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Capítulo 4: Ayuda
Después de eso los sucesos extraños siguieron sucediendo.
Tanto asi que la habían distraído del dolor y la culpa que sentía.
Diez meses después de la batalla de Sodden, su mente estaba perdida y al mismo tiempo concentrada en los sucesos extraños.
Había vigilado a sus novicias, desde la más pequeña y débil a la más grande y caótica, pero ninguna fue. En realidad, todas sus novicias evitaban el pasillo que pasaba directamente fuera de su oficina, incluso comenzó a vigilar a sus amigas, a Rita y Vanille, pero ninguna lo hizo tampoco, a veces ni siquiera estaban en Aretuza cuando esas cosas pasaban.
Estaba leyendo una carta cuando al buscar con que escribir su mano se quedó vacía en el aire, vio hacia donde estaba su pluma, pero ya no estaba donde la dejo, estaba del lado contrario.
-Se que no me estoy volviendo loca. – Mascullo molesta, tomando la pluma para seguir escribiendo, empezaba a frustrarse con estos sucesos porque no tenía explicación alguna, pero decidió ignorarlos y continuar con lo que hacía, era mejor ignorarlos.
Aunque eso no parecía ayudar a que se detuvieran, y ahora que ella decidió ignorarlos, había otros que no lo harían.
-
Annita una muy joven novicia estaba peleando en la sala de agua, intentando mover agua del cuenco, sin éxito.
-Soy un asco. – Se quejo la chica, no parecía pasar los 12.
-Un poco, pero no eres la peor, al menos puedes moverla. – Le sorprendió la voz de la mujer que le hablaba.
-Lo siento, me iré, no quiero molestar. – Dijo la niña apurada, pensando que la hechicera mayor quería la sala para usarla ella.
-No molestas y yo no necesito este lugar, aprendí lo que debía hace mucho, solo doy un paseo. – La mujer por fin se acerco un poco, las sombras dejaron de cubrirla, la mujer sonrió de lado a la niña, la joven se relajó, había pensado que la mujer la regañaría, o que sería como la rectora. - ¿Todo bien?
-No logro controlar el agua, por más que lo intento, solo logro levantarlo un poco y cae, y chapotea, y es frustrante, llevo semanas intentándolo y no puedo. – Se quejo la chica con la mujer de cabello negro, que se acercó un poco a ella.
-Bueno, como alguien que lucho mucho al inicio en este lugar, y por lo que me cuentas, lamento decirte que te estas esforzando demasiado aquí, los otros elementos son diferentes, pero para poder usarlos, debes aprender cómo actúan cada uno de ellos, lo que son, su esencia, lo que representan, el aire es liviano, es fuerte e impactante, pero en realidad viaja, lleva murmullos, mensajes sin escuchar, nos da vida, al usarlo, siéntelo, en tu piel, en tus pulmones, déjate llevar, es paz y tranquilidad, el fuego es pasión, es luz, es calor, puede ser abrazador, puede matarte, pero el fuego corre por nuestras venas, por nuestras vidas, es lo que le da sentido, la tierra es firme, es terca, es dura, tu frustración serviría con ella, pero no lo hará con el agua, con el agua debes relajarte, si peleas con la marea, créeme, te ahogaras, deja que te arrastre, viaja con ella, fluye con el agua, esta esta en tus venas, en tu sangre, escucha las ondas, los flujos de agua y no trabajes en su contra, trabaja con ella, y entonces cuando lo comprendas, podrás hacer la última conexión con el elemento y lo moverás. – Mientras la mujer hablaba acercándose, enseñándole, no con miradas desdeñosas y enfrentándola a las otras, sino atendiéndola completamente en ella, fue más fácil comprenderlo.
-Okey, parece tener sentido. – Ahora que estaba cerca y se arrodillo a su lado, Annita noto en la penumbra, que los ojos de la mujer eran violetas, eso le sorprendió, nunca había visto un tono de color tan vivo y genial.
-Inténtalo. – La animo la mujer.
Aun dudando y con miedo, la chica lo intento, no luchando, no gruñendo frustrada, sino respirando hondo y fluyendo, y de apoco, al concentrarse, juraba que podía sentir el agua moviéndose, aunque no la tocaba, podía sentirla, y de apoco, logro moverla, abrió los ojos para ver, y pudo ver como había levantado el agua, no pudo separarla y hacer una esfera perfecta, pero la estaba moviendo, la emoción rompió su concentración y el agua cayo, derramándose del cuenco.
-Pude hacerlo ¿Lo viste? – Dijo la chica emocionada, chillando contenta, la mujer no la regaño como las otras maestras y la rectora haría, porque su voz se elevará chillona y sumamente emocionada, ellas la regañarían porque su actuar no era propio de una futura hechicera, pero la mujer se rio, contenta, a pesar de que la mojo con el agua que se derramo al caer, la mujer le rio levemente, y la animo.
-Bien hecho, sigue practicando y cada vez será más fácil.
-Muchas gracias por explicarme. – Le dijo la chica, viéndola, la mujer le sonrió, y algo cohibida por la hermosa mujer movió la mirada unos segundos y al volverse a verla, para volver a agradecerle, la mujer ya no estaba ahí, la busco a su alrededor, pero la puerta del salón seguía cerrada, y jamás se abrió, lo habría escuchado, todas las puertas de Aretuza chillaban estruendosamente cada vez que una se abría, y no oyó nada, todo estaba cerrado, entonces se dio cuenta de que ella había cerrado el salón desde adentro para practicar ¿Entonces como entro la mujer de ojos violetas en primer lugar?
Annita estaba confundida, y la extrañeza del asunto la hizo estremecerse, pero al mismo tiempo, de donde sea que la mujer salió, la ayudo y eso se lo agradecía.
