Chapter Text
El apartamento era cálido gracias a que el sol entraba por el enorme ventanal, Harry descansaba en el sofá más pequeño mientras que Hermione se encontraba en la cocina, preparando té para acompañar las galletas horneadas por Harry.
—¿Harry?, ¿estás listo?
Harry salió de sus pensamientos para mirar a Hermione, su cabello castaño estaba recogido en un moño desordenado habitual para los días donde ninguno dejaba su pequeño lugar.
—Estoy listo… ¿tú?
Hermione apretó los labios mientras le daba su taza de té, sentándose a los pies del sofá en el que Harry estaba.
—Me da miedo dejar este… este mundo. Temo el momento en el que nos demos cuenta de que fue una mala decisión y tengamos que regresar.
—Todo irá bien, Mione.
Al terminar la guerra, Ron se había separado tanto de Harry como de Hermione, centrándose en cuidar su familia rota. Harry y Hermione habían huido juntos al Londres Muggle mientras investigaban una manera de salir del pozo sin fondo en el que estaban sumergidos.
Habían encontrado la respuesta en un libro muy oscuro de la biblioteca Black.
Existían diversos universos, aparentemente, todos y cada uno de ellos partían de uno principal, por lo que la esencia de los mundos siempre era la misma. Hermione estuvo practicando un hechizo que los ayudaría a romper la barrera para viajar a un universo diferente.
Ese día, antes del cumpleaños número dieciocho de Harry, sería el día.
Estaban preparándose para un último adiós.
—¿Tienes todo listo?
—Sabes que sí, Mione.
Según sus investigaciones, el mundo era en esencia lo mismo, por lo cual el dinero, identificaciones y su idioma funcionaría en ambos mundos. Lo que realmente no sabían era si existía un mundo mágico en el Universo que habían elegido.
Harry y Hermione estaban de acuerdo en algo, esperaban que no. A pesar de que la magia los había unido, no temían el perder lo que los hacía ellos. Habían vivido como muggles durante poco más de la mitad de sus vidas, podían hacerlo por el resto de ellas, a pesar de que se habían acostumbrado a la magia durante el tiempo que estuvieron expuestos a ella.
Harry había vaciado sus bóvedas y había convertido hasta el último knut en libras, Hermione tenía un montón de libros a los cuales se añadieron los de la biblioteca Black, sin importar que tan oscuros fueran, Harry lo aprobó, encontrando afinidad en la magia oscura. Una conexión con su padrino, también.
Harry se sintió realmente mal por volver a tomar la varita de sauco y por buscar la piedra de la resurrección, pero sentía una especial conexión con la muere desde que había sido golpeado por segunda vez con la maldición asesina, su capa y aquellos objetos fueron resguardados entre sus cosas más preciadas.
Harry también tomó joyas y las guardó en su bolso de piel de moke, todo era propiedad de la familia Potter, incluyó un sello para cartas con el emblema de la casa Potter, temiendo dejar su legado atrás, además, serviría, para Hermione y para él. Tendrían que fingir ser personas diferentes y como llevaban tanto dinero serían prácticamente multimillonarios si es que el dinero significaba algo en ese universo, serviría como coartada.
Guardaron objetos personales, incluyendo fotografías y ropa, Hermione acaparó un centenar de pociones diferentes, así como ingredientes y semillas, diciendo que necesitaban estar preparados en caso de que llegaran a un mundo inhóspito por accidente. Guardaron certificados de nacimiento e identificaciones con la esperanza de que pudieran ser reutilizados.
Unas horas antes de la medianoche, Hermione comenzó con el hechizo, Harry sostuvo las pertenecías que habían acumulado contra su pecho, triste por tener que dejar atrás el apartamento. Le dejaron una carta a la familia Weasley, Harry dejó una nota aparte para Andrómeda, la abuela de su ahijado, pidiendo disculpas.
El apartamento en Londres y Grimmauld Place quedaron a nombre de su ahijado, de cualquier forma.
Tomó las manos de Hermione permitiéndole utilizar su magia para poder abrir la brecha dimensional, Hermione recitó el canto con tanta armonía que Harry sintió que caía suavemente.
Cuando abrió los ojos, estaba en un callejón. Todavía se miraba insoportablemente como el Londres muggle que conocía y todavía tenía sus pertenencias encima, así que fue ganancia.
Su varita se deslizó desde su funda hasta su muñeca, Harry tenía un hechizo en la punta de la lengua.
—Wingardium Leviosa.
La piedra que había estado apuntando comenzó a flotar, sonrió.
Hermione se agitó a su lado.
—… ¿Lo logramos?
Harry se encogió de hombros.
—Parece que sí.
Tenían ropa de calle, a pesar de todo, caminaron por las calles de memoria y terminaron llegando a donde antes había estado el caldero chorreante. No había nada. Siguieron hasta llegar a la entrada al ministerio, tampoco nada. Hermione dijo la palabra “muggles” delante de un grupo de personas de apariencia curiosa y tampoco hubo reacción.
Caminaron por un puesto de revistas y Harry sacó un par de libras, el dinero fue aceptado bastante bien, incluso cuando el tipo a cargo utilizó el marcador extraño que confirmaba si un billete era falso o verdadero.
La fecha en la revista era 31 de Julio, 2018.
Eso era veinte años desde la fecha de partida.
Hermione asintió, esta vez se dirigieron al registro civil, Harry pudo ver la varita de Hermione asomándose sobre la manga, juntos se acercaron a la recepción. Le explicaron a la mujer que deseaban obtener sus registros de nacimiento, fue entonces que Hermione susurró el hechizo.
—Confundus.
La mujer pareció detenerse por un momento.
—¿Qué iba a hacer?
—Crear nuestros certificados de nacimiento, ya que tienen un error.
La mujer asintió, primero hizo el de Harry copiando todos los datos de su certificado real, exceptuando la fecha de nacimiento, Harry estaba registrado como nacido en los años 2000. Con Hermione pasó algo similar.
Excepto que no fue así.
—Hermione Jean Potter, ese es mi nombre.
Harry la miró, su hermana en todo menos sangre estaba de pie, deshaciendo del último recuerdo que le quedaba de sus padres. Su apellido quedaría en el olvido, para variar.
—Debí de tomar tu apellido en su lugar.
—Bromeas, ¿cierto? —dijo Hermione, besando su mejilla—. No te quitaría eso.
Harry sintió lágrimas en los ojos, pero las sacudió y pagó la suma de setenta libras por ambos certificados, fueron juntos a la biblioteca.
—Espero que sea sencillo —le susurró a Hermione—. Puedo intentar crearnos una huella digital a ambos, nos añadiré a la base de datos de las mismas escuelas, escoge rápido.
—La escuela primaria privada Houdsworth —fue lo primero que dijo—. Nuestra identidad es como hijos de un Lord, ¿cierto? Tienes tu anillo de jefe de casa y yo tengo el de heredero, toda nuestra educación tuvo que ser privada. Después fuimos a un internado, el internado Minerva para mentes sobresalientes. Ese fue el nombre que la profesora McGonagall usaba como código para Hogwarts.
Harry hizo una rápida búsqueda en la web y se sorprendió al encontrar dos sitios web para las escuelas, hackeó la base de datos y fue fácil añadirlos como alumnos regulares en el internado. Impresionante todo lo que se puede hacer desde una computadora publica con conocimientos informáticos de veinte años en el pasado.
Creó identidades para sus padres, James y Lily Potter y encontró a un duque con el mismo apellido, Harry creó algunos vacíos para que pareciera que él —fallecido hace cuarenta años— había dejado su fortuna a un hijo —algunos años mayor que la realidad— y que posteriormente este le había dejado todo a Harry como heredero varón y a Hermione, como segunda heredera. Harry encontró el registro de un tal Aurelius Robinson como albacea del señor Potter. Falsificó un registro de tutela, basándose en el propio que Harry tenía a nombre de sus tíos. Hizo un par de bloqueos para que, en caso de que un idiota lo intentara, marcara como información clasificada del ministerio. Ahora Harry era el maldito Duque de Sunfolk, lo que sea que fuese eso.
—Según esto, es martes y sus horarios de atención terminan a las cinco de la tarde, podemos ir para obtener una constancia de estudio —murmuró Hermione, después de buscar por su cuenta el internado Minerva—. Nos apareceré.
La recepcionista estaba confundida al verlos, pero al buscarlos con sus números de matrícula se dio cuenta de que si estaban en el sistema, no le quedó de otra más que darles las constancias.
—Estábamos pensando en mudarnos, para darle tiempo a James de que se acostumbre a ser la cabecera de la familia, ¿a qué escuelas extranjeras podemos hacer el cambio sin experimentar retroceso de grado?
—Tenemos cuatro en la lista, dos en Francia, dos en Estados Unidos.
—¿Podemos obtener folletos de las escuelas estadounidenses? Presentaremos la solicitud antes de que inicie el siguiente ciclo escolar. No aplicaremos becas de intercambio, ya que la mudanza será permanente.
Harry la miró con impresión, ellos no habían acordado aquello.
La recepcionista les entregó dos folletos, uno era de una preparatoria STEM en Nueva York llamada Midtown School of Science and Technology, la otra era un internado católico en Minnesota.
—¿Por qué Estados Unidos?
—Mientras tu hacías tus cosas, comencé a investigas un poco, aquí no hay mundo mágico porque hay superhéroes, hace seis años detuvieron una invasión alienígena —murmuró—. Además, como no podemos trabajar el dinero que tenemos, tenemos que invertirlo y en Nueva York hay una empresa multimillonaria llamada Stark Industries, tenemos el dinero para comprar sus acciones por completo cuatro veces, pero hay tres hombres ofreciendo sus acciones, en total tendríamos el 37 por ciento de las acciones totales, seríamos accionistas mayoritarios con poco más de un tercio del total.
Lo siguiente en la lista fue el albacea de su “abuelo”, Harry modificó sus recuerdos después de que Hermione lo hiciera dormir, lo hizo creer que él se había hecho cargo de instruir a Harry como hijo de un Lord, lo hizo creer que había sido como una figura paterna para ellos. Que los había cuidado desde lejos, que era llamado un “tío”.
—Entiendo que las familias antiguas hacían eso, sobre todo el Lord Potter, tu abuelo, era conocido por ser un tacaño extremo.
—Hermione y yo hemos decidido invertir en Industrias Stark, nos vendría bien un poco de ayuda para tener todo nuestro dinero en un banco, ya que hemos decidido seguir su consejo e ir a estudiar al extranjero, confiamos en que puede cuidar de nuestras propiedades como siempre lo ha hecho.
Accidentalmente, después de añadirse en el árbol genealógico del hombre, habían heredado dos propiedades y el dinero real que había dejado, lo cual los ponía en una situación incómoda con más dinero del que creían y más problemas de los que querían. Pero el Albacea del Potter británico de este universo lo manejó como un campeón después de que Harry modificara sus recuerdos.
Obtuvieron comprobantes domiciliarios de la casa en Londres del hombre, también las llaves de esta.
—Los visitaré en una semana, espero que también me hagan caso por una vez y se compren un celular, niños —los regañó el hombre—. Aquí tienen mi tarjeta, sé que James es muy propenso a perderlo todo.
—Lo prometemos —dijo Hermione de inmediato—. Llevaré a James mañana para hacer la compra por una vez, ya sabes que el internado Minerva no nos permite los celulares, se volvió costumbre.
Terminaron dirigiéndose a la casona, ubicada, para sorpresa de Harry, cerca de Grimmauld Place.
—La vida es un chiste —murmuró Harry, encontrando de inmediato una caja fuerte detrás de un enorme retrato, comenzó a guardar todo el dinero que tenía consigo dentro, ignoró deliberadamente las propias joyas del hombre y siguió guardando tantos billetes como entraron, se sintió enfermo por la cantidad de dinero que era, ya que en su vida había esperado gastarlo. Dejó lo que no entró y sacó algunos billetes de su bolso de moke para guardarlo en una billetera, ese dinero le serviría para su siguiente gran aventura, conseguir identificaciones y celulares.
—Me siento sucia por todo lo que estamos haciendo —murmuró Hermione.
La casa no estaba en mala condición, pero era obvio que llevaba mucho sin ser habitada. Encantó escobas y plumeros para hacer el trabajo, no desempacaron nada además del dinero. Buscaron habitaciones en lo que parecía ser el ala familiar, Hermione tomó la que estaba más cerca de las escaleras, Harry tomó la habitación contigua. Ambos se dieron un baño, listos para descansar.
Terminaron durmiendo en la misma habitación.
A la mañana siguiente acudieron por sus identificaciones, Harry sintió cálido mientras miraba a su hermana en todo menos sangre responder a los numerosos “señorita Potter” que recibió durante el intercambio. Sus identificaciones estarían listas dentro de cuatro días, el cinco de Agosto.
Le siguió hacerse de sus propios celulares. Harry se esperaba cosas muy diferentes a el cuadro táctil que le estaban ofreciendo, pero era más transportable así que se guardó sus dudas. Ambos adquirieron el mismo modelo en diferente color y contrataron un servicio de “datos móviles” mensual. Hermione solicitó algo llamado “liberación de compañía” en la tienda oficial donde compraron sus celulares. Harry observó las computadoras de escritorio, pero se conformó con llevar una portátil para sus futuras inmersiones en la red.
—Así no tendremos que cambiar de celular cuando nos vayamos a Estados Unidos —le susurró.
Hermione fue quien configuró sus teléfonos, guardando en el celular de Harry únicamente dos números telefónicos; el de ella, guardado como “Mione <3”; y el de el albacea de su falso abuelo, guardado como “tío Aurelius”. Fue turno de Harry de crear sus correos personales.
Hermione lo llamó y mantuvo una conversación con él sobre sus planes de estudiar en Estados Unidos y las dos opciones que tenían, Aurelius sugirió inmediatamente Midtown como lo indicado.
—Ustedes siempre fueron tan inteligentes, se ganaron su lugar en el Internado Minerva, me duele que esté tan lejos de Londres pero es lo mejor para ustedes, escuché que conocen a la escuela como “el paso directo al MIT”.
Hermione le agradeció por ayudarlos “siempre” y Aurelius lo llamó como algo que siempre haría por sus niños favoritos.
Terminaron acudiendo de nuevo al Internado Minerva, Hermione presentó la solicitud y la enviaron a Servicios Administrativos, donde la llenaron de preguntas sobre su movilidad, si tenían los recursos —Hermione murmuró entre dientes que “no era como si ofrecieran becas” y eso hizo que la encargada apretara los dientes, porque era verdad— y si ya tenían un domicilio asegurado.
—El albacea de nuestra familia ha iniciado la compra de un departamento no muy lejos de la escuela —mintió Hermione—. En cuanto aseguremos la dirección, la enviaremos al correo que se nos proporcione.
Hermione parecía un poco cansada de las cosas legales, por lo que Harry la hizo volver a la casona para descansar, salió a comprar ingredientes para una comida decente y comenzó a trabajar. Harry no era ese tipo de mago, pero de cualquier forma intentó intensionar su comida para traer protección a su familia. A su hermana.
Los siguientes días los pasaron descansando, siguieron una rutina parecida a la que tenían antes de saltar a un nuevo universo, Harry y Hermione pasaron horas en la biblioteca, aprendiendo sobre ese mundo, leyeron sobre las guerras mundiales, las cosas ligeramente diferentes que en su universo natal, Harry registró nombres como Steve Rogers, el capitán América, lo había leído como parte del grupo americano de superhéroes, era un “vengador”.
Harry también había encontrado un registro familiar, estaba escrito a mano en un libro bastante antiguo, iniciaba con Abraham Potter, nacido el 13 de Abril de 1501 y nombrado Duque por Enrique VIII en 1539 después de que aparentemente le salvara la vida, desde ahí se siguió la línea familiar con sólo un primogénito varón, hasta que Harry se metió a la fuerza en sus registros. Buscó una pluma estilográfica y tinta, añadiendo debajo de Henry Potter el nombre de James, registró a Lily como su cónyuge y después añadió a Hermione como la hija primogénita y a sí mismo como el heredero varón.
Henry había muerto sin dejar descendencia, pero se había casado, su esposa fue asesinada cuando eran un matrimonio joven y nunca se volvió a casar, al menos las fechas coincidieron con lo que Harry había falsificado.
El cinco de Agosto, Aurelius los recogió de la casona y los llevó en auto a recoger sus identificaciones, después los llevó a su estudio, les tendió cuatro folders amarillos, Hermione los acomodó frente a ambos y los abrió todos, los primeros tres eran, para sorpresa de Harry, las acciones de los tres vendedores. Fueron firmados por Aurelius como el albacea de la familia, aunque los puso bajo el nombre de la casa en general, Harry estaba bastante sorprendido de que la compra se hubiera finalizado en menos de una semana, aunque él no era consciente de si influía de alguna manera el señorío o el nombre de su albacea.
Tenían en total el 36,72% de las acciones de la empresa, bajo el nombre de la Casa Potter, eran acciones preferentes con pago de dividendo fijo y les concedía derecho a votar en la junta directiva de la empresa.
El otro folder tenía detalles de una propiedad, era un departamento en un complejo cercano al centro de Queens, en el piso treinta y cinco, tres habitaciones, un estudio, dos baños dentro de dos de las habitaciones y uno para visitas, tenía una estética antigua, completamente amueblado.
—Consideré un penthouse en Astoria, pero creí que sería demasiado, así que me conformé con algo parecido a la Casona.
Hermione tenía lágrimas en los ojos. Harry acercó su silla y recargó la cabeza de su hermana en su hombro, besando sus rizos castaños con cariño.
—Empezaremos consiguiendo sus visas de estudiantes, niños. También me encargué de eso. Sé que James nunca los sacó del país, pero estoy cobrando algunos favores para acelerar el trámite.
Harry sonrió cariñoso y abrazó a Aurelius.
—Siento que te estamos dejando todo el trabajo a ti.
—Sólo lo mejor para ustedes, niños.
De: Lynda Mónica Johnson [email protected]
Para: Harrison James Potter [email protected]
Asunto: Inscripción
Buenas tardes, señor Potter.
Enviamos este correo para confirmar la asignación de su examen de posicionamiento para el día 18 de Agosto a las 16 horas de Londres, hemos recibido la boleta del último ciclo escolar cursado en el Internado Minerva y si bien no lo haremos retroceder de grado, le asignaremos un tutor dentro del alumnado para las clases en las que necesite regularizarse.
También esperamos que llene el siguiente formulario para su ficha médica y su contacto de emergencia, así como datos personales como su lugar de vivienda.
Su correo institucional es [email protected] y tiene por contraseña “MidtownHigh”, esperamos que el cambio de contraseña se realice inmediatamente después de que reciba este correo para proteger sus datos, así mismo le haremos llegar información relevante al correo institucional.
Saludos cordiales,
Subdirección Académica.
Era veintiséis de agosto cuando la luna llena fue visible, Harry tomó nuevamente una hoja de mandrágora y se la puso en la boca, suspiró nervioso y tomó su varita, apuntando directamente hacia su corazón.
—Amato, Animo, Animato, Animagus.
Chapter 2
Chapter by persyv
Notes:
Nadie me ayudó con mi CV, pero por si se lo preguntaban ya terminé de llenar mi papelería y hoy a las 9 am tengo que ir a entregarla (sí, en lugar de dormir escribí esto).
Espero que les guste 💕 comenten sus opiniones, siempre estoy feliz de leerlos.
Chapter Text
—Espero al menos una visita en verano —pidió Aurelius—. Son lo último que me queda de su abuelo.
Harry a veces se sentía mal por haber modificado los recuerdos de Aurelius pero no había vuelta atrás. Era veintiocho de Agosto y las clases habían comenzado dos semanas atrás, pero sus pasaportes y visas habían sido entregadas hacia apenas dos días.
Tenían dos tarjetas de débito y poseían acciones en siete empresas diferentes, Harry había comenzado a pensar en aquel dicho de “el diablo trabaja rápido pero yo trabajo más rápido” y se lo atribuía completamente a Aurelius. Le quedaba como anillo al dedo.
—Concéntrense en estudiar, yo me encargaré de lo demás. Hasta que regresen a Inglaterra o hasta que tenga que seguirlos hasta Estados Unidos-
Harry no le dejó terminar, abrazándolo. Hermione se unió rápidamente, Harry la escuchó sollozar un poco.
—Te vamos a extrañar —las palabras de Harry sonaban ahogadas en el pecho del hombre, sintió una vibración que le hizo saber que Aurelius se estaba riendo.
Harry le pidió a un muggle que iba pasando que les tomara una foto, la señorita lo hizo con gusto y arrulló como si fuesen una familia real.
Harry lo sentía así.
Abordaron el avión con dos maletas de ropa para disimular, el resto de sus cosas formaban parte del equipaje de mano de Hermione, Harry únicamente llevaba con él su celular y un par de cascos inalámbricos. Se había sorprendido cuando descubrió que toda la música de los noventa era prácticamente igual entre ambos universos, por lo que pasó suficiente tiempo con un género musical con el que se sentía cómodo.
El vuelo había pasado lo suficientemente rápido, Harry durmió unas pocas horas y después pasó suficiente tiempo cuidando el sueño de Hermione que de ser otra persona, Harry lo habría considerado innecesario y un poco espeluznante.
Cuando aterrizaron en el aeropuerto internacional de Nueva York, que estaba sorprendentemente en Queens, fueron recibidos por el vendedor del departamento. Los llevó hasta el lugar, les entregó las llaves después de que firmaran el cambio de propietario y los dejó para instalarse.
Lo primero que hizo Harry fue recitar el hechizo para su tercer intento de transformarse en Animago.
Harry se apoderó de la habitación más grande, únicamente por la enorme estantería que tenía. No era lo suficientemente grande para albergar todos los libros de la biblioteca Black —era imposible que se pudiera—, pero era suficiente para que Harry colocara todos los que involucraban a la muerte y criaturas relacionadas con ella. La estantería tenía siete niveles y Harry usó el central para colocar la varita de sauco en un reposa varitas de obsidiana, la piedra de la resurrección estaba de nuevo en un anillo, esta vez de plata, pero Harry no lo usó, dejándolo en una cajita de terciopelo. Colocó tres fotografías, uno de sus padres bailando, otro con la familia Weasley en su cumpleaños dieciséis y otra donde únicamente aparecían Harry, Hermione y Ron.
Con un hechizo se encargó de guardar toda su ropa y zapatos en el armario destinado para ello, mientras manualmente acomodaba todos los libros que había acaparado para sus investigaciones. Tomó uno de los baúles encogidos con el resto de los libros de la biblioteca Black y los llevó al estudio, donde tres de las cuatro paredes eran estanterías de piso a techo y lanzó otro hechizo, tarareó mientras los libros comenzaban a ordenarse por sí solos. Le dedicaría un poco más de tiempo al estudio una vez que hubiera descansado adecuadamente, tenía que adaptar el espacio tanto para él como para Hermione. Sería un lugar cerrado para sus futuras visitas, sería un espacio para parecerse al mundo mágico.
Necesitarían más repisas, pensó, para las pociones y los ingredientes de Hermione.
Volvió a su habitación y tomó uno de sus pijamas de satín favoritos, dejándolo en el baño. Tomó esta vez el bolso donde guardaban los artículos personales e hizo un sonido de victoria cuando consiguió sus productos de higiene personal. Había una enorme tina en su baño privado por lo que Harry se dejó complacer un poco, usando su gel de burbujas con olor a fresas favorito en el agua caliente. Se relajó tanto que casi se queda dormido, por lo que hizo un trabajo rápido con su cabello y se envolvió en una bata de baño antes de vestirse por completo.
Hermione ya estaba durmiendo en su cama cuando salió del baño, por lo que simplemente se unió a ella.
Durmieron desde las once de la noche del jueves hasta la una de la tarde del viernes.
Harry insistió en despertarla a pesar de no querer, tendrían que arreglar su horario para antes del lunes, su primer día de clases, y tenían que comprar los víveres y artículos del hogar extra como toallas y ropa de cama.
Pasaron el resto del viernes y parte del sábado haciendo exactamente aquello, llenaron la alacena y el refrigerador, durante su excursión a Home Depot Harry consiguió un escritorio para su habitación y Hermione contrató un servicio de internet, también cambiaron sus números de celular y contrataron —de nuevo— su paquete de datos móviles. Hermione se encargó de enviarle un mensaje a Aurelius con sus nuevos números de celular.
Durante el resto del día siguieron instalándose, colgaron fotografías en la sala de estar y montaron un espacio para pociones en la esquina del estudio, mientras Hermione organizaba los ingredientes de las pociones Harry armó su escritorio e ingresó a la red wifi que habían contratado desde su computadora portátil, después, sacó el registro familiar de los Potter de ese universo y lo colocó en una de las estanterías, transfiguró una moneda en una plaquita y grabó mágicamente una inscripción en ella “la familia Potter”. Dejó en la misma estantería otra foto de sus padres y una en la que sólo aparecían Harry y Hermione.
Descansaron todo el domingo, miraron películas, leyeron, se rieron y durmieron la siesta en el sofá.
Inevitablemente tuvo que llegar el lunes, por supuesto.
Harry preparó el desayuno mientras Hermione se vestía, después hicieron una especie de relevo en el que Hermione puso la mesa y sirvió el desayuno mientras Harry se preparaba. Usó la sudadera azul con el logo de la escuela, mientras Hermione usó el bléiser amarillo que a Harry le recordaba terriblemente a Hufflepuff. Guardo su varita de acebo y pluma de fénix en su funda atada a su antebrazo derecho y se sentó a tomar el desayuno.
Caminaron hasta la escuela porque Aurelius era un ángel y había conseguido el departamento perfecto a tres manzanas de la escuela, Harry apreciaba el talento del hombre y golpearía a cualquiera que lo insultara.
La subdirectora académica fue quien los recibió, les entregó sus horarios —compartían todas las clases excepto Química, ya que Hermione tenía cubiertos los créditos y Harry no.
—Si fuesen alumnos de primer año deberían de escoger como mínimo una actividad extracurricular, aunque como seniors ya no tienen la obligación les recomendaría que lo hicieran para ayudar en la socialización e integración a la comunidad escolar.
Tenían ciencias como primera clase, después Harry tendría Química y Hermione tendría un periodo libre. Tercero y cuarto periodo sería para biología y quedarían libres por el día en su mayoría.
—Después de clase podrán reunirse con los capitanes de los clubes —les aseguró la mujer—. Ahora vayan a clase, ¿espero que el croquis de la escuela sea suficiente por ahora? El alumno que habíamos asignado para el recorrido se reportó enfermo hace poco.
Hermione asintió por ambos y tomó la mano de Harry mirando el mapa con ojos tranquilos, llegaron al aula con diez minutos de sobra y se sentaron juntos en los asientos en el centro del aula.
El profesor se presentó como Roger Harrington y les pidió que pasaran al frente a presentarse.
—Mi nombre es Harrison —dijo con voz calmada—. Ella es mi hermana, Hermione.
Miró alrededor de la clase con ojos aburridos, esperando algún comentario.
Nadie dijo nada. Era… calmante. No ser conocido por nadie.
El primer periodo terminó con el profesor invitándolos al equipo de Decatlón Académico, Hermione aceptó de inmediato y Harrington le informó que la primer practica sería el día miércoles.
—¿Puede mi hermano estar durante las prácticas? —preguntó—. No quiere unirse a ningún club y posiblemente esté haciendo otras cosas mientras practicamos… simplemente no nos va muy bien cuando no estamos juntos.
—Siempre y cuando no interrumpa la práctica.
Hermione le sonrió, besó su mejilla y se despidió mientras Harry caminaba al aula de química.
Se sentó sólo y esperó a que llegaran sus compañeros y el profesor, alguien tomó asiento con pesades a su lado, dejando su bolso sobre la mesa. Le tendió una mano.
—Michelle Jones —fueron sus palabras.
—Harrison Potter —respondió, estrecharon sus manos y volvieron al silencio.
Harry agradeció que no se le hicieran preguntas extra, aunque Michelle le daba una sensación similar a la de Hermione. Sabía demasiado, pero donde Hermione quería demostrar su valía participando y dejando notar su inteligencia, Michelle parecía ser calmada, guardándose su conocimiento para sí misma.
Llegaron a su departamento bastante cansados, Hermione básicamente se desplomó en el sofá y Harry renunció a cocinar por su cuenta, decidiendo llamar para obtener comida para llevar. Pagó en efectivo y dejó la pizza en la mesita de café que tenían en la sala. Hermione se estiró para poder tomar un trozo.
Comieron en silencio con una película que no habían terminado el día anterior de fondo, Harry se obligó a comer más que unos cuantos bocados cuando los ojos de Hermione se fijaron en él, como si le atravesaran el alma.
Terminaron de comer y Harry fue inmediatamente a lavarse los dientes y a cambiarse la ropa por su pijama de satín, recitó el hechizo para convertirse en Animago antes de irse a tomar una siesta.
El martes fue un día pesado y poco interesante, al menos dentro de la escuela. Harry salió a caminar mientras Hermione estaba durmiendo y pudo ver al super héroe local —Spider-Man— columpiándose por ahí. Lo vio bajar a un gatito de un árbol y dárselo a su dueña y fue la cosa más linda del mundo.
Entró en un callejón y se apareció en su departamento para encontrar a Hermione aún durmiendo pacíficamente, Harry dio por terminado el día, repitió su rutina diaria —ponerse el pijama, lavarse los dientes, recitar el hechizo— y se acostó a lado de su hermana.
El miércoles fue un día muy esperado tanto para Harry como para Hermione. Harry tendría de nuevo química —esta vez los primeros dos periodos—, lo que significaba volver a ver a su, tentativamente, nueva amiga y Hermione tendría su primera practica como miembro del Decatlón Académico.
Las cosas se vieron frustradas desde que llegaron.
Un chico aparentemente llamado Alan hostigó a Hermione tratando de sacarla a una cita, unirla al grupo de los “populares”, dijo. Hermione le dio una bofetada cuando la tocó, lo que los llevó a la oficina del director incluso antes de que comenzaran las clases.
—Pasamos por un par de cosas, como podrá ver en las notas de nuestro psiquiatra, ambos tenemos PTSD y es estúpido que quiera suspender a mi hermana cuando ese tipo Alan la tocó, a una víctima en recuperación de secuestro —gruñó Harry—. Como Lord, cabeza de familia, es un desaire hacia mi heredera.
Pareció que en ese momento recordaron que eran algo así como miembros de la realeza —no era como los ducados de los hijos de monarcas que no eran herederos al trono, a los Potter sólo se les demostró gratitud— y el director se volvió pálido de angustia.
—Uh, señor… Lord… Potter —tartamudeó—. Su, eh- Lady Potter no será suspendida, entendemos que la ha pasado por bastante, en Midtown nos tomamos muy en serio el acoso, el señor Alan será castigado —Harry alzó la ceja—… será suspendido por sus acciones.
—Me preocuparía si en Midtown castigaran a las víctimas en lugar de a los victimarios —murmuró—. Nos retiramos ahora, ambos tenemos clases.
Harry tomó la mano de su hermana —la izquierda, en la que llevaba un brazalete de oro con rubíes y su anillo de heredera— y la guio hasta la salida, abriéndole la puerta y dejándola pasar primero.
Le dedicó una mirada sucia al tipo Alan y siguió con su camino, paso tras paso exudando poder, su magia agitada y lista para atacar.
—Contrólate, James —pidió su hermana, cuando se detuvieron fuera de su salón de clases, ya estaba el profesor dentro—. Explícale al profesor lo que ocurrió, buena suerte.
Hermione besó su mejilla y Harry entró al salón de clases, dos amigos del tipo Alan estaban ahí, se encogieron cuando Harry los miró.
—Pido disculpas por la demora…
—¿Demasiado ocupado besándose con su novia, señor Potter? —dijo con sarcasmo, Harry escuchó un par de risas.
—Lord Potter, profesor —dijo, su voz desprovista de emoción—. Y esa no es mi novia, es mi hermana y espero que se le trate con todo el respeto que se merece. Me retrasé porque alguien la tocó inapropiadamente, el director ha justificado mi retardo. Permiso.
Hubo un silencio ensordecedor mientras Harry tomaba su lugar a lado de Michelle, la morena le ofreció el puño y Harry lo chocó.
—¿Continuará con la clase?
Harry estaba siendo mezquino, lo sabía, pero era insoportable en su mente que alguien tocara a Hermione sin su permiso, no desde Bellatrix. Hermione era más que capaz de defenderse pero era todo lo que Harry tenía.
Quemaría el mundo entero por verla segura y feliz.
La hora de la práctica se llegó y Hermione prácticamente saltaba con emoción mientras se dirigían al gimnasio.
—¿Emocionada, mi lady? —se burló.
—Oh, mi Lord, no tienes idea. Soy la mayor nerd entre nosotros en este momento.
—Me agrada que encuentres algo en que gastar tu tiempo que te emocione tanto, Mione.
Harry le abrió la puerta a Hermione, dejándola pasar primero y escuchó la burla de “todo un caballero” que se escapó de los labios de Hermione, Harry bufó una risa.
Aparentemente eran los últimos en llegar. Michelle estaba ahí, le sonrió levemente a Harry, Harry le devolvió la sonrisa.
Notó que Hermione la miraba un poco demasiado.
—Mis amigos me dicen MJ —ofreció Michelle. MJ.
—Mis amigos me dicen Harry —fue su respuesta.
Escuchó protestas.
—¡Tuvimos que esperar dos meses para llamarte MJ! —se quejó un chico—. Por cierto, eh, un gusto, Ned Leeds.
—Hermione Potter —dijo su hermana—. Mi hermano pequeño, Harrison. Sólo yo me uniré al equipo, uh, Harry me estará acompañando.
—Prometo que me quedaré en un rincón, pretendiendo que no existo —dijo, con voz monótona y ojos desprovistos de emoción.
Lo mismo le había dicho a los Dursley, demasiado tiempo atrás. Era ligeramente terapéutico.
Las puertas del gimnasio de abrieron de golpe, Hermione se estremeció levemente ante el ruido y Harry se movió inmediatamente para cubrirla.
—¡Perdón por llegar tarde! MJ… Oh. ¿Hola?
Harry quedó deslumbrado por el chico más lindo que sus ojos habían visto nunca. Eso incluía a Draco Malfoy, de quien aparentemente había estado enamorado según Hermione.
—Uh, soy Harry.
—Peter —murmuró, con las mejillas rojas.
—Si han terminado —dijo Michelle, MJ, con burla—. Y no te preocupes, Perdedor, pero si llegas tarde una vez más te irás como reemplazo.
—Entendido, capitana.
Harry se quedó en una esquina leyendo uno de los libros sobre magia de sangre que había en la biblioteca de los Black, Harry había leído ese libro tantas veces que prácticamente se lo sabía de memoria. Su madre había obtenido ayuda de ese libro para permitirle vivir, Harry ahora entendía por qué la gente decía que había sido un sacrificio de amor.
Corazón a corazón, requiere el sacrificio de la propia persona para que funcione y es en protección de un descendiente, de su carne y sangre.
Harry era prácticamente invisible estando cerca de sus parientes, Petunia como hermana de su madre proporcionaba un bloqueo magnifico, ya que compartía los mismos orígenes que su madre, aunque eso no lo salvó del abuso.
—¿James?
Harry alzó la vista, parpadeó un par de veces y sintió algo húmedo bajar por sus mejillas. Mierda, estaba llorando.
—¿Sí, Mione?
—Te disociaste, Harry —susurró, tomando sus manos, haciéndolo soltar el libro—. Pasaste una hora entera en tus pensamientos.
—Estaba pensando en mamá, en lo que leí.
—No te juzgo, hermanito, simplemente… mantente aquí, en la realidad —le pidió Hermione, después, añadió con humor—: Recuerda que hicimos un trato, James, sólo podemos tener colapsos mentales los sábados.
Harry se sorprendió dejando salir una risa, a veces olvidaba lo parecidos que eran él y Hermione, en consecuencia de pasar tantos años juntos y en contacto constante, tenían el mismo tipo de humor ligeramente roto, oscuro y resaltando sus problemas.
Volvieron a casa con nuevos amigos y deseosos de tener mejores experiencias.