Actions

Work Header

"Acurrucarse"

Summary:

■PREMISA:
《Cuando Hikaru regresa luego de estar una semana desaparecido, el pueblo nota algunos cambios en él. La familia Indou quien se caracteriza por ser una familia que se dice está protegida de las impurezas pero también trae una maldición consigo, es una familia conformada de puros Betas. Pero cuando el más joven de la familia: Hikaru, es encontrado en el bosque, regresa y se manifiesta como Alpha.
¿Su amistad con Yoshiki será igual que siempre a pesar del cambio o habrá inconvenientes en la convivencia?》
"No hagas promesas que luego no vas a poder cumplir."
●ADVERTENCIAS:
•Leves errores de ortografía. •Narrado en Tercera Persona.
•Historia corta. •Red flags; NO ROMANTIZAR las actitudes de los personajes.
•SPOILERS del Manga. Si no estás al dia habrá cosas que no entenderás.
•Shipp:
•Hikaru Fake: Top Yoshiki: Bottom
•Probablemente las etiquetas vayan actualizándose, el autor aún no está seguro si poner contenido fuerte.

Notes:

(See the end of the work for notes.)

Chapter 1: I.

Chapter Text

Para mantener en calma o pedir algún deseo a los dioses, se les debe ofrendar algo. Ya sea comida, algún objeto de gran valor u órganos, dependiendo el peso del deseo que quieras pedir.

Lo que desea Yoshiki, el hijo mayor de los Tsujinaka, es largarse de ese pueblo tan conservador e ir a la gran ciudad, a Tokio de donde su madre vino. Una ciudad con gran población que es imposible conocer o ubicar a cada una.

El pueblo, aparte de estar lleno de tradiciones y costumbres ambiguas, también guardan creencias estúpidas.

La familia Tsujinaka está compuesta de madre y padre, Omega y Alpha respectivamente y de su unión tuvieron dos hijos, y éste tipo de uniones hace muy improbable que nazca un Beta entre ellos. Por eso el pueblo esperaba que el mayor al ser un varón fuese Alpha y la menor una Omega, porque según ellos, es lo "normal" y lo común.

El pueblo sólo sabe criticar, arraigado a sus costumbres, a su religión o creencias. Luego de que Yoshiki se manifestará a los catorce años pasando un celo insufrible, su madre quiso regresar a Tokio, pero no de manera temporal o como unas vacaciones, ella quería regresar a vivir allá de manera permanente, llevarse a sus hijos lejos de éste extraño pueblo donde sólo la señalan, a ella y a sus retoños.

El obstáculo: su esposo, el padre de sus hijos. Por alguna razón que no logra entender, parece bastante aferrado a quedarse ahí mientras ella soporta todo el peso emocional de cargar con los señalamientos de casi todo el pueblo.

¿ Sólo dio a Omegas?

Lo peor, uno de ellos es un varón , un Omega hombre.

No toda la la gente en el pueblo es cruel, no todos lanzan ese tipo de comentarios hirientes y crudos, otros no juzgan pero tampoco la defienden, solo se quedan callados. Pero el mayor problema es que las costumbres y tradiciones siempre se pasan de generación en generación. Los ancianos transmiten sus ideas y creencias a los más jóvenes, pocos logran desconectarse de la tradición. Y en un pueblo tan chico donde todos se conocen o reconocen, te sientes asfixiado, abrumado y presionado, siempre teniendo que cumplir las expectativas que te impone la familia.

Ella ya no lo soporta. De saber que sería tan problemático, le hubiera dicho a su querido hijo que mejor nunca se revelará su casta y usará parches como inhibidores a escondidas, al menos hasta la mayoría de edad. Dónde puede ser más dependiente y si quiere, terminando sus estudios, ir a la ciudad. De donde viene ella, no son cerrados de mente.

Lo único que la alivia es que al menos en la escuela, varios de sus compañeros no molestan a su hijo por su género principal. Son jóvenes que aún no caen en el prejuicio de los mayores, y otros pocos son de mente más abierta, que son los amigos con los que se junta diariamente.

Para Yoshiki quien siempre es espectador de las peleas entre sus padres y de toda la carga que tiene que aguantar su mamá como los comentarios hacia su hermana por ser bastante tímida y muy poco sociable, hace que aborrezca más esté pueblo.

—Yoshiki.

El aroma del pollo crujiente y bien dorado acompañado de arroz hace que su estómago haga un poco de ruido. Aún así, no está tan ansioso de probarlo de un solo bocado. Cuando lo marino, le recorrió otra vez sensación extraña que seca su garganta.

El aroma del pollo llena toda el aula.

Siente un aire caliente debajo de la nuca, asustando lo un poco ocasionando que se rasque ligeramente el cuello incómodo. Piensa que tal vez es un mosquito, o solo ha sido el calor del verano. A altas temperaturas a muchas personas le da salpullido.

Yoshiki.

La voz es más fuerte y choca contra su oído, haciendo que voltee en una dirección, al no ver a alguien y sentir un toque sobre su otro hombro, se gira hacia dicha dirección.

Es él. Su expresión calmada y relajada, sus ojos expresivos mirándolo a él y hombros encogidos, una sonrisa encantadora curva sus labios.

—¿En qué tanto piensas?

—¿Qué?—Pestañea repetidas veces, procesando la pregunta. Parece que "Hikaru" lo ha llamado antes pero no lo escuchó por estar metido en sus propios pensamientos.

—Pareces muy distraído. ¿Me das un poco de tu ración?—pide acercándose más al azabache, su presencia como es usual, es brillante y natural.—Ya creciste mucho, déjame lo a mi, yo necesito crecer más.

—¿Y la tuya?

—La terminé pero no me llene.

Yoshiki lo piensa un poco, en realidad no tiene porque negarse.

—Puedes comerla, no tengo mucho antojo de esto.

El albino no espera ningún pero y se atasca con su comida, ensuciando la comisura de sus labios. El azabache le recomienda no comer tan rápido o puede atragantarse, tiene que comer adecuadamente.

—Ustedes son muy buenos.—Halaga satisfecho, agarrando un poco de arroz también.

Yoshiki observa atentamente la marca que rodea el cuello de Hikaru. Una línea delgada apenas notoria, un corte que no sabe cuanto tiempo más tardará en cicatrizar. Recordar aquel día y que pensó que perdería a su amigo, a él, le da un vuelco en el estómago. Regresa su vista hacia el frente.

—En realidad, Maki no ayudó en nada, solo Yuuki y yo hicimos todo el trabajo.

La clase de "Hogar y Alimentación" enseña a los alumnos a ser independientes, que desarrollen habilidades prácticas relacionadas con el hogar incluyendo la cocina. Antes está materia solo se impartía para las mujeres Betas y Omegas, pero con el paso de los años, ahora es más mixta. Tanto Alphas como Betas hombres deben tomarla obligatoriamente. Algunos de los ancianos del pueblo no están tan de acuerdo con esto, pero eso es otro tema aparte.

—Pero ya, en serio, ¿Por qué pareces tan serio? Tenías esa mirada que dicen los humanos.

—¿Qué mirada?

—Mirada perdida.

Antes de darle tiempo a Yoshiki de poder excusarse, desde atrás el menor rodea la cintura del azabache y se acurruca contra él, posicionando su barbilla entre el hueco de su hombro y cuello, con sus mejillas pegadas. Ambos sienten la piel del otro.

Tsujinaka puede olerlo, están tan cerca y la suave liberación de las feromonas hacen cosquillear su olfato. Definitivamente puede percibir otra gran diferencia entre éste Hikaru y el que ya no está con él.

El original, Hikaru Indou, era un Beta antes de morir. Su aroma era fuerte; a cítrico, específicamente a naranjas y toronjas. Para algunos un olor común en Betas o fuerte y no tan agradable, para Yoshiki era un perfume frutal que le gustaba mucho que podía distinguir entre tantas personas. Pero ahora que está entidad de las montañas poseyó el cuerpo de su amigo, lo cambio bastante. Saliendo manifestado como un Alpha y, por lo tanto, su aroma cambió radicalmente.

—¿Qué estas haciendo tan cerca?—Pregunta algo nervioso por lo íntimo del abrazo. La respiración pausada y constante del albino pega contra su mejilla, y sentir sus manos descansar en su abdomen le estremece.

Ahora, el Alpha que finge ser Hikaru, tiene una fragancia verde. Es decir: una combinación de olores frescos, como hierba recién cortada. Pero también tiene una nota de fragancia floral.

Envolverte con cariño.

A veces habla de una forma baja pero distorsionada. Le causa escalofríos. Al principio no lo notaba, hasta que Asako hizo ese comentario hace tiempo. Pero, lo que más le inquieta a Yoshiki es la mirada de sus compañeros.

—Oye, nos están viendo.

—¿Qué tiene de malo?

Tiene mucho, mucho de malo. Pero claro, Yoshiki sabe que alguien como "Hikaru", algo que no es humano no puede entenderlo. Que un Alpha abrace de manera tan empalagosa a un Omega y sus rostros estén tan pegados siempre es una situación que se puede mal interpretar.

—Es que eres tan cálido y abrazable, que no resisto dejarte así.—Vuelve hablar sin despegarse ni un poco del mayor, aferrándose al Omega como si necesitará de su atención.

Aun son los últimos días del verano, hay días de lluvia que provocan humedad y hay días secos. Si se abrazan así, hace que sus cuerpos se calienten, que el calor aumente entre ellos.

Ah, esto no me ayuda. Piensa Yoshiki, la respiración de "Hikaru" se siente más pesada.

Él no deja de apretarse contra su cuerpo, con la intención de buscar calor y comodidad. El detalle es que no es una acción que dure cinco o diez segundos, sino que se va prolongado y, eventualmente, el resto de sus compañeros los miran como si fuesen una pareja.

Es normal que a veces, Hikaru siempre sea el centro de atención o más de una mirada se fije en él. Es algo popular, está en un club de deporte, bastante sociable y su ánimo como buena actitud resulta atractiva y amable, terminando por influenciar siempre a su alrededor.

Sin embargo, cuando regreso luego de estar desaparecido por una semana completa, y la noticia de que se presentó como Alpha tardíamente, hace que sea aún más un objeto de miradas y sonrisas.

Ellos observan, decenas de ojos sobre los chicos. Murmuran y señalan. Crean rumores y a veces exageran.

Yoshiki inhala y exhala. No le disgusta el acercamiento del otro, pero tener tantas miradas sobre ellos es agobiante y... no lo soporta, le desagrada.

—Hikaru...—Advierte en un tono bajo, frunciendo el ceño.

—Ya entendí, me iré.

Se aparta forzando una sonrisa de cortesía. Con la mirada y de manera sutil, se disculpa con el Tsujinaka por hacerlo sentir incómodo y nervioso.

Yoshiki trata de olvidar lo que acaba de pasar, y se obliga a charlar con sus compañeros para así bajar esa extraña tensión en el aire y distraerse.

[...]


Yoshiki está tranquilo tomando un par de fotografías alrededor de la escuela. El club está inactivo, son pocos miembros pero sirve para distraerse o dormir un rato. Sentado en unos escalones, su amigo lo saluda desde lejos y dibuja una enorme sonrisa en su rostro antes de que sus compañeros le llamen la atención para que se concentre en el juego.

El mayor aprovecha y enfoca la cámara. Sigue aprendiendo algunas cosas sobre la iluminación y otras herramientas de la misma cámara fotográfica, y aunque muchos crean que es algo tan aburrido y anticuado, para él es bastante relajante y entretenido. Además, es una de sus pocas habilidades que los ancianos del pueblo valoran un poco.

Prefieren fotografías para ser enmarcadas o colgadas, que una foto digital del celular.

—Él es...

A sus espaldas, quizá a uno o dos metros, alcanza a escuchar unas voces. No son de maestros, sino de otros alumnos. Decide no voltearse y fingir que no las escucha para seguir con lo suyo.

¿Escuchaste lo que paso en la clase de a lado?

—¿En la clase de hogar y alimentación?

Una breve pausa y la intriga hace que Yoshiki se pregunte si están hablando de su clase. Pero, ¿qué es lo que causa tanto revuelo en las compañeras?

—Dicen que Hikaru se le pegó a Yoshiki.

Ah, es eso. Suspira cansado, sonríe apagado. Son chismes sin importancia. No debería preocuparle, pero...

—¿El Omega varón?

El hecho de que estén opinando de él le hace ruido en los oídos y alborota su corazón de ansiedad, preocupación y curiosidad. Son al menos tres voces distintas las que alcanza a identificar, todas chicas.

—Si. Digo, si fuesen betas daría igual o lo verían como una broma típica de Hikaru, pero son de castas muy diferentes.

—¿Qué dices que hizo entonces?

—De seguro el Omega lo sedujo con sus feromonas.—Comenta una con desagrado e inquietud, arrugando su nariz con asco.

Yoshiki abre tanto los ojos de la sorpresa e incredulidad, ¿de verdad creen que él usó sus feromonas con su amigo?¿qué él lo sedujo? Él jamás haría eso, a su corta edad, puede controlar sus feromonas casi a la perfección. Además, no tiene sentido lo que dicen, escuchar ese tipo de comentarios lo fastidia mucho.

¿Por qué los demás hablan sin saber?¿por qué solo se guían de rumores y critican sin saber la verdad?

Es más, el albino fue quien uso un poco de sus feromonas sobre él, todavía debería oler sutilmente a ese aroma fresco y verde.

—¿Eso crees?

Risas cómplices. Yoshiki no presto atención a una parte de la conversación por estar quejándose en su propia mente, pero siguen hablando de él, de ellos.

—¿Por qué más Hikaru se acercaría a él?

—Bueno, escuche que eran amigos cercanos de pequeños.

—Todos saben que cuando te manifiestas, los Omegas y Alphas deben mantener la distancia a menos que sean pareja.

Esa voz suena más fuerte y clara. Como si se le olvidará que pueden oírla.

Pero algo de lo que dice le parece tan cierto. Si el monstruo en el cuerpo de su amigo siguiese siendo Beta, no habría problema. Sin embargo, el hecho de que sus castas sean opuestas pero biológicamente se atraen, causa alboroto. Quizá algunos vean mal ese "coqueteo" de parte de ellos porque Yoshiki y su familia es criticada. Porque es un Omega varón.

—Pero ellos no son pareja. ¿Por qué Hikaru lo abrazaría de esa forma?—Cuestiona una de ellas con intriga, deteniéndose de reírse.

—Exacto. Creo que la respuesta es obvia.

—¿Seducir?

Son vulgares.

—Es una zorra.

¿Qué yo qué?

Como pueden hablar así de él, son unas sin vergüenzas. ¿Debería confrontarlas?

Pensar en meterse en problemas no le agrada. Es decir, ellas pueden mentir si las confronta o simplemente seguir de largo. De igual forma, nadie querrá que haga un escándalo por un chisme de jóvenes.

—Mírenlo, es un acosador, tomándole fotos al club.

—Callense un poco, creo que puede escucharnos.

Yoshiki frunce mas el ceño y arruga la nariz con asco y fastidio, apretando fuertemente el lente de la cámara. Suspira cansado, dejando de tensar los dedos y tratando de calmar su furia.

Que insoportable pueden ser algunas personas.

Su momento agradable y pacífico ha sido arruinado por comentarios desagradables y malas vibras.

Decide tomar sus cosas y marcharse de ahí. Ahora por capturar momentos del deporte del club de fútbol le dicen acosador.

Realmente hará todo lo posible para marcharse de ese pueblo, aunque sea solo.

...

"Hikaru" se da cuenta cuando Yoshiki no lo está observando, no evita arrugar le frente y preguntarse curioso porque de repente se ha ido. Luce desanimado, ¿Acaso pasó algo?

Odia no saber que está pasando.

 

Chapter 2: II.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Tsujinaka revela las fotografías que ha sacado en el club, el cual a esa hora hay nadie. Observando las fotografías que ha tomado, se queda admirando una donde está "Hikaru" prestando atención a su equipo, luce tranquilo pero curioso. Sus ojos encendidos por un brillo lleno de energía y buena vibra, curvando sus labios en una gran sonrisa.

No sabe cuantos minutos han sido. Tal vez tres o cinco minutos observando la misma foto. Como si todavía le pareciera increíble que quien sale en esa foto, ya no es su mejor amigo, aquel con el qué creció desde muy pequeño. Detalla cada gesto, cada particularidad de su expresión.

Es Hikaru pero al mismo tiempo hay un aura, un algo que lo rodea que hace que su corazón lata porque se da cuenta que, por más similitudes que posea de Indou Hikaru, no es él. Como si desprendiera una esencia diferente. ¿Será por el cambio de casta?

Es difícil explicarlo. Hay ciertas reacciones o expresiones que esté nuevo Hikaru tiene que el anterior definitivamente no actuaría o respondería igual.

Como aquella ocasión en que lo detuvo justo a tiempo antes de que asesinara a su amiga y compañera Asako. Jamás hubiera imaginado ver a Hikaru con esa expresión que, más que molesta, es fría, sin emociones y de un depredador a punto de atacar. Le dio escalofríos, y que apenas lo vio, cambió su gesto a uno nervioso e intranquilo.

A veces se pregunta, si estas emociones y sentimientos que florecen en su interior son aquellas que ya tenia por su amigo o son por el nuevo Hikaru.

Suspira lleno de cansancio. De todas formas, no se quedará en este pueblo por mucho tiempo. La única razón por la que tal vez hubiera considerado quedarse era porque el Hikaru original le había ofrecido quedarse con él si no se sentía cómodo en el pueblo. Pero ya que él no está aquí...

Escucha la voz de él llamándolo por los pasillos, buscándolo. Corea su nombre hasta que al fin da con el azabache y abre la puerta corrediza, esboza una sonrisa radiante y feliz de haberlo encontrado, cierra detrás de él como si buscará una mejor privacidad y que nadie los interrumpa fácilmente.

—Yoshiki, al fin te encuentro.

El albino en vez de tomar asiento jalando alguna silla, abraza a Yoshiki por detrás. Sus brazos rodean su cintura hasta su abdomen y recuesta su barbilla en su hombro, mirando ansioso y curioso lo que el mayor hace mientras cuenta con emoción su tarde. Parece bastante cómodo y que quiere hacer de un hábito el hecho de ir a abrazar a Yoshiki y descansar sobre su hombro.

Se siente casi como cuando tu pareja llega después de un día agotador y solo quiere recostarse contigo, recibir mimos y que lo escuches. Yoshiki no lo aparta, aún no se acostumbra del todo a las muestras afectivas del otro, pero están solos, nadie los observa así que no se alarma. Aunque aún recuerda con desagrado y rencor aquellos comentarios de hace rato.

No dice nada, solo escucha al menor con atención y una expresión pensativa.

—¿Sabes? los demás chicos del club se agotan más rápido que yo. Dicen que he mejorado mucho mi resistencia y puntería en estos meses.

—Mmm.

Es lo único que responde mientras sigue haciendo lo suyo, parece distraído pero en realidad si le presta atención al menor. De hecho, no le sorprende que tenga más resistencia o fuerza que los otros chicos.

Es un espíritu o Dios de las montañas, quizá un demonio. Es algo que finge ser Hikaru pero no tiene ni su fuerza ni su resistencia. Debe ser superior por mucho a cualquier alumno o hasta maestro de aquí, pero sigue aparentando.

—Yoshiki, ¿me estás prestando atención?

Ah, ese tono en su voz otra vez. Es un poco más grave, insinuoso pero también suena como si saboreara cada sílaba de su nombre. Lo estremece y en el fondo, le gusta...

—¿Qué haces aquí?—Responde con otra pregunta, el albino frunce el ceño por la sequedad y lo defensivo que suena. Se aparta solo un poco de él, lo suficiente para poder ver su nuca descubierta y solo con algunos mechones de cabello oscuro pegados a ella.

Ah, como quisiera morderlo.

Un leve rubor se dibuja como un lienzo en sus mejillas, mientras entre abre los labios y un suplido de "enojo" escapa de su boca por la pregunta seca de Yoshiki.

En realidad, estos días ha tenido sueños de todo tipo. Desde aquellas pesadillas del azabache despreciandolo y abandonandolo y otros más... agradables. Cómo él encajando sus dientes en la tierna piel expuesta del cuello trasero de Yoshiki. Si prestas atención, puedes ver un lunar ahí, como incitando a "Hikaru" a que lo marque, pensando lo hermoso que se vería con su marca ahí.

El menor mira hacia otro lado para dejar de fantasear un poco. Estos deseos que tiene son cada vez más fuertes e intensos, posiblemente sea aquello que los humanos llaman instintos. Se están volviendo más posesivos, y tiene la ligera sospecha de porque podría ser.

En los animales o cuando les llega el periodo de celo a los Alphas y Omegas les sale su lado más primitivo. Ha oído que es horrible está parte.

—Wow, que increíbles fotos tomas.

Mira con fascinación las fotos reveladas y colgadas de Yoshiki, algunas son de él y amigos, otras de las nubes, el atardecer e insectos en alguna flor.

—Estás sudoroso, ¿por qué aún no te has duchado?—Arruga Yoshiki la nariz al olerlo de cerca y sentir su cuerpo pegado a él.

Parece que nada más se quito el sudor del rostro y cuello, pero de sus otras extremedidades y torso sigue igual, e incluso a través del uniforme se siente.

—Me duchare en casa, solo te estaba esperando.

—Oye, no es necesario ir todos los días juntos a casa si nuestros horarios son distintos.—le comenta para que el menor no se sienta presionado a esperarlo. Él lo ve con una expresión indecisa, no muy seguro de irse solo a casa o con algún otro compañero.—Y bueno, también hay algo más que quiero hablar contigo.

A estas alturas, siente el aroma de "Hikaru" encerrarse en el aula. Ya no sólo es el sudor que emite su cuerpo. Ese aroma fresco y la nota floral abrazándolo deseando dejar huella en él. No es intenso todavía, pero le resulta agradable al olfato.

Pero, ¿Por qué emite feromonas? Antes no lo hacía, no de manera frecuente al menos, mucho menos en la escuela donde te obligan a controlar tus feromonas por respeto a los demás estudiantes.

—¿Qué es?—Cuestiona con intriga, deshaciendo su agarre de la cintura del mayor ante las advertencias.

—Lo que hiciste en clase de hogar y alimentación.

—¿Comer tu ración de comida?—Alza una ceja confundido, pero el mayor niega lentamente.

—Abrazarme. Eso, no lo vuelvas hacer.

—¿No te gusta? Solo quise tocarte un poco.—Infla un poco sus mejillas y forma frunce sus labios, no le parece la idea de no poder abrazar más al mayor.

Yoshiki lo mira incrédulo, escuchando la misma excusa de la otra vez.

—¿En qué aspecto eso era un poco?—pregunta de manera retórica, frunciendo la frente y formando una línea recta en sus labios. Pero recuerda que él sigue siendo nuevo con todo esto. Suena como su mamá cuando da un regaño, pero es necesario.—Solo, no lo vuelvas hacer, no en público al menos.

No quiero malas interpretaciones. Omite decir, se lo guarda para si mismo.

—¿Cuándo estemos a solas si?

Yoshiki parpadea sin saber que responder de inmediato. No le queda más que asentir y revelar sus pensamientos para que "Hikaru" pueda entenderlo mejor, ya que su expresión de cachorro confuso le da ternura y le hace recordar que debe explicarle bien las cosas.

—En público puede generar rumores y mal interpretarse. No creo que quieras que piensen que andamos juntos de esa manera.

—¿No lo quiero?—expresa confunso, suena triste y decepcionado, esboza una sonrisa resignada, con un toque de ironía y amargura. Yoshiki está por decir algo más, pero lo interrumpe de manera dolida.—¿Cómo puedes decidir eso por mi?¿Qué tiene de malo que piensen que andamos juntos cómo una pareja?—Un suspiro tembloroso escapa de su boca, cargado de pesadumbre y sonando frustrado, aprieta sus nudillos.

Yoshiki reacciona con sorpresa y parpadea varias veces, como si no creyera lo que escucha. ¿"Hikaru" está indignado y dolido por qué Yoshiki supuso que no quería que la gente crea algo que no es?

—Tú...

Un escalofrío sube por su nuca, siendo difícil sostener la mirada de "Hikaru".  La manera en cómo lo observa no es nada discreta, clava sus ojos en Yoshiki.

Cada día que transcurre, se da cuenta que su personalidad es muy distinta al original. Cuestiona y no deja nada a la deriva. Cuando se aferra a algo, realmente quiere eso y más.

—Yoshiki, éstos son mis sentimientos. No los hagas de menos.

El nombrado asiente sin decir nada más sintiéndose regañado, lidiando con sus propios líos mentales.

Si "Hikaru" fuese Beta, quizá no tendría inconveniente en aceptarlo e incluso intentarlo, porque no muy en el fondo se siente atraído por él. Sin embargo...

Él sabe que hace meses, desde que esté falso Hikaru regresó, ha oído por los ancianos del pueblo y algunos vecinos que debido a que los de su casta son muy escasos en el lugar, quieren juntar a Hikaru con alguien—una chica específicamente Omega—, y eventualmente que se comprometan cuando sean un poco más grandes. Tienen la ridícula creencia que eso traerá buena suerte y prosperidad al pueblo y será una unión, una ceremonia que hará que el Dios de la montaña se sienta satisfecho.

Como una clase de extraña ofrenda.

Creen firmemente que el matrimonio hará que dejen de pasar cosas raras en el pueblo, es pura palabrería. No está seguro si "Hikaru" ya ha escuchado algo de ésto, pero no es algo que le agrade mencionar.

—Ya es hora de marcharnos.

[...]

Luego de aquel momento un poco incómodo pero lleno de expectación, uno pensaría que regresarían a casa sin más inconveniente. Pero, en realidad, el Alpha es interceptado por alguien. Por una chica de un grado mayor que ellos, alguien bastante bonita que hasta Yoshiki se queda embobado por su forma de hablar y sus gestos delicados y elegantes.


Tsujinaka lee rápidamente la situación y para nada sorprendido, decide alejarse y darles su espacio, pensando seriamente en regresar a casa solo, hasta que el albino fija la vista en el azabache y exclama un "espérame" con un toque de desesperación y súplica.

Yoshiki suspira resignado sin más remedio, decide esperarlo en donde tienen estacionadas sus bicicletas.

Está vez,la chica quien está hablando con Hikaru es una Omega. Alguien quien, técnicamente debería ser más atractiva para un Alpha a diferencia de las Betas.

Pensó que tardaría, pero realmente solo pareció una charla rápida de cinco minutos. El albino parecía tan apurado que no le dio tanta importancia a quien se le está confesado con tal de regresar con Yoshiki, y aunque no lo admita en voz alta, aquello lo hace sentir especial.

—¡Yoshiki!

[...]


A un niño se le cae su juguete de tren y Yoshiki da largos pasos para alcanzarlo y devolvérselo de forma amigable. La madre del niño agradece su amabilidad y disposición, haciendo que su pequeño hijo haga una reverencia como agradecimiento.

Los chicos siguen su camino, pero "Hikaru" está intrigado y admira la forma de ser de Yoshiki. Es amable y atento a pesar de que mucha gente adulta habla mal de él y de su familia.

—¿Qué pasa?—Interroga deteniendo su andar, dándose cuenta de la mirada curiosa del albino en él.

—No sólo los gatos te quieren, también los niños te adoran.

—¿Y qué tiene eso?

—Los animales me temen, y creo que no soy tan amable como tú.—Se rasga su nuca, recordando sus últimos acercamientos con los perros y gatos de la calle.

—Pero, una chica se te confesó hace rato, ¿no?

—Quieren a Hikaru, a está apariencia y los detalles que me hacen parecido a él pero no me quieren por lo que en verdad soy. Por lo de dentro.—Lleva su mano hacia su pecho, entorna los ojos y frunce la frente.

Yoshiki entiende perfectamente a lo que se refiere y lo mira comprensivo. Se acerca hasta estar frente a frente, sus labios se estiran hasta formar una sonrisa genuina, sincera que simplemente le nace como un reflejo de alegría y agradecimiento porque el otro sea honesto con él para manifestarle sus inquietudes o temores, es una sonrisa tan cálida que se acompaña de una mirada que es una mezcla de aprecio y cariño.

—Yo si te quiero... más de lo que imaginas.

Aunque confesarlo no es tan fácil, se siente más liviano al decírselo, más calmado y contento. Si, lo quiere, no sabe exactamente de qué forma pero lo hace. "Hikaru" cree que nadie quiere a su verdadero yo, al monstruo que se esconde dentro de este cuerpo, pero Yoshiki si lo hace. Lo protege, permanece a su lado, siempre busca la manera de que el mayor no se angustie o sufra algún daño.

—Yoshiki...

Su mirada se suaviza al posarse en la persona que tanto le gusta, llena de ternura. Siente un calor ascender por su cuello, sonríe sin darse cuenta perdido en aquellas palabras de Yoshiki y una calidez reconfortante descansa en su pecho.

"Hikaru" ve a los lados asegurándose que no haya nadie, después de todo están fuera de la vivienda Indou, su madre debe estar en casa esperándolo y espera no salga pronto, se pega a Yoshiki, rodeándolo con sus brazos pero está vez alrededor de sus caderas, su nariz se entierra en su cuello causando que Yoshiki se estremezca y sus mejillas tiñan de un bonito rubor, caliente y confundido, no sabe como reaccionar o que decir. Sus pensamientos se vuelven difusos, la cercanía de ambos lo hace escuchar la respiración del menor.

El monstruo no siente una especial atracción al olor de las personas. Ha comentado algunas veces que el aroma a jabón de ropa floral le gusta, ese tipo de perfume catalogado como femenino, pero con Yoshiki es diferente. El aroma masculino del mayor es perfecto.

Cuando no suelta feromonas, tiene que estar muy cerca y concentrado, olerlo en ese punto ya sea en su cuello, nuca o detrás de la oreja para detectar el aroma natural del Omega, ese perfume suave de esencia de vainilla mezclado con la intensidad de la canela, hace que sea su aroma favorito, y Dioses, cuanto daría porque Yoshiki algún día deje salir sus feromonas para poder disfrutar mejor su aroma, quiere empaparse de su fragancia natural hasta que quede grabado en sus venas.

—Hikaru, últimamente estás muy empalagoso.—Comenta nervioso y ansioso, no sabe si ha sido un acto de reflejo, algo inconsiente o realmente ha sido de manera voluntaria que ladea su cuello de tal forma que el otro pueda seguir hundiendo su nariz de manera más cómoda, como disfrutando de la acción pero sintiéndose raro.

Confiando en que el menor solo olerá, nada más.

No sabe si abrazarlo también o sólo quedarse así, pero la sensación de sentir el cabello suave de Hikaru frotarse contra el costado de su cara y mejilla es agradable.

El Alpha se queda más tiempo así, no quiere alejarse de Yoshiki, pero la noche ya está llegando. Quiere impregnar su aroma aunque sea un poco para proteger a Yoshiki de esas impurezas en lo que llega a casa, por suerte su morada no queda lejos. El mayor no entiende lo que hace, y solo le da suaves palmadas en la espalda de forma amistosa, pero también diciendo que debe irse pronto.

—No entiendo porque hay gente mala con Yoshiki.—Suelta de repente, sus uñas se entierran en la tela de la camisa del uniforme del mayor.

—¿Ah?

—Gente que habla a tus espaldas, simplemente me enferma. Quiero acabar con su existencia.

Yoshiki abre la boca incapaz de articular palabras y sus cejas se alzan al escuchar la confesión tan cruda y agresiva del menor, su cuerpo permanece inmóvil, como si el tiempo se detuviera. Su corazón da un vuelco y luego empieza a latir más rápido. "Hikaru" no es una persona con quien deba tomarse sus palabras a la ligera, obviamente le preocupa enormemente de lo que es capaz, sobre todo porque se le viene a la mente esas tres chicas de la escuela que lo miraban discretamente diciendo cosas feas de él mientras tomaba fotografías.

No sabía que el menor notara que si hay gente que lo señala y habla mal de su persona. ¿Cómo se dio cuenta?

"Hikaru" está molesto. Su mandíbula se tensa rechinando los dientes en silencio. Yoshiki no lo ve por la posición, pero el albino tiene una mirada reprochante, con ojos fijos a un punto en concreto y cejas fruncidas. Pero lo que lo vuelve más peligroso es su aroma, se convierte en algo más agresivo y picante que Yoshiki deja de disfrutar y lo asfixia unos segundos.

—Hikaru...

Escucha que suelta un suplido y se aleja de él, sonriendo calmadamente como si nada pasará. ¿Qué hará ahora?

Notes:

Palabras: 2,881
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: sábado 09 de agosto del 2025
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Este capítulo debió ser publicado ayer viernes en la tarde, pero me acordé que tenía el spoiler de K que Hikaru casi mata a asako, y yo creo que varios de los que leen este fanfic a lo mejor no se han leído el manga y solo han visto el anime. Así que decidí esperarme hasta que saliera el cap del anime hoy, y publicarlo por la tarde.

No se cuando vuelva actualizar.

Me gusta escribir al chamuco siendo empalagoso con Yoshiki.

Nos vemos!

Chapter 3: III.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Arruga su nariz ya que siente un picor en el aire, como si fuese pimienta. Pero de un minuto a otro, parece estabilizarse.

—¿Hikaru?—Menciona su nombre suave pero preocupado.

El nombrado deshace el abrazo a duras penas, lento y cambiando su expresión cuando Yoshiki lo mira. Luce como siempre, tranquilo, amistoso y despreocupado, su expresión más relajada y su mirada clavada en el mayor, como apreciandolo un poco más antes de que se Tsujinaka tenga que irse.

—Tú eres muy bueno conmigo, a pesar de que sabes que no soy el verdadero Hikaru.

La sonrisa que esboza es melancólica, sus ojos tintinean como una campana, apreciando el momento. Yoshiki solo piensa en lo que acaba de pasar y en las palabras del menor, no las puede olvidar.

—... Me estoy dando cuenta que te gusta acurrucarte en mi de manera seguida y prolongada.—comenta como observación. Y a pesar de que estos días ha habido menos calor que de costumbre por la temporada de verano ya que otoño está a poco de empezar, le sigue intrigado la forma de ser de él.—¿No te da mucho calor?

Si ya es así con esté clima, no quiere imaginar cuando sea invierno, donde el frío es tan potente que sólo quieres en volverte entre mantas y acurrucarte con la fuente de calor más cercana. Imaginar al Alpha yendo a buscarlo solo para abrazarlo es algo que le resulta adorable.

—El calor del verano y el calor que emana de Yoshiki es diferente. Es más cómodo y agradable.—Explica de manera natural, sin dejar de sonreír

—Si tú lo dices...

"Hikaru" aclara su garganta, y en vez de entrar a su casa, busca cualquier excusa para quedarse a hablar un poco más con Yoshiki. No demasiado, solo para quedar en algo mañana que no es día de escuela.

Tsujinaka lo nota, ese desvío de mirada, ese ligero rubor en las mejillas del albino, cuando se rasca la nuca es porque no sabe como decir algo o reúne valor para decir algo, debe admitir que le genera gran curiosidad así que por eso no se marcha, está impaciente por lo que el menor quiera decirle.

—Yoshiki, ¿Quieres ir mañana al cine por la tarde?

¿Es como una cita?

Bueno, antes ya ha ido al cine con él. Con "Hikaru", solo ha sido una vez. No fue nada especial pero lo que sucedió después no es agradable de recordar.

Tal vez el albino quiera hacerlo otra vez para tener mejores recuerdos y dejar atrás el anterior. Y por supuesto que le gustaría salir con él, pero mañana a esa hora tiene algo más que hacer.

—No puedo.

—¿Por qué? Mañana es sábado y no dejaron mucha tarea.—Dice con sorpresa y decepción. Le gusta mucho ver películas, quiere ir tomado de la mano del azabache y comer palomitas.

Además la sala está a oscuras, nadie los vera. Podrían abrazarse o darse su primer beso...

Incluso había juntado dinero para comprar muchos bocadillos.

—Tengo que verme con alguien más. Lo siento.

La expresión del menor se crispa, sus labios se deforman en una mueca inconforme y molesta.

—¿Con quién te juntaras?

"Hikaru" sólo actúa a la defensiva cuando se trata de impurezas queriendo atacar o poseer a Yoshiki, pero, hay ocasiones que le disgusta o enoja cuando otras personas, gente de carne y hueso, personas vivas, tienen planes a solas con él.

Antes no sentía ésto, el rechazo profundo de otros estando con Yoshiki a solas, el no tener el control de con quien se ve su amigo lo enoja de manera que ni él logra comprender.

Son está clase de sensaciones y pensamientos nuevos que lo hacen propios, algo del monstruo, no de Hikaru.

—Una conocida, no tiene gran importancia.

—¿Quién es?

En realidad el Alpha si que la conoce, es la señora Rie Kurebayashi, pero Yoshiki no quiere revelarselo. Ver a "Hikaru" celoso ya no es algo nuevo para él.

—No tiene importancia.—Suelta encogido se hombros, apunto de marcharse porque ya se va haciendo muy tarde.

Pero "Hikaru" no piensa terminar esto aquí. Actúa ofendido y enojado.

—¿Ah?¿Saldrás con un extraño? Eso es peligroso, especialmente para ti.

—¿Cómo qué "especialmente"?¿qué quieres decir?—Contesta de mala gana, frunciendo la frente y mirando desafiante al menor.

El contrario guarda silencio, dándose cuenta que estuvo a punto de decir una estupidez que haría enojar más al Tsujinaka.

—Sólo me preocupo por ti, no te enojes.

Por supuesto que Yoshiki está muy molesto. Entre líneas sabe que quiso decir él y prefiere mejor no seguir discutiendo y dirigirse a su casa.

Especialmente se refiere a porque es Omega, siempre con lo mismo. Éste pueblo cerrado y sus ideologías han llegado hasta "Hikaru" y hasta él cree o piensa que puede ser peligroso solo porque es un Omega.

No es un niño que se deja manipular por otros. Le preocupa más otro tipo de cosas como las posesiones y los fantasmas que verse con extraños.

El Alpha debería aprender a confiar más en él.

[...]

Al llegar a su casa siendo recibido por su madre quien le pide ayuda para arreglar la mesa para que cenen él junto a su hermana pero que primero se cambie y ponga más cómodo, Yoshiki al estar en su habitación y buscar en uno de los cajones de su escritorio donde se sienta para hacer tarea y estudiar, saca aquel objeto que hace varias semanas "Hikaru" le dio.


Mi otra mitad.

Así puedo valorar un poco más la vida.

Esas fueron las palabras que uso para describirlo. En cierto modo, si lo piensa de una forma filosófica y lógica, podría decirse que le dio la mitad de su corazón, ¿no?

Suspira pensativo, tomando está posesión y pegandola a su pecho donde su corazón no deja de latir. Tratando de no estar enojado con el albino, entenderlo y comprender lo. Sabe que "Hikaru" no dice esas cosas con mala intención y al final del día solo se preocupa por Yoshiki.

Mientras se cambia de ropa, su móvil suena despertándolo de su breve ensoñación, y ve un par de mensajes de él. Hace que una pequeña sonrisa se dibuje en su rostro y, ansioso, sale de su cuarto y va directo a la cocina.

Como su casa no es tan grande, no tarda en reunirse con su madre y, mientras acomoda la mesa, decide reunir valor para comentarle a su mamá que mañana dormirá en casa de Hikaru después de su salida en la tarde, así que regresaría hasta pasado mañana.

No obstante, se le olvida ese importante detalle que, a diferencia de antes donde bastaba con sólo avisarle de que se quedaría a dormir en casa de la familia Indou ya que, incluso después de haberse manifestado como Omega, Yoshiki sacando excelentes calificaciones y siendo Hikaru Beta, no había ningún problema.

Pero ahora, por supuesto, es diferente.

Tiene que pedirle permiso a su mamá, no avisarle o comentarle despreocupadamente, por que "Hikaru" no es Beta.

El rostro inseguro e indeciso de su madre hace que recuerde ese importante detalle, que ya no es bien visto ni menos se puede ignorar que él siendo un Omega se quedé a dormir en casa de un Alpha, a pesar de ser jóvenes y mejores amigos que por supuesto, no harán nada raro, sigue siendo discutido.

Su hermana de manera tímida pero curiosa le pregunta en voz alta si ya son pareja, porque con tanto tiempo que pasan juntos no le sorprendería. Yoshiki le revuelve sus cabellos para que dejé de preguntar cosas vergonzosas frente a mamá, quien lo mira con visible preocupación.

—¿Sigues siendo muy cercano a Hikaru a pesar de que es Alpha?

—Mamá...

—Sólo me preocupo por ti. Dejarte dormir en casa de tu amigo me pone ansiosa.—Admite mientras le pasa los platos de Yoshiki para que los vaya acomodando en la mesa, mientras su hermana saca los utensilios.

Este tipo de pequeñeces de las que está acostumbrado, le molesta un poco. Más que nada, porque siempre son ellos tres, su madre, hermana y él quienes tienen que hacer todo lo del hogar. Es verdad que papá trabaja, pero sigue siendo tan distante y ajeno a la familia desde hace años. Por lo menos, el papá de Hikaru antes de fallecer ayudaba mucho a su esposa con ciertas tareas del hogar, no se lo dejaba toda a ella. Pero su padre, como siempre, se aísla y no mueve ni un solo dedo más que para sus propias cosas.

En el futuro, no quiere enlazarse con alguien así.

—Estará su madre, no haremos nada de lo que te imaginas.—Se apresura a decir, tratando de convencer a su mamá.

Además, él es mayor que Hikaru. Es más adulto que el Alpha y técnicamente es el más responsable, no hará nada de eso.

—Confío en ti. Además, ya te enseñe como someter a alguien si se quiere aprovechar de ti. Y ese chico es más bajo que tú, también confío que no es capaz de propasarse contigo, así qué...

Yoshiki asiente en silencio, no revelando que en realidad, el Alpha si puede someterlo si realmente quisiera y no por su casta, sino porque no es humano... pero sabe que jamás lo haría. No es esa clase de persona.

—¿Puedo quedarme a dormir entonces mañana?

—Está bien.

En realidad, Yoshiki sigue un poco enojado, pero los mensajes de Hikaru pidiendo perdón como un niño llorón por actuar de esa manera, y rogando que después de su salida del sábado con esa persona fuera a su casa a dormir como en los viejos tiempos, le hizo considerar darle una oportunidad.

Sin embargo, Tsujinaka Yoshiki no tiene ni idea de lo que le espera en casa de los Indou.

[...]

Si se reunió con Rie Kurebayashi  solo es para seguir documentando como están las cosas con "Hikaru", para que revise su marca en el brazo y además porque Yoshiki disfruta de pasar tiempo con la ama de casa. Es muy amable, sabia y se preocupa enserio por él, aunque a veces desearía que no se metiera tanto en su vida y el tipo de relación que tiene con el albino.

Aunque a estas alturas, ni siquiera el mismo Yoshiki sabe que tipo de relación tienen. Quiere tenerlo cerca, no quiere que lo deje y tampoco quiere ser rechazado, al principio debe admitir que era porque se parecía mucho a "Hikaru", no sólo en físico y en voz, sino en otros rasgos. Pero poco a poco, con el paso de los meses, las diferencias y aptitudes se hacen más notorias, dándose cuenta que por más que se parezca a Indou Hikaru, no es realmente él. Le gusta su forma de ser, incluso algunos cuantos amigos de su círculo más cercano se han dado cuenta que tiene un aire diferente que no saben como explicar.

Todos atribuyen a que esté pequeño cambio en su personalidad es natural porque está pasando por la adolescencia, y además, un Alpha actúa diferente a un Beta biológicamente hablando. Hasta Asako sigue creyendo ilusamente que solo fue una posesión lo que tuvo Hikaru, aún no descubre la verdad.

Sin embargo, Yoshiki es consiente de que esté gusto no le durará mucho tiempo. Más adelante los ancianos lo juntarán con alguien más, y no sabe como hacer para impedir esto. Él no tiene voz ni voto para impedirlo, no viene de una familia importante del pueblo. Y no está seguro si el otro hará algo al respecto, no quiere pensarlo demasiado.

El verdadero problema es cuando él viene a recogerlo. No le sorprendió verlo ahí ya que le dijo exactamente en donde estaba además que ya carga una mochila con un cambio de ropa, su peluche de larva y su cepillo. Hikaru vino en coche con su madre. Como siempre, la señora muy amable lo saluda y le pregunta cómo le va en los estudios, que tal está su madre y hermana. También le comenta que lleva algo de prisa, que solo los dejaría en casa y luego tomará otro rumbo, como Yoshiki es mayor, le pide de favor que cuide a su hijo durante su ausencia, y que cualquier emergencia pueden llamarla sin problema. Que no se sienta incómodo y pueden desvelarse jugando video juegos o viendo algo en la televisión. Que al regresar en la noche, traería pizza así que será mejor que no coman nada para que tener espacio y comerla a gusto.

El viaje no resulta tardado, sino acogedor. Aunque si se percibió que "Hikaru" apenas habló, su expresión no era la más alegre.

Yoshiki descubrió que la señora al ser una Beta apenas sabe algunas cosas importantes sobre lo que es ser Alpha y Omega. Parece un poco desorientada como preocupada, puesto jamás espero que su hijo saliera manifestado. Para tranquilizarla, Yoshiki le prometió que podría ayudarla y orientarla, para él es natural saber de todo ésto porque desde pequeño incluso antes de que se haya manifestado, su madre le explicaba mucho acerca de los roles, las castas y lo que implica ser un Alpha, puesto en ese entonces, se creía que Yoshiki sería uno.

La madre de Hikaru se lo agradecio profundamente, y además lo elogio por ser tan alto y bonito. Por primera vez fuera de su familia, un adulto no le dijo "córtate ese pelo", y aquello le hace sentir bastante tranquilo y en confianza. Son muy pocos los adultos en el pueblo que lo hacen sentir querido, que realmente encaja.

Como es habitual, se quitan los zapatos en la entrada y los cambian por cómodas sandalias. Debido a que Yoshiki calza una talla más grande que Hikaru, desde hace tiempo le habían conseguido su propio par de sandalias de interiores en su talla para poder andar en la casa ya que es una costumbre que Tsujinaka siempre visite a Hikaru. Antes de dirigirse al cuarto del albino, éste detiene al azabache en la entrada corrediza y se le acerca de manera inesperada.

El menor se inclina hacia él y comienza a olfatear. Yoshiki lo mira extrañado, y ahora que se da cuenta, ¿es su idea o el Alpha creció? Solo un poco, claro. Pero definitivamente está más alto que hace un par de meses atrás.

—¿Qué haces?

—Oliendote.

Si, es obvio que hace eso. Pero le intriga saber el motivo. Agradece que estén solos en casa o sería vergonzoso que lo hiciera en público o en la escuela frente a sus compañeros. Verlo así le causa algo de gracia, parece un cachorro y es un poco lindo, de cierta forma.

—¿Y está vez por qué?

—Para confirmar que no tengas otros aromas impregnados.

"Hikaru" le agarra de los hombros y su nariz roza con la piel descubierta de su cuello, haciendo que el corazón de Yoshiki palpite con velocidad y un ligero rubor cubra sus mejillas durante algunos instantes.

A pesar de que sabe que en ocasiones los Alphas pueden ser territoriales y un poco posesivos hasta con sus propios amigos, sigue pareciendo ridículo. Más que nada, porque las intenciones del albino son otras. Comienza a expulsar feromonas sin educación, tiene que enseñarle a "Hikaru" que si lo hará, debe preguntarle a la otra persona si puede hacerlo, eso es tener respeto y el consentimiento. No debe de hacer eso, ni con Omegas ni Betas ya que éstos también resultan afectados aunque en menos intensidad que los Omegas, es peligroso y no tiene modales.

Ya le dejo pasar algunas con anterioridad, porque sabía que no tenía malas intenciones, que sigue aprendiendo y porque eran sus primeras veces, pero ahora ya no. El Alpha lo hace consiente de lo que puede provocar.

—¿Por qué actúas de esa forma?—Lo empuja con poca delicadeza, indignando al menor y mirándolo confundido por su reacción.

Yoshiki estira el cuello y deja de encorvarse, para hacerse notar más alto que el Alpha.

—¿De qué forma?¿Protectora?

Me quieres marcar con tus feromonas , y lo sabes.

A veces, solo si el Alpha es muy dominante, cuando expulsa tantas feromonas, casi saturando el espacio en un Omega, puede provocar le o adelantarle el celo. Y aunque no está seguro si el menor puede hacer eso ya que aún es muy joven y no tiene tanto tiempo desde que se manifestó, no debe tomárselo a la ligera. Pero de no ser así, entiende que quiere que Yoshiki deje de oler a alguien más. No le importa si es el aroma de un Alpha, Beta u Omega, y solo hay dos formas de hacer esto de manera efectiva y rápida: o que Yoshiki se bañe, o que alguien más lo bañe de sus feromonas.

—Sabes de lo que hablo.—Sentencia con seriedad, el menor parece entenderlo y se cohibe un poco, desvía la mirada y actuando nervioso, como si estuviera siendo regañado por el mayor.

Yoshiki suspira cansado, vira los ojos y decide ignorarlo, lo pasa de largo y entra a la habitación de Hikaru para dejar su mochila y sacar su celular para avisarle a su mamá que ya está en casa del Indou.

Sin embargo, el enfrentamiento de miradas que tuvo con el menor no se detiene ahí. El albino lo toma del brazo con fuerza moderada, en el mismo lugar donde dejo la huella de su mano.

—¿Ahora qué te pasa?

—Ya no salgas con extraños.

Otra vez con lo mismo. Piensa con molesta e irritación, frunciendo la frente. Ni siquiera salió con un extraño, pero eso el otro no lo sabe y saca sus conclusiones apresuradas. Y aunque podría acabar rápidamente con esta escena de celos diciendo con quien se encontró, quiere ver hasta donde es capaz "Hikaru" de llegar, porque en el fondo por muy mal que suene y sea, le gusta.

Nadie nunca ha demostrado este tipo de afecto tan intenso por él, nadie lo ha querido de esta forma como él, aunque no sea del todo sana.

Si de verdad hubiera salido con un extraño, tampoco sabe que tendría de malo. Técnicamente, en el pueblo todos se conocen. A menos que vengan alguien de afuera.

—¿Ah?¿Y desde cuándo tengo que hacer lo que tú me dices?

—¿Si te lo pido por favor, lo harías?—Suaviza su expresión y mirada, su voz ligeramente ronca y desgastada, como queriendo mostrarse débil.

Solo una fachada en la que Yoshiki casi cae. Esos ojos vidriosos, esos labios fruncidos mostrándose triste, como si realmente le doliera que Yoshiki salga o tenga encuentros con desconocidos que se lo pueden quitar, es tan difícil para el mayor ignorarlo.

—¿Podrías hacerlo?

Es tan lindo que quiere revolver su cabello y darle un beso en la frente, pero tiene que mantenerse firme. Solo un poco más.

—No.

Es su respuesta, directa y sin vacilación. El contrario luce impotente, frustrado por esa respuesta.

Es aquí que la hostilidad se desata.

"Hikaru" termina empujando a Yoshiki a la cama y por la posición en la que está: el Alpha metido entre sus piernas y el otro arrinconado contra el adredon y la almohada, parece sometido. El mayor se da cuenta que ésto puede ser peligroso, sobre todo cuando logra fijarse en los colmillos asomándose en la boca del menor, y cómo su mirada, su pupila brilla en un color carmín y las manos del contrario están sujetando con fuerza las muñecas del Omega.

Nervioso, traga saliva. "Hikaru" parece calmarse un poco y ahora solo están quietos, inmóviles. Sus respiraciones lentas y constantes son lo único que se escucha en la habitación. El albino está por decir algo, su propio deseo, es irónico cuando es él quien siempre los escucha de los otros, pero Yoshiki está ahí debajo suyo, sin miedo pero solo alerta a cualquier movimiento extraño.

—Quiero marcarte.

Yoshiki se descoloca, eso no es lo que esperaba escuchar. Se queda tan sorprendido que no sabe que decir por un rato, y su pecho se siente caliente, acompañado de una sensación extraña en su estómago. O quiere vomitar o son libélulas revoloteando por ahí.

—¿Q-Qué estás diciendo?—Balbucea atónito, pensando que ha escuchado mal.¿Sabe "Hikaru" la magnitud de lo que dice? Una marca no es algo para tomarse a la ligera.

Prácticamente le está pidiendo una unión seria, algo de adultos.

La respiración del Alpha se vuelve más pesada, y sus mejillas se calientan hasta adquirir un bonito tono rosado. Sus pupilas se dilatan mirando a Yoshiki con vehemencia, con adoración.

El menor deja de presionar con fuerza el agarre en sus muñecas, una de sus manos viaja hasta el mentón del mayor, y con su pulgar delinea los labios regordetes y cálidos de Yoshiki, primero presiona y después con el inferior lo estira hasta poder apreciar ese lunar escondido.

Que bonito, tiene un lunar incluso ahí. Piensa para sus adentros el albino sin darse cuenta que está sonriendo, si Yoshiki le diera permiso, podría besarlo y saborear esa zona hasta el cansancio.

¿Por qué empieza a sentir un extraño calor en su parte baja?

—¿Hikaru?¿por qué quieres marcarme?

La voz del mayor hace que despierte de su deslumbramiento. Lo que le encanta a "Hikaru" es que Yoshiki no lo aparta, no le tiene miedo, es como si le gustará estar arrinconado por él y eso le pone muy feliz y emocionado.

—Quiero marcarte para que nadie te elogie, para que nadie te vea como yo lo hago y para que sólo me veas a mi, para que solo mis feromonas te parezcan irresistibles.

El mayor se queda tan sorprendido que de su boca solo escapa un jadeo de asombro y shock. Siente un cosquilleo en su cuello de solo imaginar ser marcado por "Hikaru", también sé ruboriza pero algo dentro de él aún conserva cordura.

Las feromonas del menor se están descontrolando y entre otras cuestiones, tiene una clara idea de que puede ser, pero necesita confirmar sus sospechas.

Acaricia el rostro del menor, especialmente lo que es su frente, mejillas y la parte del cuello. El Alpha cree que le está dando una especie de mimos y se deja, frotando sus mejillas contra las palmas de las manos del Omega. El tacto es agradable, y hace que su corazón se tranquilice.

Yoshiki ya sabe lo que esta pasando y porqué Hikaru actúa tan raro.

—Estás por entrar en tu rut, Hikaru.

Notes:

Palabras: 3,707
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: martes 12 de agosto del 2025
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
No creí terminar este capitulo tan rápido, pero aquí se los traigo.

Igual creo que me tardaré en publicar porqué andaré ocupado en otras cosas, así que disfruten este capítulo largo.

Esta historia no tendrá contenido sexual explícito, al menos no pronto. Si habrá contenido de adultos y subido de tono, pero no será tan fuerte.

Nos vemos y muchas gracias por los votos y comentarios que me dejan!

Chapter 4: IV.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Yoshiki recuerda aquella mañana en que fue a ver a Hikaru al hospital luego de ser encontrado tras estar varios días desaparecido. En ese momento, lleno de desesperación e incredulidad, al cruzar esa puerta sus miradas se encontraron.

Él le sonrió anhelando su cercanía, y Yoshiki apenas podía contener le aliento y la confusión. No sabía como reaccionar, que hacer o decir. Quería correr abrazarlo pero temía lastimarlo, pero aquellos recuerdos de haberse encontrado con el cuerpo muerto de su amigo días atrás lo golpearon.

Su presencia, según los doctores, hizo que se desatará el primer rut de Hikaru y así se manifestará. Dijeron que probablemente luego de las circunstancias desconocidas que pasó y que tuvo que sobrevivir en el bosque, al estar en contacto con un Omega, lo hizo entrar en rut, darle una manifestación algo tardía.

Es como si Yoshiki de alguna forma que aún no encuentra una explicación del todo correcta lo haya encendido. Pero para el azabache no tiene mucho sentido, ya que el albino debió tener contacto con al menos una enfermera Omega durante su estadía en el hospital antes de que le permitieran las visitas. ¿Por qué tuvo que manifestarse hasta encontrarse con Yoshiki especialmente?

Tsujinaka cuando entro a la habitación y se acercó apenas un poco, libero un poco de sus feromonas, de forma inconsiente. Tantas emociones del momento no pudo controlarlas como siempre lo hacía, y probablemente fue eso lo que desató el rut del albino según los especialistas.

Al estar en un hospital y con los medicamentos adecuados, no tardaron en controlarlo. Por lo que "Hikaru" paso su primer celo sin mayores complicaciones, atendido y bajo un control severo que reguló bastante bien sus feromonas.

De eso han sido más de siete meses, el Alpha no mostró señas ni le contó acerca de que su próximo rut se acercara, considerando que le cuenta todo, Yoshiko llegó a la conclusión que su rut es irregular, que se le ha atrasado bastante y no sabe porque podría ser.

Y por fin, después de largos meses, le ha llegado.

Sin embargo, éste rut que se avecina, podría ser más intenso que el primero.

—Estás por entrar en tu rut.

El menor parpadea varias veces, entre confundido e intrigado por lo que el mayor acaba de decir. Sintiéndose decepcionado al momento que Yoshiki deja de acariciar sus mejillas.

—¿Qué?

El mayor suspira reflexivo, alejando al albino y tomando una mejor postura, sentado y razonando con el Alpha, quien apenas se contiene de acorralarlo nuevamente y marcarlo.

Si algo ha aprendido estos meses siendo humano, es lo importante que es una marca entre Alpha y Omega. Tanto para la pareja como ante la sociedad. Y aunque el Omega puede rechazar la marca haciendo que la mordida sea apenas superficial, él está seguro que Yoshiki no lo rechazaría, ¿verdad?

—Por eso has actuado raro desde ayer, y tu temperatura se siente un poco elevada.—explica con serenidad, relajado y paciente. Cada vez más seguro de sus palabras, aunque la expresión incrédula en el contrario es graciosa, se mantiene firme y serio.—
Dices estas tonterías sobre querer marcarme porque en las próximas horas entrarás en rut, o puede que antes.

—...

El Alpha está silencio, analizando cada palabra del Omega. Entiende el punto y no duda que tenga razón en que está por entrar en su periodo de calor pronto, pero hay algo que lo hace fastidiar, enojar mucho hasta apretar sus nudillos con fuerza y fruncir la frente.

"Dices esas tonterías" repite en su mente. Para "Hikaru", su deseo de marcar a Yoshiki no es ninguna clase de tontería. Lo expresa porque es lo que siente, no porque esté cegado por las feromonas. Se siente muy ofendido como dolido que el Tsujinaka crea eso.

—Hay que avisarle inmediatamente a tu madre. ¿Tienes lo necesario para soportarlo?—pregunta con preocupación y poniéndose de pie, sacando su móvil, buscando el contacto y tecleando rápidamente. Está tan concentrado en ello que ignora un poco al menor.—Ya le envié mensaje a tu madre ahora mismo. Si no me responde en breve, la llamaré.

"Hikaru" se siente frustrado porque Yoshiki no le crea, no lo soporta más así que lo vuelve a tomar de su muñeca, mirándolo con desesperación y enojo.

Agradece que esté preocupado por él, es de las cosas que más se le hace lindo del mayor, pero le hiere que piense y crea que sus deseos son una tontería.

—Yoshiki, no estoy mintiendo. Quiero marcarte, deseo hacerlo. Incluso lo diré luego de que mi rut termine.—Aclara con una convicción y seriedad que asombra, con su mirada clavada en el contrario, observando atontado la forma en que el mayor le sostiene la mirada atónito y en cómo frunce sus labios regordetes—que han de ser tan suaves como el algodón de azúcar y adictivos como la miel—, un tanto inseguro.

Tsujinaka se rasca con su mano libre el cuello, entre nervioso y pensativo. Ha leído muchos mangas, de diferentes estilos y géneros, sabe que es normal que al ser adolescente te guste tanto alguien para confesarte, pero una cosa es a decir a alguien que te gusta y preguntarle si pueden salir o ser novios, y otra muy distinta es pedir o desear marcarlo. Es algo mucho más serio e íntimo. Algo que debe ser tratado en adultos.

Es más directo, ni siquiera lo ha acortejado apropiadamente, ¿y ya quiere marcarlo? Por supuesto que se le hace difícil de creer, tanto porque es alguien que apenas está experimentando las emociones humanas y sensaciones, como porque está entrando en rut.

Al verlo, uno de sus ojos parece derretirse, luce asustado y desesperado por lo que Yoshiki sea capaz de decir.

No es que su intención sea rechazarlo, decir que no le gusta es una mentira, pero el problema es en donde se encuentran.

En un pueblo dominado por las tradiciones y sus mayores.

—Hikaru, no se si sea el Omega correcto para ti. Es decir, no sé que tan compatibles seamos...

—No quiero a ningún otro Omega, a nadie.—declara apresurado, con su voz más firme pero ahogando un llanto, con miedo de que el mayor realmente lo alejé de su vida. 

El mas alto tiembla al escuchar ese ligero cambio en el tono de voz del menor cuando recalca "nadie", definitivamente no es Hikaru, y eso hace que lo entusiasme y quiera más.

—Yoshiki es el único con el que deseo enlazarme.—Un cosquilleo agradable asciende por su garganta al confesarlo, sintiendo sus mejillas calientes y la mirada incierta de Tsujinaka sobre él. Su respiración se vuelve más lenta, y sus ojos se iluminan con calidez y emoción, llenos de una expectación genuina.

Realmente ya aprendido muchas cosas siendo humano. Lo que significa enlazarse y las marcas, lo que es querer estar con alguien a toda costa por muy egoísta que pueda parecer, Yoshiki está tan sorprendido que tarda en darle una buena respuesta. Y pensar que creía que el contrario no prestaba tanta atención a las clases.

Pero lo ha demostrado con pequeños gestos que a veces, pueden pasar de desapercibido. Como cuando lo escucha cantar suavemente la canción que llevan varios meses practicando en clase fuera de la escuela, o como ahora que expresa su deseo dominante de querer morderlo y sabe el peso o lo que significa enlazarse.

Realmente lo hace con todo su corazón.

—Pero si te enlazas conmigo, no creo que los ancianos les guste porque–

—No me importa lo que ellos digan, lo único que me importa es lo que a ti te importe.—eleva su voz con un poco de rabia en aumento, le frustra que el mayor siga poniendo excusas y meta a terceros a la conversación entre ellos dos. Son solo él y Yoshiki, nadie más debe entrometerse en lo que quieren.

Se muerde el labio inferior y arruga la frente confundido, ya que no entiende porque Yoshiki dice esas cosas. Pero él no se rinde, hará lo necesario para que el mayor le crea, será totalmente honesto con él.

—Hablo muy enserio, Yoshiki. Quiero tener bebés bonitos contigo cuando sea el momento.

Un silencio insólito se instala entre ambas figuras. No es incómodo pero tampoco algo relajante, solo está ahí, lleno de emociones.

"Hikaru" sabe porque lo que dijo, desde hace poco ha imaginado como sería tener bebés con el Omega de cabellos oscuros.

Mientras que Yoshiki, solo atina a sonrojarse desde sus mejillas hasta las orejas, con los ojos muy abiertos y apretando los labios, conteniendo todo lo que siente. No espero para nada escuchar esas palabras del contrario.

—¿Cómo puedes decir cosas tan vergonzosas?—su expresión es torpe y suelta una risa nerviosa. Se encoge sobre si mismo y da un par de pasos hacia atrás saltándose del agarre del menor hasta que, torpemente choca con un mueble y baja ligeramente la cabeza.—¿Si quiera sabes cómo se hacen los bebés?—Agrega con cierta ironía y duda, no esperando una respuesta del contrario.

No debió preguntarle eso a "Hikaru", quien se acerca a él con intenciones dudosas.

—He visto videos de reproducción. Se sobre el nudo y–

—¡Ya entendí!—le interrumpe apenado, se cubre los ojos por la vergüenza, siente ese calor en gran parte de su rostro y los latidos de su corazón se aceleran, también sus manos sudan y le pica una sensación de querer esconderse en ese mismo instante. Suspira con bochorno y mantiene su postura:—Hikaru, no puedes marcarme.

—¿No me quieres?—Reprime un jadeo de sorpresa y tristeza por la respuesta del Omega. Sus labios tiemblan antes de curvarse en una mueca de dolor, su estómago se encoge en un nudo inexplicable y un dolor sordo palpita en su garganta, impiendole hablar por un breve rato.

Yoshiki deja de cubrirse el rostro y niega con un gesto de la cabeza, de lado a lado, explicándole al menor que no se trata de eso.

—Me refiero a que, aún somos muy jóvenes. Al menos, quiero ser mayor de edad para ser marcado.

Con esas palabras parece que ha tranquilizado parcialmente al albino, quien reflexiona duramente la respuesta del mayor. Sus ojitos ya no parecen estar angustiados y sumidos en la tristeza, ahora solo se refleja la duda.

Falta alrededor de un año... no, menos para que Yoshiki cumpla la mayoría de edad, y eso le hace sentir ansioso y feliz por dentro.

—Entonces, ¿debo esperar a que cumplas dieciocho años para que pueda marcarte?

—No.

—¿¡Y entonces!?—Exclama desesperado, confundido por no entender porque Yoshiki le hace ésto.

Tsujinaka se aclara la garganta, manteniendo la calma y con el color en sus mejillas apagándose lentamente. Aunque hablar de éste tema sigue siendo algo vergonzoso para él. Sobre todo porque las feromonas del Alpha ya le están afectando.

No es fácil explicar a alguien que, aunque es menor que tú, sólo se llevan por muy poco, sobre el tema del enlazamiento, no pueden hacerlo siendo menores, no solo es mal visto, sino que es demasiado pronto. Sobre todo considerando que cuando se hace éste acto, es en el momento en que realizas el acto sexual.

—Tú eres menor que yo, Hikaru. Dejaré que me muerdas cuando tú tengas dieciocho años. ¿Lo entiendes?

Para ese entonces, Yoshiki debería estar cerca o ya tener los diecinueve.

—Pero para eso falta casi dos años. ¿Y cómo se que realmente me esperarás?—Frunce el ceño desconfiado, cruzándose de brazos.

Sus mejillas siguen ligeramente ruborizadas y sus sentidos más sensibles que nunca debido al estado en que encuentra, pero eso no le quita que sea serio en esto.

Yoshiki se muerde la mejilla interior, lo que está por hacer lo puede traer problemas a futuro, pero es lo único que se le ocurre.

Tranquilizar a "Hikaru", y además, quiere estar con él por más tiempo.

—Tendrás que confiar en mí.

—¿Me lo juras?

La mirada de "Hikaru" se vuelve inquisitiva. Refleja un deseo tan fuerte de obtenerlo, de que realmente Yoshiki cumpla su palabra de esperarlo hasta que cumpla la mayoría de edad. Sus ojos sutilmente entrecerrados, acompañado de una ligera inclinación de la cabeza y un movimiento de cejas que Yoshiki solo puede pensar en lo adorable que es, le gusta lo expresivo que es el albino.

—Te lo prometo. Esperaré a que seas mayor, y te dejaré marcarme.—Asegura, con una tensión sobre sus hombros pero sosteniendo la mirada del menor para darle más confianza.

El Alpha respira hondo, ansiando que llegue ese día. Al acercarse aún más al Omega, éste pone sus manos sobre su pecho para marcar una distancia, para que no se acerque mas a él. Ésto enoja a "Hikaru", quién sólo quiere acurrucarse en el mayor, sentir su calor y aroma.

Ese pequeño gesto de Yoshiki hace que dude de si realmente lo dejará marcarlo cuando llegue ese día.

—¡No digas esas cosas para librarte de mi, Yoshiki!

El Alpha mete una de sus piernas entre Yoshiki, su rodilla empujando debajo de la entrepierna del Omega, quien se alarma por la posición y la mirada tan intensa del albino sobre él.

—Lo digo en serio, Hikaru.—hace una larga pausa, nervioso. Pensando en qué decir para que el menor confíe en él, siente que si no lo hace, su instinto puede ser mas fuerte y realmente cometerá alguna locura. No quiere que las cosas se pongan más incómodas entre los dos.—Pero antes de que llegue ese día, debemos empezar a salir. ¿Si? E-Estas cosas que nosotros los humanos hacemos cuando te gusta mucho alguien.

"Hikaru" lo mira sin creerle todavía, pero prestando atención a su explicación. También desvía con poca sutileza su mirada hacia los lunares de Yoshiki. Se deleita al ver su cuello, luego sus mejillas hasta llegar al que está debajo de su ojo. Tener a Yoshiki tan cerca y con un calor sacudiendo su cuerpo, hace que se acerque más a él, haciendo que ambos cuerpos se toquen y solo la ropa sea el delgado escudo que impida tocarlo con mayor libertad.

Debido a que él es más bajo que Yoshiki, puede admirar perfectamente sus labios y su manzana de adán.

—Tener citas, tomarnos de la mano, tener detalles con el otro...—Enumera sintiendo que la cercanía de ambos lo va a desmayar.

—¿De verdad?

Siente una calidez en el pecho al oír la propuesta del mayor sobre hacer cosas de pareja, ser algo mas formal, su respiración se vuelve más profunda y fácil, sus latidos son acelerados pero no por ansiedad o miedo, sino por la ilusión y la emoción del momento.

Yoshiki no puede mentirle, él no es cruel para hacer algo como aquello. Si actúa así de nervioso y torpe es porque aún es tímido expresando sus sentimientos.

—Si.

Un suspiro de alivio y felicidad sale de lo más profundo de él, dándole su espacio a Yoshiki quien también se da un respiro.

Cree que todo está controlado, hasta que el Alpha se pone un tanto serio y su expresión se vuelve rígida por unos instantes que hasta asusta al Tsujinaka.

Incluso estando a poco de entrar a su rut, con esa expresión molesta e intensa, ¿por qué se ve tan guapo? Definitivamente Yoshiki no puede creer lo atractivo que le parece el contrario. Con sus labios formando una línea recta y sus cejas cruzándose tensas.

—Si rompes está promesa, juro que no voy a perdonarte.

Su voz incluso cambia a un tono más grave, más maduro, lo apuesto a lo infantil, relajado y risueño que siempre es "Hikaru" con él, y en la escuela en general. Hace que su corazón palpite y se sienta incrédulo, confuso.

El Alpha está siendo bastante directo, bastante explícito en cuanto le va a doler y afectar si Yoshiki rompe la promesa, y aunque le preocupa en cierta medida, aún tiene bastante tiempo para arreglar el lío en el que se acaba de meter.

Además, ¿qué le hará el menor si no cumple? ¿Lo ignorará y llorará? Es un poco lindo cuando hace eso, pero quizá no deba preocuparse demasiado. Luego pensara en ello.

Por otro lado; que "Hikaru", el monstruo le habla así, le da entre miedo, preocupación pero de alguna forma retorcida que no termina de entender, también le resulta fascinante.

—No lo haré...—murmura bajo, un tanto ido por esa expresión seria en el menor. Reacciona, y se mantiene firme, volviendo a decirlo en voz alta:—No lo haré, cumpliré mi palabra. Y si no lo hago, puedes hacerme lo que quieras.

—...

El menor suspira, alejándose solo un poco de Yoshiki para no caer en la tentación de morderlo.

Yoshiki sigue ahí, viéndolo y por supuesto, queriendo ayudarlo. Revisa su celular y para su alivio, la madre de su amigo ha respondido hace poco.

Fueron pocos minutos pero se sintió una eternidad estar así con el contrario.

—¿Te duele algo, Hikaru?

—Siento que mi cuerpo arde.—admite tocando su cara.—¿Por qué esto de aquí está mojado?—Señala con curiosidad la parte de abajo. Quizá ya tiene un breve rato así pero apenas se está dando cuenta.

Yoshiki ve su pantalón corto en el área que el albino señala, específicamente su entrepierna donde se marca la silueta de su pene casi asomándose sobre la tela, hay una mancha húmeda donde está la glande.

¿Se excito sólo por tenerme cerca? Dice para sus adentros bastante sorprendido.

Su cara completa se tiñe de un rubor intenso al darse cuenta de ello, y como "Hikaru" actúa inocentemente, curioso pero siendo obvio en su necesidad de ser tocado. El mayor traga saliva duro, sintiendo una comezón por donde está su manzana de adán, pensando rápidamente en que hacer.

Empuja al Alpha hasta su cama y éste cae sentado, busca una sábana bastante grande y lo cubre con ella. Siendo una especie de refugio improvisado que lo mantiene el confort.

—Cúbrete bien, será mejor que te deje solo.

Yoshiki está por irse pero, eso, lo agarra.

Esas tripas en forme de espiral que salen de una deformación de su brazo, lo atrapan rápidamente y hace que se quede inmóvil, o al menos, lo retenga lo suficiente.

—No me dejes.—Dice casi suplicante.

—Estar en el mismo cuarto no creo que sea muy seguro.

—¿Vas a dejar que sufra solo?

El Omega aprieta sus labios, pensativo. Por supuesto que jamás querrá que él sufra. Pero si se queda más tiempo, querrá tocarlo y... no está nada bien.

El es mayor, debe tener más conciencia, responsabilidad y no caer. Pero "Hikaru" sigue empeñado en no dejarlo ir. Por lo que regresa hasta donde está él y le besa suavemente su mejilla, cerca de la comisura de sus labios dejando al albino pasmado y que lo libere.

Lo que más le sorprende al menor, es ver como Yoshiki queriendo que se alivie, se quita su camisa. Aquella que tiene un estampado de un anime, de sus favoritas. Debajo no tiene nada, así que solo puede observar su figura esbelta y sus pequeños pezones apenas visibles en esa piel tan clara, realmente queda embobado y desconcertado por la imagen. ¿Qué pretende hacer Yoshiki?

—Toma.

La voz seria y calculada del mayor lo despierta de su ensoñación. Éste le entrega su camisa que recién se acaba de quitar y rápidamente se cubre con su mochila. El Alpha estuvo tan embobado en el cuerpo ajeno que no se dio cuenta que Yoshiki impregnó su camisa de sus propias feromonas hasta que el aroma le golpeó fuerte al Alpha.

Ah, huele tan bien.

Añora la tela, la huele profundamente y se abraza a ella maravillado, siendo empapado por el perfume natural de Yoshiki en está prenda de ropa. Ese aroma a vainilla y canela que tanto le gusta se siente mucho en la camisa del azabache. Le da cosquillas en su pelvis y lo hace suspirar de placer cada que se llena de dicho aroma.

Aun así, logra reaccionar cuando Yoshiki está en la puerta, y antes de que se marche, la pregunta apurado e intrigado:

—¿Por qué me das tu camisa?

—Tengo otro cambio. Además, las llene de mis feromonas para que no te sientas solo.—hace una breve pausa, desviando la mirada. No pensó que el Alpha realmente disfrutará de sus feromonas, pero la expresión del albino lo dice todo. Al menos, con esto lo dejará irse. Se aclara la garganta y añade:—Los Omegas no somos los únicos que hacemos nidos cuando pasamos por el celo, Hikaru.—Su mirada suave y llena de ternura que se posa en el nombrado, es todo lo que él necesita ver de Yoshiki.

El Alpha estira sus labios en una sonrisa amplia de felicidad, con arrugitas en las comisuras y cejas ligeramente levantadas, mejillas sonrosadas. Acompañado de un brillo especial en sus ojos, al darse cuenta de su propia reacción y que Yoshiki aun lo observa fijamente, se lleva una mano a la boca para taparla sin dejar de sonreír por la intensa emoción que siente.

¿Yoshiki haría eso por cualquiera?

Claro que no. Lo hace por él. Por el monstruo, por el Alpha. Y eso le llena de tanta felicidad que se siente tan bien.

—Haz un nido acogedor, y cuando seamos grandes, yo te acompañaré a formar uno.—Agrega dibujando una pequeña sonrisa llena de calidez que enamoraría a cualquiera.

Pero que Yoshiki no se la dedicaría a cualquier persona, solo a él.

Y eso le hace sentir tan pleno, tan feliz y placentero que se siente tan enamorado. Piensa:

¿Esto es el amor?

Eso que los humanos sueñan y la emoción más intensa como profunda que dicen que existe. Tan compleja pero que se siente tan satisfactoria.

—Yoshiki.

—¿Si?

Alza la barbilla, su voz es más melodiosa al hablar, elevada y suelta una pequeña risa, espontánea y sincera. Admite:

—Te amo mucho.

Yoshiki lo entiende, y se siente agradecido como sin una respuesta inmediata a esa confesión. Pero ver a "Hikaru" así, vale la pena.

—Estaré afuera hasta que tu mamá llegue.

No lo dejará solo, pero tampoco pueden estar en el mismo cuarto.

Yoshiki debe de cuidar del Alpha hasta que su madre llegue.

[...]


Al salir de la habitación del Alpha y cerrar detrás de si, suelta un pesado suspiro y se limpia la capa de sudor de la cara. Adentro sentía como las feromonas del Alpha lo envolvían, acariciando su cuerpo por encima de la ropa, le costó mucho mantenerse firme y no caer bajo sus instintos.

Decide alejarse de la habitación del albino por el bien de los dos. Saca su móvil leyendo el mensaje de la madre de Hikaru, al leer que llegaría a casa en quince minutos suspira aliviado. También aprovecha para marcar a su madre y que venga por él.

Va al baño de visitas para mojarse la cara y ponerse otra camisa, ya que siente sus mejillas calientes y su madre no puede verlo así, también para tratar de quitarse el aroma de "Hikaru". Está avergonzado ya que siente un líquido escurrir de sus muslos, sabe que es una reacción natural el mojarse por estar en contacto por tanto tiempo con un Alpha a punto de entrar a su rut, pero aun así, es demasiado bochornoso.

Recordar las palabras que le dijo a "Hikaru", piensa en lo cursi y sentimental que fue que quiere morirse de la vergüenza. Pero en lo profundo de su ser, realmente desea que pase su rut de la mejor manera posible. Sabe que las feromonas de Omega ayudan bastante.

No puede quitarse de encima esa sensación de ser deseado por el Alpha.

Notes:

Palabras: 3,918
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: sábado 16 de agosto del 2025.
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Debí haber publicado esto hasta mañana, pero lo terminé de editar muy rápido así que pues quise aprovechar y lo publique, jajaaja.

¿Qué les ha parecido?

Nos vemos la próxima.

Chapter 5: V.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Cuando la señora Indou llega a casa, Yoshiki le explica con detalle y paciencia la situación actual de su hijo y como debe cuidarlo. La señora trajo consigo un supresor de buena calidad, por lo que Tsujinaka pudo notar. Le aconsejo que el albino debe mantenerse muy hidratado y que es peligroso que se acerque al nido que está creando a menos que le pida permiso, esto siendo muy importante. Que debe darle su espacio y que el supresor solo ayuda a disminuir la acumulación de feromonas, las suprime, más no las elimina por completo.

El rut de un Alpha dura un total de veinticuatro horas, sin embargo, como se atraso bastante siendo un rut irregular, hay una gran probabilidad de que dure más de un día.

La señora Indou presto atención atentamente a la explicación del mas joven, le agradecido profundamente dándole un cariñoso abrazo a Yoshiki por ser tan comprensivo con ella siendo una mamá Beta con un hijo Alpha, incluso le sugirió que es tan bueno explicando y sabe mucho que debería dedicarse a la docencia, que seguramente es alguien bueno con los niños y sobre todo: paciente.

Yoshiki agradecio el cumplido pero él en realidad quiere estudiar o tratar de hacerlo, la rama de la medicina en veterinaria. Oírlo decirlo llena de sorpresa y admiración a la mujer, ya que desconocía que el chico quiere dedicarse a una carrera tan complicada como lo es la medicina, pero tiene sentido considerando que al azabache le gusta mucho los animales. Desde felinos, insectos hasta roedores.

Justo cuando está despidiéndose y entra a la casa, llega la madre de Yoshiki en su coche, saludando a la madre de Hikaru y acercándose a su hijo con cierta preocupación.

El menor entra al coche rápidamente, aún así, su madre nota el ligero aroma a Alpha encima suyo y no evita llamarle la atención.

—¿Seguro qué no te hizo nada malo? No me estarás ocultando algo, ¿verdad?—Expresa con gran preocupación la mayor, buscando algún indicio.

—No, mamá. Solo estaba desorientado, confundido pero se alejo de mi para no hacerme daño.—Contesta defendiendo al Alpha, obviamente omitiendo ciertos detalles importantes como que discutieron y la fuerte intención de Hikaru de marcarlo.

Si su madre se entero de ello lo alejaría del albino.

—¿Debo de comprarte un collar?—pregunta angustiada y reflexiva, sin darle oportunidad a su hijo de contestar a ello. Yoshiki se desconcierta cuando escucha la palabra collar.—Quiero evitar futuros accidentes que se puedan ocasionar.

—No quiero usar un collar. Pensé que solo las Omegas lo usan.

—En Tokio y otras ciudades también lo usan los varones. Pero no tendrías que usarlo todo el tiempo, solo cuando estés cerca de tu periodo de celo y tengas que estar fuera de casa.—Explica brevemente.

—Sigue sin convencerme. Usar un collar es denigrante. Es como cuando a los Alphas le ponen un bozal y los tratan como perros. Ya casi nadie lo hace.

—¿Podrías considerarlo al menos? Te mostrare un catalogo con varios diseños, quizá alguno te llame la atención. Algunos collares pasan de desaparecido y no parecen lo que realmente son.

—No lo sé.

Yoshiki forma una mueca inconforme mientras se abrocha el cinturón de seguridad. Aunque si lo piensa detenidamente, si hubiera tenido un collar en ese momento, no se hubiera alarmado porque el Alpha le expresará su deseo de marcarlo justo ahí, y menos hacerle una promesa. Se sintió acorralado.

—Por favor, mamá está preocupada.—suspira, restregandose los ojos con gran angustia. Su voz se escucha algo quebrada, estresada. Yoshiki siente su pesar, no quiere causar más problemas por su culpa.—Hikaru es el Alpha más joven del pueblo. Los pocos que hay ya tienen sus familias, son viejos, ellos no me preocupan tanto.

Aparte de Hikaru, hay otros seis hombres en el pueblo que son Alphas—sin contar a su padre—. Estos ya tienen descendencia pero ninguno de sus hijos se ha manifestado como Alphas todavía, aún son muy chicos.

Se supone que Yoshiki por la edad y ascendencia, sería el primer Alpha joven entre el grupo de padres y abuelos Alphas que ya existen, pero como se manifestó como Omega las cosas cambiaron.

—Está bien, le daré una hojeada.—Suelta un suspiro resignado, le cuesta imaginarse con un collar.

[...]


Recolectar ciertas cosas para formar un nido no es una tarea difícil para "Hikaru" quien solo se guía por el instinto y lo poco que recuerda de algunas clases en la escuela. Por supuesto que su principal fuente o aquello que sostiene con fuerza inhalando su aroma, es la camisa de Yoshiki, aquella que el Omega le dio e impregnó sus propias feromonas especialmente para el Alpha, quien aún recuerda sus palabras de forma vívida.

"Formemos un nido"

"Antes de marcarme, hay que empezar a salir"

Sus instintos han despertado nuevamente, deseando con intensidad tocar el cuerpo de Yoshiki. Se siente inmensamente feliz y querido, imaginando como sería formar un nido con él. Le hubiese gustado que Yoshiki le diera más ropa suya, o mejor aún, que se quedará con él mientras se frota con su cuerpo para aliviar el calor.

A pesar de que ya tomo los supresores su parte baja sigue caliente, escurriendo un fluido baboso y transparente.

Yoshiki...

Su cuerpo se deforma, saliendo su peculiar forma de espiral. Aquella masa de tripas que sigue embriagadose del aroma de la camisa del Omega. Su textura normalmente fría se vuelve caliente a causa de su rut.


[...]


Hikaru no responde los mensajes que Yoshiki le envía poniéndo al mayor ansioso. Al principio no le preocupaba hasta que llega día lunes y el albino falta a la escuela. Hace que el Omega se cuestione si todavía sigue en rut.

Aunque tiene muchas ganas de darse una vuelta por el hogar Indou, saludar a la madre de Hikaru y preguntar como sigue, su propia madre se lo prohibió hasta que su amigo esté mejor. Le puso la condición que, si quiere visitarlo, tiene que usar un collar le guste o no.

En estos días, Yoshiki no deja de pensar en él. Se siente ansioso de volver tenerlo de frente, aún le da vergüenza recordar todas las cosas bochornosas que le confesó aquel día, pero... no muy en el fondo, lo extraña.

Odia un poco admitirlo, pero extraña a "Hikaru" pegándose a él y acurrucandose alrededor suyo. Al principio le parecía molesto como penoso, pero ahora se siente extraño y vacío el no tenerlo cerca suyo.

Por supuesto que tiene a sus demás amigos conviviendo con él y hablando animadamente, pero eso no quita que extrañe a "Hikaru".

Tanto sus amigos como varios compañeros del salón o del mismo club en el que está el albino se le han acercado para preguntarle directamente si sabe algo del chico y éste responde a medias.

"Está indupuesto"

Lo pueden interpretar como esta enfermo o está en su rut. Yoshiki no quiere entrar en detalles porque tampoco le agrada andar contando la privacidad del albino a los demás.

—Es muy raro que Hikaru falte dos días seguidos.—Comenta Asako acercándose al mayor, pensativa e intrigada.

La castaña a pesar de ser una Beta—o eso dice ella— algunos no pueden creerlo. Es tan alta y fuerte como un Alpha por lo que varios chicos suelen sentirse intimidados por lo mismo o siempre la retan en fuercitas, pero es tan bonita y atenta que igual puede pasar como una Omega única.

Por supuesto, la gran mayoría se va por el lado Omega, ya que un Alpha mujer es imposible según los ancianos del pueblo que le pegan sus ideas a los más jóvenes. Están tan cerrados y no aceptan las opiniones de los turistas que no saben que las Alphas mujeres si existen, son poco común pero las hay.

Alguien como Asako es imposible que sea una simple Beta.

—Debe estar muy enfermo.—Opina esta vez Yuuki, cerca de la más alta.

Debido a su problema en el oído, tiene que hablarle o muy cerca o en un tono alto.

Yuuki es una Omega bastante correcta y bonita como dicen los mayores, quien en estas últimas semanas está siendo cortejada por su compañero de clase y amigo cercano: Maki.

—¿Tú sabes algo, Yoshiki?—Interroga Asako, a lo que el nombrado se queda pasmado en su propio asiento.

Maki se acerca como siempre, con buen humor y un tono divertido queriendo formar parte de la conversación.

Ellos tres son de los pocos compañeros que no hablan mal a las espaldas de Yoshiki por seguir bastante unido a Hikaru a pesar de que éste se haya manifestado como un Alpha.

—Por supuesto que debe saber, ellos dos son cercanos. ¿Seguro que no son pareja?

Yoshiki se ruboriza ligeramente de las mejillas, y trata de ocultarlo bajando la mirada para que su largo cerquillo lo disimule. Muchas veces Maki es tan directo e indiscreto, aunque no lo hace con mala intención, solo lo dice de manera juguetona. Él incluso lo ha llegado defender en ocasiones cuando atrapa a estudiantes hablando mal de Yoshiki junto a Asako y Yuuki.

—Maki, no seas imprudente.—Regaña la Omega mirándolo seria y cruzándose de brazos, pero se ve tan adorable que el contrario le cuesta un poco tomarla enserio.

—Oh vamos, no lo digo como si fuese algo malo. Solo digo lo que veo.—Ríe bajo, y cambiando rápidamente de tema para que Yoshiki no esté nervioso ni incómodo, cosa que funciona bastante bien ya que se le nota más relajado.

Por supuesto, Maki no es único que puede notar la estrecha relación en ellos dos, también Yuuki como Asako. Ellos tres tienen la ligera sospecha de que tal vez si están en una relación pero prefieren mantenerlo en secreto por el que dirán los demás.

El resto del día es bastante tranquilo aunque aburrido para el azabache.

Al salir de la escuela, antes de que el Tsujinaka se monte en su bicicleta se da cuenta que tiene en su bandeja de entrada del móvil un mensaje de su amigo junto a un sticker de perrito con ojos tristes.

《¿Me extrañas Yoshiki?》

Leer ese mensaje le hace dibujar una pequeña sonrisa en sus labios, siente un hormigueo en su pecho y su corazón se derrite emocionado de por fin leer un mensaje de "Hikaru". No evita suspirar lleno de alivio, había creído que el Alpha la estaba pasando muy mal.

Después de un breve rato pensándolo, le envía el siguiente mensaje:

《Un montón.》

En muy pocos segundos le llega la respuesta.

《Volveré pronto a la escuela, ya me estoy recuperando del rut.》

《No he dejado de pensar en ti.》

Yoshiki siente sus mejillas tan calientes y que el aire se le escapa al leer dichos mensajes que no es capaz de responder algo coherente. Se da fuertes palmadas en sus cachetes para distraerse e ir rumbo a su casa en la bicicleta.

Este sentimiento cada vez se vuelve más intenso al interactuar tanto con el Alpha.

[...]


Es un miércoles, el tercer día de la semana, el día de intermedio de clases, no es ni comienzo ni fin de semana, esta en el punto centro. Por la mañana mientras desayuna cereal con almendras junto a su hermana observando la pantalla de su móvil y deslizando la pantalla táctil; observa por medio de imágenes el catálogo que su madre le mando para conseguir un collar, mira atentamente los diseños y ninguno parece converserle de momento cosa que no le sorprende. Aun piensa que es absurdo, pero ya le hizo la promesa a su mamá que por lo menos debe mirar los diseños que hay.

Tsujinaka Satoko se dirige a la puerta al escucharse el sonido del tock tock.

Yoshiki piensa que no es nada de su importancia por lo que sigue con lo suyo, un poco ajeno a la conversación de su madre con la persona de afuera.

Satoko; asombrada pero educada como siempre, saluda al contrario con amabilidad y el contrario se inclina levemente.

—Oh, Hikaru. Que gusto verte.

En la entrada, el sonriente chico de cabellos blancos y expresión relajada como enérgica está de pie sosteniendo una pequeña maceta con dos flores llamativas y erguidas. Sus tallos largos y pétalos amarillos son tan radiantes que hacen que el menor brille más.

—Buenos días, señora Tsujinaka.

Está acostumbrada a que el más joven de los Indou suela ir a casa para esperar a su hijo y así ambos ir a la escuela. Pero desde los hechos ocurridos del sábado y que Yoshiki le contará que Hikaru no ha asistido a clases estos últimos dos días, no pensó verlo pronto. Su hijo no le aviso así que muy probablemente esté tampoco sabe que Hikaru ya se recupero.

Luce atractivo, con ese aire juvenil y de buen humor que resulta contagioso, con un brillo en los ojos más notorio de lo usual, alegrando la mañana de la madre de Yoshiki quien al principio seguía desconfiando un poco del albino por ser Alpha. Ahora, siente gran curiosidad por saber de su estado y porque carga esa maceta con flores.

—¿Ya te has recuperado?

—Si, ya estoy mucho mejor.

—Llamaré a Yoshiki.

"Hikaru" agradece despreocupado pero antes de que ella se alejé, se apresura a decir con un ligero rubor cubriendo sus mejillas:

—Tome, las traje del jardín de mamá.—hace una breve pausa, causando más asombro en la mayor quien sostiene la maceta y huele encantada el aroma de los hermosos girasoles.—Son para Yoshiki.—Añade ampliando más su sonrisa y entrecerrando los ojos, dejando sin palabras a la mayor como bastante conmovida de la iniciativa del Alpha.

Él no quiso cortar el tallo de las flores—ya que así mueren y solo es cuestión de tiempo que se marchiten—, así que prefirió traerlos desde la raíz, tuvo que levantarse un poco más temprano para mover los girasoles a una maceta más pequeña con cuidado de no matarlas y fácil de mover durante el trayecto a la casa Tsujinaka.

No es el típico arreglo de flores que solo dura un par de días antes de que pierdan su brillo, realmente las trajo para que Yoshiki pueda admirarlas por mucho tiempo de ser posible. Él quiere que cada que Yoshiki las vea a través de su ventana o al salir y entrar de casa, piense en él.

—Que preciosidad de girasoles. Es un bonito detalle de tu parte.—Halaga encantada, dibujando una sonrisa confiada y enternecida por el gesto tan inesperado pero lindo del Alpha.

No tiene que ser una genio para darse cuenta que el detalle no es para ignorar o dejarlo pasar fácilmente. Ya llevaba varios días con sus sospechas, pero ahora lo ve aún más claramente.

Si viene un chico o chica a traer un regalo como son unas flores tan bonitas para tu hijo, es natural que pienses que lo están cortejando. Tarde o temprano, sucedería el cortejo del que hace un buen tiempo ha estado haciendo suposiciones. Después de todo, Hikaru ha sido obvio siempre que busca a su hijo, eso sin mencionar los cientos de rumores que ha escuchado de gente sobre que el albino es muy apegado a su hijo de forma que puede interpretarse como la de dos jóvenes amantes.

Lo único que quería esperar, era a que Yoshiki se lo dijera, pero al parecer Hikaru ha hecho el primer movimiento.

—¿De verdad?—pregunta con ánimo y sorpresa en su mirada. La mayor asiente y Hikaru continúa expresándose, haciendo ademanes y movimientos emocionados.—Los girasoles son tan hermosos y altos, así que pensé en Yoshiki y quise obsequiarle un par.

—Que forma tan linda de pensar tienes.—Ríe enternecida la contraria. Escuchar al amigo de su hijo expresarse así de él la halaga y entusiasma mucho. Nota que las intenciones del Alpha son sinceras y lindas, eso le hace sentir más segura.

Antes de que ambos continuaran en su amena charla, detrás de ella aparece Yoshiki con una expresión entre avergonzada y apurada. Primero mira su mamá con pena y curiosidad porque sostiene una maceta con girasoles, luego a Hikaru con amenaza, como diciéndole "deja de hablar o lo vas arruinar".

Pero el albino solo pestañea ingenuo e inocente, sin entenderlo del todo.

—¿Qué tanto dices enfrente de mamá?

—Oh, justo estaba por llamarte.—Interrumpe ella, viendo que su hijo ya está listo para ir a la escuela.

Yoshiki arruga la frente no muy orgulloso de lo siguiente.

—Pude escuchar casi todo desde el comedor.

Él se pone enfrente de su madre quedando bastante cerca del albino quien no evita sonreír contento de por fin verlo que su corazón late tan rápido y sus manos cosquillean con una sola intención:

Acariciarlo.

El menor lo abraza de manera sorpresiva, sus brazos rodean su cintura, sus manos descansan en su espalda, sus dedos acarician esa zona y restriega su mejilla efusivamente contra la del mayor, el calor subiendo por las mejillas de ambos jóvenes."Hikaru" sonríe y huele el cabello del azabache mientras exclama alegre:

—¡Yoshiki, al fin estoy contigo!

Por supuesto que el mayor ha extrañado cuando el menor se acurruca contra su cuerpo, pero justo enfrente de su madre es tan...

—Hikaru, no enfrente de...—le murmura con toda vergüenza queriendo esconderse y nunca ser encontrado. No puede verla, pero siente la mirada de su madre clava en él ante tal muestra de afecto cariñosa. Suspira nervioso y separa al Alpha de él, mirándolo con reproche.—Será mejor que nos vayamos a la escuela. Adiós mamá.

Casi corre hasta su bicleta ignorando la mirada de su mamá, no quiere ni imaginar que habrá pensado ella por la muestra de afecto tan abierta del Alpha.

Una vez que los dos están lo suficientemente lejos de casa, Tsujinaka al fin pregunta:

—¿Por qué trajiste flores a mi casa?

—Eso hacen las parejas, ¿no? Tener detalles y gestos románticos.

—¿Parejas?—Repite confundido, entrecerrando los ojos mientras ve lo emocionado que está "Hikaru".

Yoshiki no sabe porque pero siente una necesidad de estar cerca del Alpha, como si su cuerpo se sintiera atraído por él. ¿Será porque recién acaba de pasar el rut?

—Si, recuerdo perfectamente que me dijiste esa tarde que antes de marcarte debemos ser pareja.

Yoshiki abre tanto los ojos que luce gracioso. En realidad, si lo recuerda, pero creyó que el Alpha no lo recordaría. No evita rascarse la nuca con nerviosismo y mirando hacia el frente, queriendo evitar los ojos del albino sobre él.

—Ah... eso.—Balbucea sin saber que más decir, con pasos largos y firmes antes de subir a su bicicleta y empezar a paladear. No es capaz de negar lo que prometió.

"Hikaru" no tarda en alcanzarlo mientras pregunta emocionado cuando empezarán a salir como novios.

Yoshiki no está seguro que decirle, pero le gusta lo cerca que el Alpha está de él.

A veces, solo a veces, le gustaría dejar de preocuparse y tener miedo por lo que los demás digan, acercarse a "Hikaru" y descubrir que se siente probar sus labios.

Notes:

Palabras: 3,158
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: jueves 21 de agosto del 2025
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
El manga esta acabando conmigo.

No se sorprendan si me tardo en actualizar el siguiente capitulo.

Chapter 6: VI.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Tsujinaka no deja de pensar en lo que acaba de pasar. Su ser se estremeció cuando el albino lo atrajo hacia su cuerpo, el abrazo no fue para nada desagradable. Todo lo contrario, sentir su propio pecho contra el del Alpha se sintió íntimo y agradable, la respiración del menor rozar su cuello y oído lo ruborizo así como sentir las suaves y necesitadas caricias del contrario recorrer su espalda. Le recorrió una relajante sensación de cosquillas, una fuerte sacudida en toda su espina dorsal, como un pequeño masaje que casi lo adormece en los brazos del menor queriendo también acurrucarse contra él, y sino fuera porque estaba en presencia de su propia madre, muy probablemente hubiese caído ahí, adormilado en los brazos del Alpha.

No sabe en que punto de estos días los abrazos de "Hikaru" comenzaron a ser su debilidad. Le gusta lo afectivo y cariñoso que el albino llega a ser con él, sentirse protegido y querido lo hace sentir especial, se derrite cuando él se acurruca contra su cuerpo. Despierta en el azabache un deseo de también corresponder los abrazos, pero sigue siendo tímido con las muestras de afecto, y todavía más si es en un espacio abierto con alguien viendo.

Recordar la mirada clavada de su madre sobre ellos lo llena de vergüenza. No tiene la valentía de verle a los ojos, no pronto.¿Qué estará pensando ella de él y de Hikaru? Esta seguro que su mamá no es alguien tan crítica como los del pueblo, pero aun así no evita sentirse ansioso y preocupado.

A ella no le molestaría si de verdad empieza a tener una relación sentimental con Hikaru, ¿verdad?

Se siente tan frustrado en solo pensarlo. Lo único que alivia un poco su mente de tanto estrés y depresión, es saber que las impurezas estos días se han visto bastante controladas, calmadas. O al menos ya no los atacan seguido como antes. Sabe que algo tuvo que ver Tanaka y la señora Kurebayashi, y de forma un poco directa también "Hikaru". Pero de cualquier manera, no debe bajar la guardia.

Aunque sabe que el albino no quiere que esté tan ansioso y alerta todo el tiempo, quiere que dejar de pensar demasiado en las cosas oscuras y paranormales que acechan este pueblo, pero para Yoshiki es imposible ignorarlo, sobre todo considerando que quien tiene a lado, es algo sobrenatural y difícil de comprender para la mente humana.

Está tan sumido en sus pensamientos que no le presta atención a su acompañante, quien se siente intrigado por saber que tanto está pensando Yoshiki que está en completo silencio, pensativo, con una mirada llena de angustia y preocupación. El silencio es tan sepulcral, genera inquietud y una solemnidad similar a la de un cementerio durante el trayecto a la escuela, que el Alpha se ve en la fuerte necesidad de romperlo, quiere que el mayor le hable.

—¿En qué tanto piensas, Yoshiki?

El nombrado tarda un poco en reaccionar, el menor tiene que sacudirle de su hombro para que dejé de estar tan sumido en sus propios pensamientos.

Tsujinaka fuerza una sonrisa confiada y se rasca la mejilla un poco nervioso. Para su suerte, sabe que contestar.

—Sólo estoy sorprendido por el detalle de los girasoles.

—¿No te gustaron?—Pregunta con cierta desilusión y frunciendo sus labios, su tono de voz apagado. Ver esa expresión hace que Yoshiki se siente un poco mal pero también deseé animarlo.

—Al contrario, se me hace un gesto muy bonito.—señala aclarando su garganta, notando que los ojos del albino se iluminan y borra la mueca triste de su rostro. Se atreve a preguntar con curiosidad:—Solo pienso, ¿tu mamá no se enojo o algo porque le agarraste los girasoles de su jardín? Sé lo mucho que a ella le gustan.

El Alpha niega agitando de un lado a otro la cabeza, dibuja una leve sonrisa en su rostro siguiendo muy de cerca a Yoshiki. Parece bastante animado e interesado en hablar sobre el tema.

—Le explique mis intenciones, y me ayudo a sacar los girasoles desde su raíz y plantarlos en la maceta.

—¿Aprendiste algo de jardinería?—Expresa tranquilamemte y curioso.

—Sé algunas cosas. No mucho, pero se que es importante tener conocimientos básicos. Granjas y huertos esencialmente.

—No recuerdo que Hikaru tuviese un gran interés sobre ése tema, solo decía que heredaria la granja de su padre al ser mayor.—Comenta encogido de hombros, con una expresión melancólica al recordar su niñez.

A pesar de que ya ha superado la muerte de Hikaru, no evita recordarlo con melancolía. Es inevitable.

—Yo creo que es muy importante. ¿Sabes? Ahí vienen muchos productos para alimentarse y también vender. Me gustaría aprender más de los cultivos, sembrar y ordeñar una vaca.—Añade con seriedad pero soltando una pequeña risa divertida al mencionar lo último.

Yoshiki no está seguro que los animales de granja quieran acercarse al Alpha. Definitivamente tendrá muchas complicaciones, pero fantasear un poco en imaginar al albino en esa situación graciosa y estresante es tierno: correteando gallinas, montando caballos y tratando de ordeñar vacas.

Se vería muy lindo. Piensa para sus adentros, un leve rubor tiñe sus mejillas y no evita sonreír relajado.

—¿De verdad?—alza una ceja sin dejar de sonreír. El menor y se queda un poco embobado mirando al mayor, casi se desvía del camino por distraerse. Yoshiki lo regaña pero de una forma tan suave que no parece un regaño, y sigue centrado en el camino.—No pensé que tendrías un interés genuino sobre el tema.

—Es que...

Yoshiki se detiene y mira fijamente al albino ante su repentino silencio. El Alpha se detuvo casi al mismo tiempo que él, pero el color de sus mejillas es de un suave rosa. O está enfermo o está pensando en algo que provoca esa reacción.

—¿Qué pasa?¿Por qué te pusiste rojo?—Suelta curioso y burlándose un poco de él. Es divertido cambiar un poco los roles, siempre es "Hikaru" quien lo deja sin palabras o lo pone tímido.

—...Quiero generar ingresos con esa granja, y mis propios alimentos.

Yoshiki abre bien los ojos al oír dicha confesión de él. ¿Desde cuándo un ser del tipo anomalía se preocupa por eso?

Puede entender que ya entienda cosas como los gastos, dinero y la economía para mantenerse uno mismo, pero nunca pensó que tendría ese pensamiento sobre trabajar mucho antes de graduarse del instituto. Sobre todo porque su familia no sufre por los gastos: tienen una casa bastante amplia, no tiene hermanos y de vez en cuando se dan sus pequeños lujos. Aunque la madre de Hikaru es ama de casa, siguen viviendo de lo que dejó el papá de Hikaru y el abuelo.

No es como que les urga el dinero, pero el Alpha ya está pensando en ello.

—Eso suena increíble, más viniendo de ti. Definitivamente no eres Hikaru.—Suelta el comentario sin más, para continuar peladeando. Antes de apartar su mirada en el menor, quien luce tan contento y satisfecho por haber oído sus palabras, no evita pensar:

Realmente le gusta cuando le digo que es diferente al verdadero Hikaru.

—Quiero mis propios alimentos para mi madre, para mi y... para ti.—Menciona arrebazando a Yoshiki por unos momentos.

El azabache frunce la frente, no escuchó lo último que dijo el contrario.

—¿Ah?¿Qué dijiste?

—Ya me lo propuse.—suelta convencido, con un brillo especial en sus ojos de alguien que toma sus propias decisiones. Deja de paladear rápido para estar a la misma distancia que el mayor.—Ayer por la tarde hablé con mi abuelo quien ayuda bastante a supervisar la granja desde que el papá de Hikaru no está...

—¿Y de qué hablaron?¿qué te propusiste?

—Cuando sea mayor y termine mis estudios en el instituto, podré hacerme cargo de la granja.—aclara su garganta, sintiendo sus dedos cosquillear por lo siguiente que dirá.—Y pensé, que puedo generar ingresos y traer los alimentos a casa. Y quiero dartelos a ti también.

—¿Por qué harías eso?

Yoshiki mira intrigado al albino, confundido. Lo entiende para su madre, ¿pero por qué también a él? Es difícil imaginarse que algún día llegue el Alpha a su casa y le dé una docena de huevos o leche recién ordeñada.

Eso más que detalles, es despensa y le ahorraría a su familia ciertos gastos. Y no está seguro de sentirse cómodo con ello. Todavía no han formalizado el tipo de relación que tienen, porque ser novios implica que su círculo de amigos y familiares lo sepan.

Y que el pueblo eventualmente, se entere. Y aún tiene ese amargo recuerdo de enterarse que los ancianos del pueblo y otros quieren comprometer a "Hikaru" con una joven Omega.

—Porque quiero cuidarte.—Añade dibujando una sonrisa amplia, alegre y despreocupada, ajena a lo que terceros tienen preparado para él.

Yoshiki se pregunta si el Alpha se molestaría mucho si se entera no solo de que lo quieren comprometer con alguien más, sino que ademas, él ya lo sabía desde hace un tiempo y nunca le dijo nada. ¿Pero cómo puede hacerlo? No tiene el valor todavía, y no quiere arruinar el buen ánimo que el albino trae. Además podría causar inconvenientes si lo revela antes de tiempo, sería tachado como un chismoso o sapo, alguien entretometido y que se mete donde no debe.

Pero él es mi amigo. Es mío. Piensa para sus adentros. Deja de pensar más en ello cuando mira al contrario.

El Alpha le dedica una mirada amorosa, suave y llena de ternura al Omega, reflejando un cariño y afecto genuino, natural. Sus ojos se iluminan con calidez y su expresión facial refleja el deseo de estar a su lado. Transmite una cercanía y emoción, como si cada gesto o palabra que haga y diga Yoshiki fuese apreciado profundamente por el "monstruo".

—Quiero alimentarte y que vivamos juntos. Eso me propuse.—Agrega sin pena, sin miedo y con un anhelo tan profundo que es fascinante.

Esas palabras hacen que el corazón de Yoshiki se acelere, y, un poco nervioso, balbucea inquieto:

—¿Qué le dijiste a tu abuelo?

Menos intenso, "Hikaru" explica:

—Que quiero hacerme responsable. No le hable todavía sobre ti porque no quiero que vaya con el chisme con los demás ancianos del pueblo, pero básicamente, esto es lo que tengo planeado, Yoshiki.—Suelta con seriedad, aunque en el momento que pronuncia su nombre, lo hace con suavidad, con un gran cariño y cercanía que solo puede sentir hacia el mayor.

—¿Realmente quieres hacer eso?¿hacerte cargo de la granja?—Cuestiona una vez más, fingiendo despreocupación a pesar de que en el fondo, no está contento.

No evita tener pensamientos negativos.

No vendrá a Tokio conmigo entonces...

¿Por que me frusta tanto?

No quiero quedarme después de la graduación en este lugar. Ni siquiera hay una Universidad cerca para estudiar la carrera que yo deseo. Si me quedo aquí, tendré que conseguir un trabajo informal o casarme y ser esposo de casa. ¡Ah! No quiero eso.

No soporta la idea de quedarse más tiempo del necesario en éste lugar. Sacude su cabeza tratando de alejar esos pensamientos y aprieta sus nudillos.

No es que odie o desamerite el trabajo de esposo o ama de casa, pero no quiere estancarse y depender de alguien como lo hacen la mayoría de Omegas en éste pueblo. Quiere trabajar, ganar su propio dinero, sus propios ingresos de sus méritos. No se puede visualizar estar en casa la mayor parte del tiempo.

Si se queda en este pueblo y no se va a estudiar afuera, no ve un un gran futuro en su vida. Y no quiere pensar en casarse ahora mismo.

A pesar de que le prometió al Alpha dejarlo marcar cuando sea mayor y eso significa prácticamente estar juntos para toda la vida hasta que la muerte los separe, duda que se cumpla dicha promesa.

Pero quiere estar cerca de él, aunque eso implique quedarse en este lugar...

No sabe que hacer.

—Si. Así generare mis propios ingresos y podré aportar a casa y... darte mejores obsequios.

Así puedo mantenernos, a ambos. Omite decir con todas sus fuerzas el menor, sintiendo un agradable calor en su pecho y sus mejillas calentarse. Le hace ilusión ser alguien merecedor para Yoshiki. Ha aprendido mucho estos meses sobre las responsabilidades humanas cuando se es adulto, y más en los Alphas.

—Y-Ya veo...—se rasca su mejilla sin saber que decir, hablando con ligera torpeza. Pero no puede evitar sentir empatía por "Hikaru". Si él es feliz y está tan optimista, tan decidido, no puede bajarle esos ánimos. Debe de apoyarlo, guiarlo a cumplir sus metas y que se esfuerce. Sus planes de marcharse de éste pueblo tendrán que silenciarse por un largo rato.—Supongo que así son las cosas. Por esto estas tan emocionado, ¿verdad?

—Si.—asiente efusivamente, expulsando un poco de feromonas que delatan aún más sus emociones. El Omega no puede negar que se siente cada vez más cómodo y atraído estando tan cerca de él, como si su cuerpo poco a poco aceptara al Alpha en cada momento y espacio.—Y también porque por fin me encontré con Yoshiki luego de estar días encerrado y ausente por mi rut. ¿Qué me cuentas tú?

Ahora es el turno de que "Hikaru" escuche a Yoshiki. Aun recuerda que el azabache le envió por mensaje que lo extraño un montón, y eso le hace sentir cosquillas en el pecho y en todo su ser, sintiéndose liviano e ilusionado.

—Uhm... bueno, mamá quiere que me compre un collar.

—¿Un collar de perlas o qué?—Suelta burlón, arrugando la frente y algo confundido, imaginando como luciría el mayor con un collar de perlas.

Sería bastante gracioso pero bonito. Le quedaría perfecto con esa piel blanca llena de lunares que tanto desea lamer.

—No. Un collar de Omegas.

Yoshiki le explica la función de estos collares, que no son un adorno, es protección pero para él sería vergonzoso usarlo. Es como si públicamente dijeras "estoy cerca de mi celo, mirenme."

—Oh, así que es eso.

—Es una idea estúpida, ¿no crees?

—Definitivamente. Pero, esos collares, ¿cómo son?—Ladea la cabeza curioso, peladeando fuerte.

Ambos disminuyen la velocidad cuando llegan a la escuela, así que bajan el ritmo y se adentran al instituto directo a resguardar sus bicicletas. Y ahí mismo, aprovechando que no hay gente cerca, continúa hablando. Tsujinaka saca su móvil para enseñarle al contrario como lucen estos collares.

—Déjame buscar unas imágenes... son estos.

Algunos son simples, unos parecen hechos de cuero y otros de una tela resistente. Estos son más hermosos porque tienen bordados, delicados y detallistas.

—Oh, son bonitos.—Se asombra el albino, con un leve rubor en sus mejillas mientras los mira más de cerca. Definitivamente por su cabeza pasa como luciría Yoshiki con alguno de esos.

Si usa alguno negro contrastaría con su piel, pero uno blanco le recuerda al vestuario que usan las novias en las bodas.

—¿Eso crees?—Alza las cejas incrédulo, para él no lucen especialmente bonitos.

—Imaginar esto alrededor de tu cuello, es atractivo.

—A mi no me convence.—Curva sus labios en una mueca disgustada y guarda su móvil en el bolsillo de su pantalón.

De repente, el Alpha se acerca a él hasta quedar a escasos centímetros uno del otro, el menor alzando su cabeza y mirándolo con intensidad. Tsujinaka se queda quieto esperando a que hable, aunque si alguien los ve desde lejos desde cualquier ángulo, parecería que se están besando por lo cerca que están y todavía frente a frente.

—Igual, yo protegeré a Yoshiki. No dejaré que nadie te ataque.

En otras palabras: jamás va a permitir que alguien más se acerque con intenciones de morderlo. Primero lo asesina.

Después 

[...]

Todos sus compañeros se amontan alrededor de Hikaru cuando esté por fin hace acto de aparición. Lo llenan de preguntas, reportes de que cosas han sucedido en estos últimos días y lo miran deslumbrados. Para Yoshiki solo ha sido tres días que no lo ha visto: domingo, lunes y martes. Pero para el resto, ha sido desde el viernes en la tarde que no han sabido nada de él, casi cinco días.

No evitan alardear o señalar que ha crecido un poco estos días, pero que sin duda es más notorio ahora.

Yoshiki parpadea ingenuo, él lo ve casi igual. ¿Será que porqué pasa mucho tiempo con él, casi todos los días están juntos que casi no se ha dado cuenta?

Es decir, quizá ha crecido dos o tres centímetros estos últimos dos meses, pero nada para exagerar o alardear.

Hasta que empiezan a medirse, es que Tsujinaka abre tanto los ojos que no puede creerlo.

No sólo ha rebasado a Maki quien era más alto que él, sino que incluso estar la par que Asako. ¡La chica más alta!

—Que impresionante...—Murmura para si mismo, todavía sin poder creerlo.

¿Le habrán dolido las piernas por crecer al contrario?

Entre cierra los ojos, pensativo. No debería darle gran importancia porque crecer es completamente natural y normal en las personas, pero "Hikaru" no lo es... es verdad que el sábado pasado que fue a casa del albino lo noto ligeramente más alto, pero no para a rebazar a Maki y mucho menos estar a la altura de Asako... además, crecer en tan poco tiempo es imposible.

¿Será por el Ruth? Tiene sentido, quizá sufrió cambios durante el periodo de calor que tuvo, así que con esa idea suspira más aliviado de haber encontrado una posible respuesta lógica, pero no está tan convencido.

Debería investigar más, no sabe si es un proceso natural en los Alphas el crecer tanto durante sus primeros ruth, como un golpe de altura, o si acaso es él, el monstruo quien está estirando el cuerpo de Hikaru... es difícil encontrar una respuesta razonable y no sabe si debería ignorar o no preocuparle tanto lo que suceda.

Suspira encogido de hombros, frotándose los ojos con estrés. Al menos, si es más alto, se alejara un poco más del parecido entre el verdadero Hikaru, que se caracterizaba por ser un Beta algo bajito, era más fácil frotarle su cabeza al ser más pequeño que el Omega.

Debería preguntarle a su madre si acaso noto más alto a Hikaru está mañana, por que él no se fijo en ello.

El tiempo en clase se le pasó volando que poco presto atención a lo que el profesor explicaba. A veces su mirada se desviaba a la ventana, viendo a otros estudiantes pasar o profesores regañando.

En algún punto de las clases del cual se perdió completamente, empezaron a tocar el tema del cambio de asientos, es decir, designar a ciertos estudiantes en otros pupitres. Reubicarlos. Todo empezó como una pequeña broma que pasó a ser una sugerencia que el profesor tomó con seriedad.

Los cambios de asientos no son comunes, se hacen a principios del ciclo no cuando están casi a mediados de éste a menos que un nuevo estudiante se integre al salón.

Pero no hay nada de eso, lo cual le confunde aún más.

Hasta que entendió poco después, que se trata por la altura de "Hikaru".

Hikaru se sienta hasta el frente muy cerca de la pizarra por su estatura, y porque el profesor buscaba localizarlo debido a que suele ser algo inquieto durante las clases y muchas veces no entiende de lo que habla.

Pero ahora que ha crecido un poco y obstaculiza la vista de algunos que están detrás de él, supuestamente, se está considerando la idea de cambiarlo de pupitre.

Algunos lanzaron la teoría de que quizá, como se manifestó como Alpha hace tiempo, es por eso que es más alto ya que se cree que estos son biológicamente mas altos y robustos que los Betas. Pero Yoshiki no cae en ese estereotipo.

...

Cuando menos se ha dado cuenta ya es la hora del almuerzo. Varios salen a la cafetería o simplemente a comer en algún lugar al aire libre, otros se quedan dentro del aula.

Todos salen del salón de clases seguidos por las ganas de comer afuera, y cuando Yoshiki apenas está guardando sus cosas porque él no está tan apurado en ser el primero en salir como el resto de sus compañeros y mientras busca su almuerzo que trajo desde casa, un golpecito suave en la oreja lo saca de su pequeña ensoñación.

Creyó que estaba solo en el salón, como ya no había escuchado ni un solo ruido asumió que sería el último en salir.

—¿Comemos aquí?—Suelta con los hombros relajados, una sutil sonrisa y su propio bento envuelto en un gran pañuelo.

Yoshiki tarda un poco en reaccionar y asentir lentamente, como si aun lo procesara. En realidad, quería comer afuera con los demás, y es extraño que "Hikaru" prefiera estar aquí en vez de disfrutar estar rodeado de compañeros y amigos mientras come como suele ser.

Sin pensárselo mucho, el albino toma el pupitre que está enfrente de Yoshiki el cual está vacío en estos momentos. Lo acomoda para que queden pegados, quitando la silla de enmedio y así quedar frente a frente.

Tsujinaka saca su propio bento, pensando todavía porque ahora "Hikaru" prefiere comer a solas con él y no con todo el grupo como es acostumbre. En el silencio calmado donde sólo de fondo se escucha los pasos de los estudiante, profesoras y algunas voces, casi se asusta cuando siente pequeños golpecitos en su pierna, y una caricia que sube hasta la rodilla, queriendo llegar hasta sus muslos. Esto provoca nervios en Yoshiki, pensando que demonios le está insinuando el albino con estos toques.

Observa al Alpha confundido mientras mastica su comida, frunciendo el ceño. Pero el albino solo sonríe con la boca cerrada mientras come, siguiendo con las insinuaciones debajo de la mesa.

El Omega se preocupa un poco, menos mal no hay nadie más en el salón y las puertas están cerradas pero en cualquier momento alguien puede entrar de repente y si son lo suficientemente observadores, acercarse y ver debajo de los pupitres.

Aunque de cualquier modo, cuando regresen y si todavía siguen los pupitres así de juntos cualquiera se dará cuenta que pasaron el receso juntos, comiendo a solas, solo ellos dos y es suficiente para que la gente vuelva hablar de ellos y decir que Yoshiki está seduciendo al Alpha.

Ya no pienses más en eso. Se propone, no quiere seguir angustiandose por lo mismo. Que los demás piensen y crean lo que quieran, de todas formas siempre se la pasan criticando por el más mínimo defecto o cambio.

No le puedes caer bien a todo el mundo, y es algo que a uno le cuesta entender y aceptar, sobre todo cuando eres adolescente donde siempre buscas la aprobación de todos, de la sociedad, de tus compañeros.

Yoshiki aleja el pie de "Hikaru" con una patada, un empuje sordo cuando siente las caricias de su pie meterse entre sus piernas y rozar la zona debajo de la pelvis—eso explica porque el albino estaba algo encogido, se estiro debajo de la mesa—, y tras dicho golpe hace que el menor se ría a carcajadas por la reacción "divertida" de Yoshiki, no se atraganta con la comida pero escupe el arroz y se le sale algún grano de éste por la nariz de lo fuerte que se ríe.

El azabache contagiado por la risa del albino también se ríe un poco por la reacción del contrario, pero luego ve el desastre y se para poco después para darle su pañuelo al menor y que se limpie la boca como la nariz, y también le señala que debe limpiar ese pupitre que ni siquiera es de él.

Sería más gracioso si "Hikaru" se mete en problemas por ensuciar un asiento que no es suyo, todo por andar de 'mañoso'.

Se lo tendría bien merecido.

Y antes de seguir con el juguteo, el Alpha sugiere:

—Por cierto, deberíamos salir.

—¿Salir?—Suelta confundido. ¿Ahora quiere salir a comer afuera? Ya están a mitad de su almuerzo, ahora tiene pereza de salir, aunque no le sorprendería si las chicas los comienzan a buscar por no aparecerse.

—A una cita.

—¿C-Conmigo?

Suelta con nerviosismo señalandose así mismo, ha sido directo pero no se sorprende tanto, aún así oír la palabra cita salir de su boca le hace sentir cosquillas en el vientre. Después de todo, el albino ya le había comentado está mañana sobre hacer cosas juntos para dar el siguiente paso pero que se lo pida en la escuela es increíble.

Quizá por eso prefirió comer en el salón, y ha sido una verdadera suerte que nadie más se quedará. Quizá el contrario ya estaba pensando en cómo pedírselo y en qué momento. Todavía tiene algo presente que el menor quiere hacer muchas cosas de pareja antes de tener la mayoría de edad.

No evita sentirse emocionado aunque ansioso, nunca nadie le ha pedido tener una cita, incluso antes de manifestarse como Omega, ni una chica se le acercó con esas intenciones y creía que era alguien feo, dándole mas inseguridad su propio cuerpo, pero Hikaru... No, él, éste ente de las montañas es el primero que le ha hecho sentirse querido, apreciado y especial. Que no es un bicho raro o alguien feo, que realmente merece ser amado.

¿Realmente quiere tener una cita conmigo?

El Alpha recuesta su mentón sobre su mano, recargando el peso de su cabeza y sonriendo con deseo, y como si hubiese leído sus pensamientos, declara:

—Contigo, lo quiero todo Yoshiki.

Pum, pum, pum.

Su corazón late tan fuerte que el Omega cree que saldrá de su pecho. ¿Por qué dicha confesión ha endulzado sus oídos? No sabe dónde meter su cara, está avergonzado.

Solo falta estar de acuerdo para fijar la fecha de la cita. No una salida de amigos, una verdadera cita. Ese tipo de salidas donde las parejas disfrutan la compañía del otro, comparten momentos juntos o también se van conociendo más y más. Ese tipo de salidas donde desprende un aura que la gente alrededor nota que son novios.

Yoshiki puede lidiar con eso, ¿verdad?

[...]

Al llegar a casa después de clases, su madre lo recibe con un trabajo importante.

Su madre le presto unos guantes para poner la pareja de girasoles en un mejor lugar, donde les de el sol y pueda ser fácil de localizarlos. No evita acercarse a olerlos y recordar las palabras de su madre acerca del detalle que "Hikaru" le ha obsequiado está mañana.

"No me molesta ni incomoda si estas en una relación con él. Solo quiero que seas feliz y no te centres en los que los demás opinen."

Suspira aliviado, se siente tan bien que su mamá acepte una posible relación con el Alpha a pesar de que en un inicio se notaba preocupada. Y de su padre nisiquiera tiene ni idea que pensará él y no le importa, no está presente para él así que no tiene porque saberlo, importarle o afectarle.

Y eso está bien para él.

...

Cuando Tsujinaka Toshinori llega después de una larga jornada de trabajo a casa, su expresión apagándose cada que se acerca y, antes de entrar a la morada, observa curioso un par de girasoles. ¿Siempre han estado ahí o apenas los se da cuenta de su existencia?

Notes:

Palabras: 4,550
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: martes 26 de agosto del 2025
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Actualización muy nocturna y capítulo largo.

Recuerdo que el tema de la estatura ha sido un poco difícil de tratar para mi por que no quiero ir en contra del canon.

Quiero respetar el canon de que Hikaru es más bajo, además que yo he leído o shippeado a varias parejas donde el top es más bajo que el bottom. Pero por otro lado, decidí cambiar o intentar cambiar esto por 2 razones:

1. Realmente quiero desligar al chamuco del verdadero Hikaru. Y ya de por sí es difícil porque siempre me dirijo a él por su nombre, es por eso que también uso mucho la palabra Alpha ya que es diferente al Hikaru original que fue Beta. Y algo más para hacerlos diferentes, es la estatura.

Hikaru original será el más bajo, pero quiero que el chamuco sea alto. Aun no sé que tanto, pero ajá. Esto para realmente crearle su propia identidad al "monstruo."

2. Hace mucho tiempo me leí una novela que me encantó (su primera mitad, el final no tanto xd), y era de un Alpha que era muy bajito, más que el bottom y también el bottom pues era alto y un poco robusto. Por eso la gente no se acercaba a él y le decían rarito por su tamaño, que no parecía un Alpha. Hasta que tiempo después le llegó su estirón hasta estar a la altura del bottom. Y años después ya de adultos se hizo más alto que el bottom.

Recuerdo que al Alpha le gustaba ser bajito y lindo porque creía que así le gustaría al bottom porque los gustos del bottom eran los chicos mas bajitos.

Y pues ajá, respeto el canon del manga pero realmente quiero darle su identidad al chamuco haciéndolo diferente al original, y una de esas diferencia serían al menos, físicas, como lo es la estatura.

Gracias por haber leído el capítulo de hoy y espero lo disfruten hasta que vuelva actualizar! Nos vemos~

Chapter 7: VII.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Cuando él despierta por la mañana, se da cuenta que ha dejado un camino de saliva que ensucia su almohada, y que sigue bastante aferrado a la camisa que Yoshiki le dio hace varios días cuando le llegó su rut y que por lo tanto, ha perdido la esencia del Omega.

Apenas recuerda algunos escenarios de su sueño antes de despertar. Era él con Yoshiki durmiendo en el mismo futón, siendo abrigados por una enorme colcha y con sus rostros apenas a unos escasos centímetros separados del otro, sus narices rozandose. Los dedos del mayor acariciaban su cabello de manera íntima y especial que el Alpha realmente pensó que era real, un sueño tan hermoso se sintió tan vívido que al despertar, tarda en aceptar la realidad. Suspira decepcionado, con una frustración que no logra comprender. Odiando no tener al Omega recostado junto a él, dándole su calor, repartiendo suaves caricias en su cabello y diciéndole cosas bonitas mientras exponía su cuello delante suyo.

Suelta un largo bostezo, se estira y con el pelo todo desordenado como un poco somnoliento, se levanta rascándose la barriga y saliendo de su cuarto para dirigirse a la cocina, específicamente al refrigerador por un vaso de agua fresca.

Sin limpiarse las lagañas, sin saber que hora es, puede orientarse a través de la luz de afuera. El sol apenas asomándose y el cielo ligeramente claro le da una clara idea de que todavía es muy temprano.

Durante el camino de regreso a su cuarto, escucha a la figura materna hablar con otras personas en la habitación de alado. Voces que no reconoce pero se escuchan desgastadas.

Parece que hablan de Hikaru, pero como aún tiene quiere descansar, decide regresar al cuarto. Si cuando despierte aún tiene especial curiosidad le preguntará a madre quienes eran esas personas y que buscaban en casa.

Al regresar a su cama y conciliar el sueño poco a poco, desea que el clima el día de hoy sea despejado y soleado. No quiere un cielo nublado con amenaza de lluvias, quiere un clima ideal.

...

 

Se levanta alrededor de las ocho y media de la mañana un sábado. Su madre encendió el televisor por lo que puede escuchar atentamente las noticias:

《—Por el día será soleado con altas temperaturas y un bochorno fastidioso. Pero por la tarde al caer la noche, gran posibilidad de lluvia en algunos sectores de la zona con vientos potentes, posibilidad de tormenta eléctrica alta.—》

—¿Va a llover justo hoy?—Pregunta en voz alta, formando una mueca inconforme se forma en los labios y suelta suspiro fastidiado.


Su madre quien lo acompaña en el desayuno, se ríe enternecida por la molestia de su hijo. Normalmente Hikaru no odia los días de lluvia, pero sabe porque especialmente hoy quiere un día despejado, soleado.

—Deben ser las últimas lluvias del año. Después de todo, ya estamos en otoño.


—¿La lluvia no arruinará mi cita con Yoshiki?

Su hijo frunciendo el ceño y con los hombros caídos, hace que se dé cuenta que tan importante es su cita con el Omega Tsujinaka. Se siente feliz de que su hijo se haya acercado a ella para pedirle ayuda y consejos para hacer las cosas bien, aunque igualmente le sorprendió bastante ya que él no suele compartir sus cosas privadas con ella, es raro pero no le molesta.

Su hijo no quiere arruinar su cita con Yoshiki. No lo había visto tan ansioso y emocionado desde... no tiene certeza desde cuando. Definitivamente siente que él ha cambiado en algo estos últimos meses, no sabe en qué, pero lo hay. ¿Será porqué su mayoría de edad está cada vez más cerca? ¿O es desde que se manifestó como Alpha que ha cambiado?

No lo sabe, y está segura que habrá cosas en las que su hijo no confiara en contarle en el futuro, pero por el momento, debe apreciar estos acercamientos de madre a hijo.

Sobre todo antes de que la odie por lo que le está ocultando.

A pesar del largo silencio que se creó donde ella divago en sus pensamientos, Hikaru no sospecha nada.

—No creo que se arruine, probablemente llueva hasta la noche y para esa hora ya deberían estar regresando los dos a su casa, ¿no lo crees?

—Eso espero.—Se cruza de brazos, recostado sobre la silla. Calculando cuántas horas pueden tardarse.

No quiere que la cita pase rápido, quiere disfrutar cada momento, que sea espontaneo y cada cosa que suceda sea natural, no cien por ciento planeada.

—Por cualquier cosa, lleva el mini paraguas, acabe perfectamente en un bolsillo o en tu mochila. En caso de que les alcance la lluvia, puedes compartirlo con él.—explica de manera tranquila, convenciendo al albino de esa idea quien se siente menos preocupado ahora.—No olvides acompañar a Yoshiki hasta su casa, eso es un gesto que apreciará aunque no te lo diga.—Añade con sabiduría, esbozando una sonrisa ligera y cariñosa.

Aun no puede olvidar hace tres días cuando su hijo se acercó para pedirle su apoyo, para ser un "buen" Alpha, o al menos, el perfecto para Tsujinaka Yoshiki. Ella le explicó que no debe buscar la perfección porque es de humanos equivocarse y tener defectos, imperfecciones. No debe esforzarse demasiado, pero si hacer las cosas con la mejor intención, con el corazón, con seguridad y prestando atención a lo que la otra persona le guste sin cambiar su forma de ser.

Debe ser una buena pareja y hacer sentir al Omega que es amado como respetado. Y qué habrá momentos donde existan los desacuerdos y el conflicto, que es muy importante la comunicación, escuchar al otro y no perder los estribos, no dejar que las emociones fuertes nublen su juicio y hablar demás.

"Tal vez no se mucho de Alphas y Omegas... pero sé como amar y no fallarle a esa persona." Fue el mejor consejo que pudo haberle dado. Y que seguramente si su esposo siguiera vivo, estaría muy feliz de ver que su hijo está saliendo con alguien y lo quiere dar todo por esa persona, aún más si es con el hijo de los Tsujinaka. Un chico bien portado, amable y respetuoso, atento a su alrededor y bonito. Pero sobre todo: alguien que no hará sufrir a Hikaru...

—Si, lo haré.—Asiente lleno de determinación y emoción. Sus ojos tintinean de la emoción y alza su mano formando un puño para darse más confianza.

No puede evitar llevar una de sus manos a su pecho, en aquella zona donde siente plenitud ... algo que lo hace cosquillear y derretirse de la emoción con una mezcla de nervios y felicidad que no puede explicarse. Es una emoción tan intensa que sigue sin poder entender del todo, pero sabe que no es malo. Sus dedos arañan un poco su ropa y el aliento se escapa de su boca.

No está enfermo, y definitivamente es algo real que siente. Su madre se da cuenta de dicho gesto y solo le sonríe llena de ternura y sincera. Nunca había visto a su hijo mostrando está faceta, siendo transparente. Es alucinante, casi como si fuese otra persona diferente... pero es ridículo. Ríe para sus adentros, obviamente el solo pensamiento es una broma inocente. Esta convencida que si su hijo actúa diferente, es por el joven Yoshiki. Así somos las personas, y más cuando se es joven, uno comete locuras por amor. Te vuelves loco o débil ante esta persona y un fuerte deseo de acaparar su atención es natural.

Suspira cansada, sintiendo una punzada de dolor en el pecho. No quiere arruinar esté ambiente familiar y cercano, está buena vibra ni la ilusión de su hijo esfumarse.

—Hikaru...—Observa al albino con remordimiento, aprieta sus labios reprimiendo lo que quiere decirle.

—¿Qué pasa?

No, aun no es el momento. Piensa mejor sus palabras y recompone su postura. Se acerca hasta donde está él y lo abraza. Apoyando su cabeza encima del pelo blanco y suave de su hijo.

—Nunca te doblegues ante alguien que vaya en contra de tus ideales y gustos. ¿De acuerdo?

Quizá ahora no tenga sentido lo que le está diciendo, pero espera que su hijo nunca lo olvide y que se mantenga firme ante cualquier intento de manipulación o amenaza de un tercero.

Los Betas apenas tienen algo de opinión en las decisiones importantes del pueblo, su voz toma más peso e importancia cuando son más viejos. Pero con los Alphas es una jerarquía mucho mayor. Y si su hijo ahora es un Alpha aunque joven y todavía inmaduro, debe saber defender como cuidar a la persona que le importa y ama. No debe dejarse mandar por lo que ellos digan o crean correcto por sus mentes cerradas.

—Sé el Alpha que tu quieras ser, no el que los demás esperan que seas. ¿Entiendes?

Hay un pequeño silencio, el menor analizando las palabras de la madre con seriedad. Él quiere complacer y ser un buen Alpha para Yoshiki. Quiere alimentarlo, una casa acogedora y darle todo lo que son estos sentimientos.

Sin embargo, quizá a lo que la madre se refiere, es que a veces en ciertas situaciones o circunstancias de la vida, uno debe ser un Alpha duro y que no a todos agrade. Si es para proteger a Tsujinaka Yoshiki, ya sea de impurezas o incluso de otras personas, él será ése alguien que estará ahí para el Omega.

Incluso aunque no sea un humano.

《No regreses a la montaña. Por favor, te quiero por quien eres, te quiero a ti , no a Hikaru.》

Si, Yoshiki lo prefiere a él. El Omega es lo quiere, al monstruo.

—¿Entiendes lo que digo, hijo?—Vuelve a preguntar, en un tono más elevado y preocupado porque el menor no respondió de inmediato.

Al separarse de él, lo ve inexpresivo. Pensando profundamente pero definitivamente ha tomado enserio las palabras de su madre.

—Si. Lo entiendo.

Ve su propia palma de la mano y la cierra lentamente. Su propio yo, estás palabras van dirigidas a él, no a Hikaru. Son para el Alpha, no para quien ya está muerto.

Siente pena por la señora Indou quien no sabe que su hijo ya no se encuentra con ella. Su cuerpo está presente, pero su alma se ha ido de éste plano desde hace mucho tiempo. Debe admitir que siente un profundo agradecimiento y sentimiento de cuidarla a pesar de que es completamente ajena a lo que es en realidad él.

Debo ser yo mismo, ya no más Hikaru. Soy el Alpha de Yoshiki .

Sonríe para sus adentros.

Debe formar su propia identidad, poco a poco. Lentamente y aunque será difícil ya que todos en el pueblo saben quien es y lo tratan todavía como si fuese el Hikaru de siempre a excepción de quienes ya saben su secreto aparte de Yoshiki, lo logrará.

[...]

Se levantó bastante temprano para ser un sábado, un día sin escuela. Normalmente ayuda a su madre en las tareas del hogar, pero esta ocasión es diferente. Tardó al menos media hora arreglandose luego de salir del baño.

Nunca le había preocupado o tomado importancia que vestía al salir, pero se ha topado con un golpe de realidad al tener las mismas cinco camisas de siempre. Y una de ellas es de la escuela y la otra "Hikaru" nunca más se la devolvió.

Igual es una de las cosas por las cual algunos hablan a sus espaldas o hacen estos señalamientos. Usar las mismas camisas en cada salida, culpando que su madre es una irresponsable que no puede comprarle una variedad de ropa a su hijo mayor. Es frustante recordar esos comentarios, sobre todo porque culpan a su mamá.

Da igual. A él no le importa si usa la misma camisa de siempre, no lo juzga.

Aparte del atuendo, sencillo y cómodo, busca entre los cajones algo que lleva bastante tiempo guardado y no suele sacar seguido, pero esta ocasión es especial.

Debe notarlo.

Quiere que se dé cuenta y lo elogie un poco. Le da pena usarlo en público, no está acostumbrado, pero ya se propuso en no permitir que le afecte lo que los demás digan.

—¿A dónde vas tan arreglado?

Por supuesto, su madre se da cuenta cuando se dirige a la salida, deteniendo su camino y haciendo que se regrese para despedirse adecuadamente.

—¿Arreglado?—Finge demencia, esquivando encontrarse con los ojos de su madre.

Sabe que es lo que destaca el día de hoy en su apariencia, es difícil ignorarlo.

Ella se levanta acercándose a él, sacude sus hombros y arregla algún mechón de pelo desordenado. Le pellizca juguetonamente su mejilla y sonríe divertida. Siempre supo que su hijo es atractivo, y se le hacía raro que no hubiera tenido alguna cita desde antes, pero por fin éste día ha llegado. Ya es todo un hombre, es joven y apuesto y se siente muy orgullosa de él.

—Usas ese broche tan lindo, para mi eso ya es ir arreglado.

Yoshiki fuerza una sonrisa, sin saber que responder.

—Ese broche es el que te regalo Hikaru hace tiempo, ¿verdad?—Menciona su hermana, bastante segura de lo que señala. Aún no está acostumbrada a ver a su hermano usando cosas lindas en el cabello.

Yoshiki la mira fijamente, haciendo un gesto de lado a lado con la cabeza, como diciéndole a través de la mirada que no debió decir eso. Pero su madre lo toma del mentón suavemente para hacer que la vea a los ojos.

No tiene escapatoria.

—¿Te lo regalo Indou?

Ya se le hacía extraño, dudaba de que su hijo se lo comprara por voluntad propia. Pero debe admitir que es muy lindo y si lo está usando es porque el joven albino es especial para su hijo.

—Ya mejor me voy.

—Lleva mas dinero, toma.—Lo sigue reteniendo, buscando más dinero de su cartera.

No quiere que luego la gente piense que su hijo se está aprovechando de Hikaru y no tiene para pagar algunas cosas. No le importa ni le afecta tanto cuando hablan mal de ella, pero cuando tocan a sus retoños... es bastante doloroso, porque como madre no sabe de qué otra manera protegerlos. Cubrir sus oídos de esas víboras y rezar porque sean felices no siempre es fácil.

—No me tienes que dar más, no quiero que tú y papá se peleen.

Yoshiki se rasca la mejilla, indeciso con aceptar el dinero de su madre.

A pesar de que sus dos padres trabajan, sigue siendo difícil mantener las necesidades de sus dos hijos. Los gastos de la casa, la gasolina, las facturas...

La voz de su madre interrumpe sus pensamientos que cada vez se volvían pesimistas. Ella lo hace reaccionar y que no se sienta mal por, de vez en cuando, gastar de más. Lo mira con comprensión y un amor maternal puro. Como si viera a su polluelo crecer, salir de su nido para volar libremente.

—Es tu primera cita, es importante. No discutas conmigo por el dinero.

Yoshiki suspira resignado, realmente no quiere aceptar más dinero de su madre, pero no le da más opción. Satoko agradece que su hijo cuide el dinero, cada peso y no mal gaste, pero es una ocasión especial. Tampoco es como que se vayan a quedar sin comer por darle de más a su hijo.

El broche de gatito que lleva puesto Yoshiki lo utiliza para levantar su flequillo, haciéndolo a un lado y que su frente esté descubierta.

Al salir de casa con sólo su móvil y cartera en los bolsillos, y por supuesto, aquel hueso que él le dio y que siempre trae consigo, se detiene unos segundos para acercarse a los girasoles que hace días el albino le obsequió. Contemplarlos en cada oportunidad que tiene es como un ritual que empezó y le gusta, porque aunque no lo admita en voz alta, le gusta mucho el obsequio del Alpha.

《Son altos y hermosos, como Yoshiki. Y huelen casi tan bien como tú》 Esas fueron las palabras que "Hikaru" le dijo por texto de mensaje cuando le preguntó porque había escogido específicamente estas flores.

Y cada vez que lo recuerda, no evita ruborizarse hasta las orejas y anhelar con vehemencia ser tocado por el Alpha. Sentir sus manos en su cintura o espalda, su aliento en su cuello y su aroma frotarse contra su cuerpo.

Definitivamente esta cayendo ante los encantados del menor.

[...]

Durante el transcurso del camino se había topado con varias personas conocidas, todos adultos y alguno que otro compañero de la escuela que lo reconocieron, se sorprendieron al verlo con su cerquillo recogido y halagaron lo lindo del broche como el hecho de ver sus bonitos ojos, sin saber quien se lo dio pero pensando que podría ser un regalo de su madre.

"Eres una persona diferente"

El joven Tsujinaka no detecta bien con que intención se lo dijeron. ¿Ser diferente entonces es bueno? Definitivamente algunos lo elogiaron, pero no puede decir lo mismo del resto.

No deja de tener eso en mente durante casi todo el camino, a pesar de que se empeña en no estancarse en lo que los demás dicen, sigue siendo difícil de lidiar.

Mira la hora en su celular.

《12:30》

Es medio día, llego justo a la hora indicada. Le gusta ser puntual, prefiere ser de los que llegan antes que hacer esperar a la otra persona.

Sin embargo, para su gran sorpresa, pensó que llegaría antes que "Hikaru", pero el menor ya está ahí esperándolo en la ubicación acordada. Sentando en una banca cerca del puesto de churros. Lo llega a distinguir a pesar de la cantidad de gente que pasa de un lado a otro, saliendo y entrando de otros locales o haciendo fila para comprarse unos churros. Ver esa cabellera blanca destaca.

Debe admitir que hay mas gente de lo que se espero un sábado temprano. Espera no tener las miradas encima de él o de ambos... sería incómodo y lo pondría muy nervioso.

No se sorprendería si se encuentra algún compañero de clase, aunque reza porque no se una a la salida de ellos dos.

Es su cita. Del Alpha y de él, no es una salida en grupo de amigos, ni de tres. No quiere ser grosero pero no le gustaría que irrumpieran en su cita con el menor. Aunque la verdad tampoco sabría como hacerle saber al tercero que no quiere que se les una, sería bastante incomodo y no tiene madera para ser tan directo y tosco.

Suspira exhausto, ojalá no encontrarse de verdad con algún amigo o de serlo, solo saludarse unos minutos, despedirse y cada quien a su destino.

Tan sumido esta en sus pensamientos que tarda en llegar con "Hikaru" a pesar de tenerlo a unos pocos metros de él, sino fuera porque esté le habla.

—¡Yoshiki!

Su corazón late apresurado y siente que se le escapa el aliento, mientras se siente ligero ante la mirada atenta y complacida del albino cuando sus ojos se encuentran con él. El nombrado acelera el paso hasta llegar a la banca con el Alpha, quien se muestra indeciso entre abrazarlo o no. Ya que aún recuerda que el mayor le dijo que ese tipo de muestras de afecto no debía hacerlas en público, pero eso era antes de que fuesen pareja...

—¿Esperaste mucho?—Pregunta curioso, tomando asiento a lado del albino.

No recordaba que el contrario fuese tan puntual. Yoshiki midió bien sus tiempos, llegó a la hora exacta y se asombra de que el contrario haya llegado antes que él.

—Sólo llevo aquí unos diez minutos.

"Hikaru" lo observa con atención, sus pupilas se dilatan por unos instantes cuando se encuentra con los ojos de Yoshiki, quien no evita sonrojarse cuando el Alpha lo mira tan de cerca y con suma atención.

El albino no puede evitarlo: sus largas cejas, sus gruesas pestañas oscuras y esos ojos felinos son todo lo que está bien en este mundo. No puede olvidar que está usando ese broche de gatito que descubre su frente, el que le regaló hace un tiempo.

Lo está usando porque le gusta.

—Oh, antes de que se me olvide.

El Alpha se gira y busca algo en su mochila. De ahí saca una prenda doblada, planchada y con un olor a lavanda leve que Tsujinaka le gusta. Él se la entrega y cuando el mayor se da cuenta de que es, dice:

—Mi camisa, te acordaste de devolvermela.

Suspira aliviado, no tiene muchas camisas así que se alegra de haber recuperado la faltante.

—En realidad  quería saber...—hace una breve pausa, pensando en cómo decírselo.—Si al final del día la puedes llenar de tus feromonas.

El mayor lo mira confundido y dudoso.

—Tu ruth ya pasó, y no volverá hasta dentro de seis meses, cinco como mínimo.

—Sólo que quiero dormir con tu aroma a mi lado. ¿Podrías cumplir éste capricho mío?

—¿Tanto te gusta mi aroma?

Para Yoshiki no piensa que su aroma sea especial. Pensó que esa vez el Alpha realmente lo necesitaba porque es natural que cuando esté en su periodo de calor, cualquier perfume de Omega le parezca agradable.

—Más de lo que puedes llegar a imaginar.

Este día es muy importante para el Alpha, ya que oficialmente es su primera cita formal.

...

Su cita consiste en ir a todas las plazas del gran centro comercial. Primero compraron un par de helados de cono para comenzar, aunque el lugar ya es lo suficientemente frío. Luego miraron por cada tienda hasta llegar a una de máquinas, juegos como el billar y de lanzar discos de Hockey al rival, otros de pantalla de simulación hasta llegar a una de esas tantas máquinas que contiene peluches y debes controlar una garra para atraparlo.

—Eres muy malo en esto.—Comenta el mayor al observar los fracasos del menor para obtener un peluche en específico.

Llevan al menos veinte minutos de pie, "Hikaru" tratando de sacar su objetivo sin éxito alguno. Claro que su comentario no lo dice con afán de desanimarlo, más bien él quiere sacar el peluche que el otro desea, pero el Alpha quiere hacerlo por si mismo.

—Yo quiero conseguir uno para Yoshiki, no es justo... ¿Y si lo hago usando mis propios métodos?—Cuestiona dibujando una pequeña sonrisa maliciosa.

Tsujinaka entiende a que se refiere. Con sus habilidades, usando esa masa en espiral que controla, que es él, fácilmente podría estirarla y escabullirse en el interior de la máquina hasta agarrar lo que él quisiera.

—Eso es trampa... y quizá alguien te vea, mejor no te arriesgues y déjame lo a mi.

—Pero...

—Sólo dime, ¿cuál es el que quieres?—Insiste en saber, pero el menor no le responde.

Ambos se miran en conflicto, hasta que la voz de un tercero: un niño de unos diez u once años detrás de ellos, se acerca y les dice:

—¿Van a jugar o seguir charlando? Estoy esperando mi turno.

Yoshiki y "Hikaru" miran al niño desconcertados y confundidos. ¿Cuánto tiempo lleva ahí? No mucho, tampoco lo escucharon acercarse. Quizá desde lejos los observaba impaciente, esperando a que se alejaran de la máquina para jugar él. Entre la indecisión en los mayores y la molestia del niño, Yoshiki actúa primero por instinto, amable y tolerante.

—Oh, puedes pasar. Sentimos haberte hecho esperar tanto.

El Omega se aparta de inmediato y empuja al Alpha lejos de ahí, notando que el albino le lanza una mirada afilada al niño.

—Hikaru, mejor ya vamos a comer. En un local venden comida italiana.

El camino es algo silencioso, el Alpha se queda pensando si acaso hizo algo malo. Apenas y se concentra en el camino sin chocar con alguien, tan distraído está que apenas reacciona al sentir la mano del mayor enlazarse con la suya, reaccionando un poco tarde apretandola por instinto.

Abre tanto los ojos debido a la sorpresa. Que el azabache haya tomado la iniciativa para tomarlo de la mano es un gesto que lo desarma por completo.

La expresión del albino; antes tensa y angustiada, se suaviza y llena de cariño como aprecio cuando sus ojos se encuentran con los del Omega.

—¿Yoshiki?

—No me sueltes, ¿si?

Con torpeza niega lentamente con un gesto de cabeza. Sus mejillas se encienden de un lindo rubor y sus dedos acarician los nudillos del mayor, queriendo saber que tan real es este momento.

—Eres cálido.—Murmura, aunque seguramente Yoshiki lo escucho debido a la cercanía de los dos.

Le gusta esa sensación, las yemas de sus dedos cosquillean. No evita bajar su mirada cada diez segundos para ver su mano envuelta con la del Omega, se siente tan feliz y orgulloso que no deja de sonreír por todo el camino. Incluso fantasea con aprovechar algún momento y besar los suaves nudillos del mayor, sus delgados como largos dedos, todo en el azabache es perfecto y puro.

Incluso mientras piden su orden de comida italiana, ignoran las atentas miradas de algunos comensales que clavan sobre ellos. No son muchos, solo algunos cuantos ya que el local no está lleno.

Pero sus manos no se soltaron hasta que se sentaron a comer en una mesa cerca de la ventana, y el agarre se deshizo para mayor comodidad.

Notes:

Palabras: 4,195
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: martes 02 de septiembre del 2025!
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Actualización mañanera~

Es el mes patrio de México!

Ojalá pueda actualizar más seguido, realmente trataré pero no prometo nada.
Alguien una vez me preguntó cuantos capítulos tendría este fic. Yo le dije que no tengo una cantidad exacta, pero si un margen de 20 capítulos. Pueden ser menos pueden ser más.

Hasta la próxima!

Chapter 8: VIII.

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Mientras absorbe los fideos calientes de su platillo, mira de reojo al menor comiendo amenamente su enorme pedazo de pizza de tres quesos. Éste luce emocionado por los sabores de ésta preparación, como un poco del queso fundido se cae y los colores tan llamativos son deleite visual. Hace pequeñas pausas para soplarse así mismo debido a lo caliente de la propia pizza, luego da un largo y refrescante sorbo a su refresco.

Tsujinaka no deja de pensar en lo raro que sigue siendo referirse al contrario como Hikaru. Realmente quiere separarlos, darle su propia identidad a él, ya de por sí es difícil porque tienen la misma apariencia, voz y muchas aptitudes de su amigo fallecido. Sería un poco más fácil si tuviese otro nombre, al menos si lo llamará de esa manera en privado, aunque tarde un poco en acostumbrarse, sería lo mejor para así diferenciarlo aún más entre el verdadero Hikaru. El problema es: si se llega acostumbrar demasiado en llamarlo por otro nombre u apodo, por error lo llamaría así en público, eso podría tal vez generar algunas sospechas como quizá traerles problemas.

Incluso se tomó su tiempo entre clases para hacer una pequeña lista de nombres elegibles: Nounuki, Hikari, Haru o Yamiko. Éste último lo escogió ya que se asocia al significado opuesto de Hikaru. Es decir, si Hikaru significa luz, Yamiko es oscuridad, por lo que son nombres opuestos.

Nounuki queda descartado, aunque es el que más se le ha pegado y con el que el albino podría familiarizarse más rápido, debido a que es muy popular en el pueblo y lo asocian con el Dios de la montaña, sería demasiado raro y malo que lo empezará a llamar así, además que es un nombre que el pueblo le ha dado, no algo que realmente ha querido.

Escoger un nuevo nombre y propio para "Hikaru" es realmente complicado. Pero entre más pronto eliga uno, podrá separarlo definitivamente del Hikaru original.

Un nombre es el primer rasgo de identidad de alguien.

Pero, ¿él tiene derecho a proporcionarselo?¿a elegirlo?¿no es mejor que el Alpha escoga el suyo propio?

Quizá para él tampoco sea fácil.

Luego de terminar de comer y pagar la cuenta, el albino se le antojo ir hasta el puesto de churros del inicio.

...

 

Visitan una nueva tienda de marca de ropa que antes no existía en el pueblo, pero que hace apenas un par de semanas instalo su propio espacio en el centro comercial más concurrido y grande del pueblo.

La marca es YiKeGuiHuaShu, es extranjera. La cual desde hace días se hizo promoción a través de diferentes medios: anuncios en páginas, comerciales en televisión y carteles de su apertura pegados en varios puntos específicos de las calles. Una publicidad que le funcionó bastante bien, dando ropa de calidad, reconocimiento, lujo y algo fresco para el pueblo. ¿El problema? El costo. No todos en el pueblo pueden permitirse costear los precios de las prendas que hay, al menos no de forma regular. Por lo que Yoshiki le explica al menor que es cuestión de meses para que le tienda cierre al ver que los habitantes del pueblo no sólo son pocos, sino que no hay un gran número de gente que pueda pagar por estas prendas de manera seguida, diaria y generar ingresos establecidos. Los turistas son una buena opción pero no siempre abundan en el pueblo.

Deciden entrar a ver el local por el aire acondicionado, el aroma de la ropa y la vista. Son solo dos personas que forman parte del personal de la tienda. Hay vestidores tanto para dama y caballero que incluyen espejos de cuerpo completo y una larga cortina corrediza.

Tsujinaka había oído de este lugar hace varios días en la escuela. Muchos de sus compañeros del salón y otros grupos la han ido a visitar al menos tres veces, aunque la mayoría suele salir con las manos vacías o una sola prenda de vestir ya que no les alcanza para más con lo que sus padres les dan para gastar a la semana. Así que muchas veces suelen ser solo observadores.

Hay gabardinas, chaquetas, chamarras  abrigos de lana, suéteres y elegantes vestidos cortos como camisas de manga larga y pantalones formales junto a uno que otro accesorio.

—El otoño no es tan frío, pero quiero ver si puedo comprarme uno para usar en invierno. Antes de que la tienda se marche del pueblo.—Explica el azabache.

"Hikaru" sigue a Yoshiki a donde sea que se diriga. El mayor parece realmente interesado en comprarse algo.

—Después de esto, ¿a dónde vamos?

El mayor revisa la hora en su celular, dándose cuenta que solo tendrían tiempo para visitar un lugar más antes de que el día se acabe.

—¿Quieres ver alguna película en el cine? O también, si lo deseas, podemos solo pasear en las tiendas de tecnología y videojuegos.

Mientras el albino pone una expresión reflexiva y decisiva sobre que lugar escoger siendo la primera opción la mas tentadora, Yoshiki hace un quejido de exclamación y fascinación al encontrar algo que le ha llamado mucho la atención:

Chamarras de invierno para hombre, con capucha, grueso y con bolsillos. Hay de tres colores diferentes: blanca, negra y roja. Es raro que el mayor se interese por la ropa, pero no todos los días en el pueblo se presenta una oportunidad de comprar ropa de calidad y extranjera.

—¿Cuál te gusta más?

Yoshiki lo piensa detenidamente. Su color favorito es el azul oscuro, pero no hay de ese color y además, no quiere escoger según su color favorito, sino también pensando en su acompañante.

Las tallas están bien, al Alpha le puede servir para el frío y además se vería tan genial usándola, muy guapo.

—El rojo está bien.

A pesar de que pensó en el blanco ya que de ese color tiene el cabello el contrario, recordó que las veces que ha logrado ver el interior del Alpha, cuando salen esas tripas o esa extraña masa en espiral es de una mezcla de rojo, azul y negro. Siente que podría ser un color característico del menor.

El plan de Yoshiki es comprarle una también al Alpha, como un detalle que quiere darle. El Hikaru original su color favorito era el naranja, pero el contrario no es él. Y quiere comprar dos porque sabe lo muy emocionado que al Alpha le resulta que vayan combinados, como pareja.

El albino observa con atención al Omega, sus gestos y como murmura algo relacionado a la tela de las prendas, no le presta mucha atención a lo que dice, la forma en como tiene sus labios entreabiertos y lo regordetes que lucen debajo de esas gruesas pestañas y nariz afilada, son realmente bonitos. La mirada del Alpha es intensa, lasciva, sus pupilas se dilatan y cejas levantadas ligeramente. Verlo por tanto tiempo hace que sienta un nudo, un calor en el estómago, ¿será por los cuatro pedazos de pizza que acaba de comer? También siente una sequedad en la su propia boca que seguramente solo la boca de Yoshiki puede ser capaz de saciar.

—¿Qué te parecen a ti?

La voz de Yoshiki lo despierta de su hipnotismo. Parece que el mayor no se ha dado cuento de la forma en que él lo está mirando, con deseo y anhelo.

—Si, son muy lindas.—Responde bajo y suave tardando un poco en reaccionar, pestañea repetidas veces para no divagar nuevamente.

Sus dedos están inquietos. Se inclina hacia el lado donde está Yoshiki para acortar las distancia entre los dos, tiene esa fuerte sensación de querer tocar o rozarse con el contrario, pegarse a él.

—Comprare dos chamarras.

Tsujinaka está tan contento que reprime su sonrisa: es un gesto en el que intenta ocultar su emoción pero está se escapa en una leve curvatura de sus labios y un breve destello en su mirada. Acaricia la tela, la fibra y el algodón con plumaje se siente como terciopelo en sus dedos, hasta que su sonrisa contenida se apaga al observar el precio por cada una.

—¿Qué pasa?¿No las vas a comprar?—Pregunta "Hikaru" al darse cuenta que, de repente, Yoshiki se aleja.

—Uhm... tal vez en otro momento.—responde incómodo, rascándose la nuca.—Necesito ahorrar más para comprarlas...

El azabache es el primero en salir de la tienda inquieto, quizá calculando cuántas semanas tardará en ahorrar lo suficiente para comprar lo que desea, pero "Hikaru" se ha quedado observando aquellas chamarras rojas. Incluso se acerca silenciosamente a la sección de la caja donde están estas dos personas que no son del pueblo, terminando de atender a una pareja adulta pero siendo unas chismosas desvergonzadas.

—Otro joven que se marcha sin comprar nada.

—Supongo que creyó que realmente le alcanzaría.

"Hikaru" frunce el ceño con indignación mientras mira por toda la tienda. Deben referirse a él y Yoshiki. Son los únicos jóvenes que hay y el azabache salió sin comprar nada.

—Que divertido son los pueblerinos.—Señala la contraria de forma despectiva, burlona. Ninguna de las dos se da cuenta que alguien las está escuchando.

Ah, que vocabulario tan grosero tienen.

El expresión del Alpha se crispa, oscura y seria con una línea recta en los labios y la intención de acabar con las personas que hablan mal de Yoshiki, hasta que el sonido de una notificación lo hace distraerse.

Lee lentamente el nombre del identificador.

Es Yoshiki; le acaba de enviar un mensaje diciendo que está en los baños. Que no se quede atrás y lo espere afuera.

El albino le contesta con un corto mensaje, mientras piensa su siguiente decisión.

...

 

Yoshiki tarda un rato en los baños, probablemente la comida italiana tiene un ingrediente del que su estómago no está acostumbrado e hizo que tardara varios minutos. Al salir de los baños con la idea de disculparse con su acompañante por haber tenido que esperarlo un largo rato, se sorprende al ver que el menor carga dos enormes bolsas de compra, grandes y rosadas con letras enormes de la tienda.

Intrigado y entrecerrando los ojos, avanza con paso rápido para ver el contenido de estas bolsas. El Alpha no lo alejo, todo lo contrario. Curva sus labios en una radiante sonrisa, lo suficiente amplia para fijarse en sus dientes, especialmente en esa pequeña abertura entre dos de ellos.

Cuando Tsujinaka fija la vista y se da cuenta que son justo las chamarras que quería, a pesar del asombro que siente, da un paso hacia atrás, con los ojos muy abiertos y la mandíbula caída, siente una ligera sensación de inestabilidad como culpa.

—¿Por qué lo compraste?—Pregunta evitando la mirada del menor, frunciendo ligeramente el ceño, sin comprender porqué "Hikaru" lo hizo.

¿Se dio cuenta que realmente no le alcanzo para comprar dos chamarras de esa marca? Aun así, no tuvo porque hacerlo. Igual, aunque puede reflexionar y entender que la intención del albino ha sido noble, sin nada de burla o comparación, de todas formas, ha sido un gasto que no debió hacer.

—¿No es lo que tanto te gustó? Aunque no entiendo porque querías dos.—Expresa confundido, a pesar de que noto durante unos instantes el asombro en los ojos del mayor, se borro casi de inmediato por algo más que no ha logrado identificar.

—Quería comprarme una para mí y una para ti.—Explica brevemente, soltando un suspiro exhausto.

Yoshiki quería darle un detalle al Alpha.
Deseaba comprarle ropa, hacer que ese gasto valiera la pena aunque tardará un poco más en ahorrarlo.

—Oh, entonces me quedara algo grande...—suelta con sorpresa, siente un calor repentino en sus mejillas y se forma una sonrisa involuntaria que es demasiado tarde para esconder.

Siente algo en la parte de abajo de tan solo saber que el deseo de Yoshiki era conseguir la misma chamarra para ambos y vestir como pareja.¡Es tan lindo que se le saldrán las entrañas del rostro!
Parpadea varias veces y respira hondo, tratando de mantener la calma golpea suavemente sus mejillas para reaccionar, sacudiendo un poco las bolsas. Normalmente cuando se enoja mucho, las facciones de su rostro se derriten, saliendo por su ojo parte de su ser. Pero en ocasiones, siente que puede pasar lo mismo pero por otro tipo de emoción, muy diferente al enojo pero con una gran intensidad.

Es similar a cuando los humanos dicen que sienten mariposas en el estómago.

Cuando Yoshiki ve este gesto del menor, no sabe que decir.

—Pero igual creceré y eventualmente me quedará bien.—Añade sin dejar de sonreír, con los hombros relajados e inclinándose hacia adelante.

—No debiste comprarlas. Son muy caras, hay que regresar y devolverlas.

Serio y decidido, el mayor trata de quitarle las bolsas para cumplir su objetivo. Se preocupa también por los gastos del contrario. Si hubiese comprado una sola chamarra para el mismo no se metería, pero el problema es que compró las dos pensando que eran para el mismo Tsujinaka.

Por supuesto que el Alpha no cedería, y es raro que le lleve la contraria al Omega.

—¿Por qué? Tú invitaste la comida, déjame pagar esto al menos.—Suelta con desaprobación, ojos fijos y cejas fruncidas. Parece serio en no ceder a la petición de Yoshiki, con una expresión que analiza las acciones del mayor.

Tsujinaka sostiene la mirada fija del albino, éste se aferra con fuerza a las bolsas, como si no quisiera devolverlas.

—No es lo mismo.

—Déjame consentirte tantíto, ¿si?

Espasmos. Yoshiki siente unos espasmos que van desde su espalda y cubren gran parte de su pecho cuando él le habla así. No sólo es con cariño e insistencia, en un tono íntimo y suplicante, mirándolo con deseo ferviente y una expresión tan adorable que lo hace ruborizarse. Es también acompañado con ese tipo de mirada apasionada, intensa que refleja un deseo y una emoción profunda. Sino que además, su voz cambia, se distorsiona.

Ya de por sí siempre tiene presente que está persona no es Hikaru, cuando le habla así, lo tiene todavía más claro. Ese tono más grave y misterioso.

Suspira rendido, no tiene más opción que ceder ante el capricho del Alpha de querer consentirlo.

—Está bien.

Pero solo será por está ocasión. Se dice así mismo.

Pero con un Alpha tan bonito como él, ¿quién podría resistirse?

Necesita contarle sus "penas" y conflictos a Asako, ella y la señora Kurebayashi son las únicas que saben la verdad sobre "Hikaru" y en quienes más confía para hablarles sobre sus sentimientos. Y si creen que hizo mal en aceptar los caprichos del Alpha, haría que se pusieran en su piel, en sus propios zapatos y les preguntaría:

¿Qué hubieran hecho ustedes?


[...]

 

Las películas de acción son bastante entretenidas. Quizá no haya un escenario romántico, pero es bastante disfrutable de verlas.

Al salir de ver la función de una película de dinosaurios combinando un terror genuino que antes no se atrevían a mezclar en forma de anomalía, deciden que es hora de marcharse.

Durante el largo camino de regreso a casa el cielo no sólo está nublado, si no que hay tanto viento que eleva las faldas y vestidos de las femeninas, levanta el polvo de las calles y sientes un frío repentino que te da escalofríos, además que las primeras gotas de agua caen, empezando los chubascos. No es una lluvia intensa, pero si lo suficiente alarmante para que los chicos comiencen a trotar entre ratos.

Para su suerte, no están tan lejos de casa, y Yoshiki aplaude que "Hikaru" haya traído un mini paraguas consigo, el cual ambos comparten y un silencio extraño se crea en el ambiente con solo el sonido de las gotas de lluvia caer al suelo. El más alto aclara su garganta y pide despacio:

—Hace mucho frío, acércate más a mí.

—Si.

El menor obedece y se pega totalmente al mayor, como sus hombros chocan el albino pasa su brazo por detrás de la espalda del azabache para mayor comodidad, como un abrazo. Puede sentir el calor de Yoshiki a través de las ropas, a pesar del clima friolento hay algo que hace que el Tsujinaka mantenga su calor.

—Derrama un poco de tus feromonas sobre mí.

—¿Qué?—Incrédulo, parpadea repetidas veces, como si no creyera lo que acaba de escuchar. Alza la mirada y observa el viento sacude algunos mechones largos de Yoshiki. Debido a que aún usa el broche de gatito, su flequillo sigue intacto.

—Tus feromonas me reconfortan.

El menor asiente torpemente y, sin vacilar, lo hace. Suelta sus feromonas, ese aroma fresco y natural llega a los sentidos de Yoshiki mientras el cielo se vuelve cada ves más oscuro, no sólo por las nubes, sino porque el sol ya está bajando.

...

Cuando el Alpha deja en la puerta de su casa a Yoshiki, éste aún no quiere despedirse de él. Así que decide invitarlo a pasar, alegando que a pesar de ser sábado, probablemente su padre no esté en casa, sino en algún bar con sus amistades o haciendo horas extras en el trabajo, así que podría entrar con comodidad.

Su padre nunca ha sido claro o mencionado alguna incomodidad con respecto a éste Hikaru debido a su casta, por lo que no tiene una idea si le importara que salga con él y prefiere no preocuparse por ello.

Su madre los recibe con una pequeña sonrisa y cálidas toallas para que se sequen, las trajo pensando que pudieron haberse mojado durante el camino de regreso pero grata es su sorpresa cuando ve que compartieron un paraguas.

—¿Quieres quedarte a cenar, Hikaru? Haré hot dogs.

El nombrado asiente despreocupado, tomando asiento primero mientras Yoshiki va a dejar unas cosas y guarda las chamarras que el menor compró en su armario. Mientras tanto; el albino plática con Kaoru quien señala que él también está usando un broche como el de su hermano, desconociendo que Hikaru también tendría uno igual.

—Yoshiki se ve más lindo, ¿verdad?

Todo es tranquilidad y risas mientras ayuda a la señora Tsujinaka a ponerle mayonesa a los panes para el hot dog hasta que la lluvia se intensifica en vez de disminuir. Se escuchan intensos truenos que asustan a uno y deslumbrantes relámpagos que iluminan el cielo en su totalidad. La lluvia es más intensa, prolongada y recia.

—Oh, Hikaru, no creo que sea seguro regresar a casa.—Menciona Satoko con una expresión de preocupación, alarmada.

Su marido sigue afuera, y aunque no duda que podría conseguirse un refugio temporalmente, aún así, no le da mucha confianza que duerma fuera de casa consienderando lo que la gente del pueblo ya dice de él. Al menos espera que no tenga un accidente donde sea que se encuentre.

—No vivo lejos tampoco...

—Aún así, es muy peligroso.

Yoshiki escucha esto, se siente un poco culpable ya que si el Alpha no lo hubiese dejado hasta su casa ni aceptado su invitación de quedarse un poco más antes de que la lluvia se pusiera peor, más intensa y ahora es tormenta eléctrica, hubiese llegado a casa seguro, a tiempo.

Se siente egoísta por no haber permitido que él regresará a casa. Todo por querer más, disfrutar más de su cita, exprimir más el tiempo acompañado. Quería que la noche se sintiera lo más larga posible a su lado.

Y aunque él sabe perfectamente que el albino no le pasará nada peligroso si sale con esté horrible clima ya que no es humano, ni su madre ni su hermana lo saben, y menos la mamá de Hikaru.

Aun así, no evita preocuparse por él.

—No creo que esto acabe pronto, mamá. Vi en las noticias que durara toda la noche hasta la madrugada.—Habla despacio y algo bajo Kaoru, recordando lo que vio en las noticias en la mañana. Mucho antes de que su hermano saliera a su cita.

La madre lo piensa, y propone:

—Si quieres, puedo llevarte en coche. Será más rápido.

—No quiero causar molestias, de verdad. Además no quiero que también se arriesgue bajo está tormenta.

Por supuesto, no suena creíble lo que "Hikaru" propone. Es obvio que es más peligroso salir solo bajo esta tormenta hasta su casa con las calles que a estas alturas deben estar resbalosas y llenas de agua o lodo, que salir acompañado en el interior de un coche.

Pero Yoshiki no quiere que ninguno de los dos salga afuera, es bastante peligroso. No tiene un buen presentimiento sobre lo que puede pasar si salen.

—Mamá,—llama su tensión, acercándose y con expresión decidida.—¿puede... Hikaru quedarse a dormir por esta noche?

Yoshiki casi se le sale decirle 'Alpha' en vez del nombre debido, por eso tuvo que hacer un pequeñísima pausa.

El albino contiene el aliento, ansioso y preocupado pues no sabe si será bien recibido a quedarse a dormir. Puede que la señora Tsujinaka aún no confíe del todo en él.

—Eso es una buena idea, me sentiré más aliviada si Hikaru se queda con nosotros por está noche.

—¿De verdad, puedo quedarme?—Pregunta con cierta sorpresa, sus labios se curvan en una sonrisa amplia, iluminando su rostro.

—Claro que si. Aunque no tengo habitación de invitados, así que tendrás que dormir en el cuarto de mi hijo.

El albino levanta los brazos al aire incapaz de contener la emoción que, al darse cuenta, se avergüenza de inmediato mientras que los presentes se ríen con gracia y ternura por la acción y reacción tan obvia del mismo Alpha.
Realmente se nota lo alegre y emocionado que le pone el solo hecho de ser bienvenido en está casa y que podrá dormir en el mismo cuarto que el azabache.

—Prepararé un futón.—Añade la madre, pero su hijo la detiene insistente.

—No es necesario, puedo hacerlo yo.

La Omega asiente y se dirige a "Hikaru", quien no deja de sonreír agradecido por esta oportunidad.

Estaré más cerca de Yoshiki.

—Sólo avísale a tu madre que te quedaras a dormir aquí debido a la tormenta eléctrica. Que tampoco se arriesgue a salir a buscarte.

El menor asiente y con rapidez, saca su móvil buscando el contacto de su madre para llamarla y dejarla tranquila, que no se preocupe por él porque está en buenas manos.

Está con su hogar.

Entre más lo piensa, sus mejillas se encienden.

[...]

《11:40》


Si bien el dormir no es una necesidad primordial o necesaria para él, es algo que disfruta sin problema. Además que tener cosas como sueños y pesadillas es toda una experiencia que antes jamás pensó en experimentar.

Acostado en el futón, no puede dormir. Aunque mantenga los ojos cerrados, no logra conciliar el sueño a pesar de ya ser tarde. No sabe si es por el frío del clima o el sonido alarmante de los truenos. El mayor le contó que aparte de los accidentes que ocasiona una tormenta eléctrica, también le disgusta que muchos animales de la calle no tienen a donde ir en este tipo de situaciones. No todas las personas tienen buen corazón para aceptarlos en su casa en lo que pasa éste feo clima y eso le entristece.

El Alpha cada vez más se convence de que Yoshiki es perfecto y bello, un alma pura y tan cálida preocupándose por los animales que no tienen hogar. Cuando vivan juntos, tendrá que ser una casa tan grande para que su Omega acoja a todos los animales que quiera durante una tormenta o cualquier otro desastre natural. Aunque será complicado y tardado limpiar una casa tan enorme, está seguro que entre los dos pueden hacerlo.

De tan solo fantasear o imaginar que vivirán juntos, lo pone indescriptiblemente feliz y suspira enamorado.

Por supuesto que su profundo suspiro llama la atención de su compañero de cuarto.

—¿No puedes dormir?—le pregunta Yoshiki desde la altura en donde se encuentra. "Hikaru" se levanta quedando sentado contra la cama del mayor, como buscando refugio.—¿En qué tanto piensas?

—¿Cómo sé cuándo lo hice bien?

Tsujinaka se levanta quedando sentado, sus piernas pegadas al costado del albino. Decide encender la lámpara de su cuarto, estirándose hasta alcanzarla. Es una luz débil, no molesta pero ilumina lo suficiente en un espacio estrecho.

—¿Hacer bien?¿Qué cosa?

—Todo. Como controlar éste clima.

Una parte de él le agrada que gracias a esta tormenta se le haya permitido quedarse a dormir con Yoshiki. Pero al mayor le asusta entre ratos lo fuerte que se escuchan los truenos y le entristece el tema de los animales de la calle.

—No tienes porque preocuparte por eso.

—Me molesta no poder controlar las cosas de mi entorno, no poder actuar o reaccionar siempre al instante.—Admite mordaz, con cierta molestia y líneas de tensión aparecen en su frente.

Yoshiki lo comprende, pero el otro aún no lo entiende.

—De se trata la vida.—menciona con una expresión relajada y pensativa. El menor gira a verlo, esperando a que continúe así que Yoshiki explica:—No puedes tener control siempre sobre los objetos y las personas, menos de éstas últimas quienes tienen conciencia y toman sus propias decisiones.—Suelta un suspiro largo y reflexivo, se baja de la cama para sentarse en el suelo, hombro a hombro con el albino.

No hay distancia, solo una cercanía que se siente íntima en el manto de la noche.

—Siempre habrá algo que se nos escape de las manos.

—¿Por qué? No me gusta cuando—Se expresa frustrado, pero se interrumpe así mismo cuando, de manera inesperada, el mayor le cubre los ojos con una palma de su mano.

Yoshiki se relame los labios, nervioso. Hay un aumento en su ritmo cardíaco y un rubor aparece en sus mejillas acompañado de una sensación de inquietud. Su mirada se clava en la boca del contrario.

—¿Qué haces?—Pregunta "Hikaru" confundido por la acción. Sin tener ni idea de lo que pasa por la mente de Yoshiki.

El azabache siente una emoción fogosa, un deseo genuino que ya no puede esconder por mas tiempo. La cercanía entre ambos cuerpos, la intimidad del momento, la poca luz, los latidos de su corazón golpeando contra su pecho y siendo guiado por su propio instinto es lo que lo motiva a querer dar el siguiente paso.

El Alpha siente un aliento tibio sobre su boca y antes que pueda formular palabra alguna, siente una presión sobre sus labios. Algo suave, húmedo y cálido.

De inmediato, Yoshiki deja de cubrirle los ojos y él puede verlo, sus ojos bien abiertos y llenos de sorpresa como una fuerte satisfacción que no puede comparar a ninguna otra que haya sentido antes.

Es su primer beso. Y quiere que sea el primero de muchos. Piensa cuanto quiere ser el único para Tsujinaka Yoshiki. Es un beso tierno, dulce y suave, el mayor mueve lentamente sus labios sobre los suyos, casi guiandolo con cierta timidez y torpeza, después de todo es la primera vez que lo hace. Siente el roce húmedo y nervioso de la lengua del mayor sobre sus labios, estremeciendo ambos cuerpos. El Alpha sigue el ritmo a como él puede entenderlo, la sensación es persistente y lenta, disfrutando del sabor del otro.

Las manos del albino viajan hacia el cuerpo del contrario, se sostienen de su cintura y otra en su espalda, aferrándose al contacto. Sus dedos recorren su cuerpo como una caricia lenta, casi con veneración mientras siente una calidez reconfortante instalarse en su ser. Un cosquilleo asciende desde su estómago hasta su garganta y siente un fuerte deseo de derramarse en la boca del mayor.

Mientras que los pensamientos de Yoshiki se vuelven difusos, centrados únicamente en él. Las caricias del menor en su espalda hace que se sienta vulnerable, controlado.

Cuando por fin el Tsujinaka se separa de él soltando un leve jadeo, se da cuenta que el menor se queda con ganas de más, por como lo mira y quiere volver a juntar sus labios. Pero lo curioso es que parece que "Hikaru" nunca cerró los ojos.

—¿Cómo fue?—Su tono es agudo, tímido y vacilante. Como si temiera escuchar una respuesta desagrable.

—...Estuvo bastante delicioso.—Responde después de un breve rato pensándolo y sonando ronco, sin dejar de sostener a Yoshiki entre sus brazos, como si no quisiera que esté huyera de lo que acaba de ocasionar.

El deseo de tomar su boca y probarlo late cada vez más fuerte. El Alpha quiere tomar cada suspiro y gemido del Omega, pero teme asustarlo después de que Yoshiki haya tomado la iniciativa.

—¿Delicioso?—arruga la nariz algo confundido, aunque sus ojos aún se mantienen con ese brillo, ese deseo de ser correspondido.—Solo es un beso, no una plato gourmet.

—Para mi lo fue. Mi cara se siente caliente.

—Pareces un adorable tomate.—Comenta con gracia al ver lo rojizas que están las mejillas del albino, sintiendo una fuerte necesidad de besarle las mejillas. Se remueve entre los brazos de "Hikaru", pero éste lo sujeta fuerte y tan pegado a él que su pecho chocan con el otro, sus cuerpos se frotan y los pone calientes.

Yoshiki no sabe como pedirle que lo suelte, aunque no le desagrada estar pegado al Alpha o sentir las caricias lentas de éste en su espalda y cintura. Le gusta mucho cuando el menor se aferra de él. Es increíble como de acurrucarse escalo a frotar sus cuerpos y besarse.

El albino es tan obvio que la habitación se inunda con sus feromonas, posesivas y frescas.

—¿Por qué cierras los ojos?—Pregunta el menor con curiosidad, recordando como Yoshiki cerró sus párpados al momento de besarlo.

Es algo que no entiende porque los humanos lo hacen.

—Es algo que se hace. Cuando besamos tenemos la costumbre casi el reflejo de cerrar los ojos. Tú también debes hacerlo.

—Oh.

—También lo hice porque no quiero ver que estoy besando a Hikaru.

—¿Cómo?—Ladea la cabeza confundido, Yoshiki se aclara la garganta y prosigue a explicar.

—Que tengas la apariencia de mi amigo ya es difícil. Si cierro los ojos, al menos desaparece la imagen de Hikaru y sólo estás tú.

El Omega a corta la distancia entre sus rostros, sus narices rozandose y el Alpha balbucea:

—¿Yo?

—Si, tú. No Hikaru, sólo tú. Lo que eres realmente, el 'monstruo' como dices, quise besarte a ti, no a la imagen de mi amigo.—Sonríe para si mismo por lo inocente que sigue siendo en algunos aspectos el Alpha. Pero sus palabras decididas parece que encienden una chispa en el menor, su mirada se vuelve más dócil y su agarre en la cintura como espalda más débil.

—...¿Puedo besarte yo también?

Con un deje de sorpresa, Yoshiki asiente lentamente.

—Si. Hazlo a tu manera.

—¿Mi manera?

—Yo te besé a mi manera, la humana, la que conozco. Ahora, hazlo tú. Guíate por tus instintos, haz lo que desees con mi boca.

Sé tú mismo.

—¿De verdad puedo hacerlo?—Suelta con emoción, jadeante. Yoshiki asiente sosteniendo su mirada, esperando que lo haga.

Aunque el Omega se nota nervioso, definitivamente lo desea. Pero como "Hikaru" parece todavía dudar un poco, como si temiera hacerlo mal, y con el sonido de la fuerte lluvia persistiendo, con cariño y emoción, sus mejillas adquieren un tono rosado, declara:

—Bésame tan mojado que la lluvia sienta celos de nosotros.

Notes:

Palabras: 5,195
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: sábado 06 de septiembre del 2025.
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Actualización mañanera.

La frase del final que dijo Yoshiki la saque de tiktok jajaja, sinceramente no estaba para nada planeada. Pero justo me salió y pues quedaba perfecto porque hay tormenta en el capítulo así que decidí agregarla.

Una vez leí de alguien en un grupo de WhatsApp donde estoy que le gustaría que Yoshiki tuviese más iniciativa, y bueno, eso estoy escribiendo.

Trataré de actualizar el próximo sábado.

Gracias por sus lecturas y nos leemos la siguiente semana!

Notes:

Palabras: 2,410
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: lunes 04 de agosto del 2025
Au: Omegaverse
Nota del escritor:
Esta historia no será explícita, aún no estoy seguro si habrá smutt o escenas sexuales fuertes, quizá si subidas de tono, pero nada tan explícito.
Será un fic corto que no se cuando vuelva actualizar, andaré ocupado los siguientes meses.