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Kate realmente no se sentía ignorada, no del todo. Volver a la universidad no era precisamente el plan de vigilante nocturno, pero ayudaba a pasar el día y no estar en casa mientras el crimen se resolvía en las noches. Igual se supone que esta vida de superhéroe rendiría frutos suficientes, tendría que equilibrar su vida con su futuro de avenger, ¿no?
Así que no, entendía del todo que estaba escribiendo su propia historia y que su experiencia importaba, nadie la estaba ignorando.
Bueno, entendía ese momento como algo que debería sentir. Pero recordaba a Clint y como la gente habla del heroísmo, no del retiro, como algo característico de sí.
Un día normal, en su tarde, ocurrió el vacío. Vio en las noticias que así se llamaba, pero experimentarlo y recordar cada fracaso que su vida juvenil pudo brindarle fue una experiencia aterradora. Y cuando salió de ahí, en la televisión mostraron a Yelena.
Luego las revistas mostraron a Yelena, y ni hablar de la pasión de sus comentarios en Instagram. No de ella, por supuesto, los textos de Yelena se resumían en emojis casuales. Pero los fans, obviamente, adoraban su corte de cabello y, sobre todo, a la nueva heroina.
Por supuesto que esa era la razón de Kate para sentirse ignorada. Nadie la ignoraba en la escuela, era relativamente fácil en comparación con matar a los mafiosos por la noche, pero eso no borraba el hecho de que Yelena la ignoró.
Kate sabía ahora por las noticias -obvio no busco- que los nuevos Vengadores se ubicaban en la torre a tan solo unas calles. Que obvio tenían teléfonos y seguían conservando sus habilidades.
Con todo, Kate hubiera esperado un mensaje o, al menos, una llamada de Yelena.
No se dio, ella nunca le habló. Y quedó más que claro para Kate que no le interesaba, ella al menos seguía con su vida y vida. Inclusive vio en una entrevista que ella se declaró soltera porque realmente nadie que conociera le interesaba. Y eso le dolió un poco, Kate creyó que habían tenido química.
Quizás no la química de pareja inmediata, pero sí algo, como para invitarla a salir. Ella lo hizo e incluso Yelena le dijo que sí, pero aunque, esa entrevista fue la última estaca al anuncio de “a Yelena no le interesas”.
Kate estaba ebria, saliendo de una fiesta de cumpleaños de alguien del salón. Sí sabía cómo se llamaba, solo no lo recuerda.
Entonces, tomó su celular y buscó el mensaje que la hizo encarcelar a su mamá. (Un tema que en verdad no quería tocar ahora).
Y se aventuró a escribirle, probablemente la Viuda ya habría cambiado hace mucho de número, pero era lo único que tenía.
Así que sin más, escribió un “estás despierta?”
Y soltó su teléfono, casi rindiéndose a la idea de que no le contestarían, sintió vibrar en su cama el mismo dispositivo.
Recibió un “sí, pero tú no deberías estarlo”.
Kate se talló los ojos y se sentó de repente, eran las 2 de la mañana y precisamente le contestaron. Era martes, tendría que levantarse en 3 horas para estar lista y superar el metro, pero la duda de una segunda respuesta tampoco podría esperar -o la duda de sentir que estaba alucinando-.
Así que escribió: “sí, bueno, estaba intentando divertirme, pero pienso en ti”.
Antes de enviarlo, decidió que era todavía muy arriesgado, sin embargo, su dedo no pensó lo mismo. Envío el segundo mensaje y luego de unos minutos, recibió otro.
“Entiendo, yo también estoy pensando en ti, Kate Bishop”.
No supo que contestar, probablemente tardo más de 20 min y luego recibió un
“No sé qué significa, pero me gustaría verte”.
Kate inmediatamente respondió que sí.
Acordaron un almuerzo algo similar a un receso escolar, pues era la única opción de Kate, pero además Yelena tendría trabajo después (cosas de Thunderbolts le decía).
Así que Kate la vio en un lugar cerca de la torre, donde llegó antes. Decidió esperarla con té, tendría que estar calmada, no se supone que abrume a Yelena con las dudas sobre la vida de Avenger, pero quería saber tanto. Además le dolía mucho la cabeza todavía, no necesitaba aclarar que no durmió más de dos horas.
Y ahí entró una Yelena con un abrigo de cuadros, el cabello corto y una bufanda que se veía casi cómicamente más grande que ella. Se sentó al lado de Kate y lo primero que le pudo decir fue un “no te da miedo que te reconozcan?”
Y Yelena lo negó con la cabeza, y dijo
“Quizás si lo hacen, pero no se acercan, entonces, no me molesta tanto”. Tomando el menú sin interrumpir el contacto visual, seguro Kate lo rompería en algún momento.
Kate en cambio, mantuvo el contacto visual.
Luego una camarera tosió y les dije
“Bienvenida, le gustaría ordenar?”
Yelena solo comentó que una malteada de fresa, con poco hielo. Sin romper el contacto visual ni un segundo.
Kate tragó saliva y le agradeció a la mesera.
Entonces decidió preguntar:
¿Solo querías verme o tendremos otro interrogatorio con comida de por medio?
A lo que una Yelena que todavía no rompía el contacto visual se rio mucho.
“Pensaba buscarte desde el vacío, pero un pedazo de mi no sabía cómo acercarse, te confieso que te seguí varias veces, vi que estás en la universidad y que luchas por las noches, pero…”
Entonces Kate tomó un sorbo de te y le dijo “pero que?”
“Pero simplemente no encontraba la manera de acercarme, me daba por pensar en tus millones de preguntas o cosas que no sabría qué decir”
Kate asombrada le cerró los ojos y puso una mano frente a ella; “te prometo que no habrá tantas preguntas, solo charlas y seguro errores o cosas que te harán reír”
Yelena se rio y continuó.
“Sí, eso me gusta más, Kate, solo quería asegurarme que estabas bien, tu mensaje anoche solo fue un incentivo”. Aseguró recibiendo su malteada, continuó con un sorbo entre cada oración: “pero dime, estabas pensando en mi mientras buscabas diversión? Eso no suena muy justo para cualquier otra persona involucrada”.
¿Has visto la escena de Violeta cuando va al restaurante de su compañero de clases? Así Kate escupió todo el té en su lado de la mesa.
Yelena por supuesto se rio más de lo que pudo esconder.
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Charlaron sobre más cosas que la vida Avenger de Yelena: sobre cómo se cortó el cabello, el aburrido e intenso estilo de vida de Kate en la escuela. Y luego sonaron los teléfonos.
Pidieron la cuenta y Yelena solo pudo pensar en que Kate Bishop se merecía un beso, en la mejilla. Por ser tan ordenada y no saturarla con charlas que ella no quería tener. Así que lo hizo, le dio un beso en la mejilla. Y una Kate Bishop que planeaba levantarse para salirse de la mesa, simplemente se quedó quieta.
Yelena no sabía si era una buena respuesta o no.
Pero se movió lejos para cuando se dio cuenta y Kate parpadeó y le confirmó un “bueno, no me molesta, pero no lo esperaba, quizás podamos vernos después”.
Yelena asintió, Kate agregó “salgo de clase a las 2:30, normalmente entreno, pero podríamos ir a comer? Quizás ir a buscar el mejor lugar de Mac&Cheese que vi en TikTok que está en New York”.
Yelena se levantó para dejarla salir de la mesa, salieron del lugar y después de unos minutos le tomó la mano y le dijo “si está bien, pero tú pagas, y después veremos una película en tu casa, nada de arruinar planes, pediré el día después de la segunda reunión”.
Esta vez fue Kate la que le dio un beso en la mejilla y después corrió lejos, prácticamente gritando “voy tarde a clases!”
Yelena pasó las juntas más feliz de lo esperado, Bob parecía notarlo. O al menos por eso las miradas.
“Bien, creo que podemos presentarle esto a Valentina solo después de una revisión más… mañana”
El silencio en la Torre fue casi perfecto, Walker tosió agregando un “vaya, no quieres revisarlo hoy? Que le pasó a la eficiente Yelena?”
Alexei se alegró de una tarde libre y básicamente lo gritó, mientras Bucky estaba mirando fijamente a Yelena, solo para confirmar asintiendo.
“Bien, no urge, podemos revisarlo mañana, sirve y descansamos”.
Yelena vio la hora y básicamente notó que iba tarde, eran las 2:40 y se había ofrecido a ir por Kate en su motocicleta hasta la universidad.
Al llegar, Kate estaba muy tranquila hasta que le pasó un casco.