Cuando los monstruos comenzaron a atacar, antes de que el sistema diera alguna señal de intervención, Penelope solo deseaba que algo apareciera, alguien que pudiera protegerla ¿Pero quién lo haría? Penelope era una villana, estaba destinada a ser asesinada por todos.
¿Quién la protegería?
Nunca nadie la había protegido, no desde que su madre murió.
Y de repente- un tirón desde lo profundo de su pecho, algo que le provoco dolor y la hizo encogerse sobre sí misma con un grito ahogado, cubriendo su esternon con su mano tratando de recuperar el aire.
El dragón dorado que fundo el imperio viaja hacia adelante en el tiempo para conocer el resultado de sus elecciones, esta satisfecho con algunas cosas, no con la mayoría.
Cuando los monstruos comenzaron a atacar, antes de que el sistema diera alguna señal de intervención, Penelope solo deseaba que algo apareciera, alguien que pudiera protegerla ¿Pero quién lo haría? Penelope era una villana, estaba destinada a ser asesinada por todos.
¿Quién la protegería?
Nunca nadie la había protegido, no desde que su madre murió.
Y de repente- un tirón desde lo profundo de su pecho, algo que le provoco dolor y la hizo encogerse sobre sí misma con un grito ahogado, cubriendo su esternon con su mano tratando de recuperar el aire.
Siyeon no pudo verlo, ni siquiera se dio cuenta hasta que escucho los gritos de sorpresa.
—¡Penelope!— Y la voz de Reynold llamandola —¡Penelope! ¡¿Qué te pasa!? ¡Corre!
Corre, corre, corre ¿De qué? ¿De los monstruos con forma de pato?
—Niña— Y luego esa voz, ese llamado que vino con la sensación de protección.
La voz familiar y extraña de un hombre adulto, Penelope sentía algo extraño por esa voz, no afecto ¿Como podría serlo? Siyeon no había sentido afecto por nadie en mucho tiempo.
Levanto la cabeza y miro.
El enorme dragón dorado extendió sus alas y, aunque las voces admiradas de los humanos que lo rodeaban lo llenaban de orgullo, el dragón no los miro a ellos y se enfoco en dos personas en particular:
Un hombre de cabello rubio que presentía, era su propio descendiente.
Una mujer de cabello magenta que tenía la misma magia antigua que su maestra.
Bajo su largo cuello y se enfoco directamente a ella, exhalando una bocanada de humo que le sacudió el cabello y la dejo paralizada en su lugar, mirandolo fijamente a los ojos cuando de repente, nadie mas, incluso su descendiente, pudieron hacerlo.
—¿Cuál es tu nombre, niña?—Pregunto, permitiendo que su voz se escuchara en las mentes de todos los demas.
—Penelope— Respondió mirando los ojos del dragon, con los brazos sueltos a cada lado de su cuerpo —Penelope Eckhart.
—Y dime, Penelope Eckhart ¿Qué año es este?—
Ella no respondió, solo lo miro fijamente.
—Bueno, entonces dime, niña ¿Por qué tu alma esta en tan mal estado?— Le pregunto el dragón dorado empujandola ligeramente con su hocico por el hombro.
Si le preguntaban a Siyeon cuando era que se sentía mas segura, si le preguntaran en que lugar se sintió mas tranquila, que podía respirar adecuadamente, sin preocuparse de nada mas que de ese momento, entonces pensaría en los brazos de su madre.
Pensaria en la cama del departamento, pensaría en su madre peinando su cabello con sus dedos, pensaría en las canciones pansori que cantaría con ella hasta quedarse dormida. Pensaría en los protectores brazos de su madre a su alrededor, sosteniendola hasta quedarse dormida.
Luego de eso, ya no hubo mas seguridad.
El cuarto en la casa de su padre nunca fue seguro, porque ella solo tenía una llave y la otra la tenía su padre, él podía entrar en cualquier momento incluso si no lo hizo nunca.
Claro, en general, el barrio donde vivía su padre era muchisimo mas seguro del que vivía con su madre, no había posibilidad de que alguien entrara a robar algo, pero aun así, no tenía esa sensación de seguridad que podía consolarla.
Cuando se mudó de nuevo, fue consciente de que ella tendría que construir su propia seguridad… al menos hasta el momento que transmigró.
Y oh, Siyeon jamas se había sentido tan desprotegida como cuando llego a este maldito juego, cuando cada cosa que hacía, cada palabra que decía, cada decisión que tomaba, podía matarla o permitirle vivir un día mas.
¿En quién podría confiar sus miedos y preocupaciones?
¿En la sirvienta que hasta hace poco maltrato a la dueña original de este cuerpo?
¿Al duque que la trajo a la mansión pero se olvido tan pronto de ella?
¿A los objetivos de captura que eran a la vez, sus posibles asesinos?
No, Siyeon estaba sola. Sola para protegerse a si misma como pudiera y sola para sobrevivir en este mundo que, a pesar de que trataba de convencerse que solo era un juego, la hacía llenarse de miedo.
Siyeon no se había sentido a salvo en un largo, largo tiempo.
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Cuando los monstruos comenzaron a atacar, antes de que el sistema diera alguna señal de intervención, Penelope solo deseaba que algo apareciera, alguien que pudiera protegerla ¿Pero quién lo haría? Penelope era una villana, estaba destinada a ser asesinada por todos.
¿Quién la protegería?
Nunca nadie la había protegido, no desde que su madre murió.
Y de repente- un tirón desde lo profundo de su pecho, algo que le provoco dolor y la hizo encogerse sobre sí misma con un grito ahogado, cubriendo su esternon con su mano tratando de recuperar el aire.
Siyeon no pudo verlo, ni siquiera se dio cuenta hasta que escucho los gritos de sorpresa.
—¡Penelope!— Y la voz de Reynold llamandola —¡Penelope! ¡¿Qué te pasa!? ¡Corre!
Corre, corre, corre ¿De qué? ¿De los monstruos con forma de pato?
—Niña— Y luego esa voz, ese llamado que vino con la sensación de protección.
La voz familiar y extraña de un hombre adulto, Penelope sentía algo extraño por esa voz, no afecto ¿Como podría serlo? Siyeon no había sentido afecto por nadie en mucho tiempo.
Levanto la cabeza y miro.
El dolor la hizo encogerse aun mas sobre si misma si eso era posible, ya casi de rodillas en el suelo tratando de mantenerse despierta, pero con la oscuridad apareciendo las orillas de su campo de visión.
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El enorme dragón dorado extendió sus alas y, aunque las voces admiradas de los humanos que lo rodeaban lo llenaban de orgullo, el dragón no los miro a ellos y se enfoco en dos personas en particular:
Un hombre de cabello rubio que presentía, era su propio descendiente.
Una mujer de cabello magenta que tenía la misma magia antigua que su maestra.
Bajo su largo cuello y se enfoco directamente a ella, exhalando una bocanada de humo que le sacudió el cabello y la dejo paralizada en su lugar, mirandolo fijamente a los ojos cuando de repente, nadie mas, incluso su descendiente, pudieron hacerlo.
—¿Cuál es tu nombre, niña?—Pregunto, permitiendo que su voz se escuchara en las mentes de todos los demas.
—Penelope— Respondió mirando los ojos del dragon, con los brazos sueltos a cada lado de su cuerpo —Penelope Eckhart.
—Y dime, Penelope Eckhart ¿Qué año es este?—
Ella no respondió, solo lo miro fijamente.
—Bueno, entonces dime, niña ¿Por qué tu alma esta en tan mal estado?— Le pregunto el dragón dorado empujandola ligeramente con su hocico por el hombro.
Aunque ya no obtuvo respuesta, Regulus noto el sudor en la frente de la niña y se dio cuenta muy rapido que ella acababa de usar una gran cantidad de magia para traerlo a este momento ¿Por qué lo invoco? ¿En que estaba pensando? los hechizos relacionados con el tiempo eran una enorme carga incluso para los magos.
La atrapo con magia cuando ella finalmente se desmayo y un momento despues, rodeo su cuerpo para protegerla. Los atuendos se le hacían demasiado extraños ¿Para que las mujeres usaban vestidos tan pomposos? ¿Por qué los hombres usaban esos atuendo de apariencia tan extraña?
Su maestra le había contado una vez acerca de otras regiones, de otros tipos de prendas, del estilo y de como se adaptaban a los climas, pero Regulus no entendió sus elecciones de vestimenta.
—Niña estupida— Regulus reprendió a la joven de cabello rosa inconsciente —¿En que diablos estabas pensando?— Finalmente volvió a enfocarse en el que debía ser su descendiente y le ordeno algo —trae un sanador para esta niña.
De repente recordo los monstruos, Regulus conocía a esos desdichados monstruos, abominaciones de las Leila y su constante hostigamiento a su maestra y a los clanes de magos. Entonces se dio vuelta y confirmo que los había destruido tan pronto como llego, pero luego miro a los invocadores…
Los aplasto con su cola sin mayores preocupaciones. Dejo vivir a los niños al menos.
Su maestra siempre dijo que los niños eran los que tenían mayor posibilidad de arreglar que los adultos.
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Penelope Eckhart, Regulus no recordaba que ninguno de los clanes de magos tuvieran el mismo apellido y después de ver al hombre que parecía ser el patriarca del apellido, no tenía una sola gota de magia. Para esto, ya había retirado El miedo de dragón de todos los humanos en este ostentoso banquete.
Le llamo la atención que no hubiera mas miembros de la familia de su maestra en este palacio.
Este palacio que Regulus aun no había empezado a construir en su propio tiempo, pero ya tenía planes de hacerlo, un palacio para proteger a la familia de su maestra, para prestar un refugio seguro contra los hostigamientos de las cinco Leila que atormentaban a Balta.
—¿Que tiene?— Pregunto Regulus al sanador que le trajeron para atender a Penelope.
—Agotamiento y fiebre, deberá recuperarse mañana temprano para poder administrarle tratamiento— Respondió finalmente el sanador, levantandose temblando de su asiento.
—Bien— Se acomodo y volvió a cubrirla con su ala, la membrana dorada la cubrió de las miradas de las personas que aun estaban aquí y que no huyeron despavoridas tan pronto como Regulus bajo la barrera magica que los atrapaba en este banquete.
Su descendiente, el sanador, el aparente padre de Penelope y los dos hijos de ese hombre.
Ninguno de ellos era un mago. El sentimiento de preocupación e inquietud se hundió mas en su estomago.
—¿Donde esta descansando los descendientes del clan Ark’htam?— Pregunto Regulus.
Las expresiones en blanco aumentaron su inquietud.
—¿Los descendientes del clan Lap’zuli?—
Siguió repitiendo, diferentes clanes, eran doce clanes de magos, ninguna de esas familias carecía de miembros y solo la de su maestra, los Ark’htam tenían menos miembros, pero incluso ellos tenían quince cuando el resto de clanes los duplicaba o triplicaba en tamaño ¿Como no quedaba ninguno de ellos?.
La ira se encendió de nuevo y rugio furioso.
—¡¿Qué les hicieron a mi familia!?— Pregunto en voz alta, un grito que hizo temblar el lugar donde estaban y mas adentro en el bosque, sintió a Penelope encogerse sobre si misma estando dormida encima de su pierna y brazo, así que se calmo un poco.
Casi pudo escuchar la voz de su maestra reprenderlo por alterar así la naturaleza también, así que tuvo que aplacar su ira.
—Fueron extintos hace años— La voz de otro hombre, mas serena y mas firme que la de los demas hicieron que Regulus lo mirara fijamente. Un descendiente suyo también, seguramente el padre del joven frente a él —Cazados y maldecidos por las Leila hasta su extinción, separados para acabar con ellos individualmente cuando no pudieron enfrentarlos directamente de frente.
—¿Quién eres tu?— Pregunto Regulus mas calmado, aunque con la ira y la pena revueltos dentro de su corazón.
—Rodolfo Regulus, actual emperador del imperio de Eorka que usted, fundador, levanto desde los cimientos.
Ah, Eorka.
Nombro a este imperio como-
—Si le parece bien, la dama necesita descansar en un mejor lugar— Señalo el palacio —La estructura principal fue creada para permitir la entrada a un dragón, desde ahí ya hay personas que pueden llevarlo a una habitación que requiera-.
Polimorfo a su forma humana, con el mismo cabello rubio que sos dos descendientes y los mismos ojos, pero todo lo demas era diferente. Como humano aun mantenía escamas doradas en algunas partes de su rostro, pequeñas y finas, sus pupilas eran alargadas y no circulares, la ropa que llevaba era mas simple que los otros dos, pero igual de util.
Levanto a Penelope en sus brazos y uso un hechizo para teletransportarse a su guarida y no al palacio, en algun lugar desconocido para estas personas.
Su guarida todavía estaba ahí, al menos, cuando se teletransporto. El lugar se veía… tuvo días mejores, pero también peores. Tendría que limpiar, uso un hechizo para sacudir primero el nido y una vez que estuvo menos polvoriento, mando a Penelope flotando a acostarse, dejo que con magia, el resto de las herramientas se movieran por si solas para limpiar su guarida.
Les dio tiempo a sus descendientes de regresar a ese palacio suyo antes de dejar un hechizo de protección para Penelope e ir a encontrarse con ellos.
Tendrían cosas de las que hablar.
Notas:
El padre de Siyeon tenía la llave en caso de que a Siyeon se le perdiera la suya, no porque fuera a usarla. Solo la tenía él y también tenía copias de llaves de los cuartos de sus hijos y el resto de la casa en general.
Me imagino que el tipo de ropa que usaban los magos antiguos es del estilo egipcio-griego antiguo, por lo que Regulus debería llevar una tunica griega, parecida a la que usa Claude de Who made me a princess.
Estoy bien wey, porque al menos debieron para mil años (O mas) desde la fundación del imperio o desde la muerte del dragón dorado. Pero si él fue criado por los magos antiguos... realmente para él solo eran magos, no magos antiguos, jajaja.
Entonces, cuando me referia ellos como magos antiguos en el POV del dragon dorado (Regulus) Realmente no tenía sentido, tuve que volver a corregir los que se me iban.
El duque viendo como un dragon se lleva a su hija:
—¡Regulus!— EL grito de una mujer llamando su atención hizo que el dragón dorado levantara la cabeza para ver a su maestra mover los brazos a lo lejos para llamar su atención. Estiro las alas y se dejo caer de picada del enorme pino en el que estaba, antes de estamparse en el suelo, planeo para levantar algo de arena.
Se transformo en humano antes de llegar con ella, pero la rafaga de aire todavía agito el cabello de su maestra y su hija.
Ojos verdes lo miraron con diversión, la mujer mayor le extendió una caracola para que la sostuviera mientras la otra niña, una mas pequeña que apenas le llegaba a la altura de las rodillas a Regulus se encontraba agachada viendo mas caracolas.
—Solo son caracolas— Protesto molesto Regulus —¿Para eso me despertaron?—
—Tu quisiste acompañarnos, al menos date un tiempo para ver las maravillas oceanicas que casi nunca podemos ver en el centro de Balta, no seas así— Dijo su maestra, pasando un mechon de su cabello detras de su oreja —Siente la brisa marina.
—Me pica la piel por la arena— Replico Regulus con un tono fastidiado —Cuando me largue de aquí, cruzare el mar para hacer mi guarida, lejos de la playa.
—Has lo que quieras— La maestra no perdió tiempo continuando sus palabras y en su lugar, se agacho para enseñarle de moluscos a la niña.
—Abuela, hay una corriente de agua dulce debajo de la arena— Dijo la niña pequeña.
—Si, hay un manantial que conecta mas dentro— Su maestra asintió satisfecha —Aguas termales, puedo sentir que el agua es calida, se debe al volcan de la isla.
Regulus iba a decir algo, pero justo entonces, aparecio un aguila rodeada de magia agitando sus enormes alas y un chillido que le calo los oídos, Regulus miro con mal humor al ave, que parecía burlarse de Regulus por la atención de su maestra, que acaricio la plumas con sus dedos.
—Soleil, tu madre acaba de dar a luz a tu hermana menor ¿Qué te parece volver para conocerla?—
—¿Como lo sabes?— Pregunto Regulus cuando la niña se levanto animada —¿Como sabes eso, maestra?—
—Es la magia de la familia, la naturaleza nos avisara cuando pase algo importante entre nosotros, es para protegernos mutuamente y comunicarnos.
Regulus resoplo, internamente dolido. Después de todo, Regulus no podía saberlo, porque no era de la familia.
Regulus no tenía familia.
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—Estamos condenados—
—Eres un fatalista—
El emperador fue quien se lamento y el mago supremo quien le respondió con indiferencia.
Callisto los miro a los dos y se arriesgo a echar un vistazo al duque Eckhart, que parecía estar confabulado con asesinar a un miembro de la familia real… ya que el dragón dorado que se llevo a la princesa Eckhart era, sin lugar a dudas, un miembro de la familia imperial.
El hombre probablemente estaba pensando en las armas que podría emplear contra un dragón.
Callisto tenía que tener un ojo sobre el hombre, por si acaso.
De repente, dicho antepasado apareció en la sala de reuniones tal y como se había ido, llevaba la misma ropa y su cabello largo, dorado como sus descendientes, caía trenzado en su espalda. Su cara tenía algunas escamas en las mejillas y alrededor de sus ojos y sienes.
—¿¡Donde esta mi hija!?— Grito el duque levantandose.
El dragón lo miro de arriba a abajo e ignoro al unico duque del imperio, aunque ignoro a todos y se adelanto al mapa del continente que estaba en la oficina de su padre, quien se levanto de su asiento de un salto.
EL mago supremo hizo una reverencia y permaneció así.
EL dragón se quedo quieto mirando el extenso mapa de la pared en silencio.
—¿Cual es el nombre de este imperio?— Pregunto el dragón dorado mirando el mapa, seguramente ya lo sabía, pero quería una confirmación. Paso sus dedos cuidadosamente por el nombre en el mapa.
—Eorka— Respondió el emperador.
El dragón dorado resoplo, con un humor extraño, amargo por todo mientras asentía distraídamente.
—Ese era el nombre de mi maestra— Dijo con voz suave —Que ridiculo, demasiada consideración para esa mujer—
Se quedo callado después de eso mirando los otros nombres. Toco otros nombres, todos establecidos desde el inicio de la fundación del imperio —Soleil— Toco el nombre de una de las playas —Maltban, Arkina.
Había algo nostalgico en su voz, pero nadie dijo nada al respecto. Se dio vuelta para verlos una vez mas y a diferencia del tono de antes, su antepasado los miraba a nada del desprecio.
Bueno saber que tenía favoritismo con la princesa Eckhart.
Hablando de-
—¿Donde esta la princesa?— Pregunto Callisto.
—¿Prin-?— Pregunto confundido antes de parecer saber de quien hablaba —Penelope esta descansando, el uso de magia que involucra el tiempo consume mucha energía, es una suerte que su alma no haya terminado de romperse.
Eso ultimo lo dijo entre dientes, pero Callisto aun lo escucho.
Recordo que que el dragón le pregunto a Penelope porque su alma estaba tan dañada, justo después de aparecer durante el banquete.
¿Debería tomar eso como una preocupación propia? Ya tenía muchos problemas de los que ocuparse para pensar en el alma rota de alguien mas, de todas formas ¿Como lo sabía el dragón dorado? Callisto había crecido escuchando leyendas del dragón dorado, de su grandeza y todo eso, pero todas eran de historiadores dispuestos a lamer las botas de los emperadores para ganar fama.
No había muchos escritos de la epoca de cuando se estaba fundando el imperio, quizá los hubo, pero puede que gobernantes anteriores no les gustara lo que se escribió y prefirieron quemarlo. Quizá se perdieron cuando se conquistaron otros países y se anexaron al imperio.
—Tu, humana— Llamo a la sirvienta que esperaba afuera, Callisto se asomo para confirmar que era Levonny quien esperaba afuera de la oficina de su padre con Cedric, los hijos del duque y los asistentes del emperador y el mago. Aunque los magos cayeron de rodillas de inmediato, alabando al dragon casi inconscientemente.
—Si, fundador— Respondio Levonny con una reverencia profunda —¿Qué necesito hacer?—
—Consigue algo de ropa para una mujer, de esta altura— Señalo a la altura de su pecho, la misma altura que la princesa Eckhart secuestrada —Para un clima caluroso, una playa.
—Si, fundador ¿Algo mas?—
—Es todo, apresúrate—
Levonny se inclino aun mas antes de irse, sin levantar del todo la cabeza. Callisto pudo jurar que la vio temblar mientras se alejaba.
—Ahora tu, enseñame esa boveda con poder magico— Le indico al emperador, que dio un vistazo al mago supremo antes de llevar a Regulus a donde quería ir, Regulus se detuvo al salir —¿Que estas esperando? Ven— Se lo dijo a Callisto, por lo que se apuro a seguirlos.
EL pasadizo secreto detras del trono fue solo visto ante los tres, ya que los guardias ahuyentaron a los que estaban ahí y luego ellos mismos salieron. Regulus movió el pesado trono con magia y uso unas esferas brillantes para iluminar el camino hasta llegar al final del angosto pasillo. Mirando hacia abajo, solo había oscuridad, pero las esferas brillantes de Regulus se extendieron por la enorme boveda y bajaron para iluminar lo que había al fondo.
Callisto miro con interés, hasta que aparecieron los enormes huesos blancos por el paso del tiempo.
—No fue una muerte natural— Dijo Regulus mirando el enorme esqueleto debajo del palacio. Todavía quedaban muchísimas escaleras que bajar.
Pero Regulus no bajo mas, se quedo desde la plataforma donde estaba mirando los huesos de dragón en la boveda.
—¿Fundador?—
—Cuando un dragón muere, vuelve a la naturaleza— Contesto mirando los huesos, examinandolos a la distancia —Todo su cuerpo vuelve, carne, tejidos, huesos, cabello, escamas. Mientras el cuerpo este junto, volvera. Si su muerte no es natural, entonces quedaran restos, como ahora— Le arranco el collar con los colmillos del dragón a su padre, los puso a la altura de su cara y luego se lo guardo en la tunica —Esto es mío, me lo llevo.
—Si, fundador— El emperador Rodolfo acepto dócilmente.
Salieron por el pasillo de nuevo, tras cerrar el pasadizo y salir de la sala del trono, Levonny ya estaba ahí, cargando una bolsa con las cosas que se le pidieron. Tomo la bolsa y luego miro a sus descendientes.
—Regresare mañana para que Penelope pueda comer, que se tenga algo listo para ella.
Se marcho sin darle ninguna señal de reconocimiento al duque Eckhart.
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Al volver a su guarida, dejo la bolsa que la mujer le dio sobre una mesa e hizo un ademán con la mano para que las cosas de limpieza dejaran de trabajar por su cuenta, pero no las dejo caer descuidadamente al suelo, para no despertar a Penelope.
Le había quitado el vestido superior y la dejo con la bata interior, no se había dado cuenta que el vestido era tan incomodo, tenía algunas cosas demasiado rígidas que seguramente le causarían dolor si se le enterraban en la noche cuando dormía.
Arrojo el vestido rojo a un lado, demasiado pomposo para lo que Regulus estaba acostumbrado a ver en la familia de su maestra, aunque Eorka y Soleil nunca serían señaladas como mal vestidas o pobres. Las tunicas y vestidos de lino, lana y seda, bordados con hilos dorados o teñidos con sus propias manos.
Regulus fue un dragón muy temperamental, pero su maestra se reiría de él y le permitiría sentarse sobre su regazo mientras le enseñaba a enhebrar las agujas o teñir las telas. Él nunca tuvo paciencia para ese tipo de cosas, pero aun lo hizo porque si no hacía su propia ropa, no tendría nada que usar cuando se convirtiera en humano o elfo.
—¿Mamá?— Murmuro la niña adormilada, Regulus le puso la mano en la mejilla y uso un hechizo para adormecerla, ella cayó dormida de inmediato, aunque sabía que debió solo ser el sueño que ella tenía.
La magia de Regulus y cualquier dragón, no funcionaba sobre los magos de los que venía esta niña.
EL cabello magenta de Maltban, los ojos verdes de su maestra, los rizos de Arkina. Esta niña tenía un pedacito de todos los clanes.
¿Como pudo haber terminado con un alma tan rota?
Recogió el vestido y lo dejo colgado el una mesa y fue a ver la bolsa.
La mujer había empacado vestidos, como le pidio; Sandalias para los pies; una bolsa de piezas de oro. Le empaco incluso una especie de cinta, supuso que era para atar su cabello.
Él mismo fue a meterse a las aguas termales de su guarida, una vez que se refresco, salió de su guarida y vio el paisaje: El sonido de las olas golpeando las rocas de la orilla lo tranquilizo, la arboleda de pinos que ofrecían una cobertura alivio la sensación de calor. La arena todavía le provocaba picazón.
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A la mañana siguiente, Penelope desperto y aun se veía adormilada, confundida de lo que estaba pasando, Regulus ya había pescado algunos pescados y los metio a la olla. No tenía mucha comida en su guarida, pero se las arreglo con lo que tenía y a sus alrededores: Bayas, frutas silvestres, pescados.
—¿Hola?—
—Niña, ve a tomar un baño ahí— Señalo una sala. Era un manantial de agua dulce que Regulus había monopolizado para si mismo cuando estableció su guarida aquí.
Shh.
Dejo lo que estaba haciendo y se dio vuelta de inmediato cuando escucho un susurro acompañado de un rastro de magia, no de Penelope.
—¿Qué estas viendo?— LE pregunto, cuando se dio cuenta que ella parecía estar leyendo algo que él no podía ver —Penelope ¿Qué ves?
—E-Es, texto, ha aparecido texto frente a mi— Admitió encogiendose, con temor —Su nombre- es Regulus ¿Verdad?
—¿Es lo que dice el texto?— Pregunto y ella asintió —Si, mi nombre es Regulus ¿Te esta dando información?—
—Si, señor.
—Dime que dice.
—REgulus, dragón dorado, fundador del imperio. Edad… desconocida. Has llamado a Regulus en busca de-— Cerro la boca y sus mejillas se calentaron, pero no dijo nada. Regulus no presiono.
—Es la magia de tus ancestros, te esta enseñando para no dejar desprotegida ni incomunicada. Puedes contactarte con personas de tu familia o al menos, saber donde estan— Luego cambio abruptamente de tema —Come algo de pescado que he preparado, no esta tan bueno porque no tengo todo lo necesario para cocinar, pero no quiero que mueras de hambre.
—¿Donde estamos?— Pregunto Penelope, no dispuesta a rechazar comida.
—Es una isla deshabitada de Balta—
—Arkina— Dijo de repente Penelope, recordando su charla con Vinter y lo que había leído del imperio en su tiempo libre. El dragón se sobresalto y la miro fijamente.
—¿Qué?— Pregunto confundido.
—Se llamas islas Arkina, desde que fueron anexadas al imperio, fundador—
—Llamame Regulus ¿Y como que anexadas?—
—Si, hace años, cuando el imperio conquisto Balta, vencieron a los magos y anexaron Balta al imperio, renombrando las Islas Arkina— LE conto, antes de tomar un pescado ensartado en una varilla y morder —Gracias por la comida.
Regulus aniquilaría al descendiente responsable de eso si le ponía las manos encima.
Notas:
Recordemos que el evento de caza es en la noche, por lo que Penelope no despierta hasta la mañana siguiente y Regulus se queda en su forma de dragón en su guarida para acompañar a Penelope.
Olvide mencionar, Todos saben que el nombre del fundador es Regulus, de ahí viene su apellido que se adapto al tiempo. Sus apellidos comenzaron como siendo "del linaje de Regulus".
Luego pasaron a ser "De Regulus"
Finalmente, quedo solamente "Regulus", para referirse al apellido. Así que si, saben que Regulus es el nombre del fundador.
El atributo propio de Regulus es ver los lazos de vida de la gente. De esa manera, se da cuenta de las relaciones de las personas con otras.
Regulus no puede ver las pantallas del sistema, pero puede sentir la magia de los magos interviniendo, por lo que le dice a Penelope que le diga que dicen.
La guarida de Regulus esta en una playa, mas motivos mas adelante.
La pelea entre las Leila y los magos antuguos no ocurrió hasta unos trescientos años después del asesinato del dragón dorado.
—Hermano Regulus ¿puedes peinar mi cabello?— Pregunto la niña pequeña.
—Ya estas grande y tienes manos, hazlo por tu cuenta— Respondió Regulus, en su forma dracónica acostado en su cama. La niña hizo un sonido de queja, trepando encima de su cuerpo por su cola.
Regulus gruño adolorido cuando la niña apoyo su pie en alguna parte de su cola, pero solo rodo para quitarsela de encima. La niña se quejo, pero no se rindió. Lo intento de nuevo, fue tirada de nuevo; Una vez mas.
—¡Anda! ¡No estas haciendo nada! ¡Y siempre te queda bien tu cabello!—
—¡Porque yo cuido mi cabello! Si cuidaras el tuyo, no estaría lleno de nudos y cangrejos.
—¡Pero hermano, por favor!— Pidió la niña —Cepilla mi cabello ¿Si? Por favor— Pidió mirandolo con sus grandes ojos verdes. Los mismos ojos que su maestra.
—Ugh, dame esa cosa—
El peine de marfil era sencillo, hecho con los restos de los colmillos de un elefante de Sinea. Regulus sento a la niña en la cama con magia y luego polimorfo en su forma humana en busca de cosas para cepillar el indomable cabello de Soleil. Hierbas y pulpa de sabila para desenredar el cabello y poder cepillarlo.
—Vamos afuera— Ordeno y en las afueras de la casa, dejo un banco a lado de la pileta de agua dulce, acomodo los peines y las hierbas para tenerlos a la mano. Ató su propio cabello y lo recogio para que no le molestara al empezar a peinar a Soleil.
Sentó a la niña en el banco y mojo su cabello antes de pasarle las hierbas y cremas para poder cepillar su cabello mas facilmente.
Tarareo una cancion mientras cepillaba y secaba el cabello, Soleil cerro los ojos y se relajo hasta quedarse dormida.
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La vida de Penelope siempre fue desordenada, desde que perdió a su madre y se mudo con su padre, desde que transmigro a este juego hace meses, desde anoche cuando perdió el conocimiento tras la invocación de un dragón.
Ni siquiera sabía que Penelope Eckhart era una maga, no había ninguna descripcion en el juego que dijera algo al respecto. Luego pensó en la charla con Vinter hace unas semanas, donde hablaba de la opresión a los magos. Supuso que tenía… ¿Algo de sentido?
Penelope Eckhart, con la percepción mala de las personas, solo sería señalada aun mas cuando se descubriera que era una maga, acusada de brujería, y asesinada. Aunque jugo en todas las rutas en el modo normal, no podía recordar una sola donde fuera ejecutada por brujería o ser declarada como maga.
Cuando despertó en un lugar que no era su casa, ni el ducado Eckhart, cuando se dio cuenta que no usaba el vestido que tenía puesto la noche anterior, el terror se le subió por la garganta y se sentó mirando alrededor, pero el lugar era completamente desconocido, ella al menos, no estaba desnuda. Eso le dio alivio.
Una pantalla del juego se extendió frente a ella para darle algo de información.
Sistema.
Error.
Error.
Historia Interrumpida.
Estas en- A****A
Estas en B***A
Estas a salvo.
Eso ultimo al menos le dio algo de tranquilidad, tampoco parecía que alguien hubiera dormido a su lado durante la noche. Salió de la cama con cautela se dio cuenta que había un par de sandalias a los pies de la cama, no las había visto antes, pero las uso.
Al salir, vio a un hombre de cabello rubio de espaldas y por un momento, creyó que podría tratarse de Callisto Regulus, pero no… esta persona usaba un atuendo diferente a lo que cualquier persona en el imperio Eorka usaría.
Dudando, habló en voz baja y el hombre, que ahora se dio cuenta estaba cocinado con magia, la saludo de regreso y ordeno que se diera un baño.
Una pantalla del sistema se abrió nuevamente frente a ella, dando una descripción de este personaje.
Sistema.
Regulus.
Especie: Dragón dorado.
Rol: fundador del imperio.
Edad: Desconocida.
Has llamado a Regulus en busca de alguien que pueda protegerte.
Regulus, el dragón dorado, le dijo que se trataba de la magia de sus ancestros, él parecía saber mucho del asunto. Le ordeno que comiera pescado y luego que se diera un baño.
Termino el pescado que el dragón dorado, Regulus, había preparado y ella lo comió en silencio sin poder evitar mirarlo cada cuanto, después de todo, tenía una apariencia muy apuesta. Los mismos rasgos que Callisto Regulus, pero al mismo tiempo, eran diferentes: Tenía el mismo cabello rubio que parecía motas de oro, los ojos rojos que parecían gemas de rubí. Pero su cara era mas brusca, su mentón menos afilado que Callisto; la forma de sus ojos parecían mas delicados, un aire casi femenino pero no marcado; los colmillos de sus dientes también parecían mas largos. Y así, otras cuantas cosas que ella podía señalar.
Aunque quiza, lo mas diferente, era su caracter.
El principe heredero tirano loco por la sangre y Regulus, habían sido todo lo contrario a él desde qu se conocieron.
—¿Gran fundador?— Lo llamo Penelope cuando termino el pescado —¿Donde estamos?
Objetivamente, sabía que en algun lugar de Arkina, que antes fue Balta ¿Pero donde, exactamente?
—Esta es mi guarida en alguna playa de Balta, una que tuve antes de moverme mas al oeste, no me parecía bien ir a cualquier otro lugar, así que te traje aquí para que pudieras recuperarte después de usar magia tan descuidadamente— Casi sintió que quería llamarla estúpida, pero al menos no se lo dijo a la cara. Penelope, Siyeon, tampoco era de las que se dejaban insultar abiertamente.
La respuesta tampoco fue clara ¿Donde estaba su guarida? ¿Podría regresar al evento de caza? ¿O a la mansión Eckhart? ¡Necesitaba aumentar la favorabilidad de Iklies para volver a casa!
Penelope quería responderle, pero cerro la boca. Primero quería tomar un baño
—Te mandaron esto de este innecesariamente ostentoso lugar que llaman palacio, es algo de ropa para cuando te bañes. Refrescate y regresa, quiero que hables y me cuentes porque tu alma esta en un estado tan decadente— Le dijo con un tono autoritario que le recordaba a su madre cuando no estaba dispuesta a aceptar un No por respuesta.
—Gracias— Recibió la bolsa y fue a darse un baño.
Se trataba de un geiser que burbujeaba, no parecía activo como para que explotara en cualquier momento y la calcinara, bajo la cortina, se quito el vestido interior y entro al geiser. El agua caliente la relajo.
Dentro del geiser, se dio cuenta que parecía mas un jacuzzi, por dentro no había rocas filosas que lastimaran sus pies, ni su espalda o brazos, incluso tenía escalones para sentarse. Era como marmol, mientras la bañera del ducado era de porcelana.
Penelope se sumergio mas tranquilamente, mojando su cabello y luego estirandose para alcanzar la bolsa sin salir del agua caliente y ver si habían mandado algun jabon o aceite para el cuerpo: Le mandaron una toalla, sandalias, vestidos ligeros, un jabon con forma de rosa y algo de dinero. Se sumergió un rato mas en el agua y luego finalmente salió, se seco con la toalla al pendiente de que Regulus no entrara al baño, aunque el dragón dorado nunca irrumpio.
Finalmente se vistió a si misma con ropa interior, el vestido, las sandalias y salió secando su cabello con la toalla.
Regulus estaba sentado en la mesa donde antes comieron, los platos se estaban lavando solos detras de él con magia, estaba leyendo un libro que dejo abajo cuando ella llego.
—¿Qué es?
—Escritos por una versión mas vieja de mi. Estoy tratando de entender el porque de muchas cosas de ese imperio suyo al que llamo Eorka, debí llamarlo, no se, el asombroso legado del dragón dorado Regulus, o algo así— Refunfuño dejando el libro, que ahora Penelope entendió que se trataba de un diario, descuidadamente sobre la mesa, sus manos salieron disparas a sujetarlo antes de que se golpeara tan descuidadamente y se dañara. Suspiro con alivio y lo dejo con cuidado en la mesa ¡Era una reliquía, después de todo! —Bien, ¿Que pasa con tu alma?
—No entiendo que quiere decir— Respondió Penelope con sus manos sobre su regazo, apretando el vestido por los nervios.
—Saltatelo, Penelope. Sé que eres una maga del linaje de mi Eorka, de mi maestra— Le dijo directamente —Mi atributo me permite percibir las almas y sus relaciones con otras almas a pesar de que cambien de apariencia, entonces, ¿Qué pasa con la tuya? Se ve… diferente, muy diferente.
—¿Qué pasa con mi alma?
—Para empezar, parece ser trizas, pegadas y mantenidas juntas a la fuerza, hay otra alma apretando esos trozos para mantenerlos unidos. Tu alma tiene agujeros y honestamente, es el alma con peor estado que he visto en toda mi vida y pelee contra las miserables Leila y sus esclavos.
Penelope apreto el vestido y miro la mesa, pensando en esas palabras, pero Regulus no le dio tiempo de procesar la noticia cuando continuo hablando.
—Y es diferente, como si fuera arrastratada de otro lugar, Penelope. Todas las almas que he conocido, no, eso es mentira, la mayoría de las personas que he conocido tienen un mismo color de alma, solo he conocido a un hombre cuya alma se ve de color diferente, aunque su estado es mucho mejor que la tuya. Él dijo que venía de otro lugar, un lugar llamado Alemania o algo así, estaba casado y con hijos en ese lugar y un día, desperto aquí. Mi maestra lo ayudo a volver por donde vino.
Eso hizo que lo mirara con completa atención ¿HAbía una manera de que pudiera volver a casa, a su mundo, a su vida sin la necesidad de llegar al final del juego sin una declaración de amor?
—Soy… de un lugar llamado Corea, en un mundo llamado Tierra— Le conto mirandolo con cautela —Mi nombre es Cha Siyeon y un día… desperte como Penelope Eckhart en este cuerpo, en otro mundo.
Cuando Regulus no se burlo, no le dijo que eso era una tontería, y solo la miro con atención esperando que siguiera, tomo algo de valor y continuo hablando, contandole lo que había pasado desde que llego aquí: El trato en el ducado por parte de los sirvientes, el trato por parte de la familia. No pudo evitar romper a llorar, aunque Regulus no ofreció ningun consuelo, tampoco fue cruel al obligarla a contarle.
—Han aparecido estas pantallas frente a mi— Admitió con la voz quebrada y lagrimas en sus ojos —Cuando llegue aquí, no podía hablar por voluntad, me obligaron a elegir opciones para poder hablar y defenderme, las pantallas… basicamente me dijeron que tenía que obtener una declaración de amor de algunas personas.
—¿Quienes?— Pregunto Regulus
—Es… un esclavo llamado Iklies— trago saliva —Mis hermanos adoptivos, Derrick y Reynold, el marques Berdandi o… bueno, el ultimo lo descarte— Regulus asintió cruzando los brazos, pensando en sus siguientes palabras —He podido ver su afecto, la cantidad de afecto que tenien hacia mi.
Él se quedo callado por un largo, largo rato, juntando las yemas de sus manos frente su boca para pensar con ojos desenfocados, pupilas verticales como algunos reptiles. EL cabello rubio recogido en una trenza en su espalda, atado con cordones de pesca mas gruesos. Se veía como esos emperadores griegos de los que Penelope estudio en la universidad.
—El amor… te hace hacer cosas extremas. El odio tambien, pero el amor es lo unico que puede garantizar alguna lealtad. Puedo entender porque te pedían una declaración de amor, era para garantizar que te ayudaran, pero Penelope, el afecto y el amor son cosas diferentes: Que puedas ver el afecto, no significa que sea amor. Es diferente a como amas a un hermano a un hijo o un amigo o esposo o un padre.
Regulus dudo, como recordando algo —Algunos incluso son mas fuertes que otros— Finalizo.
Penelope no podía decirlo ni siquiera saberlo: Su madre ciertamente la amaba ¿Pero su padre? No recordaba que el hombre le mostrara afecto, ni él ni sus hermanos, mas alla de la obligación de ocuparse de ella.
—¿Pero para que es necesaria la confesión de amor? ¿Que quieren que te ayuden sin cuestionarlo…?— Se quedo callado de repente, dandose cuenta de algo —¿Hace cuanto llegaste a este mundo?
—Unos… tres meses, creo.
—Supongo que no sabes de ningun otro ataque los bastardos que atacaron cuando llegue.
—¿Los cultistas? No… No se mucho al respecto… quiza Vinter sabría…
—¿Quien es ese?—
—... El marques Berdandi— Dudo en decirlo, pero era un dragón, entonces… ¿Debería estar bien, no? EL dragón también tenía magia —Él es un mago.
—Uno de tus objetivos es un mago— Dijo Regulus con un asentimiento y una cara contemplativa, pensando lo que debería decir —Un mago, seguidores de las Leila, un alma de otro mundo… Los unicos que pueden traer personas de otro mundo para encarrilar las cosas son los Dioses…— Hizo un ruido de agonía, agarrando su cabeza y pensando —Esto se pondra terrible.
Los dos se quedaron callados un largo rato hasta que Regulus se levanto y busco en los cajones, saco un peine y fue detras de Penelope.
—Quedate quieta, me da algo ver tu cabello tan enmarañado como el de Soleil— La reprendió y la hizo mirar al frente —Aun esta humedo, entonces… No te levantes.
Salió de la casa y regreso luego de un rato con algunas plantas, en el lavabo, las abrio con sus garras y saco la pulpa, la mezclo en un frasco con agua y luego volvió con Penelope, vació de poco a poco la mezcla en su cabello y luego, peino.
[El cabello de Penelope era largo y rizado, muy parecido al de Soleil, aunque su color de cabello es diferente]
[Oh, Regulus, nunca has dejado de extrañarla]
Notas:
Recordemos que Penelope estaba inconsciente, por lo que nunca vio la forma humana de Regulus hasta la mitad del cap pasado. Aparte, lo ultimo que supo antes de desmayarse es que estaba en el banquete de caza, luego desperto sin el vestido, en un lugar desconocido, digo, obviamente estaba asustada.
—¿Que pasa, Regulus?— Pregunto la hija de su maestra, Arkina llevaba un vestido de lino sencillo atado con cordon debajo de su pecho. En sus manos cargaba una cesta con los materiales que iban a comerciar cuando viajaran al continente.
—No es nada— Respondió el dragón dorado en su forma humana.
Arkina lo miro con una cara de piedra, miro alrededor y luego siguió la mirada del dragón adolescente para encontrar que era lo que estaba observando: Era Soleil, en los brazos de su padre, la pareja de Arkina.
Arkina dejo caer el cesto al suelo antes de que ella misma se dejara caer sin cuidado a su lado, le pasara un brazo por debajo de las piernas y el otro atras de su espalda en un movimiento rapido antes de que tuviera la oportunidad de resistirse, entonces lo levanto del suelo como solía cargarlo cuando era pequeño y apenas había eclosionado del huevo.
—¡¿Qué crees que estas haciendo, mujer demente?!— Grito sorprendido agitandose para que lo soltara y lo dejara caer. Sería inutil, claro, a pesar de que Regulus era un dragón y podría librarse si realmente lo quisiera, no quería lastimar a Arkina, ademas, Arkina era quien se encargaba mas del trabajo que requería esfuerzo físico.
Si bien podía usar magia, como su madre y otros miembros de clanes, prefería hacer algunas actividades por su cuenta sin usar magia, lo que la llevo a desarrollar una fuerza considerable.
—Ya, ya, no estes celoso, Regulus— Le dijo con un tono ligeramente divertido que hizo que su cara se pusiera de un rojo brillante, se encogió en su lugar en los brazos de Arkina y la miro de reojo, Arkina sonreía, pero no parecía estar burlandose de él.
Siempre fue así.
—Arkina puede ser la primer hija de mi esposo, pero tu, Regulus, siempre seras el mío.
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Penelope Eckhart parpadeo cuando sintió magia, el maná de Regulus, envolverla y el lugar cambiara, ya no estaban en la guarida, sino de regreso en el palacio imperial, en la sala del trono.
Su aparición conmociono a los sirvientes y pocos nobles que estaban en el gran salon, algunos corrieron a informar de su aparición y otros simplemente se apartaron, por algun motivo temerosos. Penelope los miro confundida y luego miro al dragón a su lado, ligeramente frente a ella, con el mentón levantado y mirando a todos como si fueran nada mas que tierra.
—Vamos a buscar a ese hombre que dices que te adopto— Dijo empezando a caminar y Penelope tardo un momento antes de seguirlo apresuradamente.
Caminaron por el pasillo hasta dar a las puertas que daban al palco de caza. Fue ahí donde encontraron al principe Callisto que parecía que estaba yendo a buscarlos.
—Princesa, fundador— Saludo con un asentimiento a este ultimo. Penelope hizo una reverencia al encontrarse con el principe, su cuerpo se movió por su cuenta, la princesa ducal miro al principe y luego al fundador del imperio, que la empujo ligeramente con una mano en su espalda.
—¿Se ocuparon de los atacantes de ayer?— Pregunto Regulus directamente.
—Si, estan en las celdas siendo cuestionados.
—Quiero hablar con ellos— Dijo como una orden, algo que haría independientemente de los deseos de los demas —¿Qué tan bueno eres con esa espada?—
—Bastante bueno— Respondió con honestidad, Penelope tuvo un escalofrío al recordar como casi la mata en su primer encuentro, como decapito al asesino en el banquete del segundo principe.
Se llevo una mano al cuello sin darse cuenta, Callisto la miro levantando una ceja y resoplando casi como si se estuviera riendo de ella, Penelope inconscientemente se escondió aun mas detras de Regulus.
—Bien— Regulus se dio vuelta y empujo levemente a Penelope con una mano en la espalda de la princesa para que avanzara —Entonces protegela hasta que regrese. Siyeon, asegurate de encontrar al hombre que enterro a tu madre. Quiero ver el cuerpo.
¿Por qué la llamo Siyeon? Miro a Callisto alarmada, aunque el principe parecía darse cuenta, no dijo nada.
—Estoy bastante ocupado, puedo hacer que alguien mas la cuide si es de su preocupación, fundador.
—No— Respondió bruscamente Regulus —Esta niña es un objetivo para esos mierda sin cerebro cultistas de la deidad demoniaca. Manten un ojo encima de ella, si estas ocupado, llevatela contigo entonces.
Y dicho eso, desapareció en un torbellino de maná con un brillo dorado. Penelope miro con cautela a Callisto y el principe la miro a cambio antes de preguntar.
—¿Siyeon?— Pregunto Callisto, Penelope iba a abrir la boca para decirle alguna excusa, pero él siguió hablando —Parece un nombre del este, de Arkina y sus fronteras ¿Es tu otro nombre, princesa?
—Es el nombre con el que crecí antes de llegar al ducado— Respondió, una verdad a medias.
Callisto asintió.
—EL fundador dijo ayer que creció en ese lugar y… bueno, también dijo que lo invocaste.
—¿Preguntara de mi magia, su alteza?— Pregunto Penelope con el corazón martillando contra su pecho, las palabras de Vinter resonando en su cabeza recordandole del estigma contra los magos.
—No tengo ningun prejuicio contra los magos, no hay nada de que preocuparse— Respondió Callisto sencillamente, echando un poco la cabeza para atras —Estoy sorprendido de que hayas podido invocar al fundador del imperio, tengo curiosidad al respecto ¿Por qué a él?—
Penelope recordo las palabras del sistema en la mañana, diciendole que invoco a Regulus inconscientemente, buscando a alguien que pudiera protegerla.
Su expresión debió cambiar a algo distinto para que el principe la interrumpiera antes de poder hablar.
—Olvidalo, no me lo digas.
—Gracias.
—Esta bien, vamos, tengo muchas cosas de las que ocuparme antes de la cacería y no creo que el fundador este feliz de que te deje fuera de mi rango de visión. Vamos a buscar al duque, princesa. Lleva desde anoche tratando de armar un plan para recuperarte.
Cuando caminaron por la zona donde la noche anterior fue el banquete interrumpido, Penelope pudo ver que todo parecía intacto, habían arreglado todo de la noche a la mañana y ahora parecía que no paso nada. Algunos nobles que estaban ahí la miraron, algunos ocultandose detras de sus abanicos y otros mirandola descaradamente… a su vientre.
—¿Tendremos una crisis de sucesión?
—¿Esta embarazada del fundador?
—¿El dragón dorado dejo un hijo para esta epoca?
Siyeon se sintió pequeña bajo sus miradas, se sintió… se sintió como cuando-
[El primer evento al que su padre la llevo, cuando todos la miraron y hablaron de su madre muerta como si Siyeon no estuviera presente. Pero no podía hablar, solo encogerse en su lugar cuando su padre y medios hermanos se mercharon a hacer algo de su propio interes, la dejaron sola.
Siyeon estaba sola]
Cuadro los hombros y apresuro un poco mas sus pasos.
Se pregunto si la verdadera Penelope alguna vez había escuchado cosas similares en los banquetes a los que iba.
Después de todo, su cabello en algun momento fue rosa, como los verdaderos hijos del duque ¿Los nobles hablaron de su madre, diciendo que fue la puta del honorable duque Eckhart? Incluso si no sabía de quien heredo el cabello rosa, si el madre o la padre bilogicos, ¿La verdad genealógica le importaría a alguien?
Entro a la carpa, casi escondiendose de las miradas de todos.
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Callisto tardo solo un segundo mas en entrar detras de ella, pero antes de eso lanzo una mirada venenosa a los nobles, que rapidamente apartaron la vista, entonces finalmente entro detras de ella y cerro la solapa.
—¡Penelope!— El duque se levanto de su silla, donde había estado almorzando con sus hijos y fue a abrazar a la princesa con fuerza entre sus brazos, Penelope se quedo quieta un segundo antes de levantar las manos y palmear ligeramente su espalda.
—Hola, padre— Saludo en voz baja.
El duque dejo de abrazarla, pero la sujeto por los hombros para ver correctamente su cara. Reviso su cara, sus ojos, su cuello, brazos y luego le dio una vuelta para asegurarse que estaba bien.
—¡Señorita!— Exclamo sorprendida y feliz una sirvienta, que tenía ojos enrojecidos por el llanto, dejando caer una cobija, para correr a Penelope y abrazarla cuando el duque finalmente la solto con una expresión de alivio. Reynold Eckhart se levanto también de su silla y todavía con la sirvienta abrazando a Penelope, la reviso después de su padre.
—Oye ¿Estas bien?— Le pregunto directamente —Ese sujeto te hizo algo?— Le pregunto bajando la voz.
—Estoy bien— Respondió Penelope sencillamente —Solo estaba agotada después de invocarlo—
—Invocar… Penelope ¿Eres una maga?— Pregunto el duque sorprendido. Derrick Eckhart se levanto de su asiento, parecía enojado.
—¿Qué estabas pensando en mantener eso en silencio? ¿Tienes idea de como afectaras al ducado?
Penelope cerro la boca y bajo la cabeza, repentinamente aterrada.
Parecía asustada, de alguna manera, era diferente a la charla que tuvieron la noche anterior antes del ataque, cuando estaban hablando de esa declaración de amor obviamente falsa, pero que había hecho sonreír a Callisto en las ultimas semanas. El miedo y nerviosismo de entonces era diferente al miedo que mostraba ahora.
Lo resintió aun mas cuando la sirvienta que la estaba abrazando, la solto. Aunque tampoco hizo nada por mantenerla a su lado, Callisto avanzo un paso y tiro de ella para dejarla detras de él.
—Duque Eckhart— Llamo directamente a la cabeza de la familia e ignorando al heredero —¿Esto afectara de alguna manera la relación que tiene el ducado con la princesa?—
Esas palabras lo sacaron de su estado, se dio vuelta y grito a Derrick Eckhart en la cara, sorprendiendo a los otros dos hijos del ducado.
—¿¡Quién eres para hablar de esa manera a tu hermana!?— Le reprendió de inmediato, luego se dio vuelta y su voz fue mucho mas comprensiva hacia Penelope —Eres mi hija, eso no lo cambia— Luego miro a Callisto y hablo con firmeza —El ducado no va a darle la espalda a Penelope, ni siquiera por su estado de maga. Desconociamos la información, pero haremos el registro en el libro de magos lo mas pronto posible.
La princesa exhalo un suspiro de alivio, como si hubiera estado reteniendo su respiración hasta ahora, Callisto se dio cuenta entonces que la sirvienta no la había soltado del todo, aun sostenía su mano y parecía lista para correr fuera de la carpa con su señora en caso de necesitarlo.
Bien.
Si se quedaban esta noche aquí, haría que esta mujer la atendiera. Hizo una nota mental para decirselo a la baronesa.
—Su alteza, necesitamos hablar, le agradecería si-
—Me temo no puedo dejar a la princesa aquí, el fundador me encargo personalmente su protección hasta su regreso— Callisto se sentó en uno de los sillones de la carpa, extendiendo los brazos y mirando a la familia con una sonrisa.
El duque tuvo una expresión oscura ante la mención del dragón dorado, farfullo intentos de traición que Callisto ignoro por ahora, antes de pasar a sentarse en el otro sillon con Penelope. Reynold Eckhart llevo su propia silla a lado de Penelope y se sentó a su lado, dejando a Derrick para hacer lo mismo, pero del lado de su padre.
—El fundador quiere saber donde esta enterrada la madre de la princesa— Les dijo directamente —Y exhumar el cuerpo.
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Tras una charla con los Eckhart, Callisto y Penelope dejaron la carpa, ahora que se habían tratado los asuntos de Eckhart, tenía que atender sus propios asuntos. Al menos, que su padre regresara del sur, significaba que él estaba entreteniendo a los enviados.
Cuando lo vio llegar con la princesa Eckhart, el emperador Regulus sonrió y la saludo con mucha mas cortesía de lo normal.
—Princesa Eckhart ¿Como se encuentra?—
—Saludo al sol del imperio— Penelope lo saludo tan bien como lo requería su posición, pero el emperador la hizo levantarse —Me encuentro bien, agradezco su preocupación.
—¿Qué es lo que paso? ¿Donde esta el fundador?—
—Decidió interrogar a los prisioneros— Dijo Callisto —Me encomendo la protección de la princesa.
—Entonces dedicate a eso— Dijo el emperador, como si fuera obvio —La cacería todavía durara dos días mas, mañana tendras tiempo. No la vas a llevar al area de caza.
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Penelope había querido cazar, aunque en el area de animales pequeños, dudaba mucho que Callisto quisiera cazar en la misma area. Reprimió un escalofrío
Miro a Callisto, pero el principe pareció estar de acuerdo con su padre.
Penelope entonces apreto los labios. Él seguramente iba a hablar con mucha gente. Entonces, ella sería un objeto de habladurías por el resto del día ¿No?
—Esta bien— Dijo Callisto —Tengo papeleo del que encargarme hoy, si alguien importante me busca, estare en mi oficina. Vamos, princesa.
Penelope lo miro con sorpresa, el alivio le recorrio las venas.
Miro a Callisto y supuso que su rostro mostro toda la gratitud que sentía, porque él le sonrió, ella lo siguió de inmediato, feliz de esconderse en el palacio de miradas indiscretas y susurros maliciosos.
Paso el resto de la tarde, olvidando todo lo mas posible del juego, incluso de los puntuajes de afecto que, se dio cuenta, no había revisado desde la noche anterior.
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Callisto paso el resto de la mañana hasta entrada la tarde encargandose del papeleo en su palacio. Había mandado a traer libros de la biblioteca para Penelope y ella se había contentado con tomar un libro de arqueología y sentarse en uno de los sofas de la oficina para leer y dejarlo en paz para que trabajara.
Desde la mañana hasta la tarde, cuando ella se quedo dormida en el sofa.
Callisto entonces tomo un descanso, el boligrafo en la tinta y fue a verla, para quitarle el libro de la mano y algunos mechones de cabello de su cara.
Se veía tan diferente a la noche anterior, cuando quedo inconsciente tras la invocación. Su piel no estaba palida ni perlada de sudor frío. En su lugar, estaba relajada y respirando con normalidad.
Sus dedos se tardaron un poco mas cuando trazaron su mejilla y comisura de sus labios, pero se separo con un sobresalto cuando la puerta de su oficina se abrió y entro Regulus inmediatamente, con una expresión de fastidio, identica a la que Callisto tenía cuando lidiaba con seguidores de Leila o su madrastra.
—Fundador— Saludo con un asentimiento.
El fundador, dragón dorado en forma humana, le dio una mirada de reconocimiento antes de ver a Penelope, su expresión se relajo aun mas.
—¿Hace cuanto se durmió?— Pregunto acercandose, Callisto no se movió.
—Diez minutos.
—¿Comió?—
—Se dedico completamente a la lectura— Se sintió como una niñera, pero no se quejo.
—Nos quedaremos en este palacio ¿Hay un lugar donde pueda llevarla?—
—Porter— Le dijo a su asistente, que había estado con él todo el día, el asistente asintió y dijo que lo guiaría. Pero en lugar de solo despertarla, Regulus la recogio con cuidado, con una mano debajo de sus piernas y la otra en su espalda, ademas de acomodar su cabeza sobre su hombro con cuidado para no dejarla colgar.
Salió de la oficina con la princesa en brazos.
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Regulus salió del huevo en un día de tormenta, era un dragon extremadamente pequeño para cualquier otro dragón, una cosa diminuta de apenas 30 centimetros, todo delgado e incapaz de moverse correctamente. Salió de la calidez del huevo a un ambiente frío y extremo por la tormenta, con enormes gotas que sentía podrían aplastarlo o matarlo de frío.
Un dragón nacía teniendo conocimiento, a diferencia de otras especies, eran casi autosustentables, aunque aun debían ser protegidos en esos primeros años.
Regulus nació solo, en una guarida arrasada hace mucho tiempo, con el cadaver su padre o madre ya descompuesto en la naturaleza.
La lluvia no le permitía encontrar algun lugar seguro donde pudiera refugiarse y aunque pudiera volar,la lluvia no le iba a permitir volar o incluso podrían romperle las alas.
Regulus se dio cuenta desalentadoramente, que podría morir poco después de nacer. Incluso cuando intento arrojarse y volar para resguardarse, cayó al suelo, aplastado por el agua y se empapo de segundos.
El dragón dorado se desespero, no deseaba morir, se arrastro lo mejor que pudo para encontrar refugio, no podía ver nada por la lluvia.
Luego nada.
De repente ya no caía agua encima de su cuerpo.
—Aquí estas— Dijo una voz suave, una persona aparición repentinamente detras de él —Así que tu eres el motivo por el disturbio de maná.
Una mano firme levanto al dragón del suelo y lo protegió de la lluvia.
—Ya esta, estas a salvo ahora— Ahueco a la criatura entre sus brazos, miro hacia arriba y la vio por primera vez: Se trataba de una mujer de cabello oscuro, rizado y ojos verdes, sus ojos eran rasgados y tenía una nariz recta.
El dragón dorado se movio en su agarre para poder verla mejor, su largo cuello aun no podía equilibrarse del todo y no podía mantenerlo quieto para poder ver correctamente, pero ella no lo solto.
—Anda, vamos con mi madre para que pueda darte algo de atención.++
Notas:
Regulus cada vez que se menciona algo relacionado con los cultistas y Leila:
Los animales se movían diferente cuando estaban en peligro, agudizaban el oído y tensaban el cuerpo para echarse a correr en cualquier momento. En contraste, los animales y criaturas que absorbieron demasiado maná y trasmutaron, cuando sentían peligro estaban dispuesto a pelear.
Regulus observo estos contrastes y luego miro a su maestra cazar, tirando del arco con toda la determinación que conllevaba, mirando atentamente al ciervo que iba a disparar antes de que soltara la cuerda del arco y esta saliera disparada contra el animal. La flecha le atravesó el corazón y acabo con él de un momento a otro, simple y sin dolor.
—Buen tiro— Dijo Arkina, aplaudiendo a su madre.
A diferencia de sus vestiduras habituales de lino, esas que usaban en las costas de Balta, ahora llevaban un traje de pieles mas abrigado, ya que se encontraban en las montañas altas del clan Lap’zuli, la familia de Maltban. Estaban visitando porque la madre del hombre acababa de morir y como cabeza de una de las grandes familias de la comunidad de magos de Balta, acudían al funeral para mostrar su respeto.
—El ciervo es grande— Regulus se dejo caer en su forma draconica sobre el animal, no olía a enfermedad ni a infección por las almas cazadoras de Leila, a saber que a veces usaban animales como cebo para acercarse a todo lo que encontraran.
—Si, esta- ¡Regulus! ¡Atras!— Su maestra grito de repente, Regulus la vio poner otra flecha rápidamente en el arco, la sintió cargar la flecha de su magia y él se dio vuelta.
Hablando de eso.
El ciervo no estaba infectado, en cambio, la cria que lo seguía si lo estaba.
Su piel se abrió y una criatura de diez veces su tamaño creció a partir del pequeño cuerpo, una altura mucho mayor que supero pronto a Regulus. Goteaba el maná muerto, altamente mortífero para cualquier ser vivo a pesar de que era parte de la propia naturaleza, y se abalanzó contra Regulus, que se paralizo por el miedo.
Tenía que moverse, moverse, quitarse del camino, pero-
Pero estaba aterrado.
El monstruo, un par de metros mas alto que él, gritaba y sonaba como un lamento, como si estuviera sufriendo en agonía.
Son monstruos incompletos, él lo sabe, son monstruos creados a partir de incontables sacrificios para robar el maná de seres vivos y luego, sus almas son obligados a fusionarse para crear estos monstruos. Almas cosidas en injusticia, dolor y agonía.
Regulus puede escuchar sus gritos claramente gracias a su atributo.
La flecha pasa silbando a su lado y se clava en el brazo extendido de la criatura, que estaba a punto de tocarlo y luego la mano de Arkina lo agarra por el cuello, para tirar de él hacia atras y ella misma retrocede antes de sacar su hacha del cinturon de cuero y balancearla con sus dos manos para cortar a la bestia, rodeada de su magia para aumentar el daño y acabar con su sufrimiento.
—¡Regulus!— Sus oídos se destapan y finalmente es conciente de nuevo, se mueve para rodear a Arkina con su cuerpo, levantando un escudo a su alrededor.
El maná muerto no le hara nada a ella, porque es naturaleza, mas bien no la matara, pero le provocara dolor. Regulus quiere evitarle ese dolor.
Sus ataques no serviran de nada contra la criatura, porque solo se alimentara de su maná y lo hara mas fuerte, es mejor dejar que su maestra y Arkina se encarguen del monstruo.
Un hachazo y tres flechas, son lo que se necesitan para acabar con la criatura.
Los tres se quedan en silencio, mirando a la criatura muerta que finalmente se queda callada, que ya no hace ese ruido chirriante que le desgarra los oídos.
—Se estan haciendo osados— Dice en voz baja Arkina, con el ceño fruncido y un tono de desagrado. Se refiere a los adoradores cultistas, los ladrones de maná.
—¿Maestra?— Regulus llama a su maestra, Eorka se agacha al animal, no a la criatura, al animal del que había salido: La cría del ciervo, y pasa sus dedos por el pelaje del cervatillo.
—No solo osados, esto fue una estrategia— Dice su maestra, arrodillada a lado del animal. Ve al cervatillo y luego al ciervo adulto que cazaron a unos metros —No somos los unicos que cazan y el Ark’htam esta solo, si el chico hubiera estado aquí, estaría muerto.
Se levanto de la tierra y miro a la colina donde se concentraba el campamento de familias que venía al funeral, junto el pulgar y el indice, para crear un ave con su magia a la que le susurro algo en voz baja y la lanzo a volar, seguramente para avisar de la bestia.
—Volvamos, tenemos nuestra preza. No es seguro y tenemos que levantar una barrera en nuestro campamento. .
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Penelope despierta en la noche en una habitación desconocida, por segunda vez en menos de veinticuatro horas.
La primera vez en la guarida de Regulus en Balta, las islas Arkina.
La segunda vez aquí, mucho mas lujoso y espacioso que antes, le recordaba a la habitación del ducado, pero esta era mas grande. Regulus no estaba en la habitación y a diferencia de la vez anterior, esta vez no le quitaron nada de ropa.
Se levanto de la cama tallandose los ojos y noto que ya estaba oscuro afuera, aun escucchaba algo del bullicio del evento de cacería, esta era.. ¿La segunda noche del evento de caza? El sistema había estado callado desde que dejaron la guarida de Regulus.
Se levanto de la cama y camino a la ventana para asomarse afuera, podía ver a lo lejos a algunos nobles moviendose de un lado a otro en la pista de baile, le parece distinguir la rosa del ducado en una de las pancartas, pero no presta tanta atención.
Tiene hambre.
Su estomago ruge y se asoma fuera del cuarto ¿Debera ir a buscar a Regulus? Se suponía que tenía que quedarse con el principe heredero. Callisto había seguido esas indicaciones desde que Regulus se lo dijo, incluso decidió encerrarse en su oficina con ella en lugar de ir a la cacería para evitarle el mal rato de todas las miradas de los nobles y extranjeros.
Incluso ausentandose de su propio evento de cacería, por lo que no se aparto de su lado… seguramente Regulus vino a buscarla y la dejo aquí.
—¿Princesa?— Se asomo del otro lado del pasillo y ahí, una de las damas del palacio salía de uno de los cuartos con otras tres sirvientas, que si llevaban el uniforme.
La dama tenía el cabello rosa, aunque mas cerca al rubio, y pecas en la cara, ademas de ojos marrones.
—Ha despertado ¿NEcesita algo?— Le pregunto acercandose, haciendole un gesto a las sirvientas para que se queden atras.
—¿Donde esta el fundador?—
—El fundador del imperio esta en las celdas ahora mismo, con su alteza— Le dijo la mujer —¿Desea que le informe que ha despertado?
—Esta bien, solo tengo hambre.
—LE traere una bandeja de comida. El duque Eckhart ha pedido que su sirvienta que venga a acompañarla ¿Le parece bien?—
—Si— La mujer dio un asentimiento, hizo un gesto al grupo de sirvientas y ellas se marcharon, seguramente para cumplir sus ordenes —¿Me permite entrar? Le preparare un baño.
—Gracias— Se hizo un lado y la dejo entrar, la mujer era rapida y eficaz, se presento como Levonny, jefa de sirvientas del palacio del principe heredero y Penelope no podía recordar ni una sola mención de ella en el juego original, aunque… quiza no un juego del todo.
Las palabras de Regulus aun seguían en su cabeza, todo eso de las almas, del afecto, amor y lealtad.
Cuando Emily llego, Penelope ya estaba en la tina de baño sola, porque Levonny no podía atenderla, tenía cosas que hacer, pero Penelope no necesitaba que la bañaran, podía hacerlo por su cuenta. Emily llego con la bandeja de comida antes de saltar hacia ella, para tallar su cabello con aceites.
—Señorita, durmió durante mucho tiempo— Dijo Emily preocupada —No me dejaban entrar sin su permiso, así que estuve esperando en el area de servidumbre del palacio del principe ¡Es muy diferente a la mansión! Creo que la señora Reyna estaría celosa de la sincronización de todos aquí.
Mientras ella parlotea, Penelope esta feliz de escuchar una voz familiar, hasta que EMily finalmente suena mas seria, cautelosa.
—Acerca de su madre biologica— Dice con cuidado —El duque ya ha dado la orden de que sea exhumada del cementerio para presentarla ante el gran fundador del imperio— Le cuenta con cuidado, pasando una toalla por su cabello para secarlo y atarlo antes de que saliera de la bañera —El joven maestro Reynold ha sido encargado de supervisar eso, así como el traslado del cuerpo al ducado.
—Entiendo, gracias por decirme, Emily—
EL cuerpo de una mujer desconocida para Siyeon, la madre de Penelope Original.
Una mujer muerta hace mas de cinco años y de la que no se mencionaba ni un poco durante la historia del modo normal, tampoco de lo poco del modo díficil.
Al terminar de bañarse y vestirse, se toco la puerta cuando estaba cenando.
—Adelante— Emily fue a abrir y salto cuando se dio cuenta de quien era la persona, el dragón, mas bien.
Se trataba de Regulus, que tenía algunas escamas doradas brillando en sus sienes, orillas de los ojos y en la mandibula. Parecía furioso. Antes de que Penelope pudiera preguntarle que pasaba, él le dijo que comiera antes de empezar a caminar de un lado a otro, furioso por lo que sea que estuviera pasando por su cabeza, sosteniendo un libro bajo su brazo y enterrando sus uñas, que se estaban convirtiendo en garras.
—El linaje de mi maestra— Farfullo indignado —Reducido a una chiquilla sin conocimientos basicos de su sangre ¡Y esos miserables bastardos! ¡Ambiciosos desgraciados! ¡Asquerosos sin cerebro cultistas de mierda multiplicandose como insectos debajo de las rocas!— Maldijo Regulus, caminando en circulos furioso, con la tunica ondeando un poco por sus apresurados pasos.
Los cuernos de marfil sobresalieron desde detras de sus orejas curvandose sobre si mismos, a Penelope le recordaba la imagen de un chivo o algo así, pero tampoco se atrevio a reir por esa imagen mental.
—¡Penelope!— Grito de repente, llamando su atención, ella, que iba a meterse comida a la boca. Bajo la cuchara y lo miro.
—¿Qué pasa?
—¡Termina tu comida! ¡Te enseñare magia defensiva!— Le ordeno antes de sentarse enfurruñado en el alfeizar de la ventana, que tenía cojines, y abrir el libro con murmullos furiosos cada cuanto, alternaba entre maldecir a los cultistas y maldecir a sus propios descendientes, que dieron caza a los magos.
El resto de la noche se la paso practicando magia defensiva, era infinitamente dificil concentrarse. No sentía… lo que sea que Regulus le dijera que tenía que sentir para desbloquear su magia. Ya que el dragón dorado no practicaba ese tipo de magia, él tampoco podía explicarle como hacerlo correctamente.
Fue la frustración lo que al final la ayudo a crear… algo.
Un pequeño escudo, apenas del tamaño de su mano. Un escudo de luz ligeramente verde.
Emily grito detras de sus manos, sorprendida y emocionada, Penelope miro el escudo con conmoción, cuando empezo a parpadear y desaparecer, volvió a concentrarse en la sensación, la frustración y volvió a brillar de nuevo, esta vez incluso haciendose un poco mas grande.
—¡Señorita, piense en extenderlo!— EMily le dio el consejo, bastante emocionada.
Visualizo no el escudo como tal, al menos no como los escudos medievales. En su lugar, penso en una cupula, en esos escudos que solía ver en Corea, en los dibujos animados. Esos donde el superhéroe con poderes psiquicos levantaba a su alrededor y alrededor de su equipo, como una esfera. Lo moldeo en su mente y luego se concentro profundamente en eso, extendiéndolo y amasando a su alrededor, con los ojos cerrados para concentrarse.
Pronto ya no escucha a Emily, y Regulus no ha hablado desde que comenzo a crear el escudo, se concentra tanto en el escudo que olvida todo lo demas por un momento.
Protección, protección.
Piensa en… piensa en ese momento, en la escuela secundaria, cuando fue golpeada en la escuela sin poder defenderse.
Piensa en el día que camino sola a casa bajo la lluvia. Piensa en todo eso y piensa en su madre, protegiendola en un abrazo cuando las asaltaron tras volver del museo un día.
La ira que sintió en ese momento, cuando el ladrón se llevo el bolso de su madre, con el dinero de la comida de la semana, la ira se enciende de nuevo y de pronto es mas facil manejar el escudo a su antojo. Para cuando abre los ojos, puede vera Emily y a Regulus mirarla del otro lado de la cupula, Emily parece sorprendida y Regulus-
Él sonrié.
Parece orgulloso de ella, orgulloso de una manera en que no la han visto así desde que su madre murió. Ciertamente, no recuerda a su padre en Corea mirarla de esa manera y las mas parecido es el duque Eckhart, esa tarde que le regalo el amuleto magico.
Algo que creyó muerto hace mucho tiempo, cobra vida dentro de ella: Esperanza, la fé en alguien mas.
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[Oh, Siyeon, nunca lo sabras. Tu padre enmarco tu carta de aceptación en su oficina el día que se lo contaste]
Notas:
He tenido que investigar algo acerca de reptiles y criaturas aladas, solo para hacerme una idea de su estructura. Personalmente, pienso en la forma draconica de Regulus como el dragon Caraxes, de house of the dragon, que es mas parecida a un weyvern, claro, Regulus tendría cuatro paras en lugar de dos.
Esta forma, mas parecida a un wyrm, sería solo durante la infancia y primera a segunda fase de crecimiento.
Les dejo imagen de referencia que encontre en google acerca de las diferencias entre cada especie.
Lo curioso de juego de tronos y sus derivados, es que sus dragones son mas parecidos a wyvern que a dragones, pero este depende de cada autor y si autor de la obra dice que sus dragones solo tienen dos patas, entonces solo tienen dos en el canon de su obra, para todos los demas, es cuestionable.
Como sea, personalmente me imagino que durante los primeros años de Regulus, su apariencia es mas cercana a esto, aunque 4 patas en lugar de solo dos:
Aunque en dorado y obviamente, mucho mas pequeño. Tengo que decir que también me estoy basando en las descripciones de 'Trash of the counts family' por lo que Regulus tendría esa apariencia los primeros 26 años de su vida, hasta su segunda fase de crecimiento, donde comenrían a salirle mas cuernos y comenzasía a ensanchar el resto de su cuerpo.
En el momento que es atacado, en la primera parte, medía menos de dos metros y el mostruo de Leila lo superaba por mucho, estaba todo flaco y podía ser facilmente aplastado, motivo por el que Arkina no batalla mucho para quitarlo del medio.
De ahí, en su forma draconica hasta los 26, llegaría a medir maximo dos metros y medio, tras pasar su segunda fase de crecimiento, su cuerpo comenzaría a cambiar: mas cuernos, mas masa muscular, aumento de crecimiento constante.
La ceremonia de entierro de un miembro del clan fue acompañada de canticos y demostraciones de magia. El ritual de descanso involucro a varias personas rodear el cuerpo que se envolvía en algodon y lino antes de ser regresado a la tierra.
A diferencia del llanto de otros pueblos cuando enterraban a sus muertos, los magos de la naturaleza cantaban para honrarlos. Canticos sin letra, solo un tono, un ritmo en la lengua de su día a día.
Regulus no era apegado a Maltban, a ninguno de los otros clanes a pesar de que los conocía desde que su maestra lo llevo con ellas al primer consorcio de clanes, principalmente porque todos los clanes excepto el de su maestra, lo veían como un intruso a sus costumbres, magias y tecnicas.
El propio Maltban dejaba en claro su, no desprecio, pero si falta de apreció por él, desde que empezo a cortejar a Arkina, pero el cabron sabía disimularlo cuando ella estaba cerca y Regulus tampoco se lo contó a Arkina. Ella se dio cuenta cuando nació Soleil y fue mas obvio en la diferencia de trato, pero para eso, Regulus ya había dejado de pensar con afecto en el sujeto que solo era el compañero de vida de Arkina.
La ceremonia de entierro era algo muy privado y la ultima en la que estuvo, esa donde una bestia de Leila los ataco, solo fue tan grande porque coincidió con el consorcio del equinoccio de otoño. Era algo privado, algo intimo de familia.
Maltban nunca considero a Regulus como parte de los suyos, pero incluso cuando el hombre muere, Regulus esta aquí, de pie en su tumba, mientras mira como lo bajan envuelto en algodón y lino de regreso a la tierra.
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—¿Por qué mi hija no se queda en las carpas de Eckhart?— Pregunto el duque indignado.
—Porqué esta dormida ahora mismo— Contesto el fundador mirando al duque, como si fuera un tonto que necesitaba una respuesta obvia —Porque tu no puedes cuidarla y porque no voy a dejar a la descendiente de mi maestra al cuidado de alguien que no puede cuidarla.
Wow, ese tono de morado era nuevo para Callisto. Temió por la salud del duque.
Un segundo ¿Eso quería decir que él iba a ser el protector de la princesa ahora?
—¡Ni siquiera me permiten verla!
—Estuvo todo el día con este de aqui— El fundador lo señalo a él con el pulgar —¿Te diste el tiempo para buscarla?
—¡Apenas tengo tiempo de nada!— Protesto el duque —Las comidas son los unicos momentos en que puedo ver a todos mis hijos.
—Bueno, entonces no estas haciendo un esfuerzo— Lo reprendió regulus con las cejas fruncidas —Mi maestra era la cabeza del clan, la encargada de las costas y junglas movedizas, la guardiana del asentamiento, y protectora principal cuando había ataques de esas mierdecillas sin cerebro avariciosas, pero todavía tenía tiempo para enseñarme magia, para acompañar a Arkina a caminar y de enseñar a Soleil para usar el telar. Maldita sea, tenía tiempo de sentarse a pescar para la cena.
—No es absolutamente lo mismo—
—¿por qué no?— Le pregunto Regulus —Ella también tenía tres hijos, ella tenía nietos, ella tenía que pelear para mantenernos a salvo, tenía que encargarse del comercio, del consorcio y los rituales para todo y todavía llegaba a casa con nosotros, incluso cuando yo estaba con ella y la ayudaba, incluso cuando Arkina iba con ella. Esa mujer todavía encontro tiempo para su familia ¿Qué hay de ti?
La boca del duque temblo, pero Regulus no fue una persona amable.
—Esuche de Penelope que el año pasado la expulsaron de estos eventos.
Derrick Eckhart pensó que sería buena idea intervenir —Ella amenazo con una ballesta a una dama.
—No te estoy hablando a ti— Le dijo de inmediato mirando a Derrick Eckhart a la cara, el heredero del duque se tensó, repentinamente aterrado y bajo la mirada —¿Por qué la amenazo?
—¿E-Eh?
—Dices que la amenazo ¿Te sentaste a escuchar a tu hija porqué lo hizo?— Le pregunto al duque —Esa niña, hambrienta de atención ¿Tienes idea de como se ilumino cuando le pregunte algo de lo que leyó hoy? ¿Tienes idea de lo atenta que estuvo cuando le enseñe algo tan basico como magia defensiva? Te pregunto de nuevo, duque ¿Escuchas a tus hijos? Ese de ahí— Ahora señalo a Reynold Eckhart —Se ha quedado callado desde que llegue, no involucras a tus hijos en tu vida, ¿Son tus hijos o herramientas?
Callisto en serio, en serio, quería librarse del drama familiar de esta familia, tenía suficiente con el suyo propio.
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El cuerpo de la madre de Penelope fue desenterrado por orden del duque y el ataud llevado al palacio del principe heredero, ya que era ahí donde Regulus decidió quedarse para no estar teletransportandose a su guarida y de regreso todos los días.
Mas que nada, por la comodidad de la propia Penelope.
El cambio de dormir en la cama del palacio a dormir en la de su guarida era bastante notorio, ademas de que había personas que la atendían.
En serio ¿En qué se convirtió su maldita dinastía? ¿Sirvientes? Regulus creció cortando su propia leña para la estufa, pescando para comer y sembrando para intercambiar en el consorcio. ¿Qué es esa mierda de sirvientes que te atiendan? Siyeon, al menos, parece ser el tipo de persona que puede hacer las cosas por su cuenta.
Aunque eso puede deberse mas a que viene de otro mundo donde, ella misma le conto, las cosas son muy diferentes.
—¿Lo abriras ahora mismo?— Pregunto el unico de sus descendientes que hasta ahora, valía un poco la pena. Y eso que solo había conocido a dos: El de la corona que llamaban emperador y el que era bueno con la espada, Callisto.
Por supuesto, del que hablaba ahora mismo y el unico aquí, era Callisto.
—Si— Dicho eso, la tapa del ataud fue arrancada con magia para ver el cuerpo dentro. La mujer se había momificado, de alguna manera y por su cuenta, naturalmente. La piel se le pego a los huesos y tenía un color marron por la putrefacción de sus organos internos hasta que se secaron.
Desafortunadamente, ella no era descendiente de magos, lo que quería decir que Penelope heredo sus poderes y linaje de su padre, de quien no tenía una sola pizca de información.
Metio la mano al ataud y le abrió la mandibula para ver sus dientes, los conto todos. Luego detras de la oreja. Reviso su muñeca, sus tobillos y talones. Conto los dedos de sus manos e incluso le rompió un dedo para estar seguro del sonido.
El hijo del padre adoptivo de Penelope, el chico de cabello rosa, fue quien escolto el ataud y aun estaba aquí, seguramente esperando para volver a regresarlo.
Ese tenía la cara verde y estaba conteniendo arcadas con todas sus fuerzas.
En contraste, Callisto Regulus parecía acostumbrado a estar rodeado de muertos.
Y en un tercer contraste…
—Ya llegue ¡Una momia! ¿Puedo revisarla yo?— Penelope, que se había puesto un atuendo que Regulus le trajo de su guarida, un atuendo que perteneció a la maestra de Regulus, Eorka, entro a la sala donde estaban revisando el cadaver.
Por supuesto, no reconoció a la mujer porque no se trataba realmente de su madre, sino de la madre del cuerpo que estaba usando y de quien no heredo recuerdos, aparentemente.
—Seguro, recoge tu cabello y acercate. Mira aquí— Le ordeno mientras mantenía abierta la boca del cadaver. Penelope se levanto el cabello y lo ato, se apresuro a su lado y miro con atención lo que Regulus le señalaba.
Detras de ellos, el sujeto de cabello rosa parecía a punto de desmayarse.
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Callisto observo, entre curioso y sorprendido, como la princesa Eckhart, el perro loco del ducado, la chimpance con ballesta, se inclinaba sobre un cadaver, el cuerpo de su madre, y contestaba las preguntas de su antepasado, el fundador del imperio, a la vez que daba conjeturas y hacia sus propias preguntas.
—¿Podemos abrirlo para ver que tiene dentro?
Esas palabras fueron suficientes para que el segundo hijo del duque Eckhart, se desmayara, demasiado impactado por, quiza, todo el interes que su hermanastra le prestaba al cadaver.
—No es necesario hacer eso, no hay nada en su estomago que nos interese— Le dijo el fundador, finalmente separandose del cuerpo y Penelope, o Siyeon como admitió que se llamaba, también lo hizo —Ve a lavarte, tocaste un muerto.
Se acerco a una jarra de agua que estaba ahí para lavarse la mano, Callisto la levanto y espero a que ella pusiera las manos sobre la vasija para empezar a vaciarla.
La observo lavarse minuciosamente las manos. Frotar sus palmas, el dorso de ambas manos por turnos, entrelazo sus dedos, lavo sus pulgares e incluso sus uñas.
—Voy a necesitar jabon— Murmuro en voz baja una vez que se seco las manos.
—Acompañala— Ordeno el fundador, aunque no dijo nombres y había guardias aquí, Callisto sabía que le hablo a él. Quizo rodar los ojos, en serio ¿Cuando se convirtió en el niñero? ¡Era el principe heredero! Aunque no podía decir que le molestara, no realmente.
Resoplo un poco y luego acompaño a la princesa fuera, que estaba teniendo cuidado de no agarrar cosas con sus manos. Bien por ella.
—¡Emily! ¡Trae el jabon!— Le pidió a su sirvienta tan pronto regresaron a su habitación. La sirvienta en cuestión, estaba doblando ropa de cama, pero la dejo y fue a por el jabon de rosas para darselo a su señora y luego ayudarla a lavarse las manos, de nuevo, con todo el proceso.
Esta vez, se lavo hasta las muñecas y un poco por encima.
Dio oportunidad de que Callisto viera que habían hecho con la habitación, aunque para ser honestos, solo se había quedado esa noche.
Vio algunas prendas en el armario, vestidos que Callisto podía imaginar en el cuerpo de Penelope; Otros con un atuendo demasiado… antiguo, esos seguramente fueron entregados por el fundador para la princesa. Como lo que estaba usando ahora mismo.
—¿Iras al area de cacería hoy, princesa?— Le pregunto cuando termino de lavarse las manos.
—No lo creo, el fundador dijo que hay un circulo magico de teletransportación debajo del palacio y me va a llevar a verlo— Contesto Penelope —Dijo que llevara esto porque sera molesto ir con vestido a traves de las cuevas.
—¿Hay un qué donde?— Pregunto, pensando que quizá escucho mal.
¿Un circulo de teletransportación? ¿Desde cuando y como porqué debajo del palacio?
Callisto conocía el palacio como la palma de su mano, especialmente desde que tuvo que aprender lugares para huir de asesinos hasta que fue enviado al campo de batalla desde joven.
Y él nunca vio ese lugar que aseguraba el fundador, ¿Pero quien mejor para detectar maná que un dragón?
Se asomo fuera, donde Cedric lo estaba esperando sin atreverse a entrar al cuarto de una dama. Aunque por la mirada que le estaba dando, nada disimulada, no estaba muy feliz de que Callisto no hubiera tenido tales precauciones al entrar.
—No ire a cazar hoy— Le aviso —Acompañare al fundador y a la princesa a un lugar del palacio.
—¿Se saltara la cacería de nuevo?— Pregunto Cedric sorprendido —Entonces solo le quedara mañana para poder ir.
Si quería ganar el primer lugar, si. Cazaría el tigre, el oso y si el mamut todavía estaba disponible, lo cazaría. Pero lo ultimo que supo de ese ultimo animal es que el marques Berdandi ya le había echado el ojo y lo estaba siguiendo por los terrenos de caza.
Ademas, había muchisimos invitados. Su padre, el emperador, estaba haciendo su trabajo de entretenerlos, ya que era lo unico para lo que servía, pero Callisto quería crear conexiones… aunque al final, seguramente los terminaría conquistando con el tiempo.
—Si logramos desocuparnos temprano, me unire hoy mismo.
Después de todo, era temprano. A menos que el fundador se ocupara en otras cosas y le encargara, de nuevo, el cuidado de la princesa a él, Callisto todavía tendría tiempo.
Aunque bien, podría llevarse a la princesa con él a la cacería, ella se había encogido ante las miradas y susurros de los nobles. Verla encogerse en si misma, como si recordara algo que le hicieron en el pasado.
Esa cara simplemente no le convenía a ella.
Anoche, cuando Callisto estaba a punto de dormir, el fundador fue a buscarlo y le exigió que buscara lo que paso en el evento de cacería de hace un año. Ahora bien, Callisto comprendía que un dragón, el fundador de su dinastía, tenía ciertos derechos a exigir cosas, especialmente para alguien tan poderoso como él que no estaba acostumbrado a no recibir un no.
¿Pero aparecer en su recamara en la madrugada?
Si sus reflejos no fueran tan buenos y el fundador tan bueno con la magia, Callisto lo hubiera atravesado con su espada creyendo que se trataba de un asesino.
Así que si, esa misma mañana había tenido que ir a los archivos del año pasado a investigar.
Había leido el archivo y luego se lo entrego al dragón fundador, que ni siquiera lo vio por un segundo antes de llevarselo con él a donde fuera que fuera. Es mas, antes, mientras revisaban el cuerpo, vio los archivos descuidados encima de la mesa a lado del ataud.
¡Ahí estaba su escaso tiempo de sueño!
Mas tarde, aun en el cuarto de la princesa donde la vio practicar magia de defensa con su sirvienta,vio por la ventana como el fundador del imperio le arrojo a la cara al duque los archivos de lo que paso el año pasado.
Que extraño, ¿Donde quedo toda su charla de ayer de preguntarle a la princesa personalmente?
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La cueva donde Regulus los trajo estaba a oscuras, en el momento que aparecieron. Callisto la sujeto por la cintura un momento y luego, cuando estuvo seguro que no se mareo ni nada parecido, finalmente la solto.
—Siyeon, aprende este hechizo para crear guias de luces— Le ordeno el dragón Regulus antes de pronunciar palabras en el idioma antiguo con la mano alzada, cinco esferas de luz se formaron, creando pequeñas lamparas flotantes que iluminaron su camino.
Siyeon lo miro con atención, repitió las palabras en su mente un par de veces y luego empezo a repetirlas, mirando sus manos con atención.
Las chispas parpadeaban un momento, pero no con la suficiente fuerza como las del fundador, aun así, ahi estaban, formandose como pequeñas brazas como en una fogata.
Callisto se quedo a su lado, pero el fundador empezo a avanzar, por lo que el principe heredero la toco de nuevo en la espalda, sobresaltandola y haciendo que se apresurara a llegar al rango de protección de Regulus. Miro a Callisto con ojos entrecerrados de sospecha y el principe se burlo de ella antes de alcanzarlos.
—¿Me tienes miedo, princesa? ¿Es por lo de nuestro primer encuentro?
—¡Cualquier persona normal temería eso!
—Oh, ahora que lo recuerdo. Nunca me contestaste la pregunta, la llegada del fundador interrumpio nuestra conversación ese día ¿Por qué te gusto?
La cara se le puso roja, quizo decirle que estaba alucinando. Pero Regulus los miro algo confundido. Bien ¡Quiza él intervendría y le diría a Callisto que la dejara en paz!
—Nada me haría mas feliz que mi linaje se enlace con el de mi maestra, Penelope, tienes buen gusto si este de aqui te gusta.
Se sintió a desmayar.
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—Llegamos— Anuncio Regulus una vez que saltaron la ultima piedra. Ahí en medio estaba el cuerpo ya esqueletizado de una persona encima de un circulo de teletransportación incompleto.
—Penelope, aprende a romper un hechizo, pon atención.
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—Mocoso estupido— Le dijo Maltban, mientras Regulus lo sostenía, todavía incapaz de entender del todo ese golpe de antes —¿Por qué no te mueves cuando te lo dicen?— Le pregunto.
La sangre se extendió en su pecho, luego empezo a escurrir de su boca.
Regulus miraba impactado, desde el suelo, como una garra atraveso el pecho de Maltban, salpicando sangre, caliente, en su cara.
La garra se doblo una vez que atraveso y la pata retrocedió, arrastrando a Maltban con él hacia la araña gigante, la araña monstruosa de los cultistas demoniacos.
El gemido de dolor de Maltban fue lo que finalmente lo hizo reaccionar.
—¡Dejalo! ¡Sueltalo! ¡Miserable porquería!— Grito levantandose del suelo, pero ninguno de los dos le hizo caso. Maltban levanto su baculo y disparo un rayo de luz a la pata de la criatura. La porquería chillo cuando su extremidad cayó al suelo junto a su presa.
Regulus creo un escudo y lanzo un hechizo para que no cayera bruscamente al suelo mientras él cambiaba en su forma de dragón y peleaba contra la horrible existencia.
Al final no es que eso hiciera un gran cambio, se había llevado la vida de un miembro de su familia.
NotaS:
Segun Google, se tarda entre 3 a 50 años en que un cuerpo se vuelva esqueleto y todavía, corre el riesgo de momificarse naturalmente en el proceso, jsjsjs.
El motivo por el que Callisto no molesto antes a Penelope con eso de '¿Por qué te gusto?' es porque 1) Regulus se la llevo. 2) Regulus la estaba respaldando y no sbaía si era buena idea molestar a alguien con la proteccion de un dragón.
No si Callisto no es pendejo, jajaja.
El motivo por el que Regulus pide los archivos y se los lanza al duque, es porque OG Nelly no esta ahí. Ya no esta ella para contarle al duque, porque Penelope actual, Siyeon, no vivió eso y aunque le pregunten, no sabra el motivo.
miren esta preciosura de atuendo como referencia para la tunica. Lo unico que creo es que sería en tonos mas claros.
Jsjsjs, no puedo dejar de pensar que las interacciones entre Penelope, Callisto y Regulus son algo como:
Dragón dorado cuando se entere lo que pasó con los magos ancestrales y que Penélope a sido maltratada: tengo tres cosas en este momento, sed de venganza, sin piedad y protección adivinen a quienes me toca a cada uno.
DD cada que vea a Callisto y a Penélope juntos a escondidas: one kiss, one kiss
DD cada que vea a los Eckhart después de enterarse de lo que le hicieron junto a las vidas pasadas de Penélope: adivinen quienes dejarán de ser una familia con supuesta "nobleza" en poco tiempo :)
Callisto: los Eckhart?
DD: bien hecho mi querido cachorro, ahora ayudame a quemar todo en ese lugar sin piedad *con fuego rodeando todo lo de su alrededor*
Penélope viendo que está rodeado de tesoros en un lugar parecido a una cueva con un nido de oro puro junto a Callisto: abre fumado algo? Aunque no me quejo
Callisto: *sin saber cómo debería sentirse que su antepasado quiera que corteje a Penélope pero viendo como ella no se queja de estar rodeada de cosas brillantes de alta calidad* en ese momento yo tuve una IDEAAA
Dragón dorado: *con una pancarta y banderines diciendo CallistoxPenelope forever*
El dragón apenas sepa lo que pasó con los magos y vea a Penélope: desde ahora y adelante seré tu hermano mayor o como te sientas mejor Penélope: *no teniendo buenas experiencias con hermando mayores*
D.R cuando vea al segundo príncipe y la consorte: y ustedes que? Fuchi, huelen hediondos como Leila en sangre de monstruo
D.r cuando vea que a Penélope le gustan las cosas caras y brillantes: donde está mi cueva? Tengo cosas importantes que sacar por los años perdidos *recordando sus tesoros antiguos relacionados con los magos ancestrales*
*Se imagina a una Penélope modelando vestidos con joyas caras y telas de la más alta calidad de colores rojizos con toques dorados para señalar el favor del dragón dorado*
El dragón cuando sepa que Penélope no tiene familia de sangre: bueno, eso lo arreglo yo D.r con Callisto: escúchame bien,perro rabioso, en este momento es uno en un billón literalmente, vas a ir y cortejaras a la rosa roja que es la última de los magos ancestrales, mi propia familia adoptiva y la protegerlas sin importar que colmando de regalos caros a ella como tributo por soportarte, esto no está disponible en términos de discusión, capichi?! Emperador: Mi señor, alto poderoso, si me permite hablar Dragón dorado: los magos ancestrales podrían traer de vuelta a los dragones, combinando mi linaje el cual está presente en tu único hijo de sangre directa con la joya escondida que ni siquiera tú pudiste ver, vago que debería ir a los cuervos >:( Emperador: entendido mi señor *acorbadado*
el dragón tiene una clara preferencia d ePenelope por sobre cualquier otro de sus descendientes. Probablemente le quite todo al imperio para darselo a Penelope.
Basically, the golden dragon (Founder of the empire) was bred by the ancient wizards. Penelope accidentally uses magic to move him to the future and he recognizes her as the descendant of the ancient wizards, so he decides to protect her.
Me encanta como Regulus parece como un hermano mayor, fastidiado de tener que cuidarla pero aún así lo hace. Espero el próximo capítulo con ansias!!! <3
Con la aparición del dragón dorado, los cultistas se echaron para atras, al igual que muchos nobles, porque lo que Callisto solo tuvo que partirle la madre al barón Tullet, ntp XD
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BrytteMystere on Chapter 6 Sat 12 Apr 2025 10:45AM UTC
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