Chapter Text
Cada carisia, cada beso , Cada recuerdo que vivimos hace que mi corazón lata descontrolada su voz hace que mi piel
se encienda a un nivel incontrolable mi pulso se acelerar con una velocidad que crea que no era posible estar entre sus brazos me siento tan segura y feliz .Nunca creí que desearía que el tiempo se detuviera para siempre
.Nunca creí que deseara estar hasta el día de mi vida a su lado.
Nunca creí amar a alguien con esta fuerza e intensidad.
__________________________
Hermione estaba pálida como una hoja.
—Es hora de prepararte —dijo Jean.
—Sí —respondió Hermione.
—Nunca creí que este momento llegaría, ¿sabes?
—Yo tampoco lo creí, y mucho menos que con la persona con la que me casaría sería mi mejor amigo.
—Sabes que cuando lo vi por primera vez supe que él y tú tenían algo muy especial.
—¿Tú lo crees?
—Por supuesto, pero basta de tanta plática y ve a bañarte.
Más tarde, Robert la miró sonriente.
—Te ves hermosa, hija —le comentó.
—Gracias, papá.
—Harry se va a quedar embobado.
—¿Qué dices, papá? —Rió nerviosa, pues a petición de Hermione, sus padres no sabían la verdadera razón por la que ella y Harry se iban a unir.
—Creo que ha llegado el momento.
Ella solo asintió, y juntos caminaron lentamente hacia la puerta, deteniéndose frente a ella.
Mientras tanto, Harry estaba tan nervioso que los demás creían que no respiraba.
—Cálmate, vas a hacer que Hermione se preocupe por ti —dijo Sirius.
—Es que nunca, ni en mis más locos sueños, pensé que estaría aquí, y menos con Hermione. Y si hago algo mal y la dejo en vergüenza ante todos, ella jamás me lo perdonaría —respondió Harry.
—Solo relájate, todo va a salir bien, ya verás —lo animó Ron.
Finalmente, Harry estaba allí, esperando el momento en que la puerta se abriera. Cuando por fin la música de entrada comenzó a sonar, pudo ver al paje esparciendo flores, seguido de las damas de honor. Y ella apareció, con su hermoso vestido de tirantes caídos y un escote de corazón. La falda recta y ajustada resaltaba cada curva de su cuerpo; para Harry, era la mujer más hermosa que había visto en toda su vida. Ella parecía brillar como el más bello lucero.
Sin poder evitarlo, unas finas lágrimas resbalaron por el rostro del muchacho, y una gran sonrisa se dibujó en sus labios.
—Te entrego lo más preciado, mi hija —dijo Robert.
—No tiene que preocuparse, Sr. Granger —respondió Harry.
—Hola —saludó Hermione, sonrojándose al recibir el cumplido de Harry.
—Hola, te ves hermosa —dijo él.
—Gracias —murmuró ella, sorprendida.
El sacerdote comenzó la ceremonia.
—Estamos reunidos para presenciar la unión de dos almas que han decidido fundirse en una sola y ser el sostén del otro. El matrimonio es un acuerdo mutuo que se realiza con pleno conocimiento de ambas partes, así que debo preguntar: Hermione y Harry, ¿están aquí por su propia voluntad? ¿No están siendo obligados ni forzados a realizar este acto?
Ambos respondieron, nerviosos:
—Lo estamos.
—Prosigamos con sus votos. Harry, empieza tú.
—Ante ti y ante todos, quiero decirte, Hermione, que prometo serte fiel, cuidarte y respetarte, protegerte porque tú, Hermione, has sido y serás uno de los pilares que sostienen mi vida. Gracias a ti nunca me has dejado solo ni desconfiaste de mí a lo largo de estos años. Hoy estoy aquí prometiéndote estar contigo todo el tiempo que la vida me lo permita.
El sacerdote se volvió hacia Hermione.
—Señorita Hermione...
—Solo quiero perderme en tu mirada, perderme en tu sonrisa. En tu alma parecías ser el más fino rayo de sol. Tu voz me traspasaba hasta lo más profundo de mi ser. Diría que con un solo toque tuyo, me quemabas y me hacías sentir mil emociones.