¡Y el desgraciado que también la espiaba se reía orgulloso! ¡¿Qué demonios contigo?!

Ah, parecía que la abstinencia a la que el proyecto el Hijo del Cielo lo estaba sometiendo en verdad le estaba quitando la poca cordura que le quedaba a ese tipo.

¿Y tú eras el más paciente, Hua Chengzhu?

Que gran hipocresía.

En fin.

La verdadera conclusión de la situación era que…

¡Hua Fengxing era una vil desvergonzada!

―¡Cangse Sanren, te daré el honor de salir conmigo! No te arrepentirás. ¡Soy la mejor opción de todas las que podrías encontrar YuZhong!

―Si tú eres la mejor opción no quiero imaginar cómo será la peor.

Hua Fengxing era una cosita bonita que sonreía brillante ante cualquiera, como una bonita flor de primavera robando los corazones de cualquiera que la viera. Y el comportamiento coqueto y travieso de Hua Fengxing no ayudaba, incluso atrapando a uno que otro omega que la veía avergonzada.

Y lo peor de todo era la atención que Yu Ziyuan ponía en esa mocosa.

Oh por los dioses, de todas las cosas posibles…

―Tú sabes pintar mejor que cualquier dios o inmortal sobre la tierra, pero dices que no eres buena tallando figuras. ¡Es por eso que tallaré las figuras de los animales que tanto te gustan para ti si me enseñas a cazar faisanes sin producir dolor como lo hacen los Yu!

¡Su hija puso sus ojos en una desvergonzada!

¡No había peor tragedia que esa!

Ah no, si había algo peor.

―¡Yu Ziyuan! ¡Yu Ziyuan! ¡Vamos a perseguir faisanes!

Claro que había algo peor que el hecho de que a Hua Fengxing le gustaba perseguir a A-Yuan, burlarse de ella. Hacerla enojar de formas que Suibian nunca había visto.

―¡Yu Ziyuan! ¡Yu Ziyuan! ¡Mira, tu cara molesta se parece a este gato gruñón!

Y eso era…

―Yu Ziyuan, tu rostro está completamente rojo jajajaja.

Que A-Yuan en realidad disfrutaba todo lo que esa chica le hacía sentir.

Incluso si no entendía que era en realidad.

―Creo que estoy hechizada o enferma.

Suibian dejó de lado el bollo de carne que estaba comiendo, mientras el hermoso paisaje del bosque los rodeaba.

―Explícate―pidió, dándole una mordida a su bollo.

Yu Ziyuan dudo un poco antes de hablar, girando entre sus dedos su dizi con nerviosismo.

El dizi de Yu Ziyuan era negro con patrones ornamentados violetas parecidos a los de sus túnicas. Del instrumento colgaba una borla hecha con hilos dorados y plateados adornada con una pieza de jade celeste, esta tenía la forma de un dragón enroscado en un círculo, siendo lo más llamativo del instrumento.

Zidian y Suibian habían trabajado muy duro en hacerlo tan bonito como solo A-Yuan merecía en su cumpleaños número diez. Honestamente ninguno de ellos sabía hacer dragones, por lo que habían tenido que conseguir la pieza en Meishan Yu. Pero el resto del trabajo en el instrumento había valido la pena cuando vieron el brillo en los ojos de Yu Ziyuan.

La madera negra brilló ante la luz del sol al igual que los detalles cada que Yu Ziyuan lo giraba. El dragón se balanceaba ante los movimientos expertos de la práctica ante los años. Suibian esperó paciente mirando la forma en la que giraba ese dizi. Solía hacerlo cuando pensaba seriamente, buscando las palabras adecuadas para hablar.

Entonces el dizi se detuvo anunciando que por fin hablaría y su ceño se frunció tímidamente.

Poco a poco Yu Ziyuan le contó la forma en la que conoció a Hua Fengxing, su insistencia en querer ser amigas y la forma extraña en la que se sentía hacia su persona.

―Desde ese día no puedo dejar de pensar en ella. Siempre quiero estar cerca de Cangse Sanren, pero me siento intimidada, como si estuviera ante un gran enemigo. Mi estómago se siente raro, como si algo removiera mis entrañas. Quiero cazar cada que la veo, su sonrisa me hace sentirme extraña, quiero oler su cuello y…

Las mejillas de Yu Ziyuan se sonrojaron y su ceño fruncido se volvió más severo.

Los recuerdos de la ilusión de Cangse Sanren jugando en la cascada de la montaña trasera de Gusu Lan, las túnicas blancas del uniforme mojadas ondeándose ante los saltos y juegos de aquella bonita criatura que le miraba divertida entre risas golpeó su cabeza vergonzosamente.

“―YuanYuan, ven a jugar conmigo”

Yu Ziyuan reconsideró sus palabras.

No… no era necesario contarle todo a Suibian para explicar su situación.

―¿Y?

―A veces la veo en mis sueños.

Suibian tragó duro.

Sin querer recordó esa ocasión en la que Zidian y él tuvieron que llevar agua fría a la habitación de Yu Ziyuan, haciendo maniobras para poder llenar la tina sin entrar a la habitación.

Maldita sea, se suponía que eras asexual, ¿Por qué me haces esto? ¡Mi vida también esta en riesgo, Yu Ziyuan!

―Alguien me hizo algo malo, ¿Qué crees que sea?

―… Tal vez solo necesitas comer más.

Sí, claro.

¡Mierda, mierda, mierda, mierda, mierda, mierda!

No podía ser eso, ¡en verdad no podía ser eso!

Suibian solo podía sentirse muy preocupado sobre ese asunto.

Como si A-Yuan fuera un pequeño cachorro abandonado, Hua Fengxing la adoptó en su grupo como una de los suyos, metiéndola en sus travesuras.

Si Yu Ziyuan ya era castigada de vez en cuando por cuestionar la visión ciega de algunos profesores ante las reglas, su trato a los omegas o cuestionar la enseñanza por aferrarse al pasado y no buscar avanzar, sus peleas con Wen Ruohan y sus travesuras con Hua Fengxing solo aumentaron sus visitas a la biblioteca para copiar reglas.

A-Yuan no era grosera, Suibian lo sabía mejor que nadie. Solo no entendía porque los humanos podían ser tan tontos y prejuiciosos incluso en un clan que valoraba el conocimiento y estudio como Gusu Lan.

En fin.

Cuando Suibian se dio cuenta A-Yuan ya era parte del grupo de omegas que se juntaban con Hua Fengxing. Siendo junto a Wei Changze los únicos alfas que podían acercarse a la ahora llamada “La Peonia Desvergonzada” 

Bueno, si era sincero Hua Fengxing adoptó a todos sus amigos aun si estos no parecían muy felices al comienzo.

Incluso había arrastrado a Lan Qiren a ese bizarro grupo suyo. Si no fuera porque Gusu Lan dividía los diseños de los velos que sus omegas usaban en la cara, Suibian ni siquiera sabría quién era ese niño.

Hua Fengxing sí que era de temer.

La saludaba a primera hora del día, se pegaba a MianMian, Meibei y A-Yuan hasta llegar a clases, los arrastraba junto a Lan Qiren y A-Bei al almuerzo y siempre tenía una extraña actividad que podrían hacer aun cuando Lan Qiren se quejaba una y otra vez por sus ideas de la montaña.

Y sobre todo, Hua Fengxing había retado a Yu Ziyuan incontables veces, mismas en las cuales muchas terminaron en empates.

Y Hua Fengxing además de su primera amiga en Gusu se volvió su rival.

Y así fue cuando llegó aquel día.

―Me niego rotundamente.―dijo Yu Ziyuan, sus ojos miraban severamente a Hua Fengxing.

―¿Ah? ¿Y porque te niegas tan rotundamente?―Hua Fengxing infló las mejillas, pero sus ojos miraban con diversión a Yu Ziyuan.

―Porque quieres hacer una cacería nocturna en un territorio peligroso. ¿Te diste cuenta que quieres llevar un grupo de niños a un territorio poco explorado que podría ser muy peligroso? No estoy de acuerdo con esta idea.

―Somos fuertes, el hecho de que seamos omegas no nos hace débiles.

―No me refiero al tema de fuerza, género, sexo o habilidad, me refiero al hecho de que los delincuentes son tramposos y son superiores en número. Estas exponiéndolos al peligro.

Hua Fengxing frunció el ceño pensando sobre ello. Por un momento Suibian pensó que estaba desistiendo.

Hasta que esa sonrisa traviesa surcó los labios de Hua Fengxing.

―Oh, ¿acaso Yu Ziyuan esta celosa de que vayamos a una cacería nocturna sin ti?

―¡Yo no dije-

―Si querías venir a nuestros viajes solo debías decirlo. Siempre eres tan tímida, YuanYuan.

―¡Cangse Sanren!

―Si tantas quejas tienes sobre el tema, ¿Por qué no solo vienes y ya? No tienes que ser tan orgullosa. Si tienes dudas podríamos también llevar a tu amigo Wei Changze y los guardaespaldas de tu clan. También podríamos llevar a los guardianes gemelos de Yunmeng.

―Cangse Sanren.

―Ahora que lo pienso en realidad es muy conveniente. Tu conocimiento sobre el bosque, las bestias y todas esas cosas místicas que los Yu conocen y no comparten con el resto, podrán ayudarnos a cumplir con éxito nuestra misión. ¡Así que prepárate para esta aventura! Contaremos contigo, guardaespaldas Yu.

La sonrisa de Hua Fengxing fue feroz y competitiva como el aroma de la omega, el ceño fruncido de Yu Ziyuan solo pudo competir con el florecer rápidamente detenido de los lotos y las rosas y Luo Suibian solo se quedó en su lugar pensativo.

Si el latir del corazón de Yu Ziyuan había aumentado drásticamente por la cercanía de su rival, solo Suibian lo había notado. Así como la penetrante mirada de esa calamidad roja hacia su pequeña A-Yuan.

En verdad, el Tío Hua como padre sobreprotector daba mucho miedo cuando el objetivo era su pequeña e inofensiva A-Yuan.

Por favor, Tío Hua. Deja de ver a mi pequeño Loto como si fuera un aterrador depredador acechando a tu peonia.

Un día que ayudaba a estudiar a A-Yuan junto a Zidian en el bosque a las afueras de YunShen Buzhichu, A-Yuan le dijo algo que le preocupó.

―Últimamente he sentido que alguien me mira como si quisiera matarme.

Suibian tragó duro.

Zidian frunció el ceño.

―Dime quien es para romperle las piernas a ese infeliz.

Suibian se hizo que no sabía nada.

Era plenamente consciente que las mariposas plateadas que vigilaban a A-Yuan habían doblado turnos, aumentando constantemente su trabajo para averiguar qué era lo que hacía Yu Ziyuan a lo largo del día. Y que tanto de eso implicaba interactuar con Hua Fengxing.

Después de todo, Hua Chengzhu fue claro. No quería que esa amistad suya fuera a algo más de lo que debía.

Y ahora mismo esas acosadoras mariposas yacían en un árbol detrás de Yu Ziyuan.

Su A-Yuan no era como los humanos normales. Veía y sentía cosas que iban más allá del entendimiento humano, siempre fue así.

Como podría esperarse de un Loto Violeta de Meishan Yu.

Podía hablar con el rio y escuchar al viento. Podía sentir la voz de la tierra y era capaz de comunicarse con los animales, sentir su sentimientos y comprenderlos. Por lo cual esperar que Yu Ziyuan no se diera cuenta de cosas del plano espiritual, como notar que esa doncella que encontraron en un bosque era un Huli Jing o que esas mariposas estaban ahí sería ingenuo.

Incluso Suibian ya sospechaba que Yu Ziyuan ya se había dado cuenta que había algo no muy humano en “Cangse Sanren”.

Pero no entendía porque no les decia a Zidian o él que podía notarlas. Tal vez no quería preocuparlos.

Debía hablar con Zidian en privado.

―Yo… no he podido identificar a la persona. Pensé que podría ser Wen Ruohan o que ese Huli Jing que encontramos con Cangse Sanren en esa cacería nocturna haya logrado escapar. Pero he descartado ambas teorías.

―Tal vez solo estas estresada por los exámenes. Después de todo, estás trabajando en tus pinturas para el Festival del Dragón y son bastantes. El estrés a veces es engañoso.

Yu Ziyuan pensó seriamente.

¿Debería decirle a Suibian sobre aquellas mariposas?

Después de todo, Suibian no olía como los humanos y era claro que no era uno. Aun escondido entre el sello de la energía dorada Yu Ziyuan había detectado el aroma a canela de un lobo de la manada de demonios Mao. Por lo que era obvio que él también podría notar cosas así.

Pero si lo hacía, exponer que no era un humano podría ponerlo en peligro, más si la tierra del territorio Mao tenía razón y él era el Joven Maestro Shen, Luo Dongxing.

La tierra nunca mentía, pero…

Yu Ziyuan negó para sus adentros.

Tal vez esas mariposas no tenían nada que ver en esto y solo eran ideas suyas por el estrés y su convivencia con Cangse Sanren.

Era mejor terminar sus pinturas.

―Tal vez tienes razón.

―De todos modos si alguien es grosero contigo debes de decírnoslo. Le partiré las piernas a quien se atreva a meterse contigo.

Con una risa, Yu Ziyuan aceptó.

Las clases continuaron así como el tiempo, las pinturas que Yu Ziyuan estaba preparando para el Festival del Dragón lentamente aumentaban, hasta que se dio cuenta que necesitaría más modelos que Suibian y Zidian.

Pero para alguien como Yu Ziyuan que no era muy buena pidiendo cosas como esas a sus amigos, la situación fue más complicada.

Necesitaba modelos.

Pero sobre todo, necesitaba que Cangse Sanren fuera la modelo de una pintura en particular.

Yu Ziyuan frunció el ceño.

¿Cómo demonios lograría algo así?

Durante todo el día pensó en como pedir aquel favor en especial. Sabía que Fengmian no tendría problemas en modelar para algunas, Meibei podría posar para otras. Pero había un cuadro en especial para el que nadie más que Cangse Sanren podría modelar.

Cangse Sanren contaba con las características específicas de esa diosa.  Estatura pequeña, cabello y ojos negros, ojos de apariencia inocente y un aura limpia. Cabello ondulado, ojos de cerezo, piel de jade y una sonrisa agradable. Justamente como la sonrisa del Dios Complacido.

Su pincel trazó línea por línea tal como su memoria le permitía. Su sonrisa traviesa, el brillo de su mirada. La inocencia que reflejaba su espíritu.

Ahí, en la solitaria biblioteca de Gusu Lan en el área de alfas, Yu Ziyuan miró ese retrato en silencio antes de suspirar con un ceño fruncido.

Debía ser ella. Solo ella y nadie más.

Entonces una idea llegó a su cabeza.

Solo había una manera en la que podría conseguir que Cangse Sanren posara para esa pintura.

Un día recibieron la noticia de que los maestros tendrían una conferencia, por lo que el día siguiente no tendrían clases.

Cangse Sanren fue la más emocionada con la idea.

―¡Por fin! Un día de libertad era más que necesario.

―Jajaja, realmente te hizo muy feliz esa noticia, ¿no es así?―Jiang Fengmian le miró divertido.  Wu Meibei, Lan Qiren y Yu Ziyuan caminaron a su lado.

―Ah, honestamente sí. Después de los exámenes estoy muerta.―la omega se estiró bostezando, masajeó su cuello con pereza.

Emocionada Wu Meibei ofreció:―¿Por qué no comemos mañana en el bosque norte? He oído que es un lindo lugar para comer.

―¿Tu qué dices, A-Ren? ¿Las reglas Lan no están en contra de ello?

―No lo están, se puede comer ahí. Pero no podré ir con ustedes.

―¿Ah? ¿Por qué no?

―Tengo que vigilar que Su Alteza el príncipe heredero Wen y Su Alteza Yu cumplan con su castigo de esta semana.

―¿Ah? ¿Otra vez te castigaron, Yu Ziyuan?

―Sí. Me deje llevar y termine peleando con Wen Ruohan dentro de los territorios de YunShen. No podre ir con ustedes, lo siento.

―Yu Ziyuan, en verdad eres todo un caso. Tienes la prismática imagen de una alfa temeraria perfecta que nunca se mete en problemas, pero en realidad eres una mocosa traviesa a la que su lengua plateada y principios morales le meten en muchos problemas. Y eso que no estamos hablando de cómo tu ira puede encenderse como la llama de un volcán. Realmente eres tan traviesa, Yu Ziyuan.

Yu Ziyuan sonrió preguntando sarcásticamente:―¿La imagen física de la calma y tranquilidad se atreve a decirme eso?

 Vaya descaro.

―Es porque soy tan descarada y no te tengo miedo que tengo el valor de decirlo. ¿No soy tan genial, Araña Violeta? Merezco un gran premio por ello, sabes.

―Ja! Mocosa descarada.

―Aiya, Fengmian, realmente tu prometida es un dragón muy travieso y mentiroso.

Jiang Fengmian solo pudo reír.

―Ah, ese mocoso en verdad es muy problemático. Qiren, ¿no podrías ser bueno con A-Yuan por un día y pasar su castigo a otro día para que venga a jugar con nosotros?

―¿Cómo te atreves a pensar que haré eso? Las reglas deben de cumplirse.

―Ah, ese Wen Ruohan, voy a vengarme por esto.

Yu Ziyuan suspiró.

Era obvio que la gran venganza de Cangse Sanren era algo como pintarle una barba o meterle un sapo a sus ropas. A lo mucho retarlo a un duelo por ello.

Por lo que era mejor evitar que esa mocosa tuviera que copiar reglas por algo que fue culpa de Yu Ziyuan.

―No tienes que hacer eso.

―¿Por qué no? Ha robado un día de tu tiempo para nosotros por sus juegos tontos, debo vengar tu libertad.

 ―No harás eso. Cumpliré mi castigo y haremos esa salida en nuestro día de descanso. Aunque fue un enfrentamiento amistoso fue dentro de Gusu Lan. Tengo que cumplir mi castigo. Sin embargo…

―¿Sin embargo?

Yu Ziyuan detuvo sus pasos, su ceño se frunció y sus puños se apretaron buscando evitar que sus mejillas se sonrojaran.

―Una vez que termine mi castigo… ¡quiero retarte a un duelo, Cangse Sanren!

Jiang Fengmian y Wu Meibei le miraron con sorpresa, entre los arbustos lejanos del bosque donde Suibian los vigilaba el guardián levantó una ceja confundido. Lan Qiren solo pudo negar.

―¿Ah? Jajajajaja, Yu Ziyuan, eres un caso, aun no terminas con un castigo y ya quieres otro, empezaré a pensar que eres masoquista.

―No lo soy y no pelearemos dentro de los territorios de YunShen Buzhichu, por lo que no habrá castigo porque no estamos rompiendo las reglas de convivencia.

Todos miraron a Lan Qiren, quien algo confundido solo pudo asentir.

Si el duelo no era dentro de los territorios de YunShen Buzhichu no se podría castigar a ninguna de las dos.

―Aiya, tú en verdad ya lo tienes todo planeado, ¿Qué te hace pensar que aceptaré?

―Porque si ganas te daré lo que quieras.

Los ojos de Hua Fengxing brillaron traviesos.

―¿Lo que quiera?

―Lo que quieras, no importa que sea. Lo conseguiré para ti.

―¿Y si quiero un conejo salvaje de la montaña?

―Lo conseguiré.

―¿Y si quiero mucha comida picante hasta hartarme?

―La cocinaré para ti.

―¡Oh por los dioses! Yu Ziyuan estas muy complaciente hoy. Está bien, acepto tu reto, pero seré buena contigo, así que si gano tendrás que darme una sandía tan grande como las que consigo para nosotros. Si eres capaz de cumplir dicha tarea serás digna de mi bondad en cumplir lo que tu deseas.

―¿Cualquier cosa?

―Es lo justo, ¿no?

―Entonces… quiero que poses para mí.

―¿Eh?

Yu Ziyuan frunció el ceño, sus puños se pusieron blancos y su corazón latió enloquecido.

Con una mirada determinada preguntó seriamente a la muy confundida Cangse Sanren.

―¿Podrías posar para una pintura en la que tengo que trabajar?

Jiang Fengmian y Wu Meibei se miraron cómplices, Lan Qiren no entendió nada y Suibian solo pudo sentir la mirada seria de Zidian desde su lugar cerca del grupo de amigos.

―Naturalmente con un séquito para ti y un lugar seguro. Sería en el lugar que te sintieras más cómoda y no te obligaré a tomar poses que te incomoden. Solo… desearía que posaras para mi… si estás de acuerdo.  

Por un momento todo fue silencio hasta que Hua Fengxing preguntó traviesa.

―Aiya, ¿acaso la impresionante artista Yu Ziyuan cree que soy tan hermosa para que requiera de mi posando en un cuadro?

―Si lo eres.

―¿Eh?―la sonrisa de Hua Fengxing se paralizó en su rostro.

Pero no espero que Yu Ziyuan frunciera el ceño, golpeara su mano contra su pecho a la altura de su corazón y declarara esas palabras con tal determinación.

―¡Es porque eres la más hermosa que solo tú puedes representar a la omega más hermosa amada por los Yu!

Suibian se ahogó con su propia saliva, la mente de Zidian se rompió y los rostros de Jiang Fengmian, Wu Meibei, Lan Qiren y Hua Fengxing se volvieron completamente rojos ante la atractiva imagen que Yu Ziyuan proyectaba en ese momento.

Lan Qiren apartó la mirada escandalizado.

¡Por todos los dioses! ¿Qué había sido ese latido acelerado de su corazón?!

No era tonto para no darse cuenta de lo popular que era Yu Ziyuan entre omegas e incluso uno que otro alfa y beta, como el sentido en que la miraban. Pero él era un omega Lan y los pensamientos oscuros estaban prohibidos.

Hua Fengxing estaba bromeando. Sabía lo mucho que le costaba a Yu Ziyuan pedir cosas como esas. Estaba tan orgullosa de ella al ver cuanto había crecido para pedirle eso que la ternura dentro de su corazón era incontenible.

Pero sinceramente no había esperado una respuesta como esa.

Una que por primera vez en su vida le dejó sin palabras.

Tímidamente sus ojos pasaron a Jiang Fengmian, sabía que Yu Ziyuan no había dicho esas palabras en otro sentido y tampoco quería que su respuesta fuera malinterpretada. Pero cuando se encontró con la cara de Jiang Fengmian no vio molestia o celos.

Solo encontró su sonrisa natural, la misma que le dio con un asentimiento y le instó a aceptar.

No estaba pasando nada malo, no estaba pasando nada malo.

¡Solo es un trato entre amigas!

Solo estaba nerviosa porque esto era demasiado inesperado, sí.

Tímidamente aun sin poder verla a la cara, Hua Fengxing preguntó curiosa.

―¿Quién es la omega más hermosa para los Yu?

Yu Ziyuan tragó duro.

―Es la madre de nuestro Dios, la emperatriz Feng.

―Oh.

―Nosotros tenemos nuestros propios dioses y entre ellos está la madre de nuestro Gran Ancestro Yu. Ella es representada como un fénix mientras su esposo es representado como un dragón y tenía características físicas que son parecidas a las tuyas. Yo… estoy haciendo una serie de cuadros que presentare en… un evento de mi clan. Pero… aun no tengo modelo para ella, por eso… desearía que fueras tú.

Oh, que tierna era Yu Ziyuan cuando intentaba explicar sus razones.

Yu Ziyuan no era una persona de pocas palabras, más bien alguien que siempre sabía que decir. Elegante, hermosa y fría. Aunque también era alguien que al parecer había aprendido mucho del sarcasmo del señor Zidian tal y como el Maestro Dongxing dijo, pero era muy tierna.

Como un bonito oso.

Adorable.

―Bueno, aunque no entiendo porque un séquito y todas esas formalidades solo para posar para un cuadro, lo haré.

―¡¿De verdad?!―los ojos de Yu Ziyuan brillaron emocionados.

―¡Claro! Si A-Yuan cree que soy digna de posar para representar la imagen de una persona tan importante para tu clan y para ti, entonces será un honor para mí posar para tu cuadro de la Emperatriz Feng.

―Gracias, Cangse Sanren.

―Gracias a ti por la consideración. ¡Pero debes de darme una batalla justa! Esta vez no estarás tan perdida como nuestro primer encuentro, así que espero una batalla genial.

La sonrisa de Yu Ziyuan fue brillante como el sol.―¡Te mostraré cuanto he crecido desde entonces!

―Lo esperaré con ansias entonces.

Yu Ziyuan jamás había esperado tanto un enfrentamiento como ahora.

Mientras escribía las reglas de comportamiento de Gusu Lan una vez más, sin querer sus ojos se movieron hacia el frente, siendo capaz de notar la forma de Wen Ruohan hablando sin parar hacia Lan Qiren.

Hasta que escuchó algo raro mientras copiaba reglas.

―Su Alteza Real Lan, ¿no crees que estas siendo demasiado cruel con nosotros? Llevamos aquí desde la mañana escribiendo miles de reglas. Tal vez su Alteza Real Yu debe estar cansada. Los Yu necesitan un descanso apropiado para escribir canciones y poesía.

Yu Ziyuan enarcó una ceja.

¿Qué estaba pasando aquí? ¿Desde cuándo ese mocoso conocía las pasatiempos de una persona de su clan?

Seguramente estaba intentando provocar a Lan Qiren. Yu Ziyuan no se metería en más problemas.

Si Wen Ruohan quería escribir más reglas que lo hiciera.

―Deje de hablar y siga copiando.

―Pero su Alteza Real, esto es mucho para nosotros. ¿Por qué no le quitas el castigo a su Alteza Real Yu?

¿Eh?

―Después de todo, Su Alteza Real Yu tiene un excelente comportamiento, es mi culpa que ella este aquí. No es justo que copie reglas. A cambio de ello yo escribiré las planas que a ella le faltan.

¿Eh?

Sin poder evitarlo miró seriamente a Wen Ruohan, quien tan pronto encontró su mirada, de una forma muy extraña escondió la madera y chocolate tímidamente mientras su rostro palidecía. Antes de sonreírle de forma nerviosa y su tez floreciera en el color de la vergüenza.

―¿N-no cree que es una buena idea, A-alteza Yu?

Ahí estaba otra vez ese tartamudeo.

Siempre que le miraba cara a cara Wen Ruohan se quedaba sin palabras y le miraba intensamente como si quisiera decirle algo mientras parecía temblar como un conejo. Y cuando no lo hacía tartamudeaba y decia muchas tonterías como si provocar su molestia fuera divertido para él.

Ese mocoso.

Yu Ziyuan no lo odiaba, pero no entendía que demonios quería de ella en realidad.

Si tan solo pudiera escuchar pensamientos como Suibian tal vez esto sería más fácil de comprender.

Yu Ziyuan frunció el ceño viendo como Wen Ruohan se volvía pálido una vez más, tan pálido como un conejo tembloroso.

¿Qué estaba tramando ese tipo?

 ―Quitarle el castigo a un discípulo para dárselo a otro solo por buen comportamiento no está prohibido en Gusu Lan, ¿no es así, Su Alteza Real Lan?

Lan Qiren no dijo nada, pero olía algo… ¿tímido?

Yu Ziyuan se puso alerta, ¿esto era la señal de que Lan Qiren se sentía preocupado por la idea de quedar a solas con Wen Ruohan? ¿Le tenía miedo?

Si era así no podía dejarlos solo por muy incómodo que fuera todo. Además el comportamiento de Wen Ruohan era sospechoso.

Nunca terminaría de entender a ese mocoso extraño.

―No, no está escrito en las reglas, pero eso no significa que sea correcto, a menos que…

―¡A menos que esa persona este arrepentida, no es así! Y estamos hablando de la honorable Araña Violeta, alguien que obviamente se arrepiente de lo que pasó.

 Yu Ziyuan sinceramente estaba muy perdida en esa situación.

Más cuando Wen Ruohan le miró sonrojado.

―¿V-verdad que es-esta arrepentida y a-aprendió la lección?

Yu Ziyuan entrecerró los ojos mirándole con sospecha.

¿Qué debía hacer? ¿Tenía que asentir o ignorarlo? Suibian le enseñó que ignorar a las personas que te hablan directamente es grosero, pero no quería que Lan Qiren se sintiera presionado a perdonarla.

¿Qué demonios debía hacer?

Por cosas como estas odiaba socializar.

Yu Ziyuan se sentía tan perdida como un zorro en medio de una cacería.

―… Yo…

―¿Es así, Su Alteza Real Yu?

―Yo… estoy arrepentida, pero-

―Entonces si es así puede considerarse libre del castigo.

¿Eh?

Cuando se dio cuenta Lan Qiren estaba recogiendo y revisando sus planas ordenadamente colocadas a la derecha de su escritorio y habló.

―Es libre, Su Alteza Real Yu. Puede irse.

Yu Ziyuan se levantó con premura, caminando hacia Lan Qiren.

―Su Alteza, no es necesario, no tengo problemas con copiar las veces que me corresponde.

―No es necesario si se arrepiente de su error. Vaya y descanse. Y no vuelva a tener un combate dentro de Gusu Lan.

Lan Qiren le miró seriamente, Wen Ruohan le sonrió animosamente sin que entendiera el mensaje tras ese gesto y Yu Ziyuan no tuvo otra opción más que salir de la biblioteca libre de su castigo.

¿Qué demonios fue eso?

De pie frente a la biblioteca pensó si era buena idea irse o no.

Era consciente que el guardián Bichen vigilaba los castigos de Wen Ruohan, por lo que Lan Qiren no estaría en peligro con ese mocoso ahí. Si tan solo intentaba hacerle algo la Belleza Fría le enseñaría una dura lección para que aprendiera porque los alfas le temían tanto.

Pero se sentía tan perdida por la situación inesperada que se quedó un rato más ahí antes de irse de forma definitiva.

Caminando por el bosque Yu Ziyuan pensó sin encontrar un sentido a eso, hasta que sus pensamientos se vieron interrumpidos por el graznido de un cuervo.

Cuando sus ojos se encontraron con aquel animal sobre la rama de un árbol el cuervo felizmente bailó ante ella y se lanzó hasta posarse sobre su hombro.

―Yingying.

Y el cuervo alegremente frotó sus plumas contra la mejilla de Yu Ziyuan quien sonrió cerrando los ojos.

Yingying era el cuervo de Cangse Sanren, el mismo que le había quitado esa bolsa de dulces cuando se conocieron.

A pesar del malentendido inicial, Yingying parecía agradar bastante de ella y de las moras que guardaba en esa bolsita que colgaba de su cinturón. Mismas que ofreció al travieso cuervo.

Con Yingying en su hombro Yu Ziyuan caminó hasta las caballerizas para invitados en donde encontró a Cangse Sanren alimentando a su burro con manzanas.

Manzanita, Cangse Sanren le había dicho que ese era el nombre que al final había elegido para él porque le gustaban las manzanas.

El burro en realidad no parecía muy feliz con el nombre por los sentimientos que podía percibir en él, pero Yu Ziyuan no se metería en cosas que solo les pertenecían a esos dos.

Sorprendida la omega le recibió con una alegre sonrisa:―¡YuanYuan! ¿Terminaste tan rápido? Eres muy veloz para escribir tantas reglas.

―… Yo… aún no había terminado.

―¿Ah?

Yu Ziyuan le contó todo lo que pasó sin omitir detalles, así como su confusión respecto al comportamiento de Wen Ruohan con Lan Qiren.

Con el ceño fruncido la omega concluyó:―Eso no tiene mucho sentido.

―Hmn, pensé lo mismo.

―A menos que…

―¿A menos qué?

―… ¡A menos que Wen Ruohan haya puesto sus ojos en A-Ren! Ese mocoso desvergonzado, ¿Cómo se atreve a poner sus ojos en Qiren?! Nadie es digno del lindo Qiren, menos ese mocoso que es tan amable con todos los omegas y hasta les da flores y recita poesía.

Yu Ziyuan pensó un poco.

―¿Realmente crees que ese comportamiento sea real? ¿Qué lo que hace con esos omegas sea lo mismo que lo que hace con el príncipe omega Lan?

―¿Hmn?

―No lo sé, entre la manera como se comporta Jin Guangshan y cómo se comporta Wen Ruohan… a veces siento que la forma de actuar arrogante y sexista de Wen Ruohan… se siente falsa.

―Yu Ziyuan, ¿Qué estás pensando?

―Tras todo lo que ha pasado en estos meses en Gusu Lan y esto último tome una decisión. Yo… voy a enfrentar al príncipe heredero Wen.

―Yu Ziyuan, otra vez. Tú en verdad amas pelear. Eres como un oso peleando con otros osos por una hembra.

Mocosa desvergonzada.

―¡No me refiero a un enfrentamiento físico! Me refiero a que voy a hablar con Wen Ruohan… es hora de que hable con él.

―¿Estas segura que es una buena idea? 

―No lo sé, pero aunque no soy cercana a Lan Qiren mi cultura está en contra de dejar que una persona de la manada este en peligro. Desconozco las verdaderas intenciones de Wen Ruohan así como muchas de sus actitudes, pero no lo sabré si no lo investigo primero.

―YuanYuan, ¿Qué estas pensando que te aflige?

Por un momento Yu Ziyuan se mantuvo en silencio, hasta que habló.

―Desde que somos niños nunca he entendido el comportamiento de Wen Ruohan, así como no entiendo porque una parte de mí no agrada de él. Es como si fuera desagradable para mí, pero a la vez suena irracional desagradar de alguien que no conoces en realidad. Soy consciente de que no todas las personas tienen que agradarme, pero no me gusta prejuzgar a alguien.

Hua Fengxing rasco su nuca antes de hablar.

―Ahora que lo dices yo también creo que he sido algo prejuiciosa sobre él. Pero… ¿crees que las tonterías que ha dicho sobre alfas y omegas y ese comportamiento puede ser una forma de protegerse en su posición de heredero?

―No lo sé, pero aunque desconozco si querrá hablar conmigo solo hay una forma de averiguarlo. Si Wen Ruohan tiene intenciones serias con Lan Qiren o no debemos averiguarlo. Tengo que vigilarlo seriamente.

―Eres muy cabal, YuanYuan.

―Tal vez no es mi asunto, pero si solo está jugando no dejaré que lastime a un amigo de mis amigos.

Cuando la noche llegó ambas fueron al comedor en donde se encontraron con Jiang Fengmian y Wu Meibei. Por consejo de Yu Ziyuan, Hua Fengxing no dijo nada sobre las sospechas de ambas respecto a Wen Ruohan y a la mañana siguiente Yu Ziyuan se levantó con un único objetivo.

 Tenía que enfrentar a Wen Ruohan ese mismo día.

Buscando a través de los salones de clases, los pasillos y jardines Yu Ziyuan y Hua Fengxing lo buscaron. Yingying se elevó por el cielo ayudando con la tarea hasta que el graznido del cuervo les dijo dónde estaba.

Olfateando a través del bosque Yu Ziyuan llegó al área en donde había encontrado varios zorros alguna vez que buscaba que pintar. Caminó junto a Hua Fengxing hasta que pudo divisar la figura blanca de Wen Ruohan.

 Sus pupilas se encontraron con los ojos negros de Hua Fengxing.

―¿Estas segura de esto?

―Hmn, debe ser hoy.

―Está bien, pero si quiere meterte en problemas y comenzar una discusión ignóralo. Recuerda que le prometiste a MianMian no volver a meterte en problemas con él.

―Hmn.

Cuando Hua Fengxing se fue Yu Ziyuan se adentró al bosque hasta llegar con Wen Ruohan, quien estaba de espaldas concentrado en lo que parecía ser… ¿una pintura de un arbusto de gardenias?

No sabía que a Wen Ruohan le gustara el arte.

Como sea.

Cuando Wen Ruohan apartó su pincel de la pintura ya terminada Yu Ziyuan consideró que era un buen momento para hablar.

―Wen Ruohan.

Para sorpresa de la alfa, Wen Ruohan die un salto y un pequeño grito, antes de darse la vuelta y mirarla como si fuera lo más aterrador que hubiera visto.

Yu Ziyuan ya estaba acostumbrada ese comportamiento, por lo que no se inmutó.

―¡¿S-SU ALTE-ZA RE-REAL Y-YU ZIYUAN?!

―… Hmn, tenemos que hablar.

―Y-yo… si es por la vez que me acerqué a Jiang Fengmian-

―No es por eso, tenemos que hablar sobre lo que pasó ayer.

―Ooh, está bien. Yo… ¿podemos hacerlo dándonos la espalda?

Yu Ziyuan arqueó una ceja:―¿Ah? ¿Por qué haríamos eso?

―… Yo… Por… es muy difícil de explicar.

―Si no quieres hablar está bien-

―¡No es eso! Es que… yo…  ¡Porque me es muy difícil mantener la mirada con las personas al hablar sin trabarme o decir tonterías por los nervios!

¿Ah?

Wen Ruohan… ¿tenía problemas para tratar a los demás?

Entre más lo veía Yu Ziyuan más nervioso parecía ponerse Wen Ruohan, por lo que la alfa suspiró, se dio la vuelta y se sentó en el suelo espalda con espalda con Wen Ruohan sin que se tocaran en realidad.

―Está bien, si te hace sentir más cómodo hablar así lo haremos así.

Mentira o verdad aquellas palabras, Yu Ziyuan no planeaba atrasar más esto.

De todos modos a Yu Ziyuan tampoco le gustaba tener que mirar a las personas a los ojos, además, el paisaje ante ella era lindo.

Un bonito arbusto de peonias rosas.

Debería pintarlas.

―… Gracias.

―Hmn.

Pudo olfatear la ansiedad en Wen Ruohan, por lo que se quedó en silencio, quieta esperando. Una vez que Wen Ruohan se calmó Yu Ziyuan decidió comenzar.

―¿Por qué hiciste eso? ¿Por qué buscaste que se me removiera el castigo que me tocaba?

―… Porque es injusto que te castigaran por algo que comencé yo… y porque escuché que tú y tus amigos querían ir a comer al bosque norte.

Yu Ziyuan no supo que decir.

Sinceramente con Wen Ruohan nunca entendía lo que pasaba. Siempre era bastante inesperado y difícil de leer como su misma aura y naturaleza.

Como si en realidad no estuviera ante alguien común o su alma…

Tuviera algo que no le dejara ver quien era en realidad.

―Yo caí en tus provocaciones, era correcto que continuara con mi castigo como era correcto. No tenías que hacerlo en realidad, pero…

Yu Ziyuan no sabía que pensar de Wen Ruohan.

―Pero gracias.

Pero Suibian y Zidian le enseñaron que debía ser agradecida.

Por un momento todo fue silencio, Yu Ziyuan se preguntó si acaso ese mocoso planeaba huir, hasta que volvió a escuchar su voz.

―Yo… no es necesario que me agradezcas. Además, parecías cansada. Yo… ¡no voy a molestarte otra vez! Y sobre lo de Jiang Fengmian, te prometo que no busqué acercarme a él por algo oscuro.

―¿Entonces porque lo hiciste?

―¡Quería preguntarle donde consiguió sus pinturas!

―…

―Ese día tuvimos pintura y… y el trabajo que hizo con ellas fue hermoso. La pigmentación era maravillosa, por eso quise preguntarle donde la consiguió. ¡Solo eso, lo prometo!

Yu Ziyuan frunció el ceño pensando cuidadosamente en esas palabras. No sabía si creerle, pero algo que aprendió con Cangse Sanren era que no debía quedarse solo con la primera versión de los hechos.

Así que Wen Ruohan sabía sobre pintura.

―¿Por qué no lo hiciste?

―Porque me puse muy nervioso y cuando llegaste mi nerviosismo empeoró. Yo en verdad no quería incomodar a Jiang Fengmian, lo prometo.

Yu Ziyuan suspiró y guardó silencio por un momento antes de volver a hablar.

―¿Qué hay sobre tu mirada pesada? ¿Por qué lo miraste así?

―¡Eso tiene una explicación! Es algo que herede de mi madre. Esa mirada pesada siempre ha sido parte de mi por lo que no puedo eliminarla, nunca miro a las personas de esa manera de forma intencional. Pero es fácil de malinterpretar, por eso no intentó acercarme mucho a otros alfas.

―¿Qué hay de los omegas a los que te acercas? ¿No te he visto titubear con ellos?

―Es porque estoy más acostumbrado a tratar con omegas, es más fácil y agradable. Los alfas son muy toscos, solo me acercó a algunos porque se me acercan o porque es algo bueno de forma política para Qishan Wen.

―¿Jin Guangshan es políticamente un buen aliado?

―Nuestros padres se llevan bien y él dice que me admira. Padre dice que es bueno tener a los aliados fieles cerca. Es por eso que Jin Guangshan y todos ellos están de mi lado. Ellos quieren algo de mí y yo necesitaré aliados cuando sea emperador. Así que por eso no los alejo. Después de todo, son el tipo de aliados que los ancianos del concejo ven con buenos ojos.

Aliados dijo, más no amigos.

¿Wen Ruohan tendría amigos?

Yu Ziyuan no lo sabía.

―Es por eso que también digo todas esas tonterías de alfas y omegas. Esas estupideces de que los alfas son superiores, los omegas son lindas flores y todo eso. No creo en esas palabras ni tampoco las siento, pero en mi posición sé que es lo que ellos quieren escuchar y lo único que asegurara que me dejen siquiera respirar tranquilo en Gusu Lan.

Así que era cierto.

―¿Es cierto?

―¡Sí, es completamente cierto! ¡Lo juro!

―Entonces… ¿Por qué coqueteas con todos los omegas que encuentras?

―¿Eh? No estoy coqueteando con ellos, estoy intentando hacerme amigo de ellos.

¿Eh?

―En el Palacio de la Ciudad sin Noche he aprendido que la mejor manera de acercarse a un omega para ser amigos es recitar y compartir poesía o regalarle flores. A veces es difícil saber a qué omega le gustan las flores y a cuál no, por lo que dependiendo sus gestos y aromas decides cual darle.

La voz de Wen Ruohan sonaba bastante animada, Yu Ziyuan no pudo notar un solo toque de mentira o un tono de broma en sus palabras.

―¡Es por eso que hago eso! ¡De esa forma lograré tener amigos!

Parecía hablar en serio.

Yu Ziyuan era algo ingenua, pero si sabía que esa no era la forma de hacer amigos omegas en el mundo exterior.

No en el reservado y conservador YuZhong donde no podían ver a un omega y un alfa juntos sin que se malpensara la situación.

―¿Por qué debería creer algo así?

―Lo sé, no es algo muy creíble, pero es cierto. Yo… solo he tratado con adultos toda mi vida. Los omegas que conozco en el palacio o son sirvientes o concubinas y consortes de mi padre. Muchos me odian, ¡pero no todos son malos conmigo! Los omegas al cuidado de mi Báb- ¡del guardián Hensheng y yo nos volvimos amigos de esa manera! Le prometí a mi guardián hacer amigos reales, es por eso que me acerco a los omegas, porque al menos me siento menos nervioso con ellos.

―¿Les das flores y recitas poesía a los consortes y concubinas del Emperador? ¿El no se molesta por eso?

―¡Sí! Él nunca se ha enojado por eso, al contrario. Le alegra que pueda hacer amigos al menos de una manera. Ellos dicen que soy muy bueno eligiendo flores y escribiendo poesía. Ya que es en lo que soy mejor cuando se trata de socializar A-Die me dijo que podría intentar acercarme así. Pero que no lo intentara con omegas comprometidos, o me metería en problemas con los alfas.

Yu Ziyuan no sabía que decir o pensar.

―Aunque sé que no quieres creerme te prometo que no estoy mintiendo. En verdad solo lo hago por eso.

Yu Ziyuan pensó si realmente sería buena idea creerle. Pero al final decidió ir directamente al punto que la llevó ahí.

―¿Haces esto también con Lan Qiren?

―¡E-Eso es completamente diferente!

―¿Hmn?

Por un momento todo fue silencio, Yu Ziyuan esperó pacientemente una respuesta o algún sonido que delatara su intento de escape.

Sin embargo, volvió a escuchar la voz de Wen Ruohan, con un tono bastante bajo y tímido.

―Yo… en realidad me gusta el Príncipe Jade Omega Lan… me gusta de forma romántica.

Oh.

―Yo… tengo intenciones serias con él, quisiera de verdad tener una oportunidad de demostrarle que en realidad me gusta mucho y explicarle que mis intenciones son sinceras. También tendría que explicarle sobre lo de los omegas, las flores y poesía. Quiero que entienda que no estoy jugando ni pienso hacerlo.

―¿Pero planeas continuar con eso? Aun si no lo haces con dichas intenciones será malinterpretado. Deberías intentar otras maneras.

―¿Cómo puedo hacer eso?

Eso… era una buena pregunta.

En el caso de Yu Ziyuan todos los amigos que tenía los había conocido por otros medios y porque la vida los hizo apegarse a ella. Yu Ziyuan no era de las personas que se acercaba a otras, pero al parecer podía llamar la atención de otros para que se acercaran a pesar de su apariencia intimidante.

Yu Ziyuan no dijo nada.

Honestamente ella también era un desastre para comunicarse. Socializar no era lo suyo y los únicos amigos que tenía eran personas que se habían acercado a ella. No al revés.

―No lo sé.

Wen Ruohan y Yu Ziyuan suspiraron en silencio.

Socializar parecía ser muy difícil.

―El día de ayer, ¿esa fue la razón por la que buscaste que se me removiera el castigo? ¿querías estar a solas con Lan Qiren?

―Sí… me gusta conversar con él, aunque soy quien más habla en realidad. Pero él es muy tímido, no le gusta que hable de lo lindo que es cuando hay otras personas, es por eso que considere que tal vez seria lo mejor para el príncipe y para usted.

―¿No estas intentando encontrar una oportunidad para aprovecharte de él?

―¡Claro que no! Yo no podría hacerle algo así. Hensheng dice que no es correcto tocar a otros sin su consentimiento y yo creo en esas palabras. Sé lo importante que es para los Lan que sus omegas lleguen puros al matrimonio y cosas así. Es por eso que solo intento hablar con él. Nada más, lo prometo.

Yu Ziyuan suspiró.

―… Está bien, creo en tus palabras.

Por un momento se quedaron en silencio, solo escuchando el ruido del bosque y mirando las flores frente a ellos. Por alguna rara razón el aroma a chocolate, madera y especias de Wen Ruohan olía bastante feliz.

Qué raro.

Entonces Wen Ruohan volvió a hablar:―Su Alteza Real Yu.

―¿Hmn?

―Tú… ¿convertirás a Cangse Sanren en la Máxima Consorte Real de Yunmeng Jiang?

Los ojos de Yu Ziyuan se abrieron con sorpresa, sus pupilas se encogieron y su ceño fruncido endureció cuando se levantó de un salto y miró fríamente a Wen Ruohan, quien pudo sentir el estado salvaje de las flores de loto violetas que se esparcieron junto al lago, el muelle y las rosas como una inundación.

―¡¿Qué demonios estas diciendo?!

Wen Ruohan pareció intentar aclarar su punto.

―¡Me-me refiero a que alguien como tu es el tipo de persona que no jugaría con una omega! Después de todo, eres alguien que sigue fielmente la filosofía que profesas “Un alfa que se aprovecha de un omega es basura innecesaria”

Wen Ruohan bajó el rostro, con las mejillas rojas continuó.

―Por eso pensé que si estas interesada en alguien seria natural pensar que buscarías obviamente no tener una aventura ilícita, sino más bien… formalizar directamente dándole la posición digna que considerarías correcta para tu persona amada.

¿Eh?

Aunque era cierto que Yu Ziyuan jamás buscaría lastimar a una persona omega porque eso estaba en contra de sus propias normas…

―¿Por qué mencionas a Cangse Sanren?

 Esta vez fue el tiempo de Wen Ruohan para confundirse.

―Ah… porque… no te he visto actuar de esa forma con otro omega. Todos saben que… bueno, Jiang Fengmian y tú no están sincronizados en ese sentido, por eso pensé que…

―¿Pensaste qué?

―Que es obvio que ella te gusta.

Las hojas se ondearon en el viento, por primera vez Yu Ziyuan no escuchó la voz del viento ni de la tierra hablarle. Fue como si no fuera la única que se había quedado sin palabras ante el comentario de Wen Ruohan.

―… Estas mintiendo.

―… ¿No lo sabías?… Yu Ziyuan, yo-

―Nada de lo que dices tiene sentido. Ella no me gusta en ese sentido. Solo es mi amiga.

No podía ser así, no la veía en ese sentido.

Ella solo…

No era correcto.

Y porque no era correcto, aun si ese tipo tuviera razón… Yu Ziyuan… debía olvidar cualquier idea sobre el tema.

Yu Ziyuan suspiró, preguntándose que había en la cabeza de ese alfa.

Porque era tan difícil ver su alma.

Porque no podía ver que era Wen Ruohan en realidad.

―Yo… me disculpo por intentar asumir tus sentimientos, pero aun si no es así hay un consejo que quiero darte.

―¿Qué consejo?

―Sea como amiga o como mujer nunca dejes que el Concejo de Ancianos Jiang se acerque a Cangse Sanren.

―¿Por qué?

Wen Ruohan le miró seriamente, la brisa movió sus cabellos. Sus ojos negros como el abismo le miraron como si buscara decirle palabras que no podía pronunciar.

―Porque algo que he aprendido en las frías paredes de Buyetian es que no importa que clan o reino sea… los ancianos del concejo nunca permitirán que sus reyes sean felices si esa felicidad se interpone en sus planes. No importa como sea o contra quien tengan que meterse. Ellos nunca priorizaran el bienestar o felicidad de ustedes dos.

Yu Ziyuan le miró en silencio, posiblemente la pintura de Wen Ruohan ya se había secado.

―Yo te daré un consejo como agradecimiento por ese… Nunca dejes que las mentiras que salen de tus labios se conviertan en verdad dentro de tu corazón. Porque si dejas que el papel de príncipe ególatra conquistador te devore… no dejes que la oscuridad devore la luz que permite que haya gris en tu esencia.

Wen Ruohan sonrió ante aquellas palabras, por primera vez Yu Ziyuan vio la pureza en esos ojos que algunas veces vio cuando eran niños.

Y por alguna extraña razón se sintió… familiarmente doloroso.

―Te prometo que será así. No importa que pase dentro de ese palacio conmigo… yo cumpliré mi promesa.

―Hmn. No lo olvides.

―No lo haré.

―Y también, si estas interesado en Lan Qiren debes hacer las cosas bien, hasta el último paso. Tal vez Lan Qiren no me considera su amiga y esto que estoy haciendo es imprudente, pero si lastimas a Lan Qiren y lo metes en problemas con su familia… te mataré con mis propias manos.

Violeta y negro se miraron, la brisa movió las hojas de los árboles, la determinación en los ojos de Yu Ziyuan le dejó en claro que no mentía.

Wen Ruohan soltó un suspiro, no había miedo en su voz.

―Aunque morir bajo la espada de la sangre de Yu Ziyuan sería el honor más grande que podría recibir en mi vida, te prometo que daré todo de mi por hacerlo el omega más feliz del mundo.

Su ceño se frunció sus ojos miraron seriamente a Yu Ziyuan.

―Sin embargo, si fallo en mi intento aceptaré el castigo que elija tu sangre con honor.

―¿Acaso no le temes a la muerte, Wen Ruohan?

―Preferiría la muerte antes que lastimar uno solo de los cabellos de Lan Qiren.

Yu Ziyuan resopló, una sonrisa orgullosa decoró sus labios.

Una buena respuesta.

―Entonces que así sea.

Antes de que Yu Ziyuan se fuera, Wen Ruohan le habló.

―¡Su Alteza Real Yu!

Deteniendo sus pasos y dándose la vuelta la alfa lo miró.

―¿Hmn?

Con las mejillas rojas y la mirada baja el príncipe pensó antes de preguntar.

―… ¿Cu-cuáles son tus animales favoritos?

Yu Ziyuan se quedó sin palabras, antes de lograr formular una respuesta.

―Me gustan las ardillas, zorros y caballos. Pero sobre todo me gustan los osos.

Los ojos de Wen Ruohan se iluminaron como si hubieran sido tocados por miles de estrellas. Su sonrisa fue… inocente y emocionada.

No sabía que Wen Ruohan podía sonreír así.

―¡A mí también me gustan mucho los zorros!

Yu Ziyuan enarcó una ceja.

―¿Te gusta cazarlos?

No era un secreto que el clan Wen era reconocido por considerar la caza de criaturas del bosque como un deporte, en vez de un método de sobrevivencia indispensable para la especie. Por eso Yu Ziyuan, alguien que fue criada con principios guiados al respeto del ciclo de la vida, no podía simpatizar con los Wen.

Pero para su sorpresa un alarmado Wen Ruohan le dio una respuesta diferente.

―¡No, yo nunca cazaría un zorro! A mí no me gusta la caza de animales aunque a mi clan sí. Tan solo me gusta retratar animales y plantas. ¡Pu-puedes verlo en mi libreta!

Sin dudarlo Wen Ruohan le ofreció su libreta en donde la pintura que estaba haciendo hacia un rato ya había secado. Mostrando la belleza de sus trazos.

Respetuosamente Yu Ziyuan tomó la libreta mirándola antes de pasar sus ojos a Wen Ruohan. Como si le pidiera permiso para ver el contenido de esta.

―¡A-Adelante! ¡Puedes ver todo lo que quieras!

Aunque no entendía el nerviosismo de Wen Ruohan revisó la libreta. Cuidadosamente pasando cada hoja buscando evitar dañar la más pequeña línea de la misma.

Varias pinturas y retratos de plantas y animales la llenaban. Conejos, ardillas, osos y caballos llenaron su visión. Pero lo que más abundaba en esas hojas eran retratos de…

―Mis animales favoritos son los zorros, son muy adorables cuando juegan entre las flores.

Efectivamente. Yu Ziyuan también lo había notado cuando ella hacia sus retratos.

Nunca esperó que Wen Ruohan y ella compartieran gustos como estos.

―Tu trabajo… es muy bueno.

El rostro de Wen Ruohan hizo erupción en un florido color rojo bañándolo de timidez.

―¿Cre-crees que es así?

―Hmn, el manejo de los colores y los trazos son bastante profesionales. Es muy bueno en realidad.

La sonrisa emocionada de Wen Ruohan fue inevitable.

Al regresarle el cuaderno Yu Ziyuan dudo un poco en hablar, hasta que logró tomar valor para hacerlo.

―Te diré la dirección en donde fueron compradas las pinturas de Jiang Fengmian.

―¡¿De verdad?! ¡¿Conoces donde las compró?!

―Lo sé porque yo las compré.

―¡Muchas gracias, Yu Ziyuan!

Antes de irse se detuvo, sus ojos se encontraron con la figura de Wen Ruohan.

―¿Lan Qiren sabe de tu gusto por la pintura?

―Yo… no le he dicho. No sé qué pensaría de que alguien que es conocido con esa reputación pinte. Tengo miedo de que piense que solo es una mentira para impresionarlo.

La alfa se quedó en silencio, pensando seriamente antes de volver a hablar.

―A Lan Qiren le gusta la pintura y los zorros. Se sincero. Si le muestras tus pinturas y te quitas esa máscara al menos ante él, Lan Qiren podría considerar mejor su imagen de ti.

Los ojos de Wen Ruohan brillaron llenos de esperanza, Yu Ziyuan apartó la mirada iniciando su camino de regreso a la biblioteca. 

―¡Muchas gracias, Yu Ziyuan!

Yu Ziyuan se sintió bien consigo misma.

Era la primera vez que podían hablar sin pelear o formar malos entendidos.

Tal vez Wen Ruohan no era malo en realidad.

 

 

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Los días pasaron a convertirse en meses entre viajes y Suibian decidió que era hora de ver cierto asunto importante.

El actual estado de Qishan Wen.

Investigar y espiar Qishan Wen era demasiado difícil, ya que era un lugar impenetrable. Luo Suibian no era lo suficientemente tonto para meterse sabiendo que podría ser descubierto por ese par de demonios Zhuliu y Jiangzai, pero aún tenía su conexión con Hensheng.

El mismo que se volvió su informante durante ese tiempo.

Al igual que todos los días que acordaban verse en los viejos territorios de Cang Qiong, el guardián ya estaba esperándolo en la cima del palacio de Qiong Ding.

Hensheng estaba de espaldas, mirando la plaza que un día fue testigo de múltiples enfrentamientos como de la caída de Cang Qiong.

Luo Suibian lo sabía, Hensheng no podía olvidar igual que ellos.

Y por ello, Hensheng aún no se rendía.

Porque de todas las personas en el mundo él era quien más esperaba al Hijo del Cielo.

Luo Suibian no pudo evitar acercarse a la mesa en donde ya había una tetera con té y dos tazas, sirviendo ambas antes de llamar al omega.

―Tu elección de té siempre ha sido muy buena, Shixiong.

Aquella persona se dio la vuelta ofreciéndole una hermosa sonrisa.

―Aprendí del mejor después de todo, su Alteza.

Hensheng era una de las personas más hermosas que Suibian había conocido y una de las que más amaban a su Bába.

Un rostro suave, cejas rectas como un par de líneas que acompañaban a unos hermosos ojos en forma de almendra de dulce mirada que solía maquillar con colores suaves y un delineado rojo en los parpados bajos. Hensheng tenía un hermoso cabello negro y una apariencia frágil, pero su inteligencia era abismal.

Hensheng siempre había sido eso, una cosa bonita que combinaba muy bien con Cang Qiong, con el pico Qian Cao.

Pero cuando se convirtió en la concubina de Wen Mao y buscó mantener el poder de su posición por el bien de su misión personal, Hensheng fue decorado con oro, joyas, túnicas excéntricas como peinados llamativos y maquillaje que dejaba claro que era en ese palacio.

Suibian lo sabía, estaba al tanto de lo que había tenido que hacer esta persona para sobrevivir dentro de ese palacio y aun se odiaba por no haber podido evitar aquello. Pero Hensheng era fuerte, demasiado, lo suficiente para decirle que no tenía que culparse por sus propias decisiones.

Lo suficiente para seguir aprovechando su belleza e inteligencia para llegar al punto de ser una figura de gran importancia en ese palacio.

Pero ese día no había arreglos extravagantes ni maquillajes sobre cargados. Solo era Hensheng, el buen Hensheng que seguía preparando el té tal y como su A-Die lo hacía.

Y ver que ese niño Wen Ruohan, a pesar de los conflictos que había tenido con Yu Ziyuan, había hecho que Hensheng volviera a sonreír de verdad era algo que le hacía sentir mejor.

Hasta que hablaron del palacio y llegaron a ese tema.

―El Concejo de Ancianos Wen trama algo y siento que planean usar a A-Zui en esto.

Wuzui era el nombre de nacimiento de Wen Ruohan, solo Hensheng y su padre le llamaban así. Siendo el mayor recuerdo que le quedaba de la difunta emperatriz Wen, Wen Ruohan solo les permitía a sus personas importantes llamarle así.

―¿Qué crees que estén haciendo?

―No lo sé, últimamente es muy difícil que me presten atención. Así que intenté con sus guardaespaldas y sirvientes. Son guapos así que es más fácil. Pero incluso meterlos a mi cama no está funcionando.

Suibian se ahogó con su propio té.

―Cre-crees que Wang Tanlan tiene que ver en esto, ¿no es así?

―¡Definitivamente! ¡Soy demasiado bueno en la cama para que mis estrategias ya no funcionen!

¡No me interesa saber cómo eres en la cama! ¡Cállate, maldita sea! ¡¿Cómo puedes decir algo así con una cara tan seria?!

―Mis estrategias son perfectas y sé cómo manipular adecuadamente a esos tipos, pero desde que esa mujer apareció parece que lentamente ha estado haciendo algo a mis espaldas para que se vea tan favorecida. Es obvio que hay algo más ahí.

―¿Crees que… ya sabes… ¿piensas que…

―No lo sé. A diferencia de Wen Mao, Wen Qiang no está a favor de compartir sus omegas con los otros alfas del palacio. Por lo tanto, si está acostándose con estos para obtener favores es algo que está haciendo a las espaldas del emperador. Pero tambien esta otro asunto.

―¿Qué es?

―No es algo correcto que comparta esto con otra persona cuando A-Zui aún no lo ha compartido con otros, pero prometí mantenerte al tanto de todo. Vera, Alteza… Wuzui y el primer príncipe omega Lan Qiren están en una relación de ese tipo.

Por un momento todo fue silencio entre ellos dos.

Hasta que Suibian no pudo evitar apartar la vista soltando una risa sin gracia ante el guardián.

―¿Así que ya lo sabías?

―Digamos que pasar mucho tiempo en las salidas de esos mocosos permite enterarse de una u otra cosa.

―Sabes eso pero no sabes que a Wuzui también llegó a gustarle mucho Yu Ziyuan.

Suibian volvió a ahogarse con su té.

¡¿Cómo que a ese mocoso le gustó su pequeño loto de esa manera?!

―Pero al fin de cuentas en este momento entra una frase muy popular entre los jóvenes, “¿Quién no se enamoraría de Yu Ziyuan?” Ah, el poder atractivo de los Yu en verdad es aterrador, me pregunto si a-Zui la habrá superado por completo. Después de todo, le gustaba desde que eran niños y-

―He-Hensheng, detente por favor.

―Es una broma… ¿o tal vez no?―la sonrisa maliciosa de Hensheng era aterradora.

―¡Hensheng!

Aclarando su garganta la voz de Hensheng volvió a tomar un tono serio.

―Bueno, volviendo al tema. El problema no es que tengan una relación, de hecho me hace muy feliz que A-Zui esté preparando todo para casarse con su Alteza Real Lan. Alguien como ese dulce y buen príncipe Lan es lo mejor que Wuzui podría tener a su lado. Mi verdadero problema es Wang Tanlan y su interés en mi hijo.

La molestia era visible en los ojos de Hensheng.

―Esa mujer está planeando algo y está viendo a A-Zui como su objetivo.

―Convertirse en emperatriz.

 ―Hmn. Sé lo que el mundo piensa de A-Zui. Un ególatra, arrogante, sexista. Desvergonzado y aterrador. Pero creo que usted ya se dio cuenta que ese papel no es más que una farsa que A-Zui ha tenido que construir para poder sobrevivir en ese palacio.

―Hmn, al inicio su mirada no ayuda, pero como un mentiroso sé identificar a otro.

―Solo al príncipe Lan le ha mostrado su verdadero yo, y de la misma manera Lan Qiren nunca ha revelado lo que en realidad hay en la cabeza de Wuzui, ayudándole a mantener su máscara. Pero si le soy sincero tengo mucho miedo. Porque nadie mejor que yo sabe que detrás de esa mirada pesada solo hay un muchacho que desea ser amado y tener una vida normal.

Luo Suibian no pudo negar que había algo en ese chico que siempre le había llevado pensar en el pasado.

Un sentimiento de familiaridad.

Aun cuando Suibian no vivió en un ambiente tan pesado como el que enfrentaba cada día Wen Ruohan en Buyetian, algo dentro de él comprendía porque ese chico había tenido que usar aquella máscara por tanto tiempo.

Y algo le hizo pensar nuevamente en Hua Fengxing.

El crecimiento impresionante de ese muchacho le estaba haciendo sospechar cosas que no le gustaban, y mucho de ello tenía que ver con la niña que llevaba en su interior el Gen Dominante.

Después de todo, que Wen Ruohan fuera tan alto como A-Yuan siendo solo un alfa recesivo…

Eso era sospechoso.

Aun cuando Suibian intentó durante quince años extirpar el Gen Dominante de Wen Mao no lo consiguió, solo se pudo enterar con impotencia que antes de morir ese tipo ya había expandido su estirpe y el Gen Dominante simplemente se heredó.

Y Wen Ruohan era uno de sus descendientes.

No podía haber un error, ¿verdad?

No podía ser un dominante.

No porque las personas que podrían traer al Hijo del Cielo al mundo ya estaban aquí.

―Hensheng, ¿podría hacerte una pregunta indiscreta?

―Hmn, ¿de qué se trata, Alteza?

―¿Podrías contarme de Wen Ruohan?

Hensheng le miró con sorpresa antes de ofrecerle una hermosa sonrisa.

―¿Qué es lo que desea que le cuente, Alteza?

―Cuéntamelo todo. Sus gustos, disgustos. Su verdadero comportamiento cuando está contigo, su relación con su padre, con las concubinas, el concejo. Quiero que cometas la indiscreción de contarme quien es el verdadero Wen Ruohan.

Aun cuando pasaron años Luo Suibian seguía manteniendo el recuerdo de la primera vez que vio a ese niño.

Solo un niño solitario de pesada mirada. El blanco de los comentarios del mundo entero. Un niño que perdió su madre al nacer.

El mismo que en medio de los juegos de MianMian, A-Bei y A-Yuan se paró frente a ellos y su atención fue directamente a A-Yuan. Ceño fruncido, una mirada pesada que parecía querer dar un mensaje y unos labios que no se movieron nunca.

Durante años Suibian se preguntó que había querido hacer ese niño en ese momento.

Que quería en realidad de Yu Ziyuan.

Porque cada que se acercaba a Yu Ziyuan solo podía mirarla con esos ojos que parecían destellar fuego sin pronunciar palabra alguna.

¿Por qué no podía entrar en su cabeza y escuchar sus verdaderos pensamientos?

Suibian no lo entendía, no sabía que era lo que hacía que Wen Ruohan pareciera tener la mirada de alguien que deseaba hacer algo más que pelear. Y el hecho de que Yu Ziyuan viviera en un ambiente donde ella tampoco podía confiar del todo en la reacción o acciones de otros no ayudaba.

Así que Suibian solo tenía una opción.

No podía arriesgarse, no podía ignorar cada pieza de ese ajedrez.

Y ese solitario niño en medio de todos no era la excepción.

Con una dulce sonrisa Hensheng miró su taza de té, Suibian pudo notar la nostalgia en esa mirada.

―Él en realidad es un buen chico. Es muy brillante y tiene un gran amor por la jardinería. Eso es algo que aprendió cuando era muy pequeño y disfrutó mucho de retomar en Gusu Lan por su Alteza el Príncipe Lan en sus castigos.

¿Jardinería?

¿A un muchacho tan refinado como Wen Ruohan le gustaba la jardinería?

Interesante.

A Yu Ziyuan también le gustaba la jardinería.

Su pequeño invernadero y el bonito estanque con flores de loto violetas de Meishan Yu en Lianhua Wu eran la prueba de ello.

―Tambien ama la poesía y los libros de fantasía. Le gustan mucho los animales míticos y es un gran pintor. Sus animales favoritos son los zorros rojos. Por ellos incursionó en el arte para poder retratarlos. Es un pintor muy bueno.

Oh, a Yu Ziyuan también le gustaba la poesía, los libros de fantasía y los animales y las bestias míticas. Su criatura mítica favorita eran los fénix.

Incluso le gustaban los zorros.

―Le gustan mucho los dulces, pero también le gusta un poco el picante. Aunque no puede tolerarlo mucho, así que no le dejo comer demasiado. No es remilgoso con la comida, pero no le gusta mucho lo ácido.

¡Yu Ziyuan también amaba los dulces, tal vez no toleraba el picante, pero también desagradaba de lo ácido!

―A-Zui es muy inteligente. Sus notas son excelentes y tiene una gran curiosidad por el mundo. Pero en realidad, el papeleo no le gusta. Suele quejarse todo el tiempo por ello, pero se está esforzando mucho porque quiere ser un emperador del que el príncipe Lan este muy orgulloso.

A Yu Ziyuan tampoco le gustaba el trabajo administrativo, aunque no se quejaba. Pero ciertamente era muy inteligente, sus notas eran brillantes y tenía una gran curiosidad por el mundo. Le gustaba la investigación de campo.

Tal como pidió Hensheng le contó todo sobre el círculo de personas con las que Wen Ruohan trataba, sus personas importantes y su verdadera forma de ser. Luo Dongxing se encargó de grabar todo en su cabeza sin que nada sobrara.

Y con aquella nueva información obtenida, Suibian tuvo un nuevo plan.

Escondido entre los árboles de uno de los bosques de Qishan, Suibian miró a la distancia a Wen Ruohan quien estaba en medio de un jardín. Entre las piernas del chico había un cuadernillo, sus ojos miraban atentos una de aquellas flores que al parecer buscaba retratar hasta terminar.

Ropas sencillas, cabello atado en un bollo grande sobre la cabeza y una expresión que denotaba concentración como algo que nunca había visto en ese niño.

Diversión.

Sana diversión.

En verdad parecía gustarle.

Entonces una figura vestida con una capa negra se acercó al príncipe, quien sin más sonrió cuando su nariz se movió y pareció descubrir quién era.

―¿Su alteza sigue jugando en el bosque?

Sin más, Wen Ruohan se levantó alegre hacia aquella persona. Una sonrisa angelical se posó en sus labios, sus ojos brillaban como cielos estrellados.

―¡A-Lan, mi hermosa nube. Realmente viniste!

Wen Ruohan se lanzó al omega que dio un brinco por el repentino abrazo y reprendió al alfa porque alguien podía verlos, pero al final aceptó el abrazo disfrutando del contacto.

Y para sorpresa de Suibian ese joven rostro que solía permanecer oculto por un velo fue revelado para Wen Ruohan, dejando ver el adorable sonrojo que se posó sobre sus mejillas aun cuando su ceño estaba fruncido.

Suibian apartó la vista de ahí con un rostro inexpresivo.

Se parecía a Bichen, esos gestos eran tan parecidos a los de Bichen.

Eso fue raro.

Un omega muy hermoso y feroz como Bichen, no podía negar que Wen Ruohan tenía un buen gusto. La Nube de Radiante Tormenta era una verdadera belleza.

―¿Qué carajos acabo de ver?―fue el reclamo de Zidian a su lado.

―Cállate, Zidian. Estoy intentando escuchar.

―¿Cómo que Wen Ruohan puede ser así? Ese mocoso ahora parece un tipo completamente diferente al tipo de siempre. Quien diría que te gustaba espiar el romance adolescente.

―Calla.

A lo lejos Wen Ruohan se separó solo para tomar el rostro de Lan Qiren con ambas manos y besarlo dulcemente. Zidian apartó la mirada avergonzado.

¡¿Por qué estaban espiando adolescentes?! ¡¿Acaso la desesperación de Suibian por Bichen había llegado a ese punto de anhelar el pasado?!

Zhen Zidian no pudo evitar fruncir el ceño con molestia.

Pero Suibian no lo notó, él solo podía poner atención en el muchacho que alegremente saludaba a su pareja.

―Wuzui, ¿Estás seguro que nadie sabe que estamos aquí o lo de hoy?―parecía el Lan Qiren de siempre, pero nadie mejor que Suibian conocía ese tono de emoción escondido en supuesta advertencia.

¡Tang Bichen, criaste a un clon tuyo!

―Así es. Bába me ayudó a mentirles a los ancianos sobre lo que haría hoy y nadie en tu casa sabrá que estas aquí porque tomaste la ruta que te recomendé. Hoy solo somos tú y yo. ¿Trajiste tus materiales de pintura?

―… Hmn. Traje todo.

¡Incluso usaba sus “Hmn”!

Que miedo.

¡Bichen y Zidian se parecían demasiado! ¡Todo lo que criaban o convivía con esos dos terminaba aprendiendo a ser como ellos!

¡Eran una pésima influencia para los niños!

―Yo también traje mis materias de arte, comida y herramientas para escalar. Tambien traje mi arco y talismanes por cualquier cosa aunque en realidad es una zona segura. Tal como prometí hay muchos zorros rojos en el área y en realidad son muy dóciles. Te encantara esto. Les gustan mucho los mimos y los aromas florales.

Las manos de Wen Ruohan se entrelazaron con las de Lan Qiren, su sonrisa era dulce al igual que su mirada. No se parecía en nada al príncipe de apariencia arrogante que interpretaba para el mundo del cultivo.

―Y sobre todo traje tus semillas favoritas. Semillas de girasol para mi hermoso sol.

―¡Desvergonzado!

Aquellos dos estuvieron coqueteando por un buen tiempo antes de que partieran para lo que al parecer, solo era una expedición inocente para capturar retratos de zorros rojos.

Sinn embargo, Suibian no se movió. Se quedo quieto en su lugar pensando en lo que había visto.

―¿No planeas seguirlos?

―No, he visto lo que necesitaba ver.

―¿Y ahora que harás con eso?

¿Qué haría?

¿Qué podía hacer con esta información?

Luo Suibian no lo sabía, pero debía haber una manera de que pudiera aprovechar la verdadera personalidad de Wen Ruohan para descubrir que era lo que estaba pasando en ese palacio.

Pero sobre todo, porque Wen Ruohan tenía esas características que tanto le preocupaban.

Pero, ¿Cómo podría acercarse a ese chico cuando Yu Ziyuan y él no eran cercanos?

Era obvio que Yu Ziyuan y Wen Ruohan nunca podrían ser amigos considerando los antecedentes entre Wen Mao y Meishan Yu que el clan de Yu Ziyuan nunca olvidaría.

No sueltes, no olvides, no perdones.

Los Yu eran rencorosos y además estaban en contra de muchas de las actividades Wen.

Pero Yu Ziyuan no lo odiaba y Wen Ruohan no era como Wen Mao…

Debía encontrar una posibilidad de acercarse a ese mocoso.

Tenía que evitar que dos alfas dominantes se encontraran en la misma era.

Debía mantener el balance.

―Zidian, la invitación del cumpleaños número 16 del Príncipe Heredero Wen, A-Yuan aun no la contesta, ¿verdad?

―… No. Aún está pensando si es una buena idea o no ir. Después de todo, ellos ya no pelean más que en combates amistosos, pero no los llamaría amigos. Mas bien rivales. Eso sería raro.

―Iremos.

―¿Eh? ¿Qué dijiste?

―Dije que iremos a la fiesta.

Debía buscar una manera de encontrarse con Wen Ruohan.

Una que le permitiera descubrir que estaba pasando en realidad.

Lograr convencer a Yu Ziyuan de asistir como de interactuar un poco más con Wen Ruohan no fue tan difícil como imaginó. Era fácil aprovecharse que Yu Ziyuan no era buena negándose a sus peticiones y Suibian usó eso a su favor para espiar más atentamente a ese muchacho.

En vez de llevarle la dirección del lugar donde compró las pinturas, Yu Ziyuan le llevó un paquete de varios colores que emocionaron al alfa, quien agradeció con una hermosa sonrisa.

Y cada descubrimiento hacía que fuera más difícil procesar la verdad.

Wen Ruohan era en realidad un buen muchacho. Fuera de su papel era más fácil entender porque Lan Qiren se había enamorado de él.

Pero también el notar lo fuerte que era, lo alto que se estaba volviendo. Aquella manzana de Adán pronunciada fue aún mayor su temor.

No podía ser.

No debía ser un dominante.

Porque si lo fuera él…

No.

Debía evitar algo así. Aun si Wen Ruohan fuera un dominante Suibian debía de encontrar una manera de evitarle un destino trágico o una guerra que pudiera traer graves consecuencias.

Debía hacerlo.

Por el bien del imperio, por el de sus niños.

Por el mundo entero.

 

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Notes:

Jaghan: El término gran kan (en mongol jalka: xaɣan, en turco: kağan), también escrito como jaghan, jagan, chagan, qaqan, khakhan, khaghan, khaqan, etc., corresponde a un título de rango imperial en las lenguas túrquica y mongola equivalente al estatus de emperador; asimismo, es alguien que gobierna un kaganato o imperio, mayor que un kanato normal, pero a menudo llamado así en las lenguas de Occidente.

También puede traducirse como «kan de kanes», equivalente a «rey de reyes».

Nombre de nacimiento de Wen Ruohan:

无罪 wúzuì: Inocencia

 

Cosas que pasaban cuando alguien le preguntaba a Hensheng por su lindo A-Zui: Siéntate, que esto será largo y adorable :D

 

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios, todo el amor y paciencia que le han dado a este proyecto, me despido.

 

¡Gracias por leer!

Chapter 21: CAPÍTULO 10.4: EL FESTIVAL DEL DRAGÓN DE MEISHAN YU

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

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CAPÍTULO 10.4: EL FESTIVAL DEL DRAGÓN DE MEISHAN YU

 

 

El tiempo siguió pasando y todo siguió un curso normal.

Wen Ruohan y Lan Qiren seguían viéndose. Yu Ziyuan seguía enamorándose de Hua Fengxing. Los omegas continuaron con sus salidas.

El mundo siguió avanzando.

Sin embargo, un día, cuando las reuniones de omegas lideradas por Hua Fengxing ya habían aumentado y Yu Ziyuan estaba discutiendo con la omega sobre el trayecto más seguro para todos, Suibian le preguntó a Jiang Fengmian mientras comía un bollo dulce.

―¿Esas dos aun no toman una decisión?

Jiang Fengmian se rio y solo dijo.

―A-San quiere ir al territorio de los Huli Jings del norte de noche para hacerles una broma y A-Yuan cree que no es seguro, se tardarán en tomar una decisión.

Con la luz del atardecer cubriendo el cielo, la figura de Jiang Fengmian se veía tan pensativa, hasta que por fin lo dijo.

―Creo que a A-Yuan y A-San están enamoradas.

Suibian se paralizó en su lugar.

Sin embargo, lo que vio en el rostro de Jiang Fengmian lo sorprendió aún más que el hecho de que Fengmian ya sabía la verdad.

Era una sonrisa, una sonrisa emocionada.

Como la de un niño que estaba leyendo su cuento de hadas favorito.

―Fengmian, eso es-

―¡Eso es genial! A-Yuan por fin encontró a su pareja destinada. Eso significa solo una cosa, debemos romper este compromiso lo más rápido posible.

―¿No… estás enojado?

―¿Por qué habría de estar enojado? Mis dos mejores amigas se enamoraron, estoy muy feliz y quiero ayudar con todo lo que pueda para que sean felices juntas. Tal como debe ser.

Aunque Suibian no dijo nada, eso no significaba que no le sorprendiera las palabras de Jiang Fengmian como su pensamiento.

―Es raro, ¿verdad? Se supone que debería sentir al menos cierta molestia porque mi prometida sienta algo por alguien que no soy yo. Debería sentirme ofendido y traicionado, pero por más que lo pienso y analizo, no puedo hacerlo.

Jiang Fengmian soltó una pequeña risa divertida.

―Lo único que siento por Yu Ziyuan es lo que alguien sentiría por un hermano y esto me enseñó que sin importar que, debemos romper este compromiso por el bien de todos.

Pero tenía sentido.

Después de todo, Jiang Fengmian y Yu Ziyuan jamás se vieron de esa manera, jamás se amaron ni sintieron atraídos el uno por el otro de forma romántica o sexual.

Sería un engaño estúpido pensar que había esperanza en un matrimonio entre dos personas que no podían sentir ni la minúscula parte de lo que al menos era necesario para procrear un heredero.

―¿Crees que tu padre aceptará eso? ¿La Mayor Yu? ¿Los ancianos del concejo?

―No sé si querrán escucharme, pero sí sé que sin importar que debo de intentar algo. Cualquier cosa. Y tengo un plan para ello.

Suibian no sabía que pensar sobre ello, pero no pudo evitar preocuparse.

Cuando se dio cuenta el festival de Meishan Yu estaba a semanas de comenzar.

El Festival del Dragón era el más importante en Meishan Yu.

De acuerdo a sus tradiciones la última semana de Octubre era la más importante para los Yu, ya que en dicha semana se celebraba el cumpleaños de su Gran Patriarca, Yu Laoying.

Para dicha celebración los Yu trabajaban arduamente durante tres meses para los preparativos. Entre pintores recreando leyendas de los Yu al igual que los escultores y los actores listos para representar los eventos más importantes de su historia en aquel festival. De la misma manera Meishan Yu era bañado con decoraciones de papel con formas de flores de loto, dragones y demás criaturas mitológicas.

Cada habitante y miembro del clan se esforzaba arduamente para hacer del festival la mejor época del año, algo que a veces superaba incluso las festividades de año nuevo.

Y el Loto Violeta de Meishan Yu era la pieza más importante para aquella ecuación.

Como una persona que había nacido con ciertas habilidades, Yu Ziyuan sabía que un día ella también debía hacerse cargo de su parte.

Aunque Yu Ziyuan aún no había tenido su Presentación Instintiva había cumplido dieciséis años y como era costumbre en Meishan Yu, al haber llegado a la mayoría de edad hacerse cargo de su papel en la representación de Yu Laoying era el mayor honor para la persona que portaba los ojos que recordaban a sus ancestros más amados.

Tomar aquellas semanas de vacaciones que Gusu Lan les dio y embarcarse a un largo viaje para Meishan Yu, fue algo muy importante para Yu Ziyuan.

Sin embargo, debido a que Jiang Fengmian había atrapado un resfriado y no se había sentido con fuerza suficiente para ir con ella, Yu Ziyuan tuvo que viajar solo con sus guardianes. No sin antes dejar a Jiang Fengmian en manos de Changze, a quien le pidió que se encargara de llevarlo a Yunmeng Jiang y acompañarlo a Meishan cuando él se sintiera mejor.

A Jiang Fengmian le gustaba mucho el festival, no quería que se lo perdiera ese año. La salud del Rey Jiang estaba algo delicada y la muerte de la reina Jiang hacía unos años solo hacía que Fengmian pareciera más triste.

El Rey Jiang le había pedido que le ayudara a distraerse, no quería que su hijo perdiera su juventud preocupándose por su salud.

“―Por favor, convéncelo de ir al festival y ayúdale a divertirse mucho. Necesita animarse un poco. Sé que en Meishan Yu se divertirá”

Debía cumplir su palabra con el rey. Tal vez no eran familia, pero él siempre había sido muy amable con Yu Ziyuan. No podía defraudarlo.

Su camino siguió sin problemas junto a sus guardianes y Tormenta, era divertido poder viajar juntos. Yu Ziyuan siempre amaba ver sus interacciones por absurdas que a veces fueran.

Hasta que en su camino se encontró a Cangse Sanren buscando abrirse camino a Lanling Jin.

“―Por favor, A-Yuan, si descubres que A-San sigue con esa terquedad de ir a la cima del Rio Amarillo por el camino de Lanling Jin, convéncela de que no es buena idea.”

Cangse Sanren era la persona más terca que había conocido en su vida.

Por lo que no tuvo opción.

―Yu Ziyuan… ¡¿Porque estoy atada sobre Manzanita?! ¡Esto es secuestro!

Sentada sobre la cima de su burro que era tirado por Yu Ziyuan quien les guiaba por una aldea, Hua Fengxing habló.

―¿Estás secuestrándome? ¡¿Planeas mandarme a dormir con los peces?! ¡¿Por qué estas secuestrándome?! ¡El secuestro está prohibido en Gusu Lan!

La omega se movió una y otra vez, señalando sus muñecas atadas en un complejo nudo unido a la larga extensión de ese lazo que iba a su cintura. El lazo se enroscaba y bajaba, atando sus piernas al burro, impidiéndole escapar.

Yu Ziyuan enarcó una ceja.

¿Mandarla a dormir con los peces? ¿Qué significaba esa frase?

Suibian simplemente apartó la mirada.

Tal vez ya no debería contarle tantas historias a esta mocosa. Podría delatarlos.

―Nadie está secuestrándote.

―Entonces, ¿Por qué el Cable Vinculante Inmortal?

―Porque eres muy terca y no quisiste escuchar porque no podías tomar esa ruta. Si fueran cuerdas normales las romperías y escaparías. Se una buena chica y quédate quieta.

―¡Señor Suibian!

―Lo siento, pequeña peonia, no puedo ayudarte a escapar. Aunque no lo creas, esto es por tu bien.

―Señor Zidian.

―Es por tu bien, deja de gritar o en verdad pensarán que te estamos secuestrando.

Con el ceño fruncido Hua Fengxing reprendió a su cuervo.―Yingying, deja de descansar felizmente sobre el hombro de Yu Ziyuan y ven a ayudarme.

Pero el cuervo no le hizo caso, saltando felizmente en el hombro de la tranquila Yu Ziyuan como si disfrutara de su sola presencia.

―Manzanita, ¿Qué te parece si me ayudas un poco aquí?

Pero aquel burro tampoco la obedeció.

En vez de escucharla frotó su cabeza contra el brazo de Yu Ziyuan, consiguiendo que esta buscara en su bolsa antes de darle una reluciente y bonita manzana roja con una sonrisa en los labios, misma que el burro comió alegremente.

―Ah, malvado burro tramposo. Olvídate que te dé de comer ahora. Yu Ziyuan, ¿Por qué llevas manzanas en esa bolsa? Ese traidor solo te trata bien por ellas, cuando se acaben te abandonará.

―­Porque me gustan las manzanas.

Con ardua decepción Hua Fengxing suspiró:―Aiya, Yu Ziyuan. ¿El Cable Vinculante Inmortal no es demasiado? ¿Siquiera me dirás a donde iremos? ¿Iremos a tu palacio de Huangling?

El Palacio de Huangling era una propiedad de Meishan Yu. Solía pasar de generación en generación, volviéndose la propiedad de muchos Lotos Violetas de Meishan Yu en su tiempo. Perteneció a la Líder del Clan Yu, Yu WeiXi, contemporánea al Gran Omega Inmortal. A la antigua Loto Violeta Yu XiaWu y ahora estaba en manos de Yu Ziyuan.

Según la tradición Yu Ziyuan debía heredárselo a su primer hijo alfa como un símbolo de que sería el sucesor del trono de Meishan Yu que ahora era cuidado por Yu Huitou. Pero por el momento Yu Ziyuan era quien lo cuidaba.

Durante varias de sus cacerías nocturnas Yu Ziyuan les llevó ahí para descansar ya que Jiang Fengmian y Cangse Sanren solían amar pasar a Yiling por dulces. Aunque el Palacio Púrpura era más cercano, algo dentro de Yu Ziyuan consideraba mejor seguir el consejo de Wen Ruohan y no permitir que el concejo Jiang pudiera estar cerca de Cangse Sanren.

―La última vez una de las guardias me contó que es un lugar muy cómodo en estas fechas. ¿Me llevarás ahí?

―No, te estoy llevando a Yunmeng Jiang… por el momento.

Solo irían por Jiang Fengmian y después partirían a Meishan Yu. Así que no podían ir al Palacio de Huangling hasta que terminara el festival.

―¿Ah? Si querías ofrecerme un puesto como discípula de Yunmeng Jiang hay maneras más amables para hacerlo, YuanYuan. Si quieres que sea una discípula no tengo problemas para postularme como la discípula principal de Yunmeng Jiang―bromeó la omega.

―No te daré ese puesto y no serás una discípula de Yunmeng Jiang.

―¿Ah? ¿entonces quieres que trabaje en el palacio? Bueno, sé cocinar, aunque no me gusta hacerlo en realidad. Pero-

―No vas a trabajar como sirviente.

Con un rostro exageradamente sorprendido Hua Fengxing habló.―¡Ah! Yu Ziyuan… no sabía que eras ese tipo de persona.

Suibian y Zidian le miraron. Zidian estaba confundido. Suibian enarcó una ceja.

―¿Qué tipo de persona?

―¡Si estas armando un harem de bellezas yo no soy adecuada para él!

Yu Ziyuan se ahogó con su propia saliva mientras su rostro enrojecía con violencia.

―Se que soy sorprendentemente hermosa y talentosa, pero puedo asegurarte que no serviría para ser una concubina. Ni siquiera conozco que hacen esos omegas. Además visten tan florales y se arreglan tanto. Yo no sé ni siquiera que tipo de maquillajes hay. No podría satisfacer tus gustos, me echarías el primer día.

Tras recuperar el aliento gracias a las suaves palmadas de Suibian, con un ceño fruncido en aquel rostro tan hermoso decorado con el rojo de la vergüenza, Yu Ziyuan aclaró.―¡No te estoy llevando a Yunmeng Jiang para ser una concubina!… y tampoco estoy haciendo un harem.

Si hizo un pequeño puchero solo Suibian y Zidian lo notaron.

―Oh, ¿entonces? ¿por qué Yunmeng Jiang?

―Te llevaré con Fengmian, Meibei fue con él, pero estarás más segura allá.

―¿Fengmian ya volvió a Yunmeng Jiang? ¿pasó algo cuando me fui antes?

―Días después pescó un resfriado. Es por eso que no pudo venir conmigo.

―¡¿Pero cómo está?! ¡¿Por qué no me mandaron una carta?!

―La última vez que le vi estaba mejor. Meibei y Changze se quedaron con él para acompañarlo al igual que Sandu. No te mandamos una carta porque Fengmian no quiso preocuparte. Suibian está al pendiente de su estado.

―Está mucho mejor que hace una semana. Solo necesita descansar un poco y seguramente dentro de unos días estará mucho mejor para poder ir a Meishan.

―Por los dioses, ojalá pueda recuperarse pronto. Ese niño, voy a regalarle una túnica muy bonita y cálida para que se mantenga abrigado. Dentro de unos meses nevará, necesitamos ayudarle a estar muy saludable.

―Hmn. Sé que todo lo que le regales le gustará.

―Entonces, ¿Por qué no querías que fuera por el camino cerca de Lanling Jin?

―Porque están desapareciendo omegas ahí, es peligroso que andes sola en ese lugar. Estarás a salvo en Yunmeng Jiang.

―Pero yo soy muy fuerte. Puedo destrozar a diez alfas con solo mis puños.

Lo sabía, Cangse Sanren era tan fuerte como un oso. Pero era porque sabía cómo eran los humanos cuando intentaban cazar a un oso que Yu Ziyuan no podía confiarse en dejarle sola.

―Lo sé. Eres muy fuerte, más que muchas personas. Pero las personas que hacen cosas así son tramposas. Son capaces de recurrir a las peores trampas y métodos para dañar a otros.―Yu Ziyuan frunció el ceño, sus ojos miraron el suelo.―No quiero que nadie te haga daño.

Las palabras de Hua Fengxing murieron en sus labios al igual que su sonrisa.

―Yo… quitare el Cable Vinculante Inmortal. Lamento haber hecho esto.

Mirando a Yu Ziyuan soltando el cable el corazón de Hua Fengxing no pudo evitar doler un poco.

Sabía que Yu Ziyuan era la única persona alfa en ese lugar que no la subestimaba como lo hacían todos esos tontos que intentaban cortejarla o engañarla.

Solo estaba protegiéndola de su propia terquedad.

Tomando sus manos cuando Yu Ziyuan soltó sus muñecas, Hua Fengxing habló con voz dulce.

―YuanYuan, lo siento. Sé que solo quieres protegerme. Te prometo que iré a Yunmeng Jiang contigo por mi propia voluntad.

La sonrisa de Cangse Sanren fue tan hermosa ante la luz del sol que Yu Ziyuan tuvo la necesidad de apartar su mirada tímidamente con el corazón enloquecido.

―No, yo lo siento. No era necesario atarte.

―Bueno, si somos sinceras si hubiera intentado escapar. Así que no estuvo tan mal atarme para hablar con calma.

―Hmn, aun así hice mal. ¿Qué puedo hacer para que me perdones?

El corazón fue golpeado por la ternura.

¿Cómo era posible que alguien tan aterradora e intimidante para otros fuera en realidad tan dulce y adorable para Hua Fengxing? 

No había nada que perdonar, pero…

―Si quieres que te perdone tenemos que ir por muchos bollos dulces y nísperos.

―Esta bien, iremos por ello.

―¿También podemos conseguir tanghulu?

―Sí, todos los que quieras.

―¡Entonces también vamos por alcohol!

―No iremos por alcohol.

―¿Ah? ¿Por qué no?

―Porque tu tolerancia al licor… no es muy buena en realidad.

Hua Fengxing se quejó.―¡Eso no es así!

―¿Seis copas de licor?

Hua Fengxing palideció.

En una de sus salidas Hua Fengxing había descubierto aquello que la gente llamaba licor.

Muy emocionada había obligado a Yu Ziyuan a llevarle a una de esas tiendas y había comprado tres botellas con ojos emocionados. Y con la misma emoción instó a Jiang Fengmian, Wu Meibei y Lan Qiren a probarlo con ella.

Incluso se atrevió a retar a Yu Ziyuan en un duelo para ver quién podía tomar más copas sin emborracharse.

Lan Qiren rechazó la idea de tomar, pero Yu Ziyuan no y ambas iniciaron una competencia.

No… no debió hacer eso.

Como alguien que no estaba acostumbrada a tomar solo seis copas bastaron para derrotarla.

Lo malo no fue caer tan rápidamente, lo verdaderamente malo fue que…

¡Tan pronto su yo borracha vio a la muy fresca y tranquila Yu Ziyuan se aferró a ella pidiéndole ser abrazada y mimada como una mocosa!

Hua Fengxing no sabía si lo peor era que recordaba todo lo que pasó ese día o que MianMian solo bromeó mucho con ella junto a MeiMei sin molestarse por lo que le hizo a su ingenua prometida.

Si Yu Ziyuan se había dado cuenta de algunas… cosas, era tan caballerosa para no decir nada o una rompecorazones desvergonzada.

Aunque Hua Fengxing estaba muy avergonzada y la siguiente ocasión no se atrevió a tomar más que dos copas, si logró convencer a Lan Qiren de beber al menos una.

No… no debió hacer eso.

Convencer al muy borracho y muy terco Lan Qiren que ir a Buyetian a tocar su guqin a Wen Ruohan a las tres de la mañana no era una buena idea fue una batalla campal.

Aun le dolía la retaguardia del castigo que les dieron al día siguiente.

―¡YuanYuan, eso es injusto! La persona que toma licor como si fuera agua sin que tenga ningún efecto no puede decirme eso. Tomaste las tres botellas sin que te afectara en ningún aspecto. ¿Estás segura que era tu primera vez?

―Hmn, nunca había tomado en realidad, pero esa resistencia al alcohol es algo genético de mi clan, igual que la baja tolerancia de los Lan, pero al revés.

―No me recuerdes esa tragedia. Si alguna vez tengo un hijo le diré que nunca en su vida le dé alcohol a un Lan, o realmente se arrepentirá del monstruo que ha creado.

Yu Ziyuan simplemente no pudo evitar reírse.

Desde hacia algún tiempo Yu Ziyuan no podía evitar pensar en las palabras que Wen Ruohan le había dicho.

A través de los trazos del pincel y cada cuadro que preparó para aquel festival, Yu Ziyuan comenzó a cuestionarse sus verdaderos sentimientos por Cangse Sanren.

Los sueños extraños de Yu Ziyuan habían aumentado, como una tormenta que devoraba sus instintos a un punto en que Yu Ziyuan en verdad comenzó a preocuparse.

Más cuando la imagen de Cangse Sanren seguía apareciendo recurrentemente en sus sueños.

Mientras comía pescado crudo y calentaba el pescado que había atrapado para alimentar a Cangse Sanren, quien estaba lavando fruta en el rio con Yingying, la voz de Suibian le hizo levantar la vista.

―Deberías invitarla al festival.

Sus palillos soltaron en el plato el cubito de pescado crudo que iba a comer.

―¿Por qué?

―Bueno, como el Loto Violeta de Meishan Yu tienes derecho de invitar a todos tus amigos. Jiang Fengmian, Wei Changze y Wu Meibei irán como todos los años. Sé que quieres invitarla, pero tienes miedo que ella no quiera ir.

Yu Ziyuan le miró intentando entender a donde quería llegar.

―Sin embargo, no deberías de temer, ya has visto por ti misma. Ella realmente esta ilusionada con aprender sobre tu cultura. Incluso me pidió que le enseñara a rezar por las almas de los animales que comen. Le gustará mucho el festival y tus hermanas estarán felices de ver que ya tienes una amiga más.

―Ese es el problema.

Las hermanas de Yu Ziyuan no eran malas personas y Yu Ziyuan tenía una buena relación con ambas, pero…

Pero si esas dos la veían cerca de Cangse Sanren…

Sea lo que sea que estuviera pasando en su corazón esas dos no dejarían de molestarla con el tema sin parar.

―Oh, vamos. Sabes que ellas solo quieren que seas feliz. Te prometo que será divertido. Además podrás enseñarle en vivo todo lo que le has contado. ¿Acaso no te emociona poder compartir con tu amiga todo lo que amas de Meishan Yu?

Le emocionaba más que muchas cosas, pero no tenía el valor de hacerlo.

Era tan difícil hacer cosas como estas con gente nueva.

No era lo mismo invitar a los amigos de casi toda su vida a alguien nuevo que aún no entendía todos sus gestos y acciones.

―Confía en mí, A-Yuan. Todo saldrá bien.

Y tal como la vida le había enseñado, Shifu siempre tenía razón.

La imagen ampliamente emocionada de Cangse Sanren y su felicidad de ser invitada no tuvo precio. La voz de Cangse Sanren llenando el camino con el alegre tono de su voz y sus curiosas preguntas sobre su cultura y tradiciones era adorable.

Era agradable hablar con alguien que entendiera sus sentimientos hacia la naturaleza.

Alguien que escuchara sus ideas y pensamientos sobre esta sin prejuicio.

Alguien que no fuera aquellos que sintiera familia.

―Yu Ziyuan, ¿Por qué te detienes?―Caminando a lado de Suibian y Zidian sosteniendo las riendas de su burro y con Yingying descansando en uno de sus hombros, la omega preguntó.

Yu Ziyuan olfateó una y otra vez buscando a través del toque del viento y la voz de la tierra. Sus oídos atentos como su olfato pudieron sentir la presencia de un ser que se acercaba.

Solo bastó una palabra para que Suibian y Zidian lo entendieran.

―Oso.

Mucho antes de que Hua Fengxing lo entendiera de entre los árboles emergió un enorme oso pardo. Su pelaje brillaba con la luz del día al igual que las enormes garras que dejaban huella sobre la tierra como sus almohadillas.

―¡AaaaMph!

Rápidamente Suibian se puso detrás de la chica y cubrió su boca por completo. Yu Ziyuan notó la confusión y el miedo en el oso por el grito de Cangse Sanren. Cuidadosamente se acercó a este, sus flores florecieron envolviendo al oso en la niebla de la empatía. Los lotos rápidamente lograron explicarle que estaba a salvo.

Nadie estaba aquí para cazarlo.

Agachándose a su altura Yu Ziyuan extendió su mano a este ante la aterrada Hua Fengxing que no comprendió porque nadie la detenía.

Y para su sorpresa… no pasó nada.

El oso juntó su nariz a la palma de Yu Ziyuan, frotándose contra esta.

Yu Ziyuan suavizó su mirada, sus flores envolvieron al animal y comenzó a hablarle en una lengua que aunque Hua Fengxing no comprendió en absoluto, supo que era algo que le había escuchado hablar varias veces en el bosque con los conejos, ciervos y ardillas de Gusu Lan.

Era LongLian.

Los ojos de Hua Fengxing brillaron con sorpresa, maravillados ante la imagen de la poderosa Yu Ziyuan calmando a un animal que si otro tipo de YuZhong mirara, seguramente se asustaría.

―Suibian, puedes soltarla.

Haciendo caso a las palabras de Yu Ziyuan, Suibian la soltó. Las miradas tranquilas de ambos guardianes le hicieron saber que todo estaba bien.

Pero no esperó que Yu Ziyuan extendiera su mano hacia ella y con una mirada suave y una hermosa sonrisa le llamara.

―Ven.

El rostro de Hua Fengxing enrojeció por completo, el tragar duro fue inevitable.

Oh por los dioses, Yu Ziyuan era tan atractiva cuando sonreía.

―Yo… no-no creo que sea buena idea.

―Lo será, él quiere conocerte. Lo asustaste, ahora tienes que presentarte adecuadamente.

¡Oh por Dios, la sonrisa traviesa de Yu Ziyuan era fatal!

―E-está bien.

Sin poder hacer nada más que aceptar la oferta Hua Fengxing se acercó, permitiéndole a Yu Ziyuan tomar su mano.

El contraste con los fríos dedos y la palma de Yu Ziyuan le dio un escalofrió y la cercanía a ella cuando la hizo agacharse a su altura la hizo brincar. Su corazón titubeo cuando Yu Ziyuan no soltó su mano, llevándola a colocarla sobre la fría nariz de aquel oso.

Y para su sorpresa el oso no intentó atacarla. Solo se quedó quieto haciendo un ruido que pareció muy tierno. Como si aceptara ser tocado por ella.

La sonrisa de Hua Fengxing fue inevitable como las estrellas que decoraron sus iris.

―Lo ves. Él no te hará daño. Ellos les temen más a los humanos de lo que los humanos pueden temerles.

―Oh. ¿Él tiene algún nombre?

―No. Los animales que no conviven mucho con humanos no suelen sentir la necesidad de portar nombres.

―Ya veo. Entonces solo diré: hola. Eres muy bonito. Soy… Cangse Sanren, es un placer conocerte.

Yu Ziyuan no dijo nada, solo sonrió suavemente. Amando el sonido del viento contra las hojas y el floreciente aroma de las peonias, lirios y camelias emocionadas por el momento.

Cangse Sanren se veía como un lindo zorrito conociendo algo nuevo.

Adorable.

―¿Te gustaría acariciar su pelaje?

―¿Podría hacer eso?―su sonrisa emocionada golpeó el corazón de Yu Ziyuan con ternura.

―Hmn.―Yu Ziyuan extendió su mano, sus ojos se encontraron.  El aroma de Yu Ziyuan era tan dulce que hizo que Hua Fengxing tragara duro.―¿Me permites enseñarte?

¿Por qué Yu Ziyuan estaba sonriendo tanto? ¿Por qué su corazón latía tan rápido?

Tal vez comió demasiados dulces.

―… Hmn.

Sus hombros chocaron suavemente antes de que Yu Ziyuan colocara su mano sobre su hombro. Aquella mano pidió permiso nuevamente para tomar la suya. Era tan fría y aun así tan agradable. Grande y hermosa, de dedos largos, contrastando con la sensación de cada línea de aquellas palmas ásperas por el duro trabajo de Yu Ziyuan en su jardín y entrenamiento.

Cuando sus manos estaban atrapadas por las manos de Yu Ziyuan, Hua Fengxing trago duro.

¿Por qué el día era tan cálido hoy?

―Pon tus manos sobre su pelaje, de esta manera.―La voz de Yu Ziyuan cerca de su oído la hizo estremecer. La voz de Yu Ziyuan era demasiado atractiva para atreverse a cuestionar porque a muchos omegas y uno que otro alfa y beta en Gusu Lan les gustaba esta mujer.

Yu Ziyuan, completamente inconsciente de lo que pasaba y solo pendiente del animal ante ellas, le ayudó a colocar sus manos sobre la cabeza del oso. Enseñándole a hacer masajes suaves sobre el pelaje.

―De esta manera, acaricia suavemente evitando frotar demasiado rápido o duro. Les gusta que rasquen debajo de sus orejas, así.―la voz de Yu Ziyuan era agradable. Gruesa, pero armónica como las canciones que componía.

Hua Fengxing iba a morir.

 ―Bien, lo has hecho muy bien.

―Ah.

La mente de Hua Fengxing se había roto hacía mucho tiempo.

―Lo ves, es una buena persona, ella no te lastimará. Buen chico.

Cuando Yu Ziyuan la ayudó a levantarse tal como prometió si encontraba un oso se fue a pescar con este, matando a Hua Fengxing de ternura.

Una vez que reanudaron su camino y el Señor Sandu avisó que Fengmian estaba mucho mejor, pero algunos asuntos lo entretendrían, siguiendo el deseo de Fengmian buscaron continuar.

 Durante todo ese tiempo Hua Fengmian pensó en muchas cosas y prestó mucha atención al comportamiento de Yu Ziyuan, la forma en la que pescaba, su gentileza con los animales del bosque y su caballerosidad al no acercarse más a ella de lo que era correcto.

Y Hua Fengxing llegó a una conclusión.

―La gente es muy mentirosa.

La música del dizi de Yu Ziyuan se detuvo ante sus palabras, los peces que la alfa había pescado aún se cocían en el fuego. Sus ojos violetas pasaron a la omega.

―¿De qué hablas?

―¡Que la gente es una mentirosa cuando se trata de los Yu!

Más sus tíos que le habían mentido tanto sobre las maravillosas personas que parecían ser los Yu.

Los ojos de Suibian y Zidian pasaron a la omega dejando de lado su conversación.

Con el ceño fruncido la chica continuó.

―La gente siempre dice muchas estupideces de los Yu, nunca he querido creer ninguna de esas palabras, pero entre más tiempo he pasado en este mundo más tiempo me ha dado de entender que las personas son muy mentirosas y prejuiciosas. ¡Mas cuando hablan de los Yu!

Yu Ziyuan suspiró.

―Muchas personas dicen que ustedes son unos salvajes, que dan mucho miedo por lo altos que son y sus técnicas de combate. También por el hecho de que nadie puede ver que hay dentro de sus murallas. ¡Los mismos dioses tienen sus sospechas sobre porque no pueden ver que hay ahí adentro!

Yu Ziyuan resopló, una sonrisa burlona atrapó sus labios.

―Si los mismos Dioses Humanos no pueden ver lo que hay dentro, entonces no son muy poderosos en realidad.

Levantándose de su lugar Yu Ziyuan caminó hacia la omega.

―Durante toda mi vida he aprendido que debo estar al tanto de lo que otros dicen sobre mi gente y buscar llamar la menor atención posible al respecto. Pero entre toda mi investigación he entendido que no importa si algo es verdad o no, entre más escandaloso y cuestionable sea mayor atención recibirá de la gente, al punto que lo considerarán una realidad.

―¿A ti no te molesta lo que ellos digan de tu clan?

―A lo largo del tiempo y temporadas que he vivido en el exterior de aquella muralla he entendido algo, la gente del exterior a veces es muy estúpida.

―Oh.

―Aquellos que se creen todo lo que les dicen sin cuestionarlo con un criterio propio solo son bestias encerradas en sus propias cuevas. Salir o no para enfrentarse a la verdad puede ser cegador, pero solo aquellos fuertes de voluntad podrán soportar aquella cegadora luz.

Al estar de pie ante la chica Yu Ziyuan le miró seriamente, su voz fue serena mientras extendía una mano para ayudarle a levantarse.

―Has hablado del mundo y hasta de la opinión de los dioses, soy consciente de lo que ellos piensan de mi gente. Pero, ¿Qué es lo que piensas tú? Me gustaría escucharlo.

Poniéndose de pie, Hua Fengxing fue clara:―Creo que no puedo opinar de lo que no conozco, pero todo lo que he visto de ti solo me habla de un clan generoso con todos.

Yu Ziyuan apartó la mirada, buscando ignorar la sensación de miedo que le atrapó ante la espera de su respuesta.

Pero lo que recibió alivió su corazón.

―­Es por eso que quisiera entender de verdad que son y como son los Yu. He vivido gran parte de mi vida en templos, pero todo lo que me han enseñado sobre los Yu es que debía mantener la distancia. No me gusta eso. Si la enseñanza se guía a través del miedo y el prejuicio, ¿Qué tanto de eso se puede considerar verdad?

―Es cierto, los humanos pueden ser muy prejuiciosos. La forma en la que han tratado a los demonios y demás criaturas de los bosques y otros planos es el mayor ejemplo.

―Es por eso que estaba pensando que si vamos a ir al festival de Meishan Yu, no sería una buena idea que me contaras cómo funciona su cultura y que hay ahí para que pueda entender mejor lo que vere en tu hogar natal.

―¿De verdad quieres aprender eso?

―¡Claro que sí! Si me enseñas de los Yu te enseñaré de los Mao.

Yu Ziyuan resopló con una sonrisa divertida. Se acercó a revisar el pescado y al comprobar que ya estaban, tomó uno y se lo ofreció a la omega.

Y en lengua MaoLang habló.―Eso no es necesario, pero si eres una buena chica y comes tu pescado te contaré todo sobre Meishan Yu.

Los ojos de Hua Fengxing brillaron emocionados.

―¡Tú también sabes lengua MaoLang! ¿Por qué no me lo dijiste?

Tan pronto ambas jóvenes terminaron su pescado, retomaron su camino. Y como prometió Yu Ziyuan le contó todo sobre los Yu. A través de los bosques y los ríos Yu Ziyuan habló sobre porque cada criatura tenía derecho a vivir una vida digna por el simple hecho de haber nacido en ese mundo.

Yu Ziyuan le explicó sobre la importancia de respetar el ciclo de la vida y lo que naturalmente eran. Como no puedes hacer que un carnívoro abandone la carne ni obligar a un herbívoro a comerla. El ciclo de la vida era sagrado para los Yu. Tanto como el balance entre la vida, la muerte y el ciclo de la reencarnación.

También le contó sobre los tótems en forma de oso que usaban. Como aquella promesa entre su gran ancestro y un oso los llevó a formar vínculos y alianzas con diferentes guías espirituales. Y como aquellos animales que su ancestro amaba tanto se volvieron tan importantes para poder verlos por doquier en Meishan Yu.

Hua Fengxing había visto ese tótem. Varias veces cuando Yu Ziyuan entrenaba sin aquella capa de cuello alto que escondía la pieza de metal. El oso que ahora Yu Ziyuan le mostraba al igual que los detalles que había dejado la persona que hizo la pieza. 

―Para un Yu esto es importante, más que cualquier cosa. No solo es la señal de una promesa sagrada para nosotros, también es la muestra de que estamos aquí. Que prevalecemos a través del tiempo y estamos esperando el momento de lograr cumplir nuestro mayor deseo.

―¿Qué deseo es?

Los cabellos negros de Yu Ziyuan se ondearon con el viento como las olas del mar. Sentada sobre su caballo Tormenta era mucho más alta que Hua Fengxing sobre su burro.

―Esperar a que aquel que quiere ayudar a la humanidad vuelva a casa.

Los ojos violetas miraron con nostalgia el atardecer, sus dedos abrazaron el tótem. Si su cabeza dolió un poco, la imagen de una persona cubierta con una capa negra que apareció ante su mente le hizo ignorarlo.

Con su vista hacia el rio Yangtzé su voz sonó tan clara como las aguas.

―Florece con la fuerza para proteger a una bestia. Ese es el lema de mi gente, de los Yu, ¿sabes que significa?

―No, ¿Qué significa?

―Entrena hasta que tus huesos se rompan, lee y escribe hasta que tus ojos y tus manos sangren. Ve el mundo por ti mismo y camina sobre él hasta que tus pies no puedan más. Pero nunca, sin importar cuanto cultivo has forjado, jamás subestimes al destino al punto de solo tener una opción.

Violeta y negro se encontraron, las palabras de Yu Ziyuan fueron directas.

―Muchos cultivadores de YuZhong viven de leyendas y expectativas de la guerra sin comprender que significa una guerra en realidad. Se quedan con la poesía y los actos heroicos idealizados a través de hermosas palabras, pero olvidan la sangre, las muertes provocadas, el sacrificio y el horror que vive la gente en una guerra.

Yu Ziyuan se aferró a las riendas de su caballo. Su ceño se frunció mirando el atardecer.

―En un mundo donde hay demonios capaces de quitar tu núcleo o derretirlo en tu interior, confiarte solo en ese orbe dorado no es lo más inteligente. Y aunque el actual emperador no es alguien malvado y hemos tenido paz, no podemos confiarnos en aquellos que se atrevieron a traicionar al emperador Luo y siguen cometiendo actos viles sin que nadie pueda detenerlos.

―… ¿Crees que esos demonios… intenten hacer una guerra?

―No lo sé, pero mi clan nunca ha querido confiarse. No solo por ellos, sino también por la razón por la que estoy viajando a Meishan Yu. El motivo por el que existe el Festival del Dragón de mi lugar natal… Yu Laoying.

El sonido de los cuervos llenó el ambiente como el ruido de los halcones y águilas que sobrevolaban los cielos oscurecidos por una sombra extraña que hizo a Hua Fengxing levantar la mirada. La gran imagen de una muralla mucho más grande de lo que Hua Fengxing pudo haber imaginado apareció ante sus ojos.

Frente a ellos había una inmensa muralla que superaba los más de cien metros de altura, la piedra porosa no se diferenciaba con la belleza de una montaña, y la escultura de una flor de loto de trece pétalos con dos sables elevándose tras está, apuntando oriente y poniente descansaba sobre la puerta principal ante la que se encontraban.

Hua Fengxing no pudo evitar la sorpresa. Era la primera vez en su vida que por fin podía ver aquella muralla. La Gran Muralla Yu era tan hermosa como lo había imaginado, pero también se sentía… familiar.

Como algo que vio en un sueño.

La imagen de Yu Ziyuan de espaldas a ella se distorsionó un poco al igual que su vista en general.

Más alta, más grande. Había una extraña corona sobre su cabeza, el bosque fue sustituido por un gran salón blanco parecido al palacio celestial. Dos cachorros sostenidos a cada mano de espaldas al igual que…

―Fengxing.

Aquella hermosa persona…

―Fengxing.

A quien tanto había buscado.

―Cangse Sanren.

Cuando se dio cuenta de que se había perdido en sus pensamientos fue porque Yu Ziyuan había chasqueado sus dedos cerca de su oído.

―¡Aaah!―la chica no pudo evitar brincar ante el sonido.

―¿Estás bien?

―¡Ah, sí!

―Te perdiste por un momento y no me contestabas.

―Ah, sí. Es que me perdí pensando en que, ah… ¡Me dio hambre!

Yu Ziyuan no le creyó, pero no la presionaría a hablar. Menos al recordar el rostro tan triste que tenía hacía unos momentos.

Como si estuviera a punto de llorar.

Esperar era lo mejor.

Solo si ella quería hacerlo hablarían cuando estuviera lista.

Con un gesto tranquilo habló.―Esta bien, pescaré para ti cuando entremos.

Mirando atentamente que los guardianes habían cruzado los brazos esperando pacientes, pasó sus ojos a Yu Ziyuan y la vio buscando en su bolsa donde guardaba sus partituras, tinta, papel y…

Ese dizi en especial que salió ante los ojos de Hua Fengxing.

Era un instrumento muy bonito con los colores del clan de Yu Ziyuan. Siempre le había llamado mucho la atención a Hua Fengxing cada que la tocaba, al igual que esa campana plateada con una mariposa de plata colgando de su cinturón, junto a la campana de claridad Jiang.

Que irónico. Para alguien que era indiferente a Lluvia Carmesí, Yu Ziyuan irónicamente también gustaba de las mariposas.

―Y entonces, ¿Cómo entraremos a la muralla? ¿No habrá problemas porque nosotros no somos Yu como YuanYuan.

―La única forma en la que un extranjero pueda entrar es con una invitación de parte de uno de los reyes o príncipes de Meishan Yu. Pero no tienes que preocuparte, vienen conmigo por lo que podrán entrar.

Girando el dizi entre sus dedos Yu Ziyuan lo colocó a la altura de sus labios y sus ojos se cerraron.

―Y es aquí donde entra esto.

Yu Ziyuan colocó el dizi frente a ella, tomó bastante aire, canalizó energía espiritual y tocó.

Tan pronto las notas comenzaron a sonar la energía espiritual de Yu Ziyuan en su música se materializó en ondas entre raíces de flores de lotos violetas y polvillo dorado, formando ríos celestes y violetas de energía que envolvieron a Yu Ziyuan ante una sorprendida Hua Fengxing.

Las notas comenzaron a unirse a los ríos violeta como peces ansiosos, abriéndose camino a través de la energía espiritual que chocó contra las grandes puertas de la muralla. Cubriendo por completo la superficie de madera que reaccionó ante el llamado de Yu Ziyuan.

Los ojos de la alfa brillaron con aquella energía fluyendo de su cuerpo, las pupilas se rasgaron y con solo agitar su diestra con una orden directa, las grandes puertas se abrieron reconociendo de inmediato a Loto Violeta de Meishan Yu.

Y pasando su mirada violeta hacia Hua Fengxing, su voz fue clara.

―Listo. Es hora de entrar.

Con un rostro bastante sorprendido Hua Fengxing habló:―Debo aceptarlo, esperé muchas cosas menos esa. ¡Quien diría que tu dizi era una llave!

―Primera lección sobre Meishan Yu. La música es un idioma universal capaz de abrir miles de puertas. No solo metafóricamente. El Gran Ancestro Yu Laoying fue el primero en desarrollar este tipo de cultivo. Es por eso que no tememos sobre el sistema de seguridad de la muralla.

―Ahora entiendo muchas cosas sobre ese dizi tuyo, ¿también compones canciones que pueden servir como hechizos “malvados”?―bromeó la omega.

Con una sonrisa burlona Yu Ziyuan contestó mirando el dizi.―Puede ser o tal vez no. Lo dejaré a tu imaginación.

Tomando las riendas de su caballo y el burro de Hua Fengxing, Yu Ziyuan colocó su dizi en su cinturón y con una sonrisa habló.

―¿Estas lista para ver lo que hay en el interior de las murallas y causa tantas sospechas como curiosidad incluso para los dioses?

―¿Estás segura con dejarme entrar? ¿Qué te dice que no ira contarle al mundo lo que hay adentro?

Yu Ziyuan le miró de una forma que Hua Fengxing no supo cómo interpretar, el brillo de esos ojos violetas hicieron que los latidos de su corazón se incrementaran.

 ―Porque confió en ti como nunca he confiado en alguien más.

La sonrisa de Yu Ziyuan fue hermosa ante el amanecer, como un viejo recuerdo de un mundo que Hua Fengxing había soñado mil veces. La mano extendida de una persona que buscó durante tanto tiempo que no podía recordar cuando aquello inició, hizo enloquecer su corazón.

Sus mejillas se tornaron tan rosas como las peonias que la adornaban, la culpa floreció dentro de su corazón y el recuerdo de la hermosa sonrisa de Jiang Fengmian pesó tanto como una montaña.

Y Hua Fengxing se quedó sin palabras.

Su padre tenía razón.

Los Yu eran demasiado peligrosos.

―Adelante, y bienvenida a Meishan Yu.

Y Yu Ziyuan era el mayor peligro para su corazón.

En silencio Suibian apretó los puños lleno de impotencia.

Tenía que terminar con esta maldición si quería salvar los corazones de esas dos.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Meishan Yu era el lugar más hermoso que Hua Fengxing había visto en toda su vida.

Tal como Yu Ziyuan prometió comieron tan pronto como entraron a la muralla. Los pescados que Yu Ziyuan pescó para ella eran tan buenos como solo ella podía escoger y la comida fue exquisita como siempre.

Por sugerencia de Yu Ziyuan tomaron otro camino en vez del largo rio que era el camino más directo. Hua Fengxing no preguntó, pero supuso que tan vez había peleado otra vez con su madre.

Aunque no sabía mucho del tema si sabía por la alfa que al parecer tenía una relación algo tensa con su Majestad, el Señor Suibian solía funcionar como intermediario buscando que eso no llegara a Yu Ziyuan, pero al final como también le pasaba al señor Suibian, los conflictos con Yu Huitou parecían aumentar.

Hua Fengxing no sabía el motivo, pero solo podía desear que las cosas mejoraran mientras cumplía su rol como amiga ofreciéndole apoyo.

Entrar por el lado del bosque le llevó a conocer muchos de los animales de Meishan Yu. Al igual que hizo con ese oso, Yu Ziyuan le enseñó como mimarlos. Si Hua Fengxing estuvo a punto de morir de un infarto en cada ocasión la inocente Yu Ziyuan en verdad no lo notó.

En verdad, si así era Yu Ziyuan sin darse cuenta de cuanto podía afectar el corazón de los demás, Hua Fengxing no quería saber cómo era cuando en verdad lo hiciera con intención de conquistar.

Tan aterradora.

Sabía que Yu Ziyuan no lo hacía con malas intenciones. El señor Suibian le había explicado que ella en verdad amaba enseñar como tratar a los animales y era una apasionada empedernida cuando se trataba de hablar de su cultura.

Si todos esos omegas y hasta alfas que Yu Ziyuan conquistó solo con su fiereza como cultivadora habían caído ante esa imponente imagen, no quería imaginar como actuarían en su lugar.

Hasta esa desagradable Wang Tanlan que se apareció en esa cacería nocturna, en donde se adhirieron como una sanguijuela a Wen Ruohan y Lan Qiren para asegurarse que estaría bien cerca de ese mocoso coqueto, podría caer fácilmente ante los encantos de Yu Ziyuan.

Hua Fengxing frunció el ceño con molestia.

No, claro que no. Ellos no tenían derecho a saber lo linda, tierna, inocente y adorablemente tonta que podía ser Yu Ziyuan cuando hablaba de la naturaleza.

Mucho menos esa mujer Wang Tanlan.

¡Eso solo le correspondía conocerlo y disfrutarlo a Hua-

A… ¡A Jiang Fengmian! ¡Sí, Jiang Fengmian y solo él!

Jajajajaja… ah.

Hua Fengxing no sabía si reír o llorar.

Caminando por el bosque y conociendo más de la cultura de los Yu a través de los campos de cultivo, zonas de entrenamiento y los niños que encontraron jugando en el camino, Yu Ziyuan, Hua Fengxing, Suibian y Zidian llegaron al arco de la Osa Mayor.

―Osa Menor, que nombre tan curioso.

Aunque aquel arco no era tan grande como Yu Ziyuan mencionó que era el arco principal de la verdadera entrada a la ciudad, las figuras de osos talladas en este eran muy hermosas y divertidas.

Osos persiguiendo salmones en un rio de estrellas.

Que lindo.

Quien diría que los supuestamente aterradores y salvajes Yu eran tan tiernos en realidad.

En ese lugar mucha gente los saludó en mandarín, pero también saludaron a Yu Ziyuan en su lengua al parecer.

Increíble. La gente de Meishan Yu era tan amable que incluso te hablaba en tu lengua para que no te sintieras perdido.

Que gente tan cortés.

Aunque seguían siendo muy altos.

La clara diferencia entre sangre Xie y sangre Yu sí que era aterradora.

Al fondo en el territorio donde comenzaba la Ciudad de las Estrellas, XingXing Shi, Hua Fengxing pudo notar a dos curiosas personas que se veían bastante similares una a la otra. Sus túnicas tradicionales se parecían mucho a las de Yu Ziyuan, tanto en la calidad como los bordados y joyas ornamentadas que portaban sobre estas.

Sus cabellos negros yacían decorados con múltiples trenzas que portaban bonitas cuentas en los colores de Meishan Yu. Haciendo que sus melenas frondosas se vieran tan hermosas como el cabello de Yu Ziyuan. Decoradas con un tocado, redes y cuentas de colores, oro y plata.

Sus ojos grises los miraron hasta que una de esas alfas levantó la mano y saludo hacia ellos.

―¡Diebria! ¡Sus señorías Zidian y Suibian!

El terror se apoderó de Yu Ziyuan cuando aquellas personas le hablaron en LongLian.

―¡Diebria! ¡Ven aquí!

Con un suspiro cansado, Yu Ziyuan se dio la vuelta y enfrentó a Cangse Sanren.

―Yo… tengo que ir a saludar a mis hermanas y explicarles tu presencia aquí.

―Oh claro. No te preocupes. ¿todo está bien?

―Hmn… solo… van a molestarme mucho porque es raro que haga amigos. Si te dicen algo vergonzoso de mí, ignóralo, por favor.

―Jajajaja, no te preocupes. Así lo haré.

La sonrisa de Cangse Sanren le dio mayor valor. Engañándose a sí misma sobre la razón tras el violento latido de su corazón, Yu Ziyuan fue hacia sus hermanas.

En su lugar, Hua Fengxing no pudo evitar preocuparse.

―Señor Suibian, ¿ella estará bien?

―Sí, no te preocupes. Sus hermanas solo van a molestarlas porque están felices de que tenga una amiga más.

Si aquello era real o no Suibian no lo sabía.

En momentos como esos desearía saber LongLian.

Tras haberse saludado frotando narices las hermanas de Yu Ziyuan fueron directamente al punto.

―Fengmian nos contó absolutamente todo en una carta sobre aquella linda criatura que traes contigo.

―Sobre todo lo del duelo por un burro.

Jiang Fengmian, miserable traidor.

Yu Qiutian y Yu Jiyi eran las hermanas mayores de Yu Ziyuan.

Aunque había seis años de diferencia entre las gemelas y Yu Ziyuan, Yu Ziyuan se crio entre XingXing Shi y Lianhua Wu, Suibian-Shifu las incluyó mucho en los juegos que le enseñó a jugar para aprenderá convivir con los niños de su edad, mientras le enseñaba como un rey debía moverse en sociedad, por lo que las gemelas y el Loto eran en realidad cercanas.

―¿Por qué trajiste una pequeña criatura del exterior por la parte de atrás de la ciudad? La hubieras llevado por el rio Long, es una vista mucho más hermosa si querías mostrarle Meishan Yu.

―Mas importante, ¿Por qué me está llegando un aroma a Peonias de Primavera? ¿Fueron a recolectar algunas en el camino? Deberías decirle que cubra bien la maleta o el aroma se diluirá y las flores se secarán más rápido.

Ese era otro problema para Yu Ziyuan.

¿Cómo les decía que el aroma de una flor que sirve para la fertilidad… provenía de la misma Cangse Sanren y no de supuestas flores recolectadas?

Era mejor distraerlas con otro tema.

―Dribrian.

―Dribrian fue a cultivar a la montaña Tian, se quedará todo el festival ahí, así que la responsabilidad del festival recae en nosotras.

―Pero volviendo al tema de la bonita criatura que trajiste, ¿estás segura que es humana?

―Es demasiado bonita para ser humana. ¿No es un Huli Jing?

―No, recuerda que los Huli Jing huelen a hortensias.

―Cierto.

―Entonces esta criatura misteriosa tan bonita la has traído aquí, sospechosamente huele a camelias, posiblemente es una Xie. Algo que supuestamente ya no debería existir porque el último miembro del clan es el Dios Humano Xie Lian.  Por lo que este ser es una especie exótica en un salvaje mundo peligroso. Y curiosamente tú no solo has tenido la cortesía de guiarla amablemente aquí. Sino que ella huele un poco a ti, como si la estuvieras protegiendo con tus flores.

―¿A dónde quieres llegar, Jiabrie?

―¡¿Cómo pudiste ocultarnos su existencia durante meses?! Eso no se hace, Ziyuan.―y con una sonrisa maliciosa Yu Quitian declaró.―Ya que esto será obviamente algo oficial como podría esperarse de ti, entonces tendrás que presentárnosla como es debido.

Y la alfa comenzó a caminar hacia Cangse Sanren, siendo seguida por su hermana gemela.

―Así es, debes presentarla, después de todo es algo oficial. Presentarla adecuadamente a tu manada es muy importante, pequeña loto.

―Esperen, ¿Qué demonios?

―Tenemos que hacer una cena a la altura del evento. ¿Le gusta la seda? ¿deberíamos regalarle seda, joyas o armas? Parece que trae una cimitarra. Tal vez una de esas estaría bien.

―Recuerda, a un mamífero se le llega por el estómago. Tenemos que cocinar las tres algo digno de una criatura que logró que Ziyuan la trajera directamente a Liniabri Mi. Merece lo mejor.

―Creo que en la carta de Fengmian decía que le gusta comer más. Deberíamos revisar.

―¡¿Qué demonios están haciendo?!

¿Qué querían decir con oficial? ¡¿Qué demonios les había dicho Jiang Fengmian?!

Entonces algo vino a su cabeza.

“―Que es obvio que ella te gusta.”

Y sus pasos se detuvieron como su corazón.

No.

Ella no gustaba de Cangse Sanren de esa manera.

Ella tenía un futuro designado, ella se casaría con Jiang Fengmian y sería el futuro Rey Alfa de Yunmeng Jiang.

Algo como eso…

Algo como amar a…

No, Yu Ziyuan debía dejar de pensar tonterías.

―¡Señor Suibian, Señor Zidian, me alegra mucho que hayan venido este año! Bienvenidos a XingXing Shi.

Los tres se ofrecieron una reverencia ante la curiosa Hua Fengxing.

―Gracias por recibirnos.

Al llegar con Cangse Sanren y sus guardianes Yu Ziyuan tuvo que presentarlas.

―Cangse Sanren, ellas son Yu Qiutian y Yu Jiyi. Mis hermanas mayores. Jiabries, ella es Cangse Sanren, la Princesa de la Montaña Divina de Baoshan Sanren.

Las gemelas y Cangse Sanren ofrecieron sus saludos formalmente junto a una pequeña reverencia. La voz de la hermana mayor llegó a la omega.

―Es un placer conocerle, su Alteza. Mi nombre es Yu Qiutian. Bienvenida a Meishan Yu.

―Es un placer, Alteza. Soy Yu Jiyi, bienvenida a Meishan Yu.

―Me presento antes sus Altezas Reales, es un placer conocerlas.

―Oh, vamos, no te preocupes por las formalidades. Estamos en confianza. Nos alegra mucho que Ziyuan te haya traído a Meishan, ¿ha sido una buena anfitriona?

―Sí, Yu Ziyuan es muy educada y amable. Me mostró los ciervos y alces del bosque. También vi muchos osos. Su hogar es sin duda una pieza de jade deslumbrante en YuZhong.

―Y eso que solo viste el bosque oeste. Por tus túnicas puedo decir que tienes cierta influencia Mao sobre tu corazón. ¿Fuiste criada en un nido Mao?

―Jiabrie.

―Digamos que es algo así. Aunque no soy una Mao sanguínea lo soy de corazón.

­―Entonces Meishan Yu podría ser de tu agrado. Nuestra muralla llega hasta el territorio Mao, en la conexión con el Rio Long hay una puerta que permite viajar a Kunming Mao. Ziyuan y nosotros podríamos llevarte entre estos días.

―No quisiera molestar con algo así.

―No es una molestia, ¿verdad, Ziyuan?

―Yo… claro que no lo es. Si quieres ir, podemos ir.

Violeta y negro se encontraron, la calidez en los ojos de Yu Ziyuan la hicieron aferrarse a sus túnicas. Sus ojos bajaron y sus mejillas se sonrojaron.

―Está bien, muchas gracias.

―Pequeña Cangse, eres una criatura tan bonita y pequeña, ¿no te dio miedo esta enorme criatura cuando la conociste?―señaló a Yu Ziyuan.―Con lo alta que se está volviendo no te culparía.

Yu Ziyuan palideció.

Oh no, estas criaturas comenzarían a decir tonterías.

―No en realidad, aunque debo decir que si me sorprendió, Pero creo que Yu Ziyuan en realidad es muy tierna.

El rostro de Yu Ziyuan se tornó completamente rojo.

―¡Verdad que sí! Ah, nuestra pequeña A-Yuan no deja de ser tan dulce.

―Pequeña Cangse, ¿te gustan los bollos dulces?

―¡Si, me gustan mucho!

―¿Te gustaría ver la ciudad mientras caminamos hacia el palacio?

Los ojos negros miraron a Yu Ziyuan, como si le preguntara si era buena idea aceptar. Yu Ziyuan asintió y ella aceptó.

―Me encantaría mucho recibir su guía.

―Bueno, ustedes dos deben estar cansadas por el viaje. Vamos es hora de ir al palacio. Sirve que te mostramos la ciudad.

―Pequeña Cangse, ¿te gustaría ver los canales de XingXing Shi?

―¡Claro!

A través de las calles y los canales de XingXing Shi, Hua Fengxing descubrió un mundo completamente diferente.

Entre bestias como osos, panteras, tigres y leopardos de las nieves. Entre caballos, dromedarios. Ciervos y alces con aquellos collares de plata que los distinguían como miembros del clan Yu, Hua Fengxing sintió que este lugar, Meishan Yu le era familiar.

Pero no podía entender aun por qué.

Las hermanas de Yu Ziyuan eran mucho más amables y divertidas de lo que pensó.

Ellas le hablaron un poco más sobre Meishan Yu, los juegos que habría en el festival y que si quería unirse a ellas para varios juegos podía hacerlo.

Sin embargo, cuando llegaron al palacio HanYu, Yu Ziyuan pasó sus ojos a Cangse Sanren y habló.―Yo… debo ir a presentar mis saludos a mi Bába.

―Oh, está bien. No te preocupes.

―¿Estarás bien?

―Claro que sí. Tus hermanas son muy amables y tus guardianes siguen aquí.

―Yo… en Meishan Yu hay un tipo de duraznos que se cosechan todo el año, ahora mismo están en su mejor época. Son tan jugosos como te gustan, ¿te gustaría ir?

―¡¿De verdad?! Pero… no sería mejor que descansaras. No querría que te cansaras de más en estos días que tendrás que liderar el festival.

―No estoy cansada y es un lugar muy hermoso. Además, ya me he encargado de la parte del papeleo más importante y solo tengo que supervisar algunas cosas en el festival. Estaré bien.

―Está bien, podríamos ir.

Tras despedirse de la omega fue con sus hermanas y guardianes, quienes detuvieron su conversación cuando llegó.

―Yo… iré a presentar mis saludos a Baibriam.

―No te preocupes. Nosotras cuidaremos a la pequeña Cangse. Ve y saluda a Baibriam.

Suibian y Zidian asintieron, dándole a entender que no tenía que preocuparse por Cangse Sanren.

Con un asentimiento Yu Ziyuan se adentró al palacio camino al Salón Ancestral Yu. sus túnicas se ondearon ante Hua Fengxing como un viejo recuerdo de un tiempo que no podía recordar.

Hua Fengxing negó, últimamente su mente se sentía muy confundida entre los sueños y la realidad.

Tal vez… solo estaba confundida.

La voz de Yu Qiutian la sacó de sus pensamientos.

―Pequeña Cangse, ¿te gustaría ver el palacio mientras la esperamos?

―Oh, ¿podría hacer algo así? No quisiera ser irrespetuosa.

―¡Claro que no lo serías! Estás en Meishan Yu, ¿Por qué no conocer el primer hogar de Yu Ziyuan y todo lo que ama de aquí? ¡Siéntete como en casa!

―Ven, te contaremos vergonzosas historias de cuando Ziyuan era pequeña. El Señor Suibian se sabe las mejores.

―Las mejores son cuando era bebé y ustedes conocen esas mejor que yo.

Siendo llevada por la curiosidad Hua Fengxing aceptó.

―Está bien, vamos.

―Te gustará, vamos.

Hua Fengxing sabía que Yu Ziyuan podía ver y percibir cosas que ella no podía.

Solo podía esperar que todo saliera bien en esa visita hacia su padre.

Con una última vista hacia el pasillo por el que la alfa desapareció. Hua Fengxing siguió a las hermanas Yu mientras estas le contaban sobre Yu Ziyuan.

―¿Sabías que A-Yuan tiene un punto débil? Si picas tres veces el hoyuelo de su mejilla derecha ella frunce el ceño de una forma muy tierna? Es como un activador de furia instantáneo jajajaja.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

 La figura de Yu Ziyuan se abrió paso a través de los pasillos del palacio, hundiéndose a través de los largos árboles que envolvían en misterio aquel lugar. Los arbustos de jazmines acompañaron su camino hasta que los árboles terminaron y sus ojos se encontraron con la vista de aquel gran edificio negro construido dentro de una cueva subterránea conectada al rio Long.

Los ojos violetas de la chica miraron seriamente este antes de continuar su camino.

El Salón Ancestral de los Yu se encontraba en el fondo de aquella cueva. La vista del gran techo pintado y ornamentado con los colores del clan llenó su vista. Las piedras preciosas y cristales que permitían que entrara luz, contrastaban con el agua cristalina que iluminaba las tablillas familiares de los Yu.

Bajando las escaleras del templo Yu Ziyuan llegó hasta el fondo, en donde se encontraba un candelabro de madera con las tablillas familiares de la familia real Yu. abajo el agua rodeaba la plataforma redonda de madera en donde había varios cojines. Y en varios puntos había tazones con pétalos y cristales de colores separados por tono en cada contenedor. 

Velas, incienso y figuras de divinidades, bestias ancestrales y animales yacían rodeando la plataforma. Y en el fondo de la cueva la gran estatua de oro de un dragón elevándose mientras sus anillos se sostenían de las nubes, presentaba el gran porte del dragón que tenía los ojos cerrados.

Sentándose en uno de los cojines. Yu Ziyuan presentó sus saludos ante el gran dragón. No demasiado bajo como una humillación o la petición de perdón, no demasiado alto como se saludaría a un humano.

Para un Yu el respeto a los ancestros no solo se basaba en la longevidad, sino también en el respeto que esos mismos ancestros presentaron por su pueblo.

De nada servía un ancestro arrogante con aires de grandeza que miraba con desprecio a los demás. Incluso si estos mismos nunca le hicieron nada.

El Gran Ancestro Yu les enseñó tres lecciones importantes.

El respeto debe ganarse a través de las acciones y buenas intenciones, el honor debe preservarse protegiendo lo que consideras importante, no humillándote ante aquellos que buscan dañar a los demás.

Y la edad no significa sabiduría. Esta solo puedes obtenerla si tienes la valentía para aprender de tus errores y del mundo por ti mismo.

Yu Laoying había sido el Yu que buscó hacer más por el mundo sin buscar nada más que ayudar. Era alguien respetuoso con todos aquellos que mostraban respeto y un maestro de aquellos que querían aprender importándole poco el origen de los demás.

Esa era la raíz de la educación de Yu Ziyuan, la base de lo que admiraba y consideraba el camino correcto. Por ello no tenía una buena percepción de aquellos que trataban como basura a los demás.

La arrogancia y el prejuicio era como la oscuridad, y Yu Ziyuan se esforzaba cada día por no caminar hacia ella.

Ofreciendo sus saludos al Gran Ancestro Yu, Yu Ziyuan tomó tres pétalos rosados entre sus dedos. Besó uno y los otros los posó sobre sus ojos antes de juntar los tres, posarlos sobre su frente y con ojos cerrados apretó los pétalos hasta hacerlos una bolita y escribió sobre el aire el nombre de su padre en lengua LongLian.

Las líneas curvas como dragones nadando entre las aguas de los ríos brillaron, formando caracteres con polvillo dorado naciente de los pétalos. Los caracteres de Yu Ziyuan fueron perfectos y una vez acabado, lo que quedaba de los pétalos desapareció entre polvillo dorado como el polvo del Rio Amarillo.

Con respeto ofreció una nueva reverencia como saludo.

Y cuando se levantó abriendo los ojos se encontró con la imagen brillante de un hermoso omega de cabello negro y ojos grises. Su aura era rosada como las túnicas que amaba vestir, incluso cuando se unió en matrimonio con Yu Huitou. Su sonrisa era dulce y cálida como la de sus hermanas.

―Ziyuan.

―Baibriam.

Importándole poco los modales y la etiqueta, Yu Ziyuan se lanzó hacia su padre abrazándole con afecto, sin importarle avergonzarse por las suaves risas enternecidas del omega. Eran momentos como estos los que le hacían agradecerle a los ancestros y al Gran Ancestro Yu por esta sangre que le permitía tener esta conexión con el plano ancestral.

El poder hablar con sus ancestros le había enseñado muchas cosas. Hablar con su padre le enseñó que la muerte de este no era su culpa y pudo aprender a comprender mejor el ciclo tan natural de la vida y la muerte, sin ese temor o culpa que le acompañaron los primeros tres años de vida que no sabía cómo manejar su poder.

―Cada año eres tan dulce, mi pequeño dragón.

―Hmn.

―¿Has estado comiendo bien? ¿Cómo fueron tus clases en Gusu? ¿Has hecho algún amigo nuevo?

Tal como siempre hacia Yu Ziyuan le contó de su tiempo fuera de la muralla. Los animales que había visto y lo que había aprendido de una nueva tierra o clan.

Con un ceño fruncido le contó sobre lo que no le gustó de Gusu Lan, pero con un rostro más tranquilo le contó que al menos los animales, cascadas y ríos que había en la zona compensaban los malos recuerdos.

Y con mayor ánimo le contó que aunque Wen Ruohan y ella no podían considerarse amigos, al menos su relación había mejorado.

Yu Ziyuan desconocía si ese intercambio de consejos sobre cómo tratar a Lan Qiren y a Cangse Sanren podría llevarlos a volverse amigos, pero aun si no lo hacían se sentía más en paz al entender que Wen Ruohan no era tan malo como parecía en realidad.

―Los espíritus me contaron que has traído a alguien a Meishan Yu.

Oh no.

―Hmn.

―¿Es una criatura del bosque herida que encontraste en el camino?

―No, no es una criatura del bosque esta vez.

―¿Es una criatura humana?

Yu Ziyuan resopló:―Yo también me lo pregunto en realidad. Se hace llamar Cangse Sanren. Es una criatura inusual, huele a humana pero a la vez no.

 ―¿Qué parece ser su alma?

―Huele a un Fenghuang, un fénix del norte.

―Que extraño, se supone que los fénix se escondieron en las montañas hacía mucho tiempo atrás y no han aparecido.

―Hmn, huele a camelias y lirios Xie. Su caparazón primario es el de un lobo Xie, el último de su especie por lo que puedo sentir. Pero en ella puedo detectar la presencia de Peonias de Primavera.

―Esas flores no son algo normal en un humano. No debería oler a esas flores a menos que…

―A menos que su nacimiento no haya sido natural.

Wu Juhua frunció el ceño.

―No planeo inmiscuirme en algo que no me corresponde. No preguntaré nada ni iré más allá de lo que es correcto, a menos que ella quiera compartirlo conmigo. Pero esto me enseñó que debo mantenerle a salvo. Es fuerte, pero he aprendido que las personas que buscan aprovecharse de otras usarán métodos viles para conseguir sus objetivos.

―¿Le llevarás a Yunmeng Jiang?

―… No lo sé. Wen Ruohan me aconsejó que no es una buena idea que el concejo Jiang este cerca de ella… No sé qué pasaría si la llevo ahí, no quiero que nada malo le pase así que estaba pensando en llevarla al Palacio Huangling. A ella le gusta mucho cuando la llevó ahí, así que tal vez no haya problema.

―No quiero actuar contra su voluntad, deseo protegerla sin que ella sienta que la estoy tratando como alguien débil. Muchos tontos alfas ya la han subestimado. No necesita que yo también lo haga.

―Procura ser amable y gentil, pero no demasiado. A nadie le agrada ser tratado como las personas del exterior tratan a sus crías y omegas.

―Hmn.

―Fuera de eso, ¿Qué piensas de ella?

―¿Hmn?

―Mi pequeño dragón, podrás intentar engañar a todo el mundo, pero nunca a mí. Dime. ¿Qué piensas sobre aquella criatura

Solo sé que es una persona muy agradable, es bastante sonriente y alocada como un tornado. Sigue su propio cause como el Rio Amarillo, rebelde y feroz como una bestia dispuesta a pelear por lo que cree correcto, pero es en realidad tan dulce y mimada como un zorro casero.

―Esta criatura te agrada mucho.

―­Eso es lo que me preocupa.

―Ziyuan.

―Desde el día en que la conocí algo ha estado cambiando dentro de mi corazón, es como si un huracán se hubiera apropiado de mi costa y hubiera hecho un desastre de mi centro. Los sueños sobre mis vidas pasadas han ido en aumento y en cada uno de ellos ella ha comenzado a aparecer una y otra vez.

―Ziyuan, ¿Qué es lo que atormenta tu corazón?

―Baibriam… creo que yo… he encontrado a mi Zhiji… He encontrado a mi alma gemela y es Cangse Sanren.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

―¡A-San! ¡Superior Qiutian! ¡Superior Jiyi! ¡Suibian-Shifu y Zidian-Shifu!

La radiante imagen de Jiang Fengmian vistiendo sus bonitas túnicas púrpura llenaron la vista de las hermanas Yu, los guardianes de Yunmeng Jiang y Hua Fengxing que le esperaban en el puerto de la entrada principal. Su estado saludable alivió el corazón de Hua Fengxing.

―¡MianMian! ¡BeiBei!

Wei Changze ayudó a Wu Meibei y Jiang Fengmian a bajar del bote, caminando detrás de ambos omegas junto a las mellizas Yu Jinzhu y Yu Yinzhu. Detrás de todos Sandu caminaba elegante importándole poco las miradas curiosas de los Yu.

Tan pronto Jiang Fengmian llegó a ella Hua Fengxing la abrazó cálidamente.  Jiang Fengmian no pudo evitar reír.

―Alguien realmente me extrañó.

―MianMian, BeiBei, me alegra tanto que al fin estén aquí. QiuQiu y YiYi me enseñaron todo Meishan Yu en un solo día. Los estábamos esperando para ir a ver los puestos de dulces del Puente de la Osa Mayor.

Con un aire juguetón Wu Meibei pico las mejillas de Cangse Sanren.―Tú Cangse Sanren, chiquilla sinvergüenza, siempre llamando tan familiarmente a la gente.

Los tres omegas solo se rieron.

―¡Fengmian, Meibei, que bueno que llegaron! Justo le estábamos contando a la pequeña Cangse lo que se hará dentro de tres días.

―Wei Changze, ¿participaras este año?

―Sí, su Alteza Real Ziyuan me prometió una carrera de caballos.

―Por cierto, ¿Dónde está Ziyuan?―preguntó Wu Meibei.

Suibian le respondió.―Está sufriendo con el papeleo que le recibió tan pronto como regresó del Salón Ancestral.

―Pobre A-Yuan, ella realmente odia el papeleo.

―Es el precio por ser un Loto Violeta de Meishan Yu.―Expresó con falsa seriedad Yu Qiutian.―En fin, ¿les gustaría ir a los puestos del puente de la Osa Mayor?

―¡Vamos!

Mientras se abrían camino Yu Qiutian y Yu Jiyi compartieron miradas con Jiang Fengmian. El mensaje fue fácilmente entendido con una sonrisa dulce del omega.

La voz de Yu Qiutian fue emocionada.

―Por cierto, ya tenemos casi todo listo para la representación del Gran Ancestro Yu. Ahora mismo deben haber atrapado a Ziyuan después de terminar el papeleo para que se pruebe el traje que debe usar.

―¿De verdad?

―De verdad, incluso ya tenemos sus trajes.

―¿Qué representación? ¿De que hablan?―Hua Fengxing no pudo evitar preguntar emocionada.

―La representación del Gran Ancestro Yu Laoying. Es la más importante del festival no solo porque abre el mismo. Sino también porque representa dos de los puntos más importantes de la historia de este ancestro que suele desarrollarse a lo largo de la semana hasta el día en donde celebramos mirando las estrellas y bailando alrededor de una fogata mientras cantamos y convivimos con nuestros ancestros.

―¡Eso suena muy emocionante!

―Lo es. La semana inicia con la procesión desde el comienzo del lago de la entrada principal de la Gran Muralla Yu, de ese punto hasta el puerto principal representa el nacimiento y asenso de Yu Laoying convirtiéndose en el Señor de las Bestias.

―De ahí su camino desde el muelle hasta la plaza principal representa como su esperanza por querer conocer a un humano le llevó a enamorarse de uno en especial. La figura más importante que se sienta a lado de Yu Laoying en su trono. Su amado Fenghuang Leizu. Su compañero y alma gemela.

―Después el camino de la plaza hasta el palacio representa tanto su matrimonio como la promesa de amarse sin importar los obstáculos impuestos por el destino y un ser malvado.

―Los Yu sí que son muy románticos.

―Naturalmente, un romántico empedernido es el Patriarca Fundador de nuestro clan.

―La parte más importante es que la representación necesita a muchas personas para interpretar al honorable séquito de Yu Laoying, los cinco emperadores de ese entonces y la familia imperial Yu.

­―¿La familia Imperial Yu?―Hua Fengxing inclinó la cabeza con curiosidad.

―Sí, Yu Laoying no es el único Yu en la historia, pero debido a su importancia es que se esclarece su protagonismo en nuestra historia. La primera parte de la historia es vista como la más importante debido a que él es el fundador de nuestra cultura y su relación con Leizu y los humanos marcó un antecedente en nuestra historia. Pero nosotros en realidad no somos los descendientes directos de Yu Laoying. Si nomás bien de su hermano.

Un hermano.

Hua Fengxing nunca había escuchado eso.

Su ceño se frunció un poco.

―Yu Laoying tenía un padre y una madre que son el Emperador Yu y la Emperatriz Feng. Para nosotros hay dos Yin muy importantes. Leizu como el amado Consorte de Yu Laoying y la Emperatriz Feng que es el Fénix más amado para los Yu porque es la madre de nuestro Gran Ancestro Yu Laoying.

―Aunque los dos son omegas muy amados para Meishan Yu, ambos representan dos aspectos muy diferentes. La Emperatriz Feng representa la esperanza, el amor familiar y el amor de un omega por sus crías, es por eso que la vemos como una madre y es muy querida por nosotros de esa manera.

―Mientras que Leizu representa el amor romántico, la pasión y el anhelo por nuestro Zhijis. Nuestras almas gemelas. Es el amor romántico representado en un solo ser que nos recuerda que todos en este mundo tenemos una alma gemela que amar. Y una que debemos conquistar cada día incluso si tenemos su corazón. Justo como el Gran Ancestro Yu Laoying hacia con su Consorte todos los días.

Hua Fengxing no pudo evitar bajar la mirada avergonzada ante esas palabras.

Vaya, los Yu si que eran muy románticos.

―Nuestro clan no suele referirse a las personas por su “casta” o género, sino por la especie de su alma. Aunque todos tenemos algo de lobos en nuestra genética y las personas del exterior con mayor obviedad, nuestro clan se fija más en el espíritu. Para nosotros la bestia que podemos ver en su alma representa a su verdadero ser lejos de un cascarón material.

―¿Cascarón material?

―Sí, los cuerpos físicos que portamos. Esto solo es un simple cascarón, lo verdadero valioso se encuentra debajo de este caparazón.

―Por eso aunque adaptamos para el entendimiento de la gente del exterior la frase “La emperatriz Feng es el Fénix más hermoso para Meishan Yu” a la omega femenina más hermosa, solo nos referimos a Leizu como omega en realidad.

―Oh, ¿entonces Leizu también era un fénix?

―No en realidad. Aunque es representado como un fénix por ser considerado uno de los seres más hermosos y los consortes del Emperador Yu y Yu Laoying, quienes son representados como dragones, Leizu en realidad era un leopardo de las nieves.

Leopardo… de las nieves.

―De hecho algo en lo que coincidíamos con los Tang era que Leizu no era solo considerado un dios aquí, también en el Clan Tang. Leizu es el Dios de la Sericultura de los Tang. Aunque los Lan a pesar de ser sus descendientes más directos parece que se olvidaron de ello en realidad.

―Al parecer cambiar de religión cambia muchas cosas en realidad.

―¡¿Los Lan son descendientes de los Tang?!

―Sí, es por eso que usan esa cinta en sus frentes. Es una influencia Tang, aunque lo que usaban los Tang era una cinta de cuentas más parecida a la que usamos nosotros, pero estamos hablando de un clan que buscó otra identidad, así que supongo que es natural.

¡Oh, quien imaginaría que Qiren tenía sangre Tang!

Si no fuera porque no creía adecuado contar todo lo que las amables hermanas de Yu Ziyuan le estaban confiando, no dudaría en contarle de sus ancestros.

―La cuestión de todo esto es que cada grupo esta dividido por especies. Tenemos lobos de parte de Mao, zorros de parte de Shen, también tenemos panteras, lobos, tigres y muchos más. Pero la familia de Yu Laoying es muy importante en la representación. Tanto como Yu Laoying y Leizu.

―Es por eso que se deben ocupar los puestos de sus padres, sus tíos.

―También esta su primo y su consorte.

―Pero sobre todo los dos hermanos menores de Yu Laoying.

―¿Dos… hermanos menores?                                      

―Sí. Aunque el padre de nuestra cultura y la persona que amamos como un Dios Primordial es el Gran Ancestro Yu Laoying, nosotros provenimos directamente de la línea sanguínea del hermano menor de Laoying. Shennong.

―… Shennong.

―Sí, por eso muchos Yu pueden ser algo gruñones. El Gran Ancestro Yu Shennong era algo explosivo por lo poco que sabemos. ¡Como un volcán a punto de estallar!

―…  ¿Qué pasó… con el segundo hermano?

―¿Eh?

―¿Qué pasó con el otro hermano menor de Yu Laoying?

Las gemelas se miraron la una a la otra seriamente, la voz de la mayor sonaba un poco avergonzada.

―No sabemos en realidad.

―¿No saben?

―Hay un mito que dice que fuimos obligados a olvidar cual fue su destino. Al punto en que ni siquiera conocemos su nombre.

El viento movió sus cabellos ante el atardecer. Los ojos negros miraron un punto en medio de la nada intentando encontrar sentido a aquellas palabras.

La cabeza de Hua Fengxing se quedó muda por un momento.

Como si estuviera en un mar profundo.

Yu Laoying.

Familia imperial Yu.

Yu Shennong.

Hermano del Emperador Yu.

Emperatriz Feng.

Dos hermanos menores.

“―A-Xiong”

―A-San, ¿estás bien?

La voz de Jiang Fengmian le trajo de vuelta a la realidad.

―Tú… te ves algo triste.

Oh mierda.

―Ah, sí. Solo… creo que tengo algo de hambre jajaja.

―Oh, que descuido de nuestra parte. Vamos todos a comer de una vez. Ziyuan se tardará un poco más.

Guiando el camino las hermanas continuaron hablando.

―Ahora que Ziyuan ya cumplió dieciséis años es la primera vez que podrá representar a Yu Laoying. Aunque si me lo preguntan sinceramente siento que le quedaría mejor ser el Emperador Yu.

―Sí, tiene ese temple sabio y frio aunque cálido a la vez.

―Pero terriblemente tengo que interpretarlo yo. Afortunadamente Fengmian interpretara al hermano del emperador Yu. Es un papel a la medida.

―Bueno, Wei Changze es muy bueno interpretando príncipes, sé que cuidara bien de mi mientras interpretamos a los emperadores Wei.

Wei Changze solo pudo sonrojarse.

―Meibei, ¿estas segura que no habrá problemas que interpretemos juntos al primo de Yu Laoying y su adorable compañero ahora compañera?

―Claro que no. Pero si piensas robarme de mi estúpido prometido y hacerlo un matrimonio real tampoco me importaría.

―Mocosa desvergonzada. Me matarían si intento casarme con una menor jajajaja.

Caminando por los puestos del festival que se preparaba para mañana, Hua Fengxing no pudo evitar pensar en lo que se había enterado.

Yu Laoying.

Había muy pocas cosas que se sabían de Yu Laoying, todas ellas ya las conocía Hua Fengxing de parte de sus padres y el maestro Shen. Pero esto era algo completamente nuevo.

Su cabeza era un tornado de emociones y recuerdos que se sentían falsos y a la vez no. Algo en este lugar se sentía familiar y a la vez extraño.

¿Qué estaba pasando?

¿Por qué sus padres habían buscado por años alejarla de los Yu?

Hua Fengxing no lo sabía.

―Por cierto, pequeña Cangse, ¿te gustaría participar en la procesión del día de mañana?

―¿Y-yo? ¿Qué podría hacer?

―Tenemos un puesto faltante en la procesión.

―Y es el mismo que te queremos ofrecer.

―¿Qué puesto es?

Las sonrisas de las hermanas Yu se volvieron maliciosas.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Yu Ziyuan estaba cansada.

No solo la habían arrastrado a terminar un montón de papeleo aburrido, sino que ahora debía quedarse con esas túnicas que debía usar en el Festival del Dragón.

Yu Ziyuan miró las túnicas blancas con bordados de dragones, osos y flores de loto blancas. Los bordes dorados brillaron ante sus ojos. Las largas y pesadas capas blancas de un emperador le envolvían como si fuera la persona más importante del mundo.

Al igual que esa gran corona de oro y el incómodo velo blanco que cubría su rostro como las capas de seda que cubrían sus cabellos. Esto se sentía como en sus sueños, pero era raro verse así en la realidad.

Cuando se quitara eso de la cabeza su cabello en verdad se encresparía.

Yu Ziyuan solía cuidar mucho su cabello, arreglarlo para que siempre se mantuviera lizo y no cambiara su forma por culpa de sus emociones o el ambiente era muy difícil.

Ah, realmente se rizaría demasiado con eso durante una semana sobre su cabeza.

Entonces alguien tocó la puerta.

Tomando las pesadas capas Yu Ziyuan se movió a través de la sala llena de rollos de seda de colores, máquinas para tejer y pinturas de gusanos de seda.

Cuando abrió la puerta y movió el velo se encontró con la imagen de su hermana mayor Yu Qiutian.

―Jiabrie.

―Diebria, tienes que venir a ver esto.

Yu Ziyuan frunció el ceño.―¿Planeas que salga usando esto?

―Salir hoy o salir dentro de tres días es lo mismo. Al final todos te verán con las túnicas sagradas de Yu Laoying. Vamos, no hay tiempo.

Y al igual que como llegó ahí, Yu Ziyuan fue arrastrada hasta la otra sala de prueba de vestuario.

Cuando las puertas de esta se abrieron Jiang Fengmian, Wu Meibei y dos omegas más salieron. Sus amigos le miraron con sonrisas brillantes.

―Hola, A-Yuan.

―Hola, Ziyuan. Te vez muy guapa vestida así.

―¿Qué están escondiendo y porque me llamaron aquí?

Entonces los omegas se movieron abriendo el camino hacia la puerta, la voz de Wu Meibei fue alegre.

―Ya puedes salir.

Yu Ziyuan frunció el ceño con sospecha mirando como una persona vestida de túnicas rojas y doradas salió.

Con la gracia de un fénix aquella sospechosa persona caminó elegante como solo un miembro de la familia imperial haría. Sus pasos liberaron su aroma y el corazón de Yu Ziyuan se paralizó cuando reconoció aquellas extrañamente tímidas flores.

Las telas se movieron como la marea haciendo estremecer a Yu Ziyuan, su elegante andar llevó a aquella criatura hasta la Tercera Maestra Yu moviéndose como una novia yendo hacia su futuro.

Y cuando el velo rojo que cubría su rostro fue levantado el corazón de Yu Ziyuan se paralizó.

―A-Yuan, ¿me veo tan bonita como la pintura que hiciste de mí?

Los labios pintados con rojo de la omega sonrieron traviesos, sus ojos ligeramente maquillados la miraron dulcemente. La orquídea que pintaba su frente representaba al humano más importante para Meishan Yu y aquella corona con cuentas que decoraban su frente delataba su posición en aquella procesión sagrada.

Su sonrojo era lo más hermoso que Yu Ziyuan había visto en ese mundo.

Yu Ziyuan se quedó sin aliento.

―¿Qué te parece, Jiabrie? ¿La persona que interpretará a tu novia no es la más hermosa criatura en XingXing Shi? Al parecer ya no tenemos que buscar más por la persona más adecuada para interpretar al Brahiri Jadmbrei.

Había una leyenda sobre los papeles de Laoying y Leizu en el Festival del Dragón.

Se decía que si las personas que interpretaban a ambos eran un alfa y un omega sin lazos sanguíneos estaban destinadas a enamorarse en esta y las siguientes vidas. Siendo que el rojo del matrimonio sellaría sus vidas en llevarles al altar.

Era cuestión del destino y el amor. Dos grandes guardianes que no podían ignorar sin importar la vida o la muerte.

Y en ese momento Cangse Sanren realmente…

―No.

―¿Eh?

―No te ves como en mi pintura.

―… Oh.

―Porque en realidad no logré representar tu belleza tal y como es.

Los ojos de Hua Fengxing brillaron. A lo lejos Jiang Fengmian y Wu Meibei miraron expectantes como las gemelas Yu.

―¿Eso significa que mi belleza es tan impresionante que ni el pincel de la talentosa Yu Ziyuan no puede representarme?

―Sí.

Y la sonrisa de Hua Fengxing se congeló.

―No puedo hacerlo porque en realidad la verdad superó por completo a mi pincel.

―Yu Ziyuan.

―Cangse Sanren… tú eres el fénix más hermoso que ni el pincel del dragón amarillo podría retratar.

El rostro de Hua Fengxing floreció en el rojo de la vergüenza y la timidez. Sus palabras murieron en su garganta mientras los latidos de su corazón se aceleraban. E infló las mejillas derrotada.

Por un momento fue como si el mundo se diluyera entre pinceles, canciones y todo lo que habían vivido, por un momento no importó el pasado ni el futuro. Los títulos, los secretos o el destino de ambas. Solo eran dos almas brillando con la alegría del primer amor.

Dos corazones latiendo en la sincronía de la inocencia y la dulzura de la alegría y la travesura infantil.

A lo lejos la sonrisa de Jiang Fengmian fue radiante, sus ojos miraron con emoción celebrando en silencio como las hermanas el plan que había funcionado.

Wu Meibei miró aquellas dos con melancolía, feliz por sus amigas.

Feliz por Yu Ziyuan.

Si el corazón de Wu Meibei se rompió en el proceso, nadie debía saberlo.

El atardecer de ese día fue hermoso.

 

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Nombres de las hermanas de Yu Ziyuan:

Qiutian/ qiūtiān (秋天): Otoño.

Jiyi/jìyì (记忆): Recuerdo

Shi/shì(市): Ciudad

XingXing(星星): Estrellas.

XingXing es la palabra más usada para estrella (s) en el cielo. 明星 Mingxing se pueden utilizar para referirse tanto a objetos astronómicos como a personajes famosos. 星辰 xingchen es un más palabra formal.

 

 

 

Pequeño Teatro del Dragón:

Yu Qiutian ofreciéndole una curiosa hoja con los sellos oficiales de la familia real Yu a Hua Fengxing mientras se preparan para el festival.

YQ: Pequeña Cangse, estamos escribiendo en estos papeles los nombres de las personas que participaran en el festival. ¿te importaría escribir tu nombre en esta parte en especial?*señala un lugar en la hoja*

HF: ¡Oh! ¿Es como una especie de historial?

YQ: ¡Así es! Mira, aquí está el nombre de Fengmian, aquí el de Meibei, de este lado está el de mi hermana y el mío. Solo nos faltan tu nombre y el de Ziyuan que van aquí en el centro.

HF: Oh, está bien, ¿tienes-

YQ: ¡Aquí está el pincel!*Le da tinta y pincel*

HF: Ok :D

YQ: Muy bien, solo tienes que-*siente el golpe firme de una mano sobre su hombro y al girar se encuentra con el oscuro rostro de Yu Ziyuan mirándole fríamente* Ziyuan. ¿Cómo estás?

YZ hablándole en lengua LongLian: Jiabrie ¿Por qué estás haciendo que Cangse Sanren escriba su nombre en un certificado de matrimonio?

Ese día Yu Qiutian conoció el verdadero terror.

 

 

Notes:

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el amor y paciencia que le han dado a este proyecto, me despido.

¡Gracias por leer!

Chapter 22: CAPÍTULO 10.5: REALIDAD Y ESPERANZA

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

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La procesión del séquito del Gran Ancestro Yu Laoying había comenzado en la entrada de la Gran Muralla Yu desde antes de que la luz del sol tocara la tierra.

Moviéndose únicamente con las luces de las linternas que colgaban de los botes de madera con figuras de dragones, osos, caballos, bestias ancestrales y criaturas mágicas, el gran grupo de barcos siendo dirigidos por el más grande en donde iba Yu Ziyuan se abrió paso por el rio en silencio.

En el bote que tenía la forma de la cabeza de un gran dragón tallado en madera negra, las linternas colocadas en los puntos vacíos donde deberían ir sus ojos le daban una vista misteriosa al bote de Yu Ziyuan.

En el bote Yu Ziyuan se mantuvo sentada en una posición de loto en su lugar. El velo cubría su rostro decorado con el maquillaje ceremonial sagrado. Sus ojos se mantuvieron cerrados. Meditando en silencio.

La gente que miraba la procesión no hizo un solo ruido. Junto a sus animales miraron en silencio su trayecto. Como un dragón dorado que nadaba en el rio avanzando pacíficamente hacia la ciudad.

Las personas dentro del bote que cuidaban a Yu Ziyuan miraron seriamente a su Loto Violeta. Para ellos su princesa era la muestra perfecta de cómo debía verse un inmortal. Rodeada de miles de flores en ese hermoso bote. Sentada sobre los cojines dorados que representaban el color del aura del Gran Ancestro Yu.

Sin duda, Yu Ziyuan era la criatura más hermosa en el YuZhong.

Yu Ziyuan parecía imperturbable.

Sin embargo, dentro de su meditación Yu Ziyuan estaba lejos de la calma.

Había llegado a una conclusión.

Cuando Cangse Sanren aparecía su inteligencia se iba por la puerta.

¡¿Qué demonios había sido eso de “tú eres el fénix más hermoso que ni el pincel del dragón amarillo podría retratar”?!

¡¿Por qué demonios había dicho semejante estupidez?!

Peor, ¿Por qué lo dijo frente a Fengmian?

No, más bien, ¿Por qué Fengmian no se había molestado en realidad y hasta parecía buscar que no hubiera otro interprete para Leizu más que Cangse Sanren?   

Ese vil traidor, no solo parecía haber confabulado con sus hermanas para hacer esto, sino que también le había abandonado dejándola con Cangse Sanren a solas en el área de vestidores.

Al inicio había pensado que se enojó por sus imprudentes palabras, lo buscó para intentar aclararse, pero lo único que consiguió fue…

“―A-Yuan, ¿pero que tonterías estas diciendo? Jajaja. Mas te vale que seas un buen “emperador” y seas caballerosa con tu futura novia. ¡Recuerda que tienes que enseñarle a bailar para el final del festival!”

Yu Ziyuan frunció el ceño.

No, no, detente.

Paz.

Piensa en paz.

Concéntrate en la paz.

Vuelve a meditar.

No importaba cuales fueran sus verdaderos sentimientos por Cangse Sanren, no tenía que hacerlos notar ni mucho menos declararlos a un omega que solo la veía como una amiga.

Ah, eso dolió.

Pero era la verdad.

Su relación con Cangse Sanren era bastante extraña en múltiples sentidos, había comenzado de la forma más bizarra posible. El rio del destino las había llevado a reencontrarse en Gusu Lan y la curiosidad de Cangse Sanren a formar una extraña amistad.

No, era imposible que alguien tan dulce e inocente como Cangse Sanren tuviera pensamientos como los suyos hacia ella. Cangse Sanren ni siquiera parecía interesada en el romance o en las historias relacionadas. Lo único que le gustaban eran las historias de terror, las bromas y aventurarse por el mundo.

Sí, Cangse Sanren no le veía de esa forma, a lo mucho le veía como una amiga.

O tal vez como una hermana.

Las flores de loto y las rosas violetas de Yu Ziyuan se cerraron y rompieron, la madera se secó y sus ojos se opacaron.

Ah, ¿Por qué ahora se sentía mucho peor?

Su ceño fruncido se volvió más severo. Estaba perdiendo su verdadero objetivo.

Debía concentrarse en meditar.

En este momento debía concentrar su mente buscando alejarla de asuntos mundanos. Debía despegarse de la imagen de Yu Ziyuan y concentrarse en volverse un adecuado representante del Gran Ancestro Yu Laoying.

Ah, Yu Laoying, él en verdad fue afortunado.

Solo tuvo que declarar sus sentimientos al Gran Ancestro Leizu y a la semana siguiente se estaba casando.

Ah.

Yu Laoying.

Una ceremonia que le coronó como Emperador el día de su cumpleaños. Un Longma que lo reconoció como el Gran Señor de las Bestias. Una procesión que representaba su ascensión a los cielos desde su nacimiento sagrado, que implicó el nacimiento de cien estrellas y muchos mun-

Yu Ziyuan frunció el ceño, cerró los ojos con fuerza. Su cabeza dolía con un grupo de imágenes que retenían una serie de escenas.

Últimamente estaba soñando mucho con Yu Laoying.

Pero no era el mítico emperador, sino con el inocente niño curioso por el mundo que estaba destinado a volverse en el Patriarca de los Yu.

―Su Alteza Real, hemos llegado al puerto.

Yu Ziyuan bajó del barco, en silencio sus túnicas se movieron como la espuma del mar ante sus pasos. Las piezas de oro y plata que decoraban la corona alta tenían diversas formas entre animales, flores y estrellas. A cada lado de la corona las astas que había mudado el venado de cola blanca más hermoso de Meishan Yu portaban flores y plumas que representaban la vida que Yu Laoying cuidaba.

Sobre sus hombros había una larga y pesada capa blanca hecha con la mejor seda de los gusanos de seda criados en Meishan Yu. Los bordados de un gran dragón blanco la decoraban junto a los bordados de cientos de flores que escondían las patas del dragón entre las nubes. Impidiendo así la vista de cuantas garras tenía en realidad.

La tela que cubría su cabello que comenzaba a rizarse por la fricción y la pesada niebla del día se ondeó ante sus pasos. Revelando entre las cuentas y trenzas su aspecto actual cuando subió a su caballo y los bordados brillaron ante su cabalgata hasta la plaza principal.

Últimamente la cabeza de Yu Ziyuan estaba llena de sueños y escenas de un pasado que no lograba recordar. Su papel en ellas parecía completamente diferente de lo que ese día representaba. Pero, en todas ellas la imagen de Yu Laoying era presente.

Sus pasos le llevaron hasta el gran arco de madera con las figuras de animales y criaturas talladas. Velos blancos lo decoraban mientras en la plataforma de madera varias personas se mantenían de pie representando a los cinco emperadores y la familia de Yu Laoying.

Con elegancia Yu Ziyuan ofreció una reverencia ante ellos. Acercándose a cada uno las personas que los representaban le dieron diferentes presentes.

Como parte de la ceremonia cada emperador bendijo su camino con un elemento de su clan. Un abanico de bambú celestial y oro divino con plumas de pavo real, y una cola de zorro de los Shen, para liberar de su camino los malos augurios.

Yu Jiyi vestida con túnicas verdes le entregó los presentes, su rostro sereno manteniéndose en el papel del Emperador Shen era tan contrario a sus bromas casuales.

Una espada de diamante de los Wei para forjar su camino tan recto con la fuerza de un diamante para que nadie fuera capaz de romper sus principios.

En su papel Wei Changze tomó aquella reliquia sagrada con el cuidado y respeto correcto, junto a Jiang Fengmian entregó el objeto a Yu Ziyuan. El alfa le colocó un anillo de diamantes en el índice izquierdo. Brillando como el anillo de Zidian que seguía en su dedo como un recuerdo de que esto era una representación solamente.

Collares hechos con piedras de obsidiana para mantener el resentimiento y los malos sentimientos lejos de su corazón de parte del tío de Yu Laoying, el hermano de su padre, y collares de cuentas de jade y plata para mantener su corazón puro.

Yu Ziyuan se agachó lo suficiente permitiendo a Jiang Fengmian cumplir con su tarea. Su dulce sonrisa era tan adorable como siempre.

Una persona que representaba al emperador Zhen le dio una pequeña navaja de metal para alejar a los malos espíritus y buscar guiar su camino con sabiduría por el buen camino.

Cuentas de jade y lazos hechos de hilos de seda de gusanos de seda de parte de los Tang para mantener sus lazos unidos como los hilos de aquellas túnicas. Así como una capa de seda amarilla para mantener cálido su corazón como una promesa de unión entre Yu Laoying y Leizu.

Cuando llegó el momento de los Mao la alta figura familiar de una persona apareció ante Yu Ziyuan. El viento susurró entre las telas, la madera bajo sus botas habló del peso que solo le correspondía a esa persona.

Y el frágil y casi imperceptible aroma de una persona que había sacrificado su nombre para proteger a su gente fue presente.

Si Yu Ziyuan ya sabía que era Suibian no dijo nada.

Suibian no sabía que estaba haciendo, solo sabía que la mirada fría de Zidian entre los “miembros del séquito de Yu Laoying” le apuntaba como si fueran mil espadas intentando sacarle la verdad.

Era mejor continuar con este papel y seguir con el siguiente que tenía que interpretar de los tres que le dieron.

Suibian sostenía tres collares con cuentas rojas y plumas de cuervo, los mismos que fueron colgados en el cuello de Yu Ziyuan representando el principio de YuZhong, el dualismo cosmológico entre dos principios que se oponían uno a otro.

Un par de pendientes de plata con perlas rojas y blancas sosteniendo el símbolo de flores de loto adornaron los lóbulos de las orejas de Yu Ziyuan. Como un símbolo de buena fortuna y un recordatorio latente de su origen.

Dos tiras de cuentas rojas y celestes representando la alianza con el clan Mao, como el complemento de la luz que representaba Yu Laoying fueron colgadas de los adornos que decoraban la base de las astas de su corona.

Cuando llegó al “Emperador Yu” una gran espada con los patrones ornamentados de Meishan Yu y piedras violetas le fue dada.

El reconocimiento del primogénito, la bendición del emperador a su hijo en el camino que le deparaba el destino.

Las personas que interpretaban a la familia directa de Yu Laoying le dieron una flor de loto violeta por persona, representando el amor y la unidad que tenía con sus mayores.

Mientras los individuos que representaban a los ministros y concejeros de confianza de Yu Laoying le dieron una flor de loto blanca. Formando así un ramo de flores que representaban a las personas más importantes para el joven Laoying.

Con aquello terminado las personas más importantes para Yu Laoying formaron un camino y le abrieron paso a un arco de donde caían metros de seda aguamarina. Aquella seda representaba la gran cascada que Yu Laoying había tenido que cruzar para enfrentarse a la Gran Bestia Ancestral que le habló de su destino.

Como un ser ancestral Yu Ziyuan pasó a través de aquella cortina para encontrarse con la imagen de su caballo decorado con flores en su larga melena. Sobre su lomo se encontraba la silla. A cada lado del caballo había dos niños con sus rostros cubiertos sosteniendo una espada en manos cada uno.

La espada de la derecha era blanca como el jade, los detalles de flores delataban so conexión con el Yang. La vida representada a través de las flores sobre su funda y empuñadura. Un dragón blanco de ojos dorados decoraba la punta de la empuñadura.

En cambio, la espada de la izquierda era negra como el abismo, raíces y tentáculos oscuros envolvían la funda y el mango. Contrario a la otra espada sobre la punta del mango el dragón negro con ojos rojos miraba fríamente a quien intentaba portarla.

Yin y Yang.

Vida y Muerte.

Los dos elementos que Yu Laoying aprendió a controlar dándole un balance a la tierra mientras cuidaba de las almas y permitía que las personas se reencontraran en el gran ciclo de reencarnación.

Y entonces ambos niños hablaron:―ShengYang y SiYin, esos son sus nombres. A partir de ahora ellas solo escucharan tus órdenes. Úsalas con sabiduría.

Yu Ziyuan las recibió concentrándose en su actuación.

Todo era tal cual lo había soñado durante años. El momento más importante del Gran Ancestro Yu pasaba ante sus ojos. Una mezcla entre los ríos del presente y pasado rodearon a Yu Ziyuan.

El dolor de cabeza persistía, pero Yu Ziyuan no se detuvo en su camino.

Tomando entre sus manos las riendas de Tormenta, Yu Ziyuan avanzó por un largo camino de flores. El séquito le siguió en silencio.

Los caballos ornamentados con flores, velas y joyas. Los osos, tigres, leopardos de las nieves y panteras que siguieron su camino en tierra al mismo ritmo que los botes. Como el camino misterioso de una deidad escondida a través del tiempo y los mundos que los miraban silenciosamente, a pesar de la niebla que los envolvía.

Cuando la alfa llegó a la plaza sus ojos miraron seriamente a través del velo el gran palanquín rojo que yacía posado sobre una flor de loto roja, contrastando con los adornos ornamentados que formaban parte de los patrones típicos de Meishan Yu.

Con una simple orden en LongLian el palanquín tirado por cuatro grandes frisones negros se unió a la caravana. Dentro de la misma entre los individuos que representaban al séquito del Gran Ancestro Yu, Luo Dongxing miró seriamente a Yu Ziyuan sobre su caballo a través del velo que cubría su rostro junto a las túnicas blancas.

Suibian no sabía que pensar, la mirada seria que Zidian le había estado dedicando desde que comenzó este viaje tampoco ayudaba y el ver la felicidad de Jiang Fengmian, quien iba sostenido del brazo del tímido Wei Changze tan solo le hizo por fin entender el plan de Jiang Fengmian.

Jiang Fengmian, ese mocoso audaz.

Cuando la caravana llegó al palacio las puertas se abrieron y la gente comenzó a distribuirse hasta que nadie quedo fuera, los sirvientes que representaban a la tribu de Leizu ofrecieron una reverencia ante Yu Ziyuan cuando su caballo se detuvo en el camino que se había hecho para llevarle al palanquín.

Yu Ziyuan miró seriamente a través del velo, el gran frisón se movió de una pezuña a otra hasta que su ama tomó su decisión y bajó de él.

Con determinación Yu Ziyuan caminó seriamente hasta el palanquín, la gran capa del Consorte Leizu envolvía su brazo derecho. Y cuando estuvo ante el palanquín Yu Ziyuan tuvo que respirar profundo para tomar valor.

Sus manos tomaron el velo que cubría su rostro, quitándolo en el proceso. El maquillaje tradicional Yu fue presente.

El símbolo de su clan decoraba su frente libre de la corona de cuentas. Sus ojos estaban enmarcados por dos gruesos delineados que pintaban de negro los párpados superiores, mientras los inferiores eran decorados por los delineados rojos que se unían por debajo de sus lagrimales y subían para unirse con el negro a la altura de la colilla de sus cejas.

Los patrones de escamas que decoraban sus pómulos brillaron en tornasol ante la luz de las linternas. Sus labios pintados de rojo eran tan hermosos como dos pétalos de rosas rojas como las que decoraban el festival junto al resto.

Una orden fue suficiente para que las cortinas rojas fueran abiertas revelando la imagen de una hermosa joven vestida con túnicas rojas. Bordados dorados de fénix, nubes y orquídeas fueron visibles ante Yu Ziyuan.

Sobre la cabeza de Cangse Sanren había una corona de oro que representaba al fénix de Laoying. Un delicado delineado rojo pintaba los párpados inferiores de los hermosos ojos de botón de cerezo de la chica. Haciéndolo mucho más elegantes y coloridos.

Una corona de cuentas cubría su frente, una piedra de jade celeste se encontraba en el centro de sus cejas. Representando al clan del que provenía Leizu.

Y Yu Ziyuan no tuvo duda.

Cangse Sanren era la criatura más hermosa sobre la tierra.

Durante toda su vida Yu Ziyuan había soñado con Yu Laoying.

Aquellos sueños habían aumentado con la presencia de Cangse Sanren en su vida.

Pero eso no disminuyó su curiosidad sobre ella, tan solo intensificó la pasión que atrapaba a su corazón cada vez que su mente recordaba su sonrisa.

Y por fin lo entendió.

Wen Ruohan tenía razón.

Se había enamorado perdidamente de Cangse Sanren.

Se enamoró del fénix más hermoso del mundo.

Y el mismo que ahora era su novia.

Así que esto era el verdadero amor.

Con gentileza Yu Ziyuan extendió su diestra a ella, sus ojos no mintieron al mirarla. Brillantes como si hubieran sido tocados por miles de estrellas de amor.

―¿Puedo?

Hua Fengxing trago duro, sus mejillas se sonrojaron y sus ojos bajaron dócilmente mirando con anhelo aquella mano que había deseado sostener desde hace mucho.

―… Hmn.

Tímidamente colocó su mano en la fría mano de Yu Ziyuan, el contraste de temperaturas solo hizo que la omega se pusiera más roja, pero el velo sobre su rostro y el control de su cultivo sobre sus feromonas ocultaron la verdad tras su estado ante Yu Ziyuan.

Con gentileza Yu Ziyuan le ayudó a bajar, pero cuando sus dedos tocaron la cintura de la omega Hua Fengxing no pudo evitar tropezar con el marco de la puerta del palanquín, cayendo sobre Yu Ziyuan, quien rápidamente sostuvo con firmeza su cintura en un abrazo mientras las manos de Hua Fengxing evitaron que sus rostros chocaran sosteniéndose de los hombros de la alfa.

 Y la pose se volvió mucho más vergonzosa para ambas cuando sus ojos se encontraron.

Yu Ziyuan tragó duro, el aliento de Cangse Sanren sobre su boca la hizo estremecer. Las manos sobre sus hombros parecían tan pequeñas.

Cangse Sanren en verdad era tan hermosa. La criatura más linda de todas.

―¿Estás bien?

―Ah… yo… sí. Estoy bien.

Incluso con ese velo Yu Ziyuan podía recordar nítidamente lo adorable que era sonrojada.

Tan linda como un zorro travieso.

Yu Ziyuan sonrió aliviada.

―¿Puedo tomar tus piernas?

―Ah… sí.

Su mirada se suavizó, una dulce sonrisa cálida le fue ofrecida a la omega.

―Abrázate a mi cuello, será más fácil cargarte así.

Lo que no esperó fue que Cangse Sanren se abrazara rápidamente a ella, escondiendo su rostro en el cuello de Yu Ziyuan.

Sus pupilas se dilataron dejando la sorpresa a un lado, su sonrisa decoró nuevamente sus labios ensanchándose. Pudo sentirla temblar entre sus brazos, por lo que la abrazó dulcemente, aferrándola a su torso con firmeza sin buscar lastimarla.

―No tengas miedo, no te dejaría caer jamás.

El sonrojo de Hua Fengxing aumentó.

¡Maldita sea, Yu Ziyuan! ¡Deja de ser tan atractiva! ¡Al menos permíteme tener una epifanía en paz sin conquistarme más con esa sonrisa!

Pero la timidez de Hua Fengxing solo aumentó cuando Yu Ziyuan solo la bajó para colocarle aquella capa celeste con un fénix bordado antes de volverla a cargar.

El abrazo del astro solar sobre la tierra le dio vida a las piedras preciosas y papeles que decoraban los cielos de Meishan Yu. Dándole el toque multicolor a los ríos y canales que se iluminaron con la hermosa vista de botes adornados con flores.

En la gran plaza de Meishan Yu, Hua Fengxing vio emocionado la belleza de los juegos artificiales que decoraron el cielo con los diferentes patrones de los elementos importantes para Meishan Yu.

Trece fuegos artificiales que representaban la belleza de cada miembro de las Espadas de Dios. Trece bestias ancestrales vestidas con la belleza del jade y la seda, tan hermosos como los bailarines que abrieron el festival con los trajes típicos y joyas de la gente de Meishan Yu.

La música tradicional resonó en la plaza con gran alegría, como la de los miembros del clan que celebraban el comienzo del festival que era únicamente para su dios.

Con Cangse Sanren entre sus brazos, Yu Ziyuan declaró en LongLian.

―¡Que los juegos y concursos del Festival del Dragón comiencen!

Y con el grito de emoción de los Yu el festival comenzó.

Los puestos de comida y juegos fueron abiertos ante ese simple llamado. Las plazas se llenaron de bailarines disfrazados de dragones y las canciones tradicionales de los Yu llenaron los oídos de las personas en las plazas.

―¿A-ahora que hay que hacer?

Y con una brillante sonrisa Yu Ziyuan le respondió.―Iras en paseo en caballo. Cuando el representante de Leizu es una persona adulta la caravana retoma su camino hasta llegar a la plaza donde comienza el primer concurso.

―O-oh, está bien―Aceptó tímidamente.

Cumpliendo la tradición Yu Ziyuan caminó con la omega entre sus brazos, dos sirvientes colocaron un banco de madera en donde Yu Ziyuan se subió hasta lograr alcanzar el lomo de su caballo, donde depositó cuidadosamente a una confundida y sonrojada Cangse Sanren.

―Daremos tres vueltas alrededor del palacio y después te llevaré a la plaza por la calle principal, la gente del pueblo arrojara flores, bailara y cantara. No te preocupes, todo estará bien. Si algo pasa o necesitas algo dime de inmediato, ¿está bien?

―A-ah, sí. Gracias.

―Buena chica.

Hua Fengxing se sonrojo violentamente sin poder evitarlo.

¿Qué había sido eso y porque le gustó ser llamada “buena chica”?

Esa malvada Yu Ziyuan.

¿Qué no entendía que su sonrisa era la más hermosa de todas? Eso no era bueno para el corazón de Hua Fengxing.

Tal como funcionaba la tradición El Loto Violeta de Meishan Yu llevó las riendas de su caballo donde la representante de Leizu estaba sentada. Las puertas se abrieron dándole paso a la caravana que continuó su camino a la plaza del Dragón, la más grande de XingXing Shi y donde se llevaría a cabo el primer concurso.

El sonido de los tambores, los panderos y demás instrumentos fueron acompañados por los cantos tradicionales de los Yu, los bailarines vestidos de violeta y celeste portaban velos y joyas de oro y plata, con los mismos hermosos cortes y patrones sin importar su género o sexo. En sus caderas cadenas bañadas con campanillas, adornos y cascabeles similares a los de sus pulseras y tobilleras resonaban al ritmo de sus bailes.

El alegre ritmo de los cascabeles alentó a la gente de la caravana a unirse, las personas que les miraban pasar arrojaban flores desde las calles, los puentes y balcones. Las bestias paseaban felices mientras las canciones Yu llevaban al gran grupo hasta la plaza.

Con orgullo Yu Ziyuan paseó a su novia por la calle, no solo mostrándole alegre su hogar y cultura, sino también presentándola a su gente, el viento, el cielo. La tierra, los ríos y las almas lo hermosa que era su novia.

Cuan orgullosa se sentía, cuan aliviada estaba de por fin comprender sus verdaderos sentimientos por aquel hermoso fénix.

¡Que los cielos bendijeran a mil almas por mil años! ¡Que los ríos se movieran con alegría y el viento recitaran con orgullo la buena nueva!

El amor era maravilloso, el sentimiento más agradable y la poesía más apasionada.

El amor era vida y muerte, el amor era el cielo, el mar y la tierra. Las notas escritas en sus partituras a través de los meses y los finos trazos sobre el hermoso lienzo de un corazón puro retratando la belleza de la persona más hermosa que conociera la madre tierra.

Cangse Sanren era una diosa ante mortales, digna de ser coronada como una emperatriz. De ser un fénix sobre la montaña merecedor de mayor riqueza y el más apasionado amor.

¿Cómo no había podido verlo? ¿Cómo no vio los obvios que eran sus sentimientos?

¿Cómo sería posible no enamorarse de alguien tan maravilloso como Cangse Sanren?

Ah, había sido tan tonta.

Con una sonrisa ayudó a bajar a la extrañamente tímida chica, posiblemente estaba algo sorprendida por su cultura y la forma en la que la gente les trataban como si fueran de verdad una pareja real recientemente casada.

La ilusión atrapó el corazón de Yu Ziyuan cuando ofreció su mano a la omega, y su corazón se llenó de ternura cuando Cangse Sanren aceptó con una suave y tímida sonrisa.

Si esto fuera real… si realmente Yu Ziyuan buscara cortejarla… ¿Cangse Sanren la aceptaría?

Y si algo tan extraño como eso pasara… ¿Cómo sería casarse con Cangse Sanren?

Si ahora mismo sentía que estaba a punto de morir, ¿algo como eso podría ser incluso mucho más emocionante?

El rojo atrapó las mejillas de Yu Ziyuan. Sus ojos brillaron con emoción y una sonrisa enamorada atrapó sus labios.

Quería hacerlo.

Quería arriesgarse el todo por el todo en conquistar a Cangse Sanren.

Sabía que había una posibilidad de ser rechazada, estaría bien porque Cangse Sanren era una persona que igual que todas merecía tomar sus propias elecciones. Pero ya no quería vivir con la angustia de saber que el mundo seguía moviéndose y ella seguía siendo una cobarde que no hacía nada.

Si tan solo pudieran quedarse así.

Juntas en Meishan Yu, tan libres de viajar por todo el mundo y aprender juntas de él.

¿A Cangse Sanren le gustaría la idea de ser cortejada por ella? ¿Le gustaban los pañuelos de seda o los de algodón? ¿Conocía el lenguaje de las flores? ¿Qué le gustaría que le regalara como presentes de cortejo?

¿Quería casarse?

¿Deseaba hijos?

Yu Ziyuan no lo sabía, pero cuando sus ojos se encontraron con los de Cangse Sanren cuando le ayudó a sentarse en el trono, supo que más que nunca deseaba que esta semana durara toda la vida.

Así, formando una familia con Cangse Sanren mientras vivían felices en Meishan Yu. Incrementando su familia enseñándoles lo maravilloso que era el mundo a sus hijos si Sanren deseaba hijos o viviendo juntas sus sueños. Eso sería maravilloso.

Ante el cielo de Meishan Yu el Festival del Dragón celebró el cumpleaños de su ancestro entre risas, música, dulces, comida y juegos. Yu Ziyuan le mostró orgullosa a Cangse Sanren lo divertido que podría ser su clan, lo hermosa que era su cultura y sus tradiciones.

Jiang Fengmian llevó a Wei Changze por cada juego y cada concurso. La sonrisa alegre de Fengmian alegró el corazón del serio guardia, que se dejó llevar sin importarle nada más que compartir esa semana con la persona que amaba.

Las hermanas Yu y Wu Meibei jugaron y rieron, las hermanas se encargaron de consolarla y alegrarla. A pesar de su corazón roto Wu Meibei se divirtió mucho con todos.

Yu Ziyuan, Hua Fengxing y Wei Changze compitieron en el concurso de tiro con arco y carreras de caballos. Para Suibian no era una sorpresa notar lo emocionada que estaba Yu Ziyuan, lo libre que se sentía en ese festival, disfrutando junto a Hua Fengxing. Tal como Jiang Fengmian lo hacía junto a Wei Changze.

Como si el mundo exterior no existiera, como si no hubiera un compromiso entre Yu Ziyuan y Jiang Fengmian que se interpusiera en sus caminos y felicidad.

Como si solo fueran ellos y nadie más.

Como si hubiera una esperanza.

Sentado en una de las bancas que rodeaban la estatua del Gran Omega Inmortal, Suibian tomó un sorbo de la jarra de licor entre sus manos.

El licor de Meishan Yu siempre había sido el más exquisito que había tomado en años. Era fuerte y rebelde en su garganta, pero aterciopelado y cálido de sabor. No importaba cuantas veces viera a los Yu tomar su licor como si fuera agua y festejar sin perder la conciencia o los estribos, Luo Dongxing siempre se sentiría sorprendido de su resistencia.

Los Yu sí que tenían una tolerancia al alcohol insuperable.

En el último día del festival, esperando pacientemente a que iniciara la vista de estrellas desde la gran montaña Ying junto a la gran hoguera, Suibian solo podía beber su licor consciente de que ese festival había marcado un antes y un después en la relación de Hua Fengxing y Yu Ziyuan.

Qué demonios le diría a Hua Chengzhu cuando salieran de Meishan Yu y se encontraran en un territorio donde ese tipo si podía saber la verdad…

Luo Dongxing no tenía idea.

―Suibian, tenemos que hablar.

El Demonio Celestial no necesitaba de mucho olfato para detectar el aroma del perfume artificial de madera de Zidian. Tan solo miró las linternas en forma de flores de loto violetas de la fuente sin buscar hacer otra cosa más que dar un trago profundo a su licor y darse la vuelta para enfrentar a su compañero.

Zidian estaba vestido con las túnicas tradicionales Yu que A-Yuan le había regalado, la imagen de bordados de panteras, lobos y tigres decoraban las telas con los guardianes espirituales que protegían a Zidian, según los Yu.

Su cabello suelto estaba decorado con algunas trenzas, sobre su cabeza una red de cuentas plateadas y azules como las moras de los bosques estaba entrelazadas por cadenas de oro y plata. El maquillaje oscuro y elegante sobre sus ojos le quedaba muy bien a una mirada feroz como la de Zidian.

Era raro que Zidian quisiera arreglarse de esa forma. Había muchas cosas en esa cabeza terca que le hacían sentirse incómodo con la idea de que esa cara bonita suya y ese cabello largo que tanto cuidaba, se vieran de una forma que no le gustaba.

Suibian siempre había pensado que los humanos eran tan extraños. Aferrándose tanto a los pensamientos de dividirse en femenino y masculino. Alfas y omegas. Castas estúpidas y jerarquías creadas para el beneficio de otros.

Por eso se sentía bastante cómodo en Meishan Yu, un lugar donde la vida y la percepción del género y el sexo eran tan diferentes. Donde la gente no se sentía presionada a ser algo que la sociedad le impuso.

Pero Suibian sabía que su opinión sobre esos temas eran diferente a las de Zidian porque sus circunstancias eran diferentes. Por lo tanto, solo debía respetar aquello que le hacía sentir más cómodo.

―¿No te da curiosidad la forma en que los Yu toman? Es sorprendente la forma en la que toman como si el vino fuera agua. A-Yuan me dijo que los Yu tienen un dicho. “Los dragones beben para evitar que las nubes se los lleven al cielo”.

Suibian se recargó en la banca, tomó un trago y miró con melancolía el canal donde los botes animosos de los Yu navegaban.

―A veces me pregunto qué tanto de lo que dicen es cierto o no. Es como si en realidad estas personas fueran mucho más de lo que dicen ser.

―Suibian, ¿Qué demonios está pasando entre Yu Ziyuan y Cangse Sanren?

Y las palabras de Suibian murieron en sus labios.

Ofreciéndole un poco de su vino, Suibian fue al punto.

―No creo que necesites que te lo diga para que lo sepas.

―Pero Fengmian-

―Y Fengmian es el más interesado que esos sentimientos tengan una oportunidad de ser expresados con libertad.

―¿Qué quieres decir con eso?

―Fengmian planea romper el compromiso.

La angustia se apoderó de Zidian.―Pero si hacen algo así, nuestro lazo con Yu debe…

―Hmn, tiene que ser roto.

Con una expresión de derrota Zidian se sentó a su lado en aquella banca. Sus ojos miraron con tristeza los botes iluminados con linternas.

―Pero si eso pasa… ¿Qué pasara con Fengmian?

―Yo he estado pensando mucho en ello y he llegado a una conclusión… Si Wei Changze es hijo del Joven Maestro Shen ese prestigio les cerrará la boca a los ancianos Jiang.

―Pero Suibian, no puedes hacer algo como revelar eso. Si ellos saben que eres…

―Lo sé, es un riesgo, pero por el momento es lo único que se me ocurre para hacer que Fengmian y Changze puedan casarse.

―-No lo harás, le prometí a A-Die que te protegería. No dejaré que delates tu verdadera sangre de esa forma.

―Zidian.

―Debe haber una manera, no sé cuál, pero debemos encontrar una forma de romper esas estúpidas leyes, al menos en Yunmeng Jiang.

Ah. Si tuvieran un emperador de su lado sería más fácil romper la regla con un decreto que permitiera a las personas casarse con quien ellos quisieran sin importar la sangre o el prestigio.

―Bien, entonces buscaremos una manera. Pero es un hecho que ese compromiso debe ser roto de inmediato. Antes de que cualquiera de ellos se presente o esos tipos busquen casarlos rápidamente.

―Pero aun si lo logramos… si lo hacemos ella volverá a Meishan Yu para siempre y nunca más podremos verla.

―Oh vamos, no pienses así. Claro que podremos verla cuando ella salga a cazar o viajar. Sabes que ella ha amado mucho estas salidas con esos mocosos. Ella no es un ave para ser encerrada en una jaula de oro. Ella ama la libertad y aprender del mundo, por lo que naturalmente la veremos. No con tanta frecuencia como ahora, pero la parte más importante es que si Jiang Fengmian lo logra, nuestra pequeña A-Yuan y nuestro pequeño MianMian serán muy felices con las personas que aman.

―¿Crees que ellos no tendrán nada en contra de que se case con Cangse Sanren?

―Obviamente para todos los Yu este festival dejo claro quien tiene el corazón de su Tercer Joven Maestra. Si la princesa Yu se ha enamorado estos fieles amantes del amor no se opondrían. Incluso si Yu Huitou se opusiera sin el compromiso con los Jiang ella ya no podría hacer nada y naturalmente A-Yuan buscaría cortejarla oficialmente.

―Bueno, técnicamente esa mocosa ya aceptó ante nosotros que le gusta. Así que A-Yuan ya tiene eso ganado.

―Sí, pero es una Yu. enamorar más de lo que ya están a sus amados es algo muy natural en ellos. Pero es obvio que si todo sale bien pronto se celebrará una boda.

Y si era así… el Hijo del Cielo vendría pronto al mundo.

Meishan Yu gobernando YuZhong.

 Ah, eso era algo que en verdad sonaba mucho mejor que Qishan Wen haciéndolo.

―¿Crees que Baoshan Sanren se enoje si su discípula se casa con Yu?

―Quiera o no tendrá que aceptarlo.

Y sus padres también.

Sobre todo Hua Chengzhu.

―… Si eso pasa… ¿crees que podremos ver a los bebés de A-Yuan y Cangse Sanren?

Suibian no pudo evitar la risa atrapada por la ternura.

―Aunque creo que es algo pronto para pensar si quieren tener bebés, si lo hacen estoy seguro que nuestro pequeño loto te dejara cargarlos tanto como quieras hasta hartarte.

Su sonrisa creció cuando notó la alegría en los ojos de Zidian.

―¿Cuántos bebés crees que ellas quieran tener?

 ―No debería meterme en sus mentes adolescentes tan perdidas entre crecimiento y demás, pero sí sé que ambas concuerdan en un punto… ambas quieren tres.

Una sonrisa decoró los labios de Zidian.

―¿Crees que alguno se parezca a A-Yuan?

―Con los poderosos que son los genes Yu es probable que los tres tendrán bastante de A-Yuan.

―¿Cuántos niños crees que Changze y Fengmian quieran tener?

―Uno o dos. Pero si sé que ambos quieren tener una bonita princesa omega. Aunque el sueño de Wei Changze es que esa pequeña princesa sea idéntica a Fengmian.

―Una bonita omega idéntica a Fengmian. Eso es tan Wei Changze.

Sentados en aquella banca aquellos años cuidando a Yu Ziyuan se sentían tan lejanos. La posibilidad de que Jiang Fengmian lograra romper el compromiso y sus niños fueran felices parecía tan lejana. Pero la idea de que tenían que separarse de A-Yuan para que fuera feliz… dolía un poco honestamente.

No era su hija, nunca fue suya y ellos aceptaron ese trabajo comprendiendo esas palabras.

Pero entonces… ¿Por qué dolía un poco la idea de la separación?

Ninguno de los dos quiso aceptar cual era la verdadera respuesta.

Mirando desde un tronco la enorme fogata frente a la cual los Yu bailaban con Yu Ziyuan y Hua Fengxing en el centro, Suibian supo que lo mejor que podía hacer por A-Yuan era priorizar su felicidad sobre sus propios sentimientos.

Porque Suibian amaba a los niños y la mejor forma que podía ayudarlos a ser felices era apoyándolos como siempre.

Si una lágrima salió de sus ojos mirando a la niña que crio junto a Zidian por años, nadie debía saberlo.

 

 

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El Festival del Dragón marcó un antes y un después entre el grupo.

El ver a Jiang Fengmian más inmiscuido en la política y buscando hablar más con sus padres sobre aquel compromiso. Las conversaciones de Yu Ziyuan con Yu Huitou comenzaron a volverse discusiones ante la insistencia de Yu Ziyuan por ayudar en romper aquel compromiso.

Suibian jamás había querido que sus discusiones con Yu Huitou llegaran a A-Yuan, pero no podía sobreprotegerla toda la vida. Sabía que en algún momento A-Yuan buscaría defender sus propios ideales y deseos por su cuenta.

Y el tiempo se encargaba de enseñarle a Suibian que su niña ya no tenía cuatro años.

Las discusiones entre los ancianos del concejo, los reyes y los guardianes de Yunmeng Jiang aumentaron como el cansancio mental de Suibian.

 

La lluvia puede ser el comienzo de una gran tormenta. Cualquier persona podía entenderlo cuando los cielos de nubes negras y el sonido del estruendo sobre ellas avisaba sobre ello.

Todo comenzó cuando regresó después de haber cerrado una pequeña fractura del abismo sin Fin y se encontró con la noticia de que la última cacería nocturna había salido mal. Lan Qiren y Jiang Fengmian habían tenido que llevar con prisa a los heridos Wei Changze y Wu Meibei con Zidian y Sandu.

Mientras Yu Ziyuan, quien les había ordenado volver con ellos para estar a salvo, se hizo cargo con Hua Fengxing del grupo de Huli Jings que los atacaron para ayudarles a escapar. En algún momento alguien intentó atacar el punto ciego de Cangse Sanren, y para salvarla Yu Ziyuan recibió el golpe llevándola en brazos hasta una cascada en la que presuntamente habían caído.

Buscaron a través del bosque sin encontrar rastros de los Huli Jings, pero la preocupación de Suibian aumentó cuando Zidian pudo sentir algo que lo aterró.

La Presentación Instintiva de Yu Ziyuan había llegado.

Rápidamente buscó el rastro con su energía dorada, los lobos dorados se abrieron camino hasta transformarse en polillas y lograr entrar en la cascada, pero su corazón se paralizó cuando Hua Fengxing le explicó que no era buena idea que fueran por ellas ahora.

―Yo… no puedo decirle lo que está pasando con Yu Ziyuan… le prometí que no le diría a nadie lo que estoy viendo, pero… no es bueno que nadie más la vea así. Porque si las personas se enteran cómo funciona el despertar instintivo de un Loto Violeta de Meishan Yu… nada bueno pasará.

Suibian frunció el ceño, el ruido de la lluvia fuera de su habitación era molesto. Se pasó una mano por el cabello penando las hebras. Mantuvo sus dedos sobre su oído.

―¿Me estás diciendo que las deje en esa cueva húmeda cuando tú también no te sientes bien? Necesitan atención médica de inmediato.

 ―Lo sé, no es la mejor idea cuando parece que mi celo también está por venir, pero no sé cómo explicarle esto… ahora mismo Yu Ziyuan está completamente inconsciente. Su piel está muy fría, pero también su piel se está… No puedo decírselo, pero aunque ella está muy mal no quiere que nadie vea como está ahora. Lo último que me pidió cuando estaba consciente fue que por nada del mundo alguien le viera en este estado.

Suibian suspiró.

Maldita sea, ¿Por qué Yu Ziyuan era tan terca a veces?

―Por favor, Maestro Dongxing, por favor no vengan hasta que una de nosotras les diga que ya pueden venir.

Pero lo que estaba diciendo esa niña, esas palabras.

“―… Porque si las personas se enteran cómo funciona el despertar instintivo de un Loto Violeta de Meishan Yu… nada bueno pasará.”

No le gustaba como sonaba eso.

―Está bien, no iré, pero necesito que me describas sus síntomas.

―Son… extraños, pero si puedo decir que algunos son muy similares a un principio de hipotermia.

―¿Cómo estás tu? ¿Cuáles son tus síntomas?

―Estoy en precalentamiento, pero mi vista aún está bien. Podré mantener la conciencia por al menos otro día más. Tengo mucho calor y me estoy sofocando un poco.

―Escúchame muy bien, te voy a explicar que es lo que debes hacer para que ambas puedan resistir la noche. Tu padre intentara matar a A-Yuan, pero yo hablaré con él.

―Está bien, escucharé todo.

Suibian le explicó todo lo que podía usar y hacer para ayudar a que la temperatura de Yu Ziyuan no disminuyera más. Afortunadamente la maleta con supresores que Yu Ziyuan siempre llevaba con ella por cualquier cosa tanto para alfas como para omegas se había salvado al igual que sus hierbas y medicamentos para heridas.

De la misma manera las mantas que siempre llevaba para dormir lograron salvarse por los talismanes que protegían su maleta. Por lo que Hua Fengxing pudo desvestirlas y poner a secar la ropa mientras se ayudaba de su temperatura para calentar el cuerpo de Yu Ziyuan.

En momentos como esos Suibian agradecía tanto que el celo actual fuera más como un resfriado desagradable, que una libido incontrolable.

Lo único malo era que tenía que hablar por Yu Ziyuan ante el muy exagerado padre sobreprotector Hua Chengzhu.

Ah, este trabajo era tan cansado.

Pero más cansado fue darse cuenta que ese evento trajo más problemas de lo esperado.

Yu Ziyuan ahora lo sabía todo.

Quien era Hua Fengxing, su verdadero nombre y lo que había en su interior. Quienes eran sus padres, quien erala persona que le veía como si quisiera matarle y todo lo que implicaba que Hua Fengxing tuviera el Gen Dominante en su vientre.

Que Yu Ziyuan y Hua Cheng se conocieran fue inevitable. Si a Hua Fengxing le pareció más gracioso que alguien no temiera a su padre fue un asunto menor.

Pero al parecer Yu Ziyuan también le había contado algunas cosas a Hua Fengxing.

Cosas que nunca le había contado a él.

Fuera del hecho de que su mocosa tuviera sus propios secretos con Hua Fengxing, Suibian se sentía más preocupado por lo que el futuro podía depararles después del evento del ataque de los Huli Jings.

Y luego estaba el estado de Wen Ruohan.

Algo pasó.

Suibian lo notó cuando Hensheng le comentó que el comportamiento de Wen Ruohan estaba cambiando de forma extraña. Cuando algo parecía pasar entre los ancianos del concejo Wen. Cuando el mismo vio en los ojos de ese gentil muchacho el resplandor carmesí de algo extraño.

Cuando Wen Ruohan e pidió una audiencia a Yu Ziyuan en secreto, lo suficiente para que ni la misma Yu les compartiera a Zidian o Suibian que pasaba. Pero era demasiado sospechoso que días después Yu Ziyuan le recomendara a Lan Qiren alejarse de Wen Ruohan.

Cuando sintió que el Wen Ruohan frente a él parecía una persona asquerosamente familiar.

Cuando sintió que estaba en realidad frente a una persona que no era el niño de Hensheng.

No era normal, ese comportamiento frio que en cualquier momento cambiaria al muchacho de siempre.

Esos ojos llenos de maldad. Esa sonrisa.

Como si el actor hubiera sido consumido por su papel.

Entonces la tormenta llegó con una noticia.

El emperador Wen Qiang había muerto.

Wen Ruohan estaba destruido y al parecer su salud no era la mejor cuando fue coronado como el nuevo emperador. Hensheng perdió a un hijo y temía perder a otro.

Aun cuando Suibian no entendió lo que decia buscó consolarlo.

Pero las cosas solo empeoraron cuando la salud del padre de Fengmian empeoró, los ancianos comenzaron a moverse. Los rumores sobre el extraño cambio en Wen Ruohan hicieron las cosas mucho peor y entonces ese rumor llegó a todo el mundo.

Wen Ruohan se había enredado con Wang Tanlan.

Y al parecer tras su despertar Wen Ruohan se reveló como un alfa dominante.

No, eso no podía ser.

¡Eso no podía ser!

Algo se quebró dentro de la mente de Suibian. No importaba cuanto se hablara del caso o se dijera que incluso aquella concubina, que supuestamente estaba enamorada del emperador sería coronada como emperatriz.

Suibian no entendía.

No entendía nada.

Porque el hombre de esos rumores no se parecía en nada al enamorado Wen Ruohan que Suibian conoció ese día en un bosque de Qishan.

Y como si las cosas no pudieran empeorar, solo empeoraron más.

Fue una noticia, una sola noticia.

Lan Qiren había sufrido un grave accidente y estaba entre la vida y la muerte.

Tan pronto como aquella noticia llegó a Yunmeng Jiang la charola con dulces que Jiang Fengmian sostenía cayó al suelo, Suibian pudo ver como lentamente el infierno se desataba ante sus ojos sin que pudiera hacer nada más.

Muchas cosas se dijeron. Hua Fengxing y Jiang Fengmian viajaron de inmediato buscando que les dejaran ver a Lan Qiren. incluso Yu Ziyuan y Wei Changze se unieron a ellas. Wu Meibei no pudo salir de Lanling Jin, estaba a días de casarse y tras el último fallo en sus cacerías el concejo Jin no quiso que su futura reina se expusiera más.

Incluso el mismo Suibian dejo a un lado su orgullo y se unió con temor cuando escuchó que Bichen había caído de las escaleras intentando proteger a Lan Qiren con su propio cuerpo.

Bichen.

“―Tu realmente eres muy extraño, Joven Maestro Shen”

Bichen.

“―Es un buen regalo. Me gustan las horquillas… gracias, Suibian”

¡Bichen!

Los rumores contaban la historia de un omega y un emperador. Un príncipe Lan que se había enamorado de uno de los cultivadores de su clan, se había casado discretamente en el templo Lan y consumaron su amor que floreció en una cría.

No obstante, el cultivador había muerto en una cacería nocturna y el omega había sufrido un drástico accidente que le había hecho perder a su bebé junto a su fertilidad.

¡SOLO UN MONTÓN DE ESTUPIDECES!

Todos lo sabían.

Todos en ese grupo sabían quién era el alfa que Lan Qiren amaba. Quien era el padre de la cría que había perdido.

¡Todos sabían lo que posiblemente esos estúpidos ancianos le hicieron por entregar su amor a Wen Ruohan sin estar casados!

Era clara la furia de Hua Fengxing saltando múltiples veces las barreras Lan, golpeando a los guardias sin importar cuantas veces era regresada. Era notable en el hecho de que incluso Jiang Fengmian había pedido, no. Exigido hablar directamente con el Rey Lan sobre el omega, tan solo para terminar haciendo lo mismo que Hua Fengxing cuando fue rechazado.

Era claro en la ira de Suibian al ayudarlos atreviéndose a exigir y ordenar que lo llevaran directamente con Shuoyue.

Porque si esos estúpidos Lan habían golpeado a Bichen, ¡si esos malditos hijos de puta se habían atrevido a tocar uno solo de los cabellos de SU OMEGA los mataría a todos!

Pero a pesar de la insistencia. A pesar de todo no pudieron entrar.

Y las cosas solo empeoraron cuando el rey Jiang Luan murió.

No era su hijo, no se apegó demasiado al rey como con Yu Ziyuan o Jiang Fengmian. Solo era un guardián más que le sirvió.

Y aun así dolía.

Nunca espero que el padre de Jiang Fengmian moriría tan pronto, no así.

Pero Suibian no pudo evitar la cólera al ver que sin esperar que el cuerpo se enfriara, los ancianos y Yu Huitou planearon la boda en solo dos días. Y un día antes del evento, Hua Fengxing se estaba despidiendo horas antes de que aquella prisión llamada matrimonio real fuera oficial.

―Fengxing.

―Es mejor así. Yo… yo no tengo porque estar aquí.

―Fengxing, tú y yo sabemos que esto no es más que una maldita farsa. Ziyuan y Fengmian no se aman y solo hacen esto por la presión del concejo, pero A-Yuan y tu aún pueden ser felices. Solo espera un poco, me esforzaré por conseguir alguien más, estoy por encontrar a la persona adecuada y-

―No puedo hacer eso. Yo… es mejor que me vaya, solo seré un estorbo y yo-

―Fengxing, por favor, confía en mí, Hua Fengxing. Aun si no puedo conseguir a nadie más esto no es el final. Solo tienes que aceptar la posición de la Máxima Consorte Real.

―No puedo.

Suibian no pudo evitar tomar sus mejillas, necesitaba que esa niña lo escuchara. Que lo entendiera.

Que no se fuera.

―No importa que Jiang Fengmian será la reina Jiang, la verdadera esposa de Yu Ziyuan y su pareja serás tu. Tus hijos serán los únicos que Yu tendrá y Jiang Fengmian estará muy feliz de darles su bendición como los futuros reyes de Yunmeng Jiang. Tú serás la Máxima Consorte Real. Lo juro.

La posición de la Máxima Consorte Real era uno de los títulos más importantes de Yunmeng Jiang.

A diferencia de otros reinos, Yunmeng Jiang tenía un trato muy respetuoso con los consortes y concubinas del rey. Cada omega del señor de Lianhua Wu era tratado con absoluto respeto, cuidado y afecto con el que trataban a sus reyes.

No obstante, tal como sucedía con otros reinos y la capital imperial. Yunmeng Jiang también tenía una estructura de niveles para los omegas del alfa gobernante de ese clan.

Y la posición de la Máxima Consorte Real era el título que le pertenecía al segundo omega más importante del harem.

La Máxima Consorte Real no solo era considerada importante por su belleza, sino también por sus talentos, inteligencia y su trabajo en conjunto con los reyes de Yunmeng Jiang por la prosperidad del reino.

Varios reyes de Yunmeng Jiang habían trabajado junto a sus Máximos Consortes Reales como un equipo, no solo para la producción de herederos, sino también para la política en general. Incluso las personas más arriesgadas podían decir que había cierta igualdad entre esas cuatro posiciones.

Como un triángulo perfecto para la prosperidad del reino.

―Escucha, Jiang Fengmian había considerado que si por alguna razón no podían romper el compromiso aun tenían esa opción. Solo tienes que aceptarla y haremos todo tan rápido que ni los ancianos del concejo ni Yu Huitou podrán hacer algo.

Sin embargo, cuando el nombre de Yu Huitou salió de los labios de Suibian el rostro de Hua Fengxing se oscureció. Su cuerpo tembló y negó.

―No debo, yo… debo de irme ahora. No puedo quedarme. ¡Debo irme!

Y sin dejarle hablar, Hua Fengxing salió en su espada y desapareció ante los ojos de Suibian.

El día siguiente llegó y el infierno de Yu Ziyuan y Jiang Fengmian comenzó desde el momento en que despertaron.

Al ver a Yu Ziyuan vestida en rojo, Suibian no pudo evitar pensarlo.

Todo esto era su culpa.

Si no hubiera elegido a Yu Ziyuan, si no hubiera tardado tanto en buscar un sustituto y fuera mucho más útil, tal vez este día jamás hubiera ocurrido.

Pero aun había una manera en la que podía ayudarle.

Cuando la conexión tuvo que cortarse porque la noche de bodas debía pasar, Suibian se quedó a solas con ella.

―Aún hay una oportunidad.

Yu Ziyuan no dijo nada, solo se quedó en la habitación. Quieta como una estatua de jade sin poder hacer más.

―A-Yuan.

―Es hora, corta la conexión, tengo que… tenemos que terminar con esto. Los ancianos no esperaran hasta mañana. Esto tiene que pasar ahora.

En sus manos colocó un pequeño tubo parecido a una jeringa y una pequeña botella de cerámica.

―Toma, esto es algo en lo que he estado trabajando, cumplirá su función en depositar la semilla dentro de Fengmian, solo tienes que destaparlo para llenarlo y apretar este botón cuando este dentro de Fengmian y hará su trabajo. Esta botella contiene la sangre que tienes que arrojar sobre las sábanas. Recuerda que primero tienen que perfumarlas antes de vaciar la botella.

―Suibian.

―Confía en mí. No tienen que… Nadie lo descubrirá y esto asegurará que habrá un heredero. Solo tiene que prepararse y tomar una posición óptima con las almohadas que le ayudará a que tu semilla llegue al lugar correcto.

―Está bien… gracias.

No, no había nada que agradecer.

Porque esto era su culpa.

―Me voy.

Sin poder hacer nada más que obedecer, Suibian cortó la conexión con Yu Ziyuan, pero no esperó las palabras que la chica le dio.

―Gracias por nunca juzgar mis sentimientos.

Y sin más, Yu Ziyuan partió a la habitación.

En el camino Yu Huitou se interpuso deteniéndola, la mano de la mujer sostuvo con fuerza su brazo y Suibian pudo escuchar esas palabras aun sin la conexión.

―Ni si quiera te atrevas a usar algún engaño. Este matrimonio debe consumarse esta misma noche sin excusas, no sé qué es lo que harás para conseguirlo, pero vas a cumplir esa orden quieras o no, ¿entendiste?

Yu Ziyuan solo se soltó toscamente de ella y se marchó.

La noche de bodas fue un martirio.

Los ancianos y Yu Huitou rodearon la cámara nupcial expectantes durante las cinco horas que esos dos estuvieron adentro. Impacientes, molestos, cansados, deseando que por fin Yu Ziyuan saliera de aquella habitación mostrando la sábana manchada.

Suibian estaba frustrado.

Había preparado todo con antelación, por lo que no importaba cuanto intentaran los ancianos, sería imposible que se dieran cuenta que lo que estaba pasando en esa habitación no era lo que ellos querían.

Sin embargo, eso no disminuyó su preocupación.

Cuando las puertas por fin se abrieron, los ojos de Yu Ziyuan estaban rojos y en el fondo de la habitación se podía escuchar los llantos de Jiang Fengmian.

Y con molestia, Yu Ziyuan presentó la sábana de consumación, arrojándola ante los ojos de los ancianos y su madre.

―¡Todo ha sido hecho como querían! Este matrimonio ya ha sido consumado. ¡A partir de ahora soy su rey! ¡Quien se atreva a molestar o herir aún más a mi Reina durante su duelo y mi mismo reinado sufrirá las consecuencias de mi ira! ¡¿Han entendido?!

Las flores de loto violetas se extendieron salvajemente como el lago de aguas lodosas y neblina profunda apoderándose del jardín exterior del cuarto de matrimonio. Las rosas violetas crecieron de forma abismal, deformando sus pétalos haciendo su vista algo monstruoso, aterrador.

Las espinas de las rosas violetas brillaron en el rojo de la ira, apuntando contra los asustados ancianos. El bosque de palisandro los rodeo bañando el suelo de pétalos violetas, ahogándolos un poco con su aroma espeso. La furia de Yu Ziyuan era completamente incontenible.

Esta imagen.

La imagen de una furiosa Yu Ziyuan que buscaba someter a aquellos que intentaron someterla durante años fue muy dolorosa para Suibian y Zidian.

Estas personas habían convertido a su pequeña A-Yuan en esta persona.

Completamente asustados ante su nuevo Señor, los ancianos del concejo bajaron la cabeza. Sus rodillas tocaron el suelo y cada miembro del concejo Jiang le dio sus saludos oficialmente a su nuevo rey con una gran reverencia que llevó sus frentes hasta el suelo.

―¡Estos ancianos ofrecen sus saludos al Rey Jiang! ¡Que los cielos favorezcan su reinado! ¡Estos ancianos obedecerán cada una de sus órdenes! ¡Bienvenido al clan sea el Rey Jiang, Zi Zizhu!

Yu Ziyuan miró aquello con frialdad, su sonrisa fue cruel y burlona.

―¡No será Rey Jiang! ¡A partir de ahora me llamarán Reina Alfa Yu! No aceptaré que ninguno de ustedes me llame de otra forma más que la que he elegido! ¡¿Lo han entendido bien?!

―¡Si, su Majestad! ¡Bienvenida sea la Reina Alfa Yu!

Con la ira posada sobre su figura, Yu Ziyuan dejó el lugar dirigiéndose a su habitación. Suibian y Zidian le siguieron temiendo lo peor, solo para encontrarla frente a la cama rompiendo en pedazos las túnicas nupciales entre gritos y gruñidos, rasgando sin piedad la tela hasta llegar a la carne, rasguñando hasta que la sangre brotó de las heridas sin más.

―¡Ziyuan!

―¡A-Yuan!

Aterrados por aquella imagen, Suibian y Zidian se lanzaron hacia Yu Ziyuan, Suibian apresó su figura entre sus brazos y Zidian atrapó sus manos buscando evitar que siguiera lastimándose.

Ambos guardianes la abrazaron. La voz de Suibian fue paciente.

―Estamos aquí. No estás sola. Llora tanto como lo necesites.

Los gritos de Yu Ziyuan se volvieron sollozos incontrolables que solo marcaron la pauta para el arrepentimiento que no pudo abandonar el corazón de Suibian nunca más.

Durante los días y las semanas, Suibian y Zidian se dividieron la tarea de cuidar a ambos por aparte, Suibian se encargó de Yu Ziyuan y Zidian cuidaba a Fengmian, mientras Sandu se encargaba de evitar que cualquiera del concejo o Yu Huitou se atreviera a perturbarlos más de lo que ya estaban.

Yu Ziyuan y Jiang Fengmian no querían ver al otro, la sola idea de recordar la noche de bodas hacía que las náuseas volvieran y el vómito saliera sin más.

No podían verse, no podían olerse, no querían volver a tener que hacer algo así.

Y Suibian no podía hacer nada con la culpa en su corazón.

Entonces Zidian lo dijo.

―Fengmian ya huele a leche y tartas de huevo y fruta. Tenías razón, el plan funcionó.

El aroma a tarta de huevo y fruta era algo que solo podía presentarse en un omega en cinco ocasiones.

Ovulación, precalentamiento que era el aviso del celo días u horas antes de este, el celo, deseo sexual o una estimulación no deseada…

Y embarazo.

Cuando la leche estaba incluida el diagnóstico era demasiado obvio.

El aroma a leche y tartas de huevo y fruta solo se presentaba cuando el cigoto al fin había llegado al útero y lograba implantarse en el revestimiento, el cuerpo mandaba una alerta al cerebro y este avisaba al omega del hecho a través de ese aroma que ya había un embrión en desarrollo.

Solo en ese momento iniciaba el conteo del embarazo.

Y el embarazo de Jiang Fengmian comenzó.

Durante los nueve meses del mismo, ni Jiang Fengmian o Yu Ziyuan interactuaron, pero Yu Ziyuan siempre se mantuvo pendiente de Fengmian. Si Fengmian quería frutos de Meishan Yu las conseguiría para él, si quería carne Wei Changze y ella irían a cazar.

Y si quería peluches o almohadas para su nido Yu Ziyuan trabajaría toda la noche para hacer lo que Fengmian y su bebé querían.

En todo el embarazo Wei Changze sintió el golpe de las náuseas, el asco y vómito. Pero haciendo todo por ocultar su síntomas cuidó a Jiang Fengmian mimándolo tanto como Yu Ziyuan le había permitido hacer.

Verlo conseguir juguetes y hacer dulces para Fengmian no fue una sorpresa para él.

Ella lo sabía, esos dos se amaban, y aunque el bebé de Fengmian era de Yu Ziyuan, Wei Changze ya lo amaba con todo su corazón.

Hasta que el día del nacimiento llegó.

Tal como funcionaba con las crías Yu, fue necesario preparar una tina grande con agua tibia. El agua ayudaría al parto como una pose en cuclillas, las parteras Yu le dijeron eso.

Tan pronto Yu Ziyuan escuchó que Fengmian había entrado en labor de parto dejó de lado sus temores y recuerdos de esa noche, corrió hasta la habitación de parto y sujetó la mano derecha de Fengmian mientras Wei Changze sujetaba la izquierda.

Entonces Jiang Yanli llegó al mundo.

Quien era una omega femenina.

Una omega.

Los ancianos estaban encolerizados ante dicho resultado, nadie podía dar crédito a esa realidad.

Muchos sintieron que era una maldición, que tal vez fue cosa de Jiang Fengmian y su sangre débil, que tal vez fue porque no lo hicieron adecuadamente y con solo días de nacida, Jiang Yanli ya era vista con desprecio por los ancianos cundo Yu Ziyuan no estaba presente.

Pero sus padres, que ya habían resuelto las cosas entre ellos no pensaban lo mismo.

Jiang Yanli fue como una tregua entre Jiang Fengmian y Yu Ziyuan, quienes hicieron un nido y con cariño y temor por lo pequeña que era la pequeña A-Li, se acomodaron y perfumaron sintiendo alivio por al fin sentirse cómodos juntos.

Tan natural como pasaba con los Yu, Yu Ziyuan comenzó a producir leche tan pronto el aroma de su cría nutrió su corazón. Su necesidad de procurarla llenó sus glándulas mamarias con leche fresca y nutritiva para una bebé que necesitaría leche por al menos tres a cuatro años, que Yu Ziyuan y Jiang Fengmian le darían con todo el amor que merecía.

Wei Changze le dio como su primer regalo un pequeño caballo de madera tallado y entre ellos y los guardianes celebraron el nacimiento de la bonita y pequeña princesa de Lianhua Wu.

Tal vez esa niña no había sido concebida por amor romántico, pero eso no significaba que sus padres no la amarían a pesar de todo.

Cuando las cosas fueron claras, Suibian adelantó su investigación y el proceso que estaba buscando perfeccionar logro dar un resultado exitoso, mismo que presentó ante la pareja una semana después.

Yu Ziyuan no daba crédito a lo que estaba leyendo.

―¿Qué es esto, Suibian?

―Durante mucho tiempo mi… Shizun investigo esto deseando saber si había una manera perfecta de conseguir realizar el proceso sin problemas, pero en ese entonces aún no se tenía acceso a la energía dorada, pero ahora que tengo acceso a ello he estado investigando y experimentando y lo logré.

Los ojos de Jiang Fengmian y Yu Ziyuan le miraron con asombro.

―El proceso es muy simple, Fengmian necesita tomar algunos medicamentos especiales que he estado cultivando durante algunos años, tardara unos meses y estaremos haciendo algunos análisis de sangre en el proceso para saber que todo está saliendo bien, cuando los óvulos estén listos con la misma energía dorada los extirparé.

―¿Eso será doloroso?

―No te preocupes, durante este tiempo he estado perfeccionando ese trabajo y he formado los instrumentos necesarios para solo tomar lo que debo sin lastimarte. De todos modos tomaras algunos medicamentos para hacer el procedimiento más fácil y estes cómodo durante el proceso hasta que logremos extirpar cada uno.

―¿Qué se haría después?―preguntó Yu Ziyuan.

―Bueno, es muy fácil. Con óvulos listos necesitaré que obviamente me des tu esperma.

Yu Ziyuan no pudo evitar ahogarse con su propia saliva, Jiang Fengmian se sonrojó incómodo.

Con eso listo me encargaré de buscar entre cada uno de los espermatozoides los más adecuados del código correcto.

Los jóvenes frente a él se sintieron avergonzados ante sus palabras pero este no era el momento de sentirse tímidos, debían seguir escuchando.

―¿Cuáles… serán los más adecuados?―pregunto Jiang Fengmian.

―¿Recuerdan cuando hablamos de esto? Escuchen, de las dos células que deben unirse para formar un cigoto, es el espermatozoide el que elige el sexo primario y secundario del feto. Entre los cromosomas que ambas células tienen, los códigos dentro del espermatozoide pueden influir en ambos aspectos.

―Si la combinación forma un XX tenemos una mujer, si es XY será un varón. Pero si el segundo código forma un XY-X tenemos una alfa femenina. Si forma un XY-Y será un alfa varón. Si la combinación es XX-Y será un omega masculino mientras XX-X hará a una omega femenina. En cambio el código B es el que forma a los betas siendo un error en el sistema al no haber formado apropiadamente el código del sexo secundario.

―Nosotros necesitamos que sin importar que, sea XY-X o XY-Y, este príncipe debe ser un código Y sin importar que, pero para poder hacer esto posible debo de elegir únicamente a los códigos Y que serán lo que uniremos con los óvulos de Fengmian y solo elegiremos entre esos los mejores cigotos para gestar.

―Eso suena tan antinatural.

―Lo sé, pero esa es la única solución que puedo ofrecer para traer un hijo con su sangre sin que tengan que volver a ir a esa habitación.

La sola mención de aquello hizo que tanto Jiang Fengmian como Yu Ziyuan temblaran con terror.

Ninguno de los dos deseaba volver a esa habitación o tener que tocar al otro de esa manera.

Aun cuando resultaba completamente ilógico, antinatural y completo, el informe que Suibian les había dado sobre lo que tenían que hacer y como sería, sonaba mil veces mejor que repetir la noche de bodas.

Y si eran sinceros tampoco era como si su pequeña A-Li hubiera sido concebida naturalmente.

Podían con esto.

Jiang Fengmian fue quien preguntó:― ¿Cuál es el porcentaje de probabilidad de que esto funcione?

―Les seré sincero, será difícil, posiblemente nos lleve algunos años, pero hay un cincuenta por ciento de probabilidad de que esto funcione como deseamos.

Jiang Fengmian no pudo evitar suspirar pensando en el asunto, Yu Ziyuan buscó su mirada y después de un momento fue el mismo Fengmian quien preguntó.―¿Cuándo podemos comenzar?

Ya no había marcha atrás.

―El proceso de vitaminas para Yu puede iniciar tan pronto A-Yuan deje de producir leche para A-Li, tendremos tiempo mientras la bebé crece al punto de ya no necesitar lactar para iniciar con tu tratamiento.

―Entonces que así sea.

Tal como Suibian estimó, el proceso fue difícil, aunque ya había hecho algunas pruebas en las células de otros seres vivos y los conejos que ahora jugaban en su jaula, al igual que esos lobeznos que crecieron de forma asombrosa eran la prueba de que esto funcionaría, el tiempo estimado que para conseguir verdaderamente un embrión adecuado pasó en esos tres años.

La pequeña Jiang Yanli ya había crecido cuando el tiempo de cerrar las pequeñas fisuras que ya se habían hecho en el Abismo sin fin había llegado, y Suibian tendría que partir suspendiendo la nueva prueba.

Al ser algo que estaban haciendo a escondidas del concejo con la excusa de que aún era muy pronto para que Fengmian cargara con otra cría, no podían hacerlo a plena luz del día. Y el hecho de que los pocos embriones que habían podido introducir en Fengmian no lograban adherirse exitosamente, solo quedaba intentarlo una vez más.

Si alguien se enterara que la producción del heredero se estaba llevando a cabo de esa manera, con la arcaica mentalidad de esta gente, nada bueno podría salir de ahí.

Así que Suibian cortó su conexión, partió al Abismo sin Fin, trabajó duramente y regresó tres semanas después.

Solo para encontrarse con la noticia de que Hua Fengxing había regresado.

―Maestro Dongxing… eh… hola, jejeje.

Al parecer Bichen se había reencontrado con Hua Fengxing, el tema de la pequeña princesa había salido.

Fengxing no pudo negarse a no regresar cuando sus padres le encomendaron una misión especial que requería su presencia en el mundo del cultivo. Y así Hua Fengxing se vio arrastrada hasta el Palacio Púrpura para ver a la niña del matrimonio Jiang.

Durante una semana, Hua Fengxing y Yu Ziyuan se estuvieron evitando, como si la otra persona no estuviera de visita, Yu Ziyuan no pisó el Palacio Púrpura, escondida en el Palacio Huangling, tomando licor y trabajando sin dormir importándole poco o menos la idea de intentar descansar.

―¿Vas a esconderte hasta que se vaya?

―Es lo mejor.

―¿Para quién? ¿para ti, para Fengmian o para ella?

―Es lo mejor y ya.

―No puedes escapar para siempre, al menos tienes que cerrar con este ciclo de alguna manera, hacer las paces con tus sentimientos. Y aunque no te guste mañana tenemos que ir al Palacio Púrpura. Hay una junta con el concejo y es necesaria tu presencia.

A pesar de sus quejas, Yu Ziyuan tuvo que asistir a esa junta como encontrarse con Fengmian en el palacio del Loto Sonriente cuando fue a visitar a su pequeña princesa.

Y eso le llevó a encontrarse también con Hua Fengxing quien estaba cargando a la bebé.

Los viajes de Hua Fengxing aumentaron como su miedo de quedarse a solas con Yu Ziyuan. La Reina Yu tambien buscó evitarla tanto como pudo y Jiang Fengmian buscó múltiples veces reunirlas como si sus planes de convertir a Hua Fengxing en la verdadera esposa de Yu Ziyuan jamás hubieran escapado de su mente.

Luo Dongxing jamás supo que decir, solo pudo mirar a la distancia.

Hasta que algo pasó.

Jiang Yanli enfermó de gravedad.

Cuando Yu Ziyuan apareció con la bebé entre brazos inconsciente, Suibian pudo sentir el terror en el corazón de su Rey con solo mirar sus ojos.

Varios médicos la vieron de inmediato, las órdenes de Yu Ziyuan se volvieron feroces. Jamás la había visto tan alterada en su vida, como una bestia herida que buscaba sobrevivir en un campo de batalla Yu Ziyuan mandó llamar a cientos de médicos.

Y cuando nadie podía encontrar que era lo que pasaba y como curar su intensa fiebre Yu Ziyuan solo se enojaba aún más.

Ni siquiera el mismo Suibian podía encontrar una cura.

Entonces Hua Fengxing pidió ver a la Reina Yu y su voz fue clara.

―Yo… ¿Podría intentar revisar a su Pequeña Alteza Real?

Hua Fengxing era una cultivadora, pero también era la hija de un miembro del pueblo Mao. Aun si no tenía la sangre de Hua Cheng, Suibian sabía que este había logrado aprender tanto como pudo del pueblo de su madre. Y ese mismo hombre le había enseñado todo sobre lobos a la niña que realmente actuaba como un Mao.

Entre hierbas y largas noches Hua Fengxing descubrió ante los rezos a sus ancestros como curar a Yanli. Y para sorpresa de todos tres días desde que Hua Fengxing comenzó a cuidarla, la niña despertó.

El concejo estaba maravillado, Jiang Fengmian lloró lleno de dicha abrazando a su hija y a Hua Fengxing. Y Yu Ziyuan agradeció a los cielos y a Hua Fengxing por aquel milagro.

Desde ese momento la visión del concejo de ancianos Jiang sobre Hua Fengxing cambió por completo.

Y Suibian pudo notarlo en los ojos de Jiang Fengmian.

Inició con visitas de Hua Fengxing a Jiang Yanli, con desayunos con Fengmian en donde naturalmente Fengmian hizo que Ziyuan y Fengxing coincidieran y poco a poco, de una u otra manera Yu Ziyuan y Hua Fengxing volvieron a acercarse como en el pasado.

Desde el balcón de aquel edificio Suibian miró a aquellas dos juntas otra vez, caminando por los jardines con la pequeña Yanli entre los brazos de Yu Ziyuan, cansada de tanto jugar.

―¿Planeas hablar con los ancianos sobre convertir a Cangse Sanren en la Máxima Consorte Real?

A su lado Jiang Fengmian miró con una dulce sonrisa a la pareja, su voz fue tranquila.

―Aún es demasiado pronto. Ahora quiero que A-San comprenda perfectamente que A-Yuan y yo no estamos juntos en esos términos. Si logro convencerla que todo estaría perfectamente bien si ellas se casan y se vuelve la Máxima Consorte Real, no solo lograre que mis amigas sean felices.

―Sino que tambien habrá un heredero alfa pronto, ¿no?

―Tal vez, después de todo, A-Xing… estoy seguro que un hijo suyo será el mejor emperador que pudiera tener YuZhong.

Los puños de Suibian se apretaron con fuerza.

―¿Qué quieres decir… con eso?

―Es muy fácil. Meishan Yu se ha preparado durante casi doscientos años desde la caída de Cang Qiong con un único objetivo. El primer hijo alfa de Yu Ziyuan será el rey de Meishan Yu. Con una preparación adecuada y esos genes sé que su primer hijo alfa de ambas será el mas adecuado para tomar el lugar del verdadero emperador de YuZhong.

―¿Y Yunmeng Jiang?

―Shifu ya se está encargando de escoger a mi hijo, Yunmeng Jiang también tendrá un rey que trabajará arduamente junto a su hermano en hacer de YuZhong un lugar mejor para todos. Lanling Jin, Meishan Yu y Yunmeng Jiang. Con alianzas como esas el futuro será prometedor.

Un Loto Violeta de Meishan Yu, la Peonia con el Gen Dominante.

Claro que de ellas dos podría nacer un emperador, el más grande de todos.

El único capaz de gobernar el mundo.

Pero algo como eso…

―Pero por ahora nosotros debemos trabajar para formar cimientos fuertes para ese futuro. Incluso si eso significa derrocar a la dinastía Wen.

Jiang Fengmian frunció el ceño, sus puños se apretaron con fuerza.

―Derrocar a Wen Ruohan será difícil, ¿realmente estás pensando unirte a Qinghe Nie y su plan contra el Sol?

―Aún no, solo estoy considerándolo de acuerdo a nuestras circunstancias. A-Yuan no está segura que sea buena idea aún. Después de todo, teme que el actual Sol pueda descubrir dichos planes y vaya en contra de todos los clanes hasta masacrarlos por completo.

Jiang Fengmian hizo una pausa antes de continuar.

―Pero si no lo hacemos nosotros nuestros hijos serán obligados a cargar con el peso de nuestra insensatez. Wen Ruohan está actuando muy extraño desde la muerte de su padre. Él ya no es el emperador adecuado para gobernar YuZhong.

―¿Y eso te lleva a pensar que poner en el Trono del Dragón a un hipotético hijo de ellas dos es la mejor idea?

―Lo es.

―¿Por qué?

―Porque ellas son diferentes a mucho de lo que puedes encontrar aquí. Con sus ideales y precepciones de todo lo que aún vive en penumbras en YuZhong… algo dentro de mí me dice… que el hijo que ellas traigan al mundo será el milagro que YuZhong necesita para avanzar.

El viento movió los cabellos castaños de Jiang Fengmian, sus ojos estaban bañados de determinación y Suibian solo pudo pensar una cosa.

Los hilos del destino se estaban moviendo y él tal vez no era nadie para detener el transcurso de esta historia.

Porque tal vez el momento en que el Hijo del Cielo naciera había llegado.

Y nadie podría cambiar esa realidad.

 

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El aroma a madera y los arboles que pueden generar las feromonas de Yu Ziyuan son de palisandro.

El palisandro escogido para la representación física de sus feromonas es el palisandro Sudamericano.

Su nombre científico es Jacaranda mimosifolia , y de hecho otro de los nombres con el que se conoce es jacaranda

Su nombre científico es Jacaranda mimosifolia , y de hecho otro de los nombres con el que se conoce es jacaranda. Pertenece a la familia Bignoniaceae, y es originario como hemos dicho de Sudamérica. Alcanza una altura de 12 a 15 metros, rara vez 20 metros, y su tronco tiende a torcerse un poco. Las hojas son bipinnadas, caducas, perennes o semi-perennes dependiendo del clima. Y sus flores se agrupan en panículas terminales de colo azul violeta.

Se utiliza sobretodo en jardines, pues da buena sombra y no requiere de mucho mantenimiento. Por si fuera poco, resiste hasta los -7ºC. Ahora bien, su madera tiene usos en carpintería de interior, al ser color marrón claro, ligera y fácil de trabajar. Y, sí, también se le atribuyen propiedades medicinales; es más, se cree que es antitumoral y espasmolítica.

Una de las razones por las que el palisandro fue escogido para uno de los aromas de Yu Ziyuan es porque el palisandro es una especie sumamente densa y resistente, con colores ampliamente valorados. Se emplea especialmente en ebanistería, para artesanías y fabricación de instrumentos musicales.

 

Notes:

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el amor y paciencia que le han tenido a este proyecto. me despido.

¡Gracias por leer!

Chapter 23: CAPÍTULO 10.6: WUXIAN

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

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El tiempo pasaba como la marea y antes de que Suibian se diera cuenta habían pasado tres meses ya.

Y por fin, después de varios años de intentar entrar a Gusu Lan la noticia de que Lan Qiren al fin había salido del encierro animó los corazones de aquellos muchachos.

La visita de Lan Qiren a Yunmeng Jiang reunió por fin a aquellos omegas. Las lágrimas fueron inevitables al igual que el nido que formaron juntos. El cabello de Lan Qiren ya había crecido hasta los hombros, pero su mirada ligeramente apagada como aroma a verduras dejaba en claro la verdad.

Ya no estaba, la felicidad del amor de Lan Qiren se había esfumado al igual que el Wen Ruohan del pasado y el bebé que había amado tener en su vientre.

Cuando llegó la noticia del nacimiento del segundo príncipe Wen, Suibian solo apretó los puños al escuchar que su comportamiento solo había empeorado a un hombre que era todo lo contrario a lo que vio ese día.

Y lo peor de todo era que Suibian no podía opinar nada al respecto.

No sabía bien que pasó, no sabía que había en la cabeza de ese emperador.

No sabía nada.

Y eso era lo que más lo frustraba.

Porque su mayor temor se había cumplido sin que entendiera por qué.

Era un dominante.

Wen Ruohan era un alfa dominante.

El mundo había cambiado al igual que Yunmeng Jiang.

Gusu Lan ahora tenía un pequeño príncipe heredero alfa, Lan Qiren dijo que se llamaba Lan Huan, nombre de cortesía Xichen. Era un niño muy dulce y Lan Qiren ayudaba a cuidarlo de vez en cuando.

Qingheng-Jun se había vuelto una sombra de sí mismo al igual que Yue Xiyue, encerrada en una bonita prisión llamada la Casa de Gencianas por el supuesto crimen de matar a uno de los maestros de Lan Gudan, quien no pudo condenarla a muerte y le llevó a ese lugar porque fue la única opción disponible para el rey.

Suibian no sabía si la muerte hubiera sido mejor que una vida así, pero él no se metería en algo que no le correspondía.

Él solo era un guardián.

Y uno que debía obedecer.

Las cosas mejoraron un poco, A-Li estaba mucho más saludable, Lan Qiren, Hua Fengxing y Jiang Fengmian por fin pudieron compartir correspondencia y Yu Ziyuan se veía menos frustrada.

Fue entonces el momento en que Jiang Fengmian consideró correcto comenzar su plan.

Comenzó con charlas casuales, simples menciones sobre las cualidades y talentos de Hua Fengxing. Citas que el mismo preparó para los tres en las que al igual que cuando eran jóvenes simplemente de vez en cuando sacaba excusas para no ir, obligándolas a ir juntas.

De la misma forma involucró a las gemelas Yu, quienes emocionadas ayudaron a hacer más fáciles los encuentros entre Yu Ziyuan y Hua Fengxing. Buscando mostrarles que las apoyaban y estarían muy felices de incluir a Hua Fengxing a su familia.

Al comienzo las hacia llevar a A-Li, en algún momento les quitó el escudo que representaba la niña y entre voces dentro del palacio se supo la verdad de una u otra manera.

La Reina Jiang parecía interesado en concretar un matrimonio entre la honorable Princesa de la Montaña Divina Cangse Sanren y su estimada Reina Yu Ziyuan.

Y Suibian sabía que eso era verdad. Jiang Fengmian en verdad quería convertirlas en alfa y omega.

Aun si tenía que jugar sucio en el proceso.

Suibian miró fríamente aquellos movimientos entre las sombras, sus puños apretados firmemente. Sus labios unidos en una línea sin emociones.

Pero Suibian sería un hipócrita si el mismo dijera que no deseaba hacer lo mismo.

Y cuando aquello llegó curiosamente a Yu Huitou, aun cuando el pueblo de Yunmeng Jiang no sabía nada, Suibian ya no vio razón alguna para callar lo que en verdad sentía.

Los ojos de Yu Huitou fueron fríos cuando dijo aquellas palabras.

―No estoy de acuerdo con lo que están haciendo tu Reina y tú.

―Sinceramente hablando… me importa un carajo tu opinión.

―¡Polilla de Oro!―la voz de Yu Huitou venía con una clara advertencia.

―Querías un matrimonio, el matrimonio ya está hecho. Querías que fuera consumado y hubiera un hijo que hiciera legitima la unión entre ambos clanes, A-Li ya está en este mundo. Ya no hay nada que falte, Yu Huitou, todo está hecho tal y como era tu capricho.

―El hijo alfa de Ziyuan debe tener la sangre de Fengmian, eso es lo que falta y tu estas buscando que ese niño lo tenga alguien más.

―No seamos hipócritas. A los ancianos del concejo de Yunmeng Jiang les da igual si ese niño tiene sangre de Jiang Fengmian. Ellos quieren la sangre Yu, poco les importará si la Princesa de la Montaña Divina es quien da a luz al futuro Rey.

―¿Y también planeas que Cangse Sanren dé a luz al Rey de Meishan Yu?

―¿Por qué no? Tu gente ama el amor y valora mucho más los matrimonios que siguen la tradición de unir personas que se aman incondicionalmente, mas cuando son almas gemelas. Que tu hayas olvidado los principios de tu clan no es culpa de Yu Ziyuan.

―Polilla de Oro, cuida bien tus palabras.

―No, tu cuida las tuyas, Yu Huitou. No es mi honor y la cara de mi clan los que están en riesgo por tu insensatez. Ya has atado a Yu Ziyuan a este matrimonio sin amor tan contrario a lo que un Yu debe ser. Y créeme que tras enterarse de que amenazaste a su amada lo poco que puedes considerar como una relación con tu hija depende de las palabras de Cangse Sanren.

―Polilla de Oro, no estás entendiendo que esto no debe ser.

―Tú no entiendes que no puedes controlar el destino, Yu Huitou. Cangse Sanren será la Señora de Yu Ziyuan, y será un miembro del clan de Meishan Yu, lo quieras o no.

El rostro de Suibian se oscureció, sus ojos brillaron en oro en medio de la noche. Su voz fue tan fría como el hielo.

―Porque si tú, escúchame muy bien, si te atreves a hacer algo, lo que sea para separarlas la furia de Yu Ziyuan no será la única consecuencia con la que te enfrentarás.

―¿Tú me harás algo?

―Se lo dejaré al destino. Pero no pienso cambiar mi postura sobre esta situación. Cangse Sanren y Yu Ziyuan se casarán bajo las reglas de Meishan Yu por lo que si ellas quieren y te hacen abuela pronto… tal vez deberías comenzar a preparar todo para el futuro Señor de las Bestias, porque los niños crecen muy rápido.

―Suibian.

―Me pregunto si XingXing Shi tendrá algo contra como tu de que su futuro señor sea hijo de una persona tan respetable como Cangse Sanren. Después de todo, ella ahora será parte de la familia real Yu.

Además, ¿Quién podría negarse al privilegio de que su heredero lleve la sangre Xie y además sea el Hijo del Cielo?

Al diablo con el miedo, esto debía darse sin importar que pasara en el futuro.

Si el niño que había esperado durante casi doscientos años debía venir ya, que lo hiciera de una vez.

Ya encontraría una manera de coronarlo y quitarle el Gen Dominante a Wen Ruohan.

Incluso si debía cometer mil delitos.

―No lo entiendes, por nada del mundo ellas dos deben tener un hijo.

La furia de Yu Huitou era latente, Suibian no se acobardó. Por el contrario, con una sonrisa descarada atacó:―¿Por qué no? ¿Acaso tienes envidia de la felicidad de otros? Alguien que daño a Ziyuan no tiene derecho de decirme que es lo mejor para ella.

―¡Yo soy su madre alfa!

Eso fue suficiente para Suibian.

―¡Tu podrás haberle dado la vida pero Zidian y yo le enseñamos a amar esa vida! ¡Ella es mi hija! ¡Es hija de Zidian! ¡Nuestra hija! Y tú no vas a decirnos como criarla, Yu Huitou!

Los colmillos de ambos brillaron como la furia en sus corazones. Suibian no estaba dispuesto a ceder.

―No puede pasar.

―¿Cuál es tu verdadero problema con Cangse Sanren?

―No puedo decirlo.

―¿Por qué no?

―No lo entenderías.

―Entonces vete al diablo. Hasta pronto, ojalá sea mucho tiempo el que no nos veamos.

Suibian comenzó su camino, Yu Huitou preguntó apresurada:―¿A dónde vas?

―A preparar una maldita boda, ¿A dónde más tendría que ir?

A cada paso que daba Suibian se daba cuenta que más miedo tenía por el futuro. Después de todo traer al mundo al Hijo del Cielo no era un maldito chiste y si verdaderamente alguno de los hijos que Fengxing y A-Yuan tenían era ese mismo, las cosas serían más difíciles.

Sin embargo, si la felicidad de A-Yuan implicaba en jugar sus cartas más sucias, Luo Suibian lo haría.

Aun si debía revelar su verdadera naturaleza.

Evitar los rumores, acabar con los que podrían revelar la verdad en ese palacio, aprovecharse de viejas conexiones en Meishan Yu. Aliarse con las hermanas de A-Yuan para preparar los documentos legales en Meishan Yu y visitar a un Lama para una fecha adecuada para el matrimonio.

Recordar las tradiciones, preparar la ceremonia con MianMian y las hermanas Yu. Un templo del Dios Complacido funcionaría como “la casa de la omega”, el caballo favorito de A-Yuan la llevaría al templo. Las túnicas de matrimonio fueron confeccionadas por la casa de telas de la familia real Yu.

Si lograba que su experimento funcionara, el segundo hijo de Fengmian y Ziyuan vendría al mundo sin que alguno de los dos tuviera que tener que volver a pisar la habitación matrimonial.

Y si su plan funcionaba, el Hijo del Cielo, segundo hijo de Yu Ziyuan sería concebido en la habitación matrimonial. Y él se encargaría en criarlo como el talentoso, fuerte y sabio Señor que debía ser, a un punto en el que Yu Huitou no tuviera otra opción más que darle el trono de Meishan Yu.

Después de todo, todos los puntos del trato prematrimonial se cumplían.

Con el simple hecho de seguir las reglas de Meishan Yu para la boda, Hua Fengxing pertenecería al clan Yu sin importar si alguien no estaba de acuerdo.

Y así Meishan Yu se volvería en la cabeza del imperio, sin que el hijo alfa de Fengmian perdiera el trono que le correspondía en el proceso.

No permitiría que la sangre Jiang muriera, no dejaría que Yu Huitou ganara por completo.

Haría que el nieto que tanto temía coronar se volviera en su única opción como heredero. Y así Luo Suibian cumpliría su misión más importante en este mundo tal y como debía ser.

Por lo tanto, para que Yu Huitou no pudiera negar aquel matrimonio lo harían siguiendo la mayoría de los pasos de las tradiciones Yu.

Tras pedir algo de ayuda a Hua Chengzhu y al maestro Xie y encargarse personalmente de algunos asuntos más, para evitar que ni siquiera los espíritus hablaran de algo que aún no debía saberse por el bien de las dos mujeres, Suibian estuvo listo para presentarse ante Jiang Fengmian.

―¿Todo está listo?

―Tal y como lo has ordenado, tambien decidí hacer una que otra cosa por mi cuenta. El plan funcionará.

Jiang Fengmian suspiró lleno de dicha. Eso era un buen sentimiento después de muchos años de culpa.

―Fengmian.

―Entonces es momento de seguir con el plan.

Luo Suibian aceptó aquello y silenciosamente mientras todo se preparaba pasaron tres semanas.

Y el momento en que Jiang Fengmian y Yu Ziyuan hablaran llegó.

Suibian llevaba un poco de té, al menos para hacer las cosas menos tensas entre esos dos, era el té favorito de A-Yuan y traía también pasteles de luna. Siendo el único que podría entrar en ese lugar en ese momento, Suibian se abrió paso hasta llegar a la habitación de la sala de té.

Pero no esperó escuchar aquello.

―¡¿Por qué hiciste eso, Jiang Fengmian?!

Era raro que aquellos dos pelearan, Suibian no pudo evitar sentir que era necesario apurarse y detener aquello, pero el tono de Jiang Fengmian hizo que quedarse ahí como una estatua se volviera una realidad.

―Porque esta será la última oportunidad que tendrán para estar juntas. Ya he preparado todo. Esta vez la Mayor Yu no podrá interferir porque esto es un asunto que solo le corresponde a Yunmeng Jiang.

―Fengmian.

―El puesto de la Máxima Consorte Real es tan respetable como el de la Reina Jiang. No importa lo que otros puedan pensar, aquí el concubinato es respetado y los omegas tienen derecho a aceptar o no dicho título sin presiones. Es la mejor posición para tu futura y verdadera esposa.

―Fengmian, ¿estás escuchando lo que dices? Si hacemos eso los ancianos podrían-

―Ya he mandado preparar los trajes de la boda y tus hermanas se han encargado de que se algo de acuerdo a sus gustos. Todo será de acuerdo a las tradiciones de los Yu, para asegurar su inclusión a la familia Yu como un miembro de la familia real. La casa de la omega será uno de los templos del Dios Complacido. Procura ser cortés con tus futuros suegros. Tal vez no le agradas a Lluvia Carmesí y no se llevan muy bien, pero él ya te aceptó como la alfa de Fengxing.

―Fengmian.

―Aunque personalmente creo que sería mejor que se casarán en el Palacio Púrpura, el Palacio Huangling o el Palacio HanYu, tanto para su seguridad como para cumplir el deseo de Fengxing se casarán en el bosque donde se conocieron.

Los ojos violetas se abrieron con sorpresa.

―Sé que Fengxing quiere una boda sencilla, no demasiado escandalosa, por lo que nos encargamos que sea tal y como le gusta a tu novia. Incluso algunos dioses ayudaron para preparar todo. Yo tendré que salir por otro lado junto a A-Li una hora antes que tú. Mientras no estén casadas y consuman el matrimonio no podemos dejar que nadie sepa esto por el bien de ustedes.

―Fengmian.

―No tienes que preocuparte. Changze irá con nosotros por lo que estaremos a salvo. No le hemos dicho nada a Zidian y Sandu, pero cuando ustedes dos vuelvan de la luna de miel se enterarán. También haremos una pequeña celebración entre todos allá. Será algo muy lindo al gusto de las dos. Fuera de muchos protocolos aburridos de la realeza, algo más natural.

―¿Qué estás diciendo, Jiang Fengmian? Una boda no es algo como si pudieras solo hacerlo así sin más. Además, los ancianos del concejo podrían destruirte si haces algo así.

―No si tengo en mi vientre al heredero del Trono de Loto.

―Fengmian.

―Aún hay muchas muestras, aún tengo muchas oportunidades que algún embrión logre sobrevivir dentro de mí y aún hay posibilidades de tener un hijo tuyo sin que tengamos que recurrir a eso o que tengas que negarte la felicidad.

―Suponiendo que hagamos esto, ¿Cómo vamos a explicarle esto a A-Li y esos supuestos niños?

―Hablando como cualquier persona. Lo hagamos o no ellos crecerán y se darán cuenta por sí mismos que tú y yo no nos miramos de esa manera. Pero eso no significa que no nos queremos y que no los querremos como merecen. Obviamente lo entenderán si se los décimos adecuadamente.

Hubo un momento de silencio, el mismo Suibian no sabía que decir, solo entendía lo difícil que era esto para los dos.

Lo difícil que era vivir así cuando la pareja destinada de Yu Ziyuan estaba tan cerca y tan lejos.

Después de todo, las parejas destinadas eran algo tan complejo y difícil mucho más cuando había un matrimonio arreglado de por medio en donde no había ni una pizca de amor en ese sentido.

―¿Sabes, A-Yuan? Alguna vez también me enamoré.

Suibian ya lo sabía, al igual que el nombre de la persona que tenía el corazón de Jiang Fengmian.

―En ese momento era muy joven e ingenuo, aun no entendía la seriedad sobre esos sentimientos o sobre lo que podían significar para nuestro compromiso. Solo supe que me enamoré. En ese momento aun no íbamos a estudiar a Gusu, así que buscaba estar tanto tiempo como podía cerca de esa persona, pero esa persona era muy seria conmigo y mi terquedad solo me lastimó.

Yu Ziyuan no dijo nada, solo se quedó en silencio, escuchando las palabras llenas de melancolía de Jiang Fengmian.

―No importa cuanto lo amo, sé que nadie aceptará mi matrimonio con él incluso si es un amor correspondido. Me llevó mucho tiempo entender porque esa persona era así conmigo. Porque puso una barrera entre nosotros. Debí entenderlo hace mucho. Él solo quería protegerme y yo solo caí inevitablemente en algo que ahora duele porque sé que no puede ser.

―Fengmian.

―Pero esto no se trata de mí, se trata de mi mejor amiga, mi hermana que tuvo la fortuna de encontrar a su persona especial, su pareja destinada. Una omega fuerte y valiente que le ama tal como es y que afortunadamente se encuentra en una posición que otros no pueden negar. Y ahora esta es tu última oportunidad de conseguir tu felicidad y nada me haría más feliz que realmente lo hicieran.

Yu Ziyuan frunció el ceño.

Se sentía tan agradecida por tener un amigo como Fengmian que hiciera algo como esto por ella. Alguien que no la juzgaba ni odiaba por estos sentimientos. Pero si era sincera tenía miedo.

Miedo de que ya fuera demasiado tarde.

Y miedo de su propio corazón.

―¿Qué te hace pensar que a estas alturas Fengxing querrá casarse conmigo?

―A-Yuan, ¿amas a Hua Fengxing?

―Fengmian.

―Contesta, ¿la amas?

―… La he amado en tantas vidas y tantos años que dudo poder dejar de amarla. La amaré eternamente aun si muero y la seguiré amando hasta que miles de soles se extingan sobre el cielo.

―¿Quieres hacerla feliz?

―Mas que nada en el mundo.

―¿Entonces porque dudas?

―Yo… no puedo dejar de amarla, pero no puedo dejar de sentirme culpable por mi compromiso contigo. Se supone que debo serte fiel sobre cualquier cosa incluso si no puedo… amarte de esa forma, pero desde que la conocí… soy una maldita hipócrita.

Jiang Fengmian no pudo más, abrazándola entendiendo sus sentimientos.

Esa era Yu Ziyuan, la Yu Ziyuan que Suibian y Zidian criaron y la misma que se aferraba a sus principios a un punto que era doloroso para su corazón que amaba tanto a Fengxing.

Jiang Fengmian tomó sus manos, sus ojos le miraron con gentileza.

―A-Yuan, jamás en mi vida tus sentimientos por Fengxing me han herido o molestado. Desde la primera vez que me contaste de ella me sentí tan feliz de ver el brillo en tus ojos cuando ella cruzaba tu mente. Amo la forma en la que brillas cuando ella está a tu lado. Amo tanto el hecho de que mi hermana haya encontrado su alma gemela.

Sus manos tomaron su rostro.

―Así que por favor, no te mientas a ti misma buscando escapar de lo que has deseado por años. Mucho menos me mientas a mí, porque me duele la forma en que tus ojos se apagan porque piensas que me debes algo. Eras mi amiga, mi hermana y quiero que seas muy feliz con la omega que amas.

Yu Ziyuan suspiró, abrazándolo. Sintiéndose tan bendecida a pesar de que no lo merecía.

―Además, recuerda que debes darle bebés a Fengxing. Ahora no puedes escapar de esto. Ella quiere tres.

Yu Ziyuan se ahogó con su propia saliva.    

¿En que momento Fengmian se volvió tan descarado?

Por un momento hubo silencio, hasta que Yu Ziyuan lo rompió.

―¿Y ya has pensado que haremos con el Gen Dominante en Hua Fengxing? ¿Qué haremos si el supuesto primer hijo que piensas que tendré con ella es el Hijo del Cielo?

―… Entonces buscaremos llevar a ese niño al Trono del Dragón derramando la menor sangre posible.

Yu Ziyuan no dijo nada.

―Entonces, su Majestad, ¿está lista para casarse con la Princesa de la Montaña Divina?

Tal como hizo con Yu Ziyuan, Jiang Fengmian habló con Hua Fengxing y al hablar los tres juntos Yu Ziyuan y Hua Fengxing aceptaron sus sentimientos como su deseo por casarse.

Y ahora estaban avanzando rumbo al templo del Dios Complacido.

Las túnicas rojas con adornos de plata y cuentas rojas y violetas de Yu Ziyuan estaban cubiertas por una capa roja. Los elementos y adornos tradicionales de Meishan Yu ya eran parte de su ropa, tal y como se había encargado con Hua Fengxing.

Incluso aquel maquillaje cubría el rostro de Yu Ziyuan.

Montando sobre aquel caballo negro Yu Ziyuan se veía preocupaba y avergonzada. El hecho de que Jiang Fengmian llegara a este punto era algo que aún no sabía cómo procesar. Mucho menos entender del todo en un mundo como este.

Pero el día había llegado.

Cuando llegaron al templo Suibian pudo sentir la alteración del corazón de Yu Ziyuan al ver a Hua Fengxing vestida con las túnicas tradicionales de su clan y ese velo rojo con durazno que cubría su rostro. Bordados de flores de loto y peonias lo decoraban.

El tocado de cuentas rojas y azules con adornos de plata y una piedra amatista decoraban la cabeza de Hua Fengxing.

No había duda que era una novia tan hermosa como para romper la estabilidad del corazón de Yu Ziyuan.

Cuando Yu Ziyuan bajó del caballo curiosa porque su novia la había esperado aquí en vez del interior del templo, Hua Fengxing levantó el velo revelando su hermoso rostro maquillado con el maquillaje tradicional Yu que nuevamente tocaba su piel. La única diferencia era que esta vez era el símbolo del clan Yu el que decoraba su frente y no una orquídea.

Suibian no pudo evitar ponerse en medio de ellas con urgencia y cuestionó:―¿Qué estás haciendo, pequeña Hua? ¿No sabes que es de mal augurio que el alfa vea el maquillaje sagrado del omega antes de que se dé la ceremonia?

―Lo sé, pero…

Entonces Suibian notó la preocupación en el rostro de Hua Fengxing.

Ignorando las costumbres Yu Ziyuan apareció. Sus manos tomaron las de Hua Fengxing, su voz fue gentil:―Fengxing, ¿Qué es lo que pasó?

Hua Fengxing suspiró, negando la vergüenza que parecía darle que Yu Ziyuan la viera así. Hasta que decidió hablar.

―No puedo… no puedo casarme contigo, A-Yuan.

Yu Ziyuan la miró con incertidumbre, su voz sonaba tranquila, aun cuando Suibian podía sentir el miedo en su corazón:―Yo… ¿hice algo que no te gustara?

Hua Fengxing corrigió de inmediato:―¡Nada de eso! Tu no hiciste nada, baobei. Nada de eso. Tu eres tan perfecta, tan tierna y adorable. Te amo tanto que jamás en mi vida o en otras vidas podría amar a alguien que no seas tú, pero algo malo pasó.

―¿Qué pasó? ¿Alguien se atrevió a meterse contigo? Mi madre nuevamente… Si Yu Huitou se metió contigo esta vez no me importara partirle la cara-

Hua Fengxing la interrumpió tomando sus mejillas y mirándole con una sonrisa.―No, no, no. No, baobei, mi dulce A-Yuan. Mi radical y apasionada Osa, no es así. Tu madre no me dijo nada esta vez, ni siquiera me ha buscado, es… algo diferente. Yo… me llegó una carta sospechosa.

Yu Ziyuan frunció el ceño con preocupación.

Tan pronto como la carta estuvo en las manos de Yu Ziyuan, la alfa la leyó atentamente. Suibian no entendía nada de lo que estaba pasando, hasta que la Reina Yu habló.

―”Wang Tanlan y el Emperador ya están buscando al omega que porta el Gen Dominante, por favor. Busque una ruta de escape lejana a los territorios de Qishan Wen y póngase a salvo.”

Suibian se paralizó en su lugar.

¿Qué clase de carta absurda es esta?

Sé que esta carta parecerá algo en que desconfiar, pero aunque no lo crea mi mayor deseo es poder ayudarle, esa es la razón por la que me pongo en contacto con usted, su Alteza. Me encargaré de conseguir tiempo para usted entreteniendo a los emperadores. Por favor, tenga mucho cuidado y no confié en las personas que huelen a sol.

―¿Qué demonios?

―No sé quién envió la carta ni cómo es que esa persona sabe… quien soy en realidad. Pero si es cierto esto… no puedo ir contigo a Yunmeng Jiang. No puedo casarme contigo ni exponerlos a este peligro.

―¿Qué es lo que piensas hacer?

―Tal vez debo volver a la Montaña Divina, es el único lugar seguro que puedo pensar.

―¿No dijiste que no te dejaran entrar si no es para que nazca arriba el Hijo del Cielo?

―Es cierto, pero… No hay manera de que pueda seguir tan cerca del mundo del cultivo. Debo buscar una ruta para ir ahí sin que Wen Ruohan lo sepa. Tal vez, rodear el territorio completo para llegar ahí. Me tomara años y yo…

Sus palabras se detuvieron cuando sus ojos se encontraron con los de Yu Ziyuan. Sus cejas se curvearon en angustia y Suibian pudo detectar las peonias cerrarse con tristeza ante la idea de alejarse de ella.

Y eso fue suficiente para que Suibian supiera que ellas necesitaban un momento a solas.

Caminando entre el bosque Suibian no pudo evitar pensar en el pasado. En un tiempo en donde tuvo la opción de no aceptar a Yu Ziyuan como su discípula y tontamente lo hizo.

Si tan solo Suibian no hubiera hecho algo así ahora Yu Ziyuan tendría la oportunidad de irse con Hua Fengxing en una hermosa boda en uno de los bosques de Meishan Yu.

No, si ella fuera libre hacía mucho que lo hubieran hecho.

Y eso era lo que más le dolía.

Se había aferrado demasiado a una niña que podría ser más que solo un Rey que no tenía oportunidad de ser feliz.

Sus ojos se elevaron a la luna. Tan blanca y hermosa como los cabellos de esa persona. Suibian esculcó entre sus ropas hasta que salió.

Su anillo de bodas.

Si Bichen estuviera en esta situación, ¿Qué haría su alma gemela?

Bichen, su buen Bichen posiblemente estaba igual de destrozado que él en este momento.

Aun cuando Lan Qiren ya había salido de reclusión, su amado seguía en esas absurdas misiones que le mantenían lejos de Gusu Lan.

Lo extrañaba, en ese momento lo extrañaba más que cualquier cosa en el mundo.

Cuando el caballo de Yu Ziyuan apareció en su camino y vio el rostro ensombrecido de su Reina no dijo nada, simplemente caminó a su lado en silencio, algunas gotas comenzaron a caer sobre el suelo, haciendo que Suibian elevara la vista y sobre su mano gotas de lluvia cayeron.

En solo cuestión de minutos la lluvia comenzó a caer estrepitosamente.

Suibian formo una barrera de energía dorada, evitando así que el caballo de Yu Ziyuan y la Reina se mojaran mientras seguían su camino.

Hasta que escuchó algo que hizo que sus pasos se detuvieran reteniendo también las riendas del caballo. Haciendo que Yu Ziyuan tambien prestara atención.

Comenzó con un ruido constante, le siguió un grito familiar. Hasta que Yu Ziyuan pudo escucharlo.

―¡Yu Ziyuan!

Yu Ziyuan elevó la mirada, buscando por doquier el origen de aquella voz. Hasta que pudo ver un punto rojo que lentamente crecía. Tomando la forma de una hermosa mujer de cabello y ojos negros y piel blanca cual porcelana, vistiendo hermosas túnicas rojas de matrimonio Yu corriendo hacia ellos.

Solo fue cuestión de segundos, respiraciones constantes de la alfa que sin pensarlo más, bajó del caballo y corrió como si su vida dependiera de ello.

Desde su lugar Suibian solo se quedó mirando aquello, viejas memorias vinieron a su cabeza mientras los veloces pasos de aquellas personas buscaban ayudarlas a encontrarse.

El amor no buscaba ser perfecto ni correcto, solo era amor en un mundo lleno de reglas que odiaba la simple naturaleza humana, aquella que los humanos habían idealizado al punto en que esa humanidad solo fantasía podía ser.

Y cuando aquellas dos lograron abrazarse y sus labios se unieron en medio de la lluvia, Suibian se dio media vuelta ofreciéndoles su momento.

No importaba si esto era correcto o no, si iba contra la moral de muchos o del YuZhong mismo. Suibian solo sabía una cosa.

Jamás había sentido que Yu Ziyuan fuera tan feliz como en ese momento.

Y eso era lo único que le importaba.

Cuando regresaron al templo Suibian y las hermanas Yu se encargaron de arreglar a ambas. El maquillaje corrido debía ser limpiado, la ropa secada y el vino servido. 

Siguiendo las tradiciones Yu, Yu Qiutian pintó los rostros de ambas con pintura blanca, un delineado rojo bajo los ojos. El símbolo de la flor de loto de trece pétalos y dos sables tras ella decoró sus frentes antes de colocar el tocado de cuentas rojas con dos jades celestes en el centro colgando de una pieza de plata.

Los tambores sonaron y Yu Ziyuan ofreció su canción a Hua Fengxing, buscando llegar al corazón de la omega quien solo podía hacer todo de sí para no llorar. Yu Ziyuan se esforzó por mantener el tono de su voz como debía y el vino fue servido.

Con un lazo rojo Yu Jiyi unió las dos copas de vino, el Lama que él mismo había traído bendijo a la pareja deseándole felicidad en la lengua Yu. Una flor de loto hecha de dulce fue colocada sobre la palma zurda de Hua Fengxing, de la misma manera una peonia de dulce fue puesta en la mano izquierda de Yu Ziyuan. Representando que aceptaban a la otra en su corazón para toda la eternidad.

El Lama hizo tres círculos en el centro sobre las copas y los pastelillos. Y tras una oración ambas los comieron recibiendo con ellas el deseo de mantener a la otra en su corazón por siempre.

Campanas de plata fueron tocadas, cuencos de cobre fueron golpeados y con tres golpes al gong del templo, Yu Ziyuan y Hua Fengxing tomaron el vino juntas.

Al salir del templo la pareja fue celebrada con aplausos por los dioses y fantasmas que fueron permitidos en el evento. Lluvia de pétalos bañó sus figuras. Jiang Fengmian lloró lleno de alegría por sus amigas siendo abrazado por Wei Changze, A-LI reía entre los pétalos de flores. Feliz sin entender mucho de lo que pasaba. 

Hua Chengzhu ayudó a Hua Fengxing a subir al caballo de Yu Ziyuan. Tomó las riendas del caballo y rodearon el templo del Dios Complacido tres veces.

Y cuando llegaron nuevamente a las puertas del templo se encontró a Yu Ziyuan.

―Felicidades por su boda, su Majestad. La felicidad de mi hija ahora se encuentra entre tus manos. Valora sus sentimientos por ti y nunca rompas las promesas que hoy le has hecho. Si rompes su corazón…

―Jamás lo haré. Incluso después de la muerte y mil vidas la seguiré amando. Le prometo que me encargaré de llenar su corazón de dicha así como ella ha llenado el mío.

Y a pesar de su negación ante esta relación al comienzo, Hua Cheng entregó las riendas del caballo aceptando a Yu Ziyuan como su nuera.

Cuando Yu Ziyuan la ayudó a bajar del caballo y quitó el velo de su rostro mirando a su novia, Hua Fengxing no dudo en lanzarse a sus brazos tal como había deseado desde hacía tanto, besándola una y otra vez, Importándole poco el rostro oscurecido de Hua Cheng, quien era retenido por el alegre Xie Lian.

Con sonrisas Hua Fengxing fue a abrazar a sus padres. Consoló a Hua Cheng reprendiéndolo por ser tan celoso y diciéndole que a pesar de todo, él siempre sería su número uno.

Las novias fueron felicitadas por Wei Changze y Jiang Fengmian. A-Li abrazó a ambas aferrándose a Yu Ziyuan un buen rato. Los tíos de Hua Fengxing las rodearon llenándolas de consejos para Fengxing y algunas amenazas para Ziyuan que fueron reprendidas por la muy consentidora de su alfa, Hua Fengxing.

Las hermanas Yu las recibieron entre abrazos, bromas y felicitaciones. Hacia tanto que Suibian no había visto a esas dos tan felices por su A-Yuan. Porque su pequeña hermana por fin logró casarse con la chica que amaba tanto.

Cuando Ziyuan pudo acercarse a Suibian, la sonrisa orgullosa del demonio brilló en melancolía.

Violeta y dorado, dos colores que habían visto y vivido muchas cosas hacia dieciocho años.

Suibian había visto a esta chica crecer cada día con orgullo y amor.

Y la recibió en sus brazos con el mismo afecto que la primera vez que le dejó abrazarla.

―Muchas gracias… muchas gracias por hacer esto posible. Gracias por siempre ayudarme y cuidarme. Por siempre estar aquí para mí. Soy una persona tan afortunada por tener al mejor padre del mundo.

Y aquellas palabras hicieron que Suibian ya no pudiera retener las lágrimas.

―No, el afortunado soy yo por tener a una hija tan maravillosa como tú.

―Desearía tanto que Zidian-Diedie pudiera estar aquí. Y Sandu-Shifu, Meibei… Bába.

―Lo sé, A-Yuan, pero estarán ahí en su boda en Yunmeng Jiang y en Meishan Yu también.

―Ja! ¿Cuántas bodas has planeado?

―Las suficientes para verte igual de feliz que ahora. Tantas como sean necesarias para decirle al mundo que mi hija por fin es feliz con la persona que ama.

Yu Ziyuan sonrió con dulzura, como antes de todo este dolor. Como en el festival de Meishan Yu en donde supo sus sentimientos.

Hasta que la sonrisa se esfumó y bajó la mirada.

―¿Qué pasa, pequeño loto?

―Desearía que Fengxing no se fuera.

―A-Yuan.

―Su Majestad El Dios Complacido, Hua Chengzhu, el General Nan Yang y el General Xuan Zhe me han dicho que ellos protegerán su camino y estará a salvo. Sé que ellos no mentirían con eso, pero… desearía poder estar con ella mucho más tiempo.

―Lo estarás. Nosotros nos encargaremos de arreglar todo, encontraré una manera de curar a Wen Ruohan y ayudarlo a volver a ser el mismo. El Gen Dominante estará fuera de su sistema y si hay una posibilidad de que tengamos razón tal vez haya una última oportunidad para Wen Ruohan y Lan Qiren. Confía en mí, no importa cuánto me cueste, daré todo de mi porque puedan estar juntas tal como desean.

―Lo haré, confió en ti, pero quero que sepas tambien que no importa lo que pase, no estas solo. No tienes que cargar con todo, porque nosotros nunca te dejaremos solo.

Y sin poderlo soportar más Suibian la abrazó lleno de dicha.

La pequeña fiesta duró un poco más. Hasta que A-Li cayó dormida y el momento de que las novias se fueran a su noche de bodas llegó.

Hua Chengzhu no se veía para nada feliz con ello, pero solo un beso en la mejilla bastó para que aceptara con un suspiro dejar ir a su Xiao Hua.

Con una sonrisa Suibian se despidió de su A-Yuan.

Sin poder evitarlo Suibian abrazó a las dos deseando que todo pudiera salir tal y como lo deseaba.

Las hermanas Yu felicitaron a ambas. Abrazándolas llenas de alegría mezclada con melancolía.

No era como ellos planearon y desearon, pero su linda Diebria se había vinculado al fin con la persona que amaba. Y eso era lo que más llenaba sus corazones de esperanza por el retorno de la esposa de su hermana.

Y así Suibian cortó la conexión entre Yu Ziyuan y él, dejándola ir con Hua Fengxing a la cabaña que Jiang Fengmian había preparado para aquella noche de bodas.

Luo Suibian no pudo dormir en toda la noche. Sentado frente aquel muelle de lotos en donde decidió convertirse en el guardián de Yu Ziyuan miró la luna en silencio.

Debía encontrarla.

Debía encontrar una manera de resolver esto sin que hubiera drásticas consecuencias.

Tenía que encontrar una manera de extirpar el Gen Dominante de Wen Ruohan sin matarlo.

Una que le explicara porque había cambiado tan repentinamente después de su Presentación Instintiva.

Cuando la mañana llegó la mente de Luo Suibian aun no encontraba una respuesta.

El matrimonio se había hecho, pero Suibian no era ingenuo.

Aunque les había dado el té anticonceptivo que le correspondía a cada una con el libre albedrio de tomarlo o no dependiendo lo que ellas desearan, él mejor que nadie sabía que había un porcentaje de probabilidad de que fallara.

Tenía que prepararse ante cualquier situación, pero sobre todo mantener a Fengxing a salvo.

Entonces un día tuvo un plan.

Y apareció en la puerta del Wei Changze.

―Wei Changze, tú y yo tenemos algo de que hablar.

Wei Changze trago duro bajando la mirada. Sabía que un día ese hombre lo enfrentaría por muchas cosas. Una de ellas era el asunto del embarazo de la Reina Jiang.

Una vez dentro de la casa Wei Changze le ofreció té y bocadillos, el ambiente era muy incómodo.

Suibian decidió ir al punto.

―Jiang Fengmian y tú son destinados, ¿no es así?

―Yo… Señor Suibian, lo que pasó hace tres años… Yo solo no me había sentido muy bien ese tiempo, fue un problema de salud que ya ha sido tratado y-

―Detente. Por si no lo recuerdas soy mayor que tú. He vivido muchas cosas para darme cuenta de otras más con solo verlo.

Wei Changze no se atrevió a decir otra cosa.

―Tú no alejaste a Jiang Fengmian de ti porque no lo amaras, lo hiciste porque algo dentro de ti sabía que no habría una oportunidad para que ustedes dos fueran felices. Así que pensaste que lo mejor que podías hacer por aquel que amabas era cortar el amor que él sentía por ti de raíz.

Wei Changze bajó la cabeza en silencio, eso fue suficiente para que Suibian entendiera que estaba en lo correcto.

―Wei Changze… Normalmente pensaría que lo que hiciste fue estúpido y egoísta al no considerar los sentimientos de Jiang Fengmian. Pero alguien como yo no tiene derecho a decirte eso.

―General.

Suibian suspiro con cansancio, se recargó contra la silla mirando el techo y a su memoria vino la imagen de Tang Bichen.

No era el momento de pensar en sí mismo. Era momento de priorizar la seguridad de Hua Fengxing.

―Aun lo amas demasiado.

―Yo… en realidad.

―No es una pregunta.

―… Lo hago. Cada día de mi vida lo he amado y tal vez muera haciéndolo. Nuestras almas fueran conectadas por algo, tal vez alguna vez fuimos felices, o tal vez nos hemos buscado muchas veces con un deseo que no puede cumplirse. Lo único a lo que puedo aferrarme ahora es que en otra vida tenga el derecho de pelear por el amor de Jiang Fengmian.

―¿Realmente tienes esperanza?

―La esperanza es lo único que me queda.

Los ojos de Luo Suibian se posaron sobre Wei Changze. Una sonrisa triste yacía entre sus labios.

Sus palabras fueron serias.―¿Y si te dijera que si me ayudas con algo tal vez no tengas que esperar hasta la siguiente vida para pelear por el amor de Jiang Fengmian?

Los ojos de Wei Changze se abrieron con sorpresa, sus palabras titubearon.

―¿Qué?… ¿Qué fue lo que dijo?

Luo Suibian se levantó de su silla, los ojos dorados brillaron con determinación.

―Wei Changze, ¿Qué tanto amas a Jiang Fengmian?

―Yo… lo amo.

―¿Qué tanto?

―Lo amo demasiado.

―¡¿Qué tanto amas a Jiang Fengmian?!

―¡Lo amo más de lo que nunca podre amar a nadie más! ¡Lo amo más al rocío de primavera y las lluvias del verano! ¡Lo amo más que a la espada y las leyendas de amores antiguos! No importa cuantas veces sea y cuantas oportunidades de conocerlo tenga. ¡Lo amare en esta y tres mil vidas más!

Perfecto.

Luo Suibian caminó hacia el hombre, su ceño fruncido escondía la esperanza en su corazón. Los ojos dorados brillaron con frialdad hacia Wei Changze quien no se acobardó, haciendo que Luo Suibian sonriera sin poder evitarlo.

Y su pregunta lo determinó todo.

―¿Lo amas lo suficiente para incluso llegar al punto de convertirte en el guardián de la Máxima Consorte Real Hua?

―…¿Qué?

―No puedo asegurarte que Jiang Fengmian aun te ame, pero tampoco puedo decirte que no tienes oportunidad porque solo Jiang Fengmian conoce sus sentimientos. Pero si tuviera que encargarte la misión de cuidar a la omega que se ha convertido en la Máxima Consorte Real de Yu Ziyuan, ¿lo aceptarías por la promesa de un mundo en donde puedas luchar por descubrir si aun tienes una oportunidad?

Luo Suibian era un mentiroso, un manipulador y una escoria mezquina.

Nadie más en este mundo sabía mejor que él en qué clase de hombre se había convertido. La clase de escoria que podía ser cuando sus sentimientos egoístas pesaban más que cualquier cosa en el mundo.

Pero esta era su última esperanza.

Esperanza de que esta guerra terminara con el menor derrame de sangre posible.

Y fue así que Luo Suibian le contó por primera vez a una persona la verdad absoluta.

La verdad era necesaria para que Wei Changze comprendiera porque era tan necesario proteger a Fengxing. Para que Wei Changze no dudara en proteger a la esposa de su Rey y emprender un viaje lejos del omega que en verdad amaba, con la esperanza de volver a él pronto.

Sería un viaje largo, había posibilidad de que esto llevara años, pero Luo Suibian quiso tener esperanza después de mucho tiempo.

Porque el Hijo del Cielo seria su ultimo salto de fe.

―¿Ahora entiendes lo que digo?

―El… Hijo del Cielo… El Rey Yu y Cangse Sanren son las personas que podrían traer al mundo al Hijo del Cielo que esta destinado a ser el emperador de YuZhong.

―Él es nuestra única esperanza, Changze. La única que tenemos de arreglar todo esto sin mayor problema. Por eso necesito que me ayudes con esto.

―Pero… ¿Dónde podrá estar la Máxima Consorte Hua?

―Eso es algo que puedo ayudar a buscar. Posiblemente no esté muy lejos, después de todo, dijo que conseguiría algunas cosas y visitaría algunos lugares antes de marcharse. Si por alguna razón existe la posibilidad de que los anticonceptivos fallen y ella está embarazada, no podemos arriesgarnos a dejarla sola en un momento que ya no podrá cultivar.

Sabía que sus padres y tíos no la abandonarían, pero quería estar al tanto de ella.

Quería que estuviera a salvo.

Y la única forma en que podía protegerla sin levantar sospechas en Qishan Wen era esta.

―¿Qué le diremos a sus Majestades?

―No te preocupes, yo me encargaré de ello. Yu Ziyuan esta muy preocupada y Jiang Fengmian ha estado muy pensativo, tenemos que asegurarnos de que todo salga bien. Cuando todo esté listo te prometo que podrán volver. Entrarán por Meishan Yu en donde ella será recibida como lo que es, la esposa de su Loto Violeta.

―Su Alteza puede sospechar que haya un bebé. Él siempre ha sido muy listo.

―Lo es. Por eso tampoco puedes quedarte más tiempo. Mi trabajo en la futura concepción del futuro príncipe heredero sigue en proceso, pero si logro que Fengmian quede encinta los síntomas del embarazo volverán a afectarte y no podemos dejar que el concejo lo sepa. Esta también es mi manera de protegerte.

―Shizun.

Wei Changze cubrió su rostro intentando procesar todo lo que había escuchado. Suibian lo sabía, no era sencillo.

Incluso en ese momento Luo Suibian aun no podía entenderlo todo.

Pero tal como esperaba de ese muchacho, Wei Changze descubrió su rostro y una mirada llena de determinación le fue dirigida.

―¿A dónde debo llevarla?

―Donde ella te diga. Es la única que sabe en dónde está la Montaña Divina. Pero lo que si recuerdo es que planea rodear el país.

―Eso puede llevar tiempo.

―Hmn, pero es necesario.

―Si existe la posibilidad de que este encinta, una vez que nazca el pequeño príncipe, ¿qué haremos?

―Seguiremos en contacto, procura solo mencionar en las cartas lo que ella te ordene. Después de todo, ahora ella será la Señora a la que debes servir. Fengmian recibirá las cartas, así que es necesario ser cuidadoso de evitar mencionar lo que ella no crea correcto. Embarazada o no debemos cuidarla mucho.

―¿Cuántos años cree que esto tardará?

―Me esforzaré porque no sea demasiado. También me encargaré de preparar todo para que una vez que bajen la Montaña Divina su siguiente destino sea Meishan Yu.

―Preparar todo para que el Hijo del Cielo sea el único heredero de la corona de Meishan Yu.

―Y de YuZhong.

―¿Qué hará con el emperador?

―Hay algo muy raro en Wen Ruohan y eso me hace sospechar. Yu Ziyuan y Hua Fengxing tambien sospechan. Debo encontrar que demonios pasó con ese muchacho y una manera de quitarlo del Trono del Dragón sin que el Hijo del Cielo tenga que pelear contra él.

―¿Usted cree que la Máxima Consorte Hua tambien planea algo?

―Es lo más probable. La Montaña Divina es el único lugar en donde el Maestro Inmortal Shen puede entrar sin que nadie sospeche algo, aunque también están los templos del Señor de la Capital Celestial. Si hay una manera y algo pasó solo él puede ayudarnos.

―Shizun.

―Entonces, ¿cuento contigo, Wei Changze?

―Si con esto puedo asegurar un futuro en donde MianMian y A-Li sean felices al igual que mi Rey y su Señora, entonces lo haré.

Tan pronto Suibian les explicó su plan a los reyes Jiang, Yu Ziyuan le pidió que tuviera mucho cuidado. Le dio todos los hechizos y trucos Yu que podría ayudarlo en su misión de proteger a su amor. Los amigos que se habían criado juntos desde niños se despidieron deseando que esto no llevara tanto tiempo.

Yu Ziyuan le encargó una maleta llena de túnicas y almohadas que olían a Yu Ziyuan, envueltas perfectamente en un paquete que impedía que el perfume se escapara. Dos almohadas y un oso de peluche fue entregado con el deseo que llegara a salvo a Hua Fengxing.

Con un beso en sus mejillas y la promesa de que volvería pronto, Wei Changze se despidió de la pequeña A-Li. Con gentileza la abrazó, depositando un beso sobre la frente de la pequeña princesa que robó su corazón desde antes de nacer.

El alfa le regaló una muñeca de tela que era idéntica en ella, misma en la que había trabajado con cariño. La pequeña princesa no se despegó de él hasta que cayó dormida.

Cuando llegó el momento Jiang Fengmian y Wei Changze se despidieron entre lágrimas y abrazos. Compartiendo una noche juntos, abrazados en un nido Wei Changze dejo de mentirse a si mismo y amo a su omega sin máscaras ni mentiras.

Mucho antes de que llegara el amanecer Jiang Fengmian se despidió con lagrimas en los ojos de su amado. Entre besos y promesas acordaron esperar con paciencia al día en que por fin pudieran estar juntos como deseaban.

Y con aquel lobo de peluche que Wei Changze hizo para él, Jiang Fengmian miró la imagen de su amado hundiéndose en el bosque hasta que desapareció.

Con el sello de Jiang Fengmian y una que otra mentira Wei Changze se embarcó a su aventura con la promesa a Jiang Fengmian de que volvería. Desde las sombras Suibian se aprovechó de sus conexiones para encontrar a Hua Fengxing y tan rápido como apareció, le mando la información a Wei Changze.

Esto era por el futuro.

Por sus hijos.

Por Yunmeng Jiang.

Por Cang Qiong.

A pesar de que Yu Ziyuan se abrazaba a la esperanza, estar separada de su omega fue un golpe duro.

Aunque las marcas de las mordidas de apareamiento no dolían físicamente por la distancia, la incertidumbre por el futuro si fue dolorosa para la Reina Alfa Yu.

Para muchos fue una sorpresa ver como la Araña Violeta pasó de ser una mocosa seria, a alguien feroz, intimidante y casi siempre molesta. Haciendo que el numero de personas que quería retarla disminuyera drásticamente ante el miedo que les provocaba la dueña del anillo Zi-Dian.

Pero Suibian sabía que cuando el telón cerraba aquella máscara caía, rompiéndose en pedazos y dejando ver que A-Yuan se volvió en una sombra de sí misma.

Siempre seria, siempre sombría, siempre distante.

Siempre triste.

Como si viviera una especie de luto que nadie podía comprender.

Aunque Jiang Fengmian buscaba animarla haciéndole sus postres favoritos y la pequeña A-Li buscaba ayudar, Yu Ziyuan seguía igual.

Hasta que ese día llegó.

Comenzó con la alerta que le mandó su conexión con los meridianos de Yu Ziyuan como de su sistema circulatorio. Tan rápido como pudo, Suibian se dirigió a la habitación de Yu Ziyuan, solo para encontrarla vaciando el estómago en un balde sin detenerse hasta que salió todo.

Siguió con las náuseas, los ascos por alimentos que ya no podía ni olfatear y los cambios de humor repentinos como su terco deseo de anidar todo el tiempo.

Cuando el deseo de comer comida picante llegó, Suibian supo que esto había llegado muy lejos.

―Debes detenerte―. Declaró Suibian, mirando la imagen de Yu Ziyuan acostada en el regazo de Jiang Fengmian mientras la pequeña A-Li dormía entre sus brazos. El dolor de estómago por el picante ya había cedido después de varios medicamentos.

―Suibian tiene razón. Si sabes muy bien que ni tu paladar ni tu estómago son buenos procesando el picante ya no debes intentar comer eso otra vez.

―No puedo evitarlo, mi estúpida bestia interna ha seguido molestando con eso todo el tiempo, cada que vemos algo picante cuando me doy cuenta ya estoy comiendo. Odio esto.

―¿Qué más has sentido?

―Que un elefante me aplasta como si fuera un ratón.

―Vaya, sea lo que sea que tenga debemos de agradecer. Por fin tienes sentido del humor.

―Suibian.―Zidian lo regañó.

Había algo muy raro ahí, pero Suibian no quería especular. Sin embargo, un día que pudo encontrar la perfecta oportunidad de quedarse a solas con Yu Ziyuan fue directo al punto.

―Yu, sé que no hemos hablado de esto y tal vez lo consideres de mal gusto, pero necesito que seas sincera… ¿Hua Fengxing y tú tuvieron relaciones sexuales?

Yu Ziyuan se ahogó con su té ante la pregunta tan repentina, cuando se recuperó no pudo evitar la molestia.

―Suibian, ¿Qué carajos pasa contigo?

―Solo necesito que me digas si tuvieron sexo sin protección.

―¿Y porque quieres saber eso?

―Porque si es así entonces estos síntomas tuyos pueden ser una señal de que Hua Fengxing está embarazada.

Y Yu Ziyuan se paralizó.

Había cierto aspecto sobre las parejas destinadas y los embarazos que solo ocurría entre dos personas de ese tipo. Y eso era que cuando el omega quedaba encinta era el alfa quien padecía los síntomas más graves del mismo embarazo. No importaba si era el padre o madre alfa biológico, el efecto pasaría si estos dos ya se conocían y amaban.

Aunque Suibian no había querido saber que había pasado en esa cabaña, si esto era así y lo que había leído en esas cartas era real, entonces su tiempo para preparar todo había sido reducido drásticamente.

El Hijo del Cielo destinado a ser el Emperador de YuZhong.

No había otra opción.

Yu Ziyuan debía buscarla y llevarla a Meishan Yu de inmediato.

La barrera de Meishan Yu era impenetrable, ni siquiera el mismo Hua Chengzhu podría entrar ahí a menos que Yu Ziyuan lo permitiera. Después de todo, solo el Loto Violeta de Meishan Yu podía determinar que extranjero podía entrar a esas tierras.

Naturalmente las cosas habían cambiado por lo que su suegro podría ver a Hua Fengxing de vez en cuando, pero la barrera jamás podría ser atravesada por Qishan Wen.

Con el matrimonio hecho Yu Huitou no tendría derecho a oponerse a darle su lugar a Hua Fengxing en su casa, ni podría evitar que Yu Ziyuan cuidara a su mujer durante el embarazo y después de este. Después de todo, para un omega la presencia de su alfa cuando eran destinados era una gran ayuda.

Incluso sería algo muy bueno para el desarrollo del bebé.

Lo único que quedaba era criar al cachorro en Meishan Yu. Después de todo, era el único lugar inaccesible tanto para el mundo del cultivo como para Wen Ruohan, ya que Meishan Yu en realidad no le servía al emperador.

Las grandes murallas de Meishan Yu protegerían al Hijo del Cielo hasta que llegara la hora de ser coronado.

Era un buen plan en realidad.

Pero…

―No se puede hacer lo que estás pensando.

―¿De que estas hablando?

―En un suponer que esperemos un bebé y este sea el Hijo del Cielo… no se puede hacer lo que planeas.

―¿Por qué?

―Porque el Hijo del Cielo no debe nacer en Tierra Mortal.

Y Suibian ya no tuvo nada que decir o planear.

―Si algo así pasa su Presentación Instintiva en el futuro se verá perjudicada.

―¡Que quieres decir con perjudicada?

―Ah… el despertar de un Loto Violeta de Meishan Yu y un Alfa Dominante Yu se caracteriza por ser diferente de la presentación Instintiva de cualquier persona, los síntomas son más intensos, uno de ellos es lo que llamamos “desprendimiento del caparazón primario” Es como si cambiaras de piel. Si a eso le sumamos el Gen Dominante nacer en el Reino Humano hará que su despertar pueda tener fallas.

Sin embargo, Yu Ziyuan suspiró, dejo de lado los papeles sobre su escritorio y levantándose del trono de loto habló mirándolo a los ojos.

―No hay tal embarazo, nos cuidamos lo suficiente. Ambas tomamos los tés anticonceptivos antes de… hacerlo y sé que Fengxing siguió tomando el té anticonceptivo después de irse.

Ingenuo.

Pensar que los anticonceptivos no podían fallar era demasiado ingenuo.

Era por esa razón que mando a Wei Changze a proteger a Hua Fengxing.

Porque aun si era mínima, había una posibilidad de que el Hijo del Cielo hubiera sido concebido esa noche.

―Pero si lo hay sé que ella no podrá decirme nada en las cartas, no confía en la idea de hablar libremente sin claves. Fengxing cree también que no es una buena idea que la busqué o eso levantará sospechas si esa persona tiene razón y el Emperador está buscándola. De todos modos me mantendré al tanto con Hua Chengzhu y confiaré en que él la llevará a salvo a la Montaña Divina.

Aunque aquellas palabras tenían sentido, Suibian siguió pensando en ello.

Los días se convirtieron en semanas y las semanas se convirtieron en meses que hicieron que las estaciones se convirtieran en nueve meses.

El Festival del Dragón fue inaugurado nuevamente con Yu Ziyuan siendo Yu Laoying.

Tal como fue desde que A-Li nació la pequeña interpretó el papel de Leizu que Yu Ziyuan había obligado a interpretar a Yu Qiutian desde el festival en donde Fengxing lo interpretó.

El festival continuó sin problemas hasta el último día en que se celebraba el cumpleaños de Yu Laoying.

Mirando el cielo nublado que les dio los buenos días en ese 31 de Octubre junto a las hermanas Yu y la pequeña A-Li, Suibian arqueó una ceja mirando la lluvia caer desde el Palacio HanYu.

―Ah, este es el aroma de una lluvia que durara todo el día.

―¡Lluvia! ¡Lluvia!

La pequeña A-Li entre los brazos de su Tía Yu Qiutian señaló el cielo cuando el momento del desayuno había llegado.

―Hmn, lluvia. ¿Te gusta la lluvia, pequeño loto?―preguntó dulcemente la mayor de las gemelas Yu.

―Sí, me gusta mucho. También los rayos.

Inusual para una cría.

Yu Jiyi anuncio con alegría.―Hoy habrá muchos rayos al parecer, así que puede que te guste. Sabes, pequeña florecita. Se dice que cuando los cielos lloran de esa forma es porque los dragones juegan entre las nubes. Por eso los rayos abundan en estos días. Entre más rayos caigan más temblará la tierra por su alegría.

―Ojalá no tiemble tanto o pensaré que nació un dragón.

Las dos hermanas se rieron sin parar.

A veces Suibian no entendía el humor de los Yu, pero no juzgaría.

―¡Sí! ¿Dragón! ¡Un bonito dragón!

A pesar de la alegría de A-Li, Suibian no pudo dejar de mirar el cielo con sospecha.

Algo en esas nubes no le gustaba.

Había algo en esa tormenta que le daba un mal presentimiento.

Y todo le llevaba a pensar en Hua Fengxing.

Las cartas de Wei Changze nunca habían mencionado ningún embarazo, algo que hizo que Suibian sospechara al comienzo. Pero cuando lo síntomas de Yu Ziyuan desaparecieron y estuvo mucho mejor comenzó a creer que tal vez Hua Fengxing no había mentido.

Pero algo en ese cielo le hacía dudar por completo.

Algo no andaba bien y lo peor es que solo tenía suposiciones.

Como el hijo de un científico nadie mejor que Luo Suibian sabía que no había nada peor que las suposiciones sin fundamento.

Debía ser paciente, debía seguir con sus planes.

Debía encontrar la verdad.

Con el paso del día la lluvia se transformó en tormenta y con ello la noche se vio envuelta en una tormenta eléctrica.

Como era de esperar la celebración en el Monte Ying tuvo que ser llevada al palacio HanYu en el Salón Circular del Dragón en donde los Yu bailaron, cantaron y rezaron a sus ancestros alrededor de una estatua de un dragón que descansaba sobre una fuente que fue iluminada con cristales rojos asemejando una fogata.

Las almas se unieron ante los ojos de Suibian, quien ya se había acostumbrado a ese paisaje paranormal.

Pero los nervios de Luo Suibian tan solo empeoraron.

Podía sentirlo, algo no andaba bien y estos rayos solo hacían que las cosas fueran mucho peor.

Y la imagen de Yu Ziyuan cayendo al suelo mientras sujetaba su cabeza y su vientre, gritando llena de dolor solo llenó su corazón de terror.

Rápidamente Suibian y Zidian se acercaron a ella. Entre ambos la tomaron en brazos llevándola con prisas a su habitación. Jiang Fengmian, Yu Huitou y Sandu los siguieron. Yu Qiutian se quedó junto a su hermana buscando calmar a A-Li como a la gente en el salón que miraron con preocupación a su Loto Violeta.

Cuando la pusieron en la cama Zidian y Suibian tomaron sus manos entre las suyas, la voz de Suibian estaba llena de preocupación.

―¡A-Yuan! ¿Qué pasa?

―Duele… ¡Duele mucho!

Jiang Fengmian se sentó en la cama buscando acariciar su vientre, intentando calmar el dolor. Yu Huitou y Sandu salieron en busca de un doctor.

Y sin dudar Yu Ziyuan sujetó su vientre con ambas manos encogiéndose como una oruga que estaba buscando convertirse en una mariposa.

Algo no andaba bien.

¡Algo definitivamente no andaba bien!

Un rayo.

Dos rayos.

Tres rayos.

El dolor en Yu Ziyuan parecía aumentar, su frente brillaba en sudor, en sus ojos el maquillaje pareció aumentar de color.

Como si dos largas franjas rojas y negras decoraran sus ojos en un delineado extraño.

Como el maquillaje que usaba cuando interpretaba a Yu Laoying.

Cuatro.

Cinco.

Seis.

―A-Yuan.

―Fengmian.

―!Aquí estoy! Estoy aquí.

―Yo… necesito… que vayas por A-Li.

―Pero A-Yuan.

―Por favor… ve por ella… la necesito.

―Esta bien, iré por ella de inmediato.

Tan pronto Jiang Fengmian salió de la habitación, Yu Ziyuan habló. ―Zidian-Shifu.

―¡Aquí estoy, Yu!

―Necesito… que vayas al bosque del Dragón y me traigas… una fruta del dragón violeta.

―Pero Yu, ¿Qué demonios? Eso no tiene-

―Confía en mi… eso me ayudara con el dolor.

―¡Esta bien, iré de inmediato!

Tan rápido como pudo Zidian salió corriendo de la habitación. Debido a la tormenta eléctrica no podía transportarse con la energía del rayo, por lo que tendría que viajar por espada. pero afortunadamente el bosque estaba cerca.

A-Yuan nunca mentiría, así que iría por esa maldita fruta.

Cuando estuvieron solos, Yu Ziyuan habló:―Suibian.

―A-Yuan.

―Cierra la puerta, por favor… no dejes que nadie… me vea así.

Suibian no pidió explicaciones, tan solo hizo lo que le dijeron, regresando tan rápido como pudo a la cama, sosteniendo sus manos entre las suyas.

Las manos de Yu Ziyuan estaban heladas, las marcas en sus ojos se volvían aún más visibles.

La preocupación no abandonaba los corazones de Zidian y Suibian.

Siete.

Ocho.

Nueve.

Los colmillos de Yu Ziyuan parecieron crecer, sus pupilas parecían rasgarse en cada segundo.

Las palabras que Hua Fengxing le dijo alguna vez volvieron a su cabeza.

“―… Porque si las personas se enteran cómo funciona el despertar instintivo de un Loto Violeta de Meishan Yu… nada bueno pasará.”

Suficiente.

―A-Yuan, quédate conmigo. Quédate aquí. Mírame.

Si no estuvieran en Meishan Yu.

Si tan solo pudiera comunicarse con Hua Chengzhu.

―¡Duele mucho!

―¡Ziyuan!

Once.

Doce.

Trece.

―¡Quédate conmigo, baobei!

―Fengxing… Fengxing, duele.

Catorce.

Quince.

Dieciséis.

Los colmillos crecieron, los gruñidos salieron de la boca de Yu Ziyuan sin detenerse. Su larga lengua salió de su boca como una serpiente que buscaba amenazar a su depredador.

Veinte.

Veintiuno.

Veintidós.

―¡Aaah! ¡Maldita sea, duele demasiado!

Treinta y uno.

Las pupilas de Yu Ziyuan se rasgaron, los delineados sobre sus ojos aumentaron, las escleróticas fueron devoradas por los iris violetas.

Treinta y dos.

El cabello siempre lacio comenzó a ondularse como las olas del mar, volviéndose tan profundo y abundante como el abismo.

Treinta y tres.

―¡AAAAAAAAH!

Yu Ziyuan llegó a su límite cayendo en la inconciencia.

―¡A-Yuan!

Y un temblor que sacudió la tierra haciendo que las decoraciones de la habitación de la inconsciente Yu Ziyuan se movieran frenéticamente y las velas se apagaran ante la corriente de aire que entró al mismo cuando Suibian abrió las puertas para sacar a su hija de ahí.

Luo Subían salió con Yu Ziyuan entre brazos. La imagen de varios cultivadores desalojando los edificios lo recibió en medio de la tormenta al igual que la brillante luna sobre el cielo que solo le hizo temer lo peor.

Incluso cuando el temblor terminó al igual que la tormenta.

Pero entonces alguien dijo:―¡El cielo! ¡Miren!

Luo Suibian levantó la mirada solo para encontrarse con un grupo de luces que solo aumentaron en número.

Aquello era…

Una lluvia de estrellas.

Algo completamente antinatural ante aquel clima extraño.

Y Luo Suibian no pudo hacer otra cosa más que temer al ver la sorpresa como las sospechas en los ojos de los Yu, quienes por primera vez en años cese 31 de Octubre celebraron el cumpleaños de Yu Laoying en silencio iluminando el rio Long con miles de linternas en forma de flores de lotos violetas.

Tal como Yu Ziyuan había dicho la fruta del dragón violeta ayudó a que las molestias de su vientre se calmaran cuando despertó. Los doctores también le recetaron algunos medicamentos y descanso. Durante toda la noche abrazó a su pequeña princesa en un nido junto a Jiang Fengmian y sus hermanas.

Al día siguiente Yu Ziyuan y Suibian tuvieron que hablar de muchas cosas. Darse cuenta que Yu Ziyuan ya sabía quien era no fue una sorpresa.

Lo sospechaba, estaba seguro que algún día lo sabría porque era una Yu y sobre todo era un Loto Violeta. Incluso si lo intentara, esconderle que era hubiera sido imposible.

El verdadero problema fue cuando tuvo que enterarse de que era realmente un Loto Violeta de Meishan Yu.

―Algo ha pasado en este mundo, no puedo verlo aún, pero puedo sentirlo. Algo en este mundo ha despertado.

Desde ese día la vida de Suibian se guio entre callar aún más lo que sabía ante los guardianes y preguntarse en silencio que fue lo que había pasado ese 31 de Octubre.

Durante ese tiempo se enteró a través de los espectros que algo raro estaba pasando en el Monte TongLu. Y aunque a Luo Dongxing no le gustaba ir ahí, cuando llegó el momento de reforzar el sellado del Abismo sin Fin, Suibian tuvo que salir nuevamente hasta ese punto en particular.

El Monte TongLu estaba conectado con el Abismo sin Fin. Aunque la abertura no llegaba hasta ahí ciertamente Luo Suibian podía detectar el patrón de algo que podía conectarse en cualquier momento. Siendo esa la razón principal por la que Suibian tenía mayor cuidado en esa zona.

Efectivamente el Monte TongLu actuaba raro.

El horno había creado una gran barrera de resentimiento que impedía no solo el paso a cualquiera, desde el suelo, también lo hacía desde el cielo. Impidiendo así que se crearan nuevas calamidades.

Ni él, un demonio celestial vivo había podido ingresar.

Menos un muerto podía.

¿Por qué haría algo así?

La función principal de ese lugar era precisamente crear calamidades.

Algo andaba mal.

Tras atrapar a un espectro que pasaba por una zona cercana al lugar, Luo Suibian lo interrogó hasta que ese demonio dijo algo.

―¡El demonio del Resentimiento y la Venganza ha regresado! ¡La calamidad que nació sin necesidad de entrar al Monte TongLu que los Wen tienen atrapada ha despertado! ¡El futuro del mundo esta siendo decidido por alguien más! ¡El Emperador Marcial Celestial no puede hacer algo al respecto, mucho menos Lluvia Carmesí que Busca una Flor! ¡Es por eso que ambos están muy molestos!

¿Una calamidad que nació sin entrar al horno?

El Demonio del Resentimiento y la Venganza era algo perteneciente a la cultura demoniaca.

Una de las criaturas a las que más se les debía temer debido a sus poderes.

Pero entonces, más allá de como esta criatura y las demás se habían enterado de la existencia de ese ser… ¿Por qué demonios decía que la criatura atrapada por los Wen era ese en especial?

¿Por qué decía que había despertado?

Era cierto que dentro de los Túmulos Funerarios Wen Mao había atrapado a un espectro extraño. Hensheng ya le había informado de ello tan pronto se unió a Yunmeng Jiang. Pero aunque Suibian había analizado el resentimiento dentro de un lugar en el que no podía entrar, estaba más que seguro que no era el mismo.

Algo andaba mal aquí.

Demasiado en realidad.

Cuando se reunió con Hensheng los datos que le presentó sobre aquella entidad no le gustó para nada.

―¿Qué quieres decir con que esa criatura despertó el 31 de Octubre?

―La cantidad de energía resentida registrada durante los últimos años había sido siempre la de una bestia durmiente, pero desde ese día a las nueve de la noche los registros incrementaron a un número irracional. Esa criatura ha despertado.

―Eso no tiene sentido.

―El Demonio del Resentimiento y la Venganza es tan poderoso que han comenzado a llevar más sacrificios. Bajar ya es imposible, el demonio creó una barrera que hace imposible pasar a menos que quieras ser su comida.

―No puede ser el Demonio del Resentimiento y la Venganza.

―Suibian.

―Sé lo que te digo. En mi cultura esa criatura es mas poderosa que la entidad que se encuentra en los Túmulos Funerarios. Cree lo que te digo. El Demonio del Resentimiento y la Venganza no se parece en nada a eso. Ese demonio es mas poderoso que los dioses y las calamidades. Si él quisiera destruir a este mundo tan solo tendría que chasquear los dedos y el trabajo estaría hecho.

No, eso que estaban llamando erróneamente el Demonio del Resentimiento y la Venganza no era el verdadero.

Luo Suibian. No, Luo Dongxing lo sabía mejor que nadie.

Su sangre misma se lo decía.

El problema mayor con el verdadero Demonio del Resentimiento y la Venganza era que nadie sabía donde demonios estaba esa cosa.

Menos si había una manera de sellarla o detener su actuar.

―Sea o no eso es lo único que sé en realidad, Suibian. Esa criatura ha despertado y tiene mucha hambre en realidad.

―¿Qué es lo que harán? ¿Qué demonios planea el emperador?

―No lo sé. Desde su despertar el emperador no confía en mí. Ahora es como si solo fuéramos desconocidos y eso no me esta gustando. Ese no es mi A-Zui, Suibian. Algo le hicieron y tengo miedo de pensar que fue lo que pasó.

Las lágrimas en el rostro de Hensheng penetraron dolorosamente el corazón de Suibian. Quien no pudo evitar abrazar a Hensheng.

―Encontraremos una manera de saber que pasó, ya lo veras. Te prometo que encontraremos una manera de salvar a Wen Ruohan.

¿Lo había?

¿Realmente había una manera de salvar a Wen Ruohan?

Suibian no lo sabía. Tampoco sabía si esto era la verdad o Hensheng había llegado al punto de mentirse a sí mismo. Pero sin importar la verdad Suibian no lo abandonaría.

Y si había una manera Suibian haría lo que fuera necesario para salvar a ese muchacho.

―Pero sobre todo, Hensheng.

―¿Hmn?

―Déjame ayudarte a controlar el hambre de esa bestia.

Porque esto no era solo algo de Qishan Wen. Era algo que podría poner en riesgo YuZhong.

Incluso si Suibian tenía que conseguir la carne podrida de miles de criminales para alimentar a aquella criatura de dudosa especie con tal de proteger ese país, Suibian así lo haría.

Solo un poco más.

Solo seis años más.

Tenia que encontrar una forma de conseguir salvar a Wen Ruohan y solo tenia seis años para hacerlo.

El tiempo siguió pasando y Luo Suibian tuvo que poner mayor atención a los inaccesibles Túmulos Funerarios.

Durante ese tiempo Suibian siguió trabajando duramente en perfeccionar la formación de un embrión que lograra sobrevivir la inserción a diferencia de sus demás antecesores, la presión seguía presente y los ancianos seguían molestando con eso, haciendo el día a día más complicado.

Un día Jiang Fengmian lo despertó con una noticia algo extraña.

―¿Dices que soñaste con Hua Fengxing diciéndote que te daría a uno de sus bebés y que ahora está en tu vientre?

―¡Si! Sé que no tiene mucho sentido, pero algo dentro de mi me dice que este sueño es una señal importante, es por eso que vine hasta aquí. ¿Podrías revisarme, Shifu?

Suibian no sabía como tomar aquellas palabras, pero como sea.

Con un largo bostezo le dio paso a su habitación. Le tomó algunas muestras de sangre y le dijo que tendría pronto los resultados.

Cuando todo estuvo listo Suibian no pudo evitar asustarse un poco.

Era cierto, en verdad Fengmian estaba encinta.

Aun con su mano revisando el pulso de Jiang Fengmian, Suibian no pudo evitar la sorpresa en su corazón al sentir el aumento en las pulsaciones en el corazón de Jiang Fengmian.

―Lo logramos.

―¿Qué?―pregunto el omega con sorpresa.

―Lo logramos, MianMian. A-Yuan, ven aquí, quiero que huelas su cuello y me digas que detectas.

Yu Ziyuan así lo hizo, olfateando cuidadosamente hasta que sus ojos se abrieron con sorpresa y se encontró con la alegre mirada dorada.

―Leche… Huele a leche y tartas de huevo, esto es-

―Un exitoso embarazo que ha logrado superar el proceso más difícil de todos. ¡Lo logramos! ¡Por fin logramos este embarazo!

A pesar del éxito, Suibian y el matrimonio Jiang siguieron manteniendo estricta vigilancia al embarazo hasta que el embrión logro pasar el primer trimestre de forma adecuada, y su crecimiento impresionante dejaba ver que realmente Suibian había elegido al más fuerte y resistente de todos.

El mismo que creció grande y fuerte como el enorme vientre de Jiang Fengmian.

Durante ese tiempo le mandó recomendaciones a Wei Changze para contrarrestar los malestares del embarazo y siguió preguntando por Hua Fengxing.

Aun cuando ella negó la existencia de un niño, él siempre recordó la tormenta eléctrica y el temblor de ese 31 de Octubre.

Y el tiempo siguió pasando, hasta que el día más esperado por el reino llegó.

Entonces la noticia hizo que la campana plateada del templo de Yunmeng Jiang lo anunciara.

El pequeño príncipe Jiang Cheng, nombre de cortesía Wanyin había nacido.

Tras el nacimiento del pequeño A-Cheng, que se parecía a un pequeño tigre gruñón, las cosas en Yunmeng Jiang por fin se arreglaron.

Para sorpresa de todos los ancianos, Yu Huitou no mencionó la cláusula prematrimonial del heredero, por lo que las esperanzas de los ancianos de que este niño fuera el heredero para su Yunmeng Jiang y no de Meishan Yu calmó un poco las cosas.

Y tras la comprobación de la casta alfa de A-Cheng, los ancianos ya no tuvieron nada de que quejarse. Manteniendo sus bocas abiertas únicamente para decir lo lindo que era el pequeño príncipe, y ofrecer miles de felicitaciones con un corazón alegre al pensar que la maldición que había atacado a su clan, por fin había desaparecido.

A diferencia de cuando A-Li nació, esta vez los ancianos ofrecieron un gran banquete para celebrar tanto el nacimiento del pequeño príncipe, como una gran fiesta cuando el primer mes de A-Cheng llegó.

A pesar de su clara hipocresía, Suibian por fin pudo celebrar tranquilo, sabiendo que a pesar de que había roto algunas reglas de la naturaleza, por fin había logrado ayudar a sus niños a conseguir lo que se deseaba, sin que tuvieran que volver al infierno de la noche de bodas que quedo olvidada y enterrada por ambos, por el bien de su amistad como de sus hijos.

Las cosas fueron muy bien por mucho tiempo, años llenos de prosperidad.

Hasta que un día en medio de aquella mesa llena de documentos Suibian encontró la respuesta que tanto buscaba.

Había encontrado la manera de extraer el Gen Dominante en el ya despertado Wen Ruohan.

Los ojos de Hensheng miraron con sorpresa y cierto temor.―Esto… no puede ser. De verdad lo encontraste.

―Así es, por lo tanto tenemos que apresurarnos.

―¿Pero esto no lastimara a A-Zui? Él ya despertó como dominante, si hacemos eso podríamos lastimarlo.

―No te preocupes, me encargué de descubrir cómo evitar lastimarlo. Todo estará bien.

―Pero entonces, ¿Cómo haremos algo como esto?

―Es muy fácil… tenemos que secuestrar al emperador y hacer la operación en cuanto antes.

―Suibian.

―Es la única manera.

A pesar de que Hensheng parecía temeroso de que algo no saliera bien, ambos planearon como sacar a Wen Ruohan de Buyetian sin ser descubiertos.

Hasta que Suibian pudo ver aquello que le enseñó hacia muchos años que no debía confiar demasiado en su suerte.

Sobre los cielos de YuZhong una extraña matriz creció como un mal augurio que hizo que el corazón de Suibian se paralizara ante una pesadilla de hace mucho tiempo atrás.

Miles de patrones se unieron a aquel extraño símbolo que le recordaba al sol, las caras de cientos de lobos aparecieron en medio de varios círculos y formaciones curvilíneas. Los ojos dorados de esos lobos parecían mirar la tierra como si solo fuera una simple maqueta para jugar con el destino de los demás.

Y aquella formación era la misma que un día había aparecido sobre el cielo cuando Wen Mao apareció en Cang Qiong.

¡¿Pero qué demonios?!

¿Por qué esa cosa había aparecido otra vez?

No tendría sentido que tuviera que ver con Wen Ruohan porque el talismán que le avisaría si algo malo le había pasado a Hensheng no había estallado en llamas.

Entonces…

¿Por qué esa matriz volvió a aparecer?

Durante varios minutos Suibian intentó comunicarse con Hensheng, no podía escuchar lo que pasaba en Buyetian porque Zhuliu y Jiangzai habían colocado barreras. Impidiendo así que pudiera usar su poder ahí. por lo que Suibian solo podía confiar en que Hensheng se comunicara pronto.

Entonces tras largos minutos Hensheng se comunicó a través de esa polilla.

―Hensheng, ¿Qué fue lo que pasó?

―Algo muy raro pasó. Se suponía que tenía la audiencia con el emperador hoy y a esta hora, pero de la nada me informaron que el emperador partió de inmediato a un lugar que no me quisieron informar, Wang Tanlan va con él. Esa maldita perra.

―¿Ya viste el cielo?

―Sí, no entiendo que hace eso ahí. No entiendo que pasa, pero te prometo que investigaré. Lo siento, nuestro plan tendrá que retrasarse un poco.

―Esta bien. Lo retrasaremos entonces. Ten mucho cuidado, nadie debe encontrar esa polilla.

Y así Suibian tuvo que regresar a Yunmeng Jiang.

Había algo en esto que no le gustaba.

Era algo sin sentido en realidad.

Y el hecho de que los cielos no le respondieran no le gustaba para nada.

¡¿Qué demonios estaba pasando?!

Suibian viajó por tres semanas entre los reinos y las aldeas intentando descubrir con los guardianes y demás que había pasado.

Ninguno lo sabía.

Y el paradero de Bichen era desconocido.

Suibian solo podía seguir investigando con la esperanza de poder descubrir qué demonios había pasado en realidad.

Hasta que Yu Ziyuan simplemente se desvaneció.

Suibian era consciente de que los dolores de cabeza de Yu Ziyuan tan solo habían aumentado con los años, al igual que los sueños y los momentos en los que Yu Ziyuan sufría por ello. Pero ese desmayo solo preocupó más a Suibian.

Durante tres días Yu Ziyuan estuvo en coma, ningún medico pudo determinar a que se debía su estado. Las hermanas de A-Yuan le dijeron que tal vez tenía que ver con las habilidades de Yu Ziyuan como un Loto Violeta. Tal vez algo salió mal.

Tal vez estaba llegando a su límite.

Pero Suibian y Zidian solo pudieron aferrarse a esa cama como a la mano de su rey.

Cuando Yu Ziyuan despertó parecía un cascarón sin vida.

No dijo nada, no pronunció una sola palabra. Zidian y él solo podían preocuparse.

En un viaje de un día Suibian fue a Meishan Yu buscando los duraznos y manzanas favoritas de A-Yuan para animarla. Deseaba que eso pudiera ayudarle un poco.

Pero la imagen de Yu Ziyuan corriendo con un cuervo entre brazos le preocupó de sobre manera.

Porque ese cuervo en especial que tenía en su cuello un collar con mariposas plateadas…

Era Yingying.

El mismo cuervo que estaba herido de gravedad.

―¡Suibian!

La canasta con manzanas que llevaba para A-Yuan cayeron al suelo como la charola con té que Zidian traía.

La sangre del cuervo caía sin detenerse por más que A-Yuan se esforzó por salvarlo. Las lágrimas de Yu Ziyuan caían como un par de cascadas cristalinas, junto a la desesperación cuando el latido del pequeño corazón de Yingying se detuvo.

―A-Yuan… es tarde.

―No… Es el amigo de Fengxing… ¡No puede morir!

No importó cuanto tiempo Yu Ziyuan intentó revivirlo. El cuervo había gastado toda su energía en volar hasta Lianhua Wu para llegar a Yu Ziyuan, muriendo en los brazos de su segunda persona favorita sin que se pudiera hacer más.

Las lágrimas de Yu Ziyuan fueron como las de una niña que lo había perdido todo.

Cuando logró calmarse sus manos revisaron el tubo que descansaba en la espalda de Yingying, solo para encontrar una carta que detuvo su corazón.

Solo fue cuestión de leer aquella carta con caracteres titubeantes para entenderlo, caracteres impropios para alguien con una caligrafía tan hermosa como la de su Bába. Pero cuando leyó la carta Suibian entendió por qué se veían así.

El rostro pálido de Yu Ziyuan bañado en lágrimas, el silencio mortal de los hermanos Zhen. El grito de dolor de Jiang Fengmian cuando le dieron la noticia.

Sus pasos avanzaron como su cuerpo, como un muerto viviente que no podía hacer otra cosa más que mirar pálido el orden de los hechos. Las evidencias de lo que pasó.

Era su culpa.

“―Shizun”

Debió ir a buscarla él mismo.

“―Maestro Luo”

Debió buscar a Hua Fengxing el mismo y llevarla a un lugar seguro. Era su trabajo encargarse de ello en vez de poner aquel trabajo en su pequeño Changze. Su joven discípulo.

“―Shizun”

Él se había confiado de las cartas de Changze.

“―Maestro Dongxing”

Debía protegerla, debía mantenerla a salvo.

Debió hacer caso a sus instintos. Debió hacerlo.

No debió confiar en las cartas, no debió ser tan estúpido.

Él había llevado a Wei Changze a la muerte.

Él abandonó a Hua Fengxing a la deriva.

Él había matado a Wei Changze y Hua Fengxing.

¡Él los mató a los dos!

Muerte.

Muerte.

Nuevamente la muerte y el destino se habían burlado de él en su cara.

Y como no hacerlo.

Suibian significaba “lo que sea”.

El nombre que sus padres habían elegido para él era Dongxing, estrella del oeste. Era el nombre que ellos habían decidido darle con amor y aprecio, el nombre de una estrella que deseaban que pudiera tener una vida iluminada por la fortuna.

Pero el nombre que el Sistema había elegido para él, importándole poco lo que sus padres querían fue Suibian.

Un nombre tan atroz para alguien tan inútil.

Un nombre tan hiriente para alguien que solo sabía lastimar a los que amaba.

Era natural que el Sistema hubiera elegido ese nombre para alguien tan incompetente como él.

Alguien que jamás podía cuidar de los que amaba como debía.

Alguien que estaba destinado a ser solamente eso.

Lo que sea.

El rostro sombrío de Suibian permaneció serio, pero los gritos desgarradores de su alma ante su estúpida incompetencia llenaron su mente por completo.

Yu Ziyuan perdió a su esposa. Jiang Fengmian a su alma gemela.

Suibian…

Suibian perdió la confianza que tenía en sí mismo.

 

 

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La nieve en Yiling era espesa.

Cayendo lentamente al suelo como un suave baño de frio que apagaba un poco el ánimo de los mayores e incrementaba la felicidad de los más jóvenes entre risas y juegos.

Nadie mejor que él podía comprender a ambos grupos, el cómo los años cambiaban las perspectivas, responsabilidades y prioridades, así como la manera un poco desesperada de su reina buscando en cada calle y callejón solitario.

Luo Dongxing, ahora conocido como simplemente Suibian no quería pensar en la verdadera razón por la que estaban aquí en primer lugar.

Tan solo caminaría en silencio, fingiendo que no conocía la razón.

Fingiendo que no sentía culpa.

Fingiendo que no le dolía.

Los ojos de Suibian se mantuvieron posados al frente, ignorando el avanzar de los pasos de Yu Ziyuan como la manera repentina que tenía por meterse a rincones inesperados, buscando, revisando, con la preocupación en su corazón y miles de preguntas sobre su cabeza.

Yu Ziyuan ante los ojos del mundo solo era una alfa de métodos despiadados y corazón frio.

Un ser duro de mal carácter que jamás podría tener piedad de nadie que no fuera su propia gente. Algunos hablaban de que tal vez era una alfa extraña por no sentir pasión por su rey ni buscar omegas para formar un harem que le complacieran como cualquier alfa supuestamente normal.

Suibian sabía mejor que nadie que Yu Ziyuan nunca fue así.

Yu Ziyuan algún día fue ingenua y apasionada, algún día fue una persona con esperanza de querer cambiar el mundo, de querer ayudar y terminar con el maldito ciclo que esclavizaba la vida de alfas y omegas en absurdos prejuicios que solo perjudicaban sus vidas.

Pero sobre todo, algún día también sintió amor.

Sintió pasión.

Y un día simplemente comprendió que el mundo en el que vivía no era uno en donde podía ser feliz como deseaba ni con la persona que amaba.

Y nadie mejor que Suibian sabía que eso era culpa de Yu Huitou y principalmente el mismo.

Si jamás la hubiera escogido, Yu Ziyuan hubiera podido vivir un romance feliz con Hua Fengxing como ambas merecían, como sus almas que habían sido atadas por el destino se habían buscado así la una a la otra.

Como debía ser correcto.

Sin embargo, eso no pasó y el complemento de Yu Ziyuan, su alma gemela se había ido, llevándose consigo las pocas esperanzas de Yu Ziyuan de al menos poder verla una vez más. Haciendo que el corazón ya roto de Yu Ziyuan se quebrara aún más.

Pero ahora, lo que era importante era el motivo por el que Yu Ziyuan había seguido las instrucciones de esa carta, había tomado su espada y había partido a Yiling con Suibian persiguiéndola cuando la vio volar para ese lugar.

Y Yu solo había dicho una cosa.

“―Cangse tuvo un hijo, debe estar en Yiling. Tengo que ponerlo a salvo”

Suibian sabía porque decía eso.

Lo sabía mejor que nadie, pero eso no hacía que el ver las lágrimas que salieron de sus ojos cuando dijo esas palabras dolieran menos de lo que hizo.

Ahora en Yiling, Suibian no pudo hacer otra cosa más que ver a la niña que había criado.

Yu Ziyuan era una belleza andante, de hermosos y desafiantes rasgos que dejaban muy en claro la sangre inusual que corría por sus venas, su fuerte complexión, elegante figura y piel lechosa era la confirmación de eso.

Y esos ojos tan brillantes como la perla de un dragón en realidad eran la confirmación absoluta de que Yu Ziyuan jamás podría ser como los demás.

Tanto en la juventud como ahora, Yu Ziyuan atraía a inusuales bellezas, que a pesar de su carácter le consideraban alguien tan atractiva para olvidar fácilmente ese detalle, a pesar de que A-Yuan las ignoraba a todas.

Después de todo, a pesar de los años los omegas aun discutían sobre quien era el alfa más apuesto, Wen Ruohan o Yu Ziyuan. 

Sin embargo, Yu Ziyuan era más que una cara bonita.

Y la manera que entró en ese callejón, con el miedo brillando en su mirada, el estrés apoderándose de su corazón y el muelle de lotos de Meishan Yu congelado en su propia angustia era la prueba de ello.

Sin hacer nada más que recargarse contra aquella pared, Suibian esperó pacientemente una vez más por su rey. Sin atreverse a estorbar en su búsqueda.

Su uniforme de tonos púrpura destacaba entre la nieve, la madera y su cabello no estaba ayudando, haciendo que las personas a su alrededor simplemente le miraran llenos de impresión, sin entender su presencia ahí.

Cuando la figura de Yu Ziyuan volvió a parecer a su lado, el inmortal no pudo más que callar.

En los brazos de Yu Ziyuan estaba una pequeña y frágil figura vestida de rojo, sus ojos eran grises como el metal y su rostro era tan lindo como ese alocado cabello negro y ese lindo rizo rebelde que no conocía la gravedad.

Pero lo que aterro a Suibian no fue el inconfundible parecido de ese niño con Hua Fengxing, como si ese niño hubiera salido del mismo molde que su madre.

Sino más bien fue su aroma.

Ese aroma inconfundible de lotos violetas de Meishan Yu.

Y el mismo que venía de ese niño.

Hua Fengxing mintió.

Él lo sabía, lo supo siempre.

Y aun así descubrir que sus suposiciones eran hechos verdaderos dolía.

―Wei Ying, él… es mi guardián espiritual, Suibian… Suibian, él es Wei Ying, nombre de cortesía Wu… Wuxian.

Wuxian.

 

 

 

―Ahora quiero que me digas, ¿a ti te gustaría tener un bebé alguna vez?

―Tendré que tener uno.

―No, me refiero a que si tu realmente quisieras tener uno. No puedo elegirte si no te gustan los niños en realidad, después de todo eres muy inteligente y parece que si sabes lo que quieres. Así que dime, ¿te gustaría tener un bebé cuando seas grande?

―Sí, me gustaría tener un niño.

―¿Un niño? ¿Hay algo en especial porque te gustaría un niño?

―Hmn, me gustan los niños, pero también es porque quisiera ponerle un nombre en especial.

―¿Qué nombre?

―Wuxian.

―¿Wuxian? ¿Por qué Wuxian?

 ―Wuxian significa “sin envidia”. Quiero ponerle ese nombre porque quiero que crezca sin tener envidia del destino de otros. Quiero que sea feliz con todo lo que él será y me esforzaré por hacerlo el más feliz de todos en este mundo tan cruel.

 

Oh, Fengxing.

Mocosa tonta, de todos los nombres.

Claro que Fengxing lo sabía, Ziyuan se lo había dicho hacía mucho tiempo.

Cuando solo eran un par de amigas pescando frente a un lago sin entender los sentimientos que tenían la una a la otra. Los mismos que florecieron aun en contra de este cruel mundo.

Eso que era un deseo tan especial para Yu Ziyuan que jamás compartió con nadie más que con Suibian.

No era una burla cruel en realidad, Fengxing jamás le haría algo como eso a Yu Ziyuan, pero si parecía que Fengxing quería que ese pequeño Wei Ying tuviera un regalo tan especial de su Muqin, un secreto entre ambas que ahora también le pertenecía al pequeño Wuxian.

Y ahora ese nombre se había vuelto en el mayor sustento de la vida de Wei Ying.

Porque aun si el olfato de Yu Ziyuan fallara y no pudiera detectar las flores de loto, ese nombre y la forma de los ojos de ese cachorro eran la mayor confirmación de que ese niño era suyo.

Y ahora, en medio del dolor y la nostalgia que Suibian podía ver en los ojos de la mujer que amaba como si fuera su hija, vio el gran deseo de poder cumplir la promesa que se había hecho a sí misma hacía muchos años atrás.

Cuidar a ese pequeño Wei Ying y hacerlo el más feliz de todos en este mundo tan cruel.

Criar a este niño para que pudiera vivir con aquello que ella siempre odio de sí misma.

Un pequeño Huangdi sin envidia.

Y uno que a pesar de todo ya era amado con el simple hecho de saber de su existencia.

El mismo que Suibian ayudaría a cuidar con todo de sí mismo.

―Hey, ¿Qué tenemos aquí? ¿Así que tú eres el pequeño A-Ying?

El pequeño niño se encogió entre el pecho de Yu Ziyuan. Era simplemente adorable.

Tan adorable como su madre cuando tenía su edad.

―Ho-hola.

―Hola, realmente eres muy lindo. Me llamo Suibian, no tienes que tener miedo. Ahora estas a salvo.

Porque aunque Luo Suibian era un mentiroso, un pecador y una asquerosa persona, sabía que A-Yuan no era como él. No importaría cuanto costara, ella si lograría proteger a su pequeño Wuxian.

Y aunque Suibian era un inútil incompetente se esforzaría en dar lo mejor de sí por ayudar.

Aun si “lo que sea” no podía hacer mucho en realidad.

 

 

 

 

 

 

 

Pequeño teatro del emperador

 

Yu Ziyuan y Jiang Fengmian después de que el experimento de Suibian funcionó:

JM: Muchas gracias por tu ayuda, Suibian, no habríamos sabido que hacer sin ti.

YZ: Gracias por esto, de verdad.

S: Ni lo mencionen.

YZ: No, de verdad, gracias.

S: No, de verdad no lo mencionan. Acabo de romper tres leyes éticas para esta sociedad con esto. Esto debe quedarse entre nosotros, ni ese niño debe saberlo en realidad.

 

 

 

 

Yu Qiutian el día de la boda cuando Yu Ziyuan y Hua Fengxing decidieron casarse a pesar de que tenía que irse por su seguridad:

 

YQ: ¿Ahora si ya puedo sacar esto?

 

S: ¿Desde cuando llevas ese certificado contigo?

 

YQ: Desde el festival del Meishan Yu cuando conocimos a la pequeña Hua*sonríe orgullosa*

 

Después de años Yu Qiutian por fin pudo cumplir su sueño de hacer que Ziyuan y Fengxing firmaran un certificado de matrimonio.

 

 

 

 

Suibian en su mente cada que Jiang Cheng se siente insuficiente: ¡Ni te atrevas a pensar que fuiste el espermatozoide más débil porque yo escogí el mejor!

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal han sido estos especiales para ustedes?

Después de una semana de especiales el arco que resume las partes más importantes de la historia de Yu Ziyuan y Hua Fengxing ha terminado. Aunque hay muchas cosas que pasaron y que me gustaría contarles, dejare estas para el final del fic como especiales.

La parte más importante es que ahora con un contexto más claro sobre varias cosas podemos continuar no solo con el presente para saber que es lo que pasó con Wei Wuxian y Lan Wangji, sino que estos especiales han servido para marcar las pautas para el arco más importante.

El arco de nuestro emperador.

Después de todo, esta temporada es para Wei Wuxian, y nuestro parlanchín emperador tiene mucho que contar en dicho arco.

Volviendo al presente.

¿Cómo creen que este Wei Wuxian?

¿Qué es lo que les dirá la doctora Wen a la familia de Wei Wuxian?

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el apoyo que le han dado a este proyecto, me despido.

¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer!

Chapter 24: CAPÍTULO 11: SOL

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Enlace del capítulo en otras plataformas:

Wattpad: https://www.wattpad.com/1279249045-el-omega-y-el-emperador-segunda-parte-fanfic

 

Enlace del capítulo en otras plataformas(por favor, evite comentar en este párrafo para que no se pierda su funcionalidad)

 

 

CAPITAL DEL IMPERIO-YILING WEI

Tiempo actual

 

 

 

Suibian se abrió paso por los aires aun cuando se dio cuenta de que estaba siendo seguido por el gran grupo de guardianes y la misma Yu Huitou.

Aunque Suibian normalmente se quejaría porque no siguieron sus instrucciones, la mayor prioridad del cansado guardián en ese momento era llegar a la Gran Sala Médica y saber sobre el estado de Wei Wuxian.

Cuando el gran edificio fue presente, Suibian bajó encontrando a los hermanos Jiang frente a él, a su lado, la doctora Wen se encontraba aun vestida con las túnicas ensangrentadas que se mancharon con la sangre de Wei Wuxian. Su rostro mostraba cansancio, pero sus ojos brillaban con cierto alivio que llegó al corazón de Suibian.

―Wen Qing.

―Señor Suibian… Mayor Yu―con extrañeza, la doctora Wen vio a las personas detrás de aquellos dos sin entender por qué estaban aquí, pero eso no era lo importante ahora.

―Doctora Wen, ¿Cómo esta A-Xian? ¿ya despertó?

Con un suspiro, la doctora por fin habló.

―No les mentiré, está delicado. Las heridas que le dejo el Sello de Tigre Estigio han sido bastante graves y usar cultivo demoniaco al volver tan solo hizo que las heridas que el señor Suibian ya había tratado rápidamente, se abrieran por el esfuerzo.

Jiang Wanyin se aferró a Jiang Yanli quien no pudo evitar la preocupación en su corazón, Yu Huitou frunció el ceño en molestia, mientras los puños de Suibian se apretaron con molestia.

―Ya tratamos las heridas de Wei Wuxian. Sin embargo, aún no despierta y necesitaremos algunos donadores de sangre debido a que perdió bastante.

Los guardianes de Gusu Lan, Qinghe Nie y Lanling Jin hablaron.―Nosotros podemos hacerlo.

Los ojos de los hermanos Jiang, la doctora Wen, Yu Huitou, Suibian y los guardianes gemelos de Yunmeng Jiang miraron a la imagen de aquellas personas con cierta incomodidad.

En sus ojos había determinación, a pesar del ambiente pesado que se sentía entre el Halcón Sonriente y la Bestia de Fuerza Contundente Baxia, la seriedad en sus miradas mostraba el deseo por ayudar.

Sin embargo, Wen Qing sabía que ellos no podían si no cumplían con ciertos requisitos.

Mismos que solo los hermanos Jiang y Yu Huitou contaban.

Sangre del clan Yu.

―Nuestra sangre es muy buena y saludable, cualquiera puede ayudar gracias a la energía dorada.

Wen Qing decidió explicar.

―Agradezco su ofrecimiento, pero lamento decir que la sangre de Wei Wuxian es muy… especial. Es un tipo de sangre que tiene dificultades para adaptarse a una sangre nueva para una trasfusión. Sin embargo, él ya se ha adaptado a la sangre de su majestades el Rey Jiang, la Líder del Clan Yu y la Reina Jin.

Con solo una mirada los hermanos Jiang supieron que era el momento de hablar. Sin embargo, Jiang Wanyin se adelantó.

―Yo lo haré, Wei Wuxian ya es compatible con nuestro tipo de sangre.

―Yo también puedo hacerlo, toda la sangre que A-Xian necesite se la daremos.

―Yo también―Yu Huitou se unió a los hermanos. ―He ayudado en un par de ocasiones, A-Li no puede excederse, yo donaré su parte.

Los ojos de Jiang Yanli miraron con sorpresa a su abuela, pasando a Jiang Wanyin, quien solo pudo apartar la mirada avergonzada al igual que la reina Jin. Jiang Yanli solo pudo asentir en silencio.

Suibian y Wen Qing los miraron en duda, pero prefirieron no interferir. Este no era el momento.

Con aquello acordado, los alfas hablaron:―Estaremos listos tan pronto la doctora Wen lo necesite.

Una vez que lograron conseguir que los guardianes les dieran privacidad para hablar del asunto, los cinco entraron a la oficina de Wen Qing en donde los miembros de la familia del emperador se sintieron más seguros para hablar.

Suibian preguntó.―¿Qué hay de la herida por la espada?

Wen Qing pensó en como decir esto. Era la primera vez que se enfrentaba a algo tan extraño como eso. Sin embargo, cuando encontró las palabras adecuadas explicó.―A pesar de que la espada atravesó el pecho de Wei Wuxian… esta no tocó ningún órgano en realidad.

―¿Qué?

Los rostros de los presentes se llenaron de consternación, el ceño de Yu Huitou se frunció tanto como el de Jiang Wanyin. Jiang Yanli se sentía muy confundida y Suibian solo pudo preguntar.―Pero, ¿Qué hay de la sangre que encontré debajo de él cuando llegué? Literalmente se desmayó por ello.

―Es cierto que había sangre. Pero por extraño que suene, esa herida se cerró sola cuando estábamos en el quirófano.

Eso no tenía sentido.

Jiang Wanyin fue quien pregunto: ―Entonces, ¿Qué demonios quería hacer con eso?

Era una buena pregunta, ¿Qué carajos quería con eso?

―No lo sé aún. Hemos deducido que la razón por la que no pudo tocar algún órgano fue porque Chenqing utilizó el resentimiento como un escudo, moviendo los órganos lejos del paso de la espada. Sin embargo, también encontramos rastros de energía demoniaca que no es de Chenqing.

Ese demonio tan extraño.

¿Qué demonios había hecho con eso en realidad?

―Pero, ¿A-Xian ya está mejor? ¿podemos verlo ya?

―Por su propio bien aún no pueden verlo. El resentimiento dentro de Wei Wuxian ha superado el límite, necesitamos limpiar su sistema primero.

Suibian decidió preguntar:―¿Eso significa que ya puedo entrar?

―No es tan fácil esta vez, señor Suibian. Necesitamos a alguien que sea experto en purificar cuerpos llenos de resentimiento, pero sin Chenqing aquí no tenemos quien pueda ayudar.

Suibian pensó y pensó, había una persona que podía ayudar, pero…

Tres golpes en la puerta llamaron la atención de todos.

Con precaución Wen Qing fue a revisar, pero no pudo evitar sorprenderse al encontrar frente a la puerta a esa persona.

Sus hermosas túnicas blancas contrastaban con la oscuridad de la noche, sus cabellos blancos se ondearon con el andar de sus pasos, tras su espalda había una espada que reflejaba su origen de una legendaria secta, mientras sus brillantes ojos azules mostraban una determinación que se apoderó del corazón de Suibian.

Esa persona era Bichen.

―Señor Bichen.

―Doctora Wen, ¿puedo pasar?

Con duda la doctora le dio pase. El guardián entró con un rostro serio, el mismo con el que saludó a las personas dentro de aquella oficina. Cuando las puertas se cerraron fue directo al punto.

―Doctora Wen, yo quisiera ayudar al emperador.

―Disculpe que pregunte, ¿pero de qué forma quiere ayudarlo?

―Mi especialidad es la purificación de los cuerpos del resentimiento, debido a la gran cantidad de resentimiento dentro de Wei Wuxian es necesario que nos apresuremos para que Suibian pueda ayudar a la cura de sus heridas. Es por eso que me gustaría ayudar proporcionando mis servicios para facilitar la recuperación de su Majestad Imperial.

Lo que había dicho el señor Bichen era cierto.

El Don otorgado por la energía dorada al guardián conocido como la Belleza Fría era Purificación Divina.

La especialidad de ese don era la erradicación del resentimiento en los cuerpos. Después de todo, Purificación Divina había sido un método que Bichen había perfeccionado con los años, convirtiéndose en el único guardián que podía tener contacto con un cuerpo bañado en resentimiento y limpiarlo sin verse perjudicado por ello.

Los ojos dorados de Suibian se encontraron con el azul de Bichen, había miles de cosas por decir y ninguna de ellas podía ser dicha ahí.

Sin embargo, Suibian sabía que Bichen estaba intentando ayudar no solo por Lan Wangji, sino también porque al fin, Bichen había hecho las paces con el pasado que le hacía ver a Wei Wuxian como el hombre que lastimó a su amado niño.

―Señor Bichen, ¿está seguro de querer hacer esto?

―Hmn, después de todo, mi mayor deber en el mundo como un guardián dorado es servir al emperador.

Suibian caminó hasta estar frente a él, sin importarle que las demás personas estaban atentas, mirando sus figuras una frente a la otra. Las manos de Suibian tomaron sus hombros gentilmente, su voz fue suave.

―Bichen… muchas gracias.

―Hmn.

Jiang Wanyin y Jiang Yanli se vieron entre ellos con sospecha. Yu Huitou fingió no ver nada.

Wen Qing aclaró su garganta, llamando la atención de esos dos.

―Entonces tenemos que llevar a Wei Wuxian a su habitación para que pueda trabajar adecuadamente. Necesitaremos esperar unas horas para poder hacer la transfusión de sangre; deben estar en ayunas. Utilicen sus núcleos dorados para adelantar el proceso. Señor Suibian, usted también prepárese, cuando el Señor Bichen termine, usted procederá.

―Hmn.

―Comprendido.

Con la ayuda de los guardianes, Wei Wuxian fue trasladado exitosamente a la Cueva del Demonio, en donde fue colocado adecuadamente en la cama cubierto por los edredones. Mirar la figura de Wei Wuxian tan tranquila era como si el mismo Wei Wuxian estuviera durmiendo pacíficamente como si nada hubiera pasado.

Sin embargo, los vendajes que cubrían su estómago rompían aquella ilusión.

Cuando todo estuvo listo, Jiang Yanli preguntó:― ¿Cree que podamos pasar a verlo cuando termine con él?

Los ojos de Bichen pasaron entre los hermanos, Wen Qing y Suibian, pero al final con un suspiro asintió.

―Podrán hacerlo.

―Muchas gracias, Su Señoría.

Los ojos de Bichen miraron sorprendido a Jiang Cheng, quien aunque no levantaba la mirada volvió a hablar: ― Gracias por ayudarlo.

―Hmn, no es nada.

Cuando las puertas se cerraron, Bichen se quedó a solas con Wei Wuxian en aquella habitación.

El lugar era tan silencioso que Bichen no pudo evitar la incomodidad.

Generalmente Wei Wuxian era muy escandaloso, festivo y extrovertido. Brincando alrededor de Lan Wangji como si fuera un pequeño zorro festivo que había encontrado algo hermoso que no quería dejar ir.

Ruidoso y llamativo era algo demasiado Wei Wuxian. Por eso verlo ahí, acostado en la cama tan silencioso como un muerto no era agradable en realidad.

Caminando a la cama, Bichen no pudo evitar que las palabras salieran del fondo de su corazón.

―Doscientos años, he esperado doscientos años por ti.

Sus pasos eran lentos y pacientes, como si no pudiera creer que la persona acostada en esa cama, ese muchacho tan risueño del que se había enamorado Lan Wangji y el mismo que, de forma estúpida había comparado con Wen Ruohan y Wen Mao, debido a lo que pasó con Lan Qiren mucho tiempo atrás, fuera en realidad el emperador que había esperado con emoción hace muchos años atrás.

Era tan surrealista que Bichen tenía miedo de que en realidad fuera una mentira.

―Fue tanto tiempo que por mucho pensé que jamás aparecerías, tanto que me preguntaba cómo fue que simplemente no apareciste. Y aun, a pesar de todos los años que han pasado y todo lo que he hecho para llegar hasta este punto… sigo preguntándome que fue lo que pasó hace doscientos años para que no llegaras a la casa que preparamos para ti.

Y si era sincero, con todo lo que ya sabía, lo que temía fuera mentira y lo que era verdad, Bichen tenía mucho miedo de saber que era lo que en realidad había detrás de Wei Wuxian.

¿Por qué solo él fue digno del Trono del Dragón?

¿Quién era realmente Wei Wuxian para lograr que el mismísimo Taizi Dianxia dejara atrás las palabras del pasado y al fin aceptara aquella corona que negó por mucho tiempo?

¿Quién era para hacer que él hiciera todo eso solo para traerlo al Mundo Mortal?

­―Sin embargo, eso ahora es cosa del pasado, porque estás aquí, en la casa que él preparó para ti, sentado en el trono que siempre fue para ti y casado con la persona más buena que podrías conocer. Tal como debía ser desde siempre.

Un hijo de sangre Yu con sangre de XianLe, un emperador aceptado por los cielos y bendecido por su ancestro con aquella posición que todos los alfas de ese mundo anhelaban.

Y aun así, sobre la cima del mundo siendo el hombre más poderoso del mundo, Wei Wuxian era el más humilde de todos.

Priorizando el bienestar de los demás sobre sí mismo.

¿Cómo no pudo ver lo parecido que ese niño era con las personas que más había admirado en su vida?

E irónicamente este niño con sangre de XianLe había tenido una suerte tan cruel como la de su abuelo.

De pie frente a la cama, Bichen supo que el momento había llegado. Tomó asiento sobre la cama a lado de Wei Wuxian, sujetó el brazo del mismo y revisó a través de los meridianos del emperador el estado del mismo.

Y Tang Bichen sintió que había visto lo más hermoso sobre este mundo.

Un hermoso sistema de meridianos que extendió sus ramas como el árbol de la vida. Nutriendo cada forma y cada línea de la existencia de Wei Wuxian de una forma tan maravillosa y sorprendente.

Este niño, a pesar de su comportamiento al igual que un tornado tenía un sistema tan hermoso como el de un sabio que llevaba miles de años meditando en busca de la iluminación.

Y el resplandor dorado de su alma era tan puro como el de un Dios.

Impresionante.

Demasiado impresionante.

―Por favor, no ascienda a los cielos aun, majestad. Tiene una familia que cuidar.

Cuando Bichen obtuvo el diagnóstico no pudo evitar la oscuridad que se había apropiado de su hermoso rostro.

Era demasiado.

La cantidad de resentimiento dentro era mucho más de lo que podría sacar solo con un pase de manos o la canalización tradicional que usaba con Lan Wangji como hacia unas horas.

Necesitaba…

Necesitaba un contacto directo.

El rostro de Bichen se llenó de asco como terror.

Debido a que la energía dorada era muy especial, a diferencia de la energía espiritual común, esta debía de pasarse por contacto directo entre las almas del guardián y el receptor. Al haber un lazo entre sus espíritus el proceso era más fácil y no necesitaba de “ese” contacto directo.

Pero debido a que Wei Wuxian y él no eran oficialmente guardián y receptor…

Era de la forma en la que Chenqing y este niño habían hecho su propio contrato.

El asco y el miedo aumentó en los rasgos de Bichen.

Aunque el resentimiento de Chenqing y la energía demoniaca de ese impostor dentro de Wei Wuxian no estaba intentando dañar al emperador, Bichen no podía confiarse y dejarlo pasar. Si este tipo había hecho algo como parásitos de sangre o demás, tenía que limpiar el cuerpo de Wei Wuxian y darle pase a Suibian para que el mismo investigara su sangre para salir de dudas.

Pero tener que hacer eso…

Esto era lo más… extraño que había tenido que hacer en su vida.

Tranquilo, Bichen, todo estará bien, Bichen.

Hazlo por Wangji, todo es por Wangji y Suibian.

Muy bien, esto era su trabajo. Esto era por el bien del imperio, la felicidad de Wangji y Suibian. Evitar que algo malo le pasara a Wei Wuxian y sobre todo, evitar que Taizi Dianxia viniera en persona con todas las calamidades dispuesto a darle fin al mundo por no respetar a su nieto.

Al demonio, era hora de terminar con esto.

Lo único bueno de esto era que Wei Wuxian no se enteraría de esto.

No tenía que hacerlo.

―Esto no es algo que quiera hacer ni la manera en la que me gustaría iniciar mi trabajo contigo, pero no tengo opción. Después de que terminemos aquí y estés mejor fingiremos que esto nunca pasó, ¿está bien, su Majestad Imperial?

Se sintió un poco estúpido por preguntar cuando obviamente no iba a recibir respuesta, pero aun así cuando se acomodó colocando su rostro sobre el de Wei Wuxian con su mano derecha sosteniendo su peso, volvió a preguntar.

―Voy a proceder con la Purificación Divina, ¿está listo, su Majestad?

No hubo respuesta otra vez, sin embargo, Bichen tomó el rostro de Wei Wuxian con la mano izquierda, le hizo abrir la boca lo suficiente para facilitar su trabajo, concentró una gran cantidad de energía dorada sobre su paladar y tomó un suspiro buscando valor.

Wangji, Suibian, esto solo es por su bien. Jamás en mi vida pondría mis ojos sobre este mocoso incluso si el cielo cayera.

Todo esto es por Wangji.

Todo esto es por Bixia.

Y sin más, unió sus labios con los de Wei Wuxian.

Pasó la energía dorada a través de la conexión de sus espíritus cuando Bichen logró tener contacto con el alma de ese niño, permitiendo que el brillo de la energía trasluciera sus propios rostros mientras el cuarto se llenaba de copos de nieve.

En verdad, Bichen tenía que hacer algo para olvidar que esto pasó.

Por su propia salud mental.

 

 

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Los calabozos eran el lugar más oscuro del Palacio Rojo.

Al igual que cada calabozo que podía existir en el Imperio, el calabozo del Palacio Rojo no era muy diferente.

El asqueroso aroma putrefacto entre los cuerpos que desfilaban entre los pasillos era nauseabundo, tan asqueroso como las heridas de los presos que gritaban y clamaban por ayuda, mientras lentamente iban muriendo en esa prisión.

Entre el asqueroso aroma de la humedad la oscuridad, los gritos y las desgracias, Suibian se abrió paso caminando a través de los pasillos con una mirada fría que hacía que los hombres más valientes que le miraban no pudieran evitar temblar de terror.

Y es que los ojos brillantes en dorado no podían ver aquellas personas más que con indiferencia, como simples ratas asquerosas que habían entrado en la madriguera de su Wei Ying y no debían tener derecho siquiera de vivir, pero eso solo era una absurda exageración.

Al menos era lo que había en la mente de Luo Suibian.

¿Qué podía ser más absurdo que entrar a la misma madriguera de un lobo hambriento que podría ser el mayor terror sobre la tierra si dañabas a los suyos?

Exacto, no había nada más tonto que eso.

Y por ello en esa noche de lluvia eterna, Luo Suibian se dirigió seguro de sus pasos al fondo del calabozo, en donde se encontraba una gran celda en la que no se podía ver nada más debido a las dos grandes puertas metálicas que resguardaba su interior.

En el exterior, frente a esa celda se encontraba una serie de los mejores guardias de Yiling, alfas y omegas fuertes e intimidantes de gran altura y espadas filosas, listas para cortar a cualquier intruso que intentara abrirse camino al interior de aquella celda. En donde se encontraban las presas que realmente Suibian deseaba asesinar con sus propias manos.

Tan pronto le vieron llegar se pusieron en guardia tal como lo ordenó, esperando que Suibian les mostrara la placa de Yiling Wei que solo los guardianes y los cultivadores principales del emperador tenían y saludaron al guardián con honores.

Cuando la puerta fue abierta Luo Suibian se enfrentó al asunto que lo trajo a ese lugar.

Tal como funcionaba en el exterior, una serie de 7 guardias vigilaban el interior, mientras Fuxue y Shuanghua se encargaban de darle a sus visitas inesperadas la adecuada bienvenida al Palacio Rojo.

Los guardianes Shuanghua y Fuxue se encargaban cada uno de uno de ellos.

Xue Yang se encontraba colgando de las vigas del techo que habían sido colocadas ahí con ese único propósito, su muñeca eran lo único que lo sostenían de la cima. La muñeca que Wei Wuxian había roto ahora se encontraba roja e inflamada, viéndose asquerosa entre rojo y carne ante los ojos de Suibian.

Su Minshan se encontraba desnudo atado en una silla de madera en donde su cuerpo era sujetado por cinco cinturones de metal que sostenían su cuello, torso y el brazo que le sobraba, así como sus piernas y tobillos.

La silla tenía un mecanismo que le permitía girar 360° grados, invirtiendo al torturado durante un largo periodo de tiempo buscando que la sangre se fuera para su cabeza o solo para girarlo una y otra vez hasta que decidiera hablar.

Frente a Su She había una tina llena de agua que Shuanghua estaba usando como preparación, girando la silla hasta que su cabeza se hundía en la tina por cierto periodo para levantarlo una vez más para evitar matarlo durante ese calentamiento.

Era en realidad un instrumento sencillo y en realidad amable el que Suibian había fabricado, pero las lagrimas de Su She solo lo hacían ver como si fuera demasiado cruel.

Tan exagerado.

Y ahi, expuesto como su pecho se encontraban las marcas de la Maldición de los Cien Agujeros.

Luo Suibian no pudo evitar sonreír emocionado.

Los tenían.

Después de cuatro años por fin los tenían.

Tanto Fuxue como Shuanghua ya se habían encargado de cerrar las heridas graves de Su She y Xue Yang evitando así su muerte. Sin embargo, Su She no paraba de llorar.

El rostro de Xue Yang era una mezcla entre rojo, morado, rasguños y los golpes que Fuxue ya le había propiciado desde el momento en que había llegado. Al igual que las marcas que había recibido del séquito Feng tras su enfrentamiento con ellos.

De la misma manera, las túnicas de Xue Yang que ya tenían algo de rojo después del ataque contra el palacio, ahora estaban siendo destrozadas bañando los trozos de tela en sangre debido a los cortes superficiales que el látigo, formado con la energía dorada de Fuxue le habían dejado como un pequeño calentamiento.

Sin embargo, a pesar de las heridas y los golpes constantes, Xue Yang no dejaba de reír.

El caso de Su Minshan era mucho más miserable que el otro debido a la ausencia de ropa, revelando la piel llena de agujeros del hombre. Pero tal y como había indicado Shuanghua y Fuxue habían evitado herir su cuerpo demasiado para no dañar la evidencia de sus crímenes.

Mientras Xue Yang aun mantenía algo de dignidad, Su Minshan no dejaba de llorar, pidiendo clemencia.

―¡POR FAVOR! ¡POR FAVOR! ¡SUÉLTENME YA! ¡YO NO QUERÍA HACERLO! ¡ÉL ME OBLIGÓ A HACERLO! ¡LO JURO! ¡AAAAAAAAAAH!

Su She gritó cuando la silla giró nuevamente, ahogándolo de golpe contra el agua fría que golpeó contra su rostro.

Xue Yang solo se rio de la desgracia de su compañero, aun cuando volvió a recibir otros tres golpes de aquel látigo.

Con frialdad los ojos de Suibian miraron a ese par. Su voz fue tan fría como un glaciar en pleno invierno: ―Shuanghua, Fuxue, es suficiente por ahora.

 Con esas simples palabras ambos guardianes se detuvieron, los llantos de Su She eran tan persistentes como la risa desenfrenada de Xue Yang.

Una silla fue colocada tras Suibian, el guardián se sentó silenciosamente y se enfrentó ante el par.

―Hay muchas formas de caer ante el enemigo que pueden ser muy estúpidas. Esta es la peor que he visto en mucho tiempo, no sé si son muy estúpidos o muy crédulos para querer meterse en el territorio del hombre que ya quería atraparlos desde hace mucho tiempo.

―¡Polilla de Oro! ¡Por favor suéltenme! ¡Juro que quería hacerlo! ¡Ese tipo me engañó! ¡De verdad me engañó!

―Podría creerte o no, después de todo hay muchas cosas en las que estas implicado y no eres un niño para que crea que caíste inocentemente en su trampa. Pero si hablas podríamos considerar tu castigo, solo dinos, ¿Quién es ese líder tuyo y cuál es su paradero?

―No sé, no lo sé. Xue Yang fue quien me buscó, él era quien me daba sus órdenes.

Shuanghua lo giró tres veces más dejando que el ruido de sus gritos llenara la habitación.

Suibian preguntó cansado.

―¿Cómo no vas a saber quién es? ¿Qué persona sería tan imbécil para trabajar para alguien que no conoce? Oh, espera, es cierto. Tu eres muy estúpido, incluso facilitaste nuestro trabajo en atraparte, tiene sentido.

―Por favor, por favor suéltenme, por favor.

―Deja de llorar y ponte a hablar, no tengo tu tiempo. Si hablas ahora el castigo se terminará, pero si no lo haces dejare que te conviertas en el juguete de estos dos estimados guardianes y eso no te gustará. Pero si me obligas a hacerlo no tendré otra opción.

Ante aquellas palabras los ojos de Su She se llenaron de incontables lagrimas que fueron lloradas en desesperación, en sus ojos podía mirarse el terror ante la idea de morir entre las manos de Polilla de Oro que solo conocía a la distancia entre las palabras de otros y las de “ese hombre” en especial.

Después de todo, él lo había dicho.

Este hombre que le miraba como lo más patético entre la existencia era algo de temer.

Y ahora Su Minshan, quien había buscado de mil maneras una forma de obtener todo lo que quería en esta vida, estaba en sus manos como una simple presa bajo las garras de una bestia aburrida.

―¡Polilla de Oro, por favor! ¡Perdóname, perdóneme! ¡No quiero morir! ¡No así!

―¿Ah? Yo no soy a quien le debes disculpas, ese es su Alteza Imperial, el Fénix de Jade. Tu superior a quien has ofendido más de una vez.

Su Minshan lo dudo, no era como si quisiera disculparse con esa puta, no había nada de que disculparse con la perra que le había cortado el brazo, pero si no lo hacía no podría salvar su vida.

―¡Lo haré! ¡Lo haré! ¡Me disculparé con… su Alteza Imperial, pero por favor, no me maten!

―No lo sé, tu duda de hace un momento me hace dudar en si vale la pena perdonarte.

―¡Por favor!

―Shuanghua, ponlo a girar un poco más.

Sin importar los gritos del hombre, el guardián obedeció aquella orden.

Los ojos de Polilla de Oro se apartaron del hombre, para dirigirse a Xue Yang.

―¿Qué hay de ti? ¿No dirás nada?

Sin embargo, Xue Yang no habló, solo siguió riéndose como si le hubieran contado el mejor chiste de su vida.

Como si hubiera perdido el último rastro de razón que tenía en ese mundo.

―¡Polilla de Oro!

―Si no hablas no puedo hacer nada. Tu dinos quien es ese tipo en realidad y su ubicación. Si lo haces podría considerar tu posición en esta incómoda situación.

Pero Su She no estaba siendo muy útil.

―¿Xue Yang ha hecho algo aparte de reírse como un loco?

―No, desde que llegó se ha estado riendo de esa manera tonta sin decir más.

Maravilloso.

Simplemente maravilloso.

―¿Qué hay de sus poderes espirituales? ¿Ya están bloqueados?

―Justo como lo ordenaste desde que los capturamos.

―Si no quieren hablar ahora lo tendrán que hacer en algún momento, procedan tal como les dije. Después de todo, este par ha cometido varios crímenes que no necesitan mayor testimonio que lo que ya tenemos. Deben ser castigados.

―Como ordené, señor.

―¡Polilla de Oro! ¡No te vayas! ¡Sácame de aquí por favor! ¡Te juro que soy inocente!

―Eso tendrás que demostrarlo hablando de verdad, hasta que realmente lo hagas no consideraré reducir tu castigo o darte una audiencia con su Alteza Imperial. Decide tu destino por ti mismo.

Y sin más, Suibian se marchó con la intención de ver el estado de A-Yuan.

Suibian estaba cansado, muy cansado.

Pero descansar no era una opción para él. Alguien como él no merecía eso.

Sería un periodo sin descanso muy largo.

 

 

 

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Lograr que el pequeño A-Yuan se durmiera había sido muy difícil.

Aunque A-Yuan era joven e inocente era un niño muy inteligente que siempre había estado preparado para el momento en que “los tipos malos” quisieran atacar a su Xian-gege.

Después de todo el juego de Xian-gege siempre estuvo ahí para el momento en que algo malo pasara. Aunque Wei Wuxian y ellos en ese momento no sabían que uno de los tipos metidos en aquel asunto era un demonio celestial, con aquella información Suibian comenzaba a temer sobre que tanto sabía ese demonio y como había logrado entrar.

Esto no le gustaba en ningún sentido.

Al igual que la sensación en su corazón desde que vio a ese impostor.

Suibian le había dejado a A-Yuan al cuidado de los Song, mientras ayudaba en todo lo que podía hasta que llegó la madrugada, así como el llamado de Wen Qing.

Había llegado la hora.

Bichen al fin había podido limpiar por completo el cuerpo de Wei Wuxian de todo el resentimiento que tenía dentro.

Sin embargo, cuando el edificio estuvo frente a sus ojos, se encontró con los guardianes dorados, Jiang Wanyin, Yu Huitou y Jiang Yanli.

Una parte de Suibian estaba muy incómoda con la presencia de aquella mujer que ahora buscaba ser una buena abuela y ayudar, pero la otra sabía que no era el lugar ni el momento para pelear por una tontería.

Y la presencia de sus antiguos compañeros no era cómodo tampoco.

Los guardianes y los Jiang junto a Yu Huitou estaban separados en dos grupos, pero esos tipos estaban justamente en este lugar.

Había cosas que aún no debían ser descubiertas.

Entonces la puerta de la Cueva del Demonio fue abierta y Bichen salió.

Tanto Yu Huitou como os hermanos Jiang caminaron como Suibian hacia el guardián de Lan Wangji, con el corazón ante la expectativa y el miedo de lo que podría decir este.

Jiang Yanli fue la primera en hablar:― Su Señoría, ¿Cómo está A-Xian?

Bichen dio un suspiro cansado y explicó: ―Fue un poco difícil debido a que lleva bastante con este cultivo, pero he logrado limpiar su cuerpo por completo. Aunque el resentimiento aun parece considerarlo su amo, Wei Wuxian ahora puede ser curado y posiblemente en unos días estará mejor.

Jiang Yanli sonrió con esperanza, dejando que algunas lágrimas salieran de sus ojos por el cansancio, Jiang Wanyin respiró permitiendo que la tensión que se había apoderado de su cuerpo por fin fuera soltada y Yu Huitou soltó un suspiro lleno de alivio.

Estaba bien, estaría bien.

Con aquella verdad aliviando su corazón, Jiang Cheng preguntó ansioso.―¿Él ya despertó?

Y Bichen negó.

―A pesar de que ya he drenado la energía resentida no despertó, revisé su cuerpo pero parece que esto tiene que ver con su mente porque no me dejó entrar. Tendremos que ser pacientes y esperar a que él esté listo para despertar.

Jiang Cheng apretó los puños, la culpa dentro de su corazón creció como las ramas de los cedros y las flores de verbena mezcladas con el rocío de limones bañados en dolor.

Si tan solo hubiera hecho caso a su mal presentimiento, si hubiera llegado mucho antes de cualquier cosa.

Si tan solo no hubiera escuchado ese tonto plan de Wei Wuxian.

―¿Podríamos verlo?

―Podrán, pero por ahora solo uno de ustedes puede pasar. Aunque la situación de su Majestad Imperial ya no es tan grave, es mejor que nos apresuremos a curar las heridas con mayor gravedad. Cuando él se recupere podrán verlo y estar con él.

Aunque los hermanos Jiang deseaban poder tener más tiempo con Wei Wuxian comprendieron la situación.

―Está bien. Muchas gracias, su Señoría.

―Gracias, Belleza Fría.

―Hmn, no es nada, ¿Quién es el primero que pasará?

Los cuatro se miraron entre ellos, pero al final, todos los alfas estuvieron de acuerdo en quien era la persona más adecuada.

Yu Huitou fue quien habló: ―Yanli será la primera, ella es quien debe ir.

―Abuela.

―Mi abuela tiene razón, A-Jie debe ser la primera.

―A-Cheng, ¿Qué hay de ti?

Jiang Yanli lo sabía, aunque su hermano era una persona que no sabía expresar sus sentimientos tal como deseaba, Jiang Cheng amaba mucho a Wei Wuxian y fue el más preocupado cuando la noticia del ataque al palacio llegó a ellos.

Y aun así, Jiang Cheng prefería que fuera la primera.

―Yo lo veré cuando llegue mi turno. Ve, hace mucho que no lo has visto.

Suibian se acercó a la omega, su voz fue conciliadora:―Vamos, A-Li, aunque esta dormido sé que le alegrara saber que estas aquí.

Jiang Yanli acepto con lágrimas en los ojos, el guardián la abrazó y cuando los ojos de Suibian y Bichen se encontraron, el guardián del Fénix de Jade obtuvo su respuesta.

―Entonces, su Alteza Real, sígame.

Con pasos temerosos la reina de Lanling Jing camino hacia la habitación de su hermano menor, la vista de columpios y el aroma que conocía desde hace mucho tiempo era como un viaje a esos tiempos, cuando su adorado A-Xian solo era un dulce niño sonriente en su inocencia sin saber del horror del mundo en el que vivían.

“―Shijie, mira, conseguí una flor para ti”

Su pequeño A-Xian.

“―Shijie, mira. A-Cheng y yo cazamos un faisán para ti”

Su dulce A-Xian.

“―Shijie, conocí a mi persona destinada”

Su adorado hermano menor.

“―¡Shijie!”

Cuando las puertas se abrieron la imagen de un pequeño y adorable Wei Wuxian que habitaba sus memorias se convirtió en la imagen de un apuesto y durmiente alfa. Era mucho más grande de lo que Jiang Yanli podía recordar de la última vez que lo vio sonreír, sin que la oscuridad que un día lo abrazó estuviera presente.

Wei Wuxian era un hombre grande después de todo, mucho más alto y robusto de lo que un alfa vivo podría ser hoy en día. Sin embargo Jiang Yanli sabía que detrás de esa apariencia intimidante que lo abrazó desde que se volvió el Patriarca Yiling, su adorado A-Xian en realidad era un gigante de corazón noble que solo quería hacer lo mejor para el imperio.

Pero ahora, en esa cama y viendo los vendajes que cubrían su torso hasta el pecho y los brazos, Jiang Yanli no pudo evitar cubrir su boca llena de angustia al percatarse de lo pálido y cansado que se veía en realidad Wei Wuxian.

―A-Xian.

Con su tarea cumplida, Bichen hablo:― Los dejare a solas.

La reina Jin giró sobre sus pies, las hermosas túnicas claras brillaron con las luces de la recamara de la habitación, al igual que la pequeña corona de oro que decoraba su cabello. Y con una linda sonrisa ofreció un asentimiento.

―Muchas gracias por ayudarlo.

―Hmn, no es nada.

Cuando Bichen salió de la habitación, la reina Jin se acercó a la cama.

Con cuidado, Jiang Yanli se sentó a su lado, sus ojos miraron con tristeza lo quieto que se encontraba el emperador, acostado boca arriba con las manos sobre el estómago y el cabello negro como alas de cuervo ondulado extendido sobre la almohada, como olas del mar extendiéndose sobre las aguas.

Esa tranquilidad era tan antinatural, tan preocupante en su A-Xian.

Con gentileza tomó una de las manos de Wei Wuxian entre las suyas, besó los nudillos vendados y llamó suavemente, como si tuviera miedo de asustarlo:―Hola, A-Xian, es Shijie. Estoy aquí, al fin Shijie está aquí.

Desde la primera vez que Jiang Yanli había visto a Wei Wuxian sintió que había algo especial en este niño.

Tal vez fue la voz de la sangre hablándole. Contándole que detrás del sello sobre el aroma del pequeño A-Xian que Suibian había hecho en ese tiempo, había mucho más que la simple esencia y afinidad que había entre sus aromas.

O tal vez era ese curioso color en su mirada, de un brillante gris que podía oscurecerse como el carbón o podía volverse tan claro como una joya de gran calidad.

Sin importar cual fuera, a través de los años Jiang Yanli descubrió cuanto podía amar a este chico sin importar la forma que esta sociedad le había obligado a tomar para sobrevivir.

Y Jiang Yanli lo había descubierto, con el tiempo sus ojos, su corazón y lo que era demasiado obvio le dijeron que este niño y ella compartían la misma sangre, así como Wei Wuxian compartía la misma sangre que Jiang Cheng.

No importaba que aquel sello escondió la verdadera esencia de A-Xian, Jiang Yanli, tan ingenua y tonta, como muchos la consideraron por el simple hecho de ser una omega que gustaba ser y vivir cocinando para sus seres queridos y ferviente amante del amor entre poesía y caracteres, Jiang Yanli lo descubrió.

Pero no le importó, no juzgó.

Simplemente aceptó que en ese mundo cruel donde los matrimonios por amor eran más una leyenda que una realidad, algo como lo que posiblemente hubo entre la madre de Wei Wuxian y su Muqin tal vez no era como A-Xian pensaba.

Jiang Yanli tenía un sueño desde hace mucho tiempo.

Un sueño donde el amable alfa que le había regalado un caballo de madera tallado y una muñeca idéntica a ella aún era nítido en sus memorias. Un sueño bañado en rojo en donde una linda persona tan hermosa como el jade la había abrazado junto a su Muqin mientras celebraban algo.

Jiang Yanli no quería especular sobre dichos recuerdos, pero los retratos que su Muqin había hecho para A-Xian, como un regalo para evitar que olvidara el rostro de su madre y su “padre” le hacía sentir que ese sueño no era una fantasía en realidad.

Jiang Yanli solo pudo entristecerse al pensar que su Muqin había perdido al amor de su vida, y que el fruto de aquel amor era tan idéntico a la única que pudo robar el corazón de la Araña Violeta.

Y ahora este niño que amaba con toda su alma yacía aquí, como una belleza durmiente atrapada en los confines de su propia mente, descansando de la carga que había optado por llevar con el fin de proteger a sus seres amados.

Aquella carga que yacía en una pesada corona de odio que Wei Wuxian había decidido portar sin importarle la sangre que había sobre ella.

―A-Xian, Shijie lamenta no haber venido antes, ¿Sabes? Suibian, Zidian, Sandu y A-Cheng me han contado mucho sobre lo que has hecho para ayudar a las personas. Incluso A-Xuan me ha contado sobre ello. Has sido tan valiente, siempre lo has sido. Pero A-Xian, es hora de que dejes de cargar todo tu solo.

Le dolía ver a su hermano así, le dolía que el orden del mundo no le permitiera hacer más de lo que un omega podía hacer en este mundo.

Porque aun cuando Jin Zixuan le dio poder en Lanling Jin, ese poder se quedaba ahí cuando intentaba salir al mundo y proteger a su hermano con todo lo que tenía. Porque al final, Jiang Yanli solo era ante los ojos del mundo una omega y un omega no podía hacer mucho más en un mundo donde solo los alfas eran tomados enserio.

Naturalmente ella no era un alfa y solo había podido ver a la distancia como Wei Wuxian había sido coronado ante todos como el dragón rojo de Yiling.

Y después de muchos años se siguieron los verdaderos protocolos para un emperador.

El amarillo le fue regalado como el oro y las joyas, los dragones de cinco garras se volvieron algo que solo le pertenecía al Emperador.

Y Wei Wuxian, vestido en dorado como era correcto se había vuelto en el centro del imperio, en el señor del mundo de la cultivación.

El Dragón Amarillo de YuZhong.

―A-Xian, hemos venido a ayudar, ahora que Xue Yang y Su Minshan han sido atrapados podemos iniciar el juicio y demostrar tu inocencia. Aunque ese hombre que se hace pasar por Suibian escapó, sé qué haremos todo para atraparlo y cuando todo termine, podremos volver a estar juntos como la familia que somos.

Jiang Yanli en verdad esperaba que ahora que los guardianes dorados habían sentido la presión del verdadero significado tras la vida de A-Xian, ninguno de ellos se atreviera a dudar para ayudar a capturar a ese perpetrador y terminar con todo esto de una vez por todas.

―A-Xian, sé que aun tienes miedo de descubrir la verdad tras tu concepción y que las palabras de esa mujer aun te hacen daño cuando piensas en ello. Suibian y los aliados aun dicen que te sigues refiriendo a Muqin como tía Yu, así como aun me llamas Shijie.

Jiang Yanli sabía lo difícil que podía ser para Wei Wuxian aceptar la verdad sobre su origen, pero en algún momento, Wei Wuxian debía aceptar la sangre en su interior. Pero sobre todo, debía entender el hecho de que él no era el producto de ningún error como Wang Lingjiao le había dicho ese día antes de iniciar la masacre en el muelle de lotos.

―Pero A-Xian, aunque no sé cómo fueron las cosas, estoy segura de que si te dieras la oportunidad y escucharás la verdad de los labios de Suibian-Shifu, sabrás que no hay nada sucio sobre tu nacimiento. No eres un error, A-Xian, solo eres el hijo de dos personas que no pudieron estar juntas por las absurdas reglas de este mundo.

Jiang Yanli solo podía lamentar lo poco que sabía sobre aquella historia, solo podía desear que su hermano por fin enfrentara la realidad y entendiera que nada de lo que paso esa noche en Lianhua Wu fue su culpa.

Porque había algo más ahí, Jiang Yanli lo sabía.

Había mucho más detrás de lo que paso esa noche, Suibian, Sandu y Zidian actuaban bastante sospechosos al respecto. Y Jiang Yanli no podía más que pensar en cual podría ser el verdadero motivo que llevó a que ese hombre matara a su gente en realidad.

Sin embargo, Jiang Yanli no podía adelantarse, debía ser paciente si deseaba conocer toda la verdad y terminar con esta angustia creada por la ignorancia.

―A-Xian, no sé lo que hay en tu cabeza en estos momentos, pero al igual que cualquier persona en este mundo,  tú también tienes derecho de ser feliz y mereces ser feliz a lado de tu familia. A lado de A-Cheng, de los Wen, tus amigos, tu pequeño y lindo A-Yuan y tu amado Lan Zhan, ¿lo recuerdas? Lan Wangji y A-Yuan están aquí, sanos y a salvo esperando que despiertes.

Las lágrimas se acumularon en sus ojos, su voz se quebró un poco.

―¿Lo recuerdas? Tú, A-Cheng, Chenqing y Shijie. Nosotros cuatro debemos seguir juntos, A-Xian.

Sus ojos miraron al durmiente Wei Wuxian, el temor brillo en su corazón y las flores de loto se extendieron junto a las lilas gardenias. Abrazando gentilmente al niño que había mirado crecer con orgullo.

Su pequeño y adorable dragón que amaba darle flores de loto y hablaba con el cielo, los ríos, la tierra y las montañas igual que Muqin.

―Por eso A-Xian, debes dar todo de ti y recuperarte. Jiejie y A-Cheng nunca más te dejarán solo, tampoco tu pequeño A-Yuan y tu amado Lan Wangji. Menos el adorable Chenqing, todos estamos aquí. Así que por favor, despierta, despierta y vuelve con nosotros, A-Xian.

Si la Reina Jin estaba llorando con las manos del emperador entre las suyas, solo ella lo supo.

 

 

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Cuando Bichen salió de la Cueva del Demonio, tanto las Aves Rapaces de Gusu Lan como Baxia y Suihua se miraron entre ellos considerando que si Suibian no quería hablar, debían intentarlo con Bichen. Él era el único que tal vez si quería escucharlos.

Como el mayor entre ellos, Shuoyue se encaminó hacia el albino, su cabello negro brilló con las linternas al igual que sus túnicas y su voz fue seria.

―Bichen.

Con una vista cansada Bichen miró al mayor. Sus ojos azules se veían algo opacos, la preocupación adueñándose de su mirada lastimó a Shuoyue. No le gustaba ver a su pequeño Shidi así, pero era necesario hablar.

―Shixiong.

―Bichen, tenemos que hablar de algo muy importante contigo.

―Hmn, está bien. Yo… síganme.

Los guardianes se miraron entre ellos, los hermanos Zhen no pudieron evitar sentir que aquí había algo muy extraño. Sin embargo, cada uno de ellos les siguió a un edificio que estaba bastante lejos de la habitación del emperador.

Bichen les dio el pase cordialmente, cerró la puerta, colocó una matriz anti sonido y les ofreció asiento.

―Adelante, ¿de que querían hablar?

―Bichen, cuando nos enteramos del ataque no podíamos creer lo que escuchamos, aun así partimos aquí con el deseo de ayudar. Nuestros núcleos son saludables como sabrás, nuestra energía nunca ha fallado.  Aun así durante nuestro viaje a Yiling, tanto los hermanos Jiang, mi rey y Qiren como nosotros sentimos que había algo mal.

―¿Qué era?

―Una matriz. La matriz que se activó hace doscientos años, bloqueó nuestras energías y permitió que la Masacre de Cang Qiong se ejecutara.  

Los puños de Bichen se apretaron con fuerza, no pudo evitar tensarse.

―Bichen, cuando veníamos hacia acá… la matriz maldita que se activó hace doscientos años en la Masacre de Cang Qiong e incluso atrapó en un domo de energía a la Capital Celestial fue la que detuvo nuestro camino.

El temor se apoderó de Bichen sin que pudiera hacer más que mirar hacia la ventana en donde la luna brillaba con una aura fantasmal.

Hacia doscientos años atrás, la razón por la que ellos no habían podido defender con su energía dorada a Cang Qiong y el mismo emperador de los cielos o incluso Lluvia Carmesí no pudieron ayudar, fue por una matriz de origen desconocido que se posó sobre los cielos y limitó la interferencia de los inmortales dorados, los cultivadores y los cielos mismos.

Al inicio, cuando aquella matriz se posiciono sobre el cielo, Bichen pudo ver el símbolo de un sol y diversos patrones se extendió por Cang Qiong.

Hasta que Suibian se lanzó contra Wen Mao y una aura tan brillante como el oro no solo cubrió a Wen Mao, sino que lo protegió de la espada que estuvo a punto de atravesar su corazón y mando lejos a Suibian, quien choco contra uno de los muros del Salón de Qiong Ding.

Bichen se giró hacia los inmortales, sus ojos se encontraron con Suihua y preguntó con un ceño fruncido:―¿Cómo se veía?

―Era el mismo patrón, los mismos símbolos y sobre todo, presentamos los mismos síntomas que esa vez.

―Pero lo más extraño no fue la matriz, sino la reacción de la Montaña que Toca el Cielo.

El ceño de Bichen se endureció:―¿Qué fue lo que pasó con esa montaña?

―La montaña formó una serie de nubes extrañas, se cargó de energía y quebró la matriz.

―¿Qué estás diciendo?

―Y es posible que tanto el terremoto como esa reacción… hayan sido producidos por la Voz del Emperador.

Todo lo que Bichen había sentido, oído y sentido en todo ese tiempo relacionado con Wei Wuxian le hizo temer por el futuro del YuZhong.

Del mundo entero.

―Deben irse y prepararse para lo que viene.

―Bichen.

―Hablo en serio. Todos sabemos que Taizi Dianxia no está muy contento con lo que está pasando. Es probable que mande a alguien del mismo cielo o…

O que viniera el mismo en persona junto a Lluvia Carmesí.

Que harían en realidad era algo que Bichen no sabía, pero si sabía que no era nada bueno que sus antiguos compañeros estuvieran aquí.

Tenían que proteger a todos.

Tenían que proteger al imperio y prepararse para lo que pasara.

Si esas palabras eran ciertas…

No, si había mucho más en Wei Wuxian de lo que ya había visto y sentido, de todo lo que Chenqing le había dicho tenían que prepararse para lo que eso podía significar.

Había llegado la hora de que los guardianes dorados de YuZhong por fin sirvieran al Emperador.

Pero sobre todo, debían encontrar una manera de evitar otra guerra.

Si es que aún había una oportunidad.

―Necesito que regresen a los cuatro reinos, que preparen a la gente. Necesitaremos preparar los refugios, enlistar a los cultivadores que tenemos disponibles. También debemos proteger los registros históricos, los tesoros y recopilar las armas sagradas. Cuando las tengan listas vuelvan a Yiling Wei.

―Bichen, el Emperador Wuxian… tiene sangre de XianLe, ¿no es así?

Los ojos azules de Bichen miraron con sorpresa a Shuoyue.

―Shuoyue… ¿Qué quieres decir?

―Durante años me he preguntado qué fue lo que pasó en realidad en este mundo. He cargado con la culpa de llevar a mi maestro ante un demonio y permitir que esa misma bestia entrara en nuestra secta. Y a la vez, durante años he intentado comprender que llevó a Tianzi Dianxia a tomar un trono que rechazó durante dos siglos.

El mayor suspiró con cansancio.

―Pero sobre todo, he intentado entender porque este niño, Wei Wuxian vino a este mundo y fue el único digno del trono del Hijo del Cielo.

Baxia decidió ser más directa: ―¿Por qué seguimos fingiendo que no sabemos que hay algo muy extraño con el nacimiento de Wei Wuxian?

―Baxia―llamó Liebing.

―Es verdad, desde que apareció Cangse Sanren había cosas muy extrañas sobre su origen.

El problema no eran las túnicas rojas, ni siquiera los malditos artículos de plata y su obsesión con las mariposas.

El verdadero problema fue lo rápido que esta buscó a Suibian y como este comenzó a protegerla llevándola con los prometidos Jiang a Yunmeng Jiang y lo fácil que le dio alojamiento y protección.

Suibian sabía algo sobre ella y era claro con la coronación de Wei Wuxian y la herencia de ese palacio, que Taizi Dianxia cuidó celosamente sin dejar que nadie se apropiara de él hasta que llegó Wei Wuxian, fue más que obvio algo en particular.

―Ese chico… Wei Wuxian es el Hijo del Cielo, ¿no es así?

El silencio se apoderó de la habitación, los guardianes no pudieron evitar la sensación de culpa al recordar aquella espera que poco a poco parecía tan lejana.

Hasta que Wei Wuxian utilizó el poder de la voz y todos supieron que ese niño no era normal cuando el Emperador de los Cielos bajó en persona y le dio su bendición como emperador.

Como si fuera el único digno de dicho trono.

Bichen no sabía que decir.

Aun había muchas cosas de lo que habló con Chenqing que le hacían dudar sobre lo verdadero o falso que podía ser. Después de todo, el comportamiento de Chenqing cuando comenzaron a hablar sobre el tema fue bastante sospechoso, como su reacción cuando le preguntó sobre su verdadera identidad.

Ahora Bichen no sabía si Chenqing en realidad era confiable.  

―Independientemente de si tiene sangre de XianLe o no, tenemos que ponernos a trabajar. El emperador debe despertar y debemos apresurarnos a hacer los contratos. Nuestro deber es servirlo, no podemos seguir de esta manera.

Bichen no sabía que decir, había muchas cosas que aún no entendía.

―¿Cómo Suibian nos ocultó esto?

―Es la verdad. Ese tonto de Suibian ha callado por mucho tiempo, pero todos lo sabemos, más ustedes dos―Baxia señaló a los guardianes gemelos de Yunmeng Jiang.―Ustedes vivieron muchos años con Suibian, saben que oculta algo y no me refiero a su sangre como demonio celestial.

Zidian contestó sin interés:― Aun cuando sabemos que ese tipo esconde algo eso no significa que nosotros sepamos que esconde. Suibian siempre ha sido así con temas que considera delicados y ustedes lo saben muy bien.

 ―Tal vez, pero esconder algo ahora no nos está ayudando. Tú, Zidian, eres su mejor amigo, ¿Por qué no sabes nada? O mejor dicho, ¿Por qué no nos dices la verdad que conoces?

―¿Qué hay de ti, Baxia? Tú también eres su amiga, no soy el único que sabe cosas de él. ¿Por qué me señalas a mí?

―Porque casualmente el único al que contactó después de años desaparecido fuiste tu.

El ambiente se volvió más tenso que antes, los ojos purpura miraron con seriedad a Baxia.

Wang-Ji fue quien preguntó lo que ellos deseaban saber:―­Solo dinos la verdad, Su Alteza Imperial fue el demonio celestial que peleo contra los demonios Zhuliu y Jiangzai y le arrancó el brazo a Wen Mao incrustándole sus parásitos de sangre, ¿no es así?

―¿Ah? Sí, ¿y qué?

―¿Entonces eso significa que sabes que está ocultando?

―¿Qué demonios piensas que soy para que ese tipo me diga todo lo que hay en su cabeza? ¿Su maldita concubina? Si ese tipo no le dijo nada bichen, ¿Por qué me lo diría a mí?

―Zidian, ¿tú sabías que Suibian planeó ese enfrentamiento contra Wen Mao desde el comienzo? ¿Tú sabes donde se ocultó esos 50 años?

―¿Y que si lo sabía?

Y Baxia frunció el ceño: ―¡¿Por qué demonios no dijiste nada?!

Bichen tuvo suficiente con eso.

―¡Basta! ¡¿Qué no entienden lo que está pasando?! Esto es lo que esa persona o eso que está haciendo todo esto quiere que hagamos. Pelearnos y separarnos no nos ayudará en nada. ¡El futuro del mundo está en juego! Tienen que concentrarse y tenemos que trabajar juntos para conseguir proteger a YuZhong.

Liebing no pudo evitar preguntar:―Bichen, ¿tú también lo sabías?

―Lo acabo de descubrir no hace mucho, unos días, el mismo Suibian me lo contó. Listo, ahora que eso quedo aclarado debemos de trabajar. Si queremos ayudar al emperador, debemos encontrar una manera de calmar la furia de su Gracia Celestial y debemos atrapar a ese demonio antes de que esta guerra estalle.

―¿Qué hay de la matriz?

―Eso debemos hablarlo con Suibian. Pero lo haremos cuando tengamos todo listo. Por ahora vuelvan a sus reinos, preparen a todos. No solo cultivadores, también civiles, debemos poner a salvo a las personas que no pueden pelear. Cuando todo esté listo regresen y entonces hablaremos con Suibian.

Los guardianes se miraron entre ellos, sabían que las palabras de Bichen eran ciertas, no sabían lo que la furia de Taizi Dianxia por lo sucedido podría hacer y solo les quedaba prepararse para lo peor.

―Lo haremos, pero si algo pasa llámanos de inmediato.

―Hmn.

Cuando Bichen se quedó solo en aquella habitación solo pudo pensar en las palabras de Chenqing, en su sospechosa actitud y como había movido cada palabra para hablarle de algo que hacía que Bichen solo pudiera pensar con temor sobre ello.

¿Quién era Chenqing?

¿Quién era Wei Wuxian?

¿Quién era ese impostor?

Para su desgracia, Bichen no tenía ante él ninguna de aquellas respuestas y solo quedaba una cosa.

Esperar el momento en que todo por fin se revelara.

 

 

 

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Wen Qing no entendía lo que había pasado.

―Disculpe, Su Majestad. ¿Esta doctora podría pedirle que repita su pregunta?

Jiang Wanyin presionó sus puños, buscando concentrar lo suficiente sus feromonas para evitar que sus verdaderos sentimientos fueran expuestos vergonzosamente.

Un rey debe ser cortés sin importar cuan pesados sean sus sentimientos. Las lecciones de su madre volvieron a su mente. Jiang Wanyin volvió a la imagen correcta del rey que sus padres y guardianes habían criado y habló.

―Pregunté si podría hacerme cargo de los cuidados del emperador desde esta noche.

―Oh.

Esto era muy vergonzoso. Tanto que podría morir.

 Pero ya no podía seguir con esa estúpida farsa que Wei Wuxian y él habían maquilado durante cuatro años.

Les había prometido a sus padres que protegería a Wei Wuxian.

Era hora de cumplir con esa promesa como era correcto.

―La doctora Wen sabe más que este rey sobre el tema, incluso su Majestad imperial lo hace. Pero ahora como están las cosas usted debe estar muy cansada. Permítame ayudar con esto. Después de todo, su Majestad Imperial es mi hermano mayor.

Wen Ning y Wen Qing se miraron el uno al otro.

Durante cuatro años Wen Qing vio con desaprobación aquel plan de Wei Wuxian para proteger a sus hermanos. Pero el recordar que el plan de Wei Wuxian nació tras los comentarios malintencionados sobre una supuesta relación ilícita entre él y Jiang Yanli, Wen Qing ya no dijo nada.

 Pero ahora Wen Qing tampoco podía decir nada ante el comportamiento de Jiang Wanyin.

―Su Majestad no tiene que preocuparse por mí. Cuidar del emperador es mi deber. Usted es quien debería descansar, ha sido un día difícil y-

―Se lo pido, por favor.

Wen Qing calló.

―Por favor, permítame cuidar de él esta noche… estos días. Después de todo, su celo está por comenzar, su Alteza Imperial y él están juntos, pero tengo entendido que él tampoco esta en buenas condiciones. Ambos necesitan descansar y no pueden cuidarse mutuamente durante su celo. Déjeme cuidar de Wei Wuxian por esta vez.

Era cierto, el celo de Wei Wuxian estaba por comenzar al igual que el celo de Lan Wangji. Pero ninguno de los dos estaba en condiciones para cuidar del otro y Wen Qing tampoco creía que la mente de Lan Wangji estuviera lista para exponerse a las feromonas de Wei Wuxian en momentos como esos.

―Él no es bueno pasando sus calores solo… y es doloroso. Necesitará ser cuidado esos días más que nunca.

Jiang Wanyin apretó sus puños con fuerza.

Nunca fue bueno expresando sus sentimientos, no como Wei Ying.

Pero…

―Por favor.

La doctora soltó un suspiro cansado. Si era sincera ella también estaba muy preocupada por ese niño.

No importaba cuanto lo regañara, en realidad quería mucho a ese muchacho. La sola imagen de Wei Wuxian tendido en el suelo en un charco de sangre aun calaba duramente contra su corazón.

Debió ser más considerada con él, debió tratarlo mejor.

Debió ser una mejor hermana para él.

Y por ello entendía los sentimientos de Jiang Wanyin, porque ambos se sentían igual.

―Está bien.

La mirada de Jiang Wanyin se llenó de esperanza.

La doctora Wen se sentó frente a su escritorio, escribió algunas instrucciones sobre los medicamentos del emperador como ciertos cuidados y le dio aquella nota a Jiang Wanyin.

―Aunque sé que está familiarizado con el celo del emperador puse sus síntomas regulares actuales por si algo cambió de la última vez que lo cuidó. Ahí también están los medicamentos que necesitara y como debe tomarlos. Confiaré en el Rey Jiang el cuidado de su Majestad.

―Gracias, Doctora Wen.

―Hmn.

Y sin más, Jiang Wanyin partió a la Cueva del Demonio.

Jiang Wanyin se sentía impotente.

Aun cuando la doctora Wen había dicho que Wei Wuxian ya estaba estable y le había dado una habitación como a su hermana y abuela el simplemente no podía dormir.

inquieto caminó como una bestia enjaulada hasta que no pudo más que salir, buscar a la doctora Wen y pedirle aquel egoísta deseo.

Porque quería cuidar a Wei Wuxian.

Porque deseaba quedarse a su lado y dormir sosteniendo su mano.

Como cuando eran niños y tenía una pesadilla, cuando sabía que Wei Wuxian le recibiría con los brazos abiertos y todo estaría bien mientras su hermano lo perfumaba melosamente.

Alguna vez, cuando habían hecho esa estúpida pelea fingida para que la gente creyera que los orgullos de Yunmeng Jiang se habían separado, le dijo a Wei Wuxian que si seguía ese camino obstinado de convertirse en el emperador, la desgracia y la furia del mundo caería sobre él.

Porque la gente no era como Wei Wuxian.

Los humanos era crueles y desagradecidos, arrogantes y estúpidos.

Aun cuando tuvieran sobre la cima de ese trono a un buen hombre que buscaba ingenuamente la paz para todos, aquellos miserables olvidarían sus hazañas en la guerra, levantarían sus espadas y se lanzarían contra Wei Wuxian, como si este fuera el peor villano del mundo.

Jiang Cheng lo sabía, su hermano mayor era inteligente, audaz, astuto como un zorro que no caería fácilmente ante las trampas de los traidores, pero su noble corazón que se preocupaba por personas que a veces no merecían esa bondad, podrían traicionarlo, podrían acabarlo.

Podría llevarlo a la muerte.

El problema de Jiang Wanyin nunca fueron los Wen que Wei Wuxian quería salvar o su preocupación por el imperio. Su problema era que esa maldita corona le había dado muchos problemas a Wei Wuxian.

Y sobre todo su amor por Lan Wangji.

Jiang Wanyin tenía sentimientos encontrados hacia Lan Wangji.

El omega con el que su hermano se obsesionó y por él que supuestamente quemaron Lianhua Wu, Wei Wuxian fue arrojado a los Túmulos Funerarios y comenzó a cultivar ese infernal camino demoniaco, que solo lo estaba dañando para mantener a salvo a estas personas y su posición como emperador.

Pero lo que le molestaba de verdad a Jiang Wanyin sobre Lan Wangji no era que pensara que por su culpa destruyeron su hogar, asesinaron a su gente, deshonraron a sus padres y convirtieron a Wei Wuxian en ese temible ser que era el Patriarca Yiling.

Lo que en verdad le molestaba era que este tipo no recordaba ni siquiera quien era su marido.

No recordaba al niño que había hecho de su tonta e ingenua promesa de matrimonio su mayor meta.

No recordaba al muchacho que se esforzó tanto en volverse en un gran cultivador, solo para ser ignorado con indiferencia ese día que llevó su rollo de cortejo. Tan solo para que este omega pasara a su lado como si no fuera nada, dejándolo con el corazón roto al sentirse tan insignificante para ser olvidado tan pronto.

No recordaba al mismo que lo salvo de las garras de los Wen y aquel que solo se volvió emperador tan solo para poder proteger a sus personas amadas, incluyéndolo a él como máxima prioridad.

Y mucho menos recordaba que si Wei Wuxian se había metido en problemas con Gusu Lan, de forma muy estúpida al declarar que se casaría con este omega en una boda demasiado llamativa, que pudo poner su vida en riesgo al meter en su casa a la familia de nacimiento de este omega.

Peor.

¡Su vida claramente peligraba en las manos de este omega!

Jiang Wanyin podía ser muchas cosas, pero no era un estúpido.

Había visto las marcas en el cuello de su hermano esa noche que se encontraron en Yiling con la Campaña de Supervisión de Yiling.

Ese día Jiang Wanyin había tomado ese camino a propósito con la esperanza de poder ver a Wei Wuxian y Nie Huaisang y saber que ese omega no había causado molestias a la pareja.

Vaya sorpresa que se encontró cuando no solo vio a esos dos juntos, sino que también vio el cuello de Wei Wuxian decorado sospechosamente por una serie de líneas y uno que otro vendaje.

Con solo un vistazo, Jiang Wanyin supo que esas marcas no eran algo hecho por accidente, la presión para que cada línea fuera uniforme era una clara muestra de un intento de asesinato que no había pasado hace mucho por el color de las mismas y el vendajes sobre las glándulas aromáticas de Wei Wuxian.

Wei Wuxian no era un maldito debilucho para permitir que cualquier tipo llegara un día e intentara arrancarle la cabeza con ese tipo de arma. Ese tipo que podía ser tan pesado como una montaña tambien podía tirar un árbol con solo sus manos y destrozar a alguien tan pequeño y frágil como ese omega con solo la presión de sus brazos y pecho.

Además, su hermano conocía muy bien a su gente para no ser tan ingenuo y llevar el peligro a su hogar de forma tonta.

Pero sobre todo, en Yiling Wei era raro que alguien tocara guqin.

Y si se hablaba de un músico de guqin que recientemente se había mudado a Yiling Wei, no era esa persona otro más que Lan Wangji.

¡Esas marcas habían sido hechas por ese omega obviamente!

Ese omega no solo era muy cruel al atreverse a olvidar a Wei Wuxian, sino que también había tenido el descaro de intentar matarlo.

Con aquella información procesada en su cabeza y todas las memorias de aquellas veces en las que sintió que Wei Wuxian realmente había muerto, Jiang Wanyin no pudo más que explotar aquella noche, completamente enfurecido con ese omega por su absurdo atrevimiento. Dejándose llevar por esa puesta en escena y su molestia contra el omega que quería enfrentar para demostrarle que Wei Wuxian no estaba solo.

Pero ese mocoso atrevido se puso en el camino de Jiang Wanyin, quien consideró que si no se quitaba por las buenas lo quitaría por las malas. No esperó que Suibian se metiera en el camino y recibiendo el golpe del látigo Zi-Dian lo reprendiera tanto con sus palabras como sus pensamientos.

“―Si intentas lastimar a Lan Wangji, Wei Wuxian nunca te lo perdonará”

Jiang Wanyin no pudo más que enojarse aún más.

No importaba cuanto lo pensara, no había razón alguna para que ese omega pudiera intentar matar a Wei Wuxian y Jiang Wanyin lo creyera justo.

Si ese omega intentara justificarse diciendo que Wei Wuxian intentó abusar de él, obviamente Jiang Wanyin no le creería.

Wei Wuxian podría ser muchas cosas, pero Wei Wuxian, quien había creído aferrándose fuertemente a las enseñanzas de Meishan Yu y su Muqin preferiría castrarse antes de lastimar un solo cabello de una persona en ese sentido.

Wei Wuxian jamás tocaría a alguien sin su consentimiento, mucho menos le haría algo así al tipo que amaba desde los seis años de edad.

Pero ese hombre con el que compartió casa, abrigo, alimento y aun compartía sangre no era el malnacido acosador, abusador ni violador de omegas que el estúpido imperio había inventado en sus rumores.

Y Jiang Wanyin enfureció.

Con ese omega por lastimar al tonto de Wei Wuxian, con eso tontos cultivadores, médicos y sirvientes que no habían hecho bien su trabajo de proteger a Wei Wuxian y seguían tratando tan amablemente al tipo que atentó contra su Señor.

Con Suibian por no respetar su acuerdo de proteger a Wei Wuxian en su lugar cuando Wei Wuxian desertó de Yunmeng Jiang, Suibian le pidió que le permitiera cuidar al alfa y Jiang Wanyin aceptó su renuncia con la única condición de que no dejara a su tonto hermano solo ahora que era el objetivo de muchos.

Pero sobre todo con Wei Wuxian y su ingenuidad.

Jiang Wanyin siempre supo que Lan Wangji tenía un cierto poder especial para hacer que Wei Wuxian se volviera… más confiado de lo normal. Posiblemente ese tonto había ido a esa habitación con el deseo de ver si Lan Wangji milagrosamente lo reconocía y todos sus sueños se hacían realidad.

¡Mocoso estúpido e ingenuo!

¡¿Acaso no había aprendido que jamás hay que bajar la guardia con el enemigo?!

Incluso si Lan Wangji era un omega, ese omega aún era un cultivador y la principal víctima de su estúpido plan de matrimonio que obviamente no iniciaría bien.

¡¿Cómo fue tan ingenuo para no ver eso venir?!

Y Jiang Wanyin quiso ver el rostro del omega que se atrevió a lastimar a Wei Wuxian, quiso un enfrentamiento limpio. Pero este tonto Wei Wuxian se interpuso en su camino, Suibian hizo lo mismo, terminaron peleando y Jiang Wanyin regreso a casa muy molesto.

Tonto Wei Wuxian.

Sin embargo, cuando le contó a su hermana sobre lo que pasó, quien termino reprendido fue él.

“―A-Cheng, ¿Cómo pudiste ser tan grosero frente a Hanguang-Jun? A-Xian no hizo las cosas bien y era natural que estuviera asustado. Pero ahora todo está bien, ambos hicieron las paces y tú y A-Xian también deben hacer lo mismo”

Y cuando el informe mensual de Suibian llegó con Zidian, después de que los guardianes se encontraran tras el regreso de la Campaña de Revisión, Jiang Wanyin tuvo las cosas claras.

No odiaba a Lan Wangji, pero tampoco creía que alguien que pudiera olvidar tan fácilmente promesas tan sagradas como esas, fuera digno de estar con alguien a quien ya había lastimado tanto.

Sin embargo, el reporte de Zidian fue claro.

“―Zewu-Jun ha traicionado a los ancianos de su clan, el Halcón Sonriente le ha ayudado en ello y tomaron el poder de Gusu Lan bajo el mando de Lan Wangji. Su Alteza Imperial ha tomado el mando de las acciones de Gusu Lan y ha iniciado la búsqueda exhaustiva del asesino de Lycoris Radiata como la investigación del asesinato de los Jin”

Ese omega.

“―Lan Wangji ha comenzado a cuidar a Wei Wuxian, al parecer hay una serie de recetas medicinales de Caiyi que podrían ayudarlo, Lan Wangji ahora es quien cocina sus comidas. No debe preocuparse, el mismo Suibian quien me contó de ello lo ha enfrentado y el omega aceptó que desea quedarse como el esposo de Wei Wuxian y ayudarlo a descubrir la verdad”

Ese extraño omega.

“―Su Alteza Imperial ha declarado sus sentimientos a Wei Wuxian, ahora están juntos formalmente. Lan Wangji se ha deshecho de ese omega que acosaba sexualmente a Wei Wuxian. Aunque no ha sido castigado por su intento atroz, Wei Wuxian y Lan Wangji lo han mandado al campo para trabajos forzosos en los cultivos”

¿Realmente podía confiar en él?

Jiang Wanyin no sabía si Wei Wuxian y Lan Wangji realmente se habían apareado o esperarían un poco para el bien del corazón de Lan Wangji, una parte egoísta y estúpida de Jiang Wanyin tenía miedo de que ese omega volviera actuar en contra de Wei Wuxian.

Pero por otro lado simplemente se sentía desplazado.

Siempre que se trataba de Lan Wangji su tonto hermano mayor perdía la cabeza ignorándolo en el proceso.

No era como si quisiera apartar a Wei Wuxian solo para él, ya no era un niño estúpido para desear hacer eso y había entendido que no era un sentimiento correcto.

Pero eso no significaba que no extrañaba los viejos tiempos.

Tan pronto como los guardias de la Cueva del Demonio le vieron Jiang Wanyin mostró el permiso de la doctora Wen. Las puertas fueron abiertas dándole paso a Sandu Shengshou y se cerraron dejándolo en completo silencio.

Jiang Wanyin no pudo evitar sentirse nervioso, era la primera vez que estaba en la habitación actual de Wei Wuxian.

La habitación era más grande de lo que le gustaba a Wei Wuxian, eso era seguro. Cualquiera consideraría que tenía más las dimensiones de una pequeña casa que una simple habitación.

Había una sala de té, un pequeño estudio con varios libros; posiblemente una especie de oficina donde Wei Wuxian llevaba las cuentas y registros importantes. También había varios libreros en donde libros infantiles se mezclaban con política y uno que otro peluche. Era claro por el aroma y los juguetes por doquier que ese cachorro, A-Yuan dormía aquí también.

Y ahí, en el fondo de la habitación estaba una gran cama de dosel de madera finamente tallado con varias flores de loto.

Y sobre ella, vestido con túnicas blancas cubierto con las sábanas estaba su hermano mayor.

El ambiente era extraño para Jiang Cheng.

Tanto silencio, tan sombrío.

Era pesado.

Un Wei Wuxian silencioso no era agradable.

Dolía demasiado.

Igual que aquella vez cuando regresó a su vida como el Yiling Laozu y por fin accedió a dormir en su tienda.

Aunque el dosel de la cama era bonito, Jiang Cheng sentía que si tuviera osos, caballos y dragones se vería aún mejor.

A Wei Ying siempre le gustaron mucho los osos. Igual que cualquier Yu tenía el talento para agradarle a las bestias, incluso si los animales pequeños le tenían algo de miedo, las bestias grandes lo adoraban.

Jiang Wanyin prestó atención al tamaño de la cama. Bastante grande para que entraran tres personas.

Jiang Wanyin no pudo evitar molestarse.

¡Era obvio con que intenciones el carpintero hizo esa cama tan grande!

Que carpintero más descarado. Dejando claro su deseo porque su emperador se casara en algún momento y durmiera con su pareja aquí.

Pero no podía culpar a un Yu por algo que era natural entre los Yu. Después de todo, fue su misma abuela la que se encargó de mandar a varios carpinteros y artesanos a hacer los muebles que ahora decoraban la habitación de Wei Wuxian.

Al menos Wei Wuxian estaba más en el fondo de la cama, dejando un espacio en donde Jiang Wanyin decidió sentarse.

Con una mirada seria Jiang Wanyin posó sus ojos sobre Wei Wuxian.

Ese tipo siempre había sido muy guapo. Suibian decía que se parecía por completo a Cangse Sanren. Jiang Cheng creía que eso no era del todo cierto.

Wei Wuxian tenía la nariz de su Muqin, respingada y elegante. La forma y el grosor de sus cejas, hermosas y desafiantes. La mirada de Yu Ziyuan cuando se enojaba o esa sonrisa y mirada maliciosa de su Muqin cuando estaba de buen humor para una broma.  Su gusto por girar ese dizi suyo que descansaba sobre el mueble a lado de la cama al igual que Muqin.

Incluso ese aspecto tranquilo que ahora tenía le recordaba mucho a su madre.

Sus dedos pasaron por el cabello de Wei Wuxian, se había ondulado un poco. Seguramente por el ambiente. Como cuando era el Patriarca Yiling. Sorprendentemente sus dedos pudieron pasar por las hebras sin enredarse en un solo momento, hasta que llegó al final.

Peinándolo buscando que aquellas ondas se definieran mejor declaró:―Tu cabello es un desastre.

Pero nadie le contestó.

―Realmente quien te vistió de blanco no supo lo que te gusta. Cuando despiertes no podrás jugar, así que abstente de quejarte como un niño por ello.

Nadie le respondió.

Por un momento Jiang Wanyin se quedó en silencio, únicamente peinando los cabellos de Wei Wuxian. El cabello suelto era normal en Wei Wuxian, pero el hecho de que no hubiera nada más le disgustó.

Con un ceño fruncido Jiang Wanyin comenzó a formar trenzas. No tenía cuentas pero podía hacerlas así por el momento. Cuando terminara le colocaría esa bonita cinta roja con una pieza de metal que siempre usaba. La misma cinta que fue un obsequio de Cangse Sanren.

Cuando hizo las suficientes trenzas se sintió satisfecho con su trabajo, atando la cinta en la muñeca derecha de Wei Wuxian y posó esa mano sobre su corazón.

Sí, a Wei Wuxian le gustaría terminar el peinado el mismo. Descubrir que su cinta roja estaba cerca de su corazón le agradaría.

Entonces sus ojos le miraron seriamente.

―Si despiertas pronto te regalaré un oso.

Ninguna respuesta.

―Un oso, un tigre, una pantera. Todas las bestias que quieras serán tuyas.

―…

―Pero tendrás que aceptar por fin el trono de Meishan Yu para que no asustes a nadie. Después de todo, el Señor de las Bestias puede tener todas las que quiera.

―…

―También tendrás que aceptar tu apellido tal como Muqin siempre quiso que fuera, la abuela tiene todo listo. Suibian aun protege los documentos y la cámara de memoria en donde Muqin te acepta como su primer hijo alfa. Así que deberás despertar pronto y aceptar que eres un Yu.

―…

―Haremos una gran ceremonia frente a los ancestros. A-Jie y yo estaremos contigo. Deberá ser en el Templo del Bosque Profundo. Siempre te gustó mucho ese templo… La abuela mandará a hacer las túnicas que te corresponden.

―…

―Yo…

Hablar era cada vez más difícil, más cuando no recibía las mil y un respuestas que ese tipo podría darle.

De sus túnicas sacó un pañuelo. Lo extendió lentamente y de él sacó un tótem de plata en forma de oso. Los detalles característicos de Meishan Yu destacaban sobre este al igual que la piedra violeta que decoraba el pecho del oso.

―Hace mucho tiempo lo único que pude encontrar de ti fue esto. En ese tiempo el Lama hizo una ceremonia para Muqin y nuestras Tías. Pensaban que estabas muerto así que pusieron esto sobre las pieles de tus viejas mascotas muertas, tus túnicas y demás. Debian quemarlo para que pudieran acompañarte en tu viaje al ciclo de reencarnación.

Sus ojos pasaron al durmiente Wei Wuxian, sus dedos desenredaron la cuerda del tótem lentamente.

―Pero algo dentro de mí me hizo tomarlo, algo que sabía que no estabas muerto. Cuando nos reencontramos me pediste que lo cuidara por ti, nadie podía verlo. Nadie debía saber que eras un Yu y desde hace cinco años lo he estado cuidando.

Jiang Wanyin estiró la cuerda, levantó un poco la cabeza de Wei Wuxian y le colocó aquel tótem, pasando la cuerda detrás de su cabello Jiang Wanyin devolvió la cabeza de Wei Wuxian a la almohada, acomodó algunos de sus cabellos. Y dejó que aquel tótem descansara orgullosamente sobre el pecho del emperador, justo por encima del Jade Limitante que Suibian le había dado. Aquel que evitaba que el resentimiento controlara la mente de Wei Wuxian.

―Pero creo que ahora podrías olvidarte un poco de tu miedo sobre tu origen y cuidar de él como desde el día en que Muqin te lo dio. Ella estaría muy feliz si pudieras darte una oportunidad de escuchar su historia y entender que no eres ningún error. 

Jiang Wanyin se quitó las botas, las capas superiores de su ropa desaparecieron. La corona de plata fue colocada cuidadosamente sobre una mesa, a lado de la corona negra de Wei Wuxian.

Y sin más Jiang Wanyin entró en la cama a lado de Wei Wuxian.

El silencio no era agradable, nunca le había gustado después de que Wei Wuxian entrara a su vida.

La nariz de Jiang Wanyin olfateó el aroma de Wei Wuxian. El muelle de lotos estaba en paz.

En algún momento las flores se cerraron en angustia y las cejas de Wei Wuxian se fruncieron hasta que las raíces de los cedros se unieron al agar y las especias, la verbena se mezcló con las flores y el limón apaciguó las aguas del hombre que dejó de fruncir el ceño, descansado tranquilamente.

Las mejillas de Jiang Wanyin se habían sonrojado con violencia, era demasiado vergonzoso perfumarse siendo adultos. Siempre lo había pensado y siempre se quejó cuando Wei Wuxian tenía el descaro de olfatearlo en medio del bosque cercano a su campamento.

Pero ahora las cosas eran diferentes.

Si Wei Wuxian no estaba despierto no era humillante o vergonzoso, si Wei Wuxian seguía durmiendo de esa manera Jiang Wanyin no tenía problema de dormir juntos y protegerlo de los sueños que le atacaran.

Tal como en el pasado.

Tal como cuando eran niños y leían juntos historias hasta caer dormidos.

La manos de Jiang Wanyin buscó la muñeca de Wei Wuxian, revisando sus meridianos con seriedad. Su ceño se frunció, sin dudar su mano entrelazó sus dedos con los del alfa dominante.

Y Jiang Wanyin comenzó a proporcionar energía.

―Debes despertar. A-Jie, los Wen, tus amigos, tu hijo… Lan Wangji. Todos ellos están esperando pacientemente el momento en que despiertes y sigas siendo ese mocoso escandaloso de siempre. Todos te esperan… Y yo también.

Si Jiang Wanyin deseaba que a la mañana siguiente ese tipo lo avergonzara abrazándolo como saludo de buenos días, nadie más debía saberlo.

Solo él y su energía.

―Solo despierta, tonto gege. Despierta y vuelve a sonreír como siempre.

Y Jiang Wanyin se quedó ahí entregándole su energía dorada mientras las flores dormían.

El sol de Wei Wuxian no se apagaría.

Y él se encargaría de eso.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

 

Suibian se sentía cansado.

Mental y físicamente.

Pero debía seguir trabajando.

―Necesito que hablemos.

Caminar hacia la oficina de Wen Qing no se sintió tan pesado como cuando esta colocó una matriz anti sonido en la habitación.

Por un momento lo único que pudo ver de la mujer fue su espalda, en comparación con Suibian esa omega era pequeña. Aun había muchas cosas que le llevaban a preguntarse porque confiaba en ella, hoy en día Suibian no tenía una respuesta para eso.

Pero si sabía que era en la única que podía confiar la salud de Wei Wuxian.

―Hice estudios sobre lo que mencionó en Wei Wuxian. La alteración en sus meridianos apagados en su cuerpo.

Suibian soltó un suspiro, el miedo se instaló en su corazón como una navaja.

―¿Qué fue lo que encontraste?

― … Algo que no sé cómo explicar, así que solo haré esto.

Un rollo le fue ofrecido a Suibian, era simple y parecía ser hecho a las prisas, solo con el sello el emblema del clan en el reverso.

Sin esperar más Suibian lo abrió, revisando palabra por palabra.

Y ante cada carácter las pupilas de Suibian se contraían más y más.

― … No puede ser.

―Es la verdad. Ni siquiera yo sé cómo fue o por qué, pero lo que sintió no fue un engaño, Señor Suibian. No está equivocado, esto no es ninguna ilusión o un timo.

No podía ser.

¡No tenía sentido en absoluto!

―No hay duda. En el punto Dao de Wei Wuxian, el Emperador Wei Wuxian… hay un núcleo dorado.

Y la luz del rayo solo vino con el estruendo de la tormenta.

―El núcleo dorado de una Bestia Ancestral desconocida.

 

 

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Conclusiones erróneas del capítulo:

Wen Qing viendo a los guardianes dorados de otros reinos llegar ante su consultorio queriendo saber del estado de Wei Wuxian: ¿🤨?

 


Suibian, Wen Qing y los Yu cuando los guardianes dorados ofrecieron su sangre a Wei Wuxian sabiendo que Wei Wuxian solo puede recibir la sangre de su familia biológica: 😬

 


Bichen dándose cuenta cual es la forma más adecuada para poder limpiar el resentimiento de Wei Wuxian: 😶

 


Su She en los calabozos del Palacio Rojo: 😭😵‍💫😭

 


Xue Yang mientras tanto: 🤪🤣🤪

 


Bichen preguntándose porque de todas las comparaciones posibles Zidian se llamó así mismo  concubina de Suibian en esa pregunta sarcástica: ¿😡🤨😡?

 

 

 

Ser besado por los felposos y hermosos labios de la Belleza Fría. Un sueño para muchos de sus fans, una realidad para el inconsciente Wei Wuxian y una desgracia para Bichen.

Lo que pasa en la Cueva del Demonio, debe quedarse en la Cueva del Demonio.

 

 

 

En fin.

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

La verdad lentamente se destapa y la familia Yu lentamente es acorralada por la realidad. Revelaciones importantes han sido dadas y el temor por el futuro crece.

Ahora que se sabe la realidad sobre aquello que descansa en el vientre de Wei Wuxian, ¿Qué creen que pasará?

¿Cómo llegó ese núcleo dorado ahi?

¿Qué hará Suibian ahora?

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el apoyo y paciencia que han tenido a este proyecto me despido.

¡Hasta la próxima!

¡Gracias  por leer!

Chapter 25: CAPÍTULO 12: DEBER

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

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REINO DE GUSU LAN-PALACIO DE JADE

hace 23 años

 

 

Lan Qiren no sabía cómo reaccionar a lo que estaba oliendo.

―Qiren, yo… jajajaja… voy a tener un bebé.

―Ah… tú.

Estaba preocupada, tenia miedo. Lan Qiren lo sabía, podía olerlo.

Lo inevitable había pasado.

―¡Te juro que tome el té!, de hecho tome tres tazas grandes y no sé qué tantas cosas más, no sé qué demonios pasaron o porque no aparecieron, pero… pero me di cuenta que la idea de tenerlo no me desagradaba, de hecho cuando lo entendí no sonaba tan mal y pensé, tal vez este niño tiene muchas ganas de nacer y por eso no se debe al té y yo… ah, lo siento, no debería.

Los ojos negros le miraron con arrepentimiento, lo sabía, lamentaba sacar un tema que no podría ser el mejor por ahora.

Pero esto no se trataba de Lan Qiren

Sino de un hecho que era mucho más importante que cualquier asunto para la tierra.

El Hijo del Cielo.

Lan Qiren se acercó a la mujer, tomó sus manos y negó.

―No tienes que preocuparte por eso, esto se trata de ti no de mí. Dime, ¿ya tienes un nombre?

―Hmn, A-Ying, es un nombre adorable, ¿no crees?

Ese nombre.

El mismo nombre de su cuervo, mujer desvergonzada.

―Tú realmente te atreverás… ¿Qué hay de un nombre de cortesía si es un varón?

―… Wuxian.

Wuxian.

Alguna vez escuchó ese nombre, pero… ¿Dónde había sido?

―¿Cangse Wuxian?

―… No… Wei Wuxian.

Y Lan Qiren lo supo de inmediato.

Ese tipo.

El guardaespaldas de Jiang Fengmian, ese sirviente que no podía corresponder los sentimientos de su amigo sin enfrentar las consecuencias.

El mismo que actuaba indiferente para proteger a Fengmian de lo que sentían el uno por el otro.

―Fengxing… ¿acaso tú y Wei Changze…

―¿Qué? ¡No, no! Solo me está ayudando a crear una pantalla, ni siquiera es un matrimonio real. El Señor Suibian cree que sería una buena idea por si… bueno… si resultaba tener un bebé. Curiosamente su pronóstico resultó cierto jajajaja… ah.

Lan Qiren la miró con sospecha.

―Te juro que no hay nada entre nosotros, el Señor Suibian hizo un trato con él y ahora será mi cuidador y es quien se encargará de mantenerme en contacto con ellos. Después de todo, Fengmian está preocupado y él no quiere que me pase nada y no confía en la gente de este mundo. Así que le pidió a Wei Changze que me cuidara junto a mis padres y tíos.

―Cangse.

―Ah, es ridículo, ¿no?, cuando estudiábamos fui quien más se quejó de los matrimonios sin amor y ahora aceptó “casarme” con un hombre que no amo para que este bebé pueda nacer y nadie diga que no tiene un padre.

―Cangse… solo dime una cosa… es su hijo, ¿verdad?… Es hijo de Yu Ziyuan, ¿no es así?

Los ojos de Hua Fengxing se abrieron aterrados ante sus palabras, la comprensión fue inmediata. La mujer sola asintió.

―Fengxing, tú…

―Antes de que pienses cualquier cosa, hay algo que debes saber. Solo tú puedes saberlo en este momento y te lo digo porque no quiero que haya malentendidos. Ven, acércate.

Lan Qiren le miró con dudas.

―No planeo hacer una tontería ahora.

Aun con sospechas, Lan Qiren se acercó, Hua Fengxing se acercó a su oído y susurró:―Yu Ziyuan y yo si nos casamos y Fengmian y las hermanas de A-Yuan nos ayudaron a organizar todo.

Los ojos de Lan Qiren se abrieron con sorpresa.

―Fengxing.

―Fue algo muy loco y apresurado, y fue con las tradiciones Yu. Esos tipos son unos románticos. ¡Ese no es el punto! La cuestión es que tuvimos que hacerlo en secreto porque no sabemos que podría pasar y el Señor Suibian pensó que era mejor así, mientras preparaba todo.

―¿Todo para qué?

―Aun no puedo decirte eso, pero es para que el bebé y yo seamos bien recibidos en Meishan Yu cuando ya todo esté listo y nuestro bebé pueda crecer ahí mientras se arreglan algunas cosas por su seguridad.

―Entonces si ahora eres la Máxima Consorte Real Hua, ¿Por qué estas a quien vez de quedarte con tu alfa? Un omega debe estar al lado de su marido. Deberías volver con tu rey, Yu Ziyuan es una alfa cabal por lo que ella te protegerá de cualquiera que se atreva a decir algo. Ni siquiera su madre podrá decirte algo esta vez. Hay un certificado de matrimonio, ¿no es así?

―¡Claro que sí! Fengmian mismo lo firmó junto con las hermanas de A-Yuan, el maestro Suibian, A-Die y Bába. Incluso los tíos Feng, Mu y Shi so testigos de la boda, por lo que ellos pueden confirmarlo.

―¿Entonces? ¿Por qué no vuelves?

―Ese es el problema, no puedo quedarme más tiempo aquí. Días antes de mi boda recibí una carta sospechosa. Mis padres, Ziyuan y yo estamos investigando su procedencia y la persona que la envió. Por alguna extraña razón no podemos encontrar la fuente aunque me ha seguido mandando mensajes. Aunque Yingying es quien las recibe por alguna rara razón perdemos el rastro del cuervo y solo sabemos que hay otra carta porque Yingying ha llegado con ella.

―Eso no suena bien.

―Lo sé. Yingying no tiene marcas de heridas o signos de agresión, pero esto… hay algo dentro de mí que me dice que debo confiar en las cartas.

―¿Tienes esa carta contigo?

―Hmn.

Hua Fengxing le dio la carta. Carácter a carácter Lan Qiren leyó esa nota sin entender como esa persona pudo estar enterado de quien era.

―Nada de esto me gusta y no puedo investigarlo desde Yunmeng Jiang como la Señora Hua, porque si es cierto lo que esta persona dice ira directamente contra el reino. No puedo hacerles eso, mientras no sepa quién es no planeo volver si eso expone a Yunmeng Jiang.

―¿Entonces mientras tu hijo se gesta piensas investigar esto?

―Hmn.

―¿Qué hay de Wei Changze? ¿Él sabe esto?

―Lo sabe, es por eso que me está ayudando. Como ahora estoy así viajar en espada o usar talismanes de teletransportación no es una opción, tendremos que viajar en tierra y fingir ser solo una pareja común mientras llegamos a la Montaña Divina.

―Creí que ya no podías entrar.

―Bueno, este niño necesita nacer en el lugar correcto. Mi Shizun dijo que era lo mejor para que cuando llegara su Presentación Instintiva todo saliera bien y él no sufriera. Después de todo, el Hijo del Cielo debe nacer en territorio divino.

Así que territorio divino.

Pero…

―Sobre el supuesto matrimonio con Changze solo es un certificado de matrimonio falso, el Señor Suibian se quedó nuestro certificado real y lo protegerá hasta que sea momento de revelar el matrimonio.

Lan Qiren no supo que decir, pero entendía por qué no se podía saber de la existencia del Hijo del Cielo.

―¿Quiénes más saben sobre el bebé?

―Nadie más, aunque sospecho que el Señor Suibian ya lo da por hecho. En su última carta me dijo que A-Yuan está sufriendo los síntomas del embarazo. Incluso está comiendo picante. A-Yuan nunca ha podido tolerar el picante, ¿Por qué está haciendo eso?

No importaba como lo vieras, Lan Qiren siempre había notado el gran amor que Hua Fengxing tenía por aquella mujer. Incluso ahora era notable lo mucho que le preocupaba que el embarazo llevara a Yu Ziyuan a hacer algo que podría lastimarla.

―¿Se lo dirás?

Hua Fengxing se paralizó un segundo, antes de suspirar y hablar:―No, no es correcto. Al menos no es el tiempo correcto.

―¿Por qué no?

―Porque si realmente es el Hijo del Cielo, entonces tanto Yu como su hija y Fengmian podrían estar en peligro.

―Cangse.

­―No, eso solo arruinara su vida y no permitiré que mi imprudencia dañe a este niño… o niña, no sé qué es, pero lo amo y lo protegeré con mi vida… Aun si tengo que alejarme para siempre de este imperio.

―Eso significa… ¿Qué es la última vez?

―… Lo es. Al menos hasta que todo se resuelva.

―Ya veo.

Entonces, de forma repentina aquella mujer dijo. ―Ven con nosotros.

―¿Qué?

―Sé que es repentino y lo que implicaría para ti, pero si vienes con nosotros no habrá más reglas y nunca nadie más querrá hacerte bajar la cabeza o hacerte sentir culpable por lo que pasó; escapemos de aquí, lejos de todo. De las reglas, del pasado, de este horrible mundo.

―No puedo hacerlo, tengo que quedarme. Tengo que cuidar de Xichen. A-Zhan está a punto de nacer, y yo-

―¿Y quedarte en un lugar en donde te tratan como si fueras basura? ¿en dónde te alejaron de la única persona aquí que te apoyó, que te mostró que no fue tu culpa? Esos tipos solo quieren encerrarte y culparte. Qiren, no dejaran que Yue Xiyue cuide de esos niños ni dejan que tú los adoptes por más que los deseas proteger.

Lo sabía, lo sabía mejor que nadie.

―Además… hay una esperanza de que tal vez lo que ese hombre te dijo sea cierto y ustedes puedan volver.

Y el corazón de Lan Qiren se detuvo.

―Qiren, ¿nunca ha pensado si lo que Wen Ruohan te dijo ese día puede ser cierto?

Lan Qiren no habló, solo se quedó callado, aterrado de las ideas que ya se habían formado en su cabeza.

―¿Nunca has pensado en la probabilidad de que esa mujer realmente lo haya violado?

Lo había hecho, lo hacía.

Las pesadillas cada noche eran peores que la noche anterior.

Pero también tenía miedo.

Tenía mucho miedo de que eso fuera real, porque si lo era…

Si lo era no sabía cómo salvar a Ruohan de la mujer que ya se había apoderado de todo, sin que sus sobrinos estuvieran en peligro.

Ya había matado a su hijo, Lan Qiren la creía capaz de todo.

―… Qiren, yo… sé que no te gusta hablar de ese tipo y tienes razón en no querer hacerlo, sé que no lo odias, pero aun te duele. Pero… hay algo dentro de mí que me dice que hay algo más en el actuar de Wen Ruohan y eso es lo que me preocupa.

―¿Qué quieres decir?

―Ese clan suyo. Hay algo ahí, Qiren, algo que está mal y siento que ellos son los que lo están convirtiendo en un monstruo. Y esa mujer es parte de ello también.

Lan Qiren lo sabía, aun cuando se engañaba a si mismo lo sabía.

Pero lo que Wang Tanlan le había hecho era una gran advertencia, lo que había pasado aun le dolía. Y aun una gran parte de sí mismo no podía ni sabía como poder ayudar a Wuzui sin aterrarse de imaginar el futuro a manos de ese nuevo Wen Ruohan.

―Qiren, si te quedas aquí no podrás hacer ni descubrir nada, Gusu Lan atará tus manos pero si vienes con nosotros y junto a mis padres encontramos la verdad… si hay una posibilidad de salvarlo-

―Si ese niño tuyo es el Hijo del Cielo… tendrá que…

―¡No, no lo harás! Puede haber una opción B, una en donde ambos puedan vivir y ser felices sin que esa maldición los obligue a pelear contra el otro.

―¿Cuál sería la manera?

―Si extraemos el Gen Dominante de Wen Ruohan tal como se hizo con mi Shizun… Wen Ruohan será libre.

Esperanza.

¿Había esperanza realmente?

―¿Y si no es así? Si este es el verdadero Ruohan, ¿Qué es lo que pasará?

¿Y si su Wuzui ya había muerto?

Hua Fengxing calló, Lan Qiren insistió.

―Hua Fengxing, ¿Qué es lo que pasará si no hay nada que cambiar?

―… No lo sé, realmente no lo sé.

Y ese era el problema.

Lan Qiren no podía borrar los delitos actuales de Wen Ruohan, pero si había una posibilidad de evitar que aquella enfermedad mental suya empeorara y sobre todo, que la existencia del Hijo del Cielo no amenazara su existencia en el futuro, Lan Qiren estaba dispuesto a hacer lo necesario para conseguirlo.

Pero si no era así, si no había manera de salvarlo…

De evitar lo inevitable.

¿Qué demonios podría hacer Lan Qiren contra el monstruo de Qishan Wen cuando ya no era nadie?

Pero sobre todo…

―Qiren, sé que no te estoy dando una esperanza, pero si hay aunque se una posibilidad de que esto pueda tener un futuro esperanzador, no lo sabremos si no lo intentamos.

Lo sabía, lo sabía, pero…

―Solo tenemos que irnos, solo deja esto y ven con nosotros, si nos apresuramos podremos llegar a la Montaña Divina antes de que este niño nazca. A-Ying no puede nacer en tierra mortal, el Hijo del Cielo debe nacer en terreno celestial para evitar la reacción negativa en su Presentación Instintiva y él no tenga que sufrir en el futuro por ello.

―No puedo.

―¿Qué?

―No puedo ir contigo.

―Qiren, por una vez en tu vida no seas tan terco, si te quedas aquí no podrás hacer nada.

Lo sabía.

Ellos no se lo permitirían, ningún anciano le dejaría ser libre.

Pero algo dentro de él le decía que no había manera de que él en especial pudiera hacer algo. Que si intentaba hacer algo solo lo arruinaría.

Porque si los Wen le había hecho algo a Wen Ruohan, Lan Qiren solo podía temer lo peor.

No podía hacer nada.

Él no podía.

Él debía escuchar las palabras de esa persona si quería que Wuzui fuera salvado.

“―Solo hay una manera de salvarlo… y es permitir que cada pieza tomé su lugar y los hilos del destino decidan el mejor de los caminos para él. Si lo amas esta es la mejor forma en que puedes ayudarlo sin exponer a tu familia”

Esa persona se lo dijo.

―No puedo hacerlo, aun si lo deseo no podemos arriesgarnos a ser descubiertos, eso solo pondría en peligro a todos y podría haber una guerra. Si muchas personas comienzan a desaparecer o actuar ellos sospecharán. Alguno de nosotros debe quedarse y fingir que realmente se dio por vencido y esa persona debe ser la que tiene más fe en Wuzui.

―Qiren.

―Si voy por el contrario sospecharan. Pero si solo van las personas que más parecen odiarlo nadie lo hará.

Hua Fengxing no dijo nada.

―Además, debo cuidar a mis sobrinos también.

―Qiren, tus sobrinos estarán bien, los guardianes los cuidarán y…

―A-Zhan es un omega.

Y eso detuvo las palabras de Hua Fengxing.

―… ¿Qué?

―Si yo no estoy aquí nadie podrá protegerlo, nadie querrá hacerlo. Los ancianos ya están muy molestos porque no fue un alfa, no dejaran que su madre lo cuide… No puedo dejarlo solo, no cuando sé que Bichen aun no regresa y que no dejaran que lo haga hasta que A-Zhan tenga seis años.

Hacía años que no veía a Bichen, tanto tiempo.

Y Hua Fengxing solo pudo abrazarlo llena de impotencia.

Lan Qiren lo sabía, entendía sus sentimientos, pero no podía hacer nada al respecto.

Debía quedarse.

Tenía que despedirse.

Y esa fue la última vez que vio a Hua Fengxing.

Seis años después esas memorias dolían.

Mas cuando Jiang Fengmian le había dicho cuáles eran sus sospechas.

―No es él, Qiren. Este Wen Ruohan no es en verdad la misma persona.

―Solo ha perdido la cabeza.―ni el mismo sabía si sus palabras eran una actuación o en verdad ya estaba pensando eso.

―No, Qiren. Esto va más allá de haber perdido la cabeza. Hay algo ahí, algo en ese hombre que está mal, algo que no se parece en nada al Wen Ruohan de nuestra juventud, incluso su aroma cambió.

―¿Qué quieres decir con que cambió?―. Eso era algo que no sabía.

―No es el mismo aroma del pasado, Qiren. Las especias picantes, los otros componentes, no son lo mismo.

Los aromas estaban vinculados al alma, al corazón.

“―Si lo amas esta es la mejor forma en que puedes ayudarlo sin exponer a tu familia”

―¿Cuál es su nombre?

―¿Qué?

―¿Cuál es el nombre del niño?

―… Wei Ying, nombre de cortesía… Wuxian.

Wuxian.

Wei Wuxian.

Yu Wuxian.

Lan Qiren debía recordar ese nombre.

Debía recordar lo que ese niño era.

―Esos tres meses que estuvo en la calle… ¿crees que ellos lo hayan cuidado?

―…  Lo creo y lo siento. Suibian también lo piensa al igual que A-Yuan.

Wei Wuxian.

―Creo que Suibian sabe más que nosotros sobre Hua Fengxing y sobre todo… creo que él sabe más de lo que es en realidad el Hijo del Cielo de todo lo que nos han hecho creer.

Hijo de la Araña Violeta, el Loto Violeta del Ancestral Clan de Meishan Yu y la Princesa de la Montaña Divina, la única heredera del legado de XianLe.

―Debemos evitar que ellos se encuentren. Wei Wuxian y Wen Ruohan nunca deben cruzar caminos.

El Hijo del Cielo, el descendiente del Emperador de los Cielos, el príncipe de los infiernos.

―Pero si no hay otra opción y no podemos evitar que el hijo de Hua Fengxing siga su destino… entonces debemos de buscar la manera de evitar que esto sea más grave de lo que puede ser.

Había luz en Wei Wuxian.

―Qiren, ¿Qué es lo que estás pensando que pueda pasar?

Demasiada luz para ser ignorada.

“―Solo hay una manera de salvarlo… Si lo amas esta es la mejor forma en que puedes ayudar sin exponer a tu familia”

Entre sus venas la sangre de la realeza brillaba como la energía dorada.

―¿Qué pasaría si hubiera una manera de que se pudiera controlar la energía resentida?

Pero también había oscuridad.

―Yo creo que Lluvia Carmesí es genial.

Y era esa oscuridad a la que Lan Qiren le temía en realidad.

― ¡El Patriarca Yiling mató al emperador! ¡Wei Wuxian decapitó a Wen Ruohan!

¿Quién era el que tenía el verdadero control?

¿Wei Wuxian o el Patriarca Yiling?

¿Quién era Yu Wuxian en realidad?

Había miles de preguntas que se formaban en la mente de Lan Qiren cuando se trataba de Wei Wuxian.

La mayoría eran preguntas de las que temía obtener respuestas.

 

 

 

 

CAPITAL DEL IMPERIO-YILING WEI

tiempo real

 

 

Lan Qiren había vivido rodeada de prejuicios toda su vida.

Tanto de parte del mundo como de su propia familia, tanto de su parte como de todo lo que le rodeaba, como maleza atrapando su mente y figura entre sus propios prejuicios y la corrupción del mundo.

Lan Qiren no era un santo, nunca lo fue y nunca aspiró a serlo, pero jamás había deseado que sus propios prejuicios llevaran a lo que más había amado en su vida a algo como esto.

La primera vez que había visto a Xichen fue cuando solo era un pequeño bebé entre sus brazos, sonriente y dulce como siempre había sido. En ese tiempo la muerte de su bebé aún era reciente, el apego como la sensación agridulce ante aquella nueva vida fue inevitable.

Aun si Lan Qiren no pudo adoptarlo cuando se lo arrebataron a su madre, Lan Qiren lo amaba como si fuera suyo.

La primera vez que vio a Lan Wangji, caer rendido ante ese serio bebé y su primera risa fue inevitable. Lan Qiren era más maduro, había vivido más cosas y había tomado aquella decisión a pesar de la oferta de Fengxing por el bien de Wangji.

Aun así, Lan Qiren se había dejado manipular nuevamente y sus sobrinos habían pagado las consecuencias de su gran estupidez.

“―… A-Huan se ha sentido muy culpable por todo. Tanto por la muerte de su padre como por lo que le pasó a Gusu y sobre todo, lo que le pasó a Wangji”

Lan Qiren sentado en su lugar, mirando de reojo la figura durmiente de Wangji en el nido, las pesadillas parecían lentamente desaparecer, Bichen y Lan Xichen habían salido por la cena y Lan Qiren se mantenía en la habitación, atento ante cualquier anormalidad en el sueño de Wangji.

Pero Lan Qiren no podía dejar de pensar en las palabras de Bichen y las de Meng Yao.

Xichen.

¿Cuánto tiempo Xichen se había sentido de aquella manera?

¿Cuánto tiempo Xichen había callado?

¿Por qué Lan Qiren no pudo notarlo?

Que pésimo padre había sido.

Sin poder resistirlo más, Lan Qiren se puso de pie, sus pasos le llevaron entre la habitación. En los estantes había muchas cosas inusuales que no serían normales de ver en el Jingshi. Figuras de conejos de porcelana, jade y cerámica, libros de distintos tamaños, arreglos florales, pequeñas macetas, un incensario con forma de flor de loto y una caja que parecía ser de maquillaje.

Eso no tenía sentido, Wangji no estaba interesado en el maquillaje.

Entonces vio que encima de esta se encontraba un libro.

Poemas de Lan An.

El libro tenía un estampado interesante que parecía haber sido mandado a hacer únicamente para ese ejemplar, aun sin atreverse a tocarlo o acercarse, Lan Qiren podía notar desde su posición que ese libro no se parecía a una edición normal.

A lado de aquella inusual caja decorada con exquisitas pinturas de flores, Lan Qiren pudo ver dos pequeñas figuras de jade blanco en forma de conejos.

Wei Wuxian.

“―Wei Wuxian ha estado cortejando a Wangji de una forma muy respetuosa, se preocupa por sus gustos y le ha dado muchos presentes adorables, tío”

Bichen había dicho lo mismo.

Wei Wuxian había conseguido ganar un lugar muy especial en el corazón de su sobrino, ese muchacho lo amaba de una forma tan incondicional que parecía haber hecho todo esto del matrimonio únicamente para evitar que Wangji se casara con Su She. Y ahora que Lan Qiren sabía que ese tipo era un traidor se sentía un verdadero estúpido.

Con pasos tranquilos Lan Qiren volvió hacia ese lugar, el punto más profundo en la Orquídea Radiante era decorado por la enorme y hermosa plataforma para nido que Wei Wuxian le había regalado a su sobrino, varios peluches de formas esponjosas de orejas largas y ojos hechos de botón decoraban el nido.

Y Wangji estaba ahí, abrazando una almohada roja que contrastaba con aquella habitación.

Había visto a ese guardián dársela a Bichen, quien de inmediato la colocó en el nido. La reacción de Lan Wangji fue instantánea, algo inevitable, como un niño que buscó aquello que le hacía sentir más tranquilo.

Y el pegajoso aroma a flores de lotos en una tarde de verano en Meishan Yu, rodeado de un mercado de especias era algo tan pegajoso, aferrándose a Wangji como si fuera su fuente de vida.

Especias.

Jiang Fengmian le había dicho en ese entonces que Wen Ruohan olía a especias.

Al parecer las especias eran una serie de aromas inevitables en los alfas dominantes.

Las trece especias de Wei Wuxian al parecer eran las mismas que alguna vez pudo detectar en Wen Ruohan.

Trece.

Un horrible número que representaba el dolor y la desesperación, la ira, el cambio.

Elquiebre.

El incentivo del despertar instintivo de Wen Ruohan fue el enterarse de la pérdida del hijo de ambos. Aquella perra se había encargado que no se enterara quien mató a su bebé, pero si permitió que se enterara que Qiren lo había perdido debido al accidente y aquel brebaje que ella misma le mandó con ese hombre a su servicio.

Lan Qiren no quiso escuchar en ese tiempo, no quiso hacerlo.

Pero incluso hoy en día tal como hizo en el pasado, en su encierro de tres años y la última vez que vio a Hua Fengxing, nuevamente Lan Qiren se preguntó si aquello que Wen Ruohan le dijo cuando lo encontró en la cama con Wang Tanlan era Cierto.

Y si ella… ¿y si esa mujer realmente violó a Wen Ruohan?

¿Y si el peligro que había sentido de parte de esa mujer había sido algo que ni el mismo Wen Ruohan pudo someter?

¿Por qué seguía fingiendo que no lo sabía cuándo él conoció al verdadero Wen Ruohan?

Cuando nunca dejo de amarlo o creer que habia esperanza para volver a su lado.

Su Wuzui, el verdadero Wuzui era un chico amable, gentil e inocente. Con los años aprendió a enfrentar mejores circunstancias y convertirse en alguien tan admirable que Lan Qiren llegó a pensar que sería la esperanza del YuZhong. El cambio que habían esperado durante años.

Durante años Lan Qiren estuvieron rodeados de prejuicios.

Sobre sí mismo, sobre los betas, los alfas y sobre el mundo.

¿Qué era lo que podría hacer Lan Qiren cuando perdió sus privilegios como príncipe? Alguna vez se lo pregunte.

No podía hacer nada en realidad, un don nadie como él sin poder alguno no podría hacer nada. Ni siquiera le dejarían pasar las puertas de Qishan si descubrían sus intenciones de sacar a Ruohan de Buyetian y escapar juntos a la Montaña Divina para no volver jamás.

Pero había muchas cosas en juego, la mayoría lo ató a Gusu Lan y al final, Lan Qiren se dio cuenta por sí mismo que había algo horrible dentro de su corazón que quería obligarlo a odiar a Wuzui y verlo como un monstruo.

No quería.

No deseaba verlo así, pero entonces… ¿Por qué odiaba tanto a su Zhiji de esa forma tan irracional?

Lan Qiren no lo sabía, pero cuando la noticia de la muerte de Hua Fengxing llegó a él decidió que no podía quedarse quieto. Debía trabajar hasta el cansancio para recuperar su posición y con ello poder.

Lo suficiente para poder proteger a sus sobrinos y a Gusu Lan.

Lo suficiente para poder descubrir la verdad por sí mismo.

Y aun así, todo se destruyó.

Fengxing, Wei Changze, Fengmian, Yu Ziyuan.

Wu Meibei.

Todos se fueron, todos lo abandonaron y Wen Ruohan estuvo involucrado en ello.

¿Quién era?

¿Quién tenía el control?

¿Wen Ruohan o Wen Wuzui? Lan Qiren no lo sabía, solo sabía que estaba perdiendo la razón por ello.

Lan Qiren lo sabía mejor que nadie, había sido demasiado cruel con Ruohan la última vez que se vieron. Se dejo llevar por el odio y el asco ante aquella atroz idea suya, pero a pesar de todo…

“―Solo hay una manera de salvarlo…”

¿Cuál había sido el incentivo de Wei Wuxian?

Había muchas cosas en la vida de Wei Wuxian que podrían haber sido el verdadero incentivo del despertar instintivo de Wei Wuxian.

Lan Qiren temía ante la idea de saber cuál fue el suyo.

Pero eso no significaba que esta vez no pudiera cambiar las cosas, haciendo lo que no hizo en su tiempo cuando Wen Ruohan despertó.

El Wen Wuzui de sus memorias era un chico cariñoso que había tenido que aprender a fingir ser lo que no era para poder sobrevivir en un asqueroso mundo en el que no pidió nacer. El joven Wen Ruohan era un hombre que creía en un futuro donde los omegas podrían ser libres de las reglas absurdas del mundo.

Era alguien cariñoso y dulce cuando se sentía en confianza. Lejos de los ojos que deseaban ver a un detestable príncipe que tuviera la visión de los que gobernaban el mundo.

Su Wuzui no era así, no fue así. El hombre que le miró como si fuera lo mejor que le había pasado en la vida y le gustaba abrazarlo en un nido, sin ninguna intención oscura, simplemente disfrutando el momento no era el hombre de esos rumores. No el hombre que muchos odiaron.

Pero el Wen Ruohan que vio después de su presentación Instintiva no era el mismo hombre.

Y las cosas de cierta manera habían sido lo mismo con Wei Wuxian.

Había una gran diferencia entre el joven y risueño Wei Wuxian y el adulto desvergonzado que había hecho muchas cosas inesperadas como tomar el poder.

Al joven Wei Wuxian no le interesaba la política, ser parte de la corte de Yunmeng Jiang ni mucho menos estudiar el programa para príncipes herederos. El actual Wei Wuxian había llegado al punto de convertirse en emperador.

El joven Wei Wuxian sonreía sin malicia alguna, el actual tenía un rostro lúgubre al que nunca le había visto una sonrisa sincera.

Tal vez por eso era que Lan Qiren aun no podía evitar sentir temor de este actual Wei Wuxian. De sus verdaderos pensamientos y objetivos, de lo que le depararía a Wangji a su lado.

Y tal vez otro asunto por el cual era difícil era porque… su omega interno aun no lo perdonaba por matar a Wen Ruohan y permitir que ese demonio Chenqing encerrara el alma de su destinado en su estómago.

Lan Qiren no pudo evitar suspirar.

Aun cuando Wuzui ya no estaba aquí, Lan Qiren no podía evitar dejar de pensar en él.

Lan Wangji se movió un poco en la cama, parecía incómodo. Las orquídeas se cerraron en angustia y Lan Qiren se sentó a su lado, acariciando su cabello con gentileza.

Tal vez la espinaca recién cosechada y neblina matutina no era un aroma agradable, pero el olfato de Lan Wangji, que ya estaba acostumbrado a él lo tomó de forma positiva, aferrando las raíces de las orquídeas, sándalo y jazmines a Lan Qiren, relajando su aroma gradualmente como su ceño ligeramente fruncido.

―Sigues siendo un niño.

El ruido de la entrada lo hizo ponerse alerta, Lan Qiren se tuvo que despegar de Lan Wangji hasta llegar a ese lugar, solo para encontrarse con la imagen de Bichen abriendo ambas puertas por completo.

Y detrás de Bichen unos betas llevaban consigo una gran caja de madera, larga y un poco ancha para ser algo simple. Bichen parecía bastante preocupado por ella debido a sus instrucciones a los betas.

―Por favor, sean cuidadosos, recuerden que aún están bastante nerviosos. No podemos alterarlos más.

―No se preocupe, Su Señoría, estos serán cuidadosos.

―Bichen, ¿Qué es esto?

―Oh, Qiren, no te preocupes, es… es algo importante para Wangji.

Cuando la caja fue colocada de forma segura en una esquina libre de la habitación, Bichen despidió cortésmente a los betas y los dos omegas se quedaron a solas.

―Bueno, con esto listo ya no hay porque preocuparnos.

―Aun no me has dicho que es.

―Oh no te preocupes, ven, te mostraré.

Abriendo ligeramente una de las tapas, Bichen le invito a mirar adentro de la caja. Al inicio, Lan Qiren sospechó un poco del contenido, pero Bichen no era una persona de bromas, así que confió.

Cuando vio el contenido no pudo creer aquello.

―¿Conejos?

―Hmn, son las mascotas de Wangji.

―¿Mascotas?

―Hmn, son… uno de los tantos regalos que Wei Wuxian le dio.

Eso explicaba las extrañas cintas rojas y azules que podía ver en sus cuellos.

Lan Qiren sabía que a Wangji le gustaban los conejos. Desde niño los amaba de forma inexplicable, pero las reglas impedían el tener mascotas. Sin embargo…

―¿Cuántos de ellos son?

― …16.

Hace 16 años atrás la madre de Wangji murió.

Y hace dieciséis años Jiang Fengmian fue a verle para contarle la verdad respeto a Wei Wuxian… y los planes de Yu Huitou.

Y Wei Wuxian también había ido.

―Wangji está muy feliz con ellos. Incluso cuando comen apresuradamente sonríe divertido e intenta calmarlos, incluso creo les puso nombre a dos de ellos.

Ese Wei Wuxian.

“―Qiren, mira estos lindos conejitos, son tan suaves y esponjosos. Seguramente son sabrosos, jajaja”

Eran iguales.

“―A-Ying saluda al Tío Lan”

Hua Fengxing y Wei Wuxian eran iguales en muchos sentidos.

Su forma de amar era la misma, el tipo de personas de las que se enamoraron no se diferenciaba mucho. Bellezas consideradas frías cuando en realidad no eran así. Bellezas de corazón gentil incomprendidas por la sociedad.

Y bellezas que se habían enamorado de personas para las que este mundo no estaba preparado.

Sin embargo, esta vez aun había una posibilidad de evitar que Wangji fuera infeliz y esa manera era salvar a Wei Wuxian no solo de lo que había pasado, sino también de la guerra.

Sin embargo…

“―¡El Patriarca Yiling mató al emperador! ¡Wei Wuxian decapitó a Wen Ruohan!”

Wei Wuxian.

El Patriarca Yiling.

¿Dónde comenzaba uno y terminaba el otro?

¿Cuál de los dos era el que gobernaba la mente y el cuerpo del Emperador Wei?

¿Quién había ganado aquel control?

Lan Qiren no lo sabía.

Y por eso temía.

El despertar de un dominante, el peso sobre los hombros de Wei Wuxian, aquello de lo que posiblemente se había enterado…

―¿Cuál fue su detonante?

Los ojos de Bichen dejaron de mirar a los conejos de Lan Wangji, pasándose ante la figura de Lan Qiren. Pero sobre esta el miedo parecía ser superior al de una montaña, sus pensamientos algo predecibles para alguien que le había conocido de toda la vida. Su temor a algo que el mismo Bichen aun temía.

―No lo sé, pero tengo ciertas suposiciones y creo que tú sabes con que está relacionado.

Lan Qiren no dijo nada, sus ojos miraron a la ventana, aún estaba oscuro. Xichen aun no llegaba, posiblemente se detuvo a ayudar a la gente del palacio a alimentar a los heridos.

―Lo sabías, ¿no es así? Has sabido todo este tiempo que Wei Wuxian en realidad… es hijo de Yu Ziyuan.

Una hermosa mujer alfa vino a la memoria de Lan Qiren. La imagen de la alfa más hermosa de su tiempo haciendo una declaración inocente a una chica, sin darse cuenta del peso de sus palabras a una chica alterando a varios corazones.

Una brillante sonrisa, una cascada, dos jóvenes mujeres sentadas frente a ella.

Una peonia y un loto.

―Lo sé desde hace algún tiempo. Casi 23 años para ser exacto.

Bichen suspiró con cansancio.

Debió suponerlo.

Chenqing lo dijo, pero confirmarlo solo hacía que las sospechas de Bichen sobre lo que vendría después aumentaran.

Meishan Yu y su maestro, aquella alianza que Yu WeiXi y Shizun hicieron hacia más de 240 años. La promesa que Shizun le hizo a la líder Yu, la Purificación Instintiva, su alianza con los cielos.

La existencia de Wei Wuxian.

Shizun sabía demasiadas cosas, algunas las compartió, otras no. Pero ahora que Bichen sabía que Shizun había participado en la creación del cuerpo adecuado para Wei Wuxian las sospechas de Bichen solo aumentaron como el miedo.

¿Quiénes eran los Yu?

¿Quién era Chenqing?

¿Quién era Wei Wuxian?

¿Realmente solo fue traído al mundo para convertirse en emperador o… esto estaba relacionado con algo más?

Y si era así… ¿con qué?

―¿Sabías que Wei Wuxian puede ser el Hijo del Cielo?

―Lo sé, desde hace mucho tiempo, cuando Cangse… cuando Hua Fengxing nos contó la verdad sobre su existencia, nos dijo también que el Gran Omega Inmortal había descubierto que el Gen Dominante se adueñó de su útero. Si ella tenía un hijo este sería un macho alfa dominante, el Hijo del Cielo.

El Hijo del Cielo.

El mismo Hijo del Cielo que Bichen llevaba esperando doscientos años.

―Hace 18 años atrás… Jiang Fengmian me visitó, trajo a ese niño consigo y me explicó lo que pasó. Decidieron que lo mejor para Wei Wuxian era mantenerlo oculto en Yunmeng Jiang, alejado del mundo… pero sobre todo de Wen Ruohan.

Tenía sentido.

Dos dominantes no debían cruzar sus caminos.

Porque cuando lo hicieran aquel encuentro se convertiría en el prólogo de una masacre.

―Pero también me dijo la razón por la cual aunque el certificado de reconocimiento de Yu Wuxian como el primogénito alfa de Yu Ziyuan estaba hecho, no podían liberarlo aún.

―… ¿Qué?… ¿Hay un certificado de reconocimiento?

―Hmn, es por eso que la posición de Jiang Wanyin no está en peligro, porque la misma Yu Ziyuan se hizo cargo de aclarar las cosas y la verdadera posición y destino de Yu Wuxian desde el primer día que él estuvo en Lianhua Wu.

―Jiang Fengmian me dijo en ese entonces que Yu Huitou parecía tener un extraño interés de mostrarle la cultura de su clan a Wei Wuxian, porque así como Jiang Wanyin heredó el trono de Yunmeng Jiang… Yu Huitou va a cederle a Wei Wuxian el trono de Meishan Yu.

―¡¿Qué?!

―Una de las cláusulas del contrato prematrimonial de Yu Ziyuan y Fengmian era que el primer hijo alfa de Yu Ziyuan sería el Rey de Meishan Yu. No importaba si era hijo de Fengmian o no, el primer hijo alfa del Loto Violeta sería por derecho el Señor de las Bestias de Meishan Yu.

―Hace mucho tiempo cuando Wei Wuxian llegó al Palacio Púrpura, el tema volvió a salir. En ese tiempo Yu Ziyuan ya había tomado la decisión de cambiar su nombre a Yu Wuxian, el apellido que le toca por obviedad, pero el inmortal Polilla de Oro no estuvo de acuerdo. Era muy arriesgado y revelaría todo. Debían protegerlo.

Suibian.

¿Cuánto tiempo Suibian había tenido miedo por el futuro de ese niño?

―Es por eso que el certificado no salió a la luz, pero Yu Huitou si tomó una decisión cuando Wei Wuxian se volvió en el receptor de Polilla de Oro. Reparar sus errores haciendo lo que era debido… cumplir con su palabra y seguir todas las condiciones que Yu Ziyuan planteó para permitir que ella interactuara con el niño y además le enseñara lo que un rey de Meishan Yu debía ser.

―Una vez que las cosas se resolvieran el certificado saldría a la luz, Yu Wuxian ya no sería relacionado con el apellido que el guardián Suibian escogió para el huérfano Changze y él seria criado entre Meishan Yu y Yunmeng Jiang para convertirse en rey.

―Si él era el señor de Meishan Yu ya no habría problemas con la sucesión de Jiang Wanyin.―concluyó Bichen.

―Así es. Por eso Yu Ziyuan, Yu Qiutian, Yu Jiyi y Yu Huitou le enseñaron sus costumbres, su historia, su lengua. Todo lo que era Meishan Yu pasaría a las manos de Wei Wuxian como debía. Yu Ziyuan no se sentía segura, no confiaba del todo en su madre, pero lentamente bajó la guardia y permitió que ese plan fuera la esperanza de que su hijo recibiera lo que merecía.

―¿Cómo lo sabes?

―Wei Wuxian habla la lengua de los Yu, la lengua de Meishan Yu. LongLian.

Esa lengua.

Esa era una lengua que los Yu no permitían compartir con alguien que no fuera de sangre, que no fuera un Yu.

―Cuando los orgullos de Yunmeng Jiang fueron a Gusu pude escuchar a Jiang Wanyin y Wei Wuxian hablar en esa lengua cuando parecía que no querían que nadie entendiera lo que decían.

―Un verdadero rey debe conocer las costumbres de su tribu.

―Posiblemente por eso le ha dado tanto apoyo. El que Wei Wuxian renunciara a Yunmeng Jiang podría ser porque Wei Wuxian se enteró de la verdad y la revelación de su verdadera casta, como los problemas tras el asesinato de los Jin lo obligó a hacer eso… O más bien, eso fue algo por lo que Yu Huitou puso tanta atención en ayudarlo a reconstruir este palacio con ese nombre provisional a su verdadero reino.

―Planea una expansión de territorio.

―Unificar Meishan Yu y Yiling Wei en uno solo.

―Al tener un estado sólido gobernando el imperio, unificar a YuZhong sería más sencillo con la ayuda de su clan de sangre.

―Y la ayuda de su abuelo… quien no dudaría en entregarle Puqi solo a él.

¿Por qué ahora los Yu, quienes siempre buscaron pasar desapercibidos buscaban algo como esto?

No tenía sentido alguno, pero por algún raro sentimiento parecía tenerlo.

Los Yu le permitieron a Shizun usar sus flores de loto violetas y aquella extraña raíz de fruta del dragón violeta de Meishan Yu para Purificación Instintiva. Los mismos Yu hicieron la alianza que fortificó a Cang Qiong durante el ataque del Clan del Fuego.

Y el trato entre Yu WeiXi y Shen Qingqiu ofreció la esperanza de sobrevivir en la guerra a Cang Qiong y enfrentar a Wen Mao para liberar a Shizun del Palacio Huan Hua cuando Wen Mao lo secuestró.

¿Quiénes eran en realidad los Yu?

Bichen no lo sabía.

Lan Qiren tampoco.

Pero ambos sabían una cosa.

Había llegado el momento de que el Hijo del Cielo reclamara su verdadera posición y tomara el control de YuZhong a través de Meishan Yu.

Y ese hecho era irrefutable.

 

 

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REINO DE GUSU LAN

Tiempo actual

 

Shuoyue estaba molesto.

No había manera de que no se sintiera molesto ante lo que estaba pasando frente a sus ojos.

Wei Wuxian había sido herido y el futuro del imperio, de YuZhong, de su mundo estaba en que Wei Wuxian sobreviviera o no.

Shuoyue debió prever esto, debió haber tenido alguna sospecha de lo que estaba pasando, de lo que pudo pasar.

Sin embargo, nuevamente como aquella vez hace doscientos años atrás, cada uno de ellos había quedado sin energía y sin las posibilidades de hacer nada ante algo más grande y temible que ellos.

Y los problemas de Shuoyue no acababan ahí.

Porque también estaba ese hecho en particular.

La matriz que se posó sobre el cielo y limitó sus acciones.

Esa matriz que se activó cuando Wen Mao atacó a Cang Qiong.

Subiendo los escalones de la entrada de Gusu Lan, el lúgubre aspecto de Shuoyue hizo que los guardias que cuidaban el lugar bajaran la cabeza, los discípulos que pasaban casualmente se detuvieron o escaparon y nadie quería ser testigo de lo que la furia del Halcón Sonriente podría hacer

Porque si la sonrisa de Shuoyue era para muchas perturbadoras, su rostro completamente serio era mucho más aterrador.

Cuando Shuoyue estuvo a nada de llegar a la cima levantó la vista, encontrándose con la imagen del preocupado Meng Yao quien le dio la bienvenida.

―Bienvenido de vuelta, señor Shuoyue.

―Hmn, es bueno volver.

―¿Qué fue lo que pasó? ¿Cómo está Wangji?

Shuoyue analizó sus propias palabras, antes de contestar:―Tenemos un problema.

Y el perfil de Jin Guangyao se oscureció:―Llamaré a todos entonces.

―Hmm.

Desde la toma del poder de Lan Xichen y el encierro domiciliario de los ancianos Lan, la búsqueda de un nuevo concepto había iniciado a manos de Shuoyue, quien había tenido preparados los documentos de las personas más capaces de Gusu Lan para cuando ese momento llegara.

El trabajo se volvió más ágil y el nuevo concejo de Gusu Lan, que ahora estaba al mando del Halcón Sonriente se reunió junto a los maestros de Gusu Lan en el Salón Principal, siguiendo las órdenes de Jin Guangyao sin dudar.

En el liderazgo de la gran mesa que ahora estaba situado en el Salón Principal, donde ya se encontraron varios documentos acomodados en treinta y tres lugares diferentes, Shuoyue se encontró recargado contra la mesa, analizando su propia.

―¡Estos concejales se presentan ante el Concejal Mayor!

―Hmm. Tomen asiento.

―Sí, señor.―Y así lo hicieron.

Cuando Shuoyue se dio cuenta que Jin Guangyao se había quedado en la entrada analizando si entrar o no, Shuoyue resultó: ―Su Alteza Real, su lugar está aquí, por favor.―Señalando el asiento que estaba a su lado, Shuoyue ofreció aquella silla así como una reverencia.

Sin dudar más, con elegancia los pasos de Meng Yao lo llevaron a tomar asiento junto al guardián, aun cuando el tocado sencillo que portaba hoy no se parecía a la corona de la Reina Lan, Meng Yao destacaba tal como debía hacerlo el consorte de Lan Xichen.

Y así la junta apresurada inició.

―Como se habrán enterado al igual que todo YuZhong, el Palacio Rojo fue atacado. Gracias a los dioses, Su Alteza Imperial, el Fénix de Jade está bien.  Pero este ataque no será subestimado por los cielos, mucho menos por el Emperador de Jade quien reconoció a su Majestad Imperial, el Emperador Wei como su representante en la tierra.

Los concejales sintieron la presión de aquellas palabras, todos en este lugar sabían que había una fuerza superior a quien temerle en el mundo, porque estas personas algún día fueron estudiantes que Shuoyue había preparado para el futuro.

―Como recordaran hay una ley que nunca debe de ser violada por nuestra sociedad, por YuZhong, y eso es respetar sin importar que, todos los decretos del Dios Complacido. La razón por la que los antiguos ancianos del concejo han sido encarcelados es porque subestimaron el poder de nuestro emperador y del Dios Complacido.

―Sus crímenes no pueden ser perdonados. Mucho menos esto que ha pasado en el Palacio Rojo. El hecho de que este ataque haya sido de la nada ha formado muchas sospechas, como podrán ver en los papeles que se encuentran frente a ustedes. Todo nos lleva a un punto en especial…

 ―El asesino de Jin Guangshan.―declaró Meng Yao.

―Así es, el o los asesinos de Jin Guangshan.

Uno de los nuevos concejales levantó la mano, Shuoyue le miró y el omega habló: ―Maestro, ¿existe la posibilidad de que ese impostor que usó el rostro del inmortal Polilla de Oro esté involucrado?

―Es lo más probable. Sin embargo, al no conocer sus verdaderas intenciones y que significó en realidad todo el caso de Lycoris Radiata nuestras opciones de entender el caso son limitadas.

―Pero si es un demonio celestial, ¿al ser más fuerte que nosotros no sería eso un peligro mayor? ¿Creen que los dioses intervengan?

―Además de los dioses, ¿han olvidado al Señor del Reino Demoniaco? ¿No deberíamos prepararnos si ellos vienen y se unen a los dioses para castigarnos por este ataque?

―Pero… ¿No se supone que el Abismo sin Fin esta sellado? ¿Cómo ellos podrían hacer eso?

Entonces Jin Guangyao habló: ―A menos… que alguien este intentando conseguir una manera de romper ese sello. Abrir el Abismo sin Fin y atraer a sus gobernantes a tierra.

Y Shuoyue estuvo de acuerdo: ―Una trampa o un desencadenante para algo más grande.

La pregunta era… ¿Qué era lo que esa persona planeaba en realidad?

―Maestro, ¿hay algo en este mundo que haga que Lluvia Carmesí y el Emperador de Jade unan fuerzas con el Emperador Luo Binghe y el Gran Omega Inmortal?

La había y esa razón se llamaba Luo Suibian.

Muerto o no, si se enteraban que la persona que estaba haciendo esto se había disfrazado de Suibian seria inevitable que volvieran al Reino Humano pronto, y Shuoyue realmente no sabía que tan bueno o que tan malo seria eso.

Shen Qingqiu, su buen Shizun podría ser una buena persona. Pero si alguien, el mínimo tonto miserable se atrevía a hacer daño a su amado hijo, Shen Qingqiu, el Gran Omega Inmortal que se había ganado el respeto y algo de miedo de parte de los demonios del Reino Demoniaco, como podría esperarse del Primer y Único Consorte Imperial Shen…

El imaginar lo que Shizun le haría a ese miserable era tan aterrador como recordar lo que Shizun hacia con los que traicionaban al Emperador Luo Binghe.

Lo que hizo con el Anciano del Palacio Huahua, Mao ShenJing.

―La hay.

Pero no podía contar cual era la verdadera razón.

―Tal vez no lo recuerdan mucho porque era un tema sin importancia, pero el Emperador Luo Binghe, el Gran Omega Inmortal, Lluvia Carmesí y el Emperador de Jade tienen una alianza. Ante una ofensa clara hacia el Emperador de Jade, ellos podrían usar todo lo que tienen a su favor para demostrar que esto nunca fue un juego. Así que he de imaginar que saben que es lo que debemos hacer.

―Lo entendemos, Shizun.

―Sea o no un aliado o un enemigo aquel demonio la señal que vimos en el cielo, el símbolo del Hijo del Cielo es un mensaje. Prevenirnos de un enemigo más peligroso o burlarse de nuestro deber, cualquiera puede ser. Pero recuerden, nunca se dejen llevar solo por un punto de vista. Debemos ser neutrales, pero precavidos.

―Prepárense porque aunque no sabemos que es lo que pasará… tal vez las respuestas que buscamos lleguen pronto y no de una buena manera. Evacúen a los civiles y póngalos a salvo, preparen a los cultivadores y resguarden a los omegas.

―Sí, su Señoría.

Tan pronto como las ordenes de Lan Xichen y Shuoyue fueron dadas a conocer, los cultivadores de Gusu Lan comenzaron los preparativos.

Liebing se encargó que los cultivadores no olvidaran su verdadero deber. Wang-Ji por su parte comenzó los preparativos para poner a salvo a la población de YunShen Buzhichu.

Desde el Salón del Trono Shuoyue miró con molestia a lado de Meng Yao.

La guerra.

Había deseado tanto que la guerra no volviera a tocar estas tierras en un largo tiempo y ahora…

―¿Como van las cosas que te encargué?―preguntó a Meng Yao.

La Reina Lan le miró con seriedad, sus palabras fueron concisas:―Todo está listo, justo como lo pidió.

Shuoyue miró al horizonte, la plata yacía opaca por los sentimientos que había guardado desde años atrás.

Después de tanto tiempo…

Después de mucho tiempo Lan Zhijue, el tío abuelo de Xichen y esos tipos por fin pagarían por sus crímenes.

―¿Él lo admitió?

―… No directamente, pero lo dio a entender muy fácilmente.

La risa bañó la figura del guardián, sus cabellos se ondearon con el viento y las memorias del ayer se apropiaron de su alma.

―Sabes… he esperado años por esto. Ahora que este mundo está entre las expectativa de la vida y la muerte el momento de terminar con esto ha llegado.

―¿Cree que esto será algo bueno para ellos?

―­Lo hará. Al comienzo será difícil, pero llegó el momento de afrontar la verdad.

Sus ojos miraron por fin a Meng Yao, había determinación en la plata.

―Toda la verdad.

 

 

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PALACIO ROJO-OFICINA DE LA DOCTORA WEN

 

 

Wen Qing no sabía cómo interpretar todo lo que Suibian le había dicho.

El aspecto del guardián era oscuro, serio. Atrapado en pensamientos que la doctora no sabía cómo interpretar. Como si lo que encontró en aquella bolsa y esa carta tuviera algo que cambiara las cosas para él en todos los sentidos.

Pero Wen Qing sabía cómo era aquel guardián, jamás sabría lo que había en su cabeza hasta que se animara a hablar.

Mirando aquella botella con un brillante líquido violeta con el título “para Xiao Xingchen” preguntó:―¿Esta seguro que esto es una muestra real de la verdadera Purificación Instintiva?

―Completamente. Puedo asegurártelo porque yo mismo conozco los ingredientes. Su apariencia ante las lentillas de estudio coinciden un 100%. De la misma manera los otros medicamentos ya los he revisado, tienen propiedades que efectivamente pueden ayudar a todos. Xiao Xingchen, la gente del palacio, el corazón de Lan Wangji. Wei Wuxian. Todo es verdadero.

―Pero si todo esto es cierto… ¿Por qué esa persona haría algo así?

―No lo sé, pero entre mis investigaciones y esas cartas me he dado cuenta que todo esto es demasiado sospechoso para solo ser visto como un intento de golpe de estado.

Los ojos negros de Wen Qing miraron seriamente al guardián.

―Solo piénsalo. ¿Por qué se darían el tiempo de dejar cuidadosamente a nuestros guardias en el suelo o evitar lastimar a los nuestros? ¿Por qué lanzó esas bengalas en vez de usar bombas y buscar destruir nuestras torres de vigilancia? Sin embargo, cuando me metí en las mentes de nuestra gente buscando indicios de que haya traidores dentro no encontré nada. No importa cuánto lo pienses,  no tiene sentido.

Ciertamente había algo raro en dicho ataque.

―Uno de los primeros puntos importantes que me gustaría destacar de esta situación es el hecho de que todos los criminales usados en el ataque resultaron ser personas que llevamos buscando desde hace tiempo en los casos de tráfico de omegas, fraudes y tráfico de infantes. Cada uno de ellos tenía un talismán de estos.

Suibian colocó sobre la mesa un talismán. Sus dedos mostraron ciertos caracteres y trazos.

―Como puedes ver son talismanes para marionetas. Pero la parte más importantes son estos trazos. Pertenecen al Clan Demonio. El MaoLang del Clan demonio es diferente al MaoLang de los Mao humanos. Al ser más viejo algunas cosas no son entendibles para los humanos. Este talismán en particular permite someter a una persona a tu voluntad mientras siguen consientes. Pero hay algo que me llama la atención de esto.

―¿Qué es?

―Esa persona es un demonio celestial, no uno cualquiera. Es fuerte, pude olfatearlo. Controlar a todos esos cadáveres a través de su sangre sería muy fácil. Pero cuando revisé su sistema circulatorio no encontré sangre demoniaca ni parásitos de sangre. Es posible que la haya usado al comienzo, pero ¿Por qué decidió extraerla cuando colocó los talismanes?

―Tal vez… ¿no quería que usted pudiera revisar su sangre?

―No lo sé, pero también hay otras cosas. Los medicamentos, las pruebas que demuestran que esto del culto del Dios del Fuego falso y todos los crímenes contra infantes alfas y omegas son verdaderos. También está el hecho de haber abandonado a Xue Yang, las evidencias sobre los crímenes de Su She y su insistencia en “querer ayudar”.

―Pero también esta esa herida… la herida hecha por Xin Mo.

―¿Qué es Xin Mo en realidad para el Clan Demonio?

―Xin Mo en mi cultura es conocida como El Corazón de Dios.

La luz del rayo iluminó sus figuras antes de que el trueno golpeara la tierra. Wen Qing frunció el ceño mientras los ojos dorados brillaron con seriedad.

―El Corazón de Dios es la mayor concentración de resentimiento junto a una entidad de mi cultura. El Corazón de Dios es la máxima conexión con los otros mundos teniendo la habilidad de viajar por ellos.

―¿Una espada capaz de viajar por varios mundos? ¿Realmente esas teorías de los demonios sobre otros mundos…

―Todo es cierto, Wen Qing. No somos el único mundo ni eres la única Wen Qing en este amplio multiverso. Todas esas historias de demonios son ciertas. Pero sobre todo, tal como dice su nombre, Xin Mo nació del corazón de un demonio muy poderoso y la segunda concentración de resentimiento más grande en YuZhong.

―¿Qué es eso?

―El Demonio del Resentimiento y la Venganza.

Un nuevo rayo iluminó los cielos bañados en oscuridad.

―Chenqing.

―No, sin importar cuantas mentiras se han dicho a lo largo de los años puedo decirte que Chenqing no es el verdadero Demonio del Resentimiento y la Venganza, incluso si él o alguien más lo dice su aroma no es como ese demonio. Mi sangre reconoce ese aroma incluso si no recuerdo conocerlo en persona y créeme que Chenqing no es el real. Pero es precisamente por eso que no puedo confiar en él.

―¿Qué es Chenqing?

―No lo sé, y eso es lo que me llama más la atención. Tiene el aroma de miles de bestias y a la vez solo una. Puedo detectar a muchas especies en su aroma, pero no puedo descubrir que es en realidad. Sus mentiras y secretos, su extraño apego a Wei Wuxian. No importa como quieras verlo. Hay algo sospechoso en él. Al igual que la necesidad de este hombre de herir el pecho de Wei Wuxian con Xin Mo.

―Una espada capaz de viajar por miles de mundos. ¿Por qué lo atravesaría con esa espada en especial? Mas importante, si ya hay una Xin Mo en este mundo, ¿de dónde salió la otra?

―Eso es lo que me preocupa, porque solo hay una manera de conseguir otra Xin Mo.

―El Luo Binghe del mundo del que viene esa persona.

―Así es. No importa cuánto lea las cartas, por más que busque fallas o mensajes ocultos no encontré nada. De la misma manera esa herida y como se cerró me llama la atención al igual que algo que escuché mientras buscaba a Wei Wuxian entre todo el desastre antes del temblor.

―¿Qué cosa?

―Mientras buscaba la frecuencia, cuando sentí la espada entrar en el pecho de Wei Wuxian antes del terremoto escuché a Chenqing llamar a alguien Gege.

―¿Gege?

―Hmn. La forma en la que se interpuso entre Wei Wuxian ya es bastante sospechosa. Pero cuando lo escuché decir eso no pude evitar preguntarme a quien llamaba en realidad. ¿A quién llamó Gege? ¿A ese demonio, a alguien desconocido que también está dentro de sus planes o…

¿O a Wei Wuxian?

―Él a veces lo llama así.

―No era el mismo tono. No era un tono juguetón o bromista. Era… melancólico, un tono que se sintió real.

Suibian ya no lo sabía, pero cada día sus sospechas sobre Chenqing aumentaban cada vez más.

¿Qué demonios era Chenqing en realidad?

¿Por qué demonios… se parecía a esa persona?

―En sus cartas este individuo supuestamente estuvo trabajando para alguien en especial. Al parecer vivió bajo la presión de mantenerse fiel a este por la vida de quien llama su maestro. Pero algo pasó y eso lo llevó a decidir encontrar una manera de acabar con él.

―¿Y su mejor opción fue meternos a nosotros en esto?

―No lo sé, hay algo muy raro. Conoce muchos aspectos de este mundo.

De sus padres, de su familia.

De sus sentimientos.

No era normal.

Ese tipo no era alguien normal.

Y aun así…

―Verdad o no supuestamente tuvo que hacer muchas cosas para ganarse su confianza. Si esto es verdad esas acciones son las que lo llevaron a que ese Luo Binghe le cediera Xin Mo. Pero no tiene sentido que desee otorgar su fidelidad a Wei Wuxian cuando ni siquiera se conozca.

A menos que…

Ese tipo supiera quien era Wei Wuxian en realidad.

―Esta persona tenía una bengala con el símbolo del Hijo del Cielo. Ese símbolo que literalmente fue calcado por los Wen para formar su emblema del sol. Esa bengala solo debía ser usada cuando el Hijo del Cielo apareciera, nadie más que nosotros lo sabía y es imposible que la obtuviera en este tiempo o de alguno de nosotros.

―¿Crees que esa persona…

―Hmn, en sus mismas cartas lo acepta. Esta persona ha estado en este mundo desde hace doscientos años atrás. Y posiblemente consiga dicha bengala de la Masacre de Cang Qiong.

―Pero si es así, ¿Por qué la usó?

―Es un mensaje, un mensaje para todos los guardianes… no importa lo que pase a partir de ahora. Nosotros, El Reino Humano, El Reino Demoniaco. La Ciudad Fantasma, la Capital Celestial… Wei Wuxian.

Suibian suspiró con cansancio.

―Todos en este mundo tenemos a un enemigo en especial que ha estado actuando tras bambalinas más allá de lo que creen. Si esta matriz de la que te hablo, eso supuestos ojos del cielo fueron destruidos porque estaban implicados en sus acciones, entonces tras la supuesta traición de este individuo esa persona debe estar muy enojada.

―¿Y cree que esta persona es el Luo Binghe de ese mundo? Si eso fuera así, ¿Por qué querría atacarnos en realidad? ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones?

Luo Dongxing se puso de pie, sus pasos le llevaron hasta el gran muro lleno de documentos sobre el caso de Wei Wuxian. La ardua investigación de Wen Qing sobre cómo proteger y mantener la salud del cuerpo inusual de Wei Wuxian.

Solo ella además de Suibian entendió que había algo en él que no era normal.

Y solo a ella podría confiarle su verdadero plan.

De sus túnicas aquella botella en especial salió. El brillo dorado llamó la atención de Wen Qing, quien miró con cierto temor. Los ojos dorados miraron aquella botella en donde estaba escrito aquellos caracteres.

“Suero de Dios”

Luo Binghe.

El Luo Binghe de aquel mundo que era tan diferente al suyo.

Ese hombre que intentó llevarse a su padre hace tanto tiempo atrás. Como si Shen Yuan solo fuera un bonito trofeo más en su colección.

―Hace veintitrés años cometí el mayor error de mi vida, Wen Qing. La mayor incompetencia en mi carrera. Aquel error del que siempre me culparé y tal vez me siga culpando hasta mi muerte. Pero esta vez no pienso cometer el mismo error.

―¿Planea usar eso de verdad?

―No tengo opción. Este suero, Wen Qing, este suero es la pieza final para el medicamento que he estado preparando desde hacía mucho tiempo. Aquel que comencé a preparar desde el día en que Wei Wuxian regresó a mi sin su núcleo dorado. Solo tengo una opción si quiero por fin cumplir mi misión con el Hijo del Cielo.

―¿Confía en él de verdad?

Por un momento Suibian se mantuvo en silencio, los extraños sentimientos en su corazón que había sofocado para evitar revelar sus pensamientos fueron aplastados en el interior.

Se sentía intranquilo, extraño. Atrapado por miles de sentimientos desconocidos.

Por el recuerdo del rostro de esa persona idéntica a él.

―No sé por qué, pero por alguna extraña razón lo hago.

Algo dentro de su corazón, de su espíritu lo hacía.

Algo que le hacia pensar en el rostro de esa persona tan idéntico al suyo bañado de lágrimas y una suave sonrisa cuando se vieron.

Wen Qing no pudo evitar tragar duro. El remordimiento golpeó contra su corazón como miles de espadas incrustándose en el órgano.

―Señor Suibian.

―Wen Qing, ya no te preguntaré más que fue del núcleo dorado original de Wei Wuxian. Sabes perfectamente lo que te haría si intentas traicionar a Wei Wuxian o te atreviste a lastimarlo. La verdad de ese núcleo va a salir ya sea de Wei Wuxian, de ti o de Sandu. Pero ahora que Wei Wuxian tiene un núcleo dorado apto para su cuerpo y lo suficientemente resistente para terminar la segunda fase de su despertar inconclusa desde hace seis años, no pienso perder más tiempo.

―¿Qué es lo que hará?

―Primero tenemos que suministrarle la Purificación Instintiva a Xiao Xingchen. Tras hacer las pruebas y acelerar el proceso su función es la misma como el efecto deseado. Como su cuerpo ya conoce Purificación Instintiva no será necesario seguir los procedimientos del pasado.

―Así que iremos a su habitación y le suministraremos el medicamento. Le daremos a Wen Qionglin los medicamentos para curación para que lo aplique entre las personas que resultaron heridas de alguna manera. También llevaremos el medicamento para Lan Wangji a la Orquídea Radiante. Debe ser suministrado tan pronto como despierte.

―… ¿Y Wei Wuxian?

Los ojos dorados miraron aquella botella. No había más dudas.

―Haré lo que debí hacer desde hace 23 años… proteger al Hijo del Cielo.

Incluso si tenía que usar ese último recurso.

 

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

La primera vez que Suibian había visto a Wei Wuxian este solo tenía cuatro años.

En ese tiempo entre dudas y culpa Luo Dongxing no se sintió digno de ser el guardián del niño que había esperado por años. Incluso cuando ese mocoso comenzó a pegarse a él Suibian aun no sentía que fuera correcto que se volviera su guardián.

Pero el destino nunca estuvo del lado de Luo Suibian y terminó convirtiéndose en el guardián del único digno del Trono del Dragón.

Aquel que ahora estaba acostado en aquella cama, vestido de blanco y con una pálida apariencia como la de un muerto.

La imagen durmiente de Wei Wuxian era tan pacífica que parecía irreal, su cabello se había rizado bastante y su piel se sentía bastante fría cuando tocó su muñeca.

Sentándose en la cama su sonrisa fue dolorosa.

―Hola, A-Ying… yo… ya he recibido las cartas que le dijiste a Lan Wangji que querías darme… así que supongo que ya no puedo mentir más sobre quien soy, me atrapaste, jajajaja.

―…

―… Ah… ¿Sabes, Wei Ying? Cuando aún no existía mis padres planearon muchas cosas sobre su vida y futuro. Mis padres vivían en un mundo con leyes que aun eran más arraigadas que las que tu buscas derrocar. Así que antes de planear tener hijos, buscaron además de disfrutar su matrimonio luchar contra la desigualdad de este sistema no solo por ellos, sino también por los hijos que querían tener y los hijos de otras personas.

―…

―Ellos sabían que la vida no sería fácil, no vivimos en un cuento de hadas por lo que había mucho que hacer antes de siquiera pensar en hijos. Pero cuando decidió que era hora planearon muchas cosas y entre ellas quisieron elegir un nombre adecuado para su futuro o futuros hijos.

―Pero la verdad era que el mundo es más complicado de lo que parece, Wei Ying. Y la existencia de mi Bába en este mundo no es la diferencia.

Los ojos dorados miraron seriamente aquella bolsa en sus manos, su voz era baja como un susurro cuando hubo que abrirla y sacar cada uno de los instrumentos que tenía que usar.

―No sé cuánto tiempo ha sabido quién soy, pero seguramente lo ha sabido desde hace mucho tiempo. Eres el más inteligente que he conocido y ningún mortal o inmortal podrá tener derecho a ponerlo en duda sin ganarse mi odio eterno. Es por eso que a ti y solo a ti te contaré toda la verdad.

―…

―Si estas donde creo que estas entonces sabes todo lo que está pasando en esta habitación, entonces todo lo que te diré aquí podrás escucharlo sin importar que…

―…

―Esto, Wei Ying, no solo son los secretos de mi familia o de mí. También es todo lo que te oculté por mucho tiempo y que es tiempo que sepas.

Sus manos prepararon una dosis del medicamento que había preparado por años. La botella negra contrastaba con el líquido azul rey brillante que llenaba la jeringa. Con todos los pasos listos, Suibian introdujo la aguja e inyectó el medicamento.

―Sé que aun tienes miedo sobre tu origen y todo lo que hay detrás de este. Pero puedo asegurarte que no tienes que temer. No eres un hijo bastardo ni mucho menos un error. Es por eso que te lo diré todo. Toda la verdad.

Tomando una dosis de aquella botella llamada Suero de Dios, los ojos de Suibian miraron severamente la jeringa antes de clavar la aguja en el brazo de Wei Ying y hablar.

―Si me odias para siempre lo entenderé, si jamás quieres volver a verme también, pero en este momento que puede ser la última vez que pueda estar así contigo ya no puedo callar más.

Y cuando la última gota de aquel suero entró en su sistema, la voz de Suibian resonó en la habitación.

―A-Ying, esta es la historia del Tercer Joven Maestro, el Hijo del Gran Omega Inmortal y el Emperador Luo… esta es la historia de un hombre que fue obligado a vivir con el nombre de Suibian y la historia del Loto Violeta de Meishan Yu conocido como la Araña Violeta Yu Ziyuan y la Peonia Desvergonzada Hua Fengxing.

Ante la oscuridad de la madrugada los hilos de la historia que se mantuvieron en pausa durante años se empezó a mover.

Era hora de que la verdad saliera a la luz.

Toda la verdad.

 

 

Enlaces del capítulo en otras plataformas(por favor, evite comentar en este párrafo para que no se pierda su función)

 

Nombre del Anciano del Palacio Huan Hua:

Mao ShenJing

ShenJing: (Shèn jǐng/蜃景): Espejismo.

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

Las piezas de este rompecabezas comienzan a unirse y los reinos se preparan ante lo inminente. El futuro del YuZhong pende de un hilo y algo que se ha retrasado por años no puede esperar más.

¿Quién le habrá mandado esas cartas a Hua Fengxing en el pasado?

¿Qué creen que haya hecho el Tío Abuelo que tiene que confesar?

¿Qué habrá leído en aquellas cartas que tiene a Suibian tan intranquilo?

¿Qué pasará con Wei Wuxian?

¿Qué será en realidad Chenqing?

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el apoyo, amor y paciencia que le han dado a esta historia, me despido.

¡Hasta la próxima!

 ¡Gracias por leer!

Chapter 26: CAPÍTULO 13: CHENQING

Notes:

ADVERTENCIA

EL SIGUIENTE CAPÍTULO PRESENTA ESCENAS SANGRIENTAS ALTAMENTE GRÁFICAS. POR FAVOR, PROCEDA CON PRECAUCIÓN.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Enlace del capítulo en otras plataformas:

Wattpad: https://www.wattpad.com/1282055112-el-omega-y-el-emperador-segunda-parte-fanfic

 

 

 

 

 

Lo primero que vio cuando sus ojos se abrieron fue el pelaje de un animal.

Lan Wangji notó de inmediato que se encontró acostado sobre una cama inusual de una suavidad anormalmente perfecta. Utilizó sus manos para apoyarse entre las pieles y almohadas. Notando que en realidad se encontró en un nido perfectamente construido con almohadas y cojines tan grandes como crías.

Su cabello blanco peinado en esas dos trenzas ligeramente sueltas en la base de su cabeza se daña entre las pieles como un par de serpientes gentiles.

La cama era circular, encontrándose en el centro de la habitación, una serie de velos blancos evitaban que algo del exterior perturbara el sueño de Lan Wangji.

Sobre la cima de lo que parecía ser una cueva había un inmenso vitral hecho con piedras preciosas de extraña apariencia en forma de un loto de tono violeta. Cada sección mantenía una serie de ornamentadas decoraciones inusuales.

Le era familiar.

Entre la base de los velos que envolvían la cama, Lan Wangji vio que había una serie de objetos que colgaban. Piedras de amatistas, jades rojos y campanas plateadas decoraban la base. Mientras de esta una serie de hilos llenos de cuentas de varios colores bajaban. Las cuentas formaban patrones geométricos.

Lan Wangji bajó la mirada, dándose cuenta que la cama era mucho más grande que lo normal. Era tres veces más grande que la cama de la Cueva del Demonio. Como si en realidad la cama perteneciera a una bestia en vez de un ser humano.

Los ojos dorados miraron por un momento que pareció una eternidad un punto exacto de aquellas pieles y almohadas. Cada detalle sobre ese nido, sobre como cada elemento había sido colocado. Incluyendo aquel par de almohadas que yacían juntas.

Dos almohadas.

Entonces Lan Wangji notó algo extraño en sí mismo.

Sus manos subieron a su cabeza, tomando los dos mechones del frente. Los extendió poco a poco cada hebra. Solo para descubrir que esos mechones en realidad se unían al resto de su cabello en aquellas dos trenzas.

 Era largo.

Todo su cabello era largo.

Sin poder evitarlo, de forma calmada Lan Wangji extendió una cortina y bajó de aquella cama. Su cabello parecía ser incluso más largo de lo normal. Llegando a la altura de sus rodillas, curiosamente el peso no le pareció extraño. Lo que si era raro era el peso que sentía detrás de su esplada, justo en sus caderas.

Al bajar de la cama, los pies desnudos de Lan Wangji tocaron las fibras del tapete que le recibieron gentilmente.

Sus ojos miraron de aquí allá descubriendo que todo el suelo se encontraba lleno de tapetes de tonos violeta, verde agua y amarillo.

Estos mismos se conformaban por patrones ornamentados entre figuras geométricas, diseños de osos y ese patrón de flores de loto que se encontraba tomando la circunferencia de la cama y aun así mostrando sus pétalos con belleza.

Lan Wangji miró alrededor notando que se encontraba en una extraña cueva de hermoso aspecto. Piedras preciosas y espejos permitían que el lugar se iluminara a través del reflejo. Muebles de agar decorados con patrones entre curvas y figuras geométricas llenaron el campo de visión de Lan Wangji.

Un inmenso ropero en una esquina, un escritorio en otra, y un espejo en una de ellas.

Había algo extraño en ese espejo. El material reflejante no parecía ser cobre, sino algo que permitía que Lan Wangji pudiera ver los colores reflejados en este tal y como eran en realidad.

Incluso su propia apariencia.

Reflejo del agua. Lan Wangji alguna vez identificó esto como eso.

Su diestra se posó sobre aquel espejo, mirando detalle a detalle como sus manos no le habían mentido. No había mechones cortos en su cabello. Sus túnicas eran extrañas.

Portaba varias capas. Las capas superiores estaban conformadas por una capa de manga larga blanca que terminaba en una serie de bordados azules, blancos y grises ornamentados. Todo cubierto por un chaleco celeste.

Sus pantalones por su parte estaban cubiertos por una falda blanca y larga de bordados llamativos de nubes. Un cinturón hecho por una tela con patrones similares ajustaba el conjunto. 

Pero lo más raro no era la corona de cuentas sobre su cabeza que se parecía un poco a esa corona de cuentas que vio en el retrato de su suegra Yu Ziyuan.

Sino la gruesa y larga cola moteada que se movía de un lado a otro. Tan esponjosa como aquellas orejas moteadas que descansaban sobre su cabeza. Y por más que buscó no encontró sus orejas normales.

¿Qué… que le había pasado y porque tenía esas extremidades?

Con sospecha Lan Wangji intentó atrapar aquella cola dando involuntariamente una vuelta sin conseguir éxito alguno. Con el ceño fruncido volvió a intentarlo una vez más.

Y otra vez.

Y… otra vez.

Lan Wangji miró con odio aquella cola.

¿Por qué no podía atraparla?

No, más bien, ¿Por qué sentía la inmensa necesidad de atrapar, abrazarla y ponerla en su boca como si morderla un poco podría calmar su ansiedad?

La angustia en su corazón aumentó como su desesperación y molestia.

Hasta que por fin logró atraparla.

Sus ojos brillaron sintiéndose asombrado de poder sentir el toque de sus dedos sobre el pelaje y sobre la misma cola, como si aquello estuviera realmente unido a él mismo.

Como si fuera un extraño instinto Lan Wangji la abrazó con fervor como si hubieran estado separados por años. Acariciándola y abrazándola antes de llevarla a su boca y dejarse llevar. Sus colmillos atraparon la cola sin lastimarla realmente, como si supiera realmente cuanta presión era adecuada para sujetarla y para su sorpresa su aroma floreció en alegría como la calma.

Cuando Lan Wangji pudo sentirse mejor dejo de morderla, pero no la alejó mucho de él ni siquiera cuando se colocó aquellas botas que parecían de su medida. Abrazándola contra su pecho buscando entender dónde estaba.

El camino por aquella cueva le enseñó que estaba en una especie de palacio. Los largos pasillos le recordaban un poco a lo que se hablaba en las leyendas sobre antiguas tribus que alguna vez gobernaron sobre YuZhong.

Estatuas y grabados sobre osos y dragones decoraban las paredes.

Los tapetes continuaron hasta que algo llevó a Lan Wangji a lo que parecía una gran salida.

Cuando llegó ahí se encontró con un hermoso paisaje, como si se tratara de un bosque lleno de hermosos árboles y flores de múltiples colores. Especies magnificas y desconocidas que Lan Wangji no recordaba ver se abrían paso por aquel hermoso lugar.

Los cerezos abundaban a igual que los árboles de magnolias. Orquídeas plantadas en lugares estratégicos dejaban en claro que alguien cuidaba de dicho lugar.

Entonces llegó a un punto en especial.

Un lago.

Un lago con flores de loto violetas que brillaban como si fueran linternas de papel.

A lado de aquel lago había un inmenso árbol.

Su tronco era tan grueso como si ese árbol hubiera vivido miles de años, sus raíces descansando sobre tierra denotaban la antigüedad de aquel árbol que Lan Wangji no podía distinguir la especie o familia.

Las ramas de igual forma eran tan grandes y gruesas que Lan Wangji podría decir que serían incluso capaces de soportar el cuerpo de un ser humano. Y sus flores violetas eran tan hermosas que Lan Wangji no supo que decir.

Y ahí, colgando de lo que parecía la rama más gruesa de ese árbol, una extraña tela blanca que brillaba con los colores del arcoíris como una serpiente colgaba despreocupada.

Los ojos dorados se elevaron, mirando con curiosidad lo que había en esa rama.

Era una persona.

Una inusual curiosidad se aprovechó de su corazón, sus ojos brillaron emocionados ante su descubrimiento y una sensación de travesura dentro de su pecho le llevó a olfatear.

Lotos.

Esa personas olía a flores de loto del Clan Yu.

Dejándose llevar por aquella curiosidad, Lan Wangji soltó su cola, Afiló sus garras, se sujetó firmemente del árbol y subió paso a paso. Había algo dentro de él que le decía que esa persona era a quien buscaba en realidad y cuando estuvo sobre la cima de aquella rama en especial supo que no se había equivocado.

Sobre aquella rama había un hombre hermosamente vestido entre blanco, dorado y violeta, la seda de sus desvergonzadas túnicas era tan hermosa que parecía irreal. Flores de loto violetas del Clan Yu junto a dulces especias decoraban su persona.

Un hermoso rostro tallado finamente por las manos del Emperador de Jade yacía decorado con una inusual tela blanca que cubría sus ojos. Y aun así Lan Wangji estaba seguro de que era el alfa más hermoso que había visto en su vida.

Su cabello negro y ondulado danzaba con el viento Los bonitos mechones rojos delataban su buen humor, tan cambiantes como las plumas de su madre. Largo y hermoso con ese curioso flequillo que se rizaba de forma adorable sobre su frente.

Las capas que debían cubrir su pecho estaban abiertas, permitiendo la vista a su fuerte pecho. Pectorales majestuosos se presentaban ante Lan Wangji sin una sola marca que perturbara la vista al igual que aquellos hermosos abdominales.

Excepto por aquella marca sobre el corazón de ese hombre. Una larga cicatriz atravesaba el pectoral, como si la garra de una bestia hubiera rasgado esa zona.

Familiar.

Había algo que se sentía familiar.

Como si sus yemas conocieran la textura. Como si sus labios conocieran la diferencia entre la piel pulcra sin imperfecciones y la piel herida como si el fuego hubiera atravesado su cuerpo.

Entonces sus ojos subieron nuevamente al rostro de aquella persona.

En especial en sus labios.

Preciosos duraznos le dieron la bienvenida a su mirada. De aspecto jugoso cada pétalo se volvió tan tentador para Lan Wangji que fue difícil apartar aquellos trozos de oro que admiraron aquello como si fuera la mayor obra de arte sobre la tierra.

Por la respiración calmada de aquella persona, que era notable cuando aquellos grandes pectorales subían y bajaban, Lan Wangji se dio cuenta que estaba dormido.

Algo dentro de su corazón deseó plasmar ese momento en la galería de su mente, disfrutarlo como si fuera un momento magistral que no pasaría nuevamente. Como la aparición de una estrella fugaz sobre los cielos o un cometa.

Y Lan Wangji se dio cuenta de algo.

Deseaba besarlo.

Quería conocer el sabor de sus labios y deleitarse en el para siempre. Como un pecador que había puesto sus ojos en un ser superior a cualquiera. Era un humano arrogante que se había atrevido a poner sus ojos sobre…

Lan Wangji se acercó lentamente, temiendo ser descubierto. Se acercó temeroso pero anhelante. Algo dentro de él hervía con furia como un volcán, el deseo de algo desconocido lo envolvió por completo.

Hasta que algo lo detuvo.

Esto estaba mal.

No podía hacer algo como actuar en contra de otra persona guiado por sus instintos. Que quisiera aparearse con esta persona no significaba que Lan Wangji tenía derecho de aprovecharse de un momento como este solo por una tonta excusa como lo era haber entrado en celo.

Aun si fuera un beso, hacer algo así era repulsivo.

Así que Lan Wangji decidió retirarse.

Era lo mejor y más prudente. Tal vez cuando su amado despertara…

Y entonces una mano sostuvo su muñeca. Deteniendo sus tímidas intenciones de escapar.

La mano no lo sostenía con el deseo de lastimarlo. Era firme, fuerte y hacía que la muñeca de Lan Wangji se viera tan frágil y pequeña. Como si solo fuera necesario que aquel hombre apretara con mayor fuerza para romper la muñeca de Lan Wangji.

Pero él lo sabía. Esta persona no haría eso, jamás lo haría porque nunca se atrevería a lastimarlo.

Aquella persona sonrió, demostrando que en realidad no estaba dormida, había travesura sobre sus labios.

La vergüenza se apoderó de Lan Wangji, decorando su rostro suavemente de carmín, sus oídos se sentían calientes, algo de él comenzó a moverse de un lado a otro, tímido ante la idea de ser atrapado. Como una presa a punto de ser devorada.

―A-Zhan, eres un niño tan travieso para subir aquí.

―Lo siento. Yo…

Entonces aquella persona quitó la venda negra de su rostro, los ojos de Lan Wangji no dejaron el camino de aquella tela.

―No sabes lo mucho que me gusta ese lado de ti, baobei.

Y entonces pudo verlo.

Una sonrisa traviesa, flores de lotos violetas rozagantes, pupilas rasgadas.

Y esos hermosos iris violetas enmarcados por anillos amarillos.

Los ojos de su Zhiji.

―Mi dulce, dulce A-Zhan.

Y entonces Lan Wangji sintió como una fuerza extraña tiró de su pierna.

―¡A-Zhan!

El mar lo devoró, la luz que podía ver de la superficie lentamente quedaba escondida entre las olas y la distancia. Las túnicas del joven Lan Wangji de quince años se extendieron entre las olas, las burbujas se elevaron abandonando a Lan Wangji y extrañas palabras vinieron a su mente.

―3,333, recuerda, 3,333.

El abismo lentamente consumió su cuerpo, la sensación devastadora de la pérdida se transformó en lágrimas devoradas por el agua salada.

―3,333, recuerda, 3,333.

 

No podía respirar pero no moría. No podía subir a la cima pero la profundidad se sintió tan familiar.

Todo era completa oscuridad.

―3,333, recuerda, 3,333.

Hasta que se detuvo.

 

 

Lo primero que vio fue el humo y el fuego.

Podía sentir su cuerpo siendo sujetado como los extraños balanceos que le hicieron pensar que estaba sobre un caballo.

Sus prismáticas túnicas blancas habían sido ensuciadas y destrozadas. Y aun así, sobre el pantalón que aún protegía lo poco que quedaba de su dignidad una extraña capa de seda negra con bordados dorados, rojos y violetas protegía su cuerpo del frío.

Negro.

Lan Wangji no había usado jamás algo negro y aun así no le pareció desagradable.

Era extraño.

Familiar.

Cómo si no fuera la primera vez que portara negro aun cuando no recordaba haberlo hecho.

Se sentía cálido. En paz.

A salvo.

Incluso aunque su cuerpo se sentía muy caliente y el dolor de su vientre solo aumentaba, algo dentro de él le hizo sentir que ahora no tenía que temer.

Entonces pudo escucharlo.

Una respiración acelerada, un extraño y agradable aroma desconocido.

Y la gentil voz de una persona que a pesar de estar acelerada fue agradable.

—Tranquilo, Lan Zhan. Estás a salvo, no te preocupes. Voy a protegerte. No tienes que temer, no dejaré que nadie te haga daño.

Lan Zhan.

Nadie en este mundo podía llamarle Lan Zhan más que su madre.

Que persona tan desvergonzada.

Pero a pesar de todo le gustó su voz.

Un varón. Alfa, podía olerlo en medio de pomposas especias dulces preocupadas y miles de pétalos de flores de loto que cubrían su figura de todo mal.

Flores.

Flores… de loto.

Lan Wangji nunca había visto como eran las flores de loto más que en ilustraciones de libros científicos.

Entonces, ¿Por qué sentía que las había olido hace mucho tiempo atrás?

¿Por qué sentía que ninguna flor de loto común podría oler tan bien como las flores de ese muchacho desconocido?

Entonces pudo verlo. A pesar de su vista nublada por el celo pudo ver el poderoso destello carmín de algo en especial.

Sus ojos intentaron seguir aquella línea. Notando como al parecer se trataba de algo largo que terminaba en una atadura de apariencia frágil en su dedo índice.

Un hilo.

Era…

Un hilo rojo del destino.

Tan seriamente como podía sus ojos siguieron el camino de aquel hilo, su vista estaba cansada y el dolor aumentaba. Pero Lan Wangji era terco.

¿Dónde acababa?

Necesitaba ver dónde acababa aquel hilo.

Necesitaba encontrar a esa persona más que cualquier cosa en ese mundo.

Y entonces lo encontró.

El final del hilo estaba…

—No te preocupes, Lan Zhan. Pronto llegaremos a un lugar seguro. Estarás bien, te prometo que estarás bien.

El índice de ese muchacho.

Él…

Esta persona era su persona destinada.

Y entonces sus ojos se comenzaron a cerrar.

No.

No debía dormir.

Necesitaba que esa persona…

No debía dejar que se fuera.

Debía mostrarle que se esforzó mucho por convertirse en el esposo adecuado para él.

Debía enseñarle que aunque perdió el anillo no olvidó su promesa.

No podía…

No podía perderlo otra vez.

—3,333, recuerda, 3,333.

―Wangji, mi pequeña y linda nube, tienes los hermosos ojos de tu madre.

—3,333, recuerda, 3,333.

―A-Zhan, eres tan hermoso. Soy el ser más afortunado del mundo.

—3,333, recuerda, 3,333.

―Wangji, tu corazón es tan puro como una nube, nunca dejes que los prejuicios, el miedo y lo que pasó aquí se apoderen de ti. Promete que tu si buscarás tu felicidad.

―… hay un precio a pagar por el poder…

―… solo con un único objetivo. Matar a la bestia que fingía ser un hombre.

―… La historia de un omega que al parecer ha sido maldecido y un emperador que aun lucha contra su propia maldición.

―Esa maldición que recibiste sin darte cuenta y la que te ha acompañado por siempre… pequeño niño Tang.

―Hay un precio a pagar por ello.

―¿Qué es lo que desea mi señor?

―Quiero que me hables de la humanidad.

 

Lo primero que vio fue una casa solitaria en medio de la nieve.

Y frente a esa casa había un niño esperando afuera.

Lan Wangji bajo la mirada.

Él lo sabía. Ahora lo sabía.

Aquella puerta no se abriría nunca más.

Sus puños se apretaron con fuerza. Su mandíbula se presionó con dureza.

No debía llorar. No tenía derecho a llorar.

Un omega respetable no debe mostrar sus emociones si quiere ser tomado en serio.

Él era un cultivador, él se esforzó por ser un cultivador que tuviera derecho a ser respetado aún si tenía que sellar por completo su corazón.

Una cinta de regularización.

La cinta de regularización significaba que debía alejarse de lo mundano. Regular sus emociones, su sentir.

Solo había un grupo de personas que podrían quitar aquella cinta.

El Lan, sus padres y su…

—¡Entonces cacémonos!

Los ojos de Lan Wangji se abrieron con sorpresa, levantando la mirada en aquel lugar ya no solo vio un niño.

Ahora eran dos.

Ese niño…

Ese pequeño niño…

—Dices que solo de la mano de tu marido podrás salir de aquí. Si nos casamos entonces seré tu marido y podremos ir a jugar a Yunmeng Jiang. ¡Y así podré enseñarte el mundo entero!

Era…

Wei Ying.

El corazón de Lan Wangji se paralizó sin poder evitarlo. La picazón sobre sus ojos fue presente y sus puños se apretaron con fuerza.

Era pequeño y frágil, la cosita más hermosa que había visto en ese mundo. De adorables mejillas redondas, ojos grises y grandes decorados por miles de estrellas y una sonrisa más brillante que el sol. Y un pequeño bollo negro sobre su cabeza atado por aquella cinta roja que reconoció fácilmente.

Un lindo loto violeta en medio de la nieve como un pequeño retoño de primavera.

Era muy lindo y adorable. Incluso si no fuera por ese dulce aroma a leche y miel Lan Wangji pensaría que estaba en realidad ante el cachorro omega más lindo del mundo.

Pero no había duda. No importaba cuánto había cambiado tan abruptamente.

Ese niño era sin duda Wei Wuxian.

Lan Wangji respiró profundamente, sus pies comenzaron a avanzar hacia aquel lugar en especial. Hacia ese niño en especial.

—… ¿Quieres casarte con A-Zhan? ¿En verdad quieres casarte con A-Zhan?

A-Zhan.

Hacía años que Lan Wangji no se refería así mismo como A-Zhan.

No desde que mamá murió.

—Claro que sí. Eres muy lindo y me gustas mucho. Quiero hacerte muy feliz.

Los pasos de Lan Wangji avanzaron con mayor determinación. Buscando alcanzar al niño.

Pero a pesar de ello algo estaba mal.

Era como si…

Como si aquella imagen en particular comenzara a alejarse más y más de Lan Wangji.

El omega frunció el ceño, sus pasos se aceleraron. Su diestra se estiró deseando poder alcanzarlo.

No.

No te vayas.

No es suficiente.

Tengo que recordar.

Quiero recordarlo. Quiero recordarte.

¡Debo de recordarlo!

Sin embargo, su pie derecho se paralizó deteniendo sus pasos.

Lan Wangji bajo la mirada e intentó liberarse sin éxito alguno. Su ceño se frunció con fuerza.

Debía liberarse.

—Te lo prometo. Haré lo que tenga que hacer para que seas feliz.

Y entonces lo escuchó.

Esas palabras. Esa frase.

Ese niño había dicho esa frase que recordaba haber escuchado en algún momento.

Pero no solo escuchó la voz de ese niño.

Lentamente Lan Wangji giró su cabeza hacia la derecha. El cabello largo sin un solo mechón y el velo que portaba desde su cinta de regulación no le permitieron ver bien a la persona a su lado.

Pero cuando lo hizo no tuvo dudas.

Era un joven que no sobrepasaba los diecisiete años, su cuerpo era más alto y fuerte que el del joven príncipe Lan de dieciséis que lo miraba.

Su cabello negro y largo, ligeramente ondulado contrastaba con su piel tan clara como la porcelana. Una cinta roja ataba su cabello en media cola y su cuerpo era vestido por túnicas grises y negras.

Líneas rojas decoraban sus párpados bajos como un hermoso maquillaje mezclado con las ojeras bajo sus ojos.

Pero Lan Wangji no vio un monstruo ahí. No vio peligro ni desdicha.

Solo vio un joven.

Y el mismo que le dio aquella mirada llena de amor que ya conocía.

—No importa cuantas vidas sean o cuantas veces tenga que hacerlo. En esta y mil vidas yo me encargaré de hacer feliz a mi destinado.

Una lágrima corrió por la mejilla de Lan Wangji, pero cuando sus ojos bajaron el terror se apoderó de su corazón al notar que su espada BiChen estaba entre sus manos.

Apuntando a un único objetivo.

El corazón de Wei Ying.

Lan Wangji intentó soltar la espada, sus manos no respondieron y la desesperación se apoderó de su corazón.

Sintió algo extraño en su nuca. Era doloroso como si un animal lo hubiera mordido. Una persona tiraba del hilo, caminando lentamente hacia el hombre seguía sosteniendo el hilo, tirando de la nuca de Lan Wangji en el proceso.

Y entonces escuchó una voz tan cerca de su oído derecho que lo hizo estremecer con asco.

―Debes matarlo. No importa si no quieres. Hare que con tus propias manos mates a la bestia que tanto amas.

No, no lo haría.

No otra vez.

¡No quería lastimar a su A-Ying otra vez!

Las lágrimas salieron de sus ojos con temor, las preguntas golpearon su mente constantemente. El miedo y la culpa lo consumieron por completo.

¿Por qué?

¿Por qué debía ser así?

¿Por qué había odiado a Wei Ying desde el principio?

¿Por qué había apuntado su espada contra el corazón de Wei Ying, aun cuando el mismo vio que era la persona más buena del mundo?

¿Por qué había querido matarlo la noche de bodas?

Lan Wangji no lo sabía. No era racional en su cabeza todo ese estúpido odio sin sentido que había sentido.

¿Por qué había odiado a Wei Ying?

―Hare que ese humano te odie incluso si no hay una razón y en cada vida su espada apuntará a tu corazón.

―A-Zhan.

La voz de Wei Ying le hizo levantar la cabeza, un par de lágrimas corrieron por sus mejillas.

Ante él, el Wei Ying adulto le miró dulcemente. Túnicas blancas lo vestían como en ese bosque. Su cabello negro estaba ondulado, moviéndose suavemente con la brisa. Su rostro era el más hermoso al igual que su sonrisa.

Aquella sonrisa que olía a libertad.

Gentilmente Wei Ying preguntó:―A-Zhan… ¿me odias de verdad?

Lan Wangji trago sus lágrimas buscando contestar tan rápido como pudo―No, jamás podría odiarte.

―¿Me amas?

―Hmn, sí. Mas que a nadie.

―¿Confías en mí?

―Hmn.

―Entonces avanza.

El terror apareció en los ojos de Lan Wangji, Wei Wuxian buscó tranquilizarlo:―No tienes que temer. Nada malo pasará. Puedes confiar en mí. Ven, A-Zhan.

El Emperador extendió sus brazos a Lan Wangji, como si deseara abrazarlo. Las mangas blancas y anchas danzaron en el viento como espuma del mar.

Lan Wangji no pudo evitar las lágrimas,  pero confió y avanzó.

Tal como Wei Ying, tal como deseaba en su corazón. Aun cuando la espada seguía apuntando al corazón de Wei Wuxian, el omega no se detuvo, haciendo que el hilo comenzará a estirarse cada vez más. Era algo doloroso, pero a Lan Wangji no le importó.

Incluso cuando el hilo se estiró tanto hasta llegar a su límite, tirando bruscamente de la cabeza de Lan Wangji.

El mismo que frunció el ceño, apretó sus colmillos y tiro fuertemente de su cabeza logrando que la mundana serpiente roja saliera de su sistema. De su cuerpo, su alma y su corazón.

La espada cayó al suelo, Lan Wangji siguió corriendo.

Hasta que finalmente llegó a los brazos de Wei Wuxian como siempre había deseado.

―¡A-Ying!

El emperador le abrazó gentilmente. Protegiéndolo entre sus brazos como siempre había querido sin que aquella espada se incrustara en su corazón.

―A-Zhan, mi dulce A-Zhan. Lo hiciste muy bien. Estoy orgulloso de ti.

Lan Wangji se sentía tan feliz.

No dañaría a A-Ying nunca más.

Nunca más.

Lan Wangji levantó la vista, encontrándose con la gentil y amorosa mirada de su marido. Sus pupilas se dilataron ante la vista.

Le gustaba mucho.

Le encantaba la sonrisa de su marido porque le hacía sentir tan libre como las aves.

La libertad que siempre anheló estaba en su corazón. Y su corazón siempre había sido de A-Ying.

Lan Wangji estiró su mano deseando tocar su rostro.

Pero cuando su mano estaba a nada de hacerlo el cuerpo de la persona ante sus ojos se convirtió en fuego puro de un brillante color rojo que en algún momento se tornó en un hermoso violeta brillante. Haciéndose tan pequeña como un fuego fatuo que se puso ante él.

Lan Wangji revisó su diestra notando que en realidad no había ni una sola quemadura en ella. Así como no había sentido dolor alguno.

Sin poder evitarlo la mirada de Lan Wangji volvió a la llama. Dándose cuenta que la escena con aquellos dos niños había desaparecido en la oscuridad que había consumido todo a su alrededor. Dejando solo la vista de aquella brillante llama.

Aquel fuego incandescente se mantuvo fuerte y latente, como si fuera un corazón esforzándose por sobrevivir.

Cómo si estuviera durmiendo una larga siesta.

Con sospecha Lan Wangji acercó su mano nuevamente, podía sentir el calor del fuego, pero no había sensación alguna de dolor. El fuego no lo quemaba. Más bien…

Parecía buscar el calor corporal de Lan Wangji.

—¿Wei Ying?

Cómo si hubiera hecho algo que despertara aquello el fuego creció sin medida alguna, palpitando y rodeando, girando alrededor de Lan Wangji como si fuera su satélite personal. Llegando al punto de levantarse del suelo como si fueran pétalos de alguna flor.

Sin poder evitarlo Lan Wangji unió sus manos, dejando sus palmas hacia arriba como si deseara tomar cada pétalo.

Y para su sorpresa aquellos pétalos llegaron hasta las manos de Lan Wangji, uniéndose uno a uno formando una flor de loto violeta.

Y en el centro de aquella flor Lan Wangji vio algo.

Una perla blanca con unos símbolos desconocidos grabados sobre su superficie.

—Lao… Ying.

Y entonces nuevamente Lan Wangji fue tragado por la tierra hasta ser absorbido por el mar profundo.

―3,333, recuerda, 3,333.

―En este mundo hay cosas maravillosas, A-Zhan. Y él es una de ellas.

―3,333, recuerda, 3,333.

―Si alguien puede ayudar a A-Lan es esa persona.

―3,333, recuerda, 3,333.

―A-Zhan, nunca olvides que A-Niang te ama.

―Este trato tiene un precio, ¿lo entiendes? Deberás pagar con algo especial para ello.

―Hare que ese humano te odie incluso si no hay una razón y en cada vida su espada apuntará a tu corazón.

―¿Cuál es el pago que desea mi señor?

―Debes matarlo. No importa si no quieres. Hare que con tus propias manos mates a la bestia que tanto amas.

―Quiero que me hables de la humanidad.

―¡TU MISMO MATARÁS AL HIJO DEL CIELO!

―A-Zhan.

 

 

 

CAPITAL DEL IMPERIO-YILING WEI

ORQUÍDEA RADIANTE

Tiempo actual

 

 

Entonces Lan Wangji despertó.

Paralizado en una posición fetal Lan Wangji se quedó en ese lugar, inconsciente de la pequeña lágrima que brotó de su ojo. Trabajando por su mejilla hasta perderse entre las fibras de su almohada.

El sonido de la tormenta en el exterior llenó los oídos de Lan Wangji sin detenerse en un solo momento. Lan Qiren descansaba en la cama de Lan Wangji mientras este yacía en el nido.

Con un rostro sombrío Lan Wangji se sentó sobre la cama del nido, sus flequillos cubrían sus ojos. La cinta de regulación se encontraba a un lado de la almohada roja que había estado abrazando entre sueños. El aroma de Wei Wuxian ya se había entremezclado con el de Lan Wangji en aquella habitación.

Lan Wangji levantó un poco la cabeza, su nariz olfateó.

Wei Ying.

El omega se levantó de la cama mecánicamente, su cabello negro tinta se extendió suelto hasta caer por debajo de sus muslos mientras sus pasos le llevaban por la habitación como un sonámbulo. Su cuerpo estaba vestido con la capa de emperatriz blanca, bordados de conejos color perla la decoraban.

Brillando con la luz de la luna ante sus movimientos que le llevaron hacia el estante donde guardaba sus regalos especiales de cortejo.

Las manos del omega buscaron hasta encontrar esa caja en especial. La abrió con cuidado y ante el omega el primer pañuelo de cortejo fue presente.

Wei Ying.

El omega guardó el pañuelo y nuevamente caminó, hasta llegar a la ventana más grande de la habitación.

Giró su cabeza hacia donde descansaba su tío. Sus labios permanecieron semiabiertos, su rostro oscurecido era imperceptible ante la luz.

Wei Ying.

Y sin dudarlo abrió las puertas y salió cerrando cuidadosamente sin que Lan Qiren pudiera notarlo.

Entonces Lan Wangji caminó y caminó hacia un único destino, como un alma en pena sin importarle que sus túnicas y cabello comenzaran a mojarse con el agua de la lluvia. Solo podía pensar en algo en particular. Solo en alguien.

Wei Ying.

Y en una pagoda en especial pudo verlo.

Un conejo negro de ojos rojos.

Un rayo iluminó su figura. Los ojos de Lan Wangji miraron sin brillo a aquel conejo negro que le miraba seriamente. Algo en esos ojos le pareció familiar a Lan Wangji, pero por más que esforzó su mente para recordar quien era no pudo encontrar respuestas. Y eso solo amargó su aroma con profunda decepción.

El conejo por su parte se acercó a él. Sus dientes tiraron de las túnicas de Lan Wangji; como si deseara que le prestara atención.

Y entonces el conejo emprendió su camino al horizonte.

Por un momento Lan Wangji le miró en silencio.

Hasta que sin dudarlo comenzó a perseguir al conejo que saltó con mayor velocidad.

Por las calles del Palacio Rojo se pudo ver una figura blanca correr desesperadamente sin que los ojos de algún mortal pudieran ver aquello en realidad. Como si fuera un espejismo disfrazado de urgencia atrapando a aquel omega en ello mientras el brillo de los truenos iluminaban la tierra de YuZhong.

La misma tierra que temía por lo inevitable.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Luo Suibian estaba cansado.

Una vez que la junta de improvisto que había tenido con los guardianes dorados terminó, Suibian comenzó a organizar los papeles que debía llevar al Salón del Trono para hablar con los ancianos del concejo del palacio, quienes ya estaban trabajando para preparar todo para el juicio de los criminales de Lycoris Radiata y limpiar el nombre del emperador de una vez por todas con aquellas pruebas que ese demonio les mandó.

Chengxing… ese era el nombre que esa persona le había dicho que era suyo.

No importaba cuanto Luo Dongxing lo pensara había algo en esa persona…  que se sentía familiar.

Como si en realidad no fueran desconocidos.

Pero el trabajo no terminaba, menos cuando las cosas se habían vuelto así y el tiempo se había acabado. Por lo que Suibian debía continuar.

El toque de la puerta lo sacó de sus pensamientos. Todos los guardianes dorados estaban aquí por lo que era probable que alguno de ellos quisiera aclarar algo o fueran personas a su cargo. Por lo que Suibian fue directamente a la puerta y la abrió.

Ante Suibian una persona más baja que él se encontraba de frente, su cabello negro peinado en una cola alta de caballo decorada con trenzas. Los ojos violetas enmarcados con un elegante maquillaje estaban bajos.

―Zidian, ¿Puedo ayudarte en algo?

Zidian bajó la mirada sin saber cómo iniciar el tema, pero ya no podía callar.

Suibian tenía que saber la verdad.

Incluso si perdía a Suibian en el proceso.

―Suibian, tenemos que hablar de algo muy importante.

Suibian suspiró con cansancio. No era el momento de hablar de lo que sea que Zidian quisiera hablar.

―Zidian, yo-

―¡Suibian!

El grito de Bichen lo puso alerta de inmediato, pasando a lado de Zidian, Suibian se abrió paso hacia donde escuchó la voz de Bichen, y sin dudarlo corrió hacia él hombre que tan pronto lo vio corrió hacia él hasta llegar a su lado.

―¡Suibian!

―¡¿Qué ocurre?! ¡¿Dónde está tu barrera contra la lluvia?!―. Exclamó pasándole energía dorada que se convirtió en una barrera que rápidamente secó el agua que ya había humedecido las ropas del albino.

―Wangji… ¡Wangji no está en su cuarto! ¡Wangji no está ahí!

El ceño de Suibian se frunció de inmediato.

Mierda.

Corriendo entre los pasillos y las plazas del palacio Bichen y Suibian buscaron juntos a Lan Wangji. La tormenta persistente hacía mucho más difícil encontrar el rastro, pero los guardianes dorados ya se habían unido en la búsqueda dividiéndose en distintos grupos para encontrarlo.

Luo Suibian no podía evitar preocuparse.

Lan Wangji era muy fuerte y su cuerpo era resistente, por lo que existía la posibilidad de que simplemente despertara y buscara a A-Yuan y Wei Ying, saliendo de improvisto por la preocupación. Pero no encontrarlo en la Cueva del Demonio donde estaba Jiang Cheng ni en sus alrededores hizo que la preocupación del demonio fuera mayor.

Luo Suibian no entendía a los humanos, incluso aunque se crio entre ellos.

Entender a ese chico era más difícil. Pero el que no lo entendiera no significaba que no se preocupara por él.

Lan Wangji no pudo ser secuestrado sin que no lo notaran, pero sobre todo, Lan Wangji no era tan débil como muchos quisieran pensar.

Ese chico…

 

―Suibian-gege, voy a casarme.

 

Ese mocoso…

 

―No quiero casarme con él porque quiera que me agradezca con eso. Quiero casarme con él porque lo amo y voy a protegerlo aun si me odia para siempre.

 

Ese mocoso…

 

―No encontré los materiales para hacer pasteles de luna tradicionales, pero intenté darles una apariencia presentable, ¿le gustan?

 

¡Ese adorable chico era muy importante para él!

―¡Pequeño Lan! ¡Lan Wangji! ¡¿Dónde estás, Lan Wangji?!

―¡Wangji!

Con el golpe del rayo el Palacio Rojo fue iluminado y la vista de la puerta del Templo del Dios Complacido abierta de par en par le dio paso a la figura de Lan Wangji.

Su respiración errática se volvió pesada, sus ojos dorados miraron con sospecha a la figura que había perseguido todo ese camino, como un par de linternas resplandecientes en medio de la oscuridad. Notando como aquel “conejo negro” ahora había tomado la forma de un joven únicamente vestido con una capa negra decorada con flores de Lycoris Radiata que flotaba en el aire al igual que su figura.

―Lan Wangji.

―¿Quién eres?

―¿Esa pregunta es para mí o para ti, Lan Wangji?

Lan Wangji no supo que responder. Su ceño se frunció con frustración.

―No importa cuánto te esfuerces, ¿no es así? No puedes recordar nada en realidad y eso te frustra demasiado porque tú sabes que hay más de lo que tu mente puede visualizar.

―Tú… tú sabes todo.

Chenqing le miró seriamente, sin permitir que ni una sola línea cambiara por la persona que ahora yacía ante él.

―Lo sé, después de todo no poder olvidar es mi maldición.

Lan Wangji no dijo nada.

―¿Qué hay de tu maldición? ¿Aun odias a tu marido?

―… No, mi Señor… Wei Ying encontró la representación física de la maldición del corazón que me impusieron y logró extraerla de mi alma.

―Como podría esperarse de él.

―Pero… aun.―Las manos de Lan Wangji sujetaron su cabeza, su ceño se frunció.―Siento que hay algo que olvidé. Puedo ver algunas cosas, pero no importa cuánto me fuerce…

―Ya veo. La maldición salió de tu cuerpo, pero aún hay algo que bloquea tu memoria. Después de todo, él no dejaría el camino fácil para Gege.

¿Él?

¿Gege?

Lan Wangji apretó los puños con impotencia. Había una sensación desagradable en su corazón que hizo que el jazmín y las orquídeas se secaran y el sándalo se agriara.

Dolía.

Le dolía tanto la cabeza de no poder recordar nada.

Y un par de lágrimas cayeron del hermoso rostro de Lan Wangji.

Chenqing suspiró con cansancio. No deseaba que las cosas fueran así. Debió haber sido naturalmente, pero ahora como estaban las cosas solo había un camino en realidad.

El resentimiento se extendió como neblina negra sobre el templo, apagando cada vela y consumiéndola vista de cada adorno y columna, excepto la gran estatua de piedra perteneciente al Dios Complacido.

―¿Te gustaría recordar quién eres en realidad? Podría ser difícil para ti e incluso podría tener graves consecuencias. Después de todo, siempre has sido un ser humano.

Cuando Lan Wangji levantó la mirada aquel espectro estaba a solo unos centímetros de distancia. Brillantes ojos rojos le miraban seriamente.

―¿Hay una manera? ¿De verdad podría recordar todo?

―Lan Wangji.

―Por favor.

―¿Entiendes lo que significa recordar todo? ¿Estás dispuesto a hacerlo? No habrá marcha atrás y no puedo asegurar que el pasado sea algo agradable para recordar. Pero si lo haces, serás libre.

―Wei Ying.

―Hmn.

¿Quién era Wei Wuxian? ¿Quién era Lan Wangji?

―¿Estás seguro que quieres saber quién es Yiling Laozu? ¿Estás dispuesto a aceptar todo lo que significa Wei Wuxian?

El verdadero Wei Wuxian.

El Hijo del Cielo.

Y el Yiling Laozu.

 

 

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Luo Suibian corrió y corrió, en el camino los demás guardianes se unieron a ellos e la búsqueda. Revisaron con su propia energía por cada rincón intentando encontrar el núcleo dorado de Lan Wangji, hasta que algo hizo que Suibian se detuviera de inmediato.

Había un aroma extrañamente familiar en el palacio, uno que no debería estar ahí.

Eso era…

―Chenqing.

Oh no.

¡Lan Wangji!

―¡Bichen!

Tan pronto Bichen escuchó el llamado de Suibian corrió a su lado. El demonio cortó la piel de la palma de su mano, derramando sangre que de inmediato comenzó a moverse entre la lluvia como si tuviera vida propia. Guiándolos a un solo camino.

Y entonces ambos entendieron a donde los llevaba.

―¡El Templo del Dios Complacido!

Sin dudarlo los guardianes dorados se movieron sobre el aire, volando a gran velocidad hacia el templo, el cual a la distancia parecía tener las puertas abiertas. La incertidumbre en el corazón de Bichen aumentó como el miedo de pensar que Lan Wangji estuviera en peligro.

 

 

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―¿Estás seguro que quieres hacerlo?

El demonio volvió a preguntar, mientras la piel de su palma derecha comenzó a quebrarse como si fuera un cascarón, dejando ver una brillante luz violeta que le pareció extremadamente familiar.

―¿Si lo hago lo sabré todo?

―Si lo haces comprenderás todo. Hay un riesgo sobre la verdad, enfrentarse a la luz puede ser cegador, pero solo aquellos que sean valientes para salir de la cueva de la ignorancia y enfrentarla podrán ser libres. ¿Crees que podrás hacerlo, Lan Wangji?

Aquella luz comenzó a incrementarse, tomando la forma de una hoja de un objeto brillante que parecía una joya preciosa parecida a un cristal. Uno a uno se fueron formando varios pétalos violetas hasta que aquello tuvo una sola forma.

Una flor de loto violeta.

Y Lan Wangji no dudo más.

―Lo haré.

Con manos seguras tomó aquella flor, era tan pequeña como un níspero. El demonio le dio una indicación. Debía tragarlo como si fuera un postre.

Aun a pesar de su aspecto peligroso Lan Wangji lo fue dirigiendo a su boca mientras Bichen y Suibian se acercaban aún más.

Lan Wangji abrió la boca e introdujo aquel objeto, descubriendo un dulce sabor agradable, la flor se deshizo tan pronto tuvo contacto con el calor de su boca y Lan Wangji se deleitó con el sabor extremadamente familiar.

Y entonces Lan Wangji trago llegando a una conclusión que ya sospechaba.

Esos ojos…

Los ojos de Chenqing, los rasgos de Chenqing.

Esa familiaridad conocida. Esa sensación extraña de deja vu.

Chenqing y Wei Wuxian.

Los ojos de Chenqing y Wei Wuxian tenían la misma forma. Su nariz también.

Entonces ellos dos…

Chenqing miró seriamente al omega, con un gran arrepentimiento en sus ojos rojos como la sangre y pidió:―Perdóname de corazón por esto, Gege.

Antes de golpear duramente contra el pecho de Lan Wangji con dos dedos, justamente en el punto de su corazón.

El golpe hizo que Lan Wangji se quedara sin aire, sus vista se nubló por completo y sus pies perdieron fuerza justo en el momento en el que Bichen entró junto con Suibian.

―¡WANGJI!

Tan pronto como un suspiro Suibian se lanzó con fuerza hacia el lugar, logrando atrapar con gentileza la figura inconsciente de Lan Wangji, misma que estaba completamente empapada con la lluvia.

Sin importarle nada Bichen corrió hasta Lan Wangji, cayendo de rodillas contra el suelo reviso su estado, su preocupación solo aumentó sin poder evitarlo.

―¡Wangji! Wangji, por favor, despierta.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, sus brazos tomaron el cuerpo del muchacho completamente asustado.

Y solo pudo mirar a Suibian con lágrimas en los ojos.

―Suibian.

Y algo dentro de Suibian explotó con ira.

El demonio se levantó completamente enojado, sus colmillos brillaron cuando su mandíbula se presionó con ardua molestia. El demonio abrió de un solo golpe sus túnicas, revelando su pecho y ahí el Jade Limitador que había hecho su padre omega para él.

El mismo que arrancó de un solo golpe en el momento en que sus ojos se encontraron con los de Chenqing.

―Tu bastardo hijo de puta.

El cabello borgoña comenzó a oscurecerse en un tono castaño desde la raíz, los iris dorados se volvieron de un tono verde que fue consumido por un tono rojo como la sangre. En donde las pupilas se rasgaron llenos de odio.

Como si el tiempo se hubiera detenido el Jade Limitador que escondía la verdadera apariencia de Suibian cayó lentamente hasta golpear contra el suelo.

Chenqing apenas tuvo tiempo de bloquear con sus antebrazos y resentimiento el golpe hacia su rostro. Mismo que le sacó del templo abruptamente lanzándolo varios metros lejos, hasta que su espalda chocó contra la pared de un edificio.

Y ahí estaba.

Ojos rojos color sangre con pupilas rasgadas, la marca del símbolo del fuego plasmado en su frente, Una mirada llena de odio.

Ante los ojos de Chenqing estaba una bestia sedienta por sangre.

Y una que no deseaba dejarlo en paz.

Chenqing suspiró.

Ah, ese rojo arrogante desagradable tuvo razón.

Suibian de verdad era una bestia.

Pero Chenqing también lo era.

Con aburrimiento Chenqing se levantó de los escombros, movió su cuello de un lado a otro escuchando el crujido de sus huesos al chocar entre ellos. Sus ojos miraron a Suibian fríamente.

―Desde el maldito día en que te conocí supe que no eras de fiar.

―No me digas. Que impacto.

―Siempre he sabido que hay algo en ti bastante sospechoso que no me agrada, algo que no tiene sentido.

―Es bastante hipócrita de tu parte que me juzgues por ser un demonio cuando tú también lo eres.

―Tú y yo sabemos que tú no eres como yo, ni eres como Hua Cheng. No te pareces a nada que haya conocido en el pasado, nada en absoluto.

―Hmp, supongo que has perdido la razón entonces para que no sepas lo que hay ante tus ojos.

―No, no he perdido la razón. Por el contrario, estoy más cuerdo que nunca, lo suficiente para saber que estas ocultando algo. Dime Chenqing, ¡supuesto Demonio del Resentimiento y la Venganza!… ¿Qué carajos eres en realidad?

―Porque no lo averiguas por ti mismo.

―Supongo que tienes razón.―Dos dedos fueron levantados, apuntando directamente contra Chenqing.―¡Yo mismo averiguaré que eres en verdad!

―Ah, como quieras.

Y sin más Suibian y Chenqing se lanzaron el uno contra el otro.

Suibian tenía un solo objetivo en mente, sus dedos apuntando al frente como un arma, sus corazones latiendo con furia y las memorias de cada uno entrelazándose con algo que uno sospechaba y el otro sabía.

Ya no había necesidad para fingir, no más mentiras. No más máscaras.

Esto debía acabarse aquí y ahora.

Era igual. Chenqing podía sentirlo.

Era la misma sensación que cuando se enfrentó a ese tipo.

La misma esencia, la misma sensación.

Y entonces algo vino a la cabeza de Chenqing.

“― Solo recuerda, no permitas que te toque o todos sabrán la verdad”

Entonces lo entendió.

Ese tipo no buscaba golpearlo.

Suibian quería…

Mierda.

¡MIERDA!

La palma de Chenqing se colocó de inmediato sobre su frente, algunos cabellos de su fleco se desacomodaron y recibió el golpe de los dedos de Suibian sobre un costado, pero no le importó.

No podía permitirlo.

¡No podía permitir que ese tipo tocara su frente!

Suibian calculó sus movimientos, notando naturalmente aquel movimiento sospechoso. Había algo ahí, ya no tenía dudas de ello y Suibian no dejaría que aquello siguiera oculto.

Incluso si algo salía mal.

¡No podía seguir permitiendo que esta sospechosa persona siguiera junto a Wei Ying!

En algún momento cuando Chenqing se descuidó Suibian golpeó contra su muñeca logrando que la frente del demonio estuviera libre.

Fue solo una cuestión de tiempo, como si este se hubiera detenido ante Chenqing, quien solo pudo ver como lentamente los dedos de Luo Suibian se dirigieron a su frente más rápido de lo que imaginó.

Entonces todo lo que Chenqing pudo hacer fue elevar sus dedos hacia la frente de Suibian. Liberando el resentimiento que siempre escondía las puntas de sus dedos hasta que solo las garras negras fueron visibles, las mismas que retrajo hasta que tomaron un tamaño adecuado para lo que quería hacer.

Y los dedos de ambos tocaron la frente del otro.

El impacto lanzó a ambos varios metros lejos el uno del otro, sus pies se mantuvieron en el suelo hasta que lograron detenerse.

Pero cuando Chenqing logró frenar sus piernas fallaron de inmediato. Cayendo al suelo de rodillas, sus palmas evitaron que su cabeza chocara contra el suelo sosteniéndose tan firme como podía.

La horquilla de plata con la formade un dragón cayó al suelo. Soltándolo por completo.

Suibian por su parte se quedó en su lugar, respirando aceleradamente intentando calmarse.

Y sin más su cola de caballo se deshizo, soltando las hebras castañas sobre sus hombros.

El demonio sostuvo su cabeza bastante cansado, algo de sangre cayó de su nariz.

Y entonces algo pasó.

—¡AAAAAAAAAAAHHH!

—¡SUIBIAN!

Luo Suibian comenzó a gritar preso del dolor. La sensación de su sangre corriendo por sus venas a gran velocidad atrapó por completo su figura. Al igual que la extraña sensación de sentirse atrapado en su propio cuerpo.

Era un dolor insoportable, como algo dentro de él se estuviera quebrando sin que Suibian pudiera hacer nada.

Ni siquiera la imagen de Bichen corriendo hacia él alivió el escozor sobre su piel y espíritu mientras podía sentir ese calor subir lentamente.

Cómo miles de serpientes de fuego quemando su cuerpo con sus intentos de llegar a la cima.

Sus garras se volvieron más gruesas, sus zapatos se volvieron insoportablemente pequeños, hasta que las garras de sus pies pudieron romperlos, abriendo paso para las garras de sus pies que habían crecido nuevamente.

El dolor en su columna se volvió insoportable, ya no era solo un dolor común y temporal como el que solía atacarlo de vez en cuando.

Eso era…

Su sello demoniaco, el que limitaba su poder absoluto y el mismo que había activado para evitar ser detectado por los demonios de Wen Mao hacia doscientos años atrás había sido roto.

—¡AAAAAAAAAAAHHH!

Su cola había sido liberada por fin.

—¡Suibian!

No solo era la ilusión de su presencia como aquella mañana con Bichen. Esa era su cola real, bañada en sangre y libre por fin después de doscientos años.

Sus huesos crecieron de forma anormalmente rápida, sus músculos se fortalecieron mientras raíces rojas se abriendo paso, visibles en la piel expuesta de su pecho subiendo por su cuello.

Los cabellos cortos del flequillo de Luo Dongxing comenzaron a crecer, volviéndose tan largos como no habían sido en años, cuando Luo Suibian los cortó como un símbolo de la deshonra que había sido plasmada en su corazón al haber fallado en proteger a su familia y siguió recortándolos todos los días hasta ese día.

El cabello era sagrado, un regalo de los padres a los hijos. Y Suibian lo cortó para cambiar su aspecto tanto como pudo.

Mientras raíces rojas claras como algo permanente en su piel pasaron por su rostro, los huesos de aquella cara que había desfigurado hace años para tomar otra apariencia comenzaron a acomodarse produciendo un intenso dolor en Luo Dongxing.

Su mandíbula recuperó un aspecto más fuerte, su nariz se quebró recuperando el perfecto arco que había heredado de Shen Qingqiu. Sus cejas se volvieron más definidas y sus pestañas crecieron al tamaño correcto. Completamente diferente al nivel en qué Suibian las recortaba constantemente.

Y el sello demoníaco de Luo Suibian impuesto por el mismo hacia doscientos años atrás fue roto con un solo toque.

—¡Suibian!

Sin importarles más Zhen Zidian y Bichen se acercaron al demonio. Zhen Zidian le ayudó a sostenerse tan pronto los pies de Suibian tambalearon.

—Suibian.—Llamó Bichen temeroso, aun aferrándose a Lan Wangji, pero atento al estado de su marido.

—Suibian. A-Luo, ¿Estás bien?—preguntó Zidian, no le importó lo vergonzoso que era llamarlo de esa manera, solo quería saber si estaba bien.

Con el ceño fruncido Baxia apuntó su sable directamente a Chenqing, quién aún se encontraba agachado en el piso sin intentar levantarse.

Suihua, Shuoyue, Liebing y Sandu hicieron lo mismo, apuntando sus armas al demonio que había puesto en ese estado a su Shidi.

Wang-Ji solo podía ver consternado. Lo que había pasado no era algo para no preocuparse por Suibian. Pero lo que podía detectar en el corazón de ese niño también le preocupaba.

—Shixiong.—Llamó Wang-Ji a Shuoyue, pero por primera vez el mayor lo ignoró.

Zidian encolerizó:—¡¿Qué carajos le hiciste a Suibian?! ¡¿Qué demonios crees que eres para hacerle daño, maldito infeliz?! ¡¿Quién te crees para atreverte a parecerte a ella y herirlo así?! ¡¿Quién te crees para usar un rostro tan idéntico al de Yu Ziyuan?! ¡Al de mi Ziyuan!

Chenqing no respondió.

—¡¿Qué está pasando ahí?!—. Se pudo escuchar a lo lejos, Sandu pidió de inmediato:—¡No vengan aquí es peligroso. No vengan!

Cuando Suibian comenzó a separarse, Zidian se aferró a él, temeroso de su estado:—Suibian.

—Estoy bien. Todos ustedes, cálmense ya.

Cuando los ojos de los guardianes se posaron sobre el demonio la sorpresa fue inevitable.

Ese era…

—Suibian.

El verdadero aspecto de Luo Suibian.

Y ahí, como una cicatriz visible la marca demoniaca que le demostraba al mundo su verdadero linaje.

Suibian elevó una mano y peino sus cabellos, las garras negras pasaron a través de las hebras, dejando que el partido del lado que usaba en el pasado despejara su rostro.

Sin temor alguno invocó su espada, la hoja blanca se tornó oscura gradualmente y caminó con una expresión fría directamente al demonio en el suelo.

Y entonces se escuchó la risa de Chenqing.

—Sangre de Dios. Sabía que eras hijo de Luo Binghe, no quise entrometerme porque no me correspondía, pero siempre quise saber porque siempre has negado la Sangre de Dios en tu sistema.

Suibian no dijo nada, simplemente siguió avanzando, apuntando su espada contra la cabeza de Chenqing.

—¿Por qué niegas ese poder? Es porque no te sientes digno, te sientes incapaz de gobernar el Reino Demoníaco, indigno del Aura del Hijo del Cielo sobre tu ser. Indigno de ser una de las Semillas de Dios en este mundo. Un completo sinsentido para ti.

—¿Quién eres en realidad?

Chenqing no respondió.

—Siempre supe que mentías porque conozco cada aroma de cada especie en este mundo. Y tú no hueles a un humano convertido en una calamidad. Tampoco hueles aun demonio convertido en esto. No hueles como Hua Cheng.

Los guardianes miraron seriamente aquello ante sus ojos. Lo que había pasado no tenía sentido.

—Si te hubieras presentado sinceramente al inicio de todo, dejando en claro que eres en realidad y porque ayudabas a Wei Ying yo jamás hubiera juzgado tu presencia. Pero no lo hiciste, mentiste. Jamás has explicado tus razones detrás. Naturalmente voy a sospechar de ti hasta que digas la verdad.

El sonido de la espada de Suibian fue crudo, la punta se detuvo a un solo centímetro de cortar el cabello de Chenqing.

—¿Qué eres en realidad, Chenqing? ¿Si quiera ese es tu nombre? ¿Tienes un nombre, criatura?

Todo se volvió silencio absoluto por unos minutos. Solo el sonido de las gotas de la vieja lluvia cayendo de aquí allá después de la tormenta.

Y en la plaza de los templos podía verse a una serie de figuras atentos a dos en especial.

Más a aquella criatura que seguía de rodillas contra el suelo.

Su cabello mojado y sucio se volvió una decepción. Él odiaba verse de esa manera.

¿Qué pasaba si él despertaba y lo veía así?

No, debía arreglarse apropiadamente. Tenía que lavar su cabello y peinarlo de una forma bonita con la horquilla que Wei Ying le regaló. Debía pulir sus garras y colmillos. Debía lavar su túnica y verse mejor que de costumbre.

Además, debía ir a pescar. Necesitaba pescar muchos peces para Wei Ying.

Wei Ying amaba el sabor del pescado crudo al igual que él. Wei Ying merecía el pescado más fresco y rico de la zona.

Pero sobre todo, Wei Ying no debía…

—Habla ahora, criatura.

Saber la verdad de esta manera.

—Te estoy esperando. Es tu última oportunidad de decir la verdad.

Pero cuando vio aquella horquilla en el suelo sus pensamientos se detuvieron.

Oh, cierto.

Había roto el sello de Suibian.

Aun cuando ese sello era un juego de niños para él, haberlo hecho y frente a tantas personas ya era demasiado tonto y sospechoso para saber que lo había arruinado.

Mas cuando su propio sello había sido roto también.

“—Gege”

¿Por qué?

“—Gege siempre estará para ti”

¿Por qué había arruinado lo único bueno que le quedaba en este mundo?

Con un suspiro cansado el demonio golpeó el suelo con sus puños. Tomando fuerzas con sus brazos sus piernas lentamente levantaron su figura, ante diez armas que no estaban dispuestas a dejarlo escapar.

De la túnica negra y amplia miles de trozos de piel pálida como la nieve cayeron al suelo junto a chorros de sangre negra que lentamente se tornaba roja, dejando ver una piel de un aspecto inusual; como si en vez de la piel normal de una persona lo que estuviera ahí fueran las escamas de una bestia que brillaban como un arcoíris.

Aquella escena parecía muy dolorosa, pero aquella persona no se quejó, ni siquiera cuando el crujido de huesos rotos se escuchó y su cuerpo los acomodó formando una nueva apariencia.

Él ya estaba acostumbrado al dolor, era su peor compañero. Quebrarse los huesos, perforarse los órganos y reconstruir nuevamente su ser era como un juego de niños para aquella criatura.

De la capa negra una cola larga y gruesa salió, escamas negras con un brillo tornasol se presentaron ante ellos, el pelaje sobre la cima del lomo y la punta de la cola de esta era de un negro tinta.

Parecía la cola de una serpiente, pero ese pelaje en ella era completamente anormal. Se escuchó el quiebre de huesos, en la parte superior de su cabeza algo comenzó a salir, creciendo y destrozando la piel y cabellos elevándose hasta la cima. Revelando un par de astas doradas como las de un ciervo cola blanca. Rompiendo y reconstruyendo el hueso hasta que la última gota de sangre sobre aquellos cuernos cayó al suelo.

El cabello lacio comenzó a esponjarse, rizándose como los finos trazos de las nubes sobre un lienzo. Creciendo como una larga y gran melena.

El rostro de Zidian palideció, Shuoyue no pudo evitar la sorpresa.

Por instinto diez guardianes canalizaron energía espiritual en sus armas, apuntando a la inusual criatura que se presentaba frente a ellos. El miedo era evidente en sus corazones ante lo desconocido.

Lo que había frente a ellos…

Aquel ser era…

¡¿Qué carajos era esa cosa?!

Sus pies pisaron firmemente el suelo, su figura se levantó lentamente mientras su cabello cubría su rostro.

Pero cuando estuvo de pie correctamente los mechones de su cabello se abrieron de par en par.

Un par de ojos violetas les miraban con frialdad. Aquellos ojos portaban un par de delineados gruesos. Dos largas líneas negras decoraban los párpados superiores mientras los inferiores eran decorados con un par de líneas rojas que se unían desde los lagrimales con las líneas negras, subían y se volvían a encontrar con estas sobre la cima, a la altura de las colas de sus cejas.

En el contorno de su quijada pudieron notar que la piel de forma extraña se movía, como si eso no estuviera único a la piel de su cuello, sino más bien…

Como si fueran… ¿branquias?

Los guardianes fruncieron el ceño ante lo desconocido, la sorpresa atrapó corazones y Suibian no supo que decir.

—Eso es…

—¿Qué carajos?

—En su frente… ¡Esa maldita cosa en su frente es…

En la frente de aquel ser había un símbolo familiar para todos los guardianes. Uno que era imposible que pasara desapercibido, aún a pesar de los años y la falta de convivencia.

Aquella figura de brillante luz violeta como las líneas inusuales y color violeta que decoraban el rostro de Chenqing era…

—El emblema de Meishan Yu.

Una flor de loto de trece pétalos y seis círculos que representaban seis perlas. Mientras dos espadas cruzadas se elevaban hacia polos opuestos.

El patrón era un poco diferente, pero el mensaje era el mismo.

No había duda.

Ese era el símbolo de Meishan Yu.

No, ese era…

El símbolo de Yu Laoying. El mayor ancestro de los Yu.

El Dios que se enamoró de un humano y creo un clan que incluso hoy en día era un misterio.

Un rayo a lo lejos iluminó el cielo, al igual que la figura del demonio que ya estaba cansado de mentir.

Y sus brillantes ojos violeta miraron con frialdad sin deseo de bajar la cabeza nuevamente.

El telón había caído junto a las máscaras.

Y Suibian solo pudo hacer una pregunta a aquella persona tan parecida a su A-Yuan.

―¿Qué eres en realidad?

Chenqing lo sabía.

Ya no podía callar.

Era hora de que todo el pasado saliera a la luz.

 

 

 

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Notes:

¡Hola de nuevo!

En China ya es 31 de Octubre, por lo que aunque nuestro Wuxian este “dormido” me tomo la libertad para decir:

¡Feliz cumpleaños, Emperador!

¿Qué tal ese capítulo?

Poco a poco los secretos que nuestros personajes han guardado celosamente se van destapando. La verdad que algunos han conocido en sus corazones se va revelando a aquellos que han buscado por años saber la verdad y mientras un emperador duerme y un omega ha quedado inconsciente por un misterioso hechizo el supuesto Demonio del Resentimiento y la Venganza se ha deshecho de su disfraz revelando algo que nadie esperó.

¿Quién será esta extraña criatura en realidad?

¿Por qué se habrá apegado tanto a Wei Ying desde que se conocieron?

¿Qué piensan que le habrá hecho “Chenqing” a Lan Wangji?

¿Qué será Wei Wuxian en realidad?

Como una forma de celebrar el cumpleaños de Wei Wuxian el día de mañana habrá capítulo de regalo. Como tal no es u especial, pero inicia con algo interesante que podría gustarles.

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el apoyo, amor y paciencia que le han dado a este proyecto, me despido. Es posible que entre mañana y la siguiente semana quede ya bien fijado como funcionará el nuevo sistema de actualización tanto de este libro como el libro de Shizun.

No se preocupen, me esforzaré por continuar con el proyecto hasta el final y compartirlo con ustedes.

El anuncio será subido tanto en este libro, en mi tablero de Wattpad y el grupo de Facebook.

Recuerden que si no están en el grupo y desean entrar pueden buscarme en mis redes sociales que les deje arriba para que les envié una invitación o buscarlo directamente con el buscador de Facebook como: El Omega el Emperador/Teorías, fanarts, datos curiosos y demás.

Sin más que decir, nos vemos pronto.

¡Gracias por leer!

Chapter 27: CAPÍTULO 14: HUANGDI

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

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Enlace del capítulo en otras plataformas(por favor, evite comentar en este párrafo para que no se pierda su función)

 

 

 

PROVINCIA DE SHANDONG-LOCALIDAD DE QUFU

22 años atrás

 

 

La tormenta de Octubre había empeorado.

Sobre los cielos de aquella oscura noche los relámpagos golpeaban la tierra con violencia. Los animales se habían escondido como los humanos y solo podía escucharse el sonido de la tormenta acaparar la escena de aquel 31 de octubre.

Y en medio de un bosque de Qufu se escuchó un grito agudo.

La mujer sostuvo su vientre haciendo todo lo posible por aguantar. El burro era tirado por Wei Changze, haciendo todo lo posible por ir lo más rápido que podía hacia el templo del Dios Complacido.

Sosteniendo su vientre buscando mantener al bebé dentro Hua Fengxing dijo:―Bebé, tienes que aguantar. No puedes nacer aún ¡No aquí! ¡Aaaah!

Las contracciones tan solo estaban aumentando como la desesperación de Hua Fengxing.

―¡Mi Señora, ya no hay tiempo! ¡No hay una manera de usar un Sello de Teletransportación a la Montaña!

―¡Mientras el bebé este dentro no puedo hacer eso!

―No hay otra opción entonces, ¡El pequeño Príncipe debe nacer aquí!

―¡No puede nacer aquí!

Porque si nacía en el Reino Humano…

Si su hijo nacía en territorio mortal cuando llegara su Presentación Instintiva el despertar de su bebé sería muy doloroso.

—¡Mi Señora, no hay opción!

El burro se abrió paso entre el bosque mientras la tormenta opacaba los gritos de la mujer. Hua Fengxing estaba desesperada. No deseaba que su hijo naciera en tierra mortal.

Él no podía hacer eso.

No importaba cuanto Hua Fengxing intentaba comprender porque el tiempo se había ido tan rápido, no tenía sentido.

Ellos habían calculado perfectamente el trayecto y tenían tiempo de sobra para llegar a la Montaña Divina.

Entonces, ¿Por qué el tiempo se acabó?

—Ah... ah… Diedie, ayuda.

Cuando Wei Changze detectó la presencia extraña de luces rojas, no dudo en sacar su espada temeroso de lo que podrían encontrar en ese bosque.

Pero el corazón de Wei Changze se paralizó cuando ante ellos apareció un gran palanquín rojo con decoraciones de mariposas que era llevado por cuatro esqueletos sin un solo músculo o piel sobre los huesos.

Aún aterrado Wei Changze levantó su espada, mirando con temor como aquellos esqueletos bajaban el palanquín, mientras uno de ellos le miró con esas brillantes luces en las cuencas vacías de lo que fueron sus ojos.

—Venimos por la princesa de la Montaña Divina.

—¿Quiénes son ustedes?

Cuando los ojos de Hua Fengxing enfocaron al frente, una suave sonrisa se posó sobre sus labios.

El camino hacia el templo fue tan veloz como los esqueletos pudieron hacerlo, la tormenta tan solo parecía querer empeorar como las contracciones de Hua Fengxing.

Tan pronto la imagen de aquel palanquín hizo presencia un hombre vestido de rojo tomó a la omega entre brazos y corrió hacia la entrada del templo seguido por Wei Changze. Juntos bajaron por la escalera que llevaba al sótano.

En aquel lugar varios discípulos servidores del Maestro Inmortal Shen se encargaban de los preparativos. Un par de dioses marciales preparaban una matriz anti sonido mientras peleaban.

Y un doctor se aseguraba de que todo estuviera listo para el nacimiento del Hijo del Cielo junto aquel escudo que impediría que alguien supiera lo que pasaba en esa montaña.

El mismo doctor que al ver llegar a Hua Fengxing pidió de inmediato.―¡Lluvia Carmesí, por aquí! Dará a luz en la tina.

Tan pronto Hua Fengxing escuchó aquello no pudo evitar quejarse con un rostro aterrado.

―Agua… Maestro Inmortal Shen, el agua no está fría, ¿verdad? A-Yuan dijo que los bebés Yu no pueden nacer en agua demasiado fría ni demasiado caliente. No quiero que mi bebé se enferme a solo nacer.

―No se preocupe, está a la temperatura adecuada. Me he encargado de seguir todos los procedimientos que aprendí en Meishan Yu para su parto.

Agua pura de la Montaña Ying cercana al Rio Amarillo y la Montaña que Toca el Cielo.  No demasiado caliente ni demasiado fría, pero por nada del mundo podía nacer fuera de ella.

Esa era la mejor forma de nacer para el Hijo del Cielo al parecer.

Que tipo tan raro era este niño y eso que aún no nacía.

―El bebé. ¿el bebé estará bien, Maestro Inmortal Shen?

Shen Qingqiu se acercó a la omega, su mano tocó su hombro y con voz comprensiva explicó:―No tiene por qué preocuparse, Alteza. El bebé estará bien. Esto será más fácil así, tanto para usted como para el bebé.

Hua Fengxing miró entre sus padres. Xie Lian se acercó con cuidado, su diestra se posó sobre la mejilla de la omega:―Tranquila, FengFeng, todo estará bien.

Los ojos de la omega pasaron a Hua Cheng, con una gentil sonrisa ofreció:―Confía en nosotros, Xiao Hua, todo estará bien.

Un poco más segura, Hua Fengxing asintió permitiendo que le ayudaran a deshacerse de sus capas inferiores. Con cuidado Hua Cheng la sentó sobre la silla adaptada para partos con un agujero en el centro que había sido colocada dentro de aquella gran tina.

El agua mojaba por completo las piernas y la mitad del gran estómago de Hua Fengxing, quien cuando notó que su padre estaba por apartarse se aferró con fuerza a él.

―Diedie, no te vayas. No me dejes. Tengo miedo. Por favor.

Hua Cheng no pudo evitar la sorpresa, antes de que su mirada se suavizara y tomara la mano de la chica ofreciéndole gentiles palabras.

―No me iré. Estoy aquí, siempre estaré aquí.

―Bába.

Haciendo lo mismo que Hua Cheng, Xie Lian se puso a la altura de ambos, tomó la diestra de Hua Fengxing entre sus manos, depositó un dulce beso sobre el dorso de sus dedos y dijo dulcemente:―Estamos aquí, Xiao Hua. No estás sola. No debes temer.

Con mayor confianza Hua Fengxing dio una dulce sonrisa y cuando llegó el momento apretó sus manos con fuerza.

―¡Bába, esto duele mucho! ¡Siento que voy a dar a luz a una sandía!

Shen Qingqiu sintió un golpe de deja vu.

―Tranquila, todo estará bien.

―¡Esto duele mucho! ¡Yu Ziyuan, todo esto es tu culpa!

Desde su lugar Shen Qingqiu alentó:―Todo estará bien, su Alteza. Usted puede. Ya está coronando, el momento llegó.

Y Hua Fengxing lo supo.

El hijo de Yu Ziyuan debía nacer.

Cuando su propio cuerpo le dio una advertencia Hua Fengxing comenzó a pujar. Palabras consoladoras llegaban desde su espalda hasta las personas frente a ella que sujetaban sus manos. Pero ella solo podía pensar en Yu Ziyuan.

―¡AAAAAAAAAAAAHH!

Un rayo golpeó la tierra.

Hua Fengxing pujo con fuerza y esperanza. Sus manos apretaron con fuerza las manos de sus padres. Su ceño se frunció mientras el sudor recorría su espalda y el dolor aumentaba a pesar de los medicamentos que le había dado el Maestro Inmortal Shen para hacer la labor más fácil.

Un segundo rayo golpeó la tierra.

El dolor aumentaba. Una lágrima salió de los ojos de Hua Fengxing.

Quería a Yu Ziyuan.

¡Quería abrazar a Yu Ziyuan y que le dijera que todo estaría bien!

Un tercer rayo cayó, los dolores aumentaron como las lágrimas.

Yu Ziyuan.

Yu Ziyuan.

Que alguien trajera a Yu Ziyuan, por favor.

¡Que alguien trajera a su alfa de inmediato!

Cuatro.

Cinco.

Seis.

Los dolores aumentaron como si estuviera siendo destrozada por dentro, su cadera dolía como su estómago, el niño que estaba por nacer estaba inquieto a pesar de que Hua Fengxing podía sentir que estaba listo y comenzaba a abrirse camino para venir a este mundo.

Siete.

Ocho.

Nueve.

―A-Yuan… A-Yuan. ¡A-Yuan!

Once.

Doce.

Trece.

El mundo comenzó a moverse mucho más lento, como si lentamente el tiempo se parara. Las voces se volvían inentendibles, Hua Fengxing sentía que estaba a punto de morir mientras aquel niño se abría paso por su cuerpo.

Iba a morir.

Hua Fengxing podía sentirlo.

¡Estaba a nada de morir!

Catorce.

Quince.

Dieciséis.

Entre la tormenta eléctrica Hua Fengxing pudo escucharlo. Pasos bajando al sótano.

Bajando al lugar en donde estaba intentando traer al mundo al Hijo del Cielo.

Veinte.

Veintiuno.

Veintidós.

Wuxian, su Wuxian debía estar bien. ¡Su Wuxian debía nacer!

Sí, Wuxian. Ese era el nombre que Yu Ziyuan le pidió que por favor le pusieran a su primer hijo en su noche de bodas, cuando hicieron planes para futuro sin saber que de aquella noche aquel pequeño Wuxian sería concebido. Aquel nombre que acordaron sería el nombre de cortesía de su primer hijo.

Su Yu Wuxian.

Su pequeño Yu Wuxian.

Debía protegerlo, debía salvarlo de cualquier peligro.

Incluso de sí mismo.

―¡AAAAAAAAAAAHHH!

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Treinta y uno.

En un lugar lejano, entre la oscuridad y penumbra del vigilado territorio de los Túmulos Funerarios. Mientras la tierra se movía las grandes cadenas que sellaban a una inmensa criatura se movieron con violencia entre el temblor y una gran carga de resentimiento que emergía de ese ser. Los cultivadores Wen que la vigilaban se alejaron temerosos de la gran jaula que se cernía a su alrededor.

Un guardián vestido con las túnicas del Guardián Dorado de Qishan Wen pudo notar la perturbación de la gran barrera sobre la criatura que Qishan Wen conocía como el Demonio del Resentimiento y la Venganza.

El ceño de Hensheng se frunció con molestia, sus manos buscaron la polilla de polvillo dorado que Suibian le había dado. Pero por más que intentó comunicarse con él no lo logró.

Cierto, Suibian estaba en Meishan Yu, la barrera de Meishan Yu no permitiría la comunicación.

Solo podía mirar desde la base central de los Túmulos Funerarios que era lo que esa criatura durmiente estaba haciendo entre sueños.

En una montaña de Yiling un demonio celestial vestido con capas negras miró seriamente en dirección a los Túmulos Funerarios. Sus ojos negros se elevaron al cielo notando la pesada capa de nubes en medio de la oscuridad.

Era hora. El demonio lo supo de inmediato.

Su Bixia estaba por nacer y esa criatura en los Túmulos Funerarios lo sabía.

 

 

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Hua Fengxing pudo verlo entonces.

A ese lugar dos hombres habían llegado. Demasiado altos para no darse cuenta de su presencia, pero al parecer solo ella los había notado. Sus ojos cansados buscaron darle forma a lo que veía y entonces pudo distinguir el contraste entre aquellas dos figuras.

Un hombre vestido de negro y rojo a la izquierda y uno vestido de blanco y amarillo a la derecha. Ambos tenían una construcción grande a algo intimidante, como dos muros imposibles de penetrar capaces de detener las tormentas más fuertes sobre la tierra.

Treinta y dos.

Sobre la cabeza del hombre vestido de negro había un par de astas doradas que le recordaron a aquellas astas que Yu Ziyuan usó junto a esa corona en el Festival del Dragón, sus brillantes colmillos, aquellas garras negras y el aura que emanaba de él hicieron que las lágrimas de Hua Fengxing solo pudieran aumentar como un dolor incontrolable posado sobre su corazón.

Mas cuando notó el dolor en los ojos de aquella criatura.

Por el otro lado el hombre vestido de blanco era tan brillante como el sol, su sola presencia alivió un poco su corazón. Pero también le impactó la manera tan extraña en la que ambos podían ser el contraste del otro.

Pero lo que más le sorprendió fue darse cuenta…

Que ambos tenían el mismo rostro.

Mientras la preocupación brillaba en los ojos de ambos.

Esos ojos violetas con un par de círculos dorados que enmarcaban sus iris.

―A-Niang.

Y Hua Fengxing pudo verlo.

Un palacio, una ceremonia, una fiesta de cumpleaños.

Un dulce príncipe corriendo por los jardines del palacio.

Sus propias manos tomando cuidadosamente aquellos inusuales inventos que le presumía cada que los terminaba.

Y la sonrisa más brillante que había visto sobre aquella tierra.

La sonrisa de su hijo.

El primero de los tres tesoros que le dio su Jaghan Yu.

Aquel que había perdido hacía mucho tiempo atrás de la forma más dolorosa posible.

Y el mismo que juró recuperar junto a su Bixia.

―A-Ying.

Cuando el rayo número treinta y tres cayó sobre la punta del templo pasando por los pisos hasta llegar al vientre de Hua Fengxing, el grito de la mujer fue tan fuerte como el sonido del relámpago que golpeó firmemente la tierra hasta hacerla temblar sin temor.

Los dioses e inmortales dentro de aquel templo no pudieron evitar fruncir el ceño y cerrar los ojos, sintiendo como el sonido de las potentes campanas que todos escucharon estaban por destrozarles los tímpanos.

El tiempo se detuvo para Hua Fengxing, entre la sensación de alivio cuando el pequeño en su vientre salió por fin dentro de la tina, y la sensación extraña de como su corazón se detuvo por un segundo mientras aquellas palabras golpeaban su cabeza junto a las campanas.

En su propia cabeza vio un lugar bañado de oscuridad. Cientos de cadenas atrapaban a una criatura que era difícil de poder saber su verdadera naturaleza. Su mandíbula se abrió con fiereza, su cuerpo se movió a pesar de las cadenas buscando despertar sus músculos. Sus gruesas y pobladas cejas se fruncieron y sus escamas brillaron en tornasol cuando un par de ojos rojos se abrieron con ira.

Y las pupilas se rasgaron mientras la voz de ese niño se escuchaba en su cabeza sin que la bestia tuviera que mover sus letales fauces.

―3,333, recuerda, 3,333. Ese número lo significa todo y conecta todo. Esta maldición que nos ha arruinado a todos solo podrá ser rota si no olvidas ese número hasta que recuerdes todo lo que significa.

La vista de Hua Fengxing se volvió borrosa, un par de lágrimas salieron de sus ojos, su mente no pudo evitar aquel pensamiento.

“Mi bebé… mi dulce A-Xiong”

Lo último que Hua Fengxing pudo ver fueron los rostros de sus padres antes de desmayarse sobre los brazos de Hua Cheng, quien dio palmadas suaves sobre su espalda.

―Lo hiciste bien, Xiao Hua. Lo hiciste muy bien.

Tras algunas revisiones de parte de los asistentes de Shen Qingqiu y la comprobación de que Hua Fengxing estaba bien, Shen Qingqiu se hizo cargo de revisar al bebé.    

Tomándolo entre brazos Shen Qingqiu no podía creer que ese ser tan pequeño de verdad fuera el Hijo del Cielo.

Un ser tan pequeño como este, ¿en verdad era la persona que habían buscado durante más de doscientos años?

Shen Qingqiu miró con preocupación al niño que no lloraba, buscando que de alguna manera lo hiciera Shen Qingqiu revisó sus signos vitales, limpió su nariz y revisó el estado de sus pulmones con energía.

Tan solo para recibir una dulce risa.

Los ojos de Shen Qingqiu miraron a esa expresión con sorpresa. Un rostro vino a su cabeza.

“―¡Qingqiu!”

Una sonrisa bañada en melancolía decoró los labios de Shen Qingqiu, sus ojos brillaron con cariño.

Ja! Realmente esa sonrisa era muy Yu.

Yu WeiXi, no importa lo que pase. Te prometo que no descansaré hasta cumplir nuestro sueño.

Tras asegurarse que Hua Fengxing estuviera bien, Xie Lian se acercó a Shen Qingqiu.

―¿Cómo está el bebé?―preguntó Xie Lian.

Con una gentil sonrisa, Shen Qingqiu ofreció al niño:―Muchas felicidades, Taizi Dianxia, su nieto es un alfa muy saludable.

Con lágrimas en los ojos el dios marcial recibió a la cría entre brazos, era demasiado lindo. Mucho más que cualquier cachorro que haya conocido en el pasado.

Y esa dulce sonrisa era tan adorable.

Un dios marcial se acercó, ojos negros miraron seriamente a la cría. El hombre intentó pensar que palabras eran más adecuadas. Que palabras necesitaría Xie Lian en un momento como ese.

 Pero viendo el aspecto regordete y antinaturalmente lindo de ese niño ser sincero no se sintió una carga en ese momento.

―Es demasiado lindo en realidad. Nunca he visto un niño tan lindo.

Atrapado en aquel dulce momento Xie Lian no quiso contradecir algo que era más que obvio.

―¿Verdad que sí? Es tan lindo y adorable, se parece tanto a FengFeng.

Es incluso más lindo que Fengxing cuando nació, pensó Mu Qing, pero no lo diría.

―Hmn. Es un cachorro muy adorable. La sangre Yu es impresionante.

Que ese niño se viera tan bien después de nacer era aterradoramente antinatural, pero Mu Qing no podía negar que era inesperadamente agradable la burbujeante sensación que atrapó su corazón cuando aquel bebé le ofreció una risa.

―Incluso huele muy bien.

Olía bien, olía demasiado bien.

Como miles de flores frescas naciendo en medio de la primavera.

Los ojos de Xie Lian y Feng Xin pasaron de inmediato al hombre que seguía mirando al pequeño recién nacido. Sin poder evitarlo el meñique derecho de Mu Qing fue dirigido hacia la pequeña mano de ese bebé, con el obvio deseo de solo medir cuan pequeña era.

Pero inesperadamente aquel bebé atrapó su dedo entre su mano, una dulce risa salió del bebé y el rostro de Mu Qing se dotó de un tono tan rosado como las flores de un jardín, ante un dios marcial que no pudo evitar el furioso sonrojo como el latido de su corazón cuando vio aquel hermoso panorama.

Y con una dulce sonrisa Xie Lian preguntó:―Mu Qing, ¿acaso por fin llegó el momento en que deseas tener tu propio bebé?

―¿Eh?

Sin comprender la pregunta, los ojos de Mu Qing pasaron de Xie Lian a Hua Cheng y por último al muy atento Feng Xin, quien esperaba pacientemente aquella respuesta con el rostro sonrojado.

Hasta que algo hizo corto circuito en el cerebro de Mu Qing. Quien se sonrojo violentamente ante el verdadero significado de aquella pregunta.

―¡Eso no es así! ¡¿Qué clase de pregunta es esa, Xie Lian?!

La sonrisa burlona de Hua Cheng, quien cargaba a la inconsciente Hua Fengxing hizo que Mu Qing no dudara en tomar la empuñadura de su espada con el deseo de borrarle esa sonrisa a golpes.

Hasta que Xie Lian habló:―San Lang, no lo provoques. Mu Qing, no hay nada de malo en desear un bebé.

―¡Pero yo no dije que quisiera uno!

―Maestro Inmortal Shen, ¿cree que haya una manera en que dos alfas puedan tener un bebé?

Shen Qingqiu, quien había deseado estar fuera de eso en todo momento se vio atrapado. Pensando rápidamente ofreció una respuesta:―Hay una manera, si el General Xuan Zhen quiere tener un bebé, hay una planta que puede ayudarnos a alterar un poco su cuerpo para que haya un útero y un cana-

―¡Yo no quiero llevar ningún bebé!

Feng Xin aclaró:―Si tienes miedo de llevarlo tú, no tengo problema de llevarlo yo.

El rostro de Mu Qing se oscureció por completo.―Feng Xin, estas a punto de obligarme a abrazar la viudez.

Entonces una voz llamó la atención de todos.

―¡Taizi Dianxia! ¡Taizi Dianxia!

Mu Qing reprendió al sacerdote:―Oye, este es un momento privado, ¿Por qué lo llamas con tanta urgencia sin pedir primero permiso de entrar?

El sacerdote se disculpó de inmediato:―Este pide perdón a Taizi Dianxia por su atrevimiento, pero es que tiene que ver esto.

Los presentes se vieron entre ellos y asegurándose de llevar a Hua Fengxing con los discípulos omegas que estaban a cargo de Shen Qingqiu para que la ayudaran a darle un baño, los inmortales, dioses y la calamidad salieron del templo.

Solo para encontrarse con el paisaje de un cielo que era ornamentado con una lluvia de estrellas.

Sobre los cielos de YuZhong miles de colores llamaron la atención de cualquiera. Las personas que habían salido de sus casas por el temblor repentino miraron con emoción como miles de estrellas fugaces el cielo.

En una hermosa casa decorada con flores de genciana una omega cargaba a su bebé, a su lado un omega cargaba al pequeño A-Huan, quien levantó su pequeño índice hacia el cielo.

―¡A-Niang, Tío, hay muchas luces bonitas en el cielo!

Los adultos no podían apartar su vista del cielo. La sonrisa de Yue Xiyue era hermosa mientras cargaba a su pequeño bebé.

Lan Qiren se preguntó dentro de su corazón si esto tenía que ver con Hua Fengxing y ese hijo suyo.

Pero el pequeño A-Zhan no pudo evitar elevar sus manitas al cielo. Como si deseara atrapar aquellas luces.

Como si hubiera algo maravilloso en ellas.

Y su pequeña sonrisa hizo muy feliz a su madre.

―A-Zhan, ¿también te gustan las estrellas? Mira, A-Huan, tu pequeño didi quiere atrapar las estrellas del cielo.

―A-Zhan es muy lindo, A-Niang.

―Así es, nuestro pequeño A-Zhan es el más lindo de todos.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

 

Lo primero que Hua Fengxing vio cuando despertó fue a su cachorro.

Los ojos negros miraron con sorpresa aquella redonda carita. Su piel era blanca como la porcelana, mejillas redondas y sonrojadas decoraban su rostro. Como algo normal en su sangre Yu su cuerpo y rostro yacían carentes de vello facial y corporal más allá de sus lindas cejas y abundantes pestañas. Un curioso mechoncito se levantaba sobre su cabello negro, rizándose y elevándose sin conocer la gravedad.

Como cualquier cachorro recién nacido el pequeño A-Ying aun no podía abrir sus ojos hasta pasados seis días, pero su sonrisa hizo que las lágrimas fueran inevitables para Hua Fengxing.

Temerosa su diestra se acercó al rostro del cachorro hasta que sus dedos pudieron tocar sus mejillas y acarició gentilmente con miedo de lastimarlo. Solo para recibir una risa dulce.

Hua Fengxing cubrió su rostro con ambas manos y calló un grito de ternura con miedo de asustar al bebé.

No podía ser, era tan lindo.

¡Este bebé era tan adorable!

Con mayor confianza Hua Fengxing volvió a acercar su mano, pero esta vez para picar el hoyuelo de la mejilla derecha de A-Ying tres veces.

La sonrisa del pequeño A-Ying fue desapareciendo lentamente, y cuando esta se esfumó un gran ceño fruncido decoró su pequeño rostro.

La adoración de Hua Fengxing por su hijo creció mil veces.

¡Ese era el adorable ceño fruncido de Yu Ziyuan!

¡Su cachorro había heredado el botón de ceño fruncido de A-Yuan!

Aiya, nueve meces en su vientre para que se pareciera a su madre alfa, que cachorrito tan malvado.

No, Hua Fengxing no podía molestarse con su bebé por algo tan lindo como eso.

Sin poder evitarlo Hua Fengxing abrazó al bebé con ternura, una risa se apoderó de sus labios como la sensación de alivio de por fin tenerlo entre sus brazos.

―Hola, A-Ying. Bienvenido a casa, soy A-Niang y voy a amarte aun si mil soles se extinguen y miles de eras miran este mundo.

Aun cuando la figura vestida de verde entro en la habitación Hua Fengxing no soltó a su cría, disfrutando del dulce y reconfortante aroma a flores de A-Ying.

¡Su A-Ying olía a un campo de flores! ¡Su A-Ying olía tan dulce! ¡Adorable!

Tan adorable como Yu Ziyuan.

―Maestro Inmortal Shen, ¿Por qué mi bebé es demasiado hermoso para ser un recién nacido?

Shen Qingqiu no pudo evitar sonreír ante la sensación de deja vu que lo golpeó nuevamente.

―Supongo que es algo de bebés especiales como él.

―¿El maestro Dongxing también era tan bonito cuando nació?

―Lo era, él más bonito.

―¿Usted también sintió que estaba dando a luz a una sandía enorme en vez de un bebé?

Shen Qingqiu no pudo evitar reír un poco.

―Sí, honestamente fue como si fueran dos en vez de una.

Hua Fengxing no pudo evitar reír un poco, antes que la molestia en su parte inferior la hiciera callar.

Haciendo su trabajo Shen Qingqiu revisó su estado recordando cada uno de los procedimientos con los que ya se había acostumbrado en el Reino Demoniaco. Sin poder evitarlo sus ojos viajaban cada tanto al cachorro en los brazos de Hua Fengxing.

Cuando terminó de verificar que todo estaba bien arropó adecuadamente a ambos en la cama. Hua Fengxing no pudo evitar preguntar.

―Maestro Inmortal Shen, ¿es natural que sienta que una montaña aplastó mi vientre y me hizo pedazos?

―Bueno hiciste un gran esfuerzo. Traer al mundo a un ser vivo no es nada fácil. Pero aunque afortunadamente todo salió bien tu cuerpo tiene que reacomodar muchas cosas para volver a su estado natural, así que no te calles sobre algún dolor, me encargaré de ayudarte a recuperarte. ¿Tienes hambre?

―Solo un poco, pero tengo mucho sueño.

―Entonces te traeré algo ligero, ninguno de los dos debe quedarse sin comer. Después de comer podrás descansar, cuando despiertes te daré consejos sobre tu recuperación y la alimentación de A-Ying. No te preocupes sobre su cuidado, estamos aquí para ayudarte.

―Muchas gracias, Maestro Inmortal Shen.

―No es nada.

―Maestro Inmortal Shen, ¿Qué pasara con el Despertar Instintivo de A-Ying? ¿Él estará bien?

Shen Qingqiu suspiró.―No te preocupes, tus padres y este maestro ya estamos trabajando en eso. Todo estará bien, Fengxing. Ya lo veras. A-Ying estará bien.

Hua Fengxing intentó mantenerse despierta un poco más, pero el sueño la superó.

Lo último que vio fue la sonrisa de su A-Ying.

 

 

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Lo primero que vio fue oscuridad.

Sus párpados no podían abrirse porque aún no era el momento, por lo que solo era él y los sonidos del mundo exterior llegando a sus oídos como un largo sueño.

Era algo extraño.

Aunque había escuchado a muchas personas solo podía oler los aromas de tres en particular, pero había escuchado a más de tres.

Una era su A-Niang.

A-Niang olía muy bien, le gustaba mucho el aroma de A-Niang al igual que su voz.

A-Niang hablaba mucho y su voz era hermosa, muy agradable.

La segunda voz pertenecía a alguien que se hacía llamar Emperador Luo. Al menos ese era el nombre que A-Niang había dicho.

El Emperador Luo olía a canela.

No sabía por qué, pero a él le gustaba mucho la canela. Le hacía sentir a salvo y feliz. Era un aroma tan cálido que le hacía sentir que le recordaba a alguien muy bueno que le enseñó muchas cosas hacía muchos años atrás.

La sonrisa ante ello fue inevitable.

Y luego estaba esa persona que A-Niang llamaba Maestro Inmortal Shen.

Y dentro de su mente se preguntó que era un maestro inmortal.

Entonces lo escuchó.

Un cultivador que ya subió a nuestra montaña.

Entre los brazos de su madre se removió, sin entender de donde había provenido aquella voz.

¿Qué era un cultivador? ¿nuestra montaña?

¿Qué significaba eso?

Nuestra montaña lo ha reconocido como alguien digno. Nuestro hogar lo ha hecho por nosotros. Este es un regalo para nosotros. Una oportunidad.

 ¿Nosotros?

Sí, nosotros. Tú y yo.

Tú y yo.

Eso fue lo que dijo aquella voz.

Y esa fue la primera vez que él la escuchó.

La oscuridad era muy molesta.

A-Ying, como al parecer se llamaba en realidad, había descubierto que aunque la voz de A-Niang era muy tranquilizadora, el no poder ver nada era muy molesto.

Había algo en la oscuridad que no le gustaba.

Algo que la hacia una muy incómoda compañía.

Como algo de lo que deseaba deshacerse sobre cualquier cosa en el mundo.

Solo su madre podía hacer que se sintiera a salvo en medio de esa oscuridad.

―A-Ying, mi pequeño A-Ying. Tu cabello es tan suave y lindo. Es tan negro y de una forma tan cambiante como el suyo, ondulándose o rizándose por tu humor. Me pregunto si también tu piel será de ese tono por ello. No importa, es tan linda y lechosa. Tu piel es tan suave como la seda, mi lindo A-Ying.

―Tal vez cuando seas más grande tendremos que conseguir esos aceites que A-Yuan usa para alisar su cabello. De esa manera no levantará sospechas. Tu cabello es hermoso, pero no podemos dejar que alguien vea que puede cambiar de forma.

Me gusta la voz de A-Niang, es muy dulce en realidad.

Sí, a él también le gustaba.

La voz de A-Niang era la más hermosa de todas.

Los días en oscuridad pasaron y el día que A-Ying había anhelado más que nada en el mundo llegó.

Lo primero que había visto en este mundo fue la sonrisa de su madre. Cálida y dulce como su presencia misma desde que su alma y su cuerpo se conectaron meses antes de nacer.

Su madre tenía un par de ojos tan negros como piedras preciosas, mismas que le miraban con un amor que hacía que A-Ying no pudiera dejar de sonreír,  estirando sus manitas hacia su madre con emoción por poder ver por fin el rostro de A-Niang.

Lo segundo que vio fue aquella sombra.

La sombra era muy alta y oscura como los primeros días.

Aquella sombra parecía una persona como las otras que comenzaron a aparecer a su alrededor. Pero aunque podía ver cosas como aquello que A-Niang llamaba cabello y túnicas lo único que veía era una sombra en la que solo podía distinguir solo dos brillantes ojos rojos.

Rojo.

Le gustaba el rojo. Era un color muy bonito.

Con el paso de los días A-Ying se dio cuenta que le gustaba mucho ser cargado por otros y envolverlos con su aroma.

A-Ying había descubierto que si extendía su aroma fuera de su cuerpo, miles de flores de lotos violetas y peonias rosadas saldrían de su cuerpo floreciendo como un bonito campo mientras esas bonitas y grandes flores violetas danzaban a su alrededor.

A-Ying amaba jugar con sus propias flores.

Le gustaba frotar los pétalos de aquellas flores contra las mejillas de su A-Niang, le gustaba tocar aquella extraña corona de plata con esas extrañas cosas rojas sobre la cabeza del Maestro Inmortal Shen. Enredar sus raíces en los hombros de esa bonita persona que se parecía tanto a A-Niang, aquella que A-Niang le había presentado como su Laoye.

A-Ying había aprendido a diferenciar a Laoye y Waigong por sus colores.

Laoye vestía de blanco la mayoría de las ocasiones, hermosos bordados dorados y blancos de flores decoraban sus túnicas. Su cabello castaño decorado con aquella hermosa corona de oro con cuenta al frente y atrás era suave al tacto y su voz era muy gentil. Lograr que Laoye lo abrazara más tiempo siempre era tan fácil con solo una sonrisa.

Le gustaba ser cargado por Laoye incluso aunque el frágil aroma de nacimiento de Laoye, el aroma fantasma de flores de camelias, lirios y peonias blancas solo era detectable como algo que ya no volvería porque ya no había una bestia interna dentro de su corazón.

En cambio Waigong siempre vestía de rojo. Había cosas muy brillantes que danzaban entre las joyas de apariencia exquisita que portaba. Mariposas de plata, fue lo primero que vino a la mente de A-Ying cuando pudo distinguir la forma de cada una.

Waigong también tenía una cara bonita, pero había un extraño objeto que hacía que su apariencia fuera un poco extraña. Un raro objeto de cuero negro yacía posado sobre uno de sus ojos impidiendo que A-Ying pudiera ver su aspecto completo.

Waigong también tenía un aroma fantasma a bosques de arce, madera recién cortada y clavos de olor.

Cada que Waigong lo cargaba podía detectar ese aroma fantasma como una muestra que alguna vez estuvo vivo escondido a través del aroma de cenizas, pero había algo más ahí. Algo que parecía un poco…

Familiar.

Acostado en medio de A-Niang y Waigong descubrió algo bastante interesante.

A-Niang y Waigong hablaban una lengua muy extraña. Bastante desconocida para A-Ying.

Entonces aquella voz habló.

La conoces, solo no lo recuerdas.

Ser un bebé hacia más difícil interactuar con ellos, solo podía mover un poco su cuerpo y alcanzar con sus manos regordetas los dedos que se movían frente a él. Había visto a A-Niang sonreír y molestar un poco a Waigong, quien de igual forma parecía burlarse de ella. Pero A-Ying no podía entender esa lengua.

Había algo muy raro en el mundo para A-Ying.

Todo se sentía como un extraño sueño. Como si estuviera en lo más profundo del mar, atrapado en un mundo que no le permitía del todo interactuar con el exterior.

Sus brazos eran tan pequeños como sus piernas, demasiado para su gusto. Sus manos eran tan regordetas y débiles, incapaces de sostener su peso al igual que su cabeza. Algo demasiado frustrante para A-Ying. Deseaba salir de este lugar, quería ver el mundo del que A-Niang hablaba con tanta emoción.

Deseaba ser libre.

Pero lo que más le molestaba era que su boca no podía dejar salir palabras en ninguna lengua existente. Afortunadamente sus cuerdas bucales podían generar sonidos, por lo que no había un problema ahí, y podía comunicarse a través de ruidos o llanto dejando en claro sus necesidades.

Pero no era suficiente.

La imposibilidad del habla lo estaba frustrando más allá de lo pensado, pero A-Ying solo podía esperar pacientemente que crecer le facilitara algo tan vital como la comunicación.

La sombra también parecía molesta. Mucho más que él.

Solía quejarse sobre su cuerpo.

¿Por qué somos tan pequeños? ¿Por qué no podemos levantarnos por nosotros mismos?

 A-Ying tambien lo pensaba, era un sinsentido.

Tengo comezón. Demasiada comezón. Esta piel es muy pequeña y angosta. Este caparazón da demasiada comezón.

Lo hacía.

A-Ying tenía demasiada comezón.

Necesitaba rascarse.

Necesitaba quitarse ese cascarón.

Cuando la comezón aumentaba A-Ying se molestaba y cuando eso pasaba solo podía llorar.

Los llantos siempre hacían que alguien fuera a su lado, la mayoría de las veces era su madre. A-Niang siempre buscaba maneras de calmarlo, consolarlo buscando que la alegría floreciera a través de su miseria y la molestia fuera menor.

Pero ese día la persona que lo visitó fue aquel ser de ojos verdes como esmeraldas.

―Tranquilo, ya está. Estoy aquí.

Tomándolo entre brazos aquella persona lo arrulló suavemente, buscando calmar su llanto miserable con su gentil voz. Los ojos de A-Ying lentamente distinguieron aquel punto extraño en medio de su frente, el delineado rojo en sus párpados inferiores hacía que sus ojos se vieran más llamativos.

Rojo.

A A-Ying le gustaba el rojo.

―Eso es, tranquilo. Su A-Niang está durmiendo en este momento así que no podrá venir. Pero estoy aquí para usted, no tiene por qué temer, pequeño Huangdi.

Huangdi.

Esa palabra le era familiar.

Como si una parte de su corazón sintiera que no solo la había oído en algún lado. Sino que aquella palabra en especial era muy importante.

Tanto como el latir de su corazón.

A-Ying no lo entendía, se suponía que no hacía muchos días acababa de nacer. La diferencia entre el día y la noche era difícil de distinguir, pero le era claro que eso era verdad.

Entonces, ¿Por qué sentía que había algo que tenía que recordar?

Algo que parecía muy importante.

La verdadera razón de por qué estaba aquí.

Pero por más que forzaba a su cabeza en intentar recordarlo…

Duele. Intentar recordar duele demasiado.

Sí, dolía demasiado. Como si su cerebro estuviera hinchándose al punto de hacer estallar su cráneo y todo a su paso.

Era molesto y frustrante no entenderlo.

Dolía en realidad.

¿Quién era él? ¿Por qué estaba aquí?

¿Por qué esa persona le llamó Huangdi?

No lo sabía, pero si entendía que era algo que debía hacer todo lo posible por recordar en algún momento.

Tenía que recordar.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

A-Ying había descubierto algo muy interesante.

Le gustaban esas extrañas mariposas plateadas que brillaban como miles de estrellas.

A A-Ying le gustaban mucho las estrellas aun cuando A-Niang nunca lo había sacado de la habitación en donde dormían. Lo poco que A-Ying sabía de ellas era por las historias de A-Niang y algunos extraños sueños que había comenzado a tener en donde cielos estrellados con brillantes colores como los de los arcoíris aparecían en su mente.

Las estrellas eran hermosas al igual que las mariposas, pero aunque intentara atraparlas con sus flores era imposible.

Lo único que podía hacer era mirar como aquellas mariposas se posaban sobre los pétalos violetas de forma juguetona mientras Waigong sonreía travieso. Y esa sonrisa solo incrementaba cuando las mariposas volaban frente a A-Ying en círculos y frotaban su nariz haciéndolo estornudar.

Y la risa de su madre era adorable.

―Diedie, deja de burlarte de A-Ying.

―Diedie no se está burlando de A-Ying, tan solo estamos jugando. No es así, pequeño Huangdi.

Waigong lo arrulló suavemente, su sonrisa era suave y su voz aterciopelada.

Y A-Ying solo pudo sentir que esa voz era familiar y agradable.

Como si la hubiera escuchado en un largo y profundo sueño que estaba más allá de sí mismo.

A la sombra parecía gustarle pasearse por la habitación.

A veces se paraba frente a la ventana por horas mirando el exterior, en otras ocasiones caminaba de aquí y allá, mirando a las personas que entraban y atendían a A-Niang trayendo comida con ellos.

Pero cuando llegaba la hora de comer la sombra se ponía de pie frente al nido y miraba seriamente a A-Ying mientras su madre lo amamantaba.

Leche.

A A-Ying le gustaba mucho la leche.

Mas cuando llegaba a su paladar cargada de energía espiritual.

―Jajaja, tranquilo. No tienes que comer tan rápido. A-Niang no se ira y la leche tampoco. Toma con calma, A-Ying.

Era cálida y dulce como la sonrisa de A-Niang.

Sin poder evitarlo sus ojos pasaron a la sombra que le miraba. Y no pudo evitar preguntarse si al igual que él la sombra tenía hambre.

Una parte de A-Ying quiso compartir con él su comida. Después de todo, esta sombra había estado todos estos días con ellos desde que nació. Sus ojos miraban con cariño a A-Niang, el mismo que A-Ying le tenía.

Sus pequeñas manos se estiraron hacia la sombra deseando alcanzarla sin lograrlo.

Pero la sombra seguía ahí, siempre lo hizo.

Cuando comía, cuando A-Niang hacia un gran nido para ellos en donde los abuelos se unían cuando venían a visitarlos. Cuando A-Niang cantaba esa bonita canción que le gustaba tanto. Esa canción que no estaba en la misma lengua que A-Niang hablaba con los demás, pero si era una lengua que A-Ying entendía perfectamente.

Una lengua que le hacía pensar en flores y dragones.

Sin embargo, seguía sin entender la lengua de Waigong y A-Niang.

Aquella sombra conocía la lengua que A-Niang había aprendido.

A-Niang decia que era la lengua de su abuelo. Él no entendía del todo eso, pero esa sombra le dio un nombre.

MaoLang.

¿MaoLang?

Es la lengua de los Mao.

¿Qué era un Mao?

Clan de Lobos.

Él no sabía que era un lobo, pero si sabía algo.

No le gustaban los lobos.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

El mes que debía descansar en el interior de la habitación pasó favorablemente para la salud de Hua Fengxing.

Durante ese tiempo Hua Fengxing estuvo internada en el nido con A-Ying, perfumándolo y admirando lo lindo que era cada día. Cómo si pudiera ser más adorable A-Ying se volvía mucho más lindo y eso era algo que Hua Fengxing celebraba con emoción.

Su pequeño retoño estaba creciendo tan bien.

Los ojos de A-Ying eran grises. Tal y como se suponía que generalmente funcionaba con los alfas masculinos de sangre Yu. Para su sorpresa los ojos de A-Ying podían aclararse u oscurecerse dependiendo las emociones de A-Ying.

Era simplemente hermoso como sus ojos reflejaban tan bien sus emociones.

Pero Hua Fengxing no podía evitar preocuparse por recordar que al final del día su dulce Wuxian era un alfa dominante. Uno con sangre Yu.

Había una leyenda entre los Yu que alguna vez le contó Ziyuan. Si era sincera había pensado en esa leyenda desde el momento en que supo que estaba embarazada. El temor dentro de su corazón era grande como sus sospechas.

Hua Fengxing negó con la cabeza.

Debía confiar que todo estaría bien. El Maestro Dongxing ya se estaba haciendo cargo de preparar todo en Meishan para que ella volviera junto con su bebé, a quien el señor Suibian había asegurado sería el heredero de la corona de Meishan Yu sin importar cuando fuera concebido.

Hua Fengxing no sabía que tan bueno era eso o si podía confiar, pero ella jamás querría que su hijo heredara el trono del loto que le pertenecía al hijo que Fengmian un día traería al mundo.

Sosteniendo a Wuxian contra su pecho mientras buscaba que ropa bonita ponerle ese día, Hua Fengxing no pudo evitar mirar a su hijo, quien miraba emocionado la mariposa de papel que sostenía entre sus dedos.

―Yingying, tú en verdad heredaste la nariz de tu Muqin. Estoy segura que serás un alfa muy guapo y elegante. Si realmente pudiera permitirnos vivir junto a tu Muqin tu serias un niño tan lindo corriendo por los muelles de loto de Meishan Yu y Yunmeng Jiang.

El bebé sonrió ante sus palabras haciendo que Hua Fengxing sonriera también.

―Seguramente tu Muqin te enseñaría su lengua y costumbres. ¿Te gustarán los osos también, pequeño osito? Bueno, eres el hijo de una gran osa, sería natural que su osito también amara a los osos al igual que los caballos. Me pregunto si también preferirás en el futuro el pescado crudo. Si es así tú y tu Muqin se llevarían muy bien.

La sonrisa de Hua Fengxing se escapó de sus labios mientras las flores caían en tristeza. Hua Fengxing suspiro haciendo todo de si por tragar las lágrimas que amenazaban con caer. Este no era el momento de llorar.

―No, A-Niang prometió que no lloraría y no lo haré. No importa lo que pase, A-Ying, mamá se encargara de protegerte. Ya lo veras.

Tomando un respiro profundo Hua Fengxing decidió que era hora de llevar a A-Ying al resto del templo y mostrarle un poco del mundo exterior.

El inicio de diciembre había traído muchas cosas.

La nieve aun no caía, pero el frio de la temporada la llevó a cubrir muy bien a A-Ying con las túnicas rojas con bordados de mariposas que su Waigong le regaló.

Hua Fengxing se sentía muy feliz. Su pequeño A-Ying era tan bonito como una flor de loto de Meishan Yu que hizo que Hua Fengxing se preguntara que tan hermoso sería cuando su despertar instintivo llegara y esos bonitos ojos grises se tornaran violetas.

Seguramente sería un alfa muy guapo, el número uno de la lista de los jóvenes maestros alfa del mundo del cultivo.

Justo como lo era su muy atractiva y genial Muqin.

―Eres tan bonito, A-Ying, tus mejillas están tan rosadas que quiero comerte.

El bebé solo rio ante sus palabras.

―¿Están listos?

Los ojos de Hua Fengxing pasaron del cachorro hacia la puerta, en donde un apuesto hombre vestido de rojo los miraba con una sonrisa.

―A-Die, estamos listos.

Tomando entre sus brazos a A-Ying la omega camino hacia la calamidad, quien le siguió escaleras abajo.

―¿Bába está muy ocupado?

―Recibió un llamado a última hora, al parecer hubo problemas con dos dioses tontos que tuvieron un conflicto.

―Aiya. Pobre Bába, esto de ser emperador debe ser muy cansado. ¿Qué hay del tío Mu y el tío Feng?

El rostro de Hua Cheng fue decorado por un puchero.

―¿Por qué preguntas por ellos?

―Porque ellos me agradan mucho y a A-Ying le gusta ser cargado por ellos. Más por el Tío Mu. Además, descubrí algo muy importante.

―¿Qué descubriste?

―Descubrí que… ¡A A-Ying le gustan las caras bonitas y el Tío Mu tiene la cara que más le gusta!

Hua Cheng arqueó una ceja.

 A-Ying por su parte solo pudo estar de acuerdo con ello.

Las caras bonitas eran muy bonitas para ser ignoradas y a A-Ying le gustaba mucho ver rostros conocidos, así como conocer a más personas.

Los humanos eran muy bonitos.

Después del tiempo en que habían vivido en esa habitación A-Niang le mostró aquel curioso templo, como A-Niang lo había llamado.

El templo parecía ser algo muy bonito, lleno de decoraciones rojas en el salón principal al igual que varitas de incienso, alimentos, flores y lámparas rojas.

Pero lo que más llamó la atención de A-Ying fue aquella estatua de piedra blanca.

―Y este es tu Laoye, A-Ying. El Dios Complacido que gobierna los cielos. El Príncipe Heredero de XianLe. Xie Lian.

Los ojos de A-Ying miraron con atención aquella estatua, dejando que los colores de las tiras rojas que decoraban la estatua se sembraran en el jardín de sus memorias como miles de flores. El corazón de A-Ying no pudo evitar sentirse cautivado, pero algo en ese rostro tan hermoso como el jade le hizo sentir que había algo más en esa estatua.

Era familiar.

Demasiado familiar al punto de que las lágrimas fueran inevitables.

―¡A-Ying!

Él conocía a esa persona.

La había conocido hacía mucho tiempo atrás.

Taizi Dianxia.

¿Quién era Taizi Dianxia?

Huangdi.

¿Quién era Huangdi?

¿Quién era él mismo A-Ying?

 

 

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Huangdi( huángdì/皇帝): Emperador.

 

Formas de decir abuelo en chino y como han sido usados en el fic.

外公 – wàigōng(utilizada para abuelo alfa masculino)

姥爷 (Lǎoyé) (utilizada para abuelo omega masculino)

 

 

 

 

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

Entre darles un especial aparte de la historia sobre el cumpleaños de Wei Wuxian y por fin abrir paso al contexto que hemos estado buscando a través de cada capítulo el destino y Wuxian han decidido que toda la verdad salga a luz.

¿Qué mejor forma de celebrar el cumpleaños de Wei Wuxian dándole la bienvenida al mundo a nuestro pequeño emperador?

A partir de este capítulo el arco de Wei Wuxian se abre camino así como todo lo que hemos buscado, las verdades serpas reveladas, los personajes ya no podrán callar y nuestro emperador esta listo para contarnos todo lo que solo hemos visto como leyendas del pasado.

Preparen sus corazones y pañuelos porque posiblemente se los voy a romper.

El contexto ya llegó.

Sin mas que decir, agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el cariño que le han dado a este proyecto, me despido. El siguiente fin de semana subiré el comunicado sobre como quedaran ahora nuestra actualizaciones.

¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer!

Chapter 28: CAPÍTULO 15: AMARILLO

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

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CAPÍTULO 16: AMARILLO

 

 

Lo primero que vio del mundo exterior fue el cielo.

Era de un azul tan hermoso que A-Ying no pudo evitar estirar sus manos con el arduo deseo de ir hacia ese lugar.

El cielo.

El cielo olía a casa y A-Ying deseaba tanto volver a su hogar.

Él podía verlo entre sueños.

Su hogar vestía de blanco y azul, su hogar era tan hermoso como las estrellas y los mares, su voz tan cautivadora como el canto de las sirenas y su belleza jamás sería superada ni siquiera por los fénix de las montañas divinas.

Debido a que aún no podía del todo cargar el peso de su propia cabeza su madre lo sostenía o le dejaban sobre su canasta mientras le enseñaban el mundo exterior. A-Ying había descubierto por las historias de su madre que había nacido en una colina a las afueras de Qufu en un templo del Reino Humano.

El Templo de un Dios Humano seguirá siendo tan humano como su patrón. Esto podría ser problemático para nosotros.

A-Ying no entendía el trasfondo de aquellas palabras, pero de igual manera sintió preocupación por ellas.

Entre más veía el bosque que lentamente era tocado por el frio invernal que llevaría a que la nieve cubriera la tierra, A-Ying sentía que conocía ese lugar con una mayor frecuencia de lo normal.

Algunas cosas habían cambiado con el nacimiento de los caminos, el templo y la aldea lejana que se encontraba en el interior de Qufu. Pero era natural que ese sentido de familiaridad le resultara inquietante cuando se suponía que no llevaba mucho tiempo en este mundo.

Había algo más aquí.

Algo que le hacía pensar que esta no era su primera vida en este mundo.

Y eso era algo preocupante.

¿Por qué sentía algo así cuando se suponía que las almas reencarnadas no debían recordar cosas como esas?

Era por el bien de la cordura humana. Las mentes pequeñas a comparación de las bestias eran incapaces de comprender del todo el ciclo de la vida y a lo que esta llevaba, su verdadero objetivo en un mundo que no parecía tener explicación.

Algo andaba mal.

Porque los únicos que tenían en el ciclo de reencarnación el derecho de conservar sus memorias…

No eran humanos.

Entonces una pregunta vino a A-Ying.

¿Qué era él entonces?

Sin importar la respuesta A-Ying entendió algo importante.

Debía salir de esta colina ya.

Intentó expresar dicho deseo a través del llanto, pero su madre no le entendió. Pensó que tal vez sus abuelos o los tíos de su madre lo harían, pero ninguno de ellos lo entendió.

Solo la sombra lo hizo.

Tenemos que salir de aquí. Tenemos que volver a casa.

Solo la sombra lo entendía.

Pero la sombra y él se parecían en algo.

Nadie entendía lo que querían en realidad.

Y lo único que A-Ying podía hacer en ese débil cuerpo era esperar.

Esperar a que su madre por fin aceptara salir de esa colina y tener esperanza a que volvieran a casa en realidad.

Con el paso de los días y las semanas el frio aumentó y la nieve llegó. Por las palabras de su madre comprendió que no saldrían de ese lugar pronto. A-Niang había dicho que el frio no era algo bueno para un bebé, menos cuando la piel de A-Ying ya era bastante fría en realidad.

A-Ying no comprendió que había de malo en ello cuando la piel de Waigong también era muy fría. Pero analizando su situación morir por algo tan simple como el clima no era una opción.

No vamos a morir. Tú y yo no tenemos derecho a morir.

No, no tenían derecho a morir.

Sentía que había tenido que soportar un viaje demasiado largo para llegar hasta aquí y tener las herramientas adecuadas para cumplir su objetivo en esta ocasión.

No podía morir, no tenía derecho a morir.

Y no lo haría.

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Con el paso de los meses adaptarse a su nuevo cuerpo fue más sencillo.

Su cuerpo adquirió más fuerza, pudo sostener su cabeza y sentarse sin que alguien le ayudara con el peso. Sus manos podían sostener más cosas como cargar su peso cuando A-Niang le ayudaba a hacer ejercicios o cuando el maestro Shen hacia sus visitas semanales de revisión.

Y cuando se dio cuenta había por fin pasado tres meses desde su nacimiento.

Entonces algo raro pasó.

La gente parecía bastante apresurada preparando algo en especial. No era la primera vez que había visto algo así, aunque el templo no era muy concurrido la sombra había visto que de vez en cuando era usado para algunos eventos.

Pero esta vez lo habían incluido en el extraño evento que se suscitaría.

Una persona muy bonita vestida con túnicas blancas y verdes de ojos almendra había traído con él a otra persona para tomarle medidas. Con una brillante sonrisa esa persona a la que llamaban El Señor del Viento se acercó a él mientras se encontraba sentado en el regazo de Laoye.

Poniéndose de rodillas ante él aquella persona le saludo de una manera bastante peculiar.

―Así que este es el pequeño Huangdi.

Huangdi.

Había sido llamado Huangdi otra vez.

―Este se presenta ante Bixia. Es un honor estar ante la Gracia que me bendijo permitiéndome volver al cielo. Quien diría que alguien tan pequeño es en realidad la persona que ha decidido quien asciende al cielo y quien no.

¿Volver al cielo?

¿Ascender?

El pequeño A-Ying le miró sin entender aquellas palabras.

Mentiroso.

En verdad no lo hacía.

Tú y yo sabemos mejor que ellos porque están aquí. Porque cada uno de ellos está aquí.

Un traje fue confeccionando, túnicas blancas vistieron su pequeña figura y en el salón principal varios objetos fueron colocados ante él.

A-Ying miró con atención la decoración del lugar. Parecía ser algo muy importante para que muchas personas estuvieran ahí. inclusive el sacerdote del templo estaba en un lugar aparte, dejando que frente a A-Ying se encontrara una alfa vestida con túnicas blancas.

Joyas de oro y plata decoraban sus túnicas, un tocado de los mismos materiales adornaba su cabeza.

Y aquella persona se puso de rodillas ante A-Ying sin que pudiera entender el porqué de sus acciones, solo pudo ver que aquella persona comenzó a hablar una lengua muy diferente de la que todos hablaban en ese lugar.

Y una que A-Ying si podía entender.

―Este humilde se presenta a Bixia. Huangdi, a ti a quien esperamos por tanto tiempo el momento de elegir tu camino ha llegado. Yin y Yang deben conectar sus corazones y tomar la decisión que elegirá su futuro.

La Lama le mostró varios cojines en donde se encontraban varias piedras bonitas de varios colores. Eran tan bonitas y brillantes que A-Ying podía ver su reflejo en ellas. Pero lo más interesante es que en cada una de ellas había una pequeña figura de algo en especial que las hacia bastante interesantes.

En uno había una nube, en otro flores. Una piedra de color verde tenía plantas, en otra había insectos, una piedra bonita tenía un patrón de mariposas bonitas y el otro uno de aves. Una calavera, un instrumento de música. A-Ying no pudo evitar detenerse frente a ese en particular.

Le parecía…

Familiar.

Es un guqin.

¿Guqin?

Él hizo algo como esto en el pasado. Era un presente para alguien especial.

No es este.

Esto no era lo que estaba buscando.

Busca, muévete.

Había muchas piedras, muchos colores y formas. Se sentía algo confundido.

Pero entonces pudo ver una en especial.

Era tan brillante como el sol. Tenía un color tan inusual que A-Ying tuvo que parpadear varias veces para entender que eso era dorado. Sobre aquella piedra había una extraña criatura. Parecía una serpiente pero no lo era. Sus ojos violetas eran tan brillantes como las flores de loto del aroma de A-Ying.

Pero lo más raro era que esos ojos parecían estar mirándolo.

Y aquella voz habló.

Si eliges esa piedra en especial no habrá marcha atrás.

Lo sabía, no habría marcha atrás si lo hacía.

Pero…

Si haces eso nuestro destino será pactado. Ni tú ni yo podremos escapar de ello.

Si eran sinceros, no importaba que piedra escogiera.

Ellos dos ya tenían una misión en este mundo desde antes de nacer.

Y eso era inevitable.

Cuando su diestra tocó aquella figura pudo ver como los ojos de la criatura habían brillado de una manera que hizo que A-Ying pudiera sentir un extraña familiaridad.

Un palacio.

Una ceremonia.

Un… dragón.

Era cierto, esta criatura era un dragón.

Uno tan brillante como el sol.

―Así que el dragón amarillo.

Los ojos de A-Ying fueron hacia la Lama que me miraba con algo parecido a la nostalgia. Las escamas sobre sus mejillas se tornaron de un tono violeta que le hizo pensar en la melancolía.

―El dragón amarillo para el emperador amarillo. Justo como debe ser y siempre lo fue. Que así sea entonces.

Un pequeño estallido llegó a los ojos de A-Ying y varios pétalos amarillos y violetas cayeron sobre él como una especie de lluvia. A-Ying no pudo evitar la emoción sobre su corazón ante aquellos colores. El sonido de los cuencos de cobre llenaron el salón, hasta que el sonido de un extraño gong hizo que el silencio llenara la sala.

Cuando los pétalos dejaron de caer pudo ver que su madre estaba ante él, sus ojos le miraban con la misma emoción que encontró en los ojos de la sacerdotisa.

Y lo que ella dijo fue extraño.

―Mi pequeño A-Ying, tú siempre escogerás el amarillo sin importar que, ¿no es así?

Amarillo.

Dorado.

Ojos tan dorados como las escamas de un dragón que le habló de su destino hacia milenios atrás.

Era cierto.

Él siempre escogería el amarillo.

Porque el amarillo le recordaba a su verdadero hogar.

 

 

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Cuando el momento de salir de aquel templo llegó, su canción de cuna de esa noche terminó con una noticia bastante interesante.

―¿Sabes de quién será cumpleaños mañana, A-Ying? El maestro Dongxing. Él es muy inteligente y divertido. Si él te conociera seguramente le gustaría mucho jugar contigo.

Dongxing.

¿Qué significaba Dongxing?

Estrella del este.

Oh, era un nombre muy boni-

―Tianzi Dianxia, tienes que comer todo tu pescado si quieres que este Shizun te deje ir a jugar al rio.

¿Qué… había sido eso?

¿Una especie de recuerdo en medio de la marea de la amnesia?

―El día de mañana saldremos temprano, por lo que no podremos celebrar su cumpleaños como se debe. Pero un día si tienes suerte A-Niang podrá presentarte al señor Dongxing.

Dongxing.

Estrella del este.

¿Regalarle estrellas a una estrella no es irónico?

Tal vez, pero A-Ying quería regalarle algo.

Si tan solo los cielos pudieran escucharlo y las estrellas pudieran cumplir su deseo, A-Ying sería muy feliz.

La madrugada de ese 20 de Marzo llegó con una hermosa lluvia de estrellas.

En un reino lejano tres guardianes miraron el cielo con sorpresa.

El hombre de cabello negro no pudo evitar comentar.

―Vaya, tu cumpleaños comenzó de una forma bastante peculiar. Así que supongo que feliz cumpleaños, mocoso.

Su hermano hizo lo mismo:―Felicidades, Suibian.

El hombre de cabello borgoña miró el cielo con sorpresa, antes de preguntarle al guardián:―¿Tu hiciste esto, Zidian? Oh, sabía que me amabas pero no a este nivel.

Zidian frunció el ceño con molestia.―Ah, tonto. Aun si fuera tan tonto para quererte y quisiera hacer algo así mi energía dorada es incapaz de hacer algo como esto.

―Entonces es algo natural.

―¿Pues tú que crees? Ingenuo, ¿no has escuchado la leyenda? Solo los dragones pueden cambiar el clima y hacer llover estrellas. ¿Qué simple humano podría hacer eso? Los dragones no existen y esto solo es una casualidad. Disfrútala y cállate.

Suibian solo pudo reír al mirar el rostro divertido de Zidian antes de volver su vista a las estrellas.

Por primera vez un cumpleaños no se sentía como una carga.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Cuando llegó el momento de partir, muchas personas se acercaron a ellos mientras la bonita persona de aroma constantemente brillante como el agua clara que se llamaba Wei Changze arreglaba sus cosas.

La sombra a su lado se mantenía constante, como si quisiera proteger a A-Niang de todo mal.

A-Niang lo había vestido con varias túnicas porque decía que aunque la primavera había llegado, el clima aún era bastante frio para un bebé. A-Ying solo sabía que le gustaba sentirse cálido en los brazos de A-Niang y recibir mimos de todas las personas que los estaban despidiendo.

Ese famoso señor del viento que al parecer se llamaba Shi Qingxuan se quejó:―FengFeng, ¿de verdad tienen que irse ya? ¿Por qué no vienen a la Capital Celestial? Después de todo, este pequeño Huangdi puede entrar y salir cuando quiera.

Su diestra acarició una de las mejillas de A-Ying.

Este Señor del Viento era muy bonito. Le gustaba mucho.

―Lo siento Tío Shi. Aunque quisiera no podemos dejar solo a Wei Changze. Le prometí al Maestro Dongxing que cuidaría muy bien de su discípulo. La sorprendente Peonia Desvergonzada no puede dejar a su suerte al pequeño Changze. Además, aun lo estoy poniendo a prueba sobre sus sentimientos por Fengmian. Si quiere estar con él debe de demostrarme que es digno.

El ceño de su madre se frunció un poco, sus mejillas se fruncieron.

―Aun estas algo molesta, ¿no es así? Xiao Hua.―Esa era la voz de Waigong.

―Ya no en realidad. Al inicio si me molesté, pero analizando su situación no puedo culparlo del todo cuando estamos igual. Lo único que queda es ir a la Montaña Divina.

El dios bonito llamado Feng Xin habló:―¿Qué ruta tomarás? Te cuidaremos a la distancia el tiempo que la matriz nos deje actuar.

―A-Die, Bába y yo consideramos que la ruta más segura es el camino entre el Rio Amarillo y las faldas de la Montaña que Toca el Cielo. Después de todo, los Yu tienen una conexión especial con las bestias y los ríos. Servirán de escudo para su protección.

Otro Dios preguntó:―Xie Lian, ¿estás seguro que es una buena ruta? ¿Qué hay de la montaña?

―No te preocupes, Mu Qing. Este niño es el Hijo del Cielo, la montaña lo reconocerá fácilmente. Entre el rio y la montaña lo mantendrán a salvo todo el camino hasta su destino.

―Pero.

―¿Acaso dudas de Gege?―esa era claramente la voz de Waigong. El ceño fruncido sobre su rostro parecía una señal de advertencia, pero el Dios bonito no se inmuto.

―No dudo de Xie Lian. Mi preocupación más bien es esa matriz de procedencia dudosa con el emblema de un sol quemando varios lobos.

Y la tensión en el ambiente creció.

―Si ni ustedes dos, los guardianes dorados que tienen la energía dorada con el permiso de la Montaña que Toca el Cielo, o el mismo Luo Binghe con la Sangre de Dios activa y el Corazón de Dios en su posesión pueden hacer nada contra ella, ¿Qué podemos esperar nosotros? Me preocupa que eso vuelva a activarse como hace doscientos años atrás.

¿200 años atrás?

¿Qué había pasado hacia 200 años atrás?

La sombra también mostró duda y por primera vez dijo algo que A-Ying no espero.

¿Por qué no sé qué fue lo que pasó hace 200 años? ¿Por qué no puedo recordar?

A-Ying tampoco lo sabía.

Esto era raro.

¿Por qué sentía que era importante?

Entonces la voz de su madre buscó aligerar el ambiente.

―Vamos, no seamos tan negativos.

―Fengxing.

―Por favor, debemos confiar en que todo saldrá bien. Llevaremos los talismanes que Bába y ustedes nos dieron, las mariposas de A-Die protegerán nuestro viaje y todo estará bien. Además, este pequeño Huangdi ira con nosotros.

Y sin más A-Niang lo presentó ante ese dios bonito llamado Mu Qing como una pequeña ofrenda.

A-Ying no pudo evitar sonreír emocionado ante la cara bonita ante él.

Es como un lindo gatito. Bonito y remilgoso. Me encantan los gatitos que fruncen el ceño de esa forma.

Sí, A-Ying pensaba lo mismo.

―Fengxing.

―Míralo, Tío Mu. Mira sus bonitas túnicas rojas. ¿No crees que es adorable? Como un bonito dragón rojo de la buena suerte. ¿No es la cosita más hermosa que has visto en toda tu vida?

El dios de rostro bonito le miró antes de mirar a su madre y volver a mirarlo a él mientras su rostro se tornaba un poco rojo. Cuando sus ojos se conectaron con los de A-Ying él le dio una dulce sonrisa y ese hermoso rostro se volvió tan rojo como la rosa más hermosa de la temporada.

A-Ying no pudo evitar reír.

Que persona más adorable.

―Eso no es-

―Vamos Tío Mu, no intentes resistirte al encanto natural de A-Ying. Vamos, vamos, vamos.

―¡Xie Lian, dile algo a tu hija!

Su Laoye solo pudo reír junto a Waigong.

 ―Xie Lian, controla a tu zorro burlón o sacare mi sable.

―Mu Qing, no puedes hacer eso frente al bebé.―reprendió el dios bonito a su lado.

―¡Tú no te metas, Feng Xin!

Cuando todo se calmó su A-Niang habló:―Tío Mu, debes confiar en nosotros, todo saldrá bien. Además, seremos muy discretos en cuanto a nuestra ruta y no dejaremos que nadie de Qishan sepa de nosotros. Y si algo pasa y necesitó ayuda no dudare en comunicarme con ustedes.

El dios bonito pareció pensarlo un poco antes de aceptar. ―Está bien, pero Feng Xin y yo necesitaremos el mapa de la ruta que planeas seguir. Vamos a cuidarte desde lejos.

Con una sonrisa más aliviada su madre asintió y fue así que compartió con ellos el mapa con las rutas clave que planeaba tomar. A-Ying solo podía jugar con las mariposas que Waigong movía frente a él juguetonamente con una sonrisa.

Y el momento de despedirse llegó.

El señor del Viento parecía ser el más triste con aquello:―Debes tener mucho cuidado, FengFeng. Este talismán los protegerá en el camino, pero si tienes alguna inquietud no dudes en rezar.

―Lo hare, Tío Shi.

Una persona vestida de negro se acercó a ellos. Su voz sonaba preocupada.―Tenga mucho cuidado, princesa. Estaré para usted en cualquier momento que lo necesite.

―Estaré bien, Tío Yin. Sé que así será.

El dios de cara bonita reclamó:―Ni siquiera te atrevas a esconderte como cuando eras una estudiante en Gusu Lan.

―Jajaja, no te preocupes Tío Mu, esta vez no me esconderé de ustedes. Ya soy una adulta, actuare como tal.―había un gesto muy gracioso en el rostro de A-Niang.

―Sigues siendo una mocosa mimada aunque tengas veintidós años.

Hua Fengxing no pudo evitar quejarse.

El lobo Feng Xin se acercó a ellos, colocó una mano sobre el hombro de su madre y dijo:―Xiao Hua, ten mucho cuidado. Cualquier cosa estamos ahí para ti. Tu tío Mu Qing está muy preocupado por ti.

―¡Feng Xin!

―Lo sé, él es tan adorable.―una sonrisa decoró los labios de su madre, era una bonita sonrisa. Lo suficiente para hacer sonrojar al gatito de cara bonita.

―¡Ustedes dos!

―Si nos necesitas solo usa este talismán y estaremos ahí.―el lobo Feng Xin le dio un papel extraño a su madre. Ella lo tomó con una sonrisa.

―No lo dudes.

Su Laoye se acercó a su madre en algún momento, en sus rostros la sombra vio preocupación mientras abrazaba a Hua Fengxing.

―Prométeme que sin importar que pase te mantendrás en comunicación.

―Lo haré, Bába.

―Si hay algo que no podemos hacer, quiero que me prometas que mandarás a Yingying con Yu Ziyuan y le pedirás ayuda. Sin importar que buscaras a tu alfa.

―Bába.

―A-Feng, por favor.

―Ah… lo prometo. Si algo pasa y necesito la ayuda de A-Yuan me comunicaré con ella.

Cuando A-Niang se acercó a ellos, Waigong abrazó un poco más fuerte su figura. Como si no quisiera soltarlo.

―A-Die.

―¿No podría A-Die quedarse con este A-Ying? Si tanto necesitas ir a esa montaña yo mismo los llevaré.

―Aun si quisiera que fuera así tú y yo sabemos que no podemos hacerlo de esa manera. La matriz del sol con miles de lobos podría darse cuenta y activarse. Sabes cómo funciona. No queremos que A-Ying este en peligro, ¿verdad?

Waigong suspiró con algo que parecía cansancio, antes de depositar cuidadosamente su cuerpo en los brazos de su madre.

Cuando los ojos de A-Ying se encontraron con la mirada de Waigong pudo notar en la oscuridad bañada de estrellas la clara preocupación tan brillante como esa piedra de obsidiana. Aun si la muerte le había arrancado a su bestia interna, sus ojos aun reflejaban las emociones de un corazón ya no latiente.

La mirada oscura de esa persona pasó a su madre, su diestra se posó sobre la mejilla de Hua Fengxing antes de posar un suave beso sobre su frente y abrazarla.

―Ten mucho cuidado, Xiao Hua.

―Lo tendré, A-Die. Lo prometo. Si algo pasa les hablaré y también a A-Yuan. Aunque no quisiera molestarla.

El ceño de Waigong se frunció.

―Es lo menos que esa mocosa debe hacer. Este cachorro también es su hijo, debe tomar la responsabilidad que le corresponde como tu alfa.

―A-Die, ¿aun estas celoso de A-Yuan?

El mayor no respondió.

―Diedie. Aun si amo a A-Yuan tu sigues siendo mi número uno.

El hombre tomó entre las manos las mejillas de la omega, la misma que pudo ver el miedo posado sobre aquella mirada obsidiana tan oscura como la suya. Y cuando la calamidad la abrazó solo dejo que los envolviera a ambos entre sus brazos.

La sombra solo miró aquello en silencio.

Había algo que A-Ying no pudo descifrar en aquellos ojos rojos.

Pero era algo que ya conocía.

Familiar melancolía.

Al parecer esa palabra lo acompañaría por mucho tiempo hasta que pudiera descifrar su significado.

Cuando llegó el momento de despedirse del maestro Shen aquellos hermosos ojos verdes le vieron con gentileza.

―Maestro Inmortal Shen… Tío Shen, no sé qué hubiéramos hecho A-Ying y yo sin ti. Eres la persona que me ayudó a traer a mi bebé a este mundo. El Gen Dominante que antes se encontraba en mi ahora es completamente suyo y este bebé tan hermoso es la muestra del amor que A-Yuan y yo compartimos. Si no fuera por usted nada de esto sería posible y es algo que siempre agradeceré.

Había una mirada extraña en sus ojos, algo que A-Ying no pudo comprender.

―Vamos, no hables como si te estuvieras despidiendo definitivamente. Cuando llegues a la montaña nos encontraremos nuevamente.

La sonrisa de aquella persona desapareció lentamente, antes de decir aquellas palabras.

―Si tan solo pudiéramos llevarte con Xin Mo ahí.

¿Xin Mo?

¿Qué era un Xin Mo?

Yo conozco eso. Algo en mi pecho lo reconoce.

―Usted y yo sabemos que eso no es posible. Este niño no debe estar cerca de esa espada. Porque si el resentimiento se acerca a A-Ying… “él” despertará.

La sombra miró fríamente el horizonte, A-Ying pudo sentir la soledad dentro de su alma. Antes de que aquella criatura dijera…

Pero si yo ya estoy aquí. Aun si el Corazón de Dios está cerca o lejos yo siempre he estado aquí.

Era cierto.

Él ya estaba aquí.

Desde hacía mucho estaba aquí al igual que A-Ying.

Pero A-Ying si había entendido a que se refería su madre.

Aun si no lo recordaba del todo.

 

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El sol de abril era brillante y agradable.

Mientras el sonido de la naturaleza reflejaba la paz de aquel bosque una dulce y gentil voz los acompañaba junto al sonido de campañillas de plata, como si también fuera parte de aquel hermoso paraje.

Las nubes blancas flotan sobre las ramas de los arboles

Su sonrisa se esconde bajo las nubes blancas

El sol en el cielo brilla intensamente de rojo

Entre el camino de ese bosque un burro negro se abrió camino. Adornos carmín contrastaban con el pelaje del animal de curiosa apariencia arrogante. Y sobre su lomo una belleza radiante cantaba como si los cielos le hubieran bendecido con el mañana.

Entre sus brazos un pequeño envuelto en túnicas rojas con bordados de mariposas escondía en su pecho las túnicas interiores violetas al igual que su verdadero origen. La omega de hermosos ojos negros batió sus pestañas espesas sin quitar la vista de la campañilla de plata que agitaba al ritmo de la melodía.

Una amatista que colgaba de la misma se movió al ritmo junto a una borla violeta. La luz del sol iluminó los detalles de pétalos de flores de loto.

La brisa en el cielo sopla suavemente

Oh, mi querido amor

Te extraño mucho y pienso en ti tan ansiosamente

He estado esperando hasta que las flores del arroz florezcan

Los ojos de la omega miraron con nostalgia la mejilla de su A-Ying, deseando que su bebé no se viera afectado por sus aun constantes cambios de humor.

Era una canción para dormir, no una carta de amor para alguien que había tenido que dejar para poder protegerle mientras descubrían quien era el verdadero remitente de esas sospechosas cartas.

La mujer siguió cantando como si nada. El alfa que tiraba de las riendas del burro guardó silencio pendiente del dolor en las peonias. El burro siguió andando como si nada malo pasara en el corazón de aquella omega.

Hasta que todo el arroz este completamente amarillo

Usaré las nubes de colores

Para tejer un largo y gran cinturón de flores

Cuando el aroma del vino de arroz sea fragante

Algunos animales se detenían para ver. Escuchaban la canción, sus narices olfateaban curiosos y algo en ellos los hacia seguir la caravana. Antes de olvidar porque la seguían y continuar con sus actividades del día.

Todo aquello era visto por un cuervo, que escuchaba alegre la voz de su ama. Su corazón latía alegremente al ritmo de una canción demasiado conocida para él. Mariposas plateadas seguían su camino, pero el cuervo no se asustó.

Simplemente siguió con su camino acostumbrado a la presencia de aquello que sabía que muchos humanos temían.

Pero su ama no, ella jamás lo haría.

Las mariposas bajaron hasta que los ojos negros de aquella omega se encontraron con algo familiar. Una sonrisa radiante brilló en sus labios y las mariposas danzaron a su alrededor escuchando gustosas la canción.

Cuando la melodía acompañe al vino

Cantaré en una tarde primaveral

Usaré el cinturón de flores

 Una de ellas se paró sobre la campañilla que se detuvo cuando aquello pasó.  La mujer siguió cantando. Cuidadosamente acerco la campañilla con aquella mariposa. Su voz siguió siendo dulce.

Y construiré un puente para visitarte y mirarte

Aah lee Aaah leee

Cuando la canción terminó la mariposa se posó sobre la nariz de la mujer. Antes de despegar y desaparecer en el cielo.

―Ah, tu abuelo a veces es tan infantil, baobei.

Las campanas siguieron sonando. La mujer siguió acunando a su bebé.

―Poniéndose celoso porque juego con la campanilla que tu Muqin me regaló. Aiya, que ancestro tan infantil. Si alguien se enterara que la calamidad más aterradora del mundo se pone celoso porque su hija esta tan enamorada de la madre de su bebé, que desastre se haría en verdad.

La mujer rio ante sus propias palabras con el solo hecho de imaginarlo.

―Pero en realidad es algo tierno. ¿Sabes, A-Ying? Tu Muqin tambien es muy tierna en realidad. Es tan adorable cuando se molesta, cuando esta avergonzada o cuando descubre que alguien la escuchó cantar.

La sonrisa de Hua Fengxing era adorable, sus peonias danzaban con melancolía ante el recuerdo.

―Ella tiene una voz muy, muy hermosa. Cuando canta parece que escuchas la voz de una deidad. Y es muy hermosa también. Su piel es tan blanca como la porcelana y sus ojos son tan bonitos como esta amatista. Ahora que naciste A-Niang te enseñara muchas cosas hermosas, pero sobre todo A-Niang te enseñara muchas flores de loto.

El alfa escuchó en silencio sus palabras. Consciente de la tristeza de la omega.

―Tu aroma es tan dulce como el suyo. Flores de loto violetas de Meishan Yu. Y eres tan hermoso como tu Muqin. Seguramente serás el alfa más guapo del imperio. El número uno en la lista de jóvenes maestros alfa al igual que la Araña Violeta.

Hua Fengxing frotó su nariz con la suya sin poder evitarlo. Pensativa ante la idea frunció el ceño.

―Cuando crezcas muchas cosas pueden cambiar, después de todo, tu despertar instintivo será como cuando un polluelo abre el cascarón de su huevo. Mi Wuxian será tan fuerte y grande. Aunque tal vez tu rostro no cambie mucho.

Wei Changze siguió escuchando en silencio a su señora, el burro orgulloso cabalgaba elegante entre el suelo como si fuera en realidad un caballo de gran estirpe.

―Si te pareces mucho a mi te parecerás bastante a Bába. Si eso pasa debes prometerle a A-Niang que debes amar mucho tu rostro, pero no demasiado. A tu abuelo Hua le costó 1,000 años aceptar hacer una introspección sobre sí mismo para procesar muchas cosas. Yo no quiero que vayas a una terapia de 30 años. Así que por favor, ámate mucho, bebé.

La omega siguió pensando, buscando entre las cosas que había comprado para su cría en la última aldea que visitaron.

―Pero si te pareces mucho a tu Muqin será muy obvio que eres un Yu. Aunque…

Una pequeña copia de Yu Ziyuan…

El rostro de Hua Fengxing se volvió completamente rojo. La omega cubrió su rostro con una mano buscando esconderse de la vergüenza.

¡Era una imagen demasiado adorable para que no le afectara!

Aunque en realidad… su Cheng Cheng siempre fue la imagen viviente de su Bixia.

Cheng… Cheng.

Shennong.

“―No suelten, no olviden, no perdonen. ¡Lo que ellos han hecho a nuestro emperador no lo perdonaremos ni ahora ni nunca!”   

¿Qué… fue eso?

Hua Fengxing negó para sus adentros. Por más que una pequeña copia de Yu Ziyuan le pareciera adorable debía preocuparse más por la seguridad de su hijo que por un capricho personal.

Sus dedos volvieron a la carita de A-Ying. En solo tres meses ese bebé suyo Ya había crecido tanto. Siendo tan saludable y hermoso como solo los genes Yu podrían hacer. Tan pequeño y gordito.

Si tan solo A-Yuan pudiera conocerlo pronto.

Estúpida matriz del Sol Falso y estúpido Gen Dominante en Wen Ruohan.

Si tan solo todo eso no existiera…

―Ah, Wei Changze. ¿Crees que podamos conseguir un poco de madera?

―¿Madera?―El hombre detuvo el andar del burro. Quien solo hizo un ruido en protesta por aquello. Wei Changze miró a Hua Fengxing con curiosidad.

―Hmn, quiero tallar algunos juguetes para Wuxian. Quiero tallar muchos osos y caballos. Aunque también panteras y tigres sería una buena idea, sobre todo leopardos de las nieves.

Leopardos de las nieves, me gustan mucho los felinos. Esos más que cualquier otro.

A-Die ya le ha regalado muchos juguetes y adornos de mariposas. Es justo que mi baobei tenga muchos juguetes más.

Claro que no buscaba que fueran juguetes de la cultura Yu, claro que no.

―Si mi Señora quiere madera para tallar, la conseguiremos.

Hua Fengxing infló las mejillas:―Aiya, Wei Changze, llevamos un año en este viaje y me sigues llamando así. Pensé que éramos amigos.

―Mi Señora es la omega de mi Rey, naturalmente aunque seamos amigos seguiré llamándola como es debido. Respetar la posición de la Consorte de mi Rey no rompe nuestra amistad.

Las mejillas de Hua Fengxing se tiñeron de rojo, los recuerdos del pasado volvieron a su cabeza como lo que pasó aquella noche. Abrazó a su bebé con vergüenza.

Tonta Yu Ziyuan, cuando volviera a casa debía de mimarla mucho en la cama por el tiempo que debían estar separadas.

 Debía demostrar como un buen Yu porque se dice que los dragones comían jade todos los días.

―Y-yo no soy la Señora de tu Rey.

El tintineo de las campanas de plata fue el único sonido ante el toque de la brisa. Los cabellos negros de la mujer se ondearon ante los ojos del hombre. Un suspiro salió de sus labios.

―Eso no dice el certificado de matrimonio que Su Alteza Real el Loto Sonriente selló como oficial hace un año. Y sobre todo ese evento al que fui no parece ser una alucinación como ese bebé que demuestra que es un matrimonio consumado.

―¡Wei Changze, eso fue muy desvergonzado!

―Aprendí de la mejor.

Hua Fengxing no supo que decir.

Jamás había entendido desde el comienzo la actitud de Jiang Fengmian respecto a Yu Ziyuan y ella. Solo sabía que ante cada oportunidad Jiang Fengmian buscó que ninguna callara sus sentimientos.

“―Nada me haría más feliz que ustedes sean felices. Aun si no podemos romper con la farsa de este matrimonio entre A-Yuan y yo, te prometo que su única omega serás tú”

Hua Fengxing no se atrevió a siquiera pensar en la idea en ese tiempo. No le parecía correcto incluso cuando Jiang Fengmian dijo que lo único que les interesaba a los ancianos de ese matrimonio era obtener un heredero de la sangre Yu, incluso si la sangre Jiang no estaba ahí.

Ahora, Hua Fengxing no sentía tener la cara para decir palabra alguna sobre el tema.

Un hijo de sangre Yu. Ahora entre sus brazos había un hijo de sangre Yu.

El hijo alfa Yu que era el Hijo del Cielo.

El Señor de las Bestias.

―¿Yu Ziyuan sabe de esto?

―Mi Rey está demasiado deprimida desde que te fuiste, pero algún día se enterará. Y un día tambien debe saber de este pequeño príncipe celestial.

―No creo que sea buena idea decirle sobre esto en las cartas, al menos no hasta que descubramos la verdad de esas cartas sospechosas y resolvamos lo de la Presentación Instintiva de A-Ying. Le prometí a Qiren que investigaría arduamente si hay una forma de salvar a Wen Ruohan.

―Pensé que lo odiabas.

―Desde lo que pasó con Qiren y la Presentación Instintiva de ese hombre tengo sentimientos encontrados sobre él. Yu Ziyuan también lo sintió al igual que Suibian. Hay algo ahí, en ese maldito clan Wen que no está bien y algo de eso tambien ha contaminado al Wen Ruohan que solo Qiren pudo conocer.

―¿Qué crees que este pasando?

―Es algo que ni siquiera yo puedo explicar. He aprendido mucho de los misterios de este mundo pero todo lo relacionado a los Wen… eso es algo que aun cuando sé su historia se siente insuficiente.

Había una extraña sensación en Hua Fengxing cuando pensaba en el asunto.

Un hombre de dos caras. Cuál era la real era algo que no sabía, pero si podía sentir que ese cambio de aromas que le mencionó Fengmian y la misma sensación inquietante que compartía con Yu Ziyuan ahora no solo parecía una tonta coincidencia.

Y eso le comenzaba a aterrar.

¿Quién era realmente Wen Ruohan?

No lo sabía, había algo extraño dentro de su corazón que le hacía sentir que lo odiaba, que debía odiarlo con todo su ser.

Pero Hua Fengxing no quería odiarlo, en verdad no quería aun cuando al igual que su amado loto algo en su pecho quemaba lleno de odio ante esa persona.

No le gustaba esa sensación, no le gustaba odiarlo.

Pero sobre todo no quería que su bebé y él se vieran mientras el Gen Dominante prevaleciera en Wen Ruohan.

Porque sabía que si este hijo suyo y él se conocían…

Porque si algo así pasaba…

Hua Fengxing negó en su cabeza.

No pasaría, ella se encargaría de evitar que Wen Ruohan y su Wuxian se conocieran hasta que le extrajeran ese gen.

Debía confiar en Yu Ziyuan y el señor Suibian, debía confiar en Meishan Yu.

Hua Fengxing abrazó a su cachorro gentilmente, la campana de plata de Yu Ziyuan resonó con el movimiento del viento.

―A-Ying, puede que A-Niang haya cometido un error, uno muy grande al juzgar a alguien por algo desconocido y aterrador en este mundo. Hay muchas cosas que aún no sabes y no comprenderás en un tiempo, pero A-Niang promete que si se equivocó de verdad y hay una esperanza, salvara a tu Tío Wen. Lo prometo.

Porque era su única esperanza.

Sin importar que, Hua Fengxing no podía dejar que su cría conociera el resentimiento.

Porque si lo hacía, no habría marcha atrás.

 

 

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A A-Ying le gustaba bañarse.

La sensación fresca del agua calmando la comezón sobre su cuerpo y llenando de calidez su corazón era algo que A-Ying no podía dejar de amar.

―Eso es. A mi A-Ying le gusta mucho el agua. Jajaja, eres como un pez. El pez A-Ying. Un pez grande y gordito.

A-Ying no pudo evitar reír mientras su madre lo bañaba. La posada en donde estaban era bastante acogedora y mientras A-Ying tuviera leche no había razón alguna para llorar.

Internamente se preguntó si los peces eran tan bonitos como A-Ying para que A-Niang los comparara con él.

Cuando A-Niang terminó de bañarlo lo saco del agua a pesar de sus pequeñas protestas.―A-Ying, no puedes estar tanto tiempo dentro del agua. Si lo haces te volverás una pasa gigante, ¿acaso quieres eso? ¿quieres ser una redonda y bonita pasa gigante?

A-Ying no pudo evitar reír cuando su A-Niang jugó con su estómago intentando comerse su ombligo.

Entonces la puerta se abrió.

―Mi Señora, he traído la cena.

―Ah, Wei Changze.

Envolviendo su figura en la toalla su A-Niang lo secó cuidadosamente antes de vestirlo con esas bonitas túnicas esponjosas que hicieron que el sueño se apoderara de A-Ying.

Ese día A-Ying tuvo un sueño.

Soñó con una persona.

Un niño en medio de la nieve.

Un niño con ojos tan dorados como la piedra que había elegido aquel día.

 

 

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Con el paso de los meses adaptarse a su nuevo cuerpo fue más sencillo. Aprendió muchas cosas como el nombre de muchos animales a través de los juguetes de madera que A-Niang le enseñaba.

A las mariposas de papel se les unieron animales de madera. Panteras, tigres, caballos y osos.

Aun siendo muy pequeño, él sabía una cosa.

Le gustaban muchos los gatos y los osos.

Más los leopardos de las nieves.

Le recordaban a casa.

―¡Caballo! ¡Caballo!

La risa de su madre le hizo llevar sus ojos a ella. Su sonrisa era muy bonita.

―¿Te gustan mucho los caballos, A-Ying?

―¡Sí! Los caballos son lindos.

―A una persona bonita que conozco también le gustan los caballos. Es tan tierna cuando esta con ellos. Incluso les habla. ¿A-Ying también quiere hablar con un caballo?

―Sí, A-Ying quiere hablar con un caballito bonito.

Los ojos de A-Ying miraron el bosque que los rodeaba. Los árboles frondosos del bosque y el amplio campo verde frente a ellos eran tan diferentes. Wei-Die hacia algo en medio del campo. Varios troncos que habían sido cortados calentaban la comida de A-Niang y Wei-Die.

Y ahí, a unos metros de la fogata se encontraba ese hermoso y gran caballo negro.

Sus pezuñas eran grandes y felposas por el pelaje largo que las hacia ver mucho más grandes. La larga melena rizada decorada con trenzas y cadenas de plata y oro se extendió cuando el caballo sacudió la cabeza. Las piezas de plata que formaban parte de las trenzas en medio de los rizos brillaron ante la luz. Como las piezas de osos que le decoraban.

Y los ojos negros miraron seriamente al cachorro.

Como si en verdad entendiera que estaba mirándolo directamente.

El mismo que estiró emocionado sus manos hacia aquel ser.

―¡Caballito bonito, habla con A-Ying!

Su A-Niang por su parte dijo algo extraño:―A-Ying… ese es un burro, no un caballo.

La sonrisa de su madre le hizo mirar entre su caballo de madera y el caballo que había dejado de comer hierba fresca. Mirándolo directamente como si sospechara algo.

No importaba cuantas veces A-Ying viera entre el caballo grande y el pequeño. Las características de ambos eran idénticas aun cuando había detalles en el juguete que parecían ser más complicados en el caballo grande. Pero lo más importante era que sus formas eran idénticas.

Entonces, si eso no era un caballo… ¿Qué era?

¡Hah! Caballo mentiroso, usando una imagen ante otros cuando en realidad odia fingir ser un burro. Nuestro compañero en realidad es un gran mentiroso… Tú realmente nunca cambiaras.

Cuando sus ojos pasaron a la sombra por primera vez pudo ver una forma un poco más definida.

Era muy alto. No podía ver muy bien el rostro, pero si noto que había un par de ojos rojos y una sonrisa burlona.

Mentiroso.

Esa fue la primera vez que entendió la palabra mentiroso.

 

 

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La primera vez que vio un rio el color de sus aguas era diferente de lo que había imaginado.

―¡Rio! ¡Es un rio!

―Así es A-Ying, es un bonito rio. La gente lo llama el Rio Amarillo, A-Ying. Es uno de los más largos de YuZhong.

―¿Yu… Zhong?

―Así es. YuZhong es el país en el que vives. Es muy hermoso y hay cosas maravillosas aquí. Y una de ellas es este rio. Es hermoso y brillante como el sol. Algunos dicen que es un dragón rebelde bastante cambiante y fuerte.

―¿Dragón?

Su madre sonrió, sus palabras fueron tan dulces como la miel.

―Así es. Un dragón es una criatura muy hermosa. Tan grande como una montaña, hermosa como las flores de loto y feroz como las bestias del bosque. Pero con un gran corazón que nació para amar demasiado. Se dice que esas criaturas son inusuales, pueden vivir en el hábitat que deseen. En las aguas, la tierra, las inmensas montañas rodeadas de nubes o más allá del cielo. Como las estrellas que brillan en el cielo.

Y cuando sus manos tomaron sus mejillas los ojos de A-Ying conectaron con aquella profundidad que amaba tanto.

Esas hermosas obsidianas que le miraban con amor.

El mismo amor con el que frotó sus narices mientras la alegría atrapaba el corazón de A-Ying.

A A-Ying le gustaba el agua así como le gustaba ese bonito rio. Era lo suficiente llamativo para que A-Ying quisiera acercarse tanto como fuera posible.

A-Niang no le dejaba acercarse mucho. Decía que no se podía tomar el agua del rio aunque si se podía pescar. A A-Ying le gustaba rezar por las almas de los peces de ese rio como de las personas que viajaban por él.

Pidiendo de corazón que el rio fuera gentil con todos ellos y no se dejara llevar por la adversidad del destino.

―Hola, rio bonito.

Quería acercarse más.

Lo suficiente para poder entrar a esas aguas y nadar hasta llegar a casa a través de ese rio.

El mismo rio que le hablaba.

―Bixia. Ha pasado tanto tiempo, Bixia.

La mano del pequeño A-Ying se extendió al rio. Como si fuera una extensión de sí mismo.

Algo que nació al mismo tiempo que él.

Algo que vivía con su misma voluntad desde hacía milenios. Esperando pacientemente su regreso.

―Bixia. Mi amado Bixia. Le he extrañado tanto.

Quería alcanzarlo.

Tenía que volver al rio.

―¿Te gusta el rio, A-Ying?―la pregunta de su madre mientras descansaban ante el rio llamó su atención. Pero A-Ying solo podía extender su mano al río.

―¡Rio bonito!

―Tal vez le llama la atención el sonido.―Wei Changze comentó, haciendo reír a Hua Fengxing. 

―Puede que sí. Después de todo, a A-Ying le gusta mucho el agua. ¿Sabes, A-Ying? Cuando A-Niang era más joven y bajó de la montaña divina yo también quería venir al Rio Amarillo.

Los ojos de la sombra le miraron seriamente.

―Durante mucho tiempo quise venir aquí, nadie entendía mis decesos al igual que yo misma. Pero tenía en claro que sin importar que, debía venir aquí porque había algo muy importante que me llamaba a este sitio.

―Hubo una ocasión mientras estaba estudiando que tuvimos vacaciones y me escabullí de todos y busqué venir aquí.―Una sonrisa se apoderó de los labios de Hua Fengxing, había ternura en su mirada.

―Pero una linda flor de loto detuvo mi camino. Al inicio no quería escuchar, sentía que si no venia a este lugar todo en lo que trabaje estaría perdido, pero cuando vi la preocupación en sus ojos me di cuenta que estaba siendo demasiado terca. Y aun así ella fue tan amable para comprarme dulces, mostrarme parte de su mundo y mostrarme la Ciudad de las Estrellas que nadie en este mundo puede ver sin el permiso de un Yu.

Hua Fengxing inclinó la cabeza abrazando a su bebé, su voz fue dulce como un susurro.

―Pero sabes, más que terquedad tenía miedo. Como si hubiera algo tan importante en este lugar que me hiciera sentir que si no venía aquí estaría fallando en algo muy importante. Y por alguna relación extraña cuando ella me preguntó porque quería venir aquí solo dije… Quiero ver las estrellas desde casa.

Las memorias en su cabeza revoloteaban como mariposas perdidas entre su propia conciencia. La expresión de Yu Ziyuan cuando le dijo aquellas palabras se había grabado en su mente de tal forma que no podría olvidarla aun si pasaran tres mil años más.

―¿Y sabes que hizo esa alocada mujer? Cuando llegó el día de mi cumpleaños tomó las riendas de su caballo y de mii burro, los dejó en las caballerizas de Yunmeng Jiang, me vendó los ojos después de convencerme de dejarme llevar en espada a oscuras y cuando me dejo mirar estábamos aquí.

―En el lugar más hermoso del Reino Humano, el Gran Bosque de los Osos del Rio Amarillo. Mirando la lluvia de estrellas más hermosa que había visto el día que cumplí 16 años.

Los ojos de A-Ying brillaron ante esas palabras.

―Para mí, A-Ying este bosque es el más hermoso que he visto afuera de la Gran Muralla Yu al igual que este rio, son un recuerdo tan especial para mi que es algo a lo que quiero aferrarme para toda mi vida porque esta clase de recuerdos son los que más debemos valorar. Aquellos que nutren nuestras almas con los mejores sentimientos.

―Lo verdadero valioso, A-Ying no es el oro, la plata o el estatus. Sino los preciosos recuerdos que puedes formar con tus personas amadas y todo lo que ellas aportan en tu vida. Siempre debes recordar lo bueno que las personas hacen por ti, más no lo que tú has hecho por ellas. Ser amable, humilde y gentil es importante como no guardar tanta oscuridad en tu corazón.

―No importa cuanto negro o blanco hay en tu corazón, mientras haya un equilibrio gris tu siempre recordaras cual el camino a casa. ¿Lo comprendes, baobei?

Aun cuando A-Ying era un bebé tanto él y la sombra grabaron aquellas palabras en su mente como el cincel al mármol.

No había blanco y negro aun si ahora estaban divididos en Yin y Yang. El mundo estaba tan lleno de diferentes matices que sería demasiado ingenuo creer que solo había dos polos opuestos.

Y ellos dos debían aferrarse a esa verdad para sobrevivir.

Mientras las aguas del rio se movían como un dragón A-Ying pudo escuchar aquella voz. El reconocimiento absoluto de algo que no recordaba y aun así, sentía como algo valioso.

Una memoria olvidada ante una sombra que no podía dejar de mirar la corriente. Aquella en donde la espuma se movía como la melena de una bestia lo suficiente paciente para acompañarlos en su camino.

Él lo sabe. Él sabe quiénes somos y porque estamos aquí.

A-Ying no pudo estar más de acuerdo con ello.

El bonito rio tenía un color inusual que no se parecía al agua de otros ríos.

Pero lo más bonito de ese rio era que pasaba cerca de una extraña y gran montaña.

―¡Dragón! ¡Dragon!―señaló con una brillante sonrisa ante la enorme montaña que superaba incluso la vista periférica de A-Ying.

Aquella montaña era tan grande como aquellas criaturas que A-Niang había mencionado y le había enseñado en un templo cercano.

―Oh, estas son las faldas de la Montaña que Toca el Mundo, A-Ying. La montaña más grande de YuZhong.

―Dragones.―Su mano no dejo de señalar, deseaba poder comunicar mejor su idea, pero a pesar de que tenía un año ya, ese cuerpo no le dejaba hablar de mejor manera.

―¿Dragones?―Su madre le miró confundida antes de regresar su vista a la montaña.

Entonces Diedie dijo algo:―¿No se estará acordando de lo que le dijiste frente al Rio Amarillo? Sobre que los dragones eran tan grandes como una montaña.

―Sí, dragones.―Aunque no era esa su pregunta en realidad, estaba relacionada.

―Oh, cierto. Puede que si sean tan grandes como esta montaña A-Ying, aunque eso seguramente sería muy aterrador, pero son criaturas bondadosas de corazón por lo que no habría que temer si fueran reales.

―¡No, dragones!

―Sí, sí, dragones. Los dragones son muy lindos. A-Niang tallara un dragón para ti.

La sombra suspiró con cansancio. Su voz sonaba decepcionada.

No lo entienden. No entienden lo que queremos decir.

Sí, no lo hacían.

Era molesto.

Era molesto no poder comunicar adecuadamente lo que deseaba decir.

A través de los días y los meses su paso entre la montaña y el rio bonito fe tranquilo y agradable.

Había algo entre ambos elementos que hacían que A-Ying se sintiera muy feliz.

Era como estar en casa.

No, aun no era suficiente.

Su hogar aún faltaba en este lugar para ser llamado casa.

Pero A-Ying no podía dejar de mirar. No podía dejar de olfatear y el apego fue algo inevitable entre más largo se volvía el camino y más aprendía del mundo.

Este mundo era hermoso.

Y estaba seguro que esa montaña era lo más hermoso de este mundo en realidad.

Pero entonces, si este lugar era tan hermoso, ¿Por qué tenían que irse?

―A-Ying se quiere quedar.

―Lo siento, A-Ying, pero no podemos quedarnos aquí, aún hay un largo camino por delante y debemos seguir.

―Pero a A-Ying le gusta la montaña.

Su A-Niang se agachó a su altura, sus ojos brillaron gentiles hacia A-Ying. Su voz fue paciente.

―Lo sé, baobei. Sé que quieres quedarte, pero no podemos hacerlo. Cuando seas más grande podrás venir tanto como quieras, pero aún no, cariño. Aun no es tiempo.

Tiempo.

¿Por qué sentía que estaba perdiendo tiempo valioso?

Otra vez.

Otra vez no recordaba.

Y eso era frustrante.

Demasiado en realidad.

Pero A-Ying era un buen niño, y un buen niño no haría llorar a A-Niang.

Bajando la cabeza con desilusión asintió.―Está bien.

―Oh, baobei, no estés triste. Te prometo que un día vendremos aquí y podrás hacer todo lo que quieras. Pero primero debes crecer.

―Hmn

Aun no.

Aun no era el tiempo.

Debía ser paciente.

Debía aprender a esperar.

Lo haremos. Un día volveremos aquí con nuestro hogar.

Dando una última mirada a la montaña A-Ying se despidió mirando hacia la cima. Su mano se agitó tristemente, pero lo sabía.

La montaña lo entendía.

Esperar.

Esperar.

¿Cuánto tiempo llevaba esperando en realidad?

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Con el paso de los meses esa sombra fue aún más presente. No importaba cuantas veces le preguntara al caballito negro porque solo él podía ver su verdadera forma, el caballito negro nunca le respondería.

Una día mientras el caballito negro comía hierba cuando ellos acampaban, A-Ying sintió algo raro mientras jugaba con su oso de madera.

Sus orejas brincaron sintiendo algo entrar en su perímetro. Su nariz reaccionó naturalmente, olfateando de un lado a otro llevando sus pupilas a cada espacio del bosque disponible ante su vista.

Hasta que cierto aroma le hizo gritar.

―¡Oso! ¡oso!

Pero A-Niang no pareció entenderlo. Dándole una dulce sonrisa.

―A mi pequeño A-Ying le gustan mucho los osos, ¿no es así?

―¡Viene un oso!

Pero A-Niang solo pudo reír mientras Diedie cocinaba.

Aquí viene.

Y tal como aquella sombra dijo la sonrisa de A-Niang desapareció mientras su nariz olfateaba una y otra vez. Diedie pareció notar lo mismo, poniendo su mano sobre su espada. A-Niang hizo lo mismo. A-Ying no entendió esa actitud.

Y de entre los árboles un gran oso salió.

Y ahí está.

Era un oso grande y fuerte, su pelaje castaño brillaba con la luz del sol al igual que sus colmillos. Sus ojos profundos le miraron y caminó hacia ellos con esas grandes y poderosas patas con filosas garras que ante A-Ying eran simplemente muy hermosas.

Era un oso muy bonito.

Y entonces A-Niang dijo algo en susurros:―Oh, mierda, mierda.

―A-Niang dijo una mala palabra.

―Ignora esa palabra, baobei. A-Niang no quiso decir eso. Wei Changze, ¿Qué hacemos?

Diedie tambien parecía preocupado.―No lo sé, nunca he estado tan cerca de uno antes.

―¿No sé supone que fuiste guardaespaldas de MianMian? Debiste ir a Meishan Yu en algún momento.

―Lo hice, pero no sé cómo tratarlos, no huelo como un Yu. ¿Qué hay de ti? Mi Rey te enseñó su cultura y tu misma la viste controlar a uno como estos.

―Sí, pero ella tenía sus trucos Yu. Le habló en su lengua y uso sus feromonas. Pero yo no sé cómo hacer eso.

―¿Qué hacemos entonces?

―No lo sé.

Sin apartar su mirada del oso A-Niang intentó hacerle saber que todo estaba bien presentando completamente sus peonias, camelias y lirios.

―A-Ying, quédate detrás de A-Niang, yo-

Pero antes de que su madre dijera algo más él comenzó a caminar hacia el oso.

―A-Ying, vuelve aquí.

Pero A-Ying no podía hacer eso. No cuando vio al oso gruñir entendiendo perfectamente porque lo hacía.

―A-Ying, ven con mamá ahora mismo.

Sus pasos avanzaron sin temer, su corazón no pudo evitar preocuparse cuando el dolor fue palpable en el ambiente. Los ojos de ese oso mostraban dolor y él solo podía pensar en una cosa.

Quería ayudar.

 ―¡A-Ying!

Pudo escuchar a A-Niang ir hacia él. Pero A-Ying solo pudo concentrarse en la mirada del oso que se acercó hacia él, mucho más grande y fuerte que su cuerpo. Ojos oscuros que parecían el abismo le miraron y sin dudar A-Ying estiró su mano hacia el oso.

―¡A-Ying!

Y no pasó nada.

El oso se inclinó dócilmente ante él permitiéndole acariciar su nariz, su sonrisa solo pudo crecer al igual que la sonrisa de esa sombra.

A-Ying acarició su cabeza cuando el oso se acostó en el pasto para permitirle eso. Tomó sus mejillas con gentileza y junto su frente con la del oso.

Y cerrando los ojos extendió sus flores de loto junto a las peonias envolviendo al oso en un muelle de protección ante la sorprendidas figuras de Hua Fengxing y Wei Changze.

―Todo está bien, no tienes por qué temer.

Dando suaves palmadas a su cabeza A-Ying buscó concentrar su corazón hasta que pudo escucharlo.

Duele.

―¿Dónde duele?

Pata. Duele. Astilla.

Y entonces A-Ying lo entendió.

Girando su vista a su extrañamente asustada madre que estaba a su lado, A-Ying pidió ayuda.―A-Niang, el osito se lastimó su pata.

A-Niang le miró de una manera extraña que no pudo comprender. Sus ojos pasaron a Diedie que también le miraba así.

Y entonces A-Niang dijo esas palabras.

―¿Puedes… entender lo que le pasa?

Y A-Ying solo pudo ladear la cabeza.

¿Qué no todos lo hacían?

¿Por qué pensarías que lo hacen?

A-Ying solo pudo asentir confundido.

Su madre se acercó lentamente hasta estar frente al oso soltando un suspiro atrapada en sus pensamientos. Con una gentil sonrisa preguntó.―¿Cuál es la pata que le duele, baobei?

Los ojos de A-Ying pasaron al oso, el mismo que movió la pata derecha. A-Ying lo señaló levantando la pata por sí solo con ayuda del oso y justo como el aroma de sangre le dijo ahí había una gran astilla enterrada en su pata.

Entendiendo rápidamente su A-Niang ayudó a tratar la pata del oso con un extraño medicamento color violeta que olía igual a los lotos de A-Ying. Pero el cachorro solo pudo concentrarse en acariciar la cabeza del oso buscando consolarlo.

A pesar de los gruñidos el oso comprendió que estaba a salvo.

Era un buen oso.

Uno muy bonito.

Cuando su pata estaba lista A-Ying le indicó a su madre que tenían que sacar al cachorro del gentil animal de la trampa en la que había caído, y la misma que había lastimado al oso cuando intentó sacarlo de ahí.

A-Ying no entendía porque alguien pondría trampas en el bosque sabiendo que había muchos animales viviendo ahí. Pero tampoco entendía porque se hacían las trampas en realidad.

¿Por qué los humanos hacían eso cuando había criaturas en el bosque que podrían lastimarse por eso?

Cuando el pequeño osezno fue liberado A-Ying pudo escucharlo.

Gracias, Bixia, gracias Emperatriz Feng.

Y el oso se inclinó ante ellos despidiéndose haciendo que A-Ying no pudiera evitar sonreír.

―¡Adiós!―el pequeño A-Ying agitó su mano con entusiasmo. Su corazón se sentía feliz por saber que los osos ahora estaban a salvo. A-Niang y A-Die al igual que él se despidieron.

Y ambos animales desaparecieron en la inmensidad del bosque.

Cuando su madre se agachó a su altura sus ojos brillaban con un toque de melancolía que no supo entender.

Sus manos tomaron sus mejillas gentilmente antes de tocar su frente con la suya. La nariz de su madre se frotó dulcemente con la suya, haciendo que devolver el gesto fuera inevitable y sus palabras fueron dulces como la miel.

―Mi A-Ying, mi dulce A-Ying. Eres un cachorro con un gran corazón.

Una sonrisa decoró sus labios mientras sus ojos brillaron.

―¿A-Ying hizo algo bueno?

―Hiciste algo muy bueno. Mi pequeño A-Ying, incluso aunque te pareces a mi heredaste su corazón. Su dulce y gentil corazón.

Al parecer ellos aun nos recuerdan. Eso es muy bueno.

Aun cuando no entendió aquellas palabras calaron en lo profundo de su corazón.

Porque si eso era así, A-Ying no podía evitar sentirse muy feliz.

El corazón de A-Ying se llenó de refrescante esperanza.

Porque si ellos podían recordarlo, tal vez él también pronto lo haría.

 

 

 

Notes:

Agradeciendo infinitamente todos sus votos, comentarios y todo el amor, paciencia y apoyo  que le han dado a este proyecto me despido. Nos vemos dentro de tres semanas.

¡Gracias por leer! 

Chapter 29: CAPÍTULO 16: CASA DE LAS FLORES

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

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Enlace del capitulo en otras plataformas(por favor, evite comentar en este párrafo para que no se pierda su función)

 

 

 

 

―3,333, recuerda, 3,333. La sangre de Dios ha florecido.

―La bestia te ha traicionado. Debes enfrentarlo.

―3,333, recuerda, 3,333. Ese es el número de vidas que he arrancado con mis propias manos.

―Yo he tenido varios sueños muy extraños, pero en todos esta él.

―3,333, ese es un número muy importante… Shen Qingqiu.

―Tu propia inteligencia puede ser tu enemiga. Debes ser cuidadoso con tus propios inventos, Bixia o estos podrían irse contra ti.

―De mi sangre han nacido y a la tierra han sido enviados. Por mi sangre han sido maldecidos y por mi ruina perecerán.

―Tengo que encontrarlo, le prometí que lo haría. No importa que tenga que hacer. ¡Sea lo que sea encontraré a mi hijo!

―Solo tienes un camino, Bixia. Un único camino.

―Los humanos son maravillosos.

―Solo tienes una opción.

―Los humanos son aterradores.

―Y hasta que la entiendas terminaré con tu dolor.

―… Los humanos son asquerosos.

―Tu elijes, Jaghan.

 

 

 

Frio.

Lo primero que despertó a A-Ying fue el frio cruel golpeando contra su nariz.

Se sentía mareado, algo cansado. Era como si hubiera tenido un largo sueño sin final del que había despertado únicamente por la suerte otorgada por una misteriosa deidad.

Cuando A-Ying fue consciente de su entorno pudo notar que se encontraba en un nido en medio de una propiedad abandonada, la madera vieja se volvió más nítida cuando se levantó y talló sobre sus párpados con sus puños.

Algo andaba mal.

Lo último que A-Ying recordaba era estar sentado en la puerta de ese templo del Dios sonriente. La piedra preciosa que su madre le dio seguía entre sus manos al igual que todas sus cosas, pero despertar en este sitio fue extraño.

A-Ying salió del lugar para descubrir que estaba en un pequeño cuarto que posiblemente funcionaba como bodega detrás del templo.

A-Ying ladeo la cabeza confundido.

¿En qué momento había llegado hasta aquí? ¿Por qué no recordaba eso?

Su comida se había terminado, la nieve era espesa y su estómago rugió por el hambre.

¿Por qué se siente como si lleváramos más tiempo aquí del que recordamos?

Él también se preguntaba lo mismo.

A-Ying decidió ir al bosque. Sus pequeños pies le llevaron hasta el rio. Pero cuando llegó ahí pudo notar que el rio estaba demasiado frio al punto de que una gruesa capa de hielo lo cubría.

A-Ying lo comprendió de inmediato.

Si el rio estaba cubierto de hielo no podía pescar, y si no podía pescar solo había algo que pudiera comer.

Debía ir al pueblo.

A A-Ying no le gustaba el pueblo. Estaba lleno de lobos de sospechosos corazones y miradas extrañas.

Era como si pudiera encontrar en cada lobo a una persona que conoció hacía mucho tiempo atrás, pero no podía recordar quien era.

Sin embargo, A-Ying no tenía otra opción tenía que comer.

Buscar comida en la calle era muy complicado.

Tenía el sentimiento de recordar que no era buena idea buscar en los basureros de restaurantes y posadas si no quería ser apaleado. Debía ser más ingenioso y buscar en otro lugar, pero tenía que tener cuidado con los perros. Esa competencia tenía colmillos mas fuertes que los suyos y su aroma parecía apetecible para ellos.

No importaba que tan fuerte podría morder A-Ying, los perros tenían mandíbulas más fuertes al igual que sus cuerpos. Perder un brazo o convertirse en la cena de una jauría no era una opción.

Ah, estaba sin ideas.

Si fuera verano tal vez las cáscaras de sandía que tiraban en los puestos de frutas podrían ser una buena opción no solo para comer, sino también para fortalecer sus colmillos.

Pero era invierno y era raro ver puestos en ese momento.

Cubriéndose con el abrigo rojo que A-Niang le regaló en su cumpleaños número tres, A-Ying empacó sus cosas y las cargo sobre su espalda antes de partir al pueblo en busca de comida.

Caminando entre las calles del pueblo A-Ying buscó no molestar a nadie. El cielo estaba nublado y la gente con grandes abrigos y capas de paja hacían su día a día. Los puestos de tanghulu eran extraños por la época. El delicioso aroma de la comida y el té caliente hizo que su estomago gruñera con mayor fuerza.

A A-Ying le gustaba mucho el té y los bollos dulces.

Los bollos que A-Die preparaba eran muy ricos y el té que A-Niang bebía y a veces le daba a probar también.

El nudo en su garganta fue doloroso, pero A-Ying se obligó a no llorar.

Debía esperar.

Solo un poco más.

Hasta que A-Niang o la señora Yu Ziyuan viniera por él.

Caminando por las calles el bullicio de la gente se volvía mayor. El dulce aroma de la carne de pescado frito, el té caliente y el licor llegaban a A-Ying, quien seguía buscando entre los basureros de los restaurantes y posadas para ver si encontraba algo del día anterior. Pero para su mala fortuna no había nada.

Había llegado a un barrio lleno de hermosas decoraciones rojas cuando el sol por fin había dado pistas de su presencia.

A-Ying se detuvo frente a un gran arco rojo y miró con curiosidad.

A-Niang le había dicho que había ciertos lugares que no eran adecuados para cachorros.

 

En esos lugares hay omegas muy bonitos y muchos son muy amables. Pero también puede haber muchos alfas peligrosos y cosas que aún no puedo explicarte porque eres muy pequeño. Pero si algún día te encuentras con un gran arco rojo y ves muchos lugares pintados de ese color, debes evitar entrar ahí.

 

A-Ying no entendía muy bien porque no podía entrar ahí si era cierto que había omegas muy amables.

A A-Ying le agradaban mucho los omegas, eran más gentiles que los alfas. Si había omegas tal vez no se enojarían si buscaba algo que comer en los basureros del lugar.

Además, ese callejón olía muy bien. Olía a muchas flores y postres dulces como… ¡tartas de huevo y fruta!

A A-Ying le gustaban los postres dulces y las flores del bosque.

Era demasiada tentación, pero A-Ying era un buen niño. Jamás se atrevería a desobedecer a A-Niang.

Entonces escuchó algo.

Era un maullido.

Girando la cabeza hacia la derecha se encontró con la vista de un gato de pelaje gris que le miraba curioso con esos enormes y bonitos ojos verdes.

El gato le maulló y se frotó contra sus piernas, haciendo que A-Ying sonriera alegremente antes de agacharse a su altura.

―Hola, gatito bonito.

El gato le maulló como si le respondiera, aceptando felizmente las caricias sobre su cabeza. Frotándose contra sus piernas y su mano. Buscando ser mimado se subió sobre A-Ying y recargó su cabeza en el hombro del cachorro, logrando que este riera contento ante las cosquillas por sus bigotes.

El gato era bastante cálido y rechoncho. A-Ying no pudo evitar abrazarlo, sintiéndose feliz cuando el animal solo ronroneo entre sus brazos.

―Eres muy suave.

―Por fin te encontré, pequeño Pixiu.

Una hermosa voz llegó con el fragante aroma a un campo de rosas rojas brillantes como las amapolas.

Cuando A-Ying levantó lentamente la mirada se encontró con hermosos bordados sobre bonitas capas de seda de varios colores que llegaban hasta el suelo, escurriéndose por la nieve como una bonita cascada de arcoíris que desembocaba en un hermoso rio de color.

A través de bonitos bordados de flores y zorros del esponjoso abrigo que cubría sus túnicas hasta el cuello, A-Ying se encontró con la apariencia de una hermosa mujer. Su cabello blanco yacía peinado en un complicado arreglo decorado con flores de peonias que ajustaban cada hebra sobre su cabeza. Un par de horquillas con cuentas caían de cada lado.

Su rostro era tan hermoso que era inevitable mirar. Cejas que descansaban en calma daban paso al curioso y colorido maquillaje rojo, mismo que enmarcaba junto a ese par de hileras de pestañas esos bonitos ojos de tonos fríos esmeraldas que parecían hermosas piedras preciosas.

Los labios gruesos de aquella mujer yacían curveados en una hermosa y dulce sonrisa.

Era una persona muy hermosa.

Pero lo que le llamaba más la atención eran ese par de orejas blancas puntiagudas y esponjosas sobre su cabeza. Tan bonitas como las esponjosas y largas nueve colas blancas que se movían de un lado a otro tras su espalda.

Aquella mirada antinatural, esas extremidades extras y esa altura que posiblemente sobrepasaba los dos metros.

La caravana de las personas con colas y orejas de zorros que venían con ella. Trayendo consigo cajas y sombrillas para protegerle de la nieve tan solo confirmaban sus sospechas.

No había duda.

Es un Huli Jing. Uno muy antiguo. Una bestia ancestral que ha vivido más que cualquier inmortal.

Sí, no había duda que era un Huli Jing bastante antiguo.

El número de colas parecía ser nueve. Bastantes para analizar de verdad que tipo de espíritu zorro era.

Ahora, ¿Qué tan confiable era?

A-Ying olfateó rápidamente buscando hacer el menor ruido posible. No olía a fuego ni a malas intenciones.

No huele a traidor. Ella más bien huele… huele a algo sagrado para nosotros. Esta de nuestro lado.

Entonces la voz de la mujer lo trajo de vuelta a la realidad.

―Y veo que encontraste lo último que nos faltaba para el desayuno de hoy.

El Huli Jing sacó de su capa su brazo, sus dedos decorados con enormes uñas largas pintadas en rojo se chasquearon y un Huli Jing mas pequeño con solo una cola se acercó a ella. La mujer abrió su capa revelando sus hermosas túnicas. El escote pronunciado tenía una hermosa flor de peonia decorando la tela sobre su amplio busto.

Y antes de que A-Ying pudiera entender lo que estaba pasando la enorme capa roja floto sobre el aire hasta caer sobre su figura envolviéndolo en su calor. El hermoso rostro de la mujer yacía ante él como una ilusión dulce como su mirada. El Huli Jing sonrió y ató la capa alrededor del cuello de A-Ying. Envolviéndolo en la calidez de la misma.

―Un pequeño Jaghan para desayunar. Has hecho un gran trabajo, pequeño Pixiu.―dijo la mujer, haciendo que el gato saliera de las capas y frotara su cabeza contra la seda de las túnicas del Huli Jing.

¿Jaghan?

¿Qué significa Jaghan?

¿Era alguna palabra de lengua Huli Jing?

Rey de Reyes. Eso significa Jaghan.

Más importante…

Oye, ¿Qué quiso decir con un Jaghan para desayunar?

Pero A-Ying no pudo pensar cuando aquel delicioso aroma apareció con solo un clic de una caja y ante A-Ying un hermoso, redondo y humeante bollo dulce apareció sobre las manos del Huli Jing.

―Tu estómago rugió como un dragón, ¿acaso pudiste olfatear esto?

A-Ying trago duro. Ese bollo olía demasiado delicioso.

―Si tienes tanta hambre es tuyo.

Y la Huli Jing se lo dio sin más. Colocándolo en sus pequeñas manos con una gentil sonrisa.

A-Ying no pudo evitar la sorpresa que atrapó su corazón

―¿De-de verdad puedo tenerlo?

―Claro que sí. Eres un cachorro que tiene hambre, ¿no es así? Un pequeño Jaghan tan bonito como tú necesita comer muy bien para crecer grande y fuerte.

―Muchas gracias.

La sonrisa agradecida que brilló en los labios de A-Ying se sintió tan bien dentro de su propio corazón.

―No es nada. Si vienes conmigo podrás comer muchos más de esos bollos dulces. Y también hay mucho pescado. Así que…

Y sin más el Huli Jing lo tomó en brazos.

―Vamos, Pequeño Jaghan, te llevaré a un lugar más cálido. Los cachorros deben permanecer calientes aun si son de dragones.

Sosteniendo sus piernas cuidadosamente acomodó su cabeza sobre sus grandes pechos que recibieron cálidamente el cuerpo de A-Ying, como si fueran un par de almohadas suaves. Su hombro sirvió de una almohada para su cabeza.

Ah, era cálido y agradable.

Hacia mucho que A-Ying no se sentía así.

Si un Huli Jing le llevaba ahí A-Ying no estaba entrando por propia voluntad del todo, así que no estaba desobedeciendo a A-Niang.

A-Ying seguía siendo un buen niño.

Con esos pensamientos en mente A-Ying dio un gran bostezo antes de dejarse llevar por el sueño.

Siendo seguida por el gran gato gris y su caravana la Huli Ling se abrió paso entre la nieve. Las rosas se extendieron como una ofrenda divina que decoraba la nieve de hermosos pétalos carmesí formando un camino para la Huli Jing. Un largo sendero fue iluminado por las amapolas y las hortensias.

Como si en medio de ese largo callejón rojo la caravana de un emperador se abriera paso hasta la gran casa llamada el hogar de las flores.

Cuando el Huli Jing llegó las grandes puertas se abrieron para ella. Varias miradas miraron curiosas a la mujer y a lo que llevaba en brazos. Las colas se movieron y las orejas de los demás Huli Jing que vivían en esa casa ofreciendo sus servicios como “compañeros florales humanos” se acercaron a su ama con curiosidad.

―¡Señora Tong, por fin has llegado!

―Señora Tong ¿Qué llevas ahí?!

—Eso huele muy bien. Es muy dulce y agradable.

—Leche y miel. ¿Ese no es el aroma de un alfa?

—Pero es muy pequeño para ser humano, ¿Qué es eso, Señora Tong?

La Señora Tong decidió dejar salir sus feromonas, buscando calmar la emoción de los espíritus zorros que querían ver que había debajo de su capa.

—Ya, ya, mis niños. No hay porque acelerarse. Ming Jing, ¿Ya están preparando el desayuno?

—Sí, Señora Tong.

—Perfecto, porque he traído el ingrediente principal.

Y los zorros no pudieron más que festejar.

Cuando A-Ying despertó se encontraba en una cama bastante cómoda y esponjosa.

Las pieles bajo sus dedos eran suaves como la seda a pesar de saber que eran al parecer colas de zorro.

A-Ying se estiró bostezando plácidamente, su larga lengua se extendió fuera de su boca brillando como las bonitas perlas que conformaban sus dientes.

A-Ying parpadeo perezoso, desconociendo el lugar en donde estaba.

Hasta que sus ojos se encontraron con la imagen de nueve personas.

Frente a A-Ying había muchas personas muy hermosas que le miraban con curiosidad. Las bonitas orejas puntiagudas como sus colmillos que brillaban en sus sonrisas delataban su verdadera especie.

―Oh, es un Pequeño Jaghan muy bonito.

―Se ve saludable, pero está un poco delgado.

―No te preocupes, vamos a engordarlo muy bien.

―Tienes razón, lo engordaremos muy bien.

A-Ying no entendía que estaba pasando, entonces escuchó la voz de la sombra hablarle.

Entramos a la madriguera de una manada de Huli Jings.

¿Eso era bueno o era malo?

¡Hemos sido bendecidos, demasiado bendecidos! ¿No lo puedes ver? Hay tanta comida aquí que podría llorar.

¿Comida?

Inocentemente A-Ying posó sus ojos sobre las chicas omegas que lo miraban. Sus pechos parecían estar más descubiertos que muchos omegas que había visto entre aldeas y templos. Solo había visto senos cubiertos delicadamente de esa manera cuando A-Niang le daba leche.

Leche.

 

―Recuerda, A-Ying, los pechos de los omegas sirven para producir leche. Es muy nutritiva para los bebés como tú.

 

¡Leche!

¿A eso se refería la sombra?

A-Ying había escuchado que los dueños de estos lugares eran muy especiales con la comida y demás que se consumía aquí. A-Niang le había enseñado que esa era una de las razones por las que no era buena idea buscar comida en zonas como esta.

Pero los omegas de estos lugares si podían compartir su leche con bebés que vivían en la calle.

A-Ying tenía tres años, ¿verdad?

Ah, ya no recordaba muy bien, pero eso es cercano a ser un bebé.

Eso podría ayudar.

Pero un buen niño no puede pedir leche así como así sin presentarse primero.

Entonces debía presentarse.

Nombre.

A-Niang le dijo que había un nombre especial con el que debía presentarse a otros. El nombre con el que todos lo conocerían.

Wuxian.

Sí, Wuxian. No importaba lo que hubiera enfrente incluso si un día esto cambiaba. Él siempre seria Wuxian.

Pero Wuxian sonaba algo duro, adulto.

Si quieres comer debes ser adorable, vamos, di la mejor frase adorable que se te venga a la cabeza.

―Ho-hola. ¡XianXian tiene tres años de edad!

Entonces un montón de alaridos acaramelados atrapados por la ternura llegaron a sus oídos.

—¡Aaaaaww, es tan hermoso!

—¡Es tan pequeño y adorable!

―¡Miren sus pequeños colmillos! ¡Es la sonrisa mas bonita que he visto en mi vida!

—¿De verdad es Jaghan? ¿No recordaba que fuera tan dulce y lindo a esa edad?

—Es tan hermoso. Mucho más hermoso que cualquier alfa de su edad. Casi podría confundirlo con un omega si no fuera por la miel.

—Aunque es muy pequeño, ¿no habrá problemas por eso?

—No te preocupes, cuando crezca se volverá bastante alto en realidad. Después de todo, huele esas flores de loto. Es un pura sangre.

—Huele tan dulce que podría comérmelo.

—Realmente es muy hermoso, cuando crezca será un Jaghan tan guapo. Él más guapo de su generación.

—Ese es el secreto. Jaghan siempre ha sido muy hermoso y siempre lo será.

A-Ying no entendía absolutamente nada de lo que estaba pasando, pero estar rodeado de tantas personas hermosas de aromas dulces y sonrisas hermosas era demasiado agradable.

No se que esta pasando aquí, pero en realidad me gusta. Estamos a salvo aquí.

A-Ying pensaba lo mismo.

Todas estas personas parecían tener almas gentiles y bondadosas. podía olfatear en sus corazones la esencia de vidas que habían esperado mucho tiempo. Siendo pacientes en medio de la tempestad y el prejuicio.

Que personas más agradables.

―Ya, ya, mis niños. no lo atosiguen. Pequeño Jaghan, estos son mis compañeros, las personas que viven en esta casa. Nos dedicamos a… ser hospitalarios con nuestros visitantes, tocar música y conversar con muchas personas. Se bienvenido a nuestra casa.

―Ho-hola. A-Ying agradece por su hospitalidad.―terminó diciendo con las mejillas sonrojadas.

―Aww, que voz tan linda.

―Sus mejillas son tan redonditas.

―Hola, pequeño Jaghan.

―Ya que Jaghan ha despertado eso solo puede significar una cosa. Es hora del baño.―dijo sonriente la Señora Tong.

A-Ying no pudo evitar sonreír ante esas palabras.

¡Baño!

A A-Ying le gustaba mucho bañarse porque el agua se sentía muy agradable sobre su piel.

La Señora Tong le tomó en brazos, sus colmillos brillaban en su sonrisa como esos hermosos ojos verdes esmeralda.

―Vamos, Pequeño Jaghan, es hora de que tomes un baño.

A través de los pasillos la Señora Tong lo llevó hasta el cuarto de baño en donde ya varios Huli Jing arreglaban una tina grande mientras era llevado a una más pequeña. La Señora Tong chasqueó los dedos y de inmediato tres Huli Jing se acercaron a ella. La Huli Jing depositó a A-Ying en los brazos de uno.

Rápidamente las ropas de A-Ying abandonaron su cuerpo. Agradablemente el cuarto no era tan frio, por lo que aun si nada sobre si mismo no sintió frio alguno. Uno de los Huli Jing le llevaron a la tina pequeña. El agua se sintió cálida sobre su cuerpo haciéndolo ronronear.

Los Huli Jing comenzaron a bañarlo. Sonrisas decoraban sus rostros y una inusual canción fue cantada en una lengua que A-Ying recordó era MaoLang. Tímidamente permitió que los zorros le ayudaran a bañarse, lavando su cabello y tallando suavemente con trapos sobre sus brazos y espalda.

A-Ying solo tuvo que encargarse de su intimidad mientras los zorros seguían trabajando en llenar la tina de pétalos de rosas.

Y cuando A-Ying estuvo listo lo depositaron en la gran tina con flores.

Dentro de la gran tina había un banco en donde pudo sentarse, logrando así evitar hundirse por completo mientras los zorros los acompañaban depositando más pétalos y cantando para él.

Esto se sentía familiar.

Agradablemente familiar.

Aun si no entendía que estaba pasando o porque esas personas estaban siendo tan amables, A-Ying se sentía agradecido por ello.

Los Huli Jing eran muy amables.

Cuando el baño terminó fue vestido con un conjunto de túnicas blancas cubiertas por una capa exterior púrpura con bordados de osos y conejos.

A A-Ying le gustaban mucho los osos y los conejos. Estas túnicas eran muy bonitas, pero aun así se aferró a su abrigo cuando fue llevado por los pasillos de ese perfumado lugar hasta lo que parecía ser el comedor.

Y frente a una gran mesa rectangular los Huli Jing que le habían presentado cuando despertó estaban sentados en sus propios lugares. Saludándole con sonrisas cuando llegó en los brazos de la Señora Tong.

―Pequeño Jaghan, siéntate aquí.

―No, siéntate conmigo.

―Ya, ya.―Calmó a todos la Señora Tong.―Jaghan ya tiene su propio lugar.

Y sin más la Señora Tong le sentó en el puesto principal, sentándose a su lado.

―Justo como debe ser.

―Es tan tierno.

Uno de los zorros masculinos habló.―Señora Tong, ¿Qué le daremos de comer?

―Es cierto, no hablamos de eso con Hong Hong.

¿Hong Hong?

¿Como conocen el nombre del maestro que hace nuestras túnicas?

―Aun es un bebé, eso significa que debe tomar leche aparte de algunos sólidos.

―Pero es un pequeño loto de… ya saben, uno de ellos. ¿Los lotos si pueden tomar leche?

―También toman leche y beben la energía de la misma manera. Suelen lactar ambas hasta los cuatro años. Nuestro pequeño Jaghan aun puede hacerlo, después de todo el tiempo límite que un pequeño loto debe tomar leche y energía así es más largo que con los mamíferos.

―¿Cuál es el limite para ellos?

―No recuerdo bien. Creo que hasta que el bebé ya no quiera tomar leche.

―Oh.

―¿Siquiera alguno de nosotros todavía tiene leche?―preguntó la Señora Tong.

Y sin más los zorros no dudaron en reírse a carcajadas.

Una de las chicas habló.―Pero sinceramente hablando. Fuera de las ideas humanas “estos”―señaló sus pechos―, solo sirven para eso, a diferencia de los humanos podemos producir leche si hay un cachorro cerca sin importar cuantos milenios tenemos.

La Señora Tong habló seriamente.―Así es, es por eso que hice un trato con esa persona. Incluso si Hong Hong pudiera replicar una forma tan hermosa como nosotros, no importa lo grandes que haga sus pechos, eso nunca producirá leche.

―Eso es muy cierto.

―Seguramente si pudiera hacerlo sería leche en polvo.

Y los Huli Jing no pudieron evitar reírse otra vez.

―Calla, ¿Qué haremos si ese tipo nos escucha?

―Créeme, con el Monte TongLu cerrado de esa manera a lo mucho y puede escuchar lo que pasa en su cabeza.

¿Monte TongLu?

Los ojos de A-Ying pasaron a la sombra que se encontraba de pie ante el comedor, sus ojos se encontraron con A-Ying. Las palabras volvieron a su cabeza.

No sé qué es, pero puedo detectar una gran cantidad de resentimiento buscándonos. Los fantasmas están asustados y… las mariposas plateadas del templo han desaparecido.

A-Ying no sabía muchas cosas, pero era consiente de que eso no sonaba para nada bien.

Monte TongLu, esto parecía importante.

Debía prestar mucha atención.

―¿Estamos seguros aquí?

―No te preocupes, aunque el resentimiento este buscándolo, mientras “él” no haya despertado de verdad estaremos bien. Además, no somos como ellos, llevamos mucho más tiempo en este mundo y nacimos de forma diferente a ellos. El simple hecho de no estar muertos marca una diferencia. Estaremos bien.

―Eso significa que no es una buena idea visitar “ese”  lugar ahora.

―Así es. Nos quedaremos aquí todo el tiempo que sea necesario. Al menos hasta que esa persona aparezca.

Había muchas preguntas en la cabeza de A-Ying, quien solo podía ver entre los Huli Jing intentando comprender su entorno. Todas esas personas hermosas eran bastante inusuales, actuando y hablando con naturalidad sobre sus pechos sin la vergüenza que había visto en muchos humanos.

Incluso tomándolos con sus manos sobre las telas presionando un poco, como si buscaran algo.

A-Ying había escuchado que eso era algo desvergonzado, las personas que juzgaban estos lugares se referían a los escotes de estas personas con palabras malas y desagradables, como si la vista a algo que pertenecía a sus propios cuerpos fuera algo malo.

A-Ying no lo entendía.

 ¿Qué podría haber de malo en los senos para que otras personas los consideraran como algo atroz?

A-Niang le había dicho que la gente solía vestirse para cubrir esa parte porque socialmente no era correcto andar desnudo. Pero aunque había personas que consideraban los pechos como algo malo no era así.

Después de todo, estos podían producir leche para los bebés.

A-Ying no entendía tampoco porque lo de abajo también debía cubrirse a un punto tortuoso que ni siquiera en temporadas de calor insoportable podía refrescarse en el rio sin nada puesto. Después de todo, esa parte de su cuerpo también era normal.

Aunque se veía algo diferente de lo que recordaba. Afuera y colgando en vez de guardarse en el interior como era natural. Pero suponía que era cosa de su caparazón.

Pero A-Ying era un buen niño y jamás contradiría a A-Niang aun si ya no estaba aquí.

―Entonces, ¿Quién siente que ya está produciendo leche?

Los Huli Jing revisaron sus pechos nuevamente, tres chicas levantaron la mano.

―¡Yo siento un poco!

―Yo también puedo ayudar. Tengo bastante leche.

―Y yo.

La Señora Tong asintió orgullosa mientras sus manos revisaban sus senos.―Bueno, yo también siento bastante leche. Así que dejémoslo en decisión de Jaghan.

Cuando todos los ojos pasaron a A-Ying no pudo evitar bajar la cabeza tímidamente.

La Señora Tong acarició su cabeza y le preguntó:―Jaghan, ¿Quién de nosotros te gustaría que compartiera su leche contigo?

A-Ying miró entre esas criaturas, sus sonrisas eran tan bonitas como sus túnicas y maquillaje. Su nariz olfateó detectando la leche que provenía de ellas. Trago duro.

Tenía mucha hambre.

Aunque no quería ser una molestia y planeaba acercarse a la linda persona de cabello negro y ojos rojos, que tenía una sonrisa tan bonita y ojos gentiles y traviesos como A-Niang. A-Ying sabía que no sería suficiente con ello.

Tenía hambre.

Mucha hambre.

Necesito energía, mucha energía. La Señora Tong tiene mucha energía floreciendo en su pecho. Elígela a ella primero y después tomaremos la energía de los demás.

No, eso era avaricioso.

A-Ying no podía aprovecharse demasiado de estas buenas personas.

Pero entonces la Señora Tong acarició su cabeza, sus ojos le miraron gentiles.

―No tienes que contener tu hambre, Pequeño Jaghan. Si quieres la leche de todos te la daremos sin problemas. Los cachorros necesitan mucha energía a esta edad.

Las mejillas de A-Ying se tornaron rosadas, ¿acaso habían escuchado sus pensamientos? ¿Los Huli Jing podían hacer eso?

―¿Podría hacerlo?

―Claro que puedes hacerlo. Adelante, Pequeño Jaghan.―La Señora Tong extendió sus brazos, permitiendo el acceso hacia su pecho sin problemas. A-Ying olfateó la leche fresca, su estómago rugió y el hambre creció. Podía escuchar la voz de la sombra incitándolo a no tardarse tanto.

Pero cuando A-Ying vio que las demás personas le miraban atentamente, sus mejillas se sonrojaron y bajo la cabeza apenado.

Ese simple acto fue suficiente para que los Huli Jing soltaran gritillos enternecidos.

―¡Que adorable!

―Es tan tímido. Que tierno Jaghan.

La Señora Tong habló:―Tranquilo Jaghan, si quieres podemos cubrirte para que comas tranquilo.

―¡Sí, Jaghan no tiene que preocuparse!

―¿Tienen una capa extra para cubrirlo?

―¡Alguien traiga una capa rápido!

Los zorros rápidamente se movieron entre la casa hasta que alguien trajo una gran capa roja que logró cubrir por completo a A-Ying, quien con más confianza aceptó poner sus labios sobre el pezón cuando la Señora Huli Jing destapó sus pechos y le ofreció gentilmente tomar la leche que comenzaba a escurrir.

Y A-Ying comenzó a beber con entusiasmo, el deleitable sabor familiar que sus papilas reconocieron de inmediato.

La Señora Tong le dio suaves palmaditas en la espalda, acariciando de vez en cuando gentilmente su cabeza mientras la gran capa roja le daba privacidad.

―Eso es. Tranquilo, Pequeño Jaghan, la leche no se ira. Eso es, que adorable bebé. ¿Como va el platillo principal, Ming Jing?

―Ya casi está listo, Señora Tong.

―Perfecto. Recuerden que debemos a partir de hoy comer muy bien y traer bastante pescado a la casa. Ahora este cachorro necesitará mucha energía y nosotros nos encargaremos de darle toda la que necesite.

―Pero Señora Tong, ¿Qué pasara cuando comience a necesitar más carne de otros animales?

―Muy simple, nos encargaremos de ser precavidos en nuestra caza. Debemos ser rápidos y evitar causar el mínimo dolor posible. A Jaghan no le gustan las muertes dolorosas para las criaturas indefensas. Y sobre todo…

―¡Debemos rezar por las almas de las criaturas y encargarnos de liberar sus almas de sus cuerpos antes de matarlos!―dijeron al unisonó.

―Así es. Esa es la manera adecuada en la que debemos cuidar a Jaghan.

Cuando A-Ying terminó de beber la leche del tercer Huli Jing su estómago volvió a gruñir hambriento.

Sus mejillas se sonrojaron, pero la Señora Tong acarició su cabeza buscando animarlo. Un suave pañuelo limpió sus labios.

―No te preocupes, Jaghan. Ya comenzarán a servir la comida.

Tal como la Huli Jing prometió en algún momento varios zorros llegaron al comedor con varias charolas y canastas decoradas con exquisitos platillos crujientes y esponjosos. Como los hermosos bollos que fueron visibles cuando uno de ellos destapó una canasta blanca de bambú tan cerca de A-Ying que podía deleitarse con el exquisito aroma de los frijoles dulces llegando a su nariz.

―Pequeño Jaghan, ¿alguna vez has comido atún?

―¿Atún? No, nunca he comido eso.

―Entonces te gustara esto.

Entonces un grupo de cuatro zorros trajeron una serie de platos con una gran cantidad de pescado preparado de diferentes formas. Siendo el gran plato con pescado crudo picado en cubos, el mismo que fue colocado en el lugar de A-Ying, quien no podía dejar de mirar con emoción aquel plato.

Los Huli Jing iniciaron un canto gentil orando en MaoLang por el alma de aquel pescado, mismo que la Señora Tong le aseguró había muerto rápidamente y de la forma menos dolorosa como debía ser.

A-Ying no pudo evitar la sonrisa sobre sus labios. La felicidad al saber que el alma de ese pescado ahora estaba en paz sin dolor alguno al final de su vida le hizo sentir en paz.

¿Eso era para él?

¿Podía comerse eso?

―Adelante, Pequeño Jaghan.

―Yo… no tengo dinero para pagar todo esto.

Y la Señora Tong rio con ternura.―Pequeño Jaghan, ¿Quién te está cobrando por esto? Adelante, puedes comer todo lo que quieras, no te preocupes por eso. Porque todo esto es completamente tuyo.

―¿De verdad?

―Así es. Así que come. Provecho, Pequeño Jaghan.

Y con una brillante sonrisa A-Ying extendió sus manos y comenzó a comer sin preocuparse por nada más.

A diferencia de los humanos, los zorros no tenían problema con tomar con sus propias manos la comida. Mordiendo con sus grandes colmillos, desgarrando con facilidad la carne del hueso y devorando todo alegremente, y aun así de una manera tan encantadora que les hacía ver tan hermosos.

Aquel platillo se sintió tan familiar como un viejo sueño entre una montaña y el rio.

Y A-Ying se preguntó porque las demás personas decían tantas cosas crueles sobre los Huli Jing.

A través de ese desayuno A-Ying se enteró de cosas bastante interesantes.

Los humanos de ese lugar no sabían que ellos eran Huli Jings, por lo que A-Ying debía guardar el secreto.

Aunque a ellos no parecían gustarles los lobos, le habían advertido que varias de las casas de flores de esa calle si recibían lobos, por lo que a partir de cierta hora era peligroso salir de la casa.

La Señora Tong le dio una habitación bastante alejada de la zona de atención principal. En la habitación había una estatua del Dios Sonriente y A-Ying pudo acomodar sus cosas con calma mientras la Señora Tong ponía algunos talismanes en las paredes y puertas, asegurándole que esto era para su protección.

La Señora Tong dijo esas palabras entonces.―Estos talismanes mantendrán la habitación silenciosa para que el ruido de la zona principal no llegue aquí. Cuando escuches el ruido de la gran campana que te mostré debes venir a tu habitación y no salir para nada.

―¿Por qué no puedo salir?

―Porque los alfas que a veces vienen son muy groseros con los cachorros. Además de que no son muy buenas personas.

Un Huli Jing entró con una caja llena de peluches.

―Son peor que eso, Señora Tong. Son demasiado odiosos y arrogantes. Pretenciosos y estúpidos.

―No digas malas palabras frente a Jaghan.

Otro Huli Jing que entró con varias mantas dijo:―Pero es cierto, Señora Tong. Los alfas que a veces vienen son muy groseros, para lo único que sirven es para…―entonces sus ojos miraron a A-Ying,―Traernos comida.

―¡Sí, solo sirven para traer comida! Pero fuera de ello no son muy útiles.―Y como un reclamó replicó por lo bajo.―Ni siquiera saben amasar la masa decentemente, que inútiles.

―YunYun.

―Lo siento, Señora Tong.

Inocentemente A-Ying preguntó.―¿Ustedes también hacen pan?

Los tres Huli Jing se miraron entre ellos antes de contestar.

―Algo así. Pero ese pan se hace con muchas cosas que Jaghan aun no puede comer. Cuando crezcas tal vez podrás aprender.

―Oh.

―Listo, todos los talismanes han sido pegados y la matriz de protección ya está funcionando. Vamos, Jaghan, hoy te enseñaremos nuevos caracteres y pronunciación.

―¡Sí!

Si A-Ying era sincero él mismo no entendía como había terminado viviendo en la casa de los Huli Jing. Pero si sabía que en realidad no era algo tan malo.

Cada noche cuando la campana sonaba tres veces y la Señora Tong le avisaba que el local abriría sus puertas, un lindo Huli Jing lo tomaría en brazos junto a sus juguetes e irían a su habitación. El zorro le contaría un cuento sobre criaturas mágicas antes de que unos sirvientes aparecieran con la cena y A-Ying comería felizmente.

Cuando terminara tomaría un baño caliente, seria arropado en su nido y el Huli Jing le contaría un cuento hasta que cayera dormido.

A la mañana siguiente todos desayunarían juntos y la Señora Tong le daría clases mientras los demás preparaban todo para la siguiente noche.

La Señora Tong era una de las personas más amables que A-Ying conoció en su joven vida.

Le gustaba enseñarle sobre la naturaleza, la vida y la muerte. Sobre como ser un buen niño, modales con otros omegas y como podría ser un buen alfa que pudiera cumplir su meta principal.

Ser una buen persona que pudiera ayudar a otros.

La Señora Tong también lo llevaba al bosque en donde le enseñaba cosas básicas como que animales hibernaban, con cuales podía jugar y como podría hacerlo. Pero sobre todo le enseñó que sin importar que pasara debía mantenerse lejos de las bestias que olían a sol.

―El sol huele muy bien, ¿Por qué no puedo acercarme a los seres que huelen a sol?

―Porque en este mundo, Pequeño Jaghan terriblemente no todos son buenas personas.

―¿No es así?

La Señora Tong se agachó a su altura, en medio de la nieve y los árboles, su mirada era comprensiva.

―Todos en este mundo, Pequeño Jaghan tienen luz y oscuridad dentro de su corazón, entre más crecen ambos se van mezclando en un gris que puede ir cambiando como el Rio Amarillo. Dependiendo de cada persona ese gris será más claro o más oscuro. Pero hay personas que prefieren acercarse más a la oscuridad.

―¿Por qué?

La Señora Tong pensó un momento, sus ojos parecían tristes.

―Porque el mundo es muy diverso, Jaghan, al igual que los corazones. Hay personas que tienen vidas complicadas, dolorosas que les llevan a tomar ese rumbo. Otros lo hacen por el deseo de tener algo que en este mundo es demasiado inalcanzable para conseguirlo de buena manera. Y otros solo lo hacen por al final esa es su verdadera naturaleza.

―Oh.

―Sin embargo, el gris no es algo malo Jaghan. Porque en este mundo aunque un corazón se vuelva gris puede haber bondad en su alma. Gentileza y nobleza. Puede haber muchos buenos sentimientos en los corazones que han pasado por mucho, como puede haber oscuridad y maldad en personas que lo han tenido todo.

Los ojos de A-Ying miraron en reconocimiento ante las palabras de la Señora Tong. Era familiar.

―¿También usted es gris?

―Lo soy.

―¿Y Ming Jing? ¿MeiMei? ¿FengFeng? ¿La Señora Momu? ¿las hermanas y hermanos de la casa también son grises?

―También lo son, Jaghan.

―¿Incluso A-Niang y A-Die son grises?

La mano que acariciaba su cabeza se detuvo por un momento. Sus ojos bajaron con tristeza, pero la Huli Jing contestó a su pregunta.―También, incluso ellos. Todos en este mundo podemos ser grises, Pequeño Jaghan.

―Pero eso no significa que ser gris sea ser malo.

―Así es. Puede haber bondad en el gris o maldad, todo dependerá de los corazones y elecciones, Bixia. Una persona puede vivir algo muy doloroso, pero la bondad dentro de su ser puede prevalecer sobre su corazón a pesar de todo. Así como Bixia.

―¿Cómo yo? ¿también soy gris?

―Así es. Un bonito y adorable gris. El más hermoso de todos.―La Señora Tong tomó sus mejillas, había un brillo peculiar en su mirada que le recordó mucho a la forma en la que A-Niang lo miraba.―Un bonito loto que crece entre la adversidad del mundo pero sin perder su verdadera esencia. Eso eres, Pequeño Jaghan.

Las rosas florecieron a su alrededor, en medio de la nieve y la sensación de memorias que deseaban salir de las aguas y luchar contra la marea. Pero aunque no pudo recordarlo lo sabía.

Esta persona lo quería mucho y A-Ying era muy afortunado de ser cuidado por ella.

Acariciar a un ciervo era tan agradable como jugar con las ardillas rojas entre la nieve. Ser burlado por las comadrejas era tan divertido como jugar con los Huli Jings en su forma animal.

A-Ying era afortunado y había descubierto que cosas tan naturales como rastrear, permanecer horas en el agua o hablar con los animales no era algo que los humanos pudieran hacer.

Un día mientras abrazaba a uno de los zorros en su nido, la Señora Tong le dijo algo que era muy importante.

―Eres especial. Jaghan, no eres como ellos. Por eso debes ser mas cuidadoso y no permitir que algunas de las cosas que amas hacer sean descubiertas por ellos.

―¿Por qué?

―Porque cuando los humanos no entienden algo o se encuentran con algo desconocido para ellos suelen actuar de formas incorrectas. Pueden ser muy crueles con las personas como nosotros porque piensan que somos una amenaza a su lugar.

―¿Lugar?

―Territorio. Los humanos creen que son la especie dominante, cuando algo mas fuerte y más capaz aparece sienten que ese lugar esta en peligro y actúan contra ello. Por eso debes ser muy cuidadoso, Jaghan. No dejes que un humano sepa porque eres especial. Mientras seas pequeño esa es tu forma de sobrevivir.

Aquellas palabras fueron muy importantes para él al punto que aprendió a esconder su aroma y muchas de sus costumbres de los humanos.

Pero lejos de ellos, A-Ying seguía siendo el mismo.

No tienes que cambiar, solo debes tener cuidado de los humanos, mas de los que huelen a sol.

Esas fueron las palabras que la Señora Tong y muchos Huli Jing le dijeron y A-Ying aprendió obedientemente por el bien de todos.

Porque eran iguales en ese aspecto. Debian protegerse entre ellos y de esa forma lograrían sobrevivir.

Aunque la Señora Tong nunca le exigió ningún pago por el abrigo y comida que le daba, A-Ying decidió que quería ayudar. La Señora Tong le dijo muchas veces que no era necesario, pero cuando vio su determinación dejó de detenerlo.

Era muy pequeño para cargar cosas pesadas, para lavar cerámica o cristal y aún estaba aprendiendo a escribir para ayudar en la administración. Así que ayudaba en cosas pequeñas como limpiar una mancha en la mesa. Cargar un par de sábanas o encargarse de que el pequeño Pixiu comiera bien y se mantuviera lejos cuando estaban limpiando el oro de la casa.

Acariciando la cabeza del gato amarillo mientras comía su atún fresco en el patio trasero, A-Ying se quedo agachado en su lugar con una sonrisa alegre tarareando una canción que había escuchado hacía mucho tiempo atrás.

Entonces escuchó a alguien más salir.

Cuando sus ojos se elevaron se encontraron con la imagen de un niño más grande que él tirando con fuerza de un gran costal de basura.

El niño era tal vez dos o tres años más grande que A-Ying, era más alto y olía a leche y avena.

Omega. Peonia. Fénix.

Rápidamente A-Ying pudo detectarlo.

Pero lo que notó con mayor interés era que ese costal era mucho más grande que el niño, el mismo que parecía estar sufriendo mientras tiraba de él.

Sin dudarlo más A-Ying se lanzó hacia el niño y tomando una esquina del costal le ayudó a llevarlo hasta el callejón en donde encontraron los contenedores. Dejándolo a lado A-Ying ofreció una dulce sonrisa al niño.

―Hola.

―Hola. Muchas gracias por ayudarme.

―No es nada.

El niño en cuestión era muy bonito. A pesar de las manchas en sus brazos y piernas y las ropas desgastadas grises, su rostro era tierno y su mirada almendrada era dulce como las cejas que descansaban en calma sobre la cima de sus ojos. Su cabello castaño descansaba detrás de su cabeza en una coleta baja. Algunos cabellos caían a lado, haciendo que el niño tuviera que recogerlos tras su oreja.

Y con una sonrisa encantadora el niño le preguntó.

―¿Y como se llama mi pequeño salvador?

―Soy A-Xian, Wuxian. ¿Cómo te llamas?

―Un gusto, A-Xian. Yo soy A-Yao. Meng Yao.

Yao.

Piedra preciosa.

Jade.

“―Mi Señor”

―A-Yao. Es un nombre muy bonito.

Esa fue la primera vez que conoció a un niño en los burdeles.

A diferencia de A-Ying parecía que a A-Yao no le iba tan bien.

Aunque A-Yao solía decirle que estaba bien y que no se preocupara, A-Ying había visto los golpes y raspones en sus rodillas y brazos. Había escuchado los gritos de aquella casa como los reclamos y palabras mordaces, groseras dirigidas a A-Yao y su madre.

No era justo mucho menos algo entendible.

Cuando habló con la Señora Tong sobre ello aprendió dos cosas.

La primera era que el mundo de un omega era muy diferente al de un alfa en este YuZhong, el YuZhong formado por estos humanos crueles y arrogantes que se sentían dueños de una tierra que desde el principio nunca tuvo un dueño en realidad.

Y la segunda era que los omegas humanos de los burdeles no se parecían en nada a los Huli Jings con los que vivía.

Los burdeles parecían ser considerados un cruel destino porque era un cruel ambiente. Las casas de flores podrían tener muchos dueños alfas que no veían a esos omegas como algo más que mercancía, objetos sin sentimientos ni corazón. Solo sirviendo a los clientes de su amo sin importar si querían hacerlo o no. Si sus clientes siquiera eran educados o no.

Solo pocos omegas realmente entraban a ese negocio por gusto propio. Eran extrañas anomalías en el negocio que podrían causar sorpresa o confusión.

La mayoría eran crías omegas que eran vendidas desde muy pequeñas a las casas de flores por una buena cantidad de dinero. A-Ying se sintió muy asustado al escuchar que las personas podían venderse, pero no era un tonto, lo había deducido fácilmente y la Señora Tong ya no pudo esconderle nada cuando preguntó porque no podían escapar de esos lugares.

Muchos vivían con deudas sin sentido.

Deudas por el abrigo y la comida, por el agua y el jabón que usaban para bañarse. Por el dinero que se usaba para arreglarlos para servir en su trabajo. Por la ropa, el maquillaje, el permiso de trabajar en el local.

Hasta por el simple hecho de respirar.

―Eso no es justo.

―No lo es, Pequeño Jaghan, pero terriblemente los humanos pueden ser muy crueles y hacer de este negocio un horror. Recuerda, Jaghan, ninguna persona que ejerce este oficio debería ser juzgado ni deberían ser forzados a vivir en condiciones tan crueles por el simple deseo de poder sobrevivir.

La Señora Tong frunció el ceño al igual que varios zorros, las espinas de sus rosales crecieron, las amapolas se secaron y el pelaje de sus colas se erizó.

―Pero los humanos han hecho que esto no solo sea un infierno permitiendo que algunos clientes sean muy groseros, sino que también han hecho que las personas que viven en estas casas se vean como enemigos en vez de verse como lo que pueden ser, una gran familia tal y como es aquí. Eso es incorrecto.

FengFeng se quejó:―Es cierto, los humanos siempre trastornan todo lo que hacemos. Y ahora por su culpa tenemos que soportar clientes molestos con tal de no ser descubiertos.

La Señora Momu estuvo de acuerdo.

―Es cierto, pero las cosas son peores para los omegas humanos. Si este negocio fuera realmente cuidado por buenas personas ninguno de ellos tendría que atender estúpidos. Con lo fácil que es hacer de esto un ambiente más parecido a un refugio que un infierno. Tontos humanos.

―Ya, ya. No más palabras groseras frente a Jaghan.

A-Ying no entendía porque los humanos podían ser tan malos en lugares en donde se suponía que los omegas eran amables y hospitalarios tocando música, sirviendo vino y charlando con las personas. Pero tampoco entendía porque los alfas de estos lugares pensaban que los omegas solo tenían valor si podían atender clientes de forma obediente y sumisa aceptando sus groserías.

Después de todo, alfas u omegas. Todos eran seres vivos con derecho a una vida digna. A una familia sin importar su forma o estructura.

A una esperanza.

Pero nuevamente A-Ying no entendía que pasaba en las cabezas de los humanos.

Aunque no podía sacar a A-Yao de ese local porque no tenía dinero para pagar la deuda de este ni de su madre, podía ayudar a que esta no incrementara con cosas fáciles.

―¿Quieres compartir tus bollos dulces con A-Yao?

Sí A-Yao tenía el estomago lleno no tendría que comer en esa casa y su deuda no aumentaría. Podría incluso prestarle su tina para que se bañara.

―Sí. A-Ying trabajara muy duro si es necesario para pagar por ello.

―Oh no, Jaghan no tiene que preocuparse por eso. Si quieres darle bollos dulces podemos darte unos extras para que compartas con él mientras vas a jugar. Pero debes ser cuidadoso, ninguno de los omegas de ese burdel debe enterarse que le das comida o podrían quitársela. Así que asegúrate que lo coma en una zona lejana.

―Está bien. Muchas gracias, Señora Tong.

―No es nada, Jaghan, pero si quiero que recuerdes una cosa.

La Señora Tong se agachó a su altura hasta estuvieron cara a cara. Su voz fue gentil, tal y como era cada vez que le enseñaba algo.

―Por nada del mundo debes entrar a esa casa, ni a ninguna otra. Puedes traer al niño de visita aquí, pero no debe entrar ahí. Aquí se respeta la presencia de los cachorros, pero en las otras casas no lo hacen. Si un patrón te encuentra en la casa aun siendo un niño el simple hecho de ser un alfa será suficiente para que esa persona sienta que tiene derecho a hacerte daño. Ten mucho cuidado con los patrones de las casas, Jaghan.

Los patrones eran los dueños de los locales, los mismos alfas que se decían así mismos ser los dueños de los omegas y a los que estos le tenían que pagar para disminuir su deuda.

Aun si A-Ying quería fingir que no entendía del todo que era lo que realmente hacían en esos lugares, tenía muy en claro que no debía permitir que ningún patrón lo descubriera merodeando en los locales.

―Eres un depredador. Bixia. Pero aun no has crecido lo suficiente para que ellos puedan entender porque no deben meterse contigo. Debes ser cuidadoso.

―Lo prometo, Señora Tong. Nunca dejare que un patrón me vea.

Tal como la Señora Tong le aseguró un paquete de bollos dulces fue lo primero que le recibió antes de salir a pasear a Pixiu. A-Ying sabía que en realidad nunca lo dejaban solo, siempre había un zorro siguiéndolo de cerca, atento a sus movimientos y cuidando que estuviera bien.

Así que cuando recibió esa bolsa se despidió alegremente y se encaminó a la gran estatua del Gran Omega Inmortal en donde encontró a A-Yao.

―¡A-Yao!

―A-Xian.

Lograr que A-Yao quisiera comer los bollos fue algo complicado, pero cuando lo logró A-Ying sonrió feliz abrazando a Pixiu. Mirando con alegría como se comía cada bollo hasta que no quedara ninguno.

―¿Te gustaron?

―Hmn, eran deliciosos, Muchas gracias, A-Xian.

―No es nada. Los bollos dulces de la Señora Tong son los mejores. Me hace feliz que hayas podido comer bien.

―A-Ying, no tenías que hacer esto. Aunque lo agradezco mucho.

―No es ninguna molestia en realidad. A-Yao dijo que las deudas son difíciles de pagar, pero si tienes el estómago lleno entonces ya no habrá deudas sobre lo que comes y no. Desearía poder ayudar más.

A-Yao le dio una hermosa sonrisa, sus ojos eran gentiles y agradables. Esta persona le agradaba mucho.

A-Ying había ganado mucho más de lo que había perdido abandonando el templo en donde su madre lo dejó. Al igual que aventurarse por las calles de Yiling hasta conocer esta parte del mundo que se suponía aun no debía mirar.

A-Ying no era tonto. Hacía mucho tiempo había entendido que en realidad los negocios de los adultos eran mucho más complejos y arrogantes de lo que fingían ser.

Detrás de una hipócrita moral y un supuesto prestigio buscando escapar de sus instintos porque les recordaban que al final no eran ninguna raza superior. Los humanos eran animales. Tan animales como los animales del bosque o las bestias ancestrales.

Mucho más oscuros de lo que fingían ser.

No había duda.

Los lobos eran aterradores, pero los lobos humanos eran mil veces peor.

Porque al menos las bestias mataban por hambre y luchaban por sobrevivir.

En cambio los humanos buscaban conflictos donde no eran necesarios y profundizaban su sociedad en el prejuicio en busca de lo que ellos llamaban, convertirse en la especie dominante.

No lo entendía.

No comprendía a los humanos incluso aunque el mismo era un humano.

Mentiroso, tú y yo sabemos que eso no es cierto.

Él era un humano, pequeño, frágil e ignorante.

Mentiroso.

Lo poco que sabía de los humanos era algo que por más que intentara comprender no lo entendía.

Es obvio que no entenderás a una especie a la que no perteneces y no lo harás nunca.

Y tal vez jamás lo haría.

 

Enlace del capitulo en otras plataformas(por favor, evite comentar en este párrafo para que no se pierda su función)

 

Notes:

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios y todo el amor, paciencia y apoyo que le han dado a este proyecto, me despido.

¡Felices fiestas y que tengan un feliz año nuevo!

¡Hasta el siguiente año!

¡Gracias por leer!

Chapter 30: CAPÍTULO 17: LA HERMOSA PERSONA DE OJOS VIOLETAS

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Enlace del capítulo en otras plataformas:

Wattpad: https://www.wattpad.com/1308723132-el-omega-y-el-emperador-segunda-parte-fanfic

 

Gracias)

 

 

 

 

Cálido.

A-Ying se sintió muy cálido.

Cuando sus ojos se abrieron el cielo despejado le dio la bienvenida. La suave brisa sobre su figura fue bastante agradable como el agua cálida del lago que envolvía a su cuerpo. Las flores de loto florecían violetas como en una ilusión que le grababa a aquella piedra preciosa.

Y el sonido claro de aquella campanilla fue familiar.

Paz.

A-Ying se sintió en paz.

Como hacia mucho que no lo hacia.

Como cuando A-Niang aún estaba a su lado, acariciando su cabello mientras yacía sentado en su regazo. Escuchando aquella canción de cuna que conocía desde que tenía uso de razón.

Y entonces escuchó esa voz.

La voz que no escuchaba desde hacia un tiempo.

―A-Ying.

Esa voz.

―Baobei, ¿Dónde estás? ¿Estamos jugando a las escondidas? ¿Entonces Muqin y A-Niang te buscaran?

Esa era la voz de…

―A-Yuan, ¿Dónde estás buscando? ¿acaso crees que se escondería entre las flores?

―Él ama las flores. Debe estar en esa zona.

―¡Entonces iremos por ti!

A-Ying intentó moverse entre las aguas cristalinas son conseguir que una sola extremidad respondiera a su llamado desesperado.

Algo andaba mal.

No tenía sentido que no se pudiera mover, él era un niño muy sano. Extremadamente saludable.

El corazón de A-Yin comenzó a llenarse de preocupación entre más tiempo pasaba y su cuerpo no respondía, los latidos en su pecho enloquecieron y las lágrimas comenzaron a salir.

―A-Niang.

A-Ying no necesitaba esconderse, A-Ying necesitaba que vinieran por él.

A-Ying necesitaba a A-Niang.

―¡A-Niang!

Rápidamente las aguas comenzaron a moverse, las ondas sobre la superficie del lago lentamente se expandieron. Acercándose a A-Ying cada vez más. Las lágrimas crecieron como la desesperación y A-Ying no pudo evitar los pequeños ruiditos que emergían de su garganta ante el llanto.

Y tras un largo tiempo que fue la tortura más dolorosa para A-Ying, ante él la imagen de su madre fue presente.

―¡A-Ying!

―¡A-Niang!

Rápidamente fue tomado entre los brazos de su madre, quien acariciaba su espalda buscando ayudarle a calmar el llanto, A-Ying solo podía aferrarse desesperadamente con el arduo miedo de que la persona que más amaba en el mundo le dejara nuevamente.

A-Niang estaba aquí, estaba a salvo y eso era lo único que podía importarle a A-Ying.

―¡Fengxing! ¡A-Ying!

La voz de otra persona llegó a los oídos de A-Ying, las aguas del lago se estaban moviendo. Alguien venia corriendo hacia ellos.

La voz de su madre fue dulce.

―¡A-Yuan! ¡Estamos aquí!

Sin que A-Ying lo entendiera en algún momento la imagen de una brillante capa violeta cubrió su cuerpo, siendo abrazado por alguien más que cubrió a ambos de una calidez que se volvió bastante hipnótica para que A-Ying no la notara.

Familiar.

Este aroma a flores de loto era muy familiar.

―Tranquilo, baobei. Dribrian y Baibriam están aquí.

―Todo estará bien. Tranquilo, pequeño loto. Estamos aquí y nunca estarás solo.

Una hermosa persona fue visible para el cuándo la capa se abrió. Aquella persona era mucho más alta que A-Niang. Su cabello negro cuervo era tan hermoso como cascadas de noche cayendo sobre sus hombros poéticamente. 

Su piel era clara y lechosa como la nieve. Cejas desafiantes, hermosos ojos fénix decorados por espesas pestañas negras. Un rostro hermoso más allá de lo entendible. Tan hermoso como las túnicas que le decoraban o la hermosa corona de oro sobre su cabeza.

Pero lo que más le llamaba la atención de esa persona eran esos hermosos y llamativos iris violeta que le miraban con amor.

Tan hermosos como los ojos de un dragón.

Como aquella piedra preciosa que A-Niang le dio.

Aquella mujer lo rodeó con sus flores, su sonrisa fue suave, pero no falsa. Su mano acarició su mejilla, las hermosas uñas violeta parecían ser tan aterradoras como las garras de una bestia y aun así, ninguna de ellas lo lastimó.

A-Ying no pudo evitar dejarse llevar por aquel toque familiar. Como si hubiera esperado mucho tiempo por ello.

Y en el fondo de ese lago pudo ver el reflejo de una curiosa figura.

Un hombre de túnicas negras como su cabello cuervo. Ese rostro se veía extrañamente familiar. La expresión seria de esa persona se parecía a la expresión de la mujer de ojos violetas. Sus ojos tenían la misma forma.

Y aquella persona sonrió de una forma reconocible para sus propios labios. Como si fuera el mismo.

Como si esa sonrisa le perteneciera.

Y con esa mirada fría habló.

―Llegó la hora. Es hora de que vuelvas con él.

 

 

 

Y A-Ying despertó.

Los brillantes ojos grises destellaron como un par de luciérnagas en medio de la oscuridad haciendo más fácil el ver donde estaba.

Sentándose en la cama A-Ying intentó procesar el lugar en donde estaba. Las evidencias de la realidad presentes ante él se sentían como una mentira. Sus manos comenzaron a buscar entre la almohada y las sábanas hasta que logró dar con esa pequeña bolsa y sus manos encontraron eso que estaba buscando.

El tesoro de A-Niang.

Aquella campana de plata con esa pieza violeta que se parecía tanto a los ojos de esa persona.

Yu Ziyuan, ese era el nombre que A-Niang le había dado. Pero A-Ying no poda buscarla por sí mismo. A-Niang había dicho que era muy peligroso que mencionara el nombre a menos que ya se encontrara frente a esa persona. La misma que la había asegurado que si algo malo pasaba y no volvía en tres días le buscaría en algún momento.

Sin embargo, A-Ying no sabía que tan seguro era que la señora Yu realmente lo buscara. Después de todo, lejos de sus padres A-Ying no tenía más familiares y lo poco que sabía de Yu Ziyuan era que esa persona era un Rey muy importante al que servía su padre.

Porque un rey querría dejar la comodidad de su palacio para buscar a un humilde huérfano sin dinero o poder era algo que A-Ying no entendía, pero tenía claro que su estadía en la Casa de las Hortensias de la Señora Tong no duraría mucho porque era un alfa.

Los alfas eran afortunados, le había dicho la Señora Tong.  A-Ying estaba agradecido por esa suerte aunque también se lamentaba por el hecho de que pequeños omegas como A-Yao no pudieran salir de aquí por su propia voluntad.

Pero mientras A-Ying no tuviera los medios para sacarlo de ese lugar junto a su madre no podía hacer otra cosa más que ayudar con lo poco que tenía.

Aunque el cielo aún permanecía oscuro A-Ying ya no tenía sueño.

A-Ying se vistió rápidamente con sus túnicas negras y rojas. Eran las únicas de las ropa que A-Niang le dejó que todavía le quedaban bien. Ató su cabello en un moño alto con la cinta roja de A-Niang. La pieza de plata en forma de dragón colgó quieta detrás de su cabeza.

Con cuidado A-Ying se colgó aquella bolsa llena de sus cosas más valiosas. Sus juguetes, los regalos que le dio A-Niang y A-Die junto con esa campana eran guardados ahí como el tesoro especial de A-Ying, quien aunque confiaba en los Huli Jing, le gustaba mantenerlos consigo como si sus padres siguieran ahí.

Tomando el abrigo rojo que ya le quedaba algo justo A-Ying se cubrió con él y con su edredón, atándolo a su cuello cuidadosamente para mantenerse caliente. Ese día después de todo si podría salir.

Buscando hacer el menor ruido A-Ying tomó una vela y salió de la habitación midiendo que sus pasos no presionaran demasiado las tablas del suelo. Después de todo, la noche anterior la Casa de las Hortensias no había tenido fiesta y los Huli Jing estaban durmiendo después de una larga semana. A-Ying no quería perturbar su sueño.

Tenía mucha hambre y pocas ganas de volver a la cama, el sueño aun mermaba dentro de su corazón y por más que buscaba comprenderlo había muchas cosas sin sentido en ello.

Dribrian y Baibriam, alguna vez escuchó esas palabras. Tal vez mucho tiempo atrás. Sin embargo, A-Ying no recordaba el significado. Pasó la mayoría de su vida con sus padres viajando a través de los bosques y desiertos. Su conocimiento real sobre la sociedad humana era limitado a pesar de su constante interés en ellos.

No obstante, esas palabras no sonaban ni a mandarín o MaoLang.

¿Qué lengua era esa y porque sentía que él la hablaba hacía mucho tiempo atrás?

Caminando por los pasillos de la gran casa en silencio A-Ying decidió mantener la vela apagada y sol usarla cuando fuera necesario. La Señora Tong y sus padres le habían enseñado que el fuego era peligroso, era mejor si no tenía que recurrir a él, solo lo hacía por un corto periodo de minutos o segundos.

Pero entonces escuchó murmullos provenir de algún lugar.

―¿Estas segura de eso?

―No tengo duda de ello. Esa persona ya lo sabe.

A-Ying inclinó la cabeza con duda.

Ese ruido… esas voces venían de la habitación de la Señora Tong.

A-Ying no era ignorante de lo grande que era la habitación de la Señora Tong. Cuando tenía sueños extraños podía ir con ella y la Señora Tong lo recibiría gentilmente en su nido. Los demás zorros llegarían tiempo después, lo envolverían entre sus cálidas colas y todos cantarían para él hasta que pudiera dormir.

Dormir entre los Huli Jings siempre era muy agradable, sus colas eran tan suaves y felposas.

Se sentía familiar, como si una parte de él supiera que no importaba que edad tuviera o quien fuera, él siempre seria bien recibido en el nido que estas hermosas y gentiles criaturas formaban. Rodeado de tantos aromas florales, hortensias y ese suave aroma que tanto le gustaba.

Tréboles.

Se sentía tan familiar.

Un nido con aroma a tréboles se sentía como una parte de su hogar.

Tal vez podría pedir un nido hoy también.  

Sin embargo, algo estaba pasando en la habitación de la Señora Tong. Parecía ser una conversación importante por el aroma de las flores y los tréboles tenso en el aire y el ambiente pesado.

Acércate un poco más. Esconde por completo tu esencia o ellos lo descubrirán. Esto parece importante. Tenemos que escucharlo.

Haciendo todo de si por suprimir su aroma hasta que nada fuera detectable y escondiendo la esencia de su alma, A-Ying se quitó los zapatos.

La madera fría recibió las plantas de sus pies. Sus dedos se adaptaron a la forma de la madera y su instinto le aviso donde podía pisar sin hacer ruido tal como le decía que parte del hielo del rio era apta para su peso y cual no.

A-Ying caminó cuidadosamente siendo seguido por la sombra que ayudó a esconder mucho mejor su presencia, entre más se acercaba mejor podía escuchar.

―Todo esto se está complicando, se suponía que Polilla de Oro no sabía nada de… eso. Ni siquiera la persona que mando a cuidar de su Alteza dijo algo al respecto. ¿Cómo se enteró?

¿Polilla de Oro?

¿Quién era una Polilla de Oro?

Así que no lo recuerdas, maldita amnesia. Esa persona es muy importante, presta atención. Él es nuestro maestro. Nuestro Shizun.

¿Shizun?

Shizun es Shizun. Ah, tu en verdad no recuerdas nada. Él nos puso apodos a todos. ChengCheng el pequeño volcán gruñón, A-Li, el pequeño loto dulce y nosotros, su pequeño dragón sonriente. Y también estaba… no… recuerdo bien… no sé por qué, pero sí sé que es muy especial para nosotros… el pequeño fideo somnoliento.

Fideo… somnoliento.

¿Dónde escuchó eso?

¿Por qué se sentía… dolorosamente familiar?

―Gege.

―Como tal no lo sabe, pero es un Mao; uno de sangre real. No podemos subestimar su conocimiento sobre este mundo o sus sospechas sobre lo que… esas personas hicieron durante todo este tiempo. Ese tipo no ha dejado de investigar entre las sombras y no lo hará hasta que descubra toda la verdad.

―¿Qué hay de los lotos violetas? ¿Ellos ya saben esto?

―La perla del Templo del Bosque Profundo aun no brilla porque su despertar instintivo aún no ha llegado. Pero ahora que está en este mundo si esa persona aparece y lo lleva ahí… ellos comenzaran a recordar todo. O al menos están más cerca de romper su propia maldición.

¿Maldición?

Loto violeta… yo he oído eso hace mucho tiempo atrás, pero mis memorias de lo que es están bloqueadas. solo sé… que puede tratarse de un segundo cascarón… ¿acaso esos lotos violetas de los que habla fueron maldecidos con estar atrapados con un segundo caparazón que los limita?

―¿Qué hay de Yu Jaghan. ¿El Emperador Yu ya ha recordado todo?

―Aun no. La maldición está restringiendo sus memorias, pero después de lo que el Sol Falso hizo no hay duda que cuando se encuentren las memorias del Emperador Yu comenzarán a regresar por completo.

―Ahora que Su Alteza Imperial ha muerto las cosas y esa maldita matriz volvió a despertar las cosas se han vuelto tan duras. Con el Monte TongLu cerrado y ese Sol Falso actuando junto a esa maldita traidora las cosas tan solo se volverán más duras.

―Tenemos que sacarlo de aquí de inmediato. Antes de que el Demonio del Resentimiento y la Venganza aparezca.

―¿Qué no te has dado cuenta? Si el Tercer Loto Divino ha despertado y está recolectando resentimiento de esa manera eso significa que el Demonio del Resentimiento y la Venganza ya se encuentra en este mundo. Seguramente está juntando esa energía para alimentar la llave que lleva en su interior y puede ayudarlo a liberarse del control que tiene Bixia sobre él.

La sombra miró atentamente a las siluetas de esas personas en medio de la oscuridad. Una sonrisa fría se posó sobre sus labios.

―¿Entonces que es lo que debemos hacer?

―No hay mucho que podamos hacer. Incluso si intentáramos llevarlo a Kunlun nosotros mismos tan solo empeoraremos las cosas. Debemos esperar a que el Emperador Yu venga y pueda ponerlo a salvo en Yunmeng Jiang o Meishan Yu. Mientras este cerca de las aguas del Rio Long ese Sol Falso no podrá ponerle las manos encima. El Rio Long lo protegerá.

La Señora Momu se quejó llena de impotencia.―¿Por qué Jaghan tiene que pasar por todo esto? No es justo.

A-Ying frunció el ceño sin comprender aquellas palabras.

―Si esa maldita bestia no le hubiera arruinado la vida. Si esa maldita matriz no hubiera interferido la madre de Jaghan estaría viva y no hubiera perecido en las manos de esos miserables traidores.

El ruido de la puerta abriéndose paralizó los corazones de los Huli Jing.

―¿Qué?

Cuando aquella pequeña voz llegó a los zorros sus ojos pasaron a la puerta. La diminuta figura de A-Ying yacía presente ante ellos. Sus ojos llenos de confusión les miraban sin entender lo que habían dicho, la Huli Jing lamentó de inmediato sus palabras.

¿Cómo no pudieron detectarlo? ¿acaso Jaghan ya había aprendido a esconder su aroma y esencia al punto que ni ellos podían descubrirlo siendo tan joven aun?

―Jaghan.

―¿Qué fue lo que dijiste?

―Jaghan, por favor ven aquí. Todo tiene una explicación.

―¿Qué quieres decir con eso? ¿Quién lastimó a A-Niang? ¡¿Dónde está A-Niang?!

―Jaghan…

―¡¿Dónde está?!

―Jaghan… lo siento mucho.

El corazón de A-Ying se quebró como una figura de cristal cayendo al suelo partiéndose en mil pedazos.

 ―¡¿Qué quieres decir con que A-Niang fue asesinada?!

―Jaghan…

―¡A-Niang no ha muerto! ¡A-Niang volverá con A-Ying sin importar lo que digan! ¡A-Ying ira a salvarla!

Y sin más el cachorro corrió por los pasillos de aquel lugar bajando rápidamente las escaleras mientras el edredón se ondeaba en el viento.

―¡Rápido! ¡Atrápenlo! ¡No puede salir de este lugar! ¡Solo aquí estará seguro hasta que el Emperador Yu llegué!

Siguiendo las ordenes de la Señora Tong los Huli Jing persiguieron a A-Ying por la casa. El niño era demasiado rápido, logrando llegar hasta la puerta principal la abrió de un solo golpe y a través de la nieve corrió sin importarle nada más que buscar a su madre.

Los zorros dejaron de preocuparse por fingir ser humanos, lanzándose desde varios pasos brincaron hasta llegar a la entrada persiguiendo al niño tomando sus formas animales, que para su sorpresa era mucho más rápido de lo que habían imaginado.

La mente de A-Ying estaba atrapada por la desesperación y el temor.

Aquellas palabras mermaron en lo profundo de su corazón, trabajando lentamente en una parte de su alma que parecía tan desconocida y familiar al mismo tiempo. Varias imágenes vinieron a su cabeza.

El viento ondeando el negro cabello de A-Niang. Su brillante sonrisa, su dulce voz al cantar. Los juguetes que había hecho para él.

Las promesas del ayer.

“―A-Ying, mi pequeño y dulce A-Ying”

A-Niang.

“―Mi pequeño osito, eres tan dulce como la miel, pero te ves tan lindo cuando frunces el ceño”

¿Dónde estaba A-Niang?

“―A-Ying, tu sonrisa es la más linda del mundo. Prométele a mamá que nunca dejaras de sonreír”

Tenía que encontrarla.

“―Baobei, debes sobrevivir”

¡Tenía que salvar a A-Niang!

Sus pasos se aceleraron tanto como pudo, cuando escuchó las voces y el ruido de los Huli Jing persiguiéndolo aceleró el paso hasta que le importó muy poco seguir las reglas y sus manos se posaron en el suelo ayudándolo a correr a cuatro patas, clavándose entre la nieve sus uñas crecieron como pequeñas garras haciendo mucho más fácil perderse entre las calles.

Sus colmillos brillaron, su respiración dejó salir los gruñidos de su garganta mezclándose entre un vapor desconocido que podría ser por el clima o nubes emergiendo de su aliento. Sus ojos brillaron como si fueran ligeramente tocados por amatistas y sus pupilas se rasgaron.

Cuando los Huli Jing pudieron detectar aquel aroma a lotos violetas Yu en especial aumentar en la esencia de A-Ying supieron que sería mucho más difícil que pudieran alcanzarlo, cuando se dieron cuenta le perdieron el paso.

A-Ying no supo cuánto tiempo corrió, solo sabía que su cuerpo no podía detenerse al igual que las lágrimas y el miedo. La sensación absoluta de soledad se apoderó de su pecho de una manera tan dolorosa que hizo que A-Ying tropezara en medio de la nieve y los árboles de un bosque al que no recordaba en qué momento entró.

A-Ying cayó al suelo bruscamente dando tres maromeas antes de que su cuerpo se detuviera en seco cayendo boca arriba entre la nieve y la soledad. Su coleta se había despeinado, su corazón latía sin parar. El vapor que salía de su boca se parecía a las nubes del cielo. Aquellas que le miraban con tristeza.

Y la sombra se paró frente a él, mirándole fríamente.

¿Qué estás haciendo?

Él también se lo preguntaba.

¿Qué estaba haciendo?

¿Qué había hecho?

Eso había sido demasiado grosero. La Señora Tong, FengFeng, la Señora Momu. Ninguno de ellos tenían la culpa por lo que… pasó con A-Niang. Ellos lo habían cuidado todo este tiempo aunque no tenían que hacerlo. Habían sido tan buenos con él.

Y aun así él fue bastante grosero con ellos.

Tenía que levantarse.

Tenía que volver y disculparse. Debía escuchar lo que tenían que decir. Darles el beneficio de la duda.

A A-Ying no le gustaba juzgar a los demás. No le gustaba pensar mal de otros a menos que se demostrara que fueran malas personas.

Los Huli Jings de la Casa de las Hortensias nunca habían sido malos, no podía detectar maldad en sus corazones. Ellos eran amables y gentiles con él. Ellos siempre lo cuidaban con tanto amor y fervor.

Ellos se sentían como parte de su familia.

Su verdadera familia.

Tenía que volver.

Debía disculparse.

Pero no podía levantarse. Su cuerpo no reaccionaba. Era como si estuviera en un largo y pesado sueño del que no podía despertar. Tan solo podía flotar sobre las aguas del lago de lotos preso de sus propios pensamientos.

Esto era extraño.

Rojo debajo de su cuerpo inerte sobre el suelo. El cielo nublado sobre él. Las lágrimas frías cayendo por sus mejillas.

¿Por qué esta sensación era familiar?

Era como si…

¿Estuviéramos experimentando una situación parecida a la que tendremos en nuestro verdadero despertar?

Los ojos de A-Ying pasaron a la sombra sobre él.

Le dolían las palmas y las rodillas. Su cabeza se sentía pesada como si se tratara de una montaña.

Entonces escuchó una voz.

―3,333, recuerda ese número, por favor te lo suplico. Nunca olvides ese número.

A-Ying abrió los ojos, no supo en qué momento los había cerrado.

Esa voz…

―¿Qué es lo que estas intentando hacer? ¿Por qué necesitas la ayuda del Corazón de Dios? ¿Qué es lo que piensas hacer con XinMo?

¿Qué… quería hacer?

―3,333 traidores han robado tu sangre intentando convertirse en Dios. 3,333 lobos poblaron la tierra acabando con la vida de muchos de nuestros aliados por rencor.

A-Ying intentó levantarse sin lograrlo. Sus brazos pesaban tanto como su tronco. Su diestra se levantó lentamente hacia el cielo. Su brazo pesaba como si cargara una montaña.

―Es muy fácil, -------. Ahora que la Fruta de Dios ha hecho lo suyo reclamaré el Trono del Dragón y cumpliré nuestros sueños. Sin embargo, también hay algo que debo hacer… algo personal por lo que obligué a mi alma a tomar este cuerpo…

Esa voz, esa triste voz.

―3,333, no importa si aún no lo recuerdas. Para romper la maldición debes mantener ese número en tu memoria hasta que recuerdes todo lo que significa.

Sonaba como un niño mayor que él y aun así sentía que…

―Yo voy a buscar al demonio sin nombre y yo voy a…

Él debía…

―Debo encontrarlo y protegerlo.

Su vista se volvió borrosa, copos de nieve comenzaron a caer sobre su rostro. Se sentía cansado. Cada momento se sentía más cansado.

Su mano cayó hacia la nieve, incapaz de levantarse otra vez.

Se sentía cansado.

Como si llevara mucho tiempo flotando entre las aguas alejado del mundo. La vida y la muerte parecían tan lejanos. El mundo real parecía una mera ilusión, un espejismo entre su soledad y el vacío que lo acompañó por tanto tiempo.

Ah, tenía sueño.

Mucho sueño.

Entonces escuchó algo.

Era el ruido de pasos sobre la nieve y algo más.

Eso eran… ¿pezuñas?

―¡A-Ying!

A-Ying se obligó a abrir los ojos.

Ante él había una persona con cabello castaño. Su mirada almendrada le vio con preocupación, su respiración acelerada delataba que había corrido. Una sombra negra se encontraba a su lado. cabello ondulados se movieron cuando aquella cosa agitó su cabeza en reconocimiento.

Caballo bonito.

―A-Ying, Estoy aquí, tranquilo.

Esa persona…

―A… A-Niang.

¿Era A-Niang?

A-Ying perdió el conocimiento.   

Lo último que vio fue la imagen de un sol rojo y extraño sobre el cielo rodeado de lobos antes de que todo se volviera oscuridad.

Lo último que escuchó fueron esas palabras.

No tienes derecho de buscarlo. No tienes derecho a recordarlo todo. Yo nunca lo permitiré.

Ah, Yu Ying odiaba los lobos.

Los odiaba de verdad.

 

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Sus ojos se abrieron con pereza. Mirando ante él un par de extrañas y brillantes estrellas que se movían de forma irregular a su alrededor. Era como si se tratara de…

―Mari… posas.

Hermosas mariposas plateadas que se agitaban a su alrededor. Tocando de vez en cuando su rostro, como si le estuvieran dando los buenos días con pequeños besos.

 Como si en realidad esas mariposas no fueran una simple ilusión de su mente confundida tras despertar, sino más bien…

―A-Niang.

A-Niang hacia eso. A-Niang lo despertaba con pequeños besos sobre su rostro y dulces sonrisas.

Extrañaba a mamá.

Cuando los ojos de A-Ying se aclararon aquellas mariposas se fueron justo a la pereza de la mañana. Como una simple ilusión formada por su mente ante la pérdida y la esperanza.

A-Ying se sentó descubriendo que estaba acostado en un grupo de cojines de un templo de un dios que no reconocía. A-Ying levantó la mirada encontrando una estatua de madera finamente tallada con la imagen de una hermosa persona danzando en medio de flores.

A-Ying inclinó la cabeza con curiosidad.

A-Ying se sentía bastante confundido en realidad. No recordaba cómo había terminado en este templo o porque había llegado aquí. Solo sabía que su cabeza daba vueltas sin sentido en una serie de hechos que se mezclaban entre la marea de algo desconocido.

Otra vez. Otra vez olvidamos muchas cosas. Esa maldita matriz lo arruinó todo otra vez.

Olvidar.

A A-Ying no le gustaba olvidar porque se confundía. Y cuando eso pasaba sus memorias se mezclaban con algo que no sabía de donde había venido.

A-Ying se abrazó a su abrigo rojo. Se sentía más pequeño de lo que debía. No le gustaba esa sensación.

La sensación de no recordar y sentir que había pasado más tiempo.

¿Qué era lo que había estado haciendo últimamente?

A-Ying intentó pensar, buscando respuestas en lo profundo de su mente y solo pudo llegar a una conclusión.

Tenía hambre.

A-Ying infló las mejillas lleno de frustración.

Sus ojos se movieron entre la mesa del templo solo para descubrir que no había nada ahí.

No quería robar la comida del dios, después de todo, esas eran las ofrendas que las personas le hacían al dios del templo. No a A-Ying.

Tenemos que salir de aquí para buscar comida.

Sí, debía salir.

Necesitaba comer.

Tal vez podría encontrar comida en los basureros o tirada en cualquier lugar.

Entonces algo vino a su cabeza.

Una imagen de sí mismo comiendo cáscaras y fruta del suelo.

Y A-Ying pensó en una idea.

Los puestos de fruta.

A través de las ratas, los perros y los gatos callejeros A-Ying había descubierto que los vendedores de fruta eran más amables y no tenían problemas que les robara las cáscaras de lo que ya habían vendido o lo que se había ensuciado al caer al suelo.

A A-Ying le gustaban todo tipo de frutas, nunca fue quisquilloso con eso. Pero su favorita era la sandía.

Ahora solo podía decir las cáscaras de sandía.

La primera vez que había mordido una cáscara de sandía fue bastante doloroso. La segunda no dolió, aunque aún no pudo partirla.

La tercera la cáscara se rompió como si fuera un frágil cascarón de huevo.

Las cáscaras de sandia fortalecían sus mandíbulas y eran bastante sabrosas. A-Ying no podía negarse ante esa comida incluso si quisiera y personalmente no pensaba en hacerlo.

Así que colocando sus palmas sobre el suelo a cuatro patas olfateó el suelo. Buscando el rastro se abrió camino entre la nieve y las calles abandonadas hasta que pudo ver a una rata corriendo entre la nieve. Sus colmillos brillaron, su saliva aumentó entre su boca y A-Ying decidió perseguir al animal.

Los pasos del pequeño A-Ying se detuvieron sin comprender que era lo que buscaba, pero sabía que algo o había llevado a ese lugar.

Tenía que… ¿recolectar basura?

Era eso… ¿no?

Oh no, olvido su costal. ¿Dónde lo dejó?

Mirando las cajas en aquel lugar, A-Ying se hizo miles de preguntas, hasta que escuchó que alguien corría hacia el callejón.

¡Rápido! ¡Viene un adulto! ¡Tenemos que escondernos!

Por instinto el niño se escondió, la sombra le había dicho que debía cuidarse de los alfas adultos. No sabía porque debía temer de ellos, pero la sombra le había advertido múltiples ocasiones que podrán ser igual de peligrosos que los lobos que olían a sol.

Lo mejor era esconderse.

Agachado entre las cajas del lugar, el pequeño A-Ying olfateó silenciosamente. La sombra se mantuvo a su lado, cubriendo su aroma hasta que no había ni una pizca de este presente ante algún mortal o una Bestia Ancestral. A-Ying era bastante bueno en eso, estaba seguro que ni siquiera un Huli Jing podría detectarlo cuando lo hacía.

Huli Jing.

Que extraño, él nunca había visto un Huli Jing, ¿Por qué pensó eso?

A-Ying detectó un dulce aroma, era algo…  familiar y muy agradable.

No huele a sol, pero su aroma no es como el de los otros humanos.

¿Era siquiera aquello un humano?

Su aroma era como el de miles de bestias y a la vez una sola. Eso no olía como un humano porque simplemente no lo era.

¿Qué era esa criatura?

Desde el lugar en donde estaba A-Ying pudo ver una sombra, aquella persona parecía ser muy alta. Tenía la forma de un humano. Parecía ser más alta que un alfa recesivo, pero no más alta que un alfa dominante, una Bestia Ancestral o un Demonio Celestial.

Es raro. No huele como ellos. Nuestra nariz no puede detectarlo muy bien porque también se esconde como nosotros. Pero esas flores…  no huele a lobo. El cascarón humano que portaba se rompió cuando tenía 16 años, pero… ¿Por qué huele como si tuviera otro cascarón?

El pequeño A-Ying frunció el ceño.

Era raro.

No había oído algo como eso en ningún lugar desde que tenía uso de razón.

¿Qué era eso?

Entonces aquella persona al fin fue visible.

La figura que caminaba entre el callejón vestía túnicas purpura decoradas con bordados plateados de flores de loto como las que A-Niang le había enseñado una vez en un estanque.

Alfa. Su energía Yin es grande. Binaria. Es una criatura binaria. Mujer, es una forma elegida por ella y los suyos. Al parecer su clan sabe que la adaptación a la energía Yin sin tener problemas de ser descubierta es más fácil con un cuerpo femenino. Esta criatura lo eligió por algo en especial, al parecer le gusta tomar formas masculinas, pero buscó adaptación. Es alfa tanto en cuerpo físico como corazón. Está usando seda espiritual. Es una persona importante. ¿Qué hace esa criatura aquí?

A-Ying no lo sabía. Pero su mano se posó sobre su bolsa qiankun.

A-Ying prestó atención a ese aroma. Había preocupación sobre esa persona y solo en ese momento A-Ying pudo mirar aquello que esa mujer buscaba esconder de otros.

Lotos.

Un gran número de flores de lotos violetas la decoraban. Hermosas y brillantes como estrellas que se movían alrededor de la mujer como su estuvieran rastreando algo.

Flores de loto violetas, tal como A-Niang había dicho.

Intenta mirar sus ojos. Si sus ojos son del mismo color que esas flores debe ser la persona que mencionó A-Niang. Yu Ziyuan. Eso explicaría porque escogió nacer como una mujer esta vez. Energía Yin.

A-Ying intentó mirar sus ojos, pero no podía hacerlo. Ese ángulo no le permitía mirar muy bien.

Entonces escuchó una voz.

―A-Ying… ¿estás ahí?

A-Ying, ¡él era A-Ying!

No detecto peligro, podemos acercarnos. Eso nos permitirá olfatearla mejor.

Algo temeroso, A-Ying salió de su escondite, olfateando seriamente. Sus ojos miraron atentamente a la alfa que se dio la vuelta encontrándose frente a frente con aquella persona.

Ante A-Ying había una persona muy hermosa.

Su cabello era negro como la tinta, su piel blanca como la nieve. Hermosa y agradable como esos elegantes rasgos de cejas desafiantes, nariz respingada y labios elegantes rosas como las peonias.

Pero lo más llamativo eran esos hermosos ojos violeta.

Esa mirada.

Esos ojos parecidos a aquella piedra preciosa.

Eran demasiado familiares.

A-Ying olfateó ansiosamente, moviéndose a cuatro patas se acercó lentamente olfateando a la adulta ante él. No le tenía miedo, pero tenía mucha curiosidad sobre esa criatura.

¿Qué era…

¿Qué era ese aroma inusual que detectaba en ella que no se parecía en nada a ningún humano que había conocido antes?

La mujer le miró sorprendida, pero no era la sorpresa que había notado en los humanos cuando le miraban alejándose del comportamiento que A-Niang había dicho que era lo aceptable para ellos.

A diferencia de los otros la mujer entendió el juego.

Yu Ziyuan pudo notarlo de inmediato. Ese no era el comportamiento de un canino. Esa era la forma en la que los Yu se reconocían entre ellos.

Lentamente se agachó a su altura, permitiéndole acercarse y olfatearla sin hacer nada más que quedarse quieta, permitiéndole reconocer los aromas familiares y cuestionarse los desconocidos.

Y solo cuando A-Ying sintió que estaba a salvo y esta persona no era una ilusión, se puso de pie.

―Ho-hola.

―¿Tú eres A-Ying?

―¿Usted es la persona de ojos bonitos que conoce a A-Niang? ¿Cuál es su nombre?

El rostro de Yu Ziyuan se llenó de sorpresa, los lotos se cerraron en tristeza. Sus ojos miraron el alma de la mujer que le había despertado esa mañana, guiándola hasta donde estaba ese cachorro. La sonrisa de Hua Fengxing fue tan hermosa como solo ella podía ser.

―Vamos, preséntate. No seas tímida, YuanYuan.

Y regresando su atención al cachorro simplemente asintió.

―… Hmn, Me llamo Yu Ziyuan.

Yu… Ziyuan.

―¿Cuál es tu nombre completo?

¿Su nombre?

Recordando los modales que su A-Niang le había enseñado, A-Ying tomó sus manos, levantó los brazos y ofreció un asentimiento que se asemejaba a una reverencia, pero no demasiado bajo.

“―Recuerda nunca agachar demasiado la cabeza, baobei. Puede ser malo para la espalda”

Solo para levantar la vista y contestar con una hermosa sonrisa.

―Soy Wei Ying, nombre de cortesía Wuxian.

Los ojos de Yu Ziyuan brillaron pasando sus ojos de su cachorro hasta Hua Fengxing. Aun cuando su espíritu ya no tenía la necesidad de llorar lagrimas fluyeron junto a su sonrisa, las blancas túnicas decoradas con plumas iridiscentes brillaron cuando se acercó a Yu Ziyuan, tocando su mejilla.

―Fue una promesa, baobei. ¿Te gusta el nombre que le di a nuestro osito?

Sí, le gustaba mucho, pero no pudo evitar sentir cierto dolor ante ello.

Wuxian.

Su pequeño Wuxian.

¿Cómo pudo no notar que había nacido su bebé?

Con cuidado se acercó a él y se agachó por completo. Llevando sus manos temerosas al cachorro tomó las mejillas de A-Ying, quien guiado por la sensación de seguridad que esa persona proyectaba se dejó hacer. Sintiendo el cálido toque de sus palmas que acariciaron sus mejillas, revisaron su cabello y tocaron la linda cinta roja con una pieza de plata en forma de dragón al final que A-Niang le encargó antes de irse.

Cuando aquella mujer lo abrazó, A-Ying cedió sin dificultad, olfateando gustoso el curioso aroma a lotos que se le hacía tan agradable y cálido.

Olía a casa.

Podía ver un muelle a su alrededor, las bonitas flores que tenían el mismo color que los ojos de la señora Yu Ziyuan se acercaron a él. Temerosas y tímidas lo abrazaron hasta el calor del abrazo hizo que las flores lo perfumaran gustoso en reconocimiento, haciéndolo ronronear sin problema alguno.

Le gustaba esta persona, le gustaba su aroma y le gustaban sus abrazos.

Sin embargo, sus ronroneos se terminaron cuando pudo sentirlo.

Humedad, había algo mojando su abrigo.

La alfa que lo abrazaba como si temiera perderlo estaba temblando. Era algo sorprendente al recordar la figura imponente que proyectaba, pero A-Ying entendió lo que pasaba.

Yu Ziyuan estaba llorando.

Era inevitable, aun cuando poda ver el alma de su esposa y había encontrado a su hijo Yu Ziyuan no pudo evitar llorar.

No llegó a tiempo.

No pudo salvarla.

No pudo salvar a la Baibriam de su A-Ying.

Fue maldecido. Hay una maldición de corazón aferrada a su alma.

Aquellas palabras fueron dolorosas en el corazón de A-Ying.

Aun cuando su joven mente no entendía el porqué de sus lágrimas, el recuerdo de la última vez que vio a su madre le hizo levantar los brazos por el cuello de la alfa tal como en ese momento y la abrazó tanto como sus pequeños brazos podían hacerlo, dando suaves palmadas sobre la espalda de la alfa, quien solo pudo aferrarse a él con mayor fervor.

Quería protegerla. Quería hacerle saber que estaba ahí y no se iría.

Cuando la nieve fue tocada por el sol los lotos violetas de Yu Ziyuan abrazaron a A-Ying con algo que le hizo sentir en casa.

Amor.

Los ojos de la sombra miraron aquello con algo que nunca había notado en ella.

Eso era… ¿tristeza?

Lo logramos. Encontramos una parte de nuestro hogar. Por fin hemos vuelto a él.

Y eso fue suficiente para que A-Ying simplemente aceptara esta nueva realidad.

A-Ying se quedó quieto en su lugar, consolando a la mujer que la misma sombra también abrazó protectoramente rodeándola con su ser.

Había una sensación burbujeante y anhelante en su pecho que fue satisfecha a pesar de la empatía que sentía ante el dolor de la mujer. Como si hubiera encontrado algo que llevaba buscando desde hacía mucho tiempo atrás. Sus manos se aferraron al cuello de Yu Ziyuan sin el deseo de soltarse, como si tuviera miedo de que él cruel destino le arrebatara de su lado nuevamente.

Estaba a salvo.

Yu Ziyuan no podía creerlo.

Una parte de su alma aun se preguntaba si lo que estaba ante sus ojos era real o un cruel espejismo del destino que le había quitado a Fengxing.

Fengxing.

Su amada Fengxing le había dado un cachorro.

Aun cuando ambas habían tomado el té anticonceptivo y Suibian se había asegurado que fuera el más efectivo, Fengxing había decidido tener al niño. Y no solo eso, Fengxing le había dado el nombre de cortesía que ambas habían acordado darle a su primer hijo cuando las cosas mejoraran y ellas pudieran estar juntas como habían deseado.

Ahora tenía a un pequeño Wuxian entre sus brazos. Pero no había podido salvar a su Fenghuang de aquel horrible destino.

Su alma gemela.

Su Zhiji.

Dolía.

Dolía demasiado.

Más allá de lo que Yu Ziyuan podía soportar.

Pero tenía que hacerlo.

Por sus hijos, por Fengmian, por sus guardianes.

Por Yunmeng Jiang.

Olfateando a su cachorro…

Ah, su cachorro.

Era tan extraño saber que todo ese tiempo había tenido un cachorro deambulando por el mundo, viajando entre ríos y montañas mientras Fengxing se había vuelto la madre más dulce y hermosa de todas. La misma que picaba la mejilla de su bebé a pesar de que aún no podía verla tal como hacia Yu Ziyuan.

Ahora deseaba haber podido acompañarla durante el embarazo. Notar por sí misma los cambios en su cuerpo y su aroma. Cuidar de ella. Hacer cientos de nidos juntas mientras este pequeño bollo crecía en su vientre alegremente como solo la sangre de Fengxing podría ser.

Y este niño, su hijo que había heredado su sonrisa era lo más hermoso de este mundo que demostraba que Fengxing no solo fue un sueño juvenil lleno de esperanza y libertad de Yu Ziyuan.

Pero A-Ying se había llamado a sí mismo un Wei.

No le gustaba Wei, no le gustaba que su bebé se llamara Wei cuando él era un Yu.

Él era Yu Wuxian.

Como si hubiera escuchado sus pensamientos el alma de Hua Fengxing se aferró a su brazo y habló, como si estuviera recitando la carta que le había escrito.

―Mi dulce loto, la única razón por la que acepte que Wei Changze le diera su apellido fue como una protección. Mis sentimientos por ti nunca cambiaron y nunca lo harán. Él es un Yu sin importar lo que pase de ahora en adelante.

Lo sabía, Fengxing no le mentiría al respecto.

Esto era por la seguridad de su pareja y su bebé mientras viajaban. Pero ahora debía cambiar el apellido.

Yu Ziyuan un día le había prometido a esa mujer que se volvería en alguien lo suficiente fuerte para protegerla de las garras de ese sol falso.

Yu Ziyuan no pudo cumplir su promesa porque no tenía las garras para quebrar la piel sobre su cuerpo y romper aquella maldición que les perseguía a su clan desde hacía tanto tiempo.

Pero Yu Ziyuan protegería a su cachorro.

Lo mantendría a salvo.

Lejos del sol falso.

Cuando A-Ying le presentó la campana sagrada Yu que había heredado del antiguo Loto Violeta de Meishan Yu que un día le había dado a Hua Fengxing en su noche de bodas, Yu Ziyuan no pudo evitar la sonrisa nostálgica.

Esa campana sagrada que tanto le llamaba la atención a Hua Fengxing cuando eran jóvenes estudiando entre los años más felices de su juventud y el florecimiento de su amor. Esa campana con la que le gustaba jugar y la misma que ella le regaló como una protección.

La misma que había cuidado a su hijo después de que su amor se había ido.

Yu Ziyuan debía ser fuerte.

Debía proteger a su Wuxian de este mundo cruel.

Haciendo todo de si por tragar sus lágrimas, Yu Ziyuan se separó suavemente del abrazo de Wei Ying. Era sorprendente como el dulce aroma a peonias floreciendo en primavera de Fengxing seguía presente en la cría.

Tal vez tenía que ver con la forma en la que Fengxing fue concebida. Un recuerdo de su madre y su naturaleza especial.

Acariciando gentilmente su cabello notó la cinta de cabello roja que ella conocía muy bien.

Aquella que había perseguido a través de los años y el temor por su moral. La misma que ató en el cabello de Fengxing las suficientes veces para recordar su forma y textura.

Para recordar a quien realmente pertenecía.

―Es linda, ¿no crees? Le queda muy bien, después de todo esa cinta siempre ha sido suya. La cinta de nuestro bebé. Era hora de que volviera a su verdadero dueño.

Fengxing, ¿acaso Fengxing había dejado la cinta con A-Ying como una forma de asegurarse de que supiera cual era la cría que buscaba?

Aun si la cinta no estuviera el aroma de Wei Ying ya hablaba por sí mismo.

Tomando entre sus brazos al cachorro, Yu Ziyuan declaró.

―Ya no tienes que preocuparte, A-Ying. He venido por ti para llevarte a casa.

―¿Casa?

―Hmn. Iremos a casa, ahora estás a salvo.

Aquellas palabras fueron suficientes para que A-Ying confiara en que esa persona.

La nieve que caía era como una gentil lluvia confortable en el corazón de A-Ying. Los brazos de Yu Ziyuan eran cálidos y las flores de loto que se movían protectoramente, envolviéndolo entre sus pétalos, hojas y raíces se sintieron como un abrigo de amor. Demostrándole que ya no estaba solo.

Cuando salieron de aquel callejón A-Ying vio una figura demasiado alta para ignorarla.

Aquella persona era un alfa, no tenía duda de ello. Pero era mucho más alto que todos los alfas que había visto en realidad. Aquella persona tenía un inusual cabello color borgoña, como si fueran ríos de vino de uva cayendo agraciadamente por su espalda ancha y aquella larga y pesada capa púrpura con un símbolo de flores de loto decorando la parte inferior en hilos plateados parecía ser un símbolo de honor.

Aquella persona se dio la vuelta cuando escuchó a Yu Ziyuan salir del callejón y A-Ying prestó atención a cada rasgo en su faz.

Un rostro apuesto, cejas desafiantes y gruesas, una nariz ligeramente asimétrica. Parecía una forma falsa, reconstruida sobre el rostro que aun parecía hermoso a pesar de ello.

Los ojos de aquella persona se abrieron con sorpresa cuando lo notó entre los brazos de Yu Ziyuan. Había algo en los ojos de esa persona cuando lo vio olfatear y el miedo se posó sobre aquellos ojos por un segundo. Era un toque familiar de algo que a pesar de ciertas diferencias seguía ahí, presente ante los ojos de A-Ying y de la sombra.

Esa cara.

¿Dónde había visto esta cara?

Túnicas verdes, palabras amables y voz gentil.

Ojos verde esmeralda frio de mirada gentil y paternal.

―Siempre puedo contar contigo, ¿no es así, -----?

Es él. Él es… Shizun.

… Shizun.

―No entiendo porque te agradan tanto los humanos, pero que no lo entienda no significa que no apoyaré tu sueño, Taizi Dianxia.

¿Él era alguien de su pasado?

No huele a alfa recesivo. No huele a humano. Él huele diferente… huele a… un lobo Mao. Lobo celestial Mao, pero… a pesar de que es aterrador él no me desagrada. Él es de los pocos lobos que realmente podemos amar.

Ante aquellas palabras A-Ying se aferró a las túnicas de Yu Ziyuan por instinto. Recargando su cabeza contra su cuello buscando mantenerse a salvo de ese aroma a canela que frágilmente podía detectar a pesar de lo que parecía ser un sello que suprimía la verdadera naturaleza de esa criatura.

La voz de Yu Ziyuan fue fragante y dulce, haciéndolo sentir que estaba a salvo y que esa persona no era un peligro.

―Wei Ying, él… es mi guardián espiritual, Suibian. Suibian, él es Wei Ying, nombre de cortesía Wu… Wuxian.

Sin embargo, había algo dulce y agradable en ese lobo cuando este le miró cálidamente a pesar de los frágiles destellos de tristeza y arrepentimiento. Y su sonrisa fue tan dulce y familiar como Yu Ziyuan.

―Hey, ¿Qué tenemos aquí? ¿Así que tú eres el pequeño A-Ying?

―Ho-hola.

Ese lobo era muy alto, le agradaba, pero era demasiado alto.

Cuando logremos nuestro despertar creceremos tanto que ni él podrá superarnos.

―Hola, realmente eres muy lindo. Me llamo Suibian. No tienes que tener miedo, ahora estas a salvo.

Suibian.

Suibian.

Suibian significaba “Lo que sea”

¿Por qué Shizun tendría un nombre tan cruel como ese?

Es un nombre falso. Está mintiendo, pero no porque desee mentir. Alguien lo ha maldecido con ese nombre desde que nació. Alguien muy cruel que no solo lo obligó a llamarse así. También obligó… a sus padres a llamarlo así contra su voluntad.

Maldecir.

Tiene una maldición del corazón bastante grande y fuerte. Al parecer ese ser desea que odie a muchas de las almas que amó con todo su corazón… que las odie como si fueran las criaturas más sospechosas y temibles del mundo.

¿Qué era una maldición y porque A-Ying sentía que sabía la verdad detrás de ese nombre?

Esta criatura es una Singularidad MaoShen, el hijo de un pura sangre Mao y un pura sangre Shen, pero hay algo muy extraño en él. Las Singularidades MaoShen se caracterizan por tener cabello negro y rizado como los Mao y los característicos ojos verde esmeralda fríos que solo puedes encontrar en los Shen pura sangre. Entonces, ¿Por qué esta criatura no tiene el cabello negro y ondulado a pesar de su disfraz.

¿Por qué estaba entendiendo a que se refería?

¿Quién pudo atreverse a suprimir su sangre de esta forma tan dolorosa e incluso quitarle su reflejo? ¿Quién pudo atreverse a lastimarlo de esta cruel manera?

A-Ying no lo sabía. Solo sabia que muy dentro de esos ojos dorados que fingían frialdad o alegría…

Podía notar culpa y dolor.

Esta criatura no puede llorar a menos que la culpa o el dolor sea demasiado para quebrarlo al punto de sacar todas las lágrimas que perder su reflejo le ha llevado a reprimir. Su propia alma no le permite llorar, es como si lentamente acumulara todo el dolor solo para explotar cuando algo en verdad lo quiebra… es como si él… se estuviera castigando por perder a su reflejo.

Dolía.

Él no conoce que es el sentimiento llorar de felicidad… porque nunca lo ha sentido.

¿Por qué dolía tanto ver dolor en los ojos de esta persona?

Suibian se sentía cansado y atrapado en una serie de sentimientos que sinceramente no quería nombrar. El ver que la carta que solo Suibian y Yu Ziyuan habían visto había tenido razón fue un golpe directo en el estómago, como el parecido de ese niño con Hua Fengxing y el penetrante aroma de flores de loto violetas de Meishan Yu sobre él.

Un Yu.

Este niño era obviamente un Yu y tenía la edad justa para que nadie pudiera dudar que este niño había sido producto de la noche de bodas de esas dos.

Pero el verdadero miedo de Suibian no era ese.

Sino más bien que…

Este niño, el Hijo del Cielo era un Yu.

Sus ojos eran grises aun, era probable que esa fuera una buena señal. O solo una ilusión que se mantendría hasta que el Hijo del Cielo tuviera su despertar instintivo. Pero lo más preocupante era que la forma de sus ojos, de sus párpados era la misma que los parpados de Yu Ziyuan cuando era niña.

Los ojos de Yu Ziyuan, la sonrisa de Hua Fengxing.

Tranquilo

Respira.

Avanza.

Aún no había pruebas de que todo estuviera funcionando como se suponía que era según la carta que Bába le envió con Hua Fengxing.

Aun había una esperanza de que esto no fuera como temía.

Ahora debía concentrarse en algo más importante.

Tenían que esconder el aroma de nacimiento de A-Ying, al menos hasta que llegaran a Yunmeng Jiang y hablaran con Jiang Fengmian.

Si la forma de sus ojos no cambiaba debía encontrar una forma de que nadie pudiera encontrar el parecido hasta que pudieran revelar que era un Yu.

―¿Suibian… gege?

―Hmn. A-Ying, Suibian es mi guardián espiritual.

―¿Guardián espiritual?

―Hmn, somos cultivadores.

―¿Cómo A-Niang y A-Die?

Los labios de Yu Ziyuan se paralizaron ante la mención de ese honorifico.

“A-Die”

Su bestia interna se sintió dolida ante el esas palabras, pero su razonamiento negó de inmediato. No podía culpar al cachorro cuando al final Wei Changze tambien había cuidado a su cría como un padre.

Fengxing se lo había asegurado, Wei Changze, su gran amigo Wei Changze solo cuidó de ellos. Ambos habían acordado no contarle a Jiang Fengmian la existencia de A-Ying por miedo a que las cartas fueran retenidas por el Emperador o Wang Tanlan.

Esa maldita mujer.

No podía evitar pensar que ella era la culpable de la muerte de Fengxing y Changze.

Pero cuando giró su cabeza buscando respuestas de Fengxing la omega bajo el rostro sin darle palabra alguna.

Pero Yu Ziyuan debía mantener esos sentimientos oscuros de posesividad animal natural cuando se hablaba del sentimiento de pertenecía hacia su cachorro dentro de su corazón, alejados de este inocente niño al que ahora debía proteger manteniendo oculta su verdadera sangre.

Mientras Wen Ruohan fuera el emperador, Yu Ziyuan no podía permitir que fuera notable la sangre real de este niño.

―Sí, A-Ying. Somos cultivadores como ellos.

―¡Oh, eso es asombroso!

―A-Ying, Suibian sabe hacer hechizos protectores con su energía dorada.

―¿Energía dorada?

―Hmn.

El hombre habló.―Sí, la energía dorada es muy asombrosa, A-Ying. Puede proteger a las personas como hacer algo como esto.

El guardián le mostró sus manos con una hermosa sonrisa, antes de que un extraño brillo dorado las iluminara. Lentamente ante los ojos de A-Ying una serie de pequeñas partículas brillaron como cientos de estrellas hasta que aquella inusual arena lentamente creció formando algo muy hermoso.

―¡Un conejito!

El conejito cobró vida. Moviendo su cabeza, alzando sus orejas y saltando de aquí y allá entre las manos de ese alfa. Como si fuera un conejito de verdad haciendo que el corazón de A-Ying saltara de la emoción.

Así que no hay error. Él es la estrella fija más brillante del cielo, Su energía no es polvillo dorado simple. Son la representación de nuestras miles de estrellas trabajando junto a nuestro fiel, devoto, apasionado y fuerte Shizun. El brillo de sus pequeñas estrellas es dorado en vez de celeste porque es un reflejo del color de nuestra alma. Tal como su energía lo afirma… porta en realidad el nombre de una estrella.

La sombra no pudo evitar sonreír.

El nombre de una estrella, Demonio Celestial Mao, una persona que había vivido más de doscientos años y solo había nacido por su deseo ferviente de reencontrarse con ellos.

No había duda alguna.

Este lobo era… el pequeño príncipe Luo Dongxing.

Dongxing.

 Así que la estrella del este estaba muy orgullosa de su verdadero nombre, el nombre que en verdad habían elegido sus padres por él y el que hizo que por fin apareciera en los registros históricos con ese hechizo de Amnesia Generacional.

Que adorable.

Sin que A-Ying pudiera notarlo la sombra se acercó al guardián hasta estar cara a cara contra el demonio. Podía sentirlo, aquella criatura no era indiferente, notaba su presencia. Por lo que tomando su mejilla derecha pronunció aquellas palabras con una sonrisa maliciosa sin que A-Ying pudiera escucharlo.

Llevémonos bien, Shizun.

Suibian acomodó sus hombros buscando ignorar ese escalofrío aterrador y todo lo que estaba sintiendo en ese momento.

¿Qué demonios había sido eso y que demonios estaba sintiendo que estaba cerca de ese niño?

Lo que sea, lo que sea.

―Así es. Un conejito. La energía dorada puede hacer cosas muy hermosas, pero sobre todo existe para proteger. Y ahora mismo necesitamos mantenerte a salvo, por eso Suibian te cubrirá con su energía dorada para protegerte del frío.

—¿Me permitirías cubrirte con mi energía dorada, A-Ying?

¿Por qué no ser bañado en un rio de estrellas cuando él es el único canino que tiene derecho a mostrar nuestra naturaleza?

—Sí, muchas gracias.

Concentrando su energía dorada en hacer un talismán de protección un par de inscripciones más se unieron al mismo haciendo un sello aromático para esconder así el verdadero aroma Yu en el cachorro.

Y sin más lo colocó en la espalda de Wei Ying, frotando suavemente hasta que la energía dorada cubrió por completo al niño y el aroma Yu se había ido, cambiando a un simple aroma de lotos común que podía encontrarse en la gente de Yunmeng Jiang.

Con solo una mirada, las palabras de Suibian inundaron la mente de Yu Ziyuan.

“Está listo. Ahora no podrán oler el aroma a menos que rompa el hechizo. Solo yo podre romperlo, no tienes que preocuparte, está a salvo”

Esas palabras fueron suficientes para hacer que Yu Ziyuan suspirara con alivio.

Entonces el estómago del cachorro gruñó como una bestia.

Ese sonido fue suficiente para que Yu Ziyuan y él se miraran sabiendo que eso solo podría tener un significado.

Hua Fengxing no pudo evitar reír con ternura―A-Ying, tu estómago en verdad es un monstruo tan escandaloso. Tan tierno baobei.

―Lo-lo siento.

―No tienes que disculparte, no pasó nada malo.―Aseguró rápidamente Yu Ziyuan. No importaba si acababa de conocer a su hijo, deseaba que nunca sintiera que tenía que disculparse por cosas tan naturales como el hambre.

Rápidamente ambos adultos miraron por doquier buscando entre las calles al menos una opción para que A-Ying comiera. Sin embargo, no había negocios confiables en esa zona, por lo que gentilmente Yu Ziyuan le habló al niño.

―A-Ying, vamos a buscar algo para que comas, ¿puedes esperar un poco?

Y como un buen niño, A-Ying simplemente asintió. Dejándose llevar en brazos por la Reina Yu a través de las calles de Yiling, los puestos comenzaron a florecer como la gente bulliciosa haciéndose a un lado y ofreciendo reverencias a la Señora Yu como si fuera una persona muy importante.

―¡Es Su Majestad! ¡Su Majestad está en Yiling!

―¡Estos saludan a su Majestad! ¡Yiling ha sido bendecido con su presencia!

¿Su Majestad?

Los ojos de A-Ying miraron curiosos a todas esas personas que miraban a la Señora Yu como si una diosa hubiera bajado a la tierra mortal, iluminando a todos con su presencia como una bendición celestial para los simples mortales.

A-Ying pensó que eso tenia sentido. Después de todo la Señora Yu Ziyuan era una persona demasiado hermosa para ser considerada mortal aun con ese curioso ceño fruncido.

Como un bonito dragón.

Las miradas llenas de admiración de esas personas y sus sonrisas eran impresionantes como la forma en la que esta persona que le llevaba en brazos actuaba, como si la ligera vergüenza que podía olfatear en su alma no existiera como el escenario ante ellos.

Yu Ziyuan caminaba segura, digna y honorable. Tal como Suibian la crio aceptó los saludos de su gente de forma humilde sin que la perfecta imagen que había cultivado con los años se quebrara solo porque los aldeanos de Yiling la habían descubierto en un lugar en donde no solía viajar.

Sin embargo, no pudo evitar sentir algo de vergüenza sobre su corazón ante las miradas avergonzadas e los omegas y lo aromas florales que eran dirigidos a su persona.

―Es su Majestad en persona.

―Es tan atractiva y parece tan fuerte. 

―Es mucho más guapa de lo que hablan las leyendas. Sin duda una belleza digna del primer puesto de los grandes cultivadores de su generación.

―Sin duda es mucho más atractiva que el mismo emperador.

A-Ying miró entre la Señora Yu y aquellos omegas que susurraban con las mejillas rosadas. A-Ying no entendía que estaba pasando, pero pensó que tal vez esos omegas tenían mucho frio.

Deberían cubrirse un poco más o podrían enfermar.

Jajaja, así que el dragón sigue atrapando corazones incluso ahora. Que curiosa criatura, si tan solo pudieras entender lo que pasa realmente te estarías divirtiendo tanto como yo.

―¿Qué lleva entre brazos?

―Es un bonito cachorro… ¿alfa?

―¿Estás seguro? Se ve demasiado pequeño, delicado y bonito, parece más un omega.

―No hay duda, huele a leche y miel. Es un alfa sin duda.

―Por los dioses, incluso ese niño es demasiado bonito. La gente que rodea a su Majestad es sin duda de otro mundo.

Las mejillas de A-Ying se decoraron con el color de la vergüenza, rosadas peonias florecieron en su bonita carita. Sin embargo, las gentiles palmadas de Yu Ziyuan sobre su espalda le hicieron saber que estaba a salvo.

A-Ying había escuchado muchas veces a su madre decir que era lindo, pero era algo curioso e inusual ser llamado lindo por otros cuando A-Ying raramente había tratado con otras personas además de sus padres.

Yu Ziyuan solo suspiró con cansancio.

Estaba acostumbrada a oír hablar a otros de su aspecto, pero no pudo evitar pensar… ¿Por qué no se controlaban al menos frente a su cachorro?

Los humanos a veces eran demasiado hormonales para su propio bien.

Yu Ziyuan simplemente buscó fingir que no escuchaba nada hasta que sintió la mano de Suibian sobre su hombro.

―Ese local, A-Yuan.― Suibian señaló un local rojo con un grupo de omegas vestidos con túnicas llamativas que atendían a los comensales. ―Pidamos prestado ese restaurante.

―Hmn.

Si Suibian no consideraba ese lugar inapropiado o inseguro para su bebé Yu Ziyuan nunca cuestionaría el juicio de su padre.

Sin hacer nada más que seguir a su guardián la Reina Yu se abrió paso hasta ese restaurante, en donde el grupo de omegas la miraron impresionados cuando notaron que personas estaban ante ellos.

Con una hermosa sonrisa Suibian decidió acercarse, cuando los omegas vieron esos los murmullos no se detuvieron.

―Es Polilla de Oro.

―Es mucho más guapo en persona.

―Nunca lo había visto por aquí, ¿crees que este tomando una nueva ruta?

―No lo sé, pero sí sé que si pasara por el barrio rojo en verdad sería el cliente más solicitado.

Debido a que Suibian nunca gustó de escuchar las cosas que decían de él desde que era joven siempre solía bloquear los pensamientos y susurros de otros desde que obtuvo la energía dorada por lo que no se enteró de sus palabras y saludó.

―Buenos días, amables jóvenes, ¿creen que podría hablar con la persona dueña de este local?

Los omegas miraron con sonrisas coquetas.

―Nuestra Señora se sentirá honrada de atenderlos de inmediato.

Y uno de los omegas partió rápidamente al interior buscando a dicha persona. Un momento después una omega alta y hermosa llegó hasta ellos.

Su cabello castaño estaba atado adecuadamente en un complejo peinado alto. Tenía un rostro elegante y hermoso. Sus bonitas túnicas durazno eran brillantes y ligeramente coquetas dejando que sus curvas fértiles y pechos grandes hicieran que Suibian mirara a otro lado.

Nunca mires lo que sabes o sientes incorrecto mirar, sabias palabras de Bába.

Con elegancia la mujer ofreció una reverencia a Yu Ziyuan y Suibian. Una bonita sonrisa decoraba su rostro.

A-Ying no pudo evitar sentir que la conocía.

Este zorro… huele a un Shen pura sangre.

¿Zorro?

¿Shen pura sangre?

―Esta ofrece sus saludos a Su Majestad, La Araña Violeta y al honorable guardián Polilla de Oro.

Los ojos de A-Ying se abrieron brillantes con sorpresa antes de pasar su mirada a Yu Ziyuan. Quien aceptó el saludo con un asentimiento.

¿La increíble Araña Violeta era Yu Ziyuan?

¿La amable señora Yu Ziyuan era la increíble Araña Violeta de los cuentos que A-Niang le contaba?

Su corazón se llenó de emoción.

¡Era tan afortunado de conocer a su heroína!

El guardián ofreció una sonrisa.―Disculpe que interrumpamos su trabajo, pero mi Reina Yu y yo vimos su local y nos dimos cuenta que en la parte superior de su restaurante tienen una sección de cuartos para rentar junto al balcón y deseábamos saber si podría rentarnos una habitación con baño. Naturalmente, sin que las aves puedan recordarlo.

Con una mirada cómplice Suibian le dio una sonrisa, su dedo índice puesto frente a sus labios en un claro mensaje que la mujer entendió.

―¡Oh, claro! Adelante su Majestad, Su Señoría, pequeño maestro. Pueden usar todo el restaurante a su gusto. Síganme por aquí.

Con una brillante sonrisa, la mujer les guio por el interior del restaurante hasta una parte apartada del local en la parte superior.

―Ya que lo dice también nos gustaría saber si podríamos pedir prestada su cocina.

―Claro que sí, todo lo que deseen está a su disposición.

Tal como Suibian había intuido el piso superior era bastante decente para llevar un niño ahí a pesar de que el aspecto del local era un poco sospechoso como el aroma de esas personas. Pero Yu Ziyuan confiaba en Suibian más de lo que nunca confiaría en alguien más, por lo que continuó avanzando.

Un restaurante con Huli Jings fingiendo ser meseros y cocineros. Eso era algo nuevo.

―Por aquí, su Majestad, este es el mejor cuarto de todo el lugar. De inmediato me encargaré de que se preparé agua caliente para preparar la tina.

―No se preocupe, traemos talismanes para eso. Solo es necesaria el agua. Ayudaré con eso.―declaró Suibian.

Cuando las puertas se abrieron una elegante habitación les recibió de inmediato. Suibian dejó a Yu Ziyuan con el cachorro para ayudar a conseguir el agua y algunos ingredientes para una comida saludable para el cachorro.

Y todo se volvió silencio.

Yu Ziyuan mantuvo al cachorro entre sus brazos hasta que comenzó a removerse inquieto.

Criar a un cachorro como A-Cheng le había enseñado que era momento de soltarlo porque se había cansado de los brazos. Pero A-Ying también olía tan bien y era tan confortante tenerlo en brazos que era doloroso tener que soltarlo.

Aun así lo hizo. No quería que su cachorro se sintiera aprisionado, por lo que se agachó y dejó que los pequeños pies de A-Ying tocaran el suelo.

Tan rápido se vio libre, A-Ying comenzó a revisar la habitación.

Yu Ziyuan miró con curiosidad como el cachorro se ponía en cuatro patas olfateando el lugar curiosamente. Era más como una bestia que un niño humano, pero no era como un canino. Moviéndose sin vergüenza en esa posición como si estuviera acostumbrado a ella.

Era como si pudiera sentir que sus instintos eran más fuertes que los de los humanos.

Algo hereditario de los Yu.

Cuando Yu Ziyuan era una cría también hacia eso, pero tuvo que aprender a no hacerlo ante los humanos del exterior de la Muralla Yu mientras se preparaba para el examen para ser el futuro Rey Jiang.

Tenía que enseñarle nuevamente las costumbres humanas por su propio bien.

Aunque Yu Ziyuan entendía el deseo de olfatear y seguir sus instintos, sabía que las personas no lo verían bien. Los humanos después de todo criticaban muchas cosas y ese comportamiento era una de esas cosas mal vistas por la sociedad humana.

Yu Ziyuan pudo ver a Hua Fengxing buscar abrazarse a su brazo, la alfa se lo permitió como siempre le daba todo lo que ella quisiera. Su voz era dulce mientras hablaba, apoyando su cabeza en su hombro.

―¿No es lindo, A-Yuan? Él siempre hace eso. Le gusta mucho olfatear todo y descubrir las cosas nuevas del mundo. Deberías verlo jugar con los animales del bosque, es tan tierno, un osito tan tierno como tú.

Lo era, demasiado en realidad.

―¿Tú también eras así de bebé, baobei? Estoy segura de que sí. ¡Debiste ser tan adorable olfateando y gruñéndole a todo lo nuevo y desconocido hasta que le encontrabas el gusto! Tan adorable.

Cuando su hijo pareció sentirse lo suficiente seguro en aquella habitación volvió hacia Yu Ziyuan, aferrándose a sus túnicas con una sonrisa.

Su sonrisa era adorable como el aroma a leche y miel coronado por peonias de primavera.

―Hermana bonita.

Yu Ziyuan no supo que decir por un momento, una sonrisa decoró los labios de Hua Fengxing llena de ternura ante el nerviosismo de Yu Ziyuan por el acto de su bebé. Por un momento sus ojos se encontraron, su voz fue paciente y dulce.

―Vamos, baobei. Abrázalo. Él ama mucho los abrazos, tú nunca arruinarías nada.

La mirada de Yu Ziyuan se suavizó y una suave sonrisa decoró sus labios. Agachándose se acercó tímidamente y abrazó al cachorro. Poco le importó arrodillarse en el suelo. Su diestra tomó la mejilla del pequeño Wuxian.

Su hijo era muy lindo.

También era muy suave.

Tan suave como un pastel de luna.

―¿Crees que soy una hermana bonita?

―¡Sí! Muy, muy bonita. Es la persona más bonita que A-Ying ha conocido en su vida. ¡Y la increíble Araña Violeta de los cuentos para dormir de A-Ying también! A-Ying es muy afortunado en conocerla.

Yu Ziyuan no pudo evitar soltar una risa divertida. Su cachorro era un halagador desvergonzado.

Sin duda era hijo de la coqueta Hua Fengxing.

―Las anécdotas de nuestras aventuras se volvieron sus historias favoritas, baobei. Él te admira mucho. ¿Por qué no lo mimas un poco más?

Sin dudar Yu Ziyuan hizo caso a su esposa acariciando las mejillas del cachorro, las flores de loto florecieron junto a las rosas y la madera con cariño y alegría. Una brillante y hermosa sonrisa atrapó sus labios en amor y diversión.

―Yo creo que A-Ying es más bonito.

―¿De verdad? ¿A-Ying es tan bonito?

―Lo eres. Muy adorable en verdad. Un bonito cachorro tan adorable que es imposible dejar de abrazar.

El cachorro soltó una risa que enterneció el corazón de Yu Ziyuan. Su sonrisa era tan hermosa y adorable como la de Fengxing. Un adorable retoño de una flor tan hermosa como el amanecer y la vida misma. Floreciendo adorablemente entre la inocencia y la ternura dentro de su corazón.

Entonces el ruido de la puerta le hizo pasar su mirada a ese lugar, encontrándose con Suibian y un grupo de omegas, quienes traían el agua, jabones y demás para el baño.

―A-Yuan, trajimos todo.

―Hmn. A-Ying, es hora de que tomes un baño. Te ayudará a entrar en calor.

―Está bien.

Cuando el cachorro se quitó cada prenda con la ayuda de Yu Ziyuan, el agua cálida de la tina calentada con el talismán recibió el cuerpo de A-Ying. Quien obedientemente se dejó bañar por la adulta.

Suibian se acercó a ella, agachándose a la altura de Yu Ziyuan mientras A-Ying hacía burbujas en el agua.

―A-Yuan, iré a comprar algunas cosas más para la comida de A-Ying. ¿necesitas algo?

―Fruta. ¿podrías conseguir fruta y un conjunto de túnicas interiores para A-Ying?

“Si fueran violeta sería maravilloso”

―… Claro. Volveré antes de que termines de bañarlo.

―Hmn.

Levantándose del suelo, Suibian acarició la cabeza del cachorro y fue hacia la puerta. Por un momento pasó sus ojos a Yu Ziyuan, mirando la forma cuidadosa en la que ayudaba a bañar al cachorro. La sonrisa sobre sus labios desapareció.

Su A-Yuan estaba siendo fuerte, muy fuerte, pero su lazo se lo decía.

Su corazón aun dolía como cuando la noticia llegó a ella con ese cuervo moribundo.

Y eso era lo suficientemente doloroso como la culpa en el corazón de Suibian.

Sin más que aquella imagen en su cabeza, Suibian partió dejando solos a la madre y el hijo.

Cuando A-Ying ya estaba vestido con el nuevo conjunto de ropa bonita que Suibian había conseguido para él, Yu Ziyuan secó su cabello con aquel talismán para poder peinarlo. Y tomó aquella cinta que A-Ying le pidió que fuera parte de su peinado.

La cinta era demasiado grande, apta para una persona adulta, pero demasiado larga para el pequeño A-Ying. No obstante, Yu Ziyuan encontró la manera de atarla cuidadosamente en un moño alto que hacía que A-Ying se viera adorable.

A-Ying no entendía que había hecho para ser tan afortunado.

La Señora Yu le rescató, lo perfumó con su cálido aroma. Le llevó a un lugar muy bonito, le había dejado estar más tiempo en el agua en medio de su baño y le había regalado ropas muy bonitas. Aunque le había cortado sus uñas, le había asegurado que ya no tenía que usarlas nunca más.

Si eso no fuera suficiente, el Señor Suibian había puesto un plato enorme de fideos y pescado crudo solo para él frente a la mesa.

―¡¿De verdad puedo comer todo esto?!

―Claro que sí. Es todo para ti, así que no te contengas.

Aun con dudas sus ojos pasaron a Yu Ziyuan, la mujer le dio un asentimiento y una sonrisa y A-Ying ya no pudo contenerse más.

Tenía hambre, mucha hambre.

Pero A-Ying sabía que no sería correcto comer con las manos frente a estas personas. Así tomó los palillos correctamente y comenzó a tomar porciones no demasiado grandes del tazón de fideos tal y como A-Niang le había enseñado.

Cálido.

Era muy cálido. Eso le gustaba.

Y aunque aún sentía que todo esto era un hermoso y efímero sueño, A-Ying deseaba aferrarse a él con desespero.

Dejando al cuidado de Suibian a A-Ying, Yu Ziyuan decidió ir a la cocina y revisar las frutas que Suibian había conseguido.

A-Ying era un buen niño y estaba siendo muy educado al comer, incluso si parecía tener algunos problemas con los palillos. Suibian parecía querer enseñarle a usarlos correctamente y le ayudaba a comer con la cuchara de madera.

Así que rápidamente se arremangó las mangas y puso manos a la obra.

Cuando A-Ying había terminado su comida la reina Yu apareció ante él con una charola entre sus manos.

―A-Ying, ¿ya terminaste?

―Sí, señora Yu.

―Debiste verlo hasta el final, A-Yuan. Este cachorro realmente tiene un apetito voraz. Eso es una muestra de una muy buena salud.

―Entonces si A-Ying terminó todo puede comer un postre.

Y ante un emocionado A-Ying una charola con palitos de tanghulu brillo como un tesoro.

Yu Ziyuan siempre lo recordaría.

A Fengxing le gustaba mucho el tanghulu.

Era su postre preferido sobre todos y una de las razones por las que le gustó tanto Meishan Yu cuando la llevó al festival del dragón. Mirar a Hua Fengxing en ese tiempo con cada mano llena de esos palitos comiendo felizmente fue una imagen demasiado adorable para su corazón.

Lo suficiente para que cada que se encontraran ella buscara comprarle y hacerle tantos como deseaba.

Por eso deseaba hacer esto también para A-Ying.

―¡Es tanghulu! ¡Muchos palitos de tanghulu!

Y al parecer había acertado en su decisión.

―Hmn, es tanghulu. Solo para ti, disfrútalo.

Acariciando su cabeza Yu Ziyuan recibió una hermosa sonrisa. La leche y la miel eran tan dulce como las flores que tuvieron que ser camufladas por su supervivencia.

Y solo eso fue suficiente para saber que quería proteger esa sonrisa con todo su ser.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Viajando en el carruaje con A-Ying en brazos Yu Ziyuan miraba el exterior sabiendo que Suibian no le quitaba los ojos de encima.

Tenía claro que en algún momento tendrían que hablar.

Y ese momento llegó cuando la calmada respiración de A-Ying recostado sobre su pecho demostró que estaba dormido.

―A-Yuan.

―¿Sabías sobre él?

―No en realidad. Sospechaba de la posibilidad de que Hua Fengxing pudiera estar embarazada, por ello convencí a Wei Changze de buscarla y fingir ser el padre por si existía un niño o solo ser nuestra conexión con ella en su viaje a la Montaña Divina. Sin embargo, cuando le pregunté en todas esas cartas ella jamás quiso decirme la verdad.

La voz de Fengxing llegó como un susurro a Yu Ziyuan.

―Tenía miedo, baobei. Tenía miedo de que esa persona que mandó esa carta de advertencia pudiera dar con mis cartas, interceptarlas y descubrir la existencia de nuestro bebé.

―… Está bien, ahora A-Ying está con nosotros. Eso es lo importante. Le hice una promesa a Fengxing y no pienso romperla.

―¿Qué es lo que estas planeando ahora?

―Hmn.

―Te conozco, sé lo que hay en tus ojos ahora. Esa es tu mirada cuando estas planeando algo… ¿Qué es lo que harás ahora?

―Primero debo hablar con Fengmian. No puedo escapar de esto. Quiero tomar la responsabilidad con todo lo que implica.

―No puedes ponerle tu apellido aún. Tú sabes que mientras Wen Ruohan sea el emperador revelar la existencia de este niño sería como ofrecerlo como sacrificio. El Wen Ruohan de ahora no es el mismo de antes, algo cambió ahí y mientras esa mujer siga estando a su lado y ese tipo no quiera confiar en Hensheng él no puede ayudarnos a descubrir que pasó.

―Lo sé. Es por eso que he tomado una decisión.

El ceño de Yu Ziyuan se frunció. Las flores de loto crecieron junto al bosque de palisandros fuertes e indomables como las rosas violetas que crecieron y florecieron junto a las jacarandas formando una protección para Wei Ying.

―Si no podemos secuestrar a Wen Ruohan para extraerle el Gen Dominante y tomar el trono por las buenas sin derramar sangre… Yunmeng Jiang se unirá a la campaña para derrotar al Sol.

 

 

Gracias)

 

 

El nombre de Dongxing(Luo Dongxing/Luo Suibian) significa estrella del este.

La estrella del este es mejor conocida como la estrella Sirius.

Sirio, o Sirius en su denominación latina, es el nombre propio de la estrella Alfa Canis Maioris (α CMa, también Alfa Canis Majoris), la más brillante de todo el cielo nocturno vista desde la Tierra, situada en la constelación del hemisferio celeste sur Canis Maior.

Esta estrella tan notable, que es en realidad una estrella binaria, es muy conocida desde la antigüedad; por ejemplo, en el Antiguo Egipto, la salida heliaca de Sirio marcaba la época de las inundaciones del Nilo,12 y ha estado presente en civilizaciones tan dispares como la griega, la maya y la polinesia. En ocasiones, y coloquialmente, Sirio es llamada «Estrella Perro» a raíz de la constelación a la que pertenece.

Según el campo de la astrología Sirius concede honores, renombre, ardor, riqueza, suerte y fama. Hace a la persona fiel, devota, apasionada y con resentimiento.

 

 

PEQUEÑO TEATRO DEL DRAGÓN

La Sombra y el Lobo.

 

*Sombra sin nombre haciendo uso de una pose pensativa después de la información recientemente obtenida*

S: No hay duda, esta criatura que parece un Huli Jing disfrazado de lobo es sin duda un perro… ¡pero en realidad me cae bien! Conozcamos más a este perro.

WXX: ¡Ok :D!

Pensamientos malvados de la sombra sin nombre: (Veamos que tanto podemos robar su corazón, capaz y logramos que nos de la pata como un buen chico >:) )

 

*Sombra sin nombre encontrándose cara a cara con Suibian*

Sombra: Así que eres una estrella perro, es algo curioso pero eres el primer canino que me cae bien desde que desperté. Llevémonos bien, Shizun.

Suibian: … ¿Tú quién eres?

 

 

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

Los secretos que rodean a A-Ying y el emperador oculta lentamente van rebelándose a través de una sombra presente que mira atento mientras el sol esta mirando. Las verdades detrás de las personas que A-Ying va conociendo van abriéndose camino como memorias que A-Ying siente propias.

¿Qué piensan que le espera a A-Ying ahora?

¿Qué será esa sombra que le acompaña?

¿Qué habrá querido decir con esas palabras sobre Suibian y Yu Ziyuan?

Agradeciendo infinitamente sus votos, comentarios, todo el amor, apoyo y la paciente espera que la han dado a este proyecto, me despido.

¡Nos vemos dentro de tres semanas!

¡Gracias por leer!

Chapter 31: CAPÍTULO 18: DECISIÓN

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

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Yu Ziyuan estaba bastante molesta.

Caminando por los pasillos del Palacio Violeta la alfa se abrió paso. Las túnicas púrpura se ondearon con el viento junto a su hermoso cabello negro y las piezas de plata de la corona que había tenido que volver a poner en su lugar junto a su corona de cuentas Conexión Espiritual, cuando Sandu tocó la puerta para informarle que los ancianos del concejo se habían enterado de lo que había hecho.

Esos ancianos.

La habían sacado del nido familiar junto a Fengmian para hablar. Frotando con su pulgar el anillo de Zi-Dian la mujer se preguntó que tanto toleraría sus estupideces esta vez.

Tomando de la mano a Jiang Fengmian, Yu Ziyuan los llevó hasta la sala del trono.

Soltando por un momento la mano de Jiang Fengmian la Reina abrió las puertas con ambas manos importándole poco el terror de los guardias que las cuidaban o el ruido que había causado ante el impacto.

Tan pronto los ancianos y sirvientes notaron la presencia de Yu Ziyuan el ambiente se volvió tan tenso como el bosque de palisandro, el muelle de flores de loto violetas y los rosales violetas que se abrieron paso en el salón del trono dejando en claro su dominio.

―¡Estos saludan a sus Majestades!

Importándole poco las voces de los ancianos, Yu Ziyuan extendió su mano hacia su esposo. Jiang Fengmian colocó su diestra sobre la fría palma blanca permitiendo que la alfa le llevara por el salón hasta llegar al trono de Fengmian en donde le ayudó a sentarse sujetando la larga capa real acomodándola a un lado.

Después de dejar a la Reina Jiang en su lugar, Yu Ziyuan caminó hacia su trono, y con un solo movimiento de su diestra agitó la capa del Rey y sus propias mangas tomando asiento ante los ancianos.

Sus piernas se cruzaron, su diestra se posó sobre la rodilla derecha, el hermoso anillo Zi-Dian brilló como una amatista a punto de golpear con mil rayos la tierra. Su brazo izquierdo recargado sobre su codo, su hermoso rostro fue sostenido por sus nudillos y los brillantes ojos violetas miraron fríamente a los ancianos antes de hablar.

―Puede esta reina saber que es tan importante para que interrumpan un momento familiar importante.

Uno de los ancianos habló:―Majestad, estos se han enterado que ha traído un niño alfa al reino. Mas en específico al palacio y usted y la reina han decidido adoptarlo.

―Así es. Este niño, Wuxian, quiero que recuerden bien su nombre, porque Wuxian será a partir de ahora el Tercer Príncipe Jiang.

El terror se sembró en los rostros de los ancianos.

―Pero mi Rey, ese niño… si se apellida Wei significa que tiene un origen humilde. Un cachorro humilde no puede ser un príncipe aun si es un alfa.

―Es cierto, no hay ninguna sangre noble en él.

―¿Wei no era el apellido de… ese muchacho?

―Eso no puede ser.

―Pero aunque porte el apellido del clan ancestral Wei debemos recordar que ese apellido no fue heredado por sangre, fue algo que el inmortal Polilla de Oro le dio cuando lo trajo de las calles para ser un discípulo porque vio un poco de talento en él.

―El talento no es suficiente para que pueda ser considerado a la altura de la sangre divina de la realeza.

Las flores de Yu Ziyuan se extendieron con violencia, los palisandros crecieron apuntando sus ramas a los ancianos, las rosas florecieron junto con las espinas y la molestia en el rostro de Yu Ziyuan fue notable. Su ceño se frunció y sus ojos brillaron fríamente. Haciendo que las bocas de los ancianos se cerraran de inmediato.

—Creo que no han entendido en absoluto mis palabras. No estoy preguntando si están a favor de la decisión que Fengmian y yo hemos tomado. Les estoy avisando de una vez que ese niño ahora es un príncipe de Yunmeng Jiang, uno de los Tres Orgullos de Muelle de Lotos.

—Pero mi Rey.

—¡Pero nada! Desde el momento en que el Rey Jiang anterior me dio su puesto también me cedió autoridad. Y aunque estúpidamente he accedido en algunas de sus peticiones, en este caso y a partir de ahora las cosas serán como mi Reina y yo hemos decidido que sean. Ni más ni menos.

Los ancianos se miraron entre ellos, los murmullos se volvieron evidentes y entonces las miradas de todos pasaron al más viejo de los ancianos. El mismo que miraba fríamente a Yu Ziyuan, tal como la mujer lo miraba a él.

—Su Majestad. Ese niño… es hijo de la Princesa de la Montaña Divina, ¿No es así? ¿Es hijo de Cangse Sanren?

—Lo es.

—Entonces este anciano no entiende. Si ese cachorro es hijo de Cangse Sanren con ese sirviente, ¿Por qué mi Rey está convirtiendo a un simple plebeyo en un príncipe el mismo día que llegó aquí?

—¿A dónde quiere llegar, Anciano Jiang? ¿Qué estás intentando decir?

—Ese niño es suyo, ¿no es así, majestad? Ese niño, Wei Wuxian es tu hijo.

La tensión en la sala creció, el aspecto frío de Yu Ziyuan se mantuvo imperturbable.

Hasta que una sonrisa arrogante decoró sus labios junto a un ceño fruncido.

—Y si fuera así, ¿Qué?

La sorpresa en los ancianos fue claramente visible.

Que declaración más descarada. Que desvergonzada se había vuelto Yu Ziyuan.

—Ese cachorro, su Majestad, si los rumores de hace más de cuatro años son ciertos significa que el niño es más grande que el joven príncipe Jiang Wanyin.

La angustia brotó en las flores de loto de Jiang Fengmian, Yu Ziyuan sostuvo su mano hasta que sus miradas se encontraron. Un asentimiento fue suficiente para que Jiang Fengmian comprendiera el mensaje.

—Si mi suposición no es una mentira y ese niño es el mayor de los hijos de su Majestad, entonces por derecho su Alteza Real Wuxian es el verdadero heredero del trono de Yunmeng Jiang.

Las exclamaciones de sorpresa no se hicieron esperar, los ojos del anciano no se apartaron de Yu Ziyuan, buscando hacerla aceptar eso.

Sin embargo, Yu Ziyuan no se inmutó.

Con elegancia, Yu Ziyuan se mantuvo en su lugar mirando al anciano como si solo fuera una diminuta hormiga dentro de su juego de ajedrez. Un frágil insecto a la deriva, tan cerca de ser aplastado por sus piezas.

Y con voz tranquila Yu Ziyuan habló.

—Supongamos que tienes razón.―Los ancianos pasaron su vista a la Reina Yu.—Imaginemos que tu teoría sin sentido es verdad. Wei Wuxian es mi hijo, mi primogénito alfa, bien. Mi primer hijo alfa es Wuxian. Sin embargo, has olvidado algo muy importante en el acuerdo que mi madre y los reyes Jiang hicieron.

—¿Qué cosa?

—El primer hijo alfa que le di al reino de Yunmeng Jiang fue Jiang Wanyin. Por lo tanto él es el príncipe heredero del Trono de Loto y nada de eso cambiará dicha verdad. Ni siquiera si tuviera un hijo que no ofrecí a Yunmeng Jiang cómo heredero.

—Su Majestad. La princesa de la Montaña Divina tiene un linaje superior a cualquiera, eso solo significa que el niño es más fuerte que el príncipe heredero.

—Aun si fuera así, si esa teoría tuya es cierta yo no me involucraría con ella sin casarnos antes como lo indica la ley. El compañero omega pertenece a la familia con la que se casa, lo mismo pasa con los hijos de dicha unión. Y yo no recuerdo haberme casado con ella en Yunmeng Jiang ni bajo las leyes de Yunmeng Jiang.

—¡Mi Rey!

—Por lo tanto, si tuvieras razón ella y yo nos casaríamos bajo las reglas Yu y ella pertenecería a la casa Yu al igual que el niño a pesar de ser la Máxima Consorte Real. Y siguiendo la tradición de mi clan Wuxian sería el verdadero y único Príncipe Heredero del Trono de Meishan Yu. No de Yunmeng Jiang. El futuro Señor de las Bestias. Yu Wuxian.

El anciano frunció el rostro con molestia, a Yu Ziyuan no le importó.

Había escuchado a estos tipos demasiado tiempo. Era hora de que las cosas cambiaran.

Incluso si tenía que pelear con ellos no permitiría que le quitaran el trono que le correspondía a Jiang Cheng.

Jiang Wanyin sería el honorable Rey de Yunmeng Jiang.

Yu Wuxian sería el honorable Rey de Meishan Yu. Quién ya no tendría que fingir ante todos ser un clan común.

Así sería y Yu Ziyuan se encargaría de ello aún si no le gustaba que su madre tuviera contacto con A-Ying.

―Entonces… ¿es por eso que la Líder del Clan Yu no ha exigido a Jiang Cheng como heredero? ¿Ella ya sabía que usted y la Princesa de la Montaña Divina habían traído a su primogénito?

―Puede ser o tal vez no, después de todo no vivo en la cabeza de mi madre. No puedo saber que está pensando.

Pero primero tenía que arreglar ciertas cosas.

—Sin embargo, si hablamos de Yunmeng Jiang la adopción ya fue hecha. Tengas razón o no respecto al futuro de Wuxian él será el Tercer Príncipe Jiang y cuando él crezca y su hermano herede el Trono de Loto él tomará el camino más adecuado para él. Pero nunca será el Rey Jiang.

―Pero su Majestad-

―¡Pero nada! He dado una orden y a quien encuentre menospreciando a mi Jiang Wanyin, la sangre de mi reina o comparando a mis príncipes los castigaré personalmente sin importarme de quien se trate. ¿Lo han entendido?

―…

―¡Pregunte si lo han entendido!

―… Sí, su Majestad.

―Bien. Entonces que así sea.

Cuando aquella conversación terminó, Yu Ziyuan se sentía frustrada.

Sabía que los ancianos no cederían tan fácilmente, pero no planeaba rendirse.

Ella era el Rey de Yunmeng Jiang, su voz era ley en estas tierras y nadie tenía derecho a ir contra sus deseos sobre el patrimonio que cedería a sus hijos.

Colocando sus manos en los hombros de Fengmian, Yu Ziyuan hizo una promesa.

—No tienes que preocuparte, me encargaré que esos ancianos no molesten a A-Cheng y A-Xian. Todo estará bien.

Jiang Fengmian no pudo evitar mirarle con preocupación.

—¿Y tú? ¿Tú estarás bien?

Yu Ziyuan no tenía una respuesta para eso, pero debía ser fuerte.

Un rey debe proteger a su gente. Un alfa debe cuidar a su familia.

Se sentía cansada, sabía que era natural. Incluso si la gente pensaba que era perfecta no era así. Pero Yu Ziyuan debía asegurarse de que Fengmian confiara en sus palabras.

—No te preocupes, estaré bien.

—Solo prométeme que cuando sea demasiado descansarás y nos buscarás. Los alfas también necesitan nidos. Las impresionantes alfas Yu no son la excepción.

—Lo prometo.

Jiang Fengmian no sabía si creerle, pero no quería desconfiar de Yu Ziyuan. Ella nunca le mentía, sus ojos ahora no parecían hacerlo, así que creyó en ella.

Con sus manos entrelazadas, se encaminaron hacia la oficina de Suibian para hablar del asunto.

Cuando Yu Ziyuan y Jiang Fengmian abrieron la puerta la imagen de Suibian esperándolos de pie frente a la chimenea fue lo primero que encontraron.

―¿Los niños?

―Ya están en el nido.

―¿Las marcas?

―Ya están hechas. Yo me encargue de ello.―Dijo Jiang Fengmian, asegurando que ninguno de los tres había notado que las dos marcas eran de Fengmian.

—Bien. Entonces tenemos que hablar de A-Ying.

Rápidamente el guardián cerró las puertas del lugar junto con las ventanas. Talismanes anti ruido fueron colocados sobre las puertas y ventanas, asegurándose así que nadie más iba a escuchar lo que en esa habitación iban a hablar.

Yu Ziyuan comenzó.—Los ancianos del concejo ya saben que traje al palacio a A-Xian. El anciano mayor sospecha que A-Ying es mi hijo y quiere hacerlo el príncipe heredero. Claramente le dije que eso no va a pasar, aunque no entiendo porque no puedo decir que él es mi hijo.

—A-Yuan tiene razón. Si A-Xian es su hijo, ¿por qué no podemos decir la verdad?

Entonces Suibian habló.

—El verdadero problema no es si es su hijo, nuestro problema principal es que si decimos la verdad de A-Ying tendremos que revelar el acta de matrimonio que certifica a Hua Fengxing como la Máxima Consorte Hua. La esposa legítima de Yu Ziyuan.

Suibian frunció el ceño.

―Y si realmente Wen Ruohan ya está enterado del Gen Dominante cómo esa carta aseguraba, entonces las cosas empeorarán para A-Xian. Porque ese tipo sabrá que él es el dominante que puede quitarle el trono.

Yu Ziyuan no pudo evitar sentir la frustración apoderándose de su corazón.

—¡Pero él es mi hijo, ¿Por qué tengo que permitir que viva con un apellido que no es el suyo?! Que viva con una identidad que no es la suya. ¡Él es un Yu, no un Wei! ¡Mi hijo! No quiero que él piense que me avergüenzo de su existencia cuando jamás seria así.

Suibian lo sabía. Los Yu eran demasiado posesivos con sus crías. La idea de que su cachorro no pudiera conocer el parentesco entre ambos y aprender a sentirse orgulloso de ser un Yu era muy doloroso para A-Yuan.

—A-Yuan tiene razón. Entre más tiempo pase sin saber la verdad, será más complicado que entienda porque le mentimos.

—No quiero que él me odie por algo como esto. Al menos déjame contarle la verdad a él. A nuestros hijos. Incluso si tenemos que enseñarles a guardar el secreto quiero que sepan que A-Xian es su hermano de sangre. Que él es mío.―la frustración era notable en Yu Ziyuan. Hua Fengxing podía ver las lágrimas que no se permitía llorar en sus ojos.

El alma de Hua Fengxing se abrazó al brazo de Yu Ziyuan lamentando con frustración no poder perfumarla en ese momento.

Lamentando no estar viva junto a su marido.

―Lo sé. Sé que quieren que al menos los niños lo sepan, pero ellos aún son muy pequeños para entender lo que está pasando ahora mismo.

Ni siquiera Suibian podía comprender tantas cosas.

―No estamos hablando de cualquier persona, A-Ying es el Hijo del Cielo, el heredero legitimo del Trono del Dragón. Esto es mucho más grande de lo que los niños podrían comprender… y algo así será un peso muy grande para entender para A-Ying.  

Jiang Fengmian y Yu Ziyuan se miraron entre ellos.

Ciertamente era demasiado complicado explicarles eso a los niños, pero…

Con gentileza Suibian posó una mano sobre los hombros de ambos.

―Sé que no quieren mentirles, pero debemos hacer todo lo necesario para protegerlo. Incluso si eso significa mentirle. Al menos hasta que podamos arreglar todo.

―¿Qué haremos entonces sobre la apariencia de A-Xian? No importa si aun es pequeño, él al igual que A-Cheng tiene los ojos de A-Yuan. Aun si heredó la sonrisa de Fengxing cuando crezca será la imagen viviente de su Muqin. ¿Qué haremos con ello?

―Yo me encargaré… puedo hacer un talismán especial para hacer que parezca que tiene los ojos de Cangse Sanren y es su imagen viviente. Solo nosotros tres podremos ver su verdadera apariencia, a lo mucho su alma destinada. Pero es muy temprano para hablar de eso.

Después de todo, solo las parejas destinadas aun con mil hechizos escondiendo el verdadero rostro, la voz o el aroma de alguien podían ver, escuchar y olfatear la verdadera cara de su destinado.

―Entonces solo queda una opción.―Gris y violeta se encontraron, era algo que no querían considerar, pero las circunstancias requerían medidas desesperadas.

―Yunmeng Jiang entrara al plan de derrocar a Wen Ruohan de los demás clanes.

―Fengmian, Ziyuan. Hacer algo como eso es demasiado arriesgado. El Wen Ruohan que está en el trono ahora no es el mismo que ustedes conocieron hace unos años atrás.

―Precisamente porque no es el mismo que esto es tan sospechoso. Hay algo dentro de mi corazón que lo odia demasiado desde el comienzo sin que pueda entenderlo, ahora mismo ese odio ha crecido de forma imperdonable por lo que le hizo a Fengxing. Pero aunque desearía matarlo con mis propias manos y darle el peor de los castigos que no implican una muerte rápida, la forma en la que se han dado las cosas y su propio aroma me hace sentir que hay mucho más en esto de lo que creemos.

―A-Yuan tiene razón, todo esto es demasiado extraño, un sinsentido. Pero aunque también lo odio demasiado por lo que le hizo a Changze y jamás lo perdonaré, si queremos proteger a nuestros hijos no tenemos otra opción más que buscar la verdad de raíz para poder derrocarlo.

―Si realmente A-Ying es el Hijo del Cielo eso significa que su instinto como dominante en algún momento lo incitara a matar a Wen Ruohan. Debemos evitar que eso pase. No quiero que mi hijo tenga que recurrir a ese método para sobrevivir.

Suibian peinó sus cabellos con frustración.

Él tampoco había querido que algo como esto pasara.

En el pasado Suibian había sido demasiado tonto y confiado, pensando que había una manera de sacar a Wen Ruohan de ese palacio, quitarle el Gen Dominante y llevarlo a un lugar diferente paraque pudiera vivir una vida pacífica con Lan Qiren lejos de Buyetian si realmente era inocente de lo que le estaba pasando y podían salvar su mente.

Pero ahora que había matado a Hua Fengxing y Wei Changze.

Ahora que ese hijo de perra se había atrevido a meterse con uno de sus discípulos, uno de los niños que crio y la hija del Tío Hua y el Tío Xie…

Suibian no sabía si podría perdonarlo alguna vez.

Pero Suibian no debía dejarse llevar por sus sentimientos personales respecto a ese tipo.

Piensa, piensa.

Necesitaba aclarar su cabeza, ahora mismo o podía ser impulsivo.

A-Yuan tenía razón. Si se unían a los clanes podrían encontrar una manera de sacar al emperador de su palacio y lejos de las manos Wen el mismo Suibian podría hacer la extracción del Gen Dominante. Asegurando así evitar el colapso del mundo, pero sobre todo cumplir con lo que se había deseado hacer hace casi doscientos años atrás.

Coronar al verdadero y único Hijo del Cielo. Permitiendo así que por fin los guardianes dorados pudieran cumplir su deber de educarlo en un mejor emperador de los que este mundo había conocido de la sangre Wen.

Pero había ciertas cosas que le preocupaban.

El primero de todos era esa maldita creatura que habitaba en los Túmulos Funerarios. Su apetito aumentaba como el resentimiento a su alrededor. Su verdadera naturaleza aún era algo tan desconocido como porque demonios había despertado en primer lugar.

Lo siguiente era la extraña desaparición de bestias ancestrales por años y como de la nada comenzaron a emerger nuevamente. El número de Huli Jings en Yunmeng Jiang había aumentado de golpe en el último año. Una muestra de ello eran los Huli Jing de ese restaurant en donde llevaron A A-Ying. Esa mujer que era la dueña sin duda era un Huli Jing demasiado antiguo para no considerarlo algo llamativo.

Y luego estaba el Monte TongLu y sus extrañas reacciones en los últimos años.

Todo eso parecería como algo normal para algunos que no vivieran cerca de Hubei, incluso algunos de la región podrían verlo como algo común. Pero Suibian no podía hacerlo.

Porque si pensaba en todo en conjunto solo podía unirlo con algo en especial.

La tormenta eléctrica, el temblor y la lluvia de estrellas de ese 31 de Octubre hace casi cinco años atrás.

¿Acaso ese día… había nacido A-Ying?

Si el 31 de Octubre fuera un día común y lo único que coincidía con la historia, Suibian no se preocuparía tanto.

Pero esa no era la única coincidencia.

Había una vieja leyenda de los Yu que veía ese día como algo especial, la misma que tenía que ver con muchos aspectos y uno de ellos era el Festival del Dragón, el mismo que terminaba el último día celebrando el aniversario de la fecha del nacimiento de su Patriarca, el primer verdadero Señor de las Bestias.

El famoso Yu Laoying.

Suibian odiaba hacer caso a esas leyendas y pensar que en este mundo no existían las coincidencias. Pero era demasiado para que no pensara que aquí había algo demasiado extraño.

Algo que le preocupaba.

Meishan Yu.

Ese clan siempre había esperado, fingiendo ser solo un clan común y corriente. Moviéndose entre las sombras desde hace tanto tiempo, mucho antes de que su Bába viniera a este mundo.

Un dominante.

Si ese niño era un dominante nacido de la sangre directa del Loto Violeta de Meishan Yu y la Princesa de la Montaña Divina nacida por la Semilla de Flor del Rocío del Sol y la Luna con el Gen Dominante en su útero.

Suibian no era un tonto, siempre había notado las sospechas de su padre sobre quienes se volvieron sus aliados por Purificación Instintiva, los mismos que le ayudaron a dejar debilitado al recién ejercito Wen para permitir que los reinos florecieran.

Pero si A-Yuan llevaba a A-Ying a Meishan Yu y lo presentaba formalmente, incluso sus hechizos limitadores no evitarían que esas personas notaran que A-Ying era un Yu. Había preparado todo para que el futuro hijo alfa de Yu Ziyuan y Hua Fengxing se volviera el rey de Meishan Yu, pero…

Pero era demasiado pronto.

Todo esto se había salido de control, era demasiado pronto, antes de que siquiera pudiera entender que eran en realidad los Yu en Hijo del Cielo ya estaba aquí. Mucho antes de que pudiera comprender las verdaderas intenciones de los Yu sobre este mundo si su famosa leyenda no resultaba ser un maldito cuento de hadas.

Y si Suibian era sincero, el aroma de ese niño. Su esencia que era igual que la de Yu…

Olía más fuerte que en cualquier Yu que había conocido.

El aroma de mil bestias y a la vez el aroma de una sola bestia.

Ni su A-Die ni él habían logrado descubrir realmente porque los Yu olían a algo que no le recordaba a ninguna especie viviente en este mundo. No eran peligrosos, algo dentro de ellos confiaba plenamente en los Yu.

Pero había algo más en A-Ying, algo que le preocupaba y le hacía sentir muy incómodo.

Era como si…

Como si aparte del dulce niño tímido que se aferraba a Yu Ziyuan hubiera algo más.

Como si “algo” más estuviera ahí.

Algo que no podía ver, que no podía oler, pero sabía que estaba ahí. De pie frente a ellos todo el tiempo. Detrás de A-Ying como si fuera una sombra expectante ante cada movimiento. Como si fuera un dios que les analizaba en silencio con una brillante sonrisa que mostraba que sabía todos sus secretos.

Y una que no dejaba de mirarlo.

Aun si no podía verlo podía sentir la mirada de ese “algo”.

Y eso era algo que le preocupaba.

¿Qué demonios estaba siguiendo A-Ying para que Suibian no pudiera verlo por sí mismo?

¿Qué era en realidad ese niño?

¿Realmente podrían controlar el instinto de ese cachorro?

¿Siquiera podía considerarse humano?

A quien carajos quería engañar.

Wuxian no era un ser humano, nada en él lo era. Así como en Wanyin y Yanli no había algo humano más que un cascarón que un día se rompería cuando los Yu rompieran su maldición, Wuxian era algo tan incomprensible para este mundo como lo era la misma Yu Ziyuan.

No importaba si había un caparazón, no importaba si esa especie había sido maldecida. Suibian lo sabía y era consciente que no tenía muchas opciones.

Tenía que descubrirlo.

Debía descubrir qué demonios estaba pasando en realidad.

―Está bien. Si vamos a entrar a ese plan entonces también debemos informarles a Zidian y Sandu. No podemos decirles que A-Ying es el Hijo del Cielo, pero si debemos prepararlos para la guerra fría que se avecina.

Los reyes estuvieron de acuerdo con ello. Suibian salió de aquella oficina con el mundo cayéndose sobre sus hombros y el temor por el futuro golpeando su conciencia.

El Hijo del Cielo.

Después de años y años de espera el Hijo del Cielo que estaba esperando aun por fin había aparecido, pero no de la manera que quería ni la más apropiada.

Luo Suibian se abrió paso por los grandes pasillos oscuros de aquel palacio. Las linternas apenas y podían iluminar su figura. Era como si un fantasma caminara sin rumbo mientras su cabeza era un lío al igual que sus emociones.

El Hijo del Cielo.

Yu Laoying.

¿Por qué demonios había tantas coincidencias?

¿Por qué esos Huli Jings aparecieron?

¿Por qué precisamente esos Huli Jings que un día siguieron a Yu WeiXi seguían al pequeño Wuxian?

No lo sabía, no sabía absolutamente nada, pero la forma en que los hechos se estaban uniendo estaba aterrándolo de una forma inexplicable.

Tanto como la sensación de ser espiado a través de las paredes ante cada paso que daba.

Como si algo en ese niño…

Supiera quien era él en realidad.

―Suibian.

La llamada de Zidian lo sacó de su cabeza de inmediato.

Luo Suibian giró sobre sus talones para encontrarse con el guardián, la capa del jefe de los guardianes de Yunmeng se ondeó ante sus movimientos. Las hermosas túnicas púrpura fueron decoradas con el dorado de la luz de la linterna al igual que los cabellos borgoña.

Con preocupación Zidian se acercó a él.―Por los dioses, ¿Qué demonios pasa con tu cara? Te ves como si hubieras visto a un muerto merodeando por aquí.

Suibian no pudo evitar reír.

No lo sé, tal veces porque existe la posibilidad que sea algo así.

Muertos reencarnados de Meishan Yu, era lo que menos necesitaba en momentos como estos.

―Solo son ideas tuyas. Estoy bien.

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

El día había llegado.

Yu Ziyuan lo supo tan pronto como despertó. Sus túnicas ya estaban listas para ser vestidas. Su corazón ya se había preparado para enfrentarse a esa mujer.

―A-Ying, es hora de despertar.

Aunque había costado hacer despertar a A-Ying, Yu Ziyuan logró bañarlo y cambiarlo con las mejores túnicas que le había mandado a hacer al igual que la pequeña corona de plata que ahora decoraba su moño alto hasta que cumpliera diez años. Cuando seria presentado ante la corte Jiang.

Caminando junto a Yu Ziyuan sosteniendo la mano de su pequeña princesa, Jiang Fengmian miró atentamente a Yu Ziyuan.

Para cualquiera que no la conociera aquella mujer podría verse tan fría e inflexible como siempre.

Para Jiang Fengmian que si sabía cómo era Yu Ziyuan se veía bastante nerviosa.

Aunque sostenía con firmeza a A-Ying y A-Cheng, la Reina Yu parecía que estaba a punto de enfrentar una sangrienta guerra contra la alfa que era su madre.

No era para menos, Jiang Fengmian sabía que las cosas entre ellas jamás habían mejorado ni a pesar de que Yu Huitou parecía haber cambiado un poco cuando los niños nacieron. Después de todo, a pesar de que parecía querer a sus hijos, Yu Ziyuan no podía perdonarla por haber alejado a Fengxing de su lado.

No obstante, aunque no podía perdonar a su madre, Yu Ziyuan ya había tomado su decisión y para asegurar el futuro de A-Ying tenía que hablar con Yu Huitou.

Y cuando las puertas del salón se abrieron dos mujeres con un rostro bastante similar se miraron seriamente.

―¡Abuela!

A-Li y A-Cheng corrieron hacia su abuela, quien les recibió con cálidas palmadas sobre su cabeza y el aroma de sus flores de loto fluyendo hacia los niños.

Yu Ziyuan mantuvo entre sus brazos a A-Ying, mirando atentamente la reacción de A-Ying ante el aroma de Yu Huitou. La forma en la que su nariz se movió una y otra vez ante ese toque familiar y se preguntó si su hijo podía saberlo.

Si era capaz de notar las diferencias entre los Yu y la gente del exterior.

Cuando los saludos a los herederos Jiang terminaron Yu Huitou avanzó hasta Yu Ziyuan.  La misma que le vio fríamente antes de pasar su mirada gentil a A-Ying y explicarle quien era esa persona a la que terriblemente se parecía tanto.

―A-Ying, esta persona es el Rey de Meishan Yu, la Líder del Clan Yu. El lugar de donde yo provengo. Su nombre es Yu Huitou y ella es… mi madre.

A-Ying la vio tímidamente antes de saludar.

―Ho-hola.

―Muqin, él es A-Ying. Nombre de cortesía Wuxian.

Los ojos de Yu Huitou miraron con sorpresa el parecido que ese cachorro tenía con Cangse Sanren y su hija. Los mismos rasgos que había heredado de la sangre de XianLe descansaban en ese rostro tan joven y hermoso. Pero esos ojos, esa forma.

Eran sin duda los ojos de Yu Ziyuan.

La sonrisa de Hua Fengxing, los ojos de Yu Ziyuan.

Su nariz olfateó atentamente, aun con ese hechizo de camuflaje sobre su aroma Yu Huitou pudo detectar el claro aroma a flores de loto de Meishan Yu y sobre todo, en esos ojos que podían cambiar entre gris plata a carbón intenso dependiendo sus emociones vio la herencia de su sangre.

Un Yu.

El Hijo del Cielo era un Yu.

Y Yu Huitou no pudo más que temer ante la realidad posada ante sus ojos.

El Hijo del Cielo. El príncipe del Clan de las Bestias destinado a gobernar sobre el Trono del Dragón. El retoño que era el heredero digno de poseer el trono de Meishan Yu y proteger a YuZhong tal como siempre deseo a través de esa sangre divina. Aquel que con la voz podría abrir los cielos, hacer caer de rodillas a los humanos y ser coronado por el mismo Señor de la Capital Celestial en persona.

Este niño.

Ese cachorro que había temido tanto que viniera al mundo si su hija y Cangse Sanren se unían en cuerpo y carne a través del apareamiento.

Ese mismo que cumplía con la regla más sagrada de su propia gente.

Eran las tres.

El hijo de un Loto Violeta de Meishan Yu, un varón alfa y uno que era… un dominante.

Cumplía con las tres normas.

Y Yu Huitou no pudo evitar pensar en la única persona del mundo exterior que supo esto y la misma que seguramente había estado detrás de todo.

Shen Qingqiu.

¿Ese doctor de verdad se había atrevido a buscarlo todos estos años?

 

―¿A dónde más iría? Voy a preparar una maldita boda.

 

No, espera. Ese guardián también podría estar involucrado en todo esto.

Esto no era bueno.

¡En ningún maldito sentido era bueno!

No porque no fuera lo que su mismo clan buscó durante años, sino porque existía la posibilidad…

De que ese quiebre antes de que él muriera en su primera vida aún no se había resuelto para su reencarnación.

Pero Yu Huitou lo sabía, la tierra y el viento se lo decían. Este niño más allá de quien fue seguía teniendo el mismo corazón inocente que tuvo desde el comienzo de todo. Y un corazón puro y mimado que al parecer nuevamente había demostrado que no aceptaría nacer de nuevo si sus padres no eran Yu Yuan y Feng Xing.

El Hijo del Cielo había decidido volver. Aquella alma quisquillosa que no se permitía atrapar por nadie y no aceptaría venir al mundo si no se aplicaban sus condiciones estaba aquí. Las montañas y los cielos pronunciaron su nombre con alegría porque él estaba aquí de vuelta.

El destino es inevitable. Humanos, dioses, demonios o demás. Nade había nacido para cambiar el destino que los ancestros primigenios que vivían en las estrellas ya habían visto mucho antes que ellos. El destino no puede cambiarse, tan solo se puede buscar evitar que se cause el mayor daño posible ante una catástrofe inminente.

Y Yu Huitou, quien había actuado desesperadamente desde el nacimiento de Yu Yuan y su entendimiento de que su pequeño loto era un Loto Violeta de Meishan Yu, temerosa por el futuro de este niño, de su hija había actuado aun sabiendo que sus actos por evitar que ambos sufrieran más de lo que lo harían si no hacia eso, había entendido que este nacimiento fue inevitable desde el comienzo.

Pero al final, a pesar de todo lo que hizo él estaba aquí. Aquel al que habían esperado pacientemente todo ese tiempo. Su amado señor había regresado.

Y Yu Huitou no era nadie para ir en contra de los designios del universo.

―Hmn. Es un placer.

Durante todo el rato que estuvo jugando con los niños Yu Huitou no pudo evitar pensar en aquella información que había recibido con solo olfatear. Mirar como esos tres niños eran tan compatibles entre los tres era bastante sorprendente, como ese niño aunque aún era muy tímido, podía ser tan alegre.

Tan parecido a su Gran Ancestro Yu.

Cuando ese guardián apareció los ojos grises de Yu Huitou miraron fríamente a Suibian. El hombre le regresó la mirada, pero Yu Huitou notó que ese alfa no se dio cuenta de lo que estaba pasando en realidad ante sus ojos.

Claro que no lo haría, él no era un Yu.

Esto era serio.

Tenía que hablar con su hija de inmediato.

Cuando las puertas de la oficina de Yu Ziyuan se cerraron ante ellas ambas alfas se miraron por un momento en completo silencio. Hasta que Yu Huitou no pudo más.

―Es tu hijo.

―Lo es.

―¿Y lo dices con orgullo?

―Es el hijo que la persona que más he amado en mi vida, mi persona destinada por los cielos me ha dado. Si estas a favor de ello o no, sinceramente ya no me importa.

―Yu Ziyuan.

―Yu Huitou.

―¿Cómo pudiste serle infiel a tu propio esposo? Ese cachorro… ¿Cómo crees que será su vida con esa marca ilegítima?

Yu Ziyuan ignoró sus palabras, caminando hasta su escritorio tomó un cilindro de jade que naturalmente parecía esconder un rollo y se lo entregó a Yu Huitou. La mujer lo miró con duda antes de abrirlo o no. Sus ojos pasaron de su hija al rollo, hasta que simplemente lo abrió cuidadosamente y lo que encontró la dejo atónita.

―Yo no soy Jin Guangshan para arruinarle la vida a mi hijo antes de nacer o traicionar a mi esposo como ese desgraciado ya ha traicionado a Meibei varias veces.

Lo sabía.

Yu Ziyuan despreciaba a Jin Guangshan por tratar a su amiga como lo hacía y no poder hacer nada más que escuchar su molestia ante la situación. Por lo tanto mismo sería inconcebible que Yu Ziyuan traicionara a Jiang Fengmian.

Entonces estos solo podía significar…

―Además, ¿Por qué finges que no lo sabes? Fengmian y Suibian me ayudaron preparando todo para el matrimonio, como una tonta pensé que era mejor escuchar tus palabras y no pelear por mis sentimientos por ella. Pero al último momento decidí que no iba a escuchar tus palabras nuevamente.

Yu Ziyuan caminó hacia su escritorio, las túnicas purpura se barrieron por el suelo mientras avanzaba hacia el trono. El mismo que recibió su figura cuando se sentó.

―¿La convirtieron en la Máxima Consorte Real, pero se casaron bajo la bendición de un Lama Yu?

Yu Ziyuan recargó sus codos sobre la mesa, sus manos se entrelazaron frente a su hermoso rostro que mantuvo una expresión serena. Su voz fue neutral y constante como la caída agraciada de un buen vino sobre la copa.

―Así es, ella se ha casado con mi clan, con los Yu. Por lo tanto, aun si no la querías ella se casó con el clan Yu tras casarse con el Loto Violeta de Meishan Yu. Y según el contrato que hiciste con los reyes Jiang cuando firmaste mi compromiso con Jiang Fengmian, mi hijo, A-Ying. Yu Wuxian es… el único y verdadero heredero del trono de Meishan Yu que tanto necesitas.

Y la sonrisa orgullosa de Yu Ziyuan brilló como el golpe de un jaque mate.

El espejismo deslumbrante de aquel zorro con piel de lobo que crio a su hija apareció detrás de Yu Ziyuan, sonriendo triunfante ante la mayor hazaña que había hecho sobre este mundo. Burlándose de Yu Huitou al igual que ese maldito certificado de matrimonio que tenía el sello del guardián Polilla de Oro como testigo.

Lo había hecho.

No solo había criado a Yu Ziyuan con la inteligencia de un zorro que preparó todo meticulosamente para que Yu Huitou nunca más pudiera ir en contra de sus elecciones.

Sino que su influencia había ganado sobre las órdenes y decisiones de Yu Huitou sobre Yu Ziyuan.

Y entonces Yu Huitou entendió por completo las palabras que le dijo ese día.

 

 

―Porque si tú, escúchame muy bien, si te atreves a hacer algo, lo que sea para separarlas la furia de Yu Ziyuan no será la única consecuencia con la que te enfrentarás.

 

 

El guardián nunca le dio una amenaza personal, tan solo un consejo que Yu Huitou no escuchó hasta que era muy tarde.

Había perdido a su hija.

La había perdido desde hacía mucho tiempo, cuando su cruda educación llevada por el miedo al saber el destino de Yu Ziyuan la llevaron a aferrarse más a Suibian que a ella. Como si la sangre entre ellas no fuera nada más que un elemento de negociación para asegurar el futuro de su hijo que un lazo verdadero.

Su hija no le estaba dando la noticia de este hijo suyo como si quisiera compartirle algo personal como Dribrian y Yanbri. No, tan solo estaban hablando de negocios como si el hermoso honor de continuar su linaje solo fueran negocios que buscaban más que beneficiarla a ella o su clan beneficiaria a Wuxian, como solo los humanos de exterior hacían.

Para los Yu esto no había sido un negocio, los hijos eran sagrados, solo aceptaban lazos con otros simplemente porque sentían que estarían a salvo o para evitar un camino trágico en sus destinos.

Las estrellas hacía mucho le habían dicho a Yu Huitou que si su hija no se enlazaba con Jiang Fengmian y era criada en Meishan Yu, encontrarse con la madre de su futuro Señor de las Bestias sería tan inevitable como que Yu Ziyuan muriera en las manos de una bestia que fingía ser un hombre por traer al mundo al mayor enemigo de aquel demonio.

Yu Huitou había buscado evitar eso, había buscado que eso no pasara. Si no se encontraban, si los destinados no se encontraban, Yu Ziyuan que se encontraba en el extremo de Yu que solo podían sentir pasión y amor por su destinado, nunca sufriría por amor. Viviría su vida junto a Jiang Fengmian y el regreso de ese niño esperaría un poco más. Al menos hasta que ese demonio estuviera muerto primero.

Sin embargo, Feng Xing no solo apareció. Sino que aun cuando ella le explicó esto a esa chica Yu Huitou no pudo evitar que el destino que estas dos personas destinadas habían elegido desde su primera vida les acompañara una vez más. Siendo así que nuevamente decidieron traerle al mundo guiadas por su instinto.

Por su deseo de recuperarlo.

Y él había nacido.

Yu Huitou no había logrado nada ignorando aquella verdad. Tan solo había visto como al final no importaba el orden, las piezas del destino siempre encontrarían su camino.

Wuxian.

Tenía un tercer nieto.

Uno que no pudo ver crecer por su arrogancia al dejarse llevar por sus miedos al pensar que aún tenía poder sobre Yu Ziyuan.

La arrogancia era un pecado para los Yu, un gran delito inaceptable.

No importaba si había un precio por ser un Loto Violeta de Meishan Yu, Yu Huitou debió hacer un mejor trabajo y no obsesionarse con buscar una forma de evitarle ese camino, abandonando a su hija cuando era pequeña y los sueños y Reinos Oníricos que no entendía la perseguían.

No debió dejarse llevar por el pensamiento de que si se apegaba cuando la vida de Yu Ziyuan terminara el dolor sería peor.

Porque ese era el precio por las habilidades de un Loto Violeta para un clan longevo maldecido.

Porque los Lotos Violetas de Meishan Yu…  no estaban destinados a vivir más de cuarenta años.

Un tiempo tan efímero para un clan con una esperanza de vida de más de cien años.

Algo tan cruel y doloroso que ahora pesaba más.

Y ahora descubría que Yu Ziyuan le había dado otro nieto.

Uno que pudo ver crecer entre las calles de Meishan Yu aprendiendo como habían formado ese paraíso a través del tiempo y las circunstancias, recordando siempre aquellos gustos de su ancestro en sus costumbres como debía ser. Uno que más que un heredero era un pétalo más del loto que no apreció como debió.

Dolía.

Si era sincera dolía haberse perdido tanto por su miedo ante el destino y lo inevitable.

Después de todo, si Wuxian estaba en este mundo era porque así debían ser las cosas y Yu Huitou no era nadie para ir en contra de los designios del mismo Gran Ancestro Yu Laoying.

Pero Yu Huitou era demasiado orgullosa para decir cómo se sentía en realidad.

Bien. Si las cosas se han dado así entonces que así sea.

No tenía derecho a pensar que las palabras curarían tantos años de abandono. Solo le quedaba esforzarse por proteger a los pétalos de su loto.

―Hua Fengxing… así que ese era su verdadero nombre.

―Hmn, ese es el nombre que aparecerá en la placa que llevaré al Salón Ancestral Yu. Es justo lo que ella merece… Suibian pudo recuperar las cenizas de Wei Changze y Hua Fengxing gracias a la ayuda del guardián Hensheng. Yo… llevaré las cenizas de mi esposa al cementerio de la familia real. Quiero que sean preservadas en la urna que fue hecha para mí. Y cuando yo muera quiero que nuestras cenizas sean esparcidas juntas en el Rio Long.

―… Ya veo. Entonces así será. En cuanto al niño… ¿Ya tiene tu apellido?

―Aun no. Para poder protegerlo Hua Fengxing le dio el apellido de Wei Changze.

―¿Ese muchacho que era guardaespaldas de Jiang Fengmian?

―Así es.

―Tiene sentido, es un apellido que no heredó de sangre al ser un huérfano, fue el guardián Polilla de Oro quien se lo dio cuando lo trajo consigo a Yunmeng. No levantaría sospechas cuando el ultimo verdadero Wei murió hace doscientos años atrás.

―Sin embargo, él es un Yu. Por eso ya estoy trabajando en hacer el certificado que lo identifique en un Yu. Mis Jiabries ya han aceptado testificar como testigos de la boda. También haré una cámara de memoria donde lo acepto como mi hijo legítimo junto a mis Jiabries y si es necesario pediré la ayuda de los tíos y padres de Fengxing para cuando llegue el momento de revelar el certificado.

―¿Cuándo será ese momento?

―Cuando Wen Ruohan sea retirado del Trono y el Trono del Dragón pase a ser propiedad de Yu Ying. Y para crear esa oportunidad he decidido junto a Fengmian entrar a la alianza para Derribar al Sol.

Yu Huitou no pudo evitar el miedo en su corazón.

―¿Sabes que es demasiado peligroso?

―Lo sé, pero es más peligroso dejar que esos dos sigan en este mundo siendo dominantes por más tiempo. Suibian me ha ayudado en investigar una forma de quitarle el Gen Dominante a Wen Ruohan. Pero también está la condición que hiciste cuando firmaste mi compromiso con Fengmian.

Gris y violeta se encontraron por un momento. Yu Ziyuan habló claro.

―Ahora mismo ese heredero que tanto deseas para Meishan Yu está entre mis manos. Si toma esa corona y convierte a Meishan Yu en la Capital de su nuevo imperio es algo que solo yo puedo permitir si así lo deseo. Meishan Yu, Yunmeng Jiang, ¿me pregunto cuál reino será más digno de ser la cabeza del imperio?

―¿Le quitarías el trono a Wanyin para poner a Wuxian ahí?

―No, pero si quieres que permita que el niño sea el heredero al trono de Meishan Yu, las cosas se harán bajo mis propias condiciones.

―¿Cuáles son esas condiciones?

―Primero que nada, Wuxian se criara entre Yunmeng Jiang y Meishan Yu pero con mis hijos, con Fengmian y conmigo. Esta no es una decisión que este tomando por mi esposo. Es algo que ya hablamos claramente y no voy a romper mi promesa de que mi hijo se criara conmigo.

―Bien, que así sea entonces.

―La segunda condición es más clara. Wuxian aprenderá cada una de las costumbres de su sangre Yu. Su lengua, su historia y tradiciones. Pero también aprenderá a vivir su infancia sin imponerle extremas horas de estudio que impidan que su crecimiento y desarrollo se dé naturalmente. Si él quiere aprender más sobre ciertas cosas lo hará. Pero solo si así lo desea.

―Bien. Estoy de acuerdo. 

―Y la más importante. No tienes derecho de imponerle tus ideas. No importa si esa fase tuya con los niños es verdad o una hipocresía. Al igual que cuando te deje convivir con A-Cheng y A-Li te advierto que si descubro que estas molestando o intimidando a mi hijo, nunca más veras a ninguno de ellos y mucho menos entrarás a mi reino otra vez… ¿escuchaste?

La voz de Yu Ziyuan fue tan fría como el hielo, pero su mirada ardía en la advertencia de una bestia que jamás perdonaría a quien intentara lastimar a sus crías.

Yu Huitou lo entendió desde antes de que terminara esas palabras.

―Lo entiendo.

―Perfecto. Entonces pasemos a un tema más serio. La Ceremonia de Presentación Espiritual de A-Ying.

―¿Ya hiciste los análisis?

―Sí. Le he mandado a hacer análisis a A-Ying y los guardianes tan pronto como A-Ying se adaptó al lugar. Ya tengo los resultados, pero si vamos a hacer que él sea el heredero de Meishan Yu comprenderás que necesitamos iniciar con los preparativos.

―¿Quién será el guardián espiritual de Wuxian?

―Aun no te lo diré porque debo resolver unas cosas, pero cuando llegue el día de la ceremonia lo veras por ti misma.

―Como desees. Entonces debo partir para iniciar con los preparativos.

―Bien.

Caminando hacia el escritorio de Yu Ziyuan la Mayor Yu dejó el rollo sobre la mesa. Sus palabras fueron más suaves de lo normal.

―Aunque no lo creas lamento mucho la pérdida de tu consorte. Se que A-Ying crecerá feliz y saludable a tu lado porque eres mucho mejor madre de lo que yo nunca fui. Pero quiero que sepas que más allá de esta alianza política… yo en verdad quiero a mis nietos… y él no va a ser la diferencia.

Los ojos de la Mayor Yu se encontraron con los de su hija. La mirada dura de Yu Ziyuan no cambió. Manteniéndose constante como el flujo del rio amarillo.

Y Yu Huitou sabía que era natural que no cambiara.

La había perdido.

Pero aun quería recuperarla.

Caminando hacia la salida de la oficina Yu Huitou abrió las puertas. El atardecer iluminó su figura. Con una sonrisa orgullosa aseguró.

―Me encargaré de que la ceremonia de A-Ying sea la más hermosa que YuZhong haya visto, tan preciosa como tu hijo merece.

Y sin más se fue.

Yu Ziyuan se mantuvo en su oficina un rato más.

 Un suspiro cansado salió de sus labios. El dolor golpeó su cabeza. Como una espada incrustándose cruelmente sobre ella.

Entonces sus ojos miraron aquel certificado.

Con el mayor cuidado del mundo tomó el rollo. Sus ojos leyeron cada carácter en LongLian hasta que sus ojos se detuvieron en el nombre de Hua Fengxing. Una mariposa plateada entró por la ventana, volando alegremente por aquel lugar hasta posarse sobre el hombro de Yu Ziyuan.

La alfa elevó su mano hacia la mariposa que voló y se posó dulcemente sobre su índice. Una sonrisa triste decoró los labios pintados en ese colorete rosado como las peonias que un día en broma Hua Fengxing le había dicho que le quedaría bien y ahora era el único tono que usaba. Y la voz triste de Yu Ziyuan se llenó de determinación.

―Te prometo que no dejaré que le haga daño. Me encargaré de que el futuro de nuestro Wuxian sea tan brillante como su sonrisa. Él estará a salvo.

La mariposa voló nuevamente hasta posarse sobre la nariz de Yu Ziyuan. Quien con una sonrisa cerró los ojos apreciando el gesto con fervor.

―También te amo, mi peonia.

Si en la oficina de la Reina Alfa Yu había una hermosa omega vestida de blanco frotando su nariz contra la de su Majestad, nadie más supo de ello.

 

 

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Luo Suibian estaba estático en su lugar. La mirada de Yu Ziyuan se encontró con el dorado de sus ojos.

―¿Qué fue lo que dijiste?

―Dije que me gustarías saber si te gustaría ser el guardián espiritual de A-Ying.

Suibian sudo frio.

―A-Ying es compatible con los tres guardianes, pero su compatibilidad contigo es del noventa y nueve por ciento. Es un número bastante bueno para que no quiera considerarlo.

La sonrisa de Suibian brillaba como el sol.

―Además, eres mi guardián espiritual. La persona más adecuada que conozco.

―Zidian también es un gran guardián.

―Lo es, pero su compatibilidad con A-Cheng me ha hecho tomar la decisión que así como Sandu será su guardián principal, Zidian será su guardián secundario. Es lo correcto siendo el futuro rey de Yunmeng Jiang, además los hermanos Zhen lo harán muy bien con él.

Suibian asintió obedientemente.

―Cuando vi como A-Ying te busca por doquier me di cuenta que no hay mejor elección para el guardián espiritual de A-Ying más que tú. Y aunque es algo injusto que no podamos hacer las cosas como se desearon en el pasado y los doce guardianes hagan su contrato con A-Ying, es justo que seas tú el primero de todos. Tu influencia le hará muy bien.

El inmortal asintió con una sonrisa tranquila.

Por dentro no creía que eso fuera verdad.

No era digno, en ningún sentido era digno.

―Por favor, no quiero que te sientas presionado.

Volvió a asentir sonriente.

―Solo quiero que lo pienses durante estos días… Muqin y yo hablamos, la Ceremonia de Presentación Espiritual se hará en Meishan Yu. Debería traer un Lama para que me diga que bordados de animales serán más adecuados como guías de A-Ying.

Un asentimiento otra vez.

―­Así que solo deseaba plantearte este deseo, no quiero que te sientas presionado ni nada por el estilo. No tienes que ser su primer guardián aun, pero si aceptas me honrara mucho compartir su cuidado y educación contigo.

Con un asentimiento más Suibian aceptó pensar en ello durante ese mes.

Y con una sonrisa se despidió de Yu Ziyuan para continuar cada uno con sus labores.

Suibian mantenía ese gesto mientras caminaba por los pasillos del palacio hacia su habitación. Con elegancia entró a los aposentos que le correspondían como el líder de los guardianes dorados.

Su sonrisa hermosa se mantenía.

Pero su interior estaba estallando en llamas.

Esto se estaba saliendo de sus manos.

No, siempre estuvo fuera de sus manos y ahora Suibian no tenía muchas opciones al respecto.

Suibian suspiró cansado, caminando por la habitación llegó hasta su escritorio encontrándose con la madera limpia. Suibian se recargó sobre la tabla buscando calmar el infierno que crecía sobre su pecho sin detenerse.

¿Qué si quería ser el guardián del Hijo del Cielo?

Hacia doscientos años su respuesta fue un rotundo sí, aceptando el trabajo sintiéndose orgulloso al saber que de muchos cultivadores, él había sido considerado como alguien adecuado para el trabajo. En ese tiempo se llenó de dicha y emoción ante la idea de ser uno de los ministros del Hijo del Cielo.

El emperador que llevaría a YuZhong a una era dorada.

 Pero ahora ante la situación actual la cabeza de Suibian era un desastre.

Comenzaba a considerar su renuncia.

¿Qué lugar de YuZhong sería más apropiado para escapar?

¿Y si mejor se iba del país de una vez?

No, Suibian no odiaba al niño. En realidad aunque quería mantenerse neutral sobre el mismo, A-Ying era simplemente tan adorable.

Esa timidez suya le recordaba tanto a Yu Ziyuan cuando era niña, con la única diferencia que este niño había heredado la dulce sonrisa de Hua Fengxing.

Ese niño que era el hijo de las personas más hermosas y dulces del mundo era tan puro que Suibian podría llorar.

Su corazón estaba tan lleno de generosidad que no dudaba en ayudar a las personas como a ese mendigo que encontraron en las calles de Yiling y no dudo en regalarle uno de los bollos que le habían comprado.

A-Ying era tan tierno jugando con sus hermanos, como pequeños gatitos reconociéndose entre la inocencia y la ignorancia sobre el hecho de que compartían sangre. Siendo tan adorable con A-Li y quedándose a lado de A-Cheng aunque los pocos niños que habitaban el palacio solían huir de él porque pensaban que era muy gruñón.

No, Suibian no odiaba al niño.

Mas bien…

Se sentía preocupado por esa extraña anomalía que podía detectar a lado de A-Ying.

Esa maldita cosa que aún no podía ver ni olfatear, pero sabía que lo estaba vigilando arduamente.

¡Por todos los cielos, ¿Qué carajos había venido con ese niño?!

En ninguna parte de su contrato laboral fue mencionada la posible existencia de una entidad aterradora y extrañamente familiar pegada al Hijo del Cielo todo el tiempo.

¡¿Qué demonios era eso en primer lugar?!

No, no, no, no.

Suibian no quería ser parte de esto a menos que alguien le aclarara que carajos estaba siguiendo a ese cachorro. 

No era un espectro común, tampoco parecía ser un fantasma superior. ¿Un demonio celestial? ¡Suibian lo hubiera detectado de inmediato!

Pero esa cosa, sea lo que sea Suibian aun no tenía idea que era.

Y eso era lo que lo aterraba.

¿Qué si estaba feliz porque al fin apareció el Hijo del Cielo?

Oh sí, claro.

¡Banzai, banzai por el Hijo del Cielo y el espectro aterrador más poderoso que un Dios Humano que vino a su lado!

Ah, Suibian necesitaba un trago.

Ajustando sus ropas deshaciéndose de cualquier arruga ocasional, Suibian salió de la habitación con un solo destino.

El área de entrenamiento de los discípulos de Yunmeng Jiang.

La misma que estaba siendo vigilada por su presa.

―Zidian, ¿te gustaría salir a tomar unos tragos conmigo?

Los discípulos los miraron curiosos notando como el balanceo de la espada de Zidian titubeo ante aquellas palabras. El guardián giró sobre sus talones, su ceño fruncido era impresionante.

 ―¿Qué dijiste?

―Pregunte si querías salir conmigo.

 Las miradas de los discípulos pasaron de Suibian a Zidian, quien solo pudo fruncir aún más el ceño.

―¡¿Por qué demonios lo dices de esa manera tan rara?!

Suibian puso una cara aburrida pasando su mirada desde los discípulos hasta el avergonzado Zidian.

Ah, ¿Por qué los humanos podían malentender las palabras de formas tan exageradas?

―Solo te estoy invitando a tomar no te quiero conquistar, ¿quieres venir o no?

―¡Idiota!

Al final Zidian si aceptó salir a tomar.

Sentados en uno de los pabellones el Palacio Púrpura ambos guardianes bebían vino. Suibian miró el agua congelada del lago, las flores de loto se tardarían en florecer. Tal vez cuando ya lo hicieran uno de ellos tendría que ser el guardián de ese niño.

 

―Suibian, ¿podrías convertirte en el guardián espiritual de A-Ying?

 

Ah, menudo problema en el que se metió.

―¿Ya me dirás porque estas tan extraño?

Suibian pasó sus ojos a Zidian, era extraño ver ese cuello alto sobre la piel que siempre permanecía expuesta. Sus colmillos picaron un poco, su bestia interna se sentía molesta y estresada.

Necesito sangre. Necesito SU sangre. Necesito comer o perderemos la cabeza.

Los demonios celestiales se alimentaban de energía vital de tres elementos.

Carne, sangre y sexo.

Como un demonio celestial su libido era tan grande como su hambre por la sangre y la carne, necesitar de alguno de esos tres de vez en cuando era inevitable. Cuando era un niño el hambre por la sangre y la carne se volvió parte de una rutina que solo compartía con sus padres, quienes le permitían beber su sangre y cazaban presas para alimentar su estómago de carne.

Cuando Zidian se enteró de aquello fue en una misión siendo solo unos mocosos donde quedaron atrapados en un gran agujero metros bajo tierra.  Ese día no solo se enteró porque Zidian le tenia tanto pavor a las arañas, sino que también fue la primera vez que bebió la sangre de Zidian.

Pero cuando llegó la adolescencia el hambre por la sangre se incrementó al igual que despertó el hambre por el sexo.

Naturalmente Bichen fue la persona que le ayudó con esa hambre, pero cuando se separaron y el divorcio fue inevitable, dentro de aquella cueva fue esta persona que le ayudó a calmar las primeras dos con su sangre y las presas que cazaba para él hasta que pudo recuperar el control de sí mismo.

En la actualidad su lobo seguía teniendo hambre y tal como necesitó un día Zidian seguía dándole sangre. A su lobo le gustaba la sangre de Zidian, era fresca y dulce como la miel. No era como el precioso rocío de la sangre de Bichen, pero la verdad también era deliciosa.

Pero tener hambre ahora…

Ah, que molesto.

Cuando Zidian pasó sus ojos a Suibian notó su mirada intensa sobre él. El humano frunció el ceño notando que esos ojos iban dirigidos hacia su cuello.

Entonces lo comprendió.

―¿Está molestándote nuevamente? Si quieres…―sus mejillas se sonrojaron, sus ojos se apartaron.―… un poco de mi sangre no tengo problema con que la tomes… Pero tendrás que ayudarme a curarme rápido las heridas.

―Gracias por tu ofrecimiento, pero no te preocupes. Aun puedo controlarlo. 

­―Entonces, ¿Qué es lo que te pasa?

―A-Yuan me propuso convertirme en el guardián espiritual de A-Ying.

Entonces Zidian entendió un poco la situación.

Esa Yu, así que realmente planeaba hacer de ese niño suyo un príncipe con todo lo que eso correspondía.

Si era sincero no quería meterse en todo ese asunto sobre la concepción de ese niño. Si Jiang Fengmian y Suibian estaban a favor de que ese cachorro estuviera aquí entonces no se quejaría.

Pero aquí había algo más.

―Entonces estarás bastante ocupado. Ese niño es un tornado, pero le agradas así que será más fácil el trabajo.

―Hmn.

―Sandu y yo estamos adaptándonos entre A-Cheng y A-Li.  Ella aun es algo débil por lo que tenemos que ir despacio, pero Sandu se hará cargo de ella. Así que ya no tienes que preocuparte por ella. Puedes tomarte el trabajo con A-Ying por completo sin problemas.

―Hmn.

―Realmente ese mocoso tiene suerte.

―Hmn.

―Entonces brindemos por tu nuevo trabajo. Mucha suerte con ese pequeño tornado.

Ambos chocaron copas y Zidian bebió felizmente.

El licor en esa época era mucho más delicioso, pero no se comparaba con el vino de año nuevo.

Ah, debería despilfarrar un poco, después de todo, era su dinero y su trabajo. Tenía derecho de tomar hasta hartarse.

Por un momento se hizo un agradable silencio. Solo Suibian y él bebiendo tranquilamente sin pasar más allá de las copas recomendables cuando aún no terminaba su horario. Solo era un pequeño descanso.

Hasta que la voz de Suibian se volvió a escuchar.

―Aunque sea el hijo de Yu no quisiera ser su guardián.

Zidian lo miró sorprendido ante esas palabras. El rostro de Suibian permanecía oscurecido.

―¿Por qué no?

Suibian sintió la presión sobre su corazón, la sensación de incertidumbre fue palpable bajo sus dedos.

―Porque no tengo que hacerlo.

Mentiroso.

―Veo talento en él, uno interesante, pero he pensado que el hecho de que no fui compatible con A-Cheng tal vez es una señal, un descanso no estaría mal.

Tan solo quieres escapar de lo inevitable.

―¿Por qué no quieres hacerlo?

Suibian se mantuvo en silencio un momento, su rostro se oscureció con el sentimiento de la culpa, tal vez si su aroma estuviera ahí, sus sentimientos serían mucho más obvios. Sin embargo…

―Porque se parece demasiado a Cangse Sanren.

Porque hay algo dentro de ese niño que me aterra.

Había algo ahí que se sentía fuera de lo natural, algo que lo miraba constantemente.

Algo que sabía cuál era su verdadera naturaleza.

Y ese sentimiento era demasiado aterrador para ignorarlo.

Porque se sentía como un viejo instinto que le decía…

Que el mayor temor de los demonios celestiales ya estaba aquí.

―Aunque entiendo que te duele siento que si Cangse Sanren supiera que su hijo estará bajo tu cuidado, su alma se sentiría en paz al saber que su cachorro estará a salvo.

No, él no era una buena opción.

No era digno.

Pero una parte de sí mismo quería huir de ello como un cobarde.

Como si una parte tonta de él sintiera que aceptar ese trabajo le daría el mayor de los dolores. El mayor de los tormentos.

Pero a la vez…

A la vez no se veía a sí mismo rechazando a Yu Ziyuan.

Nunca le había negado nada en este mundo. Centró su atención y corazón en hacerla tan feliz que las espinas en aquellos rosales no fueran tan dolorosas para su corazón.

Lo sabía, estaba rompiendo un tabú amándola como la amaba. Porque Yu Ziyuan no era su hija y nunca lo sería. Pero lo hacía. La amaba, la adoraba de una manera que jamás pensó que pudiera amar a una persona en este mundo.

Y rechazar cuidar al fruto de su amor con su alma gemela sonaba a la mayor de las traiciones.

Suibian se sentía desesperado.

Caminando por la plaza vacía Suibian miró la nieve caer desde el cielo. La barrera de Yunmeng Jiang seguía activa incluso si nadie podía verla. La nieve seguía cayendo como el capricho de Suibian por darle calles nevadas a Yu Ziyuan toda su vida.

Entonces escuchó una voz.

―¡Shizun!

Los ojos de Suibian bajaron encontrándose con la imagen del pequeño A-Ying corriendo hacia él. Su bonito abrigo rojo que Suibian había remendado aun cubría su figura. La misma que se abrazó a sus piernas cuando aquella cosita roja llegó a él.

Al igual que aquella entidad que no podía ver.

―¡Shizun!

Haciendo lo mejor de sí mismo por dar una sonrisa bonita. Suibian saludo al niño.

―Ey, ¿Qué es lo que te trae por aquí, conejito?

Como si fuera el mayor orgullo del mundo A-Ying le mostró una hoja en donde había un dibujo.

A pesar de que el dibujo había sido claramente hecho por este niño, sus trazos eran bastante buenos sin titubeos ni imágenes deformadas. Logrando darle forma a lo que parecía ser el mismo Suibian cargando al pequeño A-Ying mientras corrían por una especie de jardín.

El reconocía esa escena.

La carrera con los niños sobre sus hombros cuando A-Ying llegó a ese palacio.

―A-Ying dibujó a Shizun. ¡Es para Shizun!  

Suibian no pudo evitar la sorpresa dentro de su pecho.

Cuando un cachorro te muestra sus mayores tesoros es un momento tan valioso como cuando te regala algo que hizo con sus propias manos solo para ti.

Él mismo había trabajado en múltiples abanicos para su Bába como una manera de demostrarle lo mucho que lo quería.

Su corazón se sintió muy emocionado cuando A-Yuan le había regalado su primer dibujo. La carpeta con todos los dibujos que A-Yuan le había hecho en esos años que aún estaba en su escritorio era la muestra de cuanto los apreciaba.

Y ahora, el hijo de su adorado loto le estaba regalando un dibujo demostrando que había heredado el talento para el arte de su Muqin.

No, no te encariñes.

No lo hagas.

O en algún momento dolerá demasiado.

Agachándose a la altura del cachorro, Suibian tomó el dibujo entre sus manos admirándolo con una sonrisa. Su diestra acarició la cabeza del niño gentilmente.

―Es un dibujo muy bonito, gracias, A-Ying.

―A-Ying está feliz de que te guste.

Y sin más el cachorro se fue, dejándolo solo en medio de la nieve con aquel dibujo que había hecho para él.

Cuando sus pasos le llevaron a ese templo Suibian miró seriamente aquella estatua. Su voz fue clara.

―Taizi Dianxia Xie. Es… Luo Dongxing. Yo… no quisiera molestarlo, pero hay algo que necesito hablar con ustedes.

El silencio del templo fue la única compañía de Suibian. Solo las linternas encendidas iluminando aquella estatua.

Suibian suspiró.

Al parecer nuevamente seria ignorado.

Solo debería desistir en pensar que alguien lo escucharía. Que alguien respondería su llamado.

Hasta que pudo sentir el extraño brillo de algo sobre su hombro.

Ah, seguramente era Zidian que venía a molestarlo por hablar solo en este lugar.

Los ojos aburridos de Suibian pasaron a su hombro, encontrándose con una brillante mariposa plateada.

Ja! una mariposa en invierno.

¡Había una maldita mariposa plateada posada sobre su hombro!

Suibian no les rezaba a los cielos, ¡pero ahora mismo deseaba que los cielos y los infiernos le explicaran porque esa cosa apareció de la nada y se posó sobre él!

¡¿Por qué demonios había una mariposa sobre él?!

Si no fuera por la alianza entre su A-Die y Lluvia Carmesí desde hace años, Suibian pensaría que esa cosa había venido a cortar su cabeza y despedazarlo solo por diversión de su jefe. Era el hijo del mafioso que hizo tratos con otro mafioso del bajo mundo, así que estaba a salvo.

¡Viva el trato que aseguraba su vida de muchas maneras!

Pero eso no significaba que no tuviera ciertas precauciones con esas cosas.

Antes de que continuara con su debate mental, una voz aterciopelada lo interrumpió.

―Dongxing.

Ah, era el Tío Hua.

… Oh, era el Tío Hua.

Mierda, mierda, mierda.

Prestando atención a la figura tras él, Suibian supo que por fin había sido escuchado.

Ante Suibian había un apuesto hombre que era casi tan alto como él. Estaba vestido con túnicas de exquisita seda roja con bordados Mao de mariposas como las mariposas de plata que decoraban su figura. En su esbelta cintura había un cinturón de cuero negro como las botas que solía usar.

El mismo material que usaba en ese parche que decoraba su rostro.

A veces Luo Dongxing se preguntaba si el Tío Hua no podía hacerse un segundo ojo o solo era muy perezoso para intentarlo. Honestamente era algo raro ese agujero que podía servir como cámara de vigilancia. Que miedo.

Cogh, cogh, pero ese no era el tema actual que les llevó aquí.

Su cabello ondulado y negro era la muestra de que era un Mao. Una de las principales diferencias entre los Mao humanos pura sangre y los Mao demonios celestiales era el hecho de que los demonios Celestiales solían decorarlo con trenzas y piezas de plata como los Yu.

Naturalmente en su última vida esta persona fue un humano que fue asesinado mucho antes de su despertar instintivo. Por lo que su complexión no pudo crecer tanto aunque él también tuvo lo que esa gente extraña llamaba Sangre de Dios, el famoso elemento clave para crear alfas dominantes y criaturas capaces de volverse reyes o emperadores.

De la misma manera como el Tío Hua estaba muerto si “moría” otra vez su alma nunca más volvería a aparecer. Deshaciéndose hasta que no quedara nada. Ninguna idea ridícula de que por el poder del amor pudiera regresar podría aplicarse porque en realidad esto no era un cuento de hadas y eso del poder del amor no existía.

―¿Cuál es la razón por la que has venido al templo y llamado tan urgentemente?

Dejando los juegos mentales a un lado junto a las bromas, Suibian habló con un rostro serio.

―A-Ying… Yu Wuxian… ese niño es el Hijo del Cielo, ¿no es así?

―Lo es. Tu instinto no miente.

―Bien, entonces necesito que me explique algo mucho más importante y delicado.

―¿De qué se trata?

Y los ojos dorados miraron seriamente a la hermosa persona vestida de rojo y plata ante sus ojos.

―Necesito que me diga quien es realmente A-Ying. No quiero solo acertijos o verdades a medias mezcladas con mentiras o metáforas. Si me dice toda la verdad… aceptaré convertirme en el guardián espiritual de Yu Wuxian.

Luo Dongxing sabía que vivir con dudas era lo más tortuoso en este mundo para alguien que amaba la ciencia.

Luo Dongxing descubrió ese día que a veces la ignorancia ofrece mayor felicidad que la verdad.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

―Suibian. Tenemos que hablar.

Ah, ahí está. Sabía que en algún momento este tipo lo confrontaría por todo lo que estaba pasando.

Después de todo, el único guardián que sabía sobre la unión de Yu Ziyuan y Hua Fengxing, en conjunto con lo que estaba pasando con A-Ying era Suibian.

―Suibian. ¿Vas a decirme algún día que es lo que en verdad está pasando en tu corazón? ¿Vas a contarme que es lo que está pasando con ese niño y porque su existencia parece ser algo que te preocupe más allá de su nacimiento ilegítimo?

Ja! Ilegitimo. Si tan solo lo supieras.

Si tan solo el contarte toda la verdad no te expusiera al peligro.

Suibian colocó ambas manos sobre los hombros de Zidian, su voz buscó ser paciente, clara como un rio.

―Zidian, hay muchas cosas que están pasando y sé que deseas entenderlas, pero hay muchas cosas que yo no puedo decirte porque no me corresponde y porque ahora es peligroso decirlas abiertamente.

No puedo ponerte en peligro, no puedo perder a más seres queridos, no puedo perderte.

No a ti.

―Sin embargo, puedo asegurarte que sin importar lo que pase nadie le quitará el trono a Jiang Cheng para dárselo a otra persona. Jiang Wanyin será el gran rey de Yunmeng Jiang, el Señor del Muelle de Loto y Yu Wuxian será el Rey de Meishan Yu, el Señor de las Bestias.

Y el emperador de YuZhong.

―Suibian, pero-

―¿Confías en mí?

―Suibian, no me estás-

Las palabras de Zidian se vieron interrumpidas cuando sintió como las grandes manos de Suibian tomaron su rostro entre ellas. Los elegantes dedos del demonio se anclaron firmemente en la mandíbula del humano. Sus pulgares acariciaron suavemente la piel de su rostro.

Zidian no pudo evitar sentir como su corazón se detuvo por un segundo. Completamente ignorante de si era por la vergüenza porque este tipo estaba haciéndole algo así en público o porque no vio venir esa acción.

La luz de las linternas era radiante iluminando el cabello de Suibian como un campo de rosas oscuras en medio de la corrupción de su ser. Su elegante rostro era iluminado por una sonrisa zorruna y sus ojos dorados por un segundo parecieron volver a ese hermoso tono verde esmeralda que había llamado la atención de Zidian desde la primera vez que se vieron al confundirlos con piedras preciosas.

A-Ying tenía razón. Suibian era apuesto, mucho más de lo que nadie sería en este mundo. Después de todo Suibian era…

El retrato viviente de Shen Qingqiu.

No solo su rostro era una copia casi exacta del rostro de Shen Qingqiu, sino también su carácter.

Y su voz llegó a él como la marea. Como el canto de una sirena.

―Zidian, ¿confías en tu Shixiong?

Shixiong.

Solo eran raras veces en las que se llamaba así. Ocasiones tramposas en las que Suibian quería demostrarle que aunque eso parecía un juego peligroso que le costaría la vida, no tenía que preocuparse por ello en realidad.

Como un zorro tramposo que se escondía fingiendo ser un lobo más. Una criatura que podía ser tan cruel como encantadora. Tan aterradora como poderosa con las palabras y las miradas.

Shen Qingqiu y Luo Dongxing eran iguales.

Encantadoras criaturas capaces de conquistar mil corazones solo con su encanto natural.

Y criaturas que podrían volverse tan crueles y manipuladoras cuando la situación se volvía tan desesperada para necesitarlo.

Sí, esto era un juego peligroso. Demasiado en realidad.

Un juego peligroso en donde el corazón de Zidian se sentía la presa, el simple peón de ese hombre que parecía ser tan hermoso como la muerte. El dominante demonio que le había puesto una correa hacía mucho y tiraba de ella como un niño caprichoso todas las veces que quería.

O tal vez solo era el alcohol el que le hacía pensar estupideces.

Pero al igual que el hombre que un día llamó padre, Zidian era débil ante la hermosa mirada esmeralda de un hermoso Huli Jing vestido con la piel de un lobo.

Y tontamente le dio lo que quería otra vez.

―Está bien.―dijo golpeando suavemente las manos de Suibian alejándolas de su rostro.―Aunque no me gusta nada lo que está pasando confiare en ti y tus extraños y aterradores planes.

Suibian le dio una hermosa sonrisa antes de abrazarlo, haciendo que Zidian sintiera un nauseabundo hormigueo que le llenó de repelús.

―Eres tan adorable, Zidian. Como un gatito gruñón. Una adorable pantera.

―¡¿Pero qué demonios crees que haces?! ¡Suéltame, maldita sea! ¡¿Qué harás si alguien nos ve?!

La sonrisa dulce se transformó en maligna, su voz volvió a engrosarse como los anillos de una serpiente sobre su presa. Susurrando sobre su oído sin titubear.

―Si no quieres que nos descubran, entonces solo sé un buen chico y guarda silencio.

Con un solo toque de los dedos de Suibian sobre su nuca, Zidian simplemente se calló y se quedó quieto en el abrazo dócilmente, dejando que ese tipo hiciera lo que quisiera mientras nadie más viera. Sus pupilas se dilataron antes de que sus pestañas se batieran hasta cerrarse. Suaves ronroneos se escucharon provenientes de su pecho.

Manteniendo a Zidian entre sus brazos. Su mano pasó gentilmente sobre el cabello de Zidian, sus dedos pasaron sobre las hebras y las trenzas gentilmente antes de despegarse y colocar su mano sobre su cabeza.

―Buen chico.

Aunque Zidian no quiso mirarlo el ronroneo solo aumentó.

Suibian no pudo evitar sonreír.

Estas criaturas eran tan adorables, tan susceptibles a cuando eran llamados “Buen chico” y tan sensibles cuando eran llamados “Mal chico”. Que adorable.

―Ahora debo irme.

Zidian se paralizó en su lugar, sus ojos se abrieron con sorpresa. Lo único que podía ver del demonio eran los brillantes ojos dorados y aquella hermosa sonrisa que permitía ver los largos y filosos colmillos de Suibian.

Pero antes de que pudiera decir algo el hombre se alejó de su lado, caminando frente a él sin detenerse.

―Suibian.

―Confía en mí, aun si yo no puedo confía en mi otra vez, hazlo por mí.

Y sin más Suibian se marchó con un solo pensamiento.

“Lo siento, Zidian. Pero no puedo permitir que te involucres. Esta vez yo mismo me encargaré de esto por mí mismo”

No podía dejar que nadie sea afectado ni salga herido esta vez.

“―Tal como has sospechado el alma dentro de ese cuerpo es el alma de Yu Laoying. El alma que Shen Qingqiu se obsesionó durante más de doscientos años en ayudarle a volver al mundo tal como él deseó cumpliendo con la promesa que hizo a Yu WeiXi. Shen Qingqiu, el omega que no creía en Dios que se obsesionó con traer de vuelta al mundo a Dios para ayudarle a volverse el emperador de YuZhong ha logrado su cometido”

A-Yuan, MianMian, A-Cheng, A-Li, Sandu o Zidian.         

“―Si Yu Wuxian es Yu Laoying, ¿Qué es entonces aquella entidad que le persigue sin que yo pueda verlo?”

Los guardianes, el pequeño A-Ying, Yunmeng Jiang, o YuZhong.

“―El alma de Yu Laoying tiene algo peculiar que ninguno de nosotros puede reparar más que él mismo. Cuando Yu Laoying fue traicionado por el Patriarca Mao se enfrentó al mayor dolor de todos cuando este atacó su hogar, mató a su esposo e hijo junto a los seguidores que protegían su guarida y le hizo creer que toda su familia fue asesinada tal como hizo con ellos”

Bichen.

“―Sus padres, sus hermanos menores, sus tíos, su primo. Aquel demonio uso sucias artimañas para venderles la misma historia todos, pero el alma de Yu Laoying fue la que cargó con el mayor dolor al ser alguien más sensible. El dolor lo llevó a un punto de quiebre máximo que hizo que su alma fuera dividida en dos. Al estar separados ambos formaron una conciencia propia. Lo que puedes sentir pero no puedes ver solo es la otra mitad de su alma”

No otra vez.

“―Yin y Yang son uno solo, pero a la vez son conciencias diferentes que han buscado sobrevivir durante años hasta que pudieron reencarnar por primera vez y así sucesivamente. El lado Yang es Wuxian, la pureza, inocencia y esperanza que albergaban en el corazón de Yu Laoying se mantienen vivos a través del amor que puede generar en su corazón”

No de nuevo.

“―¿Qué hay de la otra mitad?… ¿Quién es en realidad esa criatura? ¿En qué se convirtió la otra mitad de Yu Laoying?”

Yu Laoying el Patriarca de los Yu.

“―Creo que tu lobo ya lo sabe, tan solo temes aceptar aquel llamado de alerta tan antiguo como tu especie que te advierte sobre quien es”

Yu Laoying, el Señor de las Bestias bendecido con la energía dorada que era la responsable de que este mundo hubiera podido volver a la vida después del desastre.

“―Enseñarle a dominar a la bestia no es tu deber. Ni tus padres ni nosotros te obligaremos a tomar dicha responsabilidad. Después de todo, esto es algo que nosotros elegimos hacer. Shen Qingqiu, Luo Binghe. Su Alteza y yo. Así que no tienes que preocuparte por ello. Su existencia es nuestra responsabilidad y ninguno de nosotros se deslindará de ella. Nosotros nos encargaremos de ambos”

Yu Laoying, el inocente emperador que solo quería crear un mundo mejor para todos.

“―… ¿Qué pasaría si en vez de enseñarle a domar a la bestia… le enseño porque vale la pena este mundo?”

Yu Laoying, aquel que había esperado durante más de doscientos años preguntándose que había detrás de todo esto en realidad. Preguntándose porque Yu Laoying, esa alma caprichosa que se escondió tanto de su padre durante años de la nada había aceptado volver al plano mortal e incluso les había prestado su energía dorada.

“―Dongxing”

Yu Laoying, el amable emperador que tuvo esperanza de que en la humanidad había más que blanco y negro. Aquel que entendió que en todos los seres vivos podría haber diferentes matices de grises. Que entendió que el mundo no se trataba de buenos o malos. Sino de seres que tomaban sus propias decisiones.

“―Yo acepte este trabajo entendiendo desde el comienzo que esto no sería un trabajo fácil. Criar a un buen emperador requiere más que buenas intenciones. He esperado por años a ese niño, por eso aunque no puedo negar que tengo demasiado miedo de la otra mitad de su alma, algo dentro de mí solo puede pensar que más allá de ser Yu Laoying, el Señor de las Bestias o el Hijo del Cielo… Yu Wuxian… A-Ying solo es un niño”

Yu Laoying, el emperador que había escuchado entre sueños las peticiones de los que fueron olvidados por los dioses humanos y no los había ignorado.

“―Yu Wuxian es solo un niño que ha pasado por mucho y un alma que ha sufrido lo suficiente para que su esperanza en este mundo penda de un hilo. ¿Por qué en vez de pensar en él como un emperador, no me permiten pensar en el niño que necesita ser amado y que yo puedo intentar amar?”

Yu Laoying.

Yu Wuxian, el pequeño y tímido niño que se aferraba Yu Ziyuan lleno de inocencia.

Yu Ying, el adorable cachorro que le había hecho un dibujo.

“―Yo me esforzaré por preservar la mayoría de esos sentimientos puros en su corazón buscando evitar que el lado Yin crezca lo suficiente para que tome el control. Wuxian y esa criatura vivirán en el mismo cuerpo porque ambos son el mismo, ¿no es así? Entonces no importa lo que la maldición en mi corazón diga… voy a proteger su corazón.”

Yu Laoying, aquel emperador del cielo que fue traicionado por el Lobo Mao que juraba admirarlo más que cualquiera.

“― … y si no lo logró tomare la responsabilidad de evitar que esa oscuridad haga más daño del ya posible”

Yu Laoying, el inocente que fue engañado con la misión de ir a calmar a un espectro falso que se parecía a una bestia sagrada mientras su familia estaba siendo masacrada por el lobo que lo maldijo a él y los suyos.

“―Porque la única manera de evitar que Yu Laoying se deje llevar por los sentimientos bañados de resentimiento que nacieron en su corazón contra la humanidad, es recordándole porque se enamoró de ellos en primer lugar.”

Luo Dongxing se sentía cansado. Una sonrisa sin gracia se posó sobre sus labios.

“­―Él no es un humano, necesitara energía espiritual fuerte, también mucha comida cálida y sangre fresca Shen. Después de todo, la sangre Shen es especial. Así como puede ayudar a A-Yuan a enfrentar los dolores de cabeza producidos por la maldición del segundo cascarón, podrá ayudarle a A-Ying a disminuir el dolor por los dos cascarones hasta que pueda por fin romper ambos.”

A-Ying, el pequeño tesoro de su amada A-Yuan y FengFeng.

“―Así que le daré mi energía, le daré mi sangre, le daré un espacio en mi corazón nutriendo el suyo de amor. Le enseñaré lo hermoso que puede ser estar vivo. Porque si le mostramos que puede ser amado aun sabiendo quienes son los dos y lo que significan, habrá una esperanza para este mundo”

Como un susurro una suave risa brotó de sus labios como un campo de rosas floreciendo ante la primavera. Volviéndose una verdadera carcajada llena del peso que cargaba sobre sus hombros.

“―Porque hasta que Yu Laoying pueda aceptarse con todo lo que es… él podrá romper la maldición de este mundo que atrapó a todos los que amó.”

Bien, él lo haría. Después de todo desde el comienzo este fue su destino.

“―Lo haré. Yo aceptaré la misión de preservar el corazón de Yu Laoying tanto como pueda. No… yo lo haré perfecto”

Él debía hacerlo. Él tenía que hacer todo perfecto. Él debía ser el perfecto Joven Maestro Shen.

Él debía llenar el vacío.

Todo lo que había pasado era su culpa, algún día naturalmente tendría que enfrentar las consecuencias de sus actos y tomar la responsabilidad por su incompetencia.

Y el momento de enfrentar sus crímenes había llegado.

“―La muerte de Fengxing y Wei Changze nunca fueron tu culpa. Si para poder enfrentar esta misión que has aceptado quieres culpar a alguien, cúlpame a mí. Ella era mi hija, yo decidí convertirme en su padre, tú tenías muchas más cosas sobre ti además de proteger Yunmeng Jiang. No debí escucharla. Debí salvarla… aun si esa matriz me destruía por ello”

Bien, estaba bien. él podía hacerlo.

Él podía esforzarse por convertirse en el maestro de ese niño. Él se esforzaría porque “lo que sea” fuera útil al menos una vez en su vida.

El enseñaría a ese niño a ser una buena persona, lo maravilloso de la vida y las razones por las que tenía que tener esperanza aun si Luo Dongxing estaba perdiéndola por completo. Él le entregaría toda su energía y toda su sangre, su cuerpo se volvería en la herramienta perfecta para convertirse en la espada de Dios.

Y él le entregaría su corazón en una charola de plata. Él le daría todo de sí porque su corazón pudiera vivir sin arrepentimientos mientras Luo Dongxing cargaba los suyos.

Y él retendría a la bestia. Él haría lo que fuera para que ese ser jamás se atreviera a lastimarse a sí mismo más de lo que este mundo hizo.

“―Entonces por favor, dígale a mi padre cual es la misión que he tomado. Cuéntele cual es mi deseo. Porque yo, Luo Dongxing… voy a volverme en el guardián de Dios”

Porque después de todo, todos eran las piezas de un enorme ajedrez.

El ajedrez entre esos dos dioses que seguían esperando a que él otro cavara su ruina para dar su jaque mate.

Así que si el mal de este mundo, si aquello que seguía a lado de A-Ying todo el tiempo quería piezas para su estúpido juego de ajedrez, entonces Luo Dongxing se convertiría en su única pieza.

Así que hazlo. Toma mi corazón, bebe mi sangre como una buena copa de vino. Devora mis deseos y toma mi ser para volverlo tu mejor arma. Déjame enseñarte porque vale la pena este mundo, déjame ayudarte a enamorarte nuevamente de la humanidad sin matices de idealización.

Y a cambio tu enséñame porque aún tengo esperanza.

El Dios con corazón de niño y el demonio con el corazón roto. El señor del cielo y el mayor temor de los demonios celestiales como su Gran Señor. El Yin y el Yang.

Él lo protegería, él se convertiría en la Espada de Dios. En su estrella más leal. Él protegería su corazón del arrepentimiento y el desamor.

Aun si para hacerlo también debía servirle a su parte más oscura y cruel.

Así que toma mi corazón. Dirige mi espada a tus enemigos. Toma mis manos y bailemos juntos en este hermoso y triste vals formado por el cruel demonio que te traicionó. Déjame enseñarte lo maravilloso que yace en tu corazón y déjame amarte hasta que puedas hacerlo por ti mismo.

Porque esta era una historia de amor y supervivencia. Una historia de tristeza y desamor. El cruel camino de espinas que Dios debía cruzar para poder amarse a sí mismo nuevamente.

Si quieres una espada yo lo haré, si quieres que mate también. Si quieres que te abra el camino al Trono del Dragón así será.

Lo que sea, Suibian haría lo que fuera necesario para proteger a ese niño. Lo que fuera para que nunca perdiera todo lo bueno que había dentro de su corazón. Para que nunca perdiera su esencia sin importar cuantas veces ese tirano lo hiciera caminar hacia el abismo. Pero esta vez Luo Dongxing no podía permitir que sus seres queridos fueran heridos.

Esta vez haría el trabajo solo, esta vez no involucraría a sus hermanos marciales si eso podía evitar que los Ojos del Cielo actuaran contra ellos y llamaran a esa malvada criatura antes de tiempo.

No podían evitar lo inevitable, no podrían evitarle el dolor a Wuxian que ese malvado ser tenía preparado buscando quebrar su alma de nuevo. Pero podían esforzarse por preservar la humanidad de A-Ying hasta que pudiera quebrar los Ojos del Cielo, romper su cascarón secundario y aquella enorme maldición. 

Esta vez lo haría bien aun si desconocía cuanta de su cordura sobreviviría para cuando todo pudiera resolverse.

Porque al parecer no importaba cuantas vidas o cuanto tiempo hubiera pasado, cuanto había esperado…

Luo Dongxing seguiría amando a Yu Ying y eso honestamente nunca moriría.

Pero no podía evitar pensarlo y sentirlo.

En este mundo no había nada más difícil que ser el guardián del Dios de este mundo pero Luo Dongxing, la estrella del este que nació para guiar a reyes a través del camino de la vida daría todo de sí por proteger su corazón.

Incluso si la única opción era convertirse en la espada de Dios.

 

Enlaces en otras plataformas(por favor, evite comentar en este párrafo para evitar que se pierda su función)

 

 

 

Luo Dongxing después de este capítulo: Yo no le tengo miedo a nada, pero a esa cosa. *Ve desde una esquina a A-Ying sintiendo la presencia de la sombra misteriosa* A esa cosa le tengo terror.

 

Prepárate Baobei, porque llegó el contexto que tanto buscas y no buscará ser suave.

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

El pasado que trazo los pasos que nos guiaron a la actualidad se van abriendo paso. Aquello que cargan el guardián y el receptor se presenta ante nosotros como un vistazo de la verdad que uno ha escondido por años.

Mientras en la primera parte la relación de guardián receptor entre Bichen y Lan Wangji era la protagonista, en esta parte la relación de Wei Wuxian con Suibian tomará un mayor protagonismo. Entre el amor y el temor, las mentiras y el pasado la historia de dos personas que solo buscan protegerse la una a la otra por fin nos habla más de lo que se encuentra entre las sombras. Las respuestas que son buscadas por todos se encuentran en el pasado del que se ha escapado por tanto.

Agradeciendo infinitamente todos sus votos, comentarios, paciencia y todo el amor y apoyo que le han dado a este proyecto, me despido.

¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer!

Chapter 32: CAPÍTULO 19: LAZO

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Enlace del capítulo en otras plataformas:

Wattpad: https://www.wattpad.com/1321948909-el-omega-y-el-emperador-segunda-parte-fanfic

 

 Gracias)

 

 

 

A-Ying estaba muy feliz.

Tía Yu le había dicho que lo llevaría a un lugar muy importante en donde se haría su Ceremonia de Presentación Espiritual.

Y ese lugar era nada más y nada menos que Meishan Yu.

Mucho antes de que el sol abrazara la tierra A-Ying ya se había despertado en el nido con dos cachorros más.

Tan rápido como sus ojos se habían abierto A-Ying se levantó de la cama haciendo todo lo posible por no despertar a Shijie y A-Cheng, ató su cabello con la cinta de A-Niang y lavó su cara. Solo para vestirse con el abrigo de su A-Niang y salir con prisas de la habitación.

El pequeño A-Ying corrió entre la nieve y la luz de las linternas, dos mariposas plateadas le siguieron al igual que la sombra, pero A-Ying no noto aquellas brillantes luces que desaparecieron cuando entró en los terrenos de la propiedad de la Araña Violeta.

―¡Tía Yu! ¡Tía Yu!

Tocando la puerta con emoción A-Ying descubrió que como siempre estaba abierta por si alguno de los cachorros quería entrar.

Abriendo las puertas A-Ying recordó la instrucción de cerrarlas para que el frio no entrara y solo cuando estuvo completamente seguro de esto, A-Ying fue hacia Yu Ziyuan, quien dormía tranquilamente sobre la gran cama redonda con dosel decorada con flores de loto, caballos, osos y ardillas.

Corriendo hacia la cama A-Ying no dudo en subir las escaleras, gatear hasta la alfa dormida y mover un poco a Yu Ziyuan.

―Tía Yu, es hora de despertar. Hoy ya es mañana. Tía Yu.

Yu Ziyuan se removió entre sueños, un gutural gruñido salió de su garganta como el sonido de una bestia, pero A-Ying no se asustó en lo absoluto. Por el contrario, siguió moviendo a su Tía Yu hasta que la mujer abrió esos hermosos ojos violeta que le gustaban tanto a A-Ying.

―Tía Yu.

―Buenos días, A-Ying.

―¡Buenos días!

Con una hermosa sonrisa A-Ying se abrazó del cuello de Yu Ziyuan, quien correspondió el abrazo aun sorprendiéndose de cómo ese cachorro seguía buscando sus abrazos ronroneando sonoramente ante las caricias sobre su cabeza.

A-Ying seguía siendo algo tímido con la gente desconocida, pero ya estaba tomando bastante confianza con ellos.

La forma en la que el cachorro buscaba su aroma entre las túnicas y las raíces de sus lotos que se abrazaban a Yu Ziyuan era algo bastante reconfortante, al igual que las hermosas peonias que florecían ante su sonrisa como si su cachorro fuera la viva imagen de la pureza de la primavera.

A-Ying era tan lindo, siempre ronroneante, sonriente y amante de los mimos.

―Tía Yu, hoy es el día.

―¿Día?

La voz alegre de Hua Fengxing llegó a sus oídos.―La Ceremonia de Presentación Espiritual de nuestro bebé, ¿acaso lo olvidaste, mi amada osa?

Cierto.

Hoy era el día en que viajarían a Meishan Yu.

―Es cierto, es hoy. ¿estás emocionado por ello?

―¡Sí! Suibian-gege es muy divertido y sabe muchas, muchas cosas. Ya quiero poder volar por el cielo como lo hace Tía Yu.

―Lo es, él es el mejor guardián de todos. Y ahora debemos prepararnos para este día.

―¡Sí!

Dando un largo bostezo la alfa abrió por completo su mandíbula, su larga lengua se abrió paso al exterior, la punta puntiaguda brilló como si miles de perlas la decoraran y despertando por completo, Yu Ziyuan tomó entre brazos al cachorro.

Vistiendo la capa del rey, Yu Ziyuan salió de la habitación.

El cielo aún estaba oscuro, siendo la luz de las linternas la única iluminación sobre el Palacio Púrpura. Caminando hasta la habitación de los cachorros, la clara imagen de Jiang Fengmian llevando entre brazos a Jiang Cheng fue lo primero que Yu Ziyuan vio.

Cuando los ojos de Jiang Cheng se encontraron con su imagen, su llamado fue vibrante.

―¡Muqin!

Jiang Fengmian miró con curiosidad el aspecto informal de Yu Ziyuan. El cabello despeinado y ondulado casi rizado completamente esponjoso, la capa puesta a las prisas y sus ojos perezosos.

Con una dulce risa Jian Fengmian preguntó cuando estuvieron frente a frente:―¿Tambien te despertaron emocionadamente porque hoy vamos a Meishan Yu?

―Hmn.

―Muqin, Dribrian. ¿podemos quedarnos más tiempo ahora? ¿podemos jugar con los osos de verdad?

―Podemos quedarnos más tiempo, pero aún no puedes jugar con los osos de verdad.

A-Cheng infló las mejillas, Jiang Fengmian acarició su cabeza perfumándolo dulcemente.

―A-Cheng no tiene que preocuparse. Aunque no puedas acariciar aun a un oso de verdad aun Bába te comprara muchos osos y perros de peluche.

Cuando los reyes entraron a la habitación la imagen de A-Li sentada en la cama bostezando fue adorable. La niña parpadeó perezosamente antes de ofrecer una dulce sonrisa a sus padres.

―Bába, Muqin. Buenos días.

Con una sonrisa orgullosa Yu Ziyuan la saludó.―Buenos días, A-Li. Vamos, es hora de que tomen un baño.

En un espacio apartado de la gran habitación la tina fue llenada de agua. En medio de las flores y burbujas que llenaban la tina los niños se bañaron entre risas. Compartiendo ese espacio juntos ayudaron a sus padres. A-Li ayudó a lavar el cabello de A-Ying como el cachorro ayudó a lavar el cabello de A-Cheng.

Con túnicas limpias y adecuadas para el nuevo día los niños quedaron al cuidado de los guardianes mientras los reyes se arreglaban. A-Li cepillo cuidadosamente el cabello de A-Ying después de conseguir que su Muqin le permitiera hacerlo por ella, quien jugaba con A-Cheng, agitando el conejito de peluche que Yu Ziyuan le regaló después de ser peinado por Bába.

―A-Xian, ¿estas feliz porque tendrás un guardián espiritual?

―¡Sí! El Señor Suibian es muy genial. Tía Yu dice que es un gran maestro y me enseñara muchas cosas divertidas.

A-Cheng detuvo los movimientos de su perrito de peluche Jasmine. Su voz fue curiosa.―¿Eso significa que ya podrás volar en el cielo con tu espada?

―Creo que aun no. Tía Yu dice que primero debo de adaptarme a muchas cosas y aprender otras más, pero que será muy emocionante porque hay muchas cosas de espíritus y demonios que debo aprender.

Jiang Cheng abrazó a su perrito de peluche emocionado.―¡Eso suena tan genial! Ya quiero tener cuatro años para aprender todo eso.

―Cuando tengas cuatro aprenderemos de eso juntos.

―¡Sí!

A-Ying dio una dulce sonrisa y siguieron jugando un rato más. Hasta que A-Cheng volvió a hablar.

―Wei Wuxian, hay algo que no entiendo aún.

―¿Qué es?

A-Cheng lo pensó un poco.

Bába les había dado ciertas indicaciones de las cosas que podían o no preguntarle a A-Ying. Hablar de los padres del cachorro y preguntar porque no estaban aquí no era una buena opción porque A-Ying ya había perdido a sus padres.

A-Cheng no comprendía del todo que era la muerte. En su pequeña mente sonaba a algo muy complicado e injusto si la muerte a pesar de ser parte del ciclo de la vida como Muqin le había enseñado, en realidad podía quitarles a las personas sus seres queridos.

A A-Cheng no le gustaba la muerte.

Deseaba tanto que eso jamás tocara su hogar sin importar que fuera necesario hacer para evitarlo.

Pero su pregunta no tenía que ver con la muerte, sino con algo que su misma sangre y bestia interna le decía que no tenía sentido.

―Bába y Muqin ya te han adoptado en el nido, ahora eres parte de nuestra manada. Incluso tú y yo compartimos la leche de Bába y Muqin porque aún necesitas leche. Entonces, ¿Por qué aun te refieres a nuestros padres como Tío Jiang y Tía Yu y no como Bába y Muqin?

Y A-Ying no supo que contestar.

―Ahora eres uno de nosotros. Ellos dijeron que puedes elegir el apellido que quieras, pero los hijos generalmente llevan el apellido del padre alfa. Así que tu deberías ser Yu Wuxian, no Wei Wuxian. ¿Por qué entonces aun no les llamas Dribrian y Baibriam?

Tía Yu le había dicho que no tenía que sentirse presionado de llamarles padres si no era algo que su corazón podía hacer aún. A-Ying sabía que ahora era parte de esta familia aunque no podía entender que había hecho para que de la noche a la mañana pasara de comer de los basureros a ser aquello que la gente llamaba “príncipe”.

Sin embargo, aunque cada día que despertaba seguía estando aquí y no en las calles se sentía igual un sueño.

A-Ying nunca había tenido una casa, menos una tan bonita como esta. Pero había tenido un hogar que le hizo sentir por mucho tiempo feliz.

Cuando ese hogar se fue y no volvió A-Ying se preguntó por mucho tiempo si nunca más podría ver a sus padres.

Esa pregunta aun no era resuelta.

―Yo… no lo sé. Creo que aunque me han adoptado… eso sería muy atrevido. Lo siento.

Era muy pronto.

Se sentía excesivamente pronto.

No se sentía aun digno de ello. De ser un Yu.

Aun no estaba listo para pensar que tenía un nuevo hogar sin que el miedo de pensar que esto tampoco duraría lo atrapara.

Los ojos de Jiang Yanli miraron al cachorro con tristeza.

Aunque ella tampoco entendía mucho cómo funcionaba la muerte si sabía que este pobre cachorro había pasado mucho tiempo solo en las calles desde que sus padres tuvieron que dejarlo en ese templo para protegerlo.

A-Li había notado la frustración y el pesar de sus padres a pesar de lo mucho que se esforzaban por fingir que todo estaría bien.

La forma en la que a veces su Bába se veía perdido en sus pensamientos hasta que se veía forzado a sonreír de nuevo.

La manera en la que su Muqin miraba el horizonte con tristeza como si hubiera perdido algo muy grande. Pero también la forma en la que abrazaba a A-Ying, como si buscará sanar el dolor incomprensible en el corazón del niño que aún no entendía porque sus padres no volvieron.

Había muchas cosas que A-Li no comprendía, la mayoría relacionada con eventos que iban más allá de sí misma. Y la perdida de la tía Cangse era una de ellas.

La tía Cangse y el tío Wei siempre fueron personas muy agradables. Tal vez ya no recordaba mucho de ellos, pero si sabía que la tía Cangse la había salvado hace mucho tiempo y se volvió alguien muy importante a quien extraño todo ese tiempo.

El tío Wei era una de las personas más amables que había conocido. Siempre le había regalado dulces y le ayudaba a atar nuevamente sus listones cuando se soltaban un poco después de correr y jugar por un rato.

El tío Wei, esa persona que quería mucho a Bába y la mimaba tanto se había ido y en realidad dolía mucho. Porque aunque A-Li nunca lo dijo lo quería mucho como un segundo padre alfa.

Pero la tía Cangse y el tío Wei se habían ido y ahora este cachorro era lo único que había quedado como evidencia de que su existencia no fue solo un bonito sueño.

Por eso A-Li debía cumplir su promesa con sus padres y ser una buena hermana mayor que ayudara a que esté pequeño retoño de flor de loto entendiera que ya no estaba solo.

Que ellos ahora eran su familia y nunca desaparecerían.

—A-Xian no tiene que preocuparse por ello. Nuestros papás entienden que aún no te sientes listo para llamarlos Bába y A-Die. Y A-Li sabe que cuando estés listo para llamarlos así ellos estarán muy felices por ello.

La diestra de A-Li acarició la cabeza de A-Ying, las mejillas del cachorro florecieron cómo hermosas peonías tocadas por la vergüenza.

—¿Ta-también Shijie?

—También Shijie esperara paciente a cuando estés listo para llamarme A-Jie.

Emocionado A-Cheng habló —También esperaré a que estés listo para llamarme Didi. Solo que Gege debe prometer que no se tardará mucho.

―Lo prometo.

Los tres cachorros jugaron un rato más ante los ojos de los guardianes.

Luo Suibian, que había escuchado aquella conversación miró de forma solitaria a esos niños que navegaban inocentes en aquel rio del destino. Ignorantes de la verdad detrás de su sangre y su familia.

De la verdad detrás de ese mundo tan cruel en realidad.

Esos niños…

¿Cuánto tardarían en darse cuenta que la sangre en las venas de A-Ying era la misma que la suya?

Un Yu.

Suibian no lo sabía, pero cuando Yu Ziyuan apareció junto a Jiang Fengmian vestidos apropiadamente para tomar el desayuno, Suibian solo pudo mirar en silencio sin decir nada más.

 

 

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―A-Xian, ¿estas listo para partir?

La mirada del Tío Jiang era tan dulce como las flores de los bosques que alguna vez A-Ying había visto con su madre cuando viajaban a través de aquellos grandes bosques y algunas aldeas ayudando a las personas.

El Tío Jiang era muy hermoso, y aunque no tenía que hacerlo le compartía leche que su cuerpo desarrollaba para A-Cheng junto a la leche y energía de la Tía Yu, el Tío Jiang estaba siendo tan dulce y bueno con A-Ying que era inevitable que su corazón latiera emocionado ante su presencia.

Tal como alguna vez lo hizo por ese hermoso Huli Jing de ojos verdes y sonrisa cálida como el sol.

―¡Si!

―Entonces es hora de irnos.

Tomándolo entre brazos Jiang Fengmian sacó su espada y comenzó a volar junto a Yu Ziyuan quien llevaba en brazos a A-Cheng. A-Li descansaba en los brazos de Suibian y los guardianes gemelos los seguían de cerca en su viaje. Las guardianas de Jiang Fengmian y varios discípulos más los seguían de cerca.

Los cielos se abrieron ante la familia real Jiang. A través de las nubes y el claro ambiente del cielo los cultivadores volaron por un largo tiempo, manteniendo a los cachorros entre sus brazos. Quienes miraban asombrados el paisaje hasta que el familiar aroma a flores de loto que conocían desde antes de tener conciencia vino a ellos haciendo que sus narices olfatearan de forma emocionada.

El profundo bosque de árboles tan grandes como aquella muralla hicieron que los ojos de A-Ying no pudieran evitar mirar con asombro como en medio de esas tierras parecía haber…

―¡Es un gatito! ¡Hay leopardos de las nieves aquí!

Yu Ziyuan no pudo evitar sonreír ante su entusiasmo, sus palabras fueron claras.

―Hay más que solo gatitos, ya lo verás.

Tía Yu le había dicho que había muchas cosas maravillosas y hermosas en Meishan Yu.

Tía Yu le había dicho que todo eso sería una sorpresa, pero ahora que había visto a esos leopardos jugar entre el bosque, A-Ying solo quería ver más y más de ese lugar llamado Meishan Yu.

Con cuidado la modesta caravana de Yunmeng Jiang bajó hasta llegar a la gran muralla de Meishan Yu. La nieve que cubría el vasto territorio era bastante grande y misteriosa. Haciendo que A-Ying tuviera mucha más curiosidad.

Frente a ellos había una inmensa muralla que superaba los más de cien metros de altura, la piedra porosa no se diferenciaba con la belleza de una montaña y la escultura de una flor de loto de trece pétalos descansaba sobre la puerta principal ante la que se encontraban.

A-Ying ladeo la cabeza, sus ojos miraron con curiosidad ese emblema.

Una flor de loto de trece pétalos rodeada de seis perlas y dos espadas más parecidas a un par de sables emergiendo detrás de esta.

Flor bonita.

La Tía Yu sacó de sus túnicas una flauta de bambú bastante hermosa. Su cubierta estaba pintada de negro con patrones ornamentados violetas parecidos a los de sus túnicas; sarcillos ondulantes y flores de loto estaban grabados en su superficie pintados de violeta.

Del instrumento colgaba una borla hecha con hilos dorados y plateados adornada con una pieza de jade celeste, esta tenía la forma de un dragón enroscado en un círculo, siendo lo más llamativo del instrumento.

Yu Ziyuan colocó el dizi frente a ella, tomó bastante aire, canalizó energía espiritual que se materializó en ondas entre fuego y el rayo. Formando ríos violetas que envolvieron a Yu Ziyuan cuando sopló y las notas musicales comenzaron a sonar ante un sorprendido A-Ying.

Las notas comenzaron a unirse a los ríos violeta como peces ansiosos abriéndose camino a través de la energía espiritual que chocó contra las grandes puertas de la muralla. Cubriendo por completo la superficie de madera que reaccionó ante el llamado de Yu Ziyuan.

Los ojos de la alfa brillaron con aquella energía fluyendo de su cuerpo, las pupilas se rasgaron y con solo agitar su diestra con una orden directa las grandes puertas se abrieron reconociendo de inmediato a Loto Violeta de Meishan Yu.

Impresionante, ¡La tía Yu era muy talentosa! La Araña Violeta era sin dudas su heroína más genial.

Y pasando su mirada violeta hacia su familia, su voz fue clara.

―Listo. Es hora de entrar.

Yu Ziyuan recuperó a A-Cheng entre brazos y subieron a sus espadas.

El viaje continuó atravesando las grandes puertas que se cerraron cuando todos estuvieron adentro de las tierras de Meishan Yu. Lo primero que les recibió tras pasar el extenso bosque fue el gran arco de madera con osos tallados del puerto.

Las personas volaron a través de aquel rio que parecía ser la única entrada directa a la capital. La niebla que cubría el bosque se llenó fácilmente con el fragante aroma a flores de loto de aquellos con la sangre Yu que volvían al lugar que era el paraíso del clan Yu.

Narices se movieron entre sueños y destellos de algo que parecía inusualmente familiar. El aroma reconocible de los Yu con la pizca de un aroma que no habían olido en años llegó a los olfatos de varios osos, ardillas y leopardos que habitaban aquellos bosques. Removiéndose en sus lugares salieron para mirar por sí mismos a través de ese lago el avanzar de las personas de Yunmeng Jiang.

 Y entonces los ojos de A-Ying miraron con emoción a ese gran oso pardo que le hacía sentir un deja vu.

―¡Tía Yu!¡Es un oso! ¡Hay un oso muy grande y gordito ahí!

―Así es. Es un gran oso pardo.

―¡Y eso es un leopardo de las nieves!

—Hmn.

―¡Y un gran alce! ¡Sus astas son muy grandes!

―Así es.

A-Cheng le habló:―¡Hay muchos de esos por aquí. Mucho más en el centro de la ciudad! ¡XingXing Shi es la ciudad de las bestias! ¡La Ciudad de las Estrellas es un gran refugio para todo ser viviente! ¡Es muy hermoso!

―¡¿De verdad?!

―¡Sí, te gustara mucho!

Los ojos de A-Ying se maravillaron cuando su vista comenzó a llenarse de imágenes similares cuando el bosque quedo atrás y los campos libres le dieron la vista perfecta de aquellos hermosos animales silvestres conviviendo con las personas como si fuera lo más común.

Osos ayudando con las canastas al igual que los tigres, caballos arando la tierra junto a camellos y alces corriendo entre los campos, gente sonriente llevando faisanes para el desayuno que habían sido cazados sin causar dolor alguno liberando el espíritu antes de tomar su caparazón en agradecimiento como un tributo.

Las grandes bestias a las que los humanos temían tanto estaban trabajando en cooperación con las personas Yu vestidas con túnicas bañadas en bordados de animales como los que habitaban en aquellas tierras.

Las voces de los arboles y la tierra no mentían, el cielo y el rio le confirmaron que en este lugar la vida vivía en armonía sin importar su forma. Sus hermosas voces cantaron llenas de alegría, sonando mucho más fuertes y claras como el rio que lo saludo con fervor.

―Bixia, Bixia, bienvenido a casa. Bienvenido a tu tierra. Al paraíso que fue hecho solo para ti. Escucha las voces de las montañas, escucha a la tierra. Ellos están celebrando que por fin has vuelto a casa.

Y las cosas solo mejoraron cuando llegaron a la ciudad.

Cuando el gran arco de la entrada de Meishan Yu les dio la bienvenida con esculturas de osos, dragones, tigres, caballos y figuras de criaturas mitológicas, A-Ying sintió como sus ojos se llenaron de vivaces colores que le hicieron sentir una extraña, pero agradable familiaridad.

Era un verdadero paraíso entre canales, tierras fértiles, fauna impresionante y arquitectura colosal se levantó ante los ojos del cachorro. La gente que los miraba sonreía y saludaba como si los conocieran, A-Ying se escondió entre los brazos de Jiang Fengmian tímidamente, pero su curiosidad por este hermoso lugar no se detuvo.

Las bellezas Yu que los miraban llegar al centro de la ciudad tenían cuerpos fuertes y robustos, un rostro tan hermoso como el jade y la intimidante mirada de un dragón.

La arquitectura de Meishan Yu no era muy diferente al exterior. Hermosos edificios de tejas rojas tan altos como torres y puentes de belleza inalcanzable solo era poco de lo mucho que se podría hablar de Meishan Yu.

Los niños podían jugar entre ellos sin preocuparse por castas, los omegas sonreían verdaderamente felices entre las calles, tan brillantes como las hermosas cuentas que decoraban su cabello. Los alfas y los betas ayudaban sin tratar mal a los omegas.

Y aquella imagen hizo muy feliz a A-Ying.

No había roles paras las castas.

Los Yu se repartían el trabajo por las habilidades y no por el género o sexo. Respetaban la naturaleza y trabajaban junto a ella por preservar y sobrevivir, respetaban a los suyos y no había grilletes que encadenaran ninguna vida como en el exterior.

Esto era un verdadero paraíso.

Se sentía como volver a casa.

Con tambores, cascabeles y grandes cuernos de madera la familia real Jiang fue recibida en el Gran puerto de Meishan Yu. Un arco tan hermoso como el del comienzo del viaje les dio la bienvenida como aquella hermosa persona que se parecía tanto a Tía Yu y múltiples personas.

Aquellas vestidas con túnicas bordadas y esponjosas para protegerlos del frio como curiosos y amplios gorros de los cuales colgaban una serie de cuentas a los costados de sus rostros. Sus cabellos y oídos yacían escondidos en ellos.

Sus frentes estaban decoradas por una especie de tocado formado una banda con bordados en varios aguamarina, violetas, amarillos y grises por varias cuentas aguamarina y violetas. Mientras en el centro colgaba una gran y elegante amatista.

Sus cabellos estaba decorados por cadenas y piezas de plata y oro blanco en forma de estrellas. Y sus cuellos estaban decorados por varios collares de plata y oro blanco como las pulseras que usaban con cuentas de los mismos colores. Su joyería en verdad era idéntica a la de Tía Yu.

A-Ying no pudo evitar mirar con emoción.

Estas personas eran sin duda muy hermosas, tan hermosas como sus túnicas y joyería.

―¡Trinacri Rosvriv, Trinacri Rosvriv!  ¡Estos dan la bienvenida a la familia del Loto Violeta de Meishan Yu!

Pero las figuras que más destacaban eran dos hermosas personas idénticas entre sí muy parecidas a Tía Yu.

―!Ziyuan, Fengmian, A-Cheng, A-LI!

Que personas más bonitas.

―¡Tía Qiu! ¡Tía Ji! ¡Abuela!―dijeron al unisonó A-Cheng y A-Li. Quienes dejaron los brazos de los adultos para correr hacia sus tías quienes les tomaron en brazos mimándolos con su perfume una y otra vez ante los ojos de Yu Huitou, quien les dio la bienvenida a ambos.

―Yanli, Wanyin. Bienvenidos a Meishan.

Los ojos de Yu Huitou pasaron a los reyes y guardianes. Con los niños en brazos las hermanas fueron hacia Yu Ziyuan y Jiang Fengmian.

―MianMian, Ziyuan, nos alegra que ya hayan llegado.

Aquellas sonrientes personas abrazaron a Jiang Fengmian dejando a los niños abajo, frotaron narices con Yu Ziyuan hasta que sus ojos se encontraron con el pequeño A-Ying, quien rápidamente se escondió en el pecho del Loto Violeta Yu.

―¿Pero que tenemos aquí? ¿Quién es esta criatura tan linda?

Con gentileza Yu Ziyuan habló:―A-Xian, ellas son mis hermanas, Yu Qiutian y Yu Jiyi. Jiabries, él es Wuxian, A-Ying.

―Hola, pequeño A-Xian, eres tan adorable y pequeñito, una linda cría adorable.

―Hola, A-Xian bienvenido a Meishan Yu.  Eres muy tierno y tus ojos son tan brillantes. ¿Te gustan los bollos dulces?

―Hola, si me gustan. Muchas gracias por recibirme. Es un gusto.

―El gusto es nuestro, pequeño lotito.

―Su alteza real, Ziyuan. Pequeño Wuxian. Bienvenidos a este su XingXing Shi.

―Hmn.

Con voz cortés Jiang Fengmian saludó a la Líder del Clan Yu.―Este Fengmian agradece a la Mayor Yu.

Tras algunas palabras más la Líder del Clan Yu les llevó hasta el carruaje. El carruaje era bastante grande y amplio, de madera oscura decorada con hermosas figuras de osos tallados. El carruaje era exquisito, elegante y brillante.

Pero lo más bonito de este eran los enormes caballos negros de melenas onduladas decoradas con piezas de platas, trenzas y cuentas, y sus grandes pezuñas ornamentadas con espeso pelaje.

―¡Son caballitos! ¡Tía Yu, son caballitos bonitos! ¿Puedo acariciarlos?

―… ¿Te gustan los caballos?

―¡Sí, me gustan mucho! Son de mis animales favoritos.

―Ve entonces.

Y sin dudarlo le dejo ir a acariciarlos. A-Cheng tiró de las túnicas de Jiang Fengmian pidiendo lo mismo junto a A-Li y los tres acariciaron a los caballos que dócilmente bajaron sus cabezas hacia los niños aceptando gustosamente sus mimos ante la vista de los adultos.

Y las hermanas Yu junto a Jiang Fengmian solo pudieron pensar en algo.

Wuxian se parecía mucho a Yu Ziyuan. Más de lo que parecía en realidad.

El carruaje se abrió camino por las calles de Meishan Yu hasta el gran Palacio HanYu. Aquel que abrió sus puertas para darle pasó a la familia real Jiang.

Cuando salieron del carruaje hermosos patrones de loto en el suelo fueron lo primero que vio, antes de que las guardias llegaran y los llevaran a uno de los patios, en donde se encontraba un edificio con dos pisos de altura. El piso inferior tenía dos puertas, mientras el superior solo una conectada a una gran escalera.

La decoración tradicional era cálida a pesar de que aún estaban en invierno, el estanque de lotos se mantenía en calma y el constante aroma a flores de loto olía peculiar, diferente a los lotos que había olido en el exterior.

Pero lo que era más bonito del lugar era que todo estaba adornado con cientos de velos y patrones de flores de loto.

Con curiosidad A-Ying preguntó.―¿Están celebrando algo?

La Líder del Clan Yu contestó.―Aun no, pero ya estamos preparándonos para celebrar la Ceremonia de Presentación Espiritual del pequeño Wuxian.

A-Ying no pudo evitar la sorpresa.

¿En verdad celebrarían esto?   

Aun cuando se estaban tomando las molestias de prestarles su templo para que A-Ying sellara su pacto con el guardián Suibian, también iban a celebrar por A-Ying.

Eso era sorprendente.

―Muqin, cuando sea mi Ceremonia de Presentación Espiritual, ¿también será en Meishan?

―Dependerá de cómo sean las cosas. En este caso la ceremonia de A-Ying será en Meishan porque aún estamos encargándonos de algunas cosas que no permitieron que hubiera un espacio en los horarios de Yunmeng Jiang. Pero si así lo deseas así lo será.

Una de esas cosas eran los problemas que aún le estaban dando a Yu Ziyuan esos ancianos.

Como una extranjera aunque era el rey no sería fácil someterlos. Yu Ziyuan necesitaba ser más inteligente y por ello estaban haciendo esto a escondidas de los ancianos.

Una vez la Ceremonia de Presentación Espiritual de A-Ying fuera hecha en Meishan, el lugar que un día iba a gobernar, los ancianos ya no tendrían muchas opciones más que aceptar que A-Ying era el futuro señor de Meishan Yu.

Una vez instalados Yu Ziyuan cumplió su promesa y llevó a los niños a las zonas de animales pequeños que eran adaptada para un crecimiento saludable, lejos de los grandes animales de Meishan Yu.

Meishan Yu era bastante protector con cada una de las criaturas que habitaban sus tierras, dándole el mismo valor a cada vida que había nacido sobre la tierra. Aquello que formaba parte de su cultura y tradiciones.

Y la misma educación que ahora Yu Ziyuan les estaba dando a sus hijos.

Yu Huitou era consciente que Yu Ziyuan ya había comenzado a explicarles cosas básicas a los niños.

Como el derecho a una vida digna para todas las especies así como una muerte digna y pacífica. El amor de Meishan Yu por cuidar a cada especie como un guía espiritual en su largo camino en este mundo.

Y era claro que ese cachorro que miraba emocionado los zorros de la pequeña villa zorro de Meishan Yu no sería la diferencia.

―La vida es tan importante como la muerte porque ambos son una parte vital para el ciclo que gobierna este mundo. De la misma manera cada criatura en esta tierra tiene derecho a una vida digna, así como una muerte digna.

―¿Eso significa que podemos rezar por las criaturas que vamos a comer?

―Es lo correcto. Debido a que somos criaturas que también necesitan comer carne es imposible vivir solo de semillas, cereales, frutas y verduras. Necesitamos la carne, es verdad, pero eso no significa que debamos ser crueles con aquellas criaturas que nos proporcionan su carne. Por eso rezar por los peces, faisanes y demás animales es tan importante como cuidar de ellos y darles una vida digna y una muerte digna sin dolor.

—¿También podemos rezar por los demás animales?

—También podemos hacerlo. Todas las especies de este mundo merecen el mismo amor, cuidado y piedad que los humanos exigen para sí mismos. Toda criatura que ha nacido en este mundo tiene derecho a que otros se preocupen por ella y la protejan.

Los ojos de A-Ying brillaron con aquel nuevo conocimiento que le hacía sentir que todo esté tiempo había estado en lo correcto de rezar por los seres vivientes y no vivientes de este mundo.

A través de las calles de Meishan Yu la Reina Alfa Yu les mostró tantas cosas maravillosas que A-Ying no pudo evitar mirar con curiosidad.

Los animales salvajes como osos, leopardos, tigres y panteras caminaban por las calles sin que la gente se asustara, los lastimara o buscara huir de ellos. No había trampas, no había lanzas, Los trataban como si también fueran miembros de su clan. Seres con los mismos derechos representados por aquellos collares en sus cuellos.

Entre más tiempo pasaba en Meishan Yu, más comprendía ciertas cosas.

Y la más importante de ellas era que el conocía está cultura.

Aún si no recordaba muchas cosas de sí mismo o los años posteriores de su vida, A-Ying sentía que había cosas de este lugar que le parecían familiares. Tan propias como si en realidad…

También fuera su cultura.

En algún momento A-Cheng, A-Li y A-Ying comenzaron a jugar a las escondidas.

Corriendo a través de los pasillos y calles del palacio, los ojos de A-Ying miraron con detenimiento los detalles sobre las paredes y puertas. Sus pasos lentamente se fueron deteniendo hasta que A-Ying se olvidó por completo del juego para centrarse en mirar todo lo que había alrededor.

El gran palacio de Meishan Yu contaba con características que no había visto en otro lugar más que las habitaciones y objetos relacionados a Tía Yu.

El sin fin de estatuas y grabados cuidadosamente trabajados. Los colores y ornamentos sobre la madera y las joyas. Las figuras de dragones entre las escaleras de piedra dobles protegidas por enormes leones ancestrales o los dragones enredados en los grandes pilares.

Había algo en el aroma de ese lugar que hizo que A-Ying sintiera que algo le llamaba a la gran puerta a unos solo metros. Sus pies se movieron sin poder evitarlo, sus ojos miraron aquella puerta tan llamativa, de madera de roble y los ojos de A-Ying no pudieron evitar mirar con curiosidad los símbolos en las piezas de plata sobre la puerta.

Esto no era algo que había visto antes.

Parecía una especie de… cresta, un símbolo extraño, como una especie de rueda con una serie de elementos que podían compararse con enredaderas o espinas. Algo que se parecía… a algo que… no podía suceder en este mundo, este planeta.  

Algo demasiado grande para que siquiera pudiera este planeta ser más que una pequeña partícula rotando y trasladándose en el inmenso espacio junto a miles de estrellas, satélites y planetas…

Esto era… ¿una galaxia?

Parecían ser… miles de ellas o…

Miles de dragones durmiendo en un gran anillo de estrellas y galaxias en medio del infinito espacio.

A-Ying inclinó su cabeza sin entender del todo que era eso.

Entonces sintió que alguien lo miraba.

Los ojos de A-Ying miraron a la izquierda. No había nadie en realidad, solo ese gato negro sentado ahí, mientras sus ojos le miraban con una curiosidad que hizo que A-Ying sintiera como algo demasiado fija para ignorar.

Era… familiar.

El gato se levantó, su cuerpo giró y sus patas le llevaron a un extraño pasillo, perdiéndose al dar vuelta en la esquina izquierda. Los ojos grises miraron en silencio y sospecha, vapor helado salió de los labios de A-Ying como la niebla o las nubes del cielo, su nariz se movió rápidamente. Olfateando encontrando un aroma familiar en el rastro de ese gato.

Eso no es su cuerpo real, eso es… un cascarón temporal. Está llamándote.

Y sin poder evitarlo, su pie derecho dio el primer paso.

Entre más rápido iba, A-Ying tuvo que correr más rápido a través de las calles y pasillos de aquel palacio que comenzó a parecerse más a un laberinto en donde aquella figura lentamente parecía mucho más lejos de A-Ying. Incluso cuando líneas negras y rojas aparecieron en sus párpados comenzó a correr a cuatro patas.

Una angustia creciente se apoderó del corazón de A-Ying, el deseo de alcanzar a aquel gato y no perderlo de vista fue superior que su propia razón.

Pero a pesar de sus intentos por no perderlos en algún momento de su trayecto aquella persona simplemente desapareció y A-Ying solo pudo seguir el último punto en donde lo vio con la esperanza de poder encontrarla.

Pero cuando llegó a ese lugar lo único que encontró fue la salida a una gran plaza.

Había muchas cosas llamativas en ese lugar que hacían que esa parte destinada al culto fuera algo inusual a lo que estaba acostumbrado. Talismanes, banderas, estatuas de osos y demás. Aquel edificio frente a él era tan grande e intimidante, imposible de ignorar como aquel aroma que hacía que ir a ese lugar pareciera mucho más llamativo que cualquier cosa.

Una parte de él se cuestionó si no estaba yendo demasiado lejos, después de todo, A-Ying solo era un invitado en este lugar que no era su hogar. Pero entonces sus ojos pasaron a las guardias, no parecían interesadas en detenerlo, por el contrario. Le ofrecieron suaves reverencias como saludo y miraban interesadas. Expectantes.

Como si esperaran que entrara ahí.

Y A-Ying no pudo negar seguir ese instinto.

Su cuerpo estaba perfectamente cubierto con un gran abrigo violeta mientras la nieve cubría el palacio. Las estatuas de leones espirituales que protegían el templo habían sido limpiadas esa mañana y aun así sus lomos y enormes alas ya estaban decoradas con la nieve blanca como las nubes sobre el cielo.

Con una sonrisa radiante el cachorro se acercó hasta la puerta del templo, dio un salto entrando y pasando el borde de la puerta.

Sus ojos brillaron emocionados mirando cada decoración. Flores de lotos violetas en un vitral sobre el techo. Esculturas de osos, caballos, tigres y panteras escoltaron sus pasos.

Lo primero que encontró dentro del templo fue el aroma a sándalo del incienso, había decoraciones llamativas dentro, velas, estatuas de animales salvajes, papel sagrado pero lo que más llamó su atención era aquello que se encontraba en ese gran altar.

En el altar había una mesa con palos de incienso, ofrendas como bollos dulces, nísperos y tanghulu. Tambien había varios floreros en donde varias flores de muchos colores ornamentaban a mesa que tenía varias sillas y cojines y frente a cada silla había un platillo con comida.

Como si en vez de ser el altar del dios del templo fuera una mesa que invitara a las personas que entraban aquí a comer.

Sin saber porque aquella imagen le hizo sonreír.

Incluyendo esas bonitas flores blancas de inusuales pétalos.

Pero lo más llamativo era que sobre ese lugar que parecía ser un altar, en el lugar que parecía ser el lugar principal del aquella gran mesa…

Estaba un trono de oro decorado con dragones vacío.

La imagen de aquella sombra lentamente se abrió paso a su lado, pudo notar como los ojos de la sombra miraban seriamente ese trono aun si estaba de espaldas a él. Las emociones de la sombra eran tan palpables como la confusión de A-Ying.

Y entonces la sombra habló.

¿Qué hace nuestro trono… en este lugar?

―A-Ying.

Entonces la voz de Yu Huitou lo hizo salir de sus pensamientos.

Dándose la vuelta A-Ying se encontró con el aspecto sorprendido de la Mayor Yu, quien miró entre la gran mesa, la estatua, el interior del templo y el cachorro. El mismo que se acercó a ella y con una reverencia se disculpó.

―A-Ying lo siente. Estaba jugando con A-Cheng y A-Li y buscaba un escondite, pero termine entrando a un lugar que no debía. Perdón.

Para su sorpresa no pudo olfatear molestia en las flores de loto de Yu Huitou, solo un gran toque de nostalgia y sorpresa.

La mujer se agachó a su altura y habló con suavidad. ―No tienes que disculparte, no has hecho nada malo. Este lugar llamó tu atención, ¿no es así? Eso significa que fue por algo en especial.

―Yo… solo entre porque me pareció que es un templo muy bonito.

―¿Te gusta de verdad?

―Sí, es muy bonito. Igual que el trono que está en la cabecera de la mesa.

Los ojos de A-Ying pasaron al trono. La sombra seguía de pie ante el mirando el lugar con sospecha y curiosidad. 

Los ojos de Yu Huitou pasaron su mirada a la estatua del templo.

El dragón era tan grande como una enorme serpiente medidora, su cuerpo serpenteante yacía enrollado en varios anillos, dándole una mayor altura al dragón que se mantenía con la cabeza apuntando hacia el suelo, posado sobre varias nubes que estaban esculpidas en una gran flor de loto. Debajo de su cabeza su hermosa perla brillaba entre las nubes como las que escondían su pies y manos.

Y sus grandes ojos estaban cerrados como si estuviera dentro de un gran sueño.

Así que A-Ying podía ver lo que solo esa persona podría ver.

―Abuela Yu, ¿de quién es ese trono?

―Pertenece al patriarca de nuestro clan. El señor que dio forma a nuestra cultura.

―¿Patriarca?

―Él es nuestro ancestro, A-Ying. El patriarca de Meishan Yu. Fue inmortalizado en la forma de un dragón como por su gran valentía y el deseo puro de su corazón de ayudar a la humanidad.

―Oh.

Mentira. No puedes inmortalizar como un dragón a algo que ya lo es.

A-Ying no pudo evitar la sorpresa ante esas palabras.

―¿Él quiere mucho a los humanos?

―Los ama, tal vez más de lo que ellos mismos podrían amarse. Para él cada vida que ha nacido en esta tierra es sagrada.

―Oh. ¿es por eso que hay muchos animalitos bonitos aquí?

―Así es. Él ama mucho a los animales y aquellas criaturas que los humanos llaman bestias. Las bestias también lo aman, esa es la razón por la que podemos sentir sus sentimientos y ayudar cuando tienen problemas.

Algo vino a la mente de A-Ying. Un destello tan frágil como una mariposa.

La hermosa imagen de un gran oso alejándose a la profundidad del bosque junto a su osezno.

—¿Pueden hablar con los animales?

La Líder del Clan Yu sonrió.

—Es más complicado que eso, digamos que podemos sentir sus emociones y estas se transmiten a nosotros como palabras que podemos entender.

―¿Los animales también aman al Patriarca Yu?

―Lo hacen, los animales también aman al Gran Ancestro Yu.

—¿Gran Ancestro Yu?

Los ojos de A-Ying pasaron de la mujer al gran trono de oro varias veces. La curiosidad atrapó su corazón.

—Hmn. Esa es la forma en la que le llamamos.

—¿Cómo se llama el Gran Ancestro Yu?

—… Su nombre ancestral, aquel que el mismo dio a conocer al mundo cuando aceptó ser un Dios es… el Gran Yu Laoying.

El viento movió las ramas y las hojas de los árboles que aun yacían llenos de verde. Entrando lentamente por la puerta del templo, balanceando los velos y linternas que colgaban del techo.

Yu Laoying.

Ese nombre…

Sonaba familiar.

¿Dónde había escuchado ese nombre?

El Gran Yu Laoying.

Una sonrisa sin gracia atrapó el rostro de A-Ying.

¿Por qué … ¿Por qué sentía algo de vergüenza al escuchar el titulo completo?

Y entonces la voz de la sombra llegó a A-Ying.

Yu… Laoying… ese nombre… he oído ese nombre entre sueños muchas veces… Si alguien quiere nuestra ayuda debe decir ese nombre y lo escucharemos de inmediato.

Sus ojos se encontraron con los de la sombra. Y con una sonrisa dio una sola indicación.

Solo tú puedes verme, ¿lo recuerdas? Nadie más que tú. Aun si estas en el territorio de los Yu eso seguirá siendo así siempre.

El pequeño A-Ying miró seriamente a esa persona que parecía entender muchas cosas que A-Ying no.

Aun si no sabía si era correcto prefirió callar.

―¿Por qué Laoying?

―Lao por ancestro y Ying por niño.

Niño.

―Ah, ¿Cómo A-Ying?

Las manos de Yu Huitou tomaron su rostro, sus ojos miraron al cachorro de una forma que A-Ying no supo descifrar.

―Así es. Tal como A-Ying. El ancestro con el corazón de un niño. Un corazón tan puro como solo podría esperarse del único y verdadero Dios de este mundo. Y el Dios que nosotros esperaremos pacientemente hasta que pueda volver a casa junto con su amado Zhiji.

Yu… Laoying.

Zhiji.

―Te amo, A-Ying.

Y entonces pudo escuchar la voz de alguien más.

―¡A-Ying!

Los ojos de A-Ying giraron para encontrarse con la imagen de Yu Ziyuan. Y sin poder evitarlo fue a ella abrazándose a sus piernas.

―¡Tía Yu!

La mujer se agachó acariciando su cabeza, su voz mostró preocupación.

―¿En dónde te metiste? A-Cheng y A-Li llevan rato buscándote.

―Creo que me perdí viendo muchas cosas bonitas y terminé aquí. Lo siento.

Yu Ziyuan suspiró. Sabía que A-Ying estaba a salvo en Meishan Yu más que en cualquier otro lugar, pero no pudo evitar preocuparse cuando no lo vio junto a los cachorros.

―Está bien, pero no vuelvas a alejarte tanto si no hay alguien contigo.

―Lo prometo.

Cuando la imagen de A-Li y A-Cheng fue presente junto a Jiang Fengmian, la Reina Yu mando al cachorro junto a aquellos tres antes de levantarse y mirar seriamente a su Dribrian.

―¿Qué estaban haciendo?

―Le estaba enseñando sobre su gran ancestro. Su cultura y su Dios.

Yu Ziyuan miró seriamente y en sus ojos no encontró mentira a pesar de su creciente sospecha. Pero Yu Ziyuan suspiró.

Pelear no le llevaría a nada, además era el lugar menos apropiado y los niños estaban aquí. La alfa no parecía mentir, así que era mejor dejar las cosas así.

―Está bien.

―Ziyuan, le interesa su propia cultura. Su sangre siente el llamado de sus raíces. El simple hecho de que llegara hasta aquí es una muestra de que Wuxian puede sentir el llamado del templo, los elementos de la naturaleza; la tierra y las estrellas en general. El llamado de nuestro Gran Ancestro Yu.

Yu Ziyuan frunció el ceño.

―Él aprenderá, pero no quiero que nadie lo confunda. No quiero que tú lo confundas.

―Sé que no quieres que lo confunda, pero no puedes negarle el conocimiento de sus raíces, de su gente. No puedes negarle a un dragón sus escamas pensando que no peleara por recuperarlas a toda costa. Wuxian está interesado por lo que somos, el que haya llegado a este punto es la clara muestra de que eso que los humanos de exterior llaman coincidencias no existen.

―Además, si le niegas buscar las respuestas que busca, las voces que escucha o lo que puede sentir sobre nosotros y esta tierra. Su cultura… Si le niegas eso… le negarás ser el mismo y eso puede ser muy doloroso para él.

―… Lo sé.

Lo sabía mejor que nadie.

El color de sus iris era la mayor evidencia de ello.

Pero…

―Pero no quiero que todo sea de golpe. No me importa si él es… quiero que mi hijo tenga una infancia y juventud normal sin que el peso de ser un Yu se vuelva una carga para él.

Sus ojos pasaron con preocupación a A-Ying, su sonrisa brillante llena de inocencia mientras frotaba narices con A-Cheng y lo perfumaba era completamente diferente a lo que un día ella fue.

Pero también esa sonrisa se parecía demasiado a la sonrisa de…

“―Dribrian, ¿crees que pueda cumplir mi sueño?”

Yu Ziyuan sujeto su cabeza presa del dolor. Yu Huitou no pudo evitar preocuparse.

―Ziyuan.

Yu Ziyuan bajo su mano, sus ojos miraron a los niños. No se habían dado cuenta, pero Jiang Fengmian sí. Con un asentimiento Yu Ziyuan le dio a entender que estaba bien.

―Estoy bien.

Yu Huitou miró seriamente cuando Suibian llegó a ellas junto a Zidian. La mano izquierda de Suibian se puso sobre el hombro de la Reina Yu. Acercándola a él en un abrazo que se interponía entre Ziyuan y Yu Huitou.

Y esos ojos dorados le miraron como una bestia que no estaba dispuesta a permitir que dañara a su cría.

Fríos, protectores. Llenos de molestia.

Esa fue la señal para que Yu Huitou se alejara de ellos. Caminando hacia los niños antes de que una guardia le llamara y tuviera que retirarse.

―A-Yuan.

―No es nada, no tienes que preocuparte.

―Está bien, entonces qué tal si me ves a los ojos.

Cuando Yu Ziyuan obedeció el toque sorpresa de la nariz de Suibian sobre su nariz hizo que los ojos de Yu Ziyuan se abrieran sorprendidos. Mirando como un suave golpe de polvillo dorado chocó contra su rostro, entrando por sus ojos y fosas nasales sin producir dolor o comezón hasta que el dolor simplemente desapareció.

Con una sonrisa Yu Ziyuan cuestionó.

―¿Qué fue eso?

―¿Hmn? No sé. Tal vez un boop. Como el toque de narices de un Huli Jing.

Yu Ziyuan no pudo evitar resoplar con un sonido similar al de una risa.

―Eso significa que no tienes problemas con frotar narices aun cuando ya tengo veintiséis años.

―¡Claro que no! ¡Siempre podremos frotar narices si así lo quieres! ¡Mi pequeña A-Yuan puede frotar narices con sus Shifus cada que quiera! Ven, Zidian, frotemos narices juntos.

Tiró del cuello de Zidian con su brazo, haciendo que el guardián se molestara.

―¡No me metas en tus cosas melosas!

―Yo tambien te quiero, Zidian.

Yu Ziyuan miró seriamente a sus guardianes antes de que su mirada se suavizara y pasara a sus hijos. Los mismos que corrieron hasta ella, abrazándose a sus túnicas.

Y Yu Ziyuan supo que aunque los sueños continuaran como aquellas visiones, si los guardianes que la habían criado estaban a su lado como una parte más de su familia. Yu Ziyuan podía tener esperanza de que todo saldría bien a pesar de lo inevitable.

Aun cuando ella ya no estuviera aquí.

 

 

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Aunque A-Ying no volvió a mencionar nada al respecto, no dejo de pensar en lo que había pasado ese día.

Desde cierto tiempo A-Ying había descubierto que los adultos no podían ver nada de lo que él veía, los niños rara vez lo hacían.

A-Ying no quería asustar a los adultos al punto que podría poner en peligro la confianza que tenían en él, pero aún tenía curiosidad. Deseaba descubrir porque él si podía ver todo eso y sobre todo.

¿Por qué solo A-Ying podía ver a esa sombra?

¿Qué era la sombra en primer lugar y porque seguía a su lado desde hace mucho tiempo?

Sin embargo, A-Ying no pudo encontrar la respuesta.

Porque tan rápido como despertó al siguiente día, los preparativos para su Ceremonia de Presentación Espiritual comenzaron.

La habitación rápidamente se llenó con muchos sirvientes con muchos paquetes. Túnicas blancas le fueron presentadas con los bordados de osos, cuervos y conejos. Tía Yu le había dicho que aquellos bordados eran parte de la cultura Yu, en donde las criaturas que apreciaba harían un trato de protegerlo en el futuro desde el momento en que sus pies tocaran el templo sagrado.

A-Ying no pudo evitar prestar atención a cada capa. Los bordados blancos de aquellas túnicas eran especiales, Tía Yu lo había dicho. Aquellas túnicas cambiarían a un color en especial para cuando su lazo con el maestro inmortal Suibian se formará.

―Recuerda, A-Ying. Debes ser muy cuidadoso con estas túnicas, son especiales. Solo cuando tu lazo con Suibian esté formado apropiadamente las túnicas tomaran los colores que te corresponden.

―Pero, ¿Qué colores tomaran?

―Hay una serie de colores que pueden tomar según nuestra cultura, pero eso es algo que no sabremos hasta ese momento. Por ahora debes evitar correr o hacer algo que pueda ensuciarlas, ¿está bien?

―Está bien. Pero aun no entiendo algo. ¿Qué significara ese color? ¿Cuál es el verdadero significado del color que tomen estas túnicas?

Por un momento Yu Ziyuan mantuvo silencio. incapaz de contestare a su hijo aquella pregunta. Sin embargo, al final habló.

―El color que tomen estas túnicas habla sobre tu alma y aura, A-Ying. El color que tomen es el mismo color de tu espíritu. A través de este no solo podemos saber eso, sino también lo que te depara el destino.

Poniéndose de rodillas frente a él, Yu Ziyuan presentó ante A-Ying un curioso tocado formado por varias cuentas de piedras igual que aquel que estaba usando Yu Ziyuan. Decorando entre plata, oro y joyas la cabeza de la Reina Yu.

―A-Ying, a partir de este momento tienes que usar esto sobre tu cabeza. Se llama Conexión Espiritual. Es parte de la tradición. En las ceremonias sagradas de Meishan Yu nosotros tenemos que usar velos y cuentas en una señal de respeto a nuestros ancestros. Pero también estas piedras y tocados existen como una protección. Son una señal de que nuestros ancestros nos protegen desde el cielo como estrellas, esperando el momento de reencontrarnos en una nueva vida.

―Oh. Es una tradición muy bonita.

―¿Lo crees?

―Sí, es muy bonita igual que esas piedras y piezas bonitas.

―Hmn. Eso es bueno porque ahora tendrás que usar esto para entrar al templo. Aunque no vives en Meishan es necesario usarlo para entrar al templo profundo. Así que, ¿puedes quedarte quieto mientras lo ajusto?

―Está bien.

Obedeciendo a las palabras de Yu Ziyuan, A-Ying permitió que la alfa peinara sus cabellos hasta que quedaran tan lisos cómo fue posible. Tres capas nuevas fueron colocadas sobre la cabeza del niño, las largas capas se extendieron por su espalda.

El tocado fue posado sobre su cabeza, permitiendo el espacio a una pequeña corona decorada con un velo que fue puesta sobre la cima de la cabeza de A-Ying. Cubriendo por completo entre sus velos y seda el cabello de A-Ying.

A pesar de la comezón que le daban las piedras sobre su entrecejo, A-Ying no se quejó por ello. Menos cuando las dos ataduras que yacían sobre el frente de la corona fueron soltadas y el velo de la corona cayó frente a su vista distorsionándola un poco.

El velo le daba algo de comezón, pero desde el palanquín en donde estaba sentado, A-Ying no tenía que preocuparse del camino al ser llevado por Tía Yu, la abuela Yu y aquellas personas que fueron presentadas como las hermanas de Tía Yu.

El viaje fue algo aburrido, pero cuando el palanquín bajó y las cortinas se abrieron incluso con el velo sobre su rostro, A-Ying pudo detectar que estaban en un enorme bosque.

El Templo Profundo de Meishan Yu se encontraba en lo profundo del bosque de agar de sus tierras. El lugar más profundo era el centro de ese bosque, siendo justo el lugar en donde se encontraba el Templo Profundo de Meishan Yu.

El Templo Profundo era una curiosa construcción formada por un gran techo sostenido por gruesos pilares decorados con la forma de dragones. Sin pared alguna la construcción daba una vista más adecuada de las dos grandes estatuas que yacían en el interior.

Un dragón y un fénix danzando entre las nubes mientras una enorme y gran perla se encontraba en el centro, posada sobre una montaña. Como si esperara pacientemente a que su dueño la tomara.

Pero lo que hacía más sorprendente aquel lugar era el curioso estante circular que rodeaba los terrenos del templo. Fresco y celeste como el cielo a pesar del clima.

Y lleno de hermosas y brillantes flores de loto violetas de Meishan Yu con ese aroma que las distinguía de todas las demás, al igual que el inusual color que parecía brillar como las linternas.

Ante un gran camino de flores A-Ying caminó sosteniendo la mano de Yu Ziyuan, pasando en medio de las dos grandes filas de personas de ojos grises y aromas familiares que vestían túnicas tan bonitas como las que vestían en ese momento a A-Ying.

El pequeño A-Ying, vestido con joyas de oro y plata continuó su andar tal y como Yu Ziyuan le había enseñado.

Los ojos de las personas Yu no pudieron evitar mirar con asombro a ese pequeño niño. El llamado inusual de su sangre les llevó a olfatear disimuladamente sin querer asustar al niño. Pero tal como las había pasado cuando A-Cheng nació, había un aroma inusual en este pequeño que les recordaba a alguien de hacía mucho tiempo atrás.

A un Yu de hacía mucho tiempo atrás, alguien a quien las estrellas reconocían como lo hacían con el pequeño ChengCheng.

El extraño velo sobre su cabello suelto se sentía cómodo, pero el velo que cubría su rostro hacía que A-Ying tuviera comezón.

Sin embargo, cuando llegaron ante lo que parecía ser un altar, Yu Ziyuan los hizo detenerse y agachándose a su altura reveló su rostro. Frente a A-Ying había un gran trono de piedra blanca como las estatuas subiendo las escaleras que tenían un dragón grabado en la piedra en el centro.

No debes pisarlo, está aquí para cuidarte. Los arboles le dijeron al igual que las flores. Tal como el cielo y el viento el día anterior.

Yu Ziyuan lo tomó entre brazos, ofreció un suave asentimiento al dragón grabado en piedra como un saludo y subió las mismas por un lado de las escaleras sin pisar al dragón, dejándole sentado sobre el trono extraño que era mucho más grande de lo que A-Ying podría imaginar.

Los ojos de Yu Ziyuan le miraron seriamente. A-Ying le dio una dulce sonrisa. La Reina le explicó.

―Ahora el Lama que es como el sacerdote de Meishan Yu dará unas palabras. Sé un buen chico y quédate sentado, deja que todo se haga como es.

―Está bien.

Cuando Tía Yu bajó las escaleras una persona vestida de blanco apareció. Los bordes de sus túnicas estaban decorados de oro. Compartió unas palabras con Tía Yu en su lengua.

A-Ying no entendió que dijo, pero comprendió que era mejor quedarse quieto en su lugar cuando el Lama comenzó a hablar ante las personas en el templo con una voz suave, pero firme.

Bajando la mirada en silenció A-Ying movió sus piececitos aburrido.

Tía Yu había dicho que A-Cheng y A-Li aun no podían ir porque eran cachorros. Solo el cachorro que tendrá una ceremonia importante puede entrar al templo. El Tío Jiang se había quedado con ambos niños al igual que los guardianes gemelos. Por lo que los únicos extraños en ese templo eran A-Ying y la persona que sería su guardián.

En algún momento cuando sus ojos se elevaron se dio cuenta que la atención de todos pasó a A-Ying, quien no pudo evitar sentirse un poco avergonzado. Un gong fue tocado asustando al niño y dándole paso a varios omegas que traían varias telas blancas entre sus brazos, pero la persona que más le llamó la atención fue esa bonita omega con una charola de plata.

El Lama chocó las palmas, las campanillas de sus brazaletes resonaron. Aquella persona se acercó junto a dos omegas más. Los omegas lanzaron pétalos de flores alrededor del trono cayendo incluso sobre las túnicas del niño, A-Ying ya sabía que debía hacer.

 

―Solo debes extender tus manos al frente con las palmas hacia el cielo. No tienes que preocuparte, no será por mucho tiempo. Solo tienes que hacerlo para que ellos puedan proceder.

 

Tal como Tía Yu le explicó la charola se levantó revelando dos bonitos pastelillos. Uno con la forma de una flor de loto violeta con trece pétalos y el otro era una flor de orquídea blanca como la nieve.

 

―Esos pastelillos representan al Gran Ancestro Yu y su Noble Consorte Leizu. En algún momento podrás comerlos, son muy deliciosos. Pero cuando los pongan en tus palmas debes sostenerlos hasta que yo te diga que ya puedes comerlos.

 

A pesar de lo bien que olían A-Ying se quedó quieto en su lugar sosteniendo ambos postres mientras el Lama daba otras palabras. Sus pies se movieron de un lado a otro hasta que pudo oler las flores de loto de Yu Ziyuan tomando su hombro.

Desde su lugar Yu Ziyuan le dio un asentimiento, sus ojos pasaron al Lama quien con sus manos le indicó que ya podía comer ambos. La flor de loto antes que la orquídea. A-Ying obedeció comiendo cada uno con calma hasta que ya no quedo nada.

Yu Ziyuan levantó sus manos, comenzó a hablar en lengua Yu moviendo sus manos frente a A-Ying haciendo una curiosa inscripción.

Cuando sus palabras en lengua Yu fueron dichas, decidió decirlas en mandarín.

―Este es mi corazón, esta es mi alma y ambos siempre estarán contigo. Incluso después del tiempo mismo. ―sus manos envolvieron en energía dorada aquellos caracteres que seguían flotando ante ellos, mismos que se volvieron en una larga tira de flores de loto que Yu Ziyuan pasó por el cuello de A-Ying convirtiéndolos en un collar.

―Ahora de la misma forma te estoy otorgando el derecho de algo sagrado para mí.

Uno de los omegas se acercó con un cojín siendo sostenido entre sus manos. Sobre el cojín violeta descansaba un tótem de oso tallado finamente en plata.

La frente del oso estaba decorada con una piedra violeta y gentilmente Yu Ziyuan lo tomó llevándolo hasta el niño. Pasó el cordón por su cuello y ató el nudo del tótem que fue colocado cuidadosamente sobre las túnicas de A-Ying. Descansando sobre el pecho del niño.

―Este es tu guía espiritual. Las bestias con esta forma cuidaran tu camino tal como llevan haciendo desde hacía muchas vidas atrás. Cuídalo mucho porque este tótem simbolizan tu corazón y espíritu. Mientras el tótem este a salvo tú también lo estarás.

Gris y violeta se encontraron, la sonrisa del cachorro fue brillante y una suave pero hermosa sonrisa atrapó los labios de Yu Ziyuan.

Entonces el Lama volvió a decir algunas palabras, varios omegas se acercaron junto al Lama hacia el niño. Yu Ziyuan bajó las escaleras mirando atentamente cuando el Lama destapó una de las charolas revelando un pincel y tinta roja.

Cuidadosamente el Lama trazó un delineado en los párpados bajos y altos del cachorro, dos delineados negros para los párpados superiores y dos rojos para los párpados inferiores. Dos líneas largas fueron pintadas sobre sus cejas, como las cejas de una bestia que bajaba hasta el centro marcando la forma del contorno de su nariz.

Un sello suave y pintura violeta fue puesta ante el sacerdote que tomando una cantidad generosa llevó el sello a la frente de A-Ying. Levantando un poco la banda de seda colocó el maquillaje Huadian en su frente con la forma de una flor de loto de trece pétalos, seis perlas y dos espadas elevándose hacia el cielo.

Siguiendo la tradición varios puntos decoraron las sienes del niño bajando hasta sus pómulos donde un sello de esponja suave posó el patrón de una serie de escamas en cada pómulo. El pincel marcó dos líneas iniciando desde debajo de las escamas bajando por la piel dejando una punta fina. Y el pincel del Lama pintó dos puntos en los hoyuelos del niño.

A pesar de la comezón ante el toque del pincel sobre sus ojos y mejillas, A-Ying se quedó quieto haciendo todo de si por no reír. Un buen niño debía quedarse en silencio ante algo serio.

Entonces el gong volvió a sonar y una figura familiar apareció ante A-Ying, haciendo inevitable que el niño sonriera lleno de emoción.

Ante un gran camino de flores y personas de aquel misterioso clan, Suibian se abrió paso hasta el pequeño niño vestido con túnicas blancas. El mismo niño sentado ante él en ese gran trono de piedra blanca.

Subiendo las escaleras por el lado izquierdo como era la tradición, Suibian supo que era el momento de presentarse ante su futuro Rey.

Sus manos extendieron su capa con elegancia, su rodilla tocó el suelo mientras su pie derecho se mantenía firme sobre los pétalos. El Lama dio varias palabras antes de que un grupo de omegas trajeran una capa blanca que colocaron sobre los hombros de A-Ying.

El Lama habló, los ojos de Suibian no pudieron apartarse de Yu Ziyuan. Preguntándose internamente si estaría a la altura de ese trabajo.

Después de todo, ese niño era la persona que su padre buscó durante años entre el ciclo de las almas. El Gran Yu Laoying, el amado ancestro que este clan había esperado durante tantos años, creando este hermoso paraíso solo para él.

Pero sobre todo, era una alma dividida en dos por el dolor que necesitaba ser amada de la mejor manera para que no se dejara caer en la oscuridad.

¿Realmente Luo Dongxing podría ser el guardián que este niño necesitaba?  

Entonces llegó el momento de que Suibian hablara.

―Yo, el Inmortal Polilla de Oro, guardián espiritual de su Alteza Real Yu Ziyuan acepto el trato.

―Su Alteza, su turno.

―Yo, Yu Ziyuan, hijo de Yu Huitou y Wu Juhua. El Loto Violeta de Meishan Yu, Rey Alfa de Yunmeng Jiang y sobre todo Dribrian de Wuxian declaro que a partir de este día mi guardián Suibian, será también su guardián espiritual desde este día hasta el final.

Su mirada se suavizó, su voz fue gentil. ―A-Ying, a partir de hoy Suibian cuidará de ti. Confía en él. Siempre estará contigo como un maestro, un guardián y un amigo. Y nunca te dejará solo.

Los ojos violetas pasaron al dorado con una mirada gentil y agradecida. Una sonrisa decoró los labios del guardián.

Yu Ziyuan estaba tan segura de sus palabras como del hecho de que cuando su final llegara, Suibian se quedaría a lado de Wei Ying cuidándolo por ella.

Suibian aún se sentía algo preocupado al respecto, pero esa mirada fue suficiente para darle la confianza que necesitaba.

 Su A-Yuan confiaba en él. Su niña le estaba dejando el cuidado de su cría. Aquella que estaba destinada a gobernar YuZhong.

Y aquella que era el hijo que le había dado su gran amor, su Fengxing. Su Zhiji.

Y si ella confiaba en él aun si ya no confiaba en sí mismo, él se esforzaría con todo lo que tenía por cumplir con esta promesa. Cuando las manos de Yu Ziyuan llevaron las suyas a tomar las pequeñas manos del cachorro entre las suyas supo que no había marcha atrás.

Cuando sus ojos se encontraron con la dulce sonrisa de ese niño su miedo fue menor. Incluso aun cuando seguía sintiendo la presencia constante de aquella entidad mirándolo seriamente.

―Yo, Suibian, guardián espiritual de Yu Ziyuan acepto como mi segundo maestro a Wuxian. Protegeré tu vida y apoyare tus sueños, escucharé tu voz y responderé a tu llamado. Tu vida será mi prioridad, tu felicidad será la mía. Te guiaré y cuidaré cada día de mi eternidad. Pero sobre todo mi energía dorada… ahora también es completamente tuya.

Sus manos fueron envueltas con seda blanca y solo una indicación de Yu Ziyuan fue necesaria para que supiera que era hora de conectar sus almas.

Con suavidad Suibian besó las pequeñas manos. Y manteniéndolas entre sus manos unió su frente con la del cachorro. Y la energía dorada comenzó a fluir cubriendo sus cuerpos de aquel polvillo dorado.

La energía dorada fluyó del cuerpo de Suibian en un golpe poderoso envolviendo a ambos con el polvo dorado en un remolino esférico. Siguiendo el proceso natural Suibian inició aquel trato.

Era una unión fuerte y magistral, perfecta y etérea. La tormenta dorada envolvió a A-Ying siendo absorbida lentamente por el cuerpo del cachorro que no pudo evitar inflar sus mejillas ante la risa contenida por las cosquillas.

Tía Yu dijo que no debía hacer ruido mientras se hacia el lazo. A-Ying quería ser un buen niño, así que hizo todo por aguantar.

La sensación superó las memorias como una liberación y una cadena irrompible, el corazón de Suibian sintió la adrenalina apoderándose de su cuerpo.

Siempre era agradable liberar energía dorada. No sabía que haría si un día simplemente no podía botarla libremente. Pero cuando este niño creciera y su Presentación Instintiva rompiera sus cascarones la hora de devolver eta energía a su verdadero sueño hasta la última gota por fin llegaría.

Después de todo, ellos solo mantenían a salvo la energía que le pertenecía a esta persona en realidad.

Pero entonces cuando el lazo entre las almas del guardián y el pequeño receptor se formó por completo algo pasó.

El niño ya no pudo soportar más y soltó una suave risa.

Y con aquella dulce risa su cuerpo comenzó a brillar al igual que las túnicas.

Destellando entre el polvillo dorado que lo había cubierto el niño comenzó a brillar tanto como el astro sol, entre miles de colores envuelto por un brillo dorado que le rodeaba como un gran orbe. Las personas dentro de aquel templo miraron sorprendidos la forma en la que el cachorro brilló mientras las telas que lo cubrían comenzaron a tornarse amarillas y doradas.

El polvillo dorado fue devorado por el agua que emergió de la misma energía dorada que había rodeado a A-Ying, lanzándose hacia la cima solo para volver como una serpiente rodeando al cachorro, crecer como una gran montaña y lanzarse como una enorme ola que rodeó a todos en aquel templo.

Las mismas aguas que comenzaron a brillar en miles de colores ante un pueblo que no pudo evitar regresar su mirada al cachorro.

Y cuando las aguas volvieron hasta el altar entrando en el cuerpo del niño hasta desaparecer. Un extraño brillo tocó la perla de aquel templo, haciendo que todos los presentes no pudieran evitar caer de rodillas ante un confundido A-Ying.

Y entonces A-Ying pudo verlo.

Aquella sombra que fue bañada por polvillo dorado por fin fue tomando forma liberándose por completo de la oscuridad.

Largas y pesadas túnicas negras lo vestían con elegancia. Bordados de dragones plateados, llamas y flores de loto decoraban la seda negra y roja.

El hombre ante él era un alfa, al menos las especies picantes en sus feromonas dejaban claro lo que era. Su rostro era tan hermoso como si hubiera sido tallado por el Emperador de Jade. Una perfecta nariz perfilada, pómulos ligeramente marcados y pestañas espesas posadas sobre un rostro tan blanco como el jade, pero no demasiado frio como el color de un muerto o una calamidad. El pequeño A-Ying no dudo de ello.

Su rostro era claro como la nieve, sus cejas eran tan desafiantes y gruesas como las de Tía Yu. Sus ojos de fénix tenían una mirada escarlata desafiante que también se parecía a la de Tía Yu.

Eran ojos interesantes, decorados por espesas filas de pestañas largas que solo hacían que el delineado negro sobre sus párpados superiores y el delineado rojo en los párpados inferiores destacaran tanto como esa brillante mirada carmín.

Y su largo cabello negro a diferencia de los Yu era mucho más espeso y ondulado como la melena de un dragón, rizado en las puntas rojas que brillaban entre tonos naranjas y amarillos como el sol. Decorado con una linda cinta roja que hacía que A-Ying sintiera que esa persona le fuera demasiado familiar. Más por el flequillo de mechones ondulados y rebeldes de puntas rojas que decoraban su frente.

Al igual que esa curiosa pieza de plata en forma de un dragón que colgaba de esta, y que era idéntica a la que tenía su cinta de cabello que A-Niang le dio antes de despedirse.

Pero lo más llamativo de aquella hermosa persona era…

Que no parecía un humano en realidad.

Grandes astas doradas decoraban su cabeza, como las astas de un ciervo cola blanca pero estas eran de oro puro, oro bendecido por los mismos dragones. Debajo de sus túnicas emergía una larga y gruesa cola negra con escamas tornasol decorada con un hermoso pelaje rojo como la sangre. Y detrás de su espalda había un par de enormes alas decoradas con plumas negras que brillaban en rojo.

Que bien se siente recuperar un poco de nuestra energía dorada, es justo como tomar agua pura de la Montaña que Toca el Cielo.

A-Ying no pudo evitar la impresión ante aquella imagen de esa persona, pero cuando sus ojos miraron entre Tía Yu y el Señor Suibian se dio cuenta que las cosas no cambiaron.

Solo él podía ver el verdadero aspecto de la sombra.

La verdadera pregunta era… ¿Por qué solo él podía verlo?

Suibian estaba paralizado ante la imagen dorada de aquel niño.

Él era Luo Dongxing. Aquel que fue maldecido por el Sistema con el nombre de Suibian, arrancándole la posibilidad de llevar con orgullo ante otros el nombre que le dieron sus padres.

Él era el hijo de Junshang, el Emperador Demonio Luo Binghe que unificó el Reino Demoniaco por amor y el Gran Omega Inmortal, Shen Qingqiu. Aquel que bendijo a la humanidad con la Purificación Instintiva y llevó los conocimientos y técnicas de Meishan Yu a los fundadores de los cuatro grandes reinos que eran los hijos de este misterioso clan.

Y el mismo omega que se había metido con lo tabú para ayudar a este emperador a volver a la vida.

Aquel Emperador Amarillo que hizo que su energía dorada tiñera de dorado y amarillo las telas divinas que los envolvían. Ese mismo que su sonrisa hizo que aquellos ríos de energía espiritual se esparcieran entre la gente y tomaron múltiples colores como una aurora boreal o miles de arcoíris.

Y cuando Suibian pudo ver el destello frágil de luz sobre aquella perla sagrada de los Yu, también pudo ver ante él como en medio de aquella esfera que su energía dorada una figura cobró vida ante sus ojos.

Aquella persona era mucho más alta que Suibian, túnicas blancas y extrañas lo vestían como aquel niño.

Su rostro era tan apuesto que los cielos estarían celosos de su belleza. Tenía una sonrisa tan brillante como la de Hua Fengxing y los ojos de Yu Ziyuan, incluyendo el mismo color. Enmarcando su cálida mirada en esos par de delineados negros y rojos. Su cabello negro se ondeó con los ríos multicolor como las túnicas que vestía.

Y cuando ese niño acarició gentilmente su rostro con sus pequeñas manos Suibian lo supo de inmediato.

Ese era el emperador que había esperado durante siglos, el mismo con el que había soñado miles de veces que sería imposible no recordar su apariencia. El emperador que había buscado durante más vidas de las que podía recordar y el único que Dongxing, un hombre que no le rezaba a los dioses humanos podría considerar el único digno de tomar a YuZhong bajo su cuidado.

Este era el emperador ante el cual ofrecían reverencias en este tipo de ceremonias en realidad. Las estatuas que yacían frente a la gente no importaban, los dioses humanos que eran celebrados en su interior pasaban a segundo plano en las Ceremonias de Presentación Espiritual. Porque este Dios ante el cual ofrecían sus saludos llenos de agradecimiento y fervor…

Era aquel que les permitió cultivar energía espiritual a los humanos en realidad.

Y el único gobernante ante quién Luo Dongxing se arrodillaría cómo su Señor.

Su Dios.

Aquel dios que de todos los guardianes lo había elegido a él para iniciar su camino.

Y si eso era así, ¿Quién era Suibian para ir en contra de su Dios?

El único Dios al que le daría su absoluta devoción.

Y al que serviría incluso si su corazón salía perdiendo en el proceso.

 

 

 Gracias)

 

 

 

 

Huadian (chino tradicional:花鈿;chino simplificado:花钿), también conocido como huazi (chino:花子; literalmente 'pequeña flor'), [1] mianhua (chino:面花), meizi (chino:媚子) , [2] maquillaje de flor de ciruelo [3] o maquillaje de ciruela [4] (chino:梅花妝;pinyin: méihuāzhuāng o chino :落梅妝; pinyin : luòméizhuāng ) o maquillaje Shouyang [3] ( chino :壽陽妝), es una forma de maquillaje de frente ornamental tradicional de las mujeres chinas , [3] que se encuentra entre las cejas [5] [6] y, a veces, en las mejillas . [1] las sienes , [7] y los hoyuelos . [8] Según una leyenda folklórica, el huadian en forma de flor se originó en el Período de la dinastía del Sur ; [3] su creación se atribuye a la princesa Shouyang, [9] [6] hija del emperador Wu de Liu Song (420 – 479 d. C.). [4] Sin embargo, los orígenes del huadian se remontan a las dinastías Qin y Han antes de las leyendas del folclore , [7] e incluso en el período anterior a Qin [10] con sus costumbres surgiendo ya en la primavera y Período de otoño (c. 770 - 476 a. C.) y período de los Reinos Combatientes (c. 475 - 221 a. C.) basado en artefactos y estudios arqueológicos.

 

Aura: El aura es la radiación luminosa que algunas personas dicen percibir alrededor de otros seres vivos. La palabra aura procede del griego aer que quiere decir “brisa” y se define como una irradiación o sensación que emana de algo o alguien, provocando alguna impresión o sensación que varía y el cual puede cambiar la percepción de los seres vivos que se encuentren a su alrededor.

Esta irradiación luminosa o inmaterial cubre el ser de los sujetos, como una especie de campo energético cubriendo a cosas o personas específicas y no es visibles a los ojos de cualquier humano. Además, el aura de cada persona tiene un color, que puede dar pistas sobre la forma en la que cada uno es y siente.

Aura amarilla: Encantador, alegre, fuertemente magnético, seguro y muy creativo. El amarillo desarrolla la intuición y la inteligencia. Este aura infunde una voluntad individual, carisma y eficiencia, y corresponde a la potencia y el control.

A través de este chakra se consigue manejar las emociones y el deseo de autoafirmarte, estando a la vez vinculado al poder y a la capacidad de tomar decisiones, además de la seguridad y autoestima.

Su energía facilita la asimilación de experiencias, revelando tus objetivos para hacer un uso más positivo de tu energía personal. En consecuencia, esto puede causar la timidez, el sentido de la inutilidad, la baja autoestima.

 

El amarillo es el color del intelecto, y desde sus distintas tonalidades, manifiesta un tipo de intelecto distinto, es símbolo de la concentración mental y el pensamiento. Si el Aura presenta matices dorados, la persona en cuestión es portador de cualidades impresionantes en su alma y en las fuerzas astral-mentales, la persona es espiritual.

Por regla general, el color amarillo aparece en las personas optimistas y brillantes, capaces de negociar e inteligentes. Si el color es pálido, podrían ser personas precavidas y animosas.

Ahora, los matices de amarillos oscurecidos o acompañados, no son tan positivos, denota sospecha y celos. Cuando solo aparecen ciertos tonos opacos de amarillo, se habla de una persona que pierde su tiempo divagando fantasías.

 

El significado espiritual Yu de un aura amarilla con matices dorados es el símbolo de que su Gran Ancestro Yu ha regresado. Ya que estos fueron los tonos que tomaron sus túnicas sagradas cuando se convirtió en un Dios.

 

Pequeño Teatro del Dragón:

 

*Después de la ceremonia en la fiesta por A-Ying*

Zidian. ¿Y qué tal? ¿Cómo te fue en la ceremonia?

Pensamientos de Suibian: (Ah, todo bien, muy bien. El niño brilla como el maldito sol, vi como se verá cuando sea adulto porque al fin esa maldita entidad terrorífica mostró su verdadera cara. Los animales reaccionaron ante él como si fuera una maldita princesa Disney o una sirena cuando se rio después de conectarnos, hace ríos con la energía dorada como un maldito dragón y la perla mágica que debía avisar cuando Yu Laoying llegara por fin a casa nos delató, e incluso me sentí en el musical del Ciclo sin Fin del Rey León, pero todo muy bien. No te preocupes)

Suibian. Ah, nada fuera de lo común. Ya sabes.

 

 

Suibian escuchando que A-Ying dice que la verdadera apariencia de la sombra en realidad es muy apuesto:*Abre libro llamado: ¿Cómo poder ser el Shizun de un narcisista sin dejar que su amor propio por su apariencia lo devore?*

 

Sombra misteriosa por fin se presenta ante Suibian con su verdadera apariencia: Hola, Shizun.

Suibian: … No importa mi pequeño desliz de hace rato, te sigo teniendo mucho miedo.

 

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

Las piezas del pasado de un emperador entre cada vida se entrelazan, nuestro Wuxian por fin ha llegado al lugar que le ha esperado por años entre con fe y esperanza. La sangre llama y la verdadera apariencia de un viajo compañero misterioso se revela.

Entre simbolismos, olores, sensaciones de familiaridad y voces que llegan al corazón de A-Ying uno de los mayores conflictos de Wuxian lentamente va destapándose, explicándonos a través del pasado aquello que como narrador ha omitido muchas veces.

Creo que una de las partes que deseaba más presentarles es la conexión que tiene Wuxian con los Yu, para poder explicar en verdad que pasa en el corazón de nuestro emperador sobre su verdadera identidad y el patrimonio que Yu Ziyuan deseó dejar para él.

Después de todo, la verdadera identidad del “padre” alfa de Wuxian no ha sido algo que solo ha creado miles de preguntas al fandom, sino también a nuestro emperador. Más allá de lo que otras personas piensan sobre porque no ha tomado el Trono del Señor de las Bestias, ¿Qué te parece si dejas que el mismo te cuente sus verdaderos pensamientos al respecto?

Así que mientras aprendemos de ello…

Ahora que A-Ying conoció Meishan Yu, ¿creen que querrá aprender más de este?

La sombra por fin ha mostrado su verdadera apariencia, ¿Qué creen que pase ahora que A-Ying ha visto como se ve en realidad?

¿Creen que el miedo de Suibian por esta curiosa y entidad disminuya?

El viaje de nuestro pequeño A-Ying y aquello que le llevó a formar su pensamiento sobre los omegas, alfas y lo que deseaba hacer en esta vida se abre camino, y su lazo con Suibian se fortalece. Por favor, se paciente con nuestro niño, pronto la verdad completa se revelará.

Agradeciendo infinitamente todos sus votos, comentarios, todo el amor, paciencia y cariño que le han tenido a este proyecto a largo de este camino, me despido. ¡Hasta luego!

¡Gracias por leer!

Chapter 33: CAPÍTULO 20: ONÍRICO

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

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Enlaces del capítulo en otras plataformas:(por favor, no comentar en este párrafo para evitar que se pierda su función, gracias)

 

 

 

 

3,333, recuerda, 3,333.

Obscuridad.

Lo primero que A-Ying vio fue la inmensa oscuridad consumiendo su figura mientras caía lentamente al abismo de ese inmenso mar negro.

Burbujas salieron de la boca de A-Ying cuando entendió lo que pasaba, pero mayor fue su sorpresa cuando pudo notar que no estaba ahogándose. Como si esta fuera su naturaleza pudo sentir como su cuerpo absorbía el agua por su boca y expulsaba la misma a través de algún lugar de su cuello. Manteniendo dentro de A-Ying el oxígeno necesario para sobrevivir.

A-Ying se sentía extrañado. Las aguas no parecían aterradoras. Tan solo profundamente familiares como la sensación de las corrientes que se formaban ante los movimientos de sus brazos, como una danza en las aguas que A-Ying sentía conocer.

 3,333 traidores han robado la Sangre de Dios, 3,333 lobos son los que deben morir junto a sus semillas por convertir tu cuerpo en el árbol que dio vida a los dominantes con sus frutos.

Esa voz, la voz de ese niño… ¿Dónde la había escuchado?

Todo lo que hicieron, todo lo que dañaron y destruyeron hoy lo pagarán. 3,333, recuerda, en mis manos descansará la sangre de 3,333 ladrones de la Sangre de Dios. Si él no me perdona es el precio que debo pagar por mis acciones.

Sonaba familiar.

Regrésenmelo… regrésenmelo… ¡REGRÉSENME A MI FAMILIA¡

 

A-Ying se movió erráticamente entre el agua. Sus manos buscaron remar hasta llegar hasta esa persona. Lágrimas fluyeron de sus ojos perdiéndose entre los litros y litros de agua salada que lo rodeaban.

A-Ying quería llegar a esa persona, quería protegerlo y decirle que todo estaba bien. que nunca lo odiaría. Pero A-Ying solo pudo seguir cayendo sin detenerse hacia la profundidad del abismo de aquel inmenso mar bañado en memorias que A-Ying no podía recordar.

3,333, recuerda, 3,333.

¿Dónde estaba?

3,333, recuerda, 3,333.

¿Qué era este lugar?

3,333, recuerda, 3,333.

Esto era…

 

 

Cuando A-Ying abrió sus ojos lo primero que pudo ver fue el brillante azul del cielo limpio que le dio la bienvenida.

No podía sentir humedad sobre su cuerpo, tan solo podía sentir el ligero golpeteo de la brisa moviendo sus cabellos junto a la seda y velos blancos.

A-Ying se quedó en medio de ese gran paraje, recostado contra el suelo pestañeando soñoliento y perezoso. Sentía que había tenido el sueño más largo de su vida en mucho tiempo. El suave césped verde se sentía tan cómodo como las nubes y las hermosas criaturas que se abrían pasó por el cielo iluminaron su vista con los hermosos colores de un arcoíris.

Los fénix volaron con gracia, moviéndose a través del cielo como las pinturas de Dribrian, tal como la danza de Baibriam que Dribrian amaba tanto. Seguramente estaban entrenando para el futuro festival para el Gran Yu.

A-Ying bostezo abiertamente, sus largos colmillos se iluminaron mientras su larga y puntiaguda lengua salió sintiendo la brisa envolverla. Los pequeños filos de su lengua que aún no se endurecían como pasaba en un adulto, apenas y podían notarse cuando la lengua volvió a su boca.

Tomando asiento sobre el pasto A-Ying revisó cuidadosamente sus túnicas. HongHong realmente se molestaría si se ensuciaban mucho. HongHong decia que un príncipe Yu siempre debía permanecer impecable, tan blanco y puro como eran sus escamas su belleza debía ser igual al jade.

A-Ying no entendía cuál era el problema si quería jugar un poco, después de todo ser un príncipe no lo alejaba de ser una cría en crecimiento con un gran deseo por explorar, jugar y aprender del mundo en el que había nacido.

¿Cómo A-Ying podría ayudar a otros si no conocía nada del mundo y se quedaba quieto como una estatua de jade?

Era simplemente impensable.

Agitando su cabeza mientras las pequeñas astas de oro brillaban con la luz del sol, un ruido puso alerta a la cría que moviendo su cola y extendiendo sus alas buscó el origen del ruido. Las plumas blancas se tornaron índigo y brillaron iridiscentes hasta que de los grandes arbustos de ese bosque salió una figura que era muy similar a él.

Los ojos violetas de aquella cría brillaron llenos de sorpresa, sus pequeñas alas se movieron alegres y el pequeño corrió hacia su hermano moviendo su pequeña y gruesa cola. Las escamas blancas iridiscentes se tornaron con los mismos colores del arcoíris al igual que su bonita melena dotada de trenzas y cuentas como el pelaje de su cola. La marca divina sobre su frente en forma de una flor de loto brilló llena de alegría.

―¡Hola, ChengCheng!

―Jiabrie, ¿Dónde te ha has estado escondiendo todo este tiempo? Te estuve buscando por doquier. ¿Qué estabas haciendo aquí?

―Creo que mientras estaba buscando un escondite terminé aquí y tomé una larga muy larga siesta. ¡Incluso siento que todavía estoy soñando! Jajaja.

―¿Qué cosas dices? Tenemos que apresurarnos y escondernos de HongHong. Si descubre que ensuciamos las túnicas nuevas nos hará malvadas travesuras.

Oh, era cierto, tenían que esconderse de HongHong.

Corriendo a través del bosque las crías llegaron a los grandes pasillos blancos del Palacio de Jade.  Los grandes pasillos hechos de piedra blanca fueron iluminados por el sol, destacando los grabados sobre la piedra con flores de loto, dragones y bestias que contrastaban con las flores, aves y mariposas de colores que habitaban ahí.

Las personas comenzaron a aparecer ante ellos. Grandes criaturas vestidas con túnicas blancas de bordes dorados decoradas con los bordados de oro que representaban a cada especie.

Lobos, zorros, panteras, gatos ancestrales, leopardos de las nieves, tigres y demás.

A-Ying podía sentirlo. Esos rostros conocidos, las personas amables que les saludaban con cortesía al correr. Las colas de los zorros ondeándose con el viento como las felposas colas de los leopardos, las refinadas y largas colas de los gatos y las bonitas y esponjosas colas de los lobos.

Lobos.

Lobo.

Deberían buscar a Shizun, él los ayudaría a esconderse de HongHong para evitar que ese malvado zorro rojo los castigara por ensuciar las túnicas.

O tal vez deberían buscar a Dribrian y Baibriam. Naturalmente no dejarían que HongHong les hiciera una travesura. Después de todo, eran los emperadores. El pequeño zorro rojo HongHong nunca podría atreverse a ponerse a la par de un gran dragón como lo era A-Die.

―¡ChengCheng, vayamos con-

Y las palabras de A-Ying murieron cuando al girar su vista en busca de su pequeño hermanito no pudo verlo.

A-Ying rápidamente detuvo sus pasos buscándolo, A-Ying no sabía en qué momento lo había perdido y las bestias caminando en las dos largas filas de ida y vuelta que se formaban a los costados del gran pasillo parecían demasiado tranquilas, como si no se hubieran dado cuenta que no venía solo.

Importándole poco el silencio de la elegante procesión de los ministros que avanzaban a sus propios deberes, A-Ying gritó fuertemente:―¡A-Cheng! ¡¿Dónde estás, A-Cheng?!

Regresando por el mismo camino que vino A-Ying le preguntó a cada persona que apareció por los pasillos. Ninguno de ellos lo había visto, la confusión lentamente se convirtió en desesperación y siguió buscando a través de los pasillos hasta que su figura chocó contra una persona.

Cuando levantó la vista pudo verlo.

―… Taizi Dianxia, estas aquí.

Ante A-Ying un gran lobo de cabello negro como la noche apareció. Aquel lobo levantó el velo que cubría su rostro como los demás.

Sus hebras eran onduladas rizándose al final de estas de una forma tan bonita como las nubes con las que jugaba con ChengCheng. Sus ojos verdes eran de un hermoso esmeralda como los ojos del hermoso Maestro Shen. Sus grandes orejas puntiagudas se elevaban al cielo y su cola se movió alegre ante su presencia.

Las túnicas blancas con bordes dorados que vestían estaban decorados con bordados de lobos Mao y Huli Jings Shen.

Sobre su cabeza una corona de oro amarillo decorado con las cuentas rojas Mao cubrían con un velo y varias telas blancas su cabello, pero A-Ying pudo reconocerlo de inmediato con el simple hecho de oler la canela y los tréboles que lo distinguían.

―¡Shizun!

Rápidamente el cachorro se levantó con la ayuda del lobo que acarició sus cabellos y astas de forma cariñosa.

―Taizi Dianxia, ¿Dónde estabas, Yanbri Huangdi? Llevamos buscándote un buen rato.

―Shizun.

Las personas se movieron y entonces pudo verla.

―¡Baibriam!

Ante el pequeño A-Ying una hermosa persona se abrió paso. Las túnicas blancas ornamentadas con bordados de fénix contrastaban con los hermosos velos arcoíris como las plumas de las dos hermosas alas en la espalda de aquella persona.

Y sobre su cabello de variantes colores como sus plumas una hermosa corona de oro le distinguía como la Emperatriz Feng.

―¡Baibriam!

Rápidamente el cachorro se lanzó a los brazos de su madre, quien se agachó a su altura y abrazó a su cría buscando consolarlo.

―Mi dulce baobei, ¿Dónde has estado todo este tiempo? Tu Dribrian y Baibriam te hemos estado buscando al igual que a A-Cheng. ¿Qué pasó, osito?

Una vez que el cachorro se calmó comenzó a explicar en los brazos de la Emperatriz Feng.

―No queríamos que nos reprendieran por ensuciar las túnicas o que HongHong se enojara por ello, es por eso que escapamos.

―Oh, mi dulce cariño. No tienes que preocuparte por la ropa. Si se ha ensuciado tan solo la mandaremos al área de purificación. Ellos se encargarán. Después de todo, purificar túnicas o espíritus es la labor de nuestros ministros de purificación y HongHong no se molestará por ello. Tan solo está jugando con ustedes. Después de todo a ese zorro tramposo le gusta mucho hacerle bromas a los bebés tan lindos como ustedes dos.

―HongHong es un zorro malo.

―Así es. HongHong es un zorro malo, por eso se las verá conmigo. Nadie tiene derecho de asustar a mis bebés.

―Baibriam, ¿iremos a encontrar a A-Cheng?

―Naturalmente, baobei. No te preocupes, aparecerá pronto. Por eso iremos a buscar a tu Dribrian para que nos ayude a encontrarlo desde los cielos, ¿está bien?

―¡Sí!

Cuando su Baibriam le dejo en el suelo para permitirle buscar junto a ella A-Ying olfateó junto al fénix y su séquito. El paso de la Emperatriz Feng era notable a través de las grandes alas y la larga cola formada por hermosas plumas de colores arcoíris mucho más hermosas que las de un pavo real.

Seguro de que su Baibriam le seguía A-Ying siguió olfateando, corriendo a través del largo pasillo hasta que una poderosa brisa entró por este y detuvo su andar moviendo las largas telas blancas que formaban parte de la decoración del pasillo.

Asustado A-Ying tomó sus túnicas y sombrero intentando evitar que estos se fueran, pero cuando se dio la vuelta fue testigo de cómo la imagen de las bestias integrantes del séquito de Baibriam desaparecieron con la brisa convirtiéndose en polvillo dorado. Incluyendo a su Shizun.

Y cuando sus ojos se encontraron con la Emperatriz Feng pudo verla brillar en oro como si ella también estuviera por desaparecer.

Aterrado el cachorro fue directamente hacia ella, sus pasos lucharon contra un sendero que rápidamente parecía volverse más y más largo.  A-Ying se sentía mucho más lejos de Baibriam de lo que nunca había estado.

―¡Baibriam!

―Baobei, mi pequeño baobei.

El cachorro se esforzó más, buscó correr tan rápido como nunca lo había hecho, en su vida mientras el paisaje que los rodeaba se desintegraba en polvillo dorado y era devorado por las aguas puras de un rio que crecía como una serpiente ondulándose en el aire.

―¡No te vayas, no me dejes!

No podía irse.

¡No debía irse!

―¡Baibriam!

Y cuando logró llegar a ella se lanzó a sus brazos buscando aferrarse a ella deseando que el rio no se la llevara.

―¡Baibriam!

Pudo sentir los brazos de su madre rodearlo, sus flores lo rodearon dulcemente pero por alguna razón se sintió doloroso. Como si hacía mucho tiempo no hubiera podido estar a su lado.

Como si fuera la última vez.

―Baobei, mi bonito y lindo dragón. Eres un cachorro tan bonito. Soy el fénix más afortunado del mundo por haber tenido a un cachorro tan dulce.

―¿Baibriam?

―Mi bebé debe ser muy fuerte y valiente. No importa cuánto cueste. Siempre estaré ahí para protegerte.

―A-Niang, ¿Por qué dices eso?

―A-Ying, puedes prometerle a mamá que serás un gran chico.

―Yo… yo lo prometo… pero no te vayas.

Su madre le miró dulcemente, lentamente su figura brillaba dorada con mayor intensidad, su voz fue dulce.

―No lo haré, osito. Aun si parece que no, siempre estaré contigo. Siempre, osito. Tan solo tienes que mirar las mariposas y lo sabrás.

Su madre tomó su rostro, sus narices se juntaron al igual que sus frentes y con un último beso en su mejilla derecha A-Niang se esfumó entre polvillo siendo absorbida por el agua que desapareció ante A-Ying.

Entre lágrimas la figura de A-Ying cayó al suelo de ese espacio blanco que lentamente se oscurecía. Abrazándose a sí mismo pidió como si sus deseos pudieran ser cumplidos.

―¡Nooo! ¡No te vayas! ¡No me dejes! ¡No me dejen! No quiero estar solo.

De un solo paso el cachorro se levantó corriendo ante la adversidad de la vida persiguiendo aquella luz que planeaba abandonarlo, as voces comenzaron a llenar ese espacio junto a las siluetas que miraban en silencio sus pasos.

―3,333, recuerda, 3,333. Todos hemos sido maldecidos.

―Dribrian, ¿Tú crees que yo pueda cumplir mi sueño? ¿Crees que pueda ayudar a la humanidad?

―3,333, recuerda, 3,333. No importa si no recuerdas todo lo que significa ese número, debes hacer todo de ti por jamás olvidarlo. Esto no es un código, este número se repetirá en múltiples ocasiones y eventos debido a la maldición que nos han puesto. Por eso es importante.

―Yanbri Huangdi no necesita acercarse demasiado a los humanos para aprender de ellos. Este maestro te enseñará de ellos igual que todos nosotros.

―3,333, recuerda, 3,333. Nunca sueltes, nunca olvides. Mientras esta maldición continúa no debes detenerte en buscar la verdad.

―Yo he soñado con una persona.

―Los humanos son criaturas interesantes, pero nunca debe subestimarlos guiándose por la idealización.

―Le he visto en innumerables sueños, como si esa persona fuera tan importante para mí que no quisiera olvidarla.

El camino adquirió forma, la nieve llenó el suelo y el paisaje se llenó de hermosos edificios decorados con grabados de bestias y flores. Un largo sendero de flores violetas abrieron el paso de A-Ying.

―Mi baobei es una cría muy inteligente. Estoy segura que sin importar cuanto cueste podrás encontrar la verdad entre el pasado, el futuro y el presente. Tan solo debes buscar en el Mar Onírico la verdad.

―Puede que el camino al que te enfrentes sea difícil, pero sé que sin importar que encuentres lograrás cumplir tu sueño. Porque tu mi amado hijo siempre eres capaz de encontrar el tercer camino para resolver cualquier problema.

―Quiero aprender de los humanos.

―Mi príncipe, los humanos viven muy lejos de nosotros. El Reino Humano no tiene caminos y ellos no tienen muchas posibilidades de llegar hasta este lugar.

―Si no hay caminos construiré tantos como sean necesarios. Si no hay herramientas haré las suficientes para ayudarles a hacer casas y tiendas para que no tengan que vivir a la intemperie.

―Los humanos temen de las bestias. La reacción natural de los humanos ante lo desconocido es el miedo y el miedo puede generar agresión.es mejor que nos mantengamos lejos de aquellos que no pueden comprender nuestra naturaleza.

―Si tienen miedo de las bestias les enseñaré que nos les harán daño y si ellos desean aprender abriré el cielo mismo para ofrecerles todo el conocimiento para florecer.

―¿Por qué no puedo ver el aspecto de Mi Señor?

―He soñado tanto con esa persona que puedo plasmarla en mil retratos sin olvidar ni un solo detalle.

―Mi apariencia no es mala para mi gente, pero no es algo que los humanos llamarían hermoso o agradable. No quiero asustarte, pero… ¿prometes que aún si te asusta y te vas no le dirás a los humanos como me veo en realidad?

―Es por eso que he acudido a usted, alguien que ha investigado del tema tanto como se ha podido. Alguien que puede ayudarme enseñándome todo lo que sea necesario para que entienda estos sueños.

―Aunque no me iré, lo prometo.

―Maestro Mao Ling, el lobo conocido como Meng Mo, quiero que me enseñe todo sobre los Reinos Oníricos y el Mar Onírico.

 

 

 

Y A-Ying se descubrió siguiendo el mismo camino que había seguido antes cuando estaba jugando al escondite con A-Cheng y Shijie. Aquel camino que le llevó a encontrarse con aquella gran puerta que tenía en medio aquella extraña cresta sumamente familiar.

3,333, aquel número es muy importante porque es un patrón que se repite en muchas ocasiones debido a la maldición.

33, 13, 16.

3,333. Los números conectados con los eventos que él busca crear para romper tu corazón.

Todos son parte de lo mismo.

3,333, cada patrón de ese símbolo en especial era familiar para A-Ying como aquellas voces que lo siguieron en su camino. Estos patrones solo eran la forma de los miles de dragones que vivían en el gran anillo de estrellas en el cielo. Este símbolo representa el verdadero lugar de dónde vienes y el lugar donde tu historia comenzó.

3,333, nunca dejes de buscar tus recuerdos como él desea o perderás tu verdadera identidad. Si te pierdes a ti mismo lo perderás todo y él habrá ganado.

Entonces A-Ying sintió la mirada de alguien más.

Gato.

Pero cuando sus ojos giraron hacia ese lugar no se encontró con ningún gato.

En ese lugar había una pequeña figura vestida con una gran capa negra con bordados plateados de osos, dragones, gatos y conejos.

Aquella capa tenía un gorro que cubría la parte superior de su cabeza. El niño en cuestión parecía tener más o menos su edad o la de A-Cheng. Su cabello negro, largo y ondulado estaba decorado con varias trenzas que salían de su capa y caían por su pecho vestido con túnicas aguamarina y violetas. Las puntas de las hebras eran multicolor como sus plumas, cambiantes dependiendo sus sentimientos.

De su capa una extraña cola blanca emergía, parecía tan hermosa y gruesa como la de una serpiente constrictora. Iridiscente como un arcoíris ante la luz del sol que la iluminaba. Al igual que el pelaje aguamarina de la misma que se degradaba en blanco hacia las puntas como espuma de mar sobre la que parecía ser una tersa piel.

Sus túnicas eran idénticas a las que vio en la gente Yu. Su aroma y su esencia era la misma.

Pero lo que más le llamó la atención de esa persona no fueron sus pies desnudos decorados con garras filosas como las que decoraban los dedos de sus manos o su aspecto alejado a una persona humana. Lo que llamó su atención fueron…

Aquellos hermosos ojos violetas con pupilas rasgadas decorados con esos curiosos delineados negros y rojos. Esos ojos que tenían el mismo tono que aquella curiosa marca con forma de flor de loto sobre su frente.

Aquellos ojos que le recordaron a los ojos de Tía Yu.

Los mismos ojos que le miraron con sorpresa.

―¡Hola!

A-Ying estaba muy emocionado, había conocido a un cachorro de su edad en Meishan.

Tal vez no parecía humano, pero era muy bonito y esos ojos le parecían tan familiares que A-Ying corrió hacia él sin poder evitarlo.

Sin embargo, cuando sus ojos miraron esas túnicas blancas llegar a ese lugar sus pasos se detuvieron de inmediato.

Ante A-Ying una persona emergió.

Aquella persona estaba vestida con túnicas tan blancas como la nieve que cubría Meishan Yu.

La capa superior estaba tocada con finos bordados de orquídeas que decoraban la parte inferior. En el interior parecía tener capas amarillas y azules, que de la misma manera tenían varios bordados de nubes y flores que hacían que la apariencia de esa persona fuera celestial.

Sobre la cabeza de aquella persona había una hermosa corona decorada con flores de orquídeas, copos de nieve formaban parte del forro de la misma. Haciendo que el cabello negro de aquella hermosa criatura contrastara de forma maravillosa incluso con su piel tan clara como la leche.

Aquella persona tenía un hermoso rostro que parecía haber sido esculpido por los dioses. Sus cejas eran gruesas, pero no demasiado, manteniéndose en la calma constante sin llegar al punto suave de las cejas del Tío Jiang. Sus labios eran rosados como un suave durazno de la mejor temporada gruesos para un omega masculino, pero no demasiado.

Pero lo más hermoso en aquella orquídea floreciente en medio del invierno eran aquellos hermosos ojos dorados que superaban la belleza de cualquier cristal o joya sobre este mundo mortal.

Dorado.

Esta persona… lo conocemos.

A A-Ying le gustaba el dorado.

Es la persona que apareció en nuestros sueños. Es la razón por la que bajamos de las estrellas.

Y aquella curiosa cinta blanca sobre su frente con nubes bordadas en celeste y una bonita piedra aguamarina colgando en el centro solo hacía de ese cuadro algo más hermoso.

Mucho más hermoso que cualquier cosa en este universo.

Tan hermoso como un fénix.

Tan brillante como esa mirada que le miraba sorprendida.

A-Ying trago duro, sintiendo como su corazón era presa de una emoción inexplicable. Ignorante de si estaba en un sueño o la realidad. Tan preso de un sentimiento que devoró su corazón hasta la última pieza.

Y A-Ying solo pudo sonreír con las mejillas sonrojadas antes de saludar.

―Ho-hola.

Aquellas personas se miraron la una a la otra, parecían bastante preocupadas ante los ojos de A-Ying, quien no entendió nada de lo que pasaba.

Entonces una voz se escuchó en su cabeza.

Parece que tenemos invitados de un tiempo bastante lejano.

A-Ying inclinó la cabeza aún más confundido.

Y entonces sin más aquellas personas comenzaron a escapar a pasos agitados.

―¡Esperen! ¡No se vayan!

Y A-Ying corrió tras ellos.

La angustia era palpable en su corazón como la sensación de familiar ante ambos individuos. Su alma sentía que sin importar lo que pasara debía de alcanzarlos sin importar cuán estrechos eran los callejones y pasillos. Su corazón se aceleró ante la prisa y la angustia de pensar que podría perderles el rastro, sus manos tocaron la nieve y A-Ying corrió a cuatro patas buscando acelerar el paso.

Rápidamente sus pasos le llevaron a la gran plaza sagrada del palacio, A-Ying cruzó las puertas del gran templo. Ante A-Ying las grandes columnas de ese inmenso pasillo blanco se fueron llenando de hermosos grabados sobre el jade puro. La hierba rodeada de flores y mariposas guiaron su camino hasta que salió del inmenso pasillo y llegó a un gran bosque.

Y ahí, en la profundidad de ese bosque un templo sin paredes le dio la bienvenida, varios lugares para la corte de ese reino se dividían dando paso a un largo pasillo que llevaba hasta una base de piedra blanca con una gran flor de loto tallada en donde descansaba un trono.

Y A-Ying pudo sentirlo.

No estaba solo.

Los brillantes ojos grises se levantaron hasta que sus pupilas enfocaron la imagen de aquel Dios.

El enorme trono de oro sostenido sobre la gran piedra fue lo primero que vio. Dragones de oro lo decoraban como si fueran esculturas vivientes que se movían de vez en cuando, mirándolo con esos brillantes ojos rojos que destilaban en oro.

Sobre el trono había una persona. Largas y pesadas túnicas negras lo vestían con elegancia. Bordados de dragones dorados, llamas y flores de loto decoraban la seda negra y roja. Las pesadas pieles de lo que parecía el pelaje de osos colgaba tras su espalda, las largas colas de un par de Huli Jings colgaban a cada lado de su pecho.

Las colas no fueron arrancadas, fueron regalos sagrados ofrecidos por su nana. A-Ying lo supo aun cuando no lo conocía con solo verlas.

La túnicas tenían una amplia apertura por su torso dando una vista por la blanca piel y músculos marcados del adulto. Y sobre su pecho a la altura del corazón había una larga y gruesa cicatriz que parecía hecha por algo no humano.

Esa persona parecía tener mucho calor.

El hombre ante él era un alfa, al menos las especies picantes en sus feromonas dejaban claro lo que era. Su rostro era tan hermoso como si hubiera sido tallado por el Emperador de Jade. El pequeño A-Ying no dudo de ello.

Su rostro era claro como la nieve, sus cejas eran tan desafiantes y gruesas como las de Tía Yu. Sus ojos de fénix tenían una mirada desafiante que también se parecía a la de Tía Yu.

Eran ojos interesantes, decorados por espesas filas de pestañas largas que solo hacían que el delineado negro sobre sus párpados superiores y el delineado rojo en los párpados inferiores destacaran tanto como esa brillante mirada carmín.

Sus pómulos estaban decorados por una serie de escamas negras rodeadas por tonos rojos que se degradaban hasta encontrarse con el color de su piel natural.

La piel de sus manos lentamente se oscurecía hasta volverse por completa tan negra como el abismo, había un brillo rojo sobre estas, como si en vez de piel normal hubiera escamas que brillaban rojas como aquel árbol. Las puntas de sus dedos estaban decoradas por curiosas escamas.

Sus pies desnudos decorados con gruesas garras no parecían ser diferentes.

Y su largo cabello negro a diferencia de los Yu era mucho más espeso y ondulado como la melena de un dragón. Decorado con una linda cinta roja que hacía que A-Ying sintiera que esa persona le fuera demasiado familiar.

Pero lo más llamativo de aquella hermosa persona era…

Que no parecía tratarse de una estatua en realidad.

A-Ying había visto muchas estatuas realistas vestidas con túnicas de verdad. No solo imágenes esculpidas como lo era la gran mayoría.

Pero ese Dios en particular, se veía bastante vivo en realidad.

Uno que no parecía humano.

Grandes astas doradas decoraban su cabeza, como las astas de un ciervo cola blanca pero estas eran de oro puro. Debajo de sus túnicas emergía una larga y gruesa cola negra con escamas tornasol decorada con un hermoso pelaje rojo como la sangre. Parecía la cola de una hermosa serpiente constrictora pero era mucho más gruesa que una serpiente que podría ser vista de cerca por un humano sin que este arriesgara su vida volviéndose su cena.

Y detrás de su espalda había un par de enormes alas decoradas con plumas negras que brillaban en rojo.

Caparazón, esta solo era la apariencia de un cascarón hecho para adaptarse a la naturaleza de este mundo. Un cascarón mucho más pequeño que su cuerpo real y muy diferente a su verdadera naturaleza.

No es su cuerpo real, aun si nunca lo había visto A-Ying sabia que esa apariencia no era su apariencia real.

Y para su sorpresa ese Dios habló.

―Al fin lo encontraste, Wuxian.

Wuxian.

Era curioso ser llamado Wuxian y no A-Ying, pero a A-Ying le gustaba mucho su nombre de cortesía.

―Te llevó mucho tiempo venir aquí. ¿Fue difícil?

―Umn, no lo sé, pero es posible que sí. Siento que he corrido por mucho tiempo.

―Pero al fin has llegado. Como podría esperarse de ti.

A-Ying no entendió que quería decir, pero aun así sonrió.

―Y ese es el paso más importante para que esta vez sí podamos cumplir nuestro objetivo.

―¿Nuestro objetivo?

―Hmn, la razón por la que estamos aquí. Por la que hemos nacido en primer lugar.

―Oh…

―¿Lo has recordado?

―Hmn, yo… ¡No recuerdo nada de lo que dice! Hehe―terminó con una brillante sonrisa.

¿Realmente ese mocoso no recordaba nada?

Pensativo el Dios analizó cuidadosamente, antes de decir. ―Bien, ¿Qué tal si probamos esto?

 

Y todo se volvió oscuridad para A-Ying.

El niño se sentó sobre el pasto descubriendo que era tan rojo como una piedra preciosa. Parecía suave ante el tacto y efectivamente lo era.

―¿Hola?

Nadie le contestó.

―¿Hola?

Nuevamente silencio.

 ―¿Hay alguien aquí?

Silencio otra vez.

Que extraño. Era como si estuviera solo en ese infinito espacio desconocido de apariencia antinatural.

Pero algo dentro de él le decía que no era así.

Los ojos del cachorro se movieron de un lado a otro. Buscando descifrar en donde estaba.

Era un prado demasiado raro, lo único brillante que iluminaba el lugar era el pasto. Sus dedos pasaron sobre las hojas, la textura era suave y ligeramente cálida.

Extraño.

Poniéndose de pie notó que seguía vistiendo las túnicas de su Ceremonia de Presentación Espiritual, pero el color era blanco nuevamente. Haciendo que su estadía en este lugar fuera nuevamente sospechosa como la razón por la cual aquellas túnicas habían vuelto a ser blancas.

Caminando a través de la roja pastura A-Ying agitó sus mangas con aburrimiento cuando el camino no areca llevarlo a ningún lado. El aburrimiento era palpable, pero A-Ying no tenía miedo. Por alguna rara razón sentía que no se encontraba en peligro.

Por lo que siguió caminando hasta que encontró algo.

Ante los ojos de A-Ying había un bestial montículo y sobre este había un gran árbol.

El árbol era tan grande como una montaña. Su tronco era tan grueso que estaba seguro que ni siquiera trecientas personas podrían rodearlo. El árbol se encontraba sobre un pequeño montículo, sobre la cima de cualquier cosa en ese lugar.

A-Ying se acercó lentamente, caminando prudentemente en el territorio que parecía seguro.

Su follaje era espléndido y hermoso, saturando las fuertes ramas de aquel árbol de brillantes hojas rojas que tenían una forma curiosa. Grandes y simétricas, decoradas con un símbolo extraño que A-Ying no podía distinguir muy bien.

Y en ese árbol tambien había frutos.

Eran grandes y redondos, llenando el árbol como si por cada tres hojas hubiera uno de ellos. Aquella fruta era negra como el tronco. Redonda y llena de lo que parecían ser espinas de color rojo, y A-Ying pudo percibir un aroma extraño provenir de los frutos.

Un muelle de la mejor madera rodeado de flores de loto y especias picantes.

―Hola, pequeño Wuxian.

Y entonces aquella voz lo regresó a la realidad.

Girando en su lugar A-Ying pudo ver a una persona.

Lo primero que vio fue el enorme trono de oro sostenido sobre la gran piedra. Dragones de oro lo decoraban como si fueran esculturas vivientes que se movían de vez en cuando, mirándolo con esos brillantes ojos rojos que destilaban en oro.

Y A-Ying pudo entenderlo de inmediato.

Esa persona era el Dios de Meishan Yu.

―Hola. ¿Dónde estoy?

―¿Realmente no recuerdas nada? Que extraño eres, pequeño Wuxian. ¿Qué tal si intento esto?

El Dios chasqueó los dedos y de inmediato una ola de pétalos rojos chocaron contra A-Ying hasta que cambiaron a violeta y un paisaje diferente lo recibió.

 

Ante el pequeño A-Ying un hermoso paisaje se abrió paso.

Ante A-Ying había un hermoso bosque decorado con múltiples árboles y flores de diversos colores. Los cerezos abundaban al igual que los árboles de magnolias. Orquídeas plantadas en lugares estratégicos dejaban en claro que alguien cuidaba de dicho lugar.

Entonces vio un punto en especial.

Un lago.

Un lago con flores de loto violetas.

A lado de aquel lago había un inmenso árbol.

Su tronco era tan grueso como si ese árbol hubiera vivido miles de años, sus raíces descansando sobre tierra denotaban la antigüedad de aquel árbol que A-Ying no podía distinguir la especie o familia.

Las ramas de igual forma eran tan grandes y gruesas, capaces de soportar el cuerpo de un ser humano o incluso algo más grande y poderoso. Y sus flores violetas eran tan hermosas que A-Ying no pudo evitar sonreír.

Y ahí, colgando de lo que parecía la rama más gruesa de ese árbol, estaba aquel curioso Dios.

―¿Y? ¿Qué tal ahora, Wuxian?

El pequeño A-Ying intentó pensar seriamente buscando entender si podía recordar algo de lo que el Dios parecía hablar.

Pero no recordó nada.

―Lo siento, creo que no puedo recordar nada. Mi mente está en blanco.

El Dios frunció el ceño sosteniendo su mentón con su mano derecha.

―Entonces estamos ante un gran problema, porque yo tampoco recuerdo mucho. Mis recuerdos actuales al parecer son una mezcla entre las vidas de otros que he visto y mi primera vida en esta tierra en realidad. Sin embargo, aún no están completos y sobre todo no recuerdo cual es mi verdadero nombre o quien fui en realidad.

―Eso no suena bien.

―Claro que no. Las memorias que recolectamos a través de cada vida son una parte importante para nuestro corazón. Nuestras vivencias y el cómo las enfrentamos definen la clase de criatura en la que nos convertimos. De la misma manera los nombres que portamos forman parte de nuestra esencia, ya que pueden hablar de nuestras mayores características y habilidades, así como el destino que podríamos trazar a través de su significado.

―Sin embargo, los nombres son algo tan sagrado que no importa cuantos los conozcan, no puedes permitir que nadie te quite tu nombre real porque si los pierdes te perderás a ti mismo. Y si te pierdes a ti mismo… lo perderás todo.

―No obstante en este mundo son muy pocos que entienden esa norma. Los demonios celestiales, los humanos Mao que viven en Kunming Mao de Yunnan y el Clan Yu son quienes más valoran esta norma. Siendo así que protegen siempre sus nombres actuales y nombres primordiales con títulos que son lo único que gente no autorizada por ellos puede usar.

―¿Qué es un nombre primordial?

―Bien. En este mundo Wuxian las personas portan dos nombres. El segundo es el nombre actual que es el nombre con el que será conocido, en tu caso por ejemplo seria Wuxian. Ese es el nombre por el que todos te conocerán en esta vida. Mientras el nombre primordial es el primer nombre que recibiste ya sea en la primera de tus vidas portando un cascarón material o el nombre que recibiste directamente en las estrellas. Tu nombre primordial curiosamente es Ying, igual que en esta vida.

―¿Un cascarón material?

―Hmn, lo que tu llamas tu propio cuerpo en el plano físico solo es un cascarón que te permite interactuar en el mundo material. El mundo “físico”. Los cascarones o caparazones no son más que algo que permite que tu alma pueda coexistir con lo mortal. No obstante, lo verdaderamente valioso, aquello que eres en realidad siempre estará en el interior, definido por tu especie real y lo que eres.

Un cascarón.

―Tú y yo somos un caso peculiar. No solo porque por alguna rara razón estamos juntos y puedes verme y escucharme, sino también porque en vez de portar solo un cascarón, tú y yo portamos dos.

―¿Dos? ¿Será por eso que tenemos mucha comezón a veces y se siente algo pequeño este cuerpo?

―Hmn, después de todo, ambos cascarones son demasiado pequeños para albergarnos a los dos. Y por muy pequeño que te veas ahora cuando crezcas serás mucho más grande al igual que yo. Al parecer esta comezón y molestia tan solo se acabará cuando nos libremos de ambos cascarones. Sin embargo, eso aun no resuelve lo del nombre.

A-Ying asintió dándole la razón al Dios.

―El hecho de que puedas recordar tus dos nombres nos da una pequeña ventaja, pero aún no puedo recordar mi nombre real, mi nombre primordial por lo que esta ventaja no lo es tanto en realidad.

―Pero… ¿Su nombre no es Yu Laoying?

―Claro que no. Yu Laoying en realidad es un título. Los Yu suelen utilizar títulos como esos con toda la familia imperial. Yu Laoying es un título al igual que Yu Laocheng o Laoyuan. La única razón por la que tiene un Yu al frente es para marcar una diferencia entre los miembros de sangre y los que no lo son. Pero también lo hacen para que nadie pueda utilizar nuestros nombres de mala manera o intente robarlos.

―Oh.

―Sin embargo, Si una persona pierde sus memorias pierde una parte de su identidad, pero si también olvida su propio nombre primordial, ¿Qué crees que le quedará?

―Eso realmente suena malo.

―Sin duda lo es.

―Señor Dios, ¿puedo preguntar algo? ¿usted es la sombra que acompañaba a A-Ying siempre?

―¿Así que si recuerdas eso? Pequeño mentiroso. Dijiste que no recordabas nada. Si realmente me has visto todo este tiempo, ¿Por qué no le has dicho a nadie de mi muy apuesta presencia?

―Bueno, si hiciera eso al inicio los adultos podrían pensar que se trata de un amigo imaginario, pero con el tiempo y las características del señor Dios tanto ahora como antes, eso podría preocuparlos y generar dudas sobre si A-Ying está mintiendo o no… ¿No sería eso mucho peor para nosotros que decir que puedo verlo?

Y el Dios no pudo evitar reírse.

―Ah, tú en verdad eres un caso. Actúas como un dulce y tierno cachorro, pero en realidad eres demasiado inteligente y perspicaz para tu edad que puede ser muy aterrador. ¿Qué más recuerdas además de eso?

―No recuerdo algo más además de eso. Al menos, no creo que lo que veo en mis sueños sean recuerdos míos. Creo que pueden ser las memorias del Gran Ancestro Yu.

El Dios formó una sonrisa sin gracia.

Gran Ancestro Yu, que título más vergonzoso.

―¿Es así? ¿Qué puedes ver?

―Recordarlo después de despertar es difícil, pero en la mayoría de mis sueños puedo ver y escuchar a personas hablando sobre diversos temas. A veces hablan sobre muchas cosas relacionadas con dioses. Cosas que parecen ser importantes porque los sentimientos dentro de los corazones de esas personas están llenos de miedo, determinación y a veces odio.

Así que el niño también podía sentir los sentimientos de otros.

―Pero lo que más me llama la atención es que todos los sueños inician con una frase dicha por un niño que parece ser mayor que yo, pero no es adulto. Aun así su voz suena tan… triste. Cuando escucho su voz yo también me siento triste, puedo escuchar que también se encuentra desesperado y cansado.

―… ¿Qué frase es la dice al comienzo de los sueños?

―3,333, recuerda, 3,333. Últimamente esa frase viene acompañada con otras que parecen importantes. Algo de personas malas robando la sangre de alguien, un árbol, y que si olvidaba ese número en especial en vez de buscar todo lo que estaba relacionado a él… podría perderlo todo.

3,333, 3,333.

―Aunque no puedo recordar mucho sobre mí mismo… recuerdo que mi número favorito cuando era joven era el 3.

―Oh.

―Pero ahora… ese número… Parece que todo lo relacionado a ese número es parte de algo… malvado.

―¿Algo malvado?

―Hmn. Algo que me hicieron y lo están repitiendo constantemente. Es como si alguien malvado estuviera buscando mostrarme a través de esos números algo… como si…

Como si quisieran lastimarlo constantemente haciendo que hechos relacionados con esos números lo rodearan con el único objetivo…

De romper para siempre su alma.

―Alguien malvado que busca hacerme daño.

Esto era muy malo en realidad. Porque ahora que su corazón estaba conectado con el de este niño…

Todo lo malo que él sintiera también lo sentiría el niño.

―Lo más importante es que esa persona ha interferido muchas veces para que olvidemos cosas importantes para nosotros. Pero debido a que tu mente es joven eres el que ha sido más afectado. No puedo recordar mucho, pero será más fácil que yo recuerde lo que hemos estado viviendo hasta ahora.

A-Ying solo era un niño, pero entendía que esto no era normal.

Que una persona olvidara tantas cosas a la vez constantemente no era nada normal. Aun con sus problemas de memoria no sería racional que perdiera tantas solo por ser olvidadizo.

¿Qué persona podría no solo hacer que el Gran Ancestro Yu perdiera gran parte de sus memorias junto a sus nombres, sino que también A-Ying se viera afectado y por qué?

El hecho de que estuviera olvidando el rostro de su madre también tendría que ver con todo esto?

¿Quién sería tan malvado para hacer algo como eso y por qué?

―Señor Dios, si esa persona mala busca hacerle daño. ¿No estamos en peligro ahora?

―No, al menos en este espacio no. Esto es un Reino Onírico, el mío en especial.

―¿Reino Onírico? ¿Es como un sueño?

―Sí y no. Aunque lo onírico hace alusión a las creaciones formadas por el subconsciente a través de las vivencias, experiencias y deseos de las personas, el espacio onírico siempre puede variar como su función dependiendo de la conexión espiritual que se tiene con el plano astral.

―¿Plano astral?

―El cielo, las estrellas, el plano inmaterial donde todas las entidades visibles e invisibles conviven. Pero sobre todo, el plano Astral tiene cierta conexión con el Mar Ancestral en donde navegan los botes que llevan a las almas al ciclo de reencarnación. Y a su vez está conectado con el Gran Mar Onírico. El lugar donde se conectan todos los Reinos Oníricos.

―Es así que aunque los humanos pueden soñar cosas triviales debido a su poca conexión con el plano astral es difícil para ellos el controlar lo que sueñan o evitar las pesadillas que pueden soñar debido a experiencias traumáticas.

―Sin embargo, criaturas que tienen una gran conexión espiritual con el Plano Astral pueden no solo controlar sus sueños, sino que también pueden recrear espacios, conectar memorias y permitir que otros individuos se mantengan a salvo dentro de sus Reinos Oníricos. No obstante también pueden hacer cosas malvadas contra otros.

―¿Cosas malas? ¿Qué… tipo de cosas malas se podrían hacer aquí?

―Lastimar el subconsciente de otros a través de la recreación de sueños atroces o… acciones que pueden afectarles tanto física como mentalmente. Después de todo, no importa de qué ser se trate, el subconsciente es delicado, Wuxian. Si rompes a una persona mentalmente puedes hacer que lo pierda todo, incluyendo su identidad.

Eso sonaba aterrador.

―En conclusión. El Reino Onírico tiene muchas utilidades para las bestias y las personas. A las personas les ayuda a soñar y relajar la mente con asuntos triviales. A las bestias les permite recrear espacios de diversos usos.

―No obstante, así como es peligroso que un humano se dé cuenta que está en un sueño y en qué periodo de tiempo está, y que una bestia extraña entre a tu espacio. Para ambos las pesadillas pueden ser peligrosas.

―¿Por qué sería extraño que un humano pregunte por el tiempo?

―Porque en este espacio en realidad el tiempo no funciona como en el mundo material. Mientras en este mundo pueden pasar un millón de años en donde el presente, pasado y futuro pueden encontrarse como si fuera un solo tiempo en realidad, en el mundo material tan solo ha pasado un minuto.

―Las mentes humanas son pequeñas y sensibles. Aunque pueden llegar a ser muy brillantes e inteligentes, comprender tantas cosas a la vez en un solo segundo podría hacerles perder la razón por el simple hecho de que no están capacitados para vivir más tiempo del que les corresponde en realidad.  Que un humano pueda darse cuenta que está en el Reino Onírico y pregunte por cosas como esas solo puede ponerlo en peligro porque no sabe si en realidad esta solo o no.

―Alguien más… ¿alguien que podría intentar lastimarlo?

―Así es. Demonios Celestiales, Huli Jings, Bestias Ancestrales de malas intenciones. Aunque ciertamente no todos son malvados, siempre debes de recordar que no todos tienen buenas intenciones. Blanco, negro, bueno, malo, esos solo son conceptos estúpidos creados por humanos.

―El mundo es mucho más complejo que eso, Wuxian. No existe nadie absolutamente bueno, no existe la absoluta maldad. Todos son matices grises. Individuos que hacen y han hecho tantas cosas para ayudar a otros como para lastimar. Porque al final todos son criaturas que han actuado guiados por sus objetivos y necesidades. Humanos, bestias, demonios. Todos son lo mismo sin importar quien finja ser mejor que el otro.

La misma mierda que podía fingir ser la perfección guiados por su estúpida hipocresía.

Los humanos no eran la diferencia.

―En conclusión, aunque esa persona puede entrar a muchos reinos oníricos no puede entrar al mío porque no se encuentra cerca del plano material. Aun cuando yo acepté tomar un cuerpo material cuando me volví Yu Laoying… yo… parece que no nací aquí.

No en este mundo.

No en esta galaxia.

No en esta parte de este espacio.

No importaba cuanto se esforzaba. No podía descubrir exactamente donde se encontraba el lugar donde su cuerpo real y conciencia nacieron, pero si sabía que…

―Yo nací… en las estrellas.

―¿Estrellas?

―Y no importa cuánto los lobos aúllen a la luna, los lobos no pueden subir a las estrellas.

Porque ellos ni siquiera pueden salir de este planeta.

Terriblemente para todos los que nacieron aquí, esa regla también les afectaba…

Por ese tipo si podía entrar en las conciencias de los que nacieron aquí.

―Así que no te preocupes, este lugar, Wuxian. Este lugar sobre cualquier otro es el más seguro para que tú y yo nos encontremos para hablar sin que nadie más nos escuche.

Sin espías de por medio.

A-Ying pensó cuidadosamente en todo lo que él Dios le dijo, había muchas cosas que no le gustaban. Muchas de ellas tenían que ver con aquella persona que mencionaba. Ninguna con el Dios.

Pero si sabía algo. Por muy joven que fuera entendía que si perdía sus memorias perdería mucho de sí mismo, si no es que todo.

“―Debes sobrevivir”

Sin embargo.

“―Por favor, A-Ying. No importa cómo o de qué manera. Tú tienes que sobrevivir”

A-Ying no podía romper su palabra.

No podía romper la promesa que le hizo a su madre.

Tenía que recuperarlas.

Tenía que recuperar todas sus memorias sin importar el costo.

―Señor Dios, ¿Qué es lo que debo recordar?

―Muchas cosas en realidad. Una de ellas es que tú y yo estamos juntos desde tu nacimiento por algo en particular. La otra es que parece que tenemos un vínculo especial lo suficientemente fuerte para que pueda sentir lo mismo que tu sientes. Nuestros corazones están conectados. No es una metáfora, es real en todos los sentidos. Demasiado literal al parecer.

A-Ying frunció el ceño.

Tal vez no entendía algunas cosas, pero era capaz de entender eso.

―Señor Dios, ¿Qué puede recordar?

―Bueno, recuerdo muy fácilmente asuntos triviales sobre mis gustos y disgustos.

―Oh. ¿Qué tipo de cosas?

―Lo primero que puedo recordar es que… me gusta brincar en los charcos que deja la lluvia.

―¡A mí también! ¡Es muy divertido!

―Lo segundo que recuerdo… es que me gustan las caras bonitas con miradas feroces. ¡Son tan tiernos como un gatito!

―¡También a mí! Las caras bonitas son muy bonitas.

―También recuerdo que me gusta el pescado crudo. En el pasado solíamos comerlo frente al rio. Era un lugar como este. De hecho, creo que este lugar era nuestra casa y solíamos comer aquí. Esa debe ser la razón por la que puedo recrear este paisaje al ser lo que sentimos como nuestro lugar más seguro en el mundo.

―Oh, los peces no sufrían, ¿verdad?

―Claro que no. Siempre nos encargamos de que nunca sufrieran y pudieran descansar antes de comer. De hecho creo que puedo recordar que… éramos capaces de atraparlos y liberar sus almas antes de sacarlos del agua.

―Oh.

―Pero tambien recuerdo algo que parece muy importante… Una persona vestida con túnicas blancas y ojos dorados.

Entonces A-Ying recordó esa persona que vio antes de llegar al templo.

―¡¿Sabe quién es esa persona?! ¡¿Es la misma persona que vi cuando venía hacia aquí?!

―¿Lo viste al venir aquí?

―¡Sí, era una persona muy bonita! ¡Más que cualquier persona en el mundo!

―Ya veo. Así que tú también puedes verlo.

―¿Entonces sabe quién es? ¿Lo puede recordar?

―No muy bien en realidad, pero cada vez que aparece en mi cabeza siento que es importante para nosotros. Siento que esa persona en especial es la razón por la que estamos aquí y que debemos mirarle, debemos mantenernos pendientes de él… o lo olvidaremos para siempre.

¿Olvidarlo para siempre?

No, A-Ying no podía hacer eso. No podía olvidar a esa persona.

Porque si lo hacía…

“―… Por favor… cuida a A-Yuan… cuídalo sin importar que vida sea… hasta que pueda volver a ustedes”

Olvidaría la promesa que le hizo.

―Oh, ¿será un amigo?

―… Uuum…

El Dios dudo si contarle o no algunas cosas. Después de todo, parecía que la mente de esta cría aún conservaba la inocencia de la infancia que había vuelto a vivir.

Tal vez era mejor omitir… ciertas cosas ahora.

Él era visto por algunos como un tirano, pero no era un ser tan malvado para atreverse a corromper a este niño.

Después de todo, aquellos que se aprovechan de la inocencia de otros o los corrompen son basura innecesaria.

―No… precisamente, pero no puedo negar que implica un vínculo importante que también incluye los sentimientos de cariño y admiración cómo funciona en una amistad.

―Oh.

―Sin embargo, el hecho de que este aquí significa que tal como he descubierto a través de nuestros años juntos, es que este espacio en general está conectado con el presente, pasado y futuro.

―¿Presente, pasado y futuro?

―Hmn. Tal como te explique el tiempo aquí funciona de una forma diferente. El tiempo y el espacio en el Reino Onírico no funciona de la misma manera que en el mundo físico. El tiempo aquí rompe por completo cualquier ley de la física o las matemáticas. Podrías decir que los Reinos Oníricos y el estómago de un dragón son iguales a― un agujero negro.

―… ¿Un agujero negro?

―Hmn. Un agujero negro es una región finita del espacio en cuyo interior posee una concentración de masa lo suficientemente elevada como para generar un campo gravitatorio tal, que ninguna partícula –ni siquiera la luz–puede escapar de él.

―No hay un fin ni un principio. No hay un fondo que pueda llenarse. Ningún sistema de conteo estudiado por los humanos puede darle sentido al espacio-tiempo de ninguno. Así como el tiempo aquí puede parecer eterno también puede parecer tan efímero como el aleteo de una mariposa. El tiempo, el espacio, las sensaciones y sentimientos dentro de este tipo de espacios pueden ser manipulados.

Los ojos rojos le miraron fríamente, las garras de aquella mano señalaron el cielo.

―Y aquellos que utilizan este tipo de espacios contra otros pueden aprovechar ese aspecto para hacer de una tortura psicológica algo mucho peor de lo que ya es.

A-Ying pensó en silencio aquellas palabras. Una parte extraña dentro de él, aquella guiada por la curiosidad y el deseo de aprender quería que preguntara como eso podría funcionar.

La otra tenía miedo de hacerlo.

Al final no preguntó. 

―Costaría mucho explicarlo en términos entendibles para los humanos por lo que puedo definirlo de una forma más sencilla como un lugar donde parece que el tiempo se ha detenido en el mundo material, por lo que miles de cosas pueden pasar aquí como si fueran mil años mientras en el plano físico parece que solo es un suspiro.

―Oh.

―Y al parecer esa hermosa criatura viene de lo que tu llamarías… futuro.

―… ¿Futuro? Pero… ¿eso no sería algo imposible? ¿Viajar en el tiempo no es imposible?

―No del todo. Después de todo, en este espacio los tres “tiempos” pueden encontrarse. Sin embargo, el contacto de los tres dependerá de su conexión con el plano astral.

―Ahora, esa persona es un ser humano, todas sus vidas parece haberlo sido, no obstante su conexión con el Plano Astral parece ser única, Tan pura y perfecta para poder resistir el viaje. Debido a que apenas hace unas horas recibí de vuelta parte de mi energía espiritual me es difícil saber algunas cosas. Pero creo que puedo saber otras.

―¿Qué es lo que sabe de él?

―Humano, es alguien que se siente cómodo en caparazones femeninos y masculinos, no le da mucha importancia al género y sexo primarios, pero al parecer… tiene un gran afecto con la idea de poder llevar a sus hijos dentro de su vientre en vez de ser solo la semilla. Parece que en esta vida sin memorias al ser un humano de esta nueva generación le da mayor importancia al segundo género y sexo secundario como los demás humanos.

Los humanos sí que estaban obsesionados con la fertilidad.

―Por lo que en varias vidas se ha sentido más cómodo con las características físicas de lo que catalogan como un omega. Sin embargo… detecto otro aroma además de las flores naturales en un omega… sándalo.

―¿Qué significa eso?

―Significa que… ha sido obligado a nacer en un cuerpo alfa alguna vez. Que extraño, en este mundo eso no es normal. Este es el universo primigenio, al igual que los demás universos sigue adecuadamente las reglas sobre respetar formar cuerpos para los individuos siguiendo los patrones de cómo se sienten cómodos.

Los humanos sufrían mucho cuando no podían nacer en cuerpos que les hicieran sentir cómodos, cuerpos que iban de acuerdo con sus propios géneros. Los humanos a diferencia de criaturas como él si estaban apegados a los géneros, por lo que algo como eso realmente podría herirlos emocionalmente.  Él… odiaba verlos sufrir por eso…

Por eso aunque no a todos los que se encontraban en esas situaciones sufrían disforia corporal y eso parecía ser más bien algo formado por estereotipos malinformados, él les daba los cuerpos que concordaban con lo que sentían en sus corazones.

Era extraño… ¿Por qué obligarlos a vivir algo así como en el pasado? ¿Por qué hacerlos sentir tan mal de esa manera al punto de que algunos podrían odiar sus propios cuerpos en vez de amarlos?

Los caparazones eran los templos de las almas, debían ser amados porque también habían amado formarse tal y como su portador los deseaba.

Solo había un mundo en donde eso aun pasaba naturalmente porque era un mundo que aún no había pasado por aquel trágico suceso que le hizo reconstruir este planeta otra vez. No había interferido en ese mundo más que en algunos asuntos triviales, y porque no era correcto cambiar a una especie de la nada sin esperar que estos no se asustaran.

Intervenir en este mundo le había enseñado como podrían reaccionar los humanos ante criaturas como él. No podía volver a hacer algo que arriesgara a los suyos por una estupidez.

Sin embargo, volviendo al tema de hacer que los humanos nacieran en cuerpos que no concordaban con su corazón…

Eso…

Eso era muy cruel.

Y lo peor era que esa hermosa persona no parecía ser el único que había enfrentado esa situación en todo este tiempo.

¿Cuántos mundos más estaban pasando por situaciones similares en realidad?

―Eso es cruel. ¿Su alma y su cuerpo ahora si están en armonía con lo que su corazón siente?

―Hmn, ahora sí. Sin embargo, el aroma a sándalo sigue con él. Él no lo odia, solo lo siente natural. Él… creo que es una Singularidad nacida de dos Peculiaridades provenientes de las dos ramas nacidas del mismo clan ancestral. Eso explica sus ojos dorados y su conexión espiritual. Él es un Tang pura sangre.

¿Tang?

¿Dónde había escuchado ese nombre?

¿No era un antiguo clan que gobernó alguna parte de estas tierras?

Singularidad.

Cierto, había dicho lo mismo de Shizun.

―¿Qué es son las Singularidades y Peculiaridades?

―Las Peculiaridades se refieren a las personas con habilidades inusuales que nacen en este mundo. Y las Singularidades, personas que nacen con genes especiales heredados por sus padres. Son el fruto de la unión de dos Peculiaridades. Las Peculiaridades no son personas que encuentras en cualquier lado, en realidad estas se encuentran en miembros que pertenecen a clanes muy antiguos. Por ejemplo, nuestra Muqin.

―… N-no le diga Muqin a Tía Yu.

―¿Ah? ¿Por qué no? Ella prácticamente nos adoptó en el nido y hasta hizo que nuestra Ceremonia de Presentación Espiritual sea en Meishan Yu, su hogar natal. Incluso se llamó nuestro Dribrian, ella ya acepto ese papel. Le seguiré diciendo Muqin.

Además, algo en ese aroma… le hacía sentir que esa persona… era la misma de hace años.

Aquella que era su padre. Aquel que lo apoyó a pesar de sus miedos por ese sueño.

Aquel que fue maldecido por su culpa.

―¿Qué significa Dribrian en mandarín?

―¿Hmn? No hay una traducción en realidad, solo es Dribrian. En LongLian no existe términos específicos de género o sexo. Todos los términos, honoríficos y títulos usados no tienen género, tan solo se recalca el género de una persona si esta desea que así sea. Dribrian es un título usado por algunos para los padres alfas por decirlo así, pero en realidad Baibriam y Dribrian nacieron para diferenciar a un padre de otro.

―Nada más. Aunque si una persona quiere que se le trate por un género en particular ellos lo harán por respeto. Respetar como una persona quiere ser tratada es una regla fundamental de Meishan Yu.

―Oh.

―Si intentaras traducirlo sería muy extraño porque Dribrian sería algo como “aquel que da la semilla para sembrarme entre las flores”, mientras Baibriam sería algo como “aquel que me protege entre las flores hasta que nací en estas”. ¿Lo entiendes? Es demasiado largo y sin sentido intentar traducirlo. Muchas de las palabras en LongLian son simplificaciones que no pueden traducirse porque sería demasiado rebuscado darle un significado. 

Una lengua que no necesitaba separar géneros ni sexos.

―Oh, la lengua LongLian suena muy interesante.

―Obviamente, LongLian es una lengua muy hermosa. Después de todo, es la lengua de los dragones que bailan entre las flores.

A-Ying no pudo evitar sonreír ante esas palabras.

―Ahora, como decia antes. Las Singularidades son criaturas que solo pueden nacer de la unión de dos individuos que portan la sangre de un clan ancestral. Tía Yu es una Singularidad nacida de la unión de un Yu y un Wu proveniente de un clan de la pequeña rama roja de los Shen. Los Hua.

¿Hua?

―¡¿Igual que Hua Chengzhu?!

―¿Eh? Ah, sí, ese zorro rojo pertenece en realidad a esa rama. Sin embargo, a diferencia del clan Wu que vive en Meishan Yu él ha nacido tres veces como un humano. Eso es malo porque pierdes esa característica. Realmente es algo triste pero tan real como el hecho de que está muerto. La muerte también es una pequeña desventaja.

Lamentablemente nacer como un humano tres veces sí que había jodido tanto la personalidad de Hua Cheng para volverse arrogante, caprichoso e infantil.

¿Ah? De que le servía haber vivido tantos años como calamidad si no había usado su tiempo para entender que no importaba cuanto leyeras o supuestamente aprendieras. El mayor conocimiento y aprendizaje en este mundo era entender que ser arrogante de verdad no era tan genial como parecía.

La sabiduría es humildad, la arrogancia es ignorancia.

Y Hua Cheng realmente pecaba mucho de la última.

De que le servía portar un caparazón hermoso y atractivo cuando su personalidad era tan mala.

Para alguien que amaba las caras bonitas con miradas asesinas eso era una verdadera lástima.

Nacer como un humano sí que le enseñó muchas cosas inútiles. ¿Por qué los humanos amaban ser arrogantes y porque algunas bestias también aprendían esa asquerosa característica? Era tan horrible.

Sin embargo… parecía que no hacía mucho había enfrentado una situación que realmente lo había hecho entender que no era tan poderoso como creía. Lo suficiente para que se culpara por algo que parecía ser muy doloroso.

Esa… era una manera demasiado triste para aprender un poco de humildad.

―No obstante, Dribrian está viva. Por lo tanto muchas de las características que la hacen una Singularidad al ser un Loto Violeta de Meishan Yu están activas, por lo que sus sentidos son más sensibles, su capacidad para ver ciertas cosas que los humanos no pueden son bastante fuertes y cuenta con las características físicas de una Singularidad Yu que le destacan entre los Yu. Ojos violetas.

―Oh.

―En el caso de esa hermosa criatura de ojos dorados como el oro no es muy diferente. El color de sus ojos no es normal en un humano simple, no puedes encontrarlo en otra persona más que una singularidad Tang. Lo extraño es que su cabello es negro esta vez… eso es malo.

―¿Por qué es malo? ¿Él está bien? ¿Alguien le hizo daño?

―Es malo porque significa que alguien ha sellado su gen como Singularidad. Cuando algo así pasa algunas de las características y habilidades del individuo como una Singularidad se ven afectados. Siendo que algunas características físicas no pueden presentarse.

O puede sufrir algún tipo de dolor físico o emocional por ello.

No podía verlo muy bien aún, pero no le gustaba eso.

No solo le habían obligado a separarse de su parte animal como a los demás humanos al ser un producto de una serie de generaciones nacidas de la traición y el robo a su sangre, sino que también le habían hecho esto.

Ese pedazo de mierda.

―Señor Dios, ¿eso es igual a como pasa con Shizun? ¿La sangre como singularidad de Shizun fue sellada?

―Así es, es lo mismo que con el nombre real de Shizun. No puedo ver quien le hizo algo tan cruel como sellar su sangre u obligarlo a vivir con ese nombre de Suibian. Pero si sé que no podemos llamarle por su nombre real, mucho menos hablar o hacer alusión de que sabemos esto, es peligroso, tanto como para nosotros como para Shizun. Lo que si debes entender es que no eres el único que puede notarme. Él también lo hace. Aun cuando no puede verme él sabe que estoy contigo. Él puede sentir mi presencia.

―¿Shizun también?

―Hmn. Tal vez no lo entiendas, pero para él cuidarnos es un gran reto, más porque no entiende porque estamos nosotros dos dentro de este cuerpo. Shizun ha pasado por muchas cosas crueles y dolorosas, malas personas le han quitado personas que amó y le han hecho sentir como alguien miserable e incapaz, aun cuando nunca ha sido así.

―Eso es muy cruel, ¿Quién podría hacerle tanto daño? ¿Por qué le harían algo así cuando Shizun es tan bueno?

―Porque aunque no existe la maldad absoluta… esa persona es lo que tú llamarías malvado porque ha elegido lastimar a otros y seguir un camino oscuro. Un villano cruel que solo quiere lastimarle… tal como ha hecho con muchas personas a tu alrededor.

Muqin, Bába, A-Die, A-Niang. Shizun, el maestro Zidian, el maestro Sandu. El maestro Suihua, la maestra Baxia, los maestros Shuoyue, Wang-Ji, Liebing. Shuanghua, Fuxue, el maestro Bichen. los reyes, los príncipes. Los dioses humanos, las calamidades, los demonios celestiales.

Los inmortales dorados a los que les prestó su energía dorada, sus padres, sus maestros. Sus seguidores, su familia…

Su Zhiji.

Todos ellos… todos han sido maldecidos.

Y esto… todo esto era su culpa.

A-Li, A-Cheng… A-X…

A-Xi…

¡¿Por qué demonios no podía recordar ese nombre?! ¿Por qué no podía recordar quién era?! ¡¿Por qué le dolía tanto no poder recordar a esa persona?!

―Mi nombre por una oportunidad… mi existencia porque ellos puedan regresar… porque él pueda romper la maldición.

Espera.

Algo andaba mal aquí.

Tres.

Tres tiempos de lo que llamaría Wuxian futuro habían sido conectados con este espacio. El tiempo en cada uno se había detenido, todo el mundo estaba detenido. Había un Wuxian… había un Wuxian en este espacio, pero parecía que no era el niño sino…

El adulto.

Había más.

Había otras personas en este espacio. Podía sentirlo en la conexión con el Mar Onírico. Una de esas personas se conectó con su corazón en lo que Wuxian llamaría pasado, era un lobo.

El Dios hizo un gesto.

Lobo, él odiaba los lobos. Demasiados traumas, pero al parecer recibió una petición, no podía abandonarlo y el lobo no era malo; decidió ayudarlo. Las otras dos personas en cambio habían venido aquí directamente de lo que Wuxian llamaría futuro con el permiso de Wuxian y… ¿el suyo también?

Lobo Mao, Wuxian, leopardo de las nieves Tang…

Una bestia que era una y miles de ellas a la vez.

Así que no estaban del todo solos en este espacio.

Sus ojos pasaron a un lado mirando fríamente el espacio vacío en ese jardín antes de simplemente regresar su mirada al frente y hablar.

―Oye, además de esa hermosa criatura, ¿junto a él venia alguien más?

―Mmn… ¡Sí, venia alguien más! Era un niño.

―¿Niño?

―Sí, pero él no parecía humano. De hecho se veía muy similar a usted. Tenía una larga y bonita cola blanca y un par de cuernitos en su cabeza, tan brillantes y dorados como los suyos. Además tenía unos hermosos ojos violetas como los ojos de Tía Yu.

Un niño.

―¿Qué es lo que estas intentando hacer? ¿Por qué necesitas la ayuda del Corazón de Dios? ¿Qué es lo que piensas hacer con XinMo?

―Además, él era alguien muy lindo y pequeño. No parecía ser más grande que yo o A-Cheng. Era tan pequeño y bonito, pero… también… aunque él no habló sentí algo raro.

―Es muy fácil, Qingqiu. Ahora que la Fruta de Dios ha hecho lo suyo reclamaré el Trono del Dragón y cumpliré nuestros sueños. Sin embargo, también hay algo que debo hacer… algo personal por lo que obligué a mi alma a tomar este cuerpo… algo por lo que me forcé a reencarnar antes de tiempo.

 

―¿Qué fue lo que sentiste?

―Yo voy a buscar al demonio sin nombre y yo voy a…

―Sentí que… aunque él es más pequeño que yo… él es el niño que siempre me recuerda ese número en mis sueños.

―…  protegerlo y recuperar su verdadero nombre. ¡Yo planeo devolverle su nombre!

―Ese niño con voz tan triste creo que es él.

Nombre.

El Demonio sin Nombre.

Maestro Inmortal Shen, creo que lo he recordado.

Creo que he recordado mi verdadero deseo sobre esa persona.

―Escucha, aunque recuerdo varias cosas y puedo notar otras no puedo decírtelas de golpe porque o no entenderás o tu confusión podría poner en riesgo tu percepción de ti mismo. Sin embargo, algo que si puedo decir es que para entender porque estamos metidos en esta situación en orden debes investigar todo sobre mi.

―¿Todo sobre usted?

―Hmn, esa persona que viste ahí es el Demonio sin Nombre. Nadie recuerda su nombre, lo que fue o porque terminó viviendo sin uno. Pero es por ello que necesito que me ayudes a investigar, porque yo… al igual que pasa con A-Niang no puedo recordarlo y eso duele mucho. Necesito que me ayudes a recuperar mis memorias, porque solo así yo… podré ayudarle a recuperar su nombre.

A-Ying, quien ahora entendía mucho mejor lo importantes que eran los nombres no pudo evitar preocuparse por ese tierno niño.

―¿Alguien robo su nombre? ¿Cómo pudieron hacerle eso?

―No lo sé, pudo perderlo o sacrificarlo… por algo en especial. Pero es por eso que necesito que me ayudes. Si recupero mis memorias será más fácil que pueda recordar el rostro de A-Niang y todo lo que vivimos antes de Yunmeng Jiang y comparta eso contigo. Pero sobre todo, podre ayudar a ese chico y a muchas personas.

Había tantas maldiciones de corazón. Arrancar una por una sería muy difícil y tardado. Necesitaba su energía dorada, necesitaba que ese niño comenzara a cultivar. Pero sobre todo…

 Necesitaba recordar quien era para romperlas todas al igual que los cascarones de los Yu y los demás humanos que los apresaban en esa maldición.

Pero sobre todo… debía buscar a A-Yuan.

―Escucha, no recuerdo técnicamente mucho de mi o mi propio nombre, pero sí sé es que al parecer mis memorias trabajan de acuerdo a tu voluntad.

―¿Mi voluntad?

―Hmn, es como si hubiera algo que no quieres recordar y entre más lo escondes más se me dificulta llegar a esas memorias. Como te dije el subconsciente es muy poderoso, pero también muy delicado. Entre más te niegas a recordar más te lastimarás y eso también me lastima a mí. Entre más escapemos de la verdad y nuestra naturaleza será peor porque viviremos estancados en algo que puede obligarnos a incluso olvidar tu identidad. Y si eso pasa los dos lo perderemos todo.

Eso sonaba peligroso.

―Sea lo que sea que este pasando o como terminamos en esta situación, debemos intentar trabajar juntos.

―¿Trabajar juntos?

―Así es. ¿No deseas poder recordar muchas cosas importantes? ¿no quieres recordar el rostro de A-Niang?

Esas palabras golpearon en lo profundo del corazón de A-Ying.

Las memorias que había perdido, aquellas que amenazaban con desaparecer.

El rostro de su madre.

Si trabajaba con este Dios, ¿había una manera de poder recordar a A-Niang?

¿De poder recuperarla?

A-Ying era consciente de lo que significaba morir. Sabía que A-Niang no volvería a este mundo hasta que el ciclo de reencarnación le llevara a vivir otra vez con otra identidad y… y otra familia.

Pero si podía recuperar y proteger sus memorias con su A-Niang como el único tesoro que le quedaba de su alma…

Entonces trabajar con este Dios era un riesgo que estaba dispuesto a correr.

―Quiero hacerlo.

―Entonces tenemos que esforzarnos por trabajar juntos y recuperar todas nuestras memorias. Entre más cultives conocimiento y energía será mejor para nosotros, ya que no solo recuperaremos los recuerdos perdidos, sino que también podremos hacer más fácil el trabajo de Shizun e incluso protegerlo. Capaz y hasta podríamos ayudarlo a recuperar su nombre y su reflejo. Él se ve muy infeliz sin ambos.

―¿De verdad? ¿podríamos hacer algo así?

―Claro que sí. Cuando recuperemos el nombre del Demonio sin Nombre y yo recupere mi energía que les preste a los maestros guardianes dorados, podremos no solo romper los dos cascarones. Sino también ayudar y proteger a mucha gente.

Y vengarse de un hijo de perra.

―¡Eso sería muy bueno! Si hacemos eso, ¿el niño bonito sin nombre ya no estará triste?

―… No puedo hablar por el corazón de otros, pero puedo decir que devolverle su nombre le hará mucho bien.

Porque aunque no podía borrar todo el mal que había vivido, se desharía de la culpa que cargaba y podría aliviar su espíritu.

―También pasara lo mismo con Shizun. Cuando recupere su nombre y su reflejo él se sentirá mejor.

A-Ying no pudo evitar emocionarse.

Él quería que Shizun fuera feliz. Lo merecía de verdad.

―No obstante, necesito que entiendas algo desde el comienzo.

―¿Qué es?

El Dios bajo de aquel tronco. Las túnicas se extendieron sobre el verde pasto, sus rodillas tocaron el suelo. Un par de manos grandes y bañadas en hermosas escamas negras brillantes en carmesí y decorada con largas garras negras se posaron sobre los hombros de A-Ying sin tocarlo realmente. Los ojos rojos le miraron seriamente.

―En el futuro conocerás a muchos guardianes y muchas personas, muchos de ellos son personas importantes para nosotros. Pero esas personas puede que en algún punto… cuando seas un adulto no serán amables con nosotros. Puede que duden de nosotros y también que nos vean como un villano. Pero, necesito que entiendas que sin importar lo que pase eso que te muestren no debes tomarlo personal. Porque nada de eso es lo que en verdad sienten por nosotros.

―¿Por qué pasaría algo así?

―Porque ellos han sido maldecidos.

El corazón de A-Ying se llenó de temor.

―Decirte esto es preocupante, pero mentirte no nos ayudará. Ellos han sido maldecidos para que crean que eso es lo que en verdad sienten por nosotros, pero muy dentro de su corazón, lejos de esa maldición ellos nos aman. Nunca lo dudes, todos ellos nos aman en verdad.

―¿Ellos nos aman?

―Hmn. Los reyes que conocerás en el futuro, los guardianes dorados. Nuestros padres, nuestros hermanos. Nuestros amigos.

El emperador que debían matar en el futuro.

―Pero sobre todo… él. Nuestro Zhiji.

―¿Zhiji?… la hermosa criatura de ojos dorados y túnicas blancas… el bonito leopardo de las nieves… ¿él es nuestro Zhiji?

―Hmn, él es nuestra persona destinada. Él nos ama mucho, mucho en verdad. En cada vida lo hemos buscado. No solo porque lo amamos o porque no debemos recordarlo. Sino porque le prometimos que sin importar que pasará siempre le buscaríamos y le entregaríamos nuestro corazón. Pero él fue maldecido.

¿Maldecido? ¿Quién pudo ser tan cruel para maldecirlo cuando A-Ying podía ver la bondad dentro de su corazón?

―Escucha bien, los humanos no lo entienden, pero cuando hay una maldición como esta sobre todos nosotros no puedes evitar el destino que ha sido trazado; tan solo puedes evitar que el daño colateral sea menor del que está destinado a ocurrir saltándote algunas reglas. Es por eso que debes de entender esto.

―En el futuro nosotros tendremos que hacer muchas cosas para proteger a quienes amamos, pero la gente no entiende más que lo que quiere ver. Aun si no todos están maldecidos muchos nos apuntaran con sus espadas. Dirán cosas malvadas y crueles. No importa que escuches de las personas que tu corazón está destinado a amar, no debes creer nada de ese supuesto odio o esas palabras, no debes creerlo. Mucho menos debes creer que esa hermosa criatura te odia aun cuando en el futuro su espada este destinada a apuntar aquí.

Y el Dios señaló con su diestra su corazón.

―Él al igual que el resto está maldecido a pensar que nos odia con todo su corazón, a dudar de nosotros sin importar cuanto vea de bondad en nosotros, a intentar matarnos. No importa lo que escuches o veas, debes creerme, porque al igual que nosotros él será engañado al punto de que incluso puede escuchar palabras mordaces y crueles que nosotros nunca le diríamos y pensar que nosotros fuimos quienes las dijimos.

―Eso es muy cruel.

―Lo es, porque eso no es lo que siente en realidad. Él nunca nos ha odiado, él siempre nos ha admirado. Pero esa malvada persona quiere que dudes del amor de todos, pero sobre todo, del amor que sientes por mí, el amor que siento por ti. Del amor que te tienes a ti mismo.

―¿El amor que me tengo a mi mismo?

―Hmn. Porque esa es su forma de lastimarme y lastimarte. Por eso debes confiar en mí. No importa cuán grosero sea obligado a comportarse o cuantas veces intente hacernos daño. Debes entender que no es su culpa, que él nos ama, que él no quiere hacer eso. Que a él también le duele hacer eso. También es lo mismo con los guardianes dorados, nuestra familia y la familia de él. De muchas personas que han sido parte de nuestra familia.

―¿Cómo puedo ayudarlos? ¿Cómo puedo ayudarlos a que no sufran así? ¿Cómo puedo evitar que él sufra?

―No puede evitar que sufran porque terriblemente están destinados a hacerlo. Pero si puedes ayudarlos a terminar con eso haciendo una cosa. Debemos romper sus maldiciones juntos.

―Juntos.

―Hmn, juntos. Porque al parecer tú y yo debemos hacerlo juntos o no podremos lograr nada.

Lograr algo, trabajar juntos, recuperar sus memorias, recuperar los nombres.

El reflejo.

Romper las maldiciones.

―Yo… ¿podría hacer algo como eso? ¿Realmente podría hacer algo como eso?

Después de todo, A-Ying era muy pequeño. Era débil y frágil.

¿Su versión adulta podría ser realmente tan fuerte para lograr esto?

―Claro que sí. Eres inteligente y brillante, lo suficiente maduro y perspicaz para entender muchas cosas y con una conexión bastante buena con el plano astral para que puedas entender todo lo que te he dicho sin perder la razón. Obviamente podrás hacerlo, porque solo un genio como tú podría ser el dueño de dos caparazones tan resistentes para también albergar mi alma contigo.

En los ojos del Dios no vio mentiras, no vio crueles engaños o burla. Tan solo vio un profundo cariño que sentía cálido dentro de su corazón.

Un cariño que lo llenó de valor para enfrentar aquello.

―Señor Dios… yo no soy un humano, ¿verdad?

―¿Crees que es así?

―Mamá no lo era, ella nació de una flor, Hua Fengxing era su nombre. El aroma a peonias sobre mí y sobre ella habla de su extraño nacimiento, pero también de un deseo. Ella decia que antes de nacer había deseado venir a este mundo y un hermoso dragón le ofreció ese cuerpo para hacerlo. El Dios que le dio ese cuerpo a A-Niang era usted, ¿verdad?

El Dios le dio una sonrisa traviesa, divertido por ser descubierto, pero no sorprendido de que lo haya descubierto Wuxian.

―Nunca le negaría algo a Baibriam.

―¿Lo hizo porque quería que ella fuera nuestra mamá?

―Baibriam es Baibriam, yo nunca aceptaré a otra persona como mi Baibriam más que el hermoso fénix Feng Xing.

Solo ella podía ser, porque ella era la única que lo amaría aun sabiendo lo que era y lo que había hecho en el pasado.

―¿Si trabajamos juntos podríamos ayudar a mucha gente, tal como hace Tía Yu? ¿Ella estará orgullosa de nosotros si hacemos esto?

―Ella lo hará sin importar que hagamos.

―Aunque ellos digan que nos odian no es así. ¿Ellos nos aman de verdad? ¿ellos nunca quisieron ni querrán hacernos daño?

―Nunca lo dudes. No importa cuantos apunten a tu corazón con sus espadas, nunca dudes de cuánto te ama tu familia, tus maestros, tus seguidores. Tu manada. Tu hogar de las estrellas en la tierra.

―Y yo… no importa lo que pase, no debo dudar del amor que me tengo a mi mismo.

―Así es. No importa lo que pase, debes prometerme que te amaras a ti mismo. Porque si no te amas me odiarás, si te odio me odiaras y si ambos nos odiamos nos dañaremos a nosotros mismos porque esa es la base del odio.

―Y si nos odiamos a nosotros mismos nos destruiremos mutuamente. Eso es lo que él quiere, esa es la base de nuestra maldición. Si nos destruimos a nosotros mismos lo perderemos todo y este plan será en vano.

Era cierto, no podían perderlo todo. No podían odiarse.

No podían perderse a sí mismos, porque si lo hacían…

Todo acabaría para ellos.

―Te amo, Wuxian. te amo tanto como tú me amas. Este amor existe y persiste. Así que confía en mí, confía en mis palabras y trabajemos juntos. No me ignores, no me rechaces, no finjas que no estoy ahí, no me consideres tu enemigo o una cruel sombra.

Las manos del Dios se extendieron hacia las suyas, A-Ying no dudo en permitirle tomar sus manos. Esas manos negras eran demasiado grandes haciendo que las suyas se perdieran en el infinito abismo de sus palmas. Pero A-Ying no se sintió asustado.

―Escúchame, respétame, ámame. Y nunca dudes de mí, si lo haces yo te daré todo de mi así como tú me darás todo de ti si confías en mí. Si haces eso, si luchamos por mantener el amor que tenemos el uno al otro podremos conseguir ser libres de todo este mal, así como todo lo que amamos lo será.

Ser libres de las maldiciones, recuperar sus nombres, su vida.

―Porque tú, Wuxian, eres la persona que amo más en este mundo.

Su verdadera identidad.

―¿Tenemos un trato, Wuxian?

A-Niang le había dicho que no confiara en extraños.

Le había explicado que así como había personas muy buenas, también había personas muy malas.

Pero aunque este ser no era humano y los colores que lo decoraban podría asustar a muchos, A-Ying no tenía miedo. 

Porque podía sentirlo dentro de su corazón.

Él amaba mucho a esta persona.

Sin importar cuanto enfrentaron, sin importar cuanto cargaban. Sin importar cuanto lloraron él lo amaba.

Por eso A-Ying no dudo en dar esa respuesta.

―Lo haré. No solo por las cosas buenas que podría recuperar con ello, sino porque yo también quiero ayudar al niño bonito sin nombre, a Shizun, al maestro Sandu y el maestro Zidian. A A-Cheng, Shijie, Muqin, Bába y los guardianes. ¡Yo me esforzaré porque también quiero ayudarlos a todos!

Y el Dios no pudo evitar sonreír.

Él un día amo a los humanos, los animales y cada criatura de este planeta que se ganó su corazón, si no quería que ese poco amor que había sobrevivido prendiéndose del corazón de este niño se perdiera, tenía que esforzarse por amarlo y nutrirlo con lo único bueno que había dentro de él.

Porque esta era una triste historia de amor y supervivencia.

Y ellos debían enfrentarla juntos si querían cumplir con el deseo que gobernaba sus corazones.

Ayudar a la humanidad.

 

 

Enlaces del capítulo en otras plataformas:(por favor, no comentar en este párrafo para evitar que se pierda su función, gracias)

 

Habilidades de Laoying en su Reino Onírico: Puede proyectar cualquier lugar o paisaje que desee, sea algo formado en su Reino Onírico o un paisaje del mundo físico. Debido a que es una persona hambrienta de conocimiento, extremadamente social y muy curiosa se aburre rápidamente. Por lo que durante mucho tiempo antes del nacimiento de Wuxian ha viajado por muchos lugares del Mar Onírico y paisajes naturales.

Debido a que no tiene libertad de movimiento en el plano físico en sus caparazones cuando A-Ying duerme el suele viajar en el Reino Onírico a diversos lugares en de la tierra en lugares no habitados por los humanos, suele elegir los más tranquilos cuando decide cultivar. 

A veces algunos animales pueden detectar su presencia, se acercan a él para jugar, dormir su regazo o hacerle una petición. Laoying dice que esto pasa porque solo las almas mortales más puras e inocentes son las que tienen mayores probabilidades de formar una conexión con el Plano Astral.

De entre los lugares que suele elegir para cultivar los mares y los polos le parecen bastante hermosos. Algunos pulpos, tortugas, peces, osos e incluso pingüinos lo buscan. Laoying suele mimarlos un poco mientras disfruta el paisaje. Las auroras boreales re recuerdan a su hogar, por eso ama viajar a zonas donde estas pueden presentarse. 

 

 

Laoying no gusta de los lobos, pero si un lobo de buen corazón le pide u deseo no lo abandonara. Le gusta ayudar a todo tipo de criaturas, incluso si estas no son fieles suyos en realidad.

 

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

Wuxian y el Dios por fin se han encontrado. Verdades y preguntas han emergido junto a los recuerdos que ambos han decidido buscar. Sin saber el uno y el otro la verdad sobre si mismos la búsqueda por el verdadero nombre del Dios ha iniciado. En el espacio donde el pasado, presente y futuro se conectan Yin y Yang han llegado a un acuerdo.

¿Qué piensan del encuentro de A-Ying con el Dios?

¿Qué piensan de las explicaciones del Dios?

¿Podrán trabajar juntos para encontrar respuestas?

¿A que se habrá referido con que hay tres tiempos del futuro conectados y más personas ahí?

Agradeciendo infinitamente todos sus votos, comentarios, todo el apoyo, amor y paciencia que le han dado a este proyecto desde el comienzo, me despido. ¡Hasta la próxima!

¡Gracias por leer!

Chapter 34: CAPÍTULO 21: MAR

Notes:

La música del video que se encuentra al principio de este capítulo es un acompañamiento musical que recomiendo escuchar cuando estén leyendo el cuento que se encuentra al comienzo. No es obligatorio hacerlo y puede que tengas tu propia playlist, pero un dato interesante es que es esta música la que le ha dado forma al cuento de Yu Laoying que consiste en tres partes (ya hemos leído una en los primeros capítulos). Por su atención, gracias.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Enlace del capítulo en otras plataformas:

Wattpad: https://www.wattpad.com/1335170162-el-omega-y-el-emperador-segunda-parte-fanfic

Acompañamiento musical para el cuento: Laoying

 

Gracias)

 

 

CAPÍTULO 21: MAR

 

 

Oscuridad.

Lo primero que sus ojos vieron a su alrededor fue la completa oscuridad.

3.333, recuerda, 3.333. Tú vienes de las estrellas, naciste entre ellas.

¿Era esta la oscuridad del comienzo de la vida o era en realidad la oscuridad de su propio corazón?

 3.333, recuerda, 3.333. Trecientos treinta y tres millones de años ha sido el tiempo que miraste a la tierra.

No lo sabía, había tan poco que podía recordar de sí mismo que lo único a lo que podía aferrarse eran a las memorias, sentimientos y pensamientos que podía mirar en el Mar Ancestral.

3,333, recuerda, 3,333. Todo inició con aquella estrella amarilla. Tu curiosidad por ese planeta ardiente en el fuego de la creación que se volvió azul como una joya divina comenzó con una estrella amarilla.

¿̷P̷o̷r̷ ̷q̷u̷é̷ ̷d̷e̷s̷e̷a̷s̷ ̷a̷y̷u̷d̷a̷r̷ ̷a̷ ̷l̷a̷ ̷h̷u̷m̷a̷n̷i̷d̷a̷d̷?̷
̷¿̷P̷o̷r̷ ̷q̷u̷é̷ ̷v̷a̷l̷d̷r̷í̷a̷ ̷l̷a̷ ̷p̷e̷n̷a̷ ̷l̷a̷ ̷h̷u̷m̷a̷n̷i̷d̷a̷d̷?̷
̷¿̷Q̷u̷é̷ ̷e̷s̷ ̷r̷e̷a̷l̷m̷e̷n̷t̷e̷ ̷h̷u̷m̷a̷n̷i̷d̷a̷d̷ ̷p̷a̷r̷a̷ ̷t̷i̷?̷

 

 

 

Hace mucho, mucho tiempo atrás todo era oscuridad.

No había un principio ni un fin, tan solo un ciclo constante en que la materia formaba y la oscuridad devoraba. En que los cuerpos celestes chocaban una y otra vez y entre esas explosiones la oscuridad absoluta, la nada literal cobró vida y forma.

Y esa misma gran oscuridad en un punto tuvo fondo y ese limite le llevó a generar una gran explosión de la cual algo nuevo nació. Y esa nueva creación se bañó con una brillante luz que atrapó el inmenso espacio del universo.

Con simples destellos que formaron la materia entre la nada las estrellas se formaron ante los ojos de aquello que sin cuerpo y forma fue el comienzo de todo. Hermosos cuerpos astrales se formaron y de estos grandes galaxias también, los ojos de aquel ser brillaron rebosantes de alegría, pero la tristeza se apoderó de su ser al notar la gran soledad que le seguía.

Pero la soledad terminó en algún momento cuando la materia cambiante del universo llevó a que las estrellas y los planetas se juntaran. Los meteoritos y satélites se unieron y las galaxias chocaron entre sí, creando un sinfín de explosiones que dio vida a una nueva luz tan radiante como él.

Las explosiones de todas ellas fueron inminentes y de aquellas explosiones como hermosas piedras preciosas apareció ante él algo que era idéntico a su ser. Por lo que decidió que lo correcto era darle una imagen a lo que aún no era visible entre las tinieblas del abismo.

Al igual que él su cuerpo era largo, tan largo como el tiempo bañado de hermosas escamas formadas por las preciosas joyas hechas por los planetas de diamantes y carbono que le formaron. su cabeza estaba decorada con una gran melena tan espesa como la niebla, hermosa y ondulante como los ríos.

Sus garras eran brillantes como el oro que descansaba en su cabeza en dos hermosas astas y la forma de mil bestias que solo era una fue visible también en el cuerpo del ser que lo había formado todo. Aquella criatura era mucho más grande que tres de las grandes galaxias que los rodeaban. Su inmenso cuerpo serpenteante se ondeó alrededor maravilloso de su propia existencia hasta estar frente a su igual.

―¿Qué es lo que soy?―preguntó.

Y ese ser le respondió. ―Tu eres la bestia que es una en un millón. Has nacido entre las estrellas, de los cuerpos celestes y la oscuridad absoluta has nacido. Tu eres un dragón. Eso es lo que es un Yu.

―¿Qué es lo que eres?

―Yo soy la bestia con la forma de mil bestias que es una sola en realidad. Entre la oscuridad he nacido y a la oscuridad perteneceré aun cuando yo mismo soy la luz que compite con la misma oscuridad. El inicio y el fin es mi ciclo y objetivo también. Soy un dragón. Tu eres como yo y yo soy como tú, no existe un superior ni un inferior ante aquello que es igual sin limitación.

Tal como el primero y el segundo las estrellas siguieron formando otros tres más y al final ocho eran en total. Cada uno de ellos miraron con asombro sus propios cuerpos tan blancos como el jade, y brillantes como un arcoíris tintineante en diversos colores como los diamantes por la luz que emergía de sus propios cuerpos.

Fue en ese momento que todos se dieron cuenta que por más que todos entendían su naturaleza llamarse dragón entre ellos sería un sin sentido, por lo que ellos entendieron que necesitaban identificarse con algo que fuera diferente a lo que el otro portaba.

El segundo dragón que fue creado habló al primero. ―Tú que eres el primero de nosotros de hermoso brillo celestial deberías ser llamado el Dragón Celestial.

Y el Dragón Celestial le habló a él. ―Tú que eres tan hermoso como el cielo deberías llamarte el Dragón de Espíritu Celeste por el hermoso brillo azul sobre tus escamas.

Y así cada uno de ellos eligió lo que ellos llamaron un título para su compañero.

Sinn embargo, ellos consideraban que los títulos no eran suficientes. Debian escoger un nombre para cada uno. Un nombre que definiera su verdadero ser a través del descubrimiento y aprendizaje sobre ellos mismos. Lo que podían sentir y lo que podían ser.

Descubrieron que mirar al futuro era tan fácil como saber cuánto sería formado más allá de ellos. En ese inmenso espacio descubrieron que el tiempo parecía ser solo un suspiro ante sus ojos. Juntos descubrieron cuantos cuerpo celestes podían formarse y cuantos podían morir fácilmente por la oscuridad tan hambrienta e insatisfecha para seguir consumiendo.

Juntos aprendieron los misterios que encerraban a los portales y atajos entre el infinito universo y como el tiempo podía deformarse en su interior como en sus sueños.

Y al igual que pasaba con las inmensas galaxias entre su gran aprendizaje, una brillante estrella dorada en la cumbre de su muerte que era mucho más grande que tres galaxias juntas, explotó dotando de brillo el universo.

Y en medio de aquella enorme luz pudieron verlo.

Un nuevo dragón había nacido.

Al igual que ellos su cuerpo era tan hermoso como el jade y ornamentado con la forma de mil bestias que era una sola. Tal como la estrella de la que había nacido aquel hermoso dragón era tan brillante y alegre como el aura que emanaba de su cuerpo. Dotado de gran curiosidad por el inmenso universo su entusiasmo era mayor que el infinito.

Y por ello el título que recibió fue el Dragón Amarillo.

Tal como había hecho con los otros el Dragón Celestial fue paciente enseñándole cada cosa que había en el universo, ofreciendo respuestas a cada pregunta y escuchando sus sueños mientras todos envolvían sus cuerpos en el gran nido ancestral, dejando al más joven y pequeño en medio mientras entraban en un nuevo sueño de mil años.

En algún momento cuando el Dragón Amarillo despertó sus ojos miraron con curiosidad una hermosa estrella dorada que yacía en el horizonte tan lejana como una pequeña partícula. Con curiosidad el dragón salió del nido ancestral y buscó aquella estrella deteniéndose abruptamente al notar que en realidad no era lejana, simplemente era mucho más pequeña de lo que él era en realidad.

Aquel movimiento repentino hizo que el polvillo estelar que decoraba su cuerpo entre pequeñas estrellas doradas y planetas fuera lanzado hacia el frente rozando contra su nariz, y aquello lo hizo estornudar.

De aquel estornudo miles de mundos nacieron. De aquella estrella muriendo en aquel acto nacieron otras más y ahí, en medio de ese mar de galaxias el dragón pudo ver maravillado como una pequeña estrella amarilla nació y a su alrededor como pequeñas piedras preciosas diferentes planetas formaron.

Sus ojos se maravillaron con aquello que había nacido. Cuan pequeña y curiosa formación tan brillante por aquella estrella. Aun cuando no era el centro de aquella hermosa galaxia, aun cuando era tan pequeña como una partícula era sin duda tan preciosa para llamar su atención.

―El tiempo es efímero ante nuestros ojos. ―le había dicho el Dragón Celestial, y tal como sus palabras fueron dichas, ante el pequeño dragón esos pequeños planetas lentamente tomaron un rumbo girando alrededor de la gran estrella.

Y entre uno de ellos pudo ver algo curioso.

Fuego.

Lo primero que pudo ver fue el fuego.

Como el inicio del universo que era superior a él, la luz de aquella estrella absorbió la oscuridad de ese hermoso y pequeño espacio iluminando aquel diminuto planeta en donde el fuego, la lava y el calor gobernaban en un cielo oscuro.

Con curiosidad él miró por poco tiempo que al parecer en ese planeta lo fue todo. Los milenios trascurrieron como la arena en sus dedos, pero ese tiempo en aquel planeta fue la esperanza que el universo le había permitido mientras el fuego se apagaba y un elemento que solo había visto en otros planetas extrañamente brotó.

Agua.

Lo primero que vio poder apagar ese fuego fue el agua.

Tan clara y pura como el cielo y las lluvias de estrellas que se movían entre el espacio como una preciosa lluvia. Con emoción pudo ver como el agua apagó el fuego y la tierra reaccionó a está generando vida.

Poco a poco aquel planeta fue cobrando vida. En donde antes todo era agua emergió la tierra y entre la tierra el agua formó ríos, lagos y cascadas. En donde todo era oscuridad nació vegetación y arboles mientras los mares se llenaban de vida y regalaban a la tierra esa misma. Las preciosas criaturas emergieron del mar y crecieron y lentamente la tierra fue cambiando en lo que para aquel ser solo fue un suspiro.

Como si fuera tierna, tímida e insegura ante sus propias creaciones, la tierra cambiaba de forma radical y espontánea, el mismo universo que la rodeaba fue testigo de cómo su aspecto evolucionaba y aquel gran trozo de tierra se partía entre las aguas dándole nacimiento a diferentes formaciones.

Y en aquel curioso planeta en donde la vida floreció los humanos también lo hizo.

Frágiles, débiles y efímeros los humanos eran una especie curiosa y extrañamente fascinante. A diferencia de los demás animales los humanos se levantaron de entre la tierra y el barro y poco a poco sus cuerpos se adaptaron con una espalda recta y dos piernas que les llevaron entre aquellas tierras, buscando lo mismo que todos.

Buscando sobrevivir.

Los humanos habían perdido su pelaje, comparado con las criaturas del bosque el fino vello que cubría sus cuerpos era tan débil el inútil para el invierno. Sus pieles eran delgadas comparadas con las otras y sus huesos podrían quebrarse tan fácilmente que le preocupaba pensar cómo podrían sobrevivir en un mundo tan hermoso, pero también peligroso.

Y así como los humanos habían descubierto el poder del fuego y de la luz, los humanos también habían aprendido a temerle a la oscuridad.

Oscuridad, oscuridad. ¿Cuán inmensa era en realidad la oscuridad a la que le temían tanto? Cuan misteriosa y silenciosa podía ser y a la vez podía ser presa de los ruidos más aterradores. Era curioso como lo desconocido era aterrador para los humanos, cuan ignorantes eran de que su precioso planeta era parte de un sistema solar que giraba gracias a la inmensa oscuridad.

Siempre hambrienta, jamás satisfecha. Lo desconocido que nació después de la muerte. Lo incontenible que no vivía bajo la lógica del tiempo-espacio que un día calcularían con sus propias ciencias. Aquello que un día simplemente podría devorarlo todo, comprimirlo, deformarlo. Volverlo parte de su interior.

Y aun así esa oscuridad era la que hacía girar todo y lo que le dio sentido a lo que los humanos llamaron tiempo.

A lo que llamaron vida.

Entre más veía la tierra más se maravillaba de ella. De cómo la vida en su interior emergía y florecía por el agua y el calor del sol. Por el simple deseo de supervivencia que llevó a cada especie a buscar su lugar en el mundo, a crecer y emerger brillando como las estrellas. Y los humanos encontraron su lugar y formaron aquello que llamaron civilizaciones.

Entonces un día él escuchó algo raro.

“Dios, dios, por favor. Escucha mi deseo, escucha mi corazón. Por favor, permite que mi hijo nazca a salvo”

Ahí en medio de una pradera un humano habló, lleno de fervor le pidió a eso que llamaba Dios un deseo mirando hacia el cielo estrellado, juntando sus manos como si buscara tocar su corazón.

¿Dios?―él se preguntó que era Dios. Entonces recordó que había visto que los humanos le hablaban a la naturaleza, que hacían estatuas de madera con las formas de animales y hacían esos curiosos collares llamados tótems con la idea de que eso protegería a los suyos. Pero era la primera vez que tras un tiempo viéndolos por fin entendía los curiosos lenguajes extraños que habían formado como el de cada región.

                                                                                    ¿Eso era Dios?

El universo era amplio, tan amplio que ningún humano con los pequeños y frágiles que eran podría alguna vez siquiera conocer una parte de él por sí mismos. Pero aunque no había escuchado aquella palabra en el basto espacio que habitaba, no pudo evitar sentir curiosidad y preguntarle al gran dragón que era el primer Yu.

―¿Qué es Dios? ―él preguntó.

El gran dragón le miró con curiosidad y respondió. ―Dios no existe, pero los humanos buscan un significado detrás de la vida. Eso es Dios para ellos.

Aun con dudas al respecto miró por más tiempo y nuevamente escuchó a un humano hablarle al cielo con las manos en el corazón y sus ojos en las estrellas. “Dios, dios, por favor. Escucha mi deseo, escucha mi corazón. Permite que las cosechas sean fructíferas este año”

Él miró a la izquierda, miró a la derecha, miró sobre su cabeza y debajo de ella y no vio absolutamente nada más que el cosmos. Y con más dudas que respuestas nuevamente le preguntó al gran dragón. ―¿Qué es Dios?

El gran dragón le miró nuevamente con curiosidad y respondió. ―Dios no existe, pero los humanos son frágiles y efímeros. No comprenden lo que les rodea o porque funciona así. La naturaleza incomprensible ante sus ojos es lo que llaman Dios.

Y una vez más se sintió confundido.

Entonces nuevamente un humano llamó desde la tierra, con las manos en el corazón y sus ojos llenos de esperanza hacia el cielo y habló. “Dios, dios, por favor. Escucha mi deseo, escucha mi corazón. Por favor, salva a mi compañero, no podría vivir si llega a morir”

Y nuevamente él preguntó. ―¿Qué es Dios?

El gran dragón le miró con curiosidad y respondió. ―Dios no existe, pero los humanos buscan razones para aferrarse a la vida, familia, amor. Hogar. Esa clase de vínculos forma deseos, miedos y anhelos, y estos se sostienen de algo llamado esperanza. Eso es Dios para los humanos.

Un significado detrás de su existencia.

Una explicación de su entorno o porque funcionaba de esa manera.

Vínculos, miedos, deseos, anhelos.

 Esperanza.

¿Realmente eso era Dios para la humanidad?

Aun cuando había entendido mejor el concepto de aquello llamado Dios, él no pudo evitar sentirse un poco solitario y triste cuando veía que por más que los humanos le hablaran al cielo con sus peticiones nadie los escuchara en realidad.

Los humanos eran criaturas maravillosas y asombrosas, pero era triste que algo que parecía tan importante para darle el peso de su esperanza no existiera en realidad como ellos parecían creerlo. Que aquello que pensaban que controlaba la tierra y los cielos, o aquello porque existían no era en realidad más que un simple accidente de este inmenso universo.

Pero si todo eso era Dios, ¿Por qué parecían pensar que Dios era una entidad, una persona como ellos en vez de todo lo que parecía ser?

Si ellos pensaban que Dios era una entidad en vez de un todo, ¿Qué le hablaran a la nada no era algo triste?

Así que decidió que si no había “un” Dios como una entidad que los escuchara él lo haría, de esa manera no estarían tan solos. Y él escuchó cada petición hecha hacia el cielo, hacia la tierra, hacía las montañas, los ríos y los mares. Hacia todo lo que los humanos llamaban Dios.

Entonces un día sus ojos miraron al sol.

Pero era un sol muy diferente al que él podía mirar en aquella galaxia. Este sol no se quemaba lentamente ante sus ojos brillando con su inmensa luz, pero iluminaba la vida de sus padres con su gentileza y nobleza. Aquel sol no era tan sonriente como a aquella criatura que llamaba hermano, pero cuando lo hacía era como si miles de estrellas danzaran en el firmamento.

Y esa criatura era algo extraño no por su inusual cabello blanco y piel aparentemente sensible a la luz, no por su seriedad aun siendo tan pequeña para ser un infante, sino porque sus peticiones no fueron algo que hubiera esperado.

“Dios, dios, por favor. Escucha mi deseo, escucha mi corazón. Escucha a los abandonados y dales una esperanza. No te olvides de dormir lo necesario”

¿Dormir lo necesario?

Había visto que muchas criaturas dormían al igual que ellos, pero no espero que algún humano pensara que lo que llamaban Dios lo hiciera. Él pensó y pensó las palabras de aquella hermosa criatura que no superaba los seis años. Y con aquellos pensamientos en su cabeza no pudo evitar caer dormido con las canciones de las estrellas.

Cuando él durmió por alguna extraña razón su cabeza no se volvió silencio absoluto;  y la adorable imagen de aquella criatura llenó sus pensamientos. Sin darse cuenta algo en su corazón se sintió cálido y se llenó con los brillantes recuerdos de aquella niña con ojos de sol.

Cuando él se dio cuenta el Mar Onírico había sido creado por sus propios pensamientos, y la primera formación dentro de aquel espacio infinito fue el gran árbol de su propio Reino Onírico.

Ese día los sueños nacieron.

Controlar las creaciones de su Reino Onírico y entenderlo era extraño, la complejidad de sus numerosas ramas y laberintos también. Pero cuando pudo hacerlo de sus variados aprendizajes sobre la tierra el viajar a ella al menos entre sueños fue mucho más sencillo. El tiempo-espacio en el Mar Onírico era tan diferente con lo que había aprendido desde las estrellas.

Entre sueños de lo que serían solo minutos en tierra mortal viajó y viajó y de verdad se divirtió. De miles de animales aprendió. Sus voces no eran como las de los humanos, sus idiomas tampoco, pero seguían siendo tan maravillosas como cualquier ser viviente.

Sin embargo, lentamente la soledad y el no poder tratar con la vida de la tierra directamente hizo que aquello se volviera solitario. Y con tristeza entendió que en esta forma, su forma real viajar a tierra así no sería algo posible.

Así que le preguntó al dragón:―¿Cómo puedo bajar a la tierra?

Y el dragón respondió. ―No puedes bajar a la tierra porque la humanidad le teme a lo incomprensible. Tu cuerpo es hermoso como miles de galaxias de exoplanetas juntos, tu interior hambriento por la luz es como la oscuridad más aterradora del universo. Y el tamaño de tu ser supera más de tres veces el tamaño más grande de la galaxia más grande y cercana a la tierra. ¿Cómo planeas ir a un planeta que es tan diminuto como una partícula en medio de tus garras?

Entonces el respondió:―He aprendido de la tierra, el mundo que habita en ella es basto y maravilloso como la vida floreciente en sus tierras y mares. Tal vez si tomo una imagen parecida a la de los humanos ellos no me tendrán miedo y podre aprender más de su mundo.

Entendiendo que negarle el conocimiento a ese joven dragón era algo imposible, el más grande habló:―Bien, entonces puedes ir pero debes entender tres reglas.

La primera fue que no debía decirles a los humanos su nombre real. El nombre que él le dio ni lo que era o de lo que estaba compuesto su cuerpo en realidad.

La segunda era que no debía de hablarles de todo lo que él sabía, porque aunque los humanos eran brillantes, sus mentes eran pequeñas y el basto conocimiento del universo las quebraría.

Y la tercera era que no podía abrir la inmensa oscuridad que se albergaba en su estómago para beber los rayos de radiación del sol. Porque si lo hacía podría terminar devorando a la tierra sin querer.

Al finalizar el dragón le dio una condición, solo podía estar en la tierra tres días humanos, porque eso era lo que su cuerpo soportaría estar disminuido y jamás, nunca debía de mostrar su verdadero ser o los humanos le temerían al ser algo que iba más allá del entendimiento de aquellas criaturas.

Comprendiendo cada regla y condición él bajó hacia la tierra. Lentamente su cuerpo fue disminuyendo entre más se acercaba, hasta que en vez de parecer una partícula se volvió en algo más y más grande y en algún momento él fue más pequeño que la tierra.

Y cuando llegó a la tierra se maravilló con la belleza de la vida en persona, se deleitó con los múltiples aromas y los sabores de lo que solo había visto desde las estrellas, y en el reflejo del agua se dio cuenta que se había vuelto lo que los humanos llamaban un hombre.

Tal como había buscado su cara tenía dos ojos brillantes como las nébulas de los cielos, de un hermoso color violeta y tonos azulados en vez de la visión de miles de universos en ellos. Su piel ya no se veía como piedras brillantes de carbono, parecía y era suave. Parecía humano. Y él orgulloso de su apariencia se sintió.

Pero cuando estuvo ante los humanos se dio cuenta que había grandes diferencias entre ellos.

Su cuerpo era más grande, más alto y más fuerte. Era extraño, pero se volvió útil cuando se encontró con ese pobre anciano que tiraba preocupado de las riendas de un toro que estaba por caer de un barranco. Así como le ayudó a quitarle aquella pesada red a ese oso.

Tanto el anciano, el toro y el oso le preguntaron.―Noble señor que me ha ayudado, ¿acaso tu eres Dios?

Y a todos él respondió.―Yo no soy Dios, tan solo soy un viajero que le gusta ayudar.

Aun a pesar de sus palabras los tres le consideraron Dios, porque solo Dios podría haberlos ayudado cuando nadie más lo hizo.

A partir de ese día el oso le siguió. Él no entendía la razón, pero apreció la compañía del oso que le prometió que a partir de ese día él y sus descendientes le cuidarían.

Y él continuó su viaje por la tierra hasta que el tercer día llegó.

Cuando tuvo que regresar el oso quiso ir con él, pero eso era imposible. Sin embargo, él ya había tomado una decisión, tres días no eran suficientes.

Necesitaba aprender más, quería comer más y quería ayudar. Por lo que al oso prometió que volvería en tres meses. Y tal como dijo, aun cuando el gran dragón no sé sentía seguro él volvió a bajar de las estrellas en más de una ocasión.

En cada viaje aprendía más de la tierra y entre más aprendía más se encariñaba con este planeta. A veces encontraba personas o animales en dificultades, ayudar era inevitable. Pero siempre que ayudaba ellos le preguntaban. ―Noble señor que me ha ayudado, ¿acaso tu eres Dios?

Y a todos él respondió.―Yo no soy Dios, tan solo soy un viajero que le gusta ayudar.

Pero tal como pasaba en cada ocasión que ayudaba al desamparado, aun a pesar de sus palabras le consideraron Dios, porque solo Dios podría haberlos ayudado cuando nadie más lo hizo.

No importaba si era el norte abrazado por la blanca nieve o el soleado sur donde los climas eran opuestos al norte. No importaba si las personas tenían pieles tan blancas como los diamantes u oscuras como las preciosas obsidianas. Cabellos lacios o rizados negros, dorados, pelirrojos o castaños. No importaba el color de sus ojos.

No importaba donde fuera, cada que ayudó a un humano ese humano le vio como Dios.

Los humanos eran inusuales, llevaban su culto como le llamaban de una forma extraña. Aun cuando él solo era un viajero le hicieron templos, aun cuando tuvo que dar una versión sobre su verdadero ser que pudiera ser entendible le hicieron estatuas y le llamaron de muchas formas.

Los humanos eran inusuales pero tenían razón en algo. Cuando se desea ir a un lugar aunque se finja que no es así, al final tus propios pasos te llevaban ahí.

Entonces llegó a un pueblo y cuando sus ojos se encontraron con aquellos trozos de oro pudo saberlo de inmediato.

Le había encontrado.

De entre todos los pueblos y todas las tribus el dulce llamado de la persona que le deseaba buenas noches a aquello que llamaba Dios. Aquella hermosa persona era según lo que los humanos llamaban mujer, y el nombre por el que todos le llamaban era Leizu.

Leizu era una persona hermosa. Como una belleza fría tan elegante como una grulla y hermosa como un felino. Aun cuando le había visto cuando solo era una niña conocer a Leizu en persona fue completamente diferente que mirarle desde las estrellas.

Leizu era diferente a los humanos que se acercaron a él antes. Mientras otros le llamaban Dios, Leizu le trataba como si fuera uno más de los humanos que llamaba extranjeros, como un extranjero él tuvo que ganarse su lugar en la tribu.

Pero Leizu era una persona terca y seria que le miraba solo como un mortal más y fruncia el ceño confundida ante sus regalos inusuales buscando ser su amigo, escapando como una bonita criatura demasiado tímida, y aun así escuchando las anécdotas sobre sus viajes entre los árboles como si pensara que no le notaba, y para él eso fue encantador.

Esa fue la primera vez que él pensó que una persona era hermosa de una manera que nunca imaginó pensar.

Leizu era hermosa, y sus sonrisas adorables cuando pensaba que nadie la miraba solo hacían que fuera mucho más hermosa que las flores y resplandeciente como la luna. Leizu era dulce como el néctar de las flores con los niños y era tan amable con los conejos que algo dentro de él se sentía tan extraño cuando veía aquello.

Leizu era adorable cuando lentamente le permitía acercarse o cuando hablaba emocionada a su manera sobre lo que le gustaba. Leizu era fascinante como el universo y brillante como una estrella azul. Era inteligente y perspicaz.

Era comprometida con ayudar a su tribu y era liviana al cargar mientras le ayudaba a tomar las frutas que deseaba tomar por sí misma de los grandes árboles que no alcanzaba. Y sus ojos eran tan brillantes cuando le contaba lo que era la música y que había formas de hacerla con cosas tan simples como unas hojas, ramas y troncos huecos.

Leizu era tan brillante como el sol nutriendo algo en su interior que se sentía tan cálido como la energía que tomaba de la luz de las estrellas o la comida. Leizu era adorable mientras cuidaba a sus gusanos de seda y era tan encantadoramente responsable y trabajadora recolectando fruta. Leizu se veía inusualmente indefensa cuando le hacia un regalo y se veía magníficamente fuerte protegiendo a los suyos.

Así que cuando sentía que Leizu por fin le había aceptado en su tribu decidió hacer aquella pregunta. Le habló de lo que la gente le contaba, lo que el mismo había notado y lo que a veces podía escuchar en los corazones. Le habló sobre las tribus y pueblos que conoció como las personas y al final decidió hacer esa pregunta.

―¿Qué es Dios para ti?

Leizu pensó en silencio, pensó y pensó. Y al final nuevamente le dio una respuesta que jamás espero.

―Yo creo que es amor.

―¿Amor?―preguntó él, sin comprender del todo aquella respuesta.

―Hmn. El amor nace a través del vínculo, tal como las estrellas en los corazones hay múltiples formas y colores como espacios para cada persona que es amada. El amor genera gentileza y bondad, cuidado y protección. Esos deseos fomentan familias y esas familias promueven ese amor incluyendo a otros que no tienen un hogar.

Para Leizu el amor era protección, era calidez y recibimiento al que fuera abandonado o no tuviera una tribu. Porque el amor generaba fuerzas para cuidar, implicaba mantener a salvo y el amor generaba preocupación por otros dándole vida así a un sentimiento en especial.

Humanidad.

―Sin amor no hay humanidad, sin humanidad no hay protección. Y sin esa luz no hay esperanza. Para mí la humanidad es Dios.

Entonces con temor el preguntó. ―Leizu, yo no soy un humano, a lo mucho puedo tomar esta apariencia, ¿crees que algo como yo pueda sentir humanidad?

Y Leizu contestó. ―Si hay algo en este mundo que puede sentir humanidad, yo creo que mi Señor es sin duda la definición perfecta.

Y nuevamente Leizu le hizo pensar muchas cosas cuando reanudo sus viajes con la promesa de volver.

Había una razón por la cual él bajo a la tierra.

Ayudar a la humanidad.

Pero… ¿Cómo podía ayudar a la humanidad? ¿Qué era realmente la humanidad? El sentimiento que había visto en los humanos ayudando y protegiéndose mutuamente por obviedad. Si Dios era una respuesta a lo incomprensible y era los sentimientos generados en los corazones, ¿no sería acaso la humanidad un sentimiento que también podría ser Dios?  

Nunca había esperado que alguien pensara algo similar a él. Pero esa palabra, ese sentimiento llamado amor era algo nuevo mirarlo desde ese contexto. Había mirado el amor en sus diversas formas y había entendido cuan hermoso era ver a la vida y el amor. Pero esa fue la primera vez que entendió que significaba el amor.

El amor ciertamente era humanidad, el amor era como él. Algo que iba más allá del entendimiento humano, un sentimiento tan universal y hermoso como la música de las estrellas y tan brillante como las entidades del universo.

El amor era como un gran árbol, tan lleno y basto entre ramas y formas que era imposible darles nombre a todas sus variaciones.

 Y el amor al parecer también era anhelar. Entender la libertad del otro, pero extrañar a alguien recurrente en tu camino. Apreciar cada aspecto en alguien de una forma que no se podría con otro. Desear abrazarle cada día aun si uno de ellos no estaba destinado a vivir demasiado.

Y él ya no pudo estar más lejos.

Regresó tan pronto las estrellas del cielo y sus ancestros le dijeron que el experimento de Leizu con sus gusanos de seda habían funcionado, regresó con el corazón en la mano y miles de dudas tambaleando. Con el único deseo de compartir con Leizu lo que su corazón decía.

Dios era amor, el amor era humanidad. La humanidad que iba más allá del romanticismo o la poesía, el amor que nutría el corazón de los abandonados o los viajeros de lugares lejanos. Que era cálido como una sopa en medio del atardecer después de un día de trabajo y alegre como niños jugando entre el campo. El amor era protección, era vida.

Era humanidad.

Y si para Leizu y él el amor era humanidad, él haría lo que fuera necesario para proteger aquello que ellos consideraban…

Dios.

 

 

 

3,333, recuerda, 3,333 era un numero presente constantemente por su propia maldición. Todo lo que amaba había sido golpeado con ese número, los eventos, recuerdos y sentimientos también serian marcados por ello.

Entonces pudo sentirlo.

Esa persona.

La persona que Wuxian había visto en su camino a él desde que se conectaron con Luo Dongxing estaba aquí, esa persona estaba en este plano y este momento. En este espacio.

Con desesperación su mano se estiró, como si pensara que esa era la mejor manera de poder encontrarlo, corriendo a través de ese inmenso mar de estrellas que buscaban detener su camino antinatural con el flujo estelar. Corriendo tal como Wuxian lo hizo en su momento.

Y entonces pudo verlo, las túnicas blancas con estampados blancos de orquídeas, jazmines y nubes. La persona de hermoso cabello negro y ojos tan brillantes como aquella estrella amarilla que un día llamó la atención de su mirada. Sin dudarlo estiró su brazo tomando la muñeca de aquel ser suave, pero firmemente. Lo suficiente para hacerlo detenerse y darse la vuelta encontrándose con aquella mirada dorada llena de impresión. Con aquella hermosa persona que había buscado por años.

Y solo una frase pudo salir de sus labios.

―Te estoy mirando, Lan Wangji. Por favor, mírame, Lan Wangji, mírame porque ya no te esconderé mi verdadero yo.

Y Lan Wangji despertó tomando aire como si hubiera estado atrapado entre las aguas del mar por mucho tiempo, y pudiera librarse de cualquier gota traicionera atrapada en sus pulmones.

Tomando bocanadas de aire de forma frenética, Lan Wangji poco a poco se obligó a si mismo a controlar su respiración hasta que pudo hacerlo normalmente. Se sentía mareado y cansado, pero cuando sus ojos pudieron darle una imagen definida de lo que yacía ante él la madera blanca de un bote fue lo primero que llenó su vista junto a las túnicas blancas.

Levantando lentamente la vista Lan Wangji pudo notar que estaba en un bote, las túnicas que portaba eran las mismas que usó el día después de la visita de su hermano a Yiling y las mismas que usó cuando tocó música con Wei Ying. No había manera alguna de que Lan Wangji confundiera el conjunto.

La capa superior que llegaba hasta el suelo y tenía una pequeña extensión era perfectamente blanca, bordada en blanco en su mayoría y plata sobre los bordes de la prenda con orquídeas, jazmines y hojas y flores de sándalo.

Había un efecto contrastante con las túnicas interiores mostaza, celeste y dorado que iba a juego con la faja. El delantal que era lo único visible de la parte inferior era de tono celeste bordado con simples patrones simétricos entre curvas y finos detalles. Y entre las aguas pudo ver su reflejo en donde notó que su apariencia no era diferente a ese día.

El tocado mostaza sujetaba el moño sobre la cabeza con una horquilla dorada con un fénix orgulloso que mantenía un jade sobre su pico. El cabello de Lan Wangji yacía peinado adecuadamente, la mitad superior atada en el moño mientras la mitad inferior yacía sujeto al final por una cinta mostaza escondiendo las puntas al igual que el moño superior.

No había duda, este era el mismo traje que había usado ese día. El día después de la visita de su hermano a Yiling cuando hizo ese plan nube de humo para asegurar más tiempo con Gusu Lan mientras buscaba pruebas de la inocencia de Wei Ying. Y ese mismo que portaba mientras tocaba con Wei Ying en ese jardín.

Sus ojos se movieron alrededor descubriendo que iba en un bote en medio de las aguas. Era extraño e inquietante lo oscuras y profundas que eran para que el cielo estrellado fuera visible sobre ellas al igual que su reflejo como un espejo de una calidad insuperable.  Pero lo que más llamó la atención de Lan Wangji era la figura que iba en ese bote con él.

En ese lugar había una pequeña figura vestida con una gran capa negra con bordados plateados de osos, dragones, gatos y conejos.

Aquella capa tenía un gorro que cubría la parte superior de su cabeza.

Del final de su capa una extraña cola blanca emergía, parecía tan gruesa como la de una serpiente constrictora. Iridiscente como un arcoíris ante la luz del sol que la iluminaba, al igual que el pelaje aguamarina de la misma que se degradaba en blanco hacia las puntas como espuma de mar sobre la que parecía ser una tersa piel.

Sus túnicas eran idénticas a las que vio en la gente Yu en el Festival de las Siete Flores y en esos extraños sueños que parecían recuerdos. Su aroma y su esencia era la misma.

Sus pies estaban desnudos, decorados con garras filosas como las que se encontraban al final de los dedos de sus manos que remaban aquel extraño barco con calma. Como un barquero del inframundo.

Para sorpresa de Lan Wangji no sintió temor alguno ante ese pensamiento, una parte de él le decía que en realidad no había muerto, no estaba en algo parecido al más allá y esta persona no era ningún Dios de la Muerte.

Sin embargo, cuando se dio la vuelta Lan Wangji pudo verlo.

Las escamas blancas de brillo iridiscente sobre sus mejillas, el emblema de Meishan Yu sobre su frente, los delineados rojos y negros sobre sus párpados.  Las pupilas rasgadas…

Sus iris violetas.

Chenqing.

No había duda de que esta persona era Chenqing. Pero ahora que podía verlo sin ese cascarón que escondía su verdadera naturaleza, Lan Wangji ya no tenía dudas de ello.

Esos ojos tan bestiales, su forma y su mirada era sin duda iguales a los de Wei Ying y sobre todo…

Eran los mismos ojos de Yu Ziyuan.

Ese… ser era idéntico en muchos rasgos a Yu Ziyuan.

O fue Yu Ziyuan quien se parecía a él. Lan Wangji no lo sabía, pero ahora tenía más dudas al respecto.

―Has dormido por mucho tiempo, Lan Wangji. ¿Cómo te sientes?

―… Yo… me siento un poco mareado. Pero creo que estoy bien.

Lan Wangji miró seriamente la forma en la que remaba aquella criatura, sus ojos bajaron a sus túnicas, entre sus manos pudo encontrar una flor de loto atrapada en una esfera de algo parecido al cristal o el hielo. De esta una pequeña cadena de oro blanco colgaba suavemente. Lan Wangji frunció el ceño confundido.

―Debes tener muchas preguntas. ―Su remo no se detuvo, sus ojos miraron al frente. ―Me disculpo por la forma brusca en la que te traje aquí, pero era la única manera de hacerlo y asegurarme de que estuvieras a salvo.

―Hmn.

―La flor entre tus manos es la que te di. Es un loto de protección. Aunque tu conexión con el Plano Astral es buena sigues siendo humano. Los humanos son brillantes pero sus mentes son pequeñas, no podemos arriesgarnos a que tu alma peligre o pierdas la razón ante lo que te mostrare. Cuélgalo en tu cuello, será más práctico de llevar así.

―… Hmn. ―Aun algo mareado y somnoliento Lan Wangji hizo caso sin atreverse a dudar. Si Wei Ying confiaba en esta criatura él no dudaría.

Chenqing le miró seriamente. Aunque su aspecto tranquilo era similar al estado natural de Lan Wangji, esa mirada en sus ojos y la ligera curva en sus labios le generó sospecha. Estaban en el Mar Onírico, no había peligro y el tiempo aquí no era como en el Plano Material. Por lo que podía hablar un poco con Lan Wangji para tranquilizarlo.

―Lan Wangji, mientras dormías… ¿viste algo?

Lan Wangji pensó por un momento, sus pupilas miraron los ojos de Chenqing. Esos ojos tan idénticos a la persona a la que había descubierto que no podía negarle nada.

“―¡Lan Zhan!”

Pero…

“―Leizu”

El ceño de Lan Wangji se frunció un poco antes de hablar.

―Hmn, vi muchas cosas. como si en vez de un sueño… fuera la vida y las memorias de otros.

―¿Qué fue lo que viste?

Lan Wangji se quedó en silencio, Chenqing analizó cuidadosamente sus expresiones una por una sabiendo que era una criatura a la que le costaba hablar. Así que espero pacientemente hasta que pudo ver ese gesto familiar, la forma en la que su ceño se relajó como una señal de que podía hablar y no parecería una presión.

―Lan Wangji.

Lan Wangji pensó cuidadosamente, haciendo todo lo posible por poner sus tormentosos pensamientos en orden y dar una respuesta adecuada. Sus manos se aferraron a la flor de loto.

―… Vi la vida de su Alteza Yu Ziyuan y como conoció a… su Alteza Hua Fengxing. El nacimiento de Wei Ying y como la conexión de ambas… hizo que ambas sintieran el dolor del parto. Hay una sombra… desde el comienzo de la vida de Wei Ying hay una sombra que ha estado con él todo el tiempo, pero solo él puede verla.

―Hmn.

―Vi la infancia de Wei Ying… vi cosas que olvidó, la matriz del cielo… los Ojos del Cielo siempre lo miraron… Hua Fengxing tuvo que dejarlo en el templo… Los Huli Jings que cuidaron del niño… la Señora Tong… esa matriz lo hizo olvidarlos a todos cuando escapó al enterarse que… Su Alteza Hua Fengxing había muerto.

―… Hmn.

―Su Majestad Yu lo encontró después. Ella podía ver a Hua Fengxing, el alma de Hua Fengxing no quiso ir al Mar Ancestral… Yu Ziyuan le enseñó todo de su cultura, lo llevó a Meishan Yu… Wei Ying podía oírlo todo… las voces de la tierra, las montañas, los ríos… esas voces que Yu Ziyuan oía él las oía aún más claras y fuertes… más presentes.

―Hmn.

―El Río Long le dio la bienvenida al igual que los animales y los espíritus a Meishan Yu… su Presentación Espiritual… en su Presentación Espiritual sus túnicas se tiñeron de amarillo y dorado… la sombra tomó forma pero lo que el Maestro Suibian vio era diferente a lo que vio Wei Ying… y… vi su primer encuentro.

Chenqing frunció el ceño pensativo. Así que eso había pasado.

Por un momento Lan Wangji se mantuvo en silencio, sus dedos frotaron uno de ellos de la forma más silenciosa posible. Wei Ying le había hablado de ello, posiblemente era una especie de tic, algo provocado por la angustia. Su olfato pudo detectarlo. Posiblemente había sido un gran impacto para Lan Wangji y aun se veía algo perdido en sus pensamientos.

El viaje hasta aquí pudo agotarlo un poco. Mucho más tomando en cuenta que había dado gran parte de su energía espiritual y dorada a Wei Ying y él siempre fue un humano a pesar de que su alma era especial.

―… Lo que vi… ¿Por qué me mostraste eso?

―Yo no fui quien te mostró eso. En este espacio las memorias a las que se pueden acceder son una mezcla de lo que la persona en cuestión que es propietaria de esta quiere mostrarte y una conexión repentina con este espacio. ¿Las memorias que viste de quien crees que eran?

―El Señor Sui-el Maestro Dongxing, su Alteza Yu Ziyuan, su Alteza Hua Fengxing. Wei Ying y…

Y…

¿Realmente que nombre podría darle a esa persona en realidad si esas memorias habían dicho que en realidad el alma de Wei Ying estaba dividida en dos?

Yu Ying, Quería ver a su Señor. Lo extrañaba demasiado.

―Ya veo. Eso significa que Suibian se conectó por un momento con este espacio. En el caso de Yu Ziyuan, Hua Fengxing y Wei Ying… es diferente. Al parecer has obtenido el permiso consciente de los tres para mirar sus memorias.

Lan Wangji no pudo evitar pensar en ese nombre que aquel ser había dicho que era un título.

Yu Laoying.

Yin y Yang.

Wei Ying.

―… ¿Todo lo que he visto?… ¿todo es real?

―Todo es verdad.

―La historia de Yu Ziyuan… la verdadera naturaleza de Hua Fengxing… el nacimiento de Wei Ying despertándote en los Túmulos Funerarios… ¿eso es verdad?

―Sí, eso es verdad.

―Las palabras del Maestro Dongxing sobre Wei Ying… la respuesta de Lluvia Carmesí cuando él le preguntó quién era la entidad que seguía al pequeño Wei Ying… las palabras de ese ser cuando Wei Ying y él se encontraron en el Reino Onírico del mismo a quien Wei Ying llamó Dios… el cuento del dragón de las estrellas… ¿realmente todo eso…

―Es verdad. Todo es verdad.

Lan Wangji se mantuvo en silencio por un momento, hasta que volvió a hablar.

―Hay dos… dentro del cuerpo de Wei Ying hay dos conciencias. Un alma dividida en dos, Yin y Yang… Shen Qingqiu le trajo al mundo… Cuando el nació miles de estrellas brillaron en una lluvia estelar, pude verlo… desde ese tiempo yo… pude sentir que Wei Ying al fin estaba en este mundo. 

Su mano se extendió ante sus ojos, la palma vacía tan diferente al espejismo de mirar su pequeña mano extendiéndose hacia el brillante cielo con la esperanza de poder alcanzarlo. Con el deseo ferviente de su corazón de volver a él.

―Yu Laoying… Wei Ying es Yu Laoying… el Gran Ancestro Yu Laoying.

Yu Laoying, el mayor ancestro de los Yu que Yu Ziyuan había dicho que habían esperado por años que volviera a casa, el ancestro inmortalizado en esa estatua de dragón. El dueño de aquel trono que el pequeño Wei Ying había visto en el templo.

Y Shen Qingqiu le trajo de vuelta.

La persona por la que el Gran Omega Inmortal trabajó duro junto al Dios Complacido por reparar aquel palacio. Aquel que les dio la energía dorada a los guardianes dorados.

El Hijo del Cielo.

―Así es, él es Yu Laoying.

―… Yu Laoying tenía un padre y una madre. El emperador Yu y la Emperatriz Feng… Yu Ziyuan y Hua Fengxing eran ellos. ―Chenqing asintió. ―Él también tenía tíos y tenía ministros a su cargo que él consideraba familia… el maestro Sui… el maestro Dongxing era parte de ellos… Yu Laoying se casó con… un humano a quien los Yu llaman Leizu…―el corazón de Lan Wangji dolía, sus ojos picaron un poco.― Él también tenía un primo y… dos hermanos. Yu Shennong y… y…

Y sus ojos no pudieron evitar mirar a Chenqing.

―Sin embargo… el Maestro Dongxing dijo que él fue traicionado por el Patriarca Mao. Lo engañó con algo de… tener que cazar una bestia mientras el Patriarca Mao… mientras él…

El dolor en el pecho de Lan Wangji aumentó, Chenqing intervino dejando el remo dentro del bote y caminando lentamente hacia Lan Wangji.

―Detente, no tienes que forzarte a recordar todo lo que viste. ―Sus manos se posaron sobre sus hombros, su voz fue suave mientras sus dedos frotaban círculos evitando que las garras tocaran o rasgaran.

―Debemos ir poco a poco. Aunque las mentes humanas son brillantes también son pequeñas, Lan Wangji. Tu conexión astral es impresionantemente buena, esa es la razón por la que mi plan tuvo éxito. Pero si te presionas solo podrías perder la razón. El inconsciente es muy poderoso, pero también es muy frágil.

Lan Wangji escuchó en silencio, intentando recuperar el control sobre su respiración. Había algo en Chenqing que extrañamente le hacía sentir seguro, a salvo. La sensación absoluta de que no importaba que había escuchado de él o que había visto, Chenqing jamás le haría daño, jamás estaría en peligro a su lado. Jamás le traicionaría.

Y por un momento lo recordó.

Aquellos ojos rojos, esa persona vestida entre rojo y negro que parecía un hombre y a la vez no era humano.

Wei Ying.

Esta persona nunca le haría daño, estaba a salvo a su lado al igual que con Wei Ying.

Cuando Lan Wangji pudo calmarse todo se volvió silencio, el bote se mantuvo tan quieto entre el mar, las estrellas se reflejaron en el agua sin que una sola onda perturbara aquel hermoso espejo. Sintiéndose mejor, Lan Wangji tomó valor para hablar.

―¿Puedo preguntar lo que sea?

―Cualquier cosa. Esa es la razón por la que estamos aquí.

―¿Me dirás la verdad?

―Absolutamente.

―… ¿Eres un Yu?

―… Lo soy.

―… ¿Lo que he visto es real?

―Completamente… aun si Wei Ying y yo hemos mentido en varios aspectos por supervivencia, jamás te mentiríamos a ti. Y aunque no lo creas en el caso de Wei Ying habló por ambas partes. Tanto el pequeño Wuxian como “él”.

La imagen de aquella persona sosteniendo su muñeca y mirándole a los ojos con esos iris escarlata apareció en su cabeza. Un escalofrío recorrió su cuerpo por completo ante el recuerdo. Aquella persona era tan alta y grande que su muñeca se había sentido tan pequeña y frágil entre sus dedos.

Y por un momento recordó al Yiling Laozu.

Su impresionante altura, sus ojos rojos, su voz profunda y aterciopelada.

Su mirada penetrante.

Las orejas de Lan Wangji se tornaron rojos y la vergüenza floreció en sus mejillas dejando caer sus suaves pétalos rosados sobre su nuca cubierta con su cabello.

Ridículo.

Aunque Lan Wangji no entendía aun que era ese sentimiento, lo considero ridículo.

Debía de concentrarse.

―… ¿Dónde estoy?

―¿Pudiste ver la primera conversación completa entre ambas mitades de su alma?

―Sí.

―Entonces esto será más fácil de explicar. En el gran infinito entre lo material e inmaterial existen tres mares. El primero es el Mar Ancestral, el lugar en donde las almas viajan para encontrarse hasta una nueva vida. Es lo que ustedes los humanos y las bestias llaman el Ciclo de Reencarnación.

―También existe el Mar Astral que es el espacio. Lo tangible e intangible, el lugar donde cada entidad que existe fuera del planeta habita, vive, muere o evoluciona. Este se encuentra entre ambos planos por lo que no todo lo que hay ahí es visible para los humanos.

―Y luego está el Mar Onírico. El lugar donde todos los Reinos Oníricos se encuentran. Los sentimientos, pensamientos y recuerdos de todo ser vivo pueden ser percibidos en ese lugar.

Los ojos violetas se encontraron con el par de piedras preciosas como cristales amarillos, la voz de la criatura fue neutral como siempre.

―Estás en el Mar Onírico. El lugar donde el pasado, el presente y el futuro pueden conectarse en uno solo. Como él dijo en este espacio el espacio-tiempo no funciona igual como lo comprenden los humanos. Por lo tanto mientras aquí pueden pasar miles de años en tierra solo pasa un frágil y diminuto periodo de lo que tú llamas tiempo. Y ahora él ya sabe que estamos aquí.

Lan Wangji sostuvo la flor de loto entre sus manos, no pudo evitar preguntarse si su presencia en ese lugar era algo que podría aquella mitad considerar ofensiva o no, sorprendiéndose de que en realidad no le consideraba un peligro.

―¿Él es el Yin del alma de Yu Laoying?

―Lo es, pero creo que tú también lo sientes. Él no es peligroso, al menos jamás lo sería para ti.

―Él dijo…  “Te estoy mirando, Lan Wangji. Por favor, mírame, Lan Wangji, mírame porque ya no te esconderé mi verdadero yo.”. Eso significa que…

―Que él también está a favor de que estés aquí.

―… Wei Ying, ¿Cómo esta Wei Ying?… La herida por la espada. ¿Cómo está?  

―Lan Wangji, el corazón de Wei Ying está bien. Él no ha muerto. Su corazón y su pecho se han cerrado y todo se ha restaurado. En lo que tu llamarías el tiempo actual su cuerpo está descansando en su cama siendo cuidado por su hermano Jiang Wanyin y Jiang Yanli. Él está en coma, pero está bien.

La esperanza brilló en los ojos de Lan Wangji, un suspiro lleno de alivio reboso en su pecho y una sutil sonrisa decoró sus labios junto a la alegría.

Wei Ying estaba vivo, la herida de la espada en el pecho de Wei Ying se había cerrado, su corazón estaba a salvo.

Wei Ying estaba en coma, pero estaba a salvo.

Sin embargo, el demonio celestial con el mismo rostro que el Maestro Dongxing…

―¿Por qué hizo eso? ¿Por qué si ese demonio celestial dice serle fiel a Wei Ying atravesó su pecho con esa espada?

―… La razón por la que lo hizo es algo que yo tampoco sé. Aunque mi maldición es recordarlo todo y odiar a todos también se me obligó a olvidar ciertas cosas. Ese demonio dijo que pronto sabríamos quien es, pero lo que siento de él me inquieta.

―¿Por qué?

―Porque no encuentro mentiras en sus palabras. ― Lan Wangji frunció el ceño. Eso no tenía sentido y a la vez… Wei Ying había confiado en él.

“―Tal vez… parezca una locura, pero… siento que eso es lo correcto… Algo dentro de mí me dice que este demonio ante nosotros… es confiable”

―Por alguna extraña razón puedo sentir que en realidad buscó ayudar a Wei Ying. Que la espada me atravesara también no era parte de sus planes, pero en ese momento ya no tuvo tiempo de dar marcha atrás. Esa es la razón por la que desaparecí después. La espada me mando a este plano.

―Él… la otra parte de Wei Ying parecía saber cosas del futuro, dijo que en este espacio los tres tiempos pueden encontrarse. Lo de la espada… XinMo atravesando su pecho… ¿él sabía que eso pasaría?

Pero sobre todo…

―¿Wei Ying sabía que eso pasaría?

―… No lo sé. Aunque sé muchas cosas, entrar en la mente de Wei Ying no es tan fácil como parece, y saber sus pensamientos tampoco lo es. Pero si una de las partes de su alma lo sabía y no buscó evitarlo eso solo significa… que tal vez era la única manera de conseguir su objetivo real. Recuperar su nombre.

Las manos de Lan Wangji se apretaron en puños hasta que se volvieron blancos, las estrellas sobre el agua eran una vista melancólica.

―… ¿Por qué?… ¿Por qué esa era la única manera de lograrlo?―. Lan Wangji no pudo evitar preocuparse.

¿Por qué si esa parte de Wei Ying sabía que eso pasaría… alejó a Lan Wangji de sus brazos y aceptó la espada en su pecho?

La voz de Chenqing lo sacó de sus pensamientos.

―XinMo es el Corazón de Dios. Aunque XinMo es conocida como la espada que el Emperador Luo Binghe porta, él no es el dueño de esta; tan solo es su cuidador temporal. La espada XinMo tiene el poder de controlar a las bestias y así mismo tiene otras características que van más allá de solo matar. Una de ellas es lo que “él” llama Introspección.

Violeta y dorado se encontraron, la voz de Chenqing no se detuvo.

―La verdadera función de XinMo es llevar a una persona a su propio subconsciente buscando que tenga una introspección de sí mismo. XinMo, Corazón de Demonio. Esa es la razón de su otro nombre. Leer los corazones es su función principal. Pero cuando hablas de Yu Laoying… la función principal toma un camino más profundo.

―Eso significa que…

―Así es, Wei Ying está en su Reino Onírico, en la parte más profunda de su corazón. En lo que tu llamas actualidad Wei Ying sigue estando dormido. Sin embargo, de alguna manera puedo sentir que él puede verlo. Él sabe también que estamos aquí. Y sobre todo, él sabe lo que ha pasado hasta ahora en especial tanto en el Mar Onírico como el Plano Físico.

―¿Cómo está? Su alma, su corazón, ¿Él está bien?

Chenqing pensó cuidadosamente, decir que estaba bien era mentir, aunque su alma estaba a salvo cada mitad de ella se encontraba ahora mismo en un punto en que uno ya no podía escapar del otro.

­―Está a salvo, pero no puedo decir que este bien o no porque lo desconozco. Ahora mismo está en un estado atrapado por sus sueños. Es como una especie de hipnosis, donde sus memorias en cada vida pueden mezclarse con su vida actual.

―Generalmente cuando XinMo atraviesa a un individuo te lleva a un lugar conocido como el Pasillo de los Mil Deseos en donde se encuentran varias puertas que te muestran el corazón de las personas. Pero como Yu Laoying es el verdadero dueño de XinMo no es necesario ir a ahí. La Perla Singularidad es capaz de mostrar eso sin necesidad de esos pasos.

―¿Qué es la Perla Singularidad?

―Es como… el Limbo Neutral en los humanos, Bestias Ancestrales y Demonios Celestiales de alguna manera. Pero mientras el Limbo Neutral es el lugar donde puedes encontrarte con tu bestia interna en los Yu la Perla Singularidad es…

¿Como demonios le explicas a un humano que la Singularidad de un Yu era como la Singularidad de un agujero negro sin asustarlo?

―Es como si estuvieras en un gran espacio negro; puedes imaginar una habitación, el mar o lo que desees. La cuestión es que en ese lugar no entra ninguna luz por lo que no se puede ver nada en absoluto. Y en el centro de esa habitación encuentras esto.

Y Chenqing le presentó una perla violeta lo suficiente grande como una canica. Misma que depositó cuidadosamente en las manos de Lan Wangji.

―Esto, Lan Wangji es la mayor concentración del… subconsciente de un Yu. Este objeto es tan pesado y aun así tan pequeño, pero es este mismo la base de todo su Reino Onírico. Es su corazón, el corazón de ambos. Y ahora mismo tanto Wei Ying como él se encuentran dentro de esa Perla Singularidad. Pero en ese lugar nada más que ellos puede entrar.

―¿Eso significa que… 

―Así es. No podemos comunicarnos aun con la conciencia Yang e intentar despertarlo sería tal como pasaría en una hipnosis. No es recomendable, puede ser muy peligroso para él. Solo podemos cumplir nuestra misión aquí y tener esperanza en que Wei Ying despierte pronto.

―¿Qué hay de la conciencia Yin?

Chenqing guardó silencio por un momento antes de volver a hablar. ―Él también está ahí, pero tal como funciona con Wei Ying ambos lados son conscientes de lo que pasa aquí. Ambas mitades, ambos lados de Wei Ying lo están mirando todo, y ellos te están mirando a ti.

Así que Wei Ying, ambas mitades de Wei Ying podían verlo todo, y también a él.

Los ojos de Lan Wangji miraron el cielo, mirando ese sin fin de estrellas su diestra se elevó como si deseara tocarlo.

Tal como el día en que esa lluvia de estrellas decoró los cielos en la noche de un 31 de Octubre. Como ese día que el mismo Lan Wangji pudo sentirlo en este mundo.

Bixia.

Quería ver a su Yu Ying.

Si Lan Wangji intentara llegar a ese punto de su Reino Onírico. Si fuera por sí mismo a ese punto, ¿Wei Ying le dejaría entrar a esa parte de él?

¿Le dejaría realmente conocer todo lo que era sin máscaras de por medio?

―Seré directo, Lan Wangji. Actualmente tres momentos de lo que tu llamarías el pasado reciente, el presente y el futuro cercano están conectados. El tiempo en dichos momentos se ha detenido abruptamente. No hablo desde ningún punto de vista filosófico o poético. Hablo literalmente.

¿Tres momentos?

―¿Qué momentos son?

―El primero es el momento en que XinMo se clavó en el corazón físico y espiritual de ambos, antes del temblor el tiempo se detuvo y se conectó con este espacio.

Tal como Chenqing había dicho del lado derecho una escena fue visible para ellos. La escena del ataque, la espada atravesando el pecho de Chenqing y Wei Ying. El demonio sosteniendo la espada y la figura de Lan Wangji a unos metros de ellos sostenida por las feromonas de Wei Ying.

El tiempo se había detenido al igual que el fuego y las alas de las mariposas que yacían flotando alrededor de Wei Ying. Como una serie de estatuas nada en aquel lugar se movió.

La voz de Chenqing continuó. ―El segundo fue cuando golpeé tu pecho con mis dedos y te envié a este espacio.

De la misma manera frente a ellos apareció aquella escena. El cuerpo de Lan Wangji flotando después del impacto sobre su pecho, su cabello inerte como las túnicas en medio del espacio. Las figuras del Señor Suibian y Bichen en la puerta quietas como dos estatuas.

El Señor Suibian se encontraba en una posición parecida a la de alguien que buscaba lanzarse para sostener el cuerpo de Lan Wangji, Bichen parecía angustiado. Lan Wangji lamentó ver el dolor en sus ojos.

―Y el tercero es en lo que tu llamarías futuro cercano… el momento en que ellos, los guardianes dorados descubran de alguna manera lo que soy porque Suibian romperá mi sello. El sello que esconde esta apariencia.

Y a la izquierda una última escena se presentó. Varias figuras en medio de la plaza, dos de ellas destacaban entre la multitud. Una tenía el cabello castaño y lacio, mojado por la lluvia y suelto de la cola de caballo alta que usaba todos los días. Orejas de lobo yacían mojadas entre el agua y la sangre al igual que su cola.

Para Lan Wangji fue una sorpresa descubrir que ese Demonio Celestial era el Señor Suibian. Pero aún más sorprendente ver la frágil figura de Chenqing con aquella apariencia tan parecida a la que tenía ahora. Con la única diferencia de que sus escamas y piel se veían negras como la noche.

Tal como en esa otra mitad de Wei Ying que el pequeño Wuxian llamaba “Dios”.

―Esto no es nada poético o algo por el estilo; esto es literal, Lan Wangji. En todo sentido de la palabra. Tan literal como el hecho de que el alma de Yu Laoying está dividida y que el ateo Shen Qingqiu trajo de vuelta al mundo a alguien que los humanos llamarían Dios.

―¿Por qué pasó esto?

―Es por los Ojos del Cielo. ―Lan Wangji le miró con atención y asombro. ―Los Ojos del Cielo han sido quebrados, eso significa que muchas cosas se han visto en peligro por ello. Los Ojos del Cielo es una matriz creada en realidad por Yu Laoying. Era una matriz de control que ayudaba a encargarse de evitar que situaciones como desastres naturales pudieran expandirse más de lo que lo hacían.

―Sin embargo, una vez que Yu Laoying… se fue y ese tipo maldijo a todos al parecer tuvo el descaro de utilizarla para algo que no era. Controlar las vidas de las personas, limitarlas… destruirlas. La caída de XianLe, la muerte de Hua Cheng. La Masacre de Cang Qiong, el nacimiento del Monte TongLu y la caída en la depravación del príncipe heredero de Wuyong.

Utilizar una matriz de control que fue inicialmente usada para controlar desastres naturales… ¿para controlar personas?

Cuan atroz podría ser ese ser.

Sin poder evitarlo miró a Chenqing. Sus ojos, el arco perfecto de su nariz. Su apariencia en general.

Algo se sentía mal. Algo dentro de Lan Wangji le decía que aunque podía ver esas partes animales tan parecidas a lo que los humanos retrataron como dragones, seres que únicamente se suponía que eran mitos…

Lo que veía no era la apariencia real de este ser.

Mucho menos la apariencia real de Wei Ying.

Entonces lo dijo.

―En la primera conversación de Wei Ying con su otra mitad, Wei Ying dijo que esa no era la verdadera forma de “él”… Sin embargo, si eres un Yu y los Yu vienen de las estrellas… ¿Qué eres? ¿Por qué no me dejas ver tu verdadera apariencia? ¿Por qué no dejas que ellos tampoco lo hagan?

Chenqing resoplo con buen humor.

―Lan Wangji, te daré tres consejos muy importantes.

El remo se detuvo. Chenqing lo tomó con ambas manos, se dio la vuelta y tomando asiento ante Lan Wangji elevo un dedo señalando uno por uno.

―Número uno: la música puede calmar a las bestias, úsala con sabiduría. Número dos: jamás subestimes a tu enemigo. Y número tres… jamás le preguntes a un Yu que es realmente un Yu.

Lan Wangji frunció el ceño, Chenqing decidió explicarse.

―Lo que tú ves, Lan Wangji es algo que ha sido modificado ante ti de una manera que sea más fácil de asimilar. Tanto mi apariencia como este espacio, hasta la sangre de los Yu. Aunque tu conexión astral es fuerte eres un ser humano, siempre lo fuiste.

―Así que no puedo ir directamente y mostrarte mi forma real, tu mente no lo soportaría. Pero que puedas entender que no es mi forma normal es parte de tu código genético al igual que pasará con los guardianes. Y sobre todo como alguna vez pasó con Shen Qingqiu, Luo Binghe, los tipos de la Capital Celestial, la Ciudad Fantasma y con Suibian.

―… ¿Código genético?

―Así es. Aunque la gente en YuZhong jamás ha visto la verdadera apariencia de lo que somos los Yu, su propia sangre puede decirle que lo que está ante sus ojos solo es un caparazón que no es el cuerpo real. Es un efecto secundario de la Sangre de Dios en sus sistemas. Eso es lo que pasa cuando se atreven a tomar lo que no deben y experimentar con lo que no saben.

―Sin embargo, esa es la razón por la que ellos también temerán de mi cuando vean mi caparazón. Los humanos suelen ser irracionales ante lo desconocido e inentendible para ellos. Y algunas bestias también.

Lan Wangji no dijo nada, tan solo se concentró en intentar comprender todo lo que le habían dicho hasta que vio que Chenqing sostuvo su cabeza.

―¿Estás bien?

―Hmn. Tendré que concentrar energía… Suibian… él está a punto de golpearme de verdad. Parece que el Demonio Rompe Cráneos quiere hacer honor a su nombre.

―… ¿Por qué él haría eso?

El Maestro Dongxing era una persona amable y gentil aun si fue bastante territorial y sobreprotector con Wei Ying cuando aún Lan Wangji no tenia en claro sus sentimientos, con el paso del tiempo cuando explicó que al fin había comprendido su corazón y quería quedarse él fue tan bueno con Lan Wangji.

Tan paciente, tan cálido y gentil.

Tan paternal.

―Porque esa es su maldición. No solo la maldición le ha negado su nombre real como viste en las memorias, sino que también la maldición en su corazón le obliga a odiar a algunas personas que una vez amo con todo su ser. Esa también es la razón por la cual te odió al comienzo y la razón por la que su desconfianza por mi desencadenará eso.

Lan Wangji no pudo evitar preocuparse.

―¿Hay una manera en la que podamos comunicarle que no me has hecho nada malo y que no eres una amenaza para evitar eso antes de que sea tarde?

―No, no la hay. Todo lo que pasa en este mundo es por una razón, el destino ha sido decidido por la maldición del corazón primigenia que se encuentra en el corazón de Wei Ying. Tan solo podemos entender que eso pasara.

Lan Wangji bajó la mirada con angustia. Le molestaba pensar que el Maestro Dongxing le hiciera algo a Chenqing, más porque ahora lo sabía.

Estos no eran los sentimientos del Maestro Dongxing, sino la maldición manipulando su corazón.

―¿Realmente todos estamos maldecidos como dijo “él”?

―Así es. Las maldiciones manipulan los corazones de los maldecidos, en muchas ocasiones los obligan a hacer cosas que no desean. Es angustiante. Se podría decir que en varias de ellas es como si alguien más se apoderara de tu cuerpo y tu cabeza y te obligara a actuar, escuchar, pensar o decir cosas que no son reales. Es odio irracional absoluto.

―¿Todos pasan por lo mismo?

―Así es.

―¿El odio del Señor Suibian por ti?

―Hmn.

―¿La dificultad de Bichen por aceptar a Wei Ying?

―También.

―… ¿La dificultad de mi hermano para confiar en Wei Ying?

―También.

―… Mis sentimientos por Wei Ying al comienzo… la noche de bodas…

―Lan Wangji…

―¿Qué tanto fue real esa noche?… ¿Realmente que pasó ese día?

Chenqing dudo un poco, pero Wei Ying se lo había pedido. Debía ayudarle a saber la verdad. ―… Wei Ying quería saber si existía la posibilidad de que lo recordaras… la maldición hizo su efecto. Todo lo que oíste fue mentira. Él nunca te diría cosas como esas.

Lan Wangji no pudo evitar llenarse de angustia y dolor. Todo este tiempo, todo ese tiempo su corazón había estado tan lleno de sentimientos irracionales que incluso lo habían asustado a el mismo. Ese odio que había sentido por Wei Ying, su desprecio por su presencia e incluso su deseo de llevarse a A-Yuan con él lejos de su marido.

Cuan cruel había sido Lan Wangji, cuan injusto había sido y cuan débil para dejar que esa maldición se apoderara de su cabeza, cuerpo y corazón.

―Lan Wangji, no sé qué estás pensando pero debes entender que esto no fue tu culpa. Lo que pasó esa noche, lo que llegaste a pensar y considerar al comienzo de tu matrimonio no fue algo que tu sentiste realmente. No era algo que pudieras controlar. Por favor, no seas tan duro contigo mismo.

Lan Wangji no supo que decir quedándose en silencio por un momento, Chenqing le dejo ser. Sabía cómo era y sabía que en algún momento encontraría las palabras que quería decir.

Y entonces por fin habló.

―Todo este tiempo… él lo supo todo este tiempo.

Las maldiciones de corazón sobre las personas que amaba, la maldición de su maestro al igual que el nombre que alguien le había negado.

La maldición de Lan Wangji que le hizo sentir que debía matarlo.

Wei Ying lo había sabido todo ese tiempo.

―¿Él sabía que muchas personas habían sido maldecidas?… ¿que ellos apuntarían sus espadas a él todo este tiempo… incluyéndome en ello?

¿Realmente su amor había vivido todo ese tiempo con esa carga sonriendo como si no fuera consciente de ello?

La sola idea de ello le rompió el corazón.

―… Sí, él lo sabía.

Lan Wangji bajo la mirada, pero sus ojos no enfocaron nada. ―… ¿Por qué?… ¿Por qué aunque él sabía que yo podría hacerle daño me llevó al palacio?

―… Porque él temía más por tu futuro que a la maldición. Cuando se enteró del compromiso con Su She estuvo intranquilo mucho tiempo hasta que no resistió más y mando a Anhelo a revisar que tan buena persona era ese tipo. Su miedo aumentó cuando vio el tuyo en tus ojos.

Las cejas de Lan Wangji se fruncieron ligeramente con dolor.

Su Wei Ying.

Su Yu Ying.

¿Cuánto había cargado su amor sobre sus hombros solo en todo este tiempo?

Aun cuando sabía que Lan Wangji podría lastimarlo hizo eso.

―¿En qué consiste una maldición del corazón?

―En palabras de Yu Laoying las maldiciones de corazón suelen ser maldiciones que obligan al maldecido a lastimar seres queridos o conocidos del mismo aun si no quiere hacerlo. Ese daño puede llegar a ser mortal al punto que las manos del maldecido podrían quitar la vida de la persona que está obligado a odiar.

Lan Wangji frotó su dedo anular, sus ojos se mantuvieron bajos.

―En el caso de la tuya no es muy diferente. En el caso de los demás varía. Durante mucho tiempo la parte Yin y la parte Yang del alma de Wei Ying buscaron y estudiaron el pasado y descubrieron que podía haber cambios dependiendo la persona, pero algo en que si coincidían las maldiciones era que apuntaba… los puntos más sensibles del corazón del individuo.

Los puntos más sensibles.

Si todo lo que vio era real entonces…

―Porque tú, Wuxian, eres la persona que amo más en este mundo.”

―… La maldición de Wei Ying… ¿todo lo que la parte Yin de Wei Ying dijo es cierta?

―… Sí. La maldición de Wei Ying es odiarse a sí mismo al punto de buscar autodestruirse porque el único que puede destruir el alma de Wei Ying… es el mismo.

―… ¿Por qué? ¿Por qué alguien le haría algo así?

El rostro de Chenqing se oscureció.

―… Porque hay criaturas en este mundo que simplemente no pueden vivir en paz entendiendo que no pueden tener todo lo que quieren. Esa persona admiró tanto a Laoying, pero su admiración llegó al punto de la obsesión y la obsesión le llevó al despecho cuando no obtuvo lo que quería. Así que decidió que si no podía ser feliz, se encargaría que ni Laoying, su familia o sus seguidores tampoco pudieran serlo.

El agarre de Lan Wangji sobre su dedo anular se apretó, su ceño se frunció y la molestia golpeó su corazón.

¿Quién se creía esa persona para hacerle daño de esa forma a Wei Ying?

Entonces algo vino a su cabeza.

La persona dentro del cuerpo de Meihua que le contó esa historia, la forma en la que le abrazó.

Sus palabras.

―Esa persona… aquella en el cuerpo de Wu Meihua dijo que… dijo que…

“―Tu verdadero enemigo en todos los mundos no es Wen Ruohan, sino…

―… Mao Chiyou.

Entonces el remo de Chenqing cayó sobre la madera del bote abruptamente. Sus ojos se abrieron llenos de terror, sus pupilas e iris se contrajeron. Su cuerpo tembló lleno de miedo, ira y resentimiento y su corazón se detuvo mientras miles de imágenes vinieron a su cabeza como un cuento de hadas que se transformó en una pesadilla.

La ceremonia de cumpleaños en donde todas las bestias celebraron el cumpleaños de… Laoying. Los numerosos regalos, una flor de loto roja como la sangre ofrecida con una brillante sonrisa.

Lobo.

Mao.

Mao Chiyou.

―… ¿Qué… fue… lo que dijiste?

―… Dentro de Wu Meihua hay otra alma. Desconozco quien es pero me dijo muchas cosas y entre ellas esa frase. Esa persona sabía varias cosas sobre Wei Ying y sobre mí. También sabe lo de mi maldición y… me llamó pequeño niño Tang.

Tomando el remo Chenqing apretó con fuerza el palo haciendo todo de sí por no dejarse llevar, pero Lan Wangji se preocupó cuando su rostro se oscureció y su ceño se frunció. ―¿Qué pasa?

Entonces Chenqing ya no pudo callar.

―Es él, Lan Wangji… él que maldijo a Yu Laoying, el Patriarca de los Mao que fue despreciado por ellos. Mao Chiyou el Dios de la Destrucción, el Dios del Fuego es él. Y él, Lan Wangji… es a quien YuZhong ha llamado alguna vez… Wen Mao.

Y el terror se apoderó del corazón de Lan Wangji.

―Quiero verlo. ―Cuando los ojos de Chenqing se conectaron con los suyos aclaró. ―Quiero ver a Wei Ying, ¿puede haber una manera en la que nos conectemos con él al menos por un momento aun si no podemos entrar a la Perla Singularidad?

―Ahora mismo no, pero… El Reino Onírico de Wei Ying tiene la forma de un árbol. Debido a la gran información que ha acumulado a lo largo de su viaje y vidas anteriores está lleno de ramas y laberintos, pero también hay mucha seguridad. Es muy difícil acceder aun con su permiso, pero si quieres verlo… ah, podemos intentarlo.

―Hmn.

―Lan Wangji, ¿estás seguro que quieres realmente saber todo lo que es Wei Ying sin excepciones? ¿Realmente estas dispuesto a aceptarlo con todo lo que es sin juzgarlo? ¿Incluso si eso significa saber que es realmente el Yiling Laozu?

Lan Wangji sostuvo la flor de loto entre sus manos, desconocía si su plan siquiera podría efectuarse. Pero tenia poco tiempo y desconocía lo que podría pasar ahora que los Ojos del Cielo se quebraron y ese tal Mao Chiyou era quien la controlaba en realidad.

Si Wei Ying realmente solo despertaría hasta que su Despertar Instintivo fuera completado tal como dijo ese demonio celestial que decía ser su aliado, necesitaba hablar con Wei Ying sobre los preparativos de lo que parecía una guerra que pondría en peligro no solo YuZhong, sino también posiblemente el mundo.

Tenía que apresurarse y ayudar a Wei Ying.

Wei Ying y una entidad que llamaba Dios Yu.

Ying y Yang.

El Yiling Laozu.

El pasado que Wei Ying escondía celosamente y había decidido confiarle a él aun a pesar de que parecía tener miedo de que lo odiara por ello.

Lan Wangji no tuvo que pensar más.

―Cuando me hiciste esa pregunta en el templo yo ya había tomado mi decisión hacía mucho tiempo atrás, eso no ha cambiado. Quiero hacerlo.

―Lan Wangji, si accedes no solo podrás ver, sino que tú también serás visto. No solo por el pequeño Wuxian, sino también por “él”. Las posibilidades de encontrarnos con él aquí han aumentado ahora que nos ha descubierto, ¿estas bien con eso? ¿estás dispuesto a permitir que él te mire o incluso busque en algún momento interactuar contigo?

Aquellas palabras volvieron a su cabeza como la vista de esa mirada escarlata.

―Te estoy mirando, Lan Wangji…”

Su corazón no tuvo dudas.

―Sí, estoy dispuesto a permitirlo… con todo lo que ello implica.

Incluso si eso significaba que tuvieran que encontrarse nuevamente y esa parte de Wei Ying que parecía tan desconocida y familiar a la vez buscara tocarlo otra vez.

Con un suspiro orgulloso Chenqing se puso de pie y tomó el remo hundiéndolo nuevamente en el agua. El bote comenzó a andar con determinación tal como el corazón de Lan Wangji entrando por una corriente invisible que hizo que el bote avanzara un poco más rápido.

―Entonces sostente bien, Lan Wangji, el viaje será pesado. Estas en sus dominios, su territorio es tan rebelde e impredecible como él. Si en algún momento quieres detenerte debes de hablar. ¿Entendido?

―Entendido.

El bote se movió con violencia entre las aguas, los rápidos entre las estrellas y el agua oscura se sintieron pesados, Lan Wangji se sostuvo tan firmemente como podía.

―Bien, sostente bien entonces. Le pediré permiso nuevamente, si algo no te gusta o pregunto tu estado solo házmelo saber. Él odia que no se respete la voluntad de otros, hazme saber en todo momento como estas sin dudar, ¿entendido?

―Entendido.

Extendiendo su mano hacia al frente Chenqing exclamó. ―¡Yu Laoying, Yu Laoying, escucha mi deseo, escucha mi corazón! ¡Por favor, permítenos entrar en las memorias del mundo! ¡Permítenos llegar a tu Reino Onírico!

Y como si de una nueva corriente se tratara el bote fue absorbido por un cumulo de estrellas que les hicieron viajar entre su luz.

Cuando Lan Wangji se dio cuenta su conciencia había sido atrapada nuevamente a la profundidad de los recuerdos.

Lo último que pudo hacer antes de caer inconsciente fue abrazar aquella flor de loto contra su pecho.

Y todo se volvió oscuridad.

 

 

 

 

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

A través de los sueños Lan Wangji se ha enterado del pasado escondido entre las sombras. Las memorias de aquellos que callaron se revelan y su viaje por el Mar Onírico lo lleva a preguntarse que tanto de lo que es su marido podría mirar en un espacio donde solo Wei Ying puede decidir si esta listo para mostrar ese lado de él o no.

¿Qué piensan de lo que Lan Wangji ha visto en estas memorias?

¿Por qué Yu Ziyuan y Hua Fengxing le habrán permitido ver esa parte de su pasado?

¿Qué le deparará a Lan Wangji su viaje?

¿Podrá Lan Wangji encontrar el camino correcto a Wei Ying o solo encontrará un muro?

¿Qué es lo que estará pasando con Wei Ying en este espacio donde el tiempo y la lógica no es nada?

Agradeciendo infinitamente todos sus votos, comentarios, todo el amor, apoyo y paciencia que le han dado a este proyecto desde su comienzo, me despido. Hasta la próxima.

¡Gracias por leer!

Chapter 35: CAPÍTULO 22: FAMILIA

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Enlace del capítulo en otras plataformas:

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Gracias)

 

 

Capítulo 22:

 

El Reino Onírico era muy hermoso y había cosas muy divertidas.

Pero aún se sintió triste.

Corriendo a través del verde pasto A-Ying llegó hasta el gran árbol de hermosas flores en el que la enorme figura del gran dios descansaba sobre una de las grandes ramas.

Sin ser consciente de ello, A-Ying dio un gran salto. Las túnicas blancas que vestía contrastaron con las túnicas del Dios cuando su figura se posó suavemente sobre el regazo de este sin buscar lastimarlo. Su voz fue suave.

―Señor Dios.

Sin abrir los ojos el Dios gruñó haciendo que algunas nubes emergieran de sus fosas nasales envolviéndolos en una gran nube que hizo reír a A-Ying.

―Señor Dios, tiene que despertar.

Sin abrir los ojos volvió a hablar: ―No lo haré, ve a jugar y déjame dormir.

―Pero Señor Dios.

―Llevamos tres meses intentando recordar al menos algo, pero he entendido que tus memorias se tardaran un poco en aparecer.

―Señor Dios.

―¿Hmn?

―… ¿Puede usted saber dónde está mamá?

Los ojos del Dios se abrieron suavemente. Las pestañas se batieron hasta que la vista fue clara para los ojos carmesí.

Sobre su cuerpo había un pequeño niño. Sus bonitos ojos violetas estaban decorados por dos líneas negras sobre sus párpados altos y dos líneas rojas en los párpados bajos. Su cabello ondulado y negro estaba decorado al final por hermosas puntas de colores como un arcoíris. Sobre su cabeza había un par de astas de oro aun pequeñas para ser vistas más que las puntas redondeadas.

Sus bonitas orejas puntiagudas estaban decoradas por los pendientes ornamentados con bonitas joyas de colores violeta, amarillas y aguamarina. De la misma manera portaba un tocado de cuentas sobre su frente dejando espacio para que se pudiera ver la marca divina en forma de flor de loto.

La piel de sus manos y pies se degradaba a un tono demasiado blanco, bañando la piel de hermosas y preciosas escamas que brillaban iridiscentes como sus pequeñas garras tan hermosas como las perlas. Tan lindas como aquella colita blanca decorada en la punta con pelaje aguamarina que se movía de un lado a otro cuando corría por el campo verde.

Y al final su espalda era decorada con ese par de hermosas alas de brillantes colores arcoíris que brillaban de diversos tonos según sus emociones.

Pero el ceño del Dios se frunció al notar que las alas estaban decoradas de un gran exceso de plumas azules triste y opacas y su cola colgaba a un lado sin moverse como peso muerto.

Ah, de verdad. ¿Por qué ese mocoso recordaba cosas tristes?

Ahora él se sentía muy triste.

―Ah… puede que haya una manera.

Los ojos violetas brillaron tanto como las plumas que destellaron en múltiples colores arcoíris y la cola se movió alegre.

―¿De verdad? ¿De verdad puede descubrir donde esta mamá?

―… Hmn. Será un poco difícil por lo que no puedo decirte cuanto me tardaré, pero puedo intentarlo. Solo necesito que me ayudes con algo.

―¿Qué es?

―Necesito que busques un árbol que tiene una fruta llamada Dragon Sonriente en Meishan Yu. No solo es rica en sabor, también es muy rica en energía espiritual. Debido a que tu aun no tienes un núcleo dorado formado por completo no tengo de donde obtener directamente energía espiritual más que en pocas cantidades por Shizun. Para buscar pistas de A-Niang necesito energía espiritual pura.

―Oh, está bien. Puedo hacerlo.

―Sin embargo, necesito que me digas. ¿Qué necesitas saber en realidad? Necesito que me digas tu deseo para poder cumplirlo adecuadamente y no haya errores.

―Yo…

Sin atreverse a decirlo de esa manera se acercó hasta estar a la altura de su oído y susurró suavemente su deseo. La mirada llena de curiosidad del Dios cambió por una expresión triste, pero no cambio su resolución cuando A-Ying se apartó con la misma expresión.

―Bien, cumpliré tu deseo.

El niño asintió quedándose en silencio por algunos momentos.

El Dios odiaba cuando Wuxian no hablaba, porque eso solo pasaba cuando estaba triste. Y si Wuxian no hablaba…

Era como si no estuviera aquí.

Como si Wuxian se hubiera dado cuenta de sus sentimientos volvió a hablar.

―Señor Dios.

―¿Hmn?

―¿Por qué tiene cuernos muy grandes?

―Porque soy un adulto. Y no son cuernos, son astas.

―¿Por qué su cola y sus alas son negras?

―Porque… se ven geniales.

―¿Por qué usa túnicas negras y rojas?

―… Para que combinen con mi estilo.

―Uuhm… ¿Por qué el cielo es azul?

―Porque la radiación difusa del cielo es el efecto generado cuando la radiación solar que alcanza la superficie de la atmósfera de la Tierra se dispersa de su dirección original a causa de moléculas en la atmósfera. Todo eso es necesario para que el cielo sea azul.

―… Umn… ¿Qué es radiación solar?

―La radiación solar es el conjunto de radiaciones electromagnéticas emitidas por el Sol. El Sol es una estrella brillante quemándose a cientos de kilómetros de aquí. Es la que ilumina el sistema planetario solar en donde existen cerca de ocho planetas. Pero es por la estrella enana llamada Sol que se llama de esa manera este sistema planetario.

―… Unm… ¿Qué son radiaciones electromagnéticas?

―La radiación electromagnética es un tipo de campo electromagnético variable, es decir, una combinación de campos eléctricos y magnéticos oscilantes, que se propagan a través del espacio transportando energía de un lugar a otro.

―… Umn… ¿Qué es un campo electromagnético?

―… No debí responder la primera pregunta. ¿Por qué haces muchas preguntas?

―Porque soy un bebé. A-Niang decia que los bebés están llenos de curiosidad y los adultos deben ayudarlos a encontrar esas respuestas.

―… Unm…

―… Señor Dios, ¿usted no es bueno tratando con niños?

―… No lo sé, hacía muchos años creo que… muchos años que trate con… uno… creo… pero ya no puedo recordar cómo tratar… a los niños… o las personas. Me disculpo por ello.

Los ojos violetas de A-Ying bajaron. Sus plumas se llenaron de azul y su cola bajo triste. Podía notar la tristeza del Dios entre sus palabras. La sensación de pérdida que A-Ying entendía mejor de lo que quería.

 Y sin más el cachorro lo abrazó sorprendiendo al Dios.

―¿Qué estás haciendo?

―A-Niang decia que cuando una persona esta triste debes de abrazarla para alejar la tristeza de su corazón. De esa manera es como debemos proteger a las personas que amamos. ¡Dolor, dolor, vete ya! ¡Yo a tu corazón he de salvar!

El Dios no pudo evitar mirar confundido entre el hermoso paraje y el niño antes de simplemente sonreír abrazando cuidadosamente al niño, buscando evitar lastimar sus alas dejándolas libres para que revolotearan. El ronroneo de Wuxian y la forma animada en la que se movía su cola lo hizo reír.

―Es un hechizo muy dulce. Muchas gracias, Wuxian, me siento mejor.

Por un momento se quedaron así, hasta que A-Ying volvió a hablar.

―Señor Dios, ¿Por qué tiene esta cicatriz sobre su pecho?

―Porque tuve un enfrentamiento con un perro muy molesto. Es por eso que odio a los lobos con corazón de perro rencoroso.

―Señor Dios, ¿Por qué tiene marcas en sus párpados? ¿Es como el maquillaje que usa Tía Yu o el delineado que usa Lluvia Carmesí?

El Dios no pudo evitar burlarse de ello.

―Ese pobre zorro tramposo necesitaría horas para que pudiera hacer marcas tan hermosas y perfectas como las mías con maquillaje humano, pero esto no es maquillaje, Wuxian. Estas son marcas sagradas. Solo criaturas como yo o las bestias ancestrales pueden hacerlas aparecer. También los demonios celestiales pueden mostrarlas como sus marcas demoniacas en su frente.

―Ah, ¿Cómo Shizun? ¿Él también puede hacer eso?

―Hmn, solo necesita canalizar un poco de energía y sobre todo quitarse esa cosa que trae en el cuello.

―¿Esa cosa?

―Hmn, tiene un collar con una pieza de jade en su cuello debajo de sus túnicas. Esa cosa es un jade especial configurado para que su verdadera naturaleza no sea revelada. Posiblemente lo usa para esconderse de los humanos, eso no solo escondió eso sino que es la explicación de porque su cabello se volvió así después de tomar la energía dorada prestada. Es un efecto secundario. Pero si se quitara esa cosa naturalmente podría mostrarlo todo de sí.

A-Ying no pudo evitar preocuparse. ―… Pero… si se transforma en un lobo… ¿eso no sería un perro muy grande y aterrador?

―Claro que no. Un perro no es lo mismo que un lobo. Los perros son criaturas de naturalezas sumisas a pesar de cómo pueden actuar por la comida, este lobo es dominante porque ambos padres lo eran. No habló de subcasta, sino de la naturaleza de una bestia.

―¿Naturaleza? ¿Qué significa eso?

―Control, Wuxian. El poder de controlar a otros. Shen Qingqiu y Luo Binghe son personas de naturalezas dominantes. Solo basta una de sus miradas frías para controlar a los demonios del Reino Demoniaco sin usar feromonas. Y porque no decirlo, por muy lindo que es, el honorable maestro Shen Qingqiu es capaz de paralizar a muchos humanos. Es sin duda una belleza tan fatal como la belleza fría que es su marido.

―Por ejemplo, nosotros somos dominantes. Esa es nuestra naturaleza. El poder de controlar a las bestias me pertenece, el poder de someter a otros sin necesidad de usar feromonas o usándolas también es tuyo.

―Oh… pero yo no quiero someter a nadie.

―Dime eso cuando tengas quince años y a ver si te creo.

―¡Pero es verdad!

El Dios solo se rio.

La cuestión es que algo que hacía a Shen Qingqiu una belleza fría inalcanzable para muchos también era esa mirada fría con un toque asesino como el de un Huli Jing que está a punto de matarte. Era impresionante.

En momentos como esos gustar de bellezas frías con miradas feroces y asesinas sí que era tan malo.

Ah, Shen Qingqiu, la belleza que le había heredado su belleza a su hijo. ¿Qué estaría haciendo el Bába de Shizun en ese momento?

De repente una imagen apareció ante él. La imagen brillante y hermosa de un omega de cabello castaño y ojos verdes como esmeraldas. Su risa era dulce como el canto de un ruiseñor.

“―Tu en verdad eres tan extraño”

―Oh, creo que acabo de recordar algo.

―¿Qué es? ¿Qué es?

―Shen Qingqiu es muy hermoso, su cabello es castaño como el chocolate y suave como la seda. Su piel es clara como un bonito durazno oriental. Sus ojos son verdes esmeralda como las piedras preciosas, pero era un tono más frio. Parecido al jade.

―Él es muy inteligente y divertido, en realidad sus bromas eran las mejores. Aunque es algo tímido y su cara es tan delgada, su risa es encantadora y… no puedo negar que sus labios eran hermosos como un par de duraznos. Para que entiendas él se ve así.

De sus manos una serie de estrellas de múltiples colores arcoíris brillaron como si una lluvia de ellas hubiera caído en sus manos.

Y el Dios soplo suavemente arrojando las pequeñas estrellas hacia el frente. Haciendo que ante ellos sobre aquella gran rama una hermosa estatua de jade blanco se formara, mostrando la hermosa imagen de una persona con un guqin entre sus piernas y un abanico sostenido entre sus manos mientras les daba una hermosa sonrisa.

Y solo cuando la estatua se vio completa los colores la decoraron haciendo que se viera tan real como una persona viva, mientras la imagen de las ramas decoradas con flores detrás de esta la enmarcaban haciendo de su vista algo celestial.

―¡Guau, él es muy hermoso!

―Lo es, sin duda lo es.

―Su rostro se parece un poco al rostro de Shizun.

―Naturalmente, él es quien se lo heredó. Aunque nuestro Shizun ha tenido que cambiarlo un poco para que no noten el parecido por ciertas cosas, pero sigue siendo idéntico a la hermosa persona que es su padre omega.

―Oh, ¿Cómo lo conoció?

―Yo… antes de conocernos en esta vida… he convivido con algunos Lotos Violetas de Meishan Yu en el pasado. No todos, pero si algunos. Entre ellos yo… estuve cerca de uno que era una persona bastante desvergonzada y coqueta como tú. Ese Rey conoció a Shen Qingqiu. Su nombre… su nombre era… ¡Ah, lo tengo! Su nombre era Yu WeiXi.

―Oh, ¿eran amigos de él?

―… Unm… Ese loto violeta lo era, él no podía verme. Recuerdo que nosotros le regalamos… le regalamos… Yu WeiXi le regaló un guqin. Pero no era una declaración como los Yu pueden hacer. No… más bien… fue un regalo porque… él estaba triste y ella quería animarlo regalándole algo que él le dijo que le gustaba… a él… a él su abuelo fue quien le enseñó a tocar guqin.

―Oh.

―Shen Qingqiu es una persona hermosa. En ese entonces era alguien con una determinación admirable y un corazón tan hermoso como su sonrisa.

―¿En ese entonces?

―… Hmn… él era así, al menos eso es lo que recuerdo. Pero él ha perdido muchas cosas y muchas personas valiosas. Su antigua familia, sus hermanos marciales, discípulos, amigos… incluyendo a esa persona… a Yu WeiXi.

A-Ying no pudo evitar preocuparse.

―Yu WeiXi y él tuvieron un gran lazo, uno muy valioso. Yu WeiXi fue un antes y un después en la vida de Shen Qingqiu, pero… después de que Yu WeiXi muriera algo cambió dentro de su corazón.

La forma en la que vivía, su visión sobre el mundo, sobre el amor.

Sobre la ciencia y los sacrificios relacionados a esta.

―Muchas cosas han pasado y mucho ha vivido el Maestro Inmortal Shen. Hace mucho que no lo veo, la última vez fue cuando remé su bote en el Mar Ancestral hace muchos años atrás cuando pasó el incidente del Palacio Huan Hua. Pero las personas como él no están destinadas a ser iguales a su pasado, por lo que no sé… que tan afectado este por su dolor su corazón.

―… Señor Dios, ¿usted está enamorado del Gran Maestro Shen?

―¿Hmn? ¿Por qué dices eso?

―Porque sus ojos brillan mucho cuando habla de él. Además, habla con mucho cariño y respeto sobre él. He oído que usted además de ser un Dios de la Tierra, la Vida y la Muerte, también es un Dios del Amor.

El Dios no pudo evitar sonreír divertido. ―Oh, ¿de verdad?

―Sí, las amables hermanas de Tía Yu, la Tía Qiu y la Tía Yi dijeron que el Dios Yu es el Dios del Amor y la Fertilidad. Es por eso que los Yu son bendecidos con muchos bebés muy bonitos, así como pesca y cosechas fructíferas. El Gran Ancestro Yu Laoying siempre se encarga de proteger que la fertilidad de la tierra y los suyos nunca perezca. Porque los dragones comen jade todos los días.

El Dios dio una sonrisa sin gracia.

Qué bueno que aún era muy pequeño para entender que significaba esa frase, pero en el futuro…

Tal vez no tomaría muy bien esa hambre natural.

―Está bien, me atrapaste, soy dios de todas esas cosas. Y creo que si amo mucho a Shen Qingqiu. ― Su índice dio un toquecito a la nariz del niño cuando lo vio emocionarse. ―Pero no de la manera que tú crees. El amor, Wuxian tiene diferentes caras y diferentes matices. Aunque los humanos estén obsesionados con pensar que todo gira en torno al amor que piensas, eso no es así.

―Oh.

―El amor que se le tiene a un hermano no es el mismo que se le tiene a una pareja. Así como el amor que sientes por tus padres no será el mismo que puedes sentir por tus hermanos o el amor que le tengo a personas como Shen Qingqiu. No todo es amor romántico, Wuxian. Y ese amor no es más valioso o más importante que los demás.

Los ojos de A-Ying brillaron emocionados ante ese nuevo conocimiento.

―Aunque no puedo negar que cuando pone esa mirada furiosa… oh, realmente entra en mis estándares. Sin duda es mi tipo.

―¿Qué es un estándar y que es un tipo?

Y entonces el dios picó sus mejillas doblando sus dedos evitando que las garras tocaran la tierna piel haciéndolo chillar.

―Aiya, ya estas cruzando el límite de lo que puedo contarte. Aun eres muy pequeño para escuchar de esas cosas. Pero no te preocupes, cuando llegues a la edad en que puedas entender que es un tipo y un estándar te contaré todo. Aunque no lo creas este Ancestro es un gran experto en el amor en todas sus formas. Cuando llegues a la edad adecuada para entender bien el amor romántico te contaré todos mis trucos. ¿está bien?

Aunque A-Ying infló las mejillas con molestia aceptó. ―Está bien.

―Perfecto. Entonces debemos de repasar todas las cosas que te he enseñado en estos días. Ya te he expliqué porque tus genitales están afuera, porque tu pene debe colgar y que siempre debes llamarle por su nombre a cada parte. ¿Bien?

―Sí.

―También hablamos que debes tener cuidado con ciertos adultos. Te enseñé las reglas sobre el consentimiento. Recuerda, nadie debe de tocarte si no te da confianza esa persona. No serás grosero, tan solo le plantearas que también debes ser respetado como cualquier adulto y cualquier persona.

El cachorro asintió.

―Recuérdame, ¿Cuáles son los aromas peligrosos en adultos que no tienen que ver con fuego o sol?

―El aroma peligroso de los alfas es el almizcle, en el caso de los omegas es tartas de huevo y fruta. Debo de recordar que no todos los que reaccionan de esa manera pueden estar haciéndolo por gusto. Pero mientras no sea un adulto que pueda revisar si esa persona fue engañada u obligada a algo malo debo correr lejos de ahí y llamar al adulto confiable más cercano.

―Perfecto. ¿Recuerdas como debe ser el baño?

―Siempre debo de limpiar cada parte con agua y no frotar muy fuerte mi pene. Podría lastimarme o generar una erección. Aun soy pequeño por lo que eso no debe pasar. Pero si llega a pasar después de mi Presentación Aromática no debo asustarme, es parte de mi crecimiento y una señal de que llegué a la pubertad.

―Recuerda no ser duro o lastimarte. Tu cuerpo es el templo de tu espíritu, debes protegerlo y amarlo al igual que tu corazón.

―Sí… ah, Señor Dios.

―¿Hmn?

―Yo… creo que aun tendré pesadillas, ¿Qué puedo hacer para que disminuyan?

―Mientras no tengamos un núcleo no podre regular tus sueños, pero algo que puede ayudar si no puedo evitar que las tengas es tan rápido tengas una vayas con Dribrian. Su aroma te ayudara a calmarte. Confía en mí. Hasta que tengamos un núcleo el aroma de nuestra familia te ayudará. Y las frutas del dragón sonriente también. Son frutos especiales después de todo.

―… Está bien.

El Dios tomó gentilmente sus mejillas y lo miró dulcemente a los ojos. ―No estes triste, te prometo que cuando tengamos nuestro núcleo las pesadillas terminarán. Después de todo, estamos trabajando juntos, ¿no? Si no me abandonas yo no te abandonaré, así que ten fe en mi palabra como yo tengo fe en la tuya.

―Está bien.

―Anda, es hora de ir a soñar. Debes de dormir bien. Criaturas como nosotros necesitamos dormir muy bien para ser muy saludables y fuertes, nunca lo olvides. ¡Ve!

Haciendo caso a las palabras del Dios, A-Ying saltó del árbol y corrió a la profundidad del bosque perdiéndose entre sus sueños.

Lo último que escuchó fueron esas palabras:­―¡Ten dulces sueños, pequeño Wuxian!

Tal como el Dios dijo los sueños aun no podían controlarse.

Aunque no tenía pesadillas de forma constante, el número 3,333 seguía repitiéndose en su cabeza siendo pronunciado por la voz de ese niño.

En cada sueño con esa persona A-Ying se sentía más molesto por no recordar. El Dios le decia que no debía presionarse, porque si lo hacía tan solo lograría lastimar a los dos.

Debía ser paciente, debía entender que no sería fácil.

Debía recordar bajo su propio ritmo.

Sin embargo, eso no hacía que las pesadillas no quisieran tocar de vez en cuando sus puertas.

La respiración de A-Ying estaba acelerada, su cuerpo bañado de sudor y una extraña sensación de haber tenido un sueño demasiado largo si no poder recordar nada. 

A-Ying tenía miedo. A-Ying y el Dios se sentían solos.

A-Ying necesitaba a A-Niang.

El suave golpeteo de la puerta lo asustó un poco. El pequeño A-Ying se levantó de la cama, el Dios se levantó junto a él olfateando hacia la puerta. Sus ojos rojos brillaban como un par de luciérnagas oscuras.

La larga y gruesa cola se movió de un lado a otro brillando iridiscente ante la luz de la luna. Las grandes astas se notaban de forma definida sobre las tablas del suelo como su sombra.

Cuando A-Ying abrió la puerta tanto aquella criatura como el cachorro notaron la presencia de aquel ser que olía a lobo Mao.

―Shizun.

Y sin dudarlo A-Ying se abrazó a sus piernas.

Agachándose a su altura Suibian dudo un poco antes de acariciar su espalda. Con gentileza le abrazó palmeando su espalda suavemente preguntó con gentileza.

―A-Ying, pude sentir la alteración de tu corazón. ¿tuviste una pesadilla?

El niño simplemente asintió.

Suibian aun no podía adaptarse a la idea de que ahora era el guardián espiritual de este cachorro. Podía sentir la penetrante mirada de… eso cada que estaba cerca de A-Ying. Pero aunque Suibian tenía algo de miedo de aquella criatura no podía ser tan malvado para dejar solo al pequeño bollo de Fengxing.

Se lo debía. Al menos debía cumplir con eso.

―Ya está, no tienes por qué temer, conejito. No te dejaré solo. ¿quieres un nido? ¿quieres leche tibia para conciliar el sueño?

El cachorro negó.

―¿Qué te gustaría, A-Ying?

―Quiero ir con Tía Yu.

Ah, el instinto de los Yu era tan obvio. Tan apegados a sus padres cuando eran amados sin importar la edad.

―Está bien, pequeño bollo. Iremos con ella ahora mismo.

 

 

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Caminando a través del bosque lleno de árboles frutales Suibian mantuvo entre sus brazos al pequeño cachorro envuelto en una manta.

Los cachorros Yu eran tan pequeños, no importaba cuantos niños Yu ya había cargado siempre le sorprendía lo pequeños y frágiles que eran. Y como aquellos pequeños botones podían florecer en flores de loto tan grandes, hermosas e impresionantes que aun parecían tan fuera de este mundo.

Como aquella que se encontraba tocando su dizi sobre la copa de aquel enorme árbol que superaba en tamaño a tres mil de los que había en ese bosque.

El tronco de aquel árbol era bastante grueso en realidad. Como si más de treinta troncos grandes se juntaran en uno solo. El tronco de madera negra era tan grueso como sus ramas y raíces que destacaban entre las hojas verdes que brillaban con su propia luz destacando las líneas formadas por las nervaduras de las mismas.

Entre el verde también se encontraban hermosas flores azules brillantes parecidas a las camelias y cerca de las camelias se encontraban aquellos curiosos frutos.

La Fruta del Dragón Sonriente.

La Fruta del Dragon Sonriente era una de las frutas favoritas de las personas de Meishan Yu que florecían en estos árboles especiales e inusuales que no podían encontrarse en el territorio fuera de la Gran Muralla Yu.

Sus frutos eran conocidos por su delicioso sabor indescriptible y una corteza blanca con "escamas" pronunciadas con la característica de brillar en tornasol. La pulpa de la Fruta del Dragón Violeta de Meishan Yu era color violeta con semillas amarillas. Suave y jugosa al paladar.

Aquella fruta tenía un gran valor espiritual para los Yu. Siendo el fruto preferido para el Gran Ancestro Yu y una de las inspiraciones de los colores que representaban al clan. Se decía que la Fruta del Dragón Sonriente era milagrosa al igual que las raíces de sus árboles. Capaces de curar males difíciles de tratar y calmar los dolores que iban más allá de un cuerpo mortal.

Y las raíces de este árbol en especial al igual que las flores violetas de Meishan Yu eran uno de los ingredientes que dieron vida a la Purificación Instintiva.

Debido a muchas de sus características aquel la venta de sus frutos y retoños estaba prohibida fuera de Meishan Yu. Este árbol solo podía permanecer en el territorio dentro de la muralla por el propio bien de sus frutos y de la gente Yu.

Porque los Yusoru eran el mayor recuerdo del Gran Ancestro Yu que aun podía manifestar su bendición sobre la tierra. Y lo amado por Yu Laoying siempre seria respetado y amado por los Yu.

Los ojos de A-Ying brillaron llenos de sorpresa ante aquel gran árbol. Sus iris se oscurecieron hasta volverse carbón ante la cálida imagen de algo que parecía tan familiar. El Dios que continuaba de pie a su lado parecía sentirse al igual que él bastante impresionado.

―Es hermoso, tan hermoso como recuerdo.

―Árbol bonito.

―¿Hmn? Sí, es un árbol muy bonito y que da frutos muy exquisitos. A tu Tía Yu le encantan mucho.

―Oh, ¿a que saben?

―Bueno, ¿Por qué no dejamos que ella misma nos lo diga?

Haciendo uso de su energía dorada Suibian formó una serie de escalones alrededor del árbol hasta que se encontró en la cima y pudo ver a Yu Ziyuan de espaldas tocando. Cuidadosamente envolvió al cachorro en polvillo dorado y lo hizo flotar hasta dejarlo justo al lado de Yu Ziyuan en la parte más segura del árbol sin soltarlo en un solo segundo.

Y cuando A-Ying estuvo a su lado el cachorro sujetó su larga manga haciendo que la música se detuviera y su mirada se encontrara con un par de ojos violeta.

―Tía Yu.

―A-Ying.

Los ojos de Yu Ziyuan pasaron de su cachorro a la brillante imagen del alma de Hua Fengxing, quien rápidamente señaló con una sonrisa la figura borgoña de Suibian. Quien aún se mantenía a una altura apropiada para que Yu Ziyuan pudiera notarlo.

Bajando su mirada Yu Ziyuan tomó a A-Ying y lo envolvió en su larga capa de rey perfumándolo dulcemente entre sus lotos, rosas y madera.

―A-Ying, ¿estás bien? ¿Por qué estas despierto a esta hora?

―Yo… creo que tuve un sueño raro.

Yu Ziyuan y Hua Fengxing se miraron mutuamente, la voz de la alfa fue gentil.

―¿Un sueño raro?

No podía decirle. No podía exponerla a algo que ni el Dios y A-Ying entendían.

―Hmn, no recuerdo nada, pero creo… que soñé con mamá.

Y la angustia se apoderó del corazón de Yu Ziyuan. Podía notar el dolor en los ojos de Hua Fengxing, así como la tristeza en las flores del pequeño A-Ying.

Con gentileza Yu Ziyuan abrazó a su hijo. Ofrecer afecto y expresar sus verdaderos sentimientos siempre habían sido algo muy complicado para Yu Ziyuan, pero el gentil apoyo de Hua Fengxing que abrazó a los dos hizo que supiera que lo que estaba haciendo era correcto.

Meciéndolo entre sus brazos Yu Ziyuan lo acomodó hasta tenerlo sobre su pecho. Su diestra palmeó suavemente su espalda. El pequeño cachorro se aferró a su cuello, sus ojos miraron vacíos las flores y los frutos de aquel árbol.

El paisaje se sentía tan familiar.

Olía a casa.

­­­­­­­­­­­­­­­­­­­―Tía Yu, ¿podrías cantarme una canción?

―¿Hmn?

―Cuando tenía una pesadilla A-Niang me cantaba una canción y me ayudaba a sentirme mejor.

Violeta y negro se encontraron, Hua Fengxing acarició la cabeza de su hijo y su voz fue dulce ante los oídos de Yu Ziyuan.

―Tú sabes que canción le ayudara a sentirse mejor.

Perfumando a su hijo las flores violetas envolvieron a A-Ying al igual que las ramas de palisandro que protegieron a A-Ying.

Y su voz salió como un poema legendario de hacía muchos años atrás.

El gran dragón nadará sobre las aguas del rio

Con gentileza sus escamas le darán bienvenida a la mañana

No importa cuantos años y vidas sean

Mi corazón siempre te pertenecerá.

Cuando aquella voz llegó a los oídos de Suibian sus pasos se detuvieron. Los ojos dorados miraron sobre la cima de aquel árbol la imagen de una alfa que podría ser idéntica a Dios.

El fénix mirara con dulzor a su amor, esperando el momento de a casa volver

Tu corazón anhela el cielo como la libertad,

Siguiendo el causar de tu voluntad rebelde como el Rio Amarillo.

Mi dulce loto te seguirá aun en la adversidad, por lo que no debes temer.

Aun si tus escamas se oscurecen siempre te amaré.

El cachorro se fue calmando con la dulzura de la voz de Yu Ziyuan. Era la voz más hermosa que había escuchado en mucho tiempo. Con un toque familiar que le hizo sentirse tan cálido, tan lleno de dicha.

Como cuando le cantaba mamá.

Pequeño loto que sigue andando el mundo es tan grande, podrás comprobarlo.

Tus anhelos por libertad serán saciados cuando encuentres la paz.

Tu hogar son más que montañas, cielos y ríos.

No tienes que llorar porque las almas siempre te estarán cuidando.

Y siempre lo harán.

Yu Ziyuan lo mantuvo en sus brazos un poco más, permitiéndole resguardarse en el poco calor que emanaba de su piel. Las manos de A-Ying estaban frías al igual que sus mejillas tal como pasaba con cualquier Yu, pero aun podía sentir el calor que se producía en su interior y viajaba a través de sus meridianos.

El sistema de meridianos de A-Ying era hermoso.

Como un árbol de la vida dispuesto a crear milagros.

―Tía Yu.

―¿Sí, A-Ying?

―Tía Yu tiene una voz muy hermosa. Es como si una deidad bajara del cielo para cantarle a A-Ying.

Hua Fengxing no pudo evitar reír.

―Eres tan bonito y desvergonzado, A-Ying. Un bonito osito halagador.

―Tía Yu, ¿las frutas de este árbol son ricas?

Los ojos rojos del Dios miraron la escena. Una sonrisa se posó sobre sus labios.

―Hmn, son frutos dulces bastante ricos. ¿quieres probar?

Emocionado asintió. Viendo como Tía Yu seleccionaba uno pequeño, agradecía al árbol por el fruto y lo tomaba pelándolo pacíficamente hasta que ofreció un trozo a A-Ying. Quien lo tomó obedientemente maravillándose con su exquisito sabor.

―Estas frutas son muy buenas para la salud y para evitar pesadillas. A-Ying puede comer esta hoy, pero solo puedes comer más hasta mañana. También vendrás conmigo a mi habitación para que te de una medicina. Es medicina especial que ayuda con las pesadillas.

―¿Tía Yu también sufre pesadillas?

―…  Algunas veces puede pasar. Cualquier ser vivo puede tener una siendo un cachorro o un adulto.

―¿Tía Yu está bien? ¿Te gustaría dormir con nosotros cuando tienes pesadillas?

―… No te preocupes, A-Xian. Estoy bien.

El Dios frunció el ceño, una sola palabra atravesó su cabeza.

Mentiroso.

―Tía Yu, ¿Qué es eso?

Cuando los ojos de Yu Ziyuan bajaron pudo notar a su cría señalando su dizi.

Con orgullo la alfa explicó:―Esto es un dizi. Es un instrumento de viento que me permite tocar diversas melodías.

Los ojos de A-Ying brillaron ante detalle grabado en el bambú. Una hermosa sonrisa decoró sus labios.

―Dizi bonito.

―Mi clan se especializa en las seis artes, la fabricación de instrumentos espirituales es una de sus especialidades. Así como de componer melodías específicas para diversas tareas haciendo uso de la energía espiritual como base de estas.

―¿Cómo lo que hiciste con la gran puerta de la Gran Muralla Yu?

―Así es. La música, A-Ying es un lenguaje universal que puede conectar a muchas personas en algo que todos podemos entender.

 ―¿La música también puede ayudar a otros?

―Hmn, puede ayudar a muchas personas, animales y demás criaturas.

El pequeño A-Ying se quedó en silencio antes de que de su boca saliera aquella pregunta:―… ¿También podría encontrar personas?

Yu Ziyuan lo miró sorprendida.

―¿También podría encontrar personas perdidas?

―… A-Ying.

Sus ojos pasaron a su esposa, quien solo podía mirar con tristeza a su cachorro.

―Puede hacerlo. Aunque puede ser complicado puede hacerlo.

Aun cuando A-Ying logró dormir en los brazos de su Tía Yu esa noche, su mente no dejo de pensar en ello.

Música.

Si él pudiera aprender a tocar música al igual que Dribrian con un dizi, ¿Baibriam podría escuchar su llamado?

Solo deseaba que el Dios no sufriera al intentar cumplir su deseo.

 

 

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A-Cheng estaba muy feliz.

El niño al que le costaba hacer amigos de su edad ahora tenía un amigo que lo perseguía y cuidaba de todo. Alguien demasiado gritón para su gusto, pero como olía bien y era cómodo dormir sobre él, Jiang Cheng lo incluyó en sus propios juegos y se acostumbró más rápido de lo que pensó a ese revoltoso cachorro.

Hasta que un día Jiang Cheng vio a un perro en una calle de Yunmeng Jiang y quiso acercarse sosteniendo la mano de Wei Wuxian.

Sin embargo, Wei Wuxian solo pudo gritar.

―¡Aaaaaaah! ¡Perro! ¡Perro!

Y Wei Wuxian terminó soltando su mano, corrió escalando el árbol completamente aterrado solo por un pequeño cachorro que le ladró confundido por su actitud.

―¡Wei Wuxian!

―¡Dile que se vaya! ¡Dile que se vaya!

A pesar de que aún estaba confundido, Jiang Cheng hizo caso a lo que le dijeron. Acarició un poco al perro y lo llevó a otra parte hasta que el perro simplemente se fue. Jiang Cheng regresó al árbol y llamó a Wei Wuxian.

―¡Ya se fue! ¡Baja ahora!

Pero Wei Wuxian aún estaba demasiado asustado, aferrado a aquel tronco como si fuera su vida y lo único que podía realmente protegerlo del mundo.

Sin embargo, una sombra llegó a lado de Jiang Cheng, un destello púrpura se lanzó al árbol como si se tratara de un dragón. Tomando entre sus brazos a Wei Wuxian y cayendo al suelo gentilmente sobre sus pies con elegancia.

Solo en ese momento Jiang Cheng supo de quien se trataba.

―¡Dribrian!

Yu Ziyuan se agachó a la altura de Jiang Cheng, lo tomó en su otro brazo y con ambos niños se abrió paso por el Palacio Púrpura mientras su voz llegaba al asustado Wei Wuxian.

―A-Cheng, ¿Qué fue lo que pasó?

―Vi un perro y quise ir a jugar con él. Pensé que Wei Wuxian querría jugar también, pero se asustó.

―Wei Ying, ¿Por qué no me dijiste que te asustan los perros?

―Lo siento.

La generalmente fría Yu Ziyuan suspiró negando con seriedad, su voz fue lo más paciente que pudo.

―No debes disculparte por algo que no es tu culpa. A partir de hoy no volverás a preocuparte por eso.

En solo unos palos de incienso un nuevo decreto fue dado por los reyes Jiang.

“Los perros están prohibidos en Lianhua Wu”

A-Cheng había escuchado desde hace un tiempo que sus padres estaban conversando sobre algo relacionado a los perros de Yunmeng Jiang. Incluso antes de que viniera Wei Wuxian.

Aunque en Yunmeng Jiang no había muchos perros, Muqin había tenido que enfrentar varios casos donde muchos perritos estaban involucrados.

A-Cheng no entendía muy bien que pasaba porque Bába y Muqin no querían explicarle. Pero por lo poco que A-Cheng había escuchado al parecer mucha gente no sabía educar bien a sus perritos.

Así que cuando escuchó aquella ley salir de los labios de su Muqin no pudo evitar preocuparse por los perritos.

Por lo que cuando vio la imagen de su Bába salir del Salón del Trono, A-Cheng no pudo evitar correr hacia él.

 ―¡Bába!

Sentados en medio de uno de los jardines al cuidado de Zidian, Jinzhu y Yinzhu, Jiang Fengmian le explicó las cosas a A-Cheng con más calma mientras lo sostenía entre sus brazos.

―No tienes que preocuparte, A-Cheng. Por lo que esta ley no busca en realidad lastimarlos, sino más bien protegerlos.

―Pero, ¿Por qué tienen que sacarlos de sus casas? Ellos son buenos chicos.

Jiang Fengmian no sabía cómo explicarle a su hijo que el mundo real era muy crudo.

Pero no debía mentirle.

―Muchos de los perritos que viven aquí no tienen una casa propia y aunque algunos si la tienen sus amos… no son muy amables.

―¿Por qué?

―Bueno… hay cosas que aún no puedo explicarte, pero si puedo decirte que tu Muqin está trabajando duro para que ahora todos esos perritos estén a salvo en un lugar que sea más óptimo para ellos. Ellos tienen que ser llevados a una granja en donde vivirán como merecen vivir. Siendo amados y protegidos.

Yu Ziyuan había notado que muchos jóvenes maestros de Yunmeng Jiang que tenían perros terminaban haciéndolos bastante agresivos a través de maltrato y abandono, siendo así un arduo problema para las personas sin hogar que Yu Ziyuan aun trabajaba en darles un lugar.

Cuando el miedo de A-Ying fue revelado como lo poco que recordaba de su tiempo en las calles, Yu Ziyuan llegó al límite y ambos decidieron que esto tenía que acabar.

Si esos jóvenes maestros no sabían cómo educar a sus mascotas haciéndole un mayor daño y el número de perros callejeros había aumentado otra vez, esto tenía que parar.

Por ello habían comenzado los preparativos para la revisión, esterilización y cuidado de los perros de Yunmeng Jiang que no tenían la culpa de la falta de conciencia.

Si creando esa regla podían hacer que nadie más llevara perros que pudieran reproducirse y repetir el problema, eso sería mucho mejor.

―¿Dónde vivirán ahora?

―Tu Muqin y yo hemos conseguido una granja que será adaptada para que todos puedan vivir sin problemas ahí. No son muchos, pero es necesario que todo esté listo para que puedan sentirse cómodos en su nueva granja.

A-Cheng frunció el ceño.

Aunque Jiang Cheng aún era muy pequeño para entender todo, algo dentro de él le dijo que eso había sido por el bien de Wei Wuxian.

Pero tenía miedo que fuera como esas mentiras que los adultos decían sobre las mascotas.

―¿No es como lo que dicen las personas cuando un perrito va a morir?

Zidian se agachó a su altura y aclaró. ―No te preocupes, A-Cheng. Yo mismo puedo asegurarte que esto no es una mentira de esas. Los perros estarán a salvo. El plan se tardará un poco, pero tu Muqin se asegurará que todos los perros estén a salvo en esa granja.

―Además, cuando todo esté listo este Bába te llevara a la granja para que puedas verlos por ti mismo.

―¿De verdad?―sus ojos brillaron llenos de emoción.

―Así es. Iremos todos los fines de semana para que puedas verlos y cuando seas más grande podrás jugar con ellos. Además, tu Muqin se está encargando de que los perritos que tienen buenos amos puedan vivir en otra parte de Hubei sin que tengan que alejarse de sus mascotas.

―¿De verdad?

―Así es. Así que no te preocupes. Todo estará bien.

Aunque A-Cheng se sintió mejor al saber que los perros estarían a salvo no pudo evitar pensar en el tema de Wei Wuxian.

Quería hablar con él.

Quería preguntarle porque temía a los perros.

Abrazando a su perro de peluche Jasmine solo pudo pensar en ello.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

Yu Ziyuan no pudo evitar fruncir el ceño cuando A-Ying le dijo esas palabras.

―A-Ying, ¿podrías repetir lo que has dicho?

―Yo…

No podía decirle que el Dios Yu y el habían hecho un trato y que este fue quien le ayudó a recordar. Una de las primeras normas de su trato era no decirle a ningún guardián o adulto todo en lo que todos estaban metidos o que existía alguien que quería hacerles daño.

“―Si queremos protegerlos solo podemos hablar de esto entre nosotros cuando estemos en mi Reino Onírico. Si lo dices o piensas afuera puedes exponerte a que nos escuche”

Así que A-Ying había entendido en el Reino Onírico que debía guardar ese secreto junto al Dios al igual que la persona que le estaba ayudando a recordar cosas.

Así que era mejor omitir eso.

―He logrado recordar algunas de las cosas que pasaron cuando estaba en las calles. Alguna vez A-Niang me explicó que no debía entrar al barrio rojo, pero en algún momento al parecer entré ahí por comida. No recuerdo mucho que pasó, pero sí sé que ahí conocí a un niño omega que vivía en una de las casas.

Yu Ziyuan y Suibian se miraron entre ellos, esto sonaba preocupante.

Yu Ziyuan tenía ciertas opiniones respecto a esos negocios, las razones por las que los había dejado seguir funcionando habían incluido un reglamento especifico que dichos negocios debían de seguir.

Y claramente los niños no estaban permitidos en dicho sector.

Yu Ziyuan no pudo evitar acercarse al niño, sus manos se pusieron sobre sus hombros. Había cierta preocupación en sus palabras cuando preguntó.

―A-Ying, ¿esas personas te hicieron algo? ¿alguien en ese lugar se acercó demasiado a ti? ¿Alguno de los alfas se acercó a ti?

―No, todas esas personas eran muy buenas conmigo. No recuerdo mucho, pero sí sé que en realidad todos eran muy amables. Nunca vi ese lugar de noche. Pero mi amigo y su mamá no la pasaban bien. Las personas de su casa eran muy malas con ellos. A veces veía moretones en sus manos.

―Está bien, tranquilo. Iremos por ambos, pero necesito que me digas algo muy importante, ¿puedes recordar su nombre?

A-Ying frunció el ceño intentando recordar. El Dios buscó a través de sus propias memorias. Pero ambos fallaron.

Hasta que algo vino a la cabeza de A-Ying cuando vio la pieza de jade en el dizi de Tía Yu.

―A-Yao. Él pequeño omega se llama A-Yao. Meng Yao, su mamá se llama… Meng Shi.

―Está bien, A-Ying, no tienes que preocuparte. Lo buscaremos.

Tan pronto A-Ying salió de la oficina la voz de Yu Ziyuan fue clara.

―¿Crees que los Huli Jings de ese restaurante tienen algo que ver con el tiempo de A-Ying en ese lugar?

―Es posible que Hua Chengzhu hiciera algún trato con ellos. Eso también explicaría porque el número de Huli Jings y Bestias Ancestrales está aumentando en Hubei. Sin embargo, eso también puede deberse a otra cosa.

―El aroma de A-Ying los está atrayendo aquí.

―Así es. De por si la sangre Yu es bastante especial y su aroma es algo atrayente para esas criaturas. Pero el aroma de A-Ying es incluso más llamativo que el de A-Cheng y A-Li.

―¿Debemos preocuparnos por esto?

―Mientras no huelan a sol y Hua Chengzhu no me mande una notificación de ello, creo que no. De todos modos, debemos tener cuidado con lo que A-Ying encuentre. Ese niño es demasiado fácil de robar. El otro día unos Huli Jings le regalaron unos dulces y se fue al bosque a jugar con ellos.

 ―Tenemos que ir a verificar si ese niño y su madre están ahí. Sé que no te gusta ir a esos lugares, pero necesitaré que me ayudes con esto.

―Está bien. ¿Cuándo iremos?

―Mañana mismo. Si hay cachorros ahí y esa gente planea usarlos como mercancía significa que tengo que cerrar el lugar de inmediato. Una cosa es que los omegas decidan tener a esos niños y otra muy diferente que los patrones quieran venderlos como mercancía.

―¿Quieres que le comunique esto a Zidian de inmediato?

―Hazlo con tu energía dorada, quiero que hablemos de algo.

―Está bien.

Una vez mandado el mansaje a través de la mente de los guardianes gemelos. Yu Ziyuan habló.

―Quiero que me sigas contando sobre eso que pasó con A-Xian. Los dulces y el Huli Jing.

―Oh. Bueno, todo comenzó cuando le vi caminando con un tanghulu en la mano. Cuando le pregunté dudo un poco y me dijo que una persona en el bosque le había dado ese dulce. Así que decidí comenzar a vigilarlo y me di cuenta que varias curiosas personas en el pueblo le llamaban y le regalaban dulces o bollos dulces.

―¿Investigaste la comida?

Yu Ziyuan comenzó girar su dizi. La borla comenzó a girar al igual que el instrumento.

―Sí, cada uno de ellos antes de que el niño se los comiera y no encontré nada. Al parecer solo son dulces comunes. No entiendo del todo aun porque ellos son tan amables con A-Ying, pero seguir investigando y una vez pude escuchar a uno llamar de una forma inusual a A-Ying.

―¿Cómo le llamó?

―Jaghan.

Yu Ziyuan detuvo el dizi, sus ojos miraron seriamente a Suibian con el ceño fruncido.

―Al parecer es una vieja lengua, me atrevería a decir que mucho más vieja que el mismo nombre de YuZhong. Por lo que encontré al parecer entre espíritus zorros y otras variantes es una lengua que ellos mismos adaptaron como suya o tal vez siempre ha sido suya.

―Jaghan… en LongLian también existe este término. Rey de Reyes, es el mismo significado. Es la forma de llamar… a un emperador.

La forma de llamar a…

Yu Laoying.

Los ojos de Suibian miraron seriamente a la mujer, buscando escarbar entre sus sospechas y lo poco que realmente podía comprender de la lengua Yu.

―Suibian… ¿hay una forma de que pueda hablar con esos Huli Jings?

Lo sabía.

Sabía que A-Yuan querría hacer algo como eso.

―Es bastante peligroso en realidad.

―Lo sé, pero siento que ellos saben algo de A-Ying que nosotros desconocemos. Hay algo aquí que me parece demasiado sospechoso. No conozco mucho de Hua Chengzhu más lo que Fengxing me contó de su padre. Lo único que entiendo es que ese hombre me odia demasiado. Pero si estos zorros saben algo y son más accesibles… tal vez debería hacerles una pequeña visita.

Una sonrisa traviesa atrapó los labios de Yu Ziyuan, sus ojos brillaron de una forma sobrenatural ante aun guardián que no sabía que pensar.

―Si mi suegro no quiere hablarme, buscaré información de otras fuentes.

Yu Ziyuan había tomado una decisión.

Si su suegro no quería ni verle la cara, entonces era hora de buscar información de otras fuentes.

Incluso si esa fuente era un grupo de Huli Jings.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

La noche había llegado como la hora de dormir de los cachorros.

Armando entre los tres un gran nido se preparaban para el cuento de ese día. Muqin les había mandado decir que tenía que terminar con unas cosas por lo que se tardaría un poco, pero no tenían que preocuparse porque ese día también les contaría un cuento.

Agarrando una almohada A-Cheng ayudó a A-Ying y A-Jie a preparar el nido. Bába prepararía algunos refrigerios nocturnos y A-Ying y A-Cheng tendrían que tomar su leche antes de ir a dormir.

A pesar de escuchar las voces alegres de A-Jie y A-Ying hablar de algo que no entendía muy bien, A-Cheng seguía pensando en los perritos.

Muqin le había dicho en la comida que no tenía por qué preocuparse. Los perros estarían bien y serian llevados a una pequeña granja que pertenecía a la familia, una donde podrían vivir una vida tranquila sin problemas.

Zidian le aseguró que eso no era como esas mentiras que los padres les decían a sus cachorros cuando sus mascotas se morían y que su Bába lo llevaría ahí en unos días para que lo viera por sí mismo.

Sin embargo, cuando sus ojos pasaron a Wei Wuxian, Jiang Cheng no pudo evitar preguntar.

―¿Por qué no te gustan los perros?

No era una pregunta maliciosa, solo era curiosidad.

Wei Wuxian era la primera persona que conocía que no le gustaban y quería entender por qué. Estaba en esa edad de su vida en la que había muchas cosas que le llamaban la atención, tenía muchas preguntas por hacer y muchas cosas que deseaba entender.

Los ojos de A-Jie pasaron a A-Ying, quien no había esperado esa pregunta de la nada.

Entonces el niño se lo dijo.

―Me dan miedo.

―¿Por qué?

―Porque…

Esa… era una buena pregunta.

El mismo A-Ying no sabía porque les tenía miedo, solo sabía que una parte dentro de su corazón no podía con la sola idea de que un perro se acercara a él.

Sus memorias sobre el pasado eran tan confusas como una espesa niebla atravesándose en su camino. El Dios de túnicas negras caminó alrededor de la habitación mirándole seriamente. Sus palabras llegaron a los oídos de A-Ying pacientemente.

Él es confiable. Solo dile la verdad, no tienes que forzar tu mente por formar una mentira que funcione de respuesta ante nuestro hermano.

―No lo recuerdo, solo sé que me dan mucho miedo. Es como si los perros y yo no nos lleváramos bien en realidad. Tal vez un perro malo me mordió hace mucho tiempo atrás y por eso no puedo llevarme bien con ellos.

Jiang Cheng aún era muy pequeño para entender sus propios sentimientos, no era muy bueno expresándose y a veces era más tosco de lo que quería. Pero entonces él quiso hacer una promesa.

Abrazando con fuerza a su peluche en forma de perro llamado Jasmine A-Cheng habló.

―A mí me gustan mucho los perros, pero si no te gustan nunca le pediré uno a Muqin.

Wei Wuxian le miró confundido y Jiang Cheng continuó.

―Si te dan miedo los perros hacer eso sería malo, así que no lo haré. Un buen rey debe dar todo de sí por su gente y ahora eres uno de los nuestros. Así que si vemos otra vez un perro lo ahuyentaré por ti y te protegeré de todos los perros… a cambio de que… te quedes a mi lado.

Jiang Cheng quería decir “a cambio de que seamos amigos”, pero tenía una cara demasiado delgada y miedo ante la idea de ser rechazado.

Ya muchos niños huían de él, Jiang Cheng no quería que el único que no lo hacía lo rechazara por pensar que era raro.

El rostro del heredero estaba completamente cubierto por un gran sonrojo, sus cejas fruncidas se parecían a las de su madre alfa, pero la mirada llena de determinación del niño fue lo que hizo sonreír a Wei Wuxian.

―¡¿De verdad?! ¡¿Eso significa que podemos ser amigos?! ¡¿Amigos por siempre?!

Y Jiang Cheng solo pudo sentirse avergonzado.

―Podemos serlo. Pero sobre todo somos hermanos y los hermanos siempre deben cuidarse el uno al otro y eso es para siempre.

Y era verdad, Wei Wuxian había sido adoptado en el nido,  sus padres lo habían perfumado así como A-Jie y el mismo lo hicieron. Este niño de inusual aroma tan agradable como flores dulces y una esencia que le hacía sentir que era familiar, era ahora parte de su familia y eso sería para siempre.

¿A quién le importaba si Jiang Cheng no podía tener amigos cuando tenía algo mejor? Tenía una familia y una que estaría siempre a su lado aun cuando todos subieran a las estrellas.

Y ahora, este niño también era parte de su familia y Jiang Cheng creía que la hermandad era mil veces mejor que la amistad.

Pero nunca esperó que Wei Wuxian lo abrazara lleno de emoción. Perfumándolo entre leche, miel, peonias y flores de lotos similares a las que florecerían en primavera. En la primera primavera que Wei Wuxian pasaría en Lianhua Wu.

Como su hermano, como su familia.

Como uno de los suyos.

El Dios miró seriamente a A-Cheng antes de que su rostro se oscureciera y una sonrisa melancólica atrapara sus labios.

Y su cabeza se llenó de pensamientos que A-Ying no pudo escuchar.

“Siempre has sido igual, nunca cambias. No importa que vida sea o como me llame en ella. Siempre estás ahí para mi… desearía tanto que esta vez…  no tengas que mancharte las manos de sangre para vengarme”

―¡Claro que sí! ¡Somos hermanos y A-Ying te protegerá siempre!

Y Jiang Cheng se sintió completamente avergonzado, tartamudeando entre sus propias palabras.

―¡We-Wei Wuxian! A… a partir de ahora no tienes permitido dejarme solo, a cambio ahuyentaré a todos los perros que se crucen en tu camino. Es una promesa.

Y estirando el brazo de Jasmine a A-Ying pidió.

―Si estás de acuerdo tienes que prometerlo tomando la mano de Jasmine. ¡Prométeselo a Jasmine!

―Lo haré, lo prometo.

Y el cachorro tomó la pata de Jasmine tal como A-Cheng había pedido. Haciendo que los ojos grises de A-Cheng brillaran emocionados.

Solo pocas personas querían tomar la pata de Jasmine para hacer un trato. Sus padres, su hermana y los guardianes eran los únicos que valoraban a Jasmine. Los niños que lo veían con su peluche solían burlarse.

Pero Wei Wuxian no lo hizo. Al contrario, había aceptado hacer ese trato y movía la patita de Jasmine de arriba y abajo cuidadosamente.

―Lo prometo, Jasmine. Cuidaré mucho de tu A-Cheng.

Y eso fue suficiente para que A-Cheng agradeciera mucho a las estrellas.

Desde hacía mucho tiempo había deseado a un hermano.

Suibian le había dicho que eso no sería posible porque las flores que servían para hacer bebés no crecían en Yunmeng Jiang y era muy difícil conseguirlas. Tal vez esa era la razón por la que aunque había muchas familias que tenía muchos niños en otros clanes, ellos solo eran dos.

Pero entonces Wei Wuxian había llegado y las cosas habían cambiado para mejor.

Ahora tenía un amigo alfa que los ancianos no alejarían de él porque los alfas y los omegas tenían diferentes clases.

Y eso era mucho mejor que cualquier cosa.

Jiang Cheng lo protegería, él protegería a su hermano mayor aun si no podían tener un hermanito. A su hermanito menor.

Él lo protegería… sin importar lo que tuviera que hacer.

 

 

━━━━━━✧❂✧━━━━━━

 

 

El barrio rojo de Yiling se iluminó ante la presencia de la Reina Alfa Yu y los guardianes Polilla de Oro y Tormenta de Plata Sangrienta.

Los ojos de los alfas y omegas del lugar miraron con asombro el andar de la mujer que nunca había buscado los servicios de los omegas de ese lugar, quienes miraban avergonzados a la hermosa alfa que gobernaba sobre Hubei y el misterioso guardián que jamás había ido a ese lugar más que para buscar a su compañero.

Yu Ziyuan caminó orgullosa sin importar el lugar en donde estaba. Su brillante presencia como el jade se abrió pasó a través de las personas que solo pudieron ofrecer reverencias y saludos corteses mientras la alfa y los guardianes caminaban con los ojos al frente sin prestar atención en nada más que su búsqueda.

Los pelinegros miraron seriamente al más alto, quien movía la nariz impetuosamente.

―¿Dónde?―preguntó Yu Ziyuan.

Suibian olfateó seriamente buscando algún toque de leche y avena en el ambiente.

Hasta que detectó algo.

Y con ojos brillantes Suibian señaló un establecimiento.

Sin más Yu Ziyuan avanzó hasta que el gran edificio rojo le dio la bienvenida entre música, linternas excéntricas y el dulzor aroma de alcohol, miles de flores pertenecientes a las fragancias de los omegas y tartas de huevo.

Yu Ziyuan frunció el ceño atrapada por la vergüenza, pero no estaba aquí para cuestionar porque estos negocios aun eran populares.

Cuando la imagen de Yu Ziyuan fue visible ante las personas dentro las reverencias no se hicieron esperar de parte de los clientes y los omegas que detuvieron rápidamente su trabajo y la música.

―¡Estos saludan a su Majestad! ¡Es un honor para nosotros estar ante Su Majestad la Araña Violeta!

Yu Ziyuan mantuvo sus ojos en alto, intentando ignorar… el ambiente que había encontrado en ese lugar.

Uno de los meseros se acercó a Yu Ziyuan, sus palabras fueron amables.

―Su Majestad, es tan inusual tenerle aquí. ¿Con qué le gustaría comenzar? ¿Cuáles son sus gustos? Este se encargará de poner a su disposición a las mejores bellezas a gusto de su Majestad.

―No vengo por los servicios del local. Necesito hablar con tu patrón y con todos ustedes. ¡Tráiganlo ahora mismo!

 ―Sí, como ordene, su Majestad.

El mejor sitio del lugar fue limpiado y presentado para Yu Ziyuan, quien se sentó dudosa junto a sus guardianes cruzando las piernas y recargándose en los brazos de aquella silla excéntricamente decorada en oro.

Suibian parecía bastante incómodo cuando los omegas llegaron con charolas ofreciéndoles comida y vino buscando coquetear con ellos. Zidian quería aceptar vino, pero cuando Yu Ziyuan negó la oferta decidió rechazarla.

En silencio Suibian convocó un poco de energía dorada. Que como pequeños y finos polvillos se movieron a través del suelo camuflándose en el recinto mientras llegaba el dueño.

Con una excéntrica reverencia este se presentó ante Yu Ziyuan y sus guardianes. ―¡Su Majestad Yu! ¡Admirables guardianes dorados del gran Yunmeng Jiang! Este humilde se siente honrado ante su presencia. Dígame, ¿Cómo puedo servirle?

―Iré al punto. Me he enterado de una fuente confiable que en esta casa hay un pequeño cachorro omega llamado Yao. Meng Yao y una mujer omega llamada Meng Shi.

Los omegas se miraron entre si algo asustados.

¿Cómo sabía de ese mocoso y esa zorra?

―Como saben hay órdenes estrictas que protegen a los cachorros dentro de establecimientos que se dedican al placer adulto, porque naturalmente si un omega da a luz a una cría esa criatura tiene derecho de vivir una vida digna sin que nadie lo juzgue por el medio de trabajo de su madre o padre omega que le permite llevar pan a la mesa.

El dueño del establecimiento trago duro.

―Sin embargo, no solo me entero que tienes a un niño no registrado ante las autoridades ni escuelas. Escucha bien, un niño menor de doce años trabajando aquí abajo como sirviente. A la hora en la que todos los alfas que acuden a tu establecimiento, a merced de que alguno de ellos le pueda hacer daño. Sino que también resulta que tienes el descaro, la osadía de maltratar a un niño de Yunmeng Jiang. ¡Mi Yunmeng Jiang!

El hombre se tiró al suelo, suplicante ante los fríos ojos de Yu Ziyuan.

―¡Mi Rey! ¡Este anciano tiene una explicación para todo esto! Es cierto que el pequeño A-Yao trabaja aquí y se ha criado bajo mi casa, pero la razón por la que somos algo duros con él es porque el niño es muy grosero y prepotente. Les grita a mis omegas, los golpea, roba y les hace travesuras malvadas. Su madre no lo supo educar. Tan solo queríamos hacerlo una persona de bien que aprendiera a respetar a los demás.

Un omega habló. ―¡Es cierto, a mí me ha robado mucho oro y la otra vez me abofeteó!

La voz de otro se escuchó. ―¡A mí me ha tirado del cabello!

―A mí me golpeó varias veces.

Yu Ziyuan mantuvo silencio mientras todos comenzaron a quejarse sobre el niño. Sus dedos comenzaron a jugar con el anillo en su dedo. Frotándolo de un lado a otro.

Hasta que volvió a hablar.

―Y déjame adivinar, también les rompía el maquillaje, destrozaba sus túnicas y era la mayor calamidad en el mundo, ¿no es así?

Los ojos fríos de Yu Ziyuan miraron al hombre. En el violeta no había ni un solo toque de piedad.

―¿Qué edad crees que tiene este rey para creer tanta falacia?

El patrón comenzó a sudar frio.

Con una sonrisa burlona Yu Ziyuan continuó. ―Aunque debo de admitir que ibas bien al comienzo, comenzaste a bajar de una forma bastante decadente. Incluso un niño tendría mayor imaginación que tú.

El hombre comenzó a temblar de terror, Suibian se acercó a Yu Ziyuan. Un par de palabras fueron susurradas. Sus ojos brillaron gélidamente y el anillo Zi-Dian chispeó.

―Iré al punto, ¿Dónde está el niño y su madre?

―¡Su Majestad!

Yu Ziyuan ya no lo soportó más.

Su pie derecho pisó el hombro del hombro obligándolo a caer de rodillas. Sus colmillos brillaron ante las linternas, su gruñido fue estremecedor haciendo que todos dentro del local bajaran la cabeza. El anillo Zi-Dian brilló entre chispas apareciendo entre sus manos un hermoso látigo violeta como sus ojos, haciendo que todos en la casa temblaran de miedo ante su arma más conocida.

Yu Ziyuan quería controlarse, pero había algo en ese tipo que en verdad era desesperante.

―¡Su Majestad!

―Su Majestad Real, por favor. Tenga piedad de nuestro patrón.

―¡Te he hecho una pregunta! ¿Dónde están?

―¡La mujer murió hace unos días, el niño simplemente escapó!

Yu Ziyuan tiró del cuello de sus túnicas cargándole con un solo brazo hasta elevarlo más allá del suelo, presionó más fuerte con sus feromonas.

―¡¿Tienes el descaro de mentirme?! ¡¿A mí que soy tu Rey?!

―¡Mi Rey!

―¡Te di una orden! ¡Habla ahora!

―¡Un tipo muy extraño me pagó por él! ¡Ni siquiera sé quién es, solo sé que me pagó muy bien por él y simplemente se lo llevó!

―¡¿A dónde lo llevó?!

―¡No sé, no pregunté eso! ¡No sé nada más! ¡Lo siento!

Los llantos del hombre fueron interrumpidos por el azote de las ramas de los rosales, los palisandros y las raíces de flores de loto violetas que golpearon su rostro, tirándolo al suelo de inmediato. Los omegas gritaron lanzándose hacia su patrón.

―Suibian, llama a nuestros cultivadores. Zidian, quiero que tomes una porción del pelotón y registres cada local de este distrito en busca de niños en la misma situación. Suibian, busca dentro de este local algún indicio o persona que sepa más. En cuanto a estas personas, todos están detenidos hasta que se sepa toda la verdad.

―¡¿Qué?!

―¡Su Majestad!

―¡Su Majestad, por favor! ¡Perdónanos!

―¡Pero su Majestad!

No importó cuanto rogaron o pidieron clemencia, Yu Ziyuan no escuchó a ninguno. Avanzando hacia la salida mientras los cultivadores de Yunmeng Jiang arrestaban a los omegas del burdel.

Sus ojos miraron seriamente como los hombres a cargo de Zidian entraban en los burdeles para investigar. Los pasos de la Reina Alfa Yu siguieron adelante a través de esas calles. Buscando algo.

Hasta que encontró una casa con el símbolo de una hortensia.

 

―En la puerta estaba el símbolo de tres bonitas flores con muchas flores pequeñitas azules. Creo recordar que alguien ahí las llamó…

 

―… Hortensias.

Los ojos de Yu Ziyuan miraron con sospecha el letrero. Hasta que una voz la llamó.

―Vaya, pero que afortunada sorpresa.

Los ojos violetas se encontraron con una curiosa mirada oscura. La mujer ante ella parecía ser importante debido a sus costosas túnicas ornamentadas con exquisitos bordados y las horquillas de oro que decoraban su cabello, al igual que el collar con una pieza de jade en forma de zorro.

―Disculpe, ¿el dueño del local?

―Estas ante ella, su Majestad.

No importaba si sus iris se veían negros, no olía a humano.

Perfecto.

Los talismanes seguían en sus ropas. Su conexión con Suibian y Zidian seguía funcionando. Por lo que si este Huli Jing quería hacer algo en su contra y era un traidor sus guardianes estarían a su lado con el simple hecho de llamarlos en su mente.

Pero el aroma que podía sentir en ella era como A-Ying lo describió.

Tréboles.

Tréboles Shen.

―¿Qué puedo hacer por su Majestad? ¿Buscas algún servicio en especial?

―No en particular, pero si quiero hablar de algo muy importante con usted.

―¿Podría saber de qué se trata?

De sus túnicas Yu Ziyuan sacó un retrato, ante los ojos del Huli Jing la imagen de un adorable cachorro sonriente abrazando un oso de peluche fue presente. Las palabras de Yu Ziyuan fueron directas.

―Quiero hablar… de A-Ying.

La sonrisa del Huli Jing se borró por un segundo. Para que apareciera nuevamente con un frágil toque de melancolía. Al igual que esos brillantes ojos esmeraldas de tono frio que parecían ser piedras preciosas decorados con un par de delineados rojos en los párpados inferiores que conectaban con los delineados negros en sus párpados superiores.

Y la evidencia final de su linaje fue el punto bindi en medio de su entrecejo que le distinguía como un miembro del clan Shen original.

Y eso fue suficiente para que Yu Ziyuan supiera que el Huli Jing entendiera sus palabras cuando le cedió el paso a la puerta principal de su local.

―Adelante, Su Majestad. Sin muerdo.

Era hora de saber la verdad.

 

Gracias)

 

 

 

 

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

Y pues bueno, sé que muchxs no quieren hablar de lo que ya leímos así que iré directamente al punto sobre algo que nos interesa a todxs.

Agradeciendo infinitamente todos sus votos, comentarios, todo el amor, paciencia y apoyo que le han dado a este proyecto desde su comienzo, quiero informarles que existe la posibilidad de que entre en hiatus con el propósito de escribir más capítulos y poder cumplir la meta de tener 20 capítulos más. Para volver lo más rápidamente posible al sistema de actualización cada dos semanas.

Actualmente llevó escritos cerca de quince capítulos contando tres especiales(siendo dos los que vienen después de este) y los capítulos 26, 27 y 28 que están divididos en dos. Aunque entre en hiatus estaría apresurándome en terminar los que siguen para poder llegar a la meta más rápido y ya volver al sistema al que nos habíamos acostumbrado.

Aún no he decidido si entrar en hiatus o no, pero seguiré escribiendo y les informaré de esto a través de un anuncio en mi muro de Wattpad, el grupo de Facebook y en el caso de Ao3 en un capítulo aparte.

Espero no tener que hacerlo porque sinceramente no me gusta entrar en hiatus, pero la verdad siento que este periodo que tomamos no solo hace que la trama se sienta más pesada y que no avanzamos, sino que también siento que es más cansado, hasta para mi salud XD

Me gustaría compartir esta historia con lxs baobeis que se han quedado como tú adecuadamente y no con más alargamientos para la trama de esta saga.

En fin, les comunicaré que pasa dentro de una semana posiblemente, y sin importar que decida espero poder terminar con la meta de veinte capítulos para que regresemos a ese sistema. Deséenme suerte.

Así que hasta luego y esperemos que logre llegar a la meta.

¡Muchas gracias por leer y nos vemos pronto!

Chapter 36: CAPÍTULO 23: CIELO

Notes:

Información importante del capítulo: Varios de los nombres o criaturas mencionadas en el capítulo se encuentran en la parte final del capitulo con una explicación de cada una. La canción al comienzo puede ser usada como música de fondo para este capítulo, pero no es obligatorio escucharla.

El siguiente capítulo no ha sido hecho con el fin de ofender ninguna creencia, culto, religión o camino espiritual, tan solo ha sido hecho con el fin de entretener basándose en algunos aspectos mitológicos o históricos para su fin.

Gracias por su atención.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text

Enlace de este capítulo en Wattpad: https://www.wattpad.com/1394389443-el-omega-y-el-emperador-segunda-parte-fanfic

 

Acompañamiento instrumental que puede ser usado para la lectura de este capítulo: https://www.youtube.com/watch?v=DjT2ePlCI4A

 

 

 

Capítulo 24: HuangYu

 

Hace mucho, mucho tiempo atrás en el inmenso Horizonte más allá de lo que tú conoces como universo vivía un dragón, todos los suyos le llamaban el Dragon Amarillo. HuangYu. Y aquel que tiempo después fue llamado Gran Yu.

Aquel dragón llevado por su inmensa curiosidad no pudo evitar sentirse atraído e intrigado por aquella pequeña perla en la inmensidad de su hogar que le llevó a conocer aquella pequeña galaxia como aquel pequeño sistema solar. Y este mismo conoció un planeta en especial.

La tierra.

La vida en la Tierra era tan brillante como una perla preciosa. Millones de especies habitaban en orden en aquel planeta incluyendo aquellos que un día fueron la primer especie sobre la tierra que fueron llamados seres humanos.

Sin embargo, en medio de aquellas especies los humanos tomaron el control del planeta y florecieron ante los ojos del Gran Yu que los miró atentamente desde los cielos. Aprendiendo de sus costumbres descubrió que tenían creencias inusuales y una de ellas era aquello que los humanos llamaban Dios.

Un día la oración de una persona con hermosos ojos dorados llamó su atención, pues a diferencia de los demás humanos aquella preciosa criatura en vez pedir algo para sí mismo le pidió algo para él pidió por aquellos que estaban solos. Aquellos que habían sido abandonados.

Y el deseo de esa criatura le llevó a crear el Mar Onírico junto a los sueños para los humanos.

Y su curiosidad por los humanos como por una estrella que había caído en ese planeta hacia un tiempo le llevaron a bajar a la tierra.

Cuando llegó a la Tierra descubrió cosas muy interesantes. La primera de ellas era que el tiempo en la galaxia como aquel sistema solar y el mismo planeta al que bajo era extremadamente lento en comparación a cómo vivían los Yu. Mientras los Yu vivían y viajaban por el Horizonte a la velocidad de la luz el tiempo en la tierra debido a la composición de ese planeta era muchísimo más lento.

Lo segundo que notó fue que los sonidos, aromas y las imágenes que su centro recibía le obligaron a adaptarse a procesarlos de otra forma. Sus oídos tuvieron que adaptarse a escuchar a través del aire y los cuerpos orgánicos. Sus ojos tuvieron que concentrarse en la apariencia exterior en vez de las capas, células y formas que los conformaban y su nariz tuvo que adaptarse a los aromas de la tierra.

Otra cosa que aprendió fue que debía controlarse así mismo. No debía abrir su estómago, por lo que formó una bolsa para guardar todo mineral precioso que encontrara para poderlo compartir con sus hermanos. Tenía que controlar su cuerpo para evitar producir estática o formar rayos porque los truenos asustaban a los animales y lo que menos quería era eso.

Y de la misma manera tal como había hecho con otros mundo el gran Yu se embarcó en un viaje que cambió su mundo para siempre.

 Viajar a la Tierra le permitió saber mucho más sobre aquel estrella inusual que había caído en este planeta. Tan solo para descubrir que la estrella no se había estrellado, por el contrario había nutrido la tierra con su luz y energía cuando vio el pase de una pequeña tribu que buscaba la salvación y entre ellos una mujer embarazada que bañada en sangre estaba a punto de perder a su cría.

La energía no solo había creado un paraíso fértil y habitable, sino que había salvado la vida de la cría haciendo notar la presencia del aura de la estrella en su cabello blanco como la nieve y sus ojos dorados como el oro. Y el gran Yu descubrió que esa misma criatura había sido la dulce niña que le había pedido aquel deseo tan noble justamente frente al árbol del sándalo que nació de la estrella y le había contado aquella historia.

  Aquello no tenía sentido en realidad, solo un tipo de vida como la suya que había formado conciencia propia y había evolucionado a través de su metamorfosis tenía el control de transformar la materia o hacer de su existencia lo que la estrella hizo. Y aun así lo había logrado, los árboles, las flores y animales que vivían en ese prado que creo eran la muestra de ello tal como el gran árbol de sándalo que le contó la historia.

Siguiendo las instrucciones del árbol tras despedirse y agradecer partió y camino y camino en busca de la tribu donde vivía aquella criatura que había heredado la energía de la estrella. En medio de su camino tras bajas las cascadas se encontró con un hombre que estaba a punto de morir en un risco.

Tras salvarlo y asegurarse que estaba bien le preguntó por la estrella, el hombre le miró con sorpresa.

Sus ojos pasaron de sus grandes astas de oro hacia su cabello hecho y sus alas que brillaban como un arcoíris, sus ojos miraron con atención las brillantes escamas de diamantes que hacían que su cuerpo brillara sin más, siendo solo semicubierto por las túnicas violeta que había formado con nebulosas, un tipo de patrón que los humanos no conocían. Con sorpresa noto la piel del tigre que rodeaba su torso y la gran piel de oso que portaba sobre los hombros. Eran tan hermosas como los animales que le seguían como un séquito divino.

―Noble señor que me ha ayudado, ¿acaso tú eres Dios?―el humano preguntó.

Y como había hecho con muchas criaturas en su camino por el territorio habitado por humanos que le dio un grupo de animales siguiéndolo respondió. ―Yo no soy Dios, tan solo soy un viajero que le gusta ayudar.

Pero para el hombre que era el líder del a tribu que encontró su hogar en aquellas tierras y había visto en persona el milagro del a estrella, el aspecto etéreo y brillante, inhumano y hermoso como nada existente aquella frase en realidad solo era una muestra de la humildad del este ser que había salvado a su tribu, a su mujer y sobre todo a sus hijas.

Justo como podría esperarse de Dios.

Y el hombre solo pudo pensar una cosa.

Leizu y Huanxi eran las hijas del líder de la tribu que vivía a un lado del rio que ellos llamaron el Rio Amarillo. Tras el milagro de su nacimiento el florecimiento y crecimiento de su tribu había sido una evidencia de la buena fortuna de la bendición de dios sobre ellos.

Con amor y cariño le habían ofrecido sacrificios y ofrendas formando un templo en el corazón de la tribu y la sacerdotisa de aquel templo le había informado que un día cuando los ciclos de luna de ambas niñas llegara Dios bajaría de las estrellas por ellas, porque sus hijas habían nacido para ser las esposas del Dios de la Fertilidad.

El líder de la tribu y su mujer habían dado todo de si por cuidar a sus hijas y procurarlas, la tribu las amaba porque ellas eran el mejor ejemplo del milagro de la estrella tal como su hogar. ambas jóvenes habían trabajado en el templo desde jóvenes como sacerdotisas esperando pacientemente el momento en que el Dios bajara de las estrellas por ellas. Y aunque Leizu la menos aun no había sido tocada por el ciclo de lunas el que Dios estuviera aquí significaba que había llegado el momento.

Con emoción el humano se postró ante el Gran Yu y declaró.

―Noble Señor, por fin las palabras del sacerdote han sido cumplidas. La mujer que recibió tu bendición es mi mujer, soy el líder de la tribu. Es un honor para mí conocerle y darle a conocer que tal como dice la tradición hemos hecho lo mejor de nosotros criando al fruto de ese milagro para este momento. Si está aquí por fin, ¿eso significa que ahora está buscando mujer? ¿ha venido por la profecía?

Debido a que el Gran Yu jamás había interactuado directamente con la sociedad humana no entendía el significado de “Buscar mujer”. Confundiendo las palabras del hombre pensó que “Buscar mujer” era la forma de decir que estaba buscando a la joven, por lo que con una sonrisa habló.

―Sí, estoy buscando mujer, ¿puedes llevarme a su hogar?

Y confiado el Gran Yu se dejó llevar por el líder de la tribu hacia el camino del fruto salvado por aquella estrella.

Con emoción el Gran Yu vio por primera vez cara a cara cómo funcionaba una manada humana, interesado descubrió de cerca los artilugios que estos ya habían comenzado a hacer con sus propias armas para sobrevivir así como las casa que les permitía resguardarse que eran muy diferentes a las cuevas que antes habitaban, pero lo que más le sorprendió fue cuando descubrió que esa estrella no le dio su energía a una niña.

Sino a dos.

Leizu y Huanxi eran el milagro de que aquella estrella, un par de gemelas que al igual que él además de conciencia habían generado un alma propia.

Leizu y Huanxi eran muy diferentes de cualquier humano, sus hermosas pieles blancas eran de aspecto tan suave y sedoso como sus finos cabellos blancos como la espuma del mar. Su salud y vitalidad eran tan notables como su gran fertilidad.

Su belleza era tan cautivadora como las estrellas y su aspecto puro y divino era algo que ningún humano común podría ser, tan etéreas y preciosas como las estrellas la atracción del Gran Yu hacia Leizu cuando esos ojos tan hermosos de mirada tan penetrante como el oro se encontraron con los suyos.

Leizu fue el descubrimiento de un mundo nuevo y maravilloso para él, el corazón puro de Leizu era amable y gentil con todo ser viviente. Debido a que Leizu odiaba la violencia había elegido junto a su hermana ser parte del grupo de recolección en vez de la caza. De la misma manera evitaba entrar al grupo de pesca y gustaba de ayudar al grupo agricultor.

El Gran Yu no pudo evitar sentirse entusiasmado y lleno de curiosidad por ella. Por su nobleza y pureza notables en el resplandor que le rodeaba. Siempre tentando a acercarse a ella como una polilla hacia la luz el Gran Yu quería aprender mucho más de esta criatura.

Pero como alguien que se alimentaba naturalmente de la energía las estrellas temió que su atracción por ella se debiera al delicioso aroma y esencia que emergía de Leizu debido a su inusual naturaleza. El dulce aroma a orquídeas azucaradas en su ser era tan delicioso que se sentía un poco asustado, y aun así quiso acercarse a ella. Quiso aprender de ella y dar todo de si para mostrarle que no deseaba hacer otra cosa más que aprender más de su mundo.

Al comienzo Leizu estaba preocupada, los sacerdotes de la tribu le habían enseñado desde un comienzo que al igual que su hermana ella estaba destinada a volverse la mujer de Dios cuando este apareciera y viniera por ella. Había pensado en el Dios desde que tuvo uso de razón y había intentado comunicarse con quien sería su marido a través de las estrellas pidiendo por el bien de otros deseosa de que el Dios protegiera a otras tribus tal como lo hizo con su gente.

Sin embargo, cuando ambos se conocieron frente a frente los corazones se destaparon y Leizu se enfrentó a un sentimiento que nunca pensó sentir. Una gran curiosidad emergió en su pecho, el deseo de conocer al ser que debía ser su marido cuando el ciclo de lunas tocara su vida y se volviera en una verdadera mujer. Y aun cuando su timidez no le permitía acercarse directamente le miró.

Desde el primer momento en que se encontraron sus ojos no se apartaron del Gran Yu, tal como los ojos del Gran Yu no se apartaron de Leizu.

Como dos estrellas que se habían transformado en algo más tras la muerte, como dos devoradores de mundos ambos se sintieron inmensamente atraídos el uno al otro, girando en la órbita del objeto de sus afectos como si quisieran fusionarse el uno con el otro en un nuevo ser más allá de la lógica del espacio-tiempo.

A través de regalos y paciencia el Gran Yu logró que aquella hermosa flor de loto dueña de su atención abriera sus pétalos y permitiera llegar a su corazón. Entender su visión del mundo y sus deseos en este plano. Y el Gran Yu aprendió a través de Leizu que no era el único que pensaba que entre los muchos sentimientos e ideas que eran Dios, Dios también era humanidad.

A través del tiempo Leizu confió y confió más en él, ambos encontraron en la música una conexión más grande que ninguna que les llevó a conocer más del otro.

El Gran Yu le mostró los sonidos del espacio, del Horizonte, de su nido. La música era el idioma universal del infinito. Era un idioma que iba más allá de las palabras y fonemas que los humanos utilizaban, uno que jamás podría ser pronunciado por ningún humano pero que conmovió el corazón de Leizu ante sus hermosos sonidos y la orquesta de una sinfonía que iba más allá de lo que los humanos conocían como sonido.

Y Leizu le mostró al Gran Yu su tribu como sus costumbres. La forma en la que vivían y su religión. Cuando el ciclo de lunas llegó a la vida de Leizu él no pudo evitar aterrarse al ver la sangre entre las ropas de Leizu cuando un dolor repentino le hizo tirar el cántaro de agua que llevaba mientras caminaban frente al rio.

Huanxi le explicó lo que era un ciclo de lunas, la importancia de la transición de una niña a mujer a través de dicha sangre y lo que eso significaba. Ese día el Gran Yu descubrió otra diferencia entre los hombres y las mujeres de ese mundo. Descubrió un nuevo concepto y uno que no le agrado al ver a Leizu sufrir por él.

Con paciencia el Gran Yu se obligó a aprender más sobre el ciclo de las lunas, como funcionaba y como podría hacer que fuera menos doloroso para Leizu y Huanxi según las costumbres de la tribu. Pero con la venida de la sangre de Leizu para la tribu solo una pregunta pudo entrar en su cabeza.

¿HuangYu tomaría por fin a ambas hermanas como lo decia la leyenda?

Las esposas de los dioses no eran como las esposas de los hombres ante los ojos de muchas tribus. Desde la cuna se comprendía que su ser intacto permanecería sin que un solo mortal pudiera anhelar la idea de con ellas yacer en el lecho. Solo los dioses permiso de tocar a sus esposas tendrán y solo ellos podrían decidir si sus esposas conocerían el placer de la care a su lado o el milagro de la maternidad en sus vientres.

Debido a que la tribu no conocía los planes de su Dios solo podían esperar a que este se los hiciera comprender él mismo o pasara sus sentimientos a los sacerdotes del templo que anhelaban con fervor que el día de la boda llegara pronto para iniciar los preparativos de la gran celebración.

El Gran Yu que poco entendía sobre como funcionaban los lazos entre humanos no entendía que su constante atención hacia Leizu intentando que Huanxi estuviera cerca para que no se sintiera tan nerviosa tan solo estaba haciendo que el corazón de Leizu cayera con más prisa hasta estar entre las manos del Gran Yu.

Leizu se enamoró perdidamente de sus atenciones y el espíritu libre que era el dragón, de la inocencia de actos inofensivos que lo único que buscaban eran hacerle sonreír. Pero su juventud le llevó a temer que casarse con el ser que no deseaba llamarse Dios implicara ser apartada de la gente que amaba proteger Leizu decidió exponer sus sentimientos.

―Yo… aun no estoy lista. ―haba dicho cuando el gran Yu le había regalado una maceta de orquídeas.

Con curiosidad y preocupación el Gran Yu preguntó.― ¿Para qué no estas lista? ¿Hay algo que perturbe tu corazón?

―Aun no estoy lista para casarme, le pido a mi Señor que por favor me dé algo de tiempo para adaptarme a mi nueva vida como una mujer. Y cuando esté lista estaré muy feliz de ir con usted.

Ese día el Gran Yu se vio obligado a comprender un nuevo concepto.

El matrimonio y el cómo los humanos lo veían.

Y cuando se enteró que el dar obsequios a una joven mujer no eran muestras de amistad cómo funcionaba con los animales o la naturaleza, sino una clara muestra de interés. Una muestra de cortejo cómo funcionaba con los animales cuando buscaban aparearse.

Y con ello tuvo que entender que entre los animales, los árboles el cielo y la tierra había un concepto que el conocía, pero que además de lo que sintió por la luz tenía otra naturaleza.

Amor romántico.

Y el amor era como un árbol y como un árbol tenía tantas ramas y tantas formas que no todas tenían nombre pero la ausencia de uno no las hacia menos validas.

Y por las palabras de Huanxi ese posiblemente era el amor que Leizu tenía por él.

Avergonzado el Gran Yu se cuestionó como no pudo ver las señales, pero el Gran Yu no era un hombre ni una mujer, no era humano, ni animal. Él era algo que solo podría describirse como Yu, porque Yu había emergido de una conciencia que alguna vez se aferró a un objeto en la inmensa oscuridad del Horizonte.

Y Yu no nació con el objetivo de reproducirse porque Yu era un algo, un objeto con conciencia que no había considerado eso hasta que él mismo Gran Yu se preguntó si algo como él podía aspirar al amor.

¿Algo como él podía ser amado? ¿Algo como él podría amar? ¿Qué podía una criatura como él ofrecer como un marido cuando al final su ser no estaba destinado a vivir para siempre en estas tierras porque en primer lugar Yu ni siquiera era una especie que viviera de otro lugar más que Horizonte?

Con aquel conocimiento HuangYu se presentó ante el líder de la tribu y una gran junta se hizo y en la misma el Gran Yules habló a los humanos de la tribu sobre los Nueve Dragones Primordiales, sobre el Nido de Dragones y sobre el Horizonte tanto como la mente de un ser humano podría comprenderlo en realidad. Llevándolos a la conclusión de porque no había entendido del todo la cultura humana que hablaba del matrimonio.

El universo era basto, las estrellas que los humanos miraban desde sus tierras también y lo que había en el horizonte lejos del universo que ellos habitaban era algo que iba más allá de lo que se podría explicar.  De alguna manera logró hacerles ver a los humanos que necesitaba entender primero a especie para tomar una decisión que fuera favorable para las dos hermanas.

Cuando volvió a enfrentarse a Leizu él le dijo que no tenía que preocuparse porque él nunca le alejaría de su hogar. Leizu no tenía que sentirse presionada sobre el futuro porque podían seguir así como eran sin temor por algunos años más. Cuando ella le preguntó si tomaría a su hermana en matrimonio ya él dijo lo mismo para Huanxi e intento explicar sus sentimientos.  

―Lo único que deseo es que ambas sean felices sin pensar en mi como su futuro, sino en lo que ustedes desearían hacer con su vida. Lo único que deseo es que puedan encontrar la felicidad.

Ambas hermanas se sintieron felices al saber que no tenían que dejar la tribu, el Gran Yu le explicó al líder de la tribu que no abandonaría a Leizu y Huanxi y protegería a ambas con su vida de la mejor forma que él podía. Dándoles la oportunidad de escoger su propio camino con el deseo de que fueran felices.

Porque aunque el Gran Yu no entendía el amor romantico aun si deseaba la felicidad para todo el mundo.

Pero él quería aprender, deseaba aprender tanto del amor romantico como fuera posible para entender los lazos y el matrimonio. Entender lo que los humanos anhelaba ante estos lazos y sobre todo, si Leizu realmente le amaba poder entender sus verdaderos sentimientos por ella antes de ofrecer algo que no estaba seguro aun si algo como él podía dar.

Leizu y Huanxi le despidieron al igual que la tribu, Leizu le pidió que tuviera cuidado y con la promesa de volver dentro de tres años y la petición a la tribu de que cuidara a ambas permitiéndoles que su deseo para ellas fuera cumplido, el Gran Yu partió de aquella aldea con el único deseo de comprender a los humanos.

Pero sobre todo con el deseo de descubrir si los humanos también pensaban como Leizu y él que Dios era el sentimiento de la humanidad.

Por días y meses el Gran Yu caminó por tierra, nadó entre los ríos y mares y voló por los aires, a muchos humanos encontró y para su sorpresa todos le llamaron Dios.

Cuando camino hacia el norte donde las tierras bañadas en nieve vivían y los osos eran tan abundantes como personas de piel tan blanca como la nieve, ojos de vibrantes colores y cabellos tan rojizos como los peces koi o tan dorados como el oro. No hubo criatura que no tuviera curiosidad por su aspecto.

Cuando camino hacia los desiertos donde la tierra parecía inhóspita personas de cabello negro azabache, pieles oscuras y hermosas como el topacio brillantes ante el sol le llamaron Dios y por generosidad aunque no entendía porque le llamaron Dios sus conocimientos sobre la física, las matemáticas y la astronomía compartió con el deseo de que estas tierras florecieran llenas de vida cuando su energía dorada repartió.

Martillados y agradecidos los humanos miraron aquel ser tan hermoso como la vida y brillante como el sol que fertilidad a aquellas tierras había dado, para ellos no quedo duda que ese ser era Dios. Con emoción no pudieron evitar preguntar.―Noble señor que nos has ayudado, ¿Cuál es el nombre del divino ser que yace ante nuestro ojos?

Y recordando las palabras del gran dragón que era su mayor contestó.

―Mi nombre no puedo darte pues impronunciable para los humanos es. Sin embargo, puedes llamarme de la forma que desees en la lengua que desees. Soy feliz de recibir nuevos nombres, regalos sagrados para mí son. Un recuerdo ferviente de mi encuentro con cada ser que tan amable conmigo fue de corazón.

Y aquellos humanos le llamaron Brahma.

Aquel valle creció con la buena fortuna aun cuando él partió intentando aprender aún más.

Aquel viaje le llevo a descubrir nuevos ríos y nuevos valles, desiertos inhóspitos y humanos que buscaban crecer. A través de aquel rio camellos amables y felinos adorables conoció y con amabilidad los humanos le recibieron obsequiándole hermosas piedras preciosas que llamaron lapislázuli.

El sabor del lapislázuli era tan delicioso como el topacio u otras piedras preciosas que le habían obsequiado, con fervor le guardo en su interior como un recuerdo de aquellas tierras mientras le contaban que la razón que les había llevado ahí era el deseo de poder darle un entierro digno a su señor, pero estaban teniendo problemas con la tumba y su construcción.

Con gentileza les pidió que le permitieran ver los planos y junto a los humanos encontró el problema ante los cálculos. Con emoción por encontrar la respuesta les ayudó a construir un extraño edificio con una forma inusual que jamás había visto.

Con facilidad haciendo uso de su energía dorada él aquel edificio formó, los humanos con sorpresa miraron como aquello que les hubiera costado siglos fue hecho en solo segundos y con gran emoción aquellos humanos tuvieron claro para sus propios corazones que aquel ser que brillaba como el sol no podía ser otro más que su Dios.

Los humanos no pudieron evitar preguntar.―Noble señor que nos has ayudado, ¿Cuál es el nombre del divino ser que yace ante nuestro ojos?

Y recordando las palabras del gran dragón que era su mayor contestó.

―Mi nombre no puedo darte pues impronunciable para los humanos es. Sin embargo, puedes llamarme de la forma que desees en la lengua que desees. Soy feliz de recibir nuevos nombres, regalos sagrados para mí son. Un recuerdo ferviente de mi encuentro con cada ser que tan amable conmigo fue de corazón.

Y aquellos humanos le llamaron Amon.

Aun cuando el partió deseándoles suerte de corazón de aquellas tierras que ya habían sido bañadas con su energía dorada poco se enteró que su simple visita el corazón de los humanos cambió.

A través de su camino con otras tierras se encontró y con otros humanos pudo entablar conversación, aprender las nuevas lenguas humanas fue tan fácil como poder mezclarse entre ellos y escuchar sus problemas. Tras ayudarles con la construcción de un refugio se enteró que tenían problemas con otro pueblo y con nada que perder el Gran Yu les dijo que podía intentar hablar con ellos para aclarar el malentendido.

Completamente agradecidos los humanos miraron a aquel ser que era tan hermoso como la tierra fértil que los rodeaba y gentil como un cálido sol que nutria con vida las tierras. Y los humanos en sus corazones no tuvieron duda que ese ser era Dios.

Los humanos no pudieron evitar preguntar. ―Noble señor que nos has ayudado, ¿Cuál es el nombre del divino ser que yace ante nuestro ojos?

Y recordando las palabras del gran dragón que era su mayor contestó.

―Mi nombre no puedo darte pues impronunciable para los humanos es. Sin embargo, puedes llamarme de la forma que desees en la lengua que desees. Soy feliz de recibir nuevos nombres, regalos sagrados para mí son. Un recuerdo ferviente de mi encuentro con cada ser que tan amable conmigo fue de corazón.

Y aquellos humanos le llamaron Nammu.

Siguiendo su palabra viajó al territorio de aquel clan y con ellos se encontró, tal como había hecho en el pasado buscó hablar con calma con ellos haciendo que cada uno expusiera su versión de la historia con gentileza y amabilidad. Con paciencia y moderación todo lo que había aprendido hasta ese tiempo le dio el conocimiento para crear aquello que algún día seria llamado debate y esos debates llevaron a un sistema llamado diplomacia.

Cuando las normas establecieron un territorio para cada pueblo y ambos por fin llegaron a un acuerdo pacifico el Gran Yu orgulloso se sintió.

Con curiosidad y admiración aquellos humanos le miraron asombrados de su aspecto. De sus enormes alas decoradas con patrones parecidos a los de las plumas de las colas de los pavorreales que solía usar para cubrir su ser, como si temiera mostrar su rostro sin saber que en realidad se estaba alimentando del sol.  

Miraron sus astas de brillante oro y quedaron fascinados con su resplandeciente cabello blanco. Miraron con asombro su gran altura y porte, su inhumano ser y para ellos claro quedo que aquel ser que paz había traído a sus tierras no podía ser otro más que Dios.

Los humanos no pudieron evitar preguntar. ―Noble señor que nos has ayudado, ¿Cuál es el nombre del divino ser que yace ante nuestro ojos?

Y recordando las palabras del gran dragón que era su mayor contestó.

―Mi nombre no puedo darte pues impronunciable para los humanos es. Sin embargo, puedes llamarme de la forma que desees en la lengua que desees. Soy feliz de recibir nuevos nombres, regalos sagrados para mí son. Un recuerdo ferviente de mi encuentro con cada ser que tan amable conmigo fue de corazón.

Y aquellos humanos le llamaron Anu.

En medio de su viaje con un pastor se encontró, al parecer por sorpresa le tomó porque tan pronto como sus ojos se encontraron el pastor cayó al suelo con terror poniéndose frente a sus ovejas y usando su bastón para intentar protegerlas. Con suave voz el Gran Yu le habló. ―No temas de mi pues un peligro no soy, tan solo un viajero que del mundo curioso se volvió.

Debido a que el humano no podía hablar solía comunicarse escribiendo sobre la tierra con su bastón. Explicándole la razón por la que no podía presentarse apropiadamente escribió en la arena su situación. El Gran Yu con curiosidad le preguntó si podía permitirle revisar su situación y con gentileza tomó el rostro del humano, sus ojos y sus dedos buscaron las cuerdas bucales en su interior y con un poco de energía dorada en ese punto se concentró.

Y con la energía dorada de su ser al muchacho voz nuevamente le dio.

Con gentileza el Gran Yu le explicó que para el bien de su voz lo mejor era que fuera dándole tiempo a su garganta para mejorar y un día su voz en todo momento podría usar.

Con sorpresa el pastor le miró, sus enormes alas de extraños patrones parecían mirarle como cientos de ojos atentos de corazón, su inusual ser tan brillante como el sol ante el día que resplandecía ante aquellas túnicas y la forma en la que los animales le seguían como si él fuera aquello que a todo vida dio le llevó a una conclusión.

Y para el humano no hubo dudas de que ese ser era Dios.

Con curiosidad el humano no pudo evitar preguntar.―Noble señor que me ha ayudado, ¿Cuál es el nombre del divino ser que yace ante mis ojos?

Y recordando las palabras del gran dragón que era su mayor contestó.

―Mi nombre no puedo darte pues impronunciable para los humanos es. Sin embargo, puedes llamarme de la forma que desees en la lengua que desees. Soy feliz de recibir nuevos nombres, regalos sagrados para mí son. Un recuerdo ferviente de mi encuentro con cada ser que tan amable conmigo fue de corazón.

Un nombre impronunciable tal vez era un nombre al cual no era digno de pronunciar, el humano pensó y pensando en un nombre y un nombre al Gran Yu dio escribiendo sobre la tierra con amplio respeto logrando que el Gran Yu sonriera agradecido.

Y el Gran Yu a través de la tierra con ese joven por un rato habló hasta que el atardecer la tierra tocó.

Con curiosidad el humano le preguntó. ―Mi Señor, este siervo quiere hacer algo por usted. Un recuerdo de nuestro encuentro en este lugar que mantenga viva la memoria de su amabilidad con mi ser, un hogar al que usted pueda volver cada que lo desee. Mi Señor, ¿usted tiene alguna esposa o esposas a quien también adorar en este nuevo hogar?

Aunque el Gran Yu no entendió mucho deesas palabras una en especial entró en su cabeza.

Esposa.

Del mundo y los humanos había aprendido mucho del amor, había aprendido del matrimonio y aquello que los humanos una fuente de deseo dieron razón. Él vio el amor de los padres a los hijos, el amor de los hijos a los padres, el amor de un pueblo por su señor para desear hacerle una tumba digna y el amor de los humanos por el deseo de la paz.

Había visto que los humanos vivían con dos visiones que llamaban bien y mal y en ellos encontró luz y oscuridad. Los seres humanos no siempre vivían con humanidad, con decepción descubrió que el conflicto y las guerras nacidas de lo irracional les hacía olvidar lo valiosa que era la paz.

Había descubierto que en la oscuridad había sentimientos caóticos y malvados, lascivos y enfermizos. La humanidad era Yin y Yang, pero también era más que eso. Complejos y extraños los humanos eran como él en algunas maneras.

Querían más, querían aprender más.

Y la sexualidad era parte de ese deseo de saber.

El Gran Yu había aprendido a través de sus viajes que el género yacía en el corazón y el sexo enn el cuerpo. Como hermosos templos que protegían sus almas no todo lo que una tribu conocía como hombre y mujer era igual para otra. así como no todas las tribus se dividían en hombre y mujer. sin importar lo que los cuerpos dijeran lo que los corazones honraban a era valioso como sus géneros y visiones sobre estos, y él solo pudo permitirse aprender con entusiasmo.

Y de la misma manera el sexo de los cuerpos le llevó a aprender del apareamiento humano.

La sexualidad había sido fascinante de descubrir, mirar sus cuerpos entrelazados entre ellos, desnudos, temblorosos y sudorosos. Deseosos y ansiosos cayendo en el éxtasis absoluto de algo que iba más allá de entendible. El placer era algo buscado y anhelado por la mayoría y aunque no todos lo querían el placer también involucraba aquellas partes de sus cuerpos que cubrían y protegían con pudor tal como su intimidad.

No todos eran tan tímidos, no todos eran tan abiertos. No todos gustaban de la dulzura, algunos amaban el dolor, la fuerza, el control. Pero el tipo de control que más le fascino descubrir a través de sus viajes fue el mirar aquel que era ejercido con el consentimiento de su compañero.

El control gentil o rudo sobre su pareja fuera macho o hembra en el deseo anhelante de descubrir un mundo juntos tan fascinante. Cuerdas usadas para algo no era pescar atando y sometiendo fueron preocupantes hasta que la dicha y alegría en las pupilas de esas criaturas asombraron y aliviaron el corazón del Gran Yu.

Dedos curiosos tocando y buscando como si los cuerpos fueran barro y aquello que yacía escondido a los humanos fuera el fascinante mecanismo desencadenante de aquello que los humanos llamaron placer.

Placer, dominio, control gentil y anhelante. Consentimiento, curiosidad, el deseo de explorar más. El ingenio de no solo valorar sus cuerpos y la compatibilidad de estos haciendo uso de otros instrumentos. Atar, golpear, morder, montar. Órganos que habían sido hechos únicamente para el placer, glándulas que reaccionaban ante la estimulación. Bocas ansiosas por probar el sabor escondido bajo el pudor de las telas.

La sexualidad era interesante, pero descubrir que para los humanos el sexo también podía ser una forma de amar a su pareja tal como aquello que llamaban besos era enfrentarse a un lenguaje corporal diferente del que vio en muchos animales que igual que los humanos podían amar.

Los humanos eran animales fascinantes pero también aterradores. Eran amables y gentiles, pero también eran despiadados y crueles. Podían imponer su voluntad a otros ya fuera en la guerra como en el sexo. Podían ser leales como traidores y podían ser tan complejos para entender que no podía esperar que todos fueran iguales. Que existiera realmente el bien el mal por más que se aferraran a esos conceptos.

En ese viaje había descubierto muchas cosas, una de ellas era la forma en la que su ser se adaptaba a este mundo tomando elementos que había visto en la naturaleza cambiando un poco su apariencia dependiendo el camino. Pero lo que más había cambiado era su interior.

Su Shen estaba evolucionado tanto como su Qi, mientras su Shen se nutría para comprender el mundo que visitaba su Qi había logrado hacer que la electricidad creada por su interior se volviera uno con las tormentas, su energía diera vida y su solo ser se volviera fertilidad dando vida a nueva vida bajo el suelo que caminaba.

Él tenía más hambre, pero ya no solo era el hambre natural de su interior, de la oscuridad que emergía en el centro como su corazón cerebro y la fuente de su conciencia. Tenía hambre de conocimiento, hambre de experiencia y vida. Hambre de esta tierra y aun hambre mayor por algo más algo más, algo que su ser nombro de una manera en especial.

Tenía hambre de Leizu.

No era hambre por su energía que la estrella le dio, tampoco deseaba devorarla como se alimentaba de energía de las estrellas o nebulosas por su naturaleza o el hecho de que era la estrella. Era hambre de querer conocer cada rincón,  cada línea y forma de su preciosa mente. Quería aprender de cada reacción, cada pensamiento, cada sentimiento y cada gesto de su ser.

Esposa.

La tribu deseaba que se casara con Leizu, los humanos a veces compartían además de su vida y experiencias el placer con sus parejas. En algunas tribus el placer era especial, sagrado. Lo suficiente para que la primera noche de matrimonio se consideraba esencial el unirse en uno para convertir dicho matrimonio en algo real.

Ella había pedido tiempo antes de partir con él a las estrellas. Naturalmente era imposible llevarle porque su cuerpo no toleraría el viaje aun siendo el milagro de una estrella. La falta de oxígeno la mataría si no lo hacia la velocidad y fuerza con la que solía volver al Horizonte.

Pero… ¿y si en vez de llevarla con él se quedaba su lado junto a la tribu que tanto amaba?

¿Y si compartía con ella todo lo que había aprendido llevándola con él a un nuevo viaje por el mundo?

Espera, ¿Por qué estaba pensando en ello? ¿realmente había considerado casarse de verdad con Leizu? ¿Pero y si Leizu no quería casarse? ¿Y si Leizu en realidad lo amaba? ¿Y si realmente le estaba esperando con el deseo de casarse con él?

Si eso era así, ¿Leizu querría realmente un matrimonio guiado por la norma de su tribu o… ¿querría un matrimonio por amor en donde todo lo que los humanos deseaban en un amante fuera parte de ellos?

Algunos humanos tenían sexo por placer, otros lo hacían por reproducirse y algunos lo hacían por amor disfrutando de ambos caminos en un tercer camino. Algunos simplemente no lo deseaban sin importar si la libido en su cuerpo existía o no.

¿Qué tipo de humano era Leizu en ese sentido?

Si Leizu deseara eso… si Leizu quisiera hijos entonces tenían un gran problema, porque él no era como un humano. Incluso si podía trabajar y aprender en como satisfacer a una pareja él no tenía un cuerpo compatible con el cual reproducirse y por lo tanto darle hijos a Leizu era imposible.

Los hijos y tenerlos no lo era todo, pero si Leizu deseaba uno sería injusto no poder darle uno.

Tener una conciencia más desarrollada había hecho que las preguntas como ”¿Qué es?” se convirtieran en preguntas como “¿Por qué los conflictos humanos son tan complejos para resolver y nacían por razones tan irracionales como la enemistad entre una misma especie?”

Pero también hizo que en ese momento entendiera porque en todo ese viaje, en cada día, en cada mes y cada año lejos solo extrañara más y más a Leizu. Hizo que ninguna criatura se le hiciera más hermosa y exquisita que Leizu, que nadie pudiera parecerle tan gentil y amable como ella.

Porque ningún humano estaba a la altura de Leizu porque nadie podría ser tan divino y maravilloso como lo era ella.

La sola idea de pensar en el tiempo que había establecido para volver se le hiciera tan largo y a la vez tan corto mientras intentaba a toda prisa aprender más del amor para volver con prisa a ver a Leizu y contarle sobre lo que aprendió.

Y en ese momento ante la pregunta de ese humano algo en su cabeza le llevó a una resolución.

―Este en realidad no tiene una esposa, sin embargo algo dentro de mi ser anhela incansablemente a una persona. Ella es la criatura más hermosa y gentil sobre esta tierra…

Él había nacido de la muerte y la oscuridad, su conciencia nació de la extrañeza y la ilógica fuente de conocimiento en el universo. De estrellas se alimentó y de ellas vivió junto a la materia a su alrededor.

Pero así como las estrellas alimentaban su interior, para su sorpresa Leizu alimentaba su corazón con un sentimiento familiar que hace mucho sintió y uno que era inusualmente nuevo para un ser como él.

Y ese sentimiento era amor.

 Sin poder evitarlo sus memorias le llevaron a recordar las palabras que Leizu le dio cuando le pregunto que era Dios en su corazón. El amor era Dios porque el amor nacía a través de los vínculos. El amor generaba gentileza y bondad, cuidado y protección. Esos sentimientos fomentaban familias y las familias pasaban entre los suyos aquel sentimiento.

Sin amor no hay empatía, sin empatía no hay protección y sin esa luz no había esperanza.

Y tras años de intentar comprender que era realmente Dios él entendió entre sus experiencias y este nuevo conocimiento comprendió de corazón que era Dios.

Y Leizu era la estrella que le hizo entender esa verdad de muchas verdades.

―Esa hermosa persona… ella es mi Sol.

Y sin más que perder el Gran Yu se levantó y del humano se despidió. Con gentileza al humano le advirtió que pronto dentro de algunos años habría en esas tierras una gran inundación. ―Protege a tus ovejas, haz una embarcación y en ella a tu mujer, animales e hijos a salvo debes poner. A la gente advierte del diluvio, se deben proteger. Tienes diez años para conseguirlo, te deseo mucha suerte.

Con su energía un plano preparo y al joven este encargo, no sería algo inmenso pero si era necesario ponerse a salvo y sin más del humano se despidió con un único objetivo.

A Leizu volver.

Y con ímpetu sus alas extendió su energía brilló y voló y voló. En el camino el gran dragón le informó que Leizu por fin había logrado que su experimento funcionara y la seda de la paz ya había expandido su existencia entre la gente de las muchas tribus que él conoció. Con orgullo y emoción escuchó entre todos que Leizu ahora estaba enseñando entre las mujeres de la tribu sus conocimientos y repartiéndolos a otras tribus.

Con grata felicidad miró entre la gente las túnicas hechas con aquella seda basándose en los patrones de las túnicas que el mismo Gran Yu portaba. Cada pueblo que ayudó en el pasado le recibió con afecto y devoción. Y cada uno de ellos le llamó Señor. Porque para los humanos el Gran Yu que se había ganado el corazón de las bestias y de los humanos no era otro más que Dios.

Y su travesía hizo que el Gran Yu fuera así conocido como el Señor de las Bestias.

El Dragón Amarillo, HuangYu.

Y con orgullo el Dragón Amarillo se dirigió hasta que el Rio Amarillo fue visible tal como la aldea en donde le conoció.

Con alegría los humanos de la tribu le recibieron nuevamente, a diferencia de la primera vez esta ocasión había algo distinto en su mente. Se movió y se movió entre la gente caminando con los atentos sin encontrarla. Su corazón se aceleró llevándole nuevamente al rio donde le conoció y ahí en ese lugar secreto que ella le había mostrado encontró un taller, las estudiantes de Leizu le miraron con sorpresa a él y su séquito como el caballo que caminaba a su lado.

Una sonrisa se formó en los labios del Gran Yu cuando trabajando diligentemente frente a su telar la encontró. Siempre tan seria y constante Leizu no había cambiado tanto aun a pesar del tiempo y con una voz suave él llamó.

―De muchas tierras he venido y muchas tierras visite cuando el rumor a mí de que una honorable dama podía hacer las túnicas más hermosas jamás vistas. ¿Podría ser posible que este Señor sea digno de que hagas un par de túnicas para mí?

El corazón de Leizu con locura galopo al escuchar aquella voz de la cual se enamoró tal como hizo de su portador. Sus dedos en el telar se paralizaron y sus oídos el rosa espolvoreo cuando ella se levantó y volteó. Y como un deja vu sus ojos se encontraron nuevamente cuando la joven ante él se enfrentó.

Lo ojos dorados de Leizu se abrieron ante la sorpresa, la felicidad en el corazón del Gran Yu creció y floreció como las flores de esa primavera y recordando todo lo que aprendió sobre los humanos y el lenguaje corporal se lanzó hacia la joven y la tomó en un gentil abrazo levantándole del suelo y con su cuero entre brazos el Gran Yu en sus talones giró.

Y un solo vistazo a esos ojos como la alegría en ellos tan grande para hacerla sonreír fue suficiente para confirmar la verdad.

Aun cuando él no era un humano ni animal, un organismo celular de este mundo realmente se había enamorado de aquella criatura que tocó sus mejillas como algo sagrado con ambas manos.

Y Leizu era su amado sol.

Su Zhiji.

 Durante su ausencia al parecer la hermana de Leizu, Huanxi a alguien conoció y de este se enamoró. El Gran Yu habló con su padre, con alegría a la pareja su permiso dio y Huanxi con su amado se casó.

Darse cuenta de sus sentimientos había hecho que fuera conciencie de más cosas y deseara más. Conversó con Leizu hasta el cansancio y de sus experiencias le habló. Con gentileza y sin prisa el Gran Yu a Leizu sus sentimientos mostró. Y con una flor de loto tan hermosa como los ojos del Gran Yu su cortejo a Leizu formalmente comenzó.

Leizu fue amable a pesar de su seriedad y fue gentil mostrándole su lugar especial. El lugar donde su vida y la de su hermana se habían salvado y juntos hablaron y hablaron durante horas sobre el espacio y las estrellas hasta que Leizu terminaba durmiendo entre sus brazos. Aun cuando el Gran Yu era quien más hablaba Leizu su atención de él como su mirada jamás aparto.

El criadero de gusanos de seda como su anhelo de poder hacer seda sin herirlos, sin lastimarlos. Sin sacrificarlos sin que el hilo perdiera su calidad había sido por fin cumplido. Con alegría ambos compartieron con el mundo sus conocimientos y entre más conocía de Leizu más entendía que su amor no era superficial ni efímero.

Leizu provocó en él tantos sentimientos como curiosidad y su deseo de conocerle más le llevó a desear compartir con ella lo que aprendió sobre los besos, sobre los abrazos y las caricias. Sobre la intimidad en su corazón sobre todo lo que le hacía sentir la música del espacio así como las frecuencias y vibraciones que llegaban a él a través de lo inexplicable.

Y cuando Leizu en vez de miedo y rechazo solo mostró curiosidad, anhelo y deseo por un mundo nuevo y tan desconocido. Él quiso conocer cada parte de ella más allá de lo que las telas ocultaban y lo que el pudor le impedía conocer. Quería darle a Leizu su amor de todas las maneras posibles y todas las que ella deseara, quería hacerla sentir amada y especial.

Quería darle gentileza y bondad, amor y pasión. Quería darle caricias, besos y placer admirando con ternura su cuerpo. Deseaba llevarla al extremo absoluto de la locura, una bendita locura que solo le hiciera darle forma al sonido de las estrellas que él le ofreció hasta que Leizu realmente sintiera que podía tocarlas.

Y aunque un Yu no se reproducía él controló nuevamente la materia, sus habilidades amentaron y le llevaron al extremo de poder decorar su ser con la belleza de alas tocada por miles de pavo reales. Astas tan bellas como las de un ciervo la preciosa cola de una serpiente y esa evolución le llevó a formar lo más cercano para tocar el punto más profundo de su ser cuando Leizu quiso volverse uno con él.

Aun si el Gran Yu no podía experimentar la intimidad como lo hacían los humanos él le dio el cielo y los sonidos más hermosos del universo mientras le hacia el amor. Comparto con ella lo que el sentía como placer y ante los cielos y la tierra, ante los ancestros en las estrellas y ellos mismos se volvieron marido y mujer.

Enamorarse de Leizu le enseñó a temer por las almas de todo ser viviente. Y el miedo por las almas como el miedo de nunca más volver a Leizu cuando muriera le llevaron a crear el Mar Ancestral. Donde el mismo llevaba a las almas al ciclo de reencarnación para asegurarse que pudieran vivir nuevamente una buena vida y reencontrarse con sus seres queridos.

Pero sobre todo era el espacio que el mismo creo para un día, cuando llegara el momento llevar por sí mismo a Leizu sabiendo que su alma estaría a salvo, porque el Ciclo de Reencarnación les permitiría encontrarse nuevamente tal como Leizu deseó.

Leizu le compartió su mundo y él le compartió el suyo. Para ambos el desear estar juntos en cuerpo como alma fue inevitable, por lo que siguiendo las tradiciones de la tribu de Leizu se casaron portando las túnicas que juntos hicieron en los telares que Leizu y él fabricaron.

Siguiendo su propio corazón de sus cabellos sacó una hebra y esta roja se volvió. Atando cada extremo en el meñique del alma de Leizu y la suya el hilo rojo se volvió dorado mostrando cuando verdaderos eran sus sentimientos formalizando su unión. Eterna e irrompible aquella hebra estaba hecha de energía dorada pura, por lo que sin importar que cascaron portara Leizu sus almas siempre podrían encontrar el otro extremo.

Y con ello hecho, a la luz de la luna él le compartió a Leizu su posesión más sagrada y valiosa en todo este universo.

Su nombre primordial.

Las almas de los Yu no eran como las almas humanas. Mientras las almas humanas eran como cristales que podrían fragmentarse ante experiencias dolorosas.

Las almas de los Yu yacían en su nombre, en sus caracteres tan diferentes a cualquier lengua de los humanos en sus sonidos incapaces de ser pronunciadas por otra especie que no fueran ellos. Pero tan frágiles que si fuesen escritos en papel y este papel fuera roto en miles de pedazos el alma del Yu en cuestión también lo haría hasta desvanecerse por completo en la plenitud del espacio junto a su conciencia.

Por eso darle su nombre primordial a Leizu era tan valioso como poner su existencia entre sus manos. La mayor muestra de amor que solo un Yu podría dar.

Aun si no podían tener hijos la amaría y protegería, la cuidaría y satisfacerla su deseo más inofensivo como el más banal. Le daría el universo entero solo para ella y compartiría con ella el Mar Onírico en donde pudo mostrarle el mundo entero que no podía visitar como le llevaría a lo que si podía conocer.

Porque nadie en este universo, ni siquiera uno de los suyos podía tener su corazón de esta manera. Porque solo Leizu era digna de tener entre sus manos todo su ser.

―Debes mantenerlo a salvo, solo tú puedes conocerlo porque solo a ti te lo he dicho. Cada vez que nos encontremos el lazo que hemos formado juntos en algún momento te recordara mi nombre. Y si así ocurre podremos volver a casarnos con nuestros nombre reales.

Con aquellas palabras el Gran Yu y Leizu ataron sus nombres juntos en el centro de aquel hilo bañado con el polvillo estelar dorado del Gran Yu y con aquello hecho su unión fue un hecho.

Tal como la Tierra giraba alrededor del Sol el hilo rojo que ataba sus almas sería una guía que les ayudaría a encontrarse nuevamente. Como algo divino e inmaterial que era mucho más valioso que cualquier pieza de oro. Porque aquel hilo bendecido con el polvillo estelar del Gran Yu era irrompible.

Y fue así que el hilo rojo del destino nació.

El regreso del Gran Yu a la aldea trajo cambios, los conocimientos y alianzas que había formado y obtenido a través de sus viajes a la tribu trajeron prosperidad.

A la tribu le habló de todo lo que obtuvo del mundo a todos repartió y de muchas cosas más aprendió. Las tribus humanas crecieron y con lo que ahora conocía ayudo a la tribu a formar alianzas y resolver conflictos. Entre muchas tribus del norte a muchos lideres conoció y nuevos conflictos entre humanos miró.

Entre más aprendía de los humanos menos los entendía. Desde los prejuicios que tenían por la forma en la que otros vivía hasta la forma en la que dichos prejuicios les llevaba a conflictos absurdos que terminaban convirtiendo en victimas a sus propios pueblos por ira o poder.

Y los conflictos constantes que llevaron a la tribu del Rio Amarillo y al pueblo del líder de la tribu del norte, Yandi fueron los que menos entendía.

Con el apoyo de su fiel esposa y su grata sabiduría el Gran Yu pudo encontrar un camino para poder resolver los problemas entre las tribus que venían de lejanas tierras buscando un refugio y el clan que ya se había fortalecido.

En algún momento el gran amor de Yandi por su pueblo y el deseo de ambos de encontrar paz por fin de estos asuntos les permitió a ambos formar una gran alianza, ambos amaban a su gente Yandi por muy gruñón que pareciera era de buen corazón en realidad. Y fue su sabiduría como inteligencia lo que permitió que ambos llegaran a un acuerdo y así sus tribus se unieron.

Con el tiempo y las alianzas el Gran Yu tomó bajo su cuidado a su nación que su Emperador le nombró. Y fue así que el Gran Yu HuangYu fue conocido como el Emperador Amarillo, Huangdi. Y su consorte fue conocida como Leizu.

Cuando Leizu se fue el Gran Yu protegió su reino y continuó con sus viajes compartiendo el conocimiento de Leizu sobre aquello que llamaron juntos sericultura, repartió su conocimiento sobre el mundo mientras tocaba música cada noche para el alma de Leizu mirando las estrellas con paciencia.

Tal como la primera vez mucha gente y culturas conoció, pensadores, creyentes y ateos acudieron a él cuestionando su existir y otros más el camino a la iluminación. Algunos le preguntaron sobre el origen del universo, otros sobre la nada y unos más sobre el verdadero propósito de la existencia. Y entre ellos les habló del universo, del horizonte y del mismo lugar de donde venia.

Y también les habló del principio absoluto, es habló de la Nada.

Agrab.

Con todos ellos el conocimiento que tenía compartió, porque el conocimiento nació para ser compartido en vez de negado.

Y así mismo como él les compartió sus conocimientos, todos los pueblos que antes conoció con él compartieron todo lo que su encuentro formó. Entre templos y estatuas, casas y ofrendas el Gran Yu vio algo nuevo y extraño que n comprendió, el culto y la fe por su persona a quienes todos llamaban Dios.

Muchos pueblos conoció en todos y cada uno de ellos nuevos nombres recibió. Entre el norte, el sur, el este y el este el rayo, la serpiente sobre los cielos recibieron templos y estatuas. El mago, el maestro, el agricultor que cultivó vida su leyenda floreció y entre miles de nombre y miles de rostros el Gran Yu ante los ojos de los humanos Dios se volvió.

El Gran Yu no lo comprendió, no importaba en cuantas estatuas el nombre que los humanos le dieron en ese lugar vio, en ninguna de esas estatuas él se miró, pero si un símbolo de esperanza necesitaban, si ayudar a otros tal como a Leizu le hubiera gustado hacía que la humanidad floreciera y se mantuviera en los corazones humanos entonces él seguiría siendo Dios.

Tras un tiempo de viajar en tierra todo lo que conocía en los territorios le llevaron hacia el mar y en la costa el hilo rojo que el mismo había atado entre su alma y la de Leizu brilló ante sus ojos cuando se encontró con aquella persona una vez más.

Su nombre en esa vida era Nuwa, era una de las hijas del líder de una tribu pesquera. Y guiado por su amor a Leizu se acercó nuevamente como un viajero de tierras lejanas que quería ayudar con la pesca. La chispa entre Leizu y el Gran Yu fue inmediata.

Nuwa le ensenó la belleza del mar y él le enseñó a leer las estrellas como un método que ayudó a los pescadores a viajar a través de las aguas conociendo más del mundo que los rodeaba. Nuevamente él Gran Yu y Leizu compartieron sus corazones, las memorias de Leizu lentamente volvieron y una vez más se enamoraron.

 Y de la misma manera cuando Nuwa se fue él volvió a esperar pacientemente en las estrellas mirando la tierra que ya conocía para poder mirar mejor el mar que Nuwa había amado y el que él juró proteger siempre. El agua era vida, del agua había nacido y por ella se mantendría. Desde las estrellas protegió el pueblo de Nuwa tal como lo había protegido cuando era Leizu desde la distancia.

El tiempo pasó y el pueblo de Leizu siguió floreciendo ante los ojos del Gran Yu. Los humanos también expandieron su dominio y las dinastías imperiales nacieron. Hasta que nuevamente, como el sol tocando el punto más frio de la tierra, Leizu por fin volvió al mundo de los vivos como aquello que los humanos llamaban un hombre y el nombre por el que le llamaban era Fuxi.

El ministro Fuxi al servicio del gobernante que los humanos llamaban emperador.

Y tal como en cada vida hizo el Gran Yu bajó de las estrellas y se presentó ante Fuxi. En esa vida Leizu había obtenido un gran gusto por la lectura, el Gran Yu había leído tantos libros como la humanidad había creado. Su conexión fue inevitable como los sentimientos que florecieron en sus corazones y el Gran Yu y Fuxi se enamoraron entre poesía, música y su amor por el mar y la vida.

Sin embargo, el mundo había cambiado, los humanos ya no lo miraban como antes. Las grandes diferencias entre unos y otros fueron claras y los humanos que nada conocían de la criatura que era el Gran Yu temieron de él por ser algo que solo habían visto en mitos y leyendas de antiguos pueblos que un día le amaron como Dios. Y tal como le había dicho el Gran Dragón Celestial el miedo generó agresión.

No era su culpa, el Gran Yu lo entendía. Había permanecido tanto tiempo en los cielos que los humanos no recordaban que era algo que nunca habían visto en esa vida.

La mayoría de los humanos bebían el vino del olvido en el Mar Ancestral para evitar que los recuerdos de sus otras vidas, porque aunque las mentes humanas eran brillantes eran demasiado pequeñas para poder almacenar tanto conocimiento. Solo aquellos con una gran conexión espiritual con el Plano Astral podían recuperar sus memorias sin enloquecer.

Pero a diferencia de Fuxi y otros humanos ellos no lo conocían y solo había una opción viable para evitar que aquel asunto llevara a grandes consecuencias.

Y Fuxi y él huyeron juntos hacia las montañas Kunlun y la energía espiritual del Gran Yu envolvió la montaña convirtiéndola en un territorio imposible de encontrar para los mortales.

En la calma de la montaña el Gran Yu hizo un palacio para su Fuxi y juntos cuidaron a la gente debajo de las montañas enseñando y criando niños huérfanos, hasta que los niños crecieron y florecieron bajando de la montaña para vivir su vida. Como pasaba con cualquier humano Fuxi envejeció y la hora de despedirse llegó.

Pero antes de irse Fuxi le pidió que tuviera cuidado con los humanos. Que no se arriesgara a bajar nuevamente de las estrellas, porque aunque habían logrado escapar de aquel emperador no tenían la certeza de que pudieran hacerlo nuevamente sin que le dejaran otra opción al Gran Yu más que atacar.

El Gran Yu amaba a la vida y la vida incluía a los humanos, Leizu lo sabía mejor que nadie. Por lo que sabía que si atacaba a uno por defenderse sería algo muy doloroso para él.

―Los humanos idolatran a sus emperadores como dios, la visión de ellos sobre Dios ha cambiado. Aún no están listos para entender lo que es mi Señor, pero un día cuando dejen de hacer eso podrán recibirte nuevamente como las primeras veces. Solo hasta que ellos dejen de aferrarse a esas ideas yo estaré contigo en las estrellas y bajaremos de ellas juntos. Hasta entonces mantente a salvo.

Y sin dudar cuando Leizu regresó al Mar Ancestral el Gran Yu se fue con su Zhiji y nuevamente miró la tierra desde las estrellas y viajaba cada día al Reino Ancestral para encontrarse con Leizu.

El tiempo pasó nuevamente. Mucho, mucho tiempo pasó. Las dinastías cambiaron y la sociedad cambió como los palacios, las túnicas y la vida misma. Pero con la evolución tecnológica vino la revolución, con la revolución la ambición humana creció y con ello las guerras que ya eran visibles aumentaron y él entendió que ese lado de dios no le gustaba.

Odiaba el fuego. Odiaba la guerra y odiaba la muerte que era provocada por esta.

Aun no podía volver, cada día el concepto de dios en el mundo cambiaba más y más de una manera extraña.

Era superficial, ilógico.

Llegó un punto que para los humanos dios era la tecnología, dios era el abandono a lo emocional. Era el dinero y el poder, era la soberbia, el abandono por la humanidad tanto para los seres humanos como para todo ser viviente. La apatía por la gente y animales, las plantas y la vida que estaban pereciendo por el peor dios de todos.

La arrogancia.

Esa fue la primera vez que odio algo y eso fue ese cruel sentimiento que los humanos endiosaron pasando sobre otros. La arrogancia que gobernó el mundo en los corazones de los poderosos que se olvidaron de su humanidad y los humanos que estaban bajo su cuidado. Porque para esos humanos dios no era solo el dinero, el poder y la sobreexplotación sobre ese maravilloso planeta que era la tierra.

Porque para esos humanos de cruel corazón su arrogancia y su avaricia les llevó a pensar que ellos eran Dios.

No podía volver, aun no podían volver. Esto no era lo que Leizu y él amaban. No había ni una pizca de humanidad en aquello que ellos pudieran aferrarse a amar. Tan solo había impotencia y desesperación. Aun si volviera la única manera de ayudar era atacar.

Aun si aquellos humanos eran malvados él jamás querría lastimarlos porque eso también podría lastimar a los buenos humanos que aun eran la esperanza de la humanidad.

Desde el día en que vio a los humanos por primera vez y la palabra dios llegó a su cabeza cuando entendió sus idiomas, prometió no involucrarse más allá de lo que podía porque no deseaba atentar contra la tolerancia de lo que los humanos podían aceptar. Mirando desde las estrellas él se dio cuenta que no quería que Leizu mirara algo que rompiera su fe en el sentimiento llamado humanidad.

Ante los ojos del Gran Yu la vida en la tierra pereció y eso fue el límite del Gran Yu.

La tierra que había amado desde hacía tantos años, los animales, organismos y ecosistemas que había adorado. Los recuerdos que había formado, la gente que le permitió ser parte de ellos. Si la tierra desaparecía nada de ello volvería nunca más. El ciclo de reencarnación se quebraría al no haber ningún lugar o cuerpos al cuales volver.

Y si eso pasaba Leizu nunca más podría volver al mundo que tanto adoraba.

Sin pensarlo más el Gran Yu envolvió su cuerpo alrededor de la galaxia, su cuerpo abrazó cuidadosamente entre sus anillos buscando no dañarla, el polvo dorado de su cuerpo envolvió cada estrella, cada planeta y cada luz.

Y sin dudarlo con todo lo que tenía el Gran Yu envolvió la tierra en su energía espiritual y decidió purificar la tierra hasta limpiarla y convertirla en algo habitable. El fuego se apagó y la radiación disminuyó. El tiempo se dio la vuelta en retroceso permitiendo el cambio, aun cuando el fuego disminuyó el Gran Yu no se detuvo, continuó constantemente llevando el tiempo en retroceso hasta que tierra nuevamente era pura.

Pero él aún no había acabado. Porque el siguiente paso fue devolverle la vida.

Con su energía dorada y su propio aliento le dio vida a la tierra, cada planta y cada árbol, cada montaña y cada cuerpo acuático floreció. Con su propia energía el moldeó un cuerpo usando cada elemento de cada criatura que antes había visto vivir en la Tierra. Agua y tierra, desiertos y bosques. Todo aquello que un día estuvo vivo en la tierra mucho antes de que los humanos terminaran con ella se volvió parte de dicho cuerpo.

Y fue así que el primer cuerpo de un dragón nació.

Y de ese cuerpo el Gran Yu le dio vida a cada animal y cada forma que podía recordar. No todo sería igual que antes, no todo seria y nacería de lo mismo pero eso no importaba. Todo en el universo no tenía un principio y un fin. Todo lo bueno en el mundo merecía amor y humanidad.

Y todo lo inocente merecía esperanza.

Una nueva oportunidad.

Tenía derecho a todo aquello que era dios.

De aquel cuerpo emergieron los animales de todos los ecosistemas. De aquellas formas animales que incluso habían desaparecido antes de la guerra volvieron a aparecer como un día lo hicieron antes de perecer. Sobre los cielos las aves volaron y en los mares los peces nadaron.

Y para su sorpresa de aquel cuerpo también emergieron las Bestias Ancestrales.

Entre los mares, los ríos y los lagos los Bashes emergieron al igual que las sirenas, las Nian y los Kun. Los Pixiu, los Baihus y los Qilins caminaron entre la tierra como protectores de esta y entre los ríos y la tierra los Longma habitaron como la conexión más sagrada del Gran Yu con aquel paraíso.

Los Huli Jing y los Huoduo habitaron entre los bosques, pero al igual que ellos, los XueBao sobre las montañas heladas como sus protectores. Las panteras, los lobos, los tigres, leones y serpientes. Los cuervos, águilas, y ciervos presentaron características inusuales como aquellas criaturas que llamó fénix.

Varios de esos seres evolucionaron de una forma inusual, el sexo muchas criaturas de la Tierra funcionaba como un espectro, no existía un absoluto binario en todas las especies como los humanos habían pensado incluso de ellos mismos.

Sin embargo, esos seres eran capaces como muchos organismos de elegir entre el espectro ser machos, hembras o el punto intermedio que abarcaba ambo sexos en una perfecta forma similar a la intersexualidad.

Podían reproducirse de forma sexual y asexual, modificar su apariencia a algo parecido a una forma humanoide con las claras características de su propia especie. E incluso muchos felinos y Huli Jings se habían apareado juntos formando una nueva especie que era una perfecta mezcla entre zorro y felino.

Pero la parte más importante era que estos seres eran compatibles con su sistema de alimentación y toma energía.

Al igual que él podían alimentarse de la radiación solar, aunque dependiendo su especie podían ser herbívoros y carnívoros, la alimentación por energía solar era tan importante e indispensable en su ser, que debido a la conexión de esos cuerpos con sus espíritus aquella energía también alimentaba a sus cuerpos astrales.

Su único problema era que tenían problemas para digerirla.

Sabiendo que esto era por su causa, el Gran Yu se concentró y con un poco de su energía dorada les ayudó a procesarla mejor, desarrollando dentro de sus seres pequeños soles especiales que se nutrían con esa energía hasta que esos soles no solo les ayudaron a digerirla mejor.

Sino que les ayudó a mejorar sus transformaciones, el cómo se reproducían y alargar su periodo de vida a un punto que podían vivir miles de años gracias a esas esferas llenas de aquella radiación solar concentrada junto a la materia y la magia de lo que él llamó energía espiritual.

Y esos pequeños soles fueron llamados núcleos dorados.

Y sin entenderlo o notarlo, el Gran Yu se volvió vida y se volvió muerte. Se volvió el Señor de la Luz y el Señor de la Noche. Se volvió esperanza para los abandonados y se volvió una nueva oportunidad para los inocentes.

Su voz resonó entre los ríos, las montañas y los mares que adoraba. Se volvió empatía por la vida que era olvidada por los humanos y abandonada solo por no hablar su idioma. Y por amor y humanidad, por su amor a Leizu y por preservar lo que Leizu amaba sin que fuera Leizu quien cargara con ello el Gran Yu se volvió el padre de un mundo que reflejaba su amor por la tierra. El padre de todas las especies y toda la vida en ese planeta.

Y el Gran Yu también se volvió humanidad, se volvió amor.

Se volvió Dios.

Esa fue la primera vez que el Gran Yu interfirió en este mundo.

Y tal como había pasado con aquellas criaturas, de las Bestias Ancestrales que se guiaban más a una vida mamífera el Gran Yu creo accidentalmente criaturas más pequeñas.

Aquellos seres solían vivir en su forma humanoide, aunque parecían humanos a diferencia de ellos todos en general no eran seres que podrían catalogarse como hembras o machos. Sus cuerpos eran una perfecta mezcla de ambos.

Aquellas criaturas habían nacido de los leopardos de las nieves, de los ciervos, de los lobos, los Huli Jing, los gatos y los tigres. Aquellas criaturas también habían emergido de los cuervos, las águilas y las serpientes y también de las panteras y los leones. Las características de su especie eran notables al igual que aquellas características que les volvían impresionantes en comparación con lo que la endogamia había hecho con los seres humanos reales.

Eran más fuertes, más hábiles, más capaces. Aunque el pelaje había desaparecido de las partes no animales sus pieles eran mucho más gruesas y capaces de soportar todo tipo de clima. Sus propios organismos se había adaptado para volver la copula algo más efectivo en el aspecto de la reproducción formando aquello que llamó nudos tanto en sus miembros viriles como en sus cuellos uterinos que ahora eran capaces de absorber el miembro de su pareja en busca de la fertilización y el placer.

Su vista era excelsa al igual que cada uno de sus sentidos. Sus ojos brillaban en la oscuridad como los ojos de las bestias permitiéndoles mirar en la oscuridad para protegerse de los depredadores. Su tolerancia los venenos y la capacidad de adaptarse a cualquier ambiente o altura. Las posibilidades de enfermarse eran pocas, casi nulas. El dolor en el parto ya no existía y tampoco aquello que habían llamado menstruación.

Pero lo más importante era que sin importar de que se tratara, Bestia ancestral, animal o Bestia Humana, ninguno de ellos se vería obligado a vivir en cuerpos que no estaba en armonía con su género. Porque ahora sexo y género podían vivir en armonía con los corazones, porque los cascarones que protegían las almas eran templos que merecían ser amados tanto como los corazones. Y el Gran Yu jamás permitiría que un ser se sintiera mal consigo mismo.

Porque el amor más importante al que los corazones debían aferrarse era al amor propio. Porque solo aquel que pueda darse la oportunidad de amarse a sí mismo libre será.

Y fue así que el Gran Yu, orgulloso de su creación les llamó las Bestias Humanas.

Cuando las almas humanas entraron en aquellos cuerpos los recuerdos del pasado ya no existían. Las mentes humanas eran brillantes, pero eran demasiado pequeñas para comprender, al igual que algunos como Leizu lo que realmente habían vivido antes. Era mejor una vida nueva sin recuerdos que la tortura de un pasado que no era su culpa.

Tal como las Bestias Ancestrales las Bestias Humanas encontraron una forma de adaptarse en ese mundo. A diferencia de las Bestias Ancestrales los humanos se identificaron a si mismo por géneros, llamándose así hombres y mujeres. Sin los prejuicios de la antigua era humana, pudieron amar sus cuerpos formando su sociedad con respeto por la naturaleza y por sí mismos como siempre debió ser.

Como una comunidad en vez de una entidad las Bestias Humanas generaron sentimientos, entres estos la empatía creo admiración, la admiración formó amor y el amor les llenó del sentimiento de humanidad.

Y el Gran Yu se sintió orgulloso de ver como aquello que Leizu y él consideraban Dios había persistido a pesar de los eones que habían pasado.

Pero a diferencia de las Bestias Ancestrales los humanos no pudieron generar núcleos dorados, no se alimentaban de la radiación del sol. Por lo que el Gran Yu su preocupó por su bienestar y por primera vez concentró su energía dorada y contacto a cada jefe de cada tribu bestial con un único deseo. El deseo de pedirles que cuidaran de las Bestias Humanas tal como cuidaban de los suyos.

Naturalmente no podía presentarse ante ellos en su verdadera forma, no importaba si se trataba de Bestias Ancestrales, animales o Bestias Humanas. Ninguno de ellos debía entender lo que era un Yu en realidad, porque un Yu lo era todo y era nada, y ahora Yu era toda la creación en uno solo ser. Era lo tangible, lo intangible, lo incomprensible e inexplicable para las mentes mortales.

Y a veces la ignorancia es un mejor regalo que el conocimiento.

Y el Gran Yu se presentó ante ellos como la representación de aquel cuerpo que había creado para darle vida a la Tierra de una manera que pudiera ser más tolerable y aceptable para estas nuevas criaturas. Algo menos aterrador que su verdadero ser, un cuerpo blanco como los diamantes que conformaban su piel exterior.

Aun cuando su ser era lo que parecía ser, estaba seguro que ellos podrían considerar dichas características sin tanto temor.

Y ante cada señor de cada tribu una gran criatura blanca se apareció entre sueños. Ese ser parecía tener ojos de langosta, cuernos de ciervo, morro de camello, nariz de perro, bigotes de bagre, melena de león, cola de serpiente, escamas de pez y garras de águila. Aquella criatura no era femenina ni masculina, pero la gran energía Yang que desbordaba era impresionante.

Y él Gran Yu les habló del respeto, del cuidado a otros sin importar si este era mayor o menor que ellos. Les habló de protegerse entre todos como una manada y les habló del consentimiento. Les enseñó que era importante respetar las diferencias de los demás y a ser agradecidos con los que te hacen un favor.

Les enseñó que era la vida y la muerte y que debían respetar ambos como parte de un ciclo incluso en la caza. Les enseñó que cada ser en esa tierra tenía un alma, que cada alma por su bien llegarían en el tiempo correcto a su propio caparazón y les enseñó lo importante que era respetar la voluntad de otros si esto no generaba un daño a ninguno.

Pero sobre todo les dio tres reglas importantes.

1.- Cada vida es tan valiosa como la tuya. Respeta el ciclo de la vida y la muerte y obtendrás piedad en tu propia muerte, sino lo haces no reclames por las consecuencias que estas tendrán.

2.-Respeta a otros sin importar la edad a menos que ese otro no te respete. La arrogancia es destrucción y corrupción. La humildad es sabiduría, la arrogancia es ignorancia. No te dejes llevar por ella o la caída será mucho más dolorosa que aceptar tus propios errores.

3.- El consentimiento es respeto también. Aquel que respete la voluntad del otro respeto de su humanidad obtendrá, aquel que vaya contra la voluntad de otro castigado por el mismo karma será. En esta y otra vida todo el mal que hagas hoy lo pagarás.

4.-El conocimiento que propicie el bien siempre debe ser compartido, jamás le impidas a nadie sabe tanto del mundo como de si mismo porque el conocimiento es el mayor poder que puedes darle a un ser vivo.

5.- Ayuda al bendecido tal como ayudarías a uno de los tuyos, ayuda al desamparado como te ayudarías a ti mismo. Aquel que ayude a otros la paz en su corazón recibirá como recompensa, aquel que malvado con otros sea recibirá el castigo del karma en cada vida que viva.

6.-Nunca le preguntes a un Yu que es realmente un Yu.

Esa fue la primera vez que el Gran Yu apareció en los sueños de otro ser.

Tal como el Gran Yu estipuló sus creaciones trabajaron juntas como una manada, protegiéndose, ayudandose y esforzándose por cumplir aquellas normas. Entre aquella manada algunos clanes emergieron y entre ellos el clan de los Xue Bao Tan protegieron a las Bestias Humanas de leopardos de las nieves Tang, el clan de los lobos Mao y el clan Wei; y el clan de los felinos y Huli Jings Shen florecieron como imperios que se protegían los unos a los otros.

Preocuparse por la endogamia era innecesario cuando en sus propios genes él se había encargado de formar un rechazo natural e instintivo por la idea. Tampoco tenía que preocuparse por su deseo de crecimiento, también se había encargado de que esta vez el desarrollo no implicara la destrucción de la naturaleza.

Aquel hermoso paraíso que el Gran había creado llamó la atención de sus compañeros Yu en el cielo. Todos ellos, quienes habían visto su preocupación por esa galaxia y aquellos que habían nacido durante la reconstrucción de ese planeta decidieron que también querían mirarlo. Formar parte de este, llenos de curiosidad e intriga por la Tierra.

Tal como había hecho cuando les dio vida a las especies, el Gran Yu creo otro cuerpo idéntico a ese para su hermano, siguiendo las características físicas de lo que formó en ese sueño. Uno y otro y otro, el número de Yu que bajaron del cielo fue aumentando como su deseo por ayudar a sus creaciones y aquellos Yu crearon sobre las montañas, los ríos y el cielo un paraíso que deseaban compartir con su hermano.

Y ese sueño compartido por cada señor de cada tribu fueron las raíces de aquello que ellos llamaron…

YuZhong.

El Centro del Dragón.

Desde las estrellas él miró hacia la tierra protegiéndola con los anillos de su cuerpo, el Dragón Celestial no pudo evitar preguntar. ―¿Por qué aunque has creado un paraíso para las almas que adoras aun no has bajado a la Tierra?

Y el Gran Yu respondió. ―Porque no sé si aún es momento de regresar, no sé si esta Tierra será del agrado de Leizu. Quisiera que la Tierra fuera perfecta para Leizu, que pudiera ser lo que desea que sea.

El Dragón Celestial le miró seriamente sintiendo el peso de la culpa en el Gran Yu. La impotencia y el dolor por no haber hecho nada ante la destrucción de aquel planeta. Y con gentileza él habló:―Tal vez si intentaras hablar con aquella criatura sabrías si es tiempo de volver o no. ¿Por qué no intentas escuchar su voz primero antes de sacar conclusiones erradas?

Y con miedo el Gran Yu viajó al Mar Onírico buscando entre sus aguas el Reino Onírico de su gran amor. El sonido del guqin fue el anuncio de que había llegado. Ahí, debajo de la representación del árbol donde le conoció se encontraba Leizu. Las hermosas túnicas que portaba y su cabello blanco le hacían verse como una hermosa perla.

Ambos hablaron hasta que Leizu comprendió lo que en verdad sentía. El miedo en el corazón del Gran Yu fue visible ante el ser a quien nunca podría esconder nada. Y entonces Leizu habló.

―Sé que tienes miedo, lo que pasó con este planeta no fue tu culpa. Ellos son tan afortunados de ganarse tu corazón para que quisieras darles otra oportunidad. Y para mí no hay nada más que tengas que hacer de lo mucho que ya has hecho para amarla. La Tierra no tiene que ser perfecta si puedo compartirla contigo.

Junto bajarían del cielo, pero debido a la naturaleza humana de Leizu nacerían en diferentes épocas. Leizu lo tranquilizó diciéndole que no importaba, porque así como él le buscaría Leizu también buscaría a su señor. ―Puedes ver nuestro hilo rojo del destino, no tienes que temer. Cuando el hilo parezca más corto y puedas ver el otro extremo de nuestro hilo sabrás que ese humano soy yo.

Con el valor que aquellas palabras le dieron el Gran Yu accedió a nacer en aquel mundo que había reformado. Mirando entre los suyos entre sueños preguntó si había una posibilidad de nacer como el hijo de un Yu o era necesario formar un cuerpo.

Los Yu llenos de alegría al saber que por fin había deseado bajar buscaron entre ellos y entre los suyos un Yu que se había vuelto el emperador Yu accedió junto a su Emperatriz a darle la bienvenida en su hogar como su primogénito.

El Gran Yu nació como el hijo del Emperador Yu y la Emperatriz Feng. Aquel hijo que fue llamado Yu Ying por sus padres y fue criado con amor en aquel planeta que tanto amaba, el mismo que le amo de vuelta desde el primer día. Cuando él nació cientos de estrellas y mundos también lo hicieron debido al cambio en su interior cuando conectó su Cuerpo Astral con aquel cuerpo.

Y por aquel cambio la oscuridad en su interior terminó formando otros universos y esos universos formaron otros mundo que se conectaron con este universo volviéndolo el Universo Primordial.

El Gran Yu se convirtió en el príncipe Yu Ying, aquel que desde la cuna trabajó en sus inventos con el deseo de mantener vivo su sueño. Y Yu Ying se convirtió en poco tiempo en un Jiabrie, cuidando con cariño junto a sus padres al segundo príncipe Yu Cheng.

Entre inventos y viajes Yu Ying se ganó el amor de la gente sin importar la especie, el amor de los animales y la naturaleza eran para él. No había criatura que no orbitara a su alrededor, como si el instinto les dijera que ese Yu en especial era el comienzo de la vida y el protector de las almas cuando llegaba el momento de partir de la tierra de los vivos.

Tal como en el pasado templos fueron hechos en su nombre. Él no entendió porque nuevamente, pero esta vez vio los templos como una oportunidad de saber en qué lugar necesitaban ayuda. Priorizando el bienestar de otros Yu Ying viajó por las tierras de las bestias ayudando de forma anónima deseando que eso hiciera que el sentimiento del humanidad entre otros floreciera con mayor fuerza.

Desde la cuna los pequeños destellos de los recuerdos de sus otras vidas fueron llegando a él entre sueños. Muchas cosas veía entre ellos y muchos de estos le enseñaron como poder ayudar a la gente. Pero también entre ellos vio a una belleza, ojos dorados cabello de nieve, una belleza que era más de lo que nunca nadie podría ser pues aquella criatura era Leizu.

Y cuando el recordó a Leizu, Yu Ying mudo sus astas dejando atrás las astas del cachorro para obtener las astas de un adulto. Y volviéndose un hombre Yu Ying trabajó duro para llevar su mensaje de paz y amor por el mundo buscando promover la humanidad más allá de las fronteras de YuZhong y cada continente existente en el planeta Tierra.

Su ayuda se expandió como las leyendas y la gente le amó como Dios aun cuando nadie le llamaba Dios. Y esos viajes le llevaron al Rio Amarillo en donde ese Longma que le conocía desde niño le ayudó a mirarse a sí mismo entre sueños. Y mirando su verdadera forma todos los recuerdos de Yu Xuanyuan estuvieron completos.

Y fue así como Yu Ying, quien solo había protegido a la tierra por amor y humanidad se volvió lo que los humanos llamaban…

Dios.

 

 

 

 

 

 

Brahma: Dios de la creación de la mitología hindú. Se le atribuye a la creación de Brahmanda (universo entero) y todas las formas de vida dentro de él. Entonces, también se le conoce como el Creador y el Director de todo el universo. Se dice que la Diosa Saraswati es la esposa de Brahma.

Lapislázuli: El lapislázuli o cianea es una gema de un característico color azul ultramar, muy apreciada en joyería desde la antigüedad.

Amon: Dios del aire y de su poder invisible. Identificado con otros dioses como Ra o Min, se convirtió en dios solar, de la fertilidad y la fecundidad y en el creador del mundo y todos los seres.

Shamash: dios del Sol de acuerdo con la mitología Sumeria. Los Sumerios vivieron hace más de tres mil años en Mesopotamia. La región de Mesopotamia corresponde a los valles de los ríos Tigris y Eufrates . Ya que podía verlo todo en la Tierra, él era considerado además como el dios de la justicia.

Anu: El dios mesopotámico An/Anum (Anu) forma parte del selecto grupo de divinidades soberanas de la antigua Mesopotamia. Pese a su posición suprema y su aparición frecuente, aunque sucinta, en fuentes cuneiformes de toda clase, no ha sido objeto de estudios sistemáticos a lo largo del último siglo.

Yandi: Yandi y Huangdi, este último conocido como el 'Emperador Amarillo', son seres más mitológicos que históricos, considerados como los padres de la civilización china. Por ello los naturales del país a veces se llaman a sí mismos 'hijos de Yan y de Huang'.

Nian: es una bestia que habita bajo el mar y que sale de su escondite al inicio de la primavera para atacar a la gente, en especial a los niños. La palabra china para año se basa en la llegada de este ser.

Kun: un ser gigante con forma de pez

Pixiu: Pixiu es una criatura híbrida de la mitología china. Tiene dos versiones, una femenina Bi Xie con dos cornamentas y otra masculina Tiān lù con una cornamenta. Es considerada un poderoso protector de las tumbas y en tiempos modernos, de los practicantes de Feng shui. Recuerda un león alado y fuerte.

Baihu: es una criatura considerada noble, fuerte y sobre todo hermosa. Representa la pureza y la solemnidad además del otoño y el oeste. Constituye uno de los cuatro símbolos de las constelaciones chinas. Tiene la apariencia de un tigre blanco.

Qilin: es un ungulado cornudo híbrido (cuerpo de león, piel de pez y cuernos de ciervo) de la mitología china, que se dice que aparece en conjunción con la llegada de un sabio. Es un buen presagio que trae rui (en chino, 瑞; pinyin, ruì, "serenidad" o "prosperidad"). A menudo se le representa como si flamease llamas por todo su cuerpo.

Huoduo: es una criatura legendaria que se origina dentro del minorías del sur de China. Se describe como que tiene la apariencia de un negro grande perro eso puede emitir llamas desde su boca. El fuego estallaría dondequiera que fuera el Huodou, por lo que los antiguos lo vieron como un signo de fuego y, a menudo, un símbolo siniestro. Es probablemente un símbolo tribal demonizado del sur de China.

El "Shanhaijing" dice: "Hay personas y bestias en el sur que comen fuego. Su país está cerca Hei Kunlun (Kunlun Negro). La gente allí puede comer brasas, y las bestias que comen fuego también se conocen como calamidades." El Shanhaijing también mencionó que el cuerpo del Huodou es negro.

También se observa en el Chiya( ⁇ ) de la dinastía Ming: "el Huodou parece un perro, come fuego y escupe fuego, es siniestro".

Shanhaijing: El Clásico de Montañas y Mares, también conocido como Jing Shanhai, anteriormente romanizado como el Ching Shan-Hai, es un texto clásico chino y una compilación de geografía mítica y bestias.

 

En el fanfic contrario al mito los Huoduo son en realidad lobos negros, siendo estos los orígenes de los lobos pura sangre del Clan Mao, el fuego que ellos controlan es la base del símbolo en forma de llama de fuego que es notable en sus estándares, túnicas y las Marcas Sagradas presentes hoy en día en los Demonios Celestiales de dicho clan.

Leopardo de las nieves(雪豹/xuě bào)

雪(xuě): nieve.

豹(bào)leopardo

 

 

Notes:

¡Hola de nuevo!

¡Después de varios contratiempos, bloqueos mentales y demás hemos vuelto y que mejor manera de hacerlo que abriéndonos camino en la verdad escrita a través de versos en un cuento de hadas que se volvió todo menos eso.

La vida del Gran Yu escrita a través de varios párrafos visible en ese curioso cuento para los Yu se mezcla con las memorias del ayer cuando Yu Ziyuan ha decidido dejar de escapar del pasado por el bien de su hijo. Mientras el pequeño A-Xian duerme la verdad se revela entre las estrellas que lo vieron todo.

¿Qué piensan de esta parte del cuento?

¿Esperaban que el pequeño Dragón Amarillo fuera Yu Laoying?

¿Se imaginaban que el mundo hubiera cambiado de esa manera en algún punto?

Agradeciendo infinitamente todo el amor, la paciencia y el apoyo que le han dado a este proyecto desde su comienzo a pesar de los contratiempos que hemos tenido al transcurso de esta temporada me despido. Nos vemos dentro de tres semanas.

¡Gracias por leer!

Chapter 37: ACLARACIONES DEL MUNDO TRAS LA RESTAURACIÓN DE LA TIERRA

Chapter Text

 

 

 

Aclaraciones

 

Como ya hemos visto en el cuento del Gran Ancestro Yu Laoying también mencionado como HuangYu, Huangdi/Emperador Amarillo o el Gran Yu la tierra que conocemos(ósea nuestra tierra) en esta historia se enfrentó en una guerra biológica y nuclear que estalló llevando en solo tres años a que la vida en la tierra pereciera debido al poder destructor masivo de la misma.

De la misma manera un suceso misterioso llevó a que la fusión de las galaxias Andrómeda y la Vía Láctea se aceleraran de forma extrema haciendo que su acercamiento se diera en solo 3,000 años llevando al Gran Yu a tomar decisiones extremas por el bien de ambas galaxias y sus alrededores.

Tras la destrucción de la vida en la tierra HuangYu en medio de su desesperación decidió utilizar tanto las pieles, regalos y objetos que contenían compuestos genéticos de muchos tipos de vida que conoció a lo largo de su vida incluyendo especies que hoy en día(el año 2023) ya se consideran extintas, así como las especies que en el tiempo que comienza esta gran guerra (año 6323) ya no existían antes de la absoluta destrucción.

Al reconstruir la vida el impacto de la guerra fue notable ante la presencia de nuevas formaciones rocosas, cuerpos acuáticos y demás, aun cuando HuangYu reconstruyó la tierra. Una de estas formaciones fue el Monte TongLu así como la Montaña que Toca el Cielo conocida en este periodo de la segunda era como 触天山 (Chùtiān Shān)/en LongLian Crumasabri.

Es así que así como la reconstrucción trajo consigo el retorno de animales y diversas especies extintas también trajo consigo la existencia de las Bestias Ancestrales, los Yu/Long/Dragones y las Bestias Humanas.

En el tiempo presentado antes del trágico suceso que los Demonios Celestiales llaman el Eclipse de Dios, estos tipos de vida(Bestias Ancestrales y Bestias Humanas) en estas memorias eran puramente criaturas que presentaban ambos genitales tal como hemos visto en los omegas con la diferencia de que no existía el dimorfismo sexual presente en la época de la historia principal(tiempo donde viven Yu Wuxian y Lan Wangji).

de la misma manera las castas Alfa/Beta/Omega y sub castas de Omega Dominante y Alfa Dominante no existían en ninguna criatura.

Bestias Ancestrales: Nacidas del cuerpo primordial creado por HuangYu. Suelen presentar rasgos y cualidades andróginas debido a que su naturaleza es YingYang. Son criaturas andróginas que pueden decidir que rasgos favorecer más en cuanto a su gusto personal. Pueden vivir en cualquier territorio, pero han heredado el gusto del cuerpo primordial del que nacieron por las alturas habitando las montañas flotantes y lugares altos.

Se alimentan de piedras preciosas siendo el jade lo que consideran lo más delicioso, ese tipo de alimentación se debe a que cuando HuangYu reconstruyó la tierra la energía dorada nutrió estos de energía. No consumen carne o vegetales. Su cultura es animista y su economía es manejada a través del trueque, en esta sociedad el valor de las piedras preciosas es espiritual y alimenticio.

Suelen diferenciarse de las Bestias Humanas al ser más grandes y altos debido al gran cumulo de energía dorada acumulada en sus núcleos dorados. Esto también les permite vidas longevas que supera siglos y en varios casos milenios. Capaces de medir entre 200 cm hasta 300 cm. También son capaces de tomar sus formas animales y algunos como los Huli Jing son capaces de transformarse en disfraces temporales. De la misma manera pueden presentar lo que llamamos en la historia Marcas Divinas.

Información sobre como funcionaba en la antigua china dicho maquillaje: https://en.wikipedia.org/wiki/Huadian_%28make-up%29#/media/File:Buddhist_donors_in_T'ang_costume,_Mo-kao_Cave_1.jpg

Imagen referencial al respecto: https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/4c/Buddhist_donors_in_T%27ang_costume%2C_Mo-kao_Cave_1.jpg

Tal como puede verse en la imagen y como vimos en el capítulo 19: Lazo, de esta segunda parte en la Ceremonia de Presentación Espiritual de A-Xian, este tipo de marcas en la frente, entre las cejas, en las mejillas, las sienes y los hoyuelos son algo característico entre las Bestias Ancestrales, su forma varía dependiendo el clan como la especie de la criatura, distinguiéndolos así entre ellos mismos.

Estas marcas en las Bestias Ancestrales del libro son algo natural como lo son las rosetas en varios felinos en vez de ser maquillaje, tal como ha contado el “Señor Dios” a A-Xian en otros episodios, estas pueden ocultarse tal como se puede ver con Suibian/Dongxing, no obstante el esconderlas ha sido un patrón de defensa que tuvo que ser utilizado tras el Eclipse de Dios por el bien de los que quedaron.

Tal como se contó en el capítulo anterior, muchas criaturas nacieron y entre estas mismas criaturas, durante el tiempo que HuangYu decidió si era hora de bajar a la tierra(3,333 años) varias ramas nacieron entre ellos, es a lo que ellos llaman el Árbol Yu, debido al hecho que sus cuerpos nacieron del cuerpo del dragón primordial.

Cuentan con glándulas aromáticas al igual que los Yu, siendo capaces de producir feromonas y que estas se materialicen de forma visual. Al igual que los Yu pueden entrar en celo produciendo una secreción que recubre la pared vaginal en mayor medida que es más espeso que el lubricante natural común, llamada Mancha.

Durante su estro, embarazos y ciclos de precalentamiento producen un aroma natural a tartas de huevo y frutas. Sus celos funcionan como un resfriado típico indoloro, siendo fácil de controlar con piedras preciosas e hidratación.

Bestias Humanas: Nacidas de las ramas y sub ramas de las Bestias Ancestrales, se cree que la influencia del sueño de HuangYu y Leizu es la razón por la que nacieron. A diferencia de las Bestias Ancestrales, ellos solo viven de 100 a 150 años, no presentan Marcas Divinas y solo miden de 1.75 a 200 cm ante la ausencia de un núcleo dorado. Pero aun así, son capaces de procesar la energía dorada en una medida menor que las Bestias Ancestrales, asimilándola en su sistema a través de su Cuerpo Astral.

A pesar de ello, cuentan con una excelente salud debido a su herencia animal notable en sus rasgos como astas, orejas y colas. Tal como las Bestias Ancestrales, los humanos solo tienen un par de orejas sobre la cima de su cabeza, carecen de las típicas orejas humanas debido a sus rasgos animales, sus cinco sentidos son bastante agudos y no sufren de problemas de enfermedades congénitas. No obstante, ante la falta de núcleos dorados aún pueden sufrir enfermedades benignas.

A diferencia de sus ancestros, son capaces de procesar la radiación de una mejor forma sin desarrollar enfermedades o exponerse a situaciones mortales. Tanto en las tierras de YuZhong que alguna vez fueron divididas entre varios países del antiguo continente llamado Asia, las Bestias humanas nacidas de distintos clanes se han distribuido a lo largo del planeta en diferentes ubicaciones.

Tal como paso con los animales, las Bestias Ancestrales y demás criaturas son capaces de vivir en cualquier lugar del planeta sin que el clima o las circunstancias de la zona afecten su día adaptándose fácilmente al territorio.

Dependiendo la especie de la que provienen es la alimentación que requieren, debido a la falta de núcleos dorados no pueden comer piedras preciosas, por lo que buscan similitudes en sabores que pueden encontrar en la flora y fauna de sus asentamientos. Aunque no tienen núcleos dorados, la energía dorada en sus cuerpos les permite extraer las almas de cualquier organismo que comerán antes de hacerlo para evitar causarles daño traumas a sus espíritus.

Su cultura es animista. Viven en tribus con labores como la caza, agricultura, recolección, pastoreo y la cría de diversos animales dependiendo la tribu y especie. Algunas de las actividades que también se presentan entre ellos es el bordado de brocados, tejido de hilos, cultivo de seda de paz(recordemos que la seda de paz nace del cultivo de gusanos de seda en donde estos no son sacrificados para la fabricación de la seda/invento de Leizu).

Aunque su cultura apenas lleva un poco de tiempo en la tierra con la ayuda de los Yu y las bestias Ancestrales que cuidan, los asentamientos de sus descendientes se han desarrollado bastante, gracias a que mucho antes de que HuangYu bajara a la tierra tras el nacimiento de las Bestias Humanas este promoviera la educación y protección de los mismos, las Bestias Humanas han desarrollado una gran sabiduría y entendimiento del equilibrio que debe mantenerse entre la tecnología y la naturaleza sin que el progreso afecte la vida.

Debido a que igual que las Bestias Ancestrales el código genético de Leizu promovió la existencia de las Bestias Humanas, muchos de estos heredaron su gen en diversas cantidades, siendo el Clan Tang tanto entre las Bestias Ancestrales y Bestias Humanas aquellos que heredaron el gen al 100% en su carga más pura.

Esta es la razón por la que el Clan Tang tiene la habilidad de purificar las almas y cuerpos, incluyendo los humanos Tang en una menor medida, no obstante su instinto para detectar el peligro y enfermedades es mucho mayor que en otros humanos.

La cultura de cada tribu se basa en la cultura de sus ancestros(Bestias Ancestrales), heredando tanto sus costumbres y tradiciones como lengua propia. Al igual que todos, aprenden la lengua LongLian(de uso general entre Bestias Humanas, Bestias Ancestrales, Yu y animales) y el Mandarín para poderse comunicar con el resto de las otras tribus y especies, pero entre ellos siguen usando su lengua natal, siendo algo promovido y respetado por todos.

Cuentan con glándulas aromáticas al igual que los Yu, siendo capaces de producir feromonas, pero estas no se materializan. Al igual que los Yu pueden entrar en celo produciendo una secreción que recubre la pared vaginal en mayor medida que es más espeso que el lubricante natural común llamada Mancha.

Durante su estro, embarazos y ciclos de precalentamiento producen un aroma natural a tartas de huevo y frutas. Sus celos funcionan como un resfriado típico indoloro, siendo fácil de controlar con comida e hidratación.

Yu: Nacidos con cuerpos propios que fueron basados en el cuerpo primordial, aunque pueden vivir en cualquier territorio, gustan más de las alturas, habitando picos de grandes montañas, las montañas flotantes y lugares donde los cuerpos acuáticos gobiernan. Aun cuando los cueros que ahora habitan son orgánicos, aún mantienen todas sus habilidades, siendo capaces de controlar el clima, el tiempo, la materia y viajar entre el tiempo, espacio y dimensiones.

Son bastante pacíficos y curiosos, siempre hambrientos por el conocimiento, tan pronto bajaron a la tierra se han encargado de estudiarla tanto como han podido sin rebasar los límites éticos impuestos por HuangYu. También suelen ser bastante emocionales e inocentes, pueden presentar varias personalidades, son bastante protectores de los suyos. Y tienden a ser muy amorosos con sus crías. Pueden vivir hasta tres mil años.

Presentan rasgos andróginos, pero todos se presentan con genitales XY debido al exceso de Yang en sus Cuerpos Astrales. Sus almas son bastante delicadas debido a que estas están en su Nombre Primordial, siendo la razón por la que no comparten dicho nombre con otros a menos que sea su pareja o una persona de extrema confianza.

Son criaturas que se encuentran dentro del espectro asexual, dividiéndose en su mayoría en tres tipos. Aquellos capaces de desarrollar atracción romántica y sexual al formar una conexión emocional intensa y aquellos que no desarrollan ninguna de las dos. La libido del primer grupo es bastante alta cuando se enamoran, mientras que el segundo grupo puede presentar muy baja libido o nulo. Aunque la mayoría es monógama, hay un pequeño porcentaje que puede formar vínculos con más de una pareja.

Cuentan con glándulas aromáticas, siendo capaces de producir feromonas y que estas se materialicen de forma visual e incluso física. Pueden entrar en celo si han formado una conexión emocional, el celo, al igual que las Bestias Ancestrales, funciona como un resfriado típico donde la libido solo es un poco más notable para ellos mismos. Es fácil de controlar con piedras preciosas e hidratación.

Durante su celo producen feromonas con aroma a almizcle, siendo bastante fuerte si no lo controlan.

Solo durante el celo o la estimulación sexual sus órganos sexuales salen de su cavidad, debido a sus variados y extraordinarios genes de reptiles pertenecientes a serpientes y lagartos, presentan dos miembros viriles que han tomado una apariencia más parecida a los penes mamíferos con pequeñas protuberancias alrededor de los ejes, adaptados para poder entrar en el útero de su pareja para fomentar el éxito de la fecundación tal como pasa con las Bestias Ancestrales y las Bestias Humanas.

Debido a su quimerismo genético han heredado muchas habilidades tanto de mamíferos, reptiles, anfibios y aves como características físicas. Poseen grandes alas que les permiten un vuelo ágil y veloz, generalmente estas poseen un patrón ornamentado de ocelos que recuerdan a un pavo real de color violeta y plumas blancas de brillo iridiscente. Las plumas cambian de color dependiendo sus emociones

Suelen nacer de huevos que los mismos dragones tienen la habilidad de manifestar sin necesidad del apareamiento primitivo(coito) a través del cultivo dual(no sexual). Si la pareja está formada por un dragón y una Bestia Ancestral, la cría se adapta al proceso, dependiendo de si la bestia que le dará a luz o formara su huevo es mamífero, ave o reptil.

Al nacer suelen ser bastante pequeños en comparación con otras crías, incluyendo las humanas, pueden elegir nacer entre su forma primitiva o ancestral(humanoide). Al nacer se alimentan primordialmente de energía, aunque pueden tomar leche mezclada con la misma. Su altura va aumentando con el paso de los años, siendo a partir de su Presentación Aromática que comienzan a crecer a mayor velocidad que otras crías.

Suelen mudar de piel en su Presentación Instintiva en un proceso llamado “romper el cascarón” donde se desprenden de la piel adolescente, permitiendo que sus huesos se reorganicen y puedan crecer incluyendo su columna, logrando ser incluso más altos por diez centímetros más de lo que median antes de este. El proceso es indoloro.

Su piel es transparente, pero debido a la gran energía y luz que absorben del sol y reciben de sus cuerpos originales para alimentarse parece blanca en su totalidad. Su sangre contiene una proteína inusual que hace que el color de esta pase de azul a violeta al estar expuesta al oxígeno en ambos estados, contiene un brillo iridiscente. Aunque esta proteína provoca una función similar a la hemeritrina presente en organismos invertebrados de la antigua era, los Yu aún están estudiándola.

Sus escamas son transparentes para permitir el paso de la luz, tienen un brillo iridiscente. Poseen una larga y gruesa cola que les permite nadar más rápido con la fuerza de tres serpientes constrictoras.

Sus huesos son de un extraño metal que recuerda al tungsteno, siendo completamente negros e inquebrantables pero bastante flexibles y versátiles, permitiendo transformarse en un sinfín de formas. No obstante, sus cuerpos físicos no están capacitados para tomar una forma pequeña de manera permanente porque sus Cuerpos Astrales son muy grandes, siendo una de las razones por la que los Yu solo pueden nacer por la semilla Yu que les permite la capacidad de romper el caparazón primario (heredado por el/la Baibriam o hecho por energía dorada pura) para tomar su forma adulta.

Sus astas están hechas de oro conectándose con su cráneo, suelen mudarlos tres veces en el primer milenio de su existencia, el proceso es indoloro.

Aunque los cuerpos que actualmente usar tienen una visión más baja que sus cuerpos originales, capaces mirar microorganismos y átomos, son quienes tienen una mayor vista tienen. Siendo capaces de ver aún entre las capas de pieles, sistemas circulatorios y órganos, así como a través de las montañas. Usan esto para ayudar a cualquier animal o bestia enferma.

Sus astas, al igual que sus tráqueas más grandes que las de las Bestias Ancestrales y Bestias Humanas, les permite comunicarse con otros Yu, de la misma manera les permite rastrear, mapear y visualizar su entorno. Sus astas y gargantas le permiten orientarse, mandando emitiendo ondas de sonido únicamente audibles para ellos que chocan con aquello que se encuentre enfrente, permitiéndoles una visión mucho más amplia de lo “invisible” en su entorno.

Una vez que las astas son mudadas, estas son llevadas a las Montañas Divinas de Kunlun donde son almacenadas y utilizadas para la elaboración de joyas como Conexiones Espirituales(las redes de oro blanco o amarillo que utilizan los Yu en su cabeza con piezas de jade y estrellas de oro), coronas o cadenas como una forma de honrar a los ancestros llevándolos consigo.

Poseen branquias notables en la línea de su mandíbula. Tal como se da en las serpientes, el cráneo y la mandíbula tienen una articulación que puede dislocarse para permitir el paso de piedras preciosas o materiales en su estado más puro más grandes que la propia cabeza del Yu.

Poseen una larga lengua bífida que es capaz de medir hasta los 30 cm, suelen guardarla la mayor parte del tiempo dentro de su garganta por lo que no cuentan con reflejo nauseabundo. De la misma manera no están capacitados para vomitar, hacerlo podría lastimar su garganta, el nivel de daño varía dependiendo lo que intentara expulsar, ante situaciones de riesgo como estas se sugiere el uso de energía dorada para revertir el daño.

Son capaces de rugir, ronronear, sisear e imitar algunos sonidos de diversos animales. Así como camuflarse, pueden producir veneno y afrodisiacos que pueden introducir en una presa, adversario o amante a través de sus colmillos retráctiles. Pero prefieren nunca utilizarlo porque no lo consideran necesario.

Su cultura es animista, basándose en varios rasgos y aspectos que formaron en el Horizonte(donde están sus cuerpos originales, un punto fuera del Universo Observable) como culturas que el Gran Yu formó a través de sus viajes por el planeta tierra. Consideran a HuangYu como el padre de las bestias y a Leizu como la mayor representación de la madre naturaleza.

Al igual que las Bestias Ancestrales, no consideran la desnudez como algo inmoral ni la miran con morbo, para ellos la desnudez es un estado tan natural como común mientras hacen sus actividades regulares como jugar, nadar, volar o dormir. Se sienten bastante cómodos sin ropa como cuando están en su forma primitiva.

Debido a su aroma natural a flores de loto que emana de su cuerpo, los animales suelen sentirse atraídos por su presencia, por lo que es normal ver a un Yu rodeado de todo tipo de criaturas, desde aves, ardillas y mariposas descansando en sus astas hasta grandes alces, leones y osos caminando a su lado. Son considerados guardianes de la vida en general.

Pueden entender a todos los animales sin importar la especie, se comunican con ellos en LongLian.

Debo aclarar que aunque varios clanes tanto en las memorias del pasado como en el periodo que podríamos llamar actual(que ha quedado en pausa en el capítulo 13: Chenqing) presentan cierta inspiración en algunas dinastías, etnias y tribus de la antigua China u otros países y regiones de Asia, ninguna familia, clan o etnia en este clan busca ser una representación fiel a ninguna de dichas etnias, así como no busca ofender a ninguna de las anteriores.

De la misma manera esta saga no busca enseñar, imponer ni promover ningún tipo de comportamiento, ideología política o social, así como tampoco busca dañar a ningún grupo social, comunidad o movimiento religioso. Esta saga ha sido hecha con la única intención de entretener, por favor, lea con precaución.

Cualquier parecido o similitud entre los nombres, historias o personajes históricos, mitológicos y ficticios(fuera de los personajes de MDZS, SAVE Y TGCF, mundos hechos por MXTX)es mera coincidencia.

Aclarado dicho punto podemos proceder con el capítulo.

 

 

Chapter 38: CAPÍTULO 23 - PARTE 2: EL XUEBAO Y EL DRAGÓN

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Enlace del capítulo en Wattpad: https://www.wattpad.com/1401043792-el-omega-y-el-emperador-segunda-parte-fanfic

 

 

 Gracias)

 

 

CORDILLERA XUEBAO YU DE LAS FALDAS DE CHUTIAN SHAN-PICO TANGYU

3,348 mil años atrás

 

 

Mucho antes que las tierras de YuZhong fueran iluminadas por el astro solar, muchas tribus iniciaban su día como cada mañana.

Todos los días, desde el alba hasta el atardecer, cada tribu se preparaba para un día nuevo de arduo trabajo entre el campo, la caza y pesca. Las tribus del norte no eran la diferencia, destacando en talentos similares, incluyendo el trabajo arduo en cerámica, el cuidado de sus animales y el bosque, así como la cría de gusanos de seda. Siendo los más conocidos por ello los Tang.

Como cada mañana, aquella persona se levantó antes de que el sol tocara la tierra y con ello su rutina también prosiguió.

Conseguir agua caliente desde la cascada secreta de la montaña y tomar una ducha, vendar su pecho no demasiado fuerte, pero tampoco demasiado suelto para que le permitiera trabajar. Vestirse adecuadamente sin que una sola prenda o cuenta estuviera fuera de forma, permitiendo que los bordados de sus brocados con leopardos de las nieves destacaran con orgullo su sangre y prepararse para escalar la montaña como todas las mañanas para cuidar el rebaño era el día a día de aquella persona.

Pero el día de hoy, mientras hacía la segunda trenza de su cabello, los ojos dorados se encontraron con aquella ficha de plata con la forma de un dragón que colgaba de un lazo de cuero del espejo.

Era cierto, ese día no era como los otros.

Ese día el Príncipe Heredero del Clan Celestial Yu sería coronado como el Emperador de los Tres Reinos.

Cierta emoción se posó sobre el corazón de Tang Zhan, aun cuando su rostro no expresó nada en absoluto, sus orejas brincaron y bajaron tímidamente mientras la piel se decoraba del rojo de la vergüenza escondido por el suave y esponjoso pelaje del XueBao humano.

El Tío Mao estaba muy feliz la noche anterior, hablando una y otra vez de su juventud cuando conoció al ser que estaba a nada de convertirse en el Emperador.

Tang Zhan sujeto su trenza firmemente antes de soltarla a un lado como la otra. Revisando su aspecto una y otra vez mientras acomodaba las cuentas que sujetaba en su cabeza firmemente, buscando que sus orejas del leopardo entraran adecuadamente en el tocado.

Cuando la pieza de plata con una joya de jade quedo adecuadamente en el centro, Tang Zhan se sintió listo para salir de su tienda e ir por las frutas y hierbas para el desayuno. Tomando su equipaje en su maleta de cuero, su pico y una gran cuerda, Tang Zhan salió listo para un nuevo día.

Caminando entre las tiendas, Tang Zhan escuchó una voz familiar, aun cuando tenía hambre, la curiosidad le llevó a aquella cueva donde había muchos cachorros XueBao humanos sentados en medio del fuego, moviendo sus colas felices y curiosos mientras la voz del lobo humano Mao sentado en su silla de siempre contaba emocionado sobre el pasado.

―En el pasado el mundo se volvió caos cuando los humanos se dejaron llevar por la arrogancia y ambición, y esa avaricia los llevó a acabar con todo lo viviente mientras aquella galaxia vecina que un día se fusionaría con la Vía láctea se aproximó mucho más rápido de lo que las eras en la tierra pudieron contar, decretado así que si chocaban todo en ellas sería destruido. Pero el Gran Yu no estuvo a favor de aquello, por lo que tomó aquellas dos galaxias cuidadosamente entre sus anillos y tomó una decisión que cambiaría este universo.

―Así mismo rescató tanto como pudo de lo que quedaba en la tierra y poco a poco regeneró el planeta, hasta que aquello pudiera ser nuevamente habitable para la vida que con su propio ser y esfuerzo dio vida. Cada Bestia Ancestral, cada animal, cada montaña, río y piedra nació del cuerpo primigenio, así como nuestra propia especie y nuestra propia tribu. Y Chutian Shan es la muestra de ello.

―Ooh.

―Pero el Gran Yu no lo hizo por el deseo de ser visto como algo superior, ni ser alabado como un ser perfecto, sino por el anhelo de compartir y resguardar todos los sentimientos buenos, toda la vida. El Gran Yu quiso compartir con todos nosotros el sentimiento de la humanidad y es esa humanidad la que nos mantiene vivos.

Cuando aquello llegó a los oídos de los cachorros, la emoción brilló en sus ojos. Tang Zhan que planeaba irse, simplemente se quedó.

―Y su majestad, el Príncipe Heredero Yu es el Hijo del Cielo, el Emperador Amarillo. El amado HuangYu que deseo proteger y resguardar en vez de abandonar. Desde el momento en que nació el Hijo del Cielo ha estado bendecido por la energía dorada, el equilibrio que permite que todo funcione en nuestro universo y los demás, en el mismo Horizonte de donde él proviene. La razón por la que todos estamos aquí, el Qi.

Los ojos de Tang Zhan brillaron con reconocimiento ante aquella historia, haciendo que el oro de su mirada fuera aún más brillante.

―Desde el día en que nació, Tianzi ha demostrado ser un verdadero prodigio. Tenía solo tres años cuando inventó su primera herramienta a través de las memorias de la tierra. Desde ese día no se detuvo, trabajando una y otra vez entre error y error. Logrando creaciones únicas que fueron incluso mejor de lo que soñaron y anhelaron los humanos en los tiempos de la primera humanidad.

―¡Porque Tianzi ama la tierra!―declaró un cachorro emocionado.

―Así es. Él encontró el equilibrio perfecto entre el progreso y la preservación, buscando maneras que podrían ayudar a la gente sin perjudicar la tierra que sanó con su energía. Y sobre todo mostrando desde el comienzo cuanto ama la humanidad.

Tang Zhan sonrió suavemente sin notarlo.

―Desde cosas tan simples como un espejo o una carreta, hasta algo tan asombroso como la medicina que hoy en día muchos humanos ya están ejerciendo. Tianzi nos ha ayudado tanto, es por eso que el tercer mes Xing Hui del Calendario Celestial Yu,  el TianYuanLi festejamos a Tianzi en sus templos, pidiendo que la vida de Tianzi siga siendo tan próspera y llena de dicha como él ha hecho para nosotros.

Tang Zhan no podía evitar pensar que las crías eran adorables cuando escuchaban emocionados sobre Su Alteza Imperial Yu.

―Pero el día de hoy celebraremos por algo más que el cumpleaños de Tianzi. Porque hoy Su Majestad, el Emperador Amarillo conocido como el Hijo del Cielo, se convertirá en el Emperador de los Tres Reinos.

―¡Bixia! ¡Bixia!―gritó un cachorro emocionado.

―Así es, el día de hoy, en Chutian Shan, Tianzi será recibido en una gran ceremonia, las Bestias Ancestrales y los dragones le darán regalos. Bendecirán sus dos espadas con energía espiritual y será nombrado Emperador. Y con ello viene algo en especial.

―¡Nombre Ancestral!

―Así es. Los Nombres Ancestrales son aquellos con los que los emperadores serán recordados por sus descendientes en el futuro. Esos nombres pasarán a la historia dándole a ese emperador en especial una identidad única. El Nombre Ancestral que elegirá aparecerá en las placas de los templos vacías bajo sus estatuas.

Un cachorro preguntó:―¿Qué nombre escogerá?

Y el hombre respondió:―Aún no lo sabemos, pero sin duda su nombre será algo tan digno y noble como Tianzi. Tan solo debemos ser pacientes y esperar en los templos hasta que aparezca el nombre. Pero una vez que el nombre aparezca, no olviden ofrecerle sus respetos por su coronación y pedir por la felicidad de Bixia con este nombre. ¡Porque tal y como él nos ha dado mucho, él merece felicidad!

―¡Sí! ¡Felicidad para Bixia!

Entonces un adulto llegó:― ¿Por qué están aquí en vez de prepararse para ir a visitar el templo? Es tiempo de arreglarse y desayunar.

―¡Maestro Tang Ren!

Tang Zhan no pudo evitar asustarse cuando escuchó la voz de su tío, al igual que los cachorros, quienes salieron corriendo de la tienda. El Tío Mao no pudo evitar reír:―A-Ren, siempre asustas a los niños. Eres tan cruel.

El XueBao mayor frunció el ceño, sus ojos dorados miraron a su marido con falsa ofensa. ―No hice nada malo. El día de hoy será muy ocupado, si quieren ir al templo de Tianzi deben prepararse ya. ―Entonces sus ojos se encontraron con Tang Zhan. ―Tang Zhan, creí que ya no te gustaban estas historias.

Las orejas de Tang Zhan bajaron con vergüenza.

―Solo pasaba por aquí. Deseaba saber si al tío no se le ofrecía algo.

―Déjalo A-Ren. Después de todo, A-Zhan ama mucho las historias sobre Tianzi. Estoy comenzando a creer que nuestro A-Zhan está enamorado.

La vergüenza en Tang Zhan fue mayor, apartando la mirada fingió no haber escuchado eso.

―Han, no te burles de Tang Zhan.

―Entonces ven y abraza a este marido. Mi dulce Tang Ren no me ha abrazado lo suficiente en la mañana.

Tang Ren frunció el ceño, pero sin poder evitarlo, sus mejillas se dotaron de un precioso sonrojo y sin más fue a abrazar a su marido, sintiéndose tímido cuando este tiro del XueBao haciéndolo sentarse sobre sus piernas.

Mirar a sus tíos tan unidos y enamorados como cuando era un cachorro era algo impresionante para Tang Zhan.

El tío Mao Han había sido un cazador en sus tiempos de juventud que había ayudado a proteger las tribus XueBao que vivían en las tierras de Xizhang y las faldas de Ximalaya Shan. Aun cuando el tío no pudo verlo en persona, muchas ocasiones su admiración por Tianzi creció como el nombre del mismo, desde los cielos hasta el reino de los muertos.

Entonces, en algún momento, Mao Han conoció al tío Tang Ren. Fue amor a primera vista, siempre decía el tío Mao aun cuando su tío lo derrotó reprendiéndolo por ser descuidado. Dejó la vida de cazador y siguió a su tío hasta el final del río Long, en donde se casaron ante la luz de la luna.

Aun tras más de veinte años de matrimonio, el amor de sus tíos seguía floreciendo como las flores de primavera. Incluso cuando su tío Mao había perdido la pierna izquierda en una cacería, siendo sustituida por la prótesis de mecanismos asombrosos bañada en Qi, que Tianzi le había dado cuando pidieron por su vida, dejándola misteriosamente a un lado de la cama junto a un medicamento que le ayudó a sanar, su sonrisa seguía siendo tan radiante desde que Tang Zhan tenía memoria.

La voz del tío Tang lo hizo volver a la realidad.

―Tang Zhan, ¿Por qué te arreglaste para subir a la montaña? ¿No deseas ir al templo de Tianzi?

―Cierto, ¿Por qué estás vestido así? Hoy será coronado Tianzi, ¿no te gustaría felicitarlo en el templo vistiendo tus mejores ropas?

―Ah… yo.

―Eso es porque A-Zhan sabe que si Tianzi lo viera usando sus mejores túnicas desde su estatua en el templo, caería prendido de él y lo robaría de Muqin.

Tang Zhan no pudo evitar avergonzarse ante las palabras de la mujer que entró en aquella tienda. Aquella persona se parecía demasiado a Tang Zhan con la diferencia de que aquella mujer tenía una brillante sonrisa.

Tang Yue era la líder de la tribu Tang, de alma juguetona, que le gustaba burlarse de la timidez de su hijo. Pero seguía amándolo como desde el primer día que supo de su existencia.

Sin dudarlo, la mujer abrazó pegajosamente a su hijo:―No, no. No podemos permitir que Tianzi vea a mi precioso A-Zhan. Mi A-Zhan es tan hermoso que incluso Dios no podría salvar su corazón de su belleza.

―… Muqin.

―No, no. Muqin no dejará que ningún dragón te robe de mi lado, incluso si es el ser más hermoso de todo el mundo.

Tang Zhan solo pudo suspirar. Su madre siempre era así. Aunque Tang Zhan no tenían nada en contra de la forma de ser de su madre con quince años, era un poco vergonzoso.

―Mi señora, ¿Tang Zhan de verdad tiene que ir a la montaña?

―No se preocupen, solo iremos a alimentar al rebaño y después volveremos. Después de todo, A-Zhan quiere felicitar a Tianzi. ¿No es así, A-Zhan?

― … Hmn.

Su madre no pudo evitar abrazarlo enternecida: ―¡Eres tan adorable!

Tras despedirse de sus tíos, Tang Zhan y su madre se dirigieron hacia la montaña, sus equipos para escalar estaban listos. Mientras caminaban, Tang Yue no dudo en decir: ―Tu Bába me preguntó por qué no quisiste ir a la Coronación de Tianzi.

Oh.

―Después de todo, pudiste ir con tu hermano y su esposa. Es un viaje largo, pero la capital de TianYu es muy hermosa y podrías ver a Bixia ser coronado.

Tang Zhan suspiró antes de hablar: ―Aun si lo intentara no podría.

―¿Hmn?

―La ceremonia estará abierta a todo el público y todos desean ver a Bixia. Aunque muchas Bestias Humanas aún temen la idea de acercarse a las Bestias Ancestrales, será muy difícil pasar entre todos para conocerlo y…

Y Tang Zhan no era tan valiente para solo acercarse de la nada al Emperador buscando felicitarlo. Con lo malo que era para socializar, seguramente se quedaría sin palabras ante el gran dragón que tanto admiraba y podrían especular cosas que solo podrían incomodar al emperador.

Además, no tenía nada bonito que ponerse y dudaba que regalarle mariposas de seda a alguien que era rodeado por todo lo viviente todo el tiempo fuera valioso.

―Además… la sección de humanos estará muy saturada.

―Oh, mi pequeño A-Zhan aún se siente cohibido ante tanta gente. Bueno, tal vez no puedas visitarlo hoy, pero podríamos pensarlo después. Después de todo, recuerda que su majestad abrirá las puertas de su casa para recibir humanos cuando quieran visitarlo todos los días. Su majestad es tan noble y amable que estoy seguro de que se sentirá muy feliz de que vayas a visitarlo.

Sus orejas bajaron tímidamente, siendo decoradas por el suave toque rosado que bajó por su cuello. Su cola se movió tímidamente y sus ojos no se atrevieron a mirar a su madre, quien solo río con ternura. ―… Hmn.

―A-Zhan, después de bajar de la montaña, ¿deseas hacer algo en especial?

Tang Zhan pensó seriamente antes de asentir.

―Iras a ver conejos otra vez, ¿verdad?

Las orejas de Tang Zhan bajaron con vergüenza mientras la risa de su madre llenó el silencio.

―Muy bien, muy bien. Entonces no dudes en disfrutar tu día libre. Tang Zhan ha sido tan trabajador todo el año. Hoy es un día para celebrar y mi A-Zhan tiene derecho de celebrar a su manera.

―… Hmn.

Tan pronto Tang Zhan bajó de la montaña con las hierbas que habían buscado para los pequeños malestares que su tío había tenido recientemente después de alimentar al rebaño, Tang Zhan consiguió zanahorias y lechuga y bajo al bosque con el fin de alimentar la pequeña granja de conejos que cuidaba.

Cada bolita de pelaje blanco fue hacia su cuidador. Aun cuando Tang Zhan era un depredador, ninguno de ellos le temió, comiendo alegremente al saber que su amo no buscaba alimentarlos para comérselos.

Con los conejos alimentados, Tang Zhan caminó dentro del bosque hasta encontrar la pequeña tienda que usaba para su experimento secreto.

Dentro de aquella tienda, cientos de gusanos de seda descansaban tranquilos. Las bolas de hilo de seda ya habían sido preparadas y la primera túnica que estaba tejiendo parecía ir bien a pesar de algunos tropiezos. El telar que había construido no era perfecto, pero Tang Zhan se sentía muy orgulloso de su trabajo.

Un día Tang Zhan se volvería tan buen tejedor como su Bába. Ser un recolector no era un limitante y Tang Zhan quería esforzarse mucho en ello.

Vistiendo aún sus túnicas de exploración y gorro cubriendo sus orejas, Tang Zhan caminó tres horas antes de la Ceremonia de Coronación al templo de Tianzi.

Su cola larga y esponjosa se movió de un lado a otro nerviosa mientras sus orejas permanecían bajas y sonrojadas. Su canasta llena de fruta se mantenía entre sus manos, sus botas avanzaron con gracia entre la nieve. Sus trenzas se escurrieron sobre su pecho, dejando que las partes flojas entre el comienzo de sus trenzas y el cabello de su nuca se esponjaran como un par de bollos contra su cuello y mejillas.

Ningún miembro del clan pudo evitar notar la presencia del hijo de la jefa de la tribu, apartando sus miradas avergonzadas cuando aquella belleza se adentró al templo de aquella cueva. Aun cuando el muchacho no estaba vestido con la mejor seda y joyas de plata y oro blanco, su belleza era tan radiante como una estrella, como un dios estelar.

La hermosa estatua de piedra de un dragón fue lo primero que lo recibió, en el centro de sus anillos una perla. Los espejos de cobre y plata que reflejaban las estrellas visibles por la abertura en la cueva iluminaban la hermosa estatua del dragón, al igual que las velas que ya habían sido encendidas por los sacerdotes del templo.

Frente a la estatua había una gran mesa y en esta había varios lugares. Los cojines servían para que sentarse frente a la mesa fuera más cómodo. Tianzi prefería que la gente se sentara a la mesa como sus invitados, que la idea de mirarlos ponerse de rodillas y hacer de los templos casas vacías. Los templos eran refugios tanto para los animales como las personas que viajaban o habían perdido sus hogares. Eran una esperanza para aquellos que pensaban habían sido abandonados.

Los templos eran el reflejo de una segunda oportunidad para cualquiera.

Y los cachorros huérfanos que el templo recogía junto a las personas mayores y los animales que vigilaban la entrada, ayudando a traer comida para los cachorros que eran educados en estos templos y cuidando a los estudiantes como a la gente de las tribus junto a la guardia imperial eran el mayor ejemplo de dicho símbolo.

Como uno de los voluntarios del templo Tang Zhan siempre ayudaba a cuidar de los templos como de mantener el deseo de Tianzi. Los templos no solo eran para escuchar los corazones de sus fieles, sino también para enseñar a las nuevas generaciones. Tang Zhan aún era muy joven para intentar ser un maestro, pero disfrutaba cuidar de la gente, los animales y los estudiantes así como de encargarse de que los platos de la mesa jamás estuvieran vacíos para los invitados de Tianzi.

Tang Zhan colocó silenciosamente la canasta sobre la mesa frente a la estatua. Sus manos tomaron varios platillos así como nísperos y los colocó sobre las charolas y platos junto a los dulces de fruta caramelizada, las velas y demás frutas. Un pequeño tirón sobre sus túnicas le hizo bajar la mirada encontrándose con un pequeño cachorro que le miró curioso. Tomando de la canasta un níspero se lo dio a su pequeño estudiante y el cachorro agradeciendo le dejo a solas con la estatua.

Y sentándose frente a la estatua, Tang Zhan poso sus ojos sobre la tablilla vacía bajo esta. 

La tablilla que aún esperaba recibir su Nombre Ancestral permanecía vacía, Tang Zhan se sentía bastante intrigado por cuál sería el nombre que Tianzi escogería.

En silencio Tang Zhan unió sus palmas ante la luz de las linternas, su voz fue tan gentil como el toque de los pétalos de una orquídea: ―Tianzi… yo… lamento no haber ido a su coronación. No soy…  bueno con las palabras, por lo que no podría decirle esto cara a cara, pero… Felicidades y mucha suerte en su coronación. Deseo que pueda cumplir todos sus sueños… Bixia.

Cuando los labios de Tang Zhan fueron decorados con una sonrisa, el amanecer abrazó la tierra.

 

 

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Sobre la cima de los cielos, en Chutian Shan, donde las nubes y las montañas flotantes ornamentaban el paisaje de la belleza celestial de las Bestias Ancestrales, el Palacio de Jade Celestial estaba de fiesta.

Vestido de flores blancas, violetas y amarillas, cada torre y columna del Palacio Imperial brillaba en elegancia. Orquídeas, jacintos, girasoles y margaritas. Tulipanes, rosas y jazmines. No había flor que no decorara entre seda aquel palacio.

Miles de mariposas y aves se entremezclaban con gracia ante aquella decoración. Ayudando a colocar los diamantes y cristales que ayudaban a crear un mejor reflejo o formando parte de la decoración.

Cientos de bestias se movían de aquí para allá, vestidos de blanco como los ministros del palacio, que se diferenciaban por los cinturones y bordes amarillos que presentaban sus túnicas. Sus rostros estaban cubiertos con velos blancos, la plata y joyas de sus diademas brillaban con la luz producida por fuego y cristales.

El ambiente era tranquilo, tenían tres horas para terminar, pero el ministro Mao no creía que fuera suficiente.

No cuando era la coronación de Su Alteza Imperial, el Hijo del Cielo como el Emperador de los Tres Reinos.

¡Mismo mocoso dragón que estaba desaparecido!

―¡¿Dónde está Su Alteza Imperial?! ¡Tiene que estar arreglado y listo dentro de dos horas!― preguntó el ministro desesperado. Su discípulo escurridizo no podía escapar hoy. ¡Cualquier día menos hoy!

¡Ese mocoso! ¡Ya tenía 318 años! ¡Debía actuar como un adulto listo para gobernar toda una nación sin importar que tan joven era recordando cuanto vivía un dragón!

Ah, estaban muertos.

Más que muertos.

¡El Emperador Yu los haría pedazos por perder al Emperador de los Tres Reinos antes de ser coronado como tal!

Un par de lobos que aún mantenían sus rostros animales se inclinaron ante el ministro: ―¡Lo sentimos mucho, Ministro Mao! En un momento él estaba en su habitación y al otro desapareció. ¡Esto es nuestra culpa!

―No, esto es mi responsabilidad. Pero más importante, ¿Por qué sus rostros se ven así? Recuerden que este día habrá Bestias Humanas en la ceremonia, no queremos asustarlos. Menos tomando en cuenta que su Alteza Imperial quiere usar esto como una oportunidad de hacerse amigo de las Bestias Humanas. Rápido, arreglen sus rostros.

―¡Sí, señor!

Tan pronto como los despidió, siguió buscando a su príncipe.

Ah, debía encontrar a ese dragón antes de que…

―¡Sus Majestades Imperiales, el Emperador Yu, la Emperatriz Feng y los Emperadores Wei!

¡Oh mierda!

La caravana del Emperador Yu se abrió paso, varios dragones, zorros y felinos le acompañaban. Sus túnicas blancas con bordes dorados haciendo juego con sus máscaras que reflejaban su verdadera especie les destacaron entre los demás.

Y en el centro de varias bestias, un gran dragón que superaba los tres metros de altura se abrió paso. Sus cabellos negros y ondulados con puntas degradándose en blanco puro en armonía con sus emociones brillaban tornasol decorado con joyas de oro y plata, contrastando con las brillantes astas de oro sobre su cabeza. pendientes de oro con piezas de amatista decoraban los lóbulos de sus orejas puntiagudas como las de un ciervo.

Aquella bestia de gran belleza tenía un rostro blanco como la porcelana, sobre sus pómulos su piel estaba decorada con brillantes escamas blancas casi transparentes de brillo iridiscente más grandes y destacables que el resto. Las Marcas Sagradas formaban un delineado doble entre rojo y negro enmarcando sus brillantes y feroces ojos violeta delatando su raza.

Su figura yacía vestida con túnicas de paz de tonos violetas y aguamarina ornamentadas con bordados de dragones y exquisitos brocados que delataban con orgullo su clan. Velos blancos se escurrían por su figura desde la base de la corona del Emperador Yu hasta unirse con la larga cola de las túnicas, donde un dragón bailaba con un fénix en cortejo y su larga cola blanca emergía moviéndose con gracia de un lado a otro lentamente como el andar de un dragón sobre las aguas.

Ese ser era el Emperador Yu Laoyuan.

Al lado del emperador, la Emperatriz Feng caminaba con gracia y elegancia, una belleza de brillantes plumas iridiscentes era tan brillante y preciosa como una perla. Tal como el arcoíris capas de seda de paz en tonos rosados, azules, verdes, amarillos, violetas y aguamarina en tonos pastel le vestían. Los exquisitos bordados en oro blanco de fénix danzando con un dragones entre los ríos y los cielos delataban su compromiso con el Emperador Yu.

Su precioso cabello iridiscente como sus plumas yacía en lo alto en un complejo peinado donde las piezas de plata, oro blanco y campanillas lo decoraban junto a la preciosa corona del fénix que delataba su posición en los cielos como la emperatriz del señor del cielo.

La Emperatriz Feng conversaba alegremente con su cuñado, el hermano menor del emperador Yu, Yu Mian. Un dragón de sonrisa gentil de gran belleza que había atrapado el corazón del serio lobo que caminaba detrás de ellos.

A lado de cada pareja, dos espíritus felinos de orejas blancas le acompañaban. Rostros cubiertos con velos como sus cabellos tal como los demás miembros dela corte. Sus colas se movían suavemente sin perturbar su elegante andar. Y detrás de ellos iba la institutriz de los príncipes Yu, la noble Shen Tongyushi junto al Huli Jing Wu Nianmeng.

Detrás del grupo, dos lobos en sus formas bestiales caminaba, la guardia del emperador vestía capas blancas ornamentadas con las armaduras doradas bendecidas de energía dorada.

Tan pronto la familia Imperial apareció ante los sirvientes del palacio, no hubo una sola alma que no ofreciera sus respetos con una brillante sonrisa. El ceño del Emperador Yu seguía fruncido y su mirada seguía siendo tan feroz y penetrante, con ojos inteligentes miraba su entorno con algo que parecía frialdad, pero todos lo sabían. Su señor rara vez se enojaba, pero eso no hacia su presencia menos intimidante e impresionante.

Tan pronto el ministro vio aquel grupo a la distancia, supo que debía esconderse, hasta que alguien le llamó.

―¡Ministro Mao, sus padres están aquí!

Tal vez no era buena idea. Lo mejor era esconderse. No, escapar de YuTian. No, escapar de YuZhong era mejor idea. Sí, era una mejor idea.

Estaba muerto. No, estaba más que muerto.

¡Estaba muy jodido!

―A-Dong.

Ah.

No, de todos modos, ya estaba muerto, para que escapar.

Levantando el velo sobre su rostro, Mao Dongxing enfrentó a su Bába. Entre el cabello negro y rizado, las orejas negras del lobo con sangre MaoShen se movieron entre la felicidad y la alegría al encontrar a su padre, quien a ser uno de los concejeros del Emperador Yu solía estar muy ocupado para verse en mucho tiempo.

Shen Yuanqiu era un precioso Huli Jing perteneciente a la familia real del Clan Shen. Su cabello blanco yacía perfectamente peinado cubierto por un par de velos blancos, aun así dos mechones colgaban con gracia enmarcando sus mejillas antes de unirse al moño detrás de su sombrero.

Sus largas colas se movían suavemente con alegría ante su hijo, una linda sonrisa decoró sus labios, gentiles, sus esmeraldas se encontraban con las esmeraldas de su hijo cuando su marido llegó. Moviendo la cola y frotando narices con Mao Dongxing el general Mao colocó un brazo sobre los hombros de su esposo mirando con curiosidad a su hijo.

―Bába, Diedie, qué sorpresa.

―A-Dong, ¿está todo bien?―preguntó el general sin esperar más.

―En realidad…

Entonces se escuchó una voz.

―Dongxing.

La voz del emperador Yu sacó el alma de Mao Dongxing de su cuerpo físico por un segundo.

―¡Su majestad!

―¿Dónde está Yu Ying?

―… Ah.

Los ojos de la corte le miraron curiosos, incluido Mao Binghe, quien miró seriamente a su hijo antes de pasar sus ojos a Shen Yuanqiu.

No necesitaron que dijera mucho para saber que su hijo había perdido al príncipe.

Estaban muertos.

―Bueno, yo…

Dando un suspiro para nada sorprendido el Emperador Yu lo comprendió de inmediato. ―Nuevamente... escapó, ¿verdad?

―… Sí, mi señor.

El lugar quedo en silencio, antes de que la Emperatriz Feng riera alegremente al igual que Shen Tongyushi, quien rio de forma más discreta, guardando respeto a sus majestades.

La voz de la emperatriz fue comprensiva: ―¿Por qué tan serios? ¿Acaso han olvidado que cuando A-Ying está nervioso necesita despejarse un poco? Seguramente fue a jugar al Río Amarillo con A-Cheng y A-Sang.

Shen Tongyushi habló. ―Su Alteza tiene razón, A-Ying siempre hace eso cuando está muy nervioso. Tal vez solo necesita un poco de aire fresco para aclarar su mente y estar listo para su gran momento.

Oh cierto. Ese mocoso amaba jugar ahí con su hermano y ese zorro en ese río.

¡¿Pero por qué justo ahora?! ¡Acaso no pensaba que su pobre Shizun podría perder el trabajo por su culpa?!

El Emperador Yu suspiró. Su voz fue tranquila.

―No tienes por qué preocuparte, Dongxing. Yu Ying lo hará bien. Aunque no lo creas de todos nosotros, Yu Ying es quien se está tomando esto más en serio. Después de todo, ser el Emperador Yu no será igual que ser el Emperador de los Tres Reinos. Y él entiende dicha responsabilidad.

La Emperatriz rápidamente se colgó del brazo de su esposo, las plumas de su cabello se movieron emocionadas, al igual que sus alas de brillantes plumas como un arcoíris: ―A-Yuan tiene razón, A-Dong. Confía más en A-Ying, él lo hará genial.

Shen Tongyushi asintió estando de acuerdo con los emperadores. ―No tengas miedo, Dongxing, él volverá pronto.

―Hmn. ―Avergonzado, el lobo aceptó las palabras de la Emperatriz.

El Emperador Yu asistió dándole la razón a su consorte antes de que el fénix inflara las mejillas y con actitud mimada pidiera: ―¡A-Yuan, vamos a ver las decoraciones! Quiero ver todas las flores que hay en el patio central. Quiero poner muchas flores en el cabello de A-Ying, debe ser el más lindo de todos tanto en la ceremonia como la fiesta. ¡Oh, también deberíamos pasar por la cocina! ¡De la nada tuve un gran antojo de leche de almendras tibia y dulces, quiero muchos jades rojos y rosados! ¡Qué raro, verdad! Jajajajaja.

Abrazando cálidamente por la cintura a su esposa el Emperador Yu besó la frente de su esposa justo sobre una de su plumas, una sonrisa coqueta decoró los labios del emperador. ―Hmn. Escoge todas las que quieras, llevaremos todo sin dudar. Y elige todo lo que quieras comer, te daré todas las minas de jadeíta para saciar tus antojos.

Como si no estuvieran coqueteando frente a todo el mundo la emperatriz se lanzó a los brazos de su marido, sus alas se movieron felizmente aleteando mientras las plumas irradiaban entre colores cálidos como el durazno, el rosado y piñón lo enamorada que estaba de su marido. ―¡Yu Yuan, ¿Cómo te atreves a enamorarme más?! ¡Eres tan dulce! ¡El mejor marido del mundo!

Y sin más la caravana del Emperador se abrió paso hacia el Patio Central, dejando solo a Luo Dongxing y sus padres solos mientras el personal del palacio retomaba sus actividades.

―Ah.

―A-Dong, no tienes que preocuparte. Su Alteza aparecerá pronto. ―Intentó animar Shen Yuanqiu, dando palmaditas sobre la espalda de su hijo.

―Tu Bába tiene razón, pequeño Loto, debes confiar en Su Alteza. Para él estar encerrado todo el tiempo no es muy divertido. Después de todo, él heredó el espíritu de su madre.

―Si se tarda mucho, ¿Te gustaría que fuera por él yo mismo?―Shen Yuanqiu sugirió. Después de todo, ese chico siempre había sido muy bueno y Shen Yuanqiu le agradaba bastante desde que era un adorable cachorro dándole flores en el jardín y bromeando con propuestas de matrimonio infantiles normales en el primer amor de infancia. Sería fácil convencerlo.

Inmediatamente, ambos lobos declararon con temor. ―¡No, para nada vayas por él!

Todo menos eso, ese mocoso que le declaraba descaradamente a su padre que se quería casar con él no podía tener tantos privilegios.

Mao Binghe no pudo evitar pensar igual, ese mocoso descarado que quería robarle a su amor cuando era un niño, ¿Qué tan seguros estaban de que ya lo había superado?

―Ustedes… ah, realmente los lobos son raros.

―No te preocupes, A-Dong, él volverá.

Su Fuqin tenía razón, Mao Dongxing debía confiar más en Yu Ying. Su discípulo era muy inteligente y aunque a veces era algo flojo con algunas cosas que no le parecían divertidas como la meditación, cuando se tomaba algo en serio no había manera de que Yu Ying no lograra sus objetivos.

Después de todo, Yu Xuanyuan era el prodigio de los Tres Reinos.

 

 

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―¡YU XUANYUAN, ERES EL MÁS IDIOTA DE LOS TRES REINOS!

La voz del dragón más joven golpeó contra los oídos de su hermano que solo podía reír con diversión mientras tiraba de una gran cuerda junto al Yu Shennong, la balsa en donde viajaban era tirada con fuerza por el gran pez Kun que Yu Ying había atrapado.

―¡¿Por qué demonios pensaste que era una buena idea pescar un Kun?! ¡Por tu culpa nos van a matar!

―¡No seas exagerado, A-Cheng! ¡Solo es un pequeño pez!

―¡UN PEZ MUCHO MÁS GRANDE COMO UNA BALLENA!

―¡Yu-Xiong, este gigante pez nos va a matar!― ­se quejó el Huli Jing que apenas y podía tirar junto a ellos de la cuerda.

―¡¿Por qué no podemos tomar nuestra forma normal?! ¡Será más fácil así!

―El verdadero chiste de esta misión es precisamente lograrlo en esta forma, al menos la primera parte del camino. Si tomamos nuestro cuerpo normal ahora será igual a hacer trampa. Además, este pez alimentará a muchos de los invitados humanos que no han comido Kun, es mi primer regalo como Emperador para ellos.

―¡¿Y yo porque tengo que estar dentro de esto?!

―A-Cheng, eres muy malo con tu hermano mayor.

―¡Esta cosa pesa más que una ballena! ¡Espero que tengas un buen plan o no te enterraré cuando esta cosa te mate!

―¡Yu-Xiong, ¿Cómo vamos a pescarlo cuando parece que él nos pescó?!

―¡No tienes que preocuparte, A-Sang! ¡Ese es justo el plan!

El gran pez nadó con fuerza, buscando escapar de la red de los hermanos, su cuerpo tan grande como el Río Amarillo se apoderó de las aguas tirando del bote. Era un desafío, había hablado con el pez antes y este le dijo que solo aceptaría darles su carne a los humanos si ellos podían vencerlo bajo sus propios dominios. Yu Ying había aceptado felizmente el desafío y fue así como ambos armaron un plan para luchar contra el otro.

El gran Kun pensó que ya tenía ganada la batalla contra el Príncipe Heredero Yu, pero cuando entró en una curva, la sonrisa traviesa de Yu Ying creció con emoción y entonces el mecanismo que había instalado previamente se levantó en un solo segundo.

Sorprendido, el pez Kun saltó sobre los cielos, entendiendo que había subestimado al joven dragón.

Su voz fue rápida: ―¡A-Cheng, es hora de cambiar!

Sin dudarlo, ambos saltaron del bote, sus pieles lentamente cambiaron, sus cuerpos crecieron y sobre los cielos dos dragones blancos como la espuma del mar de gran tamaño lograron apañárselas para sostener al enorme pez entre sus anillos mientras extendían sus grandes alas de plumaje iridiscente, agitando con fuerza evitando que el pez volviera al agua.

Ambos hermanos ofrecieron un rezo por el alma del pez Kun agradeciendo el enfrentamiento, con un suspiro el pez Kun aceptó la derrota y asintió cuando supo lo que seguiría, Yu Ying levantó una parte de las escamas de su pecho y de este salió una brillante energía espiritual.

Como un rio de estrellas azules, la energía espiritual abrazó al pez Kun y su espíritu fue tomado sin dolor, llevándole con las almas sin necesidad de sufrimiento alguno.

―No te preocupes, pequeño Kun. Me encargaré de que tu siguiente vida sea maravillosa.

Y sin más, el alma del Kun fue llevada al Reino Ancestral.

Al bajar a tierra, ambos dragones soltaron el cuerpo. Shen Sang ya había encallado el bote esperándolos en tierra firme con una sonrisa.

―¡Realmente lo lograron!

―No puedo creer que no me hayas dicho que pusiste una trampa en medio del río.

―Por eso debes confiar más en tu hermano, A-Cheng. Yo siempre tengo un plan.

―Tu plan casi nos mata.

―Eres muy exagerado, A-Cheng.

Acercándose nuevamente al río, Yu Cheng se quejó: ―Ah, qué asco. Mi cuerpo está lleno de aroma a pescado, que bueno que no usamos ropa, será difícil sacar el aroma de mis escamas.

Sin dudarlo más, el dragón se quitó la única prenda que cubría su entrepierna y caminando hacia el rio comenzó a quitarse el aroma a pez con el agua.

Yu Ying no dudo en reprender: ―¡A-Cheng, ten un poco de respeto por A-Sang! ¡No te quites la ropa, jajajaja!

―¿Ah? ―el dragón arqueó una ceja. ―Yo no soy un humano para preocuparme por esas tonterías, soy un dragón con todo el derecho de ser yo mismo.  Además, Shen Sang no tiene problema alguno.

El Huli Jing aceptó riendo mientras corría al río quitándose todo: ―Yu-Xiong, tanto leer cosas de humanos te ha vuelto algo tímido. Vamos a bañarnos todos en el río, nos vendrá bien. El agua del Río Amarillo es tan buena.

Dejándose llevar por sus palabras, Yu Ying se deshizo de su única prenda y fue hacia ellos.

A-Cheng tenía razón, no había que avergonzarse por algo que era natural, menos cuando aquello permanecía oculto, sin problemas.

El Huli Jing no pudo evitar burlarse: ―Eh, Yu-Xiong, hoy se supone que te convertirás en adulto. No deberías ser tan tímido.

―A-Sang tiene razón. Para un tipo tan grande como tu ser tímido no te queda. Además, ¿de qué te avergüenzas? Tú eres un dragón, puedes estar desnudo todo lo que quieras y nadie tiene derecho a decir que está mal. Menos un humano.

En algún momento el agua golpeó el rostro de Yu Ying, descubriendo que el Huli Jing la había lanzado con una de sus colas. Jugaron entre las aguas mojándose con sus colas, mientras el cielo oscuro que aún no era tocado por la mañana descansaba.

―Yu Ying, no puedes dejarte llevar por las ideas humanas. Estar desnudo es lo más normal. Cuando lo recuerdes serás muy feliz, porque cuando conozcas a tu pareja destinada lo que menos querrás es estar vestido.

El rostro travieso de Shen Sang hizo que Yu Ying no pudiera evitar reír.

―Shen Sang, ¿Qué crees que voy a estar haciendo con esa persona todo el tiempo?

―No lo sé, si tú y tu hermano son iguales en su terquedad, puedo asumir que también son iguales en otros aspectos. Entonces si es así sería mejor que te preguntaras que crees que me hace tu hermano cuando no estamos cerca de ti.

―¡Shen Sang!

―Ah, ChengCheng, quien pensaría que eras tan apasionado. Jajajajaja.

―¡Yu Xuanyuan!

―Si duda es muy apasionado. ¡A veces siento que moriré en sus brazos un día de estos! Pero no puedo quejarme. ―una sonrisa descarada decoró el rostro del Huli Jing―. Pero no puedes simplemente seguir así sin pensar que un día no pasará. Yu-Xiong es tan hermoso como A-Cheng. Necesitas pensar en que pasará si te encuentras con tu persona especial. Tu Zhiji.

―… Mi Zhiji.

―Así es, tu Zhiji, el amor de tu vida en miles de vidas. Alguna vez te enamoraste cuando eras el Gran Yu, ¿no? Y eso nos trajo aquí. ¿Qué harás cuando aparezca y no sepas del amor? ¡Eso es inaceptable, más en un dragón! No, no, no, eso no puede ser así. Cuando conozcas a tu persona especial no te puedes ver tan inexperto. Debes conocer cómo hacerle feliz, como satisfacerle en todo sentido. ¿Alguna vez lo has hecho?

―No, aún no lo he hecho. He estado tan ocupado con mis experimentos que no he podido aprender del sexo más que en teoría. Ahora que seré un Emperador, no sé si tendré tiempo para experimentarlo. Ahora que lo dices realmente me da curiosidad, como HuangYu nunca pude sentirlo físicamente porque mi cuerpo real no puede sentir estímulos como el placer sexual, pero podía sentirlo de otra manera debido a mi conexión con Leizu. Pero en un cuerpo como este, ¿realmente se siente tan genial?

―¡Tienes que hacerlo si lo deseas! ¡No te niegues el experimentarlo! No puedo decirte si están genial porque cada quien tiene sus propias experiencias, pero si alguna vez te encuentras con tu Zhiji ese conocimiento te serviría para poder hacerle sentir bien. ¡Puedo prestarte todos mis libros amarillos!

―¿De verdad? ¡Eso sería genial, A-Sang!

―Pero primero debemos aprender más de tus gustos, Yu-Xiong.

Yu Cheng solo pudo negar.

―Así que hoy vamos a descubrir qué tipo de bellezas te gustan. Bellezas de verdad, no bellezas que parecen en tus sueños locos multiversales, ¿eh, Jiabrie? Debemos encontrar a quien le dará esperanza a tu linaje. Así que dime, Yu-Xiong, ¿soy lindo para ti?

Sin dudarlo posó buscando verse adorable ante el dragón que solo pudo reír. Yu Cheng solo pudo negar avergonzado.

―A-Sang, creo que eres lindo, pero no eres mi tipo.

―¿Ah? ¿Entonces qué tal esto?―. Y de repente cambio su forma a un cuerpo más curvilíneo, con grandes senos generosos y caderas grandes.

―¡Shen Sang!―. Sin pensarlo dos veces, Yu Cheng cubrió el cuerpo de su amante con su propio cuerpo mientras su hermano solo podía reír.

―A-Cheng, ¿Por qué me cubres? Estamos intentando adivinar que le gusta a tu hermano. ¡El futuro de un país depende de que este tipo tenga hijos!

Eso no era cierto.

Los dragones podían poner huevos sin necesidad de aparearse con una pareja o siquiera realmente ponerlos físicamente.

Si Yu Ying no se casaba en el futuro, solo necesitaría una gran cantidad de energía, formar tal vez tres o seis huevos y listo, tres o seis adorables crías que podrían ser el famoso futuro de YuZhong junto a los hijos de este par y su primo con ese fénix arrogante.

―¡Eso no significa que tú seas una opción!

Una sonrisa malévola decoró el rostro del Huli Jing. ―Oh, así que quieres guardarme solo para ti. Qué travieso eres, A-Cheng.

―¡No es así!

Yu Ying y Shen Sang no dudaron en burlarse de él hasta que el dragón no pudo ser otra cosa más que una enorme bola brillante que pasaba entre todos los tonos rosados y rojos posibles por la vergüenza.

―Ah, no lo sé. Los Huli Jing son lindos, pero aunque coquetear es divertido, no he sentido eso por nadie… desde Leizu.

―¿De verdad nunca has intentado algo con alguien aún por diversión?

Yu Cheng declaró completamente seguro de sus palabras. ―Este tipo así como lo ves jamás se atrevería a hacer algo así, ni siquiera para practicar por su amado Leizu.

―¿Ah? ¿De verdad?

―Jajaja no podría hacer eso, A-Sang. La única razón por la que yo querría tener algo serio con alguien sería porque es Leizu, con quien me gusta compartir mi eternidad a su lado.

El Huli Jing no pudo evitar conmoverse: ―Quien diría que los Yu en verdad son unos románticos. Realmente ustedes dos se parecen mucho. Ah, los dragones sí que se toman muy en serio los dos extremos de la asexualidad Yu.

Cuando estuvieron sentados entre el pasto, Yu Cheng por fin lo dijo: ―¿Por qué quisiste que viniéramos aquí este día en especial?

El dragón miró sorprendido a su hermano menor, antes de soltar una risa derrotada. Sus palmas se posaron sobre el pasto y simplemente aceptó.

―Porque en realidad tengo miedo de no ser un buen emperador.

El dragón y el Huli Jing miraron seriamente a Yu Ying.

―Desde la noche no pude dormir por los nervios. Sé que el Caballo Dragón me reconoció y mis memorias han regresado, pero aunque me he convertido ante los ojos de los humanos en un Dios, tengo miedo de decepcionarlos.

Yu Cheng y Shen Sang escucharon en silencio, sus sonrisas habían desaparecido.

―La verdadera razón por la que quiero ser amigo de los humanos no solo es por algo egoísta. Quiero demostrarles que no planeó favorecer a los míos sobre ellos. Quiero hacer de YuZhong un país en donde, a pesar de nuestras diferencias, podamos trabajar juntos sin que los humanos tengan miedo de nosotros.

―Yu Ying.

―Sé que suena una tontería a estas alturas, pero tengo miedo de no ser capaz de hacer algo así. Tengo miedo de no poder lograr crear un vínculo con los humanos. ¿Qué pasa si no soy lo suficiente agradable para ser más que un Dios para ellos?

Yu Cheng suspiró: ―Tonterías.

―¿Hmn?

―Ya has estado haciendo un gran trabajo solo como un príncipe y como Dios, ayudando a todos con tus inventos, ideas y tus recuerdos en tu vida como HuangYu. Serás un gran emperador y sobre todo cuando ellos conozcan al verdadero tú, será imposible que no quieran ser tus amigos.

―¿De verdad lo crees, A-Cheng?

―Claro que sí. ¡Y si siguen con su miedo irracional los golpearé hasta que acepten ser tus amigos!

Yu Ying no pudo evitar reírse. ―¡No tienes que golpear a nadie, jajajaja!

Sin poder evitarlo, sus ojos miraron el cielo preguntándose si era cierto. Después de todo, su mundo y el mundo de los humanos era muy diferente.

¿Realmente habría un humano ahí que quisiera ser su amigo?

Las oraciones de sus fieles llegaron a su cabeza, muchos pedían por el bien de su familia y las cosechas futuras. Algunos hablaban de la ceremonia y unos más pedían suerte en el amor.

Hasta que algo extraño apareció ante su mente.

“―Tianzi… yo… lamento no haber ido a su coronación. No soy…  bueno con las palabras por lo que no podría decirle esto cara a cara… ”

La imagen de una belleza vestida entre blanco y celeste, un hermoso cabello peinado en dos trenzas y un tocado de piedras de jade celeste y plata decorando su cabeza. Dos bonitas orejas esponjosas y blancas decoradas con rosetas negras como las que decoraba esa bonita y larga cola de leopardo de las nieves. Una bestia humana, hermosa y sin igual.

Y su voz fue la más gentil que había escuchado en su vida.

“―pero… Felicidades y mucha suerte en su coronación. Deseo que pueda cumplir todos sus sueños… Bixia”

Entonces ese par de ojos tan dorados como el oro miraron la estatua del templo y esos bonitos labios como un par de duraznos frescos dignos de ser retratados en millones de lienzos le ofrecieron una sonrisa suave.

El corazón de Yu Ying comenzó a latir desmesuradamente, sus pupilas se dilataron y la imagen de ese par de ojos dorados se adueñaron de su pecho como una calidez anormal y desconocida.

El rostro de Yu Ying rápidamente se calentó y brilló como una estrella tal como su cuerpo, preso de una elevación de temperatura que solo sentía cuando hacía algo que le gustaba, estaba inspirado en una nueva creación o como cuando era niño y dormía en el nido con sus padres.

Yu Cheng y Shen Sang notaron rápidamente su cambio cuando la diestra de Yu Ying se posó sobre su pecho.

―Ey, Yu Xuanyuan, ¿estás bien?

―Yu Cheng, su rostro se volvió rojo de repente. ―una sonrisa traviesa decoró los labios del Huli Jing. ―Eh, así que Su Alteza en realidad sí tiene alguien en quien pensar.

Y entonces aquella persona de ojos dorados dio una dulce sonrisa hacia su estatua.

Inesperadamente, un grupo de raíces de loto se expandieron, múltiples flores florecieron. Las flores de loto violetas emergieron con fuerza de su ser floreciendo alegremente como las dulces especias y las raíces de los árboles de agar que pertenecían a sus feromonas, haciendo que Yu Cheng y Shen Sang tuvieran que cubrir su nariz. Sin poder evitarlo, golpeó el hombro de su hermano.

―Yu Xuanyuan. ¿Qué carajos contigo? Tu aroma nos está matando.

Una risa alegre atrapó a Yu Xuanyuan, su corazón se llenó de confianza por alguna extraña razón y sin más se tiró sobre la tierra mirando el cielo emocionado.

―Ah, ser un Dios es lo mejor del mundo. Puedo ver tantas cosas maravillosas gracias a mis templos.

―¿Qué demonios viste?

Yu Ying sonrió alegremente, pero simplemente contestó: ―Lo mucho que me quieren mis fieles. Eso significa que debo de esforzarme y dar todo de mí para que esto salga muy bien.

El dragón se levantó lleno de entusiasmo extendiendo sus alas brillantes como el arcoíris por su felicidad, su cola se movía alegremente de un lado a otro, y sus brillantes ojos violeta miraron el cielo mientras dos aros dorados enmarcaban sus iris dándole un brillo de determinación a su mirada.

No importaba si no conocía el nombre de aquel humano jamás. Yu Ying debía confiar en sí mismo y en la bondad de la humanidad que los llevó a confiar tanto en él para verlo como su Dios.

―Yo unificaré YuZhong no solo en nombre, sino también en corazón. No importa que tenga que hacer, lo conseguiré.

Con las risas del príncipe que cortó sobre la piel de la yema de su pulgar y comenzó a trazar un hechizo alrededor del gran pescado, Shen Sang no pudo evitar decir: ―Sí que debió tener un gran vistazo de una gran belleza para enloquecer así.

―Este país está perdido.

―¡A-Cheng, ven aquí! ¡Ayúdame a trazar la matriz de Agujero de Gusano!

―Jamás entenderé por qué de todos los nombres que pudo pensar se le ocurrió usar ese. Espero que si tiene hijos él no sea el que los nombre. ―Levantándose del suelo, Yu Cheng corrió hacia su hermano, trazando con sangre tal y como este le indicaba.

―Estás seguro de que esta nueva matriz tuya nos llevara al patio de la cocina.

―Claro que sí, confía en mí. He trazado adecuadamente las coordenadas y ya he comprobado su eficacia muchas veces. ¡Esta matriz de teletransportación es el futuro de la cultivación!

―Si no aparecemos en el patio de la cocina, te mataré.

Yu Ying no pudo más que reírse.

Cuando todo estuvo listo llamaron al Huli Jing y justo como Yu Ying había logrado descifrar, un gran rayo de luz celeste golpeó la tierra. Cuando sus ojos se abrieron el patio de la cocina los recibió al igual que los cientos de sirvientes impresionados por el gran pez al igual que el Cocinero Bai Zhu encargado de la cocina.

―¡Tianzi Dianxia!

Con una alegre sonrisa saludó: ―Tal y como lo prometí. Un pescado Kun para el banquete de la sección humana, confiaré en que podrán hacerlo tal y como los humanos pueden comerlo.

―¡Muchas gracias, Tianzi Dianxia!

Varias bestias se acercaron felices a su futuro emperador, mirando con sorpresa el gran pez que había atrapado. Agradeciendo a los tres por su trabajo arduo querían hacer algo especial para ellos, hasta que se escuchó una voz en especial.

―Tianzi Dianxia, por fin aparece.

Yu Ying palideció ante la voz fría de su maestro, quien había llegado en algún momento.

―Shizun. Puedo explicar esto.

En vez de escuchar a Yu Ying, Mao Dongxing tiró de su muñeca y llevó al dragón por el palacio hasta llegar al gran manantial del mismo. Varios Huli Jing y Fenghuang se sorprendieron al ver el estado en el que llegó su futuro emperador. La orden de Luo Dongxing fue rápida.

―Necesito que quede tan limpio que realmente parezca un emperador. Confiaré en ustedes.

―No se preocupe, Ministro Mao.

Tras un baño, Yu Ying fue a su habitación, donde varios zorros, fénix y dragones lo esperaban para vestirlo entre oro blanco y plata, junto a las túnicas que habían sido hechas para la ceremonia. Hermosas y largas, la seda de paz que había sido cosechada adecuadamente siguiendo el proceso tradicional fue trabajada con esmero por el maestro de túnicas que se había hecho cargo de las túnicas del príncipe heredero desde que era un niño.

Mirándose en el espejo, Yu Ying no se sentía muy convencido con las largas y excéntricas túnicas.

―HongHong, ¿estás seguro de que demasiado blanco está bien?

Sus ojos se encontraron con un Huli Jing de cabellos rojos borgoña y ondulados. Su hermoso rostro era elegante como el jade, un par de ojos de tonos amarillos, rojizos y naranjas le miraron con seriedad. Las túnicas blancas tradicionales para la ceremonia vestían su larga y esbelta figura mientras un cinturón rojo envolvía perfectamente su pequeña cintura.

―Lo creo.

Wu HongHua era el maestro de túnicas del área de seda de mariposa ancestral. Más allá de su deber en la decoración del Palacio de Jade, la fabricación de las túnicas de la familia imperial era su trabajo más importante.

―Pero, HongHong.

HongHong, como Yu Ying le llamaba desde niño, había vestido a Yu Ying desde su más tierna infancia, así que habían pasado mucho tiempo juntos para que Yu Ying supiera que aunque el zorro no era muy amigable, le quería lo suficiente para solapar de vez en cuando sus travesuras y escapes del palacio.

―Cuando entres a la cascada Sagrada de las Perlas Divinas, tus túnicas tomarán el color de lo que representarás, el blanco es la ausencia del color, la representación sagrada de la paz interior para este tipo de ceremonias, mi Señor. Es natural que tengas que usar los colores sagrados para una ceremonia con buena fortuna.

Pero no puedo jugar con algo como esto o se ensuciara, quiso decir. Pero no era apropiado.

―HongHong. ¿Si enviaron todas las invitaciones que pedí a los templos?

―Lo hicimos, su Majestad.

Una sonrisa emocionada se apoderó de los labios de Yu Ying: ―¿Crees que vengan muchos humanos?

―Puede que sí y puede que no. Después de todo, los humanos no tienen las mismas posibilidades de trasladarse como nosotros. Así que puede que a unos les costara más venir. Pero será celebrado en muchos templos de YuZhong, mi Señor. Así que puede considerar que ellos lo acompañan de alguna manera.

―Tienes razón. Si tan solo hubiera una manera de que todos los que quisieran venir pudieran hacerlo tal como nosotros. Una forma que pudieran volar. Desearía encontrar la forma de ayudarles con eso.

―Un día lo logrará, Alteza. Un día en verdad lo hará.

Las puertas de la gran habitación fueron abiertas por una Emperatriz Feng que entró sonriente con muchas flores entre sus manos. El Emperador Yu, Yu Mian y Wei Shaodian también traían ramos de flores.

―¡A-Ying, es hora de arreglarse para la Ceremonia de Coronación!

Con una sonrisa alegre Yu Ying recibió a su familia.

―¡Baibriam, Dribrian! ¡Jiambrian Yu, Jiambrian Wei!

Con una sonrisa, su madre se acercó alabando el trabajo del zorro, quien aceptó sus palabras con un asentimiento. ―¡Te ves tan hermoso, mi lindo loto! Hemos traído tantas flores como son necesarias para decorar tus túnicas, le preguntamos a HongHong cuáles quedarían mejor y sus discípulos nos ayudaron creándolas. No tienes que preocuparte A-Ying. Te verás muy guapo hoy.

Por las puertas, Yu Cheng y Shen Sang traía más flores.

―Baibriam, ¿no es demasiado ya? ―preguntó el dragón al fénix, que ya estaba escogiendo algunas.

―¡Claro que no! Confía en A-Niang. A-Sang, ¿te gustaría impregnar flores con nosotros?

―¡Sí, A-Niang!

―Si tan solo A-Li hubiera podido llegar antes también nos ayudaría. ―Dijo la Emperatriz eligiendo algunas flores.

Yu Mian explicó:―Su cachorro está pronto por nacer. A-Li está tan preocupado por A-Xuan que no se atrevería a dejarle solo en el nido. Ahora mismo debe estar cuidando tanto del huevo como de su fénix.

Yu Ying y Yu Cheng renegaron.

―Ese Fenghuang. Quien le manda poner su huevo justamente en el momento en que seré coronado.

Una palmadita de parte de la emperatriz golpeó la cabeza de Yu Ying y Yu Cheng.

―Auch.

―Los huevos no se manifiestan cuando quieres, lo hacen cuando lo necesitan. ―Reprendió Feng Xing. ―Si el huevo de A-Li y A-Xuan decidió manifestarse ahora por algo será. Pero ambos tienen a alguien tan amable como MianMian que puede ayudarles a calentar su huevo, para cuando su cría rompa el cascarón sea muy grande y fuerte.

Yu Ying asintió. ―Es cierto, no puedo culpar a ese Fenghuang.

Aunque un dragón no necesitaba un compañero para poner un huevo, su dulce primo había decidido compartir esa experiencia con su pareja, y Feng Xuan decidió poner el huevo el mismo.

Un huevo.

Realmente sonaba difícil poner un huevo.

A este paso solitario, Yu Ying ya estaba pensando que si no encontraba a su compañero trabajar en su propio huevo sería la mejor opción.

Al menos los huevos de dragones solo se manifestaban con magia y no había que conseguir una pareja sexual para montarla y depositarlos dentro.

Aunque si tan solo pudiera encontrar a su pareja destinada…

“―Felicidades y mucha suerte en su coronación. Deseo que pueda cumplir todos sus sueños… Bixia.”

―Oye, ¿en qué tonterías estás pensando?

La voz de Yu Cheng lo devolvió a la realidad.

―Jejeje. Nada, nada. Mejor decoremos las túnicas.

Cuando las túnicas doradas fueron decoradas con flores sobre la gran cama del dragón, los dragones canalizaron energía dorada.

Como ríos dorados aquella se movió entre las flores, haciendo que la marea las absorbiera llevándolas directamente contra la tela y la energía hizo que aquellas flores traspasaran la tela. Convirtiéndose en hermosos estampados que hacían de las prendas algo infinitamente hermoso.

Cuando el Emperador Yu colocó la capa de emperador sobre los hombros de su hijo, llegó el momento de peinarlo.

Entre Yu Yuan y Feng Xing los cabellos ondulados de Yu Ying se llenaron de trenzas que fueron decoradas después por varias cuentas, borlas y joyas de plata y oro blanco unidas que dejaban ver con orgullo el emblema de flor de loto de su sangre.

Caminando por los pasillos del palacio junto a sus padres, su hermano, sus tíos y su nana, Yu Ying pensó en muchas cosas, el peso que pronto decoraría sus hombros y lo que significaba volverse el Emperador de los Tres Reinos.

―¿Estás nervioso?

Sus ojos pasaron al Huli Jing a su lado, los cálidos ojos esmeralda le miraron con el mismo cariño que le había ofrecido desde que los ojos de Yu Xuanyuan se abrieron por primera vez.

―La verdad… estoy muy nervioso aún.

Una dulce sonrisa se formó en los labios de Shen Tongyushi. Su mano buscó la de Yu Ying y entrelazo sus dedos con cariño, buscando trasmitirle a través de su aroma todo su amor. ―Lo harás bien, mi pequeño Jaghan.

Con un abrazo, Shen Tongyushi le deseo la mejor de las suertes a su príncipe.

No era su hijo, Shen Tongyushi solo había sido una de las personas que ayudó en la crianza del joven heredero, pero lo amaba incondicionalmente, tal como amaba a A-Cheng y a cada niño que había criado. Porque aun cuando no llevaban su sangre, Shen Tongyushi le había dado tanto de sí misma con todo su corazón.

Ante el imperio Yu el deber de Shen Tongyushi para con Yu Xuanyuan había terminado ahora que era un adulto, pero para su corazón ese deber sería eterno, incluso si ahora se convertiría en el Emperador de los Tres Reinos.

―Ve, A-Ying. Da lo mejor de ti.

Con una sonrisa, Yu Ying se despidió de su nana. Y caminó junto a su padre rumbo a su futuro. A través de sus pasos en aquel hermoso pasillo de mármol, una bonita mariposa de seda apareció en medio de su camino, aquella criatura tan pequeña y hermosa revoloteo a su alrededor posándose en su dedo. Sus alas que parecían hechas de pelaje brillaban en energía dorada y aquella le hizo pensar en esos hermosos ojos dorados.

“―… Deseo que pueda cumplir todos sus sueños… Bixia.”

El corazón de Yu Ying comenzó a latir con una calidez desconocida para él. Una emoción burbujeante le llevó a sonreír mientras sus mejillas se dotaban de color y las flores de loto. Los pasos del Emperador Yu y Yu Ying se detuvieron, los serios ojos violeta miraron a su hijo.

Y una pregunta cruzó la mente del Emperador.

¿Qué era lo que hacía que su hijo sonriera como si hubiera encontrado un rayo de esperanza en medio de la oscuridad?

Poco sabía que desde hace mucho Yu Ying se sentía en medio de la nada. Enfrentándose a un mundo sin esperanza de que sus sueños pudieran cumplirse del todo. Después de todo, Yu Ying solo era un pequeño dragón en un mundo de bestias que jugaba a ser un sabio, aun cuando le faltaban mil cosas por descubrir.

Pero esas palabras que para muchos podrían ser nada, para Yu Ying fueron algo inesperado.

Como un Dios había recibido mil deseos en este mundo desde hace mucho tiempo atrás. Yu Ying se esforzó por cumplir cada uno de ellos tanto como pudo.

Pero ese deseo. Ese pequeño deseo…

Era la primera vez que alguien pedía algo para Yu Ying.

Era tan extraño como inesperado.

Y Yu Ying no sabía cómo esconder aquella emoción que se había apoderado de su corazón.

Alguien había deseado algo para él, y aunque sonaba ególatra, Yu Ying jamás había esperado que alguien deseara algo para quien se suponía, buscaba cumplir todos los deseos de los demás.

¿Cómo podía cumplir el sueño de ese humano?

Aun si nunca tenía la suerte de conocer a esa persona, sus palabras desinteresadas le dieron a Yu Ying la fuerza enfrentar lo que tenía que hacer.

―¿Estás bien?

―Yo… Dribrian.

―¿Hmn?

―Tú… ¿Crees que pueda cumplir mi sueño de hacerme amigo de los humanos?

El emperador pensó en las palabras de su hijo. Yu Ying, su inocente y gentil Yu Ying de corazón noble dispuesto a ayudar a todos.

―Dribrian, ¿crees que pueda cumplir mi sueño de ayudar a la humanidad?

Si Yu Laoyuan era sincero, había algo en el sueño de su hijo que le hacía temer. No porque no confiara en Yu Ying, sino porque aún no sabía si era bueno confiar en los humanos. El pasado contaba historias que le hacían dudar sobre la bondad en los humanos, en su sinceridad. Yu Laoyuan lo sabía.

Pero también sabía que su hijo no era alguien ordinario.

―El mundo de los humanos y el nuestro es muy diferente, al igual que tiempo para ellos. Será algo difícil, tomará tiempo y sobre todo tendrás que aprender a ser paciente con ello. Pero definitivamente sé que lo lograrás.

Una brillante sonrisa atrapó los labios de Yu Ying, sus colmillos brillaron y sin poder evitarlo, abrazó a su padre con el deseo que las palabras del Emperador Yu se volvieran verdaderas.

Y cuando Yu Ying estuvo listo, los grandes cuernos de Chutian Shan fueron tocados, dando el anuncio por el mundo que el momento de la coronación había llegado. Los grandes tambores de la montaña golpearon firmemente con su ritmo sobre la tierra, llegando hasta el centro.

El canto tradicional de los dragones fue acompañado por el sonido de las campañas de acero, campanillas de plata y el temblor de la tierra cuando las grandes bestias salieron de sus madrigueras y se abrieron paso hacia un único destino.

Los cielos fueron iluminados por miles de luces proyectadas por las escamas de los dragones que llenaron la vista de YuZhong, juntos a las radiantes plumas de los fénix que parecían arcoíris nocturnos, presentes ante los miles de humanos de miles de tribus que miraban fascinados aquel espectáculo tan parecido a las imponentes auroras boreales.

Las caravanas de Bestias Ancestrales y animales se abrieron paso por la tierra. El sonido de los cantos míticos fue escuchado por los humanos, qué fascinados miraron como los Caballos Ancestrales llamados Longmas se abrían pasó.

Varios animales se unieron a los grupos. Los osos salieron de sus madrigueras, los tigres siguieron el ritmo junto a las panteras, serpientes, leones. Los leopardos de las nieves bajaron de sus montañas junto a las cabras, los renos y los ciervos. Los pastores siguieron a sus rebaños, mientras de los ríos miles de dragones seguían saliendo avanzando hacia la montaña.

En las tribus los tambores siguieron el ritmo, caminando directamente hacia el templo de Tianzi, con miles de flores blancas y amarillas. Cada uno vestido con sus mejores túnicas, sus rostros pintados imitando las franjas, rosetas y líneas naturales de sus ancestros como una muestra de respeto y orgullo por su clan.

Ese día no era de trabajo, era un día de celebración en honor del dragón que sería la esperanza del YuZhong. El Emperador de los Tres Reinos.

En el pico Tang no había uno solo que no celebrara aquello. Incluso el Tang más silencioso, vestido con sus ropas normales lejos que estaba acostumbrado a usar. Tang Zhan miró el cielo iluminado por las Bestias Ancestrales, el sonido de los cantos típicos de su tribu desde la entrada del templo lo animaron aun cuando no se acercó mucho.

Porque sus ojos solo podían ver al cielo notando como aquellas bestias ya habían llegado a Chutian Shan, tan hermosa como lo fueron los huesos del cuerpo primigenio que la crearon, era posible que la gran caravana de Tianzi hubiera comenzado su marcha desde la base de la montaña hasta el Palacio TianYu.

Y estirando su mano al cielo, Tang Zhan solo pudo decir una cosa. ―Mucha suerte, Bixia.

 

 

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Cuando el cielo fue iluminado por mil arcoíris dibujados por las escamas de miles de dragones, Chutian Shan les dio la bienvenida y el gran séquito de miles de criaturas se abrieron paso.

El Gran Séquito del emperador estaba conformado por las personas más brillantes de los cinco Imperios. Cada emperador había seleccionado cuidadosamente a su mejor personal para el Señor de los Tres Reinos eligiendo entre las ramas y subramas de cada clan.

Los mejores regalos para el Emperador de los Tres Reinos, los mejores sirvientes y trabajadores para un YuZhong próspero. Nada le sería negado al prodigio bendecido por el Longma del Río Amarillo, porque en él aquel Ancestro había visto a un futuro gobernante legendario que traería paz para YuZhong.

Los soldados del emperador fueron el primer grupo, los tambores no dejaron de sonar, mientras el grupo habría paso a miles de bestias decoradas con armaduras brillantes. Los Huli Jing que formarían el consejo de ancianos fueron los siguientes, su belleza e inteligencia los había llevado a ser escogidos por el Emperador Shen como los más aptos para servir a su Majestad.

Los siguientes fueron los Ministros del Hijo del Cielo. Con sus túnicas blancas y bordados dorados, sus rostros escondidos por velos como debía ser. Personas que habían aceptado el trabajo sin deseo de reconocimiento, simplemente con el anhelo de poder ayudar.

Las bestias encargadas de la decoración entre el equilibrio de la naturaleza y la belleza fueron seguidos por ellos, el Huli Jing Wu HongHua los lideraba. Rojo y blanco vestían sus figuras como las banderas que se ondeaban ante el paso de la caravana. El símbolo de la flor de trece pétalos y seis perlas era presentado con orgullo.

En su lugar, Mao Dongxing se preguntaba si Yu Ying estaría bien. Era un buen conductor de coches de caballos, pero antes al caminar por los pasillos para llegar a este parecía algo nervioso.

Mao Dongxing negó, debía confiar más en su príncipe a nada de convertirse en Emperador.

Los Fenghuang fueron los siguientes, ofreciendo entre danzas miles de flores a los espectadores que las recibían felices. Entre las bestias había varios humanos como lo había pedido el emperador. Muchos estaban emocionados, era la primera vez que las grandes puertas de Chutian Shan se abrían para los ojos humanos.

Y cuando el arco de la Osa Mayor dio paso al gran carro tirado por trece Caballos Ancestrales, la audiencia miró con asombro la gran figura del dragón detrás de los miles de velos que formaban parte del coche. Aun cuando solo podía verse su silueta, muchos se emocionaron. Algunos otros se sorprendieron al notar que a pesar de ser bastante joven, el futuro emperador ya superaba los dos metros y medio.

A pesar de las miles de flores que componían el coche, muchos notaron el dulce aroma de flores de lotos violetas y especias dulces que llenaron sus corazones de emoción.

Los dragones de hermosos aspectos no solo tenían grandes habilidades, sino que también podían expresar sus aromas a través de sus feromonas que tomaban formas impresionantes de miles de flores de loto como las que yacían flotando sobre los canales del palacio. Rozagantes y florecientes como los dragones Yu que las habían creado.

Emocionado, Yu Ying pudo ver a través de los velos que muchos humanos habían venido. Sus manos saludaron informalmente como un niño. Feliz porque, a pesar de todo, muchos humanos habían aceptado venir a pesar de lo pequeños que se veían entre las bestias.

Yu Ying no pudo evitar pensarlo. Los humanos eran adorables y tan pequeñitos.

El coche de oro se abrió paso hacia el gran palacio hasta que llegó a las grandes escaleras, haciendo que los tambores se detuvieran abruptamente.

Las trompetas fueron tocadas con fuerza anunciando la llegada de Tianzi.

Yu Ying respiró profundo, una pequeña nube salió de sus fosas, Yu Ying la disipó con una risa nerviosa. Este no era el momento de hacer nubes. Bajando del coche, varios Huli Jing con sombrillas y velos cubrieron su figura mientras subía lentamente las escaleras. Yu Ying agradeció a cada uno.

Caminar de esa manera era extraña. Tenía que sostener las largas telas para no pisarlas o desgarrarlas con las garras de sus pies. Debía tener cuidado con no mover demasiado su larga cola o podía tirar a alguien. Su cabello comenzaba a enrojecer, las puntas deseaban encenderse y Yu Ying solo podía sentirse más nervioso.

Cuando llegó a la cima se encontró con los Seis Emperadores de los Seis Imperios.

Su padre le miró con orgullo. El Emperador Shen le dio ánimos a su manera, serio y elegante como solo él podía ser. Su tío, Wei Shaodian le dio una sonrisa gentil. Los Emperadores Tang le dieron sus saludos al igual que el Emperador Zhen y entonces sus ojos se encontraron con el Emperador Mao.

Cuando Yu Ying aún estaba enfrentando varias de las pruebas por su Ceremonia de Madurez, el enfrentarse a estos emperadores para demostrar que era digno de dirigirles había sido algo necesario. Yu Ying logró tener enfrentamientos amistosos con cada uno, hasta que llegó el turno del Emperador Mao Chiyou.

Yu Ying jamás había obtenido una cicatriz peligrosa en ninguna batalla, hasta que peleó contra Mao Chiyou y este dejo aquella larga cicatriz sobre su pecho que duró semanas. Un producto de las garras de Chiyou. Fue un enfrentamiento emocionante.

Yu Ying jamás había tenido que someter a nadie hasta que se enfrentó a Mao Chiyou, había tenido que presionar su cuello contra el suelo con la palma y gruñirle con fiereza hasta que el lobo bajo las orejas y la cola en sumisión.

Mao Chiyou era el Emperador del Clan Mao.

Hojas de arce, rojo, plata y caballos. Cimitarras y sables era lo que podía venir a la mente de una bestia cuando pensaba en los Mao, pero descubrir que los Mao en realidad eran bestias aterradoras en batalla había sido muy emocionante.

Mao Chiyou tenía un rostro hermoso y fino como el jade, de facciones delicadas, elegantes y atractivas. Era sin duda una cosita bonita. Su piel tan blanca como la nieve hacía que el tono rosado de sus labios contrastara tanto con su tez enmarcada por sus bonitos cabellos rizados tan negros como la noche, mismos que siempre estaban decorados por el tocado de cuentas rojas y la corona de tiras de cuentas gemelas conectada a la corona del emperador Mao.

Aun siendo un lobo, su complexión era atlética y esbelta, rebosante en una musculatura envuelta en elegantes túnicas rojas y las pieles de los lobos que un día acompañaron su vida, así como una cintura pequeña que le daba un toque encantador a su apariencia. Aun cuando comparado con otras bestias e incluso lobos de su clan, el emperador Mao parecía frágil o delicado, para algunos, su figura era sin duda engañosa.

No había nada más aterrador que Mao Chiyou derribando a sus enemigos usando su encanto, tamaño, fuerza e inteligencia para derrotar a su oponente con esa aterradora mirada que brillaba asesina como un fuego y aun así tan helada como un glaciar. Sus habilidades con la lanza y el sable era tan magníficas como sus movimientos, que parecían un baile mortal donde la belleza y el peligro vivían en armonía, demostrando su duro entrenamiento y habilidades en la danza.

Enfrentarse a Mao Chiyou le había enseñado que las apariencias engañan, y sin duda Yu Ying, quien admiraba a las personas fuertes y talentosas, no podía evitar pensar que Mao Chiyou también era digno de admiración.

Mao Chiyou le dio una sonrisa reservada, sus orejas puntiagudas rebosantes en pelaje negro eran tan hermosas como su sonrisa cuando sus ojos se encontraron. Sus garras aún parecían extremadamente filosas, pero Yu Ying había aprendido que no había peligro alguno con esa persona.

―Tianzi Dianxia.

―Hmn.

Como parte de la ceremonia, cada emperador bendijo su camino con un elemento de su clan. Un abanico de bambú celestial y oro divino con plumas de pavo real y una cola de zorro de los Shen, para liberar de su camino los malos augurios.

Una espada de diamante de los Wei para forjar su camino tan recto con la fuerza de un diamante para que nadie fuera capaz de romper sus principios.

Collares hechos con piedras de obsidiana para mantener el resentimiento y los malos sentimientos lejos de su corazón de parte de los Zhen, y collares de cuentas de jade y plata para mantener su corazón puro de parte de los Tang.

Cuando llegó el momento de Mao Chiyou tres collares con cuentas rojas y plumas de cuervo fueron colgados, representaron el principio de YuZhong, el dualismo cosmológico entre dos principios que se oponían uno a otro.

―Tianzi, ¿podría inclinarse un poco?

Sin temor alguno, Yu Ying se inclinó frente a Mao Chiyou, sus ojos se cerraron permitiendo que el lobo prosiguiera.

Un par de pendientes de plata con perlas rojas y blancas sosteniendo el símbolo de flores de loto adornaron los lóbulos de las orejas del dragón. Como un símbolo de buena fortuna y un recordatorio latente de su origen.

Dos pendientes de cuentas rojas y celestes representando el clan Mao como el complemento de la luz que representaría Yu Ying fueron colgadas de los adornos que decoraban la base de los cuernos del dragón. En algún momento los ojos del dragón se abrieron sorprendiendo a Mao Chiyou.

Violeta y Rojo se encontraron. Dos pupilas rasgadas miraron a un par de pupilas redondas dentro de un sol que se volvía rojo en el progreso. Mao Chiyou tragó duro sin poder evitarlo ante la pesada mirada de Yu Ying, sus mejillas enrojecieron llenas de vergüenza como su pecho.

Había sido descubierto.

Pero Yu Ying no lo había visto de esa manera con intención. Sus ojos se abrieron accidentalmente y de la misma manera había descubierto que aquella bestia le miraba atentamente. Sin poder evitarlo, preguntó: ―¿Está todo bien?

―Ah… sí. Todo está bien, Tianzi.―El lobo ofreció una sonrisa nerviosa.

Restándole importancia, Yu Ying le dio una sonrisa brillante y se levantó; encontrándose con su padre, quien le ofreció un ramo brillante de flores de loto violetas.

―Que estos regalos traigan prosperidad a tu vida. Cada uno de ellos representa la unión de nuestra nación, siendo tú el símbolo de ello. A ti, Yu Xuanyuan te deseamos que los ancestros siempre te protejan.

Haciendo todo de sí por no abrazar a su padre, Yu Ying se despidió, subiendo las grandes escaleras del Mausoleo Ancestral, hasta llegar a la gran cascada en donde tres grandes figuras le esperaban.

Los tres dragones que yacían ante él eran los protectores de aquella cascada, con sonrisas amables le dieron la bienvenida.

El mayor de los dragones habló. ―Has traído grandes bendiciones a YuZhong desde que naciste. Estoy seguro de que seguirás haciéndolo tres mil años más.

―Es hora, Ying, hijo de Yuan y Xing. Entra a la cascada.

Haciendo caso a las palabras del dragón, Yu Ying se abrió paso a la gran cascada de brillantes aguas que destellaban cientos de colores como un arcoíris. Dejando que el agua cayera por un pozo sin fondo que llevaba al centro de la montaña.

El piso de mármol tan blanco como sus túnicas tenía dragones pintados sobre su superficie. Una vista elegante que solo era la puerta a lo desconocido. Como un fuego creciente, el negro de su cabello lentamente fue decorado con los tonos del fuego hasta brillantes puntas que ardían con determinación como su mirada.

Y sin más, Yu Xuanyuan voló hacia la gran cascada, entrando por sus aguas a un lugar que solo los tres Grandes Dragones habían visto.

En el mundo terrenal, Yu Laoyuan miró hacia el lugar en donde había entrado su hijo. Salir o no, lo que viera en ese lugar dependería del corazón de Yu Ying y Yu Laoyuan solo podía tener esperanza en la inocencia que habitaba el corazón de su hijo.

 

 

 Gracias)

 

 

 

 

Calendario Celestial Yu, el TianYuanLi/Yubrika: Es el calendario que los Yu utilizan en el planeta Tierra. A diferencia del calendario de doce meses que hemos visto utilizan los humanos, los Yu han manejado durante siglos el mismo calendario lunar, siendo este un calendario que incorpora la precisión de la traslación de la Luna, la traslación y rotación de la Tierra, los planetas del Sistema Solar y la galaxia, siendo un calendario bastante completo en que se han basado múltiples estudios astronómicos, matemáticos y cuánticos que han servido para aumentar su precisión.

 

Este calendario combina elementos del calendario lunar y el calendario gregoriano, con la adición de meses adicionales para una mayor precisión.

 

El Calendario Celestial Yu/TianYuanLi/Yubrika consta de 13 meses lunares, cada uno basado en un ciclo lunar completo, y que cada mes lunar tiene una duración promedio de 29.5 días. Esto daría un total de 383.5 días en un año lunar completo. Los meses adicionales se agregan al final del año lunar en intervalos regulares, siendo entre 1 a tres meses adicionales, la cantidad varia dependiendo los cálculos astronómicos con relación al Sol.

 

Los nombres de estos meses tanto en mandarín y LongLian son estos:

 

Lunaris - 月辉 (Yuè Huī/Hrubril)

Solaris - 日辉 (Rì Huī(Sunrilba)

Stellarius - 星辉 (Xīng Huī/Yuhabril)

Terra - 地球 (Dìqiú/Fribrui)

Ventus - 风 (Fēng/Zijril)

Aquarius - 水瓶座 (Shuǐpíng Zuò/Shurkrail)

Floralis - 花开 (Huā Kāi/Hargrel)

Arborus - 树木 (Shù Mù/Su)

Ignis - 火焰 (Huǒyàn/Prurus)

Serenus - 安宁 (Ānníng/Ahn)

Nocturnus - 夜晚 (Yèwǎn/Yritok)

Nebula - 星云 (Xīngyún/Hanrbric)

Galaxia - 星系 (Xīngxì/Octup)

 

 

Meses adicionales dependiendo la traslación del Sol:

 

Lunaris - 月亮辉 (Yuèliàng Huī/Lizuha)

Planetia - 行星辉 (Xíngxīng Huī/Fribri)

Orchidus - 兰花月 (Lánhuā Yuè/Leizu)

 

 

Debido al tiempo que los Yu han tenido en este mundo como el crecimiento tecnológico que su cultura promueve entre los muchos avances tecnológicos que han tenido(mismos hechos de forma que busca respetar la vida), en cada casa Yu es normal encontrar relojes mecanizados que presentan tanto la hora(en horas, minutos y segundos), las etapas de la luna, la traslación del sol, los planetas del Sistema Solar y la galaxia en la que viven.   

Notes:

¡Hola de nuevo!

¿Qué tal ese capítulo?

Entre el presente y el pasado el ayer que fue olvidado por muchos y que marcó la vida de todos se revela por fin. En el Mar Onírico as cortinas de este cuento se abren ante nosotrxs mientras Lan Wangji, A-Xian, Yu Laoying y Yu Ziyuan buscan respuestas que poco conocen si realmente están listos para enfrentar.

Después de mucho Tang Zhan y Yu Ying por fin se presentan ante nosotros, los pensamientos, anhelos e inquietudes de ambos se abren caminos y sus caminos lentamente se entrelazan como un viejo cuento que HuangYu conoció muy bien hacia mucho tiempo atrás. El gobierno del Emperador de los Tres Reinos se abre camino mientras un XueBao desea lo mejor para un dragón que ha tomado decisiones difíciles.

¿Esperaban que el pasado de Yu Laoying hubiera sido así?

Mao Chiyou, el lobo que trastornó este cuento ha aparecido por fin y los actos que lo hicieron tan repudiable para su propia especie serán revelados por fin.

¿Qué piensan de la presentación de este personaje?

¿Esperaban que fuera así?

¿Qué creen que enfrentara Yu Ying detrás de aquella cascada?

Chapter 39: CAPÍTULO 23 PARTE 3: 31 DE OCTUBRE

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Enlace del capítulo en Wattpad: https://www.wattpad.com/1406347408-el-omega-y-el-emperador-segunda-parte-fanfic

 

 

 

 

 

 

Lo primero que Yu Xuanyuan vio fue oscuridad.

Una profunda y extraña oscuridad donde lo único que podía escuchar era el sonido de arena arrastrándose en la playa.

No era algo que le preocupara, el mundo había comenzado con oscuridad, así como posiblemente el sueño en el que se encontraba. Y ese sonido que había oído era lo que la conciencia primordial Yu escuchó la primera vez que entendió que existía.

Yu Xuanyuan había investigado varias veces sobre lo que vería en este lugar, los ancestros Yu le habían dicho que lo primero que le recibiría sería un sueño. Así que Yu Xuanyuan respiró profundo y se relajó, esperando hasta que una ligera luz le hizo abrir sus ojos.

Lo primero que vio cuando abrió sus ojos fue la imagen de un lugar nevado.

Yu Xuanyuan miró de un lado a otro. Imágenes de osos tallados le recibieron en una serie de edificios. Flores de loto de trece pétalos talladas sobre un piso de piedra, claramente era la flor de loto de los Yu.

Sus pies desnudos se abrieron paso por aquel lugar, impresionándose con lo pequeñas que se veían para ser algo para su especie. El sonido de los tambores y los cantos de su gente llegaron a sus oídos, las bestias corrían sobre aquellas tierras festivas y felices, como un extraño grupo de humanos que se parecían mucho a los suyos.

Cabello negro y pieles de porcelana, ojos grises y violetas. Piezas de plata con osos tallados y cuentas de jade verde como las aguas del río Long.

Aquellas personas sonreían, vivían sus vidas felices sin problemas. Montaban a caballo y convivían con las bestias como Yu Xuanyuan siempre había deseado que fuera.

Y Yu Xuanyuan se dio cuenta de que le gustaba su sueño.

Le gustaba la idea de que un día su especie pudiera llegar a conectar tanto con los humanos al punto de conseguir que estos pudieran heredar su sangre.

Hijos de Yu.

Algo como eso sería en verdad impresionante.

Entonces llegó a un gran templo y frente al templo había un pequeño niño que era tan diminuto como un conejo. El niño estaba de espaldas de Yu Xuanyuan, pero al parecer su atención estaba concentrada en algo en especial dentro de aquel templo.

Ante los ojos de Yu Xuanyuan una figura más grande llegó al niño. La voz de este era muy dulce:―¡Abuela Yu! ¡Abuela Yu! ¿Quién es él?

El pequeño dedo del niño apuntó dentro del templo y Yu Xuanyuan vio la imagen de un dragón de oro con una perla de un material iridiscente. Aquel dragón se enroscaba subiendo al cielo. Había algunas telas cubriéndolo, pero pudo verlo.

Aquel dragón tenía un par de alas como los dragones del cielo Yu.

Sin poder evitarlo, sus ojos pasaron a sus propias alas.

Aquella criatura adulta se acercó al niño agachándose a su altura. Su voz fue gentil:―Él es el padre de nuestro clan, A-Ying.

¿A-Ying?

―Él fue el ser más valiente de este mundo, siendo capaz de no solo formar nuestro clan, sino de darle prosperidad a YuZhong convirtiéndolo en una nación capaz de controlar el Qi, incluyendo a los humanos en ello.

¿Qué?

¿Humanos controlando el Qi?

―Fue el primer cultivador en su tiempo y él nos dio esos conocimientos, al igual que la medicina y tecnología que hoy hace de nuestras vidas algo mejor. Su nombre es Yu Laoying.

―¡Yu Laoying!―gritó el niño emocionado dándole una sonrisa alegre a la criatura. Y solo ahí Yu Xuanyuan pudo no solo notar que ese niño se veía similar a él.

Si no que el niño no miraba a su abuela.

Lo estaba viendo a él.

Esos ojos, ¿Por qué sentía una conexión tan extraña y poderosa en aquellos ojos tan brillantes como la plata y tan profundos como la oscuridad que le llevó a tomar la decisión que lo cambió todo?

Rápidamente, la imagen fue tragada por una inmensa cantidad de agua tan oscura como el abismo que lo devoró todo como si se tratara de un tsunami. Yu Xuanyuan intentó buscar al niño y la criatura adulta, pero en realidad solo estaba él en ese inmenso mar.

Yu Xuanyuan intentó salir de ahí una y otra vez sin resultados. Así que decidió concentrar su energía espiritual buscando elevarse, pero fue imposible.

Entonces la luz de algo de abajo llamó su atención.

En el fondo de ese mar notó una brillante luz blanca que llamó su atención. Sin dudarlo se hundió en las aguas nadando hacia aquel objeto que cada segundo se volvía aún más interesante.

Y cuando estuvo ante él Yu Xuanyuan no pudo evitar impresionarse.

Eso era…

La perla de un dragón.

La raíz universal donde el centro era el universo observable sosteniendo el sin fin de universos que había creado como raíces al alcance de la mano de un dragón.

Su mano se estiró hacia aquella piedra preciosa, se volvió aún más difícil acercarse, pero siguió intentando, aun cuando las aguas intentaron llevarlo nuevamente a la superficie y su cuerpo se volvió más difícil de manejar.

Y cuando su mano logró atraparla un tornado se apoderó de las aguas, siendo el ojo de aquel tornado dicho objeto.

Yu Xuanyuan se aferró con fuerza sin siquiera pensar en soltarse, no importaba cuanto la perla intentó botarlo. Entre más lo alejaba más Yu Xuanyuan hacía de todo por sujetarse de ella hasta que logró tomarla con dos manos.

La perla luchó feroz, intentando escapar de él, pero Yu Xuanyuan concentró su energía uno a uno, logrando domarla hasta que la perla finalmente se concentró en escuchar sus órdenes.

Las aguas comenzaron a dejar un espacio vacío hasta que Yu Xuanyuan estuvo posado sobre una gran montaña en medio de las aguas. Pero poco le importó mientras concentraba toda su energía en domar a aquella perla.

Las aguas comenzaron a fijarse en Yu Xuanyuan, curiosas ante sus acciones se movieron hacia él, chocando una y otra vez. Pero Yu Xuanyuan decidió soltar la perla mientras la controlaba con su energía y decidió pelear contra las aguas.

Sus palmas chocaron una y otra vez contra las aguas. Ninguno de los dos quiso desistir, peleando ferozmente hasta que Yu Xuanyuan se dio cuenta de algo.

Las aguas de este mundo reaccionaban a sus movimientos como si fuera una danza mística. Yu Xuanyuan recordó los principios que había estudiado por mucho tiempo, analizando los movimientos de cada animal, sus pies sintieron cada línea y forma de la roca y sus manos se movieron junto al viento y las olas en uno solo.

Las aguas comprendieron sus movimientos, uniéndose en su danza sin más, Yu Xuanyuan y aquellas aguas que se dotaron del brillo de la energía dorada parecida a cientos de brillantes estrellas encontraron el equilibrio, y las aguas se volvieron fuego. Mismo que comenzó a reaccionar ante Yu Xuanyuan tornándose en diversas formas inusuales.

Tierra, fuego, agua, viento. Yu Xuanyuan lo comprendió.

Porque este era el plano ancestral y Yu Xuanyuan debía ser uno con él. Estaba en el centro del mundo, donde los cuatro puntos se conectaban y Yu Xuanyuan pudo sentirlo como había algo más ahí.

Un quinto elemento que estaba llamándolo desde el centro de su corazón.

El Qi, el Shen y Jing.

El espacio, el silencio, el vacío.

Agrab.

Si pudiera lograr que todas las especies pudieran convivir entre ellas sin prejuicios ni odios irracionales. Si pudiera hacer que las almas pasaran al siguiente plano sin resentimientos ni oscuridad.

Si pudiera traer paz al mundo, Yu Xuanyuan se esforzaría porque esta se mantuviera en equilibrio con la existencia misma.

La vida y la muerte eran parte del ciclo, ninguna era mala ni superior a la otra.

Él no era el inicio ni era el fin, pero podía trazar las bases de un mundo en donde todas las criaturas pudieran vivir en paz.

Y Yu Xuanyuan pudo verlo, un país tan próspero y brillante para poder ser llamado una Era Dorada. Y pudo ver a los humanos y las bestias trabajar en conjunto por formar un mundo mejor. Vio un mundo donde los humanos comprendían los verdaderos principios del Yin y el Yang, de Agrab y Frubrei y la existencia misma, y sus almas se conectaban con la energía espiritual.

Convirtiéndose así en el futuro de un mundo donde las Bestias Humanas, las Bestias Ancestrales y todos los seres aspiraban a protegerse entre sí como una manada comprendiendo el equilibrio de la tierra, de las montañas y los ríos, de las veredas y los bosques.

De la madre naturaleza.

De Leizu.

Cultivo.

Sí, ahora lo entendía.

Yu Xuanyuan era un dragón, pero le gustaba cultivar la tierra. La tierra que florecía una y otra vez.

Cultivar, cultivadores.

Un Mundo de Cultivo.

Jianghu.

Sí, si podía crear un mundo donde los humanos pudieran conectarse con la energía espiritual y entender su función. Si pudiera ayudar a crear un mundo de prosperidad, Yu Xuanyuan se esforzaría en ello.

Porque esta visión era parte de su verdadero sueño.

Un nuevo brillo le hizo bajar la mirada, dándose cuenta de que la perla que había estado sosteniendo se había vuelto en una brillante esfera dorada.

Tan brillante como un núcleo espiritual.

Y cuando sus ojos se elevaron pudo verlo.

Un gran dragón tan grande como cientos y millones de universos le miraba fríamente, sus hermosos ojos donde millones de galaxias brillaban eran tan violetas como lo que ninguna seda ni pintura podría replicar. Alrededor de los dos ojos principales, un sinfín de ojos más pequeños no apartaron la mirada con sus pupilas rasgadas brillando como estrellas azules que estaban perdiendo dicha tonalidad volviéndose blancas.

Su larga melena brillante en tornasol estaba formada por filamentos de gas y polvo capaz de tomar distintos colores dependiendo sus emociones, se ondeaba suavemente como si estuviera decorado por cientos de estrellas tal como sus bigotes. Su largo hocico brillante por los diamantes se abrió revelando sus largos colmillos tan filosos como miles de espadas jamás podrían.

Aquella larga lengua bífida hecha de plasma tal como sus encías y el fondo de su garganta junto a la energía dorada impidiendo que el monstruo de su estómago lo devorara, todo fue notable.

Su piel transparente era tan brillante por toda la luz que absorbía de millones de soles, dándole un aspecto tan blanco como la leche, impidiendo la vista a su interior, en donde millones de estrellas y planetas se albergaban protegidos por la energía dorada, manteniendo a raya el hambre creciente de su centro, su muy hambriento estómago.

Los cientos de escamas que protegían su piel le daban un brillo iridiscente a su ser, brillando como si fuera la estrella más grande del universo en vez del mayor terror entre la oscuridad tan solo detenido por su cascaron primordial. Sus garras de paladio recubiertas con diamantes tan poderosas como sus huesos de tungsteno se movieron entre sus dedos, apretando y soltando sin dejar de mirarlo.

Y sobre su espalda dos grandes alas tan blancas y brillantes como arcoíris decoradas con cientos de ocelos violetas, parecían cientos y millones de ojos que le miraban seriamente.

―¿Tú eres yo?―preguntó Yu Xuanyuan impresionado.

El dragón no respondió, sus ojos le miraron seriamente de una forma que Yu Xuanyuan no comprendió. En aquellos ojos brillaba el peso de múltiples años. Como si hubiera viajado desde hace mucho tiempo desde un periodo desconocido a un espacio donde el tiempo y el espacio era completamente diferente que en la tierra mortal, donde el tiempo era visto por los dragones tal como era para ellos. Tan lento como el aleteo de una mariposa y tan fácil de manipular como las aguas del río.

El dragón movió su rostro mostrándole su perfil, sus ojos atentos a algo que tentó a Yu Xuanyuan a voltear la mirada buscando el punto que miraba el dragón y ante sus ojos pudo encontrar sobre las aguas del infinito Mar Onírico su propio árbol que era su Reino Onírico.

Aquel enorme árbol de inmensas e infinitas ramas donde cada estación del año y cada ecosistema existente en la tierra y otros mundos yacía presente frente a sus ojos. En el interior de estos su guardianes oníricos, los animales que alguna vez siguieron su camino lo protegían. Aquel árbol de amplio grosor resplandecía con el conocimiento y la información que había recolectado a través de los eones que había existido.

Los sinfines de paraísos y lugares que había visitado, edificado y mirado a lo largo de los siglos y milenios florecían sobre el sin fin de ramas de este, al igual que sus guardianes oníricos habitaban en paz sus tierras. Pero lo que aquel dragón señaló yacía en el fondo, en la oscuridad, entre las raíces de sí mismo. De todo lo que era y significaba HuangYu.

Y en el centro de las raíces, protegidas por estas pudo ver una enorme espiral formada por múltiples raíces bañadas de estrellas girando alrededor de una enorme perla donde podía ver guardado en su interior aquella galaxia que nació tras su interferencia en este universo cuando la vida en la tierra pereció y ese extraño evento sucedió, haciendo que la llegada de Andrómeda hacia la Vía Láctea sucediera demasiado pronto obligándolo a tomar una decisión.

Y junto a esa nueva galaxia, un sinfín de ellas entre cúmulos y demás grupos celestes pudo mirar en aquella perla, este universo donde comenzó todo y el que fue la base para la creación de todos los demás descansaba amenamente en el centro sujetando un sinfín de ramas y en cada rama una hermosa perla brillaba.

Dentro de cada perla el conjunto de galaxias, constelaciones y demás cuerpos celestes se albergaban con cuidado, siendo así las creaciones de Yu Xuanyuan cuando nació en este universo en un cuerpo apto para la tierra , el mismo universo que se volvió el primigenio de todos los demás.

―¿De cuál de todos vienes?―no pudo evitar preguntar.

―De ninguno de ellos y de todos ellos. Tan solo soy un viajero que nada puede cambiar y nada está intentando cambiar. Tal como tú estás en un constante viaje en busca de mis memorias. En busca de mi pasado… en busca de comprender quién soy yo.

Frente a ellos, el paisaje cambio como si millones de estrellas los envolvieran en un portal que al disiparse les mostró a su alrededor el paisaje de la antigua aldea donde conoció a Leizu por primera vez fue visible. Fue como estar ante un sinfín de pantallas que mostraban la verdad de un universo. Y frente a él, a la distancia, un Gran Yu estaba sentado bajo varios árboles junto a una joven que sin duda era su Leizu.

―¿Sabes por qué existen estos universos? ¿Recuerdas porque cada uno de ellos existe? ¿Cuál fue la base de su creación?

De golpe nuevamente el universo ante ellos cambió, las estrellas los envolvieron y cuando estas desaparecieron, la vista de Nuwa y el Gran Yu conversando en la costa mientras el atardecer los rodeaba fue notable.

―Crear más perlas era innecesario, aun así lo hiciste. ¿Recuerdas porque fue?

El universo cambió nuevamente y esta vez estaban frente a frente ante un gran dragón que se estaba presentando ante el joven Fuxi que abrazaba sus rollos con asombro mientras sus ojos no se apartaban de aquella vista.

―¿Por qué razón creaste más mundos? ¿Qué era lo que anhelabas de corazón? ¿Cuáles fueron tus últimas palabras? ¿Qué fue lo que le prometiste?

El paisaje cambió llevándolos a su casa en la montaña, la habitación que había construido para Fuxi y él les recibió como la imagen de Fuxi acostado. Sus manos arrugadas, envejecidas por los años siendo sostenidas por el Gran Yu, sus labios moviéndose dándole aquellas palabras, mostrando su preocupación por su amado Zhiji.

―¿Qué le prometiste ese día?

―… Le prometí que nunca dejaría de amarle. No importaba si fueran una o mil vidas, si fueran uno o miles y trillones de universos, en cada uno de ellos…

“―Aun si de mi llanto nacieran miles de soles y miles de tierras, mi corazón será tuyo en cada uno de ellos. Lo prometo, sea lo que sea que tenga que hacer, protegeré todo lo que amas con este corazón que ha sido tuyo desde el comienzo”

―Ah, así que esa fue nuestra promesa. Aun cuando tus sentimientos por los humanos son complejos, prometiste cuidar y amar todo lo que Leizu hizo. Prometiste amar y proteger este universo, incluso si preservar cada vida en este implicaba también de alguna manera proteger a los humanos.

―… Lo hice.

―¿Aun cuando los humanos destruyeron el paraíso que Leizu amaba?

―…

―¿Los odias? ¿Los odias por destruir el amado planeta que Leizu adoraba? ¿Los odias por comprometer el destino de este sistema solar con su tecnología y arrogancia? ¿Los odias por destruirlo todo?

―… No los odio, pero tampoco puedo amar todas sus caras. No los desprecio, pero tampoco los justificaré.

―¿Por qué aún, a pesar de todo lo que han hecho, no te has rendido con ellos?

―¿No lo entiendes? Hay luz en la oscuridad, hay bondad en la maldad, hay esperanza aun cuando has caído al abismo. Hay humanidad en todo aquello que aún preserva su esperanza. Eso es lo que me enseñó Leizu y eso es lo que yo llamo Dios. Esa es la razón por la que aunque no los entiendo, aunque no comprendo todas sus caras, quiero tener esperanza en aquellos que no han perdido su humanidad. Quiero preservar la humanidad en sus corazones.

―¿Por ello decidiste ser Dios? ¿Quieres ser su salvador? ¿Quieres ser su preciado elegido, su ungido, su amado libertador?

Yu Xuanyuan no pudo evitar reír.

El paisaje ante ellos volvió a cambiar repentinamente llevándolos al interior de un gran barco, las aguas claras como el cielo eran brillantes como el aroma salado, los mecanismos que demostraban el conocimiento de la antigua tecnología que los humanos alguna vez desarrollaron conviviendo en armonía con la naturaleza sin volver a lastimarla. La bandera del clan Yu ondeándose ante la brisa.

―¿Quién querría ser un mesías?

El paisaje cambió nuevamente a un bosque encantado donde la luz de un trono iluminado resplandecía como el agua donde residía el mismo, el dragón que gobernaba aquellas tierras.

―¡¿Quién querría ser el ungido, un elegido, un iluminado visto como un salvador?!

El paisaje cambió a un entorno moderno en donde las claras diferencias con la antigua era y el cambio de la nueva era formada por él en ese mundo eran evidentes entre la tecnología que vivía en armonía con la naturaleza y las nuevas personas que habían nacido en ese mundo siendo la perfecta mezcla de Ying y Yang, sin presiones sobre géneros o sexos nunca más tal como debía ser.

―¿Quién querría ser un mártir dispuesto a sacrificarlo todo por la humanidad entera, como si fuera absoluta perfección, absoluta bondad?

El paisaje cambió, una y otra vez, un entorno marino donde las aguas eran tan puras y cristalinas, resplandeciendo en azul entre la vida marina y las sirenas que gobernaban aquellas aguas.

―Esa imagen de Dios no es más que una idealización, una hermosa mentira escrita por la esperanza y el anhelo de los humanos, como una forma de sostenerse ante la idea de que el creador es como ellos.

El paisaje cambió una y otra vez, un entorno moderno paso a mar, el mar se convirtió en un entorno antiguo con grandes máquinas de vapor volando sobre las tierras donde la vida y la tecnología funcionaban. El entorno cambió mostrándoles uno y cada uno de los mundos que habían sido creados por el nacimiento de Yu Xuanyuan.

―Un hermoso cuento de hadas donde buscaban la esperanza que no podían conseguir en su propio mundo, un escape de la realidad en donde la esperanza de que algo superior a ellos pudiera liberarlos de su suplicio fuese más que un sueño. Cuentos donde Dios no es más que una entidad sin errores, sin fallos o emociones imperfectas.

No, él nunca lo hizo por algo tan absurdo como ello.

―No, yo no soy ese creador, no soy ese Dios. No soy perfecto sin importar cuanto busque que mis inventos busquen la perfección en un sentido de algo mejor para todos. No soy todo poderoso ni soy dueño de todo el conocimiento. No busco ser el dueño del universo ni una figura de adoración en realidad. No deseo que nadie me vea como algo que temer al grado de desear humillarse o glorificar una falsa idea de mí.

¿Quién querría ser alabado como si no tuviera defectos ni cometiera errores hasta que el peso de las expectativas fuera demasiado pesado como una montaña?

―No me interesa tomar el puesto de Dios para ser alabado por la eternidad.

¿Quién querría vivir fingiendo perfección, fingiendo que jamás se cansaba y jamás se molestaba? Viviendo entre las banalidades de un deber que no debió existir para colmar el egocentrismo de nadie.

―No, yo elijo ser Dios porque soy egoísta e imperfecto, porque deseo crear un mundo mejor para lo que Leizu amaba y por el bien mayor de todo lo que mi amor deseaba proteger. Lo hago para que Leizu jamás tenga que cargar con un peso que solo romperá su corazón.

Porque era más fácil para él ese trabajo cuando no amaba tanto a los humanos tal como Leizu lo hacía, porque Leizu amaba la paz y la tranquilidad lejos del foco de atención. Porque amaba proteger a otros tras bambalinas, porque Leizu nunca gustó de las historias fantasiosas que hicieron de él en otros pueblos. Porque nunca se sintió feliz de la malinterpretación que los humanos le daban al concepto de Dios.

No, Leizu merecía algo mejor que eso. Su amada estrella merecía ser feliz, merecía una vida tranquila entre sus conejos, sus tejidos, sus libros y el mar. Merecía la calma de vivir una vida siendo ella o él mismo, sin cargar con las expectativas de los seres que se hacían llamar humanidad.

―Entre ser el Dios idealizado o dejar todo en manos de Leizu y permitir que ella se vuelva ese tipo de Dios, yo elijo tomar la responsabilidad de ser el Dios más imperfecto que pueda existir y cargar con ese peso si eso garantiza la felicidad de mi Sol.

Y si para conseguirlo tenía que ser Dios, entonces él mismo se haría cargo del trabajo mientras Leizu era feliz.

―Esa es la razón por la que hice esto, por la que al nacer cree todos esos universos. Porque no importa que universo sea o como sea, quería darle esto a esa persona, deseaba darle felicidad infinita a mi Zhiji, darle esta preciosa perla al alma que me enseñó que era el amor, el mismo amor que creo un infinito de universos.

El paisaje entre ellos cambio una y otra vez, las imágenes del Gran Yu y Leizu en cada universo encontrándose en cada vida de la persona que llamó su Zhiji, su destino, su Sol se enamoraban fueron visibles. Porque cada uno y todos ellos eran un multiverso de posibilidades en donde todo lo que alguna vez dudo en decidir en el universo primordial terminó cumpliéndose en otros. En donde lo que no hicieron o no planearon en el universo primordial pudiera cumplirse en otros.

Porque si se había enamorado de Leizu en este universo, ¿Por qué no amarle en miles y millones de ellos? ¿Por qué no entregarle su corazón de todas las formas posibles en todos los universos posibles?

―¿Comprendes lo que significa esto? Tu creación, estos universos que has creado viven atados a los acontecimientos de este universo. Todo lo que pase aquí afectara a los demás, así como todo lo bueno que pase aquí beneficiara a los otros. ¿Entiendes lo que en verdad significa?

Yu Xuanyuan dejo de sonreír mirando seriamente al dragón. Frente a él una gran esfera que parecía tener las dimensiones de lo que un día los humanos llamaron globo terráqueo se posó ante él, pero eso no era una maqueta del planeta que restauró, esta hermosa perla era donde se resguardaban las raíces estelares de los sin fines de universos que creo siendo sostenidos por este universo.

Aquella perla resguardaba aquella espiral multiversal, pudo ver su máxima creación tanto de Leizu como la suya con el tamaño justo para que le tomara en brazos y le abrazara contra su pecho cálidamente en la inmensidad del Horizonte.

―Lo entiendo, soy consciente de la responsabilidad que cae en mis hombros por ello.

Sus manos tomaron con gentileza aquella perla, la calidez nutrió su mirada.

―¿Estás seguro de tomar dicha responsabilidad?

―Lo estoy.

―¿Ese es tu sueño?

Yu Xuanyuan prestó atención a las palabras del dragón, no necesitó nada más para aceptar:―Hmn, ese es mi sueño. Haré y daré todo de mí para proteger todo lo que Leizu ama.

―Entonces que así sea.

 

 

 

Y Yu Xuanyuan despertó.

Lo primero que entendió es que estaba recostado contra una cama hecha de hierbas benditas. Varios dragones con rostros escondidos tras velos le dieron la bienvenida, rodeando la cama de hierbas que era decorada por flores de loto blancas. Entre sus manos había varios cuencos de cobre, sus cantos llenaban el silencio de la cueva.

Yu Xuanyuan se levantó lentamente, los dragones no le prestaron atención, solo siguieron tocando. Incluso cuando ese grupo de espíritus zorro llegó junto a un ser que él ya conocía.

A simple vista parecía un caballo celestial común. Pero su cuerpo lleno de brillantes escamas doradas como su piel que parecía estar hecho de oro suave como su gran porte delataban su verdadera naturaleza. Su cuerpo era tan grande y alto como para alcanzar los tres metros de altura media y las dos grandes alas que portaba tenían patrones de ocelos color jade verde agua, como el par de ojos sin pupilas ni iris que parecían ser solo dos brillantes estrellas mirandole seriamente.

Su larga y espesa melena blanca ondulada estaba decorada con algunas trenzas y cuentas del mismo color que sus ojos. Su cabeza ornamentada con un par de astas tan poderosas y magníficas como las del ciervo más hermoso y el dragón más elegante yacían decoradas con cuentas y cadenas de oro blanco y plata tal como cualquier bestia ancestral.

Sus grandes pezuñas blancas como el mármol podrían romper cientos de rocas. Y su poderosa musculatura hablaba de una bestia capaz de cabalgar por cientos de mundos sin agotarse jamás. Una criatura indomable de espíritu terco que no había nacido para ser montada por nadie más que aquellos que considerara dignos, una criatura que jamás se dejaría tocar por nadie quien no considerara la razón de su existencia.

Aquella criatura era un Longma, un caballo dragón que había recibido la habilidad de poder distinguir entre todas las almas a aquellas que tuvieron que ver con la creación de la existencia misma.

Una criatura nacida de la mezcla entre la energía celestial de la estrella que fue el primer cuerpo de Leizu que un día evitó que la vida en el universo dejara de ser completamente efímera cayendo a la extinción, y la energía dorada de HuangYu cuando restauro la vida en la tierra. Y ese ser fue el caballo dragón que lo había reconocido y aceptado como su Gran Señor.

Yu Xuanyuan se puso de pie. Las cuentas sobre su cabello y astas se movieron con una gentil brisa. Los ojos del Longma y Yu Xuanyuan se encontraron por un momento.

La mirada del Caballo Ancestral era analítica, Yu Xuanyuan lo notó, pero no hizo nada más que permitir que el Longma inspeccionara tanto como necesitara.

El Caballo Ancestral relinchó aparentemente satisfecho. Con aquello, dos espíritus zorros se acercaron a Yu Xuanyuan. Entre sus manos sostenían dos espadas.

Como un par de hermanos gemelos, estos le presentaron dos espadas sables.

La espada que apareció en su mano derecha era blanca como el jade, los detalles de flores delataban su conexión con el Yang. La vida representada a través de las flores sobre su funda y empuñadura. Un dragón blanco de ojos dorados decoraba la punta de la empuñadura.

La espada de la izquierda era negra como el abismo, raíces y tentáculos oscuros envolvían la funda y el mango. Contrario a la otra espada sobre la punta del mango, el dragón negro con ojos rojos miraba fríamente a quien intentaba portarla.

Yin y Yang.

Vida y Muerte.

Los dos elementos que Yu Laoying aprendió a controlar dándole un balance a la tierra mientras cuidaba de las almas y permitía que las personas se reencontraran en el gran ciclo de reencarnación.

Entonces el Huli Jing de la derecha habló. ―En el mundo hay dos fuerzas opositoras. Luz y oscuridad. Esperanza y desesperación. Perdón y resentimiento. Como el Emperador de los Tres Reinos, tu primer deber es entender que si quieres conseguir tu objetivo debes aprender a entender ambas fuerzas y vivir en equilibrio con estas.

El zorro de la izquierda prosiguió:―Ahora estas espadas serán tuyas. Vida y Muerte; Luz y oscuridad; Odio y Amor. A través de tus manos, ambas fuerzas deben encontrar su equilibrio por el bien de YuZhong.

Entonces ambos niños hablaron:―ShengYang y SiYin, esos son sus nombres. A partir de ahora ellas solo escucharán tus órdenes. Úsalas con sabiduría.

Yu Xuanyuan las tomó ambas entre sus manos. Ambas espadas eran muy diferentes la una a la otra. Podía notarlo tanto en su apariencia como la energía que sentía provenir de ellas.

Vida y Muerte.

Luz y Oscuridad.

Perdón y Resentimiento.

Yin y Yang.

Estos eran poderes muy grandes que podrían ser peligrosos en las manos equivocadas.

Yu Xuanyuan se esforzaría porque sus manos fueran las indicadas para proteger tal poder.

El Longma relinchó nuevamente. Un tercer Huli Jing se acercó a este. En su espalda un cofre apareció y el Huli Jing lo abrió, encontrando en su interior un rollo de jade rojo con dragones de oro grabados en este.

El niño llevó el rollo hasta Yu Xuanyuan, su voz fue seria:―Este rollo cambiará la forma en la que eres llamado y serás recordado por otros. Ábrelo.

Yu Xuanyuan obedeció, abriendo el rollo. No había ninguna inscripción ni carácter sobre este. Solo una lámina de oro vacía que reflejaba su rostro.

―Como podrás ver, no ha sido usado ni una sola vez. Tan pronto digas el Nombre Ancestral que te corresponde, no solo las láminas vacías de tus estatuas en tus templos serán grabadas con este. Si no que también será tallado en esta lámina por siempre.

―¿Tan solo tengo que decir mi nombre y esto se grabara para la posteridad?

El Longma asintió.

―¿Debo decir forzosamente el nombre que me toca por sangre? ¿Qué pasaría si deseara cambiarlo?

El zorro contestó: ―Puedes cambiarlo si lo deseas. Ningún emperador está forzado a mantener el nombre que por defecto le toca. Es una decisión personal. Pero una vez que quede grabado jamás cambiará.

Yu Xuanyuan asintió.

Sinceramente, no planeaba cambiarlo, solo deseaba saber si las reglas cambiaban en su posición a como fue con los otros emperadores o reyes. Como A-Cheng que había decidido seguir usando el nombre de Shennong cuando las tribus que dirigía habían decidido nombrarle rey de sus tierras.

Nombre.

Un nombre.

Yu Xuanyuan no era bueno nombrando cosas, mucho menos personas. Sus elecciones eran bastante excéntricas y extrañas. Aunque no le importaba lo que otros pensaran de él sobre su verdadera forma de ser, no creía que fuera buena idea pasar a la historia como un loco si deseaba unificar los corazones de YuZhong en uno.

Entonces un nombre.

―¿Debo elegir colocar algo más además de mi nombre?

―Cualquier orden o adición es posible. Todo depende de usted.

―¿Cualquiera de verdad?

―Claro.

―¿Incluso algo exagerado como… “El Gran Ancestro Yu Laoying”?

Y entonces el rollo de oro divino comenzó a brillar de forma cegadora.

La tierra tembló y los cielos se abrieron despejándolo de las nubes que lo cubrían. Las personas presentes en el Palacio como en el mausoleo miraron como la imagen de tres dragones hechos de energía dorada salió del Gran Mausoleo Ancestral.

Abriéndose camino sobre el cielo formaron una gran nube dorada y una onda sónica de brillante energía de ese color se abrió paso por las tierras de YuZhong pasando por las tribus y sus templos de Tianzi.

Y sobre las placas de aquellas estatuas de un gran dragón Yu, un nombre fue inscrito.

Las personas miraron maravilladas. Incluso en la tribu Tang un joven XueBao humano había entrado hasta llegar a la tablilla y mirar como aquella energía había hecho la inscripción de esos caracteres en especial.

“El Gran Ancestro Yu Laoying”

Los ojos dorados de Tang Zhan brillaron con emoción. Leyendo cada carácter, sintió que aquellas palabras eran las más adecuadas para alguien tan admirable como Tianzi Huangdi Bixia.

Pero dentro de una cascada divina un Tianzi no se sentía muy contento con lo que acababa de pasar. La sonrisa nerviosa decoraba el rostro paralizado que había perdido todo color.

Los caracteres de “El Gran Ancestro Yu Laoying” eran visibles en aquel rollo dorado. La voz de un Huli Jing llegó a él: ―¿El título que ha elegido es lo que deseaba inscribir?

Yu Xuanyuan dio una risa sin gracia antes de decir: ―Me puse algo nervioso. ¿Creen que podamos modifi-

―¡NO!―se negaron todos en el acto.

El Longma solo negó con la cabeza suspirando.

Yu Xuanyuan estaba seguro de que cuando su madre se enterará de lo que paso en ese momento, sin duda se burlaría de él. Pudiendo escoger el carácter “Xuan” de su nombre de todos los caracteres que pudo poner lado del carácter “Lao” fue “Ying” de niño. Además de que “El Gran Ancestro Yu Laoying” sonaba más presuntuoso de lo que jamás había querido.

Yu Xuanyuan se avergonzaría de esto toda su vida durante millones de vidas.

Ah, lo que sea, lo que sea.

La voz de un Huli Jing llegó a sus oídos. ―Su Alteza Imperial. A partir de ahora será conocido como El Gran Ancestro Yu Laoying. No considere esto un error y abrace ese nombre con orgullo, porque sus descendientes le llamaran de esa manera.

Yu Xuanyuan aceptó en silencio. El segundo Huli Jing habló. ―Cuando salga de esta cueva será “El Gran Ancestro Yu Laoying”. Lleve con orgullo ese nombre y trabaje duro para darle un sentido digno de este.

Yu Xuanyuan dio un asentimiento tomando aquellas palabras como una misión que debía cumplir. Sus ojos se encontraron con el Longma. Dorado y jade se miraron y el Longma lo supo.

No había hecho una mala elección. No importaba lo desvergonzado y despreocupado que parecía. Los sentimientos que podía detectar en su corazón sin duda coincidían con lo que había visto en su espíritu para aceptar convertirse en el compañero de viaje de aquel dragón.

Entonces Yu Xuanyuan escuchó una voz en su interior: ―Tu sueño no será fácil de cumplir. Eres Dios ante los ojos de los humanos, pero sus corazones son muy volubles. No puedes controlar sus naturalezas ni sus voluntades. ¿Lo entiendes?

―… Lo hago.

―La guerra es una de las mayores atrocidades creadas por los humanos, pero terriblemente no es algo que pueda borrarse ni evitarse para siempre. Tendrás que hacer cosas que no quieres hacer y algunas veces deberás endurecer tu corazón para priorizar el bienestar de la mayoría.

―Yo… quiero crear un mundo donde todos sean iguales y ayudar a la humanidad.

El Longma le miró en silencio, su ceño se frunció antes de que sus palabras salieran en la lengua Longma de sus labios.

―Bixia, ¿Qué es humanidad para ti ahora?

―… El sentimiento que Leizu me enseñó… proteger a otros a través del amor, la empatía y los lazos que se pueden formar cuando te preocupas por otros. Mi sueño es ayudar a preservar la humanidad en los corazones y si ser Dios puede ayudarme a mi objetivo lo aceptaré con honor.

―Entonces recuerda estas palabras, es por tu propio bien… no puedes salvarlos a todos.

Y la sonrisa de Yu Xuanyuan desapareció.

Aquellas palabras calaron en lo más profundo de su ser, como un recuerdo amargo de algo que no pudo hacer hacía mucho tiempo atrás. Las palabras de Leizu resonaron en su cabeza y se preguntó internamente si esta vez, a pesar de todo, podrían los humanos comprender su existencia sin el temor que le llevó a buscar protegerse de su ser.

―Si realmente quieres ayudar a la humanidad, no cargues sobre tus hombros el peso de pensar que este mundo es tu responsabilidad. La vida es efímera, las decisiones pueden trazar caminos incorrectos y aun si aquel que llaman Dios intenta cambiar los corazones de la gente está en las manos de esa gente decidir si tomar el mejor camino para sí mismo o cegarse en su propia arrogancia. ¿Lo comprende, mi Señor?

―… Lo hago.

―Bien, entonces llegó la hora de que usted pueda recuperar esto.

Y ante Yu Xuanyuan un joven Huli Jing se acercó a él con un cojín dorado entre sus manos, sobre este un objeto yacía cubierto por seda violeta, aquello le fue presentado y cuando el velo desapareció él pudo notar de que se trataba.

Sobre aquel cojín se encontraba una gran corona de oro puro, dragones de elegantes formas rodeaban la base de la misma. Entre los dragones preciosamente tallados de forma realista, hermosas esferas de jade representaban los universos que había creado accidentalmente al buscar nacer en este mundo en un cuerpo temporal.

Y ahí en el centro de esa corona, un precioso diamante yacía sujetado por el diseño de aquella corona, había sido hecho considerando los recuerdos que se tenían sobre la antigua era de la tierra y las dinastías de lo que un día fueron los imperios del oriente.

HuaZhong había desaparecido hacía mucho y un conjunto de países se volvieron uno. Yu se volvió en un conjunto de tradiciones y culturas que HuangYu creo sin querer en esas antiguas eras y al final ahora estaba aquí ante lo que fue su propia decisión.

Algo que había aprendido durante años en las estrellas y que había recordado cuando por fin pudo recuperar sus memorias como HuangYu, fue que el poder y Dios eran dos conceptos que aun si no quería estaban juntos.

Si para poder proteger a esta gente tanto como pudiera, a su YuZhong y cada país y continente de este mundo, a este universo debía asumir la responsabilidad de haberle dado una nueva oportunidad a este mundo y protegerlo con todo el poder que como un Yu podía tener. Y esta corona era el máximo símbolo de ello.

Hacía mucho tiempo un emperador había asumido nombrarse a sí mismo el Hijo del Cielo, Tianzi contra las voluntades de otros. Entre las tragedias que su vida amerito y aquellas decisiones que le convirtieron en un emperador temido, decidió volverse un tirano al ser el primer Emperador de HuaZhong.

Yu Xuanyuan por su parte, había sido aceptado por la gente de YuZhong y era esa misma gente que le había llevado a este punto. Ser un emperador visto como una esperanza era una carga tan grande como ser el mayor tirano que tomó un país entre sus manos. Pero Yu Xuanyuan por nada del mundo desearía tomar el segundo camino, jamás podría con una carga como esa.

La voz del Longma le sacó de sus pensamientos. ―Mi Señor, ¿está listo para el siguiente paso?

Y con una mirada determinada habló. ―Sí, estoy listo. Hagamos esto.

 

 

 

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Cuando el golpe de los tambores anunció el pronto surgimiento del ser que gobernaría los Tres Reinos, el cielo, la tierra y el inframundo, los ojos curiosos de la interminable audiencia miraron con atención hacia la cascada donde el Príncipe Heredero Yu había entrado.

Entre la audiencia de las casas reales, Yu Shennong miró con seriedad hacia la cascada, las prismáticas túnicas tradicionales de la ceremonia le vestían. Shen Sang se colgaba de su brazo mirando con emoción, su voz fue dulce.

―Estás preocupado.

Yu Shennong no dijo nada, su pareja le conocía mejor de lo que él mismo lo hacía. Shen Sang tan solo dio una suave sonrisa, su abanico se movió con elegancia en su diestra y cerrándolo suavemente la punta del abanico pico sobre la mejilla de Yu Shennong, como un lindo coqueteo. Tal como cuando aún eran unas crías y Shen Sang coqueteaba con él buscando mostrarle sus sentimientos.

―¿Qué es lo que te preocupa?

Yu Shennong miró seriamente aquella cascada, la sensación de incomodidad que había tenido desde que su hermano le expresó su sentir no lo había abandonado y con seriedad respondió. ―Los humanos no entienden lo que realmente significa Dios, él solo desea ayudar a este mundo, no sé lo que pasará en el futuro, pero… si esos humanos se atreven a lastimarlo… jamás se los perdonaré.

El sonido del gong rompió con la espera, y ante todos Yu Xuanyuan salió de la cascada, sus grandes alas se extendieron junto a las hermosas túnicas que portaba y ante los ojos de todos aquellas túnicas lentamente se fueron decorando con la belleza de brillantes tonos amarillos y dorados que recordaban a las hermosas y brillantes estrellas amarillas en los cielos.

La resplandeciente aura dorada del emperador fue tan deslumbrante como la corona que portaba sobre su cabeza en medio de sus dos astas, las cadenas con piedras que colgaban al frente se agitaron como los cascabeles y campanillas que componían la joyería que representaba los materiales de los que estaba hecho el cuerpo primordial de un Yu.

El oro blanco y la plata. Los diamantes, las gemas y el jade. Un recuerdo constante del lugar de su origen. De lo que Yu formó para proteger la vida que la luz creaba y la misma que la conciencia primordial amaba.

Con gracia el pie de Yu Xuanyuan tocó el suelo, las dos espadas que ahora representaban su poder colgaban adecuadamente de su cinturón. Bordados de dragones se unieron a las flores de las túnicas que portaba junto a un colgante de jade que yacía atado en su cinturón.

Ante la gran audiencia en los escalones que eran atravesados por el gran pasillo con un dragón grabado que retrataba la primera forma del Gran Yu, dos filas se formaron por varias personas pasando ante el emperador.

Aquellos que representaban a los Ministros de Tianzi Huangdi Bixia se abrieron paso. Túnicas blancas y largas con bordes dorados decoradas con bordados blancos que representaban cada clan bestial se ondearon ante sus pasos. Sus cabellos y rostros yacían cubiertos con velos y seda blancos, el emblema de Tianzi Huangdi Bixia bordado con orgullo tanto en sus espaldas como faldas brillaron en hilo dorado. 

Tal como hicieron los ministros, cuatro filas más se formaron por personas vestidas de verde jade y violeta, el consejo de ancianos que había sido escogido adecuadamente fue notable para Yu Xuanyuan. Y una más en donde varias bestias vestidas con túnicas rojas con armaduras plateadas que serían la guardia imperial se abrió paso cerrando la formación.

Él no necesitaba verlo para saber quiénes eran esas personas. Entre ellas, varios de sus antiguos profesores se presentaron ante Yu Xuanyuan vistiendo las túnicas blancas pertenecientes a los ministros del palacio, distinguidas únicamente por los bordados característicos de cada clan mostrando con orgullo su sangre.

El mayor de todos, una Bestia Ancestral del Clan Águila Jue era sin duda el maestro Jue Shuoyue quien se encargaría de liderar el equipo de estrategia. A su lado una Bestia Ancestral del Clan Serpiente Xiao era sin duda Xiao Liebing, a su lado un Huli Jing de la subrama Yuan del Clan Bestial Shen estaba de pie, esa persona tan amable era Yuan Hensheng.

Del otro lado, el equipo de purificación conformado por el miembro del Clan Ciervo Bailu, Xiang Wang-Ji, el eficiente Li Suihua del clan Cuervo Wuya y el siempre elegante e impresionante, la Bestia Ancestral del Clan XueBao, Tang Bichen se mantenían en una pose armónica.

No eran tan opuestos al equipo de protección conformado por las panteras del Clan Bestial Zhen, Zhen Zidian y Zhen Sandu junto a Shizun. A lado de Shizun Huo Baxia del Clan Huo León, yacía de pie orgulloso y elegante.

Y al final el equipo Wei Fuxue del Clan Huoduo Wei junto a Bai Shuanghua se mantuvieron de pie con sonrisas orgullosas mirando tras sus velos a su ahora emperador.

Zhen QingMu, Huo XinFeng, Xiao WenLing, Mao QingWen, Mao Qionglin, Shen ShiQing, Shen ShiWu, Wu HongHua, Li XuanHe, Li YinYu, Jue LangQiu, Huo Yizhen. Huo Mingjue, los hermanos Huo Yushi, Huo MingPei y Huo RongGuang así como Bai XuanJi. La familia de Mao WuJun, su esposo Wu NiangMei y su hijo Mao XianLe. Wu JianLan, Xiao Xingchen, Li LanSong, Mao Ling el Famoso Meng Mo. Zhen LiuGe y su hermana Zhen Mingyang, Jue YueQi, Li FangMu, Bai QiQi, Xiao FengShang, Wei Qingwei, Tang XiaXue y Zhen Hualing.

Cada uno de ellos, todos ellos, alguna vez habían sido sus maestros, guías, guardianes. Personas que conocía que trabajarían arduamente por crear un futuro próspero para este mundo junto a él. Personas que sabía estaban dispuestas a ayudarle a crear el mundo que Leizu deseo alguna vez mirar y aquel por el que había restaurado la vida en este planeta.

Y ante el Reino Celestial, ante el Reino Mortal y el Reino Espiritual, aquel decreto fue dado.

―¡Ante los cielos, la tierra y el mundo de los muertos, el primero de su generación! ¡Su Alteza Imperial el Príncipe Heredero del Imperio Yu, Yu Xuanyuan ahora el Gran Ancestro Yu Laoying! ¡Su Majestad Imperial, el Hijo del Cielo! ¡Larga vida al Gran Ancestro de las Bestias Ancestrales! ¡Cien años, mil años, diez mil años al Ancestro Xuanyuan! ¡Por siempre en la eternidad bendecida por los cielos seas en la infinita inmortalidad del universo, su Gracia Tianzi Huangdi Bixia!

Con ovaciones, animales, Bestias Ancestrales y Bestias Humanas celebraron el ascenso de su Gran Señor, fuegos artificiales alumbraron el cielo en donde los caracteres Tianzi Huangdi Bixia fueron rodeados por una serie de pétalos de flores de loto sostenidos a un dragón formando un círculo que parecía un sol, representando así el simbolismo más sagrado de Yu.

El camino de transición de la conciencia primordial entre la vida, la muerte y el resurgimiento, convirtiéndose en un dragón.

El símbolo de la Llave de Memoria Multiversal que había creado para proteger a la perla multiversal del resentimiento, la base absoluta del Yin y Yang formado por dos piezas. El símbolo de la muerte y la vida, la destrucción y la creación. El símbolo del devorador de mundos, Agrab y la estrella Frubrei.

El Sello del Tigre Estigio.

Y sobre el sello, un dragón sosteniendo una perla que representaba el universo visible se posó representando al Gran Yu siendo iluminado por la luz de la estrella que lo comenzó todo.

Todo era por Leizu, todo sería por Leizu y para Leizu él unificaría este mundo, él construiría un mundo gobernado por el sentimiento de humanidad.

Y con aquel pensamiento en mente, Yu Laoying dio un golpe directo contra la piedra con la punta de la gran espada del dragón y un gran rugido emergió de su garganta, marcando así el comienzo de una nueva era.

La fiesta, tal como el Emperador de los Tres Reinos, ordenó abrir lugares tanto para Bestias humanas como para Bestias Ancestrales, permitiendo que cada uno pudiera disfrutar del gran evento. Los Huli Jing y los fénix celebraron con vino, tal como los lobos y los leopardos de las nieves.

Los Caballos Celestiales y los Qilin comieron felices entre los grandes campos con el mejor pasto celestial. Las sirenas celebraron nadando en los lagos celestiales, jugando entre las cascadas divinas junto a los Nian y los Bashes.

Los Huoduo Mao encendieron el fuego para asar piedra de jade para el banquete dirigido por el maestro de cocina perteneciente al Clan de tigres Bai, el Cocinero Bai Zhu, mientras los Pixius depositaban varias pequeñas piezas de diversos colores sobre las planchas, hechas por la caverna de energía dorada que eran sus estómagos.

El jade era el mejor alimento para una Bestia Ancestral, rebosante en energía dorada de millones de estrellas. Al igual que la energía que tomaban felizmente con túnicas ligeras de solo una o dos capas que permitía que la radiación solar entrara en sus estómagos.

Los ministros, generales y concejeros conversaron entre ellos. Los hermanos Zhen, Zhen Zidian y Zhen Sandu bromearon alegremente con la pareja conformada por el ministro Mao Dongxing y Tang Bichen, disfrutando de los chismes que los mejores amigos Huo Baxia, Yuan Hensheng y Jue Shuoyue contaron mientras Xiang Wang-Ji, Xiao Liebing, Wei Fuxue, Bai Shuanghua y Li Suihua reían y bebían por sus ocurrencias.

En el área de licores, los hermanos Huo RongGuang, Huo MingPei junto a su esposa Bai XuanJi, Xiao WenLing, Huo Mingjue y Huo Yizhen incitaban al Huli Jing Shen ShiWu a beber una gran jarra de licor mientras su hermano Shen ShiQing, Zhen Hualing, Jue LangQiu y Wu HongHua se burlaban de su aspecto desesperado por no poder más, pero no se detenía porque estaba en una competencia contra su mejor amigo y rival Li XuanHe.

Del otro lado, en el área de reposo, Mao QingWen y su esposo Feng Qingyang conversaban junto a su hermano Mao Qionglin y su esposa Feng QinSu, Huo Yushi, Wu JianLan, Xiao Xingchen, Li LanSong y Li YinYu mientras negaban con vergüenza viendo el ruido y desastre que se hacía en la otra mesa mientras la competencia continuaba.

Del otro lado, en el área de bocadillos, Mao XianLe conversaba junto a Zhen QingMu, Huo XinFeng y sus padres bromeando de vez en cuando con Mao WuJun ante la broma de Zhen QingMu sobre qué pasaría si un día XianLe se casara. Wu NiangMei solo podía consolar a su pobre esposo diciéndole que no tenía que preocuparse porque su bebé no estaba interesado en aparearse jamás.

Y en una mesa más tranquila, Mao Ling conversaba con los maestros Zhen LiuGe, Zhen Mingyan, Jue YueQi, Li FangMu, Bai QiQi mientras del otro lado el ciervo Xiao FengShang bromeaba junto a Wei Qingwei mientras sus ojos no dejaban de ver al leopardo Tang XiaXue que comía bollos.

Del otro lado el general Mao Binghe conversaba con su padre y sus tíos mientras miraba con atención al pequeño A-Yang que jugaba junto a Feng Xuanyu y la pequeña Li Qing.

Cuando los ojos del pequeño lobo se encontraron con la imagen brillante del Emperador de los Tres Reinos conversando con el aterrador Yu Shennong el desvergonzado cachorro no dudo en correr emocionado a él abrazándose de Yu Xuanyuan.

―¡Shizun! ¡Shizun! ¡Shizun!

Con una sonrisa en los labios, Yu Xuanyuan se dio la vuelta enfrentando con la imagen del pequeño lobo de sonrisa traviesa que amaba los dulces. Aquel cachorro había heredado la sonrisa traviesa de su Baibriam que hacían que los brillantes colmillos destacaran sobre sus labios. Los bonitos ojos claros del cachorro se iluminaron cuando le miró y su colita se movió alegremente.

Mao Yangmei era el hijo de uno de sus preciados maestros y de Yuan Hensheng, era un chiquillo travieso que desde que había conocido a Yu Xuanyuan no había dudado en pegarse a él mostrando su inmensa admiración llamándolo Shizun desde hace tiempo. Por lo que Yu Shennong no pareció en absoluto sorprendido por el descaro del mocoso de interrumpir una conversación.

―A-Yang, pequeño travieso, ¿Por qué estás corriendo en los pasillos?―aun a pesar de sus palabras que fingían un regaño, Yu Xuanyuan tomó en brazos al pequeño A-Yang que pronto cumpliría diez años, su colita se movía alegre y sus orejas brincaron llenas de alegría cuando Yu Xuanyuan lo perfumó suavemente con sus flores de loto.

―¡Quería verte, Shizun! ¡Muchas felicidades por tu cumpleaños y tu coronación el mismo día! Dribrian, Baibriam y A-Yang buscamos por doquier el mejor de los regalos para ti.

―Gracias, A-Yang. Estoy seguro de que si lo elegiste tú, será el mejor de todos.

Desde su lugar Hensheng lo reprendió. ―¡A-Yang, no molestes a Bixia!

Y el cachorro se quejó con las mejillas infladas. ―¡A-Yang no está molestando a Shizun, A-Yang vino a felicitarlo por su cumpleaños!

Con un gesto, Yu Xuanyuan le aclaró a su ministro que no tenía que preocuparse, pues el cachorro no era una molestia. Yuan Hensheng solo suspiró regresando a su conversación. ―De verdad, ¿Qué haré con ese mocoso? Cada día es más desvergonzado.

Mao Dongxing bromeó. ―Con una influencia como la de Bixia no esperes que no se vuelva más desvergonzado.

―¡No me maldigas, Dongxing!

Zhen Zidian habló en tono burlón. ―Tú no eres quién para quejarte, zorro desvergonzado, ese mocoso heredó tu carácter. Quien realmente sufrirá mucho por eso será su Dribrian. Tener un Hensheng ya es suficiente para ahora tener dos.

―¡Qué cruel, DianDian! Mi carácter fue precisamente lo que lo conquistó. Estoy seguro de que se sentirá bendecido de tener dos como yo. No todos tienen su suerte.

Con sus ojos sobre el cachorro que conversaba con el Emperador, Bichen preguntó:―Por cierto, ¿cómo le estará yendo al mocoso?

Dongxing respondió completamente seguro de ello. ―Con lo mucho que le gustan los niños, seguramente debe estar muy feliz de hacerse cargo de la seguridad de los pequeños cachorros humanos en el templo principal.

Huo Baxia no pudo evitar bromear codeando a Yuan Hensheng. ―Deberías cuidarte porque si es así a este paso regresará queriendo pedirte un cachorro más.

Jue Shuoyue no pudo evitar reír. ―¿Eso significa que debemos preparar una fiesta de primer año de una vez?

Xiao Liebing colocó su mano en el hombro de Yuan Hensheng. ―Tienes mis condolencias, mucha suerte, Jiabrie.

Todos asintieron estando de acuerdo con el ciervo.

―Todos ustedes son tan crueles conmigo. Supongo que no habrá otra opción, esta noche haremos el siguiente bebé. Con lo fértil que es un intento bastará, pero por las dudas lo intentaremos tres veces más y una por compensación.

Mao Dongxing se quejó. ―¡Hensheng, yo no quería saber eso!

―Mejor en vez de quejarte porque no nos cuentan, ¿ustedes para cuando tendrán hijos?

Todos pasaron sus miradas al leopardo y el lobo que de inmediato formaron expresiones de horror.

―Ni lo intentes, Hensheng, Bichen y yo cerramos la fábrica mucho antes de que siquiera algo pasara. Jamás tendremos hijos, somos muy felices, así como estamos.

―Dongxing tiene razón, hay bestias que nacieron con el deseo de tener hijos, luego estamos nosotros, les dejamos eso de repoblar la tierra a ustedes. No cuenten con nosotros.

―Es cierto, además, después de criar a un adolescente, la poca curiosidad que tenía por el tema desapareció. Con un adolescente como ese. ―Señaló a Yu Xuanyuan.―Créeme, con ese es suficiente.

Zhen Zidian estuvo de acuerdo. ―Es cierto, después de los míos y de Shennong ganas es lo que menos tengo de volver a criar a un adolescente.

―¿Qué hay de ti, Shuoyue?―Preguntó Huo Baxia con malicia. ―¿Cuándo tendrás hijos?

El rostro de Jue Shuoyue se puso tan pálido como la porcelana, una mueca de horror y asco decoró su rostro. ―Oh no, eso nunca pasará. Solo una vez en mi vida vi demasiado cerca genitales que no eran míos y fue porque ayudé a una persona a dar a luz y con eso tuve suficiente para jamás, nunca en miles de vidas querer volver a tener algo que ver con genitales ajenos. Que los cielos me protejan de tal destino.

Sin poder evitarlo, todos se rieron de su amigo disfrutando de las bebidas y la convivencia con las personas que trabajarían por cumplir el sueño de su Gran Señor, quien saludaba a cada invitado conversando y riendo alegre como siempre desde que había decidido nacer como Yu Ying.

Shen Tongyushi caminó felizmente a través de la gente mirando con alegría la fiesta que habían hecho para su dulce A-Ying. La seda de paz blanca con esmeralda y jade se extendió por el piso de mármol, perfectamente ajustada a su figura, su corpiño decorado con una flor de hortensia mostraba con orgullo la amplitud de su generoso pecho y sus caderas se movieron con gracia dándole un lindo toque a su andar al ritmo de sus espesas colas de Huli Jing blancas como la nieve.

Shen Tongyushi era una persona ampliamente orgullosa de su propio aspecto, no había bestia que no pensara que era hermosa, pero ella jamás se permitiría llegar al punto de la egolatría. Como la nana de la familia imperial Yu, Shen Tongyushi estaba muy orgullosa de mirar como el pequeño fideo que se aferraba a sus túnicas pidiéndole que le contara historias sobre las estrellas, ahora se había convertido en una bestia sabia y generosa digna de dirigir el país que lo adoraba.

Mientras caminaba entre la gente, siendo seguida por su séquito de pequeños estudiantes, una dulce sonrisa decoraba sus labios pintados de carmín, mientras sus colas se movían orgullosas y sus orejas se mantenían en lo alto tan blancas como el hermoso cabello peinado en un elegante moño decorado con horquillas.

Shen Tongyushi saludó felizmente a unos ciervos antes de aceptar tomar un bocadillo de frutas del dragón sonriente deliciosas en energía dorada y continuar con su camino preguntando a los invitados si se les ofrecía algo hasta que una voz le llamó.

―Señora Tong.

Con gracia y elegancia, Shen Tongyushi se dio la vuelta encontrándose con uno de los suyos. Las elegantes túnicas verdes del príncipe Shen Yuanqiu, el antiguo heredero al trono del imperio Shen que dejó todo eso por amor eran tan hermosas como su sonrisa. Shen Tongyushi habló. ―Shen Yuanqiu, me alegra ver que has venido.

―De la misma manera, señora Tong. Ha pasado un tiempo desde la última vez.

―Debes sentirte muy orgulloso que el pequeño discípulo que se dormía en tu clase por soñar con estrellas ahora es todo un adulto.

―Hmn, realmente estoy orgulloso. ―Con nostalgia, Shen Yuanqiu miró la lejana figura de Yu Xuanyuan en el fondo, saludando a sus invitados, conversando con ellos riendo felizmente. El cachorro que alguna vez fue ya no estaba ahí, aun si su inocencia y pureza lo hacían. Realmente ya era un adulto y uno que gobernaría sobre los Tres Reinos. ―Ah, realmente el pequeño bollo creció.

Shen Tongyushi estuvo de acuerdo, un suave toque de tristeza la abrazó. ―Hmn, aun cuando viven tantos años, es sorprendente cuan rápido crecen los dragones. Se siente como si fuera ayer que el pequeño A-Ying corría tras de ti con una flor en la mano, pidiéndote que te casaras con él.

―Ah, Señora Tong.

―Y eso que no hemos hablado de todas las canciones y poemas de amor que te escribió cuando apenas era un lindo bollito enamorado.

―¿Acaso alguien en este palacio podría ya no recordar algo así? ―con un tono lamentable, Shen Yuanqiu se quejó. Naturalmente, los sentimientos de un niño por un adulto en quien confiaba eran como los sentimientos de un joven que solo lo admiraba y apreciaba como uno de sus maestros. Pero realmente su maestra sin duda le gustaba burlarse de él por ello.

Con una sonrisa burlona que claramente no hablaba en serio, Shen Tongyushi contestó. ―Mientras él no se enamore, no. ―Shen Yuanqiu solo suspiro. ―Tienes un encanto impresionante, A-Yuan. Los corazones puros de los jóvenes discípulos no pueden simplemente escapar de tu encanto, no hay niño que no confié en tu dulce corazón.

―¿Acaso este karma me perseguirá en cada una de mis vidas?

Shen Tongyushi solo se pudo burlar. ―No lo dudes, querido. Naciste para ser amado, pero no juegues mucho con los corazones de mis pequeños. Son demasiado jóvenes para sufrir por amor.

―¡Maestro Shen!

Cuando la figura llamativa y brillante de Yu Xuanyuan llenó su campo de visión, ni Shen Yuanqiu ni Shen Tongyushi pudieron evitar que el Emperador tomara entre brazos al Huli Jing y girara con él con una sonrisa.

―¡Maestro Shen, realmente estás aquí!

Con una risa, Shen Tongyushi disfrutó de la escena como los invitados. Entre las bestias, la timidez por las muestras de afecto no eran algo mal vista o malinterpretadas. Su cultura fomentaba el aprecio como el demostrarlo, porque los sentimientos como el deseo de expresarlos era la mejor muestra de cuan vivos estaban y cuanto derecho tenían de amar.

Y aun así Shen Yuanqiu no pudo evitar ponerse rojo reclamando con suaves golpes de abanico al emperador por su osadía mientras dos Huoduos Mao miraban aquella escena con rostros oscurecidos.

Una vez que le dejo en el suelo y tras algunas reprimendas con palmaditas sobre sus mejillas por actuar aún como un niño, Shen Yuanqiu aceptó frotar narices con su estudiante, quien muy feliz habló. ―Maestro Shen, cuando escuche que ibas a venir me puse muy feliz, pero me preocupe al no poder verte en la ceremonia. Me alegra que estés aquí.

―No podría perdérmelo. Has crecido tanto, tenía que ver con mis propios ojos como mi pequeño estudiante por fin era visto como un adulto por los Tres Reinos. Pero por lo visto aún eres un niño.

Con una expresión infantil Yu Xuanyuan se quejó. ―¡No lo soy! Ya soy todo un adulto, y uno que está muy feliz porque las bestias humanas al fin han podido venir. ―Una hermosa y deslumbrante sonrisa decoró sus labios. ―¡Todos son tan pequeñitos y adorables, Maestro Shen! Todos parecen tan felices y animados de poder mirar más de cerca la montaña, pero parecen aún un poco asustados con todos nosotros. Aunque pueden pasar a esta sección aun no se acercan.

―No te preocupes, es normal. Los humanos son pequeños y ahora tienen instintos animales como sus ancestros. Entre más grande, más aterrador, así funciona para cualquiera, pero es cuestión de tiempo que ellos se acostumbren.

Saludando a todos mientras agradecía a las manadas por asistir, Yu Xuanyuan caminó en medio de los Huli Jing con sus brazos, abrazando los hombros de los zorros. ―Nana, ¿crees que fui demasiado efusivo con presentarlos a todos con nuestra gente?

―No, Jaghan. Creo al igual que Shen Yuanqiu que solo es cuestión de tiempo. Después de todo, los humanos no pueden ver tan seguido estas tierras y nuestra gente, pero cuando entiendan que en realidad más que un Dios deseas ser su amigo, ellos abrirán sus corazones para ti.

Yu Xuanyuan sonrió con alegría.

Humanos.

Sin poder evitarlo, aquella persona vino a su cabeza. El hermoso humano que pidió aquel deseo. Sus hermosos ojos dorados como el oro le hicieron pensar en los recuerdos que tenía sobre su Leizu. El gen que había traído a los humanos y el que pudo salvar de la gran guerra que destruyo la vida fue el de Huanxi. Los humanos habían nacido de este y los Tang tanto humanos como bestiales de sangre pura tenían los mismos ojos que Leizu como la bendición de la estrella. Por lo que encontrarle sería difícil.

Pero jamás pensó que escucharía la oración de una hermosa persona Tang.

―Nana, yo… el día de hoy escu-

―¡Su Majestad! ¡Majestad! ¡Tienes que venir a abrir tus regalos de cumpleaños! He trabajado en buscar a las mejores bestias para la tarea. ¡Ven, ven, tenemos que verlos, están listos para trabajar!―. La voz de Shen Shang llegó a los oídos de Yu Xuanyuan. Las palabras fueron cortadas cuando su cuñado llegó a él y tomándolo de los hombros, tiró de él llevando al emperador junto a un grupo de alegres Huli Jings quienes entre risas se robaron al emperador ante un par de sonrientes Shen.

―¡Maestro Shen, Niangka ayúdenme! ¡Estoy siendo secuestrado!―reclamó dramáticamente entre risas.

―No te ves muy preocupado para estar siendo secuestrado. ―Se burló Shen Yuanqiu.

Yu Xuanyuan tomó asiento en el trono de oro, los dragones lo decoraban recordando su posición, pero el material en el que había sido hecho era más un dulce recuerdo del lugar donde venía. Los Huli Jing y felinos tomaron asiento en el área de música. Los maestros purificadores tocaron suavemente, siendo dirigidos por el maestro Shen Yuanqiu y Shen Tongyushi.

Sus finos dedos tocaron los guqin de madera blanca, mientras el dizi, la pipa y demás instrumentos tocaron junto a los cascabeles una alegre melodía suave como la música de las estrellas mientras los emperadores presentaban ante el Señor de los Tres Reinos sus obsequios.

Cada señor paso al frente ofreciendo cálidos regalos, las palabras familiares de aquellos que le conocieron desde la más tierna infancia.

Con gentiles palabras le desearon suerte en su nueva posición, regalos como piezas de jade extraídas de Kunlun con el sabor más delicioso. Diamantes con un tipo de corte especial que podría ayudarle con la refracción de la luz en alguno de sus inventos en los que estaba trabajando últimamente, como cristales y flores medicinales que podrían ayudarle en un nuevo medicamento.

Los señores de YuZhong eran conscientes que desde muy pequeño al pequeño Príncipe Heredero Yu más que los lujos o las cosas bonitas le gustaban más los sabores exquisitos y los artilugios que podría usar en sus inventos.

El ahora Emperador de los Tres Reinos valoraba más la intención de realmente valorar sus intereses que intentar ganar su favor con regalos vacíos inservibles. Y Shen Tongyushi estaba bastante orgullosa de la nobleza y sencillez de su pequeño dragón que ahora era un emperador.

Ante los ojos de Shen Tongyushi muchas bestias se abrieron paso, algunos ministros del norte Tang, otros del sur Mao y otros de Zhen y Shen ofrecieron sus respetos. Yu Xuanyuan habló con cada uno de ellos alegremente. Algunos sirvientes se acercaron al emperador ofreciéndole jade cocinado por los Pixius y Huoduos. Yu Xuanyuan amaba el jade como amaba la vida, aun cuando no había estado interesado aún en el jade que hablaba sobre el placer y el erotismo.

Shen Sang, como podría esperarse del chico y su séquito, le ofrecieron una serie de pequeñas enciclopedias de libros amarillos haciendo reír a Yu Xuanyuan mientras el escandalizado Yu Shennong le reprendía suavemente por ello. Con una sonrisa alegre prometiendo que los leería, Yu Xuanyuan le dio pase a los ministros que trabajarían con él.

Tal como los señores de clanes, sus ministros le presentaron sus regalos, brillantes sonrisas y bromas decoraron la sala mientras los elegantes dedos de Shen Tongyushi se concentraban en las cuerdas del guqin sin permitir que ni una sola de sus notas fallaran en la composición que habían hecho como un presente para su Gran Señor.

Cuando llegó el momento de los emperadores de los Seis Clanes, las bestias se abrieron paso hacia el trono del Emperador de los Tres Reinos. A diferencia de los regalos que le fueron dados durante la ceremonia, los regalos de cumpleaños al Emperador fueron mucho más sencillos y significativos en un sentido personal.

Yu Xuanyuan, el joven príncipe que habían visto crecer desde hacía generaciones. El joven príncipe que siempre fue fiel a su deseo de preservar la humanidad y el niño curioso, lleno de preguntas que siempre buscaba respuestas, incluso donde parecía no haberlas. Para muchos en aquella corte Yu Xuanyuan no solo era su nuevo gobernante, sino el discípulo, el hijo, el estudiante, el pequeño niño que ayudaron a criar con amor, respeto y humildad.

Y el mismo que merecía los presentes más valiosos que sus corazones podrían ofrecer.

El Emperador Shen pasó al frente, su rostro serio que parecía amargado como siempre se iluminó ante el mocoso que ahora gobernaría los Tres Reinos. Con gentileza, el Emperador Shen Jiuqiu ofreció para el emperador un guqin hecho en jade celestial.

―Tianzi Huangdi Bixia, este emperador te desea la absoluta felicidad en este tu cumpleaños. Anhelo que el imperio que deseas construir logre ser una verdad que supere tus propias expectativas. Con nostalgia espero que este guqin te recuerde los viejos tiempos cuando jugabas en mi palacio y me pedías que tocara las más bellas canciones para ti. Feliz cumpleaños, Xuanyuan.

―¡Muchas gracias, Tío Shen, yo-

Y con una expresión seria y amenazante el Huli Jing lo interrumpió. ―Ahora eres un adulto y un emperador, si te atreves a holgazanear y buscar a Yuanqiu-gege como un mocoso enamorado otra vez, te mataré.

El terror se apoderó del corazón de Yu Xuanyuan mientras las notas de Shen Yuanqiu fallaban en el guqin atrapado por la vergüenza. Con una expresión dramática, el emperador pasó sus ojos al lobo Mao que estaba a su lado.

―¡Shizun, protégeme del aterrador Tío Shen!

Tan solo para descubrir que Mao Dongxing tenía la misma expresión. ―De hecho, yo también te iba a hacer la misma amenaza.

―¡Shizun!

Zhen Zidian levantó la mano entre la audiencia hacia el emperador. ―¡Yo también le iba a hacer la misma amenaza, Señor!

Tang Bichen y Yuan Hensheng les dieron la razón levantando su mano. ―¡Nosotros también, Bixia!

Aunque no era así, los Huo y varios ministros le siguieron. ―¡Nosotros también, Bixia!

Yu Xuanyuan no pudo evitar dramatizar. ―¡Aiya, ¿Cómo pueden ser tan crueles con este Huangdi aun cuando son mi manada?! ¿Acaso vino alguien a felicitarme sinceramente en vez de amenazarme por ser feliz recordando los lindos años de mi niñez junto al Maestro Shen?!

Jue Shuoyue levantó la mano. ―Yo si vine a felicitarlo, Mi Señor.

Yu Xuanyuan lloró dramáticamente con una sonrisa agradecida en su hermoso rostro. ―Por fin, alguien filial. Como podría-

Y con una brillante sonrisa Jue Shuoyue declaró interrumpiendo a Yu Xuanyuan. ―Naturalmente, si me paga el triple en raciones como me prometió su Alteza Imperial Shen Sang.

Huo Baxia le dio una palmada en la cabeza al águila por sus palabras. ­―Mezquino, ¿acaso solo te interesa la paga?

Sin inmutarse, Jue Shuoyue sonrió asintiendo ante sus palabras. ―Mi único amor es el oro, Baxia. Amo más los bocadillos como amo los chismes, ¿Por qué trabajaría gratis?

La audiencia no pudo evitar reír ante sus palabras, incluyendo a Yu Xuanyuan quien habló ante todos.

―En realidad es un gran punto. En la antigua era, cuando las piedras preciosas, el papel y la moneda eran lo que compraba la vida digna, muchos hombres y mujeres con poder se aprovecharon de la necesidad de otros, los obligaban a trabajar largas jornadas sin pagos justos.

―Aunque ahora es el trueque el que maneja nuestra economía, exigir un pago justo de sus labores es lo correcto. En el mundo que pienso crear junto a todos ustedes, cada persona en este mundo nunca más tendrá que sobrevivir soñando con una vida digna. Porque todo aquello que ya ha nacido en este mundo merece la paz y la tranquilidad que una vida digna, donde el alimento, el abrigo, un hogar y salud no es solo un sueño. Eso debe ser YuZhong y el mundo entero.

Los presentes asintieron, los mayores lo hicieron con orgullo tal como el Emperador Yu y su consorte, los ministros miraron con admiración a su emperador. Yu Shennong sonrió frunciendo el ceño ante lo mucho que ese mocoso había crecido y Shen Sang solo pudo sonreír con nostalgia por los viejos tiempos de infancia.

Los emperadores continuaron entregando presentes hasta que las miradas de todas las bestias se dirigieron a la última persona que faltaba al descubrir su presencia en la fiesta.

El silencio se hizo en la sala mientras aquella persona vestida con las túnicas rojas decoradas con las piezas más exquisitas entre obsidiana, jade y rubíes que se escurrían junto a las pieles de lobos como la lava y la noche sobre el mármol del suelo, dejando que la larga capa decorada con un lobo negro entre hojas de arce fuera decorado por las luces de las luciérnagas y los rayos del sol que entraban por las ventanas.

Mao Chiyou caminó con gracia y elegancia hacia el emperador, siendo seguido por sus dos más leales súbditos, una sonrisa decoraba sus labios carmín como la marca sagrada en su frente en forma de una llama de fuego y aquellos delineados bajo sus ojos que contrastaban con sus ojos negros como la obsidiana rebosantes en espesas pestañas rizadas.

Yu Shennong miró atentamente, un ceño fruncido decoró su hermoso rostro tal como pasó con el Emperador Yu. La sonrisa de la Emperatriz Feng desapareció tal como la sonrisa de Shen Sang. Tanto los ministros, generales y súbditos no pudieron mirar con curiosidad al emperador Mao.

Muchos se habían preguntado si el Emperador Mao vendría a la fiesta de cumpleaños del Yu Laoying debido a que era extraño que este buscara ser parte de los eventos que no fueran oficiales, otros habían considerado que si lo haría porque muchos conocían la gran admiración que Mao Chiyou tenía por Tianzi Huangdi Bixia.

Mao Ling no pudo evitar sorprenderse ante la presencia del Emperador Mao. Así que al final sí había venido.

Ofreciendo una gran reverencia llena de gracia y elegancia que le caracterizaba, Mao Chiyou saludó a Yu Xuanyuan tal como sus súbditos. ―Este presenta sus saludos y felicitaciones a Tianzi Huangdi Bixia, me siento honrado de presenciar este día.

Yu Xuanyuan le sonrió cálidamente. Aunque el emperador Mao era bastante reservado, en realidad era muy admirable y brillante, el buscar una relación amistosa con cada emperador que ahora trabajaría con él sería gratamente beneficioso para cumplir su sueño y el de Leizu, y el Emperador Mao no estaba fuera de esa ecuación, esa era la razón por la que le había invitado.

Tal vez no eran familia y Mao Chiyou era reservado, pero si pudieran hacerse amigos seguramente las cosas podrían mejorar mucho para YuZhong.

―Me alegro de que haya podido venir, temí que sus obligaciones no le permitieran abrir espacio para esta ocasión.

―Para mí sería una ofensa no abrir espacio para usted. Yo… he estado pensando mucho en qué tipo de regalo sería adecuado para usted hasta que pude encontrarlo. Algo que solo es digno de Tianzi Huangdi Bixia.

Con elegancia sus palmas aplaudieron dos veces llamando la atención de todos cuando un par de sirvientes le presentaron una charola de madera de agar, en donde un objeto que parecía grande y largo yacía cubierto por una manta de seda brillante como la sangre.

―No hay mayor belleza en el mundo que el corazón de Tianzi Huangdi Bixia que a este mundo una nueva oportunidad dio, pero siendo atrevido deseo que este regalo pueda retratar a la perfección la naturaleza e inocencia de su corazón.

Y sin más, Mao Chiyou quitó la seda revelando ante la audiencia sorprendida su regalo.

Sobre un precioso cojín de seda roja, un pequeño estanque artificial resguardaba en el centro el más hermoso tributo de la naturaleza y la energía dorada. Creciendo en medio de ese pequeño estanque miniatura, una flor de loto tan roja como la sangre crecía orgullosa y tan resplandeciente como una obra de arte. A Bixia le gustaban las maquetas como los trabajos cuidados que destacaban la belleza del arte. Y nadie dudo que ese presente sin duda cumplía con las expectativas de su Gran Señor.

Aquella flor era tan hermosa como si hubiera sido hecha con miles de rubíes, su centro brillaba como el oro de las astas de Yu Laoying y su noble presencia dejo en claro que aquella flor plantada cuidadosamente en su estanque y resguardada en un vivero de cristal de diamante eterno, no era otra cosa más que un Loto de Corazón, la flor que revelaba la mayor profundidad de los sentimientos y las almas, la verdadera naturaleza de los seres.

Aquella flor de un rojo inmaculado ya había notado el corazón de Yu Laoying y sin dudar se había tornado de aquellos magníficos colores representando el mayor anhelo de Yu Laoying en este mundo.

Rojo. una flor de loto roja como la sangre. Sin duda representaba el corazón de su Gran Señor.

Mao Chiyou tomó entre sus manos aquel vivero de cristal y caminó hacia Yu Xuanyuan con una suave sonrisa sobre sus labios, y frente a la impresionada audiencia el Emperador Huoduo del Clan Mao se puso de rodillas sin perder en un solo instante el equilibrio.

Una de sus rodillas soportó el peso de su cuerpo junto a su pie firmemente colocado en el suelo, sus ojos miraron cálidamente a Yu Xuanyuan y con una brillante sonrisa sobre sus labios ofreció aquella flor al emperador que yacía en su trono con una expresión sorprendida.

―Por favor, acepte este presente como una muestra de que mi lealtad sobre todas las cosas será solo suya, moveré los cielos y mares porque todo lo que merece le sea otorgado gratamente, tal como el amor que esta flor ha entendido que aún está buscando.

Todo había iniciado ese día.

Todo lo que le llevó a la ruina había comenzado ese maldito día un 31 de octubre. En el tercer mes Yuhabril del calendario Yubrika.

Una flor, una belleza de corazón podrido y su propia ingenuidad.

En ese momento Yu Xuanyuan no sabía todo lo que esa maldita persona haría para destruirlo, pero si lo hubiera hecho…

Si Yu Xuanyuan hubiera sabido lo que aceptar ese presente y esa supuesta amistad le traería…

Hubiera destruido esa maldita flor con sus propias manos ese mismo día.

 

 

 

 

Significado de la flor de loto roja

El amor, la pasión, la compasión y la seducción son los significados más populares de la flor de loto roja. Representa la naturaleza e inocencia del corazón, el cual siempre acaba anteponiendo los sentimientos a la razón.

 

 

Notes:

¡Hola de nuevo, perdón por la tardanza!

Me surgieron algunas cosas y honestamente se me paso la fecha de actualización, pero ya estamos aquí.

¿Qué tal ese capítulo?

Entre sueños de un futuro deseado y presentes que podrían marcar el futuro Laoying se enfrenta a sus propios conflictos internos deseando proteger a su ser amado de la responsabilidad de lo que para los humanos significa Dios.

Entre una corte que lo adoraba y un destino que no desea tomar prefiriendo ser el emperador amado por su gente que el tirano que se impone ante el mundo, los puntos opuestos de lo que representaba la vida de Yu Laoying se confrontan mostrándonos por fin a parte de aquellos que fueron parte del pasado del Emperador de los Tres Reinos y los mismos que fueron maldecidos por Mao Chiyou.

¿Pudieron identificar a lo miembros de la manada de Yu Laoying?

¿Qué piensan de la manada de nuestro emperador antes de ser maldecidos?

Mao Chiyou.

Aunque hemos hablado poco del personaje a lo largo de su historia, Mao Chiyou por fin se ha unido con nosotros en la historia que le dio inicio a este largo trayecto. Como un hada una flor ha sido ofrecida como regalo de cumpleaños a un príncipe un 31 de Octubre. Las bestias han mirado y los hilos de la historia comenzaron a moverse ante la inocencia de un dragón que lo único que deseaba era reencontrarse con su persona amada.

Ahora que el sueño de Yu Laoying ha terminado mientras el pequeño A-Xian sigue durmiendo, ¿Qué creen que pasará?

Estando en el camino infinito donde el pasado, presente y futuro se conectan, ¿creen que Lan Wangji se encontrara alguna vez con Yu Laoying?

Agradeciendo infinitamente todos sus votos, comentarios y el apoyo como la paciencia que le han dado a este proyecto desde el comienzo, me despido informándoles que debido a las fechas habrá un capítulo por las fechas decembrinas el siguiente domingo.

Para las personas que leen el ShizunFic subiré un capítulo durante la semana siguiendo las aventuras de Shang Qinghua cuidando al pequeño Mobei-Jun.

¡Hasta la próxima semana!

¡Gracias por leer!

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