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Charlie observaba el infierno desde la imponente torre de los Vees, desde la ventana del ático para ver cómo es que los ángeles exterminadores se retiraban al cielo tras la masacre del exterminio.
La estructura, con sus ángulos agudos y luces de neón vibrantes , reflejaba el poder y la influencia que ese trío tenía en el anillo del orgullo... La influencia que Vox tenía en el Infierno . Aun así, este majestuoso edificio no podía apagar la llama de esperanza que ardía en su corazón.
Charlie se armó de valor y se dirigió al salón principal, donde Vox estaba revisando sus múltiples pantallas holográficas, inmerso en su trabajo.
—Vox, ¿podemos hablar? —dijo Charlie con una voz suave pero decidida.
Vox levantó la mirada, una mezcla de interés y preocupación en sus ojos rojos y brillantes.
—Claro, Char ¿Qué pasa? —preguntó, desactivando las pantallas y girándose para mirarla de frente.
Charlie respiró hondo, preparándose para lo que sabía sería una conversación difícil.
—He estado pensando en un hotel. Quiero convertirlo en un lugar donde los pecadores puedan redimirse, donde puedan encontrar una segunda oportunidad... Y la verdad me encantaría tener... No, necesito tu ayuda para hacer realidad este proyecto.
Vox la miró con una mezcla de incredulidad y escepticismo. Frunció el ceño, y Charlie pudo ver cómo su mente procesaba sus palabras.
—Charlie, eso suena... ridículo. ¿Redimir pecadores? Estamos en el Infierno. Nadie quiere cambiar aquí, y aunque quisieran, ¿realmente crees que podrían? Este lugar es... —antes de decir algo más observo la mirada de la rubia— No es un lugar para redimir.
Charlie sintió una punzada de dolor, pero no estaba dispuesta a rendirse tan fácilmente.
—Sé que parece una locura, pero creo que es posible. Alguien tiene que intentarlo. No puedo quedarme de brazos cruzados viendo cómo todos se pierden sin siquiera tener una oportunidad de redimirse. Por favor, Vox, necesito tu apoyo.
Vox se puso de pie, caminando de un lado a otro, claramente frustrado.
—Charlie, esto no es solo una idea arriesgada; es peligrosa. Podrías atraer la atención equivocada. Hay fuerzas aquí que no querrán que tu proyecto prospere, y no puedo permitir que te pongas en riesgo por una fantasía.
Diciendo eso, tomo los hombros de Charlie para hacerla tratar entrar en razón, ella sintió que sus ojos se llenaban de lágrimas, pero se mantuvo la mirada firme.
—Vox, entiendo tus preocupaciones, pero esto es importante para mí. Quiero hacer una diferencia, por pequeña que sea. Si no lo intento, nunca sabré si podría haber funcionado.
Vox se detuvo y la miró, su expresión se suavizó un poco.
—Charlie, no puedo apoyarte en algo que creo que está destinado al fracaso. No quiero verte herida o decepcionada. Lo siento, pero no puedo hacerlo.
Con esas palabras, se dio la vuelta y se dirigió a una de las otras habitaciones, dejando a Charlie sola en el salón. Ella se quedó allí, sintiendo cómo su esperanza se desmoronaba lentamente. Después de un rato, decidió regresar a su habitación en la torre, tratando de calmarse y pensar en sus próximas acciones.
Horas después, Vox se encontraba en su oficina, reflexionando sobre la conversación. No podía dejar de pensar en la determinación y la tristeza en los ojos de Charlie. Se dio cuenta de que había sido demasiado duro con ella.
La amaba, y aunque no creía en su proyecto, sabía que no podía dejarla sola en esto. Tomó una decisión y se dirigió a la habitación de Charlie.
Charlie estaba sentada en el borde de su cama, mirando por la ventana cuando oyó un suave golpeteo en la puerta.
—Adelante —dijo con voz apagada.
Vox entró, cerrando la puerta detrás de él. Se acercó lentamente, sus ojos mostrando una mezcla de arrepentimiento y ternura.
—Char, yo... Lo siento. Me doy cuenta de que lo que dije estuvo mal. Fui demasiado duro contigo, y no quiero verte triste —dijo, sentándose a su lado— Dije que no quería que salgas lastimada, pero yo te lastimo con mis palabras
Charlie lo miró, sus ojos aún brillando con lágrimas no derramadas.
—Vox, entiendo que no estés de acuerdo conmigo. Pero necesito hacer esto. Necesito intentarlo, aunque solo sea por la esperanza de que pueda funcionar.
Vox asintió lentamente.
—Sé que no puedo cambiar tu decisión, y aunque no estoy de acuerdo con la idea, no puedo dejar de apoyarte. Te adoro, Charlie, y quiero estar a tu lado en esto, aunque piense que es una locura.
Charlie sintió una ola de alivio y gratitud. Tomó la mano de Vox y la apretó suavemente.
—Gracias, Vox. Eso significa mucho para mí.
Solo necesitaba que alguien la apoye, no necesariamente que crea en su causa.
—Tenerte a mi lado lo hace todo un poco más fácil.
Vox la abrazó, sintiendo la calidez y la determinación de Charlie en su abrazo.
—Estaré contigo en cada paso del camino, Char
Charlie asintió, sintiendo una renovada esperanza.
—Graci-.
Y antes de que ella terminara de agradecer, Vox la solto del abrazo y levanto las manos agarrando sus mejillas.
—Además, te consegui una entrevista en el canal de Katie KillJoy, así tendrás más visibilidad, o al menos hasta que logre que Val no transmita porno al menos una hora para que salgas en mi programa—
Ante ello Charlie solamente pudo sonreir enternecida, ni siquiera recordaba cómo es qeu habia empezado a salir con el overlord de las comunicaciones, sin embargo a pesar de su mal caracter en algunas ocaciones, sabía que el la apoyaría.
Con una sonrisa estiro sus brazos enrollandolos en el cuello del más alto y lo beso, de manera suave y rapida para luego abrazarlo, ambos sabían que el camino sería difícil y lleno de desafíos.
Pero con la determinación que ambos poseían, estaban seguros de que podrían con cualquier desafío. Charlie, con el apoyo de Vox, estaba más decidida que nunca a hacer realidad su sueño de redimir a los pecadores y convertir el hotel en un faro de esperanza en el oscuro paisaje del Infierno. Aunque cuando llegue el momento se de cuenta de que los seres celestiales a los cuales tanto admiraba hacer que su pueblo llegue, no sean cómo ella los imagino.