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Language:
Español
Series:
Part 2 of Libercordia, Part 2 of Senderos fragmentados de Harmony
Stats:
Published:
2025-04-20
Updated:
2025-08-17
Words:
60,597
Chapters:
11/?
Comments:
6
Kudos:
6
Bookmarks:
2
Hits:
218

Santuarytale

Summary:

Santuario
(Del lat.) Sanctuarium.

1. Un lugar fundamental que ofrece seguridad, protección o refugio contra el peligro, la persecución, el dolor o las influencias dañinas.

2. La idea central es la de un espacio donde se está a salvo y, a menudo, se encuentra paz o consuelo. Además, proporciona asilo y cuidado a aquellos que lo necesitan.

3. Lugar sagrado dedicado a una deidad, objeto religioso o figura venerada.

4. Un espacio donde se puede encontrar calma, serenidad y aislamiento del estrés, el ruido o las perturbaciones del mundo exterior.

Notes:

Sinopsis:

Las ruinas susurraban secretos, sean testigos de un reino sepultado bajo la montaña, exhalaban susurros de olvido. Entonces, el silencio... se astilló.

En la vacilante aurora de un nuevo despertar, una figura sombreada, con la sombra de una sonrisa danzando en sus huesudos labios, emergió como un guardián. Un observador cansado, sus cuencas abrigando secretos tan profundos como el abismo bajo sus pies.

El pasado resonaba en el presente, no como una melodía clara, sino como ecos distorsionados de promesas rotas y futuros inciertos. Un velo cubría la verdad, ocultando el peso de un conocimiento ancestral, una carga silenciosa.

Viejos misterios se agitaban en las profundidades, como bestias dormidas despertando de su letargo. Esperanzas desvanecidas y sueños polvorientos comenzaban a filtrarse a través de las grietas del tiempo.

Un ojo de oro, inerte durante incontables eones, titilaba en los confines de una conciencia compartida. Hilos invisibles se tejían, enlazando eras, mientras vislumbres de hojas silentes, caídas vertiginosas y una guerra eterna contra espectros ancestrales se insinuaban en el velo grisaceo.

El mundo temblaba, no por un terremoto terrenal, sino por la proximidad de una conflagración inminente. Una amenaza incandescente, ciega a las distinciones entre aquellos que fueron antes, los que caminan ahora y los que habitan en las leyendas. El presente se desdibujaba con los fantasmas del ayer.

Y en el ojo de la tormenta que se avecinaba, donde el velo entre los mundos se desgarraba, grietas en los cimientos mismos del multiverso se estremecían.

Algo primigenio, salvaje y hambriento de lo que se había perdido, emergía de su sueño milenario. Las campanas doradas, silenciadas durante eras, comenzaban a retumbar con una resonancia ominosa.

El Juicio... ¿o quizás una metamorfosis? Se acercaba, lento e inexorable.

Bienvenidos, viajeros... a los umbrales de una nueva era.

¿Es este el preludio del Fin...? ¿O el doloroso alumbramiento de algo... completamente nuevo?

=)

(See the end of the work for more notes.)

Chapter 1: Preludio

Chapter Text

PRELUDIO

Era uno de aquellos días calurosos, acompañados de leves brisas, apenas suficientes para refrescar. Una mañana de sábado, pacífica e inusual. La pasaste la mayor parte durmiendo hasta tarde, recuperando el sueño perdido por el trabajo acumulado durante las últimas dos semanas de la universidad. En la soledad de mi departamento, al que recientemente me mudé para aprender a independizarme, mis padres ayudaron a pagar parte de la renta, mientras que el resto lo cubría por mi cuenta con un trabajo de medio tiempo empacando paquetes y encargos ocasionales de arte, haciendo reparaciones básicas, arreglando el jardín de alguien (algo que aprendí de mi padre cuando lo acompañaba a hacer trabajos o reparaciones) o dando tutorías académicas a mis vecinos y colegas del trabajo.

Abrigada y segura entre mis mantas reconfortantes, suspiré con satisfacción al sentir la brisa fría de mi ventilador encendido, posicionado estratégicamente para aliviar el calor abrasador del sol que da directamente a mi habitación, mientras el dulce aire fresco entraba por la ventana abierta.

Lástima que el tiempo no fuera suficiente para sofocar un incendio...

Aún no sé cómo empezó. Estuve inconsciente durante casi once horas hasta que desperté gritando, sin poder respirar, sofocada por el humo, mientras las llamas rugían sin tener ningún lugar a donde huir; dondequiera que mirara no había salida. Sintiendo que lentamente perdía el conocimiento, traté con desesperación de sacar mi celular, que no encendía por falta de batería, maldiciendo para mis adentros. Desmayándome finalmente mientras las llamas consumían todo a su paso, sin saber qué fue lo que finalmente me mató: el fuego o la asfixia por el humo. Mi último arrepentimiento fue no haber podido llamar a mi hermano o a alguno de mis padres para despedirme y no haber podido comerme mi última barra de chocolate que había guardado en el fondo del congelador para saborearla esta noche.

Vaya forma dolorosa de morir y dejar sin terminar el borrador de mi libro, en el que tanto tiempo invertí en mi tiempo libre, y no tener la oportunidad de publicarlo. Espero que mi hermano pueda recuperarlo, si es que sobrevivió mi laptop al incendio.

Espera un momento, ¿qué es esa luz...?

Chapter 2: Nuevo Ciclo

Summary:

ACTO I – WELCOME OF THE UNDERGROUND

 

ARC 1 – Comienzo del Isekai [ Chaper 1 - ?? ]

Notes:

Heya Viajeros,

El inicio del Primer Arco, la Infancia del querido Sans y el comienzo de su aventura al subsuelo...

De vez en cuando explicare en las notas iniciales o finales dependiendo de los conceptos o definiciones que se manejaran y datos adicionales e interés para dar más contexto en la historia de mi AU...

Como más Sans/Nova comprendan los idiomas, dejare los diálogos en el habla común de Monsterkind.

La especie esquelética su lengua materna es su fuente/tipografía y tiene un ligero acento cuando cambian al habla común cuando interactúan con otro monsterkind.

Sin más preámbulos, ¡Disfruten del capítulo, querida audiencia!

*Hace una reverencia y desaparece en un estallido de llamas anaranjadas*

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text


Bueno, todavía estoy asimilando mi situación, esperando que esté alucinando por la falta de oxígeno en mi cerebro, sin creer que ha muerto. Y entonces despertaste aquí, en un hospital, al principio creyendo que los servicios de urgencias lograron sacarte del edificio, tosiendo con fuerza para expulsar las cenizas que inhala hasta agotar la fuerza de mis pulmones…

No fue así, en realidad, te encontraste en la peculiar posición de presenciar conscientemente cada momento y segundo de manera explícita y traumática del abrumamiento de nacer. Descubriendo el origen de la luz que vislumbro, fue en realidad el resplandor doloroso del quirófano. Sin querer entrar detalles de proceso de como lo trajeron al mundo, queriendo blanquear su mente por la experiencia.

El suave resplandor de las luces de la sección de maternidad del hospital de New Home, la capital del Underground, iluminaba una escena de tranquila expectación. En una de las habitaciones privadas, Lucida Bright Code, un monstruo esqueleto femenino de gentil sonrisa, sostenía la mano huesuda de su amado Gaster, sus cuencas llenas de una mezcla de nerviosismo y una profunda alegría.

El aire estaba cargado de la sutil magia curativa del hospital y del amor palpable entre la pareja. Papyrus, su primogénito, un joven monstruo esqueleto lleno de una curiosidad ansiosa, esperaba cerca, sus grandes cuencas fijas en su madre.

Finalmente, con un suspiro suave y un último apretón de la mano de Gaster, Lucida dio a luz. No hubo el llanto habitual de un bebé humano, sino un delicado tintineo de pequeños huesos que se unían y el tenue susurro de magia recién nacida llenando la habitación. una pequeña forma esquelética llegó al mundo.

En los brazos de una enfermera monstruo, envuelto en suaves mantas mágicas, yacía Sans. Sus cuencas, aún sin la profundidad que adquirirían con el tiempo, se abrieron brevemente, absorbiendo la suave luz del cuarto con una inocente curiosidad. Sus diminutos dedos esqueléticos se movieron torpemente, aferrándose al calor reconfortante de las mantas. Cerrando de inmediato las cuencas oculares, soltando un leve suspiro cuando fue depositado a los brazos de Lucida. 

Sus cuencas, aún veladas por la reciente llegada, nuevamente se abrieron lentamente, reflejando la luz suave que emanaba del rostro agotado pero radiante de su madre. Sus diminutos dedos huesudos se cerraron instintivamente alrededor de uno de los dedos esqueléticos de Lucida, un vínculo maternal primario recién forjado.

Gaster se acercó, sus propios ojos llenos de una emoción silenciosa al contemplar a su segundo hijo. Incluso en estos primeros momentos, Sans irradiaba una energía sutil, una peculiar resonancia mágica que se sentía diferente a la de Papyrus al nacer. Era como si ecos de otros tiempos y lugares danzaran en su diminuta forma.

Lucida, con la magia brillante y corazón cálido, observaba a su recién nacido con una mezcla de agotamiento y una alegría profunda. Gaster, su compañero vinculado y padre de su primogénito Papyrus, sostenía su mano con ternura, sus propios ojos esqueléticos llenos de una emoción palpable. Incluso en sus primeros momentos, Sans irradiaba una energía sutil, una promesa silenciosa que iba más allá de la habitual magia esquelética familiar.

Gaster seguía observando a su recién nacido con una mezcla de asombro y una punzada de emoción al sentir como se formaba el vínculo paterno primario. Incluso en sus primeros momentos, Sans reacción pareció tener una expresión de desconcierto, confusión y ¿reconocimiento?. Sacudiendo la cabeza, niega lo que acaba ver, se lo imagino, el agotamiento le esta haciendo ver cosas que no hay ahí.

Lucida, con lágrimas de una alegría suave corriendo por su rostro esquelético, acunó al pequeño esqueleto con ternura. Su magia materna envolvía a Sans, un calor reconfortante en el frío ambiente de la sala de maternidad de la clínica.

"Nuestro pequeño milagro" —susurró Lucida, su voz temblorosa de emoción y cansada.

Incluso Papyrus, un joven monstruo lleno de energía bulliciosa, teñida de timidez, se acercó con una cautela inusual, sus grandes cuencas llenas de asombro ante la fragilidad de su nuevo hermano.

Mientras mirabas hacia abajo aturdida, sin pulmones para toser flema con ceniza. Desde su perspectiva mortificada, era un esqueleto viviente sin órgano, pero esa ruptura mental invasiva se interrumpió con éxito del shock, con la llegada de alguien familiar. No podías identificarlo con las manos (falanges ahora, piensa vagamente) pero lo conocías: ese esqueleto alto y desgarbado, vestido con una bata de laboratorio y sin equipo de seguridad más allá de unos zapatos cerrados.

Las palabras que salían de sus bocas eran ásperas, pero suaves, fluidas y firmes; una paradoja de un lenguaje que de alguna manera entendía vagamente. Se inclinaron sobre los paneles brillantes para comprobar algo, signos vitales y… ¿niveles de magia?

Crees que podrías estar teniendo una alucinación provocada por la inhalación de humo.

Me colocaron en una máquina de forma de cápsula e incubadora para bebes—que se su función a causa de algunos programas y películas médicas, que es donde depositan a los recién nacidos de bajo peso o prematuros— para sorpresa mía, comenzó a llenarse de un líquido verdoso, entrándome un poco de pánico de que me ahogara, hasta que descubrir cuando se llenó completamente, todavía podía respirar y no tener la sensación incomoda asfixiante por extraño líquido.  

Aunque de forma apagada—amortiguada por el agua verdosa y el cristal protector—, confusa y en un lenguaje completamente extraño, se puede distinguir algunas de las palabras de este esqueleto alto. Por lo que entendí en esencia fue:

“✌☟📪 💧◻📪 ☹⚐💧 🏱☼⚐👍☜💧⚐💧 👎☜ ☜✠❄☼✌👍👍✋⬄☠ ☜💧❄◻☠ ☜☠ ✞☜☼👎☜ 💧☜ 👍🕆💣🏱☹☜☠ ☹⚐💧. 🏱✌☼◻💣☜❄☼⚐💧 ☜💧❄✌👌☹☜👍✋👎⚐💧 ✡ 🏱☼☜✞✋💧❄⚐💧🖳 ✋☠✋👍✋⚐ 👎☜☹ 👎☼☜☠✌☺☜📪 👎☼☜☠✌☺☜📪 👎☼☜☠✌☺☜📪 👎⚐☠👎☜ ✌☟” [ 1]

El esqueleto más alto presiona una serie de botones y sientes una corriente lenta contra, tus, ay mierda, huesos desnudos, que baja y sale de la pequeña cápsula en el que está suspendido tu pequeño cuerpo, nuevamente inhala automáticamente tan pronto como el líquido se drena en su totalidad, la mente gritando distantemente que no habías necesitado respirar en todo este tiempo, y gimes cuando te estrellas accidentalmente con el frío metal y cristal de la incubadora.

El esqueleto en la bata blanca de laboratorio se había ido durante el drenaje y regresado con una toalla azul lo suficientemente grande para envolver tus pequeños huesos. A medida que se acerca, distingue las palabras WD Gaster impresas en la identificación sujeta a la bata.

Deja el nombre a un lado, desinteresado ahora que la suave toalla-manta envuelve tu cuerpo lo más firmemente posible. Te sientes seguro. El esqueleto te levanta y te acuna contra su pecho, el amarillo apagado de la tela raspando suavemente la sensible superficie ósea de tu cráneo. Reconfortando.

Observando a tu nueva madre que esta durmiendo en la cama, se despierta brevemente susurrando algunas palabras al esqueleto alto, tu nuevo padre que este ascendiendo, enseguida volvió a cerrar las cuencas oculares.

“🏱⚐☼ ☞✋☠📪 ❄🕆 💣✌👎☼☜ ✡ ✡⚐ 👎☜👍✋👎✋💣⚐💧 ✈🕆☜ ❄🕆 ☠⚐💣👌☼☜ 💧☜☼◻ 💧✌☠💧 💧✌☠💧 ☠⚐✞✌ ☺✌👎☜ 👍⚐👎☜. 💧☜☼✋☞. 💧☜☼◻💧 🏱☜☼☞☜👍❄⚐.” [2] Agitándote de emoción, hace varias vueltas para luego acunar nuevamente su hijo a su pecho.

Espera un segundo. No te sientas cómodo. Tu mente se atasco por recordar el nombre que viste en la identificación del esqueleto.

WD Gaster

WD Gaster

WD Gaster

¿Y tú? Eres Sans , Sans Nova Jade Code—Serif, siendo un bocado el nombre para ser sincero.

Sientes, no, ya sabes, con una absoluta y completa sensación certera, que ya no estabas en tu propio plano de existencia.

Me parece que ya no estamos en Kansas ( recordando los memes con esa frase, no pude evitar resoplar. Hasta que me cayó como un balde de agua fría, estremeciéndome por las implicaciones.)

Comienzas a gemir, lo que sabes que son las cuencas oculares, no ojos, ni carne, ni sangre, se estrechan como lágrimas acumuladas. Las luces de tus ojos (hay un chiste científico sobre poder ver a través de la luz en algún lugar, pero se escapa en medio de la crisis existencial) parpadean mientras lloras con tu pobre corazón afligido. Ni siquiera tienes corazón.

El científico real se tambalea, nervioso y revuelto por tu repentino grito desgarrador.

"✌☟📪 ☠⚐📪 ☠⚐ ☹☹⚐☼☜💧 🏱☜✈🕆☜⇧⚐. ☜💧❄◻ 👌✋☜☠📪 ☜💧❄◻💧 👌✋☜☠" [3] . Gaster te da unas palmaditas en la espalda con torpeza, haciendo una mueca mientras te metes hipo en su camisa. Da vueltas inútilmente mientras sollozas y, con una toallita antibacteriana de repuesto, limpió el exceso de líquido que tenías de la incubadora.

"Gaster, ¿qué estás haciendo?" Una voz ronca pero dulce gritó desde la puerta.

"⚐☟📪 ☹🕆📫" [4]

Te desmayas.

Llorar hasta el agotamiento es mucho más fácil como un bebé.

Incluso si fueras un bebé hecho de huesos.

Eh.

De ahí viene el término “babybones”.


Despiertas.

Esperado que todo haya sido un sueño… pero no fue así.

Ahora, estás aquí. Atrapado en esta pequeña cuna, descontento, hambriento y totalmente avergonzado, llorabas hasta el punto de perder el conocimiento. Te miras las manos, los ojos trazan los huesos individuales y te pones a explorar y cruzar las referencias de los cánones de la cabeza sobre los hermanos esqueleto con lo que ahora sabes que es cierto. Eso y comparas tu conocimiento del esqueleto humano con el que tienes ahora. Aspiras una bocanada de aire que tu nuevo cuerpo no necesita y alejas el pánico que intentaba instalarse en el corazón invertido que brillaba entre tu caja torácica.

Los huesos individuales de un bebé normal que se habrían fusionado en una fecha posterior ya estaban fusionados en su cuerpo. Los huesos en general eran horribles, pequeños, comparados con los de un adulto, pero más horribles que los de un bebé. ¡Tenías lengua! Esa parte del lado cuestionable del fandom resultó ser cierto, pero no había genitales. No te importa saber si coincidía con tu género, ser desplazado a un cuerpo de esqueleto tres veces maldito ya era bastante difícil. No es necesario inducir disforia además de los problemas urgentes que ya tiene. Tienes colmillos. Eso está estupendo. Comprobar. Sigues adelante y tratas desesperadamente de olvidar tu oscura historia.

Te das la vuelta en tu cuna y notas el avanzado desarrollo físico que tiene tu nuevo cuerpo en comparación con lo que sabías del bebé humano estándar. Los huesos más horribles ayudan.
Experimentarías más, pero tus oídos ridículamente agudos habían oído el clic revelador de la puerta de la planta baja.

No sabes lo que Gaster sabe sobre paternidad ( probablemente no mucho, teniendo en cuenta que te dejó aquí solo ) y decide presentarle las primeras maravillas de ser padre:

 

 

Un bebé malhumorado, hambriento y lleno de energía.

 

 

Abres la boca y deja escapar un gemido desgarrador, relajando tus emociones y hambre a la víctima involuntaria que es Gaster.

Mientras sube las escaleras con golpes frenéticos, sonríes con picardía ( la sonrisa de una amenaza absoluta) a tu venganza (odias que te dejen solo y odias tener hambre ) antes de calmarte mientras Gaster avanza por el pasillo hasta tu habitación. Puedes escuchar un suspiro de alivio cuando te escuchas en silencio y abre la puerta casualmente.

Solo para sacudirse hacia arriba y hacia atrás mientras dejas escapar un aullido sangrante en los oídos.

"○💣🕆✡ 👌✋☜☠✏ ○👎☜ ✌👍🕆☜☼👎⚐✏ ○❄☜ 👎✌☼◻ 👎☜ 👍⚐💣☜☼✏ ○❄☜ ☜💧❄⚐✡ ✌☹✋💣☜☠❄✌☠👎⚐✏ ○🏱✌👍✋☜☠👍✋✌✏" [5] —gritó, estresado.

Tomas nota para ser suave con él la próxima vez y comienzas a gritar más fuerte en respuesta a sus gritos.

 

Gaster suspira suavemente y levanta a su babybones, envolviéndolo nuevamente con la pequeña manta. Comienza a caminar y llega al destino en poco tiempo. Debe ser porque Gaster tiene piernas largas.

 

Gaster nerviosamente le entrega una botella de infusión de su magia. ¿En serio? Sans no está muy impresionado.

 

“○✞✌💣⚐💧📪 🏱☼🕆◻👌✌☹⚐✏ ☜💧 ☹✌ ✌🏱🕆☜💧❄✌ 💣◻💧 💧☜☝🕆☼✌ 🏱⚐👎☜💣⚐💧 🏱☼⚐👌✌☼ ⚐❄☼✌ 👍⚐💧✌ 💧✋ ☠⚐. ❄☜ ☝🕆💧❄✌” [6] —le dice Gaster con el codo. Hasta que se da cuenta que el recién nacido no puede sostener por sí mismo el biberón para alimentarse, sudando por olvidar tal detalle crucial, se apresura en ayudar a su querido babybones, sosteniendo la botella llena de la infusión de magia [con una suave tonalidad violeta] inclinando lo suficiente el ángulo, acercando la boquilla en su boca para darle acceso.

 

Sans suspira como un bebé y resignado mordisquea el biberón con cierta renuencia al periodo de alimentación en las primeras etapas de desarrollo, esperando con ansias superar lo más pronto posible esta fase hasta pasar la etapa de crecimiento en poder consumir alimentos sólidos (c̷̹͖͋́̃ȍ̸̢̢̮͚̐̚n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘ r̶̷̲͍̭͐̾̀͟ę̷̵̧̖̫̗̆̊c̷̹͖͋́̃û̶͙̽̿͆̈ĕ̷̵ ̨̧̖̫̗̊r̶̷̲͍̭͐̾̀͟d̸̡̩͍̔ͥ͜ȍ̸̢̢̮͚̐̚s̩͙͖̋͛͟ i̵͓͙̱͚̎͟n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘c̷̹͖͋́̃ȍ̸̢̢̮͚̐́̚m̶ ̷͔ͪ̽͡ȍ̸̢̢̮͚̐̚d̸̡̩͍̔ͥ͜ȍ̸̢̢̮͚̐̚s̩͙͖̋͛͟ c̷̹͖͋́̃ȍ̸̢̢̮͚̐̚m̶̷͔ͪ̽͡ȍ̸̢̢̮͚̐̚ náuseas ̝ͦ͊̿͋͞b̵̸͙̅̽͡ͅû̶͙̽̿͆̈n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘d̸̡̩͍̔ͥ͜ȍ̸̢̢̮͚̐̚ d̸̡̩͍̔ͥ͜ę̷̵̧̖̫̗̆̊ t̴͕͖͓̀ȍ̸̢̢̮͚̐̚d̸̡̩͍̔ͥ͜ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞s̩͙͖̋͛͟ ḻ̸͈ͧ͑̓̓̀͡ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞s̩͙͖̋͛͟ v̸̵̝͙͆̈ͤi̵͓͙̱͚̎͟d̸̡̩͍̔ͥ͜ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞s̩͙͖̋͛͟ ę̷̵̧̖̫̗̆̊n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘ q̷̝ͣ͑̌͢û̶͙̽̿͆̈ę̷̵̧̖̫̗̆̊ h̶̯̰̝̻̿̓͢ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞ r̶̷̲͍̭͐̾̀͟ę̷̵̧̖̫̗̆̊n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘ă̶̸ͦ͊ ̝̿͋͞c̷̹͖͋́̃i̵͓͙̱͚̎͟d̸̡̩͍̔ͥ͜ȍ̸̢̢̮͚̐̚ d̸̡̩͍̔ͥ͜ę̷̵̧̖̫̗̆̊ d̸̡̩͍̔ͥ͜ȍ̸̢̢̮͚̐̚n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘d̸̡̩͍̔ͥ͜ę̷̵̧̖̫̗̆̊ y̯̤͑́́̓́ ę̷̵̧̖̫̗̆̊n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘ q̷̝ͣ͑̌͢û̶͙̽̿͆̈ę̷̵̧̖̫̗̆̊ z͕͓̼̼̽̃͘ȍ̸̢̢̮͚̐̚n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞ p̶̸̨̺͊̍̒̓̀r̶̷̲͍̭͐̾̀͟ȍ̸̢̢̮͚̐̚v̸̵̝͙͆̈ͤ i̵͓͙̱͚̎͟ę̷̵̧̖̫̗̆̊n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘ę̷̵̧̖̫̗̆̊ ḻ̸͈ͧ͑̓̓̀͡ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞ ḻ̸͈ͧ͑̓̓̀͡ę̷̵̧̖̫̗̆̊c̷̹͖͋́̃h̶̯̰̝̻̿̓͢ę̷̵̧̖̫̗̆̊ m̶̷͔ͪ̽͡ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞t̴͕͖͓̀ę̷̵̧̖̫̗̆̊r̶̷̲͍̭͐̾̀͟n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞, n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘ȍ̸̢̢̮͚̐̚ q̷̝ͣ͑̌͢û̶͙̽̿͆̈ę̷̵̧̖̫̗̆̊r̶̷̲͍̭͐̾̀͟i̵͓͙̎ ̱͚͟ę̷̵̧̖̫̗̆̊n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘d̸̡̩͍̔ͥ͜ȍ̸̢̢̮͚̐̚ m̶̷͔ͪ̽͡i̵͓͙̱͚̎͟r̶̷̲͍̭͐̾̀͟ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞r̶̷̲͍̭͐̾̀͟ ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞ ḻ̸͈ͧ͑̓̓̀͡ȍ̸̢̢̮͚̐̚s̩͙͖̋͛͟ ȍ̸̢̢̮͚̐̚j̧͉̺̤̎ͯȍ̸̢̢̮͚̐̚s̩͙͖̋͛͟ s̩͙͖̋͛͟û̶͙̽̿͆̈ p̶̸̨̺͊̍̒̓̀ȍ̸̢̢̮͚̐̚r̶̷̲͍̭͐̾̀͟t̴͕͖͓̀ă̶̸ͦ͊̿͋ ̝͞d̸̡̩͍̔ͥ͜ȍ̸̢̢̮͚̐̚r̶̷̲͍̭͐̾̀͟/p̶̸̨̺͊̍̒̓̀r̶̷ ̲͍̭͐̾̀͟ȍ̸̢̢̮͚̐̚g̴̶̛̮̣͙͠ę̷̵̧̖̫̗̆̊n̷̶̯̊̽̐ͦ͘ ͉i̵͓͙̱͚̎͟t̴͕͖͓̀ȍ̸̢̢̮͚̐̚r̶̷̲͍̭͐̾̀͟ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞ c̷̹͖͋́̃û̶͙̽̿͆̈ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘d̸̡̩͍̔ͥ͜ȍ̸̢̢̮͚̐̚ ę̷̵̧̖̫̗̆̊s̩͙͖̋͛͟ ḻ̸͈ͧ͑̓̓̀͡ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞ h̶̯̰̝̻̿̓͢ȍ̸̢̢̮͚̐̚r̶̷̲͍̭͐̾̀͟ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞ Delaware ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞ḻ̸͈ͧ͑̓̓̀͡i̵͓͙̱͚̎͟m̶̷͔ͪ̽͡ę̷̵̧̖̫̗̆̊n̷̶̊̽̐ͦ͘ ̯͉t̴͕͖͓̀ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞c̷̹͖͋́̃i̵͓͙̱͚̎͟ȍ̸̢̢̮͚̐́̚n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘, q̷̝ͣ͑̌͢û̶͙̽̿͆̈ę̷̵̧̖̫̗̆̊r̶̷̲͍̭͐̾̀͟i̵͓͙̎ ̱͚͟ę̷̵̧̖̫̗̆̊n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘d̸̡̩͍̔ͥ͜ȍ̸̢̢̮͚̐̚ n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘ȍ̸̢̢̮͚̐̚ ę̷̵̧̖̫̗̆̊s̩͙͖̋͛͟t̴͕͖͓̀ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞r̶̷̲͍̭͐̾̀͟ c̷̹͖͋́̃ȍ̸̢̢̮͚̐̚n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘s̩͙͖̋͛͟c̷̹͖͋́̃i̵ ͓͙̱͚̎͟ę̷̵̧̖̫̗̆̊n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘t̴͕͖͓̀ę̷̵̧̖̫̗̆̊ y̯̤͑́́̓́ r̶̷̲͍̭͐̾̀͟ę̷̵̧̖̫̗̆̊c̷̹͖͋́̃ȍ̸̢̢̮͚̐̚r̶̷̲͍̭͐̾̀͟ d̸̡̩͍̔ͥ͜ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞r̶̷̲͍̭͐̾̀͟ḻ̸͈ͧ͑̓̓̀͡ȍ̸̢̢̮͚̐̚ c̷̹͖͋́̃ȍ̸̢̢̮͚̐̚n̷̶̯͉̊̽̐ͦ͘ t̴͕͖͓̀ȍ̸̢̢̮͚̐̚t̴͕͖͓̀ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞ḻ̸͈ͧ͑̓̓̀͡ c̷̹͖͋́̃ḻ̸͈ͧ͑̓̓̀͡ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞r̶̷̲͍̭͐̾̀ ͟i̵͓͙̱͚̎͟d̸̡̩͍̔ͥ͜ă̶̸̝ͦ͊̿͋͞d̸̡̩͍̔ͥ͜… ¿Qué demonios acaba de suceder? ¿Por qué duele al tratar discernir la estática que ha invadido en mi mente?) . Invadiendo una sensación de confusión, teniendo la sensación de que esta olvidado algo importante, encogiéndose su atención se desvía al sentir la mirada penetrante de Gaster.

Traga un poco de leche(o la versión esqueleto que son infusiones de magia provinentes del ecto invocado de su pecho o la zona mamaria), porque Gaster todavía lo está mirando. En realidad. Oh. Eso está bastante bien. Sans sigue bebiendo sintiendo una leve mortificación de ser observando atentamente.

 

Gaster suspira aliviado en silencio que Sans encontrara aceptable su infusión, a diferencia de su hijo mayor que cuando tenía esa edad era muy quisquilloso de quien provenía las infusiones de magia ( solo encontrando aceptable el de Lucida, probablemente por ser su madre portadora ), haciendo leves rabietas, rechazando todas las veces que intento alimentarlo con su magia, sin querer forzarlo u obligarlo ya que aprendió la lección que se ponía a llorar hasta el agotamiento y solo bebía la infusión de su querida compañera/pareja.



Gaster esperó una respuesta durante unos segundos, antes de darse cuenta de que Sans probablemente no podía hablar.

“✌☟📪 👍☹✌☼⚐. 🕘✈🕆◻ ❄✌☹ 💧✋ ❄☜ ☟✌☝⚐ ✌☹☝🕆☠✌💧 🏱☼☜☝🕆☠❄✌💧 ✡ 💣☜ ☹✌💧 ☼☜💧🏱⚐☠👎☜💧 👍⚐☠ 🕆☠ 🏱☜✈🕆☜⇧⚐ ❄⚐✈🕆☜ ☜☠ ☹✌ 💣✌☠⚐ ⚐ ✌☹☝⚐ ✌💧◻✍ 🕆☠ ❄⚐✈🕆☜ 🏱✌☼✌ ☠⚐ ✡ 👎⚐💧 🏱✌☼✌ 💧◻. ✡ 🏱⚐👎☜💣⚐💧 🏱☜☠💧✌☼ ☜☠ ✌☹☝⚐ 💣◻💧 ☜☠ ☜☹ ☞🕆❄🕆☼⚐ ​​🏱✌☼✌ 👍⚐💧✌💧 💣◻💧 👍⚐💣🏱☹✋👍✌👎✌💧” [7] — sugirió Gaster.

Ahora sé lo que estás pensando. Este tipo no tiene idea de cómo funcionan los bebés, ¿eh? Bueno, Gaster no es un experto en bebés, eso es seguro. Pero para darte una idea, no todo lo que ha hecho es una tontería completa.

La mayoría de los monstruos, especialmente los que maduran mentalmente rápido (como los esqueletos), nacen con la capacidad de entender lo que dicen los demás y de comunicarse, aunque todavía no mediante el habla. Así que Gaster todavía no está del todo loco.

 

Sans decide seguir su sugerencia y toca dos veces.

 

“○☜☼☜💧 🕆☠ 🏱☜✈🕆☜⇧⚐ ☜☠👍✌☠❄✌👎⚐☼📪 🕘☠⚐ ☜💧 ✌💧◻📪 🏱☜✈🕆☜⇧⚐ ☺✌👎☜✍✏ ” [8] —Gaster no pudo evitar responder con cariño.

Para que inmediatamente su sonrisa se desvaneciera cuando Sans se vomitara en su ropa de trabajo, arrugando su expresión de disgusto por el olor nauseabundo, mirando partes de su bata de laboratorio teñidas de vómito ecto-magia, por cortesía de Sans, creo no fue buena sacudirlo y dar vueltas en su emoción mientras cargaba Sans.

.

.

.

 

Con este hombre, lo convertirás en un padre competente, aunque te cueste la vida.

Puede que si, te das cuenta con leve horror, mientras observas como se tropieza en su camino a través de la preparación de leche esquelética [¡para huesos más fuertes y saludables!] y sus torpes intentos de alimentarse. Has visto niños con más instinto de crianza que este triste saco de huesos, y lo miras con cara seria.

.

.

.

Los próximos años van a ser un maldito desafío…


Glosario:

Diálogos Windings de Gaster

[1] “Ah, si, los procesos de extracción están en verde. Se cumplen los parámetros establecidos y previstos: Inicio del drenaje, drenaje, drenaje, donde… ah”

[2] “Por fin, tu madre y yo decidimos que tu nombre… será Sans. Sans Nova Jade Code—Serif. Serás perfecto”.

[3] "Ah, no, no llores pequeño. Está bien, estás bien"

[4] "Oh, Lu-"

[5] “¡Muy bien! ¡De acuerdo! ¡Te daré de comer! ¡Te estoy alimentando! ¡Paciencia!”

[6] “¡Vamos, pruébalo! Es la apuesta más segura. Podemos probar otra cosa si no te gusta”

[7] "Ah, claro. ¿Qué tal si te hago algunas preguntas y me las responde con un pequeño toque en la mano o algo así? Un toque para no y dos para sí. Y podemos pensar en algo más en el futuro para cosas más complicadas"

[8] “¡Eres un pequeño encantador, ¿no es así, pequeña Jade?!”

Notes:

Continuara...

*Se asoma en telon carmesí terciopelado del escenario, de un antiguo teatro acomodándose su mascara de kitsune y sacudiendo el polvo inexistente de su 白衣 [Hakue] - Una túnica blanca estilo kimono que sirve como la prenda superior.
緋袴 Hibakama - Pantalones divididos o una falda larga plisada de color escarlata (rojo brillante).*

Oh, queridos Lectores, llegaron el final de este capítulo, es un breve interludio... Si quieren saber más descúbrelo en el siguiente capitulo

La historia apenas está comenzando ¿cierto, Sireus?
*Se escucha un fuerte aullido de confirmación entre los bastidores*
Yo también lo creo, es mi momento de irme... *Se comienza a escuchar en el fondo del auditorio, voces discutiendo que progresivamente suenan más fuerte* Antes que destruyan el lugar...

En fin, dejen sus comentarios, estoy interesada en saber sus opiniones y sigan la serie para recibir la notificación en el momento en que suba una actualización del trabaja.

¡Los leo creadores y viajeros! ✨

Hasta la próxima (ㅅ´ ˘ `) ~💛

Chapter 3: Primeros Pasos

Summary:

¡Heya Queridos lectores!

Algunas breves explicaciones de datos del LORE, fisiología de algunos tipos de monstruos y un vistazo de la Historia Monsterkind¬¬

Ya estoy comenzando a dejar pequeñas pistas...

Notes:

Disfruten el nuevo capítulo ^^

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text


Los primeros días de Sans fueron un torbellino de descubrimientos sensoriales. El suave roce de la magia de su madre, el tintineo profundo de la voz de Gaster, el parloteo emocionado e infantil de Papyrus. El mundo era un lienzo de luces y sonidos desconocidos.

Pronto, algo más comenzó a manifestarse. Pequeños destellos de luz azul danzaban alrededor de sus diminutas manos, una magia innata que parecía surgir de su propia esencia.

Experimentando con curiosidad en mis intentos de averiguar cómo manipular magia característica del universo de Undertale, en los periodos de mayor conciencia que no es atraído abrumadoramente por las necesidades primarias de un bebe, especialmente el sueño, que hizo que se desdibujara el paso del tiempo, al pasar la mayor parte del día durmiendo, gracias a las fiestas de cumpleaños tuvo alguna pista cuanto tiempo ha pasado.

De un momento a otro mis padres estaban haciendo por tercera vez mi cumpleaños como Sans, celebrando que ahora tengo 3 años, hizo evidente que paso alrededor de ¿tres décadas humanas?, sinceramente la forma que envejecen los esqueletos es variada, dependiendo de diferentes factores, por lo que hacer una comparación o equivalencia de la esperanza de vida con otras especies monstruos o razas, como los humanos, no es tan preciso.

𝐋𝐚 𝐞𝐬𝐜𝐚𝐥𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐡𝐚𝐛𝐢𝐭𝐮𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐮𝐬𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐪𝐮𝐞𝐥𝐞𝐭𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐟𝐚𝐜𝐢𝐥𝐢𝐭𝐚𝐫𝐥𝐞𝐬 𝐥𝐨𝐬 𝐭𝐫𝐚𝐦𝐢𝐭𝐞𝐬 𝐛𝐮𝐫𝐨𝐜𝐫𝐚́𝐭𝐢𝐜𝐨𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐞𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐞𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐫𝐞𝐠𝐢𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐞𝐝𝐚𝐝 [𝐔𝐬𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐥 𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞𝐦𝐚 𝐝𝐞 𝐦𝐞𝐝𝐢𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐛𝐚𝐬𝐚 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐦𝐨𝐯𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐫𝐨𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐓𝐢𝐞𝐫𝐫𝐚 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐬𝐨𝐥], 𝟏𝟎 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞 𝐞𝐬 𝐚𝐩𝐫𝐨𝐱𝐢𝐦𝐚𝐝𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐢𝐠𝐮𝐚𝐥 𝐚 𝟏 𝐚𝐧̃𝐨 𝐭𝐞𝐫𝐫𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞.

𝐄𝐧 𝐨𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐩𝐚𝐥𝐚𝐛𝐫𝐚𝐬, 𝐞𝐫𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐩𝐞𝐜𝐮𝐥𝐢𝐚𝐫𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐢𝐧𝐡𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐞: 𝐥𝐚 𝐝𝐢𝐥𝐚𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐞𝐧 𝐬𝐮𝐬 𝐩𝐫𝐢𝐦𝐞𝐫𝐨𝐬 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐚𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐜𝐚𝐧𝐳𝐚𝐫 𝐥𝐚 𝐦𝐚𝐝𝐮𝐫𝐞𝐳 𝐦𝐚́𝐠𝐢𝐜𝐚, 𝐞𝐥 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐬𝐞 𝐩𝐞𝐫𝐜𝐢𝐛𝐞 𝐝𝐞 𝐦𝐚𝐧𝐞𝐫𝐚 𝐝𝐢𝐬𝐭𝐢𝐧𝐭𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐪𝐮𝐞𝐥𝐞𝐭𝐨𝐬. 𝐏𝐚𝐫𝐚 𝐒𝐚𝐧𝐬 𝐲 𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐜𝐥𝐚𝐬𝐞, 𝐞𝐬𝐞 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐝𝐞𝐜𝐞𝐧𝐢𝐨 𝐞𝐫𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐮𝐧 𝐮́𝐧𝐢𝐜𝐨 𝐚𝐧̃𝐨, 𝐮𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐢𝐨𝐝𝐨 𝐢𝐧𝐭𝐞𝐧𝐬𝐨 𝐝𝐞 𝐚𝐩𝐫𝐞𝐧𝐝𝐢𝐳𝐚𝐣𝐞 𝐲 𝐜𝐫𝐞𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐚𝐜𝐞𝐥𝐞𝐫𝐚𝐝𝐨, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐚𝐮́𝐧 𝐝𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐥𝐢𝐦𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐟𝐚𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐨 𝐚𝐝𝐨𝐥𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚. 𝐌𝐢𝐞𝐧𝐭𝐫𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐝𝐞́𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐦𝐚𝐫𝐜𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐚́𝐧𝐝𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐡𝐮𝐦𝐚𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐮𝐧𝐚 𝐩𝐨𝐫𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐬𝐢𝐠𝐧𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚𝐭𝐢𝐯𝐚 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐡𝐮𝐦𝐚𝐧𝐚, 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐧𝐝𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐌𝐨𝐧𝐬𝐭𝐞𝐫𝐤𝐢𝐧𝐝 𝐒𝐚𝐧𝐬 𝐲 𝐨𝐭𝐫𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐜𝐥𝐚𝐬𝐞 𝐥𝐨𝐧𝐠𝐞𝐯𝐚, 𝐞𝐬𝐞 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨 𝐥𝐚𝐩𝐬𝐨 𝐝𝐞 𝐝𝐢𝐞𝐳 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐬𝐞 𝐬𝐢𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐲 𝐬𝐞 𝐞𝐱𝐩𝐞𝐫𝐢𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐟𝐨𝐫𝐦𝐚 𝐬𝐢𝐦𝐢𝐥𝐚𝐫 𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐮𝐧 𝐡𝐮𝐦𝐚𝐧𝐨 𝐯𝐢𝐯𝐞 𝐮𝐧 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐚𝐧̃𝐨.

𝐋𝐨 𝐬𝐢𝐦𝐩𝐥𝐢𝐟𝐢𝐜𝐚𝐫𝐨𝐧 𝐝𝐞𝐛𝐢𝐝𝐨 𝐚 𝐬𝐮 𝐜𝐚𝐫𝐚𝐜𝐭𝐞𝐫𝐢𝐬𝐭𝐢𝐜𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐫𝐫𝐨𝐥𝐥𝐨 𝐝𝐞 𝐜𝐫𝐞𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐞 𝐞𝐬 ​​𝐦𝐚́𝐬 𝐩𝐨𝐫 𝐟𝐚𝐬𝐞𝐬 𝐨 𝐞𝐭𝐚𝐩𝐚𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐚𝐥 𝐚𝐭𝐫𝐚𝐯𝐞𝐬𝐚𝐫𝐥𝐨𝐬, 𝐧𝐨 𝐩𝐚𝐬𝐚 𝐦𝐮𝐜𝐡𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐦𝐚𝐧𝐢𝐟𝐢𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐫𝐞𝐟𝐥𝐞𝐣𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐟𝐢́𝐬𝐢𝐜𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐥 𝐞𝐧𝐯𝐞𝐣𝐞𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐡𝐚𝐬𝐭𝐚 𝐥𝐥𝐞𝐠𝐚𝐫 𝐜𝐨𝐧 𝐩𝐥𝐞𝐧𝐢𝐭𝐮𝐝 𝐥𝐚 𝐦𝐚𝐝𝐮𝐫𝐞𝐳 𝐦𝐚́𝐠𝐢𝐜𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬 𝐥𝐚 𝐦𝐚𝐲𝐨𝐫𝐢́𝐚 𝐝𝐞 𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐨 𝐚𝐝𝐮𝐥𝐭𝐞𝐳 𝐞𝐧 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐚́𝐧𝐝𝐚𝐫𝐞𝐬 𝐌𝐨𝐧𝐬𝐭𝐞𝐫𝐤𝐢𝐧𝐚𝐝. 𝐋𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐢𝐝𝐨𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐢𝐫𝐨𝐧𝐞𝐬 𝐬𝐨𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐢́𝐨𝐝𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐫𝐚́𝐩𝐢𝐝𝐨 𝐜𝐫𝐞𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐟𝐢́𝐬𝐢𝐜𝐨 𝐞𝐧 𝐧𝐢𝐧̃𝐨𝐬 𝐲 𝐚𝐝𝐨𝐥𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬. 𝐒𝐞𝐫 𝐞𝐬𝐪𝐮𝐞𝐥𝐞𝐭𝐨 𝐞𝐬 𝐝𝐢𝐟𝐢́𝐜𝐢𝐥 𝐡𝐚𝐜𝐞𝐫𝐬𝐞 𝐧𝐨𝐭𝐚𝐫 𝐟𝐢́𝐬𝐢𝐜𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐥 𝐞𝐧𝐯𝐞𝐣𝐞𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐡𝐮𝐞𝐬𝐨𝐬, 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐨𝐥𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐨𝐬 𝐥𝐞𝐯𝐞𝐬, 𝐬𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐥𝐚𝐬 𝐝𝐨𝐬 𝐜𝐮𝐚𝐥𝐢𝐝𝐚𝐝𝐞𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐚́𝐧𝐝𝐚𝐫 𝐦𝐚́𝐬 𝐞𝐯𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬: 𝐀𝐥𝐭𝐚 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐲 𝐚́𝐧𝐠𝐮𝐥𝐨𝐬 𝐦𝐚́𝐬 𝐞𝐬𝐭𝐫𝐞𝐜𝐡𝐨𝐬 𝐨 𝐚𝐟𝐢𝐥𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐫𝐨𝐬𝐭𝐫𝐨 (¿𝐂𝐫𝐚́𝐧𝐞𝐨? ¿𝐂𝐚𝐥𝐚𝐯𝐞𝐫𝐚?).

𝐄𝐬 𝐮𝐧𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐫𝐨𝐛𝐥𝐞𝐦𝐚 𝐨 𝐝𝐞𝐬𝐚𝐟𝐢́𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐞𝐬 𝐥𝐨𝐧𝐠𝐞𝐯𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐦𝐨𝐧𝐬𝐭𝐫𝐮𝐨𝐬, 𝐝𝐞𝐭𝐞𝐫𝐦𝐢𝐧𝐚𝐫 𝐥𝐚 𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐞𝐬 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐢𝐜𝐚𝐝𝐨 𝐲𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐚𝐫𝐢𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐩𝐞𝐧𝐝𝐞𝐧 𝐝𝐞 𝐟𝐚𝐜𝐭𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐞𝐱𝐭𝐞𝐫𝐧𝐨𝐬, 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐥𝐨𝐬 𝐞𝐥𝐞𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥𝐞𝐬 [𝐦𝐚𝐠𝐢𝐚 𝐚𝐦𝐛𝐢𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐛𝐥𝐞, 𝐞𝐥 𝐭𝐢𝐩𝐨 𝐝𝐞 𝐞𝐜𝐨𝐬𝐢𝐬𝐭𝐞𝐦𝐚 𝐲 𝐜𝐥𝐢𝐦𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐩𝐫𝐨𝐬𝐩𝐞𝐫𝐚, 𝐞𝐭𝐜.]. 𝐏𝐚𝐫𝐚 𝐞𝐯𝐢𝐭𝐚𝐫𝐬𝐞 𝐮𝐧 𝐝𝐨𝐥𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐜𝐚𝐛𝐞𝐳𝐚 𝐲 𝐜𝐫𝐢𝐬𝐢𝐬 𝐞𝐱𝐢𝐬𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐥𝐞𝐬, 𝐩𝐫𝐞𝐜𝐢𝐬𝐚𝐫 𝐬𝐮 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐢𝐚 𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐯𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐧𝐮𝐚𝐫 𝐬𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐮𝐧 𝐦𝐢𝐬𝐭𝐞𝐫𝐢𝐨.

Al menos es lo que logro comprender su cerebro de las conferencias y lecciones de historia apasionadas de Gaster que enseño a Papyrus conocimientos generales que los esqueletos deben conocer aspectos importantes de la biología de su especie. Mientras estaba atrapada en mi corralito en la sala de estar, aburrida hasta que hice un esfuerzo de prestar atención, cuando Gaster saco un pizarrón y comenzó a hacer dibujitos graciosos para exponer visualmente su explicación. 

Por mis balbuceos, Papyrus decidió llevarme a su regazo con mi peluche y manta favorito. Por eso eres genial y mi persona favorita N.1 eres tan considerado y atento a diferencia de nuestro padre despistado.

Gaster observaba con una fascinación científica mezclada con un afecto paterno, registrando cada pequeña manifestación en sus cuadernos.

Pero también había momentos de inquietud. Breves parpadeos en las cuencas de Sans que parecía contener cuando nadie le prestaba atención, una mirada fugaz que trascendía su corta existencia. Eran solo destellos, apenas perceptibles, que se desvanecían al instante cuando se acercaba a alguien de su nueva familia o compañía de los lugareños cuando salía de paseo.


Tenía razón. En los próximos tres años ( el equivalente de 30 años humanos, ya que al parecer los esqueletos tienden normalmente a envejecer super lento ), ha llegado a algunas conclusiones. La primera observación, y por lo tanto lo más importante para mí:

  1. Es que Gaster cuando está completamente solo, no podría cuidar de un ser vivo si su vida depende de ello. Te burlas de él desde tu lugar en el suelo, con un crayón verde en la mano. Dibujabas con otros colores, pero eran sacrificados valientemente como proyectiles cuando tu estómago te recordaba que Gaster se había olvidado de darles de cenar a los dos.
  2. Si no fuera la intervención de sus ¿padrinos? o ¿tíos adoptivos? (Grillby o Muffet) como de Papyrus cuando regresa del colegio, y su madre que regresa tarde a causa de su trabajo de consejería real para los Monarcas Dreemurr y el consejo noble representando a sus respectivas comunidades autónomas del Reino. Serian sacos de huesos muertos de hambre
  3. Su madre es absolutamente impresionante, si no captaste el memorándum, alguien capaz de manejar como un campeón el desastre ambulante que es su padre Gaster y tener éxito debería recibir una maldita medalla. Lucida tiene el honor de recibir mi primera palabra, a la primera oportunidad que pueda articular una palabra.
  4. La etapa de balbuceo bebe es uno de los primeros desafíos más frustrantes o situaciones mortificantes que enfrenta en esta vida. Que me hace querer morder la cosa más cercana mía con mucha furia y soltar aullidos sangrientos de la pura desesperación de las pequeñas torturas que tiene que sufrir todos los bebes…

El imbécil no sabría cómo mantener vivo a un ser vivo incluso si se acercara a él y le diera instrucciones, viñetas y subpuntos, mientras podía decirle lo que necesitaban para mantenerse con vida. Lo cual podrías hacer, con la ayuda apreciada de Papyrus. Pero este idiota también se olvidó de cuidarse a sí mismo, y tiene que manipularlo para que lo haga. A veces te olvidas de que técnicamente solo tienes tres años. Tiene mucha suerte de que fueras un adulto relativamente bien adaptado, de lo contrario habrías resultado tan jodido. Tu estómago se vuelve gruñir y emite el tono más desagradable que puedes.

"¡Daaadaaadaaa!"

"Sí, Sans. Estoy preparando la cena. Mis disculpas por no haberte alimentado". — con un semblante cansado, arrastra su cuerpo, esto de las breves vacaciones obligatorias de un descanso de la mayoría de sus deberes de científico real, lo están estresando más estar en casa, que en su propio trabajo.

En este momento esta impresionado con todos los padres que logran cuidar su prole y trabajar al mismo tiempo. Como en caso de su magnifica esposa Lucida se las arreglo cuidar a Papyrus cuando era un babybones y simultáneamente continuar trabajando con total normalidad con su habitual estado animo energético.

Él se siente que se esta desmoronando del puro agotamiento al estar pendiente constantemente de Sans, ya que si solo desvía por un breve momento la seguridad, su pequeño babybone se las arregla en metere en situaciones precarias que puede llegar lastimarse, Sans tiene la costumbre de vagar y hacer berrinches cuando lo obliga a estar en su corral por su llama, cuando el deber llama. Mientras se ocupa del papeleo que se ha estado acumulando en su ausencia, una de las pocas cosas del trabajo que puede hacer en casa. 

“¡Mff… ¡aggg! ¡Puh! ¡Puh! ¡Qué asco!” [1] arrugando mis fosas nasales de irritación, por los penetrantes olores de químicos como las manchas de motor y otras de dudosa procedencia en la ropa de Gaster, que finalmente salió del laboratorio personal, que ensamblo en el sótano de la casa.

 

Sí, así es. Ya puedes hablar. Bueno, más o menos. Eres una mierda en Wingdings, pero estás bien, tu cerebro de esponja ( no tenías uno, el cerebro mágico va brrr ) absorbe todo lo más rápido posible de todos los modos. Tú... Oculta tus otros idiomas de este tipo. A pesar de confiar en él, no quería llamar demasiado la atención. Ayuda el hecho de que, fuera del tiempo al aire libre, Gaster era despistado cuando esta absorto en un proyecto ( negligente ) en términos de todo lo demás.


De ahí las lanzas de crayón. Estaba extrañamente encantado con tu muestra de ira.

"Se está preparando la comida, Sans. Pon la mesa".

"está bien"

Te levantas de tu dibujo infantil—de un zorro dorado corriendo por el bosque—y caminas hasta el armario donde estaban los platos.

Haces pucheros.

No podías llegar a ellos.

"papá."

Un suspiro frustrado.

“¿Sí, Sans?”

No puedo coger los platos. Tráelos por mí.” [2]

"Tráemelos". Gaster corrigió, pero se da la vuelta y te entrega la vajilla adecuada. Pones los ojos en blanco y te alejas para poner la mesa.

A veces olvidas que tienes tres años; lo corto que son tus piernas te hace resoplar de indignación y te cuesta colocar los platos y tazones sobre la mesa alta.

Vuelves a hacer pucheros cuando recuerdas que canónicamente, Sans era muy bajo comparado con Papyrus.

Parece que la altura no estará destinada para ti en ninguna de las dos vidas. Lo cual no tiene sentido, ya que tus padres la última vez y esta vez eran ridículamente altos. Gaster te lanza una mirada poco impresionada por encima del hombro.

"Date prisa, Sans. Esta sopa necesita un tazón para ser comida"

Le resoplas y su ceja (¿el hueso de la ceja? ) se arquea con diversión.

Golpea el recipiente más fuerte de lo necesario contra la mesa, deleitándote con la mueca que hace Gaster. Sí, lo entrenarás adecuadamente para que sea un buen padre. Esta es una buena lección:


No se debe esperar que los niños de tres años hagan las tareas de los niños grandes. Te tambaleas precariamente a propósito.

Disfrutas de la compresión presa del pánico de Gaster.

Recuerda tu punto.

Las cuencas oculares de Gaster se abren con horror.

 

 

Te caes.

 

 

¡CHOCAR!

 

 

Te atrapa, con la mano extendida y la magia envolviéndote para evitar lesiones. Los platos se estrellan contra el suelo y te arrastran hacia él, visiblemente estresado mientras la sopa y los impulsos de babybones hierven hasta desbordarse, haciéndote llorar.

Nunca te pide que hagas las tareas del hogar sin mostrarte cómo hacerlo primero. Gaster tuvo un largo camino antes de convertirse en un padre competente.

Finges sollozar, con lágrimas que se derraman de la cuenca de tus ojos. Sabe que él tiene tu ALMA en sus manos, así que piensas en cosas angustiosas (como tu muerte, muerte, muerte) y él cae en la trampa . ¡Anzuelo, línea y plomada!

 


 

La segunda observación importante es: MAGIA. ¡Tienes magia! Surgió en un tipo diferente de conversación, pero no obstante estabas feliz de que ahora lo supieras.

“Paaateeer” [3]

Un largo suspiro de sufrimiento.

 

“¿Sí, Sans?”

“¿Soy un niño o una niña?”—conteniendo la respiración

Querías saberlo. Había que saberlo. Has estado posponiendo esto lo suficiente y tuviste que preguntarte si eras Sans, y qué significaba eso, asumir un manto para el que no estabas seguro de estar lista.

Gaster parpadea mirando su papeleo, la letra desordenada se olvida mientras dirige lentamente su mirada perpleja hacia ti.

“No lo sé”

Lo miras fijamente. Joder, estás dudando si tiene las calificaciones para ser un científico.

 

"¡¿Cómo podrías no saberlo?!"— Frunce el ceño ante él.

“Supongo que es hora de dar una lección de fisiología de los monstruos”.

 

A pesar de la actitud que tenía al comienzo del intercambio, sus ojos estaban más alertas ahora.

"¿Bueno?" —Preguntas, interesadas, pero todavía tan malditamente confundido.

“Aquí, esto puede parecer extraño, pero...”—Gaster hace un movimiento de venir aquí que reconoces de ti mismo?... y saca un corazón blanco brillante al revés. No es un corazón de 8 bits, pero eso no podría importarte menos. Pero tenía un aura extraña que le provoca un escalofrío sin saber si es de miedo o anticipación, desde tu perspectiva es muy evidente da vibraciones de que no es normal de alma monstruo ni cree tampoco para el de un humano. Pero Gaster no parece reaccionar por la apariencia inusual de tu alma, dejando de lado su aprensión por la situación...hay un punto más urgente e importante.

 

Tenías tu puta ALMA frente a ti. Si no hubieras confiado en Gaster, no te habrías sentido bien con lo vulnerable que te sentías con tu ALMA fuera de entre tu caja torácica.

 

"Esta es tu ALMA . La culminación misma de tu ser, todo lo que eres, quieres y esperas".

 

Usted asiste.

 

"Lo que significa", enfatiza Gaster, señalando, pero sin tocar el corazón brillante. "Lo que quieres ser, sea del género que creas que es el correcto, viene directamente de tu alma. No puedes cambiar eso, a menos que quieras dañarte permanentemente".

"Entonces... ¿Si me siento a veces como una niña?"

"Entonces eres una niña. Tu fisiología, tu representación física, cambiará según tus necesidades y deseos, para reflejar la verdad de ti mismo y de las experiencias que has tenido. Los cuerpos de los monstruos están hechos de partículas mágicas unidas por el ALMA y, por lo tanto, son susceptibles al capricho del ALMA. Los seres humanos tienen cuerpos físicos predeterminados, y sus almas tienen jugo extra, por así decirlo. Adopta el rasgo que un humano tiende a seguir. ¿Siguiendo hasta ahora?”

"Sí. Entonces, si soy chica, ¿mi cuerpo cambia para coincidir? ¿Y si eres uno o el otro o ninguno de los dos? “

"Entonces tu cuerpo cambia para estar en forma. Todos los días, o ninguna parte reproductiva a menos que convoques una".

"está bien."

“Especialmente los esqueletos, tenemos que tomar en cuenta el núcleo mágico, otro aspecto del alma, tendencia a demostrar el tipo de inclinación, aunque no es una regla estándar, sin embargo, para la comunidad esquelética más tradicional. que algunos de los parientes más fervientes de su compañera y demás miembros del clan Code”— los géneros, el sexo con el que te identifica conlleva sus respectivos roles, que en otro momento hablaremos de ese tema en compañía de tu hermano y madre”.

 

"Muy bien. ¿Algo más?"

 

Sin poder resistirse, le haces la temida pregunta y lo observa atentamente su reacción.

“¿Cómo se hacen los bebés?”

Gaster se atraganta, haciendo un sonido de estrangulamiento, a pesar de no tener una garganta con la que ahogarse.

"Uh, ¿Qué tal la magia? ¿Quieres aprender sobre magia en su lugar?" — con tono persuasivo y un dejo de desesperación por no responder aquella pregunta

Dejas pasar la oportunidad de meterte con él. Magia.

 

Te gusta. Atrayendo tu total atención

 

¿Magia? ¿Tengo magia?

 

Gaster se aferra a la salida como un salvavidas. Suspirando aliviado de haber logrado esquivar esa bala. Una vez que ve lo ansioso que estás por aprender sobre magia y lo bueno que eras en ella, sus ojos comienzan a brillar hambriento. Él no lo ama, pero ves la expresión que hace e instintivamente la baja un poco. Frunces el ceño ante el extraño dolor en tu ALMA.

La tercera observación que haces también es importante. Pero no se trata de ti. Bueno, se trata de un poco de ti.

Te dice que no eres canónico. Lo cual, en retrospectiva, era más que obvio, pero en tu defensa, Gaster y Lucida te mantuvieron adentro la mayor parte del tiempo.

Hubo un breve conflicto entre las familias nobles de las diferentes comunidades. Por una razón que todavía no ha descubierto, antes que se convirtiera una disputa de sangre, gracias a la intervención de la Reina y Lucida Se soluciono recientemente…

Cuando Gaster comenzó a contarte una vieja historia:

 

Hace tiempo, t̴͕͖͓̀r̶̷̲͍̭͐̾̀͟ę̷̵̧̖̫̗̆̊s̩͙͖̋͛͟ dos razas gobernaron la tierra:

I̶̴̗̗̦͍ͨͭ̉͢͟S̵̶̮̬͖̄͑͟U̸̫̠̰͈̕S̵̶̮̬͖̄͑͟ HUMANOS Y MONSTRUOS.

Un día, una guerra se desató entre las dos razas.

 

Tras una larga batalla,

Los humanos fueron considerados victoriosos.

Los monarcas de la nación Monsterkind dieron la orden de retirada inmediata a toda la población de monstruos a la zona de refugio secreto del Mt. Ebott.

Temerosos y sospechosos por la repentina retirada y despliegue de sus enemigos en un solo punto, los humanos.

Sellaron a los monstruos bajo tierra con un hechizo mágico.

Creado por los siete Grandes Magos, los humanos más poderosos, sabios y maestros de la época…

Se reunió para crear la Gran barrera Arcoíris.

Pagando un alto precio para tal poderoso hechizo.

.

.

.

Cuenta la leyenda que un oráculo misterioso y encapuchado se reunió a los 7 magos poderosos de la época, se desconoce de qué lado estaba en la Gran Guerra y sus razones en interferir. Pero una cosa es segura y que pocos conocen.

También se acercó a la familia real, a los recién coronados Monarcas Dreemurr con dos profecías.

La primera profecía que solo unos grupos selectos de la nación tiene el conocimiento: Era que nuestra magia seria cazada, que teníamos escondernos en el subsuelo y nuestra existencia a los humanos.

Al menos hasta que la humanidad fuera castigada por 8 siglos por no respetar y apreciar uno de los regalos fuimos bendecidos por los ancestrales.

Si no escuchamos sus advertencias, los monstruos seriamos cazados y erradicados hasta la extinción.

Con palabras sabias declara el oráculo resignado que todo conocimiento de magia de los humanos seria resguardado por la familia real, que al momento de ser sellado por la Gran barrera.

Toda la existencia de la magia sería un sueño irreal e inexistente, cuando fueron liberados solo los humanos que sean dignos podrán manejar la magia y con la cuidadosa guía de la familia real y elegidos por Lady Magic difundirá el conocimiento.

La segunda profecía y más conocida por estar accesible a todo público.

El ángel... el que ha visto la superficie... regresará... y el Underground (subterráneo) se vaciará. - Glifos antiguos en Waterfall [" Si los monstruos y humanos a pesar de sus diferencias, se ayudan mutuamente, paz y prosperidad serán recompensados"]

Siendo el origen del estandarte del Reino Monsterkind: La Runa Delta simboliza una antigua profecía de la cual se ha perdido su significado con el paso del tiempo. Los monstruos piensan que los triángulos simbolizan a los monstruos atrapados en el Underground; al mismo tiempo que simboliza al "ángel" que algún día llegará de la superficie y dará libertad a los monstruos.

Hace mucho tiempo, los humanos y los monstruos vivían juntos en armonía... pero un día, por razones perdidas en el tiempo, estalló constantes conflictos entre las dos razas. Hasta que estallo el mayor conflicto de su historia.

Y los humanos ganaron y encerraron a los monstruos en el monte Ebott...

Una Gran Guerra que marcó la historia de Monsterkind que será reconocida y registrada en generación en generación. Ya sea por la barrera que mantiene exiliados a monstruos a la superficie o la caída del reinado del Rey Tirano Asha y la Coronación del Príncipe Asgore y su compañera vínculo Toriel que pusieron fin el período bélico que su padre afligido a la nación Monsterkind.

 

Dicen que la barrera no fue un castigo sino un último esfuerzo para proteger a los monstruos.

 

Dicen que una vez que se cumpla el plazo establecido, la gran barrera que mantiene encerrada a los monstruos desaparecerá y seremos libres.

Gaster cerro el viejo tomo de historia y decidió cambia de tema a uno menos sombrío... Como los magos humanos


Cuando menciono la existencia de los magos de colores, te emocionaste un poco cuando te conto algunas de sus habilidades impresionantes y capaces que pueden llegar ser.

Los magos humanos eran una cosa. Te enfurruñas durante días. Te encanta Gaster, Lucida y Papyrus, pero en serio por un momento te hubiera gustado reencarnar en un mago. Te gustó tu durabilidad carnosa, maldita sea. Solo tenías 80 HP en este momento. Es... Mejor de lo que pensabas, considerando el trauma de morir literalmente quemado o asfixiado, pero tuviste el ataque de un fideo mojado y la defensa de un triste escudo de papel.

De todos modos, al parecer los magos no estaban en la gran guerra con los monstruos. De alguna manera, Asgore y Toriel se convirtieron en los gobernantes del reino Monsterkind, después de que el Rey Bélico y tiránico Asha [4] , haya sido derrocado finalmente por el 2° Juez Real para poner fin su mandando sangriento durante la gran guerra en su apogeo.  

 

Lo que significaba que, en cuanto Nación y reinos, los magos, los no magos y los monstruos vivían juntos antes del estallido de la gran guerra. Hasta que los monstruos se refugiaron en el interior del Monte. Ebott por alguna profecia….Sin creer que todos estarán atrapados en una catacumba de roca durante ocho siglos, cumpliendo el plazo para que la gran barrera arcoíris se destruya. El 2015 es el año en que los monstruos resurgirán a la superficie.

 

¡Hurra!

 

por la posibilidad de poder volver ver las estrellas.

 

Abucheo

 

por la guerra literal en el pasado entre los monstruos de la realeza y otro combo de monstruo jefe / gobernante humano.

 

Algo sobre un artefacto robado, y asesinado a un soldado noble de alto rango. Se podría decir que Gaster sabía que la excusa era una mierda, pero no insiste. La guerra es algo delicado. Es raro que pareciera disfrutar de la excusa, pero lo que sea. Ha ocurrido hace casi seis siglos. Aparentemente, los monstruos tienen una larga memoria y las celebridades fantasmas específicas de la nación que impulsan la acumulación de conocimientos y de la historia de la mayor cantidad de civilizaciones posibles.

.

.

.

Pero todo cambio cuando cumplió 4 años…


Glosario:

[1] “Mph…tu eres asqueroso”

[2] “No puedo alcanzar los platos. Tráelos para mí.”

[3] “Padre” en latín

[4] El Rey Asha Dreemurr Asha: Protector del fuego) es el predecesor y padre de Asgore Dreemurr

Notes:

Y llegamos el final del capítulo. espero que les esté gustando la historia.
No olviden leer también la precuela de esta historia que probablemente va a recibir primero más actualizaciones ¬¬, ya que tengo varios capítulos ya escritos solo necesitan ser pulido pequeñas partes.

Sin querer dar Spoilers accidentalmente

Me despido, hasta la próxima actualización

*Hace una reverencia y cierra el telón del escenario*

Chapter 4: Memorias y Nuevos Vínculos

Summary:

Comienzan las conexiones.

Notes:

¡Y llegue con una nueva actualización!

Espero que disfruten este nuevo capítulo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text


“Ayer es pasado, mañana es el futuro, pero hoy es un regalo. Es por eso que se llama presente” — Bil Keane

El cumplimiento de mi cuarto año marcó un cambio sutil pero significativo en la dinámica familiar. Ya no era la personificación de un berrinche andante con una comprensión limitada del mundo. Mi cuerpo, maleable a los deseos de mi alma, se había asentado en una forma que se sentía… mía. La ambigüedad de mi género infantil se había disipado, no por una decisión consciente, sino por una tranquila afirmación interna. Me sentía… yo, sin la necesidad de etiquetas impuestas.

Con la creciente coordinación de mi cuerpo, vino una curiosidad insaciable por el mundo más allá de los confines relativamente seguros de nuestro hogar. El laboratorio de Gaster, aunque fascinante en sus extraños artilugios y el constante zumbido de la magia, ya no era suficiente. Ansiaba explorar el bosque que se extendía más allá de nuestra puerta, los murmullos distantes de otros monstruos, los secretos que susurraba el viento entre los árboles.

Papyrus, siempre mi protector y mi entusiasta compañero de juegos, fue mi principal aliado en esta nueva fase. Sus cuentos de sus propias aventuras en el bosque, aunque probablemente adornados con la exuberancia de su joven imaginación, encendieron mi propia sed de exploración. Me hablaba de flores que brillaban con luz propia, de criaturas que cambiaban de color con las estaciones y de senderos ocultos que conducían a cascadas escondidas.

Gaster, absorto como siempre en sus investigaciones, inicialmente se mostró reacio a mis incipientes excursiones. Sus preocupaciones, aunque expresadas en su habitual tono distraído, eran genuinas. El mundo exterior, incluso el relativamente tranquilo rincón del bosque cercano a nuestra casa, presentaba peligros para un esqueleto joven y todavía frágil.

Sin dudarlo envió a su familiar en secreto para echarnos el ojo, al inicio era fácil localizar Atlanta[1] que el ave al notar que la encontraba enseguida, lo tomo como una especie de desafío, empezó a esforzándose en esconderse usando el entorno para camuflajearse, haciendo que gradualmente más difícil de encontrarlo, convirtiéndose un improvisado juego de las escondidas mientras en lo que dura del horario límite permitido en estas salidas “sin supervisión” que Papyrus comenta secamente que no era el único, señalando discretamente la rama de un árbol donde se posiciona plácidamente Annaisha[2] comiendo en una rama rebosante de una variedad de frutas, devorando algunas hojas e insectos, mirándonos fijamente sin pestañar.

Papyrus sin darle la importancia de la presencia vigilante y constante de los familiares de nuestros padres, continúo caminando ignorando descaradamente su existencia, ya acostumbrado probablemente, observando cómo lleva en sus brazos a Tomoe[3], que este ladro alegremente entusiasmado cuando llegamos el claro o la guarida secreta, siendo un lugar apartado adentrándonos aún más en los bosques de Snowdin que usamos habitualmente como nuestro lugar habitual para jugar libremente sin que nadie nos moleste e interrumpa.    

Sin embargo, la persistencia de Papyrus y mis propios intentos, a menudo torpes pero decididos, de demostrar mi creciente independencia, finalmente lo convencieron. Estableció reglas estrictas, por supuesto. No alejarme demasiado de la casa, siempre permanecer cerca de Papyrus y regresar antes del anochecer. Eran limitaciones razonables, y las acepté con entusiasmo, ansioso por la libertad que representaban.

Nuestra primera "gran" aventura juntos fue al claro cercano donde Papyrus afirmaba haber visto las "flores brillantes". Con mi pequeña mano huesuda firmemente agarrada a uno de sus dedos más grandes, nos aventuramos en el bosque. El aire estaba húmedo y olía a tierra y agujas de pino. La luz artificial (simulando ser el sol) se filtraba a través del dosel de hojas, creando manchas danzantes en el suelo del bosque.

Para mi decepción inicial, el claro no albergaba ninguna flor luminiscente. Papyrus, sin embargo, no se inmutó. Con su entusiasmo característico, señaló otras maravillas: un nido de pájaros intrincadamente tejido en las ramas de un árbol, un grupo de hongos que parecían pequeñas sombrillas de colores y el rastro brillante de un caracol mágico que se arrastraba por una hoja.

A través de sus ojos, el mundo cobró vida de una manera nueva. Empecé a notar los pequeños detalles que antes pasaba por alto: el delicado patrón de las alas de una mariposa, la forma en que la luz artificial se refractaba a través de una gota de rocío, el suave susurro de las hojas con la brisa.

Fue en una de estas primeras exploraciones que mi magia comenzó a manifestarse de formas más tangibles. Mientras intentaba alcanzar una flor particularmente vibrante que crecía fuera de mi alcance, una pequeña ráfaga de luz azul surgió de mis dedos, empujando suavemente la flor hacia mí.

La sorpresa y la alegría que sentí fueron embriagadoras. Miré mis manos huesudas, asombrado por el poder latente que residía en ellas. Papyrus vitoreó con entusiasmo, sus cuencas oculares brillando de orgullo. Incluso Gaster, al escuchar nuestro alboroto al regresar a casa, mostró un interés pasajero, murmurando algo sobre "manifestaciones mágicas tempranas" antes de volver a sus experimentos y en el gran proyecto que esta trabajando por un tiempo (haciendo menciones breves como vagas, que solo Lucida parece comprender o descifrar su significado a los raros comentarios e inentendibles).

Estos primeros pasos en el mundo, tanto literal como mágicamente, fueron fundamentales. Forjaron un vínculo aún más fuerte con Papyrus, despertaron mi curiosidad por lo desconocido y me dieron una primera muestra del poder que dormía dentro de mí. El mundo era vasto y lleno de misterios, y por primera vez, sentí una punzada de emoción ante la perspectiva de desentrañarlos, paso a paso.


Sinceramente, ¿Harmony? Sans no tenía ganas de vibrar hoy con el cosmos y el caos, así que hizo lo mejor que pudo y se puso a contemplar su existencia encerrado en su habitación, como una extraña mezcla entre un niño de 4 años y un adolescente rebelde descontento. Simplemente no tenía ganas de hablar con su familia de esta vida.

Ayer tuvo una sesión incómoda al ser presentado por primera vez a su abuela materna y estaba cansado de que lo pincharan con cuidado para probar su fuerza mágica o yo qué sé, algo sobre carácter. Sus padres los trataban como si fueran de cristal (prestando atención a los susurros de los demás miembros del clan, escondiendo sus reacciones negativas dirigidas hacia mi familia, específicamente a Gaster-Otousama[4] y Papyrus-Oniisama[5]. Sin saber cuál es su maldito problema) y a su hermano mayor lo cuestionaba por su forma de vivir.

Sin evitar sentirse irritado por sus comentarios mal intencionados, que tienen la audacia de mostrar su descontento cuando Lucida-Okasama[6] no está presente en la habitación, haciendo que de inmediato ganaran su desagrado personal. Hasta el punto en que decidió ser una absoluta molestia, haciendo una presión en sus almas como una señal de advertencia cuando comenzaban a ser malos, a los cabrones insensibles, disfrutando la sensación incómoda que les causaba. Estos se retorcieron o estremecieron al ser objetivos de su mirada fija (siendo la forma más fácil de concentrarse para afectarlos). Hasta el punto en que con el tiempo los susurros hacia su familia se hicieron a un lado, para centrarse en él, comentando lo extraño y la incomodidad que les provocaba a algunos miembros del Clan Code con su sola presencia.

Sí, lo entiende, es preocupante para un extraño cómo actúa. Los niños pequeños no deberían conocer la muerte y el dolor como ellos. Pero los niños pequeños en este mundo, con estándares de sociedad en algunos aspectos diferentes ¿quizás?, no son cómo enfrentar el lado oscuro de una sociedad como la crueldad del mundo, en general, los Monsterkind se supone que deberían ser inocentes y estar protegidos a toda costa.

 

Je, una noción un poco realista e ingenua de esperar algo así, basado de mis recuerdos vagos de cierto videojuego…

 

Que es lo que dicen: “La realidad supera la ficción”


[Flashback Hace dos días]

Me desperté con el sonido tic-tac del reloj de mi habitación a la tierna edad de 4 años, recostada en la alfombra jugueteando con unos rompecabezas de estimulación mental como mi entretenimiento en una especie de barrera/corralito que abarca toda la alfombra, mientras esperaba que Mommy, Dada y Papy regresaran.

Recuperando progresivamente de forma sustancial mis recuerdos de mi vida como Ruth (humana), como fragmentos sin contexto de todas las vidas pasadas que hice para acompañar a mi primer socio/Soulmate, fue una agonía, especialmente en mi cabeza, ya que sin previo aviso metieron una gran cantidad de memorias e información de todo y al final terminó fusionándose con mi vida como Sans.

Mi lado optimista pensó que por lo menos me encontraba solo cuando sucedió, por lo que nadie presenció mi crisis existencial como euforia de que finalmente llegó mi hora de reencarnar en Sanctuarytale, hubiera sido un poco difícil explicar a mi familia actual.

Haciendo una mueca por la sensación que me invadió de disforia de mi cuerpo, tropecé al levantarme sintiendo que en cualquier momento me derrumbaría nuevamente, gracias a las fragmentadas memorias, más aún cuando varias dan una impresión e intuición de que serían clasificadas como un animal/bestia salvaje cuadrúpeda.

Dando un paso a la vez, apoyándome en lo más cerca de mí, terminando siendo una pared de mi corralito, haciendo un quejido de dolor cada vez que caía hasta desplomarme del agotamiento, sintiéndome como si mis extremidades fueran de gelatina. ¡Ay! Lo primero que voy a hacer es recuperar la habilidad motora de mi cuerpo actual.


No pasaron unos minutos antes de escuchar cómo se desbloqueaba la puerta de la entrada principal, entrando con prisa mi familia actual. Miré con curiosidad cuando Gaster me cargó, dirigiéndose a mi habitación, mientras Lucida hacía lo mismo con Papyrus. Nos llevaron al vestuario de cada uno y nos vistieron con un atuendo tradicional japonés muy formal. Una vez que dio el visto bueno de su madre, ellos se cambiaron apresuradamente, arreglándose ambos con maquillaje.

 

No siendo la única confundida por todo el repentino movimiento e inusual vestimenta, Papyrus tenía una expresión adorable de confusión.

 

Con la expresión estreñida e incómoda de Gaster y la expresión de resignación sufrida de Lucida, declararon al unísono:

“Hijos míos, van a conocer finalmente a su sobo[7] Gloria y al resto de parientes del clan Code.” — Declaro Lucida, con un tono resignado, que ya no pudo lograr continuar postergando el encuentro como presentación de sus hijos, con su rígida madre y al clan.


El viaje fue un torbellino de una serie de saltos de portales artificiales[8] y paisajes cambiantes, demasiado rápido para que mi mente de niño de cuatro años pudiera procesar en su totalidad, todavía sin procesar la confusión de estas memorias. Un momento estábamos en la calidez familiar de nuestro hogar, y al siguiente, nos encontrábamos en un lugar completamente diferente: ingresando al Distrito Esquelético, avanzando y observando que todos los monstruos que veía, que eran solamente esqueletos con una variedad de vestimentas culturales y comunicándose solamente en fuentes. Hasta llegar a una vasta y elegante mansión de estilo japonés, rodeada de jardines serenos y estanques koi relucientes. Oficialmente estábamos en los terrenos del clan Code. La atmósfera era formal y ligeramente tensa, algo que incluso mi joven percepción podía sentir.

Al entrar en la casa principal, fuimos recibidos por una multitud de monstruos esqueletos vestidos con atuendos igualmente elaborados. Había una palpable sensación de jerarquía y tradición en el aire. Las reverencias eran profundas y los saludos, formales y medidos. Me sentí pequeño e insignificante en medio de esta exhibición de linaje y poder.

Luego la vi. Una figura imponente, sentada en un cojín elevado al final de un salón extenso. Su presencia demandaba respeto. Era un monstruo esqueleto femenino, vestida con un elaborado y elegante kimono con rasgos afilados y ojos penetrantes que parecían leer directamente en mi alma. A su lado se encontraba descansando su familiar también en un cojín, un avestruz adulto con una mirada sabia y un semblante majestuoso.

Esta debía ser mi abuela.

La presentación fue un ritual en sí misma. Gaster y Lucida se inclinaron profundamente (hasta sus respectivos dæmonions silenciosamente reflejaron los mismos gestos con un semblante majestuoso, pero note que menor medida, casi superficial, estando familiarizada con el tiempo que convivo con ellos sus diferentes formas y maneras en que se comunican), pronunciando palabras respetuosas en un idioma que solo reconocí vagamente como Wingdings como Bright, aunque con una cadencia y formalidad diferente a la que usaban entre ellos en casa. Luego, nos empujaron suavemente hacia adelante a Papyrus y a mí.

—Su excelencia, Code-sama[9] —dijo Gaster, su voz ligeramente tensa—, estos son sus magotachi[10], Papyrus-kun[11] y Sans-chan[12].

Papyrus, a pesar de su confusión inicial, ofreció una reverencia torpe pero entusiasta, misma que imito su dæmon. Yo, aferrándome a la mano de Lucida, solo pude inclinar la cabeza tímidamente, sintiendo la intensa mirada de mi abuela sobre mí.

A partir de ese momento, comenzó el "examen". Varios miembros del clan se acercaron, observándonos con curiosidad y escrutinio. Algunos nos dirigían preguntas formales, mientras que otros realizaban discretos hechizos de detección, palpando el aire a nuestro alrededor. Sentí sus miradas curiosas y, a veces, ligeramente condescendientes.

Fue durante estas interacciones que noté los susurros. Voces bajas y rápidas, ininteligibles en su mayoría, pero cargadas de un tono que no me pasó desapercibido. Miradas furtivas dirigidas a Gaster y Papyrus, acompañadas de un ligero fruncimiento de ceño o un movimiento de cabeza apenas perceptible. Incluso a mi corta edad, capté la tensión subyacente, la sensación de que nuestra presencia no era del todo bienvenida por algunos miembros del clan.

Luego vino la prueba de mi "carácter", como lo escuché susurrar. Una anciana con un atuendo ceremonial miko se acercó a mí, sosteniendo en un cojín una pequeña esfera cristalina incolora. Que coloco con cuidado en un pedestal de mármol con acabado dorado[13] que trajeron dos soldados cubiertos en su totalidad por su armadura grabado en su capa el estandarte o escudo del clan Code, siendo lo único que se ve es el brillo blanquecino de sus cuencas oculares de sus cascos.

Primero fue el turno de Papyrus, que se acercó todo emocionado, escuchando atentamente las instrucciones de la anciana, cuando hizo contacto con la esfera que comenzó a brillar gradualmente, al inicio solamente un anaranjado brillante hasta que en algunas partes se tornó en un tono dorado y azul brillante. Por un momento la esfera vibro por la presión mágica imbuida de Papyrus, que por la expresión de mi hermano, percibí que de inmediato disminuyo drásticamente la cantidad de magia que imbuyo para evitar accidentalmente romper el artefacto de medición, teniendo un mejor control (envidiable) de su magia, mayor de la media de niños de rayas de su edad, en comparación no comparto la misma destreza de Papyrus de tener un control total de su magia desde que aprendió manipular e invocarla cuando tenía mi edad. Fue evidente el cambio de la esfera que disminuyo la intensidad del brillo de los colores de su magia.

Por curiosidad mi atención se desvió por un breve momento, observando las reacciones de los demás presentes en el salón, algunos cambiaron sus expresiones desinteresadas e impasibles, sustituidas de un brillo en sus cuencas oculares, encontrándolo un poco inquietantes sus reacciones por el repentino interés y consideración dirigida hacia Papyrus al inicio, hasta que disminuyo un poco su interés por el resultado final del artefacto de medición.

[Nivel mágico: Promedio]

Hasta algunos hicieron un sonido discreto de leve decepción, que no pude evitar soltar mi gruñido descontentó a la defensiva de Papyrus, refunfuñando de que esta gente no sea capaz de percibir o ver lo maravilloso que es mi hermano mayor y confiar demasiado en un artefacto para ser usado como una forma de medir el valor de alguien.

Mirando fijamente a la anciana que despido plácidamente a Papyrus, que este se animó cuando le indicaron que la prueba termino y que ya podía regresar con sus padres. Papyrus estaba demasiado absorto en las reacciones de nuestros padres, cuando dirigió su atención a mi dirección, le sonreí suavemente mostrado mis caninos, soltando una serie de arrullos, una forma de comunicar lo complacida que estoy con alguien,  dirigido en este caso, con Papyrus que este me devolvió el arrullo, sin dudarlo, ya que era una de los medios de comunicación que mi familia aprendió descifrar los diferentes significados, cuando no podía hablar bien lo que quería transmitir o decidía no usar palabras para comunicarme. Una vez que la atención de Papyrus se desvió nuevamente con nuestros padres, que le dieron palabras de aliento y lo orgullosos que están de nosotros, que no cambiara nada, sin importar los resultados de las pruebas.

Mi sonrisa se desvaneció, siendo sustituida con una expresión inexpresiva cuando la anciana anuncio mi nombre en voz alta para que me presentara. Desviando mi atención cuando Gaster me dejo con cuidado el suelo e inclinándose para acomodarme como sacudiendo mi ropa de arrugas y polvo inexistente. Simultáneamente me soltó el mismo discurso de ánimo, que hizo que sonriera levemente por su semblante serio acompañado con el brillo cálido blanquecino de sus cuencas oculares, quien lo conociera bien es su manera demostrar su apoyo y buena suerte. 

Acercándome con un semblante firme, con una expresión impasible, con una mirada penetrante y fría (haciendo una imitación al semblante profesional que usa Gaster para imponer su autoridad que conlleva su título, cuando entra lo que llamamos mi hermano y yo “Modo severo e impasible Científico Real” haciendo mi mejor esfuerzo de emular la actitud imperturbable de Gaster), fuera de lugar e inusual de un niño de rayas de mi edad. Por las discretas sonrisas y gestos alentadores de mi familia cuando los mire de reojo, lo tome como una buena señal que mi imitación no se ve o la siento tan ridícula como cuando jugamos fingir.

Hasta llegar enfrente de la anciana y subirme en la plataforma que la anciana creo con su magia para ayudarme alcanzar el artefacto, suspirando por mis adentros por mi pequeña estatura.            

Haciendo una breve pausa la anciana, esperando que la esfera volviera nuevamente a su estado incoloro, dirigiéndose su atención en mi ahora. Me pidió que la tocara y concentrara mi magia. La sensación fue extraña, como si mi propia esencia fuera sondeada y medida. Sentí una ligera presión en mi alma, y aunque no me dolió, me hizo sentir expuesto y vulnerable.

De repente, un silencio sepulcral invadió la sala cuando la esfera de cristal comenzó a brillar progresivamente, tornándose un tono dorado y esmeralda brillante, hasta el punto de que la esfera, al no poder contener la energía infundida, por la presión comenzaron a aparecer pequeñas grietas hasta que finalmente se quebró por la presión que mi magia impuso al artefacto de medición (sintiendo un grado de satisfacción vengativa infantil por el estúpido artefacto destruido, como si su mera existencia me hubiera ofendido personalmente), que cuanto más brilla indica la cantidad de volumen de maná/magia y el tamaño de sus reservas personales. La expresión de todos cambió drásticamente, comenzando a susurrar simultáneamente, hasta que la abuela, haciendo un gesto con sus falanges, todos se callaron.

Las palabras de mi abuela, cuando finalmente habló directamente con nosotros, fueron medidas y formales. Aunque su expresión cambió por primera vez durante este encuentro, su semblante impasible y desaprobador se tornó uno reflexivo, crispando levemente sus labios hacia arriba y sus cuencas oculares iluminaron más sus iris, en señal de sorpresa. Nos dio la bienvenida al clan, pero en su tono anterior, que carecía de calidez genuina y tenía una sequedad inexpresiva, se suavizó y hubo un rastro de calidez. Para luego fruncir el ceño, por la breve muestra de vulnerabilidad, recobrando la compostura. Habló de la importancia de la tradición y el linaje, y de las expectativas que recaían sobre nosotros como miembros del Clan Code.

Pero sentí la intensidad de su mirada, que no disminuyó, enfocándose tanto en Papyrus como en mí con un brillo curioso en la luz blanquecina de sus cuencas oculares que me hizo ruido, por el cambio de actitud de 180°, ya que el resto de la reunión no apartó la mirada en nuestra dirección. ¡En serio, laser!

Fue agotador. La formalidad, las miradas, los susurros... todo contribuyó a una sensación de incomodidad opresiva. Solo quería volver a la familiaridad de nuestro hogar.


Al día siguiente, el ambiente en la finca Code era palpable. Sentía la frustración contenida de Gaster y la preocupación silenciosa de Lucida. Papyrus, un poco ajeno a las tensiones subyacentes, me contaba emocionado sobre los elaborados jardines y los peces de colores. Yo, sin embargo, no podía sacudirme la sensación de ser un extraño, de que había algo en mi familia, en nosotros, que no encajaba del todo con el resto del Clan Code. Y esa sensación, aunque confusa para un niño de cuatro años, me dejó un poso de inquietud que no podía ignorar.

Sin creer que el ambiente tenso del salón podía empeorar, nuevamente la misma anciana miko se acercó para hacer la prueba de nuestros núcleos mágicos, de qué lado del espectro del género se inclina naturalmente.

Pasando primero Papyrus, que entusiasmado permitió que la vieja dama inspeccionara su núcleo mágico, un aspecto o faceta del alma. Siendo convocada el alma de Papyrus, sentía que mis caninos rechinaban al ver el alma expuesta de mi hermano a posibles peligros potenciales desconocidos. Si no fuera porque Gaster me estaba cargando fuertemente, habría corrido a la primera oportunidad, gimiendo por ser retenida por mi padre. Al parecer, hubo un suspiro colectivo de decepción cuando el resultado de Papyrus salió como su núcleo inclinado naturalmente hacia el espectro masculino. Haciendo que el evento me fuera más confuso, ya que ¿Cuál es el problema de que Papyrus se identifique como hombre?

Cuando fue mi turno, con renuencia permití que mi alma fuera convocada por la dama miko, sintiendo la leve intrusión de ser examinada. Contuve las ganas de gruñirle cuando su expresión se iluminó, ensanchando su sonrisa, y con un tono animado anunció que mi núcleo está inclinado naturalmente hacia el espectro femenino.

Okey, esto me está asustando, ya que después del anuncio, todos los presentes hicieron una ovación y aplausos unísonos. Excepto mi familia, que tenía la expresión de pocos amigos, mientras que la abuela cambió aún más su actitud. ¿Qué demonios está sucediendo y por qué parece que todos están a un paso de empezar a celebrar, si no fuera en contra del protocolo, qué es lo que los detiene?

Hasta que hice la conexión, uniendo todos los puntos que me hacían ruido desde que llegué a este lugar. Es una comunidad en la que su centro de poder se inclina hacia el matriarcado. Tensándome, ahh, con ese contexto explica algunas cosas extrañas de su comportamiento.

Y la miko acaba de declarar por tecnicismo que soy mujer, cuando en realidad soy género fluido...

¡Oh, miércoles!


La ovación continuó, un mar de aplausos huesudos y felicitaciones formales dirigidas principalmente hacia mí. Sentí las miradas intensificarse, ya no cargadas de simple curiosidad o escrutinio, sino con una nueva capa de… ¿expectativa? Mi abuela, Code-sama, se había levantado de su cojín, una acción que hasta ahora no había realizado. Su rostro, aunque aún formal, mostraba una sutil… ¿satisfacción?

—Bienvenido seas, Sans-chan —dijo su voz, ahora con un tono ligeramente más cálido, aunque aún carente de una verdadera efusividad—. Es… auspicioso[14].

Auspicioso. La palabra resonó en mi mente confusa. ¿Qué era auspicioso de que mi núcleo mágico se inclinara hacia el espectro femenino? Miré a mi alrededor, notando las sonrisas aprobatorias y los asentimientos de los demás miembros del clan. La atmósfera tensa de antes parecía haberse disipado, reemplazada por una extraña sensación de celebración contenida.

Mi familia, sin embargo, no compartía el entusiasmo general. Gaster tenía el ceño fruncido, su mirada recorriendo la sala con una intensidad preocupada. Lucida apretaba los labios, su habitual sonrisa suave completamente ausente. Incluso Papyrus parecía desconcertado, sus grandes ojos mirando de mí a nuestros padres con incertidumbre.

La miko anciana se acercó a mí, su rostro radiante. —Pequeño Sans-chan, este es un gran día para el Clan Code. Tu… afinidad natural es una bendición.

Una bendición. Otra palabra que no encajaba con mi comprensión de la situación. ¿Por qué mi género mágico percibido era una bendición para ellos?

Fue entonces cuando las piezas comenzaron a encajar, impulsadas por los fragmentos de recuerdos de mi vida como Ruth y las vagas nociones de las dinámicas sociales que había absorbido en mis breves años como Sans. El matriarcado. La inclinación del poder hacia las figuras femeninas. De repente, la extraña formalidad, el escrutinio dirigido principalmente a Gaster y Papyrus, la palpable sensación de que no encajábamos… todo tenía sentido bajo esta nueva luz.

Mi designación mágica como "femenina" me convertía, a sus ojos, en alguien más valioso dentro de su estructura social. Papyrus, con su inclinación masculina, quedaba relegado a un segundo plano en esta jerarquía. Y Gaster…

Gaster, al ser el padre de un heredero "femenino", quizás ganaba cierto prestigio, pero al mismo tiempo, su posición como varón en una sociedad matriarcal podría ser inherentemente menos influyente.

La incomodidad que había sentido hacia los comentarios de algunos miembros del clan, su desdén apenas velado hacia mi familia cuando Lucida no estaba presente… probablemente se debía a esta dinámica de poder. Su lealtad y respeto se dirigían principalmente a las líneas femeninas del clan.

Y la prueba de "carácter", la forma en que mi magia había reaccionado a la esfera cristalina… quizás había demostrado una afinidad mágica particularmente fuerte, algo que era aún más valorado al manifestarse en un individuo de género mágico femenino.

La repentina efusividad, la atmósfera de celebración… no era por mí como individuo, sino por lo que mi designación representaba para el futuro del Clan Code.

Un escalofrío recorrió mi pequeño cuerpo. Me sentí como una pieza en un juego complejo que apenas comenzaba a comprender. Mi propia identidad, mi fluidez de género, parecía irrelevante para ellos. Solo veían mi potencial dentro de su estructura social.

La reunión continuó, pero el ambiente había cambiado sutilmente. Mi abuela me dirigía ahora miradas más frecuentes, con una curiosidad casi posesiva. Los demás miembros del clan se acercaban a mí con sonrisas forzadas y preguntas superficiales. Sentí una creciente sensación de alienación, atrapado en medio de una dinámica familiar y social que no entendía completamente y en la que mi propia verdad parecía no tener cabida.

"Oh, miércoles", pensé de nuevo, la realización de la complejidad de mi situación golpeándome con la fuerza de un hueso arrojado. Esto no era solo conocer a la abuela. Esto era adentrarse en un mundo de tradiciones, expectativas y dinámicas de poder que podrían cambiar mi vida y la de mi familia para siempre. Y yo, un niño de cuatro años con recuerdos confusos y una identidad de género fluida, estaba en el centro de todo.


Estaba rogando internamente para que se cumpliera el tercer día, para que mi familia y yo pudiéramos largarnos de la finca. Anhelaba la familiaridad de nuestro hogar, el caos controlado de Papyrus, la calidez de la sonrisa de Lucida y la seguridad de los brazos de Gaster. Quería fingir que estos tres días jamás sucedieron, que la formalidad opresiva, las miradas escrutadoras y la extraña celebración de mi género mágico percibido eran solo una pesadilla. Pero una punzante sensación en mi alma me decía que no contaría con esa suerte.

La actitud de mi abuela había cambiado drásticamente. Ahora me dedicaba una atención casi exclusiva, preguntándome sobre mis gustos, mis habilidades mágicas incipientes y mis "inclinaciones". Sentía sus ojos penetrantes analizándome constantemente, como si intentara descifrar algún código oculto en mi joven ser. Los demás miembros del clan seguían su ejemplo, acercándose con una deferencia que se sentía tan forzada como sus sonrisas.

Mi familia navegaba por este nuevo panorama con una mezcla de cautela y resignación. Gaster se mantenía formal y educado, pero su habitual chispa y sus juegos de palabras habían desaparecido, reemplazados por una tensión palpable en sus hombros. Lucida, aunque siempre amable, parecía agotada, sus ojos mostrando una preocupación que no podía ocultar por completo. Incluso Papyrus, aunque seguía siendo su habitual yo entusiasta, notaba la diferencia en el ambiente y se quedaba más cerca de nosotros, su alegría ligeramente atenuada.

Durante las comidas, la conversación giraba en torno a las tradiciones del Clan Code, las expectativas para las nuevas generaciones y, cada vez más, sobre mi "potencial". Escuchaba cómo hablaban de linajes femeninos fuertes y de la importancia de las herederas, todo dirigido sutilmente hacia mí. Sentía la presión implícita, la sensación de que se esperaban cosas de mí que yo, en mi confusión infantil y mi identidad fluctuada, no estaba seguro de poder o querer cumplir.

Una tarde, mi abuela me llevó a dar un paseo por los elaborados jardines. Mientras caminábamos entre los serenos estanques y los árboles centenarios, me habló de la historia del clan, de sus poderosas hechiceras y de la línea de sangre femenina que había mantenido su poder durante siglos. Sus palabras, aunque aparentemente amables, tenían un trasfondo de expectativa, como si me estuviera preparando para un papel predefinido en su historia.

—Tú tienes una magia poderosa, Sans-chan —me dijo, su mirada fija en mis cuencas oculares—. Una afinidad natural que es rara y valiosa. Debes cultivarla, aprender a usarla para el bien de nuestro clan.

Asentí tímidamente, sin saber qué más responder. Mi mente infantil luchaba por procesar la magnitud de sus palabras y la sensación de que mi propio ser, mi propia identidad, era secundaria a mi potencial mágico y mi género percibido.

Los días parecían arrastrarse, cada hora cargada de formalidad y expectativas tácitas. Anhelaba el momento en que pudiéramos subirnos a otro de los portales de Gaster y dejar atrás esta atmósfera opresiva. Pero con cada interacción, con cada mirada cargada de significado, la sensación de que nuestra partida no sería tan sencilla se hacía más fuerte. Algo había cambiado en la dinámica familiar, en la forma en que el Clan Code nos percibía, y yo temía las implicaciones de ese cambio. El tercer día se sentía cada vez más lejano, y la posibilidad de fingir que todo esto nunca sucedió se desvanecía con cada suspiro contenido en esa elegante pero fría mansión.


Finalmente llegó el tercer día, el plazo acordado para nuestra educada retirada sin ofender ni faltar al respeto al protocolo del clan. No sin antes conocer a mis parientes más allegados. Al parecer, tenía tíos y primos, y sinceramente, no dejaron una buena primera impresión.

Mireya-obasan[15] y sus dos hijas, Brisa y Michelle, se podrían describir con tres palabras como: Materialista, Ambiciosa y Narcisista.

John-ojisan[16], ¿Cómo decirlo sin sonar grosero? Había una brecha en su mentalidad; no sabía si se hacía el tonto o realmente lo era, ya que actuaba como un hombre-niño, siempre haciendo bromas pesadas o comentarios fuera de lugar que solo causaban incomodidad. Su compañera, Lady Angela, era igual. Mis dos primos, Raúl y Louis, ambos estaban desinteresados y enfrascados en su conflicto fraternal como para dialogar. El mismo patrón preocupante que mis primas Brisa y Michelle.

En comparación, los primos segundos que conocí, que eran más cercanos a mi edad, fueron más agradables. Aunque muchos levantaron cejas de confusión y se mostraron extrañados ya que no le di importancia a su estatus y con qué género se identificaban, los traté de igual manera sin hacer diferencia, por lo que no supieron cómo reaccionar con respecto a mí sin regañarme o callarse intimidados, ya que estoy en la jerarquía "más alta" al ser de la línea principal.

En fin, antes de salir, Gloria-obaasan (que insistió en que Papyrus y yo la llamáramos así, y logró que le agradara, cómo se las arregló no lo sé, solo sé que su hermano es cool) habló con nuestros padres, y por sus reacciones, no fue una conversación sobre un tema fácil de tratar.

— Musume,[17] espero que no me decepciones y eduques adecuadamente a Papyrus-kun y a Sans-chan, comenzando por aprender los idiomas de nuestro linaje —haciendo una pausa, disminuyó su tono severo hacia su primogénita—. Lucida-chan, a pesar de no estar de acuerdo con la decisión que tomaste con tu compañero de mudarse fuera del distrito, cuídense. Y les enviaré los mejores instructores privados del clan para mis dos nietos.

Gaster sabiamente se quedó callado, sin intervenir sin el permiso explícito de Lucida o su suegra, conociendo de primera mano la intrincada dinámica y el constante juego de poder en el que su comunidad tendía a enfrascarse. Esa era, de hecho, una de las razones principales por las que él y Lucida habían tomado la decisión de mudarse primero al bullicioso capitolio y, finalmente, al relativamente tranquilo y aislado Snowdin. La perspectiva de criar a sus hijos lejos de las expectativas y las presiones del Clan Code era un alivio constante para ambos.


El viaje de regreso a Snowdin fue un suspiro colectivo de alivio. A medida que el portal se cerraba detrás de nosotros, dejando atrás la imponente mansión y la atmósfera cargada del Clan Code, la tensión en los hombros de Gaster pareció disminuir visiblemente. Lucida suspiró suavemente, y hasta Papyrus, aunque no comprendiera del todo la sutileza de las interacciones, pareció más relajado en el ambiente familiar de nuestro hogar.

Yo, acurrucado entre mis padres en el sofá de nuestra sala de estar, sentía el peso de las experiencias de los últimos días asentarse en mi pequeña mente. Los fragmentos de recuerdos de Ruth se mezclaban con las extrañas dinámicas del clan, la inesperada revelación de mi género mágico percibido y la intensa mirada de Gloria-obaasan. Era mucho para procesar para un niño de cuatro años.


El silencio de la casa era denso, solo roto por el suave crepitar del fuego en la chimenea y los ocasionales arrullos de Atlanta y Annaisha, quienes me vigilaban con una paciencia infinita. Papyrus estaba absorto en su nuevo mundo escolar y su peculiar amistad con Napstablook, cuyos familiares espirituales, Tomoe y Patch[18], compartían un vínculo canino que parecía haberlos unido.

En mi regazo, mientras acariciaba el liso y firme cascarón que había aparecido de la nada, una oleada de recuerdos fragmentados me asaltó. Destellos inconexos de una figura alta y huesuda con una sonrisa amable, un dúo de quetzales coreando al unisonó con ojos cálidos, la sensación de ser envuelto en un abrazo protector... Eran como piezas de un rompecabezas perdido, evocando una punzada de anhelo y confusión.

La conexión con el huevo era innegable, una fuerza magnética que me atraía y me reconfortaba al mismo tiempo. Pasaba horas absorto en su presencia, sintiendo una inexplicable familiaridad con su potencial interior. Atlanta y Annaisha parecían percibir también esta conexión, revoloteando a mi alrededor con suaves graznidos y ronroneos, como si protegieran un tesoro compartido.

De repente salgo de mi aturdimiento al escuchar el sonido familiar de la puerta de la entrada siendo desbloqueada, desviando mi atención de ¿Quién podría ser? Perdí acaso tanto la noción del tiempo.

Cuando se abrió la puerta era Papyrus regresando del colegio, acompañado con Annaisha y Tomoe que y una vez que entraron Papyrus cerro bien la puerta colocando el seguro. Con un semblante más despejado y animoso. Que lo primero que hizo es dejar su mochila en su respectivo área e inmediatamente dirigirse a mi corral para saludarme y cargándome para revisarme de pies a cabeza que todo este en su lugar. 

Arrullándolo con alegría, siendo uno de los sonidos que más alegra o anima a mi familia. Teniendo la esperada reacción, que su expresión se suavizo y su semblante se ablando soltado una serie de Nyeh…nyeh…nyeh. Solo para detenerse en seco al contemplar el huevo posicionado inocentemente en el nido improvisado que hice de cojines para protegerlo. Intercalando su miranda varias veces al huevo y en mi que solo le sonreía sin entender porque el estado de animo de Papyrus se alteró sin previo aviso, este me sostuvo firmemente, vibrando todo su cuerpo de una emoción apenas contenida, colocándome nuevamente en mi corral con todo el cuidado del mundo y una vez que vio que me quedaba quieto a petición suya.

Se echó a correr en el pasillo en que conecta la sala con la cocina donde se encuentra un modelo tosco y antiguo de un teléfono fijo1930's Style Wooden Wall Telephone with a Shelf Brass | Etsy[19]. Que cuidado Papyrus levanto el auricular acercándolo en la zona de su cráneo donde se encuentra su oído y comenzó a ingresar una serie de números en la marcación, observando cómo se animaba cuando respondieron la llamada. Sin alcanzar a escuchar en su totalidad de la conversación, ya que solamente alcance a escuchar el lado emisor de la conversación, es decir Papyrus, ya que cuando intente concentrarme escuchar el lado receptor, me provocaba una punzada de dolor en mis oídos por el constante zumbido de interferencia. Deteniéndome mis intentos de escuchar escondidas y nuevamente mi atención es atraída hacia el misterioso huevo o en Papyrus cuando este se acercaba para socializar o jugar conmigo.

 

Mas tarde, nuestros padres regresaron a casa, prestando levemente atención de su intercambio furioso de susurros “para nada sospechosos”, mascullando entre ellos, hasta que Gaster hizo un gesto de rendición. Sin estar interesado me encontraba más cautivada por la presencia del interior del huevo. Saliendo de mi ensoñación cuando llamaban mi atención con insistencia y en ese estado así estuve por varios días.   


Un día, mientras mis dedos trazaban las delicadas líneas del cascarón[20], una imagen más clara emergió en mi mente: una criatura majestuosa con plumaje blanco como la nieve y ojos penetrantes, surcando los cielos con gracia silenciosa. Luego, la misma criatura, ágil y astuta, moviéndose con sigilo entre la maleza, su pelaje rojizo o blanco contrastando con el entorno. Una sensación de reconocimiento profundo me invadió, como si esa criatura fuera una parte olvidada de mí mismo.

El huevo comenzó a vibrar suavemente bajo mi tacto, una pulsación rítmica que resonaba con mi propio corazón. Atlanta y Annaisha se acercaron, sus ojos fijos en el cascarón con una expectación palpable. El aire a mi alrededor se cargó de una energía sutil, un aura mágica que anunciaba un acontecimiento inminente.

Lentamente, una grieta fina apareció en la superficie del huevo, extendiéndose como una telaraña de luz. Mi respiración se aceleró, una mezcla de anticipación y nerviosismo recorriendo mi pequeño cuerpo. La grieta se hizo más grande, y finalmente, con un suave crujido, el cascarón se partió, revelando una pequeña criatura envuelta en una membrana brillante.

Con cuidado, ayudé a la criatura a liberarse. Era un polluelo, pero con rasgos inconfundibles de las visiones que había tenido. Sus ojos, aún nublados por el reciente nacimiento, se abrieron lentamente, revelando un brillo inteligente y curioso. Un pequeño ulular escapó de su pico.

En ese instante, una oleada de comprensión me inundó. La criatura, mi Dæmon, la manifestación de mi propia alma se había materializado. Era Sireus, quien elegiría las formas de un Búho Nival para surcar los cielos con sabiduría silenciosa, y un Zorro Rojo o Ártico para moverse por tierra con astucia y adaptabilidad.

Una conexión instantánea se estableció entre nosotros, un lazo invisible pero inquebrantable. Sentí sus emociones como si fueran mías, su curiosidad, su vulnerabilidad, su incipiente afecto. Sireus se acurrucó en mi regazo, su plumaje suave contra mis huesos, y un sentimiento de plenitud y pertenencia me invadió.

“Oh, Cuanto te he extrañado Sireus”— exclame en voz alta, suspirando con un aprecio anhelante, transmitiendo una maraña confusa de emociones que explotaron en mi alma. Finalmente lo he encontrado.  

Ya no estaba solo. Una parte esencial de mí, que había estado latente en las sombras de mi memoria fragmentada, había regresado, trayendo consigo una nueva comprensión de quién era y de dónde venía. Atlanta y Annaisha emitieron suaves sonidos de aprobación, como si celebraran el regreso de una parte perdida de su propia familia. La casa silenciosa ya no se sentía vacía; ahora resonaba con el suave ulular de Sireus y el latido compartido de nuestras almas entrelazadas.

Pater en ese momento decidió interrumpir sin previo aviso nuestro momento, que solo Gaster me sonrió en una clara señal de disculpa, cuando le gruñí enseñando mis caninos, soltando una serie de siseos de advertencia, ya acostumbrado de mis gestos en tratar de ser amenazantes o mi señales de advertencia como descontentó cuando me sentía incomodo (solo para ser arruinado por completo gracias a mi aspecto lindo e infantil, fallando en ser aterrador e intimidante, teniendo el efecto opuesto ya que les hacía adorable o arrullaban mis intentos en tratar ser amenazador) y encantado de las muestras de ira que demostraba. Una señal de mi “carácter” o lo que sea que este rondando en la mente de su padre.

Cruzando mi corral buscando un lugar para sentarse en uno de los tantos cojines desocupados, soltando un quejido cuando Atlanta le dio un picotazo en represalia por perturbar mi espacio como reprenderlo como es habitual cuando Gaster comienza intencionalmente hacerme enfurecer o pincharme, que la razón aparente es “para poner la prueba el temperamento de Sans” tonterías digo yo, con sus constantes pruebas espontaneas para su investigación.

Sosteniendo protectoramente al polluelo, esperando finalmente la razón del porque Gaster hizo acto de presencia, ya que todavía era temprano ni había llegado del colegio Papyrus para ser la hora de jugar con nosotros en su periodo de descanso. Gaster imperturbable solo enarco su ceja, plasmando una leve sonrisa, delatando su diversión interna.

"Sans,” comenzaría Gaster, acomodándose en el cojín para estar a su altura y hablando con suavidad, “alguna vez has sentido algo muy dentro de ti, ¿algo que es parte de ti pero que no puedes ver con tus ojos?"

Sans asiente lentamente, mirando con sospecha a su padre, a esto le suena el comienzo de una conferencia, quizás pensando en sus incipientes poderes mágicos o sus emociones a veces confusas.

"Bueno," continuaría Gaster con una sonrisa amable, "para nosotros los monstruos, esa parte especial de nuestro interior a veces se muestra al mundo. Toma una forma que puedes ver, escuchar y tocar. A eso lo llamamos Dæmon."

Gaster podría hacer un gesto hacia Atlanta, su águila real revoloteando cerca, o hacia Annaisha, el panda rojo de Lucida, acurrucándose en un rincón.

"¿Ves a Atlanta?" preguntaría Gaster. "Él es mi Dæmon. Es parte de mí, como tu corazón latiendo o tus pensamientos en tu cabeza, pero ella está afuera. Ella siente lo que yo siento, y yo siento lo que ella siente. Es como tener un amigo muy, muy especial que siempre está contigo y que es una parte de ti al mismo tiempo."

Luego señala al Dæmon, estando cerca de Sans en este momento.

"Y tú, pequeño," exclamo Gaster con una mirada cálida, "tienes a”— hace una breve pausa— “Sireus ¿verdad?”— Observando como Sans asiente con entusiasmo por haber acertado el nombre de su dæmon que alcanzo escuchar por pura suerte, aunque sus palabras le genero una serie de más preguntas. Dejando de lado para continuar con la explicación importante de los familiares, siendo su turno, ya que Lucida hizo lo mismo con Papyrus. Observando atentamente como el dæmon de Sans cambio de forma una sucesión rápida hasta detenerse en una pequeña lechuza nival o en un cachorro zorro. Haciendo un intento de sonar poético, tratando embellecer con la información preliminar que ha recolectado sobre el familiar de su hijo, para impresionarlo — "¿Ves cómo a veces es un joven búho que vuela alto y otras veces un cachorro zorro que corre por la nieve? Esa es su forma de mostrar diferentes partes de ti, de cómo te sientes o qué quieres hacer. Pero siempre, siempre es Sireus, tu dæmon, una parte de tu propia alma hecha visible."— esperando que no sonara demasiado cursi, tenía una reputación e imagen que mantener, siendo la razón que lo está haciendo esta conversación siendo los únicos testigos presentes los familiares y su pequeño hijo. Siendo todavía demasiado joven, todavía está aprendiendo hablar y probablemente el recuerdo con claridad cuando crezca.   

Gaster hace una pausa, permitiendo que Sans procesara la información.

"Es como si tuvieras un pequeño espíritu animal que te acompaña siempre," añade, buscando una analogía que un niño pequeño pudiera entender. "Es tu compañero, tu amigo más cercano, y una muestra de lo especial que eres por dentro. No todos los monstruos muestran su dæmon todo el tiempo, y algunos tardan en aparecer, pero todos tenemos esa chispa interior que podría tomar forma algún día."

Finalmente, Gaster sonríe y acaricia suavemente la cabeza de Sans. "Así que no te sorprendas si ves a otros monstruos con sus propios compañeros animales. Son solo sus dæmons, mostrando un poquito de la magia que llevan dentro, al igual que Sireus te muestra un poquito de la tuya."

Asegurándose que comprendiera los aspectos que más importan sobre los dæmon, lo que está permitido o mal visto, recalcando algunos puntos y matices en la cultura Monsterkind respecto los dæmon, como no tocar o acariciar el dæmon de otro monstruo sin su permiso expreso y consentimiento del propio Daimonion.   

Al responder todas las dudas de Sans, dio por finalizada la conversación, a tiempo cuando revisa la hora, ya que tenia una reunión prevista con sus majestades, dejando Atlanta a cargo de Sans y llevando Annaisha en sus brazos para llevarla con Papyrus para que lo vigilara como de costumbre cuando los deberes de Lucida y los suyos demandan su completa atención y tiempo.

En comparación del trabajo de Lucida, ser el Científico Real tiene periodos con más flexibilidad horaria, para llevar parte de su carga de trabajo a casa, sin embargo, no puede dejar por largos periodos sin supervisión a sus subordinados, ya que, si no interviene para hacer control de daños, pueden llegar cometer un desastre o un accidente catastrófico en el aspecto práctico. Aún más con la construcción del proyecto CORE, en esta etapa (estando a punto de llegar su finalización, después del colectivo esfuerzo constante de estos últimos años), un pequeño error y puede significar el fin de toda la población del Underground.

Suspirando con pesar, resignado en dejar constantemente solo a sus dos hijos, pero el deber llama, verificando que todo esté en su lugar el sistema de seguridad, asegurando que este activado solamente el modo no letal y que las entradas de la casa estén bien cerradas.

Dando una última mirada al corral donde se encuentra Sans jugando con sus bloques, guardando lo que necesite en mi inventario, me despido y como padre responsable rápidamente repaso cada vez las pocas reglas que debe seguir Sans como Papyrus, aunque estemos una de las zonas más seguras (con el más menor índice criminal del todo el reino, por una buena razón elegimos este pequeño pueblo y que solo los lugareños conocen la causa verdadera porque se ha mantenido así desde su fundación como tener cierta reputación, si no fuera por su viejo amigo de la infancia ni siquiera habría podido mudarse en este lugar y ser bienvenido por los lugareños) y tranquilas del Underground, por si acaso seguimos con lo misma reglas cuando residíamos en el capitolio.

Me teletransporto dejando en el camino Annaisha con su hijo mayor, en la hora de almuerzo del colegio comunitario, que solo resoplo cuando deje caer en sus brazos el dæmon de Lucida sin más contemplaciones, me despido de Papyrus y mi teletransporto a la entrada principal del LAB de Hotland.   


Los días siguientes volvieron a una relativa normalidad. Papyrus regresó a la escuela, entusiasmado con las historias de fantasmas de Napstablook y las travesuras caninas de Tomoe y Patch. Gaster y Lucida retomaron sus proyectos en el laboratorio, aunque noté una preocupación subyacente en sus conversaciones, especialmente cuando discutían en privado los "instructores privados" que Obaa-san había prometido enviar.


Glosario:

[1] El nombre del Dæmon de Gaster tomando la forma de un Águila Real (Aquila chrysaetos) adulta.

[2] El nombre del Dæmon de Lucida tomando la forma de un Panda Rojo (Ailurus fulgens) adulto.

[3] El nombre del Dæmon de Papyrus tomando la forma de un cachorro Lobo Ártico (Canis lupus arctos)

[4] Otou-sama – Una forma muy educada y honorífica de referirse al padre

[5] Onii-sama – Es una forma extremadamente respetuosa y formal, utilizada para expresar gran reverencia hacia el hermano mayor.

[6] Okaa-sama – Una forma muy educada y honorífica de referirse a la madre.

[7]La palabra más común para referirse a la abuela en japonés es sobo (祖母). También se puede decir obaasan (おばあさん) o obaachan (おばあちゃん) dependiendo de la región. Mientras que sobo se reserva para situaciones formales.

[8] Son artefactos mágicos que imitan la habilidad de teletransportación de los monstruos esqueletos, que tienen la capacidad de aprender esta habilidad, pero para aquellos que no lo adquirieron exitosamente. Crearon un tipo de artefacto mágico como un sustituto no tan eficiente como la habilidad natural, ya que tiene una cantidad limitada de coordenadas u ubicaciones que puede guardar y solo puedes seleccionar las ubicaciones registradas. Teniendo un coste en las reservas de mαnα del usuario que va aumentando cuanto mayor sea la distancia. Evidentemente por su alto coste solo las familias adineradas o clanes nobles pueden permitirse la compra y adquisición de tales artefactos. Inspirada en el concepto de los trasladores/Portkeys del mundo mágico de Harry Potter.

Dato adicional: Por su compleja elaboración y creación la cantidad de este tipo de artefactos están moderadas, guardadas celosamente por la sociedad o comunidad esqueleto y acaparada por buenas razones el secreto de su elaboración al ser considerado un antiguo arte que solamente los Artefice legan su conocimiento como habilidades de forjar o crear artefactos mágicos, siendo transmitidos de Mentor a Aprendiz así sucesivamente. Siendo una profesión que si no tiene el cuidado y la responsabilidad que conlleva, ya que hay una alta posibilidad de volverse mortalmente peligroso por el mal manejo general de alguien sin conocimientos previos y sin supervisión de un experimentado Maestro Artifice. Siendo una de las razones principales por lo que se fundaron varios Gremios Especializados que tienen el propósito en ser los moderadores e intermediarios entre vendedor y el comprador, trazando limites para asegurar la seguridad como privacidad de ambas partes.   

[9] -Sama (さま) es un sufijo que denota un nivel de respeto mucho más alto que -san. Se utiliza en situaciones donde se requiere mostrar un gran respeto, como al dirigirse a personas de alto rango, clientes importantes o Dioses. En este sentido, es comparable a "su excelencia" o "su majestad" en español.

[10] Magotachi (孫達) – Una forma muy educada y honorífica de referirse a los nietos

[11] El honorífico kun (くん o 君) se usa para tratar a personas del sexo masculino que tienen menos edad o rango, así como niños o adolescentes, hombres, también lo puedes ocupar con tus amigos, ya que este honorífico denota una relación de cercanía o que conoces a la persona desde hace ya un buen tiempo.

[12] El honorífico chan (ちゃん) es empleado para referirse a niñas o mujeres de cualquier edad. Aunque, también se puede utilizar para llamar a niños, amigos, animales o novios, pues hace referencia a una relación más afectuosa.

[13] Una imagen para describir el aspecto visual del pedestal y el artefacto de medición.

[14] Por un lado, se refiere a los agüeros o presagios que se interpretan como indicativos del éxito o fracaso futuro de un evento. Históricamente, se basaba en la observación de aves y fenómenos naturales.
Por otro lado, también implica protección y favor, manifestados a través del apoyo, patrocinio o protección brindados por personas u organizaciones. Los auspicios pueden ser cruciales para el éxito de proyectos, eventos o carreras individuales, ya que representan señales que presagian un resultado favorable o adverso en el futuro.

[15] Oba-san 叔母 – Tía (menor que la madre)

[16] Oji-san 叔父 – Tío (menor que el padre)

[17] Musume 娘 – La palabra común para referirse a la hija

[18] El nombre del Dæmon de Napstablook tomando la forma de un cachorro Dingo (Canis lupus dingo)

[19] Esta basado en la imagen del modelo de teléfono que usa Papyrus

[20] El proceso de Nacimiento de un Dæmon es que el monstruo cuando llega la etapa de transición de un bebe a un infante más consciente (Siendo a partir de 4 años de un monstruo o mago registrado de la aparición de su dæmon en su estado inmaduro o desarrollo antes de nacer) una señal que está preparado de recibir su dæmon, que se forma a su lado como un huevo en desarrollo (el tamaño es variado pero el estándar es aproximadamente el tamaño de los huevos de avestruz) que su periodo de eclosión del dæmon puede durar entre el intervalo de varios días hasta dos semanas para nacer para completar la formación del vínculo de su persona/cargo.

 

Notes:

Continuara...
*Música dramática de suspenso*

Pronto actualizare la versión en inglés de este capítulo.
Quieren que continue poniendo las imágenes para ayudar en visualizar al lector en ciertas partes o lo subo en una obra aparte. O definitivamente lo quito y lo esté en el servidor de discord para quienes están interesados.
Quiero saber su opinión, comenten en el apartado de los comentarios.

Chapter 5: El Incidente

Summary:

Un cuento nocturno toma un giro inesperado, llevando a un descubrimiento perturbador en el corazón del hogar de los esqueletos. Gaster y Lucida se enfrentan a una verdad oculta sobre Sans, una que exige medidas drásticas y un viaje hacia un conocimiento ancestral. La vida que conocían está a punto de cambiar para siempre. ¿Qué secreto tan profundo amenaza el equilibrio familiar y del reino?

Notes:

Sin más preámbulos disfruten el capítulo

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text


Sin embargo, en medio de este floreciente mundo de aprendizaje y exploración, una sombra acechaba, un recordatorio constante de la peculiaridad que residía en mi interior. El Gen-V[1], como Gaster lo había diagnosticado, era una fuerza latente, un exceso de magia que burbujeaba bajo la superficie de mi joven ser esquelético, esperando el momento para manifestarse de formas… inesperadas.

El primer incidente que recuerdo con claridad ocurrió durante en una de las narraciones nocturnas de Gaster. Papyrus y yo estábamos acurrucados en la alfombra de la sala de estar, nuestros pequeños cuerpos de hueso absortos en sus palabras. Esa noche, el cuento trataba sobre Santa Claus y su hogar mágico en el Polo Norte, protegido por una perpetua tormenta de nieve creada por un poderoso hechizo.


[Flashback - POV Sans]

Las imágenes que Gaster pintaba con sus palabras eran vívidas y maravillosas. Imaginaba la nieve blanca y brillante, girando sin cesar alrededor de la acogedora cabaña de Santa, un escudo mágico contra cualquier intruso. Estaba tan absorto en la historia, en la idea de una protección tan mágica y persistente, que no noté las primeras señales, las pequeñas vibraciones que recorrían mi cuerpo. Pensé que era mi propia excitación manifestándose físicamente.

Pero la vibración se intensificó, convirtiéndose en un hormigueo incómodo que se extendía por todos mis huesos. De repente, una punzada aguda de dolor me atravesó, como si miles de pequeñas agujas me pincharan desde dentro. En ese momento, mi mente infantil, todavía fascinada por la historia de Gaster, tuvo un pensamiento fugaz: sería maravilloso ver una nieve blanca y eterna aquí también, protegiendo a Papy y a Dada de cualquier dolor.

Lo siguiente que recuerdo es un dolor insoportable, un grito silencioso atrapado en mi inexistente garganta. Instintivamente, me encogí en una bola, intentando amortiguar la agonía que me consumía. Las voces de Papyrus y Gaster sonaban distantes, amortiguadas como si estuviera bajo el agua. Luego, la oscuridad me envolvió.

[Fin del Flashback - POV Sans]


[Flashback - POV Gaster]

Estaba inmerso en mi narración, disfrutando de la forma en que los ojos brillantes de mis pequeños seguían cada una de mis palabras. La historia de Santa Claus siempre había fascinado a Papyrus, y noté con una punzada de orgullo cómo incluso Sans, generalmente más inquieto, permanecía en silencio, su pequeña cabeza esquelética inclinada hacia mí.

De repente, un pequeño gemido de dolor rompió el silencio. Miré hacia abajo y vi a Sans encogiéndose sobre sí mismo, sus pequeños huesos temblando visiblemente. Al principio, pensé que había tropezado o que algo le había asustado, pero su cuerpo comenzó a vibrar de una manera antinatural, y su rostro se contrajo por el dolor.

El pánico me invadió. Nunca había visto nada parecido. Papyrus se acercó a su hermano menor, sus cuencas oculares llenas de una creciente preocupación. Las débiles luces azules que a veces danzaban alrededor de las manos de Sans se intensificaron, parpadeando erráticamente.

Antes de que pudiera reaccionar, Sans dejó escapar un grito ahogado y se desplomó sobre la alfombra. Su cuerpo temblaba violentamente, y una oleada de magia incontrolada emanaba de él, haciendo que los objetos cercanos vibraran.

"¡Sans!" Exclamé, acercándome a él con cautela. Papyrus estaba a mi lado, susurrando el nombre de su hermano con voz temblorosa.

Mientras lo levantaba con cuidado, sentí la oleada de energía mágica que lo recorría. Era potente y caótica, muy diferente de la suave resonancia mágica que normalmente emanaba de él. En ese momento, mi mente científica comenzó a trabajar frenéticamente, tratando de encontrar una explicación para esta repentina y aterradora manifestación.

Lo abracé con fuerza, intentando transmitirle tranquilidad, aunque por dentro estaba alarmado. Su cuerpo se sentía caliente al tacto, a pesar de su naturaleza esquelética. La magia a su alrededor fluctuaba, creando pequeñas corrientes de aire frío y caliente en la habitación.

De repente, todo cesó. El cuerpo de Sans se relajó en mis brazos, y su respiración se volvió superficial. Papyrus y yo lo miramos con ansiedad, sin saber qué había sucedido.

Cuando Sans finalmente abrió sus cuencas oculares, estaban llenas de confusión y agotamiento. No recordaba nada del episodio. Papyrus lo abrazó con fuerza, aliviado de que estuviera bien.

Yo, sin embargo, estaba profundamente preocupado. Este "incidente", como empecé a llamarlo mentalmente, era una clara señal de que la peculiaridad mágica de Sans era mucho más de lo que inicialmente había comprendido. Sabía que tenía que investigar más a fondo, encontrar una explicación y, lo más importante, encontrar una manera de ayudar a mi pequeño Nova a controlar esta fuerza inestable que residía en su interior.

En ese mismo instante, mientras Sans dormía plácidamente (mejor dicho estar inconsciente) en su hamaca[2] o mecedora con temática espacial, ubicado en su corral de babybones, acurrucado junto a un dormido Papyrus.

Suspirando Gaster saco de la nada un viejo tomo de la biblioteca familiar. Siendo contadas las veces que lo saco, anotando sus divagaciones o teorias para si mismo. Era un grimorio peculiar, lleno de notas y teorías sobre las variaciones mágicas inusuales que a veces afectaban a los monstruos esqueleto. En el centro de la portada, un fémur hueso brillaba con una iridiscencia sutil, cambiando de tonalidad según el ángulo de la luz.

Mientras hojeaba las páginas amarillentas, mi ceño fruncido se profundizo con creciente preocupación. Algunas de las descripciones de los casos más raros… se parecían inquietantemente a lo que había presenciado esa noche. La mención de una condición inusual conocida como Gen-V capturó mi atención. Las descripciones de fluctuaciones mágicas extremas, dolores repentinos y la posibilidad de emisiones de energía incontrolables resonaban con el aterrador evento que acababa de ocurrir.

La lectura me heló la sangre. Las implicaciones eran graves. Si Sans realmente padecía este raro trastorno, su vida y la seguridad de quienes lo rodeaban podrían estar en peligro. Sabía que tenía que hablar con Lucida, con nuestros amigos de confianza y, quizás lo más difícil, con sus majestades. Este no era un asunto que pudiera manejar solo. La seguridad de mi familia y de toda la comunidad Monsterkind dependía de ello.

[Fin del Flashback - POV Gaster]


[POV Sans]

Ay mi cabeza, caray ¿Qué mierda acaba de suceder? Lo último que recuerdo fue que Papá Gaster nos contaba un cuento de Santa Claus a Papyrus y a mí. Cuando explicaba el hogar de San Nicolás, cómo vive en el Polo Norte, y para esconder su hogar y la fábrica de juguetes, creó un hechizo que siempre nevara la tierra de Santa Claus para protegerlo de cualquier invasor con malas intenciones, usando la tormenta de nieve eterna para despistarlos y alejarlos de su hogar.

Estaba tan embelesado por la historia que no noté las sensaciones extrañas de mi cuerpo, pensando que era yo vibrando de emoción, hasta que sentí un intenso dolor. En ese momento pensé que sería encantador ver la nieve blanca como en el Polo Norte, eterna, que protegiera tanto a Papá como a mi hermano del dolor que yo estaba sintiendo.

Lo único que noté antes de perder la conciencia fue hacerme bolita para amortiguar mis gritos de dolor y la mirada de preocupación de Papá y Paps. No entendía lo que pasaba, sus voces se escuchaban como si estuviera bajo el agua, amortiguadas. En ese momento, todo se volvió negro…

Cuando desperté, noté que estaba siendo abrazado por Paps, dormido, como si en cualquier momento me fuera a volver polvo. Me dio temor ver en qué estado estaba Papá; observe que tenía una expresión de preocupación, sosteniendo un libro peculiar que se veía antiguo y en el centro había un fémur, un hueso que, dependiendo del ángulo de perspectiva, cambiaba las tonalidades de 8 colores de la magia. Al notar que estaba observándolo con un ceño de preocupación que se hacía más profundo, hasta que hice un ruido para llamar su atención. Fue entonces cuando notó que estaba despierto.

De repente, se teletransportó frente a mí, bombardeándome con muchas preguntas sin esperar una respuesta continua. Al ver que estaba a punto de tener un ataque de pánico en toda regla, invoqué un hueso, tambaleándome por el esfuerzo de mantener la forma, que se distorsionaba un poco en el radio, y le di un golpe suave en la cabeza, logrando por fin llamar su atención.

“Pater, ¡cálmate! Respira hondo usando tus pulmones inexistentes”—no pude evitar reír por el comentario. Me hizo caso y por unos minutos estuvo haciendo ejercicios de pulmones—. “¿Estás bien, Papá? ¿Qué sucedió?”

“Gracias, Sans, por calmarme, cuando debería estar calmándote a ti” —no pudo ver la ironía de esta situación en la que, siendo el padre, debería tranquilizar a sus hijos, y no al revés—. “Tienes el temple de tu madre” —comenta con nostalgia, como si no la hubiera visto en siglos, cuando en realidad lleva horas afuera calmando a personas angustiadas del pueblo como la zona por el repentino cambio de clima y avisando a sus majestades del repentino giro de los acontecimientos recientes.

Reflexionando de cómo explicarle a su esposa lo que descubrió sin que se enoje por lo que tendrá que hacer después de todo. Cuando hizo que su hijo mayor saltara varios grados al ver la mente brillante que tiene, al enterarse su hermosa esposa Lucida, se enojó tanto que me obligó a tener vacaciones, cerrando mi laboratorio personal por una semana.

No sería tan malo si no fuera por el pequeño detalle de que casi termino el núcleo, solo faltan unos ajustes por aquí y solucionar el problema del enfriamiento del núcleo. Sabes, estoy emocionado por poner en funcionamiento el Core, detenerme en estos momentos… solo falta poco para por fin obtener energía ilimitada y convertirla en electricidad, como lo que descubrió el humano Nikola Tesla por lo que he descubierto en algunos libros de diferentes genios e innovadores registrados en los archivos reales que se ha recolectado a lo largo de la historia, aunque todavía esta curioso de las breves menciones, sospechosamente la mayoría censurada de una raza que en los registros históricos los llamaron los precursores| Primera civilización| Isus.

Al menos (claro está) que tengas el nivel de autorización para acceder a la zona restringida de los archivos reales, que varias veces por curiosidad, una vez que ascendió el cargo de científico real[3], finalmente logro tener ingreso a la sección sobre la civilización precursor|Isus, solo para llevarse la sorpresa que cada documento y archivo esta codificado a la lenguaje de esta raza, haciendo difícil descifrar cada fragmento ya que hay un alto margen de error en la traducción al no tener nada con que basarse o comparar las “Galimatías[4]” del idioma de los precursores, complicando el proceso de extracción de información de cualquier tipo de esta civilización.

Por lo que fue un reto comprender lo suficiente del funcionamiento de su tecnología o al menos los planos que tenía su interés para averiguar que algo del vasto conocimiento preservado de esta civilización que intercambio con los monstruos de aquella época teniendo una especie de relación o tratado neutral de intercambio mutuo de diferentes tipos de conocimientos, estudios o descubrimientos: Los Isus compartirían sus conocimientos sobre la tecnología a cambio los monstruos compartieran algunos de los conocimientos que los Isus estaban interesados explorar como sus diferentes aplicaciones sobre la magia que manipular esta energía naturalmente los Monsterkind, a diferencia de ellos, siendo una de las razones de porque están más avanzados tecnológicamente en comparación de los monstruos que centraron priorizando sus avances al estudio como comprensión a la ciencia de la magia y alma a ser uno de los fundamentos de su raza.    

Gracias a sus descubrimientos e innovaciones, llevo su tiempo integrar todo como modificarse para que funcionen con la magia y, si comienza a funcionar el núcleo de electricidad, será un paso gigantesco para el avance tecnológico. Ya no tendremos que sufrir por la falta de potencia y recursos.

Todavía maravillado de cómo Tesla usó el campo electromagnetismo[5] como una fuente de energía autosustentable. Gracias a esta innovación, cada vez que las placas tectónicas chocan, puedo utilizar toda esa energía que puede llegar durar por unos meses, lo que ayuda acelerar el progreso de la construcción del CORE. Lo más encantador de utilizar esta energía es que disminuye la fuerza de contacto de las placas tectónicas, reduciendo los derrumbes, siendo casi inexistentes en el Underground, logrando disipar el miedo perpetuo de toda la población de ser reducidos a polvo en cualquier momento.

De todas formas, volviendo al tema, me dejó a cargo de los niños por varias semanas, mientras que ella se ocupa del caos que hay ahorita en toda la población gracias a su capacidad para enfrentarse con serenidad a situaciones difíciles o peligrosas. Fue una de las muchas cualidades que logró que cayera perdidamente enamorado, siendo una de las personas a las que no le va bien con las grandes multitudes; su amada lo maneja como una directora de orquesta encargada de conducir la música que interpreta a su propio ritmo, y los demás son la orquesta.

“Papá… ¡Papá! ¡PAPÁ!” —lo miro con impaciencia al ver la mirada perdida de ensoñación cada vez que piensa en mamá. Podría pasar horas pensando en el País de las Maravillas de lo magnífica que es mater. No me importaría si no fuera por este momento en el que estoy perdido, lo que causó que le diera un ataque de pánico y porque su hermano lo abraza como si en cualquier momento desapareciera y, lo último, lo más apremiante, es ese intenso dolor que tuve antes de perder la conciencia—. “Ahorita no es un buen momento para que te pierdas en lo magnífica que es mater, necesito respuestas urgentemente”.

“Cierto” —se aclara la garganta y se sonroja levemente por la reprimenda—. “Mi pequeña Nova” —se arrodilla a mi altura y me mira consternado por el descubrimiento—. “No puedo encontrar la forma de endulzarlo” —desconsolado—.” Tienes que saber la gravedad del calvario” —seriedad.

“…”—lo observo con incertidumbre—. “¿Es tan grave?” —pregunto suavemente.

“Sí, mi pequeña Nova”—con un tono solemne, antes de pensarlo mejor, decidiendo esperar a Lucida. Meditando como explicar lo que sucedió, que comprendan la gravedad las consecuencias, el gen–V, de sus síntomas. Cargando Sans brevemente al ver su expresión expectante, si funcionaba la maniobra evasiva, que no funciono la distracción suspirando, lo dejo en la hamaca e intenta mecerlo suavemente teniendo una esperanza que se duerma, que la expresión de su hijo menor se agudizo aún más por mi falta de respuesta. Haciendo caso omiso, declarando que cuando llegara su madre lo explicaría. 

En medio de su contemplación, distraído algunos fragmentos de sus divagaciones mentales lo dijo en voz alta, a pesar de que susurro para sí mismo en su fuente, por las expresiones de sus hijos confundidos y consternados comprendieron algunas partes, ay no. Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se percató de que se despertó Papyrus y, al prestar atención a la mirada horrorizada de sus hijos, se detuvo en reflexionar, con una punzada de pánico. Por un momento olvido en donde estaba, bien hecho Gaster, la has cagado y accidentalmente asustaste a tus hijos

“No se angustien” —trata de consolarnos y tranquilizarnos. Pensando en algo rápido que pueda salvar la situación—. “Aunque todavía no se ha encontrado una cura. Nuestros ancestros declararon un tratamiento y medidas para aquellos que padecieran el gen–V para que pudieran sobrellevarlo felizmente conviviendo con otros monstruos” —intenta animarnos sin darse cuenta de que describe detalladamente— “sin que tengamos que aislarlos a los que padecen, ya que representan un peligro para la población en general, pues son bombas andantes y en cualquier momento pueden…” —hace un gesto de explosiones—. “Lo más enloquecedor es que son impredecibles, dependiendo del individuo y su estado emocional, esa explosión fácilmente puede manifestarse en algo destructivo, como destruir su entorno convirtiéndolo en polvo, o crear algo inconcebible e inigualable, como el caso de Sans, que cambió el clima estacional del pueblo como la zona boscosa a uno invernal más permanente” —terminando con su explicación y dándose cuenta de que lo último que dijo no era apropiado para nuestra edad, al ver nuestra cara de angustia, se dirigió a la cocina a preparar chocolate caliente, decidiendo que esta era el área de especialización de su maravillosa esposa y mejor debería mejor esperarla antes que arruine más las cosas o peor aún, termine traumatizando a sus impresionables hijos.

Notó cómo Sans y Papyrus lo seguían, todavía se está asimilando la situación, ya teniendo varias ideas de cómo explicar el cambio de clima abrupto, usando como tapadera que el CORE lo provocó accidentalmente cuando lo encendió en las pruebas de mantenimiento, como modo de explicación, para evitar un pánico masivo, y que para futuros incidentes podemos afirmar que la magia de Sans se manifiesta en formas extrañas.

“Tengo el presentimiento de que el rey Asgore llamará a este lugar Snowdin, que he escuchado algunos nombres para cada estación de la zona boscosa. Cuando el rey Asgore quiere referirse cuando llega la zona boscosa la temporada de invierno o terminaremos con algo peor” — Intentó bromear, usando un tono de conspirador, haciendo un ademan con mis falanges para acercarme a sus hijos, susurrando como si estuviera compartiendo un gran secreto. Sonrió suavemente, logrando con éxito animarlos, al escuchar las risas de sus hijos, aumentando mi resolución de hacer lo que sea necesario para proteger a su familia. Si eso significa poner en prioridad la seguridad de su familia, egoístamente, antes que su deber como científico real y la población Monsterkind, lo hará.


[POV de Gaster y Lucida]

Al escuchar cómo se abría la puerta de entrada, supe que era ella. Mi hermosa esposa entró en la cocina y automáticamente puse una expresión de tonto enamorado al verla resplandecer como un ángel. Sentí cómo me quitaba ambas tazas de las manos, se las entregaba a los niños y los mandaba a la sala, explicándoles que los adultos necesitábamos hablar en privado. Ellos solo asintieron reacios. Conociéndolos, encontrarían una forma de escuchar escondidos, y por ese motivo, las conversaciones privadas se hablan en Wingdings. Serví dos tazas de café con anticipación en la barra del comedor y esperé a Lucida.

En ese momento, Lucida entró, agotada, y se desplomó en la silla. Sabiamente, le ofrecí la taza de café y, cuando la tomó, ambos pusimos una cara de seriedad.

“Por tu expresión, ya averiguaste qué sucedió” —observé cómo se desplomaba mi esposo y cómo apretó ligeramente la taza.

“Sí”—con pesar respondió con la cabeza gacha— “y no te va a gustar” —levantó la cabeza con una mirada consternada y comenzó a explicar todo con absoluto detalle: el gen–V, los síntomas, las consecuencias, el tratamiento y su plan de declarar que el núcleo lo causó.

“Ya veo” —solemnemente—. “No podemos decirle a nadie la verdad” —declaré firmemente.

“Podemos decirles a sus majestades, han demostrado ser confiables” —convenció a su compañera.

“¿Estás seguro?” —arqueé una ceja, sorprendida por su sugerencia, ya que, entre los dos, siempre es el más desconfiado y paranoico.

“Hemos conocido por un largo tiempo a sus majestades, gracias a nuestros deberes hemos convivido llegando al punto que somos prácticamente su familia, estamos tan familiarizados por todo lo que atravesamos, han demostrado que son dignos de nuestra confianza.” — declaro sencillamente

“Tienes razón, cariño. En este caso, a sus padrinos y a Gerson también les revelaremos la verdad” —aseguré con una sonrisa.

“Entiendo que Muffet y Grillby, siendo los padrinos de nuestros hijos, en caso de que nos ocurriera algo que no nos permitiera cuidarlos, ellos tendrían la custodia. Sin embargo, ¿por qué el capitán de la Guardia Real tiene que saber?” —miré con recelo la sonrisa de picardía de Lucida al escuchar mi pregunta; su sonrisa creció.

“Es porque también es un Sanador con mucha experiencia. Aunque ambos seamos muy buenos con la magia verde, eso no significa que seamos Sanadores verdaderos. Nuestros hijos necesitarán ir al médico regularmente para verificar continuamente su salud, no sabemos cómo esto los puede afectar.”— compartiendo algunas de sus preocupaciones

“Comprendo” —apaciguado por las preocupaciones y cavilaciones de su mente—. “Ten por seguro que con las habilidades de Lady Toriel y el Capitán Gerson, ya que son los mejores en su área, y con nuestra ayuda, podemos ayudar a Sans y Papyrus” —su mirada se suavizó y levantó el meñique de su mano derecha; observé cómo su esposa entrelazaba su meñique con el suyo y sonreí.

“Superaremos la adversidad juntos” —expresaron al unísono y la luz de sus cuencas oculares se iluminaron por unos segundos tornándose el color de sus atributos de alma, antes de regresar la luz blanquecina habitual.

“Vamos, tenemos que decirles a nuestros hijos las noticias y explicarles las medidas que vamos a tomar para asegurarnos de que no puedan lastimar a otros o a ellos mismos.”— con un profundo suspiro se levanto para dirigirse a la sala.

“Por supuesto, cariño” — siguiendo a Lucida se trasladaron a la sala.

En el fondo se escucharon pasos apresurados. Con exasperación cariñosa, volteó a mirar a su esposa y notó la diversión que emanaba; solamente negó con la cabeza, porque solamente los estaba alentando a que continuaran escuchando escondidos.

[Fin POV Gaster y Lucida]


Lo que Gaster desconocía es que, aunque su conversación fue privada para la mayoría, no contaba con que sus hijos aprendieran rápidamente Wingdings, pues, al escucharlo desde una edad tan temprana, ya que Gaster tendía a cavilar hablando en Wingdings sin que se diera cuenta, hasta que alguien lo mencionaba, comenzaba a hablar nuevamente la lengua común Monsterkind.

Mucho más tarde descubriría que sus hijos absorbían el conocimiento que aprendían a un ritmo muy rápido. Solo con Sans tenía el problema de que se distraía con facilidad; para mantener su atención, tenían que sacar datos interesantes sobre el tema que estaba aprendiendo en ese momento. Para asegurar que hubiera comprendido el tema y lo recordara, la rama de la magia de ilusiones fue de gran ayuda; sin ella, hubiera sido muy difícil que entendiera temas como historia, geografía, física, entre otros, unas de las asignaturas muy monótonas al explicarse, que la mayoría encuentra aburridas.

En el caso de Sans, cuando se encuentra aburrido, metafóricamente, tira la ventana: su timidez, reservación, autocontrol, autoconservación, y se convierte en un niño imprudente, extrovertido, en una criatura traviesa que va prosperando en el caos que provoca, todo causado por su aburrimiento. Por esa razón, para mantenerlo ocupado, por el bien de la salud mental de todos los involucrados, llegamos al acuerdo.

El acuerdo consistía en asignarle pequeñas tareas que requerían ingenio y un poco de… travesura controlada. Resolver acertijos complejos, descifrar códigos antiguos (que Gaster dejaba "accidentalmente" a su alcance), incluso pequeñas "misiones" para ayudar a otros monstruos en el pueblo, siempre bajo la supervisión discreta de Lucida o algún amigo de confianza. Estas actividades canalizaban su energía y curiosidad de forma productiva, evitando que cayera en el aburrimiento destructivo.


Al entrar en la sala, vimos a Sans y Papyrus sentados en el sofá, con expresiones que intentaban ser de inocencia, pero sus ojos brillantes los delataban. Sabían que habíamos estado hablando de ellos.

Todos se sentaron en la sala de estar, tomando tranquilamente sus bebidas hasta que rompieron el silencio para hablar sobre el futuro de su familia.

“Niños” —comenzó Lucida con una sonrisa suave, sentándose en el sillón frente a ellos—. “Necesitamos hablar con ustedes.”

Sans y Papyrus se miraron brevemente, luego volvieron sus ojos hacia nosotros, expectantes.

—Como saben —continuó Lucida, sentándose junto a Gaster—, últimamente han sucedido algunas cosas… inusuales. El cambio de clima repentino, por ejemplo.

Papyrus asintió con seriedad. —Sí, ¿Fue por el CORE?

Gaster asintió. —En parte. Hubo… un pequeño contratiempo durante una de las pruebas. Pero hay algo más que necesitamos explicarles. Algo sobre… ustedes.

Lucida tomó la palabra, su voz llena de cariño. —Ustedes son especiales, mis pequeños. Más especiales de lo que quizás imaginan. Han heredado algo de nosotros… algo que los hace únicos.

Intercambié una mirada con Lucida. Era el momento.

“En estos momentos, sobre el cambio de clima repentino, dimos como explicación que fue el CORE” —suspiró Gaster—“Cuando en realidad fue causado por Sans. Solo nosotros, sus padrinos y sus majestades sabrán la verdad” —miró con seriedad a sus hijos—. “Por seguridad, no deben decirle a nadie la verdad de todo este asunto.”

“También el incidente que sufrió Sans, por el momento, se mantendrá en secreto. No sabemos cómo se lo tomará la población; solo diremos que tiene un caso leve de descontrol de maná e hiperactividad, si alguien pregunta” —observó a sus hijos que estaban prestando atención a sus palabras—. “¿Estamos claros?”

“¡Sí, señora!” —ambos hermanos hicieron un saludo de firmes, simulando que eran soldados.

“Ya, muchachos” —rodó los ojos al ver las payasadas de sus hijos y tuvo una sonrisa tratando de no reír por lo divertido que se veían—. “Ahora, Papá les va a decir las medidas que tomaremos para evitar que lastimen a alguien” —escuchó las protestas de ambos— “O a ustedes mismos por accidente.”

“Ejem” —aclaró su voz y, al ver que ya tenía toda la atención—“Primeramente, Sans, tendrás clases de control de maná antes de lo esperado, ya que comúnmente inicia a los 7 años, que es la edad en la que está más desarrollada su magia. Por lo que se ha visto, aunque la magia de Sans todavía esté inmadura, podemos aprovechar que haga ejercicios de control. Tendrá que hacerlos continuamente, porque a medida que vaya creciendo, seguirá aumentando la cantidad de maná que está produciendo” —hizo una pausa e hizo algunos cálculos mentales—“Según mis cálculos, probablemente cuando Sans tenga 10 años, tendrá la magia de un monstruo adulto promedio. Eso significa que cuando alcance la mayoría de edad, superará a la mayoría de los monstruos jefe” —empezó a murmurar— “hasta superar a todos.”

“Cariño” —con exasperación al ver que Gaster se desvió del tema—“concéntrate, todavía no has terminado.”

“Cierto” —se sonrojó por la llamada de atención— “Eso significa que Sans tendrá que iniciar su educación por el momento en casa hasta que tenga un autocontrol aceptable. Podrá ingresar en la escuela media, y para cuando llegue el momento, al ver el progreso de Papyrus, es probable que para entonces ya haya concluido el curso.”— suavemente comento

“Todavía estoy un poco infeliz, Gaster, ya que gracias a que los niños estén saltando varios grados, les será muy difícil tener amigos de su edad, y espero que no sean crueles con mis dulces calaveritas”— hizo sonrojar y protestar a sus hijos por el apodo cariñoso de su madre, ya que son lo suficientemente mayores— “Queridos, si alguien los intimida o los molesta, de inmediato nos tienen que avisar a tu Padre o a mí” —con una mirada severa vio a Sans y Papyrus— “Ni traten de ocultarlo.”

“Sí, madre” —asintieron apresuradamente, y Papyrus no pudo evitar hacer un juego de palabras—. “Claro como el cristal” —escuchó el bufido de sus padres y la mirada de exasperación de su hermano pequeño por el juego de palabras.

“No te agüites, hermanito, o al-calcio lo dudas” —alzó las cejas y comenzó a hacer gestos divertidos para molestar a su hermano.

“Basta, Papyrus” —intentó mantener una cara seria, pero falló en el intento.

“Estás sonriendo” —vio que Sans comenzaba a hacer pucheros.

“Lo sé y lo odio” —les sacó la lengua, que era de color cian.

“Aww, sabes que te encantan los juegos de palabras y los chistes malos” —así continuó su conversación, molestando y confundiendo a su pequeño hermano exasperado.

Al mismo tiempo, tanto Gaster como Lucida solo los veían con una expresión cariñosa por sus payasadas. También se tranquilizaron al ver la interacción, que nada había cambiado. Temían que, por los sucesos recientes, Papyrus tendría miedo, ya que comprendía la gravedad de la situación de su hermano. Solo esperaban que fueran igual de comprensivos que Papyrus.

Cuando fue el momento de acostarnos, cada uno se llevó a uno de nuestros hijos. Lucida se llevó a Papyrus para leerle su cuento para dormir. Con sumo cuidado, cargué a Sans y me dirigí a su habitación. Al entrar, me encontré toda la habitación con una temática del espacio, a pedido de Sans. Lo acosté en su cama con forma de cohete, puse una música de fondo relajante y en poco tiempo se durmió.

Suspiré con tristeza cuando cerré la habitación, sabiendo que a medida que creciera, Sans progresivamente tendría problemas para dormir, hasta que se transformara en insomnio, causado por el exceso de maná que tendría su sistema. Noté cómo Lucida también salía de la habitación de Papyrus, cerrando su puerta, y lentamente, agotados, nos dirigimos a nuestra habitación. Mañana explicaremos sus hijos sobre el gen-V.

Ahora solo falta informar la noticia a nuestros amigos de confianza, a primeras horas de la mañana… Con pesar se acostaron y con esperanza esperaron que no reaccionaran exageradamente.

[Fin POV Sans]


[Al día siguiente]

Al entrar en la sala antes que amaneciera, encontramos a Papyrus animado sentado en el sofá, con una expresión de preocupación evidente en su rostro. En comparación de Sans, que está frotando constantemente sus cuencas oculares, tratando sin mucho éxito despabilarse, sentado en su corral todavía somnoliento, no siendo por naturaleza una persona madrugadora, por otro lado, Sans, aunque intentaba parecer despreocupado, no podía ocultar el brillo de curiosidad en sus cuencas oculares. Sabían que algo más estaba sucediendo.

Gaster regresó con cuatro tazas humeantes de chocolate caliente, el aroma dulce y reconfortante llenó la estancia, intentando aligerar la pesada atmósfera que se había creado. Nos entregó una taza a Papyrus y a mí, su rostro aún reflejaba preocupación, pero había un intento genuino de ofrecernos consuelo.

“Beban esto, les hará bien” —dijo con una voz suave, intentando sonar más animado—. “Su madre siempre decía que el chocolate caliente arregla casi cualquier cosa.”

Lucida se sentó junto a Papyrus y le rodeó los hombros con un brazo, ofreciéndole una sonrisa tranquilizadora. Yo me quedé de pie frente a ellos, sintiendo el peso de las noticias que estábamos a punto de compartir.

“Pequeños” —comencé, tratando de mantener mi voz lo más calmada posible— “su madre y yo necesitamos hablar con ustedes sobre algo importante”.

La mirada de Sans se agudizó, mientras que Papyrus se enderezó, prestando toda su atención.

“Se trata de lo que sucedió ayer, Sans” —continué, dirigiéndome a Sans—. El dolor que sentiste… tiene una explicación.

“Se llama Gen-V” —dije—. “Y a veces… puede causar algunas… reacciones inesperadas en su magia. Como lo que sucedió con Sans. Ese dolor que sentiste… fue una manifestación del Gen-V. Y el cambio de clima… fue una reacción a su preocupación, Sans. Su magia es muy poderosa, y el Gen-V la hace… impredecible.”

El silencio en la sala se hizo denso. Sans miraba sus manos, como si esperara que algo extraño comenzara a suceder. Papyrus nos observaba con una mezcla de sorpresa y preocupación.

“¿Eso significa…?” —comenzó Sans, su voz apenas un susurro.

“Significa que necesitamos aprender a entenderlo y a controlarlo” —interrumpió Lucida con suavidad—. “No es algo malo, mis amores. Solo es algo que requiere cuidado y atención.”

Lucida tomó mi mano, ofreciéndome apoyo silencioso. Tomé una respiración profunda y expliqué lo que habíamos descubierto: el Gen-V, su naturaleza impredecible y las posibles consecuencias. Hablé del grimorio de nuestros ancestros, del protocolo que habían establecido y de las medidas que tendríamos que tomar.

Gaster se inclinó hacia adelante. — “Sus ancestros también tuvieron este… don. Y desarrollaron formas de vivir con él de manera segura. Hay ejercicios, como los que empezamos hoy, y algunas… precauciones que debemos tomar para asegurarnos de que estén bien y de que nadie salga lastimado.”

“¿Precauciones?” —preguntó Papyrus, su voz un poco tensa y confundida.

“Sí” —respondió Gaster—. “Por ahora, evitaremos los lugares muy concurridos hasta que aprenda Sans a controlar mejor sus… fluctuaciones. Y siempre estarán bajo nuestra supervisión o la de alguien de confianza. Así que las horas de salida solitarias de Sans estarán suspendido por un tiempo indefinido.”

La decepción era evidente en el rostro de Papyrus como de Sans. Les encantaba interactuar con otros monstruos, mirar dæmons, contar sus chistes y presumir de sus incipientes habilidades culinarias.

Lucida se acercó a él y le tomó las manos. —“Lo sé, cariño. Y sé que no será fácil. Pero es por su seguridad y la de los demás. Una vez que aprendan a manejar su magia, podrán volver a hacer todo lo que les gusta.”

Se volvió hacia Sans. —“Y tú, mi pequeño bromista… necesitaremos encontrar formas seguras de canalizar esa energía tuya. Quizás más acertijos, más experimentos… pero siempre con cuidado.”

Sans asintió lentamente, su mirada aún un poco perdida.

“También habrá visitas regulares con la doctora Toriel y el capitán Gerson” —añadió Gaster—. “Ellos son expertos en sanación mágica y nos ayudarán a monitorear su salud y progreso.”

La mención de sus padrinos pareció tranquilizarlos un poco. Ambos sentían un gran cariño y respeto por Toriel y Gerson.

Mientras hablaba, vi cómo la confusión en el rostro de Papyrus se transformaba en preocupación, y cómo la curiosidad de Sans daba paso a una comprensión seria. No interrumpieron, escuchando atentamente cada palabra.

Cuando terminé, un silencio incómodo llenó la sala.

Papyrus tomó su taza con manos temblorosas, sus grandes ojos aún mostraban el impacto de la revelación.

Yo sostuve la mía, sintiendo el calor a través de la cerámica, pero mi mente aún procesaba la información. ¿Gen-V? ¿Peligros para la población? ¿Yo era un peligro?

Sans, que hasta ahora había permanecido en silencio, dio un sorbo a su chocolate caliente. Su mirada era pensativa, analizando la situación.

Papyrus fue el primero en hablar con un tono vacilante.

“¿Entonces… Sans está enfermo?” —preguntó, su voz cargada de preocupación.

“No es una enfermedad, Paps” —corrigió Sans suavemente, aunque su tono también denotaba seriedad—. “Es… una parte de mí. Algo que necesito aprender a controlar.”

“Así que… ¿es por eso que a veces me siento… diferente?” —preguntó, su voz apenas un susurro.

Gaster asintió lentamente. — “Sí, Sans. Lo sospechamos desde que eras muy pequeño. Los primeros síntomas fueron sutiles, pequeñas fluctuaciones de magia, cambios leves en el ambiente. Pensamos que podríamos controlarlo, entenderlo… pero parece que se está volviendo más… pronunciado.

La imagen de neblina o la nieve cayendo sin razón aparente en el laboratorio de Papá, cuando me sentía molesta e ignorado por Gaster, las extrañas vibraciones que sentía a veces… todo empezaba a encajar.

—¿Y el cambio de clima? —preguntó Papyrus, su voz un poco más firme ahora y curioso—. ¿La nieve en toda esta área?

Gaster suspiró, pasando una mano por su rostro huesudo. —Esa fue… una manifestación inesperada. Una reacción a tu angustia, Sans. Tu magia… es poderosa, mucho más de lo que creíamos. Y el Gen-V… lo amplifica, lo hace… aún más impredecible de hasta dónde puede llegar y abarcar tus limitaciones.

Sentí un vuelco en el estómago. ¿Yo había causado esto? ¿La nieve, el frío…? ¿Había puesto en peligro a todos?

“Pero… ¿hay algo que podamos hacer?” —pregunté, mi voz apenas audible.

Gaster nos miró a ambos, sus ojos llenos de una mezcla de consternación y determinación. —“Sí, la hay. Sus ancestros desarrollaron un protocolo o guía. Un conjunto de… directrices para quienes portan el Gen-V. No es una cura, pero ayuda a controlar las manifestaciones, a vivir de forma segura.”

Tomó el libro antiguo que había estado sosteniendo antes. La superficie polvorienta estaba adornada con intrincados grabados y en el centro, el fémur mágico seguía cambiando sutilmente de color.

“Este libro contiene ese conocimiento” —explicó—. “Lo hemos mantenido oculto, esperando que nunca tuviéramos que usarlo. Pero… ha llegado el momento.”

Abrió el libro con cuidado, sus dedos huesudos hojeando las páginas amarillentas. Los símbolos y diagramas llenaban las hojas, escritos en una lengua antigua que solo Gaster parecía entender completamente.

“Hay ejercicios, meditaciones, incluso… artefactos mágicos que pueden ayudar a estabilizar su magia” —continuó—. “No será fácil. Requerirá disciplina, paciencia… pero juntos, lo superaremos.”

Miré a Papyrus, que me devolvió una mirada de preocupación, pero también de resolución. A pesar del miedo, había un vínculo inquebrantable entre nosotros. Sabíamos que enfrentaríamos esto juntos.

Gaster levantó la vista del libro, su mirada se posó en mí. —“Sans, tu caso parece ser el más… activo. Necesitaremos entender tus desencadenantes, las emociones que intensifican las manifestaciones.”

Recordé el dolor intenso, mi preocupación por Papá y Papyrus, mi deseo de protegerlos. ¿Mis emociones eran la clave?

“Cuando… cuando sentí el dolor… y pensé en protegerlos… fue cuando…” —las palabras se atascaron en mi garganta.

Gaster asintió comprensivamente. —“El amor, el miedo, la ira… las emociones fuertes pueden ser catalizadores. Necesitamos aprender a reconocerlas, a gestionarlas antes de que se descontrolen.”

Un silencio pesado se instaló en la habitación, solo interrumpido por el suave sorber del chocolate caliente. La magnitud de la situación comenzaba a asentarse. Mi vida, nuestras vidas, habían cambiado para siempre.

Finalmente, Papyrus dejó su taza sobre la mesa. —“Entonces, ¿Qué hacemos ahora, mamá, papá?”

Gaster cerró el libro antiguo, su mirada firme. —“Ahora, aprendemos. Juntos.”

Lucida se levantó y se acercó a una estantería repleta de libros antiguos y frascos llenos de extraños ingredientes. Tomó un pequeño cofre de madera tallada con símbolos mágicos y lo colocó sobre la mesa. Al abrirlo, reveló una serie de objetos peculiares: cristales de diferentes colores, pequeñas runas grabadas en hueso, y un péndulo que brillaba con una luz tenue.

“Estos son algunos de los artefactos que mencionan los textos para guiar a los esqueletos en raya a comenzar a controlar su magia” —explicó con paciencia, tomando un cristal azul que palpitaba suavemente—. “Este, por ejemplo, se utiliza para ayudar a estabilizar las fluctuaciones mágicas. Sans, creo que este te será útil.”

Sans tomó el cristal con curiosidad, sintiendo un ligero hormigueo en sus dedos al contacto. Lo observó detenidamente, como si intentara comprender su funcionamiento interno.

“¿Cómo… cómo se usa?” —preguntó curioso.

“Debes mantenerlo cerca de ti, concentrar tu magia en él. Te ayudará a anclarla, a evitar que se disperse de forma errática” —respondió Lucida—. “Al principio será un poco incómodo, sentirás una ligera resistencia, pero con práctica se volverá natural.”

Luego Gaster tomó una pequeña runa de hueso grabada con un símbolo en espiral. —“También, esta runa te ayudará con el control. Llévala contigo, tócala cuando sientas que tu magia se vuelve inestable. Te recordará mantener la calma, a enfocar tu energía.”

Sans asintió solemnemente y tomó la runa, sujetándola con firmeza en su mano.

Finalmente, Lucida tomó el péndulo brillante. —“Sans” —dijo, su voz ahora más suave—. “Este péndulo es para ti. Es un detector de emociones mágicas. Te ayudará a identificar cuándo tus sentimientos se intensifican y cómo afectan tu magia. Obsérvalo con atención; su movimiento y su brillo cambiarán según tu estado emocional.”

Tomé el péndulo con cuidado. Era ligero, pero sentía una energía palpable emanando de él. Al concentrarme, noté cómo su luz parpadeaba ligeramente.

“Deberás llevarlos contigo siempre” —continuó Gaster—. “Te alertará de los cambios antes de que se manifiesten de forma… inesperada. Será tu guía inicial para entender tu propia magia.”

La idea de tener que depender de un artefacto para controlar mis propias emociones era un poco abrumadora, pero entendía su necesidad. Tenía que aprender a vivir con esto, a evitar poner en peligro a los demás.

“El libro también describe una serie de ejercicios mentales y meditaciones” —añadió Papá, volviendo a abrir el antiguo tomo—. “Empezaremos con lo básico. Aprenderán a sentir el flujo de su magia, a dirigirla conscientemente, a calmarla cuando se agite.”

Durante las siguientes horas, Gaster y Lucida nos guio a través de los primeros ejercicios.

Sans intentaba concentrar su magia en el cristal azul, frunciendo el ceño por el esfuerzo. luego practicaba respiraciones profundas mientras sostenía la runa de hueso, intentando mantener su magia estable. Simultáneamente observaba la reacción del péndulo, notando cómo su movimiento se aceleraba por su ansiedad o frustración y se ralentizaba cuando lograba calmarse un poco.

Fue un proceso lento y frustrante al principio. A veces, la magia de Sans parpadeaba erráticamente, el cristal emitía destellos repentinos. Luego, la energía se sentía tensa, como un resorte a punto de romperse. Y el péndulo en mi mano no dejaba de oscilar nerviosamente.

Gaster era sorprendentemente paciente, explicando cada paso con calma, corrigiendo nuestros errores con suavidad. Nos recordaba constantemente la importancia de la concentración y la perseverancia.

“Recuerden” —nos decía—“Esto es un aprendizaje. No esperen resultados inmediatos. Habrá días buenos y días malos. Lo importante es no rendirse.”

“Y lo haremos, juntos” —Lucida añadió rápidamente—. “Hay formas de manejarlo, de evitar que cause problemas. Por eso les explicamos todo esto. Necesitamos su ayuda y su comprensión.”

Lucida les habló entonces con su dulzura característica, reforzando nuestras palabras y asegurándoles que haríamos todo lo posible para que Sans estuviera bien. Les explicó la importancia de los ejercicios, de los artefactos mágicos y de la comunicación abierta sobre cómo se sentía Sans.

Papyrus se acercó a Sans y le puso una mano en el hombro. —“Lo que sea que necesites, hermano, te ayudaré. ¡El Gran Papyrus siempre estará a tu lado!”

Una pequeña sonrisa apareció en el rostro de Sans ante las palabras de su hermano. —“Gracias, Paps. Lo aprecio.”— Mientras Sireus (tomando la forma de un cachorro zorro) se sentó en mi regazo exigiendo caricias, yo complací mi Dæmon, que gradualmente la rigidez de mi cuerpo que inconscientemente me tensé incomodo cuanto más escuchaba sobre mi situación precaria, fue disminuyendo cuanto más tiempo acariciaba Sireus, pero había una incertidumbre que me comenzó carcomer, así que decidí expresarlo, observando atentamente las reacciones de su familia y sus dæmons para averiguar si algo ha cambiado ahora con esta relevación. Quiero asegurarme mi lugar en esta familia, para prepararme mentalmente para diferentes escenarios posibles, algunos no tan agradable que mi mente decidió conjurar. Mierda, a veces detesto ser tan pesimista y catastrófica.

(Chispas… no esperaba que se manifestara de esta forma la energía o esencia de mi alma se desbordara demasiado en este cuerpo, antes que se pudiera adaptarse el flujo de “mαgíα|mαnα”. Desperté demasiado pronto, esta corporación todavía no estaba lista para contenerme en su totalidad, ahora que lo pienso, con razón tengo mis recuerdos demasiados fragmentados y difuminados para darle algún sentido. Si no fuera por Sireus creo que me sentiría aún más perdida y desorientada de lo que ya estoy. Pero de algo estoy seguro, estoy buscando alguien preciado, sintiendo una punzada en su ser, que si se concentraba sentía una conexión latente de una presencia. Instintivamente sé que son la persona que debo encontrar ¿vigilar? ¿cuidar? ¿proteger?)       

 

Luego, Sans me miró directamente a los ojos. —“Papá, ¿esto significa que… que soy peligroso?”

 

La pregunta me atravesó el alma. Me arrodillé frente a él y tomé sus manos entre las mías.


“No, Sans. No eres peligroso. Eres nuestro hijo, y te amamos. Esto es solo una parte de ti que necesitamos entender y manejar. Con nuestra ayuda y tu esfuerzo, aprenderás a controlarlo. Nunca permitiré que te lastimes a ti mismo ni a los demás.”

“Y lo más importante” —dijo Lucida, mirándolos a ambos a los ojos— “Es que estamos juntos en esto. Los amamos más que a nada en este mundo, y haremos todo lo que esté a nuestro alcance para ayudarlos. Nunca estarán solos.”

Lucida se unió a nosotros, abrazándonos a su familia. —“Así es, cariño. Estamos juntos en esto. Como una familia.”

Les hablamos entonces de la importancia de mantener la calma, de evitar situaciones de estrés o emociones intensas que pudieran desencadenar manifestaciones inesperadas. Les explicamos que tendríamos que hacer algunos cambios en nuestra rutina, pero que siempre priorizaríamos su bienestar.

También les mencionamos que compartiríamos esta información con sus padrinos y con Gerson, enfatizando que eran personas de confianza que nos ayudarían a cuidarlos.

A medida que la conversación avanzaba, la tensión en la sala comenzaba a disiparse, reemplazada por una sensación de unidad y determinación. Sabíamos que no sería fácil, pero estábamos preparados para enfrentar este desafío juntos.

Sans finalmente levantó la vista, y una pequeña sonrisa asomó en su rostro. —“Está bien, Mamá. Papá. Lo entenderemos.”

Papyrus asintió con firmeza. —“¡El Gran Papyrus puede con cualquier cosa! ¡Incluso con un… Gen-V!”

Gaster sonrió, sintiendo un alivio inmenso. Sabía que no sería fácil, pero la valentía y el amor de sus hijos eran su mayor fortaleza.

“Así se habla, mis pequeños” —dijo, levantándose—. “Ahora, ¿Quién quiere un poco más de chocolate caliente?”

La tensión en la sala se relajó un poco ante la oferta. Sabían que el camino por delante estaría lleno de desafíos, pero también sabían que lo enfrentarían juntos, como una familia. Y eso, al final, era lo más importante.


Hasta que fue el momento en que se tenían que ir al ver la hora, se alistaron apresuradamente. Antes de partir hicieron una hoja de instrucciones para cada ejercicio en caso de que fuera necesario. Dejando a sus hijos bajo la supervisión de sus Dæmons, mientras iban la reunión con sus amigos para darles la noticia.

Les proporcionaron pequeños bocadillos ya preparados en el transcurso de la mañana, por si acaso, sin saber cuánto tiempo pueda llegar durar la reunión improvisada. Además de dejarle materiales de estudio a su hijo mayor para que se entretuviera. En cambio, a Sans le dejaron instrucciones claras para hacer un ejercicio de control de mαnα, para que comenzara a practicar y se mantuviera ocupado.

Sin saber que antes de que terminara la noche, Sans decidido tomó el cristal azul que le habían dado. Lo sostuvo en su mano, cerró sus cuencas oculares y se concentró. Por un momento, el cristal parpadeó, pero luego se estabilizó, emitiendo un brillo constante. Demostrando su pequeño progreso a su familia.

Una pequeña señal de esperanza en medio de la incertidumbre. Sabíamos que el camino sería largo, pero estábamos listos para recorrerlo como una familia.


[POV Gaster — Ubicación: Zona Waterfall – Habitación Secreta]

Me encuentro contemplando el caos que se gestiona a mi alrededor en la reunión, siendo el único sentado, intercalando con pesar entre mirar mi té de flores doradas o ver las reacciones de mis amigos preocupados. Solo siento cómo me consuela mi mejor amigo Grillby sobando mi espalda, al ser el primero en notar mi estrés cuando comienza a temblar mi mano que sostiene la taza de té.

“¡SILENCIO!” —de inmediato todos se tranquilizaron.

“Sabía que lo tenías en ti, mi flameante rival, jujuju” —se ríe impresionada Muffet, ya que era muy raro que el elemental alzara la voz, siendo muy conocido que es un gran oyente y que es poco frecuente que hablara.

“…” —solo alza la ceja, provocando que brillen sus lentes y observa cómo todos regresan a sus asientos.

“Ejem…” —mira con expectación a su audiencia—. “Como estaba diciendo sobre la condición de Sans, esperamos tener su apoyo y ayuda por las dificultades que inminentemente habrá en el futuro.”

Todos expresaron su aceptación, provocando que ambos padres se relajen apreciando el apoyo que tienen. Hablaron con más detalles de las medidas que se tomarán y les recordaron que tengan discreción sobre el tema, ya que no quieren provocar pánico a la población menos comprensiva. Más que nada, quieren que sus hijos tengan la oportunidad de tener una infancia despreocupada, sin tener que soportar las miradas y el temor de las personas, como sus ancestros tuvieron que sobrellevar.


[Fin POV Gaster — Ubicación: Zona Waterfall – Habitación Secreta]


La mañana transcurrió con una sensación agridulce. Por un lado, el alivio de contar con el apoyo incondicional de nuestros amigos era inmenso. Saber que Toriel, Gerson, Muffet y Grillby velarían por el bienestar de Sans y Papyrus nos permitía respirar con un poco más de tranquilidad. Sus palabras de aliento y sus ofrecimientos de ayuda genuina eran un bálsamo para nuestra preocupación.

Decidiendo continuar con su reunión en su hogar, con la ayuda de unos convenientes atajos llegaron sin demora a su destino. Su laboratorio personal que monto en el sótano de la cabaña. Mientras sus hijos estaban distraídos en la sala de estar, absortos en su actual ejercicio de control, creyendo que no se dieron cuenta de presencia de sus invitados.

Que debería nuevamente hacer las respectivas presentaciones para Sans los conozca bien, ya que solo reconoce vagamente su presencia, al observar sus reacciones, esperando que al ser lo suficiente mayor para mantenerse mayor tiempo despierto en el día, en comparación de cuando tenía tres años, espera que pueda recordarlos mejor ahora, ya que siempre que visitaban se encontraba todo el tiempo dormido y solo reaccionaba a sus firmas mágicas, cuando lo cargaban, al inicio se retorcía e inquietaba por la presencia desconocida, con el tiempo inconscientemente lo comenzó a familiarizarse con las constantes visitas e interacciones, aprendió reconocerlos por su firma mágica e impresiones de emociones o sentimientos que le transmitieron, como es habitual en la comunicación con los bebés e infantes de rayas.

Con Papyrus ya está familiarizado o conoce a todos, cuando lo acompaño al trabajo cuando era más joven. Además de ser algunos sus niñeras cuando sus dæmons se encontraban ocupados para que puedan cuidarlo.  

Por otro lado, la conciencia de la delicada situación de Sans y la necesidad de mantenerlo en secreto pesaba sobre nosotros. La idea de que nuestro hijo tuviera que vivir con esta carga, aunque invisible para la mayoría, nos dolía profundamente. Queríamos protegerlo del miedo y la incomprensión del mundo exterior, pero también anhelábamos que pudiera vivir una vida lo más normal posible.

Mientras Lucida se encargaba de preparar un desayuno abundante para todos, yo revisaba una vez más el antiguo libro de nuestros ancestros, buscando cualquier información adicional o técnica que pudiera ayudarnos a controlar el Gen-V de Sans. Los símbolos y las complejas explicaciones a veces resultaban crípticos, pero cada pequeño detalle que lograba descifrar me daba una renovada esperanza.

Toriel se acercó a mí con una taza de té caliente, su rostro amable reflejaba su preocupación.

“Gaster, debes descansar un poco. Sé que estás muy preocupado, pero no puedes agotarte. Los niños te necesitan fuerte.”

Acepté la taza con gratitud, sintiendo el calor reconfortante en mis manos huesudas. —“Lo sé, Toriel. Es solo que… quiero asegurarme de que Sans esté bien. Que tenga una vida feliz y segura.”

“Y la tendrá” —me aseguró con una sonrisa suave— “Con su amor y el nuestro, Sans aprenderá a manejar esto. Es un niño fuerte e inteligente.”

Gerson, con su habitual calma, se unió a nosotros. —“La paciencia es clave, Gaster. Este no es un camino corto, pero con cada paso que den juntos, se fortalecerán.”

Muffet, aunque generalmente más vivaz, tenía una expresión seria. —“Si alguien se atreve a lastimar a mis pequeños huesitos, se las verá conmigo” —advirtió con un brillo amenazante en sus múltiples ojos.

Grillby asintió en silencio, su presencia constante y leal era un apoyo tácito pero invaluable.

Después del desayuno, mientras los niños jugaban en el jardín trasero bajo la atenta mirada de Lucida, nos reunimos nuevamente para discutir los detalles prácticos de la situación. Toriel se ofreció a visitar a Sans regularmente para monitorear su magia y su salud general. Gerson compartió algunas técnicas de meditación y control mental que podrían ser útiles para Sans. Muffet habló de sus métodos de concentración a través del tejido mágico, y Grillby se ofreció a crear un espacio tranquilo en su local donde Sans pudiera relajarse cuando lo necesitara.

El apoyo de nuestros amigos era un escudo invisible que nos protegía del miedo y la incertidumbre. Saber que no estábamos solos en esto, que contábamos con personas que amaban a nuestros hijos tanto como nosotros, era un consuelo inmenso.

A medida que el sol comenzaba a ascender en el cielo, una sensación de determinación se instaló en el grupo. Sabíamos que el futuro presentaría desafíos, pero estábamos preparados para enfrentarlos juntos. Por el bien de Sans, por el bien de nuestra familia, haríamos lo que fuera necesario. Con un suspiro colectivo, nos levantamos, listos para enfrentar el día y el futuro, unidos por el amor y la esperanza.


[POV Sans]

A medida que avanzaba el día, la atmósfera en el laboratorio del sótano donde se encontraba los invitados de nuestros padres, aunque cuando me los presentaron no pude evitar llamarlos por las impresiones que me dejaron su magia cuando me envolvían cuando era más joven, sacando relucir mi lado e impulso infantil de ponerles apodos, culpa suya por esperar que logré pronunciar correctamente sus nombres, por sus reacciones les hizo gracia o expresaron su diversión.  

Papyrus después de terminar sus deberes escolares se unió a nosotros en el jardín, donde me encontraba practicando con la supervisión de alguno de los adultos, aunque no pude evitar mirar con sospecha al Cap (Capitán Gerson) que se burlaba suavemente o se reía por mis intentos fallidos, para luego corregirme, señalando con franqueza donde me tropezaba o equivocaba, que escuchaba a regañadientes sus observaciones, que de vez en cuando ponía a prueba mi temperamento y concentración al tratar distraerme.

Queen Tori (llámame Tía Tori mi niño) con King Fluffy (Asgore que se carcajeó al escuchar su apodo, sin sorprenderse ya que usualmente los niños pequeños lo llamaban así cuando decidía visitar la residencia de sus amigos o recorría vecindarios de las zonas principales del Underground, cariñosamente expreso que también lo llamara Tío Asgore o Fluffy), ambos monarcas observaban, solo negaban con la cabeza por las travesuras del Capitán, al entrar modo instructor (teniendo el presentimiento que normalmente es más severo en sus enseñanzas, sintiendo un escalofrió recorrer en todo mi cuerpo, teniendo un presagio sobre el tipo de instructor es Gerson) tratándome como una especie de recluta.

Hubo un momento que al prestar atención a la pareja que ayudaba a su madre servir la comida, noto que sus firmas mágicas son muy agradables como confortables, reconociendo de inmediato que eran una de las presencias con más frecuencia aparecían a la par de su familia. Aunque al inicio dudaba en hacer contacto, completamente fascinado por su aspecto, sintiéndome repentinamente tímida, hasta que su hermano sin previo aviso la arrastro a su dirección sin dudarlo, quedándome quieta como un ciervo en los faros, saliendo de mi aturdimiento cuando animadamente Papyrus me los presento como nuestros tíos o padrinos, mientras Grillby me daba una suave apretón de manos en señal de saludo, Muffet al notarme no se pudo contener, levantándome sin previo aviso, arrullándome y pellizcándome la mejilla.

Solo me quede mirando fijamente sin saber cuál par de ojos mirar, sonrojándome al escuchar sus halagos o describiendo lo adorable me vería con algunos de sus atuendos confeccionados de su tienda. Sintiéndome abrumada, que Papyrus amablemente le dijo que fuera más despacio ya que me estaba asustando, esta de inmediato me bajo con cuidado y se disculpó, calmando su emoción. Yo solo negué la cabeza le expresé suavemente que me advirtiera antes de cargarme. Estuve con ellos varios minutos escuchando a Muffet describir el fino arte de hilar, elaborar tejidos, crear hilo mágico con diferentes métodos y las diferentes aplicaciones que se puede usar. Asintiendo mostrando interés, Muffet se animó visiblemente aún más, antes que pudiera reanudar su conferencia, mientras continuaba practicando observe como sus dos tíos los llamaron por uno de sus padres.

Quedando nuevamente solo con Papyrus en el patio y jardín trasero. Paso un rato así los adultos continuamente se intercambiaban, hasta que progresivamente se fueron despidiendo en la tarde, para reanudar sus deberes como labores del día. Sus padres amablemente les ayudaron con el traslado, acortado considerablemente el trayecto de su destino, gracias a la habilidad de teletransportación característica de su especie.

Más tarde, nos avisaron que pueden llegar tardarse, ya que al parecer sucedió una emergencia del trabajo, mientras solucionaban el problema que surgió, continuara haciendo mis ejercicios de control.

La casa se volvía más tranquila como era habitual cuando sus padres están ocupados en sus deberes, estando en la sala Papyrus con Tomoe, Atlanta, Annaisha, Sireus y yo.  

Lentamente, comenzábamos a tener pequeños avances. Lograba mantener el cristal azul brillando de forma constante por períodos más largos. Papyrus curioso quiso intentarlo, descubriendo que parecía encontrar un ritmo en su respiración que calmaba su magia. Y al final, yo empezaba a notar las sutiles conexiones entre mis emociones y el movimiento del péndulo.

Al caer la noche, estábamos exhaustos mental y físicamente. Nuestros padres nos prepararon una cena sencilla y nutritiva, insistiendo en que necesitábamos mantenernos fuertes.

Antes de irnos a dormir, me reuní nuevamente en el laboratorio en el sótano de la cabaña. Mirando con curiosidad los alrededores mientras lo esperaba, hasta que Pater nos entregó un pequeño diario.

—Quiero que registren sus progresos, sus dificultades, cualquier cosa que noten sobre su magia y sus emociones —nos indicó—. Esto nos ayudará a entender mejor lo que está sucediendo y a adaptar los ejercicios según sea necesario.

Subimos a nuestras habitaciones en silencio, cada uno absorto en sus propios pensamientos. Sostuve el péndulo en mi mano antes de acostarme, observando su tenue brillo en la oscuridad. Sabía que el camino por delante sería largo y desafiante, pero no estábamos solos. Teníamos a Papá, a Mamá, y como hermanos nos teníamos el uno al otro. Y de alguna manera, en medio de la incertidumbre, había una pequeña chispa de esperanza. Aprenderíamos a vivir con esto. Lo superaríamos juntos.

[Fin POV Sans]


Los días se deslizaban en una rutina marcada por la adaptación y el aprendizaje. Sans se tomaba sus lecciones de control de mαnα con una seriedad sorprendente para su edad, aunque sus momentos de distracción traviesa seguían siendo una constante, recordándonos su naturaleza infantil. Sus avances eran lentos pero constantes, y cada pequeño logro era motivo de celebración. El cristal azul se había convertido en una extensión de su mano, y el péndulo, en un silencioso indicador de su mundo interior.

Papyrus, fiel a su naturaleza protectora, se había convertido en el guardián no oficial de Sans. Estaba siempre a su lado (cuando sus deberes se lo permitiesen), listo para ofrecer apoyo o simplemente para distraerlo con alguna de sus ocurrencias. Su optimismo contagioso a menudo lograba levantar el ánimo de Sans en los momentos de frustración.

Lucida y yo nos esforzábamos por mantener un ambiente de normalidad en el hogar, aunque la sombra del Gen-V siempre estaba presente en nuestras mentes. Las visitas regulares de Toriel eran un alivio, sus diagnósticos siempre tranquilizadores. Gerson compartía con Sans historias de paciencia y autocontrol, transmitiéndole su sabiduría ancestral de una manera que el niño podía entender. Muffet, fiel a su promesa, le enseñaba intrincados patrones de tejido mágico que requerían una concentración intensa, una habilidad que curiosamente parecía fascinarle a Sans. Incluso Grillby, a través de su estoica calma, creaba un remanso de paz cada vez que Sans lo visitaba.


En los días siguientes se centraron en establecer una nueva rutina. Sans llevaba consigo el cristal azul constantemente, aprendiendo a canalizar su magia en él. A veces se frustraba cuando sentía la resistencia, cuando su magia parecía querer desviarse sin control, pero con paciencia y la guía de Gaster o Lucida, lograba mantenerla estable por períodos cada vez más largos.

Papyrus se convirtió en el apoyo incondicional de Sans. Siempre estaba atento a su hermano, notando cualquier cambio en su estado de ánimo o en su comportamiento. Lo animaba durante los ejercicios, celebraba sus pequeños avances y lo consolaba en los momentos de frustración. Su presencia constante era un ancla para Sans, recordándole que no estaba solo en esto.

Yo trabajaba con Sans en el uso del péndulo. Al principio, era difícil para él conectar sus emociones con el movimiento del objeto. A veces, el péndulo oscilaba rápidamente sin que él sintiera una emoción particularmente fuerte, y otras veces permanecía casi inmóvil a pesar de su evidente ansiedad. Sin embargo, con práctica y mi ayuda para identificar y verbalizar sus sentimientos, Sans comenzó a notar las sutiles correspondencias. Aprendió que la agitación se manifestaba en movimientos rápidos y erráticos, mientras que la calma se reflejaba en un suave balanceo.

Lucida, con su naturaleza empática, era una fuente constante de consuelo y comprensión para ambos niños. Hablaba con Sans sobre sus sentimientos, ayudándolo a procesar el miedo y la confusión. Le recordaba constantemente que el Gen-V no definía quién era, que seguía siendo el mismo niño cariñoso e ingenioso que siempre había sido.

También nos pusimos en contacto con Toriel y Gerson para comprobar el cronograma de visitas de Sans coincidiera con su disponibilidad horaria de ambos. Como se había previsto con antelación en la reunión, ambos se mostraron comprensivos y dispuestos a ayudar, haciendo un espacio en su apretada agenda. Toriel[6], con su vasta experiencia en magia curativa, se ofreció a revisar a Sans regularmente, buscando cualquier indicio de efectos secundarios o complicaciones. Gerson, con su sabiduría y calma, nos brindó consejos prácticos sobre cómo manejar situaciones de estrés y cómo mantener un ambiente estable en el hogar.

Por otro lado, Muffet y Grillby al estar informados. Como padrinos, se tomaron la noticia con seriedad y nos aseguraron su apoyo incondicional. Muffet, aunque inicialmente inquieta, se ofreció hacer un espacio en taller en su local[7] para enseñarle a Sans técnicas de concentración a través de la elaboración de intrincadas telas de araña mágica, una actividad que requería paciencia y precisión. Grillby, con su naturaleza tranquila y observadora, se ofreció a crear un ambiente seguro y relajante en su local cada vez que Sans necesitara un respiro.

La comunidad del subsuelo, sin embargo, permanecía ajena a nuestra situación. Mantuvimos en secreto la verdadera causa del cambio climático, adhiriéndonos a la explicación del mal funcionamiento del CORE. Aunque había algunas preguntas y rumores persistentes, la mayoría aceptó la explicación oficial, evitando un pánico generalizado.

A medida que pasaban las semanas, notamos una mejoría gradual en Sans. Aprendió a reconocer las señales tempranas de una fluctuación mágica y a utilizar el cristal para estabilizarla. El péndulo se convirtió en una extensión de su conciencia emocional, alertándolo de los cambios antes de que se intensificaran demasiado. Hubo momentos difíciles, retrocesos ocasionales, pero en general, estábamos avanzando.

Una tarde, mientras Sans practicaba sus ejercicios de control mágico en el laboratorio, logró mantener el cristal brillando intensamente durante un período de tiempo considerable. Una sonrisa de orgullo iluminó su rostro huesudo.

—¡Lo hice, Papá! ¡Lo mantuve estable!

Lo abracé con fuerza, sintiendo un alivio inmenso. —Estoy muy orgulloso de ti, Sans. Estás aprendiendo muy rápido.

Papyrus se unió al abrazo, su alegría palpable. —¡Increíble, Sans! ¡El Gran Papyrus siempre supo que eras fuerte!

Lucida nos observaba con una sonrisa cálida. —Juntos podemos con cualquier cosa —dijo con convicción.

Sabíamos que este era solo el comienzo de un largo camino. El Gen-V siempre sería una parte de Sans, y tendríamos que estar siempre vigilantes. Pero en ese momento, rodeados del amor y el apoyo de nuestra familia, sentíamos una renovada esperanza. Aprenderíamos a vivir con esto, no como una carga, sino como una parte más de lo que nos hacía únicos. Y lo haríamos juntos, como siempre


Glosario:

[1] Trastorno inusual uno raro que solo los Monster-Skeleton sufren es conocido por el nombre Gen – V sucede cuando el esqueleto tiene más volumen de magia que el promedio, llegando hasta el punto de que afectaba la estatura por su alta concentración mágica haciendo los huesos más anchos y compactos. Pero raramente sucedía saltándose la mayoría de las generaciones.

[2] Red alargada, gruesa y poco tupida, por lo común de pita, lona u otro tejido resistente, la cual, asegurada por las extremidades en dos árboles u otros soportes, queda pendiente en el aire y sirve de cama y columpio, o bien se usa como medio de transporte conducida por dos personas.

[3] Un nivel Delta debajo de la autorización que se les otorga a los gobernantes del reino Monsterkind siendo el nivel Alfa, la máxima autoridad y siendo este nivel que se puede llegar alcanzar a través de sus méritos, sin superar a los monarcas y familia real (herederos o sucesores del trono) compartiendo el mismo nivel autorización quien tiene el cargo de Capitanía|Liderazgo de la Guardia Real y Director|Jefatura de los Sanadores.

[4] Es un término usado para describir un lenguaje complicado y casi sin sentido, embrollado, lenguaje oscuro por la impropiedad de la frase o por la confusión de las ideas. Puede tener texto cifrado. Se usa cuando alguien trata de expresarse de una forma complicada.

[5] La energía electromagnética es una forma de energía que surge de la interacción entre campos eléctricos y magnéticos, generando ondas que se propagan por el espacio. Estas ondas se encuentran en lo que se conoce como campo electromagnético

[6] Con la ayuda de Asgore, que en su breve ausencia mantendría el fuerte para darle la oportunidad de revisar regularmente a su sobrino honorario.   

[7] Boutique - Sastrería Tejedores & Telas Aracne

 

Notes:

Y llegamos al final.
Me llevo su tiempo para escribir este capítulo, tuve varias versiones, hasta que terminé combinándolas al final. En fin, espero que lo hayan disfrutado como yo con la historia. No esperaba que terminara tan largo el capítulo. Deje varias pistas que Sans dejo caer, lo mismo que Gaster, las menciones de los precursores va a tener sentido como vaya avanzado la historia. Hay que celebrar la creación de CORE está a punto de finalizar. Revolucionado todo el Undergrond wiii.
Me despido, antes que accidentalmente haga un spoiler a ustedes queridos Lectores.

¡Hasta la próxima actualización!

Chapter 6: ¿SOY UN QUE...?

Summary:

Un descubrimiento travieso se convierte rápidamente en una revelación sorprendente para Sans, desvelando un aspecto oculto de su propio ser. A medida que su familia lidia con las implicaciones de este profundo secreto, temores antiguos resurgen, insinuando un pasado envuelto tanto en poder como en prejuicio. ¿Qué significa ser verdaderamente diferente, y qué límites estará dispuesta a cruzar una familia para proteger a los suyos de un mundo que podría no entender?

Notes:

Su naturaleza hasta ahora le ha estado atrayendo más problemas y más angustia.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text


El alivio inicial por el control del Gen-V duró poco. Apenas unos días después de la gran revelación, un nuevo misterio se cernía sobre la familia esquelética, uno que comenzó con una travesura y terminó en un descubrimiento que sacudiría los cimientos de lo que creían saber sobre su linaje.


POV Sans

La vida en casa se había vuelto un poco más… instructiva. Entre ejercicios de control de maná y las "precauciones" de mis padres, Paps y yo siempre nos buscábamos nuestras propias diversiones. Una de ellas era el "Compendio de Dæmons y Formas", un libro gigante (desde mi perspectiva) que mis padres usaban para identificar y entender las necesidades de cada criatura mágica que podía manifestarse. Para mí, era un catálogo de posibilidades.

Paps estaba un poco tenso por todo el asunto del Gen-V, así que decidí animarlo. Un día, mientras hojeábamos el compendio, noté algo peculiar. Mis manos, de repente, no eran solo de hueso; unos pequeños y afilados colmillos brotaron de mi mandíbula. Luego, mis orejas se alargaron, y mi visión se agudizó. Paps me miró con los ojos como platos, y yo, naturalmente, no pude evitar divertirme un poco.

"¡Paps, mira esto!" Le dije, moviendo mis nuevas orejas. "¿Qué animal crees que soy ahora? ¿Un zorro, tal vez? ¿O un gato con esta mirada afilada?"

Papyrus, lejos de asustarse, se emocionó. "¡Sans, te están saliendo garras! ¡Y esos colmillos! ¡Intenta transformarte en un lobo! ¡O un oso! ¡Mira en el libro qué otras cosas podemos hacer!"

Así, entre risas y asombro, Papyrus y yo nos enfrascamos en un juego improvisado. Él me instigaba a probar diferentes animales, y yo, con cada intento, sentía una conexión más profunda con algo salvaje y primario dentro de mí. Mis padres, Gaster y Lucida, tardaron en reaccionar. Primero fue la negación, luego la sorpresa, y finalmente, un proceso acelerado por las cinco fases del duelo al darse cuenta de lo que esto implicaba. Yo solo me preguntaba por qué tanto alboroto. Para mí, era divertido; solo estaba cambiando.

Fin POV Sans


POV Gaster

Mi corazón dio un vuelco al ver lo que Sans estaba haciendo. Esas no eran solo "fluctuaciones mágicas". Esas garras, esos colmillos, esas orejas No había duda. Sans era un Cambiante.

Lucida y yo nos miramos con una mezcla de horror y fascinación. La negación fue la primera reacción. "No, no puede ser. Es solo una manifestación del Gen-V, algo atípico, sí, pero no… no eso." Pero la evidencia estaba ahí, clara como el agua. Papyrus, ajeno al pánico que nos invadía, reía con su hermano, instigándolo a "cambiar más rápido".

Pasamos por las cinco fases del duelo en cuestión de minutos. La negación ("¡No es un Cambiante!"), la ira (¿Por qué nosotros? ¿Por qué ahora, con el Gen-V?), la negociación (Quizás si lo entrenamos, solo se transformará un poco, solo en casa…), la depresión (Su vida será tan difícil…), y finalmente, la aceptación. Mi hijo era un cambiante. Y con ese descubrimiento, una ola de miedo real me invadió.

Los cambiantes. Su reputación en el Underground estaba lejos de ser buena. En la actualidad, si aún existen, se ocultan, y con muy buenas razones. La mayoría de la sociedad Monsterkind, especialmente aquellos que vivieron o lucharon en la Gran Guerra, los veían con una mezcla de prejuicio, miedo y los más supersticiosos son una señal de presagio.

Durante la guerra, existió un pequeño escuadrón especial de Cambiantes. Eran imparables e impecables como aterradores en la batalla. Recuerdo los relatos de primera mano: cómo un solo Cambiante era capaz de arrasar batallones humanos, encarnando la frase "el ejército de un solo hombre". Por orden del Rey Asha, se les dio rienda suelta para aniquilar al enemigo con extremo prejuicio. Los que presenciaron esas masacres, o peor aún, sobrevivieron, vieron a los Cambiantes enfrentarse directamente a soldados y magos humanos y salir victoriosos.

Para los monstruos, por nuestra propia naturaleza, tales actos considerando el alma una de los aspectos más sagrados y preciados. Hasta algunos contemplan su ser o cuerpo como un especie de templo, por lo que, el acto de quitar una vida no es sencillo y tomarse a la ligera. Muchos preferirían convertirse en polvo antes que cometer semejante acto, incluso en defensa propia, y las repercusiones en el alma son irrevocables, especialmente si el NV (Nivel de Violencia) es alto.

Aquel escuadrón de Cambiantes no mostraba tal reticencia. Su naturaleza salvaje, sin el entrenamiento o los cuidados adecuados, se volvía un peligro inmenso, no solo para los demás, sino también para ellos mismos. La diversidad de sus habilidades y sus rasgos salvajes e intimidantes solo empeoraban el temor.

Esa temible reputación, la de ser máquinas de guerra, se grabó a fuego en la memoria colectiva. El resultado: si se descubría que eras un Cambiante en la actualidad, eras víctima de estigma y marginación. Debíamos proteger a Sans de eso a toda costa.

El descubrimiento de que Sans era un Cambiante me envió directo a la sección más restringida de los Archivos Reales. Necesitaba entender la naturaleza de esta habilidad, las implicaciones para su seguridad y, francamente, cómo manejarla. Busqué cada fragmento de información, y en las profundidades de esos tomos polvorientos, tropecé con algo que me heló la sangre.

Un viejo expediente, meticulosamente detallado por mi predecesor, el anterior Científico Real. No pude evitar sentir una profunda repulsión al leer los actos despreciables que había cometido: condicionando y experimentando con cambiantes en un proyecto para crear supersoldados para el Rey Asha. Las páginas describían con gran precisión cómo se había usado la propia naturaleza de los Cambiantes en su contra, buscando tener un control absoluto sobre ellos.

Al terminar de leerlo, supe que tendría pesadillas en el futuro cercano, pero también que este expediente era crucial. Explicaba los descubrimientos sobre la naturaleza de los cambiaformas, y cómo se habían manipulado para convertirlos en armas. Decidí ocultar el archivo y su información, poniendo varias restricciones para dificultar aún más su acceso. Tuve por un breve momento la tentación de borrar cualquier rastro de su existencia, hasta que recapacité: por muy desagradable que fuera su contenido, seguía siendo conocimiento. Suspirando, lo imbuí con una ilusión avanzada por si acaso.

Lucida y yo reiteramos la importancia de no atraer la atención de gente desagradable. Aunque pequeñas minorías aún conservan el resentimiento o el terror hacia los humanos, no se comparan con las minorías de monstruos mayores, en su mayoría del Periodo del Reinado del Rey Asha, que mantienen prejuicios hacia los cambiaformas. Han estado intentando esparcir su odioso prejuicio a las nuevas generaciones, hasta ahora sin éxito, al ser en su mayoría civiles, soldados retirados sin poder político que los respalde.

Sin embargo, no puedo decir lo mismo de los nobles. Han estado circulando rumores de su interés en el poder que podría brindar un cambiaformas adiestrado, como en la época del Rey Asha.

En aquel entonces, los escuadrones de cambiaformas eran referidos como el "hombre del saco" tanto por los soldados humanos como por la Guardia Real. Eran comparados con máquinas de matar en el campo de batalla, ya que sus enfrentamientos siempre terminaban en una masacre de proporciones inimaginables. Antes de la caída del Rey Asha, se confirmaron cerca de un millón de bajas humanas causadas por solo 24 miembros cambiaformas distribuidos en los escuadrones de primera línea, conocidos como el escuadrón especial H.U.N.T.E.R[1]. Lo más aterrador hasta la fecha es que ninguno de ellos, sin excepción, absorbió una sola alma humana.

Lo que no se cuenta, para evitar que se hiciera conocimiento público, es que fue una mancha en la historia de Monsterkind causada por el reinado de un solo Rey que cometió actos tan despreciables que fue el primer Rey ejecutado por el Juez a pedido de su propio pueblo, que se rebeló y siguió la resistencia liderada por su heredero, el Príncipe Asgore.

En los archivos, el científico real relató con curiosidad y frustración que, a pesar de su altísimo nivel de LOVE, los 24 sujetos nunca tomaron la vida de civiles ni de niños sin importar la raza y especie que pertenecieran. A pesar de todos sus intentos por dirigirlos contra inocentes, rehusándose a obedecer este tipo de órdenes, ellos hacían todo lo contrario: los sacaban del peligro en medio de la batalla y los protegían. Su naturaleza e instinto de manada los impulsaba a centrarse en su papel de ser proveedores, cuidadores y protectores de los más vulnerables cuando la manada estaba en peligro.

En el transcurso de la guerra, el Rey Asha comenzó a gustar de la violencia, transformándose lentamente en un Rey Bélico. Si no hubiera sido ejecutado por el 1° Juez en la Sala del Juicio, al ver que el reinado de Asha se convertía poco a poco en una tiranía…

Ya sabes, el resto es historia. Una vez que el Rey Asha cayó y el Rey Asgore y la Reina Toriel fueron coronados, aprovecharon la oportunidad que el oráculo les brindó para terminar el conflicto de la forma más pacífica posible.

Iniciaron la evacuación inmediata hacia el Monte Ebott. A los 24 cambiaformas liberados de sus celdas de contención como de sus deplorables condiciones de vivienda, aún a pesar de todo lo que tuvieron que pasar, querían seguir ayudando en la guerra o proteger al pueblo, los monarcas decidieron que los que quisieran continuar con su servicio a la nación Monsterkind. Se les encomendó la misión de escoltar y proteger a todos los refugiados del ejército humano, y de los humanos en general.

Usaron la temible reputación del H.U.N.T.E.R para hacer que los humanos retrocedieran a toda prisa, rodeando toda el área del territorio de Ebott y causar caos en las filas de los ejércitos en sus campamentos y cuarteles conocidos por el equipo de inteligencia e infiltración del reino. Esto retrasaría a los humanos y les daría tiempo a todos los monstruos para llegar a Ebott. Una vez que Monsterkind fueron sellados o atrapados por la gran barrera en el Mtt. Ebott, se perdió total rastro de los HUNTER, aprovechando sus habilidades como el caos esperado de un pueblo confundido, conmocionado como en pánico por los recientes acontecimientos, para tener la oportunidad de forjar un nuevo comienzo.

Sin saber sus verdaderas identidades los jóvenes reyes desistieron en ordenar una búsqueda sin sentido en gastar recursos limitados en ese momento para la construcción de diversos asentamientos habitables para los monstruos del Underground.  

Quedando como un misterio más de la historia sobre lo que sucedió con los 24 cambiantes, en el transcurso del tiempo nunca se descubrió pistas de su paradero, siendo evidente al tratar con los mejores maestros del disfraz o los daban por muertos.  Finalmente se terminaron convirtiéndose en una leyenda urbana.  

Fin POV Gaster


POV Sans

Así que soy un Cambiante. Eso es lo que mis padres llaman a esto. Cuando no estoy ocultando mi estado y finjo ser el típico Boss Monster con todos con los que interactúo, me dejo llevar. Hay contadas excepciones que tienen conocimiento íntimo de mi persona. Por comodidad, en la privacidad de mi nido hogar, cuando tengo la oportunidad de relajarme, mi forma predeterminada es la de un esqueleto con atributos adicionales de algún animal. En su mayoría, son las alas de águila o quetzal en mi espalda, orejas y cola de zorro, y ojos de algún felino|canino|ave.

Descubriendo más sobre la habilidad de metamorfosis característica de los cambiaformas. Averiguando de que puedo hacer las combinaciones que desee a voluntad, o dependiendo de la circunstancia en la que me encuentre y necesite algún atributo como mecanismo de supervivencia. También puedo transformarme por completo en un animal. El único inconveniente es que, cuando estoy transformado por completo, soy más susceptible a los instintos que conlleva cada especie animal. Si estoy en una situación estresante, y dependiendo de su gravedad, mi racionalidad se puede ver comprometida. A diferencia de cuando estoy en estado híbrido, tengo más autocontrol de estos instintos, teniendo un filtro que fusiona ambas partes de mi ser armoniosamente. Pero, de ser necesario, un lado puede ser más influyente que el otro: mi mente consciente/racionalidad y mi lado instintivo indomable/supervivencia innata salvaje.

Sin embargo, la mayor parte del tiempo estoy en sintonía con ellos sin importar la forma en que me encuentre. Mi lado más salvaje suele estar cómodamente en segundo plano en mi mente, notando con discreción su influencia para mejorar todos los sentidos del cuerpo y la intuición al interactuar con alguien.

Si alguien no pasa por el control de verificación de vibraciones e intenciones, la única señal física notoria es un ligero escalofrío recorriendo en mi cuerpo acompañado con los pelos erizados (conocido usualmente como "la piel de gallina"), en caso de que tenga una forma con vellos, plumaje o peludo, como si fuera un gato cuando se erizan cuando se asustan o para tener una apariencia amenazante e intimidante. Solo da un paso al frente, tomando el control e influenciando mis facultades mentales, si mi vida se encuentra en peligro inmediato o si tengo un estallido emocional espontáneo a causa de un shock/respuesta traumática.

Mis padres, aunque preocupados, saben que no hay vuelta atrás. Tienen que ayudarme a controlar esto, tal como lo harán con el Gen-V. Supongo que mi vida será un poco más complicada de lo que ya parecía.

La vida en casa se volvió un torbellino de nuevas "lecciones". Además de las sesiones de control del Gen-V, mis padres implementaron un riguroso horario de control de impulsos como Cambiante. Era un proceso de prueba y error, donde descubrimos las peculiares necesidades que requerían mis nuevas formas. A veces, eso significaba que tenía que aprender a manejar el instinto de cazar mariposas en el jardín como si fuera una presa vital, especialmente controlar la tentación e impulso de morder como respuesta universal, o a reprimir el impulso de marcar mi territorio en cada rincón de la casa. Era agotador, pero Paps lo hacía divertido, siempre animándome a ver qué nueva habilidad descubriría o qué forma animal sería la siguiente.

Mis padres me explicaron todo esto con una seriedad que rara vez veía. Me dijeron que si nuevamente se gestara un conflicto, ya sea por los humanos o los monstruos, seríamos los primeros objetivos si se hacía público el conocimiento de la identidad de cada cambiaformas. Si descubre que es posiblemente hereditaria esta clase de habilidad por completo, sería cazado como un animal. Por esa razón, por nuestra seguridad, es vital mantener en secreto mi habilidad al público en general y solo compartirla con personas de confianza, mi manada.

Los cambiaformas, por naturaleza, somos criaturas sociales y animales de carga. Mis padres me advirtieron sobre las consecuencias del aislamiento solitario de un cambiante, ya sea por voluntad propia o no. Es un suicidio en todos los aspectos importantes, una pérdida de toda la manada que forma un cambiante tiene graves repercusiones inimaginables y fatales.  

Un detalle curioso, al compartir un pariente consanguíneo Shifter, cuanto más cercana es la relación, más probabilidades hay de que tu descendencia pueda heredar la habilidad.

Mis padres también me explicaron que los familiares/dæmons solo entienden el discurso de sus socios, pero hay excepciones. La primera es aprender su lenguaje único a la antigua, compartiendo el parentesco animal del familiar, por las subespecies de Monsterkind que son en su mayoría animales o criaturas con conexión al reino animal.

La otra, la menos conocida, es que al ser un Shifter, descubrí que tengo la capacidad, además de las formas, de hablar el lenguaje del reino animal fluidamente una vez que tomo la forma de un animal cuyo dialecto quiero hablar. Aunque abandone la forma volviendo a mi forma base, se incorpora como segunda naturaleza un traductor en mi mente. Por ese motivo, un cambiante es muy cuidadoso al elegir una cantidad de formas y apegarse a ellas con firmeza para evitar abrumarse con la nueva cantidad de información que de ahora en adelante recibirá.

Un poco demasiado tarde, al escuchar exasperada una cacofonía como parloteo de conversaciones en mis alrededores, que trato decididamente ignorar, sin querer saber nada sobre los asuntos privados o drama de las bandadas de aves estacionada en lo más alto de los edificios o las copas de los árboles del bosque Snowdin más cercano de la casa.

El entrenamiento para ocultar mis atributos animales se estaba volviendo… frustrante. Por mucho que lo intentara, mi magia se oponía a esconderlos por completo. Era como si tuviera vida propia, negándose a cooperar en algo tan básico. Fruncí el ceño, haciendo cálculos mentales rápidos.

Me di cuenta de que había llegado a mi límite sin siquiera saberlo que existía tal cosa en primer lugar. Necesitaba esperar. Mi magia necesitaba tiempo para recuperar la resistencia que había estado usando sin parar, la misma que me permitía encubrir los atributos de ser un cambiaformas. Era una batalla constante, no solo con mi naturaleza, sino también con los límites de mi propia energía mágica, ya que parece rebelarse instintivamente a mis intentos de restringir una parte de mi ser y naturaleza.

A pesar de los gruñidos iniciales por la frustración, con la práctica constante, el tiempo que podía mantener mis atributos ocultos fue gradualmente incrementándose. No era perfecto, pero era un progreso.

Cuando mis padres no podían supervisar mi entrenamiento, dejaban a cargo a sus respectivos dæmons. Atlanta, el águila de mi padre, era el más frecuente. Podía entenderlo claramente desde que me transformé una vez en una especie de ave rapaz, lo que me permitía captar su dialecto. Era un capataz estricto, pero efectivo. Se percataba al instante de cuándo lo comprendía y me empujaba a mejorar.

Annaisha, el dæmon de mi madre, un panda rojo, no era de mucha ayuda con los ejercicios prácticos; sus consejos la mayor parte del tiempo eran muy confusos. Aun así, apreciaba su presencia.

En cambio, Sireus, mi dæmon, se convirtió en mi apoyo emocional y moral, brindándome ánimos cuando más lo necesitaba.

Papyrus como su dæmon también ayudaban donde podía, siempre con su entusiasmo inquebrantable, lo que hacía que los momentos de frustración fueran un poco más ligeros.

Refunfuñaba mientras hacía mis ejercicios diarios de control de magia, intentando al mismo tiempo mantener ocultos mis rasgos de cambiante mientras manipulaba mi mαnα para lanzar varios ataques y encantamientos básicos. Era una batalla constante, mi magia oponiéndose a esconder mis características animales, y yo luchando por mantener la compostura.

Fin POV Sans


Un día, papá llegó con un maletín elegante. Lo desbloqueó y sacó un par de esposas extrañas. Se acercó y me las mostró, explicando que eran esposas inhibidoras, pero que había modificado su aspecto, cubriéndolas con un suave revestimiento para que parecieran muñequeras. Declaró que eran para ayudarme cuando necesitara estar en público o salir de casa, para evitar cualquier desliz accidental. Me explicó que tendría que usarlas hasta que tuviera un mayor control o dominara mis habilidades, hasta que ya no fueran necesarias.

Me hizo probar varias, y me encogí de hombros al no sentir diferencia con las primeras. Pero luego me colocó la de más alto nivel, la de nivel carmesí. Cuando me la ajustó con cuidado y la bloqueó, sentí la diferencia de inmediato. Al principio fue una sensación un poco rara, pero me acostumbré rápidamente.

Al parecer, estas han sido las únicas esposas inhibidoras funcionales que han logrado contener mi maná en su gran mayoría. Tuve que depender de su uso por el momento, todo se ha vuelto más complicado desde que se me diagnosticó el Gen-V. Siendo uno de los métodos que ideó Gaster para que aprendiera a controlar mi magia y hacerla más segura, tanto para mis padres y mentores como para mí. También me ayudaron a descubrir las cantidades necesarias y adecuadas para canalizar cada ataque mágico convocado, teniendo como propósito principal el autocontrol y aprender la moderación.

Al principio de mis lecciones, tendía a nutrir en exceso los ataques mágicos cada vez que canalizaba mi magia, hasta el punto de que, a pesar de ser magia blanca/base (los menos poderosos en comparación con la magia de atributo), en mis manos hasta el ataque más simple podía ser letal.

Cuando volví a probar mis ejercicios con ellas puestas, sentí una diferencia abismal. Pude hacerlos con mucha más facilidad y sin esfuerzo. Era como si hubieran quitado un peso, permitiéndome concentrarme mejor.

Con las muñequeras puestas, el entrenamiento se volvió menos una batalla de voluntades y más una danza controlada entre mi magia y yo. Ya no sentía que mi energía se desbordaba, sino que era un río guiado por un cauce. Esto me permitió concentrarme realmente en la precisión de mis hechizos y en cómo mis formas Cambiantes se manifestaban, haciendo los ajustes necesarios para que se sintieran más naturales.

Aunque las muñequeras eran una ayuda innegable, también eran un recordatorio constante de que mi habilidad, por fascinante que fuera, era también una responsabilidad. La libertad de mis formas venía con la carga del secreto y la necesidad de un control absoluto. Sabía que aún me quedaba un largo camino por recorrer hasta que pudiera dominarme por completo, pero al menos, ahora tenía una herramienta que me permitía avanzar sin el temor constante de un desliz accidental. Era un paso más hacia la autonomía que tanto anhelaba alcanzar.


Glosario:

[1] H.U.N.T.E.R.: El Escuadrón de Vanguardia.

El escuadrón H.U.N.T.E.R. fue la fuerza de élite más temida y efectiva del Rey Asha, diseñada para las operaciones más brutales y decisivas en el campo de batalla. Su acrónimo definía su letal propósito:

H allazgo: Especialistas en el rastreo y la detección de fuerzas enemigas en cualquier terreno o circunstancia, sin importar cuán ocultas o dispersas estuvieran. Su aguda percepción y adaptabilidad les permitían localizar objetivos donde otros fracasaban.

U nidad: Operaban como una unidad cohesionada y mortífera, donde cada miembro complementaba las habilidades del otro, maximizando su eficiencia en el combate y la supervivencia en condiciones extremas.

N eutralización: Su objetivo principal era la caza y neutralización total del enemigo, sin dejar supervivientes. Eran maestros en el combate cuerpo a cuerpo y a distancia, con una letalidad sin igual.  

T erreno: Expertos en el reconocimiento y la explotación del terreno, utilizando el entorno a su favor para emboscadas, movimientos rápidos y la planificación estratégica de sus asaltos.

E strategia: Capaces de desarrollar y ejecutar estrategias de ataque y defensa en tiempo real, adaptándose a la dinámica del combate para asegurar la victoria.

R econocimiento: Realizaban reconocimiento profundo tras las líneas enemigas, recopilando información vital sobre la disposición de tropas, recursos y puntos débiles, antes de desatar su devastador poder.

El nombre H.U.N.T.E.R. no solo era un acrónimo; era una declaración de intenciones, un susurro de terror para sus adversarios y una promesa de aniquilación en el campo de batalla.

Notes:

Continuara...
Un pequeño vistazo del LORE de Santuarytale, iniciamos con un poco de angustia. Esperemos que el próximo capitulo sea menos sombrío

¡Hasta la próxima actualización!

Chapter 7: Cita con el Sanador

Summary:

Las primeras escapadas de Sans (sin supervisión) más allá de su territorio (Snowdin) aventurarse a las otras sola, acompañada con su dæmon, catalizado por la primera cita con Gerson y conociendo a Alphys.

Chapter Text


POV Sans

El plan era simple: una pequeña escapada para estirar los huesos y sacudirme el encierro. No esperaba que una simple visita a Gerson se convirtiera en un enredo tan… estresante e interesante.

Mientras refunfuñaba por las "muñequeras" inhibidoras –que, a mi pesar, funcionaban eficientemente–, la idea de usar guantes largos empezó a sonar menos ridícula. Chasqueé la lengua, un hábito que se había vuelto más pronunciado. Sireus, mi dæmon, flotaba tranquilamente a mi lado, un silencioso cómplice en mis pequeñas aventuras. Me movía con sigilo, una sombra entre los pinos cubiertos de nieve de Snowdin, evitando ser detectado hasta llegar al puente que marcaba la frontera con Waterfall.

Una punzada de aprensión me golpeó al pensar en visitar la casa del Sr. Gerson por primera vez. Desde ese día que mis padres lo presentaron, su presencia me invade una leve sensación de aprensión instintiva al estar cerca de un posible depredador consumado, a pesar ser una anciana tortuga monstruo, pero continúa inspirando un aire de respeto o puede llegar ser peligroso.

No ayudó ver a un monstruo reptil, aún a rayas, pero un poco mayor que yo al contar un menor número de rayas, en la entrada esperando. Mi instinto me hizo buscar refugio de inmediato, zambulléndome u ocultándome entre las hierbas y algas altas. Al observarla con más detenimiento, una sensación extraña me invadió; su silueta me resultaba familiar. Solté una silenciosa blasfemia por la punzada de dolor en mi cabeza. Fue entonces cuando escuché a Gerson gritar, anunciando que abría la puerta, y luego la llamó por su nombre: Alphys.

No tengo idea de cómo, pero el Sr. Gerson me descubrió. Me pidió que saliera y me acercara, que también me estaba esperando. Avergonzado, emergí con cautela de mi escondite, barriendo el entorno con la mirada, aunque la mayor parte de mi atención estaba fijada en los dos monstruos frente a mí. El Sr. Gerson, con una risita, mencionó que me esperaba, aunque no tan pronto. Aprobó mi puntualidad, comentando que reprendía a sus subordinados si se atrevían a llegar tarde a las reuniones.

Notó que yo no lo seguía con la misma rapidez que Alphys, que ya había entrado, y observé que ella me miraba con una curiosidad intensa, como si se contuviera las ganas de interrogarnos a Gerson y a mí. Él, percatándose, carraspeó, apoyándose en su bastón. Luego, con una agilidad sorprendente para su edad, se acercó a mi lado y empezó a darme firmes palmaditas en la espalda, empujándome suavemente hacia el interior de su casa.

~|| Imagen mental||~

Una ola de indignación, como la que una vez me hizo sisear a un dæmon desconocido por invadir mi espacio, me invadió. Mis patas delanteras (mentales, por supuesto) se sentían tentadas a darle un manotazo al viejo, ¡qué descaro! Pero solo logré un pequeño gruñido casi inaudible. Las muñequeras eran un fastidio. Alphys seguía con esa mirada intensa, como si quisiera arrancar mis secretos a mordiscos. ¿Qué le pasa a esta gente?


POV Gerson

Había anticipado la visita de Sans con cierta emoción. El pequeño esqueleto era un enigma interesante, especialmente con lo del Gen-V que Gaster me había confiado en la reunión.

Cuando vi a Sans intentando escabullirse entre las algas al ver a mi aprendiz, Alphys, no pude evitar una sonrisa. El chico tenía buenos instintos, aunque su timidez era casi adorable. "¡Sans, vamos, muchacho! ¡No te escondas!" Grité, abriendo por completo la puerta. Alphys, con su energía inagotable, ya había irrumpido en casa, lista para empezar sus lecciones de entrenamiento.

Sans emergió con esa peculiar mezcla de vergüenza y recelo. Noté su mirada curiosa hacia Alphys y, especialmente, hacia mí. Los jóvenes de hoy… siempre analizando. Le comenté sobre mi aprecio por la puntualidad, sabiendo que su padre, Gaster, era igual de meticuloso con el tiempo. Vi cómo sus ojos se entrecerraban ligeramente cuando Alphys lo escudriñaba; la chica era un torbellino de curiosidad y energía, perfecta para la Guardia Real, pero a veces demasiado directa e intensa.

Para aligerar el ambiente, le di unas palmaditas en la espalda, guiándolo hacia el interior. Sentí una leve tensión en sus hombros, como si estuviera conteniendo algo, una energía vibrante justo bajo la superficie. Gaster y Lucida habían mencionado que el Gen-V a veces causaba peculiaridades, y sus dæmons también podían influir en sus gestos. Decidí no presionar. Ya habría tiempo para que se relajara.

Una ola de diversión le invadió por la imagen que su mente imagino, recordado la reacción divertidas de los novatos por el entrenamiento que les hacía pasar, una de las partes favoritas de su trabajo, suspirando nostálgico, aquellos viejos tiempos.  

El muchacho se tensó como un cervatillo en un bosque desconocido. Su energía vibraba, casi como un gruñido ahogado. Parece que los dæmons lo habían influenciado más de lo que creía. Esa Alphys, con su mirada inquisitiva, no ayudaba. Tenía que darle espacio, aunque la curiosidad me picaba.


POV Alphys

¡Una visita! ¿Quién es este bebe de rayas? esas vibraciones extrañas de las que Gerson me había hablado durante las lecciones de magia me desconciertan que provenga de este pequeño babybones. Mi entusiasmo era casi incontenible cada vez que visito al anciano. Había corrido desde Hotland hasta Waterfall en tiempo récord, ansiosa por comenzar sus lecciones para convertirse un miembro de la guardia real, un paso más cerca de su sueño en llegar ser como el Martillo de la Justicia[1]. Este era el tipo de cosas que me fascinaban: lo desconocido, las aventuras y los Héroes. Aún tenía mucho por aprender al no percatarme de su presencia, hasta que el anciano lo señaló, pero su aura era inusual. Tenía una energía que me recordaba a un depredador contenido, a pesar de su tamaño. No pude evitar mirarlo fijamente, cada detalle, cada movimiento. ¿Quién es este esqueleto? ¿Dónde proviene? Ya que es inusual encontrar monstruos esqueletos, fuera de su comunidad ¿Cómo conoce al anciano Gerson? ¿Cuál es la razón que este visitando al anciano? Las preguntas se agolpaban en mi mente, casi obligándome a soltarlas.

Cuando Gerson le dio esas palmaditas en la espalda, noté un siseo casi imperceptible. Era fascinante. La mayoría de los monstruos no hacían eso. ¿Era un tic? ¿O algo más? Gerson ya me había dicho que algunos de los hijos o miembros de la nobleza tenían manías extrañas, será que este pequeñín un noble en secreto, por su ropa, se nota que es de buena calidad, al ser hecha de la medida. Me contuve, respirando hondo. No quería asustarlo. Tampoco hacerme enemigo el hijo de algún posible noble accidentalmente, debido a mi impulsividad. Necesitaba observarlo, estudiarlo.

Mi mente era un torbellino de hipótesis. Ese siseo, esa tensión. Mis garras se apretaban, ansiando una pizarra y un montón de datos que tipo de dolencia de alma tiene para que Anciano Gerson requiera revisarlo personalmente. Este esqueleto era un alguien fascinante. ¡Las posibilidades! Gerson es tan… paciente. Yo ya le habría puesto un cuestionario en la mano y estaría tomando notas. ¡Pero tengo que contenerme!


POV Sans

El interior de la casa de Gerson era un revoltijo fascinante de artefactos antiguos y libros empolvados. Olía a pergamino viejo y a algo dulzón, como a caramelo quemado. Alphys se había lanzado de inmediato hacia una pila de armas de madera o metal desafilado de entrenamiento que Gerson parecía tener listos para su "lección de entrenamiento". Para inmediato dirigirse el patio trasero donde se posicionaba varios muñecos de paja y dianas distribuidas, para sostener una espada de madera y posicionándose comenzar series de flexiones como cortes en diferentes ángulos, afocándose en su entrenamiento. Me quedé inmóvil, observando, sintiendo la energía de la casa. Era diferente a Snowdin, más densa, cargada de historia.

Gerson, sin soltar mi espalda, me empujó suavemente hacia un rincón con un cojín. Posicionándose estratégicamente en un ángulo en que Alphys no me podía ver en su posición, pero nosotros la observamos sin dificultad "Siéntate aquí, muchacho. Tenemos que hablar de tu… condición." Su tono era serio, y mi esqueleto se tensó. Ya sabía lo que venía: otra charla sobre el Gen-V y las precauciones. Me acomodé, cruzando los brazos, preparado para la letanía.

"Sé que tus padres te han hablado sobre el Gen-V," comenzó Gerson, sentándose frente a mí con una taza de té humeante. "Y también sé que tus instintos de Cambiante están despertando." Su voz era tranquila, pero sus ojos, viejos y sabios, me miraban con una perspicacia que me ponía nervioso. Hablaba con una autoridad que no había sentido desde que Gaster empezó a ponerme al día con mis habilidades.

Mi cola mental se agitó, mis orejas se aplastaron. ¿Cómo lo sabía? ¿Qué tanto sabía? La incomodidad me hizo querer arañar algo, mis garras picaban. Traté de mantener mi expresión inescrutable, como si la conversación no me afectara, pero por dentro era un manojo de nervios y curiosidad. Quería que dejara de mirar mi alma.

"Tu alma, Sans, es… excepcional. El Volumen de tu maná es inmenso, y esa es la razón por la que tus hechizos son tan potentes. Las muñequeras que Gaster te hizo son un buen inicio para regularlo, pero son solo una herramienta. El verdadero control viene de ti." Gerson tomó un sorbo de té. "Y luego está lo de ser un Cambiante. Es una herencia poderosa, muchacho. Los instintos, los cambios… pueden ser abrumadores si no se gestionan."

Me explicó cómo los Cambiantes aprendían a fusionar su lado humanoide con su lado animal, creando una armonía que les permitía controlar sus transformaciones y sus impulsos. "Es un baile delicado, Sans. Necesitas aprender a escuchar a ambos lados de tu ser, no a suprimirlos por completo." Habló de los olores territoriales y las marcas, y sentí un rubor esquelético invadir mis pómulos al recordar mis "accidentes" en Snowdin. Gerson rió suavemente, como si leyera mi mente. "No te avergüences. Es natural. Pero aquí te enseñaremos a canalizarlo de forma que no llames la atención."

Mientras Gerson hablaba, se detuvo brevemente cuando Alphys se acercó, brevemente para cambiar de arma, Geson de inmediato hizo un gesto con sus patas en su mesa, notando que en la superficie tenía tallado diferentes sigilos y runas en un círculo de encantamiento que de inmediato dejo de brillar señal visual que se desactivo. No me miró directamente, pero pude sentir su intenso interés. "Gerson, ¿podemos empezar en aumentar un poco más peso en la espada?”— Su voz era rápida, casi un balbuceo de entusiasmo. Gerson le dedicó una mirada de advertencia, al ser obvio sus intentos de escuchar escondidas, pero ella al parecer ya había desistido por el momento, al soltar un breve suspiro, ya estaba entregando la espada degastada.

Gerson solamente negó con la cabeza y activo uno de los sigilos tallados en el mango de la espada e inmediatamente se lo entrego soltar suavemente. Por su quejido y como el ritmo de su respiración cambio ligeramente por el repentino peso, más de lo esperado, lo sostuvo con cuidado para caminar lentamente de regreso al campo de entrenamiento y reanudar sus ejercicios.

Un gruñido bajo escapó de mis labios, apenas audible. Por los nervios de que pudo haber escuchado algo. Esta chica era un desastre, pero su tenacidad y esfuerzo es admirable. Sentí un impulso de silbar una melodía burlona, algo desafiante. Mi piel de gallina (mental) se erizó. Esta iba a ser una cita… interesante.


POV Gerson

Mientras guiaba a Sans hacia el cojín, sentí la tensión en el muchacho. Era normal. Los niños como él, con dones tan potentes, solían sentirse abrumados. Gaster me había puesto al día sobre su Gen-V y el descubrimiento de su naturaleza Cambiante. Era una combinación rara y peligrosa, pero también con un potencial inmenso.

Le hablé con calma, explicándole que no solo se trataba del Volumen de su maná, sino también de la integración de su lado animal. Vi la incomodidad en sus ojos de cuenca cuando mencioné sus instintos, sus marcas territoriales. No pude evitar reírme. El chico era una joya.

"No te preocupes, Sans," le dije, "todos los Cambiantes pasan por esto. Lo importante es aprender a controlarlo, a no dejar que te controle a ti."

Justo entonces, Alphys irrumpió en la conversación, con su habitual torbellino de energía y su mente siempre curiosa "Gerson, ¿podemos empezar en aumentar un poco más peso en la espada?”

Le di una mirada de advertencia. Alphys era brillante, un talento nato para la Guardia Real, pero su entusiasmo con los misterios a veces la convertía en un bulldozer[2] social. Afortunadamente, Sans, a pesar de su inusual siseo, no parecía completamente alarmado. Solo… irritado. Lo cual era un avance, considerando lo reservado que era.

Alphys seguía siendo un desastre encantador. Observé a Sans, que apenas gruñó. Ese pequeño siseo era fascinante. Me recordaba a los viejos tiempos, cuando los reclutas nuevos trataban de parecer duros. Sans tenía potencial, mucho potencial. Solo necesitaba la guía adecuada para no acabar como los Cambiantes de antaño, consumido por sus instintos.


POV Alphys

Sentí la mirada de Gerson, esa mirada de "cálmate, Alphys". Pero no pude evitarlo. Este era el tipo de cosas por las que vivía. El era un misterio. Me encantan los misterios que esperan ser revelando, aww tendré otra oportunidad sin que el anciano lo arruine o este mejor humor.

Vi cómo pequeñín soltaba un gruñido bajo, casi inaudible. Un siseo peculiar. Era una señal interesante. ¿Agresión? ¿Irritación? Necesitaba más datos, más observaciones. Mis garras se contraían, ansiando tomar notas detalladas.

¡Paciencia, Alphys, paciencia! Pero la curiosidad era una bestia feroz.


POV Gerson

Una vez que mi estudiante descarriada reanudó su entrenamiento, observé la expresión inquieta del muchacho, hasta que me percaté de cuál era su preocupación.

Señalé con mis patas el círculo de encantamiento en la mesa, aclarándole con paciencia que Alphys no había escuchado nada de nuestra conversación, gracias a este encantamiento. Le expliqué que, cuando coloco una de mis patas encima del círculo y le infundo un poco de maná, lo activo. Es un encantamiento de privacidad que abarca un corto rango para evitar que oídos curiosos escuchen a escondidas. A medida que avanzaba en mi explicación, el muchacho se relajó gradualmente.


POV Sans

El alivio me invadió al escuchar las palabras de Gerson. Mis cuencas oculares se relajaron, y el gruñido interno se disipó. ¡Un encantamiento de privacidad! Tenía sentido, aunque no lo hubiera esperado. El viejo Gerson era más astuto de lo que parecía. Ahora me sentía un poco tonto por mi reacción, pero al menos no había expuesto mi secreto con un chillido o una mordida.

"Ah, ya veo," murmuré, sintiéndome ligeramente avergonzado. "Buen truco. Supongo que los viejos tiempos te enseñaron algunos… atajos." Le di una sonrisa un poco forzada. Mi mente ya estaba procesando la información del encantamiento, imaginando cómo podría usar algo similar para mis propios fines. ¡Qué ironía que mi primer paso hacia la autonomía fuera gracias a una restricción!

Gerson asintió, su mirada suave. "Los tiempos difíciles enseñan muchas cosas, muchacho. Y ahora, volviendo a lo tuyo, el Volumen de maná y el Gen-V son una combinación delicada. Es como tener un motor de alta potencia en un vehículo que aún no sabes conducir bien. Las muñequeras son tu 'freno de mano' inicial, pero necesitamos que aprendas a modular esa energía."

Me explicó cómo los monstruos con alto Volumen solían tener dificultades para refinar sus hechizos. Tendían a ser demasiado potentes, a menudo destructivos, incluso en actos simples. "Tu magia, incluso la magia blanca, tiene un impacto desproporcionado para tu edad. Es por eso que debes aprender a dosificarla, a sentir la cantidad exacta que necesitas, ni más ni menos." Gerson me pasó un orbe brillante, del tamaño de una canica. "Intenta infundirle maná y haz que brille, pero solo con la energía suficiente para que sea visible, no más."

Miré el orbe, luego a mis muñequeras. El desafío parecía sencillo, pero ya sabía que con mi magia, lo "sencillo" rara vez lo era. Tomé el orbe en mi mano huesuda, concentrándome. Sentí el flujo de maná, ese río potente dentro de mí, y traté de abrir la compuerta solo un poco. El orbe parpadeó, se volvió demasiado brillante por un instante, casi cegador, y luego se atenuó rápidamente. Lo había saturado.

Mis orejas mentales se aplanaron de nuevo, y solté un pequeño gemido. ¡Fallé! La frustración me picó. Era como intentar atrapar una mariposa con una red de pesca gigante. Gerson me miraba, con esa expresión paciente que empezaba a irritarme. ¿Por qué era tan difícil algo tan básico? Quería aullar mi frustración, correr y rasgar algo. Las muñequeras zumbaban, conteniendo mi impulso.

Gerson me observó sin juzgar. "Lo ves. Es más difícil de lo que parece. La clave es la sensibilidad. No pienses en cuánto maná envías, sino en cómo lo envías. Imagina un hilo de seda, no una soga gruesa."

Y así comenzó mi primera lección práctica con Gerson, no solo sobre la magia, sino sobre el control, la paciencia y la sutil danza entre el poder y la delicadeza. Mientras tanto, en el patio trasero, escuchaba los golpes rítmicos de la espada de Alphys contra los muñecos de paja, un recordatorio constante de su energía implacable y de la curiosa dinámica de este nuevo lugar.


POV Gerson

El alivio en la expresión de Sans al entender el encantamiento de privacidad fue casi palpable. Era un muchacho inteligente, y la vergüenza por su reacción inicial era una señal de su creciente autoconciencia. "Buen truco. Supongo que los viejos tiempos te enseñaron algunos… atajos." Su comentario me hizo sonreír; el chico no carecía de ingenio.

Le reiteré la importancia de la moderación con su Volumen de maná y el Gen-V. Comparar su magia con un motor potente era la analogía más adecuada para que lo entendiera. "Tu magia, incluso la magia blanca, tiene un impacto desproporcionado para tu edad. Es por eso que debes aprender a dosificarla, a sentir la cantidad exacta que necesitas, ni más ni menos."

Le entregué un orbe de práctica. Era una herramienta sencilla, pero reveladora. La tarea era simple: infundirle maná para que brillara, pero solo lo justo. Observé cómo tomaba el orbe, su concentración palpable. El parpadeo, el brillo excesivo, y luego el atenuado. Había fallado en la sutileza. Era de esperar.

Vi su frustración, el leve aplanamiento de sus "orejas" mentales, el gemido ahogado. La imagen de un cachorro refunfuñando me vino a la mente. El chico tenía una potencia inmensa, pero le faltaba el refinamiento. Esos instintos de Cambiante eran un factor, haciendo que su energía fluyera con una fuerza bruta, no con la delicadeza requerida para el control. Era un desafío, pero uno que yo, el "Martillo de la Justicia", estaba dispuesto a asumir.

"Lo ves. Es más difícil de lo que parece. La clave es la sensibilidad. No pienses en cuánto maná envías, sino en cómo lo envías. Imagina un hilo de seda, no una soga gruesa."

Era el comienzo de un largo camino para Sans. Pero tenía determinación y, a pesar de sus frustraciones, una voluntad férrea. Mientras le daba más orbes de práctica, escuchaba el persistente thwack, thwack de Alphys entrenando en el patio. Ella, con su propia energía desbordante, también necesitaba aprender la sutileza, aunque en un campo diferente. El Underground necesitaba a ambos, pero bien entrenados.


POV Alphys

El anciano Gerson y el babybones estaban hablando. El encantamiento de privacidad los cubría ahora, sin lograr captar ni pescar nada de información. Bueno, como sea, es mejor concentrarme en el entrenamiento.

Me lancé al patio trasero, blandiendo mi espada de madera contra los muñecos de paja. Necesitaba liberar esta energía. Cada golpe era una pregunta que mi cerebro le lanzaba al universo.

"Gerson, ¿podemos aumentar un poco más el peso en la espada?" Grité, esperando captar su atención. Quería demostrarle mi propia tenacidad, mi capacidad para superar los límites. El peso añadido me hizo gruñir, pero lo recibí como un desafío. Esto era entrenamiento. Esto era preparación.

Mientras golpeaba el muñeco de paja, mi mente ya estaba ideando qué aspectos necesitaba mejorar y cómo continuar avanzando en el entrenamiento. Tenía que impresionar al anciano y a mí misma sin flaquear con mi dedicación. No había tiempo para la timidez cuando el futuro destino de la Guardia Real estaba en juego. Y tal vez, solo tal vez, pudiera acercarme a este misterioso esqueleto y descubrir sus secretos.

Es muy raro encontrar un esqueleto a rayas. Quizás me pueda brindar un consejo para mejorar mi manipulación de la magia, ya que los esqueletos son conocidos por ser uno de los mejores en el campo de manipulación mágica. Después de todo, para ser expertos y dominar la magia de teletransportación se requiere un excelente manejo, o eso cuentan los rumores.


POV Sans

El orbe seguía resistiéndose a mi control. Lo intenté una y otra vez, frustrado con mi incapacidad para regular mi propio maná. El "hilo de seda" de Gerson se sentía más bien como un cable de acero. Cada vez que creía haberlo logrado, el orbe brillaba con una intensidad excesiva o se apagaba por completo. Era como si mi magia tuviera una voluntad propia, negándose a ser domesticada por un simple hilo.

Pasó lo que pareció una eternidad, aunque probablemente fueron solo unos minutos. Los golpes de Alphys en el patio trasero eran un recordatorio constante de que, mientras yo luchaba con una canica brillante, ella estaba allá afuera dándolo todo. Finalmente, Gerson carraspeó.

"Está bien, muchacho, tomemos un breve descanso," dijo, y yo casi suspiré de alivio. Mis huesos se sentían extrañamente tensos por la concentración. Gerson se acercó y, sin previo aviso, tomó mi muñeca, examinando las inhibidoras de Gaster. "Veamos cómo te estás adaptando a estas. Y a ti mismo."

Sentí su mirada experta recorrer mi brazo, luego mi cuenca ocular, como si intentara ver más allá de la superficie. Había una seriedad en su expresión que no había visto antes. Sus dedos, callosos por años de combate, se deslizaron sobre el revestimiento de las muñequeras.

Mi piel de gallina (mental) se erizó de nuevo. Me sentía como un animal salvaje siendo examinado por un veterinario. Mis orejas mentales se inclinaron hacia atrás, preparadas para cualquier cosa. Quería alejarme, pero mi sentido de la cortesía —y la fuerza subyacente de Gerson— me mantuvieron en su sitio. Podía sentir el frío de su magia mientras la usaba para inspeccionar, una sensación diferente a la de Gaster o Lucida. Más... antigua, más conectada a la tierra.

Gerson asintió lentamente, sus ojos fijos en las muñequeras y luego en mí. "El Volumen de maná está siendo contenido eficientemente. Gaster hizo un buen trabajo aquí. Pero tu cuerpo… tu alma está respondiendo de formas que son… interesantes." Su mirada se posó en mis cuencas. "Hay una resonancia particular con tu alma, Sans. Una energía latente que está vinculada a tu lado Cambiante."

Hizo una pausa, como sopesando sus palabras. "Tus padres te han hablado de los H.U.N.T.E.R., ¿verdad?" Preguntó, su voz bajando un tono. Asentí, sintiendo un escalofrío al recordar las historias. "Ellos eran poderosos. Pero su poder venía con un costo. Una conexión elemental profunda. No solo con el maná, sino con el propio ambiente. Es casi… primario."

"Estoy viendo indicios de eso en ti, Sans," continuó Gerson. "No solo es el Gen-V dándote un gran Volumen de maná, sino que tu naturaleza Cambiante parece estar amplificando esa conexión con los elementos del Underground. Es por eso que tu maná es tan difícil de modular, porque no es solo tuyo; está resonando con el entorno mismo."

Mi boca se abrió ligeramente. ¿Una conexión elemental? ¿Con el Underground? Esto era mucho más complejo de lo que mis padres me habían explicado. Me sentí pequeño, abrumado por la magnitud de lo que significaba. No era solo un "motor potente", era como si mi motor estuviera conectado a la propia red mágica del Underground.

"Necesitamos explorar esto con más detalle," concluyó Gerson, soltando mi muñeca. "No te preocupes. Es una ventaja, si aprendes a dominarla. Pero por ahora, sigamos con el control básico del maná. Una cosa a la vez."

Se levantó, y por un momento, pensé que el descanso había terminado. Pero en lugar de eso, me ofreció una galleta de mantequilla en forma de caracola. "Un pequeño snack antes de la siguiente ronda. Necesitarás toda la energía posible."

Mi mente estaba en un torbellino. Conexión elemental. Amplificación. Todo esto era mucho. Tomé la galleta automáticamente, mi lado mental aun procesando. El sabor dulce fue un pequeño consuelo, una distracción de la enormidad de lo que Gerson acababa de revelar. Sentí un maullido de frustración y un ligero siseo mental. Esto iba a ser un día largo.


POV Gerson

Observé a Sans luchar con el orbe. Su frustración era palpable; era un niño con una caldera de poder dentro, y las muñequeras solo eran un alivio temporal. El chico tenía el potencial para ser increíblemente fuerte, pero su inexperiencia con la moderación era un obstáculo.

Después de unos minutos, decidí que era hora de un breve descanso. Me acerqué a él, con la intención de realizar una inspección. La verdad era que había notado algo más en Sans, algo sutil, pero significativo. Su energía vibraba de una forma que recordaba a los viejos relatos, a las leyendas de los H.U.N.T.E.R.

Tomé su muñeca y sentí la restricción de las inhibidoras de Gaster. Buen trabajo, ese científico era un genio. Pero más allá del maná contenido, había una resonancia. Mis viejos sentidos, afinados por años en el campo de batalla, percibían una conexión elemental subyacente. Sus cuencas oculares, a pesar de su expresión inescrutable, no podían ocultar la energía que emanaba de su alma.

El muchacho se puso tenso, como un gato salvaje acorralado. Ese ligero erizamiento de su piel mental era un indicador. Me recordó a los jóvenes aprendices que entrené, llenos de poder bruto, pero sin el refinamiento. Esto era diferente. Esto era más profundo.

"El Volumen de maná está siendo contenido eficientemente. Gaster hizo un buen trabajo aquí. Pero tu cuerpo… tu alma está respondiendo de formas que son… interesantes." Mi mirada se posó en sus cuencas. "Hay una resonancia particular con tu alma, Sans. Una energía latente que está vinculada a tu lado Cambiante."

Sabía que lo que estaba a punto de decirle sería una sorpresa, incluso para él, dado lo que Gaster me había dicho. "Tus padres te han hablado de los H.U.N.T.E.R., ¿verdad?" Asintió, y vi el escalofrío que le recorrió el cuerpo. "Ellos eran poderosos. Pero su poder venía con un costo. Una conexión elemental profunda. No solo con el maná, sino con el propio Ambiente. Es casi… primario."

Quería ser cuidadoso, no abrumarlo. "Estoy viendo indicios de eso en ti, Sans. No solo es el Gen-V dándote un gran Volumen de maná, sino que tu naturaleza Cambiante parece estar amplificando esa conexión con los elementos del Underground. Es por eso que tu maná es tan difícil de modular, porque no es solo tuyo; está resonando con el entorno mismo."

La sorpresa en su rostro era evidente. Esta era información que ni sus propios padres le habían revelado, o quizás no la conocían. Era un riesgo, pero era necesario que lo supiera para comprender la magnitud de su poder.

"Necesitamos explorar esto con más detalle," concluí. "No te preocupes. Es una ventaja, si aprendes a dominarla. Pero por ahora, sigamos con el control básico del maná. Una cosa a la vez." Le ofrecí una galleta de mantequilla. El chico lo necesitaba. Tenía un largo camino por delante, y yo sería su guía, al igual que lo había sido para tantos otros.

Fin POV Gerson


POV Alphys

El sonido de la espada de madera contra el muñeco de paja era mi mantra. Mis músculos ardían, pero la adrenalina me mantenía en movimiento. Estaba concentrada en mi entrenamiento, pero mi oído agudo, afinado por mi especie, estaba atento a la conversación entre Gerson y el babybones.

No podía escuchar las palabras exactas debido al encantamiento de privacidad, pero pude percibir el cambio en el tono de Gerson. Se volvió más serio, más grave. Y la energía del babybones fluctuó. Había una descarga sutil, una vibración casi imperceptible en el aire, como si una poderosa corriente subterránea hubiera sido tocada.

Mis garras se tensaron. ¡Algo grande! Algo que el anciano estaba revelando, algo que lo hizo sentirse abrumado. Quería dejar la espada y correr hacia ellos, interrogar a Gerson, exigir saber qué estaba pasando. Mi cola se agitó con furia. Esta era la información que anhelaba. Pero tenía que mantener la fachada de la futura Capitana de la Guardia Real. La curiosidad era una bestia feroz, pero la disciplina era una más fuerte… por ahora.

Solo escuché el final de la conversación, cuando Gerson le ofreció una galleta al babybones. Eso significaba que la parte "seria" había terminado. Un suspiro de frustración escapó de mis labios. Tendría que ser paciente. Observar. Analizar.

Mientras seguía con mis cortes, mi mente corría a mil por hora. Si ese esqueleto tenía potencial para el anciano le este instruyendo. Debe haber alguna razón, ¿Quizas? podría ser un activo invaluable para el reino. Necesitaba saber más. Necesitaba acercarme a él. Quizás, si me esforzaba aún más en mi entrenamiento, Gerson me permitiría una mayor interacción. Después de todo, ambos éramos compañeros aprendices ahora, ¿no?

Fin POV Alphys


POV Sans

Cuando llegó la tarde, Sireus descendió sosteniendo un pergamino enrollado en sus garras. Su llegada sobresaltó al dæmon de Alphys, un pequeño armadillo que estaba reposando, enrollándose instintivamente al percatarse de Sireus. En cambio, el dæmon de Gerson, un majestuoso pato, solo graznó brevemente, reprendiendo al armadillo para luego volver a acurrucarse, regresando a su posición anterior de meditación.

Rompiendo el sello, desenrollé el pergamino, leyendo varias veces el mensaje. Suspirando, lo enrollé de nuevo. Era mi señal de que debía regresar a casa antes de que llegaran mis padres. Agradecí mentalmente a Papyrus por la advertencia que me había brindado accidentalmente.

Me despedí respetuosamente de Gerson, que solo asintió comprensivo. Me entregó la esfera, declarando con firmeza que me esperaba la próxima semana en el mismo horario de cita y demostrar algún progreso. Me acerqué con vacilación, sin querer interrumpir la concentración de Alphys.

Sin embargo, el suave empujón de Gerson causó ruido, llamando la atención de Alphys. Tímidamente, me despedí saludando con la mano. Ella instintivamente me devolvió el gesto, haciendo un saludo de despedida desconcertada. Solté un silencioso canturreo o silbido para aclararme la voz al notar su confusión.

Cierto, usar las palabras. Me di un facepalm mental por olvidar comunicarme con la lengua común, no con el lenguaje de los animales. Sí, creo que pasaba demasiado tiempo con los dæmons usando su sistema de comunicación. Tratando de sonreír suavemente, declaré: "Me despido, Alphys, fue un placer conocerla."


Alphys, con su armadura de entrenamiento y el sudor en su frente, parpadeó varias veces, procesando mis palabras. Su dæmon, el armadillo, seguía una pequeña bola nerviosa.

"¡Oh! ¡Uhm, sí, ¡Fue… uh, muy… informativo conocerte también!" balbuceó, un rubor tiñéndole las escamas, avergonzada por su tartamudeo nervioso. Se aclaró la garganta, intentando sonar más compuesta. "Espero… espero que nos veamos de nuevo para… ¡más entrenamiento! ¡Juntos, claro! Con… con Gerson." Su voz se elevaba con cada frase, y noté que su cola se agitaba con un entusiasmo incontrolable.

Mis orejas mentales se aplastaron. ¿Más entrenamiento con ella? Mi alma lanzó un pequeño siseo. La idea de que esa pila de energía intensa me "observara" o "estudiara" era… abrumadora. Prefería a Gerson con su paciencia milenaria. Pero mi sonrisa se mantuvo en su lugar, un acto reflejo de cortesía.

Asentí brevemente, intentando no delatar mi incomodidad. "Claro, Alphys. Siempre que Gerson lo considere apropiado." Con eso, hice una pequeña reverencia y me giré para salir. El pato de Gerson, que había vuelto a su posición de meditación, me dio un guiño casi imperceptible. Era el dæmon más tranquilo que había conocido, una contraparte perfecta para su dueño.

El camino de regreso a Snowdin fue una mezcla de alivio y una extraña sensación de agotamiento. La visita a Gerson había sido más intensa de lo que esperaba. La revelación de la conexión elemental me zumbaba en el cráneo, un concepto vasto y abrumador que apenas comenzaba a comprender. Era como si Gerson hubiera abierto una puerta a un nuevo nivel de mi existencia, un nivel que mis padres, por alguna razón, habían desconocido o mantenido oculto.

Sireus voló en círculos a mi alrededor, su energía inusual me calmaba. Acaricié su lomo con un dedo huesudo. Necesitaba asimilar todo esto. Mi Volumen de maná, el Gen-V, mi naturaleza Cambiante, y ahora, la conexión elemental con el propio Underground. Era mucho para un solo esqueleto, especialmente para uno que solo quería pasar desapercibido. Hasta esperar… Are ¿A quién tengo que esperar? Sintiendo una punzada en el alma cuando trato indagar mis antiguos recuerdos

Al cruzar el puente hacia Snowdin, el aire frío me pareció más familiar, más seguro. Los árboles cubiertos de nieve eran mis viejos amigos, y la idea de mi hogar, con Papyrus y mis padres, me llenó de un extraño consuelo. A pesar de la revelación de Gerson, algo en mí se sentía… más completo. Como si una pieza del rompecabezas de mi propia existencia hubiera encajado.

Llegué a casa justo a tiempo. El aroma de la salsa de espagueti de Papyrus flotaba en el aire. La "advertencia accidental" había sido clave. Por ahora, el secreto de mi visita a Gerson y la conversación sobre los H.U.N.T.E.R. se quedarían conmigo. Solo yo y Sireus los guardaríamos. O al menos hasta que mis padres se reúnan con Gerson personalmente para hablar de mi progreso y estado.

Ya que se suponía que Atlanta debía acompañarme a la cita programada de Gerson, pero Gaster olvido ese pequeño detalle y envió anoche a su dæmon a entregar un mensaje importante. Sin querer descubrir que sucedía si mi saltaba una reunión importante decide ir yo mismo con o sin compañía.

Fin POV Sans


Glosario:

[1] Título otorgado por reconocimiento de su servicio y sus grandes hazañas durante la Gran Guerra al Capitán Gerson.

[2] Un bulldozer es una máquina de construcción grande y robusta, montada sobre orugas o ejes neumáticos, que se utiliza principalmente para excavar, empujar y nivelar terrenos.

Chapter 8: Visitantes no deseados

Summary:

Profundizando más sobre el intricado sistema de la sociedad esqueleto.

Notes:

Una disculpa por la tardanza de actualizar.

Disfruten el capítulo.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text


POV Sans

Me encontraba sentado en mi cama, balanceando mis piernas pensativo sobre los sucesos de ayer y las palabras de Gerson resonando en mi mente toda la noche. Suspirando, observé los artefactos mágicos ordenados en mi mesita, como las muñequeras guardadas en una caja segura cuando no era necesario usarlas. Reposaba brevemente, siendo un periodo de descanso para refrescarme del continuo entrenamiento. Gemí de aburrimiento, ya que la mayor parte del día me la pasaba con las lecciones de control; llegaba un momento en que hacer algo repetitivo resultaba un poco monótono. Miré con cierta frustración hacia mí mismo, pues lógicamente sabía que era necesario dominar excelentemente mi magia y lo que conllevaba ser un Cambiante; mis padres me habían taladrado en la cabeza que era una de las cosas de mayor prioridad. Pero no podía evitar aburrirme estando todo el tiempo encerrado en casa, cuando afuera había mucho que todavía faltaba por explorar. Al menos le daba la oportunidad a Sireus de estirar las alas y salir de paseo.

Mientras me encontraba aquí, mirando con anhelo el exterior desde la ventana de mi habitación, la cual había sufrido una drástica remodelación y modificaciones discretas ordenadas por la Reina Toriel y mi padre. Por lo que descubrí al tener la oportunidad de curiosear la carpeta que contenía las notas y los planos de mi habitación, en resumen, tenía el propósito de reforzar las paredes de mi habitación, agregando varias capas de materiales que absorbían el exceso de acumulación o concentración de magia para evitar perturbar o llamar la atención a los transeúntes, así como resistir el impacto de ataques (descubriendo que era el mismo proceso de alta calidad que se usaba en las residencias de nobles, academias, salas de entrenamiento del Palacio Real Dreemurr, la sede principal de la Guardia Real o instalaciones similares que frecuencia se ejerce y se practica la magia). Bueno, era razonable tener una contingencia en caso de un accidente de mi parte, recordando el catalizador de tales medidas: las pequeñas fisuras en los alrededores que accidentalmente hice cuando practicaba y hubo una pequeña explosión al dispersarse bruscamente mi magia. Al menos con esto aguantaría más, notando que ya habían arreglado las fisuras.

En fin, ahora que lo pensaba detenidamente en mi encuentro con Alphys, no me había presentado. Me sonrojé, opsie.

Fue entonces cuando escuché que tocaban mi puerta.

"¡Adelante!" exclamé, mi voz sonando un poco más aguda de lo que me gustaría. Rápidamente compuse mi expresión para una neutralidad amistosa, un truco que había perfeccionado con el tiempo. La puerta se abrió, revelando a mi padre, Gaster, de pie en el umbral. Tenía su típica bata de laboratorio impecable y una tableta de datos en la mano, sus cuencas oculares vacías fijas en mí. Su dæmon, Atlas, revoloteaba alrededor de su hombro, emitiendo un tenue brillo en sus alas.

Mi alma se encogió un poco. Sabía que esta visita significaba más preguntas y probablemente más ajustes a mi "condición". Mi cola se enroscó, una señal de mi nerviosismo. Papá no venía a charlar sobre el clima.

"Sans," comenzó, su voz monótona, pero con un matiz de curiosidad. "Tu… comportamiento reciente ha sido… inusual." Hizo una pausa, consultando la tableta. "Registramos un aumento significativo en la fluctuación mágica alrededor de tu habitación anoche, y esta mañana. También hay informes de las observaciones que envió por su parte el capitán Gerson " Su mirada se intensificó, perforándome. "Explícate."

Cerré mis cuencas oculares por un instante. ¿Gerson ya estaba informando de inmediato a mi padre? ¡Qué fastidio! Y la fluctuación mágica… Gerson tenía razón, mi maná estaba reaccionando a la conexión elemental. Resoplé suavemente, tratando de sonar despreocupado.

"Bueno, Papá, ¿Qué te puedo decir?" —comencé, con una sonrisa incomoda— "El entrenamiento con Gerson fue... interesante. Descubrimos algunas cosas nuevas sobre mi Gen-V y mi naturaleza Cambiante." Dejé la frase en el aire, esperando que la mención de Gerson y el Gen-V fuera suficiente para calmar su curiosidad. Después de todo, él mismo como mamá me habían enviado allí, en primer lugar.

Gaster inclinó su cabeza, un gesto que en él siempre indicaba una profunda consideración. "Detalla." No era una petición, era una orden. "Cada anomalía, cada observación de Gerson como tu perspectiva. Necesito los datos."

Suspiré internamente. No había escapatoria. Me senté más erguido, preparándome para relatar los eventos del día anterior, desde la aprendiz de Gerson, Alphys hasta la revelación de la conexión elemental y los H.U.N.T.E.R. Esperaba que la información fuera suficiente para satisfacerlo y, quizás, para que comprendiera la magnitud de lo que Gerson había descubierto. O al menos, que me dejara en paz por un tiempo de sus incesantes preguntas que no tengo alguna respuesta darle.

Gaster me observó con atención mientras relataba mi día con Gerson. Describí cómo las muñequeras me ayudaron, cómo el orbe de práctica se resistía, la paciencia de Gerson, y finalmente, la revelación sobre los H.U.N.T.E.R. y la conexión elemental. Intenté ser lo más preciso posible, aunque algunos detalles seguían difusos en mi propia mente.

Cuando terminé, Gaster permaneció en silencio por un momento, sus cuencas vacías clavadas en mí. El brillo de Atlas a su lado parecía parpadear e inclinar su cabeza  con sus pensamientos. Justo cuando pensé que iba a soltar una serie de preguntas científicas, algo inusual sucedió.

"Bien," respondió Gaster, y para mi sorpresa, soltó un profundo suspiro mientras se pellizcaba las fosas nasales. Su expresión se suavizó, cambiando del modo de científico real al de padre cariñoso y torpe. Era una faceta que rara vez mostraba en público, pero en la privacidad de nuestra casa lo hace de manera constante y siempre me tomaba por sorpresa.

Mis orejas mentales se enderezaron un poco. ¿Había escuchado bien? ¿Un "bien" sin un "pero" o un "necesitamos más datos"? Era un avance.

"Sabía que Gerson era la persona adecuada para esto," continuó, su voz más suave de lo habitual. "Él tiene la experiencia con la energía bruta y los instintos que yo… no poseo de la misma manera. Y la conexión elemental… es algo que tendremos que investigar juntos. Es una herencia poderosa, Sans, pero también un desafío." Se levantó y se acercó a mi cama, sentándose a mi lado. Atlas se posó en mi regazo, gorjeo suavemente, un calor reconfortante.

"Lo importante es que estás aprendiendo a sentir tu magia, a reconocer tus límites y a entender quién eres," dijo, colocando una mano huesuda sobre mi hombro.

Justo cuando Gaster se preparaba para preguntarme mi día como mi experiencia con Alphys y Gerson, el momento fue abruptamente interrumpido. La puerta de mi habitación se abrió de golpe, y mi madre, Lucida, apareció, su aura normalmente serena teñida de una ligera inquietud. Sus ojos, que brillaban con una luz suave, me encontraron por un instante antes de fijarse con una intensidad inusual en Gaster.

Antes de que mi padre pudiera reaccionar o siquiera preguntar qué sucedía, Lucida lo tomó por el brazo con una sorprendente rapidez y fuerza para su figura esbelta. No hubo palabras de su parte, solo una acción decidida. Lo jaló fuera de la habitación sin previo aviso.

Gaster, tomado por sorpresa, soltó un pequeño "¡Woah—!" mientras era arrastrado. Pude ver la confusión momentánea en sus cuencas vacías antes de que desaparecieran de mi vista.

Mi madre, aún en el umbral, se volvió hacia mí, su sonrisa se suavizó con una calidez familiar. "Cariño, ¿me prestas un momento a tu padre? Necesito hablar con él, de algo importante." Sin esperar mi respuesta, añadió un rápido "gracias" y salió rápidamente, cerrando la puerta de mi habitación con un suave clic.

Me quedé sentado en la cama, parpadeando. El silencio en la habitación era repentino y casi ensordecedor después de la interrupción. ¿Qué será tan importante para alterarla? Eso nunca era bueno, al menos no para la privacidad de mis padres. Y por la forma en que mamá lo había arrastrado, parecía urgente.

Mi alma emitió un pequeño 'purr' de alivio. Al menos, por ahora, el interrogatorio de Gaster había sido pospuesto. Quizás por un tiempo más largo de lo esperado. Me estiré, sintiendo un leve cosquilleo en mis huesos. Por otro lado, la curiosidad me picaba. ¿Qué podría ser tan importante como para que mi madre sacara a Gaster de mi habitación de esa manera? Solo esperaba que no fuera algo que terminara afectándome a mí.

La curiosidad me carcomía. Las "conversaciones de adultos" rara vez terminaban bien, y la urgencia de mi madre me ponía nervioso. Me deslicé fuera de la cama y me acerqué a la puerta, pegando mi cuenca auditiva a la madera. Las paredes de mi habitación, insonorizadas para mis episodios de sobreestimulación sensorial, eran demasiado efectivas. Solo podía escuchar voces amortiguadas.

Decidí aumentar mis sentidos. Con un pequeño esfuerzo de voluntad, convoqué mis orejas de lobo, que surgieron peludas y puntiagudas a los lados de mi cabeza. Las pegué a la puerta, concentrándome en los sonidos del pasillo. Poco a poco, los fragmentos de la conversación comenzaron a tomar forma: "ellos", "tutores", "visitas", "madre", "Carta".

 

Me rasqué la mejilla con una pata huesuda, mis orejas de lobo moviéndose ligeramente. ¿Tutores? ¿Visitas? ¿Qué estaba pasando? Mi mente comenzó a formular teorías, ninguna de ellas particularmente tranquilizadora.


POV Lucida

"Gaster, tenemos un problema," dije, mi voz apenas un susurro, pero cargada de una urgencia que no podía ocultar. Había estado buscándolo por toda la casa desde que el mensajero llegó. Saqué de mi bolsillo un pergamino enrollado, con el escudo de la familia Code y el sello de cera ya roto. Lo había abierto en cuanto lo recibí, y su contenido me había dejado helada.

"Te estaba buscando," continué, extendiéndole la carta a Gaster. "Llegó hace unos minutos, de un mensajero personal de mi familia." Mi mano temblaba ligeramente al entregarle el pergamino. "Es de mi madre." La implicación de esa última frase era clara: si mi madre enviaba una ave mensajera, y no un mensaje mágico directo, era algo intencional de su parte.

Mis orejas de lobo se crisparon en la puerta. Los fragmentos que captaba ahora eran más claros, y el tono de mi padre era… alarmante.

"Esto es grave e irritante," escuché a Gaster decir, su voz usualmente controlada ahora tensa. Pude oír el sonido de papel arrugándose, señal de la fuerza con la que sostenía el pergamino. "Será tu madre y la matriarca de tu clan." Su voz bajó a un gruñido, y pude sentir el repentino aumento de energía mágica en el pasillo, un brillo violento en sus cuencas oculares. ¡Estaba furioso! "Pero eso no significa que se tome ciertas libertades con respecto a mis hijos y, por no hablar, el mensaje entre líneas que me tiene..." Y luego, una ráfaga de blasfemias en Wingdings, tan rápidas y furiosas que apenas pude distinguir una palabra. La insonorización de mi habitación, aunque efectiva, no podía contener la magnitud de su ira.

"Comparto el mismo sentimiento, Gaster," respondió Lucida, su voz más firme de lo que la había escuchado en mucho tiempo. "Me hierve mi magia de justa furia de que alguien probablemente le metió la idea descabellada a mi madre."

Mis orejas de lobo se pegaron más a la puerta. ¿"Libertades con respecto a mis hijos"? ¿"Idea descabellada"? ¿Y por qué el enojo de mi madre? Esto no sonaba para nada bien. ¿Qué podía ser tan grave como para enfurecer a mis padres de esta manera? Y más importante, ¿estaba yo involucrado? Un escalofrío me recorrió los huesos.


Mis orejas de lobo seguían pegadas a la puerta, cada nervio tenso. La ira de mis padres era palpable, y la mención de mi abuela materna, la Matriarca del clan Code, solo aumentaba la tensión.

"Además de tener la osadía de venir hoy en la tarde tu madre," contempló Lucida con mucha sospecha, "una cosa inusual que salga de los muros de su finca, más aún del distrito para visitarnos personalmente."

"Tienes razón, Code-sama no es conocida por salir de su territorio sin razón," coincidió Gaster, recomponiéndose. Soltó un profundo suspiro, evidentemente frustrado por los cambios de planes imprevistos. "Tenemos que prepararnos para recibir a las visitas."

¿Visitas? ¿Hoy? ¿Mi abuela? Mi alma dio un respingo. Las visitas de la Matriarca Code eran eventos raros y siempre cargados de una formalidad asfixiante y expectativas imposibles. Mis garras se afilaron, listas para cualquier cosa.

"No te preocupes," dijo Lucida, su voz ahora más práctica. "Tenemos la suerte de que ya había terminado de preparar la comida de la tarde. Solo necesitamos alistar a los niños y con nuestra vestimenta del trabajo creo que es lo suficientemente formal para ser presentable."

¡Alistar a los niños! Eso me incluía a mí, y probablemente a Papyrus. Mi mente se aceleró. No era solo una visita, era una inspección. La Matriarca Code no venía de paseo, venía a evaluar. Y la última vez que evaluó algo en nuestra familia, terminó con una serie de lecciones de protocolo que aún me daban pesadillas. Esto iba a ser un día muy, muy largo.


"Ahora es turno de contarle a los niños. Gaster, encárgate de Papyrus, yo me encargo de Sans." Guardé la carta arrugada en mi bolsillo. Gaster asintió, observándolo acercarse a la puerta de la habitación de nuestro hijo mayor. Suspirando, me dirigí a la habitación de Sans. Distraída por mis pensamientos, me acerqué y toqué el timbre al lado de la puerta para advertir a Sans que alguien estaba esperando.

El timbre, un par de pequeñas lacrimas interconectadas que habíamos encargado en un atelier[1], reproducía un sonido de toquidos en la puerta. Simultáneamente al alimentarlo con un poco de maná a una de las lágrimas, el otro par se iluminaba hasta que el flujo de energía se detenía. Era una forma de indicar que ya podían pasar. Al observar en el marco de la puerta donde fue colocado una de las dos pequeña lacrima. El otro par lo tiene Sans en uno de los mubles cercano para tenerla a la mano.

Por la cuestión de la insonorización en habitación que se activa el encantamiento cada vez que la puerta está cerrada para bloquear cualquier sonido del exterior, fue necesario hacer este sistema para solucionar este problema.

Pasó un momento hasta que la lágrima de la puerta se iluminó. Abrí la puerta.


POV Sans

Me alejé de la puerta apresuradamente e instintivamente corrí a cuatro patas, saltando en mi cama. De repente, me percaté de mi comportamiento. Cierto, disipé la transformación parcial, palmeando mi cráneo para confirmar que las orejas lobunas habían desaparecido.

"¿Sans?" preguntó mi madre, con un toque de perplejidad en su voz al verme sobresaltarme en la cama. Su mirada recorrió mi habitación antes de posarse en mí, sus ojos brillantes evaluándome. "Necesito hablar contigo sobre algo importante."

Me senté más erguido, componiendo mi expresión. "Claro, Mamá. ¿Qué pasa?" Traté de sonar calmado, a pesar de la punzada de nerviosismo que me atravesaba. Sabía que "algo importante" de Lucida casi siempre significaba un evento social, y los eventos sociales con Gloria–obassama eran el agotadores y un suplicio.

Mi madre se sentó a mi lado en el borde de la cama, su dæmon, un panda rojo, revoloteando suavemente sobre su hombro. "Tu abuela, Gloria, ha anunciado su visita esta tarde." Su voz era suave, pero el peso de sus palabras era innegable. "Parece que quiere 'evaluar' tu progreso, y también el de Papyrus. Y... hay una sugerencia sobre el plan de tus estudios."

Mi alma se hundió. Lo sabía. Las "evaluaciones" de Gloria–obassama eran legendarias. Era como la vez que me hizo recitar el linaje completo del clan Dreemurr, incluyendo las ramas colaterales, solo para "probar mi memoria". Y la mención de "sugerencias sobre mis estudios" sonaba peligrosamente a "controlar tu futuro hasta el último detalle".

"¿Mis estudios?" pregunté, intentando mantener un tono casual, pero mi cola mental ya se agitaba con nerviosismo. "¿No tengo ya un plan de estudios aprobado por Papá y la Reina Toriel?"

Lucida suspiró, acariciando suavemente el lomo de su cernícalo. "Sí, cariño, lo sé. Pero... tu abuela es muy tradicional. Cree firmemente que los herederas, los esqueleto con núcleo femenino en general, como tú, especialmente aquellos en la rama principal, deben tener una educación muy específica. Una que, según ella, solo el clan puede ofrecer la orientación adecuada a sus miembros."

Mis cuencas se ensancharon ligeramente. ¿El clan Code? Eso significaba mudarse a la finca, a su distrito, lejos de Snowdin, de Papyrus, de Gaster, de Gerson... Sentí un maullido de protesta resonar en mi cabeza, la sola idea de abandonar mi manada o territorio. No, de ninguna manera.

"Mamá," dije, mi voz un poco más firme de lo que esperaba, "mis estudios aquí son importantes. Gerson está descubriendo cosas sobre mi magia que nadie más ha hecho. Y Papyrus me necesita. Yo necesito a Papyrus."

Lucida me miró con una expresión de profunda comprensión. "Lo sé, mi dulce calaverita. Créeme, tu padre y yo estamos tan... 'molestos' como tú. Pero tu abuela tiene mucha influencia, y su forma de 'sugerir' las cosas a menudo es una orden disfrazada." Se levantó y me ofreció una pequeña sonrisa tranquilizadora. "Por ahora, solo necesitamos prepararnos. Vístete con un atuendo formal. Papyrus y tu padre ya se están alistando. Y recuerda, por muy irritante que sea, es tu abuela. Sé cortés y evita cualquier comentario que pueda interpretarse como una falta de respeto. Déjanos a tu padre y a mí lidiar con la parte difícil."

Salió de mi habitación, dejándome solo con mis pensamientos y el zumbido de mi maná. Me quedé sentado, la idea de la "atuendos formales" sonando como un presagio. Esto no era una visita, era una batalla diplomática. Y yo era el peón principal. Me levanté y me dirigí a mi armario, con un gruñido. Era hora de prepararse para la guerra.


Llegó la hora. Elegí uno de los kimonos formales de mi armario, sintiendo el nerviosismo picándome. Jugueteé con las mangas, jalándolas para cubrir por completo las muñequeras en mis brazos. Bueno, espero que todo salga bien, pensé, reacomodando constantemente el cuello del kimono por la aprensión. Observé a Papyrus a mi lado; tenía una expresión soñolienta, ya que ayer se había desvelado estudiando.

Finalmente, se escucharon unos toquidos suaves pero firmes en la puerta principal. La visita había llegado.

El suave pero firme golpeteo en la puerta principal anunció lo inevitable. Mi corazón, o lo que quedaba de él, dio un vuelco. Papyrus, ajeno a la tormenta que se avecinaba, apenas abrió un ojo, aún sumido en el cansancio del estudio. Yo, sin embargo, estaba tenso, con las manos apretadas dentro de las mangas de mi kimono formal, sintiendo la presencia imponente de mi abuela acercándose.

La puerta se abrió y allí estaba ella: Gloria Code, Matriarca del clan Code, una figura elegante y severa, con la misma piel pálida y brillante que mi madre, pero con una expresión que rara vez se suavizaba. A su lado, dos vasallos con atuendos impecables, sus auras discretas pero potentes. Mi madre, Lucida, y mi padre, Gaster, los recibieron con la formalidad que requería la ocasión.

La comida de la tarde transcurrió en un silencio tenso, solo roto por alguna que otra frase cortés. Sentía la mirada penetrante de mi abuela sobre mí, evaluándome cada vez que levantaba el vaso o movía un músculo. Era agotador. Papyrus, por su parte, luchaba por mantenerse despierto, y yo solo esperaba que su somnolencia no fuera interpretada como una falta de respeto.

Una vez que la mesa fue despejada, el verdadero motivo de la visita se hizo evidente. Los vasallos de Gloria fueron los primeros en hablar, con una elocuencia ensayada. Su propuesta, envuelta en un lenguaje azucarado, era clara: el traspaso de mis derechos parentales a la familia Code, bajo el pretexto de que su entorno sería "más adecuado" para mi desarrollo. Presentaron un contrato, un documento oficial.

La atmósfera en la sala se volvió helada. Mis padres, Gaster y Lucida, que habían mantenido una compostura impecable, se negaron con una furia apenas contenida. Podía sentir el pulso de su maná acelerarse, aunque lo disimulaban bien. No importaba cuánto intentaran endulzar el trato, el rechazo fue rotundo. Mi abuela, al ver su fracaso inicial, finalmente intervino, pareciendo más una batalla de voluntades que una conversación normal.

"Ahora," comenzó Gloria, su voz firme, "sobre la educación de Sans." Su mirada se fijó en mí por un instante, y sentí un escalofrío. "Cuestiono qué tan abiertos están a la idea de que Sans se vaya una temporada bajo nuestro cuidado para recibir las lecciones principales, siendo habituales y esperadas para un miembro de su posición del clan Code, de los diversos tutores especializados en la formación de sus cargos."

Vi a mis padres intercambiar una mirada. Sabían que mi abuela no se rendiría fácilmente. Al ver que no estaban del todo convencidos, Gloria cambió de estrategia. "O prefieren que los tutores vengan directamente a su residencia e impartan sus lecciones a mis dos nietos."

Un pequeño resquicio de esperanza se abrió en mi pecho. ¿Tutores en casa? Eso significaba que no tendría que mudarme.

"Segundo," continuó Gloria, su tono más pragmático. "Me comentaron que Papyrus está avanzado en sus estudios, por lo que es su decisión si desean complementar su educación en el instituto del distrito. Por otro lado, con Sans es obligatorio asistir al Kindergarten (de 4 a 10 años) del distrito e Instituto (de 11 a 17 años) cuando sea mayor hasta su conclusión. Como Lucida está más familiarizada con el sistema educativo de su tiempo como docente, por las características de nuestra especie, con que apruebe y concluya el plan de estudios, se puede tener una graduación temprana, sin necesidad de pasar el tiempo planeado para cada grado y curso. Por lo que si Sans-chan termina antes de lo esperado al tener las credenciales esenciales, la familia y el clan dejarán de protestar e insistir en estos asuntos. Así que, estas son las opciones que les puedo brindar, díganme cuál eligen."

El aire se llenó con el peso de la decisión. Obligatorio asistir. Graduación temprana. La Matriarca Code me estaba dando una salida, pero también una condición. Mis ojos se dirigieron a mis padres, esperando su respuesta. La batalla de voluntades continuaba.


POV Lucida

La oferta de mi madre, Gloria, era una espada de doble filo. Por un lado, la insistencia en el traspaso de los derechos parentales había sido una afrenta inaceptable. Gaster y yo estábamos unidos en nuestra negativa a entregar a Sans. Pero ahora, su "alternativa" no era menos controladora. La idea de tutores del clan Code invadiendo nuestra casa, o peor aún, la exigencia de que Sans asistiera a sus instituciones educativas, me hervía la sangre. Conocía bien ese sistema; era rígido y diseñado para moldear a los miembros del clan según sus estrictas expectativas.

"Gaster," susurré, mi voz apenas audible para Gloria y sus vasallos, aunque sabía que sus oídos afilados lo captarían todo. Mis ojos buscaron los suyos, buscando una señal, un plan. La cara de Gaster era una máscara de calma, pero podía sentir la tensión en su maná, una tormenta contenida.

Él asintió levemente, una señal imperceptible para la mayoría, pero que yo entendía. Era el código que habíamos desarrollado a lo largo de los años.

"Matriarca Gloria," comenzó Gaster, su voz tranquila y medida, sin rastro de la furia que había desatado en privado. "Apreciamos sus 'opciones'. Sin embargo, creemos que la educación de nuestros hijos debe ser una decisión conjunta, basada en sus necesidades individuales y no en las directrices de un clan, por muy respetado que sea."

Un pequeño tic nervioso apareció en la ceja de mi madre. Sabía que Gaster era un hueso duro de roer en las negociaciones.

"Respecto a los tutores, preferimos que Sans continúe su entrenamiento de magia con Gerson," continuó Gaster, sin vacilar. "Su método está demostrando ser excepcionalmente efectivo para el desarrollo de Sans."

La mención de Gerson, el legendario "Martillo de la Justicia" y antiguo héroe de guerra, pareció tomar a mi madre por sorpresa. Sus labios se apretaron.

"Y en cuanto a la asistencia obligatoria a sus instituciones," intervine, mi voz más firme, "creo que la opción de la graduación temprana es… interesante. Sin embargo, ¿Qué garantías tenemos de que, una vez que Sans cumpla con esos requisitos, su clan dejará de 'insistir' en estos asuntos?" Mis ojos no se apartaron de los suyos. Era una pregunta crucial; conocía la tenacidad del clan Code.

Gloria nos observó, sus ojos calculadores. "La palabra de la Matriarca Code es suficiente garantía," respondió, su voz fría. "Si Sans-chan demuestra ser capaz de cumplir con las expectativas del plan de estudios y obtener las credenciales esenciales antes de lo previsto, el clan no tendrá base para futuras 'sugerencias' sobre su educación." Hizo una pausa. "Y consideraremos su actual entrenamiento con Gerson–dono como un complemento válido para la aceleración de su aprendizaje."

Era lo más parecido a una concesión que obtendríamos. La promesa de que nos dejarían en paz si Sans "demostraba ser capaz". Una trampa con un señuelo tentador, pero una oportunidad, al fin y al cabo.

Gaster y yo intercambiamos otra mirada, esta vez una de resignación mezclada con determinación. No nos gustaba la imposición, pero la idea de que Sans pudiera acelerar su salida de la órbita de mi madre era tentadora.

"Aceptamos la segunda opción," dijo Gaster, con un tono final. "Sans y Papyrus asistirán a las instituciones del distrito, y buscaremos la graduación temprana para Sans."

Una delgada sonrisa apareció en los labios de mi madre. "Excelente. Mandaré los papeles de inscripción mañana mismo, junto con una lista de tutores especializados en las disciplinas que su actual educación podría estar 'descuidando'." Sus ojos se posaron en mí. "Me alegro de que hayamos llegado a un acuerdo 'amistoso', Lucida."

El tono de su voz me indicó que, para ella, esto había sido una victoria, o al menos un paso importante en su plan. Miré a Sans y Papyrus, sus rostros confusos pero expectantes. Teníamos mucho que explicarles.


POV Sans

La conversación entre mis padres y mi abuela se había vuelto aún más densa. Podía sentir la tensión palpable, aunque la mayoría de las palabras seguían siendo un murmullo indescifrable a través de la puerta. Haciendo el intento de agudizar mi audición en mi estado actual, a pesar de mi esfuerzo, solo captaban un torbellino de emociones y alguna que otra palabra clave como "acuerdo amistoso".

De repente, la puerta se abrió y mis padres entraron, sus expresiones una mezcla de cansancio y resignación. Papyrus los miró, con su habitual optimismo, mientras que yo intentaba leer entre líneas.

"Niños," comenzó Lucida, su voz más suave de lo normal, lo que me indicaba que la situación era delicada. "Hemos llegado a un... acuerdo con vuestra abuela Gloria."

Gaster continuó, su tono práctico, como si estuviera recitando un informe. "Para Papyrus, ustedes tienen la opción de complementar sus estudios en el instituto del distrito, si así lo desean." Papyrus, que ya era un estudiante excepcional, asintió, su mente ya probablemente calculando cómo eso podría beneficiar su propio camino hacia la facultad de Ciencias e innovaciones.

Luego, la mirada de Gaster se posó en mí. "Sans, tú asistirás al Kindergarten del distrito a partir de ahora, y luego al Instituto cuando seas mayor." Mis cuencas se ensancharon. ¡¿Kindergarten?! ¿Yo? Con todo mi entrenamiento y mi Gen-V, ¿tendría que ir a un jardín de infancia? Era humillante e incómodo.

"Sin embargo," continuó Lucida, anticipando mi protesta, "tu abuela ha accedido a una graduación temprana para ti. Si demuestras que dominas totalmente el plan de estudios y obtienes las credenciales necesarias, el clan dejará de insistir en estos asuntos."

Un "¡¿Qué?!" escapó de mis labios antes de que pudiera contenerme. Mi abuela, ¿dándome una salida? Era casi tan impactante como la idea de asistir al Kindergarten. Mis padres me explicaron el trato completo: asistencia obligatoria, pero la posibilidad de acelerar mi salida de ese sistema si demostraba ser excepcionalmente capaz.

"Así que, Sans," dijo Gaster, con una rara suavidad en su voz. "Esto significa que tendremos que intensificar tu entrenamiento con Gerson. Necesitas dominar tu Volumen de maná y tu naturaleza Cambiante más rápido de lo que esperábamos. Cada lección, cada concepto que Gerson te enseñe, será necesario para evitar cualquier incidente imprevisto"

Mi alma lanzó un pequeño siseo. Obassama es muy astuta. Me había dado una zanahoria, pero envuelta en una cadena. Era una carrera contrarreloj, un desafío. No me gustaba que me dijeran qué hacer, pero la idea de zafarme de su influencia y la del clan, era un poderoso motivador. Además, la idea de "demostrarles" que no era un niño que necesitaba ser "controlado" me llenó de una determinación feroz.

"Entendido," dije, asintiendo con la cabeza.

La abuela, con una serenidad que parecía desmentir la tensión de la última hora, se despidió de nosotros. "Gracias por recibirnos," dijo, su voz tranquila y medida, sin una pizca de la insistencia que había dominado la conversación. Hizo una leve reverencia, a diferencia de sus vasallos, quienes realizaron una profunda, un claro indicio de su estatus como miembros reconocidos de la rama principal del clan Code. No sin antes añadir, con un pragmatismo inquietante: "Tendrán noticias suyas pronto."

Con esas últimas palabras, la puerta se cerró. Un colectivo y profundo suspiro de alivio llenó la sala. La atmósfera, antes cargada de una tensión casi palpable, se disipó, dejando una sensación de agotamiento, pero también de extraña liberación. Nos habíamos librado, por ahora.

El alivio fue tan denso que casi pude saborearlo. Papyrus se dejó caer en el sofá, cerrando los ojos con un suspiro dramático. Mamá se recostó en el marco de la puerta, frotándose las sienes, y Papá se permitió un raro momento de distensión, aflojando el nudo de su corbata imaginaria. La "conversación de los adultos de la sala" había sido más una guerra de desgaste que una visita.

"Bueno," dijo Lucida, rompiendo el silencio, su voz un poco más cansada de lo habitual. "Eso fue... productivo."

Gaster resopló. "Productivo es una forma de decirlo. Tu madre y sus 'sugerencias'." Su dæmon revoloteó, erizando su plumaje Atlas, reflejando su ligera irritación. "Al menos conseguimos que aceptara la graduación temprana para Sans."

Papyrus, que se había reanimado un poco, parpadeó. "¿Graduación temprana? ¿Eso significa que Sansy no tendrá que ir a la escuela por mucho tiempo?" Sus cuencas brillaron con una mezcla de curiosidad y la habitual inocencia.

Gaster se giró hacia nosotros, su expresión volviendo a ser más seria. "Significa que el clan Code espera que Sans demuestre un progreso excepcional. Si cumple con los requisitos del plan de estudios de sus instituciones antes de lo esperado, no podrán interferir más en su educación." Su mirada se posó en mí. "Esto no es solo una oportunidad, Sans. Es una condición. Una que deberás cumplir con diligencia."

Sentí una punzada de nerviosismo. Había estado tan concentrado en la parte de "liberarme" de lo que representaba la abuela, que no había pensado en la carga que implicaba. "Entonces... ¿tendré que ir a la escuela del distrito? ¿De verdad?" El concepto de un "Kindergarten" para mí, con todo lo que ya sabía y la magia que manejaba, seguía siendo absurdo.

Lucida se acercó, su mano suave en mi hombro. "Sí, cariño. Es parte del acuerdo. Pero recuerda, es un camino para que tengas más libertad a largo plazo. Y no te preocupes, Gaster y yo nos aseguraremos de que tengas todo el apoyo que necesites. Tu entrenamiento con Gerson se volverá aún más crucial."

“ahora quien quiere postre”





No pasó un día antes de que las "noticias" de Gloria llegaran. Un ave mensajera aterrizó suavemente en el alféizar de nuestra ventana, trayendo un paquete que Lucida recibió. Una vez entregado, el ave salió volando con la misma eficiencia silenciosa. Al revisar su contenido, mi madre encontró los documentos prometidos: los papeles de inscripción para el Kindergarten y el Instituto, una lista de tutores especializados en diversas disciplinas, un plan de estudios detallado y, para mi horror, ¡lecciones de etiqueta!

Esos instructores llegaron varias semanas después. Eran dos monstruos esqueletos de aspecto severo y modales impecables, que se presentaron con una formalidad que me recordó mi breve e incómoda estancia en la finca Code. Uno era un hechicero experto en control de maná, con una paciencia sorprendente para mi naturaleza distraída. La otra era una guerrera ágil y silenciosa, especializada en defensa personal y combate mágico, que insistía en llamarme "heredera" con una reverencia que me incomodaba profundamente.

Las lecciones eran intensas y exigentes, diseñadas para cultivar mi potencial mágico y, según entendí gradualmente, para moldearme según las expectativas del Clan Code. Sentía la presión de aprender rápidamente, de demostrar ser digno de la "bendición" de mi afinidad mágica. Era una constante lucha interna.

A pesar de la dedicación de mis instructores, me resistía internamente. La idea de ser moldeado en algo que no sentía que era, la constante referencia a mi género mágico percibido como si fuera mi única identidad, me generaba una creciente irritación. Anhelaba la libertad de explorar quién era realmente, más allá de las expectativas de un clan lejano.

Encontré consuelo en mis momentos a solas, explorando los bosques nevados alrededor de Snowdin con Sireus a mi lado. En su forma de zorro ártico, se movía con una gracia silenciosa, su pelaje blanco como la nieve fundiéndose con el paisaje. Sentía su comprensión tácita, su aceptación incondicional de todas mis facetas, sin importar cómo me identificara. Era mi verdadero confidente.

También encontraba refugio en la compañía de Papyrus. Su entusiasmo inagotable y su aceptación sin prejuicios eran un recordatorio constante de que mi familia me amaba por quien era, no por lo que se esperaba que fuera.

Gaster y Lucida, aunque preocupados por la influencia del clan en mi educación, intentaban equilibrar las lecciones formales con la libertad de ser niño. Nos leían cuentos, jugaban con nosotros y nos recordaban constantemente que nuestro hogar en Snowdin era nuestro santuario.

Pero la sombra del Clan Code y sus expectativas seguía cerniéndose sobre nosotros, como una promesa implícita de que nuestra relativa paz podría ser interrumpida en cualquier momento. Y yo, atrapado entre mi propia identidad floreciente y las expectativas de un legado ancestral, sabía que mi camino sería encontrar la manera de ser fiel a mí mismo sin alienar por completo la poderosa influencia de mi abuela. El futuro, una vez más, se sentía incierto.





El tiempo pasó, y con él, el constante tira y afloja de mi nueva rutina. Mis días se dividían entre las exigentes lecciones de los tutores del Clan Code y mis entrenamientos con Gerson. El hechicero (más tarde descubrí su nombre es Morisawa Code) me machacaba con ejercicios de control de maná, obligándome a tejer hilos de energía cada vez más finos, una tortura para mi naturaleza que prefería los chorros potentes. La guerrera Zarid—sensei, por otro lado, me empujaba al límite físico, insistiendo en que la destreza corporal era tan vital como el poder mágico. Su voz, a veces, era una sombra fría en mis oídos: "Una heredera debe ser completa, en mente, cuerpo y espíritu."

Cada noche, revisaba el calendario. Cada día tachado era un paso más cerca para termine la tutoría siendo dos meses, un paso más lejos de la sombra de mi abuela. La presión era inmensa, pero también el deseo de probarles que no era un títere, que mi camino era mío.

Durante el día, en el Kindergarten del distrito, era una experiencia surrealista. Rodeado de pequeños esqueletos que aún jugaban con bloques y dibujaban con crayones, me sentía como un gigante disfrazado. Me esforzaba por pasar desapercibido, un fantasma con mochila, mientras mi mente procesaba ecuaciones complejas y estrategias de combate para lidiar Zarid—sensei. Era agotador, pero me recordaba por qué estaba haciendo esto: para que mi libertad no dependiera de ellos.

A pesar de todo, Gerson seguía siendo mi ancla. Sus lecciones sobre la conexión elemental se volvieron más profundas, y a menudo, cuando los tutores del clan me saturaban con su enfoque rígido, Gerson me recordaba la importancia de la intuición y la fluidez. "La magia es como un río, muchacho," me dijo una vez. "Puedes intentar forzarla a ir por un canal, o puedes aprender a fluir con ella."

Sireus, mi fiel dæmon, también fue un constante apoyo. Juntos, escapábamos a los rincones más tranquilos de Snowdin, donde podía dejar caer la fachada, permitir que mis orejas de lobo aparecieran y sentir el viento frío en mi pelaje. En esos momentos, me sentía más yo mismo que en cualquier otro lugar.

Un día, mientras practicaba un complicado ejercicio de modulación de maná con Morisawa—sensei, sentí una punzada inusual. No era dolor, sino una especie de eco, una resonancia que no había sentido antes. Era como si mi alma vibrara al unísono con algo lejano, algo que se acercaba. Morisawa—sensei frunció el ceño, notando mi distracción.

"¿Sucede algo, heredera?" preguntó, su voz monótona.

Negué con la cabeza, intentando concentrarme, pero la sensación persistía. Era una energía familiar, aunque distorsionada por la distancia. ¿De quién será? Pero no se sentía la energía de su forma física, sino de algo más… elemental. Una especie de premonición se apoderó de mí. Algo grande estaba a punto de suceder.

Con el paso de las semanas, a medida que interactuábamos más, la severidad de mis tutores del Clan Code comenzó a suavizarse. Morisawa-sensei, el hechicero, y Zarid-sensei, la guerrera, parecieron percatarse de que jamás me quejaba o hacía berrinches, algo que esperaban de un niño de mi edad sometido a un entrenamiento tan riguroso. Su sorpresa era casi palpable, y aunque sus métodos seguían siendo exigentes, noté un matiz diferente en sus interacciones, una especie de respeto silencioso.

Cuando se cumplió el primer mes, todas las lecciones prácticas se pausaron para dar paso al aspecto académico. Bajo la guía de Morisawa-sensei, me sumergí en estudios que iban más allá de lo que aprendía en el Kindergarten. Las matemáticas avanzadas y la teoría mágica abstracta se convirtieron en mi pan de cada día, y aunque desafiantes, las encontré más gratificantes que las interminables repeticiones de modulación de maná.

Pero lo que más temía eran las lecciones de Zarid-sensei. No eran de combate, sino de algo mucho más insidioso: modales, la diversa etiqueta, baile y, para mi consternación, lecciones básicas para principiantes de japonés, coreano y chino. Según ella, estas eran las lenguas "raíces" del clan Code, y dominar sus elementos básicos era esencial para mi "posición". Cada reverencia, cada inflexión de voz en un idioma extranjero, se sentía como una cadena más, atándome a un legado que no había elegido.

Mis orejas mentales se aplanaban con cada lección de vals y cada intento de pronunciar correctamente los tonos del chino. Era un tormento. Prefería enfrentarme a un golem de maná que a una sala llena de cubiertos desconocidos.

La presión seguía ahí, la necesidad de "graduarme temprano" zumbando en mi cráneo. Cada nueva habilidad que adquiría ya fuera un complejo teorema mágico o un paso de baile, era un arma en mi arsenal para conseguir mi libertad. Estaba decidido a superar sus expectativas, a demostrar que podía dominar su mundo y luego, finalmente, reclamar el mío.


Finalmente, se cumplió el plazo de los dos meses acordados para la tutoría de Morisawa-sensei y Zarid-sensei.

La despedida de Morisawa-sensei y Zarid-sensei fue extraña. Habían pasado dos meses exigiéndome lo imposible, y ahora, al final, me miraban con una mezcla de orgullo y, para mi sorpresa, una genuina decepción. "Al menos conseguimos que aprendiera lo básico," dijo Morisawa-sensei, limpiándose una gota de sudor inexistente de su frente, aunque su voz sonaba un poco temblorosa. Zarid-sensei asintió, su habitual estoicismo ligeramente resquebrajado. Ambos me bombardearon con un montón de material didáctico, principalmente libros de idiomas, antes de soltar una risa que sonó... ¿sincera?

"Has sido uno de nuestros mejores estudiantes a cargo, a comparación de los alumnos que tenemos que enseñar," comentó Zarid-sensei, y Morisawa-sensei se hizo eco de su ironía. Mi expresión de confusión debió ser evidente, porque Morisawa-sensei se apresuró a explicar. "Somos profesores del instituto, Sans. ¡Esperamos verte allí cuando sea tu momento!"

Mis cuencas se ensancharon. ¡¿Profesores del instituto?! Esos seres estrictos y casi robóticos eran, en realidad, los que enseñaban a los adolescentes del distrito. La revelación fue… chocante. Me los imaginaba como una especie de agentes secretos del clan, no como educadores de tiempo completo.

Un escalofrío me recorrió. Esto significaba que la graduación temprana no solo era un objetivo, sino una carrera contra mis propios tutores, que ahora esperaban mi llegada con una anticipación que me ponía nervioso. Sabían mi potencial, mis peculiaridades, y sin duda, no me lo pondrían fácil. El instituto ya no parecía un escape de las lecciones del clan, sino una extensión de ellas, una prueba más de mi capacidad.

Con sus últimas palabras, ambos hicieron una reverencia y se marcharon, dejando un vacío en la casa que se sentía extrañamente… aliviador. El silencio que siguió fue un bálsamo para mis oídos, acostumbrados a la constante supervisión y a las estrictas instrucciones.

Hasta que recuerdo que todavía falta superar el jardín de infantes…

Fin POV Sans


Glosario:

[1] Atalieres|Taller|Estudio— Se fabrican & vende medicinas, herramientas y artefactos mágicos o encantados. Los maestros con licencia son dueños de estos establecimientos son los llamados Artífices Meisters o Magisters. Tienen el derecho a inventar y distribuir sus productos o creaciones y se les considera del mismo nivel que los nobles de forma honorario.

Notes:

Lista para que sea más fácil identificar los daemons que han aparecido hasta ahora:

- Gaster Aoki WD Serif - Águila Real (Aquila chrysaetos) - Atlanta

- Lucida Coral Bright Code - Panda Rojo (Ailurus fulgens) - Annaisha

- Papyrus Orión Cooper WD Code-Serif - Lobo Ártico (Canis lupus arctos) - Tomoe

- Sans Nova Jade WD Code-Serif - búho nival (Bubo scandiacus) - Sireus

- Napstabloock - Dingo (Canis lupus dingo) - Patch

- Alphys - Armadillo de nueve bandas (Dasypus novemcinctus) - Marcellus

- Gerson - Pato Mandarín (Aix galericulata) - Angus

Chapter 9: Capitulo 8: Dulces secretos y Primeras lecciones.

Notes:

Una actualización sorpresa, ya casi no acercamos un hito importante del arco.

¡Espero que disfruten del capítulo!

No olviden comentar, los leo con gran aprecio :D

Sin más preámbulos, ¡Empecemos con la historia!

*Hace una reverencia a la audiencia y desaparece del escenario*

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text


POV Sans

Después de un riguroso entrenamiento bajo la atenta mirada de mis padres y tutores, logré convencer a Gaster de que me permitiera explorar más allá de los confines de nuestra casa. Fue mi padre el primero en ceder, sin que entendiera la razón aparente de su inesperada aquiescencia. Enseguida, Lucida simplemente negó con la cabeza, declarando que no llegara demasiado tarde a casa. Así, con una sonrisa, salí oficialmente, sin recurrir nuevamente a paseos a escondidas.


POV Lucida

Suspiré, mirando con incredulidad a Gaster por la rapidez con la que había cedido. ¡Cómo su hijo lo convencía con esa mirada de cachorro y esa postura tan tierna! La única defensa de Gaster fue: "Nuestro hijo es demasiado adorable para su propio bien, ¿cómo podía decirle no a esa carita?".

Fin POV Lucida


Nuestras incipientes aventuras pronto se expandieron más allá del bosque cercano de nuestro patio. Aprovechando el breve periodo vacacional de Papyrus y mío. Decidí acompañarlo en algunos de sus paseos.

A menudo, nuestras excursiones coincidían con las visitas de nuestros "tíos" adoptivos, Muffet y Grillby, quienes, a pesar de sus personalidades contrastantes y su peculiar "alianza", se habían convertido en figuras importantes en nuestras vidas.

Las visitas de Muffet eran eventos… vibrantes. Su energía era contagiosa, aunque su estricta vigilancia con respecto a los dulces era inquebrantable. Para mantenernos ocupados durante sus turnos de cuidado, nos introdujo al fascinante mundo de la creación de vestimenta. Con sus múltiples brazos trabajando con una velocidad sorprendente, nos enseñaba a doblar, cortar y coser trozos de tela en formas extrañas y maravillosas. Papyrus, con su atención al detalle, se esforzaba por seguir sus instrucciones precisas, mientras que yo, con mi creciente afinidad por las manualidades, me sentía particularmente atraído por el diseño. Imaginaba atuendos extravagantes y prácticos, influenciado quizás por los fragmentos de recuerdos de vidas pasadas donde la vestimenta tenía un significado cultural o incluso funcional.

Muffet parecía genuinamente complacida con nuestro interés, aunque su mirada siempre se mantenía alerta, como un halcón vigilando a su presa, asegurándose de que ningún dulce se acercara a nosotros. La primera vez que Papyrus y yo logramos escabullirnos unos caramelos olvidados en un bolsillo, las consecuencias fueron… memorables. La hiperactividad resultante, especialmente la mía, había dejado una huella imborrable en la memoria colectiva del Subsuelo. Incluso ahora, la mera mención de "Sans con azúcar" provocaba escalofríos y miradas de pavor en los rostros de algunos de los habitantes más antiguos.

Fue en ese contexto de "terror azucarado" que Muffet y Grillby, para sorpresa de todos, forjaron su inusual pacto. Notando mi tristeza palpable cada vez que veía a otros monstruos disfrutar de dulces prohibidos, dejaron de lado su rivalidad habitual. Después de innumerables experimentos secretos, lograron crear barras de chocolate con una composición mágica que mi sistema podía procesar sin desencadenar el apocalipsis hiperactivo. La primera vez que probé una de estas barras, el silencio expectante en la habitación era casi palpable. Cuando mi rostro se iluminó de puro deleite, una celebración silenciosa se extendió entre los presentes, observada con confusión por mis ojos infantiles.

Grillby, por su parte, nos ofrecía un tipo de aprendizaje más tranquilo y constante en su acogedor bar. Mientras Papyrus mostraba un gran interés en aprender a preparar sus famosas llamas y otras delicias culinarias bajo su supervisión, yo me sentía inexplicablemente atraído por la colección de música que Grillby guardaba con tanto celo. Su "sala de música", como la llamaba en voz baja, era un santuario lleno de fonógrafos antiguos y estanterías repletas de discos de todos los géneros imaginables, algunos de los cuales parecían datar de siglos atrás.

Para mi asombro, Grillby nos permitió a Papyrus y a mí tocar su preciada colección, un privilegio que negaba a todos los demás. A menudo me pedía que revisara o modificara los fonógrafos, y mi creciente habilidad mágica encontraba una salida fascinante en la manipulación de sus intrincados mecanismos. Fue en este espacio lleno de melodías olvidadas que Grillby intentó enseñarnos a bailar. Papyrus, con su gracia natural, aprendió los pasos con relativa facilidad, mientras que yo luchaba por diferenciar los estilos, terminando por crear una forma de movimiento propia, una mezcla caótica de energía infantil y torpeza esquelética. Papyrus, con una paciencia infinita (o quizás resignación), a menudo aceptaba mis entusiastas invitaciones a bailar, terminando exhausto y adolorido por mi inagotable energía.

Fue quizás por mi dificultad para seguir los ritmos de baile convencionales que desarrollé una fascinación por los instrumentos musicales. Encontramos varios instrumentos desechados, pero aún funcionales en el vertedero de Waterfall, y con la guía de libros polvorientos y la ayuda ocasional de Grillby, Papyrus y yo nos sumergimos en el mundo de la música. Papyrus se inclinó por la guitarra, el piano y la batería, mientras que yo exploraba el violín, el xilófono y una extraña mandolina de tres cuerdas. Incluso Lucida, con su hermosa voz, nos enseñó algunas melodías antiguas, llenando nuestra casa con canciones olvidadas. La música se convirtió en un refugio, una forma de canalizar mi energía y mi creciente complejidad interior, un antídoto eficaz contra el aburrimiento que, como habíamos aprendido, podía tener consecuencias… explosivas.

A medida que mi cuarto año avanzaba, el mundo se abría ante mí, lleno de texturas, sonidos y aprendizajes inesperados. Muffet me enseñaba la paciencia y la creatividad a través del hilo y la aguja, Grillby me introducía a la magia de la música y el ritmo, y Papyrus, siempre a mi lado, compartía conmigo la maravilla de la exploración y el descubrimiento. Sin saberlo, cada uno de ellos estaba plantando semillas que florecerían en la persona que me convertiría, moldeando mis intereses y ayudándome a navegar por la peculiaridad de mi existencia. El incidente del Gen-V había sido un susto, un recordatorio de la fuerza incontrolable que residía en mí, pero también había allanado el camino para un crecimiento inesperado, guiado por la inesperada ternura de aquellos que se preocupaban por este pequeño esqueleto peculiar.


POV Sans

Un poco decepcionada cuando el periodo vacacional pronto iba a terminar y regresar a mi suplicio actual: el Kindergarten.

Refunfuñando para mis adentros cuando fue el momento de volver a clase. Mirando con anhelo mi habitación hasta que escucho Gastar llamarme para vestirme, siendo en esta ocasión un atuendo de marinero. Un poco desconcertado de que recientemente Gaster comenzó su fascinación de comprar atuendo o como lo llamo disfraces de forma compulsiva, adquiriendo una costumbre de vestirme diariamente un atuendo diferente cada vez que es momento de ir al preescolar. Dejándome en la entrada y dirigirse a su trabajo, 

El regreso al Kindergarten fue tan deprimente como lo había anticipado. Mis días, que habían estado llenos de aventuras con Papyrus, lecciones de música con Grillby y clases de costura con Muffet, volvieron a ser un ciclo monótono de crayones, canciones infantiles y siestas forzadas. Me sentía como un pez fuera del agua, o más bien, como un esqueleto con un cerebro de adulto atrapado en un cuerpo de niño de cuatro años, obligado a pretender que el mundo de las formas y los colores era el colmo de la emoción.

Cada mañana, al levantarme, mi alma se hundía un poco más. Las mañanas con Gerson eran un respiro, un lugar donde mi mente podía estirarse y mi magia podía fluir libremente. Pero el resto del día era una tortura de "tiempo de juego" y "aprender a compartir" con otros babybones que no entendían ni la mitad de lo que yo era capaz de hacer.

"¿Sansy, ¿qué te pasa? ¡Estás más gruñón de lo normal!", exclamaba Papyrus, con su energía inagotable, intentando animarme con un abrazo.

"Es solo... el jardín de niños, Paps," murmuraba, mi voz cargada de un tedio que un niño de mi edad no debería conocer. "Es aburrido. Muy aburrido."

La única cosa que me mantenía cuerdo era la promesa de la graduación temprana. Cada vez que sentía que no podía soportar un minuto más de la clase de canto, recordaba que era un paso más cerca de librarme. Mis padres me habían asegurado que, con mi progreso, no tardaría mucho en superar los requisitos del kindergarten. Era mi mantra, mi luz al final del túnel.

Durante el "recreo", me sentaba en silencio, observando a los otros niños jugar con sus juguetes, mientras yo repasaba mentalmente los complejos hechizos que Morisawa-sensei me había enseñado, o las intrincadas melodías de los discos de Grillby. Me sentía un extraño, un observador, separado del mundo infantil por un abismo de conocimiento y experiencia.

La única interacción que me resultaba medianamente interesante era con la maestra, un amable monstruo esqueleto llamada Miss Coco. Ella, a pesar de mi reticencia a participar en las actividades grupales, parecía ver algo más en mí. A menudo me encontraba mirándome con una curiosidad que iba más allá de la simple preocupación pedagógica. A veces, me hacía preguntas que, aunque aparentemente inocentes, parecían diseñadas para tantear mi intelecto.

Un día, mientras dibujaba un intrincado diagrama de runas mágicas en lugar de un sol, Miss Coco se acercó, su voz suave. "¿Qué es eso tan interesante que dibujas, Sans?"

Levanté la vista, mi expresión neutral. "Es... un patrón. Para ayudar a mi papá con su trabajo." Era una verdad a medias, pero no del todo falsa. Intentando mejorar la destreza de mis trazos.

Ella sonrió, sus ojos brillantes. "Vaya, parece muy complicado. ¿Eres muy inteligente, verdad, Sansy?"

Me encogí de hombros, mi alma haciendo un pequeño "purr" ante el cumplido. "Solo... aprendo rápido." —murmurando en voz baja, tiñéndose en su rostro un leve sonrojo.

Miss Coco asintió, su sonrisa se ensanchó. "Eso lo veo. Y veo que tienes un gran potencial, Sansy. Mucho." Su mirada se volvió pensativa. "Solo recuerda que el mundo tiene muchas cosas que ofrecer, no solo lo que te enseñan en los libros."

Sus palabras, tan simples, me sorprendieron. Era como si supiera algo que yo no, o como si hubiera vislumbrado el peso de las expectativas que cargaba. Me quedé mirándola, y por un momento, me pareció que el Kindergarten no era tan aburrido después de todo. Quizás, incluso aquí, había algo nuevo que aprender.


Un día, Miss Coco se acercó nuevamente a la hora del recreo, sosteniendo suavemente a un esqueleto de mi edad que tenía el ceño fruncido y hacía constantemente pucheros. Lo posicionó frente a mí. Detuve lo que estaba haciendo, que era una plana del trazo de un kanji.

Guardamos silencio, mirándonos fijamente.

Hasta que el silencio fue roto por Miss Coco, exasperada por nuestro comportamiento. "Bien, presentaciones, ejem," dijo, dando un suave empujón hacia adelante al esqueleto de rayas. Este, de manera cortante, se presentó:

"Code Kouske," dijo, mirando con irritación a la cuidadora por sus constantes intentos para socializarlo con "estos herbívoros y voluntades débiles".

Miss Coco, satisfecha, me miró de inmediato haciendo una señal alentadora. Suspirando de pesar, con el mismo tono monótono y aburrido, me presenté:

" Code Serif Sans Nova Jade" dije con una expresión inexpresiva. Continué: "Para abreviar puedes llamarme Sans o Nova, me da igual"

Miss Coco solo permanecía de observadora, esperando tener que intervenir si Kouske tenía la intención de comenzar nuevamente un encuentro violento con un compañero de clase. Sin embargo, esta vez no reaccionó como habitualmente. Miraba desconcertada a sus dos alumnos más introvertidos, que se miraban fijamente de nuevo, como si estuvieran evaluándose.

Las cuencas oculares de Kouske se abrieron de sorpresa, casi imperceptiblemente. Ese nombre, lo había estado escuchando entre susurros entre algunos parientes cuando se escabullía en la finca. Kouske enseñó los dientes, intentando imponer su dominio como lo hacen los dæmons carnívoros, o como había visto a algunos familiares dar sonrisas afiladas y depredadoras. Intentó imitarlos, sin esperar que el gesto le fuera devuelto, mostrando por un breve momento unos afilados caninos. Esto hizo que su guardia se alzara, y hasta la cuidadora se puso rígida, congelándose instintivamente. Sin saberlo, una emoción desconocida, el miedo, lo invadió y su alma aceleró su ritmo sin razón. Cuando parpadeo ya no había ningún rastro de los caninos afilados que esta seguro haber notado en Sans.

Por otro lado, yo mentalmente quería estrellarme contra la mesa de plástico, regañándome por dejarme llevar por mis instintos de Cambiante que tomaron ese gesto como un desafío, reaccionando en consecuencia. Me di cuenta de lo que acababa de hacer, pero no pude echarme para atrás hasta que, finalmente, el niño dejó de enseñar los dientes y rompió el contacto visual por un momento. Me recompuse. "Ay, creo que asusté un poco a Miss Coco", pensé, al verla mirarme desconcertada. Continuó como si lo que acababa de suceder no hubiera pasado.

"Caray ~ ¡qué coincidencia, ambos comparten el mismo apellido! Quizás sean parientes o pertenezcan al mismo clan, niños. ¿Por qué no se conocen?", declaró Miss Coco, hasta que se distrajo al ser llamada por otro de los cuidadores o profesores.

La maestra se fue, dejándonos a solas, con un silencio aún más cargado que antes. Kouske y yo nos miramos de nuevo. Él, con su ceño fruncido habitual, y yo, con mi expresión supuestamente "inexpresiva" que en realidad escondía un torbellino de pensamientos. La verdad era que, a pesar de mis intentos de ocultarlo, el pequeño susto que le di con mis colmillos me había dejado un poco... eufórico. Pocas veces lograba una reacción así en otros monstruos.

Kouske fue el primero en hablar de nuevo, su voz baja y casi un murmullo. "Mi madre es Code Lyra. Mi padre es Code Hiroshi."

Mi turno. "Mi madre es Code Lucida, mi padre es Serif Gaster " Hice una pausa, sabiendo que el nombre de mi madre lo diría todo. "Y mi abuela es Code Gloria, la Matriarca."

Las cuencas de Kouske se abrieron un poco más, esta vez sin disimulo. Él también sabía quién era ella. El aire entre nosotros cambió, la tensión se mantuvo, pero ahora mezclada con un hilo de entendimiento, casi de reconocimiento. Era como si, de repente, el juego de las "evaluaciones" del clan se hubiera extendido hasta el Kindergarten.

"¿Así que... eres una de las Herederas?" preguntó Kouske, su voz con un deje de asombro y, quizás, algo de resentimiento. Su ceño se frunció aún más, pero esta vez, parecía una mezcla de frustración y envidia. La implicación era clara: él, como miembro de una rama secundaria, nunca alcanzaría la misma posición.

Me encogí de hombros, intentando sonar indiferente. "Supongo. Es complicado." No quería hablar de ello.

"Entonces, ¿también tienes que ir a esto?"—dijo, señalando con el pie el suelo del aula, como si el mismo Kindergarten fuera una afrenta personal. Su tono era de pura exasperación.

Una pequeña sonrisa se formó en mis labios, una de esas sonrisas que a veces asustan a los demás, pero que para mí era un signo de alivio. "Sí. Es parte del 'acuerdo' con obassama. Te cuento un secreto que puede interesarte se le conoce como graduación temprana, si cumples los requisitos ¡Claro esta!"— La ironía era palpable. Si tuviera un abanico estaría escondiendo mi sonrisa debajo de él, al notar que despertaba su curiosidad evidente brillo en sus cuencas oculares.

Kouske me miró con una chispa de interés. "¿Graduación temprana?"

Asentí. "Exacto. Un atajo para salir de aquí lo antes posible. Y también del instituto, si tengo la oportunidad."

Un silencio cómodo, o al menos tenso, se instaló entre nosotros. Era extraño. Había sido el primer monstruo de mi edad, fuera de Papyrus, con el que había tenido una conversación que no involucraba crayones o juguetes. Y para mi sorpresa, no había sido del todo desagradable. Quizás, el Kindergarten no sería tan monótono después de todo. Al menos, ahora tenía a alguien que entendía la carga de ser un "Code".

Antes de que Kouske pudiera interrogarme más, sonó la campana, señal de que el receso había terminado. Fue mi señal para hacer una retirada estratégica.


Al día siguiente, Kouske se acercó con determinación a mi lugar en el salón, donde habitualmente me posiciono cuando es hora de socializar o hacer trabajo colaborativo. Desde mi primer día, me había encontrado aislada sin razón aparente, sin hacer nada que pudiera provocarlo. Ignoraba que mi aura, para los demás, provocaba que, de manera instintiva, me evitaran deliberadamente. Esto se debía a diferentes motivos en su razonamiento infantil: algunos sentían miedo, nerviosismo, o me percibían como extraña e intimidante, o simplemente se sentían inquietos por mi inexpresividad o mi semblante general.

Kouske se sentó a mi lado con firmeza. ¿Are~? Incliné mi cabeza como un cachorro confundido.

Kouske, con su habitual ceño fruncido, me entregó un pequeño cuadernillo de dibujo y un lápiz. "La maestra dijo que tenemos que 'colaborar' en un proyecto de arte," gruñó, el tono de su voz era un claro indicio de su descontento. "Y tú eres la menos... ruidosa."

A pesar de su evidente disgusto, no pude evitar sentir una punzada de algo parecido al alivio. Ser la "menos ruidosa" en el Kindergarten era un título que, aunque no era precisamente halagador, me garantizaba un cierto nivel de paz. Y trabajar con Kouske, a quien ya consideraba un compañero en el suplicio de la escuela, parecía menos terrible que con el resto.

Tomé el cuadernillo, sintiendo el leve cosquilleo de su maná en el papel. Kouske, a diferencia de los otros niños, no tenía un aura ruidosa o caótica. La suya era... tensa, sí, pero contenida, como un resorte apretado.

"¿Qué se supone que vamos a dibujar?", pregunté, con mi habitual tono monótono.

Kouske se encogió de hombros, hurgando en su pequeña mochila y sacando una caja de crayones gastados. "Lo que sea. Siempre y cuando sea 'expresivo' y 'trabajo en equipo'. Tonterías."

Sonreí, una pequeña curva casi imperceptible en mis labios. "Podemos hacer un mapa del tesoro. Con trampas y todo."

Kouske me miró, y por un instante, su ceño fruncido se relajó, dando paso a una pequeña chispa de interés en sus cuencas. "Eso... no es tan estúpido."

Y así, en medio del bullicio y la algarabía del Kindergarten, dos esqueletos con un futuro incierto y un presente exasperante encontraron un pequeño oasis de entendimiento. Era solo un dibujo, pero para mí, era un paso más cerca de encontrar mi propio lugar en este extraño y complicado mundo.

Miss Coco, con los ojos bien abiertos, tomó el mapa. Lo giró, lo examinó de cerca, y luego nos miró a Kousuke y a mí con una expresión que no logré descifrar del todo. Había sorpresa, por supuesto, pero también una especie de curiosidad... y quizás, una pizca de sospecha.

"Esto... esto es extraordinario, niños," dijo, su voz un poco ahogada. "Los detalles, la imaginación... ¿realmente lo hicieron ustedes dos?"

Kouske, con su habitual aire de suficiencia, simplemente asintió, su rostro impávido. Yo me encogí de hombros. "Él tuvo la idea de las trampas. Yo hice la parte del tesoro." Era una verdad a medias, pero suficiente.

Miss Coco nos observó por un momento más, como si intentara encontrar el truco. Era evidente que no creía del todo que dos niños de Kindergarten pudieran crear algo así. Podía ver la rueda girando en su cabeza, tratando de conciliar la imagen de dos infantes con la complejidad del mapa. Algo esperada de un aprendiz de cartografía.

Finalmente, con un suspiro que sonaba a una mezcla de asombro y resignación, colocó el mapa cuidadosamente sobre el escritorio. "Muy bien, entonces. Es... un trabajo muy original. Estoy segura de que les gustará mucho a sus padres."

Un pequeño escalofrío me recorrió. "Que les gustará mucho a sus padres" era una frase que, en el contexto de mi abuela y el clan, podía significar cualquier cosa. ¿Sería esto una nueva "prueba" de mi progreso? ¿O una excusa para más lecciones de etiqueta? Solo el tiempo lo diría. Por ahora, el mapa del tesoro era un secreto entre Kouske y yo, un pequeño acto de rebeldía creativa en un mundo que intentaba moldearnos.


La mirada de Kouske era una mezcla de desafío y una curiosidad inusual para él. Me seguía con la vista mientras guardaba mis cosas y me dirigía al área de juegos, donde los otros niños ya corrían y gritaban. Sabía que esto no terminaría aquí.

Efectivamente, apenas puse un pie en el patio, Kouske apareció a mi lado, sus pasos deliberados y su pequeña sombra proyectándose junto a la mía. "Entonces," comenzó, su voz un murmullo que se perdía entre el alboroto infantil, "el mapa. ¿De dónde sacaste la idea de las trampas?"

Me encogí de hombros, intentando sonar casual. "Solo... se me ocurrió. Para que fuera más interesante." Apegándose las “mentiras” de hadas, sin ser capaz de intentar mentir, una cuestión de palabra. (por lo que uso de vez en cuando para salir de un apuro, los métodos de las hadas[1], reconocidos por su habilidad con las palabras, de usar verdades a medias, tergiversarla[2] a su favor y sus locutores saque sus propias conjeturas, y si se equivocan, bueno, no asumen la culpa) La verdad era que mi mente, acostumbrada a la complejidad de las mazmorras y los peligros de un mundo que solo había conocido en fragmentos de memoria, no podía concebir un mapa del tesoro sin obstáculos mortales.

Kouske me miró con sus cuencas fijas, como si intentara leer mis pensamientos. "Mentira. Nadie dibuja trampas así de la nada. Los adultos... los maestros... ni siquiera ellos." Hizo una pausa, y por un momento, su ceño se frunció aún más, pero esta vez con una expresión de desconcierto. "Es como si supieras cómo funcionan."

Sentí un escalofrío. Kouske era más observador de lo que parecía. Demasiado observador. "Solo... soy imaginativo," insistí, con una sonrisa forzada. Frunciendo en ceño siendo necesario aclarar un punto—“Seré muchas cosas, pero ten en cuenta, de que yo no miento” con firmeza declaro.

Kouske no pareció del todo convencido. Me tendió un pequeño trozo de carbón que había encontrado en el suelo. "Dibuja otra. Una trampa de verdad. Que sea... difícil."

Me quedé mirándolo, y luego al trozo de carbón. Era una petición extraña, pero no del todo desagradable.

Mientras dibujaba, Kouske, con una expresión curiosa, hizo la pregunta que yo quería evitar responder.

"¿Qué necesitas para la graduación temprana?"

"La parte fácil es que tienes que completar el plan de estudios del Kindergarten y aprobar el examen para comprobar que tienes los conocimientos requeridos," suspiré.

"Escucho un 'pero'," Kouske cuestionó.

"Es a lo que iba. La parte difícil es convencer a nuestra profesora, en este caso Miss Coco, de aprobar nuestra solicitud para hacer el examen. Es donde me quedé atascada en el proceso," refunfuñé, sacando de mi inventario una copia del temario o plan de estudios y entregándoselo a Kouske.


Kouske examinó detenidamente el contenido de las hojas. Al leer los temas, resopló. "Todo el contenido ya lo sé", dijo, con un tono de fastidio. "Son una de las cosas básicas que enseñan a los niños en la finca del clan."

La declaración de Kouske me hizo parpadear. "¿Ya lo sabes todo?" Mis cuencas oculares se ensancharon ligeramente. "Entonces... ¿por qué estás aquí? ¿Por qué no has hecho la prueba?"

Kouske soltó un bufido, apartando la mirada. "Es complicado. Mis padres... no quieren que me 'adelante'. Dicen que necesito 'socializar' y 'adaptarme'." El desdén en su voz era palpable. "Tonterías. Lo que quieren es mantenerme ocupado y fuera de problemas en la finca."

Una pequeña sonrisa se formó en mis labios. Finalmente, alguien que entendía mi frustración. "Parece que ambos estamos atrapados en la misma red de 'buenas intenciones' de nuestros mayores," comenté.

Kouske me miró de nuevo, una chispa de algo parecido a la camaradería brillando en sus cuencas. "Entonces, ¿qué hacemos? Si tú no puedes convencer a Miss Coco, y yo no puedo simplemente... irme, estamos estancados aquí."

Me incliné un poco, mi voz bajando a un susurro conspirador. "Quizás... necesitemos un plan. Un plan para 'convencer' a Miss Coco de que somos excepcionalmente capaces de tomar ese examen."

Los ojos de Kousuke se estrecharon, y una sonrisa depredadora, muy parecida a la que había intentado imitar ayer, se extendió por sus labios. "Me gusta cómo suena eso. ¿Tienes alguna idea, 'Heredera'?"

Mi propia sonrisa se amplió, ahora con un toque de malicia. "Oh, Kouske–kun, tengo muchas ideas. Y creo que Miss Coco está a punto de descubrir que no todos son tan fáciles de pastorear como ella cree." La batalla por la graduación temprana estaba a punto de volverse mucho más interesante.

Fin POV Sans


Diario de Recuerdos SNJ-CS

Me dijeron que era una buena idea escribir mis pensamientos y recuerdos que considero importantes y que aprecio. Me recomendaron mis padres para preservar, por lo que decidí escribir primero sobre Sireus.

El cuarto año trajo consigo algo más que una creciente independencia; trajo consigo a Sireus. No fue un evento dramático, ni un estallido de luz o sonido. Simplemente… estaba allí. Al principio, lo percibía como una cálida presencia Incorpórea a mi lado, una suave vibración que resonaba con mis propias emociones. Luego, gradualmente, tomó forma.

Su primera manifestación espiritual fue como una neblina plateada que danzaba a mi alrededor, especialmente cuando me sentía curioso o intrigado. Con el tiempo, se condensó en una forma más definida: un pequeño búho nival, de plumaje blanco inmaculado salpicado de motas plateadas que parecían diminutas estrellas. Sus ojos eran del mismo azul profundo que mi magia, y me miraba con una sabiduría que contradecía su pequeño tamaño.

Sireus no hablaba con palabras, al menos no al principio. Su comunicación era más sutil: un suave aleteo de sus alas transmitía impaciencia, una inclinación de su cabeza mostraba curiosidad, y una oleada de calor reconfortante me envolvía cuando estaba triste o asustado. Sentía sus emociones como un eco de las mías, amplificándolas a veces, ofreciendo perspectiva otras.

Recuerdo la primera vez que lo vi claramente. Estaba sentado en mi corralito, garabateando un dibujo torpe de Papyrus "el valiente explorador" cuando sentí una suave brisa a mi lado. Levanté la vista y allí estaba, posado en el borde de mi barrera mágica, observándome con sus penetrantes ojos azules. Sentí una oleada de sorpresa, pero también una extraña sensación de familiaridad, como si siempre hubiera sabido que él estaría allí.

Papyrus, por supuesto, estaba extasiado. Al inicio lo llamó "¡El mini-yo mágico de Sans!" e intentó enseñarle a su dæmon a volar, con resultados cómicos ya que Sireus parecía preferir posarse en mi hombro o revolotear a mi alrededor. Gaster, aunque intrigado, lo examinó con una mirada científica, murmurando sobre "el comienzo de manifestaciones del alma" y tomando notas en sus omnipresentes cuadernos.

Hasta que finalmente se manifestó físicamente, de la manera habitual cuando nace un dæmon y el resto es historia.

 

 

Con la llegada de Sireus, también comenzaron las visitas regulares de la tía Muffet. Ella venía con una sonrisa dulce y una bolsa llena de telas de colores y agujas brillantes. Su misión principal, tácitamente entendida por todos, era mantenerme alejado de cualquier cosa remotamente azucarada. La primera vez que intenté alcanzar una gomita que accidentalmente había dejado Papyrus sobre la mesa, Muffet apareció como un rayo, arrebatándomela con una mirada de severa advertencia que incluso a Gaster le habría hecho temblar.

Sus lecciones de costura eran… interesantes. Muffet tenía una paciencia infinita, enseñándome a enhebrar la aguja con mis pequeños dedos huesudos y a hacer puntadas básicas. Papyrus, con su entusiasmo habitual, creaba diseños elaborados que a menudo terminaban pareciendo más una abstracción caótica que la capa heroica que pretendía ser. Yo, por mi parte, encontraba una extraña satisfacción en manipular las telas con mi magia, haciendo que levitaran y se doblaran a mi voluntad, para la exasperación divertida de Muffet, quien insistía en que "¡la magia es para emergencias, querido, las manos son para coser!".

Sin embargo, fue durante una de estas sesiones de costura que descubrí su pequeño secreto. Me había quedado dormido sobre una pila de retales de tela, con Sireus acurrucado a mi lado, cuando un aroma dulce y tentador me despertó. Siguiendo mi nariz, encontré una caja escondida debajo de la cama de Muffet. Dentro, cuidadosamente envueltas en papel encerado, había pequeñas barras de chocolate de un color marrón oscuro y brillante.

Antes de que pudiera siquiera intentar tomar una, Sireus revoloteó a mi alrededor, emitiendo un suave ulular de advertencia. Justo en ese momento, Muffet regresó a la habitación. Su sonrisa desapareció al instante al ver mi mirada fija en la caja.

"Sans, querido," dijo con una voz inusualmente seria, "estos son… especiales. Tienen ingredientes diferentes. Son solo para ti."

Su explicación no satisfizo mi curiosidad infantil, pero su tono firme me disuadió de preguntar más. No fue hasta mucho después, al escuchar una conversación susurrada entre Muffet y Grillby, que comprendí el esfuerzo y la preocupación detrás de esas barras de chocolate "especiales".

Con el tiempo, mi círculo social comenzó a adaptarse a mi… peculiaridad con el azúcar. Papyrus se convirtió en un centinela vigilante, desviando cualquier dulce no aprobado que intentara acercarse a mí. Incluso los encuentros casuales con otros monstruos en Snowdin se volvieron un ejercicio tácito de "evitar que Sans se acerque a la dulcería".

Y así, entre lecciones de costura, exploraciones supervisadas del bosque con Papyrus y el misterio de las barras de chocolate especiales, mis primeros años con Sireus transcurrieron. Lentamente, el mundo se volvía más familiar, y el poder que dormía dentro de mí comenzaba a despertar, paso a paso, guiado por el suave ulular de mi dæmon.



Glosario:

[1]Las hadas, a veces referidas como el Pueblo Bello o Gente Justa, son una de las cuatro especies de subterráneos. Caracterizadas por su longevidad, su imposibilidad para mentir, travesuras y malevolencia a quienes creer que se lo merecen, sus dominios territoriales residen en el Reino de las Hadas y en la red de líneas ley.

Métodos de las Hadas: Haciendo referencia a un tropo común en el folclore donde las hadas, incapaces de mentir directamente, manipulan la verdad a través de un ingenioso uso de palabras, omisiones o permitiendo que otros lleguen a conclusiones erróneas a partir de sus declaraciones.

[2]La palabra "tergiversar" se refiere a dar una interpretación forzada o errónea a palabras o acontecimientos. Etimológicamente, proviene del latín "tergiversāre", que significa modificar el sentido de un discurso o suceso para provocar una interpretación equivocada. En resumen, tergiversar implica distorsionar intencionalmente el significado original de palabras o hechos con el objetivo de engañar o manipular opiniones o al destinatario. También significa distorsionar o interpretar algo de manera errónea, darle la vuelta a la verdad o presentar información de forma engañosa o confusa.


Notes:

Una disculpa por el avance un poco lento desarrollo de la historia, más quienes están esperando la parte del lore Assassin's Creed. Les pido paciencia, hay varias razones, una de ellas es hacer las principales bases del Au.

Además, espero que los glosarios sean útiles.
En fin, creo que esto ayuda a aclarar los matices de las "mentiras de hadas" de Sans y el contexto mágico/cultural detrás de ellas.

Cuénteme sus teorías de la historia en la caja de comentarios.

Chapter 10: Capítulo 9: Melodías y Pasos Torpes

Notes:

¡Hola! Queridos Lectores espero que estén bien y llegamos con una nueva actualización. Una disculpa por la demora, he estado ocupado en estas últimas dos semanas, hasta que finalmente hoy termine de editar el capítulo.
En esta semana probablemente actualizare "The balance of Sky" muy pronto vendrán importantes sucesos.

(See the end of the chapter for more notes.)

Chapter Text


POV Sans

Mientras tanto, en el frente de la metafórica "guerra por la graduación temprana", Kouske y yo habíamos afinado nuestro plan. Nuestra estrategia era simple pero efectiva: demostrar una precocidad tan innegable que Miss Coco no tuviera más remedio que ceder. Comenzamos con "errores" deliberados en nuestras tareas de Kindergarten, resolviendo problemas de matemáticas que estaban muy por encima de nuestro nivel o escribiendo frases gramaticalmente perfectas en nuestros dibujos. La idea era ser sutilmente... demasiado buenos.

Miss Coco, como era de esperar, comenzó a mirarnos con una mezcla de asombro y frustración. Sus cejas se levantaban cada vez que entregábamos un trabajo que parecía sacado de un libro de texto universitario. A veces, nos llamaba a su escritorio y nos pedía que explicáramos nuestras "soluciones", lo que nos daba la oportunidad perfecta para soltar una jerga académica que claramente la superaba.

" Sans, Kouske,"— dijo un día, con un tono que denotaba una mezcla de exasperación y admiración—"estos... 'dibujos' son fascinantes, pero ¿por qué hay diagramas de circuitos complejos en el castillo de bloques?"

Kouske y yo intercambiamos una mirada. Mi sonrisa se amplió, y Kouske, con un raro destello de diversión en sus cuencas, respondió— "Es para la defensa. Los goblins de plastilina son muy astutos, Miss Coco. Necesitamos un sistema de seguridad infalible."

Miss Coco suspiró, frotándose las sienes. Podía sentir su cerebro intentando procesar nuestra lógica. Era agotador para ella, pero para nosotros, era una victoria.

La culminación de nuestra estrategia llegó durante la "semana de talentos". Mientras los otros niños cantaban canciones desafinadas o hacían trucos de magia que salían mal, Kouske y yo preparamos nuestra gran actuación. Papyrus, sin saber los verdaderos motivos detrás de nuestra "colaboración", nos había ayudado con un entusiasmo inquebrantable, lo que añadió una capa de inocencia a nuestro plan.

Presentamos una obra de marionetas. Pero no eran marionetas comunes; eran intrincados mecanismos que se movían con una precisión asombrosa, y la historia que contaban era una compleja alegoría sobre la dinámica de poder de clanes y la búsqueda de la libertad. La narrativa era densa, llena de simbolismos que un adulto apenas entendería, mucho menos un grupo de infantes.

Miss Coco, junto con los otros maestros y algunos padres, nos observaba con la boca abierta. La obra era un desastre artístico desde la perspectiva de la inocencia infantil, pero una obra maestra de manipulación y simbolismo desde la nuestra. Al final, el aplauso fue tenue, mezclado con un silencio de perplejidad.

Miss Coco se acercó a nosotros, su rostro una máscara de asombro disimulado—"Sans, Kouske... ¿Cómo... cómo hicieron esto?" —Su voz era apenas un susurro.

Kouske, con la frente en alto, respondió—"Es nuestra forma de 'expresarnos', Miss Coco. Creemos que el arte debe reflejar la complejidad del mundo."

La mirada de Miss Coco se posó en mí, y supe que había llegado el momento—"Miss Coco,"— dije, mi voz monótona, pero con un toque de determinación—"hemos revisado el temario del Kindergarten varias veces. Estamos seguros de que estamos listos para el examen de graduación temprana. Creemos que nuestra 'expresión artística' de hoy es una prueba irrefutable de nuestra comprensión del mundo y de nuestras capacidades."

Miss Coco nos miró, sus ojos y su rostro desconcertados. Por un momento, creí que iba a negarse. Pero luego, una pequeña sonrisa se formó en sus labios, una que denotaba una mezcla de resignación y, quizás, una pizca de orgullo. —"De acuerdo," —dijo, con un suspiro. —"Hablaremos con la directora. Pero si aprueban, no quiero ver ningún otro 'proyecto de arte' sobre 'circuitos complejos' en el aula."

Kouske y yo intercambiamos una mirada de victoria. La primera fase de nuestra guerra por la libertad estaba a punto de terminar. El Kindergarten no había sido tan inútil después de todo. Nos había proporcionado el campo de batalla perfecto para demostrar que no éramos niños comunes, y que nuestras mentes, aunque jóvenes, estaban más allá de los límites que querían imponernos.

Mientras Miss Coco se alejaba para hablar con los padres de ambos, a sus espaldas chocamos los cinco, sonriendo con entusiasmo. En broma, le declaré, simulando ser una ejecutiva de servicios:

"Ha sido un placer hacer negocios con usted, Señor Kouske, —" comenté con cierta satisfacción infantil.

"Ni que lo digas, es un placer haber hecho negocios con usted, Lady Sans,"— me siguió el juego, dándome un fuerte apretón de manos, como lo hacen los adultos cuando cierran un trato o acuerdo.

Proseguimos a hacer tonterías intencionalmente, a sabiendas de que nuestros padres estaban observando nuestra interacción. Era una de las maneras de disipar sospechas cuando cometíamos alguna travesura por aburrimiento. Esto era más para beneficio de Kouske que para mí, para convencer a sus padres de que se había vuelto muy "sociable" y "apto para la sociedad". Así lo describía Kouske cuando me platicaba algunas cosas sobre sus padres, rodando las cuencas oculares de fastidio y exasperación por sus conferencias repetitivas.

Ya que se necesita el permiso de los padres para que los alumnos puedan tomar el examen, esta fue la principal razón por la que Miss Coco, al final de la reunión de maestros y padres, mandó a llamar a nuestros padres a su oficina, mientras nosotros esperábamos afuera, sentados en los bancos de la sala de espera.


POV Sans

La espera en la sala de espera era un tipo de tortura diferente. Estaba acostumbrado a la acción, a los problemas que podía resolver con magia o lógica. Pero esto… esto era puro suspenso administrativo. Kouske, a mi lado, también estaba inusualmente quieto, lo que era señal de que la situación era más seria de lo que dejaba ver. En sus cuencas oculares, aunque aún mostraban su habitual irritación, tenían un destello de anticipación.

El murmullo de las voces de los adultos se filtraba por la puerta de la oficina de Miss Coco, pero la insonorización era buena, y no lograba captar más que fragmentos. "Potencial... clan... futuro..." Eran las mismas palabras que siempre rodeaban mi existencia en este lugar.

De vez en cuando, Papyrus se asomaba por el pasillo, curioso explorando el lugar, al ser su primera vez que visitaba el Kindergarten, su rostro lleno de inocente curiosidad. — "Sansy, ¿qué están haciendo mamá y papá? ¿Hay algún problema?"

"No te preocupes, Paps,"— le aseguraba, intentando sonar lo más despreocupado posible. —"Solo son cosas de adultos. Aburrido, ya sabes." —Él aceptaba mis explicaciones con su habitual buena fe, y luego se retiraba a continuar su exploración, no sin antes saludar a Kouske con entusiasmo, asumiendo que era uno de mis amigos de clase.

Kouske, un poco desconcertado por el comportamiento de mi hermano, más aún cuando le dio un animado abrazo como saludo, nos miramos entre nosotros cuando declaró que era un placer conocer al amigo de su pequeño hermano.

"Entonces, ¿oficializas y aceptas mi oferta de amistad?"— le pregunté, sin tener idea de cómo pedir que fuéramos amigos de forma formal, como tienen la costumbre de hacer las cosas sencillas para complicarlas más de lo necesario.

"Me encantaría aceptar la oferta, Heredera"— dijo Kouske con una imperceptible sonrisa, delatando en su mirada el torbellino que le invadió en sus emociones.

La puerta de la oficina se abrió de repente, y mis padres salieron, seguidos por los de Kouske. Sus expresiones eran variadas. Lucida parecía cansada, pero con un atisbo de alivio. Gaster, como siempre, mantenía su compostura, aunque podía sentir la tensión imperceptible de su magia. Los padres de Kouske, un par de esqueletos de aspecto más formal y rígido que los míos, parecían... molestos, pero también con una pizca de orgullo, como si hubieran ganado una batalla a regañadientes. Miss Coco los siguió, su rostro una mezcla de perplejidad y una expresión de “¡por fin, me libraré de sus travesuras!".

Mi madre se arrodilló a mi lado, acompañada con su característica sonrisa suave cuando se contenta — "Buenas noticias, cariño. La directora y Miss Coco han aceptado que Kouske–kun y tú tomen el examen de graduación temprana. Tendrán una semana para prepararse."

Una punzada de excitación recorrió mi alma. ¡Una semana! Era mucho más rápido de lo que esperaba. Miré a Kouske, que ya me devolvía una mirada de satisfacción apenas contenida.

Los padres de Kouske se acercaron a él. Su madre, Lyra, le dio una palmada en el hombro, un gesto que parecía más una obligación que una muestra de afecto. — "Nos han informado de su... inusual progreso, Kouske. Esperamos que esta 'graduación temprana' no sea un truco para holgazanear en casa." Su padre, Hiroshi, asintió severamente. — "Demuestra que la inversión de tiempo y recursos del clan en tu educación no es en vano."

Kouske simplemente asintió, su mirada fija en mí. Podía sentir el peso de las expectativas del propio clan sobre él, el mismo tipo de presión velada que yo sentía.

Miss Coco se despidió de nosotros con una sonrisa que ya no era tan desconcertada, sino más bien una mezcla de alivio y una chispa de diversión. — "Les deseo mucha suerte a ambos. ¡Y por favor, no hagan ningún otro 'proyecto de arte' con diagramas de circuitos en el futuro cercano!"

Sin tener idea en ese momento para tomar esa decisión impulsiva, me acerqué sin vacilar a Kouske, sosteniendo sus manos como las mías, haciendo una expresión de inocencia.

"¿Te gustaría venir a comer a Grillby's conmigo mañana como una muestra de celebración de nuestra amistad, Kouske-kun?", le pregunté suavemente.

Antes de que pudiera responderme, su padre intervino:

"¿Cómo permitiría que Kouske…?" fue bruscamente interrumpido por su esposa:

"¡Estamos honrados en aceptar tal invitación para mi querido hijo!", superponiendo su voz a la de su esposo. Este la miró confundido, pero sin atreverse a cuestionarla con espectadores presentes.

"¡Genial! ¡Te veo mañana al mediodía, Kouske-kun!", suavizando mi expresión, lo que desconcertó a Kouske por el repentino cambio de comportamiento al no estar familiarizado con esta faceta de mi personalidad cuando necesito ser dulce para ablandar y bajar la guardia de alguien de forma inesperada, usando como arma secreta mi ternura.

Me dirigí a mis padres, que, acostumbrados a mis travesuras, solo suspiraron al unísono: "Otousama, Okassama, ¿puedo? ¡Porfis!", haciendo ojos de cachorro y un gesto de súplica. Como es habitual, Gaster fue el primero en ceder a mis súplicas, más aún cuando es una petición razonable.

Lucida, divertida y un poco aliviada de que finalmente su hijo estuviera interactuando con alguien de su edad por su propia iniciativa de socializar, sin que tuvieran que intervenir o negociar (ejem, sobornar, ejem), ya que Gaster y ella estaban preocupados de que Sans se volviera muy solitario, observando que constantemente se recluía desde que se descubrió el Gen-V como su estado de cambiaformas, y habían notado que había comenzado a evitar jugar con los demás monstruos de rayas rondaban en el pueblo.

Lucida sacó de su bolsillo un pequeño papel, garabateando (con su letra de su fuente cursiva, cuando hace notas rápidas) la dirección e incluyendo las coordenadas, así como la hora. Despidiéndose, ambas familias lo hicieron cortésmente y eligieron caminos separados.


POV Lyra

Una vez que Lyra notó que no había nadie en las cercanías, Hiroshi no se pudo contener más y la cuestionó:

"¿Por qué aceptaste la invitación y permitiste que nuestro hijo socializara con una clase inferior a nosotros, y hasta entablaste una conversación con su familia plebeya con esa vestimenta de ese niño probablemente sin clan?"— declaró con desdén y sin prestar atención a su hijo, que este cerraba sus palmas con fuerza hasta el punto de hacerlas sangrar, conteniendo las ganas de replicar a su "padre idiota".

Lyra se detuvo bruscamente su caminata y se giró para mirar con leve incredulidad a su esposo.

"¿Acaso estás ciego? A quienes llamaste plebeyos, en realidad no somos nada en comparación con ellos"— replicó con irritación. — "Además, el niño 'sin clan' es una de las Herederas. Deberías dejar de consumir demasiado sake para no reconocer a la madre y olvidar a quien estabas a punto de insultar, Hiroshi."

"¿Cómo que una de las Herederas?"— cuestionó escéptico, recordando que eran más mayores que su hijo.

Suspirando profundamente y mirando el techo, Lyra rezó a los Creadores y las fuerzas cósmicas para que le brindaran paciencia para soportar la idiotez de su esposo. Decidiendo que no valía el esfuerzo responder a una pregunta estúpida, se dirigió a su hijo, que agradecía que no hubiera heredado el bajo coeficiente intelectual y la necedad de Hiroshi.

Fin POV Lyra


POV Kouske

Mi padre, Hiroshi, seguía farfullando algo ininteligible, una mezcla de confusión y ofensa, mientras mi madre, Lyra, lo cortaba con su mirada afilada. Me mantuve en silencio, mis palmas aún cerradas, sintiendo la leve molestia de la sangre. Era un pequeño dolor, un ancla en la furia silenciosa que crecía en mi interior cada vez que mi padre abría la boca.

Cuando mi madre se volvió hacia mí, su voz era un tono más suave, pero con una intensidad que indicaba la seriedad del momento. "—Ahora Kouske," comenzó, sus ojos fijos en los míos, — "espero en el futuro que nos superes en todos los aspectos y evites cometer suposiciones sin fundamento."— Haciendo una pausa, mirando brevemente a la dirección donde se encuentra Hiroshi que tenía una expresión aún más ofendida por sus palabras, dándole tiempo a su hijo para procesar sus palabras.

El mensaje era claro para Kouske: no fuera un idiota como mi padre. Lo agradecí, a mi manera.

"Necesito que prestes mucha atención, hijo," —continuó. — "Tienes el deber de aumentar el prestigio de nuestra familia y del clan. Por lo consiguiente, tienes que respetar y cumplir las solicitudes o complacer de la mejor manera posible a la rama principal." —Las luces de sus cuencas oculares se entrecerraron pensativamente. — "Quizás esta es nuestra oportunidad de oro para mejorar nuestro estatus en el clan. Gánate la confianza de la Heredera y conviértete en parte de su círculo íntimo. Tengo la corazonada de que la hija de Lucida—sama va a hacer grandes cosas en el futuro."

Las palabras de mi madre resonaron en mí. No era una orden, sino una estrategia, un mandato. La "Heredera". Así que Sans, o Nova como también se hacía llamar en ocasiones, no solo era parte de la rama principal, sino que ya le habían asignado el título que yo, como miembro de una rama secundaria, nunca alcanzaría. Un resentimiento familiar, enterrado bajo años de lecciones de etiqueta y expectativas, se revolvió en mi alma. Pero al mismo tiempo, la astucia de mi madre me intrigaba. Si Sans era tan importante, ganarse su confianza...

"Entendido, madre,"—dije, mi voz sin inflexión, mi rostro una máscara que reflejaba el control que Lyra—kassama esperaba de mí. Por dentro, sin embargo, mi mente ya estaba en marcha, calculando las implicaciones. La "amistad" con Sans ya no era solo una simple alianza para salir del Kindergarten, sino una inversión desde la perspectiva de mis padres, una parte de un plan mucho más grande.

Una sonrisa apenas perceptible, una que solo mi dæmon habría notado, se formó en mis labios. Este juego se estaba volviendo interesante.


Mi madre, Lyra, me bombardeó con preguntas sobre Sans: ¿Qué clase de Heredera era? ¿Cuál era su comportamiento en el Kindergarten? ¿Cuáles eran sus intereses? ¿Qué sabía sobre su familia, especialmente sobre la matriarca que desconozcamos? Intentaba ocultar su avidez con una fachada de preocupación genuina por mi "socialización", pero sus verdaderas intenciones eran transparentes. Mi padre, Hiroshi, que había palidecido al comprender la magnitud de su error anterior, se mantenía en un silencio casi reverente, asintiendo a cada una de las preguntas de mi madre, aterrorizado de cometer otro posible desliz que pudiera poner en peligro su precaria posición.

Les di la información que creí conveniente. Hablé de la inusual inteligencia de Sans, de cómo resolvía problemas que ni siquiera los maestros esperaban. Mencioné su "creatividad" con los diagramas de circuitos en los dibujos y su aparente desinterés por las actividades típicas del Kindergarten. Describí cómo había propuesto el plan para la graduación temprana y cómo parecía aburrirse con la mayoría de las cosas.

Sin embargo, me guardé algunos detalles. No les conté sobre cómo fue en realidad nuestro primer encuentro, la pequeña sonrisa divertida de Sans cuando lo llamé "Heredera", ni la forma en que sus colmillos se habían mostrado por un instante, una muestra de poder que pocos en el clan habrían podido exhibir. No mencioné su aparente familiaridad con la finca Code, ni la facilidad con la que parecía entender las dinámicas de poder del clan. Tampoco revelé mi propia impresión de que Sans no era solo "inteligente", sino algo más... antiguo, más profundo. Había una sabiduría en sus cuencas que iba más allá de lo que un niño de su edad debería poseer.

Mis padres, como era de esperar, estaban más interesados en el potencial que Sans representaba para nuestra familia, para notar sus breves deslices.

"Así que, su progreso es... excepcional"— musitó Lyra, sus ojos brillando con una luz calculadora. —"Esto es bueno, Kouske. Muy bueno. Debes actuar con diligencia al ganarte su confianza."

Hiroshi asintió vigorosamente. — "Sí, sí. Un gran paso para la familia. La rama principal... debemos ser útiles para ellos."

Me mantuve impasible, mi rostro una máscara de obediencia. Dejar que creyeran que estaba siguiendo sus directrices era parte de mi propio plan. Mientras ellos veían a Sans como un medio para elevar nuestro estatus, yo veía algo más. Veía a un igual, un compañero en este absurdo juego de expectativas del clan. Y, quizás, algo más. Algo que aún no podía descifrar del todo, pero que prometía ser mucho más interesante que cualquier lección de etiqueta o ascenso social en la cadena alimenticia.

La noticia sobre el plan de Sans de asistir al instituto, lanzada casi como un comentario al margen, tuvo un impacto desproporcionado en la conversación. Al principio, mi madre entrecerró los ojos, como si estuviera procesando la información, y mi padre, quien había vuelto a su estado de obsequiosidad, asintió levemente. Pero luego, como si un interruptor se hubiera encendido en sus mentes, sus expresiones cambiaron.

No hubo una pregunta, ni una sugerencia. Fue una declaración, un decreto silencioso pero inquebrantable. La posibilidad de que yo asistiera a la misma institución que la Heredera era demasiado valiosa para desaprovecharla. Sus miradas se encontraron por un instante, una comunicación casi telepática que yo conocía demasiado bien cuando sus objetivos se alinean, para mis adentros conteniendo mi irritación como es habitual no tengo por ahora el poder en controlar mi propia vida, sellando mi destino sin una sola palabra audible.

"Por supuesto"—dijo mi madre, su voz ahora con un nuevo matiz de determinación. — "Sería... beneficioso para tu desarrollo académico y social, Kouske. Una excelente oportunidad para continuar tu 'formación' a ser un miembro respetable contribuye en la sociedad."— La palabra sonó casi a ironía, un eufemismo para su verdadero propósito.

Mi padre, asintiendo con una vehemencia que no había mostrado antes, añadió:

"Sí, sí. El instituto es un paso crucial para cualquier miembro respetable de nuestro clan. Te preparará para tu futuro, hijo. Y, por supuesto, te permitirá... fortalecer lazos importantes."

Sabía lo que significaba. No era una opción. Era mi deber. Mi "alianza" con Sans, que había comenzado como una burla al sistema monótono del Kindergarten, ahora se había convertido en una inversión a largo plazo para mi familia. Era un movimiento calculado, frío y estratégico, típico de mis padres.

Una parte de mí se revolvió ante la imposición, la constante manipulación de mi vida en función del estatus del clan. Pero otra parte, la que apreciaba el ajedrez de poder y la oportunidad de superar las expectativas, se sintió intrigada. El instituto sería un nuevo campo de juego, y Sans... Sans no era un peón cualquiera. Era una pieza clave en este intrincado tablero, y tener acceso a ella, estudiarla, entenderla, podría ser el mayor desafío y la mayor ventaja que jamás tendría para tener la oportunidad de alcanzar mi sueño y finalmente tener las riendas de mi vida, librándome totalmente del control de mis padres.

El futuro, que antes parecía una extensión monótona de mi existencia en la finca, ahora se perfilaba con una nueva y complicada serie de posibilidades. Y, para mi sorpresa, no me desagradaba del todo la idea. Después de todo, el aburrimiento era mi mayor enemigo, y algo me decía que con Sans cerca, el instituto no sería nada aburrido.

Solo le queda esperar que la interferencia de sus padres no arruine su primera amistad.

Fin POV Kouske


POV Sans

Mientras nos dirigíamos a casa, Papyrus, ajeno a toda la política de clanes, ya que nuestros padres querían evitarle suplicio prologando y retrasando lo más posible, prefiriendo que se enfoque en sus estudios. saltaba emocionado. — "¡Hermanito, vas a hacer un examen! ¡Será increíble! ¡Si lo necesitas! ¡El Gran Papyrus te ayudará a estudiar!"

Sonreí. Quizás, después de todo, el Kindergarten no había sido un suplicio. Había sido un campo de entrenamiento, un lugar donde había forjado una alianza inesperada y había encontrado un camino más rápido hacia mi libertad. La semana de preparación sería intensa, pero con Kouske a mi lado y la promesa de una graduación temprana, sentía que estábamos a punto de dar el primer paso hacia nuestro verdadero futuro.

 


 

El aire frío de Snowdin picaba mis huesos, pero la calidez que emanaba de Grillby's me mantenía a gusto. No tuve que esperar mucho. Vi a Kouske acercarse, acompañado por su dæmon, una pequeña y vigilante lechuza de plumaje gris oscuro. Observando que venía acompañado por un esqueleto joven vestido de mayordomo que le entrego algo Kouske, antes de hacernos a ambos una rápida reverencia y teletransportarse nuevamente.

A diferencia de su habitual ceño fruncido, su expresión era una mezcla de cautela y una curiosidad casi infantil. Vestía un kimono formal, similar al que yo había usado para la visita de mi abuela, lo que me pareció un poco excesivo para una comida casual en Grillby's, pero asumí que era una imposición de sus padres.

"Kouske-kun"— lo saludé con una sonrisa, la misma expresión suave que había usado para manipular a su padre. Su dæmon, que hasta ese momento había permanecido en silencio, soltó un pequeño "hoot" ululando al oír mi voz, en forma de saludo y Kouske se tensó ligeramente.

"Heredera"—respondió, con su tono habitual, aunque pude detectar un leve matiz de... ¿nerviosismo? — "¿Llevas mucho tiempo esperando?"

Me encogí de hombros. — "Nah, acabo de llegar. ¿Entramos? Te encantará la comida de Grillby. Y tiene un montón de música genial." Mi comentario sobre la música pareció picar su interés.

“Puedes llamarme Sans, no hay necesidad de ser formal, ya que somos amigos Mweh~ — Avanzando hacia la entrada del restaurante/bar, al ver un poco incomodo por mi petición, suspirando para mis adentros— “O como te sientas más cómodo”

“Sans-chan”— con vacilación, sin estar preparado dirigirse a alguien sin formalidad acompañados con sus respectivos sufijos honoríficos.

“bien”— asintiendo con aprobación, acompañada con una expresión risueña cando estoy de muy buen humor.

“No te importa que continue llamando Kouske-kun o como prefieres que me dirija hacia ti, una disculpa por mi error de no preguntar antes, todavía me estoy familiarizando las costumbres del clan”— apenada ya que por lo que hasta ahora ha leído el material didáctico que de dejo Zarid-sensei y Morisawa-sensei es descortés no preguntar.

“Kouske-kun, está bien”— Desvió su mirada, levemente avergonzado admitiendo para si mismo que Sans-chan era la única persona que lo ha llamado así, recordando con frustración que la mayoría niños usan el —chan, con un tono burlón al ser uno de los miembros jóvenes, a pesar de sus objeciones, comenzó tener un desagrado mayor cada es llamado Kouske-chan, continuaron haciendo hasta que los confronto y les dio una paliza. Siendo el catalizador para que sus padres supervisaran con más frecuencia cuando está en la finca y lo inscribieron para asistir obligatoriamente en el kindergarten.

Mientras entrábamos al cálido y ruidoso interior de Grillby's, pude ver que Kouske estaba evaluando cada detalle. Sus ojos se movían rápidamente por el lugar, observando a los diferentes monstruos, el brillo de las mesas y, por supuesto, el calor de las llamas de Grillby. Era un lugar muy diferente a la austera finca del clan.

Grillby, con su habitual y silenciosa bienvenida, nos guio en la mesa de barra (con frecuencia esta desocupada la mayor parte del tiempo. Al menos que comience el horario nocturno siendo una cuestión diferente por lo que ha contado el tío Grillby). Papyrus, que ya estaba allí, nos saludó con un abrazo entusiasta, atrapando a un rígido Kouske en su agarre. —"¡Kouske! ¡Qué alegría verte! ¡Sans me dijo que vendrías! ¡Grillby está haciendo sus papas fritas especiales hoy!"

Kouske, visiblemente incómodo pero incapaz de zafarse del abrazo de Papyrus, solo pudo murmurar un—"Hola, Papyrus- kun". Observé la escena con una sonrisa. Esto iba a ser divertido. La "socialización" de Kouske estaba a punto de llevarse a cabo en un entorno muy diferente al que sus padres y él esperaban.


POV Sans

La incomodidad de Kouske era casi palpable, una nube oscura sobre la burbuja de alegría soleada de Papyrus. Mi hermano, con su entusiasmo inquebrantable, no notaba la rigidez de Kouske ni su expresión forzada. Yo, sin embargo, lo captaba todo. Era como una danza silenciosa de personalidades. Teniendo la intención de hacer una intervención, pero el tío Grillby se adelantó.

Grillby, con su habitual discreción, colocó dos menús frente a nosotros, sus llamas danzando suavemente. —"Las papas fritas especiales están listas," crepitó su voz, una invitación tácita a relajarse.

Papyrus, finalmente soltando a Kouske, tomó el menú y lo estudió con una seriedad cómica. —"¡Oh, Grillby! ¡Todo se ve delicioso como siempre! ¡Sans, Kouske, qué van a pedir!"

Kouske, todavía un poco aturdido por la efusividad de Papyrus, tomó su menú con una elegancia casi robótica. Sus ojos se movían rápidamente por las opciones, y pude ver la familiar expresión de análisis en su rostro. Probablemente estaba evaluando cada plato por su composición, su valor nutricional, y si sería "apropiado" para un miembro del clan.

"Uhm... pediré... los fideos de la casa"—dijo finalmente Kouske, su voz un poco más suave de lo normal. Era un plato sencillo, seguro.

"Yo pediré el sándwich de queso a la parrilla, con un poco de kétchup"— declaré, sin necesidad de mirar el menú. Ya me sabía la carta de memoria con la frecuencia que visitaba el establecimiento.

Grillby asintió y se retiró a la cocina. Papyrus comenzó a contarle a Kouske sobre la vez que intentó hacer un volcán de miniatura para su proyecto de ciencias que terminó explotando en la cocina, con todos los detalles gráficos y sonoros. Kouske lo escuchaba, con una expresión de desconcierto que se suavizaba gradualmente en algo parecido a una mezcla de sorpresa y... ¿entretenimiento?

La atmósfera en Grillby's era cálida y reconfortante, tan diferente de la formalidad gélida de la finca Code. Aquí, los monstruos se reían, charlaban y comían sin preocuparse por el estatus o las apariencias.

Solo pasar el tiempo

Y compañía agradable

Era un bálsamo para mi alma y, por lo que podía ver, empezaba a serlo también para Kouske.

Mientras Papyrus continuaba su relato observé a Kouske. Su dæmon, la pequeña lechuza, se había posado en el respaldo de su silla, observando a Papyrus con la misma fascinación que su anfitrión. Era un buen signo. Un paso más para Kouske, un paso más para mí, y un paso más cerca de nuestra libertad. Esto iba a ser una semana interesante.

Hubo un momento en que Papyrus se retiró de regreso a la academia, ya que su receso de "hora de almuerzo" pronto acabaría. Se despidió animadamente, enseguida dejó el pago de su comida y se teletransportó a su clase.

Quedamos solamente nosotros. Como de costumbre, Sireus no contuvo el impulso de interactuar con el dæmon de Kouske. Sonreí con un gesto de disculpa por cualquier travesura de mi dæmon.

Por otro lado, la expresión de Kouske se iluminó, resquebrajando su fachada de malhumorado e inexpresiva perpetua, cuando probó los fideos que pidió, saboreando su comida.

Yo tenía una expresión de deleite al dar el primer mordisco a mi sándwich, delicioso al sentir cómo el queso se derretía en mi lengua y paladar. Pasamos un buen rato, y cuando terminamos, pagué la cuenta de ambos sin dudarlo.

Saliendo del establecimiento, caminamos un rato por el pueblo de Snowdin, pasando de largo mi casa cuando, sin razón aparente, iniciamos un juego improvisado de las atrapadas, corriendo con alegría, acompañados de risas y un semblante infantil de ambos, al relajarnos inconscientemente por la ausencia de vigilancia constante que, por diferentes motivos, cada uno experimentábamos.

La tarde se deslizó en una sinfonía de risas y pasos desordenados. Kouske y yo, liberados de las miradas vigilantes de nuestros clanes y las expectativas, éramos simplemente dos niños, corriendo por las calles nevadas de Snowdin. El frío era un compañero bienvenido, un contraste con el calor asfixiante de las formalidades.

El juego de las atrapadas se transformó en una exploración improvisada. Nos desviamos hacia los recovecos del pueblo, descubriendo atajos secretos entre las casas cubiertas de nieve y pequeñas tiendas que nunca antes había notado. La energía de Kouske, que en el Kindergarten parecía tan contenida, ahora fluía con una libertad sorprendente. Sus risas eran más genuinas, menos forzadas. Mi propio semblante, habitualmente inexpresivo, se suavizó en una sonrisa constante que se extendía de una cuenca a la otra.

Sireus, mi dæmon, revoloteaba a mi alrededor en su forma de zorro ártico, su pelaje blanco mezclándose con la nieve, mientras la pequeña lechuza de Kouske volaba en círculos por encima de nuestras cabezas, emitiendo pequeños ululidos de alegría. Era la primera vez que veía a su dæmon tan animado, y me di cuenta de que, al igual que Kouske, también estaba experimentando una liberación.

En un momento, nos encontramos frente a una vieja estatua de hielo, cubierta de musgo y con una placa ilegible. Kouske la examinó con curiosidad.

"¿Qué crees que es?"— preguntó curioso.

Me encogí de hombros. — "Ni idea. Probablemente algo antiguo. Snowdin está lleno de cosas así."

De repente, Kouske me empujó ligeramente, y el juego se reanudó. Corrimos hasta que nuestros pulmones ardían y nuestros huesos protestaban levemente, una sensación extraña y liberadora para Disminuimos la velocidad al pasar por el área (Sala de juegos o Snowdin Park) donde se posiciona recurrentemente Charlie, un joven monstruo conejo de pelaje celeste amigable con su puesto ambulante. Al vernos acercarnos, su expresión al instante se animó.


POV Charlie

Reconociendo al pequeño Sans como uno de mis clientes recurrentes cuando pasa por la zona de Snowdin, aunque es una sorpresa que esta vez no venga acompañado por su hermano Papyrus, me encogí de hombros al no ser mi incumbencia. Me presenté, haciendo mi característico eslogan:

"¡Hola! ¿Te apetece algo de Nice Cream? ¡Es el aperitivo congelado que calienta el corazón!"

"¡Por solo 25 monedas de bronce [B]!"

Fin POV Charlie


POV Sans

La familiar voz de Charlie y su eslogan pegadizo nos detuvieron en seco. Kouske, que hasta ese momento había olvidado su fachada, volvió a ponerse rígido a mi lado, su ceño fruncido reapareciendo lentamente. Era evidente que no estaba acostumbrado a este tipo de interacciones espontáneas.

"¡Hola, Charlie!"— lo saludé con mi sonrisa habitual, mi voz inconsciente trinando o gorjeando de la emoción, ignorando la tensión de Kouske. —"Uhm... sí, creo que sí. ¿Tienes tu sabor de chocolate de siempre?"— tratando de tranquilizar sutilmente a Kouske y aprenda aclimatarse con las personas de por aquí, ya que algunas tienden a tener personalidades explosivas e intensas.

Charlie asintió, su sonrisa amistosa. —"¡Claro que sí, Sans! Y para tu amigo, ¿alguna preferencia? ¿el paquete sorpresa? ¿O quizás un poco de mi nueva especialidad, el de arándanos?"

Kouske me miró, y pude ver la batalla interna en sus ojos. Probablemente sopesaba la "adecuación" social de comprar un helado de un puesto ambulante versus el simple deseo de probar algo nuevo. Antes de que pudiera responder, su dæmon, la pequeña lechuza, batió sus alas y se posó en el hombro de Charlie, emitiendo un pequeño "hoot" aprobatorio mientras señalaba con su pico la Nice Cream de arándanos.

Kouske suspiró, la resistencia abandonándolo. —"Uhm... el de arándanos, por favor,"— murmuró, su voz casi inaudible.

Charlie, sin inmutarse por la formalidad inusual de Kouske, nos entregó dos barritas de Nice Cream envueltas en papel brillante. Una roja para mí y una morada para Kouske.

"¡Aquí tienen, campeones! ¡Que disfruten! ¡Y no olviden que cada Nice Cream viene con un mensaje secreto para calentar el corazón!"—exclamó, señalando la envoltura.

Pagando las Nice Cream y nos alejamos del puesto de Charlie, la suave melodía de su eslogan desvaneciéndose detrás de nosotros. Desenvolví mi Nice Cream de chocolate, sintiendo la dulzura fresca en mi lengua. Kouske, por su parte, observaba su barrita de arándanos con cautela, como si fuera un artefacto alienígena.

"¿Qué es esto?"—preguntó, su tono indicando una mezcla de desconfianza y curiosidad.

"Es Nice Cream"— respondí, mordiendo la mía con satisfacción. — "Es helado. Y muy bueno."

Kouske tomó un pequeño mordisco de su barrita, y sus ojos se abrieron ligeramente. Por un breve instante, la máscara de su inexpresividad se resquebrajó, revelando una chispa de sorpresa y, para mi deleite, puro placer.

"Es... dulce"— dijo, casi para sí mismo, antes de tomar otro bocado, esta vez con menos vacilación. Incluso su dæmon, la lechuza, bajó volando de su hombro y se posó en la mano de Kouske, dándole pequeños picotazos a la falange de Kouske con restos de helado.

La escena me hizo sonreír aún más. Ver a Kouske relajarse, incluso por un momento, se sentía que era una pequeña victoria personal. Caminamos en silencio por un momento, disfrutando del helado y del aire fresco. Luego, Kouske miró la envoltura de su Nice Cream.

"¿Mensaje secreto?"— preguntó.

Le di la vuelta a mi envoltura. En la parte de atrás, con una letra infantil pero clara, ponía: "¡Eres increíble!"

Kouske miró la suya. Su mensaje era: "¡No te rindas!"

Nos miramos, y una risa escapó de mis labios, algo raro para mí en público. Kouske, para mi sorpresa, emitió una especie de gruñido que sonaba peligrosamente parecido a una carcajada ahogada. En ese momento, caímos exhaustos en un banco cubierto de nieve cerca de un árbol solitario, el vaho de nuestras respiraciones creando pequeñas nubes en el aire gélido.

El sol comenzaba su transición programada, tiñendo “el cielo” de tonos naranjas y morados. El silencio que se instaló entre nosotros no era incómodo, sino uno de entendimiento mutuo. Por primera vez, sentía que había encontrado a alguien de mi edad que me comprendía más allá de las palabras, más allá de las expectativas. Kouske, el chico formal y malhumorado del clan Code, se había convertido en un compañero de juegos inesperado y un cómplice.

"Esto... esto fue diferente"— dijo Kouske finalmente, su voz un poco ronca por el esfuerzo, pero con un matiz de satisfacción que nunca le había escuchado.

"Sí"— respondí, mi voz teñida de un genuino placer. —"Diferente es bueno."

Sabía que la semana que teníamos por delante sería intensa, llena de estudios y preparación para el examen de graduación temprana.

 


 

Al notar que se hacía tarde, nos levantamos, siendo la hora de regresar a nuestras respectivas casas. Disminuí la velocidad al acercarme a la cabaña donde Gaster acababa de llegar. Al notarnos, nos hizo un gesto para que nos acercáramos.

Con calma, indicó que la hora de juegos había terminado y que era hora de decir adiós.

Con renuencia, nos despedimos. Le pregunté a Kouske, curiosa, cómo regresaría a la finca, pensando en pedir a sus padres que lo llevaran si no tenía otra forma.

Kouske negó con la cabeza, comentando que no era necesario tomarse la molestia. Sacó de su cuello un collarín que estaba oculto entre su ropa, explicando que solo necesitaba activar la lacrima para que su escolta lo recogiera. Unos momentos después de activarlo, apareció el mismo mayordomo, hablando brevemente y agradeciendo por recibir al joven señor. Sostuvo la mano de Kouske, hizo una reverencia a mi padre y a mí, y enseguida ambos se teletransportaron.

La desaparición de Kouske y su mayordomo, tan repentina y eficiente, me dejó con una sensación extraña. No era la primera vez que veía teletransportación, claro, pero la forma en que lo hacían, tan casual y fascinante los diferentes métodos.

Gaster, con su habitual perspicacia, se acercó y colocó una mano en mi hombro. —"Parece que la casa de Kouske está... bien protegida"— comentó, su voz un murmullo suave. —"Un artefacto de teletransporte. Interesante"

"Sí"— respondí maravillada en descubrir su proceso de creación, conteniendo el impulso de buscar inmediatamente información del mecanismo y tener en mis garras uno de los artefactos—"Parece que sí."

No profundicé. Mis padres probablemente tienen más noción de cuanta y que tipo de tecnología o contactos disponen el clan Code. Y reconociendo que todavía no me dejarían juguetear o manipular artefactos mágicos (creaciones centradas para satisfacer una diversa variedad de necesidades de los Monsterkind) o los escasos electrodomésticos humanos funcionales como el equivalente que fueron modificados en su totalidad sustituido la fuente de energía para funcionar con magia o electricidad (una vez que entre completamente en funcionamiento del CORE, una vez que se termine en colocar los conductos y conexiones eléctricas por todo el Underground).

Caminamos hacia la cabaña, el silencio entre nosotros era cómodo, como siempre. La nieve crujía bajo nuestros pies, y el último resplandor del sol se desvanecía en el horizonte, tiñendo el cielo de un azul profundo, señal del comienzo del ciclo nocturno.

"Así que"— comenzó Gaster, rompiendo el silencio, — "examen de la graduación. Y una nueva amistad, ¿eh?" —Había una nota de diversión en su voz.

"Supongo"— respondí, un poco de extrañeza aún plasmada en mi rostro. —"Es... diferente. Y creo tener el buen presentimiento que valdrá la pena conocerlo al final."

Gaster río suavemente. —"Estoy seguro de que sí, cariño. Y me alegra que hayas encontrado a alguien con quien...convivir."— Su mirada se desvió un momento hacia el cielo, como si estuviera midiendo el peso de sus palabras.

Guardando silencio sin saber que responder a tal declaración. Entrando a la casa, acelerando mis pasos, me dirijo de inmediato a mi habitación, tratando de esconder mi sonrojo avergonzado por los comentarios y arrullos de Gaster en el transcurso del camino.

Esa noche, mientras Sireus se acurrucaba en mi cama, sentí una extraña mezcla de anticipación y calma. La semana de estudio sería más un repaso que nada, resoplando me acomodo.

 

Mañana será otro día…

 


 

 

La semana que siguió fue un torbellino. Kouske y yo nos reuníamos en los recreos, en lugar de dibujar cosas para entretenernos, repasábamos el temario del Kindergarten y nos hacíamos preguntas el uno al otro.  Cada uno estudiando por su lado cuando estamos en nuestras casas.

Mis padres estaban al tanto de mi progreso, y aunque no intervenían directamente en mi estudio, el ambiente en casa era de expectación. Gaster, con su habitual discreción, a veces dejaba libros abiertos sobre la mesa con temas que me desconcertaba, como si fuera una casualidad. Lucida me ofrecía bocadillos y recordaba la importancia de descansar, su preocupación velada por mi bienestar evidente.

El día del examen llegó con la rapidez de un rayo. Kouske y yo nos sentamos uno al lado del otro en el aula, con Miss Coco supervisando, su rostro una mezcla de nerviosismo y curiosidad. Las preguntas eran las esperadas: identificar formas, colores, números, letras tanto en fuente como lengua común. Para mí, era un paseo por el parque. Para Kouske, parecía igual de sencillo. Podía sentir su confianza, una energía tensa pero controlada que llenaba el espacio a su alrededor.

Entregué mi examen en un tiempo récord, casi riéndome de la simplicidad de las preguntas. Kouske lo hizo poco después, con el mismo aire de suficiencia. Miss Coco recogió los papeles, sus ojos escaneando rápidamente nuestras respuestas. Su expresión, inicialmente de asombro, se transformó gradualmente en una de clara resignación. No había duda. Lo habíamos logrado.

 


 

Dos días después, la confirmación oficial llegó. Mis padres me informaron con una mezcla de orgullo y alivio que Kouske y yo habíamos aprobado el examen de graduación temprana del Kindergarten con las puntuaciones más altas registradas.

"¡Lo lograste, hermanito!"— exclamó Papyrus, abrazándome con una fuerza que casi me hacía rechinar los huesos. —"¡Sabía que lo harías! ¡Mi pequeño hermano es inteligente y el mejor del mundo!"

Gaster asintió, una rara sonrisa suave en sus labios. —"Bien hecho, Sans. Has demostrado una vez más tu... capacidad y los frutos de tu esfuerzo."

Lucida me acarició la cabeza, sus ojos brillando. —"Estamos muy orgullosos de ti, cariño. Y de Kouske—kun también."

Sentí una punzada de satisfacción, una calidez en mi alma que rara vez experimentaba. No era solo por el logro académico, sino por la sensación de haber ganado una pequeña batalla en la guerra de mi propia existencia. Había demostrado que no era solo un niño más, ni una simple "Heredera" a ser moldeada. Tenía mi propio camino, y lo estaba forjando, un paso a la vez.

La noticia de la graduación temprana se extendió rápidamente, no solo entre el personal del Kindergarten, sino también entre la red de contactos del Clan Code. Recibimos algunas llamadas y cartas de felicitación formales de algunos miembros de la rama principal, cargadas con el habitual subtexto de "expectativas". Pero yo sabía que habíamos abierto una puerta. El instituto nos esperaba, y con él, nuevos desafíos y, espero, más oportunidades para reclamar mi propia libertad.

 


 

Aprovechando el breve respiro mientras se arreglaba el aspecto burocrático y la entrega del certificado del Kindergarten, salí a dar un paseo que terminó dirigiéndome hacia uno de los establecimientos de comida en el pueblo.

Las visitas a Grillby's se habían convertido en una parte esencial de nuestra rutina. Mientras Papyrus, con su entusiasmo ilimitado, se dedicaba a aprender los secretos culinarios de Grillby –sus famosas llamas, las patatas fritas crujientes o la coctelería, todo bajo la atenta supervisión del maestro del fuego–, yo me sentía irrevocablemente atraído por otro rincón del establecimiento.

Me senté en uno de los taburetes de la barra, observando a Grillby limpiar unos vasos con su aura de fuego, que brillaba suavemente. El aroma a papas fritas y un dulzón olor a algo flameado llenaba el aire. Era un contraste tan agradable con el polvo de los libros de estudio y la formalidad de las cartas de felicitación del clan.

"¿Días libres, Sans?"— crepitó Grillby, sin levantar la vista de su tarea. Su voz siempre sonaba como el crepitar de una hoguera, reconfortante y cálida.

"Algo así" —respondí, apoyando la barbilla en mi mano. — "Por fin termine el Kindergarten. Un respiro antes de que el 'instituto' se cierne sobre mí."— Dije la última palabra con un tono de fastidio.

Grillby emitió un sonido que solo podía interpretarse como una risa suave.—"Una nueva etapa, entonces. Parece que tu amigo Kouske también estará contigo."

Asentí. — "¿Quién sabe?"— Había algo liberador en pronunciar esas palabras en voz alta, en reconocer la amistad y alianza que habíamos forjado.

"¿Algo para celebrar, entonces?"— preguntó Grillby, sus ojos flamígeros mirándome por encima del hombro.

Pensé por un momento. —"Quizás... una sidra de uva. Y una porción pequeña de esas papas fritas especiales."

Grillby asintió y se puso a preparar mi orden. Mientras esperaba, mi mirada se desvió hacia la sala de música, que estaba ligeramente abierta. Una idea comenzó a formarse en mi mente. Tenía una semana libre. Una semana para sumergirme en algo que realmente me interesaba, sin la presión de exámenes o planes de clan.

Cuando Grillby me sirvió la sidra y las papas fritas, levanté el vaso en un gesto de brindis. —"Por la libertad recién ganada"—murmuré para mí mismo.

Grillby simplemente me observó, sus llamas brillando con una sabiduría silenciosa. Comprendía. Siempre lo hacía. Y en su bar, en medio de la música y el crepitar del fuego, me sentí verdaderamente libre. Al menos, por un tiempo.

 

[Flashback]

Un día, mientras Papyrus estaba inmerso en una lección sobre cómo flamear una bebida sin incendiar el local, mi curiosidad me llevó a deambular por el fondo del bar. Observé a Grillby deslizarse por una puerta aparentemente normal, que yo nunca había visto abierta. La oportunidad era demasiado tentadora para mi alma curiosa. Me escabullí, siguiendo el rastro tenue de su maná y el eco de una música lejana.

Lo que encontré fue un santuario: la "sala de música" de Grillby. No era grande, pero estaba repleta hasta el techo con estanterías llenas de discos de vinilo de todos los tamaños y colores imaginables, y varios fonógrafos antiguos, algunos de ellos tan ornamentados que parecían obras de arte. El aire vibraba con historias y melodías olvidadas. Era un tesoro.

Grillby, para mi asombro, no se enfadó al verme allí. Simplemente me observó con su habitual calma flamígera. "Parece que has encontrado mi pequeño escondite," susurró su voz, un crepitar suave.

Para mi sorpresa, no solo me permitió interactuar con su preciada colección, sino que incluso me animó. A menudo me encontraba revisando los fonógrafos, manipulando sus intrincados mecanismos con mi creciente habilidad mágica. Una vez, intenté "mejorar" uno con un poco de maná para que el sonido fuera más claro. El resultado fue un estallido de notas distorsionadas y un fonógrafo que giraba a una velocidad cómica, antes de que Grillby, con una risa silenciosa, lo devolviera a la normalidad. La lección fue clara: la magia y la tecnología no siempre se mezclaban bien.

Fue en este espacio musical donde Grillby intentó enseñarnos a bailar. Papyrus, con su gracia natural, aprendió los pasos con relativa facilidad, transformando cada movimiento en una declaración teatral. Yo, por otro lado, luchaba. Mi cuerpo esquelético parecía tener una voluntad propia, y mis intentos de seguir el ritmo resultaban en una mezcla caótica de energía infantil y torpeza esquelética. Me movía como si tuviera que lidiar con tres extremidades extra, tropezando con mis propios pies. Papyrus, con una paciencia infinita (o quizás resignación), a menudo aceptaba mis entusiastas invitaciones a bailar, solo para terminar exhausto y adolorido por mi inagotable energía y mis inesperados giros.

Quizás fue mi dificultad para seguir los ritmos de baile convencionales lo que me llevó a desarrollar una fascinación por los instrumentos musicales. Un día, mientras explorábamos el vertedero de Waterfall –un lugar fascinante lleno de "tesoros" desechados–, encontramos varios instrumentos abandonados, pero aún funcionales. Un violín sin una cuerda, un xilófono con algunas teclas desafinadas, y una extraña mandolina de tres cuerdas que parecía un juguete de otra era.

Con la guía de libros polvorientos que encontramos el vertedero de Waterfall y la ayuda ocasional  de Grillby, Papyrus y yo nos sumergimos en el mundo de la música. Papyrus se inclinó por la guitarra, el piano y la batería, aprendiendo con una disciplina asombrosa. Yo, en cambio, abordaba el violín, el xilófono y la mandolina con una curiosidad más experimental, creando mis propias melodías y ritmos, a menudo sorprendiendo a Grillby con mis armonías inusuales. Incluso Lucida, con su hermosa voz, se unió a nosotros, enseñándonos algunas melodías antiguas que llenaban nuestra casa con canciones olvidadas. La música se convirtió en un refugio, una forma de canalizar mi energía y mi creciente complejidad interior, un antídoto eficaz contra el aburrimiento que, como habíamos aprendido, podía tener consecuencias… explosivas.

Sireus, mi fiel dæmon, también se vio atraído por esta nueva pasión. En su forma de zorro ártico, a menudo se acurrucaba a mis pies mientras tocaba el violín, moviendo su cola al ritmo de la música. Parecía tener una preferencia por las melodías más melancólicas o complejas, a veces emitiendo un suave "purr" cuando lograba una nota perfecta. Sus gustos eran un reflejo de mi propia complejidad interna, añadiendo una capa más a mi exploración musical.

[Fin Flashback]

 

El suave tintineo de mis falanges contra el vaso me trajo de vuelta al presente, al calor familiar de Grillby's y al aroma de las papas fritas. Estaba disfrutando de mi habitual sándwich de queso a la parrilla, pero mi mente había vagado, como tantas veces, a los recuerdos que este lugar evocaba. El "breve respiro" antes del instituto me había dado tiempo para reflexionar sobre lo lejos que había llegado.

A medida que mi cuarto año se desvanecía, el mundo se abría ante mí, lleno de texturas, sonidos y aprendizajes inesperados. Muffet me enseñaba la paciencia y la creatividad a través del hilo y la aguja, Grillby me introducía a la magia de la música y el ritmo, y Papyrus, siempre a mi lado, compartía conmigo la maravilla de la exploración y el descubrimiento. Sin saberlo, cada uno de ellos estaba plantando semillas que florecerían en la persona que me convertiría, moldeando mis intereses y ayudándome a navegar por la peculiaridad de mi existencia. El incidente del Gen-V había sido un susto, un recordatorio de la fuerza incontrolable que residía en mí, pero también había allanado el camino para un crecimiento inesperado, guiado por la inesperada ternura de aquellos que se preocupaban por este pequeño esqueleto peculiar.

Mientras observaba a Grillby atender a otros clientes, sentí una familiar punzada de energía. Sireus, que había estado acurrucado en mi regazo, se estiró y bostezó, sus pequeños colmillos brillando. Ya no era ese pequeño cachorro nervioso. Había crecido conmigo, se había adaptado a mi naturaleza dual y era un reflejo de mi propia fuerza interior.

Miré la hora en el reloj de pared de Grillby's. Tenía tiempo antes de que mis padres esperaran mi regreso. Quizás podría pasar un rato en la sala de música, o simplemente observar el ir y venir de los monstruos en este lugar que se había convertido en mi segundo hogar. La anticipación de lo que vendría en el instituto me llenaba, una mezcla de curiosidad, estrategia y, para mi sorpresa, una pizca de emoción genuina. El siguiente capítulo de mi vida estaba a punto de comenzar.

Fin POV Sans


Glosario:

Sistema Monetario de Monsterkind

El Reino de Monsterkind emplea un sistema monetario robusto y escalonado, basado en metales preciosos y culminando en gemas infundidas con magia. Este sistema no solo facilita las transacciones cotidianas, sino que también maneja el comercio de alto valor, reflejando la intrínseca conexión del reino con la magia.

Unidades Monetarias

El sistema se compone de una progresión de tres metales, diseñados para diferentes niveles de transacción:

  • Moneda de Bronce [B]: La unidad fundamental y más pequeña. Es la elección perfecta para las transacciones diarias y la adquisición de bienes de bajo costo, como una porción de papas fritas en Grillby's.
  • Moneda de Plata [S]: Una moneda de valor intermedio, ideal para bienes y servicios de uso más común, ofreciendo un equilibrio entre el valor y la practicidad.
  • Moneda de Oro [G]: La moneda de mayor valor material. Se reserva para transacciones significativas, bienes de lujo y grandes adquisiciones, como propiedades o artefactos menores.

Equivalencias

La conversión entre las monedas sigue una progresión decimal clara:

  • 10 monedas de Bronce [B] = 1 moneda de Plata [S]
  • 100 monedas de Plata [S] = 1 moneda de Oro [G]

Unidades de Alto Valor: Piedras Preciosas Infundidas de Magia

Para el comercio a gran escala y las transacciones de altísimo valor, el Reino de Monsterkind utiliza un sistema único de piedras preciosas infundidas con la magia ambiental del Underground. Estas gemas son invaluables no solo por su rareza y belleza, sino por la energía mágica que encapsulan, lo que las hace esenciales para la artesanía de alto nivel, la creación de poderosos artefactos y las transacciones entre reinos o clanes influyentes.

  • 1000 monedas de Oro [G] = 1 Unidad de Piedra o mineral Preciosa Mágica
  • Medición: Estas unidades se valoran por peso, con un mínimo de 100 gramos (0.1 kg) por unidad, asegurando una estandarización en su valor.
  • Tipos y Calidad: La calidad, el tipo de piedra preciosa y su pureza mágica influyen directamente en su valor. Ejemplos incluyen:
    • Mythril: Una piedra brillante, famosa por su ligereza y su excepcional capacidad para la defensa, así como para potenciar hechizos de protección y barreras mágicas.
    • Stonesilver: Una gema distintiva con vetas plateadas, sumamente valorada por su durabilidad y su profunda conexión con la magia. Su singularidad radica en el delicado y prolongado proceso necesario para absorber y equilibrar con precisión los siete atributos del alma en proporciones idénticas, lo que le confiere sus propiedades especiales. Además de su complicada extracción y procesamiento, posee la cualidad de cambiar de color según el atributo del alma con el que interactúe. También tiene la capacidad de absorber y almacenar maná para un uso temporal, actuando como un contenedor de respaldo en momentos de bajo maná o para amplificar hechizos.
    • Goldenstone: Una piedra luminosa y dorada que irradia una energía cálida. Es ideal para la curación, la mejora de habilidades físicas y la revitalización. Es reconocida además como uno de los minerales más maleables, ligeros y resistentes, lo que la hace muy versátil en la artesanía mágica.

Datos Adicionales:

  • Peso y Transporte: Las monedas de bronce, plata y oro son de fácil manejo y transporte para el día a día. Sin embargo, las piedras preciosas mágicas, debido a su tamaño y enorme valor, a menudo requieren métodos de transporte altamente seguros o el uso de transacciones bancarias mágicas para prevenir robos y garantizar su integridad.
  • Falsificación: Como en cualquier sistema monetario, Monsterkind implementa medidas rigurosas y hechizos complejos para detectar falsificaciones. Estas salvaguardas son particularmente estrictas en el caso de las monedas de oro y, especialmente, las piedras preciosas mágicas, cuya autenticidad es crucial.
  • Economía y Control: La abundancia o escasez de estas piedras preciosas mágicas ejerce una influencia directa en la estabilidad económica del reino y en el nivel general de magia ambiental. Su minería y distribución están bajo el estricto control de la realeza y los clanes principales, quienes contratan a especialistas altamente calificados para su delicado y complejo proceso de extracción.
  • Acuñación: Las monedas de Bronce, Plata y Oro son acuñadas por el tesoro real de Monsterkind. Sus diseños no solo reflejan la majestuosidad y la diversidad del reino, sino que también incorporan elementos de su rica flora, fauna y símbolos culturales de gran importancia.
  • Economía de Monsterkind: Este sistema monetario permite una economía escalonada y precisa, donde bienes y servicios pueden ser valorados de forma exacta, desde una simple porción de papas fritas (unas pocas monedas de Bronce) hasta propiedades enteras o artefactos mágicos de gran poder (monedas de Oro o incluso el valor de minerales preciosos mágicos).
  • Banca y Comercio: Para facilitar el flujo económico, existen bancos y gremios de comerciantes. Estas instituciones no solo gestionan el cambio de moneda, sino que también ofrecen una gama de servicios financieros. Es probable que estén supervisados por una figura de autoridad real, como un "Maestro de La Moneda", o un consejo compuesto por los mercaderes más ancianos y respetados del reino, garantizando la equidad y la estabilidad del sistema.

 

Notes:

Lectores llegamos el final de este capítulo. Espero que les haya gustado.

Una nota adicional: Sans apenas va a cumplir los 5 años cuando concluyo el Kindergarten. Creciendo unos centímetros más de altura, pero en comparación de su primo Kouske a su lado todavía se ve pequeño.

*Reacción de Sans*

*Respira hondo*

" No puede ser, todo el mundo es alto hasta Kouske que tenemos la misma edad"

*exclamando dramáticamente se refunfuña en un rincón acompañado con una nube oscura en su cabeza*

"No es justo, brrr"- haciendo pucheros y gruñendo a Papyrus que se burla juguetonamente de su estatura y hace bromas al respecto solo con la intención de molestar, sin parecer intimidado en absoluto, hasta tener el descaro de arrullarme encantado de lo adorable que soy cuando estoy enojado mientras Papyrus continúa esquivando los intentos de morderlo en represalia.

"Teniendo el presentimiento de que será una broma recurrente de mi existencia"

"Estúpidos hermanos que tienen siempre la suerte de ser los más altos" - Teniendo flashbacks de mis anteriores vidas y alter egos que sin excepción todos tienen la costumbre de bromear lo pequeño que soy sean hermanos de sangre o adoptivos. Resoplando para mí mismo.

Chapter 11: Capítulo 10: El instituto

Notes:

Hola queridos lectores, una disculpa por la tardanza, finalmente termine de editar el capítulo. Es muy probable que las próximas actualizaciones van a ser esporádicas tanto en The balance of sky como en esta obra.

 

En el servidor de Discord de esta serie recibirán noticias de futuras actualizaciones o cosas relacionades del Au de la saga de esta historia. Así que pasen si están interesados.

 

Adelante, leo sus posibles sugerencias para la historia,

Chapter Text


POV Sans 

La euforia por la graduación temprana y la promesa de libertad duró poco. Días después de recibir la confirmación oficial, mis padres me sentaron para lo que ellos llamaron una "conversación importante" sobre el instituto. Yo, ingenuamente, esperaba detalles sobre el plan de estudios o las nuevas materias. Lo que recibí fue una revelación que detuvo mi alma por un instante.

"Cariño," —comenzó Lucida, su voz suave, pero con un matiz que indicaba que se preparaba para una reacción— "El instituto al que asistirás, y al que Kouske-kun también ha sido admitido... es un internado."

Mi expresión inexpresiva, mi fachada habitual, debió flaquear. Un internado. La palabra resonó en mi mente como una sentencia. No más Grillby's a diario, no más paseos espontáneos por Snowdin, no más interrupciones a mis estudios por parte de Papyrus, y lo más importante, no más refugio en la tranquilidad de mi propia habitación.

"¿Un... internado?"— logré articular, mi voz más monótona de lo normal.

Gaster asintió, su semblante serio— "Sí, Sans. Es una de las instituciones más prestigiosas de la comunidad esqueleto como del Underground. Ofrece un plan de estudios intensivo y una preparación excepcional para los talentos como el tuyo."— Hizo una pausa, y pude sentir su maná intentando suavizar el golpe— "Permanecerás allí hasta la conclusión de tu educación básica, que, dado tu progreso, tomara el tiempo que necesites. Posiblemente algunos años"

¿Años? viviendo fuera de casa, bajo la vigilancia constante de una institución. Mi mente, que anhelaba la libertad, se sintió de repente atrapada. Era el precio de la precocidad, el reverso de la medalla de mi "genialidad". La conspiración de la graduación temprana nos había liberado del Kindergarten, solo para encerrarnos en una jaula más grande.

Papyrus, que estaba escuchando atentamente, se acercó y me abrazó. —"¡Pero Sansy! ¡Podrás hacer muchos amigos nuevos! ¡Y aprenderás cosas increíbles! ¡Iremos a visitarte todos los fines de semana!" —Su optimismo era, como siempre, inquebrantable, y en ese momento, casi irritante.

Mis padres explicaron las "ventajas": la inmersión total en el estudio, la disciplina, la seguridad, la oportunidad de interactuar con otros monstruos pertenecientes del Distrito esqueleto. Yo escuchaba, una parte de mi mente proceso de forma automática cada palabra, buscando las grietas, las lagunas, las formas de subvertir la situación. Pero parecía que esta vez, el Clan Code y el sistema escolar habían pensado en todo. Pero simultáneamente mi mente quedo en blanco, desconectándome casi el todo, hasta que la parloteo y abrazo aplastante de Paps me saco de mi estupor.


Levantándome bruscamente al presentir que lo más importante de la conversación ya se explicó, dirigiéndome a mi habitación y azotando la puerta que hizo temblar hasta las bisagras como el marco de la puerta demostrando mi punto y descontentó con la situación.


POV Gaster

Lucida se levantó a punto de seguir a Sans, solo para ser detenida por Gaster negando con la cabeza.

“Lo que más necesita en este momento Sans es un tiempo a solas para procesar y calmarse por la noticia”— advirtiendo a su esposa y a su hijo mayor que ambos se desplomaron en sus asientos de mala gana.

“Tienes razón, querido”— suspirando Lucida

“¿Por qué Sans se molestó tanto? Es la primera vez que lo he visto tan furioso ni siquiera cuando les confiscamos sus escondites secretos de comida no se ha enojado tanto.”— cuestiono confundido Papyrus, ya que se supone que es una buena noticia ¿cierto?

"Creo que es más su naturaleza cambiante como los cambios drásticos de su rutina más que nada"—reflexioné en voz alta.

Lucida y Papyrus me miraron, esperando una explicación. Era un desafío explicar la mente de Sans, incluso para mí.

"Sans no es como otros niños,"— continué, eligiendo mis palabras con cuidado.— "Ni siquiera como tú, Papyrus."— Mi hijo mayor asintió, su optimismo intacto.—"Él... se adapta. Rápido. Pero una vez que se acostumbra a una rutina, a un lugar, a una sensación de seguridad, lo incorpora a su ser. La cabaña, su habitación, el patio trasero, el pueblo de Snowdin... todo eso se ha convertido en una extensión de él. Cambiar eso, de repente y por tanto tiempo, es como arrancarle una parte de sí mismo."

Lucida se llevó una mano al pecho, sus ojos llenos de preocupación.—"Pero… pensamos que sería lo mejor para él. El instituto le daría las herramientas que necesita. No podemos tenerlo en la casa para siempre."

"Y tienen razón,"— dije con suavidad. —"La solución es la correcta. Pero la forma en que se lo comunicamos... fue un golpe. Él esperaba la libertad, la independencia. Y en cambio, le dimos una jaula más grande, por así decirlo. Su enojo no es con nosotros, es con la situación. Es su forma de procesar el shock."

Papyrus, el chico bueno que siempre entendía las emociones de los demás a su manera, asintió solemnemente. —"Entiendo. Es como cuando me quitas la última rebanada de pizza. ¡Es un horror, pero lo perdono porque es mi hermano! Sansy necesita tiempo para sí mismo."— susurro más para si mismo que los demás, asintiendo satisfecho por las conclusiones.

No pude evitar sonreír ante la analogía de Papyrus. Era simple, pero acertada. Sans necesitaba su espacio. Se había adaptado a vivir en las sombras, a un mundo que constantemente lo ponía a prueba, y había encontrado un pequeño santuario en su rutina y en su familia. Ahora, ese santuario iba a ser reemplazado por la impredecible y formal estructura de un internado.

"Le daremos un par de horas,"—dije, volviéndome hacia Lucida y Papyrus.—"Luego, iré a hablar con él. Quizás, si entiende que su plan de estudios terminará más rápido de lo que cree, se sentirá un poco mejor. No será el fin del mundo. Y como dijiste, Papyrus, lo visitaremos cada fin de semana."

Fin POV Gaster


POV Sans

Después de un par de horas, la puerta de mi habitación se abrió suavemente. Gaster entró, con su habitual aura de calma, y se sentó en el borde de la cama, sin decir una palabra. Yo estaba acostado boca abajo, mi rostro escondido en la almohada. Había gritado, había pateado mi cama y había tirado mis almohadas, desahogando la frustración que no podía expresar con palabras. Ahora, solo sentía un vacío frío.

"Sans,"— dijo Gaster finalmente, su voz un susurro que no exigía una respuesta, solo invitaba a una. —"Sé que estás molesto. Y tienes todo el derecho a estarlo."


No me moví.


"Escucha,"— continuó. — "El internado... es un gran cambio. No te lo voy a negar. Pero te prometo que no es una prisión. Tu madre y yo hemos hablado con la directora. Puedes visitarnos cada fin de semana. Papyrus estará allí. No estarás solo."

Me incorporé, sentándome en el borde de la cama y mirando a la nada.—"No es eso,"—murmuré, mi voz apagada.—"Es la... la forma en que lo hicieron. La forma en que nos quitaron la elección. La forma en que... es una jaula. Una jaula más grande, pero una jaula, al fin y al cabo."

Gaster asintió, su expresión solemne.—"Entiendo. Pero a veces, las jaulas son necesarias. No para encerrarte, sino para protegerte. Y, en este caso, para darte las herramientas que necesitas para ser libre de verdad. La libertad... es complicada. A veces, tienes que sacrificar una parte de ella para conseguir una más grande."

Me quedé en silencio, procesando sus palabras. No me convencieron del todo, pero me dieron un poco de paz. Era la misma lógica que usaban para explicarme por qué tenía que ocultar mi maná o por qué no podía usar mis habilidades de forma irresponsable.

Pero también me invadió una sensación indescriptible como si estuviera dejado algo importante a medias, guardándome mis aprensiones sobre esto ya que si intentara explicar lo origino en realidad mi enojo, presentía que mi familia no lo comprendería al final no del todo por más que lo intentara, teniendo la sospecha que es una cosa de mi naturaleza cambiante.

"Bien, si tú lo dices, pater," encogiéndome de hombros, mientras la capucha de mi sudadera ocultó la mayor parte de mi expresión facial.

"Vas a ver que todo va a ir bien," me dijo, dando suaves palmadas en mi espalda en un intento de animarme y consolarme.


 

 

Unos días después, con una maleta sorprendentemente pequeña para al menos dos de estadía—gracias a las habilidades de almacenamiento dimensional que Gaster tiene conocimiento había ayudado en su mayoría al tratarse una magia muy avanzada, solo permitiéndome contribuir con el puro diseño estético, comprendiendo su perspectiva ya que alguien no versado con la especialidad espacial los resultados con un mínimo error en su composición pueden ser desastrosos. Un regalo de su parte—, me encontré en la entrada imponente del instituto. La estructura era una mezcla de arquitectura antigua y moderna, hecha de piedra oscura y cristales mágicos que brillaban con una luz propia. Sentía la presencia de maná denso, vibrando con el conocimiento acumulado en sus paredes.

Kouske ya estaba allí, de pie con sus propios padres y un mayordomo que sostenía su equipaje. Me dio una mirada que decía: "Aquí vamos de nuevo". Le devolví un asentimiento que significaba: "Más nos vale que esto valga la pena".

Después de los tediosos registros y las introducciones formales, se nos asignaron nuestros dormitorios. Para mi sorpresa, y quizás para la de Kouske también, no estábamos en el mismo grupo, siendo separados a la mitad del recorrido. —demostrando una clara separación por géneros— de forma evidente dirigió el grupo en que me encontraba hacia los dormitorios femeninos.

" Su Habitación es el número 27, Señorita Sans," dijo un amable monstruo fauno que parecía ser el administrador de los dormitorios. Me entregó una llave con un pequeño colgante numerado. "Su compañera de habitación ya se ha instalado. Siendo la señorita Lavina Carbone." Informando con suavidad mientras me señalaba el pasillo que me tenía que dirigir hacia la puerta enmarcada con numeración romana el XXVII, escuchando sus cascos resonando rítmicamente por el vestíbulo de los dormitorios para en seguida dar las mismas indicaciones al estudiante de su grupo.

Permaneciendo completamente quieto por un breve momento mirando la nada, mi mente dando vueltas por las implicaciones.

Una compañera de dormitorio. Otro elemento inesperado en esta ecuación. Mi pequeño oasis de soledad y estudio estaba a punto de ser invadido. Mientras caminaba mirado los pasillos y sus alrededores, el sonido de mis pasos resonando en el silencio, no pude evitar sentir una mezcla de aprensión y una pizca de curiosidad. ¿Quién sería Lavina? ¿Sería tan ruidosa como Papyrus? ¿Tan formal como Kouske?

 

Interiormente pensé por lo que he visto que el cuarto en la academia se sentía como una jaula de oro. Aunque el mobiliario era impecable y la vista de los campos de entrenamiento era impresionante, mi alma se sentía constreñida. Había demasiada estructura, demasiada expectativa. La idea de pasar "posiblemente algunos años" en este lugar pesaba sobre mí como una losa de granito.

 

Al llegar a la Habitación N° 27, la puerta estaba entreabierta. Pude escuchar una voz suave, tarareando una melodía inusual. Empujé la puerta y entré, preparado para lo que viniera.


La puerta se abrió con un suave crujido, revelando una habitación sorprendentemente ordenada. La luz que entraba por la gran ventana iluminaba motas de polvo que danzaban en el aire. En el centro del cuarto, un piano de cola de un color caoba oscuro captó de inmediato mi atención. Al lado, una joven esqueleto con el cabello de un rubio pálido casi blanco, trenzado en una elaborada trenza que caía sobre su hombro, estaba de espaldas a mí. Vestía una sencilla túnica de estudio de un color gris pálido.

La melodía que tarareaba era suave y melancólica, una tonada que no reconocí pero que me resultaba extrañamente familiar. Había una dulzura en su voz que me recordaba a un campo de flores al atardecer, un sentimiento que no había experimentado en mi vida actual.

Mientras terminaba de tararear la melodía, se giró. Sus ojos, que brillaban con un tenue resplandor turquesa, se encontraron con los míos. Tenían una profundidad y una amabilidad que me desarmó al instante. Sintiendo instintivamente que había un rasgo de Amabilidad en su alma, una esencia que podía sentir como un calor reconfortante. En sus manos, sostenía una pequeña figura de un leopardo hecha de arcilla.

Se levantó con gracia y me ofreció una sonrisa gentil. "Hola. Debes ser Sans, mi compañera de cuarto ¿cierto? Soy Lavina Carbone. Es un placer conocerte. Te estaba esperando."

El nombre, el apellido, el aura de su alma... todo encajaba con lo que me había dicho el fauno. Me guardé mis sospechas y mis preguntas sobre su apellido y el piano. Devolví el saludo, mi voz monótona, pero con un ligero matiz de curiosidad.

"Sí, soy yo. Es un... placer, Lavina–san."

Lavina asintió, su sonrisa inmutable. Se acercó y, sin decir una palabra, cerro la puerta, para luego agarrar mis manos para guiarme mi lado de la habitación que a comparación de Lavina está limpia, vacía e incolora— "Permíteme. Te ayudaré a instalarte."

Mientras caminaba detrás de ella, observé el resto de la habitación. Era un reflejo de su personalidad: ordenada, pero con pequeños toques de calidez. Una estantería de libros, algunos de ellos con títulos que me resultaron familiares de mi vida pasada, como la música. Un tablero de ajedrez en un rincón. Un vaso con pinceles y lápices al lado de una pila de partituras. Y por encima de todo, el piano. Era como si hubiera entrado en una versión idealizada de su propio mundo y además teniendo una vibra hogareña.

"Es una habitación muy bonita,"—comenté, y por primera vez en todo el día, sentí que mis palabras eran genuinamente sinceras.

Lavina se detuvo y se giró. —"Gracias. El piano... es de mi familia. Mi padre dice que es una reliquia. Pero me gusta más pensar en él como un amigo. ¿Te gusta la música?"

Me encogí de hombros, mis manos en los bolsillos de mi pantalón de vestir. —"A veces. Es... relajante."

Lavina se río suavemente, y el sonido fue como el de una campana. — "A mí también. A veces me ayuda a procesar las cosas."

Mi mirada se ilumino de comprensión al encontrar alguien con gustos a fines. Ella también, a su manera, usaba la música como un refugio y expresar emociones.

Asintiendo mientras me instalaba sacando de mi maleta lo esencial y lo que necesitare para el uso diario. Siendo una persona practica decidí en vaciar toda mi habitación cuando estaba haciendo las maletas, sacudiendo la cama remplazando la sabana áspera que tenía puesta, con las mías propias acompañado con uno de mis edredones más suaves y cómodos que tengo. Siendo muy minuciosas sobre la comodidad de mi nido espacio de descanso a comparación de otras partes de mi lado de la habitación, suspirando satisfecha cuando termine en tender la cama a mi gusto.

Con la ayuda de Lavina de ocupo en colocar algunos de mis libros en los estantes más altos del librero. Mientras me ocupaba en colocar la mayoría de mi ropa en el viejo ropero, encogiéndome de hombros al ver que mi madre astutamente metió en la maleta cuando me encontraba distraída probablemente un suministro de cosméticos, a pesar de mis varios intentos de retirarlo, al verlo algo completamente innecesario, suspire para mis adentros, poniendo todos los productos en el tocador, admitiendo que algunos de los tonos y colores cautivaron por un momento mi atención, para enseguida desinteresarme cuando la mayor parte de mi atención se enfocó en ordenar mis materiales como herramientas de arte y escritura en el escritorio.

Al terminar de instalarme, mi lado de la habitación se volvió un poco más vibrante y con más vida, mientras me adentraba en mi armario que en su interior era mucho más grande, teniendo el espacio suficiente para una sección más privada que funcionaría como vestidor.

Me cambié para ponerme el uniforme, agradeciendo la previsión de mis padres por haberme comprado las versiones masculina, femenina y neutral de la institución. Opté por la versión neutral que tenía como pieza adicional un encantamiento para elegir una variedad de colores aprobados de un haori[1] hecho de pana con el escudo de la escuela grabado en la espalda. Agarré una camisa blanca con un pantalón, sin tener ganas de usar un vestido ese día. Agradecí a las estrellas que el uniforme fuera obligatorio solo para eventos o ceremonias importantes. Los demás días, podía usar mi ropa personal.

Al terminar, Lavina ya estaba lista, esperándome. Usaba la versión femenina del uniforme, que usaba tonos más claros y brillantes en comparación con los masculinos, que eran más intensos con un acabado mate. Habitualmente, todos los estudiantes se inclinaban por los colores y tonos de los atributos de su alma. El neutral era una combinación de ambos, inclinándose más por el blanco y el plateado perlado.

Revisé rápidamente mi inventario: tenía las llaves, dinero, y coloqué en mi cadera mi bolso de espacio dimensional donde guardé todo el material y útiles escolares que en algún momento necesitaría.

Asintiendo, ambos nos dirigimos hacia el auditorio para la orientación.


El camino hacia el auditorio fue una procesión silenciosa de jóvenes esqueletos vestidos con uniformes impecables. Mientras caminábamos, noté que Kousuke estaba unos pasos por delante, su postura tan rígida como siempre. No intenté acercarme. El aire entre nosotros era tenso con las expectativas no dichas de nuestros clanes.

El auditorio era una estructura circular inmensa, su techo abovedado brillaba con maná, proyectando una luz suave sobre los cientos de estudiantes reunidos. Había monstruos de todo tipo, sin embargo, los esqueletos eran significativamente el mayor número, tanto en estudiantes como en profesores, sentados en filas ordenadas. El ambiente era de expectación y nerviosismo, un contraste con el silencio formal que reinaba en los pasillos.

Lavina, a mi lado, parecía completamente imperturbable. Sus ojos turquesa observaban la escena con una calma serena.

"Es... grande," —musité, más para mí que para ella.

Lavina me sonrió. — "Sí. Pero estoy segura de que no es tan intimidante como parece."

Nos sentamos en una de las últimas filas, en silencio. Pronto, la directora, una imponente esqueleto de aspecto serio, se dirigió al estrado. Su voz, amplificada por la magia, llenó el auditorio, detallando las reglas, las expectativas académicas y las actividades extracurriculares. Mencionó las diversas facciones del clan, los logros pasados y la importancia de mantener la reputación de la institución.

Escuché con mi habitual desinterés, mi mente vagando y convirtiendo el discurso ensayado de la directora —cuyo nombre ya olvidé— en un ruido sordo.

La orientación se prolongó, y mi paciencia se agotó. Comencé a garabatear en un cuaderno de bocetos que había sacado de mi bolso dimensional. Dibujé diagramas de circuitos complejos, con pequeñas notas de cómo podrían usarse para crear un sistema de teletransporte o navegación. No era un mapa de escape, pero era una forma de mantenerme entretenida.

Sentí una suave presión en mi hombro. Era Lavina, que se había inclinado para mirar mi dibujo.

"¿Qué es eso?" —susurró, su voz llena de curiosidad.

Le mostré el cuaderno—"Un proyecto personal. Algo que me ayuda a... concentrarme."

Lavina sonrió, su mirada recorriendo los intrincados detalles de mis dibujos. —"Es fascinante. ¿Eres una inventora?"

Me encogí de hombros, guardando el cuaderno. "Algo así."

La orientación terminó, y los estudiantes se dispersaron en el caos de la socialización. Lavina y yo nos quedamos en nuestros asientos, inmóviles, mientras el mundo se movía a nuestro alrededor.

"¿Quieres explorar el campus?" —me preguntó. —"Dicen que el jardín de la biblioteca es muy tranquilo."

La idea de pasear por un lugar formal, diseñado para albergar a miles de estudiantes, no me atraía en lo más mínimo. Pero la oferta venía de Lavina, alguien que parecía entender la necesidad de un poco de paz en un ambiente tan abrumador.

"Está bien," —acepté, poniéndome de pie.

Salimos del auditorio, adentrándonos en el campus. La luz artificial se filtraba a través de los cristales mágicos, creando un juego de luces y sombras en los jardines y los senderos. El aire, denso con la presencia de maná, se sentía pesado, pero de una manera extrañamente reconfortante. Me detuve por un momento y sentí el maná, susurrándome secretos y conocimientos que solo alguien con entrenamiento o sensible a la magia podría comprender.

Kousuke nos vio mientras pasábamos. Sus ojos se fijaron en nosotros por un instante, y pude ver la sorpresa en sus cuencas. Estuvo a punto de acercarse a nosotros, solo para ser arrastrado por una joven dama de la edad de Lavina, que, por su expresión serena pero la mirada brillante de sus cuencas oculares mostraba sus emociones cuando Kousuke la dejó que lo guiara a saber las estrellas dónde. Su ceño fruncido se hizo más profundo, asintiendo como señal de saludo y articulando en silencio que pronto hablaríamos. La formación de alianzas, incluso de las más triviales, no había pasado desapercibida.

La primera batalla del instituto acababa de comenzar, y yo, sin siquiera saberlo, ya había creado y formado mi propio bando.


 

Glosario:

[1] El haori (羽織) es una chaqueta tradicional japonesa que cae a la altura de la cadera o los muslos, de forma similar a un kimono, y es llevada sobre un kosode.

A diferencia de la yukata, el haori no se cierra, sino que en cambio se usa abierto o se mantiene cerrado mediante una cuerda que conecta las dos solapas.

 

Notes:

¡He regresado! ᕕ( ᐛ )ᕗ Retomando la escritura finalmente (~⁠⁠‾⁠▿⁠‾⁠)⁠ ~

Heya, queridos lectores, espero que les guste este nuevo proyecto de escritura que he estado trabajado un tiempo.

Todavía no he acordado un horario en específico. Todavía estoy aprendiendo los entresijos de crear mi primera obra de Fanfiction como familiarizarme con la plataforma, tenga paciencia

Siéntete libre de dejar sugerencias sobre cosas que te gustaría que se añadieran o cambiaran en los comentarios. No puedo garantizar que todas las sugerencias se publiquen, pero las leeré.

Personalmente, prefiero discutir este tipo de cosas en Discord porque es más fácil ir y venir, pero comentar aquí también funciona.

Aquí está el enlace para la invitación de Discord: https://discord.gg/Njmvf2zkhH

(Si el enlace deja de funcionar, comenta si quieres una invitación).

Horario intermitente que haré posible actualizar con frecuencia (ง ˙ω˙)ว o cuando lo permita mi vida, solo soy un pobre universitaria (ᵕ—ᴗ—)

¡Hasta pronto, viajeros! (˶ᵔ ᵕ ᵔ˶)

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