Chapter Text
Música 🎵
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El mundo ha aprendido a convivir.
O eso dicen.
Mobians y Dragobians comparten ciudades, escuelas, transporte y leyes.
Pero bajo la superficie, la coexistencia es solo una ilusión de buenos modales.
La verdad se revela en miradas sospechosas, en murmullos en el metro, en puertas que se cierran demasiado rápido.
Los Dragobians no son simplemente Mobians con una herencia exótica.
Son hijos del fuego.
Hijos de lo desconocido.
Nacidos de una antigua fusión de sangre Mobiana y Dragón, los Dragobians llevan una fuerza primordial bajo la piel, una naturaleza ancestral que no siempre permanece latente. El despertar puede ocurrir repentinamente, provocado por traumas, emociones, instintos.
Y cuando sucede, incluso los más gentiles pueden transformarse en criaturas de instinto, sombra... y llamas.
Temidos por su fuerza, aislados por su imprevisibilidad.
La sociedad los acusa, los explota, los mira con recelo... solo para luego usarlos como armas, atracciones o herramientas.
Un equilibrio hipócrita basado en el miedo disfrazado de tolerancia.
Sonic nunca había pensado demasiado en eso.
Un estudiante universitario, amante de la velocidad y de la vida sencilla.
Siempre había observado este mundo desde la distancia.
No por apatía, sino por autodefensa.
Al crecer en un hogar donde los Dragobians eran objeto de burla y desprecio, Sonic aprendió a silenciar su propia opinión.
Pero en su corazón, siempre ha sabido la verdad: nadie debe ser juzgado por su raza.
Todos merecen correr libres.
Sin embargo, incluso él dejó de correr hace mucho tiempo. Desde que lo dejaron solo de un día para otro... Sin explicaciones. Sin despedidas. Sin promesas.
Por fuera radiante, amigable, brillante. Pero por dentro...
Una herida que no sana.
Un miedo constante: el del abandono.
No deja entrar a nadie. No del todo.
Ya no confía.
Hasta que una noche, el cielo se desgarra.
Y algo, o alguien, cae ante él.
Un dragón.
Negro y rojo, surcado como la tormenta.
Herido, semidesnudo, cubierto de sangre y tierra.
Con ojos rojos como brasas latentes.
Sonic lo mira en el suelo, jadeando y sangrando.
Y por un momento, considera hacer lo más simple: darse la vuelta. Continuar con su vida tranquila, llena de clases, exámenes y soledad selectiva.
Pero algo en su pecho grita.
Un instinto visceral.
Una llamada inexplicable.
No puede dejarlo allí.
Así comienza una inusual coexistencia.
Dos almas distintas. Dos cuerpos jóvenes e inquietos. Dos pasados marcados por la ausencia.
Sonic intenta proteger la distancia que lo mantiene a salvo.
Shadow rompe todas las barreras sin siquiera darse cuenta.
Y por la noche, cuando la consciencia se desvanece y la sangre hierve, el miedo a la soledad se fusiona con un deseo primario.
Una necesidad de tacto, calor, cuerpo.
Un instinto.
Y Sonic es lo más cálido que Shadow puede encontrar.
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