Chapter Text
BNLS AXIOM , 2330 horas, 18 de Mayo, 0 A.X [2805 A.D], 86 días después del regreso de AXIOM a la Tierra y 2 meses y 8 días después de la boda de Wall-e y Eve...
La atmósfera silenciosa de la sala de espera del «Ala Médica» del AXIOM era tan sepulcral y silenciosa que se podía cortar con el filo de un cuchillo, sólo interrumpida por el tic-tac del cronómetro holográfico, Wall-e trazaba con aburrimiento las formas que veía en los ahora coloridos patrones del mobiliario circundante en el que se vio incómodamente obligado a sentarse, jugueteaba con su brazo protésico, sus gafas, su anillo de bodas, el vaso de agua vacío a su lado, cualquier cosa que pudiera tomar para mantenerse ocupado y pasar el tiempo.
Era la única persona en la habitación, esperando pacientemente a que Eve saliera de la consulta con el doctor, como había hecho durante casi toda la noche.
Llevaba varios días preocupado por su esposa, quien últimamente mostraba un comportamiento inusual y sufría episodios impredecibles de misteriosos problemas de salud, desde náuseas aleatorias hasta cambios de humor bipolares, pero que pasara de un momento tan lleno de gentileza a otro con una rabia ciega, irracional y de gatillo fácil, y un aumento del apetito que a veces aparecía sin motivo, era demasiado anormal para Eve comparado con su comportamiento de los dos últimos meses.
Desde que se casaron, Wall-e y Eve habían estado viviendo el sueño de una vida de amor que nunca creyeron posible para una pareja normal, encontrando tanta felicidad el uno en el otro al pasar todos y cada uno de los momentos juntos tanto como fuera posible mientras ayudaban en la recolonización del Sector NA-001 y construían su nuevo hogar. Siempre que podían, pasaban juntos todo el tiempo de trabajo no vital y el tiempo personal, día y noche, desde reírse mutuamente de sus extravagantes costumbres o experiencias embarazosas, llorar y consolarse mutuamente por recuerdos dolorosos, asombrarse con los objetos que encontraban en la basura y en la colección de Wall-e, cenar uno con el otro como la cita que Wall-e hizo para Eve cuando estaba congelada, cantar y bailar al ritmo de <<Hello Dolly!>> y algunos VHS más también encontrados en la basura, contemplar juntos la puesta de sol, incluso estaban sin hacer nada más que permanecer juntos en el mismo lugar abrazados.
Wall-e y Eve ahora eran inseparables, sin importar lo ocupados, aburridos, sanos o enfermos que se sintieran.
Durante la última semana, cuando Eve tuvo sus síntomas, se presumió que se trataba de una gripe estomacal y su trato angelical con Wall-e fue algo que a él le agradó, pero en cuanto a su carácter... Wall-e se confundió y temió por la seguridad de Eve e incluso por la suya propia cuando la propia Eve estuvo a punto de matarlo durante uno de sus ataques bipolares, intentó calmarla y le sugirió que se tomara las cosas con calma con la extraña enfermedad que la agobiaba, pero su cambio de humor ya había pasado de alegre a feroz en cuestión de minutos, tenía náuseas Y sentía un hambre inusual, todo al mismo tiempo. Eso hizo que la mujer estallara y acabara destruyendo parte de su hogar, haciendo hoyos en las paredes, el suelo y el techo con su pistola de plasma ya olvidada, Wall-e se limitó a esquivar los disparos dispersos hasta que Eve se quedó sin energía en su pistola y en sí misma.
Cuando finalmente se calmó y se dio cuenta de lo que había hecho, rompió a llorar completamente abatida por haber estado a punto de asesinar a su esposo, entonces supo que definitivamente algo andaba mal con ella. Wall-e decidió en ese momento hacerla revisar para buscar ayuda médica por su propio bien. A pesar de lo mucho que se preocupaba por ella y quería ver al médico con ella, seguía siendo un caballero y decidió esperar fuera por su propia intimidad, cosa que su esposa agradeció profundamente. Wall-e se recordó a sí mismo la última vez que irrumpió en el , pensó que la estaban torturando y abusando e intentó salvarla, sólo para ver que le estaban haciendo un examen físico... y "accidentalmente" vio su cuerpo desnudo. Acabó con su rostro estampado contra una pared de acero plastificado por sus propias manos, Wall-e se estremeció ante aquel recuerdo y ante la idea más desalentadora de que, dado que Eve ya se encontraba en una confusión emocional infligida por su enfermedad, quién sabe Forthright lo que le haría si se atrevía a asomarse a la sala en su estado mental actual. Solo le quedaba esperar y observar.
Alrededor de diez horas y media transcurrieron desde que entró en la sala del médico y Wall-e no ha recibido ninguna noticia, ni una sola actualización o nota. No ha dormido desde su llegada, pero esperaría el tiempo que fuera necesario para saber qué le ocurría a Eve, aunque no podía evitar sentirse intranquilo por el tiempo transcurrido desde que la mujer de cabellos blancos entró en la consulta. Fuera lo que fuese lo que le pasaba, debía de ser grave.
Por fin se abrieron las puertas corredizas de cristal de la «Sala de Examen Médico, Evaluación y Diagnóstico», al primer sonido que rompió el silencio sepulcral aparte del reloj, la cabeza de Wall-e giró tan deprisa que sintió crujir su cuello, ansioso por ver a su esposa salir por fin y, con suerte, sintiéndose un poco mejor. Su amada Eve se encontraba inmóvil, completamente perdida en sus pensamientos, sus ojos y sus mejillas estaban húmedas, como si hubiera estado llorando.
La atención de Wall-e se aceleró por completo, su amor por la mujer se desbordó al notar cualquier rastro de expresión de tristeza en su rostro, se apresuró a levantarse de su silla y rápidamente se acercó a su esposa.
-¡Evah! ¿qué te sucede? ¿te encuentras bien?-la abrazó con fuerza, mirándola a la cara en busca de una respuesta a su mente turbada, pero Wall-e se dio cuenta de que algo no estaba bien: sus ojos azules no estaban enrojecidos, no parecía en absoluto que estuviera llorando de tristeza. En su lugar, Eve tenía una sonrisa auténtica, genuinamente brillante, que significaba que estaba muy feliz, como siempre lo había estado desde aquella noche en que se casaron-entonces, ¿qué la hizo tan feliz si se sentía tan abatida y enferma?-pensó.
La mujer salió de su trance y se dio cuenta de que Wall-e la abrazaba y vio su incertidumbre.
-No pasa nada, Wall-e, querido-le dijo Eve con sinceridad, mientras le daba un suave beso en los labios y le devolvía el estrecho abrazo acurrucándose en su nuca.
A pesar de lo bien que se la veía, de su seguridad y sus muestras de afecto, Wall-e seguía desconcertado. Se separó ligeramente de su abrazo, pero siguió sosteniéndola y continuó presionándola en busca de respuestas.
-P-pero... parecías triste. ¿Q-qué ocurrió? ¿q-qué d-dijo el doctor? ¿d-dijo que e-estabas muy enferma?-volvió a tartamudear, su preocupación se mezclaba ahora con la confusión.
La sonrisa de la mujer de cabellos blancos se amplió, realmente esto iba a ser una sorpresa repentina, inesperada y alegre, no sólo para ella sino para ambos.
-No estoy triste, mi amor... es solo que... estoy feliz-acarició su mano de piel con la suya-de hecho, estoy... estoy muy feliz. No solo porque estoy bien-dijo en voz baja, de pie junto a su esposo, tomando sus manos entrelazadas y dejándolas deslizarse por su hermoso y elegante pecho-es porque algo pasó", dijo en voz baja, con la preocupación de Wall-e al límite. Esa declaración le infundió miedo por lo desconocido. Fuera lo que fuese este misterio médico, era algo que podría cambiar sus vidas para siempre-creo que estoy muy feliz porque... lo más maravilloso que me pudo pasar... a nosotros... finalmente ha sucedido-sostuvo la mano de Wall-e sobre su abdomen. Claramente, algo pasaba. El recolector de basura digirió con cuidado las palabras y lo que expresaba físicamente. Observó su mano entrelazada, apretada contra el suave y firme abdomen de Eve. Vestía de civil, pero podía sentir su piel a través de la nanotela como si no estuviera allí y percibir su suavidad. Wall-e sintió calor recorrerlo como siempre lo hacía cada vez que la tocaba, momentos que jamás daba por sentados. Y menos ahora, después de sentirla completamente por primera vez cuando...
*Flashback*
Wall-e rememoró la noche en que se casaron, el 22 de abril, Día de la Tierra, hace aproximadamente dos meses. Cuando rieron y bailaron juntos, se abrazaron, se besaron, se amaron y cuando volvieron al camarote de Eve a bordo del AXIOM, aquella noche ocurrió algo realmente extaordinario. Algo que Eve le explicó que era lo que hacían las personas que se aman con locura, iniciando un contacto pleno el uno con el otro para crear y reforzar el vínculo que comparten marido y mujer, algo que hacen siempre que sienten que el momento es perfecto cuando están juntos por las noches. Eve le explicó que le preocupaba que ni siquiera fuera posible para él, ya que pensaba que era «impotente». Wall-e no comprendió el significado exacto de lo que ella quería decir, aunque supuso que se trataba de un ritual físico que la mayoría de las parejas hacían en el calor del momento que compartían juntos, y cómo influiría en su comprensión de los sentimientos del otro, para bien o para mal. También le comentó que tal vez no fuera posible después de recordarle cómo las cosas que había vivido tal vez no lo hicieran posible, no quería recordar ciertas cosas que le habían hecho y sentía preocupación por si esa discapacidad infligida pudiera tener consecuencias en su amor. Pero al no haber experimentado nunca el acto de lo que ella quería tratar de explicarle para ver si podían intentarlo para no echarlo a perder, no se preocuparía del resultado de poder hacerlo o no. Lo intentarían y verían si podían aportar algo totalmente nuevo y maravilloso a sus vidas, y si no, no se preocuparían más de la cuenta, seguirían amándose pase lo que pase.
A Eve le costó mucho explicarle cómo funcionaban todos los aspectos físicos de sus cuerpos para el acto, ya que se sentía nerviosa con los detalles, lo que hizo que él se sintiera igual de perplejo y preocupado, sobre todo cuando ella llegó al punto de mostrarle realmente de qué estaba hablando para dejárselo en claro, levantándose del colchón que acababan de compartir, aún envuelta en su vestido de novia y desvistiéndose frente a él.
Al principio, Wall-e apartó la mirada no sólo por vergüenza, sino por miedo al recuerdo de la última vez que la vio así y de lo que le hizo por ello. Pero una sensual y provocativa Eva le dijo que se relajara y que hiciera con ella lo que quisiera y se refería a lo que sea, desde mirarla fijamente hasta tocarla por todas partes tanto como a él le plazca. No entendió realmente lo que quería decir hasta que por fin se permitió ceder a su confianza y posó sus ojos en el ángel completamente desnudo que tenía ante él, posando con las caderas contoneándose y la espalda arqueada mientras se quitaba provocativamente lo último de su lencería para revelar los últimos rincones ocultos de su desnuda silueta femenina.
La visión de su Eve desnuda hizo que todo lo que sabía de ella se subestimara por completo respecto a lo imposiblemente insignificante que era como ser en su totalidad, ambos, su cuerpo físico y su alma igualmente majestuosos y cegadoramente hermosos como él veía en la pared que era. Su asombro lo dejó sin palabras y congelado en su sitio mientras la contemplaba.
No tenía palabras para describir la maravilla, el asombro y la pura elegancia femenina de su forma natural, aparte de pronunciar las palabras.
-Qué hermosa.
Aparte del rostro tierno y cariñoso que tan bien conocía y adoraba, captó todo lo que veía de su cuerpo, cada una de las curvilíneas formas expuestas que inducían a la lujuria. Las exóticas piernas largas y la cintura seductoramente estrecha, los apretados músculos de su abdomen, brazos y muslos, y su piel suave como el terciopelo y naturalmente tonificada brillaban tanto como su larga cabellera que la iluminaba aún más como un fuego blanco, también contempló sin pena los flexibles pechos de Eve, la parte más hipnotizante y hermosa de ella que nunca dejaba de captar toda su atención. Y más al sur, algo que Wall-e no había visto ni una sola vez en su vida ni nunca pensó que vería: su sagrada e intacta entrada femenina, toda para que él la viera y, al parecer, para que él la reclamara.
A Eve le llegó al corazón su reacción de asombro, mostrando su honesto y verdadero pensamiento o su belleza, al ver que la miraba como si fuera la propia antigua diosa romana del amor en todo su esplendor. Recordando que había visto cosas terribles y oscuras a lo largo de su vida, y que ni una sola vez había experimentado la luz del afecto, especialmente de cuando un amante se entrega a éste por voluntad propia, ella debía de ser todo lo que iba en contra de lo que él conocía. Era tan hermosa que a Wall-e casi le dolía mirarla, le hacía sentir lástima por aquello de lo que se había privado, pero más decidida a mostrarle todo lo que tenía derecho con su amor. Tenía un destello de anhelo íntimo en sus ojos para Wall-e, rogándole en silencio que la tomara y esperando que pudiera satisfacer con ella todos sus deseos instintivos humanos que nunca había experimentado en su vida. Si no era capaz, al menos vería toda la belleza de con quien se había casado.
Con sólo ver cómo lo miraba al presentarse de esa manera, se le despertó la idea de tocarla en ese momento y sintió la extraña y embarazosa excitación de sólo mirar y pensar en su figura desnuda.
Eve casi rió y lloró de alegría y felicidad ante aquella visión. Era todo lo que necesitaba para despejar sus dudas.
Wall-e se sorprendió de su reacción con los ojos vidriosos, pero Eve le aseguró que todo estaba bien y le tomó la mano y se la puso en los pechos, Wall-e se limitó a contemplar el espectáculo con la boca abierta de asombro, cautivación y deseo. No de miedo como su primer pensamiento de ser golpeado por sólo tocarla allí, pero, la sensación del pecho suave y femenino en su mano chispeó un dolor increíble dentro de él por sentir más, porque sólo sentirla provocó un calor sensual que no había experimentado como nada que hubiera querido. Aunque todavía no tenía ni idea de qué hacer, ni tampoco Eve, ya que ella y Wall-e nunca habían practicado lo que iban a hacer.
-Haz lo que te parezca normal-simplemente se limitó a decir.
Y a partir de ese momento, todo se convirtió, tal y como Eve había prometido, en los momentos más maravillosos de su vida. En otras palabras, fue la noche en que consumaron su matrimonio, demostrándose de verdad cuánto se querían el uno al otro, sacaron su amor a la luz o hicieron el amor por primera vez el uno con el otro. Después de esa noche, fue lo más tentador que Wall-e jamás había conocido para compartir con Eve, tener la capacidad de demostrarle cuánto la amaba y aún mejor que él y Eve la disfrutaran cada vez más que la anterior, amándose aún más. De hecho, su libertad para hacer el amor supuso un gran cambio en su relación y en sus vidas.
Fue la primera noche de las muchas que compartieron juntos como marido y mujer, atesorándola como suya y sólo suya. Una noche en su nuevo hogar, en su habitación, donde sintieron el éxtasis supremo de su amor al sentir sus cuerpos desnudos uno contra el otro de forma tan suave y ardiente a la vez, besándose apasionadamente, tocándose y complaciéndose de formas que el recolector de basura nunca creyó humanamente posibles, gimiendo mutuamente de placer extremo cuando se les escapaban sensaciones inimaginables mientras... Bueno, para ponerlo en términos decentes, digamos que Wall-e aprendió más sobre anatomía reproductiva de lo que nunca pensó que aprendería, especialmente las maravillas y la belleza del cuerpo humano femenino.
*Fin flashback*
Wall-e salió bruscamente de sus pensamientos, miró de nuevo hacia abajo, hacia su mano aún presionada sobre el vientre plano y tonificado de Eve, su expresión se sobresaltó ante la epifanía de su vida.
Los síntomas hormonales de Eve, el tiempo transcurrido desde entonces, el lenguaje corporal, su aparente felicidad, todo caía en un punto realmente inesperado.
-Wall-e...-los ojos humedecidos de la mujer brillaban de lágrimas que reaparecían, esto probablemente era la cosa accidental más grande, más maravillosa y más inconmensurablemente venturosa que en efecto le había sucedido al matrimonio. Una realización que cambió su vida forzó a Wall-e en el acto y provocó un cortocircuito en su mente cuando la propia Eve lo dijo todo de la forma más tierna-yo... estoy embarazada-
La miró, viendo cómo sus ojos se llenaban de lágrimas de alegría, con esa sonrisa radiante que no dejaba lugar a dudas.
Algo dentro de él empezó a entender, aunque era una idea tan increíble que casi no se atrevía a pensarlo.
-¿E-evah...?-preguntó en voz baja, sus labios temblaban mientras sus ojos se abrían con asombro-¿t-tu...? ¿n-nosotros...?-
Eve soltó una risa entre lágrimas, asintiendo varias veces con la cabeza. Su cabello blanco se mecía con el leve movimiento.
-Vas a ser papá, Wall-e-dijo con su voz quebrándose por la emoción-¡vamos a tener un bebé!-
El mundo se detuvo por un segundo para Wall-e.
Sintió como si todo a su alrededor se difuminara: el frío metálico del pasillo, el brillo tenue de las luces, el sonido del reloj. Todo desapareció, salvo ella. Eve. Su Eve. Y el milagro imposible que acababa de revelarle. Se quedó mudo. Un sollozo escapó de su garganta, pero era un sollozo de felicidad abrumadora.
Sin pensarlo, Wall-e abrazó a Eve con fuerza, levantándola ligeramente del suelo mientras reía y lloraba a la vez, su corazón a punto de estallar.
-¡Evah! ¡Evah!-repetía entre besos torpes en su frente, sus mejillas, su cabello-¡te amo! ¡te amo tanto! nosotros... ¡vamos a ser una familia!-
Eve reía con él, envuelta en ese torbellino de felicidad, rodeando el cuello de Wall-e con sus brazos.
Allí, en el del AXIOM, a las 23:30 horas de aquella noche del 18 de mayo, rodeados de recuerdos, miedos, sueños y amor, Wall-e y Eve empezaron un nuevo capítulo de su vida.
Uno que no habían planeado, pero que desde ese instante se convirtió en el más hermoso de todos.
Residencia Burtt, 0100 horas, 27 de enero de 0 A.X [2806 A.D], un año después del regreso del AXIOM a la Tierra y once meses después de la boda de Wall-e y Eve...
La oscuridad cubría la Tierra, apenas rasgada por las tenues luces que titilaban en el interior del camión que Wall-e y Eve habían transformado en su hogar. La habitación, cálida y acogedora, estaba sumida en un profundo silencio. Wall-e dormitaba plácidamente junto a su esposa en su cómoda cama, abrazado a la serenidad de la noche. El único sonido era el leve zumbido del viento nocturno contra las paredes del refugio.
Hasta que un ruido sutil y un súbito movimiento lo sacaron de su sueño.
Parpadeó lentamente, desorientado, sin moverse aún de su lugar. Extendió una mano adormilada hacia el pequeño cronómetro que descansaba junto a la cama, iluminando su pantalla apenas lo tocó: 01:00 A.M.
-Mmm...-balbuceó, negándose a levantarse.
Pero entonces, el sonido se repitió, acompañado de un retorcimiento junto a él. Wall-e se irguió de inmediato, sus ojos se enfocaron en Eve. Gemía con la frente perlada en sudor, el rostro contraído en un gesto de dolor insoportable. Con dificultad, la joven mujer se sentó en la cama, respirando agitadamente. Una de sus manos se aferraba con fuerza a las sábanas, mientras que la otra sujetaba su abultado vientre, ahora de nueve meses.
Wall-e bajó la mirada y vio, con horror, cómo un charco húmedo se formaba bajo ella en la cama. La alarma en su mente se encendió: ¡se le había roto la fuente!
Antes de que pudiera reaccionar, Eve, con la voz temblorosa y urgente, le gritó:
-¡Wall-e! ¡Tenemos que ir al AXIOM ahora!
El recolector de basura saltó de la cama como si hubiera sido impulsado por un resorte. En su prisa, apenas atinó a ponerse su ropa; no se molestó en calzarse. Lo importante ahora era ayudar a Eve. Con suma delicadeza, regresó a su lado, temiendo lastimarla. Eve trató de ponerse de pie, pero sus piernas flaqueaban, y un nuevo espasmo de dolor la hizo tambalearse.
Wall-e no lo dudó: la tomó en brazos, estrechándola contra su pecho con infinita ternura y cuidado. Eve soltó un suspiro entrecortado, aferrándose a su cuello mientras él salía apresuradamente del camión.
El aire frío de la madrugada los envolvió mientras esperaban ansiosamente en la explanada frente a su hogar. Wall-e miró en todas direcciones, desesperado, hasta que escuchó un leve zumbido en la distancia. Un transportador, reprogramado para situaciones críticas desde el regreso a la Tierra, se aproximaba rápidamente, alertado por la señal que Eve había enviado en el grito desesperado.
Gracias a la previsión del Capitán McCrea, éste había ordenado la desactivación de todos los dispositivos automáticos salvo para emergencias extremas, hoy la ayuda llegaba justo cuando más la necesitaban.
Wall-e subió cuidadosamente al transportador con Eve en brazos. Ella soltaba gemidos dolorosos cada pocos segundos, su rostro contraído en una mueca de angustia y miedo.
-Eeeev-vah... ya casi... ya casi...-le susurró en voz baja, acariciando su cabello:
Mientras el transportador aceleraba hacia el AXIOM, cortando la oscuridad como un rayo de esperanza en la noche más larga, Wall-e solo podía pensar en una cosa: su hijo o hija estaba a punto de llegar.
La entrada principal del AXIOM brillaba bajo las luces mientras el transportador se deslizaba velozmente hacia el interior. Las compuertas, reprogramadas para abrirse solo en situaciones críticas, reconocieron la señal de auxilio y se abrieron de inmediato, permitiéndoles el paso. Wall-e, todavía descalzo y cargando a Eve en sus brazos, atravesó los pasillos metálicos a toda velocidad, guiado por las señales de emergencia que parpadeaban en rojo hacia la zona médica.
Wall-e, todavía descalzo y cargando a Eve en sus brazos, atravesó los pasillos metálicos a toda velocidad, guiado por las señales de emergencia que parpadeaban en rojo hacia el .
La cubierta, aunque ahora era solo una sombra de su antiguo esplendor, seguía contando con instalaciones funcionales gracias a los esfuerzos de reparación y mantenimiento durante el último año. Y esa noche, todo estaba dispuesto para recibir a una nueva vida.
-Tranquilo, Wall-e-le dijo McCrea apoyando una mano sobre el hombro del recolector de basura-nosotros nos encargamos de todo ahora-
Con extremo cuidado, Wall-e depositó a Eve sobre la camilla que tanto la doctora como D-FIB preparaban. Ella soltó un quejido, arqueando ligeramente la espalda mientras una nueva contracción la atravesaba.
-Eeev-vah...-murmuró Wall-e, sujetando su mano.
Eve apenas pudo sonreírle débilmente, apretando su mano metálica con fuerza.
-No me sueltes... por favor...-susurró.
-No... nunca-le prometió con la voz vibrando por la emoción.
El equipo médico comenzó a trabajar con precisión automática. Activaron un escáner ecógrafo sobre el vientre de Eve, mostrando en una pantalla holográfica el estado del pequeño bebé que se preparaba para llegar. Todo parecía en orden, pero debían actuar rápido: Eve estaba ya en labor activa.
Las horas siguientes fueron una mezcla de nerviosismo, dolor y esperanza.
Wall-e no se separó ni un segundo de Eve. Estaba allí, sosteniendo su mano, acariciando su frente, susurrándole palabras de aliento torpes pero llenas de amor. El cansancio pesaba sobre sus hombros, pero la emoción lo mantenía despierto, expectante.
La puerta de vidrio corrediza se abrió con un susurro automático, revelando cinco siluetas conocidas que aguardaban ansiosas: McCrea, M.O., John, Mary [ahora partera oficial] y D-FIB, la técnica de emergencias médicas.
Una joven doctora, emocionada al reconocerlos, corrió hacia ellos.
-¡Rápido! ¡Traigan a la señora Burtt aquí!-ordenó gruiándolos al interior de la sala de parto.
Eve apenas lograba mantenerse consciente entre las contracciones, pero su rostro denotaba una fuerza inquebrantable. No había solicitado anestesia. No quería sedantes. Esta era su elección: sentir cada segundo, cada parte de la llegada de su bebé.
El parto no fue sencillo.
Las contracciones se volvieron cada vez más intensas, y aunque Eve apretaba los dientes para no gritar, el dolor era casi insoportable. Su rostro, normalmente sereno, ahora se contorsionaba entre jadeos y lágrimas. Wall-e permanecía a su lado, sosteniéndola, susurrándole palabras de aliento torpes pero llenas de amor, mientras John y Mary la guiaban pacientemente en cada fase.
Pasaron horas.
Fuera del el cielo comenzaba a teñirse de tonos rosa y violeta, un nuevo amanecer en la Tierra, como un recordatorio silencioso de la nueva vida que estaba por llegar.
Finalmente, tras siete largas horas de intenso trabajo de parto, Eve reunió las últimas fuerzas que le quedaban. Soltó todo el aire de sus pulmones en un último y desesperado pujo, sintiendo como su voz se quebraba entre gritos de dolor que resonaron por todo el hospital improvisado.
Cualquiera que pasara cerca se detenía o retrocedía, estremecido por la intensidad de los sollozos de Eve.
Y entonces...
Cerca de las 5:30 de la mañana, un llanto pequeño, agudo, fuerte y vibrante, llenó la sala.
Mary, temblando de emoción, se giró hacia los presentes con lágrimas en los ojos, sosteniendo en brazos a una pequeña criatura que se movía inquieta, berreando con toda la fuerza de sus pequeños pulmones.
-¡Es una niña!-anunció con su voz quebrada de la felicidad.
Eve, aún jadeando, soltó un suspiro de alivio. Sus ojos, nublados por el esfuerzo y la emoción, no podían apartarse de la diminuta figura que acababa de traer al mundo. Wall-e, paralizado en su lugar, observaba con la boca entreabierta. Era la primera vez que veía un bebé... y era su hija.
Aquello, pensó, era el milagro del amor.
McCrea fue el primero en romper el silencio, acercándose para felicitar a la nueva familia entre lágrimas de alegría. Los demás también estallaron en aplausos y vítores suaves. D-FIB, con una sonrisa oculta tras su máscara quirúrgica, le tendió unas tijeras especiales a Wall-e.
-Papá primerizo, te toca el honor-bromeó.
Tembloroso pero decidido, Wall-e cortó el cordón umbilical bajo la atenta mirada de todos. Luego, Mary y M.O se encargaron de limpiar cuidadosamente a la bebé, eliminando cualquier rastro de fluido con la máxima delicadeza que sus manos cibernéticas permitían.
Tras envolverla en suaves mantas, Mary la colocó entre los brazos de Eve.
La madre la tomó con una ternura reverente, soltando un jadeo de pura alegría cuando por fin pudo verla bien. La bebé, aún sollozando suavemente, pesaba 4.08 kilos, tenía el cabello café oscuro como su padre y una piel decolorada, apenas bronceada por los primeros soles de la nueva Tierra.
Pero sus rasgos... oh, sus rasgos eran el vivo retrato de Eve.
Perfecta, hermosa, milagrosamente sana.
Un regalo inesperado de un mundo que todavía se reconstruía.
Eve acarició el cabello húmedo de su hija con extrema suavidad, inclinándose para susurrarle en un tono tembloroso pero lleno de amor:
-Hola, mi pequeña... Bienvenida a la Tierra. Soy tu mamá-Wall-e, aún sin atreverse a hablar, simplemente se inclinó para rodearlas a ambas con sus brazos, sintiendo su corazón, su mente y su alma colmarse de una felicidad tan inmensa que no sabía cómo contenerla. Aquel día, siete meses atrás, cuando Eve descubrió por sorpresa que estaba embarazada, se negaba a creerlo, pues pensaba que nunca podría tener un bebé. Los avances y modificaciones genéticas que convirtieron su cuerpo superhumano en lo que era, dejaron estériles a todas las Exploradoras E.V.R.E. Cuando estaba en el AXIOM, se divertía con los niños de la guardería, pero nunca pensó que querría o necesitaría la posibilidad de tener un hijo propio a cambio de beneficiarse de las mejoras de una carrera que definía su vida. Pero después de que su vida cambiara para siempre gracias a Wall-e, la única persona que nunca la abandonaría, que daría su propia vida por su bienestar, le ofreció la serenidad de tener al hombre más dulce y desinteresado como compañero de vida, aunque le entristecía pensar en cómo se arrepentía de no ser capaz de concebir con él y nunca darle a Wall-e una familia si no era para sí misma. Ella llegó a decirle una vez, cuando no sabía que era lo que estaba mal con ella, cuando no tenía idea que había quedado embarazada, que de ser posible, quería que sus hijos tuvieran los ojos de ella pero las facciones de él, el cabello de él pero la sonrisa de ella. Wall-e se reía porque Eve así lo hacía. Estaba consciente además de que la juventud prolongada no era garantía de nada, pero aún así intentó convencerse de que no debía dejarse derrumbar por los avances y modificaciones genéticas en su cuerpo, que quizás podía producir más óvulos y de esa forma poder tener una familia. Sin saberlo entonces, tras pasar una apasionada noche con la persona que amaba, se demostró que todo estaba mal. Los doctores se pasaron la mitad del día haciendo pruebas para diagnosticar los síntomas de su comportamiento errático, y cuando por fin dieron con la anomalía, todo lo que tuvieron que hacer fue mostrarle una ecografía, cuando vio esa imagen, el titilante latido de una forma de vida embrionaria creciendo dentro de su útero, ese día lloró de emoción. Era un milagro, algún feliz milagro divino le había demostrado que no era infértil en absoluto, Eve pensó en lo tonta que había sido al no creer en los milagros en un principio. Además, devolver a Wall-e a la vida había sido un milagro, y también lo había sido demostrar que era capaz de hacer el amor con ella. Y ahora, contra todo pronóstico, había dado a luz, ya que no todas las Exploradoras E.V.R.E. eran infértiles, y como resultado de la serie de pruebas erróneas de todas las dudas que Wall-e y Eve albergaban el uno del otro, ahora tenían una hija, la suma de todos los acontecimientos más afortunados hasta ese momento, la niña en sí era un milagro... Wall-e permaneció de pie junto a la cama y no dejaba de mirar al pequeño bulto en brazos de su esposa, sintiendo un cúmulo de sentimientos que se apoderaban de él en este momento que le había cambiado la vida. Eve se volteó hacia él y le dijo-¿quieres cargarla, Wall-e?-Wall-e asintió con la cabeza y cuidadosamente tomó a la bebé en su brazo orgánico y usó su brazo protésico para sostenerla, la cargó tan fuerte y con tanto cuidado como pudo a la hermosa vida en su brazo, que no era más grande que su antebrazo. La bebé arrulló en el abrazo seguro y cariñoso de su padre, y abrió los ojos por primera vez, que eran los vívidos y brillantes ojos azules de su madre, pero contemplaron la profunda mirada de inocencia a su lado, los ojos grandes de su padre. Wall-e se quedó sin palabras y abrumado al ver lo mucho que significaba para él y para Eve esa pequeña criatura, su hija, creada a partir de su amor con Eve, algo que también pensó que nunca tendría. A diferencia de Eve, Wall-e nunca se había planteado ni se planteó la absurda idea de que se sentiría incompleto sin una familia, ni tampoco le echaría en cara algo así a Eve, aunque fuera infértil. Porque después de vivir una vida infernal en la que no experimentó nada y perdió todo lo que conocía, estaba más que satisfecho con atesorar lo que nunca pensó que tendría para siempre: su amada esposa, sin importarle las decisiones que tomara para convertirse en lo que era, lo que pensara de sí misma o lo que fuera capaz o incapaz de hacer. Claro que a Wall-e le encantaban los niños, pero amaba a Eve y se lo dejó claro al consolarla con lo que sentía, que aunque fuera incapaz de engendrar, la propia Eve complementaba a Wall-e y él nunca JAMÁS dejaría de amarla. Y ahora que tenía una hija, Wall-e no pudo evitar sentir una felicidad abrumadora que no creía posible, merecía atesorar y estar agradecido por aquel acontecimiento inesperado pero las experiencias de su vida le decían lo contrario. Desde que tenía la misma edad que la niña que sostenía en sus brazos, había crecido en torno a la destrucción de la vida y la ausencia de una nueva que se creara y trajera a la existencia desde que vio a su antigua familia, sus llamados «hermanos» y «hermanas» morir lentamente justo ante él y tener que crecer como un huérfano con todos los que conocía matándose entre ellos y siguiendo el mismo destino a su alrededor, era todo lo que conocía durante estas tres décadas, sólo la muerte, después de tanto dolor, sufrimiento y destrucción, Wall-e pensó en el nacimiento de la vida como si su propia existencia, su propio nombre, desafiando la realidad. No obstante, era lo más hermoso de todo el universo aparte del amor, desde luego, y una vez consideró que el amor era imposible; sin embargo, tenía en sus manos una nueva vida humana diminuta que él había ayudado a crear y a traer a la existencia, estaba contemplando su propia carne y sangre que había sido posible gracias a la increíble e indescriptible noche que él y Eve compartieron juntos y que dio un nuevo significado a lo que el amor era capaz de hacer, Wall-e y Eve no sólo crearon amor aquella noche, sino que crearon vida. Y ahora veía lo preciosa que era realmente-déjalo salir todo, Wall-e, querido-habló Eve con un resoplido, sus lágrimas regresaron al ver a Wall-e quebrarse frente a ella, ambos padres primerizos lloraron intensamente mientras todos los demás en el resoplaban y sentían sus ojos llenarse de lágrimas.
-¿Evah?-dijo Wall-e, luego de calmarse. Miró de nuevo a su esposa mientras le devolvía a la bebé-¿cómo deberíamos... cómo deberíamos llamar a nuestra hija?-
-Evalie...-susurró Eve, mirando a Wall-e-Evalie Aurora Burtt Knight...-
Wall-e no podía contener la emoción. Repitió el nombre con voz temblorosa, como si fuera un tesoro sagrado:
-Eee-va-lie...
McCrea sonrió y se dispuso a completar el certificado de nacimiento de la niña, ahora que ambos padres se habían puesto de acuerdo para nombrarla.
-Evalie Aurora Burtt-repitió tecleando el nombre en la lista del AXIOM.
-Y un día tan espléndido para una niña tan hermosa-Mary también acarició suavemente a la niña, pues sabía muy bien cómo tratar a los niños ahora que ella y John eran los que cuidaban a los pequeños de la guardería.
La recién bautizada Evalie se durmió en los brazos de su madre, Eve también se sintió adormilada, estaba muy dolorida tras la durísima mañana de parto y necesitaba mucho reposo.
Los tres se quedaron así, unidos, compartiendo ese primer amanecer juntos como una verdadera familia. Allí, en el silencio reverente de aquel amanecer, bajo la mirada de sus amigos y en medio de un mundo renacido, una nueva familia se forjaba, lista para enfrentar cualquier futuro que la Tierra (y la vida) les deparara.
Cinco años después...
Asentamiento de recolonización "Hope", Sector NA-001, 0958 horas, 22 de abril de 7 A.X [2810 A.D], siete años después del regreso de AXIOM y quinto aniversario de boda de Wall-e y Eve.
La vieja ciudad de Nueva York ya no era el páramo desértico, rodeado de torres de basura y escombros que había sido por siglos. Ahora, entre los rascacielos olvidados, los árboles brotaban vigorosos, trepando como venas verdes por la estructura olvidada del mundo anterior.
Jardines improvisados florecían en las terrazas y calles principales. El aroma a tierra húmeda, flores y hojas nuevas impregnaba el aire primaveral. Habían renombrado aquel sitio como "Colonia Esperanza".
La humanidad junto a sus nuevos aliados cyborgs, trabajaba incansablemente para devolverle la vida al planeta. En medio de ese renacimiento vivían Wall-e, Eve y su hija pequeña, Evalie, de apenas cuatro años y medio. Wall-e, que había pasado su vida recogiendo escombros en soledad, era ahora una figura central en las tareas de reconstrucción, con su paciencia infinita y su meticulosa forma de trabajar, lideraba brigadas que limpiaban, reciclaban y transformaban lo olvidado en esperanza.
En ocasiones, su pequeña Evalie corría a su lado, brincando entre montañas de escombros y flores, buscando "tesoros" con su padre: pequeños artefactos humanos que después llevaban a su casa como reliquias.
Eve, ascendida a Comandante del AXIOM, también se había adaptado a esta nueva vida. Enseñaba jardinería a las nuevas generaciones, organizaba operaciones de reforestación, y guiaba a quienes luchaban por devolverle su azul brillante a la Tierra.
A pesar de sus responsabilidades, nunca dejó de ser madre.
Siempre encontraba tiempo para estar con Evalie al final del día, narrándole historias del cielo estrellado y del amor que salvó el mundo.
Hoy, sin embargo, era un día especial.
El AXIOM después de varios meses de misión para buscar otras naves hermanas perdidas en el espacio regresaría finalmente a la Tierra. Junto con la llegada de la colosal nave que en su momento fue un crucero espacial delujo, McCrea organizaría el Festival del Día de la Tierra en la explanada principal de la "Colonia Esperanza" para celebrar el renacimiento de la humanidad y del planeta.
Las calles ya vibraban de actividad: banderines improvisados colgaban entre edificios, mesas con muestras de comida recreadas a partir de las olvidadas recetas culinarias de la cultura humana para poder ofrecer algo diferente y que no fueran los típicos alimentos líquidos en vasos de plástico, puestos rústicos se alzaban repletos de cultivos frescos y las flores adornaban el lugar.
Niños, adultos, robots y cyborgs modificados por la tecnología convivían como una única comunidad.
Mientras tanto, en un remodelado camión de utilidad ubicado en el desmoronado puente de Brooklyn, un hombre de treinta y cinco años descansaba en su cama junto a su esposa. O al menos así estaban, hasta que una pequeña figura irrumpió en la habitación de ambos, se trataba de su hija, quien se había levantado temprano esa mañana y se preparó para salir al festival. La pequeña estaba muy emocionada pues ese día regresaría el AXIOM y habían prometido a las nuevas generaciones que les darían un tour para conocer lo que en sus mejores épocas fue una gigantesca ciudad espacial, aunque actualmente nada de esas áreas estaba en funcionamiento, a excepción del a falta de un hospital funcional en la colonia, y la nave únicamente se usaba para realizar búsquedas por el espacio.
Tras terminar de acomodarse el cabello, Evalie tomó uno de sus preciados peluches y se dirigió a la habitación de sus padres, abrió la puerta metálica la cual se corrió con un ligero sonido de aire comprimido y entre la oscuridad alcanzo a ver a Wall-e y Eve durmiendo cómodamente en su cama compartida. La imagen era sencilla, casi sagrada: dos almas unidas por el amor, descansando después de años de lucha y esperanza.
La pequeña sonrió, conteniendo una risita, preguntándose si debía despertarlos ya...
Hoy era demasiado especial para esperar.
Con una sonrisa traviesa y el peluche abrazado contra su pecho, Evalie se acercó sigilosamente a la cama. Observó por un momento a sus padres, acurrucados bajo las mantas, antes de que la emoción pudiera más que ella. Sin pensarlo dos veces, trepó ágilmente por un costado, y con una pequeña risa contenida... ¡saltó sobre ellos!
-¡Mamá! ¡Papá! ¡despierten! ¡hoy es el día!-gritó entre saltos mientras el viejo camión se mecía ligeramente bajo sus brincos. Wall-e soltó un gemido adormilado, medio sonriendo mientras trataba de abrir los ojos. Eve, todavía medio perdida entre sueños, entreabrió uno de sus ojos brillantes, justo cuando Evalie se dejó caer de rodillas entre ambos-¿papá? ¿papá?-preguntó la niña ansiosamente, sacudiéndolo ligeramente-hoy vamos a ver la nave ¿verdad? ¡¿verdad?!-
Wall-e, aún medio dormido, soltó un bostezo y respondió con voz pastosa:
-Sí, sí, cariño... iremos a ver la nave...
Al escuchar la confirmación, Evalie soltó un chillido de alegría tan agudo que ambos adultos se sobresaltaron, incorporándose de golpe en la cama.
Eve, ahora completamente despierta, soltó una risa suave antes de estirar la mano y acariciar la cabeza de su hija.
-Evalie, cielo, tienes que darnos un momento-dijo con ternura-vamos a arreglarnos primero, desayunar... y entonces iremos al hangar de aterrizaje-
-¡Sí, mamá!-respondió la niña con entusiasmo. Con una última carcajada, Evalie saltó de la cama para bajar, pero sus pequeños pies resbalaron ligeramente al aterrizar, haciéndola caer sentada en el suelo con un golpe sordo-¡estoy bien!-anunció enseguida, levantando la mano en el aire para tranquilizar a sus padres, como una pequeña soldadita.
Wall-e y Eve intercambiaron una mirada divertida, entre amor y resignación.
Evalie se levantó de un salto, abrazó su peluche y salió corriendo de la habitación, dejando tras de sí una estela de risas, pasos acelerados y promesas de un día lleno de aventuras.
En la habitación, Eve suspiró mientras se pasaba una mano por la cara para terminar de despejarse.
-Parece que hoy va a ser un día largo-comentó mirando a Wall-e con una sonrisa de esas que solo los años compartidos saben construir. Wall-e, ahora completamente despierto, asintió mientras se desperezaba-pero de los buenos-añadió.
Y así, con el aroma del futuro floreciendo en el aire, la pequeña familia comenzó su día.
-¡Evalie!... ¡más despacio!-gritó Wall-e a su hija quien se cansó de caminar de la mano junto a su madre y su padre y ahora les ponía distancia. Aceleró el paso pero se quedó sin aliento ante su velocidad, que rozaba el récord si no es que era sobrehumana, sin duda había heredado la resistencia de su madre.
Evalie se volvió loca en cuanto su padre le avisó de que podían irse, salió disparada del camión y corrió hacia el hangar de atraque, por fin había llegado la hora tan esperada de verlo.
Después de jugar al gato y al ratón por las calles, cruzando los puentes y adentrándose en la zona seca hacia la bahía del río Hudson, Evalie miró hacia arriba con asombro, sintiéndose empequeñecida por el enorme hangar de atraque en el que pronto iba a aterrizar el AXIOM.
La niña dobló una esquina en dirección a la enorme escalera terminal que conducía al interior de la nave, ya casi llegaba...
-¡No tan rápido, jovencita!-de pronto, Evalie fue levantada del suelo por un fuerte jalón, chillando de sorpresa, y luego suspiró derrotada cuando se dio cuenta de que era su mamá. Podía dejar a su papá en el polvo, pero se olvidaba de una cosa: su mamá podía volar, sólo mientras Eve conservara sus botas anti gravitacionales y siguiera usándolas como lo hacía. Independientemente de lo que llevara puesto; sobre todo hoy en día que debía encontrar la manera de localizar a su hija y alcanzarla al menor indicio de cualquier travesura de su parte-acordamos que vendríamos a ver la nave, no que correríamos hacia la nave-le dijo tercamente a Evalie mientras la dejaba en su lugar-¿recuerdas lo que te dije sobre escuchar?-
-Lo hice mami, no dijiste que no podíamos correr hacia la nave-replicó Evalie. Eve iba a replicar pero se dio cuenta del razonamiento de su hija, apenas tenía cuatro años y medio y ya hablaba y pensaba por sí misma-¡hoy quiero verlo todo! hay demasiadas cosas que no conozco y que quiero aprender, razón de más para correr-
No había dudas de que había heredado la curiosidad de su padre, además de la inteligencia y el impulso intuitivo de su madre por saber más de lo que quería. Por no hablar de una combinación de los rasgos de personalidad extrovertida de sus padres, que la han hecho bastante interactiva e hiperactiva, en otras palabras: una auténtica buscapleitos.
Si no está sembrando o pintando flores al azar en diversas superficies de edificios públicos, en el interior de su casa o en los laterales de las casas de otras personas para darles «más color», se escaparía a toda velocidad por su cuenta o jugaría con cosas que podrían romperse, chocar o explotar.
Eve se encogió de hombros ante su discusión y subió a Evalie en brazos, con la niña sujetando sus piernas fuertemente alrededor de su cintura.
-Desde luego que me asustaste, eres un poco como yo.
-Al menos ahora puedo correr casi tan rápido como tú puedes volar...
-Sí que puedes. Pero para empezar se supone que no debes huir de mí y aún no eres lo suficientemente veloz-replicó la mujer de cabello corto blanco justo cuando Wall-e las alcanzó, desplomándose en el suelo sin aliento mientras las gafas bajo sus googles mostraban un notorio nivel de estrés en su marcapasos, y casi se desvaneció de manera caricaturesca. Justo en ese momento, Eve añadió-y de tu padre tampoco-
Wall-e logró recomponerse y habló entre fuertes resoplidos.
-Sí... Evalie... tú... y tu madre van... a ser... mi perdición así... si intento seguirles el paso.
Ambas soltaron una risita y lo ayudaron a levantarse, una vez que estuvo de pie, Evalie se trepó en la espalda de Wall-e. Finalmente, en lo que pareció un trote de cinco minutos para la niña y un maratón para Wall-e, llegaron al hangar de aterrizaje del AXIOM.
El bullicio crecía en el hangar de aterrizaje a medida que más y más colonos se reunían para presenciar el histórico evento. Wall-e, Eve y Evalie avanzaron entre la multitud hasta acercarse a la gran escalinata que conducía al área de acceso. Evalie, saltando emocionada en los brazos de su madre, agitaba las piernas mientras intentaba ver por encima de la gente.
Fue entonces que, entre el gentío, una figura familiar apareció: Daniel.
El niño, apenas un poco mayor que Evalie, corrió tan rápido como sus pequeñas piernas se lo permitieron, esquivando personas hasta llegar a ella. Con una gran sonrisa, se lanzó directo a abrazarla.
-¡Evalie! ¡te extrañé!-exclamó, envolviéndola en un torpe pero entusiasta abrazo.
Evalie rió, feliz, y bajó de los brazos de su madre para abrazarlo de vuelta, haciéndolos a ambos tambalearse por el impulso.
-¡Daniel! ¡hoy vamos a explorar la nave!-dijo ella, dando pequeños brincos de pura emoción.
Detrás del niño, aparecieron Mary y John, quienes se acercaron a Wall-e y Eve sonriendo.
-Parece que no podíamos mantenerlos quietos ni un segundo más-comentó John, rascándose la cabeza con una sonrisa cómplice.
-Ni nosotros-dijo Wall-e con una risa cansada, acomodándose sus goggles.
Eve, aún vigilando a los pequeños para asegurarse de que no salieran disparados otra vez, preguntó:
-¿También están ansiosos por el aterrizaje?
-¡Por supuesto!-respondió Mary, asintiendo-hace años que no veía el AXIOM de cerca... y ahora, ¡por fin nuestros hijos podrán conocerlo también!-
Mientras conversaban, un murmullo creciente recorrió la multitud. Los colonos comenzaron a levantar la mirada hacia el cielo, algunos cubriéndose los ojos del resplandor.
Una vibración tenue se sintió bajo sus pies. Los motores de aproximación activaban su modo de descenso.
-¡Miren!-gritó Evalie, señalando con su pequeño dedo.
Y ahí estaba.
Surcando el cielo despejado, libre al fin de la pesada contaminación de antaño, el AXIOM descendía majestuosamente. Su enorme figura blanca y plateada relucía bajo el sol, sus luces parpadeaban en tonos azules y verdes como si saludara a los que lo esperaban abajo.
A su alrededor, las grandes compuertas del hangar se abrieron lentamente, chirriando de puro desgaste, mientras el personal técnico y los colonos se preparaban para su llegada.
Wall-e sintió cómo se le apretaba el corazón en el pecho, no sólo por los recuerdos que ese lugar despertaba en él y Eve... sino porque ahora su hija y toda una nueva generación tendrían la oportunidad de conocer esa parte de su historia.
Eve, con una sonrisa suave, abrazó a Wall-e por la espalda, mientras veía a Evalie y Daniel tomarse de las manos, brincando emocionados.
-Parece que todo está empezando otra vez-murmuró ella.
Wall-e asintió, sus ojos brillando bajo sus goggles empañados.
El futuro, por primera vez en mucho tiempo, parecía lleno de posibilidades.
Cuando los propulsores de aterrizaje se activaron para el toque final, una potente ráfaga de viento azotó todo el hangar de aterrizaje, obligando a los colonos a cubrirse el rostro y afirmarse donde pudieran. Los abrigos y cabellos volaban en todas direcciones, y hasta los carteles holográficos de bienvenida titilaban peligrosamente. Wall-e tuvo que sujetarse su gorro, mientras Eve rodeaba con un brazo firme a Evalie y Daniel para evitar que salieran disparados por la corriente.
Con un sordo temblor que se sintió hasta los huesos, el AXIOM finalmente tocó tierra. Los motores se apagaron de a poco, dejando solo un zumbido residual en el aire mientras las compuertas de descenso se abrían.
Del interior de la nave, apareció la figura un poco más tonificada pero familiar del Capitán Benjamin Burt McCrea, vestido con un uniforme limpio de ceremonia, decorado con una banda azul y dorada que tenía en el centro el símbolo de la planta.
Los colonos estallaron en vítores y aplausos.
Wall-e, Eve, Mary, John y los niños aplaudieron también, llenos de emoción.
El Capitán alzó una mano pidiendo silencio, y cuando la multitud se calmó, tomó un pequeño micrófono portátil.
Su voz resonó clara en todo el hangar:
-¡Queridos colonos! ¡Queridas familias!-comenzó, con esa calidez suya que no había cambiado ni un poco-hoy es una fecha histórica no sólo para nosotros, sino para la Tierra misma-hizo una pausa, mirando a su alrededor, como si absorbiera el momento-hace años, dejamos atrás el AXIOM para reconstruir nuestro hogar en este planeta... y gracias a su esfuerzo, su valor y su amor por esta tierra, hoy podemos decir que ¡lo hemos logrado!-los colonos aplaudieron otra vez, algunos gritando "vivas"-por esa razón-continuó McCrea, sonriendo-en celebración de este logro, hoy abriremos por primera vez el interior del AXIOM a todos ustedes. ¡Podrán recorrer sus pasillos, sus salones, y recordar el lugar que nos cuidó durante generaciones!-un rugido de entusiasmo recorrió la bahía. El Capitán levantó un dedo, con una sonrisa traviesa-pero eso no es todo. Después del tour, tomaremos un receso para almorzar. Al atardecer, celebraremos un partido amistoso de baloncesto: ¡humanos contra cyborgs!-la multitud rió y aplaudió, mientras Wall-e silbaba divertido y Eve sonreía de lado-y por la noche-añadió McCrea, bajando la voz como quien comparte un secreto-tendremos un espectáculo de música al aire libre... ¡y una sorpresa muy especial que no querrán perderse!-
Más aplausos, vítores y saltos de emoción.
Evalie y Daniel ya no podían contenerse: brincaban de un lado a otro, jalando de las manos a sus padres.
-¡Vamos, vamos! ¡Quiero ver el AXIOM! ¡Quiero verlo todo!-gritaba Evalie a voz en cuello.
-¡Yo también! ¡quiero ir a la piscina! ¡y a la sala de juegos!-añadió Daniel.
Cuando McCrea, con un gesto amplio, invitó a los colonos a acercarse para comenzar el tour, una marea de personas empezó a moverse hacia la gran rampa de acceso.
Evalie y Daniel soltaron las manos de sus padres y salieron disparados hacia adelante como cohetes.
-¡ESPEREN!-gritó Wall-e, persiguiéndolos torpemente.
-Evalie ¡no tan rápido!-reclamó Eve, encendiendo sus botas anti gravitacionales para alcanzarlos antes de que armaran un desastre.
Ambos niños corrían brincando de pura felicidad, mientras sus padres, cargados de mochilas, abrigos y alguna que otra botella de agua para el camino, trataban de seguirles el paso.
Subiendo por la rampa hacia el interior del AXIOM, el bullicio se hacía más grande: gritos de niños, risas de adultos y sonidos mecánicos de los sistemas de la nave reactivándose para recibir a sus viejos y nuevos pasajeros.
Era el primer paso de un día que ninguno de ellos olvidaría jamás.
Al entrar, Evalie y Daniel volvieron a asombrarse de todo lo que veían sus ojos.
-¡Guau! Oh, oh, oh... ¡allí, allí, allí!-la niña señaló hacia uno de los muchos edificios de la nave, y apenas entraron llegaron a la .
-¡Mantén la calma, Evalie! Ya lo veremos todo-dijo Wall-e para tranquilizar a su hija, que chillaba de emoción.
-Eso dijiste como... hace diez minutos ¡Quiero verlo todo ahora mismo!-replicó ella entre quejidos.
Eve la miró de reojo.
-Es una nave muy, muy grande. Así que va a tomar un buen rato.
Efectivamente, la nave era tan grande que a varios kilómetros de distancia proyectaba sombras sobre su casa y la ciudad reconstruida, incluso en pleno día. El gran tamaño de la gran nave espacial era un logro de ingeniería inimaginable, casi difícil de creer que algo tan colosal pudiera moverse, de ahí que era el objeto móvil más grande jamás construido.
Antes de que pudieran comenzar con la visita, el grupo se encontró con otro grupo de visitantes... y un viejo amigo.
-¡Tío M.O!-gritó Evalie de alegría mientras salía corriendo de Wall-e y se acercaba a él con Eve siguiéndola instintivamente.
El ahora adolescente de diecisiete años notó a Evalie a través de la multitud mientras terminaba su explicación, su rostro inmediatamente se iluminó de alegría al igual que el resto de los visitantes que inmediatamente reconocieron a la hija de los Burtt.
-Vaya... ¡no me digas que estás aquí sola!-proclamó con fingida sorpresa ante la niña de cuatro años y medio.
-¡Claro que no!-replicó Evalie, pero antes de que pudiera decir algo más, Eve la tomó rápidamente de la mano antes de que pudiera seguir huyendo de ella.
M.O. se puso rápidamente en posición de firmes, pero al ver que Eve no llevaba puesto su atuendo de Comandante, asumió rápidamente que estaba solo por placer y no por trabajo.
-¡Me alegro de volver a verte, Eve! por un segundo pensé que ibas a pedir una correa para Evalie.
-Nah...-dijo Eve. Wall-e se acercó deleitando aún más a M.O al ver a otro viejo amigo.
-¡M.O!-exclamó Wall-e.
-¡Wall-e!-exclamó el adolescente con el mismo tono de voz mientras ambos compartían un abrazo amistoso.
-¡Mírate!-dijo el adulto una vez que se separó del abrazo-has crecido un poco estos años, niño-
-¡Hey! ¡deja de llamarme así! ¡ya no soy un niño!-respondió M.O dando un leve puchero infantil y cruzando los brazos alrededor de su torso.
Luego de que Eve fuera ascendida a Comandante del AXIOM hace tres años, el Capitán McCrea se dió cuenta de que necesitaba un nuevo Teniente para la importante misión de encontrar a los trasatlánticos interestelares BNL perdidos por el espacio, así que ascendió a M.O a Teniente, y desde que recibió este ascenso, su personalidad había cambiado junto con su atuendo.
Se volvió más extrovertido, divertido y relajado en lugar del tímido y compulsivo limpiador que solía ser cuando era más joven. Su cabello blanco también creció aún más, hasta el punto de tener que recogérselo con una coleta, dejándose un par de mechones colgando sobre las orejas, ya no utilizaba su Monitor Frontal ni su uniforme de Oficial de Limpieza, éste fue sustituido por un spandex blanco que cubría su cuerpo por completo, dejando casi nada a la imaginación, remarcando un poco su entrepierna, junto al traje venía una chaqueta blanca de manga larga con detalles negros y el símbolo de una planta impreso en una de las solapas, además de su rango de Teniente.
Después de abrazar a Wall-e, Eve y Evalie, M.O alzó una mano para pedirles que esperaran un momento.
-¡Denme unos minutos!-dijo animado-tengo que despedir al primer grupo y luego...-hizo una pausa dramática mientras guiñaba un ojo a Evalie-¡les tengo preparado algo muy especial!-Evalie, emocionada, se abrazó al brazo de su madre mientras veía a M.O marcharse casi corriendo hacia los colonos que había estado guiando. El joven teniente hizo un pequeño discurso de despedida, agradeciendo la visita y recordándoles que no olvidaran recoger sus recuerdos-¡y no tocar ningún panel que diga NO TOCAR!-con una reverencia teatral, saludó al grupo de visitantes que aplaudió antes de salir en dirección al hangar principal. Volviendo rápidamente con Wall-e, Eve, Evalie, y los demás colonos recién llegados, M.O sonrió de oreja a oreja-¡ahora sí! ¿quién está listo para el verdadero Tour Especial de Exploración del AXIOM?-gritó entusiasmado. Evalie chilló emocionada junto a Daniel, saltando en su lugar como si no pudiera contenerse. Incluso Wall-e y Eve se contagiaron de la energía que transmitía. M.O extendió un brazo como si invitara a todos a pasar-¡síganme! ¡prepárense para ver lo que una vez fue la nave estelar más avanzada de la historia humana!-proclamó mientras comenzaba a guiarlos por los pasillos del AXIOM. M.O. se colocó al frente y comenzó a guiarlos por los pasillos principales mientras hablaba-el AXIOM fue lanzado en el año 2105, como parte del programa de evacuación de Buy N' Large-explicó mientras caminaban-era la nave insignia de una flota de embarcaciones interestelares, junto con sus naves hermanas: la Equinox, la Jupiter y la Nova-Eve, caminando de la mano con Wall-e y Evalie, sonrió con nostalgia al oírlo mencionar esas otras naves. A pesar de que la recolonización en la Tierra había comenzado con éxito, aún quedaba un largo trabajo por hacer encontrando a los demás descendientes humanos esparcidos por el espacio-durante más de setecientos años, el AXIOM sirvió como hogar flotante para millones de personas-continuó-su objetivo original era mantenerlos a salvo hasta que la Tierra pudiera ser recolonizada. Por desgracia...-bajó brevemente el tono-los planes no salieron exactamente como Buy N' Large esperaba-al llegar a uno de los ventanales gigantes de observación, M.O. se detuvo y giró para mirar al grupo-pero gracias a la valentía de personas como el Capitán McCrea-dijo con énfasis, mirando al Capitán entre la multitud-y de otros héroes que no necesitan presentación...-se permitió un guiño cómplice hacia Wall-e y Eve-la humanidad volvió a casa-los colonos aplaudieron brevemente, algunos incluso emocionados hasta las lágrimas. Wall-e se sonrojó tímidamente al recibir tal reconocimiento. Eve simplemente apretó su mano con cariño. M.O prosiguió mientras los conducía a través de los pasillos renovados-hoy en día, la nave se mantiene operativa en modo de misión. Exploramos las regiones interestelares en busca de las naves hermanas perdidas y, además, sirve como base médica, educativa y de exploración auxiliar para la "Colonia Esperanza". Y hoy, en nuestro aniversario de la Tierra...-alzó la voz, con energía contagiosa-¡abrimos las puertas del AXIOM a todos ustedes!-
Un aplauso aún más sonoro estalló en la <<CUBIERTA PRINCIPAL>>. Evalie tiró con fuerza de la mano de Wall-e, señalando emocionada hacia la entrada del corredor.
-¡Papá, mamá! ¡quiero ver el Puente! ¡el sitio donde derrotaron al malo!
Wall-e soltó una risa entrecortada.
-¡Vamos a verlo, Evie!-le dijo usando aquel apodo cariñoso.
M.O. hizo una reverencia dramática.
-Con mucho gusto, señorita Burtt-dijo con teatralidad-¡síganme!-
Con Evalie y Daniel corriendo al frente, Wall-e, Eve, John, Mary y muchos otros colonos siguieron a M.O. entre los corredores amplios y relucientes del AXIOM, listos para descubrir los secretos de la gigantesca nave que un día fue su hogar entre las estrellas... y que ahora era un símbolo de su nuevo futuro en la Tierra.
Para alimentar la mente inquisitiva de Evalie con detalles más realistas, Eve buscó a su alrededor algo con lo que compartir los recuerdos de su estancia mientras M.O. hablaba, pero ¿por cuál de todos empezar? Había estado, no, había vivido en esa nave espacial durante toda su vida y podía decir prácticamente cualquier cosa sobre lo que había visto.
Aunque todo lo que veía ahora era en relación a cómo ella y Wall-e se conocieron e interactuaron mientras él estuvo a bordo, haciendo las cosas mucho más agradables de hablar, a pesar de lo inútiles que parecían. Desde luego, le restó importancia a las partes de la batalla en los pasillos de mantenimiento del «Ala Médica» por el bien de Evalie.
Continuaron con su recorrido turístico por toda la nave, Wall-e y Eve relataron los recuerdos que compartían de la persecución por los pasillos durante el ataque al Ala ocho del , su baile espacial luego de que él lograra liberarse de la cápsula de escape... el distrito 'ECONOMY' donde Wall-e conoció a John y Mary y entabló amistad con la mujer pelirroja, y finalmente, llegaron a la <<Cubierta Recreativa>>.
La <<Cubierta Recreativa>> era una de las pocas áreas que se mantenía en su forma original, aunque con algunas reparaciones modernas. Aún conservaba algunas sillas aerodeslizantes, las pantallas interactivas, y los grandes ventanales en lo alto que proyectaban imágenes del espacio interestelar junto con el horario terrestre y el sol artificial que tenía el logo de Buy N' Large estampado. Las plantas holográficas fueron retiradas de sus macetas y en su lugar se colocaron plantas naturales y algunas palmeras pequeñas para dar el ambiente de una verdadera playa.
-¡Whoa! ¿aquí jugaban?-preguntó con los ojos bien abiertos.
Eve asintió con una leve sonrisa.
-Más o menos… aquí es donde dejaron de jugar y empezaron a vivir de verdad-miró a Wall-e con ternura-fue aquí donde muchos empezaron a caminar por primera vez-Wall-e hizo una pequeña demostración, tropezando fingidamente y luego estabilizándose con sus brazos en el aire, provocando risas de Evalie y Daniel-aquí los humanos aprendieron a mirar alrededor y no solo hacia una pantalla-añadió bajando la voz y señalando una fila de antiguos pods flotantes-mira esos asientos, Evalie. Allí se sentaban tus abuelos. Bueno, no exactamente esos, pero iguales-
La niña caminó despacio hasta uno de ellos, posó su mano sobre el reposabrazos y preguntó con timidez.
-¿Y ustedes estaban aquí también?
Eve se acercó y se arrodilló a su altura.
-Sí. Wall-e caminaba por toda la nave buscando formas de llamarme la atención-bromeó, lanzándole una mirada lateral cómplice al pequeño robot, quien parpadeó de forma exagerada, fingiendo inocencia.
Evalie rió bajito.
-¿Y lo logró?
-Oh, sí-dijo Eve suavemente, recordando su primer vuelo juntos por fuera de la nave, impulsado por el extintor-me mostró que incluso las cosas más pequeñas pueden hacer cosas extraordinarias-
M.O, quien se había adelantado unos metros para activar una de las antiguas pantallas holográficas, volvió sobre sus pasos al verlos reunidos.
-¡Ey! ¡Atención!-exclamó con entusiasmo-justo cruzando la <<Cubierta Recreativa>>, a través del corredor oeste, se encuentra el . Y si continúan por allí, llegarán a La Ciudadela-todos voltearon curiosos hacia el pasillo que M.O señalaba-es allí donde tuvo lugar la confrontación decisiva por el regreso a la Tierra-continuó con voz más solemne-el Capitán McCrea desafió directamente a su Primer Oficial… quien fue revelado como un traidor, junto con el antiguo segundo al mando, Go-pher. ¡Momento histórico! Grabado en todos los registros. Recomiendo visitarlo-
La pantalla en el domo encima de él proyectó una imagen congelada del Capitán enfrentando al cyborg, rodeado de luces rojas de alarma y caos técnico.
-¿Y ganaron?-preguntó Daniel, impresionado.
-Sí-respondió Eve con firmeza-porque alguien se atrevió a decir "basta"-
M.O asintió.
-Y el resto… es historia documentada en alta definición. Archivos disponibles en múltiples idiomas.
Mientras el grupo seguía su marcha, Wall-e se detuvo, absorto en sus pensamientos, en el siempre memorable lugar del holo-detector (el dispositivo seguía elevado y se había limpiado a fondo cualquier rastro de sangre), aunque era un lugar de recuerdos estremecedores tanto para él como para Evalie, Evalie sentía tanta curiosidad como siempre por saber lo que había ocurrido en aquel lugar concreto de la nave, el lugar histórico donde la nave se había reactivado y había vuelto a casa, pero la niña no sabía que también era el mismo lugar donde su padre luchó por mantener el holo-detector abierto para su madre y donde murió aplastado, justo debajo de él.
Wall-e nunca recordó nada de lo que le ocurrió, aparte de que se desvaneció en aquel abismo incomprensible tras la muerte, pero imaginó que la visión de su propia sangre acumulándose en la cubierta fue suficiente para que se diera cuenta de que debió de ser un espectáculo muy espantoso, sobre todo para Eve.
Salió de sus pensamientos cuando Evalie tiró de su costado, a medio camino de lo que sintió cuando fue aplastado por el holo-detector.
-¿Papá? ¿qué ocurre?-volvió a insistir la pequeña a su lado, sacándolo por completo de su trance de mil metros, percatándose de que el tour seguía su camino.
Wall-e parpadeó y se volvió hacia ellas. Eve se aproximó con calma. Su expresión reflejaba una tormenta de pensamientos sombríos, pero también algo más: una sonrisa tenue, comprensiva, cargada de luz. Ella sabía exactamente en qué estaba pensando él. Seguramente, también ella había recordado la posibilidad de todo lo que no sucedió... y de todo lo que pudo perderse. Pero aún así, mantenía en su mirada ese destello de gratitud por la vida que sí se construyó.
Estaban aquí.
Eve estaba allí.
El AXIOM aún flotaba sobre ellos.
Y Evalie, su hija, su milagro compartido, caminaba de la mano entre las historias que ayudaron a escribir.
No se trataba del "qué hubiera pasado si", sino del presente que tenían. De que él estaba vivo para contarle la historia a su hija, y para atesorar todo lo que habían salvado.
Porque no murió.
Y eso lo hacía aún más agradecido.
-No pasa nada, cielo-Wall-e se inclinó y alzó a Evalie, depositando un beso tranquilizador y reconfortante en su frente.
La niña de piel decolorada por el sol se quedó confundida por el repentino acto de cariño paternal por parte de su padre, pero su amor la hizo olvidar su curiosidad por el momento y se limitó a abrazarlo, Eve también se iluminó de alegría y compartió en silencio el mismo pensamiento de agradecimiento, Wall-e sintió que la atmósfera sombría que amenazaba con nublar sus mentes, se desvanecía por completo en la calidez.
Mientras caminaban de vuelta con el resto del grupo de turistas, Wall-e desterró aquellos pensamientos de su casi experiencia de muerte y los reemplazó por la alegría de la compañía de su esposa e hija, el tacto de la mano de la mujer de cabellos blancos que más amaba entrelazándose con la suya, y el cuerpo de Evalie aún abrazándolo. Era más que suficiente.
Un par de horas después, el recorrido por el AXIOM llegaba a su fin.
Cuando los colonos y visitantes salieron de la nave, los recibió el aire fresco de la tarde. McCrea, siempre entusiasta, los guió hacia el área de descanso donde los esperaba un almuerzo sencillo pero sustancioso, servido bajo unos toldos blancos con el logo de Buy N' Large, que ondeaban suavemente por la brisa. Después de comer, las conversaciones se tornaron más animadas al anunciarse el evento final del día: un partido amistoso de baloncesto entre humanos y cyborgs. Aunque originalmente planeado como una actividad simbólica, todos los asistentes, grandes y pequeños, se agolparon en las gradas improvisadas con entusiasmo creciente.
El partido comenzó parejo. Los cyborgs, con su precisión mecánica y velocidad controlada, daban batalla. Pero pronto, los humanos empezaron a adaptarse con astucia. Una de las mujeres humanas logró desviar hábilmente el balón de un cyborg con una maniobra inesperada, anotando otro punto a favor de su equipo.
Las gradas, llenas en su mayoría de cyborgs y humanos modificados, comenzaron a murmurar en protesta. Algunos espectadores silbaron, otros soltaron comentarios poco amistosos.
Fue entonces cuando Eve se puso de pie de golpe.
-¡Vamos, equipo! ¡vamos, cyborgs! ¡no se rindan! ¡ustedes pueden lograrlo! ¡denles una lección a esos humanos!-gritó, alzando el puño al aire con total pasión.
Evalie se hundió en su asiento, llevando ambas manos a la cara.
-¡Mamá, por favor...!-susurró avergonzada, intentando hacerse invisible.
Pero pronto se distrajo al mirar a su padre, quien permanecía sentado junto a ella, observando el partido en silencio.
-Papá... ¿por qué no estás allá con ellos? estoy segura de que si jugaras, les ganarías fácilmente...-dijo con emoción, pero su voz se apagó al reparar en las cicatrices que recorrían su cuerpo y en su brazo izquierdo, que había sido reemplazado por uno metálico. Bajó la mirada, y añadió con tono apagado-lo siento... olvidé eso-
Wall-e se volvió hacia ella, con una sonrisa comprensiva y sin rastro de dolor en su mirada.
-No tienes por qué disculparte, Evalie. No dejes que eso te afecte, ¿de acuerdo? estas cicatrices solo cuentan una historia. Y sí, puede que se vean mal, pero no dejo que eso me moleste... y tú tampoco deberías.
Evalie lo miró en silencio. Asintió con lentitud, aunque aún decepcionada.
-De acuerdo...
Wall-e le revolvió el cabello con ternura.
-Pero si te soy honesto...-añadió con un guiño-estoy más cómodo viéndolo desde aquí, contigo y tu madre gritando como una loca-
Evalie no pudo evitar soltar una risita, aunque siguió evitando mirar a Eve.
-No me hagas hablar de eso...
El marcador comenzaba a inclinarse con fuerza hacia el equipo humano. Los cyborgs, aunque resistentes y precisos, parecían desconectados emocionalmente del juego, como si no les importara ganar o perder, mientras que los humanos jugaban con pasión y picardía. Eve no dejaba de animar, cada vez más involucrada. Incluso otros cyborgs, motivados por su entusiasmo contagioso, empezaron a responder a sus gritos con cánticos y vítores improvisados.
Entonces, sucedió algo que nadie esperaba.
Uno de los jugadores cyborgs —un modelo aparentemente viejo, con una pierna oxidada y un brazo recién instalado— capturó un pase con reflejos imposibles. Se deslizó por la cancha con torpeza encantadora, pero precisión quirúrgica, esquivando a dos jugadores humanos. Justo antes de que pudieran bloquearlo, lanzó el balón hacia el aro... ¡con un giro perfecto y un disparo en salto!
El balón rebotó en el borde... una vez... dos veces... y cayó dentro.
¡Punto para los cyborgs!
La cancha estalló en aplausos y vítores. Eve levantó ambos brazos en el aire, gritando de alegría como si hubiera ganado el campeonato mundial.
-¡ESO! ¡ASÍ SE HACE! ¡ESE ES MI EQUIPO!-chilló haciendo que varios espectadores, incluso algunos humanos, rieran por lo bajo.
Evalie, resignada, ocultó el rostro detrás de una gorra prestada, pero no pudo evitar sonreír al ver cómo su madre se emocionaba tanto.
-¿Quién diría que mamá era tan intensa con los deportes...?-murmuró.
-Tu madre es intensa con todo-bromeó Wall-e pasando su brazo metálico alrededor de ella con cariño-pero esa es solo una de las muchas razones por las que la amo-
El partido continuó con más fuerza que nunca. Cyborgs y humanos, ahora riendo entre jugada y jugada, parecían más unidos que enfrentados. Lo que había comenzado como una competencia, poco a poco se volvía una celebración.
Justo cuando el sol comenzaba a descender en el cielo, tiñendo el horizonte con tonos anaranjados y rosados, McCrea se levantó para anunciar el evento final del día.
-¡Todos están invitados a permanecer con nosotros para el espectáculo de música al aire libre!-anunció por los altavoces.
Como ya era habitual en las celebraciones, todo el mundo se acercó a ver un árbol que estaba creciendo en una porción elevada de césped, rodeado de plantitas conmemorativas plantadas en cajas metálicas, zapatos y acumulados a lo largo de los años en el lugar. Y bajo el árbol había una placa de cobre con una caja de bronce, y una diminuta planta de cobre.
En la placa se leía lo siguiente:
"Lo que ven aquí... es el árbol que trajo a toda una especie a su planeta de origen». Este árbol es el mismo sitio exacto en el que nuestra especie abandonó la Tierra y regresó otra vez, todo debido a la única cosa que este mundo ha engendrado, albergado, probado y comprobado, y la especie conocida como "Humanidad" lo definió.
Este es el árbol de la vida"
Era la misma planta por la que Wall-e y Eve habían luchado tanto para traerla al AXIOM, y a su vez traer la nave de vuelta a la Tierra. Por mucho que el gigantesco AXIOM fuera un monumento comparado con este lamentable planeta, la planta en sí era un monumento al retorno de la Humanidad, llamada así por su símbolo literal de la vida en la Tierra, para los colonos, de ahí su nombre, era la esperanza de volver a encontrar y reconstruir la vida.
Un toque en los sistemas de megafonía llamó la atención de todos los presentes hacia la base del AXIOM, Wall-e, Eve y Evalie se dirigieron hacia el creciente sonido de la música, al igual que la voz de sus viejos amigos.
-¡Ánimo a todos! ¡Terminemos con esta celebración!-gritó John a través de un micrófono, reuniendo la atención de todos en un ampliteatro con luces instaladas en la plataforma de atraque del AXIOM.
-Gracias, John-el Capitán McCrea tomó su lugar en el podio y dio comienzo a la noche-como dije antes, hoy celebramos un día importante, hace cinco años, dejamos atrás el AXIOM para reconstruir nuestro hogar en este planeta... y gracias a su esfuerzo, su valor y amor por esta tierra, hoy podemos decir que ¡lo hemos logrado!- la multitud estalló de nuevo en ovaciones mientras John tomaba un viejo artefacto musical llamado "guitarra", tocando cada cuerda y su sonido se amplificó alrededor de la reunión-para terminar esta celebración y conmemorar este día histórico, hagamos aflorar lo que sentimos al volver a casa. He aquí una canción que John y yo encontramos en un estudio de grabación abandonado de la ciudad, después de revisarla en los archivos del AXIOM, descubrimos que es una canción de un músico muy popular sobre poner nuestros pies de nuevo en la dulce madre Tierra-
-Una canción que nos permite recordar que debemos cuidar a la madre de nuestra especie-dijo John mientras se acercaba al centro del escenario-se llama, "Down To Earth"-(Abajo a la Tierra).
El público aplaudió enloquecido cuando John se ubicó en el centro del escenario con McCrea en el teclado y un conjunto diferente de consolas. De repente, el escenario cambió de forma y color y las luces se encendieron y apagaron, el fondo y el decorado pasaron a ser interactivos, mostrando imágenes cavernícolas del AXIOM en su hangar de atraque, imágenes del Antiguo Egipto de la nueva colonia y mosaicos mayas de un planeta Tierra recién nacido. Todo ello reflejaba el renacimiento y la reescritura de la historia de la humanidad que comenzó hace cinco años.
John comenzó a cantar en el micrófono y miró hacia el oscuro cielo, interpretaba la voz de uno de los músicos más queridos del pasado de la humanidad, Peter Gabriel, y la canción que estaban tocando, no había otra más adecuada para la conmemoración del regreso a casa.
Did you think that your feet had been bound, by what gravity brings to the ground?
Did you feel you were tricked, by the future you picked? Well, come on down…
Mientras John entonaba los versos, la música envolvía el aire con una calidez suave pero intensa. A su alrededor, los asistentes escuchaban en silencio reverente, algunos con lágrimas en los ojos, otros tomados de las manos, mientras las imágenes proyectadas narraban la epopeya silenciosa de un mundo que se atrevió a comenzar de nuevo.
Wall-e, con sus grandes ojos ópticos reflejando las luces del escenario, miró a Eve. Ella lo observaba con una sonrisa serena, una expresión que sólo él sabía interpretar: orgullo, ternura y esa chispa eterna de amor que había surgido entre ellos cuando eran los últimos guardianes de un mundo olvidado.
All these rules don't apply, when you're high in the sky
So come on down, come on down…
Evalie, sentada entre ellos, se inclinó hacia su madre.
-¿Sabes? siempre pensé que el árbol era bonito, pero ahora entiendo por qué es tan importante...
Eve no respondió con palabras. Apretó suavemente la mano de su hija, mientras los siguientes versos de la canción sonaban.
We're coming down to the ground!
There's no bette r place to go
We've got snow up on the mountains
We've got rivers down below
We're coming down to the ground
To hear the birds sing in the trees
And the land will be looked after
We send the seeds out in the breeze
Antes de que Wall-e pudiera unirse a la gente que lo aclamaba, Eva se aferró a su hombro y se fue con él a cuestas, ya fuera del perímetro de la fiesta, se detuvo frente al recolector de basura.
-¿Evah? ¿no quieres quedarte al espectáculo?-le preguntó mientras una sonrisa se dibujaba en su rostro.
-Tengo... una idea mejor-respondió ella mientras sostenía un extintor.
Wall-e escudriñó el objeto confundido... entonces se acordó inmediatamente de aquella danza espacial. El momento más tranquilo que sintió hasta la definición de la palabra, sin gravedad, sin sonidos, sin preocupaciones, sólo paz y Eve.
En su otra mano libre sostenía justo las cosas que lo habían hecho posible: sus botas antigravitacionales y los campos flickinger, y por lo que estaba sugiriendo quería que tuvieran otra danza espacial a su disposición.
Did you think you'd escaped from routine
By changing the script and the scene?
Despite all you made of it
You're always afraid of the change
You've got a lot on your chest
Well, you can come as my guest
So come on down
Come on down
Wall-e desvió la mirada hacia el escenario para ver que el acto principal había comenzado, miró a Eve y de nuevo dudó por un instante. La mujer de cabello blanco lo notó y su sonrisa se encogió, preocupándose cada vez más.
-Wall-e, querido. ¿Qué te sucede? ¿no quieres ir?-especuló Eve con inquietud, ella estaría de acuerdo con cualquier decisión que tomara su esposo. Pero por un recuerdo entrañable...
-¡Oh! no, no, no. Sí quiero ir, Evah Nunca me negaría a revivir nuestra danza espacial-la tranquilizó Wall-e-es que... ummm...-se quedó pensativo un momento, volviendo a mirar al escenario y a su esposa, pensando en cómo decir sus intenciones sin estropear la sorpresa que le había preparado para su aniversario de bodas-oh, qué demonios...-se encogió de hombros y se volteó hacia la mujer con una sonrisa-es sólo que me preocupa regresar a tiempo para después del espectáculo, ya que tengo algo... planeado para ti-eligió sus palabras con cuidado.
Al oír eso, Eve lo miró con desconcierto y emoción.
-¿Una sorpresa? ¿para mí?-su rostro se iluminó inmediatamente de alegría-oh, ¿qué es? ¿qué es?-
-Oh, ya lo verás-dijo Wall-e mientras se reía entre dientes-no quiero estropeártelo. Y... una danza espacial sería divertido si pudiéramos volver aquí al menos en los próximos...-revisó de nuevo la celebración, la canción seguía en el principio, hizo una aproximación-diecisiete minutos-
Una amplia y brillante sonrisa creció en el rostro de Eve, diecisiete minutos para entrar en órbita, bailar y aterrizar de nuevo en el mismo lugar.
Era más que suficiente para ella.
We're coming down to the ground
There's no better place to go
We've got snow up on the mountains
We've got rivers down below
We're coming down to the ground
We'll hear the birds sing in the trees
And the land will be looked after
We send the seeds out in the breeze
El único problema era: ¿y Evalie?
Wall-e volvió a verla y volvió a ver a su esposa, quien sorprendentemente, tuvo una idea. Como aún era demasiado pequeña para unirse a ellos en su danza espacial, iría a preguntarle a Mary si podía cuidar de ella junto con Daniel, al fin y al cabo los niños eran tan amigos que Evalie ni siquiera se daría cuenta de que sus padres se habían ausentado un par de minutos para revivir uno de los momentos más significativos de sus vidas. Tal vez la próxima vez llevarían a su hija con ellos cuando fuera lo suficientemente grande, por ahora, lamentablemente, tendría que quedarse ahí y esperar a que vuelvan.
Eve, aún con la emoción palpitándole, tomó suavemente la mano de Wall-e y lo guió de regreso a la zona donde jugaban los niños. Evalie y Daniel estaban tan absortos construyendo un castillo de arena junto a una de las niñeras robot que apenas notaron su presencia al principio. Fue Daniel quien los vio primero y exclamó con alegría:
-¡Eve! ¡Wall-e! ¡miren lo que hicimos!
-Está hermoso, Daniel-respondió Eve con una sonrisa, pero su atención se dirigió enseguida hacia Mary, que estaba sentada en un banco cercano, vigilando a los niños con una expresión serena.
Eve se acercó con cuidado, aún con el extintor colgando a su costado.
-Mary... ¿crees que podrías cuidar de Evalie por unos minutos?-le preguntó con tono apacible-prometemos que no será mucho tiempo. Solo... un pequeño paseo-
La pelirroja los miró a ambos, luego a Evalie, y sonrió con complicidad, como si ya intuyera lo que tramaban.
-Por supuesto-respondió, guiñando un ojo-tómense su tiempo, yo me encargo-
-Gracias-dijeron ambos a la vez.
Like the fish in the ocean
We felt at home in the sea
We learned to live off the good land
We learned to climb up a tree
Then we got up on two legs
Justo entonces, Evalie se acercó corriendo con las manitos cubiertas de arena, y con esos grandes ojos redondos que tanto había heredado de Wall-e, los miró con curiosidad.
-¿A dónde van, mamá? ¿Papá?
Eve se agachó para quedar a su altura, acariciándole suavemente la cabeza.
-Vamos a volar un ratito, mi amor. Pero volveremos enseguida. Quiero que juegues mucho con Daniel mientras estamos fuera, ¿sí?
-¿Volverán rápido?
-Más rápido que una estrella fugaz-prometió Wall-e, guiñándole un ojo.
Daniel, al escuchar que Evalie se quedaría con él un rato más, dio un pequeño saltito de felicidad y la abrazó de nuevo con entusiasmo, derribándola casi al suelo entre risas.
-¡Genial! ¡Más tiempo para el castillo!
Con el corazón un poco más tranquilo, Eve tomó la mano de su esposo y juntos se alejaron del bullicio de la celebración, caminando hacia una zona más apartada donde las luces no alcanzaban, sólo la suave luz del árbol con su placa a la distancia y las estrellas sobre ellos.
But we wanted to fly
Oh, when we messed up our homeland
And set sail for the sky
Allí, en ese rincón más íntimo, ambos se prepararon. Wall-e se puso sus botas antigravitacionales con cuidado mientras Eve colocaba los guantes de campo de fuerza flickinger en sus manos. Luego, ella le entregó el extintor.
-Recuerda que esto solo funcionará una vez estemos en el aire-le recordó Eve con una sonrisa.
-Lo sé... lo sé. Ya aprendí de la última vez-bromeó Wall-e, haciéndola reír suavemente.
Eve extendió un brazo hacia él.
-Sujétate fuerte. Yo te llevo.
Wall-e se aferró a su esposa, no sólo físicamente, sino con el mismo cariño y confianza de aquel día en el espacio, cuando danzaron por primera vez.
El campo de fuerza activado envolvió sus cuerpos con un zumbido apenas perceptible. Eve ajustó la potencia de vuelo en su núcleo y, con un impulso elegante, ambos despegaron del suelo como una pareja de luciérnagas flotando hacia el cielo estrellado.
Los colores de la fiesta, la música que aún se oía lejana, y las risas de Evalie y Daniel quedaban atrás. Todo se hacía más ligero, más vasto, más silencioso… como la primera vez.
Como si el universo hubiera detenido todo solo para ellos.
Y aún quedaban diecisiete minutos.
We're coming down to the ground
There's no better place to go
We've got snow upon the mountains
We got rivers down below
We're coming down to the ground
We'll hear the birds sing in the trees
And the land will be looked after
We send the seeds out in the breeze
El cielo nocturno se abría como un océano inmenso sobre ellos. Eve ascendía con suavidad, llevando a Wall-e en brazos como en un vals suspendido en el tiempo. Apenas se alejaron lo suficiente de la atmósfera densa, Wall-e activó el extintor con un leve "psshhh" y ambos comenzaron a girar juntos, propulsados con una ligereza casi irreal. El zumbido de los guantes flickinger mantenía sus forma protegidas, envolviéndolos en un campo invisible donde solo existían ellos dos, flotando en su propio rincón de universo.
La música de fondo de la celebración aún se alcanzaba a oír como un eco lejano, la canción que había comenzado justo cuando se fueron aún sonaba... como si los estuviera esperando.
We're coming down
Comin' down to earth
Like babies at birth
Comin' down to earth
Redefine your priorities
These are extraordinary qualities
Las luces de la Tierra titilaban debajo como miles de luciérnagas extendidas por continentes enteros. Desde esa altura, podían ver todo: los océanos reflejando el brillo de la luna, cadenas montañosas delineando las venas del planeta, selvas oscuras respirando con calma y luces urbanas pulsando como un corazón gigante.
Wall-e giraba suavemente sujetando el extintor, mientras Eve orbitaba a su alrededor, tomándolo de las manos. Eran dos almas, dos siluetas iluminadas por los destellos del planeta y el cielo estrellado. Por un instante, no hubo gravedad, ni responsabilidades, ni ruido: solo ellos.
We're coming down to the ground
There's no better place to go
We've got snow upon the mountains
We've got rivers down below
We're coming down to the ground
We'll hear the birds sing in the trees
And the land will be looked after
We send the seeds out in the breeze
-Eres hermosa, Evah-dijo Wall-e en un susurro casi reverente.
Eve sonrió, girando hacia él mientras descendían apenas para cambiar la trayectoria. Se tomaron de las manos en el aire, como en aquella primera danza, cuando el mundo aún no había despertado del todo.
We're coming down to the ground
There's no better place to go
We've got snow upon the mountains
We've got rivers down below
We're coming down to the ground
We'll hear the birds sing in the trees
And the land will be looked after
We send the seeds out in the breeze
Durante esos diecisiete minutos, no solo danzaron, exploraron. Volaron sobre montañas nevadas, sobre desiertos dormidos bajo la luna, sobre bosques húmedos envueltos en bruma. Cada vista, cada rincón, era un recuerdo nuevo. Una postal en movimiento de un mundo que aprendieron a amar y que ahora los recibía no como simples cyborgs, sino como parte de su historia.
El tiempo, como todo lo bello, pasó demasiado rápido.
Eve, con su sistema de navegación calibrado a la perfección, guió el descenso con precisión. Los guantes flickinger comenzaron a desacelerar el campo mientras Wall-e apagaba el extintor, soltando el último soplo de espuma en forma de una nube blanca cristalizada que brillaba contra la oscuridad.
Redefine your priorities
These are extraordinary qualities
To find on earth
Aterrizaron con la misma suavidad con la que habían despegado, en el mismo rincón apartado del parque, justo mientras la canción llegaba a sus últimos versos, con el espectáculo visual en pleno clímax. Luces verdes y azules danzaban en el escenario, reflejando la vida que había vuelto al planeta, mientras la voz de la canción los envolvía en el cierre perfecto:
Comin' down, comin' down
Comin' down, comin' down
Comin' down, comin' down
Comin' down, comin' down!
Tras revisar la hora, Wall-e se dio cuenta de que ahora estaban de vuelta en tierra con unos segundos de sobra de los diecisiete minutos con los que iniciaron el despegue. Llegaron justo a tiempo para el último evento de la velada.
-Evah...-Wall-e le dio la vuelta para llamar su atención-¿adivina qué? ¡hemos vuelto justo a tiempo! y justo donde teníamos que estar también-
-Entonces, ¿qué es lo que está encajando en tu pequeño plan?
-Oh... ya lo verás-Wall-e miró a John y McCrea que se habían retirado al fondo del escenario y asintieron a su vez, era el momento de la última canción.
El murmullo del público se apagó al instante cuando, de repente, el escenario se oscureció, las cosas empezaron a cambiar a su alrededor cuando una red tridimensional de luz envolvió el escenario oscurecido. Las tenues luces palpitaron y parpadearon hasta que se fundieron en la oscuridad como el anochecer en medio de la noche, pero en la oscuridad, algo cambió en forma de siluetas desconocidas dentro de una caja cerrada.
Diferentes fuentes de luz surgieron de lo que parecían farolas de aceite callejeras que se iluminaron alrededor del escenario de la nada, éste permaneció un poco más oscuro de lo habitual aún con las luces del AXIOM encendidas, dando a la atmósfera que los rodeaba un suave y reconfortante resplandor nocturno que se sentía seguro e íntimo.
A medida que las nuevas luces iluminaban el escenario, de repente ya no parecía el escenario que era, en vez de los instrumentos artificiales, los coloridos dioramas de la última interpretación y los llamativos focos metálicos, se volvió verde y exuberante, con árboles, una acera y un banco, un antiguo telón de fondo de edificios del siglo XIX que se alineaban junto a los árboles.
Un foco iluminó a Wall-e y a Eve, que se quedó boquiabierta y asombrada ante lo que vio: en lugar de llevar el atuendo habitual en el que estaba hace unos momentos, Wall-e estaba vestido con un traje gris muy bien planchado, un chaleco marrón tierra, corbata de moño roja y zapatos negros brillantes. Llevaba su cabello perfectamente peinado hacia atrás, junto con su poblada barba canela.
¿Cómo se había puesto esa ropa en cuestión de segundos en la oscuridad?
Se llevó las manos a la boca sorprendida y se dio cuenta de otra cosa, no recordaba llevar unos guantes de vestir blancos de aspecto extremadamente cómodo.
Bajó la mirada y se quedó asombrada mientras se miraba a sí misma, de alguna manera en lugar de llevar su ropa de civil, más bien llevaba un atuendo muy diferente: Vestía un cómodo y exquisito vestido victoriano de todo tipo y tonalidades de rojo, que hacía que sus ojos azules brillaran más que nunca, guantes blancos perlados hasta las muñecas, un largo vestido de seda escarlata con una blusa roja carmesí que combinaba a la perfección con la forma de su esbelto torso, dándole un aspecto clásico, pero elegante a su cuerpo esbelto, y sobre todo, hermoso.
La multitud e incluso Wall-e se asombraron colectivamente ante su repentino cambio de aspecto que atrajo tantas miradas hacia ella. Especialmente su esposo, que la contemplaba tan atónito como cuando llevaba su vestido de novia. No importaba lo que Eve llevara puesto, su belleza de alguna manera se veía más intensificada, haciendo que Wall-e se sintiera más atraído por ella.
El suave tintineo de antigua música romántica de los años sesenta sonó, la multitud aplaudió de golpe salvajemente cuando sonaron las primeras notas, la reconocieron inmediatamente como la siempre memorable tonada amorosa de la canción más preciada de Wall-e y Eve. Ésta última se quedó paralizada por la sorpresa, al recordar el extraño parecido de ella y su esposo con los dos rostros de la canción en cuestión, o más apropiadamente, de su canción. Se trataba nada menos que de Cornelius e Irene Molly, la pareja prometida de 'It Only Takes a Moment'.
Eve miró a su alrededor atónita, como si hubiera sido transportada a un sueño antiguo del que no quería despertar. El cambio de escenario, las luces, el vestuario… todo era tan perfecto, tan meticulosamente diseñado para ella, para ellos.
Sus ojos azules, ahora más brillantes que las luces del AXIOM, miraron a Wall-e. Él, tan distinto y al mismo tiempo tan suyo, parecía salido de una película clásica. El traje, la elegancia, la forma en que la miraba con ese amor inmenso y genuino… Eve sintió un nudo en la garganta.
Intentó hablar, sus labios se movieron con un gesto tembloroso de emoción.
-Wa... Wall-e, ¿qué es... cómo hiciste...? yo... esto es... esto es...-pero las palabras se enredaron como mariposas en su lengua, atrapadas por la emoción y la sorpresa. Se llevó una mano enguantada al pecho, como si intentara contener todo lo que sentía.
Wall-e no dijo nada al principio. Solo dio un pequeño paso hacia ella y le ofreció su mano, con una leve inclinación. Sus ojos brillaban como luces cálidas en una noche tranquila.
-Feliz aniversario, Evah-dijo con esa voz característica de él, que ahora sonaba más viva que nunca. Eve lo miró, con los ojos ahora brillando de lágrimas, sin importar si podía o no llorar. En ese instante, supo que todo estaba bien. Que el mundo, la historia, la música y ese momento, eran solo para ellos dos. Y entonces, la canción comenzó a sonar. La señal para que el personaje de Wall-e, Cornelius, empezara a cantar y Eve chilló como una adolescente emocionada por la llegada de su canción, recreando exactamente la misma canción que hicieron la noche de su boda hace exactamente cinco años, y ahora a punto de revivirla-it only takes a moment, for your eyes to meet and then your heart knows in a moment you will never be alone again- Eve estaba, sin ninguna duda, totalmente asombrada. Tuvo que contenerse para no soltar una risita de niña y llorar de alegría al ver a su esposo cantando su canción. Su voz sonaba suave y práctica, a pesar de que todavía tenía las cuerdas vocales ásperas, no importaba para Eve, ¡él estaba cantando su canción! por sí mismo y para ella-I held her for an instant, but my arms felt sure and strong. It only takes a moment, to be loved a whole life long...-su voz cantando acaba de convertirse en la cosa más hermosa que Eve haya escuchado jamás-¿no está el mundo lleno de cosas maravillosas? Perdí tantas cosas, mi trabajo, mi futuro. Todo lo que la gente cree que es importante, ¡pero no me importa! Porque aunque tenga que cavar fosas el resto de mi vida, seré un cavador de fosas que una en una ocasión tuvo un día maravilloso-
McCrea y Jhon se unieron a ellos, no del todo mezclados en el fondo lo suficiente si esto fuera una obra de teatro real, y lo suficientemente alto para que la voz de McCrea resonara sus líneas ensayadas de este punto en la película Hello Dolly!, actuando como un empleado.
-Se me olvidaron algunas palabras, John. Justo después de "It only"...
-Takes a moment!-dijeron simultáneamente todos los presentes, ellos también habían compartido la maravillosa pasión de una canción así y habían aprendido y amado tanto de ella como lo hizo la pareja más famosa de la Tierra. Entonces la multitud, uno junto al otro, cantan al compás de los tonos que recordaban tan vívidamente, hasta la última nota del coro de fondo-for your eyes to meet and then, your heart knows in a moment you will never be alone again. He held her for an instant, but his arms felt sure and strong. It only takes a moment...-
Eve sintió que sus ojos se humedecían, destellando tan brillantes y cariñosos, haciendo que a Wall-e le temblaran las rodillas. Se sintió tan invadida por la felicidad al ver cómo Wall-e había preparado la mayor de las sorpresas y el mejor regalo de aniversario de todos los tiempos, pero con tanta gente involucrada, sólo para ella. Y aún así, no podía superar el hecho de que acababa de oír la voz de Wall-e poniendo melodía a su atesorada canción, como si de algún modo hubiera hecho posible describir todo lo que sentía sobre la incomprensible pureza de su amor.
En algún lugar dentro de Eve, sintió que algo tomaba el control de sus acciones y se acercó a Wall-e apenas sintió que su propia voz se colaba y llenaba el vacío de las palabras no pronunciadas de su relación.
Comenzó a cantar también, su voz tan hermosa como la propia música, tanto como el amor que quería transmitir a su esposo.
-He held me for an instant, but his arms felt safe and strong. It only takes a moment to be loved a whole life long.
Se dieron cuenta de que ya no interpretaban a sus personajes favoritos Cornelius e Irene, porque ellos se habían convertido en Cornelius e Irene.
Wall-e:
And that is all
That love's about
Eve:
And we'll recall when time runs out...
-That it only took a moment to be loved… a whole life long!-las voces de Wall-e y Eve resonaron con la nota final en el concierto y se desvanecieron en un estruendoso aplauso. En cuanto sus voces se apagaron, Eve no pudo contenerse ante la sorpresa más dulce y brillante que jamás le habían dado, y unió sus labios sensualmente con los de su esposo mientras todos aplaudían más fuerte por la pareja más feliz del mundo. Excepto Evalie y Daniel, que sacaron la lengua con asco.
-Ay, ¡no pongan esas caras, niños!-dijo John mientras se acercaba a su pareja y a los niños-un hombre besando a una mujer es algo hermoso-miró a Mary, quien correspondió su mirada y la tomó de la mano-ven aquí, enseñémosles cómo lo hacemos-
Sin perder un segundo, unieron sus labios en un tierno beso que solo provocó una nueva mueca de disgusto por parte de los niños.
-¡Qué asco!-exclamó Daniel tras ver a sus padres besarse.
Wall-e y Eve se besaron largo y tendido, completamente ajenos al mundo que los rodeaba, incluso cuando Wall-e se separó del beso y vio a su esposa con una amplia sonrisa. Luego reanudaron el beso, pero con toda la pasión que los invadía, abrazados y sucumbiendo al placer de su conexión como en aquel día. Wall-e deslizó sus dedos por su corta melena blanca mientras Eve gemía ante la suavidad de su tacto y lo acarició con más fuerza, decidida a no dejarlo ir tan pronto.
Sin embargo, ese momento de ensueño no duró mucho más. Entre los aplausos y los destellos de luces, una pequeña manita tiró suavemente del vestido de Eve.
-Mami…-dijo Evalie, con la voz somnolienta y ojos entrecerrados-¿podemos irnos ya a casa? estoy muy cansada...-
Eve soltó una suave risa, aún con el rubor del beso en las mejillas, y miró a Wall-e, quien sonrió comprensivo. Asintieron al unísono.
-Claro que sí, cariño-respondió Eve, inclinándose para abrazarla.
Wall-e le pasó un brazo por los hombros a su esposa, y juntos tomaron de la mano a Evalie. Mientras abandonaban el escenario bajo una suave ovación, los vestuarios comenzaron a desaparecer volviendo a dejarlos en sus ropas habituales, la familia comenzó su camino de regreso a casa al tiempo que todos los despedían. John bromeó con una sonrisa:
-¡Oigan! ¡no se vayan todavía! ¡aún falta la fiesta post-espectáculo!
-Otro día, John-respondió Wall-e con una risa suave-esta noche… esta noche fue perfecta-
Eve lo miró con ternura.
-Feliz aniversario, amor-dijo finalmente, y esta vez sin trabarse al hablar.
Wall-e le respondió con un beso en la frente y una última mirada cómplice antes de desaparecer entre bastidores, con su pequeña familia iluminada solo por las cálidas farolas que lentamente se apagaban, una a una, como estrellas satisfechas tras cumplir su misión.
El viaje de regreso a casa fue tranquilo. La suave brisa acompañaba el silencio sereno de la noche, mientras las luces lejanas de la colonia se desvanecían poco a poco detrás de ellos. Evalie se quedó dormida antes de llegar, con su cabeza apoyada en el hombro de Eve.
Una vez llegaron, Wall-e ayudó a llevar a su hija a su habitación. Eve arropó con cuidado a Evalie, besándole la frente con una ternura maternal que solo podía nacer del amor más puro. Se quedó un momento mirándola dormir, notando cómo su respiración se volvía cada vez más pausada, y sus manitas abrazaban a su peluche favorito. Luego de apagar la luz de la habitación y dejar la puerta entreabierta, Eve caminó hacia la compuerta abierta del camión. Allí estaba Wall-e, sentado con las piernas cruzadas, observando el cielo salpicado de estrellas. Ella se sentó a su lado en silencio, dejando que la brisa nocturna les acariciara el rostro.
Durante varios minutos no hicieron más que contemplar el firmamento, disfrutando del simple hecho de estar juntos. Entonces Eve rompió el silencio con una voz suave y cargada de emoción:
-Gracias… por esta noche-Wall-e giró la cabeza hacia ella, su expresión reflejaba el asombro por lo vivido. Eve sonrió y continu-fue el mejor aniversario que he tenido… Me cantaste nuestra canción. La gente se unió a ti. Me hiciste sentir como si estuviéramos en una película. Fue perfecto-Wall-e se encogió de hombros, como quitándole importancia, aunque sus ojos brillaban con humildad y orgullo. Eve se inclinó ligeramente hacia él-yo también te preparé un regalo-susurró. Él la miró con atención, parpadeando curioso-la danza espacial…-añadió-quería recordarte ese momento. Porque ese día… me di cuenta que te amaba, que no soportaría perderte-Wall-e le tomó la mano con delicadeza, acariciando sus dedos con ternura. Pero Eve no había terminado-y… hay algo más-
Con el corazón latiendo con fuerza, tomó la mano metálica de su esposo y, sin decir nada más, la guió con cuidado hasta colocarla sobre su vientre plano. Wall-e ladeó la cabeza, al principio sin comprender… hasta que la mirada de Eve le confirmó lo impensado. Sus ojos se abrieron en redondo.
-Evah… ¿hablas en serio?
Ella asintió, conteniendo la emoción mientras una lágrima caía por su mejilla.
-Sí. Vamos a tener otro bebé.
Wall-e dejó escapar un leve sonido de asombro y felicidad que lo hizo estremecerse. Apretó su mano contra su vientre, como si con eso pudiera proteger a la nueva vida desde ya. Luego la miró con una dulzura infinita.
-Evah… amor…
Se abrazaron, con el cielo como único testigo de su dicha. El recolector de basura, que una vez estuvo solo entre restos del mundo abandonado, ahora tenía una familia, un propósito… y otro pequeño milagro en camino.
Y mientras la noche seguía su curso y las estrellas brillaban en lo alto, Wall-e y Eve supieron que no importaban las dificultades que vendrían: su amor, como la canción decía, solo necesitó un instante… para durar toda una vida.