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Apuesta fuera de serie - Drarry

Chapter 10: Confesión de amor pt. 2

Notes:

(See the end of the chapter for notes.)

Chapter Text

Sentía su cuerpo flotar sobre una nube de algodón, estaba tan relajado como hacía mucho tiempo no se sentía, ni siquiera con la sesión de spa que le recomendó Laura un par de meses atrás para desestresarse, había sentido liberarse de una gran tensión. 

Abrió los ojos lentamente, todavía sentía los párpados pesados, quería seguir durmiendo. Draco intentó cambiar de posición pero un peso sobre él se lo impidió y fue entonces que lo vió. Harry se encontraba recargado en su pecho, profundamente dormido, respiraba lenta y pausadamente, uno de sus brazos rodeaba su cintura y sus piernas estaban entrelazadas. 

Draco abrió los ojos de golpe y entonces lo recordó todo: se había acostado con Harry. 

¡Se había acostado con Harry! Su mejor amigo… 

Mierda. 

Eso no podía estar pasando, ¿en qué coño estaba pensando cuándo sucedió?, en nada, era obvio. Pero sus actos tendrían graves consecuencias. Draco maldijo internamente su metida de pata y de aquello también. Nunca debió dejarse llevar por el impulso, y aunque había sido una noche maravillosa, jamás en la vida se iba a repetir, ya imaginaba a Harry marcharse en cuánto despertara, él nunca pasaba más que una noche con alguien y esa no sería la excepción. 

Draco trató de mantener sus pensamientos centrados pero todo iba de mal en peor, había logrado conseguir que fuera uno más en la lista de Harry, pero se lo había ganado por idiota. 

Observando un poco a su alrededor se fijó que la luz de su habitación había permanecido encendida, y ellos estaban desnudos, sin algún cobertor que cubriera sus cuerpos, dedujo que al estar juntos habían mantenido calor. El rubio decidió apartarse de Harry con sumo cuidado, y lo tuvo más cuándo salió de él y aunque estuvo a punto de soltar un gemido respiró profundo para controlarse, ya había tenido suficiente. 

Al estar de pie, cubrió a Harry con el cobertor que cubría su cama, y lo observó dormir, se veía tan lindo y tierno que podría perderse en él. En ese momento recordó qué ya antes había sentido algo parecido al verlo dormir. 

Harry había tenido una operación que le ayudaría a mejorar su vista, estaba cansado de usar gafas, sobre todo para alguien como él que jugaba un deporte extremo y que le impedía llevar algún artefacto encima que no sufriera ningún daño. Primero cambió sus gafas redondas por unos pupilentes que tardó bastante en acoplarse a ellos, después vino el último paso: la operación que Harry pagó con su primer sueldo como miembro en la división de Inglaterra cuándo comenzaba como jugador. 

Draco había apoyado a Harry, y como se había vuelto costumbre, él estaba ahí, además era la única familia cercana que tenía para ayudarlo. 

Afortunadamente todo había salido excelente, la vista de Harry mejoró notablemente y jamás tuvo que recurrir a algún aparato que le mejorase la vista, y el rubio ayudó a su mejor amigo a recuperarse y ser sus ojos. Se encargaba de él desde que despertaba hasta que dormía, y era cuándo lo observaba detenidamente dormir, el hombre llevaba una venda cubriendo sus ojos, la cual era necesaria durante un par de días, hasta que el médico le autorizará retirarlas. 

Draco volvió en sí, aquellos días eran un recuerdo lindo de su amigo, pero nada más, él no pudo haberse enamorado de Harry años atrás, ¿o sí?, cuál fuera el caso daba exactamente igual. 

Su amistad había terminado. 


 

Harry se removió entre las sábanas, sentía su cuerpo pesado, dolorido, como si hubiera sido el protagonista de un arduo partido de fútbol, intentó girar sobre la cama pero un dolor en la parte baja de la cadera se lo impidió. 

¿Qué le había pasado para que tuviera un dolor tan fuerte? 

Minutos después comenzó a abrir los ojos, se encontraba sólo en su cama… No, algo andaba mal. Harry no recordaba que la decoración fuera su gusto, ni las cortinas, o el sitio dónde se encontraba el closet. Transcurrieron unos segundos en los que su visión mejoró y se dio cuenta que había varias cosas que no correspondían a su lugar de descanso, podía decir lo mismo del color de las paredes, la mesita de noche y esa lámpara colgada al techo. Comenzaba a sospechar que conocía ese lugar y le recordaba a alguien… ¿a Draco? 

¡A Draco! 

Esa era la habitación del rubio. ¿Pero qué hacía ahí? 

Lentamente los recuerdos del día anterior comenzaron a llegar a su mente y él más claro de todos fue tener a Draco encima de él, follándoselo, ahora entendía el dolor en la espalda baja… 

¡Mierda! ¡Se había acostado con Draco! 

No. 

Había hecho el amor por primera vez, con Draco, su mejor amigo. 

—Yo y mis impulsos… —maldijo Harry. 

Al momento en que escuchó la confesión de amor del rubio, Harry recordó lo que Luna le había contado de su actual pareja y la chica en discordia y como al final un beso lo resolvió todo. Pero Harry no había tomado en cuenta que su acción podría resultar contraproducente por haberse dejado llevar por el impulso, porque él no sólo besó a Draco hasta el cansancio, lo suyo era más delicado al haber hecho el amor. 

Harry nunca cuestionó su sexualidad, y tampoco había visto atractivo a otro hombre, todas sus dudas comenzaron en el instante en que el miedo de que Draco se alejara para siempre lo invadió, por ello tuvo cierto interés en Dylan y su amante, porque deseaba hacer lo mismo con Draco. Nunca antes le llamaron la atención las personas de su mismo sexo, solo él. 

El azabache deseaba con todo el corazón que Draco lo escuchara y creyera en sus palabras, porque él lo conocía mejor que nadie, pero, si no era el caso se encargaría de demostrarle lo mucho que le importaba y cuánto lo amaba, porque el único interés romántico de Harry era Draco Malfoy.


 

—Ya te dije que no puedo hablar fuerte —repitió Draco por tercera vez, pegando sus labios a la bocina del celular. 

—Parece que te escondes de la policía —dijo Laura—, no es eso ¿verdad? 

Draco rodó los ojos a pesar de que su amiga no podía verlo. 

—Claro que no —aclaró Draco—, pero no deja de ser tan grave 

—¿Podrías explicarte? no estoy entendiendo

—Laura… las cosas con Harry se me fueron de las manos y… —Draco tomó una bocanada de aire y continuó—: pasamos la noche juntos, sabes a lo que me refiero, no me hagas decírtelo con detalles

Draco escuchó un estruendo del otro lado de la línea, y sin poder evitarlo se sobresaltó. 

—¿Qué pasó? 

Durante varios segundos Laura no respondió. La mujer no era tonta y comprendió perfectamente lo que Draco quiso decir. 

—¿Laura? ¿Sigues ahí? 

—No es cierto… —respondió al cabo de unos segundos y Draco respiró aliviado. 

—Me gustaría decirte que no pero… ni siquiera estoy seguro de cómo llegamos a eso —murmuró el rubio. 

—Oh por dios —exclamó la castaña.

—Laura, tengo el corazón hecho un lío, y a mi edad no debería ser un jodido problema, eso tendría que haberlo pasado a los veinte no ahora

—Eres humano Draco y sientes, independientemente de la edad que tengas, debes entenderlo —explicó Laura—, y por favor no me digas que Harry sigue ahí

Draco se mordió el labio con nerviosismo. 

—Está dormido en mi habitación, y temo su reacción cuando despierte luego de lo que pasó, y aunque he pensado en ello no significa que deje de doler —dijo Draco. 

—Lo sé. Mira Draco no seré la mejor consejera pero lo que te puedo decir es que frente a él actúes lo más normal posible y si es necesario muestra una actitud fría, pero lleva el tema con cautela —aconsejó Laura. 

Draco suspiró y se pasó una mano por las hebras rubias. 

—Supongo que tienes razón 

—Draco, necesito tiempo para asimilar esto, y lo único que te pido es que no te dejes llevar otra vez por el impulso. Harry es una persona con las cualidades de un patán 

—¿Crees que mienta o algo así? 

—Con él todo es posible, pero eso no es lo que me preocupa sino lo que tú pienses 

Draco tuvo que concederle la razón. 

—Necesito hablar con él 

—Claro, pero no olvides lo que te dije —recalcó—. Tengo que irme, acabo de romper una de mis tazas favoritas por tú culpa 

Laura observó los pedazos de la taza color crema, esparcidos sobre el piso de la cocina. 

—Te compraré una docena como compensación 

—Más te vale 

—Creo que tengo una conversación pendiente y no la puedo aplazar 

—Suerte, no dejes de venir si necesitas algo 

—Júralo amiga, nos vemos

—Cuídate

Draco cortó la llamada, dejó su celular sobre la mesita de la sala y se decidió a recoger la ropa de ambos regada por el suelo, no tenía claro cómo iniciar la conversación con Harry, y optó por llevar su ropa a la habitación para cerciorarse si el hombre continuaba dormido o no. 

Grande fue su sorpresa de verlo despierto, observando su alrededor hasta que lo escuchó llegar y enfocó su mirada verde brillante sobre él. 

Era ahora o nunca. 


 

—He traído tú ropa —anunció el rubio en cuánto entró a su habitación. 

Draco dejó la ropa de Harry perfectamente doblada sobre uno de los sofás que adornaban el lugar. 

—Gracias —respondió Harry—. Acércate, tenemos que hablar 

Draco observó a Harry por un instante, le pareció extraño que no se hubiera levantado ya. 

—Creo que esta conversación podríamos tenerla de pie —sugirió Draco. 

—Lo haría con gusto si no me doliera el culo como si hubiera jugado tres partidos de final seguidos —expresó Harry. 

Draco tardó un segundo en comprender a qué se refería Harry, hasta que se quejó cuando se giró sobre su cuerpo lo entendió y soltó una risa sin poder evitarlo. 

—No es gracioso Malfoy, mira como me dejaste —se quejó el azabache. 

—No te vi quejándote —se burló el rubio. 

Harry le miró mal y volvió a girarse, quedando boca abajo, segundos después su cuerpo se encontraba del lado contrario al que había pasado la noche. 

—Eres un idiota 

—No más que tú —dijo el rubio. 

—En eso tienes razón —admitió Harry—, he sido un gran idiota por no haberme dado cuenta de mis sentimientos cuándo te conocí, fui tan cobarde que me refugie en todas las mujeres que han pasado por mi 

Draco no entendía lo que Harry quería decir, se quedó mirando a su amigo durante largos segundos hasta que retomó la palabra: 

—Te amo Draco —confesó—, he estado enamorado de ti desde que vi en la universidad, pero he sido lo suficientemente cobarde como para negarlo 

Draco quedó de piedra al escuchar la confesión de Harry, y sin poder evitarlo el recuerdo de un joven interrumpiendo la conversación que mantenía con otra persona llegó a su mente. 

—¿Cómo dices? 

—En ese momento no fui consciente de mis sentimientos por ti, hasta ahora —dijo—, y no sabes cuánto me arrepiento. Habríamos pasado todos estos años juntos como pareja y no como amigos 

—Te estás burlando de mí —dijo Draco—, te conozco lo suficiente como para asegurar la falta de seriedad que tienen tus palabras 

Harry soltó un suspiro cargado de tristeza.

—Tienes razones suficientes para desconfiar de mí, pero te estoy diciendo la verdad. Nunca antes le he dicho nada parecido a nadie y lo sabes, ni siquiera un te quiero ha salido de mis labios, un te amo es sagrado para mí Draco —argumentó Harry—. Y yo te amo

Draco tenía que concederle algo de razón, pero no era lo suficientemente poderoso como para creerle ¿o sí?, no quería verse como idiota que cae fácilmente ante sus palabras, si todo resultaba en una confusión o algo peor, un experimento para satisfacer su necesidad de sexo porque si ya había estado con él podría tener aventuras con hombres.

—¿Y qué me garantiza que no solo te vas a meter con mujeres, sino también con hombres? 

—Draco, yo no quiero a ninguna mujer ni a otro hombre, solo a ti —aseguró, observando al rubio con un brillo especial en sus orbes—. Estoy dispuesto a hacer lo que sea para demostrar la seriedad que tienen mis palabras 

—¿Por qué estás tan seguro de estar interesado en mí? —preguntó el rubio. 

—Voy a contarte toda la historia, pero necesitamos energía, ¿podemos desayunar? Me muero de hambre —dijo Harry. 

Draco soltó una risita sin poder evitarlo, observó a Harry levantarse de la cama con dificultad para ponerse algo que cubriera su desnudez. 

—No te rías, duele como el infierno —maldijo Harry. 

—Espera… —le detuvo Draco cuando iba a tomar su playera. 

Harry observó a Draco ir a su closet en busca de alguna prenda, y en la espera del rubio se colocó el boxer. 

—Toma —Draco le tendió una de sus camisas favoritas color azul cielo que el azabache siempre lo elogió por lo bien que se veía. 

—¿Y esto?  —preguntó, y recibió la prenda que Draco le estaba dando. 

—Quiero saber hasta dónde estás dispuesto a llegar si en verdad me quieres como dices —expresó—, quiero que uses mi camisa estando aquí, es algo que soñé que hiciera la persona que amara y me amase de vuelta 

Harry le miró sorprendido, no creía que Draco le estuviera pidiendo algo así, pero lo agradeció enormemente, y le quitó el gancho a la prenda, la desabotonó con cuidado y se vistió con ella. 

Le quedaba enorme y Draco se burló. 

—Admito que te ves adorable 

—Eso querías, además no me molesta tanto, me cubre lo suficiente y ahora siento que me he quedado en casa de mi pareja como es debido  

—Pareja, una expresión que jamás usarías cuando estuvieras con alguien porque ni en tus más remotos sueños tendrías un compromiso —le recordó el rubio. 

Harry no pudo evitar sentirse culpable, él muchas veces había hecho uso de esa frase como si se tratara de ir rumbo a su muerte, que equivocado estaba. 

—No iba a comprometerme con nadie porque tenía claro que encontrar a alguien a tú altura sería difícil —confesó Harry. 

—¿Y cómo estabas tan seguro si la pasabas con una mujer diferente cada fin de semana?, además nunca te escuché quejarte —preguntó Draco. 

—Es parte de la historia, ¿puedo contarla? 

Draco suspiró, de todas formas no podía aplazar más el tema. 

—Vamos a la cocina —dijo. 

Draco vestía una bata que cubría su cuerpo semi desnudo al solo portar su boxer negro, y Harry no podía despegar la vista de él, jamás lo había visto así. 

—¿Qué desayunamos? Tengo huevos, tocino, harina para hot cakes, café, jugo de naranja… 

—Huevos con tocino, unos hotcakes y un delicioso vaso de juego y que no falte el café por favor, lo necesito —dijo Harry. 

—¿Planeas vaciar mi refrigerador?

—Te compraré todo de nuevo, es como si viviéramos juntos 

Draco le miró como si le hubiera salido un tercer ojo. 

—No sé qué decir… —admitió. 

—Piénsalo 

—Harry, no podemos hablar de eso cuándo estoy confundido con toda esta situación y no hablo de mis sentimientos 

—Te contaré todo… 

Draco comenzó a sacar los ingredientes para preparar el desayuno, tenía el presentimiento que sería una mañana larga y llena de emociones, sin embargo no olvidaría el consejo de Laura y no abriría completamente su corazón sin antes haber escuchado a Harry, y estar seguro que lo que decía era cierto. 

—Te escucho —alentó Draco. 

Harry tomó una bocanada de aire y ordenó sus ideas antes de continuar: 

—Cuándo te conocí hubo algo que me atrajo en ti, pero no logré explicar qué, hasta hace unos días —comenzó—, creí que la razón por la que te hablé en los vestidores de la universidad era porque el imbécil al que le pedirías el favor era lo suficientemente mezquino como para mandar a la mierda a cualquiera, sin contar que nos despreciamos mutuamente 

Draco soltó un bufido al recordar aquel día y al idiota que se negó a entregar un proyecto por él. 

—Después todo fluyó entre nosotros de una forma espontánea que jamás imaginé vivir, y desde entonces he frecuentado a más chicas que antes de conocerte lo que me llevó a la conclusión de que estaba evadiendo mis sentimientos por ti, porque cada que salía con alguna mujer buscaba inconscientemente alguna cualidad tuya, fuera física o interna… —explicó Harry. 

Draco escuchaba con atención mientras sacaba sartenes y lo necesario para preparar el desayuno. 

—Ajá 

—Pero fue hasta que uno de mis compañeros me pasó el contacto de Astoria Greengrass que mi actitud comenzó a cambiar, en un principio creía que me estaba volviendo una persona tóxica que no deja tener a sus amigos otras personas con quien interactuar porque yo no podía tener amigas, solo amantes y de amigos solo te tenía a ti porque de los chicos del club no podía decir lo mismo, cada uno tenía sus intereses personales y en ninguna parte entraba la amistad —continuó el azabache. 

Draco asintió a la par que cortaba el tocino y lo colocaba sobre un sartén. 

—¿Quieres que te ayude? —preguntó Harry, interrumpiendo su conversación.

—A poner la mesa, dudo que logres cocinar algo sin quemarlo —se burló Draco. 

Cuándo Harry tenía días libres acudía al departamento de Draco a pedir ayuda con su desayuno, comida o cena porque él era un desastre en la cocina, o de lo contrario pedía comida a domicilio. 

—Ya entendí —bromeó Harry—, pero haré lo que me pides 

Harry conocía el hogar de Draco y sabía dónde dejaba cada cosa, además no podía fallar su memoria y dejar algo fuera de lugar porque el rubio le recriminaba de una manera poco amable y si no quería verlo molesto, lo mejor que podía hacer era acatar las reglas. 

—Gracias —dijo Draco y continuó preparando el desayuno. 

Después de unos minutos Harry retomó la palabra: 

—Cuándo te vi con Astoria me di cuenta de que nunca antes había visto alguna de tus citas. Siempre estuve encerrado en mi mundo y por eso no me daba cuenta hasta que me tocó ser testigo de cómo es que se siente ver a alguien que te importa siendo feliz con alguien más, es como una punzada en el pecho que te impide respirar 

—Creí que no tenías la capacidad de hablar con esa profundidad —dijo Draco, mientras seguía preparando el desayuno. 

—Yo tampoco —admitió—, en un principió iba a desistir de la apuesta y decirte que no tenías porque sentirte a obligado a atar tu vida si no querías, pero ignorabas mis llamadas, comenzamos a alejarnos y me preguntaba el por qué, si en realidad no había pasado nada, solo que me dejaste plantado después de tú cita 

—Astoria resultó ser una gran compañía pero nada más, inclusive la contraté como encargada de un proyecto para aumentar las ventas después de que me contara sus habilidades en su área —comentó Draco. 

Harry tuvo la necesidad de confesar lo que Luna le había dicho, además le había dado total autorización para contárselo en caso de ser necesario. 

—Hay algo más que sé de Astoria —dijo el azabache. 

—¿Qué cosa? —preguntó el rubio sin despegar la vista de lo que cocinaba. 

Harry guardó silencio unos segundos hasta que se armó de valor para continuar: 

—Astoria tiene cierta fijación por las mujeres —dijo—, desconozco que sea bisexual o algo parecido pero… 

—¿Cómo dices? —preguntó Draco, y observó a Harry por primera vez en ese rato. 

—Astoria tuvo algo que ver con la pareja de una chica que conocí hace tiempo… 

—¿Otra de tus amantes? —inquirió el rubio, fulminando a Harry con la mirada. 

—Sí —confesó—, pero fue ella quien me abrió los ojos y acepté lo que siento por ti

—Mejor cállate 

Harry sabía que algo dentro de la historia no iba a gustarle, pero no se daría por vencido, al menos no tan fácil.

Draco no fue consciente y tampoco pudo evitar que Harry se acercara y le plantara un beso en los labios. 

 

Notes:

¡Hola! ¿Cómo están?, espero que bien. Aunque yo no pueda decir lo mismo, porqué me enfermé del estómago y esa fue la razón por la cuál no hubo capítulo de manera puntual, afortunadamente ya me siento mejor y regresamos a la programación habitual, es decir, con un nuevo capítulo y a continuar escribiendo porque todavía falta lo mejor (el drama)...

Muchas gracias por la espera <3 y por leer <3 los tqm <3.

Nos leemos en la próxima <3

Ale <3