Chapter 1: ¿Quién es mi padre?
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La pequeña Buggy de cuatro años se preguntaba quiénes eran sus padres, la infante la cual había ganado conciencia de sí misma hacia solo unos meses estaba comenzando a atar cabos con las cosas que veía en sus cuentos y con su familia (porque eso tenían que ser los hombres, según todo el mundo los adultos que crían a los niños que no están en orfanatos y son amados son familias, a pesar de que de sus bocas nunca había salido la palabra "papá" o "hija").
Y según lo que veía Buggy para que haya una persona tenían que haber un papá y una mamá, ahora ¿Dónde estaba su mamá? Ella era la única chica del barco ¿Porque su madre no estaba con ella, se había quedado en tierra? Según los cuentos las madres siempre estaban más con sus hijos.
Pero la pregunta que más le carcomía la cabeza a Buggy era ¿Quién de todos era su padre? La niña carecía de esa sinvergüenza infantil general de los niños y no quería cometer un error si se equivocaba de padre ¡Qué vergüenza! En la inocente mente de la niña nadie se autodenominaba directamente su padre porque él creía que ella ya lo sabía.
¿...Quién era papá? Vemos, bebé buggy, quién estaba recostada en la pared al lado de su camarote compartido con Shanks... ¡Un momento! ¿Shanks es su hermano o su amigo? Nunca lo había pensado, para ella Shanks era solo Shanks... Según las series transmitidas por via den den mushi que veía los hermanos se parecían y ellos dos no se parecen... Se lo preguntará a papá más tarde...
Ahora ¿Quien es papá? Papá tenía que ser uno de los cuales pasaba más tiempo con ella, y esos eran el capitán, Rae-san, Crocus y Gabán.
La niña buscó a esos cuatro con la mirada, al primero que vio fue a Crocus leyendo un libro en la esquina, la niña se acercó sigilosamente a él para no molestarlo. El médico siempre le decía que tenía que ser completamente sincero y directo con él para poder entender dónde le dolía, así que le preguntó directamente mientras jalaba la bata, sorprendiéndolo. — Oye, Crocus ¿Tú eres mi padre?
El hombre pegó unos rebotes en su asiento de la sorpresa y tenía una mirada de pánico en su rostro. — ¡Niña, te quiero pero te equivocas de hombre! Ve a buscarlo, está por ahí...
Juguetea con sus dedos, cohibida por la gran negativa de Crocus, y extrañada por su reacción. ¿Acaso le pareció tan desagradable la idea de ser su padre?—Vale, perdón. —a la niña le hubiera gustado que él fuera su padre, era muy listo y siempre trataba bien a Buggy y Shanks, se decepcionó un poco.— ¿Qué lees? —y cómo tenía cuatro años se le pasó rápidamente.
Crocus le dijo que era algo de mayores y no se lo quiso explicar a la niña así que siguió buscando a su papá.
La niña pensó que el médico le estaba diciendo que su padre estaba en la borda así que miró a su alrededor ¿...Quién era papá? En la borda había varios hombres pero ninguno era con quien pasaba más tiempo.
Miró más allá, a la proa del barco, y allí estaba Gabán en el timonel ¡Claro, tenía que ser él! Su padre estaba ocupado manejando el timón del barco y por eso no pasaba todo el tiempo con ella, y cuando estaba de buen humor después de pelear le daba chucherías a escondidas de Rae-san y el cocinero para que se los comiera más tarde en su camarote ¡Por eso lo hacía solo con ella, porque era su hija!
Se acercó emocionada corriendo al hombre, con los brazos levantados con la intención de abrazar la pierna de "papá", yendo tan deprisa que se tropezó por los escalones que habían antes de llegar a la parte superior, llamando por fin la intención del hombre aunque no de la manera que ella buscaba.
Silencio.
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Gabán la miraba fijamente con una mirada de nerviosismo sabiendo lo que se venía, la pequeña tenía un buen par de pulmones y las reacciones naturales (tal vez un poco exageradas) de una niña de su edad.
El gran llanto no tardó un llegar, varios de los hombres que estaban en la borda empezaron a darle palabras de consuelo a Buggy desde su lugar porque sabían que si se acercaban solo pondrían a la niña más nerviosa, después de todo estaban criando a dos niños pequeños. Gabán no tardó en acercarse dejando desatendido el timón por unos momentos, importándole más la niña que lloraba a su lado. Ya con una sonrisa socarrona, típica de él, le empezó a dar ánimos a Buggy a su manera.
—¡JAJAJA, ¿BUGGY ACASO ESTÁS LLORANDO POR ESTO!? ¡¿Por un resbalón!? ¡Tú eres un pirata, actúa como tal, los piratas fuertes no lloran, para, niña! — prácticamente gritó mientras le daba unas "palmaditas" de consuelo a la niña, ya que eran muy fuertes para una niña tan débil y más tarde le saldrían moretones, claro que el pirata lo hacía sin intención de lastimarla ya que si le diera con fuerza. . de verdad la niña ya habría salido volando.
A pesar de que desde otra perspectiva estas palabras de consuelo, sobre todo a una niña, podrían ser interpretadas como un reproche, Buggy ya sabía como era Gaban, y él no era un hombre suave, todo lo que hacía lo hacía a bruscamente, incluso mostrar afecto. Así que para demostrar que era un pirata fuerte se sorbió lo mocos que le estaban bajando por la nariz y detuvo sus berridos aunque no sin soltar varias inhalaciones desgarradas por el llanto.
La niña instintivamente buscó consuelo en el hombre adulto y levantó los brazos en busca de que la cargaran en brazos. El hombre no tardó mucho en captar los deseos de la infante y la cogió en sus brazos, apoyando a la niña en un solo brazo, volvió al timón con ella en brazos y siguió manejándolo con el brazo con el que no llevaba a la niña, el hombre no tenía ningún inconveniente al hacer ambas tareas por la gran fuerza de sus brazos.
Por varios minutos la pequeña se apoyó en el pecho del hombre y secó las lágrimas contra su camiseta, cosa que desagradó a Gabán pero no le dijo nada.
—Mocosa, tengo unos caramelos en el bolsillo serán tuyos si te bajas y los sacas.
Ella ni corta ni perezosa se bajó lentamente del hombre deslizándose de su cuerpo mientras se sujetaba a él, buscó en su bolsillo izquierdo cantidad sabiendo exactamente donde los guardaba debido a la repita de veces que lo había visto sacarlos. Eran unos caramelos duros de varios colores dibujados como si fueran cítricos cortados, aunque eran extremadamente dulces y por eso mismo a la niña de encantaban.
La pequeña, en agradecimiento, abrazó fuertemente la pierna de Gaban, y con una sonrisa de oreja a oreja (también con unos mocos cayéndole de la nariz, aunque solo la hacían ver más adorable), dijo— ¡Gracias, papi!
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Pasaron varios segundos de desconcierto antes de que hubiera algún cambio en el rostro del pirata, la cara de sorpresa de Gaban era digna de capturar en un den den mushi, pero rápidamente la cambió por una cara tonta y relajada.
—Ehhhh, ¿A quién llamas "papi" tan a la ligera? Aunque no me quejo, después de todo soy como un padre para ti ¿No? Jejeje —durante toda la perorata Gaban se sobaba el cuello, claramente alagado (y presumido) de que Buggy se hubiera referido a él como su padre. — ¡Ya verás cuando se lo cuente al cabronazo del capitán se va a poner verde de la envidia! JAJAJA.
Buggy no entendía a qué se refería Gaban con "como un padre para ti" ¿Eso quiere decir que él no era su padre? Ella se había equivocado, la felicidad de la pequeña se desinfló como un globo en verano y puso una carita de cachorro pateado y se alejó lentamente de la pierna dando pasos hacia atrás (a pesar de que ella los abrazaba con frecuencia, este abrazo era solo para papá, con un amor y destinatario distinto y ella se había equivocado), lo cual Gaban no notó porque seguía diciendo tonterías. El infante volvió a sentir ese vacío e incertidumbre en su pecho que sintió unos momentos antes de preguntarse quién era exactamente su padre, pero ahora se había agravado mucho más, esto debido a que los hombres en ningún momento se habían referido a alguien en concreto como su padre...
Todo el ruido que había estado haciendo Buggy y Gabán llamó la atención del vicecapitan del barco, el cual se acercó por detrás de la niña, sorprendiendola un poco.
— ¿Qué coño haces jugando con Buggy en vez de estar en el timón, Gabán? ¿Te has dado cuenta de que estamos apunto de cambiar de rumbo?
—Rae-san...
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Primera parte del capítulo 1 ¿Qué tal? Me encanta escribir las perspectivas inocentes y simples de niños que no entienden como funciona el mundo más allá de lo que conocen y los adultos no son conscientes de ello.
Chapter 2: ¿Quién es mi padre? (2/2)
Notes:
Qué presión 72 kudos jajaja, no me esparaba tanto pero muchas gracias a todos, y lo siento por tardar tanto en actualizar, no me había fijado en que esto estaba recibiendo tanto apoyo, creí que quedaría en flop 😅.
(See the end of the chapter for more notes.)
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El navegante y el vicecapitan empezaron una discusión "amistosa" pasivo-agresiva, ya que no dirían palabrotas delante de la pequeña, inconscientes de lo abrumada que se estaba sintiendo la niña, mientras abrazaba la pierna del moreno en busca de confortación, la pequeña empezó a sentir una gran angustia en ella para su inmadura mente, sintiéndose más desorientada por la incógnita aún sin resolver de su progenitor. Se llevó el puño a la boca y empezó a chuparlo para distraerse.
-Rae-san... —La niña se volteó hacía el vicecapitan del barco, si Gaban tampoco era su padre entonces había más posibilidades de que fuera Rayleigh.
El rubio paró de discutir y su mirada se hizo menos severa mientras la devolvía hacía Buggy, su expresión se relajó; sus cejas se desfruncieron y su mandíbula tensa se descomprimió, muy pocos podrían notar que en el fondo el hombre estaba enternecido por la manera errónea en la que la niña pronunciaba su nombre.
-... Yo distraje a Gaban, lo siento. Me caí así que lo hice distraerse, lo siento. - balbuceó con una voz lastimera, chupándose el puño y dirigiéndole a Rayleigh sus ojitos de cordero degollado. A pesar de que nunca la habían regañado severamente, su ya mal estado la asustó por un posible regaño.
El rubio solo le dirigió una mirada etérea y suspiró, se agachó para estar más cerca de la cara de Buggy, casi fallando por lo alto que era -No estoy enfadado, Buggy, pero Gabán estuvo a punto de cambiar de rumbo y eso es peligroso, si nos metemos en una tormenta sin preparación o en algo peor tendremos que estar más atentos de que no os pase nada a ti ni a Shanks, es una buena razón para llamarle la atención.
La infante solo dejó salir un sonido de comprensión angustiado, asintiendo. Levantó sus bracitos con la intención de que el rubio la abrazara, buscaba contacto físico para ser reconfortada, buggy estaba las 24/7 con hombres enormes, con cuerpos muy voluminosos o musculados lo cual le había generado un gusto por ser consolada en ese tipo de cuerpos, si la agarrara un hombre o mujer corrientes no sentiría esa familiar reconfortación.
Rayleigh, ahora con la niña en brazos, se alejó del timón dirigiéndose al camarote de los niños. Buggy se acurrucó contra su cuello, el hombre olía increíble, a mentolado con una pizca de sal marina, a buggy le gustaba como olía su familia, una de sus cosas favoritas en el mundo era olerlos y aprender sus característicos aromas, los favoritos de Buggy eran Rayleigh, Shanks y el capitán. (N/A: tal vez está descripción suena rara pero hará sentido más adelante).
-Rae-san...
-¿Qué pasa, Azulita?
-¿Dónde está mi padre?
Ante la sorpresiva pregunta de la nena el hombre pegó un respingo en el sitio, quedando helado en el lugar. No tenía ni idea de qué responderle, aunque era algo de lo que ya había discutido con Roger, su discusión había girado en torno a su otro grumete, el cual habían tenido desde hacía ya varios años atrás.
Rayleigh se quedó en silencio por un momento, sintiendo el peso de la pregunta de Buggy. No era algo que pudiera responder a la ligera, especialmente porque ni siquiera él estaba completamente seguro de cómo manejar la situación. La pequeña lo miraba con esos ojos grandes y llenos de expectativa, esperando una respuesta que le diera claridad a su confusión.
—¿Por qué preguntas eso, Azulita? —dijo finalmente, intentando ganar tiempo mientras buscaba las palabras adecuadas.
Buggy se ajustó en sus brazos, jugueteando con el cabello del rubio mientras respondía con voz temblorosa:
—Porque… todos tienen un papá y una mamá, ¿no? Shanks y yo también tenemos que tenerlos… pero nadie me dice quién es mi papá. —Hizo una pausa, tragando saliva antes de continuar—. Crocus dijo que no era él, y Gabán dijo que era como un papá, pero no mi papá… así que… ¿eres tú?
Rayleigh sintió que el mundo se detenía por un segundo. No era la primera vez que Buggy hacía preguntas difíciles, pero esta era diferente. Era una pregunta que tocaba algo más profundo: el sentido de pertenencia, de identidad.
Con cuidado, se sentó en la cama del camarote, colocando a Buggy frente a él. Sus ojos dorados se suavizaron mientras le acariciaba la cabeza, despeinando su cabello azul.
—Buggy… —comenzó, eligiendo cada palabra con cuidado—. En este barco, todos somos tu familia. El capitán, Gabán, Crocus, Shanks, todos los demás, y yo. No importa quién sea tu padre de sangre, porque aquí siempre tendrás un lugar.
La niña frunció el ceño, insatisfecha con la respuesta.
—Pero alguien tiene que ser mi papá —insistió, con un tono casi desesperado—. ¡Tiene que haber uno!
Rayleigh suspiró. Sabía que no podía seguir evadiendo la pregunta.
—Mira, pequeña… —dijo, bajando la voz—. El capitán Roger… él es…
Antes de que pudiera terminar, escucharon como el un vozarrón poderoso llamaba al rubio.
—¡RAYLEIGH! ¡VEN AQUÍ, NECESITAMOS REVISAR LAS CARTAS DE NAVEGACIÓN! —rugió la voz del mismísimo Gol D. Roger desde el pasillo.
El rubio parpadeó, atrapado entre la urgencia del capitán y la pregunta de Buggy. La niña, sin embargo, ya había captado algo en su tono.
—¿El capitán? —preguntó, con los ojos brillando de curiosidad.
Rayleigh se puso de pie rápidamente, colocándola suavemente en el suelo.
—Ya hablaremos de esto más tarde, ¿vale? —dijo, dándole un último acariciado en la cabeza antes de salir.
Buggy se quedó allí, parpadeando.
«¿Es el capitán?»
Su mente infantil empezó a procesar la idea. El capitán Roger siempre había sido amable con ella, le dejaba sentarse en su hombro cuando miraban el horizonte y, jugaban muchísimo juntos con Shanks y la dejaba dormir en su cama a veces, aunque a veces era ruidoso y brusco, nunca la había regañado de verdad.
Pero… si Roger era su papá… ¿por qué no se lo había dicho?
Un nuevo pensamiento cruzó por su mente: «¿Shanks también es su hijo?»
Si era así… ¿eran hermanos?
La confusión aumentó, pero también una pequeña chispa de esperanza.
Decidida, Buggy salió del camarote en busca de respuestas.
Esta vez, iría directo a él.
Buggy salió del camarote con determinación, sus pequeños puños apretados mientras caminaba por el pasillo del Oro Jackson. El barco crujía suavemente bajo sus pies, el sonido del mar acompañando sus pensamientos.
«"Si Rae-san iba a decir que el capitán es mi papá… entonces tengo que preguntarle directamente."»
Lo encontró en la cubierta principal, discutiendo con algunos tripulantes sobre el rumbo. Roger, con su característica sonrisa amplia y su sombrero de plumas, se reía a carcajadas de algo que Doringo acababa de decir. Al notar a Buggy acercarse, bajó la mirada y su expresión se suavizó.
—¡Oye, Azulita! ¿Qué pasa? ¿Necesitas algo? —preguntó, agachándose para estar a su altura, aunque de poco servía porque el hombre de más de dos metros parecía un gigante al lado de un cachorro junto a la niña, cuya altura ni siquiera llegaba al metro (desde el fondo de su corazón él esperaba que ni Buggy ni Shanks nunca lo superaran en altura, así siempre serán sus pequeños).
Buggy tragó saliva, nerviosa. Ahora que estaba frente a él, las palabras le costaban más de lo que pensaba. Se colocó el dedo índice en l barbilla en forma de interrogante.
—Capitán… —comenzó, jugueteando con los bordes de su chaleco con la otra mano libre—. ¿Eres tú mi papá?
El silencio que siguió fue casi tangible. Los hombres cercanos se quedaron quietos, intercambiando miradas. Roger, por su parte, no pareció sorprendido, pero sí algo pensativo.
Finalmente, soltó una risa cálida y le palmeó la cabeza.
—¡Ja! ¿Y si te digo que no, te vas a poner a llorar?
Buggy parpadeó, confundida. No era la respuesta que esperaba.
—Pero… entonces… ¿quién es? —preguntó, estaba más extrañada qué asustada.
Roger se sentó en la cubierta, cruzando las piernas al estilo indio, la animó a hacer lo mismo.
—Mira, pequeña —dijo, su tono más serio de lo habitual—. La verdad es que no lo sé. Te recogimos hace un tiempo en una casa vacía de una isla rica que visitamos, tal vez ya no lo recuerdes, tenías 2 años, desde entonces, todos aquí te hemos cuidado como nuestra.
Buggy frunció el ceño.
—¿O sea… que no tengo papá?
—¡Claro que tienes! —Roger sonrió, dándole un suave golpe en el hombro—. ¡Tienes como treinta! Todos en este barco te quieren, ¿no? Gabán te da caramelos, Crocus te cura cuando te enfermas, Rayleigh te lee cuentos… y yo te enseño a ser una gran pirata. ¿Acaso no es eso una familia?
La niña lo miró, procesando sus palabras.
—Pero… en los cuentos, los papás siempre son uno solo… —murmuró.
—¡Bah! Los cuentos mienten —Roger se rió—. Las familias no tienen que ser como en los libros. ¿Shanks es tu hermano? ¿Tu amigo? Depende de ti. ¿Yo soy tu padre? Si quieres verme así, ¡pues sí! Pero si prefieres que sea solo tu capitán, también está bien.
Buggy se quedó callada un momento, luego miró hacia donde estaba Shanks, quien jugaba a lo lejos con un mapa viejo.
—¿Y Shanks…?
—Lo mismo —Roger asintió—. Nadie os obliga a ser nada que no queráis ser.
Buggy mordió su labio inferior, pero poco a poco, una sonrisa asomó en su rostro.
—Entonces… ¿Te llamo "papá capitán"?
Roger estalló en carcajadas.
—¡Como quieras, mocosa!
Y así, con esa simple respuesta, Buggy sintió que un peso se levantaba de su corazón. Tal vez no había un solo padre en su vida… pero tenía una tripulación entera que la amaba. Aunque esa pequeña espina que todavía seguía incrustada preguntandose quien era su padre de sangre saliera más adelante.
Pero por ahora para la pequeña pirata, eso era más que suficiente.
Notes:
Una pregunta para las personas que leen el fic en inglés ¿hay muchos sinsentidos en la traducción?
Chapter Text
A pesar de que ya había pasado dos años desde que la pequeña Buggy de, ahora 6 años, le preguntó a la tripulación por su padre, ella todavía lo recordaba perfectamente, a veces pensaba en ello "te encontramos en una casa abandonada de un pueblo rico" ¿Su familia era rica? Eso explicaría su amor por las joyas y los tesoros ¿Pero por qué no había nadie en casa?... ¿Y si salieron por mucho rato y el capitán se confundió pensando que estaba abandonada? Eso la preocupó un poco, una vez iba a pedirle al capitán que fuera a su isla solo para comprobar pero antes de eso el capitán les un dio un helado a Shanks y a ella y se le olvidó por completo.
-¡Buggy!
-¡Ack! - La niña se cayó de su hamaca, estaba totalmente distraída. - ¿¡Qué!?
Shanks había llegado a su camarote compartido golpeando la puerta, sorprendiendo tanto a su nakama que hizo que se cayera.
-¿Por qué no vienes? Spencer, Peter moo y Millet Pine terminaron la comida hace rato, ya la están sirviendo, Rayleigh te ha estado llamando, tonta, date prisa ¡Hoy hay lasaña en el menú! - Lo último lo dijo con estrellas en sus ojos, y apretando los puños de la emoción.
Al oír eso Buggy se fue corriendo al comedor seguida del pelirrojo, estaba que echaba baba por la boca y con razón ¡Lasaña! Buggy amaba la lasaña, y los perritos calientes, y el pollo y el chuletón, y cualquier tipo de comida que fuera carne y que no tuviera que comer con verduras.
Aun estando lejos del comedor, Buggy podía oír el alboroto proveniente del mismo, siempre que los piratas de Roger se juntaban en un solo lugar se llevaba de ruido, estaban animados, como siempre, podía oír las familiares risas, golpes amistosos y discusiones tontas.
Al llegar Buggy y Shanks fueron a sus puestos designados al lado del capitán Roger, Rayleigh, Gaban y Crocus. Ambos se pelearon por sentarse frente el trozo de lasaña más grande y Buggy ganó dándole un empujón a Shanks.
Buggy clavó su tenedor en la lasaña como si fuera un tesoro enterrado, ignorando el grito de protesta de Shanks. El queso se estiraba entre los bordes del plato, el aroma a carne, bechamel y salsa de tomate llenaba el aire. Era perfecto.
—¡Maldita tramposa!—Shanks se frotó el hombro donde ella lo había empujado—. ¡Ese pedazo era mío!
—Quien se fue a Sevilla perdió su silla —canturreó Buggy, metiéndose un bocado enorme a la boca. Por ahí oyó a Yui preguntar "¿Donde está Sevilla?" Momora respondió "Creo que es un lugar de Dressdrosa".
Roger se rió, dándole una caricia en la cabeza. Buggy pudo oler la grasa de la comida que había agarrado con su mano, así como el olor natural de Roger, era fuerte; amargo y salado al mismo tiempo. No le desagradó que Roger le pegara el olor de la comida al pelo.
—Buggy, mastica antes de ahogarte.
Ella hizo un gesto con la nariz, pero obedeció. Por unos momentos todo era felicidad en el Oro Jackson, todos se llevaban la boca con toda la comida esparcida por el comedor, reían y se echaban perdigones de comida por encima, un barco pirata no era precisamente el epicentro de los modales pero todo era felicidad.
Hasta que, de pronto, el sabor jugoso de la carne trajo un recuerdo.
"Te encontramos en una casa abandonada de una isla rico."
Buggy dejó el tenedor.
—Oye, capitán... —murmuró, jugueteando con el borde de su plato—. ¿Estás seguro de que esa casa donde me encontraron estaba abandonada al 100%?
El comedor se silenció en segundos, en cambio en los ánimos fue obvio.
Roger bajó lentamente su jara de alcohol. Rayleigh intercambió una mirada con Crocus. Hasta Shanks dejó de comer, mirándola con curiosidad.
—¿Por qué lo preguntas, pequeña?—dijo Roger, su voz más suave de lo habitual. El capitán había dejado su característica sonrisa atrás.
Buggy encogió los hombros, con esa desentendimiento infantil, sin entender el peso sobre sus hombros que suposo esa pregunta a todos los adultos del comedor.
—Es solo que... si era un lugar rico, ¿por qué nadie me cuidaba? ¿Y si mi familia volvió y yo ya no estaba?
Nadie respondió de inmediato.
Entonces, Shanks, el insensible, rompió el hielo a su manera:
—¡Pff! ¡Si te dejaron ahí, no valen la pena! ¡Nosotros te queremos más!" —le dio un codazo, haciendo que un trozo de lasaña saltara de su plato al de ella, a buggy no se le pasó eso—. Además, ¿qué familia podría ser mejor que los Roger?
Buggy lo miró molesta-. ¡Sólo pregunto, Shanks!
Roger suspiró, pasando los dedos por su característico bigote.
—Buggy... En esa casa no había vivido nadie en mucho tiempo, se notaba... Tú- Digo, preguntamos a las casas vecinas y dijeron que nadie había pasado por ahí en mucho tiempo. -Roger se estaba dejando muchos detalles cruciales, pero creía que su Azulita era demasiado pequeña para oirlos, tal vez cuando sea más grande.
Un silencio pesado cayó sobre la mesa.
—Oh. -Buggy dejó salir en entendimiento, no estaba triste, era demasiado pequeña para entender la gravedad del asunto.
Shanks, rápido como un rayo, le robó un gran trozo de su plato.
—¡Ahora sí me dejarás comer! —se burló, con la boca llena.
Eso hizo que Buggy se olvidara por completo de lo anterior, su lasaña era más importante. - DEVUÉLVEME ESO, PELIRROJO.
Como siempre, Shanks sabía exactamente cómo distraerla. Todos los Roger dejaron escapar un suspiro de alivio.
Los niños de la tripulación no se dieron cuenta pero el ánimo usualmente alegre de todos se había esfumado, había una capa de tristeza, rabia y rencor en el aire, todos recordaron el día en el encontraron a la única chica de la tripulación y en las condiciones en la que la conocioneron.
Todos en la tripulación miraron a buggy en ese almuerzo, algunos solo le dieron una breve mirada disimulada para que no se diera cuenta de lo que pasaba y otros la miraron con solemnidad durante un buen rato, dios, la niña con las grandes mejillas rosadas llenas de lasaña que peleaba con su hermano por más lasaña no tenía nada que ver con la niña que conocieron, eso los llenó tanto de orgullo como de un profundo dolor.
Los Roger habían llegado a una nueva isla en el grandeline para reabastecerse, parecía ser una isla con una buena economía llena de personas estiradas pero los piratas no tuvieron ningún problema pidiendo direcciones con los nativos, al parecer el lema ahí era "no me da ni me quita comer, no es mi problema".
Preguntaron por un lugar donde quedarse a dormir, algunos de ellos se cansaban de tener que dormir siempre en la hamaca del barco y sus viejas columnas agradecían un colchón estable. Pero, al parecer, en ese pueblo no había ni hostales ni posadas ni ningún lugar donde quedarse a pasar la noche.
-Ehhhh, si tanto quieren dormir en tierra pueden ir a la mansión que hay en la colina, no hay nadie, el dueño hace meses que no se pasa por aquí, creo que es otro pirata como ustedes. Hace unos meses solían ir empleados a ocuparse de ella, pero pararon y se fueron a sus islas.
Eso les había dicho el dueño del bar en el que cenaron, se dirigieron al lugar sin importarles si se ganaban problemas con algún pirata de cuarta, pffff, eran la tripulación de Roger, el hombre que había derrotado al mismísimo Rocks D. Xebec hace un año.
Se organizaron en grupos, Roger, Rayleigh, Gaban y Crocus irían a ver esa casa de la colina, el resto de quedaría en el barco a rebastercer las provisiones y cuidar del pequeño Shanks. Cuando llegaron al tope de la colina la vieron, era una mansión bonita pero estaba descuidada, la maleza deboraba sus alrededores, podían apreciar las humedades incrustadas en las paredes exteriores, probablemente de la lluvia.
Tanto la puerta trasera como la delantera estaban cerradas con llave, al final Roger derribó la puerta de una patada.
Cuando los Roger pisaron el umbral el olor a humedad y podrido los recibió como un golpe.
-¡Mierda, cómo apesta! —escupió Gaban, tapándose la nariz.
Roger avanzó primero, sus pisadas levantando capas de polvo. Los piratas, hombres adultos, lobos de mar, forajidos de las aguas, hombres cuarentones grandes y peludos que se la pasaban con otros hombres grandes y peludos encerrados durante meses en el mismo barco sobre el mar miraron con asco el lugar, todo estaba sucio, con signos de mugre y olía a inmundicia, como si algo se hubiera muerto ahí dentro.
Entonces lo oyeron.
Pasos. Pequeños pasos.
Débil. Rasposo. De algo que ya ni siquiera tenía fuerzas.
Decidieron investigar un poco la casa, para ver si había alguna habitación en la que valiera la pena apiñarse para dormir decentemente en algún colchón. Rayleigh fue quién subió escaleras arriba, el sonido venía del segundo piso, revisó puerta por puerta, percatándose del detalle de que ni una sola puerta estaba completamente cerrada, todas estaban entreabiertas, eso lo hizo levantar una ceja, tal vez el lugar había sido abandonado con prisa, y no habían tenido tiempo ni de cerrar las puertas. Habían muchos objetos tirados por el suelo, pero eso no fue lo que más lo extrañó, sino los dibujos que habían por las paredes, eran de crayolas, todavía habían varios colores esparcidos por ahí, ¿Tal vez había vivido una familia con niños aquí antes?
Al llegar a la última habitación del segundo piso se esperó encontrar un animal como una zarigüeya.
Ojalá hubiera sido eso.
Lo primero que vio al empujar la puerta fue una niña justo en el centro de la habitación, demasiado pequeña para estar viva, encogida entre excrementos secos y basurilla que no era capaz de identificar. Cabello azul opaco, pegado al cráneo por la suciedad. La niña se giró a verlo al instante que abrió la puerta.
-¡Pap-! -ella, que ya estaba gateando hacia él, al ver que no era la persona que esperaba, se detuvo de golpe y se quedó mirándolo fijamente. Su voz había sido rasposa y débil, apenas un susurro, el tono que esperarías de un moribundo, no de un bebé.
Rayleigh, un pirata de renombre que había visto barbaries en todo los mares, que había pelado codo con codo con un D (probablemente el más temerario de la historia), que se había enfrentado a la ira de caballeros sagrados, piratas rocks, el escuadrón de Garp y un largo etcétera, se impactó tanto por la inesperada y horrosa imagen que tenía delante de él que, dando unos trompicones hacia atrás, se cayó de culo al suelo, la puerta se estrelló contra la pared del impulso, alertando a sus compañeros de tripulación.
Los ojos de Rayleigh se dilataron al ver la escena ante él. La pequeña niña de cabello azul, apenas un bebé, tal vez rondaba la edad de su Shanks, estaba cubierta de una capa de suciedad que le daba un tono grisáceo a su piel. Sus costillas se marcaban bajo la piel como las tablas rotas de un barco naufragado, y sus brazos eran tan delgados que parecían romperse con solo mirarlos. El hecho de que todavía tuviera las fuerzas para moverse y hablar era un milagro.
El suelo alrededor de la niña estaba plagado de caparazones de bichos mordisqueadas, alas de insectos, y pequeños huesos de roedores roídos hasta lo inútil.
El resto de piratas, al no oír más ruidos provenir de arriba, fueron a ver qué había distraído al vice capitán. Subieron las escaleras y vieron que el rubio se encontraba tirado al final del pasillo, se sorprendieron al ver esa expresión en el rostro del hombre, pocas cosas podrían sorprender al rey oscuro, se acercaron extrañados a la puerta, pues su haki de observación no detectaba ningún peligro.
Crocus fue el primero en llegar al lado de Rayleigh y ver la escena que lo conmocionó a ese nivel. Sin perder el tiempo hizo alarde de su formación médica y corrió a atender a la bebé en el suelo.
-Dios —Crocus cayó de rodillas junto a ella, apartando con dedos temblorosos una cucaracha que caminaba por su brazo esquelético—. ¿Cuánto tiempo...?
La casa contaba la historia: marcas de uñas en la puerta principal, un orinal volcado y lleno de larvas, restos de bichos y ratas masticadas en los rincones, biberones vacíos. No había ni un trozo de pan en la cocina.
Crocus, con manos que nunca antes habían temblado en batalla, la atendió con avidez. La niña intentó retroceder, aunque no logró mucho. Sus labios agrietados se abrieron para emitir un sonido, quería decir algo con su limitado vocabulario.
Ahora cerca de la niña, pudieron notar más horrores: su ropa, alguna vez fina, estaba convertida en harapos pegados a la piel por fluidos corporales, l as uñas de sus pies y manos habían crecido descontroladamente, algunas rotas y ensangrentadas, s u cabello, de un azul que debió ser vibrante, estaba apelmazado con sustancias innombrables.
-¿¡Qué demonios-!? -Gaban y Roger ya habían llegado a la escena, Gaban quiso maldecir a los cinco mares a la imagen ante sus ojos, Roger no lo dejó terminar, pues dejó salir una oleada de haki del conquistador que casi derriba a todas las personas al rededor, la niña, sorprendentemente seguía consciente.
Roger, normalmente ruidoso en cada paso que daba, se acercó en completo silencio. Su rostro mostraba una expresión que sus hombres solo podían ver en grandes batallas, no en cualquier batalla en la que Roger se podía divertir, si no en las batallas contadas en las que en verdad estaba colérico. Una mezcla de furia y dolor tan intensa que parecía cambiar la estructura misma de su rostro.
Con pasos lentos de acercó.
Crocus negó con la cabeza mientras examinaba a la niña. - Deshidratación severa. Desnutrición continúa extrema. Probablemente no ha tenido contacto humano en... meses. -Su voz se quebró al notar las llagas por presión en sus piernas, evidencia de demasiado tiempo sentada en la misma posición.
-¿Cómo- cómo demonios ha sobrevivido una niña tan pequeña sin comida...? - Gaban preguntó, todavía no habían descubierto como es que una bebé había sobrevivido tanto tiempo sola.
Ante la pregunta, Crocus revisó rápidamente la boca de la niña con un pequeña linterna que siempre llevaba encima, como buen doctor. Metió los dedos en la boca de la niña, sacando restos de patas de bichos, lo tiró a un lado.- Ahí tienes tu respuesta, ha sobrevivido comiendo bichos, el hambre nos puede hacer cualquier cosa, sobre todo a una chiquilla... Que haya sido lo suficientemente lista y ágil para cazarlos y comérselos es un milagro. ¿El viejo del bar dijo que había gente cuidando está casa antes no? Lo más seguro es que cuando se cheque dejó de llegar se largaran, dejando todas las puertas cerradas sin importarle si la dejaban sin comida, ¡Esos desgraciados...!
Rayleigh que no se había movido del suelo en todo ese tiempo dejó salir un sonido de incredulidad- ¿Qué...? *IUGH*- Dejó salir numerosas y escandalosas arcadas de asco puro, se giró a trompicones para vomitar en la esquina del pasillo.
Roger, que lo único que había hecho aparte de sacar oledas de haki inconscientemente fue mirar fijamente a la niña, se quitó su capa y envolvió con ella a la niña.- Tú te vienes con nosotros-, prometió en un susurro ronco, voz solemne. La niña no respondió, sus ojos vidriosos apenas procesaban lo que pasaba a su alrededor, pero cuando Roger la tomó en sus brazos, sus pequeños dedos se aferraron instintivamente a su camisa como un náufrago a un salvavidas.
Los primeros días a bordo del Oro Jackson fueron un desafío.
Buggy, ahora limpia y vestida con ropas prestadas de Shanks, grandes para ella, no se comportaba como una infante normal.
Crocus preparó caldos, purés, frutas dulces... pero Buggy los rechazaba todos, es cupía la papilla, vomitaba la leche tibia, escondía el pan bajo su almohada hasta que se llenaba de moho.
Hasta que una noche, Sunbell la pilló.
La encontró en un rincón del barco, masticando algo con avidez. Cuando se acercó, y la vio con u na cucaracha a medio masticar.
Viva. Retorciéndose entre sus dientes.
—¡NIÑA, NO! —gritó, quitándosela de la boca.
Ella empezó a llorar, como si le hubieran quitado un juguete y no una cucaracha. Buggy no entendía porqué lo que hacía estaba mal.
Apenas sabía unas palabras, "sabe hablar un poco porque esos cabrones le hablaron mientras la cuidaron pero tanto tiempo sola..." Eso dijo Crocus.
Fue Roger quien rompió el hielo.
Una mañana, se sentó frente a ella con un plato de frutas frescas... y un puñado de grillos.
—Elige. -dijo simplemente.
Buggy miró los grillos, luego a Roger.
Con mano temblorosa, tomó una fresa.
Poco a poco, la pequeña comenzó a transformarse:
- Gaban le enseñó a usar una cuchara (aunque prefería las manos).
- Rayleigh la calmaba cuando las pesadillas la despertaban gritando.
- Crocus celebraba cada gramo que ganaba.
-Roger fue quien se decantó por su nombre "no podemos seguir llamándola niña, hay que ponerle un nombre", "ugh, qué difícil, el nombre de Shanks le vino en la ropita", "igualmente no responde a ningún nombre que le pongamos", "¿Qué tal si simplemente le decimos Buggy?", "HIJO DE PUTA, CÓMO TE-" Buggy se acercó emocionada a ellos cuando Taro sugirió su nombre... "Buggy se queda".
Y entonces, un mes después de rescatarla...
Buggy pidió comida humana a voluntad propia.
—¿Más? —susurró, señalando su plato vacío.
Nadie en el barco había escuchado una palabra más hermosa.
El comedor del Oro Jackson estaba inusualmente silencioso.
Los piratas, hombres endurecidos por mil batallas, se les había cerrado el apetito. Las imágenes de aquel día, de la niña esquelética, de los insectos mordisqueados, de las uñas arañando puertas, les habían robado el apetito.
Buggy, con las mejillas llenas de lasaña, notó los platos intactos a su alrededor.
—¿No coméis?—preguntó, con voz inocente, salsa de tomate en la barbilla.
Roger, con un nudo en la garganta, empujó su plato hacia ella.
—Toma, Azulita. Para ti.
En segundos, Buggy tuvo frente a sí un tesoro, todos les habían dado su porción de comida a ella (y por extensión a Shanks).
Sus ojos brillaron como estrellas.
—¡GANÉ! —gritó, empezando a devorar todo lo que tuviera más carne.
Rayleigh, sin decir palabra, se levantó y volvió con un bote de helado.
—Para el postre, dijo, dejándolo frente a ella.
Buggy lo miró como si le hubieran dado un tesoro.
Nadie mencionó que era el último bote de helado del barco.
—Oye, si no puedes con todo, ¡yo te ayudo! —bromeó Shanks, alargando el tenedor.
—¡NI SE TE OCURRA, PELIRROJO!
Todos rieron. El sonido ahuyentó los fantasmas del pasado, al menos por un rato.
Mientras Buggy devoraba su botín (con la elegancia de un cocodrilo en un bufét gratis), los Roger intercambiaron miradas cómplices.
Buggy se revolcó en su hamaca, sintiendo cómo la lasaña le pesaba en el estómago como un ancla. Crocus había sido implacable "¡Cepíllate los dientes o tendrás caries, mocosa!" pero ahora, en la quietud de su camarote (Shanks empezó a echarse la siesta después de comer), otros pensamientos la invadieron.
El eco de la voz de Roger resonaba en su cabeza, tan distinta a cuando hablaba de Shanks.
"En tabernas por todo el mundo, el capitán brindaba con los brazos abiertos
—¡Y este pelirrojo! ¡Lo encontramos en un cofre del tesoro como si fuera un lingote más! JAJAJA
La gente siempre se reía cuando lo escuchaba, Shanks se sonrojaba, y Buggy se reía de él por sonrojarse."
El capitán siempre presumía de cómo encontró a Shanks, él no había tenido que preguntarle donde lo encontraron, ni siquiera parecía importarle, Buggy había tenido que preguntarle porque el capitán nunca había presumido de ella... ¿Por qué no la habían mencionado no una sola vez?
"Shanks ¡Un hallazgo fortuito! ¡Qué coincidencia tan graciosa!"
"Ella. Te encontramos en una casa abandonada. Punto final."
¿Era tan aburrido en comparación? ¿Tan insignificante era la anécdota de encontrarla que ni siquiera el capitán podía dedicarle unos minutos?
La niña se removió nerviosa en su hamaca, observó la hamaca encima de la suya, la de Shanks, el chico dormía plácidamente, él ni siquiera se había preguntado ni por unos segundos de su origen. Ya sea porque el capitán ya contó esa anécdota mil veces o porque de verdad no le importaba. Buggy deseó ser como él.
Ese día, Buggy se echó la siesta con un sentimiento desconocido asentado en su pecho.
Notes:
No me ha gustado mucho el capítulo, qué pensáis?
💙
Ojalá tarden mucho en revelar el origen de Buggy, me gusta mucho pegarme al canon
💙
Tal vez he introducido el origen de Buggy demasiado pronto pero es muy relevante a la historia y volverá a aparecer en el futuro.
Chapter 4: -
Chapter Text
Parece que mucha gente quiere que Buggy sea la madre de Luffy no? Bueno, ganaron, la haré su madre pero puede que quedé un poco raro con la trama xd, Buggy va a acabar teniendo pila de hijos.
Por cierto, fijaos en los tags porfis, no quiero que nadie se sorprenda luego
Chapter 5: El chocolate de Shanks.
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Eran la una de la mañana y Buggy estaba en la despensa del barco comiendo salchichas a escondidas. Los piratas Roger encontraron una isla en el GrandLine en la que gran parte de su cultura era el veganismo, no creían en quitar la vida de los animales, ni de explotarlos para que les den comida, en consecuencia los piratas Roger solo habían podido reabastecerse con comida vegana.
Llevaban todos esos días comiendo en compañía de los nativos, eran gente muy amable, Shanks y Buggy hicieron migas con un niño de la isla llamado Zaang que era un usuario de fruta del díablo.
El problema de todo esto era que Buggy estaba pasando muuucha hambre con esa momentánea dieta vegana, la chica no entendía porqué la gente comía verdura ¡Y tantísima verdura! Ni porque elegían comer muchas cosas que no fueran carne, ¿Cuando no comías carne con la comida no te llenabas, no? Se siente como si hubieras tragado un montón de agua del mar, que te ha llenado el estómago pero no te satisface ni te quita la verdadera sensación de hambre por alimentos que te nutran aunque sea un poco. Los verduras sabían a cartón mojado, y el resto de la comida era pasable pero se necesitarían comer durante horas para quedarse satisfecho sin carne ¿No? ¡La única que te alimente de verdad es la carne! ¿Entonces porqué demonios los adultos insistían tanto en comer tanta comida que no fuera carne, es que el paladar cambia con la edad?
Buggy sentía como si no hubiera comido en una semana, su estómago rugía de hambre prácticamente todos los días desde que desembarcaron en esa isla a pesar de que había comido sus cuatro comidas diarias, e iba a ir a peor porque toda la comida que habían subido al barco para cuando volvieran a navegar era vegana también.
Cuando Buggy quiso sacar otra salchicha del paquete no sintió nada en sus dedos-. ¿Eh? Ya se han acabado ¡Pero habían cinco! Ughhh... - Ahora solo quedaban las salchichas veganas, ese paquete de salchichas que acababa de fulminar era la única carne que quedaba en todo el barco, estaba segura, había puesto el Oro Jackson patas arriba.
Las que quedaban no eran salchichas normales, claro. Eran esas salchichas veganas que los nativos de la isla les habían vendido. Sabían a cartón mezclado con lágrimas, ni siquiera olían a carne.
—Puaj —escupió el primer bocado en su mano, haciendo una mueca—. ¿Cómo puede Shanks comer esto sin quejarse?
Pero no tenía opción. Llevaban siete días en esa maldita isla vegana, y su estómago rugía como un león enjaulado.
Al principio, al llegar a este infierno, Buggy había pensado que era una broma pesada.
"¿En serio no hay ni un jamón?" había preguntado, mirando con horror los mercados llenos de legumbres y tofu.
"La vida es sagrada, pequeña" le había dicho una anciana con una sonrisa dulce, ofreciéndole un "perrito caliente de lentejas"
Buggy lo había mordido con esperanza... y casi lloró al descubrir que sabía a arena.
El verdadero infierno había sido cenar con los nativos. Los habitantes de la isla eran amables, sí, pero sus platos eran tortura pura
—¡Prueba el estofado de berenjenas! —le había dicho Zaang.
Buggy había sonreído con fuerza, tomando un trozo... y sintiendó cómo su alma abandonaba su cuerpo
—¿Esto... esto es comida? —pensó, tragando con dificultad—. ¡Sabe a barro!
Shanks, el traidor, se lo estaba comiendo todo sin protestar, incluso sonriendo.
—¡Está bueno! —Buggy veía como su nakama devoraba su plato.
Ahora, en la oscuridad de la despensa, Buggy masticaba con resignación las salchichas veganas.
No llenaban. Nunca llenarían. Su cuerpo necesitaba carne de verdad.
La última salchicha vegana se deshizo en su boca como serrín mojado. Buggy tragó con esfuerzo, sintiendo cómo su estómago se retorcía de hambre insatisfecha.
—Esto no es comida —pensó, apretando los puños—. Es castigo.
El Oro Jackson crujía suavemente en la noche, como si se burlara de su desesperación. Siete días. Siete días sin un solo bocado de carne verdadera. Siete días de sopas, tofu insípido y pan que sabía a aire comprimido.
Y lo peor: sabía que faltaban dos semanas más hasta la próxima isla.
Buggy se frotó la barriga, que rugía como un animal herido.
Lo más frustrante era que técnicamente había comido. Desayuno, almuerzo, merienda, cena. Todo en cantidades "normales". Pero...
—No es lo mismo —murmuró, recostándose contra los barriles de la despensa. Podía sentir la diferencia.
Cuando comió las salchichas, su cuerpo se calmó, como si cada fibra muscular dijera gracias.
Pero con esta comida vegana... era como llenar un barril agujereado. Por más que tragara, el hambre siempre volvía. Shanks no parecía tener ese problema.
—¿Cómo lo hace? —Buggy frunció el ceño—. ¿Es que su estómago no protesta?
Roger, Rayleigh, Crocus... ninguno se quejaba tanto como ella. Buggy dejó salir unos sonidos de pataleta infantil, pero no llegó muy lejos porque sabía que si alguien se despertaba solo la regañarían por estar despierta a esta hora.
-Buggy.
-¡AHHH! -Se giró asustada, dejando salir un corto grito susurrado. La persona que le había asustado era Shanks. - ¿¡Qué haces aquí, idiota!?
Shanks le hizo un ademán para que guardara silencio, poniendo su dedo delante de sus labios cerrados-. Shhhhhhh, estoy comiendo chocolate. -Shanks le mostró una barra de chocolate, pero no una de esas barras amargas de la isla las caules no le echan leche, sino una barra normal del exterior, la marca favorita del pelirrojo.
-¿Y esa barra, de donde la has sacado? -Preguntó curiosa, las barras de chocolate no duraban ni cinco minutos en las manos de Shanks, dudaba muchísimo que pudiera esconder barras sin comérselas de un sentón.
-¡Me la ha dado el capitán a escondidas! Me dijo que comer verduras todo el tiempo cansa y me la dio a escondidas antes de irme a dormir.
... Buggy recordó de golpe cómo el capitán había insistido a Shanks para que fuera con él un momento, y se tuvo que ir a dormir sin Shanks. ¿Por qué el capitán no le había dado nada a ella? La que hacía caras de asco mientras comía la comida era ella, Shanks no, no recordaba nunca que hubiera reaccionado a la comida vegana tan mal como ella.
El trozo de chocolate en las manos de Shanks relucía bajo la tenue luz de la despensa. Oscuro y dulce.
Buggy lo miró fijamente, sintiendo cómo la saliva se acumulaba en su boca, normalmente no comía chocolate, no le gustaba tanto como cuando era más pequeña, pero tenía mucha hambre y el chocolate llevaba leche, que no había tomado en un tiempo.
«El capitán... le dio chocolate a Shanks»
—¿... Y a mí no? —preguntó, dejando salir en voz alta por accidente, sin poder disimular el temblor en su voz. El pensamiento le quemó el pecho como un hierro al rojo vivo.
Shanks parpadeó, no entendiendo la pregunta.
—Eh... ¿Quieres un poco? —ofreció, partiendo el chocolate por la mitad con un crack limpio.
Buggy lo miró, luego al chocolate, luego de nuevo a él, Shanks no era egoísta, pero lo único que no le gustaba compartir era su chocolate.
—... No, ese chocolate es tuyo. Cómetelo.
Y así, sin darle tiempo a Shanks de responder, Buggy dejó la despensa, volvió a su camarote compartido y se volvió a acostar en la hamaca. Shanks la siguió poco después de terminar su chocolate y se acostó, no tardó mucho en reconciliar el sueño.
Creyendo que se quedaría dormida rápido, no se esperó que los retortijones de su estómago reclamando por comida la dejaran despierta una hora más.
La hamaca se mecía con el vaivén del Oro Jackson, pero Buggy no podía dormir.
El dulce aroma del chocolate de Shanks aún flotaba en el aire, mezclado con el olor salado del mar. Su estómago rugió de nuevo.
«El capitán le quiso dar chocolate solo a Shanks.»
Buggy se revolvió, intentando encontrar una posición cómoda. No funcionó.
«¿Por qué?» pensó, clavando las uñas en la hamaca «¿Por qué a él sí y a mí no? ... ¿Es que solo tenía una chocolatina? Podría simplemente haberla partido como hizo Shanks antes, ninguno nos íbamos a quejar, además la marca favorita de Shanks es muy abundante-...» ahí es cuando Buggy se dio cuenta «... La marca favorita de Shanks... El capitán solo guardó la chocolatina preferida de Shanks para él»
... ¿Hace cuanto que no pisaban tierra no vegana, un mes? ¿El capitán tenía guardada una chocolatina para Shanks todo este tiempo o se la encontró por casualidad? ¿Acaso le guardaba chocolatinas a Shanks para situaciones como esta? ¿Por qué a ella no le guardó nada? A ver, ella no solía comer dulces, prefería la carne, pero amaba la marca de caramelos de Dressdrosa que Gaban siempre le daba, se podían conseguir en cualquier puerto. Desgraciadamente, a Gaban se le habían acabado hace un tiempo y no pudo rebastercerse de caramelos, priorizando la comida... Pero el capitán puso guardarle su chocolate a Shanks, chocolate que se derrite, que no es tan duradero como sus caramelos.
Shanks roncaba suavemente arriba de ella, ajeno a su tormento. Siempre ajeno.
El capitán nunca le dio nada.
Estuvieron una semana más en esa isla vegana, Buggy siguió haciendo muecas de asco cada vez que comía, se siguió quejando del hambre, se fueron de la isla, llegaron a la siguiente en dos semanas y el capitán no le dio ni chocolatina ni caramelos. Buggy grabó este recuerdo.
Notes:
¿Se nota demasiado lo que estoy haciendo 😅?
💙
Capítulo cortito para comprobar que ao3 no me está jodiendo
Chapter 6: El vestido de Buggy.
Chapter Text
Los piratas Roger llegaron a una isla invernal, el frío era bestial, a pesar de que todos en la tripulación tenían ropa de todo tipo y para todas las estaciones, los aprendices de la tripulación no contaban con mucha ropa para clima frío, sobre todo para uno tan exagerado, ya que los piratas empezaron a evitar este tipo de islas con climas muy extremos desde que adoptaron a Shanks y posteriormente a Buggy.
La vida como pirata conllevaba estar casi constantemente en climas calurosos y tropicales, decir que el par de hermanos lo estaban pasando putas era un eufemismo, ambos casi nunca habían sentido frío de verdad durante su infancia, no estaban acostumbrados al clima y no tenían anticuerpos. Y eso que ni siquiera habían llegado a la isla, todavía estaban en el barco, pero habían llegado a la zona climatica de la isla hace ya unos horas.
-Te-te-tengo mucho frío, Bu-buggy, abrázame. - El pelirrojo extendió ambos brazos a la chica con la intención de preservar el calor.
-A-A-Aléjate, pe-pelirrojo, no-no es-toy de hu-umor pa-para soportar tus ma-manos pegajosas y lle-llenas de mocos. -La chica apartó al chico poniendo una mano en su cara.
-¡ACHÚ! ma-mala.
El Oro Jackson se deslizó entre témpanos de hielo azulado, crujiendo bajo el peso del barco. La isla a lo lejos emergía como un coloso dentado, sus montañas afiladas como cuchillas de hielo contra un cielo plomizo. El aire ya era tan frío que quemaba los pulmones al respirar, y cada exhalación de los piratas se convertía en un fantasma blanco que se desvanecía al instante, cristalizado por el viento.
Azul y Rojo se abrazaban a sí mismos tratando de combatir el frío, sentían como sus mocos se congelaban. Estaban en plena cubierta porque Rayleigh había insistido en que no quería que se quedaran sin supervisión en estas aguas.
-¡Papá, ahí no hay vida! Na-nadie puede vivir a-ahí, no veo nada. -Buggy dijo en voz alta, con la esperanza de que Roger desistiera de querer desembarcar en esa isla y dieran media vuelta. Buggy sentía como su garganta se enfriaba en cada palabra que decía.
-Los nativos de las islas anteriores me dijeron que hacen negocios con esta isla, tiene que haber gente en algún lugar, iremos ahí. - Rayleigh mencionó distraídamente, revisando su eternal Logpose.
Cuando por fin llegaron a la costa, apreciaron que estaba cubierta por una capa de nieve virgen, tan espesa que los pasos de la tripulación se hundían hasta las rodillas, ciertamente hermoso. Los árboles —si es que podían llamarse así— eran esqueletos retorcidos de madera negra, envueltos en carámbanos que brillaban como joyas malditas. Casi todo el mar cercano a la orilla estaba semicongelado, es por eso que tardaron tanto en llegar a la orilla, con olas que se rompían en lentos movimientos, como si el tiempo mismo se hubiera ralentizado.
Gaban salió del barco de un salto, exploró por un rato, y volvió diciendo que había unos carteles indicando como llegar a la civilización.
Buggy y Shanks estaban reticentes a salir del barco pero antes de que pudieran huir a su camarote, Roger los agarró a ambos y los envolvió en su capa roja, dejándoles sin opción de huida, Buggy se quiso quejar pero se dio cuenta de que Roger soltaba calor como un radiador así que se abrazo a el lo máximo que pudo para permanecer caliente, Shanks se quejó pero hizo lo mismo.
La tripulación se dirigió, con ayuda de varios carteles a unos teleféricos, se veían en muy buen estado y tenían capacidad para muchas personas, los mayores les contaron que leyeron en los carteles que las personas vivían en los picos de las montañas nevadas porque había tantas montañas cubiertas de nieve que había peligro de avalancha constante. Buggy recordó qué era una avalancha, Rayleigh se lo había enseñado en un libro de desastres naturales, el tonto de Shanks no se acordaba así que Buggy tuvo que recordárselo, el tonto le dio las gracias, era un tonto agradecido, bien.
Al entrar en grupos en los teleféricos, los niños soltaron suspiros de alivio, los teleféricos tenían sistemas de calefacción.
-Cuando lleguemos al pueblo preguntaremos por la tienda de ropa más cercana, si Shanks y Buggy siguen así más tiempo les dará una gripe, o peor, hipotermia, los llevaré yo. - Rayleigh comunico al resto de la tripulación que estaba de acuerdo, Rayleigh siendo el vicecapitan era el encargado de los fondos del barco en cada isla, que también era el dinero con el que mantenían a los niños.
El resto de la tripulación dirigió una mirada a los niños.
-¡Anda! No me había dado cuenta de que os moríais de frío, jajaja. -Gaban los miró con diversión, acaricio el pelo de ambos, y se sacó su larga bufanda. -Tomad, la necesitáis más que yo, yo soy más grande, puedo aguantar una pequeña brisa. - envolvió a los niños en su larga bufanda verde. Shanks y Buggy se acurrucaron contra la lana.
-¡Gracias, Gaban! -Shanks le dió una de sus características sonrisas, las que podrían derretir hasta el hielo.
-De nada, coleguita, toma esto también. -Le extendió sus orejeras, que le quedaban cómicamente grandes al chaval, pero le servían. Después con un ademán acercó sus manos a Buggy (que ya estaba haciendo pucheros) para tapar sus orejas con su gorrito, el que usaba para que su preciado pelo no se le dañara.
Después de eso el grupo llegó hacía el poblado que había encima de ese pico, era la primera parada del teleférico y eligieron bajarse rápidamente antes de que las puertas se volvieran a cerrar y se dirigieran a otros picos o lugares alejados, la cabina paró exactamente en una avenida principal, podían ver un montón de tiendas de comercio y casas familiares, las casas eran bloques compactos de piedra y madera reforzada, con techos inclinados para evitar que el peso de la nieve los derrumbara. Chimeneas escupían humo gris, pero el calor que generaban parecía insignificante contra el gélido aliento de la isla. Los carteles de las tabernas estaban cubiertos por una capa de escarcha, había mucha más vida local de la que esperaban, todo el mundo iba y venía envuelto en pieles gruesas, con bufandas hasta los ojos, orejeras, gorros, guantes de lana y botas especiales.
El sonido de las personas compensaba el silencio invernal natural. No había cantos de pájaros, ni rumor de hojas, solo el crujido ocasional de la nieve bajo las botas y el lamento del viento al colarse entre los riscos. Hasta el sonido de las risas de los piratas se ahogaba, devorado por la inmensidad blanca.
Y en medio de aquel infierno helado, Buggy y Shanks volvieron a tiritar como hojas, ya no estaban en la acogedora cabina.
—¡Qué fríiiio! —tartamudeó Buggy, abrazándose a sí misma—. ¡se me va a romper la mandíbula de lo fuerte que me tirita!
-Ca-capitan, vá-vámonos de aquí. -Shanks ya se quería ir, raro, teniendo en cuenta el hambre de una nueva aventura que recorría al chaval casa vez que llegaban a una nueva isla, y que los piratas siempre alababan.
Shanks, a su lado, la cara que no estaba cubierta por la bufanda de Gabán se le ponía roja, sus dedos se entumecían. El vapor de su aliento formaba una nube temblorosa mientras intentaba frotarse los brazos.
Roger, envuelto en su abrigo de piel de oso, se rió de ellos.
—¡Bienvenidos al verdadero invierno, chicos!
Mientras el resto de la tripulación se movía con normalidad (Rayleigh incluso se había quitado el sombrero para que la nieve le enfriara la cabeza), Buggy y Shanks parecían dos críos perdidos en una tormenta.
El viento aullaba como un lobo herido cuando Rayleigh empujó la pesada puerta de la tienda "Pieles de Vinterhiel" haciendo sonar una campanilla oxidada. El interior olía a cuero encerado y madera de cedro, con estanterías repletas de abrigos, gorros y botas forradas de piel. Parecían unos grandes almacenes que solo encontrarías en islas especialmente ricas o modernas.
—Escoged algo de una vez. -gruñó Rayleigh, sacudiendo la nieve de su capa.- Antes de que el capitán gaste todo nuestro belly en ron de arce.
Shanks y Buggy, ahora aliviados por la calidez de la tienda, se dispersaron entre los pasillos.
Shanks corrió hacia una percha donde colgaba un abrigo rojo intenso, con ribetes dorados y un forro de lana de carnero. Se lo probó de un salto, girando frente a un espejo empañado.
—¡Rayleigh, mira! —gritó, hinchando el pecho—. ¡Parece de capitán!
El rubio sonrió, ajustándole el cuello —Tienes razón, se parece al de Roger. Te queda bien, chico. Combina con tu pelo.
Shanks se rió, metiendo las manos en los bolsillos profundos. Buggy lo miró con enviada, ella también quería que le dijeran que se parece al capitán, no era justo, ambos colores favoritos de los niños coincidan con su color de pelo, que Shanks escogiera un abrigo rojo era casualidad.
Buggy, buscó y buscó por algo genial, se detuvo frente un vestido de invierno grueso, era de un azul oscuro, llevaba estrellas blancas estampadas, estaba forrado por dentro, especializado para el frío, traía una capucha espaciosa para conservar calor, también traía consigo unas medias rojas y blancas, a Buggy le encantó ¡Extravagante! Ella también quería que Rayleigh le dijera que se veía genial.
—Este... —murmuró, señalando el vestido, no se lo podría probar porque se tendría que quitar la ropa e iban con prisa.
Rayleigh se acercó, evaluándola con una ceja levantada -¿Segura? No creo que un vestido sea lo mejor para este clima, Buggy.
Buggy apretó la tela entre sus dedos, haciendo un puchero. Esa no era la reacción que esperaba por parte del rubio, ella creía que le iba a decir que era extravagante o genial. Buggy no entendía por qué Rayleigh ponía esa cara. ¡Era el vestido perfecto! Azul como su cabello, y lo suficientemente grueso como para desafiar el frío más cruel.
—¡Es abrigado! ¡Y tiene bolsillos! —protestó, metiendo las manos en los profundos pliegues de la falda para demostrarlo. ¿Qué más podía pedir?
Shanks, el traidor, apareció a su lado con una sonrisa burlona —Parecerías un duende de navidad, Buggy —dijo, burlándose.
Buggy le lanzó una mirada que prometía muerte por congelación.
—Cállate, pelirrojo. Al menos yo no voy a parecer un pimiento gigante. —señaló con desdén el abrigo rojo de Shanks.
Rayleigh se agachó para comprobar la etiqueta con el precio y casi se le sale el alma. -¿¡Sabes lo caro que es este vestido, Buggy!? ¡6.000.000 de Berri, ese es casi todo el presupuesto para la comida y mapas que compraremos en este isla!
Rayleigh sostenía la etiqueta del vestido como si estuviera a punto de desintegrarse. 6.000.000 de Berries. Mucho más de la mitad del presupuesto destinado a provisiones y mapas.
—Buggy. —susurró, con voz tensa, esperando que la chica entrara en razón, ja, cualquiera diría que Rayleigh no está criando dos niños y no sabe lo testarudos que pueden ser—. Esto es más caro que el abrigo de piel de oso del capitán.
Buggy, sin soltar el vestido, puso los ojos más grandes que una luna llena
—¡Pero es perfecto! ¡Mira los detalles! ¡Las estrellas! ¡Los bolsillos! ¡Hasta tiene forro térmico! —argumentó, abrazando la prenda como si fuera un tesoro sagrado.
Shanks, que ya había terminado de probarse su abrigo rojo (y que costaba diez veces menos), se acercó con curiosidad.
—Rayleigh, si le compras eso, no vamos a comer más que pan un mes. —comentó, aunque no con malicia, sino con genuina preocupación por su supervivencia.
Buggy le lanzó una mirada que podría congelar el infierno. —¡Cállate, pimiento humano! ¡Tú ya tienes tu abrigo!
Rayleigh todavía sostenía la etiqueta del vestido como si fuera un documento de sentencia de muerte.
Buggy lo miró con los ojos brillantes y las mejillas aún rojas por el frío, no iba a rendirse.
En medio de su competencia de miradas, la puerta de la tienda se abrió de golpe, dejando entrar un remolino de nieve y al mismísimo Gol D. Roger, con las mejillas rojas por el viento y una botella de ron de arce en la mano.
—¡Rayleigh! ¡He encontrado un sitio que vende ron de arce por solo- Roger se detuvo en seco al ver la escena: Buggy abrazando el vestido como si fuera su hijo recién nacido, Shanks con cara de "esto va a salir mal", y Rayleigh con expresión de contador al borde de un infarto.
-¿Problemas? —preguntó, con una sonrisa que ya anticipaba el caos.
—¡Capitán! —Buggy corrió hacia él, arrastrando el vestido como un estandarte—. ¡Dile a Rayleigh que me compre esto! ¡Shanks ya se llevó un abrigo y yo solo quiero ESTO!
Roger miró el precio y soltó una carcajada que hizo temblar los estantes. Sus ojos y boca estaban cómicamente abiertos de la sorpresa.
—¡6 millones por un vestido! ¡Ja! ¡Ni siquiera mi capa de capitán costó tanto!
Buggy sintió que el mundo se derrumbaba.
Pero entonces, Roger se agachó hasta su altura, con una sonrisa pícara —¡JAJAJA! ¡Buggy, tienes más estilo que todos nosotros juntos!
Buggy brilló de orgullo... hasta que Roger añadió- Pero si te lo compramos, tendrás que compartir tu ración de carne con Shanks por tres meses.
La tienda quedó en silencio. 6.000.000 de Berries. Tres meses sin su preciada carne.
Buggy miró el vestido azul estelar, luego a Shanks (que ahora parecía un pimiento satisfecho con su abrigo rojo), y finalmente a Roger, cuya sonrisa era tan amplia como su falta de sentido común financiero.
—¡TRES MESES!? —chilló, casi tirando el vestido al suelo—. ¡¿Y si me muero de hambre antes?!
—Bueno, siempre puedes comer más verduras, sugirió Shanks, con una sonrisa que merecía un puñetazo.
—¡CÁLLATE, PIMIENTO MALDITO!
Rayleigh, con los ojos cerrados y contando hasta diez en su mente, finalmente intervino- Buggy, si realmente lo quieres, podemos ajustar el presupuesto... pero tendrás que elegir: ¿el vestido o tus raciones de carne?
La decisión más difícil de su vida.
Buggy miró el vestido otra vez. Era perfecto. Azul como su cabello, con estrellas blancas, y lo suficientemente abrigado como para desafiar el frío más cruel. Pero... Tres meses sin carne.
—¡No es justo! —protestó, pateando el suelo—. ¡Shanks no tuvo que renunciar a nada por su estúpido abrigo rojo!
—Es porque mi abrigo no cuesta un tesoro nacional -murmuró Shanks, escondiéndose detrás de Rayleigh cuando Buggy lanzó un zapato de la tienda en su dirección.
Roger, disfrutaba de cada segundo del drama.
Buggy, aunque tentada por la idea de tener el vestido Y su carne, sabía que Rayleigh nunca lo permitiría. Con un suspiro dramático, tomó su decisión.
—Está bien... Me quedo con el vestido.
Roger celebró como si hubiera ganado una batalla épica.
—¡PERO! —gritó Buggy, señalando a Shanks con un dedo tembloroso—. ¡Tú me vas a dar la mitad de tu ración de carne cuando yo quiera!
Shanks parpadeó.- ¿Eh? ¡Eso no era parte del trato!
—¡Ahora lo es, pimiento!
-Al menos el mío no hace que parezca un adorno navideño. - murmuró, ajustando su abrigo rojo.
Buggy corrió a patearle la espinilla.
Roger, entre carcajadas, dio el visto bueno antes de que Shanks pudiera protestar más.
-¡ROGER, ESA ERA PARA LOS MAPAS Y LA COMIDA! Tenías que convencerla de que NO lo quisiera a cambio de la carne. —rugió el rubio, apretándose el puente de la nariz, había sido un idiota para creer que Roger en verdad sería lo suficientemente listo como darse cuenta de lo que quería hacer.
—¡Los mapas pueden esperar! ¡Mi aprendiz necesita verse a la moda!
Minutos después, con un gorro nuevo, botas a juego, un Shanks resignado y un Rayleigh al borde de un colapso nervioso, Buggy salió de la tienda con su vestido.
Rayleigh enterraba la cara en las manos, calculando mentalmente cómo iban a sobrevivir con con 1.000.000 de berrys de presupuesto.
—Tendré que vender algunas cosas de estos cabrones...
Y así, casi sin dinero y una tripulación resignada a comer pan duro por una semana, Buggy aprendió una valiosa lección: insiste hasta que te lo compren.
Ahora pudiendo disfrutar de la isla sin morir en el intento, dieron una vuelta. Shanks iba envuelto en su abrigo rojo de capitán, y Buggy, radiante en su vestido azul estrellado y medias de líneas rojas.
Cuando regresaron al Oro Jackson, toda la tripulación dejó de hacer lo que estaba haciendo.
—¡Azulita! —gritó Gaban, soltando una carcajada—. ¡Te ves...
«¡Va a decir que me voy como una capitana!»
-... adorable!
«¿Eh?»
Buggy había imaginado que, al usar aquel traje azul de invierno, proyectaría una aura de elegancia feroz, como una capitana de las nieves, digna de respeto. Pero en cuanto pisó la cubierta del Oro Jackson, el universo conspiró en su contra.
—¡Awwww, Buggy-chan! ¡Pareces un duendecito de navidad! —rugió Gaban, aplastándole los cachetes entre sus manos gigantescas, haciendo que pusiera los labios de pato.
—Mírala con esos mofletes rosados... ¡Es como si te hubieran sacado de un cuento! —se burló Crocus, pellizcándole la mejilla con dedos de médico, sin piedad.
Roger que estuvo aguantándose la risa desde que Rayleight ayudó a Buggy a cambiarse en la tienda ya no podía más, con lágrimas de risa, se desplomó contra el mástil:
—¡Rayleigh! ¡Tenemos que comprarle uno en cada puerto! ¡Mira cómo pisa la nieve con esas botitas! ¡Si hubiera sabido que se vería tan mona la hubiera traído a una isla de invierno antes!
Buggy estalló.
—¡DEJAD DE REIROS! ¡ESTO NO ES GRACIOSO! —chilló, pataleando tan fuerte que el pompón de su gorro (Uno barato que se compró a parte) osciló como un péndulo de locos—. ¡QUERÍA VERME PELIGROSA! ¡COMO UNA... UNA CAPITANA PIRATA!
Pero cuanto más se quejaba, más se derretían los corazones de sus nakamas.
—Ohhh, ¡mira cómo se enoja! ¡Es como un gatito escupiendo! —dijo Momonga, ahogándose de ternura.
Shanks, el traidor, aprovechó para sacar provecho —Si quieres imponer respeto, Buggy, tendrás que hacer algo más que ponerte azul —dijo, tratando de sonar sabio mientras le robaba el gorro y se lo ponía de chiste.
Buggy lo miró con ojos de asesina serial.
—...Te voy a matar.
—¡Qué linda cuando hace esa carita! —celebró Rayleigh, que se había ido a la cocina en cuando llegaron al barco, regresando con chocolate caliente para Buggy y Shanks en tazas con forma de corazón.
Esa noche, Buggy juró venganza.
Pero mientras se sentaba en la mesa de la cena, temblando de rabia pero inexplicablemente abrigada, notó algo: nadie le había dicho a Shanks que se parecía al capitán, aunque hasta ella lo pensara.
Toda la tripulación estaba pendiente de ella.
Así que, entre dientes, mientras mordisqueaba un panecillo caliente que Roger le había untado con mantequilla extra, murmuró- Amo este vestido.
Buggy nunca lo supo porque ya se había ido con Shanks a dormir, pero ese día la tripulación estuvo al borde del amotinamiento cuando Rayleigh les dijo que solo les quedaban 1.000.000 de berrys para comer durante un mes.
Se tranquilizaron cuando Roger les contó que todo el presupuesto se había ido en el adorable vestido de Buggy que tanto les había gustado.
Notes:
Tal vez sentís que esto ha sido un cambio repentino del ritmo pero es justamente como lo dicen los tags, los Roger también aman a Buggy, también tendrán momentos bonitos, pero favorecen a Shanks inconscientemente. Los daddy issues se pueden dar por muchas razones, falta de figura paterna (Buggy la tiene pero no es estable, son un puñado de piratas a los que no llama oficialmente padres, solo a Roger a veces), por la incógnita de su padre biológico (Aunque Buggy no piense en él, le afecta inconscientemente), el sube y baja de su relación con los Roger (el favoritosismo que le mostrarán a Shanks pero el hecho de que todavía le muestran cariño y preocupación), el complejo de inferioridad de Buggy como luchadora entre una familia tan fuerte... Los daddy issues de Buggy no vendrán solo de las muestras de favoritismo
💙
No estoy muy segura de si a la gente le gustara las subidas y bajadas emocionales que tendrá la historia, es una familia disfuncional pero es una famila habrá tanto momentos de favoritismo como momentos bonitos para construir ese aire de familia ¿Os gustan los momentos bonitos?
Chapter 7: -
Chapter Text
Esta cochina web no avisará de que he subido capitulo hasta subir dos 😩, voy a ver si lo puedo arreglar.
Bueno, aprovecho para decir.
-Buggy tendrá varías relaciones pasajeras pero Mihawk es su romance definitivo.
-La etiqueta de canibalismo no solo es por Mihawk.
-Mi Buggy será un poco OC, aunque creo que eso ya es un poco obvio por su amor a la carne, que el Buggy original no tiene.
-En esta historia habrá mucho efecto mariposa, por eso de que Roger vive.
¿Qué os parece el ritmo que llevo, debí hacer más capítulos con Buggy de 4 años?
Chapter 8: "Mañana lo intentamos"
Notes:
GRACIAS POR LOS 100 KUDOS 💙💙💙
Buggy y Shanks tienen 8 años :3
(See the end of the chapter for more notes.)
Chapter Text
.
.
.
-...Oye, Crocus ¿No crees que Buggy ha subido un poco de peso?
-Sí, me he fijado, pero no hay nada de lo que preocuparse, no es para tanto, además es muy pequeña, aun así ¿quieres que le haga un chequeo?
-Si está sana no pasa nada, es solo que me preocupa un poco que una niña tan pequeña coma cantidades tan grandes de comida.
-Mmmmmh... Tienes razón, podría enfermar si come demasiado pesado para su edad, -Crocus dirigió su mirada hacia la niña de pelo azul, que se encontraba gritándole a Shanks porque no la había sujetado bien mientras hacía una de sus acrobacias, haciendo que se cayera. -¡Buggy, ven aquí! Voy a hacerte un chequeo.
La niña de pelo azul dejó de regañar a Shanks y giró hacia Crocus con cara de susto
-¿Q-qué, por qué? ¿M-me pasa algo, Crocus?
Shanks, frotándose la cabeza donde había recibido un golpe de Buggy, se rio y la empujó suavemente hacia Crocus.
—Vamos, no seas testaruda. Si Crocus dice que es necesario, hazle caso.
Buggy resopló, pero finalmente se acercó de mala gana.
—E-está bien, pero ¡no me pinches con nada!
-...
-... ¿Por-por qué no me respondes, Crocus?
-...
-¿Crocus? -Buggy se empezó a alejar lentamente de él, preparada para correr y encerrarse en su camarote.
-Rayleigh, agárrala.
Rayleigh, que estaba observando la escena con una sonrisa divertida, se movió con rapidez y atrapó a Buggy por la parte trasera de su camiseta antes de que pudiera escapar.
—¡No tan rápido, azulita! —dijo con una risa burlona—. Si Crocus quiere revisarte, es por algo. No seas cobarde.
Buggy forcejeó, pataleando en el aire como un gato enfadado. Su rostro hizo otra mueca cunado Rayleigh la llamó cobarde.
—¡NO SOY COBARDE! ¡SOLO NO QUIERO QUE ME PINCHEN! —gritó, mirando con puro terror a Crocus, quien seguía en silencio, aunque ahora una pequeña sonrisita se le asomaba por la comisura de la boca, se estaba divirtiendo con las reacciones de Buggy.
Shanks se acercó, cruzando los brazos.
—Buggy, deja de ser tonta, no es para tanto ¡Yo no grito como un bebé cuando me pinchan! -Shanks presumió como el mocoso que era.
-CÁLLATE, YO-YO NO SOY NINGUNA BEBÉ. -Ahora Buggy intentaba patear en dirección a Shanks pero Rayleigh la sujetaba por los sobacos manteniéndolo en el aire.
Ahora que Shanks estaba distrayendo a Buggy, Rayleigh le hizo una señal a Crocus.
Mientras Buggy seguía pataleando y gritándole a Shanks ("¡Apuesto a que lloraste como un bebé la última vez, PELIRROJO MENTIROSO!"), Crocus se acercó sigilosamente con la jeringa, había ido corriendo a su enfermería cuando Shanks empezó a provocar a Buggy.
—¡SHANKS, TE VOY A—! ¡AAAAAAYYYYYYY!
Buggy chilló cuando sintió el pinchazo, pero antes de que pudiera girarse para ver qué había pasado...
—¡LISTO! —anunció Crocus, retirando la aguja con destreza.
Buggy parpadeó, confundida. —¿Eh? ¿Ya…?
Shanks, que había estado conteniendo reírse, ahora se doblaba de la risa.
—¡JAJAJA! ¡TE HAS PUESTO BLANCA COMO UN FANTASMA!
Buggy, al darse cuenta de que había caído en la trampa, enrojeció de furia. —¡ME PAGARÁS POR ESTO, SHANKS! ¡ME QUEDARÉ CON TU PARTE DE CHUCHES!
Rayleigh, aún sosteniéndola en el aire, suspiró. —Bueno, al menos la muestra está tomada.
Crocus asintió, examinando la sangre. -¿Tú te crees que tengo la tecnología suficiente para examinar sangre en este barco? Tendremos que esperar hasta atracar una base marina, ahí robaré la los utensilios necesarios, ahí sabremos si está completamente sana.
Buggy todavía estaba colgando de los brazos de Rayleigh -¡¿QUÉEEEEE?! ¡¿ME PINCHASTE PARA NADA, VIEJO LOCO?! ¡DEVUÉLVEME MI SANGRE AHORA MISMO!
Shanks se desploma de risa contra el mástil, rodando por cubierta.
Shanks lloraba de la risa. -¡JAJAJA! ¡A BUGGY LE SACARON SANGRE PARA NADA!
Buggy empieza a temblar de rabia, su pelo azul erizándose como el de un gato.
Rayleigh todavía con la niña en sus brazos, la giró en su dirección para mirarla a la cara, con una fingida cara de seriedad. -Roger se va a sorprender cuando sepa que la futura capitana le tiene miedo a una aguja de 2cm.
-¡NO TENGO MIEDO! ¡ES... SUPERVIVENCIA! ¡Si me desangro no podré convertirme en una valiente capitana pirata!
Shanks recupera el aliento, frotándose la barriga -Oye Crocus... ¿y si usamos su sangre para clonar una Buggy buena? Una que no robe mi porción de carne.
-¿Pero de qué hablas, idiota? ¿Te crees que Crocus puede clonar gente cuando ni siquiera puede examinar mi sangre?
¿Buggy y Shanks saben lo que es la clonación? No, solo están repitiendo palabras que han escuchado esperando acertar con lo que dicen.
Crocus ignorando el caos. -Mientras esperamos, dieta estricta: porciones de carne roja más pequeñas, más verduras.
-¡Nooooo! -la cara de desolación que puso Buggy tras oír "verduras" fue hilarante, al menos para Shanks.
En ese momento, Roger asoma la cabeza desde el pasillo que conectaba la cubierta con el interior. -¿Por qué Buggy está chillando como un mono enjaulado?
Roger salió a cubierta, arqueando una ceja ante el espectáculo: Buggy colgando como un fardo de Rayleigh, Shanks rodando por el suelo de la risa, y Crocus mirándolos con cansancio.
-¡CAPITÁÁÁN, Shanks dijo que mi sangre es de pirata de tercera! —señalando al pelirrojo con dramático temblor de labios
Shanks ahora la mira con reproche ante su mentira.- ¡Yo no dije eso! ¡Dije que clonarían una Buggy que sí comparta su comida!
Rayleigh, soltando finalmente a Buggy.- En resumen: le sacamos sangre a Buggy para un chequeo que Crocus no tiene material para hacer, se queja de las verduras, y probablemente nos envenenará la cena.
Buggy cae de golpe al suelo, pero se recupera al instante para apuntar a Crocus con dedo acusador.
-¡Tú, viejo traicionero! ¡Cuando sea capitana, mi primer regla será PROHIBIR LAS AGUJAS EN EL BARCO!
Crocus solo levantó una ceja ante lo de "viejo"- Mmm... interesante política médica. ¿Y los huesos rotos? ¿Los cosemos con hilo de pescar?
-¿¡Y qué!? Shanks dice que los piratas de verdad no usan puntos! ¡Que hay que dejar que las heridas respiren.
-¡ÑAJAJAJA, Esto es mejor que las peleas de borrachos en Sabaody! -Roger, como siempre se reía de la escena que causaba uno de sus aprendices.
Shanks, ahora más tranquilo, se acerca y pone un brazo sobre los hombros de Buggy.
-Tranquila, Buggy... Cuando seamos los capitanes de nuestro propio barco, secuestraremos a un doctor sin agujas. Uno que use... ¡magia!
•••
En un rincón apartado de la cubierta, lejos de las risas y el caos habitual, Buggy observaba con los puños apretados cómo Rayleigh corregía la postura de Shanks. El sol de la tarde teñía todo de dorado, pero Buggy solo se podía fijar en la imagen que tenía en frente.
-Yo también puedo sostener una espada, ¡Mph¡ Siempre solo a él...
Últimamente Rayleigh había intentado enseñar a los grumetes a pelear con espadas, empezaron con espadas de madera pero el rubio le había recalcado a Buggy, cada vez que agarraba la espada de madera, que su postura era pésima, demasiado tensa y forzada, muy brusca, Shanks, sin embargo, tenía un agarre natural.
"... ¿Sabes qué, Buggy? Mejor paremos, os enseñaré a Shanks y a ti por separado, estáis a niveles distintos, el chico avanza muy rápido al contrario que tú. Tú y yo practicaremos más tarde mejor"
Pero esas lecciones más tarde nunca llegaron, Rayleigh pasaba todo su tiempo libre enseñando a Shanks, mirándolo satisfecho con orgullo, cuando ya habían acabado ya era hora de cenar y no le quedaba tiempo de entrenar con Buggy "Lo siento, Azulita, pero ya es muy tarde, entranaremos mañana ¿Sí?" Nunca había un mañana.
Un nudo de frustración le apretaba la garganta. No era solo que nunca tuviera tiempo de entrenar con ella. Las miradas duras de análisis que le lanzaba a ella, en vez de las sonrisas hacia Shanks, ella solo conseguía un "Bueno", "no está mal", "te saldrá mejor la próxima vez", a ella solo la consolaban, no podía hacerlos sentir orgullosos como Shanks. La forma en que Roger le palmeaba la cabeza como un premio de consolación, y con Shanks sacaba grandes sonrisas de felicidad genuina cuando lo veía entrenar.
Shanks reía en el centro de la cubierta, su espada de madera girando con gracia natural bajo la atenta mirada de Rayleigh.
—¡Eso es, Shanks! ¡Tu postura mejora cada día! —elogió Rayleigh, con un orgullo que Buggy nunca había escuchado dirigido a ella.
"Buggy, relaja los hombros... no, así no. Mira a Shanks, ¿ves cómo lo hace él?"
"Tal vez... deberíamos intentar otra cosa. ¿Has pensado en usar dagas? Son más ligeras." Rayleigh, sugiriendo indirectamente que nunca dominaría una espada.
Buggy miró su propia espada de madera, abandonada contra un barril. La misma que Rayleigh le había quitado de las manos dos días atrás con un "Mejor descansa hoy, Azulita".
—No es justo...—murmuró, pero el viento se llevó sus palabras, nadie la oyó.
Cada palabra de elogio que Rayleigh dedicaba a Shanks era un golpe al ego de Buggy.
-¡Excelente control, Shanks! Esa técnica te llevará lejos - resonó la voz de Rayleigh, cálida como nunca lo era con ella.
"Buggy, no fuerces tanto la muñeca... no, así no" - la voz paciente pero cansada de Rayleigh.
"Mira cómo Shanks distribuye su peso... quizá deberías intentar algo más... adecuado a tu complexión" Después del primer comentario sugiriendo las dagas, Buggy había insistido en que quería seguir intentándolo con la espada.
Sus mejillas ardían. No era por el calor, era la vergüenza. La espada de madera yacía abandonada, testigo mudo de sus fracasos. Cada "mañana lo intentamos" de Rayleigh sonaba cada vez más hueco.
Buggy se fue de la cubierta en busca de Gaban, ella quiera que le diera caramelos para distraerse. Quería que Gaban le diera su atención.
Notes:
Capítulo cortito
💙
Alguien aquí sabes qué es Whakoom? Es una aplicación que sirve para organizar tus comics, mangas o novelas gráficas, es muy buena, están tooodas las editoriales de mangas en español, alguien quiere amigar por ahí para compartir recomendaciones? Por cierto, alguien aquí colecciona la edición manga 3 en 1 de One Piece de planeta?
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